Trabajo de campo del Proyecto de Investigación “TRA BAJO, CUIDADOS, TIEMPO LIBRE Y RELACIONES DE GÉNERO EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA” (TRACUVI). Plan nacional I+D+i. Referencia: CSO2010-19450. IP: Carlos Prieto GRUPO DE DISCUSIÓN DE VARONES OCUPADOS ESTABLES Madrid, enero de 2013 Convivencia: en pareja Descendencia: con hijos Edad: 30-45 años Clases medias • ES UNA ESPECIE DE TERTULIA, DEBATE SOBRE EL TEMA QUE ESTAMOS INVESTIGANDO. LAS REGLAS SON MUY FÁCILES: NO HABLAR TODOS A LA VEZ PARA QUE SE LLEGUE A ENTENDER, Y APAGAR LOS MÓVILES PARA QUE NO INTERRUMPAN EN EL PROCESO, Y NADA MÁS. Y EL TEMA QUE AQUÍ NOS OCUPA ES CÓMO LA GENTE ORGANIZA SU VIDA EN EL DÍA A DÍA. LO ESTAMOS PREGUNTANDO A DISTINTOS GRUPOS SOCIALES, LOS QUE TRABAJAN, LOS QUE NO TRABAJAN, Y PREGUNTANDO ESO: CÓMO CADA UNO DE ESTOS GRUPOS ORGANIZA SU VIDA, QUÉ HACE EN UN DÍA NORMAL. • Depende un poco de las circunstancias. Ahora las circunstancias han cambiado, el panorama está mucho más complicado. Antes estábamos acostumbrados a trabajar con un contrato… ahora parece que las cosas han cambiado, y es difícil que una empresa te haga un contrato. Mi experiencia personal es… me estoy buscando la vida, me imagino como todo el resto, hacer cosas como puede, y para sacar algún dinero. Y la situación es… yo vengo de una pyme, que se ha ido al traste como la mayoría de ellas, yo creo que es por el problema que hay de la financiación, ahora la han recortado. Las pymes cuentan con algo de descuento, y al no tener dinero de descuento, pues se ha ido a la mierda. Como al final las empresas necesitan material para venderlo, si no tienes dinero no puedes comprar material, con lo cual si tú… Yo por ejemplo en mi puesto, soy comercial, no tengo para satisfacer al cliente, con lo cual ¿qué hago? Tengo que llegar a un acuerdo con la empresa. Me voy porque, encima las empresas… ahora la nueva forma… no se cierran las empresas, se quedan ahí por los restos hasta que deciden si hacen un ERE o no se lo aceptan. Y claro yo, como comercial, no puedo estar esperando un material que no puedo vender… llevar quince años vendiendo en la calle, con muchos clientes. No puedo esperar que… este hombre que quizá ya no tiene nada que hacer en la vida… Pues doy el salto. Pero cuál es mi sorpresa que todas las empresas están igual, todas han echado a los empleados. “Si quieres, te hago un contrato mercantil o te pago a comisión lo que vendas”. He probado de todo. He probado con las nuevas energías, que están muy de moda, que es lo mismo. Todo el mundo te ofrece contrato comercial, o sea mercantil, o comisión, y así es imposible. Yo soy padre de dos hijos. Estaba trabajando. Tenía una chica, que estábamos trabajando los dos, teníamos una chica en casa, y claro, la chica ya fuera. Y ahora el que plancha y barre soy yo. Y a la vez, si tengo que trabajar, tengo que salir. Aparte que tengo que aprender idiomas por maximizar un poco el tiempo. Estoy aprendiendo inglés. Intento moverme un poco. • Yo trabajo en un hospital. Lo que pasa es que es un ambiente muy cerrado. Lo que pasa es que tengo unos horarios que me permiten combinar con mi mujer, porque trabajo de tarde. Lo que pasa es que me quita mucho tiempo de estar con mis hijos, porque trabajo festividades y fines de semana. Yo puedo llevar los críos a la escuela por la mañana, pero no puedo recogerlos por la tarde. Además pierdo mucho tiempo para el estudio, para jugar con ellos. Ahora he podido cambiar al turno de la noche, pero sigo perdiendo mucho tiempo. Claro tengo que descansar por la mañana, pero para las vacaciones... Entonces tengo suerte entre comillas porque estoy trabajando en un hospital. Pero aunque llevo trabajando muchos años, no tengo la plaza en propiedad. Entonces de vez en cuando me toca hacer una chapucilla extra, llámese lo que surja, para ganar un poquito más de dinero, que también me quita tiempo de todo lo demás, me quita tiempo para descansar, me quita tiempo de todo. • Es como en el mío, que cualquier día tampoco… • Claro. Mi mujer se ha quedado en el paro recientemente, entonces me queda un poco de margen. Claro antiguamente ella salía un poco antes de trabajar, y recogía a las niñas. Menos mal que teníamos a una persona que nos venía tres horas. Porque si no, te descolgaba totalmente. • ¿CÓMO SE ORGANIZABA LA VIDA DE CADA UNO? • La verdad es que, los que estamos casados y tenemos hijos, y estamos trabajando está todo como muy limitado. Trabajo, vivir del trabajo y hacer lo poco que el tiempo que te queda, pues hacerlo con los críos… lo que se pueda… pegarte con ellos. Es un poco una lucha… El tiempo, los que tenemos hijos, estamos, aparte de limitado, es muy distinto del de los que no tienen hijos. • Cuando hablan del programa: “Vamos a compaginar el tiempo de trabajo con el tiempo de…”. Ahora vienen las vacaciones, es imposible. Y los niños tienen como veinte mil fiestas más que nosotros, y eso no lo entiendo. A lo mejor es que no recuerdo ya, pero cuando éramos niños, tan pequeño, no recuerdo que tuviéramos tantos días libres. • San José, ??? y punto. Y el verano. Y ahora te encuentras con un montón de días que te encuentras colgadísimo. O tiras de tus padres o de alguien que le pase que no tenga trabajo. Si lo tienes tú… • A mí ese problema desapareció por mi mujer. Pero no quiere decir que pasado mañana tenga suerte… no lo creo, pero bueno. Si mi mujer encuentra trabajo, volveremos a la misma situación. Además para trabajar te piden movilidades tan extrañas, horarios intempestivos… • Simplemente el que ya tenga tiempo para buscar trabajo, si está cuidando de los niños, que tenga el tiempo necesario para poder ir a buscar trabajo. O que le toca una entrevista, y no tiene con quien dejar a los niños. • Yo en mi caso tengo un crío que va a hacer un año, y mi mujer tiene un horario que, según la semana, varía. Hay semanas que está de mañana, otras semanas que está de tarde, y la verdad es que es una locura. A la hora de planificar cualquier cosa, es prácticamente imposible. Y aparte que es complicado porque tengo la sensación casi como si no… En el momento en que ella llega a casa, a lo mejor se pone con el crío, y yo aprovecho para que, en ese momento, hacer otra cosa. Entonces es un poco como que estamos ahí compartiendo… deseando que llegue el otro a casa para que se quede con el niño, y mientras aprovecho para hacer otras cosas que no me ha dado tiempo a hacer durante el resto del día, que estaba con el crío. [Hablan todos]. • Estás esperando el relevo, y cuando llega, “Toma, que me voy”. [Hablan todos] • Tener tiempo de pareja. Tienes los cinco minutos, que ya estás hecho polvo por la noche. Te pones la tele, y es como no quiero pensar en nada. “¿Cómo te ha ido el día?” “Fatal”. • Por eso yo últimamente, hablando con la gente, se está separando un montón de gente, además por pasar demasiado tiempo juntos, yo creo. • ¿Están en el paro los dos? • Sí, están en el paro los dos. Demasiado tiempo juntos, demasiada frustración… Pasas tiempo con tu pareja, pero no es tiempo con tu pareja. No podéis ni hablar. Es como de pasada, ya estáis a otra cosa. • Yo sí, cuando trabajaba de tarde y mi mujer de mañana, la veía el rato que yo llegaba a las once de la noche a casa. “Hola cariño, ¿qué tal?” “Bien”. Porque ella se tenía que levantar a las seis de la mañana, y necesitaba dormir. Y como mucho un fin de semana, o una fiesta de estas que coinciden los dos, fantástico. Pero esto no es una cosa que pase con una frecuencia bárbara. Para hacer coincidir dos personas y a las dos niñas – porque tengo dos niñas, una de once años y otra de seis– y encima, la mayor tiene amistades. A lo mejor hay que llevarla. Y como que te falta tiempo. • Ella tiene más vida social que vosotros. • Además vida social mucho más barata. Ella, su vida social es ir a casa de una amiga a jugar, es un poco cansado, pero... Lo que te quiero decir es que es complicadillo muchas veces. Porque aunque quieras, incluso la vida social… yo quedo a veces con los padres de los amigos de mi hija. Porque te la llevas al parque y haces amistad con ellos. • Es a la gente que más ves. No ves a tus amigos, ves a sus amigos, ves a los padres de sus amigos. • Claro, pero bueno, puedes conocer a buena gente también. Es con la que te puedes hablar mejor. • A la larga, son los mejores amigos. • Sí, yo por ejemplo cuando voy a estudiar inglés, él también lleva a su hija. A ella también se le da fatal el inglés. • También la vida social de los chavales te quita mucho. No es la misma vida social que teníamos nosotros antiguamente. Ahora están de fiesta todos los días: que si el cumpleaños de uno, de otra, parque de bolas… Están todo el día así. • Parece que no, pero también era un problema. Yo me aburría mucho de pequeño, porque tenía que estar con mis padres, y estaba en casa. Si iban al restaurante, no pensaban, ellos no pensaban en mí… Y ahora no los dejan solos ni dos minutos. • Porque yo recuerdo de pequeño, yo estaba solo en casa. • Yo por necesidad, los dejo solos alguna vez, pero poco. O sea, cuarenta y cinco minutos. Ya voy mal. Si pasa más tiempo, ya estoy pensando si se están pegando… • Yo alguna vez se los dejo a mi hermano, no cuando era pequeñito, pero ahora con seis años… [hablan todos] • Yo ahora mismo, mi hija mayor se va a la calle veinte minutos, y ya está que te llama al móvil. Se lo dejas por si pasa algo, que llame. Y yo me acuerdo nosotros con once años, nos íbamos a la calle… “Que se come a las dos, eh”. Me llamaban por la ventana: “¡A comer!”. • Sí, o cuando tenías hambre. • De todas formas, como ha cambiado tanto. Porque con los deberes, es una venganza contra… tienes que ponerte con ellos, que parece que en el colegio es más trabajo. Llegan del colegio… Yo hacía los deberes solo. Los padres tenemos que sentarnos con ellos y estar allí… venga los deberes, venga los deberes. Porque encima machacan mucho en el colegio con los deberes, es otro problema, y parece que todo recae sobre nosotros. • Y LA VIDA SOCIAL ESA QUE ESTÁIS HABLANDO, ¿CÓMO LA HACÉIS? • Mi vida social, realmente es inexistente. Tengo relaciones con los padres de mi hija, o con amigos que han tenido hijos; pero haces una quedada de… vamos a tomar el vermú. O vamos con ellos a un parquecito, para que los niños vengan revenidos, porque si no... Hombre, yo no tengo ningún problema, porque al lado de mi casa hay un parque gigante, al lado hay un enorme bar. Y es cierto que tú llegas y es el momento que tú puedes quedar con un amigo, vigilando con un ojo a tus hijos, uno aquí, otro allí. Y tomando una cerveza, y charlando. Ya si un día decimos salir de fiesta en plan… vamos de festival, eso ya ¡vamos! Eso ya ni de lejos, o marcharse tres días. • Nosotros hacemos botellón los padres. Nos vamos a un parque, se juntan todos los niños a jugar, y mientras tanto los padres, parece que lo estamos deseando. Empezamos a sacar ahí, con neveras, con cervezas, con no sé qué… • Sí, pero es que no se puede hacer otra cosa. • Y ANTES DE TENER A LOS HIJOS, ¿CÓMO LO HACÍAIS? • [Hablan todos]. Yo creo que también se pierde mucho tiempo, cuando no tienes ninguna responsabilidad, tienes tiempo... • Y siempre estás más cansado todavía. Parece que… • Y dormías nueve horas tranquilamente. El día que duermo seis horas seguidas es como, “Qué bien he dormido hoy”. • Yo, es de las cosas que más he notado el cambio. Yo ya no duermo… y además, aunque los niños no me despierten. Es que son muy pequeños, uno de dos y otro de siete meses. Pero aun así, si ellos duermen bien, yo más de seis horas ya no duermo. Ya hace más de tres años que… • Además, te acostumbrarás. [Hablan todos] Hay días que no molestan, y no te despiertan. A mí me da igual. Cinco horas o así, y ya está. • Y parece mentira con lo bien que dormías. • Y aparte de que luego se acuestan y dices “Tampoco me quiero ir a la cama”. • Es tu rato. [Hablan todos]. Mi mujer está reventada. Ella trabaja, y está con los niños, que son muy pequeños todavía, y cuando se van los niños a dormir, vamos a ver una película, o lo que sea, y seguro que al cabo de diez minutos: “Que me voy a la cama”. Pues nada, ves la peli cinco minutos, y me quedo en el sofá. Y al final te conviertes en tu padre. • ¿EL HORARIO DE TRABAJO QUE TENÉIS HABITUALMENTE ES EL MISMO? • El que tenga trabajo, claro. • EL DE LAS MUJERES, SÍ QUE CAMBIA. PERO EN VUESTRO CASO… • Yo sí que puede variar, con las horas extras y demás. Que yo muchas veces, por ejemplo, tenía que quedarme a trabajar, y si salía un proyecto o había un marrón de trabajo, pues había que acabar el trabajo. Entonces a la hora de llegar a casa, pues… • Yo, hace años que no las hago, ¡bendita sea! • Y horas extras sin pagar por supuesto. [Risas] • De todos modos no hace tanto tiempo. ¿Cuánto tiempo llevamos en crisis? ¿Cuatro años, cinco años? Parece que está a la vuelta. Se ha vuelto todo tan triste, y todo con un ambiente tan pésimo, todo es negatividad en la gente. Te montas en el autobús, y todo el mundo habla de lo mismo. Y parece que estamos todos sumidos en una burbuja negativa que ya no salimos porque… hombre, la verdad que es muy triste. Porque gente como nosotros, yo tengo cuarenta y cinco, que estemos así. De lo que hemos venido, de lo que hemos vivido, aunque sea normal. Bueno, tampoco es que antes había tanto trabajo, tampoco era excesivo, pero de las cosas normales… • De todas maneras, de lo que has comentado antes, creo que has dicho del tema del ERE. Porque yo también trabajaba en una pyme. Y yo creo que la responsabilidad un poco, no sé si has comentado tú algo así, como un poco poniendo el foco en el tema de la financiación, que está claro que es uno de los problemas. Pero yo creo que esto viene bastante de que hay poca cultura empresarial… • No, no, por supuesto también. • Y que el empresario tiene muy poca previsión… Cuando la cosa ha ido bien, los empresarios han comprado coches, y han comprado todo, y cuando las cosas han ido mal… • Ese caso es verdad, hay muchísimos empresarios que se han puesto a comprarse chalés, y no sé qué. Que cuando no podían, ni lo pensaban. Pero como se paga con dinero… Y el banco, como se vendía mucho, todo se podía pagar. Entonces ya cuando se han acabado las ventas, todas las hipotecas, a ver cómo me las pago. Pero también hay muchas empresas de las que te hablo que necesitan dinero. Porque claro a ti te pagan tarde. Entonces tú estás financiando con materiales a otras empresas, y necesitas cobrar. Entonces llega un momento que dices: “Joder, es que ando asfixiado”. Conozco casos de gente seria que… hay muchos, muchísimos, porque he estado en la calle, me he movido…, y hay gente normal. Y le es imposible, porque tienen que contar al mínimo. Diez millones, siete millones, o cinco millones porque los necesitan. Porque les pagan tarde, y están con furgones, haciendo portes, y no pueden. Porque la gasolina se incrementa un huevo, no pueden pagar los empleados, la gasolina, los gastos… Te pones a arreglar un coche, y es una pasta. Si ya a nosotros tener un coche nos cuesta seguros, y… Claro, si tú vives en una sociedad capitalista, al fin y al cabo es a lo que aspiramos, y tú cortas el grifo del dinero… Entonces la gente, claro, cortas el grifo del dinero, cortas el consumo. Todo el pilar en que te has basado es el capitalismo, desde hace años. Y de repente, cortas el grifo y la gente no consume. La gente no está asustada, está lo siguiente. [Risas] Por mucho que digan que va a mejor, pero creo que van a caer más empresas. • Hombre, como España va a la cola, cuando empiecen los demás, nosotros cuatro o cinco años después nos empezaremos a recuperar. Y claro, cuando ves que hay países punteros entre comillas que no están bien al día de hoy, porque Francia, Alemania de repente vuelven a estar mal. Entonces tú dices cuando éstos empiecen a recuperarse, ¿cuántos años después me tocará a mí de rebote? Y claro, esto se va a prolongar, ¡puf! • VOLVIENDO UN POCO A LA ORGANIZACIÓN, ¿CAMBIA LA ORGANIZACIÓN DEL DÍA A DÍA AL FIN DE SEMANA, UN DÍA LABORABLE AL FIN DE SEMANA? • Sí. • Bueno depende. [Hablan todos] A veces tengo compromisos para el fin de semana con mis padres o con familiares. Y yo, el fin de semana, no quiero ir a ningún lado; yo quiero estar en mi casa. Joder, el horario ya te empieza el fin de semana [Hablan todos] • Y luego tu madre que te dice que te vas muy pronto, que te quedes un rato. • Y luego miras el carné: “¿Qué fin de semana tengo libre?” Aquí con mis padres, aquí con mis amigos… Jo, a ver cuándo voy a tener un fin de semana libre, lo tengo todo ocupado. • Y luego te machacan los niños. • Yo siempre lo digo: el fin de semana necesito el descanso de toda la semana, y la semana, necesito el descanso del fin de semana. Porque, claro, llega el fin de semana, y hasta aquí. Entonces pierdes la semana y descansas el fin de semana. • Es un poco culpa de que nosotros nos aburríamos más, y no los dejamos aburrirse. Los fines de semana al final es como los diarios. • Los niños tienen que tener un plan, es nuestra máxima. • Está tan infantilizada la sociedad. • Ya sabemos que los niños tienen un plan, y los padres estamos tranquilos. • Bueno, tampoco les hemos preguntado a nuestros padres. Quiero decir que ellos no contaban contigo. • Yo pienso que los niños son un poco tiranos también. Te piden, te piden y… • Mi padre decía, “Tenemos algo especial, nos hemos ahorrado la radio”. La fiesta de… una vez al año, o dos. • Yo tengo un amigo que dice: “Hay que ir al parque, al no sé qué, al no sé cuánto…”. Pero bueno, ¿dónde ves esto? Lo ves en Internet, vale, Internet es de puta madre, lo enseña todo. Pero ni puedo, ni tengo todo ese tiempo, ni tengo todo ese dinero, ni puedo perderlo. Yo tengo una niña de once años que es incansable, es inagotable. Te la llevas por la mañana a andar al Pardo, y por la tarde, quiere irse a la piscina. Y tengo otra de seis años, en plena forma física, y la aguanto. Y claro, la aguanto porque encima me divierto. Me voy a la piscina a ver a la madre de… y a tomar una cerveza tranquilamente. Es lo único que te puede pasar. Te vas al parque y te sientas allí. Y los críos se lo pasan fenomenal, pero tú… • ¿Y qué pasa cuando los niños ya son un poco mayores? [Risas y hablan todos] Hay un tramo que los niños te necesitan, y te sientes muy paternal y muy cariñoso. Y luego llega otro punto que los niños empiezan a demandarte, o a pedir sus cosas simplemente. Yo además lo he visto por unas sobrinas que ya son suficientemente mayores, que llegan a un punto que dicen: “Oye mamá, quiero comprar un Winston? Y se tira su cartón Entonces es cuando crees que pueden descansar. Pero mis cuñados es que no descansan. Porque es cuando empiezan a salir solas, y empiezas a preocuparte, y tampoco descansan. Esto es lo primero que te dicen: que te prepares, ya verás cuando sea mayor. Que el niño es pequeño, pero será más grande… [Hablan todos]. • Que no salen de la cuna, es comer y comer. • Yo el mayor que tiene dos años y medio, y el tío ya se sale de la cuna. [Hablan todos]. Se duerme saltando. • El mío que tiene un año, empieza a dar botes. • Y el estado de relajamiento para dormir, no lo vive. Está mumumu, y de repente paf. Mira, ya lo puedes meter en la cuna, que está relajado. No, no. Está saltando, y de repente, bum. • Y EL TIEMPO LIBRE, ¿DÓNDE ESTÁ? • No existe eso. • Cuando se acuesta el niño. • Si consigo juntar las dos niñas un rato, es para mandar un email, o algo así. Eso es el tiempo libre. • El tiempo libre es cuando están en el cole. [Hablan todos]. Bueno, ahora vamos a planchar la ropita, a hacer la compra. Pero relajarse sales a hacer tus cosas. El tiempo libre, si tienes suerte y puedes organizarte de alguna manera, pues yo qué sé, quedas con alguien o… Pero evidentemente el tiempo libre es una merma en calidad pero grande. • Yo lo que he experimentado es una situación muy curiosa. Antiguamente, cuando no tenía hijos, si tenía que hacer una chapuza en casa, me bloqueaba. Y ahora es al revés, lo estoy deseando. En cuanto salen de casa, pongo un poco de música y me pongo a ello. • Yo lo que más disfruto es con la cocina. • Trabajando con polvo y serrín, con música puesta, fenomenal. Y los niños • Yo disfruto hasta de recoger la cocina. Me pongo el loro con música, estoy solo. [Hablan todos]. • Cuando pongo música, mi hija me dice: “Papá, no me gusta la música que pones. Berrea mucho”. Bueno, venga, ponemos al flequillo torcido Justin Bieber. Y hace poco mi hija me dice: “Podríamos ir a verlo”. Bueno, tranquilamente vamos a Barcelona a verlo, pagamos cincuenta euros por entrar, que no lo pago para ver a Don Maiden. No, yo no me voy a Barcelona, pero tú con tu hermana y tu madre. • Y luego querrá hacer dieciséis horas de cola para coger un buen sitio. • Yo estoy deseando que se haga bastante mayor para que se vaya al Calderón. • Yo cuando lo veo por la tele, pienso a ver cuándo me toque. • Sí, sí eso es evidente. • Que te había cortado antes, cuando estabas con lo de recoger los platos, o algo así. • No, no. Que el otro día que me pasó eso. Que tenía que hacer unas estanterías, yo antes no lo hacía porque me aburría. No es que me aburría, pero en mi tiempo libre prefería tomarme algo. Y estaba en casa, y me puse música para hacerlo, esto es maravilloso. Me acuerdo de mis padres que se ponían siempre a hacer cosas en casa, cosas de bricolaje. ¡Qué pesado mi padre con su bricolaje! • Ahora lo entiendes. • Claro, es el único momento que tienes para ti. Claro, tu mujer llega, y te lo permite. “Me va a arreglar eso, yo cojo los niños”. Te pones una cervecita, te pones tu música. Y se van y te dejan solo, y es maravilloso. • Yo creo que ha cambiado mucho la cosa de nuestros padres a nosotros. Yo me acuerdo de mi padre que llegaba, y se iba a su despacho, y se ponía a hacer algo. Y el cuidado de mí era de mi madre. Le veías, estaba por la casa, pero no era él el que se encargaba de mí. Y yo jugaba solo todo el día. Si estaba mi primo, jugaba con mi primo. Pero yo jugaba solo. Ahora es cuando mis hijas me demandan constantemente jugar con ellas. • Bendita época. Hemos perdido todo. • Claro, yo les digo: “Jugad solas un rato”. Sed conscientes de no molestar a tu padre. • No son conscientes porque la culpa es nuestra. • Yo tengo dos niñas mellizas que tienen ahora siete años. Y yo estoy con mis hijas, y estoy acostumbrado que entre ellas se amortigüen, como digo yo. Pero cuando estoy con otros padres, que tienen un hijo único, como ahora todo el mundo, el niño está de campanario, tirando de la chaqueta a su padre, tirándole de la ropa, y se nota que está demandando permanentemente energía, atención. Y yo esto no lo envidio. Y eso que he estado casi cuatro años en casa con mis hijas. Y te digo, entre ellas, gracias a que tenemos una vida social más o menos bien, no notaba esa demanda. Y sin embargo lo veo con los padres de otros niños que no puedes, o sea, ¡no puedes hablar con él!; y es muy molesto, o sea, mucha demanda, y lo que te decía, muy infantilizada la sociedad. Va a ser el cumpleaños de un niño, yo por ejemplo estoy en un colegio donde ese tema está bastante canalizado, y hacemos los cumpleaños en el cole, y gracias a eso, no te estropea la vida social. Pero hay gente, es que se lleva el niño a un parque y lo ves que… Y los deberes, lo que decía tú de los deberes. Por ejemplo a mis niñas, ahora que tienen diagnosticadas deficiencias (28:10) sociales a las dos, he tardado dos años y medio en que me den el diagnóstico de la segunda, y me va a tocar ponerme a hacer la escuela en casa; es algo que siempre había oído, y estoy en un cole que se rehúye de los deberes, hacer programa de tareas, todo así como bastante medido, y me he estado mirando el tema, y es otra cosa totalmente diferente a lo que hay aquí, porque hay gente que se tira… entre lo que le ponen al niño en el cole, y los deberes. Es que es un machaque, y me parece que va a ser uno de los debates de los próximos años, el tema de los deberes. Me parece que, en la sociedad en que estamos. Me parece muy malo, totalmente sectario, tener a un niño miles de horas detrás de un pupitre, y luego encima llegar a casa… • Sales de trabajar, y luego llegas a casa y te ponen… Llegas a casa para descansar. Llegan a casa, que están hasta aquí del cole, ¡y más deberes, dos o tres horas! Y yo tengo amigos que han sacado a los niños del colegio, que están en casa, y están en otra onda, y precisamente por cosas de éstas. ¡Ya está bien! Que los tienen aquí. Una laminadora de sociedad. • A mí un tipo de educación que me parece muy correcta, sobre todo la parte social del niño es la que… Yo por ejemplo, no tendría ningún problema de educar a mi hijo en mi casa, si yo pudiera llevarle luego una cantidad de horas a casa de gente de niños de su edad, que vivan en la sociedad real, en la que hay. No sé si me explico. Yo a mi hijo lo educo de una manera muy diferente a la que están educando los demás. Y además él, a la hora de relacionarse con los niños, es muy diferente a cómo se relacionan en el colegio, pues claro, cuando llega y se junta con ellos, va a tener una especie de rechazo porque se le va… • Es complicado además porque necesitas tener tu tiempo. • Es complicado, y la gente que lo está haciendo, pues lo hacen. Yo por ejemplo no me veo haciéndolo. Y yo creo que es complicado. • Necesitas casi el tiempo completo con ellos. • Y uno de los padres que esté en casa, porque los niños están todo el día en casa. Uno de los dos tiene que estar en casa siempre. • La parte que más me interesan del niño en el colegio es la sociabilidad con otros niños más que… yo lo digo por experiencia propia. A mí me toca las narices, por decirlo de una manera, hasta octavo de EGB, yo no hacia prácticamente nada. Y luego te reincorporas sin problemas. Vas a clase, y poco… Quiero decir que las horas que tú vas al colegio, realmente efectivas de estar aprendiendo algo, muy pocas. Seguramente en la casa en dos horas, si estás encima, sacas más partido que a lo mejor que las seis horas lectivas en el colegio. A mí lo que me interesa de un colegio es que el niño esté con niños. Es la parte que no me saltaría nunca. • LAS TAREAS DOMÉSTICAS, ¿CÓMO LAS ORGANIZÁIS? • [Risas] Como van saliendo. • [Hablan todos] Siempre que puedas, echas una mano. Si le preguntas a mi mujer, te dirá que éste no hace nada, y todo lo que hace, lo hace mal. • Hombre, yo en la medida de lo posible. Yo tengo prácticamente toda la mañana libre. Entonces me da como mucha cancha para hacer muchas cosas. Lo hago despacio, tranquilamente. Bien es cierto que hay días que no lo puedo hacer todo, y cosas que se lo dejo a mi mujer. A mí evidentemente cocino, que no cocino, que es veneno. Entonces ella me dice: “No. Comemos frío, pero yo lo preparo todo cuando acabe”. Entonces, para hacer la compra, cosas sencillas, tampoco que sea… Eso es organizarse con ella también. Tengo todo el tiempo libre. Tú, eso; tú, eso; vamos a apuntar. Encima este verano vamos al pueblo, vamos a casa de mi madre. Es el… todo para nosotros. “Vamos a empezar a pintar”. “Hay que cambiar la cocina”. A ver, ¡no por favor! Habrá que hacerlo también. Aprovechamos que tenemos un poquito más de tiempo de ocio. Tenemos tiempo de… pues un poco más de… de todo lo que es una pareja. Tengo que llevar a las niñas quince días al pueblo, para que estén con sus primos. Pero dentro de quince días vuelven las niñas, y va a ser de ocho de la mañana a doce de la noche, jornada competa, de piscina, de amigos, de… de todo. Ni siesta, ni nada que se le parezca. • En eso ha cambiado todo bastante. Porque antes… • Yo lo compartía todo antes de que nacieran los niños. Y de repente, yo no me veo tan diferente a… • A los padres. • [Hablan todos]. Yo creo que ha cambiado mucho la historia. Ahora los hombres, trabajamos bastante en casa. Yo en mi caso… • Yo es que mis padres… No es cuestión de machismo. Mi padre trabajaba, mi madre no trabajaba. Pues mi madre era ama de casa, y se encargaba de todo. • Mi padre tiene ahora sesenta y cuatro años, y vive solo desde hace veinte, y no sabe todavía cocinarse nada que no sea un huevo frito o un sándwich. Si quiere comer algo caliente, se abre una lata de fabada, y se la calienta. • Mi padre es un poco más joven, y no ha sido tan diferente. Aunque sí, yo compartía más con mi mujer. Pero desde que nacieron los niños, se parece bastante a lo que he vivido con mis padres. Y de repente se hace una especie de selección natural. Yo al niño, “¿A quién quieres más?” Te quiero decir que se parece bastante a lo que he vivido con mis padres. Que es todo lo que rodea al niño, a los niños, y a la casa en común con los niños, al final la mujer… • Sí que ha cambiado mucho de hecho. Porque yo, cuando nacieron las niñas, opté por quedarme en casa con ellas, y me pude apañar con el curro. La situación por ejemplo con mi mujer, ella estaba currando, y se dio ahí un fenómeno de inversión de roles. Y ella me decía cosas del tipo: “El dinero lo traigo yo. La que lleva los pantalones soy yo” [Risas]. A mí me llamaba vago. Y yo le decía: “¿Qué me estás contando? ¡Cobrando el paro! Si estoy currando hasta los fines de semana.” [Risas. Hablan todos]. • ¿Tú sabes lo que es criar a las niñas? [Risas] • Esto es un trabajo a tiempo completo. • ¡Encima estoy aquí de niñero todo el día! Y tú estás currando, vienes. Te vas a la autoescuela para sacarte el carné en dos años. Y encima, ¿qué me estás contando? Si no tenía lógica. Yo tenía un rol ahí… Lo he visto a lo mejor en otra pareja que tienen los roles clásicos, pues será su vida. Pero como el nuestro era girarlo, contrastaba un huevo. No tiene ni pies ni cabeza. Yo creo que sí va cambiando ¿no? • [Hablan todos]. Está claro que la madre tiene una sensibilidad especial con los niños. Yo tengo una niña que va a cumplir dos años en septiembre, y si se despierta por la noche, conmigo no quiere nada. Yo me levanto a hacer el biberón, pero mi mujer se lo da a la niña. Pero en el resto de cosas, yo creo que lo compartimos en plan de trabajo de casa o compra, o lo que sea; lo hacemos al mismo nivel. • ¿PERO CÓMO OS ORGANIZÁIS? ¿HAY UNA ESPECIE DE… OS SENTÁIS: “TÚ HACES ESTO, HACES ESTO”? • No, yo creo que [hablan todos] según lo que hay, si tardas menos, lo dedico a ese tiempo. Y luego lo que surja. Luego si te sale el plan más perfecto de este mundo, [Hablan todos] De repente, haces la lista de la casca, pones todo de un lado, la alfombra mojada, y tienes que ir a tal cosa… Hombre, nos solemos organizar bastante bien. También ella es muy organizadita: “Esto hay que hacerlo así, así y así”, y le digo: “Sí”. Es una persona muy rarita y hay que hacerlo así y así. • ¿NO OS OCURRE QUE LA GESTIÓN LA LLEVA MÁS ELLA PORQUE ELLA ES MÁS ORGANIZADA…? • Yo he pasado de no hacer nada, porque trabajaba todo el día, a hacerlo todo. Menos la cena, que lo hace ella. La cena por las tardes, estoy esperando a que llegue ella, que llegue el relevo para salir a hacer mis cosas de venta. Pero he pasado a hacerlo todo. Yo que no he planchado en mi vida, a plancharlo todo, menos las toallas. • Yo, es algo que no hago… • La semana pasada, puedo decir que ha sido horrible. Porque ella se fue ir con la empresa hasta Burgos. Acababa en la cama a la una hecho polvo; y encima los niños se venían a la cama. “No, no. Iros a la cama”. También quiero tiempo libre para dormir. Tenía el corazón palpitando. Luego a la niña hay que llevarla a la casa de una, de otra. Y con el calor, ni te digo. • Claro, tiene mucho que ver con lo que haga tu mujer. Mi mujer no trabaja. • El niño nos ha marcado la pauta sin quererlo, ya directamente. Ella entra por la puerta, y lo primero que hago es: “Coge al niño, que yo limpio la casa”. Yo limpio, friego, hago la comida, lo que haga falta, bricolaje… pero tú quédate con el niño. Llévatelo al parque, o juega con él en la habitación, o lo que sea. Pero que esté un poco tranquilo. • Ya he hablado con ella que necesitamos un tiempo cada uno para nosotros. “Yo te voy a dar un par de tardes para que tú puedas tener tu tiempo”. Y ella al revés, yo también lo quiero para hacer lo que me da la gana para hacer lo que me da la gana, para leer un libro, o lo que sea, sin tener que estar pensando en otra cosa. • Eso quiero hacerlo también con mi mujer. • Yo quiero hacer lo mismo con mi mujer, poner un horario. Porque al final, se va creando una especie de selección natural en la que cada uno va haciendo lo que cree que debe hacer. Y en un momento dado, surge la discusión en cualquier momento, de cualquier tipo. Marcamos un horario prescrito: lunes, miércoles y viernes, yo me encargo del niño. Martes y jueves, tú. Y así tú tienes un día libre para ir con tus amigas, o lo que sea, para liberarte completamente del niño. Porque si no, de la otra manera, no te liberas nunca. Lo único que haces es: tú la relevas a ella, y ella te releva a ti. Es decir, no hay ni un día que tú tengas completo. Yo ahora, apago, me voy al cine – hace tres años que no voy al cine –, me voy con mis amigos, ya no tengo niños. • Yo veo que malverso un poco el tiempo. Muchas veces estamos los dos con las dos niñas. Y esto podría hacerlo uno, y el otro estar haciendo otra cosa. Y podríamos hacer más cosas, o tener más tiempo. Pero es como, yo qué sé… por la mañana han llevado a las niñas a casa de la abuela. Yo salgo del trabajo, y voy a casa de su madre. Como allí. Luego nos venimos. Claro, si tú trajeras a las niñas desde casa, yo a lo mejor podría irme a casa directamente, y tener dos horas libres, para hacer cosas o para hacer lo que me da la gana. Entonces aprovecharíamos. Pero a veces es como… no sé, desperdiciamos ese tiempo. • Yo quisiera hacer una cosa de esas del horario, porque al final te condenas a no hacer nada. • También es verdad que tener dos pequeños es muy absorbente. • Yo por ejemplo, a mis niños no hemos querido que se críen con ninguno de sus abuelos en ningún caso. Nosotros llevamos tres años… El día que más nos hemos separado del niño han sido dos horas. • No, nosotros cada quince días, dejamos a los niños, una noche por lo menos, con los abuelos. • Yo creo que es muy necesario. [Hablan todos] Aunque sea para dormir una noche es bueno. • Yo creo que es muy necesario en todos los niveles. Con el tema de recoger a las niñas del cole. Yo me acuerdo que llegaba pegado a comer; comía, iba al colegio a por las niñas. Un poco lo que te… Lo tienes incorporado, y lo vas haciendo. Y a los dos o tres días, llego a casa. Mi mujer se me ha puesto de mala manera. Vamos a ver, voy a estar corriendo así todos los días. O sea, se acabó. “Bien, bien”, me da una respuesta pero en plan muy negativo. Luego por ejemplo, otro tema que hemos intentado incorporar, nos coordinamos con alguna otra familia para recoger a las niñas. Bueno pues, se me ha complicado. Entonces a lo mejor, puntualmente, se lo dices a alguien y no hay ningún problema. Pero decir yo las recojo todos los días, y tú las llevas. No, no sé por qué, por el tema de las plazas en el coche también, todo como muy complicado. Está bien, vas al cole, ves a gente, llevas la merienda, estás un rato. Hay mucha desinteligencia. Y también veo un poquito que… es cierto que el ámbito doméstico también, he visto que se resiente mucho. Entre que los niños, los curros. Ahora por ejemplo mi curro, que es muy variable, igual tienes mucho curro, igual no tienes nada, entonces, eso se resiente mucho. Si te toca una semana, joder, pintar por ejemplo, pues me pongo y pinto; y cuando llega el domingo tienes la casa mangas por hombro, pero has pintado. Si pudieras decir meto alguien aquí que pinte, pues tampoco me voy a arrepentir. Una cosa por otra. Pero luego lo que es así… por ejemplo conseguir hacer rutinas, una complicación tremenda. El problema también es que cuando hemos hecho rutinas, hemos acabado viviéndolo como una obligación, muy maquinal. No sé si es porque no lo teníamos incorporado o qué. Entonces no sé cuál va a ser la medida. Y luego por ejemplo, cosas así a nivel social, por ejemplo el cole, cuando hemos tenido reuniones, sales tarde del cole, o cuando tienes temas que te mueven un poco el horario, es que igual, te vas a rastras. Sí, yo lo noto, las niñas tienen que dormir así como bastantes horas, y si no las metes en su cama a su hora, es que ya empiezan las distorsiones una tras otra, y empiezas a tener descartes a lo tonto, por nerviosismo, por... Luego las montas en el coche para llevarlas a casa. Llegas a casa, dormidas las dos. Entonces aparcas, subir a una, dejar a alguien vigilando, ir a por la otra… En general, se dan como cuotas de tensión que te dejan baldado. Diez minutos es como si hubieras trabajado todo el día. De pronto en diez minutos, te has quedado sin bujías. Has tenido que dar una respuesta tan intensa que te quedas sin energía. Y luego con los socios el tema del calendario, muy apretado el calendario. Con las tareas extraescolares también. De pronto mi mujer no quería meter a las niñas a la piscina. El otro día he visto que fue a la escuela de música. Le digo: “¡Pero qué me estás contando! ¡No vamos a tener tanta prisa!” También ahí lo veo fatal eso. • También yo creo que hay que reconocer, que no me parece mal, pero debo de reconocer que nuestros padres tampoco tenían muchas salidas. ¿Vosotros os acordáis de amigos de vuestros padres? • Ahí también ha habido un cambio muy grande. • Yo lo veo con mis amigos que he tenido toda mi vida. Siendo padre, los tengo. A los que no tienen hijos, los veo menos; a los que tienen hijos los veo un poco más. Pero los sigo teniendo. • Excepto los amigos del trabajo, quiero decir que no son amigos de elección, que son colegas del trabajo con los que me puedo llevar bien o mal. Pero yo no recuerdo quiénes son los amigos de mi padre. De hecho, si me preguntaran, diría que no tenía. • Yo sí los recuerdo. Tenía seis u ocho. • Toda su vida la hacía en familia. Con mis tíos, con mis primos, nos juntábamos… • Sí, lo que pasa es que somos seis hermanos. Pues en una cena de Navidades es la anarquía pura y dura. Son cinco, vamos diez, más sus padres, doce. Más los que vayan viniendo de los sobrinos. Porque uno no viene, porque es mayor; otro porque es pequeño. Es un caos también. Pero hacen mucha vida familiar. En Navidades, sí. Pero aparte de que es un estrés. porque tus cuñados son más listos que tú, y te cuelan a los niños. Yo tengo un chalé en Guadalajara y tengo piscina. ¿Sabes lo que me pasa en verano? Que siempre, siempre, tengo sobrinos en casa. No sé cómo me las apaño, pero siempre tengo sobrinos. [Hablan todos]. • A veces sobra una cuñada, ¡joder! • Yo tengo una cuñada viviendo en casa, o sea que, no te digo nada. • Eso es muy duro. • Yo tenía una habitación vacía… • Yo he hecho una habitación de estudio para las niñas, porque era la única habitación libre que quedaba en casa. • LA ORGANIZACIÓN, POR LO QUE HE INTUIDO, ¿SE DISCUTE CON LA PAREJA? • [Risa general] Yo creo que llega un momento en que todos sabemos, después de tantos años casados… Lo que pasa es que depende de las circunstancias. Sí puede salir un conflicto. Porque ellas, como son más dominantes, pues te ha tocado. • Lo que pasa es que como no tienes tiempo ni para hablar, en mi caso, como no tienes ni siquiera tiempo para dialogar con tu pareja lo que te parece bien, lo que te parece mal, dejas pasar cosas, y tu pareja lo mismo; y entonces como no hablas de eso, pues llega un momento en que lo único que haces cuando te molesta mucho, y ¡Pum! Entonces ya chocas directamente, porque… Sí porque antes cuando tenía un niño, si te molestaba algo, lo hablabas: “Oye, tú haces esto, yo hago lo otro”. Pero ahora dices: Le voy a decir yo que… • Otra forma de arreglar las cosas. [Hablan todos] Yo con mi mujer, siendo novios, llegaba, se cabreaba y decías: “Venga, vamos a cenar, te voy a llevar a tomar un Gin-Tonic. Ahora discutes con ella y: “Cállate, que los niños los vas a despertar”. • La verdad es que la vida te cambia de un niño a dos. Ya el segundo, no es el doble, es... Te cambia muchísimo, a mí me cambia muchísimo. • Sí, sí. Eso lo digo a veces. • La única diferencia es que, más adelante, a mí me cambia muchísimo en el sentido de que, teniendo dos niños, [Hablan todos] “Si no quieres venir…”, te vas a un chino. • Y si no, tienes catorce. [Hablan todos] • Yo me acuerdo de una película que vi Adultos, se van a la pizza, pero no sé ahora adónde iremos para entretenerme. • Yo creo que es el único cine que voy a ver. • Es que no hay ni un pavo, lo que había para un cine, ahora es para la niña. Entonces uno se va al cine con la niña, y yo me voy a ver Cruise, y me río. Es que no voy a ver otra película. • Yo en mi caso, no voy al cine. Pero el día que quieran ir al cine, que vayan ellos. Es que cuatro entraditas a diez euros. ¡Cuarenta euros para el cine! • Luego te dicen que es malo robar. Robaré hasta la taquilla. • Yo tengo problemas con los temas domésticos. Porque si yo tengo que revisar los hechos con mi mujer por ejemplo, lo cierto es que si a mi mujer le digo: “Hay que tirarse por este barranco”. Ella va, y se tira sin pensarlo. Pero luego hay que coordinarse para todo, cosas que tendrían que estar todas automatizadas: Hay que recoger, hay que limpiar, tal. Esto es como que estamos en una franja que no conseguimos coordinarnos. Porque estamos articulados, yo tengo parte del curro en casa. Ella también está con otras cosas que está haciendo. Por ejemplo, se puso a estudiar filosofía. Resulta que coge el despido, y se pone a estudiar filosofía, con la excusa de que iban a pagar la matrícula. Se pone a estudiar filosofía a distancia. Y luego resulta que a distancia, termina yendo tres días a la semana a clase. “Tengo que ir a clase”. Y le digo: “¿Es a distancia, y cómo es eso?” Es que era menos dinero. En la casa, entre que tenemos que estar atendiendo otras cosas que no son de la casa, y yo lo noto ahí que con el tema niños, pues no conseguimos coordinarnos. Y es como que no. Se van quedando cosas por hacer y tal. Entonces yo no sé cómo se puede resolver eso. Yo no sé si tiene solución. • Yo ahora sí que te digo que no tiene solución. [Risas] Mi mujer tiene la carrera ahí, y no sirve para nada. [Hablan y ríen todos]. • Si a mí me parece muy bien estudiar filosofía. Tiene treinta libros en casa. “No, necesito no sé cuánto del profesor”. Le traje unos volúmenes así, súper gordos. “No, pero es que no tienen que ser súper gordos”. Y se gastó ciento cincuenta euros en libros, que se los trajo mi cuñado. • Yo la echo en casa en ese momento. • Los libros sin abrir. “Si te gusta la filosofía, léete guías de filosofía, y estudia. Mírate lo que quieras, pero no nos líes a todos”. Y entonces pasan dos años, la veo muy enrollada con esto, y claro se le agota el paro ahora en noviembre. Y yo la veo que no… Yo tampoco puedo decir nada, porque yo la animé. Le dije: “¡Suelta el curro!”. Tenía un curro que no le daban dinero, y tenía cada vez peor pinta. Y además tenía mucha culpa de madre ausente porque se había ido a currar. • En el momento en que te dijo que quería estudiar filosofía, te tenías que haber dado cuenta de que eso iba para largo. Una persona que elige este tipo de estudios… [Risas] “Yo quiero ser pensador”, pues hay que verlo con distancia. Porque la vida es bastante complicada como para que una carrera de esas te ayude. No, te lo digo porque yo ahora quiero hacer un tipo de estudios, pero claro, con la situación que tengo, con dos niños, casado, no sé qué, que necesitas unos ingresos, pues siempre toda tu vida está enfocada en algo material por decirlo de alguna manera, en algo que te pueda dar productividad. Pero es difícil, y va en colación con lo que hablamos del tiempo, tú ya todo lo que te planteas de estudiar, ya no haces nada por libre albedrío, por decirlo de alguna manera, sino que me voy a preparar para tener mejor trabajo, para tener más dinero, para… conseguir un logro material. No el hecho de estudiar filosofía, que muchas veces es por el simple hecho de culturizarte o de aprender algo. • Para mí, mi idea es volver a estudiar. Pero quiero estudiar cuando los niños tengan ya dieciocho años. Entonces ya puedo tener tiempo. Seré de esos viejecillos que van a la universidad para estudiar porque les mola. Aprender al fin y al cabo. • Yo ahora mismo me estoy formando, estoy estudiando. Y el problema es que no tengo tiempo para estudiar en casa, con los niños no tengo tiempo. Entonces, como mi mujer está trabajando, y estoy todo el día con el crío. Pues al final me pongo a estudiar cuando se acuesta, después de cenar, a las nueve de la noche. Lo haces un día, pero al día siguiente no puedes más. Entonces es un problema. • A mí por ejemplo, estudiar siempre me ha gustado. De hecho siempre lo he hecho cuando podía económicamente, mientras he conseguido horas libres. Pero ahora no me planteo estudiar por el simple hecho de aprender algo que me interesa, sino con el objetivo de mejorar mi empleo, o… • Mejorar el empleo económicamente, así de sencillo. • Sí mejorar el empleo tanto económicamente como muchas veces profesionalmente, para luego tener algo mejor. • Sí, pero más trabajamos, para hacer más cosas. • Y tener más tiempo. Todos planeamos algo: cuando termine de pagar el coche, tendré más tiempo, me voy a apuntar al gimnasio, me voy a preparar un viaje. Entonces trabajas más, vale; pero te consume más tiempo. Pero vas perdiendo un espacio de tu tiempo. Vas corriendo, pumba, pumba. Y cuando te quieres dar cuenta… Pensar que con cincuenta años tendrías que tener todo solucionado: tu casa pagada, el coche pagado, los hijos ya mayores en la universidad. Y al final te das cuenta de que el niño no te ha salido tan bueno, que el coche ardió, pero tú sigues tirando para adelante. Estudias algo para trabajar menos, pero haces más cosas ahora. Y vas acumulando estrés, estrés, cargas, cargas, cargas... Luego te puede acarrear muchas cosas. Yo tengo un amigo que estudió dos carreras, ganaba mucha pasta, y se centró mucho en su trabajo, y era el puto amo de su trabajo. Y un día le llamó su mujer, “Que hace años que no nos vemos, que te vayas”. “¿Pero por qué? “Sí, me has pagado la mejor casa del mundo. Tengo un chalé que te cagas y dos coches. Pero es que no te veo nunca”. No le hizo el comentario: “Hace tres años que no echamos un polvo”. Todos pensamos para el futuro, para el futuro… Pero nos pasamos un poco en este punto. Yo también me planeo. Si trabajo más horas, o tengo más trabajos, puedo pagar el coche. Si puedo pagar el coche, a lo mejor el año que viene puedo llevar a mi mujer a hacer un crucero, o a mis hijas a Eurodisney. Esa es otra cosa, porque ahora de repente, tienes que ir con tus hijas y tu mujer. Pero bueno, o estás con tus hijas, o con tu mujer. Y venga a ganar dinero, dinero. Y a lo mejor mañana, cuando tenga los dos mil euros para el crucero por el Caribe, mi mujer me manda a tomar por el culo porque llevo dos años que no hago más que trabajar, ganar dinero, trabajar, ganar dinero. Entonces nos planeamos las cosas a muy largo plazo, y no nos damos cuenta que... • Esa es la filosofía que tenían nuestros padres. • Sí, pero funcionaba. • Bueno, funcionaba [hablan todos]. • Eso se lo digo a mi padre: “Sí papá, me has dado una educación, pero no he tenido de ti un contacto. Para mí eres una persona al que no conozco apenas.” Y eso es algo que yo quiero dar a mis hijas. Tener un contacto con ellas. No solamente: “Mira, yo te he pagado la educación, te he pagado no sé qué, te he pagado…”. A mí no me vale. Quiero estar allí. Yo prefiero tener un tiempo a tener a lo mejor un dinero. • Aquí es que trae dinero a casa soy yo. • Es que estamos entrando en una esfera social, donde si cada vez vamos a tener menos acceso a la sanidad, menos acceso a los recursos públicos, menos acceso a la educación. Es que yo vivo enfrente de la universidad Carlos III, y tengo un piso alquilado a un estudiante. Tengo mucho contacto con la vida universitaria, mi mujer ha estudiado ahí una cosa más prosaica [Risas], me muevo mucho ahí, y veo el ambiente. Yo no voy a poder… Estamos entre pisos de estudiantes, y ves la composición de los chalés, y esto yo no se lo puedo dar a mis hijas. He estado allí de estudiante de ingeniero, ¡he estado diez años! He estado haciendo unos trabajitos, y la tesis. ¡Pero diez años! Y ves a chavales de Toledo, de Ciudad Real, de Ávila, de Burgos, y yo lo veo, y digo: “Joder, y éstos”. • De estas provincias también es más fácil… quiero decir que no tienen los gastos que puedes tener ahí no son como los que puedes tener en una capital. • Sí, pero también los chavales vienen financiados por los viejos. • Pagar una habitación a un hijo y… • Habitación no. Las residencias universitarias y la red están llenas; son mil cincuenta personas. No hay ni una plaza. • Aparte de que nuestros padres tenían mucho mejores condiciones laborales, ahorraban mucho más que nosotros, yo creo. • Yo estoy mirando una casa para comprarme porque estamos viviendo en una casa de mis padres, y no van a vender. Entonces estamos buscando una casa para comprar. Y claro, mi padre me dice: “Bueno, pues te tienes que gastar como mucho el treinta por ciento del sueldo durante diez años”· Y le digo: “¿Pero qué te compras con eso? Yo gano mil euros al mes. Con trescientos euros al mes, diez años, ¿qué me compro?”. Mi padre tiene la mentalidad que en su época se compró esta casa que es la hostia, por dos millones de pesetas en el ochenta y uno. “Pero papá, tú ganabas ciento cincuenta mil pesetas en esa época. Y entonces la casa no llegaba ni a veinte veces tu sueldo”. Ahora es que una casa te vale doscientas veces tu sueldo. Entonces las cosas han cambiado radicalmente. Mi padre podía permitirse que mi madre estuviera en casa todo el día, mi padre trabajar él solo, y no nos faltaba de nada. Es que con un sueldo vivía una familia. • Y nosotros éramos siete hermanos. • La vida era mucho más sencilla. Yo tengo dos sobrinas, que también han estado viviendo en casa. Una tiene veintiuno… dieciocho, el otro tiene quince, y tiene otra de siete, se lleva tres días con mis hijas. Pues el sobrino vive en casa por temporadas. Y un chaval al lado de tus niñas, los estímulos son tremendos. • Yo te hablo de mi caso. Mis hijas tienen cinco años, y una va a cumplir dos. Mi pareja está en el paro desde hace tres años. Y yo gano mil euros, ¿vale? Yo en esta situación, si no me hubieran dejado una casa, ¿yo dónde vivo? Mis hijas no tienen móviles; mi hija mayor va a un colegio público, la pequeña no puede ir a una guardería, porque como uno de los dos no trabaja, ya no me dan una guardería pública. Tengo que pagar una guardería privada, y como mínimo son dos cientos cincuenta euros. [Hablan todos] Usamos el coche porque nos es más barato que el abono transporte. Porque si empezamos a comprar, mi hija pequeña, mi hija mayor, sería como ciento treinta euros al mes en abono transporte. Es que nos sale más rentable pagar gasolina, ¿sabes? Es que no vivimos en una sociedad que diga está hecha para el ciudadano de a pie. Yo antes siempre iba en transporte público a todos los sitios. Tengo treinta y ocho años, y tengo coche desde hace dos, Y me he sacado el carné hace tres, porque me es más barato tener un coche. Además es una inversión. • Yo estuve apurando en el transporte público con la grande hasta los cuatro años… y con la pequeña hasta los cinco y medio; eran así de chiquititas, lo que podía. Y me tocó pasar al coche. Y me compré el coche, y a los dos días me tuve que renovar el carné. He estado diez años sin conducir, no tenía ninguna necesidad, entre comillas. Por ejemplo, el verano que íbamos con la abuela a Málaga, y no podía plantarme allí en Málaga otro año sin coche, porque tenía que ir con las niñas y con la abuela. Y no me lo podía plantear. Cinco títulos de transporte, es lo que tú dices, es un dineral. Y luego el tiempo. Ahí sí que se nota mucho también el tiempo. Si tienes que tirar de transporte público, pues igual. Nosotros por ejemplo teníamos que utilizar el transporte público, con el periódico en la mano, con una botella de leche aquí, y con las magdalenas. • Sí, con la mochilita que te acompaña siempre. • Y a lo mejor te encuentras a una abuela que te dice: “¡Qué buen padre es usted!”. Si es una tía, no dice nada, pero si es un tío… Y también me ha pasado con la guardia civil, viniendo de Portugal. Pararme la guardia civil, iba con un amigo. Y llevaba a las niñas en los capazos de bebés. Me para la guardia civil: “¿Y estos niños. ¿Por qué los lleva tan tapados?”. “Que estamos en invierno. Están durmiendo, es de día, y las llevo tapadas”. Dos tíos barbudos, dos niñas, si son dos tías no dicen nada. Digo: “Mira, como padre, lo entiendo”. “¿No tendrá usted documentación”?. El tío además casi lo decía con vergüenza. “Yo lo único que tengo es la cartilla del médico.” “Jo, es que tal como están las cosas…” Había visto un reportaje de la niña esa que había desaparecido en Portugal. • UNA CUESTIÓN, HE EMPEZADO POR PREGUNTAR CÓMO ORGANIZÁIS VUESTRA VIDA. TAL COMO LA TENÉIS ORGANIZADA, ¿QUÉ ES LO QUE CAMBIARÍAIS? • Yo siempre me planteo organizarnos mejor para que no estemos…los dos vayamos al supermercado con los niños, o los dos vayamos a no sé dónde, en plan uno se puede quedar con los niños, uno va a comprar con los niños, y el otro tiene un tiempo, o yo qué sé. • Pero puedes cambiar cosas muy pequeñas. Es que yo realmente, lo voy a decir así de claro, tengo poca culpa. Puedo cambiar relativamente pocas cosas que mejoren mi vida, que estén en mi mano. Muy pocas. O sea, yo creo que lo que cambiaría es que la incorporación de la mujer al trabajo que hablamos antes, que a mí me pagan mil euros por trabajar y no poder ver a mi familia, eso sí que cambiaría. Y cambiaría otro tipo de cosas. Cambiaría que esté un muchacho, que está igual que yo, cobrando mil euros, tenga que sobrevivir, que no tenga una casa. Este tipo de cosas. Pero es que en mi mano… pocas cosas puedo yo cambiar. Porque estudiar, estamos súper preparados, la gente está híper preparada, y da igual. Tienes un trabajo, incluso algunos tienen hasta buenos trabajos, pero les pagan igual. Les pagan mil doscientos euros, y con eso no... Y por desgracia, está muy vinculado el dinero que cobras con el tiempo libre que tienes. Puedes hacer pequeños cambios que pueden mejorar tu vida. Sí, hablar con tu mujer para organizarte mejor, pero yo creo que realmente… • Los trabajos no te lo ponen nada fácil. La mejora tendría que ser de la vida laboral, los trabajos tendrían que cambiar para que se pueda vivir en familia. El que tiene hijos, pues que le dé tiempo. La mentalidad del país [Hablan todos]. • Yo lo tendría fácil, entre comillas, porque donde está mi cole es una zona de viviendas muy caras. Pero una cosa que sí, no quiero cambiar, cada día de mi tiempo, sería poder llevar a mis niñas en bici al cole, o por su pie, yo eso sí es una cosa que haré. Otro tema que yo ganaría, si estuviéramos activos los dos, y las jornadas laborales fueran conciliables con la vida familiar, pues también ganaría. • La jornada reducida, que empieces a las ocho y acabes a las tres, pues yo creo que eso sería ideal… • [Hablan todos]. De ocho a cuatro, o de ocho a cinco; pero no puede ser de ocho a siete, o de ocho a ocho, y te pagan mil euros. Y encima que vayas al trabajo, y te miren mal. Teóricamente tienes que salir a las seis, y los viernes, que supuestamente salen a las tres, no salen ningún viernes a las tres, se quedan ahí hasta las siete. • Pero generalmente yo creo que sales por Madrid cualquier día de la semana, y la gente va a trabajar a las diez. Yo creo que deberíamos empezar a trabajar antes para salir antes. • Vas a un bar por Usera, por ejemplo, y allí, lo que es a las ocho de la mañana, está todo el mundo hablando de todo el mundo. • En Madrid a las nueve de la noche, están los niños en la cama. [hablan todos]. También allí en invierno a las tres y media, o a las cuatro de la tarde ya es de noche. • Sí, pero también a las seis de la mañana es de noche. El problema es que tienen seis horas de luz. • El problema es que creo que en Europa, en Londres… yo creo que no es así, para nada. Aparte que incrementaría más el consumo. Porque si la gente está feliz, sale a las cuatro, o a las cinco, la gente tiene tiempo para tomarse una cerveza con los amigos, estar con los niños, reunirse… Se consumiría más. Pero de esta manera, la gente está quemada. Por mil euros, y tenemos cuarenta y tantos años, y nos siguen pagando mil euros. Yo creo que no ha cambiado nada. • Yo de hecho, cuando empecé a trabajar con dieciséis años, ganaba más pasta que ahora, pero bastante más. Y en nómina tenía veinticinco mil pesetas. Pero en horas extras ganaba casi cien mil. Cobraba un montón, vale. Pero es que a día de hoy, gano poco más, y estoy mucho peor. Porque la vida ha subido mucho más, te tomabas una cerveza y pagabas cien pesetas, ahora no pagas cien pesetas. • Salías de marcha con un talego, y te quedaban seis euros. Y pasabas la noche con un talego. • Cuando salía con cinco mil pesetas, y era el rey de la fiesta todo el fin de semana. ¡Había tabaco para todos, y… invitabas a cervezas! Y ahora mismo sales con treinta euros, y... • No sales del primer bar. • Yo ya, con lo menos posible. Dentro de poco, ya casi de forma anecdótica. • El otro día entré, y me resultó extraño que no se podía fumar en los bares. [Risas] Date cuenta de que ya no iba de marcha. El tabaco acababa de subir así, bestial, dije voy a ver cómo… Porque lo que me ayudó a dejar de fumar el verano pasado fue… empecé a echar cuentas y dije: “¡Fuera! ¡Joder la pasta que me gasto en tabaco!”. ¡Es que me estoy dejando una fortuna que se hace humo! Y lo dejé por eso. Más de ochenta euros en un mes, colega. ¡Ochenta eurazos!, es que es dinero. • Yo por ejemplo, otro tema que también había barajado, como tuvimos así una crisis de pareja así un poquito tal, había barajado… porque lo de la separación es común denominador, y tenemos un entorno muy grande de parejas deshechas, y desgraciadamente algunas que se llevaban mejor que nosotros incluso [Risas], y había barajado, a raíz de un percance que tuvimos porque se quedó una niña –nosotros vivimos al lado de la universidad, y al lado de una comisaría– y entonces se quedó una niña en la calle, y mi mujer estaba conmigo, y estuvimos diez minutos en la calle y la chica la llevamos allí. Tuvimos que ir a la comisaría, estuve allí hasta las dos de la mañana, los policías me dijeron que qué iba a decir mi mujer cuando llegará a casa con todos los conflictos que teníamos nosotros, se iban a volver de dominio público, tuvimos que ir a la asistente social, tuvimos que… un informe del colegio. Y eso, siendo una familia que no presentaba como síntomas de… • De exclusión social. • El caso es que a raíz de eso, hablando con parejas que habían recurrido al servicio de mediación para las parejas. Y yo viendo el tema de que era imposible hablar con mi mujer por… por la tensión que íbamos acumulando. Yo digo, en una cosa de estas, me divorcio. Eso, vamos a tener que tirar de notario, o de un sitio profesional, o algo. Y había visto algo un servicio municipal, vamos a una cosa de esas, porque… nosotros pasamos de vivir, teníamos una casa grande, pues pasamos de vivir rollo juvenil entre gente joven compartiendo piso… a tener dos niñas, y tener que organizarnos y hacer vida de familia. Entonces el cambio fue… cojonudo, cambio muy claro, muy tal. Y veo que no terminamos de hacernos a la nueva organización. Esa es mi sensación, ¿no? Y yo te digo que hablar, hablar, hablar es como que no… • ¿Seguís sin hablar? • Sí, seguimos. • Yo creo que tenemos la misma sensación, es como que nos sobrecarga la situación, que no llegas, vas a rastras, vas todos los días aguantando, no ya con la pareja, sino con las niñas, con lo que hay que hacer en casa, es como que vamos un poco a trancas y a barrancas, aguantando un poco como podemos. • YO LA PREGUNTA ES ¿POR QUÉ CREÉIS DE QUE VIENE ESTA SITUACIÓN? • [Hablan todos] La situación social y económica actual, y el hecho de que han cambiado las circunstancias, que la mujer se ha integrado en el mercado laboral, hay otros países de Europa que la mujer lleva más tiempo en el ámbito laboral, los hombres están más puestos en este tema; nosotros como que no hemos visto eso en casa. Hombre en mi caso, mi madre sí que trabajaba. Pero yo por ejemplo, mi abuela, no; mi otra abuela, no, mis tías no, no han trabajado nunca. Entonces como que, de repente, nosotros sí que nos hemos topado con un… a lo mejor nos lo enseñaron desde pequeños. Vimos, aprendimos, que yo, toda mi labor, o toda mi función entre comillas, iba a ser ir al trabajo, llegar a casa y llegar a casa y decir: “Toma, las pesetas”. Y de repente nos hemos encontrado que eso no es así, porque la situación de nuestros padres dista mucho de la nuestra, y miedo me da de la de nuestros hijos. Y de repente el jornal lo llevas tú, y lo lleva tu mujer. Lo que tienes que… de repente, mil cosas que no pensabas que ibas a tener que hacer en esta vida. Yo, cuando tenía diecinueve años, mi mayor preocupación era la moto, los colegas, y hacer el cabra, era la única preocupación que tenía en mi vida. Y ya está. De hecho, con mi mujer compramos un apartamentito de una habitación, todo curiosito, todo mejoras, el microondas, la tele así de grande… • ¿Pero tú, cuál prefieres? ¿la vida de tus padres o la tuya? • Hombre, ¡evidentemente prefiero la mía! Es mucho más cómodo. Pero más cómodo entre comillas • A mí esto se lo preguntaba a mi padre. Pero toda su vida era el taller y el bar. Para tener su vida, pues ¿qué quieres que te diga? Yo considero que mi vida está un pelín más llena. La comparto con mi mujer, cuando puedo, con mis hijas cuando puedo, y con mis amigos cuando puedo. • De todas formas, parece que las mujeres, no sé si os pasa, están más cansadas siempre que nosotros. No sé, tengo la sensación de que a nosotros se nos exige haciendo… como lo del bricolaje por ejemplo. Si algo no encaja, y yo automáticamente, tengo habilidades, si se rompe algo. Entonces, automáticamente toda mujer da por hecho que tú lo vas a arreglar. Mis condiciones es que tengo habilidades, vale. Yo tengo un amigo, que es incapaz, o sea, incapaz. Es que me llama a mí. Pero su mujer le exige, de primera: “¡Arregla!”. Se ha roto la cisterna, y él dice la cisterna funciona. Le das aquí, y sale un chorro de agua. Es que no sabe ni lo que hay dentro, ni cómo funciona. Y es que realmente la cisterna, es un mecanismo… • Yo no he cambiado nada. Pero por la mañana, a las ocho me levanté, [hablan todos], claro, estaba ahí. Me di cuenta que no había que girar, que era solo la pieza sustituirla, y girabas y así queda puesta. • La prueba es que vas a hacer le compra, te coges el carrito. Coges la leche, y te dice: “Coge dos bricks grandes”, y tú: “¿Por qué?” “Porque se hace así”. Pero no le puedo decir: “¡Coge los tú, joder!”. • Pero la impresión que tengo es que siempre están más cansadas. Pero no es que estén más cansadas, te exigen más a ti. ¿Entonces cuál es la excusa para que no esté cansada? • Las chicas también lo llevan mal por el rollo súperman; soy madre, mi profesión… se lo han vendido de una forma. Ahora ya [Hablan todos] • Yo lo he visto con varias amigas, y están jugando a eso. Yo en el curro coincido con varias chicas, y además eso de retrasar la maternidad, mi mujer me lo vende. ¡Mi mujer me estaba señalando a la Rosa Quintana esa que tiene dos mil años! “Fíjate, ésta ha tenido…” [Hablan todos]. Tienes un plan interesante para hacer en medio, hasta que tengamos cincuenta años y vengan los hijos. Yo tengo cuarenta años, mi mujer tiene cuarenta y cuatro. ¡Ahora a los cuarenta y cuatro vamos a tener niños! Tenemos mil antecedentes para tener mellizos. • Tenéis otros dos. • Ya no damos abasto. [Hablan todos] • Yo me asustaría. Se quitan los problemas de nacimientos del Gregorio Marañón, ¿qué hacen viniendo estos? Y “¡Qué bonitos son los bebés!” • Yo ya con la segunda, opté por la vasectomía. • Yo me lo estoy planteando. A mí me dice mi mujer ahora mismo: “Vamos a tener otro niño”, y le digo: “Yo me suicido”. Es echarle más leña al fuego. ¿Cómo no va a haber problemas de pareja? Vamos a tener otro niño; eso es más carga de trabajo para los dos, más de todo, más problemas, más noches sin dormir, más mil pequeñas cosas. Ya no podemos salir, cuántas noches hemos tenido que ir con el niño, a Urgencias, tal… Yo me acuerdo la segunda, que dormía a mi lado. Yo echaba la mano, la empujaba. Y con la primera nunca hemos tenido problemas. Yo si hubiera tenido otro hijo, ¡vamos, me aterra! Pero me aterra más que me venga el señor del banco, me pida la cuenta, y me eche de casa. Porque en una casa, un hijo son responsabilidades tan grandes. • Yo creo que también vivimos vida que tiene… se han ido poniendo muchas cosas, pero por ejemplo en unas cosas no cambiamos. Por ejemplo, con los padres, esto de hay que ir a comer con no sé quién, hay que ir a comer no sé dónde, hay que ir al cumpleaños de…, hay que ir… Mi mujer: “Es que es el cumpleaños de Florián, “Es que tiene cincuenta”, “Tenemos que ir a por un regalo”. Con lo de los Centros Comerciales, la confusión que hay entre el ocio y el consumo. “Porque en ese sitio hay una serie de cosas, y ahora con las rebajas…”. Y a veces me ha tocado currar en Centros Comerciales, y tengo un en la cabeza metido, y encima de chófer. “Sí, pues nos llevas”. • Tienes que ir de chófer muchas veces. “Llévame”, “Pues tú conduces, vete tú sola” “No, llévame, así aprovechamos”. Como lo de Ikea, “Vamos a Ikea” No, odio Ikea, significa trabajo. Vamos a tomar algo, a cenar mejor. [Hablan todos] • Yo voy a Ikea porque es como un centro de ocio para las niñas. Se van a los sitios donde están los dormitorios infantiles y se ponen a jugar allí tres horas. • Luego hay un parque de bolas dentro, que es gratis. • Yo me siento allí a tomar un café de esos de cincuenta céntimos, y es como el Parque de Atracciones. • Yo cuando voy, lo miro por Internet, y voy solo. • YO CUANDO OS HE PREGUNTADO QUÉ CAMBIARÍAIS PARA SOLUCIONAR UN POCO ESTE… CARAJO QUE HAY, • Es que tendrían que cambiar cosas en el trabajo. Horarios. Tendría que ser una jornada normal. • Yo veo que hay un problema de mentalidad con la productividad en este país. Yo lo digo por mí mismo. Y supongo que a todos os habrá pasado. Yo no tengo ningún reparo en reconocer que yo trabajo… hay días que sí, pero hay días que la efectividad de mi trabajo se reduce a media hora. Pero tienes que estar ahí, el tío está preocupado de que estés ahí las ocho horas, aunque no hagas nada. Pero que tienes que estés las ocho horas ahí. • Este es el problema de este país. • Tiene que haber alguien por la tarde por si acaso. • Tienes que estar ahí ocho horas, y ocho horas no produce nadie. Nadie está ocho horas trabajando, es materialmente imposible. A lo mejor una reducción de jornada y además incluso con otro puesto de trabajo, y la productividad será mayor, no sé… Creo que es esa mentalidad de cuantas más horas. • Espera, yo he trabajado en multinacionales, y la hora del café era una cosa… y especialmente las tías que había allí… se iban una hora a lo mejor si trabajaban allí, tomando un café, fumando. • Yo creo que eso, con la crisis, ha cambiado mucho. • Ahora sí, claro. Pero antes. En esos tiempos… • Si, ha cambiado. Porque si no hay productividad, te mandan a la calle. • Ojalá funcione esto con las medidas que hay en Francia, las treinta y cinco horas, y ojalá se vaya… yo creo que a nivel social se tiene que ir implantando el modelo de repartir el trabajo que haya, mucho o poco repartirlo. La estructura de las horas extras… • Yo empecé a trabajar muy joven, y me parecía una cosa fuera del mundo… Me acuerdo que me llevó mi padre a un taller de los suyos, y veía a la gente echando cuentas con lo que iba a ganar, de lo que le pagaban después de trabajar. Y yo digo esto está mal. • Sí, esto me parecería muy bien. Pero claro, si yo digo: “Venga yo trabajo veinte horas, y otra persona otras veinte horas”. Pero me van a dar quinientos euros. Si con mil, no llego, ¿qué voy a hacer con quinientos? Me tendré que buscar dos curros. • Yo trabajo en sanidad. Están metiendo a mucha gente, ¿no?, pero como no juegan la partida de voy a meter a mucha gente, te meten medias jornadas. Tengo compañeras que están ganando quinientos euros. Y con quinientos euros, te vas al Mac Donalds entre comidas, en Mac Donalds, curras como un esclavo, pero te llevas tus ochocientos, novecientos. Y son gente que está… te estoy hablando de auxiliares y enfermeras. A lo mejor se llevan novecientos euros • Pero de productividad, realmente creo que son casi igual que el que está las ocho horas. • No, a efectos de productividad, son peores. Porque son gente que, al no tener una media jornada, trabajan quince días al mes. Son los horarios rotativos de hospital: tarde, mañana, noche, y tal y cual, se te van muchas horas en eso. Entonces hay gente que está desconectada, gente que va a trabajar siete días al mes. Entonces no están ni implicados en el trabajo, ni tienen estímulo. Además, si tú estás contento con tu trabajo, con tu sueldo, que seas enfermera, auxiliar, o médico. Y sufren, son gente que sufre. Porque dicen: “Estoy trabajando…” Por ejemplo… no me acuerdo de las horas, hacen noches, y a lo mejor en cinco noches que hagas, te has quitado todo el mes. Vas a trabajar cinco noches en un mes entero. Y cobras. Y no tienes… estímulo. No te pide nada el cuerpo. Estás asqueado de tu propio trabajo. Porque me imagino, a lo mejor Bruce Springsteen, es fenomenal. Vas a tocar un concierto y ganas un dineral, fantástico. Y eso que disfruta de su trabajo, y vive como Dios. Y a lo mejor un ingeniero, que diseña un modelo espacial, ¡y lo pasa teta diseñando! • Pero en contraposición, los bomberos, por ejemplo, no tienen ese problema porque se les pagan. • Pero también se les recortan. • Pero yo te hablo de lo que conozco, de la sanidad. A mí, he perdido poder adquisitivo, pero impresionante. Y mucha gente te dice: “¡Joder, pero tú trabajas veinticinco horas, fenomenal!” Yo quiero ver al que sea haciendo mi trabajo. • Yo creo que en un hospital, es cierto, ahí no paras. • Sí, sí, se para. Lo que pasa que eso es un trabajo… Por ejemplo, tú… bueno, los hospitales o lo que sea… todo el mundo… nadie se acuerda de la policía hasta que te pasa algo. [Hablan todos] • Yo que soy administrativo, yo trabajo para una persona, para un directivo. Yo, mi trabajo es lo que esa persona me da para trabajar. Y yo estoy, te lo juro, todos los días cruzado de brazos delante del ordenador. Y no tengo trabajo, pero es que tampoco… Estoy mirando para moverme a Asuntos Exteriores, para moverme a otro sitio, para buscar… Es que no puedo, hasta que no lleve dos años en este puesto, no puedo moverme. Y estoy así. • Yo creo que la estimulación es en la mayoría de los trabajos porque, tal y como son las condiciones que te dan, no estás estimulado para nada. Y parece que tienes que coger lo primero que encuentras: ¿aquí?, pues aquí. hay gente que trabaja que no está estimulada [Hablan todos] Cuando sean las condiciones mejores, la gente estará estimulada, haciendo las cosas que le gustan. Pero parece que te van a exigir estar un turno, que tienes que estar, que te van a pagar lo mínimo. En realidad, ¿a él qué más le da si tú haces tu trabajo, el trabajo que le tienes que hacer?, ¿qué más da si lo haces en dos horas, o si lo haces en ocho? Debería pagarte lo mismo. El problema es que se paga por las horas que estés, condenado… • Yo creo que el trabajo es [Hablan todos] • Y que se pudiera hacer teletrabajo. [Hablan todos]. A mí me parece que sería una opción, y por la conciliación de la vida familiar; da igual que lo hagas aquí que en tu casa. • Hay mucha gente ahora que hace teletrabajo. • Y con el tema de la jornada partida, no lo entiendo. A mí eso de tener dos horas, y volver a trabajar. Mejor quedarse en casa. • ¡Y en julio y agosto! • UNA CUESTIÓN. HABÉIS HABLADO DE VUESTROS HIJOS. ¿CÓMO CREÉIS QUE ELLOS TENDRÁN ORGANIZADA LA VIDA? • [Hablan todos] Yo tengo un compañero más joven que yo, el planteamiento que tiene es tener un hijo como mucho. O sea, estamos hablando ya de… treinta y seis que tengo, gente de treinta años, que todavía no tiene hijos, cuando yo con treinta, ya tenía. Y se lo está planteando: “Vamos a tener un hijo, porque ella tiene este capricho”. Pero mucha gente dice no, porque está viendo [Hablan todos] • PERO CÓMO VA A SER LA VIDA DE ELLOS. • Tener hijos, tener casa, tener hipoteca… nos ven como que nosotros la hemos cagado. Dicen: “Es que vosotros tenéis hijos, tenéis hipotecas, tenéis monovolumen”, y dicen “Pues yo tengo la moto, el descapotable, tengo el apartamento, tranquilamente que viene la novia cuando quiere, cuando no tengo vacaciones espectaculares, tengo buceo… • Yo creo que nuestros hijos van a tener una sociedad mejor que la nuestra. Porque nosotros hemos sufrido [Hablan todos] Nos ha tocado sufrir el síndrome de los nuevos ricos, y lo vamos a pagar. Estamos en una sociedad, por ejemplo en España ha sido muy claro, en que la democracia no tenía ningún cuerpo, era meramente formal el maquillaje, y a nosotros nos va a tocar un resacón grande. Y sin embargo, nuestros hijos yo creo que les va a quedar una sociedad mucho más comprimida, no muy mayor, va a haber un cuello de botella sociodemográfico porque ahora tenemos muy pocos hijos. Van a tener mucha carga familiar de los mayores, porque claro lo que está pasando ahora en China, por ejemplo. • Nosotros vamos a tener que estar currando hasta los noventa. Nosotros no nos vamos a jubilar en la vida ya. • A lo mejor no soy yo precisamente… pero yo no lo he vivido en mi vida, eso de los nuevos ricos. Yo no he sido nuevo rico en la vida. Ni tengo hipoteca porque no me ha alcanzado nunca. Porque cuando iba al banco me decían que tenía que pagar cuarenta y cinco años. Pues es que yo me he comprometido con mi mujer, y ya tengo más que suficiente. Cuarenta y cinco años, eso no lo voy a pagar. Y da igual la persona que lo haya hecho, no estoy criticando a la persona que lo haya hecho, que haya dicho; “Yo sí, durante cuarenta y cinco años, mil euros al mes, los pago”. Me da igual. Estoy diciendo que ahora se ha puesto de moda –lo digo por las altas esferas que son las que obligan a que nosotros carguemos con la culpa, los funcionarios, el pobre funcionario que cobra mil euros, y no sin embargo los funcionarios que cobran cuatro mil– ese tipo de cosas que hacen que… • El parque de viviendas en España se duplicó, del año ochenta y cinco al año 2005. Las infraestructuras, nosotros tenemos el doble de aeropuertos que Alemania. Tenemos • Ah, pero tú no estás hablando a nivel individual, de la persona. • No, no. Estoy hablando como país. Luego, el cuerpo administrativo que tenemos del sector público en España, es tremendo. Las infraestructuras que tenemos son todas nuevas. O sea, realmente somos un país de nuevos ricos, se quiera ir por donde se quiera ir. Y el dinero que ha habido en circulación, la brecha social… Ahora el problema que tenemos en España es un problema de brecha social. Tú vas a estar en el lado donde está la pasta, ¿o no? • Estaba diciendo que nos están haciendo cargo de algo que nosotros no tenemos la culpa. En Castellón tienen un aeropuerto, no es culpa de los castellonenses… • No se trata de buscar culpas en España. Hay una persona ahí que • No se trata de aeropuertos. España tiene mucho campo, muchas horas de luz. Va a haber sectores que tendrán que coger el relevo, y vamos a ir a una sociedad mucho más dimensional de… y yo quiero imaginar, en el bien de nuestros hijos, que esta situación se reconstruirá. • Yo también lo quiero imaginar, pero… • [Hablan todos]. Nuestros hijos van a ser mucho más críticos que nosotros porque… Mira, te pongo un ejemplo: el otro día un padre me lo decía. Dice: “Tengo que culturizarme con eso del Whatsapp, porque mis hijos están todo el puto día... Este fenómeno de esnobismo puro, se ve en un chaval de trece años o de veinte años. Pero cuando tú a tus hijos, un tío de cuarenta y cinco años te está diciendo… • YO ME ESTABA REFIRIENDO UN POCO, CUANDO HABLAMOS DE LA ORGANIZACIÓN DE NUESTROS HIJOS, CÓMO SE ORGANIZARÁN LA VIDA, CUÁNTAS HORAS TRABAJARÁN, CÓMO SERÁ LA JORNADA DE TRABAJO, CÓMO SE REPARTIRÁN LAS TAREAS DOMÉSTICAS, UN POCO LO QUE OS HE PREGUNTADO A VOSOTROS. CÓMO SERÁ SU TIEMPO LIBRE… • Yo creo que nuestros hijos van a emigrar de aquí, sí o sí. Eso seguro, se van a ir corriendo. • Aquí yo creo que van a trabajar mucho y en varios sitios. Porque no va a haber un trabajo… por una mierda… [Hablan todos] Van a ser más egoístas, y más individualistas todavía si cabe, y van a tener otra sociedad muy, muy férrea. Las parejas, no creo que van a ser…[Hablan todos] • Las parejas van a llegar al punto de decir: “Oye, esta es mi casa, este es tu apartamento, somos pareja, fenomenal. Y nos vemos los fines de semana. Porque tú tienes tu vida profesional, yo la mía. Tenemos un hijo, pero no por eso tenemos que vivir juntos. • Yo creo que el descenso de la natalidad va a ser…Yo, por la gente que conozco, un poco más joven que yo, que ni se plantean tener hijos. Quieren tener… no sé cómo explicarlo. Quieren tener dos coches súper buenos, prefieren tener todo su tiempo libre. Porque lo que decía al principio, que no nos acordamos cuando teníamos veinte años. La gente, cuando tengas treinta, treinta y cinco, o cuarenta y cinco, puedes hacer exactamente eso. Tú puedes actuar como la persona que eres tú mismo. Y puedes aprender… yo miro a la gente mayor y digo: “Ah, pues mira, él es más mayor que yo, puedo aprender de él”. Si yo no tengo hijos, no tengo hipoteca, no la voy a pasar putas como las pasó mi padre. A lo mejor sí, me voy a formar mejor, voy a tener una educación para ganar más dinero, pero para tener más tiempo para mí, porque todo va a ser para mí. • El problema está que la educación está cada vez más enfilada a la práctica, ¿sabes? Ya no es la formación genérica… • La sociedad es más egoísta, y yo creo que las chicas, las que vienen, no van a ser como las chicas. Van a pensar más en sus estudios… • Sí, sí. Hasta que venga otra revolución sexual, y quieran ser las súper madres ejecutivas. [Hablan todos] • No, porque ese sistema ya funcionaba en España hace años. Los casos de violencia son muchísimo menos que… Aquí quien manda… Los casos de violencia en Alemania, son tres veces los que hay aquí. Todos decimos que la que manda en la casa es la mujer. • Sí, sí, claro. • Yo creo que eso va por países. Yo tengo unos amigos ingleses, y es igual. Al final, la mujer es la que… No sé, yo creo que eso va a cambiar mucho en la sociedad. Yo creo que tiene que cobrar mucha fuerza otra vez el campo [Hablan todos] Yo creo que vamos a llegar a un concepto de familia, en vez de estar tan aislados, una sociedad tan hedonista. Yo creo que vamos a llegar a un concepto de familia más ampliado, que la gente va a coincidir con [Hablan todos]. • ¿Cómo son?… ¿se llaman microtrabajos? Trabajo de tres horas. • Tiene que haber otra forma. Todo el tema del colectivismo, todo el tema del cooperativismo, eso tiene que surgir. Esta conversación que hemos tenido aquí, hace diez años era insólita. Aquí en España hace diez años nos íbamos a comer el mundo. Y no te podías ir a tomar un café a un bar sin oír: “Vamos a comprar un coche nuevo”. Y estaba todo el mundo de subidón, subidón, subidón. Ahora se está redimensionando todo. Yo lo veo, tengo amigos que eran operarios de banca. Y se han ido… han sacado los niños del colegio, y se han ido a una casa de campo. ¡Pero bueno, qué ha pasado aquí! ¡Se han ido cinco familias! • Es una sociedad muy competitiva, y parece que tienes que ser mejor que el otro, y todo el mundo… Hay que tener más, hay que comprar más… • Es un caso… hace diez años estaba como ahora, igual. • Lo que dices el tema del campo. [Hablan todos] • Yo creo que los trabajos van hacia abajo porque vamos a tener que luchar contra China, contra Tailandia, contra la India… Es que, o aquí la gente empieza a cobrar doscientos pavos, o… Y eso en todos los sectores productivos, parece que nos han dejado maquilar coches, pero... • Siempre estamos pensando que somos Alemania, y es que no somos Alemania, somos Marruecos. Entonces nos han vendido la moto de que éramos europeos, pero somos africanos. • ¿Y qué sucederá cuando se redimensione el tema? Ahora ha sido todo el tema de ??… todo hacia adelante. El consumir, consumir, consumir. • ¿Pero por qué esto va a cambiar? El que está arriba, quiere seguir ganando dinero. [Hablan todos] • Sí, pero si hay más gente que no puede comprar. • Sí, aquí es así, pero ahora en Brasil… • Cuando cambie el tema de los cambios de energía, porque la gente va a apostar por las energías renovables. • Cando dejen de venderte petróleo, te venderán gas. • Claro, eso. Un coche que no tiene que gastarte un duro porque funciona con sol, y yo te gano un mes. • Sí, lo que tú has dicho, la fluorescencia programada. ¿Tú por qué antes comprabas un aparato, y te duraba veinticinco años, y ahora te dura tres? ¡Para que compres más! Es que lo tienen programado. No es que seamos más tontos que antes. • Lo que pasa es que esto se va a terminar cayendo. Ahora que hay menos trabajo, y la gente tiene menos dinero para consumir... • Porque hay menos trabajo aquí, pero la gente que trabaja en China, fabricando juguetitos, ¿es para ellos? No. Es para el resto del mundo. Aquí lo mismo. Haremos trabajo para el resto del mundo. • [Hablan todos] Aquí eso lo veo. Creo que vas a tener que buscarte diecisiete trabajos diferentes de los de dos horas aquí. ¿por qué? Porque tiene su lógica. Si tú eres empresario y llega un momento en que te permiten que pagues contratos precarios, pues vas ajustando lo más posible. “Yo te doy este trabajo, y te doy dos horas, y te pago en proporción a las horas.” Dos horas a cincuenta euros la hora. • Yo entiendo que la gente se vaya al campo a vivir. [Hablan todos] Sí bajan los precios, pero sigo sin poder comprar. • Van a seguir bajando, y además no van a subir los sueldos. Lo que hemos perdido en estos cuatro años, vamos a tardar cuarenta años para recuperarlo, sobre todo en materia laboral. Porque el empresario dice: “Me gusta lo que estáis haciendo ahora. Me gusta poder despedir a un tío sin tener justificación, sin tener que preocuparme para pagarle…Si en vez de veinte, le quiero pagar diez” [Hablan todos] • ¿Y tú crees que la sociedad no va a reaccionar” • ¡Que sí, vale! ¿No has visto el despido libre, la empresa privada? ¿Dónde están los cinco millones de parados todos los días? No están reaccionando. • Yo creo que en un entorno donde la gente mira al funcionario con rencor, porque trabaja, se puede dar eso en una sociedad que tiene mucho paro, o en una sociedad de castas. Como podía haber en España, donde había gente con derechos laborales, y gente que no los tenía, se puede defender el despido libre. Pero cuando hayan arrasado con todo, ahí veremos. • ¿Pero cuándo tardaremos a llegar a eso? Lo que tú estás diciendo es que cuando ya estemos con la soga al cuello y a punto de morir… • No. Va a haber gente que va a emigrar. • Es que a día de hoy, yo tengo un niño con discapacidad, a mí ya me han quitado el dinero para mi niño con discapacidad. Ya no estamos hablando de cositas. Estamos hablando de que una persona con discapacidad. El momento para decir ya está bien, no es dentro de veinticinco años. El momento es ya. • Lo que pasa es que la sociedad tampoco la da. • Estamos muy jodidos, vale. Pero todos tenemos nuestro Smartphone, nuestro no sé qué. Es que hasta que no te cortan todo, es cuando te revolucionas. Yo tengo mi trabajo, es una mierda de trabajo, pero tengo trabajo. Pero hay otros seis millones de personas que no lo tienen. Entonces aguanto. No voy a explotar. Hasta que no llego al límite, no exploto. Pero te dejan un margen, entonces tú a lo mejor no te puedes comprar una casa, tener tus súper vacaciones, y tener tu tiempo y no sé qué… Pero te puedes comprar tus chorradas. Es que el Smartphone Cada dos años me voy a comprar un móvil de quinientos pavos… • Diez años no es defendible de que haya gente que no tenemos una vivienda, y hay ese millón de viviendas vacías. Ese sistema no se va a mantener diez años. [Hablan todos] • Pero la gente lo que hará es que dentro de dos años volverá a haber crédito, y la gente volverá a hipotecarse durante cuarenta y cinco, o cincuenta años. [Hablan todos]. • Ahora mismo hay un tapón generacional. Los que vengan ahora supongo que tendrán que pagar todo el marrón de antes. Eso no se va a sostener. Eso tiene que… ¿La gente joven no se va a fiar de Rajoy? Eso no tiene desarrollo. • Mira en Italia ¿qué ha pasado? Hay un partido, el Cinco Estrellas ese, que ha salido más votado. ¿Y qué han hecho? La derecha y la izquierda, lo que sería el PP y el PSOE en Italia, se han unido para gobernar. Y aquí se echa al PP, y gana UPYD, o vete a saber. Y de pronto sale el PP y te dice: “Nosotros salimos para gobernar. ¡Venga, otros cuatro años igual! • ¿Y si no se vota? • ¡Si no se vota qué más da! Aunque voten ellos. No hay un límite por abajo. Si votas, en ese caso el Partido Popular ha sacado mayoría absoluta. Ha dicho: “Yo no voy a hacer esto, ni esto, ni esto”, y ha hecho esto, esto, y esto. • UNA COSA QUE HABÉIS PLANTEADO TAMBIÉN ES QUE A LOS MAYORES QUIÉN LOS CUIDARÁ… ¿A VUESTROS PADRES Y A VUESTROS SUEGROS QUIÉN LOS CUIDARÁ, O QUIÉN LOS ESTÁ CUIDANDO? • Nosotros. • Yo en mi caso no, desde luego. • Mis suegros están bastante bien entre comillas. • En mi caso es al revés. Porque están ejerciendo más de padres por los nietos. • Yo, mis padres me ayudan con lo de la casa. Mis cuñados me ayudan con lo de los niños...necesito su ayuda todavía. • Creo que mis padres van a tener bastante menos problemas que los que tengo yo. Con lo cual, yo… hombre si tienen una enfermedad. Por mi cabeza no pasa que yo tenga que ocuparme de ellos. • Mi suegra se vale por sí misma. Ha dicho que el día que no sea así, se va a una residencia. • Si hay residencias [Risas]. • Sí, las habrá, para eso estamos pagando. • Si tus padres tienen dinero. • Claro, el problema es mi madre se ha prejubilado. Ahora también están lo de las hipotecas inversas. Por ejemplo, yo tengo mi suegra que tiene cerca de ochenta años, y la mujer tiene varias pensiones, porque emigraron, y ellos barajan la opción esa de la residencia. Aunque ella vive con un hijo, ellos barajan la opción de irse a una residencia. Es posible que terminemos cogiéndola en casa. Como no tenemos dinero la cogemos en casa. Mi abuela tiene noventa y pico, pues ya lleva veinte años así, que la está cuidando una prima hermana mía, también melliza, que es la que la cuida y hay una especie de silencio en la familia, un rollo porque tú la cuidas y te deja la pensión. Sin embargo veo la situación de mis padres ahora. Mis padres tienen una pensión mínima, de setecientos euros, tienen que mantener dos casas. Porque tienen la casa del pueblo, la casa familiar, y la aquí de Madrid. Y eso ya… • Es que al día de hoy, una persona con el piso pagado, y setecientos euros, vive como el capitán general. Es que yo con doscientos euros más, tengo que mantener una casa que no es en propiedad, más dos hijos. O sea, mi situación… • Que ellos tienen dos sueldos de setecientos, y dos casas. [Hablan todos] • Por ejemplo, el segundo colectivo del país con poder adquisitivo, son los jubilados. Es una rareza. Por ejemplo, yo lo veo con mi madre. Mi madre que es una persona que roza la enfermedad mental, es inaguantable absolutamente. De hecho, nosotros somos tres hermanos, y hemos salido los tres del hogar familiar antes de los dieciocho años. Es sintomático, ¿no? Y mi madre es absolutamente inaguantable, pues yo no sé lo que vamos a hacer con esa mujer. Tiene sesenta y seis años, mi padre es militar, está más o menos bien de salud. Además mi madre empieza a tener problemas de movilidad, y yo creo que esta gente, el plan que se está hablando, vamos al pueblo a vivir. Todavía se les hace cuesta arriba alquilar la vivienda suya de toda la vida. Y yo no veo… • ¡Es que tienen hasta opciones! ¡Una casa en Madrid, otra en el pueblo! Es que yo no tengo ni una aquí, ni una allí. Y mi hijo no va a tener ni una aquí, ni una allí. Que no le voy a dejar nada. A lo mejor tengo una casa que le podría dejar… Yo por ejemplo tengo dos hermanos. Cuando mi padre y mi madre nos dejen… que será un piso en propiedad, lo tendremos que repartir entre los tres, lo dividiremos, se venderá. Entonces te tocará un trocito, y ese piso ya voló, con lo cual Entonces ni yo voy a tener piso, no voy a tener que dejar a mi hijo, ni nada. • Yo, ojalá me equivoco, pero no creo que la situación de la gente más mayor es bastante mejor. • VAMOS A HACER AHORA… Y YA ACABAMOS, HACE UN CALOR TREMENDO. UNA MUJER DE TREINTA Y CINCO AÑOS, ¿CUÁNTAS HORAS TIENE QUE TRABAJAR AL DÍA, UN DÍA NORMAL? TRABAJO REMUNERADO. • Pues la que tenga suerte, ocho horas. • Ocho, o nueve. • ¿Y CUÁNTO DEDICARÍA AL TRABAJO DE CASA? • Como muchísimo dos horas. • Tres horas. • Puedes repetir no entiendo. Dices aparte el trabajo remunerado… • EL TRABAJO DEL HOGAR. • Cuatro. • ¿Cuatro después de trabajar ocho o nueve? • ¡Eso es una máquina! • Yo lo veo así, cuatro o cinco horas. • ¿En casa? • Más nueve de trabajo. Son… • En mi casa es así. • Depende si tiene una hora para comer. • ¿Y crees que en casa va a trabajar cuatro horas…? • Yo llego a casa, y estoy con las niñas. Las bañamos, la cena. Si todo eso es trabajo. • Desde que llego a casa, trabajo desde las ocho y media hasta las • ¿CUÁNTO DEDICARÍA AL OCIO ENTONCES • Cero. • Una hora como mucho. • Y UN VARÓN DE TREINTA Y CINCO AÑOS, ¿CUÁNTO DEDICARÍA AL TRABAJO? • [Hablan todos] Igual o un poco menos. También depende del tipo de trabajo. Yo creo que a nosotros nos cunde menos ese tipo de trabajo. Tú no hay nada que hacer, y a lo mejor te sientas, y como no hay nada que hacer, voy a hacer algo. • UNA MUJER DE TREINTA AÑOS, PROFESIONAL, ECONOMISTA, ABOGADA, INGENIERA, DA IGUAL, EN GRAN EMPRESA, SIN VIVIR EN PAREJA, Y SIN HIJO. ¿CUÁNTO DEDICA AL TRABAJO? • Bastante. • Todo lo que puede. • ¿Y A LAS TAREAS DOMÉSTICAS? • Como tendrá pasta, tendrá una chica. • Poco y con los guantes. • ¿Y AL OCIO, CUÁNTO DEDICARÍA? • [Hablan todos] • No tanto. Muy de carrera, de hacer carrera. • Lo que pasa es que la carrera también se hace en el bar. • [Hablan todos] Esta chica va al teatro de vez en cuando. • [Hablan todos] El fin de semana lo tiene libre. Pero seguro que lo emplea ir al gimnasio. La invitan a cenar. • Puede ocuparse de su vida social. Con el mundo laboral en el que se mueve, se dedica a hacer contactos, con lo cual es trabajo. • VARÓN AUTÓNOMO, TREINTA AÑOS, DEPENDIENTE, CON ESTUDIOS MEDIOS, INFORMÁTICO POR PONER UN EJEMPLO, SIN HIJOS • ¿Autónomo, en régimen laboral? A no ser que sea un friqui informático… • Sin hijos y vive en pareja. • Yo lo veo currando mucho, sus diez horas diarias. • Es lo malo que tienen los autónomos. • ¿Y DE TAREAS DOMÉSTICAS? • [Hablan todos] Abre la nevera, y tiene un limón seco y una Coca Cola light. • UNA MUJER ADULTA, SEPARADA, AMA DE CASA, ESTUDIOS MEDIOS, CON HIJOS, PERO YA NO ESTÁN EN CASA LOS HIJOS. • Esa, seguro que es la más productiva de todos. • Por la mañana recoge la casa, y por la tarde va a talleres, o queda con amigas. O se encarga de los nietos. • Hay un estudio muy curioso. Por lo visto, las mujeres, cuando se separan, no vuelven al trabajo. Y los hombres sí que [Hablan todos] • VARÓN ADULTO. MÁS DE CUARENTA AÑOS, TRABAJA EN BANCA. CON ESTUDIOS MEDIOS. CON HIJOS MENORES DE DIEZ AÑOS. • Pues, trabaja un montón, y ocio… • Ocio con los niños. Mac Donalds, cine, y el día de los cumpleaños. • Antes de acabar, ¿qué os ha parecido la reunión? • Entretenida. • Bien. • Interesante. • Yo he visto que estamos todos un poco igual de ánimos y de… • Parece que estamos diferentes, pero estamos más cerca de lo que parece. • A veces, mi pareja me lo dice, que estamos todos igual. ¿Qué te crees que el resto es diferente? Es igual con los amigos, que con los compromisos. Pero las personas, que las conoces de hoy, pues dices hombre… • Sí, es un patrón, pero no es el mismo patrón. Si viene aquí otro tipo de… No, a mí me ha impresionado una persona entre tanto, y tanto de edad … • Sí, aquí se tendrían que juntar unas personas completamente distintas, para cambiar... • Es que no son las mismas preguntas para un círculo que para otro. Entonces la conversación se va por otros derroteros. [Hablan todos] Ves distintos bailes. Hombre de cincuenta años, con hijos mayores, todos con pasta; mujer funcionaria, tal y cual. Y ves a los chavales de los veinte años, y te dirán: ¡Puaf! • No sé cuál es tu trabajo exactamente, ni… • SOCIÓLOGO. • Y tú, qué sacas de esta conversación concretamente, entre comillas, que dices no sé, en claro. • NO, LO MISMO QUE HABÉIS SACADO VOSOTROS. QUE SOIS MUY PARECIDOS CON UN AGOBIO CON LA CUESTIÓN DEL TIEMPO, UNA DESORGANIZACIÓN GENERAL, O DIFICULTADES PARA ORGANIZARSE LA VIDA, ME HA LLAMADO LA ATENCIÓN LA DEMANDA DE RUTINA QUE HABÉIS HECHO, NECESITAMOS UNA ORGANIZACIÓN RUTINA, Y ESE TIPO DE CUESTIONES. • Sujeto A, sujeto B… • ME HA LLAMADO LA ATENCIÓN LA DEMANDA DE RUTINA, DE RUTINA, NO, DE ORGANIZACIÓN. • [Hablan todos] • Estoy mucho por la actividad social. Entonces ahí sí que podemos hacer una diferencia clara con la generación de nuestros padres. Que podría ser todo más diferente. En nuestro caso yo veo de diez años para acá que ha sido una montaña rusa. Porque ha habido épocas que tenéis trabajo, que no, que tenía un trabajo, que no… Y eso con el tiempo, viendo la misma situación. Pero aun así, es que está todo muy movido. Yo lo veo con la gente, es que • Además, la rutina de otra manera, yo creo que es producto de la desesperación. Es que incluso políticamente, pasa eso. Cuando las cosas no funcionan hay que poner unas normas. Porque si no es imposible acatarlo. Entonces yo creo que cuando estás con tu mujer y con tus hijos, llega un momento en que ya el hablar, y el intentar llegar acuerdos no puedes ponerle tiempo, ni ganas, ni fuerza, ni que te dejen porque están los niños por allí saltando. Pues llega un momento que dices: lunes, miércoles, y viernes de ocho a tres esto.