87 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 UNIDADES ESTRATIGRÁFICAS EN EL REGISTRO SEDIMENTARIO NEÓGENO DEL SECTOR OCCIDENTAL DE LA CUENCA DE MADRID F. López Olmedo1, A. Díaz de Neira2, A. Martín Serrano1, J. P. Calvo3, J. Morales4 y P. Peláez-Campomanes4 1 Instituto Geológico y Minero de España (IGME),c/ Calera 1, 28049 Tres Cantos, Madrid. 2 Geoprin s.a., c/ Mesena 39, 28003Madrid. 3 Departamento de Petrología y Geoquímica, Universidad Complutense, 28040 Madrid. 4 Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC, c/ José Gutiérrez Abascal 2, 28006 Madrid. Resumen: El sector occidental de la Cuenca de Madrid está constituido por depósitos siliciclásticos, en general areniscas arcósicas y lutitas, fundamentalmente de edad neógena. A partir de la cartografía y del estudio estratigráfico detallado de los materiales terciarios presentes en varias hojas geológicas a escala 1:50.000 de la zona SO de la cuenca, se han reconocido cinco unidades estratigráficas cuya denominación alude a las áreas donde aparecen mejor representadas. De base a techo, son: 1) Unidad de arcosas y lutitas de El Carpio, 2) Unidad de arcosas con cantos y conglomerados del Embalse de Castrejón, 3) Unidad de arcosas y lutitas de Los Vergales, 4) Unidad de arcosas gruesas con cantos de Batres, y 5) Unidad de arcosas blancas de Carranque-Griñón. Los límites entre ellas quedan definidos por cambios en la evolución en la vertical de los depósitos siliciclásticos, sobre todo relativos a su granulometría. Los materiales reconocibles en cada una de estas unidades se depositaron en su mayor parte en sistemas de abanicos aluviales, con variaciones en el carácter permanente o efímero de los sistemas distributarios y, en menor medida, en ambientes lacustres someros y palustres. La edad del conjunto estratigráfico analizado abarca esencialmente el Mioceno inferior y medio, no descartándose que la base de la Unidad de arcosas y lutitas de El Carpio sea Paleógeno y que la parte superior de la Unidad de arcosas blancas de Carranque-Griñón alcance el Mioceno superior (Vallesiense). Palabras clave: Estratigrafía, depósitos siliciclásticos, arcosas, yacimientos de mamíferos, Neógeno, Cuenca de Madrid Abstract: The western part of the Madrid Basin, central Spain, shows widespread siliciclastic deposits consisting mainly of arkosic sandstone and mudstone. The age of the deposits is mostly Neogene. Both mapping and detailed stratigraphic analysis of the sedimentary record present in several topographic sheets (scale 1:50,000) in the western part of the basin allow recognition of five major stratigraphic units, which have been named according to places where the units are better exposed. From bottom to top, the units are: 1) Arkoses and mudstones of El Carpio, 2) Gravelly-sandstones and mudstones of the Castrejón Reservoir, 3) Arkoses and mudstones of Los Vergales, 4) Gravelly-arkosic sandstones of Batres, and 5) White arkoses of Carranque-Griñón. The boundaries between the units are outlined by upward grain-size changes of the deposits as well as facies variation in vertical. Most of the sediments were deposited in alluvial fan systems, where some changes in the character of the distributary streams, i.e. permanent to ephemeral, is observed. Local deposits representative of shallow-lake to palustrine environments, including carbonate paleosols, are recognised especially towards the top of the stratigraphic units. The age of the units spans Early to Middle Miocene although a Paleogene age is not ruled out for the lower part of the Arkoses and mudstones of El Carpio Unit. Similarly, the White arkoses of Carranque-Griñón Unit could reach the lower part of the Late Miocene (Vallesian). Key words: Stratigraphy, siliciclastic deposits, arkoses, mammal localities, Neogene, Madrid Basin López Olmedo, F., Díaz de Neira, A., Martín Serrano, A., Calvo, J.P., Morales, J. y Peláez-Campomanes, P. (2004): Unidades estratigráficas en el registro sedimentario neógeno del sector occidental de la Cuenca de Madrid. Rev. Soc. Geol. España, 17 (1-2): 87-101. El sector occidental de la Cuenca de Madrid se ca- racteriza por la presencia de abundantes depósitos de arenas cuarzo-feldespáticas (arcosas) de edad neógena. La relativa homogeneidad composicional y de facies de estos materiales ha hecho problemática la confección de un esquema litoestratigráfico de carácter general para esta zona de la cuenca, dificultando su correlación estratigráfica con las unidades neógenas mayores dis- tinguidas en la Fosa del Tajo (Junco y Calvo, 1983; Or- dóñez et al., 1991; Alonso-Zarza y Calvo, 2002). A esa dificultad ha contribuido también la escasez de yaci- mientos paleontológicos con los que datar los depósi- tos arcósicos, siendo el de Torrijos (Aguirre et al., 1982) el único conocido en la zona hasta hace unos po- cos años. Muy recientemente, Sesé y Jiménez-Rodrigo (2002) han puesto de manifiesto la presencia de varios 88 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 yacimientos de edad Oligoceno superior al suroeste de Talavera de la Reina. Los antecedentes sobre las características geológi- cas del registro sedimentario neógeno en el sector occi- dental de la Cuenca de Madrid son relativamente esca- sos. Destacan los trabajos llevados a cabo por Martín Escorza y Hernández Enrile (1972), Martín Escorza et al. (1973), Hernández Fernández (1974), éste dirigido al estudio magnético del basamento en el sector com- prendido entre Talavera de la Reina y Torrijos, y Martín Escorza (1976). Por su carácter general, relativo a la composición de los materiales terrígenos terciarios de la Cuenca de Madrid, es de señalar el trabajo de Bena- yas et al. (1960). Asimismo, se resalta la síntesis lleva- da a cabo por Martín Escorza (1976), en el que se ofre- ce un esquema estratigráfico general para el conjunto del Mioceno de la Cuenca de Madrid, distinguiéndose cinco unidades con representación a escala de toda la cuenca. En las investigaciones realizadas en el sector occi- dental de la cuenca por Martín Escorza y Hernández Enrile (1972), Martín Escorza et al. (1973) y Martín Escorza (1974) se distinguen hasta cuatro unidades miocenas (nombradas M1 a M4), formadas esencial- mente por depósitos arcósicos. A su vez, algunas de es- tas unidades se subdividen en función de cambios late- rales de facies. Martín Escorza (1974) indica, además, la presencia de depósitos de edad Paleógeno en las proximidades del borde sur del Sistema Central y, en zonas algo más centrales, en las inmediaciones de Tala- vera de la Reina. Posteriormente, Junco (1983) descri- be los materiales terrígenos arcósicos situados al oeste de esta localidad, en el área de Campo Arañuelo. En este trabajo se presentan los nuevos datos y re- sultados obtenidos durante la realización de la carto- grafía geológica a escala 1:50.000, 2ª serie (MAGNA) de cinco hojas (Villaluenga, Torrijos, Méntrida, Fuen- salida y Móstoles) (Díaz de Neira y López Olmedo, en prensa; López Olmedo y Díaz de Neira, en prensa) si- tuadas al suroeste de Madrid (Fig.1). Se describe el conjunto de unidades estratigráficas de carácter infor- mal reconocidas en los depósitos arcósicos y su inte- gración en un esquema litoestratigráfico y cronoestrati- gráfico de entidad regional mediante la correlación de estas unidades con las definidas con carácter general para el conjunto del registro mioceno de la Cuenca de Madrid. Las precisiones bioestratigráficas que se pre- sentan son el resultado del hallazgo de ocho nuevos ya- cimientos de vertebrados en el área considerada. Contexto geológico La Cuenca de Madrid forma parte, junto con la De- presión Intermedia, de la Cuenca del Tajo, situada en el centro de la Península Ibérica. La cuenca está rellena de una potente sucesión de depósitos terciarios, cuyo espesor alcanza los 3.500 m en las proximidades del Sistema Central (Junco y Calvo, 1983). Tanto los mate- Figura 1.- Localización del área estudiada, con indicación de los números de hojas geológicas a escala 1:50000 (580, Méntrida; 581, Móstoles; 603, Fuensalida; 604, Villaluenga; 628, Torrijos). F. López Olmedo et al. 89 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 riales graníticos y metamórficos del Sistema Central, situados al norte, como de los Montes de Toledo, al sur, suministraron abundantes depósitos arcósicos al sector occidental de la cuenca. Los materiales arcósicos aflo- rantes de edad Mioceno pasan lateralmente a depósitos arcillosos, calcáreos y evaporíticos lacustres en partes centrales de la cuenca (Calvo et al., 1989; Ordóñez et al., 1991). La sucesión estratigráfica miocena de la Cuenca de Madrid ha sido dividida en tres unidades mayores (Fig. 2) (Junco y Calvo, 1983; Alonso-Zarza y Calvo, 2002). La Unidad Inferior aflorante abarca desde el Ramblien- se hasta el Aragoniense medio, situándose en discor- dancia angular sobre materiales paleógenos (Racero Baena, 1988; Calvo et al., 1990). La Unidad Intermedia (Aragoniense medio-Vallesiense inferior) se dispone en disconformidad, marcada localmente por una superfi- cie paleocárstica (Calvo et al., 1989; Rodríguez-Aran- da et al., 2002) sobre la unidad infrayacente. La Unidad Superior del Mioceno abarca el Vallesiense superior- Turoliense y está separada por una disconformidad ero- siva a techo de la anterior. En gran parte de la cuenca, en particular en sus zonas centrales, esta disconformi- dad queda subrayada por una superficie también paleo- cárstica desarrollada sobre materiales calcáreos, pu- diendo representar ésta un intervalo temporal próximo al millón de años (Cañaveras et al., 1996). Las características litológicas y sedimentológicas de estas unidades miocenas, sobre todo en lo que se re- fiere a los complejos lacustres aflorantes en partes cen- trales de la cuenca, están resumidas en Calvo et al. (1989). La transición lateral entre los complejos lacus- tres correspondientes a las unidades Inferior e Interme- dia del Mioceno dibuja un esquema centrípeto de facies próximo a los bordes este (Sierra de Altomira), sur (Montes de Toledo) y norte (Sistema Central) (Ordóñez et al., 1991), mientras que hacia el oeste los depósitos lacustres de estas unidades pasan transicionalmente al amplio conjunto de materiales arcósicos que se descri- ben en este trabajo. Descripción de la zona estudiada y estratigrafía de los sedimentos neógenos La diferenciación de unidades dentro de los mate- riales arcósicos que se extienden en la zona sur-occi- dental de la Cuenca de Madrid es el resultado de la car- tografía de detalle realizada en la región, que compren- de parte de los valles de los ríos Alberche, Guadarrama y Tajo (Fig. 3). Los límites entre unidades aparecen de- finidos por cambios en la tendencia evolutiva en la ver- tical de la granulometría de los depósitos arcósicos y facies asociadas (Fig. 4). En la figura 5 se muestra un perfil con la distribución en la horizontal de la mayor parte de las unidades estratigráficas distinguidas, según una transversal NO-SE dentro del área de estudio. Las características litológicas de estas unidades son las si- guientes: Unidad de arcosas y lutitas de El Carpio Los afloramientos de esta unidad se encuentran res- tringidos a los valles de los ríos Tajo y Alberche y de forma preferente en sus zonas bajas, estando mejor ex- puestos en los alrededores de la localidad de El Carpio, en el valle del Tajo, y de Escalona, en el valle del Alber- che (Fig. 3). El límite inferior de la unidad no llega a aflorar en el área estudiada. Litológicamente, los depósitos están constituidos en su mayor parte por arcosas de grano grueso a medio y color ocre-rojizo, que localmente incluyen cantos de rocas ígneas dispersos. Las arenas presentan aspecto masivo, con cicatrices internas muy tendidas que indi- vidualizan cuerpos arenosos de 2-3 m de potencia (Fig. 4). En ellos se reconoce estratificación cruzada a pe- queña y mediana escala. De forma puntual, se observan niveles con coloraciones gris-ceniza, verdes y rojas bien definidas, característica puesta ya de manifiesto en esta región por Martín Escorza (1974). Hacia techo, particularmente en el valle del Alberche (sector de Hor- migos), son frecuentes los niveles de limos rojizos y Figura 2.- Cuadro estratigráfico con las principales unidades del Mioceno establecidas en la Cuenca de Madrid y con la posición de los principales yacimientos de vertebrados presentes en dichas unidades. Los asteriscos indican los yacimientos ubicados en cavidades de origen cárstico (modificado de Calvo et al., 1989). UNIDADES NEÓGENAS DEL SECTOR OCCIDENTAL DE LA CUENCA DE MADRID 90 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 fangos ocres, así como la presencia de algunos paleo- suelos carbonatados de limitada extensión lateral. La edad de esta unidad se ha establecido teniendo en cuenta la existencia de los yacimientos de vertebra- dos de Mesegar y Torrijos encontrados en la unidad su- prayacente (Fig. 4). De acuerdo con ello, la edad de la Unidad de arcosas y lutitas de El Carpio abarcaría bue- na parte del Aragoniense inferior y probablemente tam- bién del Rambliense, sin descartarse una posible edad Oligoceno para sus términos más inferiores. Esta últi- ma consideración viene justificada por el hallazgo de fauna atribuible a esa época y que afloran en términos algo más bajos, al oeste, en los alrededores de la locali- dad de Talavera de la Reina (Sesé y Jiménez Rodrigo, 2002). Unidad de arcosas con cantos y conglomerados del Embalse de Castrejón Los mejores afloramientos se encuentran en los ta- ludes del Embalse de Castrejón, próximo a la localidad de La Puebla de Montalbán (Fig. 3). Los depósitos pre- sentan un aspecto masivo y están constituidos por are- niscas cuarzo-feldespáticas de tonalidades rojizas, con intercalaciones de niveles discontinuos de conglomera- dos de cantos cuarcíticos, y por lutitas. En los farallo- nes de dicho embalse (Fig. 6) se observa cómo estos depósitos se disponen en contacto neto sobre los ante- riormente descritos (Unidad de arcosas y lutitas de El Carpio). Por su parte, el techo está formado por térmi- nos arcillosos con niveles carbonatados (Fig. 4), par- cialmente silicificados, que aparecen bien expuestos en los alrededores de Torrijos, Maqueda y valle del río Guadarrama. Por el contrario, en el valle del río Alber- che (entre Aldea del Fresno y Méntrida) así como en el Embalse de Castrejón, este techo queda representado por un marcado horizonte edáfico de color rojizo. El espesor de la unidad es muy irregular, con un va- lor máximo de unos 70 m, que parece disminuir en zo- nas donde los depósitos arcósicos con cantos que ca- racterizan esta unidad pasan a otros de granulometría más fina, incluyendo carbonatos. Al sur del valle del río Guadarrama, entre las locali- dades de Chozas de Canales y Camarenilla, e igualmen- te en el sector de Torrijos-Maqueda (Fig. 5), los mate- riales detríticos pasan a lutitas arenosas ocres con in- tercalaciones de arenas finas, localmente algo más gruesas, que culminan en la vertical con un horizonte carbonatado de color blanquecino. Este, a su vez, pasa lateralmente a calizas grises, claramente observables en el castillo de Barciense, conformando un relieve estruc- tural de tipo mesa. Estos niveles de carbonatos corres- ponden a depósitos lacustres someros con fuerte in- fluencia edáfica, tal como atestigua la presencia de ri- zocreciones, estructura nodular, microfisuraciones debidas a desecación, etc. Hacia el este, ya en la comar- ca de La Sagra, estos carbonatos desaparecen, pasando a arcillas masivas que localmente, intercalan yesos. Figura 3.- Mapa geográfico de la zona estudiada, con indicación de las hojas geológicas estudiadas y de las principales localidades, cursos fluviales o carreteras citadas en el texto. F. López Olmedo et al. 91 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 Figura 4.- Columna litoestratigráfica general de los depósitos arcósicos miocenos en el sector occidental de la Cuenca de Madrid. A la izquier- da de la columna se indican los intervalos de espesor de las diferentes unidades reconocidas. Los códigos señalados a la derecha de la columna corresponden a los yacimientos de vertebrados de Mesegar (ME1, ME2), Torrijos (TOR1, TOR2), Móstoles (MOS4, MOS5, MOS6), Villaluenga- Cerro del Águila (VCA) y Moraleja de Enmedio (ME). UNIDADES NEÓGENAS DEL SECTOR OCCIDENTAL DE LA CUENCA DE MADRID 92 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 El conjunto de materiales detríticos de la Unidad de arcosas con cantos y conglomerados del Embalse de Castrejón corresponde a un sistema de abanicos aluvia- les, quedando bien expuestos los depósitos propios de ambientes medios y distales de estos. Los primeros quedan caracterizados por depósitos de arenas arcósi- cas gruesos, con estructura interna mal definida y abun- dante matriz, que sugiere transporte en flujos con mo- derada a alta viscosidad (Collinson, 1996), mientras que la asociación propia de ambientes distales viene definida por una alta relación lutitas/arenas y presencia de rasgos edáficos en los depósitos lutíticos. La dife- rente coloración que presentan los cuerpos arenosos según sectores, rojizos en el valle del Tajo y grises y ocres en el del Alberche, se interpreta que está en rela- ción con la naturaleza del área madre, granítica en el sector más septentrional (Sistema Central) y metamór- fica e ígnea en el meridional (Montes de Toledo). Las facies carbonatadas identificadas a techo son propias de ambientes lacustres someros mientras que las facies ar- cillosas y niveles edafizados están relacionados con zo- nas distales de los abanicos y con márgenes lacustres (Wright, 1989; Sanz et al., 1995). La edad de esta unidad queda bien precisada por la información bioestratigráfica suministrada por los ya- cimientos de Mesegar 1 y 2, de edad Aragoniense infe- rior, que se sitúan hacia la parte inferior de la misma (Fig. 4). En el techo se sitúan los yacimientos de Torri- jos 1 (Aguirre et al., 1982) y Torrijos 2, ambos de edad Aragoniense medio. Unidad de arcosas y lutitas de Los Vergales Presenta una gran extensión de afloramiento en la zona estudiada, aunque generalmente con una exposi- ción deficiente. Los mejores puntos de observación se localizan a lo largo de los valles de los ríos Alberche y Guadarrama, en particular, dentro de este último, en el área de Los Vergales, al oeste de Carranque, así como en los escarpes del Arroyo de El Soto, en las proximi- dades de Móstoles (Fig. 3). Los materiales que forman la unidad son esencial- mente areniscas arcósicas gruesas, a veces de aspecto masivo, que incluyen abundantes cantos y bloques en áreas próximas a los relieves del Sistema Central. En zonas más alejadas de esta cadena, como en el valle del Guadarrama y en zonas de divisoria topográficamente altas, caso del área comprendida entre Fuensalida y To- rrijos (Fig. 3), se observan cuerpos de arenisca de espe- sor métrico, con granulometría media a fina, alternando con lutitas ocres. La presencia de cantos de granito, gneis, cuarzo y pegmatita es mayor y más frecuente en las proximidades del Sistema Central. Lateral y verti- calmente pasan a cuerpos arenosos de grano más fino, claramente individualizados entre lutitas de tonalidades ocres y rojas. En el valle del Alberche, la base de la unidad apare- ce delimitada por un importante horizonte edáfico, de gran continuidad lateral, que se desarrolla a techo de la Unidad de arcosas con cantos y conglomerados del Embalse de Castrejón. En áreas próximas a los relieves Figura 5.- Perfil sintético, según una dirección NO-SE (ver situación en el inserto inferior), en el que se muestra la distribución de los depósitos detríticos de cuatro de las cinco unidades estratigráficas reconocidas en el área de estudio (la Unidad de arcosas blancas de Carranque-Griñón no se corta en la traza de este perfil). F. López Olmedo et al. 93 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 graníticos, los depósitos arcósicos de la Unidad de ar- cosas y lutitas de Los Vergales comienzan con capas potentes de areniscas de grano grueso, con estructura masiva, que incluyen abundantes bloques y cantos de procedencia granítica y metamórfica. Esta entrada de materiales terrígenos da lugar a un escarpe morfológico que se sigue a lo largo de buena parte de la región. En la margen izquierda del valle del Guadarrama, entre El Álamo y Griñón (Fig. 3), y a techo de la unidad, se ob- servan niveles de paleosuelos calcimorfos, con nódu- los de carbonato y rizocreciones, así como calizas pa- lustres, de tonalidades blanquecinas, con geometría ta- bular discontinua y estructura interna nodular. Lateralmente, hacia el este del área de estudio, en la comarca de La Sagra, todos estos depósitos pasan a facies arcillosas de tonos verdes y rojos que intercalan capas de carbonatos propios de margen lacustre. En conjunto, todos estos depósitos se interpretan como propios de sistemas aluviales en los que, al igual que sucede con los materiales terrígenos de la unidad infrayacente, se observan rasgos indicativos de trans- porte en condiciones de flujo de cierta viscosidad (abundancia de matriz en las capas de arcosas, escasa frecuencia de estructuras de corriente). La transición desde ambientes próximos al borde de cuenca hacia zo- nas más distales queda patente por un decrecimiento en el espesor y granulometría de los depósitos arcósicos de norte a sur y por el incremento de lutitas con rasgos pedogénicos y, localmente, capas de carbonatos lacus- tres con rasgos de exposición subaérea. La edad de esta unidad abarca la parte superior del Aragoniense medio, tal como ponen de manifiesto las faunas de vertebrados encontradas en los yacimientos Móstoles 4, 5 y 6 (Fig. 4). Unidad de arcosas gruesas con cantos de Batres Es la unidad más ampliamente representada dentro de la zona estudiada, extendiéndose desde la zona de Móstoles y Navalcarnero (Fig. 3) hasta los alrededores de Santa Cruz de Retamar y Fuensalida y conformando los altos de la divisoria de las cuencas de los ríos Alber- che y Guadarrama sobre los que discurre en buena parte el trazado de la autovía A-5 (Fig. 5). No obstante, sus mejores afloramientos aparecen en la margen izquierda del río Guadarrama, cerca de la localidad de Batres (Fig. 7). Figura 6.- Vista fotográfica general del talud situado en el lado norte del Embalse de Castrejón, al este de la localidad de La Puebla de Montalbán. En la parte más inferior afloran los depósitos de la Unidad de arcosas y lutitas de El Carpio; la parte central corresponde a los materiales de la Unidad de arcosas con cantos y conglomerados del Embalse de Castrejón; en la parte más superior afloran los depósitos correspondientes a la Unidad de arcosas y lutitas de Los Vergales. UNIDADES NEÓGENAS DEL SECTOR OCCIDENTAL DE LA CUENCA DE MADRID 94 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 Litológicamente, consiste en un conjunto homogé- neo de arenas arcósicas de tamaño medio a grueso, lo- calmente con cantos de rocas ígneas y metamórficas, organizadas en bancos de 4-5 m de espesor. Por lo ge- neral, en corte fresco, puede observarse cómo estos bancos arcósicos de tonalidad clara alternan con nive- les de lutitas ocres con rasgos pedogénicos, tales como coloraciones debidas a procesos de pseudo-gley y lo- calmente bioturbación por raíces. Los cuerpos arenosos se organizan en secuencias granodecrecientes, usual- mente con bases erosivas, y presentan estratificación cruzada de media y gran escala. Hacia el oeste, esto es, hacia el valle del río Alberche, se reconoce un neto au- mento en la granulometría de la areniscas arcósicas, que en ese área contienen abundantes cantos y bloques de rocas graníticas, al tiempo que adquieren un aspecto masivo. Estos materiales son también claramente visibles en las proximidades de Casarrubios del Monte, Valmoja- do y Santa Cruz de Retamar (Fig. 3), encontrándose los mejores puntos de observación en los taludes de las ca- rreteras que circunvalan dichas localidades. Hacia el sureste, todo el conjunto arcósico y lutítico pasa a facies de areniscas verdosas de grano más fino, que alternan con lutitas y margas también de tonos ver- des (Fig. 5). Este hecho es claramente reconocible en la comarca de La Sagra, concretamente en el Cerro del Águila, relieve destacado en el paisaje de la región. La asociación de facies observada se interpreta como propia de un sistema de abanicos aluviales en que las facies más proximales son depósitos de flujo en masa, con abundantes bloques y cantos, con aportes procedentes de los relieves graníticos del Sistema Cen- tral, que en sentido distal gradan a redes fluviales más permanentes, tal como atestigua el mejor desarrollo de estructuras propias de corrientes tractivas en los depó- sitos arcósicos (Alonso-Zarza et al., 1993; Collinson, 1996). En áreas situadas al sureste de la zona de estudio aparecen instalados ambientes lacustres, a los que ver- terían sus aguas los sistemas aluviales antes indicados. La edad de esta unidad es Aragoniense medio? - su- perior. Esta atribución cronológica viene dada por la correlación con los depósitos donde se encuentra el ya- cimiento de Villaluenga-Cerro del Aguila (Figs. 3 y 4). Asimismo conviene indicar que los yacimientos de ver- tebrados hallados en la localidad de Somosaguas (Ló- pez Martínez et al., 2000), que se atribuyen al Arago- niense medio (zona E) (Fig. 8) serían correlacionables con esta unidad estratigráfica. Unidad de arcosas blancas de Carranque-Griñón Se trata de los materiales miocenos situados, estra- tigráfica y topográficamente, más altos en el área de estudio. Los depósitos arcósicos que caracterizan esta unidad definen la divisoria de aguas de los valles del río Guadarrama y del Arroyo Guatén, este último ya en una posición marginal muy al este de la zona de traba- jo. Los afloramientos son muy escasos y reducidos en extensión, ya que sobre ellos ha tenido lugar una inten- sa acción antrópica en los últimos años, debido al desa- Figura 7.- Afloramiento en la margen izquierda del valle del río Guadarrama, próximo a la localidad de Batres. La mitad inferior (con tonos más oscuros) corresponde a la Unidad de arcosas y lutitas de Los Vergales; el contacto con la Unidad de arcosas gruesas con cantos de Batres queda bien marcado por los tonos blancos de los depósitos arcósicos correspondientes a esta unidad. F. López Olmedo et al. 95 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 rrollo urbanístico y a la instalación de diversas infraes- tructuras. Morfológicamente, estas arcosas dan lugar a pequeños resaltes que delimitan la superficie de erosión denominada “Las Rozas-Griñón”. La Unidad de arcosas blancas de Carranque-Gri- ñón se diferencia de la infrayacente por un incremento en el tamaño de grano de los depósitos arcósicos. Litoló- gicamente, corresponden a arcosas de grano grueso a muy grueso, con bolsadas de cantos de granito y cuarzo, que en fresco presentan tonalidades amarillentas u ocres, aunque en superficie presentan una coloración blanquecina. Los materiales arcósicos se estructuran en cuerpos localmente amalgamados, separados por cicatrices ero- sivas, y presentan estratificación cruzada a media y gran escala. Estos rasgos permiten interpretarlos como debidos a sistemas distributarios fluviales de carácter permanente (Alonso-Zarza et al., 1993; Collinson, 1996). Las capas de arcosas incluyen localmente nive- les de carbonato de espesor decimétrico, que se inter- pretan como debidos a encharcamientos efímeros den- tro del sistema aluvial en que se depositaron las arcosas (Sanz et al., 1995). Lateralmente, hacia el sureste, las arcosas pasan a niveles de arenas de grano más fino, así como a niveles carbonatados con sílex, que son los que conforman la parte superior o los términos más altos del Cerro del Águila, cerca de Villaluenga de La Sagra. La datación de esta unidad viene definida por las fauna de vertebrados hallada en los yacimientos de Moraleja de Enmedio y del Cerro del Águila, ambos de edad Aragoniense superior (Fig. 4). Paleontología de los yacimientos de vertebrados Se presenta en este apartado una breve descripción de los yacimientos de vertebrados recientemente en- contrados en las unidades miocenas distinguidas en el sector occidental de la Cuenca de Madrid. A la descrip- ción se añade una discusión bioestratigráfica sobre la base de los taxones de mamíferos registrados. En la figura 8 se muestra un esquema con la posición cronoestratigráfica de los yacimientos. En la Tabla I se indican los mamíferos identificados hasta el momento en cada uno de ellos. Yacimientos Mesegar 1 y 2 Durante el desarrollo de los trabajos cartográficos en la región se reconocieron en el extremo occidental de la hoja 1:50.000 de Torrijos dos nuevos yacimientos: Mesegar 1 y 2, de gran interés paleontológico. Mesegar 1 se encuentra al sur de la localidad de este nombre. La fauna recuperada (Tabla I) permite datar la base de la Unidad de arcosas con cantos y conglomerados del Embalse de Castrejón como Aragoniense inferior. El yacimiento Mesegar 2, aún en estudio, destaca por con- tener una asociación de grandes mamíferos, que es no- table por su riqueza y conservación. Se encuentra en el Figura 8.- Posición cronoestratigráfica de los yacimientos de vertebrados existentes en el sector occidental de la Cuenca de Madrid (las zonas locales de micromamíferos corresponden a las definidas en Daams et al., 1998). UNIDADES NEÓGENAS DEL SECTOR OCCIDENTAL DE LA CUENCA DE MADRID 96 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 talud de la carretera que une Erustes y Malpica, en el PK 12, aproximadamente (Fig. 9A). Los taxones de mamíferos registrados en Mese- gar 1 son compatibles con una edad Aragoniense infe- rior (zona C). La presencia de un bóvido indica que esta localidad al menos pertenece a la biozona C, aunque no existe registro de calidad para los grandes mamíferos durante la zona B, por lo que teóricamente no puede desecharse la aparición de los primeros representantes de la familia durante la biozona B. El límite superior viene marcado por la presencia de dos glíridos Pseudo- dryomys simplicidens de Bruijn, 1966, cuya talla co- rresponde con la de los yacimientos anteriores a la zona Dc, ya que al comienzo de la misma se produce un fuerte aumento en la talla de este taxón. Además, la pre- sencia de Peridyromys murinus (Pomel, 1853), primer registro de este taxón en la Cuenca de Madrid, parece indicar que se trata de una localidad más antigua que otros yacimientos madrileños de la zona Dc y Dd, puesto que se trata de un glírido que, a pesar de que su última aparición se registra al principio de la Dd en otras cuencas españolas, su mayor abundancia durante el Aragoniense se restringe a las zonas B y C (Aragoniense inferior). En consecuencia, la edad atribuida al yacimiento es Zona C, aunque una edad li- geramente anterior (zona B) o posterior (Da/Db) podría ser posible. En cuanto al yacimiento Mesegar 2, el último regis- tro de Praearmantomys sp. se produce, en la Cuenca de Calatayud-Teruel, en la base de la biozona C, siendo un género frecuente en los niveles anteriores a esta edad. Hispanotherium aparece en el registro español en la Cuenca del Tajo durante la biozona C, aunque yaci- mientos contemporáneos de otras cuencas españolas no lo registran, siendo ya frecuente a partir del co- mienzo de la biozona D. Anchitherium sp y Palaeo- merycidae indet. están representados por especies muy primitivas, en comparación a las existentes en los yacimientos del Aragoniense medio, comparables a las especies más antiguas representadas en la biozona B. En definitiva, estos datos indican una edad muy próxima a la de Mesegar 1, es decir biozona C, sin des- echar una edad ligeramente más antigua o más moderna (B o base de la D). Torrijos El yacimiento de Torrijos fue estudiado por Aguirre et al. (1982). En este trabajo ha sido denominado como Torrijos 1, para diferenciarlo de un nuevo punto fosilí- fero hallado durante la realización de las hojas geológi- cas. La fauna de Torrijos 1, compuesta por grandes ver- tebrados (Tabla I), no permitía, a pesar de su riqueza, una datación precisa dentro del Aragoniense medio. Simplemente correspondía al denominado grupo de faunas con Hispanotherium. Además, el yacimiento puede darse por destruido, puesto que en su lugar se ha instalado un complejo turístico que ha cambiado drásti- camente la topografía del área en la que se ubicaba. Afortunadamente, la rectificación de la carretera de Torrijos a Fuensalida ha puesto al descubierto un pe- queño corte en el talud en el que los huesos fósiles eran visibles (Fig. 9B). A este nuevo yacimiento se le ha de- nominado Torrijos 2 y aparece en depósitos arcósicos y arcillas arenosas localizadas a techo de la Unidad de arcosas con cantos y conglomerados del Embalse de Castrejón. Estos sedimentos han suministrado una abundante fauna de micromamíferos (Tabla I). La composición de la fauna de roedores permite da- tar el nivel de Torrijos 2 como perteneciente a la zona Dd (Fig. 8). El tamaño y morfología de los molares de cricétidos posibilitan precisar un poco más esta data- ción, indicando que se trata de una fauna de la parte inferior de la zona Dd. La correlación estratigráfica es- tablecida entre los niveles de Torrijos 2 y Torrijos 1 per- mite la datación de este último nivel como pertenecien- te también a la parte inferior de la biozona Dd (Fig. 8). Móstoles Los yacimientos de Móstoles se encuentran en los cortes expuestos por el arroyo del Soto, un afluente de la margen izquierda del río Guadarrama. Algunos aflo- ramientos sólo poseen restos de mastodontes (Soria et al., 2000), pero los niveles denominados Móstoles 4, 5 y 6 poseen abundante fauna de micromamíferos (Tabla I), permitiendo datar con precisión la Unidad de arco- sas y lutitas de Los Vergales (Fig. 4) como final del Ara- goniense medio, entre las biozonas D y E. Los restos de mamíferos fósiles encontrados hasta el momento en Móstoles 4 no permiten asignar una edad precisa para esta localidad. Sin embargo, dada la disposición horizontal de los depósitos y la semejanza en cota topográfica con el yacimiento Móstoles 5, ambas muestras pueden considerarse de edad similar (Fig. 8). La asignación de una edad para la fauna de Mósto- les 5 se ha realizado mediante el estudio de los micro- mamíferos existentes en este yacimiento. La presencia del cricétido Megacricetodon collongensis (Mein, 1958) indica que esta fauna no puede ser más moderna que la zona MN 5, en la que se encuentra el último re- Figura 9A.- Aspecto del afloramiento donde se localiza el yaci- miento Mesegar 2. F. López Olmedo et al. 97 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 gistro de esta especie. La presencia de otros dos taxo- nes de cricétidos permite precisar más esta datación ya que en la Cuenca de Madrid la combinación de Demo- cricetodon lacombai (Fahlbusch, 1964) con otra espe- cie del mismo género sólo se conoce en localidades per- tenecientes a la zona Dd (Daams et al., 1998; Peláez- Campomanes et al., 2000). La posición estratigráfica del yacimiento Móstoles 6 (aproximadamente unos 10 m por encima de Mósto- les 5) permite acotar su cronología y asignarle una edad cuyo límite inferior sería la zona Dd (Fig. 8). La posi- ción estratigráfica relativa de ambos yacimientos per- mite también inferir que la edad de ambas localidades no puede ser muy diferente. La presencia de la ardilla terrestre Heteroxerus rubricati Crusafont, Villalta & Truyols, 1955 parece indicar que Móstoles 6 podría co- rrelacionarse con la zona F, ya que ese taxón es fre- cuente en las zonas Dc, F y G en la Cuenca de Madrid, mientras que en las zonas Dd y E es frecuente la pre- sencia de Heteroxerus grivensis (Forsyth Major, 1909). Sin embargo, en otras cuencas españolas, como la de Daroca-Villafeliche, ambos taxones se registran en las mismas localidades durante la zona E. Además, es de destacar la ausencia del género Megacricetodon (utili- zado como marcador para diferenciar las distintas zo- nas del Aragoniense medio y superior), que en el Ara- goniense superior representa, en la mayoría de los yaci- mientos europeos, más del 50% de la fauna de roedores. La presencia de un lagomorfo de talla semejante a La- gopsis penai (Royo, 1928) y morfología intermedia en- tre L. penai (Royo, 1928) y L. verus (Hensel, 1856) pa- rece corroborar la posible pertenencia de esta fauna al final del Aragoniense medio. Basándonos en las razo- nes expuestas por el momento, y tal y como se indica en la figura 8, la edad de este yacimiento estaría compren- dida entre la zona Dd y la zona E. Villaluenga-Cerro del Aguila El yacimiento de Villaluenga-Cerro del Aguila (VCA en la figura 8) fue considerado como de edad Aragoniense superior en la síntesis publicada por Cal- vo et al. (1990). Se sitúa en una capa de areniscas ver- des, por encima de unos niveles arcillosos de la misma coloración, pudiendo correlacionarse en parte con la Unidad de arcosas gruesas con cantos de Batres (Fig. 4). Las nuevas prospecciones llevadas a cabo durante la realización de la cartografía geológica de la hoja de Vi- llaluenga (604) han permitido obtener una fauna de mi- cromamíferos que, aunque escasa (Tabla I), es suficien- te para obtener una datación bastante precisa. La pre- sencia del cricétido Megacricetodon gersii (Aguilar, 1980), el cual se ha registrado en España únicamente en localidades pertenecientes a las zonas F y G1, y la del rinoceronte Alicornops simorrense (Lartet, 1851), que empieza a ser frecuente en la península en localidades pertenecientes a la G, permite inferir para esta locali- dad una edad comprendida entre las zonas F y G1 (Fig. 8). La distinción entre estas dos zonas (Daams et al., 1999) se basa en la presencia de taxones de cricétidos como Megacricetodon rafaeli Freudentahl & Daams, 1988 en la zona F y Megacricetodon minor (Lartet, 1951) en la zona G1, ambos ausentes hasta la fecha en el registro fósil de la Cuenca de Madrid. Moraleja de Enmedio El yacimiento de Moraleja de Enmedio se sitúa en niveles arcósicos de grano grueso expuestos al norte de esa localidad, en el paraje conocido como El Lazareto. Estos sedimentos corresponden a la Unidad de arcosas blancas de Carranque-Griñón, siendo este yacimiento el único que posibilita, por el momento, la datación de la unidad (Fig. 4). En Moraleja de Enmedio existe una abundante fauna de grandes vertebrados (Tabla I), do- minada por tortugas gigantes y el rinoceronte Alicor- nops simorrense (Lartet, 1851), especie típica del Ara- goniense superior (Cerdeño y Sánchez, 2000; Soria et al., 2000), edad a la que razonablemente debe atribuir- se este yacimiento (Fig. 8). La asociación de Alicornops simorrense (Larte, 1851) con Listriodon splendens (Meyer, 1846), Euprox furcatus (Hensel, 1859) y Heteroprox larteti (Filhol, 1891) es característica del Aragoniense superior, sin que se pueda precisar a qué biozona corresponde. En con- junto, la fauna es similar a las presentes en los yacimien- tos de Paracuellos 3, en la Cuenca de Madrid, y de Arroyo del Val o Manchones (área de Daroca-Villafeliche). Correlación con las unidades mayores del Neógeno en la Cuenca de Madrid Tal como se ha indicado al principio de este trabajo, el relleno sedimentario mioceno de la Cuenca de Ma- drid está dividido en tres unidades estratigráficas ma- yores (Inferior, Intermedia y Superior) (Fig. 2), cuya definición en cuanto a límites estratigráficos y caracte- rísticas sedimentarias ha sido llevada a cabo, esencial- mente, en partes centrales y orientales de la cuenca Figura 9B.- Aspecto del afloramiento correspondiente al yaci- miento Torrijos 2. UNIDADES NEÓGENAS DEL SECTOR OCCIDENTAL DE LA CUENCA DE MADRID 98 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 Tabla I.- Listado de los taxones de vertebrados determinados en los diferentes yacimientos recientemente encontrados en el área estudiada, dentro del sector occidental de la Cuenca de Madrid. F. López Olmedo et al. 99 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 (Junco y Calvo, 1983; Calvo et al., 1989; Alonso-Zarza y Calvo, 2002). En el sector occidental de la Cuenca de Madrid es- tudiado, se han reconocido cinco unidades estratigráfi- cas en las que predominan materiales terrígenos (are- niscas arcósicas y lutitas). Los límites inferior y supe- rior de cada una de ellas aparecen definidos por cambios en la tendencia evolutiva en la vertical de la granulometría de las sucesiones terrígenas. En su ma- yor parte, las unidades presentan a techo facies de pa- leosuelos y de carbonatos lacustres, en algunos casos ampliamente extendidos en la región, lo que indica una estabilización muy marcada del régimen de sedimenta- ción aluvial. Esta situación es observable en el techo de la Unidad de arcosas y lutitas de El Carpio, y muy marcada en la parte superior de la Unidad de arcosas con cantos y conglomerados del Embalse de Castrejón, y en la de la Unidad de arcosas y lutitas de Los Verga- les (Fig. 4). La integración de las observaciones litoestratigráfi- cas con la información bioestratigráfica aportada por los nuevos yacimientos de vertebrados hallados en la región (Fig. 8) permite establecer de una forma más detallada el esquema estratigráfico de las sucesiones arcósicas estudiadas. Asimismo, este esquema sirve de base para la correlación entre los materiales arcósicos aflorantes en el sector occidental de la Cuenca de Ma- drid y los depósitos predominantemente lacustres que se extienden en su centro. El principal elemento de correlación estratigráfica lo constituye el límite entre la Unidad de arcosas con cantos y conglomerados del Embalse de Castrejón y la Unidad de arcosas y lutitas de Los Vergales (Fig. 4). A techo de la primera se sitúan los yacimientos Torrijos 1 y 2, ambos de edad Aragoniense medio (zona Dd). Es- tratigráficamente, el límite entre las dos unidades viene definido por un cambio neto entre los carbonatos lacus- tres someros y paleosuelos, tanto carbonatados como lutíticos fuertemente enrojecidos, que forman el techo de la unidad infrayacente, y los depósitos arcósicos de granulometría muy gruesa de la base de la Unidad de arcosas y lutitas de Los Vergales. Este límite puede ser seguido lateralmente hacia el este y lo asimilamos con el contacto entre las unidades Inferior e Intermedia del Mioceno en las partes centrales de la cuenca (Fig. 4). Los resultados bioestratigráficos obtenidos son cohe- rentes con esta correlación. El límite entre la Unidad de arcosas y lutitas de El Carpio y la Unidad de arcosas con cantos y conglome- rados del Embalse de Castrejón se sitúa dentro de la Unidad Inferior del Mioceno y puede ser equivalente al definido dentro de ésta en partes más centrales de la cuenca (Alonso-Zarza y Calvo, 2002). Las tres unida- des suprayacentes (Unidad de arcosas y lutitas de Los Vergales, Unidad de arcosas gruesas con cantos de Ba- tres y Unidad de arcosas blancas de Carranque-Gri- ñón) son equivalentes, en conjunto, a la Unidad Inter- media del Mioceno (Fig. 4). Dentro de ésta se han dife- renciado a nivel regional dos subunidades, que son especialmente bien reconocibles en el sector centro y nororiental de la cuenca (Calvo et al., 1989; Alonso- Zarza et al., 1990; Alonso-Zarza y Calvo, 2002). Aun- que no hay una resolución bioestratigráfica suficiente, se deduce, por su posición estratigráfica y límites, que la Unidad de arcosas y lutitas de Los Vergales es corre- lacionable con la inferior de las dos subunidades reco- nocidas en la Unidad Intermedia de la Cuenca de Ma- drid, lo que además estaría sustentado por el límite li- toestratigráfico tan bien definido entre aquélla y la suprayacente (Unidad de arcosas gruesas con cantos de Batres). Queda, por el momento, abierta la cuestión de la correlación de la última de las unidades diferen- ciadas (Unidad de arcosas blancas de Carranque-Gri- ñón) con los depósitos situados hacia el este de la re- gión estudiada. Conclusiones Se han definido cinco unidades estratigráficas den- tro del conjunto de materiales arcósicos y lutíticos aflo- rantes en una amplia zona del sector occidental de la Cuenca de Madrid. Estas unidades son de edad Mioce- no, aunque la más baja (Unidad de arcosas y lutitas de El Carpio) no ha podido ser datada directamente y po- dría, en su parte inferior, ser incluso de edad Oligoceno superior. Su correlación estratigráfica con las unidades Inferior e Intermedia del Mioceno, definidas con carác- ter general para la Cuenca de Madrid, se apoya tanto en la evolución litoestratigráfica en la vertical de las suce- siones terrígenas como en la información bioestratigrá- fica aportada por varios yacimientos de vertebrados ha- llados recientemente en el área de estudio. La integra- ción de ambos conjuntos de datos indica que las dos unidades basales reconocidas (Unidad de arcosas y lu- titas de El Carpio y Unidad de arcosas con cantos y conglomerados del Embalse de Castrejón) correspon- den a la Unidad Inferior del Mioceno, mientras que las tres restantes (Unidad de arcosas y lutitas de Los Ver- gales, Unidad de arcosas gruesas con cantos de Batres y Unidad de arcosas blancas de Carranque-Griñón) son correlacionables, en conjunto, con la Unidad Inter- media del Mioceno. Agradecimientos Este trabajo es parte de las investigaciones realizadas duran- te el desarrollo de la cartografía geológica a escala 1:50.000 (2ª Serie, Plan MAGNA) del sector SO de la Cuenca del Tajo. Los autores expresan su agradecimiento al Instituto Geológico y Minero de España por las facilidades dadas para la presentación del manuscrito. Agradecemos al Dr. Manuel Montes, del Área de Cartografía Geológica del IGME, sus indicaciones que han permitido precisar algunos aspectos estratigráficos. Asimismo, expresamos nuestro más sincero agradecimiento a los Drs. Tri- nidad Torres Pérez-Hidalgo y Ana María Alonso Zarza por sus comentarios y sugerencias a la versión preliminar del manuscri- to, así como al Editor Principal de la SGE, Dr. José Manuel Gon- zález Casado, por sus correcciones de carácter editorial. Quere- UNIDADES NEÓGENAS DEL SECTOR OCCIDENTAL DE LA CUENCA DE MADRID 100 Rev.Soc.Geol.España, 17(1-2), 2004 mos expresar nuestro más entrañable recuerdo al Dr. José Luis Hernández Enrile, recientemente fallecido, quien llevó a cabo trabajos pioneros en el reconocimiento geológico de la región. El trabajo ha sido en parte financiado con cargo al Proyecto BTE 2002-00410 del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Referencias Aguirre, E., Alberdi, M.T., Jiménez, E., Martín-Escorza, C., Morales, J., Sesé, C. y Soria, D. 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