Recepción de la obra de Nicolás Gómez Dávila en España. Por José Miguel Serrano. Trato la cuestión de la recepción de la obra de Nicolás Gómez Dávila en España desde un cierto pecado original. Mi Gomezdavilanismo tardío, lo que frente a un conjunto de autores que voy citando me lleva a no tener los datos recopilados de la misma forma ansiosa, casi enfermiza, no pocas veces indignada con la que los gomezdavilianos recibimos cualquier mención a nuestro autor. Cualquier comentario que no pocas veces nos parece irreverente. Mi atención fue completa a partir de 2011, desde que le conocí- dicho sea en mi descargo- y eso es tarde, más si lo comparamos con los ejemplos alemán, francés, italiano o polaco. Por razones de espacio y no por la importancia que pueda atribuirse a los nuevos medios, no haré mención a las publicaciones electrónicas, principalmente en blogs, ni a las referencias periodísticas, que han sido muy numerosas, pue en cierta forma, y frente a lo que el propio don Nicolás opinaba sobre las citas, se ha convertido en un autor muy citado en columnas de periódico, un recurso insuperable. También nos referiremos más a quienes escriben sobre Gómez Dávila que a quienes han construido su obra desde Gómez Dávila, estos segundos, desde mi punto de vista serán quienes sirvan de indicación del peso de la recepción de nuestro autor, pero en España son escasos. Citaría solo cuatro, primero Enrique García Maíquez y sus escolios al modo gomezdaviliano, luego las referencias al Estado contemporáneo y su caracterización que hace Dalmacio Negro Pavón, también el artículo y el libro en prensa sobre la visión jurídica desde Gómez Dávila de Francisco Cuena Boy y finalmente mis modestos intentos de acercarme a la bioética o más propiamente a la antibioética mediante una visión crítica al modo de Gómez Dávila. Por supuesto, muchos hemos caído en la tentación de remedar su método fragmentario, para comprobar que el escolio requiere una capacidad poética que a casi todos les es negada. Sólo algunos poetas han escrito unos pocos escolios a un nivel que pudiera acercarse a los que el maestro, en cuidada y duradera destilación, redactó por miles. 1 Para que estas líneas no parezcan una mera relación de eventos, y rompiendo el orden lógico de análisis y conclusiones adelantaremos un esbozo que agrupa de forma imperfecta a quienes han recibido a Gómez Dávila, consciente de que muchas veces rechazarían el modo en que se les caracteriza. La recepción de la obra esta muy ligada, como es evidente, a la publicación en España de los trabajos de don Nicolás Gómez. No hace falta decir que los libros editados en Colombia llegan con dificultad, y se difunden menos. El primer peso de esta edición es de iniciativa colombiana. En la biblioteca Alvar Mutis que acometió la editorial Altera de Barcelona, bajo la dirección del editor y escritor Javier Ruiz Portella en 2002 se publicaron los “Sucesivos escolios a un texto implícito” .El libro fue presentado al editor por el propio Álvaro Mutis que como es sabido tanta influencia tuvo en la difusión de la obra de su pariente, amigo y maestro. Luego Juan Arana puso en 2007 en circulación unos Escolios escogidos por temas, donde este filósofo de la naturaleza de la Universidad de Sevilla, extendió una visión particular e interesante de la obra del colombiano, desde una perspectiva que podríamos denominar católico-conservadora. Finalmente son las ediciones de Jacobo Martínez de Irujo en Atalanta las que permitieron el acceso a nuestro autor. A partir del centenario el número de trabajos y por que no decirlo su calidad crece hasta alcanzar un nivel semejante al de las naciones de nuestro entorno, sin embargo, creo que el impacto en lo que hemos denominado la creación “desde” Gómez Dávila sigue siendo escasa. En cuanto a las líneas de influencia, o si se quiere, la extracción y el propósito de quienes se han acercado a la obra, son diversas y a veces antagónicas, como no podía ser menos. Mi aproximación evidentemente es que todas son legítimas siempre que no intenten encajar al pensador bogotano en un lecho de Procusto que limite o tergiverse. Peor claro está sería quienes quisiesen construir “desde Gómez Dávila” algo útil, una especie de remedio a los males del mundo contemporáneo. La primera línea tanto en el tiempo como en importancia es la literaria. Diversas revistas, sorprendentemente poéticas al acercarse a la literatura de la brevedad, han incluido a nuestro autor por meritos de estilo y contenido. 2 La primera aparición de Nicolás Gómez en España es la breve referencia de José Miguel Oviedo en las páginas finales de su conocida obra Breve Historia del ensayo hispanoamericano publicada en Madrid por Alianza Editorial en 1991. En ella ente otras cosas dice en la página 150: . “Libro amargo y sombrío, parece una meditación hecha ante el abismo del fin de los tiempos. La concisión inapelable y rotunda de sus fórmulas lo hace sonar todavía mástremendo. O como dice él mismo: