UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA TESIS DOCTORAL MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Agustín Bustamante García DIRECTOR: Juan José Martín González Madrid, 2015 © Agustín Bustamante García, 1981 La arquitectura clasicista del foco vallisoletano (1561-1640) Jl,s4e UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS SECCION DE ARTE. 5 3 0 9 6 6 5 1 2 3 * UNIVERSIDAD COMPLUTENSE LA ARQUITECTURA CLASICISTA DEL FOCO VALLISOLETANOS ( 1561- 1640 ) . Tesis Doctoral presentada por D. Agustín Bustamante Gare Bajo la dirección del Dr. D. Juan José Martín González. MADRID 1981 5309665123 3X El presente trabajo quiere ser una sistematización de la que consideramos una de las épocas arquitectónicas más brillantes de Valladolid. Nuestro esfuerzo se ha dirigido hacia un campo en gran medida explorado y estudiado, pero que carecía de sistematización. Bosarte y Llaguno aportaron los primeros datos fidedignos sobre el tema, continuando su labor Martí y Monsó, Agapito y Eevilla y García Chico fundamentalmente. Ello ha hecho que Valladolid, aca­ so, pueda ser considerado el centro mejor explorado de España. Chueca Goitia y Martín González han trazado unas sólidas líneas maestras del arte y de los artistas vallisoletanos, líneas que si­ guen vigentes y sobre las que nos apoyamos. Por todo ello hacemos constar que nuestro trabajo no aporta grandes descubrimientos, ni aparecen figuras y obras desconocidas. Lo que pretendemos con es­ te estudio es otra cosa. En 1972, con el apoyo de una beca de investigación del Insti­ tuto Diego Velâzquez del Consejo Superior de Investigaciones Cien­ tíficas, iniciamos la investigación del Clasicismo español, sien­ do este trabajo un sector de él. Valladolid ofrecía unas peculia­ ridades de gran interés: ser un lugar de actuación de figuras de primera fila (Juan de Herrera, Francisco de Mora), tener una es­ cuela arquitectónica de envergadura, ser un lugar en donde se lle­ va a cabo un programa urbanizador, haberse llevado allí labores sistemáticas de investigación archivistica, catalogación monumen­ tal y estudio artístico. Todo ello nos inclinó a hacer un estudio de sistematización. Nuestro trabajo se realiza sobre dos puntales: la investiga­ ción de archivo y el estudio del monumento; obteniendo resultados muy positivos. Con ello hemos pretendido completar lo que otraé habían comenzado. El material es abundante en lo referente a con­ tratos, datos económicos y demás documentos contractuales y de contabilidad, destacando lo referido a la Catedral. Es parco por lo que respecta a trazas y dibujos y muy escaso sobre la vida pri­ vada de los artistas, sus gustos y formación y sobre los criterios que movían a patronos y artistas. A pesar de ello, algo hemos a- portado y no hemos perdido la esperanza de hallar nuevos datos, pues el tema en absoluto está agotado. Hemos visitado todos los edificios que se estudian en este trabajo y se conservan, si bien, por diversas razones, en algunos no hemos podido entrar, haciéndolo constar en su apartado corres­ pondiente y pidiendo excusas desde aquí por este inconveniente. Los edificios han sido medidos y levantadas sus plantas, lo que no ha impedido el que aprovecháramos los planos de otros autores. To­ das las plantas realizadas están a escala 1/100, para que quien desee estudiar el tema, pueda apreciar de inmediato las diferen­ tes dimensiones de las obras y tenga una idea más exacta de las mismas. Por falta de medios técnicos no hemos podido realizar, ni alzados, ni dibujos de perspectiva. Valga esto como justificación. Nuestro estudio tiene dos campos de actuación: la labor urba- nizadora y la estrictamente arquitectónica. Compartimos el juicio de Martín González de que, con la reconstrucción de Valladolid; tras el indendio de 1561, comienza el urbanismo moderno; por ello hemos empezado este trabajo en esa fecha y nuestro primer capítu­ lo se dedica pleno a este tema, No obstante, creemos que ese pro­ grama se va extendiendo y es una constante hasta que la Corte re­ torna a Madrid en 1606. Por ello, el capitulo toca, no sólo la la­ bor del reinado de Felipe II, sino también varios años del de Fe­ lipe III, interviniendo en esta acción, no sólo Francisco de Sa­ lamanca, sino también Juan de Herrera y Francisco de Mora. Gracias a ellos, Valladolid adquiere una fisonomía que llega hasta nues- troá días. Por lo que respecta a la tarea estrictamente arquitectónica, Valladolid adquiere una importancia sin parangón en la Meseta Nor­ te, se convierte en el foco más importante de la región, crea una escuela y es el punto difusor de la nueva estética. Valladolid no crea el estilo, lo importa, lo trae del Sur, de Madrid, de San Lo­ renzo de El Escorial, pero lo asimila y recrea para extenderlo por todo el territorio, creando una escuela y un foco. Para analizar­ lo, hemos articulado nuestro estudio en capítulos y apartados. Con los capítulos pretendemos hacer ver el progreso del foco: su formación, desarrollo y conclusión. Con los apartados prebende­ mos destacar los diferentes elementos: artistas, edificios, tipos. El segundo capítulo del trabajo abarca de 1575 a 1580, momen­ to en que el Clasicismo se forja en la zona con Villagarcía de Campos, se crea un prototipo y empieza a extenderse por la región. El proceso se ve en los diversos apartados que tiene al capitulo, siendo acaso lo más innovador el intendo de recuperación que ha- cemos del arquitecto Juan del Ribero Rada, primer traductor euro­ peo de Palladio, acaso la figura mas completa del foco y cuya ac­ tividad tiene un ámbito geográfico muy amplio. El capitulo tercero tiene como tema central a Juan de Herre­ ra en Valladolid. Quiza sea la parte mas innovadora del estudio, ya que incluye una notable masa documental sobre la Catedral de Valladolid en los siglos XVI y XVII. Con ello se refuerza la teo­ ría del peso decisivo de Herrera y la Catedral de Valladolid en la formación de la escuela. Es más, sostenemos que sin esta obra difícilmente se hubiese formado la escuela herreriana de la ciu­ dad. Desae 1580 Herreira, a través de la Catedral, es un ser omni­ presente en el foco, convirtiéndose en la médula espinal del mis- no. El capítulo se complementa con las obras del Archivo de Si­ mancas y perfilando la personalidad de Alonso de Tolosa y su ac­ ción en la región. El capitulo cuarto, el mas denso de nuestro trabajo, pretende mostrar el funcionamiento de una escuela completamente formada. En él resaltamos como esencial la década de los noventa del siglo XVI, momento en que se dan los frutos más sazonados y originales de sus cabezas rectoras. Es cuando se hace la fachada y delantera del Palacio de Fabio Nelli, se construye el Hospital de Simón Ruiz de Medina del Campo, la iglesia de Santa Cruz de Medina de Riose- co, la fachada de la Vera-Cruz de Valladolid y la iglesia peniten­ cial de Nuestra Señora de las Angustias de la misma ciudad. Por ello es por lo que el capitulo lleva el título de originalidad cla- sic ista, En sus apartados se estudian edificios de la envergadura del Hospital de Simón Ruiz y la iglesia de Santa Cruz, pero son los artistas quienes ocupan los sitios de honor. En él estudiamos a Juan de Nates, Pedro de Mazuecos el Mozo y la primera etapa de Die­ go de Praves. Procuramos trazar la biografía de cada uno de ellos y estudiar su obra de forma sistemática, para lo cual cada apar­ tado se subdivide en epígrafes. Al abordar la labor de cada ar­ quitecto, la cronología se hace más laxa, lo que, a nuestro jui­ cio, no hace perder personalidad al capítulo. El quinto capítulo tiene como tema central la estancia de la Corte en Valladolid, pero sus protagonistas fundamentales son el Rey Felipe III y el Duque de Lerma. Así como consideramos peculiar ZSZ el hecho del incendio de 1561, el asentamiento de la Corte en Va­ lladolid es otro hecho peculiar y extraordinario, pero de gran re­ percusión en el campo artístico* Esta repercusión va a prolongarse mas allá de 1606, dando a la escuela una nueva orientación, más se­ ca, mas desornamentada, si bien la escuela va a conocer la importan­ cia de la decoración de mármoles y pinturas en la arquitectura, aunque la tradición herreriana se mantiene pujante* Si los clientes más poderosos van a ser el Rey y el Valido, los artistas que dominan la escena arquitectónica serán Francis­ co de Mora y Diego de Praves, cuyos apartados son los de mayor ex­ tensión. Aunque la influencia de Mora es muy fuerte, hemos queri­ do resaltar la propia dinámica del foco, ante todo en fachadas y cimborrios, sectores de la edificación en los que la escuela de Valladolid plasma su personalidad a través del influjo de Juan de Herrera y su propia evolución. A su ve2, procuramos decantar la actividad de Francisco de Mora en la ciudad y resaltamos rasgos que el artista áulico define en Valladolid y que, posteriormente, se aplicarán de forma masiva en Lerma y Madrid. El capítulo sexto cierra el círculo evolutivo del foco valli­ soletano y tiene como protagonista a Francisco de Praves, al que consideramos heredero de la tradición y última figura del Clasicis­ mo de Valladolid. No tiene competidores y a su muerte nadie le sus­ tituirá. Con él desaparece el foco, lo que es visible en la etapa 1637-1640. Ni los Peña, ni Juan del Valle, ni Francisco Cillero, ni los Répide tienen la talla de Praves. Por ello es por lo que con­ sideramos que el foco muere por consunción. Praves hereda una tra­ dición que sabe mantener viva, e incluso intenta enriquecerla a través del libro, vertiendo al castellano a Palladio y a Vitruvio e incluso componiendo obras propias, siendo además su traducción del vicentino la primera en Europa que se da a la imprenta (1625). Precisamente una de sus obras más importantes, la iglesia de San Ambrosio de Valladolid, refleja influjos de Palladio. Por desgra­ cia, Praves no tuvo continuadores. El capítulo se completa con dos apartados, uno dedicado a la arquitectura civil y otro a artistas menores. En lo referente a las obras civiles, queremos resaltar dos hechos importantes: el prime«» ro, el peso cada vez más pequeño que tiene la arquitectura laica con respecto a la religiosa, particular ya destacado por Martín Vi González; el segundo, la desaparición masiva y sistemática de ese patrimonio a lo largo de los siglos XIX y XX, lo que distorsiona la visión que podemos hacernos de la época. No obstante, Vallado- lid todavía conserva algunos ejemplares de envergadura de arqui­ tectura civil, que ha estudiado Martín González. Sobre los artistas que denominamos menores, nuestro objetivo es dar ordenados los datos que de ellos conocemos para colaborar en el trazado del cuadro completo, que algún día habrá que hacer, de nuestra arquitectura. Nuestro estudio se cierra con un séptimo capítulo en el que hemos pretendido decantar nuestra forma de ver el proceso, sus ras­ gos, así como llegar a conclusiones. Debemos decir que todo ello se ciñe al foco, procurando cuidadosamente no establecer conexio­ nes ni comparaciones con otros centros. Es, pues, una visión local, ya que el trabajo es puntual, reducido a un marco geográfico y cro­ nológico al que nos hemos procurado ceñir. Confiarnos que este es­ tudio ayude en algo al mejor conocimiento de nuestro Clasicismo y nuestra arquitectura. Hasta 1561, en el campo de la arquitectura, Valladolid era un foco importante que avanzaba sin retrocesos; tenía monumentos de gran envergadura, pero carecía de artistas de renombre que hicie­ ran de la ciudad un foco de irradiación (1). Valladolid era un nú­ cleo receptor de las tendencias estilísticas que imperaban en Es­ paña, fundamentalmente de Burgos y Salamanca* A partir del segundo tercio del siglo XVI, Valladolid perfila con más nitidez su perso­ nalidad gracias a Juan de la Vega, Juan de Escalante y la interven ción, cada vez más activa, de Rodrigo Gil de Hontañón, Pero si com paramos a la ciudad castellana con Toledo, Granada, Sevilla, la zo na jienense - Baeza, Obeda, Martos, etc. - y el área murciana, po­ dremos constatar que no nos hallamos ante un foco cimero, esencial mente porque carece de esas figuras de primer orden llamadas Diego de Siloe, Pe/:ro Machuca, Quijano, Hernán Ruiz el Mozo, Alonso de Vandelvira y Alonso de Covarrubias. Esta situación se quebrará repentinamente cuando el 21 de se­ tiembre de 1561, justamente cien a^os después del incendio de 1461 que recoge el Cronicón de Valladolid, el núcleo urbano más vital de la ciudad .se ve reducido a. pavesas. Tamaño desastre, cuyo aspee to menos trágico fue el escaso número de víctimas, fue un revulsi­ vo arquitectónico sin precedentes que tuvo la ciudad, revulsivo que la hizo dar un gran paso, ya que por la catrástrofe, Vallado- lid se convirtió en la primera ciudad de la península que se plan­ teó el grave problema de la urbanización y que lo llevó a la prác­ tica. Era la primera plasmación a gran escala de uno de los con­ ceptos más ricos del universo arquitectónico del Renacimiento. Desde 1561, Valladolid pasa a ser una de las ciudades más impor­ tantes en el proceso arquitectónico español, precisamente porque acomete el problema desde un ángulo urbanístico, que sólo en las ciudades de nueva planta de la América española será llevado has­ ta sus últimas consecuencias. El desastre pareó un hito en la ciudad, y por él el núcleo urbano presenta la estructura que hoy tiene. El urbanismo es para Valladolid un hecho decisivo. Martín González dice que el sinies- tro"dio lugar a uno de los cambios arquitectó^icos más trascenden­ tales en la arquitectura española" ( 2 ) , En efecto, en la recons­ trucción que lleva a cabo Francisco de Salamanca se produce "la consagración definitiva del estilo recto moderno" (3) y la implan­ tación de "una rigurosa simetría y alineación", así como la apa­ rición de una plaza mayor"que sirvió de modelo a cuantas más tar­ de se construyeron en España" (4), La definitiva configuración de la Plaza Mayor como "lugar principal para la celebración de espec­ táculos" (5), de lugar de reunión de los ciudadanos y el definiti­ vo "carácter municipal" (6) que adquiere al emplazarse allí"el e- dificio del Consistorio" (7), así como la plásmación de un sentido de "unidad que guarda estrecho parentesco con El Escorial" (8), en una palabra, la cancelación de la urbanística medieval y el co­ mienzo de la moderna (9), es lo que hace que Valladolid sea una ciudad abanderada del nuevo estilo. El incendio y la reconstrucción de Valladolid en 1561. El 21 de setiembre de 1561, día de San Mateo, se produce en Valladolid un gran incendio de modo fortuito. En el Archivo Cate­ dralicio, en el Libro del Secreto del Prior y del Cabildo, o sea, en las Actas Capitulares, en el tomo correspondí ente a los años 1547-1579, aparece un testimonio que estractamos por considerarlo de interés. Dice así: "1561. Copia hecha de un escripto hecho por Luis Delgado quien dice fue testigo ocular del fatal estrago que acaeció en es­ ta Ciudad de Valladolid en el dia de San Matheo Aposto! que es co­ mo se sigue. En el año de mil Quinientos y Sesenta y uno dia de San Matheo Aposto! que cayo en Domingo, se prendió fuego en la Plateria con tan gran violencia, que habiéndola en breve tiempo consumido, pa­ so a la Costanilla donde hizo el mismo estrago, y en veinte y seis horas consumió parte de Cantarranas, Corral de la Copera, Mal Cocinado, media Plaza, y Consistorio, Lenceria, Joyeria, Tra- peria, Especeria, Rinconada y los Corrillos, a más de la Plateria y Costanilla que quedan referidas, que en todo se hizo el computo eran mas de seiscientas casas, todo en menos de veinte y seis ho­ ras . Empezó el fuego entre dos y tres de la noche no se pudo saber el authof de este incendio, annmie corrieron voces, fue invención de luteranos que habia entonces en esta Ciudad (a la sazón Villa). consagración definitiva del estilo recto moderno” (3) y la implan­ tación de "una rigurosa simetría y alineación", así como la apa­ rición de una plaza mayor”que sirvió de modelo a cuantas más tar­ de se construyeron en España” (4). La definitiva configuración de la Plaza Mayor como "lugar principal para la celebración de espec­ táculos" (5), de lugar de reunión de los ciudadanos y el definiti­ vo "carácter municipal" (6) que adquiere al emplazarse allí"el e- dificio del Consistorio" (7), así como la páásmación de un sentido de "unidad que guarda estrecho parentesco con El Escorial" (8), en una palabra, la cancelación de la urbanística medieval y el co­ mienzo de la moderna (9), es lo que hace que Valladolid sea una ciudad abanderada del nuevo estilo. El incendio y la reconstrucción de Valladolid en 1561. El 21 de setiembre de 1561, día de San Mateo, se produce en Valladolid un gran incendio de modo fortuito. En el Archivo Cate­ dralicio, en el Libro del Secreto del Prior y del Cabildo, o sea, en las Actas Capitulares, en el tomo correspondí ente a los años 1547-1579, aparece un testimonio que estractamos por considerarlo de interés. Dice así: "1561. Copia hecha de un escripto hecho por Luis Delgado quien dice fue testigo ocular del fatal estrago nue acaeció en es­ ta Ciudad de Valladolid en el dia de San Matheo Aposto! que es co­ mo se sigue. En el año de mil Quinientos y Sesenta y uno dia de San Matheo Apóstol que cayo en Domingo, se prendió fuego en la Plateria con tan gran violencia, que habiéndola en breve tiempo consumido, pa­ so a la Costanilla donde hizo el mismo estrago, y en veinte y seis horas consumió parte de Cantarranas, Corral de la Copera, Mal Cocinado, media Plaza, y Consistorio, Lencería, Joyeria, Tra­ pería, Especería, Rinconada y los Corrillos, a más de la Plateria y Costanilla que quedan referidas, que en todo se hizo el computo eran mas de seiscientas casas, todo en menos de veinte y seis ho­ ras . Empezó el fuego entre dos y tres de la noche no se nudo saber el authot* de este incendio, aunotie corrieron voces, fue invención de luteranos que había entonces en esta Ciudad (a la sazón Villa). Se quemaron muchas haciendas y riquezas, perecieron seis personas entre ellas una mujer de un platero con dos niñas, sacaron el San­ tísimo Sacramento en procesión de la Parroquia de Santiago, también se saco a Nuestra Señora de San Lorenzo, vino el Cabildo en proce­ sión, asistieron con gran caridad las religiones de esta Ciudad con especialidad: San Francisco, San Benito, San Pablo, San Agus- tin, la Merced, Jesuitas, Trinidad, Carmen, Vittoria; se puso en la Plaza un altar donde se dijo Misa, mas con gran riesgo supuesto, caian las brasas sobre los corporales, por el grande aire, que ha­ cia,* el desar se tuvo a obra divina pues el fuego era tal que hu­ biera a breves horas consumido a toda la Ciudad.....Valladolid y Junio 19 de 1735.....Don Joseph Gonzalez". Esta copia del siglo XVIII, formada sobre relaciones contempo­ ráneas a la catástrofe, da una idea cabal de la enorme proporción que alcanzó el incendio de 1561, y sirve de complemento a todo lo recogido por Agapito y Revi lia (10), Agapito García (11) y Arribas Arranz (12). Todos los informes vienen a coincidir en lo mismo: el incendio se inició a las dos de la madrugada del 21 de setiembre de 1561 y duró hasta el 23 de dicho mes. F,1 incendio fue fortui­ to, iniciándose en las casas de un platero llamado Juan Granada, v* extendiéndose de forma brutal en dos regueros a causa del fuerte viento reinante. Así mismo, las referencias de los lugares afec­ tados son también coinci dentes, En las Actas del Ayuntamiento, de 24 de setiembre de 1561, se especifica que el fuego había reduci­ do a pavesas "el sitio de la Costanilla e Corral de la Copera e Plaça Mayor e Rinconada e Especeria e las calles de los Corrillos de los Roperos e Joyeros e la Lenceria"(13). La comparación de las Actas Consistoriales, el informe de Antolínez de Burgos y la relación de la Catedral refleja, como es natural, que los datos del Ayuntamiento son los más completos. Los tres testimonios coinciden en los siguientes puntos: el incendio afectó a la Costanilla o Platería, a la Plaza Mayor, aun­ que la relación de la Catedral habla sólo de media Plaza; a la Rinconada, Especería y Corrillos. Las Actas del Ayuntamiento y la relación de la Catedral coinciden, además, en el Corral de la Co­ pera, Lencería, Trapería, Cnntairanas, Malcocinado y Casas Consis­ toriales. Todos estos puntos no los cita Antolínez de Burgos ; por el contrario, el historiador de Valladolid y las Actas coinciden J en la Roñería, lugar nue no cita la relación catedralicia. Por lo demas, Antolínez habla de abrasamiento de la Zapatería Vieja, que Arribas sospecha que era la Panadería Vieja y que el convento de San Francisco fue acometido por el fuejo en dos lugares. Estos dos datos no los recogen, ni las Actas del Ayuntamiento, ni la relación de la Catedralj el primero, porque acaso fuera incluido en el tér­ mino genérico de "El Corrillo", y el segundo porque debió ser in­ significante. En definitiva, de todos los testimonios, el más completo es el del Ayuntamiento y el menos explícito el de Antolínez de Burgos, siendo muy interesante la relación de Luis Delgado, "testigo ocular", que se conserva en las Actas Capitulares de la Catedral. El saldo definitivo del siniestro es contradictorioj Antolínez habla de cuatrocientas cuarenta casas destruidas y que sólo peli­ graron tres personas, mientras que la relación de la Catedral ha­ bla de seis personas muertas y más de seiscientas casas destrui­ das. Por un expediente que Arribas Arranz encontró en el Archivo de Simancas, pudo calcular estadísticamente el número de casas si­ tuadas en la zona siniestrada, dando un total de seiscientas seten­ ta. Por tanto, aunque la cifra que da Antolínez no puede ser dese­ chada, parece más fiable la de la relación de la Catedral (14). En cuanto al número de víctimas, nos parece de mayor garantía el dato proporcionado por la relación de la Catedral que el aportado por Antolínez, no sólo porque es más completa la relación, sino también porque esta da detalles, lo suficientemente minuciosos, nue dela­ tan la contemporaneidad de la fuente con respecto al siniestro. La catástrofe dejó el corazón de Valladolid por completo arrui­ nado. El 23 concluía el fuego, el 24 el Ayuntamiento levantaba acta del desastre y tomaba las primeras decisiones: pedir ayuda a Feli­ pe II y disponer la reconstrucción. Para lo primero se envía una comisión a Madrid, para lo segundo se dispone que "se haga una tra­ ça de callexS en la Piara","e para la traça dello traian a Francis­ co de Salamanca" (15). Seguidamente hay que saber quiénes han su­ frido más en sus carnes el desastre. El fuego había alcanzado de lleno al sector' comercial de la ciudad. Los mercaderes de paros, plateros, lenceros, guarnicione­ ros , vendedores de libro«, especieros, traperos y roneros, amén de todo el trato que se llevaba en la Plaza Mayor y Corrillos habían cargado con el peso de la catástrofe, y hay que tener muy presente que este sector era el más dinámico de la vida económica de la ciu­ dad • Conocido todo ello, se acomete la reedificación con un criterio de eficacia. Se busca la reconstrucción física de la ciudad y la re­ cuperación económica y el resto pasa a segundo plano, disponiéndose sobre el problema humano de los desvalidos que han perdido todo, que el Cabildo de la Colegiata se encargue de pedir limosna por e- llos y que sean aposentados "como en tiempo de Corte". Francisco de Salamanca es la figura a la que el Ayuntamiento encarga toda la labor reedificatoria. El 24 de setiembre se le or­ dena que trace las calles donde los comerciantes "hagan de presta­ do". El día 25 se le manda que haga una traza mostrando cómo estaba la ciudad antes del incendio y, a renglón seguido, levante otra planta de una ciudad nueva sobre lo incendiado, con una gran plaza donde ha de colocar el Ayuntamientoj el resto del espacio que lo reparta en calles "para que'ellas se pongan los tratos e oficios" (16). Ambas trazas se enviarán a Felipe II. No sabemos quién es Francisco de Salamanca^ no hemos logrado aportar ni un nuevo dato a su enigmática persona. Sabemos que era vecino de Valladolid, que tenía un hijo arquitecto llamado Juan de Salamanca, que sejllama trazador de obras y maestro carpintero^ re­ construyó Valladolid, colaboró con Rodrigo Gil en bajar el coro de la Segunda Colegiata de Valladolid en 1568, fue maestro mayor de las obras de Simancas, trabajando en las cuales muere a comienzoá de 1573, ocupando entonces su puesto su hijo Juan (17), Así pues, no conocemos ni su formación, ni su estilo, ni su catálogo de o- bras. Por ello la figura de Salamanca difícilmente puede ser juz­ gada • Así pues, a Francisco de Salamanca se le encarga el proyerto de reedificar Valladolid. El proceso va a ser largo y complicado, no sólo por el trabajo que ello exige, sino también por la acción de intereses particulares y la intervención del Rey. Al abordar este particular, vaya por delante el que no conservamos las trazas, por el contrario, existe una rica documentación, que nos ayuda en parte a subsanar esta laguna. El estudio, pues, lo realizamos a partir de los documentos, no del material gráfico. Francisco de Salamanca lleva a cabo los diseños del nuevo Va- lladolid, es decir, cjiie realiza lo que hoy se denomina función ur­ bani z a d o r a (18), De este hecho ya tienen conciencia los regidores vallisoletanos y como prueba, ahí están las Actas del Ayuntamiento del o de octubre y 28 de noviembre de 1561, en las cuales a Fran­ cisco de Salamanca se le llama maestro de carpintería y trazador de obras y a Juan de Escalante maestro de cantería, pues este ar­ tista sólo traza el Ayuntamiento (19). Así pues, en 1561 se aprecia claramente que Francisco de Salamanca está haciendo una labor no común: la reconstrucción de una ciudad. Por ello es por lo que Fe­ lipe II va a intervenir desde el principio. Salamanca comenzó a trabajar desde el 25 de setiembre efc los proyectos de reedificación (20), encardo que se rerite el 5 de oc­ tubre, al tiempo que se le asocia Juan de Escalante (21). El 17 de noviembre Francisco de Salamanca, entrega las trazas y el Ayuntan i en to le encarda que vaya con ellas a Madrid a fin de que las vea Fe­ lipe II (22), El 28 de noviembre aparecen dos nuevos datos: el pri­ mero, que Juan de Escalante ha dado unas trazas de las Casas Consis toriales y que su proyecto ha sido elegido, rechazando el de Sala­ manca; el segundo, que Francisco de Salamanca ha hecho una ntmva traza de la ciudad por encargo del Presidente de la Audiencia. Es­ ta traza levanta ampollas en algunos regidores (2o). Por último, el 21 de febrero de 1562 se paga a Francisco de Salamanca doscien­ tos cincuenta ducados por .su labor de trazador, precio muy alto que refleja lo costoso del proyecto de reconstrucción de Vallado- lid (24). Según todo esto, podemos concluir oue Francisco de Sala­ manca real izó su labor de traza en Valladolid, entre el 25 de se­ tiembre y el 17 de noviembre de 1561, es decir, en menos de dos meses. Pero si esta es la acción del Ayuntamiento, hay que t^ner muy presente la intervención real. Martín Gonzáles ha señalado con in­ sistencia esta activa acción del monarca (25). Felipe II promete a- yuda a su ciudad natal. El 9 de octubre de 1561 el Rey remite dos cartas, una al Ayuntamiento y otra a la Chane i 11ería, de idéntico contenido, donde se ordena "hagase dar una buena traca" (26). He a- qui la explicación de por qué la Chancillería encargara una traza a Francisco de Salamanca. Todos los provectos que hiciera Salaman­ ca, más el de J?3an de Escalante para las Casas Consistoriales, fue­ ron remitidos a Madrid a fin de ser estudiados por Felipe IT; con prueba de ello es, que los documentos repiten de forma sistemática que las trazas las hace Salamanca. No obstante Escalante va a pro­ yectar el nuevo Ayuntamiento, es decir, no va a intervenir en la parte urbanística, sino que actuará en un sector; su labor será, pues, muy parcial, ciñéndose a dar las trazas de las nuevas Casas Consistoriales, que debían sustituir a las primitivas abrasadas por el fuego. Las trazas de Escalante fueron preferidas a las de Salamanca, "por pareçerles que la traca que tiene hecha Juan de Escalante es menos costosa e mas vistosa e provechosa para esta vilia". La traza fue remitida a Madrid junto con el proyecto gene­ ral • La llegada de Francisco de Salamanca y las trazas a Madrid es un hecho muy importante, pues refleja, no sólo un acto de colabora­ ción de gran peso, sino también el proceso de centralización que se esta desarrollando a lo largo de la centuria, proceso que va ha­ ciendo cada vez más decisiva la intervención real en todos los cam­ pos. Además, cuando Salamanca llega a Madrid,están trabajando jun­ to al Rey dos figuras importantísimas para la arquitectura españo­ la: Juan Bautista de Toledo, nombrado arquitecto real el 12 de a- gosto de 1561, y Juan de Herrera, colaborador suyo desde esas fe­ chas. El problema que encierran estas conexiones es de un notable interés, no sólo por lo que representa para Valladolid, sino tam­ bién, dando la vuelta a la situación, por Jo nue puede implicar Va­ lladolid como modelo urbano para obras de urbanización posteriores, como Madrid y Toledo. Francisco de Salamanca estuvo en Madrid, como mínimo, hasta el 15 de diciembre de 1561, fecha en la que el Ayuntamiento le or­ dena volver (30). Ignoramos qué pasó en la Corte en ese tiempo. Llaguno dice, que fue en esas fechas, cuando Juan Bautista de Tole­ do lleva a cabo los proyectos para reconstruir Valladolid (31). El juicio de Llaguno hay que matizarlo, pues hoy sabemos que el pro­ vecto fue llevado de Valladolid a Madrid y que el proyecto había sido realizado por Francisco de Salamanca y encargado por el Ayun­ tamiento y la Chane i 11ería. Lo que no saberos es lo que ocurrió en Madrid. Es seguro que Felipe II estudió el proyecto en Consejo y es lógico que en él estuviera Juan Bautista de Toledo, ya que e- ra el arquitecto del Rey. Ignoramos qué pudo aportar el artista a los proyectos de Salamanca, ya que no conocemos documentación al ¡o respecto ; sin embargo sospechamos nue a él se le pueda deber el en­ sanche de las calles del provecto de Salamanca, ensanche nue va a acarrear graves problemas con el vecindario vallisoletano. Como ca­ recemos de información, nada más podemos decir al respecto. Según los datos que conocemos, Francisco de Salamanca volvió a Valladolid sin las trazas, quedando éstas en Madrid. Salamanca pidió entonces su salario de doscientos cincuenta ducados al Ayun­ tamiento, que se lo abono el 21 de febrero de 1562, ganándose serios enemigos en el Regimiento, particularmente Alonso de Santisteban (32). El 19 de marzo de ese año, Felipe II expide una carta real en la que especifica cómo debe llevarse a cabo la reedificación; Salamanca es llamado a Madrid de nuevo y se le dan las trazas finales del proyec­ to de reconstrucción (33). Felipe IT comunica al Ayuntamiento, que las trazas que trajo Francisco de Salamanca han sido vistas y estudiadas con máximo de­ tenimiento y discutidas y analizadas en Consejo. Las trazas fueron en algunas partes corregidas y puntualizadas. Dichas trazas deben ser respetadas y cumplidas a rajatabla, tanto en lo referente al tamaño, orden y forma de la Plaza Mayor y Casas Consistoriales, co­ mo en las restantes casas; por lo que se refiere al nivel v dere­ chura de las calles y la forma en que se han de edificar las vivien­ das particulares, fundamentalmente por lo que respecta a delantera, ventanas y altura. Todo ello se tiene que hacer así, va que el ob­ jetivo del Monarca es que "no solo se restituya e repare el daño hecho, mas que con esta ocasión se ennoblezca acreciente v engran­ dezca esta Villa por la particular voluntad que le tenemos y ñor ser uno de los más principales e importantes lugares destos nues­ tros reinos". La concepción urbanizadora que guía el pensamiento de Felipe II a la hora de reedificar Valladolid, queda reflejada de forma me­ ridiana en esta carta real. El otro aspecto que refleja el documen­ to es, cómo Francisco de Salamanca se ha convertido en un artista de Felipe IT. Por último, la carta deja bien patente que en las tra­ zas llevadas de Valladolid hubo reformas* Cuales fueron éstas y quienes las hicieron es algo que no hemos podido averiguar. La car­ ta real dice que "mandamos algunos de nuestro Consejo tratar e pla­ ticar sobre todo". Las reformas que tuvieron lugar en las trazas es logico que se debieran al grupo de arquitectos que rodeaban a Feli- ¡i pe II en este momento. Aunque no sabemos con precisión las correc­ ciones realizadas en Madrid, podemos asentar lo siguiente: el pro­ vecto de reconstrucción de Valladolid fue obra de Francisco de Sa­ lamanca y realizado en la misma ciudad, excepto el Ayuntamiento, que lo trazó Juan de Escalante. Las trazas fueron enviadas a Madrid, don­ de se modificaron en algunos puntos y remitidas después a Vallado- lid con el mismo arquitecto. Así las cosas, debían iniciarse las o— bras • Nueve días después de escrita la carta, el Rey remite otra des­ de los Toros de Guisando, por la cual se da facultad al Ayuntamien­ to para poner una sisa, de hasta treinta mil ducados, en el vino y en la carne, que afectaba íntegramente a toda la ciudad sin distin­ gos, a fin de recabar fondos para la reedificación, ya que "es para caso tan extraordinario y £ara tan gran ornato y ennoblecimiento y acrecentamiento desa villa y para tanto beneficio público" (34). La acción real cuso consternación. No sólo el Ayuntamiento ha­ bía perdido la iniciativa, sino que los proyectos habían sido alte­ rados sin su intervención y Francisco de Salamanca se había con­ vertido™^ una pieza clave de la acción del Regimiento, sino en un hombre del Rey; para colmo, la decisión real de establecer impues­ tos que afectasen a todos por igual había levantado ampollas (35). El 6 de abril de 1562 comienzan los preparativos para la ree­ dificación y Francisco de Salamanca dispone los primeros mojones y cordeles para ir delimitando toda la labor. Había llegado el momen­ to de las realidades. El proyecto de la nueva ciudad había causado ya mucho malestar, como para no esperar una réoiica a la disposi­ ción real. Esta tuvo dos campos: uno, el jurídico; el segundo, una actuación di recta contra Franc i seo de Salamanca• El primero ya ha sido analizado de forma sistemática por Arribas Arranz y a él nos remitimos. Sólo reseñaremos que fue ganado por los intereses parti­ culares y los estamentos de Valladolid. El segundo es el que Vamos a abordar, porque fue el que afectó mas directamente al asnecto ur­ bano de Valladolid. Al llevarse a cabo la labor de amojonamiento y acordelamiento, los antiguos propietarios de suelos vieron como eran afectados en su mayoría, ya por pérdida completa del solar, ya ñor notables am­ putaciones. I.a protesta fue enérgica y el ° de abril, dos días des­ pués de iniciarse las labores, presentan, a través del vecino Me]- chor de Castro, una petición con una queja asombrosa: que Francisco de Salamanca "no entiende el echar del cordel e manera de tracar co­ mo conviene que se debe haçer" (36), Pero si causa asombro la que­ ja, admira todavía mucho mas que el Ayuntamiento la recoja y nombre a Juan de Escalante y a Juan de la Vega, para que lleven a cabo el trabajo con Salamanca. El ataque contra el arquitecto era claro y en él estaba, involu­ crado un sector del Ayuntamiento, sector del cual sabemos el nombre de uno de los personajes que lo componían: Alonso de Santisteban, El introducir en la dirección de la obra a Juan de Escalante y a Juan de la Vega tenia por objeto el neutralizar el enorme poder que Fran­ cisco de Salamanca había acumulado, poder que se había hecho mucho mas temible, en cuanto que las decisiones habían pasado, de la mano del Ayuntamiento, a la de Felipe II, Por ello, Francisco de Salaman­ ca había dejado de ser el hombre del. Ayuntamiento y se había con­ vertido en un hombre del Rey, Juan de la Vega y Juan de Escalante, vallisoletanos y arquitectos de prestigio en la ciudad, son las dos esplendidas pesas que el Ayuntamiento pone para contrarrestar la in­ fluencia real. La maniobra es demasiado clara como para pasar desa­ percibida. ¿Como es posible que unos simples vecinos digan que Fran­ cisco de Salamanca no sabe su profesión y piden que sea sustituido por otra persona de ciencia, conciencia y experiencia? ¿Cómo es po­ sible que el Ayuntamiento lo aceptara? Lo que nosotros vemos aquí es una clara maniobra que pretende defender unos intereses, y esa maniobra va contra Francisco de Salamanca porque es el ejecutor de la disposición real. La contrarréplica de Salamanca no se hizo esperar; coartado en su capacidad decisoria por Vega y Escalante y teniendo frente a sí a gran parte del Consistorio y a la mayoría de los lesionados por la reforma, no ceja en su empeñó, ya que cuenta con el apoyo real y con las trazas que han sido impuestas por el Rey, Ê1 sigue ade­ lante y traza la calle de la Costanilla, hoy Platería. El problema que presenta esta calle saea a la luz una de las reformas que de­ bieron realizarse en Madrid. Por lo visto, en el provecto aprobado en Valladolid y remitido a Madrid, la calle de la Platería tenía treinta pies de ancho, es decir, ocho metros y cuarenta centímetros; en la Corte se reformó y se dió a lo calle una anchura de treinta y cinco pies, es decir, nueve metros y ochenta centímetros, ríe ahí una parte del secreto de la lucha, las lesiones causadas por la ur­ banización nueva* Esta reforma bien puede deberse a Juan Bautista de Toledo* La inflexibilidad de Salamanca le enfrentó con todos, pero su energía fue tan grande, que se empezó a trazar la calle se­ gún lo disponía la traza aprobada por Felipe II (37). Se había llegado a una situación límite. El Ayuntamiento se reúne el 29 de abril para tratar el problema y pedir al Rey la re­ ducción de la anchura de la calle de la Platería, de treinta y cin­ co a treinta pies; el 18 de mayo se decide que el Corregidor, Fran­ cisco de Salamanca y Juan de la Vega vayan a ver al Rey para encon­ trar una salida a tan embrollada situación. Lo que pasó en Madrid lo ignoramos, pero debió llegarse a una transación entre todas las partes. El 12 de junio de 1562, Felipe II remite una carta al Regimiento vallisoletano en la cual se dis­ pone ,Tque se haga otra traça y montea.... mudando en algunas cosas de la pasada”. Dicha traza se hace en Madrid y se "envía con esta nuestra provisión”. Esta referencia delata que el Rey había decidi­ do ceder ante los intereses particulares de los ciudadanos. La nue­ va traza que se hace en Madrid, no es un proyecto de nueva planta, sino rectificación de algunas partes de la primera traza hecha por Salamanca y retocada en Madrid. El paso atrás del Rey en lo refe­ rente al proyecto, se contrarresta con el reforzamiento de su con­ fianza en Francisco de Salamanca $ en la misma carta se da una or­ den tajante: Salamanca, "que por nuestro mandado ha entendido en lo de las dichas tracas”, será el encargado de urbanizar la ciudad plan tando mojones y acordelando, teniéndole ene acompañar en su labor el Corregidor y dos regidores. Es sintomático que Juan de la Vega, el arquitecto de confianza del Ayuntamiento enviado a Madrid, no a- parezca para nada, a igual que Juan de Escalante. Felipe II no es­ tá dispuesto a ceder un palmo más en el asunto y si bien ha pasado por la rectificación de las trazas, no está dispuesto a que los nue­ vos proyectos se diseñen en Valladolid. Los nuevos planos se hacen en Madrid, pero en ellos no intervine otro que Salamanca, como bien lo expresa el Monarca. Luego las nuevas trazas son también de Sala­ manca. A esto hay que sumar que quien lleva a cabo la labor será ese arquitecto y nadie más. He ahí 3a prueba de confianza del Rey con el arquitecto vallisoletano. Todo este conjunto de trazas, de las que no conservamos ningu- na, se complementan con un corpus de ordenanzas, publicadas por A- gapito García, que nos permite hacernos una idea aproximada de có­ mo fue la reedificación. El 11 de abril de 1563, el Rey envía una carta al Ayuntamiento y en ella se da cuenta del quebranto que representó para los valli­ soletanos, el que a lo largo de 1562, las obras estuviesen prácti­ camente detenidas, frenazo debido al enfrentamiento entre Francis­ co de Salamanca - y en última instancia, Felipe TI - y el Ayunta­ miento de Valladolid, que se oponía a que el proyecto fuese lleva­ do adelante según las trazas del arquitecto vallisoletano, retoca­ das en Madrid, La misma carta enumera el espacio que Francisco de Salamanca toma de viviendas para liai izar la futura Plaza Mayor, ese espacio es cogido de la Rinconada y Lencería. La misma carta dispone, de forma imperativa, que la Plaza Mayor se lleve a cabo según lo dis­ puesto en las trazas de Salamanca y no permite que el espacio se re duzca veinte pies, para que las calles queden ortogonales al espa­ cio central. La misiva dispone que la montea del Ayuntamiento sea realizada en Valladolid y remitida a Madrid, "para nue vista provea mos lo que convenga". Los dos últimos aspectos importantes que trata la carta real eles, que en esa fecha se ha desescombrado todo Valladolid siniestra­ do con dinero públicoj el segundo aspecto es la exigencia real de estar por completo al tanto de todo el proceso, ordenando "que de lo que hicieren nos envien relación’1. Inmediatamente se desplaza a Valladolid el Doctor Gasea, del Consejo Real y pieza fundamental de la intervención de Felipe II en la villa, ya que no sólo cumple funciones ejecutivas, sino que también es la correa de transmisión entre el Rey y Francisco de Sa­ lamanca. Gasea se presenta en Valladolid con plenos poderes (38) y da unas directrices claves, sustituyéndole después el Licenciado Luis de Vargas, Gasea va a ser el codificador de toda la función edificatoria, y gracias a su labor quedan completamente estructu­ radas todas las disposiciones emanadas a lo largo de 1561 y 1562. Al llevar a cebo la reglamentación personas vinculadas directamen­ te con el Mona.rca, el proceso de reedificación queda así como una obra realizada, al unísono, por el Rev y el Ayuntamiento, Fil primer punto que merece destacarse de las múltiples orde — J í nanzas dadas, es que Francisco de Salamanca queda como "maestro e veedor de las obras así de lo tocante a las casas del Consistorio como de todo lo demás concerniente a la traça e reedificación de- lia", con un salario de cuarenta mil maravedís* El segundo aspecto que plantea es el trazado de las calles* En los Corrillos desaparecen varias callejas, la acera quemada del Corral de la Copera queda igual de trazado, pero las casas que se reedifiquen deberán seguir la disposición general de las monteas dadas; se abre una calle que va, desde la Platería a Nuestra Seño­ ra del Val y San Benito el Real; se abre otra calle que se extien­ de desde Cantarranas al Esgueva; se regulariza el Ochavo; se en­ sancha la calle de Orates y se manda derrocar todas las restantes casas de la Plaza Mayor, en la Acera de San Francisco, que sobre­ vivieron al incendio, para reedificarlas de nuevo con las nuevas trazas. Las nuevas casas se levantarán - al menos en sus fachadas y sobreaguas - según los proyectos de Salamanca y las disposiciones dadas por Felipe II. Las casas tendrán las esquinas reforzadas con un pie derecho de cantería, carecerán de horno para evitar incen­ dios y se modifican los cortafuegos, sustituyéndolos por muros de carga sin madera. Los aspectos más concretos de las ordenanzas se refieren a las fachadas. Estas serán unitarias; en ellas habrá por­ tadas de piedra, que el Ayuntamiento regala si la edificación se lleva adelante a lo largo de 1563; dichas portadas tendrán entre nueve y doce pies de anchura y tienen que ser puertas enteras y no partidas. Estas disposiciones sólo se alteran en el Ochavo, en el que cada lado deberá cobijar tres puertas. Los entresuelos no po­ drán ser volados por encima del portal. En el primer piso se abri­ rá una ventana, partida y proporcionada, con media reja y balcón de hierro; en el segundo piso se abrirá otra ventana, pero con an­ tepecho de ladrillo y en el sobrado se abrirán dos ventanas, En es­ te último piso se flexibilizan las disposiciones, ya que si la an­ chura lo permite, se podrán abrir más huecos. Pero todo ello debe ceñirse a "como lo diere tracado Francisco de Salamanca trazador de dicha obra". La^ordenanzasjdisnonerka ampliación de las Panaderías, así co­ mo de las Carnicerías; igualmente se dispone la demolición de las aceñas que están junto al puente de San Benito y que en ese solar / se abra calle y se edifique una alhóndiga, cuyas dimensiones exi­ gen el aprovechamiento del espacio de cuatro casas quemadas de la Rinconada. El Ayuntamiento, que todavía está por labrar el 25 de agosto de 1563, tendrá base de cantería y los sillares serán labra­ dos como los del arco de la casa del Licenciado Butrón, y se orde­ na que lo primero que se debe de levantar es la delantera. Las disposiciones terminan con una clausula reveladora: "todo lo tocante a los edifiçios de la reedificación se guarde açerca de— lio lo por su magd. proveído y mandado y lo que conforme a la dicha traça diere ordenado y por parecer Francisco de Salamanca tracador al cual mando entienda en lo de la dicha traça y reedificación de- lia" (39). La labor de reconstrucción es uno de los mayores méritos que tiene en su haber el Ayuntamiento vallisoletano. Agapito García a- portó una rica documentación al respecto, documentación incremen­ tada por García Chico, Agapito y Revilla, Martín González y Arribas Arranz. Este ultimo dedicó al incendio y a la reconstrucción una monografía y a ella nos remitimos (40). Nosotros nos centramos en la reedificación desde una perspectiva arquitectónica y urbanísti- C 3. # # Las obras se rigen por dos principios: la intervención real y la eficacia. A la primera se debe, entre otras cosas, los puntos une Felipe II dispone que se lleven a cabo, éstos son: (41) 1. - El Rey quiere saber y entender la forma en que se llevará a cabo la reconstrucción. 2. - Establece tres objetivos: a) reparar el daño causa­ do; b) realizar con brevedad la reedificación; c) edificar previniendo para el futuro posibles nuevos riesgos de incendio. 3. - Que se hagan trazas para la reedificación. 4. - Que la reedificación se lleve a cabo con calles rec­ tas y sin esconces 5. - Que se construya una Plaza Mayor amplia. 6*- Que se nombre a una persona que entienda la traza, es decir, que haya un maestro mayor. 7.- Que en la nueva edificación se favorezca a los tra­ tos, es decir, que se favorezca la vida comercial y de negocios, que fue el sector más afectado ñor el / F incendio• 8«- Que se busque el método para evitar que los materia­ les se encarezcan. 9. - Que se levanten cortafuegos de ladrillo o piedra. 10. - Que se tienda a la erradicación de la madera en la construcción. 11. - Que los caños de las chimeneas sean vigilados y no puedan construirse si no es bajo supervisión de o_ ficiales. 12. - Que si sería conveniente dar algún privilegio para la pronta reedificación de la ciudad. 13. - Que se cree un "cuerpo de bomberos". Al criterio de eficacia del Ayuntamiento se debe la organiza­ ción del trabajo y la forma en que se lleva a cabo la reconstruc­ ción. Francisco de Salamanca empezó prestamente su labor, y el 18 de agosto de 1562 el Rey envía a Valladolid al Licenciado Mencha­ ca y al Doctor Velasco, a fin de que inspeccionen el cumplimiento de la traza. Ambos señores del Real Consejo van con plenos poderes. Su aparición nos parece un gesto típico de Felipe II; por un lado, un rasgo característico de deseo de información; por otro, un acto de fuerza y de afirmación y confianza en Francisco de Salamanca. El trabajo de reedificación se acelera desde la aparición de los dos comisionados de Felipe II« Las obras comienzan por todas partes y se inician las tasaciones de aquellas zonas no afectadas por el fuego, pero sí por los planes de reforma. Desde noviembre de 1562 comienzan a acarrearse materiales para la construcción y en los primeros tres meses de 1563 se lleva a cabo el total deses­ combro de todo el área siniestrada y se planifica toda la zona de la Fuente Dorada, planificación que acarrea nuevos disgustos a Fran­ cisco de Salamanca y que el Rey soluciona a su favor de forma in­ contestable (41 ) . A partir de estas fechas, la figura de Francisco de Salamanca se hace borrosa y su protagonismo deja paso a otras figuras que se encardan de la reedificación material del. casco urbano. A Salaman­ ca se le ve acordelando y amojonando e interpretando las trazas, pero no se encarga de ningún tipo de destajo. Su misión, pues, nue- da del imitada a trazar, explicar y dar directrices. La reconstrucción de Valladolid fue un reclamo, que atrajo a numerosos maestros del arte de la construcción al socaire de las posibilidades de trabajo que allí se daban. Las fortunas inverti­ das en las obras es un capítulo que está por hacer y que merecería un análisis atento por parte de expertos en Historia Económica. Francisco de Salamanca, una vez vertebrado todo el asunto, narece desaparee erjy toman la iniciativa múltiples maestros. Las grandes susmas invertidas, el vasto espacio en que se trabaja, la numerosa mano de obra que se podía absorber, permitió un proceso construc­ tivo y remodelador not todas partes a la vez. El que se trabajase al unísono en diferentes puntos, y al final quedase la estructura formando un todo unitario, se debe a la conjunción de Felipe IJ, el Ayuntamiento y Francisco de Salamanca, conjunción que generó un ideal urbanístico de carácter unitario, que va a ser desarro­ llado con inteligencia y energía. En el cumplimiento de las tra­ zas y sus disposiciones adjuntas radica el secreto de la unidad del nuevo casco urbano de Valladolid. La forma, de trabajar fue a base de compañías o cuadrillas, sis tema de trabajo tradicional en la cantería y que permitía el labo­ reo a destajo, método muy eficaz en cuanto que imprimía gran velo­ cidad a las obras, pero de poca confianza, ya que sus realizacio­ nes no solían ser muy perfectas. La labor de reedificación puede dividirse en dos grandes sectores: por un lado, la construcción del Apuntamiento, donde interviene Juan de Escalante activamente,* de otro, la reedificación del resto de la ciudad. La documentación conocida nos permite precisar dos cuadrillas slaves: la formada por Juan de la Vega y un séquito de albañiles de poca monta (42) V la formada por ^edro de Mazuecos el Viejo, Pedro Salvador, Pe­ dro de Zamora, Juan Ruiz, Alonso de Meneses, Juan Rodríguez, Pe­ dro y Domingo de Azcutia (43)„ Al morir Pedro de Azcutia, se in­ corpora a esta cuadrilla Pedro de Mazuecos el Mozo, hijo de Pedro de Mazuecos el Viejo, que había sido nombrado alarife de la ciudad (44) . El trabajo de estos grupos fue enorme, pues actúan desde 1563 y en 1588 siguen todavía laborando en las últimas huellas del in­ cendio, Trabajan al por mayor y así, por ejemplo, sabemos míe el 20 de abril de 157.'», Juan de la Ve^a y su cuadrilla han asentado trescientas setenta y siete nortadas de piedra, labor que ha sido inspeccionada el 15 de abril de 1570 por Francisco de Salamanca v Hernando del Río. Del mismo tipo es la noticia de que Pedro de Ma- zuecos el Viejo se ha encargado de la construcción de las casas de la Plaza Mayor (45). El sistema de trabajo es muy parecido al que se aplica en El Escorial, es un modo de trabajar rápido y ágil. Este trabajo de cua drilla es rentable y eficaz, porque existe una nueva organización en la forma de desarrollar la arquitectura. En efecto, mover gran­ des masas de dinero, dirigir a numerosos hombres y trabajar en múl­ tiples partes de un gran espacio a la vez implica que, para que ha­ ya resultados eficaces, exista una organización sólida y que fun­ cione. La organización es lo que se ha ido creando a lo largo de los últimos meses de 1561 y todo el 1562, Quien dirige toda la la­ bor de Valladolid es una máquina compleja técnica y administrati­ va. El sector técnico está en manos de Francisco de Salamanca, que solo abandonara cuando muera. El sector administrativo queda en manos del Ayuntamiento, que deposita su confianza en una comisión y a la que pone a su servicio un escribano para que lleve los con­ tratos y la contabilidad de ingresos y gastos. Por último, planean­ do sobre esta estructura se encuentra Felipe IT, que con su sombra lo abarca todo, ayudándole en Valladolid el Doctor Gasea y Francis­ co de Salamanca. Esta cabeza rectora elabora y da las disposiciones oportunas para que los proyectos se lleven a la práctica, dirigiendo y tasan­ do las obras Francisco de Salamanca, que desarrolla en Valladolid una actuación muy parecida a la de Juan de Herrera en El Escorial y Madrid. Todos los restantes miembros de este cuadro,que es la re­ edificación de Valladolid, obran de acuerdo con lo emanado de tal núcleo, carecen de iniciativa propia y se limitan a plasmar en pie­ dra y ladrillo los provectos y las disposiciones complementarias. Juan de la Vega y los demás artistas que trabajan en la reedifica­ ción son simples ejecutores, los brazos de ese cerebro. Por ello creemos que es Francisco de Salamanca quien verdaderamente reedi­ fica Valladolid, porque él fue quien dió las trazas y dirigió las obras hasta su muerte. Otro aspecto en el que se aproxima Salaman­ ca a Juan de Herrera es en su forma de actuarj el artista valliso­ letano no cogió ningún destajo, sólo dirimió las oh^as. Hemos di clio que las obras se llevaron a cabo por diversos si — 20 tíos a. la. vçz. ii, f ec t i vame nte , los documentos corroboran ests aser­ to. Los particulares realizaron una intensa labor constructiva, encargando la reedificación de sus viviendas a modestos artífices. Estos, por supuesto, tenían que plegarse a las trazas de Salaman­ ca y a las ordenanzas dadas por Menchaca y Gasea. Vamos a ver la labor de conjunto. El trabajo de reconstrucción y remódelación afectó tanto a la parte incendiada como a las adyacentes. El trabajo es activísimo, se esta actuando en el Ayuntamiento, Azoguejo, Cantarranas, la Co­ rredera de San Pablo, Corrillos, Especería, Francos, la actual Fuen­ te Dorada, Guadamacileros, Lencería, Lonja, Manzana, Ochavo, Pasión, la Actual Cánovas del Castillo, Panadería, Platería, la actual Pía» za Mayor y Rinconada. Dejando a un lado el Ayuntamiento, que vere­ mos mas adelante, en el Azéguejo ya se está trabajando el 22 de no­ viembre de 1562 y precisamente allí se han infringido las normas dadas, ya que las casas que está levantando un tal Juan López se salían del cordel y se ordena que "se hagan más adentro". Es el mismo mal que ocurre en Cantarranas. Precisamente la zona del Azo- guejo o Mercadillo fue el punto donde se inició el incendio, ya que ese paraje era el formado por el actual final de la calle de la Platería, la iglesia de la Vera-Cruz, que todavía no existía a- 11í, Conde Ansúrez, Guadamacileros, Rúa Oscura y Hacías Picavea. En el entorno se sigue trabajando el 11 de julio de 1564 y el 1 de octubre de 1565, comprando suelos el Ayuntamiento y a veces ex­ propiándolos de modo forzoso (46), En 1576 esta zona estaba com­ pletamente arreglada y presentaba en su trazado urbano la dispo­ sición que hoy tiene; sin embargo había solares sin edificar, y en los cuales sólo se había levantado las delanteras y tejados provi­ de 1sionales, tal era el caso que hoy ocupa la iglesia penitencial de la Vera-Cruz, solar que fue pedido por los cofrades al Ayuntamien­ to,a fin de edificar allí la residencia de la cofradía (47). Al mismo tiempo que se está trabajando en el Azoguejo, se ini­ cia una amplia labor de urbanización y reconstrucción en Cantarra­ nas. En 1562 se está trabajando ya en esta zona, pues hay disposi­ ciones de cédulas reales de 22 de noviembre de dicho año; se insis­ te enérgicamente que las casas se restrinjan y ciñan a la^ líneas de rempianteo. En esta zona se hallaba el Corral del Abad, dependen­ cia que fue afectada cuando la reconstrucción» Francisco de Sala- manca ordenó esta zona como hoy está, trazando la calle de Canta- rranillas, calle que recoge las ordenanzas del Doctor Gasea de 25 de agosto de 156o. En 1564 y 1565 se siguen tomando suelos para la reedificación (48). El area denominada los Corrillos, verdadero dédalo, sufrió una transformación radical en el proyecto de Salamanca, Esta zona en­ globaba las denominadas Casas de Juan de Morillo. Por los infor­ mes que conserva el Ayuntamiento, podemos colegir que los Corri­ llos fueron si sternat izados en una estructura de retícula y con el mismo dibujo que hoy conservan; además, se les descongestionó al ampliarse y racionalizarse el espacio público. Sobre esta zona hay noticias constantes y metódicas de una labor de reconstrucción des­ de 1562, labor que no sufrió parón alguno y que parece concluir en 1567 (49). Toda la zona del actual Corrillo se fusionaba y regularizaba con las calles de la Especería, Lonja, lencería y la Plaza del 0- chavo, formando así una arteria que unía la Rinconada con la actual Fuente Dorada y se creaba de esta forma el barrote más imnortante de la vida comercial de Valladolid. Xada más apagarse el fuego, se inician en este sector las labores de desescombro y primeros cona­ tos de reconstrucción, que cuajan de forma definitiva en 1563, fe­ cha en la que se ha conseguido un equilibrio de fuerzas en la cúpu­ la rectora de Valladolid y Francisco de Salamanca trabaja sin cor­ tapisas, apoyado de forma incondicional ^or Felipe IT, que ha in­ troducido otro hombre de confianza en el Ayuntamiento: el Doctor Gasea (50). Las obras de este sector concluyen con las de la Rinconada, Corral de la Copera, Guadamacileros y calle de la Manzana. En to­ do este sector se está trabajando de forma intensiva en 1563, lle­ vándose a cabo notables ampliaciones y modificaciones del primiti­ vo trazado (51). El otro eje de la obra por esta zona fuá la actual calle de la Platería o Costanilla, uno de los puntos que más conflictos a- carreó a Francisco de Salamanca. Perpendicular con la Especería, su nunto de unión con ésta dio paso a cue se desarrollase la Pla­ za del Ochavo, punto que ya existía en el siglo XV y en el XVI se hizo en ella una fuente. Con esas dos grandes líneas maestras, de la Rinconada a la Fuente Dorada, y del Azogue jo a la Lencería, que- daba racionalizada y urbanizada toda la zona más castigada por el incendio del 21 de setiembre de 1561 (52). Las labores de reconstrucción se fusionan con las de remodela- ción,que llevó a cabo el mismo Francisco de Salamanca. Como ha de­ mostrado Martín González, por decisión real, la remodelación afec­ tó a zonas no tocadas por el fuego (53), principalmente la actual calle de la Pasión, llamada en aquella época Pasadizo de Don Alon­ so Niño, la vía que va desde la Costanilla a la Corredera de San Pablo, la actual Fuante Dorada y la actual calle de Cánovas del Castillo, conocida antiguamente por Orates y otros nombres de gre­ mios. La reforma alcanzó hasta la calle de Francos y la de la Li­ braría, como documenta Martín González. Al extenderse las medidas aplicadas de la parte siniestrada a sectores no abrasados, el ob­ jetivo que se pretendía era crear un núcleo urbano homogéneo y re­ gido por unos principios iguales, que dieran al corazón de la ciu­ dad un cariz unitario, moderno y elegante. Efecto plenamente conse­ guido, según se deduce de los escritos de viajeros y poetas de fi­ nales del siglo XVI y comienzos del XVII, cuando la corte estuvo en Valladolid (54). La restante labor edificatoria se condensó en la Plaza Mayor y en el Ayuntamiento en ella trazado. La Plaza \>ayor ha sido uno de los puntos esenciales del urbanismo vallisoletano que más ha me­ recido la atención de Martín González (55), definiéndola como "mo­ delo a cuantas más tarde se construyeran en España" (56). La idea de crear una gran plaza es del Ayuntamiento, como ya hemos visto (57) y este proyecto es mantenido y reforzado por Feline II ^58) • En la Plaza Mayor se trabaja de forma sistemática desde finales de 1562, afectando las obras a las actuales calles de Ferrari y Pasión, con lo que se conseguía la unificación de este espacio con la Fuente Dorada, creándose así una línea continua de urbanización desde la Plaza de Santa Ana hasta la calle Núñez de Arce. La fa­ chada del convento de San Francisco tuvo también que remodelarse por imperativos de la labor urbaniza.dora (59). La construcción de un Ayuntamiento en la Plaza Mayor es otra condición que impone el Concejo vallisoletano a Francisco de Sala­ manca ( 60 ) . El edificio se colocaría eo un costado de la Pinza -Li­ vor y opra el dio trazas Francesco da Salamanca y Juan de Escalan­ te, optando el ‘egi^iento nor las del se mu n d o, a las o u e conside — raba mas baratas y mejores. Desde ese momento emnieza un Perezoso y vacilante transcurrir de las obras que no van a tener fin hasta 1604, fecha en la que el Ayuntamiento puede considerarse acabado. Sobre esta fábrica han aportado información Agapito y Revilla (61), Alonso Cortes (62) y Martin Gonzalez (63), pero su desaparición ha privado a Valladolid de una de las piezas más interesantes de ar­ quitectura civil de la segunda mitad del siglo XVI. Nada más concluir el incendio, el Ayuntamiento ordena a Fran­ cisco de Salamanca que, en el espacio que va a ser Plaza Mayor, se deje un gran solar para en él edificar las Casas Consistoriales. Se mejante norma es altamente significativa y delata el proceso de per feccionamiento que va adquiriendo, a lo largo del siglo XVI, el po- der local; su concentración en un espacio propio es un rasgo de mo­ dernidad, complejidad y desarrollo. El que se pretenda edificar el Ayuntamiento en la Plaza Mayor, es decir, en el corazón de la ciu­ dad, es todo un símbolo que bien merece un análisis social y polí­ tico. Desde un principio el Ayuntamiento es concebido como una pie­ za importante de todo el proceso urbanístico, y debe ser trazado en consonancia con todo el programa de reconstrucción que se orde­ na llevar a adelante a Francisco de Salamanca. Las trazas dadas por Salamanca no gustaron y se aprobaron las de Juan de Escalante y éstas, junto con los proyectos generales de reedificación, fue­ ron enviadas a Madrid. Sobre este particular no parece que Felipe TI diera disposiciones correctoras, al menos no conocemos documen­ tos que lo testifiquen, aunque desde el principio tuvo buen cuida­ do de estar al tanto de todo el proceso. Sin embargo, las obras no empezaron. Aunque las trazas aceptadas fueron las de Juan de Escalante, las monteas fueron realizadas en Valladolid en 1563 por expresa disposición de Felipe II y remitidas a Madrid "oara cue se escoia la mejor" (64). Basándonos en las ordenanzas, podemos deducir que Francisco de Salamanca fue el verdadero director de las obras has­ ta su muerte. Nada sabemos de las relaciones de Salamanca y Esca­ lante, ni tampoco de cómo eran las trazas; la documentación habla de nue el Ayuntamiento debía tener un basamento de hiedra v una portada con sillares traba.jados como los de la Casa de Butrón, ro nada más. r>e- Si de 1& estructura de] edificio nada podernos decir corone carecemos de datos, si podemos sostener oue con el edificio del Ayuntamiento se pretende condensar en un punto y único local la labor edilicia dispersa, rasgo heredado de la Edad Media v one en Valladolid presentaba un buen ejemplo de dispersión, habiendo lo­ cales municipales en la Plaza de Santa María, hoy de la Universi­ tät Y en la Acera de San Francisco. Las obras fueron lentas y, a la muerte de Francisco de Salamanca, parece one estaban muy poco avanzadas, sustituyéndole en el cargo su hijo Juan de Salamanca, que está al frente de la empresa hasta 1576, año en que muere (65). Las obras debieron detenerse en estas fechas y según la docu­ mentación conocida, resulta significativo oue no ararezca ningún arquitecto que sustituya al citado Juan de Salamanca. En 1576 Va­ lladolid esta reconstruida en sus rasgos generales y, aunque toda­ vía se seguía edificando, el programa urbanístico estaba conclui­ do. Lo que quedaba era labor de particulares y los noderes oúhli— eos, lo que debían hacer ya, era preocuparse por el cumplimiento de lo dispuesto en las trazas y ordenanzas. Es significativo que, desde 1576, Felipe TT preste menos atención a todo el problema, fi­ lio nos hace considerar que las lineas maestras del provecto se ha­ bían realizado, fin este contexto ouedabe.n por levantar tres obras de importancia: las Casas Consistoriales, Las Panaderías v las Carnicerías. El Ayuntamiento necesitaba un respiro, ya que su economía se encontraba en un estado critico. Cuando las obras cobren nuevo im­ pulso en la decada de los ochenta, ya no será Francisco de Salaman­ ca quien dirija las obras, sino Juan de Herrera y Valladolid entra asi a formar parte del campo de acción que fue la actividad urba­ nística del gran Aposentador de Felipe II. Por lo que se ha podido apreciar, la labor de reedificación se hizo con rapidez. Abarcó, aproximadamente, desde 1561 a 1576, si bien es cierto que en muchos lugares los solares quedaron yer­ mos y sólo se levantaron fachadas y cubreaguas, lo oue no imoide el considerar oue en 3.o76 las obras fundamentales estaban termina­ das, a excepción de las Casas Consistoriales (65). El mérito del Ayuatamiento, del ’ey y de Francesco de »Salamanca er a enorme y és­ te se acrecienta si io compar a mo.s con los fracasos urbanísticos de Toledo y U a d r i d• 2 Una vez visto el proceso de reconstrucción, créenos estar en el punto más idóneo para comprender el significado que encierra la urbanización de Valladolid. Martín González define que, con la re­ construcción de Valladolid, concretamente con la Plaza. Mayor, se cancela "la urbanística mediaval y empieza la moderna" (66); es decir, estamos ante un hecho decisivo. En efecto, en España tene­ mos información de dos obras de urbanización de envergadu ra ante­ riores a las de Valladolid: la construcción de Santa Fe de Grana- 3̂. y la reconstrucción de Medina del Campo. Santa Fe se Presenta en unas condiciones especiales, pues, de hecho, era construir u— na ciudad de nueva planta, aspecto que no ocurre en Valladolid. Santa Fe presenta una organización al estilo romano de los castra, si bien hay que tener presente que tales estructuras ya aparecen en las bastidas medievales y no hay que olvidar que Lucio Marineo Siculo afirma, que el plano de Santa Fe copiose del de Rriviesca (67) . Por lo que respecta a Medina del Campo, la similitud con Va­ lladolid es mucho mayor, ya que ambas ciudades tuvieron que ser re­ construidas tras un desastre; sin embargo, del incendio de Medina del Campo a consecuencia de las guerras de las Comunidades y su proceso de reconstrucción, muy poco sabemos en la actualidad. San­ ta Fe y Medina del Campo son dos eslabones destacados de la labor urbanizadora de la España de comienzos de la Edad Moderna, oue pue­ den ayudarnos a comprender mejor la labor de Valladolid. Valladolid se moderniza por una circunstancia excepcional: el incendio de 1561. Sin embargo, la forma de cómo se realizó la re­ construcción es innovadora. Por un lado, al fijar en una sola per­ sona la responsabi1 i dad de proyectar; por otro, la gran importan­ cia oue adquieren las trazas. Francisco de Salamanca va a ser la persona en quien recaiga la tarea planificadora, con ello Salaman­ ca se adelanta en el tiempo a J^an de Herrera, ^up proyectó la ur­ banización de Madrid (68) y Toledo (69). Salamanca tiene nue re­ construir el corazón de uno ciudad de gran peso político v econó­ mico, de ahí la envergadura de su acción y la preocupación de to­ dos - Ayuntamiento, Felipe TI y arquitecto — ror los provectos. Las trazas van a ser las grandes protagonistas de la acción constructiva. A Salamanca se le imponen unas condiciones r*ue res­ peta escrupulosamente, precisamente ñor ello se rannrá la confianza i real o Salamanca da las soluci onas sobro ol oarel, ©s decir, lieva a cabo una acción de gabinete,de forma metódica y lógicaj hace u — na traza completa, incluidas las Casas Consistoriales, que fueron rechazadas » Así pues, en las trazas que van a Madrid Salamanca da una solución completa del problema0 Para nosostros, ésto es una nueva concepción de hacer arquitectura, una concepción que ya no es sólo pragmática, sino también especulativa y donde la imagina­ ción, la geometría y el cálculo son los pilares fundamentales con el buen hacer técnico. La importancia que van a tener las trazas lo demuestra el hecho de que, por ellas, disputarán el Ayuntamien­ to y la Chancillería, por ellas estudiará Felipe TT en Madrid la re­ construcción de Valladolid, por las trazas levantarán las obras los arquitectos y cuadrillas (70). De lo que se deduce de las trazas, por las ordenanzas y los documentos podemos colegir que los elementos claves de todo el nro- yecto de reconstrucción de Valladolid serán las calles, las casas, la Plaza Mayor y el Ayuntamiento. Tanto el Ayuntamiento, como Felipe II, ordenan a Francisco de Salamanca que organice el nuevo trazado de Valladolid partiendo de las calles (71). Este punto lo consideramos de notable interés, Martin Gonzalez recoge testimonios que hablan con elogio de la an­ chura de las calles vallisoletanas (72) y va a ser él quien diga que es ahora, en la segunda mitad del siglo XVI, cuando se de "la consagración definitiva del sistema recto moderno" (7o), Nosotros creemos que eso se debe a que la ciudad se concibe como un todo orgánico, como un espacio que tiene que ser articulado. Es indu­ dable que al estarse reconstruyendo un área comercial, como era la parte incendiada de Valladolid, la importancia de la calle es de primera magnitud, máxime en una época en que el carruaje empezaba a adquirir un peso notable (74). Aánque estos factores son decisi­ vos, nosotros opinamos que la revalorización de la calle se encuen­ tra en un cambio de visión de la forma de concebir la ciudad, es decir, el núcleo urbano se dispone como un espacio articulado ñor ejes, one son las calles y, supeditados a ellos, se colocan los edificios. Es esta una concepción típicamente renacentista nue es­ ta en Vitruvio y que recogerá y reinterpretará Alberti en su tra­ tado "De re aedificatoria". Al convertirse la calle en un elemen­ to veri obrador del espacio urbano, se produce lina suoeditaci6n de la casa a la calle y una. preocupación por trazar calles rectas y anchas, justamente lo que se va a dar en Valladolid. Las calles de Valladolid van a tener soportales, "otra de las constantes típicas déla arquitectura española" (75) y uno de los rasgos típicos de la edificación vallisoletana. El soportal es un elementos heredado de la Edad Media, que acaso remonte su origen a las stoas griegas y a los grandes centros porticados romanos, en una palabra, es una original solución mediterránea nacida por ne­ cesidades funcionalesj sin embargo, si en la edificación de Valla­ dolid el soportal sigue desempeñando su labor funcional, la colo­ cación de este elemento hace pensar que hubo también otro criterio a la hora de disponer esta pieza en las calles. En efecto, los so­ portales abarcaban todo el recinto de la Plaza Mayor, a excepción del Ayuntamiento, al menos eso refleja la maqueta conservada, la actual calle de Ferrari, la Fuente Dorada y el eje Fuente Dorada- Rinconada. En la actual calle de la Pasión - antiguo Corral de Don Alonso Niño - se proyectaron levantar soportales también, pero se tuvo que renunciar a ellos porque era una vía estrecha. Así nues, los soportales en Valladolid están situados en dos ejes orincipa- les convergentes en un punto: la Fuente Dorada. En esta dls-n0si- ción no sólo vemos un rasgo funcional - en tales lugares se con­ centra el comercio —, sino también un clero deseo de jerarouiza— cion, ya que donde se hallan asentados los soportales son los ejes fundamentales de todo el programa de ordenación urbana. La calle que mejor expresa el concepto que se aplica en Va­ lladolid es la de la Platería, como bien lo ha hecho notar Martín González, si bien es precisamente en esta calle donde anarece "la tendencia a formar espacios cerrados que nos vino de los musulma­ nes" (76). En estas calles y en las diferentes plazas se levantaron las nuevas viviendas, en las que desaparecen "las desigualdades en al­ tura y en dirección" (77) y se fija "una rigurosa simetría y ali­ neación" (78). El tema de la vivienda vallisoletana ha sido estu­ diado con detenimiento por Martín González (79), Según los d.ocu- wenft t js que conocemos, Francisco de Salamanca parece que no trazó planos de casas, sino sólo los exteriores, es decir, faenadas y cubreaguas. í̂n las monteas encontrarnos el miŝ io oroceso de racio­ nalización que se aprecia en el trazado urbano. El dibujo one Die— Z * go Pérez Martínez reaüza en el siglo XVIII de un frente de la Pla­ za Mayor, nos permite tener un testimonio gráfico bastante fiel de cómo eran las casas levantadas según el provecto de Francisco de Salamanca. Si confrontados el dibujo con las ordenanzas del Doctor Gasea, podemos sostener que lo edificado fue siguiendo con rigor lo ordenado.- Las ordenanzas especifican que se haga una nortada, un primer piso con balcon y reja, un segundo piso con una ventana y un sobrado con dos. El dibujo responde fielmente a esta disno— sic i ón. El primer rasgo que llama la atención es la altura de las vi­ viendas, consecuencia lógica de su lugar de emplazamiento y en ín­ tima relación con la carestía del suelo y la especulación. El se­ gundo aspecto es la uniformidad. Los pisos se organizan por medio de impostas lisas y los vanos se recuadran con cadenas (80). En la montea se puede apreciar ese lento proceso de asimilación de los nuevos conceptos arquitectónicos, junto con soluciones cons­ tructivas tradicionales. Moderna es la forma de entender las fa­ chadas, con su gusto por la horizontalidad, que lleva consigo el arquitrabamiento en el estilo herreriano (81), así como una "im­ placable sequedad decorativa" (82). Pero los recursos en ellas em­ pleados siguen siendo los tradicionales: tradicional es la forma de articular el soporte, el uso de la zapata, la forma de dispo­ ner los arcos de descarga. Con ello podemos concluir, en Vallado- lid se usan conceptos arquitectónicos nuevos y elementos tradicio­ nales, es decir, se implanta un orden clásico riguroso, ñero ci­ mentado en un propicio ambiente nacional (83). La culminación de todo el proceso urbaniza.dor de Valladolid concluye en la Plaza Mayor. Martín González ha sostenido siempre que "el trazado moderno de Valladolid no aparece hasta que se re­ construye la Plaza Mayor en estilo herreriano" (84). Así pues, la import a ncia de la P laza es decisiva,. La Plaza es concebida como un espacio de grandes dimensiones, regular y que debía alojar al A- yuntamiento. La actual Plaza Mayor de Valladolid era la primitiva Plaza del Merc(?do, como lo demostró documentalmente A garito y Pe- villa (85), asi pues, su raíz es ser un centro económico (86), Es­ te aspecto ha sido resaltado nor Martín González, precisando ^ue su carácter mercantil afectaba también a. "los actuales soportales de Cebadaría y los He la Fuente Dorada" (87)« Este carácter de ¿ centro económico lo mantendrá a partir de su reconstrucción y bien lo demuestra la preocupación del Ayuntamiento por los "tratos". Lo que se hará a partir de 1561 es regularizar la localización de es­ tos en el espacio urbano. Es más, si nos basamos en la toponimia, podemos sostener que toda la zona remodelada era un gran mercado, una zona de trato con una vitalidad económica fuerte. El ser una zona mercantil va a llevar aparejado el ser un cen­ tro de reunión, punto que resaltó Robert Ricard (88) y sostienen Cervera Vera (89) y Martín González (90). Estos aspectos vinculan este espacio urbano a la tradición mediterránea del agora y el fo­ ro (91). A ello va unido íntimamente el que se convierta en un centro de espectáculos, aspecto que ha dejado probado ampliamente Martin Gonzalez (92)• Pero, ante todo, la nueva Plaza va a defi­ nirse como un espacio municipal, al perfilarse, desde el primer momento, como el lugar a donde ha de estar el Ayuntamiento. Ricard ya precisó este carácter de la Plaza y Martín González lo define con claridad (93), presentando a la Plaza Mayor de Valladolid co­ mo un ente comercia] y municipal. La Plaza Mayor es concebida como un gran espacio regular, con el que están en íntima relación calles y viviendas (94). Este con­ cepto, que define Martín González, va a ser, desde nuestro punto de vista, uno de los elementos decisivos que se asienten en Valla­ dolid. En la ciudad castellana se urbaniza todo un sector del cas­ co urbano y la Plaza Mayor .está dentro de ese contexto, ñor ello, vamos a intentarlo ver todo en conjunto. Todo el programa de reconstrucción tenía por meta la raciona­ lización de la ciudad, objetivo conseguido de forma satisfactoria, como bien refleja el mapa del siglo XVIII y el actual trazado ur­ bano. Lo construido es un gran cuadrilátero irregular con tres gran­ des ejes: uno que va desde la calle de la Pasión a la Fuente Dora­ da j un segundo de la Fuente Dorada a la Rinconada y un tercero for­ mado por la calle de la Platería, que va desde el Azoguejo a la Lencería. Estos tres ejes se compaginan con tres grandes espacios: la Plaza Mayor, la Rinconada y la Fuente Dorada. Estos elementos son el esqueleto y los puntos neurálgicos del programa reedifica- torio. &n torno a ellos se articulan los puntos secundarios, míe son: Azoguejo, Corral de la Copera, Ochavo y Corrillos, para ce­ rrarse con un conjunto de estructuras terciarias, que son las ca- Iles restantes. Hay, pues, desde nuestro punto de vista, una clara tendencia a coordinar y regular todo el conjunto por medio de una ordenación. A veces, todo el conjunto engarza con el resto del nú­ cleo urbano,enganchando con Olleros, la Colegiata, San ßenito el Real y San Pablo* Esta regulación estaba, además, en consonancia con la función que el núcleo urbano tiene de centro administrati­ vo y comercial. Si volvemos la vista a la ciudad reconstruida en su conjunto, podemos precisar una serie de aspectos importantes. En primer lu­ gar, el desarrollo de la calle. Se tiende a buscar calles regula­ rizadas, que tracen ejes ortogonales y permitan los espacios de en­ filada y la perspectiva. Esta creación de focos visuales es una característica de la urbanización de Valladolid y como prueba., ahí están los puntos de encrucijada. Por su esnectacularidad, quien más destaca es el eje de la Platería, aspecto ya estudiado ñor Martín González (95), rematada en un extremo por el Ochavo y cerrada en el otro por la excelente fachada déla Vera-Cruz, uno de los edifi­ cios españoles mejor corcebidos con mentalidad urbanística. Otro punto de fuga es el que va desde la calle de la Pasión, Acera de San Francisco, Ferrari hasta Fuente Dorada; estructura rectilínea que engarza a la Plaza Mayor con uno de los ejes r̂i reinales del espacio urbano reconstruido. Este eje se pontencia gracias a la li­ mitación espacial que generan los soportales, forjadores de un es­ pacio cerrado y rectilíneo y verdadera línea de fuerza que arras­ tra a la visión. El tercer punto de foco visual es el vórtice de la Fuente Dorada, encrucijada en la que convergen dos ejes, el ve­ nerado desde la calle de la Pasión y el que viene de la Rinconada. Quedan focos visuales secundarios, como el del Corrillo, hoy dete­ riorado y el de la calle de Jesús, que establece un espacio de en­ filada con la calle de Santiago, atravesando la Plaza Mayor. Las calles fueron ampliadas y regularizadas por necesidades funcionales y estéticas y pasaron a ser los elementos vitales de la función edilicia. El desplazamiento valorativo de la casa a la calle implica un proceso de transformación mental del hombre de la ónoca, que queda bien patente en Valladolid. Francisco de Salaman­ ca es el primero en España, nj-e sepamos, en llevar adelante, hasta sus últimas consecuencias, este concento. Su aplicación hace nue Va11 ado1 id se transforme en una ciudad moderna en cuanto conce^- ción urbana« Dentro de este contexto de trazado se proyecta la Plaza Mayor como una estructura recular y culminación de todo el proceso urba­ nizados La estructura regular va a ser el modelo nara las restan­ tes plazas españolas (96). La regularidad, pues, es una de las con­ cepciones esenciales de todo el proyecto vallisoletano. Dentro de todo ello hay que decir que la Plaza se concibe como un rectángulo abierto, lo que Martin González llama "en plan de encrucijada" (97); este rasgo, a nuestro juicio, se debe a que la Plaza se urbaniza dentro de un contexto unitario, es decir, que no es un eslabón ais­ lado, sino una pieza clave en todo el programa urbano, que ha sido concebido como una articulación de ejes - calles - y espacios - pla­ zas -, Esta concepción se repetirá en el proyecto de Gómez de Mora para la Plaza Mayor de Madrid. En efecto, la Plaza Mayor de Valla­ dolid está abierta por sus esquinas, la Acera de San Francisco for­ ma parte de uno de Jos ejes principales conformadores de Ja nueva estructura urbana; además, los accesos a la Plaza Mayor están en enfilada, lo que permite lineas visuales como la trazada por lasba— llesjde Jesús y de Santiago. U Pero, al mismo tiempo, la Plaza se individualiza del entorno, no solo por su tamaño y fuñe ion, sino también al proyectarse "como el patio de un gigantesco Escorial" (98), con sus sonortales y la simetría e igualdad de los elementos que la conforman. Los soporta­ les ciñen la Plaza y sólo queda exento de ellos el Ayuntamiento. Aunque no hay un espacio aislado, sí hay un espacio individuali­ zado y regularizado. Por todos estos conceptos vistos, asumimos plenamente la defi­ nición de Martín González de que "se cancela con esta plaza la ur­ banística medieval y empieza la moderna" (99). Juan de Herrera en Valladolid. La amuitectura civil y el urbanis- mo • De toda la obra proyectada en 1561, quedaba por concluir el edificio del Ayuntamiento, precisamente, producirse una intervención de Juan de He Jugar destacado en Ja labor aran itectónic artista trabajará en la Cuarta Colegiata, en relación con ól, va a mera. Valladolid es un a del gran arauitecto. El en el Archivo He Simancas J e intervendrá en el urbanismo de Valladolid. A estos hechos debemos sumar el que trazó el retablo mayor de la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos (lOO? y que trabaja en Tordesillas en colabo­ ración con Alonso de Tolosa (101). El traoajo urbanístico de Juan de Herrera en Valladolid puede considerarse como la segunda parte del.proceso desencadenado en la ciudad tras el incendio del 21 de setiembre de 1561; Herrera replan­ tea una serie de obras que ya estaban señaladas en el proyecto de Francisco de Salamanca y que quedaron sin ejecutar o estaban a me­ dio hacer, pero al lado de ellas Herrera acomete una labor nueva, labor de ingeniería y saneamiento, al disponer los abastecimien­ tos de agua potable de la ciudad que crece sin cesar. Herrera inter­ viene al unísono en todas ellas, lo que delata que Feline II seguía interesado en Valladolid. 1̂ 1 o0 de octubre de 15S5, Juan de Herrera, ha dado " los nivelog y trabas para el edificio de las fuentes y casa del Consistorio nue­ vo y Panadería" (102), Herrera, núes, parece que da las trazas del Ayuntamiento. La súbita aparición de este dato plantea serios pro­ blemas en el proceso constructivo del edificio. En efecto, como ya se estudió anteriormente, Francisco de Salamanca y Juan de Escalan­ te dieron sus trazas de Casas Consistoriales en 1561, siendo acep­ tadas por el Regimiento las del segundo. Estas trazas se remitie­ ron a Madrid, y no parece que Feline II pusiera ningún obstáculo sobre el particular. En 1563, el Rey ordena al Ayuntamiento nue levante monteas del edificio que se quiere construir y fme se las envíen a la Corte, para allí escoger las que mejor parezca. Igno­ ramos quien o quienes realizaron estos trabajos, lo cierto es que se llevaron a cabo y ese sector pasó a ser englobado bajo la direc­ ción de Francisco de Salamanca, que estuvo al frente de todas las obras hasta su muerte en 1573. Su puesto fue ocupado por su hijo Juan de Salamanca hasta 1576, año en que muere. A partir de este momento parece que las obras del Ayuntamiento quedan detenidas. La paralización de la labor constructiva marca el fin de una etapa0 Desde 1575 soplan en Valladolid nuevos vientos y, a partir de esa fecha, un nuevo estilo se impone en la zona, gracias a la decisiva intervención de Pedro de Tolosa, Juan Del Ribero Rada y Juan de Vates. La Colegiata de Villagarcía de Campos, la Santa Es­ pina y las Huelgas Peales de Valladolid, así como las obras inme- Ó3 diatamente posteriores de la Cuarta Colegiata y San Benito el Real de la citada ciudad son los puntos claves del cambio de estilo de la región* Las trazas de 1561 y 1563 para las Casas Consistoriales deberían parecer anticuadas ante el nuevo gusto o En ello midiera es­ tar uno de los motivos de deseo de cambio por parte del Ayuntamien­ to, una vez que se recuperó económicamente en la década de los o- chenta. En 1584, el Concejo encarga a Francisco de Montalván nue­ vas trazas de las Casas Consistoriales» El ingeniero v arquitecto estuvo trabajando en ellas hasta mayo de 1585 (103), pero la apa­ rición de Juan de Herrera en Valladolid va a ser un nuevo motivo de replanteo* El Ayuntamiento pidió al arquitecto que diera trazas para las Casas Consistoriales* El artista cumplió el encargo v el 30 de octubre entregó al Consistorio los proyectos. Martín González considera, que tanto Montalván, como Herrera, lo que hacen es "adoptar los planos antiguos a las nuevas realida­ des" (104), es decir, que en lo fundamental se respetó el proyec­ to de Juan de Escalante. Del Ayuntamiento no conservamos ninguna traza: ni la rrimiti- va de Francisco de Salamanca, rechazada por el Consistorio; ni la de Juan de Escalante, aceptada por el Concejo y el Rey; ni la de Francisco de Montalvan, ni la de Juan de Herrera. Además, no cono­ cemos apenas datos documentales y, por último, el edificio se derri­ bó en 1879. Martín González considera que, tanto Montalván, como Herrera, modifican las primitivas trazas y se da el impulso deci­ sivo al edificio (105), pero poco más puede decirse. Herrera intervino en el trazado del Ayuntamiento, ñero no fue su ejecutor. Le las obras se encargó Diego de Praves, que llemó a ostentar el cargo de arquitecto municipal entre otros muchos. Pra­ ves llevó adelante la edificación y el 28 de julio de 1600 debían estar bastante adelantadas las obras, pues ese día el artista da condiciones para la pintura de las Casas Consistoriales, trabajo del que se encarga Francisco Martínez (106). En 1604, Pedro de Ma- zuecos el Mozo está trabajando en las últimas obras del edificio (107). Por la documentación conocida podemos decir, que el nuevo Ayuntamiento estaba concluido en 1605 (1^8), Por el plano de Val 1 a. d olid. del siglo XVTTJ, rodemos col emir que el Ayuntamiento era un edificio cuadrangular, cuvo fondo alcan­ zaba la calle del Peso. Alonso Cortés publica una descripción del siçlo XVIII, de -ran utilidad para precisar algunos rasgos del e- dificio (109). Como no tenía patio; sin embargo, en el inventario de trazas nue publi­ ca Agapito y Revilla, aparece la siguiente información: "N. 6. 0- tra traza y m o n t e a de las casas del Ayuntamiento y tejados con el patio que se había de hacer" (113). Según Martín Gonzalez, "el an­ tiguo Ayuntamiento de Valladolid resulta una versión contrarrefor- mista del palacio español de gusto austríaco" (114), es un trasoían­ te de la arquitectura doméstica (115) y uno de los primeros albores del denominado estilo Austria (116). Sobre la maqueta de madera del Museo Arqueológico Provincial de la ciudad, nos queda por decir que es un curioso ejemplar, al pare­ cer bastante figl al original. Acaso sea de la misma época nue la de la Catedral. Comparada con la representación del Ayuntamiento del plano del siglo XVIII, hay que destacar su similitud, pero Martín Gonzalez ya señalo las diferencias que existen entre el ejemnlar en madera y la descripción que el portugués Pinheiro hace de la fábri­ ca en su Fastigina (117). Ademas de en el Ayuntamiento, Juan de Herrera interviene tam­ bién dando trazas en las Panaderías. El nuevo edificio de las Pana­ derías fue también preparado por Francisco de Salamanca en su re­ planteo de 1561, tras el incendio, e iba a ser una construcción de envergadura, cuya misión era sustituir a las primitivas "Panaderías Viejas" que el fuego redujo a cenizas. Pero, a igual que las Casas Consistoriales, las Panaderías no se levantaron dirigiendo las o- bras Salamanca, sino que el proyecto quedó dormido, así que Herre­ ra, en 1585, dió nuevas trazas que fueron las que se realizaron. Las antiguas Panaderías estaban al lado del Corrillo y allí se levantan las nuevas. Se erigieron algunas partes que se vinie­ ron abajo el 30 de agosto de 1585, entonces el Ayuntamiento encar­ gó las trazas a Herrera, que las dió. Contrataron las obras Juan de Nates y Juan de Mazarredonda (118). Ignoramos cuando se acaba­ ron y cómo eran. En las Carnicerías también intervino Juan de Herrera. Este edificio se incendio en la noche del 6 al 7 de amosto de 1587, El Ayuntamiento ordeno su inmediata reconstrucción, dando las trazas Diego de Praves, que ya era maestro mayor de la Cuarta Colegiata, con las cuales fue a Madrid para nue las viera Juan de Herrera v diera su visto bueno; rasgo que delata la constante vigilancia nue ejercía Felipe II sobre su ciudad natal. i El nuevo edificio se levantaba sobre el antiguo en la actual plaza de Onésimo Redondo, pero había sido concebido con mayores proporciones# En su edificación intervinieron de forma tniiv activa Diego de Praves y Pedro de Mazuecos el Mozo, concluyéndose la obra en 1602 (119)# Martin Gonzalez publica un dibujo de las Carnicerías, que es el único testimonio gráfico hasta ahora conocido (120). La fábrica se levantaba sobre un basamento de piedra con dos ojos ñor donde corría el Esgueva, asi pues, la edificación estaba sobre el río pa- f^vorocér la limpieza# Encina del basamento se Inventaba una es­ tructura de ladrillo de dos pisos y tejado a dos aguas, con un cuer­ po saliente que era donde se abría la puerta# Todo este sector es muy similar al de las viviendas levantadas cuando la reconstrucción de 1561# La portada tiene almohadillado en la forma oue se usa en Valladolid en la segunda mitad del siglo XVI (121). A excepción de la rica portada, el edificio parece una traslación de los provec­ tos de Francisco de Salamanca. Con estas intervenciones, Juan de Herrera parece ocimar el pues to de Francisco de Salamanca en las tareas de reconstrucción de Va­ lladolid# Pero la labor fundamental del arouitecto va a centrarse en otra faceta de la urbanización vallisoletana de la Edad Moder­ na: la traída de aguas. Este aspecto, que visto en sí mismo es u— na función de ingeniería que muy poco tiene que ver con la Histo­ ria del Arte, es básico y trascendental para la historia del urba­ nismo. Herrera trazó una de las infraestructuras vitales de servi­ cio que tuvieron vigencia basta el siglo XTX y aún en el XX. Este capitulo ha sido estudiado con detenimiento por Aganito v Revilla, que realizó un extenso y documentado estudio ñor el que nos mu i amos y al que remitimos para mayor información (122). El agua fue siempre un problema para Valladolid. En el último cuarto del siglo XVI éste se acrecentó, ya que el Esgueva se había convertido en un colector y sus aguas corruptas - el río era un verdadero albañal — habían sido factores de rrimera fila en las ias de 1580 y 1682« La necesidad de obtener amua ob]imó al Ayuntamiento atraer ésta de la Fuente de Argeles. El Concejo con­ siguió que el monasterio de San Benito el Peal le cediese el dere­ cho que tenia sobre el viaje de Argeles, y una vez conseguido este punto capital, lo comunicó a Felipe TI, oue di ó el visto bueno en 3J- Madrid* el 24 de die? epibre de 1583. Por dicha provisión se esta­ blece que se hagan las obras de la Fuente de Argales, que costarán veintiocho mil ducados, dihero que se sacará de la sisa que hay en la ciudad, puesta para la reconstrucción. Las aguas verterán en tres fuentes :- la Costanilla, o sea, en la Platería (seguramente en la Plaza del Ochavo); la plaza del Almirante, o sea, donde hoy es­ tán las Angustias; y en la plaza de Santa María, es decir, en la actual plaza de la Universidad, Obtenidos todos los requisitos, el Ayuntamiento encarga a Be­ nito de Morales que lleve a cabo el trabajo. El arquitecto debió ser contratado en marzo de 1584 y en abril ya aparece recibiendo libranzas. Junto con Benito de Morales aparece, desde un primer mo­ mento, Gonzalo de la Barcena y ambos elaboran las trazas que pre­ sentan en el Ayuntamiento en junio de dicho año. El Ayuntamiento, con las trazas en la mano, decide llevarlas a Madrid para que las vea el Rev y de su parecer sobre ellas Juan de Herrera. La supeditación del Consistorio vallisoletano al Monar­ ca se ve clara en este comportamiento. La política iniciada por Felipe II con Francisco de Salamanca en lo referente a Valladolid mantiene toda su vigencia. Con esta medida' se volvía de nuevo a la postura de 1561, es decir, a la gravitación del Ayuntamiento so­ bre la Corte. Herrera dio su dictamen y parece que también inter­ vino en el asunto Juan de Valencia. Las trazas , fueron remitidas a Valladolid nuevamente y a Benito de Morales se le pagaron cuatro­ cientos ducados por su lo.bor. Con los proyectos en Valladolid, el Ayuntamiento encarga las obras a Francisco de Montaivan, que se ha hecho cargo también de levantar el edificio del Ayuntamiento. Mo parece que fuera muy a- certada la dirección de Montalván, pues las obras, al parecer, su­ frieron danos, lo que soliviantó al Ayuntamiento, que se reúne con urgencia el 26 de abril de 1585, para ver con Montalván los daños ocasi onados • La fortuna no acompaña al esfuerzo, el Ayuntamiento pide nue­ vas trazas a 'ontalván, ignorando nosotros si eren mènera1 es o r̂ r'- cíales, aunque n0r las breves referencias eue hay en las Actas del Regimiento nos hace pensar que eran trazas completas. Estos nuevos proyectos fueron remitidos de nuevo a Madrid para que los estudia­ ra ,T,ian Herrera. El artista debió guardarse la opinión, va eue 3 S' no había estudiado el problema sobre el terreno, lo que hizo nue la situación llegara a un punto muerto con grave quebranto rara el erario municipal. No obstante, el Regimiento no desmaya y el 9 de agosto de 1585, se dispone el que se llame a Juan de Herrera para nue venga a Va­ lladolid, estudie la situación y de nuevas trazas, estando dispues­ to el Ayuntamiento a pagar por todo ello la enorme suma de "hasta novecientos ducados". Herrera aceptó la propuesta y se encargó de las obras, pero, según parece, el Ayuntamiento le encargó al uní­ sono las trazas de las Casas Consistoriales y las de las Panaderías. Diez días después, el 19 de agosto, el Ayuntamiento propone que se escriba al Regimiento de Burgos a fin de que permita desplazarse a Valladolid a oernardo Toriano, fontanero, "oara nue oueda venir a esta villa a ver las dichas fuentes y dar su parecer en ello". Es­ ta medida que toma el Regimiento y, que al parecer, no se lleva a cabo, denota un ultimo intento de aprovechar la situación ^ue exis­ tía y no embarcarse en nuevo« proyectos costosos, como era el que se pedía a Juan de Herrera. Juan de Herrera realizó un trabajo largo y concienzudo, traba­ jo que concluyó el 30 de octubre de 1585, es decir, dos meses lar­ gos de trabajo invertidos en el análisis del terreno, estudio de las condiciones y elaboración de proyectos y trazas. Juan de Herre­ ra entregó el proyecto en el Ayuntamiento y le fue abonada la grue­ sa suma de mil ducados. El 9 de enero de 1586 el Concejo vallisole­ tano se reúne en sesión para discutir el problema de la trida de aguas; sobre la mesa hay tres proyectos: el de Benito de '»orales y Gonzalobde la Barcena, el de Francisco de Monta!ván y el de Juan de herrera. Los dos primeros habían acarreado serios quebrantos y los resultados no eran satisfactorios, por el contrario, el terce- ro, carísimo, no había sido aplicado todavía y, además, venía en­ vuelto con la aureola de Juan de Herrera, el arquitecto de mavor prestigio en ese momento de España. El proyecto de Juan de Herrera fue el aprobado y aceptado, ordenándose que se sanuen copias de él y el original se guarde en el archivo. Una vez míe Herrera diera les trazas, tornó a Madrid junto al P.ey y el Ayuntamiento decidió nombrar por maestros veedores, es de­ cir» como directores de las obras a Gonzalo de Ja Barcena, que des­ de un principio había intervenido en las obras y a Alonso de Tolo- 3 l sa, que por esas fechas llevaba adelante las ob^as de la Cuarta Colegiata y que ya había tenido experiencia en obras de ingenie­ ría cuando trabajó en Tordesillas con Juan de Herrera# Nombrados veedores el 21 de mayo de 1586, Alonso de Tolosa desaparece rápi­ damente de Valladolid, dejando todos los múltiples trabajos que tema# Gonzalo de la Bárcena parece que no estuvo mucho tiempo tampoco al frente de la obra, la cual pasó integramente a manos de Diego de Praves, que estaba al frente de ellas en 1587. Praves fue quien llevó a la práctica todo el programa que trazase Juan de Herrera sobre el papel. En 1587 comienzan las labores, una vez que ha quedado fijada la cabeza rectora de la obra con Diego de Praves. Se acomete todo el proceso de canalización y las trazas de las ataujías, preparan­ do así todo el recorrido de las aguas desde los manantiales al cas­ co urbano. Las obras eran de envergadura, pues no sólo se tenían nim trazar y abrir canales y acueductos, como dice Cervantes, sino también arcas. Estas piezas, de las cuales se conserva una, son de­ positos de acumulación y distribución de aguas. Diego de Praves levantó el que hoy existe, terminándolo en 1589. Las obras de canalización y trazado tenían por punto final o destino un conjunto de fuentes públicas, que en un principio se penso que fuesen tres o cuatro, aunque la real provisión de Feli­ pe II citaba tres - Costanilla, plaza de Santa María y plazuela del Almirante -. Después del proyecto de Herrera, se decidió au­ mentar el numero de fuentes a ocho y así consta en los Acuerdos del Ayuntamiento de 29 de octubre de 1603. Las fuentes se colocarían en la Duerta de Campo, es decir, en la confluencia De la. calle de Santiago con la actual Plaza de Zorrilla; en la Gallinería vieja, que si no nos equivocamos, es la actual Fuente Dorada; la tercera en la Rinconada, la cuarta en la Plazuela del Almirante, coinci­ diendo así con el provecto primitivo aprobado nor Reline II; la quinta en la plazuela de la Chane i 11ería, la sexta en la plaza de Santa María, nueva coincidencia con el primer nrovecto; la sépti­ ma en el Prado de la Magdalena y la octava en la Puerta de Sor, T?ue sólo tiene punto de comparación con las obras del buen Conde Don Pedro Ansúrez y c^n el alcalde Miguel Tscar. NOTAS (21. (3) .• (4) .. (5) ( 6 ) . - (7) (8) (9) .- ( 10 ) . ( 1 1 ) . ( 12 ) . (13) . (14) .■ (15) (16) (17) (1 ) . Sobre este particular vid. J.J. Martín González.- Tierras de España. Castilla la Vieja, y León. T. II. pag. 133. Madrid-Vi- tona, 1975. Sobre la situación general de Valladolid, ibi­ dem. pp. 128-136. - J.J. Martín González.- to en Valladolid, pag. “ J.J. Martín González.— - J.J. Martín González.- 260-261 y 266. Arquitectura doméstica del Penacimien- 47. Valladolid, 1948. Arquitectura doméstica....pag. 259. Arquitectura doméstica....pp. 36, J.J. Martin González.-"Anotaciones sobre la Plaza Mayor de Valladolid", B. S . E. A . A . T. XXV. pag. 163. Valladolid, 19G9 . J . J . Mart. í n Gonzá 1 ez. - Tierras de -España. Castillo Ja y i e -¡ a y leen, pag. 158. Madrid-Vitoria, 1975. J.J. Martín González.- "Anotaciones...." pp. 164-167. idem.- Tierras de España.,... pan*. Iñ8. J.J. Martín González.- "Anotaciones...." pag. 167. idem.- T1erras de España...,. pag. 158. J.J. wartín González.- A mui tectura doméstica, , . . . pp. 260- 261. ídem.- "Anotaciones....," pp, 167-168, J.J. Martín González,- "Anotaciones....." pag. 168. idem.- Tierras de España....,nam. 158. - J. Agapito y Revilla.- Las calles de Va1 i ado 1 id. Valladolid, s.f. - A. Agapito Garcia.- Valladolid, ciudad; sus orí^^nes. Valla­ dolid, s.f. F. Arribas Arranz.- El incendio de Valladolid én 1663. Valla­ dolid, 1960. A. Aganito García.- Valladolid, ciudad.... nag. 48 y ss. F. Arribas Arranz.- El incendio.... pag. H . P. Arribas Arranz.- El incendio. . . . , no. 15-17. A. Aganito García.- Va 11 ad o 1 i d , ci uda d . , . . . pa. 133, 134, 138. J. Agapito y Revilla.- Tas cal 1 es.....np. 162, 239, 249, 310. -A. Agapito García.- Va11ado 1 id, ciudad....nav. 134. J. Aga- nito y Revilla.- Las rail es...,,pn. ■ 218. 259, 380. F. Arri­ bas Arranz.- El incendio....na^. ««. -A. Agapito García.- Va 11 ̂ d 1 i d , c •» ud n d ..... m . 135, 138 i 51 J. Agapi + o y Devilla.- Las calles.... pa«-. 336. F. Arribas 4J" Arranz,- El incendio....ino. (53) .- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica... r,gg. 263. (54) .-A. Agapito Garcia.- Valladolid, ciudad... nam. 140. J. Aga- pito y Revi lia.- T,as calles.... pn. ±61 y 186. F. Arribas A- rranz.- El incendio....nn. 92 y 95. (35).— J. J. Martin Gonzalez.— Arqui tectura dornest ica. ... .no. 35—37 y 260-261. idem.- "Anotaciones.... " nag. 161 y ss. idem.- Tierras de España.... pay. 158. (56) .-J.J. Martín González.- Arquitectura domést i ca.....pag. 36. En la pag. 261 dice: que dicha plaza "seíala un modelo para las demás plazas españolas que se construyeron más tarde", Idem.- "Anotaciones....." pag. 168. (57) .- Las Actas del 25 de setiembre de 1561 dicen: "e ansi mismo haga otra nueva traca de todo el sitio que agora está vacío dejando una muy ^rençipal placa de mí e esta villa tenia muv mran falta". A. Agapito García.- Valladolid, ciudad...# «pag. 52. El subrayado es nuestro. (58) .-J .J. Martin González.- "Anotaciones••..."pag. 166. (59) .—J.J. Martin Gonzalez,- Arquitectura d^méstica.....pag. 261. (60) .- "e sitio en ella para hacer casas de consistorio". A. Agani- to García.- Val1ado1 id, ciudad .....pag. 52. (61) .—J. Agapito y Revilla.- "Las Casas Consistoriales de Vallado- lid" Q.S.C.K. T. IV. pag. 115 y ss. Valladolid, 1909 y 1910. (62) .-N. Alonso Cortés.- "Las antiguas Casas Consistoriales" en Miscelánea Vallisoletana. T. II. pn. 23-25. Valladolid, 1955. (63) .-J.J. Martín González.- "El antiguo Ayuntamiento de Vallado- lid" B.S.E.A.A. T. XVII. pag. 115 y ss. Valladolid, 1951. (64) .-A. Agapito García.- Valladolid, ciudad... pag. 136. (65) .- J. Agapito y Revilla.- Las calles...pn. 120-121. (65) .-A. Agapito García.- Valladolid, ciudad,.,., pn. 133, 136, lo7, 138, 141, 142, 144, 155. J. Agapito y Revilla.- Las calles.... PP » 272 y 335. F, Arribas Arranz.- El incendio..... pp. 93, 100, 107, 109. J. Agapito y Revilla.- "Las Casas Consistoriales.,...pag. 11.5 y ss. J.J» Martin González»— "El Antiguo Ayun t am i en t o « » . . . "pa. g. 115 v ss. (66) .-J.J. Martín González.- Tierras de España.....nam. 158, En un trabajo anterior del mismo autor.- "Anotaciones....."rag. 168 dice: "Con esta reforma se cancelaba la urbanística medieval imponiéndose la renaciente, tan tibiamente desarrollada en España", (67) ,-L. Torres Ralbas.- (y otros) Resumen histórico del urbanismo en España, pp. 73-74. Madrid, 1954. (68) .-A. Bustamante García.- "En torno a Juan de Herrera y la Arqui­ tectura". B. S . A. A <, T. XLII . pag. 227 y ss. Valladolid, 1976. (69) .-F. Marías.- "Juan de Herrera y la obra urbana de Zocodover-de Toledo". B. S. A , A . T. XT,Til pag. 173 y ss. Valladolid, 1977. (70) ,-fí, García Chico.- D.E.A.C. T. T. Arquitectos, pag. 29. Valla­ dolid, 1940. (^1).- Las Actas del Ayuntamiento dicen: "E lo restante que quedare lo reparta en calles para que en ellas se pongan los tratos e oficios que en ella había". A. Agapito García.- Valladolid c j udad.... pag. 5 2. La carta real dice: Shaçiéndose las calles derechas y sin esconces". Ver nota 26. ( ' — ) • — J • J • Nía rt i n Gonzalez.— A rq u itectura doméstica»....nu, 2 9— 30. (73) .-J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica. . . . .nqn-, 259. (74) .-L. Cervera Vera (y otros).- Resumen histórico del urbanismo en España, pag. 121. El citado estudioso dice: "El uso de vehículos con ruedas, introducido en España en la época de Carlos V, contribuyo de una manera importante a la evolución del trazado viario". ( 75 ) . - J. J . Ma. r 11 n Gonzalez.— Arquitectura domes rica, »...n^m 260 (/6)»-J.J. Martin González.- Arquitectura doméstica.... ram. 263, (̂ ,/')*“H,J, Martin Gonzalez,— Arquitectura domést i ca.... .patr. 259T (78) .-J.J. Martin González.- Arquitectura doméstica.... .on. 259-260. (79) .-El citado estudioso dedicó su tesis doctoral a ese tema. J. J. Martín González.- Arquitectura doméstica del R e n a c i m i e n t o en Valladolid. Valladolid, 1948. (BO).-J.J. Martin Gonzalez.- Arq vi i tectura doméstica... . ,np. 261-262. (Bl).-J.J. Martin González.- Arquitectura doméstica.....nag. 262. (82).-J.J. Martín Gonzalez.- Arquitectura domést ica. . « . .nag. 262, (80) ,-J . J. Martín González.- Arquitectura domést i .....pay.265. ( 84 ) . - J . J. >¡artm González.- Arquitectura doméstica. , . ..nag. 266. idem.- "Anotaciones...." pag. 168, Idem.- Tierras de Esoara o..« « pag. 158. (85) . - J . Agapito y Revil la . - 1 as calles....ogm, 272 y ss. fur.damer- talmente pp. 272 v 274. (86).-L (87) (88) (89) (90) (91) (93). (92) . (94) . ( 9 5 ) . . Torres Baibas <>y otros).- Resumen histórico .....n o 84 y ss. L. Cervera Vera.— en la misma obra, op. 331—132, • J. J. ! 'artin Gonzalez.- Amini tectura bones tica., ,, .na«*. 232 idem.- "Anotaciones....". pp. 161-162. Idem.- Tierras de Espana-r... »paff. 158. En esta obra dice: "La plaza tiene ca-’ racter comercial, que generalmente se la llama "plaza y mer­ cado mayor".El soportal constituye elemento imprescindible en esta dedicación comercial", R. Ricard.- "La Plaza Mayor en España y en América Españo­ la". C.G. LXXXVII. pag. 199. Madrid, 1951. '"E* Cervera Vera ^y otros).- Resumen histórico....,pam. 131. Martín González.- "Anotaciones...."pag. 164. Sobre este particular, cfr. el trabajo Forum et Plaza Mavor" ---- ' — ■ V M ■■ „ d_ans le Monde hisuanioue. París, 1978. fundamentalmente PP. 7-23. r‘artín González .-"Anotaciones...."pp. 164-167. p,n la pag. 167 dice: "El carácter municipal de la Plaza se robus­ tecía ahora con la erección de un nuevo Consistorio, situado en el centro del lado mayor norteño. De ahora en adelante todas las plazas mayores tendrán un edificio principal, me- neralmente el Consistorio, como centro de atracción visual. El Consistorio se convertía además en tribuna oficial, des­ de donde las autoridades e invitados presenciaban los. espec­ táculos", El autor insiste en ello en Tierras de Esrana.... pag. 158, donde dice: "que eJ edificio del Ayuntamiento cons­ tituía el monumento principal" del entorno. -J.J. Martín González.-"Anotaciones...." pp. 162-1 64. En el T. XIX, vol 1Q, de la Historia de España de R. Menéndez Ri­ dai, dedicado a Felipe TI, en ia pag. 674, aparece un dibu­ jo de J. Thermite, de 1592, donde se ve la celebración de li­ na corrida de toros en 3a Plaza Mayor de Valladolid, Madrid, 1966. -J.-J. Martín González.- Ar^ui tectura' doméstica..... 260-261. idem.- "Anotaciones...."pp. 167-168. idem,- Tierras de Esr>a- Ga....P-g» 158. L. Cervera Vera (y otros).- Resumen históri- co....gq . 130-136, A. Bonet Correa «o el trabajo ^orum et Plaza Mnvor dans le M o n a e hi.s^anjmue. pag. «2. París, 1Q7«. •J.J. Martin Go n z á 1 o z . - A r r' u i t e r t u r a doméstica .... 259 k y ss.principalemnte, pag. 263. (96) .-J.J. Martín González,- Arnu it ectnra domést ica.... «pp. 36 v idem.— Anotaciones..».«" pag. 168« idem.— Tiernas de España. . . « „pag. 158 (97) .-J.J. Martin González.- Tierras de España.....pag. 158. Este punto el autor lo planteó anteriormente en "Anotaciones....." pag. 168. (98) .—J.J. Martin González.- Arquitectura doméstica....pag. 260. (99) .-J.J. Martín González.- Tierras de España.....pag. 158 El au­ tor ya sostuvo lo mismo en "Anotaciones....."pag. 168. (ÍOO).-E. García Chico.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T, II. Partido Judicial de Medina de Rioseco. pp. 128 y 158. Valladolid, 1959. (101).- S.C.R.Md. Por parte de la villa de Tordesillas se hizo relación en la camara que delante de las casas reales de e]la esta comenza­ da a levantar una pared de piedra en la cuesta que sube del rio para el ornato de las dbas casas y para ensanchar la pla­ ça délias que es muy angosta y por serle no se hazen en ella las fiestas y regocijos demas de que por no tener reparo ni antepecho al rio esta en peligro para que al minas personas y cabalgaduras cavgan como a acaecido algunas veces suplican­ do a V, Md. sea servido de mandar que la dha pared se acabe de subir pues lo fue de mandar reparar las dhas casas y one aquella villa serniria con quinientos ducados para la Hha o- bra / y hauiendose drdo cédula para que el Corregidor huvie- se informado la a embiado, por ella parece oue el dho pare­ dón es muy antiguo y de oydos dizen los testigos hauerse mandado hazer por los señores Reyes Católicos, y hauerse he­ cho para ornato y seguridad de la casa real y porque las a- guas y avenidas del rio sino se hiciese y acabase el dho pa­ redón podría venir a faltar la dha plaza y no haber entrada por la casa y que es de gran ymportancia para ella oue el dho paredón se acabe y que según an dicho los oficiales »̂n- do costar lo que esta hecho que es la tercera ^arte de 1? obra cinco mil ducados tomando toda la delantera r]ç palacio y que lo que esta por hazer costara tres mil y quinientos ducados / aunque el Corregidor lo carece ^ue con tres mil se hara y eue a los mercados cue alii se hazen a acaecido despeñarse mulos con carretas y algunas personas y oue acue­ lla villa es pobre de propios y no tiene de que poder acaba­ llo y aun de cue poder dar los quinientos ducados con cue sirue si particulares que los an ofrecido no los dan, y el Corregidor en su parecer dize que seria justo hazer V. Md. esta merced a aquella villa y que sera de mucho ornato a la dicha casa porque se Ja ensancha la plaza otro tanto de lo que esta y se pueden en ella hazer las fiestas y regocijos que agora no se hazen y quedara un mirador muy principal y de mucha autoridad y ha.uiendose visto en la ca.mara ha care­ cido consultarse para nue nues V, Md. a mandado hacer tantos reparos en aquella casa / Vea V0 Mda lo que esta, sera segui­ do teniendo consideración a lo que parece por la ynformacion y parecer del Corregidor y que la Villa ofrece quinientos ducados para la dha obra y también a la necesidad que V. Md. tiene de acudir a otras cosas mas precisas. De Madrid a 23 de octubre 1583. Casa heal de Tordesillas. Que lo vea Juan de Herrera para hablar en ello a S. Md. Muy lile. Sor. ^ste papel de Tordesillas consulte con su magd. a días y me mando que con alguna ocasión se embiase alia aleamos oficia­ les para que viese (sic) lo que la villa dize acerca del re­ paro del rio con el paredón que se pretende hazer y mede co­ mo esta agora y como auia de quedar despues de hecho semm su intención trujóse una traza, hasta agora no se a ofrecido quien baya por cuya causa sea detenido tanto de dar nUenta de ello a V. Md. SI que este papel dara a V. Md. que se llama Alonso de Tolo­ sa sirue a su magd. en cosas de este ministerio y a de yr den tro de pocos dias a Vallid y de alli se podra llegar a Tor­ desillas e informado de lo que la villa pretende y sacando las trazas de todo lo travra a.qui o imbiara / sera necesario que V. Md. escriua al corregidor de ella, o al Ayuntamiento pera que juntados con el se eche este negocio aparte en cuan­ to a esto y porque el no esmere a otra cosa sea V. Md. senti­ do de despacharle con breuedad. Muy Ille, ñor B.l.m.v.md. su seruidor Joan de Herrera. AoH.N. Madrid. Consejos. Consultas de Gracia. Leg. 4409. Doc. 159. (102) .- J. Agapito y Revilla.- "Los abastecimientos de agua de Va­ lladolid» B.S.C.E. T. III. nag. 73. Valladolid, 1907 y 1908. (103) .- J. Agapito y Revilla.-"Las Casas Consistoriales de Vallado­ lid". B.S.C.E. T. IV. pag. 119, Valladolid, 1909 y 1910. (104) .- J.J. Martín González.- "El antiguo Ayuntamiento de Valla- dolid" B.S. E. A . A. T. XVII. nag. 116, Valiendo] id, 1951. (105) .- J.J. Martin González.- "El antiguo Ayuntamiento *...."pag. 117. (106) .- E. üarcía Chico.- D.E.A.C. T, III, yol, IQ. Pintores, pp. 299-300. Valladolid, (107) .- J. Agapito y Revilla.- "Las Casas Consistoriales... "pag, 120. (108) .- J. Agapito y Revilla.- "Las Casas Consistoriales...,," pam. 120. (109) .- N. Alonso Cortés.- "La antigua Casa Consistorial" en Misce- lánea Vallisoletana, pn. 23-25. Valladolid, 1955. (110) .— J.J. ‘‘¡art i n Gonzalez,— A r° u i tec tura doméstica. « « . .na0". 41 • idem.- "El antiguo Ayuntamiento...." pag. 118. idem.-"Ano- tac i ones..... "pag. 167. idem.- Tierras de España..... nafr. 358. (111) .- J.J. Martín González.- "Anotaciones....."pag. 167. (112) .- J.J. Martin González,- "El antiguo Ayuntamiento ....."pag. 117. (lio).- J. Agapito y Revilla.- "Las Casas Consistoriales....."pag. 119. (114) .- J.J. Martin González.- "El antiguo Ayuntamiento....."nag. 119. (115) .- J.J. Martín González.- "El antiguo Ayunt a mi en to. . . . t 11 -n n n* e 119. (i 16)•— J.J* Ma rtin Gonzalez,— "¿1 ant i orno Avuniam ient o••••."nag, 119. (137).- J.J, Martín González.- "Anotaciones...."pa^. 167, (11B).— J. Mart i y Menso»— "Efemérides b i o grá fi c o — a rt 5 st i c a s"• B. ( 1 1 9 ) ( 120 ) (121) (122) (123) ( 1 2 4 ) . S.C. &. T. III. pag. 487. Valladolid, 1907 v 1908, J. Acápite y Revilla.- "Las anticuas Carnicerías rie Valla- dolld"* Kev‘ Arnuitectura, octubre, 1922. pp. 381-400. idem.- "Los abastecimientos...."pag. 74. idem.- Las calles.... .. 317-319. A. Agapito García.- Valladolid, ciudad.... rao:. 6 8 . o- J.-T. Martín González.- "Dibujos de monumentos antiguos va­ llisoletanos". B,S,L.A,A o T. XIX. pag. 30 y dib. 6 . Vallado- lid, 1953. J-rJ. Martín González.- "Dibujos de monumentos.... "pag. 30. Je Agapito y Revilla.- "Los abastecimientos....Vpp. 3 , 4 0 , 6 8 , 8 6 , 120, 128, 166 y 185, idem.- Las calles «,..aoq 3 3 , 191 y 324o J. Martí y M0nsó.- Estudios histórico-artísticos rela- tivos principalmente a Valladolid, nn. 560-561. Valladolid- Madrid, 1898-1901. A. Agapito García.- Valladolid, ciudad.... pag. 6 6. J.J. Martin González.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. VI. Antiguo Partido Judicial de Vallado1 id. pag. 1 1. Valladolid, 1973. Sepan puantos esta carta de obligación vieren como yo Juö ruyz maestro de obras de la fuente de argales morador al ba­ rrio nuebo otorgo y conozco nue me obligo de dar y pagar y que dare y pagare...,.a JuQ nadrin o a quien su poder obiere .... cuatrocientos y diez reales que de cuentas atrasadas de su trabajo de la obra de la dha fuente le resta debiendo.,.., Valladolid, 1 de octubre de 1603. A.F.P. Madrid. Leg. 2582,s.f. - Sobre este particular, cfr. el capítulo de la Corte en Va­ lladolid en este mismo estudio. La reconstrucción de Valladolid significa, según los rasgos 3/ características vistas, el comienzo del Clasicismo en la zona va­ llisoletana; pero la definición de este estilo en un monumento sin­ gular se producirá pocos años después, concretamente en la Colegia­ ta de San Luis de Villagarcía de Campos. En este edificio, no só­ lo se va a plasmar toda una gama de elementos y estructuras del nue­ vo estilo, sinO también esta fábrica va a ser un prototipo nue se difundirá por toda la Meseta Norte. Pero Villagarcía de Carnos no sólo es una de las mejores nlasmaciones del nuevo estilo, sino tam­ bién un testimonio claro de la influencia directa de El Escorial, a la vez que un claro reflejo de la asimilación de elementos tra­ dicionales ñor el nuevo estilo, que va progresando de Sur a Norte. La Colemiato de Sen T.nis de Villagarcía de Cam.ro s. La Colegiata de San luis de Villagarcía de Campos e«? nna obra de gran interes en todos los sentidos. Conocemos su historia nracias a la documentación publicada por García Chico y completada nor ei Padre Pirri, y estilísticamente ha sido estudiada con detenimiento por Martín González. Ello nos ^ermite aproximarnos con seguridad a la obra. La fundadora del edificio fue Doña Magdalena de Ulloa del li­ naje de los Marqueses de Mota, casada con Don Tin’s de Quijada, se­ ñor de Villagarcía de Campos, Mayordomo de Carlos T, al que asistió en Yuste hasta su muerte, hombro de confianza de Feline ti ser­ vicio del cual murió de un arcabuzazo, dirigiendo las tropas reales contra los moriscos sublevados, en la Guerra de Granada. La confian­ za de este matrimonio con la familia real fue tan grande, «ue ellos se encargaron de la crianza y educación del ilegítimo Don Juan de Austria (1). Don Luis de Oui jada ordena en su testamento, one en la narro- qm a de Villagarcía de Campos se le haga una cabilla senul.eral • an­ te los incovenientes que surgen, Doña Magdalena, decide levantar un edificio de nueva planta que sirva de mausoleo, tanto a su marido, cono a ella. Es decir, dispone !,•> conrtmiccin^ de nn fomnio fune­ rario. El abordar empresa tan costosa le era posible, no sólo ñor la riqueza acumulada, sino también normte era. un matri mon i o sin h i- jos«, En todo ello se seguía la. tradición de la Nobleza escarola V como pruebas testificales próximas, ahí están las iglesias funera­ rias de San Francisco de Medina de Rioseco y la Magdalena de Valla dolid. Las relaciones de Doña Magdalena de Ulloa con los jesuítas van a dar una nueva dimensión a su proyecto. La relación de la da­ ma con Francisco de Borja se traducirá, en que la edificación mor­ tuoria se engrandezca y sea, al mismo tiempo, un colegio de la nue- va orden católica y centro donde educar en la fortalecida fe tren- tina a los nuevos miembros de la Compañía y a los hijos de la No­ bleza. En definitiva, la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos es una fundación privada, nobiliaria, de carácter funerario y puesta al servicio de la Iglesia, regentándola la Compañía de Jesus, una orden en expansión» La historia de la edificación es conocida. Ha desaparecido el Colegio, conservándose tan sólo la iglesia y una fuente. Ponz vió el conjunto íntegro y dice lo siguiente: "Años hace vi la iglesia de] colegio y las especies que conservo son de ^ue es mrande v es­ paciosa, ejecutada por Juan de la Vega y Lian de Escalante, con traza de Rodrigo Cilj que los claustros son buenos y de sencilla arquitectura, hechos por diseño y traza de un lego llamado José Valerio" (2). En el siglo XVTII se distinguen perfectamente dos cárneos en la obra de Villagarcía: la labor de la iglesia, trazada ñor Rodri­ go Gil y construida los canteros Juan de la Vega y Juan de Es­ calante, y la obra del colegio, cuyos claustros ^ atribuven al hermano Jusepe Valeriani, el José Valerio de Ponz. La situación quedó tal como la diseñó el académico hasta que, en 1952, el jesuita italiano Padre Pedro Pirri publica, un artículo, en el que enfoca la historia de la fundación de otra manera (3). Partiendo de que San Luis de Villagarcía de Camros eresenta "una estrecha afinidad formal de planta y estructura con el templo del ^esn de Rötha, debido a los diseños de Vignola" y aceptando"co^o muy verosímil" que Doña Magdalena de Ulloa encardara las trazas a Rodrigo Gil, el oroyecto del "'ran maestro salmantino "deb’ ó cn_ f ri r ima profunda t rarsformacién , connue 1 a i m3 esi ̂ de Sa’1 ] uis no conserva ningún rasgo de su personalidad". Este cambio, se^ún Pirri, "se explica con Ta intervención L Valeriani, ^uien celncí- simo como era del espíritu y de la forma de le Compañía, debió influir eficazmente a dar al liar que time". edificio la form, y el carácter oecu— kn definitiva, ese"3 ego llamado José Valerio", al nUe Ponz a- tribuve el diseño y traza de los claustros, se convierte en el re- modelador de la Colegiata. Con tal inicio se eleminaba a Podriyo Gil y la obra primera del Clasicismo castellano de la Meseta Nor­ te dejaba de ser un proyecto realizado por un castellano, para con vertirse en una obra italiana, hecha por Jusepe Valeriani y basada en el Ge su de Poma de Virola, En 1955, el Padre Pirri va más le­ jos, y considera la obra como "un altro esempio dell'árte del Tri stano" (4). Tres años después de nue saliera a la luz el artículo del Pa­ dre Pirri sobre Valeriani, García Chico renlantea la cuestión so­ bre la base firme de los documentos (5). Según ios nuevos datos, se oodía colegir nue la Colegiata de Villagarcía de Camnos fue trazada por Podrí yo Gil de Hontañón, con lo nlie ia noticia one da­ ba Ponz se confirmaba. Se encardaron de las obm.s déla iglesia Juan de la Veya y Juan de Escalante, noticia one también daba Ponz. El Colegio, nnejtambién está trazado, sale o concurso m 1572 y se presenta a él Juan de Nates, trabajando en dicha obra este aroui- tecto y Juan de la Veza. En 3575 modifica el alzado de la iglesia Pedro de Tolosa, uno de los arquitectos de El Escorial, aparejador de la real fábrica con Juan bautista de Toledo y Juan de Herrera. Apoyándose en la documentación encontrada, García Chico rechaza toda intervención de Valeriani. Dos años mas tarde, Juan José Martín González acomete el es­ tudio formal y estilístico de la obra (6), resaltando la figura de Pedro de Tolosa y, a través de él, busca el influjo de la igle­ sia de El Escorial en Villagarcía de Campos, así como dilucida las relaciones de esta iglesia con el Gesu, para concluir "que sus precedentes son españoles" y "que no es acentable el influjo del Jesus de Poma". El estudioso concluye su trabajo, mostrando lo que representa la Colegiata en la zona, juzgándola como "el p r o ­ t o t i p o herreriano". Años más tarde, el Padre Ceballos vuelve sobre el tema al es­ tudiar la figura de Valeriani, y acepta plenamente los criterios de García Chico y de Martín González (7). En su obra postuma, el Padre Pirri volvió sobre el tema de Valeriani y la Colegiata de Vi il a garcía ele Caneos, pero si-ne va- la directriz dada por el Padre Caballos (8). Así pues, parece que queda aclarada la actividad de cada ar­ tista en la obra de Villa-arcía, sin embargo, y basándonos en los documentos, creemos que no se ha tenido presente a una figura de interés: a Juan de Nates, artista que está vinculado documental­ mente a la obra desde 1572, precisamente con Doña Magdalena de fi­ lloa. El 15 de febrero de 1572, Doña Magdalena dona las casas míe van a formar la colegiata; el 13 de mayo hacen escritura de con­ cierto de la obra Juan de la Vega y Juan de Escalante, nue deben seguir la traza dada por Porrigo Gil (9), Aparecen como testi—os Hernando del Pío, maestro de cantería, Francisco de la Caii-a, c^ia do De Juan de la Vega, y Juan de la Portilla. Las condiciones son largas y minuciosas, abarcando de los cimientos a la decoración. 8o habla de que los muros tendrán estribos de sillería y las nare- des.de mamnostería, alcanzando el edificio una altura De sesenta pies. Tas ventanas serán cuatro, rasgadas y situadas en las ocha­ vas; la iglesia tendrá un entablamento con inscripción. El temólo poseerá capillas hornacinas con ventanales (declaración de Martín Navarro) * Al lado De las ventanas irá la heráldica . En el crucero irán pilares cantones con moldúrale al romano. La cubrición será por bóveda De crucería con nervios y claves de oiedra y cascos de ladrillo y cal. La planta present a. b a una ser i ° De caract er í st ica s r,u° so co­ rrigen cuando se dan las condiciones, así: oresent?.be do«? ==ncni<= — tías y sólo se construirá una, de diecisiete ni es de ancho oor vein­ ticinco de largo; así mismo aparecían dos husillos o escaleras de caracol, de los que se alzará solamente uno. La planta Presentaba cimborrio, que es suprimido, haciéndose en su lugar una canillo cuadrdda; igualemnte se suprimen las torres, la capilla bautismal y la tribuna. La iglesia irá enlosada y el altar mayor se eri-irá cinco gradas más alto sobre el suelo holladero. Las obras tardarán cinco años, one cordon al enredarse o a — hri.r los cimientos; tienen un costo de sel« mil novecientos ochen­ ta ducados y «?e especifica el número de oficialas m e , do conti n'.io, h a ne estar allí: entro asentadores, veinte ° b r e r o s v doce o -Ti­ fie i a !e s de cantería a más del re o n a i e necesario» Doro M ai —d a 1an a se reserva el brecho de fiscalizar en cualquier -o-e.-co la obra y, si lo estimare necesario, el nombrar oficiales reatos en el arte, para n„. vean si va labrado conforme a la trana y condicio­ nes, y si hubiere yerro, se encargan,los one se quedan con la obra a volverlo a hacer a su costa. Estas son las condiciones dadas y por todos aceptadas; las re formas que se introducen pueden considerarse, por un lado, como a- sesoramiento de los padres de la Compañía, posiblemente del mismo Francisco de Borja. En esta línea está la supresión de una sacris­ tía, la desaparición de un husillo, la torre, la capilla bautismal y la tribuna. Acaso también pueda deberse a una sugerencia de los jesuítas la desaparición del cimborrio, ya nue un espacio elevado dificulta la acústica que exige la predicación. No hay que olvidar que Francisco de Borja era contrario al abovedamiento del Gesñ por razones funcionales. Por otro lado, es culpa de Juan de la Ve­ ga la forma en nue se suprime el cimborrio, sin prever los proble­ mas de iluminación que ello va a acarrear. Estas modificaciones no parece conocerlas Rodrigo Gil de Hontañón. El nue Rodrigo Gil trazara la Colegiata, se debe a nue es un arquitecto al servicio de los UUoa, trabajando gara la dicha fa­ milia en Mota del Marqués, en el Palacio y en la iglesia (10). Hay que pensar que Pon Rodrigo de Ulloa era hermano de Doña Magdalena. Además, en esas fechas, Rodrigo Gil está trabajando en "edira de Pioseco y sus entornos, era en esos años el arquitecto más refuta­ do de la. zona y estaba al servicio de las más nrest i miosas cate­ drales y era el hombre preferido por un buen sector del alto cle­ ro y alta Nobleza. Además, Doña Magdalena bien podía conocer las obras de la iglesia de la Magdalena de Valladolid, que e<= obra de Rodrigo Gil, templo que tenia un fin mortuorio como el de Vi llamar­ ena Campos, Todas ellas las consideramos razones de peso sufi­ cientes, como para que Doña Magdalena le encargara el proyecto a Rodrigo Gil. El diseño del maestro salmantino ha merecido la atención de Martin Gonzalez, «ue ha precisado una serie de ms^os i ^11•• Tn iglesia había side trazada en planta de forma de cruz la­ tina, con canilla mayor de tos+ero plano, crucero, n*ve única v capillas hornacinas entre contrafuertes; la cubrición s^ría de cru­ cería con cimborrio en ei transepto. Esta estructura «s Ja conti- mi ac ion de una línea arquitectónica tradicional, nue viene desen­ volviéndose desdo la época de Enrique TV y los Reves Católicos, y que se extiende por toda la península. Chueca la considera como es­ tructura clasica de templo conventual y none como siçnn]o las tra­ zas de los templos de San Esteban y las Dueñas de Salamanca. Apar­ te de ellos poseemos también dos testimonios más próximos: la rían— ta del manuscrito de Simón García, de la que .ya hizo su correspon­ dente observación Martín González, y la iglesia de la Magdalena de Valladolid. Las condiciones hablan de un basamento de piedra, motivo igual que en la obra del Obispo Gasea $ la articulación arnuitectónica se­ ra a base de estribos y contrafuertes, solución gótica nue también se da en la igiesia vallisoletana. El motivo de los pilares acana­ lados con su imoscapo de junquillos lo vemos ya en Santiago de \|e- dma de Rioseco j el uso de las fajas "a lo romano”, ore ha irán en las pilastras servicios de capiteles - detall0 carácter!stico de la obra de Rodrigo Gil -, la epigrafía y los escudos, son todos e- llos motivos en íntima relación cor la Magdalena, así como el al­ tar mayor ai go más elevado. Rodrigo Gil no repite literalmente en la Colegiata de Villa- garcía de Campos el modelo que trazó para el Obispo Gasea en Valla­ dolid, pero sí que tanto en la Magdalena de Valladolid, como en San Luis de Villagarcía de Campos aplicó dos modelos similares, que eran soluciones eficaces y útiles para el rito de la ^oca, soluciones que recoge como arqretípicas y nue ararecen como tales en el Manuscrito de Simón García (12). Profundizando en los antecedentes He Vi llamare!a de Camoos Martin González ve un punto de partida en la iglesia de ios jesui- tas de Medina del Campo, hoy parroquia de Santiago (.13), Precisa­ mente dice de este templo que "no hace sino proseguir un tiro de arquitectura familiar en el país, tanto en estructura como en es­ tilo” (14). El Padre CebalJos aportó noticias sobre Ja obra, apa­ reciendo como trazador el Padre Bartolomé de Justamente (15), si bien, como dice el autor, el Padre ^listamente no intervino en i a construcción* García Chico considera nue la obra de la i rr* i e s i a ° s de Rodrigo Gil (16) y de Ja misma ooinión es Heras García (J7 ), Martin Gonzalez, eue ha vuelto sobre el tema, dice al respecto: "Parece evidente nue eJ Padre Pustamante diseñó los ríanos gene— rales pero, en los parciales, los ejecutores debieron acudir al estilo de Gil de Hontañón, tan impuesto en la zona" (18). Sea co­ mo fuere, el hecho es que la actual iglesia de Santiago de Medina del Campo es un ejemplo de primera fila del tipo de iglesia que van a emplear los jesuítas, pues ya estaba edificada en 1563. Es una cruz latina de testero plano, una nave y capillas entre con­ trafuertes y carece de cimborrio en el crucero. La cubrición es de crucería. Como puede apreciarse, estamos ante un edificio one parece que va a ser repetido en Villagarcía de Cancos. A partir de las trazas de Rodrigo Gil y con las modificacio­ nes introducidas, comienzan las obras de la Colegiata de San Luis, dirigiéndolas Juan de la Vega, pues Juan de Escalante desapareció de ellas desde un principio, acaso por muerte; en 1575 ya no se le cita y en 1576 su hija certifica su defunción. Como supervisor de la obra estaba Rodrigo Gil. Al tiempo que se comienzan las obras del templo, se inician las del Colegio. El 21 de febrero de 1*72, Juan de Nates da su po­ der cumplido para quedarse con "las obras que se ha de hacer eh la casa de la Compañía del nombre de Jesús de la villa de Villa- garcía de Campos" (19), Las alteraciones de las trazas de la iglesia no debieron a- gradar a Rodrigo Gil, que visitaba la obra por encargo de Joña Mag­ dalena, lo que genero una lucha sorda entre el maestro v Juan de la Vega, por lo que la dama debió sentir sosnechas y nine el ofre­ cer del maestro Rodrigo. Este, según documento, visita la fábrica el 3 de agosto de 1574 y tras concienzuda revisión, emite un infor­ me en donde declara que lo hecho no estaba "según y de la forma v manera que está obligado" (20). A continuación dice que dará la traza de la portada principal, que costará de cuatrocientos a oui- nientos ducados. Por último, habla de los sepulcros, nue serán de cama y estarán en medio del crucero» Recomiendan one sean imnorta — dos y hechos de marmol de Genova. Si la obra <̂a.reee cara, nue se hagan entonces en España, con piedra de Javares y recomienda como artífice a Juan de Juni, â nue llama "meravi V* oso escultor". El i nforme flet i ene de inmediato las obras v enfrenta a deña ¡Jap'd al en a con Juan de la V e ga • Se inicia un nleito, cancelado o — nortunamente sus trámites, al otarmanse 25 de setiembre de 1574 una escritura de cenvenio v nue era de absoluta noc°sidd e 1 Rue obra no cesase. Ambas partes dan su poder cumul ido a Jeró­ nimo de la Bastida, vecino y regidor de Valladolid, a fin de one nombre dos maestros, por ambas partes, para míe den su parecer so- lo construido y lo que se ha de hacer rara nernetuidad, se0*!!— ridad y ornato de la dicha fábrica. Sólo hay una cláusula termi­ nante: oue los maestros veedores y tasadores no sean ni Rodrigo Gil, m ninguio de sus aparejadores y oficiales; condición que sa­ ca a la luz el mar de fondo pue existía untre el maestro trazador y el ejecutor y es una clara medida defensiva pue Juan de la Vega toma para protegerse de nuevos ataques de Rodrigo Gil. Con rapidez se escogen los maestros veedores y tasadores na­ ra pue realicen su labor de cata; por parte de Roña Magdalena de Ulloa es nombrado Martín Navarro, ^ue da su parecer el 17 de junio de 1 ->75 ; ni día siguiente, Sancho Ortiz Marroouí, arquitecto de parte de Juan de la Vega da el suyo. Las diferencias nue ambos aprecian en la labor realizada son notables, lo ~ue hace sospechar pue sean los últimos coletazos de la sorda disnuta entre Rodrigo Gil y Juan de la Vega, si bien coinciden en una serie de aspectos que merecen ser resaltados y que ya fueron apreciados por 'Martín González. Los dos arquitectos coinciden en que el largo y ancho de la iglesia son iguales a los propuestos por Rodrigo Gil de Hontañón en sus trazas y condiciones; lo que denota claramente nue la ci­ mentación ya estaba acabada en esta fecha y la planta estaba va levantada; las paredes presentan el grosor correspondiente, ex­ cepto una pared, de la sacristía que tiene medio pie menos del concertado. Se ha cumplido lo que respecta al suelo holladero, pero si 1 a fundadora oui ere hacer enterramientos, se ha de subir» siete pies. Ambos veedores coinciden, asimismo, en nue los cuatro pilares cantones tienen falta de ligazones v, por tanto, hav oue deshacerlos y volverlos a hacer bien ligados, a costa de Juan de la Vega. Sobre estos puntos van al unísono Martín Navarro v Sancho Or­ tiz Marroquí, ñero con respecto a1 resto de Ir* obra las diferen­ cias son -oíy tuertas e irreductibles. Martín Navarro considera que los perpiarps nue las na redes llevan al ext or no es+ án he — chos da! material conforme a la. traza v propope °ue cada + p nir* 11 °ve dos porp.i anos enteros v desredazados a t » zór . Como J11 an d e la vega no ha cumplido esa condición de la escritura de concierto, pide se le cuiten cien ducados. Por el contrario, Sancho Ortiz Ma- rronui considera que los perpiaños de las oaredes están bien v son fuertes. Además, sigue considerando Martín Navarro, los pilares cantones y medios pilares no están bien trabados: Juan de O v«rrp7 “ ~ -' O tiene, a su costa, nue ligarlos bien de nuevo, peni endo ligazones^ - ° de tres en tres hiladas. Sancho Ortiz Marroquí, a su vez, conside­ ra que, en lo nue respecta a las esquinas cantoneras, ñor dentro y fuera, van bien. En 3o que se refiere a los cuatro rilares can­ tones, Martín Navarro dice que son más delgados modio niesque 3o ncondpdo °n las condiciones, así que, si Doña Magdalena de Ulloa se conforma con que queden así, así sea y propone que quiten a Juan de la Vega doscientos ducados. Por su marte Sancho Ortiz Mar^onuí opina, efectivamente, eue los cuatro pilares cantones están dismi­ nuidos, pero un tercio de pie, mas la reducción es una bue^a medi­ da porque la iglesia no tendrá cimborrio v él propondría r»ue se disminuyesen los cuatro pilares cantones un ^ie. Despecto a los estribos de la cabecera, Martín Navarro declara eue, ni están bien ligados, ni son del grosor que debían; por tanto, si Doña Magdale­ na de Ulloa se conforma en tal como está la obra, que se nuite a Juan de la Vega trescientos ducados. Sancho Ortiz Marroquí consi­ dera respecto a los estribos que, como no está aclarado el tamaño en el pitipié, Juan de la Vega nada tiene nue ver con ello. Fi naissent e, ambos arquitectos proponen, de acuerdo con el contrato, una serie îe puntos para mejorar la obra v en i r»g rum­ ies vuelven a coincidir ambos maestros veedores. Martín Navarro, el arquitecto nombrado por parte de Doña. Magdalena de Ulloa, pro­ pone que la puerta principal la pase Juan de la Vega a la se «aínda capá!la de los pies de la iglesia, acabándola como está obligado y nue se haga una puerta principa! a los pies De la iglesia, ncon sus columnas dobladas sobre pedestales enteros v ñus molduras en el arco della y con dos figuras en las embazaduras de! dicho arco las que la dicha señora donn Magdalena le nareoi.ppe v su — cien de arquitrabe friso y cornisa v si sobre esta dicho oopnisa qui si eren, recampear otras columnas se podrá hacer si no echa p su frontispicio y escudo de armas v °ncasamepto p.ara sepop Sao Luis por remate de manera one la dicha puerta corresponda no ho— nor y gracia a la capilla mayor y cuerpo de la iglesia como a 1a diera señora doña Magdalena más gusto le diere eues se ha de hacer a su costa fuera de los seis mil novecientos ochenta ducados del concierto", rropone igualmente que se hagan ventanas en los dos costados del cuereo de la iglesia, a fin de que el templo no que­ de oscuro; todas las ventanas las ha de hacer Juan de la Vega a su costa y expresa, al mismo tiempo, que se tenga cuidado con la elevación del Colegio, no sea que quite la luz al templo. Igual­ mente opina, que las capillas hornacinas se eleven "en pie derecho más de treinta y ocho pies". Por su parte, Sancho Ortiz Marroquí prorone que se suban las capillas hornacinas "y se cierren a lo alto del cuerpo de la igle­ sia" y que en cada una de ellas haya una ventana "rasgada y lla­ na sin moldura de tres pies y medio de hueco y diez de alto"; v que se tenga cuidado con la elevación del Colegio de la Compañía, no sea oui? qui^e la ̂uz a la irles i a. Y e »j e todo esto ha. de ser a costa de Doña Magdalena de Ulloa. Con respecto a la puerta princi­ pal, "Juan de la Vega está obli gado a hacerla solamente llana v sin ninguna moldura y ahora está hecha con su ornato y moldura.... ® que conviene a la autoridad de la dicha iglesia n \\q se ha­ ga otra puerta con mas ornato con sus columnas dobles con más el ornato que convenga y esta obra ha de ser a costa de su señoría"; y que la puerta actual la desmonte y la lleve a oriente, donde la vuelva a montar y acabar. Finalmente, r̂̂ ôrv? r,ue se ha.rpr| un es — pe i o a los p i es de la iglesia para, n ropo re i onar más luz. Dados amibos pareceres en Villa°*nrcía de Ca^^os ê 17 v ir Je junio de 1575, quedaba, la situación sin resolver, ^ues no existía acuerdo entre las partes. De esta coyuntura salen a la luz tres puntos muy interesantest el ^rimero, nu? el programa de trazado impuesto por Rodrigo Gil de Hontañón se ha cumplido v no ha. habi­ do innovaciones, lo qne demuestra de modo irrefutable nue la. ^lau­ ta en cruz la.tina con capillas entre contrafuertes v ca.becena pla­ na es una solución heredada y usada sistemáticamente ^or Po^ri m0 Gil. Lo que corrobora la. tesis de Mar+ín González de ene no hav influjo del c-g-sú en Vjlla.garcía de Campos, Segundo*” r»ue oen j r ferma«, ideada de supresión dei cimborrio, <-ue dió en su traza t>o- - "'O Gil , la iml^sia ene ña muy e«¡cura V en pqo n̂n-í-o, le C5 ríes maestres veedores coinciden v a, r* nnnefj i íicorn ̂ m cc- rre-ir el defecto sur-ido nor la supresión de la linterna que en un principio iba sobre el crucero. Tercero, la puerta nrinciral estaba en construcción. En la traza de Rodrigo Gil era una. estruc­ tura desorientada y que Juan de la Vega había enriquecido con ai-unas molduras, con lo que se demuestra que la portada, aparte de carecer de todo tipo de decoración escultórica, carecía hasta de columnas y elementos arquitectónicos y que la fachada hoy exis­ tente es la misma que la del proyecto de Rodrigo Gil, enriquecida por Juan de la Vega, Las transformaciones que hubo en ella se in­ dicaran más adelante. Como aspecto aparte, hay que señalar que el Colegio se estaba construyendo al mismo tiempo que la iglesia. Acabados los informes, la situación estaba en vía muerta. Ro­ drigo Gil, ya. muy anciano, no parece que vuelva a aparecer. Las o- bras de Segovia le tenían completamente ocupado, las relaciones con Vega eran tirantes y el problema de Villagarcía seguía en nia. Según nerecho y mutuo acuerdo, para solucionar las diferen­ cias sin tener que reanudar pleito, doña Magdalena de UJloa y Juan de la Vega deciden nombrar a un tercero que solvento los distin­ tos puntos de vista. No se pararon en barras lo? interesados y" de­ cidieron que el tercero fuese Pedro de Tolosa, "maestro de cante­ ría y arquitecto en las obras de San Ambrosio el Peal ror su majes­ tad y su criado". Llama la atención el que sea uno de los artistas de cantería más importantes de aquel entonces quien se encargue do hacer de tercero en lo que respecta a las obras de la Colegia­ ta de Villagarcía de Campos. El artista dice estar trabajando en las obras de San Ambrosio el Real, pero es una errata que ha lle­ vado a considerar que Pedro de Tolosa está trabajando en Vallado- lid. Donde está trabajando"por su majestad" es en Sah Lorenzo el Real de El Escorial. La aparición de Tolosa en Villagarcía de Cam­ pos puede deberse muy bien a las buenas relaciones de Doña Magda­ lena con Feline ÎT. Otra razón pare escoger a Pedro de Tolosa co­ mo tercero,es que el artista no tenía vínculos en la zona, con lo que su imparcialidad quedaba asegurada. El 24 rle octubre de 1*75, con feehr> en Villa — -cía de O^o-s, Pedro de dolosa da su parecer sobre las obras nMe se ban hecho en la iglesia de San Luis y propone una serie de reformes v morí idas de -ran trascendencia. »a sirio Martín González ^ien ha estudiado a fondo el -reMema en torno a TJedro 4e dolosa y la reforma de la Colegia a (2 1). Analizando los ^oci.wontos y el edificio, lle^a a la conclusión de que son ios planos de Pedro de dolosa los nue ha­ cen que la Colegiata adquiera la estructura y estilo clasicistas, y esto se debe a que la iglesia recibe sus principales elementos de San Lorenzo de El Escorial, donde Pedro de Tolosa está traba­ jando como aparejador. Analicemos los documentos exhumados por García Chico. Pedro Tolosa coincide con los dos veedores anteriores en nue la i— glesia presenta en largo y ancho lo propuesto por üodrimo Gil en su traza. Coincide igualmente en que los cimientos están bien fun­ dados y en que el grueso de las paredes de los fundamentos corres­ ponde a lo pactado. Igualmente se cumple la traza en lo que respec­ ta a la erección de los muros hasta el talud ñor la parte de fuera, así como en las hiladas y en la hilada obligatoria bajo tierra. En lo que respecta al grueso de ias paredes y estribos be ja fabri­ co, se sigue con fidelidad las condiciones, exceptuando una pared de la sacristía, que tiene de anchura medio nie monos de lo exigi­ do. En lo que atañe a lo edificado y subido de la iglesia, des­ pués de plomarlo, el artista juzga correcta la disposición. Por lo demas, Juan de la Vega no ha hecho ningún pern i año entero y e« lo que respecta a la puerta principal, pide que se pase a la segunda capilla de la parte norte y que lo hará Juan de la Vega a su cos­ ta, Así mismo, considera en lo que atañe al suelo holladero, que noda hay en las condiciones, aunque no por ello considera a Juan de la vega libre de culpa, sino que "por las condiciones estaba obligado a consultar e tomar la razón e determinación de la dich? señora doña Magdalena de ILlloa en qué alto mandaba se hiciese la erección ne la iglesia pues dice y advierte en el capitulo prime­ ro de las condiciones para el e f e c t o nue s e hacía la dicha igle­ sia que era para nue hubiese enterramiento e sepulcro como lo ha de haber" (2 2 ). Y, desde este momento, Pedro de Tolosa va a o^o— poner una serie de reformas de gran trascendencia para el monumen­ to. Propone míe los enterramientos se hagan en el crucero d~ nnin- ce nies y uno de grueso, "en consecuencia ordenaba desasentar to­ do el pavimento y los ni laresy de suerte nue midiera edificarse cripta debajo. El plan er-' , por tanto, elevar el suelo. Mucho o*as- to suponía esta reforma, la cual sólo se acometería ea narte. Pe— bió de respetarse el pavimento, pero se hizo la crinta, aunque ba­ jo la capilla mayor y a escasa altura de ella" (23). Se quitarán los cuatro pilares estribos de la capilla mavor y los del cuerno de la iglesia, y todo se hará según una planta que él dará. En lo que respecta a los cuatro pilares cantones del.crucero, se reforma­ rán y tendrán de grueso cinco pies. La cláusula es oscura. El do­ cumento dice que serán reformados, ya que no tendrán nfie sonortar cimborrio, y que todo se hará según la planta que para ello de Pe­ dro de dolosa, Martín González dice en su trabajo citado: "nos oue- damos con la duda de si los actuales pilares son la obra primera de Juan de la Vega o los reformados por Pedro de Tolosa". Y llega a concluir one "en favor de la reforma de Tolosa habla el parecido de las pilastras de Villagarcía de Campos con las de El Escorial". Aborda también Pedro de Tolosa, en sus condiciones de refor­ ma de la iglesia, el problema de la iluminación, cue surge a par­ tir de la supresión del cimborrio, y que ya fue apreciado ñor Mar­ tín Navarro y Sancho Ortiz Marroquí. Pedro de Tolosa pronone nue se abra una ventana en cada capilla, en el lado norte y en el sur, y un espeqp a los pies de la iglesia, según una montea que hará de todo el templo y con ello el edificio quedará suficientemente ilu— m i nado • Si hasta ahora se han seguido con cierta • nroximidad los oro— yectos de Rodrigo Gil, cuando Tolosa da las condiciones para el al­ zado y cubrición de la fábrica prescinde por completo de las tra­ zas del artista salmantino en la marcha técnica v estilística de la iglesia, produciéndose un cambio total. Dispone el artista que la iglesia tendrá de altura, hasta la clave de los pcrpiaños, setenta pies, es decir, diez más de los previstos en las condiciones primeras. En la actualidad son "GR y un poco; de manera que la actual altura viene a corresponder a $a propuesta de -Pedro de Tolosa" (24)• Los cerníanos nue disuene Volosa que se construyan serán de medio uunto, teniendo un nie mas, es decir, alargándose rectos en los hombros y forjando con el lo pera1te. pedro de Tolosa aplica aquí todos i os conocimientos oue adquiere el o.rte fie la cantería a mediados del si^i o XVt v que son an 1 i cades do forras c-f-emát i ca en E] Escorial , En lo o ue respecta al crucero, nronone míe las ci aves de las. diagonales »^an nas altas nue las de los perdia ños, es dec i r, cup se disponga ima estructura vaída, motivo éste importantísimo, va nue da inicio a la formación de medias naranjas de este tino, ñor tónica general ciegas, tan usadas en la arquitectura del último cuarto del siglo XVI y todo el siglo XVII. Por lo que atañe a los colaterales del crucero, cabecera y canillas, Pedro de Tolosa da­ rá otra montea. El documento es tajante: "Item digo que las cani­ llas hornacinas que vienen en los lados de las canillas del cuer­ po convienen hagan forma de jambas de los per^ianos sobre nue se han de cerrar los arcos triunfales dellos e hanse de hacer según e conforme a una planta que yo enviaré para ello, Hanse de cerrar estas capillas a vuelta de ho^no rajas por vía de cuadrado e ñor vía de vuelta de horno redondas monteadas con la línea diamnnal como más largamente se verá ñor Ja montea al través que arriba es­ tá dicho y todo esto destas canillas hornacinas las hará .Juan d* la Vega e como está declarado arriba". En lo que atañe a la puerta principal, "no tiene aquella au­ toridad que conviene para una puerta principal y ansí conviene eue se desasiente y asiente en la segunda canilla a la parte del nor­ te frontero a la puerta que está hecha a la parte de la casa, bajo hacer Juan de la Vega a su costa". Y él dará una planta y montea para la puerta principal, a costa de Doña Magdalena de Ulloa, al mismo tiempo que hará unas gradas con lo one el edificio redara relevado "como dice Vitruvio e los demás autores". Por ultimo, queda como problema que el Colegio, nue se eri^e al mismo tiempo que la iglesia, tape a ésta y lo quito luz. Para corregir este posible defecto, Pedro de dolosa nromone nne no se haga el cuarto negado a la iglesia, sino que se hagan los dos al­ tos de corredores y encima un terrado, y que, con esta reforma, el convento sólo alcance una altura que llegue hasta la cornisa de la iglesia. Después de haber dado su parecer y sus condiciones Pedro de Tolosa, se reanudan nuevamente las obras de la iglesia, aunmie con profundas alteraciones con respecto al viejo modelo nropues+o por Rodrigo Gil de Hontañón. Con las trazas de Tolosa desaparecía el engorroso problema de que si los proyectos nue había dado el maestro salmantino se babiao cumplido o no. Era una solución al nudo gordiano» Al mismo tiempo, lo nue realizaba lo losa er:’ una revolución en la arquitectura de la Meseta Morte. Reanudadas las obras, al frente de ellas si,que Juan de la Veqa, que es el ejecutor material de la fábrica y quien la termi­ na. El 16 de febrero de 1579, Juan del Ribero Rada sale co^o fia­ dor suyo, especificando que se ha encargado de las obras a desta­ jo de la iglesia de San Luis de Villagarcía de Campos (25). La planta de la actual iglesia de San Luis de Villagarcía de Campos es una estructura compleja, compuesta por el templo prooia- mente dicho y la sacristía con dependencias anejas. El templo es un rectángulo con cabecera plana y presbiterio ñoco profundo, muy parecido al de Santiago de Medina del Campoj presenta for^o en cruz latina por tener ampliamente acusada la estructura del crucero $ es de una sola nave de tres tramos y sotocoro, con tres cabillas hor­ nacinas a cada lado, comunicadas entre sí por pasillos. Esta ni an­ ta es igual a la figura de Rodrigo Gil del Manuscrito de Simón García, a excepción de Jos pasillos de las capillas laterales. A los pies, en e.l costado del Evangelio, se encuentra la caja de la escalera que da acceso al coro, mientras ene en el lado de la E- pistola se ha abierto una nueva capilla, conocida cono la. de las Reliquias. Esta planta es la proyectada por ôd.rin-o r7ü en 1572. Como bien lo ha resaltado Martín González, es un tino de de uso tradicional en España (26), modelo que va a ser asimilado a la nueva estética del Clasicismo. En alzado, el edificio presenta un e^calonaniento: la nave principal es mas alta que las canillas hornacinas y carece de cn- pula exterior. Los soportes son gruesos pilares cuadr^nmulares, encima corre eJ entablamento y sobre él están los huecos terma­ les, alternantes en el cuerno de la iglesia, de ventanas rascadas y óculosj en e] crucero y en los hastiales principales aparecen ventanas rasgadas, mientras que en los de la cabecera y canilla mayor son óculos. Las capillas hornacinas están dotadas de un sis­ tema de luz a base de ventanas pequeñas v rasgadas. Es, núes, un édifie? o que se ordena de dentro a fuera, siguiendo a ̂ ' la trai­ ción clásica nue pregona Vitruvio y todos los artistas Je! nena_ ̂i mi ''Tito , A i exterior, el edificio pnn roço <5')hr'° °ue atribuir aJ groyec+o de Pedro Je Tolose tos J e 1 tratadista rocano (27). La fachada unas gradas, eue be v siguiendo los r'recer>— nnv cgnei 1 1 ̂ ir <= û n naeca es -b* a rie Jnan de la Ve.̂ a y se estaba terminando de construir en 157ôj es la fachada anticua y no1?«« diseñara Pedro de Tolosa, sin embargo tiene una serie de elementos clasicistas one provienen de la reforma temólo. La fachada es una estructura lisa desenvuelta en dos ulanos coincidentes con la disposición estructural del buque de là igle­ sia; estamos pues ante una fachada orgánica. SI primer plano, que es el mas saliente, corresponde al cierre de los pies de la nave mayor mientras que el segundo plano, más rehundido, corresponde a los cerramientos de las canillas hornacinas. En los esquinazos a- parece un almohadillado de muy pequeño resalto, que es una clara influencia serliana, pero que es un tema ya familiar a los artis­ tas desde el origen del Renacimiento español (28). La fachada se divide en dos cuerpos a través de una faja o imposta lisa, que es igual y está a la misma altura que las cor­ nisas que corresponden por dentro y fuera las naves y canillas, y todos los planos de la fachada quedan conectados y articulados a través de unos aletones que tienen una contextura arpuitectóni - ca y un ritmo con respecto a los demás elementos de la fachada mu­ chísimo mayor que lo que desarrollo Guidetto Guidetti en la facha­ da de Santa Caterina dei Funari de Roma, donde los aletones, ver­ daderos nensulon.es de tez cartilaginosa, tienen un espíritu escul­ tórico mas que arquitectónico. Los recios aletones one se desen­ vuelven en la fachada de la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos son una evolución de los estribos, elemento estructural característico de las iglesias de una sola nave con capillas, a cuye función de soporte sejia unido una nisién de unidad estilla- tica, de correa de transmisión que una, en un conjunto sin fisu­ ras, los diversds elementos de la fachada. Este concepto, muy vig- noliano, más que venir de Italia, consideramos que desciende de El Escorial, como ya lo dijo Martín González, y se vincula más a la linea clasicista española y m a la italiana. El bloque central do i? fachada remata en un frontón trian­ gular partido por su base (29), La organización de entrada es de tres puertas, dos iguajas en los biennes laterales y una n-yor en el eje dei bloque central. Los tres vanos de entrada son ndinjre- lados, las puertas laterales están remachadas con molduras Usas y encima de emia una de el las hay un óvalo cie^o de n/->rgii liso. ¿i La puerta central, adintelada, presenta un Toldara,ie más comnlicn.- do con leves orejetas en los vértices superiores; las molduras son de listeles con un baquetoncillo que las cierra y recorre toda la puerta. Encima del vano de entrada va un friso corrido y convexo, sobre el que corona un frontón curvo muy destacado, de cortados angulos en las juntas y con dentellones en su base y en el inte­ rior, Encima de todo, solo en el paramento, campea un escudo de España del siglo XVIII, sustituto del antiguo de la Comrañía de Jesús• Todo este sector, hasta la imposta divisoria, ero lo que te­ nia levantado Juan de la Vega en 1575, aro en que Pedro de Tolosa da su parecer y nuevas trazas. Faltaba, pues, el eri rHr1 ej secun­ do cuerpo con los aletones y el remate, Y en esta marte inferior aparecen con claridad las reformas oue se acometen, ^olosa dice que "se hara una planta e montea para la muerta princioal de los pies para que mediante ella se haga la arquitectura della”, Oue la nueva puerta ha de ser "según orden dórica o jónica la una de las dos sin mezclar la una con la otra, e no non man ningún miembro Tie no sea conocido de su genero"; y más adelante vuelve a insistir que "para entrar en la iglesia se haran las mrada.s semún vo envia­ re una planta e montea de la dicha ruerta"; mientras oue la n r> n-. tada que estaba construyendo Juan de la Vê -a, es decir, "la ojier- ta principal que está agora asentada a los pies de la i mlesia no liene aquella autoridad que conviene mara una. muerta T'rincimal v ansí conviene que se desasiente y asiente en la semnda canilla a la. parte del norte fronteroa la puerta nue está hocha a la mar­ te de la. casa" (3 0). Las condiciones dadas por Tolosa no se cumplen, Martín Gon­ zalez sostiene que no se lleva a cabo el desmantel amiento de la puerta y García Chico afirma que Juan de la Ve ma lleva a cabo re­ formas, El análisis de la fachada nos confirma lo dicho ñor Mar­ tin González, si bien reformada. Las condiciones de Tolosa -sólo se cumplen en dos puntos: nrimero, en 1? erección de la. escal ina — ta, como anteriormente se vio; secundo, en un mmrimumci^iento de la. fachada. No se lleva a cabo una nueva fachada, según un orden dórico o jen ico, sino míe dentro de la desornamonta.c i.ón se intro­ ducen algunos elementos clásicos, como las molduras v los fronto­ nes Todavía se aprecia el cambio en las juntas del muro. En las portaditas laterales se transforman las jambas y los dinteles, one estructuran sus dovelas según orden serlio.no, y los óvalos. En la puerta, principal el recuadro y el entablamento. Otro detalle muy interesante es el uso del friso convexo. Esta modalidad está sin estudiar, tanto en Italia, como en España. El friso convexo es de origen romano y lo consagran en sus tratados, tanto Serlio, como Palladlo y Vignola y es muy usado por los artistas italianos del siglo XVI. En España creemos que aparece por primera vez en el Pa­ lacio de Carlo T en la Alhambra de Orneada, empleándolo también Hernán Pu ir, el Moro (31), Juan de Fiâtes lo usa con asiduidad en sus propias obras. Por lo que.se refiere al frontón curvo con den­ tellones, ocurre algo parecido, es un recurso de Juan de Nates, t ornado de los italianos, acaso Palladio, r,ue se roe i t e er ins Huel­ gas Peales y en San Miguel de Valladolid y en Muestra Señora de la Calle de Palencía. El segundo cuerpo empezó a levantarse, incluyendo los aleto­ nes, a partir de 1575. En cuanto a sequedad y rlanitud sî 'ie los mismos postulados que el cuerpo inferi or. Eji cl segundo cuerno va se aplicaron directamente las reforjas sobre las trazas; la dispo­ sición de los aletones, cuya función ya hemos visto, ^r^vipne de la roforma de la fachada., tamhien viene de esta roforma la lucera que se abre en el imafronte, con lo cue se recome el sentir, tan­ to de Martín Navarro y .Sancho Ortiz Marroouí , como de Pedro de Tolosa. Esta ventana apoya sobre dos ménsulas muy vinculadas ? las que aparecen en la ventana de la iglesia de El Escoriad ; su es­ tructura rectangular esta enmarcada nor molduras cajeadas v está rematada en sus ángulos superiores por sendas placas nne son dos triglifos, motivo muy querido por Juan de Nates, y que se recite en Nuestra Señora de la Calle de Pal ene i a y en Nuestra Se^o^a de los Angustias de Valladolid» Corona la ventana im frontón curvo, igual que el de la puerta, A un lado y a otro de la lucere cn^ne— an sendos escudos de los fundadores, siendo le heráldica el '

or •Toan, do Herrera y ĥ c'̂ o por Juan de Torrecilla (37) 0 Desde esta perspectiva, tantas posibilidades tiene Juan de tfates, como el Hermano Valeriani, en una hipotética intervención en la fachada de Villagarcía de Campos. Si se estudian los elemen­ tos, muy de Nates es el empleo del friso convexo, ante todo, en sus primeras obras; el frontón cu^vo con dentículos lo usa Mates, por ejemplo, en las Huelgas Reales de Valladolid; el aplicar tri­ glifos como placas debajo de las ventanas es otro recurso «re u- sa Juan de Nates, por ejemplo, en Muestra Señora de las Angustias de Valladolid. El despiece de la puerta princinal de Villamarcía de Campos es idéntico al d e las Huelgas Reales y al He la nuer+a de Santa María de Vil1abrágima. Todo ello nos inclina a sospechar» que Juan de Nates, al que consideramos yerno de Juan He la Ve»? bien pudo inter^^ir en villagarcía de Oamros y la fábrica, a nues­ tro juicio,parece delatarlo. Además, no hav nUe olvidar míe dicho artista, en 1572, pretende quedarse con ias obras del Colegio y que está trabajando en él, constando documental mente eue ha.ee la fuente de dicha od i f i c.a c ión ( 38) . El buque del temnlo destaca entro el conjunto, teniendo sólo un n u n t o de vision, la. fachada. El odi tipio «g una cruz i "tí na formoda. non lo n~vo n^vor* \r pi tnanseoto, a. estos estructuras se unen las f o ^ d p s non Q.s canillas hornacinas. Con el lo se refle_ en ©i exterior e1 principio de snhordi na.ci ón esencia.! v ostruc- tural ~lie existe en el interior del templo. En la cabecera y cm- Cer° aEarecen pilastras cantoneras nue refuerzan los intersticios de los muros de cama y una imposta lisa recorre los paramentos desnudos y sobre ella se sitúan los vanos termales. ¿1 cuerno de la iglesia, escalonado, está reforzado por es­ tribos curvos o mensu1ones, usados en El Escorial, sustitutos de los clasicos contrarrestos perpendiculares al suelo, tan usados po Rodrigo Gil (39) y que es un testimonio más del italianismo intro­ ducido por Pedro de Tolosa en el edificio al reformar todo el sis­ tema de cubrición. Este tipo de contrarresto, estudiado por 'for­ tín González en su trabajo sobre Villagarcía de Campos, va a te­ ner fortuna en el foco vallisoletano y el mismo Juan de Herrera consegrará su éxito al emplear contrafuertes curvados en ia Cate­ dral do Valladolid (40). Los contrafuertes marcan al exterior las líneas divisorias de los ra^os interiores y ellos mismos compartimentan la mase exte­ rior del templo, creando compartimentos estancos adornados con va­ nos tómales que dan luz al espacio interior. Interior y exterior Hel teniTl0 firman un todo homogéneo, una unidad estructural, que indica la perfecta trabazón de los diferentes miembros que compo­ nen la estructura de la iglesia y donde el ritmo arquitectónico es el motivo fundamental, no usando, ni el juego cromático, ni la riqueza escultórica, sino solo la armonía de los elementos. Desde este punto, Villagarcía de Campos es la fiel continuadora de las concepciones nue se están plasmando en El Escorial. El interior, de una nave con canil las laterales, crucero v cabecera ^lana, es menos severo nue el exterior. La luz, nue fi1- tra por los termales, ilumina el espacio, pero mantiene el rrinci- pio de jerarquía, ya que la nave mayor y el tránsente tienen ma­ yor iluminación que las capillas hornacinas. La iglesia es un es­ pacia longitudinal, manteniéndose sólo el cuadrado en el crucero. Es decir, en Villagarcía de Campos no aparece la concepción esna- cia1 del Gesiî de un espacio central y otro longitudinal en ten­ sión. El gi sf on|'\ rio •tes sen ! ares de llanta r»n" d̂ r. da n o n i t-» _ postas de tres bandas se'mir arquitectónico j de estas bandas arrancan los ^ " b r ^ do les ,-«cos de las creí lias. En el frente de ca.da pilar hay una pilastra corintia de sobria basa de doble toro y escocia y elefante fuste de estrías nuortas y acanaladuras,nue: se repite en el mismo crucero. Las pilastras se coronan con cari- teles corintios romanos, de hojas muy torcidas, que dan mayor efec to de claroscuro y van a ser repetidas en las Huelo-as Peales d« Valladolid, lo que denota acaso un mismo tallista y, además, pre­ sentan el mismo aire de familia que los capiteles de las Anmustias y la Catedral, obras del escultor palentino Juan de'Rozadilla. Los soportes del crucero dejan un chaflán en la convergencia de las dos pilastrasj este sistema, que es conocido en Italia, se usa or­ co allí, prefiriéndose la disposición angular a la achaflanada." De todas formas, Rafael usa esta disposición en la Logmia de Vil­ la Madama, en 1519 (41), Por el contrario, éste es el. sistema one constantemente se usa en todosjlos reinos pen insu! a re s de la Monar­ quía Católica y ya aparece definitivamente consagrado en la. igle­ sia del monasterio de El Escorial. Encima de los capiteles corre un entablamento del más rigu­ roso estilo clásico, formado por un arouitra.be de t r e s listeles, un friso corrido con decoración geométrica, una faja, <-*e dentículo« bocel y una cornisa volada, estableciéndose una rimúrosa relación, ®egun mandan los cánones clásicos nue da Vitruvio,entre el sonor­ te y el entablamento. La dedoración del friso es de cadeneta con temarios geométricos abstractos: cuadrados, rombos, óvalos, círcu­ los, etc,, clásicamente italiana y de pura cepa ser.lir.na. Todas estas disposiciones aparecen por vez nrinera en la Meseta Morte y son implantadas aquí por Pedro de Tolosa, es decir, traídas por un artífice de la Corte, que esta dando los modelos oue van a ser desarrollados de inmediato por los artistas de la zona, Sobre el entablamento, que pone límite al muro de carga, se tiran los arcos y bóvedas que forman la cubrición del templo. La bóveda que cubre toda la nave mayor es de medio cañón reforzada por perpiaños, es de tres tramos y medios cañones cubren también el presbiteri o y los brazos del crucero, mientras nue en el pun­ to de intersección de los ejes de la iglesia se levanta una media naranja va ida, que no trasdós?., ciega y que no se acusa al exte­ rior de n i n «min» fer'rno . El cañón, sustituto de la bóveda, de crucería ene trazare Pp_ dri rrn aa^or relieve e individualidad, creando como una "anteiglesia semejante a la del "7T r Escorial" (52). Es una esplendida estructura rectangular. El soto- coro está fornado por tres espacios cubiertos por bóvedas de cañón con lunetos y reforzadas por perpiaños. En su cara externa presen­ ta una estructura de arco de triunfo de tres vanos, navor el cen­ tral, fornados por arcos de medio punto con roscas decoradas con molduras y soportados por pilares con pilastras corintias en los frentes, de igual corte que las restantes del templo. El entabla­ mento es similar al del resto de la iglesia, con friso convexo y coronado por un pretil abalaustrado que es el antepecho del coro. El coro, en alto, siguiendo con ello la traición castellana de (fines del gótica de las iglesias conventuales, ocupa todo el an­ cho de la nave y se ilumina por e] esnojo abier+o en 1"» fachada que responde al interior en un hueco termal con puntas de diamante. La estructura del coro es un claro añadido do Pedro de T0 io- sa, cono ya destacó Martín González (53), ya que Juan de la. Vema había suprimido este elemento en la reforma de las trazas de Ro­ drigo Gil. Este coro tiene por modelo al de El Escorial, sin en_ bar-o esta estructura no tuvo mucha fortuna en Valladolid. Similar a este coro se levantará el de Nuestra Señora n’e la Calle de Fa­ lencia, pero no conocemos otros ejemplares en la zona de época clasicista. El modelo de coro que triunfa en el área vallisoleta­ na es el apoyado en áreos escarzanos al es+ilo del de San Pablo de Valladolid« A la cabecera del templo se encuentra la sacristía. Su situa­ ción recuerda la de Medina del Ca.m̂ o. Esta dependencia adquiere un gran desarrollo por necesidades cultuales. Un caso mnv similar o- parece en San Miguel rip Valladolid y5 años después, en San Ambro­ sio de la misma ciudad. La sacristía, que sigue el eje longitudinal del temólo, está desenfocada de este. Toda esta parte parece un reoianteo de nuevo cuño. Es un pector nosterior al buque del templo y no es de ^edro de Tolosa, no sólo porque su situación está desenfocada dei eie longitudinal de la iglesia, sino también noroue el artista no ha­ ce ’'oforenci? en. sus condiciones a esta oarte del edificio. Se accede a. la sacristía a través de un posii lo abovedado de tros tramos mál encajados. El. prl «er tramo, rroyectudo no p,i? j _ nicies como tesoro y convert i do HaV en un doctor do transí+o, se cubre con una. modia na nan ja. reba jad ? simo decorada, con voso, po’ip”- tr.da sobre pechinas e i Inn i nada por un. termal. Este espacio cen­ tralizado se encadena con un secundo cuarto cubierto con arista, termales y decoración de fajas, puntas de diamante y fi yuras geo­ métricas. Despues de el viene un tercer tramo, raquítico, con simi« lar decoración y que denuncia la poco afortunada solución dada a este tránsito. Hay un claro pie forzado en toda esta narte. Desde esta zona se accede a la sacristía, que eg ,mp estructu­ ra rectangular de cuatro tramos cubierta con bóveda escarzana de tradición escurialense, con termales, .Innetos y una rica decora­ ción geométrica de puntas de diamante, exágonos y filetes, has pa­ redes se animan con pilastras toscanas, cuyo canitel forma parte del friso. La puerta se abre rompiendo una pilastra, nroduciendo una clara distorsion. Toda esta obra es muy nostorior a la igle­ sia, nos parece una realización en torno al 1600, cuando la ri.nue- za decorativa se incrementa desde la iglesia de Las Angustias de Valladolid. En el frente se sitúa el lavatorio, una de las obras más en­ cantadoras que guarda la Colegiata. Concebido como un arco de triunfo con basamento, dobles pilastras jónicas acanaladas, enta­ blamento con friso convexo, frontón rartido, riránides v heráldi­ ca. Este tipo de solución, muy en bo^a en la noma anterior al Ber­ nini, está vinculado a 3a nortada que Die^o de Pravos hace oara el Palacio de Fabi o Nelli de Valladolid, lo que nos indica el em­ pleo de los artistas de fuentes comunes, Es une solución muv si­ milar, enriquecida y posterior, de la otra fuente míe trazara Juan de Natos ^ara el Colegio0 Tode este conjunto se completaba con la zona del Colegio des­ aparecido en la actualidad, y sobre el cual volveremos cuando se aborde la figura de Juan de N'ates. Martín González ha sido ouien ha estudiado estilísticamente el edificio de Xa Colegiata dç San T eis de Vi 1 lasare?, a de Caneos y quien ha. valorado su poso en la remión. En sus estudios nos a — poyamos ( 54)• El citado estudioso define a la Colegiata comp "ím prototipo regional" ( 55) y "h«rreriano" (56) para toda 3 a zona, Al i? i r i r esta neón! inri dad, la iglesia. ̂̂ ç^nvi '>*>+« n 11 -t- ̂ de enrt i da para la fo^ac i ón v evo1 uc i ón o«t.i X o en el 'rpg( Vi lia. °'o re í a dn C amo o s es un edificio c om^ i a i o , no =: ó i o *> o ̂ í as Dine1 ones mi« desem^^ro.ba — funerorias, rei i o^as v educa — t ivas -, sino también por la forma que el nuevo estilo cno •*? en él. Martín González ha precisado con claridad, que la iglesia del no tiene influjo sobre Villagarcía de Campos (57), con ello nos sitúa al edificio dentro de una corriente ^equinamente esnaño­ la. En efecto, según los documentos, la planta del edificio es de Rodrigo Gil y no sufre alteraciones. Este rasgo, y?, precisado ñor Martin Gonzalez (58), lo consideramos muy importante, va eue reve­ la la perviveocia de lo tradicional que existe en el movimiento clasicista de ese momento. El nuevo estilo asimila, en este n^nec- to, las formas tradicionales, precisamente ^or su eficacia v fun­ cionalidad. Martín González dice que "de los edificios precedentes nace el "funcional ismo"" f(s59) que aparece en Villagarcía de Cameos. Este tradicionalismo contrasta con el sistemático carácter innova­ dor que en los provectos de plantas se dan en Italia e incluso, en los recogidos, por ejemplo, en el Libro ^e Arquitectura de Hernáq Ruiz el Mozo. En definitiva, en la Colegiata de ^an luis de Vi Tía- garcía de Campos pocemos ver los fuertes vínculos nne el nuevo es­ tilo mantiene con el pasado. Al lado de este rasgo tradicional, eq Villagarcía de Capaos aparece un conjunto de estructuras y elementos por cnmqieto nuevos en la zona. Martín González los precisa con claridad y, anoyándose en los documentos publicados, se los asigna a Pedro de Tolosa,"el verdadero inspirador da la iglesia según hoy se conserva" (6^), Tolosa introduce el actual sistema de bóveda de canon con lunetos y los arcos de medio punto (61), lo« vanos termales (62), la tou­ rna de las capillas hornacinas (65), el coro (64), los alerones (65), el atrio (6 6), las bolas v las molduras de olaca v oneia ( 6 / ) » Todos estos elementos, a los que hay oue sumar la. disqo«i — ción de arcos triunfales de las entradas de las capillas, el mo­ do de disponer los órdenes y e] uso de la media na ran i a, del cru­ cero, Martin González los considera como influjo directo de El Escorial, cocretamente de la iglesia (6 8). El influjo de El Escorial, traído qor Pedro ê Tolosa, n*r»r¡0_ r a el nuevo estilo en la. zona, vallisoletana, e m o 1 e á n d o s e allí to­ dos sus el omentos • El nuevo estilo asimila laj^radic ional niante en crn.z latina con canillas entre contrafuertes, disnnne el m?»r»o con secuencias de arcos triunfales, establece la ur^norciona1 id^d canónica en los órdenes, recurre al arco de medio punto v a j a bóveda de medio cañón con lunetos, emplea la media naranja cieça, sin tambor y sobre pechinas e introduce los vanos termales como nueva forma para la iluminación. Finalmente en Vi1lasareía de Cam­ pos, como ha señalado Martin González, se perfila una nueva forma fachada (69) , cue Ceballos define como previ mnol iana v uno de cuyos primeros rasgos más importantes es su carácter de estructu­ ra orgánica, es decir, que se compone de acuerdo con las estructu­ ras forjadas en el interior del templo. Todo ello da paso a un edificio de nuevo estilo, en el one conviene resaltar: la desaparición de todo lo "ue sea escultura, la importancia que adquiere la estructura y los elementos arqui­ tectónicos, elementos que por sí mismos cumplen una función deco­ rativa, el predominio del espacio longitudinal, la no aceptación de la cúpula, a pesar de que la iglesia de F1 Escorial la tiene, la preocupación por la luminosidad, el interés por todos los elemen­ tos del mundo clásico y por la decoración geométrica. En una oala- bra, el Clasicismo triunfa en Villagarcía de '"’ampos, ha venido del Sur, de El Escorial y ha desterrado los últimos elementos "éticos que imperaban todavía en la zona. El padre Ceballos ha publicado unos planos que enrice ludieran ser de la Colegiata de Villagarcía de Campos (70). Una comparación con el plano del edificio parece desmentir toda posible atribución de estas trazas a la iglesia de San Luis. Los dos ni anos presentan tres tramos, crucero y cabecera, en tanto que la Colegiata rosee cuatro con el coro, crucero y cabecera. En la planta 1 '-ue publi­ ca el Padre Ceballos se aprecian claramente las tre^jpuertas - una principal y dos laterales — que si coinciden con el rrovecto# ios pilares son sencillos, cruciformes, pero la planta no posee deam­ bulatorio entre capillas como posee Villagarcía. Tamnoco la Cole­ giata tiene contrafuertes al exterior y en el plano aparecen cla­ ramente . La planta 2 tiene una diferencia mas acentuada con respecto a la de Villagarcía r,ue la 1, No sólo posee tres tramos, sino qie los pilares son más complejos ; además, las capillas, aparte de ca­ recer de comunicación entre sí, son m^pos profundas. C o p respecto al alzado, la diferencia es bien palpable v no nocesj tp ovnilra­ ción. El. triunfo de un prototipo. San Mi^iei do Va3^Holj,H, Nuestra Sero- ra de la Calle de Palencia, el Seminario de Se^ovj?, El éxito de la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos fue grande, ayudando en ello el nue los .jesuítas, en annellos años, tenían una fuerte actividad constructiva. Pero no es sólo la razón de una orden que crece lo que explica el que Villagarcía de Campos se convierta en un prototipo. Hay razones de culto - importancia de la predicación -, de funcionalidad - importancia de la visión de los ritos -, de economía - es más barata una iglesia de una nave que de tres, es rentable la venta de capillas -, por citar algunas, que ayudan a comprender el triunfo de ese prototipo. Pero además de todo ésto, desde un punto de vista formal y estilístico, la Co­ legiata de San Luis de Villagarcía de Campos es un,,mode!oM (7 1 ) rr> — ra la zona, porque en ese templo se da una estructura esnncial de­ finida y definitiva, un modelo estructural acabado, desde la plan­ ta al tratamiento del muro y el sistema de iluminación, así como unos elementos clasicos por completo elaborados. Sobre este modelo de edificio van a trabajar de continuo los arquitectos de la zona a. lo largo de todo el Clasicismo, lo eue va a dar paso, como ya resaltó Martín Gonzá.lez, a que la fundación de uoña Magdalena de Ulloa no sólo va a ser el prototipo de las imle- sias jesuíticas de la región, siró también de templos parroquiales y de otras órdenes religiosas (7?,). Martín González ha estudiado la repercusión de villagarcía de Campos en los edificios de la región ̂ así, hay un claro rof3 eio en San Pedro Mártir de Medina de Pioseco (73), las Hue! gas Peales de Valladolid (74), San Miguel de la misma ciudad (7 5), Nuestra Señora do la Calle de Palencia (76) , la iglesia del Hospital de Simón Puiz de Medina del Campo (77), San Ambrosio de Valladolid (78) y los jesuítas de Segovia (79). Este cnnjun+o de edificios prueban la validez dei juicio de Martín González sobre oí carác­ ter de prototipo ene tiene la Colegiata, a su vez, el citado au­ tor ha sido quien ha mostrado las conexiones entre todas las igle­ sias anuí citadas (sn). Martin GonzáJez ha estudiddo la repercusión do 1- on-i->tp de V il! a ga r c í. a do Campos a lo largo del Clasicismo en toda ir» 7i0_ na, nosotros tendremos muy presente este hecho a i o ! n,,os. 3̂ tro estudio, pero en este apartado lo m.0 intentaremos resaltar es la repercusión de la Colegiata en los primeros edificios cla- sicistas de la zona, es decir, cómo triunfa un prototino v cómo el modelo que es Villagarcía de Campos forja el Clasicismo. Por ello estudiremos los templos de la Casa Profesa de San Antonio de Valladolid, hoy parroquia de San «iyuelj el Colegio de la Comea­ dla de Palencia, hoy Nuestra Señora de la Calle y la Compañía de Segovia, hoy Seminario# Un rasgo común de estos edificios es el poco conocimiento documental que poseemos de ellos y nos sirve de guía la documenta­ ción que ha reunido el Dadre Ceballos de los archivos romanos de la Compañía de Jesús (81). Las edificaciones jesuíticas de estas tres ciudades presentan el rasgo común de su nroximidad t. canora i entre sí y con respecto a Vi11amareía de Campos. La fundación de Doña Magdalena de Ulloa se comienza en 1572 y se codifica en .1575. T.a Casa Profesa de Valladolid se decide construir en 1575 y s e re­ miten los planos a Po->a en 1579. De la Compañía de Segovia, nare- ce que esta trazada en 15/7, r'ero ignoramos si estas razas son las definitivas. La Compañía de Falencia se HpCíHp construir nP 1580, pero hasta lo84 no se pone la primera niedrn, lo oue i méli­ ca que, entre 1580 y 1584, se dieron las trazas. Pero todas estas obras no se empiezan a construir hasta que villasareía de Cárneos no se ha concluido. Así pues, la Colegiata de San Luis puede es­ tar omnipresente en la mente de los jesuítas a la hora de acometer la edi.fica.cion de todas estas casas. Ademas, desde un comienzo, Villagarcía de Campos se convirtió en uno de los lugares de mayor fama de la Meseta Norte (82). Con estas pinceladas podemos a ore— ciar claramente el gran peso de la fundación de Doña Magdalena de Ulloa. San Mü^ue1 Valladolid.- Sobre la actual iglesia de San Mi «miel de Valladolid hay dos tendencias definidas: la nrimera, iniciada por J. braun, atribuye la fábrica, a a r t i s t a s de 1 *■> Compañía ; Braun considera que es un edificio de Juan de Tolosa. A esta corriente se une el Padre Ceballos, que atribuye la planta rle! temo lo al H^r- mano Vale^ani. * a segunda, tendencia está, representada «or Chueca Lo i tin y Martín González,* el 1 os no vinculan el edificio a artífi- ces b© la Compañía, sino que lo proyectan hacia el foco va.l 1 iso — 1etano y lo atribuyen a Juan do Nates, co^o artista r u ' r vinculado a los programas arquitectónicos de los hijos de San Ignacio (S3), üstas dos tendencias parten de un enfoqué distinto del análisis del edificio. Dejando al normen al Padre Braun, nor carecer de ba­ se su hipótesis, el Padre Cehallos, partiendo de bases documenta­ les obtenidas en el ArchiWHonano de la Compañía, considera que Va- n ^as trazas del edificio, trazas nue en parte pudieron ser modificadas a lo largo de la obra. Por otro lado, arrancando de presupuestos estilísticos, Chueca Goitia y Martín González proyectan la obra hacia el círculo de Juan de fiâtes. Veamos la po­ sibilidad con todo el material, tanto documental como estilístico, de poder encajar la obra dentro del marco en que se halla. De sobra es conocida la historia de los jesuítas en Vallado- iid y a la bibliografía clásica .nos remitimos. Las obras de la i- glesia, no obstante, no empiezan a tomar cuerno si no os a mártir de 1570, en que se adquieren los solares (84). Hay un largo hiato desde esa fecha hasta el 29 de octubre de 1574, en que se"nide li­ cencia para tomar a censo 2000 ducados para hacer la iglesia de la casa profesa de Valladolid", »er* i so que se obtiene en 1575 (135). De nuevo silencio hasta el 25 de agosto de 1579, en ,„e s„ e„vía a Poma"el diseño que trae el padre Pipalda para edificar esa igle­ sia y colegio" (8 6). En 1580, año en que se termina ViUagarcíI de Campos, se comienza la obra de Valladolid. Cuando se inician las obras de la Compañía, en Valladolid se ha trazado ya y se han iniciado las labores de las Huelgas Reales; además, en 1580 .Juan de Herrera traza la Cuarta Colegiata de la ciudad y Juan del Ril hero Rada comienza a trabajar en San Benito el Real. Es+e marco es, a nuestro juicio, trascendental, ya que implica el triunfo del Clasicismo en el corazón de la Meseta Horte. Sin una base documental firme Ceba)los sostiene que "sin duda dicha planta (la_de San Miguel) la diseñó el hermano Valeriani" (87). 4 pesar de los esfuerzos del Padre Pirri (8 8) y riel Padre Ceba), los, Valeriani sigue siendo narr, nosotros una í'i gura „oco clara por lo que respecta a la arquitectura vallisoletana. Es indudable ene estaba vinculado a) -ende artístico, mg« » n pin. to- cuando vino de Italia, peco desde esa. oosicíó„, „ i- -siliia. ción perfecta del Clasicismo hisnónico hay una gran distancia. i.o documentación no habla -ace nada de anión dió las trazas. 21 silencio no es „„ rasco de humildad en este caso, ya „„a 1, ri„. cumentacion conocida es la denominada documentación de estado, de alto nivel dentro del sistema de la Orden y allí no caben, dentro de la mental id?d de la época, escarceos de tino artístico, esté­ tico o sentimental, sólo política y eficacia. La documentación, por tanto,nada revela. Valeriani es, pues, una simple hipótesis. Si volvemos al marco general podemos intentar precisar algu­ nos rasgos. En efecto, en 1579 las figuras eue decididamente eran clasicistas en Valladolid eran dos: Juan del Ribero Rada y Juan de Nates, pues Pedro de Mazuecos el Mozo estaba por esas fechas trabajando en Simancas y aprendiendo el nuevo estilo y Riemo de Praves se hallaba en Heles y Alcázar del Rey, es decir, en Casti­ lla la Nueva, en la actual provincia de Cuenca. Ju mto a Ribero v Nates, pero de forma poco precisa, puede estar actuando Feline de la Cajiga. El camno, pues, tiende a reducirse, Girándose a dos fi­ guras bien dibujadas — Ribero y Npt.es — y dos poco ^recisas — Va­ leriani y Cajiga — • Pero si esto es el esn,iema n'orierfi] da los ru­ tistas, en el campo de la acción arquitectónica domina la fábrica de Villagarcía de Campos, Ronde está bien nreoisada la actuación directa de Pedro de Tolosa y Juan de Nates, mientras rue Valeria­ ni sigue siendo un ente caseoso. Si se establece una comparación entre la iglesia de Villagar- cía de Campos y la de San Antonio de Valladolid podemos decir nue, planta la actual San Liguel tiene un tramo menos nue la funda«* cion de Dona 'iagdal ena de blloa, nor el contrario, es igual a las Huelgas Reales de Valladolid, obra plenamente documentada como de Ribero-'íates-Elorriaga. Esta aproximación a la obra valliso1eta- na es muy significativa, va gue lo nue se hace desnnr.recer es ni tramo He coro, el elemento más esc liria lense de todo el con i unto. Hay, pues, un fenómeno de simplificación, simplificación también aparecida en las Huelgas -oales, ñero ñor razones distintas. Sin embargo, la correlación espacia1 y proporcional entre los diferen­ tes espacios rue comoonen el con iunto demuestra nun ni a^t^stn nue trazo la iglesia Re San Antonio procura ceñirse al móximn pi múdelo Re V i 1 ! . ^ g a r c í a . E l l o nos ^ r ^ i t o o o n o b n r nue R tnivnínr» Re Villana reí a de Cáenos se + r^^ti- on i - h« Vnii«>HniiH~ ~ ......• -u i a ungue sinpl i fie an do la. comple j i.dn.R Reí coro, nc so hemos si ñor razones e.st ructu "n les y Re musto, o ñor falta Ro «snn c in El intendo Rn la Colegiata de 'H11 onnroía H« Cnm^n« denota cllîe un sector de los jesuítas consideraba ideal el prototi­ po del pueblec ito castellano, lo que no da pie para considerar a Valeriani como su trazador. Desde luego el artista italiano cono­ cía las trazas de Villagarcía de Campos, sin embarco, poseemos también pruebas documentales de que Juan del Ribero Rada v Juan de rtates conocían también dicho edificio. La composición espacial y estructural de San Miguel de Valla­ dolid sigue el mismo patrón que el de Villagarcía de Campos: un espacio longitudinal desarrollado en torno a un eje y otro trans­ versal que forja el tránsentej la eclosión de ambos busca un efec­ to de centralización en la capilla del crucero, que se ve reforza­ do ñor las soluciones estructurales empleadas en los poderosos to- ra. 1 ose Al espacio longitudinal se subordinan espacios secundarios de capillas que tienden a la centralización a través de «structu- ra_s de cubrición. La. capilla ma. von fo rm a una <■» g+. t»uc t u T*a a nt i cid a — da a base de prismas que se fusionan en el cuadrado central del crucero; pero toda esta composición se encierra en el rectángulo general desarrollado por la conjunción de los diferentes ei ementos conformadores de] t.emolo, reforzando esta unión los ejes subordi­ nados de capillas a través de las enfiladas de los rostimos de co­ mún ica.c i on de las ca.pi 11 a.s bornac i n ̂s , Kn el desarrollo de los elementos estructurales se produce el mismo fenómeno. La amplia nave central, comoartimeotada en tra­ mos, está, flanqueada por secuencia de arcos de medio cunto moldu­ rados, soportados sobre pilares y enmarcados cor ni lastras corin­ tias, mi tratamiento de semejante elemento es i «mi al nue en Vil 1a- garcía de Campos: el arco no absorbe el muro, sino que deja una superficie muerta entre la clave de la rosca y el arquitrabe, oue en Villagarcía de Campos se soluciona a través de un enmascara­ miento de falsas tribunas, mientras que en la edificación valli­ soletana se deja la superficie limpia. Este forma de disponer ar- cos y muros es peculiar de Juan del Ribero nada y Juan de Nates, que la repetirán a lo largo de toda su obra arquitectónica co­ nocida, i>’i si sterna do "tes es i dén + ico al de VjJ 1 a«*arcí a do uos: pilare« con oí lastras en sn« frant.os «u® alcanzan el entabla­ mento, mientras quo e* el crocino los’ torales se achaflanar» nara favorecer Ir disposición de las pechinas. Las soluciones de esoui- na son mi y parecidas a las rie las Huelgas Reales de Valladolid y diferentes a las de Vi11ayareía de Campos. En efecto, en el cru.ce- ro se dispone en los ángulos pilastras dobladas one atan y refuer­ zan los intersticios de los muros de car-a y, al nisno tiempo, e- VItan el efecto seco de ángulo recto, peñerando un juego de líneas más dinámico. Esta fórmula la implantan en Valladolid Juan de Nates y Juan del Ribero Rada en las Huelgas Reales y, a partir de ellos, se populariza en la región, por ejemplo, en San Martín de Valla­ dolid o en el Hospital de Simon Ruiz de Medina del Campo. Este da­ to significativo inclina la balanza hacia Juan de Mates y Juan del Ribero Rada como autores del edificio, más nue a Valeriani. Tanto el orden empleado, como el entablamento, se los juzga como descendientes directos de la Colegiata de San Luis. No hay duda que en la fundación de Doña Magdalena de P] loa «50 emlea el orden corintio y un entablamento canónico con el friso decorado con temarios geométricos. Igualmente recite en la Casa Profe­ sa de Valladolid, pero en este edificio aparecen va r i ant es j la dp menos significación es el cambio de dibujo de! friso, las más lla­ mativas son: la ruptura de horizontalidad del entablamento en las líneas de fuerza de las pilastras y la invasión del chaflán del crucero por la hojarasca de los capiteles. Ambas disposiciones son de gusto muy venecianoj la primera es una oecu'l iaridad de Pn1] a- dioj con respecto a la se-unda, podemos citar a Sansovino. Este tipo soluciones las emplea pí hero Rada, »or ejemplo, en S^n '•árcelo de León y en la Cabilla Cerra!bo de Ciudad podrimo. H° ahí un conjunto de rasgos que se suman a 1 os anteriores para, vincula^ e! edificio a la pareja Ribero-Notes mío, como ya seña1 a.̂ os es­ tán trabajando en esas fechas en comandita en Valladolid. En los torales aparecen laureas con los escudos de los Condes de fuensal- daña. i**ste acèpiamiento es, a nuestro juicio, ua posteriori" a la traza, del edificio y se relaciona con el »atronaz-o one es— familia tomo sobre el templo, nue lleo,ó a convertir en en m^n — soi^o, cuyo nicho, espléndidamente conservado, so halla en el r>nes- bitenio e hizo francisco de p-r*̂ ves. El sistema de cubrición arranca también, de Vi 1 lasareía de Cnmees: rrf»n cep Innatos V eerpiañ^s tonhiAn m'a_ no r¡r vi 1 1 a gn re í a do Cam nos el sistema de i luminar i 60 con +°rn?i p«? a!+ errando espejos y oculos, estableciéndose así P 1 mi ern r\ ri fng Clie en la fundación de Doña Magdalena de ü.l.i0a. El foco de luz de los pies es también una réplica del de Villagarcía de Cárneos. Ta jran variante en este conjunto radica en la invasión de la decora­ ción geométrica de toda la plementería, raspo pue., precisamente, a parece por vez primera en las Huelgas Peales de Valladolid. La forma de solucionar el crucero es la misma en cuanto a es­ tética y estructura: un cuadrado transformado en círculo nor las pechinas y una hemiesfera vaida y cierna nue cierra el esnacio. Tas variantes entre una y otra obra son de matiz, de decoración, de superficie. Las dos medias naranjas son de ocho majos o cascos, pero la de la Casa Profesa está pirada - lo mismo mtp on lpg Huel- pas Peales — y vana la decoración geocótrica • En las capillas laterales aparecen bóvedas vaídas oblongas, solución pue no parece nue use Juan de Nates, a i puní nue la deco­ ración peométri ca pue se emplea en la placentería de la bóveda principal• Así pues, todo e1 conjunto interior - el coro es reciente, de 1904 - responde al espuemn de Vi llagareía de Camnos, ñero con a1 punas variantes pue rueden atribuirse a Juan d« Nates v p Juan del libero Rada, pue por esas fechas están trabajando juntos, Y no hay pue olvidar pue Juan de Nates trabaja er el Colegio de Vi — llaparcía de Campos y pue Juan del Ribero Rada está trabajando en la Santa espina y es fiador de Juan Je la Vema, nrec i sámente rara las obras de la fundación de Doña Magdalena de Ulloa. Todos estos rasgos pue hemos podido cantar del interior de la actual iglesia de San Miguel, nos inclinan a sostener con Mar­ tin Ronzalez que este templo es "una fiel copia de la Colegiata de Villagarcía" (89), No obstante, este prototipo se impuse con vacilaciones^ el Padre Ceballos publica una noticia en su estudio citado, ^or la cual sabemos pue, en 1585, había serias dudas de seguir la fcábri — ca según el modelo de Villagarcía, o bien hacer una obra de fres naves, coco la iglesia de la Compañía de Soria (9°). Se decidió al f i n o. 1 seguir 1 a e di f i c a c i ó n se «•ó n lo ^revisto, ô n u i r> a i e a pue dentro 1 a c^mpañía y a la altara, de 1585, no h n h * r* un e^i — ten o formado on o”pn+o a estructuras o rnnj+ art. ónices, nín el exterior, 1? 1 nf 1 ue^c i a de Vi 1T a ma »»cí a da p rî pçnn-f o — est mictnm.s nt>i em.ó+ i \r pr+ ri V)po o 1 nr nnn iloj: — o — r ya aparece el cimborrio cuadrado nue Juan ^e Nates comienza a des­ arrollar desde 1“89. El nodo de tratar las superficies exteri or°s es muy similar al de las Huelgas Reales - materiales vistos, veso y mechinales -, lo que hace que el edificio se incline hacia la ór­ bita de Ribero-Nates. La fachada, que ha sido estudiada por Martín González (91), si £iie los pasos de la de la. Colegiata de San Luis: estructuras de planos desornamentodos, dos cuerpos y aletones, remate de frontón y en el eje principal o espina la puerta y la lucera. En el simio XVIII se colocó en la hornacina de la puerta la figura pática de San Miguel y de esa misma fecha es el escudo de España eue ocura - el timpano del frontón de la nuerta. La superficie de la fachada nresenta rafas de sillería v po art seul a en culas, causando un efecto de superficie de da­ mero. Hay, pues, un deseo premeditado de jumnr' v buscar un «f«cto con el cromatismo de los materiales y paliar es' el «xceso de se­ quedad de una superficie tan plana. El tipo de puerta es idéntico al de Villagarcía de Campos y al do las Huelgas Reales, ras «•o oue vuèlve a proyectar el edificio hacia el pruno Ribero-Nates, lo mis­ mo que el juego cromático con materiales, que va arreciados en i as Huelgas Reales de Valladolid. Martín González die« de esta facha­ da que "posee un esquema muy clásico, dentro de la línea italiana del Jesús" (91). Esta fachada, lo mismo que la de Vil i amareía de Campos, es una estructura orgánica que se dispon« «emm espacio y la articulación del interior, es decir, seg'n )os nreceptos vi- t rnvianos• Por todo ello concluimos, que el temnlo de ]? antimua Casa Profesa de la Compañía de de Valladolid es una obra ou« se construye teniendo los ojos puestos en Villagarcía de Cabros, one es el prototipo al que pretende imitar. Esta obra, one se ha atri­ buido al Hermano Valeriani sin una base documental firme, aparece intimamente entroncada con el foco vallisoletano de ese momeo4-«, y las soluciones empleadas en dicha edificación proyectan eí tem­ plo hacia la pareja Ribero-Nates, artistas «ue trabajan "’untos nu­ merosas veces y que juntos diseñan im «difie1 o de i *> xr reso de las Huelgas Reales de Valladolid, la «ri obra c1 as1cis- ta de la ciudad más impertan4"« do i \:esefn Porto, t>or, COT,̂ cfpr desámame«4- ado v la f «ert o «¡çnimH a d o «rec i ̂ da e« est« «d i -Picio creemos con Martín González one lo más probable es one la obra se beba a Juan be Nates (92). Si sobre el posible o posibles maestros one trazan la obra de la Casa Profesa de San Antonio no poseemos noticias documentales en la actualidad, sí conservamos datos tardíos de obras en el edi­ ficio. Se ha considerado siempre que el templo estaba concluido 1591, y ello lo avala el hecho de oue fuera consamrado el 21 de setiembre de dicho año; sin embarco, el 26 de junio de 1596, Llórente Rodríguez, maestro de cantería, y Cristóbal García de Mazuecos se encargan de realizar obras de arquitectura (93). Contemporánea a la sacristía de Villagarcía be Cornos se le­ vanta la de San Miguel. por razones de espacio se altera el eje, estableciendo el arquitecto uno perpendicular al de la nave de la iglesia. í̂ ste ti^o de sacristía, que ya estudió Martín González en su obra tantas veces citada, es característico de las edifica­ ciones jesuiticas de la zona, pues no sólo se da este tino en es­ ta obra y en Villagarcía de Campos, sino cue también annrece en la iglesia de San Ambrosio, aunque en esta última obra la sacris­ tía se dispone en un eje parale1o al del temnlo• Muestre Señora 3,a Calle de Valencia.— Condiciones similares a la iglesia de San Antonio de Valladolid rodemos arreciar en la Ca­ sa de la Compañía de Falencia. Este templo, acaso la me^or obra clasicista de la ciudad, es uno be los grandes eni rrv* ng rl q 1 e p r*_ quitectñra de la zona. Fray Gregorio de Alfaro, en la Vida be Don Francisco be Pei­ nóse, nos dice que tan ilustre ^rócer dio el dinero v ane^o nece­ sarios para con^t^uir la actual fábrica, llegando p donar "rara la dicha fabrica veinticuatro mil ducados"; incluso - nos cuenta el biógrafo mas adelante — "encarga pinturas a un pintor famoso, eue tiene que ejecutarlas en Córdoba" y disuene más obras d« ornamen­ tación, pero muere y queda tobo inconcluso (94). Asi pues, la construcción de la actual Nuestra Señora be la Calle se debo al mecenazgo del palentino Señor de Autillo, ~euo nada sabemos de ios artistas. F! autor del Catálogo Monument al de la i ' e V i n c i a d ̂ dolencia nada n n s dice, iim^nndn i ̂ pAr.1A "de pesado estilo neoclásico" y el interior "suntuoso v frío" (9 5 ). Chueca Ge i + i a guarda un urvdent e silencio «?obrrt os+n ed i f i cae ? óu ( °6 ) , lo mismo que el Jnv^ntari o de Valencia (97) ; ^or oí cent T'í>- rio, Pereda de la Refiera atribuye a Juan de Nates la traza de u iglesia, extendiendo esta misma paternidad a los Santos Juanes de Bilbao, iglesia también jesuítica (98). Precisamente, hablando de la fachada, Chueca Goitia dice one tiene un gran imafronte corin­ tio de nobles proporciones, al estilo de Juan de Nates. El Padre Ceballos es quien recoge la mayor información sobre el tema, extraí da de los archivos romanos de la Compañía (99). En 1580, los pa­ dres de la Compañía están buscando lugar donde asentar el edifi­ cio. En 1584 se coloca la primera piedra, lo que implica nue en esa facha ya se habí?, dado la traza. En 1586 se paran las obras, para reanudarse al año siguiente, concluyéndose la edificación en 1599« Sin base documental firme, Ceballos atribuye la traza d.ol o— dificio al Hermano Valeriani, trabajando después en la construcción hasta 1590, el Hermano Fernández de Bustamante. Partiendo de los datos conocidos iniciamos una investigación sin apenas resultados. El 8 de marzo do 1580, Hernando Calvo se o- b.liga a traer quinientas carretadas de piedra de las canteras de Fuente de Valdepero para el "Colegio del nombre de ,Jesús de esta ciudad de Patencia (100). Así pues, en es + os momentos se estaban realizado obras en el Colegio be los jesuítas, pero no en la iglesia. El 28 de marzo de 1584, la Compañía compra "las casas de los capellanes del número de la Santa Iglesia desta ciudad ^ue estén junto al dicho nuestro colegio" y para ello tienen que tnm?.r lln censo, en cuya declaración de motivos especifican que lo adquieren "para pagar como pagamos con ellas las casas que compramos de los capellanes del número desta ciudad junt^ a nues+ro colemio y rara ensanchar y hacer iglesia en ellas" (101). El censo se quita en 1593. ^stos datos documentales, los únicos hallados por nosotros, nos permiten hacer algunas precisiones. En primer lugar, míe en 1584 se está comprando el terreno para edificar e! nuevo templo, lo que indica que 1 as trazas est a. be. n hechas ese a. ño v ̂ cosiblemen­ te, ese mismo ano hechas. En segundo lugar, los recursos de la Com— p a. n i a. e¿?n escasos ̂, por tanto, 1 ? obra debió cor1"?” a dê Abad, de Pus? líos, rle ahí esos venticuatro mil ducados "'astados de apenas nos aclaran nada, con n^s^ecto r» i a^— su peculio Todos estos datos tista que dio las trazas $ aparté del siempre escurridizo Valeria­ ni, puedan cono figuras posibles Juan Jel P.ibero Ra.Ja, Juan de Na­ tes, Felipe de la cajiga, Diepo de Pravos y Alonso Je Tolosa, sin olvidar a Pedro de Mazuecos el Mozo, que en 1581 estaba terminando de forjarse en las obras del Archivo de Sinancas. £j! abanico de artifices que pueden intervenir en o b1" a de Pal one ia es cincho mas amplio nue el que pudo intervenir en la Ca­ sa Profesa de Valladolid, sin embarpo hay nue tener muv nresente nue el artista o artistas pue proyectaron las obras tenía o tenían en la retina la fábrica de Villaparcía de Campos, Sabemos pue en 1580 Valeriani repnpc;p p Italia, y como las trazas debieron darse hacia el 1584, vemos nrácticamente i ̂ ^osi- ble la intervención del jesuíta italiano en la obra palentina, por muchas vinculaciones pue tuviera con el Abad de Husillos. üi a- sia Je la Compañía de Falencia es una cruz latina inscrita en un rectángulo, formada por un oje longitudinal, ^operador de Ja n-Mrp' mayor, pue se articula en tres tramos con espacios secundarios, pue son las canillas hornacinas, las cuales se comunican entre sí por pasillos en enfilada ; la relación proporcional es la sesouiá1- tera. Un eje transversal forma el crucero y la cabecera es nrofnn- dâ plana y con esquinas nosiblorif'rif p vivas, eue lo f>vi c + ^ del pran retablo barroco no su oree i si ón • Eçtamos, ^nes, ante una estructura pue proviene de Vi 11 amareía Je Ca^^os r>«r*r» bp»V a 1 .-no- de canillas nue ambas fábricas «rusentan• Tuestra Señora J^ in Ca— f3 ile tiene tres tramos frente a los cuatro de Villagarcía de Cárneos. Así pues, Nuestra Señora de la Calle presenta la misma articulación que la Casa Profesa de San Antonio de Valladolid, lo míe estable­ ce una relación triangular entre Villagarcía de Campos—Vallado]id- ^alenc ia• El análisis de las tres plantas permite precisar nue el nroto- tipo es Villagarcía de E^mpos, pero partiendo de él se inician re­ querías transformaciones, de las cuales, las correspondientes a la iglesia vallisoletana ya se han visto. La iglesia palentina se vuel­ ve a Villagarcía y recoce de este edificio el coro, al nue imita punto por punto, reflejándose así, por vía indirecta, el influjo de San Lorenzo el Peal de El Escorial. Aparto de este rasgo, la iglesia palentina parece vincularse más a la vallisoletana, ñero el modelo vallisoletano en superado nor este edificio, potencian­ do de forma enérgica los soportes y briscando una manera nueva v definitiva de solucionar las esquinas. Esta decisión proyecta a la Compañía de Falencia hacia las Huelgas Leales de Valladolid, obra plenamente documentada como de Kibero-Nates y ejecutada ñor éste último. Existen una serie de rasgos que hermanan a ambas'edificacio­ nes, no sólo en ser cruces latinas inscritas en rectángulos, sino en la relación longitud-anchura que existe en ambas fábricas. La relación es la misma, mientras ^ue es aproximada en S a n M i gtr o 1 v distinta en Villagarcía de Campos. Esta tendencia a contrarrestar el eje longitudinal potenciando lea anchura del epinicio es un ^as— go muy típico de Juan de Nates. Así pues, tenemos una misma rela­ ción proporcional entre dos fábricas, una de las cuales está ple­ namente documentada. Ello nos inclina fuertemente a atribuir esto obra a Juan He Nates. Otro rasgo que une el edificio palentino con las Hnel "*as Pea­ les de Valladolid es la solución de esquina. En la Casa Profesa de San Antonio ya aparecen las pilastras emootradas rara romr,er la estructura de imbricación de los planos en i r* c j nt ers-̂ i e i o?3 • Este rasgo anarece esbozado en San Antonio pero ya. había sido re­ suelto en las Hue1 mas Peales j en la i mi osi a Pe pr* i one i n el queda plenamente p i a. s m a. P o v Pe for^a prácticamente i "’ll ? 1 on Santa Vana ip c a 1 de I a. s Hnp] n-n 551 vi n p o ̂ e o ono qo En-f p n o * en el crucero es i •mini «n a.mhos i f i c ’ o « Ho ahí p + r*o pa Q mq vuelve a. inc 1 iríamos a. atribui r a Juan de Nates la obra. La disposición de alzado, por el contrario, cono ya notó Mar­ tín Gonzalez, refleja notables influencias de la Catedral de Va1 la dolid. La estructura de muro se articula con la clásica secuencia rítmica de arcos entre pilastras corintias de estilizada forma; los arcos de medio punto con rosca moldurada rozan el entablamen­ to, abarcando toda la estructura muraria. Estos rasaos delatan li­ na combinación de influjos entra la Ca+edr^i de Valladolid v ia Colee*i ata de San Luis de Vil ia^arcia de Camros, de ésta miede ve­ nir la elección del orden, aunque no hay "ue olvidar que la Cate­ dral también usa el orden corintio en su interior* Influjo di r»c- to del provecto de Herrera es la desaparición de sunerficies muer­ tas sobre la clave de cada arco y el entablamento, ^sta forma, nue ni Ribero, ni Nates ban empleado antes del provecto de Herrera de 15R0, la empezarán a usar desde entonces, concretamente en la des­ aparecida iglesia de San Claudio de León* Ello, ^ues, na.r̂ ce con­ firmar la hipótesi s de nue eudi era ser Mr tes el <"»ue traza^r ia i — qlesia palentina. Otro ras°*o horreria.no de Nuestra Señora d<* la Calle es el empleo de filetes dn rilaros e intradoses de a.rcos, solución decorativa m e se ponulariza en la zona a partir del ero— vecto de Herrera• La forma de di.^ron^r el entablamento se halla en lín^a direc­ ta con la Casa Profesa de San Antonio de Valladolid, de resaltar las zonas de imbricación de entablamento con pilastras; el adornar el friso con un temario de d i bu jos geométricos, raspo va anarec^do en Vi i layare i a de Camros y renet •» dr» en San Antonio do Valladolid vuelve a unir a este edificio con los anteriores* Es común a estro tres obras el achaflanamiento los rilares del crucero* El sistema de cubrición es el clásico de una bóveda de medio cañón con lunetos y porpiaños resaltados, aunoue en esta iglesia existe un peralte en las arquerías nue la hermana con Villamare!a de Campos; el contrario, en el crucero se menera una media na­ ranja cierna, de amplio casmiete, que se aleja claramente de las medias naranjas vaidas de Villamarcía de Campos, las Huelmas Rea­ les y la Casr Profesa de Valladolid, Asta media narn.nja está, ™£s proxima a la de oan Pedro Mártir de Vedina. de ’’iosnco nue n todas las demas. El tratamiento r,e la media naranja, además, "resunta otras variantes : la. rola.cior. de las rechinas v la. heñiosfera so establece a través r>e un anillo moldurado cue marca ríe forma muy precisa la linde de cada uno de los cuerpos. Además, el tratamien­ to de la superficie es completamente distinto a los otros edificios la hemiesfera se divide en dieciseis cascos en vez de los ocho clá­ sicos, a su vez, se disponen fajas concéntricas desde la base a la clave, que articulan el conjunto de toda la superficie a modo de retícula encasetonada. El sistema de iluminación es a través de termales de imal forma que en Villanareía de ^amnos y San Miquel de Vallado1 id. Te­ nemos, nues, el mis^o ritmo complejo que va precisamos en el tre­ tet ipo • Las capillas hornacinas se cubren con ve idas similares a las de las Huelgas Reales de Valladolid y Villaqarcía de campos. La decoración, riquísima, abarca tc^o -1 abevedamiento, siendo de lo más fantástico e imaginativo y con una clara tendencia a la cuadri­ cula, que la diferencia completamente de la restante deeoración que se emplea en la época. Chueca Goitia va situó esto -dificio dentro de la órbita de Juan de Nates (104) y de iqual opinión es Martín González (105). Aunque no poseemos documentos que lo confirmen, co^oarti-cs la o- pinión de los citados estudiosos, resaltando eue en esta iglesia ya aparecen, como precisó Martín González, influjos de la Catedral de Valladolid, lo que indica una diversificación de fuentes en e1 artista trazador, y ello se refleja en e.l. edificio, rúes mientras que en planta se sique la clásica estructura de Villasareío de Campos, en alzado se aprecia una estilización al abarcar los ar­ cos t. o d a 3 a superficie del muro, detalle nue viene de 11 Cat-dra i va 3 3. i so 1 e t an a , al tiempo que se ennecia una decoración (r»gi*,ó + j’í_ ca expansiva que inunda toda la superficie del abovednmiento. El exterion de Nuestra Señora de la Callo se p-rfila como una imbricación de prismas, resaltando el dado del cimborrio v los es­ tribos aletonados. Estas forjas del exterior corresnonden a 1-s estructuras interiores. Es decir, co™o todo edificio c1asicista, Nuestra Señora d~ la Calle se articula de dentro a fuera. Lao truc+uras prismáticas relacionan a este edificio c-n San Mí Je Val 3 adol id , mientras q^e los est ri bes al orados nro’-ectan a ^iC;̂ -fabric a hacia v< i 11 a qa r c t a d n dámeos. Sin embargo n v î r> *i n elemento peculiar: el enni] eo r'il-.̂ tras °o -i n v+ orí on, oi er'0^- to -nie aparece en las Huelgas Reales rte Valladolid en forna r„_ fas o cadenas y en la Catedral. Este elemento vuelve a aproximar el edificio a Toan de «ates n,ie, por cierto, también usa pilastras exteriores en San Pedro Mártir de Medina de Rioseco, muy parecidas, ademas, a las de Nuestra Señora de la Calle. El edificio de la Compañía de Falencia ha sido concebido y trazado para enmarcarse dentro de un conjunto urbano; su locali­ zación de encrucijada ha dado pie para resaltar la fachada, cuva máquina es el punto referencial que atrae la vista del espectador, La fachada de Nuestra Señora de la Calle es, se-,'.o Martín Gon­ zález, la de más empaque de todo el grupo y acusa su estirpe vig- nolesca (106). ^structuralmente nos hallamos ante el nism0 esnue- ma que el de Vil1agarcía de Campos. La fachada está formada por dos planos y dos cuerpos que se dividen en cinco ejes. Los dos nla- noS, el segundo retranqueado, conforman toda la superficie de i P fachada; el primero abarca y cierra el espacio de la nave central es el mas saliente. El segundo, rehundido, cierra los es^aeio ve­ nerados por las capillas colaterales. La disposición en dos cuerpos se dispone según los elementos estructurales interiores, coincidiendo el entablamento exterior con el interior. .Asi pues, estamos ante una fachada orgánica, sur­ gida según las disposiciones de las estructuras y espacios interio­ res . La forma de fachada, a igual que el interior, es jerarquiza­ da, existen elementos predominantes y elementos subordinadas. El mecanismo con que se establece la relación de subordinaniór es el de aplicar estructuras arquitectónicas; la escultura y la f o r a ­ ción no arquitectónica están por completo ausentes. El eje central está forjado y resaltado mor la puerta, la lu- cera o espejo y el campanario o espadaña. Los restantes ejes se perfilan por alternancia de elementos; los laterales son netos los colaterales se diseñan y resaltan por medio de puertas secun­ darias y ventanas. Así pues, ca^a elemento está dispuesto de mo­ do racional. La puerta es un varo adintelado, -ol^pfos clasicos como las ni lastras, ^ston ele­ mentos animan toda la superficie. En el cuerpo central se disue­ nen pareadas, en las confluencias de oíanos se di ̂■nnnf*n m O ("1 l -VQ ^7 — lastras y He nuevo amaneren las pilastras en los esouina1es, so — 1 uc ionándose el ángulo a través de a1 moh^n i i l rHo rerunse eensa- grado por Serlio y que ya. acrece Äe^jado en Vi 11 ao-arcía. de Cam­ pos. El orden corintio se recite en Qi superior. La forma He tratar las ni lastras <» c e simones vns. f ? posible intervención de Juan de Pozadilla nue, nor lo demás, era vecino de Valencia. Aunque la estructura de fachada sigue el mismo esnuepa que el de Villagarcia de Campos, su forma de tratar y articular las super­ ficies denota que el artista volvió los oios a Italia, ¿1sta mira­ da a Italia emparenta esta fachada con la de Santa Cruz de Medina Rioseco, edificio que diseño Felipe de la Cajiga y cuva fechada es una simplificación de la fachada de Vignola para el Gesú de Ro­ ma, popularizada por la lámina de Cartaro. La unión entre los dos planos de la fachada, armonizándose con lejarticulación de los dos cuerpos, se soluciona a travos de aletones, es decir, se recurre a la misma fórmula ove ya se emni en Villamarcía de Campos y en San Miguel de Valladolid. Es otro ras­ go italiano de la fachada. El remato del conjunto se resuelve ñ o r medio de un frontón triangular roto en su vértice superior, en el cual se dispone una espadaña. Aquí se establece la otra diferencia­ ción clara entre el modelo de Villagarcía de Carpos v ¡Vuestra Seño­ ra de la Calle. La introducción de esa estructura es muv occu]lar y por completo a.nticlásica. Los frontones rotos o martidos son muy usados en Italia, em­ pleándolos Miguel Angel, Pal]-'dio, Vignola, etc, y popular izándo­ los Serlio en los dibujos de sus libros, pero el modo en míe se practica esta ruptura en falencia resulta ñor completo distinto. ^sta solución no la conocíamos antes en el foco. Esta ori^’nali- dad se intentó aplicar también en Santa Cruz, de Medina de Rioseco y las condiciones dadas así lo especifican, pero Juan González de Cisniega suprimió este añadido que, ^or el contrario, sí se -roa- liza en Paleneia. Los coronamientos o acróteras son elipsoides similares a los que Juan de Natos enolea en Nuestra Señora do 3P3 Angustias de Valladolid, pero también se usan oiránides u obelis­ cos coronados por bolas, temario típicamente sorlirre orjo no +ie_ no nue ver con las so lue i onos horror?, anas. En dof •* niti va, como dice Martín González, esta fachada se enriquece va con pilastras y resulta la más monumental y olotóri ca r1e modo] ado de todo este conjunto jesuítico (107). El S u m m a r i o de S p ^ q v í a , — El grir^o de ed i f i cae i enes m m con^? rmar el carácter de n-ototiro d« la Colegiata de Sah T uj.r i/ín c 1 n d e C a m p o s s o cierra c e n i p i m 10 s i a de i n ÇonmsG ri <=> Son-^yi n 1 f hoV Seminario • •îohre la Ohrs segovixna existo un?, documentación abundante, extraída tanto de los archivos roñaros, co-o de los segovinnos (108). Según los datos descubiertos por el o»dre Caballos, )»» trazas de Segovia las da, en 1577, el Hermano Valeriani, previa- consulta con Juan de Herrera. De todo el conjunto de obras que llevamos vistas, esta es la única que de modo claro y firme se dice one Valeriani da las trazas. Pero coro tendremos ocasión de ver en los Jesuítas Viejos de Salamanca, estas trazas no debieron ser muy claras. Resulta ya harto sospechoso que los proyectos que hace Vale­ riani sean remitidos a Juan de Herrera, rara enviarlos solidamen- te a Roma. Herrera parece que tenía ciertas simpatías ñor los je­ suítas o, al menos, no los tenía antipatía, como pasaba a un gran sector de la Corte, por ejemplo, a Arias Montano. El quo Herrera supervisara las trazas puede interpretarse com„ „„ si-n0 de debi_ lidad en la formación arquitectónica de Valeriani, no en balde el italiano er? pintor. Las trazas fueron aceptadas por "orna, lo oue no sabemos es como las proyectó Valeriani y qué hizo on ellas Juan de Herrera, "se mismo año de 1577 se jone la primera piedra. Pero las obras" se detienen y no vuelven a reanudarse hasta 1582, y en esa fecho se pone al frente de la fábrica un maestre defcantería auténtico: o 1 Hermano Andrés t̂ii?;« Rl?iz» de hecho» es *Ioien inicia las obras en 15S2; como es ióyicc, arrenca de las trazas de Valeriani, -ero mi y wai debía de estar el edificio, cuando ese mismo año las trazas vuelven a ser remitidas a Madrid, de mano de Francisco de *nto s ° Ha c e n c ros mas 0 m€>nno afincados en *8«<">*oVt p • m r*- r-J _'r Jnan baptist a de Goo-orza , a. 1 ° U O « 17 S t i t u 1 590. E1 ï i e r>rn8Jio Andrés pu i J» 0 c; + A al -P n e 1592, aro en sue marcha de >ernvia . « 0 rrn zo se encartp do la obra, On e 1 on:n t n n i" n se ho n r> 0 O n prrorrl o 'I3 1 «■> O nb On nu , r» pçtp e + ra2 a. b«1 hermano A n b n A o Dn S 2 11 t Esta do c r i a. r a c i 6 n es dec i s’ vp j d o o'! e! ■ nr»aveet 0 bo vr n i e r i a. 0 i eu0 aband'mado t ri?. 7, as y c o n diciones, esta V ° a deb­i b n e. a " ño i¿ » F]v i c + 0 no obstante. a n n i m t 0 V i d r i r c l ;arac i ó n ta n c r i s+ a 1 i n a « ï n s 0 b r 0 s de -Pr ro ri t m O i y s tárente c u 0 n b 0 Mo rr>o v*o ha dp «■ es d «C’r, en 1585. * Es — ue rí p c? r> J1 £ c; b 0 t n f está, dada e a 1 a c r o n b i c i o n e s V o u o se dieron nnevas ermano ioení + 9 o e -n o _ 'osici ones nppva s de -errera °- ^er^a^.o Andres Puiz dio nuevas trazas v n n o salidas de su mano? ¿0 no ser?» y»e la«, consultas con Herrera en 1585 se debieron n pue Pu i 2 decidió eliminar el ^reyerto de Va} «rían i y hacer nuevos planos y para ello, sintiéndose i nenn?.?, de realizarle nnr s"s propios medios, "idió e1 o^nS«-¡o de} sentador d e Fo"¡ í -no tto '■¿esotros nos ^cbnamnc «or e«ta se^nn^a bio«t !'r,r' +a^to, -nnnrlllCP nn CO^hlo b « tnn̂ .oc; v Worroro r1 ~ vas condición«« - n o Ai tomaría c e - n P î, v ->s y bo n b j n i amba« o o «as. Según ós+o, ! a ?r + m 1 f «*1 ««i a do1 b - -i r> - n b. via bahnín «no r t n-: hin r1 a a! »«?•»■»**»« Andró«: 5 2 a.seso^odr, esi S . F.n 1 S P s ¡Oí •J LT ci n ç± Herrar- « Hasta 1594 es+á al frente 4e Ja ob-a Diego 4e su muerte en esa fecha da rie a pue 1 - sustituya ej hidalgo trasme- ran° Dio’go Gómez de Cisnie?a, yerno suyo. Cuando Cisniega se no­ ne al frente de la construcción, el Hermano Puiz y- había abando­ nado Segovia y estaban levantados el crucero, parte de las capillas y la nave y casi toda la fachada. De 159" a 1603 se paralizan los trabajos por falta í? recur­ sos; en 1603 se reactivan los trabajos, continuando Cisniega cons­ truyendo la obra, pero al frente de la fábrica no hay nadie, ya o„e el Hermano Juan Fernández de Bustamante realizaba sólo visi­ tas desde su residencia de Valladolid. Parece que la edificación acabó siendo dirigida r0r Pedro de Brizuela. Er 1606 estaba, todo ~V. . - ado, excepto -a capilla, mayor y el cm~nnnrio dei »yrg ^Ai crucero, sector del ed? fi cio pue traza y levanta Francisco Gutié­ rrez de i~ Cotera en 1659. La iglesia do los jesuítas do Segovia es, de +o-o e? ccn.iun- to de edif-i ci aci-r.es nue estados viendo, la que sufrió mayores ee- ripocoas y más 'tardíamente so c-rcJuyó, si ̂ emborno, t-do ^3 j a forma un Moque unitario pue -nlr.za perfectamente ce- las sondas marcadas por la fundación de Póna Magdalena de i:!!oa, co-o hier ha resaltado Martín González P l 2 ). L1 análisis del «difiero rcfi ojo claramente el natrón no­ el -ne so ha guiado• En efecto, e- Manta aparece co-o — edifi- cio -n cruz 1 - t i na inscrito en un rectángulo, femado -or un. -je longitudinal de cua+ro tronos y otro transversal d« crucero v con un presbiterio hnnd0 de testero -laño, ¿st.e h-*-»-* on «=„ compart imentación, sign- fielmente el modelo de Vi1la-areía de Campos, rasgo pue no sigue, ni la Casa Profesa de San An+onio de Valiadoli^, ni la Compañía de Palencia. Esta servidumbre hacia el prototipo creemos pu- ^e d-be, fnnH.nmont^i me-t e . 31 He-m^no --Uiz1 ~ue +-n directamente ha intervenido en Ja i-i-sia. Ta e0- 1 11ci 6n Do espuina désarroiInda en la c-hoc-ra se dehe a Gutierre z He la C-+-ra, pue es -nie- la tras- y construvej la. for«- ^ ^■* 1 ̂ c* +y*o c: í'-\n+oná,r9s ^n nc: rs r> t r\ t o n t p á' A C h a d e 1 6 0 9 . y 0 h a v 1 ^ h a c n i r> m m a r» ^ V ̂ rí 0 rl rl 0 1 *■> 7 ''m n i v\mnc;f>r\f' i g» ri a í T 1 0 rr* o v«a *»rs rl a » *n »-p -»-» 0 0 »-no a "î r û ç u J t — d — vp íp + mn i <3 /-NO C 1 Q f ̂ ^ r> ) $ ; í, 1 c i c t in d dir’idi orla os t oc con e? ?lano del cuerpo del edificio. Es uro solución «„e er la Meseta Norte también er plea Pibero Pad a, por ejemplo, er la C a m - I la Cerralbo Ciudad Podrido. El m,ro se articula er secuencias ritricas iguales de arcos entre pilastras. El entablamento es co­ mido, coro en Villamarcía de Campos, rompiéndose tan sólo er el plano del crucero, donde esta pieza se resalta transmitiendo a la cubrición la linea de fuerza que diseca el rilar. El operto plástico de los soportes del crucero acaso sea lo más valioso de todo el edificio. La cubrición se realiza a base de arcos de cantería descubicr- ta de m«din pun + o y bóvedas de medio cañón con lunet os do uno decorarión (rp^ótr-io^ -ni-> II evn a cabo a través de i.ina «i nH ? -» n pechinas y dividida en ocho cascos, soluciona a base de termales. Semun esta articulación interna se h i «?i He el sistema de contrafuertes, m i mát icos v son distintos a los usados en el área vallisole* ta fachada, estructuralmehte, result- Villa pare la de Campos, distanciándose ta la forma de concebir la mierta nrinri^pi la superficie, T ? puerta es uno o h da y que parece inspirarse más en los retablos tos arquitectónicos clasicist.es. Su ximo al pus to de -r? zuela • Le tori o el cor punto o no }_ i ev^mos vis­ to resulta, a nuestro juicio, la más floia. El asnéete más llamativo de toHo el edificio acaso - ^ nue en el -odo de tratar la superficie *e la fachada. Esta está ins­ pirada en la Vi 11 apareía de Campos, pero es obvi 0 nue mien la hizo pretendió huir de la sequedad y desornamentación total m e - a. ñ ó c¡ con lune tos, n r»e se n t a n i . El o i eme de i omoor o se »''in -jo cierna, soaorta^a S O h no ! Œ i. steme r*e ÍlumÍnr»oÍÓn se s e d iOnono el o vf r>r»i r» n Hon­ '-ticos v aoenas a1e t o nados, va 11i s o 3 et o n a o ’ u 11 ?.. una r'"'] ’ ca de I o ri & t. a n sólo del nrototiT'o o rn ■ al v en e3 traia"ií pn + o d e + 11 — -o noCO el̂ orr— n+ra -r̂ o <5 a- roto!b 1 o s ‘̂ 11 O O P Tos concpri- T*rn o f!a r> o.ncnbircP 1 b r rq « ûçtû CÍO n u e l e v a n t a r a v^o-rU i o m h » + r\ ~ ~ Î o 1 nr+ i s t a r r o + end i n n i i e e n « i k 1 T o H c 1 a 1 meoed i i l e d o . -Sin om tnrep r0 Mr»p c; 11’'■erf i c i e a 1 m o h a h i i i •" d a , s i n . O 1 q s i 1 ■ n r ' ?. a f i n de o b t ° n o r e l m efecto; y asi, el sillar es 1o brado ■ pun los canones del cor- te de la piedra, donde se introduce el recurso para obtener el efecto deseado es en las juntas; lechos y sobrelechos están re­ hundidos, con ello es muy fácil generar efectos de lúa v sombra pue resaltan toda la fachada a excepción de los aletones. Desde nuestro punto de vista el sistema es muy ingenioso, ,r en esta o- bra segoviana es en donde, por primera vez, lo vemos aplicado, consiguiéndose un resultado muy llamativo. A través del grupo d© edificios gue he^o« estudiado en es­ te apartado, podemos deducir gue la Colegiata de San Luis d© Vi- llagareía de Campos aparece como prototipo o monumento madre de las edificaciones jesuíticas de Castilla la Vieja en el último cuarto del Siglo XVT. “stg carácter modélico implica dos cosas: por un lado, la msonancia pu© tuvo en el ámbito arquitectónico la fundación d© Pora Magdalena rio ni] ©a; cor o+ro lado, ias tra- dadas por ^ol osa causaron verdad«**© impacto ^ fueron ©<= + ,,_ diadas coi net ©n¡i mi onto po** los arpistas de la zona, rçj foc.™ d e ­ sleiste. vallisoletano tenía con la oh »»a d© n Coierint*» Do San Luis un con pmfo d© problemas resueltos. Tos artistas en todas ©stns Obras ensayan variantes muy discretas sobro 0i «rototipo, resaltando, a nuestro juicio cc«o más importante, las variantes do loe; jesuítas do Palencia. 1 pesar de ello, e«+e cúmulo de o- bras vienen a demostrar gu« »»o© llna ©rimara fase fue la Cole**? a - ta de Villa**areía la introductora o© Val1-doi id y su comarca de la arquitectura berroriana" (114). El nuevo e^iio, «,,© si-ue un camino ascendent'0 d© Sur a Morte, se ha afincado en Val 1 adol id, lo pue va a por*1! tin ? esa zona a erigirse on pronai sora del cam­ bio en la revio© (115). Las duel gas Leales do Valí a do 1. i d . Cuando «st? a punto de concluirse la Col e**iata d© s^n Tui« de Vi 11 ago re í a d© .Pompos, s© levanta en Valladolid el nri„,©r odi fíelo el asi ©ista do i © ciudad, obra, como ya h.a .resaltado v?r+ín Conzólez, ono presenta fuentes vínculos «on ].© fvndaoió« do n©.-© Magdalena de DI i oa (116). Nos referimos © i, r^ i r«q s t o r i © do ,s o n t, o -‘‘aria d© lis :¡,,©i rr©©- # ? e n r o ^ a r o ^ q 1 qo © n I - o-t' -»© o b r a c 1 n s i © -i c¡t a d o y « 1 i o d o - 1 i ̂ fue J q q ̂ , a 1 a cual eiomía v q^© o -o ©o-̂ or.© i d o o,, o "se •Tuaq do K © ■© r̂o ̂ V* cn^do n © ? © seat 1 o n o T-to*-* rio O O ©ioc+rsmoo-t-o j â l i de s u s m e j o r e s d i s c í p u l o s , f ” e Je i mi t ^ ^ n n » ( 1 1 7 ) B e s a r t e h a b í a r’e a l l a c o r ^ á s p r e c i s i ó n : »»Por r a z ó n de s u e s - " t i lo a rq u i t e c t o n i c o p e r t e n e c e a Ta 1 n i e i ô n d e 1 s í g 1 o XVT v d e h e c a e r e n t r e l o s a r o s de 1680 a l 600 . Aquí l a a t r i b u y e n a J u a n de B e r r e r a ; p e r o de e s t o a c a s o habrá, e s c r i t u r a u o t r o d o c u m e n t o en e l a r c h i v o p o r d o n d e c o n s t e . Lo c i e r t o e s , «-me e s una de l a s r á s b e l l a s i g l e s i a s de V a l l a d o l i d , y d e l a nó0 ) . C hue­ c a G o i t i a j u z g a a l a i g l e s i a c o n o " t o d a pu ra h e r e n c i a b - r ^ r i a n a " ( 121) . i^s te i n i c i o e s r e c o g i d o p o r M a r t í n G o n z á l e z , « u e o r e e i s a t o d a v í a r a s . d? cie"dr* q u e l a s Muelg '»c; j inn + o co n San Pedmo t i 'p de Medina de Pi o s e c o , " v i e n e n a d«mOSt r a r 1 a a f i r m a c i ó n d e l e s t i l o h e r r e r i a n o en V a l l a d o l i d a n t e s de l a c o n s t r u c c i ó n de l a C a t e d r a l v a l l i s o l e t a n a " ( 122) . ,)°v' ’»art.i y '’onso sabemos ? quo oí 12 de febrero do ] =¡79 ge encargan de 1? construcción del edificio de la iglesia Juan de Na- t°s y Mateo V.lorriaga. Gracias a esta focha rodemos concluir eue las Huelgas Peales es el primer testimonio c.lasi.cista en V a l l a d o - lid y oue es contemporánea a la actual iglesia de San Miguel, an­ tigua fundación jesuítica bajo la advocación de San Antonio. Las Huelgas Peales, por tanto, es el punto que señala la consagración del Clasicismo en la ciudad principal de i-, Meseta Morte. El 1 2 de f e b r e r o de 1679 , Ju^n N a t e s con Mateo ^ l o ^ r i a « 1? f i r m a n un c o n t r a t o con l a A b a d e s a , p r i o r a v momias d e l p^ol mo- n a s t e r i o , p e r e l c r o l ° e com p rom eten a l e v a n t a r dç n u e v o cuño 1 ” i g l e s i a y e l c o r o ; e l mismo d í a l a s m o n j a s o b t i e n e n d e .1 G e n e r a l de l a Orden l a a u t o r i z a c i ó n p r . r l l e v a r a c a b o l a e m p resa ( 123 ) , l a a d j u d i c a c i 5 r ^e l a c o n s t r u c c i ó n a -hu.n rle M a tes t i e n e en n a n - t e e x p l i c a c i ó n , p o r q u e e l a r t i s t a e s t a b a t r a b a j a n d o i i m * 0 -, .t„ ? „ d e l " i b e r o Pad.a en e l v e c i n o m o n a s t e r i o de i - San t e E s p i r r ; s 1’ p en ca m o s pup ambo« n ú c l e o s p o r + ^ n e c e n a una "O'-m-, r -,^i -, _ 1 i- p _r* 1 « »■» <3 0v ■ m .. , opo /-»1 n T-» 0 ̂ r» 1 rio 1 f* ( '-rrîon 00 1 n T OnO 0 n 0 1 O m -y«-» ̂ f~* í 1 dos do 1O 2» T> "f* ̂ M qni no COO AVpol /-> r-> -fr O C? AC OOmp-o p s1hl« pn0 A ist v? ̂̂ 1 9 9 1 0 f p n 0 0 rr»o 0 p r*n'0 ̂0 /00 -f- -o n T1 tnva obra. L*' fáhn f , rr)p*i 1 f, 1 oír-* ?-»+,*> '•"‘QO c:oic- 9 ñr» c: -\r ̂1 rroo -i 0 C 0 -p ■» -, /-Î £> i /'l -7 n, , CU pt^Or ’ ont^ü rl " ̂ r> rl o <3 ¡o S e l ^riror d p + a r| o í n t e r ó s . S i ron dadas n o t* J non 3« n VI A van s e r a ̂a d n <5 ci C\> m 1 ra rn la re.rta J a do■rt ro vaya d0 1 de Matbe o J aro‘ i p ero- 0 ~ V J u a r. de ‘, el 27 de jun i O dn i*83, o n i es 11 p ta A d A A A ra visit a r 1 a : "las t raras ■A A A 1a s cu a1 O 03 i c b a obra ono ]a s d pp C 0 ’ uo est ' n ■f' i pdas d J,, a a -In 1 n ̂ r? o» o io ( sÎ A J ̂ ̂j c n o o ]a ~ j> u (125) • Queda a* fuerOn a 1 a V, e r**c* rl e» c; r> r>A 1 A C 0 ' V n ii p près se ha ^icho nnç las tr^^as n̂* el toledano Mateo Elorria0*?, ^aro 3 persona : Juan del Ribero Rada. Cuand< arquitecto valentino Juan ^e Celaya visita las obras rara da** un informe de su estado, dice: que una parte "irá conforme a una tn za que hizo Juan de «ates one van sealed*« do „ i n^bre nUe es ic a manera que está en (124). ] q u i t ect< de su n; n,'>do a la narte de adentro 1 ̂ s n ■ Mateo Elorria^-a v -.a ~a ^ n o c; or—i de sillería, teniendo al es V do mm m m ̂ IT> una fh ip m„p■■aJu '1 S una a!tura de tr e i n t a v c ■* n — ■a n 1a s ve nt anas , de cantería ’»I on Q o. r i r t i o b iÖ n 1 m i i. o lo bOmllçcjl'v* r» o n 'e modi 1Iones Lr O r> S 7! mo pc o 1atorio c cor■on c n c; 1 is t e 1 o s * *î 1 ̂ s b n s e p a 11• Tamba «7 ▼> ila; 1 mmrjofa s do lad r*-í 1le 11 h i en 1 e }•> r* O rl r\ do. vi solada -«eró do ladrilio v ho^i^n, ^0p lo sno -̂ cr.oo + n al core, cn^bi^rf ¿>i nr^oo oo~-¡t,+.ío -o- fps^s llanas. Joc-̂ MÓe, + odo se ^nlucir^ do v?!0, y oo^o ro^ + o rio Con dostoda la edificación se construirá una espadaña de sillería OÍOS ñora Pfnrlag v'anÍ?rlí'S. Una comparación de las condiciones de los obras de los Hh «i- Sas leales cnn las de Pedro de Tolosa nara Vi 11 agarcía de Cannes revela one la iglesia vallisoletana ti «re tvrj presente la funda­ ción de Doña Magdalena de Ulloa, pero hay un elemento de contras­ te muy interesante: la aparición de Palladio cono autoridad ene debe ser seguida en la aplicación de los órdenes. La cita de es­ te tratadista hay que atribuirla a 1.a acción de Juan del libero Pada, que ha intervenido en la forja de la edificación vallisole­ tana y acaba de traducir en Teón la obra de] vicentino. Con las Huelgas Peales de Valladolid, la infln-ncia d~ Palladio tona car­ ta do naturaleza e~ V a ^ a d olid,- p«re hay quo resaltar lo no a«= + o hecho, ya que ni siquiera «l gran arquitecto había mil« r'f o , Uno vez establecidas todos los requisitos, Juan do N?+os j— nicia en solitario la labor de fábrica, ayudado mnr su au-rejndor Sebastian ne la Vega, desaparee iendo dô -inmorîia + 0 Mat«o P! orri a va . -Avanzadas iban las obras, cuando la comunidad reclama, a Juan de Cela ya nar.a que vea los resultados. F1 25 d~ junio do ispi ei artista palentino da su parecer, aprobando lo hecho v precisando que se iban corrigiendo algunos defectos no apreciados en i^s trazas (12P), Dos ?fos después, ni 27 de junio do !”po, Alonso de Toin<̂ o. es requn-rido ñor el convento ■''ara «"•ue vne i n h«oho U u e d o o i victo bueno y nro^onú al «runas cnn-^occ i nn«o a o He+'*1]e (1°°). Debido a estas mejoras y correcci onOC! j comunidad y Juan de Nates extienden nun va escritura do concierto ( 1. ~o ) # qn i?s o- bras se signe trabajando en 15BR, en igpa estf t-nabajando con Juan de Notes Francisco del Avellano, que ha muerto en isoo (131), p«ro las obras estaban ya prácticamente concluidas, sien­ do vistas y tasadas ñor i.os arquitectos Juan de la Ve^a y Feline de la Cajiga (152). P1 edificio levantado n0r Juan de Nates - iglesia v coro - es un conjunto orgánico y unitario. El exterior es de una aus+e- H ̂ ̂ o "f o 1 ̂ ropo o i qn çdr» -ol o r-» *f- -n 1 o < O T*i- n tan c1 as i c 7 S La, -•"< iip n Ohueco Goif i P d e la Pona i —n or i ji-1- » i -> + J J i (ii rrs n Col « 7 n ne ■ 1o r> -j r'hq r5 e S11 s a▼•+ í "f* í p ̂ c;• e im̂ c; ̂."«o 1 Aq n c ii no ""C4' ”^ p mij ir >-»*'>̂ O n i /-I p ¡o a la de San Lais de Villa-arela ^e Campos. Es an rectán-ulo -ne t i e n e inscrita ana cniz latina; estaros ante un edificio rie si- -ne al prototipo, lo mismo ene la Casa Profesa de San Antonio, los Jesuitas de Seyovia o Nuestra Señora de la Calle de DaienCia. Es- te dato, revelado por Martín Gonsdlez, viene a confirmor mieva- nente su tesis de la no influencia del Ge sil en el foco en este nocento y confirma, a su vez, la revitalización tipológica de li­ na planta que usa y codifica Rodriyo Gil de Hontañón. La v a r i a n t e que presenta este templo c-n rosnecto al de vi- 1layareía de Campos es ei coro, que'está en bajo, ñVos -ios del edificio y continuando el eje lon-itudinal• alzado, el templo se comnone de una. nave atrayendo r%nr otra de iyua.l altura que es el crucero, el cuerno cabillas se supedita al eje longitudinal. Los soportes «nnn rilares c-n n i l a s - t r a e adosadas de orden corintio y c-n un entablamento se-ún i0 establece el canon clásico, «obre él están les vanos termales eue iluminan el interior. El sistema do cubrición o« hace -er una bó­ veda de m^dlo cañón con fajooes y lunetos y u-a — - w» U* - o ) va?^a y cieya^en el crucero• ¿siamos anta les mismas estructuras qun en vi1la-arcía de Campos pero sin peraltado. Ha des--arecido también el acanalado de les fustes de Les coludas, -ere la varian­ te mayor es+- en el crucero, con la introducción de -i lastras en 1 oc? mters+ïcios de los mures m-es+ros. Es+a solución refuerzo y -ran “Loto plástico aparece por primera ve- en la nn este edi ficio y tendrá fortuna, repitiéndose d « s d c entonces -n t.0^oS lOS — ̂’ flCl-- dr> ri Q-f rt -f- i n o . En 1 o referente a decoración, aparecida ir» decoración o’norr,ó+ n, cç la bóveda se recubre con una -’ca d tes y rombos, repertorio más ri co que el de Vil layaroía ^ Comeos. En «i crucero, soportada sobre pechinas c-- floc-rcción n-eo- rr,odia nara- L c i «rr̂ a o /•>_ Cnn cascos, -irada y n,ie no trasdós?. al exterior, decorada -or sencillas placas. En i0s termales desa-arec- 1? a1+ Vi 1 la—are ? - ac r ̂ m -»-v /> c T as r'nT-sillpQ 1 T + o»>n1 oc -f r' o,- ' ---- ~ " ̂ - J 1 as W|iol reo cj ï^ûa ] r\ <- n -} r> fíp c _ f ri so, Ô ̂ ̂C| r)t ra rio, r a c ión dC níi r> + c c; q ¿s dia'n-u- !°tr’ ca dr» t ri á n n*u 1 n.<5 V óvolnc o c + í 1 bí 'a ne i a da 1 s no r cada banda v un - rio oí i n.s TMirt—+r>, Sr>n CO^oi 1 1 ? C! o o + r + ,, o ni]« n C- a t—aves d e nr> rip triunfo. T n rpe¡><| b n n VO' C n a i - Un n m n l i r » ¡0 e! espacio e-tre su clavo y el entablamento, articulación «Uo ye. des­ arrolló Penro de Tolosa en Villana reí a de Campos, pero ííates sus­ tituye los recuadros, nue a nodo de tribunas atrofiadas acrecen en la fundación de Doña Magdalena de Ulloa, por recortes Geomé­ tricos de las enjutas y resaltos de las claves. El intradós ore- senta una decoración sumaria de un filete rehundido. Vanos terma­ les ciegos y unassimplescupu!illas y bóvedas conforman las enji­ llas, soluciones todas ya aplicadas ñor Pedro To1osa. El exterior acusa con claridad la estructura del temo!o. I- qlesia y coro forman dos masas unidas ^er« ciar« ««ente di ferine i a - das. El buque del templo resalta co"»o una cruz del res*o del edi­ ficio. bohre un solido basamento de medra se vorms i? rnh-nir̂ p La estructura basamental es un elemento ou«* ya re rin yi"? i ~ n*ar— cia de Carpos, pero que vi «ne heredado ^e construcciones a.nt«rio- res (133). El resto de la. fábrica es do ladrillo y medra, causan­ do uo fuerte efecto cromático. El templo carece de fachada, lo que hnc~ ore no ha^a ningún punto de concentrae ión escenográfica. En el ^royecto se habla de levantar dos nortadas "de orden corintio" que no se rea1izaron, quedando hoy un simple vano. El buque hel templo con su moderó­ se v°!unetría, acapara toda la atención. La imponente cruz forma­ da por la nave y el transepto supedita en torno suyo al resto del edil icio, à 1 i quai que en la Colegiata de SarÍLuis, las estructuras exteriores reflejan honradamente la composición interna del edi­ ficio. Toda 1 a estructura aruui+ ectónica se ruede arr«« iar • arcos de descarga, el fortalecimiento de soportes y contrarres­ tos, los mechinales, etc. En el muro liso y compart imentado n0r * afas se abre la muerta. í̂sta destaca ronque se encuentra «n un paramento de piedra blanca,ene contrasta con los restantes ha ir_ dril lo. La puerta se encuantra enma.rco«'«. «ntc«* ring -p ~ -í̂ o, formada mor un vano adintelado con or jetas y molduras u.n frico convexo, una línea de dentellones y el frontón curvo con n^ns’i- las y dentellones. Este vano es i qu.nl a1 h«* Vil lasare?, a. d« Ca^^os. 'Precisamente, basándonos en estas fuertes ana1 o~í ns, e« 1 o ^uo creemos ̂u « J’mm he Natos t'v,̂ o í r+o^voni" a-> ~ o h e » Vi llagareia dQ 3 ‘1.0, d«CUmnntade Cr^O «bra he •Te",r> d« rh+.r»«! ríe» T» i ►-> _ •e^resent a si ffí nnf--> fio] g] igí cn>o »-> i o»-, cuanto nuo con él se asienta el estilo en Valladolid v nos r,„e<3_ tra a su arquitecto cono uno do les puntales del estilo. R?,r una predilección por la estructura rectangular y la planta en cruz latina, las capillas hornacinas, los arcos de medio nunto v 1rs bóvedas de cañón, así cono el ennleo de los órdenes clásicos v e] uso de los vanos terrales cono elementos de iluminación, con la consiguiente y definitiva desaparición de los ventanales vélicos. Se impone una cúpula vaída que no trasdosa, rechazándose así >a bemiesfera trasdosada con o sin tambor que, ^^r ejemplo, se em­ plea en El •‘-'scorial » La media naranja queda reducida a una simple función de ampliación y resalte espacial en el espacio interior del tempi o • Por lo que resrecta a lo. decoración, se si^ue la 1 í_ nna impuesta Vil layareín de Campos de fi yuras geométricas v abst. metas a base de placas, filetes, fajas rehundidos y cuntas de diamant0. En definitiva, como sostiene Martín González (134) ^ después de él García Chico (135), la iglesia de las Huelgas üeal^s es bi­ lí'1 1 a. Colegiata de V i 11 a ya re í a de Cáenos. C°n esta obra v con ■ - P m f e s a de San Antonio ei prototino «n+.r?. de i i ->no en ya- 1 1 adol i d , y ñor m rtida doble, y cnn e.1 el nu°vo estilo. Sin em­ barco, las Huelgas Peales tiene sus reculiari da des i, no existencia de fachada, 1° que obliga a Jua- ^ «ates a crear un tino de organización de entrada hasta entonces no aplicado °n el area. ntro asnéete es el carácter r e m no del edificio, afecto co^- seguido a causa de ios maternal es vistos y nor la importanoia adquieren loe volúmenes y las estructuras "fjm °1 o^o °ei o^coc — tador. Preci samon + e ello es lo ou#» le hace decir a Chueca es­ te edificio "nos recuerda alguna construcción de i a vi ein Pomcu Í136), opinión nne suscribe ’'artín González (137). Ese carácter^ desde nuestro punto de vista, personaliza al edificio con r°sncc_ se de}-) n p una i n f 1 none i ̂ o a i i ̂d i n — i e Palladio fue un annsi onetio de 1 o er 1 el interior hnv un n»»ncese de pin- a i/illnn’n-r'Cia., O O m o ruoríp yor>pp pr, p ] mnl r¡iird a. 1 e n> n ñ é» TÏ 1 1 o p V o 71 a ri n n r^rílip i fine; 71 -, n estrnc + nra mnnocor^e. ;,n cont.ramosición en la «i”.no’’fioio above- t 0 a su neotot ip 0 . Elle nui na, mies no h.nar cue olvidar a n t i rrií e d O e S /i e Uo",? ( 1 353 1 t ni if i c a c i ó n c 0 n rocjnopf Q -e C.J. ) chivos de León y Salamanca - ; por declaración s^a saberos ene ero. vecino del l’̂ &r ^e Pad a, ^”o'n 1 °cit^ de i_t» \i« nr? -, a -q̂ rp̂ 0 ,, mera en la Montaña Santanderina (140). Semroyente oí1' A cosa nada extraordinaria, pues Trasviera es la cuna -*e la m.v0- ría de los arquitectos españoles de la Edad Moderna. Aderas e- lio explicaría el uso del coronen t o p o n i r . i c o aplicado a sm ooe- llido (141). Ignóranos cuando nació, acaso fuera de la edad de Juan de Herrera, es decir, que pudo nacer hacia 1530. Pudo «er o de canteros y Hebió ernczar su ep t «ór> i i „m-,*" - ' ~ ' Kj ' 1 ■ ̂■ 1 * j ̂d i i ■* do a forrar parte Hel pruno do aparejadores de Podrido Gil 4o Hontanón (1^2) . El que supiera italiano *,or' hace necear o u e en Tfp« lia j C1 e«+o es así debió m.rchar cuando °al la.dio v iri>nnl,-> cen- > ° '1 of+nvi

r*n ios cuando ne — isa p;? i’T ' ’ h0 p S ’l p p + J r) , AJ i n c e n t -.»os 1 n n o s i h ’ i i 4 n 4 e ^ ̂t a 1 I a , i rrri P y- p n- PC r> , ia’■'do " ar+io ir r, C! -, 'T’ren r ,, nene o ̂ n -r r f i »>»n r» r " u p- . u - - • i r> —» 1 " 7 9 p c f -, h V)Pnoa sueltos, ñero de una. °"- tú a.” a su autor °n un ^"pcto r,nñp1 p de la. se°'uada ritan p̂i labor intelectual Hq ira.ductor de se declara vecino. A part ir de esta fecha, inicia un-' - ni. en; la her ^e l” <̂ ue sólo cc^o^e^^s es^^bor»«« o i. e i + q «• ver ranura 'r categoría tr 1 °s s^^ero dentro de la o rn ■»? i + ei si rio XVT. A ello ha v aun «i Por roerte He Juan de Radajoz el Mozo v He Juan Lómz ̂Q p0_ jas, Pihero Rada se encama, a m.r+ ir Je 1572, He nrrtceffni ,* i->s abras ^e la iglesia y clr»us+re He? ron''í'+'ari o bemHi.ci-í ne d« S-'p PeHro He Eslonza (14"). Juan Pihorn, pn cpmnnñb hü <=u a^-m- ___________ w -ir 1 -calera Principal, hasta 15Q1 (i/ia)# r>esHe 1“7 G T <«’ * e r c- -, -i-a. 1 e A n 1 i a - -r- o «; n i ' » « ? 4 e 1 e 1 -> 11 q -f- r» e ResHe is7 ̂ n 1 ” O" t r* a b e.nn«;t vucc i ón no 1 n "P-* £ era. nri no i ^ 1 (1^51. hero Pa H a la 0 a S r* b 1 ’ Ar1 û n 1 ( 1 AH ) # El ^ n n r i pn+o ̂ c; e o ra*n t - 1 »"O O r> n p 4 e V* i o rí -, 1 — -, -, - nn 1 " Q f i ( 1 1 - 7 ) , r n 1 " 7 Q r-i rí í\ 1 o C n n T i b r --, , 4 e + - Ai'-in+pr + nro ,-3« Anflrpn Pal 1 adío r 1 ̂ ° ) , Ti'r» -Pe 'nrorr, -le 1 ̂ 7Q K-, + «rVoni Z-Ip r>n Ina tra.ZnS 4 o 4 ~ S r,-,*,-, 1 eir-, r> + i rlp njiev» ti 1 -i n + o 1 rr 1 c- 1 -, 1 -, c: T 5 1 7 e 1 m-, c 1 o c A -, V o 1 1 - 4 e 1 i -3 ( 1 A O ") i ;n - rtc n c -, , fechas ape. ree e en Madrid co^o maestro mayor dpi Puente de la Se- 5 0 v ia n a , trazado ñor Juan de Herrera ( 150) Pn l-ñ0 2 , mientras t r a b a ja a l unísono en león , la Sarta E s r i - na y Madrid, se encarga de l a s obras de San Benito e l Peni, de Va­ l l a d o l i d (151) y da la s t raza s ra ra l a erección del desaparecido monasterio de San Claudio de León (152 ) . En 1585 se encarga de con s t ru i r e l Ayuntamiento o Casa de l a Puridad de león ( 1 5 3 ) un0 de lo s e d i f i c i o s más in teresantes del Clasicismo ^el s i r i o XVI es ­ pañol, boy reformado. En 1586 esta a l f rente del nuente de Cabe­ zón ( Va l la .do l id ) , t r a s haber muerto Francisco ~e la Puente ( 1 5 /M En 1588 comienza l a i g l e s i a San ' ' a r c e 1 o de León junto con B a l ­ t a s a r Gut ié rrez (155 ) . En 1588, Juan del Bibero Rada aparece en Salamanca dando su parecer sobre cono prosegu ir l a s obras de la Catedral Nueva y el 18 de febrero de 1589 os nombrado maestro ma- yor de la Catedra l , con doscier+n.s ^uñados anuales de sueldo, ve in ­ te ducados de a l q u i l e r de una casa y cinco re a le s d ia r io s cada vez que a s i s t i e r e -al t r aba jo (156 ) . Nombramiento do t a l envergadura le ob l igo a abandonar león, avecindándose en la Ciudad del esta que conservará hasta su muerto, ocurrida a f i n a l e s de octu­ bre de 16°0. Precisamente en su testamento medirá ser en t^ ^ a d o en dicho + n— ni aX-w • Si la labo r do Pibn-o nos 0 *= conocida ^e forma f r a ^ e ^ t a ^ i ? hasta 1589, a p a r t i r de esta fechn i so lo una invest i nación ^e enve^'-a^um co de Protoco les de Salamanca puede da del a r t i s te i cornos, En 1590 esta trabajando en e l convenía rio Sa« ( ^ “P) En 1595, Juan del Ribero extiende en wa.drid e sc r i tu ra r>̂ n„.;OT,_ to c^n los testamentarios cardenal toledano ri« O n i r o n par? levantar la. "cap i l la , mayor de la i g l e s i a " del co^ver+o de ,S?n i\gustín de Madrigal de l a s Altas Torres . Trabajando nn « s t - le sobrevino l a muerto, cene luyendo la Juan do N a. t ̂ s ( t s p ) . c._ no año se concierta con le s testamen+arios ^el Cardenal Pacheco nP_ ra acabar la f ' b r j Cn i a imT,^nCn+e 6 am* i l l a f,o-r-n]h0 rio r>ro Tr l ip o rio la Ca j i g a ta *a r ?-vs obras de.i ed i -P ido r mon-« t o r io DedrO 'l'T+iT rio >!«rUnn ̂O PiopOCO ( 160 ) -\T o i i o O rlfno ̂c: + -„,-1,- n 0 s c u r i d a d ç-n rm " -\7- 10 en 0 1 r> -! c 0 Arohivo Histari­ ac 1 a r a r est a deced a ̂e 1 - ir 1 _ e1 1° de agosto, do un i^f ^ o c^^ e+^ea -o-o«*—<-»« caI^q i ' 7 n i r> o U S ' de la cabecera de la iglesia del convento de Sen Francisco de la mentada ciudad, encargándose restaurar ^a*e ( i fit ) # Seboros también eue Ribero trabajó en el monasterio de la Ve ̂a do Sn.l a mar­ ca, obra nuo deja inconclusa y acaba Juan do Nates (1^2)* el convento de los padres Finimos de dicha ciudad (163) en o1 de San Andrés (164) y da las trasas Re la sacristía de la iglesia de los Villares, nue construye Simón de Monasterio (165). Sabemos, por declaración propia, nue trabaja en la Universidad de Oviedo (166). Estos son los eslabones conocidos de la cadena de actuación de Juan del Ribero Rada, cadena en muchas pactos todavía oculta. Si la labor de Ribero es fecunda, su obra es de i nteres en cuanto a estilo y soluciones, avudando a com^^e^o-* mo -ior i-, r -¡ - Clasicismo en la Foseto Norte• Ribero ce on la técnica ^e la ermt^r’n ii’a^nñ» -, diordo y asimilando las soluciones de nuestro -Renacimiento, «o1” — cienos en gran ^e^ida Re tradición vótica one 3 le«*ó n perfectamente. í?c:+o cono0 imie^to lo avalan tres obras c"vo <%g+j 10 ,o d e San p o d ̂ o ne E « i o n v oes gótico: 1C1 conclusión R e ̂ m̂ n-iO -f r\ 1 a rrosecuc io n de las obras de la. Ca la pli 1 m i m i6 n de las Re San Vc+ nban roni a r,a c i ó n do la cabecera de la iorí e na r>o Pi0mecO. En todas ellas se h ?. be inte i—i re +g» r» las V i o i e s t ra ?,?s Tr e i -, "f’eac^ *O n niantea. Cu ando JuO n R o ̂ P ■» R ¿n r» o i 'a R ?> C o! rrn +e, se eneR r»o* -i ̂e ^noSO pon + r*a ante una obra a medi o e- J u ao r) ö Red'1-i r..n el *íozo, levantó r> - — - clu rvn T r* e -, las V la esca1era n^inc i1 r i aS ■?(> + n ITT'',fía s do la f a b r i c a a rru i : El c 1 a 11 s r n G i r5*u e las di root "icon d e Ca +o d rn i ^ O r-» Mo rCRC « ir o 1 r* r» ,C|an des no r> v i ey, *. - -----—f -Î̂ n ̂ ^ vn 1 CeKrr>C 1 ou s t ■ o r) p p ! O n -> 0 do R < o i o n ̂ rt ,on — y* n rl ■ esmechudas ̂n p i tii n^s Re i o c e-'â ŝ ar r^c: a.a c.rrart— nU eS d n 'npv 'ir inp i ^ a 0 ' ‘,n Ç ^ r1 n ̂ o rí -> p -í H rs rí n p p o Tr 1 nn7'i A l T l^ nor-po -, 1 -p — /O — y O fiû 1 »1 ̂ , U -5 1 , —, T - - ÎU V,«-, _r> o ■"< ro Rada se enfrenta con Ion mis-os problemas one en Es?, onza, con- tim,ar una ohra empezada y con un estilo definido. El problema quo Sllr"i6 -stá ampliamente dilucidado por L1ayuno, Villar y Ma­ clas, Gómez Moreno y Chueca Goitia. Muerto Rodrigo Gil (1577), queda por levantar el crucero y la capilla mayor y al frente de la obra estaban los aparejadores del gran maestro Pedro de Gamboa y Martín Ruiz de Chartudi. Desde 1586 Martín Ruiz de Chartudi es maestro mayor, pero se le desmide el 8 de enero de 1588 por falta de recursos de la fábrica. Este estado demostración genera una reacción inmediata y Obispo y Cabildo de­ ciden reanudar las obras. Se plantea entonces "n rroble«\- . ¿có-o seguir la fábrica? Las trazas viejas estaban allí, ñero en 1.SPR ya se bebía producido una revolución estilística v un nuevo lenguaje arquitectónico «o habí- iépiantado, generando fábricas de las dimensiones ^e fi. Escorial y las nuevas trazas de la r v r r - ta Colegiata de Valladolid. Les capitulares salmantinos se enfren­ taban a un problema ^e dimensiones europeas (167), ru.e en ]a ris_ ma 1+ a1 i a había provocado fortísimas di~cusiones. Se pidió cons°g a Juan de Herrera y parece m m ei ar-pi- tecto no Fe1 i pe 71 esquivé tan espinoso asunto a silen­ cio. El Cabildo pidió, además, 1 a «"inl^n Hoi italiano ->f*inC? î0 en Cuenca Juan Andrea Rodi (24 de setiembre y 26 do octubre de 1588), del to1 edano Versara y -’el i^nés üiboro (n rio noviemb-e) y, finaimon+e, la del vallisoletano -Tuan ^ Mates (6 de di cimbre). las onimenes fueron encentradas : unos sostenían se «mi i r 1-s ohms se^ -■-** viejas + razas j otros, continuar 1- Catedral sê -ún el nul. ve estilo, A3 final, tras escuchar la opinión de Felipe TT, se ?- cepte el criterio de ^iboro Rada de proseguir las obras serm'n i, viejos moldes, yro iut rodue i or^o al t ̂ ro c ■* ̂ nos . Ribero ̂e enfrente al non d o o ■» s i ó espíritu gótico que él conoce a través ^e Pô .ri «*o‘ ̂ ii v .jo-n de Rada i o z ei , pero se 1 levaron r» cabe uno serie rio ̂̂ f o "̂m a s ‘d.ral sçEin ol r>n«-‘_ F 01 i o T J «5 0 o _ ebne “ô S e fl‘U o loe; c; o ro r> ritendrá el G ü Juan de O do or»f o rm a s fundamen'*'ai es, La Catedral Vnova, se o on i r*o — o»-% a 1ser'i-s + erras re+va’drs «o i^o ínn-ni ̂c- Q^r,n +, r K,, o o ̂ v e itn-> d o b l o 1. - f ] ’« o*> o i n : y n j i » i p ^ o n A r . i cr>. v 1 An d o l o C^ + o , l » - l d o V a l l a d o l i d _ d ^ l o + o 7 o n-r>-T • r. d o + o ^ c- 1 An ~ ^ ~ duce 1- yuxtaposición d« --s estáticas. La pm.uria - - nA^.c, „,,e a-unta ahueca, ¿afectaba tanto co^o m r a alterar i-s trp??s‘> ¿No es ésto una contradicción con o] tajante se urns’~an l e s o- bras conforme a lo ya hecho "sin «ne se exceda de elle cosa al­ guna"? En el fondo, no conocemos la situación econ^ic« do i a r^_ tcdral de Salamanca en una coyuntura de corta y media durée i ón como para sostener de forma terminante tal -inicio. Más sintomático y ef i caz juzgamos el cosible irflu-i 0 ñ* i -q trazas de la Catedral de Valladolid. t?i a A + i c o conoció las cabe- ceras pi a nas y la Ca r*n i d n Sévi 11 a cef r jonte, atinan0r x STI cabecora si «nie C\ i en el Penac imi en + o Oe -o chol encontrenos - Cnted rCl do G a Ó n -j rore ai ofovoc t e en Sa! a ma ne a , 3 O r*ne P ̂ i n-a es no? TD r*n rr o durac . /non ~? 1 m r>le gu•ionr* r* o ra h' c •A ̂ O herrar? me. Las encocoras fueron u« caballo d<> batalla do l n ar»„ cuitectura del siglo XVI español, adoptándose tres -orturas : la aceptación de Jo estructura ochavada - Catedral Nmv' d« Señoría con lo pue se sigue 1? línea salmantina cuyo eslabón interudio es la Tercera Colegiata de Valladolid iniciada nor Diem de r,jr_ ñoj la transformación en una estructura circular con ci-ros ras­ gos funerarios - la Catedral de Granada tras la,s reformas de Dio­ so de Si1oe -; la ruptura - la Cuarta Colegiata do Valladolid y la reforma ^e la Catedral Nueva de Salamanca —. La torcera solu — cien la consideramos como consecuencia de una nueva concención es­ tética - estructuras de cuadrados y predominio de ejes ortogona­ les cuya, plasmacion mas nerf^cta es ci + Q a n ia, ^ ra Valladolid. Así pues, amone P.iboro mantiene una smie de luciónos góticas - cubriciones, soportes función ^e1 -ui~o - d+A- ctra. s — -’isposici en do c i ö rr o s, -j « c¡ vis?? ai es, os—-̂ ĉ o — i n sue denota un equilibrio inestable en el ce~~m~iso fir^do •terminar la Cátedra1 v?mva do Salamanca. "ás similar - 3 a obra de "clorar, m?" a la Ca.-^dm1 f,,s 1 a culminación la i «*i usía de Sa*« Vst eba.n. de «a1 amenes * * ? I*' e r a c ̂ n —o ? - ̂ a ̂ - pa- so- pon-lin ? orfa aí n + -r* A VA -K, 0 ?A o — A, ' A A C A V « A A í ^ Ç. «•tos, ! m o :CC no ̂ «11? r) 11 — « La “sr^cc ion de le Es ̂ i ̂ a 11 un ▼'receso la.r^o ,r i n ̂ orjogo * hay ’’n teocto del Libro Tumbo — lo único conservero roi vieio ?rchi — vo destruido por el fuego — , eue oublie?. García Chico, do vital importancia para asentar los cimientos del estudio de la edifica­ ción (169)« La referencia habla de unas trazas, r,uizá de mediados del siglo XVI, hechas "en un pliemo de nape1 de marca maver” v da­ das a un maestro, cuyo nombre desconocemos, ñoco neritc, 1'nue' se perdía"en ellas, por lo pie fue despedido. Tras el fracaso son lla­ mados Juan del Ribero Rada y Juan de Nates, Estos artistas dan nuevas trazas en "pioles de oor^umino" pa­ ra la hospedería. Así pues, el antiguo proyecto se abandona v + oda la obra vuelve a ser replanteada• En 1578 está rematada, adjudica­ da y c omenzada y Juan de la Vega, el maestro encargado de la cons­ trucción de la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos, se presenta como fiador de Juan de Nat.es (170). En 1579 las labores de cantería seguían a buen ritmo, trabajando en ellas los hermanos Hernando y Pedro del Río, trasmeranos y estantes en Valladolid v que también trabajan en l.as obras de la fundación de ^oña Ma^d^le— na Je U1 loa (171). En 1586 se labraba 1 a escalera ^or Juan de L̂a­ tes y Juan de Natos Naveda y el secundo, a causa de su trabado en Salamanca, cede la.s obra.s al primero ncr Tin ▼»oder, "uedando todo "conforme al contrato eue yo tenmo hecho con Juan del Ribero maes­ tro de la dicha obra" (172), no debiendo euedar mucho rara, concluir la fábrica. norte.nte se da en la Senta Esnina es se lleva a cabo Oro 1 576-157^ } dando los R ibero n?da V J u a n de M ?> + « g ~ u d̂ ando el cambio de trazas, e» nuevos provectos Juan c Ribero, según dicen los documentos, como director de Va obra. El segundo asnee to rosen a ble es la actuación unitaria, de li­ bere y Nates, actuación que concierne tanto a los diseñas, co^o a la ejecución material. La union de estas dos f i mures le o o ▼*13 ■’do­ ramos muy imnortante, va nue delata la. comunión e^t A + i ▼'a. de ambos n r*+ i o -f •> o- v. J. X, : » , l o s v í n c u l o * 5 d e e " i i m - f — o n o l o e ii n o ir 1 ~ nni d n d d e t i i o n u e c: o d o. e n e ^ ^ n t a ee doi ri o *» cmr ) d e l f o c o v a 1 ̂ 1 g e 1 « f a ­ n o , a 3 m i rrvn (y ^ i ^ u « vn a ■•'•m T* O \| o f Ç* *5 ■)- m -i -r* n n n + -i c t o c o n o 1 i n f 1 n i n n n l 1 < > 0 1 • ' n o r> + »-> o VÇ 55 A (-} P í ] j o r o í ; ▼ad a . E l t n n c e r ' ' s r>n o + 0 O S 1 i VÍ_ne . U. 1 D C 1 6 n H o I O S n n + i a t n e. n i l A + in r» , h a ^ a n e n l a S a n t a E s ▼ i n a V e n V i 1 1 m o- 'a t-* o í fl o G e m ■n a s . J u a n d e N a - tes trabaja en el C c 1 o v i o v c r e e m o s o u e i n t Ia n y -î o r»« i -> í n-i í ̂ • Hprnnndo y ^s^ro d e 3. Rü. o est an ?. c h u ?. n d o cor,r) d e s t j i a s t a s o n o m ]■, r> s edificaciones; Jean de la Ve va levanta "1 tercio fundación de Do­ ña Ma^drJen?. do DI loa. v es fiador de .T»ian de Nates or» in ä *» • •Juan del Ribero Rada lleva adelante las obras de la Santa Rsoina con Nates y es fiador de Juan de la Ve va en las obras d« i-> Coi o_ viata de Villagarcia de Camnos. Desde un nrinci^io se te^e m e tu— p1 dad red entre todos 1 os artífices nie va a ser una carácter!sti —- ca del foco vallisoletano. El cuarto aspecto nne apareen en la Santa Espina es ia intro­ ducción del Clasicismo en los claustros, años antes de «ne Herrera trazara el claustro de la Cuarta Coloviata de Valladolid, así co­ no el nodo dir+into do tratar las nortadas v l a. fama comni etamen — te ori yinal de concebir une escad «ra. I-a obra nne e jecut an pibero v Votes «n o 1 mengst«rio es do ,nmn1 2 0 v u e l o ; e s t ^ c o n f o r m?.da. ñ o r Un n no 10 r> ç An t r a l , r>' 1 C 1 a u s t r 0 río l a h o s p e d e r í a , d e p l a n t a c u a d r ' o d a , n 1 rop , n t o d o i ? o r t e r í a , C n « n n a n o r t a d a e x c e l e n t e , c u a t r o 0 r n -» i n Q 0 OH?. r + OQ V nnn o s 0 r» l o _ r a . V i s t a l a o b r a no <=u c o n j u n t o , f 0 V " ? l a m i t a d d <5 1 Ann s t e r i 0 a c t u a l p r á c t i c a m e n t e . H e r h a ?n n i e d r a , C n n s i l l p r e q b i r\n e s e u a d r a d o s , e s u n b l o q u e b e v é t i c o v r í i m i c o , d e e s i - r ” c t u r a c u a d r a d a e i rrii a 1c u a j - a l t u r a , d e d o s n j g 0 s a. c u s a d 0 s a l e v t 0 r i o r ñ o r 1 p ■ñor» f 0 c t a v cirr ' o n i o s a d i s n o s i c i é n d e 1 - s n o n e ’ l i a s v e n t a n a s . E i b 0 r O V N a t e s ha n c o n c e b i d o e l c o n j u n t o c « ^ o u n C V 0 T « 0 0 T' °vin i CO C " vp 53 p s t r u c t " - r ? s i n t e r i o r e s v e x t e r i o r e s s e h ? i 1 an on 11n p rm T» f O C t 0 r* O 0 r>d ii n a — C i Ón • E l ú n i c o e l e m e n t o r e f e r e n c i a ! nnir e s t a e n 1 p f ̂ A b a d a . , 1 e ’ vu..a -i 0 a r q u i t e c t ó n i c o ^ u r o , é v o l u e ! Ó n d 0 Un t i. n o COm« a d 0 55 « — r rol lar en San Ts i doro de teon, donde la escultura b*-* rl o o o o ̂ r*« c i — do de raíz. Allí se emrlea ñor orí mera, vez en la zona, e i iue°*o d̂ 1 volúmenes. Ta port a da , jónica., se concibe a modo de arco de triun­ fo do un solo vano sobre una fn.chada ni ana, articulad?, en tres e— jes ñor los vanos de las ventanas. La poetada se comnone do un a^— co de modio punto con una borrosa, ménsula, en la cl^ve, meorh a do «or ni lastras y con t r i a n mi 11 o s ««oiiT-ididos « n i^s o « intas. vi p _ p u e a n oí v a « o dos columnae à ó n i c a s .sobre •norio<̂ ta1os, (1° f ’1 s + o 1 ■> _ s o ' r c i e r r a n e l c ,N « i u a t o d o s n i 1 a s t r a n d « j mti -> i o —a « • « »-. 1 a a o n - t r o c a 1 1 e s b -> v «o b u r d i d o s — o o + o « j J ~ — « e ^ o n o - ^ f i g o t> o « nr*« j - ingc+*¡ lisa. El e n t a b l a m e n t o si mue los c á n o n e s : un. arc u l t r a be nt + -OQ S 1 t o 1 os , f r i s o c o r r i d o y liso con c a r i t a 1 es r n w n r t s S n H v i c u y o s i g n i f i c a d o s e n o s e s c a p a , b a n d a d o d e n t í c u l o s y c o r n i s a . P e m a t a l a e s t r u c t u r a u n f r o n t o n c u r v o s o r t i d o f o r r e a n d o v o l u t o s , t> í r í - i í c o r o n a d a s p o r b o l a s y u n b a l c ó n s o p o r t a d o p o r u n a m é n s u l a m a s c a ­ r ó n . L e f l a n q u e a n d o s e s c u d o s c o n á g u i l a s b i c é f a l a s : e l r e a l d e C a s t i l l a y e l d e l m o n a s t e r i o . ia p u e r t a s i g u e un p r o c e s o dése e n d e n t é d e s d e u p r*-i r\ r* ° n ^ n 1~ u w — les e x t r e m o s j e 1 v a n o cent ral r o s a 1ta s o b r e el resto del con y se r e f u e r z a e s t a v o l u m e ! rr i a sal i ente con el uso de la co- l u m n a . E l p r o c e s o d e a t e n u a c i ó n v o l u m é t r i c a s e l o g r a u s a n d o r i l a s - t r a s , c o n J o n u e s e c o n s i g u e u n r i t m o m a t e m á t i c o e n s u d i s m i n u c i ó n d e s d e l o s p u n t o s m á s s a l i e n t e s h a s t a e l p l a n o d e l m u r o . A r t i c u l e r u n a p o r t a d a c o n a r c o d e t r i u n f o s e c o n s a g r ó c o n S e r l i o , a l i ^ u a i q u e u s a r u n t r i g l i f o c o ^ o m é n s u l a e n l a c 1 a v e d e J a r c o . T o o r i g i n a l d e R i b e r o e s l a g r a d a c i ó n v o l u m é t r i c a . E l u s o ^ e J f r o n t ó n p a r t i d o y a v o l u t a d o l o c o n s i d e r a m o s u n e c o d e ' « i mu e l A n m e ! q u e , p o r e j e m r J o , e ™ ^ l e a e s t a d i s c o s i c i é p e r 1 p ^ e r t . a T) ‘í o dr » n o m n ( 1 5 6 0 ) . P o r e s t a s f e e h a s , u n a d t s -p r s i c i o n s p m A i o n t e d e f r o n t o n r S O l o l a c o n o c e m o s e n E s e n e ! P a l a. c i o d e 1 M a r q u 9 5 d o S a n t a . C r u z d e l V i s o d e 1 M a r p n é s . E l d 1 p r o n o r 0 n c i m a d e 3 -P-r>Q n + A n 11 p b a i e o n y a l o a p 1 i c a P j b e r o e n S a n 1 s i d 0 r 0 d ç L e ó n v r a n o p p n n o p q y n r i c i a - n o n l! o u s a , c o r e i e m p 1 0 A l e s s a c d r 0 V i t l o r i a Ar^ Ü g» 1 a z z o B a l h i • L a p o p t a d a d e l a S a u t a E s p i r a A n c i a u p i n t e r ô s n o t . a. b i « - - > n o s ó l o c o r t o d o l a s o r j a d <1 .0 ̂ o —i o t->+ 9 3 v j o n î l mo r a d 0 S , 3 i n o t A n h « *1 A i p o r 550^ 11 n n s o l u c i ó p c 1 a s i C 1 S i l ci O T* 1 r \ 4- r) d i s t i n t a a i r i 3 p v d a a c a b o e n V i 11 a g a r c i a d e C a m c o s . * 1 ! e n t r a s n IJ A A n 1 £ O n r i l d e U o - ñ a M p ^ 1 **^ O *-*•-*- — d e H i l o a l o s c o n c e p t o s n i ri q m . l f l oX* ,0 0 n4 i - i »i r p t a d a f O p l o s i u e °* 0 s d e c í a n o s s i n 1 a m e n o r c o n c e s i ó n a l a c o l u m n a , e n 1 a S a n t a E s p i n a a p a r e c e e l v o l u m e n y 1 a c o l u m n a c o m o p í o n n h t o a r n u 1 — tectóncio además de las pilastras. Hay rues una ricueza de elemen­ tos y composición desconocida en Vi 1 1 a1™ reí a d e Cnmros, L a p o r t a d a , e s e l c u n t o d e a r r a n n u e d e n n a r i í g n n e í r i ó n p - v ^ p i f o r m a d a p ° r u n o t o n u o a r t i c ” .le. l a n o r t a d a y n i r ̂ + i o # t ~ ^ j _ d a d a c e n t ú a e l . i t a l i a n i s m e d e i c o n d u n t o , E 1 t ^ á « r : t. o d o i _n n o g » . r i a s e T p r m a . c pm o n n o ] o rra p t p c u a d r a d a c u b i e r t o c n p h p v ° d o H o p — r i s t a p u p , a t r a v o s d o u c a. r c p d e m pdi i o p Mp + o , p ^ o —> <-» t> + r* o n o «a-» n*,, ̂ e ! r i + m o d n ! a r c o d e l a p o r t a d a , p p u m i o ü o p p p ^ « i í > n r ; + « ( j t q i » ->■{+_ no *ti0n0 arcoun cierre con el arco de la galería del natio nUe rir? en­ trada al ^ran espacio descubierto del cuadrilátero intQr”?o”. SI claustro ce la hospedería es el primero eue desarrolla las concepciones espaciales y volumétricas del Clasicismo on la '^se­ ta Norte, trasladando a esta zona, los oree ortos consagrados aI Patio de los Evangelistas de El Escorial.' Formado por un cuadrado de seis arcadas, alrededor suyo se disponen los corredores de una amplitud y luminosidad incomparables. Los corredores o cuartos se organizan a base de arcos de m^dio punto sustentados sobre dilates que se animan en su cara interior con pilastras; encima arrancan los perpianos que fajan las bóvedas de medio cañón coa lunatos. En los muros maestros se abren vanos ter— ales sobre impostas. Todo e- 11o genera un ritmo constante en las cuatro crujías y un esnacio unitario. El piso superior presenta una disposición similar, n«r0 empleando la bóveda d~ arista apai.oolada y suprimiendo los terma­ les. Por su cara enterna el claustro se articula en dos risos de arquerías de medio punto con sois vanos por panda; el sistema de soportes consiste en una unidad compleja de pilar con plinto y co­ lumna adosada; esta estructura es en el primor oiso de orden dóri­ co y en el segundo jónico. Los esquinazos se refuerzan embebien­ do sendas columnas en cada piso. Esta solución se emplea en Esoa- ña en El ¿scorial y viene de Italia, donde la emplea Antonio da •San gal lo el x,ozo en el cortilë del Palazzo Farnese de Poma (17~). Aledaño al claustro dc la hospedería se encuartra la escale­ ra, o b r a única en su género en la región. No presenta ninguna re­ lación coa la rica gama de escaleras claustrales clásicas del a~- te español. Ya su enclave es extraño, pues no se encuentra en nin- gun sector del claustro, sino formando un cuerpo independiente p^_ ralolo a el y situado entre dos patios. Su eje es raralelo a1 axial de la hospedería y su estructura no se aprecia desde el na­ tio. Esta ideada a modo de un prisma, rectangular, de ca *»a "•b1' e^- t.a, c^n dos tiros conver^nt^s «n nn rn i n nrt) o t ro s d o c fl ’ yoriront ''s i~*’10 aceed «^ r> i —> î ̂O # T p c? _ O t- r̂»i -, ptura j d e t> o o a <-» c; l i s a s , *! a p d o r» n •> S O 1 .a a a + o n ’!m p> n o 1 ó’i^a f1 ̂ f i 1 o f û q *y rionf í oui n«; '1 r» 1 ̂ fuá } e r» —Q 1 O O q oo« y bóvedas . 7 a c a j a c i ^ - r a con bóveda d* s í r i r t r . f r i -d e r>nn piaño-s j en el centro, sobre e1 descansillo, se abre una cumia, flanqueada por dos cañones i pílales, con lo one se art icnl a toda la escalera en. dos mitades simétricas. La cúpula es una estructura oblonga sobre pechinas con un éculo en el centro one da luz a to­ do el recinto. El uso de esta solución resulta desconcertante v Libero la empleara otras veces y tampoco Juan be Nates no parece alie en sus obras conocidas. El escocer este modelo de cubrición, desde un minto de vista de la estática, es Jo más acertado, ya one el ceso desearme hacia los angulos. El tin o de escalera de Jn Esnina no r* r°re te— ner antecedentes ; parece surgido por la duplicación de una escale­ ra claustral normal si se sigue mi corte de los oies y el alzado, -̂ ste timo de escalera parece estar ins»'? rada en Palladio, eno m ’- bii.cn una disposición de tal tino en su tratado ( 17/] ) . la -Sonta Espina aporreen influencias italianas v esenria- 1 enses, enrioueciendose con elementos ccmo las columnas ir la su­ perposición de órdenes, haciendo así oromresar el estilo oro se j nici a en V i 1 1 a°*areía do C?cnos. Precisáronte, cuando se está trabajando ön la Espina, nn iS7P Libero Rada traduce en León el tratado de ?a J.1adió, «ne ruedo ma­ nuscrito y hoy «¡e conserva en la biblioteca. Naci on a1 de ^'admid (175). Este particular lo consideramos —uy importarte, non«ue de­ muestra pue los artistas están orofundizando en 1 a nueva estética, no stfo co"0 técnicos y real izad o res, sino también nrocuran adqui­ rir una solida base teórica ?. través de una b! h]_ j o grafía fundamen­ tal y selecta. Ln traducción de Palladio va a reflejarse de inme­ diato en Valladolid çr 1.a obra de las Huelgas Peales, coro ^a he­ mos tenido ocasión be ver. La edificación de esta iglesia vallisoletana vuelve a refle­ jar el trabajo en común °ntre Juan de Nates y Jua" del pibero P.ada. ios dos artistas están unidos ñor fuerte alistad v ambos son ios introductores del nuevo estilo en la c * udad. castellana en 1~79, El tm?lm -í o c o"»a nd i t o r i o be los dos artistas •> conti nuâ * En i "qo cuando 1rs obras be »San Claudio de León los dos art is tor a t "a. no j a s j,,r*tos. • n Î -"P0 ana recon de nuevo ?inido,s on i -j n »-> t a Tobrada «ara di sortir la orosecuc i ón de la Catea no? ’iiiovi rie «S a 1 a manea. “jn 1596 Pi boro t “ sa 1 n «5 o b ̂ a s n T i O M n - r o Ven+O "p los dominicos de • e d i n a o e p i o s e c o 'r n o c o s meses d e s n u é s viisl V6n a es tar unidos y en competencia para restaurar la cabecera de la igle­ sia del convento de San Francisco de la Ciudad de los Almirantes. Al morir Ribero Rada, su hijo, el Licenciado Lucas del Ribero, en­ carga a Nates que concluya las obras del convento de San Agustín de Madrigal de las Altas Torres^ a estos datos hay que sumar el que Nates se encargara de concluir el monasterio de la Vega de Sa­ lamanca, que Ribero dejó inacabado a su muerte. Todo ello, corro­ borado documentalmente, confirma la fuerte unión entre Juan de Na­ tes y Juan del Ribero Rada, lo que va a permitir el afianzamiento del estilo en la región y la absorción por parte de Nates del in­ flujo palladiano que trae Ribero y la pervivenda de esta caracte­ rística en el foco vallisoletano. La fecunda actuación de Ribero en torno a Valladolid culmina con una de sus mejores obras: la remodelación del convento de San Benito el Real. En 1582, el real convento de San Benito, cabeza de la orden en Castilla - bajo su mando se hallaban cincuenta monas­ terios más el de Montserrat de Barcelona -,llama a Ribero Rada pa­ ra que lleve adelante las obras del pórtico de la iglesia, que es­ taba a medio hacer desde que Rodrigo Gil lo trazara. El artista firmó el contrato y con presteza levantó dos cuerpos sobre los he­ chos por Rodrigo Gil y Francisco del Ríoj al cabo de los siglos el fuego arruino esta obra, de la que sólo conservamos recuerdo a través de una romántica litografía de Parcerisa (175) En la obra de remate del pórtico Ribero debe concluir el pro­ yecto ya iniciado. A pesar de encontrarse con pie forzado, el ar­ tista altera el ritmo que el gran maestro salmantino había impues­ to a la obra. Cambia el material, pues sustituye la piedra por el ladrillo, decora los gruesos cubos con placas rehundidas y dispo­ ne parejas de arcos de medio punto en los paramentos, lo que pro­ voca un fuerte contraste con el piso inferior que, a nuestro jui­ cio, no es muy feliz. Concluida esta obra, el convento encarga al artista leonés la erección de nueva planta de todo el monasterio, respetando sólo la iglesia que en su día edificara Juan de Arandia (176). El primiti­ vo monasterio - del cual no queda el menor rastro - era el antiguo alcázar y alcazarejo mudejares que el rey Juan I cedió para funda­ ción religiosa. Ribero Rada va a demoler esta antigua estructura para levantar una nueva* Al lado de la iglesia y dejando una Ion- / ja delante de ella — solución ya dada en la Santa Espina y aplica­ da en la misma época en San Claudio de León - Ribero Rada traza las dependencias monasteriales concebidas sobre una estructura en cruz, en torno a la cual se disponen los diferentes elementos a excepción de la iglesia* El convento se compone de un claustro procesional adosado a la iglesia y al lado cuatro patios más formando los clásicos espacios en cruz, uno de ellos partido por una crujía y dividido en dos pa­ tines. Dentro del eje longitudinal se levanta la escalera claustral, de caja abierta y estructura en "U", tipo de escalera tradicional de los monasterios españoles. Todo el frente del convento daba a la lonja de la iglesia, cerrando una banda y creando así un espacio escenográfico de interés, ya que se urbanizaba ese área, que en gran parte estaba inmersa en el sector remodelado de Valladolid después del incendio de 1561. Así pues, Ribero dió la planta de remodelación y nueva cons­ trucción del monasterio de San Benito el Real y seguidamente las obras comenzaron, abordándose por dos puntos. El mismo Ribero lo especifica en una nota al pie del diseño: "Planta baxa para el e- dificio de San Benito el Real de Valladolid, por la cual se saca- rantlas plantas altas y alzados y perfiles a su tiempo, tan sola­ mente serán sacados los alzados del cuarto principal de la porte­ ría y los arcos del claustro principal que son las cosas que de presente se tratan. Jhoan del Ribero" (177). Lo primero que se ha de acometer queda perfectamente precisa­ do: el claustro principal o procesional, situado al costado del E- vangelio de la iglesia, y el gran cuarto de la portería, es decir, todo el sector que da a la lonja. Ribero da trazas pormenorizadas para sendas obras y se inician las labores. Lo primero que se empezó a edificar fue el claustro, labrado en 1584 (García Chico). Martin González lo ha estudiado y lo con—4 s el escudo del fundador. Por el contrario, la Capilla Cerralbo está en perfecto estado. El Padre Ceballos ha documentado y estu­ diado la obra. Las trazas fueron dadas por Juan de Valencia, y a la muerte de este se encargó de su terminación Ribero. La iglesia presenta dos elementos interesantes: el influjo escurialense y la originalidad de su interior. La estructura de los volúmenes, la disposición del crucero, la cúpula y la fachada se vinculan a El Escorial, pero en el interior hay variantes. El recurrir al orden jónico, el ritmo binario, los altos basamentos, la disposición de los fustes en estípite, la disposición de los capiteles en los chaflanes del crucero, todo ello habla de un gus­ to fuertemente veneciano al gusto de Sansovino y Palladio, que re­ fleja el fuerte italianismo de este artista. En su obra conocida, Ribero Rada se nuestra como un artista muy original, que se orienta hacia lo veneciano, más que lo roma­ no y que es un gran admirador de El Escorial, obra que debió co­ nocer, ya que sabemos que estubo en Madrid. Ribero, por lo que a- tañe al Clasicismo vallisoletano, es un artista muy importante, ya que él es el introductor del gusto palladiano en el foco, intro- ducsión tan temprana, que aparece antes de que el artista v icen- tino haya muerto» Ribero se vincula a Juan de Nates, el primer ar­ quitecto clasicista de Valladolid y con él trabaja asiduamente. Ademas, Ribero crea el claustro clasicista en el foco en la obra de la Santa espina y, posteriormente, con San Benito el Real de Valladolid. Introduce además en la región una portada rica y el empleo de la columna, así como la superposición de órdenes y el uso del jónico. Por lo demás, gracias a él se extiende por León y Salamanca el nuevo estilo que se ha asentado en Valladolid y co labora con Juan de Nates y otros artistas vallisoletanos en estas dos ciudades. Como teórico, Ribero Rada traduce a Palladio, pero no lo dio a la imprenta, sin embargo él es una muestra de cómo los artistas adquieren una solida formación teórica bebiendo en fuentes italianas y le consideramos como el cimiento palladia no de Valladolid, cimiento que Kubler considera peculiar de esta ciudad. 132 NOTAS (1) ,- C.MS Abad.- Doña Magdalena de Ulloa. Co^i|^as, 1959 (2) .- A. Ponz.- Viage de España. T. XI. Carta IV. Ed. Aguilar, pag. 985. Madrid, 1947. (3) .“ P. Pirri.-"Origen y desarrollo arquitectónico de la iglesia j Colegio de Villagarcía de Campos", en Villagarcía de Cam­ pos. Evocación histórica de un pasado glorioso, pag. 13 y ss. Bilbao, 1952. (4) .- P. Pirri.- Giovanni Tristano e i primordi della architettura gesuitica. pag. 93. Roma, 1955. En el libro postumo de P. Pirri.- Giuseppe Valeriano S.I. Architetto e Pittore. 1542- 1596. Roma, 1970, lq parte que corresponde a la actuación del Hermano Valeriani en España fue redactada por el Padre Ceballos, alejando definitivamente el concepto que Pirri ver­ tió en su primer artículo. El P. Ceballo publica un documen­ to de sumo interés para presentar el problema de la portada de la Colegiata que transcribimos aquí. Es una carta de fe­ cha 2 de agosto de 1574, que escribe Rodrigo Gil. Dice así: Lo primero digo que he medido toda la obra que en la iglesia está hecha por la traza en lo largo y en lo ancho, porque en ésto sólo está la medida bueña en la obra^confor- me a la traza. En lo demás acerca de lo que podrá costar le­ vantar el suelo y pavimento de la dicha iglesia y poner en perfección los pilares y edificio della que al presente es­ ta hecho, me paresce que se puede muy bien hacer sin descom­ poner ni quitar piedra de las paredes, ni pilares, ni basas, ni andar minando, atormentando, ni moviendo los fundamentos, porque recibirían daño y sena a más costa y menos provecho, y están recién hechosj y es mi parescer que el suelo se le­ vante, pues se ha de levantar, ocho pies cumplidos, porque se puedan hacer bóvedas que puedan sufrir el losado y pavi­ mento de la iglesia y sean capaces en alto como desbahadamen- te quepa un hombre de buena estatura sin topar con una cuar­ ta de vara en lasjbovedasj las cuales han de ser monteadas por arista por ser montea más desabahadaj y ésto será hasta bastante alto y hase de aprovechar muy comedidamente este alto para que el suelo holladero esté muy enjuto y quepa, 1 3 3 se honraría con ellosj que hacer una bovedilla soterránea no me satisface. Podrán costar los sepulcros y enterramien­ to de los señores de mil y quinientos ducados en adelante, poco más. Y si su señoría mandare que los sepulcros y cama se hagan acá de buena piedra famosa de Javares de las Cuevas, y después de hecho, mandarlo estofar y aderezar, la piedra se escogerá mejor, y Juan de Juni es meravilloso escultor, y podrá hacerse a menos costa y verse hacer en casa; tomará su señoría lo que mejor le parezca. (5) .- E. ^arcía Chico.- "Los artífices de la Colegiata de Villagar- cía de Campos". B.S.E.A.Ap T. XX. pp. 43-80. Valladolid, 1955. Hay noticias también en idem.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 30-31. Valladolid, 1940. Todo el corpus documental lo recoge García Ghico en el Catálogo Monumental de la Provin­ cia de Valladolid. T. II. Partido Judicial de Medina de Rio- seco . pp. 121-165. Valladolid, 1959. (6) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcía de Campos y la arquitectura herreriana" B.S.E.A.A. T. XXIII0 pp. 19-40. Valladolid, 1957. Los mismos criterios mantiene en su obra posterior. Arquitectura barroca vallisoletana, pp. 31-32. Valladolid, 1967. (7) .- A. Rodríguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera y los jesuí­ tas. Villalpando, Valeriani, Ruiz, Tolosa". A.H.S>I. vol. XXV. pag, 1 y ss. principalmente pp0 11-13. Roma, 1966. (8) .- P. Pirri.- Giuseppe Valeriano S.I. Architetto e Pittore. 1542- 1596. Roma, 1970. (9) .- E. García Chico.- "Los artista de la Colegiata de Villagar­ cía de Campos" B.S.E.A.A. T. XX. pag. 44. Valladolid, 1955. idem.- La Colegiata de Medina del Campo y otros estudios, pag. 66. Valladolid, 1957. idem.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. II. Partido Judicial de Medina de Rioseco. pag. 122. Valladolid, 1959 (10) .- J. Parrado del Olmo.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. IX. Antiguo Partido Judicial de Mota del Marqués. Valladolid, 1976. (11) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcía de Cam- . B.S.E.A.A. T. XXIII pp.pos y la arquitectura herreriana" 19-40. Valladolid, 1957. (12) .- El Arte en España, T. VII, fig. 6 (13) .- J*J. Martín González.- "Primeras iglesias jesuíticas es es­ tilla la Vieja" en España en las Crisis del Arte europeo, pp. 150-151. Madrid, 1968. (14) .- J.J. Martín González.- "Primeras iglesias....." pag. 151. (15) .- À. Rodríguez G. de Ceballos.- Bartolomé de Bustamante y los orígenes de la arquitectura jesuítica en España. p$g. 57 y ss. principalemnte 57 y 61. Roma, 1967. El mismo autor publicó un trabajo anterior sobre tal personalidad titulado "El Pa­ dre Bartolomé de Bustamante iniciador de la arquitectura je­ suítica en España"(1501-1570)". A.H.S.I. vol XXXII. pp. 1-102. Roma, 1963. (16) .- E. ^arcía Chico.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. III. Medina del Campo. pag, 135 y ss. Valla­ dolid, 1961. (i?)*— E. Heras García.- Arquitectura religiosa del siglo XVI en la antigua diócesis de Vailadolid. pag. 166 y ss. principal­ mente pag. 170. Valladolid, 1975. (18) .- J.J. Martín González.- Tierras de España. Castilla la Vie­ ja y León. T. II. pag. 157. Madrid-Vitoria, 1975. (19) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 64-65. Valladolid, 1940. (20) .- E« García Chico.- "Los artistas de la Colegiata«,«,*" pp. 46-64 1?. Pirri.- Giuseppe Valeriano.... * pp. 16-17. (21) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata."pp. 19-40, (22) .- Ec García Chico.- La Colegiata de Medina del Campo y otros estudios, pag. 73, Valladolid, 1957. (23) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....." pag. 24. (24) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata..,.." pag. 25. (25) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I-trqui tectos, pp. 30-31. Va­ lladolid, 1940. (26) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pag. 34. idem.- Arquitectura barroca vallisoletana, pag, 32. Valladolid, 1967. idem.- "Iglesias jesuíticas....." pag. 152. (27) .- E. García Chico.-' "Los artistas....." pag. 74. "y de esta forma e manera quedara la dicha yglesia fuerte clara e pues­ ta como dice Betrubio e de los demas autores que se pongan los templos en lugares ielebados e encollados que suban a e- 1 3 J líos por todas las partes de la calle con gradas e ansi que­ dara perfeccionado e puesto en toda perfección«#...” (28) .- La disposición de almohadillado en las esquinas aparece por primera vez en el Palacio de Cogolludo (Guadalajara), y es­ te motivo va a ser reactivado a través de la obra de Serlio^ En Toledo tiene un gran éxito, iniciándose en el Hospital de San Juan Bautista de Afuera y prosiguiendo su carrera triunfal, gracias a la traducción que el artista vallisole­ tano Francisco de Villalpando lleva a cabo del Tercero y Cuarto Libro de la Arquitectura del artista boloñls, que es publicado en Toledo, por Juan de Ayala, en 1552. (29) .- Creemos que el frontón partido por su base es un tema ser- liano que se populariza por toda Europa. (30) o- E. García Chico.- "Los artistas....." pp. 72-74,, (31) .- Andrés de Vandelvira también recurre al friso convexo y am­ bos artistas son los que extienden este motivo por toda la cuenca del Guadalquivir. (32) .- Sebastián Serlio aplica sistemáticamente las bolas como de­ coración de portadas y chimeneas, recurriendo también a la peculiar granada artillera, rajada y vomitando llamas. (33) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pag. 30. (34) .- A. Rodríguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera y los jesuítas •••••"pag. 14. (35) .- P. Pirri.- Giuseppe Valeriano..... pag. 26. (36) .— J.J. Martin González.- Tierras de España.«... pag. 157. (37) .- E. García Chico.- Catálogo Monumental. T. II.....pag. 159 "Yten quel dicho retablo y custodia a de ser a contento del Hermano Baleriano e quando no lo estuviere alguna cosa a su contento quel dicho Juan de Torrecilla este obligado a lo tornan a hacer otra vez lo que se le tachare". (38) .- E. García Chico.- Catálogo Monumental T. II....«pag. 165. (39) .- Un ejemplo característico es la iglesia de la Magdalena de Valladolid. * (40) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pag. 29. (41) .- C. Ricci.- Baukunst und decorative Plastik der Hoch- und Spätrenaissance in Italien. Stuttgart, 1923. (42) .- J.J. Martín González.-"La Colegiata....." pag. 27. (43) .- Al final del Libro IV de la obra de Serlio, hay varias lá- ! 3 é rainas dedicadas a temarios decorativos geométricos, que son llevados a la práctica constantemente por numerosos arqui­ tectos franceses y españoles, (44),- J.J. Martín González,- "La Colegiata.... " pag. 27. $45),- J.J. Martín González.- "La Colegiata....." pag. 27. (46) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....." pag. 28. (47) .- Sobre este particular, merece destacar el tratado de Fra Lúea Paccioli De la divina Proporcio, cuya parte referente a los sólidos de Platón la hizo Leonardo. En el Manuscrito de Hernán Ruiz el Mozo fQ 67v, 68v, 69v, 70v tenemos claros ejemplos. (48) .- A. Rodríguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera y los jesuítas .••.."pag. 13. (49) .- A. Rodríguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera y los jesuí­ tas. ...0"pag. lo. (50) .- Po Pirri.- Giuseppe Valeriano...«. paj$, 25. (51) .- J.J. Martín González.- Tierras de España.....pag. 157. (52) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pp. 26-27. (53) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pag. 29. (54) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcía de Cam­ pos y la arquitectura herertana". B.S.E.A.A. T. XXIII. pp. 19-40. Valladolid, 1953. idem.- Arquitectura barroca valli­ soletana. Valladolid, 1967 pp. 31-32. idem.-"Primeras igle­ sias jesuíticas en Castilla la Vieja" en España y las Crisis del Arte europeo. Madrid, 1968. idem.- Tierrasrie España, Cas­ tilla la Vieja y León. T. II. Madrid-Vitoria, 1975. (55) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata... "pag. 35. idera.- "Iglesias jesuíticas...,." pag. 153. idem.- Tierras de Espa­ ña..... pag. 158. (56) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....." pag. 40. idem.- "Iglesias jesuíticas....." pag. 153. (57) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....." pag. 30 y ss. principalmente pp. 31, 33 y 40. Idem.- Tierras de España..... pag. 158. (58) .- J.J. Martín González.- ,!La Colegiata....." pp. 33-35. idem.- "Iglesias jesuíticas....." pag, 149 y ss. (59) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pag. 35. (60) /- J.J. Martín González.- "La Colegáata....." pag. 24. (61). (62). (63) . (64) . (65) . (66) . (67) . ( 68) . (69) . (70) . (71). (72) . (73) . (74) . (75) . (76). (77) . (78) . (79) . (80) . (81). - J.J. Martín González.- "La Colegiata.. - J.J. Martín González.- "La Colegiata.. - J.J. Martín González.- "La Colegiata.. - J.J. Martín González.- "La Colegiata.. - J.J. Martín González.- "La Colegaita.. - J.J. Martín González.- "La Colegiata.. - J.J. Martín González.- "La Colegiata.. - J.J. Martín González.- "La Colegiata.. 29, 31, 35. idem.- Arquitectura barroca "pp. 26-27. "pp. 27-29. "pag. 26. "pag. 29. "pag. 29. "pag. 29. "pag. 29. " pp. 24, 26,27, ..pag« 32. idem.- "Iglesias jesuíticas.... "pag. 153. - J.J. Martin González.- Arquitectura barroca.....pag. 32. - A. Rodríguez G. de Ceballos.- "Planos para la Colegiata de Villagarcía de Campos" B.fl.A.A. T. XXXVI. pp. 493-495. Valla­ dolid, 1970. - Sobre la definición de "prototipo" o "modelo, vid. Bramante. Tra Umanesimo e Manierismo. Roma, 1970. Fundamentalmente los capítulos "Lo spazio architettonico in Bramante" pag. 79 y ss "Aspetti della ricerca bramantesca" pag. 105 y ss. "I conti- nuatori della ricerca bramantesca" pag. 157 y ss. - J.J. Martín González.- Tierras de España....«pag. 158. - J.J, Martín González.- "La Co^giata...•."pag. 36. - J.J, Martín González,- "La Colegiata....."pp, 36-37. - J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pp. 37-38. idem.- Arquitectura barroca.....pag. 34. idem.- "Iglesias jesuíti­ cas.... "pp. 153-154. - J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pag. 38. idem.- "Iglesias jesuíticas....."pag. 154. idem.- Tierras de Espa­ ña .... 0pp. 157-158. - J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pp. 38-390 idera.- Arquitectura barroca....«pag. 38. - J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pag. 39. - J.J. Martín González.- "Iglesias jesuíticas..«.«"pp. 154-155 idem.- Tierras de España.....pag. 157. - Cfr. las notas 73, 74,75, T6, 77, 78 y 79. - A. Rodríguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera y los jesui- tas. Villalpando, Valeriani, Ruiz, Tolosa. A,H.SaI. XXXV. ppT 1-37. Roma, 1966. (82).- En la obra de Fray Gregorio de Alfaro.- Vida ejemplar de Don Francisco de Reinoso« Abad de Husillos y Obispo de Córdoba» Valladolid, 1617, ed, de J. de Entrarabasaguas, Valladolid, 1940, aparecen expresiones como la siguiente, que corrobo­ ran el gran peso del centro: "Villagarcía, donde la Compa­ ñía de Jesús tiene un Colegio insigne, que es como un Semi­ nario de toda la Tierra de Campos, donde se cría toda la gen­ te moza", pag. 49. Quien escribe, aunque monje, no es jesuita0 (83) *- F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pag. 170. Ma­ drid, 1947. J.J. Martín González.- "La Colegiata.....pag. 38 idem.- Arquitectura barroca.....pag. 34. (84) .- En la villa de Vallid dentro de la casa de señor sant anto­ nio de la compañia de santo nombre de jesús a veinte y seis dias del mes de mayo de 1570..... juntos en la sala del re- fitorio viejo donde solemos juntar para las cosas cumplide­ ras a la dha casa e compañia.....que la lima señora Dá Leo­ nor de Toledo marquesa de Tavara por si y como curadora del Marques Don Bernardino Pimentel.....vende al P. Luis de Me­ dina las casas que tiene en la villa de vallid que son jun­ to a la casa de la compañia profesa y cerca del monesterio de la concepción de la dha villa según y como están y su se- ñoria las tiene y posee al presente con el fuero de las dhas casas tienen por precio y quantia de tres mili y quatrocien- tos ducados que valen un quento y ducientos y setenta y cinco mili mrs. A.H.P. Valladolid,, Escrib. Antonio Rodríguez. Leg, 352 fQ 260. (85) .- A. Rodríguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera....."pag. 25, nota 79. (86) .- A. Rodríguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera«...." pag» 25. (87) .- A. Rodríguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera...«." pago 25. (88) .- A. Rodríguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera....." pag. 25, nota 81. (89) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pag. 38. idem.- Arquitectura barroca .....pag. 34. idem.- "Iglesias jesuíti­ cas....."pp. 153-154. i»(90).- A. Rodríguez G. de Ceballos. "Juan de Herrera Pag. ¡31 25, nota 81« (91).- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca....«pp. 34-35. (9l).- J. J. iMartín González.- Arquitectura barroca.... «pag. 34. (92) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pag. 38. idem.- Arquitectura barroca.....pag. 32. idem.- "Iglesias jesuíti­ cas ..... "pag. 153. idem.- Tierras de España.....pp. 157-158. (93) .- A.H.P. Valladolid. Escrib. Pedro de Arce. Leg. 863, fô 64. (94) .- F. G. de Andrés.- Vida ejemplar.....pp. 85 y ss y 169-170. (95) .- R. Navarro García.- Catálogo Monumental de la Provincia de Palencia. T. IV. pp. 152-153 (96) .- F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolidp. pag.72 (97) .- J.J. Martin Gonzalez y otros.- Inventario artístico de la Provincia de Palencia. T.I. pp. 23-25. Madrid, 1977. (98) .- M. Pereda de la Reguera.- Juan de Nates, pp. 194-195. Santan­ der, 1953. (99) .- A. Rodriguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera....."pp, 27-29. (100) .- A.H.P. Palencia. Leg, 9795 fQ 58. (101) .- A.H.P. Palencia. Leg. 9794 fQ s.f. (102) .- Nota que recoge F. Chueca Goitia.- La catedral de Vallado- lid. pag. 172, nota 2 (103) .- Cfr. los epígrafes de^dicados en este trabajo a Diego y Francisco de Praves. (104) .- F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pag. 172 (105) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pag. 38. idem.- "Iglesias jesuíticas....."pag. 154. idem.- Tierras de Espa­ ña,,,. «pp. 157-158. (10$),- J.J. Martín González.- "Iglesias jesuiticas....."pag. 154. (107).- J.J. Martín González.- Tierras de España..... pag. 158. (108) .- M. Matienzo y J, de Vera.- Notas para un diccionario de artistas segovianos del siglo XVI. Segovia, 1952. J. de Vera.- Piedras de Segovia: apuntes para un itinerario herál­ dico y epigráfico de la Ciudad de Segovia, s.f. A. Rodríguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera«...." (109) .- "Traça: ponese aqui dos escudos que se dieron a Mora, ayu­ dante de Herrera, por gratitud del tiempo y trabajo que puso quando fue a conferir la traza a Madrid, y mas 18 reales que se gastaron en el ir, estar y venir, es todo 41 reales y me­ dio". A. Rodríguez G. de Ceballos«- "Juan de Herrera....." (110) (111) (112) (113) (114) (115) (116) (117) (118) (119) ( 120) ( 121) ( 122) (123) i k o pag. 17, nota 47. • - A. Rodríguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera 17 y 35. A. Rodriguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera 17. El subrayado es nuestro. .- J.J. Martín González.- Tierras de Espada....«pag. 157. .- J.J. Martín González.- "Iglesias jesuíticas....."pag. 154. .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pag. 37. .- J.J. Martín González.- Tierras de España....."pag. 110. .- J.J. Martín González.- "La Colegiata.... "pp. 36-37. .- A. Ponz.- Viage de España. T. XI. Carta IV, ed. Aguilar, pag. 976. Madrid, 1947. - I. Bosarte.- Viage artístico a varios pueblos de España, pag. 118. Madrid, 1804. -J. Martí y Monsó.- Estudios histórico-artísticos relativos principalmente a Valladolid, pag. 395. Valladolid-Madrid, 1898-1901. - E. García Chico.- D.E.A.C.T.I. Arquitectos.pp. 42, 45, 79 Valladolid, 1940. idem.- "El Monasterio de las Huelgas Rea­ les,de Valladolid". R.A.B.M. T. LXVIII,2. pag. 761 y ss. Ma­ drid, I960. - F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pag. 167. Madrid, 1947. J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pag. 37. - Rmo. Señor y Pe. nro. La abadesa priora y monjas y combento del monasterio de las huelgas desta villa de vallid dezimos que nosotr^as tenemos tratado y concertado de hazer una ygleáia e coro de que te­ nemos necesidad la obra de la quai esta rrematada en mateo de Lorriaga y Juan de Na£es maestros de Canteria en diez mil quatroeientos ducados y porque para la seguridad y pagar de- llos es necesario se obligue el combento desta dha casa con­ forme a los capitulos y condiciones que cerca dello están hechos tenemos necesidad de licencia de vra. paternidad Rma. Suplicamos a v.r.p. nos 2a de para poder obligar los bienes desta dha casa e monasterio interponiendo a ella su autori­ dad y decreto para que la fee en juicio y fuera del y para ello Doña Azaa Quisada Abadesa l U i Siguen varias firmas. Nos don fray Augustin de Arguello general Ron. vimos la pe­ tición a la* espaiáas desta contenida y pareciendonos ser cosa justa honesta y necesaria lo a nos pedido y suplicado decimos que por la presente que usando como usamos de la au­ toridad apostólica que en esta parte a nra sagrada religión a nos como superior della conzedida por nro muy Santo Padre Eugenio 4Ö de gloriosa memoria concedemos la dha petición según e como en ella se contiene y damos lizencia a vos la sâ abadesa Priora monjas y convento del dho monasterio de las Huelgas de Valladolid para que podáis obligar e obliguéis todos los bienes asi especiales como temporales del dho mo­ nasterio avidos e por aver sobre la dha razón y concierto que teneis fecho sobre la yglia que a de hazer Matheo de Lorriaga en su dho monasterio y asi raesmo damos licencia pa­ ra que podays hacer hagays otorgueys todas e qualesquier es— cripturas que para el dho negocio necesario con todos los vinculos y firmezas que vos pareciere que a todo ello y qual- quier cosa de la qual en toda razón fuere fecha e otorgada ynterponemos nuestra autoridad y decreto como si presente estubiesemos la qual dha licencia damos en la mejor forma e manera que podemos y de derecho devemos,...,en fe y testi­ monio de lo qual mandamos dar la presente firmada de nro nom­ bre y refrendada por nro secretario fesha en Vallid a 12 dias del mes de hebrero de 1579. Juan Agustin de Argüello General Por mandado de su P3 Rma, Fray Diego de los Reyes secretario. (124) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 42-43. (125) .- E. García Chico.- D+E.A.C. T.I. Arquitectos, pag. 45. (126) .- A. Bustamante García.- MEn torno al Clasicismo. Palladio en Valladolid” A.E.A. nQ 205, pag. 35 y ss. Madrid, 1979. (127) .- R. Gutiérrez y G. María Viduales,- "La fortuna del Palla- dio in Spagna" B.C.I.S.A.A.P. T. XIII pp. 320-330. Vicenza, 1971. A. Bustamante García.- "En torno al Clasicismo....." pag. 40 y ss. (128) .- J. Martí y Monsó.- Estudios.,...pag. 395, nota 1. E. Gar­ cía Chico.- D.E.A.C, T, I. Arquitectos, pp. 42-43. (129) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I, Arquitectos, pp. 45-46. "pp. 774-775.(l ó O ) E. Garcia Chico.— "El Monasterio (131) .- J.M. Parrado del Olmo.- "Noticias sobre Juan de Nates" B.S.A.A. T. XLV pag. 443. Valladolid, 1979. (132) .- J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 395, nota 1. (133) *- Fundamentalmente las obras de Rodrigo Gil y de Juan de Es­ calante en toda la región. (134) o- J.J. Martín González.- "La Colegiata... "pp. 36-37. (135) .- E. García Chico.- "El Monasterio....."pag. 764. (136) .- F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pp. 167-168. (137) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata....."pag. 37. idem.- Arquitectura barroca.....pag. 32. idem.- Tierras de España..... pag. 155. (138) .- J. Schlosser.- La literatura artística, pag. 200,- Madrid, 1976. (139) .- G. Kubler.- "Palladio e Juan de Villanueva" B,C.I,S.A.A.P. T. V. pag. 54. Vicenza, 1963. Kubler dice: "Valladolid fu in- dubbiamente il centro della tradizione palladiana in Spagna durante il secolo XVII" (140) .- En una declaración de 18 de setiembre de 1586, aparece la siguiente cita: "Juan del Ribero de canteria vô del lugar de Rada en la Merindad de Trasmiera". Ver nota 154. (141) .- El uso del cognomen toponímico es característico de los ar­ tistas de los siglos XV y XVI, así; ^anequin de Bruselas, Juan y Simón de Colonia, Juan de Badajoz, Juan y Rodrigo Gil de Hontañon, Juan de Alava, Juan Bautista de Toledo, Pedro, Alonso y Juan de Tolosa, Juan de Nates, Juan, Diego y Fran­ cisco de Praves, etc. (142) .— J.J* Rivera Blanco y M.C* Rodicio Rodríguez»— "Notas para el estudio del arte en León. Una traza de Francisco de la Lastra y Francisco Martínez del Valle para el claustro del convento de San Francisco de León" Rev. Tierras de León, nö. 21, s.p. León, 1975. (l4o).- E* Llaguno y Amirola.- Noticias de arquitectos y de la Ar­ quitectura en España desde su restauración. T. I. pag. 212, nota 1. T. III, pag. 65, nota 1. Madrid, 1829. (144) .- M. Gómez Moreno.- Catálogo Monumental de España. León, pag. 525. Madrid, 1925. (145) .- E. Díaz—Jimenez y Molleda.- "Datos para la historia del arte español" R.A.B.M. T. XLV. pag. 328. Madrid, 1924. De Díaz-Jitnénez recoge la noticia Gómez Moreno.- Catálogo..... pag. 198. Díaz—Jimenez, a su vez, la toma de un trabajo de Miguel Bravo.- "San Isidoro de León", publicado en Anales del Instituto de León, nQ 7, que no hemos podido consultar. (146) .- M. Ö. Berrueta.- León, pag. 157 y ss. Barcelona, 1953. (147) .- E. García Chico.— Catalogo Monumental de la Provincia de la Provincia de Valladolid. T. II. Partido Judicial de Me­ dina de Rioseco. pag. 39. Valladolid, 1959 (148) *— B.N. Madrid. Sec. Mss. 9248. En el colofón está escri­ to lo siguiente: "Fin de la obra de los Quatro Libros de An­ drea Paladio, sacado de la lengua ytaliano en castellano por Juan de Ribero Arquiteto de Leon este año de 1578 en felicí­ simo dia ora la de la Ynmaculada Concepcion de la Madre de Dios a los lo de diziembre del dicho año Hora 4 despues de comer estando el sol en su verdadero lugar 4 grados de Ca­ pricornio minutos 9 segundos 10« Todo para honra y gloria de Nuestro Sr. Jesucristo". Vid. también R. Gutiérrez y G. María Viduales.- "La fortuna del Palladio....."pp. 320-330. (149) .- J. Martí y Monsó.- Estudios.....pag. 395. E. García Chi- co#- D.E.Á.C* T. I. Arquitectos, pp. 42-43 y 45-46. idem.- "E1 Monasterio....."pag. 761 y ss. (150) .- C. Fernandez Casado.- "Historia documentada de los puentes de Madrid" R.B.A.M. del Ayuntamiento de Madrid, pag. 65 y ss. Madrid, 1954. A. Bustamante García.- "En torno a Juan de He­ rrera y la Arquitectura" B.S.A.A. T. XLII. pag. 227 y ss. Valladolid, 1976. A.H.P. Madrid, Leg. 420, fQ 164. (151) .- I. Bosarte.- Viage artístico... pag. 117. E. García Chico. Valladolid. Papeletas de Historia y Arte, pag. 15 y ss. Valla dolid, 1958. (152) .- E. Llaguno y Amírola.- Noticias....*T. II, pag. 66, nota 1 T. III, pp. 147-148. J. Martí y Monsó.- "Menudencias biográ- fico-artísticas" B.S.C.E. T, II. pag. 173. Valladolid, 1905. N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía artística de los siglos XVI y XVII. pag. 103. Madrid, 1922. E. Díaz-Jiménez y Molleda.- "Datos para la Historia....."pag. 328 y ss. E« García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 77. (153) .- E. Llaguno y Amírola.- Noticias....«T. II. pag. 65, nota 1. iki dem. pag. 3 6 . (15) J. Agapito y Revilla.- Tres trazados... F. Chueca Goitia.- op. cit. pag. 3^. (1¿).- ibi dem. pag, 3 6, En la púg. 29 dice: M Lq actual Catedral herreriana...sigue, según todas las probabilidades el tra­ zado planimétrico de la de Riaño”. vid. tambie'n pag. 89. En la pag. 30 sostiene: "Esta iglesia (la de Riaño) es el precedente inmediato de la obra herreriana...el trazado, por tanto, de la Catedral herreriana corresponde a un plan del último periodo gótico”, vid. también pp. 3 1-3 2 . ( ll£ ) . - J. Zurita Nieto.- Apuntes documentales sobre eljaño de la muerte del Conde Don Pedro Assurez y acerca de su sepultu­ ra y epitafio y aniversario en la S.I.H. de Valladolid, pag. 13 y ss. Valladolid, 1918. E. uarcía Chico.- op. cit. pp. 13-17. (1$).- F. Chueca Goitia.- op. cit. pag. 42, En la pag, I66 sos­ tiene: ”Sin duda, la Catedral de Herrera es el monumento madre de toda la escuela herreriana de Valladolid, hasta tal punto, que las obras de la escuela derivan mas del mo­ numento en sí que de la influencia total del maestro. Pa­ ra los discípulos vallisoletanos de Herrera el maestro era la propia Catedral”. Sobre la segunda parte de este juicio tan interesante ya nos ocuparemos despues. "Delineó tambie'n por entonces (l585j estú hablando de la Lonja de Sevilla) la Catedral de Valladolid". E. Llaguno 7 Amírola„- Noticias. 2_oT . II. pag. 135. i z o ) . -■ J. Agapito y Revilla. - Guía de Valí adolid. pag. 112. Valla do lid, 191 5. ( 2 4 ) ‘-• E. García Chico.- op. cit. pag . 114 y ss. (2 1 ).- J. Martí y Monsó.- Estudi os... Pag* 623. Vid. tambie'n el estudio de Diego de Praves. 7 JT*f (23).- F. Chueca Goitia.- op. cit. pag. 40. "Nos parece más ve­ rosímil la fecha de 1 5 8 5 que la de 1 5 8 0 ". (23).- Este dia entraron en este ayuntamiento los señores docto­ res Meneses y Bobadilla canónigos de la santa yglia cole­ gial desta villa y trataron e hizieron relación en el como su yglia mayor era poco capaz por el concurso de sente que a ella acudia a los divinos oficios y esta con riesgo de caherse por no ser el hedificio fuerte como conviene y ser muy antiguo y por estas razones deseaban proseguir el hedificio nuevo que estava comencado...las J costas del y dejando capacidad para poder ser acabado como conviene a la autoridad de la dha yglia y servicio de nro señor y ornato desta villa a quien suplicaron en nombre de su yglia les favoreciese para ello pues les constava tener fabrica por lo poder hazer y visto y tra­ tado y conferido sobrello estando presentes casi todos los caballeros regidores que están en esta villa acordaron que se prestare favorezer y esforzar tan santo yntento de tanto servicio de nro señor y ornato de la villa y pa­ ra tratar dello y ver los medios que sobrello se podran dar nombraron por comisarios a los señores A? de verdeso- to y jeronimo de la bastida y hernando muñoz y galaz de burgos e bartolome de nicorrea regidores desta villa pa­ ra que juntamente con el corregidor traten dello y en lo que les pares cié re que conviene acudan a este ayuntamién- e hagan relación dello en el sin hefectuar antes cosa alguna. l6 mayo, 1 5 8 0 . s.f. Lunes, 6 de junio de 1580. Este dia aviendose llevado a Regimiento por oy dho dia para tratar sobre la limosna que con licencia de su magd. esta villa quiere hazer pa­ ra ayuda de proseguir el edificio de la yglia mayor nue­ va questa comenzada a hedificar en esta dha villa que ha- gora el cabildo de la dha yglia la pretende acavar favo­ reciéndose de limosna y obras pias para el dho hefecto y visto y tratado y conferido sobrello y teniendo conside- 7Jj ración al mucho servicio que nro señor rescivia que se prosiga y acabe la dha obra y al mucho ornato que al aca­ varse resultara a esta villa y que la yglesia que agora ay no es capaz y bastante para la mucha gente que concu­ rre a los divinos oficios que en ella se celebra y que esta con mucho peligro de undirse y quel reparo della eos tara muchos dineros y atento ansi mismo que no es nuevo el ayudar esta villa y hazer limosna para el edificio de la dha yglia sino que sea hecho otras veces y e specialmen te se hizo los años pasados reinando en estos reinos el emperador don Carlos de gloriosa memoria nro señor y con lizencia de los señores de su muy alto consejo por cinco años continuos como consta por la zedula de lizencia que para dar la dha limosna entonces se saco. Acordaron una­ nimes y conformes que se suplique a su magd. de lizencia para questa de vallid pueda dar y de limosna de seiscien­ tos ducados cada año por tiempo y espacio de seis años para ayuda a proseguir el hedificio de la dha yglesia los quales se ayan de pagar y paguen de las sisas que al pre­ sente corren y adelante corrieren en esta villa.,.s.f. Archivo Municipal de Valladolid. Acuerdos. Lunes, 19 junio 1531. Este dia entro en esta ayuntamiénto el señor doctor vobadilla canónigo desta santa yglia ma­ yor y en nombre della...dixo que. con el ayuda limosna y mas questa villa haze para comenzar e proseguir gil hedi­ ficio de la yglia nueva que esta comenzado con los fondos de la fabrica y limosna de los capitulares que son comen­ zar el dho hedificio que les pedia y suplicaba les diese su bene plazito para ello y ansi mismo le suplico nombra- s^algun caballero deste ayuntamiento para quel acudiese a ello por las cosas que tuviese necesidad de aprovechar­ se para la dha obra del favor y merced questa villa les haze para la presente necesidad= y ansi mismo presento una zedula de su magd en que da lizencia a esta villa para que pueda dar limosna que tiene señalada para el dho hedificio y visto y tratado pareció que hera nezesario para que no acudieses, tantas veces a este ayuntamiento nombrar los dhos comisarios para que ordenen todo lo que fuere necesario para lo susodho y ansi nombraron para ello a los señores alonso de verdesoto y hernando muñoz de cas­ tro y juan lopez y bartolome nicorrea regidores desta vi­ lla y señor francisco de paredes regidor, para que vean el dho negocio y hagan en ello lo que conbengan y trayen- dolo a este ayuntamiento y el tenor de la zedula es como sigue : El Rey concejo justicia y regimiento de la villa de vailid sabed que por parte del prior y cavildo de la yglia mayor desa dha villa nos fue fecha relación diziendo que por ser pe­ queña la dha yglia y caver en ella poca gente de la que a ella concurria abra mas de cinquenta años que se abra comenzado a hazer otro cuerpo de la yglia conviniente a un pueblo tan jas ine como esa dha villa en que se avia gastado mas de cinquenta mili ducados allegados por los capitulares de la dha yglia y de limosna que algunas per­ sonas las hazian para el dho hedificio y entre otros vos la dha villa abiades hecho una por tiempo de cinco años de duzientos mili maravedis cada un año que se avia sacado de la sisa que se avia hechad© en los mante­ nimientos con lizencia del Emperador y rey mi señor que santa gloria aya y por ser tanta la costa que se hazia para acavar la dha yglia y averse acavado el tiempo de los dhos cinco años y no se poder sacar tanta limosna como hera necesario avia cesado la dha obra e agora a visto por los dhos capitulares que abra nezesidad forzo­ sa de acabarla por estar la yglia vieja muy maltratada poir la antigüedad y por partes peligrosas: y no capaz 7, s é Ta­ para tanta xente como muchos dias del año acudían abran tratado con muchas personas debotas desa villa y con vos el dho justicia y regimiento para ^ue se pros iguierese la dha obra y con brevedad se cubriese la parte della que estava comenzada hazer y por el dho hefecto muchas personas se avia ofrecido a hazer limosnas y ofrendas y vos la dha villa teniendo consideración a lo susodho y a la lizgncia que se os avia dado cuando se comenzó la dha yglia habrades acordado hunanimes y conformes que se diese por tiempo de seis años para la dha obra seys- cientos ducados cu cada un año de limosna sacadas de la sisa que al presente corría en esa villa y - de la que de aqui adelante corriese siendo por nos confirmado y aprovado atento que dello resultara mucho provecho y ornato a esa villa suplicándonos vos mandásemos dar li- zencia y facultad por hazer la dha limosna y confírmela para que con ella y las demas que se harían se prosiguie­ se y acavase la dha obra o como la vra merced fuese; lo qual visto por los dho concejo y a este acuerdo y testi­ monio que se hizo presentación fue acordado que debamos mandar dar esta nra zedula en la dha razón y nos tobimos por bien por lo qual vos damos liaencia y facultad por tiempo y espacio de seis años cumplidos primeros siguien­ tes que corren y se quentan desde el dho de la data de­ lla en adelante podays dar y deys limosna en cada un año dellos a la dha yglia mayor desa dha villa los dhos seis­ cientos ducados de la renta de la sisa con lizencia nra en esa dha villa cobrar para que se gasten y combiertan en hazer y proseguir la dha obra sin que por ello caygays ni yncurrays en pena alguna y mandamos a la persona o personas que por neo mandato tomare las quentas de la dha sisa qué con nra zedula original y libramiento nro y carta de pago de las personas Hue en nombre de la dha yglia recibiere los dhos mrs vos los reciba y pase en quenta sin otro recaudo alguno fecha en Madrid a 19 dias del mes de marzo de 15Ô1 años. Yo el Rey por ^o^bre ne z s i su magd Antonio de Eeraso. Y en las espaldas de la dha zedula real estavan siete rubricas de firmas de los se­ ñores del consejo real de su magd. s . f . Viernes 27 mayo 1583 Este dia entro en este ayuntamiento el doctor Boba- badilla canónigo de la yglesia mayor desta villa en nom­ bre de los señores provisores y cabildo de la dha yglia e hi^o relación como el hedificio de la obra de la dha yglesia yba ya prosiguiéndose y querian hazer ciertas paredes en el claustro y ansy mismo tratase n sobre la venta de la casa de la alhondiga desta villa questa jun­ to al claustro de la dha yglesia que avian menester el suelo della por el dho hedificio y visto tratado y pla­ ticado por los d&os señores cometieron a los señores A2 de verdesoto y P2 de portillo y galarza de Burgos y don antonio lopez de calatayud regidores...que se juntaron con los señores canónigos y diputados para el dho nego­ cio y beer la dha obra y hedificio y traten sobre la ven­ ta de la dha casa de la alhondiga y den su parecer sobre- lio y traygan a este ayuntamiento pa que en el se vea y provea lo que mas combenga. s. f . Sobre este particular, años antes, ya había insis­ tido el cabildo: 30 enero 1579 Entro en este ayuntamiento el doctor Bobadilla ca­ nónigo de la yglia mayor desta villa e hijpo relación que a causa que la sala de la alhondiga desta villa que cabe encima del claustro de dha yglia que esta para se hundir de forma que por el claustro no se puede hacer j)rocesio- nes y padece mucho peligro pidiria a este ayuntamiento les haga merced y limosna a la dha yglia de la dha sala para que se pueda reparar sin llevarles por ello cosa al 7 SI guna porque no tienen con que lo pagar acerca de lo qual dixo otras razones urgentes. . . 7 visto por los dhos seño- res dixeron que lo ven el señor corregidor y todos los señores regidores desta villa y los procuradores mayores para el miércoles primero, folio 2 8 7. Libro de los hechos del Regimiento desta muy noble villa de vallid es de lo que paso ante Antonio de Villa­ lobos escrivano de su magd y escrivano mayor deste ayun­ tamiento que comienza a principio del año de 1 5 7 6 que pa­ ra lohor y gloria de Dios nro señor sea. Comprende los años de 1 5 7 6 a 1 5 8 3 . (%6).- S.C.R.Md. V. Md. mea mando (sic) remitir un memorial del Prior y cauildo de la yglesia colegial de Vallid y dos cartas con el la una del Prior y canónigos della y la otra del ayuntamiento de la dha villa, las quales an traydo el dho prior y un canónigo, y en el dho memorial dizen que pro­ siguen la obra nueva de la dha yglia con limosna suya y de todo el pueblo haziendo prozesiones y ofreciendo en ellas cada oficio por si, por la mucha necesidad que ay de acabarla y suplica a V. Md. se sirue de lo que hazen y al presidente y oydores que onrren y autorizen esta manera de limosna porque tornara el pueblo nuevo animo de llevar adelante esta buena obra/ y asi mismo suplican a V. Md. les haga merced de favorecer a esta fabrica sin daño de su real patrimonio y sin perjuicio de tercera persona para que nuestro señor sea servido, y visto en la camara ha parescido que siendo V. Md. servido se po- drian agora escriuir estas cartas, pues la obra de aque­ lla yglia tiene tanta necesidad de ser ayudada y favore­ cida; y en lo demas que piden quando se ofrezca alguna ocasión se podra mirar si abra lugar de hazelles V. Md. alguna merced. En Madrid a 6 de agosto 1583. El cabildo de la yglia colegial de Vallid sobre que suplican a V. Md;. mande escriuir a la Villa y a la Uni- versidad, significándoles que V. Md0 se sime de lo que hazen por la fabrica de aquella yglia y al presidente y oydores lo honrren y autorizen. Escriuase las cartas como parece,, A.H.N* Madrid. Secc. Consejos. Consultas de Gracia. Leg. 4409. Doc. 113. Viernes 7 octubre 1583. Este dia entro en este ayuntamien­ to el doctor bobadilla canónigo de la yglesia mayor y dio y entrego en el una misiva de su magestad en respuesta de la questa villa le escrivio suplicándole favoreciese la obra desta santa yglesia y dio quenta de las diligen­ cias que sobrello havia hecho y como su magd le habia he­ cho merced de la ympresion de las cartillas por tiempo de tres años y pidió que se nombrasen comisarios deste ayuntamiento que juntamente con el señor corregidor diese relación de lo en ello se ofreciese y le favoreciesen por mejor espedir el dho negocio y en este ayuntamiento se le­ yó la dha carta y se mando se ponga en la facultad que ay para que esta villa les de limosna y con ello demas papeles que ay tocantes a esto y se nombraron los comisa­ rios que antes de agora están nombrados por lo que toca al dho hedificio de la dha yglesia mayor, s.f. Libro de los hechos del Regimiento desta muy noble villa de vallid es de lo que paso ante Antonio de Villa­ lobos escrivano de su magd. y escrivano mayor deste ayun­ tamiento que comienza al principio del año de 1576 que para lohor y gloria de Dios nro señor sea. Comprende los años 1576 a 1 5 8 3« Valladolid miércoles a 4 dias del mes de febrero de 1587. Este dia habiendo sido llamados a regimiento en pleno dho dia para tratar sobre la limosna que pide el cabildo de la yglesia mayor desta villa pa la obra de la dha yglesia mayor della atento que son pasados los seis años de la limosna de seis cientos ducados de cada un año que hasta 7 ¿7 aqui se les ha dado con facultad de su magestad y trata­ do y conferido sobre ello todo el dho ayuntamiento acor- do que atento que la obra de la dha yglesia mayor se va prosiguiendo cada dia y quel termino de la facultad que esta villa tiienia pa darles la dha limosna de los seis cientos ducados de la sisa que en esta villa an corrido y corren se ha cobrado acordaron que de parte de esta villa se pida y suplicque al rey nro señor y a los de su consejo de licencia a esta villa para que por termino de seis años prosiguientes pueda esta villa dar limosna pa dha obra en cada un año los seis cientos ducados... Acuerdos del Ayuntamiento, f. 22. ( 2 Lo que se asienta entre los señores CanQ bpbadillo y Ant2 Xuarez e P° de tolosa. Primeramente quel sr Pedro de tolossa se encarga de la maestria déla obra nueva déla yglesia collegial desta villa de vallid con las condiciones siguientes. - Que se encarga de seguir la planta que dentro de seys meses primeros siguientes le fuere entregada firmada de los obreros del cavildo - Yten que bendra a visitar personalmente la obra déla dha yglesia de quatro en quatro meses teniendo salud para disponer y hordenar a su aparejador las cosas que para la execucion déla dha obra conbengan e mas las ve­ ces que a su aparexador le pareciere conbeniente y le llamare. - Yten que pondra en la dicha obra aparexador que sea persona abil y suficiente a su satisfacion y quel dho aparexador se obligue al maestro de executar lo que le fuere ordenado y el maestro este obligado a la dicha yglesia a los daños que por qualquier manera se recre­ ciere a la obra. - Yten que el mayordomo y obrero de la dhajyglesia dara e pagara en cada un año al dho P2 de tolossa y por sus tercios a los tiempos que a de bénir a visitar la dha l6Z obra mill reales por todo el año y la ceuada que obieren menester sus cabalgaduras el tiempo questubieren bisitan- do e mas daran orden como en algunas casas de la dicha obra aya alguna pieca de aposento donde pueda pasar el y su aparexador en las dichas visitas. Y corra el tiempo tercio del dicho salario desde primero de mayo deste presente año de 82 porque con veynte e qua- tro escudos en oro se da por contento del tiempo de atras que se a enpleado en la dicha obra. Yten que a su aparexador de mas déla dha posada que arri- ua esta dicha se le daran de salario veinte ducados en cada un año y quatro reales cada dia de trauaxo que se ocupare en la dicha obra conque el tiempo que el s2r al? de tolossa su hijo estuviere en lugar de aparexador se entienda que los dhos 20 escudos serán 30= e mas que el dho aparexador tenga un criado en la dicha obra pagándole la dicha yglesia según la calidad y suficiencia que tubie- re para trauaxar en la dicha obra y su seru?«, - Los quales dhos capitulos arriua dhos los señores dotor bouadilla can? y antonio suarez racionero mayordomos de la dicha obra nueua por la yglesia e fabrica della y en su nombre obligaron los bienes juros y rentas de la dha yglesia e fabrica por lo que les toca y el dho sr p? de tolosa por lo que le toca se obligaron por sin pe^^ona^ y bienes de guardar y cumplir por lo que a el toca según y como en los dichos capitulos se contiene.«,, fue fecha y otorgada en la v§ de vallid a trece dias del mes de mayo de mili y quinientos y ochenta y dos. Doctor Bouadilla p? de tolosa Antonio Suarez Passo ante mi Amador de santiago A.ÏÏ, P. Valladolid. Escrib. Amador de Santiago, Leg. 479 s.f. Maestro Mayor P? de Tolosa. 2 ^ 3 En 13 de mayo de 1582. Por ante Amador destiago el doctor bouadilla y yo Ant2 suarez Rescebimos a P° de tolosa por maestro mayor de la obra con salario de mill rreales por año por tercios y le comenzó a correr este salario desde primero deste mes de mayo/ y le di veynte y quatro coronas en/ oro por lo que ha estado hasta aqui/ señalo por aparejador a Al 2 de tolosa su hijo con treynta ducados de salario y mas quatro reales cada dia que trabajare/ y que pue­ da meter un criado por oficial que le sirba y sea cantero dyo carta de pago en la dha escritura. - En XX de octubre de 1582 pague al dh o pedro de to­ losa honce mili y trezientos y treynta y tres mrs por el primer tercio de su salario que comenzó a co­ rrer desde primero de mayo de ochenta y dos dio ce- dula dello. Suma veynte mili y nobecientos y treyn­ ta y tres mrs lo pagado a pedro de to­ losa maestro mayor desta obra hasta fin de agosto de 82 y yo no me descargo de mas porque se lo he pagado/ otra cosa. S.I.C. de Valladolid. Obra Nueva. Materiales para la obra. 1584. (Es un libro con nombre en los dos forros y fecha equivocada). Falta un cuadernillo desde el f? 100 al I3 2. De aquí en adelante se citará como S.I.C. O.N. (2^).- Pedro de tolosa salario Data de tres meses desde fin de abril asta primero de agosto. recebi yo alonso de tolosa testamentario y heredero de pedro de tolosa mi padre que sea en gloria del señor canó­ nigo diego de toro docientos y cinquenta reales de la ra­ ta del salario que tenia de maestro maior de la hobra desta yglesia los quales son por tres meses desde fin de abril del año de 83 hasta primero de agosto del dho año y por ques verdad lo firme de mi signo oy viernes y de mayo, 25. del año de 1584. Alonso de tolossa S.I.C. Valladolid. O.Na fe 91v. (2$).- Ga sto de obreros sueltos y canteros. Año de 1582. martes 2 de henero andubieron quatro obreros/ peéro de la cruz/ y bernabe/ y gallo/ y la gañilla/ A dos reales, miércoles 3 de henero andubieron los mismos obreros y mas he mando del billar en diez reales. Juebes 4 de henero Andubieron los mismos y mas x2val lopez que son seis obreros en doze reales, f 21 Sabado XXI de Abrill Esta semana pague treze reales y medio a mazuecos por el y sus oficiales que andubieron a hazer la cabrilla herrada Sabado XXVIII Abrill Esta semana andubieron Aluarado un dia/ s ant george 5/ vazquez 5/ hermosa 5/ fontana 5/ vega 5/ uriarte 5/ Re­ pide 5/ que son todos treynta y seis oficiales a tres reales que son ciento y seis reales por que hobo dos rea­ les de faltas. Mayo costo enyesar la sala para la traza mili y nobecientos y veynte mrs sin la cal que se tomo de la obra y s in du- cientos mrs que pago bouadilla de mas yeso de lo que yo s aque Sabado XII de mayo Esta semana valle y su hijo carpinteros andubieron seis dias diles treynta reales. esta semana mazuecos y tres oficiales cinco dias sesenta y quatro reales yo no se que hizieron. Esta semana andubieron/ Aluarado/ s. george/ hermosa/ fontana/ Aras/ vega/ Uriarte/ vazquez/ Campero/ Juan Alon­ so/ Repide/ y puente/ di a todos ciento y nobenta y siete reales y medio. Ay cédula Z á S Sabado VII de Jullio Pague mas a domingo carpintero y a prabes destajero cada seis reales y medio porque fueron en derribar la casa de gregorio Ruiz . Sabado XXI de Jullio En esta semana andubieron Albarado y hermosa cada seis dias a tres reales sin los canteros del destajo que andan en esta quanta aparte con prabes ay cédulas Sabado XXVIII Jullio En esta semana andubieron Aluarado y hermosa cada quatro dias a tres reales sin tolosa y canteros del destajo ay cédula. Año 1533 Sabado 8 de llenero de 1583 pague a tolosa maestro cinco dias a 4 reales A hermosa su criado a tres reales. Trein­ ta y cinco. Este dia a Repide Asentador sesenta mrs por tres dias y medio a medio real de mas de los tres reales y medio que le di por en costa de diego de prabes Sabado XVI de henero Este dia page a Alonso de tolosa cinco dias y medio a quatro reales y a hermosa su criado cinco dias y medio a tres reales 1582 Pedro de solorzano y Juan de la puente se obligaron an­ te Amador de stiago de sacar y desbastar y labrar (tacha­ do) cada carreta a XLVI mrs y la carreta de migajon a real. S.I.C. Valladolid. O.N. f 2 1,3*4,7»12. (30) .- Carpintero. Pague a Valle y su hijo quinze reales por tres dias y medio desta semana que andubieron a remendar puer­ tas y apoyos. Sabado XXIII Marzo Esta semana andubieron Albarado/ Vicente/ Hermosa/ cada seis dias/ sant george cinco di as/ Repide dos dias y me- I* dio son t odos setenta y seis reales y medio Sábado XXXI marzo Esta semana andúbieron Alba rado/ y sant george/7 y vazquez y hermosa cada seis dias a tres reales/ y Repide tres dias que son por todos veynte y siete dias de oficiales que a tres reales montan ochenta y tres reales» Sábado / de Abril de 1582 han andado en esta semana hasta este dia Aluarado 6/ Sant george 6/ Repide 6 y medio/ Vázquez 6/ hermosa 6/ george Alonso 6/ Juan Alonso 3/ son treynta y ocho oficiales y medio a tres reales/ y mas andubieron cada tres dias quintana/ espinoza/ Ernán- do de la Solta/ a dos reales y medio que debo monta Ciento y treynta y ocho reales. S.I.C. Valladolid. O.N. f8 1,2, 2v, (3f).- Pague mas a Valdelast ras/ Albarran/ Sierra/ Alba rado/ sant george canteros estos quatro dias a tres reales me­ nos quartill o/ y dos criados de nates tres dias y medio que todo monta setenta y dos reales y medio. S • I • V -3? V alladolid. 0 • N * f 2 1, (31) • "* Cfr. nota apartado, ano de 1582. Gasto de obreros sueltos y canteros» (3J)•- Prabes destajero del hoyo al prescio y condiciones que se le remato ante el Sr Sobrino. En 18 de mayo de 1582 le di a prabes treynta y seis rea­ les a cuenta de lo que a de haver por el destajo del hoyo Sábado 19 de mayo de 1582 di a prabes cinquenta y dos reales presente valdes con que le cumpli a ocho ducados en reales. Lunes 21 de mayo di a prabes diez y seis reales para pa­ gar los ocho obreros son los que tengo este dia Viernes 26 de mayo di a prabes treynta y seis reales en que entraron los diez reales y medio de Repide de tres dias de la otra semana Sábado 2? di;- a prabes cinquenta reales presentes Repide campero y tolosa Yten pague por prabes a Repide quatrocientos y diez y sie­ te mrs por tres dias y medio a tres reales y medio sin el medio real que yo le dy mas sin otro dia y medio que labro y no asento. Lunes 28 de mayo di a prabes veynte reales para pagar sus obreros. Martes 29 di a prabes diez y seis reales. Miércoles 30 de mayo le di mas dos ducados. Juebes 31 de mayo le di diez y seis reales. Sábado 2 de Junyo vispera de pasqua le di quatro ducados Este dia pague por prabes beynte y un reales por seis dias de Repide asentados son otro medio real mas que yo le dy Viernes 8 de Junyo di a prabes treinta reales a esta quenta Sabado 9 de Junyo di a prabes veynte y quatro reales Luego le di veynte y dos reales y medio los diez y medio por tres dias Repide y los diez a el para pagar a Campero Martes 12 de Junyo le di veynte reales Miércoles 13 de Junyo le di veynte reales Viernes 15 de Junyo di a prabes diez y ocho reales Sabado 16 de Junyo di a prabes treynta reales y mas cator­ ce reales por el a Repide de quaero dias es todo quatro duc ados tunes 18 le di catorce reales por obreros y doce adelanta­ dos a Campero Martes 19 le di a fuente diez y siete reales para obreros Miércoles 20 di aspuente diez y seis reales para ocho obre ros Juebes 21 de Junyo di a puente diez y seis reales para obreros biernes 22 di a puente veinte reales para obreros y cam­ pero 4 Sabado 23 di a puente 14 reales obreros y los quartillos/ campero cinco reales/ Repide 536/ puente 595. fue todo 1783 martes 26 de Junyo di a puente veynte reales para obreros de lunes y martes miércoles 27 le di doze reales a puente para sei£ obreros Juebes 28 di a Prabes doze reales y diez reales y medio para obreros Sabado 30 le di veynte reales a prabes para obreros y diez y siete reales y medio para Repide fue todo treinta y siete reales y medio En 5 de Jullyo di a prabes quarenta reales y doce que le habia dado Yo diego de prabes tengo rescebidos de Antonio sua- rez mayordomo de la fabrica y obra de la yglesia mayor de ballid veynte y ocho mili y ciento y veynte y cinco mrs a buena cuenta del destajo de primer pilar y a buena cuenta del segundo destajo y lo firme a 5 de Jullyo de 1582 años son del primer pilar que saque de cimiento y del otro pi­ lar que estaba comenzado y yo yguale con el pabimento del otro . Diego de Praves Pasa a quenta de / otro destajo de la parte de esgueba a f 2 14 y esta fenescida a fo 16 Una nota al margen dice: Monta esta obra medida por Alonso de tolosa quarenta y una tapias y tapia y treynta y un pies que valen veynte y tres mili y quatrocientos y treyn­ ta y seis mrs/ 23436 De prabes 4689 Lo que monta esta plana esta descargado atras al f2 16 S.I.C. Valladolid. O.N. f 2 18v. Diego de Praves tomo a destajo sacar los cimientos de las tres capillas de la parte de esgueba comenzólo a 4 de jullio de 15820 Esta el concierto ante Amador de stiago y conforme a el se le paga por semanas lo que va gastado. (Ha sido consultado este escribano de Valladolid y el con­ cierto citado no lo hemos podido encontrar)* Sábado VII de jullio de 1582 montaron los oficiales de es­ ta semana dos mili y doscientos y veynte y un mrs que pa­ gue a diego de prabes. Sábado XIII de jullio montaron los oficiales desta semana quatro mili y ochocientos y ochenta y cinco mrs que pague a diego de prabes. Sábado XXI de Jullio montaron los oficiales y prabes o- chenta reales que rescibio diego de prabes por esta sema­ na y los ocho reales destos fueron de mas de jornaleros del papel. Sábado XXVIII de Jullio di a diego de prabes quarenta rea­ les por quenta suya y de oficiales deste destajo desta s emana Yten le tengo dados quatro ducados a diego de prabes a quenta de la semana siguiente y monto en ella ciento y sie­ te reales que le pague en 5 de agosto de 1582. Sobo esta semana asentadores george alonso tres dias y Re­ pide dos dias y medio a tres reales y medio que monta seis­ cientos y cinquenta y cinco mrs En esta semana desde 4 hasta 11 de agosto hobo quatro dias y di a prabes para el para obreros y tres asentadores dozientos y dos reales Suma veynte y dos mili y trezientos y quarenta y sie­ te mrs lo que yo diego de prabes he rescebido en es­ te dia 11 de agosto de 1582 años. Tengo rescebidos mas quarenta reales de oficiales de la semana pasada que fueron solorzano y dos criados y Juan falla cada quatro dias0 Diego de Praves En I? de agosto de 1582 le di a diego de prabes cient rea­ le s y mas cinquenta y dos reales que le habia dado para Z fO obreros . En 19 de agosto le di mas cinquenta reales y mas 417 mrs que pague a Repide de tres dias y medio esto de dos mill y ciento y diez y siete Lunes 20 de agosto di a prabes treynta reales tengo un carpente ro Mactes 21 le di otros treynta reales tengo un carpentero Miércoles y Juebes di setenta reales a prabes tengo car­ pente ro Sábado 25 de agosto di mas a prabes seis mili y dozientos y veynte y dos mrs que montaron obreros deste dia y el y canteros asentadores desta semana y mas le di tres rea­ les y medio de un dia de Repide. Diego de Prave s Lunes 27 de agosto di a prabes veynte reales para obreros Martes 28 de agosto d¿ a prabes veynte y seis reales para 13 obreros Miércoles 29 de agosto di a prabes veynte y ocho reales para 14 obreros Juebes 30 di a prabes veynte y nuebe reales tengo carpen- tero Viernes 31 de agosto di a prabes veynte y seis reales pa­ ra obreros Sábado 1? de setiembre rescebi yo diego de prabes siete mili y dozientos y cinquenta y nuebe del gasto deste dia y van aqui diez reales y medio de Repide asentador. Diego de Praves Diego de praves el destajero a la fuente Lunes 3 de setiembre di a diego de prabes destajero veynte y quatro reales para doze peones deste dia al des­ tajo de la fuente Martes 4 de setiembre di a prabes treynta reales para quinze peones Miércoles 5 setiembre di a prabes treynta reales y medio Z f para obreros Juebes 6 de setiembre di a prabes para obreros treynta y cinco reales Este dia le di doze reales para un asentador que yva viernes 7 de setiembre Rescebi yo diego de prabes cinco mili y seiscientos y setenta y ocho mrs para obreros des­ te dia y ofixiaies desta semana Diego de Praves Lunes X de setiembre di a prabes veynte y seis reales pa­ ra treze pe one s Martes XI de setiembre di a prabes treynta y dos reales tengo un carpentero 3 reales miércoles 12 de setiembre di veynte y seis reales a prabes para treze obreros juebes 13 de setiembre di veynte y nuebe reales a prabes para obreros Viernes 14 de setiembre di a prabes treynta y dos reales Sabado 15 de setiembre rescebi yo diego de prabes cinco mili y seiscientos y diez y ocho mrs para obreros deste dia y oficiales desta semana y entran aqui diez reales y medio de Repide Diego de Praves Lunes 17 di a prabes veynte y nuebe reales para obreros deste dia Martes 18 di a prabes treynta y dos reales para obreros deste dia Miércoles 19 di a prabes treynta reales y catorce reales para george Alonso Sabado 22 de setiembre rescebi yo diego de prabes cinco mili y nobecientos y sesenta y siete mrs para obreros des­ te dia y oficiales desta semana entran aqui diez y siete reales y medio de Repide de sus cinco dias. Diego de Praves Lunes 24 de setiembre di a prabes veynte y un reales pa- 2 n ra obreros Martes 25 de setiembre di a prabes veynte y ocho reales y medio para obreros miércoles 26 de setiembre di a prabes veynte y nuebe reales para obreros Yiernes 28 le di para obreros otros veynte y nuebe reales Este dia rescebi yo diego de prabes quatro mili y dozien- tos y sesenta y siete mrs para oficiales desta semana y entran aqui catorze reales de quatro dias de Repide, Este dia rescebi mas dos ducados a mi cuenta, Diego de Prave s Lunes 12 de octubre di a prabes veynte y un reales para obre ros Martes 2 de octubre di a prabes veynte y cinco reales pa­ ra obreros Miércoles 3 de octubre le di veynte y quatro reales para obreros y otro para sierra Viernes 15 de octubre le di veynte y quatro reales para obre ros Sábado l6 le di para obreros veynte y seis reales Este dia rescebi yo diego de prabes quatro mili seiscien­ tos y cinquenta y ocho mrs para oficiales desta semana y entran aqui diez y siete reales y medio dé cinco dias de Repide que se los a de dar Antonio Suarez, Diego de Praves Martes diez y nuebe de octubre di a diego de prabes cient reales a su cuenta para prestar a Rodrigo de miranda me- nestrill alguacil de Yoles Este dia le di dos ducados para onze obreros Miércoles 20 de octubre embie a prabes veynte y quatro reales con hermosa Juebes 21 de octubre di a prabes veynte y quatro reales para obreros Viernes 22 de octubre le di veynte y cinco reales para 213 obreros Sábado 23 de octubre rescebi yo diego de prabes siete mili y trezientos y quarenta y quatro mrs del gasto de obreros deste dia y oficiales desta semana y entran aqui diez y siete reales y medio que suarez ha de dar a fepide Diego de Praves Diego de Prabes destajero a la fuente Lunes 2p de octubre di a prabes treynta y dos reales pa­ ra obreros Martes 26 de octubre le di veinte y quatro reales que lle­ vo Juan falla Miércoles 27 de octubre le di para obreros doze reales llefrolos Aluarado Viernes 29 di diez y ocho reales a. Aluarado para obreros y falla Sábado 30 di mas quarenta y quatro reales a aluarado para pagar obreros y oficiales. Este dia rescebi yo diego de prabes ciento y veynte y cin­ co reales que se dieron a Aluarado por mi y en estos en« tran diez y siete realea y medio que suarez a de dar a Repide de por sus cinco dias Diego de Praves Martes 2 de nobiembre di a Aluarado veynte reales por prabe s Miércoles 3 de nobiembre di a Aluarado veynte reales pa­ ra obreros Juebes 4 de nobiembre le di catorce reales y comenzó la hiladilla de la deja Viernes 3 de nobiembre le di diez y seis reales a Aluara­ do para obreros Sábado 6 de nobiembre le di diez y seis reales para ocho obre ros Este dia para tres oficiales a cinco dias a tres reales/ y dos asentadores y Albarado a tres reales y medio y Juan falla a dos reales es todo ciento y siete reales y medio 7 70 tengo de pagar lo de repide Lunes 8 de nobiembre Di catorze reales a Aluarado para siete obreros peones Martes IX di catorce reales a Aluarado para siete peones Miércoles X di otros catorce reales a Aluarado para siete pe ones Viernes 12 de nobiembre di diez 7 siete reales para ocho pe one s Sábado 13 de nobiembre di catorce reales de siete obreros a dos reales Este dia di para tres oficiales 45 reales para falla 20 reales/ Aluarado 17^ / repide 17% /motia 15 reales 3 quartil1 os que es todo ciento 7 cinquenta reales y tres quart i 1 1 os y yo tengo de pagar a repide. Lunes XV de nobiembre Di doze reales para sé is:; peones Martes l6 di doze reales para seis obreros Miércoles 17 di catorze reales para siete peones juebes 18 di a Aluarado veynte 7 quatro reales para pagar a ocho oficiales que han andado solo tres dias son los tres oficiales 7 falla Este dia juebes catorce reales para siete obreros Viernes 19 di catorze reales para siete obreros Sabado 20 di ciento y veynte 7 siete reales desta semana 16 pa ra ob reros deste dia 21 para Alúa raa o 21 para motio (sic) 21 a repide 48 a dos canteros 7 a falla Lunes XXII de nobiembre A cinco obreros di diez reales martes 23 los mismos mieraoles 24 los mismos Viernes veinte y seis doze reales de seis obreros Sabado 27 di ciento 7 quatro reales 7 medio esta semana doce para seis obreros deste dia 30 para dos canteros XI ■2}S para falla 35 para Aluarado y motia 17 reales y medio de Repide que es todo ciento y quatro reales y medio Lunes XXIX de nobiembre Di para quatro obreros ocho reales a Aluarado Este dia di quatro ducados a puente a mi costa de silla­ res labrados tiene zedula Aluarado Este dia di diez y siete reales para otro cantero que la­ bra CXX varas dilos a Aluarado miércoles 1 ? de diziembre dos reales para un obrero Juebes 2 de diziembre dos reales para un obrero Viernes 3 he diziembre dos reales para un o b r e r o Sábado 4 de diziembre di a Aluarado sesenta y siete rea­ les para pagar los dos obreros deste dia y 25 reales pa­ ra Ymotio (sic)/ y diez reales para falla/ y diez y ocho reales para dos oficiales que labraron y esto es sin Re­ pide Este dia pague diez y siete reales y medio a repide por cinco dias desta semana sin el medio real que yo le di cada dia aparte Diego de Prabes destajero a la fuente Lunes 6 de diziembre di ocho reales a Aluarado para qua­ tro obreros Martes 7 de diziembre di ocho reales a Aluarado para qu a ­ tro obreros Juebes 9 de diziembre di a diego de prabes quatro escudos en oro para dar a puente, o a sus sacadores de piedra Este dia juebes di a Aluarado nuebe reales para quatro o- bre ros y me di o Viernes 10 de diziembre di a Aluarado diez reales para cin­ co obreros Sabado 11 de diziembre di quatrp reales a Aluarado para dos obreros Este dia rescibi yo diego de prabes ci ent o y diez reales y medio de los jornales de asentadores y oficiales ymotios zU (sic por Motia) y de Juan £alla desta semana y entran aqui diez y siete reales y medio de Repide Diego de Praves Martes 14 de diziembre di cuatro reales a Aluarado para dos obreros Miércoles 15 Je diziembre di qua tro reales para dos obre­ ros Viernes 17 di tres reales para obrero y medio Este dia rescebi yo diego de prabes nobenta y quatro rea­ les para asentadores y oficiales y están aqui catorze rea­ les de Repide Diego de Praves Juebes 23 de diziembre embie a diego de prabes ocho rea­ les con juan falla Viernes vispera de pascua rescebi yo diego de prabes cin- quenta y cinco reales porque entran tres reales de reüide del gasto desta semana en canteros y mió y de falla y es­ to es sin los ocho reales asentados. Diego de Praves El dia de nabidad embie a diego de prabes con |uan falla diez reales que dixo debia a Sierra cantero que no le ha- bia contado Miércoles 29 de diziembre di a prabes diez reales que lle- bójfalla Este dia miércoles le di para obreros doze reales Juebes 30 le di a prabes diez y seis reales para ocho o- breros Viernes postumo del año de 1582 rescebi yo diego de prabes dos mili y nobecientos y cinquenta y ocho mrs de obreros deste dia y oficiales desta semana y entran aqui diez reales y medio que dio por mi a fiepide de tres dias des­ ta semana Diego de Praves Lunes 3 de henero di a Prabes diez reales 2 J~h martes 4 de henero di a prabes veynte reales para diez obreros miércoles 5 de henero di a prabes veynte reales para diez obreros Viernes 7 de henero di diez y seis reales para ocho o- breros Sabado 8 de henero di otros diez y seis reales para o- breros Este dia rescebi yo diego de prabes quatro mili y setenta y dos mrs del gasto de asentadores y oficiales de la obra y cantera y entran aqui tres dias y medio de Renide. Diego de Praves Yo diego de prabes rescebi dozientos y onze reales de o- breros oficiales y asentadores y mas seis jornales desta semana y de falla y entran aqui los veynte y un reales que dio a Repide hasta oy sabado 25 de henero de 1585 Diego de Praves S.I.C. Valladolid. O.N. f 214 14v, 15 y 15v. (55)•- fenescimiento con Diego de praues Diego de prabes ha de haver veinte y tres mili y quatro- cientos y treynta y seis mrs por el destajo del hoyo y lo que hinchio en el otro fue todo quasi costa y una ta­ pias (sic) y fie dia y treinta y tres pies que a un ducado y medio por tapia monta lo dicho según fue tasado por A— lonso de tolosa, A esta quanta tiene rescábidos veynte y ocho mili y cien­ to y veynte y cinco mrs que tiene firmados en este libro a f? 18 Ha de haver mas ciento y treze mili y cinquenta mrs que taso y midió Alonso de tolosa que monto el destaco de ha- zia la fuente hasta la primera dejca van las tapias a trein­ ta y quatro reales y va descontada ha piedra que se le dio labrada. Ha de haver mas mili y quinientos y treÿnta y seis reales Z f por las cinco hiladas de la segunda dexa en que hoho quarenta y siete tapias y un tercio de tapia a cinquenta y quatro reales y descontados setenta y tres reales que se le dio de piedra labrada Resta lo dho A esta cuenta debe que tiene rescebido según esta escrito ÿ firmado en las dos fojas pasadas9 ciento y ochenta y dos mili y dozientos y diez y mas dos .. mrs hasta sabado 8 de henero de 1583 Y sea memoria que pedro de tolosa maestro mayor doze (sic por dice) en su carta que se le quiten dos reales en cada tapia por lo qpe falto en la horden de las cade­ nas y esto no ba quitado y se le ha de cargar mas quando Arenga pedro de tolosa a cuyo arbitrio el diego de prabes en esto se sujeto. S.I.C. Vallado lid, O.N, fs l6 (5¿>).- lunes 10 de henero de 1583 di a diego dejprabes veynte rea­ les que me pidió para diez obreros deste dia. martes le di cinco reales para obreros deste dia Y ma3 le di este dia otro real para obreros Juebes le di diez y ocho reales Viernes le di veinte reales Sabado 15 de henero le di a prabes treinta y tres reales Este dia lé di ciento y onze reales y con los cient rea­ les que en estas seis partidas le habia dado hazen los dozientos y onze reales que me firmo en fin de la plana pasada . Suma dozientos y diez y siete mili y quinientos y diez y ocho mrs lo que por todo ha rescebido diego de prabes y el ha de haver los 188580 mrs en que esta tasado lo fecho hasta agora y mas lo que se tasare de la segunda dexa para arriba. Antonio Suarez ( 3? ) . - S.I.C. V alladolid o OoN, f°l6. 15S4 z ï diego de prabes destajero quenta con lo que gasta y se le da a el y a sus officiales a quenta de sus destajos. En diez y siete de mayo de mili y quinientos y ochenta y quatro años se juntaron los ss. canónigos C l a u d i o nelli y diego de toro a hacer quenta con diego de prabes desta­ jero cíe la hoora desta yglesia de todo lo que auia de auer por el hacer de las dos trauiesas que salen d e l paredón que esta a la parte de Esgueua y de lo que tenia receñi­ do para hacerlas y se hiço con el la quenta de conformi­ dad en la forma siguiente estando presentes alonso de to- losa maestro de la hobra y Juan de baldes. Primeramente deue el dho diego de prabes siete mili y ciento y quarenta y dos mrs que se le alcanzaron en el fenecimiento de la quenta que con el se hipo en dos de mayo de mili y quinientos y S3 como pareció firmado de su nombre en el manual del canónigo santisteuan Deiie mas el dho diego de prabes ciento y cinco mili no- uenta y nueue mrs que pareció por sus firmas auer reci­ bido del canónigo santisteuan y del racionero antonio Juarez que sean en gloria desde siete de mayo de 83 hasta fin del dho año fiene receuidos desta quenta nueue mili y seiscientos y catorce mrs por ducientas y cinquenta y tres varas de si­ llares que se le dieron labrados para la primera trauie- sa a treinta y ocho mrs la vara Tiene mas a esta quenta 18582 mrs por cuatrocientos y ochenta y nueue varas de sillares labrados que se le dieron para la segunda trauiessa a treinta y ocho mrs Suma todo ciento y quarenta mili y quatrocientos y trein­ ta y siete mrs lo que deue y tiene receñido diego de pra- be s El dho diego de prabes a de auer para en quenta de lo que deue en la plana antes desta lo siguiente a de auer por la primera pared trauiessa que tiene echa que tiene setenta y ocho tapian y tres quartos a veynte y dos reales la tappia cinquenta y ocho mili y nueuecientos y cinco mis. a de auer por la segunda pared trauiessa la quai a de dar acabada a ygualada con la echa a su costa cuarenta y ocho mili y seiscientos y cinquenta y quatro mrs que montan se­ tenta y nueue tappias y media a diez y ocho reales que tie­ ne la dicha trauiessa acabada cono esta dho. los quales dhos ciento y siete mili y quinientos y cinquen­ ta y nueue mrs descontados de los ciento y quarenta mili y quatrocientos y treinta y siete mrs que monta lo que de- ue y tiene recebido en la plana antes desta Restan que se alcanzan al dho diego de praues treinta y dos y ochocientos y setenta y oc$.o mrs de los quales se dio por alcanzado y mas el acabar a su costa lo que fal­ ta en la segunda trauiessa de hacer y de acuerdo y confor­ midad se hace y firma esta quenta en Valladolid Jueues. 17. de mayo de 1584. anos siendo presentes por testigos auiendo estado presentes a lo que dho es Juan de baldes y alonso de tolosa. Claudio Nelli diego de toro Diego de Praves Alonso de tolossa Juan de baldes 1584 diego de prabes destajero comenpo asentar la postrer tra- biesa junto a la cárcel miércoles a once de Jullio diosse- le por la tapia Real de a ducientos pies quadrados a diez y ocho reale3 por tapia esta medido el asiento por mano de baldes y tolosa (nota al margen) prabes segunda semana de Jullio di a diego de prabes por miércoles y juebes y biernes y sabado mili y quatrocientos y cinquenta y tres mrs por diez y nuebe obreros que trajo a su quenta en esta semana Yten le di por quatro dias que andubo butio asentador diez y seis reales 2 f O Yten de Juan falla su criado quatro dias a tres reales en 15 de Jullio reciui del canónigo diego de toro los dos mili y setecientos y once mrs contenidos en esta semana para en quenta de mi destajo Diego de Praves Tercera semana de Jullio en esta semana andubieron asentan­ do por diego de prabes veinte y dos obreros y medio a dos reales quartillo que montaron mili y setecientos y quince mrs Yten di a butio (sic) por cinco dias y medio setecientos y quarenta y ocho mrs a rayón de quatro reales, Yten a Juan falla su criado otro tanto cinco dias y me dio a tres reales diarios Quarta semana del mes de Jullio En esta semana parece que andubieron trece obreros con pra­ bes que montaron nobecientos nobenta y quatro mrs a dos re­ ales quartillo de butio asentador por tres dias y medio 14 reales de Juan falla criado de diego de prabes por quatro dias doce reales Quinta semana de Jullio en esta semana andubieron con prabes diez y seis obreros que montaron 1223 Yten de butio por tres dias y medio 4?6 de Juan falla por tres dias y medio 357 de Juan del mazo un dia 102 Receui del canónigo diego de toro todas estas partidas en esta plana contenidas, Diego de Praves Diego de prabes destajero Semanas Primera semana de agosto asta once del dho. en esta semana ancrábierop con prabes diez y siete obreros a dos reales que montan treinta y quatro reales 2 X! zaz de butio asentador por tres dias doce reales de Juan falla quatro dias a tres reales de Pedro de sama cantero por dos dias a tres reales Receui los dos mili y ciento y setenta y seis mrs desta semana Diego de Prave s 2 § semana de agosto En esta semana andubieron veinte y cinco obreros a dos reales. Yten de butio asentador quatro dias a quatro reales de pedro de sama quatro dias a tres reales de Juan falla su criado quatro dias a tres reales Receui estos tres mili y sesenta mrs desta semana Diego de Praves 3 ̂ semana de agosto en esta semana andubieron por prabes treinta obreros a dos reales Yten de butio asentador cinco uias 20 reales de pedro de sarua cinco dias quince reales de Juan falla cinco dias quince reales Receui estos tres mili y setecientos quarenta mrs del canónigo diego de toro y lo de arriba Diego de Praves 4§ semana de agosto en esta semana andubieron con prabes quarenta y un obreros a d os reales Yten de butio asentador quatro dias a 4 reales de quejigal un dia quatro reales de phiiipe asentador un dia quatro reales de higuera oficial dos dias seis reales de Juan falla seis dias diez y ocho reales Recejti estos quatro mili y quatrocientos y veinte mrs Diego de Praves Diego de Prabes 2 If Primera semana de setiembre En esta semana andubieron veinte y siete obreros de pra- bes a dos reales de taueba asentador por dos dias ocho reales de buti o asentador tres dias 7 medio de philipe de la vega cantero por quatro dias y medio de Juan falla criado de prabes cantero quatro dias 7 medio Praues 2 § semana de setiembre en esta semana andubieron con prabes quarenta 7 dos obre­ ros a dos reales de butio asentador por seis dias 24 reales de phelipe de la vega cinco dias quince reales de Juan falla seis dias diez y ocho reales diego de Plraues 5 - semana de setiembre en esta semana andubieron treinta 7 un obreros a dos reales de butio cinco dias a quatro reales de Juan falla cinco dias a tres reales diego de Praves 4§ semana de setiembre en esta semana andubieron veinte y tres obreros a dos rea­ les de butio por tres dias y medio catorce reales de Juan falla su criado por tres dias y medio diez reales y medio Diego de Praues primera semana de octubre en esta semana andubieron con prabes veinte y dos obreros y medio a dos reales 45 reales de butio por quatro dias diez y seis reales de Juan falla por quatro dias doce reales diego de praues diego de prabes semanas 1584 Segunda semana de octubre en esta semana anaubieron treinta y seis obreros con pra- bes a dos reales 72 reales de butio por seis dias veinte y quatro reales de Juan falla por seis dias diez y ocho reales diego de praues Tercera semana de otubre en esta semana treinta y quatro obreros a dos reales 2312 de butio por cinco dias veinte reales de Juan falla por cinco dias quince reales diego de praues Qua rta semana de octubre en esta semana quarenta y dos obreros a dos reales 84 reales de butio por seis dias veinte y quatro reales de Juan falla por seis di as diez y ocho reales diego de praues Quinta semana de otubre en esta semana andubieron quarenta y un obreros a dos reales 82 de butio cinco dias veinte reales de Juan falla por cinco dias quince diego de praue (Al margen) acabóse todo el pilar Primera semana de nobiembre en esta semana andubieron quince ob les a dos real es y este dia miercol acabo la postrer trabiesa de but io por dos dias ocho reales reales s reros en es a 7 de lunes y mierco- nobiembre se Suma todo lo que a reclui­ do diego de prabes para hacer la postrer trabiesa cinquenta y siete mili y quinientos y quarenta y un mrs sin los sillares labrados que se le dieron de la obra. Fenescimiento con diego de prabes de todas las quentas as­ ta fin del año 1584 en que acabo la postrer trabiesa de las capillas que caen al lado de la esgueba. Parece que deue el dhc diego de prabes por cuenta pasada a fojas ochenta que se feneció en 17 de mayo de 1534 treinta y dos mili y ochocientos y setenta y ocho mrs de final alcance a f 2 81 deue mas que le dio el canónigo diego de toro de obreros y salarios que pago por el en la postrer trabiesa de las capillas del claustro cinquenta y siete mili y quinientos y quarenta y un mrs como parece en dos folios antes desta. deue mas el dho por quinientas y treinta y tres baras de sillares labrados que se le dieron de la ¿bra a Rapon de a treinta y quatro la bara digo a treinta y quatro mrs la bara diez y ocho mili y ciento y veinte y dos m r s 0 Suma todo lo que tiene reciuido ciento y ocho mili y qui­ nientos y quarenta y un mrs. De los quales descontados cinquenta y tres mili y quinien­ tos y cinquenta mrs que montan ochenta y siete tapias y media que a hecho hasta acauar la ultima capilla que cae sobre la fuente que es junto donde era la cárcel, a diez y oche* reales la tapia conforme a concierto. Restan cinquenta y quatro mili y nouecientos y nouenta y un mrs que se le alcanzan desta cuenta al dicho diego de praue s me doy por alcanzado y me obligo a la paga de ellos confor­ me a la obligación que tengo hecha Y lo firme en Vallid estando presentes por testigos Juan de \aides y Alonso de tolosa en primero de abril de 1585 años Claudio Nelli diego de toro diego de praues Alonso de Tolossa. S.I.Co Valladolid. O.N. f2 80, 80v, 81, 81v, S2, 82v y 83. z $ ¿ (3^).- Alonso áe Tolosa nombrado aparejador por su padre Pedro de Tolosa maestro gana de salario a razón de treynta duca­ dos por año que sale a dos ducados y medio cada mes y le comenzó a correr este salario a mediado mayo de ochenta y dos/' y mas gana quatro reales cada dia de trabajo por se ocupar en estar presente y asistir en la obra tengole da­ do lo siguiente. Dia de san cosme y san damian le embie a la cuenta del sa­ lario sesenta reales con hermosa su criado de que medio cédula Yo Alonso de Tolosa rescebia de Antonio suarez quatro mili y cinquenta y tres mrs con los quales y con los sesenta reales de arriba.... soy acabado de pagar de los seis mili y nobenta y tres mrs que me corrieron de salario desde me­ diado mayo deste año de ochenta y tres hasta el ultimo dia deste dho año de ochenta y tres a razón de dos ducados y medio cada mes en que monta lo suso dho de que le dy este finiquito fecho a postrero de diziembre de mili y quinien­ tos y ochenta y dos años, Y mas estoy pagado de ciento y cinquenta y ocho dias a quatro reales-cada dia que montaron veynte y un mili y quatrocientos y ochenta y ocho mrs por los dias que hobo de trabajo en este dho tiempo a razón de quactro reales ca­ da dia los quales están asentados en la plana frontera y se midieron por mano de hermosa mi criado y de todo firme este finiquito Alonso de Tolossa recebi mas del señor antonio Juarez dos ducados y medio del salario de un mes que uuo de yerro en la quenta de arriba porque fueron siete meses y medio y se contaron seis y me­ dio y por verdad lo firme Alonso de Tolossa Suma el salario siete mili y treynta mrs por siete meses y medio desde mediado mayo hasta fin de 1 5 8 2. z rf Los jornales están en la plana siguiente 21483 Alonso de Tolosa aparejador En 22 de mayo de 1582 pague a Alonso de toi os a aparejador veynte y quatro reales a quenta de su salario y obrero En 28 de mayo le embie a toi osa veynte reales con su cria­ do hermosa cantero En la pascua de spiritusancto di a Alonso de tolosa veyn­ te y quatro reales que le llebo hermosa cantero su criado dia de san Barnabe le embie con su criado hermosa diez y seis reales En 19 de junio le embie con su criado hermosa diez y seis reales Vis pera de Saii Juan le embie con su o v i .id ̂he m vovnt'' Y Teatro reales de seis dias desta semana 2j de junio Postrero de Junio di a Tolosa veynte reales de cinco dias desta semana hasta este dia En 7 he Jullio le pague seis dias hasta este dia En 14 de Jullio le pague seis dias a quatro reales En 21 de Jullio le pague quatro dias a quatro reales que estubo esta semana Alonso de tolosa llevoselos su criado hermosa En 28 de Jullio di a Alonso de tolosa diez y seis reales de quatro dias desta semana lleboselos hermosa En 4 de agosto a Alonso de tolosa veynte y quatro reales de seis dias desta semana lleboselos hermosa su criado ¿abado XI de agosto di a tolosa diez y seis reales de quatro dias desta semana Sabado XVIII de agosto di a toi os a diez y seis reales de quatro dias desta semana Sabado 25 de agosto di a tolosa veynte reales de cinco dias desta semana Sabado 1 ? de setiembre di a tolosa veynte y quatro reales de seis dias desta semana Viernes / de setiembre di a tolosa veynte reales de cinco dias desta semana Sabado 15 de setiembre di a tolosa seis dias y la cuenta deeia cinco Sabado 22 de setiembre di a tolosa cinco dias desta semana Di mas a tolosa diez y seis reales de quatro dias desta semana que se acabo a 29 de setiembre En 16 de octubre di veinte reales a tolosa desta semana reformada En 22 de octubre di veinte reales a tolosa de cinco dias desta s emana En 30 de octubre di a tolosa veinte reales de cinco dias desta semana En 6 de nobiembre di a tolosa veinte reales de cinco dias desta semana En 13 de nobiembre di a tolosa veinte reales de cinco dias desta semana En 20 de nobiembre di a tolosa veinte y quatro reales de seis dias desta semana En 2? de nobiembre di a tolosa veinte reales de cinco dias desta semana En 4 de diziembre di a tolosa veinte reales de cinco dias desta semana En 11 de diziembre di a tolosa veinte reales de cinco dias desta semana En 18 de diziembre le di diez y seis reales de quatro dias desta s emana En 25 de diziembre le di diez y seis reales de quatro dias desta semana En postrero dia de diziembre de 15¿>2 le di mas doze reales a Alonso de tolosa de tres dias desta semana hasta fin del dho año de ochenta y dos años. Suma vejnte y un mill y quatroeientos y ochenta y ocho mrs lo que rescibio Alonso de tolosa por estas ciento y cincuen­ ta y ocho dias de trabajo a quatro reales desde mediado zn henero (sic) hasta el ultimo dia del año de ochenta y dos» Semana 21-28 abril 1584 Esta mesma semana trabajo cinco dias Juan falla cantero a tres reales Esta mesma semana di al criado de alonso de tolosa por cin­ co dias quince reales siete por su amo del tiempo que asis­ tió alli esta semana 22 por todo Primera semana de mayo hasta 6 de mayo En esta semana trabajo Juan falla cantero quatro dias a tres reales En esta semana se dieron a tolosa doze reales por quatro dias que trabajo su criado y diez a el por asistir y ir a ver las canteras son por todo veinte y dos reales Segunda semana de mayo asta 12 Esta semana trabajo Juan falla cantero cinco dias a tres reales quitosele un quartillo de una mañana que vino tarde. En esta semana trabajo un criado de tolosa cantero cinco dias a tres reales quitosele otro quartillo Yten se dio al dho alonso de tolosa por lo que se ocupo en esta semana ocho reales Tercera semana de mayo Esta semana hubo seis dias de trabajo y andubieron en ella diez y ocho obreros tres cada dia a dos reales que son treinta y seis reales quitóse uno a Juan de falla. Son todos treinta y cinco Esta semana dos canteros a tres reales cada uno son diez y ocho reales digo treynta y seis reales a entrambos Yten alonso de tolosa por lo que se ocupo esta semana en la obra ocho reales Quinta semana de mayo Esta semana no se ponen obreros en la quenta de la obra por­ que andubieron a derribar la cctrcel y alli se pusieron lo que ubo eñ su quenta a 13^ Primera semana de Junio que començo a quatro de Junio as- ta diez en esta semana se comenco abrir la trabiesa pos- t rero Los dias que se deuia a alonso de tolosa asta este dia que anda ya la obra son cinco dias dásele por ello doze reales y queda pagado de sus dias de asistencia asta diez de junio Segunda semana de Junio que comenzó a diez del dho a alonso de tolosa de cinco dias que asistió a ver abrir el oyo diez reales 0 Yten di a maquéeos y tres alarifes que juraron en la infor­ mación que se tomo para inbiar a la corte sobre la casa de la alondiga que vendió la villa diez y seis reales a quatro reales a cada uno. En primero de jullio di alonso de tolosa quarenta reales por diez dias que estubo a ver abrir el oyo y comentar a- sentar y quedo pagado asta oy sabado. Primera semana ue jullio desde dos asta 7 en esta semana trabajo un cantero criado de tolosa quatro dias a tres reales ojo el miércoles desta semana once de jullio comenpo a a- sentar prabes en la postrera trabiesa ay quenta con el a foja 81 Yten en esta semana trabajo en la obra lunes y martes ba­ tió asentador diosele ocho reales Yten Juan falla otros dos dias seis reales Yten el criado de tolosa trabajo seis dias a tres reales 18 reales En esta semana y la pasada asistió alonso de tolosa a nue- be dias en el oyo diosele por ellos treinta y quatro rea­ les Tercera semana de Jullio desde l6 asta 21 En esta semana trabajo diego de riaño cantero criado de tolosa seis dias a tres reales debutio (sic) medio dia dos reales zV diose esta semana a butio tres reales de seis dias que a- sento en el oyo por parte del cabo sin lo que le da prabes Quarta semana de Jullio desde 23 asta 28 Yten del criado de tolosa de quatro dias doce reales y de butio por medio dia de trabajo en la obra dos reales son todos catorce reales A tolosa de dos dias que asistió en esta semana ocho reales Quinta semana de Jullio seis dias desde 30 asta 4 de agosto En e3ta semana se dio al criado de tolosa diez y ocho rea­ les por seis dias a tres reales cada dia Yten se dio a Juan falla, e-rindo ae prabes por dos dias y medio que no asento y labro por la yglesia 255 mrs a razón de a tres reales Esta semana asistió tolosa seis dias diosele veinte y qua­ tro reales Primera semana de Agosto asta sabado 11 del dho En esta semana el criado de tolosa quatro dias a tres rea­ les Yten de butio de un dia que no asento quatro reales Yten de pedro de sama cantero dos dias a tres reales de butio por tres dias real y medio 3 § semana de agosto asta sabado 25 ubo cinco dias de tra­ bajo Yten del criado de tolosa cantero cinco dias a tres reales a butio de cinco dias dos reales y medio 4§ semana de agosto del 27 asta 12 de setiembre de Riaño cantero seis dias a tres reales de butio quatro dias a medio real Primera semana de setiembre desde tres del dho asta siete De Riaño cantero por quatro dias y medio a tres reales de butio por quatro ¿Lias dos reales Y en alonso de tolosa de seis dias desta semana y de la pasada de todo digo veynte y quatro reales asta oy sabado 8 de setiembre 2 § semana de setiembre desde 10 asta 15 del criado de tolosa por seis dias diez y ocho reales butio por seis dias tres reales En esta semana estubo alonso de tolosa dos dias en la obra dieronsele ocho reales 3 § semana de setiembre desde 17 asta 22 Yten del criado de tolosa cantero por cinco dias quince reales En esta semana estubo alonso de tolosa quatro dias en la obra diosele diez y seis reales Quinta semana de setiembre desde 2 k asta 29 de diego de Riaño cantero quatro dias a tres reales de butio medio dia real y medio de Juan falla medio dia real y medio de butio quatro dias que asento dos reales Esta semana estubo alonso de tolosa en la obra un dia dile quatro reales Primera semana de octubre de diego de Riaño por cinco dias quince reales 2 § semana de octubre de diego de Riaño cantero por seis dias diez y ocho reales 3 - semana de octubre de diego de Riaño cantero por cinco dias quince reales (¿uarta semana de octubre En esta semana no trabajo diego de Riaño Quinta semana de octubre de diego de Riaño quatro dias doce reales Primera semana de nobiembre (al margen) el miércoles desta semana se acabo el pilar de la postrera trabiesa de butio por tres dias doce reales a hacer la fuente de Riaño seis dias a tres reales Sábado diez de nobiembre pague a tolosa por mano de valdes setenta y seis reales por diez y nuebe dias que asistió en Z 1 3 la obra asta este dia quando estube en biana diolos baldes. 2 § semana de nobiembre Yten de diego de prabes por dos dias que asistió hacer la fuente ocho reales. de butio beinte reales por seis dias que estubo a labrar en la obra que no se asento de Riaño criado de Tolosa quatro dias a tres reales, de Alonso de Tolosa por cinco dias veinte reales. Tercera semana de nobiembre de diego de Riaño criado de tolosa por cinco dias quince re al e s de butio de un dia tres reales. de Juan falla criado de prabes por seis dias diez y ocho reales alonso de tolosa por seis dias diez y ocho reales porque no ubo que asentar. Quarta semana de nobiembre de butio cantero por cinco dias quince reales de Riaño cantero criado de tolosa de Juan de falla criado de prabes otro tanto alonso de tolosa quince reales de cinco dias Primera semana del mes de diziembre de diego de Riaño cinco dias a tres reales, de Juan de falla cinco dias a tres reales, alonso de tolosa quince reales de cinco dias. Segunda semana del mes de diziembre de diego de Riaño cantero quince reales de cinco dias de Juan falla de cinco dia3 quince reales 5- semana de diziembre de diego de Riaño cantero quatro dias a tres reales de Juan falla cantero quatro dias a tres reales 4? semana de diziembre de Juan xalla dos dias seis reales de Riaño dos dias seis reales ¿74 de butio un dia tres» alonso de Tolosa se le dieron diez y ocho reales por los dias que se ocupo a receuir piedra en esta semana pasada,, 1584 Alonso de tolosa aparejador de la obra tiene de salario cada un año treinta ducados y quatro reales cada dia de trabajo por asistir al asentar en la obra» íteceui yo alonso de tolosa aparejador de la obra del canó­ nigo diego de toro quince ducados los quales se me deben desde primero de junio de ochenta y tres asta nauidad de ochenta y tres digo fin del dho año de ochenta y tres prin­ cipio de ochenta y quatro de los treinta ducados de salario que se me dan en cada un año fecho en vallid a veinte y tres de marp de ochenta y quatro Alonso de tolossa En 1/ de agosto 1^84 di alonso de tolosa aparejador de la obra quince ducados de su salario de la paga del salario primero de año 84 dio cédula pa que se diesen a su criado y ay carta de pago de su criado en dos de enero 1585 Jfceceui del canónigo diego de toro quince ducados de mi salario de la paga de nauidad fin del año de ochenta y qùatro y confeso estar pagado de todas las pagas atrasadas antes desta. Alonso de tolossa S • I • C « Valladolido 0 . N. f5 17v, 18, 6 8, 68v, 6 9 , 69v , 7 0 , 70v, 7 1 , 71v, 7 2 , 72v y 92. 43^)°“ Primera, semana, del mes de henero, del año, de 1585 años„ sujprincipi o, fue lunes, postrero de diziembre, del año pa­ sado, de 1584 hasta, sabado, cinco de henero de 1585 años Canteros butio asentador, quattro dias, pagosele por cada dia ttres rreales, de Jornal» di? de rriaño criado de al? de tolosa, quattro dias. Ju? ffalla criado, de di? de prabes quattro dias. 2 l f Segunda semana, del mes de henero, del año de 1585 años tubo seis dias ttrabajo, su principio fue lunes siete hasta sabado, doze dias andados del dicho mes. Canteros di - de rriaño criado de al2 de tolosa seis dias dásele ca­ da dia de jornal ttres rreales. son dieziocho reales, Ju9 falla criado de di 2 de prabes seis dias dásele cada dia de jornal ttres rreales, son diez iocho reales, P" d-e horua, alabrado, la semana pasada iesta hasta el lu­ nes que mando v ,1 , no ttrabaxase mas, quinze baras y media dásele por cada vara de labrar un rreal que hazen, quinze rreales y medio, Terzera semana del mes de henero del año de 1585 años tubo, cinco dias de ttrabajo por quel Juebes fue fiesta su prin- zipio fue lunes catorze del dicho hasta sabado XIX del di­ cho mes de henero de 1585 años. Canteros di2 de rri ano criado de al 2 de tolosa cinco dias dásele cada dia de jornal ttres rreales son quinze Ju2 ffalla, criado de di9 de prabes, cinco di as dásele cada dia de jornal ttres rreales,son quinze. Quarta semana del mes de henero del año 1585 años tubo cin­ co dias de trabajo su principio fue lunes 2 1 del dicho, hasta sabado, veinte y seis del dicho mes de henero Canteros D i 2 de rriaño criado de a l 2 de tolosa cinco dias, dásele cada dia de jornal ttres m a l e s son por todos quinse rreales, Ju2 ffalla, criado de di2 de prabes, cinco dias, dásele cada dia ae jornal por su ttrabajo, ttres rreales son por todos quinzze rreales. Quinta semana, del mes de henero, del año 1585 años tubo cinco dias de ttrabajo su principio fue lunes 28 de henero hasta viernes primero . de ffebrero de 1 5 3 5 años por quel s abado fue nuestra señora Canteros Di2 de rriaño criado de al 2 de tolosa, cinco dias diosele cada dia ttres rreales de jornal .son por todos quinae rreales Ju& ffalla criado de di2 de prabes cinco dias diosele ca­ da dia ttres rreales son quinze rreales Primera semana del mes de hebrero de 1585 años tubo seis dias de labor desde lunes 4 de ffebrero hasta sabado 9 del dicho mes, Canteros di - de rriaño criado de al 2 de tolosa cinco dias diosele cada dia de jornal ttres rreales son por todos quinzé^rrea- le s Ju2 ffalla criado de di2 de prabes ttres dias y medio dio­ sele cada dia ttres rreales de jornal son por todos diez rreales y medio Segunda semana del mes de ffebrero, del año de 1585 años tubo seis dias de ttrabajo desde lunes XI da ffebrero has­ ta/ o;fc sabado XVI de dicho mes. Canteros Di2 de rriaño, criado, de al 2 de tolosa cinco dias y medio quitosele medio dia de faltas, diosele cada dia de jornal ttres rreales son por todos diez y seis rreales i medio. Ju2 ffalla criado de di2 de prabes cinco dias y medio qui­ tosele de faltas medio dia diosele cada dia de jornal ttres rreales son por todos diez i|eis rreales y medio. Terzera semana del mes de hebrero del año de 1585 años tubo seis dias de ttrabajo su principio fue lunes 13 de he­ brero hasta sabado 25 de dicho mes. Canteros di 2 de rriaño criado de ale de tolosa labro seis dias si­ llares dásele cada dia ttres rreales» Ju2 ffalla criado de di 2 de prabes, labro sillares los seis ¿ í f - dias déla semana diosele cada dia ttres rreales de jornal son diez 7 ocho rreales, ttras hordinarios de un offizial carpintero medio dia que se ocupo en rre- correr el nioel grande déla traza se le dio dos rreales por mandado de al 2 de tolosa, Quarta semana del mes de hebrero de 1585 años, esta semana enttraron obreros a linpiar el terzero pilar del medio la peña 7 sacar agua para poder asentar, tubo seis dias de ttrabajo su principio fue lunes 25 de hebrero hasta sabado dos de marzo. Canteros, Di? de rriaño criado de al 2 de tolosa labro seis dias a ttres reales cada dia, Ju ~ ffalla criado de di 2 de prabes labro seis dias diose­ le cada dia de jornal ttres reales. Primera semana del mes de marzo del año de 1585 años tu­ bo seis dias de ttrabajo, su principio fue lunes, 4 de mar­ zo, hasta sabado 9 del dicho mes. Obreros Lunes 4 de marzo, andubieron diez ikuebe/ obreros diese­ les a cada uno de jornal dos reales anduvieron alinpiar el hoio para hazer el pilar. Canteros Di? de rriaño criado de al 2 de tolosa seis dias a ttres rreales cada dia, Ju? falla criado de di? de prabes seis dias a ttres rrea­ les cada dia de jornal. Lunes 4 de marzo senpezo asentar el terzero pilar déla nabe maior acia la fuente que fue lunes de carnestolendas andubo un asentador ttres dias 7 m? no mas por no estar bien linpio el firme déla peña diosele cada dia de jornal ttres reales 7 medio que son por todos doze reales 7 un quart ill o„ z í ? Secunda semana del mes de marzo del año de 1585 años tubo seis dias de trabajo, su principio fue lunes XI de marzo basta sabado diez y seis dias del dicho mes, Cante ros Un asentador seis dias a tires rreales y m 2 cada dia. di - de rriaño criado de ais de tolosa seis dias a ttres rreales cada dia de jornal« Ju2 ffalla criado de di 2 de prabes seis dias a tres rea­ les. Terzera semana del mes de marzo del año de 1585 años tu­ bo seis dias de trabajo su prinzipio fue lunes 18 has­ ta sabado 25 dias del dicho mes. de marzo. Asentadores higuera Quattro dias a ttres rreales y medio cada dia de jornal por su. ttrabajo son 14 rreales. Ju9 fernandez ttres dias a ttres reales y medio. Canteros fli2 de rriano criado de al2 de tolosa seis dias dásele ca­ da dia de jornal ttres rreales, Ju? falla criado de di2 de prabes cinco dias« Quarta semana del mes de marzo del año de 1585 años tubo cinco dias de ttrabajo por quel lunes 25 fue nuesttra Se­ ñora . Cante ros. di? de rriano criado de al 2 de tolosa cinco dias a ttres rreales cada dia de jornal. Abril Primera semana de abril tubo seis dias de ttrabajo« Canteros di - de rriano criado de ale de tolosa seis dias a tres reales. Segunda semana del mes de abril tubo seis dias de labor su principio fue lunes/ a ocho de abril hasta sabado ttreze dias, tel dicho mes no hubo esta semana obreros hasta el 2 î viernes 12 de abril a medio dia acabo di2 de prabes des- taxero el pilar Cante ros di2 de rriaño criado de al 2 de tolosa seis dias a tres reales de jornalo Ju& ffalla criado de di 2 de prabes, dia y medio. Diego de Praves ( faltan folios en el libro, comienza en 1 o que s i gue) Segunda semana del mes de abril del año de 1585 años. Obreros lunes 8 de abril trujo di 2 de prabes diez obreros pagólos a cada uno cada dia de jornal dos rreales. Viernes 12 de abri] andubieron dies obreros medio dia que son cinco obreros enteros diez rreales porque se que do el pilar ttreze hiladas i no se asento mas hasta ber el alzado i ttraza. As entadores Ju2 feraandez quattro dias y medio a ttres rreales y m 2 cada dia son catorze rreales % un quartillo Bartolomé de - higuera quattro dias y medio Canteros Ju2 ffalla criado de di2 de prabes quattro dias y medio a ttres rreales cada dia. tubo medido ttreinta y nuebe tapias midióle al2 de tolosa S.I.C. Valladolid. 0. N. f9 2, 2v, 3> 3v, 4, 4v, 5, 5v, 6 , 6v, 7 , 8 , 8v, 9 , 9v y 1 2 1a (al margen) enpezose abrir el quarto hoio déla nahe denm2 Terzera semana del mes de abril Semana Sancta, tubo seis dias de ttrabajo su principio fue lunes 15 de abril hasta saba¿°Sancto 20 del dicho mes de 1585 años senpezo abrir el quarto hoio déla nahe denmedio hazia esgueba. Cante ros di2 de rriaño cinco dias porque se le quitaron dos medios dias Juebes sancto % bierneä sancto diosele ttres reales 26° cada dia dé jornal. Ju 5 ffalla criado de di 2 de prabes cinco dias quitosele dos medios dias de faltas. Quarta semana del mes de abril del año de 1585 años tubo ttres dias de ttrabajo porque lunes y martes fueron dias de pascua de rresurezion ,y T̂uelaes fue S. marcos. Cante ros di2 de rriaño criado de al? de tolosa dos dias dásele cada dia de jornal ttres rreales. Ju 2 ffalla criado de di2 de prabes dos dias dásele cada dia ttres rreales de jornal. Quinta semana del mes de abril del año de 1585 años tubo quattro dias de labor porque miércoles i biernes fueron fiestas su principio fue lunes 29 hasta sabado quattro de Naio de 1585 años. Canteros di2 de rriaño quattro dias a ttres reales cada dia. Ju2 ffalla quattro dias a ttres reales cada dia. Primera semana del mes de Maio del año de 1585 años tubo seis dias de ttrabajo su prinzipio fue lunes seis de maio hasta sabado onze del dicho mes. Cante ros di2 de rriaño seis dias a ttres reales. Ju2 ffalla seis dias ttres 'rreales Segunda semana del mes de Maio del año de 1585 años tubo seis dias de labor su principio fue lunes 15 del dicho has­ ta sabado 13 de maio. Cante ros Di9 de rriaño criado de al2 de tolosa seis dias a ttres rrea­ les cada dia de jornal son diez y ocho reales. Ju2 ffalla criado de diS de prabes seis dias. Terzera semana del mes de maio del año de 1585 años tubo 3eis dias de ttrabajo su principio fue lunes 20 de maio feas ta sabado 25 del dicho. 3 ä ! Cante ros di2 de rriaño criado de al? de tolosa seis dias dásele ca­ da dia de jornal tires reales. Jti° f f a l l a c r i a d o de d i 9 d e p r a b e s s e i s d i a s. Asentadores Garzia de pamanes cinco dias labro tres dias y asento dos dásele cada dia de jornal tires reales y m 2 tomas bela su compañero, otro tanto Carpinte ros Andres de albarado quattro dias asentar las bonbas y cala­ fatearlas i adobar cuezos i azer anguerillas quattro dias dásele cada dia ttres reales y medio Ultima semana del mes de Maio del año de 1585 años tubo cinco dias de ttrabajo su prinzipio fue lunes 27 de maio hasta sabado primero de Junio del año de 1585 años Canteros di 2 de rriaño criado de al9 de tolosa quattro dias a ttres rreales cada dia. Ju2 ffalla criado de di2 de prabes quattro dias a ttres rreales cada dia. As entadore s garzia ae pamanes quattro dias dos dias asento i dos labro porque llobia dásele cada dia ttres rreales y medio tomas bela ottros quattro dias dásele lo mismo. Primera semana del mes de Junio del año de 1585 años tubo seis dias de labor su prinzipio fue lunes ttres del dicho hasta sabado ocho del dicho mes de junio. Cante ros di - rï-e rriaño criado de al9 de tolosa seis dias a ttres reales cada dia diez i ocho reales, Ju- ffalla criado de di2 de prabes seis dias. As entad ores garzia de pamanes seis dias a ttres reales y medio cada dia de jornal son XXI reales tomas Vela ottros seis días lo mismo. Carpinte ros anton del dalle un día a derribar la carzel diosele quattro reales de jornal. Lunes 3 de Junio de 1585 aSLos murió un obrero en la obra que le tomo debajo un tejado de la carzel enterróse en e 1 claustro gastóse en el entierro lo siguiente, -De una mortaja de angeo quattro reales -De abrir la sepultura a los ganapanes dos reales -De una misa cantada quattro reales y dos rrezadas son seis rreales, de amortajalle un rreal a una mager Segunda semana del mes de Junio del año de 1585 años tubo quattro dias de labor porque lunes i martes fueron dias de pascua comenzóse a ttrabajar miércoles 12 hasta 15 del dicho mes Canteros di? de rriaño criado de al9 de tolosa quattro dias a ttres reales cada di a de jornal Ju 9 ffalla criado de di9 de prabes quattro dias dásele a ttres reales cada dia, Asentadores garzia de pamanes quattro dias a teres reales y m9 cada dia de j ornai0 tomas bela quattro dias ha ttres reales y m? Terzera semana del mes de Junio del año de 1535 años tubo cinco dias de labor porque Juebes fue corpus xipi (sic) Su principio fue lunes 17 del dicho hasta sabado 22 del dicho mes Obreros Viernes 21 ttreze/ obreros medio dia a linpiar el hoio porque di9 de prabes enpezo asentar a medio dia despues de comer son ttreze reales en todo. Cante ros 3*3 di 2 de rriano cinco dias a ttre5 reales cada dia Ju2 ffalla tres dias 7 m2 a ttres reales cada dia Asentadores gareia de pamanes ttres dias 7 m 2 a ttres reales 7 m 2 tornas bela ttres dias 7 m 2 a ttres reales 7 m 2 cada dia de jornal Quarta semana del mes de Junio de 1585 años tubo quattro dias de ttrabajo porque lunes 7 sabado fueron fiestas su prinzipio fue lunes 24 basta sabado veinte 7 nuebe del dicho mes 0 Obreros En esta semana andubieron hazer cal dos obreros cada dia que son ocho obreros en quattro dias quitoseies dos rea£ les por faltas porque se fueron a los toros el miércoles 26 de junio son catorze rreales Cante ros d i 9 de rriaño criado de al 2 de tolosa dos dias a ttres rreales cada dia quitosele ¿ o s dias de faltas ha de auer 3eis rreales Primera semana del mes de Julio del año de 1535 años tubo seis dias de labor su principio fue lunes primero del d i ­ cho mes hasta sabado seis del dicho mes Cante r os d i 2 de rriaño cinco dias 7 medio a ttres rreales q u i t o s e ­ le medio dia de faltas. Segunda semana del mes de Julio del año de 1585 años tu­ bo seis dias de ttrabajo su principio fue lunes 8 de Julio del dicho año. Cante ro s di 2 de rriaño seis dias a ttres reales cada dia En pe z o asentar d i 2 de prabes en el quarto pilar de la nahe denmedio colateral hazia desgueba Viernes 21 de Junio de 1 5 8 5 años enzima de dos hiladas de ttres pies en alto so- bre la peña que saco la yglesia por la mucha agua a su costa midióse tubo de alto veinte pies y ttres quartos enpezo hasentar con deja de m2 pie por banda tubo de ancho $u ilada sobre las dos hechas beinte i un pies i de largo beinte y ttres pies fue la medida sobre la ilada del pa- redon hazia esgueba. (Al margen) ique debajo 4 pies i ttres quartos subió sobre las dos iladas diez y seis pies. Cante ros Ju? ffalla su criado dia y m9 a ttres reales cada dia Asentadores di2 de pamanes dia y m9 a ttres reales y m 9 cada dia tomas bêla dia y m2 a ttres reales y m2 cada dia Quarta semana de junio de 1585 años As entadores di2 de pamanes un dia a ttres reales y medio cada dia tomas Vela ttres dias y medio Cante ros Ju2 ffalla su criado ttres dias y medio a ttres reales primera semana del mes de Julio cuenta con di 2 de prabes Asentadores Tomas Vela asentador seis dias a ttres reales y medio cada dia son veinte i un rreales Ju9 ffalla criado de di2 de prabes seis dias ha ttres reales cada dia son diez i ocho rreales. Segunda semana de Julio de 1585 Asentad ores tomas Vela seis dias a ttres reales y m2 Ju2 ffalla seis dias a ttres reales Terzera semana ael mes de Julio del año de 1585 años Obre ros Miércoles 17 de Julio siete obreros este dia se acabo el pilar quattro hilladas enzima de los salmeres esta por me­ dir. Asentadores y canteros i ornas v'ela ttres días a ttres reales y m2 Z e S " Ju2 ffalla criado de die de prabes teres dias kidi os g esee pilar tu o o tcreinca y siete tapias midiólo señor al 2 de tolosa delante de mi i firmólo de su nom-" bre. tubo de sillares íaorados 298 varas y ttres quartas i¿ue a de pagar a la yglesia de labrar a rreal cada vara. Al ? de toi os sa S.I.C. Valladolid. 0. N. fe 10, 10v, 11, llv, 12, 12v, 13v, 14, 14v, 15, 15v, l6, lóv, 17, I2lv, 122, 122v y 1 2 5. (40 bis).- oy Viernes Veinte i nueve de novienbre del año de 153p anos enttrar on en la obra un os carros de bueies con piedra acabando de descargar un carro con los üueies hunzidos sespantaron los bueies y hiendo huien— do, se ava lanza ron i caieron en hun lio i o que 3 taba a- bierto paca hazer en el un pilar de zimiento de la nace maior de ttreinta pies i mas de hondo i caiendo con carreta hunzidos dei.tr'- del hr,iri uc se hizieron ningún mal ni se quebró la carreta y por ello sea nuesttro Señor bendito para 3 ienpre i por berdad lo firme S.I.C. Valladolid. ¿Yn .d! (4^).- Terzera semana ael mes de Julio del año de 1585 años tubo seis dias de labor su prinzipio fue lunes 15 hasta saoado 20 del nicho mes esta semana senpezo abrir el zi— miento del pilar quinto déla nabe uenmedio hazia la pla­ za de santa maria enpezose miércoles 17 de Julio de 1585 años. Cante ros Di- de rriano criado de aie ne tolosa aparejanor seis dias a ttres reales cada nia. Ju2 ffalla criado de die de prabes destaxero ttres dias a ttres reales cada dia Quarta semana del mes de Julio del año de 1585 años tubo ttres dias de txrabajo porque lunes juebes i biernes fue­ ron fiestas. Canteros di? áe rriaño criado de al? de tolosa ttres dias a ttres reales cada dia Quinta semana del mes de Julio del año de 1535 años tubo seis dias de labor su principio fue lunes 29 del dicho hasta sabado ttres de agosto del dicho año0 Cante ros di2 de rriaño criado de al? de tolosa seis dias a ttres reales cada dia. Primera semana del mes de Agosto del año de 1585 años tubo ttres dias de labor su principio de ttrabajo fue mier coles 7 del dicho mes hasta sabado 10 del dicho dia de sant laurencio. Cante ros di? de rriaño criado de al2 de tolosa ttres dias a ttres reales cada dia son nuebe rreale3 . Segunda semana uel mes de ag? del ano de 1^35 años tubo Quattro dias de labor porque Juebes y biernes fueron fiestas su prinzipio fue lunes 12 del dicho mes Cante ros di? de rriaño criado de al? de tolosa quattro dias a ttres reales cada dia son doze reales. Terzera semana del mes de ag? del año de 1585 años tubo cinco dias de labor porque sabado fue fiesta san bartolo- me su principio fue lunes 19 hasta sabado 24 del dicho Cante ros di? de rriaño criado de al? de tolosa cinco dias a ttres reales cada dia de jornal Quarta semana del mes de agosto del año de 1585 años tu­ bo seis dias de labor su principio fue lunes 26 de ag? hasta sabado 51 del dicho mes. Cante ros Di? de rriaño criado de al? de tolosa seis dias a ttres Primera semana del mes de Septienbre del año de 1585 años tubo cinco dias de labor por que lunes fue fiesta su prin­ cipio de labor fue martes ttres de setiembre hasta sabado siete del dicho C an te r o s di2 de rriaño quattro dias y medio diosele cada dia ttres reales de jornal Segunda semana del mes de Septienbre del año de 1585 años tubo seis dias de trabajo su prinzipio fue lunes nuebe has ta sabado catorze del dicho mes. Cante ros di2 de rriaño criado de al° de tolosa seis dias a ttres rre ales cada dia de jornal Terzera semana del mes de Septienbre del año de 1585 años tubo cinco dias de labor porque sabado fue fiesta su prin­ cipio fue lunes l6 de septienbre hasta sabado 21 del dicho mes Cante ros di9 de rriaño criado de ais de tolosa cinco dias dásele cada dia ttres reales de jornal son quinze reales, Quarta semana del mes de Setiembre del año de 1585 años tubo cinco dias de labor por quel biernes fue fiesta su principio fue lunes 23 del dicho hasta sabado 28 Cante ros di2 de rriaño criado de al 9 de tolosa quatro dias y medio dásele cada dia ttres reales de jornal falto medio dia quel dijo que no abia estado en la obra. Primera semana del mes de Gtubre del año de 1585 años tubo cinco dias de labor porque biernes fue Sant fran­ cisco su principio fue lunes postrero de setiembre hasta sabado 5 de otubre Cante ros Di - de rriaño criado de ais de tolosa cinco dias a tres r e a l e s c a d a d í a de j o r n a l 3 s % Segunda semana del mes de otubre del año de 1585 años tubo seis dias de labor desde lunes 7 de otubre hasta sabado 12 del dicho mes Canteros dis de rriaño criado de alo de tolosa seis dias a ttres reales cada dia Terzera semana del mes de otubre del año de 1585 años tubo cinco dias de labor desde lunes 14 del dicho hasta oabado 19 por quel biernes fue fiesta S. L« Cante ros dis de rriaño criado de ais de tolosa ttres dias quitanse le dos días de faltas de jornal ttres reales cada dia Quarta semana del mes de otubre del año de 1585 años tu­ bo seis dias de labor desde lunes 21 basta sabado 26 del dicho mes Cante ros r e a l e s c a d a d i a 0 di? de rriaño criado de alo de tolosa seis dias a ttres reales cada dia de jornal Quinta semana del mes de otubre del año de 1585 años tu­ bo quattro dias de trabajo porque lunes y biernes fueron fiestas su prinzipio fue lunes 28 de / otubre has­ ta sabado dos de nobiembre del dicho año» Cante ros die de rriaño criado de ais de tolosa quattro dias a ttres reales cada dia primera semana del mes de Nobienbre del año de 1585 años tubo seis dias de labor su principio fue lunes 4 de no­ bienbre hasta sabado 9 del dicho mes Cante ros di - d-e rriaño quattro dias y medio suplió dia y medio ottro official porque fue con Ju? de herrera a madrid a de auer seis dias a ttres reales cada dia en todo. Ju? ffalla criado de di? de prabes dos dias a ttres rrea- les cada dia a de auer seis rreales. Segunda semana del mes de noMenlre del año de 1585 años tubo cinco dias de labor porquel lunes fue san martin onze de nobienbre hasta sabado l6 del dicho mes Canteros el criado de al? de tolosa di 2 de rriaño digo otro por el cinco dias a ttres reales cada dia Ju2 ffalla criado de di9 de prabes cinco dias a ttres reales cada dia de jornal. terzera semana del mes de nobienbre del año de 1585 años tubo seis dias de ttrabajo su prinzipio fue lunes 18 de Nobienbre hasta sabado 23 del dicho mes. Cante ros Di? de rriaño criado de al2 de tolosa seis dias a ttres rreales cada dia diez i ocho reales Ju2 ffalla criado de di2 de prabes seis dias ha ttres rreales cada dia diez i ocho reales, Quarta semana del mes de nobienbre del año de 1585 años tubo quattro dias de labor porque lunes y sabado fueron fiestas sancta catherina i sant andres sabado postrero del d icho Cante r os di 2 de rriaño criado de al2 de tolosa quattro dias ha. ttres rreales cada dia Ju9 ffalla criado de di 2 de prabes qmattro dias a ttres rreales cada dia de jornal. primera semana del mes de diziembre del año de 1585 años tubo seis dias de ttrabajo su prinzipio fue lunes dos del dicho hasta sabado siete del nesmo mes Cante ros di2 de rriaño criado de al o de tolosa seis dias a ttres rreales cada dia du2 ffalla criado de di2 de prabes seis dias a ttres rea­ les cada dia Segunda semana del mes de diziembre del año de 1585 años tubo cinco dias de labor su prinzipio fue lunes 9 del di- 3 * 7 clio hasta sahado catorze áe dizienbre Canteros el criado francisco la sierra de al 2 de tolosa cinco días a ttres rreales cada dia Ju 2 ffalla criado de di 2 de prabes cinco di as a ttres reales cada dia de jornal Terzera semana del mes de dizienbre del año de 1585 años tubo quattro dias de labor porque miércoles y sabado fue­ ron fiestas su prinzipio fue lunes 16 de dizienbre Cante ros el criado de al 2 de tolosa quattro dias ha ttres rreales cada dia de jornal Ju2 ffalla criado de di2 de prabes quattro di as0 Quinta semana del mes de dizienbre del año de 1585 años i postrera en horden de todos los meses deste dicho año su prinzipio fue lunes 23 de dizienbre hasta sabado 28 del dicho tubo dos dias de ttrabajo porque los demas fue­ ron fiestas de pascua. Cante ros francisco sierra criado de al2 de tolosa dos dias a -ttres reales cada dia de jornal Ju2 ffalla criado de di2 de prabes dos dias a ttres rrea­ les cada dia de jornal Prinzipio del año de 1586 años Primera semana del mes de. henero del año de 1586 amos tubo cinco dias de labor porquel miércoles fue fiesta, su prinzipio fue lunes 30 dias del mes de dizienbre del año de 1585 años hasta sabado 4 de henero del año de 1586 años. Canteros francisco sierra criado de al 2 de tolosa aparejador cinco dias a ttres reales cada dia Ju 2 ffalla criado de di 2 de prabes destaxero cinco dias 3¡v 3 ¡ i a ttres reales cada dia Segunda semana del mes de henero del año de 1586 años tubo cinco dias de labor porque lunes fue fiesta la he- piphania de rreies 6 de henero hasta sabado onze del dicho. Cante ros francisco sierra criado de al2 de tolosa cinco dias a ttres reales cada dia„ Ju2 ffalla criado de di2 de prabes cinco dias. Terzera semana del mes de henero tubo cinco di as de labor porque biernes fue fiesta su principio fue lunes 13 del dicho hasta sabado 18 del dicho mes del año de 1586 años. Canteros francisco sierra criado de al 9 de tolosa cinco di as a ttres rreales cada dia Ju9 ffalla criado de di 2 de prabes cinco dias k - de henero del año de 1586 tubo quattro dias porque lu­ nes y juebes fueron fiestas su prinzipio fue lunes 20 de henero hasta sabado 25 del dicho mes Cante ro s francisco sierra criado de al 2 de tolosa ttres dias i m2 quitasele medio dia de faltas porque llohio el sabado 25 de henero de 1586 años. Ju2 ffalla criado de di2 de prabes otros ttres dias y m2 quitosele de faltas medio dia Quinta semana del mes de henero del año de 1586 años tubo seis dias de labor su prinzipio fue lunes 27 de hene­ ro hasta sabado primero de hebrero del dicho año. Cante ros francisco sierra criado de al 9 de tolosa cinco di as qui­ tosele un dia de faltas Ju2 ffalla criado de di2 de prabes ottros tantos dias cinco i quitosele un dia de ffaltas. Primera semana del mes de ffebrero tubo cinco dias de labor porque lunes fue fiesta su prinzipio fue lunes 3 3¡¿ del dicho hasta sabado ocho dias del dicho mes del año de 1586 años Cante ros francisco sierra criado de al2 de tolosa cinco di as a ttres reales cada dia de jornal Jn2 ffalla criado de di2 de prahes cinco dias a ttres rea­ les cada dia de jornal Segunda semana del mes de ffebrero del año de 1586 años tubo seis dias de labor su prinzipio fue lunes lo de ffe­ brero hasta sabado 15 del dicho mes del año de 1586 años Canteros francisco sierra criado de al 2 ¿e tolosa cinco dias y quitosele medio dia de faltas Ju- ffalla criado de di2 de prabes cinco dias y medio qui­ tosele medio dia de faltas terzera semana del mes de ffebrero del año de 1586 años tubo seis dias de labor su prinzipio fue lunes 17 del di­ cho hasta sabado 22 del dicho mes del año de 1586 años. Cante ros Ju2 ffalla criado de di° de prabes cinco dias quitosele esta semana un dia de faltas francisco de rriaño (sic) criado de al2 de tolosa cinco dias quitosele un dia de faltas, Quarta semana del mes de ffebrero de 1596 años tubo cin­ co dias de labor su prinzipio fue lunes 24 del dicho has­ ta sabado primero del mes de Marzo del dicho año Cante ros francisco sierra criado de al2 de tolosa aparejador cinco dias a tres reales cada dia Ju 2 ffalla criado de di2 de prabes cinco di as Primera semana del mes de Marzp del año de 1586 años tubo seis dias de labor su prinzipio fue lunes 3 del di­ cho hasta sabado 8 del dicho mes. Cante ro s francisco sierra criado de al2 de tolosa seis dias ha 3 ¡ 3 Ju2 ffalla criado de di2 de prabes seis dias a ttres rea­ les cada dia Segunda semana del mes de Marzo tubo seis di as de labor su prinzipio fue lunes X del dicho hasta sabado XV del suso dicho Canteros francisco sierra criado de al 2 de tolosa seis dias ha ttres realeß cada dia de jornal Ju° ffalla criado de di2 de prabes seis di as a ttres irrea­ les cada dia de jornal. Terzera semana del mes de Marzo tubo 3eis dias de labor su prinzipio fue lunes 17 hasta sabado 22 del dicho mes Cante ros francisco sierra criado de al 2 de tolosa seis dias a ttres reales cada dia de jornal Ju2 ffalla criado de di2 de prabes seis dias a ttres rea­ les cada dia quarta semana del mes de Marzo del año de 1586 años tubo cinco dias de labor su prinzipio fue lunes 24 hasta sa­ bado 29 del dicho mes. Cante ros francisco sierra cinco dias criado de al2 de tolosa a ttres reales cada dia. Ju- ffalfa cinco dias criado de di 2 de prabes. S.I.C. Valladolid, 0. N. f 2 17v, 13, 18v, 19, 19v, t t r e s r e a l e s c a d a d i a 2 0 , 20v, 2 1 , 21v, CMCM 22v, to 23v, OI 24v, to 25v, 2 6 , 26v , 27, 27v, 28, 28v, 29, 3 0, :30v, 31, 31v, C\J j ? 55v, 34, 34v, 35, 35v, 56. primera semana del mes d e !Nobienbre del año de 1585 a tubo sei s dias de 1 abor s u pr incixíi 1d f ue lunes 4 de n bienbre hasta sabado 9 del dicho mes Cante ros di 2 de rriaño quattro dias y medio suplió dia y medio J/fr otro official porque fue con Ju? de herrera a madrid a de auer seis dias a ttres reales cada dia en todo* Ju9 ffalla criado de di? de prabes dos dias a Irtres rrea- les cada dia a de auer seis rreales. S.I.C. Valladolid. 0. N. f? 25v. (^ ).- primera semana del mes de abril del año de 158o años iue s emana sancta esta semana se enpezo basent a r el se­ gundo pilar de la nabe maior hazia la plaza de santa ma­ ria tubo seis dias de labor su prinzipio fue -lunes ttrein- ta i uno de marzo del dicho año hasta sabado 5 de abril. As entadores ieronimo dejado cinco dias i ia2 a ttres reales y medio cada dia de jornal. quexigal medio dia dos rreales Cante ros. francisco sierra seis dias a ttres reales cada dia Ju? ffalla seis dias a ttres reales cada dia. Segunda semana del mes de abril de 153ó tubo quattro dias de labor porquenpezaron a trabajar miércoles huebe de abril porque el lunes i martes fueron dias de pascua de rresurrecion Asentadore s. ieronimo dejado quattro dias cada dia ttres rreales y me­ dio de jornal Cante ros Ju? ffalla quattro dias a ttres reales cada dia, francisco sierra quatro dias a ttres reales cada dia Terzera semana del mes de abril de 1586 años tubo seis dias de labor hasta sabado 1 9o Asentadores gavanzo asentador cinco dias ha ttres rreales y medio ca­ da di a de j ornai. hieronimo dexado seis dias a ttres reales y m? cada dia de jornal. Cante ros. 3 iS francisco sierra seis dias a ttres reales cada dia Ju 2 ffalla seis dias a ttres reales cada dia0 quarta semana del mes de abril tubo cinco dias de labor su prinzipio fue lunes 21 de abril hasta sabado 26 del dicho mes, Obreros miércoles 25 de abril ocho obreros este dia enpezo ha hasentar prabes destajero As entadores gabanzo asentador dos dias a ttres reales y ttres cuarti­ llos cada dia hieronimo dexado dos dias ha ttres reales y m2 cada dia de jornal Cante ros francisco sierra criado de ais de tolosa cinco dias a ttres reales de jornal cada dia Jus ff alla criado de di 2 de prabes dos dias quinta semana del mes de abril tubo quattro dias de labor porque juebes i sabado fueron fiestas su prinzipio fue li­ nes 28 de abril hasta sabado ttres de >{aio» Cante ros francisco sierra criado de ais de tolosa quattro dias a ttres reales cada dia de jorhal» primera semana del mes de Kaio de 10S6 años tubo seis dias de labor su prinzipio fue lunes 5 de maio de 1586 años Cante ros a francisco sierra criado de ais de tolosa seis dias a ttres reales cada dia de jornal hieronimo dejado un dia labro salineras diosele ttres reales i &2 de jornal» Ju2 ffalla criado de di2 de prabea labro salueras un dia a de auer ttres reales de jornal» 2 § semana del mes de mayo de 1586 años tubo cinco dias de labor su principio fue lunes 12 de mayo de 1586 años Can te r os '3 i 6 francisco sierra cinco dias a ttres reales Jeronimo dejado quatiro dias a tres reales y medio (ai margen) 29 pilar toral déla nabe denmedio hazia la plaza de santa maria Enpezo di9 de prabes hasentar su destaco en el pilar se­ gundo déla nabe denmedio hazia la plaza de santa maria, enpezando a contar desde la puerta prinzipal que sale ala calle de la obra enpezo sobre ttres hiladas que hizo la iglesia a su costa porque fueron dificultosas de hazer por la mucha agua. Midióse y midióle al 9 de tolosa el alto que auia de hazer enzima délas ttres hiladas hechas hasta un madero délas bonbas por do sacaban agua hazia la calle déla obra tubo de alto veinte y tres pies i m2 , de largo las tres hila­ das tubieron veinte i quattro pies i de ancho veinteidos menos dos dedos sobre la quarta ilada hizo una dexa que­ do el pilar en quadrado con veinte y un pies de ancho i de largo con beinte y dos pies i m2 Enpezo asentar miércoles XXIII de abril de 1586 años. 42 semana de abril de 158o Miércoles 23 de abril. As entad ores gabanzo ttres dias a quattro reales cada di a dexado ttres dias a ttres reales i m9 cada dia. c ante ros Ju9 ffalla su criado ttres dias a ttres reales, 5 § semana del mes de abril del año de 1586 Obreros Lunes 28 de Abril ttruxo diego de prabes doze obreros a dos reales cada dia de jornal asentadores gabanzo hasentador quattro dias a quattro reales cada dia de jornal dexado quattro dias a ttres reales i m 2 cada dia de jornal 3 i y-T Cante ros Ju9 ffalla su criado quattro dias ha tires reales cada dia de jornal 1? de Maio de 1586 . Canteros j. asentadores gabanzo asentador seis dias a quattro reales cada dia de jornal beinte y quattro reales dexado asentador cinco dias'a ttres reales y m2 cada dia de jornal Ju 2 ffalla criado de di2 de prabes cinco dias a ttres rreales cada dia de jornal prabes canteros y asentadores gabanzo asentador cinco dias a quattro reales de jornal veynte reales» dejado asentador un dia t-res reales y medio acabóse esta semana el pilar 5.1. Co Valladolid. 0. No f9 3 7, 38, 38v, 39v, 40, 40v, 41, 123v, 124, 124v, 125 (4*).- T ercera semana del mes de mayo de 1586 ©1 lunes por allanar el sitio de la obra y echar tierra en. el pilar tercero acia el lado déla plapa de santa maria se dio un destajo a asensio y sus compañeros por siete ducados duro asta el juebes miércoles 25 de junio seis obreros quitoseles de faltas este dia a cada uno un rreal porque se fueron a 1 os tor.os juebes 10 de julio enpezo hasentar di 2 de prabes a su cuenta quitoseles a estos obreros seis rreales por herra­ mientas perdidas 5.1. C. Valladolid. 0. N. f9 41v, 44, 44v. (4$Ms).- Se pan quantos esta carta de obl igaci o<\uie ren como yo diego de prabes maestro de cante-ria vz 2 de la uilla de Ucles estante en esta noble villa de vallid como prencipal y por andres martinez y pedro de león y 3 W diego lopez alccnero vz 2s de la dha uilla de Heles y por virtud de un poder e una yníormacion de abono que de los suso dhos e y tengo para lo ynfraescripto que originalmente entrego al presente escriuano para lo yncorporar en la presente escriptura..„0.digo que por quanto yo me e concertado con ios Ilustres seño­ res Claudio nelli y diego de toro canónigos de la y- glesia colegial desta uilla comisarios y administrado-1 res de la ygl§ y obra nueba„»...de hacer a destaxo de cante ria la pared sobre el paredón nuebo en todo lo que toma que cae acia la parte de esgueba que con­ tiene en si tres capillas hornacinas y mas la mitad de la pared trabiessa hacia la parte de la torre que a de conjuntar con ella y poniendo en lo demas dente­ llones para trabar con el pedazo de torre con que se a de juntar todo helio a mi costa de manos y oficia­ les y cantería.... Valladolid, 7 junio lp86 Claudio Nelli Diego de Toro Diego de Praves Condiciones con las quales se a de hacer a destajo y de canteria la pared sobre el paredón nueuo en todo lo que toma y que cay hacia la parte de Esgueua que contiene en si tres capillas hornecinas y mas la mi­ tad de la pared traviesa hacia la parte déla torre que a de conjuntar con ella y puniendo en lo demas dentellones para trauar con el pedazo de torre con que se a de junctar haciendo en el testero o pared de la torre la colanilla o pilastra que hace rincón por la parte de afuera con la pilastra primera desta pared que tiene de ancho quatro pies y medio y an si- mismo sea de hacer y dejar dentellones en su corres­ pondiente de la parte contraria por la parte de afue­ ra de manera que de la una pilastrilla a la otra q hacen rincón a la parte de afuera ay cinnto y veinte y ocho pies, y mas a de hacer en el largo del dho na- 3f1 reàon todo el grueso de la pared trauiesa del crucero dejando dentellones a las dos partes con quien traue lo de demás y a la parte del crucero en la dha tra­ uiesa a de hacer labrado lo que viene que correspon­ de con el grueso déla dha pared nueua q es el rrequa- dro y jambilla y en lo demás a de dejar dentellones para la pared que a de proseguir para la pared del testero del crucero y de la portada hacia Esgueua y ansimismo a de hacer y dejar dentellones para las pi­ lastras que tienen un pie de salida en las paredes trauiesas q hacen rincón en las capillas hornecinas con quien sean de juntar y trauar las dhas paredes trauiesas, el qual dh o paredón tendra de largo todo lo que tiene sobre el que se a de edificar el qual se ha de hacer en esta sancta yglesia mayor de Vallid y a de subir de alto hasta dejar subida y arrasada la dha pared con correspondencias y salidaá q están dhas hasta lo alto de la cornija o ynposta q corresponde dentro de la dha pared» subiéndolo desde el paredón o cimiento echo q esta dho Yten es condición q el maestro que de esta hobra se encargare la a de hacer a teda costa porque a de sacar la piedra q sea muy buena,, y de buen grano y cerrada de las cantras de castronueuo o cabepon o Villa nubla para todo lo que fuere hacer dentro y fuera del dho paredón que a de ser todo de piedra nueua y a de ser y tener la dha piedra el grandor y trasdoses q esta dado en una memoria y a de traher la dha piedra de las canteras y la a de labrar mui bien y como conven­ ga y set.un para do fuere, y la a de asentar todo a su costa y ansimismo a de hacer cimbrias angarillas cuecos cubos aridamios e yngenios y a de hacer y poner moldes y contramoldes reglas y baybeles plomadas y madera y claua^on y cordeles y a de poner todos los de demas materiales y pertrechos necesarios para esta 3-Z° dha hobra y a de desacer todo lo que fuere necessario ansi en e 1 paredón nueuo como en toda la pared tra- uiesa de la torre con la quai a de juntar esta dha pa­ red y si fuere necessario sacar fuera hilada q esta echada q es la ultima deja hacia afuera en el paredón ^palabra imposible de leer por haber una costura) la a de hacer y sacar y ansimismo a de desacer el pedazo de claustro que se le mandare y apoyar del lo que fue­ re menester y gastar la piedra del en el dho paredón en todo el migajon tornándolo a recorrer y labrar y galgar y quitar la cal que tuuiere pegado de manera que la parte de la ygl§ solo a de dar al dho maestro q desta hobra se encargare la cal mezclada y batida una vez y el maestro la tornara a hacer batir para auerla de gastar y poner en hobra y mas le a de dar y no otra cosa alguna. Yten es condición que por la parte de afuera deste dho paredón eche el pocalo que tiene tres pies de al­ to labrado de un picón mui menudo y sobre el echara el basamento q tiene de alto tres pies y medio labra­ do de un mui buen golpe de escoda según y conforme esta trabada esta basa en forma c. de ser y según las trapas, el qual basamento sera de muy buenos pie­ zas conforme a una memoria dada para ello y se asenta­ ra con toda sus entradas y salidas y por la parte de adentro de la ygl§ enlosara de losas labradas de un golpe descoda en todo lo que a de ser elegimiento pa­ ra q se elijan encima y sobrellas se asentara el ba­ samento que tiene de alto pie y tres quartos sin la copada con la guarnición que en la trapa parece el qual basamento sera mui bien labrado y trinchantado y sin roza ni quebradura alguna y con mui buenas jun­ tas no mayores q el grueso de un real de a quatro y de piedra muy cerrada y desta munera a de ser toda es- J 2 / ta hobra principal en lo que toca a las guarniciones delà parte de adentro bacia la ygl- y con el grandor de traças q esta dho dice la memoria y con mui buenos ligazones y trauaçones asentado y que trauen mui bien las piepas de basas y pilastras y todo lo de de la una pieca sillar y otra tipon y que los migajones trauen mui bien con las dhas piepas y ansi sera en toda esta dna hobra lleuando las yladas mui bien gai — gadas y todo mui bien labrado y asentado a plomo ni- bel y cordel y como en todo se le ordenare por la parte de la ygl§ y a su contento y satisfa cio«sv-» Yten es condición q echados los basamentos de toda es ta dha pared ansi por de dentro^omo por de fuera se leuantara la dha pared con sus pilastras fajas y rre­ quadros ansi por de dentro como por de fuera repar­ tidos según las trapas por de dentro serán la^brados ansi las pilastras como fajas y pocolos y rrequadros an de ser mui bien labrados y trinchantados y sin ro­ za ni desportilladura alguna y con bonissimas junctas según esta dho y los testeros serán labrados de un mui buen picón menudo y por la parte de afuere serán las dhas pilastras fajas y rrequadros labrado de un mui buen golpe descoda y los espacios serán labrados de un picón mui menudo guardando en todo los anchos altos y largos y guarniciones que parecen en las tra­ pas y por la orden q en todo le diere ansi para los anchos como para los altos y largos gruesos y guarni­ ciones como para todo lo de demas desta hobra ale de tolossa haciéndolo en todo a su contento y satisfa­ ction y de los ss <> del cabildo y ansi se hara en todo este destajo,, Yten es condición q subida la pared hasta donde sea de asentar la cornija o ynposta de parte de adentro, se asentara según y conforme a las trapas y con aque- lia guarnición y tendra de alto pie y medio y ansi se arrasara todo este dho paredón en todo la larga con lo alto desta coamija dejándola mui anibel en to­ do el dho largo q sera donde señalare al 5 de tolossa y tendra de alto del andar déla yglia y capilla hor­ necina al sobrelecho déla ynposta o cornija veinte y un pies y un quarto. Yten es condición q aparte haga desembarazar en todo lo que durare esta hobra y destajo todo lo que fuere menester ansi de lo que derribare en el claustro co­ mo en todo lo demas y ansi lo a de dejar bien y per­ fectamente echa y acabada rebocada retundida y perfi­ lada y sin desportilladura ni fealdad alguna y desem­ barazada sopeña que a su costa y de sus fiadores se pueda hacer desacer si no fuere qual conviene y en po­ co o mucho precio la parte de la yglia lo pueda ha­ cer boluer a hacer a la persona o personas q quisie­ re y si tuuiera la dha hobra algún defecto de fealdad se hara como esta dho o se le quitara del principal lo que por al 9 de tolossa fuere dho se le quite lo; quai sera en escojencia (sic) délos ss9 diputados y ansimismo sera obligado a dar q hacer al criado de al2 de tolossa q la yglia le da para que le sima y trauaje el demas tiempo pagándole lo q la yglia le da. Yten es condición q este obligado a hacer y llegar an­ si en desacer de cosas como endejas y salidas y dente­ llones todo lo que al9 de tolossa dijere es necessS y que conviene declarando el dho al 9 de tolossa has­ ta donde es su destajo Yten es condición que primero q se asiente ninguna piedra a lo menos de basas e ynpostas y pilastras y rrequadros la parte déla yglia la vea si esta bien labrada y estando como conviene se llevara al asiento 3 Z 3 y no de otra manera hasta tornarla a labrar y si en el asiento se desportillare o quebrare se quitara y elpondra otra en su lugar y advirtiendo que en asiento desta hobra no sea con yelos demasiados ni con dema­ siado calor y siempre trayra en el dho asiento agua abundante haciéndolo en todo como la parte de la yglia lo ordenare. Yten es condición q yendo en la prosecución desta hobra si la parte de la yglia lo dijere el maestro q desta hobra se encargare q se de priesa y meta gente ans i en las canteras para sacar piedra como en acarre­ tos de piedra y en el asiento della y en el derribar ansi del claustro como de lo demas y en hacer las de- demas cosas pertenecientes a esta hobra el dho maestro estara obligado a meter la gente qûe la parte de la yglia le ordenare y mandare y si le dijeren q trayga o despida gente ansimismo despida los que la parte de- la yglia le mandare y esto en qualquier tiempo q se le mandare que lo haga sera obligado a lo hacer sin replica ninguna. Yten es condición q si en toda la prosecución desta hobra hasta estar bien y perfectamente acabada y a- probada si sucediere alguna dubda en toda esta dha hobra y cosas tocantes a ella o en el tanto déla ho­ bra el dho maestro que della se encargare estara o- bligado a pasar por lo que dijere al 2 de tolossa sin que sobrello aya ninguna replica ni apelación y todo a contento y satisfacion délos señores del cabildo y de al 9 de tolossa. Yten ha de dejar formada una ventana para la bobeda q se ha de hazer debajo déla capilla y sera de una vara de ancho y vara y tercia de alto. (Esta condi­ ci ón esta tachada) Yten es condición q a de hacer en el paredón q esta J echo sobre el quai a de leuantar el que esta dho tres ventanas en cada capilla la suya para las boue— das de abajo q tengan por defuera quatro pies de ancho y dos pies da alto con sus jambas y dinteles despega­ dos y rreleuados dos dedos y por de dentro yran des­ garradas con sus capibajos enbocinados y talasamientos q convengan y vengan bien con las capillas de ladri­ llo y ansi serán las dhas tres ventanas según lo orde­ nare al2 de tolossa y a su contento y de los ss , dipu­ tados y a de sacar todo lo que fuere menester en el paredón para las dhas tres ventanas a su costa y ansi sera como en todo lo de demas esta dho, diego de praues Ale de tolossa. Memoria de las piezas q sean de sacar para las basas y pocolos délas capillas hornecinas. Primeramente para las pilastras de afuera del paredón 36 piecas de basas de a pie y tres quartos de alto con dos dedos mas para el desbasto y tendrán de largo tres pies y de lecho de dos y m 2 a dos y tres quartos de pie an de ser entregados lechos y juntas tan anchos por de dentro como por de fuera. Mas ^6 varas de sillares para el pocolo por de fuera q a de yr en dos yladas de a pie y m 2 de alto y dos pies de lecho entregados, paraMas los espacios de entre las pilastras de afue­ ra sean de sacar de basas 33 varas de alto de a pie y tres quartos como las de las pilastras con dos pies y dos y m2 de lecho Mas doce pieças para basas por de dentro délas capi­ llas q tengan de largo tres pies y m2 y de alto dos pies y de lecho dos pies. Mas treinta y nueue varas de basas por de dentro q corre por las paredes y espacios q tengan de alto dos pies como las de demas y de'lecho otros doa pies. 3 2 J" Mas sean de sacar quinientas y cinquenta varas de si­ llares para pilastras por de dentro de a pie y medio de alto un dedo mas para el desvasto y de lecho de pie y tres quartos la mitad y de dos pies y m 2 la otra mi­ tad para tifones los quales servirán para las pilastras y nichos Mas 48 varas de ynpostas para por de dentro de a pie y m 2 de alto con dos dedos mas para el desvasto y de lecho tendrán a dos pies y tres quartos y a tres pies. Mas sean de sacar 440 varas de sillares y pilastras pa­ ra la parte de afuera de tres pies de largo y pie y m 2 cumplido de alto y pie y tres quartos de lecho diego de praues Al 2 de tolossa. A.E.P. Valladolid. Escrib. Amador de Santiago Leg, 484 f 2 202 y ss, Lunes 3 he Junio de 1585 años murió un obrero en la obra que le tomo debajo un tejado de la carzel enterróse en el claustro gastóse en el entierro lo siguiente -De una mortaja de angeo quattro reales -De abrir la sepultura a dos ganapanes dos reales -De una misa cantada quattro reales y dos rrezadas son seis rreales de amortajalle un rreal a una muger S.IoC. Valladolid. 0. N. f2 14v. Diego de Praves escribe de su puño y letra: ".... y para que este biaje se disimule y enmiende es nezesario ^ue V. md. de el remedio que sea mas combeniente"• Para el texto completo vid. pag. Valladolid, 12 de junio de 1587. Concierto con Diego de Praves, que se titula "maestro de la obra de la colegia­ ta desta v?", para traer piedra de Cigales para la dicha obra. A.H.P. Valladolid, Escrib. Amador de Santiago, Leg« "-tSp. s.fo 3 ¿ ¿ (4?-).- Praves comunica a Herrera que "los pilares esentos seña­ lados con la letra B. están sacados casi al pavimento de la yglesia con su poco de biaje como se ve en este borrón". (43) .- Condiciones con las quales sea de azer a destajo de can­ tería a toda costa eceto la cal y migajon dos pilares y dos trauiesas de una de las capillas hornezinas de la y- glesia mayor de vallid que es de los tres que están saca­ dos los zimientos el de en medio y el lado son las que se siguen- - Ase de azer el dho pilar de treinta y un pies y quarto de ancho desde un pie derecho del arco de una capilla asta el pie derecho de otra y de largo con su trabiesa a de tener treinta y dos pies y un quarto de pie desde donde comienza a nezer la dha trabiesa déla paralela o destero de las hornezinas asta el bibo délas pilas­ tras que rresponden a la ñaue colateral y de alto a de tener veinte y dos pies y m 2 desde el alto que agora están. - Ase de losar el dho pilar y trabiesa y los dos arcos de uno y el otro lado en el mesmo ancho que están cerra­ dos con losas de pie y quarto de alto por sus hiladas derechas y vien concertadas bien labradas y ajustadas en esquadria y de una boca descoda labrado el paramen­ to y juntas que todas ellas tengan el dho pie y quarto de alto bien entregado y labrados los lechos vasos ygualmente de picón grueso - Despues que esta dha viada este acabada como esta dho y puesta a nibel del pabimento que esta hecho sobre las tres bentanas de las hornezinas que es el andar de la yglesia se trazara y elegirá el dho pilar y trabiesa en la forma y manera que se muestra en la planta y al­ eado de Jhoan de herrera hechos para la dha obra con todos sus resaltos y rrincones entradas y salidas rre- lejes pilastras medias pilastras correspondencias y rrequadros y nichos todo ello vien proporcionado de lo menor en mayor según como se muestra por numeros en los dhos papeles y asentar sean sus vasas y medias va­ sas y zocolos todo ello muy a nibel vien asentado y labrado y trinchantado sin rrozas ni desportilladura ninguna las aristas mjiy bibas y muy derechas y bien sacados los rrincones de las molduras y que las juntas de las dhas vasas y de la otra quaiquier guarnición no sea mayor que el grueso de un rreal de a dos y en los lechos no se les dara de gruesa de cal mas que un tercio de dedo ni menos que el canto de un rreal de a ocho y esta horden se terna en el todo de la dha o- bra y en qualquier parte della a lo menos en todo lo que es pilar pilastras rrefajados guarniziones y zoco- ios y entrepaños y nichos que en todo ello a de hir labrado de una boca descoda lechos y juntas y las azes de afuera trinchantados de un golpe muy menudo desco­ da o dos o tres golpes asta que queden los paramentos muy linpios sin agujeros ni rrozas ni otra ninguna fe­ aldad como esta dho y a la parte de dentro de la capi­ lla llebara siis dos nichos y ¡çrequadros y encima en la forma y manera que están hechos en el testero de suerte que en todo se pareaca y tenga semejanza a 3u lado. Anse de azer en todo el dho pilar y trabiesa muy bue­ nas ligazones con sus despie^os correspondientes de los de un lado a los del otro y en los rrincones de todas las pilastras ni en otra parte alguna no sea de azer ni aga una junta sobre otra sin aber piedra entera en medio de manera que en los rresaltos uno sea ente­ ro y otro despezado y en los rrincones todos trasla­ paran las piedras que an de pasar dentro de la froga a lo menos un pie y otra enzima que la cruae al con­ 3 Z Ï trario y de 4 en quatro hiladas se aechara rrincon entero que rresponda a la trabiesa y pilar la misma rrazon se terna entre el pilar de la hornezina y el de la ñaue colateral y que todas las hiladas del uno y otro lado sean de una galga y que todas ellas sean de alto que vienen las de los dentellones de los tes­ teros sin que aga alto ni baxo ni anglazon ninguna y entre cada dentellón sea de encajar su rresalto de en­ tero de un quarto de pie de salida de manera que aga buena iigacon con la pared echa. Ase de labrar y asentar la ynposta en las partes que se muestra en los perfiles y aleados dichos con sus rresaltos y rrebueltas de rrincones las molduras muy derechas con sus aristas muy bibas y que este muy a nibel con la que esta asentada en los dhos testeros a de ser de piedra de campospero sin que tenga aguje­ ro ninguno a de ser piedra muy cerrada blanca y de grano menudo terna de alto y salida como la demas que esta hecha y de lecho de dos pies y quarto a dos pies la que menos entremetiendo sus tizones de suerte que entre uno y otro no aya mas que una pieza que lo dexe de 3er y esta horden se a de tener en qualquier parte del pilar o trabiesa que sea de guardar tiziones (?) o que lo dexe de ser. La pared trabiesa llevara las dos hiladas primeras y todos los rresaltos de los quatro angulos y rrefajados de la misma piedra que an de ser las pilastras todo e- 1 1o vien labrado y trinchantado y a de ser por quenta del destajero y lo de enmedio destos paüo3 entre los dos dhos rrefajados sera por quenta de la yglesia por­ que se le dara de que lo haga que a de ser sillares a picón ora sea de la piedra del claustro o lo dexa de ser o que se trayga piedra tosca y migajones de que 3z? los labre -  de ser obligado el dho destajero a desazer la parte del claustro poca o mucha que los comisarios déla obra y el beedor en su nombre ~ ansi para suplir en la tra- biesa como para toda la froga la qual dha froga de pi­ lar y trabiesa a de hir con sus cadenas cruzadas y gal- gadas al alto de las yladas de fuera haziendo que qua­ dros y basas las quales sean de rreynchir de rripio me­ nudo con su cal conveniente y grande abundancia de agua y para arrasar y allanar las dhas yladas se hechara su lecho caxeado sin poluo y apretándolo vien con el mazo quedara como conviene, Los lechos que an de tener las basas a de ser la que menos dos pies y sus rizones el que menos dos pies y tres quartos an de ser la mitad de tizones y la mitad de piezas . Las dhas pilastras y espacios y nichos y rrequadros ter- nan de lecho las piezas pie y m 2 la que menos los tizo­ nes serán de dos pies xanto de uno como de otro y no an de venir robados los lechos ni juntas ante sera ello muy ^ien entregado de manera que cassi sea tan ancha y alta cada piedra por el trasdós como por la cara y la que ansi no viniere pueda el sobrestante o bedor quitarle de su valor respetivamente y si viniere que­ brada o con algún pelo o defeto alguno pueda el dho bedor mandar echarlas y que se cobre dhos por rripio pagándole la yglesia lo que valiere a precio de migajon* A de ser toda la piedra de irasas y pilastras y nichos y rrequadros precisamente del termino de cabezón o cas- tronuebo en la parte y lugar quel vedor déla dha ygle­ sia le hordenare y señalare y el dho destajero no pue­ da traer ni traÿga piedra de otra ninguna cantera sin licencia del dho beedor. 3 3 ° Es condición que aunque este asentado en ei hedificio una piedra o dos o mas que esten feas y de mala tra­ za o tengan otro qual quier defeto pueda el dho beedor mandarlas derribar y que se derriben y ponagn otras en su lugar a costa del dho maestro a cuyo cargo es — tubiere la dha obra. Es obligado el dho maestro destajero a cortar y azer moldes y contramoldes andamios y zinbrias angarillas y cuezos y toda suerte de erramientas a su costa sin que por ello se le aya de dar ni de mas del dinero a que se obiere rrematado la dha obra. Yten que la aya de dar la yglesia la cal cernida y a— masada una bez como la demas cal gruesa que fuere nes- cesaria y todo el migajon todo ello puesto dentro de las puertas déla dha obra=, Es condición que no pueda dar ni de a destajo el dho maestro dentro de la obra cosa ninguna que sea de la- Drar o asentar sino que todo ello se aga a jornal muv despacio y vien entendido y fabricado. El dinero que se le hira dando según y como fuere ha- ziendo la dha obra de suerte que siempre se entienda tener mas obra hecha que el dinero que tubiere resci- uido y que queda para la postre en poder del mayordomo de obras cinquenta ducados y no se le puedan dar ni den asta que el dho beedor diga y declare si la obra esta bien y perfetamente hecha y acabada y rretundida y puesta_en toda perfecion qual conviene a semejante edi­ ficio y abiendo cumplido como esta obligado se le aca­ bara de pagar según la declaración del dho beedor. De: cada tapia de froga de ducientos pies quadrados se le an de dar quince reales dándole recaudo conforme a las condiciones de arriua. Por cada vara a toda costa de sillares de castronuebo y cauezon la saca trayda porte y labor y asiento a ~>Û quatro rreaies y quartillo -La uara de ^ocolos que a de ser de tres pies y quarto de alto a toda costa conforme a las dhas condiciones a cinco rreaies y m °0 - Varas de pilastras rrequadros y nichos de media vara de alto a seis rreaies an de ser conforme a las con­ diciones de arriua = y dásele los siete rreaies con condición que a de hechar las medidas y cordeles ha­ cer los moldes a su costa y sin que por ello se le a- ya de dar nada y no lo aziendo no se le a de dar mas que a seis rreaies. - Varas de vasas de piedra de cauepn o castronuebo conforme a las dhas condiciones se le an de pagar a veinte y dos rreaies cada una de toda costa, - Varas de ynpostas de piedra de campo espero a toda costa conforme a las dhas condiciones a veynte y.dos rreaies• -Varas de losa de piedra de cauezon o castrónuebo a to­ da costa conforme a las condiciones ansela de pagar a tres rreaies y medio -De angarillas cueros andamios y otros pertrechos se le an de dar a dos rreaies. Sepan quantos esta carta de obligación vieren como yo diego de prabes maestro de canteria vz2 de la villa de Ucles estante en esta villa de Vallid por mi como principal y en nombre de andres martinez y p? de león y diego lopez alconero vzQs de la dha villa de Ucles y por uirtud de un ynstrumento de poder e ynformacion que dello he y tengo sinada de escriuano publico que esta en poder de amador de santia-o escriuano originalmente para les poder obligar por mis fiadores y principales pagadores a todo lo contenino en esta escritura que es­ ta synado el dho poder e ynformacion de aionso louez e.3criTi° de Ia dha v§ de Udes su tenor de la quai es la que se sigue aquí entra el poder que esta en el rregistro de 83 por ende yo el dito diego de prabes por mi como principal y por los dhos andres martinez p° de león diego lopez al- conero como mis fiadores e principales pagadores en vir­ tud del dho poder e ynformacion de abono que de suso ba yncorporada todos quatro juntamente y de ¡nancomun,..., digo que por quanto yo me he concertado con diego de toro y francisco lopez de calatayud canónigos de la yglesia colegial desta dha v?.... de azer a destajo de canteria a toda costa eceto la cal y migajones dos pilares y dos trabiesas de una de las.capillas hornezinas de la yglesia mayor de vallid ques de los tres que están sacados los cimientos el de enmedio y el de lado son las que se si­ guen o aqui entran las condiciones de arriba, por ende yo el dho diego de prabes por mi como principal y en nombre de los dhos andres martinez p2 de león diego lopez alconero como mis fiadores y principales pagadores .... otorgo y conozco por esta presente carta que me obli­ go por mi persona y vienes «o.. * de azer y que are a desta­ jo de canteria a toda costa eceto la cal y migajones dos pilares y dos trabiesas de una de las capillas hcrnazinas de la dha yglesia y obra nueba que es de los tres que es- tan sacados los cimientos el de enmedio y el del lado con­ forme a las dhas condiciones que ¿e suso ban yncorporadas y por el precio y precios en las dhas condiciones conte­ nidos los quales dhos dos pilares y dos trabiesas are y acabare y porne en perfesion dende aqui (viene un blanco) .... // La qual dha obra segund dho es me obligo de dar acauada y en toda perfecion dende aqui al dia de nuestra señora de agosto primero que viene deste presente año de 3 3 3 la feciia desta carta..... fue fecha y otorgada en la v i ­ lla de Vallid dentro de la dha yglesia colegial a diez y siete dias del mes de leñero de mill e quinientos y ochenta y ocho años, Diego de praues A*H.P. Valladolid, Escriño Amador de Santiago Leg. 486 f° 21o 1588 Mas da por descargo y se le rreciuen en quenta trecien­ tas y setenta y siete mili y seis cientos y treinta y ocho mrs pagados a diego de praues por un destajo de dos trauiesas y pilares de las capillas hornacinas confforme a la scriptura que paso ante alonso esteuan en lo qual y diez y seis reales que se dieron a maquéeos por medir 1 a o b r a . S.I.C. Valladolid. 0. N, s.f. Mas se le rreciuen y pasan en quenta quinze mill y ocho cientos y quarenta y seis mrs que costaron las dos piezas de plata con sus cajas que se dieron a Jhoan de Herrera Tracador de su magestad y aposentador de palacio por manos del señor dotor bobadilla para que acauase las trazas. Mas honce reales pagados a Jhoan brauo escriuano del ayun­ tamiento por las dos libranzas de ochenta y siete y ochen­ ta y ocho, S.I.C. Valladolid. 0. N. s.f. { S O ) » - E. García Chico. D.E.A.C. T. I« Arquitectos, pp. 114-115. Valladolid, 1940. (5^).- Mas ciento y treynta y cinco mili y nueue cientos y no- uenta y tres marauedis que pago a los obreros y officia­ les y la a s s i s t e n d a de di 9 de praues y al gasto pertre­ chos y otras cosas. Mas da por descargo y se le rreciuen y pasan en quenta ciento y diez y seis mili seiscienxos e quarenta e ocho mrs que dio el dho canónigo a Ju9 martinez del barrio y J5 H felipe de la caxiga que tomaron un destajo de le­ vantar cinco pilares y una trauiesa como parece a fe 30 y 31 e hicieron ciertas demasias parece a f2 38 que ynportaron veinte y siete mili y noventa y tres mrs de todo lo qual resciuieron lo dho. Mas da por descargo y se le pasan en quenta quinien­ tos y quarenta reales que pago a diego de rriaño de labrar la piedra que fue menester para el pilar de la torre« Parece el precio y medida a f2 49-53 (5t).- Eo García Chico.- op. cit. p a g 0 115. (53).- Descargo 1590. mas se da por descargo y se le pasan en quenta treinta ducados que pago a diego de praues maestro de canteria de la dha obra de su salario» Mas da por descargo y se le pasan en quenta d u d e n — tas y ochenta y seis mili y ciento y cinquenta y dos mrs que pago a oficiales y obreros y la asis­ tencia de praues y madera y otras cosas. Mas da por descargo y se le pasan en quenta trein­ ta y cinco mili y ochenta y ocho mrs que pago en este año a di2 de rriaño a quenta de la piedra que labraua para la torre. Mas da por descargo y se le pasan en quenta trein­ ta y siete mili y ciento y sesenta mrs que pago a al° martin barrero por ahondar un cimiento y sacar la tierra y traer quinientas y cinquenta y seis cargas de arena todo importo lo dho conforme a es- criptura ante amador de santiago en doce de agosto de I 5 9O 0 Mas da por descargo y se le pasan en quenta mili y nueuecientos y setenta y dos mrs que pago a Sebas­ tian de la uega de labrar veinte y tres baras de cocolos a destajo concertado con di2 de praues. S.I.C. Valladolid. 0. N s.f ( 5$ ) . (5 J ) . (5Í). (5?). Mas da por descargo y se pasan en quenta quarenta mili y quinientos y treinta y seis mrs que se gastaron (entre otras cosas) treze mili y quinien­ tos y treinta y dos costaron una pila de plata do­ rada con un coral para ju2 de herrera la quäl H e ­ ft o el dotor bobadilla» SoIoCo Valladolid» 0» N» s.f. Descargo año 1591 Primeramente da por descargo y se le rreciuen y pasan en quenta diicientas y cinquenta y quatro mili y siete cientos y treinta y seis mrs que pago a los obreros y oficiales con la asistencia de praues. Mas da por descargo y se le rreciuen y pasan en quenta setenta y seis mili y ochocientos y cuaren­ ta y seis mrs que pago a diego de rriaño a quenta de un destajo de piedra que a labrado en este año» Mas da por descargo y se le pasan en quenta cuaren­ ta y tres mili y diez mrs que pago en siete de agos­ to de noventa y uno a alonso martin Terrero por un destajo que tomo de abrir un oyo por escritura an­ te amador de santiago este dia» 5.1. C. Valladolid» 0. N. f* 1 , lv» En el apartado de cuentas diversas y gastos extra­ ordinarios aparece la siguiente partida: " una pieca de plata dada a francisco de mora", 5.1. Co Valladolid. 0. N. f° 3» scriptura y condiciones para hacer el pilar de la obra nue'oa a 3 diziembre 1 5 9 2. Las condiciones conique se a de obligar ale martin a hondar y abrir los cimientos del pilar y ttraviesa del crucero de la yglesia maior de ba- llid son las siguientes» Primeramente que el dho a l 2 martin a de ahondar todo lo que fuere necesario en toda la zepa que se a de cimentar del tamaño y forma que esta la de hacia esgueva que esta hecha y ansi mismo ahondara la traviesa con lo demas que rrebuelue hacia los dentellones de junto al corral del s?r chantre y a de abrir y ahondar la trauiesa o cadena de los ar­ cos de las ornecinas de suerte que no a de quedar cosa alguna por linpiar para acabar de elegir lo que falta en todo este dicho lado conforme a la traza de -Ju2 de herrera y lo que a de ahondar a de ser asta el agua todo ello ygualmente y a de sacar el dho al 9 martin toda la piedra que saliere de todo el dicho cimiento y desacer la parte de los cimientos del claustro pocos / i muchos que / o— hiere en todo lo que sea de ahondar y pondra la piedra en parte que no enbarace. Yten que la tierra sea de echar en toda la plaj:a de santa maria en la parte que se le señalare y dentro de la dicha obra echara lo 4.ue cupiere en los hoios del pilar grande y capilla hornecina del Ipoco de hacia el corral del dicho chantre como no s e a lebantar mas que el pauimento de la yglesia y todo lo demas se a de echar como esta dicho en la dicha pla^a„ Yten que sea de dar echo y acabado todo este dicho destajo para en fin de maio del año de 93 y para que se pueda asentar y de fin a lo menos la zepa principal del dicho pilar. Yten que se le a de dar al dicho al 2 martin que el trauajo y ahondar de todo este dicho destajo y limpiar la tierra y piedra esceto los sillares que están fuera sobre la tierra y a estos sean de apartar por parte de la dicha yglesia / tres mil rreales los quales se le an de pagar en esta ma­ nera la quarta parte luego como se aia hecho la 3 3 r escritura y la / otra quarta parte luego como aia hecho la quarta parte del dicho destajo y lo demas como fuere haciendo el dicho hoio de suerte que para la postrera a de quedar la quarta parte y ul­ tima para en acabando el dicho destajo y para to­ do a de hacer escritura en forma diego de praues (Las condiciones son autógrafas) Sepan quantos esta carta de obligación vieren como yo ale- martin vz2 desta vi§ de vallid = digo que por quanto yo me he concertado con el cane fran­ cisco lopez de calatayud mayordomo de la yglia e obra nueba de la yglia colegial desta vi§ de abrir a toda costa hasta el centro del agua los cimientos de la capilla que corresponde a la casa del chantre enfrente de la de santisteuan conforme al memorial y condiciones firmado de die de prabes su tenor de las quales es estas que se signen, aqui entran las condiciones Por ende otorgo e conozco por esta presente carta que me obligo de abrir los dichos cimientos según e de la forma e con las condiciones suso yncorpo- radas y por ello me an de dar tres mili reales pa­ gados en la forma arriiia dicha.... fue fecha e o- torgada en la v§ de vallid a tres dias de diciem­ bre de mil e quinientos y nouenta e dos años. Alonso Vartin AoH.P. Valladolid. Escrib. Amador de Santiago. Leg. 490. f 2 217o Descargo 1592, Vas da por descargo y se le pasan en quenta ducien- tas y cinquenta y ocho mili y siete cientos y cin- quenta y dos mrs que parece pago a los obreros y officiales y asistencia de praues y otras cosas. Mas da por descargo y se le pasan en quenta ciento y diez y siete mill y ciento y treinta y dos mrs que esta año pago a diego de rriaño en quenta de un destajo de piedra que a labrado» Mas da por descargo y se le pasan en quenta quatro mili y trecientos yv cinquenta y dos mrs que dio y pago a praues por quenta de su asistencia y de rresto della los quales se auian de asentar con partida de arriua de 258752 y no entraron en ella por berror quando se saco» Mas da por descargo y se le pasan en quenta quaren- ta y tres mili y diez mrs que pago a alonso martin por abrir un pilar toral y motia la capilla de san- tisteuan concertado con el dho. Mas da por descargo y se le pasan en quenta diez y siete mili y quatro cientos y doce mrs pagados a diego de rriaño ademas de los 117152 de arriua q quenta de otro destajo que no esta fenezida la quenta » S.I.C. Valladolid. 0. N. fe 2, 2v. (5?).- Descargo 1593« Mas da por descargo y se le pasan en quenta sesenta y un mili y ducientos mrs que pago a diego de Ria- ño por un destajo de macizar el pilar que se abria cane la casa del chantre. Mas da por descargo y se le pasan en quenta cien mili y seis cientos y veinte y seis mrs que pago a alonso martin barrero a la redicilla por abrir un cimiento de un pilar y trauiesa que responden a la casa del chantre concertado en tres mili reales conforme a la escritura que.paso ante amador en dos de diziembre de 92 lo que falta dio de limosna. Mas da por descargo y se le pasan en quenta siete mili y quinientos mrs que pago a Xpoval belazquez 3 3 1 ensamblador por hacer los estrados junto a la ca- pilla de san llórente a de pagar la mitad el señor abad don alonso de mendoza y a dado póliza rara que se cobre su sisa año de 92 Mas da por descargo y se le pasan en quenta doce ducados que pago a andres salgado por abrir una trauiesa lo qual conzerto prau e s . S.I.C« Valladolid. 0 . N. fe 4, 4v0 «— E. García Chico.- DoE»A.C. T. I. Arquitectos« pp« II6-II80 Valladolid, 1940. Descargo 1594. Mas da por descargo y se le pasan en quenta trein­ ta y cinco mili y seis cientos y ochenta y quatro mrs que pago a di? de rriaño a quenta de un desta­ jo de labrar y asentar el qual corre desde este año y en el le pago lo dho. Descargo 1595. Primeramente da por descargo y se le pasan en quen­ ta ducientos y tres mili y quarenta y tres mrs que pago a los obreros asentadores y labrantes y asis­ tencia de Praues y otras cosas estrahordinarias. Mas da por descargo y se le pasan en quenta ciento y noventa y siete mili trecientos y veinte y seis mrs que pago a diego de rriaño destajero a quenta de un destajo de labrar y asentar y no le acauado que quando lo sea se pondra la resta comenco el año de 94 Descargo 1596 Yten da por descargo y se le pasan en quenta cin- quenta y un mili e quatroc ientos y sesenta y ocho mrs que pago a diego de Riaño a cumplimiento de 284478 mrs que ubo de auer por su destajo iten da por descargo y se le pasan en quenta diez y siete mili mrs que se pagaron a diego de praues 3 W de los reparos que hico en la casa que bibe. S.I.C. Valladolid» 0. N. f2 5 , 6 , 7v. (éü).- Descargo 159 9« <̂2, P®1* descargo y se le pasan en quenta cien­ to 3/ veinte y tres mil y quatrocientos y veinte mrs pagados a diego de praues maestro de la obra de la 3 bl e s i a ^or el salario que se le da slnjla asisten­ cia dende principio del año de 89 asta oy de 99 se monta lo dño a razón de 550 reales cada año. Yten da por descargo y se le pone en quenta trecien- tos y quarenta mili mrs que en 28 de marco se pa­ garon a di2 de rriañb y se le acauo de pagar el des­ tajo que se hij;o con el de hacer las dos capillas del lado de Ju2 de Santisteuan y ponellas al alto questa dha capilla el qual destajo se concerto en doze mill reales y deso le uajaron dos mili reales y se le pagaron los diez mili obreros y oficiales y asistencia de di? de praues pagado deste año de 99 trecientos y quarenta (?) y dos mili quatrocientos y cinco mrs. S.IoC, Valladolid. 0, N. f2 1 1, n v , 12v» (6^)»- Descargo I600 años Yten da por descargo y se le pasan en quenta ciento y veinte y seis mili mrs pagados a obreros y ofi­ ciales y asistencia de praues asta tres de junio deste año» Yten da por descargo y se le pasan en quenta diez Y sesenta y quatro mrs pagados a Ju2 de rriafío a buena quenta de labrar las piedras de llizes de la puerta del medio de la yglesia que son nueue dá­ sele por cada una 40 reales. S.I.C. Valladolid. 0. N. fs I3 . ( 6 1 ) Años I600 y I60I. Yten se le descargan siete mil y setecientos ein- 3 «fri quenta y dos mrs que pago a pedro de vega y a pedro de salas canteros por abrir y sacar el cimiento que esta junto al callejón en que lo tomaron a destajo» Yten se le descargan veinte i tres mili y ochocien­ tos mrs que pago a di 2 de praues a quenta de 34476 mrs que averiguo quenta con el deuersele asta fin de año de l600 a ra^on de treinta ducados cada año que se le da de salario y quatro reales de asisten­ cia en cada un dia como consta por el fenecimiento de quenta que se hij:o con el en el libro de la dicha obra. ö « I o C « 'Valladolid • 0» f 2 lj?« (6J ) „- 1602 Yten me descargo de treinta ducados que pague a die­ go de prabes maestro mayor de la obra que son del salario de el año de mili e seiscientos y dos años que estos se le pagan de mas de lo que se le da or­ dinario cada dia <|ue se trabaxa en la obra tengo carta de pago Yten mas se le descargan doce mili quinientos y o— chenta mrs que pago a di 2 de praues a cumplimiento de setecientos reales que le dio asta 7 he agosto deste año de seiscientos i dos en tres partidas de que ai cartas de pago en el libro del descargo del dho canónigo y se les pago a quenta de lo que a de hauer de su salario de asistencia ansi deste año como de los de 600 y 6oi• l603. Yten se le descargan ochocientos nouenta y quatro reales que parece pago este año a di 2 de praues a quenta de su salario de que se a de hacer quenta. corriente con el y se los pago los ochocientos i cinquenta e un reales de tres cartas de pago que 3 H 2 e s t á n p u e s t a s en e l l i t r o d e l d e s c a r g o d e l d i c t o c a n ó n i g o y l o s q u a r e n t a y q u a t r o d i o a f r a n c i s c o d e p r a u e s s u h i j o como en e l d i c h o l i t r o a p a r e c e , 1604. Y t e n s e l e d e s c a r g a n m i l i i c i e n t o i t r e i n t a % q u a - t r o r e a l e s i c i n c o mrs q u e t a l e n t r e i n t a i o c h o m i l i q u i n i e n t o s i s e s e n t a i un mrs que p a g o a di.2 de p r a u e s a q u e n t a de l o que h u t o d e h a u e r de s a ­ l a r i o y a s i s t e n c i a a l a o t r a de q u e a i d o s c a r t a s de p a g o en e l l i t r o d e l d e s c a r g o d e l d i c h o c a n ó n i ­ go c o n q u i e n s e a de a j u s t a r l a q u e n t a . l605 • Y t e n s e l e d e s c a r g a n m i l i y d u c i e n t o s y t r e i n t a y s e i s r e a l e s q u e p a g o en d o s p a r t i d a s a d i 2 de p r a ­ u e s a q u e n t a de s u s a l a r i o de a s i s t e n c i a s de l a o - t r a como p a r e c e p o r d o s c a r t a s de p a g o d e l l i t r o d e l d e s c a r g o de d i c h o c a n ó n i g o , Y t e n s e l e d e s c a r g a n s e t e n t a r e a l e s que p a g o a P e ­ d r o de o i o p o r c i e r t o d e s t a j o d e l t r a v a j o de c a n ­ t e r o en l a o t r a y d i o h e l i o s c a r t a de p a g o en e l l i t r o d e l d e s c a r g o de d i c h o c a n ó n i g o , 1 6 1 2 . Y t e n s e l e d e s c a r g a n t r e i n t a i un m i l i i c i e n t o i q u a r e n t a i q u a t r o mrs q u e p a g o a d i 2 de p r a t e s ma­ e s t r o de l a d i c h a o t r a i a r c h i t e c t o de s u magd y a l a r i f e d e s t a C iu d a d a q u e n t a de s u s a l a r i o y a s i s ­ t e n c i a s e n l a d i c h a o t r a de t o d o s l o s d i c h o s a ñ o s como p a r e c i ó p o r l a c a r t a de p a g o <|ue d e l l o e n t r e ­ go ( l o s a ñ o s que s e r e f i e r e s o n l 6 0 7 , I0 O8 , I6 0 9, 1 6 1 0, I61I, 161 2) 1613. Y t e n s e l e d e s c a r g a n q u i n i e n t o s p o r q u e d i c e a pa-» gau o a d i e g o de p r a t e s m a e s t r o de l a d i c h a o t r a p o r e l s a l a r i o que t i e n e de m a e s t r o de l a d i c h a o t r a 3 43 y por lo que se le da los dias que se asienta en la dicha obra a queuta de lo quai a dado lo suso dho de que entrego carta de pago. S.I.C. Valladolid. 0. N. 29v, 32, 34, 36v, 37v, 70, 95v0 1614. Yten se le descargan dos mili y doscientos y ochen­ ta y ocho reales que pago a Pedro de la Barcena maestro de canteria por nouenta y cinco haras y una tercia de cornijas que labro y dio aparejadas y ajustadas hasta ponerlas en perfección para asen­ tarlas en esta manera las 6l baras se asentaron des' de el rincón del segundo pilar que esta entre las dos primeras capillas hacia el crucero hasta la pa­ red de la calle de la obra y las 34 baras y tercia restantes se asentaron en los dos pilares esen^os del cuerpo de la yglesia que caen hacia las puertas principales de la dha yglesia todo en el lado de la epistola della concertadas a veinte y quatro reales cada bara que monta los dichos dos mili do- cientos ochenta y ocho reales y balen setenta y siete mili setecientos y nouenta y dos mrs que se descargan mostro carta de pago. Yten se le descargan treynta y un mili docientos y beinte y tres mrs que pago al dicho P° de la Bar­ cena por nouenta y dos baras menos sesma de alqui- trabe o friso que labro y dio ajustado y aparejado para se asentar y se asento debajo de las cornijas de la pared e pilares de la partida antes desta en esta manera debajo de las cornijas de la pared di­ cha cinquenta y nueve baras y media y en los pila­ res treynta y dos baras y tercia concertada cada bara a diez reales que montan los dichos 31223 mrs 3 H de que aostro carta de pago en el dicho su libro0 Yten se le descargan mill y quinientos y siete rea­ les que pago al dicho de la Barcena por labrar aparejar y ajustar setecientas cinquenta y tres baras y media de sillares cajas rompedas 7 esqui- concertatâis a nos reales la bara las qnales se asentaron en esta manera^ en la pared arriba dicha assi por la una parte como por la otra sacados los huecos de las puertas ventanas quinientas 7 nouen- ta 7 dos baras 7 en los dos pilares arriba dichos ciento 7 treinta 7 una baras 7 media 7 en los den­ tellones desta pared embecaduras 7 pilastras y rin­ cones la ¡3 treinta baras restantes como parece en el dicho su libro por cinco partidas de que mostró car­ ta de pago. S.I.C. Valladolid, 0. N. 105^> 106. Yten se le descargan diez 7 ocho mili trecientos 7 sesenta mrs que pago al dicho Bedro de la Barcena por labrar las tres puertas bentanas que ay en la dicha pared 7 en cada una de ellas se an labrado 7 asentado tres hiladas de tranqueros de cada pie de­ recho de hacia la parte de fuera y mas tres hiladas de esconces de cada pie derecho de hacia la parte de dentro \ mas dos salmeres que toman todo el grue­ so de la pared de cada parte el suyo y un dintel de siete pies de largo y tres dobelas que la cierran por la parte de arriba que todo ello se concerto en los dichos I8 3 6 0 mrs que le pago y nostro carta de pago en su libré. Yten se le descargan dos mili setecientos y veinte mrs que pago al dicho Pedro de la Barcena por vein­ te baras de sillares trinchantados que se sentaron en la pared 7 pilar que corresponde a la pared arri- J k r ba dicha que (da) a la calle de la obra en que ubo siete cajas de a pie cada una y otras tantas esqui­ nas y se concerto a quatro reales cada bara los qua­ les le pago ÿ mostro carta de pago. Yten se le descargan quinientos reales que pago a Diego de Prabes maestro de la obra por el salario que tiene en ella y a cuenta de la asistencia que en ella a hecho este ano de 6l4 en el tiempo que se a asentado y labrado en la dicha obra de que mos­ tro carta de pago. S.IoCo Valladolid. 0. N. fe 106, 106v, 107. (6£).- 1 6 1 5 y 1 6 1 6 . Yten se le descargan tres mili y cuatrocientos y o- chenta y cinco mrs que gasto en acer do3 cimbrias de madera para el arco que hijo el dicho año de 6l6 soure la puerta principal de la dicha yglesia en que entran la madera clauos y jornales del Ma­ estro que las hijo Yten se le descargan veinte y un mili quinientos y cinquenta mrs que pagp a diego de Praues maestro mayor de la dicha obra a buena cuenta del salario que se le da en cada un año y por la asistencia que hijo en la dicha obra en los dias que se asento y trauazo en ella de que mostro carta de pago. S.I.C. Valladolid. 0. N. f° 119, 120. (6$-).- 1 6 1 7 y 1 6 I8 . Yten se le descargan nouenta-y—un mili ciento y cinquenta y quatro mrs que pago a Pedro de la Bar­ cena maestro de obras y aparejador de la dicha obra por ochenta y dos baras y una tercia de cornixas que labro a veinte y quatro reales cada bara y por setenta baras y media de frissos que ans i mismo la­ bro a destajo a rracon de diez rreales cada bara 3 k é con obligación de darlo todo ello aparejado y ajus­ tado para asentarlo como lo hizo y todo ello se assento el berano de 6l8 y monto la dicha cantidad de que dio carta de pago* Yten se le descargan seiscientos reales que pago a Diego de Prabes maestro de la dicha obra nueba a buena quenta del salario que se le da en cada un año y por la assistenda que hizo en la dicha obra en los dias que se asento y trauaxo en ella de que mostro carta de pago. 5.1. C. Valladolid. 0. N . fe 1 3 7 , 140. (6?).- 1619 y 162 0. Yten se le descargan ochenta y seis mili cuatrocien­ tos y ventiocho mrs que pareció haber pagado a p° de la Barcena maestro de canteria por setenta y cinco varas y media de cornijas que labro a desta­ jo y se asentaron sobre la capilla del pozo y pi­ lares esentos que se corresponden el verano pasado de 619 a razón de veinte y quatro reales la vara y por setenta y tres varas de alquitranes que se assentaron eá el dicho verano devajo de las sobre dhas cornijas a razón de diez y seis reales cada vara con obligación de aparejar y ajustar las dhas cornijas y alquitraues hasta assentarlas como lo están y se concertaron con interuencion de diego de Praues maestro mayor de la dha obra de que dio carta de pago el dho p2 de Barcena que esta firmada en el libro del dho sr Canónigo. 5.1. C« Valladolid. 0. N« f2 1 55. (6 3 ).- La leyenda del dibujo firmado dice así: "Planta del modo y forma de los andamios ^ue sean de hacer pa­ ra cerrar los arcos délas capillas y ñaues de la sancta yglesia desta ciudad de vallid en 1 de sep­ tiembre de I619 años. diego de praues. (*». (7-f). (7i). (75). - Vid* capítulo de Lie¿o de Fraves„ - 1 6 2 1 . Ytten se le descargan diez y ocho mili y setecien­ tos mrs que pago a francisco de praues maestro ma­ yor de la obra los veinte ducados por el salario ordinario que se le da en cada un año y son de to­ do el de 621 y la rresta por ayuda de costa que es­ te Cabildo le mando dar por lo que tra^o y asistió a la obra este año estraordinariamente de que en­ trego carta de pago. 5.1. C. Valladolid. 0. N. f2 172 - Yten se le descargan nobecientos reales que pago a du2 de Trocadilla maestro escultor vz2 de palencia por el capitel y medio corintio que labro y se asen­ to el dho berauo de 6 2 1 en el arco perpiano que es­ ta echo al pie de la yglesia junto a la puerta prin­ cipal della y en el dho precio lo taso y modero el dho francisco de praues maestro de que entrego car­ ta dé pago. 5.1. C. Valladolid. 0. N. f2 172. - 1 6 2 2 . * Ytten se le descargan nouecientos reales los quales por su libro pareció hauer pagado a Ju2 de Trocadi­ lla por hauer labrado capitel y medio que al pre­ sente esta en el taller de la obra por asentar a rae on de a seiscientos reales por capitel en que se concerto. Yten se le descargan ttrecientos y veinte y dos reales que por su libro pareció haber pagado al dho Jli2 de rropadilia a quenta de los modillones que pareciere hauer labrado para la dha obra / con abertencia que francisco de praues a de apreciar todos ios modillones que ubiere labrado y lo .xue se le restare debiendo sea de pagar al dho Ju2 de 3 H t 3k« Bosadilla. Ytten se le descargan cinco mill novecientos y o- chenta y quatro mrs que por dos partidas de su li­ tro pareció hauer pagado a francisco de praues ma­ estro de la otra y a quenta de su salario de todo el año de 6 2 2. 5.1. C. Valladolido G. N. fs 183, 184o (7^)«“ Eo Garcia Ctico0- op. cit, pag. I360 1623o Yten se le reciten en quenta seiscientos reales y un quartillo que pago a Ju9 de Eozadilla maestro de canteria por mandado del cabildo a quenta de los modillones que latro en vida del señor canónigo Roque de osma de que entrego carta de pago como parece en el litro de su quenta. Yten se descargan ciento y cinquenta y dos reales que pago a Jue de la cruz carpintero por las escri­ turas que hizo para cimbrias para el arco segundo y las puso en el como parece en el dicho litro. Yten se le reciten en quenta siete mili quatro cientos i ochenta mrs a fransisco de prabes arqui­ tecto de su magd i maestro de esta obra nueta de su salario de un año asta nabidad fin de el de 623 de que entrego carta de pago. Yten mas le pago al suso dicho quatro ducados que le quedo debiendo el canónigo Roque ¿e osma de su salario del año de 622 como parece en este litro a donde parece que no le pago mas de diez i seis ducados y sea memoria para claridad de la yda an­ tes de esta que los veinte ducados de ella son as­ ta nabidad fin de ó¿3 . 5.1. Co Valladolid. 0. N. fe 199, 20G, 201„ (75).- 1624. Yten se le reciuen en quenta treinta y seis mili 3 k 1 setecientos y veinte mrs que pago a Ju2 de Romani­ lla escultor en esta manera los 3 1 9 0b mrs por - labrar los dos capiteles corinthios que el uno se asento en este año en el pilar segundo y el otro queda labrado para el pilar tercero y los 5 ? 6 0 mrs restantes por hauer labrado otras dos piedras para el capitel del pilar canton y por hauer ayudado a labrar quatro modillones- que están aora en la obra, Yten se le reciuen en quenta quatro mili y quatro- cientos y ochenta y ocho que pago al dho Joan de Ro^adilla y Ju2 de tolosa por labrar dos capiteles para sobre el primer arco a seis ducados cada uno, 5.1. C, Valladolid, 0. N. f° 221. (?£).- E. García Chico,- op. cit. pag, 153* ( 7 » Yten se le reciuen en quenta quatro mili mrs que pago a Joan de la Cruz por hacer quatro cimbrias para el arco de enmedio de la ñaue. Ytem siete mili y quatrocientos y ochenta mrs que pago a francisco de Praues por su salario de maes­ tro mayor de todo el año de 624 de ^ue dio reciuo. 5.1. C. Valladolid. 0 . N. fe 221v, 223v. (7?).- 1625. Yten siete mili y quatrocientos y ochenta mrs que pago a francisco de praues maestro mayor de la obra por su salario de todo el año de 6 2 5. Yten quarenta y ocho mili y cien mrs que por su li­ bro parece hauer pagado a joan Velez y a Joan de Inestrosa canteros por la piedra (varias partidas). Yten trece mili trescientos y veinte y ocho mrs que pago a miguel de agüero y a Ju2 de repide can­ teros por 289 baras y media de sillares que labra­ ron a pico a ra^on de a real y doce mrs la bara que monta lo dho. 3 SV Yten veinte mill quatro cientos y treinta y quatro mrs que se pago a diferentes- personas por el valor de. 2 5 1 cargas de yeso que se gastaron en zerrar la boueda de ladrillo de la capilla baxa y enlucir­ la y labrarla hasta la ymposta de piedra0 Yten treinta y seis mili nouecientos y diez y ocho mrs que pago a francisco moro y a los demas oficia­ les y obreros que se ocuparon de zerrar la dicha boueda de ladrillo y en blanquearla y labrarla de yeso en que se ocuparon diez semanas0 S.I.Co Valladolid«, 0. N, fs 258, 259, 26(3, 2 6I . (7 ? ) . - l6 2 6 Quatro ducados que deue Ju? de rozadilla por cédu­ la es el que labra los capiteles deue mas el dho por si y por francisco martinez de colina otros quatro ducados por cédula Yten sesenta y un mili seiscientos y quarenta y cinco mrs que se pagaron a Ju2 Velez y a Ju2 de I- nestosa por la piedra siguiente (varias partidas) Yten siete mili y quatrocientos y ochenta mrs paga­ dos a francisco de Praues por salario de todo el año de maestro mayor* Yten mili y quatro cientos y veinte y ocho mrs pa­ gados a P2 de la Peña cantero por un papel de la planta de la obra que tenia en su poder porque le di es e. S.I0C 0 Valladolid* 0. N. f2 282, 2 9 6 , 297* (20)«~ En julio de 1642 dan a -Juan de fíepide diversas can­ tidades para trabajos en la Obra Nueva, pero no se especifican * En agosto le dan diversas cantidades por la piedra que ha traído para San Ambrosio. Lo mismo en setiembre* 3 S l Como asentador aparece constatémente trabajando Pe­ dro de Chavarria. De enero a octubre del año de 1643 aparecen cuentas con Juan de Re'pide, muy poco interesantes, se re­ fieren a labrar y asentar piedra, Pedro de Chavarria sigue apareciendo como asentador En 1 6 4 4 a Juan de Repide ciertas cantidades por pie­ dra labrada. En 1 6 4 5 , ciertas cantidades a Juan de Re'pide por labrar piedra, Pedro de Chavarria aparece asentando. En 1 6 4 6 aparece Pedro de Chavarria como asentador, S9I.C0 \aliadolid, 0. No Libros anuales, to­ dos muy deteriorados de los años 1642, f2 25; I6 4 3, f - 25j 1644, fs 25; 1645, £2 22 y I6 4 6, (8^).- De 5 de septiembre inclusiue hasta diez del dicho inclusiue trauaxaron quatro peones en abrir los ci­ mientos déla capilla ganauan a tres reales menos quartillo trauaxaron cinco dias y ganaron en ellos cinquenta y cinco reales. Aparece Pedro de Chavarria como asentador, S«ItC« Valladolid, 0. N, Libro de 1644, f$ 26. (8Z).- E, García Chico,- op. cit, pag. 178. ( “ En an0 he 1 6 5 6 Juan de Repide trae piedra para la obra. En 165g, se paga a Juan áe Repine ciertas cantiáa- des por labrar piedra. También trabaja en la obra Pedro de Chavarria, Sol.Co Valladolid, 0. No Libro del año de 1 6 5 6, f? 19 y ss,; Libro del año de 165S, f2 33 y ss0 Enr I662 aparecen trabajando en la obra Juan de Repi- de y Pedro de Chavarria. El 23 de marzo no auiendo querido pbiigarse los al- bañiles de vallid a hazer las quatro bobedas de la nabe mayor enbie a Autillo de Campos por Francisco Tejerina y hize escritura con el obligóse como por ella mas largamente consta a hazer las dhas quatro oobedas de una asía de ladrillo jaharradas y guar­ necidas de la manera que yo escogiese la guarnición todo a satisfacion d e maestros en precio de dos mil y seiscientos reales cada una de manos dándole al pie de la obra todo material y puestas las cimbrias por mi quenta dile quatroc ientos y sesenta reales. En 20 de Mayo vino francisco Tegerina a fabricar las bobedas dile en quenta de lo que ha de auer quinientos reales 22 de mayo, 400 reales 7 de junio 200 reales 16 de junio 200 reales 17 de junio 550 reales Mas di a Martin yerno de francisco Tegerina 200 re­ ales en 24 de junio de orden de su maestro que se £ue a su tierra y me dijo los entregase para pagar a los obreros que trae. 29 de junio 78 reales 1? de julio 300 reales 3 de julio 25 reales 7 de julio 300 reales 10 de julio 290 reales 14 de julio 300 reales l6 de julio 375 reales 22 de julio 500 reales 24 de julio 290 reales 25 de julio 100 reales 27 de julio 27 reales nn l66p y I666 sigue trabajando en la obra Chavarria y compañía* asi como los restantes oficiales» Sol.Co Valladolid., 0. N. Libro del año 1662, £ 9 15, 83, 83v; Libro del año de 1665, f2 14; Libro del año de 1 6 6 6, f° 14» En 2 de setiembre di a francisco tegerina 440 rea­ les en quenta de lo que ha de auer de hacer las siete vobedas de las capillas concertadas a mil y ducientos reales cada una y han de ser de media asta y este concierto es solo de manos. 5.1. C. Valladolido 0. N. Libro de I6 6 9 , f? 45« En el libro grande de Obra Nueva, en el año de I6 6 9, en el f? 15v, aparece la siguiente nota: "Yten se le hacen buenos 440 reales por tantos pagados a Francisco Tegerina mro albañil los quales se le die­ ron en señal para que finiese a hazer las bobedas de las siete capillas. (8^).— Bobedas de las tres capillas. Ajustes con Vivanco maestro albañil hazer las tres bobedas de las tres capillas de la Nabe de el euan­ gelio a cien ducados de manos por cada una labrada y blanqueada y le di por las tres 300 ducados, has di a dicho maestro 650 reales por apincelar las dos primeras capillas y por boluer a labrar y a blan­ quear la de Ju2 Velarde q estaba pasada de las a- guas. Ñas di al dicho maestro 226 reales por pin- zelar la capilla que oy es parroquia. Mas di a los oficiales de Viuanco 21 reales por qui­ tar el andamio de esta capilla, 5.1. C. Valladolid. 0. N. Libro del año de I6 7 8, £2 48. En el libro grande de obra Nueva, aparece la siguier te partida en el año de 1608,4 "Yten se le hazes bue­ nos ocho cientos reales ^ue pa-o a Antonio donoso por hazer el tejado de la capilla de ju2 velarde, poniendo vigas sobradiles clcñoos y manos y ios dos tabiques de los lados dandole la obra la te j saria que se le dio de las casas derribadas portico » En el libro grande de Obra Nueva, el año de(8?-) o- en el f° 20v, aparece la siguiente partida: "Yien se le hazeü buenos 142 reales por tantos gastados este año en el labrar y asentar la escalera de el portico y otras gradas que estaban quebradas. (8^).- En el libro grande de Obra Nueva aparece la siguien­ te referencia en el año de l668: MYten se le hazen buenos mil y quinientos y nueue reales que pago a francisco zamora maestro cuetero por los fuegos que se tiraron en la plaza de santa maria la vispe- ra de la traslación de el santissimo a la Yglesia nueba sabado 25 de Agesto deste año. (8í̂ ).- F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pp. 59-65. Madrid, 1947. (?e) ti dibujo de media iglesia, hecho por Diego de Tra­ vés, presenta la siguiente leyenda autógrafa: "Planta de la media yglesia trasladada del original de Ju2 de herrera por di2 de praues diego de praue s. La planta está en un estado desastroso, comida por la carcoma y necesita una urgentísima restauración. (9-íjf).- El dibujo de Pedro de Mazuecos el Mozo, interesan­ tísimo, y que será estudiado más adelante, posee la siguiente nota autógrafa: "Perfill y aleado del crueero y claustro déla higlesia mayor de ballid Sacado del orixinal de Xuan de herrera architeto del Rey nuestro Señor y fue sacada por p2 de ma­ zuecos el mozo en Simancas a 21 de diciembre de 1590" P2 de macuecos (9Z*).- En el dibujo de la planta aparece el siguiente tex­ to: Manuscrito de Herrera: "planta deuna Capilla (93) (94) (95) (96) (97) (98) (99) délas Hornecinas Dela yglesia Maior de Vallid" Joan de He­ rrera. En un costado aparece otra leyenda del mismo arqui­ tecto, dice así: "no ay que Hazer caso de estos arcos de puntos". Esta sección lleva su propia leyenda manuscrita y firmada: "Montea y perfil de esta capilla y uan dos maneras de per­ files délas bueltas délas bouedas y las de los puntos que­ dan en el perfil señalado R es la mejor" Joan de Herrera. La traza, firmada, es una de las más hermosas obras de He­ rrera: "Delantera de la capilla Hornacina" Joan de Herre­ ra. .- Esta traza va firmada por Herrera y tiene la siguiente le­ yenda: "Delantera déla puerta de Santa Maria" Joan de He­ rrera. .- Sobre Juan de Herrera, amén de los clásicos trabajos de Ponz, Llaguno y Ceán, ahí están esas piezas capitales que son: A. Ruiz Arcaute.- Juan de Herrera. Madrid, 1936. Los polémicos libros de A. Portabales Pichei.- Los verdaderos artífices de El Escorial. 1945 y Maestros mayores, Arqui­ tectos y Aparejadores de El Escorial. 1952. El libro de L. Cervera Vera.- Las Estampas y el Sumario de El Escorial por Juan de Herrera. Madrid, 1954 y el estudio de F. Iñi- guez Almech.- Las trazas del monasterio de El Escorial. Madrid, 1966. .- Vid. la nota anterior más los aportes documentales de G«» de Andrés en A.E.A. , varios números. .- J.J. Martín González.- Tierras de España.... pag. 154. .- Sobre el concepto complejo de El Escorial, cfr. F. Chueca Goitia.- Casas reales en monasterios y conventos españoles, pag. 201 y ss. Madrid, 1966. &sta misma problemática la re­ coge W. Braunfels.- La arquitectura monacal en Occidente, pag. 232 y ss. Barcelona, 1975. Desde otro ángulo, R. Taylor ha abordado el problema del mundo complejo que es El Escorial y que fue publicados en el Homenaje a R. Witt­ kower.- Essays in the History of Architecture. T. I. Lon­ dres, 1967, y traducido recientemente al castellano con el título "Arquitectura y Magia. Consideraciones sobre la "idea" de El Escorial". Traza y Baza, nó 6. pag. 5 y ss. Barcelona. ( 100) . - (101).- ( 102) . - (103) .- (104) .- (105) .- (106).- (107) .- (108) .- (109) .- (110) .- (111).- ( 112) . - (113) .- (114) .- (115) .- (116) .- (117).- Véase al respecto el comentario que hace el P. Sigüenza sobre el proyecto de Paciotto para la iglesia escurialen- se. Fundación del Monasterio de El Escorial por Felipe II Madrid, 1927. pag. 77. Cfr. también G. Kubler.-"Francesco Paciotto, arquitecto". Rev. Goya, 1963-1964. pag. 86 y ss. M.L. Rokiski Lázaro.- "El claustro de la Catedral de Cuen­ ca en el siglo XVI. Sus arquitectos". Boletín de Informa­ ción del Excmo. Ayuntamiento de Cuenca, nS 82. pag. 23 y ss. Cuenca, 1975. F. Chueca Goitia.- La ^atedral.... pp. 121 y 123. F. Chueca Goitia.- La Catedral..... idem.- Ars Hispaniae. T. XI. Arquitectura del siglo XVI. Madrid, 1953. M. Walcher Casotti.- II Vignola. Trieste, 1960. Giovannoni.- Saggi sulla architettura del Rinascimento. Milán, 1935. Especialmente el artículo sobre las iglesias romanas del Quinientos. Actas del Congreso sobre Gian Galeazzo Alessi. Especial­ mente el artículo sobre Alessi y las iglesias longitudi­ nales. Genova, 1975. M. Walcher Casotti.- II Vignola. T. I. Pag. 193 y ss. T. II, fig. 198 a 203. Trieste, 1960. M. Walcher Casotti.- II Vignola. T. I. pag. 89 y ss. G. Kubler.- "Galeazzo Alessi e l'Escuriale" en Galeazzo Ales- si e 1’architettura del Cinquecento, pag. 599 y ss. Geno­ va, 1975. F. Chueca Goitia.- La ^atedral..... pag. 97 y ss y dibu­ jo de la pag. 99. ibidem, pag. 99. ibidem. C. Vicuña.- "Juan Bautista de Toledo, arquitecto segundo de la fábrica de San Pedro, de Roma" A.E.A. pp. 1-8. Ma­ drid, 1966. P. Portoghesi.- Roma del Rinascimento. T. I. pag. 87 y ss. s.l. s.f. G. Giovannoni.- Saggi 0.... pag. 119 y ss. ibidem, pag. 119. S. Serlio.- Libro Quinto. Hay dos dibujos. F. Chueca Goitia.- La Catedral.....pag. 119 y ss. A. Por­ tabales Pichel.- Maestros mayores, Arquitectos y Apareja­ (118). (119) . (120) . (121). ( 122) . (123) . dores de El Escorial, 1952. G. Giovannoni.- Saggi.... pag. 120. Libro Cuarto, pp. 32, 44, 50, etc. Empleamos la edición facsímil de Ulrico Hoepli, Milán, 1951, que reproduce la de Venecia de 1570. Serlio dibuja este tipo de torres en el Libro Séptimo, don­ de aparecen dos dibujos espléndidos. La estupenda basa del dibujo de Valladolid tiene notabilí­ simas similitudes con la dibujada por Serlio en su Libro Cuarto, referida al orden compuesto. También es muy simi­ lar a la dibujada por Palladio en su Libro Primero para el orden dórico. En cuanto al capitel, tiene gran simili­ tud con el capitel corintio de Palladio del Libro Prime­ ro y el estupendo dibujo de Vignola de capitel corintio. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana, pag. 52. Valladolid, 1967. La bóveda de arista, como la vaída, son soluciones estruc­ turales emanadas del gótico del siglo X¥ y comienzos del XVI. La solución de arista siguió prodigándose a lo largo de los siglos XVI y XVII en toda la Meseta Norte, recurrien­ do a ella, tanto Herrera, como el foco vallisoletano. La bóveda vaída es una solución popularísima en la Andalucía del siglo XVI* Ya Diego de Siloe parece que proyectó vái­ das para la cubrición de las naves de la Catedral de Gra­ nada. E« Rosenthal.- Diego de Siloe arquitecto de la Cate­ dral de Granada, pag. 13. Granada, 1966. Andrés de Vandel- vira, máximo exponente y verdadero codificador de esta so­ lución, extendió esta forma a un lado y otro de Sierra Mo­ rena, llegando hasta Alicante. F. Chueca Goitia.- Andres de Vandelvira. Jaén, 1971, Hernán Ruiz II o el Mozo exten­ dió esta solución por la zona baja del Guadalquivir. El Libro de Arquitectura de Hernán Ruiz el Joven. Estudio y edición crítica por P. Navascués Palacios. Madrid, 1974. A. de la Banda y Vargas.- El arquitecto andaluz Hernán Ruiz II. Sevilla, 1974. En Castilla la Nueva esta solución alcanzó también amplio desarrollo gracias al foco toleda­ no. En la Meseta Norte la bóveda vaída también fue cono­ cida, aunque su uso fue escaso. Juan de Nates emplea bó- (124) . (125) . (126) . (127) . (128) . (129). (150). (131) . (132) . (133) . (134) . OLvedas vaídas en el monasterio de Plazuelos (vid. el apar­ tado correspondiente a Juan de Nates en este estudio) y bóvedas vaídas se emplean en San José de Avila, lo que in­ dica que Francisco de Mora, en pleno siglo XVII, seguía aplicando tal solución. - J.J. Martín González.- Arquitectura barroca....U pag. ;51. - J.J. Martín González.- Guía de Valladolid, pag. 22. 3á ed. Valladolid, 1972. - F. Chueca Goitia.- La Catedral Nueva de Salamanca. Sala­ manca, 1951. - J.J. Martín González.- Tierras de España.....pag. 154. - F. Chueca Goitia.- La Catedral.....pag. 165 y ss. - J.J. Martín González.- "La Célegiata de Villagarcía de Campos y la arquitectura herreriana". B.S.E.A.A. T. XXIII pag. 38. Valladolid, 1957. idem.- "Primeras iglesias je­ suíticas en Castilla la Vieja", en Bspaña en las crisis del arte europeo, pag. 154. Madrid, 1968. idem.- Tierras de España.« «.. pag. 158. - A. de la Plaza.- Archivo General de Simancas. Guía del in­ vestigador. Valladolid, 1962. De este libro se hizo una separata titulada Notas Históricas sobre la Muy Leal Villa de Simancas, su Fortaleza y su Archivo. Esta separata es la que consultamos por encontrarse en ella £odo lo que in­ teresa para nuestro estudio. Sobre el Archivo de Simancas merece citarse también, J.J. Martín González.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. VI. Antiguo Partido Judicial de Valladolid, pag. 89 y ss. Valladolid, 1973. A. Ruiz de Arcaute.- Juan de Herrera. Madrid, 1936. E. Llaguno y Amírola.- Noticias....,T. III. pag. 33 y ss. Madrid, 1829. E. García Chico.- D.E.A.C.' T. I. Arquitectos pag. 133. Valladolid, 1940. Guía histórica y descriptiva del Archivo General de Simancas. Madrid, 1920, principal­ mente pp. 9-17. - A. de la Plaza.- Notas Históricas....pag. 41. - Cfr. el apartado referente a la reconstrucción de Valla­ dolid en este mismo estudio. - E. Llaguno y £mírola.- Noticias.,«.,T. II, pag. 113. - A. Ruiz de Arcaute.- Juan de Herrera, pag. 46. 3 3*1 (135) .- (136) .- (137) .- (138) .- (139) .- (140) .- (141) .- (142) .- (143) .- (144) .- (145) .- (146) .- (147) .- (148) .- (149) .- (150) .- (151) .- (152) .- (153) .- (154) .- A. Ruiz de Arcaute.- Juan de Herrera, pp. 47-48. Guia histórica....«pp. 12-13. L. Cervera Vera.- "Testamento, codicilo y muerte de Gaspar de Vega”. B.S.A.A. T. XXXVII. pag. 241 y ss. fundamental­ mente pag. 250. Valladolid, 1971. A. Ruiz de Arcaute.- Juan de Herrera, pp. 62-63. A. de la Plaza.- Notas Históricas..... pag. 43. A. de la Plaza.- Notas Históricas..... pag. 43. Guía histórica.....pag. 13. A. de la Plaza.- Notas Históricas....pag. 43. A. Ruiz de Arcaute.- Juan de Herrera, pp. 85-86. A. de la Plaza.- Notas Históricas.... pp. 44-45. Arcaute leyó mal el documento y transcribe: "El lunes por la mañana.... La lectura correcta es la de Plaza, que dice: "El jueves por la mañana.....” Cfr. el apartado correspondiente a la Catedral de Valla­ dolid en este mismo estudio. E. Llaguno y Araírola.- Noticias.... T. III. pp. 33 y 223- 224. Las condiciones que da Juan de Herrera las publica A. Ruiz de Arcaute.- Juan de Herrera, pp. 180-181. J.J. Martín González.- Catálogo.... T. VI. pag. 91. A. de la Plaza.- Notas Hist¿ricas.....pag. 46. A. de la Plaza.- Notas Históricas..... pag. 49. E. Llaguno y Amírola«- Noticias.....T. II. pp. 326-327. Cfr. el apartado referente a Pedro de Mazuecos el Mozo en este mismo estudio. A. de la Plaza.- Notas Históricas..... pag. 50. A. de la Plaza.- Notas Históricas,.... pag. 51-52. Guía histórica.....pag. 15. __ Señor En 20 de hebrero pasado me embio francQ de mora una carta que le escribió Francisco (sic, por Pedro) de Mazuecos ma­ estro de las obras del Archivo de Simancas en que dize que le havian empadronado no siendo vezino de aquella villa sino de Vallid y sin tener en ella hazienda y le hobieron sacado ciertas prendas y le pide si se puede dar alguna orden para que no sea molestado lo haga, por que si no se diere se abra de yr a vivir a Vallid y dende alli ser- vira a V. md. lo que pudiere pero que no podra ser también como asistiendo en Simancas / y el dho Francisco de Mora me escribe que V. md* le havia mandado me dixese que yo viese la dha carta y escriviese que no le empadronasen pues no es vezino de alli y solo atiende a las obras del dho Archivo y por ser esta cosa de justicia y de que podrian resultar incovenientes me pareció hazer relación dello en la camara y haviendolo hecho ha parecido alli que en nin­ guna manera conviene que se escriva lo que el dho Francis­ co de Mora dize sino que se avise al dho Mazuecos que si­ ga su justicia* En Madrid 6 de marzo 1595 años. Al Rey nr. sr. Juan Vazquez a 6 de Marzo 1595 sobre lo que toca a francö (sicî de Mazuecos Maestro de las obras de Simancas* Esta bien lo que parece. A.H.N. Madrid. Cámara de Castilla. Leg. 4414. En 25 de mayo deste presente año escrivio el Duque de Ler- ma al Conde de Miranda las palabras siguientes. El Archivo Real de Simancas es de tanta ymportancia como se deja considerar pues en el se guardan los titulos de todas las haziendas dé España y asi es mui necesario que se acave la obra de aquella fortaleza con brevedad y no se y no se podra hacer en lo que esta aplicado para ella solamente y a su Magd, le a dado el secretario Antonio de Ayala que siendo tan forzoso acavar la obra del archivo y tan en beneficio de estos Reynos es muy justo que los tan ynteresados en ella ayuden a esta fabrica pues V. M& a he­ cho de su dinero lo que agora ay que es la mayor parte y aunque esto pudiera ser por contribución como se haze pa­ ra otras cosas no mas necesarias, el mas suave medir que puede aver sin perjuicio ni sentimiento de ninguno seria que los derechos del registro de la corte y chancillerias que están aplicados para esta obra y valen cada año 295000 (155) .- Guia histórica.....pag. 15 (156) .- A.de la Plaza.- Notas Históricas pp. 56 y 60. (157).- Señor mrs• se creciesen por lo menos doblándolos y aun es muy poco porque nos llevamos de un pliego de registro de nue­ ve mrs y acostumbran a llevar diez por falta de maravedi ques lo que se tiro a 130 años en las cortes de Madrigal y que lo pagan pobres sino pleyteantes e concejos ricos o personas que registran despachos de mucha ymportancia en ninguno puede hechar de ver que paga diez mrs mas de lo que solia y esto paga para obra de su provecho y para que se le guarde en el archivo el registro de aquel des­ pacho en que le puede yr su hazienda o su honrra quando por alguna cosa huviere perdido el original y que havien- dose comunicado esto con algunos consejeros y ministros de V. Mgd. y procuradores de Cortes no hallan ynconvenien- te sino el de la consecuencia que no lo es porque esto es para el bien de todos y con solo esto abria para acavar las obras y fabrica perpetua de los reparos necesarios en una cosa tan grande. Todo lo qual se ha visto en la Camara y atento que en e- 11a por aora no se ofrece en este arbitrio ynconveniente considerable a parecido que siendo V. Md. servido podia mandar crecer estos derechos hasta 15 mrs por cada regis­ tro por tiempo de diez años para las obras del dho archi­ vo que tan necesario es que se prosigan y acaven. En Valladolid a 2 de julio de 1605. El secretario Antonio de Ayala sobre que suplica a V. Md. se sirva demandar que se acrecienten los derchos del Regis­ tro de la Corte y Chancilleria para las obras del Archivo de Simancas. Esta bien asi y consúlteseme la orden que se diere a la cobranza de los derechos y en la distribución dellos en la fabrica del archivo para que se consiga el fin que se tiene de ponerle en perfecion. A.H.N. Madrid. Cámara de Castilla. Leg. 4417. Doc. 108. (158) .- E. García Chico.- D.E.A.C, T, I. Arquitectos, pag. 133. Valladolid, 1940. (159) .- A. Bustamante García.- "En torno a Juan de Herrera y la Arquitectura". B.S.A.A. T. XLII. pag. 234 y ss. Vallado- lid, 1976. (160) .- E. Llaguno y Amírola.- Noticias.....T. III. pag. 142. J Madrid, 14 de agosto, 1607. Pareció Francisco de Praves criado de su magd. residente en esta corte en nombre de Juan de Bargas pagador de las obras de los Reales archi­ vos de Simancas.....y dio carta de pago a Andres de Cabe- Ç ° n receptor de alcances de la Contaduría mayor de quen tas de S. M. de 13000 reales que valen 102000 mrs.....pa­ ra la obra de los dhos archivos.«... A.H.P. Madrid. Escrib. Esteban de Liaño. Leg. 1854. fö 1276. (161) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 151-152. (162) .- A. de la Plaza.- Notas Históricas..... pag. 60. (163) .- Señor Francö de Prabes maestro mayor de las obras Reales de Cas­ tilla la bieja ha dado un memorial en que dize que hizo en la fortaleza de Simancas el quarto de vivienda y que para parte de pago del tiene cobrado en ciertos efectos alguna cantidad de mrs y suplica a V. Mgd. mande se mande persona que haga la quenta de lo que bale la obra y se le deve della y de otro quarto que hiço en aquel archivo Die­ go de Praves su padre y que se le pague por haver mucho tiempo que estanjhechos los quartos. Ordenese que Diego de Cepeda secretario de V. Mgd. a cuyo cargo están ios papeles de aquel archivo informase el qual dize que la obra que hizo en el francisco de Praves en un lienzo de pared en el quarto Real de vivienda el qual an­ tes tenia tomado a tasación y empezado su padre con obli­ gación de hazerle conforme a la traza que para ello dio francQ de mora y no esta acabado, si bien falta poco y tan bien falta de acabar el que hizo su padre para que ayan cumplido con su obligación a quenta del lienzo que hizo FrancQ de Praves le están libradas y pagadas 2500 ducados nuevos 300 reales, los quinientos ducados se pagaron a su padre y lo demas a el y le parece convendrá al servicio de V. Mgd. mandarle que acabe estas obras y las ponga en toda perfecion y que despues se nombre persona de satis­ facción desta Corte que baya a verlos y declaren si es- tan conformes a la traza o si en ellas hay algún defecto y para que las tase. 6Z 3 ¿ 3 Se pueda, "tasar a Francisco de Praves lo que agora preten­ de debersele si ya no se tomase resolución que le librase en las consignaciones de las obras Reales de Valladolid las quales ha entendido que montan diez mil ducados al a- ño y que no ay necesidad alli de tanto dinero y siendo V. Mgd, servido asimismo se podrian aplicar para las del ar­ chivo 4000 ducados en cada un año por todo el tiempo que fuere menester o lo que fuese su real voluntad. La obra del archivo es de la grandeza y autoridad que se save y lo que importa al servicio de V. Mgd. y destos Rey- nos su conservación. Este archivo conviene mucho conservar asi para el servicio de V. Mgd. como bien del Reyno y no se puede hacer sin te­ ner dotación fija antes esta peligra de una ruina y queste mucho se repare. En Madrid, 3 de octubre, 1626. Sobre el reparo de las obras del Archivo de Simancas. Á.H.N. Madrid. Cámara de Castilla. Leg. 4417. Doc. 25. (164).- Diego de Cepeda secretario de V. Mgd. a cuyo cargo están los papeles del Archivo de Simancas en carta de primero deste havisa ques preciso y de mucha importancia acavar luego un quarto que llaman del Reyno para poner en el pa­ peles y que conforme a la tasación o tanteo que a hecho Diego de Praves Maestro Mayor de las obras de Valladolid sera necesario 1500 ducados y para hacer los Caxones an­ denes y guarniciones que a de haver alli 4 mil ducados y para acavar el lienzo de pared para la vivienda de V. Mgd. 3500 y para rematar el cubo de acia el norte y ponerle con­ forme al del Patronazgo con su media naranja linterna y cruz 6 mil ducados que todos estos portillos vienen a mon­ tar 15 mil ducados y que de lo que agora ay precisa nece­ sidad es de hechar celijias coi llaves en todos los caxo­ nes donde hay papeles para lo quai sera nezesario 2200 du­ cados y que la consignación que ay para todo esto no lle­ ga a mili y dellos se pagan al pagador por su salario 25000 mrs en cada un año y lo demas es necesario para traxar al­ gunos reparos y ha dos años que no se haze por no haver con que = y suplica a V. Mgd. mande se libren los 2200 ducados que son necesarios para las celoxias y llaves de los caxones en parle donde con efecto las cobre para que se ponga en esta obra por lo que importa* Visto en la Camara como quiera que V. Mgd. tiene entendi­ do lo que importa el procurar en todo tiempo que se prosi­ gan las obras del Archivo y que aya cantidad bastante pa­ ra los papeles pues todos son muy importantes y del servi­ cio de V. Mgd. ha parecido representarle que siempre los señores Reyes sus predezesores an ayudado esto sin dar lu­ gar a que el tiempo y los rigores del por estar aquel si­ tio tan descubierto ocasionen a que pueda haver causa de que los papeles tengan la guarda que para su misma defen­ sa pide y que oy necesita mas del amparo de V. Mgd por no haver y aposento comodo donde pueda poner los que se lle­ varen de aqui adelante y convendrá que V« Mgd. sirva de que con hefecto se prosigan las obras que las consignacio­ nes dellos se paguen hefectivamente y servirse de suplir lo que faltare por la parte donde mas comodidad hubiere y que agora luego y sin dilación se libren los 2200 ducados que Cepeda avisa son necesarios para las celoxias y llaves de los caxones donde hay papeles pues se han de convertir en su mayor seguridad y autoridad propia que a de haver negocios de poder suplirlos por esta via lo hiciera sin consultar a V. Mgd. pero no tan pocos los que ay de poder sacar algo que como diferentes veces lo ha representado a V. Mgd. la Camara no se puede sacar dellos una minima parte de lo que a de menester y también tiene por necesa­ rio la Camara que V. Mgd. mande al secretario Juan de Ne- colalde que baya con toda brevedad a proseguir los inven­ tarios que dejo empezados el secretario francQ de oyos, V. Mgd. mandara sobre todo lo que fuere servido. Madrid a 16 julio de 1628. La Camara hizo que de donde a sacar los dos mil ducientos ducados que son menester para las celoxias y llaves y Juan de Necolalde es menester aqui y en su lugar podra ir a con­ tinuar los inventarios que comenzó su padre don Antonio de Hoyos mientras llega don Diego de Irraraga a quien tengo nombrado para esto. (165) . (166) . (167) . (168) . (169) . (170) .. (171). ¿ ¿ s A.H.N. Madrid. Cámara de Castilla. Leg. 4424. Doc. 114. - Guía histórica..... pag. 9. - F. Chueca Goitia.- La Catedral.... pag. 166. En la pag. 42 dice también: "La Catedral de Valladolid, monumento madre de la escuela”. A. Bustamante Garcia.- ”En torno a Juan de Herrera.....” pag. 227 y ss. J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcía de Cam­ pos y la arquitectura herreriana", B.S.E.A.A. T. XXIII. Valladolid, 1957. idem.- Arquitectura barroca vallisole­ tana. pag. 31 y ss. Valladolid, 1967. idem.- Tierras de España. Castilla la Vie.ja y León. T. II. pp. 110 y 154. Madrid-Vitoria, 1975. Cfr. el apartado correspondiente dedicado a este edificio en este mismo estudio. A causa de la casa de la Albóndiga, que estaba apoyada en el claustro de la Colegiata, hay un pleito entre ésta y el Ayuntamiento¿ declara en él Alonso de Tólosa, vzö desta vi­ lla de Vallid, dixo ser de hedad de treinta y seis años. Valladolid, 6 de mayo de 1585. A.H.P. Valladolid. Escrib. Amador de Santiago. Leg, 483. fQ 48 y 48v.. Pedro de Tolosa estaba casado con Magdalena de Pineda, a la que deja viuda en 1583. Es muy probable que fuera la madre de Alonso. E. Llaguno y Amírola.- Noticias.....T. III. pag. 229. Carta de poder. Alonso de Tolosa criado de su magestad y arquitecto de sus obras residente en Madrid corte de su magd. otorgo y doy mi poder cumplido al señor Diego Mu­ ñoz del Barrio maestro de canteria residente en esta vi­ lla de Madrid especialmente para que por mi y en mi nom- brey como yo mismo pueda aver resciuir y cobrar pedir y demandar..... del señor Luis Hurtado y Diego de Casado be- hedor y pagador de las obras de su magd..... todos los mrs que me debe asta agora y se rae devieren y corrieren y u- bieren de aver de aqui adelante de los cinquenta mili mrs de salario que su magd. me da en cada un año por ver y vi­ sitar las dhas sus obras.... En la villa de Madrid a 27 can- ( 1 7 2 ) . (173) . (174) f (175). (176). (177) . (178) . (179). (180). (181). (182). (183). de julio 1585. Figura como testigo Rodrigo de Causo, tero . A.H.P. Valladolid. Leg. 6106. fQ 598. E. Llaguno y Amírola.- Noticias..... T. III. pp. 228-229. El título de nombramiento de arquitecto real se lo extie n- de Felipe II en Madrid, el 19 de setiembre de 1583. J. Martí y Monsó.- Estudios histórico-artisticos relati­ vos principalmente a Valladolid, pag. 543. Valladolid- Madrid, 1898-1901. E. García Chico.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. I. Medina de Rioseco. 2ó ed. corregida y aumentada, pag. 97 y ss. Valladolid, 1960. Dato que debo a la gentileza de Fernando Marías. J. Martí y Monsó.- Estudios.... pagf 395, nota 1. E. Gar­ cía fihico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 45 y ss. idem. "El Monasterio de las Huelgas Reales, de Valladolid". R.A. B.M, T. LXVIII,2. pag. 764. Madrid, 1960. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 46-47 F. Heras García.- Arquitectura religiosa del siglo XVI en la antigua diócesis de Valladolid, pag. 116. Valladolid, 1975. E. García Chico.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. II. Partido Judicial de Medina de Rioseco. pp. 106-107. Valladolid, 1959. J. Martí y Monsó.- Estudios.....pag. 561. M. Pereda de la Reguera.- Juan de Nates, pag. 240. Santan­ der, 1953. Cfr. también el apartado correspondiente a Juan de Nates en este estudio. F. Heras García.- "La iglesia parroquial de Aldea de San Miguel (Valladolid)" B.S.A.A. T. XL-XLI. pag. 211 y ss. Valladolid, 1975. idem.- Arquitectura reíigiosa.....pag. 66 E. García Chico.- D.E.A.C. T, I, Arquitectos, pag. 47 y ss. J. Urrea Fernández.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. VII. Antiguo Partido Judicial de Valo­ ría la Buena, pp. 101-102. Valladolid, 1974. F. Fieras García.- Arquitectura reí igiosa.... .pag. 179 y ss. E. García Chico.- D.E.A.C, T. I. Arquitectos, pag. 51 y ss. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana 3 £ ? " (184) .- (185) .- (186) .- (187).- (188).- (189) (190) .- (191) .- (192) .- (193) .- (194) .- (195) .- pp. 37-38. Valladolid, 1967. J. Urrea Fernández.- Catálogo.....T. VII. pag. 131. E« García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 33 y ss. ibidem, pag. 52 y ss. C. Alfonso Gago.- "Una huella de lo herreriano en Casti­ lla: la torre de Santa María de Dueñas y Alonso de Tolosa" B.S.E.A.A. T. IX. pag. 159 y ss. Valladolid, 1943. E. Garcfca Chico.- D.E.A.C. T, I. Arquitectos, pag. 26. ibidem, pag. 32. ibidem, pag. 73 y ss. E. García Shico«- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 51. idem.- Catálogo. ....T. I. pp. 97 y 105. E. García Chico.- Documentos para la Historia de Medina de Riosecp. pp. 80-84. Valladolid, 1947. J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 543. F. Heras García.- Arquitectura religiosa..... pp. 42 y 103. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana, pag. 37. Valladolid, 1967. El periodo que abarca,aproximadamente,la última década del siglo XVI,es en el que se produce la maduración del foco arquitec­ tónica vallisoletano, que se ha ido formando a lo largo de los a- ños anteriores,. Los años noventa son para la arquitectura de Va­ lladolid fechas de apogeo, ya que en la ciudad se ha formado un excelente plantel de arquitectos, que son: Juan de Nates, Juan del Ribero Rada, Diego de Praves, Pedro de Mazuecos el Mozo y Fe­ lipe de la Cajiga. La existencia de tan buen grupo de artistas permite un desarrollo arquitectónico de amplios vuelos y larga du­ ración. Al mismo tiempo, en los años noventa, Valladolid ya tie— ne fijados los modelos de edificios más importantes del nuevo es— tilo, como son la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos, y todas las obras que toman por prototipo a esa iglesia; las Huel­ gas Reales, los claustros de la Santa Espina y de San Benito el Real, la Catedral, las torres de Mucientes, de San Martín de Val- vení, Dueñas y Támara, las trazas definitivas del Ayuntamiento va­ llisoletano, etc. Estamos, pues, ante un estilo y un foco perfec­ tamente formados. A partir de ellos, en la década de los noventa, los arquitec­ tos mas importantes van a desarrollar con originalidad todos es­ tos tipos dados: Juan de Nates y Diego de Praves fijarán la clási­ ca fachada vallisoletana de iglesia, en obras como la Vera-Cruz y las Angustias de Valladolid; a su vez, Juan de Nates proyectará el tipo más hermoso de iglesia penitencial en Nuestra Señora de las Angustias. Pedro de Mazuecos el Mozo fijará en el Palacio de Fabio Nelli el tipo de delantera clasicista en arquitectura civil y el jesuita Juan de Tolosa ideará un nuevo modelo de hospital en la fundación de Simón Ruiz de Medina del Campo. Junto a estos importantísimos logros arquitectónicos, que par­ ten de la arquitectura de "la órbita de El Escorial", como ha se­ ñalado Martín González (l), hay que reseñar el influjo italiano, fundamentalmente de Palladio y de Vignola. El primero ya era co­ nocido en Valladolid, desde 1579, a través de Juan del Ribero Ra­ da y Juan de Nates y se refleja en la iglesia de las Huelgas Rea­ les. Es más, Martín González ha visto ya el influjo palladiano en Valladolid en la fachada de El Salvador, obra de Juan Sanz de Es­ calante, construida en 1576 (2). Esta influencia palladiana, que recoge Juan de Nates, vuelve a aparecer en Nuestra Señera de las Angustias de la citada ciudad. En la década de los noventa, a la influencia palladiana hay que sumar la de Vignola, reflejada fundamentalmente en la facha­ da de la iglesia de Santa Cruz de Medina de Rioseco, obra que pro­ yectó Felipe de la Cajiga. Igualmente, como atestiguan los docu­ mentos, el influjo vignoliano aparece en la iglesia de la Compa­ ñía de Segovia y en el gran conjunto jesuítico; de Santa María la Antigua de Monforte de Lemos, ambas obras vinculadas al foco vallisoletano, como bien lo han demostrado Martín González y Bo- net Correa. En definitiva, la última década del siglo XVI es el momento de apogeo del foco clasicista vallisoletano, y ello se debe al plantel de artistas que están trabajando en la dicha ciudad, sien­ do de destacar, en primer lugar, Juan de Nates. Juan de Nates. Juan de Nates es, junto con Juan del Ribero Rada y Pedro y Alonso de Tolosa, el introductor del Clasicismo en la zona valli­ soletana. Su figura ha merecido varios estudios; en primer lugar, un artículo en la Revista Nacional de Arquitectura (3), en el que se reflejan los influjos de Herrera y Vignola en el artista. Don Manuel Pereda de la Reguera ha dedidado al arquitecto una monogra­ fía muy completa, trazando en ella la vida y obra del artista, a- sí como sus antecedentes y sus relaciones con la época (4). Este trabajo es de gran interés por la sistematización que en él se realiza y resulta de gran utilidad, no sólo por el aponte documen­ tal que tiene, sino también por recoger todo lo conocido hasta la fecha del arquitecto. Martín González ha estudiado también la figura de este arqui­ tecto (5), entrancándola dentro de la escuela vallisoletana y de­ finiendo su estilo. Además, Martín González atribuye a este artis­ ta la iglesia de San Miguel de Valladolid (6) y considera que la iglesia de los jesuitas de Palencia "se relaciona estrechamente con la arquitectura de Juan de Nates" (7). Con la ayuda de estos estudios y con los nuevos datos que hemos encontrado, abordamos la figura del artista. Vida.- Nació Juan de Nates en el lugar de Secadura, de la Junta 3 ? i del Voto, en la Merindad de Trasmiera (8), hacia 1547, según de­ claración propia. Nacido en la Montaña santanderina, debió bajar a la Meseta muy niño. No sabemos quienes eran sus padres, es se­ gura que eran santanderinos, pero ignoramos sus nombres y apelli­ dos^ el mismo apellido Nates es un cognomen toponímico muy emplea­ do por los hombres de la Montaña a lo largo de los siglos XVI y XVII y que llega a suplantar al verdadero apellido. Es muy facti­ ble que el padre de Juan de Nates fuera cantero. Tuvo varios her­ manos, María de Nates, casada con Juan Ortega de Alvarado, de cu­ yo matrimonio nació una hija, Catalina de Alvarado, sobrina de Nates, el cual le hace una donación en 1604 (9). Viuda de este primer matrimonio, casó en segundas nupcias con García de Alva­ rado, señor "de la Casa de Alvarado Canelli”. De este enlace hu­ bo un hijo que sepamos: don Luis de Alvarado, que casaría con Ague­ da de Nates, su prima hermana (10). Otro hermano fue Pedro de Nates, arquitecto como Juan, difun­ to ya en 1591 y casado con María de Alvarado. Este matrimonio tu­ vo un vastago conocido, María de Nates, que a la muerte del padre queda bajo la tutela de su tío Juan de Nates. La labor arquitec­ tónica de Pedro que es mejor conocida es la que lleva a cabo en la zona madrileña, tanto en la Villa y Corte, como en Tprrelagu- na, lugar en donde otorga testamento el 7 de diciembre de 1589, declarándose estante en dicha ciudad. Su mujer María de Alvarado, una vez viuda, contraerá matrimonio con Diego de Praves y su hi­ ja María de Nates casará con Francisco de Praves, hijo de Diego ( 1 1 ) . Por lo que respecta a Andrés de Nates, Llaguno sospecha que sea hermano de Juan (12). Pocas noticias poseemos de este arqui­ tecto, figura errante, que tan pronto se encuentra en Castilla la Vieja, como en la Nueva. Su aparición como testigo en el po­ der para testar que otorga Juan de Nates en Valladolid el 24 de marzo de 1593, y que sea Juan de Nates quien se encargue, cuan­ do muera Andrés, de una serie de obras que ha dejado éste pendien­ tes, hace sospechar la posibilidad de un parentesco próximo en­ tre los dos artistas de la cantería. Consideramos muy posible que Juan y Andrés pudieran ser hermanos. Juan y Andrés de Nates trabajan juntos en la construcción de los puentes de Zamora y Villagodio, el 10 de junio de 1592. Z U También trabajan juntos en el puente de Husillos (13). A finales del siglo XVI, acaso arrastrado por las obras reales, Andrés de Nates se desplaza a Madrid, donde da trazas para el claustro prin­ cipal del convento de San Felipe el Real, por un precio de veinte mil ducados. La obra, aunque aprobada por la comunidad, no se re­ alizó al presentar objeciones Francisco de Mora (14). El 8 de a- gosto de 1602, Andrés de Nates hace posturas para las obras de Villacastín, fijando un costo de trece mil setecientos ducados y saliendo por fiador suyo Francisco del Valle y Juan de la Guerra. Se encargó, además, de la obra de la iglesia de Serranillos (Avi­ la) y trabajando en ella murió, lo que hace que el 12 de octubre de 1606 Juan de Nates tenga que estar en Madrid y extender escri­ tura por la cual se compromete a proseguir la obra iniciada (15). En cuanto a Hernando de Nates, los contactos con Juan son mas borrosos y el parentesco muy hipotético. Hernando trabaja en la zona de Zamora y Salamanca y tiene contactos profesionales con Juan, sin embargo ninguno de ellos nos hace vislumbrar lazos fa­ miliares, como pasa con Andrés. Hernando y Juan de Nates aparecen unidos en las obras del puente de Fuentidueñas, que tenía a su cargo el difunto cantero Pedro de Valdelastras (16). La obra es tasada el 16 de mayo de 1603 (17). El 4 de abril de 1603, Hernando de Nates está traba­ jando en el claustro de la Catedral de Zamora (18) y también trabaja en el puente nuevo de dicha ciudad (19). En 1611, Her­ nando se declara vecino de Zamora y da un poder para hacer las obras de San Nicolás de Benavente (20), pero no cumple el contra­ to, y el 13 de octubre de 1627 sus fiadores tienen que hacerse cargo del edificio por haber muerto el maestro (21). El 2 de ju­ nio de 1614, Hernando de Nates está trabajando en la torre de la iglesia de Santiago de Medina de Rioseco, y por su trabajo cobra dieciocho mil trescientos reales (22). Siguiendo a Fernández Du­ ro, Gómez Moreno considera como muy posible que Hernando de Nates trabaje en la iglesia de San Juan de Fuentesaúco (23). Al lado de esta estructura familiar, hay que señalar que Juan de Nates no perdió nunca los vínculos con su tierra natal y así, el 2 de enero de 1606 y el 4 de febrero del dicho año, da su po­ der cumplido para que le paguen lo que le adeudan de aquellos te­ rritorios ( 24) . 3?J Sentados estos precedentes, cabe preguntarse cuándo y cómo vino a Valladolid. Una nota dada por Martí y Monsó precisa que nuestro artista vivía en Valladolid en 1558, y que el 23 de oc­ tubre de dicho año era recibido como miembro de la cofradía de la Pasión de Valladolid (25). Asi pues, a los once años Juan de Nates ya vivía en Valladolid. Según ésto, el artista debió hacer sus primeras armas en esta ciudad. Desde esta fecha hasta 1572 no hay mas noticias. Es indudable que a lo largo de este periodo se estaría formando en el arte de la cantería. No sabemos quien pudo ser el maestro de Juan de Nates; los primeros testimonios pragmáticos de sus conocimientos arquitec­ tónicos nos hablan de un hombre plenamente formado en el arte de la arquitectura, dentro de los conceptos clasicistas más puros, sin el menor vestigio de residuos gótácos. Todo ello, por su no­ vedad, hace más necesario conocer su periodo forraativo. La posibilidad de que Juan de Nates se forme en Italia la vemos como muy remota. Si partimos de los testimonios documenta­ les, no hay la menor referencia a que se hubiera formado allí. Su labor práctica denota un entronque directo con el foco clasi- cista de en torno a la Corte, relacionándose fuertemente con Juan del Ribero Rada, Pedro de Tolosa y Juan de Herrera; por el contra­ rio, las influencias italianas, principalmente palladianas, son secundadiras en su estilo. Si Nates fue a Italia, tuvo que ser entre 1558 y 1572, fechas ambas de estancia indudable del artis­ ta en Valladolid. En este intervalo de tiempo, en España ocurren hechos tan importantes como el incendio de Valladolid de 1561 y su reconstrucción y la planificación y comienzos de las obras de El Escorial. Es decir, el Clasicismo se impone en España. A todo ello hay que sumar que, en 1563, Felipe II prohibe a los espno- les salir a Eurppa para evitar contagios heréticos. Se crea así una barrera que frena a muchos espíritus aventureros. Por todo ello creemos que Juan de Nates no estuvo en Italia y que adqui­ rió su aprendizaje en España. ¿Quien o quienes son los maestros que introducen a Juan de Nates en el arte de la construcción? Ya hemos apuntado la posi­ bilidad de que recibiera las primeras nociones de arquitectura de su padre, ese desconocido personaje que bien pudo ser cantero, como lo fue el padre de Rodrigo Gil, el de Pedro de Mazuecos el Mozo, el de Diego de Praves, el de Alonso de Tolosa, etc. A pesar de todo ello, posiblemente adquiriera su formación bajo la tutela y dirección de Juan de la Vega, al que permanece de continuo vin­ culado en sus comienzos y que era artista de nombradla en Vallado- lid a mediados del siglo XVI* Juan de la Vega pudo enseñar a Juan de Nates todos los recursos del oficio y este perfeccionarlos des­ pués colaborando con Juan del Ribero Rada y estudiando tratados, dibujos y grabados. Existe la posibilidad que Nates perteneciera a esos grupos anónimos que trabajaban en cuadrillas en El Escorial a las órde­ nes de alguna ilustre figura, sin embargo, el nombre de Juan de Nates no aparece en las largas nóminas de peones y oficiales que intervienen en la fábrica real, al menos eso ocurre en los docu­ mentos que nosotros conocemos. Todo ello nos hace considerar que Juan de Nates adquirió su formación de arquitecto en Valladolid, al amparo de las obras de reedificación de la ciudad y en las diferentes edificaciones que se levantaban en la Meseta Norte. A partir de 1572 comienza la época conocida y segura de nues­ tro arquitecto. Tienb venticinco años. El 21 de febrero de 1572 da su poder cumplido a Juan de Negrete, vecino del lugar de Me- ruela, en la Merindad de Trasmiera, y estante al presente en Va­ lladolid, para que por él y en su nombre, pueda hacer posturas y bajas "en las obras que se ha de hacer en la casa de la compañia del nombre de Jesus de la villa de Villagarcia de cantería1' e igualmente, "sobre la obra y edificio que se ha de hacer en la iglesia de San Pedro de la villa de Villanueva de los Caballeros" (26). En la escritura se titula vecino de la villa de Valladolid, lo que denota su pleno asentamiento en esta ciudad. Por toda la documentación conocida sobre él, puede afirmarse que Juan de Nates no abandonará nunca su vecindad y que vivirá siempre en esta ciudad, haciendo viajes breves a las ciudades de alrededor, siendo sus viajes más largos, que conozcamos, León y Madrid. Aquel mismo año de 1572, el 16 de abril, declara sobre la traza que Juan de la Vega ha hecho para la capilla de Hernán Ló­ pez de Calatayud en la iglesia de San Antón de Valladolid (27). Que este artista, a la edad de ventici neo años poco más o menos, sea veedor de trazas delata ya la eficacia y sólida formación de arquitecto que posee. No eran escogidos artífices cualesquiera para tan delicada misión, normalmente la misión de veedor solían realizarla figuras de nombradía, como Rodrigo Gil de Hontañón o Juan de Escalante; no obstante, el que Juan de Nates lleve a ca­ bo esta función siendo tan joven, replantea nuevamente el origen de su formación y la posición alcanzada en Valladolid. ¿Qué obras llevó a cabo Nates antes de 1572 para poder tener la suficiente fama en esta fecha, como para emitir juicios de perito sobre pro­ yectos de una figura de prestigio del entorno vallisoletano como Juan de la Vega? ¿0 bien Juan de Nates tenía un fuerte nexo con el arquitecto, para que éste le introdujera como un miembro más a dar la información sobre las trazas y poder así obtener una opi­ nión favorable más en la siempre delicada labor de informar sobre las trazas de obras a ejecutar? Hay que reconocer, que dado el sistema de funcionamiento en el ramo de la cantería durante esta época, pocas obras de gran envergadura podía haber llevado a ca­ bo Juan de Nates como para poder haber obtenido un gran renombre, sin embargo los contactos con Juan de la Vega son muy íntimos en todo este periodo; primeramente Nates aparece trabajando en la Colegiata de Villagarcía de Campos, donde también interviene de forma activísima Juan de la Vega; segundo, en la obra de la capi­ lla de 3an Antón; tercero, en las obras del monasterio de la San­ ta Espina. ¿Por qué esta continua relación de Juan de Nates con Juan de la Vega? La opinión que hemos sostenido anteriormente de que éste fuera maestro de aquel se nos hace más fuerte. Una vez afianzado como maestro independiente y con favorable porvenir, con casa propia y encargos, Juan de Nates contrae matri­ monio con María de la Vega, velándose la pareja posiblemente a fines de 1573 o comienzos de 1574. Tenía el artista unos ventiseis años • ¿Quién era la mujer de Juan de Nates? Prácticamente nada sa­ bemos de ella. No sería extraño que María de la Vega fuera hija de Juan de la Vega, el maestro de cantería al que tan vinculado estaba Juan de Nates. En aquellas fechas era normal el contraer matrimonio entre miembros de un mismo oficio - un buen ejemplo lo tenemos en la vinculación matrimonial de la familia Nates y Praves -, por lo que creemos que María de la Vega era hija de Juan de la vega, y en este caso se daría el clásico proceso, de que el discípulo aventajado casa con la hija del maestro. Si es como nosotros creemos, Juan de Nates y Juan de la Vega estarían vinculados por parentesco. Del matrimonio de Juan de Nates con María de la Vega nacie­ ron varios hijos, de los que prácticamente carecemos de informa­ ción. ¿I £-6 de f ebrefo de lo /o se bautiza al que consideramos pri­ mer hijo de la pareja, la criatura recibe el agua bautismal en la parroquia de San Andrés y lleva por nombre Juan, el mismo que el del padre y el de su posible abuelo (28). Este hijo se desposará el 28 de mayo de 1605 con Ana de Orozco, velándose en la parroquia de San Martin el 22 de agosto (29). Otro retoño del matrimonio se­ rá Ines, bautizada el 22 de febrero de 1584 en la parroquia de San Andres (30) j Agueda (31) es otro miembro de la familia, "mi hija lexitima e de la dicha Maria de la Vega mi mujer" y parece s e r la predilecta, pues en el testamento que otorga el 24 de mar­ zo de 1593 la declara "como mi universal heredera". Agueda vive con su padre, inclusive cuando éste queda viudo y el 28 de enero de 1602 se conciertan capitulaciones matrimoniales "entre los se­ ñores Juan de Nates y doña Agueda de Nates su hija y de Maria de la Vega su mujer difunta.....con don Luis de Alvarado hijo de Gar­ cía de Alvarado y de doña María de Nates su mujer.....primos her­ manos" ( 32 ) . Pocas noticias más sabemos de su vida familiar^ debió ser persona modelo y profundamente afgctuoso con sus familiares, no conociéndosele ningún trato extrafamiliar, punto éste tan viola­ do por los hombres de su época. Vi^ió con su mujer hasta la ancia­ nidad, quedando viudo en 1602« Posiblemente la familia pasara ca­ si toda la vida en la colación de San Andrés, pepo una vez muerta María de la Vega y casada su hija Agueda, Juan de Nates cambia de vivienda, yéndose a residir fuera de la Puerta de Teresa Gil, don­ de mora el 3 de abril de 1603 (33). Tenía cincuenta y seis años y entraba en la ancianidad, posiblemente viviera con su hija Ague­ da* En 1604 se declara "morador a Belén". Ignoramos cuando murió Juan de Nates. Las últimas noticias que tenemos de él son de 1613, fecha en la que considera Pereda de la Reguera en que debió ocurrir el óbito del arquitecto, a la edad de sesenta y seis años poco más o menos. Compart imos esta o- 3 Té 3fï pinion, La familia de Juan de Nates no pasó penurias económicas. Hom­ bre trabajador e incansable, supo con su esfuerzo amasar una peque­ ña fortuna que le permitió vivir con sosiego en épocas en que la catastrófica política económica de España sumergía a la nación en una miseria angustiosa. Demuestra su solvencia económica el prés­ tamo que hace al Licenciado Juan González de Montoya el 9 de no­ viembre de 1591, dándole éste en prenda unas joyas (54). El 15 de diciembre de 1603 da un poder para cobrar numerosas deudas (35), El 14 de octubre de 1604 hace una compra de ropa, fundamentalmen­ te de mujer, por valor de novecientos cincuenta reales de plata, cantidad notable y que revela la preocupación por la moda que mos­ traba la parte femenina de la familia de Nates. Por otro lado, el número de piezas de vestimenta femenina que aparece enumerado en la obligación, viene a reforzar la hipótesis de que Juan de Nates siguiera viviendo con su hija Agueda, una vez casada ésta con Luis de Alvarado (36). Tenía, además, Juan de Nates unas casas en Ma­ drid, "mias propias", "a la portería nueva de San Felipe", que al­ quila el 16 de junio de 1610 al tratante Toribio Gutiérrez de Bus­ tamante, por espacio de un año y por la bonita suma de ciento vein­ te ducados de once reales anuales (37). Poseía, además, una here­ dad fuera de la Puente de Tudela, que era del convento de la Mer­ ced de Valladolid (38). En lo referente a sus gustos, aficiones y religiosidad, la árida prosa notarial no nos revela el menor indicio; por otro la­ do, el no conocer ni su testamento, ni inventario alguno, nos im­ pide el acercarnos a su vida privada y ver la intimidad de su ca­ sa. Sabemos que era hombre religioso y que sentía predilección por la orden franciscana y en el poder que dio para testar, manda ser enterrado en el monasterio de San Francisco de Valladolid. Hombre íntegro en todas las dimensiones, goza de prestigio y de numerosos amigos; está muy relacionado, no sólo por amistad, sino también por parentesco, con los Praves; es íntimo amigo de Felipe de la Cajiga, arquitecto formado junto a él y bajo su di­ rección, el cual, a la hora de morir, le declara su testamenta­ rio. Le une también una profunda amistad con Juan de Mazarredon- da, artífice al que declara testamentario suyo en 1593. Fuertes vínculos de amistad le unen al escultor Francisco de la Maza. Al morir el imaginario, Juan de Nales apoyara a la viuda para que sea tutora de sus hijos y se encargará de llevar adelante las o- bras que Francisco de la Maza ha dejado pendientes. El 5 de se­ tiembre de 1585, se encarga de concluir la parte de la obra de la sillería de coro del monasterio de Palazuelos que había adquirido Francisco de la Maza (39). El 25 de abril de 1586, apoya a la viu­ da del escultor para la erección del retablo de la iglesia de Nues­ tra Señora de Arbas de Gordaliza del Pino (León) (40). Su carácter afable^ recto, agradecido, sencillo, así como su honradez, hace que sea hombre querido por aquellos que le tratan y gracias a ello le podemos ver en algunas fiestas familiares apa­ drinando, en 1600, a una criatura en la iglesia de San Nicolás (41). El entorno en que se suele mover Juan de Nates es el abigarra­ do mundo de los artistas, tan numeroso entonces en Valladolid, y mantiene un trato diario con el denso mundo arquitectónico que es­ tá asentado en la ciudad, aunque las vinculaciones no sólo se cen­ tran en Valladolid y sus alrededores - Medina del Campo, Medina de Rioseco, Nava del Rey, etc. -, sino que también se extienden hacia Salamanca, Palencia, Zamora, León, Segovia y Madrid, tenien­ do muy buenas relaciones profesionales con Francisco de Mora, el arquitecto principal de la Corte a la muerte de Juan de Herrera. Toda la vida de Juan de Nates tiene por centro Valladolid, y desde este punto irradia su actividad hacia otros lugares, viajan­ do a todos ellos y teniendo en ello una acción más o menos inten­ sa, pero, ante todo, su labor se centra en la actual provincia de Valladolid. El sistema de trabajo del arquitecto lo lleva a cabo de una manera compleja. No es una figura aislada; dentro de la vertiente teórica, sus obras denotan que Nates conoce a Juan de Herrera, a Palladio y a Serlio. Por lo que respecta a España, es­ tá muy vinculado a toda la herencia vallisoletana, fundamental­ mente a través de Juan de la ^ega, Juan de Escalante y Francisco del Río, no apareciendo prueba documental de que tuviera relación con los Salamanca, ni con Rodrigo Gil de Hontañón. La vinculación con estas figuras anteriores al Clasicismo, hace que Juan de Na­ tes sea una figura de entronque entre una y otra etapa del perio­ do arquitectónico. La nueva trayectoria que inicia Juan de Nates en Valladolid no es labor exclusivamente personal, sino que intervienen con él 3 f l varias figuras que llegan a actuar en equipo, lo que permite lle­ var adelante las nuevas teorías y gustos arquitectónicos. Juan de Nates está vinculado a los Praves profesional y fami­ liarmente; Diego de Praves es fiador de Juan de Nates para las o- bras de Monforte de Lemos (42). El 9 de agosto de 1601 vuelve a ser fiador suyo para la obra del convento de Belén de Valladolid, trazado por Francisco de Mora y encargada por el Duque de Lerma (43) . Juntos trabajan en las obras del Palacio Real de Valladolid (44) , y aparecen unidos en la escritura que otorga Francisco de Hontanillas, por la que se encarga de hacer el retablo de la igle­ sia de Nuestra Señora la Pintada de Peñafiel (45). Juan de Nates y los Praves, fundamentalmente Diego, que es la cabeza de la familia, parece, por lo que denotan los documentos, que forman un consorcio o clan y por medio de él se van adjudican­ do numerosas obras en Valladolid y su área. Junto a ellos pocas cabezas aparecen, destacando Pedro de Mazuecos el Mozo, amigo de ambos, Alonso de Tolosa, que a pesar de su condición excepcional en Valladolid y Palencia, abandona pronto la Meseta Norte y Juan del Ribero Rada, que se apoya fundamentalmente en León y Salaman­ ca. Por lo que respecta a Francisco de Mora, cuando el artista viene con la Corte a Valladolid, ya conoce a Diego de Praves y a Pedro de Mazuecos el Mozo; pero su cargo de Maestro Mayor de las Obras de Su Majestad y Aposentador Mayor de Palacio, así como Maestro de las obras del Duque de Lerma, le sitúan en una posi­ ción privilegiada. Cuando la Corte se asienta en Valladolid, los arquitectos de la ciudad establecen un cerco en torno a Francis­ co de Mora, quedando la labor de éste en Valladolid a dar tra­ zas y condiciones y a la función de veedor, catador y tasador de las obras, en tanto que los encargos de éstas, quienes los llevan a cabo son los artistas de la ciudad - Nates, Mazuecos el Mozo, los Praves, etc. Las relaciones de Juan de Nates con Pedro de Mazuecos el Mo­ zo son numerosas y cordiales. Mazuecos es fiador de Nates para las obras de Monforte de Lemos; ambos trabajan juntos en el Palacio Real de Valladolid y Nates y Mazuecos están unidos en las obras de Santa Catalina de Valladolid, por citar un ejemplo. Los contactos de Juan de Nates con Juan del Ribero Rada se remontan a los orígenes de la labor arquitectónica del artista jÿû 1 iso 1 ©taño y ya ha sido planteado en el apartado correspondien­ te de este estudio, que hemos dedicado a este arquitecto# Juan del Ribero ya aparece como fiador de Juan de la Vega en las ofaras de Villagarcía de Campos (46)# Ribero y Nates aparecen juntos traba­ jando en el monasterio de la Santa Espina (47), llevando la direc­ ción de las obras Juan del Ribero^ juntos aparecen en las Huelgas Reales de Valladolid, en San Claudio de León y en la Catedral de Salamanca (48) y cuando Ribero muere en 1600, Nates se encarga, entre otras, de concluir las obras del convento de San Agustín de Madrigal de las Altas Torres (49). En cuanto a las relaciones existentes entre Juan de Nates y Alonso de Tolosa, estas se presetian siempre en un plano profesio­ nal, en el que Tolosa siempre supervisa y decide, quebrantando al­ gunas veces la labor proyectada por Nates. Así. el 23 de julio de 1582, Juan de Nates ha dado trazas y condiciones y dirige las o- bras de la iglesia de San Pedro de Amusco, ve entonces Alonso de Tolosa las obras y da su parecer, haciendo que el 27 de julio las trazas sean modificadas (50)# En 1583, Alonso de Tolosa ve y da su parecer sobre la erección que Nates hace ále la iglesia del convento de las Huelgas Reales de Valladolid (51), En 1586, Juan de Nates ha dado trazas para erigir dos capillas en la iglesia de Nuestra Señora de Cabezón, pero las trazas son anuladas por otras nuevas que da Alonso de Tolosa (52)j ese mismo año, Tolosa tasa la iglesia de Santa María de Villabrágima que ha construido Juan de Nates (53) . Esta tupida red de conexiones entre los diferentes artistas que viven y actúan en la Meseta Norte, muestra de forma palpable las continuas relaciones e influencias que, recíprocamente, debían de tener, ayudando así a una unificación en cuanto a estilo y permitiendo el que diversas formas arquitectónicas y concepciones estilísticas se extiendan por todo el área de la Meseta Superior. A pesar de las continuas relaciones de las figuras más im­ portantes del foco, de su peso y categoría y de la capacidad de absorción, que les ha permitido eliminar la competencia y concen­ trar en torno a sí todas las obras importantes, resultaba material­ mente imposible que cada uno de ellos estuviera presente y al frente de las numerosas edificaciones de que se encargaban# Para solventar tal problema recurrían a sus aparejadores. Este fenóme- no es común a todos los artistas del foco vallisoletano y es una forma de trabajar que han heredado y aprendido del viejo maestro Rodrigo Gil de Hontañón. Juan de Nates sigue este sistema, depu­ rándolo según los progresos que en él ha introducido Juan de He­ rrera, lo que permite que el grupo de colaboradores que está con él tenga más coherencia que el que formó Rodrigo Gil, no obstante hay que reconocer que el equipo que formó Rodrigo Gil era mucho mas numeroso que el de Juan de Nates, Los miembros que forman el grupo de colaboradores son todos maestros de cantería, la mayoría de los cuales pueden trabajar por su cuenta y de hecho lo suelen hacer, sin embargo carecen de esa individualidad, de personalidad definida, son técnicos de muy ele­ vada formación, no creadores. Las vinculaciones entre Juan de Na­ tes y estos hombres son muy variadas, además, el conocimiento que nosotros tenemos de cada uno de ellos es muy desigual. Se puede apreciar que unos tienen íntima amistad con el maestro, como Juan de Mazarredonda y Felipe de la Cajiga, en tanto que otros, hoy por hoy, sólo podemos decir que las relaciones que tienen con él es de una simple vinculación profesional. Sobre Felipe de la Cajiga se hablará más adelante, ya que es una personalidad lo suficientemente individualizada como para me­ recer un estudio particular. Juan de Mazarr^edonda es el cantero de más puntos de contacto con Juan de Nates, Nacido hacia 1545 en Bádanes, pueblecito de la Montaña, en la Junta del Voto, allá en la Merindad de Trasmiera, tiene aproximadamente la misma edad que Juan de Nates (54). Debe venir a Valladolid, aproximadamente, cuando Juan de Nates y tiene en la ciudad castellana a un tío su­ yo de igual nombre, también maestro de cantería. En 1579 visita las obras de cantería que lleva a cabo Juan de Nates en el puente sobre el Cega en Mojados (55). La íntima relación qfie tiene con Juan de Nates se vislumbra cuando hace declaración de solvencia de los artífices que intervienen en la reconstrucción del puente sobre el Pisuerga en Torquemada (5o). En 1587 es fiador, junto con Juan de Nates, de Pedro del Río, que se ha encargado de la capilla de Nuestra Señora del Rosario en la iglesia de San Mi­ guel de Tordehumos (57). El 12 de agosto de 1588 ambos artistas se encargan de reedificar las Panaderías de Valladolid que se habían hundido (58). En 1589 vuelven a aparecer juntos como fia- dores de Diego de Praves que se ha encargado de la delantera del Palacio de Fabio Nelli de Valladolid (59) . En 1593 es nombrado por el mismo Juan de Nates testamentario suyo (60). En 1596 vuel­ ven a estar juntos y con otros arquitectos para fiar a los cante­ ros que se han encargado de la iglesia de San Agustín de Segovia (61)j ese mismo año aparecen en comandita para hacerse cargo de la erección de la capilla funeraria del Doctor Mercado en el claus tro del monasterio de San Pablo de Valladolid, desaparecido (62). De Juan de Negrete apenas si tenemos noticias. Sabemos que era natural de la Montaña, nacido en el lugar de Meruela, en Tras­ miera y que Nates le da un poder el 21 de febrero de 1572, para que en su nombre haga posturas y bajas en las obras de Villagar- cía de Campos y en la iglesia de Villanueva de los Caballeros (63) Es posible que interviniera en Villagarcía de Campos con Juan de Nates - en las obras del monasterio, no en la iglesia — y en las obras de la Santa Espina, pero no conocemos más noticias de él. Sebastián de la Vega es otro aparejador al servicio de Juan de Nates; la pobreza de testimonios que conservamos de él es mu­ cha. Sabemos que era aparejador de Juan de Nates en la edificación de la iglesia de las Huelgas Peales de Valladolid y, por tanto, que debía estar a su servicio desde 1579 como mínimo, siguiendo al servicio del artista en 1588 (64). Las relaciones con los arquitectos del periodo anterior al Clasicismo no se presentan muy claras. Ignoramos si Juan de Na­ tes intervino de alguna manera en las obras de reconstrucción de la parte incendiada de Valladolid por el siniestro de 1561, aunque sospechamos que trabajó como uno más en la cuadrilla de Juan de la Vega. Pero si su intervención en la reconstrucción es factible, muy dudoso resulta que mantuviera contactos con Francisco de Sa­ lamanca; por el contrario, sí tiene relación con el hijo de és­ te, Juan de Salamanca. En 1575, Juan de Nates y Juan de Salaman­ ca compiten para adjudicarse el puente sobre el Cega de la villa de Mojados, siendo los dos rechazados y quedándose con la obra Hernando del Puraar, que se la traspasará a Nates (65). Muy pocos años mas tarde, un tal Juan de Salamanca es fiador de Nates para las obras de San Claudio de León (66). Este artífice no es el hi­ jo de Francisco de Salamanca que, como ya se vio en el apartado correspondiente a las obras del Archivo de Simancas, había muer- to a finales de 1575. Por último, Juan de Nates y Juan de Herrera tienen relacio­ nes profesionales, interviniendo miembros de la cuadrilla de Na­ tes en las obras de la Cuarta Colegiata de Valladolid; además, Nates trabaja con trazas de Herrera en obras como las Panaderías de Valladolid y puede que, a través de Diego de Praves, entrara en relación directa con el gran Aposentador de Felipe II. Por úl­ timo, Nates trabaja en Madrid, como sustituto de su difunto herma­ no Pedro, en obras trazadas por Herrera (66). La obra de Juan de Nates. La labor arquitectónica de Juan de Nates se localiza mayori- tariamente en el último cuarto del siglo XVI, en una zona que a- fecta a Valladolid y sus alrededores y que se extiende, además, a Salamanca y a Madrid. Por ello, aunque el artista viva hasta 1613, Nates es un hombre del siglo XVI y su papel principal consiste en ser uno de los introductores del Clasicismo en la región, colabo­ rando con Juan del Ribero Rada y con Pedro y Alonso de Tolosa. Por ello, Martín González le define como "el arquitecto más descollan­ te de este periodo inicial postescurialense" (67). Sin embargo, Juan de Nates se diferencia de estos artistas en que él quedó fi­ jo en Valladolid y nunca abandonó la ciudad, por ello su figura tienex $ma importancia vital para el foco y es el arquitecto cía— sicista por antonomasia de Valladolid, ya que su labor se extien­ de de forma ininterrumpida desde 1572 a 1613. Su obra conocida es numerosa, aunque edificios importantes levantados por su mano han desaparecido; no obstante, por las o- bras conservadas, creemos poder apreciar su proceso artístico que articulamos, grosso modo, en tres partes: 1.- la influencia de Villagarcía de Campos; 2.- El influjo de la Catedral; 3.- Las Angustias y la evolución final de su estilo. Eij este último apar­ tado hay que incluir los trabajos que realiza con Francisco de Mora. La obra, de Juan de Nates es eminentemente religiosa, no co­ nocemos que construyera ningún tipo de palacio, si bien trabajó con Diego de Praves y Pedro de Mazuecos el Mozo en obras civiles para el Ayuntamiento y para la Corte. Esta falta de arquitectura 3 ^ civil es algo peculiar de la obra de Nates. Por el contrario, el artista si que llevó a cabo una amplia labor de ingeniería, traba­ jando en la construcción de puentes, en el Espolón de Valladolid y hasta tiene relación con las obras de los puentes de Laredo. Ci­ tro rasgo de la labor arquitectónica de Juan de Nates es su conti­ nua relación con Juan del Ribero Rada, relación que sólo desapare­ cerá en 1600, cuando muera el artista salmantino. Primer periodo. La influencia de Villagarcia de Campos.- Ya se ha visto como Juan de Nates nos parece que es yerno de Juan de la Ve­ ga. Esta relación le va a ser de gran utilidad para introducirse en el mundo de la arquitectura. Precisamente, la primera acción arquitectónica que conocemos del artista está en relación con una obra de Juan de la Vega. El 16 de abril de 1572, Juan de Nates, titulándole cantero, vecino de Valladolid y de venticinco años de edad, da su parecer sobre la obra que Juan de la Vega hace en la iglesia de San Antón de Valladolid (68). Que Nates, tan joven, aparezca en tan delica­ da misión denota, por un lado, el trámite que muchas veces tiene esta función^ por otro, la corruptela que existe en este aspecto y ya en Villagarcia de Campos aparecieron pruebas en la disputa que Juan de la Ve^a y Rodrigo Gil de Hontañón mantuvieron por el asunto de la Colegiata. Además hay pruebas de buscar en tan deli­ cada misión, como es la función de ver y tasar, a personas amigas, incondicionales o familiares, para que la tasación y el informe sean a gusto del artista (69). Por todo ello, Juan de Nates, un recién incorporado al mundo de la arquitectura, aparece como un tasador de una obra de Juan de la Vega, en cuanto que es conside­ rado persona incondicional del veterano arquitecto de Valladolid. Esta obra, acabada en 1574, ha desaparecido (70). Creemos como muy posible, que por incitación y apoyo de su suegro, Juan de Nates procure quedarse con la obra del Colegio de San Luis de Villagarcia de Campos. Con ello, el artista entra de lleno en el edificio que va a introducir el nuevo estilo en la región vallisoletana. El 21 de febrero de 1572, Juan de Nates da un poder a Juan de Negrete para que, en su nombre, se quede con las obras del Co­ legio de la Compañía de Villagarcia de Campos y las obras de la iglesia de San Pedro de Villanueva de los Caballeros, villa cer- cana (/D). No hay duda de que el artista trabajó en esta obra, pues sabemos que trazó y labró una fuente que todavía se conserva. La obra costó cien ducados y fue el pago que hizo Juan de Nates a Doña Magdalena de Ulloa por una deuda de igual monto que con ella tenia ( / • A través de estos datos deducimos que Juan de Nates estuvo trabajando en el Colegio de la Compañía, a buen seguro, des­ de 1572. Que Nates quiera hacerse cargo de las obras indica que el Co­ legio ya estaba trazado en 1572, cuando la iglesia y creemos natu­ ral que fuera Rodrigo Gil su trazador, ya que lo era también de la iglesia. Sabemos que parte del edificio estaba ya construido en 1574 (73) y en los informes que se dieron sobre la iglesia, de continuo se insiste tener cuidado para que el Colegio no deje sin luz al templo. El Padre Villafañe y Antonio Ponz atribuyen el Co­ legio al Hermano Valeriani (74). Con estos datos, el Padre Ceba- llos dice que "Valeriani dejaría la traza para continuar el res­ to del edificio, que no se concluyó enteramente hasta 1680" (75). El Padre Pirri mantiene el mismo criterio que Ceballos, Popz y Vi­ llafañe en cuanto a la intervención de Valeriani en la obra (76). La intervención de Valeriani en la obra no está documentada y, por tanto, su actuación es hipotética. Valeriani estaba en Villagar- cía en 1576 y pudo trabajar sobre los planos de Rodrigo Gil; sin embargo, lo mismo podemos decir de Juan de Nates, del que sí hay fe documental de que trabajó en la obra. Por ello, consideramos muy probable que fuera este artista el que diera el carácter cla- sicista al gran patio del Colegio. Según ésto, tanto Valeriani, como Nates, pudieron intervenir en Villagarcía de Campos. El edificio del Colegio ha desaparecido. El arquitecto Manuel López levantó un plano del antiguo edificio con iglesia y sacris­ tía. Si el plano es fiel, podemos ver que el Colegio estaba for­ mado por un patio central cuadrado, con crujías de cinco vanos formados por pilares y arcos de medio punto. En torno a él se dis­ ponían las dependencias y un costado del claustro lo ocupaban la iglesia y la sacristía. Nos hallamos, pues, ante el clásico con­ vento, que perfectamente pudo diseñar Rodrigo Gil de Hontañón. Lo único conservado del Colegio es la fuente, que trazara y labrara Juan de Nates9 Es un arco triunfal con pilastras toscanas, rematado por un frontón triangular coronado por bolas y con un escudo de la Compañía que parte el vértice superior invadiendo el tímpano, ^s una obra netamente clasicista, que sigue los esquemas de fuentes italianas del siglo XVI, concebida como un gran nicho. A buen seguro que será la primera fuente clasicista de la Meseta Norte y es la primera obra conservada de Juan de Nates que conoz­ camos. La actuación en el Colegio permitió a Nates vincularse con las obras, de la iglesia, donde estaba trabajando Juan de la Vega, su suegro, así como el conocer a fondo los proyectos de Pedro de Tolosa que replanteaban todo el edificio. Esta vecindad y los vín­ culos que le unían a Juan de la Vega favorecen la hipótesis que sostenemos de que Juan de Nates bien pudo intervenir en la obra de la Colegiata de Villagarcía de Campos, fundamentalmente en la solución de la fachada. A su vez, esta relación va a tener como consecuencia el que, desde un principio, el influjo de Villagar­ cía de Campos se refleje en la obra de Nates, marcando fuertemen­ te su estilo. Cuando Juan de Nates está llevando a cabo la asimilación del nuevo estilo, que ha traído a la zona vallisoletana Pedro de To­ losa en 1575, comienza su colaboración con Juan del Ribero Rada en el monasterio de la Santa Espina, y a través de él recibirá la influencia palladiana. Ribero y Nates trazan las obras del mo­ nasterio y su costo será de siete mil seiscientos ducados. El 9 de setiembre de 1578, Juan de la Vega se declara fiador de Nates y se compromete a trabajar con él en las obras; uno de los testi­ gos de la escritura es el licenciado Laso de la Vega, hijo de Juan de la Vega (77). Las obras que se realizan se refieren al convento y dependen­ cias monasteriales: fachada, portería, claustro de la hospedería y escalera. En el monasterio trabajan Juan de la Vega, también re­ lacionado con Ribero Rada en las obras de la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos, Hernando y Pedro de Río y posiblemente interviene como aparejador Felipe de la Cajiga. Finalmente, tra­ baja también allí Juan de Nates Naveda, que se desplaza a Salaman­ ca y que cede a su homónimo vallisoletano, el 1 de noviembre de 1586, "la obra que se hace en la escalera" (78). En la Santa Espina se construye el que consideramos primer patio clasicista de la zona vallisoletana y aparece una clara in- 3 S + fluencia palladiana en el trazado de la gran escalera, aspecto que ya ha sido visto cuando abordamos la figura de Juan del Ribe­ ro Rada. La influencia de Villagarcía de Campos y el palladianismo que trae Ribero Rada, cristalizan en el primer edificio clasicista que se construye en la ciudad de Valladolid, la Iglesia de las Huelgas ^eales. ^sta edificación, que ya ha sido estudiada, (7#) muestra el dominio que Juan de Nates poseía del nuevo estilo. El estilo que aquí aparece es una consecuencia del templo de Villagarcía de Campos, como ya ha resaltado Martín González (80), pero, al mismo tiempo, la fábrica refleja la influencia italiana a través de las citas de Palladio que aparecen en las condiciones y que se ciñen al sistema de disponer los órdenes; igualmente hay un claro deseo de imitar "lo romano" dejando los materiales a la vista, aspecto que Chueca ya captó y que le hacía recordar las ruinas de unas termas romanas (81). Contemporáneo a la iglesia de las Huelgas Reales, es el tem­ plo de San Miguel de Valladolid, edificio que ya ha sido estudia­ do (82) y que Martín González atribuye a Juan de Nates (83). El citado autor dice que "esta iglesia viene a ser una fiel copia de la Colegiata de Villagarcía de Campos" (84), corroborando así, u- na vez más, el fuerte impacto que causó en los arquitectos de Va­ lladolid la fundación de Doña Magdalena de Ulloa, al tiempo que esta obra refleja la incidencia que Villagarcía de Campos tiene sobre el estilo de Juan de N’ates. El artista, con las Huelgas Rea­ les y San Miguel de Valladolid más la iglesia de San Pedro Mártir de Medina de Rioseco es, a nuestro juicio, la figura decisiva que hace triunfar el prototipo plasmado en Villagarcía de Campos en toda la zona vallisoletana. Ya en solitario, Juan de Nates va a llevar a cabo otra de sus primeras obras, donde el reflejo de Villagarcía es patente. El 29 de enero de 1580, ante el escribano Pedro de Villarauz, el monas­ terio y convento de San Pedro Mártir de Medina de Rioseco, de la orden de Predicadores, se concierta con Juan de la Vega, "maeso de cantería vecino del lugar de Secadura en la Junta del Voto de la Merindad de Trasmiera", por sí mismo y en voz y nombre de Juan de Nates, "mi compañero maeso en el dicho arte vecino de Vallado- lid", para que ambos maestros hagan"de nuevo" la iglesia y casa 3 * * según trazas hechas en pergamino por Juan de la Vega y Juan de Nates y firmadas por el primero (85). La escritura es muy precisa en la función que han de reali­ zar ambos arquitectos: "que los maestros no sean obligados a más de executar la traça e dar industria como se ha de hacer e poner su aparejador e buscar oficiales cuales convenga en corta e seña­ lar moldes con que la dicha casa ha de dar tabla e pagar todas las cosas tocantes a la dicha fábrica". Por todo ello "les han de dar e pagar a los dichos maestros en cadajun año de maestría diez mil maravedís", "aunque no se trabaxe en la dicha obra sino una sema­ na". El aparejador, que será puesto por los arquitectos, cobrará cuatro reales diarios, "sin otro salario ninguno", y por lo que respecta "a los demas oficiales se les ha de pagar por la di|cha casa e convento lo que en conciencia vieren el padre prior de la dicha casa y el dicho maestro e se les ha de pagar cada sábado e acabado el mes se ha de acabar de pagar a los dichos oficiales de todo pupto e que ao diere gusto el oficial a todos o a parte de ellos le despidan e paguen lo que se le debieren". La obra se ha de empezar con rapidez; el edificio irá sobre tierra firme y bien nivelado, procurando evitar a toda costa que en la cimentación se hagan gradas. Hechos los cimientos, las pare­ des de las capillas hornacinas tendrán de grueso cuatro pies de vara, es decir, un metro y doce centímetros aproximadamente. Subi­ rán del pavimento cinco pies de vara, siendo de manipostería a pi­ cón y sobre esta altura se elegirán las pilastras. La nave tendrá de ancho treinta y ocho pies de vara, que e- quivale a diez metros y^esenta y cuatro céntímetros, que es la an­ chura que hoy tiene el templo de pilastra a pilastra, o como dicen Nates y Vega, "por el Vivo de las jambas". Las capillas laterales tendrán de ancho diez pies de vara, coincidentes con la realidad: dos metros ochenta centímetros. La longitud de estas capillas, "el hueco", será de veinte pies "de vivo a vivo", es decir, cinco me­ tros sesenta centímetros, que es el tamaño que hoy presentan. La proporción de estas capillas es dupla. La iglesia seguirá el or­ den toscano "por evitar costas". La iluminación no queda precisada, las ventanas serán de la­ drillo y las habrá altas y bajas y "se harán como el padre prior e convento e al maestro mejor pareciere". Sobre la cubrición no 3 VI se especifica y se insiste que se tenga cuidado en la relación del templo con el claustro del convento. El coro estará en alto venti- dos pies - seis metros dieciseis centímetros - y a la misma altu­ ra que el piso alto del claustro. Sobre la fachada se establece que ha de haber "concordancia de los miembros de fuera con el cuerpo de dentro". La puerta será de "orden corintia en la guarnición de la jamba con su frontespi- cio muy en arte". Si se desean poner columnas en la puerta, será con acuerdo del convento y, por supuesto, del mismo género corin­ tio que el resto de la puerta. La escritura se firma en Medina de Rioseco y en ella aparecen, además de Juan de la Vega, Simón, Pedro y Juan Tprices, vecinos de la villa. El 30 de enero, Juan de Hermosa, vecino de Villabairaz, "mae- so de cantería", sale fiador de Juan de Nates y Juan de la Vega, apareciendo como testigos Sebastián de la Vega, "cantero vecino del lugar de Secadura", y aparejador de Juan de Nates en las obras de la iglesia de las Huelgas Peales de Valladolid, Pedro de Tori- ces y Sebastián Vaca, "cortador" (86), Comenzaron las obras con cierto ritmo aunque la carestía e- conómica se hacía notar. El peso de la obra lo llevan Juan de la Vega y Juan de Hermosa, acómpañados por la familia Torices, que son riosecanos, pero prácticamente no aparecen, ni Juan de xNates, ni Sebastián de la Vega, que en esas mismas fechas están trabajan­ do a pleno rendimiento en las Huelgas Reales de Valladolid y en la Santa Espina. Por tanto, todo el peso lo lleva Juan de la Ve­ ga, que hace muy pocos meses que ha terminado las obras de la Co­ legiata de San Luis de Villagarcía de Campos. Iniciadas las obras, comienzan las alteraciones; el 26 de a- bril de 1581, por una escritura pública otorgada en Medina de Rio- seco, Juan de la Vega por sí y en nombre de Juan de Nates, se com­ promete a hacer un estribo "e una capilla en el dicho templo e i- glesia que está començada hacer e otro de otra parte del dicho templo de piedra", por trescientos ducados de precio (87). Efec­ tivamente, a los pies de la iglesia, pasado el tramo del coro, se ha abierto una capilla a ambos lados, que rompe el ritmo de la planta y que delata esa transformación producida nada más ini­ ciarse los trabajos. 310 La lentitud de la obra, provocada por la falta de recursos del convento, culmina en un paro, quedando la fábrica empezada, pues los cimientos estaban hechos y los estribos levantados con un grosor de seis pies - un metro y sesenta y ocho centímetros -, que es lo que tienen. El paro de la fábrica desperdiga a los maestros, pero la nue­ va acumulación de recursos y la enérgica intervención del conven­ to de San Esteban de Salamanca vuelven a dar vida a la mortecina obra. El 3 de mayo de 1583, se extiende una nueva escritura de con­ cierto en Medina de Rioseco entre el convento de San Pedro Mártir y Juan de Nates, por la cual él y Juan de la Vega se comprometen a levantar la fábrica de la iglesia siguiendo las trazas anterio­ res, pero con algunas alteraciones. La iglesia tendrá seis capi­ llas contando el crucero, es decirtÿ en la nueva escritura se re­ funden las primeras disposiciones en cuanto a longitud de la nave y la escritura posterior en la que se concertaba el hacer una ca­ pilla más. No se habla para nada, ni de cimientos, que ya estaban hechos, ni de la anchura y longitud de nave y capillas, pues se respetan las ya dadas en las condiciones primeras de 1580. Se es­ pecifica que las capillas tendrán arcos y bóvedas, igualmente se especifica que habrá atajos en vez de capillas aisladas. Sobre el sistema de iluminación, se hablan de ventanas que serán vanos ter­ males, con lo que este aspecto borroso de las condiciones de 1580 queda aclarado; además, en el coro irá un espejo, prosiguiendo a- sí la tradición de Villagarcía de Campos. Para nada se habla de la cubrición, pero sí se insiste en mantener el orden toscano. Se menta también la construcción de dos puertas, una de ocho pies - dos metros y venticuatro centímetros - y otra de nueve - dos metros y cincuenta y dos centímetros -; una de ellas, la segunda, debe ser la del lado del Evangelio, ya que coincide en la medida; la otra no nos ha sido posible localizarla, debe estar en su ca­ pilla frontera, zona inasequible. El coro se sigue manteniendo en alto y sobre la fachada nada se dice, lo que indica que debió a- ceptarse el primer proyecto de estilo corintio. Sobre el sueldo de los maestros hay una fuerte alteración, ya que cobrarán anualmente cien mil maravedís, en vez de los diez mil estipulados tres años antes, y también se establece que la o- bra durará cuatro años, correderos desde el día de la fecha de la 311 escritura (88). Firmadas las condiciones el 24 de mayo de 1583, Juan de la Vega, desde Benavente, da escritura de fianza a fin de proseguir la obra con Juan de Nates (89). A pesar de la nueva escritura, los problemas económicos si­ guen en piej ese mismo año, el 10 de julio, Juan de Nites da su poder cumplido a Juan de Marlote, para que en su nombre le pague el monasterio de San Pedro Mártir de Medina de Rioseco a fin de empezar las obras que tiene concertadascon él y con Juan de la Vega (90). Cansado de tanta tardanza y penuria, Juan de Nates a- bandona la obra de San Pedro Mártir y la traspasa íntegra a Juan de la Vega. Juan de la Vega, el 20 de mayo de 1584 extiende una escritura de concierto, por la cual Juan de Hermosa, arquitecto vecino de Medina de Rioseco, se encarga de la mitad de la obra y, de hecho, se queda al frente de ella (91). Con Juan de Hermosa al frente, las obras adquieren un cierto ritmo y la fábrica del templo fue progresando con lentitud. En 1587 recibe cantidades por las obras (92), pero los paros prosi­ guieron y hasta el 5 de agosto de 1596 no se efectúa la primera tasación, que es llevada a cabo por Juan del Ribero Rada y por Felipe de la Cajiga. Por ella sabemos que la obra iba muy avanza­ da y siguiendo fielmente las trazas, y que lo que se llevaba rea­ lizado valía catorce mil ducados en reales de plata (93). Después de dieciseis años, el convento estaba casi terminado, pero el enorme esfuerzo económico volvió a paralizar las obras, que se arrastran lentas a lo largo de todo el siglo XVII. En 1630, Miguel González de Cisniega y Juan de la Cajiga están trabajando en el claustro (94) y todavía en 1642 se sigue laborando en el e- dificio y por esas fechas se producen algunas alteraciones en las trazas primitivas dadas por Nates y Vega (95). Como ya demostró Martín González, este templo es "un ejemplar fehaciente de la escuela que llegó a formar la Colegiata: la mis­ ma sencillez de la fachada, con su portada, ventana, frontón y a- nillo dentro de éste; los huecos termales, las capillas hornaci­ nas , etc." (96) . En planta, el templo no ha sufrido alteraciones, es una fá­ brica de grandes dimensiones y muy rítmica, ampliamente estiliza­ da, pero que los aditamentos de los pies, al robar una capilla, han hecho perder en parte. En San Pedro Mártir, Juan de Nates co- 3 U mienza un proceso evolutivo arrancando de las soluciones consagra­ das en Villagarcía de Campos y las Huelgas Reales de Valladolid. Frente a la severa estructura rectangular desarrollada en estos dos edificios, San Pedro Mártir busca una nueva dimensión. El rec­ tángulo se descompone en dos volúmenes precisos y donde el círcu­ lo, como de costumbre, carece de importancia. La cabecera adquie­ re una autonomía mayor, formada por un rectángulo dentro del cual se encuadra el crucero, la cabecera de testero plano y las dos de­ pendencias laterales. Perpendicular al eje de este espacio está la nave formada por cinco tramos con capillas laterales sin ata­ jos, muy poco profundas y más similares a nichos que a espacios independientes. San Pedro Mártir se forja por dos espacios contra­ puestos que se equilibran a través de ejes ortogonales. La iglesia se abre próxima a una encrucijada, lo que permite que el templo tenga algo de perspectiva. El edificio, de piedra sillar de buen corte, carece de escenografía y se alza sobre un basamento según la tradición arquitectónica. Su alzado muestra los volúmenes que conforman el templo: crucero y cabecera con cimbo­ rrio que resaltan con unitaria estructura del resto de la edifica­ ción. El buque del templo, articulado según el rítmico eje longi­ tudinal , se dispone en dos bloques divididos a su vez en dos pla­ nos, el plano de capillas, más bajo y compart imentado por rafas, ciego y simple y con un vano que es un postigo lateral y un segun­ do bloque formado por la nave, compartimentado por estribos ale- tonados que cobijan a los paños de los muros de carga, perforados por los focos de luz que son vanos termales, ^sta disposición del buque del templo es la misma que se desarrolla en Villagarcía de Campos y luego en las Huelgas Reales de Valladolid. La fachada se abre a los pies del templo y carece de perspec­ tiva; de hecho es una simplificación del tipo de fachada surgido en Villagarcía de Campos y desarrollado en San Miguel de Vallado- lid y Nuestra Señora de la Calle de Falencia. Es una fachada de dos planos, donde el segundo se atrofia a causa de la estructura del templo (97); la fachada, a su vez, se divide en dos cuerpos por una línea de imposta volada que se vincula a la cornisa de las naves laterales formando un todo. La fachada es un gran paramento liso flanqueado por rafas y formando un todo orgánico gracias a unos aletones poco afortuna- dos de buena piedra sillar. Todo el bloque de la fachada remata en un frontón triangular con un óculo ciego en su tímpano, según tradición forjada en Villagarcía de Campos y cuyo antecedente es Serlio. En el eje de la fachada está la portada, formada por un solo vano que es la organización de entrada. Es un arco de medio punto que apoya sobre gambas y que arranca de una moldura con misión de capitel, tiene trasdós moldurado y una ménsula en la clave, en las enjutas hay placas. El arco se enmarca dentro de una estructu­ ra compuesta por columnas jónicas, entregas, de torpísimo entasis y rechoncho capitel y con el fuste liso; el fondo de las columnas son pilastras de distinto orden apenas relevadas, con lo que se establece el clásico juego de columnas y traspilastras. Corona la estructura un entablamento de no muy buen gusto con arquitra­ be de molduras en vez de listeles, friso curvo y una cornisa re­ matada por bolas en los ejes de las columnas y traspilastras. Re- inafa el conjunto una hornacina de arco de medio punto, con pilas­ tras cajeadas y frontón curvo de coronamiento. Esta organización de entrada, poco feliz, no es obra de Juan de Nates y se construyó una vez desaparecido el artista y alteran­ do las trazas que él dio. N'ates no usa el arco de medio punto pa­ ra el vano de entrada, sino que prefiere las estructuras adintela­ das. Inclusive en una obra tan compleja como es la fachada de Nues­ tra Señora de las Angustias de Valladolid, y recogiendo la potente influencia de Juan de Herrera que irradia desde la Catedral, Juan de Nates establece la organización de entrada con dintel, aunque éste se encuentre conbijado dentro de un arco. Además, en obras contemporáneas a cuando fue trazado San Pedro Mártir - las Huel­ gas Reales de Valladolid, Santa María de Villabrágima -, la or­ ganización de entrada siempre se lleva a cabo a través de una es­ tructura adintelada. Por tanto, el arco de San Pedro Mártir es un elemento ajeno a la temática de Juan de Nates. Lo mismo hay que decir por lo que respecta al entablamento, a las columnas y al orden en ellas empleado. Por lo que respecta a la hornacina, es también una interpolación. Toda esta parte es uno de los sec­ tores alterados a mediados del siglo XVII. La articulación del resto de la fachada sí que sigue las di­ rectrices impuestas desde un principio, lo que hace que se vincu- 3 l H le al tipo de fachada surgido a raíz de la erección de la Colegia­ ta de San Luis de Villagarcía de Campos, como ya destacó Martín González (98). El segundo cuerpo con el espejo sigue con fidelidad las trazas primitivas y es un tema que ha sido ya desarrollado en edificios anteriores - Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos, por ejemplo -. Muy de Nates es el molduraje y las placas recortadas a modo de triglifos que cuelgan en los vértices superiores del cua­ dro de la ventana, pero desaparece el frontón, que es sustituido por un simple saledizo de gola. El interior del templo es un buefi logro de la arquitectura de la época. Levantado en orden toscano según dicen las condiciones, está formado por una amplia nave con capillas laterales reducidas y sin comunicar, amplio crucero y capilla mayor, teniendo a los pies y en alto el coro. Los soportes son gruesos y potentes estribos de prismático corte con esbeltas pilastras toscanas en sus frentes, de sencilla basa ática, limpio fuste y capitel según el canon. El uso del tos- cano do desaparece nunca del foco de la Meseta Norte, precisamen­ te porque es el orden más económico y ello no sólo se hace cpns- tar cuando se edifica San Pedro Mártir, sino que también, cuando años después, Pedro de Mazuecos el Mozo tenga quer reformar las trazas de la iglesia del monasterio de Nuestra Señora de las Vir­ tudes de la diócesis de Salamanca, se exigirá que emplee el orden toscano porque es más económico. Sin embargo, todavía en San Pe­ dro Mártir no se funden el capitel y el entablamento, como ocu­ rrirá más adelante en el foco. En el crucero se recurre al acha- flanamiento para facilitar el recibir a las pechinas. Sobre los gruesos estribos descansan los arcos de medio pun­ to, enjarjados, que forman las capillas. Más que capillas son ni­ chos; los arcos arrancan de una imposta lisa del más puro gusto palladiano y ya empleada también en El Escorial. La rosea del ar­ co tiene su trasdós moldurado según el modelo empleado en Villa- garcía de Campos; la clave del arco llega casi hasta el entabla­ mento, cubriendo así toda la pared y haciendo desaparecer esa so­ lución de continuidad desarrollada por Pedro de Tolosa en Villagar­ cía de Campos y por Juan de Nates en las Huelgas Reales de Valla­ dolid es 31^ La cubrición de cada capilla es el mismo arco formero dupli­ cado y partido en dos mitades por un filete y el fondo es un vano termal ciego. Siguiendo el pie derecho de los soportes arrancan los perpia- ños de medio punto y liso intradós que resaltan con su despiece sobre la blanca bóveda. Esta, lisa y compartimentada, es de medio cañón con lunetos. En el crucero, soportada por pechinas limpias, va la cúpula, ciega, con un anillo de molduras y dentellones que denota una ejecución posterior. El sistema de media naranja ciega, que tanto éxito tiene en la Meseta Norte, es un elemento estructu­ ral que proviene de la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Cam­ pos. En la fundación de Doña Magdalena de Ulloa y en las Huelgas Reales de Valladolid no hay una solución de continuidad entre los cuatro sectores formados por los torales, las pechinas y el casque­ te: para introducir una división entre los elementos se recurre a una simple impasta y no un anillo articulado, que es una solución posterior dentro del círculo vallisoletano. Ello da pauta para con­ siderar que esta parte se levanta con retraso y presentando leves alteraciones. Lo mismo hay que decir por lo que respecta a la pro­ fundidad de la media naranja. Las medias naranjas empleadas en es­ tos años son verdaderas vaídas, es decir, bóvedas de muy poca pro­ fundidad; es en el 1600 cuando las medias naranjas adquieren un verdadero espacio autónomo, como ocutre en Nuestra Señora de la Calle de Falencia o bien, en Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid. Además, y como consecuencia de ello, la media naranja no se trasdosa al exterior en esta primera época, ni cmo estructura he- miesférica, ni como cimborrio. Villagarcía de Campos y las Huelgas Reales de Valladolid confirman este aserto. El trasdosamiento en cimborrio es un proceso evolutivo de alto interés, ya que así se establece una coordinación entre espacio interior y volumetría ex­ terior de gran importancia, y el cuerpo del crucero adquiere un resalte y una autonomía mayores. Este proceso de trasdosamiento se vincula a una solución en planta de destacar el cuerpo de cru­ cero rompiendo la disposición rectangular y adquiriendo una auto­ nomía, presentándose el crucero como un eje transversal opuesto al eje longitudinal de la nave, San Pedro Mártir reoresenta un paso más en el proceso de a- fianzamiento del nuevo estilo en la région» Hace tres años que ha muerto Rodrigo Gil y ya se han impuesto nuevos concepciones arqui­ tectónicas en un lugar donde ha dejado una de sus obras más excep­ cionales - la iglesia de Santiago - y ha dado trazas para levan­ tar de nuevo cuño la iglesia de Santa Cruz. El Clasicismo se va im­ poniendo de forma sistemática y a modo de un arco de círculo que va de Fuentelapeña (Zamora) a Medina de Rioseco y cuyo epicentro es Valladolid. Esta fase constructiva de Juan de ^ates se cierra con un gru­ po de obras de menor entidad que completan la etapa constructiva que estamos estudiando. Parte de estas obras han desaparecido, mien tras que en las otras la labor de Juan de Nates es parcial. Den­ tro de esas obras parciales hay que situar a la iglesia de Fuente­ lapeña (Zamora). En 1580, el mismo año en que se firman las con­ diciones para levantar la iglesia riosecana de los dominicos, Juan de Nates y Pedro de Mazuecos contratan la reedificación de la i- glesia de Santa María de los Caballeros de Fuentelapeña. La obra fue concertada en cinco mil quinientos ducados, dando las trazas Juan de Nates y teniendo que pagar parte del dinero el Comendador Fray Pedro Boninseni por sentencia judicial (99). Cuando Juan de Nates y Pedro de Mazuecos se encargan de la iglesia, ésta se hallaba ya empezada. Por los testimonios que se conservan, puede decirse que la cabecera estaba ya levantada. Es­ cuadrada en planta, pero la cubrición se ha llevado a cabo en o- chavo a través de una solución de trompas y ménsulas que ha obli­ gado a un reforzamiento de las costaneras a base de estribos o- blicuos que establecen un cierto ritmo con los estribos de los ángulos del crucero. La cubrición es con una preciosa bóveda de crucería a base de terceletes, combados y crucetas con preciosas claves, decoración de angelotes y conchas, símbolo de Santiago peregrino. Este sistema parece que tiene un origen burgalés y se aplica en edificios tan sobresalientes como Briviesca, la Vid y la Capi­ lla de la Presentación de la Catedral de Burgos. Juan Gil de Hon- tañón y Juan de Alava debieron implantar esta solución en Salaman­ ca, donde Rodrigo Gil la desarrollaría también (iglesia de las Bernardas). La disposición de trompa aparece en la fachada de San Esteban de Salamanca y en la destruida iglesia de San Miguel de Peñaranda de Bracamonte. Tal solución va a introducirse en la pro­ vincia de Valladolid, seguramente por medio de Rodrigo Gil y así, aparece en la iglesia de la Magdalena de Matapozuelos y también en la Santa Espina. El sistema de bóvedas es muy similar al usa­ do por Juan Gil de Hontañón. Por tanto, la cabecera de Fuentelape- ña es una obra del foco salmantino de la primera mitad del siglo XVI, quizá llevada a cabo en el primer cuarto. Las obras se detuvieron y acabaron en pleito hasta 1580, año en que se reanudan según trazas de Juan de Nates y bajo la direc­ ción de éste y de Pedro de Mazuecos. No debieron ir muy bien los trabajos, cuando un nuevo proceso se abre en 1583 y sale a la luz que ninguno de los dos artífices está al frente de las obras, y que éstas las llevan en ese momento Pedro de Azcutia Meneses y sus compañeros de cuadrilla (100). Las obras se concluyeron en 1618 (101) . La estructura de la iglesia denota un profundo conservaduris­ mo, lo que delata el pie forzado con que debió actuar el arquitec­ to. La planta de la iglesia es de salón, de tres naves, más ancha la central, crucero que no se acusa en planta y cabecera hereda­ da de testero plano. Estamos, pues, ante una solución de edificio de la más pura tradición gótica. El estudio de Heras García so­ bre los edificios religiosos de la vieja diócesis vallisoletana es un excelente botón de muestras para corroborar este punto.(102). Los soportes son pilares cuadrados, presentando los del cru­ cero un leve achaflanamiento para recibir las pechinas. En los muros maestros se encajan elegantes responsiones que son comple­ mentados al exterior con poderosos y prismáticos contrafuertes muy del gusto de Rodrigo Gil de Hontañón. En los esquinazos del crucero, y siguiendo con ello una tradición consagrada por el gran maestro salmantino y codificada en sus dibujos, los estribos son oblicuos formando bisectrices con el ángulo formado por los muros. El coro se encuentra a los pies y en bajo; la única entrada al recinto está en el costado de la nave de la Epístola. La iglesia está hecha de piedra - basamento y algunas hila­ das de la cabecera - y ladrillo, siendo de material noble también la portada. El templo es un poderoso bloque prismático con naves a la misma altura y cuyo único punto de concentración visual es la portada. Los paramentos de ladrillo 1 impio sólo se rompen por los poderosos contrafuertes prismáticos que favorecen un agudo e- fecto de claroscuro. Semejante forma de concebir el exterior de la fábrica hace que la iglesia de Santa María de los Caballeros tenga un carácter mudejar, acrecentado por los pináculos que co­ ronan los estribos. La t orre, levantada a los pies, y encima del coro, también de ladrillo, sigue las directrices consagradas por las dos sober­ bias torres de Santa María y San Pedro de Alaejos. La portada, de piedra, nada tiene que ver con el estilo clasicista de la época de Juan de Nates. El interior del templo es muy austero. De tres naves, sopor­ tes de pilares y arcos formeros y fajones de medio punto y senci­ lla rosca. Las bóvedas, de igual altura y articuladas en tres seg­ mentos por listeles, según la tradición de Villagarcía de Campos, están ricamente decoradas con motivos geométricos de yesería. La nave central tiene lunetos según el e$e transversal, mientras que las laterales y las capillas del crucero tienen los .lunetos siguien do el eje longitudinal ; con ello se crea un ritmo distinto en el sistema de cibrición y estableciendo una clara distinción entre los espacios de las laterales y el creado por la nave central. La capilla del crucero se cubre con una media naranja ciega que no trasdosa, soportada sobre pechinas; las pechinas llevan de­ coración geométrica según la tradición consagrada en Villagarcía de Campos y las Huelgas Reales de Valladolid, con un tondo y pun­ tas de diamante. La media naranja, ciega y carente de tambor, es­ tá encasetodada a base de círculos concéntricos y su decoración es geométrica a base de óvalos, cabezas de clavos, etc, sistema decorativo de gran éxito desde la reforma de Pedro de Tolosa y cu­ ya raíz es el sistema decorativo recomendado por Serlio en la par­ te final de su Libro Cuarto, al alcance los españoles desde 1552, una vez que lo tradujera en Toledo Francisco de Villalpando, SI que la media naranja no trasdose al exterior es un modo de hacer muy típico de las primeras obras de Juan de Nates. El sistema de iluminación se realiza desde las naves latera­ les, en el crucero se han abierto dos luceras - una en cada capi­ lla -, mientras que en los restantes tramos de las naves la ilu­ minación se lleva a ca'oo a través de óculos, ambis sistemas em­ pleados en Villagarcía de Campos, pero simplificados aquí, donde 371 no existe una alternancia rítmica como en el edificio mandado le­ vantar por Doña Magdalena de Ulloa. Otro detalle arcaizante es la inexistencia de vanos termales, estructura que en este periodo se está imponiendo en toda la península* En resumen, la iglesia de Santa María de los Caballeros de Fuentelapeña es una obra ya iniciada cuando Juan de Nates y Pedro de Mazuecos se ponen al frente de ella en 1580. Ambos maestros no prestaron mucha atención al edificio, llevándolo adelante el va­ llisoletano Pedro de Azcutia Meneses y su cuadrilla (1583). Aunque las trazas de Nates se cumplen en una serie de puntos, la iglesia es un testimonio arcaico para el periodo en que se levanta. Gómez Moreno ha considerado posible que Hernando de Nates pu­ diera haber intervenido en la erección de la parte moderna de la fábrica (103), juicio muy aproximado y que, a pesar de la documen­ tación hoy exhumada, no excluye la posibilidad que este maestro, que trabaja por esa zona, pudiera intervenir. Dentro del mismo contexto hay que colocar a la iglesia de San­ ta María de Vi1labrágima, empezada a construir en el primer ter­ cio del siglo XVI (104)0 De este periodo es la planta, concebida como una estructura de salón, de tres naves, crucero no acusado en planta, cabecera cuadrada y torre a los pies. De esta primera época es el arranque de la torre, los pies de la iglesia y su her­ mosa portada, atribuida a Miguel de Espinosa, el gran artista pa­ lentino que levanta la excelente fachada de la Epístola de la igle­ sia de Santiago de Medina de Rioseco y los incomparables retablos de piedra de San Franciso de la misma ciudad, que cobijan los "barros" de Juan de Juni. El ritmo de la obra no fue feliz, pues pronto falta el dine­ ro y las labores se detienen. En la década de los setenta comien­ za la reactivación y Juan de Nates, que está trabajando en los al­ rededores, se pone al frente de la fábrica. En Villabrágima, como en Fuentelapeña, Juan de Nates tiene que actuar con pie forzado y este condicionante es básico para poder comprender el conservadurismo de la planta. Heras García, en su estudio ya citado (105), nos habla de la popularización de la planta de salón a lo largo del siglo XVI. Nates no alteró la planta, sino que transformó el alzado del edificio. Juan de Na­ tes estuvo trabajando en la obra hasta 1586, fecha en que es tasa- da por Alonso de Tolosa, Pedro de Ancillo Cereceda y el Padre Por­ tillo, jesuita, ef\ cuarenta rail cuatrocientos cuarenta y siete re­ ales. La iglesia sufrió un catastrófico incendio en 1790, las lla­ mas devoraron todo el abovedamiento y el tesoro escultórico y pic­ tórico, siendo la fábrica reconstruida más tarde y conservándose el expediente de reconstrucción en el Archivo de Provisorato de la ^atedral de Palencia. ^al suceso hace que la obra de Nates prác ticamente haya desaparecido. Lo únjcîjo que parece conservar el se_ lio del artista es la puerta, que es la clásica estructura consa­ grada desde Villagarcía de Campos y claramente desarrollada como simple vano en las Huelgas Reales de Valladolid. Es un sencillo vano adintelado, flanqueado por pilastras corintias de fuste liso. Encima del dintel va el entablamento, conjunto que presenta el mis mo despiece que en las Huelgas Peales de Valladolid. El frontón es triangular y parece que seguía la misma línea que el que debía tener la portada de la iglesia de San Pedro Mártir de Medina de Rioseco (106). Por lo que respecta a la función orgánica de la puerta con el resto del edificio, se siguen los mismos criterios aplicados en las Huelgas Reales: dignidad y decoro, pero, ante todo, fun­ cionalismo • Todo el interior de la iglesia corresponde ya al gusto neoclá sico, aunque se pueden apreciar dentro de la actual composición reflejos de la primitiva estructura, como es el sistema de pilares la forma de disponer los arcos dentro del conjunto y la manera de solucionar el sistema de la media naranja, pero todo ello nos o- bligaría a estudiar la reconstrucción a partir del incendio, lo que queda fuera de nuestro campo de estudio. Sólo nos queda decir que Juan de Nates tuvo problemas para cobrar las cantidades que le adeudaba la iglesia, recibiendo só­ lo la mitad del presupuesto y donando el resto a la fábrica como 1imosna• Se sabe documentalmente que Juan de Nates tambiéij trabajó en la iglesia de San Ginés de la citada localidad. García Chico con­ sideraba como probable que en este templo trabajara nla misma cua­ drilla de oficiales canteros, que intervinieron en las obras de Santa María" (107). En efecto, Parrado del Olmo documenta que, en 1610, Juan de Nates ha construido la torre (108), en la que tra- ¿(O i baja Gonzalo de la Espada, La torre, cuadrada, de tres cuerpos, no conserva el tejado original, que posiblemente fuera achapite- lado, como sospecha Parrado (109), El cuerpo de campanas, formado por tres arcos en cada lado entre pilastras, es una evolución del tipo de torres que Herrera proyecta para la fachada delantera de la Catedral de Valladolid y que difunde por la región Alonso de Tolosa. Igualmente existe constancia documental de que, el 21 de fe­ brero de 1572, Juan de Nates da su poder cumplido a Juan de Negre­ te, para que en su nombre haga posturas y bajas a fin de quedarse con las obras de la iglesia de San Pedro de Villanueva de los Ca­ balleros (110). A pesar de esta información, la actual iglesia en nada recuerda el estilo de Juan de Nates, lo que hace pensar que que el arquitecto no debió trabajar en dicho templo (111). De este periodo de la actuación de Juan de Nates que venimos estudiando, hay un conjunto de obras desaparecidas, que son las capillas funerarias que el artista levantó en el monasterio de San Pablo de Valladolid. El 14 de diciembre de 1581, Juan de Nates se concierta con Mateo de Lomas Cantoral, miembro de una ilustre familia valliso­ letana (112), para erigir una capilla funeraria en la claustra del citado monasterio. El precio es la suma discreta de setecientos ducados, el fiador del arquitecto es Juan de la Vega y por testi­ go aparece Felipe de la Cajiga (113). Nada sabemos de la edificación, que debió gustar. García Chi­ co sostiene que las demás capillas sepulcrales del claustro "de­ bieron ser igualmente de su mano". En efecto, años más tarde, el 2 de enero de 1596, el sabio y benemérito Doctor Luis de Mercado, tratadista y Médico de Su Majestad Felipe II y Felipe III, se con­ cierta con el arquitecto, para que le levante en el mismo claus­ tro su capilla sepulcral y, cosa notable, por el mismo costo. Un documento del siglo XVII nos precisa el lugar en donde es­ tuvo la capilla del prestigioso protomédico vallisoletano (114). Fiaron a Juan de Nates para hacer esta obra los maestros de cante­ ría Juan de Mazarredonda y Juan de la Muela. Estas obras de Juan de Nates desaparecieron cuando la Desamortización, fecha en la que el convento de San Pablo fue destruido, salvándose tan sólo la iglesia. ¡iOt A lo largo de esta etapa hemos podido ver cómo el estilo de Juan de Nates se ha formado en el Clasicismo, teniendo en él una tortísima repercusión la Colegiata de San Luis de Villagarcia de Campos, es decir, la influencia escurialense que resalta Martín González, '•'•ates absorbe el modelo de Villagarcia de Campos y su actividad va a ser decisiva para convertir a este edificio en pro­ totipo. Igualmente hay que resaltar la colaboración que, desde un comienzo, establece con Juan del Ribero Rada, colaboración que con­ sideramos que va a implicar que el artista vallisoletano reciba una influencia palladiana a través del artista leonés, haciendo así que su estilo se vuelva más complejo y rico, rasgo que con el tiempo cuajará en la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid. Segundo periodo. La influencia de la Catedral de Valladolid, Martín González ha demostrado, cómo la influencia de la Cole­ giata de San Luis de Villagarcia de Campos permanece como una cons­ tante en el Clasicismo vallisoletano (115). Este rasgo de constan­ te, como es lógico, se mantiene en Juan de Nates. En esta segunda fase del quehacer arquitectónico del artista, lo que se produce es un enriquecimiento de su estilo por las aportaciones de Juan de Herrera, las relaciones con Alonso de Tolosa, la continuada colaboración con Juan del Ribero Rada y la propia originalidad del artista. E>e las numerosas obras que Juan de Nates construyó en este periodo, conservamos sólo siete, ya que seguimos la opinión de Martín de González de atribuirle la iglesia de los jesuitas de Palencia, hoy Nuestra Señora de la Calle. Por la documentación que conocemos, podemos deducir que Juan de Nates no trabajó en las obras de la Cuarta Colegiata de Valla­ dolid, pero no sólo debía conocer muy bien las trazas de este tem­ plo herreriano, sino que también trabajó numerosas veces con A- lonso de Tolosa, el artista que llevó a cabo las obras de la Ca­ tedral hasta 1587. Esta colaboración, como es lógico, reforzaría la influencia herreriana en Juan de Nates. Tolosa y Nates ya aparecen relacionados en la iglesia de las Huelgas Reales de Valladolid (116) y, posteriormente, en las de Santa María de Villabrágima, pero esta relación es más amplia, ya que los artistas trabajan en otras obras, reforzándose así las f r 3 relaciones entre los arquitectos del foco, contribuyendo activa­ mente con ello "a la difusión de la arquitectura escurialense" (117), de la que Alonso de Tolosa es un abanderado* La primera re- la ción de envergadura se da en la iglesia de San Pedro de Amusco'W' (Palencia), denominada popularmente "El Pajarón de Campos" por su tamaño• El primero en hablar de la iglesia de San Pedro fue Quadra- do (1187» que fecha la obra en el siglo X¥I. Años más tarde, Don Rafael Navarro dirá que es fábrica "construida en el siglo XVII, grecorromana" (119)* La documentación exhumada por García Chico y que recoge Pereda de la Reguera (120), nos habla de trazas de Juan de Nates, problemas Económicos y roces con las autoridades, lo que acarrea la intervención de Alonso de Tolosa, para llegar a una situación de punto muerto (121), que obliga a una interven­ ción del Duque de Nájera por encargo expreso del Cabildo de la Catedral de Palencia. El edificio ha sido recogido y catalogado en el Inventario de Palencia, levantándose planta de él (122)* Hacia 1581, Juan de Nates da trazas para este templo. Por la referencia documental puede deducirse que en 1582 se estaba trabajando en la iglesia de San Pedro, concretamente en el cru­ cero. El edificio, sin embargo, denota una labor anterior. Apar­ te de los restos románicos de los pies y de la puerta de la Epís­ tola, el buque del templo muestra una labor edificatoria en los dos tramos de la nave única, que se vincula a las soluciones de la primera mitad del siglo XVI. Todo ello, pues, es anterior a la intervención de Juan de Nates. Cuando el arquitecto vallisoletano da las trazas para prose­ guir la obra, quedan por edificar crucero y cabecera. En una pa­ labra, Nates tiene que obrar con pie forzado. En la traza que Juan de Nates ya ha dado en julio de 1582, aparece un crucero y la ca­ becera. En un principio el proyecto fue aceptado, pero al poco tiempo el Cabildo de Palencia reacciona de forma opuesta; aquello obliga a que Alonso de Tolosa intervenga, vea las trazas de Juan de Nates y de un nuevo proyecto más económico. El 27 de julio de ese año Tolosa ha dado una nueva traza, pues el acta habla de u- na traza vieja, que sería de Nates y una nueva, a buen seguro la de Tolosa. Alonso de Tolosa suprime el crucero de la traza de Na­ tes y añade una capilla más al cuerpo de la iglesia, en una pala- 1(0 bra, pretende un equilibrio entre las dos posiciones opuestas. En la actualidad puede afirmarse que lo que se llevó a cabo fue el proyecto de Alonso de Tolosa; al cuerpo de la iglesia se le sumó una nueva capilla, amplísima, y a continuación está el presbiterio. La obra de Tolosa, que debió erigir Nates, presenta una so­ lución de continuidad con respecto al resto de la nave. Externa e internamente se aprecia el contraste. Por fuera, la nueva capi­ lla destaca por ser un tramo mayor y articularse por una imposta por completo distinta a la que forma el releje del cuerpo de la nave. Los estribos de los esquinales, concebidos en pie derecho, rompen también la disposición del muro. A todo ello hay que sumar la disposición del vano termal, que adquiere un peso de primera magnitud en la estructura arquitectónica. El vano termal rompe por completo el ritmo de los vanos anteriores, su disposición, tan brava, tan funcional, parece un reflejo palladiano de Villa Pisa­ ni o del refectorio de San Giorgio Maggiore. La cabecera es un sa­ liente poderoso formado por una cortina de piedra de buena sille­ ría que cierra como un telón de muralla. Todo concluye con un sen­ cillo tejado a dos aguas. La solución de continuidad que se marca al exterior tiene su correspondencia en el interior del templo. Los soportes se alteran introduciéndose pilastras, que se achaflanan para dar acomodo a las pechinas. Los nuevos soportes rematan en un capitel toscano, orden que genera la imposta de la capilla. Los arcos formeros y perpiaños son de medio punto con el intradós cajeado; los formeros son arcos dobles que prosiguen el ritmo generatriz de los del cuer­ po de la iglesia y apean sobre pilastras que se doblan en las es­ quinas, solución ingeniosísima y que da una expresividad plástica muy hermosa. La capilla se cubre con una media naranja ciega de ocho cas­ cos, que no trasdosa y que está girada como la de las Huelgas Sea­ les de Valladolid. En la clave tiene un escudo. Los cascos están decorados a base de figuras geométricas, siguiendo las mismas di­ rectrices que en Vil1agarcía de Campos. La media naranja esta so­ portada sobre pechinas, donde una decoración de tarjas y óvalos cobijan a los Evangel istas. La solución aplicada en Amusco sigue lielmente las direcuri— ces implantadas en la Colegiata de San Luis de Villagarcia de Cam- pos y continuadas en las Huelgas Reales de Valladolid, primer lu­ gar, que conozcamos, de Castilla la Vieja en donde se emplea este tipo de media naranja girada durante el Clasicismo; no obstante, el cubrir un espacio tan amplio con tal tipo de media naranja, creemos que se debe a que Alonso de Tolosa se inspiró directamen­ te en el proyecto de Juan de Herrera para la Cuarta Colegiata de Valladolid, obra de la cual Alonso de Tolosa era aparejador. El sistema de luz se lleva a cabo a través de vanos termales, que sólo tienen vivo su ojo central, que es una lucera rasgada se­ gún la tradición de Villagarcia de Campos. La capilla mayor, hoy enmascarada por un enorme retablo barroco, es de poco fondo con testero plano. El otro contacto importante entre Juan de Nates y Alonso de Tolosa, tiene lugar a causa de las obras de la iglesia de Nuestra Señora de Cabezón. La iglesia, según los testimonios conservados y las declaraciones documentales coincidentes, es un templo de cor te gótico. En planta, es una nave larga, sin capillas, ni crucero y rematada en una cabecera poligonal, reforzada por estribos en las esquinas; la cubrición era a base de bóvedas de crucería, de las que sólo se conserva la bóveda de la capilla del crucero, que forma un complicado dibujo a base de combados y terceletes. Este modelo de iglesia tuvo bastante éxito dentro del ámbito rural, pudiendo apreciarse un modelo muy similar en la iglesia del pue­ blo de Villanubla. Nates tiene que realizar una serie de modificaciones en esta estructura longitudinal. Debió proyectar, a juzgar por los documen tos, una obra de envergadura, muy posiblemente una transformación completa de la cabecera, y con estas disposiciones se firman la escritura de concierto y obligación. Una vez llevados a cabo los actos legales, las dimensiones de las obras que se van a acometer asustan al cura y beneficiados, que ponen quejas y acaban por o- ponerse a que la obra se lleve a cabo según lo estipulado. Tal sabotaje sentó mal al arquitecto vallisoletano, que no inicia las labores de reforma. Ante este punto muerto, se recu­ rre al Obispo de Falencia - a cuya diócesis pertenecía cabezón —, el cual hace intervenir a Alonso de Tolosa, veedor de las obras del obispado, que fija nuevas trazas y condiciones. Nates acepta los nuevos proyectos, no sin que antes lleve a cabo una réplica bastante acida, donde espiga alguna de las razones alegadas por el cura y beneficiados de Cabezón que hieren más directamente su orgullo profesional (123). La intervención de Alonso de Tolosa zanja definitivamente la cuestión; el arquitecto replantea las obras de la iglesia como un simple ensanche a un lado y a otro de la cabecera; se especifica claramente que a arabos lados del presbiterio se abran dos capillas, con lo que el ensanche queda establecido. Con este replanteamien­ to y con nuevas trazas,~plantas y condiciones Juan de Nates se compromete a hacer de nuevo las obras más la sacristía, anulando el primer contrato. Las condiciones y los precios, expuestos con claridad meri­ diana, son terminentes y así se pretende evitar posibles nuevas disputas. Tales disposiciones hablan muy alto de las altas dotes de organización de Alonso de Tolosa. Lo primero que ser establece es que hay que cordelar, elegir y escuadrar los brazos del crucero, donde se van a levantar las dos capillas. Estas, que son gemelas, tendrán una anchura interior de veinte pies y la longitud de treinta y cuatro; medida que coin­ cide exactamente con lo que hoy está realizado y habla de la fi­ delidad con que fueron seguidas las trazas. Una vez llevada a ca­ bo la acotación del terreno, se abrirán los cimientos, gruesos, hondos y asentados sobre terreno firme y hechos a base de tierra y cal. Una vez realizados los cimientos, comenzarán a elevarse las paredes con sus pilastras, siendo la cara exterior de piedra labrada a picón y la interior con manipostería, que ha de ser en­ lucida. Desde el suelo holladero hasta la imposta de la capilla mayor subirán los muros maestros treinta y dos pies, medida exac­ ta, ya que los muros miden nueve metros hasta esa divisoria. Arrancando de la imposta irá el sistema de iluminación, com­ puesto por espejos derramados hacia el interior. Encima de todo el tejaroz. La cubrición de las capillas será por medio de bóvedas de medio cañón con lunetos* Y, por supuesto, toda la fábrica nue­ va irá enlucida. El sistema de comunicación de las capillas con el cuerpo de la nave se llevara a cabo a través de dos arcos de medio punto de una apertura de venticuatro pies. Las condiciones nada dicen de la sacristía, sólo mencionan la puerta que irá en la capilla de la Epístola. Sospechamos que tal silencio se deberá a que se aceptan tácitamente las primeras condiciones de Juan de Nates. Las obras, dirigidas por Juan de Na­ tes, llevaron un ritmo lentísimo y fueron proseguidas por Francis­ co de Buega el 10 de junio de 1608. La obra nueva destaca al exterior como un crucero que absor­ be prácticamente a la cabecera poligonal^ capillas y sacristía son unas obras sencillísimas de piedra bien escuadrada en sillares, con estribos en las esquinas, imposta lisa a la altura de las cla­ raboyas, cornisa y tejaroz; un óculo es el único elemento que rom­ pe la opacidad de los paramentos. Son las clásicas disposiciones volumétricas de estructuras prismáticas, con superficies lisas y suave molduraje peculiar de la mentalidad claisicista. El interior, reformado en el siglo XVIII, fecha en la que se llevó a cabo un nuevo enlucido (124), conserva todavía su carác­ ter primitivo, con sus pilastras lisas y el orden toscano, fusio­ nándose capitel y entablamento, según los esquemas ya aparecidos en Amusco. Los arcos muestras la piedra de que están hechos entre la yesería, y el sistema de cubrición es la bóveda de medio cañón con lunetos que se especifica en las condiciones. El sistema de iluminación se lleva a cabo a través de vanos termales, cuyo foco El nuevo sistema decorativo de las bóvedas, proyectado en 1691 por Manuel Gutiérrez Izquierdo y realizado por el tordesilla- no Francisco Castander, alteró parte de la decoración de la ple- mentería, introduciendo una decoración en yeso de rocallas y hé­ lices, que sustituirían a las formas geométricas y poliédricas típicas del Clasicismo de la región, pero respetó la forma de ar­ ticulación del abovedamiento a base de fajas y filetes. La sacristía, de planta cuadrada, es una pieza mediocre y carente de todo interés* El tipo de estructura y articulación aplicado en las capi­ llas, será el que tomará años más tarde Pedro de Répide para pro­ seguir las obras de modificación del resto del buque del templo (125). Hay referencias de que en el pueblo de Cabezón trabajó Juan de Nates, labrando una portada para las casas del Licenciado Ji­ ménez Ortiz, obra que no hemos logrado localizar (126). y x La asimilación definitiva de la influenda herreriana de la Catedral de Valladolid queda patente en la iglesia de los jesuitas de Palencia, hoy Nuestra Señora de la Calle. Este edificio, ya es­ tudiado (127), "se relaciona estrechamente con la arquitectura de Juan de Nates" (128). El influjo de la Catedral de Valladolid, co­ mo ya resaltó Martín González, se refleja en los arcos de acceso a las capillas hornacinas, que llegan hasta la línea del entabla­ mento (129). La expansión del vano haciendo desaparecer el muro da mayor esbeltez al edificio. A su vez, en Nuestra Señora de la Calle se ve un rasgo muy original de la arquitectura de Juan de Nates: la importancia que adquiere la media naranja, rasgo que le diferencia de Alonso de Tolosa. Tanto en Villagarcía de Campos, como en las Huelgas Leales de Valladolid, la cubrición del crucero se lleva a cabo por medio de una hemiesfera, que realmente es una bóveda vaída. Este rasgo se mantiene eá el proyecto de Juan de Herrera para la Cuarta Co­ legiata de Valladolid y se repite en la iglesia de Amusco. Como rasgo distintivo hay que decir que esta hemiesfera no trasdosa al exterior, ni en forma cupular, ni en cimborrio. En San Pedro Már­ tir de Medina de Rioseco, la estructura de cubrición de crucero se define ya al exterior como un cimborrio cuadrado, lo mismo o- curre en San Miguel de Valladolid, antigua Casa Profesa de San Antonio.-El proceso alcanza su culminación en los jesuitas de Fa­ lencia, rasgo que ya captó Martín González cuando dice: "otra no­ vedad importante es la desaparición de la bóveda vaida del cruce­ ro, que se convierte en cúpula s'emiesférica, bien que ciega" (130). El hecho de la aparición de este elemento lo consideramos como pe­ culiar de Juan de Nates. También consideramos como una influencia de la Catedral de Valladolid el enriquecimiento de la fachada por medio de pilastras, impostas, molduras y superposición de órdenes, si bien, este ti­ po de fachada tiene su punto de partida en la de la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos (loi) y, por supuesto, en su modelo más próximo qpe es San Miguel de Valladolid (132). Durante esta etapa, las relaciones de Juan de liâtes y Juan del Ribero Rada continúan, y a la colaboración de ambas se debe el desarrollo del Clasicismo en León. En la década de los ochen­ ta se produce la interrelacion de León y Valladolid en arquitectu— ra, extendiéndose asi la influencia del foco vallisoletano hacia el norte de la Meseta y con ello, la influencia de Juan de Herre­ ra. Donde mejor se plasma este fenómeno es en la desaparecida i- glesia de San Claudio de León. En 1586, Juan de Nates toma a su cargo el levantar la iglesia y monasterio de San Claudio. De esta edificación, desaparecida en el siglo XIX, y de la que sólo alcanzaron a ver ruinas Quadrado y Gómez Moreno, da noticias Liaguno. Por él se sabe que las trazas fueron dadas en 1582 por Juan del Ribero Rada (133). Ceán Bermu­ dez notifica que sólo está construido el crucero, que Ribero Rada fue quien empezó y dirigió la obra hasta el año 1600 en que muere, siendo sustituido tras su óbito por Juan de Nates, que la prosi­ gue hasta el año de 1609, fecha en la que se paraliza la construc­ ción. Lo construido mohtó la enorme suma de ventiseis rail ducados, de los cuales Nates, que hizo trazas parciales para la iglesia, recibió diecisiete mil quinientos y Ribero Rada los ocho rail qui­ nientos restantes. Las noticias debieron proporcionárselas a Ceán del manuscri­ to anónimo llamado ’’Historia de San Claudio”, que fue a dar a la propiedad de Don Eloy Díaz-Jiraénez y Molleda, del cual publicó u- na serie de fragmentos de sumo interés (134). Llaguno-Ceán y el manuscrito coinciden en la fecha del co­ mienzo de la iglesia y en el autor de las trazas, pero en el res­ to Llaguno-Ceán yerran. Gracias a las investigaciones de Martí y Monsó, Alonso Cortés y García Chico podemos llevar a cabo una a- proximación firme a la obra de San Claudio. Es indudable que Ribero Rada dio las trazas en 1582 y que en­ tonces se comenzarían las obras, pues ese mismo año Juan de Nates hace un pedimiento para encargarse de la fábrica, interviniendo así Ribero y Nates juntos desde el primer momento (135). Por des­ conocidas razones, el arquitecto leonés abandona estas obras, sa­ liendo entonces a pregón y rematándose la edificación en Juan de Nates y en Felipe de la Cajiga., que han formado compañía, asentán­ dose éste último en León para actuar a pie de obra. Por el traba­ jo de 1582 a 1586 se le darían a Ribero Rada ocho mil quinientos ducados de que hablan las noticias de Llaguno-Ceán. En 1586, pues, Juan de Nates y Felipe de la Cajiga se encar­ gan de las obras, siendo sus fiadores Juan de la Vega, Juan de Sa- lamanca, Francisco del Río y Juan de Mazarredonda y por testigos Felipe de la Cajiga y Juan de Buega Valdelastras, todos ellos ma­ estros de cantería. La escritura especifica con claridad que las obras que se han de hacer son: "en la iglesia y monasterio de San Claudio de León", y que la dicha obra "está puesta en vos Juan de Nates maestro de cantería vecino del lugar de Secadura y desta villa y por Felipe de la Caxiga en vuestro nombre" en el precio de "diez y siete mil e quinientos ducados" (136). Una vez encargados de las obras Juan de Nates y Felipe de la Cajiga, el primero sigue en Valladolid, mientras que el segundo se desplaza a León. El 10 de mayo de 1586, Nates da un poder al Abad del monasterio para que en su nombre "pueda poner un apare­ jador en la dicha obra de San Claudio" (137). Medida tan unilate­ ral provoca las iras de Felipe de la Cajiga, que el 19 de setiem­ bre del dicho año requiere judicialmente a Juan de Nates por se­ mejante acción, ya que "él y yo tenemos de compañía la obra del monasterio de San Claudio de León" y el aparejador que ha de haber tiene qjie estar puesto "por el dicho Juan de Nates y por mi" y como "el Juan de Nates sin mi orden ni tratar conmigo.....ha pues­ to por aparejador un hombre criado del dicho Juan de Nates", se ha producido lesión en la compañía y daño en la obra (138). Arabos arquitectos llegaron pronto a un acuerdo y las obras prosiguieron con normalidad, estando Cajiga al frente de ellas. El 25 de setiembre de 1589, Felipe de la Cajiga pagaba al es­ cultor val1isoletano Pedro Ferrer unos capiteles que ha hecho pa­ ra la iglesia de San Claudio (139). Las obras siguieron adelante con rapidez ÿ en el testamento de Felipe de la Cajiga, de 1598, otorgado el 24 de noviembre, el moribundo especifica que "tengo a mi cargo el edificio de la iglesia del señor San Claudio..... de la ciudad de León.....el dicho edificio está fabricado todo" (140). Así pues, en 1598 la labor concertada de cantería de la i- glesia - capilla mayor, crucero y las dos capillas primeras del cuerpo del templo - está concluida. A la muerte de Felipe de la Cajiga en Valladolid, en 1598, las obras prosiguieron bajo la dirección de Juan de Nates (141) y en 1604 se deshace la iglesia románica y en 1609 se inicia el culto en la Darte moderna construida, .No se prosiguió la obra y así quedó hasta el siglo XIX en que desaparece. La obra de San Claudio de León representa, como la de la San­ ta Espina y la de las Huelgas Reales de Valladolid, la unidad del Clasicismo en la Meseta Norte. Ribero y Mates, amigos y colabora­ dores desde un principio, vinculados en las obras de la zona va­ llisoletana, vuelven a unirse en León. La actuación fundida de Ri­ bero y Nates se refuerza con la intervención de Felipe de la Ca­ jiga, una de las figuras más vignolianas de la Meseta Norte, dis­ cípulo de Juan de Nates, íntimamente vinculado a Valladolid, pero cuya familia se localiza en León. Estas interferencias constantan- tes son una característica de la zona, que favorece la aparición de una sola escuela, en la que están entroncados todos los maes­ tros principales de la región. Las trazas que diera Ribero Rada ignoramos a donde pudieron ir a parar, pero el manuscrito citado da un rasguño bastante fiel de lo que sería el proyecto. Aparece un esquema de conjunto de có­ mo sería el monasterio; este sigue la disposición tradicional, u- na estructura rectangular, uno de cuyos lados esta ocupado por la iglesia, que tiene delante un atrio, rasgo que recuerda al monas­ terio de la Santa Espina, y el resto de las dependencias se dis­ ponen laterales al templo. Se conserva un rasguño de la parte de la iglesia construida: cabecera plana con capilla mayor poco profunda y dos tesoros, cru­ cero y el primer tramo del cuerpo del templo, con sendas capillas colaterales con pasillos. Según los datos manuscritos, la iglesia era enorme, 226 pies de eje longitudinal - 66 metros y 28 centí­ metros - y una anchura, contando los muros medianeros, de 26 metros y sesenta centímetros. El templo tenia forma de cruz latina en­ marcada en un rectángulo, solución popularizada por Rodrigo Gil y proyectada a la nueva corriente a través de la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos y las Huelgas Reales de Valladolid; era de una sola nave con capillas laterales comunicadas, crucero y cabecera; en las capillas de los pies se levantarían dos torres gemelas, como lo aplicado por Juan de Herrera en la Catedral de Valladolid. La fachada estaba flanqueada por estas torres. El alzado era muy hermoso. Los frentes de los muros se ani­ maban con pilastras de orden corintio - que alcanzó a ver Quadra­ bo — y encima c o m a el entablamento que estaolecia la diviooiia k t l entre los muros de carga y los arcos y las bóvedas; en el crucero se disponían pilastras en sendas caras. Entre los soportes se a- brían arcos de medio punto que daban paso a las capillas, cuyos muros de fondo se animaban con termales ciegos. Los perpianos que soportaban la bóveda eran de medio punto y lisos, entre ellos se abrían los vanos termales que iluminaban el recinto. La plemente- ría de la bóveda se decoraba con figuras geométricas de placas. El crucero destacaba en el interior sobre el resto de la iglesia, sus hastiales presentan soberbios vanos termales, pero ignoramos el sistema de cubrición, que debía ser por medio de una media na­ ranja ciega, como es lo característico del estilo de la zona y un recurso que Ribero Rada emplea de continuo, a igual que Juan de Nates y Felipe de la Cajiga. Todas estas disposiciones están muy próximas a las empleadas en las Huelgas Reales de Valladolid, que parece el punto de parti- de del cual se desarrolla el proyecto de San Claudio de León, tres años posterior al vallisoletano. Las torres, según el dibujo dado a conocer por el manuscrito, eran graciosísimas; de planta cuadrada, teman un cuerpo de campa­ nas de un solo vano con pilastras, tambor cajeado y un casquete de gajos de espléndido corte, rematando en un cono con bola y cruz. Este tiüo de torre, con fuertes rasgos serlianos, se perfila con nitidez en San Lorenzo el Real de íl! Escorial y cuaja dexini diva­ mente en los proyectos de Juan de Herrera para la Cuarta Colegia­ ta de Valladolid. De cualquiera de los dos edificios pudo tomar Ribero la inspiración. Este tipo de torres tendrá una gran fortu­ na en la Meseta Norte, siendo quien las populariza Alonso de do­ losa y cuyos mejores resultados son las torres de Dueñas y Tema­ ra, ambas en la provincia de Palencia. Gra cias-a—las medidas proporcionadas por el manuscrito y a la planta conservada, hemos logrado reconstruir con cierta fideli­ dad la planta de aquella parte de la iglesia que se construyó. Sus dimensiones son grandiosas, no obstante, lo que interesa resaltar es la disposición de cuadrado en que es concebida la obra y sobre tal disposición se articula lo levantado, tal estructura favorece la generación de relaciones proporcionales, que también se da en las Huelgas Reales y, como ya se vio, en la Catedral vallisoleta­ na. Ello delata el profundo sentimiento hacia las proporciones vitruvianas que sentían Ribero y Juan de Mates. La expansión del foco vallisoletano que lleva a cabo Juan de Nates afecta también a Salamanca. En esta ciudad se asienta Juan del Ribero Rada, que es el último maestro mayor de la Catedral Nue­ va en el siglo XVI. Ribero lleva a Salamanca el influjo de la Ca­ tedral de Valladolid de Herrera, y lo fija en la modificación de la cabecera de la Catedral salmantina. Contemporáneamente, Juan de Nates comienza a trabajar en Salamanca y a través de él se per- fila otro cuce de penetración del clasicismo herreriano, que se va aplasmar en el Colegio de San Bernardo, desaparecido, y en los Jesuitas Viejos de Salamanca. El 15 de abril de 1586, ante escribano público, Juan de Nates da su poder cumplido a Juan de Nates Naveda para que en su lugar pueda hacer y proseguir la obra del Colegio de San Bernardo de la ciudad de Salamanca (142). Años más tarde, el 29 de mayo de 1595, Nates vuelve a dar otro poder, esta vez a Hernando de Nates, para que lleve adelante las obras de dicho Colegio. No hay más referen­ cias sobre este particular, que sería aclarado en una investigación de los fondos del Archivo Histórico de Protocolos de la ciudad. El Colegio de San Bernardo ha desaparecido y sólo conocemos de él un dibujo poco fiable (143) de su conjunto exterior. Ignora­ mos completamente qué cometido llevó a cabo Juan de Nates en el edificio; si fue ideado por él, si sólo dio condiciones, si se encargó de parte de la obra, etc. El conjunto presenta una estrup-*Ttura compleja, con un ala donde seabría la puerta principal, un bloque central formado por la iglesia, realizada posteriormente y otrajala frontera que nunca se llevó a cabo. La parte en que debió intervenir Nates se refiere al ala del colegio, cuya fachada es de tres pisos separados por impostas y rematados en una galería de arcos de medio punto sobre columnas, según la tradición de Rodrigo Gil de Hontañón. Del interior siempre se elogió la escalera, obra que los je­ suitas imitarán más tarde y que el viajero y académico Ponz elo­ gia (144). Era volada y de ricos materiales, sufrió terribles da­ ños cuando la Guerra de la Independencia, al subir los franceses por ella piezas pesadas de artillería. La otra obra importante de Nates en Salamanca se refiere a servicio con los jesuitas. De la antigua casa de la orden ensu la Ciudad del Tonnes nos da cumplida referencia el concienzudo estudio del Padre Ceballos (145)* Los jesuitas entraron en Sala­ manca el 9 de enero de 1548 y en 1577 comienzan a levantar el nue­ vo colegio. Sabemos que ese año el Hermano Giuseppe Valeriani ha­ bía enviado a Roma las trazas para dos edificios de la congrega­ ción que entonces se proyectaban en Salamanca y Segovia. El provec­ to de Salamanca había sido visto y aprobado por Juan de Herrera (146). Según las fuentes de la Compañía, las trazas las había da­ do Valeriani (147), pero encerraban gravísimos defectos: iban sin contraseñas, pitipié y medidas (148), aspectos que ponen en entre­ dicho el nombre de arquitecto de Valeriani; y frente a estos fa­ llos técnicos, contrasta el juicio emitido por los prebostes de la Compañía de ser obra "muy sumptuosa y de poco provecho". Hay que remitir nuevas trazas, supervisadas por Juan de He­ rrera, y en Roma se lleva a cabo un nuevo diseño basado en las plantas heredadas. ¿Qué quedó del proyecto de Valeriani? ¿Qué de los retoques de Herre ra? ¿Cómo quedó def i nit i vanent e la traza? Nada sabemos hoy. Las obras se iniciaron con una lentitud deses­ perante y, además, Valeriani tuvo que marchar a Italia. La obra, acéfala, quedó en manos del Hermano Andrés Ruiz. Sin cabeza rectora, con personas que no paiecen muy peritas al frente de la obra, con unas trazas que no debían ser muy per­ fectas y con una penuria económica notable, las obras están a pun­ to de sufrir un colapso, cuando el 16 de noviembre de 1589 Juan de Nates contrata la obra del Colegio (149). Es necesario recapitular sobre el proceso de formación del Colegio de San Ignacio de Salamanca hasta 1589, para obtener una serie de conclusiones de interés. La notable documentación conservada y publicada muestra el deseo explícito de los miembros de la Compañía de Jesús de levan­ tar un edificio según sus criterios y por los propios personajes de la Compañía, de ahí la constante actuación de Valeriani y Ro­ ma. Que no fueron afortunados estos intentos, lo delata la inter­ vención de Juan de Herrera como supervisor y corrector. A pesar de todo, los criterios exclusivistas llegan a extremarse tanto, que Roma da nuevas trazas, mezcla de los retoques de Herrera y de los diseños de Valeriani. Esta nueva traza debía tener vicios notabilísimos — excesivo b i s grosor de los muros maestros, altura escandalosa - que habla muy poco en favor de la traza romana. Todos estos factores son testi­ monios clarividentes de una falta de formación arquitectónica en el núcleo de jesuitas de Salamanca y en la cabeza rectora de Ro­ ma. La situación se hace tan insostenible, que los jesuitas sal­ mantinos tienen que acabar contratando la obra con un verdadero arquitecto, en este caso, Juan de Mates. Si contrastamos el penoso devenir del Colegio de San Ignacio de Salamanca con el de Villagarcía de Campos o el de Valladolid, podrá obtenerse un cuadro de contraste revelador;; la comparación con Villagarcía resulta más significativa, al poseer de ella ma­ yores noticias actualmente. Salamanca es una fundación jesuítica y llevada adelante por los miembros de la Orden, mientras que Villagarcía es una fundación nobiliaria privada, que hasta el último momento dirige y controla su patrona Doña Magdalena de Ulloa. Este factor de base es deci­ sivo para comprender la evolución de una y otra obras y precisar con mayor exactitud a Valeriani. La obra de Salamanca parece que la trazó él y acabó en un rotundo fracaso; frente a ella, la de Villagarcía de Campos la traza Rodrigo Gil de Hontañón y cuando, por motivos ya conocidos, se produce una situación crítica, la e- nórgica intervención de Doña Magdalena de Ulloa llamando a Pedro de Tolosa zanja la cuestión. Es significativo que para nada se ci­ te a la Compañía de Jesús y que la edificación se halle siempre en manos de arquitectos de primera fila. Los jesuitas nada tienen que ver con la erección de la Colegiata de San Luis de Villagar­ cía de Campos; ellos habitarán un edificio que gratuitamente les dona una dama noble, no orientan y manipulan a una dama noble pa­ ra construir un edificio y, menos, imponen sus criterios. Por el contrario, la obra de Salamanca es una muestra clara de un intento de la Compañía por hacer arquitectura y la demostra­ ción palpable de su incapacidad para desenvolverse en ese terreno. Todo ello viene a demostrar la poca consistencia arquitectó­ nica de Valeriani en España - y es llamativo que en puntos deli­ cados no tome una decisión, sino que va a Juan de Herrera para ob­ tener la respuesta acertada — y que en villagarcía nada debió ha­ cer. Si Valeriani hubiera levantado o dirigido el gran complejo de Villagarcía de Campos, hubiese trazado sin complicaciones el b l é modesto Colegio de Salamanca,. Por todo ello y por la constante serie de fracasos del anda­ riego italiano* siempre nos asalta la misma duda: ¿Valeriani fue realmente arquitecto en España? El 16 de noviembre, en la noble ciudad de Salamanca, ante es­ cribano público, Juan de Nates se compromete a hacer "la parte del cuarto que el colegio e Compañía del nombre de Jesús de la dicha ciudad de Salamanca ha de hacer”. Da por fiador al palentino Juan de Celaya, al trasmerano Domingo de Cerecedo Pierredonda y a los vecinos de Cabezón Miguel Garrido y Toribio Páez. El contrato pa­ ra levantar el Colegio lleva un larguísimo pliego de condiciones - cincuenta y tres - que delata la reticencia que reinaba entre ambas partes, condiciones que han sido firmadas en Valladolid el 1 de octubre de 1589, Según el Padre Ceballos, estas condiciones, que determinan la trayectoria artística que había de seguir la obra, no fueron redactadas por el mismo Nates, sino que reflejan con toda seguri­ dad los acuerdos tomados en Madrid acerca del edificio jior Juan de Herrera y los hermanos Andrés Ruiz y Juan del Portillo. Por tan­ to, Juan de Nates debe ser considerado como el mero ejecutor, no como el autor, de la planta y las condiciones, las cuales se ha­ bían determinado previamente en Madrid (150). Un detenido análisis de las condiciones plantea una serie de aspectos, a nuestro juicio importantes, que nos hacen considerar que Juan de Nates no fue un servil ejecutor de algo ya perfecta­ mente elaborado. El primer aspecto es el lugar y fecha de las con­ diciones. Estas han sido aprobadas en Valladolid el 1 de octubre de 1589. Quiere decir ésto que trazas y condiciones han sido ela­ boradas para protocolizarse en la ciudad de la que es vecino y habitante Juan de Nates. La razón de ello muy bien puede ser el que Juan de Nates haya tenido que estudiar a fondo todo el mate­ rial que llevan los jesuitas. El segundo aspecto son aquellas clausulas por las que el ar­ quitecto queda supeditado a la Compañía. La clausula cuarenta ha­ bla de que la Compañía pueda traer maestros de dentro o fuera de ella, para que visiten la obra y juzguen si se cumplen trazas y condiciones, estos maestros pueden ser nombrados y removidos a voluntad por el rector. La clausula cuerenta y una habla de que si surgen dudas en el entendimiento de las trazas y condiciones, se pedirá el pare­ cer del Hermano Juan del Portillo o del Hermano Andrés Ruiz, pero si hubieren muerto, se pedirá consejo a una persona inteligente de la Compañía o de fuera de ella. A la clausula cuarenta se le pone una nota al margen: "ha de ser el veedor nombrado de conformidad de ambas partes a cada una el suyo”. Con esta apostilla, Juan de Nates desmantela la supedi­ tación a que le obligan los jesuitas y queda con las manos libres al anular de facto estas dos clausulas. Sobre la parte técnica, que forma prácticamente los tres cuar­ tos del pliego de condiciones, el problema resulta difícil de di­ lucidar, ya que no se conocen las disposiciones de Madrid anterio­ res a éstas de 1589. Suponiendo que fuesen las condiciones de Ma­ drid, no es raro que Nates pudiera introducir algunas variacio­ nes. Hay un ejemplo claro: las condiciones hablan de un cuarto que tendrá una bóveda de pizarra o de ladrillo y cal, de medio cañón apainelada y que formará la base del suelo del piso superior. Es­ ta bóveda, que tendrá una longitud de ciento cincuenta pies, cubri­ rá todo el cuarto y dejará una abertura para la escalera. Encima de la bóveda irán los mechinales para los maderos del entresuelo. Pues bien, al final de las condiciones se incluye una clausula muy significativa: como en esa zona ya hay paredes levantadas, que no se rompan con los mechinales para que no sufran daño, por ello la bóveda se alterará y en vez de ser apainelada (escarzana), se­ rá de ladrillo y yeso. Otra condición muy significativa de alteración de trazas y condiciones es la que se refiere a la escalera. Las condiciones hablan de que la escalera se hará según la traza, y que suba has­ ta el último piso de la casa y se prolongue hacia el desván; des­ de allí hasta la azotea se subirá por una escalerilla de caracol, según juzgue el maestro. Se.añade una coletilla muy significati\a, "conforme está en la escalera de los padres de San Bernardo", i esta obra la ha hecho Juan de Nates o, al menos, allí esta traba­ jando . Todos estos aspectos reseñados son pruebas fehacientes de que Juan de Nates debió intervenir de alguna forma en la redac­ ción de las condiciones, punto de interés que denota como, poco ¿ < / y a poco, el terreno arquitectónico va desglosándose del control de la Compañía y va pasando a manos de profesionales. Todas las con­ diciones son de tal prolijidad, precisión y tecnicismo que recha­ zan toda posible autoría que no sea la de un arquitecto o técnico de la construcción. Juan de Herrera no parece que se entretuviera con tales detallismos, además, que sepamos, no estuvo en Salaman­ ca; Valeriani, a nuestro juicio, carecía de conocimientos suficien­ tes como para llevar a cabo semejante redacción; por lo que respec­ ta a los hermanos Portillo y Puiz, no aparecen en este momento en Salamanca. Portillo es el que parece poseer los conocimientos más sólidos de arquitectura, ya que aparece como tasador en la obra de Villabrágima en 1586 (151). Por todo ello, creemos como más ló­ gico que las condiciones fueron redactadas por Juan de Nates en Valladolid, aunque para ello se basara en lo anteriormente dispues­ to en otras condiciones anteriores, y de común acuerdo con los pa­ dres de la Compañía, que el mismo día que se firman las condicio­ nes, dan el permiso para que se lleve a cabo la obra. Juan de Na­ tes no hace, ni la traza, ni el concepto general, sino que los he­ reda. La obra tardará nueve años y su precio es de doce mil duca­ dos, pagando seiscientos anuales al arquitecto. Las obras se inician con rapidez; Nates no va a estar presen­ te al frente de la fábrica, sino que, siguiendo la costumbre tra­ dicional, la deja en manos de personas de confianza. Doce días des­ pués de firmado el contrato, el 28 de noviembre de 1589, da su po­ der a Juan de Nates Naveda, que está trabajando en su nombre en el Colegio de San Bernardo, y al hermano jesuita Juan de Bustaman­ te, para que den las obras a destajo, nombren contadores y tasa­ dores y reciban y cobren el dinero. Las obras, planeadas y dirigidas por una cabeza experta, con­ troladas por Nates directamente y teniendo al frente de ellas a un hombre de confianza y buen técnico, marcharon con celeridad. El Hermano Bustamante se encargó sólo de los aspectos económicos, quedando con la parte técnica Nates Naveda. En 1593 desaparece de la escena Juan de Nates Naveda, siendo sustituido por Hernando de Nates - 29 de mayo de 1593 -. Hernando no sólo estaría al frente del Colegio de la Compañía, sino que también se encargaría de las obras del Colegio de San Bernardo de dicha ciudad (152)• El 6 de noviembre de ese año, Juan de Na- tes hace nuevo concierto con el Colegio para hacer el corredor, que será de estilo rústico, con sus pilastras, pilastrones y cin­ co arcos, obra que cuesta cincuenta ducados y que se compromete a hacer a partir de abril de 1594 (153). El 18 de febrero de 1594, Hernando de Nates firma concierto para empezar a levantar las pa­ redes del cuarto nuevo "conforme al alçado e planta que se me die­ re" (154), quedando literalmente terminado lo demás, faltando só­ lo por poner las puertas y ventanas de madera, que por motivos a- jenos a la obra se retrasan y provocan pleito (155). El 14 de ju­ nio de 1594 la obra había concluido (156) y el Colegio tenía una astronómica deuda de dieciocho mil ducados. Desde que Juan de Nates tomó a su cargo el edificio hasta la fecha de su culminación, había transcurrido cinco años; desde que se proyectaron los planos en 1577, hasta que el arquitecto valli­ soletano se encargó de la obra en 1589 había transcurrido doce a- ños. Estos testimonios indican claramente la falta de preparación arquitectónica de los jesuitas y como cuando la obra quedaba en manos de un profesional en la materia, progresaba con rapidez y se llevaba a cabo. Por todo ello consideramos que la obra del Colegio de San Ig­ nacio de Salamanca es un penoso esfuerzo proyectado, acaso, por Valeriani y cien veces replanteado, hasta que lo termina de fijar Juan de Nates, verdadero autor de la fábrica. En la actualidad, del antiguo Colegio sólo queda un pabellón, precisamente el sector que Nates encuentra prácticamente levanta­ do: la zona de la puerta principal (157). Es, sin lugar a dudas, la zona más sosa de toda la obra. Articulada en tres cuerpos se­ parados por impostas lisas y rematada por un hastial en forma de frontón triangular, es una construcción pesada, que formaba par­ te de un complejo que se extendía a ambos lados de esta fachada. Su portada, con sillares almohadillados, delatan un serlianismo un tanto arcaizante para la fecha de su ejecución. En resumen, la parte conservada del edificio viejo de los je­ suitas de Salamanca no tiene práct icamente nada del est ilo de J uan de Nates, que levantó este sector con pie forzado; lo que es au­ ténticamente suyo es la parte técnica de la/construcción. Todo lo * , . r~demas es de otros artífices. Dentro del área vallisoletana, el estilo de Juan de Nates se define en la iglesia de Pesquera de Duero, en la parroquial de Ol­ mos de Val de Ssgueva y en las obras de Tordehumos. Dentro de es­ te contexto destacan las soluciones técnicas que el artista apli­ ca en la iglesia del monasterio de Palazuelos. Las obras de Pesque­ ra de Duero y de Olmos de Val de Esgueva tienen çorao punto de par­ tida común el que Juan de Nates las cogió ya iniciadas y, por tan­ to, actúa con pie forzado. La espléndida iglesia de Pesquera de Duero ha poco que ha si­ do estudiada y levantada su planta (158). Gracias a este trabajo conocemos las visicitudes del templo, a las que podemos sumar que el 28 de agosto de 1602 Juan de Nates da un poder a Hernando del Hoyo para concertar la edificación de la sacristía (lo9). La actual edificación se alza sobre otra más primitiva, colo­ cándose la primera piedra del edificio actual el 20 de junio de 1572. à1 frente de las obras se hallan Juan de la Vega y Gonzalo de Sobremazas hasta 1586, año que ocupa el puesto directivo Juan de Nates. La edificación se comenzó por la cabecera (160). No sa­ bemos quien dio las trazas, pepo el edificio presenta una serie de características que coinciden plenamente con las condiciones da­ das para la erección de la Colegiata de San Luis de villagarcia de Campos - cabecera, sistema de soportes, disposición de las ca­ pillas -, lo que nos hace sospechar una relación con Rodrigo Gil de Hontañón, del que no nos cuasa ninguna extrañeza de que pudie­ ra haber dado las trazas. Las obras llevaron muy buen ritmoj en 1583 aparece como apa­ rejador de la obra Sebastian de la Cega, el aparejador de Juan de Nates en las Huelgas Reales de Valladolid, lo que nos inclina a consideran que el artista ya empezaba a tomar cartas en el asunto. En 1584 está levantando la capilla mayor, faltando sólo abovedar­ la y en 1586 es Juan de Nates quien está al frente de la edifica­ ción. A partir de esta fecha, hasta 1602, el artista aparece de forma continua al frente del edificio. Las obras ae cantería se detienen y vuelven a reanudarse en 1614, pero Juan de ^ates ya no aparece, pues había muerto en 1613. Las labores edificatorias con­ cluyeron en 1655. La obra, en su largo proceso edificatorio, tiene tres partes bien definidas, pero que gracias a su continuidad permiten que la iglesia posea un rasgo unitario que la caracteriza. La primera par- te es su estructura en planta y el sistema de cimentación; la se­ gunda parte corresponde al elegimiento de los muros y las solucio­ nes de cubrición y la tercera parte consiste en la solución de to­ rres y poetadas, así como la decoración. La iglesia de San Juan Bautista de Pesquera de Duero, cuyo buque del templo abarca todo un sector de la Plaza Mayor de la lo­ calidad, carece completamente de criterio escenográfico, desapro­ vechándose así una de las ocasiones mejores para desarrollar un proyecto urbanístico. En plahta, la iglesia parroquial es una es­ tructura evolución de la cruz latina, de una nave de tres tramos con eapillas laterales, cabecera plana y un tramo a los pies for­ mado por las torres y el coro. ¿ste tipo de parroquia es una so­ lución que perfila Rodrigo Gil de Hontañón y está muy próxima a Villagarcía de Campos; aunque en los dibujos del Manuscrito de Si­ món García no se recoge este modelo de templo, todas sus solucio­ nes, desde las torres a la cabecera, aparecen en los múltiples di­ bujos que la citada obra presenta. Una peculiaridad de este edificio consiste en que es parro­ quia, y que a pesar de cumplir esta función, es de una sola nave con capillas laterales. La tónica general de los grandes conjuntos parroquiales es la estructura de salón con tres naves y baste es­ ta serie de nombres como testimonio: Santa María y Santiago de Me­ dina de Rioseco, Santiago de Cigales, los Santos Juanes de Nava del Rey, San Andrés de Carrión de los Condes, Santa María y San Pedro de Alaejos. Al lado de este sistema de solución parroquial, aparece una segunda solución, cuyo núcleo más expresivo se concen­ tra en Medina del Campo, es el de las iglesias parroquiales de u- na sola nave, como San Martín y San Miguel, que presentan un desa­ rrollo todavía no del todo precisado, ^ste tipo de edificación puede verse en Valladolid en iglesias como El Salvador o la Mag­ dalena y en obras ya de gusto clasicista como Santa María de Tor- desillas y Santa Cruz de Medina de Rioseco. A este segundo núcleo pertenece la iglesia de Pesquera de Duero. Sobre la planta de este edificio pudo proyectarla Juan de la Vega, pero vemos también rasgos muy de la mano de Rodrigo Gil de Hontañón. El proyecto, creemos, fue respetado en su integridad, alterándose sólo los alzados, pues la torres, retranqueadas, que pudieran considerarse como influencia del proyecto de Juan de He- Uli rrera para la Cuarta Colegiata de Valladolid, ya aparecen así en el proyecto de Diego de Riaño de 1527 y en los dibujos del Manus­ crito de Simón García. La cabecera, según certifican los documentos, es la parte más primitiva de la edificación, delatándolo, además, los estribos co­ locados en los intersticios de los muros de carga. Los muros maes­ tros y traveseros, hasta el arranque del abovedamiento, siguen . . , a excepción de lalas disposiciones de las trazas. Al exterior, * no hay estribos, pero en el interior, embebidos en las traviesas, aparecen pilares cilindricos con capiteles toscanos y en la zona de juntura de traviesas y muros maestros hay mensu­ las de corte muy salmantino, que hoy no desempeñan función algu­ na y cuyo significado era recoger un haz de nervios. Un entabla­ mento de gusto clásico recorre todo el perímetro del edificio. A partir de est sector, y por acción de Juan de Mates, la iglesia cambia completamente. La cubrición gótica de nerviacio- nes desaparece, quedando como testigos esas mensulillas de esqui­ nazo antes mentadas. Juan de Mates proyecta un cierre del espacio con arcos de medio punto y bóvedas de medio cañón y replantea to­ do el sistema de iluminación. En efecto, formeros y fajones se trazan ya con la nueva concepción plasmada desde 1575. En las ca­ pillas laterales, Mates aplica el mismo sistema que en ¿>an Pedro Mártir de Medina de Rioseco, generando así un espacio peculiar que ya analizamos cuando estudiamos la obra riosecana. Las bóve­ das de la nave mayor se solucionan por vía de arista, recurso muy típico de Mates y muy característico del foco vallisoletano. El sistema de iluminación se lleva a cabo a través de vanos ter­ males. El resto de la edificación queda fuera del marco de acción del artista; en 1619, muerto Mates ya hace varios años, se lleva a cabo el enyesado de paredes y bóvedas, realizándose entonces la decoración que hoy presenta la cubrición, estando al frente de las labores Pedro Mínguez. En 1655, Juan Gutiérrez del Pozo, ar­ tista palentino, está trabajando en la fachada de los pies, en 1638 se acaba la fachada del Evangelio y hasta 1655 se trabaja en la torre del Evangelio, quedando la de la ¿pistola inconclusa. En el laboreo de este sector nunca se habla de un maestro rasgo que detalla la fidelidad en la prosecución dearquitecto, k l 3 las trazas, estando la obra dirigida por artífices de menor fus­ te * El sistema de decoración del abovedamiento del edificio, a excepción del primer tramo, entra de lleno en el gusto decorati­ vo desarrollado por la escuela vallisoletana desde 1579, pero es un sistema decorativo que no entra dentro de la estética de Juan de Nates. Basta para ello comparar esta obra con tres piezas ge­ nuinas del arquitecto: las Huelgas Reales, Nuestra Señora de las Angustias y el JRosarillo, todas en Valladolid, para confirmar lo que decimos. Completamente ajenas al arte de Nates son la fachada princi­ pal y la portada del Evangelio. Esta última la debió levantar Juan Gutiérrez del Pozo y estaba concluida en 1638. La fachada princi­ pal es una estructura compleja y desenfilada del eje de la calle, formada por un arco de medio punto y flanqueada por torres. El nú­ cleo central está resaltado y se limita por alargadas pilastras toscanas. El arco de medio punto cobija a la puerta adintelada rematada por una gola. Este conjunto se cirra con un frontón triangular con un óculo en el tímpano y sobre el cual ha sido su­ mado un basamento donde se ha dispuesto una cruz con un soporte barroco. La parte superior la juzgamos como un añadido. Todo el resto lo consideramos como un tipo de solución emanado de Ciga­ les, tanto en estructura, como en decoración y no sería extraño que en el proyecto hubiera intervenido la mano de Francisco de Praves. Mayor fantasía e indepencia presenta la única torre que hoy se levanta; cuadrada y de dos cuerpos, es el resultado de un pro­ ceso evolutivo que arranca del proyecto de Juan de Herrera para la Cuarta Colegiata de Valladolid y que populariza Alonso de To­ losa. Rasgos como las pilastras gigantes, el orden, los basamen­ tos, la decoración de tondos ciegos, etc. nos remiten a su mode­ lo vallisoletano, pero la forma de articular las esquinas y el a- bandono de una compartimentación que multiplica los pisos en be­ neficio de una simplificación y estilización, son muestras claras de un progreso con respecto a los modelos anteriores. La torre hoy levantada no está concluida, pues debía rematarse, a igual que la de Dueñas o Támara, con una linterna que no debió ser cons­ truida. o m El 16 de setiembre de 1586, en Patencia, ante el escribano público Rodrigo de Guinea, Juan de Nates otorga escritura de con­ cierto y da trazas y condiciones para levantar la iglesia de San Pedro de la villa de Olmos de Val de Esgueva (161). Nates lo que tiene que hacer es llevar a cabo la construcción que ya ha sido empezada. Se encuentra, por tanto, con pie forzado, lo mismo que en todas las obras parroquiales de las que se ha encargado hasta la fecha. La iglesia se proyectó de tres naves y en 1593 está al frente de ella Felipe de la Cajiga. La economía de la parroquia no era muy próspera, la falta de dinero y la muerte de Felipe de la Cajiga detienen las obras, que­ dando el edificio en condiciones precarias. El de junio de 1602, en Valladolid, se extiende nueva escritura de concierto, por la cual la iglesia se compromete, con todos sus bienes, de pagar a Juan de Nates cuatrocientos ducados para que prosiga y acabe la obra y quede en disposición de ser cubierta (162). Las obras si­ guieron con lentitud y el edificio se concluyó más mal que bien, corrigiendo y degenerando su traza primitiva. En 1673 el aboveda- miento amenazaba ruina y hubo que llevar a cabo obras de repara­ ción; en 1699 los maestros yeseros Antonio Galán, Ignacio Nesta- res y Francisco de Varga parece que realizan la nueva yesería de la bóveda (163). La iglesia es torpe y sin gusto, hecha de piedra y asentada sobre un altillo, su silueta es pesada. En el lado del Evangelio todavía se aprecia el muro sangrante por donde debía proseguir la pared maestra, que fue replanteada y retirada hacia el interior, comiendo espacio a la nave lateral. La iglesia, de planta de salón, es de tres naves, las late­ rales raquíticas y aplastadas por los soportes y la anchura de la nave central. Tiene coro a los pies y en alto y puerta en el muro de cerramiento del mismo lugar. No existe fachada, un vano de me­ dio punto sin carácter da entrada al templo. Esta obra no parece que siguiera las directrices primitivas, sino que es un sistema de cierre impuesto por la necesidad. El interior posee algo más de garbo, poro las naves latera­ les, que no siguen la disposición de la traza, quedan ahogadas por la pujanza de la nave mayor. El sistema de soportes es a ba­ se de pilares de planta cuadrada y capitel toscano, que Nates u- sa sistemáticamente desde 1580, tanto en edificios parroquiales (Fuentelapeña), como conventuales (San Pedro Mártir de Medina de Rioseco, Palazuelos). La cabecera, cuadrada, ya estaba construi­ da anteriormente por Juan Cabezas. El sistema de cubrición es por medio de arcos de medio punto y bóvedas de cañón con lunetos y las rehechas con arista. La antigua decoración se ha perdido y ha si­ do sustituida por otra, también geométrica, ya barroca. En las naves laterales es en dodde más se ha conservado el sistema de dibujos. Al tener que estrechar estas naves, se recu­ rrió para su cubrición a un sistema de cierre por arcos del mis­ mo tipo que los usados en San Pedro Mártir de Medina de Rioseco; tal estructura de abovedamiento acarreó una transformación en el sistema espacial de las colaterales, que se cierran con atajos que se funden con los pilares y hay que abrir vanos que forman pasi­ llos y permitan la comunicación entre las diversas capillas. Re­ planteamiento que denota improvisación y que habla muy poco en favor del maestro. Las bóvedas conservan la decoración primitiva a base de fajas, filetes, puntas de diamante y cabezas de clavo, en una composición geométrica a base de rombos de hermosa visión y muy similar a la empleada en la capilla de la Virgen de Nuestra Señora la Sagrada de Tordehumos. La iluminación se lleva acabo a través de vanos termales con espejo derramado hacia el interior de corte rectangular, El coro, a los pies, y en alto, está formado por un arco re­ bajado con puntas de diamante en las albanegas^ abarca el ancho de la nave central, como el de Fuentelapeña y se ilumina por una lucera que rompe el muro de la fachada. La iglesia de Olmos de Val de Esgueva, que seguía en la plan­ ta primitiva la tradición de las iglesias parroquiales de la zona, es hoy un resultado poco feliz del antiguo proyecto, habida cuen­ ta de la poca solvencia de la parroquia y, por tanto, a la poca atención que el arquitecto puso en ella. A pesar de todo, aque­ llas partes que fueron realizadas según la traza son de buen fus­ te y dan un reflejo de lo que sería el templo si las labores se hubieran hecho según fueron pensadas sobre el papel y explicadas en las condiciones. Al lado de estas obras de envergadura, el 24 de abril de 1587, Juan de Nates y Juan de Mazarredonda dan su poder cumplido al maestro cantero Pedro del Rio, para que les obligue como sus fiadores en la obra que éste tiene concertada, consistente en le­ vantar la capilla del Rosario en la iglesia de San Miguel de Tor- dehumos (164). La actual iglesia de San Miguel, cuya historia ha estudiado García Chico (165), está convertida en silo, por cuya razón no la hemos podido estudiar. En la misma Tordehuraos, en la parroquia de Nuestra Señora de la Sagrada,hay dos testimonios de clara influencia de Juan de Na­ tes: la sacristía y la capilla de la Virgen. La primera es una o- bra tosca, levantada en 1594 por los maestros de cantería Juan de Hermosa y Juan d$ Negrete (166). Es un cuadrilátero de planta i- rregular, hechas sus paredes con aparejo de sillería y cubierta la estancia con una bóveda de ladrillo y yeso de medio punto re­ bajada, con decoración geométrica de fajas, filetes, rombos y trapecios. La iluminación se consigue a través de un termal con decoración de puntas de diamante. Este tipo de soluciones es al̂ .o común en Nates y ha sido asi­ milado por estos dos canteros que trabajan con él. La capilla de la Virgen, próxima al crucero, es mucho más de­ licada y perfecta. De muros de sillería y bóveda de ladrillo y ye­ so, tiene un hermoso arco triunfal que da a la nave, una espléndi­ da cornisa soportada sobre ménsulas recoge la bóveda de medio ca­ ñón con lunetos, ricamente decorada con figuras geométricas de puntas de diamante, cabezas de clavos, filetes y fajas. En el tes­ tero va un vano termal con lucera rasgada que ilumina el recinto, decorado con puntas de diamante. El sistema decorativo empleado en esta capilla es un proceso evolucionado del que se emplea en la nave de las Huelgas Reales de Valladolid, con una tendencia a los efectos de claroscuro más acentuada. Como colofón de esta intensa actividad destacamos la labor que Juan de Nates realiza en el monasterio de Palazuelos, lugar en donde el artista demuestra su dominio técnico empleando las bóvedas vaídas, recurso muy usado en Andalucía y muy poco emplea­ do por los clasicistas castellanos. El 8 de febrero de 1585, ante el escribano de Valladolid An­ drés Alvarez, Juan de Nates da trazas, condiciones y escritura de concierto para levantar cuatro pilares y nueve capillas de "lo que se cayó de la iglesia del dicho monasterio", por el precio de cuatro mil cuatrocientos ducados y una tordanza de año y medio a dos años en la realización de la fábrica (167). Las condiciones son un modelo de precisión; en primer lugar, se derribará lo que queda en pie de la vieja fábrica arruinada (168) y se desescombrará el espacio, todo a costa del maestro, li­ na vez despejado el lugar, comenzarán las obras de cimentación, haciendo los cimientos de los pilares y responsiones cinco pies más anchos de los que tenían los antiguos y se empleará piedra de sillería, especificándose, por supuesto, que los alzados no se comenzarán hasta no hallar una capa resistente donde asentar las bases. Los pilares, que serán de piedra de la región, serán de galga perfecta, perfectamente galgados y tránchatados; los respon­ siones seguirán el mismo proceso, especificándose qué tienen que ir muy bien embutidos en las paredes de la vieja fábrica. Las pa­ redes se engrosarán cinco pies, disminuyendo a cuatro en la par­ te superior y sobre ellas irá un tejaroz. El abovedamiento de las capillas será a base de ladrillo y yeso; en la nave central las bóvedas serán de cañón con lunetos, mientras que en las laterales serán vaídas; todas ellas irán enlucidas. El sistema de ilumina­ ción será por medio de siete grandes ventanales hechos en piedra, seis irán sobre las naves laterales y el séptimo será aprovechan­ do el ventanal del hastial de los pies, si es preciso ampliándo­ lo. El sistema de ingreso se modifica, la vieja puerta se conde­ na macizándola y se abre una nueva según la traza. Las obras se llevaron a cabo con gran rapidez, pero al en­ cargarse el albañil Martín Rivas de hacer las capillas colatera­ les, arruinó la obra, lo que arrastró pleito y obligó a Juan de Nates a rehacerla, quedando la edificación firme y segura (169). El ilustre medievalista Don Francisco Antón ha estudiado el monasterio con sumo detalle (170), de él se ha ocupado posterior­ mente el Inventario de la Provincia de Valladolid (171) y el to­ mo correspondiente del Catálogo Monumental (172). Desgraciadamen­ te, el exquisito estilo cistereiense ha absorbido la atención de los estudisos, relegando a unas pocas palabras la parte moderna que, por cierto, encierra un gran interés. Cuando Juan de Nates da las trazas y se pone al frente de las obras de reconstrucción del monasterio de Santa María de Palazue- los, es figura harto conocida en los medios de la severísima orden i i Z V de San Bernardo, Con su ciencia y esfuerzo está concluyendo la fabrica de las Huelgas Reales de Valladolid, monasterio de la ra­ ma femenina de la ilustre congregación; al tiempo y desde hace a- ños, está trabajando en las obras de la fábrica cisterciense del monasterio de la Santa Espina, La orden, pues, tenía un historial completo para poder confiar al arquitecto la delicada labor de re­ construcción del prepotente cenobio de ^aiazuelos. Nates, hombre de la época, a igual que los monjes que le en­ cargan la obra, replantea toda la edificación de nuevo, respetan­ do sólo la estructura en planta; así pues, se establece una solu­ ción de continuidad entre la estructura cisterciense del edificio y la nueva parte levantada. En planta, la nueva obra sigue la herencia románica de las tres naves, más ancha la central, y sin establecer ningún tipo de alteración. Nates levanta tres tramos con nueve capililas y en el muro del Evangelio abre la puerta. Los soportes son sencillos pi­ lares cuadrados y en los muros los correspondientes responsiones rectangulares. £1 coro lo altera y lo situa en alto. El exterior, sencillísimo, no altera la disposición servara de todo el buque. La piedra sillar, de buen corte, conforma la fá­ brica. La portada, con un vano simplísimo, se abre en el muro del Evangelio; es adintelada y su única decoración son las molduras que adornan su marco; el despiece del dintel, como de costumbre, sigue la solución ya vista en San Luis de Villagarcía de Campos, San Miguel y las Huelgas Reales de Valladolid y la puerta de la iglesia de Santa María de Villabrágima. Encima del vano va un fron­ tón triangular con un tondo en su tímpano. Nates sigue aquí, co­ mo en los edificios a m i b a mentados, aplicando el mismo concep­ to de concebir una puerta y de encajarla dentro de una estructura. El interior es muy elegante. La luz, que entra a raudales por los ventanales, hace destacar la parte moderna de la medieval, mucho más oscura. Los pilares cuadrados presentan en sus frentes unas pilastras de limpio fuste y orden toscano. Los arcos infe­ riores que soportan el coro son rebajados y con decoración de pla­ cas triangulares en las enjutas, motivo que se repite en los res­ tantes arcos. Los formeros, como los perpianos, son de medio pun­ to, de excelente despiece y dejando que la piedra quede limpia y destacando sobre el resto de la piemen tona cubierta de \eso blanco o Los arcos forman una secuencia muy elegante en su superpo­ sición, dando un profundo aspecto aéreo al coro, que se adelanta por sus lados adquiriendo la forma de una "U". El entablamento es una continuación, en formajde imposta, del capitel toscano, solución muy del^gusto de Rodrigo Gil y que tam- , r-bien emplea Juan de Herrera y popularizan todos los arquitectos clasicistas posteriores, como Francisco de Mora o Fray Alberto de la Madre de Dios. Es un testimonio de la relajación del canon clá­ sico, que en el fondo ya permitía el muy vitruviano Serlio cuando hablaba de los órdenes, y es una forma de concebir el orden muy típica de la arquitectura castellana del Renacimiento y del Clasi­ cismo • Las bóvedas que realiza Juan de Nates en el monasterio de Pa- lazuelos son uno de los testimonios más relevantes del dominio téc nico que poseía. La nave central se cubre con una bóveda de medio cañón con lunetos y decoración geom ótrica de triángulos de un gusto refinadísimo; son soluciones evolucionadas de las surgidas en la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos y consagra­ das en las Huelgas Reales de Valladolid, Es la traslación al ye­ so de los dibujos serlianos de la parte final del Libro Cuarto* En los tramos laterales se emplean bóvedas vaídas del más perfec­ to trazado, con una secilla decoración en su plementería. La que podíamos denominar cúpula vaída o rebajada, es decir, la media naranja de que suelen hablar los documentos de la época, es un sistema muy usado en la Meseta Norte y que introduce en los templos Pedro de Tolosa con la transformación de los proyectos de la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos (1575) y que ten drá una vida afortunada a lo largo de los siglos XVI y XVII. Se usa también este tipo de cubrición en capillas laterales y báste­ nos citar como ejemplo la misma Villagarcía de Campos y las Huel­ gas Reales de Valladolid. Pero el sistema de bóveda vaída parecía que era un element o desconocido al norte del S i st ema Central y al­ go típico de Andalucía, que con notable fortuna se extiende por la Meseta Sur y por la zona alicantina y murciana, ^sta solución - españolísima según Chueca - apenas si tiene resonancia en la líese ta Norte, p ro era conocida. Juan de ¿«ates la aplica en el mo­ nasterio de Palazuelos, con tal maestría, que hace pensar en los maestros andaluces Andrés de Vandelvira y Hernán Euiz el Mozo (173)* Y no sólo es interesante esta solución en cuanto aplicación y perfecta ejecución, sino que es la única bóveda vaída que cono­ cemos, hoy por hoy, del siglo XVI en la Meseta Norte y realizada por arquitectos de la región del Duero Medio. El sistema de decoración, de corte geométrico, recuerda las disposiciones decorativas de Andrés de Vandelvira usadas en la i- glesia de Villacarrillo (Jaén) y en la iglesia del Hospital de Santiago de Ubeda, así como en el dibujo, título 132, del libro de Alonso de Vandelvira y de Hernán Ruiz el Mozo (174). La iglesia del monasterio de Santa María de Palazuelos, con este tipo de bóveda, es uno de los monumentos más interesantes y significativos del estilo clasicista del último cuarto del siglo XVI. El sistema de iluminación, a base de vanos termales, es una solución típica y característica de Juan de Nates y una de sus constantes en la evolución de su estilo. Los vanos tienen vivo el ojo central, que se abre en forma de espejo, mientras que el del hastial de los pies es circular a causa de tener que aprove­ char un ócuio románico allí existente. De esta etapa de la obra de Juan de Nates se han perdido nu­ merosos edificios. Ya no existen ni San Claudio de León, ni San Nicolás de Valladolid, ni Sacramenia, ni San Bernardo de Salaman­ ca, ni la capilla Vozmediano de San Francisco de Sahagún, ni San Francisco de Valladolid. Se han perdido un grupo de obras impor­ tantes, pero tenemos referencias de ellas. En primer lugar, San Nicolás de Valladolid. Ssta venerable iglesia, fundación del poderoso Conde Don Pe­ dro Ansúrez, situada en la cabecera del Puente Mayor, se arruinó el siglo pasado y nada queda de ella. La parroquia trasladó sus dependencias al exconvento de la Trinidad, donde hoy tiene su se­ de . Ponz en sus cartas no menciona para hada a San Nicolás, ni tampoco Bosarte, algunas noticias da Sangrador (175) y, por su­ puesto, Agapito y ííevilla. Se sabe que en el siglo XVI, Doña María Sanz de Salcedo se hizo patrona de la iglesia y la reedificó, cons fruyendo al lado un edificio que fue ocupado, en 1607, por las monjas del Sacramento de la orden agustiniana. La nueva patrona pensó fundir la parroquia con un convento, lo que acarreó pleitos con los parroquianos (175). En 1585, Juan de Nates, junto con el cantero Pedro de Solórzano, están trabajan­ do en la iglesia de San Nicolás y traspasan, el 25 de enero de e- se año, las labores de las dos partes principales al cantero Pedro de la Vega, ’’estante en esta villa”. La portada se levantaría se­ gún las trazas y condiciones dadas por ^ates, será de piedra del Val, bien labrada y desbastada (177). Sin ambargo, la iglesia es abatida y rehecha poco tiempo después. A comienzos de 1589 se ha­ cen los pregones y Juan de Nates da su poder cumplido a su apare­ jador Sebastián de la Vega para que se halle presenta a la hora de rematar y si las bajas tienen que ser mayores de cuarenta ducados, pueda detener el remate uno o dos días para que él pueda personar­ se (178). Üates se queda con la obra de la iglesia y toma por so­ cio a Pedro de Solórzano, teniendo por aparejador a Sebastián de la Vega, su segundo en las obras de las Huelgas deales de Valla­ dolid. S-Las obras comienzan yjse levantan los muros maestros, y el 26 de enero de 1595, Nates y Solórzano se conciertan con Felipe de la Vega y Juan del Cajigal para que hagan los interiores del templo desde los cimientos hasta cinco pies encima del suelo ho­ lladero, todo de piedra y ’’conforme a la traza y condiciones" levantarían las pilastras, labradas y con basas, taludes y resto de las historias de los muros. El contrato es a destajo, detalle que refleja el deseo de avanzar en las labores, que según se des­ prende de las escrituras iban retrasadas. (179). Las obras de la iglesia se complementan con las del convento aledaño, donde tra­ bajan Juan de Riaño y Llórente de Palenzuela (180). Las labores se alargaron y fueron terminadas por Diego de Praves. Conservamos un dibujo de la fachada, del siglo XVIII, que pu­ blica Martín González (181). El citado autor dice: "sin duda el dibujo nos presenta la fachada tal como fuera proyectada por Juan de Nates y Pedro de Solórzano" (182). ^ste tipo de fachada de dos cuerpos, sin aletones, creemos que viene de los proyectos de fa­ chada de la Catedral de Valladolid. Es muy llamativa la forma de disponer la sillería de los esquinales, a manera de contrafuertes o de templo in antis, como dice Martín González (183), que parece preludiar las fachadas de la Corte del siglo XVII. j-a en esta fa­ chada de San Nicolás aparece la desproporción entre los dos euer- k II pos, siendo el superior achaparrado, rasgo que Juan de Nates vol­ verá a reflejar en Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid. Otra obra desaparecida de Juan de Nates es el retablo que hi­ zo para el monasterio de Sacramenia (Segovia).El 10 de marzo de 1588, el artista se obliga y concierta con el monasterio citado, para hacer el retablo de piedra de la capilla mayor de la iglesia. El artista se compromete a hacer sólo la parte arquitectónica, se­ gún trazas firmadas por él y, por cierto, que era de tamaño muy respetable, pues tenía unos treinta pies - ocho metros y medio a- proximadamente - de envergadura. Por ello cobraría la fuerte suma de setecientos ducados (184). La escritura la firman los arquitec­ tos Felipe de la Cajiga, Juan Ezquerra, Juan del Río y Juan de Ce- laya. Hoy nada se conserva. Otro edificio desaparecido de Juan de Nates es la capilla Voz- mediano del monasterio de San Francisco de Sahagún. A comienzos de 1590, Doña Francisca de Vozmediano, viuda de Don Lope Hurtado de Mendoza, se concierta con Juan de Nates para que levante una capilla y haga el retablo y el sepulcro de su familia en el monas­ terio de San Francisco de Sahagún, más conocido como la Peregrina (185). El arquitecto dio trazas y condiciones; de la parte escul­ tórica del retablo y del sepulcro parece que se encargó Francisco del Rincón y de su dorado y estofado Santiago de Remesal y Cosme de Azcutia (186)s Del viejo monasterio de San Francisco sólo se conservan unos muros y se mantiene en pie la soberbia iglesia mudejar, conocida por la Peregrina. La obra de arquitectura de la desaparecida ca­ pilla no debía ser de grandes dimensiones, pues en 1591 se estaban colocando las vidrieras para las claraboyas, lo que acarreó plei­ to pos asuntos de pago (187). El pleito provocó la intervención de los compañeros de Juan de Nates Felipe de la Cajiga, Juan de la Maza y Francisco del Río, todos arquitectos y vecinos de Va- 1ladolid. Finalmente, Juan de Mates también trabajó en el extinto mo­ nasterio de San Francisco de Valladolid. El 2 de junio de 1592, Felipe de la Cajiga y Juan de Nates dan trazas y se encargan de levantar los soportales del patio primero del citado cenobio, lle­ vando a cabo toda la labor de carpintería Pedro de Mazuecos (18S). La estapa que estudiamos del estilo de Juan de Mates creemos poderla cerrar con el Humilladero de la Quinta Angustia de Tudela de Duero. £1 12 de agosto de 1591, ante escribano público, Juan de Nates da su poder cumplido a Andrés de Nates, su aparejador, para que levante la fábrica del humilladero de la cofradía de la Quinta Angustia de Tudela de Duero, "conforme y según la manera que yo estoy obligado a le hacer" (189). La historia nos es conocida (190). Sabemos que es una ermita o humilladero, pasado el puente sobre el Duero, en un promontorio formado por el río y que servía de punto de reunión a los cofra­ des de la Quinta Angustia. La obra de este eremitorio encierra un notable interés, pues es prueba demostrativa de cómo un modelo tradicional, del que se conservan testimonios tan próximos como la ermita del Cristo de la misma Tudela de Duero o la de la misma advocación de Villabá- ñez (191), es recreado con una nueva concepción arquitectónica. Nates concibe el edificio como un gracioso quiosco por com­ pleto ajeno al espíritu de tosquedad que los restantes humillade­ ros poseen. La Quinta Angustia ha perdido ese carácter de estuche hermético que tienen los humilladeros del siglo XVI, para conver­ tirse en una f ábrica graciosa, en un edificio que por si mismo tiene pn valor, en una obra arquitectónica con todas sus conse­ cuencias, aunque se halle retirada de un centro urbano. La ermita, aunque se halla en pleno campo, en la cima de la cuesta que remonta la orilla del cudaloso Duero, su volumen se re­ corta airoso sobre el campo agreste y su fachada mira hacia el puente; la obra tiene muy presente un eje direccional en relación con la población próxima y su sencilla estructura volumétrica es de por sí un punto de valor refepencial. El edificio es un volumen sencillísimo, un prisma, de planta casi cuadrada y de estilizado perfil* Nates rompe la estructura cuadrada - empleada en los eremitorios de Vil1abáñez y el Cristo de Tudela de Duero - a fin de huir de concepto macizo de este ti­ po de edif i cae iones y estiliza el edificio creando una tension es­ pacial de lo más llamativo, en contraposición con la horizontali­ dad de los modelos anteriores. Este efecto de ligereza lo corrobora suprimiendo los potentes estribos que rematan los esquinazos e integrando en el muro los elementos de contrarresto, éon lo que la unidad volumétrica no se desvirtúa y favorece, por medio de pequeños resaltes, la animación de los paramentos* La forma de señalar los diversos elementos estructurales den­ tro del conjunto sigue siendo la misma que la desarrollada unos a- ños antes en las Huelgas Reales de Valladolid: establecer una co­ nexión orgánica entre los diversos elementos estructurales que con­ forman el interior y el exterior sin que éstos pierdan su identi­ dad . El edificio es de piedra blanca de sillares bien escuadrados labrados a picón; los muros lisos se quiebran tan sólo por los re­ saltes de las rafas de los esquinazos. üna imposta lisa, de puro gusto palladiano, abraza las cuatro caras del edificio y marca el punto de arranque de las bóvedas y señala los focos de luz. Una sencilla moldura señala el tejaroz, culminación de un tejado a dos aguas. En las cuatro esquinas hay pirámides con bolas, elemento característico del Clasicismo español y popularizado por toda Eu­ ropa gracias a los dibujos de Serlio, fuente de este motivo. La fachada condensa toda la atención del espectador, pues to­ da ella está dispuesta con una serie de elementos arquitectónicos que causan contraste con la severa limpieza de los restantes mu­ ros. La fachada ha sido concebida sobre un plano, siguiendo así la línea tra dicional iniciada en Villagarcía de Campos con la Co- legiata de San Luis; el plano se articula en dos cuerpos y remate, flanqueado por pilastras con filetes rehundidos en el fuste. En el primer piso se abre la portada, una delicada estructura triple con un vano de medio punto en el centro y des adintelados, meno­ res y hoy cegados, en los laterales. En esta puerta Juan de Nates usa por primera vez el arco, precisamente porque se basa en una solución de puerta palladiana, del Palladio joven de las primeras villas. El segundo piso, rechoncho, tiene una lucera ciega, donde es raro que se coloque la imagen bajo cuya advocación se encuen­ tra el humilladero. Remata la fachada un frontón triangular con bolas por acróteras. Esta fachada se acomoda a un sistema ornamental a base de pla­ cados (192), que por primera vez se ve en una obra de Juan de Na­ tes. El uso de placas recortadas es un elemento italiano que ya emplea Bramante (Belvedere) y que difundió Serlio (193) y usó Vignola (194) y Ammanati (195). En España el sistema de placas quien lo consagra es Juan de Herrera en El Escorial, y desde allí se divulgará por toda la geografía peninsular, Además, el sistema de placas también lo emplea Herrera en los proyectos de fachadas para la Cuarta Colegiata de Valladolid, que por esas fechas se es­ taba levantando. Nates, a nuestro juicio, tomo el sistema de deco­ ración de placas para fachadas de Juan de Herrera, aunque también lo pudo extraer del mismo Palladio, cuyo libro de arquitectura ya había sido publicado en Venecia en 1570 y traducido al castellano por suamigo Juan del Ribero Rada en 1578. El tipo de fachada, por lo demás, es una clásica resonancia palladiana y que el gran arquitecto vicentino había usado profusa­ mente en sus villás (196), El interior es un delicioso espacio de carácter ascensional y donde predominan las líneas verticales, bañándolo todo los chorros de luz que penetranpor la claraboya. Las paredes, limpias y enlu­ cidas, se refuerzan con pilastras en las esquinas. Una imposta re­ corre los cuatro paramentos y al mismo tiempo hace de capitel en las pilastras, es un sistema ya tradicional en Nates. Los arcos de medio punto soportan una bóveda de arista con lunetos y compartimentada por fajas y decoración de puntas de dia­ mante. La forma de articular la bóveda es muy similar a la usada en las capillas del crucero de la iglesia de Cabezón. El sistema de iluminación es a través de vanos termales, abies»' tos en su ojo central y con los laterales ciegos y decorados por puntas de diamante. En cada muro hay un vano termal, pero sólo cumplen misión de dar luz los que están sobre las paredes latera­ les, los restantes son simples elementos decorativos de cierre. El sistema de cierre de una estructura casi cuadrada por me­ dio de bóveda en vez de cúpula, que Juan de Nates emplea en el hu­ milladero de la Quinta Angustia, es un testimonio más del recha­ zo de la cúpula como sistema estructural en su lenguaje arquitec­ tónico. La ocasión excepcional de usar tal tipo de cierre en un espacio central, como el de esta edificación, es una prueba clara del poco aprecio a estas soluciones que muestra la cabeza de la escuela clasicista del foco vallisoletano y es una conclusión ló­ gica, que tiene su inicio en la Colegiata de San Luis de Villagar- cía de Campos con el uso de la media naranja ciega y sin trasdo- sar V su consagración definitiva en el proyecto de Juan de Herre- U ra para la Catedral de Valladolid, donde el artista tampoco emplea la cúpula. En esta segunda fase del estilo de Juan de Nates, creemos ha­ ber visto el proceso de desarrollo del mismo, enriqueciendo el es­ quema adquirido en Villagarcía de Campos con importantes aporta­ ciones de la Catedral vallisoletana, influjos de Serlio y Palladio y una evolución propia referido, fundamentalmente, a fachadas y cubrición de cruceros, con el desarrollo de la media naranja inte­ rior y el comborrio exterior. Este proceso cristalizará en la ter­ cera fase del estilo del artista, concretamente en la que conside­ ramos su obra maestra: la iglesia de Nuestra Señora de la Angustias de Valladolid. Tercer periodo. Nuestra Señora de las Angustias y la evolución fi­ nal del estilo de Juan de Nates. Si la década de los noventa representa para Valladolid el a- pogeo como foco arquitectónico, ya que es en esta fecha cuando se realiza un conjunto de monumentos originales, para Juan de Nates representa este decenio el alcanzar la cota más alta de su estilo, plasmándose en la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias. Na­ tes recoge en este edificio la tradición forjada por Pedro de Ma- zuecos el Viejo en la Vera-Cruz de Valladolid y crea uno de los e- dificios clasicista más importantes afianza ese tipo tan peculiar de ter cial. Por otro lado, en las Angustií lementos del estilo de Juan de Nateí edificio sea su obra maestra. La iglesia de Nuestra Señora d< ficarse, cuando las obras de la pen: a punto de concluirse. La iglesia de Nuestra Señora de las Angus­ tias ha merecido siempre los mayores elogios. Ponz apenas hace men­ ción de su arquitectura, centrando el comentario que hace de ella sobre la escultura (197). Bosarte dedica al edificio un amplio co­ mentario, planteándose el problema de si puede ser o no obra de Herrera (198); pero el primero en acometer su estudio de forma sis­ temática es Martí y Monsó (199). Después de él, García Chico apor­ tó algún dato más (200). Muñoz Peña (201), Schubert (202), Chueca (20o), Kubler (204) y Martín González (205) abordaron el estudio estilístico de la iglesia, aportando notables observaciones a tan la ciudad, al mismo tiempo o que es la iglesia peniten- se decantan los diversos e- lo que va a hacer que este as Angustias comienza a edi- ncial de la Vera-Cruz están renombrado edificio« El primer rasgo que debemos hacer notar es que la penitencial de Nuestra Señora de las Angustias tiene un origen complejo, pues fue concebida como templo penitencial, iglesia funeraria y funda­ ción privada y que es, fundamentalmente, un alarde de un rico mer­ cader devoto de la Virgen de los Cuchillos, Martín Sánchez de A- ranzamendi. Quizá por ello, siendo una obra proyectada veinte años después que la de la Vera-Cruz, se acaba casi a la par y con una velocidad asombrosa« El 27 de enero de 1597 se han comprado unas casas en la Pla­ zuela del Almirante para ser derribadas y en el solar de ellas e- dificar un nuevo templo« Se acuerda que dos alarifes midan el te­ rreno para que se edifique "conforme a la cédula de su magd. que trata de los saleaiços y nueva traca" (206). De estos datos pode­ mos colegir que las trazas ya estaban dadas en enero de 1597, que ya se habían comprado los terrenos donde había de edificarse la nueva sede de la cofradía y que ya se había obtenido el permiso real« Por lo que sabemos.de la Vera-Cruz, todos estos trámites exigían tiempo, lo que nos permite sospechar con visos de certi­ dumbre, que en 1596 debieron haberse llevado a cabo las trazas del edificio y que debió ser a lo largo de este año cuando se gestio­ nan permisos, cédulas y compras. Así pues, la traza del nuevo e- dificio debe ser de 1596. Las trazas son dadas por Juan de Nates, que dirigirá la obra hasta su conclusión. Entre el 27 de enero y el 12 de abril de 1597, se lleva a ca­ bo el derribo de las casas del solar y el desescombro de éste y ese día, Martín de Uriarte, cantero, comienza a traer piedra de Villanubla para la fábrica (207). Nates se rodea de un equipo ex­ cepcional de artífices: Martín de Uriarte, Gaspar de Vallejo, Juan de la Muela, Juan de Celaya, Juan del Valle, Bartolomé de la Cal­ zada y los escultores Hernando de "uñar, Juan de Rozadilla y Fran­ cisco del Rincón (208). En 1598 se compra la casa de un platero "para una capilla colateral", que debe ser la que hoy ocupa el Cristo de los Carboneros (209). En 1604 la obra estaba liquidada y en 1605 se conciertan las estatuas de la portada con Francisco del Rincón, concluyéndolas el 28 de setiembre de 1606 (210). De todo este conjunto de referencias, podemos concluir que la obra fue trazada y dirigida por Juan de Mates y que ignoramos U cómo se llevó a cabo la labor de edificación, pudiendo afirmar só­ lo que fue de forma muy veloz* Schubert publica la planta del edificio con los aditamentos barrocos, nosotros hemos realizado una nueva medición de la igle­ sia, excluyendo tales elementos a fin de observar con mayor deta­ lle y precisión la primitiva estructura. La iglesia penitencial de Nuestra Señora de las Angustias, a igual que la Vera-Cruz, es un edificio complejo; estaba formado por tres elementos capitales: templo, sacristía y sala de juntas a la que se accedía por una escalera. Todo ello se conserva en la actualidad perfectamente en contraposición con la Vera-Cruz. El que se de esta unidad nos confirma la existencia de un tipo for­ jado en sus líneas generales por Pedro de Mazuecos el Viejo y den­ tro de todo este conjunto, el elemento de mayor peso y preocupa­ ción es el templo. Así pues, Juan de Nates recoge y potencia un modelo que va a continuar con fortuna en el siglo XVII, plasmán­ dose en dos obras también interesantísimas: las penitenciales de la Pasión y de Jesús. Pero la obra de Juan de Nates no sólo posee un gran valor como modelo perfectísimo de iglesia penitencial, si­ no también por lo que representa este edificio dentro del Clasicis­ mo castellano en su momento más espectacular y dinámico. La planta de Nuestra Señora de las Angustias, después de la planta de Herrera para la Cuarta Colegiata, es la estructura más interesante del clasicismo vallisoletano. Está formada por dos nú­ cleos, uno de planta central formado por el crucero y la cabecera y un segundo núcleo, de tendencia al cuadrado, compuesto por los dos tramos de la única nave. A través de esta coordinación espa­ cial, Nates genera una estructura longitudinal de lo más intere­ sante. El artista ya abordó el problema de interconexión de estruc­ turas centrales y longitudinales en la iglesia de las Huelgas Rea­ les de Valladolid, pero en ella sigue la trayectoria de Villagar- cía de Campos, que más tarde será repetida hasta la saciedad en Valladolid, Segovia, Palencia, León, etc. En las Angustias vuelve a enfrentarse con el problema, pero de forma completamente distin­ ta, tanto en planta como en alzado. El nuevo edificio, desde sus inicias, fue proyectado para poseer una estructura que pudiera so­ portar una cúpula, lo que equivale el tener que plantearse una se­ rie de soluciones técnicas de enorme peso específico a la hora de concebir espacios y estructuras. La cúpula, ese elemento olvidado del Renacimiento español si descontamos El Escorial, y que en la Meseta Norta tampoco introdujo Pedro de Tolosa cuando en 1575 remo­ deló la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos, va a ser la pieza esencial a partir de la cual Juan de Nates va a articular toda la edificación. Al proyectar la cúpula, tiene que reforzar el crucero, engrosando los pilastrones torales y aumentando las acha­ flanaduras; el fortalecimiento de los torales favorece a que el espacio que ellos marcan sea el mas significativo de todo el con­ junto y a ello se suma la práctica inexistencia de capilla mayor, que con su profundidad pudiese alargar el eje longitudinal, Al lado de este elemento central, Juan de Nates crea una na­ ve muy corta de dos tramos y con capillas laterales muy poco pro­ fundas y con unos muros travesados poderosísimos porque deben car­ gar con el coro. La planta es completamente funcional y, a la vez, de gran riqueza estética. De hecho, aunque Nates muestra aquí su originalidad más exquisita y madura, no podemos evitar hacer re­ ferencia al proyecto de Bramante para San Biagio della Pagnotta en Roma, según la restitución que Giovannoni lleva a cabo (211). La vinculación en planta de las dos obras es notable y no se­ ría extraño que Nates pudiera haber conocido el proyecto del arqui­ tecto de Urbino. Precisamente el Vasari habla de ésta edificación como ’’templo corintio non finito opera molto rara” (212). Todo e- 11o lo que nos hace sospechar no es un conocimiento directo por parte de Nates de las obras de Bramante, pues sostenemos que el artista vallisoletano no anduvo nunca por Italia, pero sí un co­ nocimiento del trabajo de Bramante a través de dibujos y estampas, capítulo del arte español que está todavía por hacer. El cuerpo de la iglesia de las Angustias está formado por una nave de dos tramos con capillas laterales, similar al proyecto bra- mantino. La relación entre la nave y las capillas es de una propor­ ción sesquiáltera, es decir, la disposición t radi c i onal consagra­ da en el siglo XVI y recogida en los apuntes de Rodrigo Gil. uas capillas laterales, muy poco profundas, las forman arcos y siguen el método estructural plasmado en 1580 en 8an Pedro Mártir de Me­ dina de Eioseco, obra también de Juan de Nates. El sistema de so­ portes son dos pilares muy gruesos en cuyos frentes se disponen pilastras. Este grosor, que mantiene el equilibrio con los tora-Este grosor, kko les, no tiene función estética, sino técnica, ya que deben sopor­ tar el peso del coro alto. Nates aprovecha la función técnica de las masas para crear un fenómeno estético, ^ste es un fenómeno que alcanza su máxima perfección en la arquitectura de Herrera, por ejemplo, en los pilares de la Catedral de Valladolid. ï de a- llí Nates pudo extraer completamente depurado el concepto. El cru­ cero y la capilla mayor forman una unidad, al igual que en San Biagio della Pagnotta. Es una estructura central con gruesos to­ rales y potente achaflanadura que favorece la forja del octógono. El muro del testero es plano y sin profundidad. Así como se aprecian fuertes similitudes entre la obra braipan- tina y la de Juan de Nates, hay notables diferencias que denuncian las distintas estéticas entre ambos arquitectos. Bramante concibe una estructura donde el espacio central lo domina todo; el tramo de nave es un apéndide subordinado que queda absorbido por el es­ pacio central. Frente a esta disposición, donde lo decisivo es el espacio central, Nates establece un equilibrio; la estructura rec­ tangular del conjunto absorbe la nave y el núcleo central del cru­ cero. Este proceso de nivelación es decisivo a la hora de precisar el peso quenuno y otro arquitectos tiene ese criterio arquitectó­ nico. Mientras que en Bramante encierra un valor decisivo, en Juan de Nates es una posibilidad dentro de las estructuras arquitectó­ nicas. Nates tiende a un equilibrio entre estructuras centrales y longitudinales, situación que le aproxima más a un Vignola que a un Bramante (21o). No esperemos hallar en esta época en la Meseta Norte edificios centrales y mucho menos, una vez que Juan de Herrera aporta su pe­ culiaridad arquitectónica a través de las trazas de la Catedral. Ni Juan de Nates, ni Diego de Praves, ni Alonso de Tolosa, ni Pe­ dro de Mazuecos el Mozo, ni Juan del Ribero Rada, ni Felipe de la Cajiga son arquitectos renacentistas; ese periodo ha pasado ya en España y en toda Europa, los nuevos y más dinámicos arquitectos formanjparte de un proceso artístico que parte del Renacimiento y se proyecta hacia delante; son hombres que aprecian la nueva es­ tética, pero que la hacen progresar según su personalidad y posi­ bilidades. El factor que se aplica en las Angustias no es la plan­ ta central como elemento en si, sino el empleo de una disposición centralizada combinada con otra estructura para crear nuevos es- pacios, soluciones y efectos. Es desde este punto de donde debe­ mos partir y no de otro . Nates recurre a la concatenación de estructuras para obtener una posibilidad expresiva nueva y lo verdaderamente interesante es cómo vuelve a revitalizar esta estructura en un momento en que las disposiciones longitudinales dominan el panorama artístico de la región• En el hastial del Evangelio se abre una capilla de planta irregular en la cual hoy recibe culto el Cristo de los Carboneros. Esta capilla debe ser la levantada en el solar de una casa compra­ da en 1598 al platero Velâzquez. Su estructura rompe la unidad de la planta. Creemos que en esta capilla fue colocada la Dolorosa de Juni antes de que se edificara el recinto que hoy la cobija. Si en planta la iglesia penitencial de Nuestra Señora de las Angustias encierra un interés y una originalidad poco comunes en comparación con otros monumentos de la zona, en alzado se incre­ mentan estas dos notas. Presenta dos características fundamenta­ les, la complejidad en la articulación de los muros y la expansión y nitidez espacial. Los paramentos del templo son complejísimos, el único factor unitario son las pilastras que recorren toda la superificie hasta el entablamento; estas pilastras de basa ática y fuste liso presentan un capitel corintio idéntico a los tallados en la Catedral. En la pequeña nave el muro se articula a base de arcos de capilla de trasdós liso y placas en las albanegas y el intradós fileteado, rasgo que proviene de la Catedral de Vallado- ■ *4-lid. Encima de estesjarcos que realizan función de capillas se a- bren otros arcos de tribuna. Se establece así una articulación de paramentos a base de juego de arcos que hacen desaparecer la su­ perficie muerta y favorece que se le de al muro una articulación compleja, un verdadero virtuosismo en el uso de las formas y es­ tructuras . A los pies de la nave se levanta el coro, apoyado sobre un arco escarzano y que ocupa todo el primer ti*ano de la iglesia; en las enjutas de este arco aparece una decoración de placas. El si sterna de disponer e1 coro es el mismo que viene desarrollándose desde finales del siglo XV y comienzos del XVI. En la cabecera, el proceso de complicación se mantiene vigente; entre los torales a- chaflanados con oilastras corintias se abren tres arcos de medio punto con imposta lisa palladiana y plenamente desarrollada en Es­ paña desde El Escorial, los cuales cobijan a su vez una estructura compleja formada por otro arco y un termal que le corona* Aparece aquí desarrollado un proceso de desintegración del lenguaje puris­ ta clásico a través de articular estructuras dentro de estructuras y desmantelar así el significado primitivo de los diversos elemen­ tos arquitectónicos al ser aplicados en lugares de significación y función completamente diferentes. Algunos recmrsos ya aparecen en 1575 en Villagarcía de Campos otros se desarrollan en la Catedral y otros son pura evolución del lenguaje arquitectónico de Juan de Nates. Desde su primera obra en las Huelgas Reales, Nates ha concebido el arco dentro del muro dejando un espacio muerto; este tipo de articulación lo emplea Pe­ dro de Tolosa en Villagarcía de Campos y Ribero Rada también lo usará en San Marcelo de León. Nates irá desintegrando el muro a me dida que vaya activando el arco y tal ocurre en las Angustias. Los espacios muertos desaparecen en la nave y se reducen en la cabece­ ra. Este proceso de animación a través de jugar con un elemento que se introduce dentro de otro, vincula a las Angustias con un proceso dinamizador que se inicia en la Catedral y es proseguido en la fachada de la Vera-Cruz. Todos estos elementos son a su vez dinamizados por medio de recursos geométricos: molduras, fajas, filetes y placas se condensan en puntos marcados haciendo efecto de resalte. Esta valoración de la decoración geométrica en inte­ riores es un rasgo muy típico de Juan de Nates. Frente a la seve­ ridad de Villagarcía de Campos - cuyo único esparcimiento decora­ tivo se reduce a la decoración de cadeneta del friso - o la impla­ cable desornamentación de la Catedral, las Angustias representa un gran paso adelante en el proceso decorativo. La propensión de­ corativa de Juan de Nates ya la hicimos notar cuando fue estudia­ da la iglesia del real monasterio de las Huelgas de Valladolid; allí pudimos ver como Nates condensaba todo el temario decorati­ vo en las bóvedas; en las Angustias la decoración no sólo se man­ tiene en este sector, sino que invade los perpiaños y salta hacia las estructuras incrustadas en los muros. Enjutas, termales, in- tradoses, todo se anima con una decoración abstracta que ayuda a resaltar esas formas pero, tengámoslo muy presente, es una decora­ ción vinculada a la arquitectura y al servicio de esta, una deco- kk3 ración disciplinada y sometida, por completo ajena al espíritu de- corativista de comienzos del siglo XVI* Toda la iglesia queda abrazada por el entablamento, que la ciñe por todos sus lados. Es rigurosamente canónico, formado por su arquitrabe de tres listeles, su friso corrido y liso, decorado con capitales romanas que hablan de la fundación y los patronos, su banda de dentículos y su cornisa volada. Sobre el entablamento se proyectan los arcos y el siste,a de cubrición. Perpiaños y to­ rales son de medio punto levemente peraltados para corregir el e- fecto óptico de apainelamiento, con el intradós encasetonado. Las bóvedas son cañones divididos en tres segmentos por fajas y con lunetos, manteniendo así la más pura tradición venida de la Cole­ giata de San Luis de Villagarcía de Campos. Pero su decoración se enriquece; las puntas de diamante desaparecen, pero se desarrollan los más caprichosos juegos geométricos que tendrán gran fortuna a lo largo del siglo XVII. Las superficies de las bóvedas se ani­ man y de tal animación comparten los fajones. Entre los lunetos se abren los termales, es decir, el sistema de iluminación. Sólo tienen vivo el ojo central; en el crucero, cabecera y pies se des­ arrollan también los termales, pero ciego el del testero, en cuyo centro se dispone un gran escudo de la familia fundadora. El núcleo que forma la cabecera se cierra con una cúpula so­ portada sobre pechinas, donde aparece el escudo de la cofradía. La cúpula carece de tambor y arranca sobre un molduraje, sistema que se volverá a aplicar en San Pedro Mártir de Medina de Rióse- co. La calota se divide en múltiples gajos donde alternan tema­ rios decorativos y simples fajas. En la clave^ que está abierta, se proyecta una linterna, que es el único foco de luz de esta es­ tructura • La cúpula de las Angustias es la primera de Valladolid y re­ presenta un paso adélante con respecto a las estructuras de medias naranjas vaídas desarrolladas desde 1575. La cúpula presenta una decoración inspirada en el proyecto de Miguel Angel para San Pe­ dro de Roma y todo ello denuncia una interferencia ajena a la mo­ dalidad peninsular encarnada por la tendencia de Juan de Herrera. La súbita aparición de la planta centralizada, la cúpula, la decoración de ésta, la linterna, nada tiene que ver con El Esco­ rial, ni con Herrera, cuya estética y concepción arquitectónica H son ajenas a este tipo de soluciones^ Nates parece haberse inspi­ rado en Italia (Bramante y Miguel Angel) para obtener los elemen­ tos con los cuales forjar el edificio® Pero este influjo es limi­ tado* Creemos haber apuntado la posible repercusión bramantina a través de San Biagio della Pagnotta en las Angustias, también con­ viene decir unas palabras sobre la posible influencia miguelange- lesca en el autor de las Angustias. Miguel Angel recurre a la cúpula en su arquitectura (214), lo que le vincula con sus contemporáneos de Italia* Es lógico que Nates tuviera conocimientos de la arquitectura, tanto de Bramante, como de Miguel Angel, pero es un conocimiento no directo y, por ello, ponderado* Si el influjo de la cúpula, a igual que su deco­ ración, le vienen de Italia, transforma todo ello a través de la idiosincrasia del foco vallisoletano, es decir, de la arquitectu­ ra castellana. La cúpula que proyecta Nates crea y favorece la a- parición del espacio centralizado y tiene sus consecuencias en las estructuras del edificio, pero es una cúpula sin tambor - elemen­ to fundamental de la arquitectura italiana -, factor que la hace automáticamente distinta de sus congéneres de Italia. Al carecer de tambor, no posee un foco de luz principal y centrífugo, segun­ do elemento diferencial. Estas diferencias radicales delatan la peculiaridad con que en Castilla se trata a un elemento tan impor­ tante de la arquitectura del Renacimiento y la forma en que se a- simila. En las Angustias, la cúpula sigue desempeñando una función espacial, pero pierde gran parte de su cometido al no desempeñar una función de foco luminoso centrífugo de luz, centrípeto de con­ centración espacial y visual. Todo ello hace que las Angustias si­ ga dentro de las directrices asentadas por Pedro de Tolosa en 1575 y consagradas por Herrera en 1580. Las Angustias, frente a El Es­ corial, pepresenta la castellánización de un elemento italiano de enorme trascendencia. Las estructuras exteriores presentan correlaciones con el interior. Los volúmenes externos muestrasn perfectamente cómo es­ tá forjada la iglesiaj un cuadrado conforma el crucero y la cabe­ cera y un prisma más bajo configura la nave. Esta articulación vo­ lumétrica presenta la misma coordinación que la forma de articular se y concatenarse los espacios interiores. La corta nave no pre­ senta contrarrestos y aparecen unas sencillísimas ventanas que en nada denuncian a los termales del interior, liste proceso de enmas­ caramiento favorece el resalte del núcleo central. El gran dado que forman el crucero y la cabecera — la capilla mayor en la ter­ minología de la época - es una de las más hermosas soluciones vo­ lumétricas castellanas. Los muros maestros, en los que sólo se a- bre una ventana, rematan en frontones triangulares cuyo tímpano se anima con un óculo. Dentro de esta estructura se alza el cimbo­ rrio, cuadrado, rematado en una linternilla de igual forma. Se es­ tablece así una desvinculación entre las articulaciones de las for­ mas interiores y exteriores. Martín González ya hizo constar que la cupula no trasdosa y que en el exterior se da una solución de cimborrio (215). Esta fórmula es de un peso específico importan­ tísimo. De Villagarcía de Campos a la Catedral de Valladolid, la media naranja no se acusa al exterior. El desarrollo del cimborrio comienza a apuntarse en San Pedro Mártir de Medina de Rioseco, pe­ ro donde se define netamente, con toda su capacidad expresiva, es en las Angustias, y lo consideramos como un proceso evolutivo de la arquitectura de Juan de Nates. No es el primero, con anterio­ ridad se ha desarrollado este elemento en la actual iglesia de San Miguel de Valladolid y en Nuestra Señora de la Calle de Palen- cia¿ pero en estas obras el cimborrio se aplica a una estructura vaida, no a una cupula de sección alta. Como en Nuestra Señora de las Angustias se emplea por vez primera en la región la cúpula de fuste italiano, su solución externa en cimborrio la consideramos como un elemento decisivo a la hora de poder definir los concep­ tos estéticos clasicista del foco vallisoletano. El rechazo de la silueta de la cúpula como valor expresivo del perímetro externo de un edificio es un signo de afirmación de unos valores arquitectónicos diferentes a los planteados en Italia y un rasgo distintivo del Clasicismo castellano. Según se ha podido ver a lo largo del análisis del edificio, Juan de Nates recurre a elementos italianos - planta centralizada, cúpula, en- grosamiento de torales - para concebir y plantear la iglesia, pe­ ro esta italianización es absorbida y replanteada con un criterio peculiar. Con las Angustias se da en el siglo XVI una solución de­ finitiva a dos conceptos fundamentales del Renacimiento: el sis­ tema de disponer y articular una planta centralizada y el modo de desarrollar la cúpula. La estructura cupular se consagra en el in- terior de un edificio- el cimborrio, ese elemento característico de la arquitectura castellana de la Meseta Norte desde el Románi­ co, queda definitivamente fijado en el Clasicismo de la zona. A partir de esta bisagra que es la iglesia penitencial de Nuestra Señora de las Angustias, podemos afirmar que en la Mese­ ta Norte no se acepta la cúpula como elemento estructural con to­ das sus consecuencias a lo largo del siglo XVI y los cuarenta pri­ meros años del XVII. Sólo conocemos en toda la zona deá excepcio­ nes: la Catedral de Segovia y la Capilla Cerralbo de Ciudad Rodri­ go, obra que en muchos aspectos se halla vinculada a El Escorial (216). El problema del rechazo de la cúpula, a pesar de que en El Escorial este elemento es la clave, puede ser planteado desde una perspectiva técnica y, por supuesto, económica, pero consideramos que el problema es mucho más profundo y complicado que todo lo que pueda implicar técnica y economía. No poseemos los suficientes co­ nocimientos de la arquitectura del siglo XVI,como para intentar desvelar los entresijos conceptuales que la conforman, sólo esta­ mos capacitados para constatar el hecho objetivo. A partir de él puede iniciarse una investigación en profundidad, para intentar dar con la llave que nos permita abrir la puerta que guarda la respuesta de este interrogante. De todo el edificio de Nuestra Señora de las Angustias, la gran fachada principal ha sido lo que más ha llamado la atención de los estudiosos. Desde Ponz y, fundamentalmente, desde Bosarte, la fachada es constantemente elogiada; Chueca sigue la misma di­ rectriz, titulándola Mde las más bellas de Valladolid y de las mejores del estilo en España" (217). Kubler, tras emitir una se­ rie de adversativas, concluye afirmando que"el conjunto de la fa­ chada recuerda más la arquitectura de Palladio que la de Herrera" (218). Martín González también la analiza, citándola como "de las obras solemnes que existen en Valladolid" y viendo en ella una concepción "claramente palladiana, bien que el arquitecto se ha­ ya nutrido en fuentes más próximas de la misma nación" (219). Al estudiar Chueca Goitia esta fachada observa que "el cuerpo bajo es una réplica del arco de triunfo del imafronte de la Catedral" (220). Los estudiosos posteriores seguirán el mismo razonamiento, añadiendo el influjo palladiano (Kubler) y el criterio de solemni­ dad y aparición de temarios decorativos geometricos, así como la kkh riqueza escultórica (Martín González), La fachada de Nuestra Señora de las Angustias, realizada to­ da ella en piedra, es, como la de la Vera-Cruz, las dos fachadas más imponentes levantadas en Valladolid en el nuevo estilo si des­ contamos la malograda de la Catedral. Una y otra están concebidas dentro de un criterio urbanístico, plenamente captado por Bosarte, y sobre el cual ya ha insistido Martín González. La Vera-Cruz cie­ rra la calle de la Platería, levantada de nuevo cuño tras el in­ cendio de 1561j las Angustias anima un lateral de la primitiva Plazuela del Almirante, cerrando el otro lado de la plaza la fa­ chada del palacio del poderoso jerarca castellano. Esta posición urbana privilegiada permite desarrollar a los arquitectos sus per­ sonales concepciones sobre la relación del edificio con el medio que le secunda. Por ello partimos del presupuesto, que tanto la fachada de la Vera-Cruz, como la de las Angustias presentan ese fasto por razones urbanísticas. La fachada de las Angustias es de dos pisos, el primero lo forma un arco de triunfo, compuesto por un vano central y colum­ nas corintias pareadas en los costados, rematado todo por un en­ tablamento canónico. El segundo cuerpo, achaparrado, parte de u- na estructura basamental y lo forman columnas pareadas de orden compuesto y un espejo en el eje central, entablamento de igual disposición que el inferior y un frontón triangular por remate, presentando en su tímpano el escudo de los Aranzamendi. Corona el conjunto basamentos con óvalos por acróteras. Tan imponente fachada encierra numerosas complicaciones; en primer lugar, sus relaciones con el resto de la estructura templa­ rla. La fachada cierra el espacio interior y está perfectamente coordinada con él. N¿s hallamos ante una disposición estructural, ante una disposición cuyo punto de partida es la fachada de la Colegiata de Villagarcía de Campos y que, sin solución de conti­ nuidad, se desarrolla hasta este periodo. En segundo lugar, su forma de articularse. Este tipo de fachada es la consecuencia más directa del influjo del proyecto de Herrera para la Cuarta Colegiata de Valladolid, y esta influencia no sólo se reduce al cuerpo inferior, rasgo ya destacado por Chueea, sino a todo su conjunto. De la Catedral viene su disposición en arco de triunfo, pero de la Catedral viene también el modo de articular el prime- ro y segundo cuerpos con la desaparición de los aletones y el ce­ ñir en una misma línea todos ios elementos de la fachada* El arco de triunfo y toda su compleja forma de desarrollarlo - dintel den­ tro de arco - viene directamente de las trazas de Herrera, así como la expansión de las columnas, elemento, que a su vez, ha si­ do revitalizado por Diego de Praves. Por otra parte, la forma de desarrollar el arco de triunfo, el modo de disponer las columnas, de articular los intercolumnios, el uso de placas, hornacinas y vano termal, todo ello es típicamente herreriano. Igualmente he- rreriana es la disposición del segundo cuerpo, con su basamento, espejo, hornacinas y remate. Nos movemos, pues, dentro del más puro lenguaje herreriano y, concretamente, de un herrerianismo que emana de las trazas de la Cuarta Colegiata. Pero esta similación herreriana no implica servilismo o falta de imaginación, sino en- riquecimiento de un lenguaje arqu itectónico, dentro del cual, He- rrera es la figura más señera • Nates asimila de Herrera la concepción de fachada, tanto en su forma de articularla, como en el recurso a la columna y el en- pleo del arco de triunfo, pero reinterpreta estos elementas. En primer lugar, se produce el rechazo del dórico y su sustitución por el corintio, lo mismo que Praves ha hecho en la Vera-Cruz. Otro rasgo es llevar la columna al piso superior, estableciendo a su vez una superposición de órdenes corintio-compuesto. Otro aspecto es la búsqueda de una revalorización plástica y para ello recurre a los placados, rehundidos, puntas de diamante y ménsu­ las. Por último, Juan de Nates reintroduce la escultura en el com­ plejo arquitectónico. Antes de esta fecha y desde que se inició el Clasicismo, los únicos elementos escultóricos que aparecen en fachadas son las figuras de advocación - San Benito el Real de Valladolid, Hospital de Simón Ruiz de Medina del Campo - y el inevitable signo heráldico que proclama el patronazgo de la fábri­ ca. Nates no sólo conserva estos elementos en la fachada de las Angustias - escudo en el tímpano del frontón y la Virgen de las Angustias encima de la puerta -, sino que añade una mayor riqueza escultórica a este temario - la Encarnación en el piso superiro y San Pedro y San Pablo en el inferior La escultura, obra de Francisco del Rincón, hecha en piedra, se halla al servicio del marco arquitectónico para el cual ha sido realizada. Los bultos redondos se pliegan a las hornacinas para los que kan sido talla­ dos y tienen una función mistérica y decorativa. Este rasgo encie­ rra una gran importancia, pues representa un paso adelante en el desarrollo de fachada y en la evolución estética del Clasicismo. Al volver a aparecer la escultura como un elemento conformador de la fachada, se rompe con la tradición desornamentada imperante en el último cuarto del siglo XVI. Las Angustias aparece como edifi­ cio precursor de la revalorización de la escultura. Pero la escul­ tura aparece vinculada y supeditada a la arquitectura; las imáge­ nes han sido hechas para un marco arquitectónico y a él se ciñen; no destacan ni rompen el marco - las hornacinas - para el que han sido modeladas. Se mantiene así un proceso de subordinación de la escultura con respecto a la arquitectura. En la fachada, Kubler y Martín González ven influencias pal- ladianas. El estudioso vallisoletano precisa esta influencia en que es "una arquitectura vigorosa destacada del plano de la pared" si bien puntualiza "bien que el arquitecto se haya nutrido en fuen tes más próximas de la misma nación" (221). El influjo palladiano es un rasgo peculiar de Nates desde las obras de la Santa Espina y las Huelgas Peales de Valladolid, es decir, desde los comienzos de su carrera arquitectónica. El vi­ talizar la superficie, como señala Martín González, ya es un ras­ go palladiano; otro rasgo palladiano es el emplear la columna en el segundo cuerpo, en vez de la pilastra como hace Herrera; una huella palladiana más la podemos ver en el frontón con el gran desarrollo de la altura y la amplitud del tímpano; igualmente pue­ de considerarse influencia palladiana el disponer un escudo en el tímpano, así como disponer basamentos para las acróteras en las líneas del frontón. También podemos señalar como palladiano el hecho de incorporar la escultura a la arquitectura. Los restantes rasgos de la fachada, tanto estructurales, como compositivos, los consideramos herrerianos, concretamente, emanados de las trazas de la Cuarta Colegiata. La influencia palladiana çceemos que la adquiere Nates a tra­ vés de Juan del Ribero Rada y, como es comprensible, a través de I Quattro Libri dell *Architettura, publicados en Venecia en 1570. Palladio no era desconocido en Valladolid, Juan del Ribero Rada le dio un potente influjo con su obra y culminó con la traducción llevada a cabo en León en 1578 (222). Palladio, pues, estaba en el ambiente y como prueba demostrativa, he ahí su cita en las con­ diciones para la erección de la iglesia y coro de las Huelgas Rea­ les de Valladolid (223). A todo ello hay que sumar la honda amis­ tad que unía a Nates con Ribero. En resumidas cuentas, Nates cono­ ce a Palladio y Palladio está vivo en el ambiente arquitectónico vallisoletano, pero más bien como punto referencial y de gusto que como factor directo de influencias. Este ambiente palladiano tiene su broche de oro en la zona, cuando Francisco de Praves pu­ blica el "Libro Primero de la Architectura" en Valladolid, en 1625 (224)* La fachada de Nuestra Señora de las Angustias es una muestra clara del estilo maduro de Juan de Nates, al tiempo que es una de las cotas más altas que alcanza el Clasicismo en Valladolid, en la última década del siglo XVI. La iglesia penitencial presenta al lado del Evangelio una her mosa portada que da acceso a la sala de Cabildo de la cofradía. A excepción de la portada, todo este conjunto está proyectado de forma funcional; ia sala de Cabildo es una sencilla estancia rec­ tangular con techo de viguería. Toda esta dependencia forma un núcleo lateral subordinado al espléndido volumen del templo. La fachada de este recinto la forma un arco de medio punto flanquea­ do por medias columnas corintias con su correspondiente entabla­ mento y encima un balcón corrido. La puerta sigue unas directri­ ces muy próximas, aunque simplificadas, de la puerta principal, con sus columnas, arco, molduraje de la rosca y ménsula, así como el uso de las puntas de diamante en las albanegas. El balcón co­ rrido lo consideramos un rasgo venido de la vecina iglesia de la Vera-Cruz, solución funcional y de sumo interés muy bien aplica­ da para el carácter de masas que poseían las cofradías penitencia­ les . Por lo que respecta al balcón, aparece como muestra del pro­ ceso evolutivo de Juan de Nates; su estructura«dintelada, remata­ da en sus ángulos superiores por dos placas y coronada por un fron tón triangular partido por el escudo de los Aranzamendi y remata­ do por acróteras esféricas, la vinculan directamente con las en­ cantadoras portaditas que comunican el coro con la iglesia de las Huelgas Reales. Es un modelo serliano, como ya se vio, que Nates H J7 asimila. La ruptura del fronton introduciendo el escudo, puede ser un rasgo del mismo Juan de Nates, que volverá a repetirseeen la iglesia del Rosarillo, como un influjo de Francisco de Hora (225). En definitiva, la iglesia penitencial de Nuestra Señora de las Angustias es una pieza excepcional del Clasicismo castellano de la Meseta Norte. Como tipo penitencial, es la única conservada de modo íntegro y, por tanto, un verdadero prototipo, condensándo­ se en ella todos los elementos de este modelo arquitectónico: tem­ plo, sacristía, escalera, sala de cabildo, aspectos que ya han si­ do precisados por Martín González (226). Estilísticamente, Nuestra Señora de las Angustias condensa toda la evolución que el foco vallisoletano está llevando a cabo; en ella se ve el perfecto dominio que Juan de Nates tiene de los elementos clásicos; aparece también el concepto vitruviano de un edificio articulado de dentro a fuera; la tendencia a la centrali- zación debe estar en consonancia con el carácter funerario del e- dificio; el desarrollo de la media naranja quedó ya perfectamente definido, si bien, también queda plasmado el concepto de no tras- dosar al exterior una estructura hemiesférica y solucionar la me­ dia naranja en cimborrio cúbico. Además, podemos ver la influen­ cia herreriana en la forma de componer la fachada y en el empleo del arco de triunfo como elemento conformador de la organización de entrada. Por último, resaltar la influencia palladiana que po­ see la fachada, aspecto que, como ha destacado Kubler, va a ser una peculiaridad del foco vallisoletano. La obra de Nuestra Señora de las Angustias va a dar un gran renombre a Juan de Nates y, por eso, creemos que fue llamado para trabajar en Nuestra Señora de la Antigua de Monforte de Lemos. Es­ ta edificación, colegio de la Compañía de Jesús, es, sin duda, la pieza clasicista más importante de Galicia y ha merecido siempre la atención de todos los estudiosos, destacando las observaciones de Kubler (227) y Pita Andrade (228), las aportaciones documenta­ les de Pérez Costanti (229) y Cotarelo Valledor (230) y, por últi­ mo, el trabajo de Eonet Correa (231); a estos trabajos hay que su­ mar las aportaciones de García Chico (232) y del Padre Ceballos (233) . El Colegio fue fundado por el Cardenal Don Rodrigo de Lastro (234) y trazado por el Padre Andrés Ruiz y por Vermudo, intervi- an Bernardo de Toledo (392). El segundo piso es otro arco cobijando el vano que da paso al balcón y al mismo tiempo ejerce función de lucera. La superpo­ sición de arcos no es común en la Meseta Norte, ílI arco invade el fírmpano rompiendo el fronton. La supernosicion o.e arcos lavorece el vert icalismo y éste se ve acentuado debido no sólo al sistema de relación de medidas, sino también a la ruptura que el arco re­ aliza en el frontón. Esta búsqueda de la vertical individualiza a Diego, de Praves con respecto a Juan de Herrera y a Juan de Nates, al tiempo que da a esta fachada una originalidad notable dentro de los edificios de la zona. No obstante, los diversos recursos que emplea Diego de Praves son del foco vallisoletano. El arco de triunfo resaltan­ do como elemento capital del complejo de la portada emana de la Catedral; superponer columnas y pilastras delata la misma iuen£e; la articulación en planos - núcleo central saliente, laterales re­ tranqueados - es una fórmula que surge ya en Villagarcía de Campos la lucera, que aquí cumple oficio de puerta presenta el mismo ori­ gen y rasgo típicamente herreriano es el emplear la estructura termal como elemento decorativo dentro de un arco. De influjo to­ ledano consideramos el empleo de obeliscos, que ya aparecen en el cimborrio del Hospital Tavera y que denuncian un serlianismo más que un herrerianismo• Sobre la espadaña, resulta un elemento de notable interés y que será recogida muy poco despues en la reior- ma de la fachada de San Pablo ordenada por el Duque de Lerna. El recurrir a estos elementos — las torres, canónicamente, sólo pue­ den ser eraoleadas en parroquias - representa un fenómeno diferen­ cial, pero de unificación, con el movimiento que en ese momento se está desarrollando en Roma y que ha sido estudiado por Giovan- noni (393). Chueca Goitia aprecia en esta fachada influencias palladia- nas. En efecto, el palladianismo lo podemos apreciar en la rela­ ción del plano del muro con respecto a las columnas que se adosan a él, así como la fuerte volumetría de los elementos - moldurare, tacos, zapatas, etc. -, también podemos considerar influencia pal- ladiana el que los cuerpos laterales estén subordinados al cuerpo central saliente de la fachada. A nuestro juicio, este palladianis— mo no es directo, sino adquirido a través de intermediarios, con­ cretamente a través de Juan de Nates, que a su vez, creemos que lo ha recibido de Juan del Ribero Rada. En definitiva, esta fachada es uno de los exponentes mejores de la originalidad clasicista va­ llisoletana de la última década del siglo XVI, siendo lo mas no­ table de ella, como dice Martín González, "el enorme resalto que adquieren los elementos arquitectónicos, consagrando el naciente estilo de placas" (394). En la fachada de la Vera-Cruz encontramos ya definidos un con­ junto de rasgos característicos del Clasicismo de Valladolid: el juego de planos, un desarrollo volumétrico, la importancia del ar­ co de triunfo, la aparición de la columna, la pervivenda de las pilastras, la desornamentación y el peso específico de los juegos geométricos - fajas, filetes, tacos, molduras, etc.-, el desarro­ llo del claroscuro y la importancia decisiva que se concede a la fachada como elemento externo de la edificación. La fachada de la iglesia de la Vera-Cruz está concebida den­ tro de un contexto urbano. Este rasgo, quien lo ha destacado y es­ tudiado ha sido Martín González. La raíz de esta organización ur­ banística la localiza el citado estudioso en un motivo religioso: los actos procesionales y los sermones públicos (39o). Precisamen­ te, el que esta fachada estructure su segundo piso con un balcón de hierro monumental, se debe a que este elemento 'esta pensado en función de las festividades" (396). Se produce así una impreg­ nación de lo religioso en lo urbano acorde, como dice Martín Gon­ zález, "con la nueva religiosidad de Trento" (397). A su vez, la fachada de esta iglesia se situa en el extremo de un eje urbano y cierra un espacio, generando así "una calle sin salida aparen­ te, un espacio cerrado" (398), lo que Chueca considera uno de los invariantes castizos de nuestra arquitectura y urbanismo. No obs­ tante nosotros creemos apreciar en la forma de disponer la facha­ da dentro del contexto urbano una fuerte influencia serliana, ex­ traída de sus composiciones para teatro; creemos que es así porque el edificio se mueve dentro de esquemas de rigurosa organización geométrica, ya que la fachada de la Vera-Cruz se coloca en el ex­ tremo del eje recto que va del Ochavo a la Costanilla, es decir, estamos ante una estructura axial, lo que delata una premedita­ ción en la forma de disponer la fachada dentro del conjunto urba­ no. Esta concepción premeditada en la forma de disponer el edifi­ cio y conformar el espacio urbano es lo que consideramos renacen­ tista y de influjo serliano. Con esta obra, Diego de Praves se consagra como uno de los mejores y más capaces artistas del foco, demostrando en ella el perfecto dominio que posee de los recursos clásicos y su capaci­ dad de invención y de original idad, al tiempo que en ella se apre­ cia cómo Juan de Herrera se ha convertido en el cimiento artísti­ co de los arquitectos del foco vallisoletano. En todas estas obras que se han visto, Diego de Praves tiene gran capacidad de movimiento, sin embargo el artista se encargo de otras obras en las que intervino con pie forzado, ya que se en­ contró con un trabajo iniciado y unas trazas dadas. Pero en todas ellas Praves va a dejar su sello. La primera obra con la que se enfrenta en estas condiciones es la iglesia de Santiago cié Ciga­ les. Esta iglesia es uno de los edificios de mayor envergadura e- dificado en la actual provincia de Valladolid. Su volumen y armo­ nía han atraído sobre ella numerosos estudios. García chico apor­ tó datos documentales (399), nuevas noticias fueron dadas por Mar­ tín González (400), que lleva a cabo un estudio detenido de la o- bra; lleras García volvió sobre el tema al abordar la arquitectura religiosa val1isoletana, aportando nuevos datos a los ya conoci­ dos (401); finalmente, ürrea Fernández tocó el templo en su tra­ bajo de catalogación del partido judicial de .aloria la ^uena (402). La iglesia de Santiago de Cigales es uno de los mejores tes­ timonios de témalos de la primera mitad del siglo a > í, pxoseguiuos n en el Clasicismo y concluidos en el siglo XVIII« tue trazada la iglesia por Rodrigo Gil de nontañón en looo (40o)« Rodrigo Gil que­ dó como maestro mayor de la fábrica y veedor de la obra, encargán­ dose de la realización técnica Juan de Saravia, hasta su muerte en 1563« La obra se detuvo y volvió a activarse en la última déca­ da del siglo XVI y a lo largo del XVII, para concluirse en el XVIII. Por todo ello, podemos deducir que la traza de la iglesia es de Rodrigo Gil de Hontañón y que su disposición fue respetada en lineas generales. La planta de salón, de tres naves sin cruce­ ro, con soportes cilindricos y cabecera de tres ábsides es del ma­ estro Rodrigo y, como ya señaló Martín Gonzalez, simiiarísima a Santiago de Medina de Rioseco. Cuando en 1591 Diego de Praves se pone ai frente de la obra, se halla con pie forzado y lo que se decide es concluir una edifi­ cación ya trazada y en muy avanzado estado de construcción« tn 1o91 Diego de Praves está desmantelando los restos de la primitiva igle­ sia para proseguir la obra a partir de los proyectos de Rodrigo Gilí en 1596 Praves ordena tirar la torre del viejo edificio. Al encargarse Praves de la fabrica, esta construido parte del cascarón, a saber: los absides de la cabecera, el muro naes uro del Evangelio, incluida la puerta de este costado y parte ael muro de la Epístola, así cono los dos primeros pilâtes exentos de la nave mayor. El artista da trazas y condiciones, pero las obras se detie­ nen por indecisión de los parroquianos, que no saoen como entre­ gar la obra, si a tasación o a jornal (404). Juntados el cabildo, parroquia y Ayuntamiento, se decide que los mayordomos "secretamente procuren saber que haya dos o tres personas relixiosas o más que entiendan lo que el ser maestro de cantería a los que les traigan a esta villa y vean la dicha obra y lo que en ella se ha de hacer y también vean las condiciones de la escritura que está hecha con el dicho Diego de Praves en razón de la dicha obra y visto todo las tales personas den su parecer lo que era necesario hacer en la dicha obra y en que xorma \ can­ tidad e precio en que se ha de hacer" (405). Los mayordomos cumplieron a la perfección su cometioo y 'i ray Antonio de Jesús profeso en el convento de Muestra Señora del con­ suelo de los carmelitas descalzos extramuros de Valladolid y Eray Juan Gil fraile lemo de San Lenito el Real de la ciudao ae ■ax1a— dolid” van a Cigales a ver la obra, estudiar las trazas y condi­ ciones dadas por Diego de Praves y emitir su juicio (406). Los monjes analizan la obra paso a paso y con oumo detenimien­ to y acabaron dando nuevas trazas y condiciones, repitiendo prác­ ticamente las de Diego de Praves, pero detallando cíe forma riguro­ sísima las costas de obras y materiales (40/)« Gracias a uan deta­ llado informe podemos saber en qué estado se hallaba el templo en 1606« Diego de Praves aceptó las nuevas trazas y condiciones y fir­ mó la escritura de concierto en Valladolid el 18 de noviembre de 1606 (408). Cuando Praves vuelve a reanudar las obras en 1606, el edifi­ cio estaba muy avanzado; la traza que diera Rodrigo Gil se respe­ tó en su integridad se puede decir y de ese primer periodo es la cabecra con su maravillosa corona de tres ábsides redondos con con­ trafuertes, el muro de la Epístola hasta la fachada de ese costa­ do, casi todo el muro del Evangelio y los dos pilares de la nave mayor. De 1591 a 1606, con trazas y condiciones de Diego de Pra­ ves, que conservó la iglesia (409), se edificio íntegramente la portada de la Epístola y el primer cuerpo de la portada princi­ pal, se hace la pared de la sacristía nueva y se comienzan los cimientos de las torres. Fray Antonio de Jesús y Fray Juan Gil dan condiciones para terminar los cimientos de las torres y con­ cluir la fachada de los pies, mandan construir los cuatro pilares exentos de la nave mayor con sus correspondientes arcos, concluir los muros de carga, cerrando el espacio entre las torres y la por­ tada lateral y terminar la pared de la sacristía; dan también condiciones para rematar las torres, tirar los arcos, hacer las bóvedas y trazar el sistema de iluminación. Ambos monjes dejan sin resolver el coro. El sistema de cubrición proyectado por los reli­ giosos era con arcos de medio punto, bóvedas de arista y media naranja en la capilla mayor, es decir, el tramo de la nave mayor inmediato al ábside. Las obras se reactivaron y hay partidas para traer piedra (410), estando al frente de la obra Diego de braves y poi apaieja- dor suyo Juan de Agüero (411). En 1620 muere el arquitecto y le sustituye su hijo Francisco, que prosigue la edificación (412) y la deja casi concluida, feneciendo la obra en el siglo XvIII (41o), La fábrica de Cigales presenta dos facetas: una, su est rue- volumetria soluciones tura en planta, volumetría y sistema de soportes, que correspon­ de a un tipo de soluciones desarrollado por Rodrigo Gil y estu­ diado ya por Heras García en su trabajo tantas veces citado. Dos, la forma con que Diego de Praves se amolda a lo hecho y el modo de solucionar el matrimonio de formas no clasicistas y clasicis— tas. Este segundo punto es el que nos interesa tratar aquí. Conviene señalar, por encima de todo, que Diego de Praves no respetó parte de las condiciones firmadas por Fray Antonio de Je­ sús y Fray Juan Gil; ambos monjes hablaban de solucionar la cubri­ ción a través de arcos de medio punto y bóvedas alunetadas, es de­ cir, de arista y de disponer una media naranja en la capilla mayor. Nada de eso se hizo. Diego y Francisco de Praves respetaron casi punto por punto las trazas de Rodrigo Gil, terminaron el cascaron del templo y casi concluyeron las dos torres gemelas de ios pies, con un método similarísimo al que aplico Alonso de Tolosa en la iglesia de Santiago de Medina de Rioseco y cuyo antecedente direc­ to es la Catedral de Valladolid. Levantaron los pilares exentos según los criterios de Rodrigo Gil, es decir, soportes circulares y sólo establecieron variantes en los responsiones, que dejaron de ser pilares circulares y en su lugar dispusieron pilastras. El sistema de cubrición se 11 evo a cabo por medio de arcos apuntados y bóvedas de arista, señalando enérgicamente los espi­ nazos; para nada aplicaron la media naranja. El interior de la iglesia es excepcional, siendo el edificio en el que, a nuestro juicio, mejor se fusionaron las dos etapas de la arquitectura española del siglo XVI. Los pilares cilindri­ cos, originálisima solución hispánica, favorecen la aparición de ese espacio de grandes dimensiones que procuraba obtener Rodrigo Gil con recursos de tipo tradicional y que Diego de Praves supo apreciar con toda su fuerza. Al lado de este tipo de solución, el recurso de la pilastra como responsión causa un efecto endeble, debido al excesivo alargamiento de su fuste. El sistema de moldu­ ra je e imposta - orden toscano, fusión de capitel y entablamento - es otra asimilación del sistema tradicional por el Clasicismo. Pero donde culmina todo el proceso es en abovedamiento; formeros y fajones son peraltados y enjarjados - solución heredada del si­ glo XVI - y su figura es apuntada, siendo mas agudo el apuntamien­ to en las naves laterales que en la central. Este tipo de soiucion Soo permite que la iglesia conserve la naves a igual altura según el primitivo proyecto de Rodrigo Gil y que su efecto espacial sea el mismo. El abovedamiento se realiza por aristas divididas en cuar­ teles por las fajas y filetes y se decora la plementería con exce­ lentes puntas de diamante. En el cierre de los ábsides, través des­ envuelve un sistema de ochavos introduciendo una decoración de lu- netos y puntas de diamante. El sistema de iluminación es el clásico de Rodrigo Gil - gran ventana rasgada que se cierra en semicírculu - y en este sector tampoco respetaron ios Praves las disposiciones de los dos monjes. En resumen, lo que Praves lleva a cabo es, casi punto por pun­ to, el proyecto de Rodrigo Gil, alterando solo la plementería y, por supuesto, la decoración. Las transformaciones mayores se lle­ van a cabo en el exterior, fundamentalmente en portadas y torres. La fachada de la Epístola, a nuestro juicio la mejor del edificio, es íntegramente de Liego de Praves y fue levantada entre i5Sl y 1Ô0Ô, fecha en la que ya ha sido concluida. Lste proyecto de fa­ chada arranca del diseño de fachada de Herrera para la Catedral de Valladolid (414), pero teniendo que acomodarse a una estructu­ ra de gran altura. Esta acomodación obliga a una ruptura del ca­ non herreriano y provoca el estiramiento del segundo cuerpo, ge­ nerando una dislocación de proporciones. Praves recurre a una estructura de arco de triunfo, muy en consonancia con la popularidad que este motivo tenia por esos a— ños en la zona — la Vera-Cruz y las Angustias de Valladolid, por ejemplo -; pero el artista lleva a cabo una serie de variantes so­ bre su modelo: superposición de órdenes dórico y jónico, empleo de columnas robadas en el segundo, piso y empleo de escultura, lis­ tos recursos sitúan a esta fachada en la misma linea de avanzada que la de Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid, que por esas mismas fechas traza y levanta Juan de Nates. La fachada de los pies parte de un criterio muy similar a la de la Epístola: estructura saliente de dos cuerpos y cuya disposi­ ción viene del proyecto herreriano para la Cuarta colegiaba. .us­ ta fachada, variante por simplificación del arco de triunfo, es mucho más floja que su hermana colateral. De mayor estilización, corresponde a la ultima fase uel Clasicismo de la zona, con . dis­ tinta proporción entre arco y dintel, a ménsulas enrecurre vez de tacos, desaparece el termal y, por supuesto,la columna y tie­ ne una sequedad y planitud muy acordes con el estilo severísimo de Francisco de Praves, a quien consideramos autor de esta parte de la fábrica, a igual que del coro. El mérito de esta fachada radica, a nuestro juicio, tanto en su estilización, como en el recurrir a una volumetría que la hace resaltar de entre las to­ rres. Las dos torres gemelas son dos elementos que se distancian de los proyectos herrerianos, de los que consideramos que arran­ can y están próximas a los proyectos tolosianos que tanto se pro­ digan por la región. En definitiva, la obra de Santiago de Cigales es una realiza­ ción con dos puntales: Rodrigo Gil, autor de las trazas e inicia­ dor de la obra y Diego de Praves que la culmina. El artista sal­ mantino imprime al templo su estructura de salón, sus pilares ci­ lindricos, sus ábsides circulares, sus naves de igual altura y los arcos apuntados, así como su sistema de iluminación. Diego de Pra­ ves le añade el sistema de bóvedas de arista y las portadas. La fachada entre torres y el coro es un influjo múltiple de Herrera - fachada — y Tolosa—coro en alto -. La fachada de la Epístola es una trasposición con variantes del proyecto de Herrera para la Cuarta Colegiata, en la que ya aparecen elementos nuevos que delatan el vitalismo de la obra. Entre la fachada principal y co­ lateral existen notables diferencias dentro de un concepto muy si­ milar de concebir arquitectura y que denuncia el paso dado por la arquitectura vallisoletana del Clasicismo, desde un periodo algi­ do - última década del siglo XVI y primeros años del XVII - y la última fase encarnada por Francisco de Praves. Dentro de este contexto de iglesias parroquiales de tipo co­ lumnario, la otra obra importante de la que se encarga Diego de Praves, es de la parroquial de yillabañez. ¿n 1598, el artista da trazas y condiciones para construir las bóvedas de dicha igle­ sia (415). La historia del edificio nos es conocida gracias a la investigación sistemática de Martin Gonzalez y Heras García, que han sido quienes han estudiado el edificio con detenimiento. En este templo, como en otras muchas obras, aparecen en comandita tra­ bajando los artistas claves del foco clasicista vallisoletano. El temolo es la clásica consecuencia de la pobreza de recur- sos de una parroquia rural, lo que provoca que el edificio sea un producto híbrido en el que se funden diversos estilos. Lo único # clasicata de todo el conjunto son las bóvedas que cubren el cuer­ po de la nave. La planta es la típica de salón, de tres naves, ca­ becera poligonal y sin transepto, es decir, una estructura gótica de origen alemán que es empleada sistemáticamente en la zona por Rodrigo Gil de Hontañón, Juan de la Vega y Juan de Escalante. De su estructura primitVa sólo se llevó a cabo la cabecera y el primer tramo de capillas, construido con bóvedas de crucería. A partir de 1583, Juan de frates es veedor de la obra, que es rea­ lizada materialmente por Juan del Rio y Redro de Mazuecos. Heras garcía cree que el Pedro de Mazuecos que trabaja en la obra es ''na­ da menos que el gran arquitecto contrarreformista Pedro de Mazue­ cos". Indudablemente se refiere a Pedro de Mazuecos el Mozo, maes­ tro mayor del Archivo de Simancas, del Alcázar de Madrid y de ti­ des; sin embargo, y a falta de firmas, basándonos tan sólo en las referencias documentales, este artista puede ser perfectamen­ te Pedro de Mazuecos el Viejo, su padre, carpintero de obras y hombre de prestigio en la zona, que intervino en la reconstrucción de Valladolid tras el incendio de 1561, en la Cuarta Colegiata, en el Archivo de Simancas y en la primitiva iglesia de la vera- Cruz de Valladolid. Creemos más bien que es el padre y no el hi­ jo, porque los documentos hablan de Pedro de -lazuecos en relación con carpintería. La documentación da a entender que el templo, como mínimo des­ de 1577, no tenía maestro mayor que lo dirigiera. Heras García sos­ pecha que fue Juan de Escalante el trazador y primer maestro de la obra. La falta de maestro mayor, al tiempo que se sacaba al edi­ ficio de cimientos, fue solucionada por la iglesia recurriendo a veedores, que fueron Juan de Nates y Juan de la Cajiga. Cuando las obras llegaron al delicado punto de la cubrición y se necesitaron trazas, éstas fueron encargadas a Diego de Praves y rematadas en Juan de Mazarredonda el 15 de octubre de 1598. El que en fecha tan tardía hubiera que dar trazas para la cu­ brición, delata la carencia de proyectos completos para el edifi­ cio parroquial. Diego de Praves se ciñe a lo establecido y recu­ rre a un sistema de cubrición clasico en casos como este: la oó— veda de arista. Praves se enfrenta a un edificio que tiene planta de salón y bóvedas de igual altura en una disposición de tres na­ ves. Para solucionar tal problemática, recurre al sistema técnico tradicional en la zona, ya aplicado por Juan de Nates en Fuentela- peña y por el mismo Praves en Santiago de Cigales. El sistema de bóveda de arista es uno de los recursos técnicos más característi­ cos del foco clasicista de la Meseta Norte y que va a tener larga vida, pues incluso en la segunda mitad del siglo XVII se emplea para cerrar las naves de la Catedral de Valladolid. Juan de Mazarredonda se comprometió a seguir unas condiciones muy estrictas: debía de elevar dos pilares, tirar las impostas, forjar cuatro arcos perpiaños de medio punto y hacer los diez ar­ cos triunfales conformadores de la cubrición del cuerpo del edifi­ cio y cubrir seis capillas, cuatro colaterales y seis mayores, es decir, dos tramos de la nave central. El sistema de abovedamiento queda especificado, debe de realizarse por medio de bóvedas de a- rista. A toda esta labor de gran envergadura se sumaba el deshacer cuatro arcos viejos y el reparar las ventanas. Toda la labor de­ bía costar setecientos cuarenta y cinco ducados y tenía que estar realizada el día de Todos los Santos de lo99. Salen por íiadores de Juan de Mazarredonda Juan de .Nates y Pedro de Aro. La última condición no se cumplió y la obra no se acaoo hasta 1604. El exterior del edificio resulta anodino y sin ninguna gra­ cia, los muros maestros están compart imentados por contrafuertes con imposta y releje. Un pequeño pórtico, soportado por columnas toscanas, que hiciera Juan del Río, da paso a la iglesia, ^sta, a excepción de la cubrición, es por completo de gusto gotico. Los muros maestros son lisos y unas buenas ménsulas, similares a pen­ dolones, son los puntos de apoyo de donde arrancan las formas, ni sistema de soportes son pilares octogonales. Tanto uno como otro recursos forman parte del lenguaje constructivo de la arquitectu­ ra de la primera mitad del siglo XVI española, profundamente con­ servadora y gotizante. Las variantes que Diego de Praves introduce son el arco de medio punto y la bóveda de arista, con lo que destierra el arco apuntado y la cubrición de cfOji/cería. El virtuosismo de Praves, al saber mantener el mismo efecto volumétrico y espacial con diferen­ tes recursos, habla muy alto de su talla arquitectónica, la per­ fecta ejecución llevada a cabo por Juan de * ‘azarredonda reverá la espléndida preparación técnica de los artistas que intervinie­ ron en el edificio. La forma de articular las bóvedas es la clásica de Vallado- lid^ aristas y fajas compartimentan la piementería en sectores, que son decorados con puntas de diamante. Es el mismo sistema que se emplea en Cigales. Este sistema de corativo, consagrado por Juan de Nates en las Huelgas Reales de Valladolid y empleado sis­ temáticamente por Diego de Praves, es una prueba de la unidad es­ tilística del foco, de las interrelaciones de los arquitectos y de la similitud de estilo que tienen todos ellos. Praves, a igual que Nates, emplea las fajas y las puntas de diamante como elemen­ to formal de decoración, todo ello sacado de Serlio. El modo de disponer en el interior el sistema de iluminación es a base de vanos termales falsos, ya que el verdadero foco de luz es una lucera derramada, trazada según los criterios hereda­ dos del Gótico, ^ste proceso de enmascaramiento y transformación superficial es un rasgo muy serliano de Praves y de todos ios ar­ tistas del foco, que en ello siguen las directrices del boioñés según las expuso en su famoso tratado. En relación con este capítulo de terminación, restauración y construcción de obras ya iniciadas, Diego de Praves trabajo de continuo en el hoy arruinado templo de Nuestra Señora de San Lo­ renzo, o San Llórente, de Valladolid, patrona de la ciudad. Lo u— nico que se conserva actualmente del edificio es la portada, qui­ zá lo más interesante de la obra del artista en esa fabrica. La primera noticia de Diego de Praves en relación con la i- glesia de San Lorenzo data del 27 de julio de 159G (41o). Por e— lia sabemos que el artista dio trazas y condiciones para hacer a destajo la nave colateral del edificio, obligándose a ello Juan de Mazarredonda, que presenta por fiadores a Juan de -ates, Diego de Riaño, Juan Martínez del Barrio, Francisco Salvador, Domingo de Azcutia y Rodrigo de la Vara. En 1605, Juan Diez del hoyo es­ tá trabajando en la sacristía nueva, según las disposiciones que ha dado Juan de Mates (417). Estas obras en el interior del edificio se complementaban con la construcción de la portada y delantera, según trazas condicio nes de Diego de Praves. Ignoramos cuando se inició la obra; sabe- 1610 Bartolomé de la Calzada estaba trabajando en lamos que en SOI portada (418) y que el 23 de mayo de 1611 Juan de Villasanz se en­ carga de las cornisas y tejaroz de esa parte: ’’conforme a la traça que sobre ello está hecha firmada de Diego de Praves maestro arqui­ tecto" (419). A partir de esta fecha y hasta 1617 hay noticias de una constante actividad arquitectónica a cargo de Diego y Francis­ co de Praves y de Bartolomé de la Calzada, por las obras de los estribos del coro (420). Apenas se puede decir nada del templo de Nuestra Señora de San Lorenzo, pues hace muy poco que ha sido derribado, quedando en pie tan sólo la portada, así que nos ceñimos a las trazas y a lo conservado para poder dar un juicio sobre esta obra de Praves. La fachada de San Lorenzo era una obra concebida con pie for­ zado, pero de la que el arquitecto procuró sacar el máximo parti­ do posible, ya que trató de enmarcarla dentro de un ambiente urba­ nístico, y por ello creó la delantera, atrio dentro del cual se hallaba la portada. Praves dispone una portada en un costado, tal diposicion es debida a exigencias de la obra construida; la originalidad del ar­ tista radica, primero, en hacer una verdadera portada solemne en un lugar tan ingrato^ rompiendo así una tradición que venía im­ puesta desde 1579, ya que la escuela ciasicista de Valladolid, has­ ta esta fecha, huía de hacer portadas nobles en los costados, so­ lucionando el problema con un simple vano. Bástenos citar para e— lio las Huelgas Peales de Valladolid y la iglesia de Santa María de Villabrágima. Praves convierte el costado del edificio en una verdadera fachada, segundo rasgo de su originalidad, ill costado del templo forma el lado noble de la lonja o delantera que se cons­ truye» Este costado es cuidadosamente ordenado y articulado de lor- ma simétrica: dos bloques salientes en los extremos y dos paños separados por pilastras forman el cuerpo central; la portada o- cupa uno de estos paños. A Martín González le llamó la atención la fidelidad con que fueron ejecutadas las trazas (421). Esta fidelidad en la ejecución la consideramos natural por dos razones: primero, porque Diego de Praves es el director de la obra y Bartolomé de la Calzada su ejecutor material y aparejador; segundo, porque la obra se lleva a cabo con rapidez y no dio pie a un cambio en la dirección del edificio. Como en otras partes tendremos ocasión de ver con ma- yor detenimiento, Bartolomé de la Calzada es el aparejador más e- ficaz que trabaja con Diego de Praves, como Juan de Mazarredonda lo será con Juan de Nates. La portada de San Lorenzo es una estructura solemne, hecha en piedra para obtener un juego cromático con respecto a la res­ tante estructura murariaj está concebida y realizada como un ar­ co de triunfo rematado con un segundo cuerpo de coronamiento. Lq disposición de puertas en arco de triunfo es una característica de Diego de Praves y la portada de San Lorenzo es una de las mues­ tras más acabadas. El arco de triunfo se concibe como una estructura con alto basamento, columnas pareadas y un arco en el centro, cerrándose el conjunto con el entablamento clásico de rigor. üsta disposi­ ción, quien primero la emplea de forma sistemática en la zona es Juan del Ribero Rada - San Isidoro de León, San Benito el Real de ¥alladolid - y Juan de Herrera le da el espaldarazo definitivo en las tres hermosas fachadas de la Cuarta Colegiata, y de este edi­ ficio parte un ramal, cuyos mejores exponentes son la fachada de la Epístola de la iglesia de Santiago de Cigales y la gran facha­ da de la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid. Praves aplicará la solución herreriana, pero llegará a elaborar la suya propia basándose, ante todo, en Serlio - Arco de lito en Roma y Trajano en Benevento -, que a su vez asimilará y transfor­ mará su hi jo . Francisco. La solución que Diego de Praves aplica en San Lorenzo fue en­ sayada ñor vez primera en la delantera del Palacio de rabio Nelli de Espinosa de Valladolid, aunque allí el orden que dispuso fue el dórico. Pedro de Mazuecos el Mozo, cuando levantó con su pro­ pias trazas y manos la fachada, concibió el arco inferior como una estructura triunfal, estructura que, creemos, Praves tuvo muy en cuenta cuando realizó San Lorenzo. Praves emplea unos recursos muy italianos, lo mismo que Ma— zuecos, éstos son: el alto basamento, las columnas exentas y aca­ naladas y la clara orientación arqueológica. Estos recursos, só­ lo vistos en Ribero Rada, nos hacen pensar ean un dibujo o graba­ do que sirvió de guía a ambos arquitectos, pues todos estos ele­ mentos son ajenos a las características vallisoletanas y no ten­ drán eco. En Valladolid, las pocas veces que se emplea la columna, S o suele tener un fuste liso y a no ser exenta, sino entrega como, por ejemplo, en San Martín de Valladolid. Ello se debe a una in­ fluencia directa de Herrera. En la forma de tratar los paramentos que aparecen en los in­ tercolumnios, tanto Mazuecos, como Praves, delatan una fuerte in­ fluencia herreriana a la hora de desarrollar las superficies. Tan­ to Praves, en la parte inferior de San Lorenzo, como Mazuecos en la fachada de Fabio Nelli, recurren al sistema de rehundidos he- rrerianos que tanto éxito tendrán en la zona de Valladolid. Es el sistema de superficies de placas que estudia Martín González, cu­ yo objetivo es jugar con la luz, aspecto que tan bien ha sabido apreciar el mentado estudioso. Frente a la elegancia del cuerpo inferior de San Lorenzo, el cuerno de remate es mucho más flojo, ¿n la traza, el remate apare­ ce como una verdadera cita pailadiana de fachada de villa con frontón de alto tímpano, aspecto que no se llevó a cabo en la prác­ tica. En este cuerpo superior desaparecen las columnas y en su lu­ gar aparecen las pilastras cajeadas} toda la estructura esta con­ cebida como superficie, sobre la cual destaca el molduraje y la hornacina con la efigio del santo titular del templo. La estructu­ ra es un dibujo de Serliana, este tema ya lo empleó Mazuecos el Mozo en las torres del Palacio de Fabio Nelli, aunque aquí, en San Lorenzo, Diego de Praves usa este motivo con menos dramatismo, al presentar el placado con menos rehundimiento. El fuerte contraste entre la parte inferior y superior de la portada hace que el conjunto resulte endeble, ya que el arquitec­ to no parece haber respetado el principio de coordinación de pro­ porciones y plasticidad. En el fondo, a nuestro entender, el pro­ blema que late en las trazas de San Lorenzo es el coordinar la con­ cepción herreriana y algunos rasgos de la arquitectura de Andrea Palladio. En el dibujo se consigue un equilibrio a través de la relación proporcional de los dos sectores de la portada, propor­ ción conseguida a través de un alargamiento. En la práctica, es­ to no se consigue, ya que no se respeta la proporción. El remate es achaparrado, fenómeno que se ve acentuado por el aplastamien­ to del frontón y su fuerte salida, comprimiendo así todo el cuer­ po del remate. Además, la buena unión entre los dos sectores de la nortada que aparece en la traza, no se lleva a cabo en la prác- S OÍ tica, lo que acentúa todavía más esta debilidad. Per último, exis­ te un contraste muy brusco entre la plasticidad del piso inferior y la plenitud del superior. De hecho, el conjunto general diseña­ do en el papel es más armónico que lo realizado, lo que no es obs­ táculo para ver en el cuerpo inferior de San Lorenzo uno de los mejores arcos de triunfo de Valladolid. El colofón de este proceso de actuación en obras ya iniciadas lo encontramos en la Catedral de Córdoba, obra que pregona el pres­ tigio alcanzado por Diego de Praves en su profesión y sus excelen­ tes dotes técnicas. En su monumental obra sobre la arquitectura española de los siglos XVII y XVIII, G. Kubler dice que Diego de Praves fue llama­ do desde Valladolid, en 1600, para que construyera la cúpula elíp­ tica del crucero de la Catedral de Córdoba (422). El dato, â priçe- ra vista,resui ta desconcertante, sin embargo xiene su explicación y su proceso. El dato de la aparición de Diego de Praves en la capital an­ daluza fue dado a conocer por Ramírez de las Casas-Deza en I860 (423). De allí lo toma Kubler y, posteriormente, de la Banda y Vargas (424) y Bonet Correa (425). Aparte del problema de la apa­ rición de Diego de Praves en Córdoba, lo que también llama la a— tención es la no coincidencia de fechas entre los estudiosos que han tratado el problema. Llaguno dice que la Catedral cordobesa "se concluyó con gran dispendio el año de 1599, en que el obispo D. Francisco Reinoso colocó la última piedra en la bóveda con mu- sica y repique general de campanas" (426). Noticias posteriores nos hablan de que las obras siguieron a partir de estas fechas y, arrancando de esta base, Kubler y Bonet dicen que Diego de Praves traza la obra en 1600. Frente a estos datos constrasta el juicio de de la Banda, que sostiene que Diego de Praves aparece en cór­ doba en 1595, llamado por el Obispo Don Francisco de Reinoso. El recurrir a una fuente contemporánea nos soluciona todos los pro­ blemas y esa es la biografía del Obispo Reinoso, publicada en Va­ lladolid en 1617, viviendo todavía Diego de Praves (427). La relación de Diego de Praves con el Obispo líeinoso es fun­ damental para comprender todo el proceso. Diego de íraves, por profesión y vocación, es un artista vallisoletano, concentrando toda su labor profesional y privada en la zona media ue la cuenca s o l del Duero; por tanto, no existe la menor razón para tener vínculos con Andalucía y, de hecho, a excepción de éste que estamos tratan­ do, podemos afirmar que no ios tiene. Por el contrario, es un hom­ bre de gran prestigio y fama en Valladolid, lo que equivale a de­ cir que es uno de los hombres más prestigiosos de la Meseta Norte en su profesión. El Obispo Don Francisco de Reinoso es un palentino natural de Autillo, pueblo en el cual su familia ejerce señorío, afincado en Palencia y muy vinculado a Valladolid. Cuando Reinoso marcha a Cór­ doba como Obispo - detrás de ello está la mano de Felipe II - es un palentino desplazado a Andalucía. Don Francisco de Reinoso en­ tra en Córdoba el 1 de diciembre de 1597 (428) y ya no abandonaría nunca su diócesis, muriendo en la ciudad andaluza el 25 de agosto de 1601 (429). En el mismo mes de diciembre de 1597, el Obispo visita su Ca­ tedral y la encuentra semiconstruida, con el crucero y la nave al descubierto y con graves problemas técnicos para su terminación. Hombre enérgico y decidido, no puede sufrir el ver su templo en tales condiciones, y sabedor de su ignorancia del mundo artísti­ co cordobés, y no queriendo introducirse por el resbaladizo mundo de las rencillas e intereses del Cabildo catedralicio, toma una decisión unilateral. Pero dejemos hablar al cronista que lo vivió de cerca: "mandó llamar secretamente a Diego de Rraves, Maestro Mayor de la iglesia y ciudad de Valladolid, grande arquitecto y conocido por tal en Castilla, que, habiéndola visto y considerado el remedio que podía tener, juntó los Oificiales de Córdoba en pre­ sencia del Obispo, y allí le dio a entender que podía pasar ade­ lante la obra comenzada y acabarse de ladrillo, para excusar ma­ yores gastos. Mas sería necesario mudar la cornisa del crucero, que era cuadrada, y hacerla de forma aovada,porque los cuatro rincones o esquinas sirviesen de estribos para las pechinas sobre que había de cargar la media naranja del crucero. Asimismo, para todo el coro y cuerpo de la iglesia, señaló sus trazas convenien­ tes y fáciles, de que todos quedaron bien satisfechos y enseña­ dos" (430 ) . Según estos datos, Diego de Praves aparece en Córdoba porque le llama el Obispo jon francisco de Reinoso nada más llegar a su R e i n o s odiócesis y lo hace personalmente y con secreto. r,l que y¡o le reclame se debe a su prestigio como maestro mayor de la Cate­ dral de Valladolid. Praves aparece en Córdoba entre los últimos días de diciembre de 1597 y primeros días de enero de 1598; así pues las fechas nue dan, tanto Rubier y Bonet, como de la Banda y Vargas no parecen ser acertadas. Además, Bonet incurre en un nuevo error, al decir que Diego de Praves es el !'traductor de Pal­ ladio1' (431); el estudioso gallego confunde a Diego con su hijo Francisco, que sí tradujo a Palladio, pero en 1625. Diego de Praves dio un informe técnico sobre el crucero; lo primero cue sostuvo es que la obra podía continuarse, aunque re­ comendé que se usara el ladrillo como material para excusar gas­ tos. En torno al problema del crucero, punto crítico por el ries­ go que implicaba, tanto para la Catedral, como para la Mezquita, el alzar un cimborrio o una cúpula, dio una solución magistral, como profundo conocedor que era de los problemas de estática y descarga. El nudo de la cuestión estaba en cubrir el crucero con una media naranja sin tocar la parte inferior, al tiempo que se daba una seguridad a toda la fábrica, para ello recurrió al sis­ tema de media naranja oval que descarga en diagonal; con ello se evitaba el alterar el sistema de soportes y arcos y sólo había que desmantelar la cornisa cuadrada, que ya estaba hecha. El pro­ blema del crucero estaba resuelto. Diego de Praves estaba aplican­ do en la Catedral de Córdoba, a gran escala, el mismo sistema que Juan del Ribero Rada usó en la escalera del monasterio de la San­ ta Espina de Valladolid. Aparte de ésto, Diego de Praves dio trazas para el cuerpo de la iglesia y el coro de ella. Y cumplida su misión, volvió a Va­ lladolid. Praves no dirigió las obras cordobesas, pero, por lo que parece, sus proyectos se llevaron a la práctica, eso sí, por maestros andaluces, que enmascararon la estructura con una riquí­ sima yesería, haciendo perder así el carácter clasicista a la obra del vallisoletano (432). Ello se debió al yesero Juan de Oliva (433) . Al lado de estas obras conservada^, Diego de Praves llevó a cabo otras que han desaparecido en la actualidad. ítl 7 de mayo de 1591, Diego de Praves junto con Pedro del Río, Juan de Mazarre- donda, Juan de Nates y el carpintero Andrés García, salen como fiadores de Juan de Rucas y Pedro del Campo-,que se han encargado de hacer la desaparecida iglesia de San Agustín de Segovia (434). El 10 de octubre de 1594, Diego de Praves sale como fiador de Martin de Uriarte, que se ha comprometido a enlosar la capilla de Fabio Nelli de Espinosa, en el convento de San Agustín de Va­ lladolid (435). La capilla, hoy desaparecida, fue comprada el 26 de diciembre de 1591 por Fabio Nelli para su enterramiento (43ô). Para el desaparecido convento de San Francisco de Valladolid, Diego de Praves da trazas y condiciones para hacer el piso inferior del claustro principal, encargándose él mismo de la obra por la bonita suma de dos mil ciento cincuenta ducados, siendo su fiador el albañil Lucas Ferrer (437). Por las condiciones sabemos que el artista debía derruir la parte antigua y en su lugar ir edificando lo nuevo. El claustro sería de planta cuadrada, con un zócalo o poyo por base, solución ya aparecida en la Santa Espina, lo que indica que el acceso a las galerías del claustro sería por entradas señaladas. Sobre este ba­ samento se alzarían ocho columnas exentas en cada banda, y en ca­ da ángulo de las crujías se deberían colocar pilares con responsio­ nes de medias columnas. Tal organización daba una estructura de nueve vanos, es decir, una crujía enorme. El empleo de la columna exenta como soporte es un rasgo de interés, por lo raro que es su empleo en estas estructuras dentro del foco vallisoletano. Lna so­ lución similar y contemporánea se da en Valladolid, en el claustro del Rosarillo, muy próximo en el tiempo al de San Francisco y re­ alizado por Juan de Nates. Pero la diferencia sustancial entre am­ bas disposiciones radica en que, mientras Preves recurre a la co­ lumna voluntariamente, Nates la emplea porque aprovecha los despo­ jos de la obra anterior. El empleo de la columna exenta como sopor­ te en un claustro es un intento de romper con una normativa íirme- mente impuesta por Juan de Herrera en El Escorial, Juan del ''.ibe­ ro Rada en la Santa Espina y en San Benito el Real de Valladolid y de nuevo el mismo Herrera en el claustro de la Cuarta Colegia­ ta vallisoletana. El claustro tendría arcos de medio punté y cubrición above­ dada. Las condiciones hablan de órdenes, sin embargo no especifi­ can cual se emplearía, lo que nos hace sospechar que íuese el cla­ sico toscano, tan popular en Castilla la Vieja y, por supuesto, el más barato de todos por ser el más sencillo. El sistema de cubrición a base de bóvedas delata la enverga­ dura de la obra y el interés por lo grandioso. Pocos claustros se cubren por este sistema; en la zona destacan la Santa espina y San Benito el Real; el proyecto de Juan de Herrera para el claustro de la Cuarta Colegiata también presentaba una cubrición abovedada, pero lo normal es el sistema de vigas y bovedilla, más barato y de larga tradición. En San Francisco de Valladolid también trabajaron Juan de Na­ tes y Pedro de Mazuecos el Mozo. El 11 de abril de 1597, Diego de Praves se encarga de hacer, reedificar y reparar la capilla mayor de la iglesia del Hospital de San Lázaro de Valladolid, según las trazas y condiciones dadas por él, ya que la primitiva fábrica se había hundido (438). Este hospital ha desaparecido. Dentro del apartado de obras desaparecidas colocamos la labor de Diego de Praves en arquitectura efímera. A la muerte de Felipe II, el Ayuntamiento de Valladolid encarga a Diego de Praves la cons­ trucción del túmulo para las honras fúnebres de tan egregio monar­ ca. La historia de la construcción estuvo llena de enfrentamientos entre el Ayuntamiento y la Chanciller!a. Al final, la obra se ini ció, escogiéndose las trazas de Diego de Praves, que las dio el 16 de octubre de 1598 (439). La obra m e muy costosa y se conclu­ yó el 6 de noviembre de ese año (440j , siendo situado el túmulo en la Catedral, donde se celebraron solemnes exequias fúnebres (441). Pero Diego de Praves no es sólo un arquitecto religioso, co­ mo lo es Juan de Nates. El artista, aunque su obra refleja un pre­ dominio de lo religioso sobre lo civil, también trabajó en arqui­ tectura profana, fundamentalmente a través de su puesto de arqui­ tecto del Ayuntamiento. Como hemos tenido ya ocasión de ver, Die­ go de Praves trabajó en las Casas Consistoriales después de la re­ forma de Herrera, e igualmente intervino en las Panaderías, en com pañía de Juan de Nates. También, por encargo municipal, trabajó en la Puerta de Campo de Valladolid. ¿1 21 de aoril de lo89, por motivos de la venida a Valladolid de Felipe II, el Ayuntamiento prepara el clásico recibiento a las personas reales y encarga a Diego de Praves, como "maestro mayor de las obras desta villa", aue remate y repare el tejado de la Puerta de Lampo y que haga un J remate nuevo sobre el arco, "como mejor pareciere a Diego de Gra­ ves" (442 ) . Si todas estas labores civiles que lleva a cabo Praves se de­ ben a su cargo edilicio, como arquitecto particular, en io89, fia­ do por Juan de Nates y Juan de Mazarredonda, Diego de Praves da trazas y condiciones y se concierta con Fabio Nelli de Espinosa, para construir la delantera .del palacio de dicho banquero en Va­ lladolid. Las obras no se llevaron a cabo (443). Sin embargo, muy pronto Diego de Praves tendrá ocasión de trabajar en arquitectura civil al servicio del Rey Felipe III, cuando la Corte venga a Va­ lladolid. A lo largo de esta primera etapa de su actividad arquitectó­ nica, Diego de Praves demuestra unas excelentes dotes humanas y arquitectónicas que le convierten, entre 1532 y IÔ01, en una fi­ gura de primera fila en el grupo clasicista vallisoietano• nom— bre de mundo y muy dinámico, va ocupando los puestos oficiales claves de la ciudad, como es el de maestro mayor de las obras de la Catedral y el de arquitecto del Ayuntamiento. Unido amistosa y familiarmente con Juan de Nates, forman compañía para adquirir obras, evitar riesgos y aumentar encargos, convirtiéndose así, jun­ to con Juan de Nates, en el arquitecto que mayor clientela posee. Todo ello, como es natural, tiene un reflejo fiel en su arte. En esta primera etapa, Diego de Praves tiene por hilo conductor el influjo herreriano que arranca de la Catedral de Valladolid. Esta influencia herreriana, que el arquitecto adquiere masivamen­ te a los ventisiete años, marcará su estilo definitivamente. El influjo de Herrera, como resaltó Chueca, le viene al artista a través de un contacto directo con la Catedral de Valladolid. ¿j1j.o favorece a una unificación estilística entre Diego de Praves y Juan de Mates, unificación que permite el desarrollo de la escue­ la de Valladolid; además, en esta primera etapa, fundamentalmente en la Vera-Cruz y, más tarde, en la fachada de San Lorenzo de Va­ lladolid, aparecen reflejos palladianos, que creemos que puedan ser consecuencias de su contacto con Juan cíe Dates, ^sta faceta y la -propia evolución que se aprecia en la obra del artista, evo­ lución que parte de los presupuestos herrerianos, nace que Diego de Praves sea uno de los forjadores del estilo de placas, como ya precisó Martín González (444), al tiempo que la investigación LÿÇje realiza sobre las formas herrerianas, hagan que estas alcancen su máxima originalidad en la última década del siglo XVI, en cola­ boración con los trabajos de Pedro de Mazuecos el Mozo - Palacio de Fabio Nelli — y Juan de Nates - Nuestra Señora de las Angustias Esta situación tomará nuevos derroteros cuando la Corte se des­ place a Valladolid y con ella Francisco de Mora, iniciándose en­ tonces lo que hemos denominado segunda etapa de Diego de Praves. Pedro de Mazuecos el Mozo» La figura de Pedro de Mazuecos el Mozo es difícil de encajar dentro de un marc® cronológico; nacido en 1556 y de la misma edad que Diego de Praves, su arte y actividad es un continuo ascender desde los presupuestos herrerianos a formas personales suyas, que cristalizan en los últimos años del siglo XVI y en los nueve pri­ meros años del XVII, hasta que muere en Madrid en 1609, en plena madurez de vida y estilo* Su fnuerte, anterior a la de f rancisco de Mora, Juan de Nates y Diego de Praves, le impedirá proseguir su propia evolución, siendo una perdida sensible para el i o c o . El estilo de Pedro de Mazuecos el Mozo tiene su madurez en los años cruciales de 1594—1009, por ello no establecemos etapas o pe­ riodos, sino que vemos un proceso encadenado de evolución y desa­ rrollo que corta la muerte en su apogeo. Pero Pedro de Mazuecos tiene un peso notable en Valladolid en la ultima década del oiglo XVI, ya que a su mano se debe la delantera del Palacio de Fabio isjelli y la definición en el foco de un tipo de fachada civil cla- sicista. Por ello, aunque sobrepase el limite cronológico, consi­ deramos a Mazuecos el Mozo como a uno de los generadores de la o- riginalidad clasicista del foco vallisoletano en la última déca­ da del siglo XVI. Vida.- El arquitecto Pedro de Mazuecos, "criado de su magd.", aun­ que posiblemente oriundo del pueblo de Mazuecos (Palencia), nació en Valladolid, en 1556, siendo su padre Pedro de Mazuecos y su ma­ dre Sebastiana de Avila. Bautizado en la parroquia ae San Andies, teniendo por padrinos a Jerónimo Velazquez y a rrancisco uarcía (445). Pedro nació en el seno de una familia de artífices. Su padre, Pedro de Mazuecos, al que llamamos el Viejo para distinguirlo de J lX su hijo, al que denominaremos el Mozo, era alarife y vecino de Va- lladolid y la ciudad castellana tenía su casa. Hombre activo, o- ficial honrado y conocedor de su oficio, pero nada genial, Mazue- cos es un técnico y su obra se pierde entre las de muchos maestros de aquella época. Pedro de Mazuecos el Viejo nació en 1525 según declaración propia (446); su labor p(^ncipal parece centrarse en Valladolid. En 1555 levanta las casas del rico hacendado, escribano de Valla­ dolid, irancisco Cerón, obra en la que lleva a cabo una amplia la­ bor de carpintería (447). Tres años más tarde, el 20 de agosto, se compromete a construir la mansión de Don Luis de Baeza, regidor de Valladolid (448). En 1565 se obliga a hacer las casas del Li­ cenciado Vázquez (449) . En 1568 está trabajando en la reconstruc­ ción de Valladolid con Juan de la Vega y Juan de Escalante y cons­ truye las casas de Fernán López de Calatayud en la Plaza Mayor y en la calle de San Antón (450). Años más tarde^ traza y construye la primera iglesia de la Vera-Cruz de Valladolid, excepto la fa­ chada, obra que desapareció en el siglo XVII (451). En 1579 Pedro de Mazuecos el V-ieJjo coloca la sepultura del Licenciado Butrón en su capilla del monasterio de San Benito el Real de Valladolid (452). El 17 de abril de 1580 da un informe sobre el estado de la Puerta de Santa Clara (455). A partir de 1582 interviene como carpintero en las obras de la Cuarta Colegiata que trazara Juan de Herrera (454). Todas estas labores, si no denotan un rasgo de potencia arqui­ tectónica, sí indican un claro dominio de la profesión y ésto le va a valer a Pedro de Mazuecos el Viejo el que el 1 de agosto de 1578, por cédula expedida en Madrid, el Rey Felipe II le nombre maestro mayor de las obras de Simancas con cien ducados de sueldo anuales, puesto que ocupa por muerte de Juan de Salamanca. Sin em­ bargo Mazuecos no tiene libertad, pues se ha de atener a las di­ rectrices de Juan de Herrera, plasmadas en las trazas que él ha dado. Fue también maestro mayor del Castillo de Burgos y ¿e la Ca­ sa Leal de Tordesiilas, pero ignoramos las funciones que allí lle­ vó a cabo y si lo que hizo se conserva (455). Llaguno yerra cuando dice que Mazuecos el Viejo fue nombrado maestro mayor de Simancas siéndolo ya de Valladolid; el cargo de alarife de la villa no lo obtiene hasta el 19 de febrero de 1587, en compañía de Pedro Sal- J i Ó vador, Pedro de Zamora, Juan Ruiz, Alonso de Meneses, Juan Rodrí­ guez y Pedro y Domingo de Azcutia (456). La ciudad nombra alarifes a tan numeroso grupo fundamentalmente para que lleven adelante las obras de reconstrucción de la zona siniestrada en el incendio de 1561. Pedro de Mazuecos, hombre de prestigio y con titularidad,es, además, familiar del Santo Oficio, lo que denota una notable preo­ cupación por el prestigio social y cargos honoríficos. En 1587 sabemos que va a Ampudia a inspeccionar la fortaleza (457). En 1592 interviene con su hijo en el acondicionamiento de la Casa de los Cobos durante la estancia de Felipe II en Vallado- lid de camino hacia Tarazona y el reino de Aragón (458). En ese mismo año es nombrado por parte de la villa para dilucidar unas lindes de las casas de Don Francisco Calderón, en compañía de Do­ mingo de Azcutia, nombrado por la otra parte (459). En 1594 es fiador de su hijo Pedro, cuando éste se concierta con Fabio Nelli para levantar la delantera del gran palacio (460). Debió morir en 1595 o comienzos del 1596, pues en el testamento que su mujer, Sebastiana de Avila, otorga el 9 de noviembre de 1596, se declara viuda del artífice (461). La familia de Pedro de Mazuecos era numerosa. Además de Pedro de Mazuecos el Mozo, que debió ser el primogénito, y de ahí que llevará el nombre del padre, la familia se componía de cinco hijos más, todos éllos de la misma madre, vallisoletanos y bautizados en la parroquia de San Andrés: Francisca, bautizada el 14 de ju­ nio de 1557; Cristóbal, que recibió las aguas en julio de 1561; Lorenza, el 12 de febrero de 1565; Juan, el 3 de enero de 1568 y Luisa Bárbara a la que bautizaron el 15 de noviembre de 1569. De todos los miembros de la familia, sólo Pedro y Cristóbal siguieron los pasos de su padre en el arte de construir; el pri­ mero como arquitecto y maestro de cantería y el segundo como al­ bañil y carpintero. Ambos aprendieron el oficio al lado de su pa­ dre; en el memorial que Catalina Pérez remitió al Rey a través de la Junta de Obras y Bosques aparece taxativamente: "que el dicho su marido sirvió a V. Majestad desde su ninez ayudando a su padre" (462). Esta formación con su padre permitió a Redro de Mazuecos no sólo vincularse a la praxis del oficio y aprender al lado de buenos oficiales, sino que gracias a la vinculación ele su padre J/f a las obras de la reforma dé Valladolid y las obras reales, Pedro el Mozo pudo ponerse en contacto, desde muy joven, con las nuevas corrientes arquitectónicas emanadas de la Corte y de las obras re­ ales, Pedro de Mazuecos el Mozo no fue a Italia, pues es muy sig­ nificativo que en el memorial que aludíamos antes, entre los meri­ tos que se exponen, no se cita su formación italiana y sí la que tuvo al lado de su padre, trabajando en las obras reales. Sobre este punto nos basamos para afirmar que Pedro de Mazuecos el Mo­ zo no pisó territorios italianos. El nuevo estilo lo aprendió tra­ bajando en las obras de Su Majestad, es decir, recibiendo la in­ fluencia de Juan de Herrera y del foco de la Corte, así como las emanadas de Villagarcía de Campos después de la reforma que reali­ za Pedro de Tolosa. Sus conocimientos del nuevo estilo los pudo haber extraído también de la lectura de tratados y el examen ae dibujos y grabados. A esto hay que añadir su relación afectuosa con Juan de Nates, verdadero propagador del estilo en toda la zo­ na y una posible vinculación con Juan del Ribero liada, el traduc­ tor de Palladio y querido compañero de Nates. Pedro de Mazuecos el Mozo tenía medios para estudiar y formar­ se en el nuevo estilo arquitectónico y supo aprovechar bien xales condiciones. Efectivamente, en el Archivo de la Santa Iglesia Me­ tropolitana de Valladolid se conserva un dibujo de redro ne Mazue— eos el Mozo, realizado y fechado en Simancas, que consiste en un estudio de una traza de Herrera - una sección transversal — para la Cuarta Colegiata. Esto constituye una prueba clara de cuales eran las fuentes de las que bebía nuestro arquitecto; según ello, Herrera es uno de los barrotes de su formación, ¿xn ex mismo diou- jo aparecen estudios de escaleras y figuras geométricas que se vin­ culan directamente con Serlio, rasgo que nos orienta hacia las au­ toridades italianas a las que se dirigía Mazuecos. Sobre su forma­ ción práctica y teórica, conservamos una carta de su paare dixigi— da a Felipe II a través de la Cámara de Castilla, que nos revela los cauces de su formación, i'na de las grandes lagunas sobre re­ dro de Mazuecos el Mozo es el total desconocimiento que penemos sobre su biblioteca, de la que no hemos hallado ex menor raoiro. En Valladolid van transcurriendo los primeros años de su vi­ da de duro aprendizaje entre las derruidas paredes del valxaaolid incendiado, los blancos muros de piedra del Archivo de Simancas y las delicadas labores de la Casa .Real de Tordesillas, donde hasta hacía muy poco había vivido Doña Juana la Loca- En estos trabajos queda vinculado a artistas mayores que él, como Pedro Salvador, al que le unen fuertes vínculos, los Azcutia, los Meneses, etc. y qui­ zá lo más interesante sea su relación con los Salamanca, fundame^n- talmente Juan, hijo de Francisco, el renovador y urbanizador de Valladolid; por el contrario, no parece que tuviera contacto con Rodrigo Gil de Hontañón y sí con los artistas vallisoletanos Juan de la Vega y Juan de Escalante. Con artistas contemporáneos suyos tuvo gran amistad con Juan de Rates y Diego de Praves, Una vez aprendido su oficio y con encargos en los que poder trabajar, contrae matrimonio, el 29 de julio ae 1584, con Catali­ na Pérez en la iglesia mayor de Valladolid, siendo testigo su her­ mano Cristóbal (46o). Del matrimonio nacieron dos hijas, Ana ida- ría y Andrea, ésta última bautizada en la parroquia de San Miguel el 18 de diciembre de 1598 (464). Fuera ciel matrimonio y cíe mujer soltera, tuvo otro hijo en 1604 o 1605, llamado Pedro García de Mazuecos, al que colocó en casa y poder de Felipe de ¿¿ibera, como maestro de carpintería y vecino de Valladolid. La familia de Pedro de Mazuecos el Mozo no conoció la penuria. Poseía un discreto patrimonio y, además, no era un a familia nume­ rosa; poseían riquezas que se iban incrementando gracias al traba­ jo cotidiano y al invertir en riquezas de la tierra. Gracias a es­ te acomodo podía prestar y fiar y en los momentos críticos, como fue la quiebra de su hermano Cristóbal, al levantar el monasterio de la Aprobación de Valladolid, puede responder y luego perdonar­ le las deudas. Hombre afamado, consigue el título cíe criado de ou Majestad, que ya posee en 1596 (465) y también el ae maestro ma^or ael ar­ chivo de Simancas, que su padre le gestionó en 1595 j fracasó (466) Gracias al cargo oficial que goza, interviene en numerosas obras reales: Burgos, Tordesillas, León, Valladolid, etc. ul 4 de aori_L de 1607 es nombrado aparejador c'e las obras del .ucazar de .¿adrid, Casa de Campo y Palacio de El Pardo, sucediendo en el cargo a Die­ go Sillero. Su nombramiento de maestro mayor de las obras reales de Uclés, el 12 de junio de 1609, sustituyendo a Bartolomé i:uiz (467), representa la cúspide ae su carrera como arquitecto ai ser~ vicio del Rey. Gracias a estos cargos, su mujer Catalina Pérez conseguirá en 1610 una pensión (468). Otro titulo que poseyó iue el de alarife de la villa de Valladolid, obtenido el 22 de enero de 1588, indudablemente por influjo de su padre, ya que ocupó el puesto que Pedro de Azcutia dejó vacante por fallecimiento (469). Por motivos de su cargo de maestro mayor de las reales obras del convento de üclés, tuvo que desplazarse a Madrid y antes de em­ pezar sus trabajos en el gran convento conquense, fallece en la Corte en 1609, después de haber otorgado testamento cerrado y an­ te notario (470). En él manda que se le entierre en el real conven­ to de San Gil o en la iglesia de Santiago, ambos en Madrid. Nombra herederas universales de sus bienes a sus hijas Ana ¡nana y Andrea y curadora a su madre y mujer. Asimismo nombra testamentario a fran­ cisco de Mora• El 21 de mayo de lolO, su \ i u q a catalina derez ele­ va un memorial al Rey solicitando una pension, que la damai a de Castilla concede (471). Pedro de Mazuecos el Mozo, a igual que Juan de nates y Diego de Praves, es un artista activísimo y un claro exponente del esti­ lo clasicista. Sabemos que era un excelente delineante y que lle­ vaba a cabo las trazas que se le encargaban; por los testimonios conservados podemos dar fe de que tema una mano maestra para esa faceta del arte de la arquitectura. No obstante, Mazuecos el Mozo, como Nates, Praves, Mora o cualquier otro gran artífice que lleva­ ron a cabo numerosas obras, contó con la coiauoracion de un nume­ roso equipo de canteros y alarifes, que supieron plasmar con exac­ titud y arte los proyectos* El gran colaborador de ^azuecos el .no­ zo es su hermano Cristóbal. Cristóbal García de Mazuecos, nacido en julio de 1561 en Va­ lladolid (472), se dedicó a la carpintería y albañilería; formado ñor su padre Pedro de Mazuecos el Viejo, como su hermano, hizo sus primeras armas en la reconstrucción de Vallauolid y en la obra re­ al de Simancas. Casado con Francisca Sánchez, vive en la calle de Labradores y tiene dos hijos conocidos: Francisco, bautizado el 7 de marzo de 1603, siendo padrinos Pedro de Mazuecos el Mozo y Fran­ cisca de Ceballos (473) , y el otro Hernando, bauxizaco el 2l de noviembre de 1604 y cuyos padrinos son Diego cíe i raves y Magdale— na Ruiz (474). En Simancas, Cristóbal llevó a caco en 15o9, junto con Pascual de Fragua, la cajonería de la Sala Segunda ¿el negi^- S'¿O tro (475). Se encargó del monasterio de la Aprobación de Vallado- lid por deseo de su hermano, en 1596, quebrando y teniendo que ser socorrido por Pedro para poder seguir adelante (476). Trabajó tam­ bién en el convento de San Pablo, encargándose de obras menudas (477). En 1604 firma una escritura de concierto para aderezar una casa (478) y apenas nada más sabemos de él. Con Pedro de Mazuecos el Mozo trabaja Francisco Salvador, car­ pintero, ai que cita en su testamento y del que dice que ha cola­ borado intensamente con él. No sería extraño que hubiese una vin­ culación más profunda que la simple profesional entre ambos; Fran­ cisco Salvador, aunque no tenemos pruebas documentales, bien pudo ser hijo de Pedro Salvador, al que la madre de Pedro de Mazuecos el Mozo deja por heredero de sus bienes junto con sus hijos. Trabajan también con Pedro de Mazuecos el Mozo Pedro de la vega y Pedro de Azcutia y, por supuesto, Juan de Nates y Diego de Praves, tanto en las obras reales y del Duque de Lerna, como en obras privadas. Parece que tuvo buenas relaciones con Francisco de Mora, que le acompañaría a la tumba pocos meses después, pero ig­ noramos hasta que punto llegaron a colaborar juntos; desde luego, los contactos de Pedro de Mazuecos el Mozo y Francisco de Mora se remontan a 1588, cuando las obras de Simancas. Pedro de Mazuecos el Mozo debió conocer a Juan de Herrera cuan­ do este estuvo en Simancas y en Valladolid, pero no carece que tu­ viera una relación continua. Por el contrario, conviene señalar sus buenas relaciones con su discípulo Francisco de Hora y Diego de Praves. Así pues, en Mazuecos cristaliza de modo muy claro esa íntima relación entre el foco vallisoletano y el cortesano, rela­ ción que no sólo afecta a las cabezas - Ribero Rada, Herrera, Mo­ ra, los Praves y N'ates - sino que por un proceso de capiTarización, afecta a canteros y albañiles, como García de Cohorcal, Francisco y Juan del Río, los Cisniega, etc. Además, en Mazuecos se da el proceso de absorción por parte del foco cortesano de un artista del núcleo vallisoletano. Seguramente que si Mazuecos el Mozo hu­ biese subrevivido a Francisco de Mora, hubiese ocupado su puesto, pues era el número dos del '’escalafón". Las conexiones son perfec­ tas, al menos en el estrato de los intereses de la realeza. La obra de Pedro de Mazuecos el Mozo s i i redro de Mazuecos ei Mozo es uno de los pocos artistas esua- ñoles al que podemos seguir con firmeza su proceso formativo. Ini­ ciado en la arquitectura por su padre, asimila el estilo ciasicis- ta a través de Juan de Herrera, estudiando la Cuarta Colegiata de Valladolid*  ello hay que sumar el estudio de las trazas que el gran Aposentador de Felipe II hizo para el Archivo de Simancas y para el Ayuntamiento de Valladolid. Así pues, el cimiento artísti­ co de Pedro de Mazuecos el Mozo es plenamente herreriano. Este he- rrerianismo se va a ver fortalecido por la colaboración que el ar» tista tiene con Alonso de Tolosa, así como con D i ego de Praves y el restante foco de Valladolid* A todas estas influencias hay que sumar la de Juan de Nates, influencia que, como veremos, permiti­ rá al artista dar unos pasos decisivos en la evolución del foco de Valladolid. Pedro de Mazuecos el Mozo presenta como muy característico el hecho de que sus primeros trabajos están hechos en colaboración: en primer lugar, con su padre Pedro de Mazuecos el Viejo, en la reconstrucción de Valladolid y las obras de Simancas; en segundo lugar, con Juan de Nates en Fuentelapeña y, finalmente, con A- lonso de Tolosa, en Viiloldo y Villamarciel. Será en la construc­ ción de la delantera del Palacio de Fabio Nelli, donde el arqui­ tecto adquiera su independencia total y su peculiar forma de pro­ yectar, iniciando ya su carrera en solitario. Por último, hay que resaltar que Pedro de Mazuecos el Hozo, que posee cargos oficiales, como ya hemos visto, realiza tanto arquitectura civil, como reli­ giosa y acaso sea el arquitecto del foco que más trabaje en arqui­ tectura civil, tanto por encargo oficial, como privadamente. La obra civil de Pedro de Mazuecos el Mozo.- Dentro de este apar­ tado de su actividad, debemos distinguir aquellas obras en las que interviene el artista como trazador y director y aquellas otras en las que sólo es ejecutor, predominando las segundas sobre las primeras. Como arquitecto civil, las primeras noticias que tenemos de Pedro de Mazuecos el Mozo es su trabajo en el Archivo de Simancas, primero, a las órdenes de su padre, después, como maestro mayor de las obras. En Simancas, Mazuecos el Hozo entra en contacto con Juan de Herrera y Francisco de Mora, es decir, con ei círculo de Sl~L la Corte* gracias a su trabajo en el Archivo consigue el título de arquitecto real y criado de Su Majestad. En Simancas, según de­ clara su padre, el artista se forma plenamente en arquitectura y, además, como lo refleja el dibujo conservado en la Catedral de Va­ lladolid, en Simancas Pedro de Mazuecos el Mozo estudia con dete­ nimiento el estilo de Juan de Herrera a través de las trazas de la Catedral vallisoletana* Por lo que se refiere a la obra prác­ tica de Simancas, ya ha sido vista en el apartado correspondiente (479) y a él nos remitimos* Gracias también a que colabora con su padre, Pedro de Mazue­ cos el Mozo interviene en la reconstrucción de Valladolid. El 22 de enero de 1588, Pedro de Mazuecos el Mozo entra a formar parte del grupo de alarifes de la ciudad de Valladolid, ocupando el pues­ to que dejara a su muerte Pedro de Azcutia (480). El grupo en el que se integra Mazuecos, con nombramiento oficial de alarife de Valladolid, es el formado por su padre y cuyo objetivo, entre o- tras cosas, es el de reedificar, siguiendo los proyectos genera­ les de Francisco de Salamanca, las casas destruidas en el incen­ dio de 1561, aspecto que ya ha sido visto en su apartado corres­ pondiente . Como alarife de la ciudad, declara el 19 de julio de 1588 so­ bre unas casas en relación con las obras de la Colegiata de Valla­ dolid "y nixo ser de edad de veinte y cinco años1' (481). Su tarea en este campo se extendió también a las obras del Ayuntamiento, trabajando con Diego de Praves en las Casas Consis­ toriales que trazara Juan de Herrera (482). Además, en el conve­ nio que Pedro ce Mazuecos lle\ra a cabo con Pedro de Pedrosa el ol de enero de 1602, renovado el 28 de abril de 1606, entre otras cosas, acuerdan que ese edificio quedara a cargo de Mazuecos• El Ayuntamiento ha desaparecido. Dentro del marco de urbanización de Valladolid está la traí­ da de aguas que también proyectó Herrera (48o). En el convenio ci­ tado entre Pedrosa y Mazuecos hay una clausula por la cual se es­ tablece, que se reparten las obras de la Fuente de Argeles, es de­ cir, la ejecución del proyecto de Juan de Herrera para abastecer de agua a Valladolid y cuyo proceso ya se ha visto anteriormente. Al venir la corte a Valladolid, Pedro de Mazuecos el Mozo, como arquitecto real, realiza una intensa labor, cuyo rasgo carac­ terístico es la constante colaboración con Francisco de Mora. Des­ de el 15 de enero de 1601, Mazuecos y Mora están acondicionando el palacio del Conde de benaveate, que va a ser morada transito­ ria de Felipe III en Valladolid (484). Mazuecos interviene, además, siempre colaborando con Francisco de Mora, con Juan de Nates y Diego de Praves, en la plaza posterior del Palacio Real (485), en el pórtico de San Pablo (486), en el mismo edificio del Palacio Real, en San Diego y en Belén. Junto a estas obras, sigue diri­ giendo las de Simancas e interviene en el palacio de Tordesillas. Mazuecos aparece en todas estas obras como un ejecutor de los pro­ yectos de Francisco de Mora, su actividad es realizadora, no tra­ zadora o proyectista. La colaboración con Francisco de Mora, iniciada en Simancas y ampliamente desarrollada en Valladolid, concluye en Madrid y lí­ eles, también al servicio real. £1 4 de abril de 1607, Pedro de Mazuecos es nombrado aparejador real de las obras del Alcázar de Madrid, Palacio de El Pardo y Casa de Campo, sustituyendo al ma­ drileño Diego Sillero en el cargo. Mazuecos se desplaza a la Ca­ pital de la Monarquía Católica, desvinculándose de las obras del Archivo de Simancas, de las que era maestro mayor desde la muerte de su padre Pedro de Mazuecos el Viejo. También se desvincula de la maestría del Castillo de Burgos; le va a sustituir en estos cargos Diego de Praves. El nuevo cargo no le hace abandonar su labor vallisoletana y tampoco pierde su avecindamiento en esta ciudad. No obstante, su prestigio en la Corte va en aumento. El 12 de junio de 1609, por muerte de Bartolomé P.uiz, es nombrado maestro mayor del convento de Uclés, con sueldo de sesenta mil maravedís anuales y con obligación de visitar la obra seis veces ai año como mínimo (487). Por declaración propia hecha en su tes­ tamento, sabemos que Mazuecos no fue a Uclés, porque tenía que ir acompañado de Francisco de Mora y al estar muy atareado el Aposen­ tador Real, no pudo atender esta obligación concreta. En la maña­ na del 5 de setiembre de 1609 fallece Pedro de Mazuecos el Mozo en Madrid, a los cincuenta y tres años de edad, quedando así trun­ cada su carrera ascendente en la Corte. Al lado de estas realizaciones en las que Mazuecos es un eje­ cutor de proyectos de otros, el artista también realiza obras ci­ viles con trazas propias; no son muchas las que conocemos y de las o* ¿3 S Z ' H tres documentadas, sólo una se conserva hoy, el Palacio de Fabio Nelli, obra de primera fila dentro del proceso del Clasicismo va­ llisoletano y, a nuestro juicio, el mejor exponente en su estilo de la arquitectura civil de Valladolid. üil banquero ennoblecido Fabio Nelli de Espinosa construyó su palac i o en su ciudad natal de Valladolid (488) en unos solares que fueron de la familia Torres (489), Las obras comienzan en 1576, encargándose de ellas Juan de la Lastra, que es quien abre los ci­ mientos y levanta los paredones (490) y quien se debe encargar del patio, en el cual trabaja Francisco de la Maza en 1582. Todo es­ te sector de la obra es de corte tradicional y del más puro esti­ lo renacentista español, quedando fuera del análisis al que nos hemos ceñido. Poco después, en 1589, se encarga de las obras Die­ go de Praves, maestro mayor de la Cuarta Colegiata, de la cual es canónigo Claudio Nelli de Espinosa, hermano de Fabio (491). El artista se encarga de llevar adelante la puerta y delante­ ra del palacio, dando para ello trazas y condiciones, las primeras desaparecidas y las segundas, conservadas, muy detalladas (492). Las obras se iniciarían desmantelando la puerta ya existente, lo que implica que toda esta parte del palacio ya había sido cons­ truida (49o)o Por todo ello, lo que podemos deducir es que Diego de Praves lleva a cabo una remodelación. Las condiciones que da el artista son precisas: la puerta se compone de dos cuerpos, es decir, de una estructura igual a la hoy existente. El primer cuerpo está formado por un arco sobre impos­ tas y con la rosca moldurada, flanqueándolo dos parejas de colum­ nas sobre pedestales con basas, fuste estriado y capitel y enta­ blamento dóricos. El segundo cuerpo tendría otro arco con función de ventana y de estructura similar, pero iría flanqueado por pi­ lastras también dóricas^ en las entrecalles irían refajados y ven- taitas. Por remate de la fachada se dispondría un frontón con su óculo ciego en el tímpano y bolas por acróteras. Por último, la fachada llevaría dos escudos en el lugar y con las armas que in­ dicara Fabio Nelli. La obra, de piedra, costaría siete mil doscientos reales, se encarga de ella Diego de Praves y da por fiadores a Juan de Nates y a Juan de Mazarredonda. La estructura ue la fachada recuerda la disposición de la de S i la Catedi al de Valladolid, por recurrir a las columnas pareadas, al arco, la superposición de columnas y pilastras y el uso del orden dorico. ¿.sta modalidad con variantes se repetirá en la fa­ chada de la Vera-Cruz de Valladolid, Ignoramos las causas, pero las obras no se llevaron a cabo, acaso por lo restringidas que eran. Cinco años más tarde, el 6 de octubre de 1594, Pedro de Mazuecos el Mozo, fiado por su pa­ dre, se encarga de las obras (494), El artista da nuevas trazas (49o), lo que implica que las de Praves fueron arrinconadas, lia- zuecos proyecta una obra de envergadura, ya que ha de levantar la puerta, la delantera y todo el primer sector de la antigua calle de la Puente, hoy Expósitos (496); para llevar a cabo toda ^^ labor ha;y que derrioar primero lo construido (497) , rasgo que denuncia, en primer lugar, que Praves nada hizo; segundo, que Pe­ dro ce Mazuecos el mozo traza de nueva planta toda la delantera, llevándose por delante la primitiva edificación de Juan de la Lastra, T La po r t adcjserí a de dos cuerpos, el primero con columnas co­ rintias y el segundo compuestas, con un arco de entrada en el in­ ferior y una ventana en ei superior. Cornisas y frontispicios lle­ varán canes; por ultimo, se colocarán uno o dos escudos de armas .según plazca a rabio Nelli, En la delantera se construirán dos pa- rejas de ventanas, una verdadera y otra fingida. La obra tendrá una duración de un año y el costo sera de cuatrocientos ducados. No conocernos más noticias sobre la obra, pero gracias a la documentación conocida y al estado del edificio, podemos afirmar que la actual fachada principal y costado del Palacio de rabio Nelli se deben a la inspiración y técnica de Pedro de Mazuecos el Mozo, que lo proyectó en 1594, Concibió una estructura de dos torres poderosas y una fachada retranqueada, aprovechando ai mis­ mo tiempo el espacio que la plazuela existente le brindaba. En el eje principal dispuso la portada, formada por dos cuerpos, el inferior es un arco de triunfo moldurado con columnas torintias pareadas, sobre basamentos, en los costados, tienen el fuste es­ triado y cañas en el i ¡no scapo y una dec o rae ion de placas en las entrecalles. En las albanegas aparece una decoración de niños des­ nudos con frutos. El entablamento se dispone según el canon y en el friso aparecen, con ritmo de guirnaldas, cestas pletóricas de grutescos, poleos y animales fabulosos, iül piso superior mantiene el mismo ritmo que el inferior, en el centro se dispone un excelente ventanal y las columnas son de orden compuesto, en los intercolumnios hay placas rehundidas y hornacinas; se cierra este segundo cuerpo con un entablamento compartimentado con zapa­ tas de talón. Remata la fachada un frontón triangular con un so­ berbio escudo y por acróteras presenta pirámides con bolas sobre basamentos. Pedro de Mazuecos el Mozo proyectó la estructura de la delan­ tera del Palacio de Fabio Nelli basándose en una concepción palla- diana consistente en retranquear la fachada entre dos bloques (498) Sobre esta idea general, Mazuecos recurre a elementos tradiciona­ les como son las torres, cuya popularidad ha alcanzado sus cotas más altas con los proyectos de Rodrigo Gil de Hontañón para el Pa­ lacio Monterrey de Salamanca. Se produce así el clásico fenómeno castellano de imbricación de elementos tradicionales y elementos nuevos venidos de Italia. Mazuecos, a su vez, recurre a los faja­ dos de imposta para articular la superficie de la de lantera. Las poderosas torres de perfil cuadrado son paramentos limpios quebra­ dos por sencillas impostas y donde los vanos de los ventanales se articulan según su eje; el ultimo piso, elemento saliente de to­ do el conjunto, es mucho más animado, apareciendo pilastras dóri­ cas, rehundidos y fajas^en el centro una ventana de medio punto. Fste efecto de animación y claroscuro a base de pilastras y re­ hundidos asemeja el tratamiento que Herrera da al muro de la Ca­ tedral y el sistema vignoliano de articular superficies. La portada, una de las más dignas del foco, representa un tipo de solución ya plánteado por Ribero Rada en ¿an Benito el Real de Valladolid, pero introduciendo una serie de elementos y peculiaridades. El.piso inferior es un arco de triunfo, donde el basamento se revaloriza y la columna es tratada de forma comple­ tamente distinta a la empleada en los edificios religiosos. En el piso superior hallamos los mismos elementos, pero con un bal­ cón de proporciones elegantísimas. Se busca la dignidad y la gra­ cia y hay que afirmar que Mazuecos ha sabido oconseguir estos dos objetivos. En el friso y albanegas vuelve a aparecer la deco­ ración escultórica de bajorrelieves con temas clásicos de niños, frutas, roleos, cabrones y canastillas, en una palabra, vuelve a SZ7- aparecer el grutesco. Este repentino brotar de un viejo tema re­ nacentista en un edificio clasicista produce un fuerte contraste, acentuándose así las diferencias entre la arquitectura civil y la religiosa. El temario decorativo nos recuerda un culto a la abun­ dancia — no hay que olvidar que Fabio Nelli es un banauero — y un goce por la vida que es logico que se refleje en la arquitec­ tura civil, pero que resultaría por completo incomprensible en u- na arquitectura religiosa, justamente cuando la Iglesia, reforma­ da en Trento, se bate a brazo partido con una reacción tan podero­ sa como es el anticatolicismo de los calvinistas y anglicanos.- El Palacio de Fabio Nelli, con Nuestra Señora de las Angus­ tias, son los únicos edificios de este periodo que incluyen a la escultura entre los elementos arquitectónicos, pero en dos direc­ trices por completo dispares. Mazuecos proyecta una escultura de­ corativa raquítica, ciñéndose al canon clásico que permite la de­ coración de los frisos, mientras que Nates se mueve con esculturas monumentales que se enjarjan con la arquitectura a través de las hornacinas. Mazuecos toma una serie de elementos de Herrera, como son las hornacinas en los intercolumnios y los recuadros, así como los basamentos de las acróteras, mientras que otros - los modillones de talon del segundo cuerpo - creemos que pueden ser un influjo italiano que también recoge Praves en la obra contemporánea de la Vera-Cruz. Las zapatas que sujetan el cornisamento del primer cuerpo aparecen dibujadas en el libro de Palladio y también las emplea Juan de Herrera en la Catedral. El frontón partido que a- quí aparece creemos que es el primero de Valladolid, pues el de Nates para la portada lateral de las Angustias es posterior, a igual que el de la iglesia del Rosarillo. En la fachada del Palacio de Fabio Nelli hemos podido apre­ ciar las conexiones del estilo de Diego de Praves con el de Pedro de Mazuecos, sin embargo este artista tiende a personalizarse, no sólo desarrollando un tipo de fachada muy original, cuyo punto de partida esta en Juan de Herrera, sino también mostrando un perfec­ to dominio de la composición de toda la delantera, así como en la relación de las torres con la fachada, ya que los grande vo­ lúmenes prismáticos de éstas no ahogan la pared de fondo, mante­ niéndose así la estructura en ,fU" que urbaniza un sector de la plaza. Con esta obra, Mazuecos plasma en Valladolid las posibili­ dades del Clasicismo en la arquitectura civil doméstica. Ahora bien, siguiendo los esquemas que Martín González diseña sobre la arquitectura doméstica vallisoletana (498), podemos ver que no hay alteraciones en profundidad, ya que el Palacio de Fabio Nelli sigue manteniendo la tradicional estructura de fachada con torres cedificada en los años anteriores del siglo XVI. Lo que Mazuecos aporta son todos los recursos del Clasicismo, así como una organización muy rigurosa de los vanos y los netos y la jerarquización de la portada^ igualmente resulta peculiar la forma de rematar las torres, forma que volverá a aparecer en el Palacio Real de Valladolid. Mazuecos plasma el tipo de fachada clasicista en un palacio vallisoletano, sin embargo el Clasicis­ mo invadirá toda la vivienda vallisoletana del siglo XVII, de la que conservamos escasos testimonios, quedando un ejemplar de muy buen corte en la Casa de los Villagomez, con un patio de dos pi­ sos formados por arquerías y soportadas por pilastras. Martín González, que ya precisó su herrerianismo, lo fecha a comienzos del siglo XVII (499), aunque el autor de esta obra es desconoci­ do . Fabio Nelli mandó construir también una suntuosa capilla pa­ ra su enterramiento en la iglesia del arruinado convento de San Agustín de Valladolid. Martí y Monsó dice que "las obras de fábri­ ca suponemos fueron dirigidas por Pedro de Mazuecos" (500). De la capilla da trazas Martín González (501) y su estructura en plan ta está muy próxima a las capillas hornacinas del proyecto de Juan de Herrera para la Cuarta Colegiata de Valladolid, pero in­ troduciendo media naranja. La capilla ha desaparecido. Para dicha capilla, el 14 de mayo de 1596, Mazuecos diseña el retablo que Gregorio Martínez ha de pintar (502). Todo este cúmulo de datos reflejan una reíación intensa en- tre Pedro de Mazuecos el Mozo y Fabio Nelli, lo que nos hace sos- pechar que el artista se convirtió en un hombre de confianza del banquero en lo relacionado con el arte. De las restantes obras civiles que conocemos de Pedro de Ma­ céeos, no conservamos ninguna. El 20 de junio de 1596, Pedro de Mazuecos da pliego de condiciones para hacer las casas que orde­ naron edificar los inquisidores de Valladolid, para que sirviera de cárcel y vivienda a los penitenciados. La edificación estaba enclavada en la calle que llamaban de La Peña de Francia, en la parroquia de San Pedro. La edificación ha desaparecido (503). El 16 de abril de 1608, Pedro de la Vega, maestro de cante­ ría, y Felipe de Rivera, maestro de cantería, se comprometen a llevar a cabo grandes obras en las casas principales que el Con­ de de Nieva tiene en la parroquia de San Miguel de Valladolid, según trazas y condiciones hechas y dadas por Pedro de Mazuecos el Mozo (504). Como puede apreciarse, Pedro de Mazuecos el Mozo acaso sea, de todos los arquitectos clasicistas de Valladolid, el que traba­ je con mayor intensidad en el campo civil y dentro de este campo, su labor es decisiva como bien lo muestra la delantera del Pala­ cio de Fabio Nelli. Pero su labor en el campo religioso es la que tiene mayor extensión, si bien hay que advertir que la mayoría de sus edificaciones han desaparecido. La obra religiosa de Pedro de Mazuecos el Mozo.- Así como en la arquitectura civil, los comienzos de Pedro de Mazuecos van unidos a la colaboración con su padre Pedro de Mazuecos el Viejo, en el campo de la arquitectura religiosa ocurre otro tanto. La primera obra en la que parece que interviene Pedro de Mazuecos el Mozo es la de la iglesia de Santa María de los Caballeros de Fuentela- peña (Zamora), siguiendo las trazas das por Juan de Nates. Pero el artista no parece que estuviera mucho tiempo en la obra, pues en 1583, cuando se provoca un pleito, quienes llevan la obra son Pedro de Azcutia Meneses y sus compañeros. El edificio ya fue es­ tudiado cuando se vio la obra de Juan de Mates. Muy pronto, Mazuecos comienza a trabajar en comandita con Alonso de Tolosa, reforzándose así el herrerianismo del artista vallisoletano. El 29 de mayo de 1585, Pedro de Mazuecos y Pedro Salvador, carpintero, se hacen cargo de las obras de la capilla mayor de la iglesia de San Esteban de Villoldo, siguiendo las tra zas que da Alonso de Tolosa (505). El edificio es poco agraciado y carente de armonía, siendo precisamente lo más armónico de todo la cabecera, es decir, el proyecto de Tolosa realizado por Mazuecos y Salvador. La solución de la cabecera es la clásica de la zona: un presbiterio con tes­ tero plano en el que se marca el eje longitudinal y el tramo de S30 crucero, señalando así el eje transversal. El sistema de soportes es muy simple, a base de pilares decorados sus frentes con pilas­ tras. Un rasgo peculiar de Vilioldo es que no existe achaflanamien- to para establecer el nexo de unión con las pechinas. En alzado, la estructura de la capilla mayor se presenta si­ guiendo la clásica disposición de muros lisos, señalando los pun­ tos de fuerza a través de pilastras de orden toscano, cuyo capi­ tel se funde con el entablamento. Las pilastras, siguiendo la tra­ dición que se desarrolla desde 1575, refuerzan también los esqui­ nales, donde imbrican los muros maestros. El sistema de cubrición es complejo: en los brazos del cruce­ ro y presbiterio se emplea el cañón y en el centro del crucero se tiende a la centralización a través de una media naranja. Los ca­ ñones de Vilioldo están decorados con fajas y listeles muy simila­ res a los de Amusco; por el contrario, la media naranja es obra que se levanta ya en el siglo XVII, alterando los proyectos de Tolosa. Su estructura es la tradicional de la zona: soportada so­ bre pechinas, tiene un anillo moldurado y de él arranca la calo- ta, formada por costillas y paños. Es ciega, la variante de este modelo radica, fundamentalmente, en el deseo consciente de perfo­ rar la calota con ventanales, para generar así un anillo lumino­ so; sin embargo estas ventanas son ciegas. Por supuesto, el ante­ cedente de este modelo se halla en Santa Catalina de Valladolid y, quizá, los edificios que popularizan ese modelo son Porta-Coe- 1 i, Nuestra Señora de la Victoria y San Quirce, todas estas obras en la ciudad de Valladolid. Vilioldo, pues, aparece como un esla­ bón más de la última fase del proceso evolutivo de la manera de tratar las estructuras hemiesfericas. La iluminación, situada sobre el entablamento, se consigue a través de ventanas rectangulares, que en el interior se solu­ cionan en vanos termales. El exterior de San Esteban de Vilioldo es simple y seco, a- centuándose semejante rasgo por el uso del ladrillo visto y el rechazo de cualquier elemento decorativo. Nos hallamos, pues, an­ te un buen ejemplo de estructura con susperficies muertas. Sin embargo la cabecera es un bonita y tradicional juego volumétrico, formado a base de imbricaciones de prismas; el fenómeno se obtie­ ne merced a que el cimborrio se destaca eh el exterior con su for- ma cubica, tendencia eue, como ya se lia visto, se inicia gracias a Juan de Nates en 1580, con la obra de San Pedro Mártir de Medi­ na de Rioseco. ¿.1 14 de diciembre de 1585, Diego de Hano se encarga de las obras de la torre de la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves de Villamarciel, según las trazas que han dado Pedro de Mazuecos y Alonso de Tolosa, dibujos que se conservan y publicó García Chico (o06) • Hano se compromete a hacer la obra en dos años por el precio de cinco mil setecientos reales. Las condiciones de ¿--azueeos y Tolosa son largas y precisas. En ellas se especifica que se Mha de derribar la torre vieja'1. Que una vez hechos los cimientos, se comenzará a levantar la to­ rre sobre el suelo con hiladas de sillares. Sobre este basamento se seguirá la obra de aibañileria. La torre se articulará en tres cuerposj en el primer cuerpo se abrirá un arco, que tendrá la fun­ ción de coro, con dos ventanas con lunetos. Sobre este primer cuer­ po se dispondrá un segundo con una ventana en cada frente; el ter­ cer cuerpo tendrá también sus ventanas, pero esta vez con arcos. Las condiciones van acompañadas con tres espléndidas trazas acotadas y con pitipié. La primera es una planta y las otras dos alzados vistos desde la nave de la iglesia. En estos se puede a- preciar perfectamente, tanto los pisos, como los sectores hechos de cantería y albañilería, así como también los diferentes elemen­ tos que conforman la estructura de la fábrica. La planta es rec­ tangular y se accede a la torre a través de escaleras formando tiros. En el primer cuerpo se aprecia el gran arco del coro y la imposta lisa que marca la linde de dicho piso. El coro és de ma­ dera con un balaustre saliente. El segundo piso, rematado también en una imposta lisa, está flanqueado por pilastras y en su centro se dibuja una ventana con marco recuadrado. El tercer cuerpo, más esbelto que el segundo, también está flanqueado por pilastras y todo su paramento está cubierto por un gran arco que lo perfora. El conjunto se remata con un tejado a cuatro aguas, en cuya cús­ pide se dispone una bola con una veleta. Es una de las torres más sencillas de las que se trazan en el área vallisoletana, pero que tiene el valor singular de no se­ guir ai pie de la letra los modelos nerrerianos de la Cuarta Co­ legiata de Valladolid, como los lleva a cabo Alonso de Tolosa en Quenas, Tamara, San Martin de valveni o Mucientes. Este distancia- miento del modelo herreriano, creemos que se debe a que el ejecu­ tor de las trazas es Pedro de Mazuecos el Mozo fundamentalmente. La torre de Villamarciel se hundió y hoy es una estructura amazacotada y carente de toda gracia, pudiéndose apreciar lo que ha sido añadido a la primitiva estructura. A partir de 1594, Mazuecos el Mozo inicia su labor en soli­ tario con la traza y construcción de la fachada y delantera del ant 'Andrea sulla Via Flaminia. El tipo de arco de triunfo que aparece desarrollado en San­ ta Cruz es un rasgo clásico desde Brunelleschi y dice muy poco de la modernidad de Fray Diego del Castillo} el temario decorativo que presenta el arco de Santa Cruz también resulta anticuado, pues Herrera ya proyectó usar tal temario para los arcos del coro de ¿1 Escorial y asi aparece reflejado en las trazas (600). El sistema de iluminación es a base de termales dispuestos en dos fajas; una, la inferior, ilumina las capillas; la segunda, sobre el entablamento, da luz a la nave mayor. Esta disposición parece venir de la Catedral vallisoletana y la consideramos de Felipe de la Cajiga absorbida por Berrojo. Si exceptuamos la decoración, faceta bien estudiada por Mar­ tín González en su obra tantas veces citada, la iglesia de Santa C(Q̂ z debe hacer tenido muy escasas alteraciones por lo que respec­ ta a su proyecto primitivo, ello hace que presente una fuerte u— nidad estilística a pesar del largo tiempo transcurrido desde su diseño a su culminación. La fachada del edificio es la pieza que más ha llamado la a- tencion; Chueca levanto de ella un alzado que recoge más tarde Martín González y él fue quien precisó cómo esta excelente pieza responde a la fachada que Vignola trazara para el Gesú de Roma, no construida y popularizada por la lámina de Cartaro de 1573. Chueca hace notar que esta máquina, contrastada con la de Vigno­ la, tiene "una mayor severidad de detalles", que considera "pu­ ramente herrsrianos y tomados de la Catedral vallisoletana" (601). Martín González sigue el mismo criterio, señalando que "las ma­ sas en ambas fachadas son idénticas, pero los motivos diferentes. La fachada del Jesús es pictórica, como escultórica la riosecana, que en definitiva es un ejemplar más del estilo de placas" (602). El tipo de fachada que aplica Felipe de la Cajiga en Santa Cruz sigue la misma disposición estructural que la empleada ya en Villagarcía de Campos y que tan perfectamente define Juan de i-ates cuando habla de la fachada de San redro Mártir de Medina de Uioseco. ror ello se articula en dos planos, el central más resaltado, que corresponde a la nave mayor y un segundo plano forjado por los cuerpos retrasados que cierran ios ejes de los espacios de capillas. El núcleo central de la fachada se canfor- J m3, sn dos cuerpos y "tros calles. El cuerno inf o n or ôs uns s s t r u c • tura que desmantela la tradicional disposición de arco de triun­ fo aunque parte de este criterio; esta descomposición la conside­ ramos de Vignola y no de Cajiga, es decir, se debe a que imita un modelo italiano y no a un proceso de asimilación y desintegración de'una fórmula herreriana. A pesar de todo, Cajiga no pierde de vista a la Catedral de Valladolid como más adelante veremos. La calle central, más ancha, está flanqueada de pilastras corintias de fuste liso que cobijan un arco de medio punto con trasdós moldurado^ ménsula en la clave y tarjetas en las albane- Sasi el arco encierra una puerta adintelada y moldurada encima de la cual va un tímpano en forma de vano termal. En las calles laterales se disponen puertas falsas adinteladas y con rehundidos en las superficies muertas. Se remata este cuerpo central con pi­ lastras pareadas que en sus entrecalles presentan placas, nichos y rehundidos. Cajiga proyectó - como en la lámina de Cartaro - rehundidos donde están las placas, pero Pedro de Mazuecos el Mo­ zo alteró el proyecto y Nates, a pesar de las observaciones de Juan Goaz^ez de Cisniega, consideró que estaba bien. Encierra este primer cuerpo un entablamento corrido con mechinales y cu­ yo molduraje se' prolongaba por todos los costados del edificio, rasgo que fue suprimido. El segundo cuerpo se dispone según los ejes del primero, a- rranca de un corrido basamento animado con placas rehundidas y articulado por pilastras compuestas; en la calle principal se abre una iU,cera rasgada y rematada con un frontón circular. En las calles laterales hay hornacinas con igual remate y en las en- trecalies placas rehundidas y nichos. El entablamento sigue los cánones y la fachada remata en un frontón triangular con un ton- do en el tímpano, basamentos y bolas y una cruz por acrótera. En las primitivas trazas el coronamiento del frontón se llevaba a cabo por medio de una torrecilla donde iba alojado un reloj, da­ to que nos hace sospechar que el frontón estuviera partido en el proyecto de Cajiga. Juan González de Cisniega desde un princinio puso objeciones a este remate y creemos que a él se debe su des­ aparición y actual forma de rematarse (603). Los cuerpos laterales forman un paramento con placas rehun­ didas y renlatados por una pilastra corintia; la parte superior la forma un basamento y un aletón con una bola. La fachada carecía de escultura, las actuales son añadidos del escultor riosecano Pedro Sierra. La fachada de Santa Cruz encierra una gran complejidad; pri­ meramente, en todo aquello que se refiere a la evolución del es­ tilo clasicista de la zona y su relación con el arte inmediatamen­ te anterior y contemporáneo; en segundo lugar, la conexión que presenta esta fachada con Vignola y , por último, el camino que deja abierto a la investigación para estudiar los dibujos y gra­ bados que inundaban Europa y el peso que estos elementos "volan­ tes" pudieron tener en la arquitectura. Consideramos como muy probable el que Felipe de la Cajiga no estuviera en Italia (604), pero dado que la fachada del tem­ plo de Santa Cruz es una mimesis del proyecto de Vignola para el Gesu, Cajiga debió conocer las láminas del Cartaro de 1573. En u- na palabra, Felipe de la Cajiga parte de un grabado a la hora de proyectar la monumental fachada del templo riosecano. Ello impli­ ca, no sólo una formación éa la nueva estética de la arquitectu­ ra a través de un influjo herreriano y de los maestros clasicis- tas forjadores del estilo - Ribero Rada y Nates -, sino también una forja del gusto con material extranjero traído a través de la imprenta y por los múltiples viajeros, fundamentalmente italia­ nos y flamencos que recalan en la rica península. Santa Cruz es una muestra excepcional en todos los sentidos de esta repercusión del grabado sobre la arquitectura. Los otros dos puntos arriba enumerados nos ayudan, si los analizamos de forma simultánea, a descifrar tanto la influencia italiana como la idiosincrasia y vitalidad del foco clasicista de valladolrö. Frente al indudable influjo de Vignola, todos los estudiosos del gran monumento han apreciado rasgos distintivos en esta faenada con relación al modelo. Chueca habla de severi­ dad de detalles y Martín González, más conceptual, opone una con­ cepción pictórica (Vignola) a una escultórica (Cajiga). En otra vía se coloca Rubier, demasiado preocupado en apreciar la evolu­ ción arquitectónica española, lo ue hace que sitúe a esta facha­ da, a igual que a la de las Angustias, en una postura de volver la espalda al influjo herreriano. La posición del estudioso esta­ dounidense es la más vulnerable J Una comparación entre la lámina de Cartaro y la fachada de Santa Cruz nos revela de inmediato la relación mimética aue exis- te entre ambas obras. Cajiga imita la lámina, pero estblece una serie de variantes; en primer lugar, Cajiga recorta la lámina y las pilastras pareadas con sus correspondientes entrecalles que aparecen en el proyecto de Vignola desaparecen. Esta mutilación tiene su respuesta en la relación orgánica que existe entre la estructura de fachada y la estructura del buque del templo; el muro de fachada cierra un espacio, no lo enmascara. En segundo lugar, esta la alteración de los aletones. Frente al amplio desa­ rrollo que Vignola da a estos elementos de unificación, Cajiga los neutraliza atrofiándolos y dando pie a que se aprecien los poderosos estribos que sustentan los muros maestros de la nave principal, an tercer lugar, la alteración de las puertas latera­ les, los arcos desaparecen dando paso a los dinteles. En cuarto lugar, la anulación de planos; Vignola concibe una fachada en tres planos, el primero - la espina de la estructura - lo forman la puerta principal j la gran lucera del piso superior; Vignola potencia enormemente este primer plano a base de columnas y tras­ pilastras, frontones y decoración y culmina resaltándolo a base de j’Jgar con la estructura del dintel dentro del arco y de las acróteras. Ll segundo plano está formado por el resto del cuerpo central de la fachada, donde se usan pilastras y placas rehundi­ das y donde la decoración es menor. El tercer plano, el más ale­ jado, se conforma por los cuerpos laterales y los aletones. Fren­ te a esta estructura de tres planos Cajiga establece una simpli­ ficación, concibiendo su fachada sólo en dos planos y suprimien­ do así una serie de elementos que Vignola desarrolla - columnas, frontones, acróteras -. En último lugar, Felipe de la Cajiga lle­ va a cabo una poda sistemática de la decoración en beneficio de un concepto desornamentado y geometrizante. Podemos concluir, pues, que hay diferencias entre el modelo y su mimesis, diferencias sustanciales que van a dar peculiaridad a la fachada vignoliana de ¿anta Cruz. Felipe de la Cajiga simpli­ fica el modelo de Vignola haciendo desaparecer un plano, la colum­ na y la decoración escultórica, pero hay elementos que no sabe o no puede suprimir. Las puertas falsas colaterales y los aletones atrollados o an este proceso se capta firmemente el influjo del S *3 foco vallisoletano y el peso de las trasas de Herrera. La influen­ cia herreriana es visible en una serie de rasgos muy precisos: la forma de solucionar la organización de entrada tendiendo a crear un aj. ¿o de triunfo, asi como el uso del vano termal como elemento decorativo $ el empleo de ornacinas vacías, la forma de solucionar los cuerpos laterales, la superposicion de órdenes - corintio y compuesto en Santa Cruz, dórico y toscano en la Catedral - y la forma de articular el frontón, que es un calco del de la Catedral. Al lado de estas influencias herrerianas, pueden notarse otras que viven en el núcleo vallisoletano desde 1575, el desprecio a la co­ lumna y el culto a la pilastra así como las superficies placadas, rasgo que se debe a Pedro de Mazuecos, ya que Cajiga proyectó to­ da su fachada siguiendo el gusto vignoliano de placas rehundidas. Después de este recorrido, puede captarse claramente cómo un proyecto de Vignola es remodelado por un miembro de la escuela va­ llisoletana y como esta acción se transforma y adquiere una pecu­ liaridad distinta a la romana. £1 proceso de remodelado es en su­ perficie, ya que en estructura ambos focos se mueven dentro de los mismos conceptos. La tendencia hacia la plenitud, rasgo distinti­ vo del íoco vallisoletano desde la remodelacion de Villa£;arcía de Campos, es el motor que transforma la lámina de Cartaro. La supre­ sión del plano saliente del proyecto de Vignola arrastra en su de­ saparición una serie de elementos decorativos que le refuerzan. Las columnas desaparecen, reapareciendo ese culto a la pilastra constante desde 1575; con esta poda desaparece el quiebro del en­ tablamento y el fronton que invade el basamento del segundo cuer­ po; esta desintegración, como es lógico, también afecta al piso superior, del cual también desaparecen las columnas. Este mismo factor es el que provoca la desornamentación y el que tiende a buscar un rigorismo en el modo de articular elementos y animar superficies. La ordenación, la simetría, la precisión en el dis­ poner los elementos, las placas, filetes y molduras son los úni­ cos factores con los que cuenta el arquitecto. La fachada de San­ ta Cruz es una prueba maestra de ello. El valor expresivo radica en el orden, el movimiento en los planos, es decir, en la grada­ ción de las superficies, el efectismo del juego de la luz por me­ dio del claroscuro, la preponderancia y distinción de cada elemen­ to en sus dimensiones dentro del todo y en el refuerzo con elemen­ etc.tos arquitectónicos - molduras, frontones, tacos, etc. La es­ cultura no cuenta, üno de los factores que distinguen el proyec­ to de Vignáia del de Cajiga es la riqueza escultórica y decorati­ va del primero - estatuaria, hermes, grutescos, guirnaldas, bolas, juego de frontones, etc. -, frente a la pobreza decorativa del se­ gundo. Felipe de la Cajiga suprime toda esta riqueza e impone un rigorismo a ultranza en los elementos arquitectónicos. La decora­ ción para Cajiga tiene dos nombres: nichos y placas rehundidas. Qué lejos y qué cerca estamos de Vignola. En cuanto a las obras contemporáneas, representa un paso más con sus adelantos y retrocesos. Es un adelanto en cuanto que bus­ ca nuevos modelos que no han nacido, ni en El Escorial, ni en Va­ lladolid; representa un adelanto en cuanto que absorbe y naturali­ za ese influjo LÔ^liano, en cuanto que sabe desarrollar con acier­ to y gusto una portada monumental de la envergadura de Santa Cruz. Pero es un paso atrás en cuanto que representa un rechazo de la columna, ese elemento ya usado por Ribero Rada y puesto de moda por Herrera y recogido por Praves y Nates y un paso atrás en cuan­ to que esta fachada se vuelve profundamente antiescultórica, pre­ cisamente cuando las Angustias han abierto brecha y trazado el ca­ mino para incorporar la escultura a la arquitectura. Cuando obras como la Vera-Cruz, las Angustias y Santa Cruz iniciaban un camino lleno de problemas y de posibilidades, cuan­ do el foco vallisoletano se perfilaba con una originalidad y una problemática cada vez más rica y peculiar, el Duque de Lerna, ver­ dadero rey de la Monarquía Católica, trae la Corte a Valladolid y con ella a Francisco de Mora, arquitecto real, discípulo y su­ cesor de Juan de Herrera. Las artes y concretamente la arquitec­ tura, se verán potenciadas a extremos nunca vistos, pero al mismo tiempo Francisco de Mora trae nuevas inquietudes que repercutirán en el dinámico foco vallisoletano. (2).- ( 3 ) . - ( 4 ) . - (5) .- (6) .- ( 7 ) . - ( 8 ) . - ( 9 ) . - (10) . ( 11) . (12). (1). - ( 13 ) . s i f N OTA 5 • J.J. Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana, pag. 31. Valladolid, 1967. - J.J. Martín Gonzalez.- Guía de Valladolid, pag. 134. Valla­ dolid, 1972. idem.- "La arquitectura trentina en Valladolid", Goya, nö 118. pag. 210 y ss. 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Madrid, 1922. - J, Martí y Monsó.- "Menudencias biográfico-artísticas". B.3.C.E. T. II. pag. 174. Valladolid, 1905-1906. - J. Martí y Monsó.- Estudios..... pp. 623-624. idem.- "Me­ nudencias....." 3.S.C.E. T. II. pag. 535. E. García Chico.- D.E.A.C. I. I. Arquitectos, pag. 82. - E. Llaguno y Amirola.- Noticias de Arquitectos y de la Ar­ quitectura de España desde su restauración. T. III. pag. 147. Madrid, 1829. - Andres de Nates y Juan de Nates San Roman su hijo maestros de canteria vQs del lugar de Secadura en la merindad de Tras- miera en nombre de Juan de Nates m9 de canteria vö de Valla­ dolid.... y Pedro de la Sota y Gonzalo de la ¿ota hermanos (14) . (15) . v2s del lugar de Heras y Francisco Gonzalez de íiontañon v2 del lugar de Herrada en la Merindad de Trasniera como sus fiadores....decimos que para comenzar a hacer y asentar la zepa de ocho pilares de la puente de Husillos que tie­ ne a su cargo y esta obligado a hacer el dho Juan de Nates v2 de Valladolid e es necesario vaciar y desaguar el agua que esta debajo de los dhos pilares y esto no se puede ha­ cer si no es haciendo un rompimiento en la pesquera de los molinos de cabo de rio abajo de la dha puente que son del dho prior y cabildo de la yglesia.... 1583. A.H.P. Falencia. Leg. 1371 f2 211. E. Llaguno y Amírola.- Noticias...♦. T. III. pag. 116. En la villa de Madrid a doce dias del mes de otubre de mili y seisö y seis años ante mi el escriuö y testigos parecie­ ron presentes de la una parte el licenciado Alonso Lope^z capellán de la magestad de la emperatriz que santa gloria aya en nombre del concejo y regimiento de la villa de se­ rranillos y en virtud del poder que de suyo tiene otorga­ do ante Luis de la Cerda escriuS publico della en doce dias del mes de hebrero del año de mili y seisQ y cinco según que por el parece a su tenor del quai es este que se sigue Aqui entra y de la otra parte Juan de Nates vz2 de la ciudad de Valla­ dolid estante al presente en esta Corte y ambas partes di- xeron que por quanto Andres de Nates defunto que sea en glo ria tomo a su cargo la fabrica de la yglesia parroquial de la dha villa de Serranillos para hacella y acaualla dentro deste murió y por la horden y traça y condiciones que en ira con dello se hicieron de que se otorgo escritura de o- bligacion en forma y a ello se obligo entre otros fiadores el dho Juan de Nates según consta en la escriptura y re­ caudos que dello hay.... es ansi que aunque la dha obra se a començado a hacer no a sido guardando el tenor y for­ ma de las dhas trazas y condiciones por auerse excedido délias en mayor hueco y adorno de la dha obra y en raçon de que hubiese de continuarse la dha obra por parte de la dha villa se ha querido competer y apremiar al dho Juan de Nates como tal fiador del dho Andres de Nates y agora S'ï'b P or via de concierto y transacion o en aquella que mejor aya lugar de derecho las dhas partes están convenidas y concertadas y por la presente se convienen y conciertan en esta manera que el dho Juan de Mates como tal fiador a de acauar la dha obra para la quai se a de ver el esta­ do en que esta y desde luego ambas partes de conformidad nombran conviene a saber el dho Alonso Lopez por la parte de la dha villa de serranillos a Gaspar Ordóñez maestro de obras y el dho Juan de Nates por si mismo a Francisco Sara ansi mismo maestro de obras ambos vecinos desta dha villa de Madrid para que los suso dhos vean el estado de la dha obra traça y condiciones con que el dho Andres de Nates to­ mo a su cargo de hacella y en conformidad dello y sobre lo que esta hecho hagan nueva traça moderando en lo que falta por hacer parte o el todo de lo que se va haciendo de mas de lo contenido en la dha traça y condiciones que primero se hicieron y añadiendo torre, coro, tejados y to­ do lo necesario y tribuna y enlucimientos y lo demas que convenga para que el dho edificio quede perfetamente aca­ bado en que sea de comprehender puertas ventanas vidrieras solado y todo lo demas que fuere declarado por los dhos maestros. Los quales también han de declarar y determinar el tiempo en que se ha de acabar el dho edificio el pre­ cio de mayor y menor y los plaços a que se ha de pagar y todo lo que por ellos fuere declarado y determinado sea de guardar y cumplir por las dhas partes sin exceder en cosa alguna dello = y para en caso que los anos Gaspar Ordóñez y Francisco Bara no se conformen desde lusgo las dhas par­ tes nombran por tercero a uno de los dos hermanos que lla­ man los graxales que son maestros de obras de suerte que qualquier dellos pueda hacer la dha terceria y lo que se declarare y determinare por el uno de los dhos nombrados en discordia con el tercero se guarde y cumpla como si am­ bos se conformasen y a mayor abundamiento las dhas partes y cada uno por lo que le toca dan poder y comisión a los dhos Gaspar ürdoñez y Francisco Bara para que lo que por ellos fuere determinado traçado y capitulado estando con­ forme o el que uno dellos en discordia con el tercero pue- Á dan capitular y otorgar por escritura publica y otorgalia en nombre de las dhas partes y para que se cumpla y execu­ te lo que en ella fuere dispuesto lo qual desde luego para entonces ratifican y aprueban y quieren y consienten que tenga tan debida execucion y cumplimiento como si por las dhas partes fuera otorgada y dello no pedirán reclamación por via de lesionni de otra manera..... y en todo caso se guarde y cumpla la determinación traça y condiciones y pa­ ga del precio de la dha obra que por los diios nombrados o por el uno delios en discordia con el tercero fuere decla­ rado capitulado y asentado mediante lo qual las dhas partes están conformes en que no se haya de tratar del cumplimien­ to de la primera escritura y traça de la dha obra porque por esta queda inobada para que se haya de hacer y acabar de la forma que aqui va dispuesto y para ello las dhas par­ tes han determinado y desde luego piden y suplican a su ma- gestad.... que consumen y aprueban este nuevo concierto para que cumplimiento de el se pueda despachar las provi­ siones y otros recaudos necesarios para repartir el precio de la dha obra en la forma que esta adjudicado y determi­ nado por los dh.os señores del real Consejo de Justicia = • y para que todo lo que dho es ansi se cumplirá y habra por iirme obligaron el dho licenciado Alonso nopez al dho Con- cexo su parte bienes y rentas del y el dho Juan de Nates su persona y bienes habidos y por haber..... asi lo dije­ ron y otorgaron y firmaron de sus nombres a los quales yo el presente escriuS doy fee que conozco..... Alonso Lopez. Juan de Nates. Paso ante mi Esteban de Liaño A.H.P. Madrid. Leg. 1853 fQ 1641-1643v. (16).- Valladolid, 28 de noviembre de 1602. ynes de nates biuda muger que fue de pó valdelastras difunto vz2 del lugar de secadura que es en la merindaa de trasmiera....por si y en nombre como curadora de la persona y bienes de maria de valdelastras su hija legitima y del dho p2 de valdelastras su marido....y ju2 de valdelastras y juQ de hornedas ma­ estros de canteria vecinos de la junta del boto de la me- rindad de trasmiera ambos a dos juntamente y de mancomún... 7 la dfaa ynes de nates.... dixo que por quanto en el dho pö de valdelastras su marido se rremato la obra y hedificio de la puente de la villa de fuenteaueñas en cierto precio de mrs. y con ciertas tracas e condiciones.... y por cau­ sa de la muerte del dho p9 de valdelastras no se pudo pro­ seguir ni acabar por el la dha puente y se a convenido y concertado con los dhos juQ de valdelastras y ju2 de horne­ ras de las hazer como por la presente les haze cesión r e ­ nunciamiento y traspaso de la obra y hedificio de la dha puente que falta por hazer para que los suso dhos la pro­ sigan y acaben toda ella según"de la forma y manera que el dho pQ de valdelastras su maridoles tava obligado por pri­ mero y segundo rremate con las mismas traças y condiciones contratos y obligaciones que el dho su marido estava obli­ gado y la an de tomar y toman los suso dhos a su quenta y cargo desde el dia que murió el dho p2 de valdelastras en adelante. (La obra) a de ser tasada..... por hernando de nates e por ju2 martinez del barrio o por qualquiera dellos ynsolidum. Testigos Domingo de Cerecedo Pierredonda y Andrés de Cerecedo y Juan de Nates, residentes en esta Corte y Pedro de Nates, residente en esta Corte. Juan de líornedas Juan de Valdelastras. Inés de Nates no sabe firmar y en su nombre lo hace Pedro de Nates. A.H.P. Madrid. Leg. 2206. fQ 459. Sepan quantos la presente y publica escriptura de aproba­ ción y mat ificacion vieren como yo francisco de buega ma­ estro de canteria vz2 del lugar de secadura que es en la merindad de trasmiera estante al presente en esta corte en nombre y en virtud del poder que tengo de ynes de nates albear biuda muger que fue de pedro de valdelastras difun­ to maestro arquitecto vz2 que fue de dho lugar....hhusan- do del dho poder digo que por quanto la obra y hedificio de la puente de fuentiaueña estava a cargo del dho p2 de valdelastras difunto y de la proseguir y acabar por cier­ to precio de mrs y con ciertas condiciones contenidas en el remate al que me rrefiero y para que el dho pQ de valde- lastras cumpliría de su parte con lo que estva obligado y acabara la dàa puente dio por sus fiadores a juö de nates maestro arquitecto vzQ desta diia ciudad y juö de andres el viejo y a juö de frutos el viejo vecinos del lugar de val- tiendas aldea y jurisdicion de la dha villa, UÎ a escritura que no se otorga y carece de fecha. A.H.P. Madrid. Leg. 2206 fö 1252. i oder de ynes cíe nates biuda a francisco de buega su yerno. Sepan quantos esta carta de poder vieren como yo ynes de nates biuda muger que fue de pQ de valdelastras maestro de cantería difunto vzS que fue del goloso y del lugar de secadura que es en la merindad de trasmiera estante al pre­ sente en esta ciudad de valiadolid por my mesma y en som­ bre y como curadora que soy de la persona y bienes de ma­ ria de valdelastras mi hij-a ligitima y del dho pö de val­ delastras mi marido.... otorgo todo mi poder cumplido..... a francisco de buega mi yerno vzS del lugar de secadura es­ tante al presente en esta corte (le da poder total para que liquide y se encargue de todos los asuntos que dejó pendien­ tes su difunto marido). Valladolid, 2 de abril de 1603. Testigos, Francisco del Ho­ yo Alvarado, Pedro Gómez de Nates y Pedro de Munar. A.H.P. Madrid. Leg. 2206 fö 707v. Escribano Francisco Galeas. - Valladolid, 16 de mayo de 1603 Hernando de nates maestro arquitecto vzö del lugar de secadura que es en la merindad de trasmiera.... y dixo que por quanto ynes de nates biuda muger que fue de pö de valdelastras difunto vzö del dho lugar por si misma y en nombre y como curadora de la per­ sona y bienes de maria de valdelastras su hija ligitima y del dho pö de valdelastras su marido hizo cesión y traspa­ so a juQ de valdelastras y a juQ de hornedas maestros de cantería de la hobra y hedificio de la puente de fuentidue- ña que estava a cargo de hazer del dho pö de valdelastras para que los suso dhos la prosigan y acaben toda ella se­ gún y de la forma y manera que el dho pö de valdelastras estaba obligado. Tasa la obra. r v i Hernando de Nates A.H.P. Madrid. Leg. 2206 f° 808. (18) .- M. Gómez Moreno.- Catálogo Monumental de Esnaña. Zamora. pag. 110. Madrid, 1927. (19) .- ibidem, pag. 172. (20) .- Sepan quantos esta carta de poder vieren como yo Hernando de Nates maestro de obras vz2 de la ciudad de Zamora otor­ go e conozco por esta carta que doy y otorgo mi poder cum­ plido bastante como yo tengo y de derecho en tal caso se requiere a Andres del ¿erro y Francisco de la Sierra e Juan de la Carrera oficiales de canteria residentes en la villa de Benavente y a cada uno de ellos ynsolidum especialmente para que en mi nombre y para mi para efecto de hacer la o- bra de San Miculas de la dha '/illa pidan reciban y cobren en juicio y fuera del del tesorero de su escalencia el qonde de Benavente y sus contadores y de quien y con dere­ cho devan todos los mrs que su excá me debe y devieren y a de dar para hacer la obra de San Miculas de la dha villa y para ello saquen libranza de las contadurías de su excó y pidan los acepte el dho tesorero y demas personas en que se libraren y cobren los dhos mrs.....en la villa de Eena- vente a 12 dias del mes de marzo de 1611. A.H.N. Madrid. Osuna. nQ 430. (21) .- Los parroquianos de San Nicélás de Benavente protestan de la tardanza y lentitud de la obra y requieren al arquitec­ to para que tome mano pronto...."es tan grande la indecen­ cia que se puede muy bien decir que esta el Santísimo en la calle y los divinos oficios no es posible frecuentarse respecto de la yncomodidad y mal disposición mayormente que lo que esta obrado hace sentimiento por muchas partes y sera forzoso que lo biejo lleve lo nuebo tras sy porque la ynclemencia del tiempo esta sin resistencia haciendo daños que a pocos lances no se han de poder soldar sírva­ se Vuestra Excelencia de tomar acuerdo....” Luis de Isla en nombre de su excS el conde de Benavente.... digo que Hernando de Mates mö de canteria residente en la ciudad de Zamora y Juan de Mates Naveda yjo de Juan de Na­ tes residente en la dha ciudad y Juan de Villabocillos y ( 22) . (23) . (24) . S Z l Juan de Rubayo y Pedro de la Puente maestros de la dha ar­ te y vecinos de la ciudad de Zamora y los demas como sus fiadores se obligaron hazer la ygiesia de San Niculas de la villa de Benavente cuyo patrono es el dho Sr Conde mi parte y ansi que el dho Hernando de Nates no cumplió con el tenor y forma de lo suso dho el qual es muerto y con­ siguientemente sus fiadores obligados a cumplir con el te­ nor y forma de la dha escritura de contrato.... 13 de oc­ tubre de 162’7. A . H . N . Madrid. Osuna nS 431. Hernando de Nates m2 de canteria hace 27 hiladas de piedra de la torre y un lienzo de canteria de la ygiesia de San­ tiago de Medina de Rioseco, por 18300 reales. 2 junio 1614. Â.H.P. Valladolid. Leg. 8752 fö 511. Escribano Pedro Barriales. Los curas mayordomos y diputados de la yglia parrochial de santiago de la villa de Medina de Rioseco decimos que con licencia deste tribunal la obra de canteria y torre della se a ido y va prosiguiendo por herrando de nates maestro de canteria con quien se conciertaron en que hi­ ciese veynte y siete yladas de piedra y las asentase en la ygiesia y torre en diez y ocho mili trescientos reales mediante la probanza que se hizo de utilidad.... la qual dha obra esta muy gran cantidad hecha y el mayordomo lego de su bolsa a pagado a cuenta della siete mili rreales poco mas o menos y se le esta debiendo al maestro todo lo demas y es útil necesario y forzoso a la dha yglia que la dha obra se continue hasta cumplir con las dhas condicio­ nes y si no se continuase y acabase se haria mucho daño a la obra hecha y la ygláa aunque tiene rentas no es su­ ficiente (ordena la autoridad eclesiástica que para pago de la obra se tome un censo). Medina de Rioseco, 1Q de noviembre de 1614. A . H . P . Valladolid. Escribano, Jerónimo de Benavente. Leg. 8631. fö 1443. M. Gómez Moreno.- Catálogo Monumental de España. Zamora, pag. 360. Madrid, 1927. Sepan quantos esta carta de poder vieren como yo ju2 de (25) .- (26) .- (27) .- (28) .- (29) .- ( 3 0 ) . - ( 3 1 ) . - ( 3 2 ) . - ( 3 3 ) . - ( 3 4 ) . - ( 3 5 7 7 - A nates maestro arquitecto vzS desta ciudad de Valladolid otorgo y conozco por esta carta que doy e otorgo todo mi poder cumplido.... a juQ de alvarado vzQ del lugar de se­ cadura..... para que en mi nombre y como yo mismo pueda pedir y demandar rrecibir aver y cobrar del licenciado Ser chiega vzQ de la villa de san mames quatrocientos y vein­ tisiete reales que en el suso dho me deue y de doña ana de la male vzô del lugar de Carasa quinientos reales que la suso dha me deue y de los herederos de francisco de na­ tes vzQ de carasa setecientos reales.... Valladolid, 2 de enero de 1606. El 4 de febrero de ese mismo año da un nuevo poder a un escribano, Alonso de Alvarado, para que le cobre todas sus deudas. A.H.P. Madrid. Escribano Francisco Galeas. Leg. 2208. f2 1 y 47. J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 498, nota 1. E. García Chico.- D.E.A.C. T.I. Arquitectos, pp. 64=66. J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 217. J. Martí y Monsó.- "Menudencias....." S.3.C >E. T. II. pag. 173. El mismo dato lo publica N. Alonso Cortés.- Datos pa­ ra la biografía.... pag. 101. N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía..... pag. 104. ibidem, pag. 101. J. Martí y Monsó.- "Menudencias.... " B.¿,C,E. T. II. pag. 173. E« García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. S3. J. Martí y Monsó.- "Menudencias...." B,S.C.E. T. II. pag. 174. ibidem, pag. 174. E. García Chico.- op. cit. pag. 80. Juan de Nates da un poder para cobrar numerosas deudas. No se especifica más. Valladolid, 15 de diciembre de 1603. Testigos, Juan de Buega Valdelastras, Domingo de Cerecedo Pierredonda y Pedro de Mazuecos. A.ri.P. Madrid. Escribano Francisco Galeas. Leg. 2206. fQ 1251. Sepan quantos esta publica escritura de obligación vieren como yo Juan de Nates vz2 desta ciudad de Valladolid mora­ dor a belen otorgo e conozco por esta carta que me obligo f W con mi persona y bienes,.... be dar y pagar y que dare y pagare realmente y con efecto a Gil Santos mercader de ro— peria vz2 desta dha ciudad de valiid y a quien su poder u- biere conviene a saber novecientos cinquenta reales de pla­ ta los quales le devo y son por razón y de precio de tres ropas de bayeta negras de Segovia de manga ancha y de qua- tro basquiños de rosa parda color de la victoria liasus y de tres palmos de tafetán negro liso pecudos de muger dos maleteros de raxo azul guarnecidos con terciopelo colora­ do y ribetes de raso pajizo y unos gregüescos valones de terciopelo negro labrado cuajados con sus pasamanos de se­ da todo ello nuevo que le compre concertado e igualado e pasado a mi poder realmente y con efecto y en razón de la entrega y recivo porque de presente no parece recivio en dha razón me obligo y pongo plazo de le dar e pagar los dhos novecientos cinquenta reales todo junto en una paga para oy dia en la fecha desta carta en cinquenta ducados cumplidos primeros siguientes llanamente sin pleito algu­ no. Valladolid, 14 de octubre, 1604. A.H.P. Madrid. Escribano Antonio de la Calle. Leg. 1328 s.f. (37).- Sepan quantos esta publica escritura de arrendamiento vie­ ren como yo Juan de Nates vQ de la ciudad de Valladolid estante al presente en esta corte otorgo y conozco por es­ ta presente carta que arriendo y doy en arrendamiento a Toribio Gutierrez de Bustamante tratante v2 desta dicha villa que esta presente para el y para quien el quisiere e por vien tuviere conviene a saver toda la vivienda vaxa de unas casas que yo e y tengo nias propias en esta dha villa de Madrid a la porteria nueva de San Felipe.... que la dha vivienda vaxa de las dhas casas qüe~ansi le arriendo declaro que es una sala grande con su alcoba que esta a mano izquierda como se entra en las dhas casas y detras de la dha sala y alcoba otra alcoba con tres pese­ bres a texa vana y un xardin que esta detras de la dha pieza y caballeriza y enfrente de la puerta principal de las dhas casas otros dos aposentos que uno tiene sala y alcoba y el otro una sala grande y mas una cocina peque­ ña que esta en el patio por donde se entra a la cueba (50) . (51) . (52) . (53) . (54) . (55) . ( 56) . (57) . (58) . (59) . (60) . (61) . (62). ( 63) . (64) . ( 65) . ( 66) . ( 66 ) , (67) . (68) . (69) . (70) . (71) . (72) . (73) . (74). rsr¿ M. Pereda de la Reguera.- Juan de Nates, pp. 240-242. San­ tander, 1953. S. García Chico.-"El monasterio de las Huelgas Reales de Valladolid" R.A.B.M. T. LXVIII,2. pp. 761-768. Madrid, I960. E. García Chico.- D.E.A.Ç. T. I. Arquitectos, pp. 72-76. E. García Chico.- Catálogo.... T.II. pp. 102-107. E. García Chico.- D.S.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 99. N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía.... pag. 102. S. García Chico.- op. cit. pag. 99. E. García Chico.- Catálogo.... T. II. pp. 84-85 y 87-88. J. Martí y Monsó.- "Efemérides inéditas" B.S.C.E. T. III. pag. 487. Valladolid, 1907 y 1908. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I, Arquitectos, pag. 110. E. García Chico.- op. cit. pag. 83. E. García Chico.- op. cit. pag. 114. J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 534. E. García Chico.- Op. cit. pag. 64 y 65. E. García Chico.- "El monasterio de las Huelgas.... " R.A. B.M. T. LXVIII,2 pp. 764. y 775-776. N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía.... pag. 102. E. García Chico.- D.E.a.C. T. I, Arquitectos, pag. 31. A. Bustamante García.- "En torno a Juan de Herrera y la Arquitectura" B.S.A.A. T. XLII pag. 227 y ss. Valladolid, 1976. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana, pag. 32. Valladolid, 1967. idem.- Tierras de España..... pag. 155. J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 217. Sobre este particular, véase la nota 66. J. Agapito y Revilla.- Las calles de Valladolid, pag. 130. Valladolid, s.f. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 64-65. E. García Chico.- Catálogo....T. II. pag. 137 y 165. A. Rodríguez G. de Cebadlos.-"Juan de Herrera y los jesuí­ tas. Villalpando, Valeriani, Ruis, Tolosa". A .II .3.1. XXXV. pag. 14. Roma, 1966. J. Villafañe.- La limosnera de Dios, pag. 153. Valladolid, 1723. ¿obre la cita de ronz, véase el apartado correspon- (75) . (76) . (77) . (78) . (79) . (80) . (81) . jrsrf diente a la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos en este mismo estudio. - A. Rodríguez G. de Cebadlos.- "Juan de Herrera y los jesui- tas..... n A.ri.o.I. AX.A. V. pag. 14. - P. Pirri.- Giuseppe Valeriano. S.I. Arcfaitetto e Pittore. (1542-1596). Roma, 1970. El ilustre jesuita dice: pp. lo»14 "Quanto ali' edificio di abitazione, la direzione dei lavo- ri di esso era in mano delia Compagnia per espressa voionta di donna Maddàlena e a capo della fabbrica si trovava il fratello Juan del Portillo, il quale nel Catalogo del 1576 figura come "sobrestante de la obra de la casa". Quando nel 1576 arrivé il Valeriano, erano appena stati inaugurati un padiglèone, lungo duecento metri ed a tre piani, con tren- taquattro stanze, e una cappella pei novizi, dedicata alia Vergine di Sf Luca. Non v ’ha dubbio che le doti non comuni di architetto che possedeva il gesuita italiano vennero u- tilizzate nell'opera dell'edificio ancora in contruzione, giacche risulta dalla testimonianza del biógrafo di donna Maddalena, il P. Villafañe, e da quella dell’erudito Anto­ nio Ponz, nel secolo XVIII, che il progetto di detto edifi­ cio fu opera sua. Il Valeriano lo elaboro, incorporando il padiglione già costruito in un piano di più ampio complesso. Esso consisteva in un grande quadrato, intorno ad un corti- le, de 150 metri per ogni lato; il cortile era circundato di un porticato a due piani, con arcate a tutto sesto, cos- truite di pietra scalpellata". - E. García Chico.- Catálogo.... T. II. pp. 41-42. - E. García Chico.- D.2.Á.C. T. I. Arquitectos, pp. 76-77. idem.- Catálogo...,. T.II. pp. 41-42. - Ver el apartado ctedicado a este edificio en el capítulo de este trabajo titulado La forja del Clasicismo en Valladolid. - J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcía de Cam­ pos y la arquitectura herreriana" 5.3.E.A.A . T. XXIII. pag. 36, Valladolid, 1957. - F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pp. 167-168. Madrid, 1947. - Véase el apartado de este estudio, el triunfo de un proto­ tipo . (8 2 ) (83) . (84) . (85) . (86) . (87) . (88) . (89) . (90) . (91) . (92) . (93) . (94) . (95) . (96). (97) . « w - J.J. Martín González.- Arguitectura barroca.....pp. 32 y 34. - ibidem, pag. 34. - E. García Chico.- Documentos para la Historia de Medina de Rioseco. pag. 36 y ss. Valladolid, 1947. - ibidem, pag. 42. - ibidem, pag. 43. - ibidem, pag. 44 y ss. - ibidem, pag. 48. - E. Garcia Chico.- û.S.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 67. - E. Garcia Chico.- Documentos para la Historia de Medina de Rioseco. pag. 49 y ss. Valladolid, 1947. - ibidem, pag. 52. - ibidem, pp. 52-54. - ibidem, pag. 68. E. García Chico.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. I. Medina de Rioseco. pag. 167. 2£ ed. Va­ lladolid, I960. - J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcia de Cam­ pos y la arquitectura herreriana" D.S.E.A.A. T. XXIII. pag. 36. Valladolid, 1957. - La fachada que aparece en la Colegiata de San Luis de Villa- garcía de Campos y se desarrolla en San Miguel de Valladolid y en Nuestra Señora de la Calle de Falencia, cumple una fun­ ción tectónica, decorativa y urbanística; su tectónica la supedita a la tectónica del templo, por tanto, la fachada forma parte orgánica de todo el conjunto constructivo y no es una pieza independiente o autónoma del resto de la edi­ ficación. (cfr. J.J. Martín González.- "La Colegiata de Vi­ llagarcia de Campos y la arquitectura herreriana" B.S.S.A.A. T. XXIII, pag. 28. Valladolid, 1957. idem.- Arquitectura barroca vallisoletana, pag. 13. Valladolid, 1967). En la Colegiata ¿e San Luis de Villagarcia de Campos y más tarde en úan Miguel de Valladolid y en Nuestra Señora de la Ca­ lle de Falencia, el doble plano de la fachada se debe al proceso de coordinación de los elementos espaciales y es­ tructurales que conforman el templo. El plano noble, que es el centro de la fachada y, por tanto, el que resalta, está formando parte de la estructura y espacio de la nave (98). ( 9 9 ) . - (100) . (101). ( 102 ) . (103). (104). (105) . (106) . (107) . (108) . (109) . (110) . (Ill) . (1 1 2) . (113) . (114) . JTZ? mayor, mientras que el segundo plano, rehundido, forma par­ te del bloque subordinado de las capillas laterales. En San Pedro Mártir de Medina de Rioseco, como las capillas late­ rales sufren un proceso de atrofia, pasan de ser capillas a nichos, aunque el término más exacto sería el italiano nicchione, el plano segundo de la fachada también se atro- fia, ya que esta fachada sigue la misma interpretación con­ ceptual que la de los edificios anteriormente citados. J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcía de Cam­ pos y la arquitectura herreriana" B.S.S.A.A. T. XXIII. pag. 36. Valladolid, 1957. N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía..... pag. 96. - ibidem, pag. 96. - M. Gomez Moreno.- Catálogo.....Zamora. pag. 331. - F. lleras García.- Arquitectura religiosa del siglo XVI en la primitiva diócesis de Valladolid, pag. 33. y ss. Valla­ dolid, 1975. - M. Gómez Moreno.- Catálogo..... Zamora, pag. 331 "Quizá pueda atribuirse a Hernando de Mates toda esta parte del edif icio'1. - E. García Chico.- Catálogo.... T. II. pag. 101 y ss. idem.- MUna nueva obra de Juan de Nates" B.S.E.A « A. T. XV. pp. 251-252. Valladolid, 1959. - Cfr. nota 102. - Véase el estudio de esta iglesia más arriba. - E. García Chico.- Catálogo.... T. II. pag. 104 - J.M. Parrado del Olmo.-"Noticias sobre Juan de Nates" B.S.A.A. T. XLV. pag. 446. Valladolid, 1979. - ibidem, pag. 448. - E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos. pp. 64-65. - J.M. Parrado del Olmo.- Catálogo Monumental de la Provin­ cia de Valladolid« T. IX. Antiguo Partido Judicial de Mo­ ta del Marqués, pag. 275. Valladolid, 1976. - N. Alonso Cortés.- Miscelánea vallisoletana. ï. I. pag. 307 y ss. Valladolid, 1955. - E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 65-67. - A.H.P. Madrid. Escribano Juan de ¿antillana. Leg. 1714 f2 589. El documento, fechado en Madrid, el 14 de octubre J 10 de lôlS, habla de la localización de la capilla del Doc­ tor Mercado. Dice que está en San Pablo de Valladolid, bajo la advocación de San Jacinto, "en la entrada de la primera puerta de la capilla mayor". (115) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcía de Cam­ pos.... " pp. 35-40. idem.- Arquitectura barroca.... pp. ol-y 39. idem.- "Primeras iglesias jesuíticas en Castilla la Vieja". España en las Crisis del Arte Europeo, pag. 153 y ss. Madrid, 1968. idem.- Tierras de España.... pp. 158 235 y 237. (116) .- Véase el apartado correspondiente a las Huelgas Reales en este estudio. (117) .- (118) .- (119) .- (120) .- ( 121 ) . - ( 122 ) . - J.J. ilartín González.- Arquitectura barroca....pag. 87. J. M. Quadrado.- España. Sus monumentos y arte. Su natura­ leza e historia. Valladolid. Falencia y Zamora, pp. 457- 458. Barcelona, 1885. R. Navarro García.- Catálogo Monumental de la Provincia de Falencia. T. I. Partidos de Astudilio y Baltanás. pag. 3. Falencia, 1930, M. Pereda de la Reguera.- Juan de Mates, pp. 100-103, 240 y 241-242. Santander, 1953. Viernes, 7 de setiembre de 1582.... viese una petición del mayordomo de la yglesia de Amusco en que daba quenta de las posturas y baxas que havian hecho en la obra de la yglesia de la dicha villa y suplicando a sus mercedes die­ sen orden como se acabase para evitar costos. Sus mercedes lo remitieron al señor Duque de Naxera para que su excelen­ cia lo haga concluir y rematar. Archivo de la Catedral de Falencia. Libro de Acuerdos del Cabildo. 1581-1585. f2 35. Inventario artístico ce la Provincia de Falencia. T. 1. pag. 66. Madrid, 1977. E. García Chico.- j .E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 72-76. ".... y es ansi que esperando yo azer y a fabrica (sic por fabricar) la dha obra el cura e beneficiados de la dha yglia del dho lugar contradixeron la dha obra alegan­ do ciertas rrazones y entre otras que la dha obra questa- ba concertada no era útil e conbeniehte a los vezinos del (123) -TJ dho lugar de mas de lo quai la dha obra era muy costosa y la fabrica de la dha yglia muy pobre e nunca se acabria la dha obra y el dho lugar no tenia por muchos años donde po­ der celebrarse los oficios.....” (124) .- J. Urrea Fernández.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. VII. Antiguo Partido Judicial de Valoría la Buena, pp. 17 y 20. Valladolid, 1974. (125) .- ibidem. (126) .- Valladolid, 7 de marzo de 1592. Juan de Nates maestro de cantería digo que confesaba haber recibido del señor li­ cenciado Ximenez Ortiz del consejo supremo de su maga, y de su axente y criados en su nombre mil quinientos trein­ ta y ocho reales que se le an pagado en veces de sacar traher y labrar piedra de la cantera de navares de las cuebas tie­ rra de sepulveda para la portada de las casas que el dho señor licenciado tiene en el lugar de cabeçon aldea i ju- risdicion desta villa de vallid las quales dentro de las mismas casas están labradas.... Juan de Nates Ä.H.P. Valladolid. Leg. 759. fQ 607. (127) .- Véase el aparatado correspondiente en el capítulo titula­ do el triunfo de un prototipo. (128) .- J.J. Martín González.- "Primeras iglesias jesuíticas..... pag. 154. idem.- Tierras de España....pp. 157-158. idem.- "La Colegiata de Viilagarcía de Campos....." pag. 38 • (129) .- J.J. Martín González.- "La Colegiata de Viilagarcía de Campos....." pag. 38. idem.- "Primeras iglesias jesuíti­ cas....." pag. 154. idem.- Tierras de España.... pp. 157 158. (130) .- J.J. Martín González.- "Primeras iglesias jesuíticas,.... (131) .- (132) .- pag. 154. J.J. Martín González.- "Primeras iglesias jesuíticas.... " pag. 154. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.....pp. 34 y 36 con alzado. .- E. Llaguno y Anírola.- Noticias.... y T. III. pag. 147. ( 1 3 3 ) II. pag. 66, nota i (134) . (135) . (136) . (137) . (138) . (139) . (140) . (141) . (142) . (143) . (144) . (145) . (146) . (147) . &148). ( 149) *. m E. Díaz-Jiménez y Molleda.- ’’Datos para la Historia del Arte español" R.A.B.M. T. XLV. pag. 328 y ss. Madrid, 1924. N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía,,. ...pag. 103. E. García Chico.- B.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 31. A. Portabales Pichel.- Los verdaderos artífices de 51 Es­ corial y el estilo indebidamente llamado herreriano. nag. 165. Madrid, 1945. E. García Chico.- D.E.A.C. T.I. Arquitectos, pag. 77. J. Martí y Monsó.- Estudios..... pp. 633-634, nota 2. E. García Chico.- op. cit. pag. 88. J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 633. J. Martí y Monsó.- "Menudencias.... " B.3.C.E. T. II. pag. 173. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 77. J. Vargas Aguirre.- Dibujos salmantinos, pag. 34. Salaman­ ca, 1974. A. Ponz,- Viage de España, pag. 1104 ed. Aguilar. Madrid, 1947. A. Rodríguez G. de Cebadlos.- "Juan de Herrera y los je­ suítas. Villalpando, Valeriani, P.uiz, Tolosa" A.H.S. I. XXXV. pp. 1-37. Roma, 1966. idem.- "El primitivo Colegio de la Compañía de Jesús en Salamanca (1545-1665)" Miscelá­ nea Comillas, vol. 46. pp. 103-168. 1966. Idem.™ Estudios del barroco salmantino. El Colegio real de la Compañía de Jesús (1617-1779)" Salamanca, 1969. De este excelente es­ tudio, que se centra fundamentalmente en la Clerecía, in­ teresan las pp. 19-21. A. Rodríguez G. de Ceballos.- "Juan de Herrera y los je­ suítas....." pp. 5 y 34-35. A. Rodríguez G. de Ceballos.- "El primitivo Colegio.... " pag. 133. "Holgaré ver la traza-que ha hecho el hermano Valeriano de esse collegio£SalaraancaJ" • ibidem. "Las trazas de los edificios de Salamanca, Avila y Segovia llegaron acá sin contraseñas ningunas, y así apenas se puede entender, y de lo que se entendió se ha notado algunas faltas de importancia.... la traza de Sa­ lamanca parece muy sumptuosa y de poco provecho", ibidem.- pag. 17 y ss. (150) .- ibidem, pag. 118. (151) .- Ver lo referente a villabrágima en este mismo estudio. (152) .- E. García Chico.- D.E.Â.C. T. I. Arquitectos, pp. 81-82. (153) .- A. Rodríguez G. de Ceballos.- "El primitivo Colegio... ii pp. 159-160. (154) .- ibidem, pp. 161-162. (155) .- J. Martí y Monsó.- "Menudencias....." pag. 173. (156) .- A. Rodríguez G. de Ceballos.- "El primitivo Colegio h pag. 162. (157).- Que esta zona estaba ya en parte levantada y que Juan de Nates tuvo que seguir con pie forzado, lo prueba la siguien­ testero del quarto se acabará de la forma y manera que es­ las pilastras sus remates en buena forma y manera y el es­ carzano que está cerrado a la parte de dentro desta dicha puerta se a de tornar a deshazer y tornallo hazer dando a lladolid. T. VIII. Antiguo Partido Judicial de Peñafiel. pag. 174 y ss. Valladolid, 1975. de valladolid otorgo y conozco por esta carta que doy e vzQ del lugar de padierniga maestro de canteria especial­ mente para que en mi nombre y como yo mismo y para ambos a dos se pueda concertar y concierte con pedro yzquierdo cura de la iglesia de pesquera de duero y con el mayordo­ mo..... para hazer la obra de la sacristia de la dha ygle- sia por el precio de maravedis y otras cosas.....que fue­ ren necesarias.... Valladolid, 28 de agosto, 1602. A.Ii.P. Madrid. Escribano Francisco Galeas. Leg. 2206 te cláusula: "Yten la puerta grande que esta cerrada en el tá empeçada asta acabar de hechar su cornisa y encima de la elabe más anchura de modo que quede bien hecho y en bue­ na proporción y manera". A. Rodríguez G. de Ceballos.- "El primitivo Colegio....." pag. 143. (158).- E. Valdivieso.- Catálogo Monumental de la Provincia de Va- (159).- Poder. Juan de Nates maestro arquitecto vzS desta ciudad IcLtórgo todo mi poder cumplido a hernando del hoyo Juan de Nates (160).- E. Valdivieso T. VIII. pag. 184. "1572Catálogo (162) . ( 1 6 1 ) . c m Viernes a beynte dias de junio de 1572 se comenzó a hacer el cimiento de la capilla cabecera de la iglesia de San Juan Bautista de la villa de Pesquera de Quero”. - M. Pereda de la Reguera.- Juan de Mates, pp. 242-244. San­ tander, 1953. - /alladolid, 26 de junio, 1602. ju2 de nates maestro arqi- tecto vzö desta dha ciudad y ..... juQ garcia vz2 del lu­ gar de olmos de valdesgueva••.•. como mayordomo que es de 1«3- yglesia de señor sant pedro del dho lugar y dixeron que por quanto el dho juQ de nates tiene comenzada a la­ brar y hedificar la dha yglesia de obra de canteria a ta­ sación conforme a una traza que se hizo y con ciertas con­ diciones contenidas y declaradas en la escriptura de con­ cierto que de ello se hizo y otorgo ante Rodrigo de Guinea escribano público su fecha en la ciudad de palencia a diez y seys de septiembre del año pasado de mili e quinientos y ochenta y nueve a la quai se rrefirieron y aora no ynno- vando ny alterando la dha escriptura..... y para que se prosiga y acabe la dha obra el dho JuQ garcia se obligo como tal mayordomo de la dha yglesia y obliga los bienes propios y rrentas della..... de dar y pagar y que dara y pagara al dho Ju2 de nates.... quatrocientos ducados por parte de lo que a de aver porque el suso dho prosiga y a- cabe la dha obra de la dha yglesia hasta ponella en esta­ do de cubrirse conforme esta obligado desde oy dia de la fecha desta hasta el fin del mes de henero primero que ven­ dra del año venidero de seiscientos y tres..... y el dho ju2 de nates se obligo a que dentro del dho tiempo acaba­ ra la dha obra. Juan de Nates A.K.P. Madrid. Escribano Francisco Galeas. Leg. 2206 fö 252. Valladolid, 2 julio 1602, JuQ de nates maestro arquitecto vzQ desta dha ciudad y.... francisco de la maça cantero vz2 déla villa descaíante rresidente en esta ciudad y di­ xeron que por quanto esta a cargo del dho ju2 de nates el hazer y acabar la yglesia de señor sant pedro del lu­ gar de olmos de valdesgueva..... a tasación y con ciertas s i r condiciones conforme se contiene y declara en dos escritu­ ras que dho juQ de nates tiene fechas y otorgadas con los mayorodomos que an sido y son déla dha yglesia y aora es necesario que con brebedad la dha yglesia se prosiga y a- cabe y para el dho hefecto se a convenido y concertado con el dho francisco de la maça y el suso dho con el dho ju2 de nates en esta manera, el dho francisco de la maça se obliga que »a de levantar todas las paredes y pilares de la dha ygle­ sia hasta alto de veinte y seis pies y medio y ponerlo to­ do a nivel y sobre este alto sentara una ymposta rasa por todo el dentro paredes y pilares que de alto tendra pie y medio y de salida un cuarto de pie muy bien labrada a- ristas bibas sin desportilladuras que vendra a tener de alto por su sobrelecho veinte y ocho pies debajo de los quales quedaran cerrados dos arcos a medio punto que son los que causan las colaterales y en las paredes que sean de derribar de las trabiesas se pondrán y asentaran sus pilastras correspondientes a las de los pilares enteros sobre las quales serán cerrados los dos arcos y ansi rnes- mo quedaran cerradas a regla dos puertas que están eligi- gidas a el alto del coro y las ventanas las dos que vie­ nen hacia el mediodia tendrán de ancho y claro quatro pies de alto ocho y la que viene a los pies del templo sobre el coro tendra de gueco cinco pies y de alto diez todas ellas rasgadas a la parte de dentro y sobre la dha ymposta serán levantadas todas las dhas paredes hasta el alto que aora tienen las que dexo hechas juQ de la vega difunto dexando hecha y asentada una cornisa que sirua de texa- roz del alto y salida y molduras que tiene la que esta asentada por la parte de dentro en las dhas paredes a- provechando las que estuvieren sanas y enteras las demas a de sacar en el termino del dho lugar a su costa que los dhos arcos que se han de cerrar en las colaterales an de ser enjutados de buena mamposteria y puestos a ni­ vel y sobre ellos a de correr la faxa e ymposta a nivel sobre la quai y sobre todas las demas ympostas quedara enxarxado asi para cerrar los triunfales que vienen a los lados co­ mo para todos los demas y sobre ios pilares se subirán (163) . (164) . (165) . (166) . (167) . (168) . (169) . (170) . (171) . (172) . (173) . s i /<7 sus pilastrones de tres pies en quadrado para que resci- ban las soleras todo el alto que sea necesario y a la par­ te de la torre y sobre las dos capilletas de los pies de la yglesia si fuere necesario se levantara el agri del tejado de lanteria de suerte que ios arcos del cuerpo de la yglesia tengan lugar el suficiente vuelta = la qual toda dha obra dexara hecha y acabada el dho francisco de la maça según y de la manera que el dho ju^ de nates es­ ta obligado por las dhas dos escripturas en favor de la dha yglesia y la dara hecha y acabada de aqui al dia de pasqua de nauidad primera que vendra fin deste presente año del mili y seiscientos y dos..... por la qual dha obra el dho juó de nates se obliga de dar y pagar al dho fran­ cisco de la maça o a quien su poder ouiere cinco mili y ducientos reales de plata castellanos pagados coi-no vaya trabajando Juan de Nates Francisco de la Maza. A.H.P. Madrid. Escribano Francisco Galeas. Leg. 2206 fQ 264. J. Urrea Fernández.- Catálogo..... T. VII. pag. 116. E. García Chico.- D.S.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 77-78. E. García Chico.- Catálogo.... f. II. pp. 84 y ss. ibidem, pag. 80 y ss. E. García Chico.- D.S.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 69-72. Se dice que quedaron en pie dos pilares y tres capillas. N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía..... pag. 102 F. Antón.- Monasterios medievales de la Provincia de Va­ lladolid. pag. 205 y ss. 2á ed. Valladolid, 1942. J.J. Martín González y otros.- Inventario Artístico de Valladolid y su Provincia, pag, 118. Valladolid, 1970. J. ürrea Fernández.- Catálogo....T. VII. pag. 58 y ss. El documento publicado por E. García Chico.- D.S.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 71, es tajante. '’Capillas. Yten que las tres capillas altas y las seis collaterales sean hecha.s de ladrillo y yeso muy bien adornado con sus fajas y filetes muy bien cerradas a medio circulo las tres ma­ yores con sus lunetas y las demas baydas al medio metro de la diagonal.....” (SI subrayado es nuestro). s n (174).- La bóveda vaída es una estructura poco apreciada en la deseca Norte. F. Chueca Goitia en sus estudios sobre Añ­ ares de Vandelvira, Andres de Vandelvira, Madrid, 1954; Andrés de Vandelvira, Jaén, 1971; Arquitectura del Siglo F ïJ . i Ars Hispaniae, T. XI, Madrid, 1953, ha resaltado la importancia y originalidad de tal tipo de solución estruc­ tural. Hernán Ruiz II, también llamado el Mozo, aplica i- guaxes soluciones con aspecto espléndido, pero A. de la Banda y vargas.- u,l arquitecto andaluz Hernán Luiz II. Se­ villa, 1974, no resalta suficientemente este rasgo tan im­ portante. Mientras que Hernán Ruiz el Mozo divulga este tipo de soluciones por Andalucía Occidental y el Bajo Gua­ dalquivir, Andrés de Vandelvira lo extiende por el Alto uuadalquivir, la Mancha, Levante y el mismo corazón de Castilla la Nueva, donde la bóveda vaída se seguirá em­ pleando a pesar del ímpetu arrollador de las estructuras de medio cañón y de arista, como bien lo demuestra la i- glesia de Santo tone de loledo, por citar un ejemplo. En pleno siglo XVII podemos apreciar soluciones de cubrición con bóveda vaída en nadrid, en la capilla mayor de la i- glesia del convento del Corpus Christi, más conocido por las Carboneras • En uastilia la vieja se aplica la bóveda Vxida en Avila, en la Capilla mayor del convento de San José. L. Cervera vera.- ”La iglesia del monasterio de San José en Avila”. B.S.E.Z. Madrid, 1955. que estudia con de­ tenimiento el edificio, no nos aclara si esta solución es de Francisco de Mora o es anterior. De todas formas, es de interés resaltar como una solución considerada como de una region es conocida por toda España aunoue en algunas zonas apenas sea aplicada. (175).- M. Sangrador y Vítores.- Historia de la Muy Moble y Muy Leal Ciudad de Valladolid. T. II. pag. 1S5. Valladolid, 1854. (17°).- valladolid. Leg. 756, primer cuaderno. Constitución xnt^e Joña ¿-aria Sanz difunta y la orden de San Jeronimo y concordia que se hizo entre Doña Maria fundadora del monasterio y los parroquianos de la iglesia de San Nico­ las. i.l//').- il,, uarcia Chico.- D.z.A.C. T. I» Arcuitect os. nag. 68. Jt V En la villa de Vallid a quatre dias del mes de hebrero de mili e quinientos e ochenta y cinco años..... parescieron presentes Xpual de billagomez cura de la yglia de señor sant niculas desta. villa e niculas roxo mayordomo déla dha yglia de la una.... e Ju2 de nates e p2 de sorçano maestros de canteria v2s desta villa de la otra / e dixe- ron que por quanto en los dhos Ju2 de nates e p2 de solor- çano se abia rematado el hedificio de la yglia de sant ni­ culas por carta executoria de la rreal chanciileria desta villa estaba condenada a hacer esta villa e ayuntamiento / e aviendose derrumbado el paredón de la dha yglia para ha- zer el dho hedificio por parte de la dha yglia e parrochia- nos abia sido pedido ai dho Ju2 de nates e pS de solorça- no tubiesen por bien de que la dha yglia se hiciese y he- dificase de nuebo y para ello diesen traças y condiciones y que la dha yglia supiiria lo que la billa y ayuntamien­ to daba lo que se tasase.... con el parescer de alonso de tolosa / lo qual los dhos Juan de nates y p2 de soior- çano tubieron por bien y ansi hicieron sus traças y con­ diciones por mandado de su señoria y han empegado ha hacer y henificar la dha yglesia conforme a la dha traça que die­ ron y que por estar ansi mismo se abra declarado lo que se les abia de pagar e saldar por la dha yglia por el dho he­ dificio de lo que la billa e ayuntamiento daba por el dho hedificio / y por ello habian fecho y otorgado cierta es- criptura de compromiso ante mi el dho escribano en veynte dias del mes de julio pasado de mil quinientos e ochenta y quatro años por ei qual nombraron por ambas partes a los dhos señores canónigos Claudio nelli e doctor boba- dilla para que ellos tomasen la dha traça e condiciones que estaban fechas para el dho hedificio déla dha yglia juntamente con el memorial..... para que lo comunicasen en dios y en su conciencia con personas peritas en ei ar­ te los quales los quisiesen y por bien tubiesen sin que fuesen obligados a los decir a ninguna de las partes quie­ nes habia de tocar que no fuese al2 de tolosa e lo que ansi se declarase las partes tubiesen y pasasen por ello y la dha yglia e fabrica les pagase sobre los dos mili e ducientos ducados que la billa daba para ei dho hedifi- cio lo que mas fuese declarado por los dhos señores Canó­ nigos la qual dha tasa e declaración fuesen obligados a hacer dentro de quince dias de la fecha del otorgamiento déla dha escriptura según que mas largamente se contiene en la dha escriptura a que se referian / e porque el ter­ mino que se avia dado a los dhos señores canónigos hera pasado y ellos no abian hecho la dha tasa y declaración / por ende .... otorgaban y otorgaron el termino della por todo este presente mes de hebrero de este presente año de mili e quinientos e ochenta y cinco / para que dentro del los dhos señores canónigos Claudio nelli e doctor bobadilla bean e tasen la dha obra e hagan la dha decla­ ración de lo que meresce el dho hedificio déla dha yglia sobre los dos mili e ducienxos ducados que la villa da / tasándolo conforme a la dha escriptura / e comunicándolo con maestros peritos en el arte con que no sea el dho alón so de tolosa e los dhos JuQ de nates e pQ de solorçano se obligaban e obligaron por sus personas e bienes juros e rentas de la yglia destar y pasar e questaran y pasaran por la tasa e declaración..... e lo guardar e cumplir yn- violablemente..... Juan de Nates Pedro de ¿olorzano Sepan quantos esta carta de ratificación de compromiso y lo en ella contenido vieren como nos Juan de nates y pQ de solorçano maestros de canteria vecinos desta villa de vallid de la una y Xpoual de villagonez cura de la ygle- sia de señor sant niculas y niculas rojo mayorodomo delia // dec irnos que por quanto en nos los dhos Juan de nates y pQ de solorçano se ooo rematado el hedificio de la ygle- sia de sr sant niculas desta dha villa que por carta exe- cutoria de ios señores presidente y oydores desta corte estaua condenada esta villa en dos mili y ducientos duca­ dos como se contiene en los autos a que nos referimos y auiendose derrocado el paredón de la dha yglesia para ha­ cer el dho edificio por parte de la dha yglesia y parro- chianos nos fue pedido que tuuiesemos por bien por que la dha yglesia era pequeña y la parrochia grande de hacer èoo la dha vglesia de nueuo y para ello le diésemos traça y condiciones y que la dha yglesia suplirá lo quel ayunta­ miento daua lo que tasasen ios señores canónigos Claudio neli y dotor bouadilla con el parezer de canteros y perso­ nas peritas lo quai tuuimos por bien y le dimos traças y condiciones y conforme a lo suso dho empeçamos a hacer la dha yglesia de nueuo y sobre lo que la dha yglesia auia de pagar demás délos dhos dos mili e ducientos ducados que la uiila daua acerca ¿ellos hicimos ciertas escrituras nos ambas las anas partes por las quales comprometimos con los dhos señores canónigos Claudio neli y doctor bouadilla la tasa y declaración de lo que ansi se nos auia de dar por la dha ygiia de mas de lo que daua la villa para que lo declarasen por todo este mes de hebrero y lo que asi de­ clarasen las partes estuuiesemos por ello según que en las dhas escripturas sobrello otorgadas que nos referimos = y agora para que la dha obra en lo que es cantería se acaue nos los dhos JuQ de nates y pö de solorçano nos obligamos de hacer y hedificar la dha yglesia conforme a la traça questa dada y como esta empeçada y de gastar en ella toda la piedra que ay en la dha yglesia y tiene la dha ygiia vieja sin traer mas de fuera saluo la de las portadas con­ forme a la traça y esta a de ser de aldea del val sin al­ ear mano de la dha obra y por ello se nos a de dar y pa­ gar lo que tasaren los dhos señores canónigos Claudio nyli y doctor bouadilla ynforinándose de maestros peritos en el arte sin pasión y a quende lo que ansi se tasare seamos o- bligados a tomar en quenta de la dha yglesia todo lo que pareciere aver venido y dado por el dho pedro de solorça­ no de piedra texa y madera y de todo lo demás que se ubie­ re vendido de despojo de la dha yglesia porque en lo que es cantería como estamos concertados con los dhos cura y parrochianos de que nos los dhos Juan de nates y pQ de solorçano agamos y hedifloquemos la dha yglesia conforme a la traça por nos dada porque la dha ygiia con mas co­ modidad se pueda hacer y el dho hedificio con mas breue- dad se pueda acauar y que lo que mereciéremos y so nos u- biere de pagar por la dha obra de canteria lo tasen y de- (178). (179) . (180) . ê o l claren los dnos cj.aud.io nelli y dolor bouadilla canónigos auiendolo comunicado y tomado pareceres de personas can­ teros y peritas en el arte y lo que ansi declararen ios dhos señores canónigos se nos pague por la dha yglesia y parrochianos de los maravedís que la villa a dado y nos hemos recluido para el dho edificio y en caso que la tasa del dho edificio de canteria que asi hemos eirmecado hacer y hemos de acauar conforme a la traca que los dhos canó­ nigos claudio nelli y dotor bouadilla canónigos (sic) hi­ cieren y declarare*} de lo que se nos deue y a de pagar por la dha obra de canteria que ansi hemos de hacer de la dha yglesia conforme a la dha traça..... fue fecha y otorgada en la villa de Vallid a veinte dias del mes de hebrero de myll e quinientos y ochenta y cinco años. Juan de Nates Pedro de Solorzano. A.H.P. Valladolid. Escribano Amador de Santiago Leg. 482 fQ 74. Juan de bates m- de canteria da un poder a Sebastian de la Vega mö del dho arte para que en su nombre os podáis aliar e aliéis presente al remate que sea de hacer en la obra de la yglesia de señor sant Nicolas cuyo remate esta asigna­ do y señalado para el dia de Ná S£ de marzo el cual dho re­ mate podáis contradecir para que no se haga dho dia hacien­ do que se detenga uno o dos dias prometiéndome y obligán­ dome a que bendre dentro de dos dias hacer la baxa que pa­ se de cuarenta ducados en la dha obra. Valladolid, 23 de marzo de 1589. A.H.P. Valladolid. Leg. 75ô fQ 311. Ver también leg-» 762 fQ 581. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 68-69. Juan de Riaño mQ de canteria.... da carta de pago por dos mil reales a buena cuenta e para en parte de pago de la obra de los cimientos de la puerta de san Niculas que se va haciendo en el lado del rio mayor. Valladolid, 1 de febrero de 1602. A.H.P. Valladolid. Leg. 773 fQ 145. Condiciones por las quales Llórente de Palenzuela vQ desta ciúdad de Valladolid se obliga que hara las tapias del ci- é o Z miento que hace Juan de Riaño del monasterio de San Nico­ las que fundo Dâ mô Sanz de Salcedo por la parte del rio. A.H.P. Valladolid. Leg. 773 fQ 654, 66S y 868. (181) «- J.J. Martin Gonzalez.- "Dibujos de monumentos antiguos va­ llisoletanos" B.S.S.A.Á. Ta XIX pag. 41. Valladolid, 1953. (182) .- ibidem, pag. 42. (183) .- ibidem, pag. 42. (184) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I« Arquitectos, pp. 78-79.- (185) .- E. García Chico.- op. cit. pp. 80-81. (186) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. Ill, vol IQ. Pintores, pp. 230-232. Valladolid, 1946. N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía....pag. 103. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I, Arquitectos, pag. 90. E. García Chico.- op. cit. pp. 79-80. E. rieras Garcíat- Arquitectura religiosa....pp. 283-285. Para ambas fábricas, véase la nota anterior. J.J. Martín González.- Catálogo Monumental ce la Provincia de Valladolid. T, VI. Antiguo Partido Judicial de Vallado- lid. pag. 125. Se publica fotografía. Valladolid, 1973. (193) .- Ante todo el Libro Sexto de su famoso tratado. (194) .- Palazzo Farnese en Caprarola, por ejemplo. (195) .- Palazzo della Provincia de Lucca, Palazzo del Collegio Roy mano, Roma. (196) .- La portada recuerda mucho a la que usa Palladio en la Villa Cerato en Montecchio Precalcino. (197) .- A. Ponz.- Viage de España, pag. 959. (198) .- I. Losarte.- Viage artístico a varios pueblos de España. T, I. Viage a Segovia, Valladolid y Burgos, pp. 115-116. Madrid, 1804. (199) .- J. Martí y Monsó.- Estudios... pag. 502 y ss. (200) .- E. García Chico.- Valladolid. Papeletas de Historia y Arte. pag. 43 y ss. Valladolid, 1958. idem.- La Cofradía Peniten­ cial de Nuestra Señora de las Angustias. Valladolid, 1964. P. Muñoz Peña.- El Renacimiento en Valladolid, pp. 53-54. Valladolid, 1385. - C. Schubert.- Historia del Barroco en España, pp. 116-117. Madrid, 1924. - F. Chueca Goitia.- La Catedral ce Valladolid, pag. 168. (204) Madrid, 1947. G. Kubier.- Arquitectura de los siglos XVII y XVIII, Ars- Hispaniae. T. XIV. pag. 19. Madrid, 1957. (205).- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana. pp. 52-34. Valladolid, 19G7. (206) .- J. Martí y Monsó.- Estudios... pag. 503, nota 1. (207) .- ibidem, pag. 503. (208) .- E. García Chico.- Valladolid... pp. 43-44. (209) .- J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 503. (210) .- ibidem, pag. 50o. (211) .- G. Giovannoni.- Saggi sul1'architettura del Rinascimento. pag. 91. Milán, 1935. (212) .- ibidem, pag. 90. P. Portoghesi.- Poma del Rinascimento. T. I. pag. 56. T. II. pag. 434. s.l. s.f. (213) .- M. Walcher Casotti.- II Vignola. TA I. pag. 87 y 206. Trieste, 1960. (214) .- J.S. Ackerman.- The Architecture of Michelangelo. Esencial mente pag. 199 y ss. Harmondsworth, 1970. (215) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... nag. 34. (216) .- A. Rodríguez G. de Oebalios.- "La Capilla Cerralbo de Ciu­ dad Rodrigo". A.E.A. 190-191. pag. 199 y ss. Madrid, 1975. (217) .- F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pag. 168. (218) .- G. Kubler.- Arquitectura... pag. 17. (219) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca... pag. 33. (220) .- F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pag. 168. (221) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca... pag» 55« (222) .- Véase el apartado correspondiente que hemos dedicado en este estudio a Juan del Ribero Rada. (223) .- Vésa el apartado correspondiente que hemos dedicado en es­ te estudio al citado monumento. (224) .- E. García Chico.- D.C.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 154. (225) .- El frontón partido por un escudo es empleado por Francis­ co de Mora en la tribuna del Duque de Lerir,a en la iglesia del convento de ¿an Pablo de Valladolid. Pedro de Mazue- cos el Mozo recurre a este expediente en sus trazas para la fachada del convento de Muestra Señora de las Virtudes de Salamanca, que se conservan en el Archivo histórico de (226)• (227) . (228) . (229) . (230) . (231) . (232) . (233) . (234) . (235) . Protocolos de Madrid. - J-J. Martín González.- Tierras de España-».... pag. 235. G. Kubler.- Arquitectura.... pp. 15-16. J. Pita Andrade.- Monforte de Lemos. 1952. P. Perez Costanti.- Diccionario de artistas que florecie­ ron en Galicia durante los siglos XVI y XVII. Santiago, 1930 A. Cotarelo V'alledor.- £1 Cardenal Don Rodrigo de Castro y su fundación en Monforte de Lemos. 2 vols. Madrid, 1945 y 1946. A . Bonet Correa.- La arquitectura en Galicia durante el siglo XVII. Madrid, 1966. E. García Chico.- D.Ë.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 83. A. Rodriguez G. de Ceballos.-"Juan de Herrera y los jesuí­ tas. Vi11alpando, Valeriani, Euiz, Tolosa". A.H.S.I. XXXV. Roma, 1966. Véase nota 230. ■J. Marti y Mo nsó.- "Menudencias.... " B.S .C .5. T. II. pag. 173. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 83. Sepan quantos esta carta de poder vieren como yo Juan de Nates maestro arquitecto vecino desta ciudad de Valla­ dolid = digo que Diego Velez maestro del dicho mi arte ya difunto tomo a su cargo a hacer la tercia parte de la ygle- sia del collegio de nra señora de la antigua de la compa­ ñía de Jesus de la ciudad de monforte de lemos ques en el reyno de galicia de que fue fundador el señor don Rodrigo de Castro de buena memoria cardenal de la santa yglesia ro­ mana y arzobispo de la ciudad de Sevilla ya difunto para la hacer en la forma e manera y con las condiciones y tra­ za que se contiene y declara en una escritura otorgada por el y por Gonzalo de Guemes su compañero de la una parte y la señora doña Catalina de Suñiga y Sandobal condesa de Lemos en nombre del dicho cardenal de la otra.... e vis­ to e me a sido leida de berbo adberbura con todas las con­ diciones en ella ynsertas que lo e tanteado y considerado muy bien y por aber muerto el dicho Diego Velez no pudo proseguir la dicha obra ni cumplir con su obligación a cuya causa el padre Juan de Bustamante religioso cíe la dicha compañia morador en el dicho colegio e maestro ma- tome a e mevor de la fabrica del me a pedido tome a mi cargo obligue de hacer y acabar la tercia parte de la dicha o- bra cono la tenia el dicho Diego Velez y asi lo quiero hacer e para ello otorgo e conoz co por esta presente carh-' ta que doy mi poder cumplido al dicho padre Juan de Bus­ tamante especialmente para que en mi nombre y como yo e para mi pueda tomar e tome a mi cargo la tercera parte de la fabrica y obra del dicho colegio e todo o la mitad de la dicha obra como la tenian los dichos Diego Velez y Gon zalo de Guemes a cada uno dellos de manera que si quieren tome toda la dicha obra por mi quenta e para mi o la mi­ tad o tercia parte como la tomo e tenia a su cargo el di­ cho Diego Velez obligándome como yo desde agora..... fue fecha y otorgada en la ciudad de Valladolid a trece dias del mes de diciembre de mili e seiscientos años.... Juan de Nates Paso ante mi Tomas Dopez A.H.P. Valladolid. Leg. 771 fS 2161. Poder que otorgaron Diego de Praves y Pedro de Mazuecos al Padre Juan de Bustamante. Sepan quantos esta publica escriptura de poder obligación y fianza vieren como nos Diego de Praves y Pedro de Ma­ zuecos maestros architetos y yo el dicho Diego de Praves maestro mayor de las obras desta ciudad de Valladolid y de la santa yglesia catedral della e yo el dicho Pedro de Mazuecos maestro mayor de las obras reales del archi­ vo de Simancas y ambos vecinos desta ciudad = Decimos que Juan de Nates maestro del dicho nuestro arte vecino asi mismo desta ciudad a tratado y trata de encargarse de la tercia parte de la obra fabrica y hedificio de la yglesia del colegio de Muestra Señora de la Antigua de la Compañia de Jesus de la villa de Monforte de Lemos de que fue fundador el señor don Rodrigo de Castro de buena memoria cardenal de la santa yglesia de Roma y arzobispo de Sevilla difunto = para hacer la dicha tercera parte de obra conforme a cierta traza que abemos visto e va firmada de nuestros nombres y a ciertas condiciones que para ello se hicieron cuestan ynsertas en una escritura de concierto que hacerca de esta obra se hizo entre la señora doña Catalina de auñiga y Sandoval Condesa de Le— mos en nombre del dicho señor arzobispo de la una parte y Diego velez y Gonzalo de Guemes maestros de cantería ante Pedro de Valcarce escribano del numero dde la dicha villa de Monforte en cinco de mayo de mili e quinientos noventa y ocho por precio y cantidad de maravedis que la dicha escritura refiere a ios plazos y en la forma y ma­ nera en ella contenida la quai para este efecto hemos vis­ to = e para le obligar a la dicha fabrica y hedificio a dado y otorgado el dicho Juan de Nates hoy dia de la fe­ cha desta y ante el escribano della poder al dicho padre Juan de Bustamante de la dicha compañía e maestro mayor de la obra del dicho colegio en qual hay una clausula que contiene poderse obligar a dar fianzas para el dicho efec­ to las quales nos a pedido hagamos por el y asi lo quere­ mos hacer y poniéndolo en efecto otorgamos y conocemos por esta presente carta que damos y concedemos todo nuestro poder cumplido e de cada uno de nos ynsolidum al padre Juan ue Bustamante especialmente para que en nuestro nombre y representando nuestras personas obligando al dicho Juan de Nates como principal a la fabrica edificio y cumpli­ miento déla dicha tercia parte por sus fiadores e princi­ pales pagadores para que la hara conforme a la dicha tra­ za e condiciones y en el tiempo contenido en el concierto que se hiciere e por precio de nueve mili ducados pagados en la forma que lo contiene una de las dichas condiciones ques la ultima de las dichas escrituras e nos obligue a que lo hara todo ello bien y perfectamente según la dicha traza e condiciones sin que falte cosa alguna que nosotros como tales sus fiadores e principales pagadores haciendo como hacemos de deuda ajena nuestra propia cumpliremos y pagaremos por el dicho Juan de Nates lo que dejare de cum­ plir e todo lo que a su cargo fuere con qualesquier penas en que por no lo cumplir yncurriere.... en firmeza de lo qual otorgamos ansi ante el escribano publico e testi­ gos en la ciudad de Valladolid a trece dias del mes de ¿ o í (236) . (237) . (238) . (239) . (240). diciembre de mill e seiscientos años siendo testigos Je­ ronimo Fernandez vecino de Eioseco questa en servicio del licenciado Jeronimo de Neira y Gaspar de Avellano y Anto- lin de Gamboa estantes en esta ciudad y lo firmaron los otorgantes a quien yo el escribano doy fe que conozco. Diego de Praves Pedro de Mazuecos A.H.P. Valladolid. Leg. 771 fQ 2161. A. Bonet Correa.- La arquitectura en Galicia..... pag. 182. A. Cotarelo Valledor.- El Cardenal.... T. II. pag. 124. ibidem. E. Pérez Pastor.- Memorias de la Peal Academia Española. T . XI. pag. 98. Madrid, 1914. E. García Chico.- "El claus­ tro del Colegio de ¿anta Cruz de Valladolid". B.S.A.A. T. XXXIV-XXXV. pag. 351 y ss. Valladolid, 1969. J.J. Mar­ tín González.- Catálogo Monumental de la Provincia de Va­ lladolid. T, XIII. Monumentos civiles de la ciudad de Va­ lladolid. pag. 25. Valladolid, 1976. Valladolid, 17 hebrero 1603. juö de maçarredonda maestro de canteria vz2 desta dha ciudad..... y dixo que por quan­ to en el y en ju^ de nates y ju2 de buega valdelastras y francisco de praves maestros del dho arte se remato la o- bra del espolón desta dha ciudad antepechos y asientos que esta dha ciudad tiene acordado y mandado se haga como cons­ ta del remate que ellos hizo el señor don diego sarmiento de acuña corregidor desta dha ciudad en precio de tres mili y trecientos ducados de que hizieron escriptura de obliga­ ción y forma ante ju2 de salcedo escriuQ del ayuntamiento desta dha ciudad a la qual se refirió y el aora tiene tra- tado concertado de hacer cesión renunciación y traspaso como por la presente haze de la parte que en la dha obra tiene y le pertenece que es la quarta parte della en el dho ju9 de nates maestro arquiteto para que el suso dho la haga prosiga y acabe y se encargue de la dha quarta par­ te en el tiempo y de la forma y manera y con las condicio­ nes borden y traça que el y los ciernas conplices están o- bligados la qual dha cesión y traspaso le haze de la dha quarta parte de la dha obra por precio y quantia de ciento y cinquenta ducados en reales de plata castellanos que (241) . (242) . (243) . (244) . (245) . (246) . (247) . (248). (,o% por el dho traspaso le da y paga por la ocupación y tra­ bajo que en este caso a tenido y por el ynteres y aorove— criamiento que de la dha obra le podia pertenecer y se le podia seguir y rrecrecer de todo lo quai se disistio y a- parto y todo ello lo cedió rrenuncio y traspaso en el dbo juS de nates.... . testigos Pedro de Munar, Domingo de Za— rauz y Antonio de Mendia. Juan de Nates Juan de Mazarredonda. A.H.P. Madrid. Escribano Francisco Galeas. Leg. 2206 fö 634. - J. Agapito y Revilla.- Las calles de Valladolid, pp. 228- 229. Valladolid, s.a. - J.J. Martin González.- La arquitectura doméstica del Rena- ciniento en Valladolid. Lam. LXXIX. Valladolid, 1948. - N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía.... Dp. 101-104. - J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 371. - E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 83-86. - N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía.... pp. 101-104. - A.H.P. Valladolid. Leg. 678 f2 867, 833, 839. Escritura de concierto de Juan de Nates para hacer el claustro del Ro- sarillo. Valladolid, 6 de junio de 1608. - E. Pérez Pastor.- Memoria.... T. XI. pag. 105. Valladolid, 6 marzo de 1604. Los señores don pedro manri— que de lara y dona Catalina de Cordoba su mugen conde y condesa de paredes...,, y..... JuQ de nates maestro arqui- teto de obras vzö desta ciudad de Vallid en rrazon de aver de proseguir y acauar la obra de la capilla prencipal del monesterio de Señor San francisco de la uilla de pare­ des ques de su señoria el dho conde ambas las diias partes dicen otorgan y se obligan a lo siguiente.- Que el dho JuQ de nates a de hacer la ylada que agora es­ ta asentada en las paredes de la dha capilla por estar en parte mal parada y se boluera asentar en todo el largo y cauecera excepto lo que ocupa la sacristia y si aquella la oviere menester se ara también y ansi mismo sea de re­ formar la dha cauezera reduciéndola a forma circular con­ forme a la planta y alçado que para el dho efeto esta he­ cho y en el resalto que diuide la capilla mayor de la dha cauezera se sacara delio firme sus fundamentos con la sa— lida y iorna eue la traza muestra y en los dos angulos no sera necesario sacar zimientos por ser poca cantidad re­ formarse a con piedras de buenos lechos. - Que siendo reformada toda la dha elecion abiendo chapa­ do los estribos por la parte de afuera se prosiguira de muy buena mamposteria de las canteras de los términos de la dha villa y en los angulos que causan los ochavos de la dha cauecera por la parte de fuera se adentraran sus esconces bien labrados a picón interpolándolos de suerte que siempre benga asta con cabeza y es la forma dha con muy buenos lechos de pie y quarto pie y medio y dos pies de lecho en lo que es esconces se proseguirá y levantara asta el alto del lecho de la ymposta por la parte de a- c. entro que serán treinta y seis pies y tres quartos con­ tados de partimiento arriua y alli sera elegida dha ympos­ ta con alto ue quatro pies que berna a tener asta su tras­ dós cuarenta pies y tres quartos y en el alto de los dhos quatro pies quedaran sus dentellones y embecaduras para que trauen la dha imposta cuando se alia de labrar que a de ser de ladrillo y yeso. - Que estando levantado todo el alio edificio ios dhos qua- renta pies y tres quartos que levanta el trasdós de la dha imposta antes que comienzen a nouer las formas se su­ birá de pie derecho dos pies de donde començara a mober las dhas bueltas y las formas yran dexando por su trasdós un relex de un tercio de pie para que carguen las bobedas y acauara de suuir las paredes del trasdós de las dhas ym- postas hasta la cima del texaroz veinte y tres pies y en este alto quedara incluso dho texaroz el quai a de tener quatro pies de alto y lleuĉ ra sus miembros conforme a el alçado qñe son collarin y filete que acen / oficio de ar- chitraue y friso y en la cornissa quarto bocel con filetes corono y cima que de salida y esporto terna dos pies el qual texaroz a de ser de ladrillo cortado de suerte que aga buenas ligaçones e yra corrido y blanqueado de yeso con terraxa. - Que todas estas dhas paredes desde sus principios asta é°1 610 lo huit imo / a de ser de buena manipostería de los términos de la dha villa de lo mexor que se aliare y bien revocado y cortado a lo mosaico en lo que es por la parte de fuera y considerando que por tiempo se a de hacer allí un reta­ blo que ocupe todo el nicho y cauecera parece que bastaran dos bentanas en les lados de la capilla mayor en cada la­ do una que de alto tengan por la parte de a dentro a diez y ocho pies y de ancho nuebe que daran bastante lus y por la parte de fuera teman de ancho siete pies y de alto a diez y seis y por esta parte de a fuera se aran de buenos sillares esquinas de dhas canteras y con rebueltas adentro de un pie donde sera un filete que tenga de ondo tres dedos para que en el encuentro los luzidos y se asienten las bi- drieras y serán cerradas esta dhas bentanas debajo del cin- trel de las formas y moberan sus bueltas del mesmo punto, - Que siendo hechas y acabadas las dhas paredes auiendo quedado en ellas fixados y asentados sus nudillos se asen­ taran las soleras con grueso suficiente las quales reziui- ran todo el edificio y quedaran yguales por lo alto con el trasdós del texaroz y encima délias se asentaran sus ti­ rantes en lo que diere lugar el cerramiento de la capilla bayda y se hara su armadura fuerte y bien amaestrada con sus cuadros desdoblados aguijones y fuertes estribos todo bien ensamblado y lleuara sus limas tesas tijeras peñólas y quartones y todo bien entablado con chilla de buen ta­ maño y las tijeras y peñólas yran distantes una de otra quatro pies y medio lieuaran sus nudillos en los ultimos tercios bien ensamblados y abrazados y sera tejado el dho edificio a lo nolleno y sus brocales de cal y lo mesmo lieuaran todos los corrales y en lo demas barro suficiente. - Que siendo hecha la dha armadura y tejados como dho es sera zerrada la cauecera lisa y llana a medio circulo por todas partes que ara un quarto de naranja sobre la qual sera hecha la forma donde encuentra la capilla mayor que su cerramiento sera monteada con su diagonal la forma que en el alzado se muestra y promete de ladrillo jabonero a- firnados sus rrincones y aziendo sus dolantes y doblando lo necesario celias que siendo cerradas las dhas bobedas é l í se quedaran suspensas por lo menos dos meses para c-ue se sequen 5- las guarniciones y iuzidos no queden con manchas y pasados anos dos meses se luzira y blanqueara el nicho de la cauecera y sera guarnecida la dha capilla mayor con sus fajas dobles y refajas a la mitad de sus filetes ni o- tra cosa y en el medio de dha capilla mayor quedara forma­ do un tondo redondo que de diametro tendra ocho pies para que en su hueco haga poner el dho sr conde un escudo prin­ cipal con sus armas pintado al fresco que desta manera se­ ra perpetuó y lo ques pintura no queda por quenta del dho Juan de ¡\ates y quedando como dho es bien lucido y guarne­ cido la dha capilla mayor y bentanas de los lados se corre- xa 1 ex ymposta por la parte de adentro con alto de los dhos quatro pies y de salida y de porto pie y medio y correrá en los aos lados as la dha capilla mayor moriendo en la caueza y en el pilar que deuida la capilla mayor del cuer­ po de la yglesia sin rebolber por la cauecera ni por otra parte mas que la faja porque no ynpida el asentar el reta­ blo cuando se aya de acer y a de ser dha ynposta corrida de ladrillo y yeso con alto de dhos quatro pies y salida de pie y medio y llevara sus miembros por zima zinta bo­ cel filotes y su corona quarta bocel con filetes su friso collarín todo ello bien corrido y destrebuÿdo . - iten a de apoyar la capilla de la sacristia con sus ar­ maduras y sacar y derribar todas las paredes de tierra que están hechas sobre los zimientos de la capilla prencipal en aquel lado y boloerlas a fabricar de buena mamposteria como esta dho de lo demas y dejar la dha capilla y sacris­ tía muy bien blanqueada y lucida como esta lo demas delia sin que nada discrepe y reducidos los tejados della a bue­ na forma. - Las paredes de la capilla mayor y cabecera an de ser muy bien jaarradas a regla y cordel y los angulos y esquinas muy buenos y derechos todo ello asi en esta parte como en lo suso dho perfetanente acauado como lo muestra la plan­ ta que cesta obra queda en poder del padre fray francisco garcia guarnían del dho monasterio firmada de su nombre y del sr garcia mazo de ia vega tesorero general de su magd excepto las gradas y altar que demuestra la dha plan­ ta questo no lo a de hazer el dlio juQ de nates. - Yten los dhos señores conde y condesa de paredes se obli­ garon de dar y pagar y que daran y pagaran realmente y con efeto a el dho ju2 de nates o a quien por el lo tuuiere de auer por toda la dha obra cinco mili y quinientos ducados que balen dos quentos y sesenta y dos mili y quinientos mrs en esta manera = mili ducados luego de presente = y otros mili ducados en todo el mes de setiembre deste presente a- ño de mili e seiscientos y quatro = y mili y quinientos du­ cados en el año de mili y seiscientos y zinco pagados por los tercios desde en quatro en quatro meses = y otros mili y quinientos ducados en el año de mili y seiscientos y seis pagados por los mismos tercios de aquel año de cuatro en cuatro meses = y los quinientos ducados restantes para fin del año de mili y seiscientos y siete llanamente de conta­ do declarándose como se declara que despues de iosrniîl°Ëu- cados pagados que se an de pagar luego de presente como dho es antes que se continúen y bayan haciendo las demas pagas a de constar por declaración de maestros canteros que lo entiendan que en la dha obra esta hecho y edifica­ do todo el balor de lo que hasta entonces estubiere recl­ uido de manera que siempre este gastado y merecido lo que se hubiere pagado y de esta suerte no se avan de continuar las dhas pagas y asi queda asentado y concertado = ..... Yten premiso el cumplimiento de las dhas pagas el dho Ju2 de nates se obligo que la dha obra la ara bien y perfeta- mente y que estara acabada dentro de tres años primeros siguientes que corren y se quentan desdo oy dho dia de la fecha desta escriptura.... iten que quando este acabada la dha obra los anos señores condes y cada uno ¿ellos a de poder nombrar un maestro ar- quiteto para que lo bea y bisite juntamente con otro que tamuien / a ao poder nombrar el dho Ju2 de natos..... i ten el dho Ju2 de nates para mas seguridad de cumplimien­ to de lo contenido en esta escriptura por lo que a su par­ te toca da y ofrece por sus fiadores y principales pagado­ res a Pedro de maquéeos criado de su maga maestro de o- 611 (249). (250) . (251) . oras de sus reales archivos de simancas y a juan de buega baldelastra maestro de obras / ambos vecinos desta dha ciu­ dad de Vallid los quales que presente estaban lo acetaron y consintieron..... Juan de Nates Pedro de Maquéeos Juan de Buega Valdelastras„ A.H.P. Madrid. Escribano Esteban de Liaño. Leg. 1848. fö 258. Valladolid, 29 marzo de 1604.... don pedro manrique de lara y doña Catalina de Cordoua su auger conde y condesa de paredes.... se concertaron con Juö de nates maestro arquiteto de obras en razón de la que sus señorías azen de la capilla mayor del monasterio de san francisco de la su villa de pa.redes cuyo precio es cinco mili e quinientos ducados.... Don Manuel Manrique de Lara, hermano del Con­ de, sale como fiador. A.n.r. Madrid, escribano Esteban de Liaño. Leg. 1848 f2 256. - E. Pérez Pastor.- Memorias....T. XI. pp. 105, 106, 107 y • -vi * Pereda ae la Peguera.- Juan de Nates, cag. 245 Santander, 1953. - E. Perez Pastor.- Memorias....T. XI. pp. H 2 y I15. - Sepan cuantos esta carta de pago vieren como yo Juan de -'¡ates maestro arquitecto vecino desta ciudad de ballid o- torgo e conozco por esta carta que rrridoy por contento e pagado a toda mi ooluntad del sr garcia maco de la uega tesorero ae su magd de diez mili reales que balen trescien- cos V quarenta mili mrs los quales el me a librado del sr conde de paredes por libranca firmada de su mano fecha en ocho dias del presente mes y año en la qual dio e me ios pague por quenta de los veinte mili rreales de que su se- noria dio poner en causa propia al dho tesorero oara que los cobrase de juS aguado y consorte a quien su señoria bendio la 1 eña del monte de la espina como se contiene en la dha libranca a que me refiero =.... e yo los rrecibo en quenta e parte del precio de lo que e de auer por la o- bra de la capilla mayor del monasterio de san francisco de la uilla de paredes en conformidad de la esc ri otura de con- 613 6ik cierto que en virtud dello se otorgo.... los quales con­ feso que me a pagado.... aparece como intermediario Fran­ cisco de la Maza maestro de carpintería. Valladolid, 15 de marzo de 1606. Juan de Nates A.fí.P. Madrid. Escribano Esteban de Liaño. Leg. 1852 fQ 527. (252).- E. Pérez Pastor.- Memorias.... T. XI. pag. 125. Madrid, 2 de noviembre de 1608, pareció presente juQ de nates maestro arquiteto vzQ de la ciudad de valladolid es­ tante al presente en esta corte e dijo se daua e dio por bien contento y pagado a toda su boluntad del señor garcia mazo de la uega tesorero general de su magd de ziento e ueinte mili mrs le a dado y entregado en nombre e por f£ de los señores don pQ manrrique de lara y QS Catalina fer- nandez de Cordoua conde y condesa de paredes.... de los quatro mili e quinientos ducados en que se concerto la o- bra de la capilla mayor de san francisco de la uilla de paredes ..... Juan de Nates A.H.P. Madrid. Escribano Esteban de Liaño. Leg. 1856 fQ 1639. (253) .- R. Navarro García.- Catálogo Monumental de la Provincia de Palcncia. T. II. pp. 93-94. Falencia, 1932. Dice el texto: "San Francisco. Convento fundado por el Conde Don Pedro Manrique. Es hoy residencia de los PP Paúles que lo han transformado totalmente. De la iglesia conventual de San Francisco no queda nada. La construyó Pascual de Na­ tes, renombrado arquitecto del Renacimiento". La segunda edición, de 1949, llevada a cabo por Ramón Revilla Vielva, dice exactamente lo mismo, sin corregir tan siquiera el error del nombre del artista, que no es Pascual de Nates, sino Juan ae Nates. (254) .- L. Cardeñosa.- Reseña histórica de la villa de Paredes de Nava, pag. 285. Falencia, 1926. (255) .- M. Pereda de la Reguera.- Juan de Nates, pag. 245. (256) .- T. Teresa León.- Historia de Paredes de Nava, pp 107-112. Palencia, 1968. é l í (257) .- Juan de Nates maestro de cantería vz2 de la villa de \rallid y estante al presente en esta ciudad de palencia digo que por quanto Juan de la lastra maestro de cantería vzO de la ciudad de palencia tiene licencia ¿el ordinario ¿este obis­ pado para hazer un ventanaxe y remate que se a de hacer en la torre de la yglesia de billa muriel para lo qual se de hazer traza y condiciones con que sea de hazer.... y por quanto el dho juQ de la lastra a de dar fianzas en la es­ critura de obligación y contrato que hiciere para hacer la dha obra bien y perfectamente.... por tanto otorgo y co­ nozco por esta carta que en la mejor forma y manera que pueda y de derecho aya lpgar doy y otorgo todo mi poder .... a juan de la lastra especialmente para que por mi y en mi nombre y juntamente con vos.... me podáis obli­ gar de mancomún..... fue fecha e otorgada en la ciudad de palencia a veinte y seis dias del mes de setiembre de mil e quinientos noventa y quatro años. Juan de Nates. A.H.P. Palencia. Escribano Juan de Uceda. Leg. 2555 fö 351. M.A. García Guinea.- "La iglesia románica de Santa María la Mayor de Villamuriel de Cerrado (Palencia)". B.3.E.Á.A. T. XVIII. pag. 39. Valladolid, 1952. (258) .- Valladolid, 26 setiembre de 1602, francisco baraona maes­ tro ue obras vz2 desta dha ciudad y dixo que por quanto francisco vara maestro de obras vz2 de la villa de madrid oy dia de la fecha desta escriptura.... se a obligado y encargado de hazer y acabar la obra y fabrica que falta por hazer de albañyria y tapiería de la yglesia y conven­ to de señor san felipe de la penytencia estranuros desta ciudad dentro de cierto tiempo y a ciertos precios de mrs y con ciertas condiciones y declaraciones..... por esta presente carta dixo y otorgo que salia y salió por fiador del dho francisco vara que el suso dho hara y acabara la dha obra de la dha yglesia.... por testigos ju¿ de nates maestro arquiteto vzQ desta ciudad y herrando de nates. A.H.P. Madrid. Escribano Francisco Galeas. Leg. 2206 fö 384. 6 t (2o9).— Valladolid, o de mayo de 1603, domingo de argos vz2 del lugar de arnuero que es en la junta de las siete villas de la merindad de trasmiera y.... pedro de la hoya solar vz2 de la villa de argonos de la merindad de trasmiera re­ sidente en esta corte y dixeron que por quanto en el dào domingo de argos se remato la obra y Treparos de los mue­ lles y caes de la villa de laredo en cierto precio de mrs y con ciertas condiciones contenidas en el remate que de- 1 1 o se hizo por ante ju2 del hoyo madriz escriu^ del nume­ ro y ayuntamiento de la dha villa de laredo aora se a con­ venido y concertado por causas justas que a ello le mueben con el dho pö de la hoya solar de le dar como por la pre­ sente le da la quarta parte de la dha obra según y de la forma y manera que el dho domingo de argos esta obligado .... testigos juD de nates maestro arquiteto vz2 Gesta dha ciudad y ju2 de aunar vz2 del valle de meruelo y manuel palomo vz2 de mojados* Domingo de Argos Pedro de la Hoya Solar A• 11.P • Madrid. Escribano Francisco Galeas. Leg. 2206. fû 776. (260) .- A.H.P. Valladolid, Leg. 6116 iQ 489. (261) .- À. Bustamante García.- "En torno a Juan de herrera y la Arquitectura" B.S.A.A. T. XLII. pag. .277 y ss. Valladolid, 1976. (262) .- Véase la nota anterior. (26o).- M. P. Corella Suárez.- Arquitectura religiosa de los si­ glos XVII y XVIII en la provincia de Madrid, Estudio y documentación del Partido Judicial de Getafe. Madrid, 1979 idem.- "Alonso de Covarrubias en la iglesia de Santa Ma­ ría Magdalena de Getafe: estudio y documentación" A « I,E,M. Madrid, 1974. pp. 199-227. idem.- "Juan Gómez de Mora en la iglesia de la Magdalena de Getafe". Actas del XXIII C.I.H.À. de Granada. II. pp. 477-483. Granada, 1976. (264).- Juan de .'ates curador de la persona y bienes de Maria de Nates hija de Pedro de Nates y de Maria de Alvarado su mu­ ge r sus padres dijo que en vida del dho p2 de nates padre de la dha menor el suso dho tomo a su cargo de hacer con cierta traza y condiciones la obra y edificio de la ygliai •de gal apagar - y despues a e ia muerte dei dho pedro de pa­ tes prosiguió parte üe la dha obra la dha maria de aiuara- Po y porque no ay persona que acuda a la suplencia si no fuese con mucna costa que ynt e rese de i1 a conviene v es en utilidad y prouecho de la dha mi menor disistirse y apar­ tarse de la dha obra por tanto....pido y suplico mande se reciua ynformacion de io que dho es questoy presto de la dar....se me de licencia para que 3/0 pueda en virtud della hacer qualesquier escrituras con qualesquier perso­ nas en racon de lo suso dho...., Juan de Nates Madrid, 1 de julio de 15Ô7. use mismo día, a favor de la tesis de Juan de bates decla­ ra Juan de Yseea, vecino de San Miguel del Valle de Aras, residente al presente en esta Corte. Otro que declara es Miguel Gómez, cantero. Se concede el poder traspasar la oora. Sepan quantos esta carta de poder vieren como nos diego de praues mahestro arquiteto y maria de aluarado su muger vezinos desta ciudad de Valladolid..... otorgamos y cono­ cemos por esta presente carta que damos y otorgamos todo nuestro poder cumplido..... a uos Juan de nates mahestro arquiteto hestante en la uilia de madrid hespeciaimente para que por nosotros y como nos mismos pueda hazer ta­ sar la obra de la yglessia de galapagar y ceder la dha obra y lo que della falta de hazer y traspasarla a cual­ quier persona que quisiere e por uien tuuiere que la dha obra la dejo comenzada y tomada a azer pedro de nates prh mero marido que fue de mi la dha maria de alvarado•...• y para que asimesmo pueda ceder e traspasar todas las de­ más obras de cantcria que dejo comenzadas el dho pedro de nates las quales pueda zeder e traspasar a quien quisiere e por uien tuviere por el precio o precios que quisiere e por bien tuuiere..... y para que podáis pedir cuentas a domingo de la peña quadrada de lo que cobro y gasto en vertud de cierto poder que nos los dhos diego de praues y maria de adverado le dimos y otorgamos y cobrar qual- quier alcaze o alcanzes que se le hizieren y para que po- <3\ (265) . (266) . (267). (268). (2G9). (270) . (271) . 6\1 dais cobrar y cobreys todo e qualquier mrs que se nos de- van en la uilla de madrid y en tordelaguna y Jetafe e Vi — llare.jo y galapagar y en otras qualesquier partes e luga­ res.... En la ziudad de Valladolid a diez y seis dias del mes de Junio de mill e quinientos e noventa e siete años, siendo presentes por testigos a lo que dho es Francisco de praves e miguel rodriguez e pedro gonzaiez vecinos y estan­ tes en esta ciudad. A.H.P. Madrid. Escribano Juan del Campillo. Leg. 631 f Q 31S-324. Véase nota 261. C. Pérez Pastor.- Memorias...,, T. XI. pag. 63. Para la tipología de puentes y su estudio, consideramos fundamentales las siguientes obras: P. Zucker.- Die Brücke, Tipologie und Geschichte ihren Künstlerischen Gestaltung. Berlin, 1921. Â. Schau.- Ästhetik im Brükenbau. 1928. J. S. Jacoby y Davis.- Fundat ions of Bridges and Buildings. Nueva York, 1941. N. Alonso Cortes.- uatos para la biografía artística..., pp. 10 1-10 4. J.C. Brasas Zgido.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. Tf X. Antiguo Partido Judicial de Olmedo. pag. 127. Valladolid, 1977. E. García Chico.- D.E.A,C. T. I. Arquitectos, pp. 67-68» Zo García Chico.- op. cit. pag. 82. J.C. Brasas Zgido.- op. cit. pag 226. J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 537. E. Valdivieso.- Catálogo.... T. VIII. pag. 228. Carta de pago de Juan de Mates para cl concejo. En la villa de Olivares a 23 dias del mes de hebrero de 1599 años pa~ rescieron Andres de la Cajiga en nombre de Juan de Nates y por el poder que del tiene y por sy y por Felipe de la Cajiga.... digo que tiene necesidad se le de recaudo y testimonio y cartas de pago de todos los mrs que se les a dado el concejo desta villa y otras personas a su nom­ bre..... a cuenta de lo que a de aber su parte de las o- bras viejas de la puente que hace en el rio ¿e duero en­ tre esta villa y quintanilla.... A.H.P. Valladolid. Leg. 15217 fQ 61 611 (273). (274) . (275) . (276) . (277) . (278) . (279) . (2S0). (281). - Lepan cuantos esta carta de poder vieren cono nos ju2 de nates maestro arquitecto y domingo de argos ensimismo ma­ estro arquiteto vzS del lugar de arnuero merindad de tras- miera residente en esta corte ambos a dos juntamente y de mancomún..... otorgamos y conocemos por esta carta que da­ mos y otorgamos todo nuestro poder cumplido a andres de buega maestro de canteria vzS del lugar de san pantaleon del valle de aras que esta en la merindad de trasmiera especialmente para que nos pueda obligar y obligue..... en la baxa y posturas que hiziere en la hobra y hedificio de la puente de astudillo.... de que la hara y cumplirá conforme a la traça y condiciones que esta puesta.... Va­ lladolid, 14 de julio de 1602. Juan de Nates Domingo de Argos A.H.P. ::adrid. Zscribano Francisco Galeas. Leg. 2206 f2 262. - V aliado lid, 14 de diciembre de 1602, Melchor García y Fran­ cisco de ¿egovia vecinos de ciguñuela.... (y) ju2 de nates maestro arquiteto vzS desta ciudad.... dixeron que son convenidos y concertados desta manera que los dhos melchor garcia y francisco de segovia se obligan a llevar con sus carros desde las canteras de simancas a la puente de jun­ to a nra. sra. de aniago cien varas de sillares.... y por cada una vara el dho jufi de nates les da quatro reales. Juan de Mates, nos demás no saben firmar. A.H.P. Madrid. Zscribano Francisco Galeas. Leg. 2206 fö 497v. - M. Pereda de la Reguera.- Juan de Mates, pag. 55. - F. Chueca Goitia.- "21 antiguo Hospital de la Concepción en Burgos" A.E.A. T. XVII. pag. 368. Madrid, 1944. __ - J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pp. 32-37. idem.- Tierras de España.... pag. 155. ■ J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pag. 32. ■ F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pag. 168. J . J . Mart í n G o n z á l e z A r q u i t e c t u r a b a r r o c a . . . . . pag» Oó m i d e m . - T i e r r as de s n a ñ a ...........pag . 1 5 5 . •j . j . . . ar t i n G o n z á l e z . - A r q u i t e c t u r 3. ô ± X OCQ • « # • « J)ci p, • Oó « i b i d e m , p a g . oo • (282). (283) . (284) . (285) . (286) . (237). ( 2 S S ) . (289) . (290) . (291) . (292) . (293) . (294) . (295) . (296) . (297) . (298) . (299) . (300) . (301) . (302) . U Ö J.J. Martín González.- "P Cast illa iá Vieja" España pag. 154. Maarid, 1963. J.J. Martín uon¿¿iez • r*■> 7 las Crisis del Arte Huroneo. cuitectura •oc; ̂ ~ o r*p jp • O 0"*Ji - ibidem. pag. 39. - ibidem, pag. 39. - ibidem, pag. 40. 2. García Chico.- D .2.A.C . P. I. Arquitectos, pag. 134. "diego de praues f \ .... .) natural de la villa c.e ucles". El 23 de mayo ¿o 1088, en Valladolid, "Diego de Praves m2 de canteria becino desta villa", declara sobre unas casas "y dixo ser de hedad de treynta v dos años poco mas o menos". Â.K.P. Valladolid. Leg. 483, £2 35v y 36. -1-'* Oai cia caico.- D.^.a .S. ¡. « i. Arc ; ui t setos • pag. 1 o 4. 1-».a . Madrid. Secc. Mss. n2 11720. Praves : Zxecutoria de los de este apellido vecinos de Celés. *-.fto de 1561. J. M. de Ázcarate „.istori.- "Datos sobre las construccio­ nes en el Priorato de Uclés durante la primera mitad del siglo WTH n ̂'7 \-A » X • r.» • O • íj • gi f xi. « n 2- • XXV. pag. 100 y ss. Valladolid, 1959. Véanse también las notas 237 — o ° O A. Rodríguez Rodríguez.- El hospital de San Juan Bautista, extramuros de -oledo. pag. 15. Toledo, 1921. A. Rodríguez G. de Ceba!los.- Bartolomé de Bustamante v los orígenes de la arquitectura .jesuítica en España, pag. 34. Roma, 1967. Véase nota 290. J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 624. En el testamen­ to de 1610, Diego de Praves declara ser"hijo legitimo de Juan de Praves natural’ del lugar de Praves y de ana Sánchez su muger". T7I c . García Chico.- n p a r 'T* T Arquitectos, pag. 134. J. Martí y Monsó.- Estudios. . . . . pag. 623, nota 2. E. Gar cía Chico.- D.E.A. C. T. I. Arqui tectos, pag. 134. Véase la nota 296. J. Martí y Monsó.- Estud ios.... pag. 623, nota 2. i?—j 0 García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 134. J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 623, nota 2. J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 624. B . N . Madrid. Secc. Mss. n2 11720 • éll Valladolid, 13 de diciembre de 1626, Francisco de Praves pide información ad perpetuam rei memoriam de su hidalguía, ueredada de su padre. 3e la conceden. Francisco de Praues Architecto Maestro mayor de las obras de vuestra alteza en Castilla la vieja vezino de esta Ciu­ dad de valiadoiid y dël lugar de villanubla de su jurisdi— cion Alcalde nordinario en el por el estado de los hijos dalgo por si y como padre y lexitimo administrados de Doña Maria y Doña Francisca de Praues albarado sus {jijas lexiti- nias y de Doña Maria de Albarado su ¡nuger hijo natural que el dicno mi parte es de Diego de Praues architecto Maestro mayor de las Obras de vuestra alteza y del Santo Officio de la yaquisicion donde fue familiar y vezino de esta Ciu­ dad y del dicho lugar de villanubla natural de la villa de ucles y de Maria de Vitoria y çuaço vezina y natural que fue de esta Ciudad.... Valladolid, 15 de junio de 1625. Interrogatorio.- Yt.en si sabe que el dicho Diego de praues padre del dicho litigan­ te desde el año de mili y quinientos ochenta y dos hasta el ano ae mili y quinientos y nobenta y uno continuamente tubo trato y amistad carnal con Maria de çuaço Vitoria ve- zina y natural de esta Ciudad siendo ambos a dos libres y solteros no sujetos a Relixion ni matrimonio y de tal ma­ nera que pudieran contraer matrimonio sin ympedimento al­ guno y de la dicha amistad tubieron y procrearon por su hi­ jo natural al dicho Francisco de Praues que litiga y antes a luys y despues a mariana de praues que murieron niños pequeños y por tal su hijo natural le tubieron Criaron y Reconocieron trataron y alimentaron y el dicho Diego de Praues dejo por heredero de sus vienes al dicho Francisco de praues que litiga reconociéndole y llamándole por su hijo natural y por tal a sido y es hauido y tenido y co­ munmente reputado y entre todas las personas que le an co­ nocido y conocen y de ello a sido y es la publica voz y fama y común opinion sin aber cossa en contrario. Testigos.- Bartolomé de la Calzada, vecino de Vaiiadolod, de 54 años poco mas o menos y que es hijodalgo, es maestro de cante­ é2^ ría. Conoce a Francisco de Praves desde que nació. Tiene íntima amistad con Diego de Praves desde 1534. Declara que en 1585 nace Francisco en Valladolid. Valladolid, 17 de mayo de 1625. Geronima de Valencia, viuda de Julian García, dorador, ve­ cina de Valladolid. Conoce a Francisco de Praves desde que nació. Conoce a Diego de Praves desde que llegó a Vallado- lid "por maestro de la obra de la yglesia mayor de esta Ciudad y fue a posar y tener su casa en cassa de sus pa­ dres de esta testigo que en aquel tiempo viuian en la ca­ lle de la obra y despues se paso a biuir en la plaça de santa maria en una cassa de la yglesia pegada a la obra nueua de ella y a cauo de algún tiempo como vino save que tubo trato y amistad carnal con Maria de Vitoria cuaco ve— zina y natural de esta Ciudad que duro muchos años porque fue desde el año de mili y quinientos y ochenta y dos has­ ta el año nobenta y uno..... durante esta amistad y trato tubieron tres hijos primero a luis que murió y despues ai dicho Francisco de praues que litiga y despues a mariana que también murió de hedad de tres o quatro años". Crió a Francisco hasta que supo andar, momento en que volvió con sus padres. Francisco de Praves llevó a su madre a su casa cuando se casó y ladolid, 17 de mayo de 1625. Juan González de Cisnioga, vecino del lugar de San Mames, en la Merindad de Trasmiera, de edad de sesenta y dos años poco más o menos, hijodalgo, maestro arquitecto. Conoce a Francisco de Praves desde que nació. Dice que Francisco de Praves se casó en 1G16. Conoció a Diego de Praves desde que llegó a Valladolid. Declara el testigo que trabajó en la Catedral en 1585. Valladolid, 19 de mayo de 1625. Lucas Ferrer, hidalgo, maestro de obras, de edad de 75 a- ños poco más o menos. Conoce a Francisco de Praves desde que nació. Conoce a Diego de ?raves"desde el día que en­ tro en esta ciudad". Tuvo con Diego de Praves"particular amiste.d". Valladolid, 19 de mayo de 1625. Toribio de la Cruz, vecino de Valladolid, pechero, de 58 años, maestro de carpintería. Conoce a Francisco ce Pra- é¿3 V 0 S C;6oQS G U 6 113. C I O . A p r e n d e ©1 31’t i C O D D I G g O d© P r 3 V G S « Dice asi: 'lo anal sabe este testigo (asuntos personales) porque en aquel tiempo (h. 1585) aprendia el Arte de maes­ tro de obras y como el dicho Diego de praues era tan gran Architecto este testigo yba muy hordinario y estaua en su cassa". Valladolid, 23 de mayo de 1625. Pedro de Olano, vecino de Cigales, de 60 años, hidalgo. "iis tubo en casa ae Diego de P raves seis años continuos y muchos entrando y saliendo en ello aprendiendo el arte de maestro de Architecto que tiene al presente". Vio nacer a Francisco de Praves. Valladolid, 2 de junio de 1625. Francisco Sánchez, vecino de Valladolid, de 79 años, hi­ dalgo, carpintero y alarife de esta Ciudad de Valladolid. Conoce a Francisco de Praves desde que nació. Valladolid, 3 de junio de 1G25. Pedro de la Vega, residente en Valladolid, Vecino del lu­ gar de ramanes, en la Merindad de Trasmiera, de 55 años, hidalgo, maestro de cantería. El testigo estaba, hacia 1585 "en casa de francisco de abellano maestro de cante- ria aprendiendo este Arte el cual era muy amigo del dicho Diego de praues". Valladolid, 3 de junio de 1625. Felipe de l'ivera, vecino de Valladolid, pechero, de 60 años, maestro de carpintería. Valladolid, 6 de junio de 1525. María de Olave, hija de Eodrigo de Olave, difunto, maestro de cantería, muy amigo de Diego de Praves, el cual le en­ cargaba trabajos. (3G3) . - J. Partí y Monsó. - pag • O O O # (304).- J. Partí y Monsó.- (305).- Alonso Cortos.- (306) .- i-i « Llaguno y Amíro (307) .- Tü . Martí y :Monsó. - "Eíemerides ! 1 (308) .- \T1« • Alonso Coríes.- 112 . E. García Chi• (309) . - ü • -i.P. valíadolid. 5-yS.C .E. T. III. pag. 368. Datos rara la biografía.-»- pp. 1 1 1 y Esteban de ^iaño. Leg. 1851 f2 1635 y 1625 y 1633. El expediente fQ 1632 a 1638. completo es desde el m (310) .- (311) .- (312) .- (313) .- (314) .- (315) (316) .- (317) .- (318) (319) .- (320) .- (321) .- (322) .- (o2o) • — (324) .- (325) (326) .- (327) (32G) (32Ö) (OoU) . — (331) i-ieg. 18o6 1272 j 1419 a x4oG. iiin lodos estos documentos se i ecoge la historia de un solar que Jie.̂ o de Praves te­ nía en la calle del Desengaño de Madrid. En la operación de compra-venta intervienen Juan de Nates, Pedro de Mazue- cos el Mozo y Francisco de Praves, siendo el comprador Die­ go de Praves. La historia transcurre entre 1606 y 1608. F. Arribas Arronza- "Nuevas noticias sobre Diego y Francis­ co de Praves". B.5.E.A.A. T. XII. pag. 158. Valladolid, 1946. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca....,pag. 39 y ss. idem.- Tierras de España..... pag. 155. s. uarcia único.— u > ¿ii. A. C ■ T. I. Arquitectos, nag. 110 y ss. Véase también el apartado dedicado a Juan de Nates en este mismo estudio. E. García Chico.- op. cit. pag. 114. ° * -art i y :-.onsó. - es tudios...,. pp. 6C3 y 613. E. García Chico.- "La iglesia conventual de Beles" B,3.E.A.A. T. XXV. pag. 173 y ss. Valladolid, 1959. L. Gercera Vera.- SI con— .junto palacial de la villa de Lerma. Valencia, 1967. S. García Chico.- D.B.Á.C. T. I. Arquitectos, pag. 120. S. Llaguno y Amírola.- Noticias....T. III. pag. 142. N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía....pp. 95 y 96. E. García Chico.- D.S.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 110. J. Martí y Monsó.- Estudios,.... pag. 517. J.J. Martin González.- La arquitectura doméstica del Sena- cimiento en Valladolid, pag. 244. Valladolid, 1948. Véase el apartado correspondiente al Archivo de Simancas en este mismo estudio. 771il» • Gare ía Chico. - D.E .A.C. T. I. Arquitectos. pag. 133. rr\i-i • García Chico .- op. cit. pag. 121. J. Martí j■ Monsó. - Estudios.... nag. 489. S. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos. Pao « 115. ~~i « García Chico .- op. cit. pp. 114-118. 77» jIj • García Chico.- op. cit. pp. 120-121. í • García Chico.- op. cit. pag. 120. • García Chico.- op. cit. pag. 135. 0 García Chico.- op. cit. pp. 121-122. “1ID • García Chico.- op. C i t # 1 o o • GL 5 (333) .- ibidem, pag. 537. (334) .- E. García Chico.- D.S.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 113. y el apartado dedicado a este edificio en este mismo es­ tudio. (335) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana. pag. 51. Valladolid, 1967. Véase también el apartado dedi­ cado en este estudio a la Catedral de Valladolid. (336) .- F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pag. 165 y ss Madrid, 1947. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.. pag. 39. (337) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca... pag. 39. idem.- Tierras de España..... pag. 235. (338) .- J. Martí y Monsó.- Estudios.... , pag. 623, nota 2. (339) .- E. García Chico.- D,E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 50. (340) .- E. García Chico.- D.S.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 113. J.J. Martín González.- Catálogo Monumental de la Provin­ cia de Valladolid. T. VI. Antiguo Partido Judicial de 'Za­ lla d o 1 i d . pag. 164. Valladolid, 1973. F. Heras Garcia • - Arquitectura religiosa ¿el siglo AVI en la antigua Dióce­ sis ce Valladolid, pag. 314. Valladolid, 1975. (341) .- J.J. Martín González.- Catál o ::o... ~. VI. pag. 164. (342) .- F. Armendáriz Urbiola.- "Una obra de Diego de Praves" L. C.E.A.Á. T. VI. pp. 230-235. Valladolid, 1940. A. Sangrador Vítores.- Historia de Valladolid. T. II. pag. 186. Condiciones con las quales sea de has costa la canteria y albañiria y carp: mayor y crucero de la yglcsia de señ< villa de Vallid que son en la forma siguiente: - Anse de abrir los zimientos donde s< pilla mayor y crucero y estrivos con í ra lo que sea de proseguir este templ< hondar asta el ni'oel do esta cimentad; yglcsia como esta debajo de la tierra si acaso no lo estubiese sera obligado el dicho maestro a hondar los dicho zimientos asta los dichos seis pies mas abaxo del cabimento de la dicha yglesia y despues destar el dicho zimiento llano y a nibel se eligirán ias paredes a GG3o a 3 o a toda cria de la capilla san Martin cesta uiente: n de fundar la ca- s responsiones pa- aaelante y an se d la torre de■ la dha :as de seis pies y a capilla y crucero con a sus dexas de dos en dos asta llegar a la super y quedaran con ancho de seis pies donde eligirá y podra es­ cuadrar todo el dicho edificio con el lado de la dicha to­ rre y que ella quede en medio del crucero haziendo y for­ mando sus pilastras y zócalos por dentro y fuera de la dicha yglesia los quales dichos zócalos an de ser de pie y tres quartas de alto de piedra dura bien labradas y es­ codadas puestas a nibel plomo y cordel y que tengan de sa­ lida dos pies y resalte en todas las dichas pilastras y sobre estos dichos zócalos quedaran de cinco pies de grue­ so todas las paredes dichas sin las salidas de las pilas­ tras que an de ser de medio pie y se aran de sillares bien labrados de un picón menudo todos ios espacios de entre li­ na y otra pilastra y las pilastras serán labradas descoda y bien atrinchetadas y los lechos y juntas muy bien ajus­ tados y sin desportilladuras ninguna ni otro defecto al­ guno y todas las yladas asentadas a nivel como esta dicho y todas ellas serán hechas de una galga sin que hagan alto ni baxo ni anglaron ninguna y en la parte de dentro sera la misma razón que correrá su zocalo por todas las dichas paredes y en las pilastras y medias pilastras correrán las basas en forma e manera que se muestra en las trazas y al­ zados y an de ser de piedra de la Aldea de Val mui bien labradas y trinchetadas y lo restante de all i arriba yra asta seis pies de alto que a de subir la canteria sobre el pavimento de la dicha yglesia en la forma y manera que es­ ta dicho se haga en la parte de afuera y esto a de ser en toda la capilla y crucero y responsiones al cuerpo de la dicha yglesia toda la dicha canteria a de ser hecha de buena piedra mui crecida ansi en lo que va fuera de tie­ rra como en lo que queda deoajo y on todo sera buenas li­ gazones y se echaran sus tizones tan espesos que no aya tres pies entre un tizón y otro y que ninguno sera menor que dos pies do lecho y los sillares an ae tener a pie y medio de ] en lo que ñas azara; ho antes mas y el que menos a pie y quarto y a de hacer debaxc de tierra a de ser de bue- ion desbastadas de un —\ i*Jr co grueso y bien gal- gados por sus hiladas y se yran echando ansí mismo sus ti­ zones y cadenas y hoscos cruzados en cada ylada de suerte que todo ello vaya mui bien ligado y puesto en toda perfe- cion y al tiempo de echar la primera hilada en los dichos cimientos se le hechara y liara un suelo o engrosada de cal y ripio menudo muy bien mazonado y mui igual y luego se proseguirá el asiento en la forma e manera que esta dicho guardando en todo el decoro y el orden de las dichas tra­ zas en su forma y medidas altos gruesos y salidas de pi­ lastras y guarniciones recuadros y correspondencias según y de la manera que todo ello se muestra en el diseño pues­ to por números en sus lugares conbcnientes. - Los dos pilares que dividen el crucero y hornacinas an de ser elegidos con ancho de diez pies y largo sin las pa­ redes de doze pies y entre este dicho pilar que es al la­ do de la dicha torre y la torre y el lado correspondiente a el a de ser cerrado y hecho de mui buena canteria con el ancho de todos los demas que an de ser de cinco pies desde encima de la tierra sin salidas de pilastras y sus dexas o relexes ligando con la dicha torre de la una y o- tra parte sacando algunas piedras della y metiendo otras en su lugar de lo nuevo que se fuere fabricando y quedara el lado de la dicha torre por testero del crucero y en medio del precisamente y entre el dicho pilar toral y la dicha torre se eligirá una puerta para entrar en la sa­ cristía. la nual a de ser de quatro pies de ancho y ocho de alto de piedra de aldea del Val con sus faxas en las jambas y su dintel hecho de piezas con su arco falso en­ cima y su capialzado y recantones bien labrado de un pie con menudo y de piedra de Yillanubla y lo de fuera yra muy bien trinchantado y se los hará todo ol claro de la dicha puerta con sus losas de piedra dura bien labradas de una buena boca, descoda y bien ajustadas. - A' de tener de ancho la dicha capilla mayor y la nave principal de vivo a vivo de las pilastras treinta y cinco pies y por el crucero a de tener do uno a otro testero zinquenta y cinco pies la pared uel altar mayor a de te­ ner de hondo onze pies y medio y aiii sean do nazer cinco gradas de piedra de aldea del Bal ce tres quartas de pie de alto y pie y quar‘to de huella y con sus molduras como lo muestra la traza y se liara el altar ce tres pies y me dio de ancho y quatro pies de alto y nueve de largo hazien dolo por todos ios tres lados de azulejos al romano con sus labores y compartimentos bien cortados y asentados y sus alizares y se losara todo el andar del dicho altar ma­ yor y gradilla hasta las dichas gradas con sus losas qua- dradas y puestas en forma de axedrez. - Todas las pilastras y medias pilastras y requadros y co­ rrespondencias de la parte de dentro an de ser de mui bue­ na piedra blanca bien labrada y trinchantada asta el alto de ios dichos seis pies. - Las mezclas Je cal que sean de bastar en todo este edi­ ficio ansi en lo que toca a la cantería como a ia ai bañe- ria an de ser hechas ce manera que a dos medidas ¿e cal se le echaran tres de arena que es tanto y medio y se ha- »roeros r r n* J staran amasados y en sus cortimeiitos se aya dde poner en obra a 1o menos un mes y cias de caí na mezclada con y foga ¿e 'dentro y otra par as que a de sor cernida con luego se bolveran a blandar y batir mui bien para gastar­ se y a de aber dos difei cajo que es para ripiaz; la sillería y cosas lab] ñero espeso. - di maestro de cantería que de esta obra se encargare se podra aprovechar de todos los despojos de piedra que ai en ia dicha yglesia y sementerio de lo que se obiere de de rribar para hacer la obra nueva lo quai no sera mas ni me­ nos de lo que la parte de la yglesia señalare y sera obli­ gado ansi mismo a derribar y desazer todo lo que ansi se le ordenare y mandare y apoyara toda la yglesia en las par tes pocas o muchas que tubiere necesidad. - A de ser obligado ansi mismo el dicho maestro a que ia dicha yglesia este siempre cerrada y guardada de manera que por ia parte que se fuere derribando y hasiendo y lu­ bricando la dicha.obra no haya paso entrada ni salina a la dicha yglesia y para todo ello a de poner el dicao maestro todos los materiales madera y pertrechos necesarios y a- VR 6 1 brir a su costa la tierra y piedras y la pondra donde no haya embarazo ni ocupazion ninguna en calle ni yglesia to­ do lo quai hara el dicho maestro sigun y de la manera que le ordenare la parte de la yglesia. - Levantada que sea toda la canteria asta el alto de los dichos seis pies y puesta en forma y manera que esta dicho se proseguirán y liaran las pilastras y requadros de dentro y fuera de toda la obra de mui buen ladrillo bien cocido y mui a contento de la parte de la dicha obra ansi en la bon­ dad de la materia como en ios marcos y gruesos del ladri­ llo y todo lo de dentro de las pilastras y requadros en los macizos de paredes y angulos yran macizados de ladrillo y cal con sus hiladas y con sus buenas ligazones sin que la dicha foga se haga de materia diferente de maneTu u e t o - do lo que fuere de ladrillo por fuera en todos los azes li jea por dentro de las paredes y gruesos ¿ellas. - A ¿e ser ansi mismo de ladrillo la ymposta o letrero de la capilla mayor a la parte de dentro y con sus molduras altos y salidas cono se muestra en la traza y ansi mismo serán de ladrillo las ventanas y estribos y cornixa o te­ jaros de fuera de la dicha yglesia y los e str i vos se ran cubiertos con sus chapas de piedra dura con sus buenas jun­ tas y traslapados y despues que la responsion de las hor­ nacinas este al alto que a de subir yra la pared do sean de hazer las bentanas altas que an de dar luz a la nave mayor toda ella de ladrillo y sobre ios arcos no se heche tapieria de tierra. cío- Todo lo demas de las paredes entre unas pilastras y otras y de una rafa y otra yra hecho de muy buena tapieria y bien mazonadas y que la tierra haya de traer el dicho ma­ estro a su costa de las partes que le señalare el cura o mayordomo de la dicha yglesia sea cerca o sea lejos como sea cosa que conbenga a la bondad y firmeza de la dicha obra. - Y denas de lo que es canilla mayor y crucero sean de ha- zer sus responsiones de las hornacinas y cuerpo de si a en todo su alto a lo menos de quatro pies de r sion o dentellones fuera de ios pilares y trabiesa los cimientos de cantería serán los dichos responsiones de seis pies de largo para que se hayan recogiendo y pa­ ren en los dichos quatro pies en alto y se asentaran sus fajas de ladrillo de dentro y fuera al alto y con ios al­ tos y salidas que paresen en las dichas trazas y quedaran ensaimerados y enjarrados las bueltas de arcos y hornaci­ nas . - El tejaroz que esta dicho que corre por enzima de toda la dicha obra a de ser hecho de ladrillo cortado con sus contramoldes y asentados sus canes y vueltas yra mui bien enlucido y se liaran sus compartimentos y refajos al roma­ no de dedo y medio de relievo echo en forma e manera que fuere la voluntad del mayordomo de la dicha yglesia que es o fuere y todo ello ira muy liso y bruñido y blanquea­ do y sin ningún tropezón ni sombra y sera la misma razón en quanto al enluzido y blanqueado en todas las paredes y pilastras saivo ios seis pies de que van de canteria y se advierte :_ue lo que va de sillares sobre el zocaio en todos los espacios de la parte de dentro a de yr labrado de una boca descoda j mui derecho y liso y todo lo demas de allí arriba yra mui bien enlucido y mesurado y-puesto en la perfecion que esta dicho y quiere. - Yten sean de hazer ios tejados de mui buena madera qua- drada de pino y bien desbastada y derecha sin ninguna je­ ma ni otro defecto alguno y las bigas madres serán de pie y medio de tabla y pie y cuarto de canto y que entre en las paredes a lo menos dos pies y medio.... - Yten es condición que sea de dar acabada toda la dicha obra conforme a las trazas y condiciones que están dichas dentro de dos años que comienzan a correr desde el dia que se hiciere la primera paga y a de se yr haziendo dicha canteria y albañeria y todo lo demas rata por tiempo de suerte que todo ello vaya haz i endose y quede acabado den­ tro del dicho tiempo y se yran fabricando en ios meses que son mas aproba efectos. dos para ue 1:i materia haga nojones - Es condición que 0 JL maestro o rmaestros de cantcria que de esta dicha obra S 0 encargaren an de hazer a as posturas 63 j baxas que en ella hizieren cada cosa por si y todo jun­ to en un tanto que a de ser en la forma que se sigue..... a se le dar al dicho maestro en quien la dicha obra se re­ matare luego como haya hecho escrituras y dado fianzas do- zientos ducados que serán la primera paga y despues se le yra dando fodos ios demas dineros que oviere de aver por el hazer de la dicha obra.... El Licenciado Gonzalez Diego de Praves. Sepan quantos esta carta de obligación y fianza vieren co­ mo yo Rodrigo de Olabe maestro de cantería vecino de la villa de Valladolid como principal deudor y cumplidor e pagador e nos Juan (sic) de Mazuecos carpintero y Rodrigo de Azquez entallador e Juan de viliasola cantero vecinos cesta villa de Valladolid como sus fiadores e principales cumplidores e pagadores decimos a ynstancia del cura e pa- rrochianos de la yglesia de señor san Martin desta dicha villa se trato de que se hiciese de nuevo la capilla ma­ yor de la yglesia de señor San Martin desta villa confor­ me ciertas trazas que dio Diego de Praves maeso de cante- ria y de la obra de la yglesia mayor desta villa que están firmadas de su nombre y del licenciado Gonzalez cura de la dicha yglesia que todas ellas son cuatro con la planta y conforme y de la manera contenida e declarada en unas con­ diciones que el dicho Diego de Praves hizo en como y de que manera que sea de hazer la dicha capilla mayor e crucero de la dicha yglesia ansi lo que toca a la canteria alba- ñeria e tapiería e conforme a las dichas trazas e condi­ ciones la dicha obra se traxo a pregón en esta dicha vi­ lla e se señalo el remate della e fue rematada conforme a las dichas condiciones y el publico pregón en mi el di­ cho Rodrigo de Ciabe como persona que mas baxa hizo en la dicha obra e conforme a las condicione: raza como cons­ ta e parece por las dichas trazas que quedan en poder del presente escribano e de las condiciones como cea ce hazer la dicha obra e postura e remate que su tenor de las di­ chas condiciones posturas e remate es este ^ Aguí entra o o ce j. nos los dichos Rodrigo ce Olabe como t: 1’pG.i curen j. i do r £33 (364) . (365) . (366) • (367) . (36S) . (369)T (370) . (371) . (3 72) . (3 7 3) . (3 74) . (3 7 5) . (376) . (3 7 7) . religion de Kabelais. París, 1947. Hay edición castellana publicada en U.T.E.H.À. Méjico. J. Delumeau.- El Catolicismo de Lutero a Voltaire. Barcelo­ na, 1973. N. Alonso Cortés.- Los cofrades de Santa Maria de Zsgueva. Valladolid, s.f. A. Ponz.- Viage de España. T. XI. Carta II. Ed. Aguilar, pag. 960. Madrid, 1947. I. Bosarte.- Viage artístico a varios pueblos de España. T, I. Viage a Segovia, Valladolid y Burgos. Madrid, 1804. Su comentario es éste: pp. 116-117 "Iglesia de la Cruz. También se atribuye a Juan de Cerrera la bella portada de la Penitencial de la Cruz, que es aque­ lla que dixe arriba se va viendo desde el Ochavo por toda la Platería adelante. Aquel gran balcón que hay sobre la puerta la distingue de las demás portadas de templos de la ciudad. En manos menos hábiles que las del arquitecto que la hizo, puede ser que no hubiera producido tan buen efec­ to. La conclusión y finura del trabajo de los capiteles es de admirar". J. Martí y Monsó.- Estudios.... pp. 508-510. E. García Chico.- Valladolid. Papeletas de Eistoria y Arte, pag. 31 y ss. Valladolid, 1958. idem.- La Cofradía peni­ tencial de la Santa Vera-Cruz. Valladolid, 1962. idem.- D. E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 168 y ss. Valladolid, 1940. E. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pp. 41 y 166. G. Kubler.- Arquitectura de los siglos XVII y XVIII. Ars Hispaniae. T. XIV. Madrid, 1957. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana, pag. 40. Valladolid, 1967. E. García Chico.- La Cofradía penitencial....pag. 36. J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 308. 2. García Chi­ co.- La Cofradía penitencial.... pag. 33 y ss. E. García Chico.- La Cofradía penitencial..... pag. 35 y ss. E. García Chico.- La Cofradía penitencial..... Pag. 35. La condición segunda dice así: "Yten que han de acavar la testera de la dicha obra conforme a la dicha traza y poner en ella su reja de yerro larga muy bien labrada en la for- ¿3' ̂ t ̂ (471) . (472) . (473) . (474) . (475) . (476) . ynbentario tasazion y almoneda d.e los bionos eue por su fin y muerte quedaron.... En la villa de Madrid a diez dias del mes de se­ tiembre de mill y seiscientos y nuebe años.... Yten ocho tapizes nuebos grandes y pequeños de fi­ guras delà istoria de Salomon Yten otros cinco tapizes de figuras mas hielos. El 18 de setiembre de 1609 se reconoce a Catalina Pérez como tutora y curadora de sus hijos Ana Ma­ ría y Andrea de Mazuecos. A.H.P. Madrid. Escribano Antonio de león. Leg. 1786 fQ 434-442. - J. Marti y >fonsó. - Estudios.... .nag. 622. J, J. Martín González.- op, cit. pu. 173-174. - N. Alonso Cortés,- Datos.....pag. 96. - ibidem, pag, 95, - ibidem, pag. 96. - E. Llaguno y Amirola.- Noticias......T. Il, np. 326-327. - J. Martí y Monsó.- Estudios.....pag. 622, Vid. tam­ bién la nota 27. Sepan guantas esta publica escritura de obligación e concierto hieren cono yo llórente rodrimuez maes­ tro de cantería vó desto, ciudad de val lid morador al corral de las doncellas = digo nue nor cuanto xptoval garcía de mazuecos maestro de carpintería v9 desta dha ciudad de val 1 id. tiene a su car "-o el hacer cierta obra y edificio en el monasterio de la aprobación cuesta en la calle de la nuente des­ ta ciudad asi de lo tocante a su oficio de carpin­ tería cono de cantería cono se declara mas parti- cul ármente en la escritura de ob! j g?.c ion e enno i er*— to cue entre los susodhos se otormo en 1 a dha ci u— dad de vail id a 26 di as del fies de i tm i n de 1596 nor ante Pedro de Arce con ciertas cosd icionps en ciertas formas. , . . .t cnncertado xntoval garcía de mazuecos de tomar a su cao^o e h-ZP" i .̂s (477) .. (478) .■ dhas obras cie todo io tocante ai mi oficio de cantero y abrir cimientos para ellas por tanto otorgo y conozco a- qui presente que me obligo de hacer y que hare la dha o- bra y edificio en todas las cosas tocantes a la dha can­ tería. Valladolid, 19 de julio de 15S6. Cristóbal Garcia de Mazneeos A.H.P. Valladolid. Escribano Pedro Ruiz. Leg. 863. fQ 64. J. Martí y Monsó.- Estudios. . . . 0 pag. 607. Valladolid, 18 de noviembre de 1604, parecieron presentes de la una parte don antonio de paz tovar y de la otra xptoual Garcia de maquéeos maestro cíe obras y alarife vz2s Gesta dha ciudad y dixeron que por quanto unas casas que tiene el dho don antonio de paz y tovar en la callejuela de los moras desta dha ciudad en que esta de aposento diego Xaques criado de su magd esta derrivade, cierta parte de ella por lo quai esta ynabitable.... el dho don antonio esta conbenido y concertado con el dho Xptoual Garcia de maquéeos de adorecar la dha casa. A.II.P. Madrid. Escribano Gregorio Sanchez. Leg. 279S. f2 s.f. (479) .- lease el apartando dedicado al Archivo de Simancas en este mismo estudio. (480) .- J. Martí y Monsó.- "Menudencias... " pag. 521. (481) .- A.II.P. Valladolid. Escribano Amador de Santiago. Leg. 486 f2 308 y 3G8v• (482) .- Véase el apartado que dedicamos en este estudio a Juan de Herrera en Valladolid. La arquutectura civil y la urbani- zac i ón. Véase nota 482.(483) .- (484) .- (4G5) .- (486) .- (487) .- (488) .- (489) .- L. Cervera Vera.- El conjunto palacial de la villa de Ler- ma. pag. 132 y ss. Valencia, 1967. ibidem, pag. 140. ibidem, pag. 44. E. Llaguno y ¿Lmírola.- Noticias.... . III. pag. loo. Para la vida de Fabio Melli, véase X. Alonso Cortés.- Miscelánea vailisoletana. T. II. pag. 603. Valladolid, 1935, J.J. Martín González.- Catálogo Monumental de la Provincia 6 W de Valladolid. T. 2111. Monumentos civiles de la ciudad de la ciudad de Valladolid. Pap:. 47 y ss. con planta. Vallado- lid, 1976. (490) ■ E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos» op. 62-63. (4SI).-• ibidem, pag. 110 y ss. (432) • "Condiciones con las quales se a de baser a destaxo la de­ lantera con puerta y bentana de las casas principales del señor fauio nelii despinosa conforme a la traza para ella dada", ibidem. (493) "Ase de elegir y fundar la dha puerta en la parte y lugar que al presente esta hecha la puerta por donde se entra a las dhas casas", ibidem. (494) ̂ ;y ; o n s o • —vpí/lICaa.Ox2>«#### jPíP* ol / *“Ol o • (495) "tengo de hacer toda esta obra conforme a la planta y al- çado quo hice yo el dho p2 de maquéeos", ibidem, pag. 51Gc (496).- "abriré el zimiento delantero desde la esquina hasta el (497) dr2 de la pared del jardin.... y ansi mismo are lo que rrebuelbe la esquina la calle abajo", ibidem, png. 517. "el dho fauio neii me a de dar derribada toda la obra vie­ ja y uesemburacada para que pueda baser ios zimientos y fabrica'.' ibidem. (493) Cfr. ios bocetos de Palladio conservados en Londres, E.i. B.A. publicados por Puppi. (498).- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica del Eenaci- (499).- miento en Valladolid, pag. 53 y ss. Valladolid, 1948. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica....pp. 176- 177, con un dibujo Ce un costado del patio, idem.- Catáio- go Monumental de la Provincia de Valladolid. ~. XIII. Mo- numentos civiles de la ciudad de Valladolid, pag. 72 y dos fotografía. Valladolid, 1976. (500) . - J. .Martí y Moneó.- Estudios.... pag. 517. (301).- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca valíisciotana. (502) pag. ‘¿o • /aiiacioiic:, 136»' . J. ! artí y Moneó.- Estudios.... pp. 514-513. (503).- Ü • - i • i • * cl-i- iaCwiia • i-J 0 • X' O 0 _L — 1 él »>/ 5S # (504) Condiciones con las que se a de hacer a toda costa ce todos ios materiales y pertrechos y oficiales que quiere baseroficiales nu 6Ï1 en sus casas principales en la parroquia de San digue! de esta ciudad es lo sigpiente: - Primeramente la persona o personas que desta obra se en­ cargaren han de derribar el terrado que esta arrimado al quarto que mira ai jardin ques desde el tope del corredor largo de abajo de la guarda ropa hasta topar con el quarto de la estufa y siendo derribado 7 desembarazado abrira un cimiento en todo lo largo en la parte en que están asenta­ das las columnas viexas y tendra de ancho 7 grueso tres pies 7 medio 7 de hondo quatro pies con todo desde el andar del xardin 7 siendo abierto derecho 7 cjnivei le masizara de bue­ na mamposteria de cal 7 piedra hasta medio piê menos quel andar del xardin 7 quedara por encima muy cjnivei a la lar­ ga y al través. - Y siendo nivelado el dicho cimiento se eiixiran las ocho pilastras esentas 7 cabias con los gruesos 7 anchos y orden cuc enseña la planta 7 alzado j P rfii y 1 le­ vantara con los numeros 7 orden que muestra el perfil 7 serán hechos por hiladas de a pie 7 medio de alto por lo menos 7 que cada hilada sea de una pieza bien labrada por tocas las partes 7 con buenas xuntas 7 asentabas a plomo y quedaran todas a un nivel por encima 7 encima de las dichas pilastras zerrara siete arcos asi mismo de piedra como las dichas pilastras todas de piedra pripiañadas con tres piedraade pripiaño sin los vuelos de las faxas 7 los salee .res serán de manera que cada sainer aicanze hazerleV_' a dos arcos 7 tendrán las dovelas de alto de diento un pie y serán serrados todos los dichos siete arcos a medio circulo con buenas xuntas y bien apretados 7 siendo serra­ dos los enjuntaran ce buenas enxutas asi mismo pripiaña­ das j labradas por de fuera trinchatadas como lo a de ser toda la cantería arco; D1 X a s 0 r as taxas V se advierte que los sed mores han de tener 7 salir de su propio cuerpo • • • • • encima dellos una hilada que haga dovela contra los arcos de las bóvedas de manera que de la propia hilada salga a tison a ha. c 0 r pa.ramento 7 enxuta contra el xardin 7 asi se enrosaran todos los dichos siete arcos a un ni­ vel con las claves de los arcos = 7 encima hacharan una cabofaxa como lo nuestra el perfil toda de cabo 11 0 ga de alto un pie y de lecho dos pies asi miaño bien la­ brada = encina de las dichas pilastras sus piedestales quadrados con sus bolas e remates como lo muestra el al­ zado y perfil y sus numeros todo de piedra de las cante­ ras de Castrenuevo limpia y cerrada de la mas que ai ii hu­ biere asi para las bolas y remates cono para todo io denas arriba declarado* - Y se declara que en la pared frontera que cae al quarto a de neter unas basillas que esten opuestas a las ¿e las pilastras y serán de la misna forma y material y labor y ancho que las correspondientes = y encima celias subirán rafas hasta el nivel de las pilastras y tendrán de ancho mas que las dichas pilastras medio pie de cada lado y en­ traran en el grueso de la pared dos pies y la que esta o- puesta a la pilastra señalada con la B sera una muy buena rafa que tome todo el grueso de la pared y tenga de ancho lo que hay desde la ventana que ahora es y que a de perma­ necer hasta la que de nuevo se a de abrir y subira hasta el alto de las pilastras de piedra y la ventana que se a de abrir de nuevo se hechara una raxa que vaya incorpora­ da con la que corresponde a la pilastra y suba el mismo alto y desde la una a la otra se aecharan sus cargaderos fuertes de pino para quedar narqueteada la ventana y que­ dara rompida hasta atajo por dentro y por fuera como la de la misma pieza y todas las raxas han de ser do muy bue­ na albañileria de calidad. - Hechas las dichas rafas zerraran los arcos y capillas que enseña la planta y perfil y alzado todas las capillas de media hasta de ladrillo y los arcos con lo que mas col­ gare según lo muestra el perfil con todo ello labrado de buen ladrillo y cal muy bien fraguado con buenas xuntas delgadas y sus enxutas y todo quedara lleno y enrasado con todo su ancho y largo y encima sera losado de piedras pizarras de mozarabes que tengan de ancho a pic y medio y de grueso dos dedos y de l a r g o de m a n e ra q u e d o s p i e d r a s l l e g u e n d e s d e e l a l t o de l a p a r e d d e l q u a r t o h a s t a s a l i r d o s d e s t a s a f u e r a de l a f a x a de l o s a r c o s s e r á n b i e n a s e n t a ­ d a s s o b r e s u b u e n a c a m a ra de c a l z e r n i d a y muy d e l g a d a y m a ta d a s t o d a s l a s x u n t a s y d e s p u e s t o r ­ n a d a s a b r i r y l l e n a r de u n a m e z c la de s e b o y p e z e c h a d o h i r b i e n d o en t o d a s l a s j u n t a s de a r r i b a p a r a b a x o y en l a s t r a v i e s a s * - En t o d o s l o s c l a r o s de l o s p i e d e s t a l e s d e x a r a p u e s t o s y a s e n t a d o s s u s a n t e p e c h o s c o n s u s p i l a — r i l l o s como l o m u e s t r a e l a l z a d o c o n s u p l a n t a y s o b r e p l a n t a s en l o a l t o de l a l a b o r de l o s d e l t e r r a d o de F a b i o de E s p i n o s a a t o d a s u c o s t a de m anos y y e r r o y e m p lo m a r como t o d o l o d e m a s . - A de q u e d a r e n c a d e n a d o l o s c l a r o s de l o s a r c o s p o r e l s u e l o c o n l a s l o s a s que a l p r e s e n t e h a y y s i no h u b i e r e a de p o n e r l a s que f a l t a r e n y a de r e t i r a r l a p u e r t a de l a s a l a b a x a a l un l a d o l o que f u e r e m e n e s t e r y t o d o l o m a z i z a r a c o n u n p i ­ l a r de a l b a ñ e r i a y s i f u e r e m e n e s t e r c a r g a d e r o s de n u e v o l o s p o n d r á n como l o demás y a de q u e d a r t o d a s l a s b ó v e d a s y a r c o s de l a d r i l l o e n f r a s c a d a s de c à l y b la n q u e a d a s de l e c h a d a de c a l y t o d a s l a s demas p a r e d e s de a b a x o d e l t e r r a d o g u a r n e c i ­ d a s de y e s o c o n s u s m a e s t r a s a n s i l a s p i l a s t r a s como l o s i n t e r m e d i o s d é l i a s y l a p u e r t a que se a de r e t i r a r p o n e r l a como a n t e s e s t a b a c o n su r e x a y g u a r n i c i ó n de y e s o p o r d e n t r o = y l a p i e ­ z a b a x a de e s t r a d o que s e a b u e n a v e n t a n a como e s ­ t a d i c h o s e a de p o n e r u n a v e n t a n a de m a d e ra d e l ta m a ñ o que l a que t i e n e l a d i c h a p i e z a y s e r a l a ­ b r a d a de q u a t r o c h a f r a n e s y c o n s u s f i x a s y a l d a ­ b a s y t a b l e r o s de n o g a l ± y s i p a r a z e r r a r l a u l ­ t i m a b ó v e d a d e l t e x a d o f u e r e m e n e s t e r c e r r a r un a r c o de l a d r i l l o que s i s e r a d e b a x o de l a m a d re que a l l i e s t a se h a y a de h a c e r de a s t a y m e d ia de a l t o y o t r o t a n t o de g r u e s o y de a l l i a d e n t r o h a c e r un c i e l o r a s o de m a d e ra g u a r n e c i d o de y e s o o un c a ñ ó n de t a b i q u e a b u e l t a de c o c h e y q u e d e t o d o muy b l a n q u e a d o * - A l a p i e z a d o n d e ser come en e l q u a r t o p r i n c i p a l q u e e s d o n d e e s t a l a c h im e n e a se l e a de q u i t a r t o d o e l s u e l o de m a d e ra qu e a h o r a t i e n e y h e c h a r de o t r o de t e n d i d o de r i g a s l a b r a d a s y r e b a x a d a s p a r a b o v e d i l l a s y t e n d r á n de m a rc o a n t e s que se l a b r e n t e r c i a y q u a r t a y s e r á n a p r e t a d a s en l a s p a r e d e s de y e s o y c a s c o t e b i e n r e c i b i d o y s e r á n z e r r a d a s l a s b o v e d i l l a s de y e s o y l a d r i l l o o c a s ­ c o t e y b i e n r e n c h i d a s y s e r á n p a r a a b a j o l a b a d a s de p a ñ o y y e s o = y p o r q u a n t o s i b i e n e a q u i t a r e l p a s o q u e h a b i a d e s d e e l t i n e l o a l p a t i o de l a c a b a l l e r i z a se a de h a z e r o t r o c o n u n a de l a s p i e z a s de c r i a d o s q u e s a l g a a l a mesa l a r g a de l a e s c a l e r i l l a d e l p a t i o de l a c a b a l l e r i z a h a ­ c i e n d o s u t a b i q u e de y e s o y p o n ie n d o l a p u e r t a d e l a p o s e n t o que se q u i t a en e l a t a x o q u e se a de h a c e r y t e n d r a de a n c h o e l t r a n s i t o h a s t a c i n ­ co p i e s * A de p o n e r l a c h im e n e a de l a p i e z a d o n ­ de se come u n a p i e d r a b e r r o q u e ñ a p a r a h o g a r y l a s b i g a s d e l s u e l o no e n t r a r a n d e b a x o s i n o q u e ­ d a r a n en i n g a d a s * - Han de s o l a r de l a d r i l l o r a s p a d o y c o r t a d o y c h a p a r l a s p a r e d e s c o n d o s c i n t a s de a z u l e x o s u n a a l t a y o t r a b a x a y en m e d io un l a d r i l l o a l - p e r a l t a d o a s i m ism o r a s p a d o y c o r t a d o en l o b a x o a l a s a l a g r a n d e que s a l e a l x a r d i n y l a p i e z a de e s t r a d c jd e mas a d e n t r o y en l o a l t o a l a p i e z a d e c o m e r y a l a s a l a d e l e s t r a d o y l a p i e z a de d o r - y m i r t o d a s e s t a s l o s a d a s y c h a p a d a s a l a s d o s p i e z a s de mas h a y a l a p i e z a b a x a mas a d e n t r o de l a d e l e s t r a d o s o l a r l a de l a d r i l l o y t a n b i e n s e a de c h a p a r = y a s i m ism o a de s o l a r y c h a p a r l a p i e c e c i l l a de d e b a j o d e l e s t r a d o y p o n e r v e n ­ t a n a * • • • • - La p i e z a de e s t r a d o s e a de q u i t a r e l c i e l o de l a a l c o b a y e l t a b i q u e y s e a n de m e t e r l a s b i g a s q u e f u e r e n m e n e s t e r p a r a r e d u c i r l o que h u b i e r e e n c u b i e r t o a l o qu e e s t a p u b l i c o y h a c e r s u s b o ­ v e d i l l a s como en e l l a s c o n t o d a su l a b o r qu e no d i f e r e n c i e q u e p a r e z c a f e c h o a un t i e m p o t o d o e - 1 1 o . - En l a d i c h a p i e z a s e a de p o n e r u n a v e n t a n a g r a n ­ de q u e se l e s d a r a d o n d e a h o r a e s t a l a p u e r t a e— z e t o que a r r i m a r a m e d io p i e m enos qu e e l r i n c ó n p o n i e n d o c a r g a d e r o s de m a d e ra mas a l t o s y l a q u e ­ d a r a g u a r n e c i d a y b la n q u e a d a como t o d o l o dem as y en e l o t r o e s t r e m o p o n d r a o t r a de m enos a n c h o y a l t o y d i s t a n c i a d e l r i n c ó n como l a o t r a y q u e ­ d a r a a s i m ism o b la n q u e a d a y e s t a v e n t a n a l a a de h a c e r l o s d i c h o s d e s t a x e r o s a t o d a s u c o s t a y d e - x a r l a m o l i e n t e y c o r r i e n t e y s e r a de l a l a b o r q u e l a o t r a e z e t o q u e s e r a a t r e s p i e s de a l t o = a de a s e n t a r d o s p o s t i g o s que se l e d a r a n h e c h o s e l uno p a r a e n t r a r de l a p i e z a de c o m e r a l a d e l e s t r a d o y e l o t r o f r o n t e r o p a r a e n t r a r d e l e s t r a ­ do a l a de d o r m i r y a de h a c e r o t r o a t o d a s u c o s t a p a r a p o n e r x u n t o a l a v e n t a n a q u e se a de h a c e r de n u e v o . . . « . a l a V e n t a n a de l a p i e z a de d o r m i r s e a de h e c h a r un a n t e p e c h o c o n s u s p i l a r i - l l o s l a b r a d o s y no a de s e r v á l a d o . - Han de a p r o v e c h a r t o d o s l o s d e s p o x o s q u e s a l i e ­ r e n de t o d o l o que a de h a c e r de q u a l q u i e r a m a te ­ r i a o m e t a l qu e s e a s i n qu e p o r e l l o se l e s d e s - q u e n t e n i r e b a x e c o s a a l g u n a d e l d i n e r o en que e s t u v i e r e c o n c e r t a d o . - Y te n que t o d a l a d i c h a o b r a l a c o m e n z a r a n c o n ­ t i n u a r a n y a c a b a r a n d e n t r o de un año d e s p u e s que s e h a y a h e c h o l a p r i m e r a p a g a f e c h a y a c a b a d a en t o d a p e r f e c i o n a v i s t a y s a t i s f a c i o n de m a e s t r o s n o m b ra d o s p o r ambas p a r t e s . P e d r o de M a z u e c o s S e p a n q u a n t o s e s t a p u b l i c a e s c r i t u r a de o b l i g a ­ c i ó n v i e r e n como n o s P e d r o de l a Vega m a e s t r o de c a n t e r i a y F e l i p e de R i b e r a m a e s t r o de c a r p i n - ¿$3 t e r i a v e c i n o s de l a c i u d a d de V a l l a d o l i d = D e c i ­ mos q u e e l s e ñ o r don F r a n c i s c o E n r i q u e z de A lm a n ­ z a c o n d e de N i e v a m ayo rdom o de su m a g e s ta d q u i e r e h a c e r e l t e r r a d o que c a e s o b r e e l j a r d i n de l a s c a s a s de s u m a y o r a z g o s i t a s en l a p a r r o q u i a de San M i g u e l d e s t a c i u d a d y l o s a r c i e r t a s p i e z a s de l a d i c h a s a s a de l a d r i l l o y h e c h a r un s u e l o de v i g a s y b o v e d i l l a s en l a p i e z a d o n d e s u s e ñ o - r i a s u e l e c o m e r y o t r a s c o s a s c o n t e n i d a s y d e c l a ­ r a d a s en c i e r t a s c o n d i c i o n e s y t r a z a s qu e p a r a e — l i o se h i c i e r o n p o r P e d r o de M a z u e c o s c r i a d o de s u m a g e s ta d a q u i e n d i c h o s e ñ o r c o n d e l o c o m e t i ó en l a s q u a l e s p a r t i c u l a r m e n t e se d e c l a r a t o d o l o q u e e s e l c u e r p o de l a d i c h a o b r a y l a s p a r t e s d o n d e s e a de h a c e r y l a f o r m a que a de t e n e r l a s q u a l e s d i c h a s t r a z a s y c o n d i c i o n e s f i r m a d a s p o r e l d i c h o P e d r o de M a z u e c o s hem os v i s t o y n o s han s i d o l e i d a s p o r e l p r e s e n t e e s c r i b a n o de b e r b o a d b e rb u m de que l e p e d im o s de f e e y o e l d i c h o e s c r i b a n o l a d o y y a n s i m ism o p e d im o s l a i n s e r ­ t e y p o n g a en e s t a e s c r i t u r a * • • . . y h a b i e n d o v i s ­ t o y e n t e n d i d o l a s d i c h a s c o n d i c i o n e s de c a d a u - n a d é l i a s y l a s t r a z a s t r a t a m o s c o n s u s e ñ o r i a y c o n D a m ia n de Z a m o ra s u a g e n t e en s u n o m b re de t o m a r a n u e s t r o c a r g o l a f a b r i c a l a b o r y e d i f i ­ c i o de l a d i c h a o b r a y p o n e r p a r a e l l a t o d o s l o s o f i c i a l e s m a t e r i a l e s a n d a ra io s p e r t r e c h o s y demas c o s a s p a r a e l l o n e c e s a r i a s y c o n c e r t a m o s q u e p o r l a d i c h a o b r a y p o r t o d o l o que a n s i abem os de p o n e r p a r a e l l a y p o r n u e s t r a m a n u f a c t u r a y t r a - b a x o se n o s h a y a de d a r y d e n t r e i n t a m i l i r e a ­ l e s que v a l e n un q u e n t o y v e i n t e m i l i m a r a v e d i s p a g a d o s en l a f o r m a y m a n e ra que a d e l a n t e se d i ­ r a * . • • • e n l a c i u d a d de V a l l a d o l i d a d i e z y s e i s de a b r i l de m i l i y s e i s c i e n t o s y o c h o a ñ o s . * . . * P e d r o de l a V ega D a m ia n de Z a m o ra A . H . P . V a l l a d o l i d . L e g * 7 8 5 s . f . ( 505 ) . ( 506 ) . ( 507 ) . ( 503 ) . ( 509 ) . ;(s510) . (511) . (512) . 2. Garcia Chico.- D.Z.Â.C. T. I. Arga i tec teas, pag. 32. 2. García Chico.- op., cit. pp. 33-37. A.H.P. Valladolid. Le. 1175 fQ 433. 2. García Chico.- D.2.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 37-38. J.J. Martin González.- "Datos documentales acerca de la construcción del convento del Carmen Calzado de Valladolid" D.5.2.A.Á. T. XX. pag. 210. Valladolid, 1S54. J.J. Martin Gonzales.- "Dibujos de monumentos antiguos va­ llisoletanos". 3.5.2.A.A. T. XIX. pp. 28-29. Valladolid, 1953. ibidem, pag. 29. Memoria de las cosas que se capitulan entre el señor conde de Pibadabia adelantado mayor del reino de Galicia y don Pedro de Lopidana con el padre Corrector frayles y conven­ to de Muestra Señora de la Victoria sobre las obras y edi­ ficio que en la capilla mayor del dicho monasterio que es o en la que se hiciere. - Primeramente que pasados tres años que sean de contar des­ de el dia de la fecha desta se obliga el dicho corrector frayles y convento de que para el dicho dia en que se cum­ plieren los dichos tres años que sera el año venidero de mili seiscientos cinco tendrán asentado y capitulado con el maestro y maestros que hayan de hacer y hagan la capi­ lla mayor conforme a la traza y sepa questa hecha por Pe­ dro de Mcizuecos alarife de su magestad y va firmada de am­ bas partes a la manera y modo con que los pies y anchura en ella contenidos que pasados los dichos tres años el di­ cho convento haya de dar poder en causa propia irrebocabie al maestro y maestros con que se concertare dicha obra y señaladles de los juros que a les dan por el dicho patro­ nazgo y dotación seiscientos ducados que cada año sean de gastar en la obra. - Que los cimientos de la dicha capilla mayor que se hicié re hayan de ser de piedra y subir de sil1eria todo ai rre- dedor de la dicha capilla mayor siete pies ¿e aito y hayan i i. ovar A O £ n e l a n c h o y g r o s o r c o n f o r m e a l a d i c h a z e p a y l a d i c h a s i l l e r i a h a y a de s e r a s i p o r d e n t r o como p o r f u e r a de l a d i c h a c a p i l l a m a y o r , - Que l a s s e i s e s q u i n a s de l a d i c h a c a p i l l a m a y o r h a y a n de s u b i r a s i m ism o h a s t a v e i n t e p i e s de s i — l l e r i a en a l t o c o n s i e t e p i e s de a n c h o c a d a l a d o de s i l l e r i a p o r d e n t r o y f u e r a de m a n e ra que v a ­ y a f u e r t e p o r s e r l a f o r t a l e z a de l a c a p i l l a ma­ y o r , - Que de a l b a ñ i l e r i a s e a n de s u b i r h a s t a e l t e j a ­ do l o s s e i s e s t r i v o s t o d o l o a l t o de l a c a p i l l a d e ja n d o d e r r a m a r h a c i a l o s i n t e r v a l o s a l o s b r a ­ z o s d e l c r u c e r o y c a b e c e r a d o s p i e s de c a d a l a d o p a r a que e l i n t e r b a l o de t a p i a q á e d e en t r e i n t a y d o s p i e s , - Que e l c o r n i s a m e n t o de a d e n t r o y de f u e r a h a y a de s e r a s i m ism o de l a d r i l l o y l o s p i l a r e s de l a s v e n t a n a s d e l c r u c e r o de l o p r o p i o y t o d o l o demas de t a p i a muy f u e r t e c o n c a l , - Que en m e d io de l a c a p i l l a m a y o r q u e s e h i c i e r e se h a y a de h a c e r un b u l t o y s e p u l c r o de a l a b a s t r o y e l b u l t o de l a s e ñ o r a Doña Ana de Z u ñ i g a t e n d i ­ do a l modo que a n d a b a en v i d a c o n s u r e j a de y e ­ r r o a l r e d e d o r l i m a d a c o n f o r m e e s t a e l b u l t o de Doña M a g d a le n a de R o b le s en e l c o l e g i o de San Ga­ b r i e l de l a o r d e n de San A g u s t i n de l a c i u d a d de V a l l a d o l i d c o n l a s a rm a s y e s c u d o s de Z u ñ i g a y p o r ^ ï a d i c h a c a p i l l a m a y o r a de s e r de l a m a n e ra q u e v a en l a d i c h a z e p a e l d i c h o b u l t o h a y a de l l e v a r b a r a y q u a r t o c u b i e r t a de g u a d a m a z i l p o r ­ que no se d e s l u s t r e e l b u l t o y e s t e s e p u l c r o h a y a de c a e r d o s b a r a s d e n o s q u a r t a de l a g r a d a d e l a l ­ t a r m a y o r de m a n e ra que v e n g a en m e d io de l a c a p i ­ l l a m a y o r y f r o n t e r o d e l S a n t i s i m o S a c r a m e n t o y que e s t e s e p u l c r o se h a y a de h a c e r l u e g o que se a c a b e l a c a p i l l a m a y o r p o r q u e n t a d e l d i c h o m o n a s ­ t e r i o y de l a r e n t a y d o t a c i ó n que l e s d a , - Que l a s g r a d a s de l a c a p i l l a m a y o r h a y a n de s e r e n de p i e d r a e l a l t o de l a c a p i l l a m a y o r h a y a de s e r a l a t r a z a y modo que a h o r a se u s a y como e s t a l a y g l e s i a de l a c a s a p r o f e s a de l a C o m p a ñ ia de J h s d e s t a c i u d a d de V a l l a d o l i d . - Que en e l c r u c e r o de l a c a p i l l a m a y o r en m e d io y en l o s l a d o s se h a y a n de p o n e r q u a t r o o c i n c o e s ­ c u d o s de a rm a s de Z u ñ i g a a l o l i o y en p i e d r a o ma­ d e r a muy b i e n a c a b a d o s . - Qfie d e b a j o de l a c o r n i s a qu e c a e en l a c a p i l l a m a y o r en e l h u e c o que a de t e n e r d o s p i e s se ha de p o n e r e l l e t r e r o como se d i e r e p o r l o s t e s t a ­ m e n t a r i o s o p a t r o n o s . - Que l a im a x e n de N u e s t r a S e ñ o r a que a h o r a e s t a en e l a l t a r m a y o r y l o s r e t a b l o s de l o s l a t e r a l e s h a y a n de s e r l a m ism a a d v o c a c i ó n s i e m p r e s i n mu­ d a r s e a l a c a p i l l a m a y o r m i e n t r a s no s e h i c i e r e n o t r o s mas s u n t u o s o s y m e j o r e s . - Que a c a b a d a l a c a p i l l a m a y o r y s e p u l c r o se h a y a de h a c e r un r e t a b l o s u n t u o s o y b u e n o de a l t o y a n ­ c h o que t o d a l a p a r e d de l a f r o n t e r a d e l a l t a r ma­ y o r m o s t r a r e c o n f o r m e l a t r a z a que l o s p a t r o n o s q u e s o n o f u e r e n d i e r e n y en e l d i c h o r e t a b l o en l o a l t o h a y a de p o n e r d o s e s c u d o s a l o s l a d o s c o n l a s a rm a s de l o s Z u ñ i g a s y no se p u e d a p o n e r o t r a s n i n g u n a s a rm a s s i n o es de l a d i c h a s e ñ o r a Doña Ana de Z u ñ i g a como se d i c e . - Que l a r e j a que a h o r a e s t a en l a c a p i l l a m a y o r a ñ a d i é n d o l a mas y h a c i é n d o l a m a y o r p u e r t a p o r me­ d i o d á n d o l a c o l o r de v e r d e se h a y a de p o n e r en l a d i c h a c a p i l l a m a y o r h a s t a qu e se h a g a o t r a y l a q u e se h i c i e r e a de s e r c o n f o r m e a l a q u e e s t a en N u e s t r a S e ñ o r a de l a V i c t o r i a de T o le d o y en m e d io de l a d i c h a r e j a h a y a de p o n e r s e p e r p e t u a m e n t e l a s a rm a s de l a d i c h a d i f u n t a . - Que e l p u l p i t o h a y a de e s t a r en m e d io de l a r e ­ j a de l a c a p i l l a m a y o r q u e se h i c i e r e de m a n e ra q u e no s a l g a a l c u e r p o de l a y g l e s i a mas q u e l a c a p i l l a m a y o r y que l a d i c h a r e j a y p u l p i t o h a y a de e s t a r en m e d io de l a e s q u i n a p r i m e r a de l a c a ­ p i l l a m a y o r y que m i e n t r a s se h a c e l a c a p i l l a ma­ y o r l u e g o de p r e s e n t e se h a y a de p o n e r y p o n g a n en m e d io de l a c a p i l l a m a y o r que a h o r a e s un b u l ­ t o y tu m b a de m a d e ra c u b i e r t o c o n un p a ñ o n e g r o y a l r e d e d o r u n o s b a l a u s t r e s de m a d e ra d a d o s de c o l o r n e g r o y que e s t e b u l t o e s t e p e r p e t u a m e n t e m i e n t r a s f u e r e l a c a p i l l a m a y o r que a h o r a e s * - Que t a m b i é n se h a y a n de p o n e r en l a c a p i l l a ma­ y o r l u e g o l o s e s c u d o s de a rm a s que l o s d i c h o s s e ­ ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s se d i j e r e n y en l a s p a r t e s q u e se s e ñ a l a r e n y un l e t r e r o a l r e d e d o r de l a d i c h a c a p i l l a m a y o r c o n f o r m e p u d i e r e h a c e r . - T odo l o q u a l h a y a de s e r p o r q u e n t a d e l d i c h o m o n a s t e r i o y c o n v e n t o y r e n t a de e s t a d o t a c i ó n . - Que a c a b a d o t o d o l o s u s o d i c h o e l d i c h o c o r r e c ­ t o r f r a y l e s y c o n v e n t o se o b l i g a n de que h a r a n t e m o s de l a s c o l o r e s que l a y g l e s i a u s a c o n l a s a rm a s de Z u ñ i g a . . . . . y p o r q u e l a d i c h a D oña Ana de Z u ñ i g a p o r su t e s t a m e n t o m anda que se p o n g a b u l t o en l a c a p i l l a m a y o r se p o n e c o n d i c i ó n qu e se h a g a e l d i c h o b u l t o de a l a b a s t r o como a r r i b a se d e c l a ­ r a y p o d r i a s e r que l a S a n t a Sede A p o s t ó l i c a o r ­ d e n e y mande que se q u i t e n l o s b u l t o s q u e e s t u v i e ­ r e n en m e d io de l a s c a p i l l a s m a y o re s qu e s i e n d o a s i que se q u i t e n l o s d i c h o s b u l t o s se h a y a de h a ­ c e r y h a g a una o r n a c i n a a l l a d o d e r e c h o d e l S an ­ t í s i m o S a c r a m e n to en e l c r u c e r o de l a c a p i l l a ma­ y o r que se h i c i e r e como e s t a en e l m o n a s t e r i o de San A g u s t i n en l a c a p i l l a d e l o y d o r E s p i n o s a de l a m ism a m a n e ra y t r a z a l a q u a i an a q u i p o r i n c o r ­ p o r a d a e y n s e r t a de l a m a n e ra q u e se h a g a un b u l ­ t o de a l a b a s t r o a l modo y t r a j e que a n d a b a en v i ­ da h i n c a d a de r o d i l l a s c o n su a t r i l y h o r a s de l o m ism o y l a s u p e r f i c i e d e l d i c h o a r c o y a rm a s de p i e d r a b l a n c a b u e n a . F e c h a en V a l l a d o l i d a d i e z y n u e v e d i a s d e l mes de j u l l i o de m i l i y s e i s c i e n t o s y d o s a ñ o s . ( 5 1 9 ) . 31 Maestro fray Raphael Diez provinzial cíe la bor­ d e n de l a s a n c t i s i m a t r i n i d a d en l a p r o v i n c i a de c a s t i l l a y n a v a r r a o t o r g a l i c e n c i a p a r a f u n d a r l a d o t a c i ó n y m e m o r ia d e l o b i s p o de C a r t a g e n a e I n ­ q u i s i d o r G e n e r a l don J u a n de Z u ñ i g a en e l C o n v e n ­ t o de N u e s t r a S e ñ o r a de l a s V i r t u d e s de S a la m a n ­ c a * M a d r i d , 2 de j u l i o de 1 6 0 7 . E l 14 de n o v ie m b r e de e s e m ism o año se e x t i e n d e e s c r i t u r a de p a t r o n a z g o . En l a v i l l a de m a d r i d a t r e c e d i a s d e l mes de a - g o s t o de m i l i y s e i s c i e n t o s y o c h o a ñ o s a n t e m i e l e s c r i v a n o p u b l i c o y t e s t i g o s y u s o e s c r i p t o s p a r e s c i o p r e s e n t e P e d ro de M a q u é e o s c r i a d o de s u m a g e s ta d y m a e s t r o de s u s o b r a s vzQ de l a c i u d a d de V a l l a d o l i d ± e s t a n t e a l p r e s e n t e y p o r s i m i s ­ mo y ambos y en no m b re de F r a n c i s c o S a l b a d o r m aes­ t r o de o b r a s v z 2 de l a d h a c i u d a d y de F r a n c i s c o f r a y l e e s c r i u a n o d e l r e y n r o s r y d e l n u m e ro y c o n c e j o s de l o s l u g a r e s de l a g u n a y de l a p u e n t e de D u e r o j u r i s d i c i o n de l a d h a c i u d a d de V a l l a d o - l i d y v z 2 d e l dho l u g a r de la g u n a y de f r a n c i s c o gom ez v z 2 a n s im is r a o d e l . . . • . d i x e r o n que e l m i n i s ­ t r o f r a y l e s y C om b e n to d e l m o n e s t e r i o de l a s a n ­ t í s i m a t r i n i d a d de n u e s t r a s e ñ o r a de l a s b i r t u d e s d i ó c e s i s d e l o b is p a d o de l a c i u d a d de s a la m a n c a d i e r o n e l p a t r o n a z g o p e r p e t u o de l a c a p i l l a m a y o r d e l dho c o m b e n to y c o l a t e r a l e s que en e l l a a y y se h i c i e r a n c o n t o d o l o q u e a y y o b i e r e de l a r e ­ j a de l a c a p i l l a m a y o r a d e n t r o p a r a que s e a como e s e n t i e r r o d e l s e ñ o r d o n J u a n de q u ñ i g a o b i s p o de C a r t a g e n a y n q u i s i d o r g e n e r a l a p o s t ó l i c o d e s ­ t o s r r e y n o s d i f u n t o que e s t e en g l o r i a = y q u e d o y e s t a a c a r g o de l o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s d e l d i c h o s e ñ o r o b i s p o e l h a c e r y l a b r a r de n u e b o p o r q u e n t a de l a h a c i e n d a de s u s e ñ o r i a l a d h a c a p i ­ l l a m a y o r y c o l a t e r a l e s d é l a s a c r i s t i a a n t e s a c r i s - t i a c o r o p o r t a d a y c u e r p o de y g l e s i a y l a s demas o b r a s q u e se an de h a c e r c o n f o r m e e s t a e s c r i p t u - r a de l a f u n d a c i ó n y d o t a c i ó n d e l dho p a t r o n a z g o q u e p a s o 7 se o t o r g o en e s t a dha v i l l a de m a d r i d a n t e m i e l p r e s e n t e e s c r i v a n o en é a t o r c e de n o - b ie r a b r e d e l añ o p a s s a d o de m i l i y s e i s c i e n t o s 7 s i e t e = 7 a o r a en e x e c u c i o n 7 c o n f o r m i d a d d e l l a e l e x c e l e n t i s i m o s r don J u a n de q u ñ i g a y a v e l l a ­ n e d a c o n d e de m i r a n d a d e l c o n s e j o d e s t a d o de su m a g e s ta d = y e l s e ñ o r l i c e n d i a d o p e d r o de t a p i a d e l r e a l c o n s e j o s u p re m o d e l R ey n r o s r 7 de l a s a n c t a g e n e r a l y n q u i s i c i o n = y e l s r l i c e n c i a d o J u a n P a r d o de A r e n i l l a s como t r e s 7 m a y o r p a r t e de l o s c i n c o s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s d e l d h o s r O b is p o e y n q u i s i d o r g e n e r a l q u i e r e n p o n e r en e - f e c t o l a f a b r i c a de l a s d h a s o b r a s y p a r a e l l o e s t a a s s e n t a d o y c o n c e r t a d o c o n e l dho pQ de ma­ q u é e o s q u e l a s a y a de h a c e r y t o m a r a s u c a r g o o t o r g a n d o en e s t a r r a ç o n l a p r e s e n t e e s c r i p t u r a en l a f o r m a q u e s e r a c o n t e n i d a en e l l a = P o r t a n ­ t o c u m p l i e n d o c o n l o s u s o d h o p e d r o de m a quéeo s = d i x o y o t o r g o q u e d e s d e l u e g o to m a b a y to m o a s u c a r g o de l o s d h o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s l a s d h a s o b r a s y f a b r i c a d é l i a s de s u s o r r e f e r i d a s y se o - b l i g o como p r i n c i p a l d e u d o r c u m p l i d o r y p a g a d o r = y o b l i g o a l o s d h o s F r a n c i s c o s a l b a d o r F r a n c i s c o f r a y l e y F r a n c i s c o goraez s u s p a r t e s en b i r t u d d e l dho s u p o d e r de s u s o y n c o r p o r a d o como s u s f i a d o ­ r e s p r i n c i p a l e s y l l a n o s d e u d o r e s p a g a d o r e s y cum­ p l i d o r e s » «que e l dho P e d r o de m a q u é e o s h a r a l a b r a r a y f a b r i c a r a de n u e v o en t o d a p e r f e c c i ó n ç s u c o s t a de manos m a t e r i a l e s o f i c i a l e s y p e o ­ n e s y l o dem as n e c e s a r i o l a d i c h a c a p i l l a m a y o r d e l d i c h o c o ra b e n to de l a s V i r t u d e s y c o l a t e r a l e s d e l l a s a c r i s t i a a n t e s a c r i s t i a c o r o p o r t a d a y c u e r ­ po de y g l e s s i a y l a s demas o b r a s que s s e an de h a ­ c e r c o n f o r m e a l a d h a e s c r i p t u r a de l a f u n d a c i ó n y d o c t a c i o n de dho p a t r o n a z g o = t o d o e l l o en e l p r e c i o y t i e m p o c o n fo r m e a l a h o r d e n t r a q a y p l a n ­ t a que de p a r a l a s d h a s o b r a s se a h e c h o q u e e s ­ t a f i r m a d o de l o s d h o s s e ñ o r e s l i c e n c i a d o s p e d r o de t a p i a y J u a n p a r d o de A r e n i l l a s y d e l dho pQ de m a ç u e c o s y de m i e l p r e s e n t e e s c r i u a n o y en c u y o p o d e r l a d h a p l a n t a y t r a ç a q u e d a o r i g i n a l ­ m e n te c o s s i d a c o n e s t a e s c r i p t u r a y a l a s c o n d i ­ c i o n e s que en e l l a y r a n y n s e r t a s e y n c o r p o r a d a s c o n l a s q u a l e s e l dho p ö de m a ç u e c o s to m a a su c a r g o y se l e d a n l a s d h a s o b r a s e l a s d h a s c o n ­ d i c i o n e s e s t á n f i r m a d a s a n s i m ism o de l o s d h o s d o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s y d e l dho M a ç u e c o s y de m i e l dho e s c r i u a n o e l t e n o r de l a s q u a l e s e s e l s i g u i e n t e A q u i l a s c o n d i c i o n e s C o n fo r m e a l a s d h a s c o n d i c i o n e s de s u s o y n c o r p o ­ r a d a s y a l a d h a t r a ç a y p l a n t a r r e f e r i d a en l a e s c r i p t u r a e l dho p 2 de m a ç u e c o s se o b l i g o y o - b l i g a a l o s d h o s f r a n c i s c o s a l b a d o r F r a n c i s c o f r a y l e y F r a n c i s c o gomez s u s f i a d o r e s y p a r t e s d e b a x o de l a d h a m a n c o m u n id a d = que e l dho P e d r o de m a ç u e c o s h a r a y f a b r i c a r a de n u e b o l a s d h a s o - b r a s de s u s o r e f e r i d a s s e g ú n y como en l a s d h a s c o n d i c i o n e s se d i z e y d e c l a r a y p o r l a dha t r q ç a y p l a n t a se h o r d e n a y d i s p o n e l a f a b r i c a d é l i a s t o d o e l l o a c o s t a d e l dho p e d r o de m a ç u e c o s de m anos m a t e r i a l e s / o f i c i a l e s y p e o n e s y l o demas n e c e s a r i o s e g ú n dho e s h a s t a d e j a r a c a u a d a s t o d a s l a s d h a s o b r a s de t o d o p u n t o y en t o d a p e r f e c c i ó n a v i s t a de m a e s t r o s y o f i c i a l e s d e l dh o a r t e que l o s e p a n y e n t i e n d a n y a s a t i s f a c c i ó n y c o n t e n t o de l o s d h o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s o de l a m a y o r p a r t e de e l l o s o de l a p e r s o n a o p e r s o n a s que p o r e l l o s o p o r q u a l q u i e r d e l l o s f u e r e n n o m b r a d a s p a r ­ t e s = l a s q u a l e s d h a s o b r a s e l dho p e d r o de m a ç u e ­ c o s d a r a h e c h a s y a c a b a d a s h a s t a d a r l l a v e s en mano como e s c o s t u m b r e en e s t a m a n e ra = l a d h a c a p i l l a m a y o r a c a u a d a en t o d a p e r f e c c i ó n d e n t r o de s e i s a ñ o s que an de c o r r e r y c o n t a r s e y c o r r e n y se q u e n t a n d e s d e p r i m e r o de A b r i l l d e l año p r i ­ m e ro de m i l i y s e i s c i e n t o s y n u e v e y se c u m p le n en p r i m e r o de a b r i l l d e l año de m i l l s e i s c i e n t o s y q u i n c e = y e l r e s t o d e l c u e r p o de l a y g l e s i a s a c r i s t í a y a n t e s a c r i s t i a c o r o y p o r t a d a y t o d o l o dem as c o n t e n i d o en e s t a e s c r i p t u r a y c o n d i c i o ­ n e s en e l l a y n s e r t a s d e n t r o de o t r o s t r e s a ñ o s mas c o n t a d o s d e s p u e s q u e se a y a n c u m p l i d o l o s d h o s s e i s p r i m e r o s a ñ o s q u e l o s d h o s t r e s u l t i m o s s e c u m p le n en p r i m e r o de a b r i l l d e l año de m i l i y s e i s c i e n t o s y d i e z y o c h o = c o n d e c l a r a c i ó n que n o a c a b a n d o l a s d i c h a s o b r a s en e l dho t i e m p o s e a n de d e s c o n t a r a l dho p e d r o de M a q u é e o s d e l p r e s c i o d é l i a s d i e z d u c a d o s p o r c a d a un d i a de l o s que mas d u r a r e y d i l a t a r e e l a c a b a r l a s d e l t i e m p o que p a r a e l l o se l e da = dem as de l o q u a l s i p a r a l o s d h o s t i e m p o s y p l a ç o s no e s t u b i e r e n h e c h a s y a c a b a d a s l a s d h a s o b r a s en l a f o r m a y como dho es An de p o d e r y p u e d a n l o s d h o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s o q u a l q u i e r d e l l o s o q u i e n p o r e - l l o s o p o r q u a l q u i e r d e l l o s f u e r e p a r t e c o m p r a r y c o m p re n en q u a l e s q u i e r p a r t e l o s m a t e r i a l e s n e c e s a r i o s p a r a l a s d h a s o b r a s e p a r a l a s p a r t e s q u e d e l l a f a l t a r e p o r a c a b a r y f a b r i c a r y r e s c i - u i r y r e z i b a n l o s m a e s t r o s o f i c i a l e s que p a r a l a d h a f a b r i c a f u e r e n m e n e s t e r a l p r e s c i o o p r e s c i o s de m a r a u e d is q u e q u i s i e r e n y l o s h a l l a r e n y c o n ­ c e r t a r e n y h a c e r y h a g a n l a s d h a s o b r a s a s u e l e c ­ c i ó n y b o l u n t a d c o n f o r m e a l a s d h a s c o n d i c i o n e s t r a ç a y p l a n t a y p o r t o d o l o que mas m o n t a r e n y c o s t a r e n l a s d h a s o b r a s de d i e z y n u e u e m i l i d u ­ c a d o s de a o n c e r r e a l e s c a d a u n o en qu e e s t a c o n ­ c e r t a d a y se c o n c i e r t a l a f a b r i c a d é l i a s a t o d a c o s t a de m anos y m a t e r i a l e s como en e s t a e s c r i p ­ t u r a h e s y s e r a c o n t e n i d o = y p o r mas l o q u e e l d h o p e d r o de m aquéeo s u b i e r e r e s c i u i d o y c o b r a d o a d e l a n t a d o p o r q u e n t a de l a s d h a s o b r a s y l a s c o s t a s y d a ñ o s y n t e r e s e s y m e n o s c a b o s que p o r l a d h a r r a q o n se l e s i g u i e r e n y c a u s s a r e n a l a h a c i e n ­ da d e l dho s e ñ o r o b i s p o e y n q u i s i d o r g e n e r a l p u e - d a n s e r e x e c u t a d o s e l dho p e d r o de m a ç u e c o s como t a l p r i n c i p a l y l o s d h o s F r a n c i s c o S a l b a d o r f r a n ­ c i s c o f r a y l e y f r a n c i s c o gom ez como t a l e s s u s f i a d o r e s . .« « * = y s i e l dho p e d r o de m a ç u e c o s p o r m u e r t e o p o r o t r o y m p e d i m i e n t o c a s o / o s u b c e s o q u e s e a no p u d i e r e a c a b a r l a s d h a s o b r a s en t a l c a s o h a n de q u e d a r o b l i g a d o s s u s h e r e d e r o s y l o s d h o s s u s f i a d o r e s « • • • * a l o c u m p l i r y a c a b a r l a s d h a s o b r a s s e g u n d y como en e s t a e s c r i p t u r a y en l a s c o n d i c i o n e s en e l l a i n s e r t a s e c o n t i e n e = y l o s d h o s s e ñ o r e s L i c e n c i a d o PQ de t a p i a d e l d h o r e a l c o n s e j o de su m a g e s ta d y de l a d h a s a n c t a g e n e r a l y n q u i s i c i o n = y l i c e n c i a d o J u a n p a r d o de A r e n i l l a s p o r s i y en n o m b re d e l dho Exmó s e ñ o r d o n J u a n de ç u h i g a y A v e l l a n e d a c o n d e de m i r a n d a d e l c o n s e j o de e s t a d o de s u m a g e s ta d y de l o s d e ­ mas s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s d e l dho s r o b i s p o e y n q u i s i d o r g e n e r a l d o n J u a n de ç u n i g a * • « • . q u e e s ­ t a b a n p r e s e n t e s a e s t a e s c r i p t u r a o t o r g a r o n q u e l a a c e b t a u a n y a c e b t a r o n como en e l l a se c o n t i e ­ ne y p o r e l l a e n c a r g a r o n y d i e r o n l a f a b r i c a de l a s d h a s o b r a s a l dho p e d r o de m a ç u e c o s p a r a que l a s h a g a y f a b r i q u e en e l t i e m p o y c o n f o r m e a l a s c o n d i c i o n e s y n c o r p o r a d a s a e s t a e s c r i p t u r a y a l a t r a ç a y p l a n t a r r e f e r i d a en e l l a s e g u n d y como e s t a dho y d e c l a r a d o = y p o r r r a ç o n de t o d o s l o s m a t e r i a l e s q u e p a r a l a s d h a s o b r a s e l dh o p 2 de m a ç u e c o s a de c o m p r a r y p o n e r de su t r a u a j o y o - c u p a c i o n y de l o s o f i c i a l e s y p e o n e s que en e l l a s an de e n t e n d e r y t r a u a j a r y de l o s dem as g a s t o s a l a s d h a s o b r a s t o c a n t e s a n s i de m a t e r i a l e s c o ­ mo de m anos = l o s d h o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s o - b l i g a r o n l o s r r e d i t o s que u b i e r e n c o r r i d o y c o ­ r r i e r e n de l a s m e n t a s y j u r o s d e l dho s e ñ o r o - b i s p o y qu e s e an c o m p ra d o en n o m b re de s u s memo­ r i a s y d i s p u s i c i o n e s = que se p a g a r a n a l dh o p e ­ d r o de m a ç u e c o s o a q u i e n s u p o d e r u b i e r e y p o r e l l o o b i e r e de a v e r l o s d h o s d i e z y n u e u e m i l i d u c a d o s de a o n c e r e a l e s c a d a uno en que como dho e s e n t r e arabas p a r t e s e s t a a s e n t a d a y c o n c e r t a d a y se a s i e n t a y c o n c i e r t a e l p r e s c i o y b a l o r de l a s d h a s o b r a s y f a b r i c a d é l i a s de t o d a c o s t a ma­ t e r i a l e s y ¡nanos l o s q u a l e s se l e a n de p a g a r y p a g a r a n en l o s r r e d i t o s de m i l d u c a d o s q u e l a s m e m o r ia s d e l dho s e ñ o r o b i s p o t i e n e n de j u r o en c a d a un añ o en d o s p r e u i l e g i o s de s u ra a g e s ta d = u n o de o c h o c i e n t o s d u c a d o s y o t r o de d u c i e n t o s d u c a d o s s i t u a d o s t o d o s en l a r r e n t a de l o s n a y — p e s d e l r e i n o de t o l e d o = y en l o s r r e d i t o s de q u a r e n t a m i l i m a r a u e d is de j u r o en c a d a un año en l a s d h a s iM e m o ria s de s u s e ñ o r i a t i e n e n a n s i m i s - rao en l a s A l c a u a l a s de s a n c l e m e n t e = y l a r r e n ­ t a de n u e u e f a n e g a s de t r i g o y n u e u e f a n e g a s de c e b a d a que t a m b i é n p a g a de r r e n t a en c a d a un año a l a s d h a s m e m o r ia s e l c o n c e j o de V i l l a f l o r e s qu e e s t a j u n t o a l dho c o ra b e n to de l a s b i r t u d e s p a r a c u y a c o b r a n ç a de t o d o l o s u s o d h o l o s d h o s s e ñ o ­ r e s t e s t a m e n t a r i o s o q u i e n p o r e l l o s f u e r e p a r t e d a r a n e l p o d e r o p o d e r e s en c a u s a p r o p i a n e s c e - s a r i o s a l dho p e d r o de m a q u é e o s p a r a que l o s r r e — z i b a y c o b r e p a r a s im is ra o d e s d e p r i m e r o de h e n e - r o p a s a d o d e s t e dho p r e s e n t e año de m i l i y s e i s ­ c i e n t o s y o c h o en a d e l a n t e h a s t a q u e a y a a c a b a d o de c o b r a r e n t e r a m e n t e l o s d h o s d i e z y n u e u e m i l i d u c a d o s de p r e s c i o de l a s d h a s o b r a s * « • • • E l l i c e n c i a d o E l l i c e n c i a d o P e d r o de T a p i a J u a n P a r d o de A r e n i l l a s pQ de m aquéeo s A n t e my A n t p n i o de l e ó n d e r e c h o s d o z e r e a l e s S e p a n q u a n t o s e s t a c a r t a de p o d e r v i e r e n como n o s f r a n c i s c o s a l b a d o r m a e s t r o de o b r a s v z S d e s t a z i u - d a d de b a l l a d o l i d f r a n c i s c o f r a y l e e s c r i u a n o d e l r r e y n r o s r d e l n u m e ro y c o n z e j o de l o s l u g a r e s de l a g u n a y de l a p u e n t e de d u e r o j u r i s d i c i o n d e s ­ t a dh a c i u d a d y v z ö d e l dho l u g a r de l a g u n a y f r a n - c i s c o gomez v z S a n s im is ra o d e l dho l u g a r de l a g u n a , • a = d e c im o s que p o r q u n t o e l m a e s t r o f r a i l e s y C o n - b e n t o d e l monö de l a s a n t í s i m a t r y n i d a d de n r a s e - l o r a de l a s b i r t u d e s d i o z e a i s d e l o b i s p a d o de Sa­ la m a n c a an d a d o e l p a t r o n a z g o p e r p e t u o de l a c a ­ p i l l a m a y o r d e l dho c o m b e n to y c o l a t e r a l e s q u e en e l l a a y y se h i z i e r e n c o n t o d o l o qu e en e l l a a y y o b i e r e de l a r r e j a de l a dh a c a p i l l a m a y o r a d e n ­ t r o p a r a q u e s e a como e n t i e t r o d e l s r d o n Ju S de Z u ñ y g a o b i s p o de C a r t a j e n a y q u i s i d o r ( s i c ) g e n e ­ r a l a p o s t ó l i c o en e s t o s r r e y n i s d i f u n t o qu e e s t e en g l o r i a y q u e d o y e s t a a c a r g o de l o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s d e l dho s r o b i s p o e l h a z e r y l a b r a r de n u e b o p o r q u e n t a de l a h a z i e n d a de su s e ñ o r í a l a d h a c a p i l l a m a y o r y c o l a t e r a l e s d e l l a s a c r i s ­ t í a a n t e s a c r i s t i a c o r o p o r t a d a y c u e r p o de l a y - g l e s i a y l a s dem as o b r a s q u e s e a n de h a z e r c o n f o r ­ me a l a e s c r i p t u r a de f u n d a z i o n y d o t a z i o n de dho p a t r o n a z g o que p a s s o y se o t o r g o en l a uá de m a- d r i d a n t e a n t o n i o de l e ó n e s c r i u ó d e l r r e y n r o s r a qu e n o s r r e f e r i m o s = y p o r q u e a g o r a l o s d h o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s q u i e r e n p o n e r en e f e c t o l a s d h a s o b r a s l a s q u a l e s q u i e r e h a z e r y t o m a r a s u c a r g o p e d r o de m a z u e c o s c r i a d o de s u magd y m a e s t r o de s u s o b r a s r r e a l e s v z 2 d e s t a dh a c i u ­ d a d p o r t a n t o p a r a en c a s s o que e l dh o pQ de ma­ z u e c o s to m e a s u c a r g o l a s d h a s o b r a s y f a b r i c a d é l i a s de l o s d h o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s o de l a m a y o r p a r t e d e l l o s o de o t r a q u a l e s q u i e r p e r ­ s o n a o p e r s o n a s en su n o m b re p o r r r e m a t e o s i n e l o p o r b i a de c o n z i e r t o o en o t r a q u a l q u i e r f o r m a q u e s e a = o t o r g a m o s qu e damos t o d o n u e s t r o p o d e r c u m p l i d o e l que de d e r e c h o se r r e q u i e r e a e l dho pQ de m a z u e c c s e s p e c i a l m e n t e p a r a qu e en n u e s t r o n o n i b r e , . . . . n o s p u e d a o b l i g a r y o b l i g u e • • • • • c o m o s u s f i a d o r e s p r i n z i p a l e s y l l a n o s p a g a ­ d o r e s . # . q u e e l dho pQ de m a z u e c o s l a b r a r a y f a b r i c a r a l a dha c a p i l l a m a y o r y c o l a t e r a l e s d e - é l t l i a s s a c r i s t l a a n t e s a c r i s t i a p o r t a d a c o r o c u e r p o de y g l e s i a y l a s demas o b r a s que c o n f o r m e a l a d h a e s c r i p t u r a de l a f u n d a z i o n d e l dho p a t r o n a z ­ go se a n de h a z e r y que a e l l a s f u e r e a n e j o t o ­ c a n t e y c o n c e r n i e n t e . . „ . . V a l l a d o l i d , 27 de mayo de 1 6 0 8 . S e g u id a m e n t e v i e n e n l a s p r o b a n z a s de s o l v e n c i a de l o s f i a d o r e s , h e c h a s en V a l l a d o l i d . C o n d i c i o n e s c o n l a s q u a l e s p e d r o de m a q u é e o s c r i a ­ do de s u magd y m a e s t r o de s u s o b r a s a de h a c e r a t o d a c o s t a l a c a p i l l a m a y o r y r e e d i f i c a c i ó n d e l c u e r p o de l a y g l e s i a y dem ás o b r a s d e l m o n e s t e r i o de n u e s t r a s e ñ o r a de l a s V i r t u d e s de l a h o r d e n de l a s a n t i s i m a t r i n i d a d p a r a e n t i e r r o d e l s e ñ o r Don J u a n de q u ñ i g a y n q u i s i d o r g e n e r a l y o b i s p o de C a r ­ t a g e n a s o n l a s s i g u i e n t e s : 1 . - P r i m e r a m e n t e e l dho p e d r o de m a q u é e o s a t a x a r a l a y g l e s i a v i e x a c o n u n a t a p i a de t i e r r a p o r e l p r i n c i p i o de l a s d o s c a p i l l a s c o l a t e r a l e s d e j á n d o ­ l a s f u e r a e n t e r a m e n t e a l a p a r t e de l a c a p i l l a ma­ y o r p a r a que de l u g a r a l f a b r i c a r s i n d a ñ o n i e s ­ t o n i o d e l c u l t o d i u i n o y s u b i r a e s t e a t a j o de t a ­ p i a s de t i e r r a y o t r o c e r r a m i e n t o h a s t a e l t e j a ­ do y q u e d a r a a b i e r t a una p u e r t a en e l dho a t a j o a l un l a d o p * r a p o r e l l a s a c a r l a y m a je n de n u e s ­ t r a S e ñ o r a que a de s e r p o r l a c a p i l l a m a y o r o en su l u g a r a b r i r una p u e r t a en un l a d o de l a c a ­ p i l l a m a y o r p a r a p o r a l l i s a c a r l a dh a y m a je n e m p r o c e s i o n p a r a l l e b a r l a a l a y g l e s i a v i e j a y e s t o s e r a a e s c o g e r d e l p a d r e m i n i s t r o = t a m b i é n s e a de h a c e r e l a l t a r y g r a d a s de t a b l a s de made­ r a qu e q u e d e c o n d e c e n c i a = y a l l a d o d e l e b a n g e - l i o se h a r a un b a l c o n de m a d e ra d o n d e se p o n g a e l c u e r p o d e l s e ñ o r o b i s p o e n t r e t a n t o q u e se h a ­ ce l a c a p i l l a m a y o r y a n t e s que se d e r r i u e l a dha c a p i l l a m a y o r v i e x a se a b r i r á n l o s c i m i e n t o s que s e p u d i e r o n ( s i s ) p a r a a s e n t a r l a p r i m e r a p i e d r a que a de s e r d o n d e a de e s t a r e l a l t a r m a y o r y ê ï * en l a dh a p i e d r a s e a de h a c e r u n a c o n c a u i d a d en qu e q u e p a u n a c a x a y t o d o e l l o a d e s t a r h e c h o y a c a u a d o de a q u i a f i n de a b r i l l d e l a ñ o p r i m e r o de m i l i y s e i s c i e n t o s y n u e b e q u e s q u a n d o s e a de c e l e b r a r e l c a p i t u l o y m u d a rs e l a y m a g e n * 2 . - Es c o n d i c i ó n que a u i e n d o s e s e n t a d o l a dh a p r i ­ m e ra p i e d r a se m a ç i ç a r a n l o s c i m i e n t o s que e s t u - b i e r e n a b i e r t o s h a s t a e l n i b e l de l a y g l e s i a v i e - x a y m e d io p i e m enos y d e s p u e s de d e s e m b a ç a ç a d a l a d h a c a p i l l a m a y o r v i e j a s e d e s r r i b a r a n d e s d e a r r i b a a b a j o a u ie n d o p r i m e r o a p o y a d o y c i m b r i a - do l o s d o s a r c o s de l a s d o s c a p i l l a s c o l a t e r a l e s y a s im is m o se d e r r i b a r a n l a s d o s s a c r i s t í a s a l t a y b a j a y s i e n d o t o d o d e r r i b a d o se a b r i r á n t o d o s l o s dem as c i m i e n t o s c o m b i n i e n t e s a l a d h a c a p i l l a ma­ y o r n u e b a y c r u c e r o s d e l l a c o n l o s a n c h o s y g r u e ­ s o s que e n s e ñ a l a p l a n t a y mas m e d io p i e p a r a ç a - p a t a p o r l a s p a r t e s de a f u e r a y p o r de d e n t r o se a c u d a r a n s e i s p i e s c o n t a d o s d e s d e e l n i b e l y a n ­ d a r de l a y g l e s i a v i e j a e c e b t o l a s q u a t r o p a r e ­ d e s d e l a l t a r m a y o r que e s t a s an de u a j a r d o s p i e s mas que s e r á n o c h o p i e s p o r c a u s a de l a b o b e d a y e n t i e r r o q u e a de a u e r d e u a x o de l a s g r a d a s y a l ­ t a r m a y o r t o d o s l o s d h o s c i m i e n t o s se a b r i r á n a un n i b e l s e g ú n l o s o n d o s d e c l a r a d o s y a p lo m o p o r t o d a s p a r t e s y en a n g u l o s r r e c t o s c o n e l c u e r p o de l a y g l e s i a t o d o s l o s d h o s c i m i e n t o s se r a a c iç a - r a n de g u i j a r r o p e l a d o h a s t a e l d i o n i b e l e c e b t o l a s q u a t r o p a r e d e s d e l c a u e r o que e s t a s an de s e r de a l b a ñ e r i a a c a u s a de a u e r s e de u e r p o r l a p a r t e d e l c a r n e r o / o b o b e d a d e x a n d o h e c h a s d o s l u c e r a s en l o s d o s e s t r i b o s qu e c o r r e s p o n d a n l a u n a a l a o t r a = y a d b i e r t e s e que s i no f u e s e n e ­ c e s a r i o a o n d a r t a n t o l o s d h o s c i m i e n t o s qu e se h a y a de d e s c o n t a r c o n f o r m e s e t a s a r e p o r d o s o - f i c i a l e s n o m b ra d o s p o r c a d a p a r t e e l s u y o y no s e c o n f o r m a n d o s e a de h a c e r l a dha t a s a p o r un t e r c e r o . 3 . - Es c o n d i c i ó n que e n r r a s a d o s y n i b e l a d o s que s e a n t o d o s l o s c i m i e n t o s de l a c a p i l l a m a y o r y c r u c e r o s se e l e g i r á n l o s b a s a m e n to s y r r e q u a d r a — d o s p i l a s t r a s p a r e d e s de l a fo r m a y m e d id a que e n s e ñ a n l o s n ú m e ro s y p l a n t a que e s t a f i r m a d a de l o s d h o s s e ñ o r e s l i c e n c i a d o p e d r o de t a p i a y j u a n p a r d o de a r e n i l l a s y d e l dho p e d r o de m aquéeo s y de a n t o n i o de l e ó n e s c r i u a n o s i n e x c e d e r d e l l o s en c o s a a l g u n a h a c ie n d o s u s b a s a m e n to s de l a l a - u o r y n u m e ro que e n s e ñ a un p e r f i l q u e e s t a en e l p e r f i l l a r g o s i n a g u a d a s y q u e e s t a e s c r i t o p o r d e b a j o d e l p o r s e g u n d o a c u e r d o y s u f e c h a es de v e i n t e y c i n c o de J u n i o de s e i s c i e n t o s y s i e t e y a n s im is m o l o s a n c h o s de p i l a s t r a s y xam bas y t o ­ d o s l o s d h o s b a s a m e n to s s e r á n de p i e d r a c a r d e ñ o - s a en d o s y l a d a s que l e b a n t e n t r e s p i e s s o b r e e l a n d a r de l a y g l e s i a y e n t r a n m e d io p i e d e l a n d a r d h o a u a j o y e s t a s d h a s d o s y l a d a s c o r r e r á n p o r e n t r e l o s d h o s v a s a m e n to s p o r l a p a r t e de a d e n ­ t r o y p o r de f u e r a s e r a l o p r o p i o en q u a n t o a l a s d h a s d o s y l a d a s de s i l l a r e s de m a n e ra q u e n i n g u ­ n a a l b a ñ e r i a p u b l i c a n i s e c r e t a e s t e a r r a y z d e l s u e l o o p o r l a p a r t e de a f u e r a s i n o de l o s d h o s t r e s p i e s a r r i u a e c e t o l o q u e e n c u b r e n l o s a l t a ­ r e s r a a io r y c o l a t e r a l e s y mesa g r a n d e de l a c a u e - z e r a y t o d o l o dem as de a l l i a r r i u a s u b i r á c o n s u s p i l a s t r a s y b o q u i l l a s y c a x a p a r a e l r e t a b l o y c a x a s p a r a e n t i e r r o s t o d o de a l b a ñ e r i a de l a ­ d r i l l o y c a l c o n b u e n a m e z c la que t e n g a t r e s p a r ­ t e s de a r e n a y d o s de c a l c o n l o s g r u e s o s de p a ­ r e d e s y s a l i d a s de p i l a s t r a s q u e e n s e ñ a l a dha p l a n t a y s u s n u m e ro s y s u b i r á e l a l t o y a l t o s que e n s e ñ a n l o s p e r f i l e s a s i en e l t o d o como en l a s p a r t e s d e x a n d o h e c h a s s u s b e n t a n a s en l o s d o s c r u ­ c e r o s de l o s ta m a ñ o s que e n s e ñ a n l o s d h o s p e r f i ­ l e s y s u s n ú m e r o s . 4 . - Es c o n d i c i ó n que l a s d o s p u e r t a s de l a s a c r i s ­ t í a y c a p i l l a c o l a t e r a l y o r n e c i n a que e s t a a l l a - do d e l e b a n g e l i o amibas an de s e r c o n s u s ja m b a s j d e n t e l i s ( s i c ) y l o s e s c o n c e s h a s t a e l a l t o de l a s d h a s d o s y l a d a s a s im is m o de p i e d r a b e r u o q u i — ñ a como l a s ja m b a s y d i n t e l e s y l o dem as c o n s u c a p i a l ç a d o de a l b a ñ e r i a y l a s g r a d a s d e l a l t a r m a y o r y c o l a t e r a l e s y m esas de t o d o s t r e s a l t a ­ r e s y e l l o s a d o de l a s d h a s m esas o p e a r i a s y e l de t o d a l a c a u e c e r a y c r u c e r o s e r a t o d o e l l o de p i e d r a de b u e n g r a n o de l a s c a n t e r a s n e g r a s de m o ç a r a b e s y s a la m a n c a de l a p i e d r a b l a n c a p o r m i ­ t a d y t e n d r á n l a s l o s a s a d o s p i e s en q u a d r a d o de a r c a o p o c o m enos y t o d o b i e n l a b r a d o y a s e n ­ t a d o s o b r e s u cama de c a l y l a s g r a d a s h i r a n l a ­ b r a d a s c o n s u b o c e l y f i l e t e y c o p a d a y a s im is m o de l a dha p i e d r a b e r r o q u i ñ a se a r a y a s e n t a r a un b a n c o p a r a l a r r e x a p r i n c i p a l de l a l a b o r y a l t o qu e e s t a l a de l a y g l e s i a d e l m o n e s t e r i o de s a n d i e g o de v a l l a d o l i d . 5 * - Es c o n d i c i ó n que a t i e m p o de f a b r i c a r l o s q u a - t r o a r c o s p r i n c i p a l e s se y r a n f a b r i c a n d o c o n e l l o s y a un t i e m p o l a s q u a t r o p e c h i n a s de m a n e ra que s u b a n l l e n a s y m a c iç a s c o n s u s t i r a n t e z e s s e g ú n e l p u n t o de l a d i a g o n a l h a s t a e n r r a s a r c o n e l s o ­ b r e t e c h o de l o s d h o s q u a t r o a r c o s qu e an de s e r c e r r a d o s c o n d o s h a s t a s de l a d r i l l o c o n q u e no p a ­ s e n de d o s p i e s de a l t o y e n c im a de l a s q u a t t r o c l a u e s y q u a t r o p e c h i n a s se ¿ l i g i r a un c u e r p o o - c h a u a d o c o n s u s p a r e d e s de a l b a ñ e r i a de d o s a s t a s de g r u e s o y s u b i r á n t o d o l o q u e c o m benga p a r a q u e d e n t r o de t o d a s o c h o q u e p a l a m e d ia n a r a n j a c o n s u s p i e s d e r e c h o s s i n qu e t o p e l a b u e l t a d e l l a en l o s t e x a d o s = y s e a d b i e r t e que en l a s d h a s o c h o p a r e d e s en c a d a un a d é l i a s q u e d a r a a b i e r t a u n a b e n t a n a c o n e l a n c h o y a l t o que e n s e ñ a e l p e r f i l en l a m e d ia n a r a n j a y q u e d a r a h e c h o s u t e - j a r o z en e l d h o c u e r p o o c h a u a d o de l a d r i l l o s a r ­ d i n e l y l o p r o p i o s e r a en e l c o n t o r n o de l a c a p i ­ l l a m a y o r c r u c e r o y c a u e c e r a . 6 . - Es c o n d i c i ó n que a y a u n a h a r t a d u r a o c h a u a d a en e l c u e r p o u l t i m o c o n b u e n a s s o l e r a s y q u a d r a ­ t e s y a o u i j o n e s y e s t r i b o s l i m a s y p e n u l a s y maça d e l m a rc o s u f i c i e n t e de m a d e ra de p i n o o a la m o de l a s ñ a u a s y e n c im a a l f a r x i a d o y e n t a b l a d o de b u e n a t a b l a s u f i c i e n t e y e n c im a t r a s t e x a d o de bue-r na t e x a b i e n c o c i d a y a s e n t a d a c o n b a r r o y a l o ­ mo l l e n o y d e x a r a h e c h a y a s e n t a d a u n a c o n s u b e l a en e l ñ a u o o maca de l a h a r m a d u r a o c h a u a — da qu e d e s c u b r a e n c im a d e l t e x a d o o c h o p i e s y l o s b r a ç o s en p r o p o r c i ó n y s u b a l a de c o b r e q u e t e n g a p i e y m e d io de d i a m e t r o y en q u a t t r o a l o s b r a ç o s y c a u e c e r a h a r a s u s a r m a d u r a s a t r e s a g u a s de l a l a u o r y m a t e r i a de l o o c h a u a d o y a s im is m o t r a s t e - x a d a de b u e n a t e x a como l o de a r r i u a y d e x a r a h e ­ c h a s l a s b u a r d a s n e c e s a r i a s = . 7 , - Es c o n d i c i ó n que d e x a r a h e c h a u n a b o b e d a o c a r n e r o d e u a x o d e l a l t a r m a y o r de t o d o e l a n c h o q u e m u e s t r a e l p e r f i l y de l a r g o t o d o l o q u e t i e ­ ne l a c a u e c e r a y l a r g o de g r a d a s h e c h o de u o u e d a de l a d r i l l o y c a l y t e n d r a de ondo t o d o l o que m u e s t r a e l p e r f i l y s e r a s o l a d o de l a d r i l l o r a s ­ p a d o y s e r a h e c h o c o n s u e s c a l e r a de l a d r i l l o y p e l d a ñ o s de m a d e ra l a b r a d o s c o n s u b o c e l y t o d o e l c a r n e r o o b o b e d a s e r a c e r r a d o c o n un c a ñ ó n y g u a r n e c i d o de c a l y r r e b o c a d o a n s i e l c a ñ ó n como l a s p a r e d e s y b e n t a n a s que an de q u e d a r en l o s d o s t e s t e r o s c o n s u s r r e j a s de h i e r r o y l a e s c a ­ l e r a dh a s e r a p o r d e u a x o d e l a l t a r m a y o r y d e n ­ t r o de l a dha b o b e d a o c a r n e r o q u e d a r a h e c h o su a l t a r p a r a d e c i r m is a y t o d o a l r r e d e d o r s u s p o y o s p a r a p o n e r l o s a t a ú d e s . 8 * - Es c o n d i c i ó n que d e j a r a c e r r a d o s l o s c u a t r o a r c o s p r i n c i p a l e s a m e d io c i r c u l o a u i e n d o s u v i d o de p i e d e r e c h o l o que e n s e ñ a e l p e r f i l y s e r á n c e r r a d o s como dho es de d o s p i e s de a l t o de d o - b e l a y de a n c h o a t r e s p i e s y m e d io l o s t r e s d e - l l o s y e l de l a e n t r a d a s e r a c e r r a d o en c o m p a ñ ia d e l que a r r i m a a e l q u e am bos j u n t o s t e n d r á n de a n c h o s e i s p i e s y c e r r a d o s c o n e l p r o p i o a l t o y c e r r a d o s l o s d h o s a r c o s se c e r r a r a n o t r o s t r e s en l o s d o s c r u z e r o s y c a n e c e r á d e l a n c h o que m ues­ t r a l a p l a n t a y p e r f i l y s u s t r e s b o b e d a s de l a o r d e n que e n s e ñ a e l p e r f i l y s e r á n c e r r a d a s l a s d h a s t r e s b o b e d a s de l a d r i l l o x a b o n e r o de c i n c o o s e i s d e d o s de a n c h o y de m e d ia a s t a d e l dho x a u o n e r o c o n y e s o p u r o y l o s a r c o s p e q u e ñ o s ta m ­ b i é n c o n y e s o y l o s q u a t r o a r c o s p r i n c i p a l e s s e ­ r á n c e r r a d o s c o n c a l h a s t a c e r c a de l a s c l a u e s y e l l a s s e r á n z e r r a d a s c o n y e s o p u r o y e n r r a s a — d o s de c a l y l a d r i l l o c o n l a s p e c h i n a s = y a n s i - raisrao c e r r a r a l a in e d ia n a r a n j a d e l m ism o l a d r i l l o x a u o n e r o c o n s u s l u n e t a s a p u n t a d a s como l o m ues­ t r a e l p e r f i l en t o d o e l l o y d e s p u e s de c e r r a d a s t o d a s l a s d h a s b o b e d a s l a s g u a r n e c e r á c o n l a s f a ­ j a s c o m b e n i e n t e s y l o p r o p i o s e r a l a m e d ia n a r a n - x a q u e s t a s e r a s o l o c o n o c h o f a j a s y o c h o s e g u n ­ d a s como l o e s t a l a c a p i l l a m a y o r d e l m o n e s t e r i o de s a n t a c a t a l i n a de s e n a de b a l l i d qu e c o n f o r m e a e l l a s e a de g u a r n e c e r l a m e d ia n a r a n x a y r r o s — c a s de a r c o s y l o s c o r n i s a m e n t o s p r i n c i p a l e s c o n ­ f o r m e l o m u e s t r a un p e r f i l q u e e s t a en e l p e r f i l l a r g o qu e s e a h e c h o de n u e b o y e s t a d a d o de a g u a ­ da y c o n f o r m e a q u a l s e a de h a c e r en q u a n t o a t o ­ do l o q u a l s e ñ a l a y no c o n f o r m e a l o c o r i n t i o t o ­ do e l a de s e r l a d r i l l o y r r e p e l a d o de y e s o y c o ­ r r i d o de t a r r a j a y e l c o r n i s a m e n t o de l a m e d ia n a ­ r a n x a s e r a a s im is m o de l a d r i l l o y r r e p e l a d o de y e ­ s o t o d o muy b l a n c o y b i e n a c a u a d o l a s p i l a s t r a s y p a r e d e s f o r m a s y t o d o l o dem as d e l d e n t r o de l a c a p i l l a m a y o r s w r a j a a r r a d o y l u c i d o y b i e n a c a ­ u a d o t o d o como c o n b i e n e p a r a l a t a l o b r a d e x a n d o h e c h o s a l t a r e s c o n s u s m a r c o s de m a d e ra y g u a r n e ­ c i d o s de y e s o y l o p r o p i o l a s d o s p u e r t a s de l a s a c r i s t i a y c a p i l l a c o l a t e r a l que s a l e n a"^áos c r u ­ c e r o s , 9 . - Es c o n d i c i ó n que en l a s p a r t e s que a o r a es l a 7*3 e n t r a d a de l a p u e r t a de l a s e r r a n a y l a c a p i l l a c o l a t e r a l qu e a r r i m a a e l l a c o n l o q u e mas se a - ñ a d e se a r a s a c r i s t i a y t r a s s a c r i s t i a c o n e s c a l e ­ r a que s u b a a l a n d a r d e l s o b r e c l a u s t r o p o r d o n d e b a x e n l o s r r e l i x i o s o s a d e c i r m is a a l a y g l e s i a y l a e s c a l e r a a de s e r c o n s u s p e l d a ñ o s l a b r a d o s c o n su b o c e l y s o l a d a de l a d r i l l o r r a s p a d o t o d o e l l o de l a m e d id a que e n s e ñ a l a p l a n t a y s e r a p o r l a s p a r t e s d e l campo c o n u n a y l a d a de s i l l a r e s de c a r d e ñ o s a y t o d o l o dem as de l a s p a r t e s de a — f u e r a de a l b a ñ e r i a y l a t r a u i e s a qu e d i u i d e l a s a c r i s t i a y t r a s s a c r i s t i a y l o demas q u e s e a de l e b a n t a r a l a p a r t e d e l c l a u s t r o s e r a de t a p i a s de t i e r r a c o n s u s a g u j a d a s o b e r d u g o s y p i l a r e s de l a d r i l l o y s u b i r á n l a s p a r e d e s d e s t a d h a s a ­ c r i s t i a y t r a s s a c r i s t i a v e i n t e y c i n c o p i e s a d o n d e se a s e n t a r a n l o s t i r a n t e s de l a a r m a d u r a q u e s e r á n t o s c o s y e n c im a s u a r m a d u r a q u e l o c o ­ x a t o d o y s e r a p o r de d e n t r o a A r e s a g u a s y p o r de f u e r a a d o s q u e d a n d o l a s u n a s p a r a s o l o f o r ­ t a l e z a como l o m u e s t r a un b o r r a d o r qu e e s t a en l a m a rg e n o en d o s t r a m o s c o n u n a s c a r r e r a s f u e r ­ t e s y p a n q u e a d a s t o d o de b u e n a m a d e ra f u e r t e y t o s c a y t r a s t e x a d o como l o dem as y c o n u n t e x a r o — c i l i o de l a d r i l l o p o r l a s p a r t e s de a f u e r a y l a s a c r i s t i a s e r a c e r r a d a c o n un c a ñ ó n de t a b i q u e de l a d r i l l o y h i e s o c e r r a d o c o n p u n t o p a i n e l a d o / o y t a l i a n o y t o d o g u a r n e c i d o de y e s o l i s o s i n f a - x a n i c o m p a r t i m i e n t o s o l o u n a y m p o s ta d o n d e m ue- ba y l a s p a r e d e s s e r á n a n s im is m o j a a r r a d a s y l u ­ c i d a s y d e j a r a h e c h a una b e n t a n a en e l m e d io de l a s a c r i s t i a y nxí an de s e r a u n q u e l o e n s e ñ a l a p l a n t a s i n o s o l o u n a c o n s u r r e j a y b e n t a n a de m a d e ra := y l a t r a s s a c r i s t i a s e r á n l a s p a r e d e s y b e n t a n a n i mas n i menos y e l c i e l o d e l l a de t e n ­ d i d o s y b o b e d i l l a s l a b r a d o l i s o t o d o e l l o y h a r a l a e s c a l e r a como l o m u e s t r a l a p l a n t a y d e x a r a h e c h o s y a s e n t a d o s t r e s p o s t i g o s en l a s a c r i s t i a y t r a s s a c r i s t i a y s a l i d a a l s o b r e c l a u s t r o y e l s u e l o de l a s d h a s d o s p i e z a s s e r a de l a d r i l l o r a s p a d o y c o r t a d o y a s e n t a d o c o n su c a l = y se d e c l a r a q u e l a s a c r i s t i a y t r a s s a c r i s t i a no se p o d r a a c a p a r l o que a r r i m a a l a y g l e s i a en r r a ç o n de l a o b r a de l a y g l e s i a h a s t a q u e S| g a un p e d a ç o de l a y g l e s i a y a s i en e l y n t e r i n s e a b r a de h a ­ c e r u n t a b i q u e de p r e s t a d o p a r a que s e p u e d a s e r - u i r de l a s a c r i s t i a c o n l a c a p i l l a m a y o r = y a l a c a p i l l a m a y o r se a b r a de h a c e r o t r o a t a j o en en l u g a r d o n d e a de e s t a r l a r r e x a q u e s i r u a e n ­ t r e t a n t o que se a c a u a e l c u e r p o de l a y g l e s i a p o r qu e no e n t r e p o l b o n i r r u i d o en l a c a p i l l a m a y o r d e x a n d o un a p u e r t a g r a n d e en m e d io y l a d h a s a ­ c r i s t i a y a n t e s a c r i s t i a an de l l e b a r l a s b u a r d a s n e c e s a r i a s , Y g l e s i a V i e j a 1 0 , - Es c o n d i c i ó n que d e s p u e s de s e r a c a u a d a l a c a p i l l a m a y o r y c r u c e r o s y t o d o l o de a r r i u a d e ­ c l a r a d o s e d e s c u b r i r á t o d a l a y g l e s i a v i e j a y s e d e r r i b a r a l a p a r e d de l o s p i e s d e l l a y se v o l v e ­ r á a h a c e r de n u e v o en l a p a r t e que l o e n s e ñ a l a p l a n t a m e t i é n d o l a a c i a e l c u e r p o de l a y g l e s i a l o qu e se v e en l a dha p l a n t a l o q u a l se a r a de a l b a ñ e r i a h a s t a t r e s p i e s f u e r a de l a t i e r r a y l o s e s t r e m o s d e l l a c o n c i n c o p i e s de l a r g o c o n p i l a r en c a d a l a d o y s u b i r á n a s t a r r e c i u i r l o s t e x a r o c e s jd e l a y g l e s i a q u e s e a n de h a c e r de n u e b o y e n ra e d io d e s t a p a r e d se a r a u n a p u e r t a c o n s u s ja m b a s y d i n t e l l l a n o de p i e d r a p a r a e n t r a r d e s ­ de l a p o r t e r i a a l a y g l e s i a y en l o a l t o un e s p e ­ j o o b e n t a n a g r a n d e que de l u z a l c o r o y t o d o l o dem as d e s t a p a r e d s e r a de t a p i a s de t i e r r a c o n s u s a ç e r o s de c a l y en l a s e s q u i n a s d e s t a p a r e d q u e an de s e r l o s d h o s d o s p i l a r e s q u e d a r a n h e ­ c h a s l a s p i l a s t r a s que e n s e ñ a l a p l a n t a de ambos l a d o s , 1 1 , — Es c o n d i c i ó n que a de r o m p e r l a s p a r e d e s de fob l o s l a d o s de l a y g l e s i a v i e j a c a d a u n a p o r q u a t r o p a r t e s y m e t e r q u a t t r o p i l a r e s en c a d a p a r t e de l a l a b o r y m e d id a s q u e e n s e ñ a l a p l a n t a c o n t o d a s s u s p i l a s t r a s y r i n c o n e s h a c i é n d o l o de p i e d r a b e r r o ­ q u e ñ a c o n s u s b a s a m e n to s como l o e n s e ñ a e l p e r f i l y en d o s y l a d a s en t o d o como l o de l a c a p i l l a ma­ y o r p o r de d e n t r o y f u e r a a s i en m a t e r i a como en l a u o r t o d o s l o s d h o s o c h o p i l â t e s y l o p r o p i o l o s que v a n y n c l u s o s en l a p a r e d de l o s p i e s de l a y g l e s i a y d e s d e e n c im a de l a s d o s y l a d a s de c a n ­ t e r í a a r r i b a s e r b i r a n t o d o s l o s p i l a r e s de a l b a - ñ e r i a h a s t a e l a l t o d o n d e s a lm e r a n y m ueben l o s a r c o s de l a s h o r n a c i n a s y a l l i se c e r r a r a n l o s a r ­ c o s que c o j a n t o d o e l g r u e s o de l a p a r e d v i e j a y l a ja m b a que h a c e en l a p a r e d n u e v a r r a f a / o p i ­ l a r y e s t o s e r a en q u a n t o a l o s t r e s a r c o s de c a ­ da l a d o y en l o s d o s de d e u a j o d e l c o r o s e r á n a n ­ s i l o s a r c o s como l o s p i l a r e s como l o e n s e ñ a e l p e r f i l y d e s d e e n c im a de t o d o s l o s d i c h o s a r c o s s u b i r á n l a s p a r e d e s c o n t i n u a d a s h a s t a t r e i n t a y un p i e s y m e d io de a l t o c o n t a d o s d e s d e e l a n d a r de l a y g l e s i a d e ja n d o l a d r i l l o s b o l a d o s p a r a l o s c o r n i j a m e n t o s d e l t e m p lo q u e an de s e r r r e p e l l a - d o s como l o s de l a c a p i l l a m a y o r y d e s d e a l l i a - r r i u a se a r a n s u s a r c o s como l o e n s e ñ a e l p e r f i l a d e lg a ç a n d o l a p a r e d p o r de d e n t r o d e l l o s p o r l a s p a r t e s d e l t e m p l o y c o n e l g r u e s o qu e q u e d a r e n q u e s e r a d o s p i e s y m e d io s u b i r á n p o r d e t r a s de l o s a r c o s h a s t a d o n d e an de a s e n t a r l o s t e j a r o - c e s y e s t e g r u e s o se e n t i e n d e e n t r e e s t r i b o y e s ­ t r i b o qu e a e l l o s no se l e s a de q u i t a r de q u a t r o p i e s n a d a de l o s t e r c i o s de l o s a r c o s g r a n d e s a - r r i u a y c o n e s t a h o r d e n s e n i b e l a r a t o d a l a y g l e ­ s i a a s i p o r l o s l a d o s como p o r l o s p i e s s i en l o s p i e s no h u b i e r e n i n g ú n y n c o n b i n i e n t e p a r a que a l l i no c a i g a n l a s a g u a s y s i l e h u b i e r e s u b i r á de a - r r i u a e l p a r e d ó n c o n d o s p i e s de g r u e s o c o n l o s c o r r i e n t e s de l o s t e j a d o s de l a y g l e s i a - y se d e - c l a r a que en l o s t r e s a r c o s de c a d a l a d o an de q u e d a r s u s b e n t a n a s a b i e r t a s y en l o s d o s d e l c o ­ r o no a de a u e r b e n t a n a s q u e a u n q u e en e l p e r f i l l o e n s e ñ a no a de s e r c e r r a d a l a c a p i l l a de a q u e ­ l l a m a n e ra s i n o a b u e l t a de c o c h e . 1 2 . - Es c o n d i c i ó n que e n c im a de t o d o s e a de h a c e r un t e x a d o a d o s a g u a s c o n s u s t i r a n t e s s o l e r a s y e s t r i b o s p a r e s / e n m a d e ra d o e n t a b l a d o t o d o de ma­ d e r a s u f i c i e n t e y h i r a n l o s t i r a n t e s u n o de o t r o q u a t r o p i e s y e n c im a s u s e s t r i b o s y en p lo m o de l o s t i r a n t e s s u s p a r e s s i h u b i e r e l u g a r q u e t e n g a c o p e t e l e t e n d r a y s i no s u a s t i a l como a r r i u a l o d e c l a r a y s e r a t r a s t e x a d o como l a c a p i l l a m a y o r y l o p r o p i o l o s t e x a r o c e s y e l m ism o n i b e l t o d o muy f u e r t e y b i e n a c a u a d o c o n f o r m e a l p e r f i l y p l a n t a y e s t a s c o n d i c i o n e s y e n c im a d e l t e j a d o an de q u e ­ d a r l a s b u a r d a s n e c e s a r i a s y l a m a d e ra a de s e r c o n f o r m e l a de l a c a p i l l a m a y o r . 1 3 . - Es c o n d i c i ó n que s e a n de c e r r a r t o d o s l o s a r ­ c o s de l a y g l e s i a c o n a n c h o de t r e s p i e s y m e d io l o s t r e s d e l l o s y e l o t r o de d o s p i e s y m e d io y d e l a l t o de un a s t a y m e d ia de l a d r i l l o y l o s c e ­ r r a m i e n t o s t o d o de j a b o n e r o como l o de l a c a p i l l a m a y o r y de l a m ism a l a b o r en t o d o y l o p r o p i o s e ­ r á n l o s a r c o s y c o r n i x a s y t o d o l o dem as de a l l i a b a x o c o n f o r m e a l p e r f i l c o n e l c o r o q u e s e a de h a c e r de s u s d o s c a p i l l a s c o n s u s c o n t r a b o b e d a s y s o l a d o de l a d r i l l o r r a s p a d o y l o p r o p i o s e r a t o ­ da l a y g l e s i a t o d o e l l o b i e n la u a d o c o n f o r m e a l a s t r a ç a s y e s t a s c o n d i c i o n e s . 1 4 . - Es c o n d i c i ó n que a de q u i t a r t o d o e l c o r r e ­ d o r que a r r i m a a l a y g l e s i a c o n e l c l a r o d e l p a ­ t i o y r r e m e d i a r l a p a r e d q u e e s t u b i e r e m a l t r a t a ­ d a y a de h a c e r un a p o r t a d a de p i e d r a de l o b e r r o - q u e ñ o q u e s de c a r d e ñ o s a t o d a l a c o r t o j a d e l l a c o n ­ f o r m e a l a l ç a d o que p a r a e l l o e s t a h e c h o c o n s u s t r a n q u e r o s l a r g o s y l o s e s c o n c e s h a s t a e l a l t o de l o s b a s a m e n to s s e r á n de p i e d r a de l o p r o p i o y de - A 3 - l l i a p r i n a de a l b a ñ e r i a como t o d o l o dem ás y s e a de h a c e r u n a p u e r t a c o n d o s ja m b a s y d i n t e i p a r a e n t r a r d e s d e l a p i e ç a de l a p o r t e r í a a l c o m b e n to » 1 5 « — Es c o n d i c i ó n que e l d i c h o p e d r o de m a q u é e o s s e a de a p r o u e c h a r de t o d o s l o s d e s p o j o s q u e s a l i e ­ r e n de l a d i c h a o b r a de l o q u e se o u i e r e de d e s ­ h a c e r de q u a l q u i e r m a t e r i a o m e t a l que s e a p a r a q u e l o g a s t e d o n d e q u i s i e r e s i n que p o r e l l o s se d e s q u e n t e n i r r e b a t a c o s a a l g u n a de l o s m rs en q u e e s t a c o n c e r t a d a l a d h a o b r a = y se d e c l a r a q u e a l dho m a q u é e o s se l e an de d a r en e l dho mo­ n a s t e r i o t r e s p i e q a s d e s s e m b a r a q a d a s l a un a p a r a o f i c i a l e s y l a o t r a p a r a p e o n e s y l a o t r a p a r a e l a p a r e j a d o r q u e a l l i a s i s t i e r e o p a r a e l dho p e d r o de m aquéeo s que s e a n s u f i c i e n t e s y s a l u d a b l e s p a ­ r a p o d e r a u i t a r l a s d h a s p e r s o n a s y t a m b i é n se l e a n de d a r un a p i e q a d o n d e g u a r d e n d e s p o j o s de ma­ d e r a y de o t r o s m a t e r i a l e s y se l e s a de d a r l u ­ g a r en l a c o c i n a d e l c o m b e n to p a r a g u i s a r de c o ­ m e r p a r a l a s d h a s p e r s o n a s # 1 6 . - Es c o n d i c i ó n que a de h a c e r y d e j a r p u e s t a s t o d a s l a s b i d r i e r a s de l a d h a y g l e s i a y c r u c e r o y m e d ia n a r a n x a de b u e n b i d r i o de q u e n a s b l a n c o y c l a r o y s u s r r e d i c i l l a s de a la m b r e en s u s m a rc o s de y e r r o e c e p t o en d o s b e n t a n a s de l o s d o s l a d o s d e l c o r o que e s t a s an de s e r f i n x i d a s y s i a l g u ­ na c a y e r e en a l g u n a p a r t e qu e c o n b e n g a c e r r a r s e se c e r r a r a y f i n g i r á y c o n e s t o a y a c u m p l i d o c o ­ mo s i t u b i e s e b i d r i e r a = y q u e d a r a n p u e s t a s p o ­ l e a s de y e r r o p a r a p o d e r c o l g a r l a y g l e s i a t o d a s d e l c o r n i s a m e n t o d e l d e n t r o de l a y g l e s i a a u a j o = e l c o r o a de l l e b a r c o m p a r t i m i e n t o s de l a d r i l l o h e c h o s c o n c i n t a s de a q u l e j o a de t à l a u e r a y l a s a c r i s t í a a de s e r s o l a d a de l a d r i l l o y c h a p a d a t o d a a l r r e d e d o r c o n un l a d r i l l o e m p in a d o y c o n d o s c i n t a s de a q u l e j o una b a j a y o t r a a l t a = en l a a n t e s a c r i s t í a a de h a c e r s e un l a b a t o r i o c o n s u p i l a de p i e d r a b e r r o q u e ñ a c o n su d e s a g u a d e r o ? 0 a l a p a r t e d e l campo =* 1 7 * — Es c o n d i c i ó n que en l a s q u a t r o p e c h i n a s de l a m e d ia n a r a n x a d e l c r u c e r o de l a c a p i l l a m a y o r h a r a de p i n c e l l o s q u a t r o e b a n g e l i s t a s p i n t a d o s s o b r e c a l a l f r e s c o y en l a c l a u e m a y o r de l a me­ d i a n a r a n j a se p i n t a r a n l a s h a r in a s d e l s e ñ o r o b i s ­ po en un t a b l e r o de m a d e ra b a r r e a d o de y e r r o y p u e s t o de s u e r t e q u e se p u e d a q u i t a r q u a n d o q u i ­ s i e r e n y t o r n a r l e a p o n e r y o t r o p r o p i o s e r a en l a s c l a u e s de l a s q u a t r o c a p i l l a s d e l c u e r p o de l a y g l e s i a e c e b t o que s e r á n m e n o re s y en l a c l a ­ ue de l a b o b e d a de l a s a c r i s t i a se p o n d r á n l a s d h a s a rm a s p i n t a d a s en t a b l e r o / o en l a m ism a b o b e d a = y en u n a de l a s p a r e d e s de l a dha s a c r i s ­ t í a a de q u e d a r p u e s t a u n a p i e d r a de l a s de s a l a ­ m anca c o n su l a b o r y a l o s l a d o s d o s p i r á m i d e s y en e l l a s e s c u l p i d a s y l a b r a d a s u n a s l e t r a s que d e c l a r e n c u y a e s l a d o t a c i ó n = y en l a t r a s s a - c r i s t i a o l a b a t o r i o se p i n t a r a n l a s d h a s a rm a s en l a p a r e d o p u e r t a a l a u e n t a n a = y en l a p u e r ­ t a p r i n c i p a l p a r a e n t r a r d e l p a t i o a l a y g l e s i a q u e d a r a h e c h o un e s c u d o de a rm a s en l a p a r t e que e n s e ñ a e l a l ç a d o que p a r a l a d h a p u e r t a e s t a he ­ c h o r r o m p i d a s en p i e d r a b e r r o q u e ñ a = . 1 8 , - Es c o n d i c i ó n qu e en l o s c a m a r a n c h o n e s d e x a - r a p u e s t a s p o l e a s y t o r n o s p a r a t r e s c a i d a s de l a m p a r a s p a r a e l a l t a r m a y o r y c o l a t e r a l e s y a n - s im is m o q u e d a r a n h e c h o s a g u j e r o s en l a s p u n t a s de l a s l u n e t a s de l a s c a p i l l a s d e l c u e r p o de l a y g l e s i a p a r a q u e p * e d a n h e c h a r s o g a s p a r a l i m ­ p i a r l a y g l e s i a y l o p r o p i o q u e d a r a en l o s c r u ­ c e r o s de l a c a p i l l a m a y o r l a p u e r t a de e n t r e e l p a t i o de l a o s p e d e r i a y l a p o r t e r i a a de s e r de p i e d r a b e r r o q u e ñ a c o n s u s ja m b a s y d i n t e l = a de a u e r p u e r t a de m a d e ra en e l l a y en l a de l a e n ­ t r a d a p r i n c i p a l de l a y g l e s i a y en l a f r o n t e r a que c a i a l c l a u s t r o y l a q u e s a l e d e l c l a u s t r o a l â p o r t e r i a y l a que s a l e de l a p o r t e r i a a l a y g l e s i a y l a q u e e n t r a de l a c a p i l l a m a y o r a l a s a c r i s t í a y a l a c a p i l l a h o r n e c i n a y l a de l a t r a s s a c r i s t i a y l a de l a u a j a d a d e l s o b r e c l a u s ­ t r o a l a e s c a l e r a de l a t r a s s a c r i s t i a y l a d e l c o r o y l a de e n t r e l a p o r t e r i a y e l c o m b e n to t o ­ d a s e l l a s de b u e n a m a d e ra de p i n o y l a s t r e s / l a s d o s de l a s a c r i s t i a y u n a de l a c a p i l l a o r - n e c i n a s e r á n l a b r a d a s c o n b a r r a s y c r u c e r o s y l o s e n t r e p a ñ o s de n o g a ñ y l a s dem as s e r á n e n t a b l a d a s y s o b r e p u e s t a s y c o n b u e n a c l a v a z ó n de x a r c i a s y s u s e s c u a d r a s en l a s q u i c i a l e r a s y l a s d o s p u e r ­ t a s de l a y g l e s i a y l a f r o n t e r a d e l c l a u s t r o t e n ­ d r á n c a d a un a un p o s t i g o / o d o s y s e r á n f i x a d a s c o n f i j a s de c a y a d i l l a y s u s c e r r a d u r a s de l o b a y l o p r o p i o t e n d r á n t o d a s l a s demas p u e r t a s en q p a n t o a c e r r a d u r a s = t a n b i e n an de l l e b a r b e d r i e - r a s y r r e d e c i l l a s l a s b e n t a n a s de l a s a c r i s t i a y t r a s s a c r i s t i a ■— — — y e l a l t a r m a y o r a de e s t a r en h i s l a y p o r d e t r a s d e l a de a v e r b a x a d a a l a u o b e d a h a c i e n d o un a p u e r t a a l modo de t r a m p a p a ­ r a que l o c i e r r e y s e p u e d a p a s a r p o r d e t r a s d e l dh o a l t a r y d e l a n t e d e l r r e t a b l o * 1 9 « - - t e n que a de q u e d a r t o d a l a dh a o b r a p o r l a s p a r t e s de f u e r a r r e b o c a d a de c a l y c o r t a d a = 20 . - Y t e n que se a y a n de p o n e r t r e s p i l a s de p i e ­ d r a b e r r o q u e ñ a l a b r a d a s c o n b u e n a g r a c i a l a un a p a r a l a p u e r t a p r i n c i p a l y l a o t r a / o p u e s t a a e l l a q u e es a l a p u e r t a que b a a d a r a l c l a u s t r o y l a o t r a a l a de l o s p i e s . 2 1 . - Y e s c o n d i c i ó n qu e p a r a qu e m e j o r se c u m p la l a y n ÿ e n c i o n de l a s d h a s t r a ç a s y e s t a s c o n d i c i o ­ n e s s e a n de y r b i s i t a n d o l a d h a o b r a en l a p r o s e ­ c u c i ó n d e l l a p o r un m a e s t r o a b i l y s u f i c i e n t e en e l dh o a r t e p a r a que b e a s i se ba c u m p l ie n d o c o n t o d o y s i no s e c u m p l i e r e p u e d a s e r c o m p e l i d o e l dho p e d r o de m a q u é e o s a que c u m p la c o n f o r m e a l a d e c l a r a c i ó n que en e a t a r r a ç o n h i c i e r e e l dho ma­ e s t r o e l q u a l t a m b i é n a de d e x a r d e c l a r a d o s i se c u m p le n o no c o n l a s d h a s c o n d i c i o n e s , 2 2 . - Y t e n e s c o n d i c i ó n que c a d a y q u a n d o qu e f u e r e y n b i a d a p e r s o n a p o r p a r t e de l o s d h o s s e ñ o r e s t e s ­ t a m e n t a r i o s o de l a p e r s o n a o p e r s o n a s qu e p o r e - l l o s o p o r q u a l q u i e r d e l l o s f u e r e n o m b ra d a y p a r a e l l o f u e r e p a r t e a b e r l a o b r a qu e se f u e r e h a ­ c i e n d o c o n s o l a l a d e c l a r a c i ó n de l a t a l p e r s o n a qu e f u e r e a v e r l a s e a de d e r r i b a r l o q u e f u e r e m a l h e d i f i c a d o y b o l b e r l o a h e d i f i c a r de n u e b o a su c o s t a e l d i c h o p e d r o de m a q u é e o s e l q u a i a de p a ­ g a r t a m b i é n l a s c o s t a s qu e en l o s u s o d h o l a t a l p e r s o n a h i c i e r e y e s t a n d o l a d i c h a o b r a b u e n a s e a n de p a g a r l a s d i c h a s c o s t a s de l a h a c i e n d a d e l d i ­ c h o s e ñ o r o b i s p o . 2 3 * - Con l a s q u a l e s d h a s c o n d i c i o n e s l o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s d e l dho s e ñ o r o b i s p o y y n q u i s i d o r g e n e r a l don J u a n q u ñ i g a d i e r o n y e n c a r g a r o n l a s d h a s o b r a s a l dho p e d r o de m a q u é e o s y e l s e e n ­ c a r g o d é l i a s y l a s to m o a s u c a r g o y l o f i r m a r o n de s u s n o m b re s l o s s e ñ o r e s l i c e n c i a d o s p e d r o de t a p i a y j u a n p a r d o de a r e n i l l a s p o r s i y en nom­ b r e d e l exmö s e ñ o r d o n J u a n de q u ñ i g a y a u e l l a n e - da y l o s dem as s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s d e l dho s e ­ ñ o r o b i s p o y a n s im is m o l o f i r m o e l dho p e d r o de m a z u e c o s j u n t a m e n t e c o n a n t o n i o de l e ó n e s c r i u a - no de s u m agd* a n t e q u i é n se o t o r g a l a e s c r i p t u r a de l a f a b r i c a de l a s d h a s o b r a s f e c h o en l a v i l l a de m a d r i d a t r e c e d i a s d e l mes de a g o s t o de m i l i y s e i s c i e n t o s y o c h o a ñ o s = . E l l i c e n c i a d o E l l i c e n c i a d o P e d r o de T a p i a JuQ p a r d o de A r e n i l l a s pQ de m a q u é e o s A n t e my A n t o n i o de l e ó n En l a v i l l a de m a d r i d a v e i n t e y s i e t e d i a s d e l mes de n o b ie m b r e de m i l i y s e i s c i e n t o s y t r e c e a ñ o s a n t e m i e l e s c r i u ö p u b l i c o e t e s t i g o s y u s o e s c r i p t o s p a r e s c i e r o n p r e s e n t e s l o s s e ñ o r e s l i - f U c e n c i a d o Pö de t a p i a d e l r r e a l c o n s e j o de s u magd y de l a s a n c t a g e n e r a l y n q u i s i c i o n y l i c e n c i a d o j u a n p a r d o de A r e n i l l a s como t e s t a m e n t a r i o s que s o n d e l s r d o n J u a n de q u ñ i g a o b i s p o de C a r t a g e ­ n a y n q u i s i d o r g e n e r a l a p o s t ó l i c o en e s t o s r r e y - n o s d i f u n t o qu e e s t e en g l o r i a de l a u n a p a r t e = y f r a n c i s c o s a l b a d o r m a e s t r o de o b r a s vzö de l a c i u d a d de V a l l a d o l i d e s t a n t e a l p r e s e n t e en e s t a c o r t e de l a o t r a = Y d i x e r o n que l o s d h o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s p o r s i y en n o m b re de l o s demas d e l dho s e ñ o r o b i s p o e n c a r g a r o n y d i e r o n a pö de m a q u é e o s c r i a d o de su magd y m a e s t r o de s u s o b r a s d i f u n t o e l h a c e r f a b r i c a r y l a b r a r de n u e v o p o r q u e n t a de l a h a z i e n d a de s u s s á l a c a p i l l a m a y o r c o l a t e r a l e s s a c r i s t i a a n t e s a c r i s t i a c o r o p o r t a d a y c u e r p o de y g l e s i a d e l r a o n e s t e r i o de l a s a n c t i - s im a t r i n i d a d de n r a s á de l a s V i r t u d e s d i ó c e s i s d e l o b is p a d o de l a c i u d a d de s a la m a n c a / c u y o e n ­ t i e r r o y p a t r o n a t o de l a dh a c a p i l l a h e s d e l dho s e ñ o r o b i s p o c o n f o r m e a l a s c o n d i c i o n e s t r a ç a y p l a n t a que p a r a e l l o se l e d i o t o d o e l l o a c o s t a d e l dho pö de m aquéeo s de manos o f i c i a l e s m a t e r i a ­ l e s y p e o n e s y l o demás a e l l o n e c e s a r i o y que p o r r r a q o n d e s t o s e l e a v i a n de d a r e p a g a r d i e z y n u e v e m i l i d u c a d o s de a o n c e r r e a l e s c a d a uno c u y a p a g a l e c o n s i g n a r o n l o s d h o s s e ñ o r e s t e s t a ­ m e n t a r i o s en l o s r r e d i t o s de m i l i d u c a d o s que l a s m e m o r ia s d e l dho s r o b i s p o t i e n e n de j u r o en c a d a un a ñ o . . . * . = y p o r h a u e r m u e r t o e l d h o pö de ma­ q u é e o s se e n c a r g o de l a d h a o b r a y l a to m o a su c a r g o e l dho f r a n c i s c o s a l b a d o r de l a m ism a f o r ­ ma q u e l o e s t a u a a l d e l dho pö de m a q u é e o s p o r e s c r i t u r a de c o n c i e r t o c e s i ó n y r r e n u n c i a c i o n que en s u f a u o r o t o r g a r o n s u m u g e r y h e r e d e r o s y en c o n f o r m i d a d d e l l a e l dho f r a n c i s c o s a l b a d o r a h i d o y ba p r o s i g u i e n d o l a dha o b r a = y a o r a arabas l a s d h a s p a r t e s e s t á n c o n v e n i d a s y c o n c e r t a d a s y p o r l a p r e s e n t e c o n v i e n e n y c o n c i e r t a n q u e dem ás de y z l o q u e en l a d h a o b r a s e a de h a c e r c o n f o r m e a l a dh a e s c r i t u r a de c o a c i e r t o c o n d h a s t r a ç a y p l a n ­ t a a y a de h a c e r y h a g a e l dho f r a n c i s c o s a l b a d o r p a r a a c a b a r l a dh a o b r a en t o d a p e r f e c i o n y como c o n v e n g a l o s i g u i e n t e : - P r im e r a m e n t e que a p o y a r a l o n e c e s a r i o de l o s c l a u s t r o s de l a y g l e s i a d e l dho c o n b e n t o y l o s t e x a d o s d e l l o s p a r a p o d e r d e r r i b a r l a s t a p i a s de l a dh a y g l e s i a de t i e r r a y c i m i e n t o s q u e t e n i a n l a s q u a l e s d e r r i b a r a y s a c a r a l a t i e r r a d é l i a s y l a s p o n d r a f u e r a de l a c a s a en l a p a r t e que menos d a ñ o h a g a * - Que a b r i r a l a s z a n j a s y c i m i e n t o s h a s t a q u a t r o p i e s de h o n d o y l a s b o l b e r a a h a c e r de c a l y g u i ­ j a r r o a p r e t a d o y c o n g r u e s o q u e t e n g a n p o r c a d a p a r t e un c u a r t o de p i e de ç a p a t a t o d o s l o s y n t e r - m e d io s de e n t r e l o s p i l a r e s p r i n c i p a l e s y l o s m is ­ mos p i l a r e s qu e t e n i a o b l i g a c i ó n e l dho pQ de ma­ q u é e o s c o n f o r m e a l a dha e s c r i t u r a de c o n c i e r t o l o m ism o y l o d e j a r a to< jo a un n i b e l y a un t i e m ­ po y e n c im a de e s t o s c i m i e n t o s p o n d r a s u s s i l l a ­ r e s y b a s a m e n to s en d o s y l a d a s de p i e d r a s e g ú n l a o b l i g a c i ó n d e l dho pQ de m a quéeo s c o n f o r m e a l dh o p r i m e r c o n c i e r t o * - Que h a r a t o d o s l o s y n t e r m e d i o s y p a r e d de l o s p i e s de l a y g l e s i a de a l b a ñ e r i a de c a l y l a d r i l l o v i e n l a b r a d o s e g u n d y en l a f o r m a que se an de h a z e r l o s d h o s p i l a r e s l a b r a d o t o d o c o n e l l o s a u n t i e m p o y como c o r d e l y n i b e l s i n que a y a en t o d o e l c u e r p o de l a dha y g l e s i a n in g u n a t a p i a de t i e r r a p u b l i c a n i s e c r e t a s i n o t o d o a l b a ñ e r i a b i e n l a b r a d o como e s t a o b l i g a d o p o r e l d h o p r i m e r c o n c i e r t o * - Que a de a l q a r a l o s t e x a d o s s u e l o s y p a r e d e s d e l dho c l a u s t r o que a r r i m a a l a dha y g l e s i a y q u e d a r a e n l u c i d o y en p e r f e c i o n s e g u n d e s t á n l o s p a t i o s d e l dho c l a u s t r o t o d o v i e n a c a b a d o a v i s t a y s a t i s f a c i o n de m a e s t r o s s e g u n d y como a y o b l i g a - +13 c i o n p o r e l dho p r i m e r c o n c i e r t o y e s t o l o h a r a a t o d a c o s t a de m a t e r i a l e s y m a n i f a c t u r a en l a f o r m a que l o dem ás y a de q u e d a r r r e b o c a d o como l o demás de l a o b l i g a c i ó n p r i m e r a y e l h a s t i a l de e n c im a de l a p a r e d de l o s p i e s de l a d h a y g l e - s i a l e h a r a de h a s t a y m e d ia de l a d r i l l o de e n c i ­ ma de l o s t i r a n t e s h a s t a l o s p a r e s q u e d a n d o e l i ­ d i d a u n a b e n t a n a en e l p a r a q u e c o r r a e l a y r e p o r l o s d e s b a n e s * - Que l o s u s o d h o e l dho f r a n c i s c o s a l b a d o r l o h a ­ r a y a c a b a r a en t o d a p e r f e c c i ó n de l a m a n e ra que d h o e s d e n t r o de l o s m is m o s t r e s a ñ o s en que c o n ­ f o r m e a l a d h a e s c r i t u r a de c o a c i e r t o s e a de h a - z e r e l r e s t o d e l c u e r p o de l a d h a y g l e s i a s a c r i s - t i a y a n t e s a c r i s t i a c o r o y p o r t a d a y t o d o l o d e ­ mas c o n t e n i d o en l a dha e s c r i p t u r a y c o n d i c i o n e s en e l l a y n s e r t a s que l o s d h o s t r e s a ñ o s s e cum­ p l e n en p r im Q de a b r i l d e l añ o de m i l y s e i s c i e n ­ t o s y d i e z y o c h o s e g u n d en l a dha e s c r i t u r a se d e c l a r a * - Y te n l o s d h o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s p o r r r a ç o n de l o que a n s i e l dho f r a n c i s c o s a l b a d o r a de h a ­ c e r en l a d h a o b r a c o n f o r m e a l o s c a p í t u l o s y c o n ­ d i c i o n e s d e s t a e s c r i t u r a dem as de l o c o n t e n i d o en l a de c o n c i e r t o de s u s o r r e f e r i d a o t o r g a d a e n t r e l o s d h o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s y e l dho pQ de ma­ q u é e o s a s i de m a t e r i a l e s como de m anos s u y a s y de s u s o f i c i a l e s y p e o n e s a t o d a c o s t a se l e d a r a n y p a g a r a n a l dho f r a n c i s c o s a l b a d o r s e i s m i l i s e p t e - c i e n t o s y z i n q u e n t a d u c a d o s de a o n c e r r e a l e s - c a d a uno c u y a c a n t i d a d e n t r e ambas p a r t e s se a - s i e n t a y c o n c i e r t a e l p r e c i o y b a l o r de l a s d h a s d e m a s ia s = e s t o demas y a l i e n d a de l o s d h o s d i e z y n u e v e m i l i d u c a d o s en q u e como dho b e s e s t a c o n ­ c e r t a d a l a d h a o b r a p r i n c i p a l * * * * * E l l i c e n c i a d o £1 l i c e n c i a d o P e d r o de T a p i a J u a n P a r d o de A r e n i l l a s Francisco Salbador A n t e ray A n t o n i o de L e o n M a d r i d , 22 j u n i o 1 6 2 7 , Don P e d r o de q u ñ i g a M a r­ q u e s de f l o r e z D a u i l a , P e d r o de T a p i a d e l C o n s e ­ j o s u p re m o de s u magd y d e l de l a G e n e r a l I n q u i ­ s i c i ó n y J u a n P a r d o de A r e n i l l a s t a m b i é n d e l C on­ s e j o d e l Rey n r o s r y s u f i s c a l en e l r e a l de l a s y n d i a s y t o d o s t r e s t e s t a m e n t a r i o s q u e an q u e d a ­ do d e l I l l m o s r Don J u a n de q u ñ i g a qu e s t a g l o r i a a y a o b i s p o que f u e de C a r t a x e n a e I n q u i s i d o r g e ­ n e r a l • • . . . = y de l a o t r a p a r t e A n t o n i o de l a F u e n ­ t e m e r c a d e r v z f i de l a c i u d a d de V a l l a d o l i d e s t a n t e a l p r e s e n t e en e s t a c o r t e p o r s i m ism o y c a a o ma­ r i d o y c o n j u n t a p e r s o n a de C a t a l i n a G o n z a le z C a - u e z u d o su rauge r y ambas p a r t e s d i x e r o n q u e a l dho s r O b is p o i n q u i s i d o r g e n e r a l a p e r t e n e c i d o y p e r ­ t e n e c e e l p a t r o n a z g o u n i v e r s s a l y p e r p e t u o de l a c a p i l l a m a y o r y c o l a t e r a l e s d e l l a d e l m o n a s tö de l a s a n t i s s i m a t r i n i d a d de n r a s á de l a s V i r t u d e s d i o c e s s i s d e l o b i s p a d o de S a la m a n c a d o n d e su s e ñ o - r ^ a l i m a e s t a s e p u ñ t a d o y en c o n f o r m i d a d de l a e s — c r i p t u r a de l a f u n d a c i ó n y d o t a c i ó n d e l dho p a t r o ­ n a z g o que p a s s o a n t e A n t o n i o de L e o n e s c r i u a n o p u ­ b l i c o de s u magd v e c i n o d e s t a dha v i l l a de M a d r id en e l l a a c a t o r c e d i a s d e l mes de N o u ie ra b re d e l a ñ o de m i l i y s e i s c i e b t o s y s i e t e l o s s e ñ o r e s s u s t e s t a m e n t a r i o s se c o n c e r t a r o n c o n P e d r o de M aqué­ e o s c r i a d o d e l Rey n r o s r m a e s t r o de s u s r e a l e s o b r a s vzQ de l a dha c i u d a d de V a l l a d o l i d en r a z ó n de l a f a & r i c a de l a dh a c a p i l l a m a y o r y c o l a t e r a ­ l e s d e l dho c o m b e n to de n r a s e ñ o r a de l a s V i r t u ­ d e s s a c r i s t i a y a n t e s a c r i s t i a c o r o p o r t a d a y c u e r ­ po de i g l e s i a y o t r a s o b r a s d e l de m anos y m a te ­ r i a l e s a t o d a c o s t a en l a f o r m a y co n l a s c o n d i ­ c i o n e s y d e n t r o d e l t e r m i n o y s e g ú n y como mas l a r ­ g a m e n te se c o n t i e n e y d e c l a r a en l a e s c r i p t u r a q u e s o b r e l l o p a s o a n t e l dh o A n t o n i o de L e o n s c r i — u a n á a t r e z e d i a s d e l mes de a g o s t o d e l año de m i l l y s e i s c i e n t o s y o c h o c o n c e r t a d o £ o d o e l l o e n d i e z y n u e v e m i l i d u c a d o s de a o n z e r r e a l e s q u e v a l e n s i e t e q u e n t o s c i e n t o y s e i s m i l i m rs p a g a d o s y c o n s i g n a d o s en l o s r e d i t o s de q u a t r o c i e n - t o s y q u i n c e m i l i m rs de j u r o en c a d a un a ñ o * * , « * d e s p u e s de l o q u a l e l dh o PQ de M a q u é e o s d i o a f r a n c i s c o s a l u a d o r a n s im is m o m a e s t r o de o b r a s v e - z i n o de l a d h a c i u d a d de V a l l a d o l i d l a p a r t i c i p a ­ c i ó n de l a m i t a d a p e r d i d a y g a n a n c ia de l a d e l d h o c o ra b e n to de l a s V i r t u d e s s o b r e l o q u a l am bos a d o s o t o r g a r o n e s c r i p t u r a de c o n c i e r t o a n t e M i ­ g u e l D e lg a d o e s c r i u a n o r e a l y v z ö de l a dha c i u ­ d a d de V a l l a d o l i d a v e i n t e y un d i a s d e l mes de o t u b r e d e l añ o de m i l i y s e i s c i e n t o s y n u e u e = y e l dho PQ de M a q u é e o s f a l l e c i ó y p a s o d e s t a p r e ­ s e n t e v i d a p o r l o q u a l C a t a l i n a P e r e z s u m u g e r v i u d a p o r s i y como c u r a d o r a de s u s h i j o s y d e l dho su m a r id o de q u i e n q u e d a r o n p o r h e r e d e r o s u n i v e r s a l e s h a u ie n d o p r e c e d i d o i n f o r m a z i o n de u t i ­ l i d a d y p r o u e c h o y l i c e n c i a de j u e z c o m p e t e n t e h i z o d e x a c i o n en e l dho f r a n c i s c o S a l u a d o r c e s i ó n y r e n f c in z ia c i o n de l a m i t a d de l a d h a o b r a qu e a l dho PQ de M a q u é e o s l e h a u i a q u e d a d o r e s e r u a d a t e n i e n d o c o n s i d e r a c i ó n d e l p e l i g r o y d a ñ o q u e a e l l a y a l o s d h o s s u s h i j o s p o d i a r e s u l t a r de l a c o n t i n u a c i ó n d e l l a h a u i e n d o f a l t a d o e l dho s u ma­ r i d o y j u n t a m e n t e l a i n t e l i x e n c i a y d i s p u s i c i o n de p o d e l l o h a c e r y p o r q u e mas p r o p i a m e n t e t o c a u a a l dho f r a n c i s c o S a l u a d o r como t a l p a r t i c i p e y c o m p a ñ e ro r e s p e c t o de h a u e l l o co m e n z a d o y q u e en e l l o a u i a f i a d o a l dho PQ de M aquéeo s su m a r id o y t a m b i é n se h a u i a n o b l i g a d o p o r f i a d o r e s en e l l o a i n s t a n c i a d e l m ism o f r a n c i s c o s a l u a d o r f r a n c i s ­ co f r a i l e e s c r i u a n o r e a l y d e l n u m e ro de l o s C on­ c e j o s y l u g a r e s de L a g u n a y de l a p u e n t e de D u e r o J u r i d i c i o n de l a dha c i u d a d de V a l l i d y f r a n c i s c o gom ez v z 2 d e l dho l u g a r de L a g u n a y p o r q u e dem as d e s t a s j u s t a s c a u s a s e l dh o f r a n c i s c o s a l u a d o r d i o c i e n d u c a d o s a l a d h a C a t a l i n a P e r e z p a r a e l l a y p a r a l o s d h o s s u s h i j o s p o r e l t r a u a j o y o c u p a c i ó n q u e e l . dho P e d r o de M a q u é e o s s u m a r id o h a u i a t e ­ n i d o en h a z e r l a s t r a ç a s y c o n d i c i o n e s de l a d h a o b r a y l a e s c r i p t u r a d e s t a d e j a c i ó n c e s s i o n y r e ­ n u n c i a c i ó n p a s s o a n t e A n t o n i o R u iz s c r i u a n o d e l nuniQ de l a dh a c i u d a d de V a l l a d o l i d en d i e z y s i e ­ t e d i a s d e l mes de s e p t i e m b r e d e l año de m i l i y s e i s c i e n t o s y o n z e y a n t e l p r o p i o e s c r i u a n o en e l dho d i a se o t o r g o en p o d e r en c a u s a p r o p i a q u e d i o l a d h a C a t a l i n a p e r e z p o r s i y p o r l o s d h o s s u s h i j o s a l dho f r a n c i s c o s a l u a d o r p a r a c o b r a r l a s c o n s i g n a c i o n e s de l o s d i e z y n u e u e m i l i d u ­ c a d o s d e l p r e c i o de l a d h a o b r a = y e s t a n d o e l d h o f r a n c i s c o s a l u a d o r c o n t i n u a n d o l a f a b r i c a d e ­ l l a se r e c o n o c i ó s e r p r e c i s o y n e c e s s a r i o p a r a 0 m a y o r a d o r n o y f ^ r m e ç a d e l i a a qu e t a m b i é n se h i ­ c i e s e e l c u e r p o de l a y g l e s i a y o t r o s r e p a r o s y a d r e z o s d e r r i b a n d o l a qu e h a u i a y s o b r e e s t o l o s d h o s s e ñ o r e s t e s t a m e n t a r i o s h i c i e r o n o t r o c o n c i e r ­ t o c o n e l dho f r a n c i s c o s a l u a d o r c o n l a s c o n d i c i o ­ n e s y d e n t r o d e l t e r m i n o que se h a u i a de d a r a c a — u a d o y se c o n c e r t o a t o d a c o s t a de m anos y m a te ­ r i a l e s en s e i s m i l i s e t e c i e n t o s y c i n q u e n t a d u c a ­ d o s que v a l e n d o s q u e n t o s q u i n i e n t o s v e i n t e y q u a - t r o m i l i q u i n i e n t o s m rs s i t u a d a l a p a g a d e l l o en l o s r e d i t o s de l o s m is m o s j u r o s * . * . * y l a e s c r i p ­ t u r a d e s t e u l t i m o c o n c i e r t o p a s s o a n t e l dh o A n t o ­ n i o de L e o n s c r i u a n o a v e i n t e y s i e t e d i a s d e l mes de N o v ie m b r e d e l año de m i l i y s e i s c i e n t o s y t r e z e * * . * * e l q u a l dho f r a n c i s c o s a l u a d o r t a m - b i e n f a l l e c i ó p a s s o d e s t a p r e s e n t e v é d a s i e n d o c a s a d o c o n l a d h a C a t a l i n a G o n z a le z C a u e z u d o p o r no t e n e r h e r e d e r o s f o r z o s o s a e l l a l a d e j o s u h e ­ r e d e r a u n i v e r s a l y se b o l v i o a c a s a r c o n e l dho A n t o n i o de l a f u e n t e y e n t r e ambos s e a c o n t i n u a ­ do y a c a u a d o en t o d a p e r f e c c i ó n l a o b r a d e l dho ?/?■ c o m b e n to d e c l a r a d a en arabos l o s d h o s c o n c i e r t o s j e c h o o t r a s m e j o r í a s de o r d e n y c o n s a u i d u r i a de l o s d h o s s r e s T e s t a m e n t a r i o s e n t r e l o s q u a l e s y e l dho A n t o n i o de l a f u e n t e p o r s i y p o r l a d h a s u m u g e r o t o r g a n que s o b r e t o d o a j u s t a n y f e ­ n e c e n l a q u e n t a que h i r a d e c l a r a d a en e s t a mane­ r a C a r g o a l a t e s t a m e n t a r i a I t e n q u a t r o m i l i q u a t r o c i e n t o s y c a t o r z e r e a l e s q u e J u a n G o n z a le z de C i s n i e g a y G r e g o r i o h e r n a n - d e z m a e s t r o s de o b r a s n o m b ra d o s p o r c a d a p a r t e e l s u y o d e c l a r a r o n d e u e r s e p a g a r p o r l o s a d e r e ç o s y r e p a r o s de l a c a p i l l a m a y o r y t r a s t e j o s de c a l y d e m a s ia s q u e se h i z i e r o n en l a dha o b r a de mas de l a p r i n c i p a l o b l i g a c i ó n d e l l a como p a r e c e p o r l a d h a d e c l a r a c i ó n que p a s s o a n t e B e n i t o de l a t o ­ r r e e s c r i u S r e a l y d e l n u m e ro de l a v i á de f l o r e s e s t a n d o en e l dho C om ben to de l a s V i r t u d e s a c i n ­ c o de a g o s t o d e l año de m i l i y s e i s i c i e n t o s y b e i n t e y s e i s La q u a l d h a q u e n t a ambas p a r t e s c o n f i e s a n p o r c i e r t a y v e r d a d e r a * . . . . y d e c l a r a n l o s d h o s s e ñ o ­ r e s t e s t a m e n t a r i o s h e u e r s e c u m p l i d o p o r p a r t e de l o s d h o s A n t o n i o de l a f u e n t e y C a t a l i n a G o n z á le z C a u e z u d o s u m u g e r y p o r l o s demas o b l i g a d o s c o n lá . f a b r i c a de l a s d h a s o b r a s s e g ú n y como s e u u s s o y a s e n t o p o r l o s d h o s c o n c i e r t o s s i n qu e p o r e l l o s a y a q u e d a d o n i q u e d e n i n g u n a r e s u l t a mas de t a n s o l a m e n t e e l p o n e r un e s q u d o de a rm a s en l a s a c r i s ­ t í a d e l dho C o m b e n t o * • • • #y a n s i l o o t o r g a r o n y f i r m a r o n l o s q u a l e s yo e l p r e s e n t e e s c r i u a n o d o y f e e qu e c o n o z c o * Firman los otorgantes. - A.H.P. Madrid* Escribano Antonio de León. Leg. ISIS fQ 707 a 808 1i (520). Las gradas principales del altar mayor an de salir mas a fuera acia el crusero de manera que tras e ^ a£ a de ir la tarima del altar de suerte q quede paso pcr ¿€tras del al­ tar dos pies y medio i en la planta cue quedc en poder de p— de maquéeos ba señalado como an de quedar dichas gradas » Planta de la iglesia de nuestra señora de laS birtudes de la manera que quedara acortándosela de los pi^s lo que pa- reze y aciendo la cabezera i brazos j sacris^3- trasacris- tia como pareze // se declara que lo que es_ta señalado con puntos es como al presente esta y lo demas cono a de estar en ballid 6 septiembre de /1606/ años, de maquéeos, ALFABETO i declaración desta planta, A, - puerta por donde se entra del campo al patio de la os- pederia i desde el a la iglesia portería cel comben to i ospederia. B, - patio de la ospederia que también a de serbir para la iglesia quitando el paño del corredor !ue arrima a la iglesia, C, — puerta principal de la iglesia q c o r r e 3P or*de a otra frontera del claustro de los milagros, D, - porteria para desde ella salir al cianuro de los mi­ lagros i a la iglesia i combento. E, - claustro de los milagros i por encima del se biene a la escalera q baxa a la trassacristia• F, - frassacristia y escalera por donde baxan dos religio­ sos a decir misa i esta°aíepresente esta, la anteigle­ sia. G, - sacristia que a de ser donde al presente esta una ca­ pilla sea de crezer a fuera onze pies Y °/4 y lo pro­ pio a 1a trassacristia. II,- capilla que al presente esta echa i se abre puerta des de ella a un crusero de la capilla maiar. Aunque están numeradas las pilastras en la planta y en el perfil de a tres pies y las xambas de a pi¿ i medio no an de ser sino de a tres i medio y las xambas de a pie y quar to por nuebo acuerdo de 29 de junio de 1601« (521). *522) .- (523) .- (524) (525) .- (526) . - - aunque en este perfill de la bobeda esta la bentana seña­ lada docide esi,a la A no lo a de ser sino dos en los teste­ ros como dize la condición. Perfill de la iglesia de nuestra. Señora de las birtudes a la larga de toda la iglesia con lo que se añade a la cabe- zera y lo que se corta del largo de querpo por la parte de los pies de ella con todos sus anchos y altos fecha en ba­ ll id 6 de septiembre de /1606/ años. pQ de maquéeos El cerramiento del cielo del coro sea a buelta de coche aunque el perfil1 muestra por arista. Por nuebo acuerdo que las pilastras y cornixamento caüite- les y basamentos se agan conforme a este pedazo de perfill y sus numeros // y ansi abran de ser las pilastras de entre las ornacinas y todo lo demás de a tres pies y medio de an­ cho y las xambas colaterales a las pilastras sean de oie y quarto cada una de manera que lo que se creze con las pilas tras se quita a las xambas por mitad, fecha en raadrid 29 de junio de 1607 años. p2 de maquéeos todas las pilastras an de ser de a tres pies y medio de an­ cho y las xambas de a pie y quarto. - Perfill atrabesado por el cruzero de la iglesia y capilla maior del monesterio de nuestra señora de las birtudes fe­ cha en ballid 6 de septiembre de 1606 años p2 de maquéeos ■ Alzado de la puerta principal de la iglesia que sale al patio de la hospedería y es de nuestra señora de las bir­ tudes fecha en ballid 6 de septiembre de /1606/ años pQ de maquéeos. • G. Kubler.- "Palladio e Juan de Villanueva". 3.C.1.5.A.A.P. T. V. pag. 53 y ss. Vicenza, 1963. • Debo agradecer al P. Cebalios su amable y desinteresada co­ laboración en la búsqueda y localización de este convento salmantino• Garcia Chico.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. IV. Partido Judicial de Medina del Canino. pp. 152-lo6 Valladolid, 1964. (527) D.E.A.C. T ïi Escultores. pp. 277-278 (528) .- (529) .- (530) .- (531) .- (532) .- (533) .- (534) .- (535) .- (536) . - (537) .- (538) .- (539) .- (540) . - (541) .- (542) .- (542) .- E. García Chico.- Valladolid, 1941. J. Martí y Monsó*- Estudios.... pag. 18. E. García Chico.- Ö.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 39-42. Valladolid, 1940. E. García Chico.- D^E.A.C. T. I, Arquitectos, pag. 42. L. Cer\rera Vera.- El conjunto palacial de la villa de her­ ma. pag. 51. Valencia, 1967. A. Ponz.- Viage de España. T. XII. pp. 1075-1077. Ed. A- guilar. Madrid, 1947. E. Llaguno y Amírola.- Noticias..... T. III. pp. 79-80. E. García Chico.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. III. Medina del Campo, pag. 153 y ss. Valla dolid, 1961. G. Kubler.- arquitectura de los siglos XVII y XVIII. Ars Hispaniae. T. XIV. pp. 10-15. Madrid, 1957. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana, pag. 38. Valladolid, 1967. idem.- Tierras de España. Cas­ tilla la Vieja y León. T. II. pag. 158. Madrid-vitoria, 1975. F. la ta •Ej « FP—i • A. tas lieras García.- Arquitectura religiosa del siglo XVI en antigua Diócesis de Valladolid, pag. 174 y ss. Con plan de la iglesia. Valladolid, 1975. Llaguno y Amírola.- Noticias....T. III. pp. 79-80. García Chico.- Catálogo..... T. III. pag. 153. Rodríguez G. de Ceballos.-"Juan de Herrera y los jesui- . Villalpando, Valeriani, Ruiz, ïoiosa:!. A.H.o. I. T. XXXV. pp. 22-23. Roma, 1966. ibidem, pag. 2 1 . E. Llaguno y Amírola.- Noticias..... T. III. pag. 79. A. Rodriguez G. de Ceballos.- ”Juan de Herrera y los je­ suítas.... I! pag. 2 1. J.J. Martín González.- arquitectura barroca.... pag. 37. F. heras García.- Arquitectura religiosa.... pag. 174. Véase el apartado dedicado a la Catedral de Valladolid en este mismo estudio y el dedicado a Alonso de Tolosa en Va­ lladolid. ( o43) Lonet Correa La arauitectu Galicia durante el ?2 (556) . - (557) (558) . - (559) .- (560) . - (561) .- (562) .- (563) . - (564) .- (565) « - (566) . - (567) (568) .- (569) . - (570) .- (571) .- (572) .- (573) .- (574) .- Valladolid. T. I« Medina de Rioseco. Valladolid, i960, idem.- nLa iglesia de ¿anta Cruz de Medina de Eioseco" B.S.à.A. T. XXXIV-XXXV. Valladolid, 1969. F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid. Madrid, 1947. G. Kubler.- Arquitectura de los siglos XVII y XVIII. Ars Hispaniae. T. XIV. Madrid, 1957. pag. 18. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana, pag. 66 y ss. Valladolid, 1967. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pp. 66-74. Publica planta del templo y alzado de la fachada. E. García Chico.- "La iglesia de Santa Cruz de Medina de Rioseco". B.S «Á .A. T. XXXIV-XXXV. Valladolid, 1969. E. García Chico.- Catálogo..... T. I. pp. 114 y 124-125. J.J. Martin González.- Arquitectura barroca..... pag. 66. Véase el apartado correspondiente que dedicamos en este estudio a Felipe de la Cajiga. E. García Chico.- Documentos para la Historia de Medina de Rioseco. pp. 56-58. Valladolid, 1947. idem.- Catalo go... T. I. pag. 125. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pag. 68. "la obra de la dha yglesia a muchos años se empeço y ba fabricando conforme a la traza y modelos que deilo tienen los oficiales de la dha yglesia" E. García Chico.- Docu­ mentos .... pag. 57. "falta mucho por hacer y fabricar de la dha orden y que a fallado el maestro y personas que hasta agora la executa- ba y tenia a su cargo de hacer y executar". E. García Chi­ co.- Documentos.... pag. 57. E. García Chico.- Documentos..... pp. 65-66. idem.- Catá­ logo .«... f. I. pp. 129-130. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 6S. E. García Chico.- Documentos. . .. « pag. 58 y ss. idera.- Catáiogo.... T. I. pag. 125 y ss. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca....pag. 70. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca....pag. 68. E. García Chico.- Documentos.... pag. 59. Condiciones 2, 3 y 14 del contrato. ibidem. condiciones 2 a la 10. ( 5 8 6) . (587) . (588) . (589) . (590) . (591) . (592) . (595). (594). (59o)• (596) . (597) . (598) . (599) . (600) . (601) . (602) . (605). (604) . - A.H.P. Valladolid. Escribano. Antonio Martín. Leg. 8821. fö 695. Miguel González de Cisniega. Carta de pago por las obras de Santa Cruz. 21 de agosto de 1627. - E. García Chico.- Documentos.... pag. 67 y ss. - E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 96. - ibidem. - J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pag. 70. - J.J. Martín González.- Arquitectura barroca....pag. 70. - F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pag. 168. Madrid, 1947. - L. Cervera Vera.- "La iglesia parroquial de San Bernabé en El Escorial, obra de Francisco de Mora". A.E.A. nQ 60. pag. 561 y ss. Madrid, 1945. La iglesia de San Bernabé, qa/terior a Santa Cruz, presenta la característica de ca­ recer también de crucero, rasgo que de alguna forma tam­ bién vincula a este edificio con Santa Cruz. - Ejemplo bien cercano puede verse en el espléndido proyec­ to que Alonso de Tolosa hace para la fachada principal de Santiago de Medina de Rioseco. - J.J. Martín González.- Arquitectura barroca....« pag. 71. - J.J. Martín González.- "La Colegiata de V'¿llagarcía. • . . ." pag. 40. idem.- Tierras de España..... pag. 244. - Véase el apartado referente a la Catedral de Valladolid en este mismo estudio. - J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pag. 71. - Información inédita que debo a Don Fernando Marías. - M . Lónez Serrano.- Trazas de Juan de Herrera v sus segui- dores oara el monasterio de El Escorial. Madrid, 1942. - F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pp. 168-170. - J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 71. - J.J. Martín González.- Arquitectura barroca....pag. 68. - Sobre este particular véase el aparrado que hemos dedica­ do a Felipe de la Cajiga en este mismo estudio. K Las obras de Francisco de Mora. Kl 10 de enero de 1601, Felipe III daba un decreto real en el que se ordehaba que la Corte se asentase en Valladolid. Este subito cambio fue para Valladolid un revulsivo político, econórai- co, literario y artístico. Con la Corte se desplazó a Valladolid Francisco de Mora, discípulo de Juan de Herrera y sucesor de éste en el cargo regio. A l venir la Corte a Valladolid, la actividad arquitectónica va a incrementarse por la acción del Key y del Juque de Lerna, con virtiéndose estas figuras en los mejores clientes de los artistas. Ello hace que figuras de la envergadura de un Rubens lleguen a la nueva capital (I). Cuando Felipe III convierte a Valladolid en capital, surgen una serie de problemas que tienen que resolverse: el primero de todos, la creación de un Palacio Real donde los monarcas habiten, aspecto que en Madrid ya estaba resuelto con el Alcázar. Así pues, el Palacio Real será un centro de actividad arquitectónica (2). La acción real se irá ampliando paulatinamente, afectando a la Plaza de San Pablo, que se despeja, a los lugares suburbanos de placer, como es la llamada Huerta del Rey y, por último, la fun­ dación de las Descalzas Reales. Junto a la real persona el Duque de Lerna desempeñará también una función artística muy importante. El Valido, aparte de su ac­ tividad en el Palacio Real, llevará a cabo grandes obras en ¿an Pablo, San Diego, ¿Vuestra Señora de Belén y la Huerta de la Ribe­ ra ( o) . Las obras reales y las del Duque de Lerna darán trabajo a to­ das las profesiones artísticas y tanto los artífices de Valladolid como los de la Corte, trabajarán codo a codo en los encargos de estos mecenas. Nosotros nos centraremos exclusivamente en la ar­ quitectura, motivo de este trabajo, e intentaremos resaltar la im­ portancia de esie episodio histórico en el acontecer arquitectóni­ co del foco vallisoletano. Al desplazarse la Corte a Valladolid, vino con ella Francisco de Mora, que es la figura más importante del Madrid de la época tras la muerte de Juan de Herrera. Mora es el arquitecto del Rey, pero desde que Felipe III sube al trono, se convierte también en n el arquitecto del Duque de Lerna (4). Así pues, desde nuestro pun­ to de vista, Francisco de Mora es el eje de la labor arquitectóni­ ca del Ley y del Duque, lo que le convertirá en ei arquitecto mas importante de Valladolid mientras que la Corte esté asentada allí. Al llegar en loul la Corte a Valladolid, esta ciudad tenía un foco arquitectónico muy importante y dinámico. Este foco, como destaca Martin González, es el hogar principal del contrarreformis- ino arquitectónico en Castilla la Vieja y León (5). Francisco de Mo­ ra se afinca en una ciudad de larga tradición artística y con un importante núcleo de artistas y de obras de estilo clasicista. El foco vallisoletano tiene una larga tradición en el Clasicismo que se remonta a 1575j ese Clasicismo, como ha resaltado Martín Gonzá­ lez, y hemos tenido ocasión de ver en capítulos anteriores, arran­ ca de El Escorial y de la influencia directa de Juan de herrera. Así pues, Francisco de Mora llega a una ciudad, en la que la es­ tética imperante es la misma que en Madrid. Esta unidad de forma­ ción y de gusto favorecerá la colaboración entre el artista real y los arquitectos de Valladolid, colaboración que va a ser una constante a lo largo de ios años que Valladolid sea la capital de la Monarquía Católica. utro rasgo que se aprecia con ia venida de la Corte a Valla­ dolid, es que Francisco de Mora va a dirigir todas las obras del Rey y del Duque de Lerna, pero no va a contratar ninguna\ los con­ tratos de obras los van a hacer los arquitectos vallisoletanos. E- 11o implica que Francisco de Mora va a trabajar en Valladolid, lo mismo que Juan de Herrera en Madrid. Mora traza y dirige, pero no se lleva la obra. Por último, hay que destacar que todos los arquitectos valli­ soletanos de envergadura trabajan estos años para el Ley y para el Duque de Lerma; el único que no interviene en estos trabajos es Juan del Libero hada, que muere en Salamanca en 1600. Las obras reales. 1̂ Palacio Leal.- La primera necesidad que apa­ reció, nada más desplazarse la Corte a Valladolid, fue la de dar una vivienda al icey, es decir, la creación de un Palacio Leal. Va­ lladolid, a lo largo de su historia, había sido muchas veces resi­ dencia de los reyes castellanos, y éstos poseían sus palacios en la ciudad. Parece ser que el convento de San Francisco puso levan­ tarse sobre un antiguo palacio real. Joña María de Molina, mor H * ejemplo, convirtió su palacio en monasterio, el actual cíe las Huel­ gas Reales, conservándose todavía hoy un arco de la antigua fábri­ ca mudejar. Juan I Trastámara dio su alcázar y alcazarejo a los benedictinos, que lo convirtieron en el actual San Benito el Real. Eh el siglo XVI, la Corte estuvo muchas veces afincada en Vallado- lid, pero los reyes ya no tenían palacios propios. Felipe II, cuan­ do se casó por primera vez, pensó levantar un palacio en Valladolid, pero la idea no se materializó. A lo largo de esa centuria, cuando los reyes iban a esa ciudad castellana, se hospedaban en palacios prestados por los nobles, el mismo Felipe II nació en uno de ellos, la actual Diputación Provincial. Cuando el Duque de Lerna comenzó sus maniobras para que Feli­ pe III llevara la Capital a Valladolid, apreció esta situación y fue preparando el terreno para solucionarla. Cervera Vera ha estu­ diado meticulosamente todo el proceso que non Francisco Gómez de ¿andoval y Rojas lleva a cabo en Valladolid y en este particular le seguimos (o). El Duque compró un conjunto de propiedades y el Pa.lacio de Don Francisco de los Cobos, formando así una gran man­ zana de su propiedad. La nueva propiedad del Duque se encontraba en uno de los lugares mejores de Valladolid, en una zona nobilia­ ria, como lo muestran los palacios de alrededor. El Palacio del Marqués de Camarasa era una de las mejores edificaciones civiles de Valladolid; había sido vivienda de Felipe II en 1592 (7), esta­ ba al lado del palacio en donde nació el Key Prudente en 1527; a- demás, el palacio de Don F ancisco de los Cobos se hallaba fronte­ ro al monasterio de San Pablo, es aecir, que se encontraba muy bien situado para que Felipe III pudiese asistir a las funciones religiosas a las que era tan aficionado. Por último, el palacio podía ampliarse. Tocio esto y el comportamiento posterior del Duque, nos hace creer que Don Francisco no compró el palacio del Marqués de Cama- rasa y las propiedades aledañas para su vivienda particular, sino con propósito de crear un palacio para luego vendérselo al Rey. El palacio de Don Francisco de los Cobos ? ampliado por las nuevas adquisiciones del Valido, £enía un defecto, carecía de un amplio parque o huerta donde solazarse. Para corregirlo, el Duque de Lerna compró la Huerta de la Ribera, a orillas del Pisuerga. Cervera considera que esta posesión fue adquirida a fines de 1001 721 o comienzos de 1602 (8). Nosotros nos inclinamos por la primera fecha por lógicas razones estratégicas. A comienzos de 1602, Don Francisco Gómez de Sandoval y Rojas tenía una estructura inmobi­ liaria que podía ser ampliamente aprovechada para sus fines: un núcleo palaciano - las Casas Principales del Marqués de Camarasa -, un amplio conjunto de solares adquiridos de forma sistemática a diferentes personas y, por último, la Huerta de la Ribera (9). Cuan do toda esta riqueza inmobiliaria estaba formada y el Duque había desembolsado una fortuna (10), el 11 de diciembre de 1G01 vende todas estas posesiones a Felipe III (11). Con este marco inmobi­ liario en manos de la Corona, el Rey podía erigir ya su Palacio Real en Valladolid. Cuando la Corte se traslada a Valladolid el 10 de enero de 1601, en la ciudad no existía un Palacio o Casa Real como en Ma­ drid, Toledo, ¿egovia, Sevilla o Granada, lo que obliga a Felipe III a hospedarse en una casa particular, en el Palacio del Conde de Benavente. Delante del Rey marchó Francisco de Mora, arquitec­ to real y Aposentador Mayor de Palacio, para habilitar la nueva residencia regia. Francisco de Mora estaba en Valladolid el 15 de enero de 1601 y, ayudado por Pedro de Mazuecos el Mozo, lleva­ ron a cabo una serie ue obras de poca monta, que permitieron al Rey aposentarse con comodidad en la "casa ajena y prestada" del Conde de Benavente (12). Con esta obra comienza la fuerte vincu­ lación de Francisco de Mora y los artistas del foco clasicista val1 isoletano. Rápidamente el Duque de berma reclama a Mora para que traba­ je en las posesiones que ha adquirido al Marqués de Camarasa, con ello se inician unas obras que durarán largos años, prácticamente hasta la muerte de Francisco de Praves (13). Como en las obras no se va a producir ninguna solución de continuidad, las estudiaremos formando una unidad. Francisco de Mora comenzó las labores teniendo por aparejador a Antón Ruiz. El artista realiza obras de acondicionamiento (14), aspectos ya resaltados por Martí y Monsó (15) y Martín González (16). Al adquirir el Rey la vivienda, los trabajos se incrementan. Francisco de Mora es nombrado maestro mayor de las obras y prosi­ gue así unitariamente sus trabajos (17). Felipe III compra nuevos terrenos, ampliando así el espacio y, a través de pasadizos, in- corpora, poderíos decir, el Palacio del Conde de Benavente, que sigue teniendo la propiedad, al conjunto real (18). Las realiza­ ciones fueron numerosas y, bajo la dirección de Francisco de Mo­ ra, las lleva a cabo Pedro de Mazuecos el Mozo, Juan de Nates y Diego de Praves, es decir, las cabezas de la escuela clasicista valisoletana. El sistema de trabajo delata una actuación en eciui- po de los artistas vallisoletanos y una íntima colaboración entre el foco vallisoletano, que copa las obras, y Francisco de Mora. El trabajo que se realiza en Palacio es poco grillante, ya que no hay grandes proyectos al estilo de las obras del Alcázar toledano; lo que se lleva a cab¿ en Valladolid es una costosa labor de aco­ modación, organización y ampliación, así como de reparación y de­ corados, esto último a partir de 1602, realizándolo el núcleo pic­ tórico de la Corte (19). k1 núcleo del Palacio Heal estaba formado por las Casas Prin­ cipales del Marqués ae Camarasa; en ellas, cono resalta Martín González, "parece ser que no hubo modificaciones de gran enverga- aura y sobre tocio se respetó el patio de honor y asimismo el con­ tiguo o Galería de ¿aboya" (20). Así pues, el corazón del Palacio Heal vallisoletano es un edificio renacentista del siglo XVI, tra­ zado por Luis de Vega (21). En el patio principal se doraron los medallones de las enjutas de los arcos por mano de Estado Gutié­ rrez y el Key de Armas, Nicolás ae Campis, trazó los escudos pa­ ra los antepechos de la galería principal (22). En el Palacio, a- demás, se llevaron a cabo obras de pintura (23). Donde realmente van a realizarse obras de envergadura van a ser en las adquisicio­ nes nuevas en torno al Palacio y en el sistema de comunicación. Así pues, el edificio matriz del Palacio Real, como dice Mar­ tín González, lo forma la vivienda de Don Francisco de los Cobos, articulada en torno a dos patios, el principal y la Galería de oaboya (24). Esta vivienda tenía una escalera ae tipo claustral (25), que se hundió, levantándose en el siglo XVIII la actual de tipo imperial. Igualmente, en el centro del Palacio existía una torre llamada Tocador de la Heina. En las viviendas compradas en ios entornos, se llevan a cabo obras de habilitación para albergar ai séquito áulico y a los Con­ sejos (26), así como para necesidades perentorias (27). El Pala­ cio del Conde de Miranda se convirtió en un lugar de antesala y >3/ de fiestas, con un gran salón para saraos, ricamente decorado (28). A su vez, otras dependencias se convirtieron en cocinas (29), bo­ degas (30) y cuartos (31). Las cocinas estaban situadas en la tra­ sera del Palacio, y en esa zona de servicios habrá que localizar las cocheras y caballerizas. Igualmente en esa zona posterior se hallaba el cuarto de los alcaides y el Juego de Pelota, así como los servicios higiénicos, aprovechándose para ello casas -particu­ lares (32). Todo ha desaparecido. El Palacio poseía también depen­ dencias nobles como la Torrecilla de los Vidrios, la Galería del Reloj y la de El Escorial, que documenta Martín González y de las que no sabemos su localización exacta (33). La articulación de este conglomerado de elementos se lleva a cabo a través de pasadizos, que van a ser una característica del Palacio Real vallisoletano y estas piezas van a permitir que el conjunto sea un todo orgánico (34). Había un pasadizo eue comuni­ caba el Palacio del Conde de Benavente con el Palacio Real (35); otro que iba del Palacio Real a áan Pablo (36) ; otro pasadizo iba a la zona de alojamiento de las dueñas y damas de honor (37); o- tro pasadizo, que era aéreo, iba a parar a las casas del Marqués de Viana (08). Desde el Palacio del Conde ce Benavente iba un pa­ sadizo real hasta la orilla del Pisuerga, donde se había construi­ do un cenador (39); otro pasadizo real arrancaba desde el Palacio del Conde de Miranda a San Pablo (40) y otro desde el Palacio del Marqués de Yiana al de las Navas (41). Además había pasadizos que comunicaban con los conventos de Santa Catalina y oan Quirce (42). Dentro de esta complicada estructura de edificaciones, desta­ caban la capilla real y el núcleo de jardines. El edificio ue la capilla ha desaparecido, pero ha sido estudiado por Agapito y Re­ villa (43) y Martín González, que publica un plano (44). Estaba entre el convento de San Diego y el Cuarto del Duque. Era un cruz latina inscrita en un rectángulo y con las correspondientes tribu­ nas en la nave, hastiales del crucero y presbiterio. Los jardines, al parecer, eran tres: el principal, el de los Infantes y el de los Leones (45). estos jardines, creemos, no de­ bían formar una unidad, sino que debían ser los vergeles de los primitivos palacios, como el de las Casas del Conde de Fuensalda- ña (46). No sabemos cómo eran estos jardines, que muy bien pudie­ ran estar organizados en el estilo geométrico italiano. En ellos había fuentes, bancos, pajareras y hasta jaulas para leones y ja­ balíes (47). Pero la zona verde del Palacio Real va a ser la Huer­ ta de la Ribera. ßi internamente el Palac i o Real va a ser una estructura de e- lementos autónomos que se subordinan, a través de pasadizos, con el primitivo Palacio de Don Francisco de los Cobos, al exterior, el Palacio gravita sobre este edificio, dando con ello un efecto de unidad. El Palacio, pues, tiene su fachada que mira a la Plaza de San Pablo. Esta fachada, de grandes dimensiones, ha sido estu­ diada por Martín González (48). El autor dice de ella que ’'todos los huecos y revestidos responden a moderna reforma” de este si­ glo (49), pero "conserva los dos torreones y la cornisa" (50), así como la puerto principal, reformada en el siglo XVII. Martín González publica un dibujo de la primitiva fachada, que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid (51). Estilís­ ticamente la define como postherreriana (52) y con una estructura rigurosamente simétrica (5o), así como el empleo que se hace de las placas como decoración (54). Igualmente, el citado estudioso resalta la desaparición del Tocador de la Reina cuando se hizo el dibujo (55). Si comparamos la fachada actual con el dibujo publicado por Martín González, se pueden apreciar las alteraciones acaecidas. Pero, además, lo que no sabemos es qué diferencias existen entre la fachada del Palacio Real, que nos da el dibujo, y la primitiva del antiguo Palacio de Don Francisco de los Cobos y qué pervivió de la antigua fachada en la reforma del siglo XVII. El dibujo que publica Martín González nos muestra la clásica fachada entre to­ rres. No sabemos si el Palacio de Don Francisco de los Cobos las poseía, pero no sería extraño. Si esto es así, el esqueleto de la fachada sería ce Luis de Vega, el cual, pertinentemente remozado, fue asimilado al Clasicismo. Martín González define a esta fachada como postherreriana, lo que implica que fue remodelada durante el quinquenio en que la Corte estuvo en Valladolid. La remodelación de la fachada, como resulta lógico, la trazaría Francisco de Mora, intcrvinieiicio en ella los artistas vallisoletanos. La fachada se organiza en tor­ no a un eje central, donde están la portada y el balcón regio, y ejes de las torres. Los cuerpos salientes de éstas son e-1 o s dos lementos autónomos, mientras que el resto forma una unidad con el plano del muro. La fachada se articula en dos pisos y una galería o solana de remate y múltiples calles - tres a cada lado de la portada y tres en la torre de la derecha, mientras que la izquier­ da tiene su propia organización Este unitarismo ya aparece en el Palacio de Fabio Nelli. En el Palacio Real hay un enriquecimien­ to de la superficie al establecerse los compartimentos por medio de pilastras y entrecalles con placas. Resulta llamativo que el segundo piso, es decir, la zona noble, presente más altura que el piso inferior, alterándose así una disposición canónica del Clasi­ cismo. Este rasgo parece provenir del desaparecido Alcázar de Ma­ drid, así como,la forma de compart imentar toda la superficie. La galería o solana es un elemento tradicional de los palacios caste­ llanos, que usa sistemáticamente Rodrigo Gil - Palacio Monterrey de Salamanca, ralacio de los Guzmanes de León -, incluso en la ü- niversidad de alcalá de Henares. Este elemento aparece en el Pala­ cio de Fabio Nelli, en las torres, y tal como se desarrolla en el Palacio Real de Valladolid, parece una influencia de redro de Ma- zuecos el Mozo en Francisco de Mora. Otra influencia vallisoleta­ na es el empleo de balcones con tornapuntas, empleados cuando la reconstrucción de la ciudad después del incendio ue 1361, y vuel­ tos a emplear por Mazuccos el Mozo en el Palacio de Fabio Nelli. La portada principal, que ocupa el eje central, rompe el es­ quema de pisos, resaltando así del conjunto. Es de dos óruenes, dórico y jónico, cop dobles columnas. La entrada es adintelada y encima está un balcón con el escudo real, labrado por Hernando de Munar y Pedro ue la Guardia. Remata ei conjunto un frontón con bolas de estilo herreriano (56). La portada es de granito y fue reformada a comienzos del siglo XVII (5?). Esta portadajes un ele­ mento esencial en todo el conjunto, ya que era el lugar en donde el Rey se mostraba al público. El material empleado, el granito, el uso de los órdenes y la superposición de éstos refleja un ca­ rácter apoteósico, que Serlio ya recogió en el Libro Cuarto de su famoso tratado. A su vez, la heráldica ayuda a resaltar estas características. En las torres aparece una decoración de placas recortadas )cas. En el tejado apare- : orres, se cubren c.e teja z|?\̂ es define ya como ba s y tanto éste, como la árabe y de forma similar al Palacio de Fabio Melli, no empleándo­ se la cubrición nórdica de pizarra y chapiteles, tan de moda en la Corte desde la construcción de El Escorial. La torre de la izquierda rompe el ritmo general de la facha­ da, tanto por lo que se refiere a la disposición de los vanos, co­ mo por el uso de preciosos ajimeces, rasgo ya resaltado por Martín González (58), que nos hace sospechar que esta zona era lugar de asentamiento de damas. En definitiva, el Palacio Real, visto en su conjunto, era una amplia extensión formada a base de sumar edificios y espacios ad­ quiridos por compras sucesivas. Era, pues, un conglomerado inor­ gánico al que se le fue dando forma a partir de un núcleo princi­ pal - Casas del Marqués de Camarasa -; las restantes dependencias se conectaban con este.núcleo a través de pasadizos. El núcleo cen­ tral lo formaba un edificio del siglo XVI con dos patios, escalera claustral y capilla, donde no parece que se hicieran grandes obras de arquitectura, ya que este palacio era una unidad muy bien hecha y terminada. Las obras se realizaron en las edificaciones aledañas, es decir, en las dependencias del Palacio. Estas obras, ya estudia­ das por Martín González, tienen mucho de acondicionamiento y remo- delación, más que de nueva planta. Todas ellas se han perdido. Martín González las enumera: "las casas nobles colindantes, jardi­ nes, plaza de toros, juego de pelota y los Oficios de palacio" (59). También ha desaparecido la Capilla Real, pero se conserva el oratorio de la Reina, de planta cuadrada y cubierto con una me­ dia naranja con iunetos, que Martín González vincula al tipo "de las fabricadas por Francisco de Praves" (60). La estructura del Palacio, a su vez, tiene su reflejo al ex­ terior, no sólo a través de la fachada, sino también en el plano urbano, ya que la acción conjunta del Rey y del Duque de Lerna va a dar paso a la aparición de la Plaza de los Leones y a la de­ finitiva conformación de la Plaza de ¿an Pablo. Sobre la Plaza de los Leones, hoy de Santa Brígida, ya hizo alguna observación Mar­ tí y Monsó, ciñéndose fundamentalmente al nombre (61). Martín González ha estudiado el problema con detenimiento y ha explicado su proceso (62); per último, Certera Vera anorta nuevos datos (63). La Plaza de los Leones está en la parte trasera del Palacio Real. Para formarla fue reciso sunrimir toda una hilera de la ca- ? 3 r lie del Saúco y otra de la calle de la Concepción (54). Como docu­ menta Cervera Vera, el 13 de junio de 1602, Felipe III ordenó la compra de las viviendas de esa zona para hacer la plaza posterior, interviniendo en la tasación Diego de Praves y Rodrigo Quadrelos, actuando Pedro de Mazuecos el Mozo como tercero en caso de discor­ dia (65). Esta plaza, limitada por la trasera del Palacio Real, el convento de la Concepción, el monasterio de San Diego y la Casa de Butrón, era un espacio que tendía a la regularidad y de planta ca­ si cuadrada, como lo refleja el plano de Ventura Seco de 1738. Es­ ta plaza poseía puertas y se podía cerrar, teniendo las llaves el Rey y el Duque de Lerma (66). Esta plaza, por lo que se sabe, es­ taba dedicada a festejos,como torneos, tientas y lucha de fieras. Martí documenta enfrentamientos entre toros y leones. Cervera di­ ce que con esta plaza "se creó el nuevo tipo de plaza para espec­ táculos privados" (67). La Plaza de San Pablo también fue regularizada. En este sec­ tor hay una actuación conjunta del Duque de Lerma y de Felipe III. La plaza de San Pablo ya existía de antes, pero era una estructu­ ra irregular con casas y paredones, lo que no era razón para que aquel paraje fuera lugar en el que las grandes familias tuvieran sus casas y palacios (68). Martín González ya resaltó la fiesta que se celebró en esa zona - Corredera de San Pablo - el 2 de mar­ zo de 1544 (69). El Duque de Lerma y Felipe III, partiendo de lo existente, van a regularizar este espacio, generando lo que Mar­ tín González llama "Plaza del Palacio", para lo cual "fue necesa­ rio cortar en dos tramos la calle de la Corredera, que iba hasta las casas del Conde de Benavente" (70). El Duque comenzó a despe­ jar la Plaza por el lado del convento de San Pablo. Según nos cuen­ ta Cabrera de Córdoba y otros documentos de la época (71), se ti­ raron unos paredones y en su lugar se colocaron pilares trabados con cadenas. En 1602, Felipe III compró las casas existentes en­ tre San Pablo y el Palacio de Miranda y las derribó, dejando la Plaza ya regularizada (72). La Plaza de San Pablo o de Palacio, muy espaciosa, es una estructura casi rectangular, abierta por tres esquinas, gracias a la antigua calle de las cocinas, hoy del León, la de las Cadenas de San Gregorio y la Corredera de San Pa­ blo. El vértice que estaba cerrado era aquel en que tocaban el Palacio del Conde de Miranda y el monasterio de San Pablo. El pía-de San ?3- no de Ventura Seco de 1738 nos da una vision del conjunto hoy prác­ ticamente desaparecido. En la Plaza de San Pablo se realizan una serie de presupuestos ya aparecidos cuando la reconstrucción de Valladolid de 1561, estos son: la aparición de un espacio de amplias dimensiones obtenido in­ tencionadamente, la diafanidad espacial y la regularidad, así como el ser un espacio abierto a través de las confluencias de las ca­ lles citadas. Uno de los rasgos más llamativos de esta Plaza era el pasadizo de obra que, cruzando por el aire la Corredera, unía el núcleo principal del Palacio Real con el Palacio de Miranda, que también era dependencia real. En estas obras intervino Cristó­ bal García de Mazuecos, carpintero y hermano del arquitecto real Pedro de Mazuecos el Mozo. La Plaza estaba conformada, en sus la­ dos mayores, por el Palacio Real y el convento e iglesia de San Pablo fronteros a él ; en los lados menores se encontraban el Pala­ cio del Conde de Miranda, que había pasado a integrarse al Palacio Real por compra de Pel ipe III, y el Palacio de ios Condes de Riva- davia, hoy Diputación Provincial. El Rey poseía dos lados de la Plaza, mientras que los otros dos se ios repartían San Pablo y los hurtado de Mendoza. La acción decisiva ce Felipe III en la regularización de la Plaza y la extensión de las posesiones reales que en ella había, hace pensar a Cervera eue la Plaza de San Pablo, a igual que la de los Leones, "tenía carácter privado" (73), "y tenía por finali­ dad exclusiva la ue servir para los espectáculos religiosos o pro­ fanos que habían de presenciar reservadamente los monarcas, acom­ pañados tan sólo de sus cortesanos" (74). Martín González ya des­ tacó el carácter festivo de ambas plazas (75), pero, además, noso­ tros creemos que una de las misiones fundamentales de la Plaza de Palacio era la protocolaria - paraaas, recibimiento de embajadores y personalidades, alardes, etc. - y la de dignidad, por encontrar­ se allí la morada real. Esta Plaza desempeñaba en Valladolid la misma función que la Plaza de Palacio de Madrid. Con la ordenación de las plazas de San Pablo y de los Leones y la organización del Palacio Real, partiendo de la antigua vivien­ da de Don Francisco de los Cobos, Valladolid poseyó un núcleo áuli­ co que estaba asentado en el sector más nobiliario de la ciudad. A comienzos ¿el siglo XVII, Valladolid presentaba un sector eminen- teniente municipal, comercial y burgués, localizado en torno a la Plaza Mayor, que había sido urbanizado después del incendio de 1561, y un sector real localizado en la zona más aristocrática, cuyo centro era la Plaza de San Pablo o de Palacio. Valladolid, en este particular, se adelantaba a Madrid, ciudad que no ordena- rp su sector municipal hasta la segunda década del siglo XVII. Aunque la Corte abandonó Valladolid en 1606, las obras del Palacio Peal no concluyeron, el final de éstas y la lenta y siste­ mática desaparición del conjunto palaciego lo impondrán las circuns tancias y el cada vez menor interés de los reyes por su vivienda vallisoletana. SI proceso de desintegración lo documenta Martí y Monsó (76) y lo completa y estudia Martín González (77). Cuando la Corte volvió a Madrid, Felipe III nombró a Diego de Praves ar­ quitecto real y conservador del Palacio (78), cargó que gozó por el resto de su vida y en el que fue ratificado en 1618 (79); este cargo sería heredado por su hijo Francisco (80). Las obras reales. La Huerta de la Ribera.- Así como el Palacio Peal fue una adquisición del Duque de Lerna que después vendió al Rey, la huerta de la Ribera también era una propiedad del Va­ lido que acabaría en nanos reales por venta. Como ya se ha visto, a fines de 1601 o comienzos de 1602, el Duque adquirió esa pose­ sión en la margen derecha del Pisuerga. Martín González documenta las auquisiciones de terrenos, precisando que era un conjunto for­ mado por un palacio y una extensa huerta (81). La huerta se fue amplianuo sistemáticamente río arriba y abajo (82). Felipe III se interesó por el conjunto y él mismo adquirió posesiones entre las propiedades del Duque y el Monasterio de Nuestra ¿er.ora de Prado (83). Todo este espléndido soto pasó a manos de la Corona el 11 de junio de 1606 por venta (84). Así se formó la llanada huerta del Rey. La huerta del Rey, con el Palacio de la Ribera, era un anchu­ roso espacio verde con un palacio suburbano que abarcaba la orilla derecha uel Pisuerga teniendo al río por límite. El buque y el Rey cercaron esta posesión y la organizaron como parque para ca­ za y solaz, huerta, jardines y lugar de deleite, teniendo como punto neurálgico el palacio. En la obra trabajaron uiego de Pra­ ves (85), Bartolomé de la Calzada (86), Juan de Natos y Francis­ co de Mora, que dirigía las obras (87). La documentación habla de obras de jardinería, cerca y adecentamiento y decoración del pala­ cio, labores que estaban concluidas a mediados de 1605 (88), pero no parece que el Palacio de la Ribera se construyera de nueva plan ta, lo que nos inclina a sospechar que, lo mismo que el Palacio Real, era un edificio ya existente, remodelándolo el Duque. Donde sí se realizaron trabajos de gran envergadura fue en la organiza­ ción de los jardines y en el sistema de obtención de aguas, por medio del"ingenio" construido por el General Zubiaurre (89). El Rey, según lo que deducimos de la documentación que publica Mar­ tín González, amplía fundamentalmente el soto (90). La zona verde, amplia y espaciosa, era un cercado con sus ca­ minos para circular en coche,' había zonas espesas que eran el par­ que y el bosque, con caza menor de conejos (91), zona de huerta con almendros, naranjos y vides (92) y una zona de jardines divi­ dida en el jardín principal y el Farquecillo (95). En la zona a- jardinada había bancos, fuentes, estatuas, estanques y pajareras para deleite del paseante (94). No sabemos cómo eran estos jardi­ nes, por lo que dice Pinheiro de Azevedo parecen de diseño italia­ no. Desgraciadamente han desaparecido. El Palacio de la Ribera, que era frontero al del Conde de Be- navente, fue preparado por el Duque de Lerna y enriquecido por Fe­ lipe III. Con el tiempo fue el depósito de las colecciones reales de Valladolid. Poco sabemos de este edificio que encerraba numero­ sas piezas artísticas. Tenemos noticias del Salón de Trucos (95), del gran zaguán y del oratorio, que estaba también en la planta baja (96). El palacio tenía una escalera que, a juicio de Martín González, "debía de ser grandiosa". Escalera y salas estaban pin­ tadas al frico (97). El palacio se completaba con una galería, lia mada verde, que daba al Pisuerga, y una plaza de toros. La galería había casi desaparecido en la riada de 1649 (98). Martín González publica un dibujo de este palacio visto des­ de el Espolón (99). En 6l podemos apreciar el despeñadero de toros que poseía, así como las galerías de arcos y un edificio de dos pisos perpendicular al río. Martín González dice que era de plan­ ta rectangular, con una gran torre con chapitel de plomo y un gran patio con corredores porticados (1G0). Este palacio tenía un embarcadero y un despeña.dero de toros, así como una flotilla de góndolas. Este conjunto suburbano era el extremo de todo ei conjunto real palaciego que se iniciaba en la Plaza de San Pablo o de Palacio. En efecto, ya se ha visto que el conjunto que formaba el Palacio Real, aunque tenía pequeños jardi­ nes interiores, que creemos que eran los antiguos vergeles de los primitivos palacios, carecía de ese gran coto que tenía el Alcá_ zar madrileño. Desde un principio, como se ha visto, hay una ten­ dencia de Felipe III a desplazarse hacia el Pisuerga; un pasadizo, que atravesaba el Palacio del Conde de Benavente, comunicaba el Palacio Real con el río y en esa terminal se construyó un cenador. El Duque de Lerma adquiere la posesión frontera al Palacio del Conde de Benavente - el Palacio de la Ribera -, comunicánaolo con la orilla izquierda a través de barcas. Se creaba así un conjunto unitario y pintoresco, que va a reflejarse incluso en la urbaniza­ ción de El Espolón, que llevan a cabo Juan de Mates y otros artis­ tas en 1603. La necesidad de un soto creemos que es un influjo madrileño, ya que el Alcázar de esta ciudad poseía un vasto coto formado por los actuales jardines del Foro, la Casa de Campo y el cazadero de El Pardo. El Alcázar madrileño tenía, por tanto, un enorme terri­ torio agreste dedicado a jardines, coto y bosque de caza mayor. En Valladolid comienza a desarrollarse este esquema de zona ver­ de masiva con la huerta uel Rey, pero la marcha de la Corte frenó todo. En 1606, el Palacio Real de Valladolid era una estructura compleja formada por elementos que se organizaban a través de pa­ sadizos. El Palacio real propiamente dicho era un conglomerado de casas nobles y viviendas burguesas que se subordinaban ai núcleo central formado por el antiguo palacio de Don Francisco de los Cobos. Incluso el Palacio del Conde de Benavente estaba incorpo­ rado de alguna forma al Palacio Real, ya que en las dependencias de este ralacio estaban los Consejos (101). Este conglomerado que se articulaba por pasadizos tenía clos plazas: la de ios Leones, hoy Santa Brígida, que era una plaza trasera, y la de can Pablo o ce Palacio, que era la plaza delantera o principal. Los pasadi­ zos llevaban al Pisuerga y allí, por medio de góndolas y embarca­ deros, se pasaba ai Palacio de la Ribera y ia huerta del Rey. El conjunto estaba perfectamente creado. En nuestra opinión, si la Corte no hubiese marchado tan pronto de Valladolid, a buen seguro que el Rey hubiese seguido depurando y unificando todo el conjun­ to, pero no hubo tiempo. Así como del Palacio Real sólo se conservan las que eran Car sas Principales de Don Francisco de los Cobos y lo demás desapare­ ció, otro tanto ocurre con la Huerta del Rey. Martín González enu­ mera lo conservado: un largo muro defensivo de piedra con algunas ventanas, la portada del palacio, dJsillería y adintelada, que sei- encuentra hoy en el Auditorio Municipal (102), y un recinto cuadra do de ladrillo, con tres nichos y cubierto por una bóveda de hor­ no (103). Martín González dice de estos restos que "lo más proba­ ble es que se tratara de una fuente'1 (104), vinculándola, por su forma, a los antiguos ninfeos romanos y a las fuentes ael Renaci­ miento (105), Todo lo demás ha desaparecido. Hoy la Huerta del Rey es una zona de expansión urbana deljvai lado lid industrial de la segunda mitad del siglo XX. Las obras reales. XI Monasterio de las Descalzas Reales.- Ln los cinco años que la Corte estuvo en Valladolid, el interés arquitec­ tónico de Felipe III se volcó sobre la morada real, tanto en lo que se refiere a organización, como a expansión, sin embargo, su mujer, ñoña Margarita de Austria, va a patrocinar el monasterio de las Descalzas Reales. L1 monasterio se conserva en buen estado, pero conocemos po­ cas noticias suyas. Llaguno (106) y Sangrador (107) proporcionan los primeros datos. Por el primero sabemos que en la fábrica in­ tervino Francisco de Mora, por el segundo conocemos la historia del monasterio. Don Juan José Junquera ha aportado nuevos datos sobre esta edificación (108). ill monasterio de las Descalzas Reales de Valladolid, cuyo o- rigen se remonta al medioevo, tuvo su primera sede en Villalcázar se Sirga, pueblecito enclavado en la ruta jacobea entre Frómista y Carrión de los Condes, en la provincia de Falencia; la Condensa do 0sorno trasladó este convento a Valladolid, afincándose prime­ ramente en unas casas fuera de la Puerta ele Campo y, años después, en el emplazamiento que hoy goza, frontero a la Cnancillería. Asen tada la Corte en Valladolid, la Reina Doña Margarita de Austria mandó derribar parte del antiguo edificio y, a sus expensas, le­ vantar ce nuevo cuño lo arruinado (109). La iglesia bel edificio - lo único que hemos oodido estudiar al ser el resto clausura - es de gran interés. Doña Margarita de Austria, como era lógico, encargó las tra­ zas del nuevo edificio al arquitecto real Francisco de Mora. El artista las diseñó (110), pero no se encargó él directamente de las obras, éstas fueron contratadas por Diego de Praves, autor ma­ terial del edificio. El sistema de trabajo, como ha quedado de ma­ nifiesto en todas las obras anteriormente estudiadas, es el de co­ laboración. Francisco de lora adopta en Valladolid una posición muy similar a la de Herrera, de trazar pero no ejecutar las labores, éstas quedan reservadas a otros arquitectos. Ignoramos, cuándo dió las trazas Francisco de Mora, sospecha­ mos que al final de la estancia de la Corte en Valladolid, pero a pesar de esta laguna, podemos afirmar que sus dibujos son de gran importancia, ya que representan el modelo acabado - planteado por primera vez en Belén - de una nueva modalidad de templo dentro de un esquena que arranca de la planta en cruz latina que diera Rodri­ go Gil para la Colegiata de San ruis de Viliagarcía de Campos en 1572. Mora, partiendo de la estructura compleja de fusión de un e- lemento central y otro longitudinal, potencia la disposición lon­ gitudinal a través de una poda sistemática de todos los elementos subordinados. Esa preferencia por la 1ongitudinalidad, plasmada en San Bernabé de £1 Escorial de Abajo como primer intento expre­ sivo, alcanza su cota definitiva en las Descalzas Reales de Valla­ dolid; los edificios de Lerma, debidos a Fray Alberto de la Madre de Dios, a igual que la Encarnación de Madrid y posteriores, par­ ten del concepto plasmado por Mora en este templo. Francisco de Mora busca una unidad espacial articulada por un e>je longitudinal, cuya concentración focal sea el altar mayor del presbiterio. Basándose en este criterio tan sencillo, traza un edificio con unas características, nuevas que se ven perfecta­ mente reflejadas en planta: una nave única, crucero y cabecera plana; la nave se articula en cuatro tramos, dos de sotocoro y dos de capillas. La profundidad y oscuridad del sotocoro, apoya­ das por la pesada estructura del coro en alto, favorecen una con­ densación espacial potenciada por la luz; sin embargo, este efec­ to lo neutraliza Mora al dar la solución de crucero. £1 transepto, cuya estructura es un cuadrado, carece de profundidad y su efecto espa.cial está mermad! simo. Este proceso de atrofia del crucero es V il una de las peculiaridades de Mora, que llega hasta la supresión en una obra tan interesante como es la. de la parroquia de San Ber­ nabé áe El Escorial de Abajo. Al neutralizar el carácter ortogonal del crucero - fenómeno claramente perfilado en Belén Mora favo­ rece el protagonismo de la estructura longitudinal, que alcanza su culminación en la capilla mayor, más profunda que los brazos del transepto• Los restantes elementos arquitectónicos se coordinan perfec­ tamente para conseguir ese efecto de unidad longitudinal a través de un criterio muy preciso, la planitud y la orientación según el eje principal. El sistema de soportes son sencillas pilastras, re­ forzadas en la zona del coro por motivos tectónicos y apenas resal­ tadas del muro. La solución de crucero es la clásica de pilares a- chaflanados para recibir las pechinas de la media naranja ciega. al lado de todos estos elementos por completo originales y cuya raíz es el foco áulico, Mora se impregna de influencias va­ llisoletanas y donde más claramente se aprecia es en là fachada. La influencia vallisoletana se ejerce a través de la decidida in­ tervención de Diego de Praves, que concluye la iglesia en 1615, fec&a en la que se celebra la solemne consagración con la asisten­ cia de Felipe III. Diego de Praves levanta el templo siguiendo rigurosamente las trazas del arquitecto real, pero dejando una fuerte impronta de su personalidad. La iglesia es de ladrillo y se levanta sobre un zó­ calo de sillares bien escuadrados; su estructura es compacta, es­ tá concebida como un paralepípedo rectangular de muros muertos en­ tre ios que destacan los volúmenes del crucero y el cimborrio cú­ bico; la única animación exterior queda reducida a una imposta sim­ plísima y a la cornisa. La capacidad expresiva se condensa en la fachada, una de las más interesantes de Valladolid por su armonía y proporción así como por su economía ae medios. La fachada es un lienzo de ladrillo completamente piano, a- penas compartimentado por la imposta que ciña a toda la fábrica y que evita la monotonía y está coronada por un frontón triangu­ lar con un ócuio en el centro del tímpano. La fachada se debe, indudablemente, a Francisco de .'ora, pero en eiia la intervención de Praves es decisiva. A dora se cebe el concepto ve lienzo piano y continuo, el tipo de imposta y la forma de frontón, a igual que >^3 el modo de disponer la lucera y los escudos reales, Este tipo de fachada se vincula ai modelo que queda plenamente definido en la Encarnación de Madrid con Fray Alberto de la Madre de Dios (ill). Ahora bien,esta fachada encierra también un fuerte sello de escue­ la vallisoletana, ese sello se aprecia con claridad en la portada y tiene sus vínculos mas inmediatos en la contemporanea y vecina iglesia de dan Martín de Valladolid. Ello, además, se confirma, si comparamos esta portada con la de Belén. Todo ello nos hace pensar que Diego de Praves bien pudo retocar esta parte del edificio. La portada es, junto con los escudos, los únicos elementos de piedra de la fachada; este contraste entre piedra y ladrillo es un rasgo muy característico de la zona vallisoletana y cuyo punto más próximo es la lindante iglesia de ban i-íartín. La porta­ da es una estructura sencilla formada por un vano adintelado, des­ piezado en dovelas según la tradición de la zona, ya consagrada en Villagarcía de Campos; jambas y dintel presentan los clásicos listeles, molduras o guardapolvos peculiares del foco; la varian­ te más llamativa es la introducción de retropilastras toscanas, poco usadas en el área vallisoletana y que sirven para establecer el paso entre los elementos de la portada y el piano del muro de fachada. Otra peculiaridadde Diego de Praves es el remare de la portada. El templeto u hornacina que cobija al signo parlante que expresa bajo qué advocación se encuentra ei templo - la Asunción x, es un modo de hacer típico de Praves y casi una constante en su obra y bástenos como ejemplo que confirme este aserto la fachada de ban Lorenzo de Valladolid. Del mismo autor es la disnosición de las bolas, la forma de las pilastras - herencia herrcriana de la Catedral -, el despiece del arco y ei tratamiento ue las enju­ tas a base de rehundidos. A través de esta organización se establece una línea conti­ nua que forma la columna vertebral de la fachada, este eje verte- brador está compuesto por la puerta, hornacina, lucera y óculo. La forma de disponer los escudos es peculiar de Francisco de Mora y baste para ello hacer referencia a dan José de Avila, ^s el úni­ co elemento decorativo cíe todo ei conjunto y oi único factor crue anima la limpia parte superior del muro. La puerta lateral del lado de la Epístola es una simple trasposición de la diseñada por el artista para la puerta lateral de la npístoia de la vecina i- glesia de San Martín. En este tipo de organización aparece claro el carácter de e- closión que se ha producido en Valladolid al entrar en contacto el foco de la zona con el de la Corte. Nos hallamos ante una vía de corta duración, pues el retorno del foco áulico a Madrid no dará posibilidades a mayores desarrollos. Contrastando con la fachada, el interior es una obra plena de Mora. La sencillez es la nota característica de todo el conjun­ to y la planitud del muro impone su ley; contrastando así con la tendencia a la expresividad que aparece en Belén por medio de la potenciación de los soportes. Descontando el fortalecimiento que por razones estructurales aparece en los pilares soportantes del coro, el sistema de soportes es reducidísimo; pilastras toscanas que apenas resaltan del paramento reciben el peso de las formas que articulan la cubrición. Los paramentos lisos se animan simple­ mente por medio de recuadros. En los pilares ucl crucero las solu­ ción es la clásica y la mismas características se desarrollan en la capilla mayor. Las pilastras carecen de capitel, que ha sido absorbido por el entablamento. El entablamento, que sigue ios cá­ nones clásicos, recorre todo el edificio, recálcando así el eje longitudinal conformador de toda la estructura y el espacio. El sistema de cubrición se lleva a cabo por medio de un abo- vedamiento de medio cañón fajado por perpiaños de medio punto; los arcos, muy poco resaltados, y sin ninguna decoración en las roscas, han sido jaharrados, obteniéndose así una unidad cromáti­ ca en la plementería y consiguiendo con ello un efecto de unidad en tod^a la estructura, acorde con el predominio de las disposi­ ciones longitudinales. La plementería, lisa y blanca, tiene sus lunetos que dan paso a los focos ce luz. En el crucero la estruc­ tura se rompe; la cubrición de los brazos se realiza por simples arcos, mientras que el centro de este sector se cierra con una media naranja ciega que arranca de cuatro pechinas y está compar- timentada por ocho cascos o gajos. Es de destacar la gran diferen­ cia que existe entre esta media naranja, que entronca con la tra­ dicional de Eédro de Tolosa (1575), y el nuevo sistema de tratar este elemento que por esas fechas están realizando ios arquitectos vallisoletanos (Nuestra Se:ora de las angustias, oanta Catalina, Porta-Coeli) . En este particular hay ciaras diferencias entre los artistas madrileños y los vallisoletanos, y creemos que Vallado- lid, en este particular, va por delante de Madrid. El sistema de iluminación es a través de huecos termales aue se fusionan con la bóveda por medio de lunetos. Este sector, a nuestro juicio, es el más flojo de todo el edificio. Lo más inte­ resante del sistema de luces es la alternancia de los focos en los tramos de capillas, quedando sin iluminación el presbiterio, a igual» que ocurre en Belén. No existe ningún elemento decorativo en todo el conjunto tem­ plario, desapareciendo hasta las placas, listeles y otro tipo de decoración de yeso. Los muros limpios sólo se recubren con un en­ calado que vivifica la iluminación de la fábrica. Si se establece una comparación entre la concepción de superficie mural desarrolla­ da en las descalzas Reales y el tratamiento que Juan de Nates da a las superficies en la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, podemos obtener un rasgo distintivo de los dos focos clasicistas y captar las peculiaridades de cada une de los artistas. La iglesia de las descalzas Reales es una obra religiosa de Francisco de Mora que se ha conservado en Valladolid. En esta o- bra trabajan u/iego y Francisco de Praves y se concluye muerto ya Mora. El interés de este edificio religioso está en que en él po­ demos ver la forma de edificar que trae el artista áulico y con­ trastarla con la que se realizaba en Valladolid cuando la Corte llegó a la ciudad. ul edificio de Francisco de Mora es sobrio, se­ co y piano. Esta simplificación contrasta con la riqueza que re­ fleja la fachada de la Vera-Cruz o la iglesia de Nuestra oeñora de las Angustias. Partiendo de este edificio, Francisco se [dora parece que orienta al foco vallisoletano hacia la sequedad arqui­ tectónica, dirigiéndolo hacia un fftnc¿Cnalismo y una economía de medios extremos. La evolución en planta, con un amplio desarrollo de la capilla mayor, ya apairecida en Nuestra demora ue las angus­ tias y en oanta Catalina, ambas obras en Valladolid, se orienta hacia una estructura longitudinal a través del acortamiento de ios brazos sel crucero y profundización do la capilla mayor. Esta concepción longitudinal se acentúa ai iiornacinas. a s í pues, Francisco se [¡ora aesarn un tipo de planta que se usará masiv; tipo de planta, a nuestro juicio, se esaparecer las capillas desarro.. la en Valladolid m e en Lern o V" J Madrid. ïai staue ia ~el Ciasicisno va- llisoletano de Nuestra Señora de las Angustias, San Pedro Mártir de Medina de Rioseco o Villagarcía de Campos. En cuanto a los alzados, las Descalzas Reales muestran unos muros planos, sin apenas resalto y completamente limpios. Son su­ perficies secas, que contrastan fuertemente con el estilo de pla­ cas vallisoletano y con el modo complejo de desarrollar el muro que Juan de Nates emplea en Nuestra Señora de las Angustias. La simplicidad, a nuestros ojos, es el concepto rector que Mora apli­ ca en esta iglesia. En cuanto a la cubrición, se suprime todo temario decorati­ vo geométrico, sistema decorativo muy apreciado por el foco de Valladolid; e igualmente Francisco de Mora no presta atención a la evolución que ios artistas de Valladolid están generando en las medias naranjas, evolución plasmada en Nuestra Señora de las An­ gustias y en Santa Catalina e, inmediatamente después, en Porta- Coeli . Sobre las fachadas, la simplificación es total si se compara con la Vera^Cruz de Diego de Praves o Nuestra Señora de las Angus­ tias de Juan de Nates. A nuestro entender, Mora parece aproximar­ se más a la primera etapa del Clasicismo desornamentado del foco vallisoletano, que a la etapa que el foco alcanza grandes progre­ sos, es decir, a la década de los noventa, al menos, an arquitec­ tura religiosa. Las obras del Duque de Lerma.- Si las obras reales son un eje de la actividad arquitectónica de Valladolid en los primeros años del siglo XVII, las realizaciones del Duque de Lerma ocupan también un lugar destacadísimo. Don Francisco Gómez de Sandoval y Rojas es el primer Valido español del siglo XVII, ello le permitirá go­ zar de un poder político y social sin precedentes y disponer de unos recursos económicos fuera de lo común (112), Desde Cabrera de Córdoba se sabe que el Duque fue quien preparó todo para que la Corte, afincada en Madrid desde 1561 por el vallisoletano Fe­ lipe II, volviera a Valladolid, triunfando en su deseo tras labo­ riosa actividad. Como ya se ha visto, Lerma fue. quien adquirió el núcleo fun- damental de lo que iba a ser Palacio X;eal , e igualmente configuró la Muerta del Rey y el Palacio de la L¡ibera; ambas obras las ven- derá posteriormente a í'el i pe III, que las engrandecerá. E1 11 de diciembre de 1601, Don Francisco Gómez de oandoval y Rojas vende lo que va a ser Palacio Real a Su Majestad por el mismo precio que a él le costó, a cambio de ello obtiene mil doscientos ducados de rentas anuales y la tenencia y alcaldía del Palacio. En la escri­ tura de compra se especifica que el Duque conserva la propiedad y patronazgo del convento de San Diego, así como una serie de terre­ nos y viviendas que servirían para el ensanche de esta fundación; igualmente se reservó un cuarto, llamado Cuarto del Duque, dentro del Palacio y al lado del monasterio (lio). El Duque de Lerma, por las noticias que da Agapito y Revilla (114) y .Martín González (115), labró sus casas principales en la parroquia de San Juan, junto al desaparecido convento de Belén, en la actual calle del Cardenal Mendoza. Han desaparecido palacio y convento. El Convento de San Diego.- En el conjunto del Palacio Real estaba localizado un edificio hoy desaparecido: el convento de San Diego. Cervera Vera ha sido quien ha documentado la formación de este con­ vento y a él seguimos fundamentalmente (lio). En una de las manza­ nas que adquiriera el Duque de Lerma en ios aledaños de las casas principales del Marqués de Canarasa, fundó en el mes de marzo de 1601 un monasterio para franciscanos descalzos bajo la advocación de San Diego, teniendo él el patronazgo. Los monjes se asentaron en las casas existentes y en 1603 comenzaron las obras. Dio las trazas Francisco de Mora, que en esas fechas tenía realizadas "dos plantas e dos perfiles" (117) que obraban en poder de Pedro de .'¡azúceos el Mozo para ser copiados y remitir las trazas a la escritura notarial. La escritura de concierto y condiciones es larga y precisa; el 1 de abril de 1603, Pedro de Mazuecos el Mozo y Diego de Praves se conciertan con el Duque de Lerma para levan­ tar el edificio de la iglesia según las trazas de Francisco de Mora en un plazo de dos años y por un importe de once mil ducados pagaderos en varios plazos; aparecen cono fiadores suyos Juan Martínez del Barrio, arquitecto, vecino de Valladolid y que tra­ baja en El Escorial, Leles y la Catedral vallisoletana y el maes­ tro de obras Hernando de la aus, residente en Valladolid. Las condiciones son largas y prolijas y hacen constantes re­ ferencias a las trazas. La iglesia presentaba una cimentación di­ fícil, lo que obligó a una profundidad diferente en cada sector. El témalo nresentaba una estructura en planta de cruz latina con T -k it seis capillas hornacinas^ el basamento del edificio debía de ser de piedra y el resto del cuerpo de la iglesia de cal y ladrillo, teniendo que estar todo enjabelgado de buen yeso blanco. El sis­ tema de soportes serían pilares con pilastras en sus frentes y es­ tribos al exterior; un cornisamento recorrerá todo el templo com­ puesto de ladrillo y yeso; los perpiaños serán de medio punto; los dos fajones que soportan el coro deben de presentar forma apaine- lada; la bóveda de medio cañón tendrá una decoración de yeso; en el centro del crucero irá una media naranja, ciega, que arranque sobre pechinas y tenga una cornisuela en su base. El sistema de iluminación será a base de vanos termales, vivo su ojo central y decorados los laterales, comunicándose con el cañón a través de lunetos; en el imafronte había otro foco luminoso que se proyecta­ ba sobre el coro y el eje longitudinal del templo y que al exte­ rior se transformaba en un espejo. La puerta principal se hallaba a los pies del edificio y era adintelada y con entablamento. El tejado sería a dos aguas con alma de madera. El templo remataría en un campanario del que todavía faltaba la traza. Del templo desaparecido conservamos una traza que publicó Don Jesús ürrea Fernández con el conjunto del Palacio Real de Vallado- lid (118). Gracias a este plano podemos ver la planta del monaste­ rio y asegurar que las condiciones, por lo que respecta a este sec­ tor, se cumplieron. Puede apreciarse la disposición irregular que se refleja en las capillas e, igualmente, cono Francisco de Mora mantiene un tipo de edificio muy característico, en consonancia a los desarrollados en Valladolid y, posteriormente, en Lerna ; i- glcsias en cruz latina, de una sola nave ccn capillas hornacinas, crucero muy ancho y cabecera poco profunda de testero piano, es decir, una estructura consagrada desde 1372 en la Colegiata de oan Luis de Villagarcía de Campos por Rodrigo Gil de líontañón. A lo largo de 1304 y 1G05 Pedro de íiazuecos el Mozo y Diego de Praves llevaron a cabo la construcción del templo conventual, cumpliendo así lo estipulado en el contrato ce 1 de abril de 1303 (119), ueuanuo concluidas las obras ce envergadura, a partir de 1306, Pedro de Iiazuecos el bozo se queda con la obra, llevando a cabo un reparto de influencias con Pedro de Pedrosa (120). .-.asné­ eos sigue tra ..ajando er. San wiego el 28 de aoril ue iGj-o (121) y Juan del Calle se encarga ue las tribunas (ls2). t k 1 21 monasterio cie Muestra Señora de Belén.- Otro edificio desanare- cido que se debe también a la munificencia del Duque de Lerna, es el convento de Belén (123). Este edificio, derribado en 1930, era fundación de Doña Mencía de Guzmán, viuda de Don Diego de Sandoval y Rojas, que lo erigió en el segundo tercio del siglo XVI. El Duque de Lerna buscó el patronato de este convento y lo obtuvo; una vez conseguido, dispuso que se llevara a cabo la erección de una nueva iglesia que sustituyera a la antigua. Lerma, como era habitual, en­ cargó las trazas a Francisco de Mora, que las había realizado ya el 5 de julio de 1601 y que afortunadamente se conservan. El Duque estableció c o n o condición en su patronazgo, que el templo debía de estar construido en un plazo de ocho años y por un coste máximo de quince mil ducados (124). La comunidad actuó con presteza y el 2 de agosto de 1601 extendía escritura ce concierto con Juan de Ma­ tes para que hiciese el edificio según trazas y condiciones de Francisco de Mora y ciñéndose a lo dispuesto por el Duque en las cláusulas de patronazgo (125); salen por fiadores de Juan de Na­ tes Diego de Praves y Juan Martínez del Barrio. Las obras llevaron un ritmo desigual, pero nunca se detuvie­ ron. Mates comenzó de inmediato su actuación, cobrando las prime­ ras cantidades en setiembre, manteniéndose el ritmo de actividad a lo largo de 1602 (126). En 1604 comienzan las complicaciones e- conómicas. Al no pagar el Duque, el convento se empeña con el ar­ quitecto, que se apodera de las rentas y extiende nueva escritura de concierto (127). El 12 de marzo comienza a cobrar nuevas canti­ dades (120). A lo largo de 1605 se mantiene el mismo ritmo lento (129). En 1606 comienza el acarreo de madera para la obra (130). Una fuerte crisis debió haber en 1607, pues no conocemos documen­ tos que hablen de nuevos pagos; ai año siguiente, el 22 de agosto de 1608, Pedro de Patuecos el Mozo se pone al frente de la obra, teniendo que abandonarla rápidamente, ya que marcha a Madrid por orden real y allí muere (131); Diego de Praves interviene enton­ ces en la obra el año de 1609 (132), para volver ..'ates de nuevo al frente de ella el 2 de noviembre de 1609 (133). Aunque el tem­ plo quedó abierto al público el 3 de noviembre de 1612 (134), las obras continuaron, estando al frente de ellas Juan de Mates, que extiende escritura de concierto el 14 de mayo de 1613 para prose­ guir el laboreo (135); en 1616, muerto ya Mates, todavía existían cuentas pendientes entre Ana de Orozco, heredera de Nates, y el convento (136), Cono contraste a la rica documentación conocida, del convento sólo conservamos las trazas de Francisco de Mora y la portada* Es­ ta, que hoy se encuentra en las Escuelas de Cristo Rey, es un arco triunfal de piedra, de orden dórico, compuesto por una pareja de pilastras, un arco de medio punto y el entablamento según el orden, rematando el conjunto una pareja de bolas. En las albanegas apare­ cen puntas de diamante y en la clave un triglifo. La portada es muy seca y poco agraciada, perdiendo todavía más carácter al ha­ llarse incrustada en un deprimente muro que la desvirtúa aún más. Quizá lo más interesante de este resto sea el empleo del orden dó­ rico y el uso de un triglifo como clave. Este elemento, así como las puntas de diamante,son de Juan de Nates y no de Mora (137), Las trazas de Francisco de Mora son dos hermosos dibujos, una planta y un alzado. La planta, muy pequeña, es prácticamente una estructura central, el eje longitudinal está levemente más resal­ tado por el tramo del cuerpo de la iglesia, pero el factor esen­ cial lo forma el cuadrado del crucero, de treinta y un pies de la­ do. Así pues, estamos ante una estructura centralizada; el fac­ tor de centralización no se debe tanto a un deseo explícito de crear un núcleo central como, por ejemplo? se produce en Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid, cuanto a una reducción del eje lon­ gitudinal por razones de espacio. En alzado, la centralización se acentúa al aplicar una cubrición a base ue media naranja. Los soportes son pilares poderosos con pilastras en ios fren­ tes, achaflanados en el crucero para recibir mejor las pechinas de la media naranja. En las esquinas estos pilares presentan un jue­ go de pilastras complejo, inverso al usado en Valladolid desde las Huelgas Reales; mientras que Nates y toda la escuela recurren a u- na estructura de pilastras dobladas en ángulo de noventa grados, siguiendo ios ejes de las paredes, Mora se atiene al método de la pilastra en codillo, solución clásica de Italia que, por ejem­ plo, emplea muy a menudo cangallo el Mozo. Otra característica de Mora es la poquísima profundidad que da a los brazos del cru­ cero; este tipo de solución sólo aparece con anterioridad una so­ la vez y, para ello, a causa de un pie forzado, es en Amusco, cuan­ do Alonso de Tolosa reforma las trazas de Juan de Natos para la K l iglesia de dicha villa. En alzado, los soportes destacan por su voiumetría, efecto conseguido por la acumulación gradada de elementos - pilastras y traspilastras -, con este recurso los elementos dinámicos pasan a un primer plano en tanto que el muro pasa a un segundo lugar. El molduraje, muy vinculado a la tradición herreriana, ayuda a este efecto de relieve y precisión, habiéndose plasmado anteriormente en San Bernabé de El Escorial de Abajo. El sistema de cubrición es el clásico a base de bóvedas de medio cañón con lunetos y de una media naranja ciega en el crucero, método invariable desde Villagarcía de Campos. El sistema de iluminación es a través de termales. Este moaeio de iglesia es de gran interés, ya que es la primera variante en planta del modelo de la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos en Valladolid. Esto se puede ver en cuan­ to que es una iglesia de una nave sin capillas, donde los brazos del crucero pierden peso en beneficio del gran cuadrado central. En cuanto ai sistema de soportes, parece que éstos se dinamizan predominando sobre el muro, cuando en Valladolid siempre ocurre lo contrario. En cuanto a decoración, Mora tiende a una supresión de ésta. Todo ello se plasmará en las Descalzas Reales de Vallado- lid, obra conservada y que ya henos analizado. £1 convento de ¿an Pablo.- Donde el Duque de Lerna invertirá todos sus esfuerzos será en el convento de ¿an Pablo, del cual adquirirá su patronazgo y al cual convertirá en su panteón, ¿egún narra Ca­ brera de Córdoba, el Duque se concertó con los frailes, en 1600, para adquirir la capilla mayor de la iglesia, como enterramiento y patronazgo del convento, por ochenta mil ducados (138). El 23 de diciembre de 1600 obtenía definitivamente el patronazgo (139). En el contrato se especifica que el Duque adquiere el monasterio para su enterramiento, del mismo modo se especifica que el nuevo patrono puede sustituir todos ios escudos existentes por los su­ yos, a excepción de las capillas particulares. £1 22 de diciembre de 1600, los huesos de los familiares reales, que estaban en la capilla mayor de dan Pablo, fueron llevados a San benito el Real (140) Colacionados esios asuntos, comienzan las obras, o1 3 de a- bril de 1601, Pedro de Pedrosa, "albañil", se compromete a cons- TSZ truir una cripta de vent idos pies de largo por veinte de ancho, por el precio de doce mil quinientos reales, especificándose cla­ ramente que "todo ello conforme a la traça que se le ordenare" (141)o Aparte de la bóveda o carnero que construye Pedro de Pedro­ sa, se harán unos nichos que cobijen ios bultos funerarios del Du­ que y la Duquesa de berma más el del Arzobispo de Toledo, Según el Libro Becerro del Monasterio, sabemos que el Duque "hizo dos arcos de jaspe de ricos colores y hermosa arquitectura, que están a los dos lados del altar mayor coronados de dos escudos de sus armas y guarmecidos de piedras preciosas, las cuales enviaron de regalo la república de Venecia, En un arco están los bultos del duque y la duquesa en bronce dorado y en el otro el retablillo del Santísimo Cristo y la birreta de ¿an Pío V" (142). Las tra­ zas de arquitectura de estas obras fueron dadas por Francisco de Moraj Fabricio Gástelo recibió cuatrocientos reales por pintarlas en grande en cuatro papeles (143); las obras de cantería las rea­ lizó Diego de Praves y la cubrición de jaspes la ejecutaron Pedro Gástelo y Antonio de Arta (144). Estos artistas^ además, intervie­ nen en el enriquecimiento de la capilla, bajo la dirección de Francisco de Mora (145). Las obras se realizan en 1602 y parecen concluirse en 1603 (146). Al tiempo que se prepara todo lo referente a sepulcros y mau­ soleo, el Duque de berma, encarga la construcción de una tribuna para, desde ella, poder oir misa y realizar sus necesidades reli­ giosas. Francisco ce Mora dio las trazas, y el 28 de abril de 1601 Juan de Nates se obliga a construirla por mil doscientos cincuenta ducados (147). La obra de la tribuna fue el primer paso, pues de­ trás de ella se levantaron varias dependencias - el Cuarto del Duque -, trazadas por Francisco de Mora y construidas por Diego de Praves (148). Estas obras, ai parecer, se concluyeron en 1603. El enriquecimiento de la capilla se completaba con la pintura de la bóveda, realizada por Eartolomé Carducho el 11 de mayo de 1601 (149). El conjunto ue la capilla mayor, de gran riqueza artística, que se completaba con el retadlo mayor y piaturas, era uno de ios mejores de Valladolid y de la región. Martín González dice de él y de todo el conjunto, que la intención del Duque "era. nacer una especie de escorial para él. A esto obedece la colocación de una tribuna que comunicaba con sus habitaciones" (150), De todo el conjunto, lo que se conserva hoy es la tribuna. Palomares dice de esta pieza: "Este privilegio de juntar la capilla con la vivienda tiene sus antecedentes en la Edad Media. Carlos V dio las mismas trazas a su palacio de Yuste y Felipe ÎÏ la tendría en cuenta en el monasterio de El Escorial. En Valladolid, la familia López Ca~ latayud en 1572, en la iglesia de San Antón,. el Duque de Lerma en San Pablo y Don Rodrigo Calderón en la iglesia conventual de Porta Coeli, hacían otro tanto" (151). La tribuna del Duque de Lerna en San Pablo se mueve dentro de los mismos esquemas que los desarrollados por Felipe II en San Lorenzo el Real de El Escorial. La estructura se encuentra en un sitio de honor - el lado del Evangelio de la capilla mayor - y desde ella el Duque podía presidir todos los actos religiosos que quisiera, inclusive por encima de la comunidad religiosa. Esta tribuna acentúa el carácter privado de la capilla mayor, comple­ mentando a los nichos sepulcrales y a las estatuas orantes. La tribuna del Duque, deteriorada en algunas partes, es de las obras más elegantes que trazara Francisco de Mora. Construida por Juan de Nates, está formada por dos cuerpos; el inferior es un ar­ co de medio punto con rosca moldurada y una ménsula hermosísima en la clave; dos columnas dóricas guarnecen el vano; un entabla­ mento dórico, mutilado, con rosetas en las metopas, remata el cuerpo. El segundo piso lo forma un balcón adintelado, rematado con un frontón curvo partido con el escudo ducal y elegantísimos tacos en las esquinas. El conjunto es de una estilización apenas vista en Valladolid, si exceptuamos la fachada de la Vera-Cruz de Diego de Praves. El esquema que Mora aplica es el de la propor­ ción dupla, poco empleada en la zona, que prefiere la sesquiál­ tera. El orden empleado es el dórico, pues desde Vitruvio éste es definido como orden viril y fuerte por antonomasia. El uso de la columna exenta es, quizá, el factor más expresivo y origi­ nal, pues es un elemento que apenas apreció Juan de Herrera y que en Valladolid tuvo muy poco eco, a excepción de la obra de Juan del Ribero Rada. La delicadeza y buen hacer de esta obra de­ latan las excelentes condiciones de Francisco de Mora como arqui­ tecto, si bien el artista siempre tendió a inclinarse por el fun­ cionalismo y la simplifcación decorativa. En Valladolid hay una obra que se aproxima en perfección y delicadeza a esta tribuna: el sepulcro del Conde de Fuensaldaña en San Miguel, obra de Fran­ cisco de Praves. La capilla mayor de San Pablo, con el aledaño Cuarto del Du­ que, formaba parte, como ha dicho Martín González, (152) de todo el complejo palaciego que fue creando. Como ya se vio al presentar las obras del Palacio Real, este conjunto se comunicaba con el mo­ nasterio a través de un pasadizo que arrancaba del palacio que ha­ bía sido del Conde de Miranda; esta obra la realizó Cristóbal Gar­ cía de Mazuecos, Con ella, San Pablo se comunicaba con el Palacio Real (155). Otro pasadizo se construyó en 1605 para llevar a bau­ tizar, desde el Palacio Real a San Pablo, al futuro Felipe IV (154). El Duque, además, mandó construir un pasadizo subterráneo del que no hay restos (155). Con este sistema de comunicaciones, prácticamente todo el con­ junto real y ducal de Valladolid quedaban conectados sin solución de continuidad, esta red de comunicaciones tenía por corazón el Pa­ lacio Real y a través de ella se unía un vasto espacio que abarca­ ba desde San Pablo a la Huerta del Rey, imbricándose en este déda­ lo posesiones reales y ducales. La actividad edificatoria no se detuvo en la capilla mayor, sino que afectó a toda la iglesia, si bien en esta parte el con­ vento intervino con sus recursos. Martín González dice que las cin­ co capillas laterales "fueron objeto de una total reconstrucción por el Duque de bernia, desde los cimientos de los pilares hasta la misma obra de crucería, hecha a imitación de la de las bóvedas de la Capilla Mayor" (156). A todo ello hay que sumar el coro (157). Después de Martín González, Palomares Ibáñez ha estudiado todo es­ te sector de la iglesia (158), En la Historia de Valladolid de Antolínez de Burgos y en los documentos del Archivo de los uuque de Lerna hay dos citas de in- teres ; el primero dice: "menos lo que se levantó para igualar el cuerpo de la iglesia con la altura de la capilla mayor que era una desproporción que afeaba mucho a la fáb r i c a, lo cual se hizo por el duque en 1616". La cita documental dice: "faltaba a la iglesia de este convento el ser el cuerpo della igual en altura y grandeza con la capilla mayor, y el año 1614 el convento tomó por su cuen­ ta y costa esta obra que duró hasta el año 1617 y costó cuarenta mil ducados" (159). Estas dos referencias nos indican quet res T-ssr había un desnivel entre la nave y la capilla mayor• La iune ion esencial va a ser igualar esta diferencia, para conseguir así un edificio espacialmente unitario* Ántolínez de Burgos dice que estas obras las realizó el Duque en 1616; los documentos conventuales dicen que corrieron a cargo de la comunidad en 1014. En.efecto, las obras las pagó la comuni­ dad con apoyo económico ducal, pero García Chico demuestra que las obras se iniciaron en 1613. Las labores constructivas afectaron a tres sectores: coro, muros de carg;a y bóvedas. El 1 ue agosto ae 1013, los maestros de cantería Juan del dio y Pedro de la Vega se comprometen a labrar los ocho "pilares roma­ nos" del coro, "de la manera como se declara en la traça y condi­ ciones que están hechas y firmadas de Diego de Praves maestro ar­ quitecto" (160). El coro tenía que ser de piedra y muy cuidado en su ejecución. Anteriormente, el coro se hallaba en la capilla ma­ yor, pero al transformarla el Duque en mausoleo, fue desmontado, esa fue la razón por lo que el coro se trasladó a los pies y se puso en alto. El nuevo coro se concluía en 1616, fecha en la que los maestros de albañilería Domingo del hey, Antonio Morales y Francisco Vasco se obligaron a cerrar las bóvedas de las tres ca­ pillas del coro con sus iunetos, aristas y compartimentos al roma­ no. Al coro se le añadirían dos balcones para los órganos, de ma­ dera y yeso, en las dos capillas que arriman al coro (161). Martín Gonzalez ha estudiado detenidamente este sector y precisa la in­ fluencia de los pilares de la Catedral cíe Valladolid en los del coro de Dan Pablo (162)-. El 2 de julio de 1015, Pedro de la Vega y Juan del i:ío se encargan de las siguientes obras: elevar las paredes del Templo, de sillería por fuera y manipostería por el interior; hacer corni­ sas y tejaroces segúñ los moldes dados; rematar los estribos de la capilla mayor; hacer ce nuevo los estribos del cuerpo de la i- glesia, situando uno en cada pared traviesa; abrir en cada capi­ lla una ventana como las de la capilla mayor, 'fodas estas obras se harían según las trazas ce Diego de Praves (163). ~stas obras se remataban en 1616, cuando el 14 de enero se daban las condicio­ nes para labrar la cornisa o imposta que debía recorrer todas las paredes interiores del templo (164). Con estas obras se conseguía la igualdad en altura del témalo 7 S“ 4 al subir las paredes; subidas las paredes, se asentaron cornisa y tejaroz. Al alcanzar altura el edificio, se remataron los estribos de la capilla mayor y se rehicieron los del cuerpo de la iglesia« Igualmente se modifican los focos de luz, agrandándolos y haciéndo­ los iguales a los de la capilla mayor* Todas estas obras las trazó y dirigió Diego de Praves, que obró con criterios arcaizantes para no romper la unidad estética que tenía el templo. No obstante, en el coro obró con plena libertad, realizando una obra clasicista. Esta pieza es la única estructura levantada de nueva planta en to­ do el conjunto. Se compone de tres tramos y el sotocoro es un pro­ fundo espacio que abarca los tres quintos de la nave, flanqueándole capillas hornacinas* Los soportes son pilares reforzados en sus caras exteriores y desarrollados, tanto en estructura, cono en de­ coración, según lo perfilado por herrera en la Catedral, aspecto que destaca Martín González (165). Los arcos formeros son doblados con el intradós acanalado y los perpiaños apainelados y de igual decoración. Las bóvedas son rebajadas, con lunetos y decoración geométrica. Praves da a este coro alto grandes dimensiones, ocu­ pando un gran espacio de la nave, haciendo así que esta pieza ad­ quiera un gran peso dentro del espacio interior del templo. Además del coro, el estilo de Diego de Praves aparece en las capillas anteriores al coro, en las que emplea rafas para obtener el máximo de economía y planitud en la superficie. Concluidas las labores constructivas del interior del templo, se pintaron las bóvedas, pagando la mayor parte de este trabajo el Duque de Lerma. Lo primero que se pintó fue la capilla mayor, encargo del Duque que realizó Bartolomé Carducho el 11 de mayo de 1601 (loo). Posteriormente se pintó el crucero, concertándolo el 1 de agosto de 1615 Francisco Martínez y el Valido (167). El con­ vento encargó la pintura del resto de la obra, realizándola Fran- cisco Martínez y Jerónimo de Calabria, para lo cual extendieron dos escrituras de concierto, el 23 de febrero y el 22 de setiem­ bre de 1616 (168). La orra zona donde se realizaron obras bajo ei patronazgo del juque de herma fue en la fachada y delantera del templo. Cuando Don Francisco Gómez de oandoval y dio jas adquirió el patronato de oan Pablo, lo primero que hizo fue adecentar la delantera de la iglesia, tirando unos paredones y colocando en su lugar pilares con cadenas rematados por leones con escudos (169), empezándose así la mejora de la futura Plaza de Palacio. Las obras fueron lle­ vadas a cabo por Diego de Praves y Pedro de Mazuecos el Mozo, con­ cluyéndose el 27 de setiembre de 1606 (170). Al mismo tiempo comen­ zaron las obras de la fachada. En este sector se realizaron obras de limpieza, remodelación y, finalmente, una labor constructiva. La obra de limpieza tiene dos etapas. La primera, a partir de 1602, documentada por Martí y Monsó, fue realizada por dos es­ cultores de apellido Torres, uno vecino de Plencia y el otro de Madrid. Seguimos el criterio de Martí de que este trabajo afectó sólo al primer núcleo de la fachada (171). La segunda noticia de la limpieza de la fachada, más explícita, se remonta al 5 de mar­ zo de 1616, cuando los maestros de cantería Pedro de la Vega y Juan de Carrión y los escultores Juan de Rozadilla, Pedro de la Cuadra y Tomás de la Huerta "tienen tomado a su cargo el blanquear y lim­ piar la portada de la iglesia de San Pablo desta ciudad desde lo nuevo hasta el suelo en precio de tres mil reales" (172). Sobre esta base documental, Martín González considera que el Duque de Lerma construyó el segundo cuerpo de la fachada (173). La labor de limpieza, fundamentalmente la segunda, creemos que se lleva a cabo para igualar la tonalidad de toda la fachada, limando dife­ rencias de color entre lo primitivo y lo nuevo. Por lo que respecta a la remodelación, afecta tanto a la es­ cultura como a la heráldica. Martín González atribuye los profetas de la fachada a Francisco del Rincón (174). La otra remodelación es la de los escudos, dibujados por el Rey de Armas de Felipe II y Felipe III Nicolás de Campis, que es el que hace también los es­ cudos del patio del Palacio Real (175). Afecta también a la remo­ delación la colocación del frontón. En cuanto a la labor construc­ tiva, está documentado que el Valido levantó las actuales torres que flanquean la fachada (176). Los datos documentales hablan de obras en la fachada en la época del Duque de Lerma, pero lo que interesa precisar, a par­ tir de los datos que conocemos, es saber si la actual fachada se debe a la acción ducal o, por el contrario, ya existía. Palomares Ibáñez publica el siguiente daro: "levantóse así mismo la portada añadiendo tres tramos o tres cuerpos a la facha­ da a imitación de lo que estaba hecho y así mismo ios dos torreo- } s y n e s ” (177). A este dato podemos sumar lo que aparece en los Bece­ rros de San Pablo y San Gregorio (173). El primero dice que Fray Alonso de Burgos construyó ”ei primer cuerpo de la primorosa facha„ da"; el de San Gregorio nos trasmite que edificó "la mayor parte de la portada". Los documentos confirman lo dicho por Martín Gon­ zález de que el Duque construyó la segunda parte de la fachada. Si se compara la parte inferior de la fachada con los tres úl­ timos pisos de ella, podemos apreciar la diferente factura que exis­ te. El primer núcleo que concluye en la imposta encima del rosetón es la labor documentada de Simón de Colonia, a ella hay que sumar el frontón (179). La enorme riqueza decorativa de este sector ocul­ ta los elementos estructurales y una tupida red de elementos no ar­ quitectónicos, arcos falsos, estatuaria, decoración geométrica, etc. lo invade todo. La decoración lo unifica todo. La parte superior es distinta, aunque se intenta ceñir al es­ quema primitivo existente. En esta zona, compartimentada a modo de historia de retablo, la decoración se pega al muro, pero éste no desaparece. Así pues, esta obra es estilísticamente distinta a la inferior. Si tanto por los documentos, como por lo que muestra el edificio, hay aceptación unánime de que hay dos etapas en la cons­ trucción, el atribuir la segunda al Duque de Lerna no es tan uná­ nime. Agapito y ílevilla dice: "Esta parte alta de la fachada, muy diferente ya de la inferior, es digna de estudio: sin embargo, tie­ ne algunos elementos góticos, es de piedra semejante a la inferior, muy distinta a la empleada en el siglo XVII en Valladolid, más pa­ rece obra plateresca que de la época de Felipe III, y, no obstan­ te, es opinión general atribuirla al Duque de Lerna. Cierto que el contraste entre esta parte y la de Fr. Alonso de burgos es in­ menso; mas de todos modos, no puede creerse que aquella sea del siglo XVII en toda su integridad, al menos cono se pretende" (180). Gómez Moreno aprecia en ella influjos de Lorenzo Vázquez y limi­ ta la labor del Valido a minucias (181). A.L. Layer dice "que la parte entre el campo del frontis propiamente dicho y el piso prin­ cipal sufrió modificaciones ampliaciones en el siglo XVI" (182); V/ethey sostiene que esta fachada no encierra nada herreriano y no tiene punto de contacto con el gusto del siglo XVII (183). Arribas Arranz, estudiando la obra de oimón de Colonia en Valladolid, y el problema de la fachada de oan rabio, elabora dos / hipótesis: una, "la fachada llegaría hasta la imposta superior al rosetón central, sobre la cual se apoyaría el frontón; tenía una sola torre a la izquierda dei espectador, que llegaba precisamente a dicha altura" (184)* El Duque de Lerma añadió lo demás, quitando el frontispicio y colocándolo por remate de todo el conjunto trans formado por la ampliación« Dos, "Simón de Colonia labró hasta don­ de queda indicado, y al morir el Obispo, haría una fachada lisa o con motivos arquitectónicos como clavos u otros y algunas figuras sobre peanas y bajo doseletes hasta llegar a la altura del fron­ ettispicio. En auqella parte pudo muy bien trabajrse el fondo de es­ trellas de los Rojas y otros elementos, por el privado de Felipe III, a imitación de las ideas y motivos anteriores" (185). Palomares Ibáñez, al estudiar la fachada, analiza las dos hi­ pótesis de Arribas y se inclina por la segunda (1S6), basándose pa ra ello, fundamentalmente, en la información que se e s c r i b i ó con motivo del bautismo de la princesa Ana Mauricia, el 7 de octubre de 1601 (187). Nosotros creemos que las reparaciones de las que habla la relación son las que documenta Martí y Monsó como limpie­ za de la fachada. Así pues, Palomares considera que la totalidad de la fachada es de Simón de Colonia, y que el Duque lo que hace es aplicar la decoración de estrellas en el segundo cuerpo y las estatuas que Martín González atribuye a Francisco del Rincón. La postura de P a lo m a r e s choca con las referencias d o c u m e n t a l e s . La Doctora Doña Clementina Julia Ara Gil ha vuelto sobre el problema, y tras un minucioso examen, concluye: "este segundo euer po carece de la unidad que tiene el inferior. La composición es ordenada, pero está constituida por elementos que parecen haber sido aprovechados de otros lugares o por lo menos haber formado parte de una ordenación diferente. Aparecen juntos, elementos cla­ ramente góticos, elementos platerescos, otros de los primeros a- ños del siglo XVII y otros que parecen pertenecer a una fase ba­ rroca más avanzada" (188). Dentro de este conjunto de datos creemos poder deducir algu­ nos aspectos que nos inclinan a la postura adoptada por Don Juan José Martín González. Ahora bien, para ello creemos que la facha­ da debe verse, no frontalmente, sino en relación con el espacio interior del templo, es decir, hay que proyectarla dentro de un corte longitudinal, no transversal. En la actualidad, fachada, y è o nave y cabecera forman una unidad espacial y estructural. Asi pues, la fachada es una estructura orgánica que cierra un espacio inte­ rior de acuerdo con la concepción vitruviana de dentro a fuera. Sabemos que la primitiva nave de San Pablo, cuando trab* ó Si­ món de Colonia, era de madera y más baja que la capilla mayor. Si Colonia hubiera levantado la fachada a la altura actual, tendría­ mos un muro libre, que nada cierra, de notable altura. Técnicamen­ te carecería de sentido; arquitectónicamente sería un derroche de dinero. Por eso es por lo que creemos que Simón de Colonia no le­ vanta la fachada tal como hoy existe. Si lajfachada está en relación con la estructura interior, quie­ re decir esto, que la fachada empezó a elevarse a partir de la cons­ trucción del actual abovedamiento, es decir, cuando desapareció la cubrición de madera de la nave. Las bóvedas, por su sistema de a- rranque - a partir de ménsulas - y por su dibujo, próximo al de San nenito el Leal de Valladolid, parece obra del siglo XVI, y no es extraño que allí hubiera intervenido Juan de Arandia (189). Al construirse las bóvedas y con ello ganar altura el templo, hubo necesidad de modificar la fachada, cue la labor de abovedamiento la concluye el Duque de Lerma, bien lo demuestran los documentos citados antes. Cumplida esta misión, hubo que elevar la fachada. Para esta labor se desmontó el frontón y se aprovecharon elementos trabajados para cerrar el espacio. Junto a estos elementos aprove­ chados, que analiza la Doctora Ara, se introducen elementos nuevos, como los profetas que estudia Martín González y se vuelve a traba­ jar la piedra, claramente apreciable, tanto por la talla de las estrellas, como por la forma de encajar los elementos (190). Le­ vantada esta parte, se vuelve a asentar el frontón y, finalmente, se limpia la fachada, como dice el documento que publica García Chico, i.sta es nuestra interpretación a partir de la hipótesis de Martín González. Ai levantar la fachada, el Duque de Lerma elevó la torre del evangelio y levantó la de la epístola en la que colocó un reloj y la campana, Llamada la ¿andovala. Xn las torres colocó sendas pla­ cas epigráficas (191). Desde nuestro punto ce vista, la fachada de Jan labio es una organización debida ai Duque de Lerma• asta fachada, entre torres, es un rectángulo perpendicular al suelo, en definitiva, un esque- ma que arranca de Francisco de Mora. Es posible que el artista áu­ lico proyectara la remodeiación y muy bien pudo ejecutarla Diego de Praves. No tenemos documentos y, por lo tanto, es hipótesis. Visto en conjunto, San Pablo es una obra de altos vuelos. En el interior aparece por primera ves aplicado en Valladolid el jue­ go cromático de los materiales ricos de la capilla mayor. El estilo se enriquece con el uso de mármoles y de colores, ayudando a ello el bronce de la estatuaria y la pintura de las bóvedas. Este es un rasgo, desde nuestro punto de vista, muy importante, porque con ello tenemos que en Valladolid se dan unas soluciones anteriores a las que se aplicarán en el Panteón de El Sscorial y en el Sagra­ rio de Toledo. La riqueza cromática va a abarcar todo el templo, al pintarse todo el abovedamiento, colaborando así arquitectura y pin­ tura con afán de conseguir mayor riqueza. En San Pablo, el Duque de berma consigue romper la severa frialdad de las superficies del Clasicismo, inaugurada en El Escorial. En la tribuna ducal aparece una gran riqueza plástica, tanto por el uso de la columna, elemento muy poco empleado en Valladolid, como per ei cuidado tratamiento del orden dórico en todos sus de­ talles. En cuanto a la fachada, creemos ver en ella un punto de partida del tipo de fachadas que van a aparecer en Lerna y Madrid y que en Valladolid no va a tener mucho éxito Las obras del he y y ¿el juque de Lerna en Valladolid son de gran envergadura. La labor de ambas figuras se intercala y super­ pone y concluye en un importante resultado arquitectónico. Por lo que se refiere a los patronos, el Rey y el Duque se convierten en los clientes más importantes del Árte en Valladolid. En cuanto a los artistas, Francisco ce Mora se desplaza a Valladolid y comien­ za una labor de equipo con Juan de Mates, Diego de Praves y Pedro de ¡¡azuecos ei Mozo, haciendo así que los artistas vallisoletanos trabajen para la Corona y el Duque. La labor arquitectónica va a tener una fuerte repercusión, tanto en la arquitectura civil, cono en la religiosa. Con la ve­ nida de la Corte,surge en Valladolid el Palacio Real, nacido por aglomeración, orientado hacia un núcleo, el Palacio de Don Fran­ cisco ce los Cobos y articulado por medio de pasadizos. La apari- Palacio Real afectó al tejido urbano, ya CIOción del la rlasa ^ 6 Z Palacio o de ¿an Pablo se despejó y adquirió la fisonomía que hoy presenta de un gran espacio regularizado. Igualmente surgió la Pla­ za de los Leones, hoy de Santa Brígida, como centro eminentemente festivo. La labor conjunta del Rey y del Valido dará pie a la apari­ ción del palacio suburbano de la Ribera y el gran coto de la Huer­ ta del Rey. La organización de la margen derecha del Pisuerga co­ mo zona de jardines y recreo se reflejará en la orilla izquierda, en el Espolón, que el Ayuntamiento mandará mejorar, interviniendo en ello Juan de Nates. Estas obras, junto con las del Palacio de Fabio Nelli, son las más importantes por lo que se refiere a ar­ quitectura civil. La arquitectura reí igiosajfue impulsada particularmente por el buque de Lerma; San Diego, Belén y San Pablo van a ser los puntos de interés del Valido, al tiempo que la Corona levanta las Descal­ zas lieales. En todos estos edificios interviene Francisco de Mora, pero los levantan los arquitectos de Valladolid. Si exceptuamos el caso espacial de San Pablo, obra ya existente, los demás siguen los esquenas tradicionales de las iglesias de cruz latina definidas al comienzo del Clasicismo. Podemos decir que no hay innovaciones en cuanto a estructura. Pero, al parecer, en todas estas iglesias se tiende a una economía en lo decorativo, acentuándose así la seque­ dad característica de lo nerreriano. San Pablo, por el contrario, merece un tratamiento distinto, no sólo porque es un edificio preexistente, sino también porque el Duque se volcó en él. Como Martín González señala, San Pablo iba a ser, y fue, el Escorial del Valido, por ello, el edificio fue remodelado y enriquecido. En San Pablo se desarrollará una facha­ da entre torres al estilo de San Bernabé, si bien en Valladolid ya había un precedente en la Vera-Cruz con Diego de Praves. La in­ novación está en el tipo de fachada de un solo plano y no en dos pisos, tan peculiar de Valladolid. La gran innovación de San Pa­ blo está en su riqueza interior, con sus estatuas de bronce, sus nichos sepulcrales y capilla mayor de mármoles y sus bóvedas pin­ tadas. La riqueza cromática y el empleo de materiales ricos va a ser una innovación de esta obra que va a tonor un inmediato refle­ jo en la fundación de Don Rodrigo Calderón en Porta-Coeli de Valla­ dolid . Otras obras de Francisco de Mora en Valladolid«- Aparte de la gran actividad que Francisco de Mora desarrolló en Valladolid como ar­ quitecto del Rey y del Duque de Lerma, trabajó también de forma par­ ticular, aunque vinculado siempre a personalidades de alto rango. Como arquitecto intervino en las obras del convento de las Comendadoras de Santiago de Valladolid por ios años de 1593, 1594, 1595 y 1596. Martí y Monsó publica un mazo de cartas del artista de gran interés y al citado autor nos remitimos (192). Dado el estado actual de la edificación y la parquedad de los datos documentales, ignorarnos qué llevó a cabo el arquitecto real; Martí habla de,fla portada que hay dentro del patio" la cual "mani­ fiesta el estilo del sucesor de Juan de Herrera". Nosotros tampoco podemos precisar más con los datos que poseemos actualmente. Francisco de Mora también trabajó para la Duquesa de Alba, Doña María de Toledo. En efecto, la aristocrática dama, que había recibido una educación excesivamente monjil, llevó una vida salpi­ cada de desgracias personales que acabaron por indinaría de forma irrefrenable a la vida retirada de los claustros. Para ello, fun­ dó el convento de Nuestra Señora de la Laura, que afincó primero en Villafranca del Bierzo (León), para trasladarlo después a Va­ lladolid, en una zona extramuros, junto a San Juan de Letrán. En 150G estaba el convento en Valladolid y de inmedito se pu­ so mano a la obra de fábrica y se colocó la primera piedra con gran solemnidad. En el testamento que otorga en Valladolid, el 30 de mayo de 1608, hay una cláusula que dice: "mando que sobre lo que yo pla­ ciendo a Dios dejare hecho se prosigan fabriquen y acaben en toda su perfección las casas del monasterio y la del Colegio conforme a la traza de Francisco de Mora y váyase edificándose cada año lo que se pudiere con todas las rentas" (193)• Esta declaración nos pernite sostener que el convento de Nues­ tra Señora de la Laura, conocido popularmente como las Lauras, es obra de Francisco de Mora. Las declaraciones no hablan de la igle­ sia, pero García Chico documenta que, el 16 do setiembre de 1608, Antonio López, "maestro de obras", fiado por los maestros de can­ tería Cristóbal Moro, Andrés ce Valdomillas, Pedro ce la vega y Juan de Ccejo,se compromete a cuiícar uesde ios cimientos la igle­ sia (194). Este dato refleja ei hecho ce que el templo ya nacía ?¿ 3 sido trazado y que Antonio López se encarga ele su realización ma­ terial, Las trazas, desde nuestro punto de vista, las debió dar Francisco de Mora, ya que él fue quien trazó todo el convento y sería poco lógico que no diseñara también la iglesia. Así pues, Mora trazó el edificio, pero no fue su ejecutor material. El único que ha estudiado la iglesia de Muestra Señora de la Laura ha sido Don Juan José Martín González (195), tachándola de "construcción de escaso interés", juicio que compartimos plenamen­ te . De todo el conjunto monástico sólo se nos ha permitido estu­ diar la iglesia, por ser el resto clausura rigurosa. El templo es una simple estructura funcional formada por un rectángulo cubier­ to por bóveda de arista con decoración geométrica de fajas y tém­ panos, los soportes son mensulillas y la iluminación se realiza por termales. Nos hallamos ante el grado máximo de funcionalismo que llega a alcanzar el Clasicismo, comparable al proyecto de Die­ go de Praves para la parroquial de la Cistérniga. El conjunto es un eje longitudinal que genera un espacio continuo. Mo hay más. El edificio carece de emoción e interés. El Convento de ¿an José de Medina de xdoseco y rray Alberto de la Madre de Dios Dent Vailadoli de carmel influjo c Gare sobre est el primer del marco Las Medina de ción de J -un raie.o levantar Valle, "m comnromet ro de la producción clasicist d destaca la delicosa iglesia itas descalzas, de Medina de ortesano y muy vinculada al e ía Chico fue quien proporción a obra y a partir de ellos Ma estudio de conjunto, entrone general del arte de la zona carmelitas descalzas ce feres üioseco el 2 de marzo de 160 orla victoria Colonna. Estas b desenvolvimiento de la cornuni la nueva fábrica (187). El 31 aestro de obras vecino déla c e a hacer "la iglesia e casa a de la zona cel entorno a del Convento de Jan José, Eioseco, fábrica de claro stilo de Francisco de Mora, ó el mayor número de datos rtín González ha realizado ando a la iglesia dentro (196). a ce Jesús se asientan en 3 y quedarán bajo la protec- uenas condiciones permit irán dad, que en 1606 comienza a de marzo de 1606, Juan del iudac de Valladolid", se de dicho monasterio", todo ello "conforme a la traza e planos dello que me entregaron firma­ dos de nuestro padre provincial y de mi el presente escribano en dos papeles en que está escrito y declarado el largo y ancho que ha de tener cada parte del dicho edificio". La declaración indica que Juan del Valle se encarga de una o- bra de la que no es trazador. Hay un rasgo peculiar, las trazas no aparecen firmadas por ningún arquitecto, sólo por el Padre Provin­ cial y el escribano público. Ello indica que las trazas fueron da­ das por un religioso de la misma orden, ya que si no no habría res­ ponsabilidad por parte del autor de los proyectos. Dicho religioso da trazas y condiciones. En el pliego de éstas aparece un párrafo que dice: "la portada que se ha de hacer la obra que en el perfil que de ella el hermano fr. Alberto traçador de la orden diere se mostrare". Esta declaración permite conocer la figura del artista traza­ dor. Para Martín González este Fray Alberto no es otro que Fray Al­ berto de la Madre de Dios (198), el que trazara y construyera la i- glesiadel real monasterio de la Encarnación de Madrid, personaje íntimamente ligado al Duque de Lerma para el que trabaja asiduamen­ te, tanto en Valdemoro, como en el gran programa constructivo de Lerma. Nosotros compartimos el juicio de Martín González. Según los documentos, Juan del Valle recibe la traza y planos del edificio "en dos papeles", faltando sólo la traza parcial de la portada, que Fray Alberto dará en último lugar. Las condiciones, muy del estilo del monje carmelita, son largas, prolijas y preci­ sas, comprometiéndose Juan del Valle a hacer toda la obra en dos años y por la suma no muy elevada de treinta mil reales. Como no hemos podido entrar en el templo por ser rigurosa clausura, sólo estudiaremos la iglesia, única parte a la que hemos tenido acceso. La planta de la iglesia es de las más armónicas y elegantes de la zona} se conforma en una cruz latina con brazos de crucero muy cortos. Conceptualmente, es una estructura espacial articula­ da en torno a un eje longitudinal y constrastada por otro trans­ versal de escaso resalto que queda englobado en el primero. Este es un aspecto distintivo de Francisco de Mora - como se refleja en las Descalzas Keales de Valladolid - que tomo Fray Alberto, compañero del Aposentador Leal y acaso discípulo suyo, ~sta solu­ ción se aplicará sistemáticamente en Lerma, como lo demuestran los estudios de Cervera Vera. La concepción espacial es de un^laro predominio del eje longitudinal que subordina al transversal, a través del desmantelaniento de la proporción sesquiáltera de la estructura central del crucero y el mantenimiento de la proporción dupla de la capilla del altar mayor en relación con los brazos del crucero. La tendencia a ir neutralizando el crucero en beneficio del eje longitudinal es un rasgo que no asimila el foco vallisole­ tano, que o bien tiende a una estructura centralizada - Nuestra Se­ ñora de las Angustias -,o bien a mantener la relación de los espa­ cios imbricados - Porta-Coeli de Valladolid, Santa Clara de Medi­ na de Rioseco -. He ahí un rasgo distintivo entre el foco corte­ sano y el vallisoletano. Si los espacios de San José son de gran simpleza, en cuanto a estructura ocurre lo mismo: paramentos lisos y pilastras. El mu­ ro es de una sencillez absoluta, concebido como superficie muerta; en él se articulan las pilastras, de resalto casi imperceptible, quedando así el muro articulado, pero sin perder su unidad en el plano de superificie. En. el único lugar en donde se aprecia un juego de eleméntos es en el crucero. Los pilares torales destacan dentro de todo el conjunto como unidades expresivas que marcan un punto central; la conexión con el plano del muro del eje longitu-r dinal se lleva a cabo a través de una pilastra dimidiada, solución muy italiana y apenas empleada en Castilla, siendo uno de los po­ cos que la usan Juan del Libero Rada, que emplea esta solución en la Capilla Cerralbo de Ciudad Rodrigo. El resalto de los pilares torales permite un cierto rasgo de individualización a los brazos del crucero, donde se disponen pi­ lastras dobladas en las esquinas para paliar el seco intersticio de los planos perpendiculares de los muros; sin embargo, el prin­ cipio de jerarquización aparece perfectamente definido al no esta­ blecerse una solución de continuidad entre el pilar y el muro, igual disposición se aplica en el presbiterio. El muro liso remata en un entablamento de estilo toscano, donde los capiteles de las pilastras se funden con el friso. Par­ tiendo del entablamento se dispone la cubrición. Los pcrpiaños son de medio punto y las bóvedas de medio cañón con lunetos. La piemen- tería os lo único decorado de todo el edificio a base de figuras geométricas y fajas. La nave es ciega y los vanos termales son fingidos, ciñéndose la iluminación al coro y ai crucero. El sistema de cubrición del crucero es a través de una media naranja soportada sobre pechinas; encima se dispone el anillo mol­ durado que da paso a la media naranja, ciega, de ocho cascos deoo- rados con figuras geométricas y cuyos costillones se unen en la clave. La media naranja está girada. Estamos pues ante una estruc­ tura que lo único que pretende generar es un espacio y establecer así un conjunto de relaciones internas en el edificio. Los focos de luz se hallan en ios brazos del crucero, en ios hastiales, ar­ ticulándose en forma de termales. El rasgo esencial del edificio es su funcionalidad, retrotrayendo el coro al muro de fondo y de­ jando todo el espacio posible dentro del templo. Las estructuras interiores, según normas del Clasicismo, se acusan en el exterior de forma nítida. El juego volumétrico de la capilla mayor se aprecia perfectamente a través de su imbricación de prismas rematados por el cimborrio cúbico y cubierto a cuatro aguas, que cobija la media naranja. Sobresale de todo este conjun­ to de volúmenes geométricos la simpática espadaña de dos cuerpos con su campana y esquilón. El cuerpo de la nave, con su simpática silueta, trasluce al exterior la articulación del espacio interno, perfilándose los tres tramos ael interior a través de rafas. La fachada es el punto referencia! de todo el edificio en el exterior. Hecha íntegramente de cantería, su material y su mono- cromía son ya ne por sí rasgos distintivos. La fachada, ajena a la modalidad vallisoletana, se concibe dentro de un esquema que ya empezara a desarrollar Francisco de Mora en San bernabé de El Escorial de Abajo. La fachada se proyecta como un muro de cerra­ miento que hay que decorar; para ello se recurre al mismo siste­ ma que Francisco de Mora aplica en las Descalzas Acales de Valla­ dolid y tomará después Diego de Praves para aplicarlo, con algu­ nas variantes de poca monta, en Porta-Coeli de la misma ciudad. Nos hallamos ante una estructura de origen palladiano: núcleo rematado por un frontón. En este n úcleo perfectamente definido, en torno al ojo central, se dispone^ el vano do la puerta, la hor» nacina y el espejo que da luz al coro. Estamos, pues, ante uno de los primeros intentos de configurar una fachada, por parte de Fray Alberto de la Madre de Dios, en el que todavía no se ha consegui­ do una solución definitiva, pero en el cual aparece in nuce el mo — délo que se aplicará seis años más tarde en la Encarnación de Ma­ drid* -iiil tipo de portada, asi como el modelo de hornacina, corres­ ponden plenamente ai lenguaje de Francisco de Mora, sin embargo podemos apreciar en ellos un rasgo distintivo del monje carmelita, su tendencia a la planitud, la búsqueda de una perfecta comunión entre estos elementos y el plano del muro de fachada. Este modelo de fachada apenas si tendrá éxito en la zona. El convento de San José de Medina de Uioseco es un edificio enclavado en el área vallisoletana y perteneciente a la órbita de la escuela de la Corte, a igual que todo el conjunto de Lerma. Es una pieza más que debe ser estudiada dentro de la arquitectura ma­ drileña y cuya inclusión dentro del estudio del foco vallisoletano tiene por objeto demostrar las diferencias y relaciones de uno y • otro centros y el grado de individualización que ambos llegan a poseer. La segunda etapa de Diego de Praves. La venida de la Corte a Valladolid permitió la expansión de la actividad arquitectónica de la región, gracias a las fuertes inversiones de Felipe III y de su Privado el Duque de Lerma* À1 mismo tiempo, la estancia de la Corte favoreció la colaboración de Francisco de .Mora y las cabezas del foco vallisoletano; de es­ ta colaboración, quien más beneficios sacará será Diego de Praves, en primer lugar, porque morirá mucho después que Pedro de Mazue- cos ci Mozo y Juan de Nates; en segundo lugar, porque alcanzará los puestos oficiales más cotizados en Valladolid, como se ha po­ dido ver en su biografía. La estancia de la Corte en Valladolid no alteró el status de Juan de Nates* Este artista, el de mayor edad, muy prestigioso, siguió siendo, fundamentalmente, un arquitecto privado, sin titu­ laciones oficiales, y con una clientela eminentemente eclesiás­ tica; si bien, como arquitecto intervendrá en las obras del Duque de Lerma y del uey, colaborando con Francisco de Mora, como ya hemos tenido ocasión de ver. Pedro de Mazuecos el Mozo, de la misma edad que Diego de Pra­ ves, arquitecto real por ser maestro mayor del Archivo de simancas, colaborará intensamente con Francisco ce Mora, lo que le permitirá ascender en su carrera, siendo reclamado en Madrid cuando la Cor­ te vuelve allí, nombrándosele aparejador del Alcázar y de El Pardo para, a continuación, obtener el título de maestro mayor del con­ vento de U c 1 é s . Pero la muerte le cortó la carrera, precisamente cuando se estaba convirtiendo en el número dos del "escalafón" y llevaba camino de ser el sucesor de Francisco de Mora* Diego de Praves no se movió de Valladolid. Colaborador de Pe­ dro de Mazuecos y de Francisco de Mora, intervendrá en las obras reales y del Duque de Lerma y, a sus títulos anteriores, sumará el de arquitecto real y del Ayuntamiento. Los últimos veinte años de Diego de Praves representan el triunfo del hombre y del artis­ ta en Valladolid. En el campo artístico, Praves se convierte en una figura indiscutible, asimilando las influencias de Francisco de Mora y Pedro de Mazuecos el Mozo y potenciando el vignolismo del foco, al tiempo que las características herrerianas se mantie­ nen como constante de su estilo, perfectamente reflejadas, por e- jemplo, en el coro de la iglesia del convento de San Pablo, como demuestra Martín González. Aparte de los trabajos reales y ducales ya vistos, en 1602, Pedro de Mazuecos el Mozo y Diego de Praves tasan las casas de Don Luis de ¿alazar, en la calle de Teresa Gil, en ocho mil duca­ dos (1SÔ). Además de ello, Diego de Praves realiza un conjunto de edificios desaparecidos en la actualidad. En 1604, Diego de Pra­ ves trabaja en el desaparecido convento ce la Merced de Vallado- lid (200). El 16 de julio de 1607, Diego de Praves ce encarga de hacer la iglesia del convento de la Aprobación - edificio desapa­ recido -, siguiendo las condiciones ce Francisco Salvador, dadas el 30 de mayo de 1607 y completadas el 10 de julio de ese mismo año; sin embargo, las trazas del edificio no son de Francisco Sal­ vador y, acaso, tampoco sean de jiego de Praves, aunque ésto re­ sulta más dudoso. La desaparición de la fábrica nos impiae ser más explícitos (201). Diego de Praves, no sabemos la fecha, ce encarga de proseguir las obras de la iglesia de can Miguel de Viilarramiel de Campos (Falencia). Por decisión de Don Felipe de casis, Obispo de Palen­ cía, se dan nuevas trazas y condiciones, queuánaose de nuevo con la obra -jiego de Praves, que presenta por fiadores, el ME de ma­ yo ce 1610, a su ¡lijo Francisco de Praves, a Bartolomé se ia Cai- T T O zada y a Pedro de Glano, todos ellos arquitectos y vecinos de Va­ lladolid, menos el último, que se dice vecino de Cigales (202). La obra de la iglesia es heterogénea^ su planta, de tres na­ ves, delata una traza primitiva, del período, como mínimo, de Ro­ drigo Gil de Hontañén; su fa.c/iada, vinculada a la de lúdela deK--' Duero, se relaciona con el arquitecto Juan de Escalante y las fa­ chadas retablo. La obra de Pravos se debió realizar en el interior del edificio, pero de ella nada queda, puesto que la torre se hun­ dió sobre la iglesia en el siglo XVIII y de esa época es su recons­ trucción (20o). El 24 de abril de 1618, Diego de Praves da las trazas y con­ diciones y se encarga de edificar la desaparecida iglesia de San Miguel de lúdela de Duero. Jentro de esta misma localidad, acaso pueda atribuirse a Diego de Praves la sacristía de la parroquia ue la Asunción (204). Siguiendo las trazas que diera Francisco de Mora, el 28 de agosto de 1609, Diego de Praves se encarga de cubrir la capilla mayor de la iglesia del monasterio de San Agustín de la villa de Dueñas (Falencia). La obra, muy maltratada, es la clásica solu­ ción de un cimborrio ciego al exterior y una media naranja en el interior, cuyos brazos son cañones con lunetos. Años más tarde, en esta obra intervendrá su hijo Francisco de Praves (205). De las obras conservadas que trazara por su propia mano, la primera, y más llamativa, es la intervención en la iglesia de Ma- tapozuelos. En el año de 1602, Diego de Praves se hallaba en Ma- tapozuelos inspeccionando la construcción ue la torre de la igle­ sia. Pal prueba hace sospechar a lieras García que este artista fue­ ra el autor de las trazas de esa parte del edificio (206). La iglesia de Matapozuelos, a igual que la cié Vi 11 abáñez, Aldeamayor de Dan Martín, Fuente!apena, etc. presenta en su edi­ ficación todo ci lento proceso que las razones económicas imponían a un pueblo rural. La iglesia se levantaba con trazas ue Juan de escalante y a la muerte uel artista las obras continuaron el rit­ mo siguiendo las trazas primitivas e inspeccionando la obra Juan de liâtes y Pedro de Mavedaiÿ que en absolute creemos que dieran tra­ za alguna en 1596, sino que, como en Villabáñez, se limitaban a realizar visitas p.̂ ra analizar el estaco de la obra, con lo que la iglesia se ahorraba el sueldo ue un maestro mayor. Así nues, ??/ creemos que la parte de los pies de la iglesia es una simple con­ tinuación de los proyectos de Juan de Escalante, realizados en xOo/ y que comenzó a ejecutar Juan de la vega. Es significativo, que cuando hubo necesidad de cubrir la bóveda del edificio, fuera llamado un arquitecto de envergadura cono francisco Cillero. La torre de Matapozuelos, una de las más hermosas de la zona, presenta algunos problemas. Sabemos que en 1691 el alarife Fran­ cisco de las Heras estaba construyendo la torre, y. que en 1723 la remataba Matías Machuca (207). Si descartamos el ochavo, moti­ vo de admiración para Martín González (208), la torre de Matapo­ zuelos presenta una serie de características que hacen dudar de su barroquismo. En efecto, heras García ha documentado la existen- ^í^ he labores constructivas en la torre desde 1600, y diego de Preves va a inspeccionar la obra en 1602. Todo ello hace sospechar al citado estudiso que Praves pudiera haber dado la traza de la excelente fabrica (u09) . La falta de un testimonio documental ro­ tundo deja el problema en el aire, pero el análisis estilístico del edificio permite hacer algunas consideraciones. hay un punto de partide sólido: las trazas de la torre esta­ ban dadas en 1600, cuando comienzan las labores edificatorias y según estos moaelos se hicieron los cimientos, se levantó el zó­ calo ae piedra y se construyo el primer cuerpo. Es indudable que Francisco de las Heras, que levantó el segundo y tercer cuerpos, tuvo muy presente la estructura de lo edificado. La fantasía vino a través de Matías Machuca, que trazó el chapitel y el balaustre según trazas y condiciones propias. Así pues - y ésta es la pos­ tura ae Leras García -, las hipotéticas trazas de Diego de Praves se mantuvieron hasta la linterna, oin embargo, a nuestro juicio, no está nada clara la fidelidad a dichas trazas primitivas. La torre de la iglesia de Matápozuelos es una estructura cua­ drada, esbeltísima, formada por un basamento de piedra y tres cuer­ pos de ladrillo más un remate al internado. El segundo cuerpo, ma­ yor que el primero, es muy estilizado y sobre él se dispone el ter­ cero, mas pequeño, en el que se cobijan las campanas, usta ruptu­ ra jerárquica en cuanto a proporciones no creemos que se diera en la traza primitiva de 16GC, sino que debió ser un acto consciente de ruptura con las trazas realizado por Francisco de las Leras. .asta desintegración de los valores de proporciones geométricas es ??£ uno de los factores capitales que hacen barroca a la torre de Ma- tapozuelos. Al lado de estos criterios ajenos al Clasicismo, se dan una serie de recursos formales que nos permiten llevar a cabo un in­ tento de atribución de la torre de Matapozuélos« SI cuerpo de la torre, descontando la linterna, sigue unos conceptos formales y estilísticos muy precisos, cuya raíz se halla en los proyectos de las torres delanteras que Juan de Herrera dibujara para la Cuarta Colegiata de Valladolid y que popularizara en la zona Alonso de Tolosa, La torre de Matapozuelos es un prisma compartimentado en pi­ sos poijmolduras y cornisas y flanqueado en los esquinales por pi­ lastras pareadas, Es decir, nos hallamos ante una disposición que sigue fiel mente las directrices de los proyectos herrerianos. tan- to en la forma de la torre, como en el tratamiento de superficies, como en la disposición de los ángulos, el recurso a las pilastras dobles, la forma de tratar las molduras y a la fusión de capitel y entablamento. Esta disposición la llevará a cabo Diego de Tra­ vés en la Catedral de Valladolid y Alonso de Tolosa en la facha­ da de los pies de la iglesia de Santiago- de Medina de Rioseco. Por todo ello, creemos muy factible el juicio de lleras Gar­ cía al atribuir a Diego de Praves las trazas ¿e la torre de la iglesia de Matapozuelos; ahora bien, esas trazas, para nosotros, fueron alteradas al alargarse el segundo cuerpo y, por supuesto, en nada se siguieron cuando Matías Machuca llevó a cabo el rema­ te de la fábrica. La segunda edificación de propia mano de j iego de Praves fue la continuación de la iglesia de San Boal de Pozaldez. En loül, Praves da trazas y condiciones para construir el cuerpo de la i- glesia. Encargóse de la obra el carpintero y albañil Toribio de la Cruz, que acabó enfrentándose con la parroquia y fue sustitui­ do por Pedro de Troche (210). La obra duró hasta 1G05, quedando el edificio cubierto con una armadura de madera. En 1618 se decidió sustituir esta estructura por otra above­ dada, dando las trazas y condiciones el arquixecto vallisoletano Juan del Valle en 1622. Llevó a cabo la obra Pedro de Troche, que estaba trabajando en la fábrica en 1624. Por el análisis de la obra y la documentación conocida pode- JJ3 mos decir que la cabecera de San Boal es mudejar, en consonancia con la zona del Románico de ladrillo, cuyos núcleos regionales son Olmedo y Arévalo. A esta fábrica Diego de Praves añadió un cuerpo de cuatro tramos con capillas hornacinas muy poco profundas y en cuya traza no iban diseñadas las bóvedas. Por último, Juan del Va­ lle trazaría el abovedamiento. Diego de Praves proyectó una estructura simplísima y funcio­ nal, una nave que forma eje con la estructura ciel ábside y en ios muros maestros capillas hornacinas, verdaderos nichos, que no crean espacios subordinados. La simplicidad en planta se corresponde en alzado. El proble­ mas más grave consistía en fusionar el nuevo cuerpo del edificio con la primitiva cabecera; Praves solucionó la papeleta a base de fundir los muros y llevar un proceso de enmascaramiento en las su­ perficies. En los muros de carga abrió nichos de medio punto y dis­ puso pilastras en los frentes; los arcos presentan un intradós fa­ jado y la rosca de los arcos no roza el entablamento ; éste es de orden toscano y recorre todo ei edificio, fusionándose capitel y friso en una unidad. Juan del Valle tiró las bóvedas con arcos perpiaños de medio punto. ^1 abovedamiento presenta lunetos y la piementería decora­ ción de fajas, puntas de diamante, rombos y óvalos, El aspecto más complejo fue llevar a caso ei cierre de ia cabecera; pare, ello se recurrió a un vano termal ciego, estableciéndose un paralelismo con otro similar situado a los pies. Al realizarse esta estructura, se rompió la unidad espacial del edificio, dando paso a una discon­ tinuidad espacial. termales que iluminan la nave mayor. En el termal de los pies se han abierto dos ventanales de muy desdichado y torpe efecto. La novedad más interesante de áan Boal de Pozaldez radica en la decoración; Juan del Valle sigue la tradiciór vallisoletana, pero la novedad radica en el empleo de recuadros en las pilastras y perpiaños. La culminación de ia labor de niego de braves, como trazador de obras ya iniciadas, se da en la iglesia de can ..artín de Aldea- mayor de san 1.artín. El 17 ae noviembre de 1602 el artista ha da- E1 sistema de por medio de vanos ? ? v ga do ella Pedro de ios Corrales, fiado por Juan de Piano y Juan Díaz del Hoyo, El artista estuvo al frente de la obra hasta 1610, fecha a partir de la cual desaparece y ocupa su sitio Pedro de la Vega, que sigue edificando. Acabóse el templo en 1632 (212). El templo y los documentos revelan una serie de hechos de in­ terés para conocer la forma de obrar y pensar de los hombres de los siglos XVI y XVII. El análisis que Heras García ha llevado a cabo d¿l edificio le permite afirmar que la fábrica se realizó en tres etapas: una primera etapa del siglo XV, a la que corresponde la cabecera y la capilla de la Epístola. En el siglo XVI se siguie­ ron las obras según el patrón primitivo y se construyó la parte del Evangelio, es decir, se continuó la traza y se levantó el mu­ ro de carga con sus correspondientes estribos. Si se lleva a cabo un análisis de todos estos elementos, po­ demos obtener el criterio primitivo de cómo fue proyectada la igle­ sia. La obra del siglo XV y su prolongación en el XVI denota la existencia de un plan unitario que se refleja en la coexión cons­ tructiva y espacial ; la misma forma de articular muros y soportes y una unidad espacial y volumétrica. La primitiva iglesia de San Martín debía de ser de una nave con cabecera poligonal y podero­ sos estribos al exterior. Estamos pues ante la clásica iglesia gótica del siglo XV que va a prolongarse durante varios años del XVI. El deseo de ampliar ei edificio desmanteló toda la estructura; ésto es lo que ocurre a lo largo de la segunda fase de la obra, emprendida a mediados del siglo XVI, a cuya etapa corresponden los pilares cilindricos y ei tramo de los pies. La ampliación se hizo sin un criterio arquitectónico, sólo se buscó mayor espacio para que los fieles pudieran cumplir sus obligaciones religiosas. Ce generó así un espacio cuyo eje era paralelo al ae la primitiva nave mayor y cuyo testero fuese la capilla de -santa Cat al ina • El desaguisado fue enorme, como decisión tomada por una persona no perita en la materia, h'o en balde los documentos dicen "no haber hecho ni tener traça ni orden de lo que se había de hacer". La mecida fue fatal para la obra; económicamente, porque se llevaron a cabo importantes gastos en la cimentación y erección de los poderosos pilares cilindricos, émulos por sus dimensiones, a ios de la iglesia de los Cantos Juanes de Xava del cey; estéti- n r camente, porque se deshizo el criterio estilístico del edificio, desmantelando el concepto arquitectónico gótico y no sustituyéndolo por otro* Se erigieron dos pilares y la obra entró en un callejón sin salida* A lo largo de toda esta etapa ningún arquitecto estuvo al frente de la obra, sino simplem.ente canteros, como eran un tal Cabillas y Francisco del Bado, cantero, natural de Falencia. La o- bra de este edificio fue tasada en 1595 por Juan de Mazarredonda y Juan de la Lastra. En esta situación se llega al siglo XVII y se encarga de la obra Pedro de los Corrales, ya que Bado había muerto. El artista no sabe cómo acometerla y a la parroquia no le queda más remedio que requerir la intervención de un arquitecto para que de una sa­ lida a la situación en que había quedado el edificio. Diego de Praves da trazas y condiciones para concluir la fá­ brica y con ello se entra en la tercera y última fase. La labor de Praves en Aldeamayor de San Martín tiene dos aspectos perfec­ tamente definidos: uno, dar solución al problema que implicó la ampliación del siglo XVI; dos, buscar una unificación estilística de todo el conjunto que tan descoyuntado se hallaba. La solución técnica fue radical, crear un muro ¿e carga en el lado de la Epístola y dar pie a un edificio de dos naves, al tiem­ po que se derribaba una costanera de la capilla de Santa Catalina. Esta solución era la más barata y rápida, ya que la iglesia no se hallaba en condiciones económicas boyantes. El haber creacio un e- dificio de tres naves, con lo que se hubiera tendido a una unidad estilística, hubiera implicado arruinar la capilla de Santa Cata­ lina, levantar una nueva hilera de pilares, construir dos ábsides y nacer un muro de carga que cerrara el espacio por el lado de la Epístola y, a buen seguro, que hubiera sido necesario ampliar el edificio por los pies para obtener una proporcionalidad. En defi­ nitiva, una obra grande y cara que la iglesia no estaba dispuesta a hacer. Por ello se recurrió a la solución drástica de cerrar el espacio con un muro. Surgió así una iglesia de dos naves nada a- fortunada. A Diego de Praves, pues, se le debe el muro de la ¿pís- tola. Otro factor técnico de la obra de Praves consistió en reab­ sorber los pilares cilindricos en ceros de estructura rectangular, lo que aumento el gasto ce forma considerable, ya que nubo que re­ modelar estructuras de soportes. En cuanto al segundo aspecto, es decir, la unificación esti­ lística, Diego de Praves recurrió a una tradición consagrada ya por Serlio y que, creemos,que el arquitecto conquense aplicó antes en la iglesia de Villanubla, nos referimos al proceso de enmascara­ miento de toda la parte gótica, transformándola así en una super­ ficie "al romano1', como se decía en aquella época. Efectivamente, la estructura gótica del lado del Evangelio pre­ senta al exterior poderosos estribos y en su interior lo correspon­ dería responsiones que soportaran el peso de los perpiaños. Esta solución articulada, típica dél Gótico del siglo XV, fue encubier­ ta por Diego de Praves. Una confrontación del lado de la Epístola y del Evangelio nos lo corrobora. Dejando aparte la inexistencia de ejtribos en el sector de la Epístola, podemos apreciar las pe­ queñas pilastras que absorben la fuerza ce los arcos. Nos hallamos, pues, ante un muro liso; por el contrario, en el sector del Evan­ gelio no ocurre tal, los soportes son pilasres poderosos y salien­ tes que permiten cobijar arcos hornacinas. Sobre los frentes de es­ tos soportes se disponen las pilastras. ¿Por qué este contraste de grosores? iíosotros lo atribuimos a que debajo de esa estructura "al romano" se esconde una estructura gótica, iiazones técnicas no existen, ya que el sistema uc abovedaniento es idéntico en ambas naves, es decir, bóvedas tabicadas. Al enmascarar el sector gótico, al absorber ios pilares, al levantar el muro de la Epístola y ai cubrir el edificio con las bóvedas actuales, Diego de Praves orientó la iglesia de San bar- tin hacia el Clasicismo. Si la iglesia de oan Eartín nos revela la forma de actuar de un arquitecto ciasicista de envergadura que se enfrenta a un pro­ blema ijarto difícil, ios documentos exhumados por García Chico y ¡¡eras García nos permiten aproximarnos al problema del arquitecto en esa época. Por lo que se conoce de la historia de este edificio, podemos decir que un arquitecto dio trazas para euificar la iglesia de Ál- deamayor. Según esas trazas, surgiría una iglesia cuya hipótesis de estructura ha sido planteada anteriormente. Así pues, podemos constatar la existencia de un arquitecto que ha dado unas trazas y que sólo en parte han sido aplicadas y cumplidas. r n - Esta trazas primitivas fueron alteradas y posteriormente aban­ donadas cuando la poco feliz reforma del edificio. Ello acarreó la pérdida de las primeras trazas. La reforma fue realizada sin un plan previo, es decir, no hubo trazas, y los documentos son tajan­ tes en este aspecto (213)o Que se produzaca esta situación de prin­ cipio, nos inclina a considerar y mantener el juicio arriba expues­ to, de que la ampliación de la obra no la llevó a cabo un arquitec­ to, sino alguien que podía saber un oficio manual, pero no arqui­ tectura. La situación de la obra bien lo revela. Así pues, tenemos una situación nítida, la actuación en la obra ae una persona que no era arquitecto y cuyo comportamiento queda bien reflejado en dos aspectos: 1. - la inexisxencia de trazas y condiciones (el "orden" de que hablan los documentos). 2. - el desaguisado que causa en el edificio la reforma. La actuación arquitectónica que se lleva a cabo en el siglo XVI por los artistas que conocemos gracias a los documentos es una labor de cantería y albañilería, pero no de arquitectura. Las tasa­ ciones que realizan Juan de la Lastra y Juan de Mazarredonda no son tasaciones arquitectónicas, sino tasaciones de peritaje, es decir, %de laboreo. Cuando en 1602 llega el momento de la verdad, es decir, cómo continuar y acabar la obra de fábrica, el problema aparece canden­ te, no hay "traça ni orden de lo que se había de hacer". Se había llegaco a un callejón sin salida. Se había llegado a esta situación, creemos que por dos moti­ vos: uno, temporal; otro,de dirección. La primera razón se debe a que la obra tarda un siglo en construirse. Semejante longevidad tie­ ne que reflejarse en lo hecho, ya que los maestros y artífices tie-̂ nen que cambiar. La segunda razón plantea una problemática difícil, que necesariamente tiene que incidir en la primera. La obra parece que, desde un principio, no tuvo un arquitecto al frente, es decir, no posoyó una cabeza rectora que llevara adelante el edificio. Es­ ta falta de arquitecto es una característica muy extendida en la zona y bástenos citar como botón de muestras al Hospital de Simón Luiz de Medina del Campo. Al faltar el arquitecto, ai no haber trazas o ser éstas alteradas, no es extraño que se proauzca cual­ quier dislate. Precisamente eso fue lo que ocurrió en Aldeamayor i n de San Martín. Al quedarse con la obra Pedro de los Corrales tras la muerte del palentino Francisco del Bado, hubo necesidad urgente, para oro- seguir la obra, que un arquitecto la viese y diera trazas y condi- ciones. entonces se llamo a Diego de Graves, "arquitecto" • El documento que publica García Chico establece una clara di­ ferencia de terminología entre la definición técnica que se da a Pedro de los Corrales y al difunto Francisco del Bado y la que se da a Diego de Praves. A Corrales se le titula de forma rotunda co­ mo "maestro de cantería", mientras que a Praves se le denomina "arquitecto" . Esta diferenciación tan clara que aparece en el documento de García Chico se esfuma al analizar la documentación exhumada ñor ileras García, donde a todos se les denomina "maestros de cantería"* üiSte confusionismo viene a demostrar el poco valor que, nara la mayoría del periodo que estudiamos, tenía la palabra arquitecto* La única forma de poder establecer una distinción entre arquitecto y maestro de cantería y albañilería es averiguando si ese persona­ je da trazas y condiciones o no las da* Ese es el aspecto que es­ tablece la divisoria en el trabajo y la especialización* Diego de Praves da trazas y condiciones, luego es un arquitecto^ Francisco del Dado y Pedro de los Corrales no las aan, luego no deben serlo, î sta faceta es, a nuestro juicio, uno de los punios más interesan­ tes que revela la historia de la iglesia de San Martín de Aldeana- yor de San Martín. La parroquia de Aldeamayor entra dentro de la modalidad esti­ lística imperante en esa época por la zona. x̂l exterior que corres­ ponda a la época ciasicista es simplísimo, muros lisos, silenciosos, formados por sillería discretamente cortada y cuyos únicos factores expresivos son los vanos de entrada y de luz. A los pies se halla la portada, floja, muy parecida ai tipo aplicado por Francisco de Mora en el convento de Belén de Valladolid. El interior es de mayor envergadura, fundamentalmente en lo que se refiere a la creación de espacio, abovedamiento y sistema de iluminación. Praves aplica aquí los recursos clásicos del foco vallisoletano: pilastras en los muros, fajones cajeados, bóvedas de arista, vanos termales y elementos decorativos en la cubrición. La decoración es la típica ¿el foco a base de puntas de diamante m y fajas. Quiza lo que merezca mayor interés de este sistema deco­ rativo sea la íorma de tratar el molduraje en la nave mayor, ya que los baquetoncillos están quebrados. La torre es del siglo XVI, pero su remate corresponde al pe­ riodo de intervención de Diego de Praves, pues delata una fuerte influencia del modelo de Herrera hecho para la Cuarta Colegiata de Valladolid y que popularizó Alonso de Tolosa. 21 remate es si­ milar al de Mucientes y a los de Cigales. Todas estas obras que hemos visto de Diego de Praves presen­ tan por denominador común, el que el artista tiene que ceñirse a unas estructuras ya heredadas y, por tanto, trabajar con pie for­ zado. Ademas, estos clientes son de economía modesta y las obras tienen que ser moderadas, y están generalmente obligadas a tener larga xoalizacion, por falta ce recursos económicos y en al — ¿unas, como en Aldeamajor de San Martin, tienen que acabarse de la mejor manera posible, ya que no hay posibilidad de grandes des­ embolsos . Con el último grupo ce obras que van a verse no va a ocurrir e°ta ¿situación, ja que la clientela es rica o, como en el caso de la Cistérniga, la obra va a estar acorde con las posibilidades del cliente. En todas ellas diego de Praves va a plasmar depura­ damente su estilo. Cronológicamente, la primera obra es la iglesia parroquial de la Cistérniga. El 10 de diciembre de 1603, el arqui­ tecto real cedro de ¡nazuecos el Mozo se compromete, por el precio de mil quinientos ducados, a levantar la iglesia ce ia Cistérniga según las trazas y condiciones que ha dado Diego de Praves (214). ^1 11 de octubre de 1604 están trabajando en la obra el cantero Juanes de Hercilla y el albañil Cristóbal Sánchez (215). Muy poco mas sabemos cel edificio, en 1670 estaba trabajando en la fábrica un tal Juan de Libero y en 1681 Hodrigo Vivaneo y Pablo Mínguez. Para Martin Gonzalez, lo que realizaron estos maestros fue la ve- sería de la obra (216). La iglesia ce la Cistérniga es un edificio pequeño poro con encanto. Praves concibió una estructura de una nave con testero pî -̂ îo J una canillita acosada al lado col Evangelio. Puro funcio­ nalismo; ei edificio es proyectado como una nave cuya misión es albergar a ia comunidad do fieles, uu concepción funcional ahorra cualquier tipo de nroblenática. El sistema Ce soportes son sencillas pilastras toscanas, cu­ yo capitel se confunde con el entablamento que corro ios muros del edificio» El sistema de luz es a base de termales, uno por cada tramo. La cubrición apea sobre arcos dejmedio punto y el aboveda- miento de cañón presenta lunetos. La decoración de yeso de las bó­ vedas, si bien es ya barroca por lo quebrado de sus motivos y el recurso a la pintura, denuncia claras pervivendas de la escuela clasicista, como las puntas de diamante y las formas de las fajas de los lunetos, así como la compartimentación de la plementería. Consideramos que se conserva en estado primitivo el arco y la capillas del costado del Evangelio. El arco es una solución de puro origen italiano, al presentarse doblado; la decoración del intradós ha sido sacada de ¿erlio y la forma de articular la bó­ veda de la capilla se halla en íntima unión con la misma solución que Juan de Nates dio en el humilladero de la Quinta Angustia de lúdela de Duero. La sencillez y armonía interiores se corresponden en el exte­ rior con una simplicidad total. El edificio es un prisma de super­ ficies lisas y muertas, dentro de cuyo conjunto lo único que re­ salta es la espadaña. La iglesia es un verdadero cajón, presentan­ do una estructura similar, por su sencillez, a la iglesia del con­ vento de las Lauras de '/allano!id. La segunda obra es, acaso, una de las más importantes del c- lenco de Diego de Praves, fundamentalmente, porque en ella podemos apreciar el influjo de Francisco de Mora atra\■ és de la iglesia de ¿an Pablo y de las Descalzas Reales, así como la evo lución propia del estilo del foco, condensaba en la persona de Diego de Praves. El comportamiento del Duque de Lerna en Valladolid, referio a su mausoleo de ¿an rabio, va a ser imitado por uno de sus hombres ce confianza, Don rodrigo Calderón, Marqués de ¿ieteigle- sias, que fundara el convento de Porta-Cocí i, popularmente cono­ cido como las Calderonas, nombre debido a su patrono. Esta fundación, por su riqueza artística, ha llamado siempre la atención. Ponz y Losarte ya pararon en ella, poro ha sido Mar­ tí y Monsó quien ha investigado más sistemáticamente esta ción y su riqueza (217), obteniendo resultados muy satisfa Agapito y Mevilia también hizo sus observaciones sobre est torio, pero centrándose esencialmente en el retablo (218), funda- ctorios. o monac­ al eue ^S7 ha dedicado también su atención Tormo y Monzó, María Luisa Catar­ la y Pérez Sánchez. Sobre la arquitectura ¿el edificio, quien ha vuelto sobre ella ha sido Martín González, atribuyéndoselo a Lie­ go de Praves y destacando sus rasgos más peculiares y distintivos (219). Nosotros podemos aportar algún dato documental más a los conocidos. di convento de Porta-Coeli, de monjas franciscanas, fue funda­ ción de Doña Mariana de Paz Cortés, que según Antolínez de burgos, la llevó a cabo en 1588 en unas casas de la calle de Olleros, hoy Duque de la Victoria, que comprara a un hidalgo llamado García Iz­ quierdo. Por la documentación que publica Martí, sabemos que en 1601 el convento ya existía, aunque las escrituras fundacionales no aparecen hasta finales de dicho año. El convento obtuvo la es­ critura de fundación en Valladolid, el 19 de diciembre de 1601 y estaría bajo la regla de Can Francisco, se llamaría de Nuestra Se­ ñora de Porta-Coeli y se asentaría en las casas particulares de Doña Mariana "en la calle que dicen de Olleros a las espaldas de las casas principales que vulgarmente llaman de las Aldabas” (220). La fundación era obra privada, llevada a cabo por una persona hi­ dalga, de la raquítica "clase media" castellana, vinculada al mun­ do de la Administración del Estado (221). Este tipo de obras pías, que ê mayores o menores dimensiones, era común a la mentalidad castellana del estamento nobiliario y a- dinerado, no pudo cuajar en este caso, ya que las numerosas deudas acumuladas por el marido de Doña i ariana dieron al traste con la fundación, que fue adquirida por el Marqués de ^icteiglesias el 22 de noviembre de 1ÔC6 (222). A partir de ese momento la fundación cambia de rumbo. Don Rodrigo Calderón, una vez obtenido el patronazgo de Porta- Coeli, obtiene dos breves y letras apostólicas, con fecha 11 de octubre de 1608 y 2o de febrero de 1609, por las cuales obtiene el permiso de cambiar el hábito de la comunidad, que pasa a per­ tenecer a la orden de Santo Domingo (225). Realizada la fundación, el Marqués ele oieteigiesias va a levantar desde los cimientos la nueva iglesia (224), obra que estará junto a su palacio de la Ca­ sa de las Aldabas y comunicada con ói como destaca Martín Gonzá­ lez (225). El 22 de noviembre de 1606, Doña Mariana ae Paz Cortés cede su fundación a Don Rodrigo Calderón. Al adquirir la fundación, J - U Don Rodrigo la cambia de sitio, Porta-Coeli, en un principio, es­ taba en la calle de los Olleros, el nuevo patrono la localiza en la de Teresa Gil, Así pues, la nueva iglesia tuvo que empezarse a construir a partir de 1607. Don José Martí y Monsó se lamenta en su trabajo que la docu­ mentación falte precisamente en el punto crítico del estudio ar­ tístico (226), La investigación que hemos llevado a cabo en los archivos de Valladolid y Madrid nos ha dado un resultado pobre, pero hemos obtenido un dato de interés: quien es el autor del tem­ plo de Forta-Coeli, Martí encontró referencias de que, en 1613, el 12 de octubre, Diego de Praves da trazas para pintar la capilla mayor (227), En 1618, el 21 de junio, se sabe que Diego de Praves es el maestro mayor de las obras del palacio de Don Rodrigo Calde­ rón (228), 2n 1620 hay pequeñas obras en el palacio y en el con­ vento, que realiza Bartolomé ¿e la Calzada, firmando los libramien tos Diego de Praves (229). A pesar de estas referencias, el inves­ tigador castellano considera insuficientes estas reseñas para po­ der atribuir la obra a Diego de Praves y dice: "pues las construc­ ciones de esa época en Valladolid han de ir unidas a los nombres de Pedro de Mazuecos, Juan de Mates o los dos Praves Diego y Fran­ cisco, Otra cosa, otros indicios son ios que buscábamos y éstos no aparecen, son in&ccesibles" (230). Sin embargo, basándose en su propia documentación, Martí puede precisar que ia iglesia es­ taba acabada en 1613 y que "la obra de fábrica debió estar a cargo de Diego de Praves" (231). Tras el estudio de Martí, Agapito y Revilla (232) y, años más tarde, Chueca Goitia, (233) consideran que Diego de Praves es el autor de las trazas. MI último que se ha ocupado del edificio es Don Juan José Martín González, que tras analizar ei monumento, llega a una conclusión muy parecida a la de Martí: "Desde luego, es una iglesia muy afín a su estilo (de Diego de Praves), poro nada impide que la proyectara su hijo Fran­ cisco" (234). Do obstante, el estudioso vallisoletano la incluye dentro de la obra de Diego. Conocem o s ü o s fechas para centrar ei edificio: la primera c el 22 de noviembre de 1606, momento en que Don Rodrigo Calderón adquiere ei patronato de Porta-Cocí i ; así pues, hay una fecha de la cual partir. La segumía fecha es el 12 de octubre de 1313, di en que Diego de i raves para pintar la capilla mayorda las trazas 7-F3 de la iglesia; por tanto, tenemos una fecha límite en la edifica­ ción del templo. oegun esios datos, el nuevo templo, actual edi­ ficio, debió levantarse entre fines del año de 1606 y finales de 161o» Siete años para la erección de una iglesia es un periodo ra­ zonable» Las labores de fábrica del nuevo edificio debieron comenzar en 1607, año en que se darían las trazas y comenzó el laboreo* Las trazas, a nuestro juicio, fueron dadas por Diego de Praves, que levantó el edificio desde sus cimientos hasta el remate. En las largas cuentas que Don Rodrigo Calderón lleva a cabo ante es­ cribanos, aparece una donde hay varias partidas a Diego de Praves "para la paga de la obra de Porta Celi de los meses de abril mayo y junio de este dicho año conforme al concierto hecho con él" (235). Por estas pruebas documentales, más las reunidas por Martí, nueda clara la paternidad de Praves con respecto a la fundación de Don Rodrigo Calaerón. Schubert sostiene que Francisco ce Mora hizo "en Valladolid, las iglesias de Portaceli y Descalzos Franciscos" (236). Ignora­ mos en qué se apoya el sabio alemán para emitir tal juicio, cree­ mos que simplemente en la opinión de Cuadrado (237); sin embargo, si su opinión se forja en criterios formales, el agudo olfato del estudioso germano no iba descaminado. Rn efecto, el tipo de solu­ ciones aplicado en Porta-Coeli es muy similar a las empleadas por Francisco de Fora, y no hace falta salir ce Valladolid para tener un espléndido ejemplar, pues en esa ciudad están las descalzas reales, frontera a Chancillería y que ya ha sido estudiada (238). Tanto en planta como en alzado, las descalzas reales y Porta- Coeli están muy próximas, pero presentan una serie de rasgos di­ ferenciales que nos hacen considerar la no intervención de Fran­ cisco de Mora en la fábrica que mandara construir Don Rodrigo Cal­ derón. Como ya se vio, las Descalzas reales, fundación realizada por la Reina Doña Margarita ae Austria, es una construcción debi­ da a francisco de Mora, que debió trazarla en el último periodo de estancia ue la corte en vrailadoiid, es decir, un poco antes de que :¡on Rodrigo Calderón adquiriera el patronazgo de Porta- Cocli. quien llevó adelanto las obras del real convento fue Diego de Praves, el mismo que real iza Porta-Coel i. Rn 16C7 comienza a édifie se la K4- de la nueva iglesia se inspira, precisamente, en la del monasterio de las Descalzas, pero existen una serie de diferencias que consi­ deramos significativas para atribuir la obra, no a francisco de Mora, sino a Diego de Praves. La planta del templo de Porta-Coeli es de cruz latina perfec­ tamente señalada, formada por una nave única y otra de transepto, cabecera profunda y plana y coro a los pies y en alto. Estamos, pues, ante un concepto de planta muy próximo al de Francisco de Mora, modelo que en ese momento se está imponiendo en el sistema constructivo conventual y que alcanzará su máximo desarrollo en Madrid y Lerna. Así pues, nos hollamos ante un concepto formal forjado por Francisco de Mora y que en Valladolid es asumido por Diego de Praves, el arquitecto real vinculado a este artista. Al implantarse en Porta-Coeli este tipo de estructura, lo que se lleva a cabo es la suplantación de un modelo por otro, de un modelo que viene del mundo gótico y que codifica Rodrigo Gil de iiontañón en Villagarcía de Campos, por otro nacido en la Corte y emanado de la mente de Francisco de Mora, la actual igle­ sia de Porta-Coeli. Esta ruptura de la tradición en cuanto a tipo­ logía es un rasgo indiscutible de la influencia de un foco en o- tro, un aspecto de la dinámica artística, pero ello no implica que la iglesia del monasterio de Porta-Coeli sea obra de Francis­ co de Mora, Existen dos factores que consideramos importantes pa­ ra sostener que la traza del templo de Porta-rCoeli es de Diego de Praves y no del Aposentador de Felipe III: 1.- Que el templo fue trazado en 1ÔG7, fecha en que Francisco de Mora no estaba en Valladolid, sino cargado de trabajo en Madrid y ferma y em­ pezaba su dramática rciación con la que sería __ su obra más querida y encantadora, Man José de Avila. 2,- El estudio formal ce la obra, francisco de Mora, cuya labor arquitectónica en Valladolid fue decisiva, pues introdujo nuevas modalidades estructurales en el foco, una vez que la Corte abandonó Valladolid no volviój las obras que quedaron empezadas, o no se terminaron, como las Lauras, o las llevaron adelante artistas vallisoletanos, como oan Pablo, las mismas Descalzas Reales o Belén, Bien es cierno que Mont pudouescalzas Bien es cié dar las trazas desde Madrid, pero Io vemos harto difícil, î * ya que antes tendría cue haber estudiado el lugar y no hay menor referen­ cia de que Francisco de Mora anduviera por Valladolid en 1607, año - según el mismo declara - repleto de trabajo, ya que tenía que atender los encargos reales y ducales. Según esto, difícilmente Francisco de Mora pudo dar las trazas. En cuanto al estudio formal de la obra, la problemática, a nuestros ojos, aparece mas clara. Sostenemos que el modelo que ins piró la estructura de la iglesia del convento de ?orta-Coeli fue el de las Descalzas Reales, pero un estudio comparativo de ambas trazas delata dos manos diferentes. En efecto, Francisco de Mora trazo el templo de las Descalzas Reales y lo concibió como una es­ tructura longitudinal, es decir, potenció el eje longitudinal del edificio y atrofió el crucero. Esta tendencia hacia las estructu­ ras longitudinales, ya señalada anteriormente, forma parte de la estética de Mora y aparece ya en la iglesia de San Bernabé de El Escorial de Aba jo. Frente a esta concepción, la iglesia de Porta- Coeli sigue otros derroteros, rechaza la concepción de Mora y se inclina por la solución tradicional de un equilibrio entre dos e- jes, el longitudinal de la nave mayor y el transversal del cruce­ ro. Este es el primer rasgo distintivo que denuncia la no inter­ vención de Francisco de Mora. Otro aspecto que también merece des­ tacarse es la solución de la cabecera. En el proceso de transfor­ mación estructural que Francisco de Mora lleva a cabo en las Des­ calzas Keales, no sólo neutraliza el crucero atrofiándolo, sino que también reduce la cabecera restándola autonomía, hecho que consigue por medio de una restricción de la profundidad de esta parte del edificio. Frente a esta solución, que también se aplica en Muestra Señora de Belén, quien traza la iglesia de Porta-Coeii sigue la tradición vallisoletana de cabecera autónoma y profunda, como aparece perfectamente perfilada en las huelgas Reales de Va­ lladolid o en San Pedro Mártir de Medina de .ioseco. Así pues, partiendo de todos los aspectos arriba enumerados, considéranos que ruede sostenerse que la traza de la iglesia de Porta-Coeii no es de Francisco de Mora, sino de un arquitecto del foco vallisoletano; que este arquitecto debió ser Diego de I raves, autor rmanorial del edificio, que está al frente ce las obras des de sus inicios en 1G07 y que es, además, como dicen 1os documen- tos, arquitecto de Don ..odrigo Calderón, no sólo de su fundación, sino también de su palacio, es algo que vemos muy lógico. Además de estos puntos, consideramos que Porta-Coeii es la culminación de un modelo cortesano en el foco ciasicista de Valladolid, una obra inspirada en las de Francisco de Mora pero transformada por otro artista. Erente a las descalzas Reales, la iglesia de Porta-Coeli ca­ rece de una perspectiva escenográfica y urbanística; asentado en uno de ios núcleos de mayor solera de Valladolid, ei edificio se ve ahogado entre los circundantes, pero si la pobreza exterior es tan notable, su interior es de una fastuosidad e interés poco co­ munes y de una importancia capital para la evolución del foco va­ llisoletano • Construida en ladrillo, a igual que las Descalzas Reales, los muros de Porta-Coeli se van articulando por soportes de muy escaso resalto; la nave se compartimenta en cuatro tramos o capillas, los dos de los pies formando sotocoro. Los pilares que soportan el co­ ro elevado resaltan poderosos de los muros maestros. Todas estas estructuras son exactamente iguales a las de las descalzas Reales, delatando su ccntemporanidad. An el crucero destacan los fuertes pilares achaflanados con sus frentes de pilastras, presentando la cabecera lisa. La puerta se halla a los pies. An alzaao el edificio es sencillísimo, se da en el ese pro­ ceso o tendencia a la funcionalidad, cuya expresión más lograda acaso sea la hermosa iglesia de la Cistérniga. ni muro maestro se compartimenta en tramos a través de pilastras de orden tosca- no y sus netos se recuadran con levísimos resaltos, solución si­ milar a la empleada en las descalzas reales. Las pilastras del buque del templo presentan el fuste liso y un capitel que se fun» de con el entablamento, éste, ricamente decorado, es de orden tos- cano y recorre todo el perímetro del edificio. An el crucero, pi­ lares achaflanados soportan las pechinas. Al sistema de cubrición se lleva a de cañón con tajones; en la plementería crucero una media naranja de ocho gajos Asta pieza ha sido resaltada por Martín dibujo (239) y destaca que"la media nar lunetos, tara apertura de ventanas; por cabo por medio de bóvedas atareeen lunetos. An el o cascos c i 3 rra o1 espacio González , de la que da un nja presenta corona de todo lo cual esta iglesia r^r resulta muy luminosa11 (240). Para nosotros, la estructura de la media naranja de Porta-Coeli es uno de los pasos hacia delante más hermosos y decisivos de este tipo de soluciones del foco va­ llisoletano. La cubrición del crucero de Porta-Coeli, al exterior, en nada llama la atención, ya que sigue el modelo clásico de Va­ lladolid, iniciado en 1580 en San Pedro Mártir de Medina de icio- seco, un prisma cuadrangular que destaca con su volumen entre los ejes de la nave mayor y de crucero. En una palabra, la media na­ ranja de Porta-Coeli no trasdosa en su forma hemiesférica al ex­ terior, sino que se soluciona en cimborrio. Pero si la ortodoxia se mantiene por la cara externa, no ocu­ rre tal en el interior. La media naranja de Porta-Coeli rompe con los cánones imperantes en Valladolid. Aunque el primer modelo de media naranja ciega y sin trasdosar lo emplea Juan del Ribero Ra­ da en la escalera del convento de San Isidoro de León, donde real­ mente se asienta y define este modelo para cubriciones de crucero es en la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos de manos de Pedro de Tolosa ; cinco años después, Juan de Herrera trazará la Cuarta Colegiata de Valladolid con una solución similar. El modelo empleado por dolosa es una hemiesfera que no trasdosa - en el fondo, una vaída - compartimentada en gajos o cascos a través de fajas y con una clave en el centro, Este modelo, más o menos enriquecido, se repetirá hasta la saciedad: Juan de Nates en las Huelgas Kealcs, Juan del Ribero Rada en ban Claudio de León, Pe­ dro de Mazuecos el Mozo en Nuestra Péñora cie las Virtudes de Sa­ lamanca, Felipe de la Cajiga en ios Santos Juanes de Nava del Rey, Alonso de Tolosa en San Pedro de Amusco, etc. Este modelo o solu­ ción, común a todos los arquitectos del foco y característico de la escuela, sólo presentará una transformación desde sus orígenes: el que trasdose en cimborrio cuadrado, como en San Pedro Mártir de Medina de Rioseco, San Miguel de Valladolid, Nuestra Señora de la Calle de Paiencia, etc. El trasdosar en cimborrio quien prime­ ro lo aplica en la zona es Juan de Nates, exactamente en oan Pe­ dro Mártir de Medina de Rioseco. Este tipo de variantes afecta tan sólo al exterior, la estruc­ tura interior permanece inmutable - el único caso excepcional se dará en Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid, donde se tiende a la estructura cupular y aparece la linterna, g morando ' i n así un foco de luz nuevo y dando un nuevo valor a este conjunto espacial -, presentando variaciones en cuanto a decoración y de si la estructura está girada o no. Pedro de Jiazuecos el Mozo, en la iglesia del convento de Santa Catalina de Valladolid, iniciará una serie de transformaciones que van a tener resonancia, reco­ giéndolas Diego de Praves en Porta-Coeli. Pravos transforma el in­ terior de la forma arquitectónica de la media naranja introducien­ do elementos nuevos en ella y abriendo focos de luz. Los elementos que introduce Praves son los lunetos y los termales, como destaca Martín González (241); con ellos, el tratamiento de las superfi­ cies y la estructura se altera, volviéndose la estructura más vo­ lumétrica, más rica en contrastes y, por ello también, más expre­ siva, menos abstracta. Al hacer Praves dos termales vivos en la media naranja, rom­ pe con la tradición castellana de estructura ciega y da un realce nuevo a este elemento a través de la luz. Ls una solución ingenio­ sa, ya que implica un intento de crear un anillo luminoso partien­ do de una estructura no italiana, y con ello establece una dife­ rencia todavía mayor entre las soluciones cupulares de fuste ita­ liano y la original forma de media naranja hispánica. Mientras que en Italia, desde la cúpula de Brunelleschi a la de Santa María in Carignano de Alessi, el sistema focal se localiza en el tambor, Mazuecos y Praves abren los focos de luz en la calota, solución verdaderamente fantástica, nada acordes con las reglas clásicas. Aparte de esta iluminación localizada en la media naranja, el sistema luminoso del edificio es el tradicional del foco de Valladolid, es decir, un sistema de vanos termales situados enci­ ma del entablamento y que se distribuyen por todo el edificio, co­ municándose con la cubrición a través de lunetos. A los pies del templo se halla el coro, en alto, abarcando dos tramos del edificio y sustentado por arcos escarzanos; en su pared de fondo se abre un termal que ilumina esta parte de la fá­ brica. Lsta forma de disposición es clásica de la zona y Francis­ co de Mora también la emplea. 21 otro factor que convierte a zorta-Coeli en uno de los tem­ plos más interesantes del foco vallisoletano es el tratamiento de super Vicies, que adquiere una nueva dimensión a través ce la pin­ tura. „1 punto ¿e partida de oleo esté en el templo de dan Pablo, 7 *7 con su riquísima pintura de las bóvedas y los ricos mármoles de la capilla na^Oi • i'ortu.~uoGii ̂ partiendo cíe la fundación ciel Duciue de Lerna, va a ser el primer templo clasicista del área valliso­ letana que transforme su concepción de superficie a través de la decoración pictórica» Martin uonzalez es ei erinero en valorar es­ te rasgo, aiciendo: "Todo el templo aparece pintado ai temple arri­ ba y ai óleo abajo, de suerte que las formas arquitectónicas, mu­ chas de ellas fingidas, resaltan con toda claridad. Es un concepto ilusionista de la arquitectura" (242). El 12 de octubre de 1613, Diego de braves da la traza para pintar la capilla mayor de la i- glesia del convento (243); la labor pictórica tendrá unas dimensio­ nes más ambiciosas, ya que se extenderá por el friso y abarcará todo el sistema de cubrición, como ios termales. La pintura dará una expresión más plástica a la estructura de la bóveda de la na­ ve; los arcos simularán encasetonados y pinjantes y las fajas, lis­ teles y recuadros de la plementería serán resaltados fuertemente, contrastando con el blanco del resto de la cubrición y de los mu­ ros. Martín González,analizando esta decoración,precisa que "el templo en rigor es bastante austero en sus materiales, si bien la pintura disimula tal modestia" (244). Es decir, hay un intento de fastuosidad a través de recursos fingidos. Estamos ante un claro exponento de un concepto ilusionista de la arquitectura, del eue habla el propio Martín González (245). En el friso se representa­ rán roleos con acantos del más puro decora-tivismo clásico, cuvo único parangón, dentro del estilo de la zona, puede verse en la portada del Palacio de Fabio belli, ya que en la misma Colegiata de can Luis de villagarcía ae Campos - la otra iglesia que presen­ ta un friso decorado - el sistema de acorro es a base de figuras geométricas• Pero ia fastuosidad decorativa donde alcanza su máxima expre­ sión es en la capilla mayor y crucero, como señala Martín Gonzá­ lez (246). l o que se pretende es la máxima aproximación al gusto italiano de embutidos polícromos de mármoles, recurso que en Esta­ ña se empleará en el Sagrario de la Catedral de Toledo y, años más tarde, en el Panteón Peal de can Lorenzo de _1 escorial. Don Rodrigo Calderón , o no pudo, o no quiso gastarse sumas atronómi- cas en ese timo de edificación tan costosa y "i ello recurrió a la pintura, siemento muy socorrí do que perm it ía c rear una arqui >70 rectura fingida por poco precio. Diego de Praves supo satisfacer plenamente a su pacrono y hoy rorta—oolei, a pesar ele algunos de­ terioros causados por la humedad, es uno de los edificios clasicis­ mos de la zona mas fastuosos y cuyo efecto de riciueza no tiene pa­ rangón si no es con dan Pablo. La razón de centrar esta riqueza polícroma en un sector del templo, creemos que debe buscarse en la situación de los sepulcros. De sobra es sabido que el fin con que Don Rodrigo Calderón cons­ truyó Porta-Coeli fue el de tener un enterramiento acorde con su rango y poder. Los sepulcros de Don Rodrigo y Don Francisco Calde­ rón se hallan en los a stiales del crucero, justamente en los vér- tices del eje transversal del conjunto arquitectónico y que son las partes nobles de la capilla mayor después del presbiterio. La capilla mayor es la "auténtica" capilla funeraria de todo el con­ junto, por ello Don Rodrigo Calderón quiso resaltarla y hacerla distinguir del resto del conjunto. Todo ello, como dice Martín González,^tiende a mostrar la grandeza del señor" (247). Los se­ pulcros con sus orantes siguen el modelo implantado en Valladolid por el Duque de Lerma, y que arranca, con todo su riquísimo len­ guaje, de los enterramientos reales de Carlos I y Felipe II en San Lorenzo el Real de el Tscorial. Las conexiones con San Pablo pueden concluirse con la comuni­ cación ael templo y el palacio. Martín González ya precisa oue es­ ta unión se realiza a través de dos balcones para uso de los seño­ res, que están a los lados de la capilla mayor (248). La estructu­ ra de balcón está en relación con la tribuna del Duque, cue traza­ ra Francisco de Mora y construyera Juan de Dates. La fachada del templo es el colofón de todo el conjunto y la cúspide de relación entre las Descalzas Reales y Porta-Coeli ; una y otra, con pequeñas variantes, son prácticamente iguales, denun­ ciando un mismo modelo y una misma mano en ambas estructuras. La fachada, hecha en ladrillo, se concibe como un gran lienzo con un eje central y un remate de frontón triangular; para culminación de la semejanza, ambas presentan sendas espadañas de idéntica fac­ tura y en el mismo lugar. Tanto en Porta-Coeli, cono en las Des­ calzas Reales, el paramento se divide en dos cuerpos por medio de una imposta lisa, ambos presentan un entablamento de igual corte, toscano, idéntica forma de solucionar el frontón y una misma for- T i l ma de articular su eje central o espina. Ambas emplean la piedra en la portada. La portada es muy similar en una y otra piezas, un vano adin­ telado con molduras y traspilastras en las Descalzas, mientras que en Porta-Coeli son trascolumnas corintias, friso corrido, y, mien­ tras que en Porta-Coeli aparece un frontón partido por una horna­ cina, en las Descalzas, más acorde con el lenguaje clásico, el fron­ tón no existe. Una lucera continua la estructura en ambos templos y en Porta-Coeli culmina con un escudo que parte la base del gran frontón de remate de la fachada. Como bien puede apreciarse, las diferencias entre las facha­ das de Porta-Coeli y de las Descalzas Reales son de matiz, que na­ da altera lo fundamental de la estructura; así, el recurso del frontón partido embebiendo otra estructura, motivo que nroviene de los conceptos palladianos; otro aspecto de interés es ei em­ pleo de una trascolunma corintia, no hay que olvidar que Diego de Praves emplea este elemento y que su obra más personal - la facha­ da de la Vera-Cruz de Valladolid - tiene en las columnas uno de los elementos más significativos. Otra pequeña variante es la forma de disponer la heráldica; para Francisco de hora, los escudos son elementos fundamentales qué cumplen una misión arquitectónica al animar la planitud de los netos, y no sólo se dan de esta forma en las Descalzas Reales de Valladolid, sino que con igual crite­ rio ios emplea en San José de Avila; por ei contrario, Diego de Praves no concibe semejante función en ios signos heráldicos y ios fusiona con la estructura general del eje central ce la facha­ da . An conclusión, la iglesia del convento de ;o lladolid es una asimilación de un tipo de edifici cisco de lora y cuya definitiva plasmación se da reales de Valladolid. Aste tipo o modelo, asimila Praves, pasa a engrosar el acervo tipológico del taño y sobre él Praves lleva a cabo una serio de representan un conjunto de logros y avances de lo de la escuela, desde la construcción ce la igiesi ñora de las Angustias por Juan de Rates• ei como Porta-Coeli representa una fuerte influencia de 1 en niego de Praves, influencia que atribuimos a 1 rta-Coeii de Va- o que creara Frau­ en las Descalzas do por Diego de foco vaiiisole- a c c in;.cionos que más interesante a ce nuestra je- henos señalado, rarcisco ce . ora os contactos n que arabos artistas tuvieron a lo largo de la estancia de la Corte en Valladolid, no deja de ser por ello cierto, que en esta iglesia puede verse también la propia evolución del foco en el modo de so­ lucionar la cabecera y en la forma de cubrir el crucero. Sn este templo se aprecia un enriquecimiento de los recursos de Diego de Praves a través de su contacto con Francisco de Mora. En definiti­ va, ningún artista de Valladolid pierde su personalidad con la lie gada de Francisco de Mora, lo que hace que el foco siga mantenien­ do su dinámica. Precisamente, al final de su vida, Diego de Praves va a reactivar el vignolismo del foco en una obra espléndida. El 20 de setiembre de 1019, Diego de Praves, "arquitecto de Su Majestad", da trazas en cinco papeles y un cuaderno de condicio nes, para hacer y proseguir la obra del convento de Dan Agustín de Valladolid. Diego de Praves ordena que se haga "la nave y capi­ llas, coro, fachada, frontispicio, pórtico y campanarios de la i- glesia de señor Sant Agustín de esta ciudad de Valladolid" (249). Chueca Goitia ya estudió el influjo de las trazas de Juan de Herrera para la Cuarta Colegiata ¿e Valladolid en la fachada de la iglesia de este monasterio (250); Martín González ha analizado con detenimiento la obra, levantando planta y una sección del al­ zado (251) y ¿uárez Fernández ha conectado este edificio con o- tros monumentos cimeros de Valladolid (252). Cuando Diego de Praves se encarga de las obras del templo de oan Agustín, ya estaba construida la cabecera, crucero y ios dos primeros tramos de la nave; es decir, Diego de través lo que dis­ pone es proseguir la edificación hacia ios pies. El artista espe­ cifica que hay que añadir tres tramos más, siguiendo la disposi­ ción de los preexistentes y generando así un cuerpo ce cinco ca­ pillas, que es tal como hay está. Ee dice que ios soportes han de ser pilares con pilastras en ios frentes - ios medios pilaros - y que a ios pies irá el coro, en alto, ocupando un espacio de dos tramos y soportado por una bóveda de arista o de lunetos capialza­ dos; estamos ante una solución muy similar a la del coro de oan Pablo de Valladolid. La cubrición será por medio de arcos ce medio punto y bove- das ae cañón y en cada tramo se dispondrá un:i ventana de ilumina­ ción , es decir, el sistema clásico ae iium in :ición desarroli acó en Valladolid desde la colegiata de Dan Luis 1 0 \iiiagarcía q.e Cam- ?13 pos o La fachada se concibe como una estructura solemne y orgánica, de dos pisos, con lucera y decoración arquitectónica con pilastras y vanos, mas bolas y pirámides, pero especificándose que el primer cuerpo de fachada debe engarzar con la cornisa del interior de la iglesia. La obra la apalabra Hernando del Hoyo y el 25 de setiembre de 1619 el dicho artífice y Rodrigo de la Cantera se obligan a hacer la fábrica en un plazo de seis años y por el precio de diecisiete- mil ducados. El desmantelaniento del edificio es una grave pérdida para el foco. El abovedamiento ha desaparecido, conservándose los muros maestros y los arcos de acceso a las capillas hornacinas, así como la fachada. En planta, lo que Diego de Praves lleva a cabo es ter­ minar de perfilar una estructura longitudinal con capillas horna­ cinas comunicadas entre sí. En cuanto a la estructura de muros, se sigue la forma tradicional de compartimentarlos con estribos en relación con el número de capillas y empleando rafas en las na­ ves hornacinas. En el interior se emplean pilares con pilastras toscanas y el paramento se articula en dos pisos: el inferior for­ mado por arcos de medio punto, que dan acceso a las capillas late­ rales y el superior, delimitado por una faja y que es un espacio muerto que se cierra con la cornisa, sobre la cual irían los ter­ males y los perpiaños, así como los arranques de las bóvedas. El sistema de iluminación se acusa al exterior a través de ventanas en la nave mayor y óculos u ojos de buey en las hornacinas. La fachada, de sillería, es una de las más espectaculares de Valladolid. Chueca Goitia ya observó la proximidad de esta facha­ da con el proyecto herreriano para la Cuarta Colegiata y resaltó el achaparramiento del segundo cuerpo. Martín González la clasi­ fica dentro del "sistema contrarreformista de dos cuerpos remata­ dos con frontón y dos costados en el cuerpo bajo que correspondan a ios contrafuertes de las capillas" (253). El análisis de la fa­ chada reveía una serie de rasgos de interés para el foco nraliiso- letano. En primer lugar, el material, a excepción de los estribos, la obra que, según las trazas de Diego de Praves se lleva a cabo en dan Agustín, se realiza con ladrillo; de todo este conjunto, 7-7 V la fachada resalta por emplear la piedra. El empleo de este mate­ rial delata una concepción ¿e jerarquización en los elementos ar­ quitectónicos; la fachada es el elemento visual fundamental, la ca­ ra del edificio, el punto que concentra la atención del espectador y por eso, debe ser realizada con elementos nobles. El material, pues, entra dentro de una función jerárquica. En segundo lugar, la relación de la fachada con la estructura del templo. La fachada de San Agustín es una fachada orgánica, un elemento vivo imbricado estructuralmente con los restantes elemen­ tos del templo. Precisamente, a causa de esta articulación orgáni­ ca es, según Martín González, por lo que la fachada resulta des­ proporcionada (254). La primera fachada orgánica, perfectamente definida, se da en la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos y alcanza su culminación en las trazas de Juan de Herrera para la Cuarta Cole­ giata de Valladolid, pero quien define técnicamente este tipo de fachada es Juan de Mates, en 15S0, en el proyecto y condiciones para San Pedro Mártir de Medina de Hioseco. Esta concepción de es­ tructura orgánica va a ser una característica del foco clasicista vallisoletano. En tercer lugar, la fachada de San Agustín delata las múlti­ ples relaciones que se dan en el estilo del foco, si bien, la ba­ se suya sigue siendo el influjo de Juan de Herrera. La fachada se articula en dosjplanos, dos cuerpos y tres sec­ tores. El primer plano lo conforma el elemento central de la fa­ chada, que destaca de todo el conjunto} el segundo plano, retraí­ do, lo forman los laterales. La articulación en dos cuerpos se da en el núcleo central de la fachada. El primer cuerpo está formado por un arco de triunfo flanqueado por pilastras pareadas de orden toscano; en el interior del arco se abre la puerta, adintelada, con jambas y dintel moldurados y rematada por una gola reversa; corona el conjunto un termal en cuyo ojo del medio se dispone u- na hornacina con la efigie del santo titular. Este primer cuerpo se corona con su correspondiente entablamento canónico y, encima de él, comienza el segundo cuerpo de la fachada. Este cuerpo, es­ tructuralmente, sigue los ejes de la fachada marcados en el pri­ mero; está formado también por pilastras pareadas, pero cuyos ca­ piteles se funden con el entablamento; en el cuerpo central se moti-abre una lucera rematada con gola,apoyada sobre triglifos - vo consagrado por Miguel f in g e 1 - y con sendos escudos a cada la­ do«, El conjunto se corona con un frontón triangular con heráldica en el tímpano y bolas score basamentos por acróteras. .Los tres sectores ce la fachada los conforman el núcleo cen­ tral y los dos cuerpos laterales, compuestos por placas y venta­ nas y unidos al cuerpo central por aletones y rematados por pirá­ mides. La concepción básica de la lachada es el arco de iriunio, es decir, el esquema plasmado por Juan de herrera para las tres faena das de la Cuarta Colegiata de Valladolid. líe ahí el primer influ­ jo iierreriano y que ya resaltó Chueca e insistió Martín González. Claro influjo herreriano se vuelve a ver en la forma de articular la portada, en el recurso a la estructura binaria y en la forma de disponer el segundo piso, así como el modo de articular el corona­ miento del frentón a base de bolas sobre basamentos. Iierreriano también resulta el modo de disponer órdenes distintos en el pri­ mero y segundo pisos; también se ha inspirado Diego de Fraves en el proyecto herreriano para articular los cuerpos laterales. El claroscuro obtenido a base de jugar con la luz a través de super­ ficies lisas placadas también se da en la Catedral. Pero si Herrera es la pieza clave que tiene presente Diego de Pravos a la hora de trazar ¿an Agustín, la concepción orgánica de la fachada y la forma de solucionar la fusión de ios elementos, resulta ya ejeno a herrera. Diego de Fraves, lo mismo que Juan de Mates en Muestra Señora de las Angustias de Valladolid, toma de Herrera la estructura arco de triunfo como elemento conformador de la fachada; sin embargo, este elemento «lebe coordinarse con el otro elemento esencial ce la fachada: la estructura orgánica. Es­ tas dos ideas son los puntales sobre ios cuales de bi­ realizarse toda la máquina y ninguno de ios dos puede ser sacri ficado. ^11 produce unajdistorsión, hay que sacrij['icar ei segundo cuerpo qui tándole esbeltez, es decir, se rompe la armonía proporcional en­ tre los cuerpos de la fachada, aspecto inadmisible para la mente maternât ica üe Juan de herrera. En este punto tropezaron } is e», n c o Diego de ?r•aves, como Juan ce ;.ates. Llana la ateneión que el fo co ce Valladolid, en situaciones como la que estudiamos, prefiera sacrificar las relaciones nronorcionaies ce raíz vitruviana al W principio de estructura orgánica* Otro elemento que separa a esta fachada del influjo Iierreria- no son los aletones, y con ellos, la forma de unir los diferentes elementos de la fachada. Los aietones, elementos ya usados por Al­ berti, los emplea Juan de Herrera en El Escorial, pero con una ten­ dencia a la atrofia que concluye en Valladolid, donde estos elemen­ tos desaparecen. Antes de que Juan de Herrera trazara la Cuarta Colegiata, los aletones habían sido empleados en la fachada de la iglesia de San Luis de Villagarcía de Campos, apareciendo allí co­ no un influjo vignoliano. Desde Villagarcía de Campos, esta solu­ ción se extiende con el prototipo a un conjunto de iglesias jesuí­ ticas: Valladolid, Falencia y ¿egovia. Á pesar de este puñado de obras, los aletones tienden a desaparecer gracias al influjo de Juan de Herrera y vuelven a surgir de nuevo en el caico vignolia­ no de la fachada de la iglesia de Canta Cruz de Medina de Rioseco. La aparición de los aletones en San Agustín de Valladolid es, como dice Tlartín González y nosotros le seguimos, un influjo de Vigno- (25-5J la, cuya fachada del Gesu era ppopular a escala europea gracias a la lámina de Cartaro; además, Vignola alcanza una gran populari­ dad en España a partir de 1593, fecha en que Caxés vierte al cas­ tellano su famosa Regola. En esta última obra del elenco de Diego de Praves podemos ver un resurgir de este influjo en Valladolid, sin embargo, el vignolismo va a dar un paso atrás a partir de es­ tas fechas, precisamente por la labor de Francisco de Pravos, que revitaliza el constante recuerdo palladiano del foco, al introdu­ cir elementos de este autor en la forma de imbricar los diferentes elementos de la fachada y, cuyo primer testimonio, es la fachada de ¿an Martín de Valladolid, para proseguir con la del templo del antiguo Colegio de San Ambrosio y cerrarse con el actual templo de San Nicolás. Este paiiadianismo, además, se verá reforzado, por la traducción que el mismo Francisco de Praves hace en Valladolid de I Quattro Libri del11Architettura, de los que publica el Primero en la misma ciudad en 1625. La que henos denominado segunda etapa de D senta, como característica fundamental, como es pervivenda del influjo de Juan de Herrera, sin ver en esca etapa, por un lado, la incidencia d a través de su obra vallisoletana, que iego de Praves pre­ lógico, la fuerte embargo creemos e Francisco de Lo­ en una ten-ra se miasma 7-7 dencia al funcionalismo y a la planitud desornamentada, así como en la creación de iglesias sin capillas. Igualmente creemos que se debe a la influencia de Francisco de Mora el empleo de la cin­ tura como elemento animador de la superficie arquitectónica. Esta influencia de Francisco de Mora, reflejada fundamentalmente en Por ta-Coeli, es clara y notable. Toda esta repercusión se traduce, a nuestro juicio, en un incremento de lo severo y de la rigidez de los planos, rasgo que Martín González considera característico del período 1600-1660 ( 2 5 6 ). Es llamativo que Diego de Praves no vuel­ va a repetir la riqueza plástica de la fachada de la Vera-Cruz y, en cambio, tienda a lo plano en la gran fachada de San Agustín. Precisamente Martín González dice de esta obra , que en ella 2es­ tá ya bien logrado el estilo de placas. La influencia herreriana, constante en el estilo de Praves, sigue con su vitalidad, tanto en la organización de fachadas en arco de triunfo - San Agustín -, como en el sistema de soportes - San Pablo - o decoración de placas. Praves, además, asimila y desarrolla las peculiaridades del foco en cuanto a solución de crucero, y fija y depura, los progresos que en este cappo han plas­ mado Juan de Mates - Muestra Señora de las Angustias - y Pedro de Mazuecos el Mozo - Santa Catalina -, sobre los cimborrios y medias naranjas. Al mismo tiempo, como ya señaló Martín Gonzá-lez (257), Praves revitaliza el vignolisno que siempre existió en Valladolid desde la construcción de la Colegiata de Villa-garcía de Campos, rasgo de gran originalidad si tenemos presente que Valladolid, co­ mo ha resaltado Kubler, es el núcleo palladiano español de mayor envergadura (25S). }ir NOTAS (I) .- J.J. Martín González.- Rubens en Valladolid. Valladolid, 1978. (2'7.- ¿obre la venida de la Corte a Valladolid, la fuente más di­ recta es L. Cabrera de Córdoba.- delaciones de las cosas su­ cedidas en la corte de España desde 1599 hasta 1614. Madrid, 1857. ¿obre el asentamiento de la Corte en la ciudad caste­ llana y la actividad artística que allí se desarrolla, la o- bra fundamental, a nuestro juicio, es la de J. Martí y Monsó.- ¿studios histórico-artísticos relativos principalmente a Va­ lladolid. Valladolid-Madrid, 1898-1901. pag. 599 y ss. Tam­ bién sobre el Duque de Lerna, pan;. 247 y ss. Los estudios parciales los iremos citando en notas posteriores. (o).- La actividad del Duque de Lerna en Valladolid fue abordada por Martí y Monsó, ver nota 2, posteriormente ha sido estu­ diada por L. Cervera Vera.- ¿1 conjunto palacial de la villa de merma. Madrid-Valencia, 1967. pag. 21 y ss. (4) .- L. Cervera Vera.- MI conjunto palacial..... pag. 66. (5) .- J.J. Martín González.- -ierras me Mspaña. Castilla la Vieja y León. 4. II. pp. 110 y 155. Madrid-Vitoria, 1975. (6) .- J. Martí y Monsó.- -„studios... pag. 601. L. Cervera Vera.- M1 conjunto palacial....pag. 2- y ss. (7) s- J.J, Martín González.- "Un documento de Pedro de Mazneeos y la estancia ae Felipe II en Valladolid en 15D2". B.5.S.A.A. T. XXIV. pp. 175-174. Valladolid, 1958. Pedro de Mazuecos el Mozo declara que, junto con su padre Pedro de Mazuecos el Viejo, acondicionó las Casa de los Cobos cuando vino Fe­ lipe II a Valladolid en 1592. idem.- Catáloso Monumental de la rrovincia de Valladolid. T. XIII. Monumentos civiles de la ciudad go Valladolid, pag. 37. Valladolid, 1G76. (o).- L. Cervera Vera.- si conjunto nalac-ial. . ... pp. 36-57. (9) .- L. Cervera Vera.- -,1 conjunto palacial.... pag. 51. Da un esquema ideal de las posesiones. (10) .- JL. Cervera Vera.- ^1 conjunto palacial..... vienen modes los costes y formas de pago, a ól nos remitimos. (II) .- J. Martí y Monsó.- -studies..... pag. 604. (12).- L. Cervera Vera.- .„1 conjunto palacial.... pag. 132. - MI Palacio _.oa. Vailadolid, hoy Capi vionorcii O 0 io. ( 14) « (15) . (16) . (17) . (18) . (19) . ( 2 0 ) . ( 2 1 ) . ( 2 2 ) . ( 2 o ) . (24) . (25) . (23) . (27). (23) . (29) . m VII Región Militar, ha sido estudiado por J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 601 y ss. J.J. Martín González.- La ar­ quitectura dora estica del Renacimiento en Valladolid, pag. 178 y ss. Valladolid, 1948. idem.- Catálogo.... 2. XIII A estos trabajos fundamentales hay que sumar L. Cerrera Vera.- El conjunto palacial.... y J. Urrea Fernández.- "El Palacio Real de Valladolid" 3.¿.A.A. T. XL-XLI. nag. 241 y ss. Valladolid, 1975. Debemos lamentar el no haber conseguido el permiso pertinente para poder entrar y estu­ diar el edificio. - L. Cervera Vera.- El conjunto palacial,,... pag. 35 y ss. - J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag, 601. - J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica....pag. 179. idem.- Catálogo.... T. XIII. pag. 57. - L. Cervera Vera.- El conjunto palacial.... pag. 155. - J.J. Martín González.- La arquitectura doméstica.... pag. 1S2. - J. Martí y Monsó.- Estudios....pag. 601. L. Cervera Vera.- XI conjunto palacial.... pag. 136 y ss. -J.J. Martín González.- La arquitectura doméstica.... pag. 1 «9. iaem.- Caiuxogo«.*«» x » ¿lili, pag» o 7. - J. Urrea Fernández.- "El Palacio Real de Valladolid". B.S. AsA. I. XL-XLI pag. 241 y ss. Valladolid, 1975. - J. Martí y Monsó.- estudios..« « « pag. 601. J.J. Martín Gon­ zález.- La arquitectura domestica.... pp. 186-187. - J. Martí y Monsó.- Estudios..,., pp. 602, 605, 606, 607. - J.J. Martín González.- La arquitectura doméstica.... pn. 179, 183, 186, 187 y 188. idem.- Catálogo...♦. f. XIII. pag. 38. - J.J. Martín González.- La arou.if_ectura doméstica.«... pag. 188. idem.- Catálogo..... T. XIII. pag. 39. - J. Martí y Monsó.- Estudios.... pp. 605-606. J.J. Martín González.- La arquitectura doméstica....pag. 182. - J.J. iMartín González.- La arquitectura doméstica, 182. - J. Martí y Monsó.- estudios..... pag, 607. J.J. M González.- La arquitectura doméstica...,, pp. 134 - J.J. Martín González.- La ar; uitectura doméstica. • m • # art í n -185. PP 188-189. y o O (30).-* J.J. Martín 189. (31).-• J.J. Martín 189-•190. (32).-■ J.J. Martín 189-190. (3o).-■ J.J. Mart in 188-189. (34).-• J.J. Martín 183 • idem.- (35).- 6 • ieras García.- Arquitectura ligio S3 r: « iglo V ! U (2 2 0) (221).- (222) (225).- (224) ( 2 2 5 ) ( 2 2 6 ) . - (227) .- ( 2 2 8 ) . - (229) .- (230) . - (231) .- (232) .- ( 2 3 3 ) . - ( 2 3 4 ) . - (235) •- J. Martí y Monsó.- "Los Calderones....." pag. 567. J. Martí y Monsó.- "Los Calderones....." pp. 566-567. J. Martí y Monsó.- Estudios....« pag. 615. iden.- "Los Calderones.... " pag. 568. J. Martí y Monsó.- "Los Calderones.... " pag. 568. "se contrata y acuerda.... quel dho marques de siete ygle sias hase donación....a la dha ss£ Priora e monxas del dho convento de la cassa mon2 e yglesia e ssitios della que desde sus Principios a edificado e fundado....." J . Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 615. J.J. Martín Gonzalos.- Arquitectura barroca.... pag. 42. J. Martí y Monsó.- "Los Calderones... n• • pag. 180. J. Martí V Monsó.- ¿jS tllCiioS« • • « • Tp 3 • 616 • J. Martí y Monsó. - Estudios..... pag. 616 • J. Martí y Monsó.- "Los Calderones... n pag. 180. J. Martí y Monsó.- "Los Calderones... M• • Pag. 180. J. Martí VJ ' íonsó. - "Los Calderones... ir• ♦ pag. 276. J. Ágapito y Revilla.- Guía de Valladolid. Valladolid, 1915. E. Chueca Goitia.- La Catedral cie Valladolid, pag. 171. Madrid, 1947. J.J. Martín González.- arquitectura barroca...« « pag. 42. A.H.P. Madrid. Leg. 4793 s.f. (236).- 0. Schubert.- Historia del Barroco en España, pag. 111. Madrid, 1924. (237).- J.M. Quadrado.- Valladolid, Falencia y canora. pag. 169. Barcelona, 1885. (238).- Véase el apartado correspondiente a Francisco ce i .ora en Valladolid, en este mismo estudio • (239).- J.J. Martín González.- Arquitectora barroca.... pag. 43 • (240).- J.J. Martín González.- Arquitectora barroca.... pag. 42. (241).- J.J. Martín González.- Arouitectuy» o barroca..... pag. /1 O y dibujo en la pag. 43 • (242) j.J. Martín González.- Arnuitectura barroca.. . . . pag. ro • (243) • "* o . Martí y t ;onsó.- EstUdios. . . . . pag. c í o . ( 244 ) ■j . J. Martín González. - Arouitectura barroca.... pag. 42. (245) • *“ j • .. u r ó 1 1*1 González. - uitectura barroca.... •v\ o /v >.» t— • V (246) « *“ «j .J. Martín González. - Arouitectura’ barroca. . . . . . o cr> ' J • *- tál ♦ (248) . (249) . (250) . (251) . (252) . (255). (254) . (255) . (256) . (257) . (253) . v i s J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pag. 42. 2. García Chico.- D.2.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 126 y ss. F. Chueca Goitia.- La Catedral ce Valladolid, pp. 42 y 166- 167. Madrid, 1947. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pp. 42-50. idem.- 'Tierras de España. Castilla la Vieja y León. T. I I« . pag. 244. Madrid-Vitoria, 1975. L. Suárez Fernández.- nLos discípulos de Herrera en Valla­ dolid". B.S.5.A.A. T. X. pag. 185 y ss. Valladolid, 1944. J.J. Martín Gonzlaez.- Arquitectura barroca....pag. 49. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pp. 49550. J.J. Martín González.- Tierras de ^spaña.... pag. 244. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca....pag. 59. J.J. Martín González.- Tierras de Lspaña.... pag. 244. G. Kubler.- "Palladio e Juan de Villanueva". B.C.I.8.A.A.P. ï. V. pag. 54. Vicenza, 1QC5. Franc i seo ae Praves. na ultima lisura importante aei Foco vallisoletano es francis­ co de Praves. Con él se cierra el gran ciclo de arquitectura cla- SiCista de xa zona, la cual, con su ciesanaricion, entrará en un estado de atonía que sólo aros áQSzués revitaiizará el palentino Felipe Berrojo de Isla introduciendo el Barroco en Valladolid. Francisco de Praves hereda y recoge toda la tradición valli­ soletana a la que se siente vinculado, no sólo ñor afición, sino también por familia y la proyecta de nuevo hacia delante, insuflan­ do en ella rasgos palIndianos que extrae, fundamentalmente, de la formación erudita adquirida a través ce la imprenta, a s í pues, con e s z c artista cerramos la médula espinal del foco ciasicista valli­ soletano ; las restantes figuras, cuyos nombres aparecen de conti— nuo en los documentos, no son absoluto elementos II*"*teros Vida.- -1 primero en analizar 1 ̂ _L kJ. vida aol artista y su obra do Jon ■jUan -José mart in Gonzál ez • Isie autor le eneaja dent r clasicismo contrarreíormista, on el periodo 1600-1660 (l); le con­ sidera discípulo de su padre ciego (2) y precisa ios cargos que alcanza (o). Por último, descaca el carácter culto de Francisco de Praves como traductor de la Arquitectura de Andrea Palladio (4). Francisco ce Praves es hijo de Diego de Praves y de liaría de Vitoria y Puazo, vecina y natural de Valladolid, ^sta unión no es­ taba legalizada y de ella nacieron tres hijos: Luis, Francisco y Mariana, por este orden, falleciendo el primero y la tercera de corta edad y quedando sólo vivo Francisco. Por declaración de Bartolomé de la Calzada, sabemos que Francisco nació en Vallado- lid en 1585 y que es hijo natural de dicna pareja (5). Francisco de Praves viene al mundo con el inconveniente de ser hijo natural, aspecto que le vincula con Podrigo Gil de 'nonta- ñón, que también nació en las mismas condiciones, pero Francisco naco en un momento en el que el rigorismo de la sociedad se hace mayor. Lo obstante, lo mismo que Rodrigo Gil, Francisco de Praves será, desde el primer momento, reconocido por su padre, vivirá con él y con él se formará en el arte de la arquitectura, llegando a ser su brazo derecho y más íntimo colaborador. Además, Francisco de Pravos tendrá un amor grande por su madre, a la que cobijará en su casa y con ella vivirá hasta que mucre en Valladolid. Ÿ ( ? El ambiente en que se formé Francisco de Proves fue envidia­ ble, ya que su padre Diego fue ascendiendo hasta llegar a escalo­ nes muy altos. Francisco, pues, corresponde al ambiente de la di­ minuta clase media española de la segunda mitad del siglo XVI. El ambiente en que se desenvuelve es .desahogado y, desdo un princi­ pio, se ve rodeado de técnicos y artistas y este ambiente se re­ forzará cuando su padre Diego contraiga matrimonio, a fines de 1590, con fiaría de Alvarado, viuda del arquitecto Pedro de Nates, hermano de Juan de Nates y, por tanto, cuñada del arquitecto valli­ soletano e María de Alvarado trae a estas segundas nupcias suyas una hi­ ja habida en su primer matrimonio, llamada María de Nates o María de Alvarado, que casará,, andando los años, con Francisco de bra­ ves, cumpliendo así el deseo de la madre de la novia, que había expresado en su testamento el 16 de enero de 1600, cuando francis­ co tenía quince años y ya estaba en edad moza. Asi pues, Francisco de Pravos vivo en un ambiente familiar y social en el que la ar­ quitectura es el motivo eje. El ambiente artístico en el que se desenvuelve Francisco, es el momento optimo que nunca volverá a alcanzar Valladolid en el campo arquitectónico. Cuando Francisco de Fraves ve la luz, hace pocos años que Juan de Herrera ha trazado su obra cumbre, la Cuar­ ta Colegiata y, además, da trazas para el ayuntamiento. Alonso de Toiosa está extendiendo los modelos herrerianos por la meseta Nor­ te; Juan del Ribero Rada está realizando una de sus obras mejores, la construcción de nueva planta de la zona conventual de can ueni- to el Real de Valladolid y hace siete años que tiene manuscrita y acabada la traducción de I Quattro Libri dell 1Arcnitettura de An­ drea Palladio; Pedro üe Masuecos el Mozo ha concluido su formación clasicista en las obras de Simancas y estudiando la Cuarta Cole­ giata de Valladolid y Juan ue Hates extiende el nuevo estilo por la región con su obrar incansable• Francisco de Praves, pues, es un hombre de la segunda generación, c’e ios que nacen dentro de un estilo ya desarrollado ; no es un hombre de choque, como su paare, sino un heredero, cuya función es potenciar, desarrollar y hacer evolucionar el nuevo csmilo ya formado e implantado. Aparte de estos rasgos generales, muy poco mas sabemos sobre Francisco de Praves. La posibilidad de que el artista hiciera un viaje a Italia resulta posible, porque conoce ia lengua, cei Ra.-ue 57? y prueba d.0 ello son sus tra estilo T.r J un gran gusto, como dea y Felayo. Sin embarco, los datos documentales y la lectura de la obra suya conservada, tanto enjtrazas, como construida, hace muy difícil la estancia de Francisco en acuellas tierras. , sabemos que estaba en Va11adol id, en la escritura que Juan d0 Mates» jun ■ía de Al V arado, otorgan para dar su ■ar unas cantidaues de Juan de 1 uega [adrid, por la capilla de Fernán Pérez oquia de Torreiagima y que nde uda a ‘0 de Mates, ya difunto ( 6 )• rn 1597 » ¡bien con la testamentaria de Pedro de • test igo Francisco de * raves ( 7 ) • : isco 0.8 rraves ya aparece trab-a iando Mates, vuelve a aparecer A partir de 1302, Fr en obras de cantería, en compañía, fundamentalmente, de su padre cierno y de Juan de dates. Silo implica que en esias fechas ya es­ taba prácticamente tornado en el arre de la cantería, al menos en su nivel técnico y a partir de añora, desplazarse a itaiia conlle­ vaba riesgos, pues se podía perder clientela y oportunidades, lo que implicaba ser desplazado del plano privilegiado en que se mo­ vía Francisco por nacimiento y vocación. Por todo ello creemos muy difícil que el artista estuviera en Italia. Lo que sí está plenamente documentado es que Francisco de rra ves estuvo repetidas veces en Madrid, de donde se liega a titular resínente, lo que le dio pie para poder conocer, tanto di rscorial, como las obras de Francisco de ..ora anteriores al ciesplazamiento del artista conquense a Valladolid con la Corte. Francisco, aeternas, llegó a estar una larga temporada en Madrid, ya que allí tenían intereses, tanto su padre riego, como su amigo y allegado cuan o.e Mates (S). dn 1606 Francisco de rraves sigue en Madrid, no sólo gestionando ios cobros de Juan de Mates, riego de rraves y . edro de Mazuecos por las obras de Can Pablo, sir:o también gesz ionando la compra-venta y censo ce unos solares de la calle del desengaño, lo eue le obligará también a nuevas gestiones en i 60S -n 1606, buan ce Mates da su poder a Francisco de braves, para que .o» e- ' nomure corre c: río viuádarrama en cant icac.ecq -p r\ -po r r X obra cei cuente sobr illa de villaviciosa ce Odón (10). 220 Desde muy .joven, Francisco de Praves entra ai servicio del ííey y ya en 1605 aparece con el clásico título de ;;criado de su maga". La obtención de este cargo, siendo Francisco muy joven, de­ be atribuirse a la influencia y maniobra de su padre Diego. Fran­ cisco no sólo se forma con su padre, sino que es su aparejador, sustituto y hombre de confianza, llegando inclusive a fiarle en las escrituras de concierto y obligación. SI conjunto de documen­ tos que publica García Chico viene a poner a la vista la íntima conexión profesional entre padre e hijo. Esta fusión entre los dos artistas va a ser decisiva, ya que Francisco entrará de lleno en todos los puestos que ocupe su padre. El primer cargo que parece poseer es el de "criado de su magd", que obtiene en lóul según declaración propia, pues en el memorial de 4 de agosto de 1620, dice: "Ya sabe V. md. como ha diez y nueve años sirvo a Su Mag. en sus reales obras y tracas1', I-ero Diego no sólo coloca a su hi­ jo en ese cargo, sino que le introduce en las obras del Archivo de Simancas, las de la Catedral y las del Ayuntamiento. La vincu­ lación a la obra catedralicia será decisiva, pues cuando Diego muera en 1620, su cargo será ocupado por Francisco. Lo mismo ocu­ rre en el cargo de arquitecto del Ayuntamiento, en donde Francis­ co sustituirá también a su padre. El actuar en estos niveles va a representar para Francisco de Praves un desahogo económico y una seguridad pecuniaria sin parangón, que se reflejará en una economía boyante y el poder as­ pirar a un entronque directo con las capas más elevadas de la so­ ciedad vallisoletana. También en este aspecto Francisco de Praves es un heredero. En el Archivo de -simancas, Francisco de Praves entra a ocupar el puesto de su padre, riada más que Pedro de Mazuecos tiene que abandonar la maestría mayor y desplazarse a ■iadrid y Diego ocupa el cargo. Precisamente, en relación con asuntos de -simancas, Fran­ cisco de Praves, todavía residente en Madrid, en 1607, tiene que cobrar ciertas cantidades de maravedís para las obras (ii). En ICuS Francisco ce Praves vuelve definitivamente a Valla­ dolid para iniciar una intensa labor (12), no sólo dentro del ser­ vicio real y otras instituciones, sino también para particulares. En 1609, Francisco de Praves, que ya está en 'aliadoiid, da un poder a redro de Mazuecos el ..ozo, residente en . adrid, para que $2i cobre en su nombre lo que le adeuda Su Majestad (13). Una vez afincado en Valladolid, Francisco de Frayes prosigue su larga carrera de brillantes éxitos. En 1610 Diego de Praves cae enfermo - parece que nunca gozó de muy buena salud - y su mal le hace otorgar testamento. Aunque salió del trance, quedó muy que­ brantado, lo que obligó a Francisco a hacerse cargo de las obras reales a fin de que su padre no perdiese el puesto. En el memorial anteriormente citado, Francisco dice: "y en particular he servido este oficio (maestro de las obras de Castilla la Vieja) de mi pa­ dre por su falta de salud diez años sin ningunos gajes" (14). Así pues, desde 1610, Francisco de Praves es quien lleva en la prácti­ ca la dirección de las obras reales de Bastilla la Vieja y, además, numerosas obras particulares concertadas por su padre pasarán a sus manos. En 1620, la situación de Francisco de Praves queda de­ finitivamente esclarecida al ser nombrado por el Duque de Lerna, el 20 de octubre, maestro mayor de las obras reales. En 1626, se­ rá nombrado de forma definitiva por la Junta de Obras y Bosques maestro mayor, veedor y contador de las obras reales de Castilla y León (15). Junto a ios títulos que hereda de su padre - criado de Cu Ma­ jestad, maestro mayor de las obras reales, maestro mayor de la Catedral, arquitecto del Ayuntamiento de Valladolid - suma un con­ junto de títulos sociales que delatan el nivel de señorío que al­ canzó Francisco: es familiar del Canto Oficio, regidor perpetuo de la ciudad de Valladolid, alcaide de la fortaleza de bimancas, alcalde ordinario por el estado de los hidalgos en el ayuntamien­ to de Vi11anubla y señor de Villanueva de los Infantes del Valle de Esgueva. Es indudable que la vocación ce Francisco de Praves por los títulos le viene heredada de su padre, según pudimos apreciar al hacer su biografíaj sin embargo, en la cada vez mas corraaa y ri­ gorista sociedad española, Francisco de Praves se haiia en una si­ tuación inmejorable, precisamente por su condición cíe heredero. Francisco de Praves es una persona culta y hombre acomodado, con una nosición social y económica envidiables y una prolesión reva- iorizada, transformada y considerada cono liberal gracias a la lucha eue, a brazo partido, mantuvieron los arquitectos castella­ nos desde Pedro Machuca y Diego de .i i loe a Juan Je r.srrera y los y z z círculos clasicistaso A todo ello hay que sumar que Francisco de Praves no es un homo nouus como su padre, sino que recome lo sem­ brado por éste y lo potencia, como potenciará el Clasicismo que llega a sus manos. Francisco sigue la línea de los grandes arqui­ tectos del siglo XVI en el ascenso de su profesión y el cuino al arte y al artista, si bien, a igual que hiciera un siglo antes A- lonso Berruguete, se incrustará en la Nobleza y llegará a formar parte de ese estamento privilegiado de la España Moderna. Francisco de Praves casa con María de Nates en 1616, hija de María de Alvarado y Pedro de Nates. En la documentación primera, ya muerto Pedro de Nates, la hija de este matrimonio lleva siem­ pre el apellido paterno; sin embargo, desde que contrae matrimo­ nio con Francisco de Praves, cambia el apellido por el Alvarado materno, apellido, por lo demás, vinculado a sectores nobiliarios y de hidalgos. Y así aparece, por ejemplo, en las escrituras dadas para cobrar el dinero que se le adeuda por las obras cte Getafe iloj , en la ejecutoria de los Praves y en el testamento ce Francisco de Praves• Francisco de Praves, muy bien afincado en vallaciolid, se de­ dica fundamentalmente ai trabajo y al estudio, no pareciendo po­ seer ese carácter vitalista que tuvo su padre. Casado una sola ves con María ce Nates Alvarado, o María de Alvarado, morirá dejándo­ la viuda. Del matrimonio nacerán dos hi jasí Doña Maria y Doña Francisca de Praves Alvarado. De la segunda nada más sabemos que, apareciendo en la Ejecutoria de la familia Praves en 1626, no es citada por su padre en el testamento de 1637, lo que nos hace sos­ pechar que debió morir entre esas dos fechas. De ruaría sabemos que casa con Juan Lisón de Tejada, veedor y contador de las Casas Peales de Valladolid, cargo que ocupará en propiedad a la muerte de Francisco de Praves, su suegro (17). de los praves es tranquila y apenas sabemo, de que Francisco tenía un criado llagado e preocupaco por su raigan.ore familiar, de ,'.r :uc situar la r■oficia - uo publica García lid y ou una manda de cien ducados para el aceito de la lámpara ísimo de la iglesia de oant i aro del pueblo de rraves (18)« tenemos présenme que Franci SC O de Praves nace en Valíaco­ c su padre Diego nace en üc1 P s quiere dec X X que será su abuelo, Juan Martínez de Praves, el natural de tal pueblo santan- derino. Si tenemos presente, según los estudios de Sojo y Lomba (18), que los montañeses, al igual que los vascos, eran hidalgos, como la mayoría de los habitantes del norte de Burgos y de Falen­ cia, se comprenderá la preocupación de Francisco de Praves, con su flamante título nobiliario, por rememorar su solar de origen, ^ 3 el lugar de donde era orhundo y que gracias a él era hidalgo. Su cargo de hombre del Rey le dará bastarite trabajo; él es el encargado de tasar y dar salida a la venta de los restos de la hacienda del desdichado don Rodrigo Calderón, Marqués de Sieteigle- sias (19). Por orden real, Praves se encarga de trasladar la excep­ cional pinacoteca real del Palacio vallisoletano a Madrid (20). Precisamente, estando en la Corte por asuntos de su cargo, cae en­ fermo en Madrid y otorga testamento allí mismo el 16 de agosto de 1657, asaltándole la muerte en la capital de la Monarquía Católi­ ca el 21 de octubre de 1657, "a hora de las dc^ poco más o menos1’ (21). La sospecha de Martí y Monsó de que Francisco muere en 1637 queda confirmada (22); por el contrario, Llaguno no acierta cuan­ do sostiene que falleció en 1638 (2o). Si poco sabemos de la vida ce Francisco ¿e Praves, su labor profesional es muy poco precisa en algunos puntos. Descontando su trabajo casi constante con su padre Diego, poco más sabemos de sus relaciones profesionales, que siguen punto por punto los cauces trazados por los clasicistas del siglo anterior. Hay pruebas de sus relaciones con Juan de Mates y Pedro de Mazuecos el Mozo, pe­ ro muy poco más. El palentino Juan Gutiérrez del Pozo parece vin­ cularse a él, aunque no hay nada claro. En gran medida, Francisco de Praves hereda los anare -jacores de su padre y nada m ás node- nos decir ai respecto. La obra intelectual de Francisco de Praves.- Cono heredero de una tradición cultural, Francisco de Praves es el colofón de los tra­ ductores clasicistas de los tratadistas italianos, y a él se debe el que el Libro Primero de Arquitectura de Andrea Palladio fuera traducido y viera la luz en la imprenta vallisoletana de Juan Lasso el. año de 1625 (24). Martin González resalta ya este rasgo cuito del artista (25) y creemos que este aspecto os importante, no sólo Tiara comprender mejor al hombre, sino también para entender su es­ tilo. n k Francisco de Praves edita el Libro Primero de Palladio (26), es decir, el que se refiere a los cinco órdenes, se busca así una similitud con el Rególe de Vignola, traducido por Caxés y publica­ do en Madrid en 1593, Con esta traducción se completaba la inter­ pretación de los órdenes clásicos que hacían los artistas más im­ portantes de los siglos XV y XVI: Alberti, Serlio, Vignola y Palla- dio, Pero Francisco de Praves no se detenía en esa visión formal del arte, sino que iba más lejos, Don Marcelino Menéndez y Pelayo dice en su Historia de las Ideas Estéticas: "además dejó inéditos los otros tres libros de Palladio y todo el Vitrubio con el comen­ tario de Daniel Bárbaro y un tratado original del corte de piedras, Praves alcanzó mucho mejor gusto, conocimiento de la materia y claridad de estilo que Urrea, Lozano y Caxesi juntos. Fue un ver­ dadero dolor que quedasen inéditos sus trabajos". Hasta aquí el juicio de Menéndez y Pelayo. Las noticias que el ilustre polígrafo santanderino proporcio­ na las extrae de la propia declaración de Francisco de Praves (27). Todo ello viene a corroborar dos puntos de importancia: primero, que Francisco de Praves ha traducido dos obras íntegras italianas, de gran envergadura; segundo, que la publicación, sólo del Libro Primero de la obra paiiadiana tiene por objetivo abrir y conocer un mercado y eso es lo que se esconde debajo de la fina frase "y si el lector autorizare con su discreción". Si el libro tiene éxi­ to, se continuarán las publicaciones. No parece que la traducción tuviera mucha fortuna, pues no volvió a reeditarse, y tampoco sa­ lieron los libros prometidos en el prólogo al lector. A nesar de elle, Francisco de Praves tenía preparado para la imprenta el manuscrito del Libro tercero del arquitecto vicentino, que hemos tenido la suerte de encontrar en la Biblioteca Nacional de Madrid (23). Es de lo poco que se ha salvado de la labor inte- 1ectual de ¿'Tañeisco de Praves. Hay que reseñar que los dibujos do este manuscrito son de una calidad de primer orden, mucho mejores que los grabados de la edición del Libro Primero de 1625. En el prólogo que dirige al lector da algunos datos reveladores (29). El porqué de la falta de éxito cíe la labor intelectual de Francisco ae Pravos es para nosotros un rasgo distintivo cié que el Clasicismo vallisoletano está en agonía. Los nuevos arquitec­ tos no norecen tener interes d o t ios clasicos itn las obrasla Monarquía permitirá a Francisco de Praves trabajar reales y sustituir a su padre en el cargo cuando muera que Francisco de Praves trabajó en el Palacio Leal de del que llegó a ser maestro mayor (36). En el Palacio realizó nu­ merosas reparaciones. Además, fue quien desplazó parte de la pina­ coteca al Palacio de la Libera para, finalmente, llevarla a Madrid (37). En este último palacio también trabajó Francisco de Praves, concretamente en el Ingenio. El 3 de mayo de 1631, el artista, co­ mo regidor de la ciudad de Vallauoiid, exige a busana Veuger que to­ me las medidas oportunas para arreglar esta pieza, que subía el a- gua del Pisuerga a la Huerta de la Libera o del Ley. La obra ha desaparecido (38). En relación con el cargo que poseía de criado de ou majestad, Francisco do Praves trabaja, en 1602, en el desaparecido Castillo de burgos. Es la primera noticia que poseemos de Francisco de ira- ves cono arquitecto (39). El Ayuntamiento es el otro cliente uc Francisco de Praves, precisamente el artista acabará siendo arquitecto municipal y miem­ bro vitalicio del Consistorio. Contratado por el Ayuntamiento y en relación con obras reales y ducales en torno al Pisuerga, U Francisco de Proves trabaja en el Espolón de Valladolid. El 17 de febrero de 160o, Francisco de Proves, junto con Juan de Mazarre- donda, Juan de Buega Valdeiostras y Juan de Mates están encarga­ dos de la obra del Espolón (40) • Francisco de Proves aparece a.quí vinculado a un importante grupo de artistas que trabajan en torno a Juan de Mates en el programa de urbanización de la orilla iz­ quierda del Pisuerga, programa del que tenemos pocas noticias, pe­ ro que debía de estar vinculado a la expansión de las posesiones reales y del Duque de Lerrna por ese sector de Valladolid. Dentro de este contexto de relación Ayuntamiento-Corona, hay que situar la erección del túmulo de la Peina Doña Margarita de Austria. La muerte do esta reina, mujer de Felipe III, fue muy sentida en Valladolid, ciudad en donde la devota señora dio a luz a su hijo Felipe, futuro rey de la Monarquía Católica y cuarto de este nombre. Para hacer las exequias el Ayuntamiento dispuso la construc­ ción de un túmulo en la Catedral y el 14 de octubre de 1611, Fran­ cisco de Praves presenta trazas y condiciones para la obra de ar­ quitectura efímera por valor de cinco mil reales. El proyecto es aceptado. El 26 de octubre de dicho año la obra estaba en marcha, encargándose de pintarla Francisco Calinas. El 14 de noviembre la máquina estaba terminada y dispuesta en la iglesia mayor (41). Como arquitecto de Valladolid, el 21 de noviembre de 1622, Francisco de Praves cobra unas cantidades por las obras que ha he­ cho en la destruida cerca de la ciudad (42). Y en 1626, Francisco de Praves construyó el Arco de Santiago. Este arco, levantado por orden del Ayuntamiento, sustituyó a ia primitiva Puerta de Campo. Ágapito y aovilla dice que era una "arquitectura rígida y severa en armonía con las tradiciones que había dejado el gran Berrera". El Ayuntamiento reparó este arco en 1840; no obstante, fundándose en razones ce urbanización, que realmente eran ciertas, acordó en sesión de 4 de noviembre de 1862 su inmediato derribo, que no se realizó hasta aos años después (4o). Cumpliendo las funciones de arquitecto municipal, el 25 de octubre de 1651, Praves remite una declaración a Felipe 17 para que se concluyan las obras de la Fuente del Sol, a fin cíe cue sir­ va para el provecho público (44). Como arquitecto privado, sabemos que, en 1523, Francisco dei 5'2 S' Pravos da trasas y condiciones, "con las cuales so ha de edificar, de cantería, las casas del licenciado Gaspar de Vallejo, que está junto a la iglesia de San Martín” (45). Ignóranos que casas son y sospéchanos que hayan desaparecido. En una situación intermedia de obra civil y religiosa, hay que situar los nichos sepulcrales de los Condes de Fuensaldaña, en la iglesia de San Antonio, hoy San Miguel, de Valladolid, única o- bra conservada de Francisco de Praves. El 9 ¿e junio de 1511, Fran­ cisco de i raves, fiado por su padre Siego, so obliga a hacer ”un nicho para poner los bjiltos de piedra de los señores Condes de Fuensaldaña en la capilla mayor de la iglesia ele San Miguel de la casa profesa" de Valladolid. Todo ello por catorce mil reales y según trazas y condiciones dadas por el dicho Francisco de Praves (46). La obra se conserva en perfectas condiciones en el lado del Evangelio, en el presbiterio y aunque faltan las trazas, las con­ diciones son tan legibles y concueraan tan perfectamente con lo hecho, ue podemos sostener que no hubo alteración do ningún tipo. mi sepulcro de los 6onc.es ae ruensaldaña, una obra de fino corte, sigue el gusto perfilado por Juan de berrera y Pompeyo Leo­ ni en man Lorenzo el Peal de El Escorial y divulgado en la Meseta. Forte por obras tan importantes como las del Juque de merma en Jan Pablo de Valladolid. Estamos, pues, ante una estructura de nicho que se transforma en arco triunfal, hay que hacer resaltar lo ju­ gosamente que están tratados los diferentes elementos que componen el conjunto, rasgo que contrasta con la sequedad que desarrollan los arquitectos en las grandes fábricas y fachadas. Igualmente hay que señalar la perfección del tratamiento del orden y la armonía generada por la proporción de las partes de todo el conjunto. Co­ mo rasgo llamativo y pintoresco, indudablemente de_carácter apoteó- sico, resalta el que las metopas tienen fragmen los Condes de Fuensaldaña. según estos testimonios que noy conocemos de Francisco de rraves, podemos deducir que es d a m e n t a I m e n t e s ° ciñe a encargos reales y de i tras que la clieni.el a raro icular es escasa, ¿ide: esta obra no C X* O Ci J'¿> X. V Cí j { 0 ̂’j ava mianta, sino cion y r e s z a i: r a c i o n • 3 la norma. n este campo pocemos nocir que i'll La arquitectura religiosa de Francisco de Praves.- A igual que suA igual que su de su arquitec- con su paáre y al que sustituyó en la maestría a su muerte. Su actividad ya se estudió en ei capítu1o correspondiente. Este hecho Io considera- mos muy importante, porque delata la formación herreriana de Fra cisco. Además de esta influencia, el que Francisco de Praves se forme con su padre, como señala Martín González (47), permitirá el que haya una unidad estilística entre ambos a.rtistas, lo que favorece la continuidad de la escuela vallisoletana y la expansión del Clasicismo. Pero Francisco de Praves va a enriquecer su forma­ ción, en primer lugar, desplazándose a Madrid, lugar en el que es­ tará de continuo entre 1605 y 1607; en segundo lugar, inclinándose hacia Palladio, lo que implicará la reactivación de lo palladiano en Valladolid. Además de ésto, Francisco de Praves es un conoce­ dor de la arquitectura clasicista de la zona, aspecto común a los artistas do esta etapa, rasgo que destaca Martín González (43), y que demuestra la unidad ae crixerio que preside ei estilo, desde sus orígenes hasta el final. Al 25 de noviembre de 1605, Francisco de Praves se encarga de construir la casa de los capellanes de la parroquia de la Mag­ dalena de Valladolid (49). A partir de estas fechas, Francisco de Praves se desplaza a Madrid, seguramente con la Corte, desapare­ ciendo toda referencia suya a trabajos de su arte en Valladolid. As a nartir de 1GC7 cuando se reanudan las actividades del artis- ,a en la ciudad ca: ; r p 1 1 « Tlana » Al regresar a la Meseta Norte, Francisco comienza una inten­ sa labor constructiva en colaboración con su padre. Inicia su la­ bor en el convento de Porta-Coeli de Valladolid, i'or un conjunto de confirmaciones dadas ante ei escribano Pedro Núñez cíe la Bra­ ba , el 15 de octubre de 1609, sabemos que Fiesco Justino, mercader, paga el 25 de julio de 1607 a Francisco de Praves las pagas corres­ pondientes a los meses de abril, mayo y junio de dicno año, según el concierto, por las obras < coras ae Porta-Coeli de /ailadolid. All s el aparojemor de su padre en ‘undación del Marqués ce Sieteiglcsias, obra que ya fue estu.diada anteriormente. Aunque 1as labores se cone:uyeron en torno a lulo j oí 23 de setiembre de ]_621 , Francisco ¿e Praves da t3û un poder para que se cobre de la hacienda del hundido Marqués :,lo que ha quedado debiendo a Diego de Praves mi padre que santa gloria haya de quien soy heredero de las obras que de su orden hi­ po en la iglesia y monasterio de Portaceli de la dicha ciudad de Valladolid" (50). El 21 de marzo de 1608, Francisco de Praves, fiado por su pa­ dre Diego, extiende una escritura de asiento por la cual se encar­ ga de hacer a destajo el desaparecido convento de la orden jeróni- ma de Nuestra ¡Señora de Valdebusto en Valoria del Alcor (Falencia) (51) . El 28 de mayo de 1609, Francisco de Praves, avalado por su pa­ dre, se encarga del reparo de la capilla mayor del convento de San Agustín de Dueñas, patronato de Don Juan de Acuña, Conde de Fluen­ di a, señor de la villa y Presidente del Consejo de Hacienda, Las trazas para la obra de restauración las da Francisco ae Mora; se encarga de la obra, como ya se vió, Diego de Praves, para traspa­ sársela, a su ves, a su hijo Francisco. Este, a partir de las tra­ zas de Mora, elabora de su puño y letra las condiciones de obra (52) . Por ellas sabemos que lo que se debe de levantar de nuevo es la media naranja del crucero, haciendo desaparecer la antigua que estaba arruinada. Una vez reconstruida la media naranja, se cubri­ rá con un tejado a cuatro aguas. También se tendrán que restaurar los arcos torales y cubrir los brazos del crucero y presbiterio con bóvedas de medio cañón con lunstos y, por último, se retundi­ rá todo ei edificio a fin de que no haya diferencias entre lo nue­ vo y lo viejo. El coste ce la obra será de veinte mil reales; apa­ recen como testigos Pedro de Glano, maestro de cantería y unos ta­ les Miguel y Andres González, que deben ser ios González de Cisnie- ga que trabajan en la iglesia de danta Cruz de Medina de sioseco. Parece ser que el aparejador de Francisco ue Praves en esta obra es Pedro de ulano, aparejador de su padre en la iglesia de santia­ go de Cigales. A tal suposición nos inclina un documento de 1610 ( 53) . El templo cíe san Agustín se conserva y hace poco que ha sido inventariado; sin embargo, la fábrica amenaza ruina y no hemos te­ nido posibilidad de acceder a ella, por lo que no podemos llevar a cabo ei oportuno estudio. n Dentro de este contexto de colaboración padre-hijo hay que situar otra obra palentina, Diego de P raves se había hecho cargo de la iglesia de San Miguel de Villarramiel de Campos, pero por decisión del Obispo de Falencia, Don Felipe de Tasis, las trasas fueron alteradas• Pravas vuelve a quedarse con la obra y presenta por fiadores, el 22 de mayo de 1510, a su hijo Francisco, a Barto­ lomé de la Calzada, uno de los hombres de confianza de Diego y a Pedro de Glano, gran amigo y aparejador suyo en las obras de la iglesia de Santiago de Cigales (54). Ya como arquitecto independiente, en 1509, Francisco de Pro­ ves es llamado para ver las obras del convento de carmelitas cal­ zados de Valladolid, una vez que redro de ¡¡azuecos se ha asentado en Madrid y allí 1 e viene la muerte. Francisco de ¡'raves acude co­ mo veedor ue las obr•as, poro una vez muerto Mazuecos el Mozo, Fran cisco, en 1610, entra de lleno a trabajar en las obras de fábrica. Peal iza varias capillas y en 1Ô1S se encarga del abovedaniento de la iglesia, campanarios y portada. En 1319 ha dado las trazas para la sillería del coro y en 1520 las obras del convenio deben haber­ se concluido (55). 21 edificio ha desaparecido y en su lugar se levanta hoy el Hospital Militar. En torno a IGlu, Francisco de braves da trazas y condiciones para levantar de nueva planta la iglesia del monasterio de oanta Ciara de Medina de ..ioscco, una de las fundaciones más queridas de la famixia Enriquez, Almirantes cíe Castilla y señores de dicha ciu­ dad, siendo, al mismo tiempo, la primera obra de envergadura bien conservada ciel artista. Los datos exhumados por García Chico no precisan cuanuo se dieron las trazas (55), sólo se habla de vue en 1511 el maestro de obras Andrés do Cabezón está trabajando en la iglesia, a igual que ios canteros euan .e oierra y Juan de Vallejo. Francisco de Praves sólo aparece como veedor de las obras, que se concluyen en 1618. Dado que las obras comienzan, según los libros de fábrica del convento, en 1611, quiere decirse que las trazas ya debían de estar dadas en esas fechas, por ello creemos que los proyectos se hicieron en 1610, inmediatamente antes. El monasterio de danta Clara de Medina de iiioseco es la pri­ mera obra, que conozcamos, conservada íntegramente de Francisco de Praves y encierra un gran valor, por ue en ella podemos ver perfec- /> ~> a 3 «6 tamente el lenguaje del maestro. En planta, es un edificio de crus latina, de una sola nave, sin capillas hornacinas y de cinco tramos, sienao la mitad de la iglesia clausura y el resxo lugar para culto público, así pues, el templo presenta dos perspectivas', la que se obtiene desde la parte abierta al público y la que se saca del conjunto general. En una y en otra lo que predomina es la estructura espacial de e- je longitudinal, basada directamente en el proyecto de oiego de Praves cara la iglesia ce Porta-Coeii de Valiaeolid. al carácter funcional del edificio destaca plenamente, por ello no existe nin­ guna capilla colateral. El diseño refleja la clásica solución vallisoletana de dos no a dos ejes: un eje primario y prm- nal y un segúndo eje transversa1, el del se JLcE capilla mayor. Eos halla-crucero, en romo ai cu; nos, pues, dentro de un edificio equilibrado, surgido ce la tradi­ ción vallisoletana que arranca de Viliagarcía ce Campos y el in­ flujo ce Francisco de dora, que tiende a una única dirección en la ordenación esencial del t emolo. Franc iseo de t raves, por tanto, lo que hace es partir del punto ce equilibrio que desarrolla sú padre Diego en Porta-Coeli. A partir ce la obra hecha, pocemos realizar una segunda ob­ servación, oresentándose entonces una estructura longitudinal cor­ tada por el muro pantalla del coro, que parte el cuerpo de la igle­ sia en dos mitades casi simétricas, Esta solución de enmascaramien­ to espacial puece provenir del proyecto ce Juan ce cerrera para la Cuarta Colegiata de Valladolid, cuando establece muros pantallas, verdaderas fachadas, que cesglosan los espacios ae las capillas hornacinas del espacio general jerarquizado del resto del templo. Praves sólo mantiene la unidad de conjunto a través del aboveda- miento y c.el ritmo ce compartiment ación de los muros, así como en el tratamiento de las superficies. El desarrollo y articulación de las estructuras espaciales se aprecian perfectamente en el nudo doñee se fusionan canecerá V cuerno c.el témalo. La base ele trabazón es de relaciones propor­ cionales y así: la capilla del altar mayor tiene una proporción dupla con respecto a los brazos del crucero; el tramo ce crucero mantiene una proporción dupla en relación con el tramo ce la nave, S 33 al tiempo que este mismo tramo tiene una relación sesquiáltera con los brazos. Así pues, las relaciones proporcionales son las que rigen la composición espacial. Francisco de Frayes por tanto se mueve dentro de los mismos esquemas que las restantes figuras del Clasicismo vallisoletano. Los restantes elementos siguen las mismas directrices. El sis­ tema de soportes es a través de pilastras embebidas en los muros y reforzadas en los intersticios, consiguiendo así una plasticidad y expresividad que la fusión de los muros perpendiculares no tienen cuando generan un ángulo recto al cortarse dos planos. Los para­ mentos, sin el menor recurso decorativo, forman una envoltura del espacio de carácter inexpresivo - muy similar a la desarrollada por Francisco de Mora en las Descalzas Reales de Valladolid - su­ peditada a una función estructural. Los únicos elementos dinamiza- dores de esta composición son las pilastras. El lindero de toda esta composición se define por el entablamento, que se detiene en ios muros de cierre. Este entablamento sigue la normativa herreria- na de orden toscano y fusión de capitel y friso. A partir de este lindero se dispone toda la estructura de cu­ brición, así como el sistema de iluminar el espacio. La cubrición se resuelve por abovedamiento formado por fajones de medio punto, que ciñen a una bóveda de medio cañón, dentro de la cual se dispo­ nen los lunetos, que establecen la comunicación y articulación con el sistema de iluminación. Es, pues, la disposición tradicional consagrada desde Villagarcía de Campos. El espacio de crucero ce cierra con una media naranja soporta­ da por pechinas que descansan sobre ios pilares torales; a partir de un anillo de molduras, elemento que marca la trabazón entre las diferentes partes, se dispone la media naranja, de ocho cascos, girada y con los costiiiones resaltados, fusionándose en el vérti­ ce enmarcado por una clave. La media naranja es una hemiesiera cie­ ga, es, pues, la típica vaída circular. ^1 empleo de este elemento representa, a nuestro juicio, un paso atrás con respecto a solu­ ciones ya desarrolladas en obras como Muestra señora Uc las Angus­ tias, canta Catalina y Porta-Coeli de Valladolid, por citar algu­ nos ejemplos. Es un retorno a ios planteamientos de Villagarcía de Campos y a la más mura concepción herreriana planteada de nodo ní­ tido en el provecto de la Cuarta Colegiata de Valladolid, ñuizá tocio ello se deba, además, al influjo de la arquitectura cie Fran­ cisco de ¿lora Que, con respecto a las medias naranjas, sigue los preceptos de Juan de Herrera de imaginarlas como un elemento exclu­ sivamente generador cie espacio. La decoración se ciñe tan sólo a las estructuras de cubrición. Es una decoración de bandas y figuras geométricas, que invade los perpiaños encasetonánclolos y, por el contrario, respeta las pechi­ nas, cuya superficie queda completamente exenta de decoración, rom­ piéndose así una tradición desarrollada, sin solución de continui­ dad, desde la Colegiata de San Luis de Villagarcía do Campos. El sistema de iluminación es lateral, existiendo un solo fo­ co diferente en el coro, a los pies del templo, dispuesto en el extremo del eje longitudinal y cuya función es iluminar el coro alto. Estamos, pues, ante un sistema de iluminación ya consagrado desde la Colegiata de 'villagarcía de Campos, solución, que a su vez, viene del monasterio de Han Lorenzo el i:eal de El escorial, como destacó Martín González. Lo mismo podemos decir con respecto a ios elementos generadores de esta iluminación, que son los va­ nos termales, algunos ciegos; todo ello en relación directa con la concepción de luz dirigida, aspecto que ha empezado a ser abor­ dado por Hieto alcaide (57). La estructura interior del templo queda perfectamente refle­ jada en el exterior, perfilándose con nitidez ios diversos elemen­ tos que la componen, así como su articulación. El cuerpo del tem­ plo se define como compartimentauo e:i cinco tramos a través de ra­ fas, cue traslucen hacia afuera la disposición en cinco capillas del espacio interior. El bloque uei crucero se señala, acusándose ortogonaimente con respecto ai eje longitudinal,así como el cimbo­ rrio cúbico y cubierto a cuatro aguas que cobija la media naranja interior. El testero es un muro plano.. Aparte de la traslación de estructuras al ámbito externo, po­ co más de interés tiene el exterior de la fábrica de oanta fiara; carece, a igual que las Huelgas Reales de Valladolid, de fachada, diseñándose tan sólo, una portada simplísima como punto referen­ cia! de entrada al interior del recinto sacro. La portada se dispone en el mismo plano que el del muro, a- brióntíose entre dos rafas y resaltando tan sólo por el empleo de material node como es la sillería. Todo ello nos remite a la so- ÿ i s lución empleada por Juan cíe Nates en el citado edificio de las Huel­ gas Reales de Valladolid. La portada se dispone en forma ae un sen­ cillo vano adintelado y moldurado, coronado por un escudo de los Enriquez, patronos del cenobio riosecano. Estamos, pues, ante una simplificación del modelo de Juan de Mates, acaso debido también al influjo de Francisco de lora - puerta lateral de las Descalzas Reales de Valladolid -. El concepto de funcionalidad es el elemen­ to rector de todo el edificio. Si la iglesia del convento ae santa Clara de Medina de Riose- co es la primera obra ce envergadura bien conservada, en cuanto a templo, de Francisco de Praves,* • su trabajo en el monasterio de Nuestra Señora de Prado de Valladolid se traducirá en la aparición de su primer claustro. El 18 de diciembre de 1611, Francisco de Praves, fiado por su padre Jicgo, extiende escritura de concierto para realizar el "claustro principal" uei monasterio de Jerónimos de Nuestra Señora de Prado, de Valladolid, ya que el primitivo es­ taba en ruinas (58). Las trazas y condiciones fueron dadas por Francisco y las obras empezaron rápidamente, finiquitándose todo el asunto el 12 de enero de 1621, fecha en la que Francisco de Praves cobra dos mil cuatrocientos ducados "de todas las demasías" (50). La obra ya fue mirada con sumo interés por Rgapito y Revi­ lla (60) y estudiada por Martín González (61). La obra de Francisco de Praves se conserva en parxe y se ha­ lla en pésimas condiciones, en primer lugar, porque Muestra ¿eñora de Prado se convirtió en manicomio y hubo que hacer reformas; en segundo lugar, debido a que el edificio ya no cumple función hos­ pitalaria alguna, ha sido abandonado y su estado es de ruina la­ mentable, habiéndose hundido ya la iglesia y estándose cayendo las restantes dependencias a pedazos. La historia de Nuestra señora :.e Prado nos es conocida ya y s remitimos. Con los a- ói llevaron a cabo numerosas reformas. ~n lbüo, ios monjes Jerónimos decidieron trans­ formar el claustro principal y varias dependencias anejas. Je e- 11o se encargó Francisco ae Praves, que en esa fecha aio trazas y condiciones que fueron remitidas a Padre General de 1 dio licencia (62). Mo obstan} hasta 1611: el 14 do diciemb: sangrador y vítores nos * -ue noaificanaose y en el ñn 16u5, los monjes jeró O 1 convento demora las acciones Francisco de Praves i i rmsa las con Ÿ diciones y el IS la escritura de concierto y obligación. La obra era de gran envergadura, la escritura hacia de claus­ tro y dos cuartos, pero en esos dos cuartos estaban incluidos sa­ cristía, antesacristía, celdas, refectorio, librería y , parece, que la escalera. En primer lugar, tenía que abatirse todo lo an­ tiguo más todo lo que hiciere falta para regularizar el conjunto. He aquí un rasgo de primera magnitud dentro de la obra de Francis­ co de Pravos: la tendencia a la regularidad. Leal izada esta labor, se iniciaría la construcción de lo nuevo, girando todo en torno al cuadrado central del claustro de casi diez metros de lado. La obra de mayor peso es el claustro, de ciento treinta y cinco pies - unos treinta y ocho metros -, de dos pisos y ricamen­ te articulado. El claustro estaría balizado por ocho pilares can­ tones, quedando dentro de ellos los restantes pilares exentos - cinco por cada crujía - para conformar así las diferentes pan­ das. Claustro y sobreclaustro tendrían seis vanos en cada corre­ dor o crujía, siendo el piso inferior de orden dórico y el supe­ rior corintioj cada vano sería un arco de medio punto. El above- damiento sería a base de cañones - piso inferior - y arista - pi­ so superior -, usándose la piedra en los soportes y el ladrillo en el abovedamiento y restantes elementos de los muros. La obra no tiene fecha de terminación, pero su costo será de catorce mil setecientos cincuenta ducados. El claustro del convento de ; maestra Señora de Irado es uno de ios frutos más maduros de todo el foco clasicista vallisoleta­ no. Ligue en su estructura la tradición de un espacio central ce­ rrado y regular, ai cual se orientan las dependencias que le ro­ dean. Pero el tratamiento do esta estructura es lo innovador. El concepto es el cuadrado, es decir, siguiendo a Vitruvio v a la tratad!stica, la regularidad absoluta. El tratamiento de muro es espléndido, siguiendo la misma directriz que se implantara en la .santa Espina, Ir Cuarta Colegiata y San benito el heal de Valla­ dolid. En una palabra, la secuencia aibertiana de arco sobre pi­ lares con pilastras o columnas flanqueando y formando ur. sintag­ ma, una unidad (Portoghesi) . _iste esquema, que creemos cue implan­ ta en la Meseta Morte Juan del Libero liada, es re interpretado por Francisco de Pravos buscando la pianitud y así, la columna o la media columna desaparece para -aojar su sitio a la pilastra, asta 'CaJ S'3 ? tendencia a la plenitud se rompe en el interior de las crujías, donde la volumetría juega un papel no visto en ninguna otra obra precedente. Los pilares destacan poderosos, formando secuencias rítmicas, del piano del muro, generando así un ritmo espacial pau­ sado a través de concatenaciones. Ello se debe a un recurso no em­ pleado hasta entonces en la zona: el resaltar la articulación del muro de carga del fondo. Herrera y Ribero compartimentan el muro de fondo según el esquema del muro exterior, y así aparece perfec­ tamente reflejado en la Santa Espina, San Benito el Real de Valla­ dolid y la Cuarta Colegiata de la dicha ciudad; pero lo único que llevan a cabo es articular y establecer relaciones que para nada rompen el eje espacial de cada crujía y el espacio sigue un ritmo continuo englobado dentro de la estructura, sin efecto de desace­ leración . Ju gando con este recurso, Francisco de I raves lo altera y comienza a compart imentar el espacio, generando así un proceso de pausa, producido por la retención que provocan ios espacios late­ rales surgidos de las arquerías de ambos muros. Esta disposición, mitigada en el piso superior, se ve favorecida por el empleo de un abovedamiento de cañón de arista que tiende a autonomizar los diferentes tramos que componen ei conjunto, adquiriendo así ios arcos perpiaños una mayor importancia visual. El tratamiento de los elementos es muy perfecto. Las solucio­ nes de esquina son un verdadero logro, empleando pilastras dobla­ das, solución indudablemente extraída de los templos, donde este tipo de recursos se emplea en las esquinas del crucero y en los intersticios del presbiterio y baste citar, como ejemplo, la igie- sia de Nuestra se ora la Calle de Falencia. _il empleo de basa montos, ue ios cuales arrancan ios pilares, es una solucí óu im— puesta por nibero nada en la zona, usándola, ta;reo en ei claust de la oanca —¿s o i na, como o ! i O 1 de oan Benire el _eai de Vallado lid y es un tipo o SC1UC ion cue no usa Juan ne berrera; sin en bargo, ei uso de basanent os en ios dos nisos es u na origi na1 i J a de Francisco de Fraves, ya que Ribero Rada nunca emplea basamentos en las sobreciaustras. De indudable influencia riberiana es la su­ perposición de órdenes. Francisco de Praves emplea en ¡aiestra ¿e- ñora de Prado el orden dórico y el cor intio, no usando el orden jónico, orden usado en san Lorenzo ei :;eai ue -1 Escorial y que suele emplear de forma sistemática Juan del Jibero Jada - San Be­ nito el lleal de Valladolid -, poro que en la arquitectura de la zona vallisoletana tiene muy poca aceptación. El dórico y el co­ rintio son dos órdenes que pueden superponerse, según dicen los tratadistas, empegando por Serlio y son dos modalidades empleadas por Juan ce íierrera en la Cuarta Colegiata de Valladolid. Los ca­ piteles corintios, de talla estupenda, parecen ele mano ¿e Juan de P.ozadilla, ya que son iguales a los de la Catedral. Je clara in­ fluencia herroriana son los filetes que adornan las caras inter­ nas de los pilares. En el plano de superficie del claustro, des­ contando los elementos estructurales resaltados, el único efecto decorativo, aparte de los órdenes, es el juego de claroscuro con­ seguido por el contacto de la luz con la superficie, concepción estética común a todo el foco. Los restantes elementos de que habla el contrato de Francisco de P raves han sufrido gravísimas alteraciones que impiden tocio po­ sible estudio. Por el contrario la escalera, aunque amenaza venir­ se abajo, nos parece una obra que encaja perfectamente dentro de la estética de Francisco de craves. Inscrita centro ce un rectán­ gulo, es una esclera claustral de tres tiros y caja abierta, ilu­ minada por un costado y cubierta por una bóveda de cañón con iu- netos y termales ciegos. Estructurainente es una escalera mucho más perfecta que la que trazara Juan de ï'oiosa para el hospital de Limón Luis de Medina del Campo, donde todavía se recurre a la bóveda de paños. Tanto en la iglesia de oanta Ciara de Medina Ce ñioseco, co­ mo en el claustro ce Muestra Señora Ce Prado, Francisco cíe Través demuestra el profundo conocimiento de la tradición clasicista va­ llisoletana de la primera época, así como de la arquitectura de Juan cíe herrera. En Santa Clara, además, se aprecian influencias de Francisco de Mora, tanto on la forma de disponer ios muros, como en el sistema ¿o cubrición del crucero. El que se produzca este fenómeno, así como el influjo do Jibero Jada en Muestra Se­ ñora de Prado, creemos que se debe a un deseo de profundiración en el estilo por parto de Francisco de Pravos. «1 artista, con es­ tas obras, procura dominar todos los recursos uel Clasicismo valí i solctano para, a continuación, ir progresando por ios caminos de la escuela vallisoletana, mientras que el influjo de Francisco dei V 3 Î Mora va disminuyendo, si bien, a Francisco de Pravas siempre le quedará de este artista la sequedad y la planitud. En 1613, Francisco de Praves comienza una larga actividad en el monasterio de las Huelgas Reales de Valladolid. El 15 de abril de dicho año aparece la primera prueba de su intervención. En esa fecha Gregorio Fernandez se obliga a hacer el altar mayor y se es­ pecifica que se amoldará y seguirá las trazas que ha hecho y fir­ mado "Francisco de Praves maestro arquitecto" (63). El retablo de las Huelgas Reales, documentado por García Chico y estudiado por Martín González con detenimiento (64), presenta interés para nues­ tro estudio por lo que respecta al diseño arquitectónico, por lo que dejaremos a un lado todo lo referente a escultura y a la vin­ culación arquitectura-escultura. El retablo mayor de las Huelgas Reales de Valladolid es una máquina de muy cuidada invención. Francisco de Praves tuvo muy presente el retablo mayor ce la Colegiata de oan Luis de Villagar- cía de Campos que trazó Juan de Herrera, cuando llevó sobre el pa­ pel el proyecto de la fábrica vallisoletana. En efecto, en cuanto al desarrollo del conjunto sigue el mismo concepto del retablo he- rreriano de Viliagarcía de Campos: un plano adosado al plano real del muro del testero. Este plano enmascara y suplanta a la estruc­ tura arquitectónica. En cuanto a la relación retablo-estructura interior cel templo, volvemos a hallar el mismo esquema. Herrera en Viliagarcía de Campos procuró huir de toda posible solución de continuidad y estableció una sólida correspondencia entre los ele­ mentos articuladores de ios muros de carga de la cabecera y la ar­ ticulación del plano del retablo; igual solución aparece en las huelgas Reales, y así el cornisamento del muro coincide con el del retablo; la espina del retablo es ortogonal al eje longitudinal del edificio; el paramento se cubre hasta el arranque de las for­ mas. En cuanto a los elementos y articulación de las diferentes partes del retablo, la correspondencia sigue existiendo entre la Colegiata de Viliagarcía de Campos y las Huelgas Reales: tres ca­ lles en una y otra máquinas y en los flancos intercolumnios; la articulación de los flancos es igual en ambos retablos, así como las calles laterales, estableeiéndose la ..Herencia entre la ca­ lle central o espina, ya que Francisco de Praves introduce en las Huelgas „cales arcos alternados en la vertical; otra diferencia- Vko ción es el empleo del orden corintio, frente a la superposicion herreriana de órdenes, así como el enriquecimiento de ios frisos, tan austeros en Villagarcía. Un rasgo de notable interés es el re­ mate de la espina, donde el arco rompe ei frontón e invade el tím­ pano, solución que arquitectónicamente empleó diego de Pravas en 1595 en la fachada de la Vera-Cruz de Valladolid. En resumen, Francisco de Pravos presenta una clara influencia herreriana a la hora de trazar el retablo mayor de las huelgas Peales de Vallado- lid. Otra actuación conocida del artista en el monasterio se re­ monta a 1616. El 14 de setiembre de dicho año el rejero Juan del Barco hace las verjas de las capillas privadas ác doña Lucía de Carvajal y del Doctor Alonso üuiz según trazas de Francisco de Praves (65). Por último, Francisco de Praves realiza una amplia labor ar­ quitectónica que se inicia en 1621: los dormitorios y el claustro principal del monasterio. Con csia obra desaparece lo poco que que­ daba ya del viejo palacio mudéjar de Doña haría de Bolina, del cual, hoy día, sólo se conserva un arco. Francisco de graves, pues, re­ modela todo ol edificio a excepción de la iglesia, que trazara Juan de bates, Juan del .libero Rada y hateo Elorriaga en 1578 y comenzaran en 1579. A este sector uel monasterio no hemos tenido acceso por ser claustra, pero de él conservamos trazas, han sido publicadas fotografías y ha siuo estudiado por ,»oa Juan José Mar­ tín González. El 3 de junio de 1021, ios maestros de albañilería y carpin­ tería Francisco Bajo y Sebastián de areilaño, fiados por _ucas Fe­ rrer y Pablo Rodríguez, otorgan escritura de concierto y obligación para hacer Ge nueva planta ios dormitorios uel monasterio, aba­ tiendo las antiguas construcciones. La obra se hará según las tra­ zas de Francisco de través, que van en eos papeles, y con condi­ ciones de Francisco Bajo; las labores tendrán un a: o do duración, V ál que tienen eue estar acabadas ;)or Jan andres de 1022, y su to será de cuarenta y siete mil qi.ilnientos sesenta j cuaiero r les (66) . En 1622 comienzan las obras del claustro. Para él dan trazas y condiciones Remando del Hoyo y Rodrigo de la Santera, que son rechazadas (67). Conservamos ei diseño de alzado, hecno con buena f k pluma. Hernando del Hoyo y Hodrigo de la Gantera habían proyecta­ do una estructura cuadrada, de dos pisos, con nueve arcos por pan­ da, tanto en el claustro, como en el sobreclaustro. Las crujías inferiores se cubrirían con cañones rebajados y lunetos y las su­ periores serían de techo raso de bovedilla y vigas vistas. En el piso inferior, las secuencias del muro exterior se reflejarían en el muro de fondo. El sistema ‘de soportes serían pilares y sobre e- líos arrancarían los arcos de necio punto j idéntica solución se aplicaría en el piso superior. No existe la menor concesión a la decoración, ni siquiera en el molduraje. Las trazas, realizadas en Valladolid, llevan la fecha de 7 de junio de 1622. Un mes más tarde, el 15 de julio, Francisco de Praves presen­ ta también trazas para la obra, conservándose planta y alzado. El proyecto de Praves, más moderado, lo acepta el convento"el 12 de agosto de 1622 se otorga la escritura de concierto y condiciones (66) . La obra de Francisco de Praves, más seca que la de Modrigo de la Cantera y Hernando del Hoyo, presenta rasgos más funciona­ les y es ce interés porque en ella se ve el proceso evolutivo que, con respecto a esta pieza arquitectónica, sigue el artista. Her­ nando cei ..oyo y Hoarigo ce la Cantera siguen la disposición tra­ dicional del tipo ce claustro desarrollado por el Clasicismo, po- danco todo elemento decorativo y reduciéndolo todo a un simple plano. Praves sigue la misma concepción estética, pero estaolecien do variaciones de estructuras. En efecto, Francisco de Graves con­ cibe el claustro coto un cuadrado perfecto de siete vanos por ban­ ca aructuru que ya aplicara en .muestra oeuora de Prado, asta estructura cuadrada se articula en dos pisosj el inferior se so­ luciona a base de arquerías y el superior por ventanas, oe esta- 4 blcce así la primera ruptura con la solución clas i C o t a de patio que iniciara iiibcro xada en la ¿anta espina. Martín González ya ha resaltado la sequedad del edificio (3S) y, efectivamente, el proceso ce simplificación que i raves na seguí do en su obra resulta asombroso. Una comparación entre este claus­ tro y el de Muestra Señora de Prado lo celata con claridad, zstruc turalmente, a igual que en cuanto al tratamiento cu:i espacio, am­ bas obras siguen las mismas directrices, aunque el proceso evolu­ tivo no se ha detenido. La estructura espacial os la misma: un es- m pació centralizado y regularizado al cual se subordinan los espa­ cios abyacentes. Sin embargo, el proceso evolutivo se aprecia en cuanto que se busca una funcionalidad a través de un cierre espa­ cial reflejado en el piso superior. Silo produce un efecto de des­ integración en la concepción general del espacio, acentuado en la fábrica ai no utilizarse barandillas de hierro para los balcones, sino reducirlos a ventanas con alferizar macizo de ladrillo. El cierre de los vanos acarrea el que el sobreclaustro se independi­ ce espacialnente del conjunto general. Estructuralente se pueden apreciar notables diferencias en­ tre el claustro de las huelgas heales y el de Muestra Señora de Prado. Uno y otro están balizados de forma similar por medio de pilares cantones, pero el tratamiento ¿e cada crijía es totalmen­ te distinto. En el piso inferior las crujías se conforman a tra­ vés de pilares y arcos de medio punto, pero que carecen de ccrres- ponuencia en el muro maestro de fondo. Al romperse esta correspon­ dencia se produce una dicotomía en la articulación de la estructu­ ra, haciendo desaparecer todo efecto volumétrico y de correlación. La desaparición de este elemento no quiebra la unidad, mantenida por la secuencia constante de la arquer c i ó n a través de un cañón con lunetos. El piso superior, por el contrario, parece regresar a las so­ luciones de antes del Clasicismo, rechazando el arco y empleando estructuras adinteladas y cubriciones rasas de bovedilla, la mis­ ma solución que empleara Juan de Mates en el hosarillo, también en Valladolid. La solución do esouina sigue iu misma directri: ..uo g f r*ra De/.ora de Prado: pilar con pilastra doblada. Los pilares exentos también mantienen la misma concepción: basamento-pilar-rpiiastra, y se recurre también ai sintagma albertiano de arcos sobre pila­ res conpilastras en sus flancos. Sin embargo, no se produce una superposición de arcos, sino de estructura de arco y estructura adintelada• En ei tratamiento de la: superilicies, tanbien se ha da hacia una s i mpi i iicac i ó n Como es lógico, la decoración se ha reducido a la mínima expresión, oe recurre a un único orden, el íoscano j el capitel desaparece zara euedar inmerso en el iriso. El entablamento queda reducido M 3 a simple línea de imposta. Zn el piso superior la simplificación llega ai máximo, al ser sustituida la pilastra por la rafa o ca­ dena. Podemos decir que en superficie se tiende a un solo plano, lo que hace que la capacidad expresiva del claroscuro, obtenida a través de la relación luz-superficie tienda a desaparecer. El único ternario decorativo, por cierto inorgánico, es el heráldico. La obra que proyectara Francisco de Pravos tuvo largas visi- citudes. Valorada en nueve mil ducados, debía de tener una dura­ ción de cuatro años; sin embargo, las penurias económicas alarga­ ron la fábrica más de lo debido y el 13 de junio de 1633 la aba­ desa, en conformidad con Francisco de Praves, ordena que so deten­ gan las obras y que lo hecho se tase y se pague al arquitecto. El convento nombra por su parte a Francisco de Bajo y Francisco de Praves a Juan del Valle (70). A pesar de las retenciones, las o- bras fueron llevadas a buen puerto y el actual claustro sólo pre­ senta diferencias con el primitivo en que las barandillas de hie­ rro del balconaje del segundo piso han sido sustituidas por alféi­ zares macizos de ladrillo. Al tiempo que Francisco de Praves comienza a trabajar en las huelgas Peales de Valladolid, el 19 y 22 de julio de 1613, el ar­ tista firma la escritura de concierto y obligación para realizar la capilla mayor, crucero y primer tramo de nave con sus hornaci­ nas del convento vallisoletano de Nuestra ¿oñora ce la Victoria. Con esta obra el arquitecto engancha con lo. línea quo sigue su pa­ dre diego a partir de ia edificación de la iglesia del convento de Pórta-Coeii de Valladolid. -11 proceso fue rápido; francisco de Praves traza la obra el EG de junio de 1313; el 7 de julio de ese año se obtiene la licen­ cia para su construcción y el 19 de julio están -fiadas las condi­ ciones. La obra no era ue grandes dimensiones, pues simplemente se c-ñía al tramo de cabeza del templo, sin embargo era laborio­ sa. lia eía que tirar la primitiva fábrica, despejar el terreno y comenzar a levantar la nueva. -,a duración del trabajo sería de cin­ co años y el costo de diez mil • rucamos (71). na obra ha eesapareci do, B ab i ene. o sido a enO l i d a 3:e 1934; Fa; tin uonuál .a la conoció y e s t uu i o y a nos remitinos (72). F ol­ fai L cL x̂ TI O 3 • ) 2. edificio, nos ceñimos a las trazas , û 30 eo nservan al problema al ;e tiene que enfrentar Francisco de Pra- ¡s' y asi mismo me a socorrido en diferentes ocasiones con al­ gunos dineros los quales no se la cantidad para el paso en que estoy y lo dexo con su dicho“ mando se le pague lo que el quisiere y dixere, iten declaro que yo soi cesonario en causa propia de dos mili reales qse el conbento real de las huelgas de balla- dolid me cedió el año pasado de treinta y cinco y treinta y seis de los quales cedi mill reales al ospital real de esgueba de balladolid y estos están siempre en poder de ma­ nuel nuñez nabarro asentista de los naypes asi lo declaro. Yten dexo por mis testamentarios i cumplidores y executores d es t e mi testamento y de mi alma a mi am i go Joseph de Frias y Sandobal escribano del numero de la ciudad de balladolid y becino della y contador de la Santa ynquisicion delà di­ cha Ciudad y a mi señora y amada muger doña maria de alba- rado a los quales y a cada uno ynsolidum doi mi poder cum­ plido para que entre en mis bienes y lo mexor y lo mas bien parado dellos lo bendan y rematen en publica almoneda o fue­ ra della y de su balor cumplan y paguen este mi testamento y lo demas que en el fuere declarado. Y por eredera unica dexo a mi hija querida do prabes y albarado y a doña maria de albarado que lo aya y herede con la bendición de dios que a cada una pueda tocar a mi hija por ered dre y mi muger por su dote y bienes ganancial fue mili y quinientos ducados y los ganancial reciere y lo firme en madrid a diez y seis di agosto de mili y seiscientos y treinta y siet Yten mando que a Pedro fernandez mi criado se y dos bestidos negros de tres que ay mios y e se le pague lo que pareciere debersele de sus cho ut supra = na maria de mi muger para y la mia lo era y a su ma es y el dote es lo que pa- as de1 raes de e años. le de de luto 1 de color y ¿alarios fe- francisco de prabes. A.H.P. Madrid. Leg. 5102 s.f. (22) .- J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 624. (23) .- E. Llaguno y Amírola.- Noticias....T. III. pag. 145, nota, 1 V f (24) .- B.N. Madrid. Secc, Raros, nö 16097. E. Llaguno y Amírola.- Noticias.... T. III. pp. 143-145. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I, Arquitectos, pag. 154. (25) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca....pag. 54. (26) .- REGINA VIRTUS. Libro Primero de la Architectura de Andre Palladio. Que trata de los cinco ordenes para fabricar, y otras advertencias. Traduzido de Toscano en Castellano, por Francisco de Praves, architecto, y Maestro Mayor de las o- bras de Su Magestad. Al Excelentísimo Señor Don Gaspar de Guzman, Conde de Olivares. En Valladolid. Por Juan Lasso. Año de 1625. ( 2 7 ) tasaron cada cuerpo del dho libro a quinze reales y a este precio y no mas, mandaron se venda, y que esta tasa se pon­ ga al principio de cada libro de los que se imprimieren. Y para que dello conste, de pedimiento de la parte del dicho Francisco de Praves, doy la presente en Madrid a 27 de A- gosto de 1625 años El Rey Por quanto por parte de vos Francisco de Praves architecto y Maestro Mayor de nuestras obras Reales, fue fecha rela­ ción, que auia mucho tiempo que os auiades ocupado en tra- duzir de lengua Toscana en Castellano, el primer libro de Andrea Palladio, Autor, y en copiar sus dibujos y trazas; que era el que hizisteis presentación. El qual impreso se­ ria de grande utilidad, no solo a los que profesauan la Ar­ chitectura de las fabricas, mas a toda la República, espe­ cial los que deseaban dar alguna parte del tiempo, al cono­ cimiento de las cosas, que también se ajustan al conocimien­ to de hombres bien ocupados; y nos pedistes y suplicastes, os mandásemos dar licencia para le poder imprimir, y preui- legio por diez años; o como la nuestra merced fuese. Lo qual visto por nuestro Consejo, y como por su mandato se hizieran las diligencias, que la prematica por nos última­ mente fecha sobre la impresión de libros dispone, fue man­ dado que deuiamos mandar dar esta nuestra cédula para vos en la dha razón, y nos tuvimoslo por bien. Por lo qual os damos lizencia y facultad, para que por tiempo de diez a- ños primeros que corran, y se quenten desde el dia de la V 1 fecha della, vos o la persona que vuestro poder oviere (y no otro alguno) podays imprimir y vender el dicho libro, que áe suso se haze mención, por el original que en nuestro Consejo se vio, que va rubrica, y firmado al fin de Lazaro de Rio Ángulo nuestro secretario, que por nuestro mandado hace oficio de escriuano de Camara.... fecha en el Prado a 29 dias del mes de Enero 1625. Yo el Rey Por mandado del Rey nuestro señor Don Sebastian de Contreras. Al Excelentísimo Señor Don Gaspar de Guzman, Conde de Oli­ vares, Duque de Sanlucar la Mayor, Gran Chanciller de las Indias, Sumiller de Corpus, Cauallerizo Mayor. Comendador Mayor de Alcantara, del Consejo de Estado y Guerra. Aviendome ocupado (Excelentísimo señor) desde mis primeros años, en el Arte de la Architectura, y discurriendo con lar­ ga lección, por todos los libros desta facultad, asi natu­ rales, como extrangeros, con animo de aprouecharme; de ma­ nera que pudiese hacer algún seruicio a mi patria. Determí­ neme traduzir en Castellano, los quatro libros que escriuio en lengua Toscana Andre Palladio, Autor grauisimo, a quien Italia Prouincia floridísima en esta profesión, venera so­ bre tantos, como concurren, merecedores de gran aplauso. Y asi para satisfazer al intento con el mayor decoro, y acom­ pañarle con el mayor acierto, e querido nazer dueño deste trabajo a V. Excelencia, siruiendole con el primer libro, en tanto que los demas se ponen en estado de salir a luz; en cuyo nombre ganara lo que por mi huviere perdido. Sir- uase V. Excelencia, de admitir la voluntad de tan pobire o- frecimiento, que con esta merced quedare obligado a emplear lo que restare de la vida en seruicio de V. Excelencia. Cuya vida y Estado acreciente Dios con las prosperidades que merece. Valladolid, veynte y quatro de Julio de mil y seiscientos y veynte y quatro años. Menor criado de V. Excelencia Francisco de Praves. De el Doctor Luys Mexia de la Cerda a la traducción de las obras de Mathematicas del Eminentísimo Andre Palladio, he- y cha que Maes de lengua Toscana en Española, por el no excelente artifice, Francisco de Praves, tro Mayor de las obras de su Magostad. Dezimas Praves, de Palladio muerto A España, con llaue de oro Le a descubierto un tesoro Largos siglos encubierto. Que en el hallaras, es cierto (Si buscarlas solicitas) Mil preciosas margaritas, Cuyas conchas y cortezas, En si encierran mas riquezas Que las letras tienen escritas menos Noble Architecto Numeros y cantidades, Nazen tales proporciones Que son sus demostraciones Simbolos de sus verdades. Reciprocas amistades, A los dos, dan honra ygual, Que Praves con su caudal Da a Palladio nueva vida: Y el con alma agradecida A Praves haze inmortal. Prologo al lectofl La Necesidad de saber el Arte de la Architectura, me a o- bligado (para mejor entenderla) a estudiar la Lengua Tosca- na, y traduzir algunos Autores, que están escritos en ella, en la nuestra Castellana, para que con menos trabajo, y mas facilidad, se entiendan los preceptos desta ciencia. Entre los quales an sido los quatro libros de la Architectura de Andrea i-'alladio, que a mi juicio es uno de los mejores que an escrito desta materia. Dellos saco a luz el primero, de­ seando cumplir con mi obligación, haziendo este seruicio, asi a los que profesan esta ocupación, como a personas cu­ riosas, que desean dar alguna parte del tiempo al conocimien to de cosas, que también se ajustan al entendimiento de hom- U i (28). (29). (30). bres bien ocupados. Y si el lector autorizare con su dis­ creción, lo que con tan buenos deseos e trabajado, me o- bligara a sacar a luz, tras este, los otros tres deste Au- ^orî Y losd.iez de Vitruuio, con el comento del Reuerendisi— mo Daniel Barbaro, por ser el que mejor, y mas propiamente le a comentado. Y otros libros propios, particularmente u- no, que trata de Cortes de Fabricas de Canteria, importan- tisimo para los que la profesan. Y de otras cosas que por la breuedad no se haze particular mención. Vale. B.i\r. Madrid. Secc. Mss. n2 7373. Libro Tercero de la Archi­ tectura de Andrea Palladio. Que trata de caminos y calçadas y del modo de edificar puentes de madera y piedra. Traduci­ do de Toscano en Castellano por Francisco de praues Archi­ tecto y Maestro mayor délas Obras de Su Magestad. Al Exce­ lentísimo Señor D. Gaspar de Guzman Conde de Oliuares. Prologo al lector Habiendo considerado atentamente la falta que ay de Libros en nro bulgar Castellano, que traten de Architectura y los daños que se padecen por esta caussa (la que meiriouio a es­ tudiar la lengua toscana) y que muy Grandes injenios no se adelantan mas por no tener exemplares que les ayuden y aun estudian menos que debieran, por no tener en que: me a rao- uido a comunicar lo que con estudio propio e adquérido: no con deseo de mayor nombre sino de aprouechar a los estudio- ssos desta profession, y asi entre muchos autores toscanos que e leido todos de gran opinion ninguno me pareció para traducido mas útil y prouechoso que Palladio y del primer Libro que ya e ympreso por tratar de las cinco ordenes y otras hermosas maneras de fabricar, agora saco a luz el tercero por ser tan necesario para los edificios publicos pues trata de caminos de calçadas de puentes asi de piedra como de madera, de plaças y templos y siendo este trauajo bien recibido me animare a ymprimir los dos libros que res­ tan deste autor que tratan de antigüedades de cassas y tem­ plos y otros propios muy ymportantes para toda suerte de edificar donde con breuedad y claridad se beran cossas de mucho trauajo y estudio. Vale. El "tratado" de Alonso de VandeIvirá ha sido publicado re- <7 7 7 / G C- cientemente en una cuidadosísima edición: G. Barbê-Coquelin de Lisle.- Tratado de Arquitectura de Alonso de Vandelvira. 2 vols. Albacete, 1977. Sin embargo, la introducción de di- cho"tratado" creemos que tiene algunos errores, sobre los que no podemos entrar aquí en discusión. Algún aspecto lo ha rozado F. Marías en la reseña que hace al libro en A.E.A. nS 202, pag. 187. Madrid, 1978. (31) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag*. 54. (32) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 39v (33) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca... pag. 39. (34) .- J.J. Martín González.- Tierras de España. Castilla la Vieja y León. T. II. pag. 235. Madrid-Vitoria, 1975. (35) .- J.J. Martín González.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. XIII. Monumentos civiles de la Ciudad de Valladolid, pag. 9. Valladolid, 1976. (36) .- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica del Renacimien­ to en Valladolid, pag. 193. Valladolid, 1948. (37) .- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica...,, pp. 192 y 193. (38) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 157. (39) .- N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía artística de los siglos XVI y XVII. pag. 112. Madrid, 1922. (40) .- A.ÍI.P. Madrid. Leg. 2206 fQ 634. (41) .- J, Martí y Monsó.- "Los Calderones y el monasterio de Nues­ tra Señora de Portaceli". B.S.C.S. T. IV. pag. 495. Vallado- lid, 1909 y 1910. (42) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 152. (43) .- J. Agapito y R evilla.- Las calles de Valladolid, pp. 463- 464. Valladolid, s.a. (44) .- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag, 200. (45) .- A.H.P. Valladolid. Leg. 1478, s.f. (46) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos. pp. 140-141. (47) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca,..,, pag. 54. (48) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 39. (49) .- A.II.P. Valladolid. Leg. 989. Cuaderno 4, (50).- Sepan quantos esta carta de poder vieren como yo Francisco de praues criado de su magd y maestro mayor de sus reales obras de Castilla (la) biexa vzQ de la ciudad de balladolid al presente en esta Corte digo que yo tengo puesta demanda contra los bienes y hazienda que fue de don RQ calderón por lo que a quedado debiendo a diego de praues mi padre que santa gloria aya de quien soi heredero de las obras que de su horden hizo en la yglesia y monQ de Portaceli de la dha ciudad de balladolid y casa de las aldabas y otras partes antei sr alcalde don p2 fernandez mansilla como juez de co­ misión particular ques de su magd para el conozimiento de semejantes testigos como de la dha demanda consta a la que rae refiero por tanto otorgo que doy mi poder cumplido tan bastante como de derecho se requiere y hes necesario al pa­ dre frai pedro de santiago procurador jeneral en esta cor­ te de la horden de señor san jeronimo con facultad de susti­ tuir especialmente para que en mi nombre pueda continuar la dha demanda y hazer en prosecución de la pretension della en todas ynstancias los pedyraientos rrequerimientos..«.. y ansi lo otorgo antel presente escriuano y testigos en la billa de madrid a veinte y ocho dias del raes de septiembre de mili y seiscientos y veinte y un años.... Francisco de Praves, Passo ante mi Esteban de Liaño A.II.P. Madrid. Leg. 1887 fQ 1144. (51) ,- E, García Chico.- D.E.A.C. T. 1. Arquitectos, pag. 137. (52) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 138-139. (53) .- Sepan quantos esta carta de poder vieren como yo Francisco de Praves maestro arquitecto vQ de la ciudad de Valladolid = otorgo que dpy e otorgo poder cumplido..... a Pedro de Olano maestro de cantería vö de la villa de Cigales para que por mi y en mi nombre y para mi pueda concertar y con­ cierte con qualesquiera personas asta en la cantidad de diez y ocho mil ladrillos jaboneros los que fueren necesa­ rios asta en la dicha cantidad al precio o precios que los aliare y pareciere concertándolo de mano a toda costa ponien- doloé en el m2 de san Agustin de Dueñas para la obra que alli hago que sean bien cocidos de dar y tomar..... En la ciudad de Vallid a 8 dias del mes de junio de 1610. A.H.P. Valladolid. Leg. 14964, fQ 65. (54) * ( 55) • (56) . (57) . (58) . (59) . (60) . (61) . (62) . (6o) . (64) . (65) . (66) . n u E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 121-122. J.J. Martin González.- "Datos documentales acerca de la construcción del Convento del Carmen Calzado de Valladolid". B.S.E.A.A. T. XX. pag. 210* Valladolid, 1954. E. García Chico.- La Ciudad de los Almirantes, pp. 174-176. Valladolid, 1945. idem.- Catálogo Monumental de la Provin­ cia de Valladolid. T. I. Medina de Rioseco. 2á ed. pp. 161- 162. Valladolid, 1960o V. Nieto Alcaide.- La luz, símbolo y sistema visual. (El espacio y la luz en el arte gótico y del Renacimiento). Madrid, 1978. A. Plaza y S. Pérez.- "Una obra de Francisco de Praves. El claustro del Monasterio de Nuestra Señora de Prado de Valla­ dolid". B.S.E.A.A. T. VIII* pp. 207-218o Valladolid, 1942. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 150, J. Agapito y Revilla.- Las calles de Valladolid, pp. 174 y 514. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana, pag. 55. Valladolid, 1967. A. Plaza y S. Pérez.- "Una obra de Francisco de Praves....." pag. 218. E. García Chico.- D.E.A.C. T. II. Escultores, pag. 161. Va­ lladolid, 1941. J.J. Martín González.- Escultura barroca castellana, pag. 192 y ss. Madrid, 1959. En la actualidad, el citado catedrá­ tico prepara un estudio de gran envergadura sobre Gregorio Fernández. J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 596. En la ciudad de Valladolid a tres dias del mes de junio de mili y seiscientos y veinte y un años estando en el concen­ to de Santa Maria la Real de las Huelgas de la horden de San Bernardo junta la señora abadesa monxas y convento del dicho monasterio llamadas a campana tañida do como tienen de costumbre su capitulo y ayuntamiento donde se suelen juntar a tratar de las cosas tocantes a la utilidad y bene­ ficio de los vienes y rentas del convento y estando espe­ cialmente presentes la señora doña Isabel de Mendoza abade­ sa, doña Ana Maria de Vallexos priora (siguen los nombres ?' 2 S~ de toda la comunidad) la mayor parte de las religiosas ca­ pitulares del por si mismas y en voz y en nombre de todas las demas el qual de la una parte y Francisco Bajo y Sebas­ tian de Arellano maestros de carpintería y albañeria veci­ nos desta ciudad de la otra dixeron que en el dicho concen­ to se ha de hacer un dormitorio para las señoras religiosas de la forma que esta trazado por Francisco de Praves traza­ dor de su magestad en dos papeles firmados de sus nombres los quales firmados del presente escrivano y del dicho Fran­ cisco Bajo quedan en poder del dicho convento las quales dichas trazas sean de executar conforme unas condiciones que para ello se hicieron questan firmadas de la dha seño­ ra abadesa y de mi el presente escrivano y del dicho Fran­ cisco Bajo conforme a las quales sea de hacer la dicha o- bra en quarenta y siete mili y quinientos sesenta y quatro reales los quales se les a de pagar el convento en ciertas formas.... Seguidamente viene la licencia de Fray Andrés Trujillo, General Reformador de todos los monasterios de la Orden del Císter, dada en Valladolid a 16 días del mes de mayo de 1621. Condiciones con las quales se ha de hacer el dormitorio de las Huelgas desta ciudad de Valladolid. Primeramente el maestro que se encargare de esta obra a de apoyar todo lo que fuere necesario asi del claustro como de lo demas de suerte que si alguna cosa peligrare sea por su quenta lo a de volver a reparar y volver a su ser sin que por razón dello el convento le de ninguna cosa. 2. - Yten que a de hacer todo lo que fuere necesario para fabricar esta obra procurando conservar todos los materia­ les que no se pierdan porque los dichos despojos an de ser para el convento fuera de lo que fuere declarado abaxo lo que sea de desacer es en el texado del techo y enplentas y suelo del dormitorio de suerte que de todo el no a de que­ dar en pie cosa alguna sino las paredes. 3. - Yten sean de hacer veinte pilares encima de la tierra an de subir cinco pies de piedra labrada a picón y todo lo demas de ladrillo asi uno y otro asentado con su cal y mezclada de uno y dos el ladrillo a de ser bien cocido a contento subira lo que el perfil muestra llevando un texaroz por las tres paredes con un lienzo de los largos y dos testeros las demas tapias de piedra que serán por todas ochenta an de ser de buena mamposteria gruesa tomas bien las ligazones asentando con cal y buena mezcla cal de arena a satisfacion de las personas que asistieren por el convento y es de­ claración que estas tapias an de ser reales que tengan doscientos pies cubicos y en los cimientos yra mas ancho cada parte medio pie de zapata y si fuere mas o menos de las dichas docscientas ta­ pias sean de pagar o descontar a razón de siete ducados cada una que es el precio en que están concertadas y an de abrir y romper para hacer los dichos pilares conforme el ancho que la traza muestra por su quenta sin que el convento le aya de dar alguna cosa por ello y sean de recibir las dichas tapias en las partes que se calzaren con yeso puro y en las paredes en medio ques la que divide celdas y transito asta el suelo del dicho dormitorio a de hacer cinco pilares con las con­ diciones arriba dichas* 4,- Yten levantadas las paredes asta el suelo se hecharan encima de los pilares y tapias que se hicieren nudillos de en cinco en cinco pies y so­ lares de en tercia y quarta de grueso labrados y galgados en grueso con la linea que guardaren las paredes que oy ay y las recibirán de yeso ansi en los pilares como en las paredes $er la parte de abaxo bien asentados a nivel ansi en las pare­ des de los lados como en la del medio todo a lo largo y estas soleras descansaran sobre los pila­ res porque an de yr despegadas en medio dellos y lo que co.je la tapia entero y sobre estas dichas soleras se asentaran las bigas pies de a tercia y quarta de grueso por lo menos labradas para bo- bedillas an de ser por todas las bigas que lleba- re este suelo doscientas y quince y por lo alto una solera de quarta y sesma por donde se dividen las alcobas a lo largo este suelo a de yr cerrado de bobedillas de yeso puro y ladrillo acavadas en toda perfecion* 5*- Yten en la yglesia viexa se aran tres paredes continuando las que oy ay y tiene el dicho dormi­ torio que topen en la pared de la yglesia viexa como lo muestra la traza las quales paredes se a- ran sobre buen cimiento de raamposteria que tenga de hondo devaxo de la tierra siete pies mas o me­ nos asta aliar el cimiento firme y devaxo de tie­ rra y sobre esta canteria que a de subir los di­ chos cinco pies encima de la tierra se echaran tapias de un pilar a otro de cinta y clavo las que alcanzaren a dar el agua tengan acera por a- quella parte y los clavos en cada tapia serán de seis a siete que la obra con toda y agan suelos en ella como pripiano destas tapias que an de ser de diez y seis pies de largo e quatro de alto con­ forme al grueso que las paredes tubieren destas ban contadas doscientas tapias y si obiere mas o menos sean de pagar o descontar a respeto de ca- torde reales cada una y para dexar transito por lo baxo sean de acer tres arcos labrados con cal los dos tercios y el de en medio con yeso puro an de ser de ladrillo al ancho de las paredes y de por alto tendra la rosca del arco dos astas y media• 6«- Yten es condición que subidas las tapias y pilares asta el alto que muestra el perfil se ahe­ charan sus nudillos de en cinco en cinco pies y sus buenas soleras y tras soleras sobre las qua­ les yran treinta y siete tirantes de tercia y dos dedos de tabla y tercia de canto bien labrados de hacha y sus quadrales y aguixones del mesmo grueso sobre los quales se asentaran estribos î1 2 ? de a tercia el quarto todo esto a de yr enclavi- xado y forrados en los tirantes y encima dellos asentara los quartones de Soria de distancia de uno a otro clavados en los pares y estos pares an de llevar sus nudillos o xabarcones como esta mostrado en la traza encima de los quartones yra entablado con tabla de a siete pies corrida con- juntera y desilada yra armado este tejado entre el cartabón de a seis y cinco con dos copetes a los lados a de hacer en dicho tejado doce boar- das en cada lado cinco y dos en los testeros ten­ drá cada ventana tres pies y medio de ancho y cin­ co de alto con sus ventanas que los marcos y bas­ tidores sean muy fuertes y enrrasadas de buena tabla fuerte y clavos de caveza redonda y en ca­ da ventana una puerta y no mas porque con esto defiende mexor del agua y mas la texa que queda por quanta del convento, 7, - Yten es condición que a de entregar todas las paredes en que va madera con ladrillo y yeso* 8, - Yten es condición que a de hacer un suelo de sobradiles en el que ban de tres dedos de grueso cada sobradil bien clavados en todos los tirantes y suelo yeso y arena en todo el largo que coxen los desbanes dos paredes de yeso y uno de arena a de ser todo el suelo en ancho y largo de les ti­ rantes del texado. 9, - Yten es condición que a de hacer quarenta al­ cobas los tabiques que an de ser de ladrillo xa- bonero y las bóvedas de ladrillo ordinario tabi­ que sencillo cerradas las bóvedas de las alcobas por alista y las de transito con luneros como lo muestra la traza dexando sus divisiones en los cascos de las bodegas del transito como lo mues­ tra la traza todo esto a de ser hecho con mucha perfecion dexandolo lucido y acabado a contento del convento a de dexar un transito de un claus­ tro a otro de cinco pies de ancho que todo esto entra en la labor de las quarenta alcobas y este 121 dicho dormitorio a de yr enladrillado con buen ladrillo cocido cortado y raspado asentado con cal • 10. - Yten es condición que la pared que mira al prado sea de romper una ventana en el testero del tamaño que muestra la planta y perfil con sus dos pilares de ladrillo y cal y su arco a regla de ye­ so y asentara dos marcos de madera en el del de­ fuera con su rexa de yerro y en el de adentro con balaustres asta de lanza con sus embras de yerro dadas de color de yerro al olio asta dicha ventana y las demas puertas quedan por quenta del convento solo por la suya corre el asentarlo pa­ gándole a como salieren las tapias de albañeria a ciento veynte y ocho reales cada tapia. Yten es condición que los quartones para el texado la mitad a de poner el maestro por su quenta y la o- tra mitad a de tpraar de los despoxos del texado y sea de aprovechar de la madera que obiere apro­ posito del despoxo para nudillos y soleras astas y javalcones de clavos y clavos quartones del te­ xado sea de aprovechar tan solamente de los que sacare porque todos los demas clavos y clavixas an de ser por su quenta y enplentones para las ta­ blas los a de poner el y los demas despoxos de piedra y ladrillo de lo que rompiere para hacer los pilares los podra volver a gastar. 11. - Yten es condición que a de cumplir en todo e por todo la traza y perfil y si alguna cosa se olvidare que no vaya aqui expresada la aya de hacer como si fuera declarada con condición par­ ticular y no pueda hacer mexoras ni pedirlas des­ pues de hechas sin concertarlas primero con la señora abadesa o padre mayordomo y que aya ce dar cubierto este quarto para el dia de señor san An­ dres deste año y acabada toda la obra en su per- fecion para primero de junio del año venidero de seiscientos y veinte y dos por todo lo qual se le aya de dar quarenta y siete mill e quinientos y sesenta y quatro reales pagados en esta forma mili ducados para el dia de señor san Juan de junio deste año aviendo primero puesto ochocientos du­ cados de materiales en la dicha obra y otros mili ducados para primero de octubre aviendo puesto o- tros ochocientos ducados mas en materiales y obras y otros mili ducados para el primero de marzo del año que verna de mili seiscientos y veinte y dos aviendo echo otros ochocientos ducados mas de o- bra y el resto a cumplimiento de los dichos qua­ renta y siete mili quinientos y sesenta y quatro reales quando este la dicha obra acavada en toda perfecion y declarado aver cumplido con las tra­ zas y condiciones por dos maestros nombrados por cada una de las partes el suyo sin que el dicho convento tenga obligación de dar la dicha canti­ dad sino es en la forma en que va referida. Que los maestros que an de hacer la dicha obra an de ser Francisco Baxo y Sebastian de Arellano y an de dar por sus fiadores a Lucas Ferrer y Pablo Rodriguez los quales sean de obligar juntos ynso- lidum e por el todo al cumplimiento de lo susodi­ cho luego con salario y su misión en forma..... se obligan que aran la dicha obra y dormitorio conforme a la dicha traza y condiciones en el tiem­ po en ella dicho y declarado puntualmente....*y las dichas señoras abadesa y monxas obligan al di­ cho convento que por razón de la dicha obra paga­ ran a los dichos Francisco Baxo e Sebastian de Arellano los dichos quarenta y siete mili e qui­ nientos y sesenta y quatro reales a los tiempos y plazos y en la forma que se contiene en las di­ chas condiciones.....y ansi lo otorgaron ante mi el presente escrivano y testigos.....Pedro de Du­ rango Frias y Bernardo de Mijancos y Jacinto de Cuellar vecinos desta ciudad y lo firmaron los otorgantes que doy fe conozco. f Francisco Bajo Sebastian de Arellano Paso ante mi Diego de Vera* Archivo Conventual de las Huelgas Reales de Valladolid. (67) .- E. García Chico.- "El Monasterio de las Huelgas Reales de Valladolid". R.A.B.M« T. LXVIII, 2. pag. 766. Madrid, 1960. (68) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I, Arquitectos, pag. 150. Valladolid, 1940. idem.- "El Monasterio de las Huelgas,...." pag. 776 y ss. (69) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca... pp. 60-61. (70) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos...pag. 151. (71) .- E. García Chico.- "La iglesia de Nuestra Señora de la Vic­ toria". B.S.E.A.A. T. XXXI. pp. 139-145. Valladolid, 1965. (72) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pp. 55-56. (73) .- S. Rodríguez Salcedo.- Santa Teresa en Palencia. Palencia, 1923. T. García Cuesta.- El Santuario de Nuestra Señora de la Calle, Patrona de Palencia. Palencia, 1951. idem.- "El primitivo santuario de Nuestra Señora de la Calle, de Pa­ lencia". B.S.E.A.A. T. XXXIII. pp. 115-142. Valladolid, 1967. (74) .- F. Pórtela Sandoval.-. La escultura del Renacimiento en Pa­ lencia. pp. 396-397. Palencia, 1977. (74 bis).- À.H.P. Valladolid. Escribano José de Frías Sandoval. Leg. 1478, f2 819. Valladolid, 6 de abril de 1623. (75) .- E. García Chico.- fo.E.A.C. T, I. Arquitectos, pag. 155. (76) .- ibidem, pp. 155-156. (77) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I« Arquitectos, pag. 142 y ss. (78) .- Véase el apartado correspondiente a Pedro de Mazuecos el Mozo en este mismo estudio. (79) .- J.J. Martín González.- "Dibujos de monumentos antiguos va­ llisoletanos". B.S.E.A.A. T. XIX. pag. 23 y ss. Valladolid, 1953. idem.-"Datos documentales acerca de la construcción del Convento del Carmen Calzado de Valladolid". B.S.E.A.A. T. XX. pag. 210. Valladolid, 1954. (80) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T, I. Arquitectos, pp. .145-149 y 154, A.H.P. Valladolid. Leg. 1490, fQ 5. (81) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pp. 61-64. (82) .- G. de Arriaga y M.M. Hoyos.- Historia del Colegio de San Gregorio de Valladolid. T. I. pag. 118. Valladolid, 1928. "Otrosí mandamos al Monasterio de San Quirce de esta Villa, treinta mil maravedís para el reparo de la casa, especial­ mente para acabar las tapias de la frontera e delantera del dicho Monasterio". J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 608. E. García Chico.- D.E.A.C. T, I. Arquitectos, pp. 149-150. J. Agapito y Revilla.- Las calles de Valladolid, pag. 489. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pp. 56-58. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 150. în la ciudad de Valladolid a doce dias del mes de mayo de mili seiscientos veinte años ante mi el escrivano y testi­ gos parescieron presentes de una parte la señora doña Pau­ la de la Cerda abadesa del monasterio de San Quirce desta ciudad por si y en nombre del dicho monasterio y doña Maria Colon y Toledo monja profesa en el dicho monasterio..... y de la otra parte Francisco de Praves maestro de obras veci­ no desta ciudad y en razón de lo que yra declarado hicieron y otorgaron la siguiente escriptura en la forma y manera siguiente: Primeramente que el dicho Francisco de Praves se encarga y obliga de que a toda costa de manos y materiales ara y edificara la capilla que la di­ cha señora doña Maria Colon hace en el dicho mo­ nasterio y las demas obras que demuestra y se con­ tiene en la traza y condiciones sobre ello hechas que quedan en poder de mi el dicho escrivano en la forma y de la manera que se contiene en la di­ cha traza y condiciones que su tenor de las dichas condiciones son las siguientes. Aqui entran las condiciones La qual dicha obra el dicho Francisco de Praves se obliga de acer y que ara de la manera y en el tiempo y por el precio que se contiene y declara en las dichas condiciones bien hecha y acabada en toda perfecion a contento y satisfacion de las dichas señoras abadesa y doña Maria Colon y del señor licenciado Tordesillas y a vista de maes­ tros nombrados por ambas partes y a su satisfa­ cion donde no que la dicha señora abadesa y demas otorgantes puedan buscar personas que la hagan y acaben en la dicha forma por el precio que se con­ certaren aunque sea mas de los dichos dos mili quinientos ducados en que esta concertada la di­ cha obra en que a de ser creyda la dicha señora abadesa y doña Maria Colon y el licenciado Torde­ sillas y cada uno ynsolidun y por ello a de ser ejecutado el dicho Francisco de Praves como por deuda liquida y por lo que tubiere recibido de mas de lo qual hubiere de aver y por todas las costas y menoscabos que sobrello rescibieren por­ que todo ello queda por quenta costa y riesgo del dicho Francisco de Praves. - Yten que las dichas señoras abadesa y doña Maria Colon y el licenciado Tordesillas se obligaron de que pagaran al dicho Francisco de Praves o a quien su poder tobiere los dichos dos mili qui­ nientos ducados cada uno lo que ba dicho y decía- f3Ÿ rado en las dichas condiciones y en la forma y de la manera y a los plazos que en ella se declara llanamente de contado puesto en esta dicha ciudad y en su poder a costa de los susodichos.* *„*y en testimonio de lo qual otorgamos los dichos otor­ gantes a quienes yo el dicho escrivano conosco y lo firmaron....* Doña Paula de la Cerda Doña Maria Colon y Abadesa Toledo El Licenciado Tordesillas. Francisco de Praves, Ante mi Bernabé Martinez. Condiciones con las quales sea de edificar la ca­ pilla de nuestra señora Maria Colon son las si­ guientes : 1.- Primeramente el maestro o maestros que desta obra se encargare a de deshacer la parte del quar­ to que oy es capitulo alto y lo demás que fuere menester conforme a la traza firmada de Francis­ co de Praves lo qual sea deshacer hasta el suelo deshaciendo la pared de la parte del claustro lo primero y luego haciéndola con sus cimientos de quatro pies y medio de grueso y de fondo seis has­ ta el haz de la tierra para lo qual sea de apoyar los corredores del claustro alto y bajos con sus texados porque estos no se an de deshacer y asi sobre los dichos cimientos se elixira su pared con su zocalo de piedra labrada y trincheantada de pie y medio de alto todo a lo largo de las pa­ redes y haciendo en sus pilastras con sus basas como lo muestra el perfil y encima de ellas subi­ ra la pared de canteria desde el haz de la tierra de buenos sillares labrados a picón por ambos ha­ zes de la paréd sobre la qual canteria elixira sus pilares de ladrillo que tengan cada uno tres pies y medio de grueso y de ancho cinco pies ha­ ciendo en ellos sus pilastras que tengan seis pies de dos dedos de salida fuera de la dicha pa­ red de manera que en las pilastras tenga la pared quatro pies de grueso y subirán los dichos pilares de ladrillo hasta el texado de la obra nueva al alto que muestra el dicho perfil* 2*- Yten en esta dicha pared se hara la puerta que entre a la dicha capilla desde el claustro con sus pilares de ladrillo y su arco de lo mis­ mo a regla que tenga el ancho de siete pies y de alto doce y entre pilar y pilar hasta el alto de ellas se aran sus tapias de tierra con acera de cal por una y otra haz agujadas de ladrillo. 3. - Yten que acabada la pared se tabicara y cerra­ ra de prestado la puerta que se hace para la en­ trada a la dicha capilla y luego se derribara la pared de la calle y se ara con su cimiento y sille- ria y basas de alto y fondo que la dicha pared de dentro y sus pilares de ladrillo como en la dicha pared se acia el claustro con sus tapias de tie­ rra y agujadas de ladrillo como esta dicho. 4. - Yten en el testero de la dicha capilla arri­ mado a la capillexa nueva del rincón del claustro se ara su pared con su cimiento de canteria en la misma forma fondo y grueso y labor que el dicho de las dos paredes nuevas principales y luego las tapias de tierra con acera de cal y agujadas de ladrillo hasta arriba asta el texado. 5. - Yten los dos pilares de las extremidades que cae hacia la yglesia an de pasar toda la pared biexa de ella y abrazarla y yncorporarla y si fue­ ra baxa lebantarla al pero dé la demas obra nue­ va conforme al perfil y bolviendo las aguas a la calle y claustro por unas limas. 6. - Yten en la pared de la yglesia se a de abrir una ventana con su reja de hierro del tamaño que muestra la traza macizando la puerta que oy entra en la yglesia de buena mamposteria y asi mesmo un confesonario de la misma mamposteria. 7. - Yten si pareciere conveniente hacer dos con­ fesonarios al uno y otro lado de la dicha rexa de la capilla se hara haciendo para firmar la re­ xa dos pilares de cantería labrados a picón de buena esquina grandes y luego su arco a regla de ladrillo en cada uno de los confesonarios de dos astas y media de grueso de dovela y encima de la rexa arco escarzano del mismo grueso y ladrillo bien recebada y apoyada la dicha pared y macizar en ella la puerta que oy entra al coro alto y a- brir otra desde el claustro alto a el y subir es­ ta pared con el mismo grueso asta el texado. 8, - Yten que acabada las paredes ara sus texados con sus tirantes de tercia y quarta con dos dedos de ventaja de pino y sus parea.y ylera de tercia y quarta con sus jabarcones y estribos y distan­ tes un tirante de otro quatro pies y sus pares a plomo de ellas al cartabón de a seis y de uno a otro sus quartones y texado con buena texa a lo­ mo lleno de barro y brocales de yeso puro y caba­ lletes y cerrado de tabique el testero de la ar­ madura blanqueado de yeso* 9*- Yten acabadas las paredes y texados se aran sus bóvedas con sus lunetos y arcos tabicados de ladrillo de media asta con buen yeso puro de Cor­ eos y se guarnecerán por la parte baxa con sus compartimentos de jaxas primera y segunda file­ teadas y sus arcos y bóvedas bien acabado y sus bentanas del tamaño que muestra el perfil con sus arcos de ladrillo guarnecidos de yeso por dentro y fuera y los lados de las paredes y luego se a- ra una cornisa de ladrillo que pase la pared toda y haga recinta por fuera y se correrá de tarraja por dentro de buen yeso como las molduras y tama­ ño que muestra el perfil y se jarraran y blanquea­ ran de yeso las paredes hasta el suelo y se lava­ ran de yeso de Coreos. 10.- Yten que acabadas las bóvedas y paredes y ( 88) . ( 8 9 ) . (90) . ( 9 1 ) . ( 9 2 ) . ( 9 3 ) . (94) . ( 9 5 ) . (96) . (97) . ( 9 8 ) . 1 y >/ bentanas puerta de la capilla y bentana del coro se echaran en el su rexa de hierro como la del comulgatorio por fuera y por dentro de madera y en la entrada de la capilla sus puertas de madera de pino y tableros de nogal moldeados y sus cerrajes, 11,- Yten se solara la dicha capilla de ladrillo raspado y cortado asentado con su buena mezcla de cal, Yten que toda la dicha obra estando acabada con las dichas condiciones y traza sean de dar dos mili y quinientos duca­ dos a toda costa los quales se le an de pagar en varios pla­ zo s....0«*.*.****................................... . Doña Paula de la Cerda Doña María Colon y Toledo Abadesa Francisco de Praves El Licenciado Tordesillas, Fui presente Bernabé Martinez Planta y perfil del coro nuebo de el monasterio de San Quirce como se parece se haga. Fecha en 5 de mayo de 1620. Francisco de Praves, A.H.P. Valladolid. Leg. 1121, fQ 466 a 471. J. Martí y Monsó.- Estudios « «,,, pag. 608. A.H.P. Valladolid. Leg. 1478, fQ 2230, A.H.P. Valladolid. Leg. 1481, fQ 2420. J. Urrea Fernández.- La iglesia de Santiago de Valladolid, pag. 6. Valladolid, 1977. A.H.P. Valladolid. Leg. 1298, fQ 640; Leg. 1854, fQ 278. J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 567. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 142. J.J. Martín Gonález,- Arquitectura barroca..... pag. 59. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.,.,, pag. 58. El libro titulado El Santuario Nacional de la Gran Promesa. Valladolid, 1963; publicado como aniversario, contiene ese plano general, pero no dice de donde ha sido extraído. La estructura del conjunto resulta por completo inorgánica y sólo denuncia racionalidad el templo. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca val1isoletana. pp. 63-66, planta en la pag. 67, alzado de la fachada en (99). í 100) (101) ( 102 ) . (103). (104) . (105) . ( 1 0 Ô ) . la pag. 65, bóvedas en la pag. 69. Valladolid, 1967. bn Villagarcía de Campos puede apreciarse perfectamente el proceso de atrofia de las tribunas; encima de los arcos que­ dan los recuadros donde pudieron abrirse los balconcillos; en la Casa Profesa de Valladolid este elemento residual ha sido suprimido y el muro queda como un espacio muerto, como una solución de continuidad entre el arco y el entablamento. En Segovia ocurre exactamente igual, habiéndose reducido la superficie muerta y en la Compañía de Falencia se llega a la supresión definitiva, estableciendo contacto la rosca del arco con el entablamento. No obstante^ en los Santos Juanes de Bilbao aparecen tribunas. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 66. idem♦- Tierras de España. Castilla la Vieja y León. T. II. pag. 237. Madrid,-Vitoria, 1975. - y ease en particular lo dedicado a San Pedro Mártir de Me­ dina de Rioseco y a Nuestra Señora de las Angustias de Va- lladolid. - L. Puppi.- Andrea Palladio, s.l. s.f. Merece especial aten­ ción, para los aspectos que estamos tratando, los capítu­ los dedicados a la juventud y madurez del T. I. - G. Kubler.- "Palladio e Juan de Villanueva". B.C.I.S.A.A.P. T* V. pag. 53 y ss, Vicenza, 1963. A. Bustamante García.— "en torno al Clasicismo. Palladio en Valladolid". A.E.A. nô 205. pag. 35 y ss. Madrid, 1979. A. Bustamante, F. Ma­ rias, P. Navascues, C. Sambricio.- "Il palladianesimo in Spagna e in Portogallo" en Palladio: la sua eredità nel mondo. pag. 149 y ss. Venecia, 1980. - R. Wittkower.- Palladio and Palladianism. Nueva York, 1974. - Aprovechando el centenario de la muerte de Andrea Palladio, se están llevando a cabo multiples estudios sobre el tema, destacando: Palladio: La sua eredità nel mondo. Venecia, 1980, Architettura e Utopia nella Venezia del Cinquecento. Vene­ cia, 1980. Alvise Cornaro e il suo tempo. Padua, 1980. Sobre este problema, aparte del estudio de R. Pane.- Andrea Palladio. Turin, 1948, el de Puppi citado en la nota 102, especialmente T. II, parágrafos de San Giorgio Maggiore e Il Redentore. Cfr. J.S. Ackerman.- Palladio, pp. 60-77. (107) *- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 65. (108) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pp. 64-65. (109) .- F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid. Madrid, 1947. El ilustre arquitecto critica el achaparramiento de Nues­ tra Señora de las Angustias y la fachada de San Agustín de Valladolid. (110) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pp. 64-65. (111) .- Sobre este particular merece especial mención el juicio clarividente de Juan de Nates que da en las condiciones por él elaboradas para San Pedro Mártir de Medina de Rio- seco. (112) .- Estos elementos, que en los comienzos del foco tuvieron amplia aceptación, fueron barridos por Juan de Herrera cuando dio las trazas para la Cuarta Colegiata, donde ya no aparecen. Que Herrera no era partidario de estas fanta­ sías curvas, bien lo demuestra en la fachada de El Escorial en la general del monasterio, los aletones han sido redu­ cidos a la mínima expresión^ en la fachada de la iglesia han desaparecido. (115).- E. García Chico.- D.E.A.C, T, I. Arquitectos, pag. 152. (114) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I, Arquitectos, pp. 157-158. J. Agapito y Revilla.- Las calles de Valladolid, pp. 130 y 182. (115) .- A.H.P. Valladolid. Leg. 1484, fQ 1164. (116) .- J. Urrea Fernández.- "Noticias sobre el arquitecto Pedro González Ortiz". B.¿ « A.A. T. XXXVII. pag. 527. Valladolid, 1971. idem.- "El escultor Francisco Alonso de los Ríos". B.S.A.A. T. XXXVIII. pag. 358. Valladolid, 1972. (117) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. II. Escultores, pp. 258-259. Valladolid, 1941. (118) .- J. Agapito y Revilla.- Las calles de Valladolid. pp. 74 y 321. (119) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 152-153. Valladolid, 1940. (120) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.,... pp. 77-80. (121) ,- A.H.P. Valladolid, Leg, 1010, cuaderno 6. (122) .- Cfrf el anortado correspondiente que dedicamos a Pedro de Mazuecos el Mozo en este mismo estudio ( 1 2 o ) . (124) . (125) . (126). (127) . (128) . (129). (130) c (131) . (132) . (133) . (134) . (135) . E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 156-157. E. Llaguno y Amírola.- Noticias.... T. III. pag. 142, no­ ta 1. J.J. Martin Gonzalez.— "El Convento de Nuestra Señora de la Merced Calzada, de Valladolid". B.S.E.A.A. T. XVII. pp. 119-121. Valladolid, 1951. Publ ica una serie de fotogra­ fías inmediatamente anteriores a la demolición del edifi­ cio. idem.- Arquitectura barroca vallisoletana, pp. 81-83. Valladolid, 1967. J. Agapito y Revilla.- Las calles de Valladolid, pp. 256 y 293. Véase nota 125. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.,,,, pagfl 39. E. García Chico.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. II. Partido Judicial de Medina de Rioseco. pag. 32. Valladolid, 1959. E. García Chico.- D.E.A.C. T« III. Pintores, vol,2Q, pp. 200-201. Valladolid, 1946. E. García Chico.- D.E.A.C. T. II. Escultores, pp. 246-249. Valladolid, 1941. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 156. Valladolid, 1940. idem.- D.E.A.C. T. II. Escultores, pp. 287-288. Valladolid, 1941. idem.- D.E.A.C. T. III. Pinto­ res, vol. 22. pp. 201-202. Valladolid, 1946. J. Urrea Fernández.- "El escultor Francisco Alonso de los Ríos". B.S.A.A. T. XXXVIII. pp. 357-358. Valladolid, 1972. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 141-142. ibidem« pag. 142. Valladolid, 15 de abril de 1619. Domingo del rrio vezino de la villa de carrion maestro de obras dixo que por quan­ to oy dia de la fecha desta y ante mi el escrivano.... francisco de prabes maestro de obras de su magd vQ desta ciudad le cedió y traspaso la mitad de la obra y edificio de la puente de saagun que en el se remato en seis mili ducados con cien ducados mas de promedio que a la otra dha mitad la tiene cedida e traspasada a pedro de llanez veci­ no de la ciudad de león. (136) . (137) . (138) . (139) . (140). (141). (142) . (143) . (144) . (145) . (146) . (147) . (148) . (149) . (150) . (151) . (152) . (153) . (154) . (155) . (156) . A.H.P. Valladolid. Escribano José de Frías Sandoval. Leg. 1474, fö 344. F. Arribas Arranz ''Datos y documentos sobre arte". B.S. E.A.A.. T. XI. pp. 204-207. Valladolid, 1945. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana, pag. 39. idem.- Tierras de España. Castilla la Vieja y León. T. II. pag. 235. Madrid-Vitoria, 1975. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pag. 39. J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcía de Cam­ pos y la arquitectura herreriana". B.S.E.A.A. T. XXIII. pag. 39. Valladolid, 1957. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica del Renaci­ miento en Valladolid. Valladolid, 1948. idem.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. XIII. Monu­ mentos civiles de la ciudad de Valladolid. Valladolid, 1976. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica....pag. 259 y ss..Sobre las casas, pag. 261 y ss. En la pag. 262 hay un dibujo de alzado de las viviendas, idem.- Catálogo...... T. XIII. pag. 83 y ss. J.J. Martín González.- Catálogo...». T. XIII. pag. 9. C. Espejo y J. Paz.- Las antiguas Ferias de Medina del Cam­ po . Valladolid, 1912. pag. 290 y ss. M. Basas Fernández.- El Consulado de Burgos en el siglo XVI. Madrid, 1963. pp. 129 y ss. pp. 167 y ss. pp. 212 y ss. J.H. Elliott.- La España Imperial. 1469-1716. pag. 340. Barcelona, 1965. J.H. Elliott.- op. cit. pag» 319. J.J. Martín González.- Catálogo,«... T. XIII. pag. 9. Í 4 / J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica....pag. 265. J.J. Martín González.- Arquitectura domestica..... pag. 54. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag. 55. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag. 56. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica....pag. 54. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag. 63. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica...., pag, 64. J.J. Martín González.- Catálogo..... T. XIII. pp. 79 y 81. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pp. 169- 170. Planta en pag. 169. (157) .- (158) .- (159) .- (160) .- (161) o- (162) .- (163) .- (164) .- (165) .- (166) .- (167) .- (168) .- (169) .- (170) .- (171) .- (172) .- (173) .- (174) .- (175) .- (176) .- (177) .- (178) .- (179) .- (180) .- n 7•O J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica.... pag. 170. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pp. 175- 176. idem.- Catálogo.... T. XIII. pag. 76. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag. 175. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica.«... pag. 175. idem.- Catalogo «...« T. XIII. pag. 76^ dice al autor: "se- fabricaba ya en el primer cuarto del siglo XVII". J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica.... pag. 176. J.J. Martín González.- Catálogo..... T. XIII. pp. 79-80. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica.«... lam. 3b0 J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pp. 176- 177. idem.- Catálogo..... T. XIII. pag. 72. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag. 176. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag. 171. idem.- Catálogo..... T. XIII. pag. 76. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica.... « pag. 171. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag. 171. idem.- Catálogo....« T. XIII. pag. 76. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag. 67 y ss. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica....« pag. 171. idem.- Catálogo..... T. XIII. pag. 76. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag, 172. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag. 176. idecio- Catálogo.... T. XIII. pp. 72 y 76. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica...., pag. 265. N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía artística de los siglos XVI y XVII. pag. 103. Madrid, 1922. En 1591, Feli­ pe de la Cajiga declara en un pleito ser de edad de trein­ ta y cuatro años poco más pénenos. Se dice vecino de Valla­ dolid y se titula maestro de cantería. J. Martí y Monsó.- Estudios.«,.. pag. 633. J. Martí y Monsó.- Estudios,.♦«, pag. 633. J. Martí y Monsó.- Estudios...., pag. 633. A.H.P. Valladolid. Escribano Blas López Calderón. Leg. 983, fQ 631. J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 633. J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 633. Í 4 J (181).- (182).- (182).- (183).- (184) .- (185) o- (186) .- (187) (188) .- (189) .- (190) .- (191) .- (192) .- (193) .- (194) .- (195) .- (196) .- (197) .- (19S).- (199).- J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 634. N. Alonso Cor­ tés.- Datos para la biografía.... pag. 104. J. Martí y Monsó.- Estudios...,. pag. 633. A. H.P. Valladolid. Escribano Antonio Ruiz. 1603. N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía..... pag. 102. E. García Chico y A. Bustamante García.- Catálogo Monumen­ tal de la Provincia de Valladolid. T. V. Partido Judicial de Nava del Rey, pp. 55-56. Valladolid, 1972. J.C. Brasas Egido.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. X. Antiguo Partidlo Judicial de Olmedo, pag. 127. Valla­ dolid, 1977. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 65-67. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 87. J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 395, nota 1. Véanse los apartados correspondientes a Juan del Ribero Rada y Juan de Nates en este mismo estudio. J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 633, nota 2. E. García Chico.- DgE.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 88. J. Martí y Monsó.- Estudios...«, pag. 633. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 78-79. E. García Chico.- "La iglesia de San Juan de Nava del Rey". B. S.E.A.A. T. XIX. pp. 143-151. Valladolid, 1953. idem.- La Colegiata de Medina del Campo y otros estudios. Valla­ dolid, 1957. E. García Chico y A. Bustamante García.- Ca­ tálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T, V. Partido Judicial de Nava del Rey», Valladolid, 1972. Los datos documentales los extraemos de este último estudio. E. Llaguno y Amírola.- Noticias...,. T. I. pag. 318. F. Heras García.- Arquitectura religiosa del siglo XVI en la primitiva Diócesis de Valladolid. Valladolid, 1975. Sobre estos artistas, véase A. Casaseca Casaseca.- Los Lanestosa. Tres generaciones de canteros en Salamanca. Salamanca, 1975. E. García Chico y A. Bustamante García.- Catálogo.... T. V. pag. 19. J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 633. F. Heras García.- Arquitectura religiosa,.«., pag. 185. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag, 89. ( 200) . ( 201) . ( 202) . (203) . (204) . (205) . (206) . (207) . (208) . (269). (2 1 0) . ( 211) .■ ( 212) .. (213) .- (214) . (215) * (216) . (217) . (218) . (219) . ( 220) . ( 221 ) . (222) . (223) . (224) . (225) . (226) . (227). î k H • E. García Chico.- û.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 89. • E. García Chico.- D.SoA.C. T. I. Arquitectos, pag. 90. • J. Martí y Monsó.- Estudios....« pag. 537. ■ E. García Chico y A. Bustamante García.- Catálogo..... T. V. pp. 55-56. • J. Martí y Monsó.-"Menudencias biográfico-artísticas". B. S.C.E. T. II. pag. 539. Valladolid, 1905 y 1906. • F. Heras García.- Arquitectura religiosa.... pag. 267 y ss. • A.H.P. Valladolid. Escribano Tomás López. Leg. 764, fQ 378 y 548. ■ J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 489. - E. García Chico y A. Bustamante García.- Catálogo..... T. V. pag. 56. - J. Martí y Monsó.- Estudios.«... pag. 633. - A. Alvarez Alvarez.- "Origen y visicitudes del templo leo­ nés del Mercado". Rev. Tierras de León. n2 32-33. pag. 41. León, 1978. - J. Martí y Monsó.- Estudios... pag. 633. - J« Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 633. - J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 633. - J. Martí y Monsó.- "Menudencias....." pp. 537-538. E. Gar­ cía Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 86-87. - J, Martí y Monsó.- "Menudencias....." pp. 537-538. - E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 86-87. - J. Martí y Monsó.- Estudios... pag. 498. - J. Martí y Monsó.- Estudios... pag. 418. - A.H.P. Valladolid. Leg. 517, fô 196v. - E. García Chico.- D.E.A.C. T.I. Arquitectos, pag. 87. A.H.P. Valladolid. Leg. 519, fQ 349 y Leg. 752, fQ 195. - J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 202. - A.H.P. Valladolid. Leg. 756, fQ 1547. - J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 183. - A.H.P. Valladolid. Leg. 758, fQ 1432. - J. Martí y Monsó.- "Menudencias....." pp. 537-538. - E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 99. - J. Martí y Monsó.-"Menudencias•••••" pag. 5o8. Juan de Mazarredonda maestro arquitecto vzS del lugar de Vadanes ques en la junta del boto en la merindad de Tras- (228).- (229) .- (230) .- (231) .- (232) .- (233) .- (234) .- (235) .- (236) .- (237) .- (238) .- (239) .- (240) .- (241) .- miera digo que por quanto yo tengo por mi hijo a Juan de Mazarredonda questa al presente estudiante e bachiller en canones en esta Universidad el qual es persona virtuosa y de tales meritos que merece ser ayudado para que prosi­ ga y pase adelante en sus estudios cuya obligación a mi como a su padre corresponde y correspondiendo a ella de mi propia voluntad otorgo e conozco por esta presente carta que por las causas y razones de suso referidas e por el mucho amor e voluntad que tengo al dho juan de mazarredon­ da mi hijo le hago gracia e donación de la casa principal que llaman de la puente sita en el lugar de Vadanes en que yo vivo con quince carros de liña y heredad pegadas a e- 11a y de otra casa solariega questa delante de la casa de Francisco de Rio que confina por un lado con hacienda de Rodrigo de Rio y por otro con el camino real*.*., y mas le hago gracia de cinco carros de viña y heredad que tengo en el solar de arriba..... para que todo ello sea del dho bachiller Juan de Mazarredonda mi hijo en propiedad de u- sufructo y posesión..... Valladolid, 7 de abril de 1598. A.H.P. Valladolid. Leg. 767, fö 949. J. Martí y Monsó.- Sstudios..... pag. 498. J. Martí y Monsó . -"Menudencias.... " pag. 538. E. García Chico.- D.S.A.C. T. I.Arquitectos. pag. 83. N. Alonso Cortés.- Datos para la biografía....pag, 102. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 56-57. E. García Chico.- D.E;A.C. T. I« Arquitectos, pp. 77-78. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 27. A.H.P. Valladolid. Leg. 6850, s.f. E. García Chico»- D.E.A.C. T. I, Arquitectos, pag. 114. J. Martí y Monsó.- Estudios.«,., pag. 537. J. Martí y Monsó.- "Menudencias.....” pp. 537-538. A.H.P. Valladolid. Leg. 758, fö 15. J, Martí y Monsó.- "Menudencias....." pag. 538. A.H.P. Valladolid. Escribano Tomás López. Leg. 775, fö 642 y 1241. (242).- J.J. Martín González.- "Datos documentales acerca de la construcción del Convento del Carmen Calzado de Vallado- lid". B.S.E.A.A. T. XX. pag. 210. Valladolid, 1954. (243) .- (244) .- (245) .- (246) .- (247) .- (248) .- (249) .- (250) .- (251) .- (252) .- (253) .- (254) .- (255) .- (256) .- (257) .- (258) .- (259) ,- (260) .- (261) .- (262).- (263) .- (264) .- (265) .- (266) .- (267) .- (268) .- (269) .- (270) .- A.H.N. Madrid. Secc. Clero, nö 17051, 17046, 17078 y 7819. J. Martí y Monsó.- Estudios,.... pag. 524. Véase el apartado correspondiente a la obra de Juan de Na­ tes en este mismo estudio. J. Martí y Monsó.- Estudios.pag. 489. J. Martí y Monsó.- Estudios. pag. 13, nota 3. Véase todo lo referente al Pleito Ejecutoria de los Praves en donde aparece Bartolomé de la Calzada como testigo, en el apartado correspondiente a Diego de Praves, en este mis mo estudio. A.H.P. Valladolid. Leg. 8624, f2 2218 y 2232. J. Martí y Monsó.- Estudios,,,.. pp. 503-504. J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 17. A.H.P. Valladolid. Leg. 1845 f2 64. J. Martí y Monsó.- Estudios..,« . pag. 13, nota 3. J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 13. J. Martí y Monsóé- Estudios.... .pag. 18, nota 2. J. Martí y Monsó.- Estudios.pag. 13, J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 18. J. Martí y Monsó.- Estudios..,,. pag. 18. A.H.P. Valladolid. Escribano Blas López Calderón. Leg. 994 s.f. E. García Chico.- D.E.A.C, T, I, Arquitectos, pp. 165-166. E. García Chico.- D,E.A.C. T. I. Arquitectos. pag. 166. Inventario Artístico de la Provincia de Palencia. T. I. pag. 134, publica planta. Madrid, 1977. A.H.P. Valladolid. Leg. 1280, s.f. J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag, 17. J.J. .Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana. pag. 192. Valladolid, 1967. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..«.. pag. 198. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pag. 192. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pag. 192. J. Agapito y Revi11a.- Las calles de Valladolid, pp. 402- 403. Valladolid, s.f. J. Martí y Monsó.- Estudios.,,,. pag. 2. A.H.P. Valladolid. Leg. 1417, fö 1462, J. Martí y Monsó,- Estudios.... pag. 567, nota 2. f* 1- (271) .- E. García Chico.- Valladolid. Papeletas de Historia y Arte. pag. 90. Valladolid, 1957. (272) o- J. Martí y Monsó.- "Los Calderones y el Monasterio de Nues­ tra Señora de Portaceli". B.S.C.E. T. IV. pag. 574. Valla­ dolid, 1909 y 1910. (275).- J. Martí y Monsó.- Estudios.... . pag. 2. (274) .- E. Llaguno y Amírola.- Noticias...T. I. pag, 211. J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 545. (275) .- J. Martí y Monsó.- Estudios..... pag. 15, nota 5. (276) .- J. Martí y Monsó.- Estudios.... pag. 15. (277) .- A.IJ.P. Madrid. Escribano Esteban de Liaño. Leg. 1846, fQ 588-589. (278) .- E. Llaguno y Amírola.- Noticias..,.. T. I. pag. 211. (279) .- M.A. García Guinea.- "La iglesia románica de Santa María la Mayor de Villamueriel de Cerrato (Palencia)". B.S.E.A.A. T. XVIII. pag. 40. Valladolid, 1952. (280) .- J. Martí y Monsó.- Estudios...,, pag. 595. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 42-45. idem.- "El Monaste­ rio de las Huelgas Reales, de Valladolid". R.A.B.M. T. LXVIII, 2. Madrid,'1960. (281) .- J. Martí y Monsó.- Estudios....« pag. 545. Inventario Ar­ tístico de la Provincia de Palencia. T. I. pag. 188. Se publica planta. Madrid, 1977. (282) ,- Inventario Artístico de la Provincia de Palencia. T. I. pag. 188. Madrid, 1977. (285).- J. Martí y Monsó.- Estudios.... pp. 488-489. (284).- J. Martí y Monsó.- Estudios..«.. pag. 505. (285) .- E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pp. 45-45. (286) .- •••.. yo Diego de Cisniega maestro de canteria estante al presente en la villa de Palenzuela doy todo mi poder cum­ plido lleno y bastante a vos Diego de la Vega cantero es­ tante en la villa de Palenzuela que estays presente espe­ cialmente para que por mi y en mi nombre..... y como zesio- nario que soy de Sancho Ortiz Marroquin maestro de cante­ ria podáis pedir y demandar recibir y cobrar en juicio y fuera del de la persona de Juan de la Cuesta cantero estan­ te en la villa de Carrion vecino, del lugar de Secadura ziento veinte y quatro reales que me debe por virtud de (287) . (288) . (289) . (290) . (291) . (292) . (293) . (294). ík s r un conocimiento que contra el tengo firmado de su nombre e para que rescibieredes y cobraredes del dicho e otorgues vuestra carta de pago e finiquito..... fue fecha e otorga­ da en la villa de Palenzuela a dos dias del mes de agosto de mil e quinientos setenta e cinco a la qual fueron tes­ tigos llamados e rogados Juan Caballero Barrasa e Juan Liaño e Pedro de la Vega estantes en esta villa de Palen­ zuela canteros los quales juraron conocer al otorgante. A.H.P. Patencia. Leg. 364, fö 176. E. García Chico. - D.E.A.C. T. I. Arquitectos. pp. 99-100. J. de Vera.- Piedras de Segovia. Apuntes para un itinera- rio heráldico y epigráfico de la ciudad, pag. 37 y ss. Se govia, s.f. E. García Chico. - D.E.A.C. T. I. Arquitectos. pp. 100-106 A.H.P. Madrid. Escribano Esteban de Liaño. Leg. 1852, f2 640. Valladolid, 20 de marzo de 1606. Véase el Pleito Ejecutoria de los Praves en el apartado dedicado a Diego de Praves en este mismo estudio. E. García Chico.- D.E.A.C. T, I. Arquitectos, pag. 98. E. García Chico.- Documentos para la Historia de Medina de Rioseco. pag. 58 y ss. Valladolid, 1947* idem.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. I. Medina de Rioseco. 2& ed. Valladolid, 1960. Sepan quantos esta carta de pago y lo demas que en ella sera contenido vieren como yo el Licenciado Martin Velez de Argos vecino del lugar de arnuero de la merindad de tras­ miera diócesis del arçobispado de Burgos estante al presen­ te en esta Corte digo que los señores testamentarios del limo y Excmo Sr Cardenal duque de Lerma an dado una libran­ za sobre el sr femando de Segura y puebla tessorero que fue de su exâ y agora lo es de su testamentaria cuyo tras­ lado dice asi. Fernando de Segura y puebla tesorero de la testamentaria del excmo señor Cardenal duque dé Lerma que ¿anta Gloria aya..... Dad y pagad a Domingo de Argos Rodrigo de la can­ tera y juan gonzalez de cisniega maestros que hicieron a toda costa la fabrica de la iglesia colegial de señor san Pedro de la villa de Lerma un quento de mrs que han de ha- uer y se les deue de m resto de todo lo que monto la obra de la igle­ sia de que se liquido quenta de acuerdo con las partes en conformidad de las escripturas de cor ciertos y obligación otorgadas en beinte y uno de abrill de mili y seiscientos y treze ante Pedro Lozano escriuano y tasación hecha en bir- tud dellos por el padre fray aluerto de la ma­ dre de dios carmelita descalzo y el capitán a- lonso tunillo en beinte y uno de Junio de mili y seiscientos y diez y ocho ques quando se causo esta deuda cuya paga sea de hacer con la misma antelación que tienen las libranzas que el dia de la fecha desta se han dado a doña Magdalena de Castro Licenciado Gerónimo Her­ nandez Damian despinosa Mátias de velasco Se- uastian muñoz meicnor de beya y bias diaz sola­ dor que como deudas de obras nias an de cobrar igualmente prorrata según la cantidad que cada uno a de hauer en lo que procediere de la di­ cha encomienda mayor....y tomad carta de pago de los dhos maestros.....con la quai y este libramiento hauiendose tomado la razón del en la contaduría de su exó scran vien dados y pa­ gados los dhos un quento de mrs..... fecho en Madrid a veinte de Diciembre de mili y seis­ cientos y beinte y seis años..... - Tomose la razón de la libranza desta obra parte en los libros de la contaduría de su exó y se adbierte que por quenta desta libranza se an pagado y socorrido de la hacienda parti­ cular de su ex£ los mrs. siguientes: 13029 reales - Treze mili y beinte y nueue reales quel dho Tessorero pago por mano de Venito de Salcedo en la ciudad de balladolid en el balor de la plata que alli hauia de su exá contenida en la carta de pago que dieron en siete de nouiembre de seiscientos y beinte y seis y porque en bir- -fcud de libranza de los señores testamentarios i r o de beinte de hebrero de seiscientos y beinte y siete están hechos buenos en su quenta,,,.. 7529 reales - Siete mili y quinientos y veinte y nueue re­ ales que ansi mismo pago el dho tessorero por mano del dho Venito de Salzedo a los dhos ma- •V estros en el balor de la plata contenida en la carta de pago que dieron en ocho de Diciembre de mili y seiscientos y beinte y seis años an­ te francisco diaz de medina scriuano.... en virtud del lasto y cesión que an de otorgar los dhos maestros. 20558 reales en fauor de la testamentaria de su exä Miguel de Mecolalde. Y es ansi que yo el dho licencia do martin Velez de Argos tengo poder de rodri­ go de la cantera y juan gonçalez de sisniega maestros arquitetos con que por ellos puedo ha cer lo que aqui sera contenido que me dieron ante Juan Ru iz escriuano de su magd vecino de la ciudad de Valladolid en ella a trece dias del mes de henero deste presente año de mili y seiscientos y beinte y siete con ios quales dhos Rodrigo de la Cantera y Juan gonçalez de Sisniega fue compañero domingo de argos mi pa dre difunto que santa gloria aya en la fabrica de la yglesia colexial de san pedro de la vi­ lla de lerna que se hiço por mandado del dho señor cardenal duque y por hauer fallecido el dho domingo de Argos pertenece a sus herederos la cantidad que le toca en la dha obra las qua les.somos yo el dho licenciado Martin Velez de Argos y pedro Velez de argos y maria belez de argos mis hermanos por mi y por los quales a- ceto la dha herencia con beneficio de ymbenta- rio de lo quai y de que no ay ni quedaron o- tros ningunos consta por el testamento y ulti- aa disposición del dho domingo de Argos mi pa­ dre que paso ante Pedro Lozano escriuano del numero y ayuntamiento de la dha villa de lerma en veinte y nueue dias del mes de septiembre del año pasado de mili y seiscientos y catorze de los quales dhos mis hermanos tengo dos poderes con que también puedo hacer lo que aqui sera conteni­ do que me dieron el uno dellos del dho pedro Ve­ lez de argos ante Joan de olarte y arrieta escri- uano publico de su magd en esta villa de Madrid a veinte y un dias del mes de marco del año de mili y seiscientos y beinte y tres y el otro de la dha maria Velez de argos ante diego de la ma­ za escriuano publico del numero de la Junta de las Siete villas su fecha diez y nueue dias del mes de nobiembre del año de mill y seis cientos y veinte y cinco.,... aqui entran Y como consta de la dha librança de suso incor­ porada parece que de la dha obra de San pedro a los dhos domingo de Argos Rodrigo de la cantera y Juan gonçalez de Sisniega se les restaron de- uiendo un quento de mrs que se les manda pagar, por la misma librança (da poder para cobrar cier­ tas cantidades que le adeudan y carta de pago por otras ya pagadas) en la villa de Madrid a diez y nueue dias del mes de mayo de mili y seis cien­ tos y veinte y siete años..... Sepan quantos esta carta de poder vieren co­ mo nos Rodrigo de la cantera y Juan gonzalez de sisniega maestros arquitetos rresidentes en esta ciudad de Val1 id..... otorgamos y conocemos por esta presente carta que damos nuestro poder cum­ plido quan bastante se rrequiere de derecho y es nezesario a el licenciado Martin belez de argos hixo y eredero de domingo de argos su padre di­ funto vecino que fue desta ciudad y maestro ar- quiteto compañero nro en las obras que hicimos en la yglesia colexial de la villa de lerma con horden de su exá el señor duque cardenal que Dios tiene cuyo poder que ansi damos al dho licencia- (295) . (296) . (297) . (298) . (299) . (300) . (301) . (302) . (303) . do Martin belez de argos es para que por ssi y por lo que le toca como tal eredero de su padre y en birtud del poder que tiene de los demas sus hermanos..... pueda hacer y a- justar quenta con su exó.... en rraçon de lo que tenemos rrecibido y se nos rresta deuiendo del alcance de la dha obra..... en la ciudad de ballid a treze de henero de mili y seiscientos y veinte y siete años. A.H.P. Madrid. Escribano Esteban de Liaño. Leg. 1898. fö 855. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica del Renaci­ miento en Valladolid, pag. 64. Valladolid, 1948. E. García Chico.- D.E.A.C« T. I, Arquitectos, pp. 67-69. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 68. E. García Chico y A. Bustamante García.- Catálogo...., T. V. pp. 59-60. E. García Chico.- La Colegiata de Medina del Campo y otros estudios, pag. 53 y ss. Valladolid, 1957. idem.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. III. Medina del Campo, pp. 59 y 75-79. Valladolid, 1961. F. Heras García.- "Arquitectura postherreriana de Vallado- lid: la iglesia de Villavieja del Cerro". B.¿ « A.A. T. XXXVII. pp. 287-288. Valladolid, 1971, idem.- Arquitectura religio­ sa de la primitiva Diócesis de Valladolid, pag. 328. Valla­ dolid, 1975. A.Ii.P. Valladolid. Escribano José de Frías Sandoval. Leg. 1479, fQ 874. Véase nota 300. Juan Gomez de Cisniega maestro arquitecto estante al pre­ sente en la villa de Medina por mi y en nombre de Francis­ co Cillero y Juan de Repide maestro de canteria y residen­ te en la villa de Arevalo y en nombre de Bartolome del Cas­ tillo Melchor de Buegas y Fernando Prieto maestros arqui­ tectos vecinos de Valladolid y en nombre de Francisco de la Oya maestro de canteria vecino de Salamanca digo que por quanto en mi y en el dho Francisco Cillero fueron re­ matadas las obras y reparos de las puentes de Sieteigle- sias Valdestillas y Palacios que están en la ribera del rio Adaja jurisdicion de la villa de Olmedo por precio P 3 (304) . (305) » (306) . (307) . (308) . (309) . (310) . (311) . (312) . (313) . (314) . de 4350 ducados y nos obligamos hacer conforme a la traza de Andres Gomez de Cisniega maestro arquitecto vecino de Medina. Medina del Campo, 27 de noviembre de 1635. A.H.P. Valladolid. Leg. 7432, fQ 862. A.H.P. Valladolid. Escribano Mateo de Amberes. Leg. 8542, fQ 916. A.H.P. Valladolid. Escribano Pedro de Villaraud. Leg. 8500 fQ 293v. E. García Chico.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid . T. I. Medina de Rioseco. pp. 98 y 105. 2á ed. Valladolid , 1960. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arqu i tec tos. pag. 161. A.H.P. Valladolid . Escribano Pedro Vaca. Leg. 8576 , fQ 416 E. García Chico.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid . T. II . Partiduo Judicial de Medina. de Rioseco . PP . 97-99. Valladolid, 1959. E. García Chico.- Documentos para la Hist or ia de Medina de Rioseco. pag. 36 y ss. Valladolid, 1947. E. García Chico.- Catálogo..... T. II. pp. 178-179. E. Garcia Chico.- D.E.A.C« T. I. Arquitectos, pag. loi. A.H.P. Valladolid. Escribano Pedro de Villaraud. Leg. 8516, fQ 649V, Carta de cesión..... como yo Juan de Hermosa maestro de canteria vecino de Medina de Rioseco digo que entre mi y Juan de Nates y Leonardo de la Cajiga vecino de Leon se remato y quedo rematado la fabrica y edificio de la puente que se mando hacer en el rio y junto de la villa de Cea.... y por qua¿to el dho Juan de Hermosa esta ocupado en las o— bras de las yglesias de santa cruz y santiago y otras o- bras y ocupaciones y no puede asistir a la fabrica y obra de la dha puente traspaso a Diego de la Cajiga vecino de Vallid questa presente hermano de Leonardo de la Cajiga mi compañero el derecho de la dha puente.... Medina de Rioseco, 10 de febrero de 1602. Diego de la Cajiga vecino de la ciudad de Valladolid que el presente reside en esta villa de Medina de Rioseco,.... me obligo de dar y pagar a Juan de Hermosa maestro de can­ teria vecino de la dha villa 2952 reales.... que son por (315) . (316) . (317) . (318) . (319) . (320) . (321) . (322) . (323) . (324) . razón de que me cedió la parte e derecho que tenia en la obra e fabrica de la puente del rrio de la villa de cea que en e1 susodho se remato y declaro ponerla por si y por Leonardo de la Cajiga mi hermano difunto y por Juan de Na­ tes vezino de Vallid..... en Medina de Rioseco a 12 del mes de hebrero de 1602. A.H.P. Valladolid. Escribano Jeronimo de Benavente• Leg. 8619, fS 168 y 652. E. García Chico.- Catálogo.... T. I. pp. 55 y 38-39. — E. Garcia Chicoe— D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 160. E. García Chico.- La Ciudad de los Almirantes, pag. 199. Valladolid, 1945. E. García Chico.- Catálogo.... T. II. pp. 80 y 85. E. García Chico.- Catálogo.... T. I. pp. 36, 40-41. A.H.P. Valladolid. Escribano Diego de Tineo. Leg. 8659, fS 446 y 475. A.H.P. Valladolid. Escribano Diego de Tineo. Leg. 8657, fQ 405. A. Rodriguez G. de Ceballos.- Estudios del Barroco salcian- tino. El Colegio real de la Compañía de Jesús (1617-1779). pag. 60. Salamanca, 1969. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos, pag. 167. En la ciudad de Valladolid a 21 dias del mes de junio de 1606 años ante mi el escriuano y testigos parescio Domin­ go de Argos maestro arquitecto vecino del lugar de Arnue- ro ques de la Junta de las Siete Villas de la Merindad de Trasmiera de la costa del mar de Castilla residente en es­ ta ciudad de Valladolid y dixo quel a tomado y siendo nece­ sario a mayor abundamiento desde luego toma de acauar el quarto y biuienda questa empezado en las casas principales quel señor Almirante de Castilla Duque de Medina de Riose­ co conde de Modica Don Juan Alfonso Enriquez de Cabrera tiene de su mayorazgo en esta ciudad de Valladolid a las espaldas délias que corre desde la torre hasta topar con el hospital de San Cosme y el Rosarillo en conformidad de las condiciones siguientes: En las partes bajas sea de hacer la cocina empedrado el suelo y la chimenea con su campana y cañón que suba por fJ-J los quartos tan alto como el caballete del tejado porque no sea umosa y porque arrimare a las maderas de los dhos quartos a de hir muy defendido de ladrillo y yeso porque no reciua daño del fuego de la campana y paredes de la co­ cina an de hir bien jarradas y las bobedillas bien labra­ das y dadas las bigas de aceite que queden muy limpias. - El quarto primero que cae sobre las coperas a de llevar un atajo a la larga que llegue hasta el Rosario para hir a la tribuna y lo mismo sea de hacer en el quarto alto y mas dos atajos para que quede dividido en tres piezas lo de arriba. - Estos quartos an de hir por dentro muy bien enlucidos con yeso cernido y dados de llana y labados de paño. Todas las bobedillas de los quartos an de hir bien labra­ das y de yeso cernido y los cantones de las bigas dados de aceite de manera que queden bien limpios. Los suelos de los dhos quartos an de yr de yeso puro reyn- chado primero los bacios con cascotes y yeso. Por la parte de fuera de los dhos quartos que miran a la calle y dentro del patio an de yr las paredes muy bien can­ teadas con yeso cernido como esta el ospital de la Quinta Angustia ques enfrente delantera principal de las dhas ca­ sas y la cornija a de llevar un bocelete con su filete y friso y cornixa que tenga buena gracia como se ordenare por un maestro o beedor nombrado por parte de su exä. Todas las ventanas que salen a la calle y al patio an de llevar sus faxas bien ordenadas de yeso cernido. Yten a de abrir una puerta en la torre que corresponda a las piezas de adelante para comunicación de los quartos. Todo a de quedar acauado a contento de las personas que nombrare la parte del dho Almirante o de la dha señora Duquesa su madre las quales dhas obras están concertadas en 14500 reales de manifactura y materiales..... y asi lo dixo y otorgo y formo de su nombre al qual yo el presente escriuano doy fe que conozco. Domingo de Argos. A.H.P. Madrid. Escribano Esteban de Liaño. Leg. 1852, fQ 1252. naforre iV (325) .- (326) .- (323).- (323).- Madrid, 21 de julio de 1606, doña victoria colona duquesa de médina de rioseco condesa de modica,.... y dijo que por quanto en domingo de argos maestro arquitecto como persona que mas baxa hiço se remato la obra de un quarto principal en las casas de el mayorazgo de el dho sr almirante de la ciudad de vallid que corre desde la puerta principal que esta en la delantera della asta la entrada de el canullo donde solia estar un cubo donde a de hacer rremate con u- con los precios y con las condiciones y según y como se contiene en los autos y remates que deilo paso ante alón- so cordero escriuano de su magd vzQ de la dha ciudad de vallid..... el dho domingo de argos se encargo de acabar el quarto y biuienda que esta empeçado en las dhas casas a las espaldas délias que corre desde la torre asta topar con el ospital de san cosing y nra sá del rrosario de la forma y con las condiciones que se contiene en la escritu­ ra que dello otorgo ente esteban de liaño escriuano de su magd en beinte y uno de junio de estelado..... (Domingo de Argos se encarga de las obras según las condiciones y precios estipulados). Poder de Dá Victoria Colona duquesa de Medina de Rioseco dado a "Domingo de Argos maestro arquiteto que esta pre­ sente especialmente para que en mi nombre y para el mismo pueda reciuir e cobrar..... un quento de mrs que de­ berán al dho almirante mi hijo.... cedo renuncio e tras­ paso en el dho domingo de argos mis derechos y aciones y el de dho almirante mi hijo..... por raçon de la obra que le fue rematada del quarto principal que esta a su cargo de hacer en las casas principales del mayorazgo de el dho almirante mi hijo en la ciudad de vallid.... Madrid, 21 de julio de 1606. A.H.P. Madrid. Escribano, Juan de Santillana. Leg. 1698, fö 406 y 419. J. Martí y Monsó. - Estudios.., E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos. pag. 167. E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos. pag. 167. En la villa de Lerma a 21 del mes de abril de 1613 años. . parescieron presentes de la una parte el señor Juan Ladroü de Gueuara contador de su magd y thesorero del Duque de Lerma mi señor en nombre de su ex^.... y de la otra Do­ mingo de Argos vzQ de la ciudad de Valladolid y Rodrigo de la Cantera vzû del lugar de Pilas merindad de Trasmie- ra y Gabriel de Cothero vzô del lugar de San Pantaleon de Aras en la misma merindad todos maestros de obras residen­ tes en la villa de Lerma por si en nombre de Juan Gonzalez de Sisniega maestro de obras vecino de Vallid..... dixeron que por quanto su exâ el Duque mi señor quiere hacer y a- cauar la yglia collegial de Señor Sant Pedro de esta villa y para hacer la dha obra y edificio conforme a las trazas y plantas que diere el Padre Fray Alberto de la Madre de Dios carmelita descalzo sean convenido y concertado entre ambas partes que los dhos Domingo de Argos y consortes a- gan la dha obra y edificio dentro de tres años y medio...., a toda costa con las condiciones posturas bajas y precios y pagas y demas declaraciones siguientes,.... A.H.P. Madrid. Escribano Esteban de Liaño. Leg. 1863, fö 147. (329).- A.H.P. Valladolido Leg. 485, s.f. 4 de abril de 1587, Do­ mingo de Azcutia, carpintero y alarife, vz2 desta villa de Vallid, declara sobre el valor de unas casas. Dice ser de edad de quarenta y siete años. Escrubano Amador de Santiago. (330).- E. García Chico.- D.E.A.C. T • I. Arquitectos. pag. 120. (331).- A.H.P. Valladolid. Leg. 6962, s.f. (332) .- A.H.P. Valladolid. Escribano Blas López Calderón. Leg. 1016, tercer cuaderho. (oo3) , — E. García Chico.- D.E.A.C. T. I. Arquitectos. pag. 135. (334) .- A.H.P. Valladolid. Leg. 8145, fö 49. (335).- A • ti. P • Valladolid. Leg. 8695, fö 347. (336) .- A.H.P. Valladolid. Leg. 8660, fö 414. (337) .- A.H.P. Valladolid. Leg. 8752, fö 220. Hay una traza en pa- pel grueso, sin interés. (338) .- A.H.P. Valladolid. Escribano Pedro Ruiz. Leg. 863, fö 54. (339).- A.H.P. Valladolid. Escribano Tomás López. Leg• 766 , fö 166 (340) .- A.H.P. Valladolid. Escribano Jerónimo de Benavente . Leg. 8623, fö 435. E. García Chico.- Catálogo.... T. I. pp. 178-183.(341).- (342). (34o)o (344) . (345) . (346) . (347) . (348) . (349) . (350) . fJ'/ - í-a ciudad de Valladolid a treinta dias del mes de marzo de mili y seis cientos y siete años ante mi el presente es­ cribano parescio Juan del Valle maestro de albañeria veci­ no della a quien doy fe que conozco y confeso haber reci­ bido de Pedro de Mazuecos criado de su magestad y maestro mayor de sus reales archivos de Simancas por mano de Fran­ cisco Salvador alarife desta ciudad mili trescientos y cin- quenta reales con los quales y con otros quatro mili qin- quenta reales que antes de agora recibió de manos del di­ cho Pedro Mazuecos dixo estar enteramente pagado con vo­ luntad de todo quanto el dicho Mazuecos le a debido asta hoy asi de la obra que hizo en el monasterio de San Diego como en las tribunas de su magestad que caen en la capilla mayor del dicho monasterio como de las del duque y en la obra de Santa Catalina y de otras las demas obras que a hecho de orden del dicho Pedro de Mazuecos y por su manda­ do concertadas de todo lo qual se dio contento y pagado y entregado a su voluntad..... Juan del Valle. A.H.P. Valladolid. Leg. 7S3, fQ 601. - Lo Cervera Vera.- El conjunto palacial de la villa de Ler- ma. Valencia-Madrid, 1967. idem.- El Monasterio de San Blas de la villa de Lerrna, Madrid-Valencia, 1969. idem.- El con- vento de Santo Domingo de la villa de Lerma. Madrid^Valen- cia, 1969. A.H.P. Madrid, Escribano Esteban de Liaño. Leg. 1863, fQ 156 y 181. E. García Chico.- D . E. A .C. T. I. Arquitectos. pag. 164. E. García Chico . - Católo • • •• T. II. pp. 19 y 22,. idem. Catálogo•.... T. IV. pp. 44-51 • E. García Chico. - D . E . A.C. T. I. Arquitectos. pag. 235. A.H .P. Valladolid . Leg. 8822, fQ 1936 a 1945. E. García Chico.- Û.E.A. C. T. I. Arquitectos. pag. 171. E. Gare ía Chico.- D. E. A.C. T. I. Arquitectos. pag. 151. E. García Chico.- Católogo. • • •• T. 11. pag. 32• U Concluido el recorrido que hemos llevado a cabo, conviene ahora precisar el concepto o conceptos que pueden obtenerse de él. El problema de definición es el último obstáculo que queda para cerrar este trabajo. Las fechas.- El tema abordado se ciñe a un periodo temporal cuyas lindes son significativas. El año de 1561 es crucial para Vallado- lid; esa fecha es un año negro en los anales locales, pues el fue­ go devoró lo más granado de la villa castellana en pocas horas. Al mismo tiempo, esa fecha representa para Valladolid el arranque de su modernidad, ya que se convierte en la primera ciudad urba­ nizada de España. 1561 representa para Valladolid el ponerse a la cabeza de la labor constructiva, puesto que nunca había ostentado con ante­ rioridad y que sabrá mantener a lo largo de los siglos. Burgos, Salamanca y León, a partir de estas fechas, pasan a un segundo tér mino de forma lenta pero sistemática; Valladolid se va perfilando así como el foco del nuevo gusto artístico en la Meseta Norte, ce­ rrando con ello un capítulo que iniciara Alonso Berruguete bastan­ tes años antes. El fijar el final del periodo que estudiamos en 1640 es menos concreto en cuanto al aspecto artístico* Ese año representa para Castilla una de las fechas más doloras para su historia, producién dose un declive de vastas proporciones, que afecta a todos los planos, del demográfico, al cultural. En el campo artístico, 1640 refleja con claridad la situación acéfala en que se encontraban las artes en Valladolid; había muerto Gregorio Fernández y Fran­ cisco de Praves, las dos últimas grandes figuras de la zona, y con ellos se había cerrado una etapa. Era el fin de una genera­ ción, cuyos rasgos esenciales han sido estudiados por Jover Za­ mora (l). A partir de ese momento, y claramente precisado ya en 1640, en la zona vallisoletana se abre un paréntesis, como un compás de espera, hasta la aparición del carrionés Felipe Berrojo de Isla y con él, el inicio de una nueva etapa que Martín Gonzá­ lez define como el resurgir del ornato (2). Estos límites crono­ lógicos encajan en los reinados de Felipe II, Pelipe III y prime­ ros veinte años de Felipe IV. Concepto.- El periodo que estudiamos en el área vallisoletana pre­ senta como rasgo común su unidad estética, precisamente por ello M í Chueca habla de escuela herreriana de Valladolid (3). El término herreriano mereció una dura crítica por parte de Portabales Pichel (4). Martín González dice que con ello se logró el "que se limita­ ra a su verdadero uso el nombre de arquitectura herreriana" (5)0 Camón Aznar denominará al estilo que se desarrolla en El Escorial estilo trentino (6), concepto que Martín González considera acer­ tado, denominando indistintamente al estilo escurialense o trenti­ no (7) . El estilo que estudiamos en la zona vallisoletana es un movi­ miento que va de Sur a Norte, que nace en Madrid - Descalzas Rea­ les - y El Escorial (8) y es llevado a la Meseta Norte Por Pedro de Tolosa y Juan de Herrera, floreciendo en Valladolid (9). Este estilo, que arraiga en Valladolid en el último cuarto del siglo XVI, se complementa con las aportaciones de Juan Del Ribero Rada, leonés, y la formación erudita de los arquitectos, primero con Vitruvio (10) y Palladio (11) y después con Vignola (12). Sobre estos puntos puede apreciarse la complejidad del estilo, cuya nor­ ma es la imitación de lo antiguo, de lo romano. Por ello hemos preferido emplear el término Clasicismo, al que le damos el signi­ ficado que le da Pevsner :"ê 1’attributo di ció che si riferisce all 1 antichità e ne deriva" (13). El que esto sea la razón fundamental del Clasicismo, va a ser por lo que el estilo se caracterice por su rigor, por su de­ seo de ser fiel a lo antiguo, incluso por su inclinación a lo ar­ queológico. La aplicación disciplinada de estos criterios favore­ ce la despersonalización del estilo, que se pierda la individua­ lidad, como ya resaltó Chueca (14), al tiempo que favorece la apa­ rición de las escuelas. Precisamente en Valladolid va a aparecer la escuela arquitectónica más importante de este estilo. La escuela vallisoletana.- La formación de la escuela clasicista vallisoletana es un hecho importante para la arquitectura de Va­ lladolid y de la Meseta Norte. Antes de la aparición de la escue­ la, Burgos y Salamanca eran los centros arquitectónicos más impor­ tantes de Castilla la Vieja y León; al aparecer el foco valliso­ letano, la ciudad se erige en propulsora del cambio en la región (15) y en el hogar principal del contrarreformismo arquitectónico en el área geográfica citada (16). La aparición de la escuela se debe a diversas causas: en pri- f ¿ mer lugar, dos hechos excepcionales, la reconstrucción de Valla­ dolid y la nueva planificación de la Colegiata, debidos a Francis­ co de Salamanca y Juan de Herrera respectivamente. En segundo lu­ gar, la importación de las nuevas concepciones estéticas ya defi­ nidas. Martín González demuestra que en Valladolid se cancela la urbanística medieval y se comienza la moderna (17). Igualmente Chueca ha demostrado la importancia de la Catedral, a la que de­ nomina madre de la escuela (18). En tercer lugar, la aparición en Valladolid de Juan de Herrera, que dejó diversos trabajos en la zona, desde la terminación de las obras urbanizadoras, con la traí­ da de aguas y los retoques al Ayuntamiento, hasta el diseño del retablo mayor de la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos. Por último, la existencia de un grupo de artistas, perfectamente preparados, que asimilan el estilo y lo desarrollan. Este grupo de arquitectos, aunque la mayoría no son vallisoletanos de origen, lo van a ser de adopción. Unos vienen de la Montaña Santanderina, como Juan de Mates, Juan del Ribero Rada, los Cisniega o el mismo Juan de Herrera; otros vienen de Castilla la Mueva, como Pedro y Alonso de Tolosa, Diego de Praves o Francisco de Mora; también hay artistas nacidos en Valladolid, como Pedro de Mazuecos el Mozo o Francisco de Praves (19). Todos ellos forman la escuela, siendo la cabeza rectora de ella Juan de Herrera y, como demostró Martín González, Pedro de Tolosa (20). Al ser estos arquitectos la médu­ la del foco, el punto de partida de la escuela está en El Esco­ rial, fomentándose esta influencia, a causa de que muchos artífi­ ces de la región trabajaron en la real fábrica (21). Los artistas del foco van a tener un sólido sustrato herre- riano en su formación, sustrato que aprenden de la Colegiata de Villagarcía de Campos y de la Catedral. A este cimiento se suman influencias italianas, palladianas y vignolianas. Si exceptuamos el caso probado de Juan de Herrera, y el posible de Ribero Rada, los artistas vallisoletanos no van a Italia; las influencias les vienen a través de la imprenta - libros y grabados - y por dibu­ jos. Así pues, los artistas van a procurarse una formación erudi­ ta, lo que les dará un nivel cultural notable. Sabemos que Ribero Rada traduce los Quatro Libros de Arquitectura de Andrea Palladio, que sabía italiano y que poseía una buena biblioteca (22). Tam­ bién sabemos que Francisco ue Praves era un hombre muy culto, que también sabía italiano, que tradujo a Vitruvio y a Palladio, y que escribió un tratado (23). Aunque hoy no tenemos pruebas docu­ mentales, es muy probable que estos artistas tuvieran buenas bi­ bliotecas de su materia, como la descubierta de Ribero Rada, la de Juan Bautista de Monegro, la de Francisco de Mora o la que pa­ recía tener Francisco de Praves. El interés por el libro, como es natural, se refleja en la edición de éste. En 1552 se edita el Tercero y Cuarto Libros de Serlio, que se reeditarán en 1563 y 1573, Seguidamente se editan Vitruvio, Alberti y Vignola, para cerrarse la serie con el Palla- dio de Francisco de Praves, editado en parte (Libro Primero, Valla­ dolid, 1625). El desarrollo de una bibliografía técnica, implica que existe un interés por ella, y ese interés es el de los arqui­ tectos . La importancia del grabado se refleja en la fachada de la i- glesia de Santa Cruz de Medina de Rioseco. Chueca precisó que tal fachada dependía de la lámina de Cartaro de 157o, que representa el modelo de fachada que Vignola diseñó para el Gesú de Roma (24). Junto al grabado, tiene gran importancia el dibujo. La fachada de San Ambrosio de Valladolid, cuyo dibujo de alzado publica Martín González (25), es una trasposición del proyecto palladiano de San Giorgio Maggiore de Venecia. Pero Palladio no publica en su obra su producción religiosa, luego Praves conoce el modelo a tra­ vés de dibujos. Todos estos datos demuestran la sólida formación de la escue­ la clsic ista vallisoletana y su interés por la obra italiana. Pe­ ro los artistas de aquí se mueven en un marco distinto al de los de allí; ese marco donde mejor se refleja es en la clientela. La clientela.- Valladolid, en la época que estudiamos, se convier­ te en la ciudad más importante de la Meseta Norte, tanto en pobla­ ción, como en riqueza y prestigio. Como ha demostrado Martin Gon­ zález, ese proceso tiene unas raíces muy hondas (26) y va a dar su fruto eri el siglo XVI. Bennasar estudiará la ciudad y su cam­ piña a lo largo de ese siglo (27). En el campo de la clientela arquitectónica, Valladolid va a presentar unas características peculiares en la segunda mitad del siglo XVI y primeros anos ael XVII. La primera peculiaridad será el incendio de R561 (28). La reconstrucción de Valladolid va a hacer del Ayuntamiento un clien— *1 é 4' te de primera fila (29). Gracias a él, la ciudad adquiere una ur­ banización moderna, con sus calles rectas, sus plazas y la apari­ ción de la Plaza Mayor regularizada y abierta (30). Igualmente, el Ayuntamiento impondrá a los particulares el que las casas se hagan según un esquema prefijado, tanto en planta, como en alzado. El A- yuntamiento construirá la Casa Consistorial (31) y será quien en­ cargue que se traiga el agua a Valladolid (32). Por último, en los primeros años del siglo XVII, el Ayuntamiento urbanizará el Espo­ lón, urbanización que se relaciona con la creación, por parte del Duque de Lerma y del Rey, del Palacio de la Ribera y de la Huerta del Rey. La segunda peculiaridad que, en cuanto a clientela, se da en Valladolid, es la llegada a la ciudad de la Corte y su corta estan^ cia. Durante los cinco años que la ciudad fue capital, Felipe III fue un buen cliente de los arquitectos. Martí y Monsó (33) y Mar­ tín González (34) han estudiado las obras reales de Valladolid du­ rante los cinco años primeros del siglo XVIIj en ese tiempo en Va­ lladolid se creó un Palacio Real, se hizo una zona de recreo, lla­ mada la Huerta del Rey y se fundó el monasterio de las Descalzas Reales (35) . Junto a la figura del Rey, brilla con luz propia la del Du­ que de Lerma. El Privado de Felipe III fue un espléndido cliente de los arquitectos vallisoletanos. No sólo era de su propiedad lo que iba a ser Palacio Real y Huerta del Rey, sino que también rea­ lizó grandes labores en San Pablo (36), San Diego y Belén, aparte del palacio de su propiedad que tenía junto al último monasterio citado. Estas son, a nuestro juicio, las peculiaridades que, en cuan­ to a clientela, presenta Valladolid en el Clasicismo. Lo restante es común al resto de Castilla. Cuando abordamos el apartado de la arquitectura civil, ya se vio como hay un proceso de decadencia acorde con la situación general. De hecho, los personajes laicos va a aportar poco, a excepción de Fabio Nelli de Espinosa y Simón Ruiz Embito. La arquitectura doméstica disminuye durante el Clasi­ cismo en su producción, lo que hace que la clientela nobiliaria y seglar pierda peso. Martín González dice: "el mecenazgo particu­ lar sufre un grave eclipse en esta época" (37). Ello, como es lo­ gico, se reflejará en los monumentos. La arquitectura civil tien- f / Û de a paralizarse. Martin Gonzalez dice que, a lo largo del siglo XVII, pocos edificios privados se alzan de nueva planta y que esta penuria monumental se alarga hasta el siglo XIX (38). Los laicos, si invierten poco en arquitectura doméstica, man­ tienen, por el contrario, una cierta actividad en fundaciones y patronazgos. Descontando los casos excepcionales del Rey - Descal­ zas Reales - y del Duque de Lerma, patrono de varios monasterios, entre ellos el de San Pablo, destacan fundaciones como la de Villa garcía de Campos de Doña Magdalena de ülloa, la del Marqués de Sie teiglesias - Porta Coèèi -, la de San Francisco de Paredes de Na­ va, obra de los Condes de Paredes; la de Nuestra Señora de las An­ gustias, obra de los Sánchez de Aranzamendi, etc. En cuanto a ca­ pillas, ahí están la del Doctor Mercado en San Pablo; la de Fabio Nelli en San Agustín, la capilla mayor de Santa Catalina, de la Victoria, del Carmen Descalzo Extramuros, la de San Miguel, etc. Como caso especial citamos el Hospital de Simón Ruiz, cuya iglesia cumple función de capilla funeraria de la familia Ruiz Embito. Frente a la contracción del estamento laico vallisoletano, el clero tiene una notable expansión y, dentro de éste, el clero re­ gular, es decir, los monasterios. Las parroquias son buenos dien- tes de los arquitectos, pero la mayoría de ellas lo que hacen^s continuar las obras ya iniciadas. Destacan por sus dimensiones, los Santos Juanes de Nava del Rey, Santiago de Medina de Rioseco, Santiago de Cigales. A ellas hay que sumar obras en Matapozuelos, Pozaldez, Aldeamayor de San Martín, Mucientes, Támara, Dueñas, Sai Lorenzo y El Salvador de Valladolid, etc. Algunas parroquias se construyen de nueva planta, como La Cistérniga, Santa Cruz de Medina de Rioseco, San Marcelo de León y San Martín de Valladolid. Desde luego, como señala Martín González, "el gran templo de la época es el parroquial, sufragado por las rentas de la parroquia (fincas, enterramientos, etc.) y la aportación de los feligreses, la cual solía ser incrementada con motivo de una nueva obra" (39). Dentro de este contexto hay que situar a la Catedral de Valladolid el templo más importante que se proyecta en la Meseta Norte y la última catedral de España. El Cabildo vallisoletano va a ser un cliente de primer orden de los arquitectos de la zona, pero era tal la envergadura del proyecto, que los recursos fallaron y el edificio quedó inconcluso. A lo largo de todo el Clasicismo, el monasterio va a ser una pieza fundamental de la arquitectura. Hallándose este estilo en plena vigencia, es cuando se produce la aparición de la ciudad convento (40). Martín González dice que, a lo largo del siglo XVII, en Valladolid hay una intensísima construcción de monasterios (41). El clero regular es un buen cliente para los arquitectos clasicis- tas. Por una parte, los arquitectos son reclamados para restaurar, mejorar y conservar los antiguos cenobios; otras veces, porque hay que abatir viejos sectores y construir otros nuevos, como ocurre en San Francisco de Valladolid, la Santa Espina o Nuestra Señora de Prado. Otras veces son edificaciones de nueva planta, como San Benito el Real de Valladolid, San Claudio de León, Nuestra Señora de las Virtudes de Salamanca, las Huelgas Reales de Valladolid^ etc. A estas obras hay que sumar la fundación de nuevos centros, que nacen al calor de órdenes reformadas, como los carmelitas, o de creación reciente, como los jesuitas. Estos últimos tienen un peso muy importante como clientes, si bien suelen estar apoyados por mecenas particulares. Martín González estudia detenidamente el papel de los jesui­ tas en la arquitectura de la Meseta Norte (42). Estos trabajos, complementados con los del Padre Ceballos (43), reflejan la impor­ tancia que la orden tiene en el desarrollo del estilo, tanto for­ mal, como de clientela. Obras como Villagarcía de Campos, San Mi­ guel y San Ambrosio de Valladolid, Nuestra Señora de la Calle de Palencia, los Jesuitas de Medina del Campo, la Compañía de Sego­ via, etc. son pruebas fehacientes. Al lado de estos clientes, las cofradías también aportan su colaboración. Martín González resalta la importancia de las cofra­ días y gremios en la fundación de capillas (44). En efecto, pero además, realizan obras de edificios propios, como puede ser Nues­ tra Señora de Castilviejo en Medina de Rioseco, Nuestra Señora de la Calle de Palencia, hoy San Bernardo; la Quinta Angustia de Lú­ dela de Duero, la Vera-Cruz de Medina de Rioseco, etc. Junto a es­ tas edificaciones, las cofradías penitenciales más poderosas le­ vantan sus propios edificios, como es el caso de la Vera-Cruz y Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid. Martín González di­ ce que "las cofradías penitenciales crean un edificio adaptado a sus necesidades" (45), En nuestra opinión, es en Valladolid donde / aparece por primera vez la iglesia penitencial. En definitiva, a lo largo del periodo clasicista, la Iglesia se va convirtiendo, poco a poco, en el mejor cliente de los arqui­ tectos, al tiempo que la Nobleza va perdiendo peso como mecenas; todo ello va a hacer que el estilo sea predominantemente religio­ so, favoreciendo esta corriente el que la sociedad española sea, cada vez más, clerical y religiosa. Materiales.- El tema de los materiales de construcción ha sido es­ tudiado por Martín González (46) y Heras García (47). Como rasgo general puede decirse que se emplea la piedra y el ladrillo; pre­ cisando Heras que la piedra se suele usar en la zona al norte del Duero y el ladrillo en cambio, en las tierras de las campiñas, al sur del Duero (48). Puede decirse que, según sean los medios eco­ nómicos, así se empleará la piedra o el ladrillo. Es normal que los edificios tengan, £ahto en arquitectura civil, como religiosa, un basamento de piedra de sillería (49). Se suele combinar piedra, la­ drillo y tapial en la arquitectura civil (50); en cambio, en la ar­ quitectura religiosa se emplea, por lo común, piedra y ladrillo. En la arquitectura civil, las fachadas suelen ser de piedra y siem­ pre las portadas (51). En arquitectura religiosa, hay edificios que se hacen de piedra, como Villagarcía de Campos, Santiago de Cigales, los Santos Juanes de Nava del Rey, la Catedral de Valla­ dolid; y otros de ladrillo, como las Huelgas Reales y San Miguel de Valladolid, el Hospital de Simón Ruiz de Medina del Campo, etc. En los muros, como demuestra Martín González, se usa una combina­ ción de ladrillo y tapial (52). El abovedamiento suele ser siempre de yesería, formando bóvedas tabiqadas y no usándose la piedra; ésta sólo se empleará en la zona salmantina: Sacristía de San Es­ teban, la Capilla Cerralbo y la Clerecía. Con yeso, además, se de­ coran los interiores, formando dibujos con figuras geometricas, generalmente extraídos del Libro Cuarto de Serlio. Por supuesto, el yeso se emplea para jaharrar y enlucir, tanto los interiores, como los exteriores de los edificios (55). La madera es un elemento esencial en la construcción, tanto para andamios, grúas y cimbrados, como para pies derechos y cubri­ ciones. La madera es un elemento esencial en la formación de la empienta, sistema de componer un muro característico de la arqui­ tectura doméstica (54). En las cubiertas, las maderas son e^en­ 1 ë ? cíales. En los techos de bovedilla, la madera forma los tirantes, y así puede verse en el claustro del Rosarillo. Las vigas son grue­ sos maderos venidos de Soria, Hontalvilla (Segovia) o de Arévalo (Avila) (55). Con madera se hace la armadura sobre la que recosa el tejado. La cubrición suele ser siempre de teja árabe, no emple­ ándose la pizarra. Desde luego, los clasicistas nunca emplean el azulejo como elemento decorativo exterior, aunque sí se empleen azulejos en habitaciones interiores de viviendas. Cuando se hacen chapiteles, fcanto en las torres de los palacios, como en las de los templos, suelen ser de plomo, imitando a El Escorial. El marmol y el bronce, así como otros materiales caros, no se usan en la zona, siendo un caso excepcional el revestimiento marmóreo de la capilla mayor de la iglesia de San Pablo de Valla­ dolid. Tipos.- Si nos remitimos al apartadonque tratamos de la clientela, es indudable que el edificio rey del Clasicismo de la zona es el templo, pero también Valladolid tiene una arquitectura civil y es un modelo excelente de urbanismo, por ello vamos a tocar estos e- 1 ementos. Urbanismo.- Valladolid, después del incendio de 1561, va a ser re­ construida con un criterio urbano moderno que afecta: a las calles, las plazas, la regularización de la Plaza Mayor, el Ayuntamiento y las casas. La ciudad se concibe como un ente proyectando y orga­ nizado sobre el papel - proyecto general de Francisco de Salaman­ ca -, que es llevado a la práctica. El tejido urbano se procura organizar a base de calles y plazas en torno a las cuales se al­ zan los edificios. El objetivo es conseguir un efecto de conjunto unitario, ordenado y armónico, de acuerdo con las interpretacio­ nes racionales que emanan de Vitruvio. Así se llegó a la cancela­ ción de la urbanística medieval y empieza la moderna (56). Las calles.- Según el proyecto de Francisco de Salamanca y las or­ denanzas dadas por Felipe II, las calles han de tener anchura, de­ ben ser rectas, tiradas a cordel, sin esconces, es decir, sin en­ trantes ni salientes. Con ello se busca la obtención de un espacio diafano. Es lo que Martín González define como sistema recto mo­ derno (57). Las calles tienden a crear ejes de perspectiva, como, por ejemplo, las calles de Jesús y de Santiago; la de la Pasión, Acera de San Francisco y Ferrari; la de Cebadería y Especería; la de la Lonja y la Platería. Todo este conjunto de calles forma ejes que favorecen una perspectiva en fuga, incrementada por el enganche de las plazas con estos ejes; ahora bien, hay una excen— ción estudiada por Martín González: la calle de la Platería. Esta calle, uno de los logros más perfectos del urbanismo vallisoleta­ no, es de un trazado impecable, concebido dentro de los cánones herrerianos, es decir, planitud, horizontalidad, diafanidad y un diseño recto continuo; pero en ella se da un espacio cerrado, un espacio que se cierra gracias a la fachada de la Vera-Cruz, que a modo de un telón preside la calle. Martín González resalta el in­ variante castizo que representa esta estructura, su profunda espa­ ñol idad (58). Otro rasgo, que en Valladolid se asimila al urbanismo moder­ no, va a ser el soportal. Excepto la actual calle de la Pasión, las calles del Valladolid reconstruido poseían soportales. Este elemento, cuyo punto de partida puede remontarse a la stoa griega, resulta una pieza destacada en la organización de la calle. Martín González estudia este elemento en Valladolid, precisándolo como "otra de las constantes típicas de la arquitectura española" (59). El soportal abarca la acera, no ocupando la calzada; con él, la zona peatonal y de tráfico quedan claramente deslindadas. El so­ portal cumple una función protectora, favoreciendo la vida de ca­ lle, asi como el trafago urbano y la vida de negocios. Los sopor­ tales , dispuestos en largas filas a manera de calles sotechadas (60), favorecen la subdivisión del espacio y la aceleración de éste, acentuándo el efecto longitudinal de las calles. Los sopor­ tes, de piedra, son columnas, en las que todavía se usan zapatas, y la cubrición es de viguería, articulándose los soportes en re­ lación con los vanos de las puertas. Las plazas.- Dentro de este tejido urbano se desarrollan las pla­ zas, que están íntimamente unidas con los ejes de las calles. Hay una intención clara de ordenar y regularizar estos espacios. Como plaza perfectamente regularizada destaca la del Ochavo, que es un octógono abierto por las diagonales, enganchando, a través de e- llas, con las calles de la Especería, Platería y Lonja. Es uno de los espacios más encantadores y originales de la región. Plazas regularizadas son la del Corrillo y la Rinconada, que procuran for­ mar un cuadrado. Años más tarde, el mismo esquema se aplicará en f+o la Plaza de los Leones, en la trasera del Palacio Real. La actual Plaza de la Fuente Dorada es el clásico espacio de encrucijada que tiende a formar un triángulo. Este espacio se pro­ cura regularizar, a igual que la zona de Cantarranas, no sólo regu­ larizando la unión de las calles, sino también por medio de sopor­ tales. La Plaza Mayor.- Pero el logro más decisivo de la urbanización de Valladolid va a ser la aparición de la clásica Plaza Mayor. La Pla­ za Mayor vallisoletana ha sido motivo de varios estudios de Martín González (61). Definida como modelo para las posteriores plazas mayores españolas (62), se concibe como un espacio unitario (63) y regularizado (64), a modo de un edificio colosal (65) o gran patio (66), pero es abierta, es decir, de encrucijada (67), con todos sus edificios iguales (68) y destacando el Ayuntamiento, que le da un carácter netamente municipal (6$). La importancia de esta Plaza Mayor es tal, que Martín González considera que con ella se conclu­ ye la urbanística medieval y comienza la moderna (70). El Ayuntamiento.- Lo que define el carácter municipal de la Plaza Mayor, es que en ella se encuentran las Casas Consistoriales, o alguna dependencia municipal significativa. Cervera Vera ya apre­ ció estas características (71) y Martín González las detaca en Va- (73)lladolid (72). El Consistorio, estudiado por Agapito y Revilla y Martín González (74), destaca dentro del conjunto regularizado, tanto por ser un elemento autónomo, como por el empleo de torres y la forma individualizada de tratar la fachada. La Plaza de San Pablo.- Los criterios de regularidad estructural y diafanidad espacial, ya plasmados en la Plaza Mayor, se aplica­ rán también en la Plaza de San Pablo. Cuando la Corte se afinca en Valladolid en 1601, y los Reyes compran y habitan el antiguo Palacio de Don Francisco de los Cobos, surge la necesidad de cre­ ar una Plaza de Palacio, acorde con las nacesidades reales. Se despeja entonces la antigua Plaza de San Pablo, formándose el lim­ pio y regular espacio que hoy existe. En esta plaza aparece tam­ bién un fehómeno de encrucijada a través de las calles de las Ca­ denas de San Gregorio, Calle del León, las Angustias y San Quirce, estando cerrado el ángulo en el que hoy desemboca la Calle del Cardenal ïorquemada. La Plaza de San Pablo presenta la peculiari­ dad de carecer de soportales y estar cruzada de pasadizos, elemen­ tos que unían las diferentes dependencias del Palacio Real. Las casas.- En la urbanización de Valladolid, a partir del incen­ dio de 1561, las casas van a tener que ceñirse, tanto al proyecto general hecho por Francisco de Salamanca, como a lo dispuesto en las ordenanzas. Las viviendas seguirán la pauta que marquen los ejes de las calles y la regularización de las plazas, desaparecien do así los esconces y las sinuosidades típicamente medievales. Al ceñirse la casa al trazado de la vía pública, se introduce un cri­ terio moderno de urbanización, que en Valladolid se aplica a gran escala, con resultados satisfactorios. Con ello, el interés de la comunidad predomina sobre los intereses privados (75). Otro rasgo es la altura de los edificios y cómo deben ser sus fachadas. Los edificios serán todos de la misma altura y guardarán la línea trazada, no pudiendo ni salir ni retranquearse. Según la zona, tendrá o no soportales. Las viviendas serán de tres pisos, con balcones en línea, impostas y cadenas, manteniéndose esta dis­ posición de modo uniforme en todas las viviendas. Martín González estudia esta organización y hace un proyecto ideal (76). Hay que destacar en todo ello la tendencia a lo horizontal y el que no se emplee el arco, es decir, se aplican sistemáticamente estructuras adinteladas (77). Al aplicarse rigurosamente estos esquemas, en sí muy sencillos y funcionales, se obtiene ese efecto de unifica­ ción tan raoderrwy que tanto llamó la atención a los visitantes de Valladolid. Sobre la organización interior de la vivienda, no se reglamenta nada, excepción hecha de la prohibición de que haya hor nos en las casas. Las casas nobles.- Este tipo de arquitectura doméstica, estudiada en Valladolid por Martín González (78), presenta muy escasas varia ciones con respecto a la del periodo anterior. Puede decirse que no hay innovaciones y que las características enumeradas por Mar­ tín González siguen siendo las mismas. Las viviendas se siguen or- ganizarido en torno a un patio interior, que procura ser regular; las estancias siguen siendo generalmente rectangulares o cuadra­ das - las llamadas cuadras - y siguen presentando varios pisos. Las fachadas mantienen sus clásicas torres, suelen ser un plano liso, y lo más innovador es que la puerta se localiza en el cen­ tro, formando eje con el vestíbulo y el patio. Las fachadas pre­ sentan un mayor número de vanos, que se organizan según ejes; des- f ? z aparecen las ventanas de esqpina y la decoración escultórica, pre­ dominando una decoración arquitectónica y manteniéndose la herál­ dica. Los patios, regularizados, suelen disponerse sobre pilares, aunque la columna aparezca a vecesj los arcos son de medio punto; a igual que en las fachadas, desaparece la decoración escultórica. Todo lo demás se mantiene según los esquemas prefijados en la eta­ pa anterior $79), La arquitectura religiosa,- El edificio fundamental de la arquitec­ tura religiosa es el templo. Martín González señala, que el tipo de templo que se pretende, es aquel en el que están garantizadas las funciones específicas del mismo (80). Ello implica que lo fun­ cional es un elemento primordial en la erección de las iglesias. El Clasicismo va a aportar pocas innovaciones. Cuando el estilo se desarrolla en la región, a partir de 1575, los edificios parroquiales suelen ser templos de tres naves, de planta de salón, de tradición gótica y que es el modelo más repe­ tido en la primitiva diócesis de Valladolid (81). Al desarrollarse el Clasicismo, este modelo de templo desaparece. Martín González dice que el templo de tres naves es excepcional (82). En efecto, en el periodo que estudiamos sólo conocemos un templo de tres na­ ves trazado por un arquitecto clasicista: la Catedral de Vallado- lid, obra de Juan de Herrera. Los edificios de tres naves, como Santiago de Cigales, los Santos Juanes de Nava del Rey, Santiago de Medina de Rioseco, la parroquial de Fuentelapeña o Santa María de Villabrágima, son o- bras proyectadas con anterioridad al Clasicismo y proseguidas, o concluidas, en este periodo. La innovación que el Clasicismo in­ troduce en estos templos son los pilares cilindricos y las bóve­ das de arista (85). El templo habitual del Clasicismo tiene la forma de un rectán­ gulo, dentro del cual se inscribe una cruz latina; suele ser de u- na nave con capillas entre contrafuertes (84). Su origen está en las denominadas iglesias tipo Reyes Católicos. Rodrigo Gil codifi­ ca este modelo en su Manuscrito, y es asimilado por el Clasicismo en Villagarcía de Campos. A partir de entonces, este modelo de tem­ plo se convierte en el prototipo, no sólo para templos conventua­ les, sino también parroquiales (85)o Es más, durante la primera mi- Í ? J tad del siglo XVII, predomina el templo de una sola nave provisto de capillas entre contrafuertes (86)* En el siglo XVII aparece la iglesia sin capillas hornacinas, modelo que parece traer a Valladolid Francisco de Mora. Es el ca­ so de las Descalzas Reales de Valladolid, San José y Santa Clara de Medina de Rioseco, San Quirce de Valladolid, etc. Este modelo convive en la zona con el anterior* Martín González dice que es un tipo de iglesia empleado por la orden carmelitana (87). Estos modelos se emplean, tanto en los templos conventuales, como en los parroquiales* No van a existir diferencias entre estos dos tipos de iglesias, salvo el uso de tribunas y gradas en los conventos (88). A finales del siglo XVI aparecen las iglesias penitenciales, como la Vera-Cruz y las Angustias de Valladolid. Tienen amplia en­ trada para los pasos y balcones a la calle, así como salas de jun­ tas (89). En las iglesias jesuíticas aparecen amplias sacristías, como las de Villagarcía de Campos, San Miguel y San Ambrosio de Valla­ dolid (90). Son piezas rectangulares y abovedadas, siempre al la­ do del templo, pero sin eje fijo; la de Villagarcía de Campos, situada a la cabecera, procura seguir el eje longitudinal de la iglesia; la de San Miguel, también en la cabecera, es perpendicu­ lar al eje longitudinal del templo; la de San Ambrosio, localiza­ da en el costado del Evangelio, es paralela al eje de la nave. El desarrollo de las sacristías, creemos, está en relación con el in­ cremento cultual y su localización parece depender del espacio disponible. En Villagarcía de Campos hay una espléndida fuente lustral, del más puro gusto italiano, ocupando el testero de la dependencia. Las ermitas o humilladeros siguen la tradición heredada y sue len ser pequeños espacios cuadrados cubiertos con bóveda, como la Quinta Angustia de Tudela de Duero, Durante el Clasicismo se 1evantan numerosos claustros en los monasterios. Son regulares y se tiende al cuadrado. Se proyectan de dos pisos (91), si bien hay un caso excepcional de claustro de un solo piso: el proyecto de Herrera para el claustro de la Cate­ dral, que no llegó a levantarse. No suele emplearse la columna - caso excepcional es el claustro del Rosarillo de Valladolid, con columna o pilastracon columnas aprovechadas -, sino el pilar adosada. Los arcos son de medio punto y las crujías suelen above­ darse , Las escaleras mantienen su tradicional forma claustral con caja abierta, hueco abovedado, diafanidad y comodidad de los pel­ daños, como puede verse en el Hospital de Simón Ruiz de Medina del Campo o en Nuestra Señora ce Prado de Valladolid. Un caso peculiar es la escalera de la Santa Espina, que imita un proyecto del Libro Primero de Palladio y tiene doble acceso y doble salida. El Clasicismo produjo una esplédida colección de torres. Su punto de partida son las torres de la Catedral de Valladolid. Son torres cuadradas, de piedra, reforzadas en las esquinas con pilas­ tras, divididas en pisos y rematadas en chapitel o en cúpula. Ejem­ plos señeros son las torres de Dueñas y Támara. Las capillas funerarias, como entes autónomos al ejemplo de la de los Alderetes, los Corral o los öenavente, tienden a desapa­ recer. Hay algunas, como la desaparecida de Fabio Nelli en San A- gustin de Valladolid. Este rasgo ya lo destaca Martín González (92). Es más normal el aprovechar capillas hornacinas. Resulta bastante común el usar la capilla mayor como mausoleo, tal es el caso de San Miguel, San Pablo, Santa Catalina, la Victoria, todas en Valla­ dolid, por citar ejemplos. En los claustros aparecen también ca­ pillas funerarias, como la de la familia Lomas Cantoral o la del Doctor Mercado, en San Pablo de Valladolid. Por el contrario, re­ sulta llamativo el desarrollo de los templos funerarios. En Valla­ dolid hay un antecedente espléndido en la iglesia de la Magdalena. El comportamiento del Obispo Gasea va a repetirse. Doña Magdalena de Ulloa va a hacer Villagarcía de Campos como mausoleo de su ma­ rido y suyo; el Obispo toledano üuiroga hará lo mismo en San Agus­ tín de Madrigal de las Altas Torres (Avila); el Obispo de Carta­ gena lo realizará en Nuestra Señora de las Virtudes (Salamanca); Don Rodrigo de Castro construirá Santa María de la Antigua de Mon- forte de Lemós (Lugo); el Cardenal Pacheco hará la Capilla Cerral- bo de Ciudad Rodrigo (Salamanca); Simón Ruiz el Hospital de su nom­ bre en Medina del Campo; Martín Sánchez de Aranzamendi Nuestra Se­ ñora de las Angustias de Valladolid; Don Rodrigo Calderón Porta- Coeli en la misma ciudad, etc. Plantas de los templos.- Como ya dijimos en el apartado anterior, ns el Clasicismo vallisoletano no proyecta iglesias de tres naves. Los artistas clasicistas que se encargan de obras de este tipo, lo que hacen es seguir trazas ya dadas. Hay una excepción que sepamos: la Catedral de Valladolid. El templo más usual es el de una cruz latina inscrita en un rectángulo, con o sin capillas entre contra­ fuertes j cuanao hay capillas, estas suelen estar comunicadas por un pasillo (9o). El edificio que predomina es de planta longitudinal, no em­ pleándose, ni las plantas centrales, ni las ovales. Sin embargo, Juan de Nates tiende hacia la centralización en la iglesia de Nues­ tra Señora de las Angustias de Valladolid. Este esquema lo repeti­ rá después Pedro de Mazuecos el Mozo en la iglesia del convento de Santa Catalina de la misma ciudad. Este modelo de planta longitudinal viene del gótico y entra en el siglo XVI con gran fuerza. Juan de Alava lo emplea en San Esteban de Salamanca. Rodrigo Gil, aparte de codificarlo en su Ma­ nuscrito conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid, lo aplica en las Bernardas de Salamanca, la Magdalena de Valladolid, los Je­ suítas de Medina del Campo y la Colegiata de San Luis de Villagar- cía de Campos. Al asimilarse, en este último edificio, el modelo al Clasicismo, éste se convierte en prototipo, como dice Martín González. Su éxito parece estar en su funcionalidad y que todo es­ ta previsto para que la misa, que se celebra en el altar mayor, re­ sulte bien visible (94). A partir de Juan de Herrera y El Escorial, los testeros son siempre planos y los presbiterios rectangulares. El crucero es el eje transversal del conjunto y no sobresale del perímetro del rectángulo. Así aparece definido desde Villagar- cía de Campos hasta San Ambrosio. No obstante, en el último lus­ tro del siglo XVI y después, con la venida de Francisco de Mora, hay una tendencia a atrofiai* el transepto, que repercute en el con­ junto del crucero-cabecera o, empleando la terminología de la épo­ ca, la capilla mayor. Las cabeceras clasicistas son todas de testero plano, a excep­ ción del caso particular del interior de la iglesia del desapareci­ do convento de San Francisco de Paredes de Nava (Palencia), donde Juan de Nates emplea una estructura curva, acaso por trabajar con pie forzado. Lo normal es hacer un presbiterio profundo y diferen­ ciado claramente del cuadrado del crucero. Se jerarquiza así toda la capilla mayor y es una constante del Clasicismo vallisoletano, desde Villagarcía de Campos y las Huelgas Reales, a San Quirce y San Ambrosio; desde Monforte de Lemos a la Compañía de Segovia; desde Nuestra Señora de la Calle de Patencia a la Capilla Cerral- bo de Ciudad Rodrigo. Aunque el esquema se mantiene, Juan de Nates comienza a in­ troducir modificaciones, ayudándole en el proceso Francisco de Mo­ ra. Esta evolución tiene dos puntos de apoyo: Nuestra Señora de las Angustias y la capilla mayor de la iglesia del convento de San ta Catalina, ambas obras en Valladolid. Las dos obras tienen una capilla mayor simplificada y centralizada, perdiendo el presbite­ rio su profundidad y concentrándose todo en el espacio cuadrado del crucero. Este fenómeno, además, se refuerza suprimiendo los brazos del transepto, al tiempo que todo el conjunto se potencia con una media naranja. Esta modificación, que introducen Juan de Nates y Pedro de Mazuecos el Mozo, es una alternativa a la solu­ ción tradicional que viene de Villagarcía de Campos, pero mantie­ ne de común con ella que el muro del testero sigue siendo plano. A esta modalidad, con variantes, hay que sumar San Ildefonso de Valladolid. Frente a estos enfoques de capilla mayor, Francisco de Mora lleva a cabo otra solución: la tendencia a fusionar capilla mayor y estructura longitudinal a base de ir atrofiando el crucero. Bue­ na prueba de ello son los conventos de San Diego y Belén y las Descalzas Reales, todos ellos en Valladolid* En este tipo de edi­ ficios, que alcanzarán gran fortuna en Madrid y Lerma, el eje lon­ gitudinal se ve acentuado además por la supresión de capillas la­ terales, es decir, la desaparición de los espacios subordinados. Estatendencia a la creación de un espacio articulado en un solo eje aparece por primera vez perfilado, con espacios subordinados, en la iglesia parroquial de San Bernabé de El Escorial de Abajo y en Valladolid aparece definitivamente depurada esta tendencia en la iglesia de la Cistérniga. En el cuerpo de la iglesia se tiende, desde un principio, a hacer desaparecer las capillas hornacinas, rasgo que aparece más acentuado cuando las fundaciones son privadas; tal es el caso, por ejemplo, de la Magdalena de Valladolid. Sin embargo, la capi­ lla hornacina es un elemento que la Iglesia nunca pierde de vista 1 't '? ’ por razones cultuales y económicas. Por ello, la capilla hornacina se convierte en elemento recambiable, que puede desaparecer o no o bien irse transformando en nichos. En el conjunto de plantas del Manuscrito de Simón García, Rodrigo Gil traza templos con capillas y sin ellas. Por razones cultuales, los jesuitas revitalizan las capillas hornacinas, al convertir el templo en un lugar donde se realizan varios actos a la vez: confesión, predicación y múltiples misas. El conjunto de iglesias jesuíticas, empezando por la de Me­ dina del Campo, siguiendo con Villagarcía de Campos, San Miguel de Valladolid, Nuestra Señora de la Calle de Palencia, la Compañía de Segovia, hoy Seminario, Nuestra Señora de la Antigua de Monforte de Lemos y concluyendo en San Ambrosio de Valladolid avalan este aserto. Además, tal modelo se extiende a edificios no jesuíticos, como las Huelgas Reales de Valladolid, el Hospital de Simón Ruiz de Medina del Campo o San Claudio de León. Esta modalidad va a perdurar de forma constante en el foco, pero las variantes comien­ zan desde un principio. Los espacio subordinados tienden a atrofiarse en manos de Juan de Nates, transformándose en nichos profundos, modalidad que ya ha sido desarrollada en Andalucía en obras como el Hospital de la San­ gre de Sevilla, de Hernán Ruiz el Mozo. Nates empieza a aplicar este sistema en obras como San Pedro Mártir de Medina de Rioseco. La tendencia a la atrofia y desaparición de los espaciosjpubordina- dos se desarrolla plenamente con Francisco de Mora y con Francis­ co de Praves, en obras como las Descalzas Reáles o San Quirce, am­ bas en Valladolid. Al tiempo que desaparecen las capillas horna­ cinas, se potencia el eje longitudinal, ya que su estructura que­ da descarnada al desaparecer los espacios subordinados. Este tipo de planta de una sola nave, con o sin capillas hor­ nacinas, pasa a las parroquias, donde la estructura de una sola nave ya era conocida, como ha demostrado lleras García (95), y Mar­ tín González llega a afirmar que "en la práctica no hay diferen­ cia entre la iglesia conventual y la parroquial, salvo en el he­ cho de existencia de tribunas y grada para la comunidad" (96). Mención esnecial merece la iglesia de ¿anta Cruz de Medina de Rio- seco, cuya planta es un modelo peculiar, ya que es un rectángulo formado por un eje longitudinal mas los espaciosjsubordinaaos de las capillas hornacinas, no existiendo crucero. w Alzados « - En las iglesias de tres naves que se prosiguen o conclu­ yen en el Clasicismo, se mantiene la estructura tradicional de na­ ves de igual altura, aunque se altera el sistema de soporte, apli­ cándose el pilar cilindrico (97) y reduciéndose los contrafuertes exteriores. Caso excepcional es la Catedral de Valladolid, que pre­ senta una nave mayor más alta, sujeta por estribos aletonados. En un nivel inferior están las naves laterales, cuya estructura ab­ sorbe a las capillas colaterales. El sistema de soportes es de gruesos pilares cuadrados con pilastras adosadas en los frentes, rematándose toda la estructura con un entablamento que recorre el perímetro del edificio, sobre el cual arranca la cubrición. En el tipo de iglesias de una sola nave, el muro es el ele­ mento fundamental. En el interior hay que destacar que la columna no se emplea, usándose la pilastra, que se adosa a la pared de carga y forma así una estructura portante. La pilastra recoge al arco de medio punto y remata el conjunto con el entablamento. Es­ ta estructura definida en El Escorial, la introduce en la Meseta Norte Pedro de Tolosa, empleándola en la reforma de la Colegiata de Villagarcía de Campos de 1575, de allí se extenderá por toda la región y su vigencia será definitiva durante todo el Clasicis­ mo. Esta estructura articulará el muro de iglesias de una nave con capillas hornacinas. El uso del doble soporte sólo se emplea en la Capilla Cerral- bo de Ciudad Rodrigo ÿ es una excepción. No se emplea, ni la su­ perposición de órdenes, ni el ritmo binario como, por ejemplo, lo desarrolla Andrés de Vandelvira en Jaén. Tampoco se recurre a la famosa solución bramantina de la travata rítmica, que populariza Serlio en el Tercer Libro de su Tratado, y que emplean Vergara y el Hermano Pedro Sánchez. Así pues, el tratamiento del muro es muy simple; es siempre una estructura recta, no empleándose, ni el muro curvo, ni el ondulado. En aquellos edificios sin capillas hornacinas, el muro es una superficie lisa, y lo más que se pretende es buscar un leve efecto de plaeado con moldurajes. Lo único resaltado de las su­ perficies son las pilastras y los entablamentos, señalando éstos el final del muro y dando paso a los arcos y bóvedas. Los paramen­ tos se articulan a través de pilastras en tramos regulares, de a- cuerdo con el número de tramos de la nave, estableciéndose asi u— 1} na ligazón entre la estructura del muro y la articulación del es­ pacio. Buenos ejemplos de este sistema los tenemos en las Descal­ zas Reales de Valladolid y Santa Clara de Medina de Rioseco. En las iglesias que tienen capillas hornacinas, el acceso a éstas se hace por un arco triunfal; el muro se convierte entonces en una secuencia rítmica de vanos y soportes, presentando como va­ riante el que las pilastras tengan o no acanaladuras, o que el or­ den empleado sea el dórico, jónico, corintio o toseano. La variante mayor que aparece es la amplitud de superficie que abarque la rosca del arco. El arco puede llegar a rozar el ar­ quitrabe como, por ejemplo, San Pedro Mártir de Medina de Rioseco, Santa Cruz de la misma localidad, Nuestra Señora de la Calle de Palencia, o la desaparecida iglesia de San Claudio de León. Puede dejar una superficie entre la clave del arco y el arquitrabe, co­ mo en las Huelgas Reales y la Casa Profesa de Valladolid, o San Marcelo de León. Al ocurrir esto, se suele animar esta superfi­ cie con decoración de placas. Puede darse, además, otro tipo de estructura: introducir entre la clave del arco y el entablamento un balcón o un falso ventanal, como ocurre en San Ambrosio de Va­ lladolid o en la Colegiata de Villagarcía de Campos. Esta solución puede complicarse más o menos, pero no se altera. Así pues, el mu­ ro presenta en la nave un ritmo constante, generado por el mismo elemento que se repite de continuo. En el crucero el ritmo cambia y el muro liso adquiere toda su dimensión. Este es el rasgo común en todos los edificios y de todos los arquitectos. En Villagarcía de Campos, en los intersti­ cios de los muros del crucero se deja un ángulo recto, pero ya Juan del Ribero Rada y Juan de Nates, en las Huelgas Reales de Valladolid, introducen la piastra, bien embebiéndola en el muro, bien dolándola, enriqueciéndose y fortaleciéndose así los pxantos de enganche. Igualmente en el crucero los pilares cantones son más gruesos y se achaflanan para recibir mejor la carga de la pe­ china. Esto es una constante desde Villagarcía de Campos, y cuyo punto de partida puede estar en la iglesia de El Escorial. Al exterior, los alzados clasicistas se caracterizan por ir suprimiendo los poderosos contrafuertes prismáticos que usara Ro­ drigo Gil. El estribo se reduce y, en las iglesias con capillas hornacinas, se emplea el aletón. Martín González considera que el estribo aletonado, usado por primera vez en Villagarcía de Campos, es una influencia de Herrera, que la usa en la Catedral de Valla­ dolid (98). La tónica general del exterior es dejar los materia­ les al descubierto, fundamentalmente si es piedra, o bien jaharrar la superficie con yeso si se emplea ladrillo. En algunos edificios se pretende dar empaque y viveza a los exteriores. En esta línea están la Catedral de Valladolid y la ca­ becera de San Marcelo de León, empleándose para ello placas y pi­ lastras. No obstante, lo normal es que el edificio destaque al ex­ terior por su fachada y por la volumetría que genera su estructu­ ra. El coro.- Las iglesias suelen disponer siempre de un coro, situa­ do a los pies y en alto (99). Este esquema de coro tiene una lar­ ga tradición en el arte gótico y en las primeras fases del Renaci­ miento. El coro, generalmente, se soporta sobre un arco rebajado y una bóveda de igual corte. Ejemplos espléndidos los hallamos en Porta-C.oeli, San Pablo y San Ambrosio de Valladolid; incluso este esquema se aplica en el Hospital de Simón Ruiz de Medina del Cam­ po y en la iglesia penitencial de Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid. A veces estos coros se comunican con tribunas que están sobre las capillas hornacinas, como ocurre en San Ambrosio (100). Dentro de esta gama de coros hay una variante: la empleada en Villagarcía de Campos por Pedro de Tolosa y vuelta a aplicar en los jesuitas de Palencia. Martín González estudia este modelo, al que denomina tribuna; es una estructura autónoma que forma co­ mo una anteiglesia. Su punto de partida es El Escorial (101). En los conventos de clausura suele tener gran desarrollo el sotocoro, que se cierra al espacio público con rejas. Hay buenos ejemplos como San Quirce y Santa Catalina de Valladolid y Santa Clara de Medina de Rioseco. Los coros bajos son menos comunes y sobresale el de las Huelgas Reales de Valladolid. En las iglesias parroquiales suele usarse también coro alto, y así aparece en edificios modestos, como Valverde de Campos y la Cistérniga, a grandes edificaciones come Santiago de Cigales o San­ tiago de Medina de Rioseco. En Nava del Rey se proyectó un coro bajo al estilo de las catedrales españolas. Según una declaración de Juan de Nates, la parroquia dudaba entre hacer un coro en alto o bien uno como el hoy existente, Excepcional es el modelo de coro que Juan de Herrera proyec­ ta para la Catedral de Valladolid. Es una fábrica localizada en la nave mayor y detrás del altar. Es una forma que se separa del clá­ sico esquema de coro de las catedrales españolas. No se realizó. Abovedamiento y cubrición.- En lo referente a este sector de la edificación, el Clasicismo provocó un cambio total. Puede decirse que todos los templos clasicistas están abovedados (102). Es decir, desaparece en los templos la cubrición de madera. Las bóvedas de crucería perviven en la Meseta Norte hasta el último cuarto del siglo XVI. Es más, Alonso de Tolosa, en plena década de los ochen­ ta, construye capillas góticas. Partiendo de las estructuras de crucería se genera la bóveda vaída ( 1 0 3 ) . La vaída la empleará Diego de Siloe y según Posenthal, con este tipo de bóveda pensaba cubrir la Catedral de Granada. La vaída tendrá gran éxito en Anda­ lucía gracias a Andrés de Vandelvira y a Hernán Pvuiz el Mozo j de Andalucía saltará a Toledo y a la Meseta Norte, conservándose e- jemplares en esta zona como el monasterio de Palazuelos. Pero todos estos modelos desaparecen ante la acometida de la bóveda de cañón. Esta bóveda ya la usa Diego de Siloe en Santa Ma­ ría del Campo (Burgos) y después de él, Covarrubias en Sigüenzaj sin embargo, el gran triunfo del cañón se da a partir de El Esco­ rial. Juan de Herrera es, al parecer, mientras no sepamos más de Juan Bautista de Toledo, quien impone esta estructura. En la Mese­ ta Norte, dejando aparte la obra de Siloe que, al parecer, care­ ció de eco, el uso de la bóveda de cañón lo introduce Pedro de To­ losa en la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos y, a continuación, Juan de Herrera en la Cuarta Colegiata de Vallado- lid. A partir de este momento esta bóveda desbanca a la crucería y ésta desaparece, incluso en obras iniciadas en esta solución co­ mo puede ser Santiago de Cigales o los Santos Juanes de Nava del Rey. Con el cañón se desarrolla la bóveda de arista, que va a per­ vivir no sólo en el Clasicismo, sino que abarca también el Barro­ co. La bóveda de arista no sólo se emplea en edificios de una so­ la nave, sino también de tres, como los Santos Juanes de Nava del Rey y se usa también en capillas Hornacinas como en Villagarcía de Campos, la Compañía de Valladolid y San Ambrosio de la misma lo­ calidad^ se usa también en sotocoros y en humilladeros, como en la Quinta Angustia de Tudela de Duero. Con Herrera y la populari- 1VZ zacion de esta bóveda semicircular, se introdujo el cañón con lu~ netos, solución técnica empleada para absorber las estructuras de iluminación. La cubrición se halla íntimamente conectada con el muro, ge­ nerándose así una unidad espacial y estructural y un ritmo cons­ tante. El ritmo marcado en el muro se traslada a la cubierta y a- llí el abovedamiento se compartimenta por los tajones y en cada sector se abre un termal, involucrándose así la luz en el conjun­ to de toda la estructura. Dentro de la cubrición hay que incluir la media naranja, uno de los problemas más difíciles de la arquitectura española del si­ glo XVI. Por su tradición gótica, España conoce el cimborrio, pe­ ro la cúpula romana no parece tener arraigo en la península. En Es­ paña se llega a una situación peculiar. La cúpula se emplea siem­ pre sobre el crucero y la desarrolla Diego de Siloe en Granada, pero no la trasdosa; Florentin introduce las pechinas, y la cúpu­ la sobre pechinas con tambor, hemiesférica y trasdosada aparece de forma definitiva en San Lorenzo el Real de El Escorial. Alon­ so de Covarrubias usa la cúpula sin tambor y trasdosada en la Pue­ bla de Montalbán (Toledo). En la Meseta Norte la cúpula no tiene eco, Pedro de Tolosa no la emplea en la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos y Juan de Herrera tampoco la usa en el proyecto para la Cuarta Co­ legiata de Valladolid. Las estructuras que se emplean en la Mese­ ta Norte son evoluciones circulares de las bóvedas vaídas a las cuales llaman los arquitectos de la época cimborrios. Estos cim­ borrios comienzan a emplearse de forma sistemática a partir de la reforma que lleva a cabo Pedro de Tolosat en 1575, en la fundación de Doña Magdalena de Ulloa. El cimborrio se coloca en el crucero (104), tiene forma cir­ cular, apoya sobre pechinas (105) y tiene un molduraje del cual parte la media naranja, que se articula en gajos por medio de cos­ tillas que convergen en el centro y se aglutinan en torno a un florón o clave. Un ejemplo perfecto es la ya citada de Villagar­ cía de Campos. Esta estructura es ciega, nada más que genera es­ pacio, no es un factor de iluminación. En un principio se produce una tendencia a no trasdosar tal estructura; tal fenómeno ocurre en obras como Villagarcía de Cam-obras como pos, las Huelgas Reales y la Cuarta Colegiata de Valladolid, la iglesia de Amusco (Falencia), San Marcelo de León, etc. Pero muy - pronto se produce una tendencia a acusar al exterior este volumen, pero no de forma hemiesferica, sino a través de una estructura cú­ bica (106). Así ocurre, por ejemplo, en los jesuítas de Valladolid y Falencia, en San Pedro Mártir de Medina de Rioseco, en Santa Cla­ ra de dicha ciudad y en el convento de igual nombre de Carrión de los Condes. En torno a 1600 esta estructura tiende a transformarse^ en primer lugar, perforando la media naranja y dando paso a una lin­ terna, como ocurre en Nuestra Señora de las Angustias y en San Am­ brosio de Valladolid (107); en segundo lugar, perforando la hemi- esfera con ventanales, bien abiertos, como en Santa Catalina y Por- ta-Coeli de Valladolid, bien ciegos, como en San Quirce de dicha localidad (108). Con ello el cimborrio cumple la doble función de generar un espacio y de ser un foco de luz. Dentro del foco vallisoletano se producen dos estructuras cupuliformes peculiares y sin repercusión» en primer lugar, la cú­ pula del monasterio de la Santa Espina, obra de Juan del Ribero Ra­ da; en segundo lugar, la tra£a de la cúpula aovada que Diego de Praves da para la Catedral de Córdoba. Si sobre la primera apenas poseemos información, sobre la segunda podemos afirmar que se bus­ có esa forma no por razones estéticas, sino técnicas (109). Como excepción de cúpula que trasdosa con hemiesfera, aunque de hecho es un híbrido, hay que citar la de la Capilla Cerralbo de Ciudad Rodrigo (Salamanca), anillada al estilo serliano, obra de Ribero Rada. En emplean rial es - Panteó a Miguel Lo que e ranja, q general sobre pe La asoma al resumen, ni la cúpula romana, ni la modalidad italiana se en el foco de Valladolid; de hecho, la cúpula de El Esco- una excepción. Lo que se entiende por cúpula, sin tambor n -, o con tambor, es decir, italiana - de Brunelleschi Angel, Palladio o Alessi - no se usa en la Meseta Norte, n la zona se emplea, para ser más exactos, es la media ña­ ue es una estructura hemiesférrea o rebajada, por regla ciega, compart imentada en cascos, sin tambor y soportada chinas y que no revela su estructura al exterior, bóveda, hecha de ladrillo y yeso, es decir, tabicada, no exterior. Encina de ella se dispone la armadura del te- m - jado, dejando camaranchones para ventilación y protección- La ar­ madura de madera, con gruesas vigas, se recubre con teja árabe for­ mando tejado a dos aguas en las naves y a cuatro en los cimborrios. La iluminación.- La luz fue otro elemento que sufrió serias alte­ raciones en el Clasicismo. El rasgo común de todo el Renacimiento español está en que la luz es concebida y tratada como un elemen­ to funcional; hasta El Escorial y Juan de Herrera el sistema de i- luminación seguía la tradición gótica de una simple abertura en el muro, a la que solía denominarse espejo o lucera. Esta abertura en el muro tendió a ser interpretada en Andalucía como ventana venecia­ na o serliana y los ejemplos mejores son las realizaciones de An­ drés de Vandelvira y los proyectos de Hernán Ruiz el Mozo para el Hospital de la Sangre de Sevilla, que no se llegaron a realizar. A lo largo de este periodo se abandona paulatinamente la vidriera. Con San Lorenzo de El Escorial y Juan de Herrera, esta tradi­ ción se quiebra y se abandona. En primer lugar, se produce una trans formación en el foco de luz, de la ventana gótica o de la venecia­ na se pasa al vano termal, estructura semicircular articulada en tres compartimentos; en segundo lugar, se produce un desplazamien­ to del foco de luz, que deja de ser una abertura en el muro para convertirse en una estructura sobre el muro, vinculada a la bóve­ da a través de los lunetos y cuya forma de iluminar es distinta, De una iluminación parcial y dirigida se pasa a una iluminación total, oblicua, difusa y graduada según los espacios. Además, la iluminación cenital, que viene del Gotico y se consigue a través del cimborrio y que ha perdurado en las primeras etapas del Rena­ cimiento, en obras como las de Siloe, Quijano y el mismo Covarru— bias, hasta El Escorial inclusive, desaparece con Herrera al su­ primir este arquitecto la cupula en obras de la envergadura de la Catedral de Valladolid. Todo este sistema entra, en el foco valli­ soletano a partir de 1575 con la Colegiata de San Luis de Villa- garcía de Campos (110) y se consagra de forma definitiva en el orovecto herreriano de 1580 para la Cuarta Colegiata de Vallado- lid. Pero la luz en la arquitectura clasicista de dicho foco es­ tá íntimamente relacionada con las estructuras arquitectónicas y espaciales. Existen tres puntos luminosos fundamenuales. dos oi- tuados en los hastiales del crucero y el tercero en los pies del ?/r templo. A partir de esta disposición coincidente con los ejes se desarrolla todo el complejo lumínico del espacio principal, comple­ jo que da luz al cuerpo del templo y a la cabecera^ por ultimo, cuando aparecen capillas hornacinas, suelen abrirse en ellas focos de iluminación supeditados a ese espacio exclusivo, en relación directa de subordinación de estos espacios con el espacio princi­ pal de la nave mayor, Los vanos termales suelen tener la parte cen­ tral perforada para iluminar y el resto decorado con motivos de yesería (111 ) • La decoración*- Dentro de este complejo destaca una aecoracion dis­ cretísima y anicónica, generalmente geométrica y que ya ha sido es­ tudiada por >!artín González (112). Conviene señalar que esta deco­ ración, en gran parte sacada de Serlio, fundamentalmente del Libro Cuarto, se condensa en las bóvedas y en las enjutas de los arcos. La superficie apenas es trabajada por los artistas del foco y no se emplea, ni el mármol para buscar el color y la riqueza, ni los embutidos para obtener un efecto cromatico, a excepción de la ca­ pilla mayor de San Pablo de Valladolád. Dentro de esta tendencia hay que destacar el caso peculiar de Porta-Colei de Vallado lid, fundación de Don Rodrigo Calderón, donde se emplea la pintura mu­ ral para.obtener un efecto cromático y un concepto ilusionista de la arquitectura,corno dice Martin Gonzalez (lio). Las fachadas*- Estos elementos de ios edificios son los mas varia­ dos y dinámicos de todo el conjunto arquitectónico y la unica par­ te del exterior que mereció ser tratada con esmero por los arqui­ tectos del foco vallisoletano* Las fachadas son los elementos que más han llamado la atención a los estudiosos del arte español, des­ tacando entre ellos a Chueca Goitia (114) y Caamano Martínez (115). El probéeraa de la fachada es tan complejo como el de la cúpula aun­ que mejor estudiado. Según lo que conocemos hoy, podemos decir que la fachada re­ tablo, heredada del Gótico, como San Gregorio de Valladolid, se in­ troduce en el Renacimiento, consiguiendo ^ran fortuna en su prime­ ra fase. La fachada de la Universidad de Salamanca es una buena prueba. Pero este tipo de estructura va evolucionando, aunque no conocemos bien el proceso, hasta llegar a tipos de faenadas como la de El Salvador de Valladolid, Santa Mana de xudeia ae Due.», o o la parroquial de Villarramiel de Campos (Falencia). No obstante, con la entrada del Renacimiento plenamente ita­ liano a través de Diego de Siloe, comienza un proceso de altera­ ción de las fachadas, fundamentalmente al potenciarse las portadas gracias a la excepcional Puerta del Perdón de la Catedral granadi­ na. Siloe introduce, a nuestro juicio, el arco de triunfo dentro de la arquitectura religiosa española del Renacimiento. Pero la Puerta del Perdón es sólo eso, una puerta, no una fachada; ello implica que la estructura de fachada no se ha desarrollado todavía con nuevas concepciones y tal situación queda perfectamente refle­ jada en la fachada principal de la iglesia de El Salvador de Ube- da, obra vacilante para Chueca Goitia (116) y en la cual se pre­ tende reflejar el modelo granadino de Diego de Siloe. De origen gótico es la fachada entre torres y ejemplos exce­ lentes podemos hallarlos en la Catedral Nuevade Salamanca, Cate­ dral de Segovia - inconclusa - y Catedral de Granada - alterada -. Este modelo será el empleado por los cinco maestros para la desa­ parecida Tercera Colegiata de Valladolid y modificado por Diego de Riaño. Este modelo pervivirá largamente y bástenos citar, co­ mo ejemplo, la Catedral de Jaén, San Lorenzo el Real de El Esco­ rial, la Cuarta Colegiata de Juan de Herrera para Valladolid, la Clerecía de Salamanca y el Colegio Imperial de Madrid. Sin embar­ go, los diversos elementos conformadores de las estructuras van sufriendo alteraciones y las fachadas se transforman. En primer lugar, la introducción del arco de triunfo por Diego de Siloe en Granada; en segundo lugar, el desarrollo de la columna exenta y el lento sometimiento de la escultura y decoración a la estructu­ ra - el Salvador de Ubeda, por ejemplo -; por último, la articu­ lación de la fachada propiamente dicha - estructura -, que genera: la fachada con frontón, como la de El Escorial; con pisos, de in­ flujo sangailesco-vignoliano como, por ejemplo, Santa Cruz de Me­ dina de Rioseco y, finalmente, la fachada unitaria, con o sin nártex-sotocoro, de influjo palladiano, como pueden ser los mode­ los de Francisco de Mora - San Bernabé de El Escorial de Abajo -, Fray Alberto de la Madre de Dios - la Encarnación de Madrid y las obras de Lerma - y Gómez de Mora y cuya pervivencia será larga en el siglo XVII madrileño. Algunas fachadas son concebidas con pórtico, sobre todo en - Vergara - y que no suelen realizarse. Otras tienden aToledo desarrpllar una lonja delante - Catedral de Valladolid, San José de Avila, la Encarnación de Madrid - y algunas procuran aprovechar las condiciones urbanísticas existentes - Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid, la Vera-Cruz de la misma ciudad, Santa Cruz de Medina de Rioseco, San José de Avila - a fin de obtener el máximo resultado visual (117). En la Meseta Norte la fachada comienza a sufrir un nuevo tra­ tamiento en obras de Rodrigo Gil pero, ante todo, en la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos, mas quien fija definitiva­ mente el tipo de fachada templaria es Juan de Herrera en su pro­ yecto para la Cuarta Colegiata de Valladolid. Partiendo del presu­ puesto de que "hay una escasa inventiva en las fachadas", Martín González acomete su estudio y establece los siguientes tipos: 1. - "La fachada forma un gran rectángulo vertical rema­ tado por un frontón" (118). Dentro de este tipo establece dos variantes: la. - "Puede dividirse en dos cuerpos constitui­ dos por pilastras". lb. - "Forma uno solo, generalmente flanqueado por dos pilastras gigantes, que suben has­ ta el frontón" (119) 2, - Fachada con alas y arbotantes (120). Fachada con alas dispuestas a modo de torres, rema­ tándose éstas con campanarios-espadañas (121). tres tipos Martín González ve claramente la relación que existe entre la fachada y el resto del edificio y así, para el tipo 1, dice que tal modelo de fachada se realiza "en las igle­ sias que carecen de capillas laterales" (122); el tipo 2 se desa­ rrolla "en las iglesias provistas de capillas entre contrafuertes" (123) y el tipo 3 "en las iglesias cuyas capillas entre contrafuer­ tes son escasamente profundas" (124). Ciñéndonos a la cronología de la Meseta Norte, el orden de aparición de los diferentes tipos de fachadas es el siguiente: en primer lugar, el tipo 2 en Villagarcía de Campos; seguidamen­ te el tipo la con el proyecto herreriano para la Cuarta Colegia­ ta de Valladolid; en tercer lugar el tipo 3 en la Vera-Cruz de Valladolid y, por último, el tipo Ib en San José de Medina de Rio- seco. Todo este conjunto de tipos o modelos presentan un conjunto 2.- *=í p o hada 3 • - Fachada tándose En estos tres ti; existe entre la f; de rasgos comunes. El primer rasgo es que son estructuras orgánicas, es decir, elementos vivos y vinculados con el resto del edificio (125). El segundo rasgo consiste en que la fachada es el único elemento ex­ terno del edificio que merece ser tratado con atención, convirtién­ dose así en un punto de convergencia, ea el elemento direccional, en un punto de partida, desde el cual el espectador puede ir com­ prendiendo el edificio. Por último, la fachada se convierte en un campo en donde realizar experiencias expresivas, lo que va a per­ mitir una evolución relativamente veloz de este sector con respec­ to al resto del edificio y que aparezca una fachada barroca antes que qualquiera otra estructura de edificio. La fachada pasa a convertirse en un elemento estructural en Villagarcía de Campos. Anteriormente, este sector del edificio e- ra una forma yuxtapuesta que cerraba y enmascaraba un espacio, co­ mo bien puede apreciarse en la fachada de El Salvador de Vallado- lid. La fachada que se estructura con respecto al espacio que cie­ rra aparece perfectamente perfilada en la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos, sin embargo, en la Magdalena de Vallado- lid ya aparece el primer conato, por nosotros conocido^ de reali­ zar una fachada orgánica y no una fachada telón. La fachada, pues, se articula en concordancia con el espacio que debe cubrir. He ahí una regla de oro que tendrá larga duración y como prueba de ello, bástenos citar la fachada de la iglesia de San Felipe de Neri de Valladolid. La fachada clausura un espacio, ese es un principio dinámico de relación. La relación espacio-es­ tructura es un rasgo distintivo del Clasicismo y que se afinca en la Meseta Norte a través del influjo escurialense de Pedro de To­ losa y Juan de Herrera, todo ello se va enriqueciendo por mano de Juan del Ribero Rada y de los tratadistas Serlio, Palladio y Vig­ nola, los cuales emplean siempre este tipo de fachada. Del perio­ do anterior, fundamentalmente de Diego de Riaño, se hereda el des­ arrollo de las torres en los ejes de las capillas, ese es un ras­ go típicamente vallisoletano que el mismo Juan de Herrera asimi­ lará en su proyecto para la Cuarta Colegiata. Partiendo de esta función estructural, la fachada se va desarrollando. Como rasgo general podemos decir que la fachada es el único sector exterior que cuida el Clasicismo, si exceptuamos dos obras ¿5 <> 4 de envergadura: San Lorenzo el Real de El Escorial y la Cuarta Colegiata de Valladolid, Para los clasicistas, el exterior, por tónica general, carece de importancia expresiva - a no ser el des­ carnado lenguaje de las estructuras - y el único aspecto por el que muestran interés es por la fachada. Ni siquiera la portada, elemento que de alguna forma fue tratado en la primera y segunda fase del Renacimiento con cierto interés, mereció la atención de los ciasicistas^ y así, en las Huelgas Reales de Valladolid, en los Santos Juanes de Nava del Rey, por citar dos ejemplos de en­ vergadura, la portada es un simple vano organizado. Mas adelante y acaso por influjo del italianizante Juan del Ribero Rada, la portada fue adquiriendo mayor expresividad, introduciendo pilas­ tras y el signo parlante. Alguna vez, todo un costado del edificio se articula a modo de fachada, pero esta solución resulta excep­ cional y sólo conocemos un caso, el convento de Santa Clara de Carrión de los Condes. La fachada principal adquiere importancia en cuanto que es un punto de acceso, el lugar de entrada al recinto sagrado, es el punto decisivo del edificio, donde se establece el limite entre el espacio profano y el espacio sacro. Por ello es por lo que creemos que adquirió tanta importancia. Como colofón, hay que de­ cir que algunas fachadas fueron concebidas dentro de un esquema urbanístico, como una expresión de gloria y prestigio y así debe verse una fachada de la envergadura de la Magdalena o la reforma de la fachada de San Pablo por el Duque de Lerma, o la fachada de la Vera-Cruz cerrando una calle, o las fachadas del proyecto he- rreriano para la Cuarta Colegiata de Valladolid. Esta condición de la fachada dará un margen de acción a los artistas para tratar a este elemento con mayor cuidado. Dejando aparte la fachada de la Magdalena, quien comienza la innovación de este elemento es Juan del Ribero Rada con una secuela de obras que se inician en 1572 y acaban en 15S2: San Isidoro de León, la Santa Espina y San Benito el Real de Valladolid. Esta transforma­ ción se produce en sectores que no son templarios, pero sera en Vi 1lagarcía de Campos donde se produzca el primer gran cambio. La fachada de la Colegiata de San Luis es plenamente estructural y la primera que erradica de su composición todo elemento que no sea arquitectónico, a excepción de la heráldica0 A xa fachada ae IJO Villagarcía de Campos se la ha catalogado como la primera muestra vignoliana de la zona, pero hemos de advertir también que este ti­ po de fachada también puede ser serliano, o sangallesco. Es una fachada romana por su disposición estructural, por su íntima cone­ xión entre su forma y el espacio que cierra, por su articulación, al ser una fachada en dos planos y dos cuerpos,con su remate en frontón y la vinculación de sus planos a través de al etones. J un­ to a ello la desaparición de la decoración figurativa y la búsque­ da de la expresividad a través de las superficies muertas y de e- lementos decorativos arquitectónicos. Este tema comienza a exten­ derse a través de jesuitas y demás órdenes religiosas. El primer gran ejemplo es la Compañía de Valladolid, antigua Casa Profesa y hoy San Miguel, donde placas y rafas buscan una capacidad de ex­ presión junto con el juego de los materiales. un la Compañía de Falencia, hoy Nuestra Señora de la Calle, se acentúa el influjo vignoliano a través de la aplicación de las pilastras y el refuer­ zo de los entablamentos, así como de los vanos a través de elemen­ tos arquitectónicos como molduras y frontones. ¿_.l proceso culmina en la fachada de la Compañía de Segovia, hoy Seminario, en San Pe­ dro Mártir de Medina de Rioseco y en San Agustín de Valladolid, dejando como punto culminante el caso unico de Santa Cruz de Me­ dina de Rioseco, verdadero calco del proyecto de \ignola para el Gesü de Roma, popularizado por la lámina del Cartaro y que nunca se realizó. En Segovia se busca una revital ización de las super­ ficies a través de un falso almohadillado; en San Agustín de Va­ lladolid se da una fusión entre la tendencia désarroilada desde Villagarcía de Campos y el influjo herreriano que arranca del pro­ yecto de la Cuarta Colegiata. En 1580 se introduce en Valladolid un nuevo modelo de facha­ da que va a tener gran repercusión: son los proyectos de fachada de Juan de Herrera para la Cuarta Colegiata. El arco de triunfo y la suDerposición de órdenes son las piezas claves de la fachada y el desarrollo de las placas y de las hornacinas vacias, asi co­ mo el termal ciego como elemento decorativo. Herrera hace despa­ recer los aietones - movimiento ya iniciado en ¿1 escorial — y tiende a un tipo de fachada más riguroso y estructural. Este mo­ delo tiene éxito, por un lado, en las obras de Alonso de lolosa — Santiago de Medina de Rioseco - y por otro, en edificios oraza­ dos por Juan de Nates y los Praves. Ejemplos incuestionables de este éxito los encontramos en Nuestra Señora de las Angustias de Valladolid, donde aparece también una influencia paliadiana, en la fachada de la Epístola de Santiago de Cigales y en la desapa­ recida fachada de San Ildefonso de Valladolid, Dentro de esta mo­ dalidad, y en un proceso de desornamentación que desarrolla de forma drástica Francisco de Mora, podemos destacar las Descalzas Reales y Porta-Coeli de Valladolid, la primera obra trazada por Mora y la segunda por Diego de Praves. Dentro de todo este complejo merece reseñarse la fachada de la Vera-Cruz de Valladolid, la obra más dinámica de todo el con­ junto gracias al empleo de la superposición ue arcos, la estili­ zación de columnas y pilastras y la ruptura de los elementos al imbricarse los unos con los otros. Pero todo este dinamismo se re aliza sin alterar la función estructural de la fachada y trabajan do siempre sobre un muro plano, ya que la estructura curva es por completo desconocida en las fachadas del Clasicismo valíisoiátano La fachada dinamizada, cuyo exponente más alto en la zona es la de la Vera-Cruz, tiene también un buen ejemplo en la de San Loren zo de la misma ciudad, cuya base de articulación es el arco de triunfo• Ya en el siglo XVII, en Valladolid se introducen dos nuevos modelos de fachada, ambas de influjo pailadiano. El primer modelo es una importación madrileña, es la fachada paramento flanqueada por pilastras gigantes, cuyo modelo más acabado es la Encarnación de Madrid. Este modelo de fachada tiene precedentes en la zona, en primer lugar, en la Magdalena de Valladolid, obra de Rodrigo Gil de Hontañón; también a esta línea pertenece la fachada del Hospital de Simón Ruiz de Medina del Campo. En Valladolid, este tipo va a tener una fortuna discreta, destacando fundamentalmen­ te San José de Medina de Rioseco y el Colegio de Niñas Huérfanas de Valladolid. Al mismo modelo, pero francamente desdichada, pue­ de vincularse la fachada de San Agustín de Dueñas (Palencia). El segundo modelo, también con rasgos palladianos de imbri­ cación de planos, es una solución indudablemente vallisoletana, concretamente de Francisco de Praves, el traductor de Palladio. A este tipo de fach¿\da corresponde la mutilada de San Martin y la espléndida de San Ambrosio, ambas edificaciones en Valladolid. -ff«? Tras la muerte de Francisco de Praves en 1637, toda la inventiva y evolución del foco se detuvieron. Se recurrirá entonces a la re­ petición hasta el resurgir del ornato y el desarrollo del Barro­ co, fundamentalmente con Felipe Berrojo de Isla. Claustros.- El patio o claustro es una estructura simple, que sue­ le solucionarse en un cuadrilátero de dos pisos. El sistema estruc­ tural suele ser de pilares con medias columnas o pilastras que ani­ man sus frentes, formando una solución de pilar-arco-entablamento. Este modelo presenta dos variantes: la primera es el proyecto de Herrera para el claustro de la Cuarta Colegiata de Valladolid, de un solo piso, cuyo precedente está en Cuenca - claustro de la Cate­ dral - y en el Patio de los Evangelistas de El Escorial, y que va a tener notable resonancia en obras como el claustro de la Cate­ dral de Zamora, donde no sería extraño que hubiera intervenido Juan del Ribero Rada, en la Merced Calzada y en Nuestra Señora de Prado de Valladolid. La segunda variante es el proyecto de Juan del Ribero Rada para el claustro procesional de San Benito el Real de Valladolid, donde se emplean las columnas pareadas. Este es el primer modelo que conocemos en la zona con tales características. Años más tarde, Ginés Martínez y Jácome Fernández, padre, emplea­ rán esta duplicación en el claustro de San Clemente de Santiago de Compostela y mas adelante, Bartolomé Fernández Lechuga recu­ rrirá a la estructura pareada en el claustro procesional de San Martín Pinario (126). La columna exenta puede decirse que no se emplea nunca, sien­ do un caso excepcional el patio de El Rosarillo de Valladolid, don­ de se aprovechan elementos anteriores, condición que se impone a Juan de Nates, autor de la obra. La cubrición de las crujías de los claustros suele hacerse a través de cañones, a menudo con lu- netos y tiende a ir desapareciendo la bovedilla y los techos de madera. Citemos como prueba de cubrición abovedada el proyecto del claustro de la Cuarta Colegiata, diseñado por Juan de Herre­ ra, la Santa Espina, San Benito el Real, el Hospital de Simón Ruiz, Nuestra Señora de Prado, etc. La pared maestra interior tiende a seguir el ritmo que le marca la zona externa, articulán­ dose a veces, como en Nuestra Señora de Prado, o bien señalando sólo el ritmo, como en la Santa Espina. Ei los pisos superiores esta pared maestra es siempre lisa. Portadas.- Ribero Rada comienza a desarrollar un tipo de portada muy elegante e italiano, formado por un arco de triunfo, columnas pareadas, entablamento y balcón. Este modelo, donde primero apare­ ce es en San Isidoro de León. El mismo tipo, pero gradando la su­ perficie, es el que se emplea en la puerta de la Hospedería de la Santa Espina. En San Benito el Real de Valladolid complica la es­ tructura desarrollando dos cuerpos y potenciando gruesos basamen­ tos, al mismo tiempo que remata la portada con un frontón y da ca­ bida a algún elemento escultórico. Partiendo del modelo de Ribero Rada y tomando algún elemento de Juan de Herrera, Pedro de Mazue- cos el Mozo diseña y construye la portada del Palacio de Fabio Nelli, una de las piezas más hermosas del Clasicismo vallisoleta­ no. Sospechamos, además, que la portadade Fabio Nelli tuvo reper­ cusión en la de San Lorenzo de Valladolid, obra de Diego de graves. Torres.- Las torres mantienen la forma cuadrada característica de Castilla, así como la division en pisos, iista forma tradicional es absorbida por Juan de Herrera, sobre la cual crea dos modelos de torres que plasma en la Cuarta Colegiata de Valladolid, las cuales alcanzan gran popularidad y de ellas derivan la mayor par­ te de las torres clasicistas de la zona, alcanzando quizá el má­ ximo renombre y con razón, las torres de Dueñas y iamara, ambas en la provincia de Patencia (127). Etapas. - Creemos que Chueca Goitia ha sido el primero en hablar de escuela herreriana de Valladolid (128). Martin Gonzalez parte de este presupuesto (129) para estudiar el barroco vallisoletano, obteniendo dos conclusiones fundamentales: la primera, que el pun­ to de partida se encuentra en la Colegiata de Villagarcía de Cam­ pos (130> y en la Catedral de Valladolid (131). Segundo, que en los primeros sesenta años del siglo XVII se siguen los mismos progra­ mas estructurales y exornativos elaborados desde ni zscorial (lo2) • De ello deducimos que existe una unidad estilística en el periodo que estudiamos, unidad que se refleja, tanto en las estructuras y decoración de los edificios, como en los modelos que tienen los arquitectos, y la formación y relación que tienen los arquitectos entre sí. Dentro de la unidad existente, pueden establecerse unas etapas que, a nuestro juicio, reflejan ei devenir ael entilo en la zona„ Estas etapas serían las siguientes: I.- 1361 a 1575o En este periodo, de manos de francisco de Salaman­ ca, y con intervención real, se lleva a cabo la reconstrucción de Valladolid y se da paso al urbanismo moderno, con sus espacios re­ gularizados, sus calles rectas y sin esconces, las fachadas unita­ rias, tiradas a cordel y de igual altura, las plazas regularizadas y la aparición de la Plaza Mayor, regular, abierta y con el edi­ ficio del Ayuntamiento en ella- El programa urbano se continuará a lo largo del siglo con la traída de aguas y el retoque del Ayun­ tamiento de manos de Juan de Herrera, e incluso abarcará los pri­ meros años del siglo XVII, con el despeje de la Plaza de San Pablo, el arreglo de El Espolón, la conclusión de la traída de aguas de Argales y la terminación de las Casas Consistoriales• 2,- 1575 a 1580. En este lustro se construye en Valladolid los pri­ meros edificos clasicistas, cuyo punto de partida se encuentra en El Escorial. Pedro de Tolosa, aparejador del real monasterio, re­ modela la Colegiata de San Luis de villagarcía de Campos y sienta el prototipo de templo de la zona. Este modelo arraiga en Valla­ dolid en 1579, en el templo de Santa María la Real de las Huelgas, obra de Juan de Nates, Juan del Ribero Rada y Mateo Elorriaga. A su vez, el prototipo se extiende por la región con obras como la Casa Profesa de Valladolid, los Jesuitas de Palencia y los Jesui- tas de Segovia. Al mismo tiempo, Ribero Rada disena el primer gran claustro clasicistas de la región en el monasterio de la Santa Es­ pina, introduciendo, ademas, un tipo de escalera ne doble acceso y doble salida completamente original. 5.- 1580 a 1590. En esta década se afianza definitivamente el es­ tilo gracias a que Juan de Herrera traza la Catedral de Nalladolid y vienen a la región Alonso de Tolosa y Diego de Praves. Se forma así la escuela, cuya columna vertebral la forman Juan de Herrera, Pedro y Alonso de Tolosa, Juan del Ribero Rada, Juan de Nates, Die­ go de Praves y Pedro de Mazuecos el Mozo. 4.- 1590 a 1600. Esta década es, a nuestro juicio, cuando la es­ cuela vallisoletana, completamente formada, produce sus frutos mas sazonados. Pedro de Mazuecos el Mozo traza y construye la delante­ ra del Palacio de Fabio Nelli; Juan de Tolosa traza y se empieza a construir, el Hospital de Simón Ruiz de Medina del Campo; Juan de Nates traza y edifica Nuestra Señora de las Angustias; Felipe de la Cajiga proyecta la iglesia de Santa Cruz de Medina de Rio- seco ; Di ego de Praves traza y levanta la fachada de la Vera-Cruz 11* de Valladolid y Juan del Ribero Rada comienza a levantar la Capi­ lla Cerralbo de Ciudad Rodrigo,, Este conjunto de edificios, a buen seguro, pueden considerarse el catálogo más florido de obras que edificara la escuela, cuyo punto de partida está en las excelen­ tes fábricas de Villagarcía de Campos y la Catedral del Vallado- lid* Es la época, además, en que los arquitectos vallisoletanos, por su prestigio, son reclamados fuera de la región: Diego de Pra- ves va a Córdoba^ Juan del Ribero Rada y Juan de Nates trabajan en Madrid, Madrigal y Salamancaj Juan de Rates es llamado a Mon- forte de Lemos para llevar adelante las obras de Santa María de la Antigua. 5. - 1601 a 1606. Este lustro es para Valladolid un momento de es­ plendor, debido a que la Corte se desplaza a esta ciudad, y con ella Francisco de Mora y la escuela áulica. A la clientela tradi­ cional vallisoletana, se suma entonces el mecenazgo del Rey Feli­ pe III y del Duque de Lerma. En esta época se forja en Valladolid un Palacio Real, se despeja y organiza la Plaza de San Pablo, se urbaniza el Espolón y la margen derecha del Pisuerga se convierte en un espléndido soto que va a denominarse la Huerta del Rey, con un palacio suburbano - el Palacio de la Ribera -, que primero fue del Duque de Lerma y después pasó a manos reales. Aparte de esta brillantez en el campo de la arquitectura civil, se incrementa la edificación religiosa, potenc iada también por ios monarcas - las Descalzas Reales -, como, ante todo, por el Valido: San Pablo, San Diego y Belén. 6. - 1606 a 1640. Al regresar la Corte a Madrid, Valladolid entra en la que los historiadores y demógrafos denominan cubeta depresi­ va del siglo XVII. En estos años los arquitectos van a tener por cliente fundamental a la Iglesia, y la arquitectura, como es natu­ ral, será eminentemente religiosa. Es el periodo de las grandes edificaciones conventuales. Martín González dice: "por lo que res­ pecta a la ciudad de Valladolid, hay una intensísima construcción de monasterios a lo largo del siglo XVII" (133). Pero también es el momento en que se produce una pérdida escalonada y sistemáti­ ca de las cabezíis de la escuela, que van a quedar sin sustitución. Los primeros en desaparecer fueron Felipe de la Cajiga, muerto en 1598, en plena actividad, y Juan del Ribero Rada, fallecido en 1600. A lo largo ce la primera década del siglo XVII, se incorpo- 7 / r ra a la actividads de la escuela Francisco de Praves; en 1609 fa­ llece Pedro de Mazuecos el Mozo y en 1G13 Juan de Nates. A partir de entonces sólo quedan al frente de la escuela Diego y Francisco de Praves, En 1620 muere Diego, quedando como única cabeza del fo­ co su hijo Francisco, que actuará en solitario hasta 1637, año de su defunción, sin dejar ningún heredero. A partir de esta fecha, no hay nadie de envergadura que haga progresar el estilo. Martín González, que ha estudiado el problema con detenimiento, dice que el clasicismo contrarreformista perdura hasta 1660 (134). Pero, de hecho, el estilo se mueve por inercia y ha caducado ya por fal­ tar figuras de primera fila que le hagan progresar. El estilo es­ tá en manos de arquitectos de menor rango, sin iniciativa, que man­ tienen con dignidad los programas y soluciones heredados, como es el caso de Melchor de la Vega, padre e hijo o Francisco de la Pe­ ña. A nuestro juicio, el estilo muere por consunción; no hay cabe­ zas creadoras, sólo técnicos. Esta situación se mantendrá hasta la aparición de Felipe Berrojo de Isla, que comienza a desarro­ llar el Barroco en Valladolid, un Barroco de superficies y natu­ ralista, cuyo rasgo distintivo es el resurgir del ornato, como de­ fine Martín González. Se entra así en un nuevo periodo artístico por lo que se refiere a la arquitectura. Conclus i ón o - Al comenzar este estudio, dijimos que tocábamos un tema en gran medida ya tratado, tanto documental, como artística­ mente; por ello, nuestras conclusiones lo que hacen es corroborar lo ya conocido, si bien creemos que este trabajo nuestro ayuda a esclarecer el tema, en cuanto que ordena una notable masa de datos y aporta algunas noticias de interés, tanto de obras, como de ar­ tistas, si bien estamos convencidos que el tema no ha sido agota­ do. Sobre ello las conclusiones que sacamos son las siguientes: 1,- El Clasicismo entra en Valladolid con la urbanización y re­ construcción de la ciudad tras el incendio de 1561. Es lo que Mar­ tín González denomina comienzos de la urbanística moderna. La fi­ gura fundamental de este acontecimiento es Francisco de Salamanca, interviniendo con él directamente Felipe II y posiblemente - no hay pruebas documentales - Juan Bautista de Toledo. En Valladolid se levanta y se define la primera Plaza Mayor regularizada, como dice Cervera, abierta o de encrucijada, como precisa Martín Gon­ zález, con su Ayuntamiento, que le da carácter municipal, con sus viviendas y soportales, de igual torna y altura y creando una uni- i i h dad con el entorno, tanto por su edificación, como por su relación con las calles con las que comunica. La preocupación por las calles es una constante en la urbani­ zación vallisoletana. Estas deben ser anchas, rectas, tiradas a cordel, con soportales, sin esconces y buscando la diafanidad y los puntos ce fuga. Las casas tendrán un trazado de altura y fa­ chada uniforme, que no provoque rupturas sino, por el contrario, se busca la igualdad y la armonía, aspecto que Martín González re­ salta en su estudio de Arquitectura doméstica vallisoletana. La urbanística, además, afectará a servicios y a abastecimientos. No sólo se hacen unas Casas Consistoriales nuevas, sino que también se construyen de nuevo las Carnicerías y Panaderías y Juan de He­ rrera proyecta la traída de aguas de la Fuente de Argales a Valla­ dolid. Todas estas medidas se completan con la prohibición de te­ ner hornos en el casco urbano reconstruido a fin de evitar incen­ dios. En nuestra opinión, un programa tan vasto no se volverá a acometer hasta el siglo XIX con el Alcalde Miguel Iscar. 2, - El urbanismo vallisoletano será una constante hasta que Feli­ pe III regrese a Madrid en 1606. No sólo durante la segunda mitad del siglo XVI se reconstruye Valladolid, sino que en los primeros años del siglo XVII se concluye el Ayuntamiento y se trabaja en la traída de aguas. Además, por iniciativa del Key y del Duque de Lerna, se despeja la Plaza de San Pablo y se reorganiza toda la margen derecha del Pisuerga, que va a ser la huerta del Key; ello obligará a que el Ayuntamiento adecente la izquierda mejorando el Espolón, en la actualidad denominado Paseo de Isabel la Católica. 3, - £1 Clasicismo arquitectónico aparece en Valladolid en 1575, en la Colegiata de San Luis de Villagarcía de Campos. Lo introdu­ ce, como demuestra .Martín González, Pedro de Tolosa, aparejador de El Escorial con Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera. Lo que viene a demostrar nuevamente, la íntima conexión que existe entre Valladolid y la Corte de Felipe II. 4, - La influencia de El Escorial se refuerza con la actuación de dos artistas de la zona: Juan del Jibero hada y Juan de Nates, que están relacionados entre si y están muy unidos a Villagarcía de Campos» Ellos dos, además, introducirán el Clasicismo en la ciu­ dad de Valladolid, primero con la iglesia de las Huelgas Neales y, a continuación, con la construcción del monasterio de San Pje- nito el Real. 5o- El Clasicismo se consagra en la Meseta Norte en 1580, cuando Juan de Herrera traza la Catedral de Valladolid y a partir de en­ tonces, en 1582, aparecen en Valladolid Pedro y Alonso de Tolosa y Diego de Praves. 6. - A partir del trazado y comienzos de las obras de la Catedral, se forma la escuela clasicista de Valladolid,' convirtiéndose enton­ ces la ciudad, como ha dicho Martín Gonzalez, en el foco mas im­ portante de Castilla la Vieja y León (135). 7. - El foco vallisoletano lo conforman maestros trasmeranos, va­ llisoletanos y de Castilla la Nueva que se afincan en la ciudad. Son todos técnicos espléndidos, cuyo gusto estético, como señala Martín González, se forma en El Escorial (136), en el proyecto de Juan de Herrera para la Catedral vallisoletana que, según Chueca, es la madre de la escuela; en Villagarcía de Campos (137) y en el estudio de las fuentes italianas, Palladio - Juan ael Ribero Rada, Juan de Nates, Francisco de Praves - y Vignola - Felipe de la Ca­ jiga, Diego de Praves, Juan de Tolosa -. Precisamente Rubier di­ ce que Valladolid es el foco palladiano más importante de España (138). 8. - La fuerte influencia herreriana, que es una constante, se re­ fleja en el empleo de las plantas longitudinales, los muros rec- tos y lisos, los soportes de pilares y el abandono della columna, el empleo de la bóveda de medio cañón y arista y el que no se li­ se la cúpula; el uso del vano termal, el desarrollo de fachadas orgánicas en arco de triunfo y el uso tic una decoración geometri­ ca de rafas, placas, cadenas, molduras, filetes y témpanos, bus­ cando efectos de claroscuro a través de la luz, asi como la supre­ sión de todo tipo de decoración figurativa. El edificio adquiere validez estética por el juego volumétrico de sus partes, por la perfección y armonía de sus estructuras, por su limpieza arqui­ tectónica, por la luminosidad y la elegancia de sus elementos de­ corativos, como molduras, pilastras,capiteles, frontones, etc. 9. - La escuela vallisoletana, cuyos miembros están unidos entre sí por vínculos de parentesco y amistas y que tiene una lormacion, unos maestros, unos intereses y unos objetivos comunes, trabaja en equino y el estilo de sus miembros dificilmente es individua- lizable. Sin embargo, la escuela va evolucionando sobre sus cimivR- f f f tos» No sólo genera un tipo nuevo de hospital, como el de Simón Ruiz de Medina del Campo, o un nuevo modelo de escalera, como la de la Santa Espina,.sino que también crea la iglesia penitencial y tiene su forma particular de ir sacando partido a la planta lon­ gitudinal e ir abordando el problema de la cúpula, aspecto estu­ diado por Martín González (139). Valladolid, a partir de las me­ dias naranjas ciegas que emplea Pedro de Tolosa - Colegiata de Vi- llagarcía de Campos - y Juan de Herrera - Catedral de Valladolid - desarrolla una media naranja perforada por lunetos y que trasdo- sa al exterior en cimborrio cúbico, usando linterna, siendo las más conspicuas la de las Angustias y San Ambrosio, ambas en Valla­ dolid. La escuela introduce, además, elementos italianos en Valla­ dolid, como puede ser la escalera de la Santa Espina, extraída de una lámina del Libro Primero de Palladio; el empleo de la doble co­ lumna en secuencia en un claustro, como es el caso del claustro de San Benito el Real de Valladolid, que parece venir de la lámi­ na del Libro Tercero de Serlio, que muestra el proyecto del Bel­ vedere de Bramante; las columnas adosadas a un muro y el frontón de gran tímpano, como aparece en las Angustias son todos citas palladianas ; o la fachada de San Ambrosio, que presenta vínculos con las venecianas de Palladio. Igualmente podemos decir de la fa­ chada de Santa Cruz de Medina de Rioseco, obra que imita el pro­ yecto de Vignola para el Gesú de Roma. En definitiva, lo que Ku­ bler denomina relajación del canon (140), nosotros lo considera­ mos enriquecimiento del estilo plasmado en El Escorial a través de importaciones italianas. 10,- La arquitectura doméstica, estudiada por Martín González (141), no sufre alteraciones sustanciales, manteniéndose los esquemas heredados de los años anteriores del siglo XVI. Lo que se introdu­ ce con el Clasicismo es que la puerta del edificio se localice en el centro de la fachada y ésta organiza sus vanos a través de e- jes; la puerta y el patio se disponen en enfilada; los patios pro­ curan ser regulares, con soportes de pilares y arcos de medio pun­ to; desaparece toda la decoración escultórica, tanto de fachadas, como de patios y se recurre a la desornamentación o a una simple decoración geométrica y arquitectónica. Hay que destacar también, que la ventana en esquina también desaparece. ¡ ÛOO ( 2 ) o - (3) .- (4) .- (5) .- ( 6 ) . - (7) .- ( 8 ) . - (9) .- (10) . (11) . (12) . (13) . (14) . ( 15) . (16) . (17) (18) ( 1 ) . - NOTAS J.M. Jover Zamora.- 1655. Historia de una polémica y semblan­ za de una generación. Madrid, 1949. J . J . Martín González.- Arquitectura barroca vallisoletana. Valladolid, 1967. F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pag. 42. Ma­ drid, 1947. A. Portabales Pichel.- Los verdaderos artífices de El Esco­ rial y el estilo indebidamente llamado herreriano. Madrid, 1945. El autor volvió a la carga en un nuevo libro titulado Maestros Mayores, Arquitectos y Aparejadores de El Escorial. Madrid, 1952. J.J. Martín González.- Tierras de España. Castilla La Vieja y León. T. II. pag. 322. Madrid-Vitoria, 1975. J. Camón Aznar.- "El estilo trentino". R. I. E. n9 12. pag. 429 y ss. Madrid, 1945. J.J. Martín González.- Tierras de España.... pp. 110 y 154. J.J. Martín González.- Tierras de España.... pag. 154. J.J. Martín González.- Tierras de España..... pag. 155. - Véase el apartado correspondiente a Villagarcía de Campos en este mismo estudio. ~ Véase el apartado que dedicamos a las Huelgas Reales de Va­ lladolid en este mismo estudio. - Véase el apartado dedicado a los Jesuitas de Segovia, a >ion- forte de Lemos y a la iglesia de Santa Cruz, todos en este mismo estudio. - N. Pevsner.- Storia dell1 architettura europea, pag. 132. 3ö ed. Bari, 1972. - F. Chueca Goitia.- "Herrera y el herrerianismo1'. Rev. Goya, nS 56-57. pag. 98 y ss. Madrid, 1963. - J.J. Martín González.- Tierras de España.... pag. 110. - J.J. Martín González.- Tierras de España.... pag. 155. - J.J. Martín González.- Tierras de España..... pag. 158. Véase también el capítulo dedicado a la reconstrucción de Valladolid en este mismo estudio. - F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid. Madrid, 1947 Véase también el apartado dedicado a la Catedral de Valla- ( 19 ) . (2 0) . ( 2 1 ) . (22) . (23) . (24) . (25) . (26) . (27) . (28) . (29) . (30) . i & 0 ¡ dolid en este mismo estudio. Sobre Juan de Nates, Juan Del Ribero Rada, los Cisniega, Alonso de Tolosa, Diego y Francisco de Praves y Pedro de Mazuecos el Mozo, ver sus datos biográficos en este estudio Sobre Juan de Herrera.- A. Ruiz de Arcaute.- Juan de Herre­ ra. Madrid, 1936. Sobre Francisco de Mora, L. Cervera Vera. "La iglesia del Monasterio de San José de Avila”. B.3.2.E. Madrid, 1950. Sobre Pedro de Tolosa, que es toledano, véa­ se F. Marías.- Arquitectura del Renacimiento en Toledo. 1541-1631. Tesis Doctoral inédita, leída en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Ma­ drid, 1978. J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcía de Cam­ pos y la arquitectura herreriana", B.S.E.A.A. T. XXIII. pag 19 y ss. Valladolid, 1957. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pp. 31 y 3 idem.- Tierras de España.... pp. 154 y 235. Véase el capítulo dedicado a Juan del Ribero Rada en este estudio. Véase el apartado de Francisco de Praves en este mismo es­ tudio . F, Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pag. 169. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca,.... pag. 65. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica del Renaci­ miento en Valladolid. Valladolid, 1948. B. Bennasar.- Valladolid au Siècle d* Or. Une ville de Cas­ tille et sa campagne au XVIe siècle. Paris-La Raya, 1967. F. Arribas Arranz.- El incendio de Valladolid en 1561. Va­ lladolid, 1960. A. Agapito Garcia.- Valladolid, ciudad; sus orígenes. Va- 1ladolid,s.f. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica....pag. 259 y ss. idem.- "Anotaciones sobre la Plaza Mayor de Vallado- lid". B.S.E.A.A. T. XXV. pag. 161 y ss. Valladolid, 1959. idem.- Tierras de España.... pag. 158. idem.- Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. XIII. Edifi­ cios civiles de la ciudad de Valladolid, pag. 83 y ss. Va­ lladolid, 1976. !¿>ú z (31) . (32) . ( oo ) « (34) . (35) . (36) . (37) . (38) . (39) . (40) . (41) . (42) .. J. Agapito y Re vi 11 a.- ’’Las Casas Consistoriales de Valla­ dolid". B.S.C.E. T. IV. pag. 115. Valladolid, 1909. J.J» Martín González.- "El antiguo Ayuntamiento de Valladolid". B.S.E.A.A. T. XVII. pag. 115 y ss. Valladolid, 1951. J. Agapito y Revilla.- "Los abastecimientos de agua de Va­ lladolid". B.S.C,E. T. III. Valladolid, 1907 y 1908. J. Martí y Monsó.- Estudios histórico-artísticos relativos principalmente a Valladolid, pag. 599 y ss. Valladolid-Ma­ drid, 1898-1901. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag. 178 y ss. idem.- Catálogo...«. T. XIII. pag. 35 y ss. M. Sangrador Vítores.- Historia de la Muy Noble y Leal Ciudad de Valladolid desde su más remota Antigüedad hasta la muerte de Fernando VII. T. II. pp. 327-328. Valladolid, 1854. J.J. Junquera Mato.- "Las Descalzas Reales de Valla­ dolid y algunas de sus pinturas y esculturas". A .S.A. nö 182. pag. 159 y ss. Madrid, 1973. J. Martí y Monsó.- Estudios.... pp. 247 y ss.y 602 y ss. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 41. J.M. Palomares Ibáñez.- El Patronato del Duque de Lerma sobre el Convento de San Pablo de Valladolid. Valladolid, 1970* L. Cervera Vera.- El conjunto palacial de la villa de Lerma. pag. 33 y ss. Madrid, 1967. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 12. J.J. Martín González.- Catálogo.... T. XIII. pag. 9. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pag. 12. L. Cerrera Vera.- "La época de los Austrias" en Resumen histórico del Urbanismo en España, pag. 137. Madrid, 1954. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..,., pag. 12. J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcía de Cam­ pos y la arquitectura herreriana". B.S.E.A.A. T. XXIII. pag. 19 y ss. principalmente pp. 35-40. Valladolid, 1957. idem.- Arquitectura barroca.... pp. 31-32. idem.- "Primeras igle­ sias jesuíticas en Castilla la Vieja" en España y las Cri­ sis del Arte europeo, pp. 149-157. Madrid, 1968. idem.- Tierras de España....pp. 157-153. A. Rodríguez G. de Ce- ballos.- "Juan de Herrera y los Jesuitas. Villalpando, Va­ leriani, Ruiz, Tolosa", A. ii. S. I. vol. XXXV. Roma, 1966. ¡603 (43) .- Véase la nota anterior, (44) .- J,J. Martín González,- Arquitectura barroca... pag, 12, (45) .- J.J. Martín González,- Tierras de España,,,., pag. 235, (46) ,- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica,,,,, pp, 91- 92. idem,- Arquitectura barroca,,,,, pp. 12-16. con dibu­ jos sobre formas de aparejo de ladrillo con llagas, pag. 13; muro tapial con verdugada de ladrillo, pag. 14; sistema de encofrado, pag. 14; sección de un muro, pag. lo• (47).-■ F. Heras García.- Arquitectura re 1 i giosa del siglo XVI en la primitiva. Diócesis de Valladolid. pp. 28-33. Val ladolid, 1975. (48).-• F. Heras García.- Arquitectura reí igiosa del siglo XVI pag. 28. (49)..■ J.J. Martín González.- Arquitec; tura doméstica.. Pag . 91. F. Heras Gar•cía.- Arquitectura religiosa del siglo XVI pp. 29-30, (50 ) . -■ J.J. Martín González.- Arquitec: tura doméstica. . pp. 91-9; idem.- Arqui tectura barroca..., . 16. (51).-■ J.J. Martín González.- Arquitec¡tura doméstica. . pag. 91. (52) ■ J.J. Martín González. - Arquitec: tura barroca.... 1. 13-14. (53).-■ J.J. Martín González. - Arquitec: tura barroca,... 16. F. Heras Gar■cía.- Arquitectura religiosa del siglo_XVI (54) ( 55) pag. 31. J.J. Martín González.- arquitectura doméstica,.... pag. 92. J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica.... pag. 92. idem.- Arquitectura barroca..... pp. 15-16, F. lleras Gar­ cía,- Arquitectura religiosa del siglo XVI....pag. 52. (56).- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag. 259. idem.- "Anotaciones sobre la Plaza Mayor de Valladolid". B.S,E.A.A. T. XXV. pag. 168. Valladolid, 1959. idem.- Tie- rras de España..... pag ( 57).- J,,J. Martín González.- . (58).- J,.J. Martín González.- (59).- J,,J. Martín González.- (60 ).- J,,J. Martín González.- . (61 )..- J,,J. Mart ín González.- 261. idem.- "Anotaciones sobre la Plaza Mayor de Valladolid" BaScE.ÁoA, To XXV. pago 161 y ss. Valladolid, 1959 idem.- io&lj (62) J.J. Martín González»- Arquitectura doméstica..... pag. 261 (63).- J.J. Martín González.- "Anotaciones. 168. (64).- L. Cervera Vera.- Resumen histórico. ...."pag. 133. J.J. Martín González.- Tierras de España. (65).- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica.... pag. 261 (66) .- J.J. Martín González.- Arquitectura domést ica..... pag. 260 (67).- J.J. Martín González.- "Anotaciones. . idem. - Tierras de España.... pag. 158. (68) .- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag. 260 idem .- "Anotaciones..., (69).- J.J. Martín González.- "Anotaciones, ♦ idem. - Tierras de España....* pag. 158. (70).- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica.... pag. 261 idem«- "Anotaciones*••••" pag. 168* idem.- Tierras de Espa- na-r* . .. pag » 1 oS * (71) .- L. Cervera Vera.- Resumen histórico... pag. 130. (72) .- J.J. Martín González.- "Anotaciones....." pp. 164 y 167. idem.- Tierras de España.... pag. 158. (73) .- J. Agapito y Revilla.- "Las Casas Consistoriales de Valla­ dolid". B.S.C.E. T. IV. Valladolid, 1909 y 1910. (74) .- J.J. Martín González.- "El antiguo Ayuntamiento de Vallado- lid". B.S.E.A.A. T. XVII. Valladolid, 1951. (75) .- Sobre este particular, véase J.J. Martín González.- Arqui­ tectura doméstica..... pag. 264. (76) .- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica... pp. 261- 262. (77) .- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica..... pag. 262. (78) .- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica del Renaci­ miento en Valladolid. Valladolid, 1948. idem.- Catalogo Monumental de la Provincia de Valladolid. T. XIII. Edifi­ cios civiles de la ciudad de Valladolid. Valladolid, 1976. (79) .- J.J. Martín González.- Arquitectura doméstica... pp. 100- 1 0 1. (80) .- J.J. Martín González.- Arquitectura barroca... pag. 16. (81) .- F. Heras García.- Arquitectura religiosa del siglo XVI... pag. 3o. J.J. Martín González.- Tierras de España.... pag. 136 i û O S (82).- (83) .- (84) .- (85) .- (86).- ( 8 7 ) . - (88) .- (89) .- (90) .- (91) .- (92) .- (93) .- (94) .- (95) .- (96) .- (97) .- (98).- (99) .- (1 0 0) . (101) . (102). (103). J.J. Martín González.- Arquitectura barroca...,, pag. 17. J.J. Martín González.- Tierras de España.... pag. 136. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 16. J.J. Martin González.- "La Colegiata de Villagarcia de Cam­ pos y la arquitectura herreriana". B.S.E.A.A. T. XXIII. pag. 35 y s-s. Valladolid, 1957. idem.- "Iglesias jesuíticas en Castilla la Vieja", en España y las Crisis del Arte europeo. Pag. 153. Madrid, 1968 . idem.- Arquitectura barroca... 32. idem.- 'fierras de España..... pag. 158. J.J. Martín González.- Tierras de España.... . pag. 235 • J.J. Martín González.- Arquitectura barroca. .... pag. 17. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca. 18. J.J. Martín González. - Arquitectura barroca. .... pag. 18. idem .- Tierras de España..... pag. 235. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca. 19. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca. 19. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca. J.J. Martín González. - Arquitectura barroca. 21. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca. .... pag. 16. F. lleras García.- Arquitectura religiosa del siglo XVI en ia primitiva Diócesis de Valladolid. Valladolid, 1975. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca...., pag. 18. F. Heras Garcia.- Arquitectura religiosa del siglo XVI... pag. 36. J.J. Martin González.- Tierras de España...«« pag. 136. J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcia de Cam­ pos y la arquitectura herreriana". B.S.E.A.A. T. XXIII. pag. 29. Valladolid, 1957. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 22. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pag. 22. - J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcia.... " pag. 29. - J.J. Martín González.- Arquitectura barroca....pag. 29. El autor dice: "Se trata de templos habitualmente above­ dados" . - Un buen ejemplo de la génesis de este tipo de bóvedas pue­ de apreciarse de forma nítida en la capilla mayor de la i- glesia de San Isidoro de León, obra de Juan de Badajoz el viejo (104) . (105) . (106) . (107) . (108) . (109). (HO). ( 111 ) . (112). (113) . (114) . (115) . (116) . (117) . (118). (119) . (120) . ( 121 ) . ( 122 ) . (123) . (124) . (125) . (126). (127). J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 24. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 24. J.J. Martin González.- Arquitectura barroca.... pag. 24. J.J. Martín González«- Arquitectura barroca..... pag. 24. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca..... pag. 24. G. de Alfaro.- Vida ejemplar de Don Francisco de Reinoso. Abad de Husillos y Obispo de Cordoba. Valladolid, 1617. Ed. de J. de Entrambasaguas. Valladolid, 1940. pag. 184. J.J. 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Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 23. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 23. Sobre este particular, véase la declaración de Juan de Na­ tes sobre las obras de San Pedro Mártir de Medina de Rio- seco, en el apartado dedicado a ese edificio en este mis­ mo estudio. A. Bonet Correa.- La arquitectura en Galicia durante el siglo XVII. Madrid, 1966. Sobre el particular de las torres, véase el apartado de- [ û û ^ (128). (129) . (130) . (131) . (132) . (133) . (134) . (135) . (136) . (137) . (138) . (139) . (140) . (141) . dicado a Alonso de Tolosa en este mismo estudio. F. Chueca Goitia.- La Catedral de Valladolid, pag. 42. J.J. Martín González.- Arquitectura barroca.... pag. 9. J.J. Martín González.- "La Colegiata de Villagarcia de Cam­ pos y la arquitectura herreriana". B.5.E.A.A. T. XXIII. Valladolid, 1957. idem.- Arquitectura barroca.... pp. 9 y 32. idem.- Tierras de España.... pag. 158. J.J. Martin González.- Arquitectura barroca.... pp. 9 y 39. J.J. 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Valladolid. La arquitectura civil y el urbanismo........................ 31 Notas. ......................................... 42 lio- LA FORJA DEL CLASICISMO EN VALLADOLID......... 52 La Colegiata de San Luis de Villagarcía de Cam- poá.......... ................................. 53 El triunfo de un prototipo. San Miguel de Valla­ dolid. Nuestra Señora de la Calle de Falencia. El Seminario de Segovia......... .............. 82 San Miguel de Valladolid.................. 83 Nuestra Señora de la Calle de Falencia.... 90 El Seminario de Segovia............ ...... 98 Las Huelgas Reales de Valladolid.... ......... 103 Aproximación a Juan del Ribero Rada.......... . 111 Notas ......................................... 132 III. - JUAN DE HERRERA EN VALLADOLID............... 149 La Cuarta Colegiata de Valladolid.............. 150 Las obras del Archivo de Simancas........ . 227 Alonso de Tolosa en Valladolid............ . 239 Notas..... .................................... 252 IV, - LA ORIGINALIDAD CLASICISTA VALLISOLETANA.... 368 Juan de Nates......... 370 Vida.......... 370 La obra de Juan de Nates................ ...... 383 Frimer periodo. La influencia de Villagar­ cía de Campos............. 384 Segundo periodo. La influencia de la Cate­ dral de Valladolid....... 402 Tercer periodo. Nuestra Señora de las Angus­ tias y la evolución final del estilo de Juan de Nates«........ ....................... 436 Atribuciones..... ........................ 461 El estilo de Juan de Nates«....... ......« 461 La primera etapa de Diego de Praves........... 464 Vida« ............................ 465 La obra de Diego de Praves.................... 475 Diego de Praves en Valladolid hasta la lle­ gada de la Corte...................... 475 Pedro de Mazuecos el Mozo..................... 514 Vida....... 514 La obra de Pedro de Mazuecos el Mozo.......... 520 La obra civil de Pedro de Mazuecos el Mozo 521 La obra religiosa de Pedro de Mazuecos el Mozo.••..•••••••••••••••••••••••»•••••«•»• 529 El estilo de Pedro de Mazuecos el Mozo........ 544 El Hospital de Simon Ruiz y Juan de Tolosa en la zona vallisoletana............................ 547 La iglesia de Santa Cruz de Medina de Rioseco.. 558 Notas..................... 575 V. - LA CORTE EN VALLADOLID..................... . 725 La obra de Francisco de Mora........... 726 Las obras reales. El Palacio Real..... . 727 Las obras reales. La Huerta de la Ribera.. 737 Las obras reales. El Monasterio de las Des­ calzas Reales........ 740 Las obras del Duque de Lerma............. 746 El convento de San Diego................. 747 El monasterio de Nuestra Señora de Belén.. 749 El convento de San Pablo................. 751 Otras obras de Francisco de Mora en Valla­ dolid ........ 763 El Convento de San José de Medina de Rioseco y Fray Alberto de la Madre de Dios.............. 764 La segunda etapa de Diego de Praves...... 768 Notas......................................... 798 VI, - LA ULTIMA FASE DEL CLASICISMO................ 816 Francisco de Praves............ 817 Vida..................................... 817 La obra intelectual de Francisco de Praves.. 823 La obra de Francisco de Praves....... «........ 825 La obra civil de Francisco de Praves..,.,. 826 La arquitectura religiosa de Francisco de Praves««.............................. 829 Francisco de Praves y la arquitectura en madera .................................. . 867 Puentes« ................... 867 Atribuciones. ............................ 868 El estilo de Francisco de Praves............... 870 Sobre arquitectura civil........... 873 Datos sobre artistas del foco clasicista valli­ soletano......... ............................. 880 Felipe de la Cajiga........................... 880 Juan de Mazarredonda-r...... 891 Bartolomé de la Calzada........ 895 Juan de Celaya. ...... .......................... 900 Los eisniega«....... 903 Juan de Hermosa...................... 906 Domingo de Argos............................ 910 Domingo de Azcutia............................ 910 Juan de Agüero............. 911 Juan del Valle............. 911 Notas.................. 914 VII.- EL CLASICISMO................................ 959 Las fechas..... ................ 960 Concepto.................... 960 La escuela vallisoletana............... 961 La clientela.............................. 963 Materiales.................................... 967 Tipos......................................... 968 Urbanismo.......... 968 Las calles....................... 968 Las plazas............................. 969 La Plaza Mayor................................ 970 El Ayuntamiento............ 970 La Plaza de San Pablo......... 970 Las casas............... Las casas nobles........ La arquitectura religiosa Plantas de los templos.. Alzados.................. El coro................. Abovedamiento y cubrición La iluminación.......... La decoración........... Las fachadas...... ...... Claustros................ Portadas. ........... Torres................... Etapas........... Conclusión..... .......... Notas........... ........ BIBLIOGRAFIA................. 971 971 972 974 978 980 981 984 985 985 992 993 993 993 996 1000 1008 10132636 5309665123 5309665141