UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA TESIS DOCTORAL El culto de Dionisio en Beocia MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Macarena Calderón Sánchez Directora Ana Isabel Jiménez San Cristóbal Madrid © Macarena Calderón Sánchez, 2019 Universidad Complutense de Madrid Facultad de Filología Doctorado en Estudios del Mundo Antiguo TESIS DOCTORAL El culto de Dioniso en Beocia MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Macarena Calderón Sánchez Directora Ana Isabel Jiménez San Cristóbal Madrid 2019 Universidad Complutense de Madrid Facultad de Filología El culto de Dioniso en Beocia Macarena Calderón Sánchez Tesis doctoral dirigida por Ana Isabel Jiménez San Cristóbal DECLARACIÓN DE AUTORÍA Y ORIGINALIDAD DE LA TESIS PRESENTADA PARA OBTENER EL TÍTULO DE DOCTOR D./Dña.________________________________________________________________, estudiante en el Programa de Doctorado _____________________________________, de la Facultad de _____________________________ de la Universidad Complutense de Madrid, como autor/a de la tesis presentada para la obtención del título de Doctor y titulada: y dirigida por: DECLARO QUE: La tesis es una obra original que no infringe los derechos de propiedad intelectual ni los derechos de propiedad industrial u otros, de acuerdo con el ordenamiento jurídico vigente, en particular, la Ley de Propiedad Intelectual (R.D. legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, modificado por la Ley 2/2019, de 1 de marzo, regularizando, aclarando y armonizando las disposiciones legales vigentes sobre la materia), en particular, las disposiciones referidas al derecho de cita. Del mismo modo, asumo frente a la Universidad cualquier responsabilidad que pudiera derivarse de la autoría o falta de originalidad del contenido de la tesis presentada de conformidad con el ordenamiento jurídico vigente. En Madrid, a ____ de _________________________ de 20___ Fdo.: _______________________________ Esta DECLARACIÓN DE AUTORÍA Y ORIGINALIDAD debe ser insertada en la primera página de la tesis presentada para la obtención del título de Doctor. 7 Agradecimientos Ἀγαθῇ Τύχῃ Que me perdone el lector si me extiendo en estos agradecimientos, pero si este trabajo de investigación ha concluido después de cinco años es porque soy muy afortunada. Sí, soy tremendamente afortunada porque detrás de todas las líneas que componen el volumen, un trabajo muy intenso y duro en muchos momentos, han estado continua y diariamente los ánimos, las buenas palabras, los generosos deseos y el esfuerzo de muchas personas: En primer lugar, quiero dar mis gracias más sinceras a la directora de esta tesis doctoral, la Dra. Jiménez San Cristóbal. ¡Cuántas cosas debo agradecerte, Anita! Nunca fuiste mi profesora ni yo tu alumna, no me conocías, no habíamos trabajado nunca juntas y, sin embargo, confiaste en mí y en mi curriculum para que fuera yo la investigadora en formación de tu proyecto de investigación “Fiestas dionisíacas fuera del Ática” (FFI2012- 31814), la que desempeñaría la ardua tarea que en breve va a comenzar el lector. Pero, además de esto, has sido una gran directora y compañera: he tenido la suerte de tener una formadora de esas que dan ejemplo día a día porque no paran de trabajar y esforzarse tremendamente, de esas que contestan a tus emails el mismo día del envío y, a veces, a horas intempestivas, de esas que te mandan constantemente cursos, conferencias, congresos y becas para que sigas aprendiendo, de esas que confían plenamente en ti para impartir sus clases, de esas que te preguntan qué libros necesitas y te los compra, de esas con las que puedes hablar absolutamente de todo y sincerarte… Y así, un millón de cosas más. Tu apoyo intelectual y humano en todos los sentidos es lo que me llevo para siempre en el corazón. Gracias, Ana, por enseñarme lo importante que es hacer bien un trabajo, por dar ejemplo y por preocuparte no solo de la Macarena investigadora, sino de la Macarena persona. 8 Millones de gracias también al Dr. Bernabé. Gracias, Alberto, por ser mi director en la sombra, por tu tremenda generosidad. Aunque no figuras en ningún papel como co- director de esta tesis, en realidad, lo eres. Siempre has estado ahí para darme buenos consejos, corregirme papers y los capítulos de este trabajo, sin tener siquiera la obligación de hacerlo. Gracias también por enseñarme a redactar “simple y llanamente” y, años antes, por descubrirme la genialidad de Heródoto (aunque fuera a las 8.30 am…) y por acercarme el mundo micénico. Como te dije una vez, eres parte del patrimonio de la facultad. Estoy muy agradecida por la concesión de mi primer contrato como personal investigador en formación (BES-2013-065492) en el (ya antiguo) dpto. de Filología Griega y Lingüística Indoeuropea de la UCM, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad. Gracias a dicho contrato, he podido dedicarme a la elaboración de esta tesis doctoral, he conocido el maravilloso trabajo de investigador y he vivido la estupenda experiencia de dar clases en la universidad. Asimismo, también estoy muy agradecida porque el mismo Ministerio me concedió las dos estancias breves de investigación que solicité: la primera, en la Faculty of Classics de la Universidad de Cambridge, Reino Unido (EEBB-I-15-09753), y la segunda, en el Centre for Classical and Near Eastern Studies of Australia (CCANESA) de la Universidad de Sydney (EEBB-I-17-12604). Por otro lado, quiero agradecer a Ana Jiménez que destinara parte del presupuesto de sus dos proyectos de investigación, “Fiestas dionisíacas fuera del Ática” (FFI2012-31814) y “El culto dionisíaco en las islas del Egeo y Asia Menor” (FFI2015-65206-P), a la compra de un ordenador MacBook Pro para mí, con el que he podido trabajar muy cómodamente, y de libros recientes sobre Beocia. Gracias también por haberme financiado los congresos a los que he asistido durante estos años y todos los gastos que han conllevado. Debo agradecer, asimismo, el cariño, la simpatía y los buenos deseos de todos los profesores del departamento de Filología Clásica de la UCM durante los cuatro años de trabajo que compartí con ellos. Muy especialmente quiero dar las gracias a Alicia Esteban por resolverme dudas iconográficas, a Fernando García Romero por ayudarme con las inscripciones en verso y con las traducciones de algunos epígrafes sobre competiciones y agones, a Juan Antonio Álvarez-Pedrosa por solucionar vía email mis dudas lingüísticas, a Raquel Martín Hernández por ayudarme con el programa Diógenes siempre con una sonrisa, a Ana Jiménez, Mercedes Aguirre, Mercedes López Salvá y Miguel Herrero por confiar en mí para impartir algunas de sus clases, y a Paco García Jurado, Juan Lorenzo, Cristina Martín Puente y Virginia Bonmatí por darme tantos ánimos y atenderme siempre 9 con tanta amabilidad. Quiero dar las gracias también a otros profesores que no pertenecen a este departamento, pero cuya ayuda ha sido muy importante para afrontar este trabajo: gracias a Miriam Valdés Guía por resolver mis dudas de historia por email y por ofrecerme bibliografía, a Eduardo Valls Oyarzun por tu estimable ayuda con la traducción al inglés de las conclusiones generales, a José Luis García Ramón por contestar amablemente todos mis correos y adjuntar material, a Fátima Díez Platas por solucionarme algunos problemas de iconografía, y a Renaud Gagné y a Julia Kindt por abrirme las puertas de la Universidad de Cambridge –el primero– y de la Universidad de Sydney –la segunda– y facilitarme tantísimo las estancias en el extranjero. A todos y cada uno de mis compañeros de doctorado y del “depósito de cadáveres” quiero dar las gracias de todo corazón por haberme ayudado con la tesis y haber amenizado muchos días de biblioteca. Hago mención especial a MVictoria, Soraya, Nadège y Arantxa, porque no he podido tener mejores compañeras de estudio: divertidas, locas, buenas personas e inteligentes; también a Pablo, porque tu buen rollo y tu sonrisa hacían más llevaderos los días de encierro en el depo; a Mar y Soraya, gracias por haberme hecho tantos favores fotográficos; a Nacho, por tu cachondeo constante y por decirme siempre, siempre que te encantan mis comunicaciones. También doy las gracias a Sandra Cruz Gutiérrez por haberme ayudado desde Cambridge a encontrar inscripciones a las que yo no tenía acceso; a Bernadette McCall, Natalie Mendes, Daniel Hanigan y Tim Young por haberme facilitado taaaaaaanto el periodo de adaptación en la Universidad de Sydney y por vuestra paciencia con el idioma. Por supuesto, gracias a todos los bibliotecarios de Clásicas que me habéis ayudado y perdonado multas, jiji. Estoy muy agradecida también por la concesión de un segundo contrato como investigadora predoctoral (BES-2013-065492) en el Centro CIL II de la Universidad de Alcalá, financiado por el Fondo Social Europeo y el Programa Operativo de Empleo Juvenil, y adscrito al proyecto “Nueva edición del CIL II: Conventus Emeritensis” (FFI2014-59393-P) dirigido por el Dr. Alvar Ezquerra. Mi última etapa de tesis la he compartido con el maravilloso equipo del Centro CIL II y quiero daros las gracias a todos porque el año de trabajo que he pasado junto a vosotros ha sido extraordinario: gracias al Dr. Alvar y a la Dra. Gimeno, porque me habéis enseñado cómo trabaja realmente un epigrafista y porque, gracias a ello, he podido mirar las inscripciones de mi tesis con ojos no solo de filóloga. He aprendido, además, lo importante y lo bonito del trabajo en equipo y de sacar adelante, día a día, un centro de investigación. Muchas gracias a los dos por confiar en mi cv. Gracias, por supuesto, a mis compis Helenita, Ricardo, Noe, Javi y 10 Hernán por recibirme con los brazos abiertos y hacerme sentir una más desde el primer día (Ricardo, no olvido, además, tu ayuda con el inglés y con el Photoshop). Gracias también a todo el equipo de trabajo de Mérida, pero agradezco principalmente a Luis Ángel Hidalgo y a Jonathan Edmondson su grandísima ayuda y su constante reconocimiento a mi trabajo. Gracias otra vez a mis jefes, Antonio y Helena, por pensar en mí para recibir el grant procedente de la Universidad de Maguncia; gracias a Marietta Horster por estar de acuerdo, por las facilidades y la financiación. Del año que cursé el Máster en Arqueología del Mediterráneo en la Antigüedad Clásica me llevo muchas cosas buenas. Mis gracias más sinceras al profesor José María Luzón por un sinfín de enseñanzas: por acogerme de mil amores en tres campañas arqueológicas en Pompeya y financiarme las estancias, por mostrarme la importancia de aunar distintas disciplinas en los estudios de la Antigüedad, por esos paseos vespertinos, sin turistas… ¡mágicos! por nuestra querida Pompeya, por nuestro grafito Porculus y las risas que nos trajo. Gracias por dirigir mi TFM y permitirme disfrutar de tu sabiduría y erudición. Gracias también a Macamen por hacerme partícipe de tus amplios conocimientos y a Fabiola Salcedo por transmitirme tu pasión por la escultura antigua. Gracias a mis queridos pompeyanos, porque sois una parte importantísima de mí: me habéis enseñado lo importante que es sacarle partido a mis conocimientos en filología y arqueología y lo que dan de sí las noches de excavación. Gracias por el verano de 2010 porque no lo olvidaré nunca… Esa primera excavación en Pompeya… Ese entorno y todos nosotros… Sin palabras. ¡Os agradezco tanto! A mi Mari, María José, porque eres la positividad personificada, mi hombro, buena consejera, un ejemplo a seguir y, por supuesto, la mejor arqueóloga de campo del mundo. A mi Rafiki, el amigo más mayor y loco que tengo, porque tus consejos en el McDonald’s son lecciones de vida y tu facilidad para quitarle hierro a temas importantes son una enseñanza que me llevo de ti. A George, Jorge, porque eres la persona más luchadora que conozco, porque estoy orgullosa de tu plaza en el dpto. de Arqueología. A Cris, a Noemí y a Reich, porque sois grandes personas que me llevo en el corazón, risueñas y positivas, porque me alegro mucho de que Pompeya nos uniera para siempre. A JA, por tu infinita amabilidad. Y no menos importantes son mis Luzonianos… ¡Os debo tanto! Porque nuestra entrega y amistad nos llevaron a emprender unidos un proyecto académico, nuestras queridas Jornadas Pompeyanas, que se materializaron en dos libros, ¡nuestros primeros dos libros editados! Gracias porque aquellos fines de semana enteros trabajando sin parar en mi casa y en la de Sergio merecieron la pena. Para mí es un orgullo compartir este trabajo con vosotros. 11 Quiero darte las gracias, Sergio, mi Sergi, porque eres un tesoro, un gran amigo, porque trabajar contigo es fácil y porque tu profesionalidad, generosidad y arrojo son dignos de encomio. También a ti, mi Ru, porque eres mi hermanito pequeño, porque tu locura es absolutamente genial, porque no he conocido a nadie tan joven y que sepa tanto de arqueología romana, porque hemos pasado baches juntos y porque siempre estás ahí y nunca te enfadas; gracias, además, por corregirme el abstract. Y a mi Estefi, porque eres una amiga leal, pausada, con conciencia, que te ayuda, que facilita el entorno de las personas, que genera alegría y buen rollo, y porque tenemos las mismas deformaciones profesionales y eso nos hace únicas J. Mil gracias también a todos los compis del máster, especialmente a las arqueólogas 3.0, Gemi, Ire e Inma, porque los momentos con vosotras vividos en Pompeya no los olvidaré nunca, porque aquellas tardes de clases del máster en las gélidas aulas de Geografía e Historia son y serán irrepetibles, porque fuisteis unas compañeras maravillosas y porque siempre me alentáis, a pesar de la distancia. Gracias también a Dalmau, Noemí y Esther por confiar ciegamente en mis capacidades. Millones de gracias a mis compañeros “filologous”, pero en especial a mis amigos del alma, Soni, Ana Arlé, Nico, Amaranta y Borjita. Gracias, Soni, a ti y a mi querido Ed, por ayudarme tantísimo en todo: gracias, Soni, por ser así, estupenda persona que se desvive por su amiga, inteligente, divertida, buena y mami-coraje, y gracias, Eduardo, por ser mi profe y corrector de inglés sin esperar nada a cambio; y gracias a los dos por hacerme tía (¡qué ganas tengo de achuchar a mi gordi!). Anuski, mi vecina loca, gracias por tus risas, apoyo y por sacarme de la biblio, junto con Nico, muchos viernes para cervecear y marujear. Nico, el amigo más loco que se puede tener, gracias por ser así, inexplicablemente trastornado y buena persona. Amarantis, gracias por tu constante apoyo en la distancia. Borjita, gracias a ti y a Cris por ser tan buenos conmigo y por hacerme partícipe de vuestras divertidas anécdotas. A mis padres, gracias por la educación que me habéis dado y por no haber intentado nunca que cambiara el rumbo de mis estudios a algo más “útil” y económicamente más rentable. A mis hermanas, a Madu, mi ejemplo a seguir: tú me has enseñado qué es la perseverancia, lo importante que es luchar, no rendirse y perseguir tus metas, pese a los desacuerdos constantes (lo único que siento de corazón es que el año de tu boda haya coincidido con mi último de tesis… Perdona si no he podido ayudar como realmente me habría gustado y como mereces). A Pauli, la reina de la casa, la alegría de la huerta: contigo he aprendido lo necesario que es reírse y tomarse las cosas con humor; gracias por distraerme con tus historiasparanodormir los días que estaba de bajón por la dichosa 12 tesis. Gracias a las dos por tanto y por aguantar incluso malas contestaciones. Gracias también a Roi, porque me acompañaste durante un tiempo en la biblioteca y compartimos cafés, charletas y risas en los descansos, y a Marqui, porque siempre me has animado y preguntado por mis progresos. A toda mi familia, Calderones y Sánchez, porque sois únicos y porque siempre, siempre, siempre he recibido un whatsapp de alguno de vosotros los días de congreso con un alentador “¡A por todas, eres la mejor!”, porque soy “la del pincelito” y, ¡cómo no!, porque el segundo brindis de Año Nuevo se hace por Dioniso, a mi salud. A mi abuela Mati, porque cuando te medio-fuiste, a los pocos meses me concedieron mi primer contrato de investigación en la Complutense y no pude contártelo como me habría gustado (aunque no dudo de que tus energías influyeron en que yo fuera la seleccionada), y porque te fuiste al completo sin haber podido escucharme en alguna conferencia, que sé que te habría encantado, por muy mal que lo hubiera hecho. Gracias de corazón a mi chico, mi Juanjichu, César, porque esta tesis es mitad tuya. Eres lo mejor que tengo y sin tu apoyo este trabajo nunca habría llegado a buen puerto. Sabes hacerme reír hasta que la tripa me duele y, si tengo un mal día, eres capaz de convertir mis lágrimas en auténticas carcajadas. Te quiero dar las gracias por TODO: por hacerme feliz, por enseñarme a mirar las cosas desde otra perspectiva entendiendo a los demás y sus puntos de vista (aunque no me gusten), porque contigo he aprendido que no es bueno obsesionarse, porque sé que convivir con una doctoranda perfeccionista con la casa y con su tesis no es fácil, porque cada día me dices que soy “la erudita de la casa”, porque confías en mí y en mis capacidades, por abrazarme cada momento duro, por comprenderme, por no agobiarme y dejarme mi espacio. Eres único. Gracias a mis “urbanization” y a las “petardix” por las risas y porque cada cosa relacionada con Grecia, Roma y Pompeya os recuerda a mí, lo cual me encanta. A los “agregados”, Lauri y Cata: Lauri, TÚ PUEDES, como yo he podido acabar esta tesis; Cata, gracias por tu cachondeo constante y tus ánimos. A mi gente del PARK, gracias, porque sois la caña: confiáis tanto en mí que lleváis cinco años llamándome Dra. Calderón (pese a que insisto en que no lo hagáis, no sea que me gaféis…). Especialmente quiero dar las gracias a mis amigos César, Pérez, Marina, Boni, Cler, Albita, Kike, Gar, Anzony, Crixxx, Lau, Nuri, Pili, Juanmi, Luis, Barri… Y a tantos que somos, porque siempre me decís que soy una máquina, que voy a ser la primera doctora del parque y porque soy la asesora NUMBER ONE de todos vuestros tatuajes de temática antigua. A mis “parqueras cachondis”, porque nuestro corazón de tinta nos une y porque sois absolutamente geniales. A Seryi, un adoptado más (¡jaja!), porque siempre que me presenta a un amigo 13 suyo recalca “¡DA CLASES EN LA UNIVERSIDAD!” y confiesa que se habría abstenido de hacer pellas si hubiera tenido una profe como yo J. Gracias también a todo el comando-Sydney (César, Zarp, Pichy, Lara, Yerma, Lina, Javi, Román, Mario) por ser partícipes de una de las mejores experiencias de mi vida. Quiero dar también las gracias a algunos estupendos profes del colegio Zazuar, mi querido cole: a MÁngeles y Lorena, por acercarme las maravillas del latín y de la sintaxis española; a Carlos, por hacerme odiar la economía pero obnubilarme con la historia del arte; a Luis, por hacerme entender la importancia de la filosofía; a las Cármenes, porque sigo consultando mis estupendos cuadernos de inglés; y principalmente a Pilar, la gran profe de griego, porque, en resumidas cuentas, eres la culpable de esta tesis. Por último, doy las gracias a la Biblioteca Pública Luis Martín Santos, porque no tengo una silla y una mesa con mi nombre de milagro: es la testigo más fiel de mi esfuerzo diario para sacarme el final de la carrera, el máster y la tesis. A todos los compañeros estudiantes y opositores, gracias: a Carlos, Esther y Miguel, principalmente, porque nuestros descansos con un té y una chocolatina eran el mejor momento del día. A todos, MILLONES DE GRACIAS, y a todos, PERDÓN por no haberos dedicado en los últimos cinco años todo el tiempo que merecéis. Madrid, 12 de julio de 2019 14 15 A mi familia y amigos, mis pilares. A los que ya no estáis y me habéis enviado inspiración y aliento. A ti, el mejor compañero de vida. 16 17 Índice Resumen…………………………………………………………………..23 Abstract…………………………………………………………………....27 Introducción……………………………………………………………….31 I. OBJETIVOS……………………………………………………………….31 II. METODOLOGÍA Y PROBLEMAS………………………………………34 III. EL CORPUS DE TEXTOS EPIGRÁFICOS: Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum………………………………………………38 IV. LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS DE DIONISO FUERA DEL ÁTICA. BREVE ESTADO DE LA CUESTIÓN…………………………..42 1. BEOCIA…………………………………………………………………………...47 1.1. Situación, geografía e historia……………………………………………49 1.2. Mitología…………………………………………………………………53 1.2.1. Beocia en la mitología……………………………………………….53 1.2.2. Mitos asociados a ciudades de Beocia……………………………….55 1.2.3. Dioniso y Beocia……………………………………………………..57 1.3. Lengua……………………………………………………………………61 2. MENCIONES DE DIONISO EN BEOCIA……………………………………...63 2.1. Introducción: el nombre de Dioniso………………………………………65 2.2. El nombre de Dioniso en las inscripciones de Beocia…………………….69 2.3. Epítetos de Dioniso en Beocia……………………………………………73 2.3.1. Introducción…………………………………………………………73 2.3.2. Eléuteras: Melanégida y Eleutereo / Eleuterio……………………….74 2.3.3. Tanagra: Nictelio…………………………………………………….79 18 2.3.4. Potnias: Egóbolo……………………………………………………..80 2.3.5. Tespias: Evio y Bromio……………………………………………...84 2.3.6. Tebas: Bromio, Cadmeo, Pericionio, Lisio, Categemón y Poligetes....86 2.3.7. Lebadea: Eustáfilo…………………………………………………...98 2.4. ¿Dioniso es el mencionado dios Toro en Beocia?.....................................100 2.4.1. El dios Toro de Tespias……………………………………………..100 2.4.2. Dioniso y el toro en las fuentes literarias……………………………101 2.4.3. El toro en los cultos dionisíacos…………………………………….103 2.4.4. El dios Toro de Tespias y la familia Tauro………………………….104 2.5. Conclusiones……………………………………………………………106 3. TIERRA SAGRADA DE DIONISO EN BEOCIA……………………………..109 3.1. Introducción: el concepto de límite en la Antigüedad…………………..111 3.2. Delimitación de zona sagrada…………………………………………...113 3.3. Mojones (ὅροι) que delimitan propiedad sagrada de Dioniso en Beocia...115 3.4. Conclusiones……………………………………………………………119 4. DEDICATORIAS RELACIONADAS CON DIONISO EN BEOCIA………..123 4.1. Introducción: la dedicatoria y la ofrenda votivas………………………...125 4.2. Las dedicatorias dionisíacas de Beocia………………………………….127 4.2.1. Introducción………………………………………………………..127 4.2.2. Dedicatorias de ofrenda desconocida………………………………129 4.2.3. Dedicatorias cuya ofrenda es una escultura…………………………134 4.2.3.1. Introducción………………………………………………….134 4.2.3.2. Estatuas de personas anónimas……………………………….135 4.2.3.3. Estatuas de personajes divinos……………………………….142 4.2.4. Dedicatorias cuya ofrenda es un trípode……………………………149 4.2.5. Dedicatorias cuya ofrenda es una obra arquitectónica……………...166 4.3. Conclusiones……………………………………………………………171 19 5. PARTICIPANTES INDIVIDUALES EN EL CULTO DE DIONISO EN BEOCIA………………………………………………………………………….177 5.1. Introducción…………………………………………………………….179 5.2. La figura del sacerdote en el ritual………………………………………180 5.2.1. Introducción………………………………………………………..180 5.2.2. Los sacerdotes de Dioniso………………………………………….182 5.2.3. Los sacerdotes de Dioniso en Beocia……………………………….189 5.2.4. El sacerdote de Zeus Trofonio en contexto dionisíaco en Beocia…...196 5.2.5. El sacerdote de las Musas en contexto dionisíaco en Beocia……….199 5.3. La figura de la sacerdotisa en el ritual…………………………………...205 5.3.1. Introducción………………………………………………………..205 5.3.2. Las sacerdotisas de Dioniso………………………………………...207 5.3.3. Las sacerdotisas de Dioniso en Beocia……………………………..211 5.3.4. Las sacerdotisas de otros dioses en contexto dionisíaco en Beocia....213 5.4. La figura del arconte en las celebraciones de Beocia…………………….218 5.5. La figura del agonoteta o árbitro de los juegos de Beocia……………….221 5.6. Los competidores de los agones de Beocia……………………………...223 5.7. Conclusiones……………………………………………………………228 6. PARTICIPANTES GRUPALES EN EL CULTO DE DIONISO EN BEOCIA………………………………………………………………………….235 6.1. Introducción…………………………………………………………….237 6.2. Asociaciones dionisíacas documentadas en Beocia…………………….239 6.2.1. Asociaciones religiosas de fieles y seguidores de Dioniso…………239 6.2.1.1. Los Dionisiastas……………………………………………...239 6.2.1.2. El Baquion…………………………………………………...241 6.2.2. Asociaciones profesionales………………………………………...244 6.2.2.1. Profesiones afines al culto de Dioniso: viñadores y canteros....244 6.2.2.2. Profesionales contratados para la celebración del culto de Dioniso: los tecnitas………………………………………….248 6.3. Las mujeres, fieles seguidoras del culto de Dioniso en Beocia………….268 6.4. Conclusiones……………………………………………………………273 20 7. FIESTAS DIONISÍACAS (Y RELACIONADAS CON DIONISO) BEOCIAS………………………………………………………………………...279 7.1. Introducción…………………………………………………………….281 7.2. Fiestas dionisíacas celebradas en Beocia……………………………….282 7.2.1. Las Agrionias de varias ciudades beocias…………………………..282 7.2.2. Las Dionisias de varias ciudades beocias…………………………...298 7.2.3. Las Nictelias de Tanagra……………………………………………303 7.2.4. Las Teodesias de Haliarto…………………………………………..305 7.2.5. Fiestas menores: Λύσιοι τελεταί, unas ceremonias de Tebas………309 7.3. Fiestas relacionadas con Dioniso celebradas en Beocia…………………313 7.3.1. Museia, los juegos en honor de las Musas celebrados en Tespias…...313 7.3.2. Caritesias, las fiestas en honor de las Cárites celebradas en Orcómeno…………………………………………………………..319 7.4. Conclusiones……………………………………………………………321 8. CONCLUSIONES GENERALES………………………………………………325 8.1. El Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum…………………327 8.2. El culto de Dioniso en Beocia por épocas históricas…………………….330 8.3. El culto de Dioniso por ciudades beocias………………………………..332 8.4. Colofón………………………………………………………………….340 8. GENERAL CONCLUSIONS…………………………………………………...343 8.1. The Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum……………….345 8.2. Dionysian cult in Boeotia in historical periods…………………………..348 8.3. The Cult of Dionysus in Boeotian cities…………………………………350 8.4. Colophon………………………………………………………………..358 Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum…………………….361 - Lebadea……………………………………………………………………….363 21 - Orcómeno……………………………………………………………………..365 - Queronea………………………………………………………………………378 - Tanagra………………………………………………………………………..379 - Tebas…………………………………………………………………………..381 - Tespias………………………………………………………………………...389 - Tisbe…………………………………………………………………………..400 - Decretos……………………………………………………………………….402 Bibliografía………………………………………………………………409 - Ediciones y corpus de textos epigráficos y papirológicos…………………….440 - Diccionarios…………………………………………………………………...444 Abreviaturas……………………………………………………………...445 Traducciones……………………………………………………………..448 Índice temático…………………………………………………………...449 22 23 Resumen La tesis doctoral El culto de Dioniso en Beocia estudia en profundidad los aspectos generales y particulares del culto que se practicó en honor del dios Dioniso en el área beocia desde época arcaica hasta el periodo imperial tardío. Analiza cómo fueron los ritos y ceremonias y cómo se desarrollaron atendiendo tanto a las ciudades específicamente como al conjunto global, a la región. El estudio, además, relaciona y compara el culto de este dios con el que se practicó en otras regiones del mundo griego, para poder así establecer semejanzas y diferencias entre determinadas prácticas rituales dionisíacas, conocer la evolución de las mismas y por qué se llevaron a cabo en unas zonas y en otras no, y establecer una visión de conjunto. La investigación se concibe como un estudio filológico sobre religión griega y, para abordarla, se ha recurrido a las fuentes literarias y epigráficas: los autores clásicos informan de ciertos aspectos, muchas veces mitológicos, del culto de Dioniso, y las inscripciones dan cuenta de cómo este se desarrolló entre los fieles y seguidores, es decir, en la vida real. Esta última parte es la que más interesa, por ello, se ha creado el Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum, una recopilación de epígrafes hallados en Beocia que documentan el culto de Dioniso o hallados en otra área geográfica pero que presentan información concerniente al tema en cuestión. Estas inscripciones pertenecen a las ciudades de Lebadea, Orcómeno, Queronea, Tanagra, Tebas, Tespias y Tisbe, a excepción de tres decretos no beocios pero recogidos porque testimonian aspectos notables del culto de Dioniso en la región. La estructura de la tesis consta de un primer bloque de introducciones (objetivos, metodología y problemática, el preámbulo del corpus de textos epigráficos y un breve estado de la cuestión), un segundo bloque de análisis y estudio pormenorizado (dividido en siete capítulos), una tercera parte con las conclusiones generales, a continuación, el Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum y, por último, la bibliografía fundamental y específica que se ha seguido para acometer la investigación. 24 Los temas estudiados en los diferentes capítulos son los siguientes: primeramente, se exponen la situación, la geografía y la historia de Beocia y los mitos más destacados de esta y de ciudades en particular; también se analiza el papel de Dioniso en la región y la relación entre ambos. El segundo capítulo estudia las menciones del dios de las que se tiene constancia en Beocia, y se divide en una primera parte que examina las diferentes maneras en que aparece escrito el teónimo en las inscripciones; una segunda que recoge los epítetos por los que era conocido Dioniso en Beocia, atestiguados en las fuentes literarias y epigráficas (a la ciudad de Eléuteras pertenecen los calificativos de Melanégida y Eleutereo/Eleuterio; a Tanagra, Nictelio; a Potnias, Egóbolo; en Tespias encontramos Evio y Bromio; en Tebas, Bromio, Cadmeo, Pericionio, Lisio, Categemón y Poligetes; y en Lebadea, Eustáfilo); y una última parte que analiza si el llamado dios Toro en la ciudad de Tespias (Beocia) corresponde a Dioniso. A continuación, se recopilan y estudian los ὅροι (mojones, lindes) que limitan el terreno sagrado de Dioniso; esto da pie a reflexionar, además, sobre el concepto de límite en la Antigüedad y sobre las separaciones que existieron entre zonas públicas y sagradas y las leyes y restricciones que regulaban este asunto. A partir del capítulo cuarto, el interés se centra en el culto y sus intervinientes. Este apartado concretamente examina las dedicatorias que los seguidores beocios realizaron para honrar a Dioniso o a otro dios o miembro pero en un contexto dionisíaco. Como hilo conductor para analizar todas las inscripciones que contienen dedicatorias se ha fijado la atención en la ofrenda: esta podía ser una escultura con representación de personas reales o personajes divinos, un trípode o una obra arquitectónica. El capítulo quinto se centra en los participantes individuales que formaban parte de la ceremonia cultual dionisíaca (rito y juego), haciendo especial hincapié en los sacerdotes de Dioniso atestiguados en diferentes zonas del mundo griego y en Beocia concretamente, y también en sacerdotes de otros dioses pero con alguna vinculación con Dioniso. La figura de la sacerdotisa del dios es, asimismo, analizada en profundidad, así como otros funcionarios y trabajadores mencionados en las inscripciones que asistían a los cargos principales. Por último, se presentan otros miembros con diferentes funciones y papeles dentro de la competición y el juego, arcontes, árbitros y competidores. El capítulo sexto estudia, por su parte, los participantes grupales, es decir, las asociaciones beocias que desempeñaron actividades o labores para conseguir el perfecto desarrollo del culto de Dioniso; veremos, por tanto, qué grupos surgieron en cada ciudad, qué rango o fama llegaron a 25 obtener y qué requisitos (si los había) se exigían para ser integrante. Son significativas las asociaciones religiosas de fieles y seguidores de Dioniso, entre las que destacan el grupo de los Dionisiastas y el Baquion, y las asociaciones profesionales, los gremios afines al culto del dios (viñadores y canteros), por un lado, y los profesionales contratados encargados de que todo saliera bien (los tecnitas), por otro. También se presta atención a los grupos de mujeres reunidas en Beocia, fieles seguidoras del culto de Dioniso. Y en el último capítulo se establece el repertorio de fiestas dionisíacas y relacionadas con el dios que –se sabe– se celebraron en la región protagonista. Además, se estudia en profundidad cada una de ellas vinculándolas a la ciudad/es donde se festejaron, analizando, en la medida de lo posible, las diferencias locales y reflejándolas en un mapa para dar a conocer, en un golpe de vista, el rico panorama de fiestas en honor de Dioniso con el que contó Beocia, una región que siempre estuvo a la sombra del Ática. Estas fiestas dionisíacas beocias documentadas son: las Agrionias, atestiguadas en varias ciudades; las Dionisias, también celebradas en varias ciudades; las Nictelias de Tanagra; las Teodesias de Haliarto; y fiestas menores como las Λύσιοι τελεταί, unas ceremonias de Tebas. Y de las fiestas no dionisíacas pero relacionadas con Dioniso celebradas en Beocia destacan: los Museia, los festivales de Tespias en honor de las Musas, y las Caritesias, las fiestas de Orcómeno en honor de las Cárites. Después de analizar aspectos generales y públicos (zonas sagradas de Dioniso, sus ritos, ceremonias y fiestas) y otros más de carácter privado (dedicatorias personales, situaciones de los diferentes miembros que compusieron el culto de Dioniso en épocas concretas), quedan recogidos todos los ámbitos de estudio del dios en Beocia, uno de los objetivos principales de dicho trabajo. Además, la riqueza local que ofrece una región permite establecer comparativas tanto entre aspectos de dentro del propio territorio como entre este y otras zonas, colindantes o no. Esto permite extraer conclusiones sobre las semejanzas y diferencias entre el culto de Dioniso en Beocia y el desarrollado en otros puntos geográficos, y también sobre la implantación de los cultos dionisíacos de fuera del Ática. Con todo ello, se busca continuar los estudios de dionisismo comenzados principalmente en la región ateniense para así trazar su evolución y relevancia en el mundo griego. Por otro lado, queda decir que los documentos literarios y epigráficos son la fuente indispensable para llegar a conocer de la forma más plena posible el culto de Dioniso y, por ello, son el medio de trabajo fundamental e imprescindible de la tesis doctoral. 26 27 Abstract This doctoral thesis, entitled The Cult of Dionysus in Boeotia, studies in detail the general and particular aspects of the cult practiced in honor of the god Dionysus in the area of Boeotia, a region that was always in the shadow of Attica, from the archaic to the late imperial period. It analyses how the character of rites and ceremonies and how they were developed in the cities specifically and a wider regional level. This research also relates and compares the cult of this god in this territory to that practiced in other regions of the Greek world in order to establish similarities and differences between certain Dionysian ritual practices; it also aims to further investigate their evolution and why they were practiced in some areas and not in others and to establish an overall vision. This research is conceived as a philological study on Greek religion and literary and epigraphic sources have been used for the purpose of approaching it: classical authors report certain aspects, often mythological, of the cult of Dionysus, and the inscriptions provide information on how this cult developed among the faithful and followers, that is to say, in the real life. This last part is the most interesting, and therefore, the Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum has been created; the latter corpus is a collection of epigraphs found in Boeotia that document the cult of Dionysus or found in another geographical area but presenting information concerning the subject in question. These inscriptions belong to the cities of Lebadeia, Orchomenos, Chaeronea, Tanagra, Thebes, Thespiae and Thisbe, with the exception of three not Boeotian decrees collected due to testifying remarkable aspects of the cult of Dionysus in the region. The structure of the thesis consists of a first introductory part dealing with aims and objectives, methodology and limitations, a brief preamble to the corpus of epigraphic texts and the state of research. The second part contains the analysis and detailed study through seven chapters. A third part provides general conclusions and, afterwards, the Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum has been included. At the end, fundamental and specific bibliography that has been consulted to undertake the research is presented. 28 Aspects investigated in the different chapters are the following: first of all, the situation, geography and the history of Boeotia are presented and the most outstanding myths of this area and of cities in particular; the role of Dionysus in the region and the relationship between them are also analysed. The second chapter studies the mentions of the god that are recorded in Boeotia, and it is divided into a first section that examines the different ways in which the theonym appears written in the inscriptions; a second section includes the epithets of Dionysus known in Boeotia attested in literary and epigraphic sources (to the city of Eleutherae belong the adjectives Melanegis and Eleutherius; to Tanagra, Nyktelios; to Potnia, Aegobolus; in Thespiae we find Evius and Bromius; in Thebes, Bromius, Kadmeios, Perikionios, Lysios, Kathegemon and Polygethes; and in Lebadeia, Eustaphylos); and the last section analyses whether or not the called god-bull in the city of Thespiae (Boeotia) corresponds to Dionysus. The remaining part constitutes a compilation and study of the ὅροι (landmarks, boundaries) that limit the sacred ground of Dionysus; in addition, this gives rise to reflection on the concept of boundary in Antiquity and on the separations that existed between public and sacred areas and the laws and curtailments that regulated this matter. From the fourth chapter onwards, the focus is on worship and its participants. This part specifically examines the dedications that the Boeotian followers made to honour Dionysus or another god or member but in a Dionysian context. As a common thread to analyse all the inscriptions that contain dedications, attention has been paid the offering: this could be a sculpture with representation of real people or divine characters, a tripod or a building. The fifth chapter focuses on the individual participants who were part of the Dionysian cult ceremony (rite and game), with special emphasis on the priests of Dionysus attested in different areas of the Greek world and in Boeotia specifically, and in priests of other gods but with some connection to Dionysus too. The role of the priestess of the god is also analysed in depth, as well as other officials and workers mentioned in the inscriptions who assisted the main positions. Finally, there are other members with different functions and roles within the competition and the game, archons, referees and competitors. Moreover, the sixth chapter studies the group participants, that is to say, the Boeotian associations that carried out activities or labours to get the perfect development of the cult of Dionysus; we will see, therefore, what groups emerge in each city, what rank or fame they were able to obtain and what requirements (if any) were demanded to be a member. The religious associations of the faithful and followers of Dionysus are 29 significant, among which the group of the Dionysiastai and the Baccheion stand out, as well as the professional associations, the guilds related to the cult of the god (vineyards and stonecutters), on the one hand, and the hired professionals responsible for everything to go well (the technitai), on the other. Attention is also given to the groups of women assembled in Boeotia, faithful followers of the cult of Dionysus. Finally, the last chapter establishes the repertoire of Dionysian and god-related festivals that are known to took place in the region. In addition, each of them is studied in relation to the city/s where they were celebrated, analysing the local differences as far as possible, and reflecting them on a map in order to reveal, in a glance, the rich panorama of festivals in honour of Dionysus in Boeotia. These Boeotian Dionysian festivities are: the Agrionia, witnessed in several cities; the Dionysia, also celebrated in several cities; the Nyktelia of Tanagra; the Theodaisia of Aliartos; and minor festivals such as Λύσιοι τελεταί, ceremonies of Thebes. And the non-Dionysian festivities but Dionysus-related celebrated in Boeotia are: the Mouseia, the Thespiae festivals in honour of the Muses, and the Charitesia, the Orchomenos festivities in honour of the Charites. After analysing public aspects (sacred areas of Dionysus, its rites, ceremonies and festivals) and other more private (personal dedications, situations of different members who composed the cult of Dionysus at specific times), they are collected all the fields of study of the god in Boeotia, one of the main objectives of this work. Moreover, the local wealth offered by the region allows the establishment of comparisons both between aspects of territory itself and between it and other areas, adjacent or not. This permits us to draw conclusions about the similarities and differences between the cult of Dionysus in Boeotia and in other geographical locations, and also about the implantation of Dionysian cults outside Attica. With all this, it is sought to continue studies on Dionysism started mainly in the Athenian region in order to trace its evolution and relevance in the Greek world. On the other hand, it is necessary to say that literary and epigraphic documents are the indispensable source to get to know as fully as possible the cult of Dionysus and, therefore, they are the fundamental and indispensable means of work of the doctoral thesis. 30 31 Introducción I. OBJETIVOS Los mitos y ritos dionisíacos llevan suscitando el interés de la crítica moderna desde hace más de un siglo. En la mayoría de los estudios sobre Dioniso y su culto, el foco se ha centrado casi de forma exclusiva en el culto del dios desarrollado en el Ática, la zona que más documentación ofrece (véase pt. IV. La importancia de los estudios de Dioniso fuera del Ática. Breve estado de la cuestión). Solo algunas monografías y artículos abordan su análisis y estudio en otra región. La presente tesis doctoral comienza y se enmarca en el proyecto de investigación “Fiestas dionisíacas fuera del Ática” (FFI2012-31814; duración: 2013-2015; IP: A. I. Jiménez San Cristóbal) y continúa en el siguiente “El culto dionisíaco en las islas del Egeo y Asia Menor” (FFI2015-65206-P; duración: 2016-2018; IP: A. I. Jiménez San Cristóbal). Con la idea de estudiar las fiestas celebradas en honor de Dioniso documentadas más allá de las fronteras del Ática, los objetivos principales que se fijaron en el primer proyecto fueron: identificar las principales fiestas del dios de cada región que conforma el territorio griego y establecer sus características. Dado que la zona “fuera del Ática” es una sección abstracta y geográficamente inmensa, fue necesario acotar el espacio de estudio para la tesis doctoral: se decidió comenzar por la región de Beocia, por ser la más cercana al Ática y presentar un volumen de textos suficientemente amplio. Sin embargo, como consecuencia de la abundante documentación e información hallada, se produjo un cambio de rumbo y la investigación final se ha focalizado únicamente en dicha región de Grecia. En la presente tesis doctoral ya no interesan solo las fiestas de Dioniso celebradas en Beocia, sino estudiar en profundidad el culto de este dios practicado en la región para así llegar a establecer sus características principales, sacar conclusiones particulares de cada ciudad beocia y generales de todo el territorio. La línea investigadora que se plantea pretende, por tanto, cubrir un vacío importante en el estudio de Dioniso. 32 En la tesis doctoral se buscan dos objetivos principales, más generales, y varios específicos. Llegar a conocer en profundidad cómo fue y cómo se desarrolló el culto de Dioniso en el área beocia es el primer objetivo. Para lograrlo, se parte fundamentalmente del análisis de datos filológicos. El examen de fuentes literarias y epigráficas que sirven de base para la reconstrucción del culto del dios nos lleva a la materialización del segundo objetivo principal, la elaboración del Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum. Dicho corpus es la primera recopilación de fuentes epigráficas antiguas que documentan la figura y el culto del dios Dioniso en la región de Beocia. La relevancia de esta aportación es destacable, pues el corpus puede ser fundamental para los estudios que se lleven a cabo en el futuro sobre religión dionisíaca. Además, otra de las finalidades de dicha herramienta es estudiar minuciosamente cada inscripción por el interés que pueda tener en sí misma y, a la vez, en relación con el resto de epígrafes de temática parecida procedentes de la misma ciudad o distinta, tratando siempre de contextualizar la inscripción en su zona de aparición. Para abordar el culto de Dioniso en Beocia, es necesario establecer también objetivos específicos. En primer lugar, se busca hacer un breve recorrido por la historia de la región, conocer sus mitos más destacados en general y los particulares de cada ciudad, y analizar la relación de Dioniso con el área beocia. Con ello se pretende poder responder a la pregunta por qué Dioniso fue un dios al que se le rindió culto de forma destacada en la región desde época preclásica hasta el periodo imperial tardío. La finalidad del segundo objetivo es, por un lado, estudiar las menciones de la divinidad, es decir, las diferentes maneras en que aparece escrito el teónimo en las inscripciones, y por otro, analizar los epítetos por los que era conocido el dios en la región tanto en las fuentes literarias como en las epigráficas. Con este punto se busca conocer más a fondo la gran repercusión que generaba el culto de Dioniso en Beocia, pues las distintas nomenclaturas divinas dan una idea de la dimensión considerable que alcanzó su culto y los ámbitos tan poliédricos y diferentes que representó. Además, otro objetivo que se quiere alcanzar es saber si existieron zonas sagradas para la celebración de ceremonias y fiestas dionisíacas, así como si los documentos epigráficos dan pistas sobre los límites que separaban las zonas cultuales de las que no lo eran. Asimismo, es necesario conocer a los fieles de Dioniso: para ello se han fijado los objetivos cuarto, quinto y sexto. La finalidad del cuarto objetivo es analizar en profundidad las dedicatorias que diferentes individuos dejaron por escrito para honrar al dios o bien a 33 otro miembro de un grupo dentro de un contexto dionisíaco. De esta manera se busca conocer casos reales de individuos y familias que siguieron y fueron partícipes de las consagraciones realizadas en el marco del culto de Dioniso. Como quinto objetivo se ha establecido conocer quiénes dirigían las ceremonias, cuál era su papel y de qué manera actuaban en las fiestas beocias celebradas en honor del dios (dirigentes de la ciudad, funcionarios y sirvientes que prestaban un servicio dentro del rito), así como aquellos que se involucraban mediante su participación en los juegos y agones (competidores). De la misma forma, el sexto objetivo pretende estudiar los grupos o asociaciones que surgieron y realizaron una determinada actividad en la celebración del culto de Dioniso en la región protagonista; así, será posible establecer la tipología de las agrupaciones, es decir, por qué los seguidores se asociaban para honrar al dios o cuál era el requisito para ser integrante de estos grupos, entre otras cuestiones. El último objetivo que se quiere alcanzar es constituir jerárquicamente el elenco de fiestas beocias que tuvieron lugar en honor de Dioniso y estudiarlas minuciosamente atendiendo a su relevancia y difusión en el mundo griego. Para ello, se fijará la tipología de cada fiesta a partir del análisis sistemático de las fuentes y la bibliografía con el fin de obtener, por ciudades, un cuadro claro de las celebraciones dionisíacas de la región. En la medida de lo posible, se hará un análisis comparativo para extraer conclusiones generales sobre las semejanzas y diferencias entre estas fiestas y las de otros puntos geográficos y también sobre la implantación de los cultos cívicos dionisíacos fuera del Ática. Por tanto, con el presente panorama se pretende establecer las características individuales del culto del dios desarrollado en las principales ciudades de Beocia y las generales de la región para así llegar a trazar la evolución del dionisismo en esta zona y su relevancia en el mundo griego. Por último, es necesario dar a conocer al lector la bibliografía principal sobre el culto dionisíaco en general y la referente a la región protagonista, así como los diarios de excavación y las ediciones fundamentales de las inscripciones. Con ello, se ahondará en ciertos aspectos (cuando se conozcan), como quiénes fueron los primeros estudiosos de los epígrafes, los momentos de los hallazgos, cómo y en qué estado aparecieron las piezas, los traslados que han sufrido a lo largo del tiempo, entre otras curiosidades. 34 II. METODOLOGÍA Y PROBLEMAS Para abordar la investigación, durante los primeros meses se llevó a cabo la lectura y comprensión de libros, tesis doctorales y artículos sobre religión griega, más concretamente de Dioniso o ámbito dionisíaco, y se seleccionó bibliografía existente sobre la historia antigua y mitología de Beocia. Una vez adquiridos los conocimientos precisos, se procedió a la recopilación de documentos epigráficos que ofrecen información sobre el culto de Dioniso en Beocia, tanto los hallados en la región que mencionan al dios o presentan un contexto dionisíaco, como los encontrados en otras ciudades no beocias pero que aportan datos relativos al tema de estudio. Algunas inscripciones fueron facilitadas por la directora de la tesis doctoral gracias a una compilación que ella misma comenzó hace años para estudiar algunos aspectos sobre el culto de Dioniso fuera del Ática. El resto de epígrafes relativos a Beocia ha sido seleccionado de diferentes corpus de inscripciones; fundamentales han resultado el volumen séptimo de Inscriptiones Graecae (IG) dedicado a Inscriptiones Megaridis et Boeotiae y el Supplementum Epigraphicum Graecum (SEG), pero también han tenido una importancia reseñable el Corpus Inscriptionum Graecarum (CIG), el Sylloge Inscriptionum Graecarum (Syll.), el Sylloge Inscriptionum Boeoticarum (SIB), Les inscriptions de Thespies (IThesp.) y Οι επιγραφές του Ωρωπού (Oropou), así como las recopilaciones Opera Minora Selecta de L. Robert, y algunos números correspondientes a P. Roesch de la revista Teiresias Epigraphica. Además, ciertas monografías científicas han sido imprescindibles para la presente investigación gracias a los estudios epigráficos o a las nuevas lecturas y ediciones que se presentan de las inscripciones; entre estas destacan el volumen quinto de L. R. Farnell, The Cult of the Greek States (1909), el primer volumen de A. Schachter, Cults of Boiotia: Acheloos to Hera (1981), Études Béotiennes de P. Roesch (1982), Die Hirten des Dionysos de R. Merkelbach (1988), Studies in Boiotian Inscriptions de J. M. Fossey (1991), los dos volúmenes de B. Le Guen, Les associations de technites dionysiaques à l’époque hellénistique (2001), también la aportación de A.-F. Jaccottet, Choisir Dionysos. Les associations dionysiaques ou la face cachée du dionysisme (2003), Agoni poetico-musicali nella Grecia antica. 1. Beozia de A. Manieri (2009), y The Epigraphy and History of Boeotia: New Finds, New Prospects de N. Papazarkadas (2014). Asimismo, numerosos artículos han sido claves para la ampliación del corpus de inscripciones; entre estos sobresalen aquellos que recogen 35 epígrafes que habían sido recién encontrados, es decir, los que cumplían la función de diario de excavación, y aquellos que presentaban el estudio tras el descubrimiento y análisis de las piezas: “Fouilles de Thespies” (1895 y 1902) de P. Jamot, “Études sur les inscriptions et la topographie de la Grèce centrale” (1935) de L. Robert, “Dédicaces attalides en Béotie” (1952) de P. M. Fraser, “Inscriptions béotiennes du Musée de Thèbes” (1970) de P. Roesch, “Monuments chorégiques d’ Orchomène de Béotie” (1974) de P. Amandry y T. Spyropoulos, e “Iscrizioni de Tespie della prima età imperiale” (1981) de L. Moretti. Para acceder a gran parte de esta información epigráfica se han utilizado las siguientes herramientas, absolutamente indispensables para el buen curso de la investigación: el programa Diógenes, la biblioteca clásica digital, una base de datos de humanidades que alberga el Thesaurus Linguae Graecae (TLG), el Thesaurus Linguae Latinae (TLL) y varios corpus epigráficos de época clásica, que permite hacer búsquedas por términos, por autores, por fragmentos y por tipo de texto. Destaca principalmente la web del proyecto Packard (http://inscriptions.packhum.org/) de la universidad de Ohio, una herramienta online que contiene la gran mayoría de ediciones, revistas y corpus epigráficos (entre ellos, IG, SEG, CIG, SIB, IThesp.) y también permite hacer búsquedas por palabra clave. Algunas revistas, como Teiresias Epigraphica, tienen su propia página web (http://www.teiresias-journal.org/epigraphica), lo que ha facilitado enormemente la búsqueda y consulta de inscripciones, principalmente las de mayor antigüedad. Para establecer correspondencias entre una inscripción y sus ediciones prior y princeps y sus referencias bibliográficas ha sido de gran ayuda la web diseñada por el CSIC, CLAROS (http://www.dge.filol.csic.es/claros/claros.htm). Otras webs que han resultado utilísimas para la lectura y consulta de boletines, diarios de excavación y artículos de siglos pasados son Persée, el archivo francés de publicaciones científicas (http://www.persee.fr/) y la biblioteca digital de la Universidad de Heidelberg (https://digi.ub.uni-heidelberg.de/), y para libros antiguos, el portal Internet Archive (https://archive.org/). No puede faltar la mención a Academia.edu (http://www.academia.edu/), la red social de investigadores, una herramienta muy útil que permite acceder fácil y rápidamente a gran parte de trabajos pasados y recientes de muchos estudiosos. Asimismo, en la tesis doctoral se incluyen, por supuesto, fuentes literarias antiguas. Se procedió a la lectura de algunas obras que aportan información interesante sobre los cultos de dioses. Además, se realizaron búsquedas por palabras clave con el programa Diógenes para averiguar datos sobre el culto de Dioniso en Beocia. Los 36 principales autores que se han manejado son Homero, Hesíodo, Píndaro, Eurípides, Apolodoro, Estrabón, Plutarco, Ateneo de Náucratis y Pausanias. Dada la mayor facilidad de acceso a la literatura antigua y, en consecuencia, el conocimiento generalizado de las obras en comparación con el material epigráfico, esta parte dedicada a fuentes literarias no se presenta en una recopilación de textos, sino que se expone en el cuerpo de la tesis a colación de los temas analizados. Con respecto a las ediciones empleadas, se han seguido generalmente las recomendadas en el Diccionario Griego Español (DGE). La investigación se presenta como un estudio de religión griega, pues el tema principal es llegar a conocer el culto de Dioniso en Beocia, pero también, como un estudio filológico bipartito: por un lado, con inscripciones previamente seleccionadas y, por otro, con datos informativos que ofrecen los autores clásicos sobre temas dionisíacos y que posteriormente se han ido integrando con la documentación ofrecida en las inscripciones. Hay que recalcar que el trabajo no se concibe como un estudio epigráfico, sino que se sirve de las fuentes epigráficas y literarias para cumplir el objetivo citado líneas más arriba1. También conviene precisar que a lo largo de la tesis se toman testimonios relativos al culto de Dioniso de otras regiones y ciudades no beocias como ayuda para la reconstrucción del que nos interesa, el desarrollado en Beocia, así como para establecer una comparativa del mismo culto divino en diferentes lugares. Se pretende, así, saber, en la medida de lo posible, qué relación y similitudes tuvo el culto de Dioniso en Beocia con el que se practicó en otras regiones cercanas, como el Ática, o lejanas, como Asia Menor. Los problemas encontrados a lo largo de la realización de la tesis doctoral han sido varios: sin lugar a dudas, la parte más dificultosa, ardua y lenta de la investigación se encontró en la selección, recopilación, revisión y traducción de los textos epigráficos y de la búsqueda de toda su bibliografía. Con respecto a la selección y recopilación, la consulta de los diferentes corpus se hizo online y también de forma manual: ciertas inscripciones no mencionan a Dioniso por su teónimo pero sí se refieren al dios, por lo que solo era posible descubrir estos textos manejando y leyendo los corpus y libros impresos. Una vez examinados en torno a 15000 epígrafes y seleccionados los que interesan para el corpus de la tesis, se procedió a la revisión de los textos, una parte 1 Gracias al año de trabajo en el Centro CIL II de la Universidad de Alcalá, he aprendido que para poder considerar que un trabajo es esencialmente epigráfico es necesario leer y autopsiar las piezas, o bien en sí mismas (en el soporte original) o bien por medio de buenas fotografías. 37 que también presentó dificultades: comprobar las ediciones de cada inscripción y cotejar toda la bibliografía existente hasta el momento de cada documento resultó ser una tarea tremendamente problemática, habida cuenta de los errores sistemáticos encontrados, pero útil para aportar información correcta. En ocasiones, el texto está muy dañado y la lectura que realizaron los primeros estudiosos a veces no es fiable, incluso, errónea; a esto se suma que algunas recopilaciones epigráficas son muy antiguas y desconocidas, no están digitalizadas y acceder a ellas es casi imposible. En este punto conviene resaltar que fueron de gran utilidad los recursos bibliográficos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), los de la Universidad de Sídney (Australia), la biblioteca Tomás Navarro Tomás del CSIC y el Instituto Arqueológico Alemán, además de –por supuesto– la biblioteca de Filología Clásica y la biblioteca General de la Universidad Complutense y el extraordinario servicio de préstamo interbibliotecario de dicha universidad; asimismo, las bases de datos a las que está suscrita esta institución, como L’Anné Philologique, Academic Search Premier, RefWorks, ISOC, HathiTrust Digital Library, y las plataformas que dan acceso a revistas y libros electrónicos digitalizados, como JSTOR, Science Direct, Project Muse, InterClassica Hemeroteca, han sido muy útiles para abordar esta parte del trabajo. Respecto a las traducciones al español de los textos griegos, hay que advertir, en primer lugar, que todas las que se presentan en la tesis doctoral son obra de la autora. En lo que se refiere a los documentos epigráficos, una dificultad añadida fue que la mayoría de las inscripciones están en beocio, lo que supuso tener que estudiar las características principales que este dialecto presenta frente al griego clásico. Además, no es habitual encontrar traducciones al español, tan solo, en alguna ocasión, en otra lengua moderna. A diferencia de los textos literarios, que suelen contar con diversas traducciones en muchos de los idiomas actuales, las inscripciones no son tan conocidas ni han tenido tanta repercusión como la literatura. 38 III. EL CORPUS DE TEXTOS EPIGRÁFICOS: Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum El estudio del culto dionisíaco a través de las inscripciones resulta una tarea complicada porque son escasas las ediciones puramente epigráficas que existen sobre Dioniso y, además, estas se integran muchas veces en recopilaciones parciales o generales. Por lo que se refiere al estudio de la epigrafía dionisíaca correspondiente al área de Beocia, los epígrafes relativos al dios no son tan abundantes como los que se pueden encontrar en el Ática, pero la información que transmiten merece un análisis y estudio, aunque en ocasiones sea escueta o, incluso, indescifrable. El corpus que se presenta en la tesis doctoral pretende ser la primera recopilación de inscripciones dionisíacas (o relacionadas con Dioniso) de la región de Beocia2 relativas a todas las épocas históricas, contando así con epígrafes que se encuadran desde el momento preclásico hasta el periodo imperial tardío. Para la perfecta comprensión del corpus, conviene puntualizar varios aspectos: en primer lugar, el criterio que se ha seguido para presentar las inscripciones ha sido el orden alfabético en lo referente a las ciudades (Lebadea, Orcómeno, Queronea, Tanagra, Tebas, Tespias y Tisbe), a excepción de tres decretos, que se han agrupado dadas sus características y porque ninguno procede de Beocia, pero se han tenido en cuenta porque testimonian aspectos relevantes para el estudio del culto de Dioniso en la región. Volviendo a las inscripciones dispuestas por ciudades, dentro de cada ciudad, están ordenadas por tipología o temática siguiendo, además, un orden cronológico (en la medida de lo posible, y siempre dejando al final aquellas de datación desconocida). De algunas inscripciones se conoce su fecha exacta o relativa (es decir, referida a algún momento de un siglo concreto o que oscila entre dos), pero de otras solo ha sido posible averiguar que se encuadran en época imperial, sin poder ubicar con mayor precisión el momento histórico. En segundo lugar, los epígrafes aparecen nombrados en el corpus por el topónimo de la ciudad de aparición o atribución, seguido de un número que responde al orden explicado líneas más arriba. A continuación, para cada epígrafe se presenta una breve explicación del tema de la inscripción, la cronología entre paréntesis (en los casos en que se atribuyen diferentes fechas al epígrafe, 2 Se ha intentado recoger todos los documentos epigráficos hallados hasta el momento en Beocia que documenten la presencia y el culto de Dioniso. Bien es cierto que no se han incluido dos inscripciones beocias aparentemente dionisíacas pero que presentan un texto, una de ellas, en gran medida perdido, y la otra, controvertido. Se alude a estos epígrafes a lo largo del trabajo en notas al pie. 39 estas aparecen también dentro del paréntesis con la indicación del autor o corpus que establece esa cronología distinta) y la edición seguida. Más abajo encontramos el texto griego y su traducción al español; y en cuanto a la traducción de los nombres propios presentes en las inscripciones, se han seguido las normas de la publicación de M. Fernández Galiano, La transcripción castellana de los nombres propios griegos (1969), y se ha procurado ser fiel al antropónimo original beocio pero también facilitar su pronunciación en español. También se ha prestado atención a los consejos de E. F. Claflin en su The Syntax of the Boeotian Dialect Inscriptions (1905) para la traducción de los textos. A continuación, se muestran otras ediciones donde aparece recogida la inscripción y otras publicaciones donde es mencionada, analizada, comentada y estudiada. Sobre este punto hay que recalcar que las ediciones y publicaciones presentadas de cada epígrafe están revisadas, esto es, no se ha copiado simplemente la información expuesta en la edición principal, sino que se muestran con antiguos errores ya subsanados, y hay que decir, además, que las referencias de las inscripciones están actualizadas, es decir, se han tenido en consideración monografías recientes; por otro lado, aquellas ediciones y publicaciones que no se han podido comprobar no aparecen recogidas. Asimismo, las inscripciones cuya lectura ha sido controvertida van acompañadas de un aparato crítico; este ha sido tomado de las ediciones principales pero con añadidos de la autora sobre lecturas de otros especialistas que no habían sido tenidas en cuenta. Por último, un breve comentario acompaña a algunos epígrafes con información sobre la fecha de aparición, lugar, características de la piedra, etc. El corpus se compone en total de 64 documentos epigráficos, de los cuales 3 pertenecen a la ciudad de Lebadea, 22 a Orcómeno, 2 a Queronea, 3 a Tanagra, 13 corresponden a Tebas, 16 a Tespias, 2 a Tisbe y, por último, 3 decretos. Antes de pasar a las inscripciones, es necesario resaltar algunos aspectos de estas ciudades beocias para entender por qué fueron lugares importantes en la Antigüedad y dejaron un legado gracias al cual ahora son protagonistas en este trabajo: Lebadea es citada en las fuentes como una ciudad significativa que destacó fundamentalmente por acoger el oráculo de Trofonio3. Orcómeno aparece ya en Homero como una ciudad rica y poderosa4; su riqueza se debió, entre otras cosas, a que está asentada junto al lago Copaide, lo que la hizo beneficiaria de todo tipo de cultivos5. Pausanias también recalca su prosperidad y afirma que fue una 3 Str. 9, 2, 35 y 38; Paus. 9, 37, 7 y 9, 39, 4-14. 4 Il. 9, 381. 5 Str. 9, 2, 40 y 17, 1, 46. 40 ciudad famosa como ninguna otra en Grecia6, conocida, además, por custodiar el tesoro de Minias7, aunque su fortuna se vio perjudicada8. Queronea destacó principalmente por ser el punto clave donde Filipo venció a atenienses, beocios y corintios, y donde también los romanos vencieron a Mitrídates9. Por su parte, Tebas, ciudad próspera, como consecuencia de las guerras en las que se vio sumida, decayó y provocó que gran parte de la región también decayera. Tras la guerra que sostuvo con los persas y los griegos en época clásica, posteriormente con Esparta, más tarde con los focenses y los daños que sufrió por los macedonios, Tebas se fue debilitando hasta tal punto que Estrabón confiesa que, en su tiempo, ni siquiera conservaba el aspecto de una población digna de mención, a excepción de Tanagra y Tespias, que eran las únicas ciudades que mantenían una buena situación10. De los tanagrenses también se destaca que eran los que mejor practicaban el culto de los dioses11, y de Tespias, que es la ciudad más cercana al Helicón y a las Musas12. Tisbe, actualmente llamada asimismo Kakosia, era conocida por tener abundantes palomas13, por dominar el mar y tener un puerto importante14; fue una ciudad situada en la falda de un monte, lo que le podría haber reportado gran prosperidad a causa de la agricultura, pero no fue así porque se construyó un terraplén con el fin de desviar el agua al otro lado de la obra y los cultivos se llevaron a cabo en esta otra zona15. De otras ciudades, como por ejemplo Haliarto, no ha llegado demasiada información (ni se conservan testimonios epigráficos relevantes para el presente trabajo). Pudo deberse al asedio que sufrió esta localidad a manos de los romanos durante la Tercera Guerra Macedonia (de hecho, el propio Estrabón declara que Haliarto no existía ya en su tiempo)16. Pausanias cuenta que no sabe quién fue su fundador, que fue atacada por los persas al defender a los griegos y fue incendiada17, y que conservaba sus templos sin techo, al aire libre –en tiempos del autor–18, y que algunos estaban quemados19. 6 Paus. 9, 34, 6. 7 Paus. 9, 38, 2. 8 Paus. 9, 37, 8. 9 Str. 9, 2, 37; Paus. 9, 40, 7-10. 10 Str. 9, 2, 5 y 25. 11 Paus. 9, 22, 2. 12 Str. 9, 2, 25; Paus. 9, 29, 3. 13 Il. 2, 502; Str. 9, 2, 27. 14 Str. 9, 2, 28. 15 Paus. 9, 32, 2-3. 16 Str. 9, 2, 30. 17 Paus. 9, 32, 5. 18 Paus. 9, 33, 3. 19 Paus. 10, 35, 2. 41 Mapa que muestra la situación geográfica de las ciudades de la región de Beocia (cortesía de Manieri, 2009, p. 42). 42 IV. LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS DE DIONISO FUERA DEL ÁTICA. BREVE ESTADO DE LA CUESTIÓN Antes de dar comienzo al estudio de Dioniso en Beocia, es conveniente hacer un repaso de los estudios más significativos sobre religión griega, incidiendo particularmente en la figura y el culto del dios, y más específicamente en aquellos que sobrepasan las fronteras del Ática. Debe advertirse que este punto no pretende ser un exhaustivo y minucioso estado de la cuestión, sino que simplemente busca ofrecer al lector una idea general de dichos estudios. Dioniso es uno de los dioses griegos más polifacéticos y cambiantes. Aunque se le atribuyen el vino y el teatro como aspectos característicos, sus ámbitos de actuación y repercusión van mucho más allá. También es el dios de la naturaleza y de la agricultura, pues representa el crecimiento vegetal, el elemento húmedo y se identifica con animales salvajes como la pantera, el león, el toro y la serpiente. Es la divinidad del divertimiento, del disfrute y de las celebraciones colectivas, así como de la locura ritual (μανία), de la ausencia de ataduras y de la libertad. Además, se relaciona con el mundo de ultratumba; es un mediador entre vivos y muertos y un purificador de almas. Dioniso es un dios, entre los muchos del panteón, a quien los griegos conmemoraban periódicamente y al que se honraba con fiestas muy variadas y fastuosos rituales organizados a nivel estatal. Es una divinidad a la que se asocian también cultos mistéricos, aquellos a los que se accedía por medio de rituales iniciáticos. La diferencia fundamental de estos con respecto a los cultos cívicos reside en que los mistéricos estaban al margen de las festividades reguladas por el estado. En este trabajo se trata fundamentalmente el culto cívico de Dioniso en Beocia porque apenas hay vestigios del mistérico, aunque en los casos en que los haya o se aluda a ellos serán estudiados. En la región del Ática, especialmente en Atenas, el culto de Dioniso está sobradamente atestiguado porque se celebraban más fiestas que en ninguna otra ciudad griega y estas estaban ligadas a las representaciones dramáticas, lo que ha supuesto que los festivales atenienses sean los mejor documentados y también los más estudiados. A continuación, presento importantes monografías que en su momento asentaron las bases de la religión griega y supusieron en muchos casos un punto de partida y/o de inflexión en el estudio del culto de Dioniso: uno de los primeros estudios sobre festivales helenos antiguos se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, Heortologie, de A. Mommsen, 43 publicado en 1864. En 1898, E. Rohde en su obra Psyche. Seelencult und Unsterblichkeitsglaube der Griechen presenta una dicotomía entre religión y razón, y atribuye al ritual dionisíaco, que se creía entonces procedente de Tracia, una posición inferior con respecto al pensamiento racional. Este análisis subyace a la gran obra nitzscheana Die Geburt der Tragödie aus dem Geiste der Musik, de 1871-1872, en la que al filósofo le interesa el sufrimiento de la condición humana y la superación de este, divulgando así una visión de lo dionisíaco como experiencia psicológica colectiva, la esencia del mundo, frente a lo apolíneo, dos modos diversos de vida que se desarrollaron y se manifestaron en la Grecia Clásica. J. E. Harrison, en su obra de 1903 Prolegomena to the Study of Greek Religion, aporta interesantes novedades en el estudio de la figura de Dioniso teniendo siempre como ideal antropológico el ritual. Más allá del ámbito puramente filosófico-antropológico, relativas al culto y a las fiestas celebradas en honor de los diferentes dioses griegos, sobresalen las monografías de L. R. Farnell, The Cult of the Greek States, cinco volúmenes publicados entre 1896 y 1909 que pretenden dar lugar a estudios de religión comparada, como el propio autor declara, y cuyas contribuciones en lo referente a Dioniso y el dionisismo son notables, y de M. P. Nilsson, Griechische Feste von religiöser Bedeutung mit Ausschluss der attischen, en 1906, obra centrada en el fenómeno religioso dentro de una perspectiva histórica. También son relevantes las aportaciones de L. Deubner en 1932, Attische Feste, y de A. W. Pickard-Cambridge, The Dramatic Festivals of Athens, en 1953. En los años 70 y 80 se publican estudios generales de religión griega y del conjunto de fiestas atenienses: Homo Necans: Interpretationen altgriechischer Opferriten und Mythen de W. Burkert, en 1972, y Griechische Religion der archaischen und klassischen Epoche del mismo autor, en 1977, con ediciones posteriores –ampliadas y mejoradas– en italiano, inglés y español, son dos libros de cabecera en los estudios de religión griega antigua y también aportan noticias sobre fiestas dionisíacas. Asimismo, destacan obras relativas a las fiestas del Ática, Festivals of the Athenians de H. W. Parke, en 1977, y Festivals of Attica. An Archeological Commentary de E. Simon, en 1983. En la década de los 90 es importante el trabajo de R. Parker, Athenian Religion, en 1996, y su aportación a principios del nuevo siglo Polytheism and Society at Athens, en 2007. Todas estas publicaciones han generado un volumen de documentación de referencia importante y han asentado los fundamentos metodológicos de la investigación sobre la religión griega antigua, pero en su gran mayoría los estudios se han centrado en la región del Ática. Tan solo encontramos algunas noticias sobre culto religioso en la Grecia central, las islas del Egeo o Asia Menor. 44 En lo que se refiere a culto dionisíaco específicamente, muchos autores han aportado estudios antropológicos relativos a la figura de Dioniso y lo que representa. Además, los primeros trabajos se refieren también al culto del dios desarrollado en la zona ática, pero puesto que fuentes literarias y epigráficas revelan que el culto de Dioniso y la celebración de fiestas a él asociadas estaba presente en múltiples regiones del mundo griego y en diferentes épocas, algunos estudiosos sobrepasan esos límites áticos en sus contribuciones. A principios del siglo XX, destacan la tesis doctoral de M. P. Nilsson, Studia de Dionysiis atticis, de 1900, y la obra francesa de P. Foucart, Le culte de Dionysos en Attique, de 1904, ambos estudios referidos a la zona ática. En 1933, el revolucionario trabajo de W. F. Otto, Dionysos. Mythos und Kultus, casi considerado la teología de Dioniso, se centra en la figura del dios y su culto, no solo el desarrollado en el Ática, sino el que también se practicaba en otras zonas del territorio griego, enlazando filosofía, mitología y religión. E. R. Dodds, en su obra de 1951 The Greeks and the Irrational, convierte el ritual menádico en el epicentro de su estudio y lo extrapola a la realidad de su tiempo, tomando como referencia la figura de Dioniso, el dios que concentra sufrimiento y placer pero que es capaz de liberar de las represiones por medio de dicho ritual. H. Jeanmaire en el mismo año publica Dionysos. Histoire du culte de Bacchus y trata aspectos relativos a los misterios dionisíacos y al orfismo, concediéndole también un lugar importante al ritual menádico, la manifestación más representativa del dionisismo. Por su parte, G. A. Privitera, en 1970, se desmarca de las corrientes de pensamiento del momento y en un estudio Dioniso in Omero e nella poesia greca arcaica insiste en la presencia de Dioniso en el mundo griego desde época micénica hasta Platón. La sugerente aportación de K. Kerényi en 1976, Dionysos: Archetypal Image of Indestructible Life, ofrece una original visión de mito y culto dionisíacos situando al dios en el punto en que se encuentran la vida y la muerte. En 1977, M. Detienne se centra en el estudio de las fiestas más salvajes del dios y en el rito menádico en su obra Dionysos mis à mort. A. Henrichs en su contribución de 1982, “Changing Dionysian Identities”, propone una clara distribución de sexos según los ámbitos de celebración de las fiestas de Dioniso. M. Daraki, en 1985, con Dionysos et la déesse terre da a conocer una perspectiva histórico-antropológica del cosmos a través de la esfera dionisíaca: el ser humano busca comunicarse con lo divino y lo divino conecta con la Tierra, y Dioniso, además de divinidad celeste, es un dios ctonio. El trabajo de F. Graf de 1985, Nordionische Kulte, resulta fundamental porque sale de las fronteras áticas para estudiar los documentos epigráficos relativos al culto de Dioniso practicado en Quíos, Eritrea, 45 Clazómenas y Focea. T. A. Carpenter aporta, en 1986, un estudio iconográfico centrado exclusivamente en la figura del Dioniso ateniense de época clásica, Dionysian Imagery in Fifth-Century Athens. Por su parte, destacan las contribuciones de R. Merkelbach, Die Hirten des Dionysos, en 1988, de H. S. Versnel, Ter unus: Isis, Dionysus, Hermes. Three studies in henotheism, en 1990, y de A. Henrichs, “Between Country and City: Cultic Dimensions of Dionysus in Athens and Attica”, porque también tratan algunos aspectos del culto de Dioniso fuera del Ática. En el mismo año, J. A. Dabdab Trabulsi en Dionysisme. Pouvoir et société en Grèce jusqu’à la fin de l’époque classique ve el dionisismo como una representación de la lucha de clases y como un medio para acceder a los derechos sociales. Asimismo, R. Hamilton ofrece una interpretación general del contexto festivo relativo a Dioniso en 1992 con su Choes and Anthesteria. Athenian Iconography and Ritual. S. Guettel-Cole contribuye, en 1993, con una síntesis de las Dionisias celebradas más allá de los límites atenienses, “Procession and Celebration at the Dionysia”. Dos de los estudios de Dioniso más importantes sobre el culto fuera del Ática son los de G. Casadio, Storia del culto di Dioniso in Argolide, de 1994, y de 1999, Il vino dell’anima. Storia del culto di Dioniso a Corinto, Sicione, Trezene. Siguiendo esta corriente de estudios dionisíacos que sobrepasan las fronteras áticas, también son relevantes las aportaciones en 2001 de C. Kerényi, Dionysos nella Grecia arcaica. Il contributo delle immagini, un amplio estudio de la iconografía dionisíaca en toda Grecia, de B. Le Guen sobre los tecnitas de Dioniso de diversas zonas del mundo griego, Les associations de technites dionysiaques à l’époque hellénistique, de I. Tassignon, en 2003, sobre las Catagogias dionisíacas celebradas en Asia Menor, “Dionysos et les katagôgies d’Asie Mineure”, y de A.-F. Jaccottet sobre las asociaciones de Dioniso surgidas en diferentes regiones griegas, Choisir Dionysos. Les associations dionysiaques ou la face cachée du dionysisme. C. Acker, en 2002, retoma la corriente filosófica relativa al ámbito dionisíaco en su obra Dionysos en transe: la voix des femmes, en la que considera el ritual menádico la máxima manifestación del culto de Dioniso. De 2005 es el libro de N. Spineto, Dionysos a teatro. Il contesto festivo del dramma greco, un estudio exhaustivo del ámbito sacral dionisíaco basado en las celebraciones teatrales de Atenas y sus demos, y en 2006 destaca el de R. Seaford, Dionysos, una breve pero útil síntesis de aspectos sobre el dios y su culto. Algunas de las publicaciones de A. I. Jiménez San Cristóbal se centran en el estudio de Dioniso más allá de los límites atenienses, como por ejemplo “El culto de Baco en una inscripción rodia del s. II-III d.C.” (2007), “Dioniso Melanégida” (2009) o “Las Teodesias, ¿una fiesta dionisíaca?” (2017), un reciente estudio de una fiesta 46 del dios no ática, y A. Bernabé en 2010 también publica un artículo sobre el rito de las Agrionias, unas fiestas dionisíacas no áticas, “Las Agrionias y el mito de las Miníades. Razones de un ritual”. Del año 2011 es la monografía editada por R. Schlesier, A Different God? Dionysos and Ancient Polytheism, que presenta una serie de estudios que recorren diversos ámbitos del culto dionisíaco. Del mismo año destaca también la recopilación de A. I. Jiménez San Cristóbal, “Fiestas dionisíacas”, una de las primeras síntesis en español sobre las fiestas de Dioniso más conocidas. De 2013 son significativas las aportaciones Redefining Dionysos, libro editado por A. Bernabé, M. Herrero, A. I. Jiménez San Cristóbal y R. Martín-Hernández, y Dioniso. Los orígenes: textos e imágenes de Dioniso y lo dionisíaco en la Grecia Antigua, obra coordinada por A. Bernabé, A. I. Jiménez San Cristóbal y M. A. Santamaría, una de las últimas monografías más completas sobre Dioniso y su culto, pues un variado conjunto de estudios analiza la figura del dios de época arcaica y preclásica en diferentes disciplinas: literatura, epigrafía e iconografía, principalmente. Además, el volumen dedicado a la época clásica está en preparación. Por último, deben citarse las tesis doctorales de algunos compañeros del equipo de trabajo que están dentro de la línea de investigación del presente estudio: del año 2013, Dioniso en Diodoro Sículo de O. Patón y Dioniso y los Dying gods: paralelos metodológicos de P. Corrente, Dioniso en la poesía lírica griega de S. Porres en 2014, Epigrafía dionisiaca en época clásica de M. V. Vaello en 2017, y en realización está Dioniso en Plutarco de S. Planchas. 47 Beocia Ἀθηναίοις δὲ ἡ Βοιωτία καὶ κατὰ ἄλλα τῆς Ἀττικῆς ἐστιν ὅμορος, πρὸς δὲ Ἐλευθερῶν οἱ Πλαταιεῖς. Βοιωτοὶ δὲ τὸ μὲν πᾶν ἔθνος ἀπὸ Βοιωτοῦ τὸ ὄνομα ἔσχηκεν, … Y con los atenienses Beocia es limítrofe por varios lugares del Ática, al otro lado de Eléuteras están los de Platea. Los beocios como pueblo han tomado el nombre de Beoto, … Pausanias, Descripción de Grecia, 9, 1, 1. 48 49 1. BEOCIA 1.1. Situación, geografía20 e historia La región de Beocia, Βοιωτία en la Antigüedad, es una región periférica de la Grecia continental o central. Tiene una extensión de 3211 km2 21. Su capital es Lebadea y la segunda ciudad más grande es Tebas, aunque esta fue la más importante en tiempos antiguos. Se extiende por el oeste a lo largo de la ribera del golfo de Corinto y al este queda separada de Eubea por el estrecho de Euripo. Sus regiones limítrofes son Fócide al noroeste, Lócride al noreste, el Ática al sur y Megáride al suroeste. Mapa de la situación de Beocia (color rojo) en Grecia Beocia y sus regiones limítrofes Beocia está asentada sobre una llanura rodeada de varios sistemas montañosos: por el norte, los montes de la Fócide con el Parnaso a la cabeza; por el sur, los montes del Ática, entre los que destaca el Parnes; por el oeste se encuentra el famoso Citerón, vinculado a Dioniso y su culto, como veremos más adelante; y en el centro de la región, a la altura de Tespias, está el Helicón, que tendrá un lugar reseñable en las inscripciones relacionadas con las Musas y Dioniso22. El lado oriental supone la barrera marítima con Eubea. En la llanura, los ríos y afluentes que discurren por los sistemas montañosos hasta 20 La geografía de Beocia contada por Estrabón en 9, 2, 15-16; sobre la topografía y población de la región véase: FOSSEY, 1988. 21 Es una región pequeña en comparación con otros territorios; por ejemplo, la Comunidad de Madrid tiene una extensión de 8030 km2 y Cantabria, de 5321 km2. 22 Véanse cap. 4.2.3.3, 5.2.5 y 7.3.1. 50 los lagos y mares han formado desde la Antigüedad zonas pantanosas, lo que ha provocado una riqueza en la tierra considerable que ha sido señalada por algunos autores clásicos. Homero describe la región con el término πίων, un pueblo rico y fértil23. Hesíodo, por el contrario, presenta la situación de los labriegos de Beocia, concretamente de la aldea de Ascra, como mala en invierno y buena en verano24. Eurípides menciona la riqueza de las llanuras beocias por las que corre el río Asopo, pues estas producen buenas cosechas de cereales para los tebanos25. Heraclides Crético, en su descripción de Grecia, al hablar de la región afirma que era rica en viñas y que producía los mejores vinos26; precisamente, la epigrafía beocia relacionada con Dioniso destaca la importancia de la viticultura, emparentada con el dios y su culto27. Estrabón se hace eco del historiador Éforo y hace hincapié, al igual que Homero, en la superioridad de Beocia por la fertilidad de su suelo y por su buena situación entre tres golfos, lo que conllevaba que la región estuviera rodeada de puertos comerciales (y recibiera productos de Italia, Sicilia y Libia) y áreas abiertas a la navegación directa hacia las islas, Egipto, Chipre, Macedonia y el Helesponto28. Por su parte, Plutarco habla de la ciudad beocia de Antedón como la rica en vino29. La cercanía de Beocia al centro político, social, cultural y económico que supuso el Ática en la Antigüedad influyó en sus leyes, costumbres y vida en general y, a pesar de que Beocia fue aliada de Esparta durante la Guerra del Peloponeso, nunca perdió su vinculación con el Ática. Sin embargo, era una región diferente y, como tal, tenía valores morales e intelectuales que no eran los atenienses30. El régimen de Beocia era conservador y oligárquico31, con una fuerte herencia agraria y ganadera. Para los habitantes del Ática el beocio, por lo general, era una persona rural dedicada a la agricultura y alejada de los menesteres políticos y culturales de las grandes ciudades. El carácter conservador de la economía rural de Beocia y su naturaleza cerrada e insular provocaron que la democracia no fuera la definida por el modelo ateniense, pero el sistema político beocio llegó a ser muy representativo de su población residente. También fue una región guerrera y 23 Il. 5, 709-710. 24 Hes. Op. 639-640. 25 E. Ba. 748-750. 26 Heraclides Creticus 1, 8. 27 Lebadea 3 Διονύσωι Εὐσταφύλωι (ép. tardía): A Dioniso Eustáfilo, “el de buen racimo”; Tanagra 3 l. 5 οἱ ἀμπελουργοί (s. II-I a.C.): los viñadores. 28 Str. 9, 2, 2. 29 Plu. Aet. Gr. 19. 295E. 30 VOTTÉRO, 1998: 163-164. 31 Th. 4, 76, 2 y 5, 31, 6. 51 combatiente: en el periodo clásico, Beocia y Arcadia fueron fuente de hoplitas de armas pesadas32. Estrabón destaca la escasa formación y educación de sus gentes, pues concedieron más importancia al entrenamiento militar que al conocimiento33. Para contextualizar el periodo histórico del culto de Dioniso que se va a analizar en la tesis, parece oportuno resumir los acontecimientos más notables y conocidos de la historia de Beocia (se remitirá, además, a bibliografía pertinente para los detalles particulares). La historia de la región la conocemos gracias a los testimonios antiguos de Tucídides, Diodoro de Sicilia, Estrabón, Plutarco y Pausanias, fundamentalmente34. Beocia fue habitada por aones, pueblo de la llanura de Aonia, por témices, habitantes de Iliria, léleges, llegados de Asia Menor, e hiantes, habitantes de la llanura de Ténero35. Después fue ocupada por los fenicios. A principios del siglo VI a.C. surgió la Liga Beocia, una confederación de polis beocias, que estuvo dirigida por beotarcas y por algunos consejeros elegidos de Tebas36. La compusieron: la misma Tebas, Orcómeno, Lebadea, Queronea, Copas, Haliarto, Tespias, Tanagra, Antedón, Platea y, probablemente, Ocalea, Onquesto, Eléuteras y Oropo37. Cada estado era independiente, pero los asuntos militares comunes eran competencia de la Liga. Heródoto narra que los tebanos, cuando quisieron vengarse de los atenienses, consultaron a la Pitia y esta les recomendó recurrir a sus más allegados. Los tebanos exclamaron38: […] οὐκ ὦν ἄγχιστα ἡμέων οἰκέουσι Ταναγραῖοί τε καὶ Κορωναῖοι καὶ Θεσπιέες; καὶ οὗτοί γε ἅμα ἡμῖν αἰεὶ μαχόμενοι προθύμως συνδιαφέρουσι τὸν πόλεμον […]. […] ¿pero nuestros vecinos más inmediatos no son, de hecho, los tanagreos, los coroneos y los tespieos? El caso es que esas gentes siempre han peleado a nuestro lado y comparten la guerra con buena resolución […]. El pasaje parece aludir a esta confederación ya organizada; sin embargo, de lo que no cabe duda es de la hegemonía de Tebas frente al resto de polis beocias. En torno al año 480 a.C., Beocia fue ocupada por Jerjes I de Persia y Tebas se rindió y favoreció al rey: las ciudades de Tespias y Platea fueron incendiadas al ser acusadas de enemigas por 32 Sobre la Beocia rural en el mundo antiguo véase: GALLEGO, 2003. 33 Str. 9, 2, 1-2. 34 Th. 2-8; D. S. 17-19; Str. 9, 2; Plu. Pel.; Paus. 9. Un estudio moderno sobre la historia de Beocia puede verse en: BUCK, 1979; PASCUAL, 1996, 1997, 2010 y 2016. 35 Str. 9, 2, 3. 36 Para información especializada de la Liga Beocia véase: DUCAT, 1973; BUCK, 1994; PASCUAL, 1996, 1997 y 2016. 37 De las ciudades citadas, la única que pertenece al Ática y no a Beocia es Oropo: antes de la Guerra del Peloponeso, Oropo perteneció a los atenienses (Th. 2, 23, 3); poco antes de 411 a.C. los beocios la tomaron (Th. 8, 60, 1). Durante aproximadamente medio siglo fue disputada entre atenienses y beocios, pero tras la batalla de Queronea (338 a.C.), Filipo II la entregó a Atenas (Paus. 1, 34, 1). 38 Hdt. 5, 79, 2. 52 Tebas39. En 479 a. C., tras la batalla de Platea de la Segunda Guerra Médica, en la que la Liga Panhelénica (Atenas, Esparta, Corinto y Mégara) luchó contra el Imperio persa, Tebas fue asediada y ocupada por los espartanos y otros contingentes; el jefe de la Liga Beocia y sus colaboradores fueron ejecutados y la Liga se disolvió. Estrabón afirma que la guerra que tuvo lugar con los persas arruinó gravemente la región40. El enfrentamiento que posteriormente surgió entre Esparta y Atenas llevó a la primera a apoyar a Tebas. Esta volvió a fundar la Liga Beocia, esta vez en alianza con Esparta, para emprender una lucha contra Atenas: la Primera Guerra del Peloponeso, cuyos acontecimientos conocemos gracias a la obra de Tucídides. En 456 a.C., la Liga Beocia volvió a disolverse y en la región se instalaron regímenes democráticos como los atenienses. Pero en 447 a.C. se impuso la oligarquía en Tebas, Orcómeno y Queronea, se rompió la alianza con Atenas y la victoria de los tebanos en Queronea obligó a los atenienses a evacuar la región, salvo Platea. Tebas se alió otra vez con Esparta en la Segunda Guerra del Peloponeso y en 431 a.C. Platea fue reconquistada por los espartanos y se incorporó a Tebas. En torno al año 424 a.C., tuvo lugar la batalla de Delio, en la que los atenienses llevaron a cabo una serie de invasiones para instaurar de nuevo la democracia, pero fueron derrotados por los tebanos y espartanos. Atenas ratificó la alianza con la paz de Nicias, en 421 a.C., pero las ciudades beocias no firmaron; finalmente, con la paz de Antálcidas las ligas se disolvieron41. Entre los años 397 y 395 a.C. tuvo lugar la Guerra de Corinto, debido a la alianza antiespartana entre Tebas y Atenas; el asedio afectó duramente a algunas ciudades beocias42. En 378 a.C. estalló la llamada Guerra Beocia que enfrentó a tebanos y espartanos; estos ocuparon la Cadmea, pero tras la ayuda que Atenas proporcionó a Tebas, los tebanos vencieron. Años más tarde, estalló una revolución entre los diferentes demos para obtener la soberanía; fue dirigida por los militares tebanos Pelópidas y Epaminondas como consecuencia del asesinato del magistrado tebano Arquias, en 379 a.C.: los tebanos destruyeron Platea, anexaron Tespias y reclamaron Oropo. Pelópidas y Epaminondas fueron nombrados beotarcas, vencieron además la fuerza espartana en el Batallón Sagrado de Tebas y exigieron el reconocimiento de la Liga Beocia43. Sin 39 La invasión de Jerjes y de los estados filopersas la narra Heródoto en el libro 7. Tespias y Platea pertenecieron al bando ateniense. El autor (6, 108) cuenta que los plateenses se pusieron bajo la tutela de los atenienses, y en otro episodio (7, 132), que los tebanos y el resto de beocios, a excepción de tespieos y plateenses, ofrecieron a Jerjes el presente que había pedido. 40 Str. 9, 2, 5. 41 Sobre la paz de Antálcidas véase: X. HG 5, 1, 29-36. 42 Sobre esta guerra véase la participación de Lisandro en: Plu. Lys. 27-28. 43 Plu. Pel. Sobre el conflicto y la política tebana véase: PASCUAL, 1991 y 1992. 53 embargo, como forzaron a los espartanos a firmar la paz, estos los atacaron, pero los tebanos ganaron en la batalla de Leuctra, y Fócide, Élide, Acaya, Tesalia y Arcadia fueron las nuevas aliadas de Beocia. En el año 362 a.C. tuvo lugar la batalla de Mantinea, donde los tebanos perdieron la hegemonía debido a la muerte de Epaminondas44. Tras una serie de alianzas, que conllevó a la formación de la Segunda Liga Ateniense45, ocupaciones, derrotas y victorias por parte de atenienses y beocios fundamentalmente, en 338 a.C. Beocia fue sometida por Filipo II, tras la batalla de Queronea46. Alejandro Magno destruyó Tebas en el año 335 a.C. e hizo independientes las ciudades beocias. A mediados del siglo II a.C., la Liga Beocia se restableció y se alió con la Liga Aquea, pero la victoria romana de Escorfea en 146 a.C. puso fin a la liga. Beocia fue incorporada a Roma y solo permanecieron Tanagra y Tespias como ciudades libres pero bajo el dominio romano47. 1.2. Mitología 1.2.1. Beocia en la mitología Como parte de esta introducción y para conocer más de cerca la región y algunas de sus ciudades, vamos a hacer un repaso de los principales relatos mitológicos a través de las fuentes clásicas. Cuando Beocia fue ocupada por los fenicios, estos fueron acaudillados por Cadmo de Tiro, el mítico rey que iba en busca de su hermana Europa, la muchacha raptada por Zeus. Cadmo fundó Tebas por indicación del oráculo de Delfos que le ordenó tomar una vaca como guía y fundar una ciudad allí donde se posara48 (de ahí, el nombre de Beocia, Βοιωτία: “país de vacas”). De hecho, dicen los tebanos que la acrópolis es la antigua casa de Cadmo49. Poco después, los beocios conservarían su dominio, a pesar del ataque de los Siete contra Tebas con Polinices a la cabeza50, hasta la llegada de la expedición de los Epígonos, descendientes de aquellos, quienes 44 Estrabón (9, 2, 5) cuenta que los tebanos disputaron la supremacía sobre los griegos, venciendo a los lacedemonios en dos batallas, pero Epaminondas cayó y vieron frustradas sus esperanzas. 45 Sobre la Segunda Liga Ateniense y los estados aliados véase: PASCUAL, 2010. 46 Str. 9, 2, 5. 47 El hecho de que Tanagra y Tespias pasaran a pertenecer a Roma pudo ser la causa de que Estrabón (9, 2, 5) afirme que estas dos ciudades se encontraban en una situación bastante buena. 48 La leyenda tebana de Cadmo se documenta en: Hdt. 5, 57-61; Apollod. 3, 4, 1; Str. 9, 2, 3; Hyg. Fab. 178; Ou. Met. 3, 6-13; Paus. 9, 12, 1-2. 49 Paus. 9, 12, 3. 50 La leyenda de los Siete contra Tebas la atestiguan: A. Th.; Apollod. 3, 6, 3; Hyg. Fab. 68, 69, 70, 71; Statius Theb. 54 consiguieron la toma de Tebas y la expulsión de los tebanos de la ciudad51, aunque tiempo después regresarían. De Beocia también se dice que Beoto es el personaje que da nombre a la región52. En una de las tragedias perdidas de Eurípides, Melanipa encadenada, se contaba que Posidón forzó a Melanipa (o Arne) y tuvieron dos hijos gemelos, Eolo y Beoto. El abuelo materno de los niños cegó a la madre, la encerró en un calabozo y abandonó a los pequeños, quienes serían criados tiempo después por unos pastores. Por otro lado, la esposa del rey de Icaria era estéril y su marido la amenazó con repudiarla si no podía darle hijos. Así, pidió a los pastores que le diesen a los dos niños y los hizo pasar por sus hijos. Sin embargo, la reina se quedó embarazada y quiso deshacerse de Eolo y Beoto, pues ya eran dos extraños innecesarios. Pasado el tiempo, le contó a sus hijos biológicos la procedencia de los gemelos y les pidió que les dieran muerte en una cacería. Gracias a la ayuda de Posidón, Eolo y Beoto resultaron vencedores y el dios les contó su verdadero origen y dónde se encontraba su madre. Ambos liberaron a Melanipa, quien posteriormente se casó con el rey de Icaria, una vez que este repudió a su antigua mujer cuando se enteró de todo lo sucedido. Los dos hermanos salieron del reino para fundar dos regiones: Beoto, Beocia, y Eolo, Eolia53. En la Ilíada ya se hacen menciones a la importancia del país: en el “catálogo de las naves” se enumera un destacado grupo de jefes y combatientes beocios54. En Alalcómenas, ciudad beocia, se dice que Anticlea dio a luz a Odiseo55. En el monte Citerón, Edipo fue abandonado56, y en la famosa encrucijada en su camino a Tebas se encontró con Layo, su padre, y lo mató sin saber que era su progenitor57. A Tebas Edipo liberó de la Esfinge58 y de esta ciudad huyó con su hija Antígona tras el trágico desenlace59. También en el Citerón, Acteón fue devorado por sus perros60. Orión, el cazador gigante capaz de andar por el océano y perseguidor de las Pléyades, era beocio61. 51 Apollod. 3, 7, 2-4; Str. 9, 2, 3; D. S. 4, 66. 52 Hyg. Fab. 186. 53 E. fr. 489-496 (dudosos fr. 497-514) Kannicht. La misma versión con otros matices se lee en: D. S. 4, 67, 2-7. Otra versión distinta en: Paus. 9, 1, 1. 54 Il. 2, 494-516. 55 Plu. Aet. Gr. 43. 301D. 56 S. OT. 1026; Apollod. 3, 5, 7. 57 Edipo se dirigía a Tebas, pero la región donde mató a su padre es Fócide, en la encrucijada donde confluyen los caminos de Delfos y Daulia (S. OT. 733-734 y Apollod. 3, 5, 7). 58 S. OT. 35-36; Apollod. 3, 5, 8; Hyg. Fab. 67. 59 S. OC. 1-6. 60 E. Ba. 1291; Apollod. 3, 4, 4. 61 Hes. fr. 148b Merkelbach-West [Scholia in Germanici Arateam 93, 13]. 55 Desde Beocia salieron Frixo y Hele en su huida con el carnero de oro62. Allí también tuvo lugar la historia de Foco, la muchacha que se escondió en los montones de grano recogidos por los campesinos ante la persecución de sus pretendientes63, y la de Telfusa, la ninfa cuya fuente Apolo ocultó bajo una roca como castigo, pues engañó al dios para que no estableciera su oráculo en el lugar predilecto de la muchacha64. Beocia fue la región escogida por Radamantis, el héroe cretense famoso por su prudencia y justicia, para pasar la última etapa de su vida65. Y también las Musas fueron personajes importantes en Beocia, como muestra la literatura y la epigrafía: destacan dos reconocidos grupos de ellas, las de Beocia, ubicadas en la ladera del monte Helicón y llamadas por tanto “Musas Heliconíadas”, y las de Pieria o Tracia (comarca de Macedonia), vecinas del Olimpo y llamadas comúnmente “Musas del Olimpo” o “Piérides”66. 1.2.2. Mitos asociados a ciudades de Beocia Existen relatos mitológicos particulares sobre los topónimos y el origen de muchas ciudades beocias. De Tebas se cuenta que Ógigo fue un ser autóctono, rey de los ectenas, primeros habitantes de Tebas, que habría dado lugar al sobrenombre de la ciudad Ogigia67. Reinó antes del diluvio de Deucalión y, a raíz de la muerte de los ectenas como consecuencia de una peste, comenzaría la estirpe de Cadmo y la fundación de la Cadmea, la acrópolis de la ciudad baja de Tebas. Por su parte, Tebe es el nombre de la heroína que da nombre a Tebas68. En cuanto a Tanagra, se cuenta que Pemandro fue un héroe beocio que se casó con Tanagra y fue el fundador de la ciudad de Pemandria, a la que más tarde se le dio el nombre de su esposa69. Se cree que el topónimo de la ciudad de Tespias 62 Pausanias (9, 34, 5-6) afirma que sucedió en el monte Lafistio, cerca de Coronea y Orcómeno. 63 Plu. Am. Narra. 4. 774E-775B. 64 h.Ap. 3, 244-276 y 377-387. 65 Apollod. 2, 4, 11. Otra versión menos conocida en: Ant. Lib. 33. 66 Hesíodo establece los dos grandes grupos de Musas: las del Helicón (Th. 1-35) y las del Olimpo (Th. 36- 80). Sobre las primeras, Estrabón (9, 2, 25) afirma que quienes consagraron el Helicón a las Musas fueron tracios, pues estos habitaron Beocia; Pausanias (9, 29, 1), por su parte, cuenta que Oto y Efialtes fueron los primeros en dedicarles a ellas el monte y en hacer allí sacrificios en su honor. De las Musas del Olimpo, Hesíodo (Th. 52-54) dice que también se las conoce por el sobrenombre de “Piérides” porque nacieron en Pieria; Pausanias (9, 29, 3-4) cree que “Piérides” parece proceder del personaje Píero, rey de Macedonia, cuando este llegó a Tespias, estableció nueve Musas y les cambió sus nombres, poniéndoles los actuales; aunque también transmite otra tradición, según la cual Píero tuvo nueve hijas a las que dio los nombres de las Musas. 67 Paus. 9, 5, 1. 68 Tebe es hija de Asopo (Paus. 2, 5, 2); Pausanias (9, 5, 6) cuenta que cuando Anfión y Zeto fueron reyes unieron la ciudad de abajo a la Cadmea y le pusieron el nombre de Tebas por su parentesco con Tebe. Diodoro de Sicilia (4, 72, 1) enumera las hijas de Asopo. 69 Plu. Aet. Gr. 37. 299CD; Paus. 9, 20, 1. 56 procede del personaje de Tespia, otra de las hijas de Asopo, aunque según otras fuentes procede del nombre de Tespio, un héroe beocio, hijo de Erecteo, rey del Ática70. La ciudad de Orcómeno, en sus orígenes, era considerada otro territorio separado de Beocia: Homero, como relata Estrabón, no consideraba que perteneciese a la región71. Pausanias cuenta que en un primer momento la ciudad se llamó Andreide porque Andreo, hijo del río Peneo, fue el primer colono en establecerse allí72. Después de varias generaciones y herencias del reino, Crises tuvo un hijo llamado Minias, por quien sus súbditos fueron llamados minias; posteriormente, este tuvo a Orcómeno y, cuando fue rey, le fueron cedidas las tierras y desde entonces la ciudad adoptó ese nombre73. Por su parte, Tisbe tomó su nombre de una ninfa que habitó el lugar74. Haliarto y Corono, hijos de Tersandro, a su vez hijo de Sísifo, fueron fundadores de las ciudades de Haliarto y Coronea, respectivamente75. De Queronea se cuenta que en época muy antigua era una ciudad llamada Arne por una hija de Eolo, aunque el topónimo actual, que tomó después, procede de Querón, un hijo de Apolo76. En lo que concierne a Lebadea y Eléuteras, Lebádeo y Eléuter, hijos de Licaón, fueron los únicos que no participaron en el acto impío de ofrecer a Zeus carne humana; huyeron a Beocia y allí se supone que fundaron sendas ciudades77. Del puerto y ciudad de Áulide, además de la famosísima historia de Ifigenia contada por Eurípides, destaca el relato de Agamenón y Argeno, de quien se enamoró el rey cuando el joven se bañaba en el Cefiso mientras Agamenón esperaba viento favorable para echarse a la mar. Fue un amor no correspondido y trágico, pues el muchacho se arrojó al río y murió ahogado78. Sobre otras ciudades o pueblos se conocen algunas pinceladas mitológicas: Eritras fue la ciudad fundada por Éritro (o Eritrio o Eritras)79. Cipariso, héroe beocio, dio nombre a la ciudad de Cipariso, en el Parnaso, entre Daulis y Delfos80. Flegias sucedió a Eteocles en el trono de Orcómeno y en Beocia fundó Flegia81. Mésapo fue un héroe beocio que dio nombre al monte de la costa de Beocia, que separa esta y Eubea82. 70 Paus. 9, 26, 6. Otras historias de Tespio las recogen: Apollod. 2, 4, 10 y D. S. 4, 29. 71 En el catálogo de las naves (Il. 2, 494-511) se reserva a los orcomenios una mención diferente respecto al resto de beocios. Véanse también: Str. 9, 2, 3; 9, 2, 40. 72 Paus. 9, 34, 6. 73 Paus. 9, 36, 4 y 6. 74 Paus. 9, 32, 3. 75 Paus. 9, 34, 7-8. 76 Paus. 9, 40, 5-6. 77 Plu. Aet. Gr. 39. 300B. 78 Prop. 3, 7, 21-22. 79 Paus. 6, 21, 11. 80 Nonn. D. 13, 123. 81 Paus. 9, 36, 1. 82 Str. 9, 2, 13. 57 1.2.3. Dioniso y Beocia Las fuentes literarias dan buena cuenta de la relación entre Dioniso y Beocia. Este apartado presenta un breve panorama con los principales autores que la atestiguan, aunque sin ánimo de exhaustividad, pues los testimonios se muestran a propósito de los temas tratados a lo largo del trabajo. La madre de Dioniso era Sémele y el padre, Zeus, como ya aparece en la Ilíada y en los Himnos homéricos83. En uno de los himnos hay una referencia a Sémele como cadmea, habitante de la ciudad de Tebas; además, el dios Zeus menciona su enamoramiento de Sémele en esta ciudad, en uno de sus monólogos de la epopeya homérica84. Aunque la tradición también presenta el nacimiento de Dioniso en Tebas, por el contrario, el primer himno siembra la duda, pues los primeros versos dicen que todos los que afirman que el dios nació en dicha ciudad mienten85. Por su parte, Hesíodo hace también alusión a la ciudad beocia de la que era oriunda Sémele cuando cuenta que la cadmea, una mortal, en trato amoroso con Zeus, dio a luz a Dioniso, un dios86. Eurípides igualmente transmite que Dioniso es hijo de Zeus y Sémele, que su nacimiento se produjo en Tebas y que esta ciudad fue nodriza de su madre87. En la obra Bacantes ensalza en varias ocasiones la ciudad de Tebas88 y destaca también la participación de todas las mujeres tebanas en el culto de Dioniso89. Además, el monte beocio Citerón aparece vinculado al rito dionisíaco, pues es testigo de varios sucesos de la tragedia relacionados con el dios y sus seguidoras: Dioniso, por ejemplo, manifiesta que se va a ir con las bacantes que están en los valles del monte y que participará en sus danzas90; en otro momento, el mensajero dice que acaba de venir de dicha montaña y que ha visto a estas mujeres91. El Citerón también es testigo de la parte más beligerante y cruda que supone ser seguidora del culto de Dioniso, pues allí las bacantes irrumpen como 83 Hom. Il. 14, 323-325; h.Bacch. 1, 4; 7, 1 y 56-57; 26, 2. 84 h.Bacch. 7, 56-57; Hom. Il. 14, 323. 85 h.Bacch. 1, 5-6. Sobre el lugar de nacimiento de Dioniso y sus diferentes nacimientos se profundiza en el cap. 2.1. 86 Hes. Th. 940-942. 87 E. Ba. 1-3 y 105-106. 88 E. Ba. 1, 23, 105-106, 172, 919, 1202-1203. 89 E. Ba. 32-36. 90 E. Ba. 62-63. 91 E. Ba. 661 y 664. 58 enemigas y destrozan todo92, arman un disturbio importante93, allí desmiembran a Penteo, el rey de Tebas94, y es el lugar sobre el que Ágave declara que no quiere volver a ver ni una huella de tirso95. La obra es una muestra completa y tradicional del prototipo de tragedia religiosa griega y, más concretamente, de la exaltación y entusiasmo dionisíacos, incidiendo en la presencia, el culto y celebración del dios en Beocia. Más allá del argumento principal de la pieza, el descuartizamiento de Penteo por transgredir la norma religiosa, el autor traslada al lector a una Tebas de época clásica, mezclando a lo largo de la obra hazañas y personajes mitológicos con tintes religiosos y sociales, posiblemente fidedignos, de cómo pudo manifestarse el ritual de Dioniso en general (y en Tebas en particular). Como afirma Otto, en esta tragedia se exponen la verdad universal de Dioniso y la unión de vida y muerte96. Jeanmaire, por su parte, cree que la obra ofrece sorprendentes ritmos que conservan algo de tumulto y gesticulación para transportar al espectador a otro universo97. La trama, comenta Schachter, puede considerarse una elaboración estándar del aition dionisíaco para las Agrionias y ritos relacionados98. Leinieks, en su profuso estudio filológico sobre esta tragedia, afirma que la religión dionisíaca que da a conocer Eurípides en la obra no la presenta como culto mistérico99. Años más tarde, Seaford admite encontrar aspectos de epifanía en la tragedia: cuando Dioniso, invocado por sus seguidoras, de pronto hace su aparición destruyendo la casa de Penteo, transforma el miedo del coro en alegría. Numerosos detalles de este episodio, según el estudioso, corresponden a un ritual de iniciación mística, un ritual de epifanía, pues Dioniso aparece como una “luz” para el coro, no así para el rey Penteo100. 92 E. Ba. 751-754. 93 E. Ba. 796-797. 94 E. Ba. 1142-1143; Paus. 9, 2, 4. Sobre Penteo: Paus. 9, 5, 4. 95 E. Ba. 1383-1386. 96 OTTO, 1997 [1948]: 152. 97 JEANMAIRE, 1978 [1951]: 80. 98 SCHACHTER, 1981: 188. Para más información sobre la presencia de Dioniso en sus festivales, su iconografía y los términos que aparecen en los textos clásicos sobre el dios en dicho contexto, véase: LEINIEKS, 1996: 177-198. 99 Las dos características principales que deben darse para considerar mistérica una religión -controlar y restringir el acceso a miembros en el culto y disfrutar de ciertas ventajas solo disponibles para sus iniciados- , según LEINIEKS (1996: 123-124), entran en conflicto directamente con el concepto que ofrece Eurípides de religión dionisíaca (sobre los términos y textos que analiza el autor para llegar a la conclusión de que el culto dionisíaco que presenta Eurípides en la tragedia no debe considerarse mistérico, véase el capítulo completo: 123-152). Además, JEANMAIRE (1978 [1951]: 172-173) y LEINIEKS (1996: 153-175) analizan cómo es y en qué consiste el culto de Dioniso en Bacantes, un ritual en cuyo proceso intervienen los conceptos de σπαραγμός (despedazamiento del ser vivo), κρεανομία (distribución de la carne), ὠμοφαγία (ingesta de carne cruda) y φαρμακός (remedio, fármaco, droga). Sobre la teoría iniciática y la teoría de la fertilidad en Bacantes véase: BONNECHERE, 1994: 205-216. Para más información véanse: BREMMER, 1984; SEAFORD, 1996; GOFF, 2004. 100 SEAFORD, 2006: 41 (sobre las epifanías en Bacantes véase: SEAFORD, 2006: 41-43). 59 En el siglo II a.C., Apolodoro narra la relación extramatrimonial de Zeus y Sémele, descendiente de la estirpe de Cadmo, el abrasamiento y muerte de esta por el rayo de Zeus y el nacimiento de Dioniso. Aunque el autor no cita explícitamente que este último nació en Tebas, en el pasaje hay referencias a la tierra cadmea101. Gran parte de los mitos que Dioniso protagoniza suceden en Tebas, Nisa, Tracia y la India pero, según Apolodoro, el dios volvió a Tebas, donde obligó a las mujeres a entregarse al delirio báquico en el monte Citerón102. Cuando Diodoro Sículo, en el siglo I a.C., trata la figura de Dioniso, ya plantea divergencias entre las diferentes propuestas sobre su origen. Existe un estudio profundo y significativo sobre esta cuestión103, por lo que nos limitaremos a enunciar los rasgos generales de la relación entre el dios y Beocia en este autor. Aunque la tradición griega atribuye a Sémele y Zeus el papel de progenitores del dios y a Beocia la considera su región natal, Diodoro menciona “otra tradición”, según la cual lo anterior es mentira. Habla de varios Dionisos: el más antiguo era de origen indio104, un segundo nació de Zeus y Perséfone (o Deméter) y era de origen cretense105, y un tercero procedía de Beocia y era hijo de Zeus y Sémele106. Sin embargo, este autor también relata la disputa existente entre algunas ciudades griegas por atribuirse el origen de Dioniso: Eléuteras y Tea, por ejemplo107. Pausanias también debe mencionarse en este apartado porque en el libro noveno, dedicado a Beocia, relata varios pasajes mitológicos en los que aparece Dioniso y, además, da cuenta de las construcciones arquitectónicas en honor del dios que iba encontrando a su paso por la región. La primera historia es referente a los tebanos, quienes por cólera de Dioniso sufrieron a la zorra Teumesia, el animal causante de la ruina de estos habitantes108. Tritón, hijo de Posidón y Anfítrite, es el protagonista de las dos leyendas locales de Tanagra109: en una de las fiestas de Dioniso, las mujeres de la ciudad se bañaron en el mar antes de los rituales o ritos orgiásticos para purificarse y, cuando estaban nadando, Tritón las atacó, pero Dioniso las salvó y obligó al dios marino a huir. 101 Apollod. 3, 4, 2-3. 102 Apollod. 3, 5, 2. 103 PATÓN, 2013: 92-113. 104 D. S. 3, 63, 3. 105 D. S. 3, 64, 1. 106 D. S. 3, 64, 3. Diodoro (1, 23, 2-8) cuenta que Orfeo en Egipto participó en los ritos dionisíacos y, como sentía simpatía por los cadmeos, trasladó el lugar de origen del dios en favor de ellos. 107 D. S. 3, 66, 1-3. 108 Paus. 9, 19, 1. 109 Paus. 9, 20, 4-5. 60 La segunda historia relata que un día los habitantes de Tanagra, ante los ataques y robos que sufrían por parte de Tritón, le pusieron en la orilla del mar una jarra de vino. Tritón se acercó y se la bebió, pero se quedó dormido y los ciudadanos lo mataron a hachazos. Según afirma el propio autor, el mito ha de interpretarse como la victoria de Dioniso, en forma de vino, sobre el personaje marino. Esta es la razón por la que existió un santuario y una imagen de Dioniso en Tanagra110; también las monedas se hicieron eco de la historia111. Pirenne-Delforge, en su minucioso estudio de la obra del periegeta, afirma sobre estas dos historias de Tritón que la narración en griego de la primera (nº 4) es más venerable que la de la segunda (nº 5) (de hecho, afirma que en el discurso de Pausanias la dignidad no es un criterio necesariamente definitivo); en cambio, la narración del segundo relato no presenta la dignidad del anterior pero es más convincente112. Además, el procedimiento de captura del personaje mitológico en la segunda historia podría ser real frente al desenlace de la primera. Pausanias, además de leyendas, ofrece su propio testimonio de las construcciones que hallaba (o que le contaron que hubo en su momento) durante su periplo por Grecia. Gracias a sus escritos sabemos en honor de qué dios se levantaron los templos que existieron o siguen en pie a día de hoy. A lo largo de su relato cita varios santuarios, templos, teatros e imágenes de Dioniso en Beocia que fueron construidos por la devoción de sus gentes: en Tanagra, además del santuario mencionado anteriormente, hay un teatro; en Orcómeno existe otro templo113 y el teatro es perfectamente visible en la actualidad; en Aspledón, localidad situada a veinte estadios de Orcómeno pero al otro lado del río Melas, han sido hallados restos arqueológicos de un santuario de Dioniso114; Tzamali quizás marca el lugar de un antiguo templo del dios o, más probablemente, un pequeño asentamiento cuyo nombre es desconocido y cuya identificación tampoco es posible por la falta de pruebas en las inscripciones encontradas115; en Acrefias, ciudad junto al lago Copaide y cercana a la actual Carditsa, existió un tercero y también una imagen del dios116; en Larimna había un templo consagrado a su culto y una imagen del dios en pie117; en Copas, al lado del lago Copaide, 110 Paus. 9, 22, 1 y 6. 111 SCHACHTER, 1981: 184. 112 PIRENNE-DELFORGE, 2008: 79. 113 Paus. 9, 38, 1. 114 Sobre la situación geográfica de Aspledón véase: Str. 9, 2, 41; Pausanias (9, 38, 9) cuenta que la localidad fue abandonada por la falta de agua. Para más información sobre sus restos arqueológicos véase: BUCK, 1979: 7 (con bibliografía). 115 BUCK, 1979: 8. 116 Paus. 9, 23, 5. 117 Paus. 9, 23, 7. 61 se encontraban santuarios en honor de Dioniso, Deméter y Serapis118; y en Tespias, una imagen119. Pausanias menciona incluso las imágenes del dios que algunos particulares tenían en sus casas, como es el caso de un vecino de Creusis, puerto de Tespias, quien al parecer tenía una imagen del dios de yeso y pintada120. 1.3. Lengua El beocio es un dialecto eolio que, junto con el tesalio y el arcado-chipriota, forman el grupo central de dialectos de Grecia y presentan unas características comunes que los diferencia del jónico-ático. Como la lingüística no es el objeto de estudio principal de este trabajo ni la autora es especialista en esa materia, los aspectos particulares y singulares hallados en las diferentes inscripciones, serán comentados de manera individual en cada caso121. Las diferencias fonéticas entre los distintos dialectos griegos eran acusadas y algunos autores las reflejaron en sus obras: en Acarnienses, una de las comedias de Aristófanes donde se alega a favor de la paz, se presenta una queja generalizada de los horrores que sufrieron los habitantes de Acarnania durante la larga Guerra del Peloponeso. En una parte de la obra aparecen dos personajes, uno megarense y otro beocio, que encarnan los aspectos típicos de sus respectivos dialectos, lo que el autor aprovecha como recurso para crear burla y broma122. De ahí que los traductores al español hayan querido evocar, ingeniosa y acertadamente, el megarense con el dialecto andaluz y el beocio con el gallego o con el catalán, tomando como lengua modelo el griego jónico- ático hablado en el Ática y, en el caso del español, podríamos considerar el hablado en la capital. Utilizar los dialectos ajenos para provocar la risa en el espectador fue un mecanismo que Aristófanes utilizó también en otras comedias, como en Lisístrata, donde se burla del ceceo espartano y de la aspiración de la silbante123. 118 Paus. 9, 24, 1. 119 Paus. 9, 26, 8. 120 Paus. 9, 32, 1. 121 Para más información sobre el grupo eólico y el dialecto beocio véanse: BUCK, 2009 [1910]: 216-222; VOTTÉRO, 1998; RAMÍREZ, 2005: 145-160. 122 Ar. Ach. 860-954. 123 En Lisístrata, por ejemplo, en las intervenciones de la laconia Lámpito. 62 63 Menciones de Dioniso en Beocia βροντᾷ γὰρ ἀμφιπύρῳ τοκάδα τὰν διγόνοιο Βάκ- χου νυμφευσαμένα πότμῳ φονίῳ κατηύνασεν. Pues unida en matrimonio la madre de Baco, el dos veces nacido, con el trueno rodeado de fuego, la durmió en un sueño de muerte. Eurípides, Hipólito, 558-561. 64 65 2. MENCIONES DE DIONISO EN BEOCIA 2.1. Introducción: el nombre de Dioniso En la Antigüedad era frecuente tratar de interpretar “etimológicamente” los nombres de los dioses, en la idea de que explicaban sus funciones o características. Es evidente que el término Διόνυσος es un compuesto; por ello, muchos autores hablan de un primer elemento, Διο-, el genitivo de Zeus, y un segundo, -νυσος, cuya interpretación varía. En el siglo V a.C. para el logógrafo Ferecides, Dioniso fluye de Zeus a los árboles, pues a estos –dice– llamaban “nisas”124, por tanto, para el autor el nombre es una confluencia entre lo divino (Zeus, Διός) y lo terrestre (árboles, νύσας). Diodoro de Sicilia, en el siglo I a.C., afirma que el dios griego se llama así por la unión del nombre de su padre y el de Nisa, su tierra natal125, un lugar mítico cuya localización ya es discutida en los Himnos homéricos126. Higino, entre los siglos I a.C. y I d.C., cuenta que Líber fue entregado a Niso para que lo criara y por eso fue llamado Dioniso127. En el siglo VI, Juan Lido relaciona parte del segundo elemento del compuesto con la palabra griega νοῦς (mente), y para él, Dioniso es la mente de Zeus, el alma de todo128, interpretación influida por el neoplatonismo. Por otro lado, parece que el teónimo se degeneró como consecuencia de una conexión entre el primer elemento del compuesto y el término δίς, referido al numeral 124 Pherecyd. FGH 3 F178 Fowler (véase MARTÍN-HERNÁNDEZ, 2013: 209). 125 D. S. 1, 15, 6; 3, 64, 6; 4, 2, 3. Sobre Nisa en Diodoro de Sicilia véase: PATÓN, 2013: 68-88 (llega a la conclusión de que el topónimo de Nisa probablemente fuera un lugar mítico, sin localización precisa, y plantea la idea de que hay quienes pensaban que el nombre de Nisa se inventó precisamente para explicar el origen del nombre del dios). 126 h.Bacch. 1, 8 y 26, 5. Nisa era una región y también un monte. En h.Bacch. 1 se discute si el lugar de nacimiento del dios fue Drácano, Ícaro, Naxos, junto al río Alfeo, Tebas o la alta montaña Nisa; en el himno parece aceptarse la última opción como verdadera y se especifica que se trata de la montaña Nisa, cerca de Egipto. En h.Bacch. 26 se cuenta que las Ninfas criaron a Dioniso en el monte Nisa, por voluntad de Zeus, para evitar la ira de Hera. 127 Hyg. Fab. 167 y 179. Además del monte y la región, el personaje de Niso y las Ninfas-nodrizas que habitan en Nisa se relacionan con Dioniso: Homero, por ejemplo, menciona un pasaje (Il. 6, 130-133) en que Licurgo persiguió a las nodrizas de Dioniso por dicha región. Por su parte, Apolodoro (3, 4, 3) transmite que Hermes entregó al dios a las Ninfas que habitaban en Nisa, en Asia, para eludir la cólera de Hera. Diodoro (3, 64, 5) cuenta que Zeus llevó al dios niño a Nisa, en Arabia, donde fue criado por las Ninfas. Plutarco (Lys. 28, 4) dice que en la fuente Cisusa, en Beocia, las nodrizas de Dioniso lavaron al dios recién nacido y que, por eso, sus aguas tienen un color vinoso y es dulce (el propio nombre de la fuente, Κισσοῦσα, procede etimológicamente de κισσός, hiedra, una de las plantas predilectas del dios; sobre esto véanse cap. 4.2.3.3 y 7.2.4). Para más información véanse: NILSSON, 1941: 535 y 548; WEST, 2001: 1-2; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2011b: 176-177; BERNABÉ, 2013: 61; HERRERO DE JÁUREGUI, 2013: 93-96. Sobre Nisa como región: OTTO, 1997 [1948]: 49-52; JEANMAIRE, 1978 [1951]: 349-351; KIRK, 1960: 174. 128 Lyd. Mens. 4, 51. 66 dos, porque en el mito del nacimiento de Dioniso, según algunas versiones, el dios nace dos veces y, según otras, tiene dos madres129. Parece claro que esta teoría de vincular el nombre del personaje con el numeral dos, difícilmente datable, debió de surgir en época arcaica y no antes del final de la cultura micénica130. Que Dioniso es el comúnmente conocido como el “dos veces nacido” fue aceptado en la tradición literaria: Eurípides lo llama διγόνοιο Βάκχοιο en la antístrofa de un coro cuando relata que el trueno durmió a la madre de Baco en un sueño fatal131. En un himno a Dioniso de la Antología Palatina puede notarse una repetición o anáfora buscada de varios términos que empiezan por δι- , haciendo un juego con adjetivos que aluden a las dos teorías: en un caso, διογενῆ se refiere a que el dios ha nacido de Zeus y en otro, δίγονον, a que el nacimiento se ha producido dos veces132. Y Nono de Panópolis, al principio de su obra, llama al dios δισσότοκος, el “dos veces nacido”, cuando cuenta que Zeus extrajo del fuego al embrión a medio formar y que, tras cortarse él mismo el muslo, acogió al pequeño dios133. Otros autores, por su parte, vinculan el numeral con el hecho de que Dioniso tenía dos madres, Perséfone y Sémele: Diodoro de Sicilia cuenta que los antiguos le decían Διμήτωρ134; 129 La primera vez que nació Dioniso fue de su madre Sémele por un parto provocado por la llama del relámpago (E. Ba. 2-3), cuando Zeus la fulminó con sus rayos sin querer, al mostrarse ante ella en todo su esplendor divino; pero como no estaba formado aún el pequeño dios, su padre lo cosió a su muslo hasta que acabó la gestación y nació una segunda vez, ya completamente formado (Apollod. 3, 4, 3; D. S. 3, 64, 3-5; Ou. Met. 3, 259-314; Nonn. D. 1, 3-10.). Hesíodo (Th. 940-942) cuenta que Sémele, en trato amoroso con Zeus, dio a luz a Dioniso, un inmortal, siendo ella mortal, sin aludir a su doble nacimiento; Higino (Fab. 179) solo habla de un nacimiento, pues la historia comienza con la relación de Júpiter y Sémele, continúa con la calcinación de la mujer y el posterior nacimiento de Líber de sus entrañas; Luciano (Salt. 45, 39) menciona el abrasamiento de Sémele y el doble nacimiento de Dioniso pero sin entrar en detalles. Versiones diferentes del nacimiento en: D. S. 1.23.2, 3.62-63, 3.64.1, 3.74.1; Paus. 3, 24, 3. Existe otra versión sobre el nacimiento de Dioniso que procede de las fuentes órficas: presenta al dios como hijo de Zeus y Perséfone, y cómo este es engañado por los Titanes con la intención de matarlo y desmembrarlo (autores más antiguos que lo testimonian: Call. fr. 643 Pfeiffer; Euph. fr. 13 De Cuenca = 14 Van Groningen [Scholia in Lycophronis Alexandram 208]). Higino (Fab. 167) transmite un doble nacimiento siguiendo esta versión: cuenta que Líber es hijo de Júpiter y Prosérpina y que es despedazado por los Titanes; Júpiter le dio a Sémele el corazón triturado del pequeño y esta se quedó embarazada de él, pero fue fulminada por el rayo de Júpiter cuando le pidió que se presentara ante ella como dios; Júpiter extrajo del útero de Sémele al pequeño. Por tanto, si se toman como referencia fuentes órficas, en realidad nace tres veces, pues consideran que Dioniso tiene dos madres, Perséfone y Sémele, y en consecuencia, hay tres nacimientos (Nonn. D. 5, 560-574 y 6, 1-210; OF 88, 89, 198 y 279; Orph. H. 30, 44, 46 y 53, con comentarios y notas en RICCIARDELLI, 2000; para más información véase: BERNABÉ, 1998). 130 Según GARCÍA-RAMÓN (1987: 196-200), la leyenda del doble nacimiento del dios tuvo que ser con seguridad postmicénica porque la creación de *D(u̯)is-nūsos fue posterior a los primeros alargamientos compensatorios. La posible conexión entre Δι(ο)- y δίς es admisible aunque indemostrable: la variante Δίννυσος de Cime de Eólide (SEG 32, 1243, l. 18) solo se explica fonéticamente a partir de *Δίσ-νύσος. 131 E. Hipp. 559-560. 132 Anth. Pal. 9, 524, l. 5: Διογενῆ, δίγονον, διθυραμβογενῆ, Διόνυσον: al nacido de Zeus, al nacido dos veces, al nacido del ditirambo, a Dioniso. 133 Nonn. D. 1, 4. 134 D. S. 3, 62, 5. 67 Ovidio escribe satumque iterum solumque bimatrem135 e Higino cuenta que el niño fue llamado Dioniso y apodado, siguiendo el testimonio ovidiano, bimater, “el de dos madres”136. Otros autores son más originales en sus hipótesis: Platón, por ejemplo, ingenia un supuesto origen relacionando la palabra inventada Διδοίνυσος, que daría Dioniso, con el verbo δίδωμι y οἶνος (vino), pues, según él, el dios es “el que da el vino”137. El filósofo Cornuto, en el siglo I de nuestra era, presenta tres etimologías para explicar el nombre del dios: la primera de ellas, διόνυξος, “el que atraviesa dos veces”, hace referencia a la corriente de pensamiento relacionada con el numeral dos; las otras dos, διάνυσος, “el que empapa”, y διάλυσος, “el que desata”, no se generalizan en otros autores138. En época moderna no han sido pocos los especialistas que se han dedicado a la interpretación del teónimo sobre bases científicas139, pero retomando en algunos casos las propuestas de los autores clásicos. Unos estudiosos suponen un origen tracio del teónimo y/o del dios140. Wilamowitz-Moellendorff, por su parte, cree que Dioniso es el “νῦσος” de Zeus, una palabra que quizá signifique “hijo”, y más probablemente se corresponda con la región Νῦσα y con las ninfas Νῦσαι, sus acompañantes divinas; habla de un origen extranjero del término, sin concretar la procedencia, pero sí apuesta por raíces del dios tracias141. Otto cree no solo indemostrable, sino también improbable que el segundo elemento del teónimo corresponda a una palabra de origen tracio; además, considera que no se puede reconocer el sentido originario del nombre, aunque sí el ámbito al que pertenece, Nisas, las niñeras del dios142, que han dado el nombre al país imaginario llamado Nisa, y así Dio-niso es el “divino Niso” o “el Niso de Zeus”, llamado de esta manera por ser uno de sus habitantes143. Por su parte, Chantraine combina la idea 135 Ou. Met. 4, 12. 136 Hyg. Fab. 167. 137 Pl. Cra. 406c. 138 Corn. ND 30. 139 Para más información véase un estudio completo de Dioniso en la historiografía moderna y actual: MARIÑO, 2006: 43-151 y 153-332; para ahondar en las diferentes interpretaciones del dios en la investigación moderna: GARCÍA-GASCO, 2013. 140 LOBECK, 1829: 289-298; KRETSCHMER, 1896: 241; ROHDE, 1995 [1898]: 416-418; HARRISON, 1908: 409-411; NILSSON, 1941: 532-536; DETSCHEW, 1957: 141; FRISK, 1960: s.v. Διόνῡσος; CHANTRAINE, 1990 [1968]: s.v. Διόνῡσος. MÜLLER (1844 [1820]: 372-377) no se pronuncia sobre el teónimo pero afirma que Dioniso fue introducido en Grecia por el norte, por Beocia precisamente, por una tribu tracia; FARNELL (1977 [1909]: 180) vincula algunos aspectos del culto dionisíaco con la religión tracia, por ejemplo, cree que hay razones suficientes para pensar que el festival trietérico de Dioniso pertenece a la religión tracia aborigen (un resumen de las teorías modernas sobre si Dioniso procede de Tracia véase en: OTTO, 1997 [1948]: 49-51). 141 WILAMOWITZ-MOELLENDORFF, 1932: 63. 142 Apollod. 3, 4, 3. 143 OTTO, 1997 [1948]: 51. 68 mencionada anteriormente de Ferecides144 con la corriente de pensamiento que defendía el origen tracio, pues plantea, aunque con dudas, que el primer formante del teónimo podría ser el genitivo del nombre de cielo, pero en tracio; y sobre la segunda parte del sustantivo no se pronuncia y simplemente afirma que su origen es oscuro145. Años más tarde, Szemerényi sostiene que Dioniso significa “hijo de Zeus”, pero el origen del nombre, desde su punto de vista, es indoeuropeo146. Burkert piensa que el teónimo contiene con certeza en el primer elemento el nombre de Zeus, y sobre el segundo afirma que es inescrutable y que probablemente esté formado por elementos no griegos147. García Ramón admite la dificultad del teónimo y plantea la posibilidad de no reducirlo a una protoforma común, sino a varias: *Diwós-nῡsos (sintagma univerbado), *Diw-ó- nῡsos y *Diw-nῡsos e, incluso, a partir de ellas no es posible explicar la variedad de formas atestiguadas; afirma que aunque para los griegos Dioniso es sentido como “hijo de Zeus” y lingüísticamente es posible explicar la raíz, por la Umformung del término, no debe descartarse la posibilidad –admisible, aunque indemostrable– de Δίς + νῦσος: el numeral dos como primer miembro originario puesto que, por un lado, explicaría fonéticamente las variantes dialectales del término y por otro, mitológicamente hablando, Dioniso es el “dos veces nacido” 148. Palaima señala la importancia de las tablillas micénicas para encontrar el origen del nombre de Dioniso, pues di-wo-nu-so confirma que la raíz *diw- es la misma que se encuentra en el nombre de Zeus; sobre el segundo elemento, -νυσος, declara que podría ser un término prehelénico que significa “hijo”149. Independientemente de su origen indoeuropeo o no, hay que recalcar que para la cultura griega y la etimología popular Dioniso era sentido como el “hijo de Zeus”150. 144 Pherecyd. FGH 3 F178 Fowler: Διο- vincula el genitivo de Zeus (Διός) con el Cielo (Zeus, Διός) y la Tierra (árboles, νύσας). 145 CHANTRAINE, 1990 [1968]: s.v. Διόνῡσος. 146 SZEMERÉNYI (1971: 665) propone la protoforma indoeuropea *ΔιFοσ-συνυς, en la que después se produciría metátesis y disimilación. 147 BURKERT, 2007 [1985]: 220. 148 GARCÍA-RAMÓN, 1987. 149 PALAIMA, 1998. La forma Διόνυσος aparece atestiguada en tablillas de Pilo y La Canea: di-wo-nu-so- jo (PY Xa 102 y PY Xb 1419; BERNABÉ, 2013: 13-16 y 18-19); véanse el diccionario micénico AURA JORRO (1999 [1985]: s.v. di-wo-nu-so[), y el estudio completo de la figura de Dioniso en época micénica de BERNABÉ (2013). Conviene destacar que en la ciudad de Tebas no han aparecido tablillas micénicas con menciones de Dioniso (para más información sobre algunos de estos textos de Tebas véanse: BERNABÉ, 2008b; BERNABÉ, 2011; BERNABÉ, 2012). No obstante, debe mencionarse la nueva interpretación del término ma-ka, atestiguado en las tablillas tebanas de la serie Fq y Gp, que lo vincula con μακαρία, un alimento ritual con base de cereal. Dicha comida, según Demóstenes (18, 260), se distribuía a las personas que participaban en el ritual dionisíaco (véase PIERINI, 2017). 150 E. Ba. 1-2, 550-551; Ar. Ra. 215-216 (véase GARCÍA-RAMÓN, 1987: 197). 69 2.2. El nombre de Dioniso en las inscripciones de Beocia El nombre de Dioniso aparece reflejado de diferentes formas en los escritos literarios y en los documentos epigráficos151. En las inscripciones del área beocia es frecuente encontrar las formas Διόνυσος y Διώνυσος152. En los epígrafes del corpus, que abarcan desde época arcaica hasta época imperial tardía, la forma Διόνυσος, comúnmente conocida en jónico-ático, es también la más utilizada en las inscripciones beocias: la presentan 36 documentos comprendidos entre la época clásica y el siglo II d.C. Sin embargo, llama la atención la alternancia con la forma Διώνυσος, que aparece en 25 casos y cuya cronología abarca desde finales del siglo V a.C.-principios del IV a.C. hasta el siglo II a.C. Las variantes dialectales, que están determinadas por la modificación de elementos de las protoformas153, se reflejan en la literatura y también, como ya se ha apuntado, en las inscripciones. La forma Διώνυσος154 se considerada más antigua que Διόνυσος y probablemente alternó con la variante jónico-ática en los textos poéticos por razones métricas, pues no son pocos los testimonios en que un mismo poeta utilizaba las dos formas a lo largo de su obra155. No obstante, en el caso de la epigrafía, esta no fue la razón principal. Dada la alternancia que un primer momento surgió como consecuencia de la métrica en la épica y la lírica arcaicas, las dos posibilidades de escritura del nombre del dios debieron de empezar a popularizarse y así quedaron reflejadas en los textos epigráficos. Teniendo en cuenta las inscripciones recogidas en el corpus, la ciudad de Lebadea es la única que no presenta esta alternancia: sus epígrafes solo transmiten la forma jónico- 151 RUIPÉREZ (1989) estudió varias formas bajo las que es mencionado el dios a lo largo de la literatura y epigrafía griegas: Διόνυσος, Διώνυσος, Δεόνυσος, Δεύνυσος, Διένυσος, Ζόννυσος, Διόννυσος, Δίνυσος. Sobre diferentes formas en las que aparece el teónimo en textos epigráficos véase también: GARCÍA- RAMÓN, 1987. 152 Se han contabilizado las formas Διό- y Διώ- de todas las inscripciones del corpus cuya primera parte del compuesto está atestiguada y no reconstruida. 153 El resultado del término no es el mismo para *διFος-, *διο- (OTTO, 1997 [1948]: 51) o *διF- (RUIPÉREZ, 1989: 293). 154 Διώνυσος se explica gracias al micénico di-wyo-nu[sios (PALAIMA, 1998: 215). La secuencia de sílabas di-*79-nu[ aparece, sin contexto, en la tablilla de Cnosos KN Dv 1501, datada hacia 1350 a.C.; si se acepta la lectura de *79 como wo2 (/wyo/), es posible considerar que se trata de un derivado del teónimo Dioniso o de un hipocorístico de dicho nombre, es decir, diwyonus (BERNABÉ, 2013: 22). Διώνυσος es la forma que aparece en Il. 6, 132 y 135; 14, 325, y en lírica griega es también frecuente (uno de los ejemplos más antiguos aparece en Archil. fr. 120 West; para más información véase: PORRES, 2014: 33-35). 155 Píndaro utiliza la forma Διό- en I. 7 l. 5, fr. 56 Cannatà Fera y 70b l. 31 Lavecchia, y la forma Διω- en O. 13 l. 18, fr. 29, 52d l. 25, 153 y 124ab Maehler. En Baquílides encontramos la forma Διό- en fr. 19 l. 50 y 20B l. 9 Maehler, y la forma Διω- en fr. 9 l. 98 y 14A l. 5 Maehler (para más información véase: PORRES, 2014: 34-40). 70 ática156. Los textos coleccionados del resto de ciudades muestran alternancia entre ambas formas, aunque prima en número la forma Διό-: en la ciudad de Tespias, de once veces en que aparece el antropónimo sin reconstruir, dos son los casos con la forma Διώ-, que pertenecen precisamente a las dos inscripciones más antiguas de las recogidas157. En Queronea, un epígrafe presenta la forma arcaica y el otro, sin cronología conocida, la jónico-ática158. El caso de Tanagra es interesante porque el dios es mencionado por su forma con -o- en una inscripción de época clásica, pero después los Dionisiastas aparecen escritos en un caso Διωνιουσιαστή (forma arcaica y terminación en -η en vez del diptongo159) y en otro epígrafe posterior, Διονυσιασταί160. En Tebas predomina la variante Διό-, puesto que de las trece veces que está documentada la primera parte del teónimo sin reconstruir, solo tres presentan la forma con -ω-; se desconoce la cronología de estas tres inscripciones y, aunque podría intuirse una fecha temprana precisamente por esa forma con -ω-, no es posible aportar una conclusión definitiva al respecto161. En Orcómeno en los diecinueve casos en que es legible el nombre del dios, relativos en su mayoría al siglo III a.C., aparece Διω-; es probable, por tanto, que en esta ciudad el nombre de Dioniso se escribiera siempre con vocal larga. Aunque no se cumple taxativamente, se puede concluir entonces que Διω- tiende a aparecer en las inscripciones más antiguas de cada ciudad, como corresponde a una forma arcaica (ya documentada en la Ilíada y en los líricos) y se sigue conservando hasta el II a.C. Además, debido a la alternancia constante de vocal breve o larga en la primera parte del compuesto del nombre del dios, no debe considerarse la forma Διω- un rasgo propiamente beocio. El segundo elemento del teónimo también presenta variaciones: hay una alternancia de grafía, -νουσ- y -νυσ-162. La ciudad de Lebadea de nuevo es la única excepción porque presenta la forma -νυσ- en los tres ejemplos163. La alternancia se aprecia, en cambio, en el resto de ciudades: en Tespias, seis casos muestran -νουσ- y siete, -νυσ-164, con 156 Lebadea 1 Διονύσωι (ss. II-I a.C.), Lebadea 2 Διόνυσον (213 d.C.), Lebadea 3 Διονύσωι (ép. tardía). 157 Tespias 1 Διωνού[σοι] (ss. IV-III a.C.), Tespias 2 Διωνού[σ]ω (ss. III-II a.C.). 158 Queronea 1 Διωνούσω (s. II a.C.), Queronea 2 Διονύσωι (sin datar). 159 Este fenómeno es habitual en el dialecto beocio: BUCK, 1961 [1928]: 26. 160 Tanagra 1 Διονύσοε (ss. VI-V a.C.), Tanagra 2 Διωνιουσιαστή (s. II a.C.), Tanagra 3 Διονυσιασταὶ (ss. II-I a.C.). 161 Tebas 3 Διωνούσοι (sin datar), Tebas 4 Διωνού[σοι] (sin datar), Tebas 5 Διωνύσοι (sin datar). 162 Se han contabilizado las formas de las inscripciones cuyo segundo elemento del compuesto está atestiguado y no reconstruido. 163 -νυσ-: Lebadea 1 Διονύσωι (ss. II-I a.C.), Lebadea 2 Διόνυσον (213 d.C.), Lebadea 3 Διονύσωι (ép. tardía). 164 -νουσ-: Tespias 1 Διωνού[σοι] (ss. IV-III a.C.), Tespias 2 Διωνού[σ]ω (ss. III-II a.C.), Tespias 11.1- Tespias 11.2-Tespias 11.3-Tespias 11.4 Διονούσ(ω) (¿ss. III-II a.C.?); -νυσ-: Tespias 6 Διονύσωι (ss. II- 71 tendencia a utilizar la forma con -ου- desde el siglo IV a.C. a principios del siglo II a.C. y la forma con -υ-, posteriormente, desde el siglo II a.C. hasta el I de nuestra era. De Queronea proceden dos documentos, cada uno con una variante165, y puesto que la cronología de uno de los epígrafes se desconoce, no se puede establecer conclusión alguna. Tanagra, sin embargo, invalida la hipótesis de que la forma con -υ- sea más tardía porque el único testimonio fechado entre los siglos VI y V a.C. muestra -νυσ-166; además, los otros dos ejemplos de Tanagra, los relativos a los Dionisiastas (que en realidad son compuestos del nombre de Dioniso, ambos pertenecientes al siglo II a.C.), presentan uno -νιουσ- y el otro, -νυσ-, una alternancia gráfica que se hace notar indistintamente entre epígrafes de los mismos siglos167. El documento epigráfico de Tisbe también anula la hipótesis de la mayor antigüedad de -ου- porque es de época clásica y muestra -υ-168. Por los textos de Tebas no se puede establecer ninguna conclusión porque ocho casos datados en los siglos II a.C. y I d.C. presentan -υ-, y solo aparece dos veces la forma con -ου- pero la cronología es desconocida169. Cabe destacar que en todos los ejemplos analizados siempre que aparece la forma Διώ- como primera parte del compuesto le sigue -νουσ-, a excepción de un solo caso170. Por el contrario, Διό- suele ir seguido de -νυσ- en la mayoría de los testimonios, menos los cuatro ejemplos –casi iguales– de Tespias, que excepcionalmente presentan Διό- con -νουσ-171. El caso de las inscripciones de Orcómeno es probablemente el más curioso porque presenta distintas grafías en el segundo elemento del compuesto del teónimo (también hay diversidad en las grafías que marcan el dativo): I a.C.), Tespias 7 Διονύσωι (ss. II-I a.C.), Tespias 8 Διονύσωι̣ (s. I a.C.), Tespias 9 Διόνυσον (69-96 d.C.), Tespias 12 [Διο]νύσου (171-150 a.C.) y Tespias 13 Διονύσου (118-112 a.C.). 165 -νουσ-: Queronea 1 Διωνούσω (s. II a.C.); -νυσ-: Queronea 2 Διονύσωι (sin datar). 166 -νυσ-: Tanagra 1 Διονύσοε (ss. VI-V a.C.) 167 -νυσ-: Tanagra 3 Διονυσιασταὶ (ss. II-I a.C.); -νιουσ-: Tanagra 2 Διωνιουσιαστή (s. II a.C.). 168 Tisbe 1 Διονύσοι (ss. V-IV a.C.). 169 -νουσ-: Tebas 3 Διωνούσοι (sin datar), Tebas 4 Διωνού[σοι] (sin datar); -νυσ-: Tebas 2 Διονύσωι (s. I d.C.), Tebas 5 Διωνύσοι (sin datar), Tebas 6 Διονύσωι (s. II a.C.), Tebas 7 Διονύσωι (s. II a.C.), Tebas 9 Διόνυσον/Διονύσωι (ss. II-I a.C.), Tebas 10 Διονύσου/Διόνυσον (146 a.C.), Tebas 11 Διονύσου (s. II a.C.) y Tebas 12 Διονύ[σου] (s. I a.C.). 170 Tebas 5 Διωνύσοι (sin datar). 171 Tespias 11.1-Tespias 11.2-Tespias 11.3-Tespias 11.4 Διονούσ(ω) (¿ss. III-II a.C.?). 72 MENCIÓN DEL DIOS Nº DE INSCRIPCIÓN DE ORCÓMENO Διωνύσωι Orcómeno 3.1 Διωνύσοι Orcómeno 1, Orcómeno 3.2, Orcómeno 3.5, Orcómeno 3.6 Διωνούσωι Orcómeno 3.3 Διωνούσοι Orcómeno 3.8 Διωνούσυ Orcómeno 3.7, Orcómeno 3.9, Orcómeno 3.11, Orcómeno 3.15, Orcómeno 3.17, Orcómeno 3.20 Διωνούς[υ] Orcómeno 3.13 Διωνιούσοι Orcómeno 3.12 Διωνιούσυ Orcómeno 3.10, Orcómeno 3.14, Orcómeno 3.16, Orcómeno 3.19 • Las inscripciones de Orcómeno 2, Orcómeno 3.4 y Orcómeno 3.18 no se contemplan en esta tabla puesto que el nombre de Dioniso es reconstrucción. Se utiliza la grafía -υ- para indicar su pronunciación en /u/ y no /ü/ (primero en -ō, después en -υ-), fenómeno que prima en toda Beocia172 (no olvidemos que la koiné ya es un hecho a partir del siglo III a.C. y estas alternancias gráficas existen para reflejar en la inscripción cómo debe pronunciarse el teónimo). Sobre la forma poco frecuente del teónimo -νιουσ-, que es un intento de reproducir la pronunción koiné /ü/, Buck afirma que a partir del siglo III a.C. se empleó -ιου- detrás de τ/δ/θ/ν/λ, aunque no consecuentemente ni en todos los casos173. En cuanto a la desinencia de dativo, hay que recalcar la variabilidad -ωι/-οι/-υ, pero como ya se ha dicho, será más habitual encontrar en inscripciones beocias la grafía -υ en vez de los diptongos a partir de 250 a.C. aproximadamente174. Dioniso y su culto llegaron a ser tan destacados que los antropónimos relacionados con el nombre del dios se convirtieron en un fenómeno habitual y repetido175. Poner nombres teofóricos era una práctica habitual en la Antigüedad. Aparte de por cuestiones personales, de gusto y modas, probablemente fuera una forma de difusión del nombre sacro y de conectar con la divinidad en tanto en cuanto el nombre servía de invocación por parte de los responsables de la elección del antropónimo para buscar el beneplácito y protección que esa deidad mencionada ofrecería al sujeto que lo llevara. Los nombres más remarcables presentes en inscripciones beocias de los siglos IV a.C. a III d.C. 172 BUCK, 1961 [1928]: 34. 173 BUCK, 1961 [1928]: 24. 174 BUCK, 1961 [1928]: 30. 175 GARCÍA-RAMÓN, 1987: 183. BECHTEL (1917: 137-138 y 144-147) recalca la variedad de nombres teofóricos conectados con Dioniso; SCHACHTER (1967: 694) afirma que los nombres teofóricos relacionados principalmente con Zeus, Atenea y Dioniso fueron muy comunes en Beocia; FOSSEY (1991: 139-140 y 211) posteriormente lo confirma en su estudio sobre inscripciones beocias. Para conocer los nombres propios de Beocia véase: NEUMANN, 1908. 73 relacionados con Dioniso son: para hombres, Διονύσιος, Διωνύσιος, Διονούσιος, Διωνούσιος, Διονιούσιος o Διωνιούσιος (Dionisio) y Διονυσόδωρος, Διωνυσόδωρος, Διονιουσόδωρος o Διωνιουσόδωρος (Dionisodoro), entre los más frecuentes, y en menor medida, Διωνύσιχος, Διωνούσιχος o Διωνιούσιχος (Dionisico). Para mujeres sobresalen, con más frecuencia, Διονουσία, Διωνουσία o Διωνιουσία (Dionisia) y, en muchas menos ocasiones, Διωνιουσοδώρα (Dionisodora) y Διωνουσίχα (Dionisica)176. Se observan prácticamente las mismas variantes de cada antropónimo que en el nombre de Dioniso. Por último, cabe señalar que la forma Βάκχος (Baco) para mencionar al dios no parece estar atestiguada en las inscripciones de Beocia177, pero sí encontramos antropónimos derivados de este término: Βάκχων (Bacón), Βάκχιος (Baquio) y Βακχίς (Baquis)178. 2.3. Epítetos de Dioniso en Beocia 2.3.1. Introducción Los epítetos divinos suelen relacionarse con las historias míticas en las que los dioses se ven inmersos, con los atributos iconográficos que los representan o con alguna característica física o emocional. Muchas veces están asociados a una o varias regiones de manera general, otras, a una zona o ciudad en concreto y, en ocasiones, a puntos clave de las ciudades donde, según la mitología, sucedieron determinados episodios, existió o sigue en pie un monumento o una estatua que conmemora el acto heroico o representativo del dios o personaje en cuestión. Pero también algunos epítetos están vinculados a cultos que se desarrollaron, relacionados a su vez con determinados sucesos históricos que 176 Algunos ejemplos donde aparecen los antropónimos Διονύσιος: IG 7-2444, 2446, 2716, 2937, 3298, 3378; Διωνύσιος: IG 7-1997, 2418, 2429, 2716, 2819, 3171, 3206, 3273; Διονούσιος: IG 7-924, 1752, 1757, 1814, 2784; Διωνούσιος: IG 7-517, 935, 1548, 3179, 3180; Διονιούσιος: SEG 3, 362(2); Διωνιούσιος: IG 7-932, 2813, 2829, 2940, 3175, 4174. Διονυσόδωρος: IG 7-58, 537, 939, 2445, 3068; Διωνυσόδωρος: ROESCH, 1970: 146, nº 3; Διονιουσόδωρος: IG 7-2814, 2815, 2827; Διωνιουσόδωρος: IG 7-2823, 2824, 2827, 2828, 2829, 2831 y AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 196, nº 12. Διωνύσιχος: IG 7-538, 2428; Διωνούσιχος: IG 7-2717, 2781, 2941; Διωνιούσιχος: SEG 26, 504(1). Διονουσία: IG 7-923; Διωνουσία: IG 7-934; Διωνιουσία: SEG 26, 540. Διωνιουσοδώρα: IG 7-933. Διωνουσίχα: IG 7-936. 177 En una inscripción de Tebas muy fragmentaria y mal conservada, fechada en el s. III d.C., parece leerse el nombre de Baco, pero una parte del teónimo es de dudosa lectura y la otra parte, reconstrucción (Bά̣κ̣χ̣[ου]). Por ello, dados los problemas que presenta de entrada, no está incluida en el corpus de inscripciones dionisíacas de Beocia. Sin embargo, hay que recalcar que JACCOTTET (2003: vol. 2, 43-44, nº 11) sí la incluye en su estudio sobre Dioniso. 178 Βάκχων aparece en: IG 7-1669, 1748, 2442, 2444 e IThesp. 105, 116, 129, 135, 147, 165. Βάκχιος: IG 7-1760, 2117 e IThesp. 1060. Βακχίς: IG 7-856. 74 tuvieron lugar y, por tanto, estos sobrenombres van más allá de la concepción mitológica. A continuación, presento los epítetos que se le atribuyen a Dioniso en la región de Beocia, atestiguados en la literatura y en la epigrafía. Estos se han clasificado geográficamente porque todos van asociados a ciudades concretas, y también se analizan, en la medida de lo posible, siguiendo un orden temático dentro de cada ciudad y con respecto al resto de ciudades: en Eléuteras destacan los epítetos Melanégida y Eleutereo o Eleuterio; en Tanagra, Nictelio; Egóbolo está documentado en Potnias; en Tespias aparecen Evio y Bromio; en Tebas, Bromio de nuevo, Cadmeo, Pericionio, Lisio, Categemón y Poligetes; por último, de Lebadea es propio Eustáfilo. 2.3.2. Eléuteras: Melanégida y Eleutereo / Eleuterio Melanégida Dioniso Μελάναιγις (Melanégida), “el que porta la piel de cabra negra” 179, fue popular en toda la región de Beocia, en la Argólide y en el Ática. Aunque Schachter en su estudio presenta el epíteto como dudoso180, está atestiguado en la ciudad de Eléuteras, en Beocia. Esta ciudad fue fundada por Eléuter, según cuenta el mito181: las hijas de este se quejaron al ver una estatua de Dioniso portando una piel de cabra negra. El dios, enfadado, las hizo enloquecer y Eléuter, con el fin de que sus hijas recuperaran la cordura, instauró el culto de Dioniso Μελάναιγις182. Parece que el culto surgió en la región de Beocia183, pero pronto llegaría a la Argólide y al Ática. Sobre la Argólide, Pausanias cuenta que en el templo de Hermíone se celebraban agones musicales en honor de Dioniso Melanégida184. En el Ática el culto estuvo vinculado con las fiestas Apaturias, una celebración que conmemoraba el conflicto ateniense-beocio que parece que existió por los límites de las regiones185, aunque una vez más el suceso es conocido por la tradición mítica: el Ática y Beocia estaban enfrentadas por la ciudad de Énoe y se decidió que la guerra finalizase con un combate entre los dos reyes. Como el rey de Atenas no se atrevió a rivalizar con Janto, Melanto, rey de Mesenia 179 Sobre este epíteto véase: JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2009 (con bibliografía). 180 SCHACHTER, 1981: 174. 181 Sobre la fundación mitológica de Eléuteras véase: cap. 1.2.2. 182 Sud. s.v. Μελαναιγίδα Διόνυσον (μ 451 Adler). 183 JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2009: 627. 184 Paus. 2, 35, 1. 185 Pausanias (1, 38, 8) cuenta que los ciudadanos de Eléuteras pasaron a dominio ateniense no forzados por la guerra, sino deseosos de ciudadanía y por odio a los tebanos. 75 expulsado de su región, aceptó el reto. Cuando fue a luchar contra Janto, rey de Tebas y representante de Beocia, se le apareció la figura de Dioniso Melanégida detrás de su contrincante. Melanto reprochó a Janto violar el acuerdo y recurrir a ayuda exterior. Cuando este se dio la vuelta para ver quién se había personado para protegerlo, Melanto lo mató. Para conmemorar su victoria, los atenienses levantaron un templo en honor de Dioniso Melanégida186. La relación del dios con los cápridos es conocida en la mitología por el siguiente episodio: Zeus eludió la cólera de Hera, que estaba enfadada y celosa por la llegada de un nuevo hijo ilegítimo, Dioniso, transformándolo en cabrito. Así pudo entregárselo a Hermes para que se lo llevara a las Ninfas y ellas lo criaran187. El color negro representa características fundamentales de su culto: la oscuridad, lo negativo, la oposición188. La conexión entre la figura de Dioniso como portador de la égida negra y el color oscuro hace pensar en la faceta ctonia del dios y su relación con el mundo de ultratumba189: en Esquilo, por ejemplo, aparece una vez el adjetivo μελάναιγις referido a una Erinis190. Además, los cápridos fueron los animales predilectos para los sacrificios llevados a cabo en honor de Dioniso191. Anacreonte, por ejemplo, cuenta que las bacantes Heliconíade, Jantipa y Glauce llevan a Dioniso hiedra, un racimo de uvas y un cabrito192, tres de los atributos más conocidos y característicos en los rituales del dios. 186 Str. 9, 1, 7; Paus. 7, 1, 9. Sobre el relato etiológico y las variaciones del papel de Dioniso véanse: FARNELL, 1977 [1909]: 130; HALLIDAY, 1926; DEUBNER, 1932: 232-234; BRELICH, 1961: 55-59; FERNÁNDEZ NIETO, 1975: 15-18; KOLB, 1977: 127-130; PARKE, 1977: 90; DARAKI, 2005 [1985]: 96; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2009: 626-627. 187 Apollod. 3, 4, 3; Nonn. D. 14, 155-159. Sobre Dioniso y la cabra o el cabrito véanse: OTTO, 1997 [1948]: 124; JEANMAIRE, 1978 [1951]: 252; KERÉNYI, 1976: 245-252; DARAKI, 2005 [1985]: 81; MERKELBACH, 1988: 45-49; SEAFORD, 2006: 24 y 65; GONZÁLEZ MERINO, 2009: 96-98; PORRES, 2014: 179-180; también conviene citar las laminillas órficas de oro relacionadas con la liberación del alma por parte de Dioniso, que mencionan al cabrito utilizando una fórmula común “cabrito, en la leche caíste” (L8, l. 4), “cabrito, en la leche caí” (L9, l. 9): según BERNABÉ y JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL (2008: 76-77) son expresiones rituales, místicas y enigmáticas, pronunciadas una vez el iniciado había alcanzado la felicidad (véanse los comentarios de las fórmulas de animales que caen en la leche en: BERNABÉ y JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2008: 76-83; GRAF y JOHNSTON, 2013 [2007]: 8-9 [3] y 12-13 [5]). 188 BREMMER (2005: 162-163) habla de una dualidad contrapuesta, importante y notable en los ritos dionisíacos: luz-oscuridad, blanco-negro, día-noche. 189 PICKARD-CAMBRIDGE, 1962 [1927]: 120; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2009: 622. Para más información sobre la relación entre Dioniso y el Más Allá véanse: OTTO, 1997 [1948]: 78-90 y 138-147; GUETTEL-COLE, 1993; SÁNCHEZ FERNÁNDEZ, 1998; BERNABÉ y JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2008: 66-76; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2011; CORRENTE, 2013: 532. Dioniso también es asimilado o identificado con Pluto-Plutón; varias máscaras de terracota procedentes de Beocia, datadas en torno a los ss. V y IV a.C., podrían representar a Dioniso como un dios de los muertos (NILSSON, 1975 [1957]: 118- 122); sobre otras representaciones que vinculan a Dioniso con el Más Allá véase: JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2011: 70. 190 A. Th. 699. 191 JAMESON, 2014 [1988]; VAELLO, 2014: 32. 192 Anacr. fr. 204 Gentili (113D Campbell). 76 Eleutereo / Eleuterio También en la ciudad de Eléuteras se rendía culto a Dioniso Ἐλευθερεύς o Ἐλευθέριος (Eleutereo / Eleuterio), “libertador”, “liberador”, términos que proceden del adjetivo ἐλεύθερος. Diodoro de Sicilia cuenta que Dioniso, en agradecimiento a su patria, Beocia, liberó todas las ciudades y fundó una con el nombre de Eléuteras, aludiendo a este acto de liberación193. Higino, por su parte, relata que Eléuter fue el primero en erigir una estatua de Líber Pater y en enseñar cómo debía ser venerado194. Plutarco cuenta que Lebádeo y Eléuter, hijos de Licaón, fueron los únicos que no participaron en el acto impío de ofrecer a Zeus carne humana y huyeron a Beocia195, donde –se supone– fundaron Lebadea y Eléuteras. Pausanias afirma que detrás del recinto sagrado de Dioniso en Atenas hay una edificación con estatuas de arcilla que representaban a Anfictión, rey de los atenienses, ofreciendo un banquete al dios y a Pegaso de Eléuteras, el responsable de introducir a Dioniso en el Ática gracias al oráculo de Delfos196. En otro momento de su relato, el autor dice que en el interior del recinto de la Acrópolis de Atenas hay dos templos y dos estatuas de Dioniso: una, de Dioniso Eleutereo y otra que hizo Alcámenes de marfil y oro197. Más adelante señala que la estatua de Dioniso Eleutereo que se encuentra en Eléuteras es una copia porque la original fue trasladada a Atenas desde aquella ciudad, donde existió un templo y un xoanon del dios198. De hecho, la procesión a Atenas con la estatua de Dioniso Eleutereo se realizaba anualmente en días establecidos199. Por todos estos testimonios parece que el culto de Dioniso Eleutereo o Eleuterio era de origen beocio200. Sin embargo, a mediados del siglo VI a.C. la ciudad de 193 D. S. 4, 2, 6. 194 Hyg. Fab. 225. 195 Plu. Aet. Gr. 39. 300B. Plutarco ofrece una explicación para el nombre de la ciudad de Eléuteras distinta de la de Diodoro: cuenta que algunos dicen que el topónimo procede del momento en que los megarenses fueron conducidos a Tebas y que, a su paso por las cercanías de la población que se llamaría Eléuteras, fueron detenidos por el agua y los truenos. A partir de entonces tomó este nombre la ciudad. 196 Paus. 1, 2, 5. 197 Paus. 1, 20, 3. 198 Paus. 1, 38, 8. La tragedia Antíope de Eurípides se desarrolla en Eléuteras y un fragmento conservado de la obra cuenta cómo era la imagen de Dioniso que se veneraba allí: se trataba de un στύλος, un ídolo en forma de columna parecido a un herma (E. fr. 203 Kannicht). Algunas máscaras de terracota arcaicas de Dioniso barbado han sido halladas en Beocia, lo que atestigua la popularidad de esta forma (SIMON, 1983: 103, con foto de una de las máscaras: pl. 32). 199 Paus. 1, 29, 2. 200 WREDE, 1928: 84. Para más información sobre el epíteto en época micénica véase: CASADIO 1994: 22. 77 Eléuteras fue anexionada al Ática201 y, así, las Grandes Dionisias conmemoraban la llegada a Atenas de la estatua de Dioniso Eleutereo o Eleuterio202. Las ideas de liberación y libertad estuvieron relacionadas con el momento de tiranía que se estaba viviendo en la Atenas del siglo VI a.C. y la llegada de Pisístrato al poder203. Se empieza a tomar conciencia de “demos liberado de deudas y de esclavitud” y de “libertad para todos”204. El sentimiento de ἐλευθερία (libertad) está ligado al de autoctonía de la democracia ateniense y la liberación de cargas dejaría un impacto importante para tomar conciencia de libertad política. Con la liberación cultural, cultual, económica y judicial, Pisístrato pretendió integrar los demos no solo de la ciudad sino de otros territorios y, por eso, no es extraño pensar que los tiranos utilizaran de forma consciente la idea e imagen de este dios liberador para favorecer su estrategia política205. El nuevo culto a la libertad fue probablemente encarnado bajo la figura de Dioniso Eleutereo o Eleuterio, que simbolizaba principalmente la integración del demos en la ciudadanía consolidada con Pisístrato. Parece que se introdujo de forma consciente para poder controlar la relación de los tiranos y del demos y, aunque hay dudas de la cronología más o menos exacta de cuándo comenzaron las Grandes Dionisias, es bastante aceptada la idea de que empezaron en la época de los tiranos206. Más particularmente, a mi parecer, el culto de este dios también encarnó una identidad “de propiedad ática” (de la que posiblemente se haría propaganda durante las Grandes Dionisias) frente a la vecina 201 Pausanias (1, 38, 8) cuenta que la frontera con el Ática antes estaba en Eléuteras pero desde que esta ciudad se pasó a Atenas, la frontera con Beocia es el Citerón; además da las razones por las que se produjo la anexión: los habitantes de Eléuteras se pasaron no forzados por la guerra sino deseosos de la ciudadanía de los atenienses y por odio a los tebanos. SPINETO (2005: 199) opina que la asociación de los dos hechos (la anexión de Eléuteras al Ática y la procesión anual de Dioniso Eleuterio a Atenas) no se deben considerar contemporáneos, pues es posible que el culto de este dios Eleuterio fuera impulsado por la unión de la ciudad beocia a territorio ático. SPINETO (2005: 200) encuentra en el epíteto el recuerdo de dios extranjero, a pesar de que Eléuteras ya no era considerada una ciudad foránea, pero este Dioniso, dios de las Grandes Dionisias, es un dios “de frontera”. PIRENNE-DELFORGE (2008: 125) cree que Pausanias especifica que la estatua de Dioniso Eleuterio, la que se encontraba en Eléuteras, era una copia de la original que se llevó a Atenas por los conflictos fronterizos que todavía existían en los tiempos del autor entre el Ática y Beocia. 202 CASADIO (1999: 18) afirma que las Grandes Dionisias son esencialmente el festival en honor de Dioniso Eleuterio. 203 Sobre la relación de la tiranía con las ideas de libertad y liberación: McGLEW, 1993: 183. Sobre la importancia de la figura de “dios liberador” en la política ateniense: VALDÉS GUÍA, 2008 (con bibliografía). 204 Lys. 2, 17-18; D. 19, 261. 205 VALDÉS GUÍA, 2002: 73-74 y 119-120. Para más información véanse: DAVIES, 1971: 444-450; BICKNELL, 1972: 32-35. 206 Existe una discusión sobre si las Grandes Dionisias comenzaron o se vieron impulsadas en la época de los tiranos, con la democracia de Clístenes o con la creación de la tragedia. Véanse: CONNOR, 1989; WEST, 1989; WINKLER, 1990; CARTLEDGE, 1997; MARTIN, 1995; SPINETO, 2005: 202-217; VALDÉS GUÍA, 2008: 204. 78 Beocia, región de la que procedía en realidad el culto y la imagen, pero con la que el Ática mantenía conflictos de demarcación o frontera. Por otro lado, tanto Dioniso Melanégida como Eleuterio pertenecen a Eléuteras y la conexión entre ambos no debe obviarse: el duelo entre Janto y Melanto muestra un Dioniso Melanégida propicio para Atenas pero perjudicial para Tebas, el cual es acogido por los atenienses convirtiéndose incluso en protector y asumiendo un nuevo rol y nombre. Por ello se ha establecido una vinculación entre el mítico Melanto y la familia de Pisístrato, que desempeñó un papel importante en la reorganización del culto dionisíaco207. De la misma manera, Dioniso Eleutereo o Eleuterio fue propicio para Atenas y perjudicial para el territorio beocio, pues la estatua original se llevó a la Acrópolis ateniense y las Grandes Dionisias, conocidas a nivel panhelénico, conmemoraban la introducción del nuevo dios y su culto. En cuanto al nombre del epíteto, considero que Ἐλευθερεύς y Ἐλευθέριος tratan de relacionar al dios con Eléuteras, con cuyos ciudadanos los tiranos mantuvieron buenas relaciones208, pero –no olvidemos– esta ciudad pasó a pertenecer al Ática. Pudiera ser, por tanto, que el epíteto proclamara una idea de libertad representada en primer término por Eléuteras, una ciudad beocia y después ateniense. Por último, creo que el culto de Dioniso Eletereo/Eleuterio no se puede entender si se extrae del momento histórico, pues encarna el símbolo de la estrategia política que favorecía el proclamado sentimiento de libertad de la democracia ateniense. Parece, por tanto, evidente que el aspecto religioso se utiliza o es una excusa para obtener un fin y, en este caso, parece que se busca reflejar la democracia por medio de la religión. La característica singular de este Dioniso frente a los demás, con la preponderancia de los festivales en su honor y todo lo que conllevaban (vino, música, danzas…), pronto se vinculó a la libertad, desinhibición y éxtasis que podía sentir el individuo o el grupo en la celebración de sus fiestas. Por otro lado, cumplía la función escatológica de liberador de almas tras la muerte209, un comunicador entre el mundo de los vivos y de los muertos. 207 SPINETO, 2005: 200. 208 VALDÉS GUÍA, 2008: 208. 209 JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2009: 625. 79 2.3.3. Tanagra: Nictelio El culto de Dioniso fue prominente en la ciudad de Tanagra, donde hubo un templo y una estatua del dios, entre sus principales monumentos210. Concretamente, se rendía culto a Dioniso Νυκτήλιος (Nictelio), “nocturno”211, y además de en Beocia, también prosperó en Atenas porque Pausanias cuenta que, subiendo a la Acrópolis, pasado el recinto sagrado de Zeus, hay un templo dedicado a él212. Nictelio es un epíteto derivado del sustantivo νύξ (noche), lo que sitúa de nuevo el ámbito dionisíaco en la esfera del color negro y todo lo que simboliza esta tonalidad213. La oscuridad es una característica destacable en el culto de Dioniso: Eurípides dice explícitamente que los rituales de este dios tenían lugar preferiblemente por la noche214. El epíteto también guarda relación con las Νυκτέλια (Nictelias), unas fiestas celebradas en Tanagra que se realizaban durante las horas de menos luz con cierto estruendo215. Esta festividad se atribuye a la ciudad de Tanagra porque está vinculada a sus propios orígenes, la antigua Pemandria, una pequeña ciudad amurallada, y su fundador, Pemandro216. Además, en algunas zonas de esta ciudadela se han hallados multitud de objetos sagrados relacionados con ritos nocturnos217. Plutarco, cuando reflexiona sobre la naturaleza divina y las diferentes menciones que adoptan los dioses por sus transformaciones, afirma que los teólogos llaman Dioniso, Zagreo, Nictelio e Isodetes al estado enigmático de conversión y ordenación, esparcimiento y desmembración, y lo relaciona con el renacimiento o reencarnación218. Esta idea también puede conectarse con el momento de descuartizamiento, de resurrección y reencarnación de Osiris que, según Plutarco, concuerda con las 210 Paus. 9, 20, 4. 211 Véanse FARNELL, 1977 [1909]: 128; SCHACHTER, 1981: 183-185; CASADIO, 1999: 104-105; CORRENTE, 2013: 532. 212 Paus. 1, 40, 6. 213 Véase Dioniso Melanégida (cap. 2.3.2). 214 E. Ba. 187, 485-487 y 862. 215 Plu. Aet. Rom. 112. 291A; Quaest. conv. 4, 6, 2. 672A. Sobre las Nictelias véase: cap. 7.2.3. 216 Plu. Aet. Gr. 37. 299D. Tanagra, en sus orígenes, se llamaba Pemandria, aunque se cree que en realidad era el nombre que designaba la acrópolis de la ciudad, como la Cadmea de Tebas. Pemandro fue el fundador legendario de Pemandria, ciudad que más tarde se renombró con el antropónimo de su esposa, Tanagra (véase cap. 1.2.2); además, el bisabuelo de Pemandro fue Eléuter (Paus. 9, 20, 1), el introductor del culto de Dioniso en Eléuteras (véase Dioniso Eleutereo/Eleuterio [cap. 2.3.2]). Sobre la historia de Pemandro y Policrito y su conexión con las Nictelias véase: cap. 7.2.3. 217 PAPAZARKADAS, 2014: 323, n. 43.3 218 Plu. E ap. Delph. 9. 388F-389A. Según WEST (1983: 154), que Plutarco se refiera a Dioniso como Zagreo, Nictelio e Isodetes en conexión con su desmembramiento es una referencia importante porque supone claramente un culto que el autor conocería. Podría tratarse de una conexión entre Dioniso y el orfismo (véanse BERNABÉ, 1999: 197; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2008: 769 [con bibliografía]). 80 Nictelias219. Asimismo, no es el único epíteto que le fue asignado a Dioniso relacionado con el misterio y la noche, pues también es llamado Νυκτιπόλος (Nictípolo), “noctívago”, y de las bacantes se dice que son νυκτιπόλοι220. A propósito, tiempo atrás, Heráclito cuenta que los noctívagos, los magos, los bacos, las bacantes y los fieles se inician en misterios de hombres de forma impía221. Este calificativo relacionado con el ámbito dionisíaco, y que posteriormente Eurípides utiliza como epíteto del dios, parece hacer alusión a ritos secretos conectados con la esfera nocturna, el misterio y el Más Allá222. 2.3.4. Potnias: Egóbolo La cabra es la protagonista de otro epíteto de Dioniso en Beocia, concretamente en la ciudad de Potnias: Dioniso Αἰγοβόλος (Egóbolo), que puede interpretarse como “el que lanza cabras” o “el que dispara a las cabras” (está más aceptado el último significado, pero se admiten los dos223). La relación de Dioniso con los cápridos es conocida en la mitología principalmente por su transformación en cabrito224. Pausanias relata que en Potnias, una antigua ciudad que terminó perteneciendo al núcleo tebano, podía verse un templo de Dioniso Αἰγοβόλος, cuya leyenda cuenta que un día los seguidores del dios, en el momento de hacer el sacrificio, estaban tan borrachos que acabaron matando al propio sacerdote. Como castigo, tuvieron que inmolar a un muchacho para ofrecérselo a Dioniso, pero el dios sustituyó a la joven víctima por una cabra años después225. El hecho de lanzar cabras o dispararlas supone el sacrificio del animal en honor del dios226; los cápridos, de hecho, fueron los animales predilectos para los sacrificios llevados a cabo en honor de Dioniso, tal y como atestiguan las inscripciones del Ática227. En el rito de Potnias transmitido por Pausanias la víctima es sustituida por una cabra, por 219 Plu. Is. et Os. 35. 364F. Sobre la relación entre el desmembramiento de Osiris, las Nictelias y el orfismo véase: cap. 7.2.3. 220 Dioniso Νυκτιπόλος en: E. fr. 472, l. 11 Kannicht. Bacantes νυκτιπόλοι en: E. Io. 717. Sobre los epítetos de Dioniso relacionados con la noche véase: CASADIO, 1999: 104-105. 221 Heraclit. fr. 87 Marcovich (para más información sobre las menciones de Dioniso en el testimonio de Heráclito véase: CASADESÚS, 2013: 253-256). 222 GRAF, 1997 [1994]: 32-33; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2009b: 47. CORRENTE (2013: 532) afirma que Dioniso Nictelio es honrado con fiestas nocturnas y solo hay un lugar por antonomasia que no recibe la luz del sol, el Más Allá; además, cree que muchos epítetos que se otorgan a Dioniso están relacionados con seres monstruosos relacionados con la muerte y el mundo de ultratumba. 223 SCHACHTER, 1981: 182. 224 Véase Dioniso Melanégida (cap. 2.3.2). 225 Paus. 9, 8, 2. 226 FARNELL, 1977 [1909]: 168; SCHACHTER, 1981: 182; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2009: 622. 227 VAELLO, 2014: 32. 81 lo que puede considerarse sacrificio de sustitución, de lo que hay otros ejemplos en la literatura griega228. Por otra parte, el mito relaciona a Dioniso con el sacrificio de víctimas humanas porque hay dos muertes, la del sacerdote y posteriormente la del muchacho. Este relato conecta con un suceso que testimonia Plutarco que tuvo lugar en su tiempo, en el que también hay una víctima, en este caso, una mujer: las hijas de Minias deseaban carne humana; por ello, entre los beocios, los orcomenios llamaban “ὀλεῖαι” (que procede del término ὀλοός (asesino, criminal)) a las mujeres de su estirpe, y cada año durante las Agrionias se celebraba la huida y persecución de estas mujeres por el sacerdote de Dioniso. En una ocasión, el sacerdote Zoilo mató a una de ellas229. Es cierto que debe considerarse un hecho aislado, pues, a diferencia de lo que transmiten las historias míticas vinculadas al rito, no hubo sacrificios humanos de forma habitual en las ceremonias religiosas griegas230. Halliday alude a rituales dionisíacos primitivos, posibles supervivientes de alguna forma de sacrificio humano, pues según la investigadora, no parecían ser inapropiados en el culto de Dioniso en Beocia, a juzgar por el texto de Plutarco231. Se apunta, asimismo, al carácter cruento del dios en su epíteto Omestes232, “el sanguinario”, llamado así en Lesbos porque Dioniso ordenó sacrificar una víctima 228 La historia de Potnias recuerda uno de los mitos de sustitución más famosos de la literatura griega transmitido por Eurípides, Ifigenia en Áulide. Si bien deben destacarse dos diferencias fundamentales con respecto al mito de Potnias: Ifigenia es sustituida inmediatamente, en el momento en que el sacerdote da el primer golpe, no años después y, además, la muchacha es sustituida por una cierva, no por un cáprido. Es sobresaliente, sin embargo, que en ambos casos las víctimas son un o una joven (para más información del mito de sustitución de Ifigenia véase: HENRICHS, 1980: 198-208). Sobre el mito de sustitución de Atamante, Ino, Frixo, Hele y el vellocino de oro véase: Dioniso Lafistio (cap. 2.4.2); para más información de la sustitución de animales en el sacrificio véanse: STENGEL, 1920: 132; BURKERT, 2013 [1972]: 29; COCHE DE LA FERTÉ, 1980: 147; HENRICHS, 1980; GRAF, 1985: 76-77; PARKER, 2013: 147-148; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL en prensa1. 229 Plu. Aet. Gr. 38. 299EF-300A (se ha optado por la lectura de Meziriacus, pues es un pasaje muy discutido por problemas que presenta el manuscrito y por discrepancias de interpretación del texto. Sobre la etimología de la palabra ὀλεῖαι véase: BERNABÉ, 2010: 375). El mito de las hijas de Minias o miníades, a rasgos generales, cuenta que estas se opusieron al rito de Dioniso porque no querían participar en las salidas de la fiesta debido a su afición al trabajo del hogar (o debido a su amor conyugal o por el desorden que la fiesta dionisíaca en sí suponía, según las versiones), pero el dios se enfadó e hizo que la locura báquica se apoderara de las muchachas, que terminaron sacrificando al hijo de una de ellas, aunque el desenlace también varía según la versión (véanse Ou. Met. 4, 1-42 y 389-415; Ant.Lib. 10; Ael. VH 3, 42). Para más información como ejemplo de mito de resistencia en su contexto histórico: DABDAB TRABULSI, 1990: 185-187; sobre el análisis de las diferentes versiones: BERNABÉ, 2010 (con bibliografía) y cap. 7.2.1. 230 Sobre los sacrificios humanos en la Grecia antigua véanse: BURKERT, 2013 [1972]; COCHE DE LA FERTÉ, 1980; HENRICHS, 1980; HUGHES, 1991; OBBINK, 1993; BONNECHERE, 1994; GEORGOUDI, 2011; BONNECHERE y GAGNÉ, 2013; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL en prensa1. 231 HALLIDAY, 1975: 162-163. OTTO (1997 [1948]: 80-81) relaciona algunos episodios mitológicos de matanzas humanas con Dioniso: destaca el mito de Ino, tía del dios, que mató a su propio hijo, Melicertes, por la locura que le envió Hera, ya que esta se enfadó con ella y con Atamante por ser los encargados de criar a Dioniso (Apollod. 3, 4, 3); posteriormente, Melicertes fue venerado en la isla de Ténedos y se le ofrecieron sacrificios de niños (Lyc. 229). 232 Véanse LEBRETON, 2009; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL en prensa1. 82 humana en su honor233, y también en Salamina porque tres prisioneros persas fueron sacrificados para Dioniso Omestes234. Este carácter cruel y sanguinario de Dioniso se destacó (y exageró) entre autores tardíos: Porfirio, por ejemplo, cuenta que el calificativo Omadio, “el que recibe sacrificios humanos”, fue atribuido al dios en Quíos y Ténedos porque se sacrificó y se despedazó a un hombre en su honor235. Eliano también testimonia otro rito dionisíaco en Ténedos, en el que a un ternero recién nacido se le ponían coturnos y se le sacrificaba con un hacha, y el que realizaba la acción era perseguido con el fin de ser apedreado236. Nilsson considera sobre el sacrificio transmitido por Eliano que el encargado de llevarlo a cabo recibiría la fuerza de Dioniso, pues él ya había sido descuartizado a manos de los Titanes237. Otto, por su parte, piensa que los coturnos simbolizan al propio dios y, de acuerdo con Nilsson, también establece un paralelo con el mito de su despedazamiento; cree, por tanto, que Dioniso, aunque en el texto de Eliano es llamado ἀνθρωπορραίστης, “descuartizador de hombres”, en esta historia es asesinado metafóricamente y el mito pasa a convertirse en acto ritual238. De la misma manera, considero que la historia de Dioniso Egóbolo podría haberse representado en la ceremonia de celebración del rito. Por tanto, los rituales que tuvieron lugar en Potnias, Quíos y Ténedos podrían considerarse sacrificios de sustitución, es decir, pasaron a ser los sustitutos de antiguos sacrificios humanos en el mito. Henrichs afirma que la práctica del animal de sustitución y el mito de sacrificio humano deben verse como dos aspectos complementarios de un mismo mecanismo ritual, por el cual el reclamo divino de vida humana se establece sin pérdida real de esa persona, ya sea mediante un derramamiento simbólico de sangre humana o por el habitual sacrificio animal; señala, además, que el reemplazo sucede siempre, invariablemente, en un contexto de culto y sacrificio 239. Coche de la Ferté 233 P. Oxy. 53, 3711, col. II 17-27, según la reconstrucción de PORRO, 2004: 235-236. 234 Plu. Them. 13, 3; Pel. 21, 3; Arist. 9, 2. DÖLLINGER (2015 [1862]: 94) afirma que ciertos ritos dionisíacos muestran huellas de religión oriental, pues el epíteto Omestes recuerda al momento de la ὠμοφαγία (ingesta de carne cruda) de las ceremonias frigias; insiste en que este rito podría ser una reminiscencia de antiguos sacrificios humanos. 235 Porph. Abst. 2, 55. Eliano (VH 3, 42) cuenta que las mujeres lacedemonias, las de Quíos y las beocias enloquecían y les asaltaba el furor báquico. 236 Ael. NA 12, 34. Para más información sobre los testimonios de autores tardíos véase: JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL en prensa1. 237 NILSSON, 1995 [1906]: 308. COCHE DE LA FERTÉ (1980: 115) señala que la tragedia de Penteo es un mito literario de un rito religioso muy antiguo que consistía en ejecutar a un representante de la divinidad, el sacerdote normalmente, para obtener los beneficios de Dioniso, por medio del rito de la ὠμοφαγία. 238 OTTO, 1997 [1948]: 81. 239 HENRICHS, 1980: 205-206. 83 considera que las múltiples epifanías de Dioniso bajo apariencia animal establecen un vínculo innegable entre sacrificio humano y sacrificio de animales, siendo estos víctimas de sustitución240. Con respecto a la postura que adopta Dioniso en el mito concreto de Potnias, Daraki apunta que el dios se muestra flexible para respaldar el papel que ponía fin a los sacrificios humanos reclamados por otros dioses, pues Pausanias cuenta que se dejaron de hacer sacrificios humanos a Ártemis porque fue vaticinado que con la llegada de una divinidad extranjera (Dioniso) cesarían dichas prácticas241. Schachter afirma que la historia de Dioniso Egóbolo se ideó para explicar el epíteto, pues no hay pruebas de sacrificios realizados en Potnias en honor de Dioniso, y menos humanos; insiste en que no se debe conjeturar libremente que el culto en esta ciudad fuera exactamente como relata el mito242. Bonnechere, por su parte, declara que los habitantes de Potnias fueron golpeados por culpa de un acto de ὕβρις (desmesura, transgresión); cree que los componentes de la historia son claramente legendarios, bien por el conservadurismo religioso en términos de sacrificio humano, bien para ilustrar el epíteto local del dios y establecer una estricta equivalencia entre el ritual de las cabras y el auténtico sacrificio humano. El epíteto Egóbolo proporciona, sin duda, la clave del rito local, que debió de incluir un lanzamiento de cabras, ya fuera la proyección del animal como un todo o de las partes destinadas al sacrificio. Además, el investigador se pregunta por qué se ha planteado la idea de sacrificio humano si el mito proporciona una etiología simple tanto para el epíteto divino como para el rito, a lo que responde que esta cuestión tiene sentido si se establece una equivalencia de sacrificio entre la víctima animal y una víctima humana original, una característica de los rituales de iniciación243. Jiménez San Cristóbal señala que Dioniso Egóbolo, en el mito contado por Pausanias, se apiada, actuando no como una divinidad salvaje, sino como civilizadora244. Y es aquí donde se pone de manifiesto, desde mi punto de vista, la dualidad que en ocasiones caracteriza a Dioniso porque, por un lado, la historia relata dos sacrificios vinculados al ambiente dionisíaco, pero, por otro, pese a la crudeza de ambos actos, Dioniso recula, aunque el compadecimiento no es inmediato, sino años después. 240 COCHE DE LA FERTÉ, 1980: 136-137. 241 DARAKI, 1980: 139; Paus. 7, 19, 6. 242 SCHACHTER, 1981: 182. 243 BONNECHERE, 1994: 125-127. 244 JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL en prensa1. 84 Por último, con respecto a la primera interpretación del epíteto y ahondando en la acción de lanzar, Plutarco afirma que entre los argivos se incitaba a Dioniso Bugenes a salir del agua al son de trompetas mientras se arrojaba un cordero para el guardián de la puerta245: este rito, que evoca la muerte del dios y su relación con el mundo subterráneo, era una práctica propiciatoria para el custodio del inframundo246. Plutarco no cita la cabra como protagonista, pero quizás la acción destacada de arrojar un animal, cualquiera que sea de los vinculados a los sacrificios dionisíacos más todas las connotaciones que conlleva, podría ser un elemento importante en los ritos del dios. 2.3.5. Tespias: Evio y Bromio Los epítetos Εὔιος (Evio), que puede interpretarse como “el que grita evohé” o “el que se invoca a los gritos de evohé”, y Βρόμιος (Bromio), “el estruendoso” o “el que brama”, aparecen en numerosas ocasiones en las fuentes clásicas. En Bacantes es frecuente encontrar referencias a ambas menciones asociadas en versos cercanos247, ya que están relacionadas con la misma faceta festiva de Dioniso. Asimismo, los dos epítetos fueron tan populares en la Antigüedad que podían aparecer sin la compañía del teónimo, actuando como un sobrenombre. Evio El epíteto Evio deriva del grito ritual. En tragedia aparece normalmente en contextos vinculados a la música y a la danza248: al son de panderos, al tiempo del aulós, entre gritos y aclamaciones, en acompañamiento, a paso raudo y brincando. Las descripciones relacionadas con el término εὔιος y sus derivados y compuestos en la mayoría de los casos aluden al festejo, al baile, a la melodía y la percusión249, a la algarabía y al desorden, un ambiente que se hace extensible a las fuentes epigráficas. Una inscripción reconstruida, hallada en la ciudad de Tespias, Tespias 4, parece documentar 245 Plu. Is. et Os. 35. 364F. 246 Para más información sobre Dioniso Bugenes en el pasaje de Plutarco véase: JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2007: 147-150. Sobre los ritos relacionados con el Hades: JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2015. 247 E. Ba. 66-68, 140-141, 151, 156-157, 412-413, 790-791. 248 E. Ba. 152-166. 249 Estrabón (10, 3, 14-15) cuenta que los poetas conceden a Sileno, Marsias y Olimpo el invento del doble aulós, el cual está conectado con los ritos dionisíacos. Además, afirma que el sonido del aulós y la percusión de crótalos, címbalos y tamboriles, los gritos modulados, los evohés y el golpeo de los pies en el suelo inspiraron la creación de una serie de nombres con los que se designa a los servidores, danzantes y oficiantes del culto dionisíaco (cabiros, coribantes, panes, sátiros, títiros…). 85 este epíteto de Dioniso, muy conocido en el Ática y en otras regiones, pese a que Schachter no lo recoge en su estudio de dicha ciudad250: [Τερψιχόρηι πρέψεν] κισσὸς στέφο[ς, Εὐίωι αὐλός]· [ἔνθεος ἥ γε χο]ροῖς, τερπνότερ[ος δ’ ὅ γ’ ἵν’ ἦι]. De Terpsícore era propia la corona de hiedra; de Evio, el aulós: a ella, porque estaba poseída por el dios en las danzas y a él, porque era muy placentero. La inscripción se fecha entre finales del siglo II a.C. y principios del I a.C. y es una dedicatoria que fue hallada en el Valle de las Musas (monte Helicón) y estaba colocada a los pies de una estatua, ahora perdida. No cabe duda del ambiente festivo y distendido que transmite la inscripción: una musa, una corona de hiedra, un instrumento musical, danzas y placer; incluso, se puede hablar de éxtasis dionisíaco con la mención de la hiedra, del aulós y de los adjetivos ἔνθεος y τερπνός. La relación de la divinidad con las nueve Musas y los Museia, sus festivales, es un tema interesante relacionado con la ciudad de Tespias y el monte Helicón, el cual se desarrollará más adelante251. Precisamente la carga emocional, simbólica e, incluso, mágica que las fuentes literarias han transmitido de este monte hizo que Tespias se convirtiera en una de las ciudades con más representaciones y epígrafes de estas características252. Bromio Βρόμιος es un epíteto referido a la relación del dios con el rayo, el fuego y el ruido que caracterizan su nacimiento253. Se relaciona etimológicamente con los verbos βρέμω (rugir, bramar, gritar) y βρομέω (zumbar, bramar, rugir), por ello es frecuente encontrar la mención en contextos relacionados con el ruido y el alboroto del festival dionisíaco, así como el bramido o el rugido emparentados con las metamorfosis del dios en animales salvajes254. En la tragedia de Eurípides el epíteto aparece usualmente en ambiente de festejo y desinhibición255: Bromio como dios de las fiestas alegres, como guía de 250 SCHACHTER, en las páginas dedicadas a Tespias (1981: 192-195), no recoge el término como epíteto de Dioniso en esta ciudad. 251 Véanse cap. 1.2.1, 4.2.3.3, 5.2.5, 6.2.2.2 y 7.3.1. 252 IG 7, 1796 a 1805 son inscripciones de temática similar y ambiente festivo que iban asociadas a estatuas (ahora, perdidas) que representaban uno o varios personajes citados. 253 HARRISON, 1908: 414; ENCINAS, 2011: 126. 254 Destaca Dioniso-toro (véase cap. 2.4.2); Anacreonte, por ejemplo, atribuye a Dioniso el adjetivo ἐρίβρομος, “de fuerte bramido”/“de fuerte estruendo” (Anacr. fr. 365 Gentili). También hay que mencionar su conexión con ciertos felinos (para más información véanse: OTTO 1997 [1948]: 83-85 y 122; JEANMAIRE, 1978 [1951]: 262; MERKELBACH, 1988: 13 y 48; SEAFORD, 2006: 24; PORRES, 2013: 176-179). 255 E. Ba. 82-87, 114-119, 374-378, 412-413, 445-446, 582-584, 592-593, 725-727, 790-791; Hel. 1364. 86 celebraciones, por Bromio danza la comarca entera, a Bromio las bacantes lo llevan en procesión o lo invocan mientras brincan por el monte. Los contextos son muy parecidos a aquellos en los que aparecía Evio. En la ciudad de Tespias apareció la siguiente inscripción, Tespias 3: Τερψιχόρα κισσὸς Τερψιχόρηι, Βροµίωι δ’ ἔπρεψεν ὁ λωτός· τῆι µὲν ἵν’ ἔνθεος ἦ[ι], τῶι δ’ ἵνα τερπνότερος Ὁνέστου. Terpsícore: la hiedra era propia de Terpsícore; de Bromio, el loto. A ella, porque estaba poseída por el dios; a él, porque era muy placentero. De Honesto. Muy similar a la anterior, la inscripción certifica la existencia del epíteto Bromio en Beocia, aunque tampoco Schachter lo recoge en su estudio, en la parte dedicada a Tespias256. Destaca la ausencia del teónimo, pero es claro el ambiente dionisíaco: la hiedra, el loto, el placer, el hecho de “tener a dios dentro” son características que acercan al lector al mundo del dios, incluso, al éxtasis. De nuevo, la referencia a la musa invita al disfrute y, al mismo tiempo, al reposo y serenidad. 2.3.6. Tebas: Bromio, Cadmeo, Pericionio, Lisio, Categemón y Poligetes Tebas guarda una relación estrecha con Dioniso porque es su ciudad patria y la cuna de las primeras manifestaciones orgiásticas de su culto257. Ovidio afirma que el nombre de Baco se hizo muy famoso en toda Tebas y que su tía Ino se encargó de contar por todas partes los grandes recursos del dios258. A continuación, presento los seis epítetos de Dioniso que aparecen documentados en esta ciudad, intentando seguir el orden temático con respecto al resto de ciudades y buscando también un sentido razonable y lógico dentro de los subtemas que afectan a Tebas. 256 SCHACHTER, en las páginas dedicadas a Tespias (1981: 192-195), no recoge el término como epíteto de Dioniso en esta ciudad. 257 CASADIO, 1999: 88. 258 Ou. Met. 4, 416-418. 87 Bromio El epíteto Βρόμιος también está atestiguado en Tebas, aunque Schachter tampoco lo recoge como epiclesis de Dioniso en esta ciudad259. Píndaro lo utiliza en un contexto tebano, pues el autor canta que él llega en presencia de Bromio, el vástago de padres de alta alcurnia y de mujeres de estirpe cadmea, en alusión a Sémele260. Eurípides también relaciona el epíteto con el país tebano cuando cuenta que a Bromio le parió su madre en Tebas tras sus bodas con Zeus261. Además de los testimonios literarios, destaca uno epigráfico, Tebas 9: τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν τῶν ἐν Θήβαις Διοκλῆν Τιµο- στράτου Διονύσωι. ἔστησεν Βροµίωι Διοκλῆν Τιµοστράτου υἱὸν 5 ἐ[σ]θλὴ τεχνιτῶν µουσοπόλων σύνοδος. La asociación de los tecnitas de Dioniso en Tebas, a Diocles, hijo de Timostrato, en honor de Dioniso. Erigió en honor de Bromio a Diocles, hijo de Timostrato, la noble asociación de los tecnitas, sirvientes de las Musas. Se trata de un documento relevante porque testimonia el epíteto Bromio en Tebas. Es probable que la inscripción fuera hallada en una capilla en ruinas de la ciudad y se ha fechado entre la segunda mitad del siglo II a.C. y principios del I a.C.262 Es una dedicatoria proveniente de los tecnitas, una importante asociación o compañía formada por personas devotas al servicio del festival de Dioniso, que ofrecía representaciones teatrales, coros y actuaciones musicales en toda Grecia263. En este caso, los tecnitas consagraron en honor del dios la estatua de un personaje –que suponemos– importante, un benefactor de la filial tebana probablemente. Cadmeo El culto de Dioniso Καδμεῖος (Cadmeo) fue el principal de la ciudad de Tebas264. El epíteto del dios procede de la llamada Cadmea, la acrópolis de la ciudad, que recibe, a 259 SCHACHTER, en las páginas dedicadas a Tebas (1981: 185-192), no recoge el término como epíteto de Dioniso en esta ciudad. 260 Pi. fr. 75 Lavecchia. 261 E. Ph. 649-650. 262 ROESCH, 1982: 194, nº 40. 263 Véanse los cap. 4.2.3.2 y 6.2.2.2. 264 FRASER, 1952: 242; CASADIO, 1999: 125. 88 su vez, el nombre por Cadmo de Tiro, el fundador mítico de Tebas que se asentó allí cumpliendo el oráculo que le profetizó poblar el lugar donde una ternera se postrara265. La Cadmea fue fundada en torno a la antigua casa de Cadmo. Un día, cerca de la Cadmea cayó del cielo un leño junto con el rayo que había sido lanzado al tálamo de Sémele, hija de Cadmo. Polidoro adornó este leño con bronce y lo llamó cadmeo; además, lo colocó junto a una imagen de bronce macizo de Dioniso cuyo autor era Onasimedes. Desde entonces este Dioniso fue llamado Cadmeo266, un término topográfico267. Tebas 1 es uno de los testimonios escritos más antiguos que posiblemente documente el epíteto en esta ciudad, un epígrafe datado en 506 a.C.268: [————]ος Οἰνόας καὶ Φυλὰς [———]αι Χαλκίδα λυσάµενοι [—————]hελόντες καὶ Ἐλευσῖνα [Διονύσωι Κάδ]µωι ἀνέθιιαν. (…)o, Enoas y Filas (…) Calcis, una vez hayan liberado (…)elontes y Eleusis a (Dioniso) Cadmeo dedicaron. Es un ejemplo interesante porque, si se acepta la reconstrucción propuesta, podría certificar que el epíteto ya se utilizaba a finales del siglo VI a.C. Se trata de una dedicatoria en forma de epigrama referida a la guerra entre beocios y atenienses, equivalente a la del monumento erigido en la Acrópolis por los atenienses después de su victoria, en 506 a.C., frente a beocios y calcideos269. Knoepfler presentó el texto acorde a la transcripción preliminar y provisional realizada por Aravantinos, exhibida en el Museo de Tebas. Aravantinos relacionó la dedicatoria con un héroe cadmeo, pero es Knoepfler quien sugiere que podría tratarse de Dioniso Cadmeo270. El hecho de que la tradición estableciera el nacimiento de Dioniso en Tebas supuso que esta ciudad se convirtiera durante toda la Antigüedad en lugar predilecto para honrar al dios271; la numismática, además de los escritos, prueba que su popularidad en esta ciudad beocia fue 265 E. Ph. 638-648. Véase una versión parecida en: Apollod. 3, 4, 1; y otra versión distinta en: D. S. 1, 23. 266 Paus. 9, 12, 3-4. Al comienzo de Bacantes, Dioniso elogia a Cadmo por haber dejado infranqueable el recinto sacro de su hija Sémele en suelo tebano (pues se considera sagrado al haber sido alcanzado por un rayo divino); confiesa el dios que ha recubierto ese lugar del follaje de la vid y racimos (E. Ba. 10-12). CAPPELLETTO (2003: 211-213) apunta que los términos κίων y στύλος (pilar) y ξύλον (leño) hacen referencia a objetos cultuales que se acercan a la concepción primitiva de divinidad relacionada con el mundo vegetal, y ξύλον es el vocablo que utiliza Pausanias (en 9, 12, 4: ὁμοῦ τῷ κεραυνῷ βληθέντι ἐς τὸν Σεμέλης θάλαμον πέσοι ξύλον ἐξ οὐρανοῦ: juntamente con el rayo lanzado al tálamo de Sémele cayó un leño del cielo). 267 SCHACHTER, 1981: 187. 268 SEG 54, 518. 269 Sobre esta contienda véase: Hdt. 5, 77; Paus. 1, 28. 270 KNOEPFLER, 2006: 658-659, nº 203. 271 SCHACHTER, 1981: 187. Sobre los posibles lugares de nacimiento de Dioniso (Drácano, Ícaro, Naxos, junto al río Alfeo, Tebas o la montaña Nisa) véase: cap. 2.1; en Bacantes el propio Dioniso declara haber nacido en tierra tebana (E. Ba. 1-3). 89 una realidad, pues su imagen quedó reflejada en las monedas del siglo V a.C.272 La estrecha relación de Dioniso con Tebas ha dado lugar a una acumulación de referencias literarias que, sin embargo, son intrascendentes para el culto que realmente se practicó allí273. Por otra parte, no cabe duda de que Dioniso Cadmeo se vinculó automáticamente con esta ciudad y que, además, el epíteto se extendió por otras poblaciones del continente griego. Un decreto hallado en Delfos, Delfos 1 (230-210 a.C. aproximadamente), atestigua este fenómeno, así como el auge que experimentó el culto de Dioniso Cadmeo a finales del siglo III a.C. … εἶναι δὲ καὶ τὸ ἱερὸν τοῦ 21 Διονύσου τοῦ Καδµείου [τὸ ἐν Θήβαις ἀπὸ πάντων ἄ]συλον καθάπερ καὶ τὸ ἐν Δελφοῖς· 22 … … ὅπω[ς ἂν οὖν ἁ θυσία ἁ] τῶν τριετηρίδων ὡς κάλλιστα συντελῆται τῶι 33 Διονύσωι τῶι Καδµε[ίω]ι· 34 (…) Que también el santuario de Dioniso Cadmeo, en Tebas, sea lugar de asilo de todos, lo mismo que el de Delfos. (…) (…) para que, en efecto, el sacrificio de las (fiestas) trietéricas pudiera llevarse a cabo de la mejor manera posible en honor de Dioniso Cadmeo. La inscripción pertenecía al muro original del tesoro de Tebas, pero posteriormente fue trasladada a Delfos porque en la ciudad de Apolo se encontraba la sede de la Liga Anfictiónica274. El texto trata sobre la reorganización de unas fiestas de Dioniso en Tebas275 y muestra en dos ocasiones el epíteto. Rigsby confirma que la inviolabilidad del santuario de Dioniso Cadmeo en la ciudad beocia fue decretada entre los años 228-225 a.C.276, lo cual demuestra el alto grado de importancia del culto de este dios. Además, el decreto completo prueba que en el periodo helenístico hubo una tregua, ἐκεχειρία, en 272 SCHACHTER, 1981: 188. 273 Véase Dioniso Lisio. 274 La Anfictionía o Liga Anfictiónica era una especie de asamblea o conjunto de delegados procedentes de distintas tribus griegas, que surgió en torno al siglo VI a.C. y cuya misión principal era conservar la hegemonía administrativa del templo de Apolo en Delfos. Una de las sedes primitivas fue el santuario de Deméter en Tesalia, pero como consecuencia del renombre considerable que había alcanzado el oráculo de Delfos, una nueva sede de esta confederación se instauró allí, y porque, además, esta ciudad suponía un punto intermedio entre el Peloponeso, Jonia, Beocia y el Ática. Originalmente se fundó con carácter puramente religioso, pero fue cambiando hasta conseguir una fuerte representación política y militar. Agrupaba doce tribus griegas, cada una compuesta de dos hombres (normalmente sacerdotes o personas que habían ejercido como tal en alguna ocasión), designados por su comunidad; en total estaba formada por 24 miembros (para más información véase: LEFÈVRE, 1998). El nombre de la Liga proviene del personaje mitológico Anfictión, hijo de Deucalión y Pirra, y hermano de Pandora (Apollod. 1, 7, 3); fue rey de Termópilas y, posteriormente, de Atenas (Paus. 1, 2, 6) e instituyó dicha Liga en Delfos (Paus. 10, 8, 1). 275 Sobre las fiestas trietéricas de Dioniso véase: cap. 7.2.1. 276 RIGSBY, 1996: 70. 90 Tebas por el festival de Dioniso Cadmeo, medida que se desprende de la decisión del Anfictionado délfico277. Pericionio Un epíteto menos conocido pero atestiguado en Tebas es Περικιόνιος (Pericionio), cuya interpretación es “el de en torno al pilar”. Hacia 200 a.C., el historiador Mnaseas escribe un escolio sobre varios versos pertenecientes a la estrofa de un coro de la obra Fenicias, que pretende explicar la parte en que Eurípides cuenta que la hiedra envolvió a Bromio, nada más nacer, hasta coronarlo278. El comentario de Mnaseas, que concierne a su Periégesis de Beocia, expone brevemente el antecedente de la situación contada por Eurípides siguiendo una tradición que decía que, después del incendio de la casa de Cadmo279, una milagrosa generación de hiedra fue capaz de salvar al niño de las llamas. Mnaseas afirma que la planta cubrió a Dioniso niño cuando brotaba alrededor de los pilares y que por eso es alabado entre los tebanos como Pericionio: Ἱστορεῖ γὰρ Μνασέας, ὅτι τῶν Καδμείων βασιλείων κεραυνωθέντων, κισσὸς περὶ τοὺς κίονας φυεὶς ἐκάλυψεν αὐτὸν, ὅπως μὴ αὐθημερὸν καὶ ἐν μηδενὶ τὸ βρέφος διαφθαρῇ καλυφθέν κισσῷ. Διὸ καὶ περικιόνιος ὁ θεὸς ἐκλήθη παρὰ Θηβαίοις. Pues Mnaseas cuenta que, habiendo sido golpeado por el rayo el palacio Cadmeo, la hiedra creció alrededor de los pilares y lo ocultó (a Dioniso); para que en el mismo día el recién nacido no fuera destruido por nada, fue cubierto de hiedra. Por eso el dios fue llamado pericionio entre los tebanos. Según afirma Cappelletto, παρὰ Θηβαίοις indica el carácter indígena del epíteto (aunque, al ser una fórmula habitual, pienso que no necesariamente, por lo que no estoy de acuerdo con esta afirmación). Por otro lado, el mismo autor apunta que los términos κίων y στύλος (pilar) hacen referencia a objetos cultuales identificados con Περικιόνιος que se acercan a la concepción primitiva de dios relacionado con el mundo vegetal280. Además, existe un Himno órfico dedicado a Dioniso Pericionio281: Κικλήσκω Βάκχον Περικιόνιον, µεθυδώτην, Καδµείοισι δόµοις ὃς ἑλισσόµενος πέρι πάντη ἔστησε κρατερῶς βρασµοὺς γαίης ἀποπέµψας, ἡνίκα πυρφόρος αὐγὴ ἐκίνησε χθόνα πᾶσαν πρηστῆρος ῥοίζοις· ὃ δ’ ἀνέδραµε δεσµὸς ἁπάντων. 277 THEOTIKOU, 2013: 284-286. 278 E. Ph. 651-652. Mnaseas FGH 18, l. 5-9, 26 Mehler [Scholia in Euripidis Phoenissas 651-652]. 279 RICCIARDELLI (2000: 417) apunta que cerca de los restos quemados de la Cadmea, Eurípides también ambienta Bacantes (vv. 1-9). 280 CAPPELLETTO, 2003: 211-213. Véase también Dioniso Cadmeo. 281 Orph. H. 47 (véase RICCIARDELLI, 2000: 417-418 [con bibliografía]). 91 Ἐλθέ, µάκαρ, βακχευτά, γεγηθυίαις πραπίδεσσιν. Invoco a Baco Pericionio, dador de vino, que dando vueltas en torno al palacio de Cadmo todo lo sujetó con fuerza alejando los temblores de la tierra, cuando el resplandor portador del fuego removió toda la tierra con los silbidos del huracán, y brotó la sujeción de todas las cosas. Ven, dichoso, bacante, con ánimo alegre. El poeta del himno recuerda una epifanía cuyas circunstancias topográficas y temporales coinciden con el mítico nacimiento del dios y no parece casual la mención del epíteto. Zeus se presenta en todo su esplendor ante Sémele, causándole a esta posteriormente la muerte. En tan solo seis hexámetros el himno relata justo el momento en que Dioniso, pese a que el dios era un recién nacido, consigue eliminar los temblores provocados por su padre y mantener y sujetar los pilares de la casa de Cadmo, motivo por el cual los tebanos desde entonces lo nombraron Pericionio. Es interesante que el propio Dioniso es el protector de la casa adoptando probablemente forma de planta, seguramente hiedra, uno de sus atributos iconográficos, y en el primer verso del himno, además de Περικιόνιος, es mencionado por otro epíteto, µεθυδώτης, que hace referencia a la vid, la otra planta predilecta del dios y que también es protagonista por recubrir el recinto sacro de Cadmo282. Asimismo, Ricciardelli conecta un fragmento de Eurípides que menciona al boukolos que, en el tálamo, adorna con hiedra la columna del dios del evohé283; también estudia los puntos en común entre este mito y el de Osiris, en el que Plutarco narra la historia del brezo que creció alrededor de la tumba del dios egipcio, cuyo tallo cortó posteriormente el rey de la región de Biblos y lo usó como columna para sostener el techo de su casa, sin darse cuenta de que la planta envolvía también el ataúd284. Por último, la investigadora recoge testimonios iconográficos del arte clásico que certifican la imagen de un pilar cubierto de hiedra con la máscara de Dioniso en la parte superior285. Es probable que Mnaseas y el autor del himno conocieran y transmitieran la misma tradición, una historia local de Dioniso niño interpretada por uno en sentido racional y por otro en sentido sacral286. Se puede suponer que el milagroso crecimiento de la hiedra en la versión 282 Nótese que en el prólogo de Bacantes, Dioniso elogia a Cadmo por haber dejado infranqueable el suelo de su casa, la sagrada Cadmea; cuenta, además, haber recubierto de vid y racimos todo ese lugar (E. Ba. 10-12). 283 E. fr. 202 Kannicht (véase RICCIARDELLI, 2000: 417). Sobre el boukolos véase el apartado dedicado a la figura de Dioniso-toro (cap. 2.4.3). 284 Plu. Is. et Os. 15. 357A (véase RICCIARDELLI, 2000: 417). 285 RICCIARDELLI, 2000: 417. Véanse los testimonios iconográficos en: HARRISON, 1908: 428, fig. 131; FARNELL, 1977 [1909]: 119. 286 CAPPELLETTO, 2003: 211. 92 de Mnaseas deriva de una reelaboración sucesiva respecto a una identificación original del dios con la planta, que todavía está funcionando en el Himno órfico287. No se conoce el culto de Dioniso Pericionio pero, como afirma el propio Pausanias288, las ruinas de la acrópolis de Tebas señalan que probablemente allí se encontraba el palacio de Cadmo y el tálamo de Sémele, construcciones que podrían tener asociado algún tipo de ritual sagrado desde el punto de vista fundacional y por su resistencia divina, según consideran Jeanmaire y Ricciardelli289. Schachter, por su parte, recoge en su estudio el epíteto vinculado a la ciudad de Tebas pero con un interrogante, pues la falta de pruebas lo hacen dudoso para el especialista290. Casadio cree también probable la implicación de Sémele en el culto de Dioniso Cadmeo, Lisio y Pericionio, pues es innegable que la madre del dios desempeña un papel dentro del ámbito cultual dionisíaco291. Por otro lado, tampoco hay documentos epigráficos del área beocia que avalen la presencia de la epiclesis ni de ningún culto de Dioniso Pericionio. Lisio En la ciudad de Tebas se rendía culto a Dioniso Λύσιος (Lisio), que también es entendido como “liberador”, igual que Dioniso Ἐλευθερεύς. Según la leyenda, ya conocida en el siglo IV a.C., el epíteto se relaciona con el enfrentamiento entre tebanos y tracios: los primeros fueron prisioneros de los segundos y, habiendo consultado los de Tebas el oráculo de Trofonio, este les reveló que serían liberados por Dioniso. Un día, mientras los tracios, borrachos, dormían, los tebanos los mataron292. Parece que el epíteto hace referencia a la ceremonia liberadora que tuvo lugar gracias al vino293, una sinécdoque donde Dioniso, la máxima representación, libera por medio de su elemento. Pausanias transmite la misma versión, aunque omite detalles como la consulta al oráculo y la causa por la que los tracios dormían; cuenta, además, que cerca de la puerta Prétide había un teatro y un templo en honor de Dioniso Lisio y que el santuario se abría una vez 287 CAPPELLETTO, 2003: 214. 288 Paus. 9, 12, 3. 289 JEANMAIRE, 1978 [1951]: 339; RICCIARDELLI, 2000: 417. 290 SCHACHTER, 1981: 185. 291 CASADIO, 1999: 156. 292 Aristoph.Boeot. 9A Fowler: Βοιωτοὶ γὰρ ἁλόντες ὑπὸ Θρακῶν καὶ φυγόντες εἰς Τροφωνίου, κατ’ ὄναρ ἐκείνου Διόνυσον ἔσεσθαι βοηθὸν φήσαντος, μεθύουσιν ἐπιθέμενοι τοῖς Θραξὶν ἔλυσαν ἀλλήλους· καὶ Διονύσου Λυσίου ἱερὸν ἱδρύσαντο: Pues los beocios cuando fueron conquistados por los tracios y después de haber huido a Trofonio -aquel decía que en sueños Dioniso era protector-, emborrachan a los tracios imponiéndose y se liberan unos a otros. Y se instauró el sacrificio de Dioniso Lisio. 293 MARTÍN-HERNÁNDEZ, 2013: 210. 93 al año en días fijados294. Plutarco, en un pasaje en el que reflexiona sobre la utilidad de la franqueza y la importancia de vigilar esta virtud cuando hay vino de por medio, menciona a Dioniso Λυαῖος (liberador) y alude a un texto de Píndaro que, como el poeta afirma, es el dios que desata los lazos de las preocupaciones insoportables295. Lisio es aquí, según Nilsson, el dios más cercano a Baco que ayuda a la evasión de problemas y preocupaciones296. En la misma línea, Casadio cree que Dioniso Lisio o Lieo es como el vino porque, al mitigar los diversos problemas que aquejan a los seres humanos en la tierra, anticipa la disolución de la ansiedad frente al momento supremo de la muerte297. En otra obra Plutarco retoma la reflexión anterior y afirma esta vez que no hay que temer que el vino mueva las pasiones humanas; cuenta que los antiguos llamaban a Dioniso Ἐλευθερᾶ καὶ Λύσιον y pensaban que el dios tenía una parte de arte adivinatorio porque, al privarse cada uno de lo servil y de la timidez, permite que el trato sea franco y verdadero entre unos y otros298. Lo interesante de este texto es que el autor trata ambos epítetos como sinónimos, como si representaran la misma idea de liberación. Fraser cree que este dios Lisio es propiamente tebano299; de hecho, la raíz por la que se ha formado Lys- procede significativamente de la onomástica local, como afirma Casadio300. Este investigador apunta también que la calificación de “liberador” era sentida en toda Grecia como característica propia del dios301. En el templo que le fue consagrado en Tebas, citado por Pausanias, se celebraban, según Nilsson, los Λύσιοι τελεταί (ritos o ceremonias lisios/as)302 y, además, su fama llegó a otros lugares: en Sición, en la península del Peloponeso, por las noches se llevaban imágenes de Dioniso Baqueo y Lisio acompañadas de antorchas y al son de himnos desde el Cosmeterio hasta el Dionisio, y en Corinto había xoana del dios303. Farnell, por su parte, cree que este 294 Paus. 9, 16, 6 (véase SCHACHTER, 1981: 185, 187 y 191). 295 Pi. fr. 248 Lavecchia; Plu. Adulat. 27. 68D. 296 NILSSON, 1941: 542. 297 CASADIO, 1999: 33. 298 Plu. Quaest. conv. 7, 10, 2. 716BC. 299 FRASER, 1952: 240. 300 CASADIO, 1999: 123. 301 CASADIO, 1999: 126. En este sentido, conviene aludir también a la literatura órfica: dos laminillas de oro (L7a-b, procedentes de Pelinna, siglo IV a.C.) aluden a las características propias del epíteto Lisio, ya que entre los seguidores de las prácticas órficas se consideraba a Dioniso el “liberador de almas” en un proceso de reencarnación, en el que libraba a los seres humanos de la culpa de sus antepasados. El iniciado debía seguir los preceptos del ritual para ser liberado por el dios y así obtendría el favor de los reyes del Mundo de los Muertos (para más información véanse: BERNABÉ y JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2008: 66-76 [L7a-b]; GRAF y JOHNSTON, 2013 [2007]: 36-37 [26 a-b]). 302 NILSSON, 1941: 542. Sobre los Λύσιοι τελεταί de Tebas véase: cap. 7.2.5. 303 Dioniso Lisio en Sición: Paus. 2, 7, 5-6; Dioniso Lisio en Corinto: Paus. 2, 2, 6. 94 Dioniso Lisio de Tebas, Sición y Corinto era, en realidad, una evocación del dios como salvador de los efectos nocivos de su propia locura304. En la ciudad de Tebas fue hallada la siguiente inscripción, Tebas 11: ἱερά ἡ γῆ Διονύσου Λυσείου, ἀφ’ ὧν ἀνέθη- κε βασιλεὺς Εὐµένης. Tierra sagrada de Dioniso Lisio, de las que consagró el rey Eumenes. Se trata de una estela de mármol con epígrafe, fechada al final del reinado del rey de Pérgamo, Eumenes II (reinado: 197 a.C.-159 a.C.) y se conserva completa. Es un terminus praedii305, una delimitación de propiedad en la que se menciona un lote de tierra dedicada a Dioniso Lisio a raíz de una donación por parte de Eumenes II, hijo de Átalo I. Es importante destacar el parentesco de los miembros de la dinastía atálida con ciertos dioses: Pausanias relaciona a Átalo I con el hijo ταῦρος, vástago de Zeus, es decir, Dioniso306. Puede parecer curioso que se nombre al dios liberador precisamente en un contexto limítrofe y, por otro lado, es destacable que la dedicatoria se hiciera a Dioniso Lisio y no a Dioniso Cadmeo, cuando este había sido el culto principal consagrado en la ciudad, y Dioniso Lisio, por el contrario, había quedado relegado a un segundo plano porque sus rituales se consideraron oscuros y se ocultaron deliberadamente por parte del público. La respuesta a por qué eligió el culto de Dioniso Lisio en vez del de Dioniso Cadmeo puede encontrarse en el reino de Pérgamo, en Asia Menor: Dioniso desempeñó un papel considerable en las ciudades griegas del reino de Pérgamo y el culto que se practicaba en el monte Tmolo atribuía el calificativo de Λυαῖος “liberador” al dios307, lo cual es una posible prueba de que el origen tebano de Dioniso fuese admitido en Asia Menor en el período helenístico, así como el parecido evidente, semántico y fonético, entre los propios epítetos, Λυαῖος y Λύσιος. Parece razonable suponer que Eumenes, fiel entusiasta de Dioniso, estuviera al tanto de la relación vaga e incierta entre el culto celebrado en su propio reino y el culto del dios en Tebas. Eumenes se habría visto influenciado por el deseo de vincular públicamente su deidad favorita, el dios de su familia, y el dios de la ciudad de Dioniso en Grecia. La elección que hizo de este culto particular puede haber sido determinada por la creencia en una relación entre un culto 304 FARNELL, 1977 [1909]: 120. 305 Sobre los mojones que marcan los límites de propiedad sagrada de Dioniso véase: cap. 3. 306 Paus. 10, 15, 3; PROTT, 1902: 162-163. Sobre Dioniso-toro se profundiza más adelante (véase cap. 2.4). 307 Nonn. D. 40, 153-157. 95 notorio del dios en su reino y uno en Tebas, aunque según Fraser, esta idea es una conjetura, ya que no se ha establecido ninguna relación directa entre Eumenes y el culto del monte Tmolo y porque, además, las dedicatorias de Dioniso podrían ser las únicas supervivientes de un grupo mucho más amplio (por ejemplo, puede que Eumenes hiciera donaciones de tierra a cada deidad en Tebas pero que no se conserven). Sin embargo, a pesar de ser una conjetura, Fraser insiste en esta interpretación, que está en perfecto acuerdo con lo que se sabe sobre la actitud personal de Eumenes como fiel seguidor del dios y de su culto. En esta postura se debe detectar un tono político cuyo objetivo era considerar Pérgamo, a los ojos de los helenos, el centro de culto de los dioses griegos tradicionales308. Categemón El parentesco del que hablábamos por parte de los miembros de la dinastía atálida con ciertos dioses se fue realizando de modo progresivo309. Dioniso Lisio se convirtió en el patrón de la dinastía de Pérgamo310 y el vínculo entre este dios concreto y la familia real llegó a ser muy estrecho. Sin embargo, a partir de un determinado momento difícil de precisar, el culto de este dios pasó a denominarse Dioniso Καθηγεμών, que se interpreta como “el guía” o “el que lidera el camino” 311. Eumenes II fue el miembro principal que impulsó la divinización de su familia: para ello, la adscribió a la compañía de artistas al servicio del dios, los tecnitas, concedió a su hermano Sosandro el sacerdocio de Dioniso Categemón (que, posteriormente, pasaría a su sobrino Ateneo, hijo de Sosandro) y creó el grupo de los Εὐμενισταί (que después se convertirían en los Atalistas)312. Probablemente fue el rey Eumenes II quien asoció a Dioniso Categemón con el culto dinástico. Fraser habla incluso de la devoción del propio rey por este culto; por ello, no es de extrañar la decisión del monarca de declarar públicamente su interés en 308 FRASER, 1952: 239-245. 309 MÜLLER, 1989: 539-540 y 547; RUIZ PÉREZ, 1997: 189. 310 FRASER, 1952: 242. Para más información especializada sobre la figura de Dioniso en Pérgamo véase: KERÉNYI, 2011. 311 FRASER, 1952: 243. SCHACHTER, en las páginas dedicadas a Tebas (1981: 185-192), no recoge el término como epíteto de Dioniso en esta ciudad. 312 PROTT, 1902: 163-166, 169-170 y 177; MÜLLER, 1989: 547; RUIZ PÉREZ, 1997: 189. Para más información de Dioniso Categemón, su relación con la dinastía atálida y el proceso de divinización de esta, véanse: PROTT, 1902; JEANMAIRE, 1978 [1951]: 427 y 446-447; FRASER, 1952: 239-245; OHLEMUTZ, 1968: 70, 73, 97, 101-102 y 110-120; MÜLLER, 1989: 539-553; KERKHECKER, 1991; RUIZ PÉREZ, 1997; para leer las cartas de Átalo II a Ateneo y de Átalo III a Cícico en español, en las que se habla de los sacerdotes de Dioniso Categemón (cartas 65 y 66), véase: GONZÁLEZ GONZÁLEZ, 1990- 1991: 137-138. 96 un santuario de Dioniso en Tebas313. Su afán no se limitó al aspecto formal ni a la mera actividad de las compañías de seguidores del dios, sino que apostó por ritos que pudieron ser similares a los misterios báquicos. La veneración de Dioniso Categemón en forma de culto mistérico no se hizo de forma exclusiva, pero sí con actividades de carácter privado organizadas en reuniones extraoficiales. Müller afirma, además, que en época imperial de algún modo ya se percibía una unificación entre los misterios públicos y la actividad cultual314. El emblema del toro fue la forma clásica que había simbolizado el poder real y divino en Asia315. Quedó atenuado fuertemente con la figura del Dioniso griego, pero de nuevo aparece con Dioniso Categemón316. Durante el reinado de Eumenes II, la ciudad de Teos y la compañía de trabajadores a disposición del culto del dios cayeron bajo la dominación de Pérgamo. A Dioniso Categemón le fue consagrado el teatro de esta ciudad, donde probablemente tuvieron lugar muchas actuaciones de la compañía de artistas. De hecho, este dios Categemón es considerado el dios del teatro317. Esta compañía particular iba unida al teatro de la Corte, frente a los actores ambulantes de las villas de Jonia318. La asociación conservó su apego al dios incluso después de la extinción de la dinastía atálida319. Epígrafes de Pérgamo dan cuenta de que algunos miembros que participaban en el culto mistérico de Dioniso Categemón, una ceremonia que se celebraba cada dos años, realizaban danzas miméticas en honor del dios320. En las dos inscripciones siguientes se mencionan en conjunto la compañía de artistas y los seguidores de Dioniso Categemón: Tebas 10b vacat [ἀ]γαθῆι τύχηι. vacat [Λεύκιος Μόµµιο]ς στρατηγὸς ὕπατος Ῥωµαί[ων τῶι] 10 [κοινῶι τῶν περ]ὶ̣ τὸν Διόνυσον τεχνιτ[ῶν τῶν ἐπ’ Ἰω]- [νίας καὶ Ἑλλησπ]ό̣ν̣του καὶ τῶν περ[ὶ τὸν Καθηγεµόνα] [Διόνυσον καὶ τοῖς] σ̣ὺν Κράτω̣[νι Ζωτίχου Ἀτταλισταῖς] [χαίρειν· ——————————————————————]. A la buena fortuna. 313 FRASER, 1952: 243-244. 314 MÜLLER, 1989: 547. 315 Sobre la figura de Dioniso-toro se profundiza más adelante (véase cap. 2.4). 316 JEANMAIRE, 1978 [1951]: 446. 317 OHLEMUTZ, 1968: 97. 318 JEANMAIRE, 1978 [1951]: 427. 319 PICKARD-CAMBRIDGE, 1968 [1953]: 292. 320 Un ejemplo destacado es IPergamon 486A (véase JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2007: 144-145). OHLEMUTZ (1968: 101-102 y 110-120) analiza varias inscripciones dedicadas a Dioniso Categemón, y en las que aparecen mencionados actores y músicos, concluye que los artistas practicaban el culto de este dios concreto. 97 Lucio Mumio, el estratego supremo de los romanos, a la asociación de los tecnitas de Dioniso de Jonia y del Helesponto y de Dioniso Categemón y a los Atalistas de Cratón, hijo de Zótico, saluda (…). Delos 1 τὸ κ[ο]ινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν τῶν ἐπ᾽ Ἰ[ωνίας] καὶ Ἑλλησπόντου καὶ τῶν περὶ τὸν καθηγεµόνα Διό[νυσον] Κράτωνα Ζωτίχου εὐεργέτην ἀρετῆς ἕνεκα καὶ ε[ὐνοίας] ἣν ἔχων διατελεῖ εἰς τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον [τεχνιτῶν]. Ἔδοξεν τῶι κοινῶι τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν τῶν ἐπ’ Ἰωνίας καὶ Ἑλλησ[π]ό[ντου καὶ τῶν περὶ τὸν] 5 [καθη]γ[ε]µόνα Διόνυσον· … La asociación de tecnitas de Dioniso de Jonia y del Helesponto y de Dioniso Categemón, a Cratón, hijo de Zótico, benefactor, por su virtud y benevolencia, la cual siempre demuestra a la compañía de tecnitas de Dioniso. Decidió la asociación de tecnitas de Dioniso de Jonia y del Helesponto y de Dioniso Categemón: (…). Por el título con que es nombrada la cofradía, “asociación de los tecnitas de Dioniso de Jonia y del Helesponto y de Dioniso Categemón”321, parece claro que la compañía de artistas llegó a fusionarse y a aliarse con los seguidores de Dioniso Categemón. La inscripción Tebas 10b, datada en torno al año 146 a.C., es un fragmento de la carta que escribió el cónsul Lucio Mumio a la compañía de artistas322. Delos 1 es un testimonio anterior al que acabamos de leer (en torno a 170 a.C.), pero no beocio, por lo que refleja la fama y el conocimiento que se tenía de esta vinculación entre ambas asociaciones en otras zonas del territorio griego. Por último, destaca en los dos epígrafes Cratón, hijo de Zótico, un importante auleta, fundador del grupo de los Atalistas. Poligetes El epíteto Πολυγηθής (Poligetes) suele traducirse por “el muy alegre”, “el risueño” o “el multiletificante”. No es demasiado frecuente en los textos clásicos ni tampoco ha sido tenido muy en cuenta entre los investigadores modernos; Schachter, por ejemplo, no lo recoge ni menciona en su estudio Cults of Boiotia como epíteto de Dioniso. Hesíodo lo utiliza en dos ocasiones referido al dios: una, en Teogonía, cuando cuenta que la cadmea Sémele, en trato amoroso con Zeus, dio a luz a Διώνυσον πολυγηθέα323; y una segunda, en Trabajos y Días, cuando al relatar los trabajos de verano y afirmar que las cabras y el vino son mejores en esta época, cuenta que deben dejarse los racimos al sol 321 Aunque Tebas 10b presenta la reconstrucción de SEG 32, 491 y ROESCH (1982: 202) en la mayor parte de la inscripción, en otros epígrafes es posible leer el mismo título de la asociación sin reconstruir: en Delos 1 y en Teos 25. 322 Sobre el cónsul Lucio Mumio véase: cap. 6.2.2.2 (Los tecnitas de Jonia y del Helesponto). 323 Hes. Th. 941. 98 diez días, después, cinco a la sombra y, al sexto, ya se podrá disfrutar de los dones de Διωνύσου πολυγηθέος324. Conviene destacar la fecha temprana del epíteto referido al dios, tratándose de obras hesiódicas. Píndaro también lo utiliza aludiendo a Dioniso al narrar varios sucesos tebanos o relacionados con Tebas325. Asimismo, los autores tardíos se hacen eco del epíteto referido al dios y en un contexto relacionado con Cadmo y Sémele, es decir, vinculado a la Cadmea326; incluso se otorga el calificativo a Dioniso y también al vino, el elemento por excelencia que produce placer y alegría327. El término, que procede del adjetivo griego πολυγηθής, hace referencia en todos los testimonios a una cualidad característica de Dioniso, la de causar alegría; es decir, actúa como un adjetivo especificativo, no alude a ningún culto o rito que tuvo lugar en una ciudad. En un primer momento no parece que el término esté vinculado a la región de Beocia expresamente, sin embargo, Jeanmaire afirma que este Dioniso, “dispensador de gozo en profusión”, es especialmente de allí, donde fue recibido como dios del vino. Cree también que la expresión podría ser un préstamo del lenguaje artificial de la poesía de Jonia328. Aunque no se considera que el epíteto esté adscrito a una ciudad concreta, he decidido presentarlo en el subapartado de Tebas porque la mayoría de los testimonios analizados presentan referencias relacionadas con esta ciudad y la Cadmea. 2.3.7. Lebadea: Eustáfilo Εὐστάφυλος (Eustáfilo), que significa “el de buen racimo”, es un epíteto vinculado a Dioniso como dios del vino, de la vid, del crecimiento vegetal, benefactor en el ámbito agrícola329. En el jugo de las vides, el vino, se encuentra la máxima manifestación para alcanzar la euforia. Hesíodo dice que el vino es el don de este dios330. Los griegos le consideraban el maestro de esta bebida y de todo elemento fluido o de naturaleza húmeda, capaz de acrecentar las cosechas y los frutos de los árboles331. El epíteto vinculado a Dioniso, sin embargo, no es utilizado con frecuencia por los autores clásicos; de hecho, 324 Hes. Op. 614. 325 Pi. fr. 29, l. 5 Lavecchia. 326 Clem.Al. Strom. 1, 21, 105 y 1, 24, 163; Eus. PE 10, 12, 20; Arsenius Apophthegmata 8, 34L; Anth. Pal. (Oracula) 243. 327 Iohannes Galenus 359, l. 14-19 [Scholia in Hesiodi Theogoniam 941]. 328 JEANMAIRE, 1978 [1951]: 27. 329 Para más información sobre Dioniso y el crecimiento vegetal y vegetación dionisíaca véanse: FARNELL, 1977 [1909]: 118-120; OTTO, 1997 [1948]: 15, 43, 107-118; KERÉNYI, 1976: 58-64; DARAKI, 2005 [1985]: 39-40 y 131-139; MERKELBACH, 1988: 7-12; DÍEZ PLATAS, 2013: 320-324. 330 Hes. Op. 614 (véase SEAFORD, 2006: 15-18). 331 Plu. Is. et Os. 35. 365A (véase SEAFORD, 2006: 22-23). 99 Schachter afirma que es poco usual332. Aparece una vez en la épica alejandrina como sobrenombre del dios en Naxos333 y en un testimonio epigráfico hallado en Beocia (Lebadea 3): Διονύσωι Εὐσταφύλωι κατὰ χρησµὸν Διὸς Τροφωνίου. A Dioniso Eustáfilo, según el oráculo de Zeus Trofonio. Se trata de una dedicatoria, de época tardía, al dios por parte de algún seguidor que había consultado previamente el oráculo de Zeus Trofonio. Pudiera ser que el oferente realizara la dedicatoria con esta mención de Dioniso porque estuviera relacionado con la producción de vid; no debe olvidarse la fertilidad y riqueza del suelo beocio334. Nono de Panópolis transmite un mito etiológico de la vid y de los medios para obtener vino: afirma que cuando Baco observó los racimos de jugo rojo, excavó en la roca hasta hacer un hoyo en el fondo de la piedra en forma de cuba, convirtió su tirso en una hoz y cosechó florecidos racimos335. Farnell afirma que el epíteto deriva probablemente de la idea de “tinaja de vino” y que es una evocación de Dioniso como liberador de los efectos nocivos de su propia locura336. En otro libro de su obra, en un momento en que Dioniso y el rey indio Deríades luchan en singular combate, Nono cuenta que el dios hizo brotar una vid de bellos racimos vinosos y de origen divino, como baluarte contra su enemigo; esta planta divina reptó hasta el carro del rey, oprimiendo y envolviéndole para evitar su movimiento337. En ambos casos el término parlante εὐστάφυλος no es tratado como epíteto del dios, sino como adjetivo de sustantivos comunes en contextos relacionados con Dioniso, la vid y el vino; no cabe duda, por tanto, de la vinculación entre la divinidad y la mención del buen racimo. Debe tenerse en cuenta, además, que Dioniso, en su forma más temprana, no es el dios que es el vino o el dios que trae vino, sino más bien el dios que es la vid338. También parece asociarse con εὐστάφυλος el antropónimo Estáfilo, que da nombre al personaje mitológico hijo de Dioniso y Ariadna339. 332 SCHACHTER, 1981: 178. 333 Epic.Alex.Adesp. Carmen in Nilum crescentem (PSI 7, 845) l. 7 Heitsch. 334 Véase cap. 1.1. 335 Nonn. D. 12, 328-336. 336 FARNELL, 1977 [1909]: 120. 337 Nonn. D. 36, 355-393. 338 JEANMAIRE, 1978 [1951]: 22; LEINIEKS, 1996: 178. 339 Estáfilo como hijo de Dioniso: Apollod. 1, 9, 16; Cypr. 29, 1 Bernabé [Scholia in Lycophronis Alexandram 570] (para más información de Estáfilo y las Enótropos véase: BERNABÉ, 2013: 48-50). 100 2.4. ¿Dioniso es el mencionado dios Toro en Beocia? 2.4.1. El dios Toro de Tespias La inscripción Tespias 5 (IG 7, 1787)340, procedente de Tespias y datada entre los siglos II a.C. y I d.C.341, menciona a un dios Toro: θεοῦ Ταύρου. Del dios Toro. Dicha inscripción podría considerarse la representante de un grupo de epígrafes que sucesivamente fueron apareciendo en esa ciudad beocia y que presentaban el mismo mensaje342, una alusión a un misterioso dios toro. Farnell fue el primer estudioso en afirmar que el epígrafe podría hacer referencia a Dioniso y, posteriormente, Burkert sostuvo la misma hipótesis343. El toro estuvo vinculado al dios desde la Antigüedad, principalmente porque las características que identifican al animal son parecidas a las que representa el dios, pues el primero era considerado símbolo de fertilidad, procreación, proliferación y vida eterna344, y Dioniso, la divinidad del continuo crecimiento vegetal, de la renovación y también estaba asociado a la inmortalidad345. Estáfilo como hijo de Dioniso y Ariadna: Apollod. epítome 1, 9; Plu. Thes. 20, 8. Estáfilo como hijo de Teseo y Ariadna: Plu. Thes. 20, 2. Sobre otras versiones del personaje véase: D. S. 5, 62, 1 y 5, 79, 2. 340 La inscripción apareció publicada por primera vez en DODWELL (1819: 513). 341 FARNELL (1977 [1909]: 285, n. 34h) sitúa la inscripción en el siglo II a.C.; en cambio, ROESCH (1978: E.78.15), MORETTI (1981: 75) y los editores de IThesp. 72-80, entre los siglos I a.C. y I d.C. 342 En total son diez las inscripciones que han aparecido en Tespias con este mensaje: nueve de ellas están recogidas en IThesp. 72-80; la décima, en MARCHAND (2013: 146, n. 2). 343 FARNELL, 1977 [1909]: 285, n. 34h y 126; BURKERT, 2007 [1985]: 90, n. 89. 344 OTTO, 1997 [1948]: 122. 345 CONRAD (1961: 148-149) apunta que el toro es el guardián de los atributos de Dioniso y, al igual que el dios, es la fuente de la vida, dios de la mortalidad e inmortalidad. El vino, próximo a la divinidad, es el mecanismo para llegar a la euforia, al culmen del ritual y a la vida inmortal. Dioniso y el toro comparten también el valor de la muerte, por tanto, una doble faceta (dispensadores de vida y aniquiladores): Sófocles afirma que Dioniso es ταυροφάγος (comedor de toros) (S. fr. 668 Kannicht; véase JEANMAIRE, 1978 [1951]: 258); OTTO (1997 [1948]: 122-123) considera que el toro es víctima y presa de Dioniso. Además de ser uno de los animales divinizados al que más se le rendía culto, poseía un valor simbólico importante y también económico. El siguiente ejemplo testimonia el sacrificio de toros durante las Grandes Dionisias: IG 12 1006 (Ática, 123-121 a.C.), l. 12-13: εἰσήγαγον δὲ καὶ τὸν Διόνυσον ἀπὸ τῆς ἐσχάρας εἰς τὸ θέατρον μετὰ φωτὸς καὶ ἔπεμψαν τοῖς Διονυσίοις ταῦρον ἄξιον τοῦ θεοῦ, ὅν καὶ ἔθυσαν ἐν τῶι ἱερῶι τῆι πομπῆι: y también condujeron a Dioniso desde el hogar hasta el teatro con una antorcha y enviaron a las Dionisias un toro digno del dios, que también sacrificaron en el santuario para la procesión. 101 2.4.2. Dioniso y el toro en las fuentes literarias Los testimonios de las fuentes clásicas dan clara cuenta de esta relación, pues no son pocos los autores que tratan la metamorfosis de Dioniso en toro o la asociación de rasgos taurinos, como el bramido y la cornamenta, con la divinidad: en dos Himnos homéricos346 y en Anacreonte347 se posibilita la identificación de Dioniso con el toro por medio del adjetivo ἐρίβρομος, un término vinculado al epíteto Bromio348, que ya hemos analizado. Un fragmento de Sófocles equipara a Yaco con el Dioniso de cuernos bovinos, βουκέρως349, un epíteto que hace referencia a la epifanía del dios en forma de toro bajo la cual era evocado en determinados rituales350. Eurípides llama a Dioniso ταυρόκερων θεόν en la párodos de Bacantes, cuando las mujeres cantan el segundo nacimiento del dios351. Un fragmento de Estesímbroto de Tasos explica etimológicamente el nombre de Dioniso como Διόνυξον, en relación con el aoristo del verbo desgarrar, ἔνυξε, puesto que al nacer desgarró el muslo de Zeus por la cornamenta352. Ferecides de Atenas cuenta que las nodrizas de Dioniso fueron convertidas por Zeus en estrellas y situadas en la constelación de Tauro353. Diodoro de Sicilia presenta a Dioniso como κερατίας (astado o con cuernos) por ser el primero en uncir los bueyes al yugo, lo que produjo que la siembra de grano se hiciera posible354. Horacio también recoge la tradición de Dioniso tauriforme con una descripción del dios como un toro con cuernos de oro355. Por su parte, Plutarco no describe las características físicas que el dios toma del animal, sino que transmite un himno que es una invocación a Dioniso-toro por parte de las mujeres eleas356. En otra 346 h.Bacch. 7, 56 y 26, 1. 347 Anacr. fr. 365 Gentili. 348 NEWBOLD (2003: 457-468) considera que la evocación ruidosa del animal cuando muge o brama recuerda a la algarabía que producían los instrumentos musicales en las celebraciones de su culto (en Hel. 1305 βαρύβρομος califica el αὐλός, y en Ba. 156, los τύμπανα; βρόμιος califica en Hel. 1308 los κρόταλα, pero en 1364 al propio Dioniso). Por otro lado, el adjetivo εἰραφιώτης también aparece generalmente en contextos vinculados a Dioniso y el toro; parece que tiene relación con la raíz de la que derivan términos como ai.rsabhá- (toro), que en griego da lugar a ἄρσην y ἔρσην (macho, masculino) (BERNABÉ [2013b] analiza minuciosamente diferentes textos donde se encuentra este término y recoge las propuestas que a lo largo de los años los lingüistas y filólogos han admitido). 349 S. fr. 959 Kannicht. 350 Así aparece representado en una cratera de Turios (véanse KERÉNYI, 1976: fig. 114; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2013b: 280). 351 E. Ba. 99-104. Más referencias de Dioniso-toro en Bacantes: 920-922 y 1018-1019. 352 Stesimbr. FGrHist 107, F13 (16) (véanse BERNABÉ, 1992; MARTÍN-HERNÁNDEZ, 2013: 198-200). 353 Pherecyd. 90b-c y d2 (véase MARTÍN-HERNÁNDEZ, 2013: 203-204). 354 D. S. 4, 4, 2 y 3, 64, 1. 355 Hor. C. 2, 19. 356 Plu. Aet. Gr. 36. 299AB (véanse HARRISON, 1908: 433; JEANMAIRE, 1978 [1951]: 46 y 50; HALLIDAY, 1975: 153-159; KERÉNYI, 1976: 55 y 182-184; LÓPEZ SALVÁ, 1989: 131-132, n. 86-87). Se trataba de un grupo integrado por dieciséis mujeres de Elis, una especie de colegio sacerdotal femenino 102 obra, además, ofrece una explicación para entender la relación entre Dioniso y las representaciones tauriformes, pues, según testimonia, las ceremonias dionisíacas eran iguales que las celebradas en honor de Apis, el toro sagrado en la mitología egipcia357. A lo largo de las Dionisíacas de Nono de Panópolis es posible encontrar continuas correspondencias sobre esta vinculación: llama a Dioniso κερόεν βρέφος358 (bebé cornudo) y ταυροφυής359 (tauriforme), cuenta que el dios embistió a los Titanes con su cuerno puntiagudo360 y que el toro que Cadmo mandó sacrificar a su hija Sémele por consejo del adivino Tiresias es el precedente, según el autor, de que Dioniso sea tauriforme361. Esta relación, perfectamente documentada en las fuentes clásicas, parece que fue relevante en Beocia. Otro posible epíteto de Dioniso en esta región que parece establecer una conexión con el toro es Λαφύστιος (Lafistio), “devorador”362. Heródoto lo utiliza en referencia a Zeus evocando el tiempo en que se le ofrecían sacrificios humanos y Pausanias vuelve a usarlo aludiendo al padre de los dioses cuando cuenta que desde la ciudad de Coronea hasta el monte Lafistio y el recinto sagrado de τοῦ Διὸς τοῦ Λαφυστίου hay aproximadamente veinte estadios363. El poeta Licofrón, en el siglo III a.C., en un (NILSSON, 1995 [1906]: 291; KERÉNYI, 1976: 184; BURKERT, 2007 [1985]: 302). Se ha pensado que el objetivo del himno era propiciar la epifanía de Dioniso para el beneficio de sus seguidores y que la expresión “con pie bovino” haría referencia al colegio sacerdotal, pero JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL (en prensa2 [con bibliografía]) aporta, además, nuevas ideas: el himno parece estar ligado al culto del vino en Elis (el vino llega anualmente de la misma manera en que Dioniso aparece periódicamente); asimismo, Dioniso-toro, como animal salvaje, parece conectar con el lado dañino del vino, el que provoca comportamientos violentos y agresivos, y así el himno se convierte en una petición necesaria al dios para que la bebida sea inofensiva. 357 Plu. Is. et Os. 35. 364EF (véanse los comentarios de GARCÍA VALDÉS, 1995: 127). 358 Nonn. D. 6, 165. 359 Nonn. D. 6, 205; 7, 153; 9, 15. 360 Nonn. D. 6, 197-199. 361 Nonn. D. 7, 161-164. Más referencias de Dioniso-toro en Nono: D. 7, 319-321; 8, 322 y 15, 28-31. Para el estudio de Nono y la vinculación entre Dioniso y los animales (concretamente el toro) véase: GARCÍA- GASCO, 2007: 439-485. Otros estudios de Dioniso-toro: GRÉGOIRE, 1949; BÉRARD, 1976; MERKELBACH, 1988: 13-14; FLORES, 2000; CALDERÓN, 2017. 362 El epíteto Lafistio no se presenta junto al resto de epiclesis de Dioniso porque es conjetural y dudoso, ya que solo aparece en los léxicos y lexicógrafos tardíos (EM ed. Gaisford 1848, 557, l. 51; Et.Gen. ed. Alpers 1969, 46, l. 1) ni se sabe con seguridad a qué ciudad concreta estaba vinculado. Lafistio es el nombre antiguo del actual monte Granitsa de Beocia, una estribación del Helicón, situado al norte de Lebadea, por lo que es probable su conexión con esta ciudad, aunque no segura. 363 Hdt. 7, 197; Paus. 9, 34, 5 (en 1, 24, 2 alude al llamado Lafistio, sin especificar el dios). Ambos autores mencionan a Zeus Lafistio cuando tratan el mito de Atamante, Ino, Frixo, Hele y el vellocino de oro, en el que Frixo debía ser sacrificado en honor del dios para que cesaran las hambrunas y los horrores que se estaban produciendo. En Apolodoro (1, 9, 1-2) el sacrificio de Frixo se iba a llevar a cabo en honor de Zeus (no se especifica el sobrenombre o epíteto), pero cuando Frixo es arrebatado del altar y sustituido por el carnero de oro, posteriormente él mismo sacrifica el animal para Zeus Fixio; Diodoro de Sicilia, que también aborda este episodio (4, 47), no alude a Zeus ni a ningún dios Lafistio; Higino (Fab. 2) testimonia que la inmolación de Frixo debía realizarse en honor de Júpiter, sin especificar epítetos del dios; en la versión de Ovidio (Fast. 3, 851-876) el oráculo exigía las muertes de Frixo y Hele para que cesaran los 103 verso de su obra Alejandra se refiere a las mujeres que habitaban en el monte Lafistio como Λαφυστίας κερασφόρους364, es decir, mujeres con cuernos, un apelativo relacionado con un animal astado. Tzetzes, escritor y comentarista del siglo XI, relaciona esa mención de las mujeres y del monte beocio con Dioniso Lafistio y las bacantes365. Según Lanzani, el epíteto alude a una mímemis sacerdotal del dios concebido en forma taurina, claro indicio del culto de Dioniso en Atenas venerado como toro, símbolo de la potencia generatriz de la divinidad solar366. Schachter considera que las mujeres lafistias con cuernos, seguidoras o no de Dioniso, podían localizarse en el monte Kissos en Macedonia, al este de Tesalónica, y también apunta que “lafistias” podría usarse como adjetivo puro para describir a las mujeres como bacantes delirantes, no al dios. El autor, aunque en su estudio no recoge el epíteto como dudoso, finalmente apuesta por que el comentario de Licofrón es un ejemplo de especulación que busca encontrar un significado que case con el contexto al que hace referencia367. 2.4.3. El toro en los cultos dionisíacos La presencia del toro en los cultos dionisíacos es relevante, y no solo como animal sacrificado. Se cree que durante las Antesterias había un momento crucial en que la reina, la basilina, era entregada al dios-toro como mujer, una unión considerada un ἱερός γάμος, que tenía lugar en el βουκολεῖον, un recinto sagrado destinado a celebrar ceremonias y dedicado, probablemente, a Dioniso-toro368. En la celebración del rito se cree que un males, pero no hay ninguna alusión a que estos sacrificios fueran en honor de algún dios. BURKERT (2013 [1972]: 132) plantea la práctica de sustitución en este mito, pues lo que realmente se ofrece a Zeus “devorador” es un sustituto, el carnero perfecto, el carnero de oro (véase Dioniso Egóbolo [cap. 2.3.4]); BONNECHERE (1994: 98) apunta que Frixo escapa de la muerte sacrificando el carnero que Zeus había sustituido por él (véase el estudio exhaustivo de las versiones del mito: 1994: 96-107). 364 Lyc. 1237. 365 Scholia in Lycophronis Alexandram 1237: Λαφύστιος ὁ Διόνυσος ἀπὸ Λαφυστίου ὄρους Βοιωτίας, ὅθεν Λαφύστιαι αἱ ἐν Μακεδονίᾳ Βάκχαι αἳ καὶ μιμαλόνες ἐκαλοῦντο διὰ τὸ μιμεῖσθαι αὐτὰς τὸν Διόνυσον· κερατοφοροῦσι γὰρ καὶ αὗται κατὰ μίμησιν Διονύσου: Dioniso Lafistio por el monte Lafistio de Beocia, por lo cual las Lafistias son las Bacantes en Macedonia, las que también eran llamadas mimalones porque imitan ellas mismas a Dioniso, pues también estas llevan cuernos por imitación de Dioniso. 366 LANZANI, 1923: 28-29 y n. 3. 367 SCHACHTER, 1981: 177. 368 Sobre este rito véanse: FARNELL, 1977 [1909]: 126; LANZANI, 1923: 28-29 y n. 3; OTTO, 1997 [1948]: 66; JEANMAIRE, 1978 [1951]: 51 y 54; GUARDUCCI, 1982; SPINETO, 2005: 76-86; VALDÉS GUÍA, 2015: 128-129; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL en prensa2. Sobre βουκολεῖον: LANZANI, 1923: 73; OTTO, 1997 [1948]: 66; BURKERT, 2007 [1985]: 320. Existen dudas de si este βουκολεῖον era la sede del rey: OTTO (1997 [1948]: 66) cree que era la vivienda oficial del arconte basileus, lugar donde se celebraba la boda sagrada; GUARDUCCI (1982: 36-37) piensa que, por su nombre, es probable que fuera el recinto sagrado, consagrado a Dioniso-toro, y también pudo haber sido utilizado para reuniones de 104 hombre se travestía o disfrazaba de toro369. La función de la ceremonia era rendir homenaje a la prosperidad, abundancia y fertilidad. La representación del dios como toro estaba vinculada también a la clase sacerdotal u oficiantes dionisíacos boukoloi y archiboukoloi; el sacerdote llamado boukolos, boyero, estaba íntimamente relacionado con Dioniso cornudo y es probable que propiciase el nombre a los oficiantes rituales370. 2.4.4. El dios Toro de Tespias y la familia Tauro La fuerte vinculación entre Dioniso y el toro, sumada a la presencia del culto dionisíaco en Tespias, llevó a Farnell a afirmar que la inscripción Tespias 5 correspondía al dios con aspecto tauriforme. Sin embargo, cuando Moretti, años después, estudia y revisa las inscripciones de Tespias, es el primero en contradecir a Farnell sugiriendo la identificación de ese dios toro no con Dioniso, sino con un miembro de la familia Tauro, una influyente familia senatorial romana que desarrolló su actividad en Tespias371. Roesch, un año más tarde, continúa la teoría de Moretti, al igual que Kajava, y también Marchand, quien publica la décima inscripción de este conjunto “θεοῦ Ταύρου”372. Uno de los miembros de la familia Tauro, T. Estatilio Tauro373, que vivió en época de Augusto, comandó importantes batallas, participó en diferentes actos y celebraciones de los demos que presidía y, por todo ello, fue nombrado imperator. Fue el miembro más destacado, pero esta familia tespiea fue conocida ya desde generaciones anteriores hasta época de Nerón (momento en que se le pierde la pista). T. Estatilio Tauro intervino en las decisiones de las autoridades romanas para velar por el beneficio de Tespias, razón por la cual sería un personaje querido entre la población y, como consecuencia, se produciría su consejo; el rey viviría cerca, en el Pritaneo o en la Acrópolis, ya que el Pritaneo se encontraba junto al βουκολεῖον (véase VALDÉS GUÍA, 2015: 129). 369 Este detalle para CONRAD (1961: 153-154) carece de importancia, pues los ciudadanos atribuían el mismo poder a la simbología que a la verdadera identidad. 370 PGurob 25, OF 578. Véanse: JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2002: 257-258 y 485; JACCOTTET, 2003: vol. 1, 102-105 y vol. 2, 182-189; GARCÍA-GASCO, 2007: 481; BERNABÉ y JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2019. El nombre boukolos sobresalió principalmente en las asociaciones místicas tardías consagradas a Sabacio o en la hermandad de los Yóbacos (FARNELL, 1977 [1909]: 126; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2002: 190-193; GARCÍA-GASCO, 2007: 482). No debemos olvidar, además, que en Pérgamo los sacerdotes de Dioniso Categemón estaban también vinculados al toro, así como el propio emblema que representaba a este dios (véase Dioniso Categemón [cap. 2.3.6]). 371 MORETTI, 1981. Para más información de esta familia véanse: JAMOT, 1902: 306-307; BENARIO, 1970; JONES, 1970; RAPKE, 1988; CALDELLI y RICCI, 1999; THÉRIAULT, 2009; MARCHAND, 2013. 372 ROESCH, 1982: 181, n. 180; KAJAVA, 1989; MARCHAND, 2013. 373 Sobre T. Estatilio Tauro véanse: Tac. Ann. 3, 72, 1 y 6, 11, 3; Suet. Aug. 29; D.C. 49, 38; 50, 13; 51, 20 y 23; 53, 23; 54, 19; 57, 15; 59, 10. 105 divinización. Es cierto que no es frecuente encontrar el término θεός para la deificación de un individuo374, aunque es probable que se tomara como sinónimo de divus375. Moretti y Roesch, además, apoyaron su teoría gracias a posteriores descubrimientos de inscripciones más explícitas que el breve “θεοῦ Ταύρου”, que nombraban a algunos miembros de la familia Tauro376. No hay duda, por tanto, de la especial relación entre los tespieos y esta destacada familia romana a partir de las últimas décadas del siglo I a.C. Sin embargo, los editores del SEG 59, 509 consideran que no puede tratarse del cónsul T. Estatilio Tauro ni de su hermano Sisena Estatilio Tauro, cónsul en el año 16, porque el culto de un senador romano destacado habría sido imposible durante el principado de Augusto. Optan por que el personaje mencionado en la inscripción corresponde al padre de los dos miembros citados, también llamado T. Estatilio Tauro, que sirvió como cónsul entre los años 37 y 26 a.C. Una inscripción honoraria de su mujer Cornelia muestra la conexión que tenía él con Beocia377 y dos inscripciones de Cos confirman que el matrimonio también fue honrado como benefactor en esa ciudad378. Parece claro, por tanto, que Tespias 5, como representante de las diez inscripciones iguales pertenecientes al dios toro, no se refiere a Dioniso, sino a un culto divino iniciado por el benefactor de Tespias, pues la divinización de evergetas, aunque estos no pertenecieran a la familia imperial, era una práctica corriente en las polis de tradición helenística y todavía más habitual en el mundo romano. Así, es casi unánime la aceptación de que la familia Tauro fuera la destinataria de la deificación. Además, el hecho de que los epígrafes estén en genitivo (y no en dativo, como suele ser en las dedicatorias en que se ofrece algo al dios) inclina a pensar que las ofrendas que llevaran adjuntas dichas inscripciones provenían de parte del dios Toro, como es propio de un benefactor, y no que fuera él el destinatario. Por otro lado, la inscripción Tespias 5 ha sido datada entre los siglos II a.C. y I d.C., y la fuerte actividad de la familia Tauro como benefactora de Tespias se produjo en época de 374 MARCHAND, 2013: 161. 375 Téngase en cuenta que las ciudades de Tanagra y Tespias pasaron a pertenecer a Roma durante el periodo de dominación, sin embargo, gozaron de cierta libertad, por lo que se encontraban en una situación estable y bastante buena (Str. 9, 2, 5). No todos los habitantes dominaban el latín y la lengua mayoritariamente utilizada era el griego. 376 IG 7, 1854 (Tespias, 31 a.C.-principios s. I d.C.): [ὁ δῆμος Θεσπιέω]ν Κορνηλίαν Σεισέννα [Στατειλίου] Ταύρου ἀρετῆς ἕνεκεν: El pueblo de Tespias, a Cornelia, hija de Sisena, mujer de Estatilio Tauro, por su virtud. Otras inscripciones: SEG 31, 514; SEG 32, 495; SEG 39, 457; IThesp. 410, 411 y 412. 377 IG 7, 1854. 378 SEG 43, 558 (Cos, 26-16 a.C.): ὁ δᾶμος ἐτίμασε Τίτον Στατείλιον Τίτου υἱὸν Ταῦρον, τὸν ἁτοῦ πάτρωνα καὶ εὐεργέταν ἀρετᾶς ἕνεκα καὶ εὐνοίας τᾶς ἐς αὐτόν: El pueblo honró a Tito Estatilio Tauro, hijo de Tito, su patrono y benefactor por su propia virtud y benevolencia; SEG 43, 559 (Cos, 26-16 a.C.): ὁ δᾶμος ἐτίμασε Κορνηλίαν τὰν Τίτου Στατιλίου Ταύρου γυναῖκα, τοῦ πάτρωνος τᾶς πόλιος: El pueblo honró a Cornelia, la esposa de Tito Estatilio Tauro, patrono de la ciudad. 106 Augusto, por lo que son coincidentes en el tiempo y, por tanto, la hipótesis es factible. Ahora bien, si volvemos a la premisa del inicio de Farnell (que la inscripción podría hacer referencia a Dioniso), y una vez analizada la gran e importante presencia que tuvo el culto de este dios en Tespias, surgen preguntas: ¿se aprovechó la casualidad del cruce de nombres entre el cognomen de la familia romana y el término tauro, identificado en muchas ocasiones con Dioniso? ¿Hubo una intención buscada en los diez casos del breve “θεοῦ Ταύρου”, que no especifican ningún antropónimo? Es probable que sí, pues el culto de Dioniso está perfectamente atestiguado en Tespias, así como la existencia de la familia Tauro como benefactora de la ciudad. 2.5. Conclusiones El término Διόνυσος ha generado a lo largo de los siglos gran especulación por el étimo común del que proceden todas sus variedades dialectales, así como por el significado del propio teónimo. Sobre lo primero, parece que es tarea imposible otorgar al término Διόνυσος una forma originaria común de la que deriven las diversas variedades lingüísticas. Por otro lado, en lo que respecta a su significado, la hipótesis más plausible es que se trate de un término parlante, Διό-νυσος, “hijo de Zeus”. También se ha barajado otra posibilidad, “el dos veces nacido”, aunque no es exacta lingüísticamente, pero ha sido aceptada como válida asimismo entre los estudiosos. Probablemente sea indemostrable saber con exactitud qué elementos forman el teónimo para conocer su significado. Quizás no se deba pensar tajantemente en una u otra conjetura, sino que esa doble posibilidad de significación del primer miembro, Δι-, sea más intencionada de lo que puede parecer. En cuanto a la alternancia del nombre del dios Διόνυσος y Διώνυσος en las inscripciones del área beocia, debe destacarse en número la aparición mayoritaria de la forma con -o-, la jónico-ática. Sin embargo, el término con -ω-, que algunos consideran la forma prototípica de la región de Beocia, es considerado más antiguo que aquel y, además, existe una alternancia entre ambos en los documentos epigráficos beocios. El caso de la ciudad de Orcómeno no deja lugar a dudas de la variabilidad de formas del teónimo Dioniso (tanto en la raíz como en la desinencia), derivada de los contactos y alternancias dialectales. 107 Las fuentes literarias y epigráficas testimonian una llamativa e interesante diversidad de epítetos de Dioniso de temática variada e, incluso, contraria. Algunos epítetos de la misma región, aunque de ciudades diferentes, comparten características y aspectos similares: por ejemplo, la cabra, como animal predilecto en ritos dionisíacos, es protagonista en las epiclesis Melanégida (Eléuteras) y Egóbolo (Potnias); del simbolismo del color negro y lo que representa, oscuridad y noche, participan los epítetos Melanégida (Eléuteras) y Nictelio (Tanagra); Cadmeo (Tebas), Pericionio (Tebas) y Eleutereo/Eleuterio (Eléuteras) están relacionados con mitos de origen y fundación en los que Dioniso desempeña un papel principal; la idea de libertad se pone de manifiesto en el culto del dios gracias a los epítetos Eleutereo/Eleuterio (Eléuteras) y Lisio (Tebas). Por otro lado, también es interesante que algunas epiclesis están completamente vinculadas a una región o ciudad concreta, como Cadmeo (Tebas), Categemón (Tebas), Egóbolo (Potnias), y otras, en cambio, aunque están atestiguadas en ciertas ciudades beocias, tienen una categoría panhelénica, como Bromio, Evio y Lisio, y son tan populares que no necesitan ir acompañados del teónimo. Por último, es posible destacar diferentes tipologías de epítetos de Dioniso: los que van ligados a un culto conocido, como es el caso de Melanégida, Eleutereo/Eleuterio, Nictelio, Egóbolo, Evio, Bromio, Cadmeo, Pericionio, Lisio y Categemón y, por el contrario, los que aportan únicamente aspectos o características del dios, como Poligetes y Eustáfilo. En lo que respecta a la relación entre Dioniso y el toro, no son escasos los testimonios literarios que documentan dicha vinculación, o bien por la metamorfosis del dios en el animal o que adquiere características físicas similares, o bien por ser el toro un elemento existente en los rituales dionisíacos. Divinidad y animal comparten ámbitos de representación, como el surgimiento, el crecimiento y la muerte e inmortalidad. Sobre el mencionado “dios Toro” de Tespias que atestigua la inscripción Tespias 5, cabe apuntar que, pese a los vínculos entre Dioniso y el toro en ámbito mítico y ritual, no parece que el epígrafe sea una dedicatoria a Dioniso. Se acepta de forma prácticamente unánime que la familia Tauro fue la destinataria de la divinización, como consecuencia de su ejercicio como benefactora de la ciudad de Tespias. Sin embargo, a mi parecer, se aprovechó el cruce de nombres del cognomen de la familia romana y el término tauro, toro, un animal identificado en muchas ocasiones con Dioniso. Puesto que en Tespias 5 no se especifica ningún antropónimo, probablemente existió una intención de aludir a la familia Tauro, benefactora de Tespias, y relacionarla con la conocida faceta de Dioniso como toro, puesto que este culto no pasó desapercibido entre los tespieos. 108 109 Tierra sagrada de Dioniso en Beocia ὦ Θήβας ἱερὸν τεῖχος, ὦ στόμα Δίρκας, συνεί- ποιτ᾽ ἂν ἁ Κύπρις οἷον ἕρ- πει, … ¡Oh muro sagrado de Tebas, boca de Dirce, sois testigos de cómo llegó Cipris! Eurípides, Hipólito, 555-558. 110 111 3. TIERRA SAGRADA DE DIONISO EN BEOCIA 3.1. Introducción: el concepto de límite en la Antigüedad La idea de colocar un centro universal ya se materializa en la Antigüedad con el omphalos de Delfos, el ombligo del mundo, el lugar donde, según el mito, Cronos vomitó la piedra que le había dado Rea, escondida entre pañales, tras devorarla pensando que se trataba de su propio hijo Zeus379. Píndaro nombra este ónfalo en dos de sus Píticas380, Eurípides también habla del ombligo del universo situado en la tierra de Febo381 y Pausanias cuenta que los delfios dicen que el ónfalo está hecho de mármol blanco y es el centro de la tierra382. Una vez establecido el centro, se necesita el contrapunto, la dualidad propia de la cosmovisión por la que se articula la mentalidad griega arcaica383; así comienza a cobrar sentido la idea del extremo, de la periferia. Fijar un territorio siempre implica poner límites o delimitar, siendo estos visibles física o figuradamente. Quién o quiénes se quedan dentro de esas fronteras queda determinado por unos caracteres fijos o normas que establecen también la exclusión de aquellos que no cumplen los requisitos o motivos predefinidos y, para que tal exclusión sea eficaz y el extraño no dude de la acotación, es necesario delimitar el territorio de modo visible. Por tanto, delimitar o poner límites supone un proceso ideológico mucho más complicado que el mero trazado material. Una vez dispuestas las fronteras, queda establecido el territorio como unidad y el área delimitada presentará desde ese momento una identidad clara y definida384. 379 Hes. Th. 485-500. Hesíodo no utiliza el término ὀμφαλός, sus palabras exactas son (vv. 497-500): πρῶτον δ᾽ ἐξέμεσεν λίθον, ὃν πύματον κατέπινεν: τὸν μὲν Ζεὺς στήριξε κατὰ χθονὸς εὐρυοδείης Πυθοῖ ἐν ἠγαθέῃ γυάλοις ὕπο Παρνησοῖο σῆμ᾽ ἔμεν ἐξοπίσω, θαῦμα θνητοῖσι βροτοῖσιν: primero vomitó la piedra, lo último que se tragó, y Zeus la clavó sobre la anchurosa tierra, en la sacra Pitia, en los valles al pie del Parnaso, convirtiéndose en monumento para la posteridad, maravilla para los hombres mortales. Sin embargo, los griegos denominaron este punto el ombligo (ónfalo) de la Tierra, según transmite Varrón (LL 7, 17). Píndaro (P. 4, 3-5) menciona las áureas águilas de Zeus localizadas en Delfos, recogiendo así la tradición que cuenta que Delfos fue llamado el “ombligo del mundo” al ser el lugar donde se encontraron las dos aves que había soltado Zeus desde ambos extremos del universo; esta historia también la recogen Estrabón (9, 3, 6) y Plutarco (Def. orac. 1. 409EF). Por el contrario, Diodoro de Sicilia cuenta que en la isla de Creta, cerca del monte Ida y junto al río Tritón, cayó el cordón umbilical de Zeus, un lugar que desde entonces se denomina ónfalo y es considerado sagrado (5, 70, 4). Para más información sobre la idea de omphalos en el pensamiento griego véanse: ROSCHER, 1913; HERRMANN, 1959; VERNANT, 1973 [1965]: 160-161; BURKERT, 2007 [1985]: 101 y 118-119. 380 Pi. P. 4, 74 y 8, 59. 381 E. Io. 5-7 y 223-224. 382 Paus. 10, 16, 3. 383 ESPAÑA-CHAMORRO, 2017: 59. 384 CARDETE DEL OLMO, 2004: 50-51. 112 Para designar la frontera o el límite existen varios términos en griego clásico que los autores utilizan según el matiz que quieran asignar385. Ἐσχατιά en Homero es una zona limítrofe, confín, normalmente desconocido y cabo de mar (entendido como fin de la tierra). El término adquiere cierta connotación negativa en Hesíodo al aparecer relacionado con la noche y la oscuridad, y Heródoto posteriormente lo utiliza para situar algo en lo más recóndito de un lugar, otorgándole, incluso, un valor positivo386. La palabra πεῖραρ significa extremidad, cabo o final de algo, normalmente entendido como aquello detrás de lo cual no hay nada387; también adquiere el valor figurado de veredicto o condena final y, como consecuencia, logro o muerte. Τέρμα o τέρμιον se refieren al límite entendido como meta, fin o culminación388; tienen en ocasiones un sentido muy parecido a τέλος y, como el caso anterior, también pueden significar muerte, es decir, la culminación de la vida. Pero el vocablo que más interesa para la cuestión que voy a abordar es ὅρος, que ya aparece en Homero con el significado de lo que entendemos por mojón o piedra de delimitación, siempre orientado a la demarcación de propiedades: en una de las batallas descritas, el autor crea un símil sobre la escasa separación y el espacio limitado que había entre argivos y dánaos, y las riñas frecuentes que se daban entre labriegos por la colocación de mojones en las particiones de tierra, aunque el terreno de reparto fuese pequeño; en otro momento de la obra en que Ares asesta un golpe a Atenea, cuenta que la diosa cogió una piedra que estaba colocada como mojón de labrantío en la llanura donde se encontraban peleando, y se la lanzó a Ares al cuello389. Estas piedras con función de delimitación, que existen desde época antiquísima, enmarcan un espacio natural y sus límites físicos. Ante tal necesidad de dividir, crear fronteras o delimitar, surge el verbo οὐρίζω/ὁρίζω. Sabemos que en el siglo VI a.C. continúa su uso entre pequeños propietarios porque Solón emprende la σεισάχθεια, una medida que consistía en la abolición de deudas y la supresión de todos los contratos en general para los campesinos que habían contraído cargas según las leyes anteriores, de manera que estos 385 Para conocer la concepción geográfica y territorial de los términos ἐσχατιά, πεῖραρ, τέρμα y ὅρος en las fuentes clásicas véase: CARDETE DEL OLMO, 2004: 49-50. 386 En Homero ἐσχατιά es tierra desconocida, confín (Il. 9, 484 y Od. 14, 104) y cabo de mar (Od. 9, 182 y 280). Hesíodo (Th. 275), al hablar de los descendientes de Ceto y Forcis, cuenta que las Gorgonas viven al otro lado del Océano, en el confín del mundo hacia la noche (la idea de que el Océano es ancho, peligroso, está plagado de seres y criaturas extraordinarios y supone el fin del mundo es homérica y hesiódica; para más información de la figura de Océano en las fuentes clásicas véase: JANNI, 1998). Heródoto (6, 127, 2) habla de un personaje que se refugió en lo más recóndito de Etolia; también afirma (3, 106, 1) que a las zonas más remotas de la tierra habitada les han correspondido los recursos más preciosos. 387 Hom. Il. 13, 359. Sobre la etimología y los usos de πεῖραρ hay discusión; véase: BERGREN, 1975. 388 A. Pr. 284, 706 y 823; S. Ai. 48, El. 1397. 389 Hom. Il. 12, 421 y 21, 405. 113 pudieran recuperar sus tierras embargadas. Plutarco declara que el propio Solón presumía de esta medida porque le había quitado a la tierra los mojones que antes tenía clavados por muchas partes y ahora era libre390. Pérez Jiménez sostiene que en este pasaje ὅρος debe entenderse, siguiendo la interpretación tradicional, como hipoteca, es decir, la liberación por parte de los ciudadanos de sus tierras hipotecadas, aunque también está de acuerdo con la postura de Càssola, que entiende los mojones no como símbolos de hipotecas sino como indicadores de los límites entre tierras públicas y privadas, pues parece que la acción de Solón habría ido contra los mojones puestos abusivamente por los ricos que se habían apropiado de tierras públicas391. 3.2. Delimitación de zona sagrada La unidad territorial, definida por sus límites, estaba adherida al núcleo político, administrativo, económico y religioso de la localidad, polis o ciudad en cuestión, lo que reforzaba su identidad. Uno de los ὅροι más antiguos de Grecia fue hallado en el mismo ágora de Atenas, y en él se lee “ὅρος εἰμί τῆς ἀγορᾶς”392. Los mojones, hitos, cipos o hermas que se clavaban en el suelo eran las marcas territoriales o de frontera, jurídico- políticas (públicas) o de terrenos de propiedad privada. Los conceptos de frontera o límite adquirieron tal importancia en el pensamiento griego que llegaron a sacralizarse: violar una frontera o traspasar un límite no permitido suponía infringir la ley de los dioses custodios, esto es, un sacrilegio; de hecho, el culto de Zeus ὁροῖος, Zeus lindero, guardaba los lindes entre tierras privadas y fronteras entre estados393. En contraposición, la figura del dios Hermes, el mensajero de los dioses pero también protector de los viandantes y asaltantes de caminos, defendía a los transgresores de las leyes territoriales, jurídicas y morales394. Existen testimonios de compra de parcelas de tierra (χωρίον) con el fin de ofrecérsela a una divinidad. Plutarco cuenta que Nicias compró un terreno por diez mil 390 Plu. Sol. 15, 5. 391 PÉREZ JIMÉNEZ, 2008: 128-129, n. 115; CÀSSOLA, 1973: 76-78. Sobre este tema hay discusión y abundante bibliografía; algunos títulos: WOODHOUSE, 1965 [1938]; STANTON, 1990: 63-64; VALDÉS GUÍA, 2006: 145-150. Solón como gobernador y su régimen político véanse: DOMÍNGUEZ MONEDERO, 2001; VALDÉS GUÍA, 2002; VALDÉS GUÍA, 2005. 392 RYKWERT, 1985 [1976]: 130. Sobre los ὅροι de Atenas véase: FINE, 1951. 393 RYKWERT, 1985 [1976]: 128-130. 394 KAHN, 1979. 114 dracmas en Delos para consagrar al dios Apolo tras la ceremonia de sacrificio, el certamen y el banquete y que, por ello, los delios tenían el deber de rogar a los dioses muchos favores para el artífice Nicias395. A esta parcela de tierra o recinto delimitado y asignado al dominio público y oficial se la denominó τέμενος. Para reforzar la idea de sacralidad de estos espacios delimitados se levantaron templos y santuarios con estatuas e imágenes consagrados a la divinidad por excelencia de una determinada localidad396. Heródoto cuenta que Meandrio, un personaje que asumió el poder tras la muerte de Polícrates, propuso erigir un altar en honor de Zeus Eleuterio y fijar el temenos o los límites de ese recinto sagrado397. Era importante destacar estos espacios y, por ello, empezaron a diferenciarse las zonas privadas de las sagradas y públicas; por ejemplo, Pausanias elogia a los habitantes de Tanagra, en Beocia, por ser, a su parecer, los que mejor practicaban el culto a los dioses entre los griegos porque separaban a un lado sus casas y, al otro y por encima de ellas, disponían los santuarios, lejos de los hombres y en un lugar menos accesible398. Además, el interior de los templos se consideraba lugar de asilo399 y también estaba destinado a preservar los acuerdos fronterizos400. Precisamente esa sacralidad de la que gozaban los espacios delimitados supuso que la frontera sirviera de marco para emprender hazañas bélicas401. No cabe duda, por tanto, de la relevancia que suponían para la mentalidad griega los conceptos de límite y frontera, así como del respeto y obediencia a estos, de la sacralidad que conllevaban los lindes y, por supuesto, de la importancia de demarcar y señalizar el territorio sagrado. Roma acogió en su concepción jurídica estas ideas, las concretó, sistematizó y reguló dentro del derecho romano402. 395 Plu. Nic. 3, 7. 396 BURKERT (2007 [1985]: 73) define el temenos como la delimitación de un recinto para el santuario griego a partir del siglo VIII a.C. 397 Hdt. 3, 142, 2. 398 Paus. 9, 22, 2. 399 En Delfos 1, l. 21-22 (230-210 a.C.): εἶναι δὲ καὶ τὸ ἱερὸν τοῦ Διονύσου τοῦ Καδμείου [τὸ ἐν Θήβαις ἀπὸ πάντων ἄ]συλον καθάπερ καὶ τὸ ἐν Δελφοῖς: Que también el santuario de Dioniso Cadmeo, en Tebas, sea lugar de asilo de todos, lo mismo que el de Delfos. 400 En el interior del templo de Ártemis Mesopolitis en la localidad de Orcómeno (de Arcadia) se encontraba el tratado que fijaba los límites entre esta y la población limítrofe (CARDETE DEL OLMO, 2004: 51). 401 PRATT (1992: 4-6) estudia las zonas liminares, aunque desde una perspectiva moderna, y las define como espacios sociales donde culturas dispares se encuentran, chocan y luchan unas con otras, estableciéndose así una relación asimétrica de dominio y subordinación. 402 El derecho romano sistematizó algunos conceptos que son útiles para comprender mejor la utilidad de los límites sagrados: los loca sacra, que están dentro de la categoría de res divini iuris, fueron lugares sagrados y públicos, de celebración y culto, consagrados a los dioses superiores y de carácter inalienable. Adquirían este valor sagrado tras una consecratio, lo que les confería la capacidad de acoger celebraciones, sacrificios, fiestas, misterios, juegos y banquetes. Los espacios privados destinados a la misma función se denominaban loca religiosa (sobre los conceptos relativos a la delimitación del espacio sagrado y su normativa jurídica en la ordenación del territorio en Roma véase: CASTILLO PASCUAL, 1996: 189-198). 115 3.3. Mojones (ὅροι) que delimitan propiedad sagrada de Dioniso en Beocia Aunque es difícil en la actualidad conocer el grado de sacralización de las diferentes áreas habitadas en Beocia, sí es factible saber cómo eran y qué decían las marcas que delimitaban algunas de ellas, gracias a las fuentes literarias y epigráficas. En el corpus de inscripciones, cinco textos son límites de propiedad: cuatro, fechados probablemente en torno a los siglos III y II a.C., pertenecen a la localidad de Tespias403, y uno, de mediados del siglo II a.C., a Tebas. Todos ellos demarcan tierra sagrada de Dioniso que es donada o consagrada por un personaje404. Tespias 11.1 dice lo siguiente: Ἁ γᾶ ἱαρὰ Διονού- σω κὴ τᾶς πόλιος Θεισ- πείων, ἃν ἀ- 5 νέθηκε Ξε- νέας Πού- θωνος. Tierra sagrada de Dioniso y de la ciudad de Tespias, la que consagró Jeneas, hijo de Pitón. Parece claro que, de todos ellos, el “propietario” no era una persona o entidad jurídica, sino los mismos dioses; por ello, la apropiación indebida de estas tierras generaba un pleito, pues eran res extra commercium, es decir, su compra por parte de un particular no era posible ni tampoco podían convertirse en bienes privados (CASTILLO PASCUAL, 2000: 86). Los loca sacra pertenecían a los loca publica de la comunidad y podían ser templos, santuarios, construcciones menores, asentamientos extraurbanos, pero también montañas y bosques, cuya identificación y delimitación se indicaba con termini (mojones), aunque también podían ser hitos, cipos o hermas (sobre la diferenciación de los conceptos terminus, limes, finis y ripa véase: TROUSSET, 1993). Los termini pertenecían al ámbito divino porque indicaban que todo lo que se encontraba dentro del perímetro señalado caía bajo el dominio de los dioses (RYKWERT, 1985 [1976]: 128). La fijación de un espacio con límites representa una idea de inmovilidad y estabilidad, conceptos protegidos por el dios Terminus (sobre las ideas de inmovilidad y estabilidad en la concepción romana véase: BENOIST, 2011; para más información del dios Terminus: PICCALUGA, 1974). El hecho de que la sede de Terminus no pueda cambiar de lugar y sea el único dios que no permita ser desplazado vaticina la firmeza y la estabilidad del Estado romano (Liu. 1, 55, 4). Ovidio habla de la ceremonia ritual que conllevaba la consagración de los mojones; declara, además, que sin Terminus todos los campos serían motivo de conflicto y que, una vez colocados los termini, estos permanecerán sin movilidad posible (Ou. Fast. 2, 639-684). La importancia de Terminus y de las características y acciones que representaba como dios hizo que Júpiter recibiera también este epíteto (RYKWERT, 1985 [1976]: 128; para más información sobre Júpiter Terminus y la sacralidad de lo estable véase: ESPAÑA-CHAMORRO, 2017: 61-63). 403 Como los cuatro ὅροι de Tespias muestran el mismo mensaje, en cada uno de ellos aparecen dos números: el primero indica la numeración pertinente del corpus relativo a la ciudad, y el segundo es un distintivo para diferenciar un ὅρος de los demás. 404 Muy pocas son las inscripciones que registran una donación para el beneficio de Dioniso y la financiación de su culto (para más información sobre esto y sobre aspectos económicos del culto de Dioniso véase: HORSTER, 2011). 116 Los siguientes tres mojones (ὅροι) varían mínimamente. En Tespias 11.2 se lee: Ἁ γᾶ [ἱ]αρὰ Διονούσω [κ]ὴ τᾶς πόλιος Θεισ- πιείων ἀναθέντος Ξενέαο Πού- 5 θ ω ν ο ς. Tierra sagrada de Dioniso y de la ciudad de Tespias, consagrada por Jeneas, hijo de Pitón. En Tespias 11.3: Ἁ γᾶ ἱαρὰ Διονούσ[ω] κὴ τᾶς πόλιος Θεισπιείων ἀνα- θέντος Ξενέα[ο] 5 ΠούΘωνος. Tierra sagrada de Dioniso y de la ciudad de Tespias, consagrada por Jeneas, hijo de Pitón. Por último, en Tespias 11.4 leemos: Ἁ γᾶ ἱαρὰ Διονούσω κὴ τᾶς πόλιος Θεισπιεί- ων ἀναθέντος Ξε- νέαο τῶ ΠούΘωνος. 5 Tierra sagrada de Dioniso y de la ciudad de Tespias, consagrada por Jeneas, hijo de Pitón. La inscripción Tespias 11.1 fue hallada en Bagia, un pueblo al este de Tespias y colindante con esta localidad (aunque en la actualidad la pequeña población pertenece al municipio de Tebas), en torno a 1870. Posteriormente, la lastra de piedra fue transportada al depósito de Erimocastro y catalogada con el nº 16405. La inscripción Tespias 11.2 apareció veinte años después del primer hallazgo, en 1890, en Eclesia, un pueblo perteneciente también a la localidad de Tespias, situado entre Erimocastro y Bagia406. El epígrafe Tespias 11.3 se halló en el pueblo de Castro, también en 1890407. Por último, 405 IThesp. 68 (para más información del hallazgo véase: HAUSSOULLIER, 1879: 385, nº 31; MEISTER, 1881: 17, nº 33). 406 IThesp. 69 (para más información del hallazgo véase: PLASSART, 1926: 391-393, nº 6). 407 IThesp. 70 (para más información del hallazgo véase: HOMOLLE, 1891: 660; PLASSART, 1926: 391- 393, nº 7). 117 Tespias 11.4 apareció hecho pedazos en Castro un año más tarde que los dos anteriores, en 1891408. Las cuatro inscripciones se encuentran actualmente en el Museo de Tebas. Los ὅροι presentan una estructura sintáctica similar, aunque se aprecian diferencias. En cuanto al núcleo de la oración, el verbo ἀνατίθημι (consagrar) aparece en 3ª persona del singular de aoristo, ἀνέθηκε(ν), en Tespias 11.1, y como núcleo de genitivo absoluto lo encontramos en Tespias 11.2, Tespias 11.3 y Tespias 11.4. Los epígrafes contienen el mismo mensaje, pero cada composición es diferente porque el texto se amolda y adapta a la extensión y dimensiones de la piedra. Desde el punto de vista morfosintáctico, cabe señalar dos diferencias que distinguen una inscripción de las demás: Tespias 11.1 presenta una oración de relativo introducida por ἃν (ἥν en át.) cuyo antecedente es ἁ γᾶ (ἡ γῆ en át.), mientras que en Tespias 11.2, Tespias 11.3 y Tespias 11.4 se emplea el genitivo absoluto; ello provoca que el antropónimo Ξενέας lo encontremos en nominativo en el primer caso, pero en genitivo en los casos restantes. Además, Tespias 11.4 es el único texto de los cuatro que presenta el artículo τῶ (τοῦ en át.) detrás del nombre propio y antes del patronímico. En cuanto a la enunciación de tierra sagrada, aparece ἁ γᾶ ἱαρὰ, una variante gráfica y fonética con eolismos y dorismos, a diferencia de ἡ γῆ ἱερὰ, en koiné. Sobre el nombre del dios, la primera parte del teónimo aparece escrita con -ο-, Διο- , y en la segunda parte los tespieos presentan la forma diptongada (-νουσ-) con la desinencia de genitivo en -ω409. Los cuatro ὅροι informan de que en el territorio a partir del cual están colocados empieza la tierra sagrada de Dioniso y de la ciudad. Esta tierra sagrada del dios y de los tespieos es consagrada por Jeneas, hijo de Pitón, un personaje relevante y notorio, probablemente un gobernante o magistrado de la comunidad. Parece claro que en la ciudad de Tespias o en alguna zona colindante los cuatro lindes delimitaban una zona sagrada en honor de Dioniso, probablemente un santuario. Si consideramos que el espacio era cuadrangular o rectangular, cada mojón estaría colocado en cada ángulo, calle o puerta de acceso de los cuatro que formarían la manzana, a la manera de los cuatro ὅροι que también delimitaban el área del templo de Júpiter en Ostia410. 408 IThesp. 71 (para más información del hallazgo véase: HOMOLLE, 1891: 660; PLASSART, 1926: 391- 393, nº 8). 409 A partir del genitivo homérico -oιο, se produce la caída de yod intervocálica, y la contracción isovocálica de -oo da lugar a vocal larga, por un lado, -ου (koiné) y, por otro, -ω (beoc.); en beocio no hay oposición entre vocales largas cerradas y abiertas, mientras que sí la hay en koiné: -ου (át.), vocal larga cerrada (sobre los fenómenos lingüísticos habituales del dialecto beocio véanse: BUCK, 2009 [1910]: 216-222; VOTTÉRO, 1998). 410 CASTILLO PASCUAL, 1996: 193-194. 118 Asimismo, en la ciudad de Tebas, destaca el siguiente ὅρος, Tebas 11, datado a mediados del siglo II a.C., al final del reinado de Eumenes II, rey de Pérgamo (reinado: 197 a.C.-159 a.C.), hijo de Átalo I: ἱερά ἡ γῆ Διονύσου Λυσείου, ἀφ’ ὧν ἀνέθη- κε βασιλεὺς Εὐµένης. Tierra sagrada de Dioniso Lisio, de las que consagró el rey Eumenes. Este último ὅρος es una estela de mármol que se conserva completa. Centrando la atención en el texto, el núcleo de la oración, el verbo ἀνατίθημι aparece en 3ª persona del singular de aoristo, ἀνέθηκε(ν). En cuanto a la enunciación de tierra sagrada, aparece ἱερὰ ἡ γῆ, la variante de la koiné, al contrario de lo que sucedía en Tespias. Con respecto al nombre del dios, la primera parte del teónimo aparece escrita con -ο-, Διο-, y la segunda presenta la forma sin diptongar (-νυσ-) y con la desinencia de genitivo ática (-ου). El texto señala tierra sagrada dedicada a Dioniso Lisio411, a raíz de una donación por parte de este rey. Fraser, en 1952, cataloga la inscripción de ὅρος porque cumple los requisitos que debe tener un epígrafe considerado límite de propiedad: declara que es tierra sagrada, a qué divinidad pertenece y ofrece una cláusula con una lex sacra o una mención de consagración412. En 1958, Woodhead la registra en SEG413 como terminus praedii414. Fraser afirma que la figura de Eumenes ocupó un lugar importante en los acontecimientos de la época durante su reinado, y aunque no se sabe con certeza cuándo se hizo esta consagración, se piensa que fue después de la guerra con Antíoco (periodo final de su reinado). El objetivo de Eumenes tras la guerra fue conseguir el favor de Grecia, la búsqueda de popularidad y testimoniar su generosidad415. Ya se ha hablado de 411 Sobre Dioniso Lisio y la estrecha relación entre esta divinidad y Eumenes II véase: cap. 2.3.6. 412 FRASER, 1952: 237-238. 413 SEG 15, 328. 414 Terminus praedii: delimitación de propiedad, límite del terreno o finca, mojón, hito o señal de límite. Praedium posee un matiz legal, considera el terreno según la propiedad legal, no tanto física (MOMMSEN, 1902). 415 Eumenes II se alió con Roma para oponerse a la expansión por el mar Egeo de Antíoco III. Las relaciones que Eumenes mantuvo con Grecia parecen provenir principalmente del pacto de alianza con Roma, no de una política deliberada por su parte o heredada. Tras la guerra con Antíoco, su política se desarrolló con el propósito de obtener el favor de los estados griegos. Los beocios mantuvieron en todo momento una posición hostil hacia Roma y sus aliados (Liu. 35, 47, 3 y 36, 6, 1) y, aunque Beocia siguió siendo enemiga de Roma hasta aproximadamente 146 a.C., la consagración de Tebas debe situarse al final del reinado de Eumenes. Él, al consagrar a una deidad tebana, siguió la política de su dinastía con respecto a Beocia, ya comenzada por los antecesores de Átalo, quien en una asamblea recuerda los buenos servicios prestados por sus antepasados y por él a toda Grecia en general y a los beocios en particular (Liu. 33, 2, 1). Sin duda, existía una política de amistad tradicional y cordial con las ciudades de Beocia, y Eumenes la reconoció y heredó (FRASER, 1952: 240-242). 119 la estrecha relación que existía entre la figura de Dioniso y la dinastía atálida, más concretamente con Eumenes II. Dioniso desempeñó un papel considerable en las ciudades griegas del reino de Pérgamo y el rey deseaba vincular públicamente su deidad favorita, el dios de su familia, a este reino. No obstante, es destacable, por un lado, que Eumenes mencionara a Dioniso Lisio, una figura divina cuyo culto había pasado a un segundo plano porque sus rituales se consideraron oscuros y, por otro lado, que la mención fuera en Tebas, una ciudad que durante el periodo helenístico había perdido renombre y buen posicionamiento, aunque siempre fue la ciudad predilecta de este dios416. Además, se sabe que la inscripción es de origen tebano, no fue transportada a Tebas y luego se utilizó para una reconstrucción, como sucedió con muchas piedras de Tespias417. Sin embargo, el hecho de que el texto no esté escrito en dialecto beocio, sino en koiné, desde mi punto de vista, refuerza la idea de que la inscripción estaba vinculada a la realeza, al reino de Eumenes en este caso y a su idea de conseguir el favor de toda Grecia. Fraser plantea una posible vinculación entre el culto notorio de Dioniso en Pérgamo y en Tebas; además, cree que este ejemplo podría ser el representante de un grupo numeroso de epígrafes perdidos que Eumenes dedicó a cada divinidad en Tebas418 o, en mi opinión, a Dioniso únicamente, pues no se puede perder de vista la parte del texto “ἀφ’ ὧν ἀνέθηκε” (“de las que consagró”) y, visto además el profundo apego que el monarca sentía hacia el culto dionisíaco, parece no tratarse del único límite de propiedad de Dioniso. 3.4. Conclusiones Cuando se fija un territorio, se establecen límites y todo lo que queda dentro de esas fronteras está determinado por normas fijas que excluyen a aquellos que no cumplan los requisitos. Una vez dispuestos los límites, queda establecido el área como unidad y el área acotada muestra una identidad, de manera que delimitar supone no solo fijar el trazado geográficamente, sino que es un proceso ideológico. Para que tal demarcación sea eficaz, es necesario lindar el territorio de modo visible. En el pensamiento griego el concepto de límite fue tan importante que llegó a sacralizarse: las fronteras de cualquier territorio eran sagradas e intocables. Además, los espacios sagrados (públicos), también 416 FRASER, 1952: 242. 417 FRASER, 1952: 239-240. 418 FRASER, 1952: 244-245. 120 comprendidos por límites, empezaron a diferenciarse de las zonas privadas, y muchos de ellos presentaban templos, santuarios, altares o imágenes que reforzaban esta idea de respeto y veneración. El respeto y obediencia que se mostraba a los límites, materializados en ὅροι, y al espacio delimitado por su valor sagrado fue un hecho señalado en el pensamiento griego y romano. A diferencia de las dedicatorias, en los límites de propiedad (ὅροι) no hay un único destinatario ni un destinatario concreto, pues su función es presentar e informar, asemejándose casi a un letrero informativo, pese a las connotaciones ideológicas que conlleva su colocación. Por el contrario, comparten con la mayoría de las dedicatorias beocias ya analizadas la mención del personaje que dedica. Con respecto a los ὅροι que delimitan propiedad sagrada de Dioniso en Beocia, se conservan cinco textos de características similares: cuatro pertenecen a la localidad de Tespias (siglos III-II a.C.), uno, a Tebas (mediados del siglo II a.C.). Todos presentan la mención de tierra sagrada, el nombre del dios propietario y la consagración por parte de algún personaje. Resulta curioso cómo en la misma región y más o menos en la misma época hay variantes locales: ἱερὰ ἡ γῆ y Διονύσου, en Tebas; ἁ γᾶ ἱαρὰ y Διονούσω, en Tespias. Estas variantes gráficas y fonéticas denotan preferencia de la koiné en Tebas, mientras que en Tespias prevalecen los eolismos y dorismos. Los cuatro ὅροι de Tespias informan de que el territorio es tierra sagrada de Dioniso y de la ciudad, la cual es consagrada por Jeneas, hijo de Pitón, un probable gobernante de la comunidad. Al tratarse de cuatro textos prácticamente iguales, es fácil concluir que posiblemente cada uno se colocó en un ángulo o puerta de acceso para informar a los viandantes de la zona sagrada delimitada y de a qué divinidad correspondía. Por su parte, el ὅρος de Tebas, situado al final del reinado de Eumenes II, señala tierra sagrada dedicada a Dioniso Lisio por una donación del propio rey. La inscripción es coincidente con la consagración que emprendió Eumenes hacia la ciudad de Tebas, promovida probablemente por la política de amistad tradicional que inició su padre con las ciudades beocias. Estas relaciones de cordialidad e, incluso, de favor que mantuvo el rey con Grecia buscaban el apoyo de todos los estados griegos. Eumenes vinculó públicamente a Dioniso, el dios de su familia, con el reino de Pérgamo, y esta divinidad tuvo un papel destacado en las ciudades griegas de dicho reino. Parece, por tanto, que el rey quiso vincular con Tebas el culto que estaba desarrollando en Pérgamo, información que se desprende del lote de donaciones de tierra que hizo y que conocemos gracias a este linde conservado, cuya función, aparte de delimitar el área sagrada, recuerda que es tierra sagrada de Dioniso y que consagró más propiedades, no 121 solo una. Es un ejemplo, aunque probablemente no el único, del profundo apego que el monarca sentía hacia el culto dionisíaco y su afán por expandirlo. 122 123 Dedicatorias relacionadas con Dioniso en Beocia καὶ ταυρόμορφον Διόνυσον ποιοῦσιν ἀγάλματα πολλοὶ τῶν Ἑλλήνων, … y estatuas de Dioniso en forma de toro las hacen muchos griegos, … Plutarco, Isis y Osiris, 35 (364F). 124 125 4. DEDICATORIAS RELACIONADAS CON DIONISO EN BEOCIA 4.1. Introducción: la dedicatoria y la ofrenda votivas La dedicatoria es una forma de reconocimiento que ha sido utilizada en las culturas antiguas desde las primeras manifestaciones de escritura, pues la inmediatez del mensaje, unida al sentimiento personal de cada sujeto y al gusto por el elogio público, podrían ser las causas que hicieran de la dedicatoria la forma de expresión epigráfica más utilizada. Por el texto del mensaje, se puede hablar de dedicatoria simplemente con la mención del destinatario en dativo o, menos frecuentemente, con la mención en genitivo de la persona de la que procede (“de parte de”). Las dedicatorias pueden ser simples o pueden ir acompañadas del nombre del oferente en nominativo (más su patronímico, linaje, familia –en genitivo–, en muchos casos) y del objeto dedicado en acusativo. Suele aparecer el verbo ἀνατίθημι (dedicar, consagrar), ποιέω (hacer) y también ἵστημι419. Por último, pueden presentarse, mediante fórmulas repetidas y breves, la causa o el motivo de la dedicación y elogios y exaltaciones tanto del oferente como del homenajeado, dependiendo del propósito de la inscripción. Asimismo, podían estar compuestas en prosa o presentar un ritmo métrico. Los epígrafes en verso, llamados comúnmente epigramas, se hicieron populares desde el siglo VIII a.C. Los primeros epigramas eran breves, más o menos presentaban una extensión de uno a ocho versos como máximo420, y su finalidad era práctica (normalmente, honrar al muerto, pues sobresalen los epitafios métricos). A partir del siglo IV a.C. la técnica, la erudición y la delicadeza de estas composiciones empezaron a destacar por encima de su función pragmática y gozaron progresivamente de valor literario; además, las grandes estatuas y monumentos comenzaron a acompañarse de inscripciones métricas421. En época helenística e imperial ya se cultivaron con una variedad temática sobresaliente, pero el estilo, por lo general, seguía siendo sencillo422. Afirma López Eire que no sería extraño arriesgar una conjetura que refiera cómo la poética del epigrama determinó de algún modo el “estilo ático”, es decir, el estilo parco y moderado, sin metáforas ni adornos. Considera que lo fundamental de estos poemas es 419 Otros verbos que pueden encontrarse en dedicatorias votivas son: τίθημι (ofrecer), ἀνίστημι (levantar), ἀφιερόω (consagrar, celebrar ritos), καθιερόω (consagrar, dedicar) (CORTÉS COPETE, 1999: 141). 420 Debe tenerse en cuenta que los artistas o lapicidas estaban limitados por el espacio que ofrecía la piedra, por lo que la economía verbal y el tono sentencioso eran, por lo general, aspectos obligatorios. 421 Pausanias (9, 15, 6), por ejemplo, cuenta que sobre la estatua conmemorativa de Epaminondas que los tebanos alzaron en su honor en la lucha contra Alejandro había versos elegíacos. 422 DEL BARRIO, 1992: 12-13. Para más información sobre las inscripciones griegas métricas véanse: GEFFCKEN, 1916; CLAIRMONT, 1970; CEG 1 y 2 (HANSEN, 1983 y 1989); DAY, 1989. 126 que poseen una gran fuerza de “atracción de almas” y de autorreflexividad, porque son capaces de cautivar y convencer por medio de la relación que se establece entre el autor y sus lectores, pues sus fundamentos se basan en el placer y el asombro423. En la sociedad humana, el intercambio de regalos es un proceso social de primer orden, una manera de crear y mantener vínculos y de expresar las relaciones de superioridad y subordinación con respecto a los dioses424. Las ofrendas poseen una importancia intrínseca en contextos religiosos; en la ceremonia ritual, incluso, había funcionarios que se encargaban de ellas425. Según Burkert, en religión griega antigua existieron dos tipos de ofrendas: la ofrenda de primicias y la ofrenda votiva426. El mecanismo más básico de entender el sacrificio es hacer ofrendas a los dioses, el llamado “sacrificio de ofrendas”, y una forma elemental de llevarlo a cabo es mediante la ofrenda de primicias o productos primarios (procedentes de la agricultura, caza, pesca o recolección). Era un tipo de ofrenda ancestral, sencilla y frecuentemente estacional, característica de un mundo campesino; podía colocarse en lugares sagrados, arrojarse a ríos o quemarse. La ofrenda votiva, ἀνάθεμα, se hace a consecuencia de un voto. El voto es el deseo, lo que se pide para que se cumpla, y la ofrenda, es el don, el exvoto, el ofrecimiento a la divinidad. Se diferencia del tipo anterior en que en la ofrenda votiva se da un don a cambio de otro; por ejemplo, una situación de miedo, peligro, enfermedad o guerra provoca en el ser humano ocasión para pedir un voto y, si el resultado es exitoso, debe hacerse la ofrenda. Las ofrendas, además, podían conllevar un gasto mínimo o alto que dependía de otros factores, como iremos analizando. En epigrafía, la ofrenda puede aparecer mencionada o no o deducirse. Cuando no aparece mencionada, puede tratarse simplemente de reconocimiento público por parte del fiel o seguidor a la divinidad en cuestión, otras veces, de elementos perecederos que se ofrendaron en su momento y desconocemos427, o de un objeto o estructura de más o menos valor cuya mención es innecesaria porque la inscripción va adjunta y la ofrenda salta a la vista. En el caso de los 423 LÓPEZ EIRE, http://circulodepoesia.com/2013/10/breve-reunion-de-epigramas-griegos/. 424 BURKERT, 2007 [1985]: 92. 425 Queronea 1 (s. II a.C.) no es una dedicatoria pero ofrece información relevante de las ofrendas porque confirma que había individuos dentro del ritual que se encargaban de ellas y que necesitaban ser custodiadas. 426 BURKERT, 2007 [1985]: 93-98. 427 Era frecuente ofrendar comida (carne, dulces, legumbres, leche…). Pausanias (9, 40, 12) cuenta que los habitantes de Queronea veneraban un cetro sagrado de Zeus, al cual ofrecían sacrificios todos los días y a cuyo lado había siempre una mesa llena de toda clase de carnes y pasteles. Sobre las mesas de ofrendas de primicias de época clásica y su contenido perecedero véase: BURKERT, 2007 [1985]: 95; para más información véanse: GILL, 1974; GILL, 1991. 127 epitafios, que también presentaban exvoto a algún dios, la inscripción y el soporte material eran inseparables428. 4.2. Las dedicatorias dionisíacas de Beocia 4.2.1. Introducción Los documentos epigráficos de Beocia relacionados con Dioniso son, en su mayoría, dedicatorias. De las 64 inscripciones recogidas en el corpus de textos, lo son 51. El siguiente cuadro recoge la distribución por ciudades de las dedicatorias relacionadas con Dioniso halladas en Beocia, así como el número de estas frente al total de epígrafes recogidos de cada ciudad. Se puede apreciar que, en todos los casos, al menos la mitad de inscripciones corresponden a dedicatorias y, en cuatro ciudades, la totalidad de ellas. CIUDAD Nº DE DEDICATORIAS Nº DE DEDICATORIAS / INSCRIPCIONES TOTALES Lebadea 3 3/3 Orcómeno 22 22/22 Queronea 1 1/2 Tanagra 3* 3/3 Tebas 10* 10/13 Tespias 10 10/16 Tisbe 2 2/2 En esta tabla no se incluyen las inscripciones Tespias 14, Delfos 1 ni Delos 1 por no haber sido halladas en Beocia. Tespias 5 sí queda recogida en la ciudad correspondiente pero, debido a la problemática que ha suscitado la inscripción (ya analizada en cap. 2.4), no la considero dedicatoria dionisíaca y, por tanto, no la voy a tener en cuenta. *De las tres inscripciones recogidas de la ciudad de Tanagra, Tanagra 1 es una dedicatoria votiva común, mientras que Tanagra 2 y Tanagra 3 son epitafios. En este capítulo solo se prestará atención a la primera y las dos siguientes serán estudiadas en cap. 6.2.1.1 y 6.2.2.1. Lo mismo sucede con una de las dedicatorias de Tebas, Tebas 13, que al tratarse probablemente de un epitafio, no se estudia en el presente capítulo, sino en cap. 7.2.2. Los verbos que aparecen en las dedicatorias de Beocia relacionadas con Dioniso siguen la forma habitual expuesta líneas más arriba. Suele aparecer el verbo ἀνατίθημι en 3ª persona del singular de aoristo429, y también lo encontramos como participio y 428 DEL BARRIO, 1992: 7. 429 La forma ἀνέθηκε(ν) aparece en Tebas 2, Tebas 7 y Queronea 2. La forma con -ε-, ἀνέθεκε, la encontramos únicamente en Tisbe 1, aunque la métrica revela que es vocal larga. 128 participio sustantivado430; en muchos casos en que no aparece el verbo, puede sobrentenderse 431. Además, se documentan formas típicas del dialecto beocio: con las grafías -ει-: ἀνέθεικε(ν), en singular, y ἀνέθεικαν, en plural432; ἀνεθέταν: dual, propio de Beocia433; ἀνέθιιαν: una forma extraña en 3ª personal de plural de aoristo, posiblemente un cruce entre ἀνέθειαν y ἀνέθιαν434 (quizás el lapicida refleja con esa doble grafía -ιι- la pronunciación beocia del diptongo -ει-, o quizás también puede tratarse de una lectura errónea); ἀνέθε: 3ª personal del plural de aoristo, forma del dilecto arcadio435. Es frecuente también encontrar el verbo ποιέω con el sentido de que la estatua de un individuo concreto fue hecha o fue creada436, y en menor medida, aparece ἵστημι en su acepción de erigir o levantar un monumento437. La mayor parte de dedicatorias que se van a estudiar están escritas en prosa, pero cinco de ellas, Tebas 1, Tebas 9, Tespias 3, Tespias 4 y Tisbe 1, están compuestas en verso (o son compatibles con una estructura métrica). El metro más empleado es el dístico elegíaco, y también es el utilizado en las cinco dedicatorias beocias. Esta forma métrica es adecuada para la brevedad, para los mensajes cerrados y unitarios, pues en poco espacio y con no demasiadas palabras es capaz de alcanzar concisión y enhaustividad438. El hexámetro aporta solemnidad y desarrollo, mientras que el pentámetro sentencia y concluye. Con respecto a la cronología de las dedicatorias, aunque se mostrará la datación de cada una en el momento en que se analice y siguiendo un orden, es preferible hacer una primera división: de época arcaica solo conservamos una, Tebas 1; a caballo entre el final 430 El participio ἀν[αθεῖσαν], del verbo ἀνατίθημι, ha sido reconstruido en Tespias 10; como participio sustantivado aparece en Tespias 9 (τῶν ἀναθέντων). 431 Cuando la inscripción se conserva completa (o casi completa, a falta de una o dos letras), es, por tanto, posible su comprensión en su totalidad. Si no aparece el verbo principal, puede sobrentenderse, como en Lebadea 2, Lebadea 3, Orcómeno 3.1, Tanagra 1, Tespias 6, Tespias 7, Tespias 8 y Tespias 9; en los casos en que el epígrafe está dañado y no se conserva completo (ni tampoco los editores han podido reconstruir el texto), es difícil saber si el verbo aparecía inscrito o no, como es el caso de Tebas 3, Tebas 6, Tebas 8 y Tespias 2. 432 La forma ἀνέθεικε(ν) aparece en Lebadea 1 y Orcómeno 1; ἀνέθεικαν, en Orcómeno 3.6, Orcómeno 3.7, Orcómeno 3.8, Orcómeno 3.9, [Orcómeno 3.10], Orcómeno 3.11, Orcómeno 3.12, Orcómeno 3.13, Orcómeno 3.14, Orcómeno 3.15, [Orcómeno 3.16], Orcómeno 3.17, [Orcómeno 3.18], Orcómeno 3.19 y Orcómeno 3.20. 433 BUCK, 2009 [1910]: 105, pt. 138.6; la forma ἀνεθέταν aparece en Orcómeno 3.2, Orcómeno 3.3, [Orcómeno 3.4] y Orcómeno 3.5. 434 Las formas verbales y nominales con ι, ει y ε son frecuentes en beoc. (BUCK, 2009 [1910]: 20, pt. 9.2). Las formas ἀνέθειαν, ἀνέθεαν y ἀνέθιαν equivalen a ἀνέθεσαν (ἀνέθηκαν en át.); la forma ἀνέθιιαν aparece únicamente en Tebas 1. 435 Véase DGE s.v. ἀνατίθημι; ἀνέθε aparece en Tebas 5. 436 Ποιέω como verbo principal aparece en Tisbe 2, Tespias 1 y Tebas 4. 437 Ἵστημι como verbo principal aparece en Tebas 9. 438 DEL BARRIO, 1992: 49. 129 del periodo arcaico y principio del clásico se encuentra Tanagra 1; en el clasicismo situamos a Tisbe 1; a la época helenística y principios del periodo imperial pertenecen la mayoría de documentos, Lebadea 1, Orcómeno 1, Orcómeno 2, de Orcómeno 3.1 a Orcómeno 3.20, Tebas 6, Tebas, 7, Tebas 8, Tebas 9 y Tespias 1, Tespias 2, Tespias 3, Tespias 4, Tespias 6, Tespias 7 y Tespias 8; al periodo imperial pertenecen Tebas 2, Tespias 9, Tespias 10 y Tisbe 2; de época tardía son Lebadea 2 y Lebadea 3; por último, de Queronea 2, Tebas 3, Tebas 4 y Tebas 5 no se conoce su cronología. Pasemos a analizar las variadas dedicatorias relacionadas con Dioniso halladas en Beocia. Puesto que es un número de inscripciones considerable y abordar su clasificación y posterior estudio ha resultado, de primeras, tarea dificultosa, he dispuesto como hilo conductor la ofrenda porque la mayoría de epígrafes menciona una o se intuye fácilmente. Dependiendo de la tipología de la ofrenda (mencionada o deducida), he analizado las inscripciones siguiendo la siguiente clasificación: dedicatorias de ofrenda desconocida, dedicatorias cuya ofrenda es una escultura, dedicatorias cuya ofrenda es un trípode, dedicatorias cuya ofrenda es una obra arquitectónica. 4.2.2. Dedicatorias de ofrenda desconocida La ausencia de la mención de la ofrenda en una dedicatoria puede deberse a varias razones: a que la inscripción no se conserva completa y quizás esa información aparecía pero no nos ha llegado, a que fuera innecesaria porque el texto iba acompañado de algún elemento que completaba su compresión (un altar, una estatua, una basa, por ejemplo), o a que la propia inscripción ya fuera la ofrenda. Un conjunto de inscripciones del corpus de textos, que pertenecen a diferentes ciudades beocias, se enmarcan en el grupo de dedicatorias de ofrenda desconocida, aunque en ningún caso podemos afirmar categóricamente cuál de las tres razones expuestas sobre la falta de mención de la ofrenda es la que prevalece en cada epígrafe. Tanagra 1, datada entre los siglos VI y V a.C., es una de las dedicatorias a Dioniso más antiguas de la recopilación: Αἐσχρόνδας Αἐγίτ[θο(?)] Διονύσοε. Escrondas, hijo de Egit(o...) a Dioniso. 130 Se cree que la inscripción procedía del cercano templo del dios en esta ciudad439. Se desconoce la ofrenda, pues no existen indicios filológicos ni arqueológicos al respecto, aunque como era frecuente, una escultura del individuo mencionado, un objeto adjunto o una estructura sobre la que estuviera colocada la lastra de piedra serían lo más plausible. Tisbe 1 es un ejemplo datado entre los siglos V y IV a.C.440 La estela fue hallada en Ξηρονομή (Xironomi), un pueblo perteneciente a la unidad municipal de Tisbe, pero posteriormente fue trasladada al Museo de Tespias. εὐχὰν ἐκκτελέσαντι Διονύσοι Νεοµέδες ἔργον ἀντ’ ἀγαθο͂ν µνᾶµ’ ἀνέθεκε τόδε. A Dioniso, por haber cumplido la plegaria, Neomedes ofreció este recuerdo en recompensa por sus buenas acciones. La peculiaridad de esta inscripción es que aparece mencionado el complemento directo, es decir, la ofrenda, “μνᾶμα τόδε”. Μνῆμα es un término frecuente en contextos funerarios, pues así lo emplean Homero, Heródoto y Eurípides441, y puede hacer referencia a un cipo, a una estela, a una tumba o a un monumento en honor de uno o varios muertos. También se utiliza en el ámbito votivo y puede tratarse de pequeñas figurillas, trípodes, estatuas hasta de grandes edificaciones. Tucídices, por ejemplo, emplea el término para hablar del famoso trípode dedicado a Apolo en Delfos por los griegos442 y Pausanias, en una ocasión, para designar la estela de Olimpia que fue dedicada a Pitócrito en los Juegos Olímpicos por haber sido el flautista ganador443. En este caso, la inscripción está realizada en una base de piedra cuya cara superior presenta una cavidad rectangular444; sería admisible pensar que probablemente soportaba una estela o una escultura, sin embargo, no es posible inclinarse por una u otra representación. En el caso de que la ofrenda fuera una estatua, al no ser mencionada la persona cuya figura protagonizaría la imagen –pues solo aparece el nombre del dedicante–, es probable que el representado fuera el dios Dioniso, aunque no es posible saberlo con seguridad. Este es de los pocos casos, por otro lado, en que se cita la causa por la que el protagonista 439 CIG 1, 1599; SIB (1883) 335; SGDI 1, 869; ROBERTS, 1887: 223, nº 153; DGEE 453. 440 En IThesp. 263 aparece fechada entre los ss. V-IV a.C.; en CEG 1, 332 y VOTTÉRO (2002: 84, nº 21) la sitúan entre 450 y 400 a.C. 441 Encontramos el término en contextos funerarios en: Il. 23, 619; Hdt. 7, 167, 2; E. Or. 1053. 442 Th. 1, 132, 2. 443 Paus. 6, 14, 10. 444 IThesp. 263: “À la face supérieure cavité rectangulaire” (la inscripción aparece recogida en el corpus IThesp. porque fue llevada al Museo de Tespias y se catalogó como si perteneciera a dicha ciudad, pero en realidad fue hallada en Tisbe). 131 realizó la obra en honor del dios: Dioniso cumplió la plegaria; Neomedes ya había recibido ese favor que le había solicitado a la divinidad cuando el epígrafe fue realizado y, como tal, utiliza el verbo ἐκτελέω, “cumplir del todo”. La inscripción muestra que en plena época clásica, en Tisbe, las peticiones e invocaciones a Dioniso, no solo como representante de la fiesta, del vino, padrino del teatro y de las celebraciones, sino como dios que cumple y satisface los favores, eran un hecho. Además, cabe comentar que se trata de un epigrama; a simple vista no parece emplearse ningún metro, pero Roberts propuso colocar las tres líneas del texto en dos para facilitar la identificación del dístico elegíaco y, para su mejor comprensión, realizó algunos cambios que afectaban a aquellas sílabas largas que podían confundirse con sílabas breves445: l. 1 [ε]ὐ[χὰ]ν ἐκκτελέσαντι Διωνύσοι Νεομείδεις l. 2 ἔργων ἀντ’ ἀγαθῶν μνᾶμ’ ἀνέθεικε τόδε. Gracias a la métrica, por ejemplo, sabemos que el pronombre demostrativo τόδε no va concertando con ἔργον, sino con ἀγαθο͂ν, pues la métrica confirma que la -ο de ἔργον es larga y, por tanto, es genitivo plural. Por último, conviene resaltar que este epígrafe presenta fórmulas y expresiones de influencia épica y elegíaca, otra de las características usuales de las composiciones epigramáticas en inscripción. De la ciudad de Lebadea procede el siguiente ejemplo, fechado entre los siglos II y I a.C., Lebadea 1: Θυµάδης Ξενώνιος, Ἀντιγενίς, Νύµφαις, Πανί. Θυµάδης ἀνέθεικε Ξενώνιος Πανί, Διονύσωι. Timades, hijo de Jenón, (y) Antígenis, a las Ninfas, a Pan. Timades, hijo de Jenón, dedicó a Pan, a Dioniso. Boeckh recoge en CIG que se trata de una inscripción sobre piedra viva, a la entrada de una cueva y cerca de las aguas que discurren de una montaña alta446. Las zonas cavernosas de Lebadea son conocidas; de hecho, las otras dos inscripciones pertenecientes a esta ciudad, Lebadea 2 y Lebadea 3, están relacionadas con el culto de Trofonio, en el que los fieles tenían que experimentar una catábasis a una gruta subterránea447, por lo que es probable que la presente inscripción también estuviera relacionada con dicho culto. No se sabe de qué ofrenda se trataba, pues no hay menciones de que la piedra presentara rasgos que facilitaran su identificación; podría ser un animal 445 ROBERTS, 1887: 220, nº 284. 446 CIG 1, 1601: “Lebadeae in vivo saxo ad fauces antri, prope aquas ab alto monte decurrentes”. 447 Véase cap. 5.2.4. 132 sacrificado, elementos perecederos o estatuillas de los personajes nombrados, las Ninfas, Pan y Dioniso. La scheda de Ciríaco de Ancona apunta que hay tres textos en uno: a- Timades Jenón, a las Ninfas, a Pan; b- Timades Jenón, a Pan; c- Antígenis, a Dioniso448. Schachter afirma que la inscripción parece registrar en realidad dos dedicatorias: una, de un hombre y su mujer para las Ninfas y Pan, otra, del mismo hombre para Pan y Dioniso449. Una dedicatoria en forma de epigrama realizada por un autor llamado Nicarco también presenta una ofrenda a Pan, el caprino, y a Dioniso, el que da buenos frutos, y una petición de hermosos rebaños, buen vino y cosechas óptimas450. La relación entre estos tres personajes, Dioniso, Pan y las Ninfas, traslada a la faceta más agreste del dios protagonista: Pan y las Ninfas son divinidades menores que forman parte de su séquito. Las Ninfas, típicamente asociadas a parajes naturales como bosques, cuevas, montañas, valles, actúan como ayudantes o compañeras de Dioniso con frecuencia; están cerca del dios desde su nacimiento, pues fueron las encargadas de criarlo451, y además le acompañan en el resto de su andadura al ser el dispensador del elemento húmedo, el representante del agua vivificante y el máximo exponente de la naturaleza vegetal452. Por su parte, Pan, el caprípedo de dos cuernos, amante del ruido, que va y viene por las praderas arboladas junto a las Ninfas, como revela su Himno homérico en los primeros versos453, también comparte muchos rasgos de la esfera cultual dionisíaca. Pan y el Dioniso salvaje representan el exceso, el descontrol, el griterío, la oposición de la vida ordenada de la ciudad, del mundo civilizado454. A ambos se asocian también la música, las danzas, las agrupaciones y el movimiento. El himno homérico es una declaración de las características del personaje mitológico y, entre estas, aparte de las referencias de la compañía de las Ninfas455, las coincidencias con la faceta salvaje de Dioniso son numerosas; de hecho, en el himno se manifiesta que cuando Hermes se presenta ante el 448 CIG 1, 1601. Ciríaco de Ancona (1391-1455) fue un humanista del Renacimiento que estudió restos materiales de la Antigüedad clásica; una de sus aficiones fue copiar textos epigráficos y, gracias a su labor, conocemos lo que transmiten muchas inscripciones que son ilegibles actualmente o que desaparecieron en algún momento. 449 SCHACHTER, 1981: 178. 450 Anth. Pal. 6, 31, l. 1. 451 h.Hom. 26, 5; Apollod. 3, 4, 3; Nonn. D. 14, 155-159 (véanse cap. 2.1 y Dioniso Melanégida [cap. 2.3.2]). Para más información especializada de las Ninfas en la literatura y en las artes véase: DÍEZ PLATAS, 2002; destaca el estudio de las Ninfas en la lírica griega arcaica: PORRES, 2014: 263-275. 452 OTTO, 1997 [1948]: 114, 121, 128-130. 453 h.Hom. 19, 1-3. 454 Aunque comparten la faceta salvaje, Pan es la viva imagen del nomadismo; Dioniso, por el contrario, es un dios, y como tal, se enmarca en el mundo ordenado regido por leyes y un orden (para más información especializada de Pan véase: BORGEAUD, 1979 y CARDETE DEL OLMO, 2016; sobre Pan en la lírica griega arcaica: PORRES, 2014: 296-310). 455 h.Hom. 19, 3 y 19. 133 resto de divinidades para presentar a su hijo Pan, todos se alegraron pero especialmente Dioniso456. Pan es un dios con aspecto de cabra, y no olvidemos que Dioniso adopta esta forma temporalmente y que, además, los cápridos son una especie predilecta en el culto y el rito dionisíaco457. Por todas estas características no sorprende que la inscripción esté dedicada a estos tres personajes nacidos del mito en una ambientación natural, idónea para entrar en contacto con la divinidad, dado su carácter misterioso e inaccesible. También de la ciudad de Lebadea forma parte la siguiente inscripción, Lebadea 3, fechada en época tardía: Διονύσωι Εὐσταφύλωι κατὰ χρησµὸν Διὸς Τροφωνίου. A Dioniso Eustáfilo, según el oráculo de Zeus Trofonio. Es un caso singular porque en la dedicatoria a Dioniso no es mencionado el oferente, como se acostumbra en la mayoría de inscripciones. Solo queda reflejado el dedicado, por lo que se deduce que no era importante destacar al primero y, como tal, no habría representación artística de esta persona, según la práctica habitual. Procedente de la ciudad de Tebas, Tebas 3, de cronología desconocida, es un ejemplo de desconocimiento del tipo de ofrenda por la falta de información debida a la mala conservación de la piedra: [——————— Ἵ]ππωνος [———————— κ]ὴ Διωνούσοι. (…) hijo de Hipón (…) y a Dioniso. Se puede deducir, sin embargo, que se trataba de una dedicatoria para un personaje y para Dioniso porque antes del teónimo ha sido recontruido el final de la conjunción [κ]ὴ (καὶ). Parece, por tanto, que la laguna inmediatamente anterior a la partícula de coordinación se corresponde con otro teónimo, probablemente divino, aunque nada se puede concluir del nombre y personaje escondido, pues la laguna es total, no parcial. También a Tebas pertenece el siguiente texto, Tebas 5, de cronología desconocida: Πέτρων, Ἀρίστανδρος Διωνύσοι ἀνέθε. 456 h.Hom. 19, 44-46. 457 Véanse Dioniso Melanégida (cap. 2.3.2) y Dioniso Egóbolo (cap. 2.3.4). 134 Petrón, Aristandro a Dioniso dedicaron. Por la brevedad y concisión de su mensaje y por las dimensiones tan estrechas de la piedra se deduce que ni anunciaba ni soportaba ninguna estructura importante, por lo que probablemente esta dedicatoria o bien fue acompañada, en su momento, de alguna ofrenda perecedera, o bien de una estatuilla o el propio reconocimiento público junto a la lastra eran el regalo para el dios. Por último, cabe comentar la forma ἀνέθε, procedente del dilecto arcadio (3ª personal del plural de aoristo). 4.2.3. Dedicatorias cuya ofrenda es una escultura 4.2.3.1. Introducción La escultura es una de las ofrendas más comunes en las dedicatorias griegas, así lo confirman las fuentes literarias y epigráficas. Plutarco, por ejemplo, declara que todavía en su época se conservaba en la Acrópolis la estatua de Atenea consagrada por Nicias, aunque había perdido el revestimiento de oro458. Pausanias, por su parte, cuenta que Trasibulo y los atenienses, cuando derrocaron la tiranía de los Treinta, ofrendaron en el Heracleo las estatuas de mármol del pentélico de Atenea y Heracles459; y no solo destaca la ofrenda con representación de dioses, el autor también relata historias en que las protagonistas son estatuas de personas reales, como aquella sobre la consagración en Delos por parte de los tebanos de una escultura de Prónomo, un experto flautista e inventor de diferentes tipos de flauta460. La mayoría de las veces, la estatua no se ha conservado, pero en algunos casos se puede intuir la representación del emisor, de alguien de su familia o del destinatario de la dedicatoria; en otras ocasiones, pruebas filológicas o arqueológicas demuestran la existencia, en un pasado, de esculturas a las que se refiere la inscripción que las sustenta. Entre las inscripciones que consagran a Dioniso o tienen una vinculación con el dios por otra circunstancia que se revela en el texto, destacan, por un lado y en su mayoría, las inscripciones que probablemente soportaban las estatuas de personas anónimas pero reales y, por otro, las que presentaban los personajes divinos citados. 458 Plu. Nic. 3, 3. 459 Paus. 9, 11, 6. 460 Paus. 9, 12, 5-6. 135 4.2.3.2. Estatuas de personas anónimas Comenzaré por las representaciones de personas anónimas. El caso de Tespias es interesante porque se ha podido reconstruir el stemma de varias familias. La inscripción más antigua conservada que consagra a Dioniso, Tespias 1, se fecha entre finales del siglo IV y principios del siglo III a.C. y muestra la dedicación de una estatua honoraria de una mujer para el dios: [——]αµε[ις] ᾽Ησχ[ούλω] [τὰ]ν µατέρα Ἀρι[στ——] Διωνού[σοι] [—nom— ἐ]πόησε. (…)amis, hijo de Esquilo, hizo a su madre Arist(…) en honor de Dioniso. El hecho de que el autor, cuyo nombre se desconoce, utilizara el verbo ποιεῖν y firmara la piedra en letras muy pequeñas461 lleva a pensar que fue él mismo quien esculpió y levantó la estatua con la figura de su madre. Entre finales del siglo III a.C. y principios del II a.C. destaca en la misma ciudad otro testimonio, Tespias 2. Sin embargo, en este caso la dedicatoria está destinada a todos los dioses. [—n. fem.— Διο]νουσοδώρω τὰν γ[ουνῆκα] [—n. masc.—] Πρωτέαο, κὴ Διονο[υσόδωρος] [κὴ Μόνδων τὰν] µατέρα, κὴ Φιλῖνος Μό̣[νδωνος τὰν] [µάµµαν ἱαρειά]ξασαν τῶ Διωνού[σ]ω, τ[οῖς θεοῖς]. A (nombre fem.), hija de Dionisodoro, esposa de (nombre masc.), hijo de Proteas, tanto Dionisodoro como Mondón (la honraron), madre de ambos, y Filino, hijo de Mondón, a su abuela, que fue sacerdotisa de Dioniso, para los dioses. La vinculación con Dioniso se debe a que la estatua honoraria representaba a una (posible) sacerdotisa del dios. Desde el punto de vista puramente arqueológico, quedó registrado que la cara superior de la piedra ya estaba muy pulida y que no presentaba trazas de cavidades, sin embargo, los principales editores de la inscripción la califican como base de estatua462. Al principio del texto figuraría el nombre de la sacerdotisa. Fue honrada por varios miembros de su familia: su marido, cuyo nombre también se 461 IThesp. 344: “signature en lettres plus petites”. 462 IThesp. 367: “face supérieure polie, sans traces de cavités”, pero aparece catalogada como “Base de la statue d’une prêtresse de Dionysos”. 136 desconoce; sus dos hijos, uno que lleva el mismo nombre que su abuelo materno, Dionisodoro, y otro, llamado Mondón, padre de Filino; y, por último, este Filino, su nieto. Los editores de IThesp. 367 reconstruyen Φιλῖνος Μό̣[νδωνος τὰν μάμμαν]; cabe comentar que en esta inscripción “μάμμη” significa “abuela”, como es habitual en textos tardíos. El stemma de la familia queda, por tanto, de la siguiente manera: Proteas Dionisodoro | | marido sacerdotisa |_________________| | | Dionisodoro Mondón | Filino Las siguientes tres dedicatorias dedicadas a Dioniso pertenecen a una misma familia que vivió entre los siglos II y I a.C.463, cuyo stemma también se ha podido reconstruir. En el primer caso, Tespias 6, Mnasipo encargó la estatua con la representación de su madre, Aminocratia: Μνάσιππος Ἀρχελάου τὴν ἑ- αυτοῦ µητέρα Ἀµεινοκρά- τειαν Πολυκρατίδου ἱερω- τεύσασαν, Διονύσωι. Mnasipo, hijo de Arquela, a su madre Aminocratia, hija de Policratides, que fue sacerdotisa, en honor de Dioniso. De nuevo se puede intuir el motivo de la consagración a Dioniso: Aminocratia fue sacerdotisa, aunque no se especifica de qué dios en concreto. Además de la prueba textual, en la cara superior de la piedra de la inscripción también hay una cavidad, muestra de las antiguas fijaciones de la escultura perdida464. Mnasipo debió de ser una persona importante en la ciudad de Tespias, pues los ciudadanos ofrecieron una estatua con su imagen a Dioniso, como testimonia el documento epigráfico Tespias 7: Ὁ̣ δῆµος Θε̣σ̣πιέω[ν] Μνάσιππον Ἀρχελά[ου], Διονύσωι. El pueblo de Tespias, a Mnasipo, hijo de Arquela, en honor de Dioniso. 463 SCHACHTER (1981: 194) la sitúa en el s. I d.C. 464 JAMOT, 1902: 292; IThesp. 369: “à la face supérieure, cavité pour crampon en pi dans l’angle antérieur droit”. 137 La cara superior de la piedra presenta también una cavidad ovalada de sellado, muestra de la sujeción de un cuerpo465. Jamot creyó haber identificado la escultura de Mnasipo correspondiente a esta oquedad en la piedra de la inscripción, pues coincidían aproximadamente466, pero Ridder argumentó, años más tarde, que la identificación había sido errónea porque la escultura parecía representar una figura femenina467. Si coincidiera con las medidas y con forma de la cavidad de la inscripción anterior, podría tratarse de la propia Aminocratia. Y finalmente en Tespias 8 es Aminocratia la que encargó una representación de uno de sus hermanos como ofrenda para Dioniso: [Τὸν ἀδελφὸν Ἀνθεµίω]ν̣α Ἀµεινοκρά- [τεια, ἀδελφὴ δὲ Καλλί]ππου, Διονύσωι̣. A mi hermano Antemión, Aminocratia, también hermana de Calipo, en honor de Dioniso. Parece que esta familia era seguidora del culto de Dioniso468, influenciada toda ella probablemente por el papel de Aminocratia como sacerdotisa. Tres son los individuos que fueron representados como ofrendas para la divinidad: Aminocratia, Mnasipo y Antemión. El stemma quedaría: Policratides X |_____________________| | | | Arquela Aminocratia Antemión Calipo |________________| | Mnasipo La inscripción Tespias 9, fechada entre 69 y 96 d.C., es una dedicatoria de un marido a su esposa cuyos parientes honraban a Dioniso: Φλαουίαν Ἀρχέλαν τὴν καὶ Τειµοξέναν, Λυσάν- δρου καὶ Δορκύλου θυ- γατέρα, ἱέρειαν διὰ βίου Δήµητρος Ἀχέας, ἔκγο- 5 νον δὲ τῶν τὸν Διό- νυσον ἀναθέντων, Φλάουιος Μόνδων Φι- λείνου υἱὸς τὴν ἑαυτοῦ γυναῖκα. 10 465 IThesp. 370: “à la face supérieure, grande cavité ovale (grand-diamètre: 35) pour scellement d’une statue de pierre, dans le quart antérieur gauche”. 466 JAMOT, 1902: 308. 467 RIDDER, 1922: 240-241. 468 JAMOT (1902: 306-307) relaciona esta familia con la de Estatilio Tauro de Tespias; de hecho, cree que el benefactor de Policratides podría haber sido Estatilio Tauro (véase cap. 2.4.4). 138 A Flavia Arquela, la también llamada Timóxena, hija de Lisandro y ¿hermana? de Dórcilo, sacerdotisa vitalicia de Deméter Aquea, pariente de los que consagraron a Dioniso. Flavio Mondón, hijo de Filino, a su propia mujer. No se nombra ningún dios destinatario; en este caso Dioniso no es el dedicado, como en la mayoría de inscripciones tratadas hasta el momento, sino que su presencia se debe a su vinculación con la familia de la homenajeada. A Stamatakis, el descubridor del hallazgo en el pueblo de Castro, le dio tiempo a comprobar que se trataba de una base porque, posteriormente, la lastra de piedra se fragmentó469; de manera que el arqueólogo pensó que era un soporte y, por tanto, la ofrenda, probablemente, la estatua de la protagonista. Aunque no está inscrito el verbo, se supone que el dedicante hizo o dedicó una estatua con la figura de su mujer. En cuanto a los personajes, parece que la mujer era griega (se llamaba Timóxena) y tomó el nombre romano de la gens a raíz de casarse. Sobre Dórcilo, según Jones, es un nombre femenino, por lo que él considera que la protagonista es hija de Lisandro (su padre) y Dórcilo (su madre)470, pero yo me decanto por que era su hermano, pues existen otras inscripciones que confirman que este antropónimo era principalmente masculino en Beocia471. Por otro lado, hay que decir que en Tespias 2 encontramos un Filino, hijo de Mondón, pero no se pueden relacionar ambas inscripciones directamente por la cronología tan distanciada entre ellas, aunque no se descarta la posibilidad de que las personas de los dos epígrafes pertenecieran a la misma familia, encargada de ejercer el sacerdocio de los dioses. Gracias a toda la información que ofrece la inscripción se ha podido reconstruir el stemma familiar: Filino Lisandro X | |______________| | | | ¿? Flavio Mondón Flavia Arquela Dórcilo |______________| El último documento epigráfico de Tespias es Tespias 10, fechado en el siglo I d.C.: Ἡ̣ β̣ουλὴ κα[ὶ ὁ δῆµος] Μνασίππαν̣ [———————] του ἱερατεύσ[ασαν Ἴ]- σιδος καὶ ἀν[αθεῖσαν] 469 STAMATAKIS, 1879: 191; IThesp. 379: “Base de calcaire blanc, (...), brisée après sa découverte en plusieurs fragments”. 470 JONES (IThesp. 379): “Δορκύλου est le génitif du nom féminin Δόρκυλον”. 471 IG 7, 2151, l. 2; IThesp. 114, cara B, l. 5; IThesp. 123, l. 6. 139 τῇ πόλι εἰς τὰ̣[ς τοῦ Δι]- 5 [ον]ύσου ἑορτ̣[ὰς —————] [——————————]. La asamblea y el pueblo: a Mnasipa, (hija de ...), la que fue sacerdotisa de Isis y ofrendó a la ciudad para las fiestas de Dioniso (...). Se menciona a un emisor colectivo, la asamblea y el pueblo de Tespias, y a la persona dedicada, una mujer llamada Mnasipa. La ofrenda probablemente era la representación escultórica de ella misma, pues de nuevo el diario de excavación confirma que la inscripción estaba tallada sobre una base de piedra472. La protagonista debió de ser una personalidad importante, probablemente por su cargo de sacerdotisa; además, en un pasado anterior a la dedicatoria ofrendó algo (que se desconoce) para el disfrute de toda la comunidad de tespieos en las fiestas de Dioniso; es decir, es posible que fuera una benefactora de la ciudad. Conviene destacar la aparición constante de la labor y figura sacerdotal en las inscripciones de Tespias. En la ciudad de Tebas también existen ejemplos de dedicatorias con esculturas como ofrenda. En el primero de ellos, Tebas 4, de cronología desconocida, se lee lo siguiente: Ἐπήνετ[ος —————] τὰν θουγα[τέρα ———] Διωνού[σοι —————] ἐποί[ησ]ε. Epeneto (…) hizo a su hija (…) para Dioniso. La inscripción es otro caso similar al primer ejemplo de Tespias, ya que el verbo ποιέω es clave para determinar que sobre la lastra de piedra firmada existió una estatua cuya representación era la hija del individuo nombrado. Dioniso es el destinatario de la ofrenda. En Tebas destaca el grupo de dedicatorias por parte de los tecnitas473 de Dioniso que ofrecen una estatua, en honor del dios, de una persona relevante de la asociación. Esta práctica parecía ser habitual entre los profesionales dionisíacos; incluso, a veces, podían dedicarse no una sino tres474. Son cuatro dedicatorias que hace esta compañía de artistas 472 IThesp. 393: “Partie supérieure gauche d’une base de calcaire blanc”. 473 Sobre la asociación de los tecnitas véase: cap. 6.2.2.2. 474 En Delos 1 (en torno a 170 a.C.), un decreto promulgado por los tecnitas de Jonia y del Heleponto y por los seguidores de Dioniso Categemón en honor del benefactor Cratón de Calcedonia, se deja por escrito 140 como ofrecimiento a Dioniso poniendo de manifiesto o bien la distinción de la persona concreta o bien el esplendor del grupo. La inscripción Tebas 6, fechada entre los siglos III y II a.C.475, fue realizada en un fragmento de piedra caliza. No conservamos sus medidas pero, dada la extensión del texto, no debió de ser una inscripción de pequeñas dimensiones, de manera que lo más probable es que sirviera de base para sustentar la estatua de la que informa la dedicatoria476: [τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον] [τεχνιτῶ]ν τῶν εἰς Ἰσθ[µὸν καὶ] [εἰς] Πιερίαν συντελούν[των ——] Ζευ<ξ>ίππου τὸµ πρόξενο[ν τὸν] ἑαυτῶν Διονύσωι ἀρετῆς ἕνεκεν καὶ 5 εὐνοίας ἣν ἔχων διατελεῖ εἴς τε τοὺς τεχνίτας καὶ τῆς εἰς τὸν θεὸν εὐσεβείας. La asociación de los tecnitas de Dioniso del Istmo y (¿Nemea?) que ejercen en Pieria, a su propio próxeno, (…), hijo de Zeuxipo, en honor de Dioniso por su propia virtud y benevolencia, que continúa teniendo para los tecnitas, y por su respeto a los dioses. El (probable) representado, cuyo patronímico es lo único que se conserva, se hizo próxeno (protector público) de los tecnitas. El protagonista destacó en la compañía por sus buenos servicios y, por ello, le concedieron el honor de ofrecer su propia figura a Dioniso. Le Guen considera que la asistencia de un próxeno como sirviente de un intercesor era algo habitual, al igual que la consagración de su estatua por parte de la asociación477. La inscripción Tebas 7, fechada en el siglo II a.C., es similar a la anterior: [τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν] τῶν ἐν Θήβαις Ἀ[ν]τίφιλον Μενάν[δρου εὐνοίας] ἕνεκεν καὶ εὐε[ργε]σίας τῆς εἰς [ἑαυτὸ] ἀνέθηκεν Διονύσωι. La asociación de los tecnitas de Dioniso en Tebas se la dedicó a Antífilo, hijo de Menandro, a causa de su buena disposición y de su buena conducta en lo referente a esta, en honor de Dioniso. que se van a dedicar tres estatuas del protagonista y cada una de ellas se va a colocar en un lugar diferente (l. 26-35). 475 En SEG 32, 438 la inscripción aparece datada en el siglo II a.C.; LE GUEN (2001: vol. 1, 179-180) la fecha en el s. III a.C., pues argumenta que en el s. II a.C. la preposición εἰς seguida de acusativo se reemplaza de manera general por ἐξ seguida de genitivo en este tipo de inscripciones sobre asociaciones. 476 LEAKE (1835: 225) es el primero en dar a conocer la inscripción pero ofrece escasos datos y sin ninguna precisión: “Two of them relate to Bacchus and his artists, that is to say, to the persons employed in his service in the theatre”. ROESCH (1982: 197) y LE GUEN (2001: vol. 1, 180) afirman que la inscripción parece haber desaparecido después del siglo XIX, por ello no es posible saber sus dimensiones ni si tenía indicadores de antiguas fijaciones de estatua. 477 LE GUEN, 2001: vol. 1, 181. 141 Cuenta que la sede de la asociación en Tebas consagró a un individuo, representado en forma de escultura sobre la lastra de piedra del epígrafe478. Le Guen plantea que el protagonista pudo haber sido tebano, al prescindir el texto de la indicación del étnico, pero afirma que es difícil de precisar porque también pudo haber sido oriundo de otra ciudad y, debido a los favores que hizo a la asociación, esta levantó en su honor una estatua con su propia imagen479. Por su parte, Tebas 8 es otro ejemplo, fechado a mediados o en la segunda mitad del siglo II a.C.480, pero no tan bien conservado como los precedentes: τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόν[υσον τεχνιτῶν] τ̣ῶν ἐξ Ἰσθµοῦ καὶ Νεµέας, σ[υντελούντων δὲ] ἐν Θήβαις, Καλλίστρατον Α[————————]. La agrupación de los tecnitas de Dioniso del Istmo y de Nemea que ejercen en Tebas, a Calístrato, hijo de A(…) . En su caso la información no ha llegado completa, por lo que no se conoce el destinatario de la dedicatoria, aunque es más que probable que Dioniso fuera el receptor, si se toma como referencia la inscripción siguiente481. La ofrenda seguramente fue la estatua de Calístrato482, pero el contenido del epígrafe no permite afirmar si se trataba de un miembro de la compañía dionisíaca ni si era tebano. Por último, la inscripción Tebas 9, datada entre la segunda mitad del siglo II a.C. y principios del siglo I a.C.483, vuelve a nombrar a los tecnitas asentados en la ciudad de Tebas: τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν τῶν ἐν Θήβαις Διοκλῆν Τιµο- στράτου Διονύσωι. ἔστησεν Βροµίωι Διοκλῆν Τιµοστράτου υἱὸν 5 ἐ[σ]θλὴ τεχνιτῶν µουσοπόλων σύνοδος. La asociación de los tecnitas de Dioniso en Tebas, a Diocles, hijo de Timostrato, en honor de Dioniso. 478 ROESCH, 1982: 196 y LE GUEN, 2001: vol. 1, 178: “destiné à supporter une statue”. 479 LE GUEN, 2001: vol. 1, 179. 480 ROESCH (1982: 196) declara basarse en criterios paleográficos para establecer la cronología de la inscripción; LE GUEN (2001: vol. 1, 178) sigue la misma datación. 481 LE GUEN (2001: vol. 1, 178) cree que el patronímico de Calístrato pudo ir seguido del nombre de Dioniso en dativo, como en Tebas 9, lo que otorga a la inscripción un motivo de consagración. 482 ROESCH, 1982: 196 y LE GUEN, 2001: vol. 1, 178: “Base de statue”. 483 En IG 7, 2484 la inscripción se sitúa entre mediados del siglo II a.C. y principios del siglo I a.C.; ROESCH (1982: 196) y LE GUEN (2001: vol. 1, 177) se decantan por mediados o la segunda mitad del s. II a.C. 142 Erigió en honor de Bromio a Diocles, hijo de Timostrato, la noble asociación de los tecnitas, sirvientes de las Musas. La cara superior de la piedra muestra cavidades de sellado, indicio de que sostuvo una estatua484. Seguramente fue la representación de Diocles, un individuo que debió de ser importante y, con probabilidad, miembro y presidente de la asociación tebana, dada la composición de la inscripción –que ahora analizaremos– más los calificativos que se le conceden a la agrupación. En este caso, una parte de la dedicatoria está en verso. Roesch afirma que hay dos textos (el primero, el que está escrito en letras monumentales y el dístico, en letras pequeñas) y que, a pesar de las diferencias paleográficas, son contemporáneos485. El hecho de que el epígrafe combine prosa y verso, un recurso propio de época tardía486, manifiesta novedad, originalidad, distinción y sentido artístico de los miembros de la asociación dionisíaca. En la dedicatoria aparecen los nombres oficiales y, en el dístico, denominaciones más poéticas, pero ambos textos se refieren al mismo Diocles. La inscripción informa de la naturaleza de la asociación de los tecnitas y de su principal actividad, calificada de manera poética en el pentámetro mediante el epíteto μουσοπόλων. 4.2.3.3. Estatuas de personajes divinos Hasta el momento, en las estatuas ofrendadas de las inscripciones ya analizadas siempre han sido esculpidos personajes anónimos aunque reales. También los representados podían ser dioses u otros protagonistas surgidos del mito. De la ciudad de Tespias proceden los dos ejemplos más claros de este grupo. Los documentos epigráficos Tespias 3 y Tespias 4 pertenecen al grupo de bases de estatuas que fueron halladas en el valle de las Musas, en el monte Helicón, en Tespias, las cuales formaban una exedra curvada de 12 metros487. Las inscripciones, que estaban talladas en las bases, se fechan 484 ROESCH, 1982: 194: “à la face supérieure, cavités de scellement pour les deux pieds d’une statue”; LE GUEN, 2001: vol. 1, 176: “sur sa face supérieure, des cavités de scellement pour les deux pieds d’une statue”. 485 ROESCH, 1982: 196. 486 DEL BARRIO, 1992: 49. 487 ROBERT y ROBERT, 1955: 223, n º119. Pausanias (9, 30, 1) cuenta que el grupo al completo con las primeras imágenes de las Musas expuesto en el Helicón era obra de Cefisódoto (s. IV a.C.); es probable que estas representaciones fueran la primera versión que posteriormente se copiaría y a cuyo resultado se insertarían las bases de estatua con las inscripciones pertinentes aparecidas en el valle de las Musas en el Helicón. 143 entre el siglo II a.C. y I d.C.488 Todas son epigramas del poeta Honesto489, un autor de la colonia de Corinto que se cree que trabajó durante la época julio-claudia490, por lo que es más plausible enmarcar los epígrafes en torno a los siglos I a.C. y I d.C. Sin embargo, aunque en SEG 13, 344a-j y 346a-b todos estos epígrafes aparecen catalogados como dedicatorias a las Musas491, considero que hay que aclarar que no se trata, en realidad, de ese tipo de inscripción votiva, pues no hay dedicante ni dedicado. Son cartelas o letreros cuya función era anunciar qué Musa estaba representada e iban acompañados, además, de un dístico que destacaba alguna característica de las protagonistas; es decir, son textos dedicados a las Musas pero no votivos. Todos ellos formaban parte de un rico programa iconográfico en el Helicón. En Tespias 3 leemos: Τερψιχόρα κισσὸς Τερψιχόρηι, Βροµίωι δ’ ἔπρεψεν ὁ λωτός· τῆι µὲν ἵν’ ἔνθεος ἦ[ι], τῶι δ’ ἵνα τερπνότερος. Ὁνέστου. Terpsícore: la hiedra era propia de Terpsícore; de Bromio, el loto. A ella, porque estaba poseída por el dios; a él, porque era muy placentero. De Honesto. La protagonista es la Musa Terpsícore, la que deleita en la danza; Dioniso aparece mencionado mediante la epiclesis Bromio. La hipótesis más plausible es que la propia Musa estuviera esculpida sobre la base de piedra, puesto que antes del texto y del vacío aparece su nombre a modo de cartela. Son importantes también las menciones de la hiedra (κισσός) y el loto (λωτός): la primera es de una de las plantas más representantivas del dios, junto con la vid (ἄμπελος), y de su faceta como inductor del crecimiento vegetal492. 488 En IG 7, 1799 y 1800 aparecen fechadas entre los ss. II y I a.C.; por el contrario, en SEG 13, 344d y 346b se sitúan entre los ss. I a.C. y I d.C. 489 JAMOT, 1902: 130 y 136; ROBERT y ROBERT, 1955: 223, n º119. 490 Para más información sobre el poeta Honesto véanse: GEFFCKEN, 1916: 79, nº 196.3; PREUNER, 1920. 491 SEG 13, 344a-j: “Dedicatio Musis”; SEG 13, 346a-b: “Dedicationes Polyhymniae et Terpsichorae”. 492 Para más información sobre Dioniso y las plantas y el crecimiento vegetal véanse: FARNELL, 1977 [1909]: 118-120; OTTO, 1997 [1948]: 15, 43, 107-118; KERÉNYI, 1976: 58-64; DARAKI, 2005 [1985]: 39-40 y 131-139; MERKELBACH, 1988: 7-12. Para conocer la vegetación dionisíaca en la lírica griega arcaica véase: PORRES, 2013: 129-133. Dioniso y las plantas en la figuración arcaica: DÍEZ PLATAS, 2013: 320-324. Sobre la vid y las viñas en el universo dionisíaco véase: JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL en prensa3. La vid está fuertemente vinculada al dios por ser el elemento del que se extrae la bebida dionisíaca; OTTO (1997 [1948]: 108) cree que es la planta sagrada en la que Dioniso surge como un jugo embriagador de la tierra; DÍEZ PLATAS (2013: 321) afirma que se repite de manera sobreabundante en iconografía, se convierte en una marca clara del ámbito y acción de Dioniso, llegando incluso a invadir el espacio de las imágenes como una expresión del dios que la produce. Por su parte, sobre la hiedra OTTO (1997 [1948]: 114) considera que es como el dios porque nace dos veces, pues esta planta tiene dos fases de crecimiento; DÍEZ PLATAS (2013: 321-322) afirma que aparece asociada de diferentes maneras a Dioniso en las 144 El loto, por el contrario, se asocia a Dioniso con mucha menos frecuencia. En el antiguo Egipto era el símbolo del nacimiento del universo, del renacimiento anual de la tierra tras la inundación del Nilo; de manera que la asociación del dios y el loto, aunque excepcional, es lógica por otra parte, tratándose también de una divinidad del renacimiento y de la regeneración y casa con la faceta dionisíaca de promotor de la vegetación493. Eurípides utiliza el término en varias tragedias para referirse a la flauta en ambientes festivos494, y en Bacantes, concretamente, aparece vinculado al festejo dionisíaco y en Electra, a las Musas495. En este contexto el loto parece ser una metáfora de flauta, idea que parece confirmarse con la próxima inscripción, Tespias 4, en que ya sí aparecen mencionados los términos hiedra y aulós. Además, Teofrasto asegura que el nenúfar amarillo (el loto) crecía en las zonas pantanosas de Orcómeno496, por lo que se confirma su presencia en Beocia. Parece, por tanto, que la vinculación entre esta flor y Dioniso es admisible y no era extraña en la región, es más, puede que se hubiera convertido en una de las plantas predilectas del dios en el territorio beocio. En cualquier caso, el juego que muestra el texto entre varios términos relacionales es llamativo: la Musa y el dios, la hiedra y el loto, el hecho de ser poseído y ser placentero; todo ello, ayudado, además, por la acción psicotrópica de estas plantas497, parece conectar con el culto de Dioniso. A rasgos escenas de la cerámica de figuras negras y que la forma más usual se manifiesta como material de su corona, compartiendo alternativa con la vid (para más información véase: DÍEZ PLATAS, 2015). 493 GUARDUCCI, 1981: 53-54 y 68. La flor o capullos de loto son una decoración corriente en la iconografía de muchos vasos griegos. Aunque se tiende a interpretar esta planta como un símbolo amoroso y erótico porque suele tener aspecto fálico, esta hipótesis no va más allá de la explicación de la decoración del vaso en su conjunto (para más información véase: KOCH-HARNACK, 1989). Sobre el loto como elemento de la escena representada (no como parte de la decoración del vaso), hay que mencionar la copa de Fineo (530 a.C.), un vaso arcaico que presenta dos escenas dionisíacas y en una de ellas aparecen dos Horas portando capullos de flor que se han interpretado como rosas o lotos (para más información véase: STEINHART y SLATER, 1997: 204) y, más importante, el vaso ateniense del pintor Lydos del Museo de Villa Giulia (530-520 a.C.) que presenta una imagen de Dioniso sosteniendo en la mano una flor, sobre la que GUARDUCCI (1981) se decanta por una flor de loto por varios motivos: por la reminiscencia egipcia de la planta, símbolo de la vida nueva y del resurgir que lo vincula con el dios (sobre esto recuerda, además, la estrecha relación griega-egipcia que se forjó a partir del siglo VI a.C., así como la asimilación Dioniso- Osiris [véase cap. 5.3.2]); y también por el hecho de que el loto es una planta que nace en pantanos, y el antiguo santuario ateniense de Dioniso se encontraba precisamente en una zona pantanosa (cree probablemente, incluso, en una tradición arcaica que relacionaba la aparición y reaparición del loto cada año con la fiesta ateniense de las Antesterias, la celebración de las flores, de la primavera, atraída por Dioniso). 494 E. IA. 438, Tr. 544. Dioscórides (2, 76, 11) cuenta que de la madera del loto se sirven los constructores de flautas; Plinio (HN 13, 104) también afirma que la madera de color negro del loto se busca para la sonoridad de las flautas. 495 E. Ba. 160, El. 716. No hay testimonios en lírica griega arcaica que relacionen el loto con ambientes dionisíacos. 496 Thphr. HP. 9, 13, 1. 497 Sobre la hiedra, Dioscórides (2, 179) afirma que afecta a los nervios y perturba la mente, y Plutarco (Aet. Rom. 112. 291A) concede credibilidad a los que dicen que la hiedra posee un excitante y perturbador soplo de locura, saca de sí, turba y lleva a una especie de borrachera sin vino; del loto, el papiro Ebers revela sus propiedades farmacológicas y en la Odisea (9, 84-97) se cuenta que priva de voluntad e induce al olvido a 145 generales, la escena que describe la inscripción es claramente dionisíaca; aunque no hay una manifestación precisa de baile, frenesí y furor báquico, sí induce a pensar en ello. Tespias 4 es otra dedicatoria, compañera de la anterior: [Τερψιχόρηι πρέψεν] κισσὸς στέφο[ς, Εὐίωι αὐλός]· [ἔνθεος ἥ γε χο]ροῖς, τερπνότερ[ος δ’ ὅ γ’ ἵν’ ἦι]. De Terpsícore era propia la corona de hiedra; de Evio, el aulós: a ella, porque estaba poseída por el dios en las danzas y a él, porque era muy placentero. Si se acepta la reconstrucción propuesta, parece que de nuevo la Musa Terpsícore es la protagonista junto con Dioniso (este último, mencionado como Evio). En cuanto a la representación que sustentaba la base de piedra en la que está tallada esta dedicatoria, se desconoce si la Musa volvería a ser la representada en solitario o, por el contrario, aparecería formando una escena junto al dios. El texto juega con el mismo atributo de Dioniso que en el epígrafe anterior, la hiedra; también aparece la alusión a la posesión y al placer, pero en este caso se combina con la música, el aulós, y con las danzas, propias también de las fiestas dionisíacas. Además, la inscripción vuelve a ser otro epigrama del poeta Honesto compuesto en dísticos elegíacos. Es posible apreciar cierta influencia de la poesía homérica, otro rasgo característico de los epigramas en inscripción, principalmente los funerarios498. La exedra curvada, que debió de acaparar el protagonismo del valle de las Musas del Helicón, presentaba imágenes y descripciones de las Musas combinando arte figurativo y literario. El o los artista/s de aquella –seguramente muy bella– composición dotaron de inmortalidad las piezas representadas, pero también los epigramas del poeta Honesto, pues muchos de sus versos solo se conocen gracias a este tipo de descubrimientos. También de Tebas hay un ejemplo que podría pertener a este grupo de representación de personajes divinos, Tebas 2, inscripción datada en el siglo I d.C.: [Διοσκόρ]οῖς καὶ Διονύσωι [καὶ τῆι] πόλει [————]ος ῾Ροῦφος ἐκ τῶν [ἰδίων ἀ]νέθηκεν. A los Dioscuros, a Dioniso y a la ciudad (...) dedicó Rufo a sus propias expensas. quienes ingieren la planta, aludiendo a los lotófagos, los comedores de loto (para más información véase: RINELLA, 2010). 498 DEL BARRIO, 1992: 49-50. 146 Es una dedicatoria para Dioniso, para la ciudad y para posiblemente otra pareja de personajes divinos, los Dioscuros; sin embargo, la lectura del epígrafe ha sido objeto de discusión: Keramopoullos reconstruye [Διοσκόρ]οῖς499, pero Schachter sugiere [Θεοῖς Σεβαστ]οῖς500 (a los dioses venerables) porque toma como referencia IG 7, 2233 (Tisbe 2) e IG 7, 3103. Las dimensiones de la piedra donde está grabado el mensaje de la dedicatoria son considerables501, indicio de que se trataba de la base de una estructura. No hay mención de ninguna persona anónima ni tampoco huellas de que el nombre hubiera estado grabado en un pasado, por lo que se deduce que esa mención no existía y que, por tanto, el representado o los representados serían probablemente o los Dioscuros o los dioses venerables y/o Dioniso. Sobre la relación entre este dios y la pareja formada por Cástor y Pólux, a diferencia del teónimo “Dioniso” y sus múltiples interpretaciones, Διόσκουροι significa sin lugar a dudas “hijos de Zeus”, de manera que los tres personajes son hermanos por parte de padre. La madre de los gemelos, sin embargo, es la mortal Leda502, otro aspecto de conexión con Dioniso, pues su madre es la también mortal Sémele. Por tanto, estos tres hermanos comparten la faceta mortal. No obstante, el lazo de unión con el mundo de los muertos es otro aspecto que acompaña a los tres personajes: en Dioniso coexisten rituales nocturnos y sombríos y el ámbito sacrificial503; los Dioscuros, por su parte, fueron separados por la muerte, aunque al final ambos obtuvieron la inmortalidad en periodos alternos uno y otro504. Incluso la región de Beocia podría considerarse otro punto de conexión entre Dioniso y los hermanos gemelos: en un 499 KERAMOPOULLOS, 1934-1935: 16, nº 185. 500 SCHACHTER, 1981: 185; 197, n. 1 y 208, n. 1. 501 KERAMOPOULLOS, 1934-1935: 16, nº 185: “ὕψ. 0.50, πλ. 1.00, πάχ. 0.14”. 502 En h.Hom. 17, 2-3 y 33, 1-2 se dice que los Dioscuros nacieron de Zeus Olímpico y de Leda, pero también son llamados “Tindáridas”, hijos de Tindáreo, padre de Helena y Clitemnestra. Apolodoro (3, 10, 7) cuenta que Zeus yació con Leda la misma noche en que Leda también lo hizo con Tindáreo; así, Zeus y Leda engendraron a Pólux y Helena, y Leda y Tindáreo, a Cástor y Clitemnestra. 503 Dioniso y el Mundo de los Muertos y los sacrificios es un tema que se estudia a lo largo de este trabajo en varios apartados (véanse Dioniso Melanégida, Eleutereo/Eleuterio [cap. 2.3.2], Nictelio [cap. 2.3.3], Egóbolo [cap. 2.3.4], Lisio [cap. 2.3.6], Dioniso-toro [cap. 2.4.1 y 2.4.2]). Para más información véanse: PICKARD-CAMBRIDGE, 1962 [1927]: 120; OTTO, 1997 [1948]: 78-90 y 138-147; NILSSON, 1975 [1957]: 118-122; GUETTEL-COLE, 1993; SÁNCHEZ FERNÁNDEZ, 1998; BERNABÉ y JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2008: 66-76; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2011; CORRENTE, 2013: 532. 504 En las Ciprias se cuenta que Linceo quiso atacar a Cástor y Pólux cuando estaban escondidos en el interior de una encina hueca; Cástor, al final, fue herido por un dardo de Idas (Cypr. fr. 11 Bernabé). Según Apolodoro, Idas mató a Cástor y Pólux fue herido; Zeus retiró del combate a este último llevándolo al cielo, pero Pólux no aceptó la inmortalidad mientras su hermano gemelo, Cástor, estuviera muerto. Zeus finalmente permitió que ambos viviesen entre los dioses y entre los mortales en días alternos (3, 11, 2). En el resumen que Proclo hace de las Ciprias en su Crestomatía cuenta lo siguiente: “Entretanto, Cástor, junto con Pólux, son descubiertos cuando se llevaban las vacas de Idas y Linceo. Cástor muere a manos de Idas, pero Linceo e Idas, a las de Pólux. Zeus les concede la inmortalidad en días alternados”. 147 pequeño fragmento del siglo VII a.C. atribuido a Alcmán, se puede leer “bacantes”505, término siempre vinculado al ámbito dionisíaco; sin embargo, según el comentario que acompaña al texto, el poema en su totalidad se refería a la casa de los Atridas, a Helena y a los Dioscuros de Terapna506. Píndaro, posteriormente, en una de sus Píticas, habla de la ruina de la casa de Agamenón y de la desgracia que provocó Helena, y justo al final del mismo poema cuenta que Cástor y Pólux unas veces habitan en las sedes de Terapna y otras, en el palacio del Olimpo507. En otra composición alude a la misma historia e incide en el hecho de que los Dioscuros viven junto a su padre Zeus unos días y otra parte del tiempo la pasan en las cavernas de Terapna508. Por último, en una Ístmica, cuenta que el vástago de Tindáreo habita en el alto lugar de Terapna, y el comentario del escoliasta a este verso afirma que este lugar se encuentra en Lacedemonia509. Θεράπνας o Θεράπνης (Terapna o Terapne) era una localidad al sur de Esparta con un santuario laconio de los Dioscuros en el camino que llegaba a ella510. Sin embargo, Estrabón al describir las localidades de Beocia habla de “αἱ Θεράπναι”, una zona de casas o pequeño asentamiento perteneciente al territorio de Tebas511, al que parece que hizo alusión Eurípides512. Resumiendo, si tomamos el término “bacantes” vinculado a la Cadmea, del texto de Alcmán del principio (Β[α]κχῶν Καδ[μ-), en que se relaciona este vocablo con los Dioscuros de Terapna y tenemos en cuenta, además, que en Beocia existió una ciudad con el mismo nombre que en varios textos literarios se atribuye a los hermanos gemelos, pudiera ser que en la región el culto de Dioniso y el de los Dioscuros estuvieran más relacionados de lo que la tradición ha transmitido (por no hablar de la intrigante ciudad de Terapna o Terapnas, pues no todas las veces que Píndaro alude a la ciudad se puede 505 Alcm. 7 Campbell, P. Oxy. 2389 fr. 1: πο[λλὰ] δ’ ἐμνάσαντ’ οσ[ ]αν ἀπήρ[ι]τον Β[α]κχῶν Καδ[μ-: mucho recordaron todo el [ ] infinito de las bacantes cad[meas?] (para más información sobre el poema véase: PORRES, 2013: 177-178). 506 Scholia in Euripidis Troades 210: οἰκητήριόν φασι τὰς Θεράπνας τῶν Διοσκούρων παρόσον ὑπὸ τὴν γῆν τῆς Θεράπνας εἶναι λέγονται ζῶντες, ὡς Ἀλκμάν φησι: dicen que las (casas) de Terapna son la morada de los Dioscuros en la medida en que se llama a los vivos bajo la tierra de Terapna, como dice Alcmán. 507 Pi. P. 11, 16-34 (los Atridas y Helena) y 61-64 (Cástor y Pólux). Las “sedes de Terapna” se refieren al mundo de ultratumba, pues en estas versiones de la lírica sobre la historia de Idas y Linceo, los Dioscuros pasan un periodo de tiempo junto a su padre y otro tiempo viven bajo tierra estando vivos. 508 Pi. N. 10, 55-57. 509 Pi. I. 1, 30-31: Ἰφικλέος μὲν παῖς ὁμόδαμος ἐὼν Σπαρτῶν γένει, Τυνδαρίδας δ᾽ ἐν Ἀχαιοῖς ὑψίπεδον Θεράπνας οἰκέων ἕδος: el hijo de Ificles, emparentado con el linaje de Esparta, y el Tindárida, que entre los aqueos habita el alto sitio de Terapna [Scholia in Pindarum Ode I, 1: ὑψίπεδον Θεράπνας οἰκέων ἕδος: Θεράπνης, τῆς Λακεδαίμονος· Θεράπνη γὰρ κώμη αὐτόθι: el alto sitio habitado de Terapna: Terapne, de Lacedemonia]. 510 Paus. 3, 20, 1-2. 511 Str. 9, 2, 24. 512 E. Ba. 1043: ἐπεὶ θεράπνας τῆσδε Θηβαίας χθονὸς λιπόντες (...): después de dejar las casas de esta tierra tebana (...). 148 saber con seguridad si se trata de la laconia o la beocia). Volviendo a la inscripción, Tebas 2 es una dedicatoria cuyos destinatarios son Dioniso y la ciudad, con seguridad, y los Dioscuros, con probabilidad. En el caso de que pudiera comprobarse que los Dioscuros son realmente los receptores, esta inscripción se convertiría en la garante de que el culto de los tres hermanos era estrecho en Beocia. Sin embargo, Schachter prefiere reconstruir [Θεοῖς Σεβαστ]οῖς καὶ Διονύσωι. El adjetivo griego σεβαστός es el equivalente griego al latino augustus y significa “venerable”. Cuando la inscripción es fechada en época imperial, estos dioses venerables son César y Augusto513; las monedas también reflejan el vocablo griego seguido del nombre de Augusto normalmente, y a veces aparece ΣΕΒΑΣΤΟΣ ΣΕΒΑΣΤΗ referidos a Augusto y a su mujer Livia514. En definitiva, si aceptamos esta lectura, el epígrafe también podría potenciar el culto al emperador presentando la imagen de este o de Dioniso. Por último, en la ciudad de Lebadea, Lebadea 2 es una dedicatoria de época tardía, fechada después del año 213 d.C., realizada sobre un altar que soportaba probablemente una estatua de Dioniso515: Ἀγαθῆι Τύχηι. Ὁ ἱερεὺς τοῦ Διὸς τοῦ Τρο- φωνίου καὶ πρό- αρχος τοῦ Βακ- 5 χείου Μ(ᾶρκος) Αὐρ(ήλιος) Νεικόβουλος Νεικοβούλου τὸν θεὸν Διό- νυσον τῶι κοι- 10 νῶι τῶν λατό- µων ἐκ τῶν ἰδί- ων εὐτυχῶς. A la Buena Fortuna: el sacerdote de Zeus Trofonio, también arconte epónimo del Baquion, Marco Aurelio Nicobulo, hijo de Nicobulo, al dios Dioniso en beneficio de la comunidad de los canteros, a sus expensas con buena fortuna. Como Nicobulo era presidente del Baquion (comunidad o hermandad dionisíaca), por este motivo probablemente dedicó una estatua de Dioniso, aunque sobre el dedicante, 513 GREEN, 2000: 95, n. 220; DE CHURRUCA y MENTXAKA, 2015: 120. En algunas ciudades griegas, en época romana, se levantó un Sebasteion, un lugar de culto al emperador. La mayoría fueron creados en época de César; después Augusto retomó la instalación y empezaron a llamarse Augusteum. 514 Así aparece en el manual de numismática FOY-VAILLANT (1700: 5). 515 ROESCH, 1982: 182: “Petit autel de marbre gris”, 183: “C’est probablement à ce titre qu’il offre una statue du dieu Dionysos”. 149 el grupo dionisíaco y los dedicados profundizaré en otro momento516. En cuanto a la ofrenda, no cabe duda de que la representación del dios era la parte más importante, pero no debe omitirse el altar sobre el que está inscrito el epígrafe, pues tratándose de un contexto religioso, parece claro que el sacerdote prefirió regalar la estatua no con una inscripción sobre la simple base de piedra, a modo de cartela, sino con una estructura cargada de significación religiosa. Además, Jaccottet se pregunta si el dedicante buscó influir con su elección en una divinidad patrona517. Cabe comentar también que la inscripción expresa que Nicobulo hizo la ofrenda a sus expensas, por cuenta y con dinero propios. La cronología tardía del epígrafe es, además, una muestra de que el culto de Dioniso seguía vigente y estaba arraigado con fuerte presencia a principios del siglo III d.C. 4.2.4. Dedicatorias cuya ofrenda es un trípode El trípode es un objeto o estructura sostenida por tres pies, normalmente vinculada a contextos de competición, bien certámenes de música, de danza y de poesía, bien una disputa o guerra. Era el premio del ganador518 y se consideraba un objeto sagrado obtenido por la gracia divina. En contextos de agón, la mayoría de las veces se dedicaba a un dios, normalmente a Dioniso, pues era considerada la recompensa de los certámenes o juegos báquicos. Así lo define el poeta Antígenes en el ditirambo que cuenta que él era el encargado de formar y enseñar al coro de la tribu Acamántide, el cual resultó victorioso en un agón gracias a la labor del poeta y dedicó el trípode519. El más antiguo consagrado en Beocia, concretamente en el Helicón, es el que recibió Hesíodo en Calcis cuando venció en el canto520. Por su parte, Heródoto transmite que vio con sus propios ojos una inscripción y caracteres cadmeos grabados sobre los tres trípodes que había en el santuario de Apolo Ismenio en Tebas, Beocia521. Estrabón, en uno de sus relatos de Beocia, transmite la importancia del premio, el honor que significaba ganar un trípode y 516 Véanse cap. 5.2.4, 6.2.1.2 y 6.2.2.1. 517 JACCOTTET, 2003: vol. 2, 42. 518 CSAPO (2016: 252) afirma que en las Dionisias de Atenas fueron entregados aproximadamente 508 trípodes como premio para hombres y niños que formaban los coros; el premio teóricamente iba para el grupo que patrocinaba el coro, pero en realidad se entragaba a los coregos; estos, además, montaban el coro sobre un monumento público para conmemorar la victoria. 519 Antigen. Lyr. AP 13, 28, l. 5-6: καὶ τόνδε τρίποδά σφισι μάρτυρα Βακχίων ἔθλων [ἔθηκαν]: y, como su testimonio de los premios báquicos, dedicaron este trípode. 520 Hes. Op. 656-659; Paus. 9, 31, 3. 521 Hdt. 5, 59, 1. 150 su valor sacro: cuando los habitantes de esta región, por acuerdos de paz con otros pueblos, consultaron el oráculo, este les dijo que cometieran un sacrilegio; las profetisas lo interpretaron como que tenían que robar trípodes y enviarlos a Dodona cada año. De noche, los beocios cogieron uno consagrado, lo cubrieron con mantos y lo trasladaron al santuario de Dodona; y así hicieron año tras año522. Plutarco transmite que, en su época, en el santuario de Dioniso en Atenas todavía se conservaban sobre el templete los trípodes que Nicias ganó como corego523. Y Ateneo de Náucratis cuenta que el verdadero trofeo de las fiestas dionisíacas era el trípode de Dioniso, que no era otra cosa que la copa de vino524. Los trípodes iban engastados en bases de piedra triangulares o cuadrangulares en cuyas caras delanteras aparecían inscritos los textos de las dedicatorias; las dimensiones de estas bases podían variar, aunque la medida estándar era de un metro por un metro de longitud y el grosor de la lastra de piedra (la cara inscrita) oscilaba entre los 20 y 70 centímetros. Una referencia literaria sobre las medidas de los trípodes la aporta Ateneo de Náucratis cuando describe el desfile dionisíaco de Alejandría organizado por el rey Ptolomeo Filadelfo. Tras una procesión de fieles y seguidores de Dioniso, se portaban trípodes délficos para los coregos de los atletas: el destinado a los ganadores infantiles tenía una longitud de nueve codos, y doce medía el que se llevaban los vencedores adultos525. Asimismo, los trípodes de vencedores de guerra solían ser de oro, normalmente se apoyaban sobre una columna de mármol o bronce en la que se grababan las ciudades participantes en la contienda o versos relacionados con esta, y toda la estructura se exponía en un lugar público, generalmente un templo, para el disfrute de los ciudadanos. Uno de los más famosos es el que los griegos, en el año 478 a.C., dedicaron a Apolo en Delfos por su victoria frente al ejército aqueménida en la batalla de Platea durante la Segunda Guerra Médica; Tucídices cuenta que en este trípode se leía un dístico, pero los lacedemonios borraron el mensaje y grabaron los nombres de todas las ciudades que dedicaron la ofrenda tras vencer al ejército medo526. Los trípodes no suelen 522 Str. 9, 2, 4. 523 Plu. Nic. 3, 3. 524 Ath. Epit. 2, 37F. 525 Ath. 5, 198C. 526 Th. 1, 132, 2-3. El dístico decía: “Ἑλλήνων ἀρχηγὸς ἐπεὶ στρατὸν ὤλεσε Μήδων, Παυσανίας Φοίβωι μνῆμ’ ἀνέθηκε τόδε”: “tras destruir el ejército medo, el general de los griegos, Pausanias, consagró a Febo este recuerdo”. En otro momento de la obra, los plateenses dicen a los lacedemonios que consideran indignante que devasten Platea, cuando sus padres espartanos inscribieron el nombre de esta ciudad en el trípode de Delfos a causa de su valor, mientras que ellos solo se encargan de borrarla del mundo griego a causa de los tebanos (Th. 3, 57, 2). Para más información sobre el trípode de Delfos véanse: Hdt. 8, 82, 1 151 conservarse porque eran de bronce, oro u otro metal y en épocas posteriores la mayoría se reutilizó para fabricar armamento527. Una de las dedicatorias beocias más antiguas de la que se tiene constancia procede de Tebas y ha sido fechada en el año 506 a.C., Tebas 1: [————]ος Οἰνόας καὶ Φυλὰς [———]αι Χαλκίδα λυσάµενοι [—————]hελόντες καὶ Ἐλευσῖνα [Διονύσωι Κάδ]µωι ἀνέθιιαν. (…)o, Enoas y Filas (…) Calcis, una vez hayan liberado (…)elontes y Eleusis a (Dioniso) Cadmeo dedicaron. La inscripción fue hallada en un depósito del periodo arcaico junto a cuatro planchas de bronce durante las excavaciones de 2000 y 2001 en un suburbio de Tebas528. Está tallada en la parte inferior de una pequeña columna que soportaba probablemente un trípode. Parece que se trata de una dedicatoria tebana con trofeo de guerra y se refiere a la disputa entre beocios y atenienses, equivalente a la del monumento erigido por los atenienses en la Acrópolis después de su victoria frente a beocios y calcideos. Aparecen varios nombres, entre los que destacan dos topónimos, Eleusis y Calcis, a la manera que contaba Tucídides líneas más arriba que los espartanos grabaron los nombres de las ciudades que dedicaron la ofrenda. De ser cierto que hubiera un trípode, podría confirmarse la utilización de esta ofrenda en Beocia desde época arcaica. En el periodo helenístico, debido al descontento religioso, las autoridades promovieron una vuelta a la celebración de antiguos cultos beocios y se produjo, además, la integración del movimiento agonístico a nivel panhelénico529. En la ciudad de Orcómeno donde ha aparecido el catálogo más amplio de dedicatorias con trípode de toda Beocia. Hay que recalcar, de hecho, que los veintidós documentos epigráficos de esta ciudad presentados en el corpus de inscripciones son dedicatorias. En este caso, el motivo de reconocimiento en forma de trípode no se debe a un trofeo por una victoria en una guerra o combate, sino al premio de un certamen musical en una festividad dionisíaca. Se trata de una totalidad de veintiséis estructuras con texto (una, la excepción, es un epistilo y las otras veinticinco, bases de trípode), siendo legibles perfectamente diecisiete de y 9, 81, 1; D. contra Neera 97; A. R. 4, 528-529, 1548 y 1589; D. S. 11, 33, 2; Plu. Herod. mal. 42. 873BE; Paus. 3, 8, 2 y 10, 13, 9; también, MEIGGS y LEWIS, 1969. 527 Para más información sobre los trípodes en la Antigüedad véanse: CROSS, 1974; REBOREDA, 1999; BAUMBACH, 2004; STIBBE, 2006: 185, 313 y 316. 528 La información del hallazgo aparece en SEG 54, 518 y en KNOEPFLER (2006: 658-659, nº 203). 529 VOTTÉRO, 1998: 98. 152 ellos530. Todas proceden del teatro de Orcómeno y en todos los casos la inscripción está modelada en una de las caras laterales que conforman la base del trípode. Asimismo, todos los trípodes son ofrendados a Dioniso. Los textos presentan la misma estructura, aunque no todos mencionan todos los elementos: el nombre de los dos coregos vencedores más sus correspondientes patronímicos, la fórmula ἄνδρεσσι χοραγείσαντε(ς) νικάσαντε(ς)531, el destinatario (Dioniso), el verbo (ἀνατίθημι) y los nombres del arconte, del auleta y del cantante. En su visita a Orcómeno en 1801, Clarke no recogió estas inscripciones en el volumen dedicado a Beocia532. La primera referencia sobre los hallazgos epigráficos de la que se tiene constancia es de 1805, cuando Leake visitó el monasterio de la Virgen de la Dormición de Σκριπού y afirmó que una de las lastras de piedra de la pared exterior era una inscripción de una dedicatoria a Baco por parte de dos coregos victoriosos y que probablemente la piedra habría soportado un trípode533, que otra parecida se encontraba en el impluvio del patio del convento534, y una tercera, fragmentada, en la pared sur de la iglesia535. En torno a 1950, durante la rehabilitación o construcción de la carretera entre el teatro antiguo y el monasterio, fueron descubiertos algunos cimientos de edificios, bases de trípode y tumbas536. En 1961 comenzaron los trabajos de excavación537 y algunas inscripciones fueron transportadas al patio del convento538. De 1967 a 1969, se llevó a cabo lo que se podría denominar como una primera catalogación de los epígrafes, pues las lastras de piedra esparcidas alrededor de la iglesia fueron numeradas y alineadas y, además, aparecieron nuevos documentos epigráficos539. Durante la excavación del teatro en 1972-1973, siguieron apareciendo más540. Muchas de las piedras con inscripción se encontraban en el lugar del convento 530 AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974. De las veintiséis dedicatorias, en este trabajo se contemplan veinte, pese a que tres de ellas no fueron halladas en buenas condiciones. Los textos 21 a 26 son prácticamente ilegibles, por lo que no se incluyen: de algunos se conservan únicamente unas letras, y de otros la mayor parte de la inscripción es una reconstrucción basada en los textos anteriores (para más información de estos epígrafes véase: AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 210-220). 531 χοραγεί- dorismo de χορηγέω; χορηγέω + παισί/ἀνδράσιν ἐς…: equipar un coro de niños/hombres para… . Debe recalcarse que en todos los casos aparece el participio del verbo χορηγέω en lugar del sustantivo χορηγός. 532 CLARKE, 1818: 186-215. En 188 dice: “Near the bridge are the remains of an antient paved road. That Screpú is situate in the midst of the ruins of Orchomenus, will plainly appear by the inscriptions we found upon the spot. Indeed, these inscriptions had been noticed by Meletius; but we had never seen his work; nor would it have rendered us any service”. 533 LEAKE, 1835: 153 (en referencia a Orcómeno 3.6 en nuestra clasificación). 534 Orcómeno 3.5. 535 Orcómeno 3.13. 536 AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 172. 537 Stikas dirigió los trabajos de excavación mencionados al año siguiente en el BCH (DAUX, 1962: 774). 538 Orcómeno 3.3, Orcómeno 3.6 e IG 7, 3214 y 3215. 539 Orcómeno 3.4, Orcómeno 3.15 y el texto 24. 540 Orcómeno 3.9. 153 para el que fueron reutilizadas, pues durante la construcción del monasterio en época bizantina, el emperador León I permitió que se cogiesen partes de monumentos antiguos como material de construcción541. Veamos a continuación los textos542: La dedicatoria Orcómeno 3.1 está inscrita sobre una base de trípode rectangular y transmite lo siguiente: Πεδακλεῖς Καφισιάδαο Διωνύσιος Δαµατρίχιος ἄνδρεσσι χοραγείσαντε Διωνύσωι. Pedacles, hijo de Cafisiadas, Dionisio, hijo de Damatriquis, que fueron ambos coregos en el coro de hombres, a Dioniso. Esta dedicatoria destaca por su brevedad y concisión: no menciona la victoria de los coregos, no hay verbo ni los nombres del arconte, flautista y cantante, pero sí aparecen los autores, los que consagran el trípode, y a qué divinidad. En cuanto a la cronología de la inscripción y los protagonistas mencionados, los polemarcos de Orcómeno del arcontado federal de Filocomo (290-285 a.C.) se llamaban Eucáridas, hijo de Damatriquis, y Cafisiadas, hijo de Pedacles543: podría ser que el Dionisio de nuestra inscripción y Eucáridas fueran hermanos, ambos hijos de Damatriquis; y que o bien Pedacles fuera el padre de Cafisiadas, o bien que Cafisiadas se llamaran tanto el abuelo (que sería el Cafisiadas de nuestro epígrafe) como el nieto (el nombrado en IG 7, 3175). Las fechas conocidas del arcontado federal harían remontar la dedicatoria a los últimos años del siglo IV a.C. o principios del III a.C.544, pues a finales del siglo IV a.C. y los primeros años del siglo III a.C. los rasgos de escritura eran los mismos: rasgos finos y ápices apenas marcados. Además, se sabe que el texto debió de ser anterior a la mitad del siglo III a.C. por el empleo del patronímico y del dual en el participio545. La dedicatoria Orcómeno 3.2 está tallada sobre una base triangular en este caso: [Εὐ]χαρίδας Δαµατρίχιος […]ε̣ιρος Ἀρξιλαΐδαο ἄνδρεσσι χοραγείσαντε [νικά]σαντε Διωνύσοι ἀνεθέταν […]ι̣(ν̣)ος ἄρχοντος (vac) […]µ̣ασίας αὔλι (vac). 541 AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 175. 542 Se ha seguido, en todos los casos, la publicación AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974 para la edición de los textos y los comentarios. 543 Catálogo militar de los polemarcos orcomenios: IG 7, 3175, l. 2-4 (290 a.C.): πολεμαρχιόντων Εὐχαρίδαο Δαματριχίω, Καφισιάδαο Πεδακλείω: siendo los polemarcos Eucáridas, hijo de Damatriquis, y Cafisiadas, hijo de Pedacles. 544 AGELIDIS (2009: 246, nº 126) sitúa la inscripción entre los años 310-300 a.C. 545 Cuando no aparece el patronímico, es difícil precisar la datación de la inscripción, pero el uso de este elemento es poco frecuente después de la época de Alejandro (SIB (1883) XII-XV). 154 Eucáridas, hijo de Damatriquis, (...)iro, hijo de Arquilias, que fueron ambos coregos vencedores en el coro de hombres, los dos dedicaron a Dioniso, siendo arconte (...)ino y auleta, (Da)masias. En esta inscripción también se emplea el patronímico y el dual. Pertenece a los diez o quince primeros años del siglo III a.C., aunque según Manieri es posterior a 285 a.C.546 Aparecen de nuevo personajes de la inscripción anterior: Eucáridas tuvo que ser corego y, a los pocos años, polemarco, en torno al año 285 a.C., contemporáneo de Cafisiadas; fue también, quizás, hermano de Dionisio (mencionado en el epígrafe anterior). Son mencionados el arconte y el auleta pero se omite, por el contrario, el cantante. Sobre el auleta, Amandry y Spyropoulos creyeron que podría tratarse de Damasias, un tebano que se instaló en Eleusis y allí probablemente impartió lecciones de música y preparó coros de jóvenes y adultos547. La inscripción Orcómeno 3.4 fue hallada en los alrededores del monasterio entre 1967 y 1969. Una vez recogida, fue numerada y recopilada junto al resto de epígrafes. Fue tallada sobre una base triangular con cavidad circular y, aunque se conserva fragmentariamente, es posible leer lo siguiente: [————————————]τι̣µ̣[————————] [ἄνδρεσσι χοραγείσαντε νι]κάσαντε [Διωνύσοι] [ἀνεθέταν ——————————]δαο ἄρχ[οντος] [¿?]. (...), que fueron ambos coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte (Teogniti)das (...). La inscripción es lagunosa. También se emplea el dual en el participio. La cuarta línea, que no se conserva, era más corta que las precedentes porque se aprecia que la parte de piedra bajo el final de la tercera línea no ha sido grabada, por lo que se deduce que en esta ocasión o bien el nombre del auleta o del cantante no fueron tallados. El epígrafe se considera de la primera mitad o de mediados del siglo III a.C.548 por el análisis de los espacios que sugiere la omisión del auleta o cantante y por la utilización de la forma dual. El antropónimo del arconte casa con los nombres frecuentes de Orcómeno, acabados en –δας; además, hay constancia de un arconte orcomenio también del año del arcontado federal de Filocomo llamado Teognitidas549. La presente inscripción podría referirse a la 546 MANIERI, 2009: 188. 547 AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 178, n. 6. 548 AGELIDIS (2009: 248, nº 128) sitúa la inscripción en 285 a.C. aproximadamente. 549 IG 7, 3175, l. 1-2 (290 a.C.): Φιλοκώμω ἄρχοντος Βοιωτοῖς, Ἐρχομε[νί]οις δὲ Θιογνειτίδαο: siendo arconte de los beocios Filocomo, y de los orcomenios Teognitidas. 155 misma persona, pues la propuesta es plausible desde el punto de vista cronológico, por el tipo de escritura y por la longitud de la laguna. La dedicatoria Orcómeno 3.5 se realizó en la base triangular de un trípode y la estructura se encontraba en el impluvio del patio del monasterio. Actualmente descansa en el Museo Británico, pues sabemos que en 1805 los empleados del Conde de Elgin se la llevaron de Orcómeno junto con otro epígrafe550. Su estado de conservación es bueno: Ἀλεύας Νίκωνος, Καφισόδωρος Ἀγλαοφαΐδαο ἄνδρεσσι χοραγίοντες νικάσαντες Διωνύσοι ἀνεθέταν Ἀθ- ανίαο ἄρχοντος, αὐλίοντος Κλεινίαο, ἀΐδοντος Κρά- τωνος. Alevas, hijo de Nicón, Cafisodoro, hijo de Aglaofaidas, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, ambos dedicaron a Dioniso, siendo arconte Atanias, auleta, Clinias y cantante, Cratón. La fórmula dedicatoria presenta todos sus elementos551: los nombres de los dos coregos, la mención de la victoria, el dios al que se dedica el trípode y, en sucesión, las menciones del arconte, del auleta y del cantante. De todas las inscripciones corégicas de Orcómeno esta es la única en que aparece el participio de presente del verbo χορηγέω, χοραγίοντες, en vez del participio de aoristo, χοραγείσαντε. Además, ya no se emplea el dual νικάσαντε, sino νικάσαντες. En cuanto a las personas mencionadas, en otra inscripción aparecen los nombres Alevas, Nicón, Cafisodoro y Atanias, pero Nicón está en nominativo y Alevas, en genitivo552, por lo que Nicón sería el hijo de Alevas. Como ambas inscripciones han sido fechadas en torno a la segunda mitad del siglo III a.C.553, es decir, están muy próximas en el tiempo, es difícil deducir cuál fue anterior y, por tanto, quién era el padre y quién el hijo. Si consideramos la datación propuesta por Manieri a principios del siglo III a.C.554, entonces Orcómeno 3.5 sería anterior a IG 7, 3183 y el Nicón de la presente inscripción sería el padre de Alevas y, probablemente, el abuelo del Nicón de IG 7, 3183. El corego Alevas ha sido identificado con un arconte orcomenio555. En cuanto a los artistas, Newton estableció relación entre el cantante Cratón y un rapsodo 550 LEAKE, 1835: 152: “Of the other inscriptions which the convent contains, two have been removed by the persons employed by the Earl of Elgin since I was last here; the rest I have transcribed”. 551 Es probable que por el buen estado de conservación de la inscripción y por presentar todos los elementos de una dedicatoria corégica se considerara una de las inscripciones orcomenias con trípode “modelo” y fuera la elegida por los británicos para residir en el British Museum. 552 IG 7, 3183, l. 7 (2ª mitad s. III a.C.-principios s. II a.C.): Νίκων Ἀλεύα<ο>: Nicón, hijo de Alevas. 553 Cronología de Orcómeno 3.5: los editores de IG 7, 3211 fechan la inscripción después de 220 a.C.; AMANDRY y SPYROPOULOS (1974: 190) la sitúan entre 250-230 a.C.; MANIERI (2009: 190), a principios del s. III a.C. Cronología de IG 7, 3183: 2ª mitad s. III a.C.-principios s. II a.C. 554 MANIERI, 2009: 190. 555 El arconte orcomenio Alevas aparece en IG 7, 3167, l. 2-3 (2ª mitad s. III a.C.). 156 tebano también llamado Cratón556, pero según Amandry y Spyropoulos no puede tratarse de la misma persona porque esta lista de vencedores en las Caritesias es del siglo I a.C.; por el contrario, proponen que se trate del Cratón vencedor en las Soteria557. En cuanto al auleta, conviene destacar que vuelve a aparecer en la siguiente dedicatoria; Brinck lo relacionó con un auleta de Mileto, pero también dató la inscripción en 175 a.C.558, lo que no casaría con la cronología dada por el resto de investigadores. La inscripción Orcómeno 3.6 fue tallada sobre una base de trípode triangular. Leake, en su visita a esta ciudad, la encontró formando parte del muro exterior del monasterio559. Es probable que este documento epigráfico le diera la pista de que en el convento y alrededores existían dedicatorias no conocidas ni catalogadas hasta el momento. De esta inscripción también es posible leer su contenido al completo: Μύριχος Πολυκράτιος, Ἱαρώνυµος Διογίτονος, ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνύσοι ἀνέθεικαν Τίµωνος ἄρχοντος, αὐλίοντος Κλεινίαο, ἀΐδοντος Ἀλκισθένιος. Mírico, hijo de Polícrates, Jerónimo, hijo de Diogitón, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Timón, auleta, Clinias y cantante, Alcístenes. La inscripción se sitúa en la segunda mitad del siglo III a.C.560 En cuanto a las personas mencionadas, otra inscripción, IG 7, 3179, nombra a un Polícrates, hijo de Mírico, arconte de Orcómeno561. El presente epígrafe no aporta información sobre este hecho, por lo que el corego Mírico podría ser el padre o el hijo del arconte. Dittenberger opta por que era el hijo, basándose en su uso constante de patronímicos en genitivo; Amandry y Spyropoulos, por el contrario, ven claro que se trataba del padre562. Como sucedía en el caso anterior, es casi imposible saber qué inscripción es más antigua y determinar así el parentesco, puesto que ambas dedicatorias son coincidentes en el tiempo. No obstante, si se tiene en cuenta la cronología que aporta Farnell sobre 556 El rapsodo tebano Cratón aparece en IG 7, 3195, l. 12-13 (principios s. I a.C.) (véase NEWTON, 1883: 21, nº 159). 557 Cratón, vencedor en las Soteria como bailarín del coro (χορευτής), aparece en F. Delphes 3, 4, 125, l. 11-12 (227 a.C.) (véase AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 186). 558 BRINCK, 1886: 185-187. 559 LEAKE, 1835: 153: “One of the inscriptions which is inserted in the exterior wall of the monastery, is a dedication to Bacchus by two victorious choregi; probably the stone supported a tripod, as certainly did another in the church”. 560 Los editores de IG 7, 3210 fechan la inscripción después de 220 a.C.; AMANDRY y SPYROPOULOS (1974: 187), AGELIDIS (2009: 250, nº 131) y MANIERI (2009: 190) la sitúan entre 250-235 a.C. 561 IG 7, 3179, l. 2 (222-200 a.C.): Πολυκράτιος Μυριχίω: Polícrates, hijo de Mírico (Πολυκράτιος está en genitivo porque es el núcleo de un genitivo absoluto). 562 Dittenberger así lo interpreta en IG 7, 3210; AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 187. 157 Orcómeno 3.6563, este texto e IG 7, 3179 estarían distanciados por 123 años y quizá sería muy forzado establecer un lazo abuelo-padre-hijo (en todo caso, de ser así, IG 7, 3179 sería anterior y el Mírico de esta inscripción sería el abuelo del Mírico de la presente dedicatoria). Sobre el nombre del auleta, conviene precisar que es el mismo que el del epígrafe anterior. La dedicatoria Orcómeno 3.7 está realizada sobre la base triangular de un trípode y, como sus compañeras, procede del teatro de la ciudad: Λαπουστίων Διοδώρω Μύριχος Καλλιώνδαο ἄνδρεσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνούσυ ἀνέθεικαν ἄρχοντος Θιοδώρω αὐλίοντος Ἄνδρωνος ἀΐδοντος Ἀλκισσθένιος. 5 Lapustión, hijo de Diodoro, Mírico, hijo de Caliondas, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Teodoro, auleta, Andrón y cantante, Alcístenes. Se fecha entre 250 y 235 a.C.564 Sucede lo mismo que en casos anteriores con respecto a los protagonistas mencionados: existe en IG 7, 3174 un Caliondas, hijo de Mírico, que fue reclutado en el año 230 a.C. bajo el arcontado federal de Cetisias565, y es plausible que por esa fecha Mírico fuera corego. De ser así, el Mírico de la presente inscripción sería el padre, y no el hijo, y podría ser el mismo progenitor que el del epígrafe anterior, por lo que tendría dos hijos, Polícrates y Caliondas. Otra posibilidad podría ser la siguiente: considerar un texto anterior a otro y entender que Orcómeno 3.7 hubiera sido realizado unos diez a veinte años antes que IG 7, 3174 (respetando la cronología dada por los epigrafistas), de manera que el Caliondas de la inscripción que se está analizando fuera padre de Mírico y abuelo del Caliondas de IG 7, 3174. Conviene remarcar que las tres inscripciones anteriores comparten, por un lado Orcómeno 3.5 y Orcómeno 3.6, el nombre del auleta, Clinias, y por otro, Orcómeno 3.6 y Orcómeno 3.7, el del cantante, Alcístenes (dicho antropónimo, además, no está atestiguado en Beocia más que estas dos veces; y en una aparece escrito con una -σ- y en la otra, con dos). El intervalo de tiempo que separa las dos victorias de un mismo artista puede ser importante: Amandry y Spyropoulos hablan de un periodo máximo de veinte años aproximadamente entre Orcómeno 3.5 y Orcómeno 3.6, y lo mismo entre Orcómeno 3.6 y Orcómeno 3.7. Los dos epigrafistas destacan, además, que estas tres dedicatorias 563 FARNELL (1977 [1909]: 308, n. 102e) sitúa la inscripción en torno al año 100 a.C. 564 AGELIDIS (2009: 252, nº 133) sitúa la inscripción en 230 a.C. 565 IG 7, 3174, l. 34 (240-230 a.C.): Καλλιώνδας Μυρίχω: Caliondas, hijo de Mírico. 158 se distinguen del primer grupo (Orcómeno 3.1, Orcómeno 3.2 y Orcómeno 3.3) en la redacción de la fórmula empleada, donde el cantante poco a poco empezó a ganar popularidad por parte de la ciudad, aunque todas comparten la fórmula de competición y la escritura566. Precisamente sobre la fórmula repetida de la presente inscripción, es la única vez que aparece ἄνδρεσι sin doble -σσ-. La dedicatoria Orcómeno 3.8 está realizada sobre una base de trípode triangular. Leemos: Ἀπολ[λό]δωρος Πουθίαο Καφίσιος Δαµηνέτω ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνούσοι ἀνέθεικαν Ἀνηρίστω ἄρχοντος αὐλίοντος Βουΐσκω ἀΐδοντος Ἀριστάρχω. Apolodoro, hijo de Pitias, Cafisio, hijo de Dameneto, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Aneristo, auleta, Boisco y cantante, Aristarco. Esta base está relacionada con las de las inscripciones Orcómeno 3.5 y Orcómeno 3.6 en lo que se refiere al acabado de la cara principal. La escritura es muy similar a Orcómeno 3.5 y a las dos siguientes, Orcómeno 3.9 y Orcómeno 3.10, por lo que podrían ser las cuatro de la misma mano. Ha sido fechada también en torno a la mitad del siglo III a.C. En cuanto a los protagonistas, en las Soteria celebradas en Delfos en el año 255 a.C., un citaredo ateniense que también competía con coros de hombres estuvo acompañado del auleta Βοΐσκος567. Es probable que el artista de Delfos fuera el mismo que el mencionado en esta inscripción y que posteriormente ganara el premio en Orcómeno. La inscripción Orcómeno 3.9 es una dedicatoria realizada sobre una base triangular. La estructura fue hallada en la excavación de 1972-1973: Εὐαγόρας Νίκωνος Ἀριστόνικος Κλιώνδαο Fαναξίωνος ἄρχοντος ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνούσυ ἀνέθεικαν αὐλίοντος Ἡρακλίδαο ἀΐδοντος Ὁµολωίχω. Evágoras, hijo de Nicón, Aristonico, hijo de Cleondas, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, durante el arcontado de Anaxión, dedicaron a Dioniso, siendo auleta Heraclidas y cantante, Homoleco. Se fecha en torno a la mitad del siglo III a.C. En cuanto a la sintaxis, el nombre del arconte es citado inmediatamente después de los nombres de los coregos, un caso único en toda esta serie de inscripciones corégicas. Como la cronología coincide y la mano del 566 AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 190. 567 El auleta Boisco aparece en SGDI 2, 2564, l. 82 (255 a.C.). 159 lapicida parece que también, es probable que Nicón fuera el padre de Evágoras y del corego de la inscripción Orcómeno 3.5, Alevas. Además, ninguno de los personajes llamados Anaxión, conocidos en Orcómeno, parece ser identificado con este arconte. La dedicatoria Orcómeno 3.10 también está realizada sobre una base de trípode triangular. Cuenta lo siguiente: [—————————————————————]των Ἀρχεδάµω [ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσα]ντες Διωνιούσυ [ἀνέθεικαν ———————————— ἄρχο]ντος αὐλίοντος [———— ἀΐδοντος ————]. (nombre, hijo de...), (...)ton, hijo de Arquedamo, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte (…), auleta, (…) y cantante, (…). También pertenece a la mitad del siglo III a.C. Presenta una escritura, un modo de sellado y pies de trípode muy similares a las inscripciones Orcómeno 3.5, Orcómeno 3.8 y Orcómeno 3.9, aunque esta concretamente contiene grandes lagunas. Solo se sabe con certeza el patronímico de uno de los dos coregos y el dios al que se consagra la dedicatoria. La dedicatoria Orcómeno 3.11 fue tallada sobre una base de trípode triangular: Δαϊκρατίδας Ἀπολλωνίδαο <µ> Μνασικράτεις Θιοδώρω ἄνδρεσ- σι χοραγείσαντες νικάσαν- τες Διωνούσυ ἀνέθεικαν ἄρχον- τος Θυνάρχω αὐλίοντος Ἑρµα- 5 ϊ̣ώνδαο ἀΐδοντος Ἄγλαο. Daicrátidas, hijo de Apolónidas, Mnasícrates, hijo de Teodoro, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Tinarco, auleta, Hermaiondas y cantante, Aglas. Esta inscripción fue redactada durante el mismo tiempo que IG 7, 3171, pues ambas comparten el arcontado de Tinarco568, por lo que se fechan en torno a los años 250-200 a.C. El corego Daicrátidas fue también secretario de los polemarcos mencionados en IG 7, 3179569. Si Daicrátidas fue corego antes que secretario de los polemarcos, la presente inscripción e IG 7, 3171 deberían ser anteriores a IG 7, 3179 (fechada entre 222-200 a.C.), de manera que podrían remontarse al año 230 a.C. aproximadamente (una hipótesis que también parece estar apoyada por el tipo de escritura, aunque no son argumentos 568 El arcontado de Tinarco aparece en IG 7, 3171, l. 1 (250-200 a.C.). 569 IG 7, 3179, l. 4-6 (222-200 a.C.): γραμ<μ>ατίδοντος τῦς πολεμάρχυς Δαϊκρατίδαο Ἀπολλωνίδαο: siendo secretario de los polemarcos Daicrátidas, hijo de Apolónidas. 160 suficientemente fuertes como para descartar una fecha más reciente). El nombre Hermaiondas es típico en Beocia570, y este auleta concreto es mencionado también entre los ganadores de Orcómeno 3.13 y Orcómeno 3.14 (y probablemente aparecería en Orcómeno 3.12, pero esa parte de la inscripción no se conserva). Es posible, asimismo, que fuera el mismo auleta que el mencionado en un epígrafe de Delos571, y quizás también el artista que venció en las Soteria de Delfos del año 226 a.C. con un coro de niños572. Una parte de la inscripción Orcómeno 3.12 se ha perdido, pero es legible el resto del epígrafe. La base de trípode es triangular también y conserva perfectamente los agujeros en los que iban encajadas las patas de la ofrenda: Ἀ̣µφικτίων Δρωπούλω Εὐκλεῖς Διωνιουσοδώρω ἄνδρεσσι χο[ρα]- [γ]είσαντες νικάσαντες Διωνιούσοι ἀνέθεικαν ἄρχοντος Παϊλλ[έαο] [α]ὐλίοντος [———————] ἀΐδοντος Χαρίνω. Anfictión, hijo de Drópulo, Eucles, hijo de Dionisodoro, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Paileas, auleta, (…) y cantante, Carino. La inscripción se fecha en torno a 210 a.C. Se considera más reciente que la dedicatoria anterior porque los dos coregos protagonistas, Anfictión y Eucles, aparecen como reclutas en el mismo catálogo en que Daicrátidas ya era secretario de los polemarcos en un intervalo de tiempo entre los años 222 y 200 a.C.573; y si Anfictión y Eucles eran reclutas, difícilmente pudieron haberse dedicado a labores corégicas antes de los últimos años del siglo III a.C. El nombre del auleta no se conserva porque hay indicios de que la piedra fue golpeada en esa parte, aunque se intuye que pudiera ser Hermaiondas, al igual que en las dos inscripciones siguientes, Orcómeno 3.13 y Orcómeno 3.14, que comparten el mismo auleta y cantante. Carino es un nombre atestiguado en Beocia, en la zona del Ática que colinda con Beocia y en Delfos574; en otra inscripción de Orcómeno, fechada unos años antes que la dedicatoria presente, se menciona a un Carino, hijo de Nicón, posiblemente corego575. Asimismo, es posible que el Carino de Orcómeno 3.12 570 Otras inscripciones en que aparece el antropónimo Hermaiondas son: IG 7, 2716 (Acrefias); IG 7, 2812, 2815, 2822 (Hieto); IG 7, 2947 (Coronea). 571 El auleta Hermaiondas aparece en IG 11, 4, 1060, l. 11 (mitad s. III a.C.). 572 Hermaiondas, hijo de Nicias, vencedor en las Soteria como auleta (αὐλητής παῖδας), aparece en F. Delphes 3, 4, 126, l. 9-10 (226 a.C.). 573 IG 7, 3179, l. 4-8 (222-200 a.C.): γραμ<μ>ατίδοντος τῦς πολεμάρχυς Δαϊκρατίδαο Ἀπολλωνίδαο, τυῒ πρᾶτον ἐσστροτεύαθη· Ἀμφικτούων Δρωπούλω, Εὐκλεῖς Διωνιουσοδώρω: siendo secretario de los polemarcos Daicrátidas, hijo de Apolónidas, los que prestaron primero servicio militar fueron: Anfictión, hijo de Drópulo, Eucles, hijo de Dionisodoro. 574 El antropónimo Carino está atestiguado en: IG 7, 3176 (Orcómeno, Beocia); SEG 22, 432 (Copas, Beocia); Oropou 329 (Oropo, Ática); F. Delphes 3, 2, 27 - 3, 2, 40 - 3, 4, 127 - 3, 5, 14 (Delfos). 575 Carino, hijo de Nicón, aparece en IG 7, 3176, l. 6 (1ª mitad s. III a.C.). 161 fuera el mismo artista vencedor en las Soteria de Delfos576. Su victoria sigue a la de Hermaiondas, pues en un cipo arcaico del siglo III a.C. que recoge listas de vencedores en las Soteria, aparecen los ganadores de año en año: en la primera línea, el cantante Cratón; en la segunda, el auleta Hermaiondas; y en la tercera, el auleta Sópolis y el cantante Carino. La mención de Paileas como arconte de Orcómeno es importante porque ayuda a datar el epígrafe: desempeñó su cargo en el mismo momento en que Evergo era arconte federal, durante el último cuarto del siglo III a.C.577 La inscripción Orcómeno 3.13, realizada sobre una base triangular, apareció fragmentada en la pared sur de la iglesia del monasterio; una parte fue hallada en 1892, a continuación fue numerada y recopilada junto al resto de documentos epigráficos, y las dos partes restantes se encontraron bastante después, entre 1967 y 1974. Se conserva en relativo buen estado: [Ἀ]ν̣τ̣ιχαρίδας Κρινίππ[ω ———————]λίδας Ἀρχίαο ἄνδρεσσι χοραγείσ[αντες νικ]άσαντες Διωνούς[υ] ἀνέθεικαν ἄρχοντος [Διωνο]υ̣σοδώρω αὐλίοντος Ἑρµαϊώνδαο ἀΐδοντος Χαρίνω. Anticáridas, hijo de Crinipo, (...)lidas, hijo de Arquias, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Dionisodoro, auleta, Hermaiondas y cantante, Carino. Igual que el caso anterior, la inscripción se fecha en torno a 210 a.C. porque se considera más reciente que Orcómeno 3.11 (230 a.C. aproximadamente), al ser Anticáridas recluta, no corego aún, entre 222 y 200 a.C., tiempo en que Daicrátidas ya había pasado de ser corego a secretario de los polemarcos578. Es complicado, por tanto, que antes del año 210 a.C. Anticáridas ejerciera de corego. Por su parte, el arconte, no puede ser Cafisodoro porque la longitud de la laguna que precede a –υ̣σοδώρω es mayor de cuatro letras y, por tanto, debe tratarse de un nombre más largo; de las propuestas posibles, “Διωνουσόδωρος” y “Διωνιουσόδωρος”, la primera es la que más se adecúa a la longitud de la laguna579. Podría tratarse del mismo Dionisodoro mencionado en la inscripción anterior. Vuelve a aparecer el auleta Hermaiondas y el cantante Carino. 576 Carino, vencedor en las Soteria (aunque no sabemos de qué), aparece en F. Delphes 3, 4, 127, l. 11 (226 a.C.). 577 AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 198; ÉTIENNE y KNOEPFLER, 1976: 309. 578 IG 7, 3179, l. 4-6 y 8-9 (222-200 a.C.): γραμ<μ>ατίδοντος τῦς πολεμάρχυς Δαϊκρατίδαο Ἀπολλωνίδαο, τυῒ πρᾶτον ἐσστροτεύαθη· (...), Ἀντιχαρίδα[ς] Κρινίππω: siendo secretario de los polemarcos Daicrátidas, hijo de Apolónidas, los que prestaron primero servicio militar fueron: (...), Anticáridas, hijo de Crinipo (del corego hijo de Arquias no hay referencias). 579 Sobre la elección de nombres véase: AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 199-200 y n.19-19bis. 162 La inscripción Orcómeno 3.14 está realizada sobre una base de trípode triangular y el texto ocupa todo el espacio de la cara de dicha base en el que está tallado: Εὐρούλοχος κὴ Λιουσίας Διωνιουσίω ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνιούσυ ἀνέθεικαν ἄρχοντος Εὐρουλόχω αὐλείοντο(ς) Ἑρµαιιώνδα(ο?) ἀΐδοντος Χαρίν̣ω. Euríloco y Leusias, hijos de Dionisio, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Euríloco, auleta, Hermaiondas y cantante, Carino. La dedicatoria corresponde al final del siglo III a.C. Según Amandry y Spyropoulos, la onomástica invita a agrupar los textos Orcómeno 3.11, Orcómeno 3.12, Orcómeno 3.13 y Orcómeno 3.14 en un lapso de tiempo de diez a veinte años580. Referente a los personajes, hay que destacar que el primer corego, Euríloco, era también arconte. Lo más probable es que los dos coregos fueran hermanos, ya que el nombre del primero no va seguido de patronímico pero sí está ligado al del segundo por la coordinación κὴ; es el único ejemplo con esta característica. El auleta y el cantante son ya conocidos por aparecer en varias inscripciones. También es relevante comentar que es la única inscripción que presenta el participio del verbo αὐλέω en su forma diptongada, αὐλείοντος, pues en el resto de inscripciones de Orcómeno aparece αὐλίοντος; no obstante, tanto esta forma verbal como Ἑρμαιιώνδα- son dudosas y probablemente fueran errores del lapicida581. La inscripción Orcómeno 3.15 está tallada en una base rectangular, en este caso, y se encontró en el teatro de Orcómeno entre 1967 y 1969. Leemos lo siguiente: [Θ]ε̣µιστίων Πολουκ̣[ρ]άτιος Ξένων [——]νίκω ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαν- [τε]ς Διωνούσυ ἀνέθεικαν ἄρχοντος Ἑρµαΐσκω [αὐλ]ί̣οντος Διωνουσίω ἀΐδοντος Ἀρχεστράτω. Temistión, hijo de Polícrates, Jenón, hijo de (...)nico, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Hermaísco, auleta, Dionisio y cantante, Arquéstrato. También se ha datado a finales del siglo III a.C. En cuanto a los protagonistas, el antropónimo del arconte, Hermaísco, está presente en otras inscripciones de varias ciudades beocias582, por lo que debía de ser popular entre sus gentes; en Orcómeno, el padre de un recluta en torno a los años 222-200 a.C. también se llamaba Hermaísco y no 580 AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 201. 581 AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 200. 582 El antropónimo Hermaísco está atestiguado en: IG 7, 2810, 2819 (Hieto); IG 7, 2948, 2949 (Coronea); SEG 49, 506 (Queronea). 163 se descarta que este mismo pudiera ser, años más tarde, el arconte de la presente inscripción583. El auleta Dionisio reaparece en el texto siguiente, Orcómeno 3.16 y podría tratarse de uno de los tecnitas de la compañía del Istmo y de Nemea, delegado en Delfos, para concursar en las Soteria584. El cantante Arquéstrato reaparece también en el texto Orcómeno 3.17. La dedicatoria Orcómeno 3.16 también fue realizada en la base triangular de un trípode y, pese a que su conservación en la parte derecha es parcial, es posible leer el siguiente texto: Θιόµναστος Λιουκίνω Ἐπικρ[άτεις] (o [ατίδας]) Μικ̣κίωνος ἄνδρεσσι χοραγεί[σαντες] νικάσαντες Διωνιούσυ ἀνέθε[ικαν ἄρχοντος] Ὀνασιµδρότω αὐλίοντος Διωνιουσ[ίω ἀΐδοντος] Ἀλκίµω. 5 Tiomnasto, hijo de Leucino, Epícrates (o Epicrátidas), hijo de Mición, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Onasímbroto, auleta, Dionisio y cantante, Alcimo. También ha sido fechada a finales del siglo III a.C. De los personajes debe destacarse únicamente que se trata del mismo auleta que en la dedicatoria anterior. La inscripción Orcómeno 3.17 fue hallada en muy buen estado de conservación y está realizada en una base triangular: Μενέσστροτος Ἀρισστοκλίδαο Ἀντιχαρίδας Ἀθανοδώρω ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνούσυ ἀνέθεικαν Θαρσουµάχω ἄρχοντος αὐλίοντος Σωπόλιος ἀΐδοντος Ἀ̣[ρχ]ε̣στράτω. 5 Menéstrato, hijo de Aristoclidas, Anticáridas, hijo de Atanodoro, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Tarsímaco, auleta, Sópolis y cantante, Arquéstrato. La presente inscripción se fecha en torno a los últimos veinticinco años del siglo III a.C. y, quizás, los primeros años del siglo II a.C. Sobre los protagonistas, el corego Anticáridas parece ser también un sacerdote orcomenio, hijo de Atanodoro585 (este último, su padre, aparece en una lista de donantes que financiaron unos trabajos en el templo de Asclepio586). El auleta Sópolis fue vencedor en las Soteria de Delfos con un 583 Hermaísco, padre del recluta Cinón, aparece en IG 7, 3179, l. 38 (222-200 a.C.). 584 El auleta Dionisio como tecnita delegado en Delfos aparece en SGDI 2, 2569, l. 5 (150 a.C.). 585 Anticáridas, hijo de Atanodoro, aparece como sacerdote (ἱαρειάδδοντων) en IG 7, 3169, l. 2-4 (final s. III a.C.). 586 Atanodoro, hijo de Anticaris, aparece en IG 7, 3191, l. 21-22 (250 a.C.). 164 coro de niños y de hombres entre 225-220 a.C., y en el concurso de hombres estaba asociado al cantante Carino587. El cantante Arquéstrato sería probablemente el mismo que el de la inscripción Orcómeno 3.15. Los textos Orcómeno 3.15, Orcómeno 3.16 y Orcómeno 3.17 presentan rasgos similares y son contemporáneos al grupo precedente (textos Orcómeno 3.9 a Orcómeno 3.14). La dedicatoria Orcómeno 3.18 también forma parte de una base triangular de trípode. La estructura fue hallada cerca de la tumba micénica. El epígrafe está muy dañado, presenta lagunas considerables; solo conserva íntegro el nombre de uno de los coregos: [————————]ος Ἀντικράτινος Πο[———] [ἄνδρεσσι χοραγείσα]ντες νικάσαντες [Διωνούσυ] [ἀνέθεικαν ————] ἄρχοντος αὐλίον[τος ———] [ἀΐδοντος ————]. (...), hijo de (...)o, Anticrátino, hijo de Po(...), que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte (...), auleta, (…) y cantante, (…). La inscripción se data entre finales del siglo III a.C. y los primeros años del siglo II a.C. No es posible establecer ninguna conexión con otros epígrafes ante la falta de los antropónimos. El texto Orcómeno 3.19 también fue realizado en una base triangular: Νίκαρχος Ἱπποκλεῖος Καλλίας Λαµπρ̣ί̣α̣[ο] ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνιούσυ ἀνέθεικαν Κάλλωνος ἄρχοντος αὐλίοντος Φιλοστρότω ἀΐδοντος Ζωβίω. Nicarco, hijo de Hipocles, Calias, hijo de Lamprias, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Calón, auleta, Filóstrato y cantante, Zobio. Ha sido fechado entre finales del siglo III a.C. y principios del siglo II a.C. Debe destacarse que el cantante Zobio venció también en el concurso mencionado en la inscripción siguiente. La última inscripción, Orcómeno 3.20, también se trata de una dedicatoria realizada sobre una base de trípode triangular. Transmite el siguiente texto: Ἀριστόνικος Ἑρµαΐω Καφισόδωρος Καφισίαο ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνούσυ ἀνέθεικ[αν] ἄρχοντος Θυζότω αὐλίοντος Τηλεµάχω ἀΐδοντος Ζωβί[ω]. 587 Sópolis, vencedor en las Soteria como auleta de un coro de niños (αὐλητής παῖδας) y de hombres (αὐλητής ἄνδρας), asociado en esta última categoría a Carino ([ἡγεμὼν τοὺς] ἄνδρας Χάρινος Μενάλκεος Βοιωτός: el que dirige a los hombres es el beocio Carino, hijo de Menacles), aparece en F. Delphes 3, 4, 127, l. 8 y 10-11 (226 a.C.). 165 Aristonico, hijo de Hermaio, Cafisodoro, hijo de Cafisias, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Tizoto, auleta, Telémaco y cantante, Zobio. Se ha fechado entre finales del siglo III a.C. y principios del siglo II a.C. En cuanto a las personas mencionadas, destacan los nombres Cafisodoro y Cafisias, muy corrientes en Beocia: otro Cafisodoro, por ejemplo, es protagonista del texto Orcómeno 3.5, y hay un Cafisias, hijo de Cafisodoro, que fue honrado por los habitantes de Delfos por haber proporcionado trigo588, aunque no se corresponden con los mismos personajes que los de la presente inscripción por la lejanía en el tiempo. El auleta Telémaco es quizás el mismo artista que el mencionado en una inscripción de Delos que registra unas cantidades de dinero que podrían hacer referencia al salario de los profesionales, a su precio o caché589. Asimismo, la inscripción presenta el mismo cantante que la dedicatoria anterior, Zobio. Es importante considerar que las diferentes formas en que aparece inscrito el nombre de Dioniso en los epígrafes de Orcómeno parecen depender de una causa cronológica, es decir, generalmente las inscripciones cuyas desinencias de dativo del teónimo son -οι/-ωι tienden a pertenecer a la primera mitad del siglo III a.C. o a mediados, mientras que la desinencia -υ muestra que el epígrafe está más próximo a la segunda mitad del siglo III a.C. De la misma manera, cuando en la penúltima sílaba del nombre del dios se lee -ιου parece claro que la inscripción fue realizada a mediados o en la segunda mitad del siglo III a.C, pero -υ o -ου aparecen indistintamente a principios del siglo III a.C., a mediados y a finales590. Para finalizar, conviene recalcar que los veinte textos de Orcómeno, aunque en una primera ojeada se antojan repetitivos, resultan relevantes para ahondar en el conocimiento del culto de Dioniso en Beocia por diferentes motivos: primero y desde un punto de vista religioso, porque manifiestan la importancia de los agones corégicos en honor del dios en dicha región; en segundo lugar y en el ámbito social, porque suponen un testimonio 588 Cafisias, hijo de Cafisodoro, aparece en F. Delphes 3, 4, 55, l. 1 y 8 (88-86 a.C.). 589 El auleta Telémaco aparece en IDelos 399A, l. 51 y 56 (192 a.C.). IG 11, 2, 129 y 130 parecen confirmar que en Delos se celebraron hasta en tres ocasiones concursos corégicos de este tipo. 590 AMANDRY y SPYROPOULOS (1974: 190) vinculan, por un lado, los textos que son seguramente anteriores a mediados del s. III a.C., y por otro, los que no pueden ser anteriores a la mitad de ese siglo; para ello, se fijan en el paso de -οι/-ωι (primera mitad s. III a.C.) a -υ (segunda mitad) en la desinencia de dativo del teónimo y en la alternancia, en la penúltima sílaba, de -υ/-ου (primera mitad s. III a.C.), pronto seguida de -ου/-ιου (segunda mitad). Esta conclusión se cumple en lo que respecta a las desinencias de dativo del nombre del dios; sin embargo, no es categóricamente válida si nos fijamos en la penúltima sílaba, pues no todas las inscripciones en las que en la penúltima sílaba del teónimo aparece -υ pertenecen a la primera mitad de siglo (véanse Orcómeno 3.5 y Orcómeno 3.6; quizás, por ello, MANIERI sitúa Orcómeno 3.5 al inicio del siglo III a.C.). 166 imprescindible para conocer de primera mano los nombres de los protagonistas que vivieron dichas competiciones entre finales del siglo IV a.C. y principios del siglo II a.C.; y tercero y desde un punto de vista filológico, porque los nombres de los personajes permiten observar la evolución del dialecto beocio y, en especial, permiten trazar la evolución del teónimo Dioniso. Para Amandry y Spyropoulos las bases de los trípodes no solo han enriquecido la onomástica orcomenia y han supuesto un mayor conocimiento de las listas corégicas con las victorias de los artistas itinerantes, sino que también han proporcionado información sobre los modos y métodos de presentación de un tipo de exvoto concreto en la Beocia helenística y han supuesto un éxito en cuanto a las competiciones corales que tuvieron lugar en la región591. 4.2.5. Dedicatorias cuya ofrenda es una obra arquitectónica Debido al descontento religioso que inundaba Beocia, se produjo una reacción por parte de las autoridades confederales y locales y, a partir del siglo III a.C., comenzó una campaña de renovación de templos en Lebadea, Tanagra y Orcómeno, principalmente592. Aunque la escultura era la ofrenda más usual acompañando inscripciones votivas (o representativas, a modo de cartelas) en Grecia (y en Beocia se continuó la costumbre mayoritaria), otra práctica muy común fue colgar en el templo objetos artísticos producidos por el dedicante con un sentido votivo593. En ocasiones, se cedían al templo bienes muebles, es decir, una obra arquitectónica normalmente de alto valor económico. Un ejemplo sobre este tipo de regalos lo encontramos en Pausanias: en Olimpia, un tal Leónidas ofrendó cerca del recinto sagrado el Leonideo, un edificio donde residirían los gobernadores romanos de Grecia, huéspedes distinguidos594. En los textos epigráficos de esta tipología, el oferente o bien no se mencionaba porque se sobrentendía que era la propia ciudad (es decir, construcciones pagadas con impuestos de los ciudadanos) o, por el contrario, eran inscritos en la piedra el nombre del evergeta o benefactor más los de toda su familia, con el fin de dar a conocer y reflejar su generosidad, su privilegiada posición económica y su prestigio. 591 AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 242. 592 VOTTÉRO, 1998: 98. 593 BURKERT, 2007 [1985]: 96. 594 Paus. 5, 15, 1. 167 Orcómeno 1 es un ejemplo fechado entre los siglos IV y III a.C.595 Se trata de una dedicatoria a Dioniso; dice lo siguiente: a- [Ἀ]πολλόδωρος Νίκωνος τὰ πρόθυρα κὴ τὼς πίνακας τὼς [————] b- [σὺν] προθύροις ἀγωνοθετείσας Διωνύσοι ἀνέθεικε [ν]. Apolodoro, hijo de Nicón, las puertas delanteras y las pinturas (…) con las puertas, habiendo sido árbitro, ofrendó a Dioniso. La inscripción estaba inscrita en el epistilo dórico de una construcción que fue hallada fragmentada cerca del teatro de Orcómeno596. Aunque no se conserva completa, afortunadamente lo ofrendado por el protagonista de la inscripción sí se conoce. Parece que el epígrafe es el inicio y la parte conclusiva de una dedicatoria votiva que hace un agonoteta, el árbitro de los juegos, y oferente, que consagra a Dioniso unas puertas delanteras y unas pinturas en algún lugar del teatro597, con el fin de dar a conocer estas ofrendas durante el certamen (que, se supone, tuvo lugar en el mismo teatro). Con respecto a las dos partes de la inscripción, a- y b-, Knoepfler sugirió que pertenecían al mismo texto, donde la parte a- sería la parte inicial de la dedicatoria. El agonoteta habría proporcionado al teatro un pórtico con pinturas o cuadros, práctica habitual en los proscenios598. Esta inscripción, junto con las del apartado 4.2.4, atestiguan una notoria actividad musical en Orcómeno. Orcómeno 2 es otra dedicatoria a Dioniso, fechada en esta ocasión en el siglo I a.C., concretamente después de las guerras mitridáticas (63 a.C.): a- [῾Ο δῖνα τοῦ δῖνος ἀγωνοθετείσας τῶν] Χαριτεισίων τὸ λογῖον b- κ[ὴ θυρώµατα Διωνύσοι ἀνέθεικε]. Un tal, hijo de un tal, habiendo sido árbitro de las Caritesias, el escenario y las puertas ofrendó a Dioniso. Lo ofrendado, probablemente, vuelven a ser unas puertas, como en el caso anterior, y también el escenario del teatro. Dado que los bloques de piedra fueron hallados muy fragmentados, ha habido diferentes teorías de reconstrucción de la inscripción: los editores del SEG de 1984, a raíz del descubrimiento en 1983 de los bloques partidos de 595 Hay variedad de opiniones con respecto a la cronología de la inscripción: ROESCH (1980: E.80.17) la sitúa en el siglo IV a.C.; en SEG 30, 455 aparece fechada entre los siglos IV y III a.C.; en SEG 42, 418, entre 250-200 a.C.; y KNOEPFLER (1992: 490, nº 162) cree que el epistilo dórico es más antiguo que el resto de los que trata en su estudio y lo fecha, siguiendo al editor Lauffer, en el siglo III a.C. 596 KNOEPFLER, 1992: 489; SEG 42, 418. 597 MANIERI, 2009: 186-187. SCHACHTER (1981: 180) cree que fue en el camino de entrada al teatro. 598 KNOEPFLER, 1992: 491. 168 arquitrabe y epistilo del teatro de Orcómeno, pensaron que, por un lado, dos lastras de piedra de mármol gris pertenecían al mismo arquitrabe dórico de la columnata del proscenio, las cuales se identificaron con la parte Χαριτεισίων τὸ λογ[...]599, y por otro lado, que dos fragmentos de mármol blanco componían el mismo bloque de epistilo del teatro, a: ]ινολάου ἀγωνοθετ[...] y b: Μ̣ΝΤΕΣΤ600, y todo ello se correspondía con una dedicatoria creada por el presidente de los juegos. En 1992, Knoepfler planteó una posibilidad perfectamente válida y posteriormente aceptada601, pues tomando como referencia el inicio de la inscripción IG 7, 3195602, sugirió juntar SEG 34, 357a-b, SEG 34, 356 y SEG 36, 591 (fragmento que fue hallado en el mismo lugar y decía ΙΟΝΚ). Así, obtuvo el siguiente mensaje: patronímico del nombre del agonoteta, Κρ]ινολάου o Δε]ινολάου (antropónimos que propone Knoepfler), ἀγωνοθετ[ήσ]α̣ντες τ[ῶν] (ΜΝ̣ΤΕΣΤ, según Knoepfler, debe leerse ΑΝ̣ΤΕΣΤ), más Χαριτεισίων τὸ λογ-, más -ιον κ[...] (ΙΟΝΚ). Y, de esta primera reconstrucción, posteriormente se llega a la inscripción de la que parte esta explicación. A pesar de que la dedicatoria casi con seguridad estuvo destinada a Dioniso al haber sido hallada en el teatro, el nombre del dios es reconstrucción. Parece, por su semejanza con el epígrafe anterior, que es la dedicatoria de un agonoteta que ofrendó unas puertas y el escenario del teatro de Orcómeno603, donde tendría lugar el certamen de las Caritesias. Conviene destacar el alto valor económico de estas ofrendas, ya no se trata de esculturas o trípodes, de manera que el poder adquisitivo y probablemente la fama que poseería el agonoteta (y su familia) es remarcable. De las dedicatorias corégicas a Dioniso inscritas en bases de trípode, analizadas anteriormente, Orcómeno 3.3 es la única de la serie realizada sobre un epistilo, aunque es análoga a las demás. Durante la rehabilitación de la carretera entre el teatro antiguo de Orcómeno y el monasterio de la Virgen de la Dormición de Σκριπού, en 1950 se descubrieron bases de trípode con inscripción y, en 1961, sabemos que esta concretamente fue transportada al patio del convento. En realidad es la unión de cuatro fragmentos de un epistilo jónico y, ligados, la inscripción es perfectamente legible: Τελέσιππος Ἀριστίωνος, Ἰθύδαµος Εὐανκρί- 599 SEG 34, 356. 600 SEG 34, 357a-b. 601 KNOEPFLER, 1992: 489-491. 602 IG 7, 3195, l. 1-2 (s. I a.C.): Μνασίνω ἄρχοντος, ἀγωνοθετίοντος τῶν Χαριτεισίων. 603 Τὸ λογῖον no hace referencia en este caso a su acepción relativa a λόγος (la capacidad de elocuencia o de erudición, de contar historias o crónicas) ni a su significado oracular (entendido como vaticinio). En este caso, el término de la dedicatoria es τὸ λογεῖον, el lugar donde se desarrolla y se pone en práctica la capacidad de hablar, del λόγος, es decir, una plataforma y, en contextos escénicos como término técnico, el escenario del teatro. Sobre esta acepción: Vitr. 5, 7, 2; Plu. Thes. 16. 169 τω ἄνδρεσσι χοραγείσαντες Διωνούσωι ἀνέθε- ταν, Τιµόλλιος ἄρχοντ[ο]ς, αὐλίοντος Νικοπόλιος. Telesipo, hijo de Aristión, Itidamo, hijo de Eváncrito, que fueron coregos en el coro de hombres, ambos dedicaron a Dioniso, siendo arconte Timolis y auleta, Nicópolis. La inscripción corresponde a mediados del siglo III a.C., aunque los editores del SEG concretan que debe fecharse poco después del año 250 a.C. Sobre la naturaleza del monumento, Manieri apuesta por que formaba parte de la decoración del teatro, pues otros epígrafes fueron hallados en la orchestra604. No es posible concluir algo concreto sobre la ofrenda, aunque es muy probable que se tratara del proscenio o de alguna parte destacada del recinto donde tuvo lugar el certamen corégico. Como en Orcómeno 3.1, no aparece νικάσαντε o νικάσαντες ni tampoco la mención del cantante. Sobre los protagonistas, Knoepfler sugiere que Telesipo era el nieto de Aristión, no el hijo, por la presencia del nombre con el sufijo -ιππος, y que Aristión pudo haber sido el padre (puesto que su nombre aparece en genitivo) de un anónimo afedriate, un tipo de magistratura desarrollada en la región en una asamblea pública, alrededor de 240 a.C.605 Entre los nombres de los orcomenios, en la época en que Eucáridas y Cafisiadas fueron polemarcos, hay un recluta llamado Timolis606; este mismo podría haber sido años después arconte, pero no existe ningún indicio que pruebe que es el mismo personaje citado en nuestra inscripción. El auleta Nicópolis es el único artista mencionado y este vencedor de los juegos de Orcómeno podría identificarse con un Nicópolis ganador en las Soteria de Delfos607, aunque tampoco existen pruebas fehacientes que garanticen que se trata de la misma persona. En la ciudad de Tisbe, destaca una inscripción de época julio-claudia dedicada a los dioses venerables y a la ciudad, Tisbe 2: Θεοῖς Σεβαστοῖς καὶ [τῇ πό]- λει τὸν οἶκον καὶ τὸν Δ[ιόνυ]- σον Τιβ(έριος) Κλ(αύδιος) Οὐρβανὸς κ[αὶ ἡ γυ]- νὴ αὐτοῦ Κλ(αυδία) Φιλωνίχα [καὶ τὰ] τέκνα Οὐρβανὸς καὶ Ο[ὐρβανὴ] 5 ἐκ τῶν ἰδίων ἐποίη[σαν]. 604 MANIERI, 2009: 189. 605 El orcomenio Aristión, padre de un afedriate, cuyo nombre no se ha conservado, aparece en la inscripción de Platea IG 7, 1673, l. 6 (250 y 200 a.C.) (véase el testimonio de KNOEPFLER en SEG 53, 462). 606 Timolis, hijo de Teodoriquis, aparece como recluta en IG 7, 3175, l. 12-13 (290 a.C.). 607 El beocio Nicópolis, hijo de Teogitón, vencedor en las Soteria como auleta, aparece en Syll.3 424A, l. 39 (272 a.C.). 170 Para los dioses venerables y para la ciudad, el templo y Dioniso, Tiberio Claudio Urbano, su mujer Claudia Filónica y sus hijos, Urbano y Urbana, los erigieron a sus expensas. Este caso es relevante porque aparecen todos los elementos posibles de una dedicatoria: los dedicantes (que es toda una familia), lo ofrendado (el templo y una estatua de Dioniso), los destinatarios y una fórmula explicativa de cómo se produjo la ofrenda. El padre, Tiberio Claudio Urbano, la madre, Claudia Filónica, y sus dos hijos, Urbano y Urbana, serían probablemente una familia acomodada, evergeta, que por cuenta propia mandó construir un templo y crear una escultura de Dioniso para el disfrute de toda la ciudad. Como consecuencia de su poder adquisitivo, la familia gozaría de un prestigio en la ciudad de Tisbe. Resulta curioso que Leake, en 1835, no entendió la inscripción porque en su libro de viajes cuenta que el texto recuerda la construcción de una casa para los dioses augustos; no leyó el nombre de Dioniso y, además, trasmite un antropónimo diferente para uno de los hijos608. Es importante recalcar que el elemento religioso y la propaganda imperial están presentes: pese a que la finalidad real de esta inscripción fuera seguramente dar a conocer la estructura arquitectónica recién levantada, queda constancia del papel de los dioses venerables y de Dioniso. Ya se comentó en Tebas 2 que, cuando la inscripción es fechada en época imperial, estos dioses venerables son generalmente César y Augusto; sin embargo, en este caso concreto, por la forma de las letras y por los restos arqueológicos hallados junto a la lastra de piedra, Leake afirma que los dioses Augusti nombrados en el texto se refieren a Marco Aurelio y Lucio Vero y que, por tanto, el monumento habría sido erigido probablemente entre los años 161 y 169 d.C.609 En la ciudad de Queronea sobresale un testimonio importante, Queronea 2, de cronología desconocida: [———————].ς ἀ[γωνο]- [θετήσας Διονυ]σίων Π[——] [————τὸ π]ροσκήνι[ον] [µετὰ τῆς γυναικὸς Σ]ωκρατήας [———————]Ι̣Ι̣ Διονύσωι 5 [καὶ τῇ πόλει ἀ]νέθηκε. (…) habiendo sido árbitro de las Dionisias P(…) con su mujer Socratia el proscenio dedicó a Dioniso y a la ciudad. 608 LEAKE, 1835: 513: “Another inscription at Kakósia, not quite complete, records the construction of a house and -- to the Gods Augusti, by Tiberius Claudius Urbanus, by his wife Claudia Philonicha and by their two children, Urbanus and (Ulpius) at their own expence”. 609 LEAKE, 1835: 513. Sobre los dioses venerables véase: cap. 4.2.3.3 (Tebas 2). 171 El texto es la dedicatoria que hace posiblemente otro agonoteta, en este caso, de las Dionisias, al dios y a toda la ciudad. Su ofrenda es con probabilidad nada menos que el proscenio del teatro, un caso similar al de Orcómeno. Parece que tanto el funcionario, cuyo nombre no se ha conservado, como su mujer eran una familia adinerada de Queronea y, en consecuencia, proporcionaron una ofrenda arquitectónica de alto coste y de importante valor para los ciudadanos. En cuanto a la construcción en sí misma, invita a pensar en el pequeño teatro de Queronea, donde suponemos que se celebraban las competiciones teatrales y corégicas, musicales y de baile de las Dionisias y de otras fiestas610. Es interesante la presencia de dicha construcción en Queronea, cerca de la vecina Orcómeno, la ciudad más afamada de este tipo de representaciones corégicas611. Uno de los objetivos que se desgranan del texto es la mejora del teatro por parte del agonoteta de certámenes en determinados festivales; resulta, por tanto, convincente que dichas ofrendas arquitectónicas fueran dedicadas a Dioniso. 4.3. Conclusiones De todos los documentos epigráficos de Beocia relacionados con Dioniso, 51 son dedicatorias (48 votivas, 3 epitafios). Fijar la atención en la ofrenda ha permitido desarrollar el discurso y tratar cada una de las inscripciones, pues la mayoría de estas menciona un exvoto o se intuye fácilmente. El primer grupo, cuya ofrenda se desconoce porque no hay alusión a ella ni tampoco es posible deducirla, recoge epígrafes que probablemente solo buscaban ensalzar reconocimiento público por medio de la propia dedicatoria. También, en el caso de las inscripciones que no se conservan completas, pudiera ser que hubiera existido esa información votiva pero que no haya llegado hasta nuestros días. En otros casos se puede entender que sí hubo ofrenda pero fue innecesario mencionarla porque el texto llevaba adjunto algo que completaba su compresión. Cuando el exvoto es una escultura, que en su mayoría están perdidas, normalmente es nombrado el personaje representado. Además de la información textual, algunas lastras de piedra presentan trazas de cavidades que confirman la sujeción de un cuerpo en un 610 Otra inscripción hallada en Queronea parece ser una dedicatoria corégica: IG 7, 3408 (c. desconocida): [---------- χοραγείσαντες] ἄνδρεσσι Χαρ<ώ>νδα[ς ---], <Ν>ι<κ>άν<ω>ρ Καφισοδ<ώ>ρω, Ἱπ[π ----------], Ἁρμόδιος Πολέμω[νος]: habiendo sido coregos en un coro de hombres Carondas, hijo de ..., Nicanor, hijo de Cafisodoro, Hip..., (hijo de ...), Armodio, hijo de Polemón. 611 SCHACHTER, 1981: 174. 172 pasado. Estas inscripciones se dividen, a su vez, en el grupo de las que soportaban estatuas de personas anónimas pero reales y, por otro, las que presentaban personajes nacidos del mito citados en el epígrafe: dicha división ha permitido conocer nombres de personas que habitaron en Beocia, ahondar en determinados aspectos y reconstruir el stemma de varias familias, así como profundizar en la famosa asociación dionisíaca de los tecnitas, que ofreció representaciones teatrales y actuaciones musicales en toda Grecia. Las estatuas de protagonistas divinos abordan las representaciones de Dioniso en solitario o del dios junto a otros personajes de la mitología griega, como los Dioscuros, Pan, las Ninfas y las Musas. Cuando la ofrenda es un trípode, el premio de los certámenes y juegos báquicos por excelencia, la inscripción puede hacer referencia a un contexto bélico o agonístico: en los documentos epigráficos de Beocia existen epígrafes de las dos tipologías, siendo mucho más numerosa la segunda, como muestra el amplio catálogo de dedicatorias con trípode de Orcómeno. Esto ha permitido conocer de primera mano los nombres de los artistas que participaban en los certámenes y aspectos curiosos relativos a la fama y a la profesión, todo ello, muestra de la importante y frecuente actividad artística en la ciudad. Por último, cuando la ofrenda era una obra arquitectónica, se pone de manifiesto el alto poder adquisitivo de algunos benefactores beocios y de sus familias del siglo V a.C. al siglo I a.C., que en su mayoría eran, además, agonotetas de juegos. Este detalle hace notar que, como en cualquier otra ciudad, los altos cargos gozaban de un puesto notorio y de responsabilidad durante la celebración de fiestas. Por otra parte, si focalizamos el interés en la figura del dios, surge un nuevo esquema compositivo y ciertas conclusiones que permiten conocer la relevancia de Dioniso como una de las divinidades centrales en Beocia: dedicatorias al dios por parte de uno o varios oferentes, dedicatorias al dios y a otros personajes, dedicatorias con representación escultórica de Dioniso a otros destinatarios, dedicatorias en las que algún personaje mencionado en la misma tiene vinculación con Dioniso y dedicatorias en las que se nombran fiestas de Dioniso: A la hora de rendir culto a las divinidades, los fieles y seguidores transmitían sus consagraciones tanto individual como colectivamente. En el caso de las dedicatorias al dios por parte de un único oferente, parece que entre los siglos VI y V a.C. prevalece la sencillez del mensaje, pues al autor solo le interesa que permanezca su nombre y el del receptor, sin hacer alarde de la ofrenda (si la hubiera); tal es el caso de Tanagra 1. Sin embargo, a partir de plena época clásica y hasta el siglo I a.C. ya no solo son importantes 173 el emisor y el receptor, también es nombrada la o las ofrendas e, incluso, en algunos casos, se da un motivo o causa por que se realiza tal consagración: Tespias 1 (ss. IV-III a.C.) y Tespias 8 (s. I a.C.) son ejemplos de dedicatorias cuyos protagonistas son el emisor, el receptor y la representación de la ofrenda (Tebas 4 también debería incluirse en este grupo pero su cronología es desconocida). Y otro grupo de dedicatorias añade, además, un posible motivo por el cual se ofrece la ofrenda, como en Tisbe 1 (ss. V-IV a.C.), en la que se manifiesta que, al haber cumplido Dioniso la plegaria, se le otorga el don; en Orcómeno 1 (ss. V-III a.C.) y en Orcómeno 2 (s. I a.C.) el posible motivo de que exista la ofrenda es que en ambos casos el emisor es un agonoteta, el árbitro de los juegos (en el segundo caso, de las Caritesias, concretamente); y en Tespias 6 (ss. II-I a.C.) que la representada fue sacerdotisa. En el caso de las dedicatorias a Dioniso por parte de varios oferentes, es importante destacar las distintas asociaciones que se dan cuando el grupo tiene un objetivo común. Si se presta atención a los lazos de unión, surgen agrupaciones desde un punto de vista territorial (regiones, ciudades, pueblos, mismo bando en una guerra, etc.), grupos de personas que trabajan al servicio del mismo dios y uniones familiares y/o de amistad: Tebas 1 (506 a.C.) es el ejemplo de asociación por pertenecer al mismo bando en una disputa entre regiones y tener un destinatario de consagración común. Tespias 7 (ss. II-I a.C.) también hace referencia a una asociación desde un punto de vista territorial, en este caso, el conjunto de habitantes, el pueblo de Tespias al completo dedica a Dioniso. Dentro de los grupos de personas que trabajan al servicio de Dioniso, por un lado, están los que hacían posible las representaciones y competiciones, los tecnitas (cuyo número no se especifica), y por otro, los que competían en esos juegos, los coregos (cuyos ganadores eran siempre dos), los auletas y cantantes (en ambos casos solo ganaba uno de cada categoría). En las inscripciones de todos ellos, el dios es el destinatario de la ofrenda. Tebas 6 (ss. III-II a.C.), Tebas 7 (s. II a.C.), Tebas 9 (mediados s. II a.C.-principios s. I a.C.) y probablemente Tebas 8 (mediados o segunda mitad del s. II a.C.) son dedicatorias de los tecnitas en las que hay una consagración a Dioniso. Por su parte, Orcómeno 3.1 a Orcómeno 3.20 (finales del s. IV a.C.-principios del s. II a.C.) testimonian certámenes corégicos en los que el premio de los ganadores, un trípode, se dedica a Dioniso. Sobre estas veinte inscripciones orcomenias conviene hacer un paréntesis: ya señalé que no todas presentan todos los elementos ni tampoco su disposición es la misma, pues el escriba estaba supeditado a las exigencias de la piedra. Sin embargo, sí es posible establecer, por lo general, algunas semejanzas entre algunos textos contemporáneos: 174 - Finales del siglo IV a.C.-principios del III a.C. Nombre del corego 1 en nominativo + patronímico en genitivo Nombre del corego 2 en nominativo + patronímico en genitivo Indicación del tipo de coro + participio en dual de la cita corégica + nombre de Dioniso en dativo (no hay verbo, no hay indicación de artistas). - Principios o primera mitad del siglo III a.C. Nombre del corego 1 en nominativo + patronímico en genitivo Nombre del corego 2 en nominativo + patronímico en genitivo Indicación del tipo de coro + participio en dual de la cita corégica + indicación de la victoria en dual + nombre de Dioniso en dativo + verbo en dual Nombre del arconte + nombre del auleta ¿+ nombre del cantante? - Segunda mitad del siglo III a.C.-principios del siglo II a.C. Nombre del corego 1 en nominativo + patronímico en genitivo Nombre del corego 2 en nominativo + patronímico en genitivo Indicación del tipo de coro + participio plural de la cita corégica + indicación de la victoria en plural + nombre de Dioniso en dativo + verbo en plural Nombre del arconte + nombre del auleta + nombre del cantante. Con respecto a las uniones familiares y/o de amistad, en Tebas 5 (c. desconocida) se aprecia cómo dos personas, familiares o amigos, probablemente por cercanía de ideología y pensamiento, comparten una misma consagración; y en el caso de Queronea 2 (c. desconocida) son también dos los oferentes, pero en este caso, marido y mujer. Lebadea 3 (época tardía) se inserta en este grupo por ser una dedicatoria al dios, pero de naturaleza simple, pues no conocemos más información que el destinatario y el oráculo que se siguió para encomendarse a la divinidad; no se sabe si el emisor era uno o varios, ni si hubo ofrenda ni de qué tipo. Algunas de las dedicatorias de Beocia no solo están destinadas a Dioniso; junto a su nombre, también aparecen los de otros personajes que, en su mayoría, son divinos: Tespias 3 y Tespias 4 (ss. II a.C.-I d.C.) son dedicatorias no votivas que presentan a la Musa Terpsícore y la relacionan con Dioniso por medio de un dístico elegíaco; las Musas, a las que se asocia el saber estar, la elocuencia e inspiración, también tuvieron un reconocimiento destacado en Tespias, y comparten el ambiente festivo que envuelve al dios protagonista. Tebas 2 (s. I d.C.) dedica a Dioniso, a la ciudad y a otros miembros cuyo nombre desconocemos, o bien los Dioscuros –quienes probablemente gozaron de un culto en Tebas compartido o complementado por su hermano Dioniso–, bien los dioses 175 sebastoi –probablemente, emperadores romanos divinizados–. Por su parte, Tebas 3, pertenece a este grupo porque se sabe que los destinatarios de la dedicatoria eran dos (o más), aunque no se ha conservado el nombre del personaje que acompaña al teónimo Dioniso; probablemente era divino, aunque no es posible confirmar su identidad. El último testimonio, Lebadea 1 (ss. II-I a.C.) consagra a las Ninfas, a Pan y a Dioniso, tres personajes o grupo de personajes surgidos del mito y relacionados con la naturaleza, lo agreste, lo naturalista y la faceta musical, similar al dios; las Ninfas y Pan, de hecho, forman parte de su séquito. No siempre Dioniso es el destinatario de las dedicatorias de Beocia; también es el representado. A lo largo de su libro noveno, Pausanias menciona varias imágenes del dios que va encontrando a su paso en el periplo por la región. Una de las dedicatorias con su representación escultórica para otros destinatarios es Tisbe 2 (ss. I a.C.-I d.C.), en la que una familia al completo realiza para los dioses venerables y para la ciudad un templo y una escultura de Dioniso. Asimismo, en Lebadea 2 (213 d.C.), aunque no se menciona ni el verbo hacer/dedicar ni el término imagen/estatua, debe sobrentenderse que tanto el dedicado como el representado es Dioniso, y los destinatarios son la comunidad de canteros. Ambas inscripciones confirman, además, que el culto del dios seguía vigente y estaba instaurado con fuerte presencia entre los siglos I a III d.C. De Tespias son las dos dedicatorias en las que algún personaje tiene vinculación con Dioniso. En ambos casos se expone la relación que algún familiar tenía con la figura del dios: en Tespias 2 (ss. III-II a.C.) la homenajeada y representada fue probablemente sacerdotisa de Dioniso y Tespias 9 (69-96 d.C.) revela que la mujer a la que se dedica la inscripción fue sacerdotisa de Deméter Aquea y sus parientes consagraron a Dioniso. Ambos textos mencionan uno de los oficios más sagrados de los cultos antiguos y dan cuenta de la unión tan estrecha que existía entre la sacerdotisa y el dios en cuestión. En ninguno de los dos epígrafes el dios es el destinatario de la dedicatoria ni tampoco la ofrenda es la representación de su imagen. Por último, Tespias 10 (s. I d.C.) es la única inscripción que representa la categoría de dedicatorias en las que se nombran fiestas de Dioniso. Se trata de una de las manifestaciones epigráficas más claras de que en la ciudad de Tespias tuvieron lugar festividades en honor del dios y que en ellas participaba toda la población. La asamblea y el pueblo de Tespias regalan la estatua de una sacerdotisa de Isis, que debió de gozar de cierta consideración entre los tespieos por sus ofrendas a la ciudad en fiestas dionisíacas. 176 Mención aparte deben recibir las inscripciones métricas porque testimonian la presencia de dedicatorias con ritmo dactílico en Beocia. Los cinco epígrafes, Tebas 1, Tebas 7, Tisbe 1, Tespias 3 y Tespias 4, son epigramas y presentan (o se intuye) un dístico elegíaco. Muestran la técnica y delicadeza que frecuentaban las composiciones que reclamaba un público beocio. En este sentido, se puede concluir que las dedicatorias de Beocia relacionadas con Dioniso presentan aspectos similares a las que podemos encontrar en otras zonas, como en el Ática o en las islas del Egeo. La variación primordial es el dialecto, pero la ofrenda realizada por los beocios es la habitual, y era un hecho cotidiano, no un acto puntual. Las relaciones que se establecen entre otros personajes y Dioniso siguen siendo las mismas que las que podemos encontrar en otros epígrafes de zonas diferentes de Grecia. Además, pese a la fama de rudeza e, incluso, de incultura de las gentes de Beocia, existió un público reflexivo y delicado que requería o realizaba composiciones métricas para sus dedicatorias. . 177 Participantes individuales en el culto de Dioniso en Beocia θύοντες γὰρ τῷ θεῷ προήχθησάν ποτε ὑπὸ μέθης ἐς ὕβριν, ὥστε καὶ τοῦ Διονύσου τὸν ἱερέα ἀποκτείνουσιν. Pues un día, cuando hacían sacrificios al dios, llegaron por la embriaguez a tal violencia que incluso mataron al sacerdote de Dioniso. Pausanias, Descripción de Grecia, 9, 8, 2. 178 179 5. PARTICIPANTES INDIVIDUALES EN EL CULTO DE DIONISO EN BEOCIA 5.1. Introducción En el capítulo 4, las dedicatorias han permitido analizar ejemplos de fieles y seguidores del culto de Dioniso, es decir, particulares y familias que consagraron algún objeto (o se representaron ellos mismos en él) con el fin de honrar a Dioniso u otros dioses. En el presente capítulo vamos a seguir analizando participantes del culto de esta divinidad pero aquellos que pertenecen a la otra parte del rito, esto es, los funcionarios y/o trabajadores. Dentro de la ceremonia ritual griega, existieron diferentes cargos que variaban y dependían de diversos factores, principalmente de la divinidad a la que se honraba, la tipología de la ceremonia y el presupuesto del que se disponía. En este capítulo voy a prestar especial atención a la figura de los diferentes funcionarios, representantes y participantes que, desde un punto de vista público, intervinieron y formaron parte del culto dionisíaco en Beocia. Me centraré en el estudio de los sacerdotes y sacerdotisas (de los que tenemos noticias), así como su papel en la ceremonia ritual y en los juegos o agones y su relación con otros funcionarios y trabajadores al servicio del dios. Asimismo, voy a examinar la figura del arconte de manera general y en particular, en Beocia, recogiendo los nombres de aquellos cuya participación en festivales de Dioniso (o no dionisíacos, pero relacionados con él) está documentada. Por último, haré una revisión de personajes que participaron en los juegos celebrados en la región, tanto en la parte organizadora-administrativa como en la parte competidora: el árbitro de los juegos, miembro de la organización del agón, y también los competidores y vencedores, y las categorías a las que se podía optar a la victoria. Para mayor claridad, al tratar los diferentes cargos, haré una distinción en los subtítulos entre el rito y el juego. 180 5.2. La figura del sacerdote en el ritual 5.2.1. Introducción El ἱερεύς (sacerdote) es una autoridad religiosa masculina que designa a la persona a la cual compete el cuidado de las cosas sagradas (ἱερά) guardadas en el interior de los templos o santuarios y el cumplimiento de los ritos propios del culto612. Su función se limita al marco del templo, concretamente del altar, al que está adscrito y sus competencias se centran en servir o atender el culto del dios613. En época clásica existieron dos modelos de sacerdotes: el gentilicio y el democrático. El gentilicio estaba reservado a un miembro de ciertas familias, era casi siempre vitalicio (aunque no siempre hereditario) y requería capacidad intelectual y conocimiento del ritual. El sacerdocio democrático u ordinario estaba abierto a todo ciudadano ateniense, tenía una duración anual y la formación no era un aspecto relevante para optar al cargo, sino que se accedía por sorteo614. El nacimiento en una buena familia y con recursos económicos influía en la capacidad para obtener un sacerdocio, pues acceder a ciertos oficios y cargos requería pertenecer a un grupo que se identificaba normalmente con ciertas funciones sacrales615. La herencia fue el primer método de adquisición, pero los sacerdocios hereditarios podían implicar la elección por sorteo de una breve lista de candidatos con ascendencia requerida; la preselección contaba con todo tipo de métodos “democráticos” de elección y venta616. En ocasiones también sucedía que un individuo destacado se veía con el derecho de pedir el sacerdocio hereditario después de prestar un servicio para toda su comunidad: por ejemplo, Heródoto cuenta la historia de Meandrio, un personaje que asumió el poder tras la muerte de Polícrates y propuso varias reformas, pero a cambio 612 GARLAND, 1990: 77. En esta introducción me limito a contar las características y peculiaridades de los sacerdotes del Ática, fundamentalmente de Atenas, pues han sido objeto de profundo estudio y marcaron el modelo de sacerdocio para el resto de regiones y ciudades griegas. 613 Había sacerdotes para las distintas divinidades, por ello, era necesaria la mención del dios correspondiente tras el término “sacerdote”. No existía una jerarquía sacerdotal como en la religión cristiana (DELGADO DELGADO, 2000: 15). 614 Para más información de cada modelo sacerdotal en época clásica (surgimiento e implantación, características y desarrollo de la actividad) véanse: GARLAND, 1990; DELGADO DELGADO, 2000: 17- 20; PARKER y OBBINK, 2000 y 2001; DIGNAS y TRAMPEDACH, 2008; HORSTER y KLÖCKNER, 2013. Véanse las reflexiones que hace HENRICHS (2008) del sacerdocio griego. Sobre la figura del sacerdote en épocas prehistórica y minoico-micénica véase: BURKERT, 2007 [1985]: 27, 34, 50-56, 61, 64-67, 76, 83. 615 CONNELLY, 2007: 44. 616 CONNELLY, 2007: 46. 181 pidió el sacerdocio vitalicio y hereditario de Zeus Eleuterio para él y sus descendientes617. El mismo autor también relata que Telines, un antepasado del tirano Gelón de Gela, llegó a ser ἱεροφάντης (“el que hace aparecer las cosas sagradas”, sumo sacerdote) de las diosas subterráneas y pidió que su sacerdocio fuera hereditario, al haber ayudado a la población tras el conflicto civil que había sufrido618. En cuanto a las actividades y competencias de los sacerdotes, por un lado, desarrollaban tareas rituales, como cuidar y preservar la estatua de la divinidad del santuario y guiar la ceremonia ritual, principalmente la celebración del sacrificio con todo su ejercicio previo (libar, orar, purificar, sacrificar y ofrendar)619, así como otros ritos de purificación620, plegarias públicas, juramentos o maldiciones. Por otro lado, llevaban a cabo actividades administrativas y de gestión con el objeto de garantizar el cumplimiento de las leyes y normas del templo, mantener el buen estado de este y certificar un buen registro de los bienes, aunque posteriormente se instituyó un personal especializado en esta función621. Pese a que la figura del sacerdote era relevante en el desarrollo de la actividad religiosa, sin embargo, siempre estaba apoyada por magistrados seculares e, incluso a veces, era una parte prescindible: dirigía el servicio religioso bajo la responsabilidad o en nombre de la autoridad política y los magistrados podían conducir la actividad religiosa sin su ayuda; era menos común, por el contrario, que el sacerdote público realizara rituales sin la presencia de mandatarios seculares622. Burkert afirma que la religión griega podría definirse casi como “religión sin sacerdotes”623, pues no hubo una casta sacerdotal como grupo cerrado con una tradición y jerarquía (aspecto que cambió, sin embargo, en época helenística-imperial). El sacerdote griego asume el liderazgo, comienza y guía el rito, hace la libación, pronuncia la oración, purifica, pero no es una figura imprescindible en las manifestaciones cultuales griegas; de hecho, el sacrificio, que podría considerarse la 617 Hdt. 3, 142, 4. 618 Hdt. 7, 153, 2-3. Aunque el sacerdocio en la Atenas Clásica permitía ejercer un cargo político pero sin promover el desarrollo de este (GARLAND, 1990: 77, n. 64), no obstante, esta posibilidad parece que no siempre se ponía en práctica: DOMÍNGUEZ MONEDERO (2004) analiza varios casos en los que es posible sospechar que algunos individuos buscaron la consecución del beneficio que suponía el sacerdocio hereditario para obtener preeminencia social e inmunidad en el futuro, o bien, conseguir otros objetivos no apropiados o que no conllevaba el puesto. El especialista concluye que no hay duda de la promoción personal que existió con los sacerdocios hereditarios, al menos en los testimonios que recogen las fuentes. 619 BURKERT (2007 [1985]: 95, 99, 102-103) estudia minuciosamente la ceremonia ritual: trata el papel del sacerdote en la libación y en la oración; también afirma que las ofrendas le correspondían al sacerdote. 620 Sobre los sacerdotes purificadores véase: BURKERT, 2007 [1985]: 107 y 111. 621 DELGADO DELGADO, 2000: 20-22. 622 GSCHNITZER, 1989; CHANIOTIS, 2008: 17. 623 BURKERT, 2007 [1985]: 131. 182 parte más solemne e importante del rito, es realizado por el jefe de la casa, de la familia o pueblo, por el presidente del consejo o por el magistrado, no por el sacerdote, e incluso, puede llevarse a cabo sin su presencia. La figura sacerdotal, por tanto, es la garante de que la ceremonia cultual y las normas del santuario de la divinidad en cuestión se cumplan según el orden establecido; no es un estatus, sino un servicio624. Además, parece evidente la falta de capacitación o cualificación por parte de los funcionarios sacerdotales y la ausencia de vocación para dirigir servicios625. No obstante, la relación del sacerdote con lo sagrado obligaba al miembro a asumir su papel y ser un digno representante de la comunidad: debía tener y mostrar un comportamiento adecuado o adoptar cierto grado de ἁγνεία (pureza, limpieza)626 y ser una persona con pleno derecho de ciudadanía y sin defectos físicos627. Los sacerdotes no recibían remuneración regular preestablecida, aunque sí obtenían beneficios de sus funciones: materiales, como obtención de porciones de víctimas en los sacrificios, ofrendas y subsidios, y en ocasiones, residencia oficial; y ventajas de prestigio, como disponer de asientos privilegiados en teatros, ser honrados en banquetes y participar en las fiestas oficiales y en puestos de honor628. El servicio sacerdotal, sin embargo, podía variar en mayor o menor medida según el campo de acción, el número de fieles al servicio y la ciudad o región, y las inscripciones ofrecen información relevante para conocer más a fondo este aspecto. Como no hay un estudio sistemático sobre la figura del sacerdote de Dioniso en general, ni tampoco en particular en Beocia, pasamos a analizar y comentar diferentes testimonios que dan cuenta del sacerdocio del dios en diferentes zonas del mundo griego y, después, concretamente en la región que nos interesa siguiendo la siguiente clasificación: los sacerdotes de Dioniso en Beocia, el sacerdote de Zeus Trofonio y el sacerdote de las Musas en contexto dionisíaco, y la relación de todos ellos con otros personajes del rito. 5.2.2. Los sacerdotes de Dioniso Dado que no existe una monografía ni artículos específicos que estudien el sacerdocio de Dioniso, el presente apartado pretende ser un primer paso e intento de reconstrucción de la figura sacerdotal de dicho dios. Trataré de trazar una breve 624 BURKERT, 2007 [1985]: 132. 625 CONNELLY, 2007: 28. 626 BURKERT, 2007 [1985]: 108-109. 627 BURKERT, 2007 [1985]: 136. 628 DELGADO DELGADO, 2000: 22-23. 183 semblanza del objeto de análisis, sin querer ser exhaustiva. Debe recalcarse, por tanto, que en el futuro sería necesario hacer un trabajo que estudie en profundidad el sacerdocio de Dioniso. Para abordar la tarea de indagación de testimonios, la metodología empleada ha consistido en hacer búsquedas en diferentes recursos bibliográficos: para las fuentes literarias, en Diógenes, la base de datos que alberga el Thesaurus Linguae Graecae, y para los documentos epigráficos, en el registro de textos de la directora de la tesis doctoral, en la base de datos de la universidad de Ohio (http://inscriptions.packhum.org/) y en el volumen segundo de Jaccottet, Choisir Dionysos. Les associations dionysiaques ou la face cachée du dionysisme (2003), principalmente. Las fuentes literarias y epigráficas aportan información, aunque no demasiada, sobre el sacerdocio de Dioniso. Los autores clásicos se detienen en las historias concretas relativas a un sacerdote del dios o a las costumbres de todos ellos vinculados, generalmente, a una región o ciudad griega. Por su parte, las inscripciones ofrecen datos sobre la presencia y las funciones de los sacerdotes de Dioniso en diferentes ámbitos geográficos y periodos temporales. Los testimonios más antiguos que tenemos proceden de Hesíodo. Un fragmento de este autor comenta el pasaje de la Odisea en el que Marón da vino negro dulce a Odiseo. Hesíodo subraya el hecho de que Marón fuera sacerdote de Apolo y no de Dioniso, ante la relación que manifiesta el protagonista del pasaje con la bebida predilecta de Dioniso629. El mismo autor recoge un apunte relativo a Ariadna que posteriormente Plutarco retoma: al parecer, la muchacha fue llevada por unos marineros a Naxos, donde vivió con Onaro, un sacerdote de Dioniso, y allí fue abandonada porque Teseo se enamoró de otra630. Tenemos más ejemplos en la literatura de sacerdotes de Dioniso como miembros de rituales específicos en una ciudad o región concreta: Plutarco hace una distinción entre los sacerdotes de Júpiter y los de Dioniso, pues se pregunta por qué a los primeros no les estaba permitido tocar la hiedra ni pasar por un camino sombreado por parras ni tampoco emborracharse, pero en cambio, la hiedra era un elemento indispensable en el culto dionisíaco, concretamente en las Agrionias y en las Nictelias631. Pausanias es el autor que más información proporciona sobre el sacerdocio de Dioniso en diferentes lugares y celebraciones. Cuenta, por ejemplo, que en Elis (Élide, Peloponeso), 629 Od. 9, 198. Hes. fr. 238 Merkelbach-West [Scholia in Homeri Odysseam 9, 198]. 630 Hes. fr. 298 Merkelbach-West [Scholia in Plutarchi Theseum 20]; Plu. Thes. 20, 1. 631 Plu. Aet. Rom. 112. 290E y 291A (sobre las Agrionias y las Nictelias véanse respectivamente: cap. 7.2.1 y 7.2.3). 184 donde se celebraba la fiesta de las Tías en honor de Dioniso, era costumbre que los sacerdotes del dios introdujeran tres calderas dentro de una casa, las depositaran vacías y sellaran la casa en presencia de ciudadanos, y que al día siguiente, encontraran las calderas llenas de vino632. En la región vecina, en Acaya (Peloponeso), se rendía culto a Dioniso Esimnetes, cuya imagen estaba en el interior de un arca que recibió Eurípilo tras la toma de Troya. Durante la celebración de la fiesta del dios, una noche el sacerdote tenía el privilegio de sacar el arca, y los niños acudían al lugar coronados con espigas, se bañaban en el río, cambiaban sus coronas por otras de hiedra y se dirigían al santuario de Dioniso Esimnetes633. Para los de Anficlea (Fócide), Dioniso era, más que un dios, un adivino y sanador de enfermedades porque estas se curaban por medio de sueños, gracias a que el sacerdote era un profeta que, poseído por Dioniso, vaticinaba oráculos634. También en Pausanias encontramos algún ejemplo en que se da a conocer la historia personal de un sacerdote incidiendo en cuestiones amorosas: Córeso, en Calidón (Acaya, Peloponeso). Según su relato, Córeso estaba enamorado de Calírroe, pero la muchacha sentía un profundo odio hacia él. Córeso le hacía todo tipo de súplicas para que los sentimientos de ella cambiaran, pero ante la negativa constante de Calírroe, el sacerdote pidió ayuda a Dioniso. El dios no le ayudó, así que acudió al oráculo de Dodona y este le confesó que Dioniso estaba enfadado con él y que no cambiaría la situación hasta que no sacrificara al propio dios, a Calírroe o a alguien que muriera en su lugar. La muchacha, puesto que nadie se ofreció a morir por ella, se preparó para el fatal desenlace. Cuando estaba todo dispuesto para el sacrificio, Córeso, que presidía la ceremonia, se dio muerte para salvar a su amada. Los sentimientos de Calírroe cambiaron de repente y sintió una profunda piedad por el sacerdote, de manera que se degolló a sí misma en la fuente de Calidón; y por ello, esa fuente se llamó desde entonces Calírroe635. Por su parte, Ateneo de Náucratis recoge curiosidades de los sacerdotes, contadas por otros autores, que tenían lugar durante la celebración de las Dionisias de Náucratis y de las asambleas en honor de Apolo de la misma ciudad. Parece que, tras las libaciones pertinentes, los fieles tomaban dos cotilas de vino, excepto los sacerdotes de Dioniso y de Apolo Pitio, que tomaban doble cantidad636, o sea que tenían privilegios. Además, describe cómo eran los desfiles 632 Paus. 6, 26, 1-2 (sobre la epifanía de Dioniso en Elis y el milagro del vino véase: JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL en prensa2 [con bibliografía]). 633 Paus. 7, 20, 1-2. 634 Paus. 10, 33, 11. 635 Paus. 7, 21, 1-5. 636 Ath. 4, 149E (Herm.Hist. FGH 2, 80). 185 dionisíacos de Alejandría organizados por el rey Ptolomeo Filadelfo: tras el paso de silenos, sátiros, victorias con alas, un altar, niños y las estaciones, iba el poeta Filisco, un sacerdote de Dioniso, y los tecnitas. Después, detrás del carro que soportaba una estatua del dios de diez codos, desfilaban el resto de sacerdotes y sacerdotisas637. A su vez, los documentos epigráficos atestiguan la figura del sacerdote de Dioniso en casi todas las zonas del mundo griego y en diferentes épocas. Hay que tener en cuenta que en cada ciudad y región los ritos y los funcionarios y sus cargos variaban y tenían características propias, pero después de analizar diversas inscripciones, se han podido establecer algunos rasgos del sacerdocio del dios. Este cargo llevaba implícito un servicio hacia los fieles: así lo transmite uno de los documentos más antiguos (276-275 a.C.) procedente de Mileto, un contrato de venta del sacerdocio de Dioniso (válido tanto para sacerdotes como para sacerdotisas) en el que se especifica que el fiel podía decidir a quién quería como oficiante, si hombre o mujer, para realizar el sacrificio al dios638. El sacerdocio, además, podía obtenerse después de realizar un cargo relevante dentro de una asociación dionisíaca y, además, podía ser vitalicio y hereditario, como informan dos decretos atenienses de principios del siglo II a.C., en los que un tal Dionisio de Maratón desempeñó la tarea de tesorero entre los Dionisiastas639, obtuvo de estos el sacerdocio de Dioniso y el cargo pasó a ser de por vida y lo heredó su hijo Agatocles640. También conllevaba el disfrute de ciertos privilegios, como la exención de realizar cualquier otro servicio, de pagar impuestos y cargas públicas, pues así lo declara una inscripción de la ciudad de Mégara del siglo II d.C.641 El cargo de sacerdote implicaba, en efecto, 637 Ath. 5, 198CE (Callix. FGH 627, fr. 2). 638 Milet 6, 3, 1222, l. 5-6 (Mileto, Jonia (Asia Menor), 276-275 a.C.): [Ἐὰ]ν δὲ τις ἀνὴρ ἢ γυνὴ βούληται θύειν τῶι Διονύσωι, [πρ]οιεράσθω ὁπότερον ἂν βούληται ὁ θύων: Si un hombre o una mujer quiere ofrecer un sacrificio a Dioniso, que escoja a quién de los dos (sacerdote o sacerdotisa) quiere como oficiante (para más información sobre este decreto véanse: JACCOTTET, 2003: vol. 2, 251-253, nº 150; CONNELLY, 2007: 179-182). 639 Sobre los Dionisiastas de Beocia véase: cap. 6.2.1.1. 640 IG 22, 1325, l. 19-21 (Atenas, 185-184 a.C.): ἐπειδὴ Διονύσιος Ἀγαθοκλέους [Μαραθώ]νιος κατασταθεὶς ταμίας ὑπὸ τῶν Διονυσιαστῶν (...) καὶ λαβὼν παρ’ αὐτῶν [τὴν ἱερεωσ]ύνην τοῦ Διονύσου: después de que Dionisio de Maratón, hijo de Agatocles, fuera designado tesorero por los Dionisiastas (...) y obtuviera de ellos el sacerdocio de Dioniso; IG 22, 1326, l. 9-12 (Atenas, 176-175 a.C.): προτιμηθεὶς ὑπὸ τῶν Διονυσιαστῶν καὶ λαβὼν τὴν ἱερεωσύνην τοῦ θεοῦ καὶ κατασταθεὶς ταμίας: habiendo sido honrado con preferencia por los Dionisiastas, tras obtener el sacerdocio del dios y ser nombrado tesorero; l. 33-37: τὴν ἱερεω[σύ]νην τοῦ Δ[ι]ονύσου δεδόσθαι Ἀγαθοκλεῖ Διονυσίου [Μα]ραθωνίωι καὶ ὑπάρχειν αὐτῶι διὰ βίου ἐπὶ ταῖς [τιμ]αῖς ταῖς αὐταῖς αἷς ἐτετίμητο καὶ ὁ πατὴρ αὐ[τοῦ]: que el sacerdocio de Dioniso sea entregado a Agatocles de Maratón, hijo de Dionisio, y que le pertenezcan de por vida los mismos honores con los que también fue honrado su padre. 641 JACCOTTET, 2003: vol. 2, 39-40, nº 7, l. 3-8 (Mégara, 141 d.C.): [ἔδο]ξεν τῆι συνόδωι τ[ῶν θιασωτῶν Διο]νύσου εἶναι Διονύ[σου θίασωι Ἀντίπα]τρον τὸν ναοπ[οιὸν καὶ δία βίου ἱε]ρέα, ἀπολελύσ[θω δὲ τῆς ἄλλης ὑπη]ρεσίας καὶ ἀ[τελὴς ἔστω καὶ ἀλειτούρ]γητος: le pareció a la asamblea de los tíasos de Dioniso 186 compromiso y dignidad (aspectos que se requerían a la persona que lo desempeñaba), pero también concedía un honor frente a los demás funcionarios: de la zona de Caria sabemos, por ejemplo, que sus habitantes consultaron el oráculo de la ciudad a principios del siglo II d.C. y este, entre otras recomendaciones, les aconsejó no descuidar el culto de Dioniso y nombrar un sacerdote digno642; por su parte, de Éfeso destaca un sacerdote del grupo de mistas que compartió trono con el propio Dioniso a principios del siglo II d.C.643 Asimismo, es frecuente encontrar el cargo sacerdotal presidiendo asociaciones dionisíacas, un rasgo que está atestiguado en diferentes zonas del mundo griego y épocas: el epígrafe más antiguo, del siglo III a.C. y relativo a Tracia, menciona a un sacerdote de Dioniso de la asociación de los Baqueastas644, y de la misma zona otro sacerdote formó parte de un Baquion645 de asiáticos a finales del siglo II de nuestra era646; otro documento contemporáneo revela la presencia de un sacerdote (suponemos, de Dioniso) en un Baquion ateniense, y gracias a esta inscripción sabemos, además, que era posible renunciar al cargo, que para el nombramiento de nuevos sacerdotes las asociaciones dionisíacas convocaban asambleas y que no se podía obtener la categoría de Yóbaco si no había existido un registro previo de la declaración prescrita por la ley con el propio sacerdote647; también en una dedicatoria de la región de Macedonia de –probablemente– el siglo I d.C. a Dioniso y los mistas aparece la figura del sacerdote vinculado a estos648, que Antípatro, constructor del templo y sacerdote vitalicio del tíaso de Dioniso, quede exento de cualquier otro servicio, de impuestos y cargas públicas. 642 Magn. 324, l. 19-24 (Magnesia del Meandro, Caria (Asia Menor), 117-138 d.C.): ἐπεὶ πτολίαιθρα τιθέντες [-] νηοὺς οὐκ ὠικίσσατ’ ἐϋτμήτους Διονύσωι. (...) ἵδρυε νηοὺς [-] θυρσοχαροῦς· ἱερῆα τίθει δὲ εὐάρτιον ἁγνόν: cuando construisteis ciudades [-] no edificasteis templos bien levantados a Dioniso. (...) levanta templos [-] para la alegría de los tirsos; nombra un sacerdote digno y sagrado. 643 Ephesos 1000, l. 7-9 (Éfeso, Jonia (Asia Menor), 119-129 d.C.): οἱ (...) μύσται σύ[ν]θρονον τῶι Διονύσωι, ἱερεύοντ[ος] Κλ(αυδίου) Ῥωμύλου: los mistas (compartiendo) trono con Dioniso, siendo sacerdote Claudio Rómulo. 644 IGBulg I², 20, l. 1-3 (Dionisópolis, Bulgaria (Tracia), s. III a.C.): Ἀπολλώνιος Δημοφῶντος ἱερώμενος Διονύσου ὑπὲρ τῶν βακχεαστῶν: Apolonio, hijo de Demofón, sacerdote de Dioniso en nombre de los Baqueastas. 645 Sobre el Baquion en Beocia véase: cap. 6.2.1.2. 646 Perinthos-Herakleia 56, l. 10-13 y 17-18 (Perinto (Tracia), fin s. II d.C.): Μᾶρκος Ὥρου τὸν τελαμῶνα τῶι Βακχείωι Ἀσιανῶν ἐκ τῶν ἰδίων (...) ἀνέθηκεν (...) ἱερατεύοντος Εὐτύχους Ἐπικτήτου: Marco, hijo de Horo, dedicó (...) esta inscripción por cuenta propia al Baquion de asiáticos (...) siendo sacerdote Eutico, hijo de Epicteto. 647 IG 22, 1368, l. 3-8 (Atenas, 164-165 d.C.): ἀγορὰν συνήγαγεν πρώτως ὁ ἀποδειχθεὶς ἱερεὺς ὑπὸ Αὐρ(ηλίου) Νεικομάχου (...) ἱερασαμένου ἔτη κγʹ καὶ παραχωρήσαντος ζῶντος εἰς κόσμον καὶ δόξαν τοῦ Βακχείου: ha convocado por primera vez una asamblea el que ha sido designado sacerdote por Aurelio Nicómaco (...), sacerdote durante 23 años, que ha renunciado en vida (al cargo) por el buen orden y la buena reputación del Baquion; l. 32-37: μηδενὶ ἐξέστω ἰόβακχον εἶναι, ἐὰν μὴ πρῶτον ἀπογράψηται παρὰ τῶι ἱερεῖ τὴν νενομισμένην ἀπογραφὴν: no está permitido que nadie sea Yóbaco si previamente no ha registrado con el sacerdote la declaración prescrita por la ley. 648 IG 10, 2, 1, 259, l. 1-5 y 21-22 (Tesalónica (Macedonia) ¿s. I d.C.?): ἀγαθῆ]ι̣ τ̣ύ̣χηι (...) Δ̣ι̣ο̣νύσ̣ου (...) Ἰούλιος ΒΗ̣ϹΑ̣Ρ̣ΤΗϹ ἀνέθηκεν τῶι θ̣ε̣ῶι κ<α>ὶ ἔδωκεν ἐν δόσε̣ι τοῖς τε νῦν αὐτοῦ καὶ ἐ̣σομένοις̣ μύστα̣ις, 187 y en la misma zona a finales del siglo II d.C. un sacerdote presidió un tíaso649. La presencia del sacerdote de Dioniso era importante en la consagración de ofrendas votivas: podía recibirlas, o bien hacerlas, o también ser el representante de dichos homenajes. Ejemplos de cuando él era agasajado tenemos en la isla de Rodas y en Macedonia (ambos pertenecientes al siglo III d.C.): en Rodas, la población y la asamblea hicieron una dedicatoria al sacerdote de Dioniso tras su muerte650, y en Macedonia, el sacerdote de los tíasos del dios recibió una ofrenda que se desconoce651. De la misma forma, el sacerdote de Dioniso (y también la sacerdotisa) podían ser los dedicantes, como es el caso de una inscripción del siglo II d.C. procedente de Roma que transmite que dos sacerdotes y dos sacerdotisas del dios dedicaron una escultura a las divinidades representadas en la misma y a la asociación dionisíaca652; también en Asia Menor fue hallado un busto del dios fechado entre los siglos II y III d.C. que ofrecieron dos sacerdotes a Dioniso Categemón653; otro testimonio de la Dacia de la segunda mitad del siglo II d.C. cuenta que un sacerdote prefirió dedicar un stibadium en lugar de su cargo654, y otro de principios del siglo III d.C. habla sobre dos sacerdotes, probablemente hermanos, que participaron en la conmemoración de los himnos antiguos en honor de Dioniso655; y en Tracia dos sacerdotes del Baquion de Zeus-Dioniso dedicaron sendos altares en torno al siglo III (...) Λ(ούκιος) Φουλούιος Φῆλιξ ἱερεύς: A la buena fortuna (...) de Dioniso (...) Julio Besartes dedicó al dios y dio en usufructo a los mistas de ahora del dios y a los futuros (...) Lucio Fuluyo Félix, sacerdote. 649 IG 10, 2, 1, 309, l. 2-6 (Tesalónica (Macedonia) fin s. II d.C.): Μακεδόνι Ἀσιανῶν ὁ θίασος (...) ἱερητεύον̣τος Π(οπλίου) Αἰλίου Ἀλεξάνδρου: A Maquedón el tíaso de asiáticos (...) (dedica) siendo sacerdote Poplio Elio Alejandro. 650 JACCOTTET, 2003: vol. 2, 264-266, nº 159, l. 1-3 (Rodas, s. III d.C.): [Ὁ] δᾶμος ὁ Ῥοδίων καὶ ἁ βουλὰ Μάρκον Αὐρή[λιον Κ]ῦρον (...) τὸν ἱερέα τοῦ Βακχ[ίου (?)] Διονύσου: El pueblo de Rodas y la asamblea, a Marco Aurelio Ciro (...) sacerdote del Baquion de Dioniso / de Dioniso Baqueo. 651 IG 10, 2, 1, 506, l. 4-8 (Tesalónica (Macedonia) 209-210 d.C.): Ἰσιδώρωι (...) βουλεύσαντι ἱερασαμένωι θιάσων Διονύσου: a Isidoro (...) asambleísta, sacerdote de los tíasos de Dioniso. 652 IG 14, 977, l. 1-8 (Roma, s. II d.C.): Διονύσου ἱερεῖς θεοῖς τοῖς ἐπικειμένοις καὶ σπείρηι ἱερᾶι ἀνέθηκαν Τ̣(ίτος) Αἴλιος Ἔρως, Οὐφεινία Παυλεῖνα, Γ̣αμουρῆνα Κοσμιάς, Τ̣(ίτος) Ἰούλιος Μασκλίων: Los sacerdotes de Dioniso, Tito Elio Eros, Ufinia Paulina, Gamurena Cosmias y Tito Julio Masclión, dedicaron (esta escultura) a los dioses representados y a la speira sagrada. 653 SEG 40, 1223, l. 1-4 (Hisar, Frigia (Asia Menor), ss. II-III d.C.): Διονύσωι Καθηγεμόνι οἱ μύσται ἀνέθηκαν· Τ(ίτος) Φλάουιος Φορτουνᾶτος, Διονύσιος Μενάνδρου ἱερεῖς: A Dioniso Categemón los mistas dedicaron (este busto): Tito Flavio Fortunato, Dionisio Menandro, sacerdotes. 654 IScM I 167, l. 5-10 (Histria, Escitia Menor, Rumanía (Dacia), 2ª mitad s. II d.C.): Ζίπας Διοκλέους ὑμνωιδοῖς πρεσβυτέροις ἱερονείκαις τοῖς περὶ τὸν Διόνυσον τὴν στιβάδα ἐποίησε ἐκ τῶν ἰδίων ἀντὶ ἱερωσύνης: Zipas, hijo de Diocles, hizo a los veteranos cantantes de himnos, vencedores en los juegos sagrados de Dioniso, un stibadium por cuenta propia en lugar de (ofrecer) el sacerdocio. 655 IScM I 100, l. 3-4 y 16-19 (Histria, Escitia Menor, Rumanía (Dacia), 222-225 d.C.): ὑμνωιδοὶ πρεσβύτε[ροι οἱ πε]ρὶ τὸν μέγαν θεὸν Διόνυσον (...) Αὐρ(ήλιος) Ἀρτεμίδωρος Ἀριστοκρά(του) ἱερεύς, Αὐρ(ήλιος) Ἀριστοκράτ[ης] Ἀριστοκρά(του) ἱερεύ[ς]: los veteranos cantantes de himnos sobre el gran dios Dioniso (...) Aurelio Artemidoro, hijo de Aristócrato, sacerdote; Aurelio Aristócrato, hijo de Aristócrato, sacerdote. 188 d.C.656 En cuanto a la presencia de estos funcionarios como representantes en las dedicatorias, en Asia Menor hay un ejemplo del siglo I de nuestra era de una consagración para Dioniso y los mistas, en la que se especifica el sacerdocio bajo el cual fue realizada la ofrenda657. Por otro lado, la figura sacerdotal podía vincularse a un Dioniso concreto, como sucedió en Tracia y en Asia Menor: de finales del siglo I d.C. se conoce un sacerdote de los mistas de Dioniso Κάλλων en Tracia 658; en Pérgamo, una dedicatoria de principios del siglo II d.C. está destinada a un sacerdote hereditario de Dioniso Categemón659; en Eritras, también en el siglo II d.C., es mencionado un sacerdote en una dedicatoria a Dioniso Προπάτωρ660; tres inscripciones de Éfeso de finales del siglo II d.C. presentan sacerdotes de Dioniso Φλέος (dos de ellos, vitalicios)661; también en Éfeso y en la misma época un sumo sacerdote y prítane al mismo tiempo es protagonista entre los mistas de Dioniso Κορησείτος662, y otro es sacerdote de Dioniso Ὄρειος Βάκχιος663. Otras veces, los sacerdotes y sacerdotisas de Dioniso pueden ser mencionados en las inscripciones sin ofrecer ningún detalle de su cargo, como es el caso de un epígrafe probablemente del 656 IGBulg III 2, 1864, l. 1-3 (Malko-Tarnovo, Bulgaria (Tracia), ¿s. III d.C.?): [-- Δ]ι̣ο̣γ̣ένου ἱερεὺς βακχίου̣ [βω]μ̣ὸν ἀνέθηκα θεῶι Διὶ Διο[νύ]σωι: ..., hijo de Diógenes, sacerdote del Baquion, dedicó el altar al dios Zeus Dioniso; IGBulg III 2, 1865, l. 1-5 (Malko-Tarnovo, Bulgaria (Tracia), ¿s. III d.C.?): Β̣ωμὸν τ̣όνδ’ ἀνέθηκα θεῶι Διὶ τῶι Δ[ι]ονύσωι Λυκομήδης Χρήστου ἱερεὺς βακχείου μεγάλοιο: Este altar dedicó al dios Zeus Dioniso Licomedes, hijo de Cresto, sacerdote del gran Baquion. 657 Heberdey-Wilhelm 104, 183, l. 1-7 (Seleucia, Cilicia (Asia Menor), s. I d.C.): Διονύσωι Ἀρχε[β]άκχωι καὶ τοῖς μύσταις Ἀθηναῖος Χαρείνου ἐπὶ ἱερέως Σωπάτρου τοῦ Ἀπολλωνίου: A Dioniso, guía de los tíasos báquicos, y a los mistas (dedica) Ateneo, hijo de Carino, bajo el sacerdocio de Sópatro, hijo de Apolonio. 658 IK Byzantion 31, l. 5-7 (Bizancio (Tracia), 85-96 d.C.): οἱ μύσται Διονύσου Κάλλωνος ἐτείμησαν Σέμνον Λολλίας Κατύλλης ἱερατεύσαντα: los mistas de Dioniso el bello honraron a Semno, hijo de Lolia Catula, que ejerció el sacerdocio. 659 IGR 4, 386, l. 2-5 (Pérgamo, Misia (Asia Menor), 106-110 d.C.): Γ(άιον) Ἄντιον Αὖλον Ἰού[λιον Κουαδρᾶτον] δὶς ὕπατον καὶ ἀν[θύπατον Ἀσίας] τὸν διὰ γένους ἱερέ[α τοῦ Καθηγεμόνος] Διονύσου: A Gayo Antio Aulo Julio Cuadrato, dos veces cónsul y procónsul de Asia, sacerdote hereditario de Dioniso Categemón. 660 Erythrai 1, 43, l. 1 y 4-6 (Eritras, Jonia (Asia Menor), 139-161 d.C.): [--------- καὶ Διο]νύσωι προπάτο[ρι καὶ] (...) [----- ----]ο̣υ ὁ ἱερεὺς τοῦ Διο̣[νύσου ------ καὶ τὸν] ἱερὸν οἶκον ἐκ [τῶν ἰδίων ---------] ἀν[έθηκεν ------]: ... y a Dioniso ancestro y ... (...) …, (hijo de ...), sacerdote de Dioniso, dedicó ... y una casa sagrada por cuenta propia... 661 Ephesos 557, l. 6-7 (Éfeso, Jonia (Asia Menor), fin s. II d.C.): Πρέσβων Ἀνταίου ἱερεὺς Διονύσου Φλέω: Presbón, hijo de Anteo, sacerdote de Dioniso Fleo; Ephesos 669, l. 3-5 (Éfeso, Jonia (Asia Menor), fin s. II d.C.): ἱερατεύον[τος δι]ὰ βίου τοῦ Φλέω Διονύ[σου Τ(ίτου)] Βαρίου Νεικοστράτου: siendo sacerdote vitalicio de Dioniso Fleo Tito Vario Nicóstrato; Ephesos 673, l. 2-7 (Éfeso, Jonia (Asia Menor), 169-192 d.C.): ἱερατεύοντος διὰ βίου τῶν (...) καὶ Διονύσου Φλέω μυστῶν Τί(του) Αὐρηλίου Πλουτάρχου: siendo sacerdote vitalicio de (...) y de los mistas de Dioniso Fleo Tito Aurelio Plutarco. 662 Ephesos 1048, l. 4-10 (Éfeso, Jonia (Asia Menor), 180-192 d.C.): οἱ τοῦ προπάτορος θεοῦ Διονύσου Κορησείτου σακηφόροι μύσται φιλοσέβαστοι (...), ἱερατευόντων Μ(άρκου) Αὐρ(ηλίου) Μενεμάχου ἀρχιερέως καὶ πρυτανέως: los mistas que portan escudo del antepasado del dios Dioniso Córeso, leales al emperador (...), siendo sacerdote Marco Aurelio Menémaco, pontífice máximo y prítane. 663 Ephesos 674, l. 1-2 (Éfeso, Jonia (Asia Menor), fin s. II d.C.): Διόνυσος Ὄρειος Βάκχιος πρὸ πόλεως οὗ ἱερᾶται Γάϊος Φλάβιος Φούριος Ἄπτος: Dioniso de la montaña, Baco, delante de la ciudad, donde ejerce el sacerdocio Gayo Flavio Furio Apto. 189 siglo II d.C. hallado en Roma que simplemente nombra a un sacerdote y a una sacerdotisa del gran Dioniso664. De tan variados testimonios literarios y epigráficos que presentan la figura del sacerdote de Dioniso, se pueden identificar algunos aspectos relevantes sobre su papel y actuación en el mundo griego: la historia de Córeso y Calírroe contada por Pausanias, aunque probablemente ficticia, revela que el sacerdote del dios podía enamorarse y manifestar su amor y no tenía la obligación de abstenerse ante el deseo sexual. Por su parte, las inscripciones detallan ciertas características de este sacerdocio, podríamos decir, “de la vida real”. Con respecto a la mención del cargo, normalmente se especifica que el sacerdote es de Dioniso, pero hemos visto casos en los que no se puntualiza la divinidad. Esto se debe a que el contexto del epígrafe es dionisíaco y, por tanto, se habla del sacerdocio sin necesidad de especificar de qué dios. El cargo podía ser hereditario y vitalicio, al igual que los de otros dioses, y es ofrecido en algunas ocasiones a un individuo como premio o recompensa por la labor prestada al pueblo o a la asociación. Con respecto al papel que desempeñaba, era un oficiante público encargado de dirigir la ceremonia religiosa y de ejecutar los sacrificios en honor de Dioniso; también era una figura indispensable en las diferentes y variadas asociaciones dionisíacas, pues destaca su presencia entre mistas, Dionisiastas, Baqueastas, en tíasos y en el Baquion; por último, podía dedicarse exclusivamente a ejercer sus funciones de sacerdote cobrando un salario público y absteniéndose, incluso, de pagar impuestos. 5.2.3. Los sacerdotes de Dioniso en Beocia Para conocer en profundidad la figura sacerdotal de Dioniso, conviene hacer un estudio por áreas geográficas. A continuación, analizaré los testimonios existentes sobre el sacerdocio del dios en la región de Beocia, cuyo esquema sería conveniente seguir para un posterior estudio en el resto de ciudades y regiones griegas. Existe un testimonio epigráfico en Beocia, Queronea 1, que muestra la existencia de dos sacerdotes en un mismo rito, auxiliados por otros oficiantes: ἄρχοντος Εὐηµέρου τοῦ Λυσιµάχου, ἱε- ρι<τε>ύοντος Μάρκου Μαρίου, ἐλε<ι>-[κνο] φόρησε <Σά>τυρος Παραµόνου. ἐπιµέλεσθαι δὲ τὸν ἱαρεῖα τῶ Δι- 664 IG 14, 925, l. 2 (Roma, ¿s. II d.C.?): ἱερεῖς ἱερειά τε θεοῦ μεγάλου Διωνύσου: los sacerdotes y la sacerdotisa del gran dios Dioniso. 190 ωνούσω κὴ τὸν ἱαράρχαν κὴ Τιµόλα- 5 ον τῶν ἀντεθεµένων, ὅπως µεὶ ἀ- δικίωνθη. Durante el arcontado de Evémero, hijo de Lisímaco, siendo sacerdote Marco, hijo de Mario, Sátiro, hijo de Paramón, portó el aventador sagrado. El sacerdote de Dioniso, el sacerdote al mando y Timolas se encargaron de las cosas que se habían ofrendado, para que no sufrieran daños. El documento, fechado en el siglo II a.C., transmite un matiz interesante con respecto a la figura sacerdotal, y es que las ceremonias donde había una consagración podían estar oficiadas por dos sacerdotes: el de Dioniso, en este caso, y el ἱεράρχης (hierarca), el que estaba al mando del rito en ese momento y presidía la ceremonia; ambos, junto con otro personaje, se encargaban de custodiar las ofrendas con el fin de que no fueran saqueadas ni sufrieran daños. Sobre los términos que aparecen para designar al sacerdote, destacan el participio de presente del verbo ἱεριτεύω665 y el sustantivo τὸν ἱαρεῖα, forma beocia del acusativo singular ἱερῆα. Además del sacerdote principal, destaca otra figura que se sitúa jerárquicamente a un nivel un tanto inferior con respecto al primero: el λικνοφόρος (el “portador del aventador”). El cargo, que procede del término λίκνον666, aparece documentado a principios de siglo IV a.C. en un discurso de Demóstenes, quien otorga esta denominación a Esquines al oficiar ritos dionisíacos667. El pasaje del orador es casi una descripción paródica en la que mezcla ritos de iniciación orientales con rituales órficos. Siglos después, cuando Virgilio enumera las herramientas que utilizan los campesinos para emprender la siembra, menciona el aventador místico de Yaco como un elemento, entre otros, indispensable668, debido probablemente a la relación entre los misterios báquicos y los eleusinios. El término λικνοφόρος, por tanto, es un calificativo vinculado a la nomenclatura de ceremonias iniciáticas que posteriormente da nombre a un cargo sacerdotal669. No cabe duda de que el oficio concierne al ámbito de Dioniso y es probable que su presencia en la ceremonia se deba a 665 La forma más frecuente de este verbo es ἱερατεύω; también está documentada la forma ἱερωτεύω (Tespias 6). 666 El término λίκνον se relaciona con Dioniso Licnites, pues este instrumento le había servido de cuna al dios niño (Hsch. s.v. Λικνίτης); es el emblema vinculado al culto agrario de fertilidad y vegetación relacionado con Dioniso (véanse también Plu. Is. et Os. 35. 365A, que relaciona a las Tíades con el despertar de Licnites, y Orph. H. 46). Sobre Dioniso Licnites véanse: NILSSON, 1975 [1957]: 38-45; BURKERT, 2013 [1972]: 123-125; KERÉNYI, 1976: 222-226, 235-237, 260; RICCIARDELLI, 2000: 125 y 413-417; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2002: 367-369; CORRENTE, 2013: 527-530. Sobre el λίκνον y la λικναφορία: CUMONT, 1933: 250-252; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2002: 364-366. 667 D. 18, 260. 668 Verg. G. 1, 166. 669 JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2002: 203 (véanse los diferentes oficios y menciones en los cultos órficos: 182-214). 191 que uno de los sacerdotes mencionados en la inscripción sea de este dios. Según Nilsson, la expresión ἐλε<ι>[κνο] φόρησε <Σά>τυρος es un suplemento y el cargo es dudoso, pero en el caso de aceptar la reconstrucción, la inscripción atestiguaría el cargo del λικνοφόρος desempeñado por miembros de los tíasos. El estudioso considera que la razón de su mención en la inscripción beocia puede deberse a la influencia del liknon en los misterios dionisíacos de Asia Menor670. Schachter, por su parte, cree que la inscripción contiene dos documentos: por un lado, las primeras tres líneas fueron añadidas posteriormente, durante el periodo romano, y hablan de la conmemoración de la liknoforia de Sátiro, hijo de Paramón; y por otro, la segunda parte de la inscripción (l. 4 a 7) es la conclusión de un decreto de manumisión671. Los dioses invocados en manumisiones en el área beocia son, en los siglos III y II a.C., Asclepio; en el siglo II a.C., Dioniso, Zeus, Ártemis, Serapis y la Gran Madre de los dioses; y en el siglo I d.C., Apolo y Asclepio conjuntamente. Una de las primeras manumisiones en la que se menciona a Dioniso se fecha en el siglo III a.C. y se localiza en Delos. Antes de este siglo, en Grecia, este tipo de documentos relacionados con Dioniso son inexistentes672. Por último, Papazarkadas también se decanta por catalogar la inscripción como una cláusula de protección o un proceso de liberación identificado con una dedicatoria de un esclavo a Dioniso, debido a la mención del sacerdote de este dios673. Si esta hipótesis es correcta, en la ceremonia que cita la inscripción estuvieron presentes el arconte, el sacerdote Marco (que suponemos que es el sacerdote al mando), el portador del aventador sagrado, el sacerdote de Dioniso y Timolas, que probablemente fuera el esclavo, pues es el único (junto con el sacerdote de Dioniso) cuyo patronímico no se menciona. De principios del siglo I a.C. es Tebas 12, un testimonio relevante porque cita un sacerdote de Dioniso en relación con otros dos oficiantes del rito y de los juegos: Θρασέου ἄρχοντος, ἀγ[ωνοθετοῦντος] τῶν Ἀγριωνίων Νικοµά[χου τοῦ ——], ἐπὶ ἱερέως τοῦ Διονύ[σου —— τοῦ] Ῥύνχωνος, ἀπὸ δὲ τ[εχνιτῶν ———]- ου τοῦ Εὐάγρου Χαλ[κιδέως τὸ δεύτε]- 5 ρον, πυρφοροῦντ[ος ————— τοῦ] [Στ]ρατονίκου Θη[βαίου, —————]. 670 NILSSON, 1975 [1957]: 45, n.1 y 46. 671 SCHACHTER, 1981: 173-174. 672 Véanse los gráficos sobre los dioses invocados en la manumisión griega de CALDERINI (1908: 108- 113). 673 PAPAZARKADAS, 2014: 427. El autor prueba con una serie de ejemplos epigráficos la práctica de la manumisión en el área beocia (2014: 396, n. 8 y 426-439). 192 Durante el arcontado de Traseas, siendo árbitro de las Agrionias Nicómaco, hijo de (nombre), ejerció el sacerdocio de Dioniso (nombre), hijo de Rincón, y por parte de los tecnitas lo fue por segunda vez (nombre), hijo de Evagro de Calcis, y portador del fuego, (nombre), hijo de Estratonico de Tebas, (...). La inscripción presenta lagunas, pero se ha podido reconstruir siguiendo los modelos de listas relativas a los Museia de Tespias674 (Tespias 12 y Tespias 13). Se trata de un catálogo agonístico relativo a las Agrionias, el cual menciona a un arconte de Tebas, a un ἀγωνοθέτης o árbitro de los juegos en estas fiestas, a un πυρφόρος o portador del fuego, a un sacerdote de Dioniso tebano y a otro sacerdote de Dioniso perteneciente a los tecnitas675. A diferencia del ejemplo anterior, en esta inscripción hay un responsable de los juegos y dos de la ceremonia religiosa, por lo que se pueden deducir las dos partes que componían la celebración: el ritual y la competición. Con respecto a las figuras sacerdotales, ambos representan la autoridad religiosa encargada del rito: el sacerdote de Dioniso es de dicho dios y no de otro porque las Agrionias son unas fiestas dionisíacas676; el otro sacerdote pertenece a la asociación de artistas porque es la encargada de disponer todo lo necesario para la celebración del ritual y de la competición, y además, repite el cargo, por lo que gracias a este dato sabemos que este oficio podía desempeñarse seguro, al menos, dos años677. Los dos sacerdotes, responsables religiosos de los ritos, eran uno de Tebas y el otro de Calcis, lo que indica que los tecnitas no eran necesariamente oriundos de la ciudad de celebración del festejo678. Por su parte, el πυρφόρος era un joven cuyo papel era portar el fuego del hogar o de los altares (sin entender este oficio como un encargado de la iluminación)679. Este cargo, de origen humilde, posteriormente adquirió una dignidad considerable680; de hecho, en este texto ya la ha alcanzado porque es una demostración de las primeras magistraturas civiles y religiosas de la ciudad681. El πυρφόρος es un oficio que también aparece atestiguado en el culto de Apolo en el Peloponeso, en Delfos y Lemnos, en el de Zeus Eleuterio en Platea (Beocia), en los 674 ROBERT, 1935: 197, n. 4; LE GUEN, 2001: vol. 1, 140. MANIERI (2009: 302) afirma que la analogía de la fórmula introductoria entre la presente inscripción y los catálogos contemporáneos de Tespias confirman la hipótesis de que en la gestión de los Museia y de las Agrionias participaban las autoridades de la ciudad y la asociación de tecnitas del Istmo y de Nemea. 675 Sobre la asociación de tecnitas dionisíacos véanse: cap. 4.2.3.2 y 6.2.2.2. 676 Sobre las Agrionias véase: cap. 7.2.1. 677 Normalmente, el sacerdocio y el arbitraje, cargos principales dentro de la asociación de artistas de Dioniso, tenían una duración de un año (LE GUEN, 2001: vol. 1, 238). 678 BERNABÉ, 2010: 380. 679 ROBERT, 1966: 746-747. 680 ROBERT, 1966: 748. 681 LE GUEN, 2001: vol. 1, 141. 193 Museia de Tespias y en los juegos ístmicos de Corinto682. Es posible intuir que la participación en la fiesta se había profesionalizado, algo que probablemente es ajeno a sus orígenes683. Por último, es destacable que solo se utiliza el sustantivo al mencionar el oficio de sacerdote, mientras que el agonoteta y el portador del fuego son designados por el verbo correspondiente, ἀγωνοθετέω y πυρφορέω, respectivamente. No sabemos si esta diferencia puede deberse a la diferencia entre lo estable y lo ocasional, es decir, es distinto ser sacerdote, tener la identidad del cargo, a ejercer ocasionalmente un oficio. Dos testimonios hallados fuera de los límites de Beocia pero relevantes en la tarea que nos ocupa son Delfos 1 y Delos 1. Delfos 1 es un decreto, datado a finales del siglo III a.C., que marca la reorganización de unas fiestas en honor de Dioniso celebradas en Tebas, por lo que en realidad sí puede considerarse un testimonio referente a Beocia. Las partes que interesan son: … ὅπως ἂν ἡ θυσία τῶι Διονύσωι 11 [ἡ τῶν τριετηρίδων καὶ οἱ] ἀγῶνες οὓς σ[υντελεῖ ἡ πόλις τῶν Θηβαίων καὶ τὸ κ]οινὸν τῶν τεχνιτῶν τῶν εἰς Ἰσθµὸν [καὶ Νεµέαν συµπορευο]µένων γίνητ[αι ὡς κάλλιστα, ἐπιµελεῖσθαι] τοὺς ἱεροµνήµονας οἳ ἂν ὦσιν ἐν τῶι [συνεδρίωι]… 14 (…) para que el sacrificio de las (fiestas) trietéricas ofrecido a Dioniso y las competiciones que organizan la ciudad de Tebas y la compañía de tecnitas reunidos en el Istmo y Nemea fueran los más vistosos posibles, (fue decretado que) se ocupasen de ello los custodios de las cosas sagradas y los que forman la asamblea, (…). … κ[υρίους δ’ εἶναι οἰκονο]µοῦντας τὰ κατὰ τὸ ἱερὸν τόν τε ἱερέα τοῦ Διονύσου καὶ τοὺς ἐπιµελ[ητὰς τοὺς ὑπὸ τῶ]ν τεχνιτῶν εἱρηµένους καὶ τὸν ἀγωνοθέτην 25 Θηβαίων· ἀναγράψαι δὲ τὸν [γραµµατέα τόδ]ε τὸ ψήφισµα… (…) que sean los administradores en ejercicio, en lo relativo al santuario, el sacerdote de Dioniso, los epimeletas designados por los tecnitas y el árbitro de los juegos de los tebanos. Que el secretario grabe este decreto (…). De este interesante decreto queda claro que en las fiestas trietéricas de Tebas684 había sacrificios en honor de Dioniso y competiciones organizadas por los tecnitas. Para que todo saliera bien se estableció que, en esa ocasión, las personas pertenecientes a la asamblea y los custodios de las cosas sagradas fueran los encargados del rito y de los 682 El πυρφόρος está atestiguado en el culto de Apolo en el Peloponeso en: IG 5, 1, 991, 992, 999, 1007, 1012, 1015, 1018, 1019, 1021, 1025, 1027, ex. gr.; en Delfos: F. Delphes 2, 13; en Lemnos: WILHELM, 1939: 41-46; en el culto de Zeus Eleuterio en Beocia: IG 7, 1667; en los Museia de Tespias: IG 7, 1760; y en los juegos ístmicos de Corinto: ROBERT, 1966: 748-749. 683 BERNABÉ, 2010: 380. 684 Sobre las fiestas trietéricas de Dioniso véase: cap. 7.2.1. 194 juegos. El ἱερομνήμων es un tipo de sacerdote cuya función principalmente era asistir y colaborar en los sacrificios. Pero la figura sacerdotal principal era el sacerdote de Dioniso, que en estas fiestas se ocupaba de administrar todo lo relativo al santuario del dios. Contaba, además, con la ayuda del ἀγωνοθέτης o árbitro de los juegos y de los ἐπιμεληταί, los organizadores de los juegos685. En las inscripciones analizadas hasta el momento hay diferenciación en las partes que componen la fiesta, el juego y la ceremonia ritual, y en las labores que ejercen sus oficiantes; sin embargo, en este testimonio parecen entremezclarse las tareas, pues el ἱερομνήμων se encarga del sacrificio pero también de la competición, y de la administración del santuario se ocupan, además del sacerdote de Dioniso, dos figuras relacionadas con el juego, los ἐπιμεληταί y el ἀγωνοθέτης. El segundo testimonio, Delos 1, es un decreto que fue hallado en la isla de Delos y fechado en torno al año 170 a.C. Trata la proclamación de la coronación de un personaje importante que perteneció a la sede de los tecnitas de Jonia y del Helesponto y de Dioniso Categemón. El fragmento que incumbe es el siguiente: ... επειδὴ Κράτων Ζωτίχου αὐλητὴς πρότερόν τε γενόµενο[ς ἱερεὺς τοῦ Διονύσου] [καὶ ἀγω]νοθέτης καλῶς καὶ ἐνδόξως προέστη τῆς τε ἱερεωσύνης καὶ τῆς ἀγων[οθεσίας καὶ νῦν δὲ κρι]- [θε]ὶς ἄξιος εἶναι ταύτης τῆς τιµῆς ὑπὸ τοῦ πλήθους τῶν τεχνιτῶν καὶ αἱρεθε[ὶς τὸ δεύτερον ἱερεὺς] [τ]οῦ Διονύσου καὶ ἀγωνοθέτης ἐν τῶι αὐτῶι ἔτει, ὑπερθέµενος τοὺς π[ρὸ αὐτοῦ γενοµένους ἱερέας] [κ]αὶ ἀγωνοθέτας τῆι τε χορηγίαι καὶ τῆι δαπάνηι καὶ τῆι αὐτοῦ µεγαλοψ[υχίαι καὶ ἀναστραφεὶς πρεπόν]- 10 τως καὶ ἀξίως τῆς συνόδου πάντα τὰ πρὸς τιµὴν καὶ δόξαν ἀνήκοντα [ἐπετέλεσεν τῶι τε Διονύ]- σωι, ... (…) puesto que Cratón, hijo de Zótico, auleta, fue en el pasado sacerdote de Dioniso y árbitro de los juegos con honestidad y fama, destacó en el sacerdocio y en el arbitraje de los juegos y ahora ha sido juzgado digno de gran honor por la asamblea de tecnitas y elegido por segunda vez sacerdote de Dioniso y árbitro de los juegos en el mismo año, ha superado a los sacerdotes y a los árbitros de los juegos que hubo antes de ese año por la coregia, por su gasto y generosidad, y viviendo convenientemente y siendo digno de la compañía, ha cumplido todos los actos que garantizan honor y fama a Dioniso, (…). Si bien es cierto que no es un testimonio procedente de Beocia, sin embargo, la organización de los juegos y de la ceremonia religiosa y la designación de los cargos principales son las mismas que en los casos anteriores, por lo que la práctica que en esta inscripción se cuenta podría equipararse a casos beocios. Cratón fue sacerdote de Dioniso y árbitro de los juegos al mismo tiempo; destacó en ambos oficios de tal manera que los 685 Sobre los epimeletas véase: cap. 6.2.2.2 (Los tecnitas del Istmo y de Nemea). 195 responsables del nombramiento de los dos puestos decidieron que repitiera los dos cargos el mismo año. Por tanto, es probable que en algunas ciudades el responsable de la competición y el de la ceremonia ritual fueran la misma persona. No obstante, en este caso parece que la celebración no contaba con dos sacerdotes (uno al mando y otro de Dioniso o dos de Dioniso), sino solo con uno, que desempeñaba, además, el papel de agonoteta. Plutarco y Pausanias también tratan algunos ritos y fiestas de Beocia y la figura del sacerdote de Dioniso y el papel que desempeñaba en ellos. Plutarco, por ejemplo, cuenta que un conocido rito público de purificación, practicado solamente por los beocios, era pasar entre las partes de un perro que había sido cortado en dos686. No sabemos si esta ceremonia era dirigida por un sacerdote; desde luego Plutarco no lo transmite. Sí relata, en cambio, que durante la celebración de las Agrionias de Orcómeno tenía lugar una persecución por parte de un sacerdote de Dioniso a las orcomenias y, como consecuencia, la huida de estas. Cuenta un episodio que sucedió en una ocasión en su tiempo, en el que un sacerdote mató a una de las mujeres perseguidas. A raíz de aquel acontecimiento, el funcionario cayó enfermo y murió y, como consecuencia, los orcomenios transfirieron el sacerdocio de la familia de origen al mejor candidato escogido687. Obsérvese el cambio de costumbres en lo que respecta a las tradiciones religiosas en tiempos de Plutarco, pues el sacerdocio hereditario podía ser abolido para una familia y ser susceptible de elección por votación con el fin de transferirse a otra. Pausanias, por su parte, ofrece una noticia de un sacerdote de Dioniso de la ciudad beocia de Potnias: un día de celebración, los seguidores del dios se emborracharon hasta tal punto que perdieron la conciencia y mataron al sacerdote. Dioniso les castigó y tuvieron que sacrificar a un muchacho en compensación; finalmente, el dios sustituyó a la víctima por una cabra688. Resulta curioso que en ambas historias los sacerdotes son protagonistas de sucesos relacionados con muertes: en la leyenda plutarquea el sacerdote mata, mientras que en el relato transmitido por Pausanias el asesinado es el funcionario. 686 Plu. Aet. Rom. 111. 290D. 687 Plu. Aet. Gr. 38. 299F-300A (véanse las Agrionias [cap. 7.2.1]). 688 Paus. 9, 8, 2 (véase Dioniso Egóbolo [cap. 2.3.4]). 196 5.2.4. El sacerdote de Zeus Trofonio en contexto dionisíaco en Beocia Entre las funciones del sacerdote, además de vigilar y cuidar de las “cosas sagradas” y cumplir el culto, también era importante atender e intervenir en la participación de oráculos, ya que estos poseían autoridad en materia religiosa689. Además, un oráculo era consultado por decisión de los dirigentes públicos y la intervención de estos en él era fundamental. El recurso oracular es un tema sobradamente conocido y extendido por todo el territorio griego. Plutarco informa de que en la región de Beocia existieron muchos oráculos y del gusto de sus gentes por esta actividad adivinatoria. Sin embargo, se lamenta de que en su tiempo ya habían desaparecido casi todos, destacando la excepción de la ciudad de Lebadea, el lugar que, según el autor, permitía todavía obtener adivinación a quienes la necesitaran690. Pausanias, a lo largo del libro noveno, cuenta la historia de varios oráculos y, gracias a él, conocemos la historia de Trofonio, el personaje que da nombre al famoso oráculo de Lebadea691. Para consultar al dios ctónico, se descendía al subsuelo por medio de una grieta, a modo de experiencia mistérica. Había que seguir un protocolo de actuación, que describe perfectamente Pausanias (el autor, además, confiesa que no se lo han contado, sino que él mismo lo ha vivido)692. De manera particular, 689 DELGADO DELGADO, 2000: 15-16. 690 Plu. Def. orac. 5. 411EF. FLACELIÈRE (1974: 85) considera que la confianza en la religión y la creencia en los oráculos experimentaron una bajada considerable en Grecia (estos, por falta de consultores, terminaron siendo abandonados). Probablemente la corriente epicúrea influyó, pues uno de los pensamientos de la doctrina, el del epicúreo Boeto, dice que, si los dioses existen, no se interesan por los hombres y no pueden preocuparse por iluminar su futuro. Para más información del pasaje de Plutarco véase: BROUILLETTE, 2014: 26, 50, 151-152. 691 Agamedes y Trofonio fueron célebres arquitectos, famosos por sus obras de época arcaica, entre las que destacan la cámara nupcial de Alcmena en Tebas (sobre esta véase Paus. 9, 11, 1), el templo de Apolo en Delfos y la cámara del rey de Hiria, Hirieo, en Beocia. En relación a esta última construcción sucede la historia del oráculo: los dos arquitectos, al conocer perfectamente la estancia, robaban las riquezas del rey hasta que un día Agamedes fue descubierto. Trofonio le mató con el fin de que no pudiera revelar nunca el nombre de su cómplice, pero la tierra se abrió y se tragó al asesino. Desde entonces, en ese bosque sagrado de Lebadea hay un hoyo y una estela con el nombre de Agamedes, y un poco más arriba se encuentra el oráculo de Trofonio (Paus. 9, 37, 5-7). 692 El fiel, primero, tenía que vivir unos días determinados en un edificio consagrado al buen Demon y a la buena Fortuna, donde realizaba purificaciones y se bañaba en el río Hercina, situado en las cercanías del lugar. Después, debía hacer sacrificios a Trofonio y a otros dioses hasta que las entrañas del animal sacrificado fueran interpretadas favorablemente por un adivino. A continuación, era lavado por dos muchachos en el río Hercina y conducido por los sacerdotes a la fuente del río, donde debía beber del agua llamada Lete para olvidarse de todo lo que hasta entonces había pensado y del agua de Mnemósine para recordar todo lo vivido en su descenso. Más tarde, los sacerdotes le enseñaban la imagen que había hecho Dédalo para que la venerase y, por último, colocándose sobre un agujero del suelo era arrastrado y llegaba al santuario de Trofonio. La construcción sobre la que se asentaba el oráculo era como un horno. Cuando el fiel subía de nuevo a la tierra, los sacerdotes lo recibían y le preguntaban qué había visto y aprendido. Después, se lo entregaban a sus parientes para que recuperara sus facultades. Al parecer, los beocios no conocían el oráculo hasta que un día llegó a Lebadea el embajador Saón y preguntó por el oráculo. Este vio unas abejas que se adentraban en una gruta y las siguió, y allí descubrió a Trofonio, que le dio los consejos necesarios para la fundación de un oráculo y un culto en su honor (Paus. 9, 39, 5-14 y 40, 1-2). Otros pasajes 197 conocemos la activa participación de sacerdotes en esta ceremonia de consulta oracular. Ellos tenían tres funciones: eran los encargados de conducir a los fieles a la fuente del río Hercina693 para que bebiesen de los dos tipos de agua, la del olvido y la del recuerdo, también les enseñaban la imagen de Dédalo para que la venerasen y, una vez los consultores habían regresado del descenso, los recibían e interrogaban sobre el aprendizaje de la experiencia y se los entregaban a sus familiares. Además del texto literario, un testimonio epigráfico hallado en Lebadea, Lebadea 2, fechado después de 213 d.C., menciona a un sacerdote de Zeus Trofonio: Ἀγαθῆι Τύχηι. Ὁ ἱερεὺς τοῦ Διὸς τοῦ Τρο- φωνίου καὶ πρό- αρχος τοῦ Βακ- 5 χείου Μ(ᾶρκος) Αὐρ(ήλιος) Νεικόβουλος Νεικοβούλου τὸν θεὸν Διό- νυσον τῶι κοι- 10 νῶι τῶν λατό- µων ἐκ τῶν ἰδί- ων εὐτυχῶς. A la Buena Fortuna: el sacerdote de Zeus Trofonio, también arconte epónimo del Baquion, Marco Aurelio Nicobulo, hijo de Nicobulo, al dios Dioniso en beneficio de la comunidad de los canteros, a sus expensas con buena fortuna. que hablan sobre Trofonio y el oráculo: h.Ap. 3, 296; Hdt. 1, 46 y 8, 133-134; E. Io. 300, 393 y 405; Ar. Nu. 509; Cratin. fr. 233-245 Kassel-Austin; Aristoph.Boeot. 9A Fowler; Plu. Sull. 17, 1-2. De gen. Socr. 22 (590A-592E). Cons. ad Apoll. 14 (109AB). Narr. Am. 1 (772A); Philostr. VA 8, 19; Ath. 13, 67. 14, 2 y 14, 48. SCHACHTER (1967b: 6 y 9) apunta que la característica peculiar de este oráculo es que el consultor mismo se convertía en el medium; además, cree que se mezclan dos tipos de profecía: la que requiere que el consultor se acerque a la deidad directamente inspirado por el agua de una fuente sagrada, y la que exige al fiel acceder a la divinidad oracular después de pasar varios días de retiro purificándose y realizando sacrificios. Asimismo, hace una conexión con la historia, el culto y el oráculo de Anfiarao en Oropo (Paus. 1, 34). Por su parte, PIRENNE-DELFORGE (2008: 325-331) considera que el pasaje de Pausanias sobre la experiencia en el oráculo de Trofonio es remarcable porque el autor puede hablar de primera mano. Esto se traduce en una descripción minuciosa que relega el método de exposición habitual, pues el pasaje registra descripción técnica y reivindicación de una experiencia. Sin embargo, aunque Pausanias proporciona una experiencia real basada en su participación directa, la describe con distancia. Considera, además, que tal descripción del ritual apunta una interpretación en términos mistéricos. Para más información especializada acerca del oráculo y de la posible experiencia mistérica véanse: RADKE, 1939: s.v. Trophonios; CLARK, 1968; PHARAKLAS, 1969; BONNECHERE, 2003. 693 El río recibe el nombre por la ninfa Hercina. Esta y Perséfone un día jugaban con la oca de la diosa. El animal se ocultó en una gruta bajo una piedra y Perséfone, para recuperarlo, levantó la piedra y del suelo brotó agua (Paus. 9, 39, 2). Precisamente bañándose en estas aguas fue donde Estratón vio a Aristoclea, se enamoró de ella y consultó el oráculo de Trofonio para conocer el futuro de su amor (Plu. Narr. Am. 1. 771E-772C). 198 Aparte de ser un epígrafe importante porque certifica una vez más, junto con el texto de Pausanias, que en época tardía este oráculo seguía en vigor, es interesante por otros motivos: sabemos el nombre del sacerdote y el de su padre, ambos se llamaban Nicobulo; asimismo, el protagonista de la inscripción tenía dos oficios, pues Nicobulo era sacerdote de Zeus Trofonio, un cargo público y oficial, y presidente del Baquion, asociación dionisíaca694. Con respecto al primer cargo, debe destacarse que es sacerdote de Zeus Trofonio. Pausanias, en ningún momento de su detallado relato sobre Trofonio y el oráculo, menciona al dios Zeus; sin embargo, según algunos investigadores, la asimilación de Trofonio y Zeus es antigua, pues lo confirma una inscripción del siglo III a.C. en la que un personaje dedica una estatua a Zeus Trofonio695. Es probable que ante la fama y la gran acogida que tuvo el oráculo entre los griegos, no solo los beocios, se empezara a atribuir su autoría a Zeus, quedando el término Trofonio más como un epíteto del padre de los dioses que como el personaje que, según Pausanias, instauró y dio nombre al oráculo. Lo que está claro es que a principios del siglo III d.C. seguía siendo conocida la vinculación entre Zeus y Trofonio, tal como manifiesta Lebadea 2. Sobre el segundo cargo, πρόαρχος (προάρχων), el sacerdote fue también arconte epónimo de un Baquion, es decir, el magistrado que ejercía la presidencia en un colegio durante un plazo696. También seguramente debió de dirigir los misterios dionisíacos de la ciudad y, como el título poseía una validez dentro de la asociación, es probable que por eso la dedicatoria de la estatua se destinara a Dioniso697. Aunque Dioniso también tuvo su propio oráculo698, no es el único caso en que el dios aparece vinculado al de Trofonio. Esta relación parece remontarse al siglo IV a.C., cuando Aristófanes de Beocia cuenta que las verdaderas ceremonias liberadoras son las de Dioniso porque los beocios, cuando fueron vencidos por los tracios, huyeron al oráculo de Trofonio y este les reveló que el dios los defendería. Así, atacaron a sus enemigos tracios un día que estaban borrachos, se liberaron unos a otros y erigieron un templo de Dioniso liberador699. Asimismo, el testimonio Lebadea 3, de época tardía (no se sabe 694 Baquion como asociación dionisíaca en Beocia véase: cap. 6.2.1.2. 695 Según ROESCH (1982: 183, n. 182), la dedicatoria IG 7, 3090 confirma que la asimilación de Trofonio a Zeus ya es conocida en el siglo III a.C.; véase también: RADKE, 1939: s.v. Trophonios f) Zeus Basileus. 696 Sobre el arconte epónimo que se especifica en Lebadea 2 véase: cap. 5.4. 697 ROESCH, 1982: 183; JACCOTTET, 2003: vol. 2, 42. 698 Pausanias (9, 30, 9) cuenta un suceso acerca del oráculo de Dioniso en la ciudad de Libetra, cercana al Olimpo: esta ciudad rendía culto a Orfeo y, un día, el oráculo de Dioniso dijo a sus habitantes que cuando el sol viera los huesos de Orfeo, la ciudad sería destruida por un jabalí. Ellos no creyeron tal cosa, pero la urna donde se hallaban los huesos del músico se rompió, el sol consiguió tocarlos con sus rayos y Dioniso levantó un torrente de agua que inundó la ciudad y derribó las murallas. 699 Aristoph.Boeot. 9A Fowler (véase Dioniso Lisio [cap. 2.3.6]). 199 exactamente entre qué siglos se ubica), vincula al propio Dioniso, no a ninguna de sus asociaciones, con el oráculo: Διονύσωι Εὐσταφύλωι κατὰ χρησµὸν Διὸς Τροφωνίου. A Dioniso Eustáfilo, según el oráculo de Zeus Trofonio. La inscripción informa de que un autor anónimo decidió homenajear a Dioniso, el de buen racimo, tras el consejo que recibió del oráculo de Zeus Trofonio. 5.2.5. El sacerdote de las Musas en contexto dionisíaco en Beocia En la ciudad de Tespias se celebraban juegos en honor de las Musas y, como tal, uno de los funcionarios por excelencia era el sacerdote de estas divinidades, quien solía presidir sus fiestas. Tespias 14 es un decreto fechado entre los años 250-200 a.C. que informa sobre los Museia700. ῾Ο θυµελικὸς ἀγὼν στεφανίτης πρῶτον ἐγένετο ἀγωνοθετοῦντος ῾Ιεροκλέος, ἱερέως δὲ τῶν Μουσῶν Μνασίωνος, απὸ δὲ τῶν τεχνιτῶν Αἰσχύλου, ... La competición musical por coronas701 que se celebró en el teatro tuvo lugar por primera vez siendo el árbitro de los juegos Hierocles, Mnasión, el sacerdote de las Musas y Esquilo, el representante de los tecnitas; (...). En los Museia de Tespias también se celebraban agones o competiciones de música y de poesía. En este caso, el sacerdote preside la fiesta acompañado de Hierocles, el árbitro de los juegos, y de Esquilo, el representante de los tecnitas de Dioniso. Asimismo, tenemos más información de la competición gracias a los catálogos agonísticos que se conservan. La presencia de estos torneos se hizo notable desde el siglo III a.C. y a lo largo del siglo II a.C. Ofrecen una clara muestra de las figuras funcionariales que tomaban parte en ellos; una de las principales fue el sacerdote de las Musas, que gozó de una posición distinguida. Tespias 12 es un testimonio fechado entre 175 a.C. (o 171) y 150 a.C.702 que ofrece interesante información con respecto al agón y a las figuras sacerdotales: 700 Para más información de Tespias 14 y de los Museia véase: cap. 7.3.1. 701 El término στεφανίτης hace referencia al premio del vencedor (en este caso, una corona). Sobre los diferentes premios de los vencedores véase: cap. 7.3.1 (Tespias 14). 702 ROESCH (1982: 190), LE GUEN (2001: vol. 1, 151) y MANIERI (2009: 383-384) sitúan la inscripción entre los años 175-150 a.C. (LE GUEN comenta la dificultad de datación de la inscripción, pero está de 200 Ἀριστοβούλου ἄρ[χοντος], Ἀγαθοκλέους τοῦ Νικ[———] ἀγωνοθετοῦντος, ἐπ[ὶ ἱερέως τῶν] Μουσῶν Φαράδου τοῦ Θη[βαγγέλου, ἀ]- πὸ δὲ τῶν τεχνιτῶν Νικίο[υ τοῦ ————] 5 που, γραµµατεύοντος Φαεί[̣νου τοῦ] Κάνα, πυρφοροῦντος Βάκχω[νος τοῦ Ἀπολ]- λοδώρου, ἀπὸ δὲ τῶν τεχν̣[ιτῶν συν]- τελούντων εἰς ῾Ελικῶνα ἱε̣[ρέως τῶν] Μουσῶν Φιλλέου τοῦ Μ[———, τοῦ δὲ Διο]- 10 νύσου Φιλλέου τοῦ [———], ἐνε[ί]κων οἵδ[ε]· ποιητ̣[ὴς ἐπῶν] Διοσκου̣[ρίδης ———] [αὐλητὴς] 15 Ἀντ—————— Durante el arcontado de Aristobulo, siendo Agatocles, hijo de Nic(...), árbitro de los juegos y Faradas, el hijo de Tebángelo, sacerdote de las Musas, y por parte de los tecnitas, Nicias, hijo de (...)po (siendo árbitro), actuando como secretario Faino, el hijo de Canas, como portador del fuego Bacón, el hijo de Apolodoro, y por parte de los tecnitas que ejercen en el Helicón, siendo sacerdote de las Musas Fileas, el hijo de M(...), y (sacerdote) de Dioniso, Fileas, el hijo de (...), vencieron los siguientes: el poeta épico, Dioscórides (...); el auleta, Ant(...) (...). En las representaciones de concursos, Tespias concretamente empezó a tener un papel relevante, entre otros motivos por el número de funcionarios que participaban. La presencia de dos sacerdotes representativos, el de las Musas y el de Dioniso, es destacable: las Musas, como garante de las artes escénicas, y Dioniso, el dios por quien se celebra el agón y a quien probablemente se dedicaran los premios. Esta división parece ofrecer una caracterización del concurso muy singular, de doble naturaleza: el agón musical y el agón dramático. Pero la presencia de estos funcionarios se hace notar porque, en este caso, son tres en realidad los sacerdotes que intervienen en la competición: el sacerdote de las Musas de Tespias, el sacerdote de las Musas de la sede de tecnitas del Helicón y el sacerdote de Dioniso también por parte de los tecnitas703. Por tanto, son dos los representantes de las Musas y uno el del dios, pero uno el que ejercía en nombre de la ciudad de Tespias y dos los que proporcionaban los tecnitas (un sacerdote de las Musas y otro de Dioniso). Esta acción puede sugerir que la presencia de la compañía local de los acuerdo con las fechas aportadas por ROESCH después de analizar los nombres propios del arconte federal, del secretario y de los sacerdotes de otro catálogo de tecnitas; MANIERI comenta que el epígrafe podría ser posterior a la disolución de la Liga Beocia (mediados del s. II a.C.) porque falta la mención del arconte federal); los editores de IThesp. 165 acotan la inscripción entre los años 171-150 a.C. 703 Los dos sacerdotes que aportan los tecnitas, el de las Musas y el de Dioniso, son dos personas diferentes, aunque llamadas igual (Fileas) porque, de haber sido la misma, el griego probablemente diría “ἱερέως τῶν Μουσῶν καὶ Διονύσου Φιλλέου τοῦ ...”. 201 tecnitas con sede en Beocia supervisaba no solo los agones tespieos en honor de las Musas, sino también los tebanos en honor de Dioniso Cadmeo704. Por otro lado, por la manera en que van apareciendo y son mencionados los personajes y sus cargos parece que la competición y la ceremonia ritual son una. Tampoco el catálogo presenta los dos momentos agonísticos en dos partes separadas. A partir de la l. 12 se mostrarían los nombres de los vencedores y las categorías en las que participaban, que ha sido posible reconstruir gracias a otro catálogo agonístico mejor conservado, Tespias 13. Resumiendo, en esta fiesta de Tespias participaron los siguientes cargos y fieles: - En la ceremonia ritual propiamente dicha: un sacerdote de las Musas (de Tespias), un sacerdote de las Musas (que proporcionan los tecnitas), un sacerdote de Dioniso (de los tecnitas), un portador del fuego. - En la parte representativa/administrativa: el arconte y el secretario. - En la competición, parte organizadora: un árbitro de los juegos (de Tespias) y un árbitro (de los tecnitas). - En la competición, parte competidora: poeta épico, auleta (no se conservan más categorías, pero las había). Además, deben destacarse las menciones de los cargos de todos los organizadores y trabajadores de la fiesta, a excepción del arconte y de los tecnitas, por medio del participio del verbo correspondiente, y no por el sustantivo. En cuanto a los personajes, hay que destacar a Faradas, el hijo de Tebángelo, que en este epígrafe desempeña el cargo de sacerdote de las Musas pero en otra competición es árbitro705. Además, si consideramos que Nicias, el árbitro por parte de los tecnitas (de la l. 5), es la misma persona que el Nicias probablemente mencionado en la l. 2, él sería el árbitro de los juegos por parte de los tecnitas, y su hijo, Agatocles, el árbitro asignado por la asamblea de Tespias. El siguiente catálogo agonístico, Tespias 13, fechado entre 118-112 a.C.706, unos años más tarde que el testimonio anterior, aporta incluso más información reseñable gracias a su mejor estado de conservación: [——————] ἄρχοντος, 704 MANIERI, 2009: 384. 705 IThesp. 166, l. 2-3 (175-150 a.C.): ἀγωνοθετοῦντος Φαράδο[υ τοῦ] Θηβαγγέλου: siendo árbitro Faradas, hijo de Tebángelo. 706 118-112 a.C. es el intervalo que proponen los editores de IThesp. 170; GOSSAGE (1975: 122) otorga a la inscripción una datación posterior decantándose por el periodo inmediatamente sucesivo a las guerras mitridáticas (después de 63 a.C.), debido a la presencia de listas de vencedores parecidas en otras ciudades beocias durante esta época; LE GUEN (2001: vol. 1, 155-156) la sitúa entre los años 110-90 a.C. basándose en el análisis de otras listas de tecnitas. 202 [Μν]ασ[ί]ππου τοῦ Ἀρχελάου ἀγωνοθετοῦντος, ἐπὶ δ[ὲ] ἱερέως τῶν Μουσῶν Κλεαινέτο[υ] [τ]οῦ Δασύου, πυρφοροῦντος 5 Καλώτου τοῦ Ἀγαθονίκου, ἀπὸ δὲ τῶν τεχνιτῶν τῶ[ν] [συν]τελούντων εἰς Ἑλικῶ[να] [πυ]ρφοροῦντος τῶν Μουσῶ[ν] [Μνασ]ίππου τοῦ Μνασίππο[υ], 10 [τ]οῦ δὲ Διονύσου Ἀρχελάου τοῦ Μνασίππο[υ], οἵδε ἐνίκων τὰ Μουσεῖα· ποιητὴς προσοδίου Δηµήτριος ῾Ιπποκράτους [Τ]αναγραῖο[ς], 15 σαλπιστὴς Ἀριστέας Σκάµωνος Θεσπιεύς, κῆρυξ [Σώ?]ταιρος Θεογείτονος Θεσπιεύ[ς], ἐπῶν ποιητὴς 20 [Δηµ]οκλῆς Ἀµεινίου Θηβαῖος, ῥαψωιδὸς [Ἴραν]ος Φρυνίδου Ταναγραῖο[ς], αὐλητὴς [————]ς Φιλλέου Θεσπιεύ[ς], 25 [αὐλωιδὸς] [————————————] Durante el arcontado de (...), siendo Mnasipo, el hijo de Arquela, árbitro de los juegos, Cleaneto, el hijo de Dasio, sacerdote de las Musas, y Caloto, el hijo de Agatonico, portador del fuego, y por parte de los tecnitas que ejercen en el Helicón, Mnasipo, el hijo de Mnasipo, portador del fuego de las Musas, y el de Dioniso, Arquela, el hijo de Mnasipo, los vencedores en los Museia fueron los siguientes: el poeta de himnos procesionales, Demetrio de Tanagra, hijo de Hipócrates; el trompetista, Aristeas de Tespias, hijo de Escamón; el heraldo, Sotero de Tespias, hijo de Teogitón; el poeta épico, Democles de Tebas, hijo de Aminias; el rapsodo, Irano de Tanagra, hijo de Frinidas; el auleta, (...) de Tespias, hijo de Fileas; el cantante, (...), (...). Sabemos que la inscripción corresponde a un catálogo agonístico de los Museia y, como tal, el funcionario que oficia la ceremonia es el sacerdote de estas divinidades. Sin embargo, en este caso concreto no hay rastro de ninguna otra figura sacerdotal, ni suministrada por la comunidad tespiea ni por los tecnitas; tan solo un sacerdote preside el rito. Por el contrario, destaca el πυρφόρος, representado en este testimonio por triplicado: un portador del fuego (de Tespias), un portador del fuego de las Musas (que aportan los tecnitas) y un portador del fuego de Dioniso (por parte también de los tecnitas). Parece, por tanto, que en los Museia la acción y aportación del πυρφόρος en el ritual era importante, así como el valor que seguramente se le concedía al fuego en estas fiestas. Podemos entonces hacernos una idea de los funcionarios y fieles que participaban en la celebración de las Musas. En esta en concreto: 203 - en la ceremonia ritual propiamente dicha se encontraban: un sacerdote de las Musas (de Tespias), un portador del fuego (de Tespias), un portador del fuego de las Musas (que aportan los tecnitas) y un portador del fuego de Dioniso (de los tecnitas). - En la parte representativa/administrativa figuraba: el arconte. - En el agón, parte organizadora, había: un árbitro de los juegos (de Tespias). - En el agón competían: poetas de himnos procesionales, trompetistas, heraldos, poetas épicos, rapsodos, auletas, cantantes (no se conservan más categorías pero las habría, pues la inscripción está incompleta). De nuevo, hay que hacer hincapié en que los cargos de todos los organizadores y trabajadores de la fiesta, a excepción del arconte, del sacerdote y de los tecnitas, se expresaban por medio del participio del verbo correspondiente, y no con el sustantivo. En cuanto a los personajes, Cleaneto, el sacerdote de las Musas, hijo de Dasio, pasa a ser agonoteta en IThesp. 171 y 172707. Análogamente, Mnasipo, hijo de Mnasipo, portador del fuego de las Musas en la presente inscripción, desempeña el cargo de secretario en IThesp. 171708. Parece, por tanto, que IThesp. 170 (Tespias 13) fue la primera de la serie y a continuación se registraron las siguientes, IThesp. 171 y 172. Otro dato interesante que aporta esta inscripción es que los tecnitas de la compañía local guardaban estrecha relación con los funcionarios responsables de la ciudad e, incluso, dentro de una misma familia podía haber un miembro vinculado a la asociación de artistas y otro perteneciente al funcionariado de Tespias. Por ejemplo, podría ser el caso de los dos portadores del fuego, Mnasipo, hijo de Mnasipo, y Arquela, hijo de Mnasipo, hermanos, que oficiaban por la parte de los tecnitas, y eran probablemente hijos del Mnasipo árbitro, funcionario de la ciudad. Asimismo, considerando cierto lo anterior, sobre esta familia tespiea poseemos más datos: parece que fue seguidora del culto de Dioniso porque se esculpieron estatuas con las representaciones de tres de sus miembros como ofrendas a la divinidad709; además, con las dedicatorias de Tespias, parte del árbol genealógico de esta familia ha podido reconstruirse, y gracias a esta inscripción, es posible añadir más personajes: 707 IThesp. 171, l. 2-3 (110-90 a.C.): ἀγωνοθετοῦντος Κλεαινέτου τοῦ Δασύου: siendo árbitro Cleaneto, hijo de Dasio; IThesp. 172, l. 1-2 (después de 84 a.C.): ἀγωνοθετοῦντος τὸ δεύτερον Κλεαινέτου τοῦ Δασύου: siendo árbitro por segunda vez Cleaneto, hijo de Dasio. MANIERI (2009: 398) establece una sucesión cronológica entre Tespias 13 e IThesp. 171 y 172. 708 IThesp. 171, l. 7-8 (110-90 a.C.): γραμματεύοντος Μνασίππου τοῦ Μνασίππου: siendo secretario Mnasipo, hijo de Mnasipo. 709 Véase cap. 4.2.3.2. 204 Policratides X |_____________________| | | | Arquela Aminocratia Antemión Calipo |________________| | Mnasipo (árbitro) X |__________________| | | Mnasipo Arquela (portador del fuego (portador del fuego de las Musas) de Dioniso) Los tecnitas de esta inscripción son representados por dos portadores del fuego, elegidos por la sede del Helicón710. Tal vez se debería ver aquí, según consideran Roesch y Le Guen, una consecuencia de la escisión producida entre 118 y 112 a.C. en la compañía del Istmo, cuando sus delegados, convocados por el procónsul de Macedonia, asumieron la causa para los tecnitas de Atenas y condujeron con ellos una parte de los tecnitas de Beocia711. Por su parte, Manieri afirma que no es casualidad que no hubiera una mayor representación de la compañía ni que todos los vencedores de esta lista fueran beocios712. En los años sucesivos la situación se suavizaría y, por eso, en IThesp. 171 y 172 ya aparecen vencedores de otras partes de Grecia. Con respecto a los competidores, Democles de Tebas, hijo de Aminias, ganó como poeta épico en los Museia de Tespias relatados en la presente inscripción, pero también lo hizo en la ciudad de Oropo (Ática) en la categoría del encomio épico713. Democles debió de pertenecer a una familia de artistas porque su padre, Aminias, aparece también como vencedor en las categorías de poesía y encomio épicos en un mismo certamen de Oropo, y de poesía épica y drama satírico en un mismo agón de Orcómeno. El padre de Aminias, a su vez, también se llamaba Democles, por lo que abuelo y nieto tenían el mismo antropónimo714. El rapsodo Irano de Tanagra, hijo de Frinidas, venció también en su patria como poeta y miembro 710 Sobre las diferentes sedes y subsedes de los tecnitas véase: cap. 6.2.2.2. 711 ROESCH, 1982: 193 y n. 201; LE GUEN, 2001: vol. 1, 157. 712 MANIERI, 2009: 398. 713 Oropou 523, l. 9-10 (Oropo, Ática, 80-50 a.C.): ἐνκωμίωι ἐπικῶι [Δ]ημοκλῆς Ἀμινίου Θηβαῖος: en (la categoría de) encomio épico (ha vencido) Democles tebano, hijo de Aminias. 714 Oropou 526, l. 13-16 (Oropo, Ática, 80-50 a.C.): ἐνκωμίωι ἐπικῶι Ἀμινίας Δημοκλέους Θηβαῖος, ἐπῶν ποιητάς Ἀμινίας Δημοκλέους Θηβαῖος: en (la categoría de) encomio épico (ha vencido) Aminias tebano, hijo de Democles; como poeta épico (ha vencido) Aminias tebano, hijo de Democles; IG 7, 3197, l. 9-10 (Orcómeno, principios s. I a.C.): ποητὴς ἐπῶν Ἀμινίας Δημοκλέους Θηβαῖος: como poeta épico (ha vencido) Aminias tebano, hijo de Democles; l. 24-25: ποητὴς σατύρων Ἀμινίας Δημοκλέους Θηβαῖος: como poeta de drama satírico (ha vencido) Aminias tebano, hijo de Democles (existe la posibilidad de que Democles fuera el padre y no el hijo de Aminias, y que el escriba confundiera el parentesco). 205 del coro de tragedias, en las Ptoia de la ciudad beocia de Acrefias como heraldo, y en Oropo (Ática) como cantante715. Finalmente, los datos sobre los participantes individuales que aportan los dos catálogos agonísticos, Tespias 12 y Tespias 13, y otras inscripciones de la misma época demuestran, por un lado, la no profesionalización del cargo con respecto a la parte que oficia, administra u organiza, pero sí especialización por parte de los competidores. Es decir, la epigrafía revela que un personaje podía ser sacerdote en la ceremonia de la fiesta y, en otra ocasión, árbitro de los juegos, portador del fuego o secretario, lo que parece indicar que estos cargos requerían una preparación básica y no una dedicación cultivada y de por vida. Contrariamente, los competidores, por lo general, eran itinerantes, se movían por diferentes ciudades en busca de victorias en los juegos como expertos en música, canto o recital de poesía (aunque sí variaban en la subcategoría). Por esta razón, ciertas familias fueron conocidas por sus habilidades artísticas. 5.3. La figura de la sacerdotisa en el ritual 5.3.1. Introducción La mujer también tenía acceso al ámbito público mediante su participación en rituales religiosos y las sacerdotisas eran las únicas féminas que podían ejercer un cargo público oficial716. El sacerdocio, por lo general, seguía un criterio de género: el culto de los dioses se confiaba a los sacerdotes y el de las diosas, a las sacerdotisas, aunque esta regla no se cumplía tajantemente, pues se conocen excepciones (por ejemplo, las que se 715 IG 7, 542, l. 1-2 (Tanagra, después de 87 a.C.): Εἴρανος Φρυνίδου Ταναγραῖος ποιητάς: Irano de Tanagra, hijo de Frinidas, (ha vencido) como poeta; IG 7, 543, l. 1-4 (Tanagra, después de 87 a.C.): Εἴρανος Φρυνίδου Ταναγραῖος [τρ]α̣γωιδούς· Εἴρανος Φρυ[νί]δου Ταναγραῖος ποιητά[ς]: Irano de Tanagra, hijo de Frinidas, (ha vencido) como miembro del coro trágico; Irano de Tanagra, hijo de Frinidas, (ha vencido) como poeta; BIZARD, 1920: 261, nº 11, l. 4-5 (Acrefias, s. I a.C.): κῆρυξ [Εἴ]ρανος Φρυνίδ[ου Ταναγραῖος]: como heraldo (ha vencido) Irano de Tanagra, hijo de Frinidas; Oropou 523, l. 25-26 (Oropo, Ática, 80-50 a.C.): κωμωιδός Ἴρανος Φρυνίδου Ταναγραῖος: como cantante (ha vencido) Irano de Tanagra, hijo de Frinidas. 716 Sobre la figura de la sacerdotisa griega en general véanse: TURNER, 1983; HOLDERMAN, 1985; SIMON, 1991; MIRÓN PÉREZ, 2004; CONNELLY, 2007 (con bibliografía); BREMMER, 2008; GUETTEL-COLE, 2008; ISAYEV, 2011; KEESLING, 2012; ACKERMANN, 2013; BLOK, 2014; CARBON, ISAGER y PEDERSEN, 2017. 206 refieren a Dioniso, como veremos)717. La ἱέρεια, la sacerdotisa, por tanto, desempeñaba el mismo papel que el sacerdote. Connelly cree que es probable que las obligaciones de la vida familiar, los privilegios sociales y el ajetreado calendario religioso de la polis llevaran a las niñas al sacerdocio a través de un amplio abanico de servicios sagrados. Considera que el oficio, que tomaban desde pequeñas y escalonado, refleja una jerarquía basada en la vida familiar en la que se ayudaba con tareas menores y se asumía mayor responsabilidad con la edad; además, el servicio cultual proporcionaba una oportunidad de aprendizaje de las tradiciones religiosas de la polis y de las divinidades locales718. El servicio que prestaban las sacerdotisas en el acto ritual consistía principalmente en portear ciertos objetos719. De la región que nos atañe, el testimonio más antiguo cuya protagonista es seguramente una sacerdotisa no es literario. Las fuentes iconográficas también muestran escenas rituales en las que predominan actos de procesión y sacrificio, y la mujer protagoniza varias representaciones en diferentes vasos procedentes mayoritariamente de Atenas, Corinto y Beocia. De esta región destaca especialmente una lécane fechada en 550 a.C. que muestra una ceremonia de sacrificio que se extiende alrededor de la circunferencia del vaso: una mujer, seguramente la sacerdotisa, portea una canasta fina y alargada sobre su cabeza, sosteniéndola con ambas manos, y se dirige hacia un altar de piedra que ya tiene el fuego encendido y sobre el cual se ha posado un ave, quizás un cuervo. La mujer lidera la procesión de un grupo de hombres; el primero guía a una vaca hacia el altar para el sacrificio, los seis siguientes marchan uno tocando el aulós, otros portando coronas, otro un lécito, y otro una rama lustral. Siguiéndolos, dos mulas tiran de un carro de campo con cuatro personas, y detrás del carro se pueden ver otros seis hombres, una cabra y una ave acuática de cuello largo720. El tipo de sacerdocio femenino, la adquisición y elección de los puestos era igual que el de los sacerdotes, pero uno de los requisitos de muchas (no todas) sacerdotisas era la virginidad. Pausanias cuenta, por ejemplo, que la sacerdotisa del santuario de Heracles 717 Además de los casos de sacerdotisas de Dioniso en diferentes zonas del mundo griego, hay otros, como los que estudia DELGADO DELGADO (2000: 18) sobre la existencia de sacerdotes en el culto de la diosa Deméter. 718 CONNELLY, 2007: 28-29. 719 CONNELLY, 2007: 39-41. Véanse los análisis que hace el especialista sobre los diferentes oficios sagrados: dadouchoi, errephoroi, plyntrides, loutrides, hydrophoroi, kleidophoroi, loutrophoroi. Para más información sobre la figura de la sacerdotisa, los tipos de trabajo por edades, la adquisición de los puestos, sus requerimientos, estatus social, privilegios y otras cuestiones, véase el completo y minucioso estudio: CONNELLY, 2007. 720 CONNELLY, 2007: 168-169 (fig. 6.1). 207 que estaba situado en la ciudad de Tespias, en Beocia, era virgen hasta que moría721. La mayoría de las vírgenes provenían de familias relevantes y con experiencia en oficios sagrados, y las divinidades a las que servían ejercían su patronazgo sobre actividades y funciones que eran consideradas femeninas en la mentalidad griega722. Si bien la imposición podía ser más permisiva, pero también afectaba al ámbito más privado de la mujer, como por ejemplo el caso de las sacerdotisas de Ártemis Triclaria en la región de Acaya, quienes podían ejercer el sacerdocio de la diosa hasta que se casaban723, o el de las sacerdotisas de Gea Euristerno en la misma región, que durante su etapa como oficiantes debían abstenerse de practicar sexo e incluso, antes del sacerdocio, solo podían haber tenido relaciones con un solo hombre y, además, eran puestas a prueba mediante la ingesta de sangre de toro y la que no dijera la verdad recibía un castigo724. Existían, además, ciertos requerimientos físicos para optar al título de sacerdotisa, aunque en ocasiones dependía del grupo sacerdotal y de las reglas de cada santuario. Lo que solía cumplirse de manera general era el rechazo de candidatas con defectos físicos. Se sabe, por ejemplo, que en torno a finales del siglo III a.C. y principios del siguiente a la sacerdotisa de Dioniso Tilóforo en la isla de Cos se le exigía estar sana tanto física como mentalmente, como veremos. A continuación, paso a analizar los testimonios que tratan la figura de la sacerdotisa de Dioniso en diferentes zonas del mundo griego, en Beocia particularmente, así como la sacerdotisa de otras divinidades en relación con este dios en dicha región. 5.3.2. Las sacerdotisas de Dioniso De las sacerdotisas de Dioniso específicamente se conocen diversos testimonios pertenecientes a diferentes épocas y regiones. Unos simplemente nombran a la oficiante y otros ofrecen cuestiones detalladas relativas al sacerdocio femenino: En una inscripción del siglo IV a.C. de un calendario sagrado del demo de Erquia, en el Ática, se dan instrucciones explícitas sobre la distribución de la carne para las 721 Paus. 9, 27, 6. La leyenda por la que se estableció esta norma cuenta, según el autor, que de las cincuenta hijas de Tespio, las tespíades, Heracles tuvo relaciones sexuales en una sola noche con cuarenta y nueve. Así, el héroe decidió que la única muchacha que se negó a unirse a él permaneciera virgen toda su vida como su sacerdotisa. MIRÓN PÉREZ (2004: 227) afirma que las primeras sacerdotisas míticas están normalmente relacionadas con hijas vírgenes de reyes autóctonos que, en muchos casos, se sacrifican por la salvación de la ciudad. 722 MIRÓN PÉREZ, 2004: 228. 723 Paus. 7, 19, 1. 724 Paus. 7, 25, 13. 208 mujeres los días festivos. En los sacrificios en honor de Sémele, madre de Dioniso, y en los del propio dios se especifica que la piel de la cabra debe ser para las sacerdotisas de estas divinidades725. Varios testimonios importantes proceden de Asia Menor: el primero de ellos ofrece información muy valiosa que permite conocer más a fondo la figura de la sacerdotisa de Dioniso. El decreto pertenece a Mileto, es fechado entre 276-275 a.C. y se trata de un contrato de venta del sacerdocio del dios. Desde el comienzo (l. 1-4), se expresa la labor de la funcionaria como la encargada de realizar un sacrificio en nombre de la ciudad y de colocar la carne cruda antes que nadie; la relevancia de esta parte de la inscripción reside en que se recalca que la víctima se dejaba en manos de una mujer. En el decreto, además de darse a conocer las pautas que debían seguir los fieles en relación a las autoridades religiosas, sacerdote y sacerdotisa se muestran iguales como oficiantes; asimismo, el texto manifiesta el derecho que tenían los fieles (masculinos y femeninos) como seguidores del culto (l. 5-6). La sacerdotisa de Dioniso es también la administradora de las seguidoras femeninas que querían ejercer como oficiantes; además, en el decreto se reflejan igualmente las obligaciones de estas (l. 13-15 y 18-20). Con esta inscripción el papel de la sacerdotisa en un sacrificio en honor de Dioniso queda expresado. Era un agente activo, pues la oficiante femenina también podía ser la iniciadora de un acto de sacrificio y la manipuladora de la carne, así como la organizadora del tíaso público y gestora de las fieles y de las futuras sacerdotisas726. También de Mileto sobresale el epitafio (también soporte de una estatua) de una sacerdotisa de Dioniso de los siglos III- II a.C. que manifiesta la honradez y el virtuosismo de la mujer; la inscripción funeraria deja claro que fue venerada por su comunidad gracias a la importante función ritual 725 SEG 21, 541, columna 1, l. 47-52 (Erquia, Ática, 375-350 a.C.): Σεμέληι (...) ἱερέας τὸ δέρμα: a Sémele (...) que las sacerdotisas tengan la piel; columna 4, l. 36-41: Διονύσωι (...) ἱερέαι τὸ δερμα: a Dioniso (...) a las sacerdotisas les corresponde la piel. 726 Milet 6, 3, 1222, l. 1-4 (Mileto, Jonia (Asia Menor), 276-275 a.C.): ὅταν δὲ ἡ ἱέρεια ἐπι̣[τελέσ]η̣ι τὰ ἱερὰ ὑπὲρ τῆς πόλ[εω]ς̣ [ὄργια] μὴ ἐξεῖναι ὠμοφάγιον ἐμβαλεῖν μηθενὶ πρότερον [ἢ ἡ ἱέ]ρεια ὑπὲρ τῆς πόλεως ἐμβάληι. μὴ ἐξεῖναι δὲ μηδὲ [συν]α̣γαγεῖν τὸν θίασον μηθενὶ πρότερον τοῦ δημοσίου: cuando la sacerdotisa realice la ceremonia sagrada (el sacrificio) en nombre de la ciudad, no está permitido que nadie trocee la carne cruda antes de que la sacerdotisa lo haya hecho en nombre de la ciudad. No está permitido tampoco que nadie reúna al tíaso antes del (tíaso) público; l. 5-6: [Ἐὰ]ν δὲ τις ἀνὴρ ἢ γυνὴ βούληται θύειν τῶι Διονύσωι, [πρ]οιεράσθω ὁπότερον ἂν βούληται ὁ θύων: Si un hombre o una mujer quiere ofrecer un sacrificio a Dioniso, que escoja a quién de los dos (sacerdote o sacerdotisa) quiere como oficiante; l. 13- 15: δὲ τὴν ἱέρειαν γυναῖκας διδόναι [-] [τ]ὰ̣ δὲ τέλεστρα παρέ̣χ[ειν ταῖς γυναιξὶν] ἐν τοῖς ὀργί[οις πᾶ]σιν: que la sacerdotisa provea a las mujeres [-] y presente la cuota de admisión al sacerdocio a las mujeres en todas las ceremonias; l. 18-20: καὶ ἐάν τις γυνὴ βούληται τελεῖν τῶι Διονύσωι τῶι Βακχίωι ἐν τῆι πόλει ἢ ἐν τῆι χώραι ἢ ἐν ταῖς νήσοις, [ἀπο]διδότω τῆι ἱερείαι στατῆρα κατ’ ἐκάστην τριετηρίδα: y si una mujer quisiera iniciarse en (el culto de) Dioniso Baco en la ciudad, en el campo o en las islas, deberá pagar a la sacerdotisa estateros en cada (fiesta) trietérica (para más información sobre este decreto véanse: HAUSSOULLIER, 1919: 258-262; JACCOTTET, 2003: vol. 2, 251-253, nº 150; CONNELLY, 2007: 179- 182). 209 pública que desempeñó727. No obstante, este epígrafe no determina fácilmente el papel de la sacerdotisa como experta (no como ejecutante) en los rituales específicos de iniciación, aquellos en los que se buscaba establecer una comunicación entre un individuo o grupo de personas y un ser sobrenatural tanto en vida como después de la muerte728. Otro testimonio de Asia Menor, que procede de Pérgamo de finales del siglo I d.C., alude a una sacerdotisa probablemente de Dioniso, pues, aunque no se especifica el dios, la inscripción menciona a un oficiante característico del culto dionisíaco, el archiboukolos 729. A la isla de Cos pertenecen dos inscripciones con un texto casi igual en el que se estipula la venta del cargo de sacerdotisa vitalicia de Dioniso: este no podía ser adquirido por una mujer que no estuviera sana ni tuviera menos de 12 o 10 años. Los dos epígrafes no son coincidentes en el tiempo (225-175 a.C. y 100-50 a.C.), lo que demuestra que los requisitos establecidos para obtener el cargo de sacerdotisa de Dioniso fueron habituales en el culto del dios practicado en la isla730. De Santorini se conocen dos casos de sacerdotisas de Dioniso del siglo I d.C.: uno informa sobre lo que una geraira (un tipo de sacerdotisa) consagró al dios y el otro pone de manifiesto el virtuosismo y la conducta intachable de la oficiante femenina731. De la región de Macedonia destaca la referencia 727 Milet 6, 2, 733, l. 1-4 (Mileto, Jonia (Asia Menor), ss. III-II a.C.): “Τὴν ὁσίην χαίρειμ” πολιήτιδες εἴπατε Βάκχαι “ἱρείην·” χρηστῆι τοῦτο γυναικὶ θέμις. ὑμᾶς κεἰς ὄρος ἦγε καὶ ὄργια πάντα καὶ ἱρά ἤνεικεμ πάσης ἐρχομένη πρὸ πόλεως: “A la sagrada sacerdotisa, adiós” habéis dicho, Bacantes de la ciudad. Es ley divina esto (este homenaje) para una mujer virtuosa. A vosotros os guiaba hacia el monte y llevaba todas las ceremonias y objetos sagrados marchando a la cabeza de toda la ciudad (para más información sobre esta inscripción véanse: HAUSSOULLIER, 1919: 256-257; HENRICHS, 1969: 225-234; MERKELBACH, 1972; MERKELBACH y STAUBER, 1998: 138-139, nº 01/20/21; JACCOTTET, 2003: vol. 1, 73-77 y 133-134, vol. 2, 250-251, nº 149; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2011b: 179). 728 CHANIOTIS (2008: 29-31) ofrece varios ejemplos que ponen de manifiesto el papel estipulado tan diferente y específico que tenía la figura sacerdotal femenina en ritos de iniciación: por ejemplo, la última inscripción de Mileto que he citado (Milet 6, 2, 733) muestra la posible combinación del oficio público de sacerdotisa de Dioniso con creencias religiosas personales relacionadas con el mundo de ultratumba; otro caso, el sacerdocio de las coribantes de Eritras (Erythrai 2, 206) permite llegar a la conclusión de que el propósito de la figura sacerdotal era la recepción de gratificaciones de todos los sacrificios públicos, lo que descarta, en este caso, la posibilidad de que un experto ritual fuera necesario. Para conocer la figura sacerdotal en los rituales órficos véase el exhaustivo análisis de JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL (2002: 123- 244) sobre sus denominaciones y cargos en diferentes épocas. 729 IvP 2, 488, l. 1-2 (Pérgamo, Misia (Asia Menor), fin s. I d.C.): Θεόδο[τ]ος ἀρχιβούκολο[ς] Σωσιπάτραν τὴν ἱέρηαν: Teódoto, archiboukolos, a Sosípatra, la sacerdotisa. 730 ED 216, l. 5-8 (Cos, 225-175 a.C.): τοὶ πωληταὶ ἀποδόσθων τὰν [ἱερωσύ]ναν τοῦ Διονύσου τοῦ Θυλλοφόρου (...) [ἁ] δὲ πριαμένα ἔστω ὑγιὴς καὶ ὁλόκλαρος καὶ μὴ [νεωτ]έρα ἐτέων δέκα δύο· ἱεράσθω δὲ ἐπὶ βίου: que los vendedores ofrezcan el sacerdocio de Dioniso Tilóforo (...) que la que lo compre esté sana y saludable y no sea más joven de 12 años, y que el sacerdocio sea vitalicio; IG 12, 4-1, 326, l. 6-10 (Cos, 100-50 a.C.): τοὶ πωλη[τ]α̣ὶ̣ ἀποδόσθω[ν] τὰν ἱερωσύναν τοῦ Διονύσο̣υ̣ τ̣οῦ Θ̣υλλοφόρο[υ] (...) ἁ δὲ πριαμένα ἔστωι ὑγιὴς καὶ ὁλόκλαρος καὶ μὴ νεωτέρα 10 ἐτῶν δέκα· ἱεράσθ̣ω̣ δὲ διὰ βίου: que los vendedores ofrezcan el sacerdocio de Dioniso Tilóforo (...) que la que lo compre esté sana y saludable y no sea más joven de 10 años, y que el sacerdocio sea vitalicio (para más información sobre estas inscripciones véase: PAUL, 2013: 268, 270, 273). 731 IG 12, 3, 420, l. 1-3 y 5 (Tera (Santorini), s. I d.C.): ἡ γεραιρὰ τοῦ πρὸ πόλεως καὶ ἐπιφανεστάτου θεῶν Διονύσου Κριταρίστα Διοδώρου τὸν ξεστὸν (...) ἐκ τῶν ἰδίων κατεσκεύασε τῶι θεῶι: La geraira de 210 de una sacerdotisa del siglo III d.C. de la que no se especifica el dios o diosa de pertenencia, pero ante el contexto de la inscripción, que alude a la vid, a mistas y a un tíaso, lo más probable es que se tratara de una sacerdotisa de Dioniso732. Tres testimonios procedentes de Roma del siglo II d.C. dejan constancia de sirvientas del dios: el primero es una extensa inscripción dedicada a la sacerdotisa Agripinilla, que aunque tampoco se alude al dios que consagraba, suponemos que lo era de Dioniso porque la mujer perteneció al grupo de los mistas; el segundo destaca a un sacerdote y a una sacerdotisa del gran Dioniso, y el último trata sobre la escultura que dedicaron dos sacerdotes y dos sacerdotisas del dios a las divinidades representadas y a la asociación dionisíaca733. Si prestamos atención a las fuentes literarias, no son muchos los autores que se centran en contarnos aspectos de la sacerdotisa de Dioniso o relacionados con ella. Plutarco, en verdad, no ofrece ningún dato concreto, pero a lo largo de su obra Isis y Osiris interpela en varias ocasiones a Clea, una sacerdotisa de Isis que ejerció como tal en época del autor; destaca la mención a la mujer cuando Plutarco reflexiona sobre la semejanza entre el culto de Dioniso y el del egipcio Osiris y afirma que ella ya sabe todo lo relacionado con el sacerdocio por ser gran conocedora del ambos cultos y por ser la jefa de las Tíades de Delfos734. Por su parte, Pausanias ofrece dos testimonios que interesan: el primero procede de Laconia, concretamente de Colona, junto al templo de Dioniso y al recinto sagrado de un héroe que guió al dios a Esparta, donde según el autor las Dionisíadas hacían sacrificios a este héroe. Estas mujeres, fieles seguidoras del dios, emprendían actos a la altura de una sacerdotisa de Dioniso735. El segundo se refiere a la hija de Castalio de Delfos, Tía, que fue la primera sacerdotisa de Dioniso en esta ciudad y también la primera en celebrar orgías en honor del dios. Por ella, las mujeres poseídas Dioniso, (el dios) a la cabeza de la ciudad y el más distinguido de los dioses, Critarista, hija de Diodoro, una vasija (...) a sus expensas dispuso para el dios; IG 12, 3, 522, l. 3-6 (Tera (Santorini), s. I d.C.): ἱερέα διὰ γένους τοῦ πρὸ πόλεως Διονύσου ἀρετᾶς ἕνεκα καὶ καλοκἀγαθίας: sacerdotisa hereditaria de Dioniso, (el dios) de cabecera de la ciudad, por su virtud y honradez. 732 IG 10, 2, 1, 260, cara B, l. 1-8 (Tesalónica (Macedonia), s. III d.C.): ἱέρεια οὖσα Εὐεία Πρινοφόρου καταλίπω εἰς μνίας χάριν αἰωνίας ἀνπέλων πλέθρα: siendo sacerdotisa Evia, hija de Prinóforo, lego, a favor de que mi memoria sea eterna, un pletro de vides (véase JACCOTTET, 2003: vol. 2, 55-58, nº 22). 733 IGUR 1, 160, cara A, l. 1 (Torrenova (Roma), 160-165 d.C.): [Ἀγρ]ι̣ππεινίλλαν τὴν ἱέρειαν μύσται: A la sacerdotisa Agripinilla los mistas (dedican esta estatua); IG 14, 925, l. 2 (Roma, ¿s. II d.C.?): ἱερεῖς ἱερειά τε θεοῦ μεγάλου Διωνύσου: los sacerdotes y la sacerdotisa del gran dios Dioniso; IG 14, 977, l. 1-8 (Roma, s. II d.C.): Διονύσου ἱερεῖς θεοῖς τοῖς ἐπικειμένοις καὶ σπείρηι ἱερᾶι ἀνέθηκαν Τ̣(ίτος) Αἴλιος Ἔρως, Οὐφεινία Παυλεῖνα, Γ̣αμουρῆνα Κοσμιάς, Τ̣(ίτος) Ἰούλιος Μασκλίων: Los sacerdotes de Dioniso, Tito Elio Eros, Ufinia Paulina, Gamurena Cosmias y Tito Julio Masclión, dedicaron (esta escultura) a los dioses representados y a la speira sagrada (véase JACCOTTET, 2003: vol. 2, 295, nº 182 y 302-310, nº 188). 734 Plu. Is. et Os. 35. 364E (otras partes de la misma obra en que Plutarco menciona a Clea o alude a ella sin decir su nombre son: 1. 351C; 2. 351E; 3. 352C; 11. 355BC; 20. 358EF). 735 Paus. 3, 13, 7 (véase CONNELLY, 2007: 152). 211 por la locura dionisíaca eran llamadas Tíades en Delfos736. El último testimonio, tardío, del siglo VI d.C., pertenece a Esteban de Bizancio, quien transmite que las sacerdotisas de Dioniso en Icaria se consideraban descendientes de las hijas de Sémaco (o Icario), el fundador legendario de la isla y el primero en la región en aceptar a Dioniso737. Se puede concluir que la sacerdotisa de Dioniso en Asia Menor tuvo un papel activo e importante en las ceremonias de culto, al igual que el sacerdote, pues parece que estuvieron al mismo nivel y ambos eran válidos para desempeñar y presidir las tareas del rito. Sin embargo, de otras regiones no hay información suficiente como para hacer la misma afirmación. Veamos, a continuación, qué sucedió en Beocia. 5.3.3. Las sacerdotisas de Dioniso en Beocia Ya hemos visto que el sacerdocio de Dioniso no conllevaba restricción de género. En lo que respecta a Beocia, conocemos dos casos de mujeres que ejercieron probablemente como sacerdotisas del dios. Desafortunadamente, ambas inscripciones ofrecen escasa información y no es posible precisar qué labores realizaban. El primero de ellos es Tespias 2, fechado a finales del siglo III a.C.-principios del II a.C. Con seguridad menciona un cargo relacionado con Dioniso, pero no se sabe con exactitud si se trataba de un sacerdocio, aunque es muy posible: [—n. fem.— Διο]νουσοδώρω τὰν γ[ουνῆκα] [—n. masc.—] Πρωτέαο, κὴ Διονο[υσόδωρος] [κὴ Μόνδων τὰν] µατέρα, κὴ Φιλῖνος Μό̣[νδωνος τὰν] [µάµµαν ἱαρειά]ξασαν τῶ Διωνού[σ]ω, τ[οῖς θεοῖς]. A (nombre fem.), hija de Dionisodoro, esposa de (nombre masc.), hijo de Proteas, tanto Dionisodoro como Mondón (la honraron), madre de ambos, y Filino, hijo de Mondón, a su abuela, que fue sacerdotisa de Dioniso, para los dioses. Se trata de una dedicatoria para todos los dioses de una estatua honoraria de una posible sacerdotisa de Dioniso. No sabemos con seguridad el cargo ni tampoco se ha conservado el nombre de la mujer, pero sí se ha podido reconstruir una parte del árbol genealógico de la familia a la que pertenecía debido a que varios miembros la honraron, como ya se explicó738, y que estos seguramente fueron también seguidores del dios. El 736 Paus. 10, 6, 4. Para más información sobre las Tíades de Delfos véanse: VILLANUEVA PUIG, 1986; McINERNEY, 1997: 264, 269-274; ROBERTSON, 2003: 229-232; VALDÉS GUÍA, 2009-2010: 54-56; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2013b: 291-293; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL en prensa2. 737 St.Byz. s.v. Semachidai (véase CONNELLY, 2007: 48). 738 Véase cap. 4.2.3.2. 212 hecho de que estuviera casada y tuviera descendencia es destacable, pues no parece, por tanto, que la virginidad fuera un requisito indispensable para las sacerdotisas de Dioniso. Debe comentarse que se alude al cargo por medio del participio de aoristo del verbo (reconstruido) ἱαρειάζω739 concertado con el nombre de la posible sacerdotisa, no con el sustantivo correspondiente, ἱέρεια, mientras que en el caso de los sacerdotes los testimonios conservados usan el nombre740. El otro caso de posible sacerdotisa beocia de Dioniso es Tespias 6, correspondiente a finales del siglo II a.C.-principios del I a.C.: Μνάσιππος Ἀρχελάου τὴν ἑ- αυτοῦ µητέρα Ἀµεινοκρά- τειαν Πολυκρατίδου ἱερω- τεύσασαν, Διονύσωι. Mnasipo, hijo de Arquela, a su madre Aminocratia, hija de Policratides, que fue sacerdotisa, en honor de Dioniso. Con seguridad fue sacerdotisa, pero se desconoce si en realidad lo fue de Dioniso. La dedicatoria va dirigida a este dios y, por ello, se deduce que era su sacerdotisa; sin embargo, el texto griego no confirma a qué divinidad prestaba el cargo. La familia de Aminocratia fue fiel seguidora de Dioniso, pues son varios los miembros que dedican o a quienes se les dedican esculturas en honor del dios741. No obstante, lo poco que sabemos de esta mujer es que debió de ejercer el sacerdocio durante varios años de su vida (si no lo fue de por vida), porque en otra inscripción se sigue haciendo mención de su oficio pero, en este caso, dedica la ofrenda a Ártemis742. Asimismo, este dato demuestra que un personaje femenino podía desempeñar las labores sacerdotales de varios dioses, no tenía 739 La forma en koiné es ἱεράζω. En las inscripciones tempranas de los dialectos occidentales y en beoc. encontramos ἱαρ-, solo en época posterior aparece ἱερ- influido por la koiné (BUCK, 2009 [1910]: 22). Además, las formas verbales y nominales con el diptongo -ει- son frecuentes en beoc. (BUCK, 2009 [1910]: 20, pt. 9.2). 740 Véanse Queronea 1, Tebas 12, Delos 1, Lebadea 2, Tespias 13. 741 Véase cap. 4.2.3.2. 742 IThesp. 249 (Tespias, fin s. II a.C.-principios s. I a.C.): [Ἀμ]εινοκράτεια Πολουκρατίδα[ο] ἱερεάξασα Ἀρτάμιδι Εἰλιθίηι κὴ Λοχίηι εὐχάν: Aminocratia, hija de Policratides, que fue sacerdotisa, a Ártemis Ilitía y Loquia (dedicó) el exvoto. JAMOT (1902: 291-292, nº 2), uno de los primeros estudiosos de las inscripciones de Tespias, declara que el culto de Ártemis también floreció en esta ciudad. Para más información del culto de Ártemis véanse: FARNELL, 1977 [1896]: 425-493; NILSSON, 1941: 451-470; BURKERT, 2007 [1985]: 201-205. Sobre el culto de Ártemis en Beocia: SCHACHTER, 1981: 94-106. Sobre la relación entre Deméter y Ártemis en Beocia véase: BREGLIA PULCI DORIA, 1984. Sobre Ártemis Loquia e Ilitía: MICHALAKI-KOLLIA, 2010 (SEG 60, 890); CHANIOTIS, 2014: 41. Sobre el culto de Ártemis Muniquia: VISCARDI, 2010; VISCARDI, 2015. 213 por qué ofrecerse siempre a la misma divinidad. De nuevo, se hace alusión al cargo por medio del participio de aoristo del verbo, en este caso, ἱερωτεύω743. Por último, conviene citar la aportación de Connelly, que estudia la iconografía de un grupo de altares funerarios de Tebas y Tespias, fechados en torno a 250-200 a.C., que se caracterizan por mostrar una llave de un templo y una corona de hiedra con un nombre inscrito en el interior de esta o también un cántaro. El estudioso interpreta estos altares como epitafios pertenecientes a las personas que ejercieron el sacerdocio de Dioniso y monumentos que conmemoraban a estos sirvientes. Cuatro de estas obras presentan nombres femeninos: Eufantis en Tebas, y Teomnasta, Sóstrate y otro de difícil lectura en Tespias744. 5.3.4. Las sacerdotisas de otros dioses en contexto dionisíaco en Beocia Otros dos testimonios de sacerdotisas fueron hallados en la ciudad de Tespias. En ambos aparece la mención de las divinidades a las que sirven las protagonistas y en los dos casos se trata de diosas, siguiendo la norma que rige el sacerdocio por géneros. El primer documento es la dedicatoria Tespias 9, fechada entre 69-96 d.C.: Φλαουίαν Ἀρχέλαν τὴν καὶ Τειµοξέναν, Λυσάν- δρου καὶ Δορκύλου θυ- γατέρα, ἱέρειαν διὰ βίου Δήµητρος Ἀχέας, ἔκγο- 5 νον δὲ τῶν τὸν Διό- νυσον ἀναθέντων, Φλάουιος Μόνδων Φι- λείνου υἱὸς τὴν ἑαυτοῦ γυναῖκα. 10 A Flavia Arquela, la también llamada Timóxena, hija de Lisandro y ¿hermana? de Dórcilo, sacerdotisa vitalicia de Deméter Aquea, pariente de los que consagraron a Dioniso. Flavio Mondón, hijo de Filino, a su propia mujer. La sacerdotisa Flavia Arquela dedicó su vida a servir a la diosa Deméter. Su familia fue seguidora de Dioniso y, gracias a esta inscripción, parte del árbol genealógico se ha podido reconstruir745. De las inscripciones recogidas en el corpus, este es el único caso en que aparece el sustantivo ἱέρεια, en lugar del participio del verbo correspondiente, para 743 El verbo de la inscripción es un compuesto de ἱερόω. La forma más frecuente de este verbo es ἱερατεύω; también está documentada la forma ἱεριτεύω (Queronea 1). 744 CONNELLY, 2007: 245-246. 745 Véase cap. 4.2.3.2. 214 referirse a la sacerdotisa; también es el único epígrafe en que se dice explícitamente (y se conserva la mención) de sacerdotisa vitalicia, aunque de Deméter. La inscripción puede tomarse como un ejemplo que relaciona el culto de esta diosa y el de Dioniso, pero no garantiza en absoluto la vinculación de ambos. Otra inscripción hallada en Tebas y fechada en el siglo III d.C. habla de un mista de Deméter que también desempeñó el cargo de neofante entre los seguidores de seguramente el dios Baco746. Tal y como transmite Pausanias, los beocios también acogieron el culto de Deméter: cuenta que en su tiempo había un santuario dedicado a Deméter Eleusinia en Platea747, otro de Deméter y Core con imágenes de las diosas en las inmediaciones del Asopo748, y un tercero levantado en Tebas en honor de Deméter Tesmófora, que debió de ser importante para los beocios porque en otro tiempo fue la casa de Cadmo y sus descendientes y en él podía contemplarse un busto de la diosa749. También había otro templo de Deméter Micalesia, que miraba al mar de Micaleso, en la separación de Beocia y Eubea750; en el centro de la ciudad de Antedón estaba el santuario de Deméter y su hija e imágenes de mármol de ambas751; y en la ciudad de Lebadea, cerca del oráculo de Trofonio, se encontraba el templo de Deméter Europe752. Y no solo edificaciones, a la diosa también le fue consagrado un paraje natural en Beocia, el bosque sagrado de Deméter Cabiria y Core, al que podían adentrarse los iniciados en los misterios de las divinidades753. Los cultos de Dioniso y Deméter tuvieron cierta relación en la Antigüedad: la naturaleza popular y agreste de ambos se diferencia del ambiente aristocrático del resto de dioses olímpicos754. Sus ámbitos de actuación, entre otros, se 746 JACCOTTET, 2003: vol. 2, 43-44, nº 11, l. 2-6 (Tebas, s. III d.C.): Δήμητ[ρος] μύστην (...), [Μ]αικιπα τοὔνομ’ ἔχον[τα, πολυστεφάνοιο] δ̣ὲ̣ Bά̣κ̣χ̣[ου] θνεοκλόνω̣ν κ̣λ̣ε̣ι̣[νῶν] τ̣ε̣λ̣[ετ]ῶ̣ν̣ ν̣ε̣ο[φάν]την: mista de Deméter (...), que responde al nombre de Mecipa, y neofante de ¿extranjeros que se entregan a? los ilustres ritos de Baco, el de muchas coronas (no se sabe qué es un neofante; probablemente se tratara de un título de una asociación cultual). La inscripción se encuentra en muy mal estado de conservación y una parte del nombre de Baco es de dudosa lectura y la otra parte, reconstrucción, por lo que no aparece recogida en el corpus de inscripciones dionisíacas de Beocia, aunque JACCOTTET sí la incluye en su estudio sobre el dios. 747 Paus. 9, 4, 3. 748 Paus. 9, 4, 4 y 9, 8, 1. 749 Paus. 9, 6, 5 y 9, 16, 5. 750 Paus. 9, 19, 5-6. 751 Paus. 9, 22, 5. 752 Paus. 9, 39, 4. 753 Paus. 9, 25, 5. Sobre el culto de Deméter véanse: FARNELL, 1977 [1907]: 29-279 (y Perséfone); DEUBNER, 1932: 40-92; NILSSON, 1941: 427-452; BURKERT, 2007 [1985]: 215-218; SFAMENI GASPARRO, 1986. Sobre el culto de Deméter en Beocia: SCHACHTER, 1981: 151-171. Sobre el culto de Perséfone en Beocia: SCHACHTER, 1986: 200-201. Sobre la relación entre Deméter y Ártemis en Beocia: BREGLIA PULCI DORIA, 1984. 754 BERNABÉ, 2013: 30-31 y n. 6. En las epopeyas homéricas, Dioniso aparece en puntuales menciones; por ello, es interpretado como un dios poco adaptado a la mentalidad aristocrática, más cercano a las clases 215 centran en la agricultura, el viñedo y el cereal, respectivamente755; el ciclo de la vid, que se celebraba en algunos festivales dionisíacos, se asemeja al del trigo, conmemorado también en los ritos eleusinios de Deméter, y ambos ciclos se someten al lapso vida- muerte-vida756. Es probable que esta asociación vinculara también, entre otros motivos, los misterios báquicos con los eleusinios757. En el Himno homérico ya encontramos una de las primeras manifestaciones que relaciona a Deméter con Dioniso758; también Píndaro destaca la cercanía que mostraban los tebanos hacia estos dioses759. Está claro, por tanto, que los cultos de estas dos divinidades se desarrollaron en Beocia; parece, además, que la vinculación de ambos se manifestó en la región y la presente inscripción podría ser un ejemplo de ello. El siguiente testimonio, Tespias 10, pertenece al siglo I de nuestra era760: Ἡ̣ β̣ουλὴ κα[ὶ ὁ δῆµος] Μνασίππαν̣ [———————] του ἱερατεύσ[ασαν Ἴ]- σιδος καὶ ἀν[αθεῖσαν] τῇ πόλι εἰς τὰ̣[ς τοῦ Δι]- 5 [ον]ύσου ἑορτ̣[ὰς —————] [——————————]. La asamblea y el pueblo: a Mnasipa, (hija de ...), la que fue sacerdotisa de Isis y ofrendó a la ciudad para las fiestas de Dioniso (...). humildes. Sin embargo, su figura también es el lazo de fronteras sociales y el integrador del mundo popular con los aristoi (HERNÁNDEZ DE LA FUENTE, 2017: 25). Para más información: PRIVITERA, 1970: 22-42; DABDAB TRABULSI, 1990: 64-118. 755 Resulta curioso que en el mito del rapto de Perséfone se recalca la interrupción de la vida en la tierra causada por Deméter debido a la ofensa que ha sufrido (h.Cer. 2, 40-50, 90-97 y 256-274), mientras que en los mitos de desaparición/muerte de Dioniso no se hace hincapié en este asunto ni se paraliza ninguna actividad indispensable para el curso de la vida (CORRENTE, 2013: 529-530). 756 CASADESÚS, 2013: 265-266 y n. 47 (sobre el pensamiento presocrático de las fiestas cíclicas y su conexión con la muerte véase: 263-266 [con bibliografía]). Véase también la aportación de KERÉNYI (1976: 104-125) sobre Dioniso como dios que muere y renace y su relación con las diosas Rea, Deméter, Perséfone y Ariadna (véase el apartado “La vida infinita: Kerényi” de GARCÍA-GASCO, 2013: 590-594). 757 No olvidemos que las fuentes órficas emparentan a Dioniso con Perséfone y, por ende, con Deméter (véase cap. 2.1). En época de los Pisistrátidas, se revalorizan los mitos de autoctonía: se inaugura el culto de la Madre Tierra, en relación con la expansión del grano por parte de Triptólemo, y también cobran auge los mitos órficos sobre el nacimiento de Dioniso; todo ello queda asociado e integrado en la religión cívica (VALDÉS GUÍA, 2008: 119-123). 758 En h.Cer. 2, 386 se dice que Deméter salió corriendo como una ménade al ver llegar a su hija (véase HERRERO DE JÁUREGUI, 2013: 109-110 y n. 61 [con bibliografía]. Para más información: RICHARDSON, 1974 [con bibliografía]; BERNABÉ, 2013: 31-31). 759 Píndaro (I. 7, 1-5) parece relacionar las festividades de Dioniso y de Deméter celebradas en Tebas con el estruendo de los instrumentos musicales que había en ellas. El ruido, la algarabía y el descontrol eran propios del culto dionisíaco y estos tres aspectos también simbolizaban el momento en que Deméter busca incesantemente a su hija Perséfone (véase PORRES, 2013: 168-169). 760 SCHACHTER (1981: 194) sitúa la inscripción entre los siglos I y II d.C. 216 Es una inscripción relevante porque menciona la participación de una sacerdotisa – casi con total seguridad– de la diosa Isis en una festividad de Dioniso761. Menciona su cargo por medio del participio de aoristo, no con el sustantivo. El contacto, la convivencia e, incluso, el sincretismo entre unos dioses egipcios y otros del panteón griego fue un hecho del que la literatura, la epigrafía y la arqueología son testigos762. La influencia de los puertos del Egeo intensificó el comercio en Grecia en el siglo III a.C., lo que repercutió también en la difusión y transmisión de ideologías y formas de pensamiento. Los cultos extranjeros son una de las grandes novedades del periodo helenístico y, particularmente en Beocia, en la ciudad de Tespias este hecho estuvo patente desde el siglo III a.C. con la tríada compuesta por los dioses Serapis, Isis y Anubis763. El culto de Isis en Beocia fue, desde su progresiva implantación, culto cívico oficial; es probable que llegara a esta región por Tespias y posiblemente se fuera afianzando con las iniciativas diplomáticas de los Ptolomeos764. Se conoce, además, la presencia de egipcios en Tespias en el siglo III 761 En un pasaje de Diodoro de Sicilia (1, 21) sobre el asesinato de Osiris y la venganza que emprendió su esposa y hermana Isis, se pone de manifiesto la importancia de la figura sacerdotal, la confianza que esta depositaba en los dioses a los que consagraba y cómo su actitud y actos eran fundamentales al mediar entre las divinidades y el ser humano. 762 Plutarco hace continuas referencias a la similitud entre Dioniso y Osiris y sus cultos; en Is. et Os. 35. 364E, por ejemplo, declara que el segundo es idéntico al primero (véanse CASADIO, 1996 [con bibliografía]; RICHTER, 2001; CORRENTE, 2013: 505-516; PADOVANI, 2015). Por otro lado, la presencia de hallazgos arqueológicos (templos y estatuas, principalmente) dedicados a dioses egipcios en ciudades griegas confirma la convivencia de cultos orientales y locales (véanse DUNAND, 1973: vol. 1, 2 y 3; MALAISE, 1986: 25-69; RUTHERFORD, 2016). Para más información sobre la recepción de cultos egipcios en Grecia véanse: RUSCH, 1907; BRADY, 1935; DOW, 1937; FRASER, 1960; SOKOLOWSKI, 1974; TRAN TAM TINH, 1982; KOESTER, 2010. Isis y el culto isíaco en el mundo grecorromano: WITT, 1971; SIMMS, 1988-1989; BRICAULT, 2001. En Beocia en particular, según VOTTÉRO (1998: 98), en época helenística se produjo en la región una reacción por parte de las autoridades confederales y locales contra el descontento religioso; como consecuencia, se promovió la vuelta a cultos antiguos y fiestas tradicionales beocias, la integración del movimiento agonístico, la renovación de templos y el desarrollo de cultos mistéricos y orientales. 763 SCHACHTER, 2007: 364-366. 764 FRASER (1960: 49) cree que la política exterior de los Lágidas nada tuvo que ver en la introducción de cultos egipcios y que la llegada de estos a Grecia se debió a iniciativas privadas de comerciantes, viajeros y sacerdotes que habían adquirido un interés personal en dichos cultos. DUNAND (1973: vol. 2, 5) también piensa que la instalación en Grecia de este culto no es el resultado del papel y la influencia que ejercieron los Ptolomeos, pues un decreto del Pireo, fechado en 333 a.C., ya menciona su existencia en Atenas y probablemente el culto de la diosa egipcia comenzara en Grecia entre pequeños círculos de extranjeros o griegos en contacto con el reino de Ptolomeo IV en torno al siglo IV a.C. (para más información véase: DUNAND, 1973: vol. 1). ROESCH (1989: 629), por el contrario, considera que el culto de los dioses egipcios fue introducido en Beocia gracias a las estrechas relaciones que la región mantenía entonces directamente con Egipto, y más por las relaciones diplomáticas y el interés de los soberanos egipcios que por la acción individual de comerciantes y mercenarios. SCHACHTER (2007: 366), por su parte, está de acuerdo con FRASER y DUNAND, y considera que es incorrecto asumir que existió una conexión entre el testimonio más antiguo y la supuesta introducción del culto egipcio en Beocia impulsada por el rey Ptolomeo IV; argumenta que uno de los vehículos de penetración fue la caballería y los hoplitas porque sirvieron como mercenarios en Egipto. Por mi parte, creo que es imposible saber si el culto de Isis llegó a Beocia gracias a la labor, exclusivamente, de la dinastía ptolemaica, pero desde luego no tengo dudas de que esta familia favoreció tal acción en la región y probablemente encontró en el culto egipcio un instrumento de política de expansión. 217 a.C., así como relaciones entre las diferentes poblaciones: un decreto de proxenía votado por los tespieos a favor de tres egipcios, uno alejandrino y dos de Canopo, da cuenta de ello765; parece que se trata de los resultados de una votación en la que se habían decidido los embajadores egipcios en la ciudad beocia, aunque se desconoce el motivo. De la misma manera, probablemente se habrían enviado embajadas beocias a Egipto y los que volvieran a su ciudad natal llevarían consigo e instalarían una nueva deidad egipcia a la que rendir culto, aunque las causas e influencias del establecimiento de este culto seguramente fueron múltiples. Hay testimonios que certifican la presencia de dioses egipcios en Beocia desde finales del siglo III a.C., pero en su mayoría ya son de época imperial766: se conocen sacerdotisas de Isis y Serapis desde comienzos del siglo II a.C. hasta el siglo III d.C.767, dedicatorias a la tríada isíaca desde el siglo II a.C.768, santuarios públicos a divinidades griegas y egipcias769, nombres teofóricos egipcios entre los tespieos770 e, incluso, parecidos entre un dios egipcio y una divinidad local771. Por tanto, la buena integración de dioses extranjeros en Beocia, promovida seguramente por las transacciones comerciales y los contactos entre Egipto y Grecia (originada, a su vez, por la política de los Ptolomeos), se debió a que estas nuevas divinidades respondieron de 765 IThesp. 19. 766 SCHACHTER (2007: 388) concluye que, en la ciudad de Tespias, Serapis fue más importante en el periodo helenístico e Isis lo fue en época imperial. BERNINI (2017) recoge tres testimonios iconográficos del siglo III a.C. que podrían garantizar la presencia de dioses egipcios en Beocia; además, la piedra utilizada en las representaciones artísticas, basalto y mármol veteado negro, es de importación egipcia, no producción local. No obstante, la autora confiesa que no son suficientes argumentos como para acreditar el culto isíaco desde ese momento, pues se desconoce el contexto exacto donde aparecieron y podría ser, en realidad, culto doméstico privado. Es difícil determinar, por tanto, el momento de la instauración del culto isíaco en Beocia, aunque parece que el periodo helenístico se corresponde con la fase de establecimiento, y la época imperial, con la de afianzamiento. 767 IG 7, 3202, l. 6-8 (Orcómeno, 200-150 a.C.): θεράπαιναν Σωσῶν ἱερὰν εἶναι το<ῦ> Σαράπιδος καὶ τ̣ῆς Ἴσιδος: a la esclava Soson, que era sacerdotisa de Sarapis e Isis; IG 7, 3426, l. 2 y 8-9 (Queronea, 200-250 d.C.): Φλαβίαν Λανείκαν (...), ἱέρειαν διὰ βίου τῆς (...) Εἴσιδος: A Flavia Lanica, sacerdotisa vitalicia de Isis. 768 IG 7, 3375, l. 2 (Queronea, s. II a.C.): Σαράπι, Ἴσι, Ἀνούβι: a Sarapis, Isis y Anubis; IG 7, 3380, l. 3 (Queronea, s. II a.C.): [Σαρά]π̣ι, Ἴσι, Ἀνούβι: a Sarapis, Isis y Anubis. FOSSEY (1991: 154) afirma que solo hay tres cultos divinos representados en Queronea: el de Dioniso, el de Ártemis y el de los dioses egipcios, y que estos dos últimos podrían estar combinados. 769 Pausanias (9, 24, 1) relata que en Copas, al lado del lago Copaide, se encontraban santuarios en honor de Dioniso, Deméter y Serapis. 770 Serapión, derivado de Serapis en: IG 7, 1777, l. 19 (Tespias, s. I d.C.): Σεραπίων Ἐπικτήτου: Serapión, hijo de Epicteto; IG 7, 1776, l. 13-14 (Tespias, 212 d.C.): Αἴλιος Σεραπίων Ἐφέσιος: el efesio Elio Serapión. Para más información sobre nombres teofóricos derivados de Serapis en el Egipto grecorromano véase: CLARYSSE y PAGANINI, 2009. 771 SCHACHTER (2007: 367) y BERNINI (2017) subrayan el parecido entre Serapis y Zeus Karaios o Keraios, un epíteto del padre de los dioses documentado en cinco ciudades beocias: Orcómeno (principios s. IV a.C.), Tespias (fin s. IV a.C.), Haliarto (225-220 a.C.), Acrefias (fin s. III a.C.) y Antedón (mediados s. II a.C.) (véanse los textos en ROESCH, 1982: 104-106). 218 una u otra manera a las necesidades específicas de la población beocia, y así se produjo la rápida y eficiente integración y cohesión. Como conclusión, me parece significativo y relevante contar con dos testimonios beocios que presentan sacerdotisas de diosas, de Deméter e Isis respectivamente, en contexto dionisíaco. Este hecho confirma que existía convivencia de cultos de diferentes divinidades en muchas regiones y poblaciones griegas. Además, aunque se conocen ciertas normas prohibitivas para adquirir el cargo de sacerdotisa, no parece que fuera un impedimento participar en el culto de un dios que no se correspondía con el que se consagraba en el sacerdocio, como se ha comprobado en Tespias 10. Por último, es destacable que las dos inscripciones, Tespias 9 y Tespias 10, que mencionan sacerdotisas de diosas en contexto dionisíaco, pertenezcan a la ciudad de Tespias; quizás se tratara de uno de los centros más cosmopolitas de Beocia. 5.4. La figura del arconte en las celebraciones de Beocia La actividad de los magistrados y funcionarios implicados en la celebración de fiestas solía limitarse a la supervisión y presidencia del desarrollo del ritual y de los juegos. El arconte era el gobernante, es decir, el magistrado que ocupaba el puesto más importante del gobierno de la ciudad. Generalmente intervenía como agente principal, en el ámbito político-administrativo, en las ceremonias religiosas, implicándose incluso en buena parte del rito, y gozaba, además, de cierta autoridad sobre los sacerdocios gentilicios. En la competición, también presidía los juegos. La duración del mandato de los arcontes podía variar pero normalmente era de un año; la aparición de sus nombres en las inscripciones, de hecho, ayuda a fecharlas. Dentro del arcontado, había una jerarquía, pues estaba el arconte federal772, cuya responsabilidad afectaba a nivel estatal, y el arconte local, de la ciudad. Además, existían tres tipos dependiendo del ámbito de actuación: el arconte epónimo, el arconte basileus y el arconte polemarco. El primero se centraba en la administración civil y la jurisdicción pública, solía administrar las fiestas y supervisar 772 ROESCH (1982: 282-286) afirma que el arconte federal en Beocia solo es mencionado en casos muy precisos, con el único propósito de fechar el documento: en acuerdos de proxenía, en dedicatorias hechas por la Liga Beocia en los grandes santuarios, en catálogos militares de jóvenes alistados que son asignados a diferentes unidades del ejército beocio y en decretos entre dos o más ciudades cuyas relaciones se ven afectadas. El arconte federal también puede aparecer en catálogos agonísticos (además de la habitual mención del arconte local), pero siempre en inscripciones anteriores a la disolución de la Liga Beocia (mediados del s. II a.C.) (MANIERI, 2009: 384). 219 litigios familiares. Al arconte basileus le correspondía el ámbito religioso principalmente, pues era el responsable de ceremonias y ritos, y también se encargaba de delitos de impiedad y religiosos. La función original del arconte polemarco era dirigir el ejército, aunque también adquirió especial competencia en los actos judiciales relativos a los no ciudadanos griegos y en los juegos funerarios de caídos de guerra773. A continuación, presento los arcontes (por orden cronológico) que aparecen en las inscripciones beocias relativas a celebraciones dionisíacas o en ambientes relacionados con Dioniso: CIUDAD/ Nº INSCRIPCIÓN NOMBRE DEL ARCONTE CELEBRACIÓN/ ACONTECIMIENTO CRONOLOGÍA Orcómeno 3.2 (...)ino Agón dionisíaco Principios s. III a.C. Orcómeno 3.4 (Teogniti)das Agón dionisíaco Principios- mediados s. III a.C. Orcómeno 3.5 Atanias Agón dionisíaco Principios s. III a.C.-230 a.C. Orcómeno 3.3 Timolis Agón dionisíaco Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.8 Aneristo Agón dionisíaco Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.9 Anaxión Agón dionisíaco Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.10 (...) Agón dionisíaco Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.6 Timón Agón dionisíaco 250-235 a.C. Orcómeno 3.7 Teodoro Agón dionisíaco 250-235 a.C. Orcómeno 3.11 Tinarco Agón dionisíaco 230 a.C. Orcómeno 3.12 Paileas Agón dionisíaco 210 a.C. Orcómeno 3.13 Dionisodoro Agón dionisíaco 210 a.C. Orcómeno 3.14 Euríloco Agón dionisíaco Finales s. III a.C. Orcómeno 3.15 Hermaísco Agón dionisíaco Finales s. III a.C. Orcómeno 3.16 Onasímbroto Agón dionisíaco Finales s. III a.C. Orcómeno 3.17 Tarsímaco Agón dionisíaco Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Orcómeno 3.18 (...) Agón dionisíaco Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Orcómeno 3.19 Calón Agón dionisíaco Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Orcómeno 3.20 Tizoto Agón dionisíaco Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. 773 DELGADO DELGADO, 2000: 16. 220 Tespias 12 Aristobulo Museia 175-150 a.C. Tespias 13 (...) Museia 118-90 a.C. Queronea 1 Evémero, hijo de Lisímaco Cláusula de protección s. II a.C. Tebas 12 Traseas Agrionias Principios s. I a.C. Lebadea 2 Marco Aurelio Nicobulo, hijo de Nicobulo Dedicatoria Después 213 d.C. Como Orcómeno es la ciudad de donde mayor número de inscripciones sobre agones en honor de Dioniso conservamos de toda Beocia, es también de la que más nombres de arcontes conocemos. Todos ellos, más los de Tespias, Queronea y Tebas, se mencionan por medio del genitivo absoluto (“antropónimo en genitivo + ἄρχοντος”), a excepción del epígrafe de Lebadea, que muestra el término πρόαρχος. Es probable que estos testimonios beocios en que solo aparece la mención del arconte en genitivo absoluto sin especificar el tipo de arcontado se trataran, siguiendo el modelo ateniense, del arconte- rey, el basileus, cuya función principal dentro del acontecimiento narrado en la inscripción era encuadrar el momento histórico. No obstante, el hecho de que se reflejara el nombre del presidente local o jefe de la ciudad donde se celebraban las fiestas en honor de Dioniso implica que estas formaban parte del culto cívico, aunque la mención del arconte figuraba más bien a modo de tratamiento/fórmula habitual, pues este no tenía una función específica dentro de la ceremonia ritual ni de los agones. Pero el caso de Lebadea 2 es distinto porque destaca que un individuo fue sacerdote y πρόαρχος τοῦ Βακχείου, presidente o arconte epónimo de un Baquion774, es decir, tenía una función específica. Roesch conecta el término πρόαρχος (que no figura en los diccionarios) con el frecuentemente atestiguado en Beocia προάρχων, para designar al magistrado que ejercía la presidencia en un colegio o asociación durante un plazo775. Creo, por tanto, que πρόαρχος en este contexto debe traducirse por arconte epónimo, es decir, el presidente de la celebración. Cuando el arconte tenía una función o cumplía un cargo que iba más allá de la simple aportación del año del acontecimiento (y, en consecuencia, de la inscripción), es lógico que el arconte epónimo o el polemarco se señalaran. Por otra parte, nótese que las ciudades de Queronea y Lebadea son las únicas que muestran el patronímico del arconte. De Tanagra y Tisbe, en cambio, no constan arcontes. Si tenemos en cuenta que 774 Baquion como asociación dionisíaca en Beocia véase: cap. 6.2.1.2. 775 ROESCH, 1982: 183. Cree, además, que existe la misma alternancia entre ἄρχων y ἀρχός en la ciudad de Queronea. 221 el arcontado variaba generalmente cada año, es probable, por tanto, que cada epígrafe corresponda a una celebración o suceso acontecido en años diferentes. Por último, hay que destacar que la figura del arconte en Beocia como responsable del culto dionisíaco estuvo vigente desde época postclásica-helenística hasta principios del siglo III d.C. 5.5. La figura del agonoteta o árbitro de los juegos de Beocia Cuando se celebran juegos, la figura del árbitro es indispensable. El ἀγωνοθέτης era el que establecía, ponía en marcha (τίθημι) la competición (ἀγών). Ya hemos analizado su presencia en todas las inscripciones en que había juegos además de ceremonia ritual, pero en otros epígrafes beocios es él el protagonista: en la ciudad de Orcómeno se conocen dos casos de agonotetas que hacen ofrendas a Dioniso, probablemente por el hecho de haber sido una figura relevante en el agón dionisíaco (o no dionisíaco pero relacionado con el dios). La inscripción Orcómeno 1, datada entre los siglos IV-III a.C., muestra el poderío y la buena posición de su protagonista, dado el alto valor económico de lo que ofrenda después de haber arbitrado una competición probablemente dionisíaca: a- [Ἀ]πολλόδωρος Νίκωνος τὰ πρόθυρα κὴ τὼς πίνακας τὼς [————] b- [σὺν] προθύροις ἀγωνοθετείσας Διωνύσοι ἀνέθεικε [ν]. Apolodoro, hijo de Nicón, las puertas delanteras y las pinturas (…) con las puertas, habiendo sido árbitro, ofrendó a Dioniso. En Orcómeno 2, perteneciente al siglo I a.C., el posible árbitro, en este caso, de las Caritesias busca también dejar constancia de su alto poder adquisitivo: c- [῾Ο δῖνα τοῦ δῖνος ἀγωνοθετείσας τῶν] Χαριτεισίων τὸ λογῖον d- κ[ὴ θυρώµατα Διωνύσοι ἀνέθεικε]. Un tal, hijo de un tal, habiendo sido árbitro de las Caritesias, el escenario y las puertas ofrendó a Dioniso. En otras ciudades beocias tenía lugar la misma práctica; en Queronea, por ejemplo (Queronea 2, de cronología desconocida), destaca un posible árbitro de las fiestas Dionisias, que seguramente ofrecía una parte del teatro; probablemente el agonoteta, que presidiría el certamen, ocupó un lugar destacado en ese proscenio durante la celebración: [———————].ς ἀ[γωνο]- 222 [θετήσας Διονυ]σίων Π[——] [————τὸ π]ροσκήνι[ον] [µετὰ τῆς γυναικὸς Σ]ωκρατήας [———————]Ι̣Ι̣ Διονύσωι 5 [καὶ τῇ πόλει ἀ]νέθηκε. (…) habiendo sido árbitro de las Dionisias P(…) con su mujer Socratia el proscenio dedicó a Dioniso y a la ciudad. Sobresale un testimonio sobre la reorganización de los Museia de Tespias, Tespias 14, datado entre los años 250-200 a.C., donde tanto el árbitro de los juegos como los tecnitas de Dioniso tienen un papel importante en la celebración: Hierocles es nombrado agonoteta después de haber desempeñado el cargo de embajador de Tespias y de la comunidad de los beocios y, como tal, es el encargado de dictar una orden y de dar el discurso a la ciudad sobre el decreto votado776: A ῾Ο θυµελικὸς ἀγὼν στεφανίτης πρῶτον ἐγένετο 1 ἀγωνοθετοῦντος ῾Ιεροκλέος, ἱερέως δὲ τῶν Μουσῶν Μνασίωνος, απὸ δὲ τῶν τεχνιτῶν Αἰσχύλου, 4 ... ἐπειδὴ παραγενόµενος πρεσβευτὴς ῾Ιεροκλῆς παρὰ τῆς πόλεως Θεσπιέων καὶ τοῦ κοινοῦ τῶν Βοιωτῶν 10 ψηφίσµατά τε ἀπέδωκεν καὶ ἐπιστολήν, ... B [῾Ιεροκλῆς λόγους ἐποιήσατο ἀκολούθως] 1 τοῖς ἐν ψηφίσµασι γεγραµµένοις, ... La competición musical por coronas que se celebró en el teatro tuvo lugar por primera vez siendo el árbitro de los juegos Hierocles, Mnasión, el sacerdote de las Musas y Esquilo, el representante de los tecnitas, (…). Puesto que Hierocles estuvo presente como embajador de la ciudad de los tespieos y de la comunidad de los beocios, ha publicado un decreto votado y una orden, (…). (Hierocles habló de acuerdo) con lo que está escrito en el decreto votado, (…). Y de Tebas conocemos un árbitro de los certámenes de unas Agrionias celebradas en el siglo I a.C. (Tebas 12), llamado Nicómaco, del que no se da más información. También contamos con un posible árbitro de las Dionisias Romanas777, Tebas 13 776 Estoy de acuerdo con MANIERI (2009: 360) cuando considera que Hierocles había sido embajador de la ciudad y que al final de su mandato es nombrado agonoteta en la primera celebración de un agón στεφανίτης. Por el contrario, no estoy de acuerdo con JAMOT (1895: 318) cuando afirma que Hierocles es nombrado agonoteta porque era un artista, pues no hay ningún elemento en Tespias 14 ni en otras inscripciones para considerarlo tal. 777 Sobre las Dionisias Cesareas Erotideas Romanas véanse: las Dionisias (cap. 7.2.2). 223 (inscripción fechada entre los siglos I-II d.C.) que, en lugar de hacer notar su buena situación económica, prefiere destacar su virtud: [-nom-] Δ̣ιοδ̣ ν ώρ̣ο̣[υ] [ἀγωνοθε]τήσαντα Διον̣[υσίων] [Καισαρ]ήων Ἐρωτιδή[ων Ῥωµαίων] [ἀρετῆς] πάσης ἕνεκεν. (...), hijo de ¿Diodoncoro?, habiendo sido árbitro de las Dionisias Cesareas Erotideas Romanas, por su completa virtud. De los casos analizados, pertenecientes a ciudades beocias distintas, los tres primeros hacen alusión a agonotetas que hacen alarde de su alto poder adquisitivo en Beocia y ofrendan a Dioniso partes arquitectónicas del lugar que acogía la celebración, probablemente porque o bien esta era dionisíaca o bien se oficiaba en el teatro de la ciudad. No sabemos si el agonoteta hacía tal acción debido a una renovación o rehabilitación necesaria de la fachada del complejo o simplemente por puro placer y demostración de cara a los habitantes y magistrados de la ciudad; en cualquier caso, corre con todos los gastos y, como tal, es necesario ponerlo por escrito y que figure su buena empresa. El árbitro de Tespias es probablemente el caso más claro de la asociación que existía entre los altos cargos de la ciudad y los papeles relevantes que se ofrecían en la celebración de juegos, pues es nombrado agonoteta porque en un pasado había ejercido de embajador con funciones propias de un gobernante. Y el segundo árbitro de Tebas, por su parte, prefiere dar a conocer su integridad moral. Pese a la diferente cronología de las inscripciones, el peso del agonoteta se pone de manifiesto y es una figura que no pierde importancia con el paso de los siglos. No obstante, ser árbitro era un papel que podía desempeñar cualquier funcionario/organizador de los juegos; ya hemos visto, de hecho, que podía ser intercambiable con otros oficios. Pero sí parece claro que pertenecer a la alta sociedad y a la clase adinerada era una opción más que favorable (no sabemos si requisito obligatorio) para ejercer el arbitraje de los juegos en Beocia. 5.6. Los competidores de los agones de Beocia El ἀθλητής en la Grecia antigua era aquel que competía, pasaba pruebas o combatía. Este término pasó a designar específicamente a los individuos que rivalizaban en agones deportivos, pero existieron diferentes tipos de competiciones y juegos en cuyas categorías 224 se concursaba y tenían diversa tipología, como veremos. El competidor era otra pieza indispensable para que el agón cobrara sentido. Estrabón cuenta que los certámenes de Delfos se componían de citaredos a los que posteriormente se añadieron flautistas y citaristas778. Estas competiciones probablemente no distaban mucho de las beocias, primero por cercanía geográfica, segundo porque la tipología que narra el autor es bastante parecida a la que encontramos en las inscripciones dionisíacas de Beocia. En este apartado se van a analizar, por ciudades, las diferentes categorías a las que podían optar los competidores en los agones. Es necesario recalcar que todos los competidores, cuyos nombres se han conservado, fueron ganadores y, por ello, se grabaron sus antropónimos y patronímicos con el fin de dejar constancia de la victoria y de que formaran parte de los catálogos agonísticos que dedicaban el trofeo a Dioniso. A continuación, presento por orden cronológico los competidores que participaron (y ganaron) en agones dionisíacos en la ciudad beocia de Orcómeno. De las inscripciones de dicha ciudad solo se conocen tres categorías de competición: la coregía, es decir, χορηγός, corego, la persona encargada de organizar a sus expensas el coro y los figurantes de una representación teatral; αὐλητής, auleta, el músico que tocaba el aulós; y αὐλωιδός, cantante. Dichas categorías proceden de las inscripciones Orcómeno 3.1 a Orcómeno 3.20, aunque únicamente se recogen los nombres y patronímicos conservados completamente (Orcómeno 3.4 queda fuera de la presentación, dado el mal estado de conservación del texto) o parcialmente, como Orcómeno 3.2, Orcómeno 3.10, Orcómeno 3.12, Orcómeno 3.13, Orcómeno 3.15 y Orcómeno 3.18: CIUDAD/ Nº INSCRIPCIÓN NOMBRE, PATRONÍMICO CATEGORÍA CRONOLOGÍA Orcómeno 3.1 Pedacles, Cafisiadas Corego Finales s. IV a.C.- principios s. III a.C. Orcómeno 3.1 Dionisio, Damatriquis Corego Finales s. IV a.C.- principios s. III a.C. Orcómeno 3.2 Eucáridas, Damatriquis Corego Principios s. III a.C. Orcómeno 3.2 (…)iro, Arquilias Corego Principios s. III a.C. Orcómeno 3.5 Alevas, Nicón Corego Principios s. III a.C.- 230 a.C. 778 Str. 9, 3, 10. Los citaredos cantaban con el acompañamiento musical de la cítara, y los auletas y citaristas interpretaban la melodía con acompañamiento musical, sin cantar (para más información sobre la asociación entre citaredo, auleta y citarista véase: FREI, 1900: 45-46; una breve aproximación a aspectos musicales en la antigüedad griega: ESPINAR OJEDA, 2011). 225 Orcómeno 3.5 Cafisodoro, Aglaofaidas Corego Principios s. III a.C.- 230 a.C. Orcómeno 3.3 Telesipo, Aristión Corego Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.3 Itidamo, Eváncrito Corego Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.8 Apolodoro, Pitias Corego Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.8 Cafisio, Dameneto Corego Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.9 Evágoras, Nicón Corego Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.9 Aristonico, Cleondas Corego Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.10 (…)ton, Arquedamo Corego Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.6 Mírico, Polícrates Corego 250-235 a.C. Orcómeno 3.6 Jerónimo, Diogitón Corego 250-235 a.C. Orcómeno 3.7 Lapustión, Diodoro Corego 250-235 a.C. Orcómeno 3.7 Mírico, Caliondas Corego 250-235 a.C. Orcómeno 3.11 Daicrátidas, Apolónidas Corego 230 a.C. Orcómeno 3.11 Mnasícrates, Teodoro Corego 230 a.C. Orcómeno 3.12 Anfictión, Drópulo Corego 210 a.C. Orcómeno 3.12 Eucles, Dionisodoro Corego 210 a.C. Orcómeno 3.13 Anticáridas, Crinipo Corego 210 a.C. Orcómeno 3.13 (…)lidas, Arquias Corego 210 a.C. Orcómeno 3.14 Euríloco, Dionisio Corego Finales s. III a.C. Orcómeno 3.14 Leusias, Dionisio Corego Finales s. III a.C. Orcómeno 3.15 Temistión, Polícrates Corego Finales s. III a.C. Orcómeno 3.15 Jenón, (…)nico Corego Finales s. III a.C. Orcómeno 3.16 Tiomnasto, Leucipo Corego Finales s. III a.C. Orcómeno 3.16 Epícrates (o Epicrátidas), Mición Corego Finales s. III a.C. Orcómeno 3.17 Menéstrato, Aristoclidas Corego Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Orcómeno 3.17 Anticáridas, Atanodoro Corego Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Orcómeno 3.18 Anticrátino, Po(…) Corego Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Orcómeno 3.19 Nicarco, Hipocles Corego Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Orcómeno 3.19 Calias, Lamprias Corego Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. 226 Orcómeno 3.20 Aristonico, Hermaio Corego Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Orcómeno 3.20 Cafisodoro, Cafisias Corego Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Orcómeno 3.2 (Da)masias Auleta Principios s. III a.C. Orcómeno 3.5, Orcómeno 3.6 Clinias Auleta Principios s. III a.C.- 230 a.C. Orcómeno 3.3 Nicópolis Auleta Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.8 Boisco Auleta Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.9 Heraclidas Auleta Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.7 Andrón Auleta 250-235 a.C. Orcómeno 3.11, Orcómeno 3.13, Orcómeno 3.14 Hermaiondas Auleta 230 a.C.-finales s. III a.C. Orcómeno 3.15, Orcómeno 3.16 Dionisio Auleta Finales s. III a.C. Orcómeno 3.17 Sópolis Auleta Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Orcómeno 3.19 Filóstrato Auleta Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Orcómeno 3.20 Telémaco Auleta Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Orcómeno 3.5 Cratón Cantante Principios s. III a.C.- 230 a.C. Orcómeno 3.8 Aristarco Cantante Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.9 Homoleco Cantante Mediados s. III a.C. Orcómeno 3.6, Orcómeno 3.7 Alcístenes Cantante 250-235 a.C. Orcómeno 3.11 Aglas Cantante 230 a.C. Orcómeno 3.12, Orcómeno 3.13, Orcómeno 3.14 Carino Cantante 210 a.C.-finales s. III a.C. Orcómeno 3.16 Alcimo Cantante Finales s. III a.C. Orcómeno 3.15, Orcómeno 3.17 Arquéstrato Cantante Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Orcómeno 3.19, Orcómeno 3.20 Zobio Cantante Finales s. III a.C.- principios s. II a.C. Todos los individuos anteriormente nombrados fueron ganadores y algunos, varias veces: entre los auletas todos tienen una victoria, a excepción de Clinias y Dionisio, que tienen dos, y de Hermaiondas, que cuenta con tres. De los cantantes, Alcístenes, Arquéstrato y Zobio ganaron en dos ocasiones, pero destaca Carino con tres triunfos. De 227 auletas y cantantes no se dice el patronímico, quizás porque el número de competidores no era tan elevado como el de coregos y, por tanto, no hacía falta hacer la aclaración. Es probable que los pocos habilidosos en tocar el aulós y en cantar ya fueran conocidos entre sus vecinos orcomenios. De la ciudad de Tespias conocemos fundamentalmente los juegos en honor de las Musas, los Museia. Estos, aunque no eran agones dionisíacos, estuvieron estrechamente relacionados con el ámbito de actuación de Dioniso y su culto779. Las categorías de competición que nos han llegado a través de las inscripciones Tespias 12 y Tespias 13 (aquellas en que el dios tiene una presencia relevante) son: αὐλητής, auleta; αὐλωιδός, cantante; ποιητής ἐπῶν, poeta épico; ποιητής προσοδίου, poeta de himnos procesionales; σαλπιστής, trompetista; κῆρυξ, heraldo, un anunciante o una especie de “encomiógrafo”; y ῥαψωιδός, rapsodo, el recitador de versos. Los vencedores fueron los siguientes: CIUDAD/ Nº INSCRIPCIÓN NOMBRE, PATRONÍMICO, CIUDAD DE ORIGEN CATEGORÍA CRONOLOGÍA Tespias 12 Dioscórides, (…), (…) Poeta épico 175-150 a.C. Tespias 13 Democles, Aminias, Tebas Poeta épico 118-90 a.C. Tespias 13 Demetrio, Hipócrates, Tanagra Poeta de himnos procesionales 118-90 a.C. Tespias 12 Ant(…), (…), (…) Auleta 175-150 a.C. Tespias 13 (…), Fileas, Tespias Auleta 118-90 a.C. Tespias 13 Aristeas, Escamón, Tespias Trompetista 118-90 a.C. Tespias 13 Sotero, Teogitón, Tespias Heraldo 118-90 a.C. Tespias 13 Irano, Frinidas, Tanagra Rapsodo 118-90 a.C. Tespias 13 (…), (…), (…) Cantante 118-90 a.C. • En los Museia de Tespias celebrados entre 250-200 a.C. (Tespias 14) se sabe que existieron las categorías de poeta épico, auleta y citarista, pero no se alude a los competidores. • En las fiestas trietéricas de Dioniso celebradas en Tebas entre 230-210 a.C. (Delfos 1) se recogen las categorías de bailarín de coro, auleta, actor de tragedia y actor de comedia, pero los competidores no son mencionados. 779 Véase cap. 7.3.1. 228 • En estas tablas no se contempla la figura de Cratón, hijo de Zótico, que fue auleta en 170 a.C. (Delos 1) en un importante agón musical sobre el que no se ofrece más información (aunque es probable que se tratara de los Museia) ni tampoco se conoce la ciudad concreta de celebración (la inscripción Delos 1 apareció en Delos, pero habla de varias ciudades por las que pasaron los tecnitas festejando, por lo que no es posible concretar el lugar donde se celebró la competición musical en la que ganó Cratón). Los agones musicales de Tespias fueron obteniendo una fama considerable. Congregaban a artistas venidos de diversas ciudades beocias, aparte de por su fama, debido a que probablemente la recompensa para los ganadores fuera suculenta. Se puede observar que en todos los casos se especifica el patronímico y la ciudad de origen del competidor, a excepción de aquellos en los que no se ha conservado esta información. Sin embargo, llama la atención que todos los participantes son beocios, no hay ninguno procedente de otra región vecina, mientras que en inscripciones posteriores pertenecientes a la misma ciudad, como por ejemplo IThesp. 171 (110-90 a.C.) e IThesp. 172 (84 a.C.), ya vemos competidores procedentes de Atenas, de Argos, de Jonia… Tespias 13 (118- 112 a.C.) se sitúa unos años antes, en un momento en que se estaba produciendo una escisión en la compañía de tecnitas, lo cual probablemente afectó a este hecho780. Por otro lado, los catálogos agonísticos de Tespias son los que mejor recogen la separación entre la parte organizadora de la fiesta en su conjunto y del agón o competición en sí: las primeras líneas de las inscripciones se dedican a enumerar los cargos y nombres de los implicados en la ceremonia ritual y en la organización del agón; después pasan a enumerarse los competidores y las categorías por las que han obtenido la victoria. En las inscripciones de Orcómeno, por el contrario, no hay distinción clara entre la parte representativa de la competidora; es más, se mezclan, porque suelen aparecer en primer lugar los coregos, después, los arcontes y, por último, auletas y cantantes. Del resto de ciudades beocias no conocemos a los competidores de juegos dionisíacos o relacionados estrechamente con Dioniso. 5.7. Conclusiones En los cultos griegos, el ἱερεύς es el sacerdote, el encargado del cuidado de lo sagrado. El sacerdocio podía ser gentilicio o democrático: el primero, frecuentemente vitalicio y hereditario, estaba reservado a un miembro de una familia relevante y requería 780 Véase cap. 6.2.2.2. 229 conocimiento del ritual; el democrático estaba abierto a cualquier ciudadano y se podía obtener mediante sorteo. Además de heredar el cargo o conseguirlo al azar, también era posible acceder a él tras haber prestado un buen servicio a la ciudad. La figura del sacerdote era importante en el desarrollo de la actividad religiosa pero no imprescindible, pues solía estar apoyada por magistrados y otros funcionarios también capacitados para la consecución del acto religioso. Dicha figura se concebía más bien como un servicio que se prestaba o un cargo, no tanto como un estatus o modo de vida, pese a que en muchos casos era vitalicio. A propósito del sacerdocio masculino de Dioniso, hemos visto en diferentes ejemplos literarios y epigráficos que con frecuencia se especifica que era vitalicio y/o hereditario, pero también se podía obtener por méritos propios, como el caso del tesorero ateniense que consiguió el sacerdocio de Dioniso por su buen trabajo. En lo que respecta a las actividades que conllevaba el cargo, tenemos testimonios que vinculan al sacerdote del dios con la ejecución de libaciones, el vaticinio de oráculos, el desfile en procesiones y la consagración de estatuas u otras ofrendas votivas (a él o hechas por él para Dioniso u otros dioses). El cargo suponía un comprometido servicio a los fieles y a menudo estaba ligado a una asociación dionisíaca en la que el sacerdote solía tener la función ordinaria de presidente, como hemos visto en ejemplos del Ática, Macedonia y Tracia. Asimismo, el oficiante era el intermediario entre el pueblo y la justicia, ya que era el garante de recoger los registros de los fieles según las declaraciones prescritas por ley. El servicio incluía el disfrute de privilegios tanto en el ritual (el sacerdote de Dioniso podía tomar doble cantidad de vino) como fuera del cargo (exención de desempeñar otros deberes, de pagar impuestos y cargas públicas), e incluía honor y dignidad. Por otro lado, era posible renunciar al sacerdocio y venderlo. Además, el cargo podía estar ligado a Dioniso en general o a un Dioniso local o específico de la zona o región. Por último, en lo que respecta a la vida personal del sacerdote, al tratarse de un servicio y no de un modo de vida, podía casarse y formar una familia. Sobre la figura sacerdotal en Beocia, al igual que en el resto de territorios griegos o de dominación griega, se nombra al sacerdote acompañado de la mención de la divinidad correspondiente. Así, en casi todas las inscripciones beocias y relacionadas con Dioniso analizadas se dice de qué dios era el o la oficiante, a excepción del sacerdote al mando, el hierarca (Queronea 1), que en ese caso parece tratarse de un sacerdote genérico, más bien de un presidente de la ceremonia en cuestión. 230 Diversos testimonios epigráficos ofrecen información sobre la figura del sacerdote de Dioniso en Beocia. El término utilizado en las inscripciones para designar a este oficiante es ἱερεύς: así escrito (en ático) lo encontramos en las ciudades de Tespias (Tespias 13, finales del siglo II a.C.-principios del I a.C.), Tebas (Tebas 12, siglo I a.C.) y Lebadea (Lebadea 2, siglo III d.C.); mientras que en Queronea (Queronea 1, siglo II a.C.) aparece escrito en dialecto beocio, τόν ἱαρεῖα, y en la misma inscripción encontramos el participio del verbo ἱεριτεύω. Como máximo exponente de la ceremonia, el sacerdote interactuaba con otros oficiantes y miembros del rito: con otros sacerdotes, como el custodio de las cosas sagradas (Delfos 1, finales del siglo III a.C.) y con el sacerdote al mando (Queronea 1, siglo II a.C.); con el portador del liknon (Queronea 1, siglo II a.C.); con esclavos (Queronea 1, siglo II a.C.); con el portador del fuego (Tespias 12, siglo II a.C.; Tebas 12, siglo I a.C.); y con otros miembros que se dedicaban a la parte del espectáculo, como los tecnitas (Delfos 1, finales del siglo III a.C.; Tespias 12, siglo II a.C.; Tebas 12, siglo I a.C.), los epimeletas (Delfos 1, finales del siglo III a.C.) y el árbitro de los juegos (Delfos 1, finales del siglo III a.C.; Tespias 12, siglo II a.C.; Tebas 12, siglo I a.C.). Aunque el sacerdote era el responsable de la ceremonia religiosa, también figura como miembro relevante en las competiciones celebradas en Beocia. Además, están documentados en la región dos sacerdotes vinculados a contextos dionisíacos: el sacerdote de Zeus Trofonio, relacionado con el famoso oráculo de la ciudad de Lebadea, que ayudaba a sus fieles a liberarse de la misma forma que lo procuraba Dioniso Lisio; y el sacerdote de las Musas, pues los Museia eran ceremonias muy próximas a los agones dionisíacos. Por su parte, las mujeres estaban excluidas oficialmente de la esfera pública, excepto en el ámbito religioso. Existe una aparente igualdad entre sacerdote y sacerdotisa, pues el oficio de ambos tenía el mismo prestigio y era políticamente influyente. Sin embargo, parece que los únicos autorizados para presidir las ceremonias de los juegos en Beocia eran los varones, los sacerdotes, pues la epigrafía religiosa de esta región nombra a las sacerdotisas cuando se les rendía homenaje (que, en ocasiones, era un homenaje fúnebre), nunca como presidentes activas de agones o competiciones. Esto hace pensar que probablemente no era común que las mujeres presidieran las ceremonias de los festivales. Por ello, para designar su cargo, en las inscripciones conservadas predominan participios de aoristo, ἱαρειάξασα, ἱερωτεύσασα y ἱερατεύσασα (Tespias 2, finales del siglo III a.C.-principios del II a.C., Tespias 6, finales del siglo II a.C.-principios del I a.C.; Tespias 10, siglo I d.C.); tan solo en un caso aparece el término ἱέρεια (Tespias 9, 231 siglo I d.C.). Conviene, por tanto, hacer hincapié en la diferencia que se da en la epigrafía entre usar el sustantivo para los sacerdotes y la forma verbal para ellas; de la misma manera que establecíamos una posible diferencia entre lo estable (el sustantivo, en el caso del sacerdote) y lo ocasional (el participio, en algunos oficios eventuales), quizás esta diferencia terminológica también tienda a producirse en el ámbito de las sacerdotisas y a estas se les otorgue un rango inferior con respecto al género masculino. En la ciudad de Tespias particularmente (pues nótese que la mayoría de los testimonios de sacerdotisas conservados en Beocia –y todos los presentados en entre trabajo– pertenecen a Tespias), las sacerdotisas no solo lo eran de diosas, sino también, de dioses, de manera que la norma de género, que ya hemos visto que referente a Dioniso no tuvo validez, en dicha región tampoco se siguió. Para las sacerdotisas del dios parece que tampoco fue requisito obligatorio la virginidad, pues veíamos en Tespias 2 que la protagonista tenía marido y descendencia. Además, dedicarse a una divinidad no conllevaba prestarle servicios de por vida, sino que a la sacerdotisa le estaba permitido ofrecerse a otro dios o diosa tras un periodo de tiempo. Una de las posibles sacerdotisas de Dioniso en Beocia que conocemos fue Aminocratia, cuya familia fue fiel seguidora del dios (Tespias 6, entre los siglos II-I a.C.; Tespias 7, entre los siglos II-I a.C.; Tespias 8, siglo I a.C.), pues varios miembros dedicaron esculturas a Dioniso; en este capítulo, además, se ha podido comprobar que dos integrantes de dicha familia, Mnasipo y Arquela, participaron activamente en los Museia de Tespias (Tespias 13, finales del siglo II a.C.-principios del I a.C.), un ejemplo sobre la estrecha relación que había entre el culto de Dioniso y el de las Musas. Asimismo, existen testimonios beocios que asocian la sacerdotisa de Deméter y la de Isis con aspectos dionisíacos: en el primer caso, los ámbitos de actuación y los cultos de la diosa Deméter y de Dioniso eran parecidos y presentaban coincidencias, con lo cual, era perfectamente posible desde el punto de vista religioso que una familia tespiea rindiera homenaje al dios y que una miembro fuera sacerdotisa de Deméter (Tespias 9, siglo I d.C.). Sobre el segundo caso, debe destacarse el profuso seguimiento de la tríada Serapis, Isis y Anubis que se produjo en Tespias y Queronea a partir del siglo II a.C., llegando incluso a instalarse el de Isis como culto oficial en Tespias y el de Serapis en Queronea, por lo que la convivencia entre los fieles de Isis y los de Dioniso fue un hecho habitual (Tespias 10, siglo I d.C.). La mención del arconte aparece en todas las inscripciones relacionadas con agones o competiciones. Era el gobernante, el cargo más importante de la ciudad, de forma que la alusión era obligatoria. Como las celebraciones dionisíacas eran parte del culto cívico, 232 su papel se centraba en figurar como representante principal por medio de su participación en la ceremonia religiosa y en la presidencia del juego. Por tanto, se puede concluir que tenía una posición en las dos partes de la celebración: la parte más puramente religiosa y la parte competitiva. Al haberse conservado testimonios relativos a varias ciudades beocias, Orcómeno, Queronea, Tespias y Tebas, he podido analizar la importancia del árbitro de los juegos en dicha región: queda claro que la figura del agonoteta fue imprescindible en la competición y, además, destacada entre los ciudadanos por su influencia política, por pertenecer a la clase alta y, por supuesto, adinerada. En los catálogos agonísticos analizados de Tespias no hay una separación entre el rito y el agón, es decir, los intervinientes son mencionados en los epígrafes siguiendo un orden relativamente jerárquico pero sin establecer dicha separación. Aunque a lo largo del capítulo no he ahondado en esta parte, no obstante, conviene recalcar que, por un lado, estaba el personal que oficiaba y, por otro, el de organización y administración. Sin embargo, tal distinción sí se establece entre la parte organizadora/administrativa y la competidora: las primeras líneas de las inscripciones se dedican a enumerar los cargos y nombres de los implicados en la ceremonia ritual y en la organización del agón; después pasan a enumerarse los competidores y las categorías por las que han obtenido la victoria. En la siguiente tabla recojo los oficios que intervenían en las ceremonias y juegos dionisíacos (o relacionados con Dioniso) documentados en la epigrafía beocia: 233 Rito Por parte de la ciudad Sacerdote al mando (ἱεράρχης) Sacerdote de Dioniso (ἱερεύς) Sacerdote de las Musas (ἱερεύς) Sacerdote de Zeus Trofonio (ἱερεύς) Custodio de las cosas sagradas (ἱερομνήμων) Portador del liknon (λικνοφόρος) Portador del fuego (πυρφόρος) Sacerdotisa de Dioniso (ἱέρεια) Sacerdotisa de Isis (ἱέρεια) Por parte de los tecnitas Sacerdote de Dioniso (ἱερεύς) Sacerdote de las Musas (ἱερεύς) Portador del fuego (πυρφόρος) Portador del fuego de Dioniso (πυρφόρος) Portador del fuego de las Musas (πυρφόρος) Rito y juego Parte representativa Arconte (ἄρχων) Juego Parte de organización / administración / gestión Por parte de la ciudad Tecnitas (τεχνίται) Árbitro (ἀγωνοθέτης) Secretario (γραμματεία) Por parte de los tecnitas Representante de los tecnitas Epimeletas (ἐπιμεληταί) Árbitro (ἀγωνοθέτης) Secretario (γραμματεία) Parte competidora Corego (χορηγός) Auleta (αὐλητής) Cantante (αὐλωιδός) Poeta épico (ποιητής ἐπῶν) Poeta de himnos procesionales (ποιητής προσοδίου) Trompetista (σαλπιστής) Heraldo (κῆρυξ) Rapsodo (ῥαψωιδός) Con respecto al personal que oficiaba, administraba y organizaba, no destaca expresamente la profesionalización del cargo eventual, pues se han visto casos en que estos eran intercambiables en diferentes competiciones. Lo que conformaba la especialización era el oficio. Cuando los profesionales formaban parte de un grupo, como por ejemplo el caso de los tecnitas, expertos en organizar y administrar el espectáculo, hemos visto que, una vez conocido el modo de actuación, dentro del equipo era posible intercambiar los papeles, los cargos eventuales requeridos para la fiesta. Asimismo, conviene incidir en la idea de que los tecnitas eran profesionales no solo de la parte lúdica, sino también de la parte ceremonial, pues también conocían el procedimiento y desarrollo del rito dionisíaco, como se ha visto en Tebas 12. En cambio, entre los competidores sí existía una verdadera profesionalización, pues los testimonios epigráficos revelan que 234 estos eran itinerantes, es decir, viajaban a otras ciudades en busca de victorias dentro de las categorías de música, canto o recital de poesía en las que cada uno destacaba 235 Participantes grupales en el culto de Dioniso en Beocia καὶ πάλιν Σάτυροι στεφάνους ἔχοντες κισσίνους χρυσοῦς, φοινικίδας περιβεβλημένοι, ἔφερον δ᾽ οἱ μὲν οἰνοχόην χρυσῆν, οἱ δὲ καρχήσιον. Y de nuevo los sátiros con coronas doradas de hiedra envueltos en vestidos de púrpura, unos llevaban un enócoe de oro, y otros, una copa. Ateneo de Náucratis, Banquete de los eruditos, 5, 198B. 236 237 6. PARTICIPANTES GRUPALES EN EL CULTO DE DIONISO EN BEOCIA 6.1. Introducción Uno de los motivos que mueve la agrupación de individuos es compartir ideologías y formas de pensamiento. Las asociaciones religiosas se forman siguiendo esta premisa, es decir, mediante la congregación por fidelidad, creencia y lealtad hacia uno o varios dioses. Una vez estudiados los seguidores, funcionarios y profesionales individuales que intervenían en el culto de Dioniso en Beocia, voy a tratar a continuación las diferentes agrupaciones de las que hay constancia en dicha región. Estas trabajaron y sirvieron en honor del dios para satisfacer las necesidades religiosas orientadas no al individuo sino al grupo. Sus miembros tenían funciones particulares, pero compartían y participaban de la faceta general que comprendía la comunidad. Como afirma Jaccottet, cada asociación dionisíaca es única en su género. La estudiosa las define como la suma de miles de individuos, todos diferentes y sorprendentes en algunos casos. El término utilizado generalmente por los autores antiguos cuando hablan de una asociación relacionada con Dioniso es θίασος (tíaso), una palabra frecuente en ámbito dionisíaco que parece indicar cierta unidad entre bacantes, mistas o dionisiastas, con sus respectivas diferencias formales. En época helenística e imperial, el término designó los colegios dionisíacos y, según esta especialista, es una referencia abstracta que recuerda la forma primordial de cualquier reunión dionisíaca, instituida por el dios, que adquiere por sí misma cierto valor arquetípico781. La proliferación de profesionales y asociaciones religiosas en el periodo helenístico-imperial está ampliamente atestiguada en la epigrafía del mundo griego, y Beocia no es una excepción782. Roesch, en su monografía de estudios beocios, declara que no existe un estudio sistemático que aborde las agrupaciones de Dioniso. Menciona como libro fundamental el ya antiguo Geschichte des griechischen Vereinswesens, publicado en 1909, en el que Poland recopila las asociaciones que aparecían atestiguadas en las inscripciones conocidas hasta su tiempo, pero descubrimientos posteriores han renovado ideas y aspectos de la vida religiosa y profesional. Roesch, además, afirma que 781 JACCOTTET, 2003: vol. 1, 59. 782 MARCHAND, 2015: 239. 238 las inscripciones relativas a asociaciones se encuentran dispersas en los corpus de textos y en revistas, pero no están reunidas ni estudiadas en una publicación783. El especialista recopiló epígrafes que se habían obviado y corrigió otros ya publicados. Es, por tanto, Roesch el primero en sistematizar las asociaciones atestiguadas en inscripciones y las presenta según la siguiente clasificación: asociaciones de συνθύται, sacerdotes u otro tipo de funcionarios que realizaban sacrificios784; asociaciones religiosas, como Ἀθηναϊσταί, Διονυσιασταί, Ἑρωϊαστές, Θαμυρίστες, Σύσσιτοι y grupos de amigos sin designación específica (como los que se unieron en honor de Sóstrato y los miembros de la acrópolis de Hieto)785; asociaciones profesionales, entre las que se encuentran arqueros, cazadores, comerciantes, encomiadores, canteros y asociaciones de amigos786; y compañías de tecnitas787. Posteriormente, Marchand recoge el relevo de Roesch y estudia once inscripciones en las que se citan asociaciones religiosas tanagrenses, como los Διονυσιασταί, Ἀθηναϊσταί, Ἀφροδισιασταί, Ἀριστιασταί, y gremios profesionales, como viñadores, arqueros y μάγειροι (una especie de productores y cocineros de carne, carniceros y también expertos en sacrificios)788. Ambos especialistas se centran en compilar y analizar todas las asociaciones del espacio beocio, no exclusivamente las dionisíacas. Conviene precisar que por asociación dionisíaca documentada en Beocia entendemos aquella cuyo origen era beocio o bien que desempeñaba una función en la región para los festivales celebrados en honor de Dioniso. A continuación, paso a analizar las asociaciones dionisíacas documentadas en Beocia siguiendo la siguiente clasificación: primeramente, las religiosas, compuestas de fieles, los Dionisiastas y el Baquion (nótese que los nombres de los grupos derivan de los diferentes antropónimos que se le otorgan al dios), y en segundo lugar, las profesionales que prestaban servicio a los beocios, entre las que se distinguen gremios de trabajadores afines a la divinidad y los profesionales contratados para la óptima celebración de los festivales dionisíacos, los tecnitas. El hecho de que haya hecho una división de asociaciones religiosas y profesionales de Dioniso no quiere decir que las religiosas no fueran profesionales y viceversa, sino que unas destacan sobre todo por su vínculo de 783 ROESCH, 1982: 119 (véase también SEG 32, 426). 784 ROESCH, 1982: 120-129. 785 ROESCH, 1982: 130-165. 786 ROESCH, 1982: 166-185. 787 ROESCH, 1982: 186-202. 788 MARCHAND, 2015. Otras monografías recientes que estudian las diferentes asociaciones religiosas del mundo grecorromano son: ASCOUGH y KLOPPENBORG, 2011; ASCOUGH, HARLAND y KLOPPENBORG, 2012; HARLAND, 2014. 239 fidelidad, y otras, por su cartel de profesionales o especialistas en ciertas labores que iremos tratando. Por último, una parte de la comunidad femenina beocia también destacó por ser fiel y seguidora del culto de Dioniso. Analizaré la figura de la mujer entendida como participante del rito dionisíaco y miembro de un conjunto. 6.2. Asociaciones dionisíacas documentadas en Beocia 6.2.1. Asociaciones religiosas de fieles y seguidores de Dioniso 6.2.1.1. Los Dionisiastas Los Dionisiastas fueron un grupo de personas seguidoras del culto de Dioniso. En la ciudad de Tanagra están atestiguados dos casos que avalan la existencia de dicha asociación en Beocia. Marchand confirma que Tanagra ha producido el mayor número de documentos relativos a asociaciones profesionales y religiosas789. El primer caso, Tanagra 2, fechado en el siglo II a.C.790, es una inscripción funeraria, un enterramiento de un hombre por parte del grupo: Γαλάτας· οὗτον ἔθαψαν τὺ Διωνιουσιαστή. Gálata: lo enterraron los Dionisiastas. Todo apunta que Gálata791 fue miembro de los Dionisiastas y, como consecuencia de su muerte, el resto de compañeros de la asociación le dio sepultura. El segundo caso, Tanagra 3, fechado entre finales del siglo II a.C. y principios del I a.C., es también un epitafio por parte del conjunto de seguidores: ἐπὶ Εὐτύχωι· τοῦτον ἔθαψαν οἱ Διονυσιασταὶ καὶ οἱ ἀµπελουργοί. 5 789 MARCHAND, 2015: 239. 790 ROESCH (1982: 133) fecha la inscripción a finales del s. III a.C. 791 ROESCH (1982: 133) afirma que el nombre Γαλάτας, forma beocia de Γαλάτης, es uno de los que constituye la categoría de étnicos que terminan convirtiéndose en antropónimos y es la única vez atestiguado en la región en época imperial. 240 En honor de Eutico: lo enterraron los Dionisiastas y los viñadores. Martha fue el primero en plantear que es imposible saber si el hecho de que la comunidad se hiciera cargo de los gastos de la sepultura de sus miembros era una costumbre particular de cada asociación religiosa o era una ley general para todas, lo que no implicaba una relación entre las diferentes hermandades ni un origen común. Por el nombre del difunto consignado en la inscripción se puede deducir que era extranjero y, según el investigador, las gentes que se agrupaban en torno a un culto común formaban un grupo reducido y, como en su mayoría eran extranjeros o (y) esclavos, la tendencia de estos era estar más cerca unos de otros para contrarrestar su exclusión de las comunidades civiles y religiosas de la ciudad. Cree Martha que todos los miembros contribuían con su parte a los gastos comunes, poco a poco los más ricos aumentaban sus recursos para el beneficio de toda la comunidad y, cuando la ocasión lo requería, ayudaban a los más pobres. Esta protección tampoco faltaba cuando se trataba de dar sepultura; es natural que la comunidad tratara de cuidar y preservar su afianzamiento. Además, Martha es el primero en plantear que la asociación respondía a un culto común no oficial792. Nilsson, por su parte, considera que no es posible saber si los Dionisiastas, en general, eran una asociación mistérica ni tampoco los que enterraban en Tanagra concretamente793. Schachter recoge en su estudio el grupo dionisíaco pero no analiza el tema ni profundiza sobre él794, al igual que Roesch, que centra su atención en los ἀμπελουργοί (viñadores)795. Guettel-Cole piensa que los Dionisiastas se pueden comparar con los Yóbacos de Atenas, pues la asociación proporcionaba una corona para el funeral del miembro fallecido y vino para los que asistían a dicha ceremonia. La investigadora, por medio del estudio de varios textos de Macedonia en los que aparecen cantidades de dinero para pagar libaciones, sacrificios o comida en torno a la tumba de un fallecido, concluye que estos ritos en el sepulcro fueron también comunes en otras partes y en otros periodos de la historia de Grecia y que de ninguna manera indican una preocupación especial por el muerto por parte de la organización dionisíaca. Además, las celebraciones anuales para los miembros de la asociación después de la muerte de uno de ellos fueron habituales en el periodo imperial796. Según Jaccottet, los Dionisiastas existieron manifiestamente como asociación 792 MARTHA, 1880: 141-142. 793 NILSSON, 1975 [1957]: 65. 794 SCHACHTER, 1981: 183. 795 ROESCH, 1982: 132-136. 796 GUETTEL-COLE, 1993: 286. 241 durante varias décadas en Tanagra, al contrario que los ἀμπελουργοί797. Sin embargo, conviene destacar que la asociación no es exclusiva de Beocia, pues existen inscripciones que confirman su existencia en otras zonas, como en el Ática, en Rodas y en Asia Menor798. Además, el grupo debió de tener fuerza durante el periodo helenístico. Jiménez San Cristóbal considera que la ciudad de Tanagra fue importante en el desarrollo activo del culto de Dioniso, pues las dos inscripciones de los enterramientos por parte de los Dionisiastas, la mención de Pausanias del templo y de la imagen dedicados al dios y la celebración de sus ritos por parte de las mujeres de Tanagra son importantes testimonios que corroboran la afirmación799. Es llamativo también que los dos casos de Beocia sean enterramientos, mientras que los contextos en los que aparece mencionado el grupo en las zonas citadas anteriormente no siempre son funerarios. Se puede concluir que, al menos en la región de Beocia y con los datos de que disponemos, una de las funciones predominantes de los Dionisiastas era dar sepultura a sus miembros. Por último, con respecto a la diferente escritura del término en la misma ciudad, Διωνιουσιαστή (finales del siglo III a.C. o siglo II a.C.) y Διονυσιασταί (finales del siglo II a.C. y principios del I a.C.), la forma más antigua parece indicar la nueva pronunciación que se estaba imponiendo con la koiné mediante la acumulación de distintas grafías, mientras que la forma más moderna ya muestra el “habla común” completamente implantado800. 6.2.1.2. El Baquion El Baquion es otra asociación religiosa documentada en Beocia y, como su propio nombre indica, rinde homenaje a Baco, Dioniso. Schachter la menciona como compañía religiosa pero sin profundizar en ella801, y Roesch no la destaca802. Para Jaccottet, Baquion es un término que tiene un alcance universal, pues se adaptó particularmente para tomar este sentido global de asociación de Dioniso. Implica un sentido de pertenencia común y 797 JACCOTTET, 2003: vol. 2, 41-42. 798 IG 22, 1325, l. 19, 20, 24 y 34-35 (Ática, 185-184 a.C.); IG 22, 1326, l. 9, 21 y 41 (Ática, 176-175 a.C.); IG 12, 1, 161, l. 2 y 6 (Rodas, s. I d.C.); IG 12, 1, 937, l. 3 y 13 (Rodas, s. I d.C.); Teos 36, l. 50 y 55-56 (Teos (Asia Menor), c. desconocida); Teos 131, l. 6-7 (Teos (Asia Menor), c. desconocida). 799 JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2013: 225. Recuérdense los dos mitos contados por Pausanias (9, 20, 4- 5) sobre Dioniso, Tritón y los tanagrenses, motivo por el cual hubo un santuario y una imagen del dios en Tanagra (Paus. 9, 22, 1 y 6) (véase cap. 1.2.3). 800 Véase cap. 2.2. 801 SCHACHTER, 1981: 178. 802 ROESCH (1982: 119-166) recoge las siguientes asociaciones religiosas en Beocia: Συνθύται, Ἀθηναϊσταί, Διονυσιασταί, Ἡρωϊασταί, Θαμυρίδδοντες, Σύσσιτοι, Λιτουργοί y Γερουσίες. 242 de unión de todos los grupos dionisíacos. Está libre de cualquier ambigüedad de significado (mientras que tíaso es un término amplio, pues es aplicable a los seguidores de otros cultos), aunque cuenta con cierta falta de profundidad de significado secundario803. El término procede del adjetivo griego βακχεῖος, que ya aparece documentado en un Himno homérico como epíteto de Dioniso, también en Heródoto y en tragedia y comedia804. Destaca la variedad de casos en que lo encontramos en algunas obras de Eurípides, no como epíteto pero sí aludiendo a un contexto dionisíaco805. Por su parte, la epiclesis Βάκχιος también está recogida en textos del siglo V a.C.; de hecho, aparece en muchos más casos que el término anterior806. En un caso en Bacantes, encontramos βακχεία acompañado de un adjetivo, por tanto, el término se ha sustantivado aludiendo a “las cosas báquicas”, es decir, al frenesí, a la fiesta dionisíaca y a los misterios807. Aristófanes también emplea el vocablo sustantivado en dos ocasiones808. En Mileto y en Olbia (antigua colonia de Mileto) se documenta un importante culto de Dioniso Baqueo desde el siglo VI a.C.809 Sabemos que en torno al siglo II a.C. βακχεῖος ya designa la sede de Dioniso o el lugar donde se celebra su culto en Asia Menor810 y que, a partir de algún momento incierto, βακχεῖος o βακχεῖα pasan a denominar también las asociaciones dionisíacas y las congregaciones de seguidores del culto del dios en varios 803 JACCOTTET, 2003: vol. 1, 60-61. 804 h.Pan 19, 46; Hdt. 4, 79, 2 y 12; S. OT 1105; E. Cyc. 74; Ar. Th. 987, Ra. 1259. 805 E. Ba. 308 y 1057, Hec. 676 y 686, Io. 1126, Ph. 228. 806 S. Ant. 154; E. Io. 550, 552, 553, 716, IT 953, Ba. 67-68, 195, 225, 366, 529-530, 605, 632, 998, 1089, 1124, 1145, 1153, 1189, Cyc. 9, 38, 143, 156, 429, 446, 454, 519, 521, 575, 709; Ar. Ach. 263, Ec. 14. SANTAMARÍA estudia los términos βάκχος, Βάκχιος y derivados y afirma (2013: 41) que hay más de cuarenta apariciones del término Βάκχιος como epíteto de Dioniso en textos del siglo V a.C. 807 E. Ba. 126: βακχείᾳ δ᾽ ἀνὰ συντόνωι: y en excitada fiesta báquica (para más información sobre las diferencias terminológicas entre Baquia, Baquion y tíaso, su relación con las Bacanales y sus contextos históricos véase: JACCOTTET, 2003: vol. 1, 59-62). 808 Ar. Lys. 1: ἀλλ᾽ εἴ τις ἐς Βακχεῖον αὐτὰς ἐκάλεσεν: pero si alguien las hubiera llamado a una fiesta báquica; Ra. 357: μηδὲ Κρατίνου τοῦ ταυροφάγου γλώττης Βακχεῖ’ ἐτελέσθη: o no ha sido iniciado en los misterios báquicos de la lengua de Cratino, el comedor de toros. 809 Las láminas óseas halladas en Olbia, en 1951, documentan la presencia de órficos en el culto de Dioniso. En esta ciudad apareció un espejo de bronce cuyo mensaje presenta influjos del culto del dios (IOlb. 92, 500 a.C.) y una inscripción con el nombre de Dioniso en genitivo (IOlb. 80, s. V a.C.); en Berezan (Olbia) se halló un vaso dedicado a Dioniso Baqueo (SEG 32, 745, s. V a.C.), y en Mileto, una ley concerniente al culto de Dioniso Baqueo en la ciudad (Miletos 8, 275 a.C.) (para más información de las láminas de hueso de Olbia y del culto de Dioniso en esta zona véanse: BERNABÉ, 2008; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2013: 227-235). Por otro lado, Heródoto (4, 79-80) también testimonia el culto de Dioniso Baqueo en Olbia: cuenta que Escilas, rey de los escitas, quiso iniciarse en dicho culto en Borístenes (nombre antiguo de Olbia), y que cuando fue sorprendido en pleno delirio dionisíaco por los escitas, estos acabaron con su vida. 810 IK Kyme 30, l. 2-5 (Cime (Asia Menor), s. II a.C.): ἀνα]γράψαι δὲ τὸ ψάφισμα το[ῦτ]ο εἰς στάλλα[ν] λιθίναν καὶ ἀναθέμεναι εἰς τὸν πρόδ[ο]μον τῶ Βακχείω: y que grabe este decreto en la columna de mármol y lo dedique en el vestíbulo del Baquion. 243 lugares del territorio griego: en el Ática811, en Beocia, en Asia Menor812, en Macedonia813 y en Tracia814. Solo una inscripción de Lebadea, Lebadea 2, documenta el Baquion en la región de Beocia. Se fecha a principios del siglo III d.C. (después de 213 d.C.) y dice lo siguiente: Ἀγαθῆι Τύχηι. Ὁ ἱερεὺς τοῦ Διὸς τοῦ Τρο- φωνίου καὶ πρό- αρχος τοῦ Βακ- 5 χείου Μ(ᾶρκος) Αὐρ(ήλιος) Νεικόβουλος Νεικοβούλου τὸν θεὸν Διό- νυσον τῶι κοι- 10 νῶι τῶν λατό- µων ἐκ τῶν ἰδί- ων εὐτυχῶς. A la Buena Fortuna: el sacerdote de Zeus Trofonio, también arconte epónimo del Baquion, Marco Aurelio Nicobulo, hijo de Nicobulo, al dios Dioniso en beneficio de la comunidad de los canteros, a sus expensas con buena fortuna. 811 IG 22, 1368, l. 3-8 (Atenas, 164-165 d.C.): ὁ ἀποδειχθεὶς ἱερεὺς ὑπὸ Αὐρ(ηλίου) Νεικομάχου (...) παραχωρήσαντος ζῶντος εἰς κόσμον καὶ δόξαν τοῦ Βακχείου: el que ha sido designado sacerdote por Aurelio Nicómaco (...), que ha renunciado en vida (al cargo) por el buen orden y la buena reputación del Baquion; l. 32-37: μηδενὶ ἐξέστω ἰόβακχον εἶναι, ἐὰν μὴ (...) δοκιμασθῇ ὑπὸ τῶν ἰοβάκχων ψήφωι, εἰ ἄξιος φαίνοιτο καὶ ἐπιτήδειος τῶι Βακχείωι: no está permitido que nadie sea Yóbaco si no (...) se ha puesto a prueba por los Yóbacos, para que sea declarado si es digno y comprometido con el Baquion; IG 7, 107, l. 3 y 7-8 (Mégara, principios del s. II d.C.): Φλαβίαν Λαΐδα, (...), τὸ παλαιὸν Βακχεῖον εὐνοίας χάριν: A Flavia Lais, (...), el antiguo Baquion (la honra) gracias a su benevolencia. 812 JACCOTTET, 2003: vol. 2, 150-151, nº 76, l. 1-13 (Akkaya (Asia Menor), ¿ss. I-II d.C.?): Ζωτικὸς Ἀνδρέου ὑπὲρ ἑαυτ<τ>οῦ καὶ τοῦ Βά[κ]χου σωτηρίας, Διονύσωι εὐχήν: Zótico, hijo de Andreas, por su propio bienestar y el del Baquion (cumplió) su voto a Dioniso. El siguiente ejemplo, en cambio, es ambiguo porque no se sabe si se refiere a la sede o a la asociación dionisíaca: JACCOTTET, 2003: vol. 2, 148-149, nº 75, l. 1-4 (Dascilio (Asia Menor), s. III d.C.): Αὐρ(ήλιος) Τατιανὸς (...) ἱερῶι Βάχωι ἐκ τῶν ἰδίων χάριν: Aurelio Tatiano (...) (dedicó) al sagrado Baquion por cuenta propia como reconocimiento. 813 JACCOTTET, 2003: vol. 2, 60, nº 24, l. 1-4 (Stobi (Macedonia), ¿s. I d.C.?): Βακχεῖον πρεσβύτερον Πρέποντι: El antiguo Baquion (dedicó) a Prepón. 814 JACCOTTET, 2003: vol. 2, 138-140, nº 68, l. 3 (Nicópolis del Istro, Bulgaria (Tracia), 227 d.C.): nomina Bacchii vernaculorum (...): los nombres de los indígenas pertenecientes al Baquion son (...); Perinthos- Herakleia 56, l. 10-13 (Perinto (Tracia), fin s. II d.C.): Μᾶρκος Ὥρου τὸν τελαμῶνα τῶι Βακχείωι Ἀσιανῶν ἐκ τῶν ἰδίων (...) ἀνέθηκεν: Marco, hijo de Horo, dedicó (...) esta inscripción por cuenta propia al Baquion de asiáticos. Otros testimonios de Bulgaria son ambiguos porque no se sabe si hacen referencia a la sede o a la asociación: IG 12 Suppl. 447, l. 2-5 y 8-9 (Tasos (Tracia), fin s. II d.C.): Τίτον Αἴλιον Μάγνον τὸν κράτιστον δουκηνάριον (...) τὸ (...) Βαχχεῖον: A Tito Elio Magno, excelente magistrado ducenario (...) (dedicó) al (...) Baquion; IGBulg III 2, 1864, l. 1 (Bulgaria (Tracia), ¿s. III d.C.?): [-- Δ]ι̣ο̣γένου ἱερεὺς βακχίου̣: ..., hijo de Diógenes, sacerdote del Baquion; IGBulg III 2, 1865, l. 3-5 (Bulgaria (Tracia), ¿s. III d.C.?): Λυκομήδης Χρήστου ἱερεὺς βακχείου μεγάλοιο: Licomedes, hijo de Cresto, sacerdote del gran Baquion. 244 Nicobulo fue sacerdote de Zeus Trofonio, un cargo público y oficial815, y presidente del Baquion, un título con función privada que se ejercía dentro del marco de la asociación en cuestión816. En este caso Baquion se entiende también como un grupo de personas que comparten el mismo interés o con la misma función. Dada la datación de los textos epigráficos del resto de zonas griegas citadas, es probable que el concepto de Baquion como asociación surgiera en el siglo I o II de nuestra era; además, el término por el que se denomina al grupo báquico, aunque de origen griego, muestra la preferencia por el nombre con que los romanos llamaban al dios, pues en esta época la fuerte presencia del Imperio Romano y todo lo que conlleva su civilización, incluido por supuesto el panteón, se impone. Por otro lado, parece que la hermandad no fue oriunda de Beocia, sino que se trataba más bien de asociaciones conocidas por toda Grecia (y, por ello, probablemente Roesch no la recogiera en su monografía), pero el hecho de que de los tres testimonios epigráficos que documentan el grupo uno proceda de la región de estudio, resulta significativo. 6.2.2. Asociaciones profesionales 6.2.2.1. Profesiones afines al culto de Dioniso: viñadores y canteros La pertenencia a una determinada profesión propicia la agrupación de individuos. Si, además de la dedicación, los profesionales compartían fidelidad hacia alguna divinidad, el gremio pasaba a convertirse en su seguidor, se juntaba en sus fiestas honoríficas y le rendía culto no desde la individualidad sino desde la unidad, en conjunción con los compañeros. Viñadores Una de las profesiones afines a Dioniso en Tanagra eran los ἀμπελουργοί, los viñadores. No olvidemos que la vid es la planta que representa al dios del continuo crecimiento vegetal y uno de sus atributos iconográficos, junto con el jugo que se extrae de ella, el vino. La vid y el vino fueron elementos importantes en las fiestas dionisíacas817. 815 Véase cap. 5.2.4. 816 JACCOTTET, 2003: vol. 2, 42. 817 En las Antesterias o en las Leneas, por ejemplo, los procesos de vendimia, pisado y vinificación eran momentos importantes (sobre Dioniso y la vid véase: cap. 4.2.3.3; sobre la vid y las viñas en el universo 245 El término ἀμπελουργός ya aparece documentado en el Ática en torno a los años 345-344 a.C.818, y en la ciudad de Tanagra lo encontramos vinculado al ambiente dionisíaco en la inscripción Tanagra 3, fechada entre finales del siglo II a.C. y principios del I a.C, que se ha comentado a propósito de los Dionisiastas. Según Roesch, es el primer testimonio donde aparecen citados los ἀμπελουργοί en Beocia819. La presencia de viñadores en Tanagra no es sorprendente porque la región ya en el siglo IV a.C. se caracterizaba por ser, según el testimonio de Heraclides Crético, rica en viñedos y por producir los mejores vinos820. Este debió de ser un aspecto tan relevante que incluso algunos antropónimos tanagrenses derivaban del término ἄμπελος821. Sobre la inscripción, que decía “En honor de Eutico: lo enterraron los Dionisiastas y los viñadores”, Roesch cree que si los Dionisiastas y los viñadores proporcionaron la sepultura de Eutico es porque, casi con seguridad, el fallecido pertenecía a una, otra o a ambas asociaciones. El estudioso se pregunta, además, si los viñadores de la inscripción representaban a los viñadores de la ciudad reunidos ocasionalmente por el entierro de uno de ellos o si constituían una asociación profesionalmente organizada822, pues son conocidas en todas las regiones agrupaciones de productores o comerciantes de productos agrícolas y alimentarios823, pero una asociación de viñadores no se conocía. Ἀμπελουργός suele designar a un viñador aislado, sea hombre libre y propietario, sea esclavo, y en este caso no se sabe a qué clase social pertenecía Eutico. Aunque no aparezca el patronímico del protagonista, no se puede afirmar que era liberto o esclavo, pues este indicador no es determinante a la hora de encasillar la clase social del personaje824. La relación entre ἀμπελουργοί y Dionisiastas se centra en que ambos grupos toman la misma profesión, viñadores, y que el patrón era Dioniso, llamado a veces ἀμπελόεις o ἀμπελοφύτωρ825. Concluye finalmente Roesch que estos ἀμπελουργοί de Tanagra formaron probablemente una agrupación o gremio dionisíaco: MERKELBACH, 1988: 7-12; CASADIO, 1999: 35-38; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL en prensa3). 818 IG 22, 2492, l. 17 (s. IV a.C.). 819 ROESCH, 1982: 133-134. 820 Heraclides Creticus 1, 8: Καρποῖς δὲ τοῖς ἐκ τῆς χώρας σιτικοῖς οὐ λίαν ἄφθονος, οἴνωι δὲ τῶι γινομένωι κατὰ τὴν Βοιωτίαν πρωτεύουσα: De la región, (Tanagra) no es muy abundante en granos de trigo, pero de Beocia es la primera en producir vino. 821 El nombre Ἀμπελίς está documentado en IG 7, 765 (Tanagra, s. IV a.C.) y Ἀμπελίων, en SEG 3, 374(1) (Orcómeno, mitad s. III a.C.). 822 ROESCH, 1982: 134. 823 POLAND (1909: 119-120) recoge algunos gremios: γεωργοί (labradores), γεωρῦχοι (mineros), κηπουροί (hortelanos), μελισσουργοί (apicultores), λαχανοπῶλαι (fruteros), οἰνοπῶλαι (viticultores) (véase ROESCH, 1982: 134, n. 28). 824 ROESCH, 1982: 135. 825 Anth. Pal. 6, 44, l. 1 y Nonn. D. 7, 104; 13, 469; 14, 328; 19, 8; 22, 90; 46, 70 y 148 (véase ROESCH, 1982: 135, n. 34 y n. 35). 246 profesional que, asociados a los Dionisiastas, aseguraban la sepultura de sus miembros826. Por su parte, Jaccottet afirma que, al contrario que los Dionisiastas, los ἀμπελουργοί no fueron asociación ni se manifestaron como tal en Tanagra, sino que se constituyeron como grupo para enterrar a uno de los suyos. El hecho de que los Dionisiastas tuvieran por costumbre enterrar a sus miembros no es una particularidad que les sea propia, y en Tanagra aún menos que en otros lugares, según la autora, pero otros epitafios elaborados por asociaciones muy diversas muestran que el cuidado de sus adeptos era más común en la región827. Asimismo, Marchand cree que la dedicatoria Tanagra 1, fechada entre los siglos VI y V a.C., prueba la manifestación del culto de Dioniso en Tanagra antes del periodo helenístico-imperial y considera que el vino gozaba de cierta consideración en la ciudad, pues tiene un papel relevante en la mitología local; con respecto a los profesionales, en su opinión, Eutico perteneció a las dos asociaciones con intereses similares, a los Dionisiastas y a los viñadores828. A mi parecer, los Dionisiastas fueron una asociación profesionalizada, seguidores especialistas en llevar a cabo y manifestar el culto de Dioniso, mientras que los viñadores eran un grupo de trabajadores especializados en el cultivo de la vid. Puesto que la actividad y la materia prima estaban completamente relacionadas con el ámbito de actuación y el culto del dios, probablemente los Dionisiastas buscaron asociarse con los profesionales de la viña seguramente para emprender algún ritual vinculado a la vid; con el tiempo, puede que el viñador terminara perteneciendo a la compañía Dionisiasta y, por ello, encontramos casos como el de Eutico, un personaje que seguramente fue miembro del gremio de trabajadores y de la asociación religiosa. Por último, considero relevante también el contexto que relaciona la función de la inscripción y los viñadores: la muerte. La vid, símbolo de Dioniso que representa el ciclo de la vegetación y de la vida, es también un elemento de unión con el Más Allá, de transición entre el mundo de los vivos y de los muertos829. Es, por tanto, 826 ROESCH, 1982: 135-136. 827 JACCOTTET, 2003: vol. 2, 41. Los epitafios a los que se refiere la autora son: IG 22, 11674 (Ática); Spomenik 75 (1933) 25, 55 (Stobi, Macedonia); MDAI(A) 9 (1884) 35 (Pemaneno, Turquía); IB 13, nº 14 (Hierocesarea, Turquía). 828 MARCHAND, 2015: 242. 829 Es cierto que no encontramos testimonios literarios que relacionen directamente la vid con el Hades ni con espacios ultramundanos, pero sí sucede con el vino (Il. 24, 790-792; Od. 11, 26-28; A. Pers. 609-615; E. IT 160-166; Verg. Aen. 6, 227; Tibul. 3, 2, 19; Luc. Cont. 22 y Luct. 9). Por otro lado, varias tumbas del s. VII a.C. halladas en Atenas muestran que los muertos reposan sobre madera de vid, por no hablar de la habitual decoración de múltiples tumbas de los periodos griego y romano con elementos asociados a la uva y a su planta. Para más información véanse: BURKERT, 2013 [1972]: 340-341 y 346-347; GRAF, 1980: 216-217 y 220; CASADIO, 1999: 32-33; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL en prensa3 (con bibliografía). 247 interesante que el gremio relacionado con Dioniso y con la muerte de un individuo sea precisamente el de los viñadores. Canteros De nuevo, la dedicatoria Lebadea 2 es la protagonista porque testimonia, a principios del siglo III de nuestra era, otro gremio de profesionales vinculado al culto de Dioniso en Beocia, concretamente en la ciudad de Lebadea: los λατόμοι, los canteros. La inscripción es una dedicatoria de una estatua probablemente de Dioniso para los canteros. Schachter afirma que en dicha inscripción se aprecia que el gremio de los profesionales de la piedra se presenta bajo el patronazgo de Dioniso830. Roesch está de acuerdo con Schachter porque piensa que no se conoce la relación entre el grupo y el dios, pero sí parece que Dioniso era el patrono de la compañía de trabajadores. Considera, además, que la presencia de la asociación de canteros de Lebadea se explica por la importancia de la piedra caliza de color gris azulado, a menudo conocida como “mármol de Lebadea” o “de Granitsa”, cuyas canteras siguen siendo explotadas en las primeras pendientes del monte Lafistio y en el valle del río Hercina831. Jaccottet, por su parte, cree que no deja de ser sorprendente quiénes son los destinatarios de la dedicatoria; asimismo, se pregunta si el gremio de canteros tuvo alguna vinculación con la estatua dedicada832. Es de sobra conocido el auge de explotación que experimentaron las canteras de Grecia y las de las islas del Egeo en época imperial y, probablemente, el fuerte aprovechamiento de las canteras de Beocia se produjo a partir del siglo I. No sabemos si la piedra de Lebadea fue propiedad pública o privada porque carecemos de ese registro epigráfico, pero me atrevo a relacionar las cuevas de donde se extraía el mármol con la caverna de Trofonio833, dada la coincidencia de ambas zonas y teniendo el testimonio Lebadea 2, en el que una misma persona fue sacerdote de Zeus Trofonio, arconte del Baquion y dedicó al dios Dioniso a los canteros. Por tanto, considero, que las canteras de Lebadea probablemente estuvieron dirigidas o administradas por un cargo público de la ciudad que también desempeñaba oficios religiosos. En este caso concreto, quizás la estatua dedicada (seguramente, la representación de Dioniso) estuviera realizada con la piedra extraída en las canteras explotadas por los receptores de la dedicatoria. La monumentalización de Beocia, sin 830 SCHACHTER, 1981: 178. 831 ROESCH, 1982: 183. 832 JACCOTTET, 2003: vol. 2, 42. 833 Véase cap. 5.2.4. 248 embargo, no solo se llevó a cabo con material local, sino también mediante el encargo de piedras procedentes de otras ciudades con un interés particular: Nono de Panópolis hace referencia a los trabajos diligentes que realizaron los obreros en la ciudad beocia de Aonia con piedras traídas de la fenicia Tiro (al sur del Líbano). Estas, una vez talladas, se expusieron en colinas de la región, en el Helicón y el Citerón834. 6.2.2.2. Profesionales contratados para la celebración del culto de Dioniso: los tecnitas Los τεχνῖται (tecnitas) fueron una importante asociación religioso-profesional formada por artistas al servicio de los festivales de Dioniso que ofrecía representaciones teatrales, coros y actuaciones musicales en toda Grecia835. La asociación se desplazaba por diferentes ciudades del mundo griego para proporcionar lo necesario en la celebración de las fiestas: contaba con personas encargadas del buen funcionamiento del rito836, con el personal dedicado a la organización y administración, y también con el que representaba las obras de teatro como el que participaba en los agones y concursos (es decir, actores, músicos y artistas); incluso la propia compañía designaba a los participantes de cada festival. Se sabe de sus reuniones en Argos (Argólide), Macedonia, Tebas (Beocia) y Calcis (Eubea), y sus actuaciones fueron conocidas mayoritariamente en Tebas, Argos y Opunte (Élide)837. En el siglo IV a.C. ya debía de ser una asociación consolidada. Aristóteles dice de ellos que son aduladores o mala gente porque apenas cultivan el razonamiento y la sabiduría y que se centran únicamente en su propio sustento y en la escasez, dos características que incitan, según el filósofo, a la maldad838. Por su parte, Estrabón cuenta que los tecnitas habitaban en Teos, ciudad jonia, pero desde que se produjo el levantamiento huyeron a Éfeso. Átalo los estableció en Mioneso, entre Teos y Lébedo, pero los habitantes de aquella ciudad se quejaron por miedo a que se convirtiera en base de operaciones contra ellos. Los artistas, por este motivo, se trasladaron a Lébedo, cerca de Colofón, donde fueron recibidos con gusto debido a la escasez de población que 834 Nonn. D. 5, 56-63. 835 Véanse las monografías, muy completas y bien documentadas, de LE GUEN (2001) y ANEZIRI (2003) sobre la asociación de los tecnitas de Dioniso; también, los artículos de LECH (2013) y MARCHAND (2016). 836 Sobre los diferentes oficios que podían desempeñar los tecnitas en el rito dionisíaco en Beocia véase: cap. 5.2.3 (los catálogos agonísticos Tespias 12, Tespias 13 y Tebas 12). 837 HAUSSOULLIER, 1880: 336. 838 Arist. Pr. 30, 10. 956b. 249 tenían. Dicha ciudad fue el lugar de reunión y el asentamiento de los artistas de Dioniso llamados de Jonia y el Helesponto, y en ella se celebraban un festival y juegos anuales en honor del dios839. Los tecnitas llegaron a ser muy conocidos; el grupo tenía incluso contacto y buenas relaciones con políticos y dirigentes de la ciudad. Ateneo de Náucratis, por ejemplo, cuenta, según Camaleonte del Ponto, que los atenienses llevaban a la ciudad los procesos judiciales referentes a las islas y que cuando un tal Hegemón fue denunciado y su juicio se llevó a Atenas, lo primero que hizo fue acudir en compañía de los tecnitas de Dioniso ante Alcibíades para pedir ayuda al político840. En época helenística, se produjo una reacción por parte de las autoridades confederales y locales contra el descontento religioso. Como consecuencia, estas promovieron una vuelta a cultos antiguos con la celebración de ceremonias federales, la reorganización de grandes fiestas tradicionales propiamente beocias y, a partir del tercer cuarto del siglo III a.C., hubo una integración del movimiento agonístico por toda Grecia, acompañado de una renovación de templos y el desarrollo de cultos mistéricos y orientales841. Esto significó que el culto de Dioniso adquiriera un auge considerable así como la asociación de los trabajadores al servicio del dios. Su prestigio e influencia aumentó hasta tal punto que se convirtió en una fuerza política, y el grupo fue alabado por reyes y estados libres, y protegido y favorecido por el Imperio Romano842. Estos profesionales se agrupaban en sedes, información que conocemos gracias, principalmente, a los textos epigráficos de los siglos III a I a.C. La sede líder fue la del Istmo y Nemea, aunque también destacó la de Jonia y el Helesponto843. En Beocia, concretamente, las diferentes asociaciones solo están bien atestiguadas en la mitad este de la región y son conocidas aquellas que rendían culto a Afrodita y a Dioniso844. Dado el alto número de inscripciones sobre estos profesionales, en este trabajo solo se contemplan las que fueron halladas en Beocia o mencionan una ciudad de dicha región y que, además, nombran a Dioniso. 839 Str. 14, 1, 29. 840 Ath. 9, 407BC. 841 VOTTÉRO, 1998: 98. 842 ANEZIRI, 2003: 26-30 y 41-51. 843 LE GUEN (2001) estudia, además, las asociaciones de tecnitas de Atenas, Egipto y Chipre, Magna Grecia y Sicilia y la de Rodas. 844 FOSSEY, 1991: 193. Sobre la iconografía de los tecnitas en Beocia véase: SABETAI y AVRONIDAKI, 2018. 250 Los tecnitas del Istmo y de Nemea845 Destacan en número las inscripciones que se refieren a los tecnitas del Istmo y de Nemea, por ello seguramente se dice que fue la sede líder. En lo que respecta a estos profesionales que desempeñaban sus funciones en Beocia, casi todos los epígrafes pertenecen y se refieren a la ciudad de Tebas. En algunos textos, además de aparecer el nombre de la sede, se menciona el lugar donde los tecnitas llevaban a cabo su labor. El decreto Delfos 1, datado a finales del siglo III a.C. (230-210 a.C.), aunque fue hallado en esta ciudad, habla de la reorganización de unas fiestas dionisíacas de Tebas. En varias partes del documento, los tecnitas toman un papel protagonista y realizan tareas que merecen ser comentadas: … ὅπως ἂν ἡ θυσία τῶι Διονύσωι 11 [ἡ τῶν τριετηρίδων καὶ οἱ] ἀγῶνες οὓς σ[υντελεῖ ἡ πόλις τῶν Θηβαίων καὶ τὸ κ]οινὸν τῶν τεχνιτῶν τῶν εἰς Ἰσθµὸν [καὶ Νεµέαν συµπορευο]µένων γίνητ[αι ὡς κάλλιστα, ἐπιµελεῖσθαι] τοὺς ἱεροµνήµονας οἳ ἂν ὦσιν ἐν τῶι [συνεδρίωι]… 14 (…) para que el sacrificio de las (fiestas) trietéricas ofrecido a Dioniso y las competiciones que organizan la ciudad de Tebas y la compañía de tecnitas reunidos en el Istmo y Nemea fueran los más vistosos posibles, (fue decretado que) se ocupasen de ello los custodios de las cosas sagradas y los que forman la asamblea, (…). En esta primera parte queda claro que los tecnitas procedentes de la sede del Istmo y de Nemea eran siempre los encargados de organizar y llevar a cabo los festivales de Dioniso en la ciudad de Tebas. Sin embargo, en esa ocasión, se decreta que los custodios de las cosas sagradas y los asambleístas de Tebas se encarguen del sacrificio en honor del dios y de las competiciones que tienen lugar durante las fiestas. Le Guen afirma que es la primera inscripción relativa a los tecnitas que recurre al término συντελεῖν para designar a la asociación: cuando va seguida de la preposición εἰς, la idea es que los tecnitas van a cumplir su labor conjuntamente en un lugar concreto y la van a poner en práctica; y cuando el verbo va acompañado de ἐν, se podría pensar que los artistas ejercen su labor en la ciudad en la que están establecidos. Aunque –confiesa la investigadora– eso sería reducir el campo de acción; debería traducirse con un sentido más fuerte, como “hacer una contribución a un lugar determinado”, pues dada la importancia de los costes de funcionamiento que debían de tener las cofradías, es extraño pensar que los colegios de artistas fueran los únicos que no incluyeran en sus estatutos el pago de una cuota846. 845 ROESCH, 1982: 186-198; LE GUEN, 2001: vol. 1, 129-197. 846 LE GUEN, 2001: vol. 1, 138-139. 251 A continuación, queda reflejado que los tecnitas y los gobernantes de la ciudad eran los responsables de decidir qué días tenían lugar las diferentes actividades que se llevaban a cabo durante la celebración de la fiesta dionisíaca. Además, se aprueba por decreto que los tecnitas que se dedican a realizar los sacrificios gocen de salvoconducto y asilo, garantizando así su seguridad: … [ὅπως ἕκαστα γίνηται] ἐν τῆι ἡµέρα[ι ἧι ἂν ἡ πόλις τῶν Θηβαίων καὶ τὸ κ]οινὸν τῶν τεχνιτῶ[ν] 15 [ἐ]θελ[ήσω]σιν [---------------------------------]ά̣ναι ἐν τῶι ἱερῶι παρὰ τὸν ση[κὸν τῆς Σεµέλης --------------------------------- εἶ]ναι δὲ καὶ ἀσφάλειαν καὶ ἀσυλίαν πᾶσι το[ῖς τεχνίταις τοῖς νεµηθεῖσιν εἰς τὰν θυσία]ν τῶν τριετηρίδων, … (…); para que cada cosa tenga lugar el día en que la ciudad de los tebanos y la compañía de tecnitas quiera […] en el templo junto al recinto sagrado de Sémele, haya salvoconducto y derecho de asilo para todos los tecnitas asignados al sacrificio de las (fiestas) trietéricas, (…). Más adelante, se establece que sean los tecnitas, junto con los regentes de la ciudad de Tebas, los encargados de anunciar al resto de ciudades las condiciones de lo decretado: … τὴν δὲ θυσίαν καὶ ἐκεχε[ιρίαν ἐπαγγέλλειν] ἐπὶ τὰς πόλεις τήν τε τῶν Θηβαίων 23 πόλιν καὶ τοὺς τεχνίτας· κ[υρίους δ’ εἶναι οἰκονο]µοῦντας τὰ κατὰ τὸ ἱερὸν τόν τε ἱερέα τοῦ Διονύσου καὶ τοὺς ἐπιµελ[ητὰς τοὺς ὑπὸ τῶ]ν τεχνιτῶν εἱρηµένους καὶ τὸν ἀγωνοθέτην 25 Θηβαίων· … (…) Que el sacrificio y la tregua lo anuncien a las ciudades la ciudad de Tebas y los tecnitas; que sean los administradores en ejercicio, en lo relativo al santuario, el sacerdote de Dioniso, los epimeletas designados por los tecnitas y el árbitro de los juegos de los tebanos. (…) También, otro cometido de la asociación era designar los cargos y tareas de algunos funcionarios participantes en la celebración, por ejemplo, de los epimeletas (que a veces, incluso, podían ser los propios tecnitas). El ἐπιμελητής (aunque casi siempre son mencionados en grupo, ἐπιμεληταί, porque se organizaban en comisiones) era un funcionario religioso que el estado ateniense creó a partir de la segunda mitad del siglo V a.C. Era una especie de intendente e inspector encargado de gestiones que, antes de su creación, correspondían a la figura del sacerdote. Estas funciones eran, principalmente, la vigilancia de objetos sagrados del templo, el control de la financiación y mantenimiento de las leyes en los santuarios, la prestación de ayuda para la organización de fiestas y banquetes (en colaboración con el sacerdote, tecnitas y otros magistrados), la compra de animales para los sacrificios y la contratación del personal pertinente para la festividad y 252 el rito847. La figura de este grupo surgió seguramente ante la complejidad de ciertas fiestas dionisíacas cuya organización resultaba inabarcable para un solo funcionario. La última parte informa de la autoridad que poseían los tecnitas: … ἐπειδὴ 30 ἁ πόλις τῶν Θηβαίων κα[ὶ οἱ τεχνῖται οἱ εἰς] Ἰσθµὸν καὶ Νεµέαν συντελοῦντες παρεκάλεσαν τοὺς Ἀµφικτίονας τό τε [ἱε]ρὸν [τοῦ Διονύσου] ἄσυλον ποιῆσαι καὶ ἐπιµέλειαν ποιήσασθαι τᾶς ἀ[σ]φαλείας καὶ τοῦ ἀγῶ[ν]ος· … δεδόχ[θαι τοῖς Ἀµφικτ]ιόνεσσι· αἴ τίς κα τῶν αὐλητᾶν ἢ τῶν χο- ρευτᾶν ἢ τῶν τραγωιδῶν ἢ τῶν κω[µωιδῶν τῶν νε]µηθέντων εἰς τὰς τριετηρίδας ὑπὸ τῶν τε- 35 χνιτᾶν µὴ ἀγωνίζηται [τ]ὰς τριετηρίδα[ς καὶ τοὺς ἀγῶ]νας … (…): puesto que la ciudad de los tebanos y los tecnitas, los que ejercen en el Istmo y en Nemea, pidieron a los Anfictiones que hicieran inviolable el santuario de Dioniso y garantizaran la seguridad y el certamen, (…) los Anfictiones decidieron lo siguiente: si alguno de los auletas, de los bailarines del coro, de los actores de tragedia o comedia designados para las (fiestas) trietéricas por los tecnitas no compitiera en las (fiestas) trietéricas ni en los certámenes, (…). Además de todas las funciones que hemos ido comentando, los tecnitas tenían la potestad de pedir la protección y salvaguarda de templos y santuarios, lo que reafirma el poder y jurisdicción que llegó a conseguir esta asociación de trabajadores al servicio de Dioniso. Asimismo, queda claro que eran los encargados de designar a los competidores para los agones dionisíacos. Por último, conviene comentar la figura de los Anfictiones, los miembros de la Liga Anfictiónica de Delfos848, los delegados encargados de aprobar y poner por escrito las propuestas que provenían de los tecnitas y de la asamblea de la ciudad de Tebas. Un decreto hallado en Eretria, Eubea, fechado entre 294-288 a.C., anterior al que acabamos de analizar, pone de manifiesto algunas labores que debían ejercer los tecnitas y responsabilidades que les fueron encomendadas. La inscripción parece establecer y acotar el papel de los profesionales al servicio de los festivales de Dioniso porque es el más antiguo hallado hasta el momento. Esto lleva a pensar que hacía muy poco que la asociación se había formado y, por tanto, era necesario fijar por escrito sus obligaciones y derechos. En el documento se dice que han de reclutarse una serie de competidores y trabajadores y que, de ellos, los auletas introduzcan el coro en los concursos, los actores de tragedia proporcionen a los auletas lo necesario para el sacrificio y los coreutas sean 847 Aristóteles (Pol. 6, 8, 19. 1322b) resume las funciones de los epimeletas, y también alude a ellos como trabajadores de las Dionisias (Arist. Ath. 56, 4); como vigilantes de objetos sagrados véase: Lys. 7, 29; como ayudantes en los Misterios de Eleusis: D. 21, 171 (véase DELGADO DELGADO, 2000: 23-24). 848 Sobre la Anfictionía o Liga Anfictiónica véase: Dioniso Cadmeo (cap. 2.3.6). 253 los encargados de recibir al resto de tecnitas y los eduquen de acuerdo con las leyes. El texto también pone de manifiesto el sueldo de los artistas y las obligaciones que las ciudades tenían con ellos, pues debían pagarles un sueldo dependiendo de su función. Además, los tecnitas serían sancionados si no cumplían con sus compromisos: si un tecnita abandonaba una de las tareas que le había sido confiada, sería multado con el doble de la suma que habría recibido desempeñando esa labor; su dinero se dedicaría a Dioniso en la ciudad donde se acordó el contrato; y por último, la mitad de los bienes (con los que contaba para sus desplazamientos) pasaría a pertenecer a la ciudad de origen849. El decreto, tratándose probablemente de uno de los primeros documentos que regularizaba la profesión, da cuenta de los derechos de los tecnitas que, hasta ese momento, no se habían reglado. Medio siglo después, como se ha visto en el decreto anterior (Delfos 1), irían aumentando según la sede y ciudad de ejercicio. Debe tenerse en cuenta, además, que en la inscripción de Eretria se hace mención de los tecnitas de Dioniso sin especificar la sede, por lo que parece que en sus inicios la asociación fue una y, como consecuencia de su numerosa actividad, surgieron más grupos y se terminaron estableciendo diferentes ubicaciones y, con ello, nuevos derechos, deberes y privilegios para los tecnitas. 849 IG 12, 9, 207 (Eretria, 294-288 a.C.), l. 14-17: πεμ]<π>όντων δὲ αὐλητὰς τρεῖς, τραγωιδοὺς τρεῖς, (...) [-------------] (...) καὶ χοροὺς παίδων τρεῖς καὶ ἀνδρῶν τρεῖς (...) ὅστις παρέξει ἱμάτια τοῖς τραγωιδοῖς καὶ κωμωιδοῖς πάντα ὅσων [ἂν προσδέωνται: enviando tres auletas, tres actores de tragedia, (...) tres coros de niños y tres de adultos (...) y alguien que proporcione a los actores trágicos y cómicos todo el vestuario cuanto necesiten; l. 21-25: διδόναι δὲ πόλι]ν ἑκάστην νομίσματος Δημητριείου αὐλητεῖ δραχμὰς ἑξακοσίας, τραγωιδῶ̣[ι Διονυσίων [--], Δημητριεί]ω̣ν ἀγῶνι H, κω̣[μ]οιδοῖς HHHH, ἱματιομίσθει HHH· ὑπὲρ σιτηρεσίων· διδότω δὲ καὶ σιτη̣[ρέσιον ἑκάστη πόλις τοῖς τεχ]νίταις ἡμερῶν πέντε τῆς ἡμέρας ἑκάστης ἐννέ’ ὀβολοὺς καὶ (...) [---- τοῖς δὲ διδασ]κάλοις τῶν τραγωιδῶν καὶ κωμωιδῶν ἡμερῶν δέκα, τοῖς δὲ τῶν κυκλίων χορ[ῶν ------------ δρα]χμὰς εἴκοσι: y que cada ciudad dé al auleta 600 dracmas en moneda demetríaca; al actor de tragedia dionisíaca, ¿cantidad?; para el agón demetríaco, 100; a los cómicos, 400; al que paga el vestuario, 300. Sobre la asignación de víveres: que cada ciudad dé también a los tecnitas 9 óbolos por día para manutención alimentaria durante 5 días; (...) a los instructores de tragedias y comedias durante 10 días y para los ¿integrantes? de coros cíclicos, 20 dracmas; l. 29-33: δὲ τοὺς αὐλητὰς [---------- τὸ]ν χορὸν εἰσάγειν, τοὺς δὲ τραγωιδοὺς τοὺς ἐργολαβήσαντας καταλ̣[είπ]ειν τοῖς α[ὐ]λη[ταῖς ---- ἐπὶ τὴν θυσ]ίαν καὶ τοὺς χοροὺς τῶν ἀνδρῶν τραγωιδῶν τοῖς ὑποκριταῖς τὰ ἱμάτια νέα πα[ρέχειν ----------] (...)· τοὺς δὲ χορηγοὺς τοὺς ἀποδεδειγμένους ἐν ταῖς πόλεσι δέχε[σ]θαί τε τοὺς τε[χνίτας --------] κ̣ατὰ τοὺς νόμους: y que los auletas introduzcan el coro, los actores de tragedia proporcionen a los auletas equipos para el sacrificio y que los coros de hombres trágicos pasen a los actores el nuevo vestuario (...). Y que los coregos designados en las ciudades acojan a los tecnitas (¿y los enseñen?) según las leyes; l. 42-47: [ἐὰν δέ τ]ινες τῶν τεχνιτῶν λίπωσι τῶν ἔργων τι τῶν ἐγδοθέντων, ἀποτινόντων ζημίαν τὸ διπλάσιον οὗ̣ ἂν̣ [λάβωσι τὸ ἔργον, (...)· τὸ δ’ εἰσπραττόμενον ἀργύριον ἀ[πὸ <τῶν> λι]πόντων ἔστω ἱερὸν τοῦ Διονύσου ἐν τεῖ πόλει, ἧι ἂν τ[ὸ ἔργον ἦι], ὅσα δ’ ἂν ἔχοντες διαπορεύωνται, τὰ μὲν ἡμίσεα τοῦ ἀ[φ]ελό[ντος] ἔστω, τὰ δὲ ἡμίσεα τῆς πόλεως, ἐξ ἧς ἂν ὁ ἀφελόμε̣[νος ἦι]: Si algún tecnita abandonara alguna de las labores que le han sido confiadas, deberá pagar una multa doble del trabajo que tendría que haber realizado, (...). Que el dinero exigido por parte de los que han faltado sea para el templo de Dioniso en la ciudad de ese momento, donde se acordó que debía cumplir sus funciones, y cuantos bienes tenga los entregue, que la mitad sea para el que se los llevó y la otra mitad para la ciudad que se quedó despojada (para más información sobre este decreto véase: LE GUEN, 2001: vol. 1, 41-50). 254 También de época anterior (279-277 a.C.) a Delfos 1 es otro decreto aparecido en el Ática que habla sobre los tecnitas de Atenas. En este documento ya se describen los privilegios de los que gozarían a partir de ese momento los tecnitas atenienses: derecho de asilo, exención de tasas e inmunidad ante la ley850. En cuestión de 15-20 años, la asociación de tecnitas ganó fama y, con ello, importantes derechos y también surgieron diferentes sedes. Es probable que con el aumento de profesionales al servicio de los festivales de Dioniso y con la aparición de nuevas ramificaciones, las nuevas sedes exigieran los mismos derechos que los que tenían las veteranas. La comparativa entre un testimonio beocio y otros dos que no lo son ha permitido conocer la evolución de la asociación de tecnitas en cuanto a privilegios y derechos se refiere, con independencia de la sede. Puesto que las inscripciones de los profesionales del Istmo y de Nemea que ejercieron en Tebas son posteriores a los que llevaron a caso su actividad en Atenas, se deduce que la solicitud de mejora de condiciones por parte del gremio de tecnitas probablemente procedió de una de las sedes iniciales, la de la región del Ática. Sin embargo, con el tiempo, la sede del Istmo y de Nemea adquirió fama y relevancia y se posicionó por delante de aquella, profesionalizándose de forma considerable y manteniendo derechos que sus vecinos habían conseguido tiempo atrás. Las dedicatorias e inscripciones menores de Tebas informan de otro aspecto relevante relativo a los tecnitas, no tanto de las labores y funciones específicas, sino de las sedes y subsedes que pudieron generarse a medida que iba expandiéndose la compañía. En el testimonio Tebas 8, fechado a mediados o en la segunda mitad del siglo II a.C., es posible leer lo siguiente: τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόν[υσον τεχνιτῶν] τ̣ῶν ἐξ Ἰσθµοῦ καὶ Νεµέας, σ[υντελούντων δὲ] ἐν Θήβαις, Καλλίστρατον Α[————————]. La agrupación de los tecnitas de Dioniso del Istmo y de Nemea que ejercen en Tebas, a Calístrato, hijo de A(…) . 850 IG 22, 1132 (Ática, 279-277 a.C.), l. 6-13: ἔδοξ[εν] τοῖς Ἀμφικτ[ίοσιν (...)· ὅπως ἦι εἰ]ς πάντ[α χρόνον ἀσυ]λία καὶ ἀτέ[λεια τοῖς τεχνίτα]ις τ[οῖς ἐν Ἀθήναις] καὶ μὴ ἦι ἀ[γ]ώγι[μος μηθεὶς μηθαμόθεν (...) μήτε [τὰ χρήματα αὐτῶν, ἀλλ’ ἦι] αὐτοῖς ἀτέλεια καὶ ἀσφάλε[ια εἰς πάντα χρόνον ἡ συν]κεχωρημένη ὑπὸ πάντων τῶν Ἑλλ[ήνων βεβαία: Les pareció bien a los Anfictiones (...): que haya para siempre asilia y exención de impuestos para los tecnitas de Atenas y que ninguno pueda ser detenido en ninguna parte (...) ni sus bienes, sino que haya para ellos exención de impuestos y por siempre inmunidad firme concedida por todos los griegos; l. 19-22: μὴ ἐξέστω δὲ μηδενὶ ἄγειν τὸν τ[εχνίταν] (...) μη̣δὲ συλᾶν [εἴ κα μὴ χρέ]ος ἔχων πόλει ἦι ὑπόχρεως: Y no está permitido capturar a un tecnita (...) ni arrebatarle que obtenga el pago de una ciudad con la que tiene obligaciones. 255 La casualidad ha querido que se conserve el título completo de la asociación, del Istmo y de Nemea, y también se conoce el lugar donde ejercieron los tecnitas, Tebas, en este caso. Aunque una parte de la inscripción es reconstrucción, otros epígrafes han servido de modelo a los editores del presente texto para hacer legible la totalidad del texto851. Es probable que Calístrato, el destinatario de la dedicatoria, fuera miembro de la asociación pero el contenido de la inscripción no permite afirmarlo. La sede del Istmo y de Nemea debió de ser tan conocida que su nombre no siempre era mencionado; existen epígrafes en que solo se hace alusión al lugar de ejercicio de los tecnitas. Esto sucede en los siguientes dos textos; el primero de ellos, Tebas 7, del siglo II a.C., cuenta: [τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν] τῶν ἐν Θήβαις Ἀ[ν]τίφιλον Μενάν[δρου εὐνοίας] ἕνεκεν καὶ εὐε[ργε]σίας τῆς εἰς [ἑαυτὸ] ἀνέθηκεν Διονύσωι. La asociación de los tecnitas de Dioniso en Tebas se la dedicó a Antífilo, hijo de Menandro, a causa de su buena disposición y de su buena conducta en lo referente a esta, en honor de Dioniso. Es perfectamente legible ἐν Θήβαις, en Tebas, el lugar donde los profesionales llevaron a cabo su actividad. Aunque la primera línea de la inscripción está reconstruida en su totalidad siguiendo el modelo de Tebas 9, parece claro que no figuraba el nombre de la sede por falta de espacio en la piedra. El protagonista, una vez más, fue miembro seguramente de la compañía de artistas y prestó múltiples servicios al grupo. Es lógico, además, que la dedicatoria se consagrara a Dioniso, el dios que presidía la asociación. Por su parte, en Tebas 9, epígrafe datado en la segunda mitad del siglo II a.C. o en el siglo I a.C., se lee lo siguiente: τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν τῶν ἐν Θήβαις Διοκλῆν Τιµο- στράτου Διονύσωι. ἔστησεν Βροµίωι Διοκλῆν Τιµοστράτου υἱὸν 5 ἐ[σ]θλὴ τεχνιτῶν µουσοπόλων σύνοδος. La asociación de los tecnitas de Dioniso en Tebas, a Diocles, hijo de Timostrato, en honor de Dioniso. Erigió en honor de Bromio a Diocles, hijo de Timostrato, la noble asociación de los tecnitas, sirvientes de las Musas. 851 Tebas 6; Tebas 9; SGDI 2, 1502, l. 2; IG 12, 9, 910, l. 1-4; Arch. Eph., 1837, nº 443. 256 Dada la buena conservación de su texto, es una de las inscripciones que sirven de modelo para aquellas en las que no es posible identificar el comienzo de la mención de la asociación de tecnitas. Parece que no era necesario incidir en que la sede principal de la que procedían los profesionales era la del Istmo y de Nemea, pero sí en la ciudad de ejercicio. Se deduce, por tanto, gracias al presente testimonio y al anterior, Tebas 7, que al menos una parte importante de los tecnitas afiliados en Tebas pertenecía al grupo del Istmo y de Nemea; Roesch y Le Guen lo recogen así en sus respectivos estudios852. Sin embargo, la última parte de la inscripción, ἐ[σ]θλὴ τεχνιτῶν μουσοπόλων σύνοδος, relaciona directamente los tecnitas con el calificativo de sirvientes de las Musas, por lo que no queda claro si se refiere a la filial del Helicón, de la que hablaremos a continuación. Con respecto al protagonista, es muy probable que fuera miembro e, incluso, presidente de la asociación en Tebas, dadas las características tan elaboradas del texto de la inscripción. No olvidemos, por tanto, que aunque no se conserve completa, la inscripción Tebas 8 es la única que relaciona la ciudad beocia con la sede líder de los trabajadores al servicio del dios. El último epígrafe de la misma ciudad, Tebas 6, datado entre los siglos III y II a.C., es interesante por una cuestión relacionada también con las sedes y filiales de los tecnitas: [τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον] [τεχνιτῶ]ν τῶν εἰς Ἰσθ[µὸν καὶ] [εἰς] Πιερίαν συντελούν[των ——] Ζευ<ξ>ίππου τὸµ πρόξενο[ν τὸν] ἑαυτῶν Διονύσωι ἀρετῆς ἕνεκεν καὶ 5 εὐνοίας ἣν ἔχων διατελεῖ εἴς τε τοὺς τεχνίτας καὶ τῆς εἰς τὸν θεὸν εὐσεβείας. La asociación de los tecnitas de Dioniso del Istmo y (¿Nemea?) que ejercen en Pieria, a su propio próxeno, (…), hijo de Zeuxipo, en honor de Dioniso por su propia virtud y benevolencia, que continúa teniendo para los tecnitas, y por su respeto a los dioses. La inscripción apareció en la ciudad de Tebas y es interesante porque es la única de la zona que da a conocer una nueva designación de la compañía de artistas: los tecnitas de Pieria. En 1892, Dittenberger presentó la edición que mostramos853, pero Roesch, posteriormente, reconstruye las líneas 2 y 3 de la siguiente manera: [τεχνιτῶ]ν τῶν εἰς Ἰσθ[μὸν καὶ Νεμέαν] | [καὶ] Πιερίαν συντελούν[των], y se pregunta si los tecnitas del Istmo, de Nemea y Pieria son otra ramificación distinta a la compañía del Istmo y de 852 ROESCH, 1982: 194 y 196; LE GUEN, 2001: vol. 1, 176-177 y 178-179. 853 IG 7, 2486. 257 Nemea que ejercía en Tebas o se refiere a esta y también cuál era la relación entre esta y la del Helicón854. Pickard-Cambridge piensa que en la línea 2 no hay pruebas suficientes que lleven a restituir el nombre de Nemea855. Le Guen, por el contrario, considera que la propuesta de Dittenberger no es correcta y la de Roesch probablemente sí por dos razones: primera, porque todos los documentos que mencionan el Istmo y Nemea lo hacen siempre conjuntamente y, segunda, porque si no aparece -[μὸν καὶ Νεμέαν] la totalidad de letras por línea no sería la esperada, aunque también cree que no debe descartarse que esta forma de mención de la sede sea distinta a todos los demás casos. La relación de los términos “del Istmo, de Nemea y de Pieria”, la utilización del verbo συντελεῖν y la preposición εἰς pueden referirse a los tecnitas que ejercían en el Istmo, en Nemea y en Pieria o a los tecnitas que pertenecían a la cofradía del Istmo y de Nemea pero que ejercían en Pieria, por lo que propone como solución, si se elige esta segunda opción, entender el texto de la siguiente forma: ἐξ Ἰσθμοῦ καὶ Νεμέας | εἰς δὲ Πιερίαν συντελούντων (en el siglo II a.C. se reemplaza de manera general la preposición εἰς + acusativo por ἐξ + genitivo en este tipo de inscripciones de titularidad colegial)856. Por mi parte considero que, de la misma manera que en los casos anteriores encontramos ἐξ + el nombre de la sede en genitivo, seguido de ἐν + la filial o lugar de desarrollo del ejercicio en dativo, este no tendría por qué ser, de entrada, un caso distinto; solo que en vez de la preposición ἐξ + genitivo, el lapicida utilizó εἰς + acusativo en la línea 2 para designar la sede, entendiendo esta preposición con el mismo sentido que ἐξ. Sin embargo, en la línea 3 no se podría reestablecer ἐν porque no sigue dativo, por lo que εἰς es la opción más apropiada. En una inscripción de Delos, en la línea 2 se lee [-]αὶ Νεμέας καὶ Π[-] y se ha reconstruido de la siguiente manera: [ἐξ Ἰσθμοῦ κ]αὶ Νεμέας καὶ Π[ιερίας?]857. De ser correcta la reconstrucción, estaríamos ante el caso que confirmaría que la mención de la sede de los tecnitas es variable, pues no siempre tiene que figurar “del Istmo y de Nemea”, pese a ser la líder, sino que puede haber otras sedes subyacentes o filiales de la principal, como “del Istmo y de Pieria” o “del Istmo, de Nemea y de Pieria”. Tal vez todo esto está relacionado con la escisión que se produjo en la compañía entre los años 118 y 112 a.C., cuando sus delegados, convocados en Pela por el procónsul de Macedonia, defendieron la causa de 854 ROESCH, 1982: 197-198. 855 PICKARD-CAMBRIDGE, 1988 [1953]: 288, n. 4. 856 LE GUEN, 2001: vol. 1, 179-181. 857 SEG 28, 667 (véase LE GUEN, 2001: vol. 1, 132-133). 258 los tecnitas de Atenas y, como consecuencia, se produjeron cambios en las sedes y entraron a formar parte de los tecnitas de Beocia grupos que trabajaban en el Ática 858. También hay testimonios de la presencia de la compañía de artistas y de su labor como profesionales al servicio de Dioniso en la ciudad de Tespias. El decreto Tespias 14, fechado entre los años 250-200 a.C., desvela que los tecnitas del Istmo y de Nemea también desempeñaron su trabajo en esta ciudad: ... τεχνιτῶν· ἔδοξε τοῖς τεχνίταις τοῖς ἐξ Ἰσθµοῦ καὶ Νεµέας· ἐπειδὴ παραγενόµενος πρεσβευτὴς ῾Ιεροκλῆς παρὰ τῆς πόλεως Θεσπιέων καὶ τοῦ κοινοῦ τῶν Βοιωτῶν 10 ψηφίσµατά τε ἀπέδωκεν καὶ ἐπιστολήν, ἐν ἧι παρεκάλει τοὺς τεχνίταις, τῆς πόλεως τῶν Θεσπιέων προκεχειρισµένης τὸν ἀγῶνα 15 τὸν ἐν τῶι ᾽Ελικῶνι γινόµενον ταῖς Μούσαις ... (...) De los tecnitas, les pareció bien a los tecnitas del Istmo y de Nemea: puesto que Hierocles estuvo presente como embajador de la ciudad de los tespieos y de la comunidad de los beocios, ha publicado un decreto votado y una orden en la que pedía a los tecnitas que, una vez estuviese preparada la ciudad de los tespieos, aconteciera la competición que tiene lugar en el Helicón en honor de las Musas (...). El decreto, además de testimoniar la presencia y el papel de los tecnitas de Dioniso del Istmo y de Nemea en la ciudad de Tespias, refleja su actividad en unos juegos no propiamente dionisíacos, aunque sí cercanos al dios: las fiestas en honor de las Musas o Museia. Como ya se explicó, las Musas y Dioniso comparten aspectos y facetas859, y en Tespias sobresalen principalmente por la actividad que se generaba en torno al monte Helicón. Dada la cercanía entre el grupo de diosas y el dios y puesto que, además, los Museia se convirtieron en las fiestas más importantes de Tespias, los tecnitas se dedicaron también a organizarlos. Roesch habla, de hecho, en relación a varios textos sobre los Museia, de los tecnitas del Helicón, cuya sede central estaba situada en Tespias. Esta subsede, filial de la del Istmo y Nemea, adquirió gran auge a raíz del éxito de los juegos en honor de las Musas y pudo haber ayudado también como pretexto a la escisión que se 858 Sobre la escisión que se produjo en la asociación de tecnitas del Istmo y de Nemea véanse: COLIN, 1899a y b; SHERK, 1969: 86-93; ROESCH, 1982: 193. 859 Véanse cap. 1.2.1, 2.3.5, 4.2.3.3, 5.2.5 y 7.3.1. 259 produjo en la compañía a finales del siglo II a.C.860 No olvidemos que Tespias 12 y Tespias 13 documentan esta filial del Helicón: Tespias 12, 175-150 a.C. (l. 8-9): ..., ἀπὸ δὲ τῶν τεχν̣[ιτῶν συν]- τελούντων εἰς ῾Ελικῶνα ... (...), y por parte de los tecnitas que ejercen en el Helicón, (...) Tespias 13, 118-112 a.C.: [——————] ἄρχοντος, [Μν]ασ[ί]ππου τοῦ Ἀρχελάου ἀγωνοθετοῦντος, ἐπὶ δ[ὲ] ἱερέως τῶν Μουσῶν Κλεαινέτο[υ] [τ]οῦ Δασύου, πυρφοροῦντος 5 Καλώτου τοῦ Ἀγαθονίκου, ἀπὸ δὲ τῶν τεχνιτῶν τῶ[ν] [συν]τελούντων εἰς Ἑλικῶ[να] [πυ]ρφοροῦντος τῶν Μουσῶ[ν] [Μνασ]ίππου τοῦ Μνασίππο[υ], 10 [τ]οῦ δὲ Διονύσου Ἀρχελάου τοῦ Μνασίππο[υ], οἵδε ἐνίκων τὰ Μουσεῖα· ποιητὴς προσοδίου Δηµήτριος ῾Ιπποκράτους [Τ]αναγραῖο[ς], 15 σαλπιστὴς Ἀριστέας Σκάµωνος Θεσπιεύς, κῆρυξ [Σώ?]ταιρος Θεογείτονος Θεσπιεύ[ς], ἐπῶν ποιητὴς 20 [Δηµ]οκλῆς Ἀµεινίου Θηβαῖος, ῥαψωιδὸς [Ἴραν]ος Φρυνίδου Ταναγραῖο[ς], αὐλητὴς [————]ς Φιλλέου Θεσπιεύ[ς], 25 [αὐλωιδὸς] [————————————] Durante el arcontado de (...), siendo Mnasipo, el hijo de Arquela, árbitro de los juegos, Cleaneto, el hijo de Dasio, sacerdote de las Musas, y Caloto, el hijo de Agatonico, portador del fuego, y por parte de los tecnitas que ejercen en el Helicón, Mnasipo, el hijo de Mnasipo, portador del fuego de las Musas, y el de Dioniso, Arquela, el hijo de Mnasipo, los vencedores en los Museia fueron los siguientes: el poeta de himnos procesionales, Demetrio de Tanagra, hijo de Hipócrates; el trompetista, Aristeas de Tespias, hijo de Escamón; el heraldo, Sotero de Tespias, hijo de Teogitón; el poeta épico, Democles de Tebas, hijo de Aminias; el rapsodo, Irano de Tanagra, hijo de Frinidas; el auleta, (...) de Tespias, hijo de Fileas; el cantante, (...), (...). 860 ROESCH, 1982: 193-194 (los textos sobre los Museia a los que se refiere y analiza se encuentran en: 189-192, nºs 33 a 37). 260 Para Manieri, en realidad, los epígrafes parecen atestiguar una filial local de la confederación principal del Istmo y de Nemea que podría haber sido fundada a raíz de la reorganización de los Museia y de las Agrionias y de la participación de los tecnitas en la gestión interna de estas fiestas861. Además, lo más probable es que los componentes de esta filial fueran ciudadanos de Tespias o tuvieran relación con los mandatarios de la ciudad y que, por ello, durante los festivales, pudieran ejercer tanto de artistas de la compañía como de funcionarios que trabajaban para Tespias. La constatación de esto se confirma con la figura del personaje Mnasipo, hijo de Mnasipo, que realizaba la función de portador del fuego como representante de los tecnitas (en Tespias 13, l. 9-10) y, años más tarde, era el secretario de la ciudad862. Parece, por tanto, que se trataba de un miembro de la asociación que era habitante de Tespias o residía cerca, lo que le permitió desempeñar casi paralelamente su oficio en favor de la ciudad y en favor de la compañía de artistas. Centrándonos únicamente en Tespias 13, tal vez se debería ver aquí una consecuencia de la escisión producida entre los años 118 y 112 a.C. en la compañía del Istmo y de Nemea, cuando sus delegados asumieron la causa a favor de los tecnitas de Atenas863. No es casualidad, asimismo, que no hubiera una mayor representación de la compañía ni que todos los vencedores de esta lista fueran beocios, pero en los años sucesivos la situación se suavizaría y, por eso, en IThesp. 171 (110-90 a.C.) ya aparecen vencedores de otras partes de Grecia864. Los tecnitas de Jonia y del Helesponto865 La sede de los tecnitas de Jonia y del Helesponto también fue relevante, aunque las inscripciones que la mencionan son minoritarias con respecto a las que se refieren a la del Istmo y Nemea. En la ciudad de Tebas fue hallado un documento epigráfico, Tebas 10 (146 a.C.), que manifiesta la (casi segura) presencia de los tecnitas de Jonia y del Helesponto: a- [————————————————————————] [ἐν] τῆι Ῥωμ̣αίων ἐπαρχείαι καὶ ἧς ἐπάρχουσ[ιν] [διὰ ἡγεµόνων] συγχωρῶ ὑµῖν ἕνεκεν τοῦ Διονύσου κα[ὶ] [τῶν ἄλλων θε]ῶν καὶ τοῦ ἐπιτηδεύµατος οὗ προεστήκ[ατε] [ὑµᾶς παντάπα]σιν ἀλειτουργήτους εἶναι καὶ ἀνεπισταθ- 5 861 MANIERI, 2009: 384. 862 IThesp. 171, l. 7-8 (110-90 a.C.): γραμματεύοντος Μνασίππου τοῦ Μνασίππου: siendo secretario Mnasipo, hijo de Mnasipo. 863 ROESCH, 1982: 193 y n. 201; LE GUEN, 2001: vol. 1, 157; MANIERI, 2009: 398. 864 MANIERI, 2009: 398. 865 ROESCH, 1982: 198-202; LE GUEN, 2001: vol. 1, 199-291. 261 [µεύτους καὶ ἀτελ]εῖς καὶ ἀν[ει]σφό[ρ]ους πάσης εἰσφορᾶ̣[ς] [καὶ αὐτοὺς καὶ γ]υναῖκας καὶ τέκνα ἕως ἂν εἰς ἡλι[κίαν] [ἀνδρικὴν ἐξίκω]νται καθὼς παρεκαλεῖτε. vacat b- vacat [ἀ]γαθῆι τύχηι. vacat [Λεύκιος Μόµµιο]ς στρατηγὸς ὕπατος Ῥωµαί[ων τῶι] 10 [κοινῶι τῶν περ]ὶ̣ τὸν Διόνυσον τεχνιτ[ῶν τῶν ἐπ’ Ἰω]- [νίας καὶ Ἑλλησπ]ό̣ν̣του καὶ τῶν περ[ὶ τὸν Καθηγεµόνα] [Διόνυσον καὶ τοῖς] σ̣ὺν Κράτω̣[νι Ζωτίχου Ἀτταλισταῖς] [χαίρειν· ——————————————————————]. (…) en la eparquía de los romanos y sobre la que gobiernan con ayuda del prefecto, acuerdo con vosotros a causa de Dioniso y de los otros dioses y de la profesión que habéis practicado que estéis exentos de toda liturgia, de acuartelamiento, libres de impuestos, de tributación, de todas las contribuciones, vosotros mismos y vuestras esposas e hijos hasta que lleguen a la edad cuando seáis convocados. A la buena fortuna. Lucio Mumio, cónsul supremo de los romanos, a la asociación de los tecnitas de Dioniso de Jonia y del Helesponto y de Dioniso Categemón y a los Atalistas de Cratón, hijo de Zótico, saluda (…). Ambas partes, a y b, están grabadas en la misma piedra, pero esta fue hallada fragmentada. Se trata de una estela cuyo contenido se ha interpretado como dos cartas que redactó el cónsul Lucio Mumio a los tecnitas de Dioniso de Jonia y del Helesponto establecidos en Tebas866, en respuesta a la petición que ellos le habían hecho sobre el reconocimiento de sus privilegios (exención de impuestos y contribuciones diversas)867. Lucio Mumio destruyó el ejército griego y arrasó Corinto en el año 146 a.C., pero ante la actitud moderada que tomó Roma posteriormente, fueron restituidos los privilegios de los helenos868. El propio cónsul fue el encargado de promover la nueva fidelidad hacia el Imperio Romano entre las potencias griegas y trató de hacerse pasar por un benefactor de Grecia869, como lo demuestran las bases de estatuas halladas en el Peloponeso y en Beocia870. Mumio fue el promotor de la renovación agonística en Grecia871 y, como consecuencia, accedió enseguida a la demanda de los tecnitas. Esos privilegios concedidos a los artistas parecen ser, en realidad, un conjunto de medidas tomadas por el cónsul para tratar de borrar la impresión desastrosa que había dejado por el saqueo de Corinto y compensar así los perjuicios causados a los tecnitas por la desaparición de su ciudad872. Con esto, apoyaba la causa de los artistas de Dioniso que él introdujo en Roma 866 SHERK (1969: 250) y LE GUEN (2001, vol. 1, 188) consideran que, en realidad, son dos cartas: una (a), dirigida a los tecnitas del Istmo y de Nemea, y una segunda (b), grabada a continuación, para los tecnitas de Jonia y del Helesponto. 867 ROESCH, 1982: 201-202; LE GUEN, 2001: vol. 1, 256. 868 Paus. 7, 16, 9-10. 869 SHERK, 1969: 251; MANIERI, 2009: 301. 870 ROESCH, 1982: 201. 871 MANIERI, 2009: 301. 872 ROESCH, 1982: 202; LE GUEN, 2001: vol. 1, 257. 262 para que participaran en las representaciones teatrales como manifestación de su triunfo y, además, ganaba tranquilizarlos a ellos y a la asociación de los Atalistas sobre su estatus y ayudaba a forjar una buena relación entre Pérgamo y Roma, siendo también un gesto de buena voluntad hacia la familia atálida. Le Guen cree, además, que el objetivo del documento era asegurar a los artistas ciertos privilegios justificados por su actividad religiosa y artística, así como recordarles hasta dónde podían beneficiarse de las ventajas que les eran reconocidas y que, a la vez, eran importantes y costosas para las ciudades que les debían su concesión873. Por otro lado, el nombre de Cratón al lado de la compañía de Dioniso asegura que es el auleta Cratón de Calcedonia874, hijo de Zótico, cuya carrera es conocida: formó parte de la compañía de tecnitas de Jonia y fundó la asociación de los Atalistas875. Roesch cree que la carta debió de dirigirse a los Atalistas con el mismo título que a los tecnitas de Jonia y del Helesponto, a los cuales estaban asociados. Asimismo, considera que la propuesta de lectura de Klaffenbach para la línea 13, es decir, la restitución de la preposición ὑπό en vez de σύν876, da sentido a la frase, pero no implica que Cratón estuviese vivo ni participara en las actividades de los Atalistas; sin embargo, se decanta por la preposición σύν (en vez de ὑπό) porque asegura que la inscripción es anterior a la muerte de Cratón, de manera que el artista vivía todavía en el momento en que el magistrado romano dirigió la carta a la asociación877. Cratón parece ser el personaje de unión entre los diferentes grupos y, también, el lazo entre estos y las autoridades romanas. Le Guen afirma que existen documentos que mencionan varias asociaciones que tienen como puntos comunes tanto honrar a Cratón de Calcedonia como realizar actividades artísticas878; cree, además, que los Atalistas deben ser entendidos como una comunidad artística gracias a la cual Cratón se había acercado a Mumio justo después de la formación de la provincia de Macedonia y la destrucción de Corinto para defender la causa de los tecnitas y reclamar sus privilegios, otorgados previamente por el oráculo de Delfos, pues los grandes santuarios griegos les proporcionaban grandes fortunas y renombre. Además, el testimonio da a entender que todos esos privilegios pedidos y concedidos se ofrecen 873 LE GUEN, 2001: vol. 1, 188, 257 y 260. 874 Para más información sobre Cratón de Calcedonia véanse: LE GUEN, 2007; STRANG, 2007: 268-271. 875 En Teos 242, fr. 7, l. 1-5 aparece: <Ἀτταλισταὶ οἱ σὺν Κράτωνι Ζωτίχου>. Según ROESCH (1982, 200) es la expresión que podría figurar en la l. 13 de Tebas 10. 876 KLAFFENBACH, 1914: 27, n. 1: [καὶ τοῖς ὑπὸ] Κράτ[ωνος Ζωτίχου συνηγμένοις Ἀτταλισταῖς]. 877 ROESCH, 1982: 200. Sobre la datación de la vida de Cratón véase: LE GUEN, 2001: vol. 1, 258. 878 CIG 2, 3068A y C (LE GUEN, 2001: vol. 1, 259). 263 por la fidelidad y entrega de los tecnitas a los dioses al participar en fiestas panhelénicas879. Por su parte, Sherk cree que si las dos cartas provienen de un mismo autor podría teorizarse que fueron redactadas en un momento en que se estaban abordando consideraciones y aspectos de gran alcance sobre el estado de todos las asociaciones y artistas dionisíacos; no se trataba del estatus de una única cofradía. Además, Sherk termina descartando la opción que señala al cónsul Livio Druso, gobernador de Macedonia, como autor de los textos, ofreciendo una serie de razones, entre las que destaca la no precisamente buena relación de la sede del Istmo y de Nemea con Roma, cuyo desenlace fue la defensa por parte de los romanos de la causa ateniense ante la lucha que se estaba produciendo entre las asociaciones de la Grecia continental en torno a los años 112-111 a.C.; además, cree que la mención τῆι Ῥωμ̣αίων ἐπαρχείαι no puede ser anterior a la creación de la provincia de Macedonia en el año 146 a.C., y que la denominación στρατηγὸς ὕπατος Ῥωμαί[ων dada al cónsul solo se usó en los documentos oficiales hasta alrededor de 130 a.C.880 Roesch también descarta esta hipótesis y cree que las dos cartas deben situarse en los primeros años del funcionamiento de la provincia de Macedonia; asimismo, asegura que una parte de los dos textos (a y b) es contemporánea y que ambos fueron tallados por el mismo lapicida881. Por su parte, Le Guen tampoco considera correcto el argumento que hace a Livio Druso autor del documento porque, primero, es difícilmente compatible relacionar este personaje con la datación de la inscripción y, segundo, es extraño pensar en una buena relación entre estas asociaciones y los magistrados romanos, después del escándalo de las Bacanales y de las disputas entre las dos cofradías882. 879 LE GUEN, 2001: vol. 1, 259. 880 SHERK, 1969: 251-252. 881 ROESCH, 1982: 200-201. 882 LE GUEN, 2001: vol. 1, 257. En el año 168 a.C. fueron prohibidas las Bacanales en Roma y en la Campania. El testimonio más relevante de esta prohibición lo ofrece Tito Livio (39, 8): cuenta que un griego que llegó a Etruria, practicante de ritos ocultos y nocturnos, adivino e introductor de doctrinas religiosas dudosas, indujo a otros ciudadanos a que se sometieran a un nuevo culto. El vino, la noche y la lujuria provocaron que se cometieran una serie de depravaciones, pero lo peor fue que en esas reuniones se suministraban falsos testigos, falsos sellos de testamentos, se producían violaciones, muertes dudosas… Y todo ello quedaba oculto tras el estrépito y los chillidos de los iniciados. Aunque es cierto que no se puede conceder una fiabilidad íntegra al pasaje de Livio, no cabe duda de que este tipo de prácticas causaban rechazo y se separaban por completo de los valores tradicionales romanos. Habían pasado de Etruria a Roma y finalmente fueron prohibidas por medio de la proclamación de un Senado Consulto de Bacchanalibus. Tras su instalación en Roma, después la orden se llevó al resto de ciudades pertenecientes al Imperio (para más información véanse: BRUHL, 1953: 82-116; PAILLER, 1988; HERRERO DE JÁUREGUI, 2008; CALDERÓN, 2016: 227-228). 264 Sherk cree que no se ha dado ninguna razón positiva y satisfactoria para dar cuenta de la publicación de una carta de este tipo en Tebas883, lo que parece no justificar explícitamente que los tecnitas de Jonia y del Helesponto tuviesen una filial en la ciudad beocia. Por su parte, Roesch considera relevante y muy posible que la compañía de artistas hiciera de Tebas una de sus ciudades privilegiadas para emprender una filial, lo que apoya la idea de que un número considerable de tecnitas estuviese allí de forma permanente884. Le Guen cree que la carta habría sido expuesta en Tebas, probablemente también en Delfos y en Tespias, a la vista de todos; a diferencia de Roesch, piensa que no es necesario suponer la existencia de una filial en Tebas (por medio de un organismo permanente que atestigüe la asociación de tecnitas de Jonia y del Helesponto) para explicar que el documento fuera grabado en dicha ciudad; simplemente destacaba como ciudad porque por aquella época gozaba de cierto renombre entre la cofradía, al igual que Delos885. Precisamente en Delos fue hallado un decreto promulgado por los tecnitas de Jonia y del Helesponto y por los seguidores de Dioniso Categemón en honor de Cratón de Calcedonia. Delos 1 debe situarse en torno a 170 a.C.886, tiempo anterior a la inscripción Tebas 10: τὸ κ[ο]ινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν τῶν ἐπ᾽ Ἰ[ωνίας] καὶ Ἑλλησπόντου καὶ τῶν περὶ τὸν καθηγεµόνα Διό[νυσον] Κράτωνα Ζωτίχου εὐεργέτην ἀρετῆς ἕνεκα καὶ ε[ὐνοίας] ἣν ἔχων διατελεῖ εἰς τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον [τεχνιτῶν]. Ἔδοξεν τῶι κοινῶι τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν τῶν ἐπ' Ἰωνίας καὶ Ἑλλησ[π]ό[ντου καὶ τῶν περὶ τὸν] 5 [καθη]γ[ε]µόνα Διόνυσον· επειδὴ Κράτων Ζωτίχου αὐλητὴς πρότερόν τε γενόµενο[ς ἱερεὺς τοῦ Διονύσου] [καὶ ἀγω]νοθέτης καλῶς καὶ ἐνδόξως προέστη τῆς τε ἱερεωσύνης καὶ τῆς ἀγων[οθεσίας καὶ νῦν δὲ κρι]- [θε]ὶς ἄξιος εἶναι ταύτης τῆς τιµῆς ὑπὸ τοῦ πλήθους τῶν τεχνιτῶν καὶ αἱρεθε[ὶς τὸ δεύτερον ἱερεὺς] [τ]οῦ Διονύσου καὶ ἀγωνοθέτης ἐν τῶι αὐτῶι ἔτει, ὑπερθέµενος τοὺς π[ρὸ αὐτοῦ γενοµένους ἱερέας] [κ]αὶ ἀγωνοθέτας τῆι τε χορηγίαι καὶ τῆι δαπάνηι καὶ τῆι αὐτοῦ µεγαλοψ[υχίαι καὶ ἀναστραφεὶς πρεπόν]- 10 τως καὶ ἀξίως τῆς συνόδου πάντα τὰ πρὸς τιµὴν καὶ δόξαν ἀνήκοντα [ἐπετέλεσεν τῶι τε Διονύ]- σωι καὶ ταῖς Μούσαις καὶ τῶι Ἀπόλλωνι τῶι Πυθίωι καὶ τοῖς ἄλλοις θεοῖς πᾶ[σι, ὁµοίως δὲ καὶ τοῖς τε βασι]- 883 SHERK, 1969: 250. 884 ROESCH, 1982: 202. 885 LE GUEN, 2001: vol. 1, 259-260. 886 El decreto aparece fechado entre 172-167 a.C. en IG 11, 4, 1061; LE GUEN (2001: vol. 1, 231) lo sitúa en el año 171 a.C. y MANIERI (2009: 386), un año después, en 170 a.C. 265 λεῦσι καὶ ταῖς βασιλίσσαις καὶ τοῖς ἀδελφοῖς βασιλέως Εὐµένου καὶ τῶι [κοινῶι τῶν περὶ τὸν Διόνυ]- σον τεχνιτῶν ἀποδεικνύµενος τὴν αὑτοῦ καλοκαγαθίαν καὶ εὐσέβε[ιαν καὶ φιλοτιµίαν ἐν παντὶ και]- ρῶι καὶ ἰδίαι καὶ κοινῆι ἀεί τινος ἀγαθοῦ παραίτιος γινόµενος· ὅπως δ’ ἂ[ν φανερὰ γίνηται εἰς τὸν ἀεὶ] 15 χρόνον ἡ παρὰ τῶν τεχνιτῶν ἀθάνατος δόξα, οὓς καὶ θεοὶ καὶ βασιλεῖς [κ]α[ὶ πάντες οἱ ἄλλοι Ἕλ]- ληνες τιµῶσιν δεδωκότες τήν τε ἀσυλίαν καὶ ἀσφάλειαν πᾶσι τ[οῖ]ς τεχν[ί]ται[ς καὶ πολέµου καὶ εἰ]- ρήνης, κατακολουθοῦντες τοῖς τοῦ Ἀπόλλωνος χρησµοῖς δι’ οὓς [κ]αὶ ἀ[γωνίζονται τοὺς ἀγῶνας τοῦ] Ἀπόλλωνος τοῦ Πυθίου καὶ τῶν Μουσῶν τῶν Ἑλικωνιάδων καὶ τοῦ Διον[ύσου, ἐν Δελφοῖς µὲν τοῖς] Πυθίοις καὶ Σωτηρίοις, ἐν Θεσπιαῖς δὲ τοῖς Μουσείοις, ἐν Θήβαις δὲ τοῖς Ἀγρ[ιωνίοις, εἶναι δοκοῦντες] 20 ἐκ πάντων τῶν Ἑλλήνων εὐσεβέστατοι· ἀγαθῆι τύχηι· δέδοχθαι· ὅπως [οὖν ἡ σύνοδος φαίνηται τιµῶ]- σα τοὺς αὑτῆς εὐεργέτας καταξίως τῶν εὐεργετηµάτων, στεφαν[ο]ῦ[ν µὲν Κράτωνα Ζωτίχου αὐλη]- [τ]ὴν εὐεργέτην καθ' ἕκαστον ἔτος εἰς ἀεὶ ἐν τῶι θεάτρωι ἐν ἧι ἡµέραι ἡ π[ανήγυρις τοῦ κοινοῦ συντε]- [λ]εῖται µετὰ τὴν στεφάνωσιν τῶν δήµων στεφάνωι τῶι ἐκ τοῦ νόµο[υ ἀρετῆς ἕνεκεν καὶ εὐ]- [ν]οίας ἣν ἔχων διατελεῖ εἰς τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶ[ν· τῆς δὲ ἀναγγελίας τοῦ στε]- 25 [φ]άνου ἐπιµέλειαν ποιεῖσθαι τὸν ἑκάστοτε γινόµενον ἀγωνοθέτην· [ἀναθεῖναι δὲ αὐτοῦ εἰκόνας] [τ]ρεῖς· τὴν µὲν µίαν ἐν Τέωι ἐν τῶι θεάτρωι ὅπως οἱ καθ’ ἕκαστον ἔτος ἀ[γωνοθέται ἐν τῆι] [π]ανηγύρει καὶ ὅταν ἡ Τηίων πόλις συντελῆι Διονύσια ἢ ἄλλον τινὰ [ἀγῶνα στεφανῶσι τὴν εἰκόνα] τὴν Κράτωνος στεφάνωι τῶι ἐκ τοῦ νόµου ὧι πάτριόν ἐστι τοῖ[ς τεχνίταις στεφανοῦν τοὺς αὐ]- τῶν εὐεργέτας· τὴν δὲ ἄλλην ἐν Δήλωι ὅπως καὶ ἐκεῖ στεφανῶται ὑ[πὸ τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τε]- 30 χνιτῶν· τὴν δὲ τρίτην οὗ ἂν ἀναθῆι Κράτων ἵνα εἰς ἅπαντα τὸ(ν) χρό[νον αὐτῶι ὑπάρχηι τῆς τε πρὸς] τὸ θεῖον εὐσεβείας καὶ τῆς εἰς τοὺς βασιλέας καὶ βασιλίσσας φιλοδο[ξίας καὶ τῆς εἰς (τοὺς) ἀδελφοῦς] βασιλέως Εὐµένου καὶ τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν [εὐνοίας ὑποµνηνα ἔτι δὲ] καὶ τῆι συνόδωι τῆς εὐχαριστίας διότι τὸν αὑτῆς εὐεργέτην [Κράτωνα Ζοτίχου ἐτίµησεν ἀπο]- διδοῦσα χάριτας τὰς δικαίας τῶν εὐεργετηµάτων· ἀναγράψαι [δὲ τὰ δεδοµένα τιµία] 35 εἰς στήλην λιθίνην καὶ στῆσαι παρὰ ταῖς εἰκόσι ταῖς Κράτων[ος· ἀποστεῖλαι δὲ πρεσβευτὰς] δύο πρὸς τὸν δῆµον τὸν Τηίων οἵτινες αἰτήσονται τόπον ἐν τῶι [θεάτρωι ἐν ὧι σταθήσεται] ἡ εἰκὼν Κράτωνος καὶ ἄλλους πρὸς τὸν δῆµον τὸν Δῆλίων οἵτ[ινες αφικόµενοι 266 εἰς Δῆλον καὶ] ἐπελθόντες ἐπὶ τὸν δῆµον καὶ τὴν βουλὴν ἀξιώσουσιν Δ[ηλίους φίλους ὄντας καὶ συγγε]- νεῖς δοῦναι τῆι συνόδωι τῶν τεχνιτῶν τὸν τόπον ἐν ὧι [σταθήσεται ἡ εἰκών Κράτωνος]. 40 La asociación de tecnitas de Dioniso de Jonia y del Helesponto y de Dioniso Categemón, a Cratón, hijo de Zótico, benefactor, por su virtud y benevolencia, la cual siempre demuestra a la compañía de tecnitas de Dioniso. Decidió la asociación de tecnitas de Dioniso de Jonia y del Helesponto y de Dioniso Categemón: puesto que Cratón, hijo de Zótico, auleta, fue en el pasado sacerdote de Dioniso y árbitro de los juegos con honestidad y fama, destacó en el sacerdocio y en el arbitraje de los juegos y ahora ha sido juzgado digno de gran honor por la asamblea de tecnitas y elegido por segunda vez sacerdote de Dioniso y árbitro de los juegos en el mismo año, ha superado a los sacerdotes y a los árbitros de los juegos que hubo antes de ese año por la coregia, por su gasto y generosidad, y viviendo convenientemente y siendo digno de la compañía, ha cumplido todos los actos que garantizan honor y fama a Dioniso, a las Musas, a Apolo Pitio y a todos los demás dioses, igualmente también a los reyes, a las reinas, a los hermanos del rey Eumenes y a la asociación de tecnitas de Dioniso, demostrando en cada ocasión generosidad, piedad y deseo de gloria, tanto en cosas privadas como públicas, consiguiendo siempre ser promotor del bien, que sea evidente por siempre la eterna fama de los tecnitas, que los dioses, los reyes y todos los griegos honren con el privilegio de la inmunidad y de la seguridad a todos los tecnitas en la guerra y en la paz, obedeciendo los vaticinios de Apolo por los que también participan en los agones de Apolo Pitio, de las Musas del Helicón y de Dioniso, en Delfos de los Juegos Pitios y de las Soteria, en Tespias de los Museia, en Tebas de las Agrionias; todos ellos reconocidos como los más venerables de todos los griegos. A la buena suerte; se ha decretado: como la compañía demuestra haber honrado a sus benefactores con beneficios muy dignos, coronar a Cratón, hijo de Zótico, auleta, benefactor, cada año por siempre en el teatro, el día en que la asamblea general de la compañía se celebra después de la coronación de los demos con una corona, según la tradición, por su virtud y benevolencia, la cual siempre demuestra a la compañía de tecnitas de Dioniso. Y el árbitro de los juegos que esté en ejercicio en cada ocasión cuide de la proclamación de la corona. Se dedican tres estatuas de este: una, en Teos, en el teatro, de modo que quien sea árbitro de los juegos cada año en la asamblea común y cuando la ciudad de los teos celebre las Dionisias u otro agón corone la estatua de Cratón con una corona según la costumbre por la que es tradición para los tecnitas coronar a sus propios benefactores; otra, en Delos, de modo que también sea coronada por los tecnitas de Dioniso; la tercera, donde quiera Cratón para que sea un recuerdo eterno de su devoción a los dioses, su amor a los reyes y a las reinas y su benevolencia a los hermanos del rey Eumenes y a la compañía de tecnitas de Dioniso, monumento ya donado por la asociación como agradecimiento que honra al mismo benefactor Cratón, hijo de Zótico, por su justa benevolencia de lo que ha pagado para el beneficio común. Que se graben los honores concedidos en una columna de mármol y se coloquen cerca de la estatua de Cratón. Que se envíen dos embajadores a la asamblea de Teos y que soliciten el espacio en el teatro donde la estatua de Cratón se va a levantar; (que se envíen) otros, a la asamblea de Delos, que pidan a los de Delos cuando lleguen a Delos y se presenten ante la asamblea y el consejo como amigos y parientes de la compañía de tecnitas que cedan un lugar en el que se levante la estatua de Cratón. Este decreto es anterior a las dos cartas de Tebas estudiadas anteriormente, de modo que nos pone en antecedentes con respecto a la situación de los tecnitas de Jonia y del Helesponto. El documento no es promulgado por un grupo específico dentro de la corporación de Asia Menor, sino que emana de una asociación expandida, dado que los tecnitas de Jonia y del Helesponto estaban unidos en ese momento bajo el patronazgo de Dioniso Categemón. Los seguidores de Dioniso Categemón y tecnitas de Pérgamo no aparecen en la epigrafía de manera aislada, al contrario, siempre están en conexión con 267 la corporación de artistas instalada en Teos (en la costa jonia de Asia Menor), llamados de Jonia y del Helesponto887; esto es interesante porque, en la fecha de la promulgación del decreto, existían en Asia Menor dos grupos de tecnitas dionisíacos que se habían unido conservando su propia individualidad888. En la ciudad de Teos, Dioniso era la divinidad principal, tenía un santuario y, como consecuencia de la labor de los artistas dionisíacos, también un teatro; todo ello dio gran prestigio a la ciudad889. La incorporación de Teos al reino de Pérgamo se produjo después de 188 a.C.890 y esta alianza se traduce en el nuevo poder de la dinastía y en la propagación de una ideología monárquica891. La actividad del protagonista de la inscripción, Cratón, se sitúa en el periodo inmediatamente posterior a la conquista de Teos, cuando ya se habían fusionado los tecnitas de Pérgamo-de Jonia y del Helesponto con los seguidores de Dioniso Categemón. En el decreto queda reflejado que la cofradía vota una serie de honores para Cratón, dada su conducta irreprochable, tanto en las actividades artísticas en honor de los dioses como de cara al rey, al reino y a su familia; la εὐσέβεια de Cratón es subrayada, pues es claramente retratado como un gran benefactor. Este prestigio se premia por medio de una coronación anual el día de la asamblea general de la asociación y por la dedicación de tres estatuas, tras haber desempeñado muy satisfactoriamente sus labores de sacerdote y agonoteta de los juegos892. Gracias a este documento, para Le Guen quedan claras algunas cuestiones con respecto a la situación de los artistas: su patronazgo y visibilidad cuando se situaban cerca de la monarquía; la inviolabilidad, una condición de inmunidad absoluta que, en tiempos de guerra, de cambios de alianzas y luchas de poder, era importante; y su fortuna, seguramente destacable en el caso de los tecnitas más relevantes. La misión de estos trabajadores profesionales tenía una función religiosa fundamentalmente: participar en los festivales panhelénicos más importantes del mundo griego. En época helenística, la corporación de Asia Menor, dotada de plena estructura jurídica y política, está representada en el extranjero por sus propios embajadores, promulga leyes y decretos que rigen la vida cotidiana de sus miembros y, a instancia de 887 Para más información de los tecnitas de Teos (fundación de la asociación de Jonia y del Helesponto y estructura) véase: STRANG, 2007: 247-267. 888 LE GUEN, 2001: vol. 1, 235-236 (véanse también los problemas que puede plantear la designación de la asociación “los tecnitas de Jonia y del Helesponto” en cuanto a la precisión geográfica). 889 Para más información del culto de Dioniso en Teos véase: STRANG, 2007: 138-172. 890 El decreto se ha fechado en el periodo que comprende 188 a.C., fecha de la incorporación de Teos al reino de Pérgamo, y 166 a.C., conquista ateniense de Delos (isla mencionada al final de la inscripción). 891 LE GUEN, 2001: vol. 1, 237. 892 MANIERI, 2009: 388-389. 268 toda la ciudad, promueve el evergetismo y a sus benefactores893. Por su parte, Manieri añade, además, que los honores reservados a Cratón también tienen el propósito de rendir fama inmortal a los artistas de Dioniso (lo cual queda documentado entre las líneas 16 a 21). El decreto, asimismo, ofrece un relevante testimonio en relación a estas señaladas competiciones musicales y permite definir un tipo de circuito de las festividades más frecuentes de la época. En los Museia de Tespias y en los agones de Tebas y de Delfos normalmente tomaba parte la compañía de artistas de la Grecia continental, pero en este caso los protagonistas son los tecnitas de Jonia y del Helesponto. La investigadora considera que, quizás, fue en ocasión de este agón por lo que Cratón demostró su generosidad también hacia los tecnitas del Istmo y de Nemea894. 6.3. Las mujeres, fieles seguidoras del culto de Dioniso en Beocia Los grupos de seguidores de un determinado dios también surgieron siguiendo un criterio de género. Las mujeres fueron fieles seguidoras del culto de Dioniso. No aparecen incorporadas en el punto anterior, dedicado a asociaciones dionisíacas, porque el requisito en primera instancia para formar parte de la agrupación no era profesional. Por supuesto, las mujeres que guiaban y oficiaban los actos religiosos también se profesionalizaron para desempeñar sus labores, pero el conjunto de seguidoras no se agrupó como asociación definida experta en la materia, sino como fieles del mismo sexo devotas de Dioniso. Las mujeres en la Grecia antigua estaban destinadas a preservar el buen funcionamiento de la casa y de la familia. Sin embargo, también salían y acudían a festividades públicas que se integraban en el marco cívico. Diodoro de Sicilia transmite que en muchas ciudades griegas, cada dos años, se reunían grupos báquicos de mujeres y era costumbre que las vírgenes llevaran tirso y entraran en trance gritando “evohé” y honrando al dios, y las mujeres, en grupo, le ofrecían sacrificios, celebraban sus misterios y alababan con cantos su presencia, imitando a las ménades895. Algunos grupos de seguidoras de Dioniso destacaron en diferentes zonas del mundo griego: en Atenas, las Leneas, las fiestas celebradas en honor de Dioniso en las que se realizaban agones dramáticos y ditirámbicos, puede que fueran denominadas así porque el término Ληναῖα 893 LE GUEN, 2001: vol. 1, 237-239. 894 MANIERI, 2009: 389-390. 895 D. S. 4, 3, 3. Sobre la atracción de las mujeres por el culto de Dioniso véase: KRAEMER, 1979. 269 podría derivar de λῆναι (bacantes), lo que ha llevado a postular su carácter esencialmente femenino896 o, tal vez, no estrictamente, pero sí parece que las mujeres ocupaban un puesto relevante e, incluso, imprescindible en estas fiestas 897. También en Atenas, en las Antesterias, las fiestas dionisíacas del vino nuevo, intervenían mujeres en distintos momentos del ritual898. En Esparta, las mujeres se reunían durante la noche en el Taigeto para contemplar una estatua de Dioniso y llevar a cabo los sacrificios en honor del dios899. Y en Delfos, también por la noche, las bacantes del Parnaso o Tíades celebraban los ritos dionisíacos900. De la región que nos atañe, en la ciudad de Tebas, el archiconocido grupo de mujeres seguidoras del culto de Dioniso son las bacantes, consagradas a este dios. En este apartado no se pretende ni es su cometido analizar detalladamente la tragedia de Eurípides ni la figura y trascendencia de estas fieles901, solo reflexionar sobre algunos aspectos que se transmiten en la obra en relación al culto dionisíaco en Tebas y a las seguidoras reales. Una de las funciones que tenían los cultos consagrados a los dioses por mujeres era la reversión y renovación comunitaria y la resuelta continuidad ciudadana902; por ello, la mujer desempeñaba un papel indispensable por su naturaleza fértil y fecunda. Concretamente, los cultos dionisíacos celebrados por ellas solían acontecer durante las 896 SEAFORD, 1994: 262 y 322. 897 JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2011c: 180. Sobre el origen del término Leneas (Ληναῖα), se han formulado dos hipótesis: una lo hace derivar de ληνός, la cuba donde se prensaba la uva, y la otra, de λῆναι, bacantes. Comenta JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL (2011c: 178) que, aunque no sea posible dar respuesta al problema, las fuentes clásicas concuerdan en que Dioniso Leneo, las fiestas Leneas y el lugar de celebración, el Ληναῖον, eran llamados así por su relación con la cuba. NOEL (2000: 77, 81 y 99) considera que en las Leneas las mujeres desempeñaban una función esencial como mediadoras entre el vino y su proceso de producción y los hombres; su papel era importante en la época de vendimia porque estaban en contacto con la vid y era una manera de estar cerca del dios. KERÉNYI (2001: 122), por su parte, establece que la integración de la mujer en la polis griega se produjo gracias a su asociación con Dioniso, y que la figura femenina tuvo una relación autónoma con la divinidad a partir de 540 a.C. (2001: 142). Para más información de las Leneas, su origen y culto véanse: NILSSON, 1995 [1906]: 275-279; JEANMAIRE, 1978 [1951]: 44-47; PICKARD-CAMBRIDGE, 1988 [1953]: 25-42; KERÉNYI, 1976: 296-299; PARKE, 1977: 104-106; SIMON, 1983: 100-101; SEAFORD, 1994: 262-266; NOEL, 2000; SPINETO, 2005: 125- 183; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2011c: 178-181. Sobre la relación de la fiesta con las mujeres: VALDÉS GUÍA, 2009-2010: 49-53. Sobre el papel de las mujeres en los cultos de Atenas y del Ática: HENRICHS, 1990. 898 Sobre las Antesterias, su origen y culto véanse: FOUCART, 1904: 107-163; NILSSON, 1995 [1906]: 267-271; FARNELL, 1977 [1909]: 214-224 y 317-320; JEANMAIRE, 1978 [1951]: 48-56; PICKARD- CAMBRIDGE, 1988 [1953]: 1-25; BURKERT, 2013 [1972]: 328-373; KERÉNYI, 1976: 300-307 y 313- 318; PARKE, 1977: 107-124; SIMON, 1983: 92-99; HAMILTON, 1992; ROBERTSON, 1993; BREMMER, 2006 [1999]: 91-92; SEAFORD, 1994: 238-240 y 266-269; NOEL, 1999; SPINETO, 2005: 13-123; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2011c: 170-177; VALDÉS GUÍA, 2015. Sobre la relación de la fiesta con las mujeres véase: VALDÉS GUÍA, 2009-2010: 56-59. 899 Paus. 3, 20, 3. 900 S. Ant. 1149-1152; Ar. Nu. 603-606; Paus. 10, 4, 2. Sobre las Tíades de Delfos véanse: VILLANUEVA PUIG, 1986; McINERNEY, 1997: 264, 269-274; ROBERTSON, 2003: 229-232; VALDÉS GUÍA, 2009- 2010: 54-56; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2013b: 291-293; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL en prensa2. 901 Conviene recordar lo expuesto y comentado sobre las bacantes en el cap. 1.2.3. 902 VALDÉS GUÍA, 2009-2010: 45. 270 horas de menos luz; son conocidos varios rituales en diferentes zonas del mundo griego (en Atenas, Delfos, Esparta, Sición, Argos, Anfisa y en varias ciudades beocias) asociados únicamente al género femenino y que tenían lugar por la noche en un absoluto misterio903. También en estos rituales había antorchas que sugerían la dimensión ultramundana de Dioniso904. En Bacantes, el dios reivindica sus ritos en el periodo nocturno, lo que da pie a que Penteo ponga en duda la decencia de las mujeres que realizan los ritos dionisíacos por la noche905: Πενθεύς.- τὰ δ᾽ ἱερὰ νύκτωρ ἢ μεθ᾽ ἡμέραν τελεῖς; Διόνυσος.- νύκτωρ τὰ πολλά: σεμνότητ᾽ ἔχει σκότος. Πενθεύς.- τοῦτ᾽ ἐς γυναῖκας δόλιόν ἐστι καὶ σαθρόν. Penteo.- Y las ceremonias ¿las celebras de noche o de día? Dioniso.- La mayoría, de noche; la oscuridad mantiene el carácter solemne. Penteo.- Esa es más engañosa y libertina para las mujeres. En otro momento de la obra, el coro confiesa que bailará a lo largo de la noche durante la celebración de las fiestas de Dioniso906: ἆρ᾽ ἐν παννυχίοις χοροῖς θήσω ποτὲ λευκὸν πόδ᾽ ἀναβακχεύουσα, […]. A lo largo de la noche, en danzas de coro, moveré mi blanco pie celebrando las fiestas báquicas, […]. Además de la fuerte personalidad, la exaltación emocional y la euforia festiva del coro, a lo largo de la tragedia hay menciones de orgullo por parte del propio Dioniso y del coro a las mujeres seguidoras del dios o componentes de su séquito o tíaso, como él mismo las llama907; mientras que Penteo se dirige a ellas de manera despectiva908. También en las fiestas Leneas tenía lugar un agón nocturno a la luz de las antorchas dirigido por el arconte rey909. Todas estas celebraciones nocturnas debieron de producirse con bastante frecuencia y mucho antes de los tiempos de Eurípides, porque ya Solón, en el siglo VI a.C., promovió ciertas reformas, entre ellas, inició el control de estas salidas910: […] ἐπέστησε δὲ καὶ ταῖς ἐξόδοις τῶν γυναικῶν καὶ τοῖς πένθεσι καὶ ταῖς ἑορταῖς νόμον ἀπείργοντα τὸ ἄτακτον καὶ ἀκόλαστον· ἐξιέναι […] μηδὲ νύκτωρ πορεύεσθαι πλὴν ἁμάξῃ κομιζομένην λύχνου προφαίνοντος. 903 Sobre la noche y los festivales nocturnos femeninos véase: VALDÉS GUÍA, 2009-2010. 904 JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2011c: 179. 905 E. Ba. 485-487. 906 E. Ba. 862-864. 907 E. Ba. 56, 85, 565-568. 908 E. Ba. 454, 487, 511-514. 909 Arist. Ath. 57, 1. 910 Plu. Sol. 21, 5. 271 […] Dedicó también para las salidas de las mujeres, para los cinco duelos y para las fiestas una ley que suprimía la falta de respeto y el libertinaje: prohibió que […] viajara de noche, excepto si era conducida por un carretero y con una antorcha por delante. En las ciudades de Orcómeno y Tanagra tenían lugar las Agrionias y las Nictelias, respectivamente911. Plutarco ofrece información, aunque no detallada, sobre sus ritos. Eran dos festividades que se celebraban en honor de Dioniso y las protagonistas eran las mujeres (o, al menos, tenían un papel destacado en ambas ceremonias). En lo que respecta a las Agrionias de Orcómeno, el origen de esta fiesta está relacionado con el mito de un grupo de mujeres, las hijas de Minias o miníades, tres hermanas que rechazaron los ritos dionisíacos por no querer ser partícipes de las salidas de la fiesta del dios y optaron por permanecer en casa al cuidado del hogar y de sus maridos. En consecuencia, Dioniso se enfadó de tal modo que les infundió la locura báquica y las mujeres terminaron asesinando al hijo de una de ellas912. Plutarco testimonia que los orcomenios llamaban “ὀλεῖαι” (asesinas) a las descendientes de la estirpe de las miníades, y que cada año durante las Agrionias de Orcómeno se representaba la persecución de las mujeres por un sacerdote de Dioniso; en una ocasión, incluso, el sacerdote Zoilo llegó a matar a una de ellas913. Aunque parece tratarse de un hecho casual y aislado y sin entrar en el debate de si el 911 Para más información de las Agrionias y las Nictelias véanse: cap. 7.2.1 y 7.2.3 respectivamente, y Dioniso Nictelio (cap. 2.3.3). 912 Sobre las diferentes versiones del mito véanse: Ou. Met. 4, 1-42 y 389-415; Ant.Lib. 10; Ael. VH 3, 42; sobre el análisis de las diferentes versiones: BERNABÉ, 2010 (con bibliografía) (véanse Dioniso Egóbolo [cap. 2.3.4] y cap. 7.2.1). Además de las miníades, hay otros mitos en que el dios se muestra como incitador de actos violentos y la mujer tiene un papel importante: las hijas de Preto o prétides enloquecieron por no aceptar los misterios de Dioniso; finalmente una de ellas murió y las otras dos fueron curadas por el adivino Melampo (Apollod. 2, 2, 2; otras versiones véanse en el cap. 7.2.1). También a las hijas de Eléuter el dios Dioniso las hizo enloquecer porque se quejaron al ver una estatua del dios ataviado con piel de cabra negra y, para que cesase la locura de las muchachas, Eléuter instauró el culto de Dioniso Melanégida (Sud. s.v. Μελαναιγίδα Διόνυσον [μ 451 Adler]; véase Dioniso Melanégida [cap. 2.3.2]). La historia de Licurgo cuenta que este persiguió a Dioniso y a sus nodrizas en mitad de una celebración dionisíaca con intención de impedirla, y finalmente Licurgo fue víctima de la cólera del propio Dioniso porque el dios le encerró en una prisión de piedra (S. Ant. 955-965), u otra versión cuenta que Dioniso le infundió tal demencia que terminó asesinando a su hijo (Apollod. 3, 5, 1; en Il. 6, 130-140 es Zeus quien castiga a Licurgo). También es relevante la historia de Butes, que atacó a las mujeres que celebraban el culto báquico en la Ftiótide y capturó a una de ellas; esta, encolerizada, invocó la ayuda de Dioniso y el dios infundió la locura a Butes, quien, presa del delirio, se arrojó a un pozo y murió (D. S. 5, 50, 5). Destaca, asimismo, el relato de Cianipo, un personaje que sacrificó a todas las divinidades excepto a Dioniso, pero el dios, enfadado, hizo que el protagonista cayera en una profunda borrachera y violara a su propia hija, Cíane; cuando la Pitia confesó que para que la ciudad consiguiera escapar de la peste en la que se había visto sumida los habitantes deberían sacrificar los actos impíos, Cíane degolló a su padre y ella misma se dio muerte después (Plu. Aet. Gr. et Rom. 19. 310BC). Otra historia que debe mencionarse es la que sucedió durante las Bacanalia de Roma entre Aruntio y Dioniso, pues el primero menospreció el poder del dios, ya que durante toda su vida solo había bebido agua, pero Dioniso le indujo una borrachera y Aruntio terminó violando a su propia hija; ella, pagándole con la misma moneda, le emborrachó también y le dio muerte (Plu. Aet. Gr. et Rom. 19. 310C). 913 Plu. Aet. Gr. 38. 299EF-300A (véanse Dioniso Egóbolo [cap. 2.3.4] y cap. 7.2.1). 272 sacrificio humano que relata Plutarco es verídico914, por los testimonios que refiere el autor no cabe duda de que la presencia de la mujer era un hecho en los rituales dionisíacos de algunas ciudades beocias. Asimismo, conviene recordar la historia ya mencionada, a propósito de la ciudad de Tanagra, de Tritón y las tanagrenses que transmite Pausanias, en la que el dios marino ataca a las mujeres y Dioniso actúa como salvador915. En el relato, hay una alusión a todas las habitantes de Tanagra, es decir, generalizada, presentándolas como un todo, y se mencionan también los rituales que estas, en grupo, realizaban para purificarse antes de asistir a las fiestas de Dioniso: […] ὁ μὲν δὴ σεμνότερος ἐς αὐτὸν λόγος τὰς γυναῖκάς φησι τὰς Ταναγραίων πρὸ τῶν Διονύσου ὀργίων ἐπὶ θάλασσαν καταβῆναι καθαρσίων ἕνεκα, νηχομέναις δὲ ἐπιχειρῆσαι τὸν Τρίτωνα καὶ τὰς γυναῖκας εὔξασθαι Διόνυσόν σφισιν ἀφικέσθαι βοηθόν, ὑπακοῦσαί τε δὴ τὸν θεὸν καὶ τοῦ Τρίτωνος κρατῆσαι τῇ μάχῃ. […] La historia más venerable respecto a él cuenta que las mujeres de Tanagra bajaron al mar antes de los ritos de Dioniso para purificarse y, mientras nadaban, Tritón las atacó. Las mujeres rogaron a Dioniso que les prestara ayuda; el dios las escuchó y venció a Tritón en la batalla. Dejando de lado la parte fantástica, es probable que Pausanias tomara para su relato el rito real que las mujeres de Tanagra habitualmente practicaban en las fiestas de Dioniso916; además, el valor catártico del agua (de mar) como método de purificación es un recurso común en la religión griega917. Sin embargo, en ocasiones, para las mujeres ni siquiera esa acción valía y la presencia de cualquiera de ellas era rechazada en determinados santuarios. Por ejemplo, Plutarco, en un episodio también relacionado con las tanagrenses, cuenta que estas tenían prohibido el acceso al recinto sagrado del héroe Eunosto y estaba tan protegido que, ante cualquier seísmo o desastre producido en los alrededores del lugar, se pensaba que una mujer estaba cerca del perímetro sagrado y, por tanto, era la causante del daño. Tal era la cuestión que el propio Eunosto acudía al mar a lavarse cuando una mujer había entrado en su recinto 918. En cambio, en Tanagra el valor de la figura femenina debió de ser importante como miembro individual y grupal en los 914 Véanse Dioniso Egóbolo (cap. 2.3.4) y cap. 7.2.1. 915 Paus. 9, 20, 4-5 (véase cap. 1.2.3). 916 Véase el comentario de PIRENNE-DELFORGE (2008: 79). 917 BURKERT, 2007 [1985]: 105-108. Para más información sobre la relación de Dioniso con el elemento líquido y el mar véase: DARAKI, 2005 [1985]: 41-55. 918 Plu. Aet. Gr. 40. 300DF-301A. Para más información del héroe Eunosto véase: FARNELL, 1970 [1921]: 22, 30-31, 71, 88-89. 273 cultos de los dioses. Su relevancia se confirma con el descubrimiento arqueológico de las tanagras o tanagrinas919. Aunque todos los ejemplos analizados anteriormente sobre grupos de mujeres que practicaron el culto de Dioniso en Beocia parten de una historia mítica, conviene incidir en la diferencia entre mito y culto. Gran parte de los estudios modernos sobre mujeres en ámbito dionisíaco se ha centrado en esta discusión, pues precisar si el mito se modela a través del rito o viceversa es una cuestión difícil de definir; sin embargo, algunos autores como Diodoro de Sicilia, Plutarco y Pausanias tomaron la figura de las mujeres míticas para transmitir las historias de las mujeres históricas, reales, las que participaban verdaderamente en el culto920. El culto de Dioniso seguramente motivaba a las mujeres a liberarse periódicamente de las ataduras sociales propias de la cultura griega porque era una forma de rendir homenaje a un dios pero invirtiendo, en muchos casos, los valores tradicionales. Algunos ritos de mujeres, como el celebrado en Tebas durante la noche o el de Orcómeno que simulaba una persecución motivada por la locura dionisíaca, muestran el lado más alterado o maníaco del culto de Dioniso921; otros, como la purificación en las aguas de Tanagra, parecen canalizar el fulgor del rito en un paso previo por medio del agua. Sea como fuere, pues, la presencia de grupos femeninos en ritos dionisíacos de algunas ciudades beocias como Tebas, Orcómeno y Tanagra, además de en el mito, fue un hecho. 6.4. Conclusiones Las asociaciones que surgían en torno a la figura de los dioses podían verse motivadas por diferentes causas. La principal para su formación era la fidelidad y creencia en la divinidad, pero también influía el factor profesional (gremios de trabajadores y grupos de profesionales contratados, especialistas en el buen funcionamiento del rito y de las fiestas) e, incluso, el sexual. Con respecto a las asociaciones dionisíacas religiosas 919 Las tanagras o tanagrinas son unas figurillas femeninas de terracota y policromadas que aparecieron, en 1870, en el interior de un número considerable de tumbas del yacimiento de Grimadha, en Beocia, a modo de exvotos u ofrendas (para más información véase: JEAMMET, 2010). 920 Sobre la diferencia entre mito y culto en ámbito dionisíaco véanse: RAPP, 1872; JEANMAIRE, 1978 [1951]: 157-219; DODDS, 1999 [1960]: 251-263; HENRICHS, 1969; HENRICHS, 1978; KRAEMER, 1979; BREMMER, 1984; PIRENNE-DELFORGE, 2008: 51-52, 79, 125, 144-145, 302; ALONSO, 2013; PORRES, 2013b. 921 Sobre las diferentes emociones que despierta Dioniso véase: JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL en prensa4 (con bibliografía). 274 documentadas en Beocia, los Dionisiastas se muestran como una cofradía perfectamente consolidada en la ciudad de Tanagra, aunque es probable que el número no fuera muy numeroso. No cabe duda de que una de sus funciones era dar sepultura a sus miembros, pues las dos inscripciones halladas en la ciudad que mencionan la asociación son precisamente epitafios, Tanagra 2 y Tanagra 3. Parece que esta tarea de enterramiento era una práctica habitual entre los componentes del grupo porque, aparte de que el fallecido recibía la consagración del resto del personal, la asociación dionisíaca dejaba su sello de identidad y la constancia de que había asumido el pago de la sepultura. El Baquion es otra asociación religiosa dionisíaca que, aunque no fue exclusivamente propia de Beocia, pues llegó a tener un alcance panhelénico, se documenta en la ciudad de Lebadea. Además, debió de prosperar durante varios siglos porque es relevante que el testimonio beocio en que aparece nombrada la cofradía, Lebadea 2, sea de principios del siglo III d.C., el más tardío de todas las inscripciones aportadas en este estudio. Debe destacarse que tanto los Dionisiastas como el Baquion prosperaron manteniéndose incluso al margen de las prohibiciones de “malas prácticas báquicas” que se produjeron en el siglo II a.C., lo que da a entender que ambas asociaciones se dedicaban única y exclusivamente a las “buenas prácticas religiosas”, es decir, a seguir los preceptos del dios como buenos ciudadanos. En Beocia están documentados dos gremios seguidores del culto de Dioniso: los viñadores en Tanagra y los canteros en Lebadea. Por su parte, el viñador debió de ser una profesión afianzada por la cantidad de vides que había en la región, según las fuentes clásicas han transmitido. Tanagra 3 es la inscripción que comparten dos asociaciones, los Dionisiastas, conocidos por su actividad principalmente religiosa, y los viñadores, profesión destacada por su actividad física, de trabajo. Algo similar sucede en Lebadea 2, testimonio en el que son nombrados el Baquion, asociación puramente religiosa, y los canteros, asociación profesional. Aunque es sorprendente e, incluso, misteriosa la relación de este gremio de trabajadores con el dios, un posible punto de conexión podría ser la cueva de Trofonio, un lugar sin duda destacado en la Antigüedad por las fuentes literarias y epigráficas debido a su valor natural y cultual, el símbolo de la ciudad de Lebadea. La vinculación de ambas parejas, Dionisiastas-viñadores y Baquion-canteros, aunque solo fuera en una ocasión, es determinante porque, primero, prueba que diferentes grupos o categorías se podían asociar, y segundo, pudo ser un buen método vinculante para desempeñar distintas tareas dentro del culto de Dioniso al establecerse una unión de miembros de diferente tipología y función, uno más religioso (ideológico) que físico y 275 otro más activo (físico) que religioso. Parece que, de primeras, en las dos inscripciones Dioniso es el patrón de las cuatro asociaciones; sin embargo, aunque al inicio del capítulo decía que cuando un grupo de trabajadores, además de compartir la profesión, sentía fidelidad y entrega hacia una divinidad y entonces se convertía en asociación profesional y religiosa, en el caso de los gremios, puede que se asociaran con compañías de fieles al dios en un momento puntual, no tanto por fidelidad sino por un beneficio concreto para estos trabajadores. Sea como fuere, no cabe duda de que en las ciudades beocias de Tanagra y Lebadea hay constancia de que existieron asociaciones religiosas y profesionales; es más, los testimonios son excepcionales para el estudio del culto de Dioniso en Beocia por los motivos expuestos líneas más arriba. Dentro de los profesionales dionisíacos, además de los gremios afines o que colaboraban en el culto del dios, existía un grupo de trabajadores especializados en el desarrollo de este, los tecnitas. No hay duda, además, de la repercusión que tuvo esta asociación en Beocia. Se sabe que, de manera general, organizaban las representaciones teatrales, coros y agones o actuaciones musicales y se encargaban de que todo saliera bien. Gracias al testimonio Delfos 1, conocemos más funciones que realizaban los tecnitas pertenecientes a la sede del Istmo y de Nemea que ejercían en la ciudad de Tebas: en lo que respecta a la parte administrativa, podían decidir el plan de actividades festivas durante las celebraciones dionisíacas, designar las funciones y cargos de otros funcionarios así como los competidores para los agones; también les estaba permitido hablar y negociar con líderes de la ciudad, hacer propuestas que posteriormente se tratarían en asambleas para ser aprobadas o no, anunciar al resto de ciudades los nuevos decretos y, por último, tenían autoridad para solicitar asilia y salvoconducto para ellos mismos, un privilegio destacado e importante, y protección para templos y santuarios. Como miembros participativos, había actores que realizaban las obras de teatro, músicos y artistas que competían en los agones musicales, incluso, funcionarios que dirigían la ceremonia ritual, incluidos los sacrificios pertinentes. En lo que respecta a las sedes, la del Istmo y Nemea era la principal y la que habitualmente ejercía en Tebas, como muestra Tebas 8. Sin embargo, se ha comprobado que existe la posibilidad de que hubiera una filial o subsede propiamente beocia, la del Helicón, que podría haber transmitido Tebas 9. No cabe duda de que la sede principal era la del Istmo y Nemea, pero algunos testimonios parecen dar a conocer más filiales que procedían de la sede-madre. Además del caso anterior, es probable que Tebas 6 testimonie otra filial que ejercía en Tebas, la del Istmo y (¿Nemea? y) Pieria. Quizás estas ramificaciones que empezaron a darse en el 276 siglo III a.C. sean el preludio de la escisión que –se sabe– se produjo en la compañía entre los años 118 y 112 a.C. Asimismo, sabemos que en la ciudad beocia de Tespias los tecnitas del Istmo y de Nemea también prestaban sus servicios y no para fiestas propiamente dionisíacas, sino para los festivales de las Musas. Incluso, un tecnita reconocido podía ejercer como tal en las celebraciones y, en otro momento, como funcionario de la ciudad, hecho que puede apreciarse en Tespias 13 y en IThesp. 171. Es probable que estos profesionales pertenecientes a la sede principal terminaran fundando una filial, la del Helicón, cuyo ejercicio se dio sobre todo en Tespias, ciudad que acogía también importantes festividades. Esta posible ramificación también me parece oportuno conectarla con la posterior ruptura en la que desembocaría la asociación de tecnitas. Por su parte, la sede de Jonia y del Helesponto no fue la principal en la zona beocia pero sí se conoce, gracias a Tebas 10, la casi segura intervención y ejercicio de estos tecnitas también en la ciudad de Tebas. La respuesta del cónsul Lucio Mumio a una petición previa por parte de los artistas, es un ejemplo de cómo la asociación hacía uso de sus privilegios pidiendo protección. Dada la situación en la que se encontraba en ese momento el cónsul al querer recuperar la confianza y el agrado de los griegos por intereses políticos, me atrevo a afirmar que los tecnitas, conocedores de este ambiente casi con seguridad por sus buenas relaciones con los altos cargos de las ciudades, se aprovecharon de tal situación y decidieron redactar las peticiones sobre la recuperación de sus privilegios justo en ese oportuno momento. Por último, la mujer fue fiel seguidora del culto de Dioniso en la región de Beocia. Varios textos literarios muestran su presencia en rituales de las ciudades de Tebas, Orcómeno y Tanagra. Algunas ceremonias tenían lugar probablemente por la noche y, a veces, a las afueras de la ciudad. Estas salidas seguramente motivaron a las mujeres a librarse y evadirse de las exigencias sociales y culturales que las obligaban a permanecer en casa sin poder participar prácticamente de la vida pública, pero también supusieron la promulgación de leyes y decretos que regularon estas prácticas, por no considerarse respetuosas con el papel tradicional de la mujer. Un punto interesante es que las mujeres siempre participaban en los ritos de Dioniso en grupo. Ya hemos visto que ella, entendida como individuo, en el culto dionisíaco solo podía desempeñar el sacerdocio del dios (aunque sin presidir los juegos), pues no hay testimonios que documenten su presencia como agonoteta ni tampoco como competidora de los concursos; mientras que, en grupo, era participante de las ceremonias rituales. Es relevante también que en algunos de los ritos dionisíacos practicados en Beocia por mujeres encontramos elementos que se repiten 277 en algún caso: el agua, como método purificador, es esencial en los ritos tanagrenses, y la oscuridad, como aspecto mistérico, aparece en las ceremonias tebanas, orcomenias y también tanagrenses. 278 279 Fiestas dionisíacas (y relacionadas con Dioniso) beocias γὰρ αἰεὶ Διόνυσον ὑμνήσω. Pues siempre cantaré himnos a Dioniso. Eurípides, Bacantes, 72-73. καὶ θύρσους φοροῦσι καὶ βοαῖς χρῶνται καὶ κινήσεσιν ὥσπερ οἱ κάτοχοι τοῖς περὶ τὸν Διόνυσον ὀργιασμοῖς. y llevan tirsos, profieren gritos y se agitan como los poseídos en las celebraciones de Dioniso. Plutarco, Isis y Osiris, 35 (364E). 280 281 7. FIESTAS DIONISÍACAS (Y RELACIONADAS CON DIONISO) BEOCIAS 7.1. Introducción La mayor parte de los estudios modernos sobre festivales dionisíacos se han centrado en la región del Ática. Por el contrario, las fiestas de fuera de esta zona (entre ellas, las beocias) han sido analizadas en unos casos y estudiadas en otros, bien individualmente en artículos, bien en monografías cuyo objetivo, por lo general, no era hacer un estudio sistemático de los festivales de Dioniso (sin olvidar, además, que en algunas de estas publicaciones se obvian las celebraciones menores o menos conocidas). En consecuencia, hasta el momento, no hay un estudio que recopile, analice y estudie los testimonios que documentan las fiestas dionisíacas beocias específicamente. En el presente capítulo se estudian tanto los festivales celebrados en honor de Dioniso en Beocia como los que no eran propiamente dionisíacos pero estaban estrechamente relacionados con el dios en la misma región. Al primer grupo pertenecen las Agrionias, las Dionisias, las Nictelias, las Teodesias y las Λύσιοι τελεταί (ceremonias lisias o liberadoras), y al segundo, los (juegos) Museia y las Caritesias. Todas estas fiestas se abordan en orden de importancia o relevancia del festival dionisíaco; en los casos de igual categoría, valor o repercusión de la celebración, se sigue el orden alfabético. Asimismo, se especifica la ciudad beocia donde se ha documentado la fiesta y, cuando esta está registrada en varias ciudades, se ha intentado incidir en las características locales propias. Ello permitirá trazar un cuadro con los puntos clave de celebración del dionisismo en Beocia y ver su expansión en la región. También, en la medida de lo posible y cuando las particularidades de las fiestas dionisíacas lo han permitido, se han puesto en relación con las áticas, las mejor conocidas y estudiadas. Para abordar el trabajo, he tomado como referencia el esquema que presenta Schachter referente a Dioniso en Beocia: en Queronea están documentadas las Agrionias y las Dionisias; en Haliarto, las Agrionias y las Teodesias; en Orcómeno, las Agrionias y puede que las Dionisias; en Tanagra, las Nictelias y quizás las Agrionias; en Tebas, las Agrionias, las Λύσιοι τελεταί y las Dionisias Heracleas y las Dionisias Heracleas Antoninas; y en Tespias, probablemente 282 las Dionisias922. Conviene precisar que este especialista no hace un estudio de las fiestas en profundidad, sino que las menciona y solo en algunos casos las relaciona con referencias literarias y epigráficas. Pasemos a analizar cada fiesta por separado. 7.2. Fiestas dionisíacas celebradas en Beocia 7.2.1. Las Agrionias de varias ciudades beocias Las Ἀγριώνια (o Ἀγριάνια), Agrionias, fueron unas fiestas dionisíacas eolio- beocias y argivas. No sabemos si se celebraron exclusivamente en este territorio griego, pero al menos los únicos testimonios conservados que aluden al festival pertenecen a las zonas citadas. Plutarco ofrece algunos datos de las Agrionias en tres pasajes distintos de su obra: señala que eran unas fiestas nocturnas cuyos ritos se celebraban, en su mayor parte, en la oscuridad y que la hiedra, uno de los atributos del dios, era un elemento importante923: […] κιττόν· Ἀγριωνίοις δὲ καὶ Νυκτελίοις, ὧν τὰ πολλὰ διὰ σκότους δρᾶται, πάρεστιν. […]. αἱ γὰρ ἔνοχοι τοῖς βακχικοῖς πάθεσι γυναῖκες εὐθὺς ἐπὶ τὸν κιττὸν φέρονται, καὶ σπαράττουσι δραττόμεναι ταῖς χερσὶ καὶ διεσθίουσαι τοῖς στόμασιν […]. Está presente la hiedra, sin embargo, en las Agrionias y en las Nictelias, cuyos ritos se realizan, en su mayoría, en la oscuridad. […]. Pues las mujeres, poseídas por el furor báquico, se lanzan a por la hiedra, la despedazan triturándola con las manos y devorándola con la boca […]. Plutarco, en otro pasaje, cuenta que las Agrionias eran anuales924 y que conmemoraban la huida y persecución de las orcomenias por un sacerdote de Dioniso; relata también un hecho puntual que él mismo vivió925: τίνες οἱ παρὰ Βοιωτοῖς “ψολόεις” καὶ τίνες αἱ “ὀλεῖαι”; τὰς Μινύου θυγατέρας φασὶ Λευκίππην καὶ Ἀρσινόην καὶ Ἀλκαθόην μανείσας ἀνθρωπίνων ἐπιθυμῆσαι κρεῶν καὶ διαλαχεῖν περὶ τῶν τέκνων· Λευκίππης λαχούσης, παρασχεῖν Ἵππασον τὸν υἱὸν διασπάσασθαι. καὶ κληθῆναι τοὺς μὲν ἄνδρας αὐτῶν δυσειματοῦντας ὑπὸ λύπης καὶ πένθους “ψολόεις”, αὐτὰς δὲ “ὀλείας” οἷον ὀλοάς. καὶ μέχρι 922 SCHACHTER, 1981: 173-195. Para más información sobre los juegos y agones beocios (no exclusivamente dionisíacos) analizados por periodos y desde una perspectiva histórica véase: GRIGSBY, 2017. 923 Plu. Aet. Rom. 112. 291A. 924 Algunos especialistas creen, sin embargo, que eran unas fiestas trietéricas: FARNELL, 1977 [1909]: 177-178; MANTERO, 1975: 81; KERÉNYI, 1976: 178; HENRICHS, 1978: 137. CASADIO (1994: 88 y 96) cree que es anual pero también duda. BERNABÉ (2010: 375) apuesta sin dudas por la periodicidad anual. Téngase en cuenta el cómputo inclusivo del año de celebración de la fiesta; de manera que cuando hablamos de fiesta trietérica, se trata de una celebración bienal, es decir, que tiene lugar cada dos años. 925 Plu. Aet. Gr. 38. 299EF-300A. 283 νῦν Ὀρχομένιοι τὰς ἀπὸ τοῦ γένους οὕτω καλοῦσι. καὶ γίγνεται παρ᾽ ἐνιαυτὸν ἐν τοῖς Ἀγριωνίοις φυγὴ καὶ δίωξις αὐτῶν ὑπὸ τοῦ ἱερέως τοῦ Διονύσου ξίφος ἔχοντος. ἔξεστι δὲ τὴν καταληφθεῖσαν ἀνελεῖν, καὶ ἀνεῖλεν ἐφ᾽ ἡμῶν Ζωίλος ὁ ἱερεύς. ἀπέβη δ᾽ εἰς οὐδὲν χρηστὸν αὐτοῖς, ἀλλ᾽ ὅ τε Ζωίλος ἐκ τοῦ τυχόντος ἑλκειδίου νοσήσας καὶ διασαπεὶς πολὺν χρόνον ἐτελεύτησεν, οἳ τ᾽ Ὀρχομένιοι δημοσίαις βλάβαις καὶ καταδίκαις περιπεσόντες ἐκ τοῦ γένους τὴν ἱερωσύνην μετέστησαν, ἐκ πάντων αἱρούμενοι τὸν ἄριστον. ¿Quiénes son entre los beocios los “psoloeis” y las “oleias”? Cuentan que las hijas de Minias, Leucipe, Arsínoe y Alcátoe, presas de la locura, estaban deseosas de carne humana y se sortearon a sus hijos; tocándole la suerte a Leucipe, entregó a su hijo Hípaso y lo desmembraron. Y a sus maridos, por ir mal vestidos a causa del dolor y del pesar, se les llamó “psoloeis” (“mugrientos”) y a ellas, “oleias”, es decir, “asesinas”. Y hasta hoy los orcomenios llaman así a las de su estirpe y, cada año, en las Agrionias tiene lugar una huida y una persecución de ellas por el sacerdote de Dioniso con una espada. Y le está permitido matar a la que alcance. En mis tiempos, el sacerdote Zoilo mató a una, pero en nada fue beneficioso para ellos, sino que, por su parte, Zoilo, tras caer enfermo por una herida ulcerosa que estuvo infectada durante mucho tiempo, murió, y los orcomenios, después de haber sufrido daños públicos y sentencias adversas, transfirieron el sacerdocio de la familia de origen escogiendo al mejor de todos los ciudadanos. El mito de las hijas de Minias o miníades cuenta que estas se negaron a participar en los ritos de Dioniso debido a su afición por el trabajo del hogar. Según las versiones, las muchachas alegaban un profundo amor a sus maridos y a la casa que nos les permitía abandonar las tareas conyugales, además de rechazar el desorden de la fiesta dionisíaca. Pero el dios se enfadó ante el desplante de las hijas de Minias hacia su culto y les provocó la locura dionisíaca. Como consecuencia, sacrificaron al hijo de una de ellas926. De la 926 El mito fue tratado por Corina, poetisa beocia, en el siglo V a.C. y por Nicandro en el siglo II a.C., pero estos textos no se conservan. Además del texto de Plutarco, se conocen las versiones de Ovidio, Antonino Liberal y Eliano. Ovidio (Met. 4, 1-42 y 389-415) cuenta que Alcítoe es la encargada de infundir a las otras dos miníades el desprecio por los ritos báquicos y, ante la celebración de la fiesta de Dioniso, las tres hermanas continúan con sus labores del hogar alegando que Minerva las retiene y que esta diosa es mejor que Dioniso. Aunque son advertidas por el sacerdote de la cólera del dios si no celebran su culto, las muchachas no hacen caso. De pronto, una serie de sonidos irrumpen en la casa, todo comienza a llenarse de hiedra, vides y pámpanos, todo arde y las muchachas se convierten en aves nocturnas. Antonino Liberal (10) transmite que las miníades dirigen a las otras mujeres reproches por abandonar la ciudad y dirigirse a las montañas a celebrar el culto de Dioniso. El dios, bajo apariencia femenina, les aconseja no despreciar sus ritos, pero ante la pasividad de las muchachas, este se convierte en varios de sus animales predilectos y hace brotar de los telares de ellas néctar y leche. Ante el asombro de las tres hermanas, Leucipe es la elegida por sorteo para ofrecer un sacrificio a Dioniso. Finalmente, desmiembra a su propio hijo y se convierten una en murciélago, otra en lechuza y la tercera en búho. Eliano (VH 3, 42) relata que ante la oposición de las miníades a formar parte del cortejo de Dioniso por el deseo a sus maridos, el dios hace que los telares de las hermanas se llenen de hiedras y vides, que de sus canastillas salgan serpientes y que gotas de vino y miel caigan del techo de sus hogares. Pero ellas no hacen caso a la advertencia, así que son sorprendidas por un arrebato de locura y terminan desgarrando al hijo de Leucipe y se lanzan contra las ménades del dios. A continuación, son convertidas en corneja, murciélago y lechuza (para más información sobre las diferentes versiones y análisis del mito y culto véanse: BERNABÉ, 2010; Dioniso Egóbolo [cap. 2.3.4]; como ejemplo de mito de resistencia en su contexto histórico véase: DABDAB TRABULSI, 1990: 185- 187). 284 relación que establece Plutarco con el mito de las ofensoras de Dioniso se deducen algunos aspectos de la fiesta: si no era exclusivamente femenina, al menos las mujeres tenían un papel protagonista en ella, pues debía ser celebrada por todas sin excepción927; parece que había una especie de persecución en la que se representaba el mito de las miníades; tenía lugar por la noche; no se celebraba en la ciudad sino en el campo, invitando a la ilegalidad y al desorden, y alejada de la norma y la ley que establecía el día y la política ciudadana. En un último pasaje, Plutarco vuelve a mencionar las Agrionias, durante cuya celebración parece que también había un banquete928: [...] ἐν τοῖς Ἀγριωνίοις τὸν Διόνυσον αἱ γυναῖκες ὡς ἀποδεδρακότα ζητοῦσιν εἶτα παύονται καὶ λέγουσιν ὅτι πρὸς τὰς Μούσας καταπέφευγε καὶ κέκρυπται παρ᾽ ἐκείναις· μετ᾽ ὀλίγον δέ, τοῦ δείπνου τέλος ἔχοντος, αἰνίγματα καὶ γρίφους ἀλλήλοις προβάλλουσι· τοῦ μυστηρίου διδάσκοντος, ὅτι λόγῳ τε δεῖ χρῆσθαι παρὰ πότον θεωρίαν τινὰ καὶ μοῦσαν ἔχοντι, καὶ λόγου τοιούτου τῇ μέθῃ παρόντος, ἀποκρύπτεται τὸ ἄγριον καὶ μανικόν, ὑπὸ τῶν Μουσῶν εὐμενῶς κατεχόμενον. [...] en las Agrionias las mujeres buscan a Dioniso como si hubiera huido y, luego, dejan de hacerlo y dicen que se ha refugiado entre las Musas y que estas lo han ocultado pero, poco después, llegando la cena a su fin, se proponen unas a otras acertijos y adivinanzas. Lo que el misterio enseña es que junto a la bebida debe recurrirse a la especulación con algo de inspiración y, cuando una conversación tal acompaña a la bebida, se ocultan el salvajismo y la locura, contenidos buenamente por las Musas. Este texto vuelve a poner de manifiesto otra persecución parecida a la que protagonizaban el sacerdote de Dioniso y las mujeres, pero en este caso el perseguido era el propio dios. Si hay algo de cierto en el pasaje plutarqueo, tal vez nueve mujeres encarnaban a las Musas y cumplían un papel de salvadoras en medio de la cacería. Además, como es propio de las nueve divinidades, inspiradoras de las artes, en el banquete que se ofrecía se bebía y se conversaba, y estas infundían temas de conversación cultos y elevados que ocultaban la locura que provoca el vino, el néctar de Dioniso. De manera que el autor establece una relación entre la elocuencia (Musas) y la exaltación (Dioniso)929. Por su parte, Hesiquio define las Agrionias de la siguiente manera930: Ἀγριάνια· νεκύσια παρὰ Ἀργείοις καὶ ἀγῶνες ἐν Θήβαις. Agrionias: fiesta de los muertos para los argivos y competiciones en Tebas. Los autores modernos han lanzado sus teorías acerca de las Agrionias beocias y argivas. Para Nilsson, el nombre de la fiesta deriva del verbo griego ἀγείρω (juntar, agrupar, recoger, recolectar) en el sentido que alude al mes de las cosechas; pero es 927 Véase cap. 6.3. 928 Plu. Quaest. conv. 8, introd. 717A. 929 JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2013b: 287-288. 930 Hsch. s.v. Ἀγριάνια. 285 también el festival en el que se reúnen las almas, por lo que considera que es una celebración del alma que cae en primavera (idea que lleva al especialista a relacionar las Agrionias con las Antesterias atenienses). Con respecto a las celebradas en Beocia, cree que dieron nombre al mes Agrionio, del calendario beocio. Además, diferencia las Agrionias de Orcómeno y las de Queronea: a las primeras les atribuye el texto de Plutarco que trata la relación entre las orcomenias y las miníades y la persecución por parte del sacerdote del dios, y las segundas las vincula con el pasaje en el que participan las Musas. Sobre las primeras afirma que la persecución y el asesinato podrían ser sustitutos del primitivo sacrificio humano; de las segundas piensa que fueron unas fiestas femeninas, a diferencia de las orcomenias, y que la desaparición de Dioniso descrita no debería entenderse como un vestigio de simbolismo natural sobre las fases de la vegetación931. Otto también establece la diferencia entre las Agrionias de Orcómeno y las de Queronea. Considera, además, que la persecución de Orcómeno del sacerdote a las mujeres no es otra cosa que una imitación burlesca a las frenéticas acompañantes de Dioniso, y en las de Queronea, en cambio, las muchachas buscan al dios hasta que se enteran de que este ha encontrado asilo entre las Musas. Piensa que las Agrionias constituían un festival de la muerte, pues el universo del dios es interrumpido cuando su sacerdote persigue a las mujeres con el fin de matarlas; en definitiva, apuesta por que era la celebración en que se homenajeaba a los muertos y, además, relaciona el nombre con el mes Agrionio. Aunque esta relación con la muerte la sitúa fundamentalmente en Argos, Otto no duda de que la fiesta aúna el elemento fúnebre y el dionisíaco y que ambos cultos, el de los muertos y el del dios, estaban intrínsecamente ligados, siendo incluso el mismo en origen. Se celebraban en el mismo mes que las Grandes Dionisias atenienses y, aunque conmemoraban la desaparición de Dioniso, también se debía celebrar su regreso932. Por su parte, Jeanmaire conecta las Antesterias atenienses con las Agrionias beocias y argivas y en ambas celebraciones ve una vuelta a las estaciones, un despertar primaveral, momento también de comunicación con el universo subterráneo, almas y divinidades ctónicas933. Burkert conecta el nombre de la fiesta con los términos ἄγριος y Ἀγριάων, relacionados con el linaje tracio. Cree, además, que el ritual de Orcómeno acarreaba una persecución que Plutarco relaciona explícitamente con el mito de las hijas de Minias, aunque en el pasaje narrado por el autor la gravedad de la situación llegó al grado máximo, 931 NILSSON, 1995 [1906]: 271-274. 932 OTTO, 1997 [1948]: 39-40, 63, 78, 89-90, 107, 143 y 145. 933 JEANMAIRE, 1978 [1951]: 74-75. 286 hasta tal punto que el ritual se sumió en una crisis y se modificaron las costumbres. Para Burkert, del mito se deduce que a la huida le precedía un sacrificio animal ofrecido a Dioniso de noche y, tras la persecución, se producía otro, el objetivo de dicha cacería. Parece que la comunidad se dividía en dos grupos, había una oposición de sexos: ellos, los enlutados (el hombre es el perseguidor en el mito), eran, sin embargo, los puros; ellas, puras y diligentes, marcadas por la blancura, eran en realidad las manchadas (y en el mito se convierten en aves nocturnas). Hay, por tanto, una inversión entre el interior y el exterior que refleja las tensiones del ritual. Sobre la fiesta de Queronea, el estudioso deduce que, ante la presencia de la razón, lo cruel y lo furioso quedan ocultos y las mujeres consiguen reprimir la brutalidad por medio del arte de la palabra. Concluye que las Agrionias desencadenaban la agresividad a la vez que la controlaba dentro de unos límites934. Kerényi declara que es especialmente clara en Beocia la ceremonia ambivalente, ya que las mujeres del mito dionisíaco actúan tanto de salvadoras como de asesinas; también cree que el relato de las miníades es un mito de resistencia y que, además, no es el único relacionado con Dioniso: por ejemplo, el de Penteo, contado en Bacantes, que prohibió el culto del dios en Tebas, y el de las prétides, de las que hablaré más adelante, que tampoco accedieron a participar en sus fiestas935. Bonnechere define la fiesta como manifestaciones muy particulares de las ceremonias báquicas que tienen lugar durante el tercer mes del año, el mes Agrionio, y sigue la teoría que relaciona dicho mes con el retorno de la primavera. Con respecto al pasaje del refugio de Dioniso entre las Musas, cree que la celebración de este festival es un μυστήριον (término que le atribuye Plutarco), del que solo las γυναῖκες parecen ser parte. Considera, además, en contra de lo que se dice con frecuencia, que la búsqueda –más que persecución– de Dioniso no presenta ninguna amenaza visible, ya que tampoco hay ningún otro ejemplo del dios perseguido por mujeres furiosas en la mitología. Cree que es una búsqueda pacífica que no tiene otro propósito que encontrarlo y no destruirlo mediante σπαραγμός. En cuanto al texto de las orcomenias perseguidas por el sacerdote de Dioniso, afirma que la descripción de ese momento crucial de las Agrionias tiene un carácter tan diferente con respecto al otro pasaje que es necesario preguntarse si, a pesar de su nombre idéntico, eran dos momentos diferentes sucedidos en el mes Agrionio. Además, cuando Plutarco dice que los orcomenios llaman ὀλεῖαι a las de su estirpe, el especialista reflexiona sobre si se refiere a todas las mujeres o exclusivamente a las casadas; se inclina a favor de esta 934 BURKERT, 2013 [1972]: 271, n. 173, 273-275 y 279. 935 KERÉNYI, 1976: 179. 287 última opción, pero considera que el razonamiento no es concluyente. Concluye que la búsqueda es un componente esencial de las Agrionias, pero con significados diferentes: la de Orcómeno se basa en un simulacro de muerte o de purificación, no está motivada (aunque en el mito de las miníades sí existe una motivación), y las mujeres que siguen al dios no son culpables de ninguna travesura notoria, al contrario, son benevolentes y sufren impotentes el asalto de un sacerdote asesino; se trata más bien de una persecución, al igual que los peligros y amenazas dionisíacos persiguieron a las miníades. En la de Queronea, Dioniso estaba asustado por un peligro que amenazaba su existencia y las mujeres del lugar intentaban encontrarlo, a la manera de sus nodrizas, por lo que sí existe una motivación aparente y, además, se trata de una búsqueda real936. Casadio, por su parte, se dedica a estudiar en profundidad las Agrianias (o también Agrionias) de Argos, unas fiestas que se han relacionado con el mito de las prétides y Melampo937. Hace una continua separación y, a la vez, vinculación entre el mito y el rito y entre Argos y Beocia, pues no cabe duda del parecido entre la historia de las miníades y la de las hijas de Preto. Para el especialista, las Agrionias son un festival que garantiza la salvación a la comunidad, a través de la conmemoración ritual de una muerte (siguiendo la descripción de Hesiquio). Sobre la interpretación que las considera unas fiestas de las almas, Casadio piensa que está influenciada por teorías animistas que se entrometen en el ciclo festivo. La persecución ritual representa una forma mitigada de sacrificio humano: una de las prétides muere de la misma manera que la descendiente de las miníades muere por el golpe del sacerdote. Del caso concreto de Orcómeno no tiene dudas de que es un ritual de muerte, aunque la figura de Dioniso desempeña un papel ambiguo porque en el mito de las miníades el dios provoca directamente la muerte al hijo de una de ellas y, en cambio, en el rito que cuenta Plutarco, Dioniso, personificado en sacerdote, es el responsable de castigar a las asesinas (es, por tanto, al mismo tiempo represor e 936 BONNECHERE, 1994: 197-201. 937 Las hijas de Preto, primogénito del rey de Argos, enloquecieron por no aceptar los misterios de Dioniso. El adivino Melampo se ofreció a curarlas a cambio de la tercera parte del reino, pero Preto rechazó la oferta y las muchachas empeoraron y, con ellas, las demás argivas. Ante la locura que asolaba Argos, Preto aceptó, pero Melampo había aumentado su demanda, pues ahora también quería que su hermano recibiera otro tercio del reino. Aceptó la nueva condición por miedo a que la locura de todas las mujeres fuera a más. Melampo y un grupo de hombres fuertes persiguieron a las argivas con gritos y danzas extáticas. Una de las prétides murió pero las otras dos consiguieron recuperar la cordura y Preto unió en matrimonio a una con Melampo y a la otra con su hermano (Apollod. 2, 2, 2). Véanse también: Hes. fr. 131a Merkelbach- West; Hdt. 9, 34; D. S. 4, 68, 3-4; Str. 8, 3, 19; Verg. B. 6, 48-51; Paus. 2, 7, 8 y 2, 18, 4. Hay otras versiones en las que la locura la infunde la diosa Hera (B. 11, 40-112; Hes. fr. 37 y 131b Merkelbach-West) y una en la que la curación es gracias a Ártemis (Call. Dian. 234-236). Sobre la caza argiva acompañada de danzas extáticas, BONNECHERE (1994: 200) cree que se representaría en el ritual de Argos. Sobre las prétides véanse: DOWDEN, 1989: 71-95; CASADIO, 1994: 51-122; BERNABÉ, 2013: 70-72. 288 instigador). También forma parte de esta ambigüedad el hecho de que es el primero que obliga a transgredir las normas impuestas, pero luego castiga con la muerte. Del pasaje referido a la ciudad de Queronea, piensa que las Musas actúan como ninfas del agua, como Híades, a la manera de nodrizas, de la misma forma que Tetis, diosa marina, protegió a Dioniso en otro mito938. Por último, Bernabé destaca que en el rito de las Agrionias participaban mujeres y hombres y que todos ellos tenían diferentes papeles: asesinas, ellas; plañideros, ellos. Hay, por tanto, una inversión de papeles, pues habitualmente el asesinato era provocado por un hombre y el luto estaba reservado a las mujeres. Pero también es la mujer la que muere y Dioniso, representado por su sacerdote, el que persigue e instiga el crimen, aunque esta licencia para matar (que puede considerarse un recuerdo de antiguos sacrificios humanos y un complemento del sacrificio animal) fue, en el suceso de Zoilo, accidental. Las Agrionias llevan al mundo de lo ἄγριος, a la esfera campestre y salvaje, que casa con uno de los ámbitos de Dioniso, y no a la del mundo civilizado. Además, recalca el contraste del momento de la celebración, pues el hecho de que fuera nocturna supone una diferencia notable con respecto al resto de festividades. Considera, asimismo, curioso que Plutarco le asigne a la fiesta el término μυστήριον, una palabra que evoca ritos mistéricos y que tal vez el uso de enigmas y adivinanzas sería parte relevante del rito939. Queda claro, por tanto, que las Agrionias fueron unas fiestas celebradas en Beocia. Schachter afirma que tuvieron lugar en Queronea, Haliarto, Orcómeno, Tanagra (quizás) y en Tebas940. No es posible profundizar en las diferencias y semejanzas locales por falta de información. De Haliarto y Tanagra no tenemos datos literarios ni epigráficos sobre la fiesta, pero de otras ciudades sí podemos comentar algunos aspectos relativos al festival: en Queronea, además de lo transmitido por Plutarco, hay constancia del mes Agrionio en el siglo II a.C.941; en Lebadea, aunque Schachter no recoge que esta ciudad acogiera el festejo, también está atestiguado el mes Agrionio942; y de las Agrionias de Orcómeno, 938 Dioniso es salvado por Tetis tras arrojarse al mar, debido a las increpaciones de Licurgo tanto hacia él como hacia sus nodrizas, a las que persiguió y acosó por toda la región de Nisa (Il. 6, 130-140) (véanse CASADIO, 1994: 84 y 91-95; BERNABÉ, 2013: 60-66). Sobre las Agrionias de Argos véanse además: JEANMAIRE, 1978 [1951]: 203-206; BURKERT, 2013 [1972]: 264-271; CASADIO, 1994: 51-84 y 99- 122. 939 BERNABÉ, 2010: 376-377 y 379. Para más información de las Agrionias de Beocia véanse: FARNELL, 1977 [1909]: 177-178; JEANMAIRE, 1978 [1951]: 202-203; BURKERT, 2007 [1985]: 221-223, 302 y 386; GRAF, 1985: 79-80; CASADIO, 1994: 84-99; LARSON, 2007: 138-139. 940 SCHACHTER, 1981: 173 (Queronea), 176 (Haliarto), 179 (Orcómeno), 183 (Tanagra) y 185 (Tebas). 941 IG 7, 3348, l. 1 (Queronea, s. II a.C.). 942 IG 7, 3082, l. 1-2 (Lebadea, c. desconocida). Como ya comentó NILSSON (1995 [1906]: 272), queda clara la existencia del mes Agrionio en el calendario beocio. 289 además de lo que conocemos por el relato de Plutarco, se conserva más información, así como de las de Tebas, que paso a comentar. Sobre Orcómeno, ya Pausanias afirmó que llegó a ser una ciudad famosa en Grecia como ninguna otra y que alcanzó gran prosperidad943; es probable, incluso, que durante algún tiempo rivalizara con Tebas en cuanto a supremacía y poder944. El culto de Dioniso estuvo muy presente entre sus habitantes, pues el mismo autor cuenta que había un santuario del dios945. Orcómeno 1 es el testimonio más antiguo (siglos IV y III a.C.) relativo a un agón dionisíaco musical celebrado en la ciudad, y es probablemente una inscripción contemporánea a la construcción del teatro946: a- [Ἀ]πολλόδωρος Νίκωνος τὰ πρόθυρα κὴ τὼς πίνακας τὼς [————] b- [σὺν] προθύροις ἀγωνοθετείσας Διωνύσοι ἀνέθεικε [ν]. Apolodoro, hijo de Nicón, las puertas delanteras y las pinturas (…) con las puertas, habiendo sido árbitro, ofrendó a Dioniso. Amandry y Spyropoulos afirman que la existencia en Orcómeno, en el periodo helenístico, del festival de las Agrionias y de un agón con el mismo nombre en realidad no está atestiguada en ningún texto epigráfico947. Consideran que el uso constante en las dedicatorias con trípodes a Dioniso de las fórmulas habituales y de las menciones constantes de los nombres de los coregos y de los artistas también recuerdan a las Homoloia948. Sea cual fuera el nombre del festival, creen que lo destacable es que los trípodes fueron los premios de unos concursos musicales organizados con motivo de una fiesta en honor de Dioniso y consagrados en un santuario del dios949. Manieri, por su parte, apuesta por que Orcómeno 1, junto con Orcómeno 3.1 a Orcómeno 3.20, son 21 inscripciones referidas probablemente a las competiciones musicales que tenían lugar durante las Agrionias. Las razones que alega para establecer una conexión entre el agón ditirámbico y la fiesta dionisíaca son: el hecho de que las dedicatorias sean exclusivamente ofrecidas a Dioniso, la afinidad entre las inscripciones corégicas de 943 Paus. 9, 34, 6. 944 Los orcomenios no siempre fueron considerados beocios (Hom. Il. 2, 494-511; Str. 9, 2, 3; 9, 2, 40). Hubo un tiempo en que los reinos de Tebas y Orcómeno tuvieron continuas disputas y los tebanos debían pagar un tributo a los orcomenios (Paus. 9, 37, 2). 945 Paus. 9, 38, 1. 946 MANIERI, 2009: 175-176. 947 AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 225. 948 Las Homoloia fueron unas fiestas que se celebraron en Beocia en el mes Homoloio, en las que también había un agón musical, muy parecido al de los Museia y al de las Caritesias (para más información de estas fiestas véanse: IG 7, 3196, 3197, 3312, 3353, 3356, 3367, 3374; MANIERI, 2009: 180-183 y 199-207). 949 AMANDRY y SPYROPOULOS, 1974: 228. 290 Orcómeno con las de las Dionisias atenienses, los tres pasajes distintos en que Plutarco se refiere a las Agrionias en su obra como las únicas manifestaciones de la ciudad de Orcómeno dedicadas a Dioniso (Aet. Gr. 38. 299EF-300A, Aet. Rom. 112. 291A, Quaest. conv. 8, introd. 717A), la importante función que estaba reservada dentro de la ceremonia ritual a la poesía y a la música (casi antídotos de ἄγριον y μανικόν, provocados por la embriaguez dionisíaca), y la analogía entre la fiesta de Orcómeno y las Agrionias de Tebas, ambas consideradas los agones más ilustres del mundo griego950. En lo que concierne a Tebas, cabe hacer unas pequeñas reflexiones previas sobre la ciudad: esta estaba situada en una posición estratégica, en el centro de la llanura beocia, al norte del río Asopo y del monte Citerón, lo que le facilitó convertirse en el punto neurálgico y hegemónico de la región. En época clásica, Tebas se convirtió en el foco político de la Liga Beocia y esto le supuso también ser la anfitriona de las principales celebraciones. Durante los siglos V y IV a.C. obtuvo una fama considerable entre otras potencias por su consolidada tradición musical951. Ya en la mitología la ciudad aparece relacionada con la música, pues Lino, hermano de Orfeo, enseñó a Heracles a tocar la cítara y, cuando llegó a Tebas, declaró hacerse tebano; el final de la vida de Lino en la ciudad llegó cuando Heracles, enfurecido con él porque le había maltratado, le dio un golpe con la cítara952. Tebas fue el lugar de nacimiento de Píndaro, uno de los grandes líricos griegos, y también obtuvo renombre por su escuela aulética953, disciplina fundamental en la educación: Ateneo cuenta que todos los tebanos aprendían a tocar el aulós954, y que la flauta hecha de patas de ciervo es un invento de estos955. Por otra parte, con respecto a sus fiestas dionisíacas, sabemos que las Agrionias se celebraron en Tebas gracias al testimonio epigráfico Tebas 12, perteneciente a principios del siglo I a.C. En él es posible leer el nombre del festival sin hacer reconstrucciones hipotéticas: Θρασέου ἄρχοντος, ἀγ[ωνοθετοῦντος] τῶν Ἀγριωνίων Νικοµά[χου τοῦ ——], ἐπὶ ἱερέως τοῦ Διονύ[σου —— τοῦ] Ῥύνχωνος, ἀπὸ δὲ τ[εχνιτῶν ———]- ου τοῦ Εὐάγρου Χαλ[κιδέως τὸ δεύτε]- 5 ρον, πυρφοροῦντ[ος ————— τοῦ] [Στ]ρατονίκου Θη[βαίου, —————]. 950 MANIERI, 2009: 177 y 184-198. 951 MANIERI, 2009: 283. 952 Apollod. 2, 4, 9. 953 MANIERI, 2009: 283. 954 Ath. 4, 184D. 955 Ath. 4, 182E. 291 Durante el arcontado de Traseas, siendo árbitro de las Agrionias Nicómaco, hijo de (nombre), ejerció el sacerdocio de Dioniso (nombre), hijo de Rincón, y por parte de los tecnitas lo fue por segunda vez (nombre), hijo de Evagro de Calcis, y portador del fuego, (nombre), hijo de Estratonico de Tebas, (...). La inscripción es un catálogo agonístico del que se conserva solo la primera parte, la relativa a la enumeración de los cargos religiosos, lo cual manifiesta, por un lado, la importancia de la ceremonia religiosa, la parte más solemne de la celebración, y por otro confirma también la presencia del juego, la parte competitiva de la que habla Hesiquio en su definición. Además, como una de las fiestas dionisíacas por excelencia que eran las Agrionias, los tecnitas de Dioniso participaban activamente en ella, al igual que ciertos funcionarios de Tebas, que también aparecen con un peso y una relevancia de participación considerables. Merece atención especial el decreto que perteneció al muro original del tesoro de Tebas en Delfos. Este, Delfos 1, fechado en torno a los años 230-210 a.C.956, trata sobre unas fiestas trietéricas relacionadas con Dioniso Cadmeo, en las que algunos estudiosos, como a continuación detallaré, han visto plasmadas las Agrionias. La inscripción se encontró en cinco fragmentos que no aparecieron al mismo tiempo, pertenecientes a dos bloques de mármol957. Primero la estudió Bousquet y posteriormente Robert la analizó en profundidad958. Pasemos a leerla y a comentarla: [———————————————————————]· ἐπειδὴ παρα 5 [τᾶς πόλιος τῶν Θηβαίων ἀποσταλεὶς ὁ δεῖνα ———————] παρεκάλεσεν τοὺς Ἀµφικτίονας ὅπως ἂν [ἐπιµέλειαν ποιήσωσι τᾶς ἀναγραφᾶς πάντων τῶν δεδογµένων ὑ]πὲρ τᾶν τριετηρίδων, καὶ γένηται ἐν [παραδόσει αὐτά, δεδόχθαι τοῖς Ἀµφικτιόνεσσι, τὰ ὑπὲρ τᾶν τριε]τηρίδων ἀναγράψαι τὰ δόγµατα τὰ [ἐπὶ Νικάρχου ἄρχοντος δεδογµένα εἰς τὰν οἰκίαν τῶν Θηβαίων, εἶ]µεν δὲ αὐτὰ καὶ ἐν παραδόσει, καθὼς [παρακαλεῖ ὁ δεῖνα τοὺς Ἀµ]φικ[τίονας. 10 [Ἐπὶ Νικάρχου ἄρχοντος ἐν Δε]λφοῖς, π[υλαίας ὀπωρινῆς, ἔδοξεν τοῖς Ἀµφι]κτίοσιν· ὅπως ἂν ἡ θυσία τῶι Διονύσωι [ἡ τῶν τριετηρίδων καὶ οἱ] ἀγῶνες οὓς σ[υντελεῖ ἡ πόλις τῶν Θηβαίων καὶ τὸ κ]οινὸν 956 En F. Delphes 3, 1, 351 la inscripción aparece datada entre los años 220-210 a.C.; en SGDI 2, 2532 se fecha inmediatamente antes del año 200 a.C.; FEYEL (1942: 142-147) la sitúa entre 228-226 a.C.; ROBERT (1990 [1977]: 778 [Arch. Eph. 208]) y MANIERI (2009: 292), entre 230-225 a.C.; ROESCH (1982: 186) y RIGSBY (1996: 70), en 228 a.C.; y en CID 4, 70-71 está datada entre 229-222 a.C. 957 BOUSQUET (1961: 78 y 80) cuenta que un primer fragmento fue hallado en 1893 en el muro de una casa; después, fue completado en 1911 con otros dos, y confiesa que en 1960 identificó dos pequeños fragmentos inéditos de la inscripción, que presenta un año más tarde en la publicación. 958 BOUSQUET, 1960: 78-85; ROBERT, 1990 [1977]: 765-780 [Arch. Eph. 195-210]. 292 τῶν τεχνιτῶν τῶν εἰς Ἰσθµὸν [καὶ Νεµέαν συµπορευο]µένων γίνητ[αι ὡς κάλλιστα, ἐπιµελεῖσθαι] τοὺς ἱεροµνήµονας οἳ ἂν ὦσιν ἐν τῶι [συνεδρίωι ὁπόταν αἱ τ]ριετηρίδες κα[ὶ οἱ ἀγῶνες συντελῶνται ἐν τῶι Κα]δµείωι ἐν Θήβαις ὑπὲρ τού[των] [ὅπως ἕκαστα γίνηται] ἐν τῆι ἡµέρα[ι ἧι ἂν ἡ πόλις τῶν Θηβαίων καὶ τὸ κ]οινὸν τῶν τεχνιτῶ[ν] 15 [ἐ]θελ[ήσω]σιν [———————————————————]ά̣ναι ἐν τῶι ἱερῶι παρὰ τὸν ση[κὸν τῆς Σεµέλης—————————εἶ]ναι δὲ καὶ ἀσφάλειαν καὶ ἀσυλίαν πᾶσι το[ῖς τεχνίταις τοῖς νεµηθεῖσιν εἰς τὰν θυσία]ν τῶν τριετηρίδων, πένθ’ ἡµέρας πορευ[οµένοις, καὶ ἀπερχοµένοις ἄλλας τοσαύτας], [κ]αὶ ἕως ἂν ἡ πανήγυρις γίνηται, καὶ αὐτοῖς κ[αὶ τοῖς συνεργαζοµένοις αὐτοῖς πα]νταχοῦ· ἐὰν δέ τις παρὰ ταῦτα 20 ἄγηι τινὰ ἢ ῥυσιάζηι, ὑ[πόδικος ἔστω ἐν Ἀµφικτίο]σιν· εἶναι δὲ καὶ τὸ ἱερὸν τοῦ Διονύσου τοῦ Καδµείου [τὸ ἐν Θήβαις ἀπὸ πάντων ἄ]συλον καθάπερ καὶ τὸ ἐν Δελφοῖς· τὴν δὲ θυσίαν καὶ ἐκεχε[ιρίαν ἐπαγγέλλειν] ἐπὶ τὰς πόλεις τήν τε τῶν Θηβαίων πόλιν καὶ τοὺς τεχνίτας· κ[υρίους δ’ εἶναι οἰκονο]µοῦντας τὰ κατὰ τὸ ἱερὸν τόν τε ἱερέα τοῦ Διονύσου καὶ τοὺς ἐπιµελ[ητὰς τοὺς ὑπὸ τῶ]ν τεχνιτῶν εἱρηµένους καὶ τὸν ἀγωνοθέτην 25 Θηβαίων· ἀναγράψαι δὲ τὸν [γραµµατέα τόδ]ε τὸ ψήφισµα ἐν στήλαις δυσὶν καὶ ἀναθεῖναι τὴν µὲν ἐν Δελφοῖς ἐν τῶ[ι ἱερῶι τοῦ Ἀπόλλωνο]ς ὅπου ἂν δοκῆι ἐγ καλλίστωι εἶναι, τὴν δὲ ἐν Θήβαις παρὰ τὸν σηκὸ[ν τῆς Σεµέλης, ἀν]αθεῖναι δὲ καὶ τῶν ἄλλων ἱερῶν ὅπου ἂν δοκῆι ἐν καλλίστωι εἶναι. ᾽Επὶ Νικάρχου ἄρχοντος ἐ[ν Δελφοῖς, πυλαία]ς ὀπωρινῆς, ἔδοξεν τοῖς Ἀµφικτίοσιν· ἐπειδὴ 30 ἁ πόλις τῶν Θηβαίων κα[ὶ οἱ τεχνῖται οἱ εἰς] Ἰσθµὸν καὶ Νεµέαν συντελοῦντες παρεκάλεσαν τοὺς Ἀµφικτίονας τό τε [ἱε]ρὸν [τοῦ Διονύσου] ἄσυλον ποιῆσαι καὶ ἐπιµέλειαν ποιήσασθαι τᾶς ἀ[σ]φαλείας καὶ τοῦ ἀγῶ[ν]ος· ὅπω[ς ἂν οὖν ἁ θυσία ἁ] τῶν τριετηρίδων ὡς κάλλιστα συντελῆται τῶι Διονύσωι τῶι Καδµε[ίω]ι· δεδόχ[θαι τοῖς Ἀµφικτ]ιόνεσσι· αἴ τίς κα τῶν αὐλητᾶν ἢ τῶν χο- ρευτᾶν ἢ τῶν τραγωιδῶν ἢ τῶν κω[µωιδῶν τῶν νε]µηθέντων εἰς τὰς τριετηρίδας ὑπὸ τῶν τε- 35 χνιτᾶν µὴ ἀγωνίζηται [τ]ὰς τριετηρίδα[ς καὶ τοὺς ἀγῶ]νας κατὰ τὸν νόµον τᾶς πόλιος τῶν Θηβαίων, ἀλλὰ ὑγιαίνων λίπη[ι τὸν] ἀγῶνα, µὴ ε[ἶµεν αὐτῶι ἀσφ]άλειαν µηδὲ τοῖς συνεργαζοµένοις αὐτῶι µή- τε πολέµου µήτε εἰρά[να]ς· αἴ κα µὴ ἀγ[ωνίζηται, καἴ] κα ζαµιωθῇ ὑπὸ τοῦ ἀγωνοθέτα, καὶ ἀγώγιµος ἔ- στω πανταχόθεν· [αἴ κά] τις πόλις ἢ [ἀρχεῖον ἢ ἰδιώτ]α̣ς̣ [τ]ὰν ζαµίαν ἀφέληται τὸν ἐζαµι[ωµ]ένον, cetera desiderantur 40 293 Una vez que de la ciudad de Tebas se envió a (...) como emisario (...), pidió a los Anfictiones que, para que se ocupasen de la recopilación de todo lo decidido sobre las (fiestas) trietéricas y para que esto se convirtiese en norma, determinaran los Anfictiones poner por escrito las resoluciones referentes a las (fiestas) trietéricas, decididas durante el arcontado de Nicarco, en la patria de los tebanos, y que sean estas las que se conviertan en norma, como el tal enviado ha pedido a los Anfictiones: Durante el arcontado de Nicarco en Delfos, en la asamblea de otoño, los Anfictiones decretaron lo siguiente: para que el sacrificio de las (fiestas) trietéricas ofrecido a Dioniso y las competiciones que organizan la ciudad de Tebas y la compañía de tecnitas reunidos en el Istmo y Nemea fueran los más vistosos posibles, se ocupasen de ello los custodios de las cosas sagradas y los que forman la asamblea, cuando se celebren las fiestas trietéricas y las competiciones en el Cadmeo, en Tebas, en vez de ellos (los tecnitas); para que cada cosa tenga lugar el día en que la ciudad de los tebanos y la compañía de tecnitas quiera (...) en el templo junto al recinto sagrado de Sémele, haya salvoconducto y derecho de asilo para todos los tecnitas asignados al sacrificio de las (fiestas) trietéricas, durante cinco días al ir y otros tantos al volver y en el mismo día de la fiesta, para ellos y para los que han ayudado en todas partes. Y si alguno actuara en contra de estas decisiones o las contraviniera o las tomara por la fuerza, sea acusado ante los Anfictiones. Que también el santuario de Dioniso Cadmeo, en Tebas, sea lugar de asilo de todos, lo mismo que el de Delfos. Que el sacrificio y la tregua lo anuncien a las ciudades la ciudad de Tebas y los tecnitas; que sean los administradores en ejercicio, en lo relativo al santuario, el sacerdote de Dioniso, los epimeletas designados por los tecnitas y el árbitro de los juegos de los tebanos. Que el secretario grabe este decreto en dos estelas y consagre una en Delfos, en el templo de Apolo, donde le parezca que esté mejor, y la otra, en Tebas, junto al recinto sagrado de Sémele, y que lo dedique en otros templos donde le parezca mejor. Durante el arcontado de Nicarco en Delfos, en la asamblea de otoño, los Anfictiones decretaron: puesto que la ciudad de los tebanos y los tecnitas, los que ejercen en el Istmo y en Nemea pidieron a los Anfictiones que hicieran inviolable el santuario de Dioniso y garantizaran la seguridad y el certamen, para que, en efecto, el sacrificio de las (fiestas) trietéricas pudiera llevarse a cabo de la mejor manera posible en honor de Dioniso Cadmeo, los Anfictiones decidieron lo siguiente: si alguno de los auletas, de los bailarines del coro, de los actores de tragedia o comedia designados para las (fiestas) trietéricas por los tecnitas no compitiera en las (fiestas) trietéricas ni en los certámenes, según la ley de la ciudad de Tebas, y faltara al certamen estando sano, que ni para él ni para los que le asisten haya salvoconducto, ni en tiempos de paz ni en tiempos de guerra; si no compitiera y fuera multado por el árbitro de los juegos, que sea detenido en cualquier lugar; si alguno (polis, colectividad o individuo), suprimiera la multa al culpable (...). En estas fiestas en concreto, los Anfictiones, reclamados conjuntamente por la ciudad de Tebas y la compañía de los tecnitas del Istmo y de Nemea, acuerdan la asilia del santuario de Dioniso Cadmeo en Tebas, garantizan la seguridad de los artistas que se encargan de estos festivales y regulan su participación en el festival y en las competiciones de una manera muy estricta. Sin embargo, resulta curioso que en la propia inscripción no aparece un término que designe una fiesta dionisíaca conocida habitualmente, sino que la menciona por medio del adjetivo sustantivado αἱ τριετηρίδες (las trietéricas), es decir, una celebración que tenía lugar cada dos años. Ya encontramos así designada una festividad de Dioniso en su Himno homérico, y la explicación que se da sobre el nombre de la fiesta puede llevar a diferentes interpretaciones959: 959 h.Bacch. 1, 11-12. FARNELL (1977 [1909]: 177) lee τάμεν (del verbo τέμνω), así cree que esos versos del himno dionisíaco dicen que los festivales trietéricos se instituyeron porque el dios había sido cortado en tres partes y que el despedazamiento y la omofagia del niño o animal consagrado al dios fue originalmente una conmemoración trietérica; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL (2007: 141) opina que en esos versos las fiestas trietéricas parecen explicarse a partir del triple nacimiento de Dioniso (sobre los diferentes 294 ὣς δὲ τὰ μὲν τρία, σοὶ πάντως τριετηρίσιν αἰεὶ ἄνθρωποι ῥέξουσι τεληέσσας ἑκατόμβας. Y como fueron tres, en todos los sentidos, en las trietéricas los hombres siempre te ofrecerán hecatombes perfectas. Además, en Tebas apareció una inscripción con este nombre del festival; se trata de una estela funeraria datada entre finales del siglo III a.C. y principios del siguiente960. Por su parte, Diodoro de Sicilia atribuye a la expedición de tres años que Dioniso llevó a cabo en la India la explicación de que se llamen estas fiestas trietéricas. Por cierto, que fueron los beocios quienes instauraron ese régimen bienal961: καὶ τοὺς μὲν Βοιωτοὺς (...) ἀπομνημονεύοντας τῆς κατὰ τὴν Ἰνδικὴν στρατείας καταδεῖξαι τὰς τριετηρίδας θυσίας Διονύσῳ, καὶ τὸν θεὸν νομίζειν κατὰ τὸν χρόνον τοῦτον ποιεῖσθαι τὰς παρὰ τοῖς ἀνθρώποις ἐπιφανείας. Διὸ καὶ παρὰ πολλαῖς τῶν Ἑλληνίδων πόλεων διὰ τριῶν ἐτῶν βακχεῖά τε γυναικῶν ἀθροίζεσθαι, καὶ ταῖς παρθένοις νόμιμον εἶναι θυρσοφορεῖν καὶ συνενθουσιάζειν εὐαζούσαις καὶ τιμώσαις τὸν θεόν· τὰς δὲ γυναῖκας κατὰ συστήματα θυσιάζειν τῷ θεῷ καὶ βακχεύειν καὶ καθόλου τὴν παρουσίαν ὑμνεῖν τοῦ Διονύσου, μιμουμένας τὰς (...) μαινάδας. Los beocios (...), en memoria de la expedición a la India, instituyeron unos sacrificios trietéricos en honor de Dioniso y piensan que el dios se manifiesta a los hombres cuando los celebran durante ese tiempo. Por ello, en muchas ciudades griegas, cada dos años, se reúnen grupos báquicos de mujeres, y es costumbre que las vírgenes porten tirsos, entren en trance gritando y honrando al dios. Y las mujeres, en grupo, ofrecen sacrificios al dios, celebran los misterios báquicos y, en general, alaban con himnos la presencia de Dioniso, imitando a las ménades (...). El regreso del dios se celebra como una epifanía y parece que esta ceremonia estaba reservada al mundo femenino, a mujeres jóvenes y casadas, y cada grupo participaba de una manera con ritos diferenciados que incluían en cada caso experiencias de trance relacionadas con la aparición de Dioniso. Según Jaccottet, la naturaleza de las fuentes utilizadas por Diodoro para crear su pasaje podrían ser el origen de esta visión tan femenina sobre las trietéricas. Inspirado en las obras de algún autor helenístico, es nacimientos de Dioniso véase: cap. 2.1). En Orph. H. 44 también se relaciona la celebración trietérica de Dioniso con su nacimiento, aunque en este caso solo se conmemora (cada dos años) el parto de Sémele; el Orph. H. 45 confirma que hay un Dioniso Trietérico, pues el himno se dedica a esta divinidad. Sobre el motivo de las fiestas trietéricas de Dioniso, ROHDE (1995 [1898]: 420) es el primero en afirmar que la vuelta, la aparición o epifanía del dios celebrada cada dos años era el verdadero motivo de este festejo dionisíaco y piensa que no hay motivo para considerar la desaparición y reaparición de Dioniso como una alegoría temporal y natural referida al paso de las estaciones; JEANMAIRE (1978 [1951]: 218) cree que estas celebraciones periódicas en relación a la epifanía invernal de Dioniso podrían entenderse como un equivalente a los misterios e iniciaciones propios de mujeres (para más información de las fiestas trietéricas de Dioniso véanse: FARNELL, 1977 [1909]: 177-181 y 307 (101b); QUANDT, 1912: 262; JEANMAIRE, 1978 [1951]: 218-219; FESTUGIÈRE 1972: 31; KERÉNYI, 1976: 189-204; MERKELBACH, 1988: 86- 87; JACCOTTET, 2003: vol. 1, 136-138; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2007: 141-144). 960 PAPAZARKADAS, 2014: 267: Τριετηρὶς χρηστή: Honrada fiesta trietérica. 961 D. S. 4, 3, 2-3; véase también: 3, 65, 8. 295 probable que para su historia utilizara más testimonios literarios que se basara en una experiencia vivida y no contara necesariamente la realidad de las prácticas rituales962. Ovidio también hace alusión a una fiesta trietérica en honor de Baco y celebrada durante el solsticio de invierno963: Festa corymbiferi celebrabas, Graecia, Bacchi, tertia quae solito tempore bruma refert. La fiesta de Baco, el que lleva los pámpanos, celebrabas, Grecia; fiesta que vuelve cada dos inviernos en la época acostumbrada. Rohde y Farnell distinguen las fiestas trietéricas de Dioniso y las Agrionias964, pero volviendo al decreto Delfos 1, varios especialistas hacen consideraciones referentes a la vinculación entre ambos festivales e, incluso, del sincretismo o la conversión de uno en otro. Robert afirma que la fiesta aparece designada en el decreto como ἡ πανήγυρις (l. 19), como αἱ τριετηρίδες (l. 7 y 35) y como ἡ θυσία (l. 33); a su vez, se da cuenta de que en la inscripción se distinguen los términos θυσία y ἀγῶνες (en l. 11-12), al igual que τριετηρίδες y ἀγῶνες (en l. 14 y 36). Por lo tanto, las trietéricas y los agones se diferenciaban y los tecnitas participaban tanto en uno como en otro festejo. Concluye que probablemente las trietéricas conllevaron la participación de categorías particulares de estos artistas, mientras que en los agones estos estuvieron al mismo nivel. El investigador apunta que solo sabemos que el espectáculo trietérico se celebraba en honor de Dioniso Cadmeo y que era el Dioniso de Tebas en todos los casos. Además, supone que hubo un esfuerzo por parte de los tebanos, asociados con los tecnitas, de crear la fiesta y por parte de los Anfictiones de que esta alcanzara un estatus panhelénico. Sin embargo, seguramente estos intentos habrían fracasado y tuvieron que intervenir de nuevo para su reorganización y renombramiento, ya no bajo el nombre de Cadmeia (que se puede extraer de “las trietéricas de Dioniso Cadmeo”) sino bajo el nombre, dionisíaco también, de Agrionias965. Roesch, en cambio, cuando cita el decreto de Delfos, habla de la organización de las Dionisias de Tebas, aunque no se detiene a reflexionar sobre el asunto 966. Por su parte, Rigsby considera que los Anfictiones obviamente previeron que la celebración iba a ser algo más que un patrocinio local y puede que el estatus panhelénico de los juegos se ganara en el momento de la reorganización. Cree que el hecho de llamar trietéricas a las Agrionias no es significativo, sino que el término se utiliza más bien como 962 JACCOTTET, 2003: vol. 1, 136. 963 Ou. Fast. 1, 393-394. 964 ROHDE, 1995 [1898]: 443; FARNELL, 1977 [1909]: 177. 965 ROBERT, 1990 [1977]: 776 y 778 [Arch. Eph. 206 y 208]. 966 ROESCH, 1982: 186-187. 296 una palabra genérica que utilizaban los embajadores tebanos al hablar entre ellos mismos cuando hicieron su petición a los Anfictiones. Sugiere, sin embargo, que los juegos buscaban ser pambeocios, aunque entonces la ausencia de la Liga Beocia en la administración del culto de Dioniso Cadmeo podría contradecir esta interpretación, pero también podría ser aceptada por el hecho de que las ciudades son mencionadas en el decreto y apoyaría la idea de que este festival fueran las Agrionias967. Le Guen apunta que la inscripción es una muestra de la acogida conjunta que tenía la fiesta en Tebas por parte de toda la ciudad y de la asociación de tecnitas (esta última, por supuesto, se beneficiaría del impacto de las ceremonias). Además, está de acuerdo con Robert en que los Anfictiones otorgaron a la fiesta de Dioniso Cadmeo en Tebas una dimensión más que local, y también en el hecho de que la no aparición del nombre de la fiesta con el término Agrionias, atestiguado más tarde, muestra el esfuerzo de los Anfictiones por obtener el estatus panhelénico del festival. Este habría fallado en un primer momento y, como consecuencia, tuvieron que intervenir de nuevo (esta vez, con éxito) para su reorganización y (re)denominación968. Por último, Manieri cree que tal vez fue en esa fase del concurso tebano (definido en el decreto como “las trietéricas”, la fiesta dionisíaca en honor de Dioniso Trietérico) cuando surgió la nueva denominación “Agrionias”; el término aún no se menciona y es probable que la fiesta se denominara tal cual aparece en la inscripción y que “Agrionias” fuera atribuido en una manifestación posterior, quizás incluso en relación al mes de celebración del festival. Piensa, además, que mientras la organización de otros concursos se confiaba conjuntamente a la ciudad y a la Liga Beocia, Tebas le encomendó esta tarea directamente al Anfictionado délfico, sin necesidad de que los tecnitas hicieran de intermediarios. La Liga no parece que tuviera ningún papel en la gestión del concurso ni en la administración de los bienes del santuario de Dioniso Cadmeo, de manera que –concluye– la fiesta no tenía, por tanto, carácter federal, sino panhelénico969. Por mi parte considero que es muy arriesgado afirmar que las fiestas a las que hace alusión el decreto Delfos 1 fueran las Agrionias, pues estas, según Plutarco, eran anuales, lo que no casaría con la periodicidad definida por autores que vivieron la celebración. De esta manera, la festividad mencionada podría haberse tratado también de unas Agrionias o Dionisias tebanas celebradas cada dos años u otra fiesta dionisíaca menor. En el caso de que el festival hubiera tenido un nombre instaurado y reconocido, 967 RIGSBY, 1996: 69. 968 LE GUEN, 2001: vol. 1, 139. 969 MANIERI, 2009: 287 y 296-297. 297 habría aparecido tallado en la piedra casi con seguridad, por lo que tal vez se llaman “fiestas trietéricas” para diferenciarlas precisamente de los festivales conocidos que eran anuales. Otra posibilidad es que, en sus orígenes (y todavía en el periodo en que el presente decreto se realizó, a finales del siglo III a.C.), el festejo trietérico de Dioniso no tuviera un nombre establecido hasta que a principios del siglo I a.C. –como tarde, pues es la fecha en que aparece citada la fiesta en Tebas 12– ya tomara el apelativo de Agrionias y, dada su magnitud y relevancia, comenzara a celebrarse anualmente. Por otra parte, hay que tener en cuenta que hubo cierto sincretismo entre algunas fiestas dionisíacas. Schachter, por ejemplo, cree, aunque confiesa que no existen pruebas suficientes para hacer la afirmación, que las Agrionias podrían haber abarcado las Dionisias en algún momento970. Esta confusión o sincretismo principalmente se desarrolló durante el periodo de convivencia con el Imperio Romano. A partir del siglo II a.C., muchas ciudades griegas ya honraban a Roma y, aunque esto dependía de la clase y los intereses económicos de cada ciudad o población, el Imperio estaba imponiéndose y expandiéndose progresivamente. Como consecuencia, la religión griega y el culto de sus dioses se vieron afectados por esta influencia. Las Agrionias fueron un festival griego aceptado en todo el territorio heleno desde sus orígenes hasta –seguro– principios del siglo I a.C. (Tebas 12). Pero con la intervención de Roma, parece que fue fusionándose gradualmente con los juegos gimnásticos y musicales llamados Heracleas, que posteriormente pasaron a llamarse Dionisias-Heracleas, y así es como aparecen ya en el siglo II de nuestra era971. Tras la destrucción de Corinto por parte del cónsul Mumio y su imposición de una multa elevada a los griegos, Roma, sin embargo, terminó condenando esta medida y restituyó los antiguos privilegios de los helenos972. Asimismo, como manifestación de la renovada fidelidad que se quería propagar hacia el Imperio Romano, se establecieron las fiestas Romanas o Romaia en el centro más importante de Beocia, Tebas, y Mumio fue el promotor de esta renovación agonística en Grecia. Manieri, por ejemplo, identifica las Romaia con las Agrionias973. Aunque las celebraciones griegas y 970 SCHACHTER, 1981: 174. 971 ROBERT, 1969 [1930]: 661-662 y 669 [Hermes 113-114 y 121] (véase SEG 36, 734); SCHACHTER, 1981: 191. Para más información de las Heracleas de Tebas véanse: ROESCH, 1975; SCHACHTER, 1981: 185 y 191; SLATER, 2007: 28; MANIERI, 2009: 305-307. Véanse también las Dionisias (cap. 7.2.2). Pausanias (9, 32, 2) cuenta que en Tisbe se celebraban las Heracleas, pero no hay referencias de que allí estas fiestas estuvieran relacionadas con Dioniso. 972 Paus. 7, 16, 9-10. Para más información sobre el cónsul Mumio véase: cap. 6.2.2.2 (Los tecnitas de Jonia y del Helesponto). 973 MANIERI, 2009: 301. Sobre las fiestas Romanas o Romaia en el s. II a.C. véase: MANIERI, 2009: 287- 288 y 299-301. 298 romanas tuvieron sus momentos de convivencia, parece que lo que en un origen se distinguía y estuvo diferenciado, con el paso del tiempo y la fuerza que adquirió Roma, se fusionó y empezó a armonizarse. La personalidad y el carácter de las fiestas griegas entraron en declive para dar paso a la nueva religión (en realidad, un movimiento impulsado por el pensamiento griego más una política de expansión y propaganda imperial propiamente romana). 7.2.2. Las Dionisias de varias ciudades beocias Las Διονύσια, Dionisias, como su propio nombre indica, eran las fiestas por excelencia de Dioniso. Las primitivas y las más importantes eran las atenienses, pero en torno al siglo IV a.C. se produjo su exportación a otras ciudades griegas974, y en Beocia también empezaron a celebrarse. En Atenas, el festival conmemoraba la llegada de la estatua de Dioniso Eleutereo / Eleuterio a dicha ciudad desde Eléuteras975. La periodicidad de la celebración era anual, incluso puede que se celebrara dos veces al año o más, si se tienen en cuenta los diferentes tipos de Dionisias. Incluía tres procesiones: εἰσαγωγή, la procesión preliminar de Dioniso desde el altar hasta el templo, πομπή, la pompa de los participantes (desde magistrados, autoridades y funcionarios hasta efebos y huérfanos de guerra) y κῶμος, el último desfile, probablemente desarrollado a continuación del anterior, pero no se tienen más datos. La fiesta también comprendía un ritual con su pertinente sacrificio, un banquete y representaciones teatrales; sobre su pervivencia e importancia habla Plutarco, gracias a quien conocemos parte de esa información976. Schachter apunta que en Beocia las Dionisias se celebraban (o parece que se celebraron) en Queronea, Orcómeno, Tebas y Tespias977. De las Dionisias de Queronea 974 JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2011c: 183. 975 Véase Dioniso Eleutereo/Eleuterio (cap. 2.3.2). 976 Plutarco (Cup. div. 8. 527D) describe las antiguas Dionisias -no las de su tiempo- así: ἡ πάτριος τῶν Διονυσίων ἑορτὴ τὸ παλαιὸν ἐπέμπετο δημοτικῶς καὶ ἱλαρῶς, ἀμφορεὺς οἴνου καὶ κληματίς, εἶτα τράγον τις εἷλκεν, ἄλλος ἰσχάδων ἄρριχον ἠκολούθει κομίζων, ἐπὶ πᾶσι δ᾽ ὁ φαλλός: la fiesta patria de las Dionisias antiguamente tenía una procesión popular y alegre, había una ánfora de vino y sarmiento, después uno arrastraba al macho cabrío, otro seguía llevando una cesta de higos secos y, después de todo eso, el falo. Para más información de las Grandes Dionisias atenienses véanse: FOUCART, 1904: 163-201; FARNELL, 1977 [1909]: 224-230 y 320-322 (fuentes); DEUBNER, 1932: 138-142; PICKARD-CAMBRIDGE, 1968 [1953]: 57-101; KERÉNYI, 1976: 315-330; PARKE, 1977: 125-136; SIMON, 1983: 102-104; GOLDHILL, 1990; GUETTEL-COLE, 1993b; SOURVINOU-INWOOD, 1994; SPINETO, 2005: 185- 325; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2011c (con bibliografía). 977 SCHACHTER, 1981: 173 (Queronea), 179 (Orcómeno), 185 (Tebas) y 192 (Tespias). 299 no se conocen sus particularidades, solo que existieron en esta ciudad. Ya Fossey dice que los tres cultos instaurados en Queronea fueron el de Dioniso, el de Ártemis Εἰλείθυια y el de los dioses egipcios978. Cuando Farnell trata los rasgos esenciales de las Dionisias primitivas teniendo presente el pasaje de Plutarco, vincula la faloforia con estas fiestas y las relaciona con una serie de inscripciones beocias; en el caso de Queronea, con el epígrafe Queronea 1, del siglo II a.C., aunque no afirma exactamente que dicha inscripción se refiera a las Dionisias979: ἄρχοντος Εὐηµέρου τοῦ Λυσιµάχου, ἱε- ρι<τε>ύοντος Μάρκου Μαρίου, ἐλε<ι>-[κνο] φόρησε <Σά>τυρος Παραµόνου. ἐπιµέλεσθαι δὲ τὸν ἱαρεῖα τῶ Δι- ωνούσω κὴ τὸν ἱαράρχαν κὴ Τιµόλα- 5 ον τῶν ἀντεθεµένων, ὅπως µεὶ ἀ- δικίωνθη. Durante el arcontado de Evémero, hijo de Lisímaco, siendo sacerdote Marco, hijo de Mario, Sátiro, hijo de Paramón, portó el aventador sagrado. El sacerdote de Dioniso, el sacerdote al mando y Timolas se encargaron de las cosas que se habían ofrendado, para que no sufrieran daños. Schachter sitúa el pasaje plutarqueo sobre las antiguas Dionisias en el apartado referente a Queronea980, aunque la fuente literaria no informa, en realidad, de la presencia de estas fiestas en dicha ciudad; de hecho, el estudioso declara también que el valor de la descripción sobre el procedimiento religioso de Queronea es cuestionable981. Es el testimonio epigráfico Queronea 2 el que permite deducir la existencia de las Dionisias en la citada ciudad: [———————].ς ἀ[γωνο]- [θετήσας Διονυ]σίων Π[——] [————τὸ π]ροσκήνι[ον] [µετὰ τῆς γυναικὸς Σ]ωκρατήας [———————]Ι̣Ι̣ Διονύσωι 5 [καὶ τῇ πόλει ἀ]νέθηκε. (…) habiendo sido árbitro de las Dionisias P(…) con su mujer Socratia el proscenio dedicó a Dioniso y a la ciudad. Es importante la mención de una parte del teatro, lo que denota, por un lado, la presencia de al menos un monumento dionisíaco, y por otro, que habría representaciones teatrales. Schachter considera, además, que no hay ningún punto de conexión para 978 FOSSEY, 1991: 154. 979 FARNELL, 1977 [1909]: 197 y 308 (102e); Plu. Cup. div. 8. 527D. 980 Plu. Cup. div. 8. 527D. 981 SCHACHTER, 1981: 174. 300 vincular un festival dramático realizado bajo el patronazgo del dios del teatro con el ritual de las Agrionias982. La presencia de elementos teatrales se aviene bien con la celebración de las Dionisias. En lo que concierne a Orcómeno, gracias a todas las inscripciones pertenecientes a esta ciudad beocia (de Orcómeno 1 a Orcómeno 3.20), se ha comprobado que en dicho territorio Dioniso ocupaba un lugar relevante. Farnell relaciona la faloforia con las Dionisias primitivas por el citado pasaje de Plutarco y hace alusión a un festival de Orcómeno por medio de la inscripción Orcómeno 3.6 (segunda mitad del siglo III a.C.), aunque es cierto que no afirma que la celebración descrita en el epígrafe corresponda a las Dionisias983: Μύριχος Πολυκράτιος, Ἱαρώνυµος Διογίτονος, ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνύσοι ἀνέθεικαν Τίµωνος ἄρχοντος, αὐλίοντος Κλεινίαο, ἀΐδοντος Ἀλκισθένιος. Mírico, hijo de Polícrates, Jerónimo, hijo de Diogitón, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Timón, auleta, Clinias y cantante, Alcístenes. Schachter manifiesta sus dudas marcando el festival de las Dionisias en el apartado reservado a Orcómeno con un interrogante y no se pronuncia al respecto984. Manieri, por su parte, ni siquiera lo menciona como celebración propia de esta ciudad985, seguramente por la falta de pruebas. Hasta el momento, no existen testimonios escritos claros que avalen la presencia de las Dionisias en Orcómeno. Además de los testimonios epigráficos, Pausanias cuenta que la obra más digna de ver de Mirón era su Dioniso en pie, la cual Sila ofrendó tras quitársela a los minias de Orcómeno986; afirma también que allí había un santuario en honor del dios987. El teatro, que data de finales del siglo IV a.C.988, fue fundamentalmente un lugar donde se celebraban agones musicales desde ese momento hasta principios del siglo II a.C. En él no solo se celebraban competiciones dionisíacas, sino también otras, como las que tenían lugar durante las Caritesias989. El teatro de Orcómeno tendría una capacidad para unos 5000 espectadores; era un pequeño odeón destinado a acoger los agones, principalmente musicales, no importantes obras teatrales 982 SCHACHTER, 1981: 174. 983 FARNELL, 1977 [1909]: 197 y 308 (102e); Plu. Cup. div. 8. 527D. 984 SCHACHTER, 1981: 179. 985 MANIERI, 2009: 173-208. 986 Paus. 9, 30, 1. 987 Paus. 9, 38, 1. 988 SCHACHTER, 1981: 180. 989 Véase Orcómeno 2 y cap. 7.3.2. 301 a nivel panhelénico. Ante la falta de pruebas y a pesar de que Schachter deja en el aire la posibilidad de que en esta ciudad beocia se celebraran las Dionisias, es probable que no se organizaran periódicamente, teniendo en cuenta, además, que en su vecina Queronea parece que sí se celebraban. También podría ser que fueran unas Dionisias menores orientadas más a las competiciones individuales o de pequeños grupos, dada la capacidad del teatro de Orcómeno, y que otras ciudades se reservaran para las grandes representaciones teatrales. Por el contrario, las fiestas que se organizaron en Tebas debieron de ser muy relevantes en toda la región beocia. Existe un testimonio epigráfico aparecido en esta ciudad que parece aludir a la festividad de las Dionisias y a otras, pero se encuentra tan fragmentado y en tan mal estado de conservación que no es posible garantizar que dicha inscripción confirme la celebración de la fiesta dionisíaca990. Sin embargo, lo más probable es que las Dionisias se celebraran en Tebas y, de hecho, fueran notables y vistosas. Cuando Roma quiso suavizar su relación con Grecia tras la destrucción de Corinto por parte del cónsul Mumio restituyendo los antiguos privilegios de los griegos, también buscaba que la potencia enemiga le manifestara su honradez y fidelidad. Una de las medidas fue la imposición de ciertas fiestas, como las Romanas o Romaia en Tebas, con Mumio a la cabeza. Hay también testimonios de su celebración en otras ciudades griegas, como en Atenas, en Calcis y en Esmirna991, y el festival ya quedó instaurado en la potencia helena a lo largo del siglo II a.C. Otras ciudades añadieron esta celebración a las locales ya existentes, como por ejemplo las Anfiareas de Oropo, un festival del siglo IV a.C., terminó convirtiéndose en las Anfiareas-Romanas en época imperial, así como las Pitias-Romanas de Mégara, las Dias-Ayanteas-Romanas de Opunte o las Posideas- Romanas de Mantinea. En Egina también se celebraban conjuntamente las Romanas con las Eaqueas y las Dionisias; de hecho, es probable que la isla contara con un culto en honor de Roma desde el siglo II a.C.992 De la región que nos concierne, un testimonio del 990 IG 7, 2411, l. 1-2 (Tebas, ss. II-I a.C.): [--------- καὶ ἀνειπεῖν τὸν στέφ]αν[ον Διονυσ]ίων τῶ<ν> ἐν ἄστε<ι τ>ρ<α>[γωιδῶν]: y anunciar el festival de las Dionisias, en el que se coronaba, el de las tragedias en la ciudad (dicha inscripción no aparece recogida en el corpus de inscripciones porque su mal estado de conservación ha provocado diferentes lecturas y no garantiza que hiciera referencia a las Dionisias). 991 Las Romaia en el Ática: IG 2², 1938, l. 2 (150 a.C.); en Calcis: SEG 38, 179 (s. I a.C.); en Esmirna: F. Delphes 3, 1, 550, l. 27 (c. desconocida). 992 IG 7, 419, l. 4-5 (Oropo, 80-50 a.C.): ἀγωνοθετοῦντος τῶν Ἀμφιαρᾴων καὶ Ῥωμαίων: siendo árbitro de las Anfiareas y Romanas; IG 7, 420, l. 2-3 (Oropo, 80-50 a.C.): ἀγωνοθετοῦντος τὰ Ἀμφι[α]ρᾷα καὶ Ῥω{ι}μαῖα: siendo árbitro de las Anfiareas y Romanas. IG 42, 1, 629, l. 6-9 (Epidauro, s. II-I a.C.): Πυθάεια καὶ Ῥώμαια τὰ ἐμ Μεγάροις ἵππιον καὶ ὁπλίταν, Δῖα καὶ Αἰάντεια̣ [κα]ὶ Ῥώμαια τὰ ἐν Ὀποῦντι δίαυλον, Ποσείδαια [καὶ] Ῥώμαια τὰ ἐν Ἀντιγονείαι δίαυλον: las Pitias y Romanas en Mégara, (fiestas) hípicas y de hoplitas; las Dias, Ayanteas y Romanas en Opunte, (agón) de doble aulós; las Posideas y Romanas en 302 siglo II a.C. habla de las Erotideas-Romanas en Tespias993, fiesta que llegó a Tebas con el nombre de Cesareas-Erotideas-Romanas en tiempos de los primeros emperadores994. Parece que el apelativo Romaia no era suficiente en algunos casos para romanizar los festivales griegos más importantes y conocidos de cada ciudad y región. Así, para denominar la fiesta, que había pasado a formar parte del culto imperial, era necesario marcar el término que aludía al César. Pero, además, en Tebas llegaron a utilizarse estos calificativos unidos a la palabra que probablemente apuntaba a las Dionisias; tal es el caso de Tebas 13, una inscripción fechada entre los siglos I y II de nuestra era, seguramente en época de Adriano (117-138)995: [-nom-] Δ̣ιοδ̣ ν ώρ̣ο̣[υ] [ἀγωνοθε]τήσαντα Διον̣[υσίων] [Καισαρ]ήων Ἐρωτιδή[ων Ῥωµαίων] [ἀρετῆς] πάσης ἕνεκεν. (...), hijo de ¿Diodoncoro?, habiendo sido árbitro de las Dionisias Cesareas Erotideas Romanas, por su completa virtud. En este caso, los romanos se han adueñado de una importante festividad griega, ya conocida a nivel panhelénico. Aparte de que seguramente sería muy similar a la originaria griega, Roma se servía de celebraciones aclamadas y con una tradición y fama considerables como parte de su programa propagandístico imperial. En opinión de Robert, en el momento en que se agregaba un nombre romano al término que designaba la fiesta, empezaba a honrarse al emperador996. No olvidemos que las Agrionias de los siglos I a.C. y I d.C. se terminaron fusionando con los juegos gimnásticos y musicales llamados Heracleas, que posteriormente pasaron a llamarse Dionisias-Heracleas997. Por tanto, no cabe duda del peso que tenían estas fiestas dionisíacas entre las diferentes potencias. Son tomadas como préstamo, estas y no otras, por el distintivo y la fama que las caracteriza y por el gusto romano de imitar y emular. Con estos nombres compuestos, Antigonia, (agón) de doble aulós. IG 4, 2, l. 31-32 (Egina, 69 a.C.): τοῖς Διο[νυσίοις καὶ Αἰα]<κ>είοις καὶ <Ῥ>ωμα<ί>[οι]ς: en las Dionisias, Eaqueas y Romanas (véanse MELLOR, 1975: 105-106; BURASELIS, 2012: 256). 993 IG 2², 1054, l. 11-12 (Ática, 125-100 a.C.): τῶν Ἐρωτιδείων καὶ Ῥω[μα]ίων κ[αὶ] [--------- τοῦ δήμ]ου τοῦ Θεσπιέων: de las Erotideas, Romanas y [...] del pueblo de Tespias (véase MELLOR, 1975: 105). 994 IG 7, 2517, l. 5-8 (Tebas, s. I d.C.): ἀγωνοθετήσαντα Καισαρήων Ἐρωτιδίων Ῥωμαίων: habiendo sido árbitro de las Cesareas Erotideas Romanas (véase MELLOR, 1975: 105). 995 SCHACHTER (1981: 195) cree que la inscripción fragmentaria podría hacer referencia a las antiguas Dionisias. 996 ROBERT, 1990 [1977]: 779 [Arch. Eph. 209]. 997 ROBERT, 1969 [1930]: 661-662 y 669 [Hermes 113-114 y 121] (véase SEG 36, 734); SCHACHTER, 1981: 191. En Tebas están documentadas también las Dionisias Heracleas Antoninas (ROBERT, 1990 [1977]: 779 [Arch. Eph. 209]; SCHACHTER, 1981: 185). Sobre el sincretismo entre las Agrionias y las Dionisias véase: cap. 7.2.1. 303 la nomenclatura de las fiestas guardaba su origen y, a la vez, se veía superada con distintivos romanos. Por último, de las Dionisias de Tespias no disponemos de información específica de la localidad; ni siquiera es posible afirmar que se celebraron en dicha ciudad. Farnell, al hablar de la faloforia como rasgo esencial de las Dionisias primitivas, menciona la inscripción Tespias 10 (del siglo I de nuestra era), aunque no se pronuncia sobre si la fiesta concreta a la que allí se hace referencia eran las Dionisias998. Schachter cree que probablemente existió aquí un festival llamado Dionisias, dado que en el citado epígrafe se habla de una ἑορτή de Dioniso999: Ἡ̣ β̣ουλὴ κα[ὶ ὁ δῆµος] Μνασίππαν̣ [———————] του ἱερατεύσ[ασαν Ἴ]- σιδος καὶ ἀν[αθεῖσαν] τῇ πόλι εἰς τὰ̣[ς τοῦ Δι]- 5 [ον]ύσου ἑορτ̣[ὰς —————] [——————————]. La asamblea y el pueblo: a Mnasipa, (hija de …), la que fue sacerdotisa de Isis y ofrendó a la ciudad para las fiestas de Dioniso (…). Dejando de lado que la inscripción ofrece una información interesante con respecto al sacerdocio femenino y a la relación entre el culto griego y el oriental en Tespias, no podemos afirmar que por medio de este testimonio se demuestre que las Dionisias se celebraban en dicha ciudad. 7.2.3. Las Nictelias de Tanagra Las Νυκτέλια, Nictelias, fueron unas fiestas dionisíacas que se celebraban en Tanagra con una periodicidad que desconocemos, aunque seguramente fueran anuales, al igual que las Agrionias1000. Dicho festejo se relaciona con el epíteto de Dioniso Nictelio1001. Sabemos de la existencia de las fiestas gracias al testimonio de Plutarco, pues habla de ellas en cuatro pasajes de su obra: en uno cuenta que sus ritos se realizaban en 998 FARNELL, 1977 [1909]: 197 y 308 (102e); Plu. Cup. div. 8. 527D. 999 SCHACHTER, 1981: 192 y 194. 1000 Sobre las Nictelias véanse: NILSSON, 1995 [1906]: 274 y 284-288; BURKERT, 2013 [1972]: 271, n. 173; SCHACHTER, 1981: 183-185; CASADIO, 1999: 104-105; VALDÉS GUÍA, 2009-2010: 46-47 y 55; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2013: 225-226. 1001 Véase Dioniso Nictelio (cap. 2.3.3). 304 su mayoría en la oscuridad, como también los de las Agrionias1002; era de esperar que las fiestas de Dioniso llamadas “nocturnas” se celebraran por la noche (el término Νυκτέλια deriva del sustantivo νύξ (noche)). También parece que la celebración era bulliciosa y había cierto estruendo1003, seguramente por el sonido de los instrumentos musicales. Estos dos aspectos caracterizan la fiesta de invitar al desorden, una faceta de Dioniso, ya que el festejo no se realizaba durante el día como las fiestas del resto de dioses, sino durante las horas de menos luz y haciendo ruido. En el tercer pasaje que Plutarco nombra las Nictelias es en la historia de la fortificación de la antigua Tanagra, que cuenta que el constructor Pemandro amuralló Pemandria y, en un momento determinado en que Policrito, el arquitecto y maestro, habló con desprecio de las obras de aquel, Pemandro le lanzó la gran piedra que estaba escondida allí desde hacía mucho tiempo para las Nictelias y mató al hijo de Policrito, Leucipo, en vez de al maestro1004. Halliday relaciona esta historia con el relato del rey Eneo, el primero en cultivar la vid recibida de Dioniso, y su hijo Toxeo, que cuenta que este cayó en el surco de la viña de su padre por saltar sobre el agujero; también con la historia de la fundación de Roma, que relata que cuando Rómulo cavó una zanja para disponer la muralla de la ciudad, Remo se rió del trabajo y, al saltar por encima de la cavidad, cayó, herido por el propio Rómulo o Céler1005. Gracias a Pausanias sabemos que el culto de Dioniso fue relevante en la antigua Tanagra porque allí había un santuario y una estatua del dios y el teatro, el cual se encontraba en el extremo superior de la antigua ciudad amurallada, cerca del templo de Hermes Prómaco1006. Recientes intervenciones arqueológicas en esa zona han sacado a la luz objetos sagrados vinculados a ritos nocturnos1007. En el último pasaje que nos interesa, Plutarco dice que las historias relativas a los Titanes y a las fiestas Nictelias concuerdan con el desmembramiento de Osiris, con su resurrección, su reencarnación y con lo concerniente a las tumbas1008. De este texto es posible deducir que en las Nictelias habría algún tipo de ceremonia de despedazamiento, que sugirió a Plutarco una conexión con el desmembramiento de 1002 Plu. Aet. Rom. 112. 291A. 1003 Plu. Quaest. conv. 4, 6, 2. 672A. 1004 Plu. Aet. Gr. 37. 299D. Sobre la antigua Pemandria véanse: cap. 1.2.2 y Dioniso Nictelio (cap. 2.3.3). 1005 HALLIDAY, 1975: 162. Historia del rey Eneo y su hijo Toxeo véase en: Apollod. 1, 8, 1. Relato de Rómulo y Remo y la zanja: Liu. 1, 7, 2; Plu. Rom. 10, 1-2. 1006 Paus. 9, 20, 4 y 9, 22, 1-2. 1007 PAPAZARKADAS, 2014: 323, n. 43.3. 1008 Plu. Is. et Os. 35. 364F. Parece que el autor relaciona en este texto a Dioniso (Zagreo) y su descuartizamiento a manos de los Titanes con el orfismo (véase EDMONDS, 2013: 87, 91-92, 107-108, 297, 300). Sobre el mito del despedazamiento de Dioniso niño véase: cap. 2.1. Sobre el ritual de desmembramiento de Osiris: Plu. Is. et Os. 42. 368A. 305 Dioniso niño por parte de los Titanes1009 y de Osiris, y cuyo origen podría estar relacionado con la leyenda mitológica de Pemandro y Policrito. Es cierto, sin embargo, que el autor en ningún momento menciona una piedra en lo relativo al desmembramiento del dios egipcio ni tampoco lo hacen las fuentes que tratan el episodio de los Titanes despedazando a Dioniso niño1010. La piedra reservada para la celebración de las Nictelias debió de ser un elemento importante porque, en el relato de Pemandro y Policrito, Plutarco afirma que el primero de ellos la cogió por ignorancia o desconocimiento para lanzársela al segundo1011. Halliday cree que esta historia podría estar conectada con los rituales primitivos del culto dionisíaco y posiblemente pudiera ser una supervivencia legendaria de alguna forma de sacrificio humano1012. Por su parte, Schachter conecta la fiesta de Tanagra con la historia de las mujeres tanagrenses, Dioniso y Tritón1013, y dejando de lado los detalles mitológicos, cree que esta festividad pudo haber sido protagonizada por mujeres1014. Aunque Schachter cree que las Agrionias pudieron celebrarse en Tanagra1015, no hay testimonios literarios ni epigráficos que avalen la afirmación. Por ello, y dadas las semejanzas entre las Agrionias y las Nictelias, es posible que en dicha ciudad las Agrionias tal vez no tuvieran tanto renombre o incluso no se celebraran y, por el contrario, allí las Nictelias fueran las fiestas de Dioniso por excelencia. 7.2.4. Las Teodesias de Haliarto 1009 GARCÍA VALDÉS, 1995: 129, n. 198. JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL (2008: 769) afirma que la mención de Titánicas induce a pensar en el mito del desmembramiento de Dioniso y el origen de la culpa humana que debe ser purgada por la reencarnación, tema que probablemente se representaba en el ritual (sobre los ritos órficos nocturnos véase: 2008: 767-770). NILSSON (1995 [1906]: 285, n. 5) cree que las Nictelias estaban influenciadas por el orfismo, mientras que FARNELL (1977 [1909]: 128), CASADIO (1999: 104, n. 45) y JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL (2008: 767-768) piensan que las celebraciones nocturnas dionisíacas no pertenecían necesariamente al ámbito órfico. 1010 Call. fr. 643 Pfeiffer; Euph. fr. 13 De Cuenca = 14 Van Groningen; Hyg. Fab. 167; Nonn. D. 6, 170- 210. 1011 Plu. Aet. Gr. 37, en 299D3-D4 dice: ὑπ' ἀγνοίας ὁ Ποίμανδρος ἔβαλε: Pemandro la lanzó por desconocimiento. 1012 HALLIDAY, 1975: 162-163. Sobre los posibles sacrificios humanos en Beocia véase: Dioniso Egóbolo (cap. 2.3.4). 1013 Véase cap. 1.2.3. 1014 SCHACHTER, 1981: 185; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2013: 226. Sobre la figura femenina en Tanagra véase: cap. 6.3. 1015 SCHACHTER, 1981: 183. 306 Las Θεοδαισία (o Θεοδαίσια), Teodesias, fueron unas fiestas probablemente trietéricas que se celebraron en varias zonas del mundo heleno1016. Son consideradas una celebración dionisíaca porque Hesiquio atribuye a Dioniso el epíteto Teodesio1017. El término que da nombre a la fiesta se ha interpretado como una comida o banquete (δαίτη) en honor del dios1018, o bien como una división o reparto (δαίομαι) de la carne resultante del sacrificio o también una reminiscencia como consecuencia del desmembramiento que sufrió Dioniso1019. Tanto las fuentes literarias como las epigráficas documentan la fiesta en diferentes zonas. Los testimonios más antiguos conservados no son beocios, sino que proceden de la isla de Rodas y se fechan a finales del siglo V a.C. y a principios y en la segunda mitad del IV a.C. Todos ellos hablan de un sacrificio realizado en las Teodesias1020 y uno menciona el año Teodesio1021, y precisamente, el hecho de que hubiese un año Teodesio ha llevado a pensar a los investigadores en la periodicidad tritérica de la fiesta1022. De la misma zona es una inscripción que documenta el mes Teodesio (situado entre diciembre y febrero), sin embargo, aparece en un contexto que parece relacionarse con Posidón1023, y en la isla de Cos también está registrado (aquí se sitúa entre noviembre y diciembre), pero vinculado a Apolo1024. La isla de Creta también posee inscripciones que confirman la celebración de las Teodesias y la existencia del mes con el mismo nombre desde el siglo III a.C. hasta los siglos II-III d.C., pero tampoco aparecen conectadas a Dioniso1025; no obstante, Jiménez San Cristóbal considera que el Zeus Cretágeno invocado en varios epígrafes podría ser equivalente al Dioniso Zagreo también de Creta, posiblemente aludido en los Cretenses de Eurípides y en los Aitia de 1016 Sobre las Teodesias véanse: NILSSON, 1995 [1906]: 279-280; FARNELL, 1977 [1909]: 120; SCHACHTER, 1981: 176; ROESCH, 1982: 212-213; MERKELBACH, 1988: 42; ROBERTSON, 2003: 230-232 y 237; LARSON, 2007: 139-140; D’ALFONSO, 2015; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2017. 1017 Hsch. s.v. Θεοδαίσιος·Διόνυσος. 1018 NILSSON, 1995 [1906]: 279; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2017: 243 (con bibliografía). 1019 ROBERTSON, 2003: 232; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2017: 243 (con bibliografía). Sobre el desmembramiento de Dioniso véase: cap. 2.1, Dioniso Nictelio (cap. 2.3.3) y las Nictelias (cap. 7.2.3). 1020 Lindos II, 582 y 584 (final s. V a.C.), 593, 595, 596 y 597 (principios s. IV a.C.), 603, 604 y 605 (mitad s. IV a.C.) y 609 (2ª mitad s. IV a.C.). 1021 Lindos II, 607, l. 3-4 (2ª mitad s. IV a.C.): τὸ θευδαίσιον ἔτος: el año Teodesio. 1022 NILSSON, 1995 [1906]: 280; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2017: 244-245. 1023 IG 12, 1, 905 (c. desconocida): Θευδαισίου ἕκτα[ι] ἱσταμένου Ποτειδᾶνι φυταλμίωι ὗς τέλεος θοινῆται: al comienzo del sexto mes Teodesio para el natural Posidón es sacrificado un cerdo adulto. 1024 Iscr. di Cos ED 149, l. 14-15 (final s. IV a.C.-principios s. III a.C.); SEG 54, 744, l. 26 (final s. III a.C.): Θευδαισίου ἑκκαιδεκάται, Ἀπόλλωνι: en el décimosexto mes Teodesio, a Apolo; Iscr. di Cos ED 145, l. 40-41 (principios s. II a.C.): θυόντω τᾶς μὲν χειμερινᾶς ἑξαμήνου Θευδαισίου: celebrando las (fiestas) invernales del sexto mes Teodesio; SEG 55, 931, l. 11 (2ª mitad s. II a.C.). 1025 IC 3, 3, 1, cara B, l. 8 (2ª mitad s. III a.C.): τὰ Θευδαίσια; IC 1, 8, 13, l. 9 (s. II a.C.): τὰ Θε[υδαίσια]; IC 1, 16, 5, l. 43 (2ª mitad s. II a.C.): τὰ Θιοδαίσια; Chaniotis Verträge 61 (final s. II a.C.): μηνὸ[ς Θιο]δαι[σί]ω cara A l. 2, τὰ Θιοδαίσια cara A l. 43, μηνὸς Θιοδαισίω cara B l. 6, τοῖς Θιοδαισίοις cara B l. 31; IC 3, 3, 7, l. 20 (s. II d.C.): μηνὸς Θεοδαισίου; IC 1, 18, 11, l. 2 (ss. II-III d.C.): Θεοδαισίοις. 307 Calímaco, como dioses asociados bajo la figura de una divinidad que muere y renace1026. De las islas Cícladas, Plinio cuenta que en el templo de Líber en Andros hay una fuente de la que manaba agua con sabor a vino en las nonas de enero y que ese día se llamaba Teodosia1027; además, agrega que la fiesta duraba siete días y que, si la ingesta de agua se hacía fuera del templo, el sabor a vino desaparecía1028. Aunque Plinio emplea el término Θεοδοσία (“dones para el dios”) en vez de Θεοδαισία1029, Pausanias relata que los de Andros cada dos años celebraban una fiesta de Dioniso en la que fluía el vino espontáneamente del santuario1030. En otra isla Cíclada, Anafe, una inscripción del siglo I a.C. atestigua las Teodesias en un contexto relacionado con un sacrificio realizado en un altar a un dios no especificado1031. En la isla de Lesbos también se documenta la festividad de las Teodesias por medio de una inscripción del siglo II d.C. en la que hay un reparto probablemente de vino1032; este motivo puede suponer una posible relación de la fiesta y Dioniso, pero es que, además, de nuevo Jiménez San Cristóbal presenta dos epígrafes realizados seguramente en el mismo lugar, también de época romana, que aluden a Zóniso, variante eolia del antropónimo Dioniso1033. El único lugar de la Grecia continental donde las Teodesias están documentadas es en el territorio beocio, concretamente en la ciudad de Haliarto. Calímaco cuenta que en dicha ciudad, junto a las aguas de la fuente de la hiedra, se celebraban estas fiestas. Pero el autor afirma que la festividad era de origen cretense y la relaciona con el árbol que da incienso, la mirra, con las grandes tinajas que se utilizaban para transportar esta sustancia desde Creta (pues era el único lugar donde crecía) y con la fuente de Radamantis1034. Es cierto que Calímaco 1026 E. fr. 472, l. 11 Kannicht; Call. fr. 43, l. 86-90 y 117 Pfeiffer (véase JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2017: 245). 1027 Plin. HN 2, 231. 1028 Plin. HN 31, 16. 1029 JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL (2017: 247) cree que la forma Θεοδοσία, en lugar de Θεοδαισία, podría ser un simple error o una lectio facilior, pues es un término común en griego para designar la ofrenda a los dioses y, además, no está atestiguado como nombre de fiesta. Si encima tenemos en cuenta que las nonas de enero se corresponden con el mes Teodesio, creo que, de alguna manera, se confirmaría el fallo o la posibilidad de empleo de los dos términos para nombrar la fiesta. 1030 Paus. 6, 26, 2. 1031 IG 12, 3, 249, l. 22-23 (s. I a.C.): ἐ[κ] τοῦ βωμοῦ μετὰ τὰς θυσίας [τὰ]ς το[ῦ θεοῦ καὶ] τοῖς Θευδα<ι>σίοις: desde el altar, tras los sacrificios del dios y en las Teodesias. 1032 IG 12, 2, 68[1], l. 9 (s. II d.C.): [καὶ εἰς] τὰν Θεοδαισίαν διέδωκεν τοῖς μὲν βολ[λάοις ἐς ἔκαστον ὄνυμα ---]: y durante las Teodesias repartió ¿vino? para los consejeros, a cada persona. 1033 IG 12, 2, 69, cara A, l. 5 y cara B, l. 3 (¿s. II d.C.?); IG 12, 2, 70, l. 7 (¿s. II d.C.?) (véase JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2017: 246-247). 1034 Call. fr. 43, l. 86-90 y 117 Pfeiffer: Κ]ισσούσης παρ’ ὕδωρ Θεοδαίσια Κρῆ̣[σσαν ἑ]ο̣ρ̣τὴν ἡ] π̣όλις ἡ Κάδμου κῶς Ἁλίαρτος ἄγ̣[ει κ]α̣ὶ στυρὸν ἐν μούνοισι πολίσμασι [.....]δ̣ι̣.ο̣τω̣ν̣ι̣σ̣ κ]αὶ Μίνω μεγάλοις ἄγγεσι γαῖα φ̣[ορεῖ, .........]ωθεδετι κρήνη Ῥαδαμάνθυο[ς.....]. (...) υἷα⌊ Διώνυσον Ζαγρέα γειναμένη: Cómo es que junto al agua de Cisusa la ciudad cadmea, Haliarto, celebra las Teodesias, la fiesta cretense, y el árbol del 308 no establece conexión alguna con Dioniso, sin embargo, Plutarco habla de la fuente Κισσοῦσα (Cisusa, que procede del término κισσός, hiedra1035), situada en Beocia, en la que las nodrizas de Dioniso lavaron al dios recién nacido y desde entonces sus aguas tienen el color del vino1036. Además, un último testimonio literario confirma que las Teodesias, probablemente celebradas en Cirene, fueron unas fiestas en honor de Dioniso y las Ninfas1037 (estas Ninfas seguramente se correspondieran con las nodrizas del dios1038). Pero no cabe duda de que la fuente de Haliarto y las Ninfas también tuvieron una conexión cultual porque Plutarco relata que las jóvenes de la ciudad beocia realizaban sacrificios a las Ninfas de la fuente Cisusa antes de su matrimonio1039. En el caso de Haliarto, no hay documentos epigráficos que atestigüen la existencia de la fiesta, pero parece claro que sí se celebraron en esta ciudad beocia, que tuvieron lugar en torno a una fuente relacionada con el ámbito dionisíaco y que uno de los elementos fundamentales fue el vino, probablemente conservado en grandes tinajas, a la manera de la mirra en Creta y como sucede en otras fiestas de Dioniso, en las Antesterias1040. Como resumen, cabe destacar que las Teodesias fueron unas fiestas, si no estrictamente dionisíacas, al menos relacionadas estrechamente con Dioniso, que contaron con una relevancia considerable dada su celebración desde época clásica hasta los siglos II-III d.C. y propagadas por diferentes zonas del mundo griego. Según considera Larson, fue una fiesta trietérica relativa a los misterios del nacimiento de Dioniso1041. Jiménez San Cristóbal, por su parte, cree que las Teodesias muestran cierto carácter iniciático y seguramente estuvieran ligadas a ritos de paso en Haliarto. Además, relaciona esta festividad con las Leneas atenienses dadas sus concurrencias temáticas según los datos epigráficos y literarios: el mes Teodesio se corresponde con los meses áticos de Gamelión, Posideón o Memacterión, coincidiendo todos ellos con el periodo invernal, la poda de vides y la decantación del vino1042. incienso en solo las ciudades... y la tierra de Minos en grandes tinajas lo transporta, ... aún la fuente de Radamantis... (...) que ha engendrado a su hijo Dioniso Zagreo. 1035 Véanse cap. 2.1 y 4.2.3.3. 1036 Plu. Lys. 28, 4. 1037 Sud. s.v. Ἀστυδρόμια (α 4266 Adler) (véase ROBERTSON, 2003: 231). 1038 Sobre la relación entre Dioniso y las Ninfas véanse: cap. 2.1, Dioniso Melanégida (cap. 2.3.2) y 4.2.2. 1039 Plu. Narr. Am. 1. 772B. Sobre el mito de Haliarto y la fuente Cisusa véase: D’ALFONSO, 2015. 1040 Las Antesterias eran las fiestas del vino nuevo y durante dos de los tres días que duraba la celebración se degustaba dicho vino: el primer día, Πιθοίγια, se abrían las tinajas que conservaban el vino procedente de la última cosecha; el segundo, Χόες, se celebraba un concurso de bebida en honor de Dioniso (véanse los comentarios sobre las Antesterias dionisíacas de JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL [2011c: 170-177]. Para más bibliografía de la fiesta véase: cap. 6.3). 1041 LARSON, 2007: 139-140. 1042 JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2017: 248-249. 309 7.2.5. Fiestas menores: Λύσιοι τελεταί, unas ceremonias de Tebas El término τελετή se refiere al fin de algo, al desenlace o resultado, al logro o cumplimiento1043. Jiménez San Cristóbal, en su profuso estudio sobre los rituales, declara “la dificultad de dar una definición precisa de τελετή, puesto que no es un concepto unívoco, sino dúctil y polivalente”1044. El término procede de τελεῖν (cumplir) y ya a finales del siglo VI a.C. su significado se aplica a contextos religiosos, como veremos. Por tanto, las τελεταί, que se pueden traducir por “ceremonias acompañadas de ritos”, se refieren a las celebraciones religiosas de diferentes divinidades. Se han relacionado con la iniciación en los misterios exclusivamente1045, sin embargo, esta definición no es del todo adecuada1046. El poeta Eumelo conecta las τελεταί con Dioniso1047. Para Píndaro son parte del acto religioso y las relaciona con las fiestas de Atenea y de los atenienses1048. 1043 SCHUDDEBOOM (2009: 7) diferencia el término τελευτή, el fin de una acción, de τελετή, el hecho en sí mismo, el resultado. 1044 JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2002: 11. 1045 HARRISON, 1914; ZIJDERVELD, 1934 (véase también la edición revisada y ampliada de SCHUDDEBOOM, 2009); SFAMENI GASPARRO, 1987; VERSNEL, 1998 [1990]: 150-151. Es frecuente encontrar el término τελετή asociado a la iniciación en los misterios de Eleusis (FOUCART, 1914: 356; CLINTON, 2003: 53-58). GRAF (1974: 31-32) cree que τελετή es un término técnico de introducción a un culto y que en la última parte del siglo V a.C. predominó el significado de “misterio” o “ritual esotérico y secreto”. SCHUDDEBOOM (2009: 99), siguiendo las consideraciones de ZIJDERVELD, piensa que las τελεταί son de naturaleza especial, a veces con un significado simbólico, a veces secreto. 1046 COCHE DE LA FERTÉ (1980: 232-250) señala que Eurípides utiliza indistintamente los términos ὄργια y τελετή, que hacen referencia de manera variable a fiestas, danzas, ritos de iniciación y sacrificios, aunque reconoce que el término τελετή no muestra un contenido iniciático en época de Eurípides, es decir, no alude a una iniciación en una doctrina intelectual, sino que en realidad es la participación en alguna ceremonia mística donde probablemente hubo actos de sacrificio. JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL (2002: 11-12) considera que τελετή no se limita exclusivamente a un primer rito iniciático ni tampoco a celebraciones mistéricas que se apartan de la religión cívica, pues existen ejemplos en las fuentes literarias que hacen uso del término para referirse al rito institucionalizado. PIRENNE-DELFORGE (2008: 292-295) piensa que el problema de traducir τελετή por “iniciación” o “ceremonia de iniciación” está relacionado con la historiografía reciente, pues ha habido una multiplicación de explicaciones sobre el término “iniciático” en materia religiosa; considera, además, que la iniciación se ha asociado durante mucho tiempo a la hipótesis de que las prácticas de tipo mistérico podrían encontrar su origen en los “ritos de paso”, las ceremonias de paso de una edad a otra. La traducción latina de τελετή y μυστήρια por initia ha tenido un gran peso en el uso de la terminología “iniciática” para los misterios, pero el cambio de estado que implica la iniciación se basa en una lógica ritual diferente de la de los misterios: la participación en una τελετή puede repetirse y no implica ningún cambio externo. SCHUDDEBOOM (2009: 3-4) cree que en el término τελετή no hay que ver más que “el rito universal de adolescencia” (“the world-wide rite of adolescence”) y que no hay que asumir que la ceremonia suponía una iniciación en los misterios. Para más información de las τελεταί véanse: BURKERT, 2007 [1985]: 367-368 y 387-388; CANFORA, 2000. Sobre las τελεταί dionisíacas: MATZ, 1964; JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2001; SCHUDDEBOOM, 2009: 5, 13-14, 23- 24, 43-49, 61-69, 149-161; BERNABÉ, 2013: 55-57, 62, 70-74, 82-84. Sobre las τελεταί en los rituales órficos: JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2008. 1047 Eumel. 27 West [Scholia in Homeri Iliadem 6, 131]. 1048 Pi. P. 9, 97; N. 10, 34. 310 Heródoto las vincula a las Tesmoforias de Deméter1049. Eurípides alude al carácter especial y sagrado de las τελεταί, siempre conectadas a ritos dionisíacos y de origen no griego1050. Por su parte, Aristófanes sí parece relacionarlas con los iniciados en los misterios, con las ceremonias secretas de los coribantes y las de Orfeo1051, aunque también las menciona como las celebraciones de todos los dioses1052. Platón cita estas τελεταί en un contexto de danzas afines a Pan, Sileno, sátiros y ninfas, y se refiere a ellas como una especie de ritos de los que emana un efecto poderoso en la persona que las realiza1053; en otro momento de su obra las equipara a las prácticas órficas que liberan de la culpa incluso después de la muerte1054. Diodoro de Sicilia testimonia que son unos ritos de misterios, especialmente celebrados en Eleusis, y a veces practicados en secreto1055. Plutarco, en cambio, da a entender que son unas ceremonias religiosas de carácter general1056. Dión Crisóstomo habla de ritos misteriosos que tienen secretos, subrayando su impacto emocional1057. Por su parte, Pausanias cuenta que en las τελεταί había instrucciones escritas1058. Ateneo de Náucratis las define como las celebraciones que van unidas a una tradición mística (μυστικῆς παράδοσις) por los gastos que conllevaban, y las conecta con el término δαπανᾶν (gastar), haciendo hincapié en el sentido económico1059. Dada la variedad de contextos y épocas en los que aparecen las τελεταί, es difícil hacer una definición exacta del término. No obstante, su carácter simbólico especial, quizás de misterio y misticismo, probablemente provocó que también se vincularan a los ritos de carácter mistérico, puesto que se centraban más en lo personal, en experiencias liberadoras de miedos y angustias, de visiones más libres, con el fin de alcanzar una situación del alma próspera en el Más Allá1060. Ello, en consecuencia, seguramente estimuló la larga tradición existente que define las τελεταί como ceremonias de iniciación. 1049 Hdt. 2, 171, 2. 1050 E. Ba. 22, 73, 260 y 465. 1051 Ar. Nu. 304; V. 121; Ra. 1032. 1052 Ar. Pax 413 y 419. 1053 Pl. Lg. 7, 815c. 1054 Pl. R. 2, 366a. 1055 D. S. 5, 77, 3 y 20, 110, 1. 1056 Plu. Is. et Os. 45. 369B. 1057 D.Chr. 36, 33-34. 1058 Paus. 4, 26, 8. 1059 Ath. Epit. 2, 40DE. 1060 BERNABÉ, 2013: 56. 311 Las Λύσιοι τελεταί1061 aparecen en un fragmento de Aristófanes, pero sin contexto ni explicación alguna de qué eran y en qué consistían, y en otro de Heráclides Póntico (siglo IV a.C.) vinculadas a Dioniso1062. Por el contrario, el comentarista medieval Focio se esfuerza en proporcionar fuentes sobre su origen1063: <Λύσιοι τελεταί>· αἱ Διονύσου· Βοιωτοὶ γὰρ ἁλόντες ὑπὸ Θρακῶν καὶ φυγόντες εἰς Τροφωνίου, κατ’ ὄναρ ἐκείνου Διόνυσον ἔσεσθαι βοηθὸν φήσαντος, μεθύουσιν ἐπιθέμενοι τοῖς Θραξὶν ἔλυσαν ἀλλήλους· καὶ Διονύσου Λυσίου ἱερὸν ἱδρύσαντο, ὡς Ἡρακλείδης ὁ Ποντικός· ὡς Ἀριστοφάνης δὲ, διὰ τὸ λυτρώσασθαι Θηβαίους παρὰ Ναξίων ἄμπελον. Las ceremonias liberadoras: las de Dioniso, pues los beocios cuando fueron conquistados por los tracios y después de haber huido a Trofonio -aquel decía que en sueños Dioniso era protector-, emborrachan a los tracios imponiéndose y se liberan unos a otros. Y se instauró el sacrificio de Dioniso Lisio, según Heráclides Póntico. Según Aristófanes, por esto puso en libertad a los tebanos por medio de la vid de Naxos. Por la explicación de Focio, no queda claro si el Aristófanes al que se refiere es el comediógrafo o, por el contrario, el historiador Aristófanes Beocio, quien transmite la leyenda sobre la matanza de los tracios por los tebanos1064. En cualquier caso, es destacable que las Λύσιοι τελεταί fueron unas fiestas o ceremonias vinculadas a Dioniso Lisio y a Beocia. También Pausanias se hace eco del relato de los tracios y los tebanos y cuenta, además, que en la ciudad de Tebas hay un teatro y, muy cerca de este, un templo dedicado a Dioniso Lisio que se abría una vez al año en días fijados; en este santuario se celebraban, según Nilsson, las ceremonias de este dios, las Λύσιοι τελεταί1065. Schachter clasifica las Λύσιοι τελεταί como festival de Tebas y apuesta por que el fragmento de Aristófanes (fr. 925), atribuido al comediógrafo, es en realidad de Aristófanes Beocio, también perteneciente al siglo IV a.C. Cree que quizás deben situarse alrededor de la tercera década del siglo, pues encaja bastante bien con el momento en que los tebanos se habrían visto liberados de la opresión1066. Después, cuando los agones de las Agrionias 1061 Sobre las Λύσιοι τελεταί véanse: NILSSON, 1941: 542; BURKERT, 2013 [1972]: 252-253, n. 118; SCHACHTER, 1981: 185 y 191; VERSNEL, 1998 [1990]: 139; BURKERT, 1996: 119. 1062 Ar. fr. 925, l. 1 Kassel y Austin: λύσιοι τελεταί; Heraclid.Pont. fr. 155, l. 2 Wehrli: Λύσιοι τελεταί αἱ Διονύσου. 1063 Phot. s.v. Λύσιος (237, l. 12); Sud. s.v. Λύσιος (λ 867 Adler). 1064 Aristoph.Boeot. 9A Fowler: Βοιωτοὶ γὰρ ἁλόντες ὑπὸ Θρακῶν καὶ φυγόντες εἰς Τροφωνίου, κατ’ ὄναρ ἐκείνου Διόνυσον ἔσεσθαι βοηθὸν φήσαντος, μεθύουσιν ἐπιθέμενοι τοῖς Θραξὶν ἔλυσαν ἀλλήλους· καὶ Διονύσου Λυσίου ἱερὸν ἱδρύσαντο: Pues los beocios cuando fueron conquistados por los tracios y después de haber huido a Trofonio -aquel decía que en sueños Dioniso era protector-, emborrachan a los tracios imponiéndose y se liberan unos a otros. Y se instauró el sacrificio de Dioniso Lisio (véase Dioniso Lisio [cap. 2.3.6]). 1065 Paus. 9, 16, 6; NILSSON, 1941: 542. 1066 Entre los años 378-371 a.C. estalló la Guerra Beocia, que enfrentó a tebanos y espartanos. Estos ocuparon la Cadmea durante cuatro o cinco años aproximadamente. Tras la ayuda que algunas ciudades 312 requirieron la construcción de un teatro, el templo adjunto fue dedicado a Dioniso Lisio, quizás una imitación del modelo ateniense, pues Dioniso Eleutereo/Eleuterio tuvo un templo junto al teatro (Schachter cree que la similitud de significado entre los epítetos podría haber sido una influencia). De hecho, la provisión para este templo y tal vez para el teatro podría haber significado que Eumenes II invirtiera dinero para la compra de tierras sagradas1067. Por otro lado, Pausanias cuenta que el santuario se abría una vez al año en días fijados, lo que significa que se hacía uso de él solo durante las celebraciones de los festivales en honor de Dioniso1068. De acuerdo con Schachter, una vez más, se utiliza la religión para obtener un fin político: al igual que sucedía con Dioniso Eleutereo / Eleuterio, cuya figura parece haber encarnado el símbolo de la estrategia política para favorecer el proclamado sentimiento de libertad de la democracia ateniense, Dioniso Lisio representa un momento de liberación ante la superación tebana por la dominación enemiga. Desde el punto de vista del significado de la ceremonia, Burkert considera que fueron unos rituales realizados por un sacerdote con el fin de purificar y liberar de los lazos del mal en nombre y en honor de este dios; cree que las τελεταί están relacionadas con el mundo de ultratumba y con la vida y que la ceremonia pretende liberar de los sufrimientos. Se podría suponer que cualquier tipo de perturbación o el sentimiento de sentirse encadenado por un mal se atribuye a agentes externos y la λύσις (liberación) puede encontrarse a través del sacrificio y de prácticas de contra-magia, lo que corresponde a las Λύσιοι τελεταί en el rito dionisíaco1069. En este sentido, es muy probable que estas fiestas estuvieran relacionadas con los rituales órficos y que se basaran en las características propias del epíteto Lisio como “liberador de almas”, tal y como muestran las laminillas de oro: por medio de un proceso de reencarnación, el iniciado era liberado de la culpa de sus antepasados y era aceptado en el Más Allá1070. beocias y Atenas prestaron a Tebas, esta salió victoriosa, aunque tiempo después los tebanos reanudaron una guerra democrática con otros demos de Beocia (véase cap. 1.1). 1067 Sobre la tierra sagrada de Dioniso en Tebas véase: cap. 3.3. 1068 SCHACHTER, 1981: 185 y 191. 1069 BURKERT, 1996: 119. 1070 Véanse las dos laminillas de oro L7a-b del siglo IV a.C., procedentes de Pelinna (BERNABÉ y JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2008: 66-76 [L7a-b]; GRAF y JOHNSTON, 2013 [2007]: 36-37 [26 a-b]. Véase Dioniso Lisio [cap. 2.3.6]). 313 7.3. Fiestas relacionadas con Dioniso celebradas en Beocia 7.3.1. Museia, los juegos en honor de las Musas celebrados en Tespias Los Museia, los juegos en honor de las Musas, fueron las celebraciones más importantes de la ciudad beocia de Tespias. Aquí había un célebre culto de las Musas, lo cual parece manifestarse en el propio nombre de la ciudad1071. Los tespieos celebraban cada cuatro años estas fiestas que fundamentalmente consistían en competiciones musicales para honrar a estas divinidades1072. Probablemente fueron los agones de música más importantes de Grecia después de los de Delfos, como muestra la abundante epigrafía existente sobre estos juegos fechada entre los siglos IV a.C. y II d.C.1073 El catálogo agonístico Tespias 13 es una muestra de la variedad de categorías por las que los competidores podían rivalizar: el κῆρυξ (heraldo), como anunciante y una especie de “encomiógrafo”; en música y acompañado de instrumento estaban el σαλπιστής (trompetista) y el αὐλητής (auleta), y sin instrumento musical, el αὐλωιδός (cantante); y en poesía, el ποητὴς ἐπῶν (poeta épico), el ποιητὴς προσοδίου (poeta de himnos procesionales) y el ῥαψωιδός (rapsodo). Junto con Tespias 12, ambos testimonios dan cuenta de la relevancia de la fiesta y de su doble naturaleza, pues el hecho de que participaran un sustancioso número de funcionarios de la ciudad encargados de la ceremonia ritual, los tecnitas (especialistas en la organización de dicha ceremonia y en competir en los agones) y competidores venidos de diferentes ciudades beocias muestra, por un lado, la excelencia y notabilidad de los Museia en la región y, por otro, las dos partes fundamentales de que se componían los juegos, el rito y el agón. Además de estas actividades, parece que la elocuencia característica de las Musas también debía ponerse de manifiesto en sus festivales, pues durante el simposio los participantes sacaban un tema a sorteo y tenían que dialogar sobre él1074: ἔθους δ᾽ ὄντος ἐν τοῖς Μουσείοις κλήρους περιφέρεσθαι καὶ τοὺς συλλαχόντας ἀλλήλοις προτείνειν φιλόλογα ζητήματα, [...]. Y como era costumbre en las fiestas de las Musas que todos echaran a suertes y que los que sacaran en común plantearan cuestiones eruditas, [...]. 1071 Según OTTO (1981 [1955]: 102), Thespiai (Θεσπιαί; también Θέσπις o Θέσπεια, Tespias) significa “la que habla a lo divino” o “la inspirada por lo divino”. 1072 Plu. Amat. 1. 748F; Paus. 9, 31, 3. 1073 MANIERI, 2009: 315. 1074 Plu. Quaest. conv. 9, 2, 1. 737D. 314 Los Museia debieron de ser similares a los festivales dionisíacos celebrados en Beocia porque, en primer lugar, los servicios y actividades que ofrecía la festividad, así como su disposición, eran parecidos a las fiestas de Dioniso; también eran organizados por los tecnitas1075, y por último, había funcionarios que cumplían con las Musas y con Dioniso, compartiendo el cargo pero no la divinidad consagrada1076. Tespias 14 es un testimonio interesante porque refleja la vinculación entre la asociación de artistas de Dioniso y las fiestas en honor de las Musas. El decreto, fechado entre los años 250 y 200 a.C.1077, procede de la compañía de artistas del Istmo y de Nemea. Queda patente cómo los tecnitas prestan su servicio para los Museia, así como una nueva propuesta para los juegos: A ῾Ο θυµελικὸς ἀγὼν στεφανίτης πρῶτον ἐγένετο ἀγωνοθετοῦντος ῾Ιεροκλέος, ἱερέως δὲ τῶν Μουσῶν Μνασίωνος, απὸ δὲ τῶν τεχνιτῶν Αἰσχύλου, καὶ δόγµατα περὶ τοῦ ἀγῶνος τῶν Μουσείων· 5 τεχνιτῶν· ἔδοξε τοῖς τεχνίταις τοῖς ἐξ Ἰσθµοῦ καὶ Νεµέας· ἐπειδὴ παραγενόµενος πρεσβευτὴς ῾Ιεροκλῆς παρὰ τῆς πόλεως Θεσπιέων καὶ τοῦ κοινοῦ τῶν Βοιωτῶν 10 ψηφίσµατά τε ἀπέδωκεν καὶ ἐπιστολήν, ἐν ἧι παρεκάλει τοὺς τεχνίταις, τῆς πόλεως τῶν Θεσπιέων προκεχειρισµένης τὸν ἀγῶνα 15 τὸν ἐν τῶι ᾽Ελικῶνι γινόµενον ταῖς Μούσαις στεφανίτην εἶναι τὸν θυµελικὸν τόν τε τῶν αὐλητῶν καὶ αὐλωιδῶν καὶ κιθαριστῶν καὶ κιθαρωιδῶν 20 καὶ ἐπῶν ποητῆι, καὶ ὃπως ἂν ὁ ἐνιαυτὸς µετατεθῆι, ἐν ὧι ὁ ἀγὼν γίνεται, καὶ συνπρεσβεύσωσιν περὶ τούτων οὗ ἂν παρακαλῆι ἡ πόλις τῶν Θεσπιέων, 25 καθὼς καὶ ἐν τοῖς ἔµπρος[θ]εν B [῾Ιεροκλῆς λόγους ἐποιήσατο ἀκολούθως] τοῖς ἐν ψηφίσµασι γεγραµµένοις, ἐπέδειξε δὲ καὶ τὰ ἐξ ἀρχῆς προγεγονότα φιλάνθρωπα τῆι πόλει τῶν Θεσπιέων πρὸς 5 τοὺς τεχνίτας καὶ τοῖς τεχνίταις πρὸς τὴν πόλιν τῶν Θεσπιέων· περὶ δ<ὴ> τούτων πάντων ἀγ[α]θῇ τύ[χ]ηι δεδόχθαι τοῖς τεχνίταις, ἐπαινέσαι µὲν τὴν 10 πόλιν τῶν Θεσπιέων καὶ τὸ κοινὸν τῶν Βοιωτῶν ἐπὶ τῆι φιλοτιµίαι, ἧι ἔχουσιν εἴς τε το ἱερὸν τῶν Μουσῶν καὶ τὸ κοινὸν τῶν τεχνιτῶν· ἀποκρίνασθαι δὲ αὐτοῖς, 15 ὅτι καὶ πρότερον οἱ τεχνῖται, κοινὸν ὑπολαµβάνοντες εἶναι τὸν ἀγῶνα τῶν Μουσῶν τῆι τε πόλει Θεσπιέων καὶ αὑτοῖς, τὴν πᾶσαν προθυµίαν 20 ἐνεδείξαντο καὶ συνθύοντες καὶ ἱερέα ἐξ αὑτῶν αἱρούµενοι καὶ θεωροὺς ἀποστέλλαντες καὶ ψηφίσµατα γράφοντες καὶ συµπρεσβεύοντες περὶ τοῦ 25 ἀγῶνος καὶ πρὸς τοὺς λοιποὺς ῞Ελληνας, καθὼς ἂν ἡ πόλις παρ[α]καλῆι τῶν Θεσπιέων· ἐµφανίζειν 1075 Véase cap. 6.2.2.2 (Los tecnitas del Istmo y de Nemea). 1076 Véase cap. 5.2.5 (Tespias 12, Tespias 13 y Tespias 14). 1077 Sobre la cronología hay disparidad de opiniones: JAMOT (1895: 346-349) sitúa la inscripción en 250 a.C.; HOLLEAUX (1897: 26-49), entre 215-203 a.C.; FEYEL (1942: 116-117) y los editores de IThesp. (156), entre 215-208 a.C.; KNOEPFLER (1996: 156-167) y LE GUEN (2001: vol. 1, 141), en el año 225 a.C.; MANIERI (2009: 357), entre los años 230-220 a.C. 315 χρόνοις, πράττωσι δὲ οἱ τε[χνῖ]ται καὶ ἐὰν ἄλλο [τ]ι χρήσιµον [ἢ ἔνδ]οξον [φαίνηται εἶν]αι ε[————] δὲ αὐτοῖς ὅτι καὶ νῦν πρῶτοι τὸν ἀγῶνα ταῖς Μούσαις στεφα[νί]την 30 ἀποδέχοντ[αι ———] La competición musical por coronas que se celebró en el teatro tuvo lugar por primera vez siendo el árbitro de los juegos Hierocles, Mnasión, el sacerdote de las Musas y Esquilo, el representante de los tecnitas; y las decisiones relativas a la competición de las Musas (fueron): De los tecnitas, les pareció bien a los tecnitas del Istmo y de Nemea: puesto que Hierocles estuvo presente como embajador de la ciudad de los tespieos y de la comunidad de los beocios, ha publicado un decreto votado y una orden en la que pedía a los tecnitas que, una vez estuviese preparada la ciudad de los tespieos, la competición musical del teatro que tiene lugar en el Helicón en honor de las Musas sea por coronas, la de los auletas, cantantes acompañados de aulós, la de los citaristas, cantantes acompañados de cítara y los versos épicos de poetas, que sea modificado el periodo en el que la competición tiene lugar, que forme parte conjuntamente de la embajada encargada de estas cosas aquel al que designe la ciudad de los tespieos como también en los años anteriores, y que los tecnitas hagan cualquier otra cosa que parezca ser provechosa o prestigiosa (…). (Hierocles habló de acuerdo) con lo que está escrito en el decreto votado y puso de manifiesto los actos previos de amistad que desde el principio se han producido tanto por parte de la ciudad de los tespieos hacia los tecnitas, como por parte de los tecnitas hacia la ciudad de los tespieos. Con respecto a todos esos asuntos, con buena fortuna, han decidido los tecnitas alabar la ciudad de los tespieos y la comunidad de los beocios por los honores que dispensan al santuario de las Musas y a la comunidad de los tecnitas, y que se separen de estos porque también fueron antes los tecnitas; entendiendo que la competición de las Musas es común a la ciudad de los tespieos y a ellos, han puesto de manifiesto su completa buena disposición haciendo sacrificios conjuntos, escogiendo un sacerdote de entre ellos, enviando delegados, dictando decretos votados y participando conjuntamente en las embajadas enviadas también al resto de los griegos que afectan a la competición, según lo pida la ciudad de los tespieos, y les han dado a conocer que también ahora serán los primeros en acoger la competición por coronas en honor de las Musas (…). La agrupación del Istmo y de Nemea aceptó el encargo de actuar en el festival de las Musas en Tespias. La asociación también se responsabilizaba de la coordinación de la fiesta. La ciudad envió a los artistas un embajador, Hierocles, responsable de comunicar el nuevo reglamento de los juegos promulgado por los tecnitas. Hierocles, además, era el árbitro de las competiciones, Mnasión, el sacerdote de las Musas, y Esquilo, el representante de los tecnitas. Dicho festival contaba con un importante agón θυμελικός, una competición musical, de canto, baile, de recital de poesía, que tenía lugar en el teatro de la ciudad1078. No cabe duda, en este caso, del torneo musical y poético (A, l. 18-21). El decreto presenta la reorganización de los Museia; una de las modificaciones principales que proponen los artistas del Istmo y de Nemea (y que queda aprobada) es que el agón 1078 El agón θυμελικός no hace alusión a las competiciones de obras teatrales, sino a toda competición musical (canto y danza) que se desarrollaba en el teatro. Vitrubio (5, 7, 2), al explicar los teatros griegos, dice: tragici et comici actores in scaena peragunt, reliqui autem artifices suas per orchestram praestant actiones; itaque ex eo scaenici et thymelici graece separatim nominantur: los actores trágicos y cómicos representan sus papeles en la escena, en cambio, los demás artistas actúan en medio de la orquesta; así, por ello, se llaman de manera distinta en Grecia, los escénicos (actores de escena) y los timélicos (músicos del teatro). 316 sea στεφανίτης, es decir, que el premio del vencedor consista en una corona1079. Las competiciones que se celebraban en los grandes santuarios se dividían, por lo general, en ἀγὼν στεφανίτης, competición en la que los vencedores recibían una corona, normalmente de oro, y ἀγὼν χρηματίτης, cuyo premio era dinero. La nueva propuesta se lleva a cabo con el fin de igualar estos juegos a los festivales más célebres de Grecia, en los que también se coronaba a los ganadores1080. Además del concurso en sí, los festivales también contaban con una parte sagrada, que en este caso vemos representada con el sacerdote de las Musas (A, l. 2-3) y con la mención de los sacrificios (B, l. 21). Para Le Guen es difícil entender este cambio, cuando se conocen las dificultades que suponía obtener una modificación sobre el estatus de una fiesta que, además, en ese momento desempeñaba un papel de seguridad importante en cuestiones de religión. Aunque, según la investigadora, también podría tratarse de un acuerdo al que se llegó con otras ciudades o entidades políticas con el fin de que las festividades alcanzaran notoriedad. Lo más probable es que los Museia fueran una reelaboración de los juegos antiguos cuya razón principal puede estar relacionada con la agitación que la Grecia continental estaba experimentando en ese momento1081. Concluye Le Guen, asimismo, que con este decreto es posible entender el papel determinante que los tecnitas tenían en los juegos de las ciudades1082. Para Manieri, hay dos aspectos del decreto que deben subrayarse, además de la reorganización de la fiesta: el primero, que los artistas recuerdan el compromiso profundo en el pasado en relación a los agones de las Musas, de los cuales son tan responsables ellos como la ciudad de Tespias; y segundo, que la ciudad solicita a los tecnitas un cambio en la periodicidad en la que se celebra la fiesta, lo que implícitamente atestigua una celebración regular del agón, seguramente anual, antes del presente decreto1083. 1079 No es el único texto que se refiere al proceso de cambio de no coronación a coronación en los agones musicales: Pausanias (6, 14, 10), por ejemplo, cuenta que Sácadas ganó en los juegos organizados por los Anfictiones cuando todavía no se adjudicaban coronas y que después consiguió dos victorias más por las que ya sí recibió coronas. 1080 JAMOT, 1895: 317. 1081 Sobre la agitación que la Grecia continental y la Liga Beocia estaban viviendo entre finales del siglo III a.C. y principios del II a.C. véase: cap. 1.1. 1082 LE GUEN, 2001: vol. 1, 145. 1083 MANIERI, 2009: 360. Para más información sobre los Museia véase: SCHACHTER, 1986: 170-171; CARUSO, 2016. Sobre la reorganización de los juegos: KNOEPFLER, 1996. Para saber más sobre este decreto véanse los comentarios de LE GUEN (2001: vol. 1, 144-146) y MANIERI (2009: 359-363). 317 Ya se ha abordado en otros capítulos la relación de Dioniso y las Musas1084. La asociación entre ambos es reiterativa y comprensible, teniendo en cuenta que la música, la danza y las artes escénicas en general relacionan al grupo de mujeres y al dios (recuérdense las inscripciones Tespias 3 y Tespias 4). Por ejemplo, las muchachas que forman el séquito de Dioniso y que tañen la flauta son llamadas φιλαύλους Μούσας (Musas amantes del aulós)1085. Dioniso también es el que las conduce o guía, al igual que Apolo y, además, comparte con ellas la genealogía naturalista y agreste, pues los santuarios de las Musas solían estar próximos a arroyos o corrientes de agua, hecho parecido a lo que rodeaba al dios, pues normalmente sus lugares predilectos se encontraban en ambientes ajardinados, boscosos o cavernosos1086. Asimismo, el simposio es otro aspecto que relaciona a las Musas y a Dioniso, como se puede leer en varios pasajes de Plutarco: por ejemplo, veíamos antes en el simposio celebrado durante las Agrionias la relación que el autor concedía a la elocuencia (personificada en las Musas) y a la bebida (el vino, cuyo máximo representante es Dioniso)1087. También, en otra parte en que Plutarco reflexiona sobre los tipos de olvido que provoca el vino le pide al interlocutor que lea los nuevos problemas que le envía para saber si los considera dignos de las Musas y de Dioniso1088: [...], ὡς ἄξιόν τινος σπουδῆς πεποιημένους ἔργον ἀναγράψασθαι λόγους παρὰ πότον γενομένους. [...] τρία μὲν ἢδη σοι πέπομφα τῶν βιβλίων, ἑκάστου δέκα προβλήματα περιέχοντος, [...], ἂν ταῦτα δόξῃ μὴ παντελῶς ἄμουσα μηδ᾽ ἀπροσδιόνυσ᾽ εἶναι. [...], que es una labor digna de esfuerzo conservar por escrito las conversaciones mantenidas durante la bebida. [...], y ya te llevo enviados tres libros con diez cuestiones cada uno [...], si crees que estas no carecen totalmente del encanto de las Musas y de Dioniso. En ambientes simposíacos, el dios aparece mencionado junto a las Musas pero también junto a las Ninfas, aludiendo a la conveniencia de compaginar en los banquetes la conversación (Musas) con el vino (Dioniso) y el agua (Ninfas)1089: ἂν μὲν γὰρ πλείονας ἔχῃ φιλολόγους τὸ συμπόσιον, [...], ἀφήσομεν αὐτοὺς μύθῳ φιλοσοφεῖν, οὐχ ἧττον ταῖς Μούσαις τὸν Διόνυσον ἢ ταῖς Νύμφαις κερανύντες, ἐκεῖναι μὲν γὰρ αὐτὸν τοῖς σώμασιν ἵλεων καὶ πρᾶον, αὗται δὲ ταῖς ψυχαῖς μειλίχιον. 1084 Véanse cap. 1.2.1, 2.3.5, 4.2.3.3, 5.2.5 y 6.2.2.2. Un estudio detallado de las Musas es: OTTO, 1981 [1955]. 1085 S. Ant. 965. 1086 Para más información véanse: GRIMAL, 1969: 317-330; CABRERA, 1998. 1087 Plu. Quaest. conv. 8, introd. 717A. 1088 Plu. Quaest. conv. 1, introd. 612E. 1089 Plu. Quaest. conv. 1, 1, 3. 613D. Véanse algunos pasajes analizados y comentados sobre la relación entre Dioniso, las Musas y las Ninfas en: JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2013b. 318 Pues en el caso de que el banquete acoja a una mayoría de aficionados a la dialéctica, […], les permitiremos persuadir con la palabra, no mezclando menos a Dioniso con las Musas que con las Ninfas, ya que aquellas lo hacen en su cuerpo alegre y templado, y estas, en su alma, sereno. Otros pasajes no plutarqueos también relacionan ambas divinidades en el simposio; por ejemplo, Antípatro dice de Anacreonte, en un epigrama en el que se burla de su pasión por los banquetes y el vino, que su vida únicamente ha sido una triple libación a las Musas, a Dioniso y a Eros, haciendo alusión al ambiente simposíaco en toda la composición1090. Frente al frenesí báquico propiciado por el dios, este grupo de mujeres se encuentra en un estado más sereno y reflexivo. Las Musas también son protectoras, y la calma y el reposo que las caracteriza pueden ser reclamados para escapar de una situación angustiosa con el fin de llegar al lugar idílico y tranquilo donde habitan. En Bacantes, por ejemplo, el coro pide a Dioniso huir a la morada de las Musas cuando se intuye la futura amenaza que causará tal desenlace en la tragedia1091. También son las causantes de que, por medio de la inspiración que infunden, las conversaciones elevadas de los banquetes protejan del salvajismo y de la locura que proporciona el vino, la bebida de Dioniso1092. En cuanto a la significación del concepto “Musas”, H. F. Bauza recoge la distinción que estableció Bie sobre las categorías que supone el término “musa”: primero y como sentido personificado, la Musa representa el ser divino; en segundo lugar, en sentido concreto puede ser entendida como canto, poesía o música; y por último, el sentido abstracto del término puede aludir a la inspiración, el entusiasmo o la facultad poética1093. Sin embargo, el estado permanente de las Musas no era siempre calmado y tranquilo; cuando había ambiente competitivo, también su ὕβρις podía despertarse. Precisamente un episodio mítico de la región que interesa, acontecido en la ciudad beocia de Coronea, cuenta que las sirenas, convencidas por Hera, compitieron con las Musas en canto, y como estas vencieron, les arrancaron a aquellas las alas, con las que se hicieron coronas1094. 1090 Anth. Pal. 7, 27, l. 9-10. 1091 E. Ba. 410-411. Véase también que en el pasaje de Plutarco Quaest. conv. 8, introd. 717A, Dioniso también se refugia en las Musas. 1092 Plu. Quaest. conv. 8, introd. 717A. 1093 OTTO, 1981 [1955]: 8 (introd. del traductor). 1094 Paus. 9, 34, 3. Sobre la relación entre las Musas y las sirenas véase: JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, 2012: 137-139. 319 7.3.2. Caritesias, las fiestas en honor de las Cárites celebradas en Orcómeno Las fiestas de las Cárites eran las Caritesias o la llamada “acción de gracias”. Aunque no hay demasiada información sobre estas, es probable que la función del festival fuera dar las gracias por determinados acontecimientos sucedidos en ese año, como las lluvias, y consecuentemente, las benefactoras cosechas. Se celebraban en la ciudad de Orcómeno y, además de un banquete, sabemos con seguridad que tenían lugar competiciones musicales, de poesía y teatro1095. Varios catálogos de vencedores en las Caritesias mencionan las diferentes categorías en las que los participantes podían competir; el buen estado de conservación de estas inscripciones ha permitido conocer en profundidad categorías y subcategorías1096: el κῆρυξ (heraldo), como anunciante; en música disputaban el σαλπιστής (trompetista), el κιθαριστής (citarista), el αὐλητής (auleta) –y dentro de esta faceta había ἄνδρας αὐλητής (auleta en un coro de hombres) y παῖδας αὐλητής (auleta en un coro de niños)–, el αὐλωιδός (cantante) y el κιθαρωιδός (citaredo); en poesía protagonizaban el agón el ῥαψωιδός (rapsodo) y el ποητής (poeta) –y en esta categoría, a su vez, estaban el ποητὴς ἐπῶν (poeta épico), el ποητὴς σατύρων (poeta de drama satírico), el ποιητὴς τραγωιδιῶν (poeta de tragedias), el ποιητὴς κωμωιδιῶν (poeta de comedias) y τὰ ἐπινίκια κωμωιδιῶν ποιητής (poeta cómico en el género de los epinicios)–; y en teatro destacaban los premios para el mejor ὑποκριτής (actor), ἄνδρας ἡγεμών (corego del coro de hombres), παῖδας ἡγεμών (corego del coro de niños), τραγωιδός (miembro de coro trágico) y κωμωιδός (miembro de coro cómico). El hecho de que algunas de estas categorías coincidan con las que se presentaban en los Museia hace pensar que la tipología de ambas festividades era muy similar. Que existía un agón no cabe duda, pues cabe recordar, además, en este punto la inscripción Orcómeno 2, en la que un posible benefactor de Orcómeno, árbitro en los juegos de las Caritesias, ofrendó a Dioniso el escenario y las puertas, probablemente del teatro de dicha ciudad: e- [῾Ο δῖνα τοῦ δῖνος ἀγωνοθετείσας τῶν] Χαριτεισίων τὸ λογῖον f- κ[ὴ θυρώµατα Διωνύσοι ἀνέθεικε]. Un tal, hijo de un tal, habiendo sido árbitro de las Caritesias, el escenario y las puertas ofrendó a Dioniso. 1095 En la actualidad, en la ciudad de Orcómeno se celebra un festival llamado Caritesias con eventos musicales y culturales en la plaza principal de la ciudad (para más información del antiguo culto de las Cárites en Orcómeno véase: ARAVANTINOS, BONANNO, KALLIGA y PISANI, 2016). 1096 IG 7, 3195, 3196 y 3197. 320 Las Cárites o Gracias también se relacionan con Dioniso. Concebidas como un trío1097, son las divinidades de la belleza y potencias de la vegetación, faceta que comparten con el dios. Eran, además, las inspiradoras de la palabra que brota desde lo profundo del alma1098, las responsables de que los humanos sean hábiles y brillen1099, características que también las conecta con las Musas; de hecho, ambos grupos femeninos aparecen como compañeras del Olimpo1100. Las Cárites despertaban alegría y, por ello, presidían los banquetes; de ahí que su vinculación con Dioniso se produjera fundamentalmente en contextos simposíacos, pues el vino invita al júbilo, a la amistad y a la belleza, estados que personifican ellas mismas1101. Píndaro confiesa que ningún dios es capaz de presidir danzas ni banquetes sin la presencia de estas muchachas1102. Como ocasión de una celebración, el poeta Paniasis dedica el primer trago a las Gracias, a las Horas y a Dioniso, y el segundo, a Afrodita y a Dioniso1103. Pausanias cuenta que en Olimpia había un altar común de Dioniso y las Gracias y, al lado, uno consagrado a las Musas y otro, a las Ninfas1104, una prueba más de la fuerte asociación entre el dios y estos grupos de mujeres. Sobre la relación de las Cárites con la región que nos atañe, Píndaro las llama “βασίλειαι Ὀρχομενοῦ” (las reinas de Orcómeno), las protectoras de la antigua raza minia1105. Pausanias, por su parte, cuenta que fue un beocio el que estableció que fueran tres, así como el primero en rendirles culto1106; declara, además, que en su época todavía ofrendaban imágenes de estas tres divinidades1107, y que en la ciudad de Orcómeno había un santuario de Dioniso y otro, más antiguo, de las Cárites, que no debían distar demasiado el uno del otro1108. Por su parte, Servio, el comentarista virgiliano, considera a las Gracias ἄκιδας, las que se bañan en la fuente Acidalia de Orcómeno, hijas de Dioniso1109. 1097 Los beocios dicen que Eteocles de Orcómeno fue el primer hombre en establecer que había tres Cárites y también en hacerles sacrificios (Paus. 9, 35, 1). OTTO (1981 [1955]: 13 [introd. del traductor]) interpreta que la división tripartita responde a que las muchachas representan las tres partes tradicionales del arte del aedo: la invención, la memoria y el canto. 1098 Pi. N. 4, 6-8 y 9, 54-55. 1099 Pi. O. 14, 7. 1100 Hes. Th. 53-64; Ar. Au. 781-782. 1101 MARTÍN-HERNÁNDEZ, 2013: 213-214. 1102 Pi. O. 14, 8-9. 1103 Ath. Epit. 2, 36D (2, 3 Kaibel). 1104 Paus. 5, 14, 10. 1105 Pi. O. 14, 3-4. 1106 Paus. 9, 35, 1 y 3. 1107 Paus. 9, 34, 2. 1108 Paus. 9, 38, 1. 1109 Seru. Aen. 1, 720. 321 7.4. Conclusiones Tras el estudio de la documentación, se ha podido comprobar que el panorama de festividades en honor de Dioniso, o relacionadas con él, en la región de Beocia es rico y variado. Las Agrionias fueron una importante fiesta beocia dionisíaca que se celebraba durante la noche con las mujeres como protagonistas. La representación de la huida y persecución debió de ser un aspecto relevante que dotaba a la fiesta de personalidad, aunque en cada ciudad se hacía de una manera distinta. Es una fiesta que, a mi modo de ver, recoge perfectamente la naturaleza cambiante y polifacética de Dioniso: según el testimonio de Plutarco, parece que había tensión e, incluso, agresividad (huidas y persecuciones), pero también, diálogo y sensatez (representada por el papel de las Musas); el festejo llamaba al movimiento, al dinamismo y a la locura frente a la serenidad de la conversación del banquete; había peligro (una muerte accidental, incluso), pero también la fiesta significaba salvación, luz, renovación, recogida de las cosechas. Se celebraba anualmente, aunque hay autores que le asignan la periodicidad trietérica debido a la inscripción Delfos 1, que menciona las fiestas trietéricas de Dioniso en Tebas. Sin embargo, es muy probable que no se tratara de la misma fiesta, aunque hay que tener en cuenta, por otro lado, el fuerte sincretismo que existió entre los términos de las variadas fiestas dionisíacas. Al igual que otras festividades, es probable que las Agrionias estuvieran formadas por una ceremonia y unos juegos o certámenes (no sabemos si la huida y persecución famosas serían una representación preparada de carácter ceremonial o, en cambio, parte de un agón en el que las mujeres debían competir). Las Dionisias, por el contrario, eran una fiesta cívica que se realizaba en la ciudad y a plena luz del día. El procedimiento y transcurso de las Grandes Dionisias atenienses ya se conoce, pero con el estudio de las inscripciones beocias ha sido posible comprobar cómo eran las de esta área: los epígrafes Queronea 1 y Queronea 2 revelan que la fiesta se componía también de una parte ceremoniosa y más solemne, y otra lúdica y con representaciones en el teatro de la ciudad donde se celebraba. Las Dionisias debieron de ser tan esplendorosas que, durante el periodo de dominación romana, la fiesta griega mantuvo su nombre pero con añadidos de terminología latina. Así, por un lado se hacía propaganda del culto del emperador y por otro se otorgaba a la fiesta personalidad romana, como es posible ver en Tebas 13. 322 Las Agrionias y las Dionisias fueron las fiestas dionisíacas más celebradas e importantes de toda Beocia. Las primeras procedían de Beocia y de Argos, mientras que las segundas de Atenas. Además de las diferencias notables en cuanto a aspectos temáticos y técnicos, en las Agrionias parece que cobraron verdadera importancia los agones, el certamen musical (como definió Hesiquio) y, aunque en las Dionisias también los hubo, probablemente las representaciones teatrales caracterizaran este evento. Asimismo, llegó un momento en época romana en que las dos festividades se solaparon, quizás las Agrionias abarcaron las Dionisias, dando lugar a las Dionisias-Heracleas. Este suceso fue reiterativo en varios festivales griegos (no solo de Beocia) durante el periodo de dominación romana. Las Nictelias comparten con las Agrionias la faceta nocturna de la fiesta y el misterio, según narra Plutarco. Creo, además, que debieron de ser semejantes porque en las Agrionias tenía lugar una huida con su respectiva persecución, y en las Nictelias, una ceremonia de despedazamiento. Dadas las coincidencias que los dos festejos presentan y teniendo en cuenta que la celebración de las Agrionias en Tanagra es dudosa, me inclino a pensar que en esta ciudad beocia las fiestas que realmente triunfaron fueron las Nictelias, y que probablemente fueron una variante local de las Agrionias. Por su parte, las Teodesias y las Λύσιοι τελεταί fueron fiestas menores. Las primeras, de periodicidad bienal, fueron celebradas mayoritariamente en islas del Egeo y excepcionalmente en la Península, en Beocia, en concreto en Haliarto. En cuanto al ritual, el simbolismo que se desprende del elemento acuático de la fuente, del vino y de los sacrificios que se hacían a las Ninfas antes de su matrimonio relaciona esta fiesta con aspectos mistéricos del culto dionisíaco. De la misma manera, las Λύσιοι τελεταί, unas ceremonias exclusivas de Tebas, también comprendían una vinculación con la iniciación a los misterios por medio de la matanza y la liberación que encarnó Dioniso Lisio. Por tanto, es notable que las fiestas menores estaban asociadas a esta faceta más oscura del dios, los ritos mistéricos, mientras que las de celebración regulada estaban destinadas generalmente a toda la población o a un grupo mayoritario, y no a un conjunto concreto de iniciados y/o seguidores. Los Museia y las Caritesias no fueron fiestas dionisíacas pero sí estuvieron estrechamente relacionadas con el dios. Dioniso comparte con las Musas y las Cárites el ambiente musical, de danza y simposíaco, pero también el de reflexión y calma (motivo por el cual estas fiestas están asociadas, asimismo, a Apolo). Precisamente, las características innatas de estos grupos de mujeres las acercan más a la concepción 323 apolínea que a la dionisíaca, pero la ambivalencia de Dioniso –aunque parezca contradictorio– casa también con ellas; sin duda las fuentes literarias y epigráficas otorgan a esta relación un papel nada secundario que, además, se ha reflejado en la mitología y en la vida real por medio de los festivales de las Musas, los Museia, y de las Cárites, las Caritesias. Ambos contaron con competiciones musicales de gran renombre y fama (los Museia, en Tespias; las Caritesias, en Orcómeno). La epigrafía revela que estos juegos debieron de ser muy parecidos a las competiciones celebradas durante las Agrionias: si consideramos que las inscripciones procedentes de Orcómeno (Orcómeno 1, Orcómeno 3.1 a Orcómeno 3.20) pertenecen a las Agrionias, las categorías competitivas presentadas son muy similares a las que se ofrecían en los Museia (Tespias 12 y Tespias 13), de manera que los juegos en honor de las Musas y las fiestas de Dioniso tenían cierta relación temática. No olvidemos, además, como muestra Tespias 14, que este importante testimonio da a conocer el papel determinante que supusieron unos juegos no dionisíacos preparados por una asociación dionisíaca. Para finalizar y comprender mejor el panorama de festividades dionisíacas beocias, es preciso ahondar en la variada distribución de las fiestas, pues estas aparecen en diferentes focos, no todas se concentran en la misma ciudad. Dada su cercanía al Ática, podría esperarse que los beocios se acercaran a la región vecina a celebrar junto a los atenienses los festejos de Dioniso. Sin embargo, como seña de identidad, era habitual que cada región celebrara sus fiestas. También los beocios tuvieron las suyas propias: imitaron en algunos casos las celebraciones de sus vecinos atenienses y en otros dejaron a la posteridad sus creaciones cultuales. Probablemente, uno de los principales factores que influyó en el ansia de identidad propia fueron los continuos problemas de demarcación y frontera que vivieron ambas regiones, el Ática y Beocia. Los beocios imitaron las fiestas áticas de Dioniso, como las Grandes Dionisias, adoptándolas y adaptándolas a sus gustos y necesidades, y acogieron otras celebradas en diferentes zonas del mundo griego, como las Agrionias y las Teodesias, y también crearon las suyas propias, como las Nictelias y las Λύσιοι τελεταί. El siguiente mapa punteado por ciudades marca las fiestas dionisíacas o relacionadas con Dioniso que se celebraron en la región, atendiendo a los testimonios (verídicos y dudosos) comentados a lo largo de este capítulo: 324 Se puede apreciar una gran variedad de fiestas en honor de Dioniso (o relacionadas con su culto) en Beocia, una región pequeña, pues recordemos que no supera los 3500 km2. Las fiestas que se han podido documentar gracias a las fuentes literarias y epigráficas se distribuyen por las siete ciudades beocias más grandes y con más relevancia durante la Antigüedad: Haliarto, Lebadea, Orcómeno, Queronea, Tanagra, Tebas y Tespias, aunque esto no quiere decir que en otras ciudades importantes donde también existen inscripciones que atestiguan el culto de Dioniso, como por ejemplo Tisbe, no se celebraran festivales en honor del dios. Van a la cabeza, sin lugar a dudas, las Agrionias y las Dionisias, completamente extendidas por el espacio reservado para la región, mientras que otras fiestas dionisíacas, como las Nictelias, las Teodesias, las Λύσιοι τελεταί (y de las relacionadas con Dioniso, los Museia y las Caritesias) permanecen en una sola ciudad beocia. 325 Conclusiones generales 326 327 8. CONCLUSIONES GENERALES 8.1. El Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum El corpus que se presenta en este trabajo, Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum, es la primera recopilación de inscripciones que documentan el culto de Dioniso en la región de Beocia desde el periodo arcaico hasta la época imperial tardía. Habida cuenta de que los epígrafes se encuentran dispersos en diversos corpus y ediciones epigráficos generales, resulta provechoso contar con compilaciones que acoten la temática, en este caso, el culto dionisíaco, y el área, Beocia, y así facilitar el material para futuros estudios relacionados. Aunque los epígrafes que componen el Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum no son inabarcables en número (no superan la centena), merecen un estudio particular, en sí mismos, y colectivo, en correlación con otros textos similares de la misma zona u otras, por la información relevante que transmiten sobre el culto de Dioniso. El corpus se compone de un total de 64 documentos epigráficos que proceden de las siguientes ciudades: Ciudad de Beocia Nº de inscripciones Lebadea 3 Orcómeno 22 Queronea 2 Tanagra 3 Tebas 13 Tespias 16 Tisbe 2 • Más 3 decretos no hallados en Beocia pero importantes para el estudio del culto del dios en la región. Parece, por el número de epígrafes, que las ciudades de Orcómeno, Tebas y Tespias fueron los centros neurálgicos en los que probablemente se desarrolló de manera más fastuosa el culto de Dioniso y, como consecuencia, se han conservado más inscripciones con respecto a otras ciudades. Sin embargo, tras haber hecho un exhaustivo recorrido por las fuentes clásicas, Tebas –principalmente–, Tanagra, Tespias y Lebadea fueron las 328 ciudades beocias más importantes en época antigua desde un punto de vista histórico- religioso. Específicamente en el culto dionisíaco, Orcómeno, Tebas y Tanagra, según los autores, podrían considerarse las más destacadas en cuanto a número de historias y construcciones relacionadas con el dios ofrecen. De manera que, al poner estos datos en correlación con los epígrafes, destaca el bajo número de inscripciones de la ciudad de Tanagra; por el contrario, los textos tespieos son más de los esperados; en el caso de Lebadea, no resulta tan significativo el reducido número de documentos epigráficos relacionados con Dioniso, puesto que el principal culto que se puso en práctica en esa ciudad fue el de Trofonio; y en Queronea y Tisbe, que hay escasos testimonios, no extraña la baja afluencia. En cuanto a la tipología de las inscripciones que ofrecen información sobre el culto de Dioniso, el corpus presenta variedad, pues se compone de: dedicatorias (votivas y epitafios), límites de propiedad, catálogos agonísticos, cláusula de protección, carta y decretos. Veamos la distribución por ciudades beocias: Dedicatorias votivas Epitafios Límites de propiedad Catálogos agonísticos Cláusulas de protección Cartas Lebadea 3 Orcómeno 22 Queronea 1 1 Tanagra 1 2 Tebas 9 1 1 1 1 Tespias 10 4 2 Tisbe 2 • Más los 3 decretos no hallados en Beocia. Lebadea cuenta únicamente con tres dedicatorias, Orcómeno, con veintidós dedicatorias, Queronea tiene una dedicatoria y una cláusula de protección, y Tanagra, tres dedicatorias (una votiva y dos epitafios). Tebas es la ciudad que presenta mayor variedad en cuanto a tipología de inscripciones se refiere: diez dedicatorias (nueve votivas y un epitafio), un límite de propiedad, un catálogo agonístico y una carta. A Tespias le corresponden diez dedicatorias, cuatro límites de propiedad y dos catálogos agonísticos, y a Tisbe, dos dedicatorias. A esta lista deben sumarse los tres decretos. De modo que Tebas y Tespias son las ciudades que más tipos de inscripciones presentan, lo que indica 329 un mayor desarrollo del culto de Dioniso en distintos ámbitos. Otras zonas, como Orcómeno, que presentan numerosos testimonios pero de un solo tipo, revelan más bien una concentración de fieles o seguidores del dios para llevar a cabo una actividad concreta del culto. Por otro lado, no cabe duda de que la dedicatoria votiva fue la forma de expresión en soporte duro más utilizada en Beocia en época antigua. A esta le sigue el límite de propiedad, de tierra sagrada de Dioniso, lo que denota la importancia de marcar y territorializar el área de culto. A continuación, la celebración de fiestas fue también un punto significativo que se reflejó por escrito: los catálogos agonísticos detallan los participantes individuales y grupales tanto de las ceremonias como de la parte lúdica, así como funcionarios y personal dedicado a la organización y administración y competidores; los decretos, por su parte, detallan las reglas y los acuerdos a los que se llegaron para la óptima celebración de las fiestas, incluido el papel que desempeñaban los expertos que la hacían posible, los tecnitas. Por último, la cláusula de protección y la carta cuentan un acontecimiento concreto enmarcado en un momento histórico, lo que les confiere cierto carácter individual y personal. Esta es la causa seguramente del bajo número de epígrafes de los dos tipos, pues al ser de ámbito público se podrían esperar más textos de ambos. Resumiendo, de las 64 inscripciones que conforman el Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum, 51 son dedicatorias (48 dedicatorias votivas y tres epitafios), cinco son límites de propiedad, tres son catálogos agonísticos, hay una cláusula de protección, una carta y tres decretos. Veamos el siguiente gráfico expresado en porcentajes: 75% 5% 8% 5% 5% 1% 1% Tipos de inscripciones Dedicatorias votivas Epitafios Límites de propiedad Catálogos agonísticos Decretos Cláusula de protección Carta 330 8.2. El culto de Dioniso en Beocia por épocas históricas Otra de las ventajas que ofrece un corpus de textos epigráficos, además de presentar la información que aportan por sí mismas las inscripciones, es que posibilita encuadrar el objeto de estudio en los diferentes momentos históricos y llevar a cabo análisis e investigaciones según la cronología de los epígrafes. De época arcaica conservamos Tebas 1 (506 a.C.), un epigrama referido a la guerra entre beocios y atenienses. Es necesario aludir a la hegemonía de la que gozaba la ciudad de Tebas en este periodo preclásico, pues actuaba como un estado independiente frente al resto de beocios. En este momento algunas ciudades beocias todavía estaban componiéndose y otras no pertenecían aún a la región. Es una época de guerras y luchas de poder, de disputas y revueltas en las que la obtención de territorio tenía un papel protagonista. Es también el momento de formación de la Liga Beocia para hacer frente al conflicto entre tebanos y atenienses (y plateenses, beocios en cuanto a la geografía pero aliados de Atenas). Por otra parte, conviene comentar la escasez de testimonios epigráficos sobre culto dionisíaco desde época arcaica hasta el periodo clásico en el mundo griego. Quizás la propia naturaleza del soporte (la piedra), la limitación de espacio que esta supone y la técnica todavía no perfeccionada son factores que seguramente influyeron en el bajo número de documentos. Además, la piedra no parece ser el mejor soporte para contar mitos e historias; ello está reservado a los papiros y los vasos. Por tanto, teniendo en cuenta todas estas circunstancias y dado el momento histórico en el que nos encontramos, es lógico que la inscripción conservada de esta época relacionada con Dioniso pertenezca a un contexto bélico. Entre el final del periodo arcaico y principio del clásico se encuentra Tanagra 1. Fechada entre los siglos VI-V a.C. (aunque algunos editores la sitúan en 350 a.C.), es la dedicatoria votiva realizada a Dioniso por un particular más antigua que se conserva. En esta época empieza a desarrollarse la costumbre de dejar por escrito, de manera explícita, el texto dedicatorio: se exterioriza la información pertinente que después pasará a ser la fórmula habitual de las dedicatorias votivas, es decir, nombre del dedicante, patronímico y dios homenajeado. Ya en el clasicismo pleno se sitúa Tisbe 1 (siglos V y IV a.C.). Es también una dedicatoria; sin embargo, en esta se notan los rasgos propios del periodo clásico. La profusión de santuarios y zonas sagradas en el Ática y alrededores fue un punto fuerte de este momento en el que, además, cada región y ciudad empezó a desarrollar 331 particularidades cultuales. A esto hay que sumarle que en este periodo predomina la búsqueda de la perfección en cualquier manifestación artística y relacionada con el culto divino. Así, en la presente dedicatoria a Dioniso vemos, por un lado, que la fórmula votiva se ha perfeccionado con la inclusión de motivos relativos con el dedicante y con la causa de la ofrenda, y por otro, que se ha refinado, al haber sido creada en verso. A la época helenística y comienzos del periodo imperial pertenecen la mayoría de inscripciones. Durante el helenismo, el foco de atención se centra en el rey. Hay un culto al rey que había comenzado con Alejandro Magno y una aristocracia creada por el propio monarca. El sistema de divinización se torna más político que religioso y la deificación de reyes, aristócratas y evergetas de las ciudades empieza a proliferar; sobre esto tenemos el ejemplo del dios Toro presentado en Tespias 5. Además, la monarquía y las élites participan del embellecimiento y engrandecimiento de las ciudades siendo, incluso, las responsables de la construcción o restauración de edificios públicos (se sabe que a partir del siglo III a.C. comenzó una campaña de renovación de templos en varias ciudades beocias). Se señalizan los lugares de culto y, asimismo, se manifiesta quién es el encargado de consagrar el perímetro de tierra sagrada; en Beocia sabemos que este fenómeno se dio en Tebas (Tebas 11) y Tespias (Tespias 11.1, 11.2, 11.3 y 11.4). Se apuesta, incluso, por la ornamentación de estas zonas de culto: recordemos el caso del Helicón, cuyo programa iconográfico acompañado de los versos del poeta Honesto fue un conjunto admirado en la Antigüedad (Tespias 3 y Tespias 4). Se multiplica la construcción de teatros y odeones, y a veces los benefactores o evergetas donan y ofrendan partes importantes de dichas obras, como hemos podido ver en Orcómeno 1, Orcómeno 2, Orcómeno 3.3 y probablemente en Queronea 2, que, aunque desconocemos su cronología, seguramente pertenezca a este periodo. Empieza, por tanto, a sobresalir la personalidad y el detalle de cada población, polis, ciudad y región. Este incremento de inversión en obras públicas favorece, a su vez, la celebración de fiestas en las que el teatro y el odeón adquieren notabilidad. Por supuesto, los agones dionisíacos de Beocia tienen aquí cabida, como hemos visto en Orcómeno (Orcómeno 3.1 a Orcómeno 3.20); también se celebraron otras fiestas en honor de Dioniso, como las Agrionias (Tebas 12), así como otros juegos no dionisíacos pero relacionados con el dios, los Museia (Tespias 12 y Tespias 13). Además, la profesionalización del culto conlleva, por un lado, la aparición de grupos de seguidores de Dioniso que terminan institucionalizándose, como los Dionisiastas (Tanagra 2 y Tanagra 3), y de profesionales contratados, los tecnitas (Tebas 6, Tebas 7, Tebas 8 y Tebas 9); y por otro 332 lado supone también el surgimiento de leyes y disposiciones que regulan y legislan el funcionamiento de los festivales y de normas para todos aquellos que en él participan, como hemos observado en los decretos Tespias 14, Delfos 1 y Delos 1, y de cláusulas de protección para favorecer la consagración de ofrendas (Queronea 1). Asimismo, hay un sentimiento de unidad, de pertenencia al mismo lugar, y de querer compartirlo, como sucedía en Tespias 7 (“el pueblo de Tespias”), aunque por supuesto también sigue teniendo relevancia la dedicatoria votiva personal, de carácter más individual (Lebadea 1, Tespias 1, Tespias 2, Tespias 6 y Tespias 8, y probablemente también pertenezcan a este grupo Tebas 3, Tebas 4 y Tebas 5, aunque se desconoce su cronología). En el periodo imperial se mantienen estos rasgos relativos a las dedicatorias votivas, tanto las que muestran un ofrecimiento conjunto del pueblo beocio (Tespias 10), como los homenajes individualizados (Tebas 2 y Tespias 9). Pero también la imperiosa llegada del pueblo romano a la región se hace visible y se reivindica, por supuesto, en los textos epigráficos: Tisbe 2 es una dedicatoria del periodo julio-claudio en la que la representación romana es notable por medio de los nombres del matrimonio dedicante; Tebas 10 es la carta que redactó un cónsul romano a los tecnitas de Dioniso; y Tebas 13 presenta una fiesta de origen griego, las Dionisias, que se ven superadas por el sentimiento romano y pasan a convertirse en Dionisias Cesareas Erotideas Romanas. En época tardía, sobresale el hecho de que el culto de Dioniso siguiera vigente y con una presencia tan fuerte en Beocia. Lebadea 2 muestra, además de rasgos romanos, la existencia de asociaciones dionisíacas, como el Baquion, y sacerdotes de dioses paganos. Por su parte, Lebadea 3 también testimonia el culto de Dioniso y, en esta ocasión, sin detalles que aludan a la romanización. 8.3. El culto de Dioniso por ciudades beocias A lo largo del trabajo se han estudiado diferentes aspectos del culto de Dioniso relativos a todo el territorio beocio y, cuando ha sido posible, concernientes a ciudades concretas. Ya hemos visto que Orcómeno, Tebas y Tespias son las ciudades que mayor número de inscripciones presentan, pero eso no significa que sean las únicas que ofrecen datos relevantes sobre el culto del dios. Además, de otras, como Lebadea, Tanagra y Tisbe, tenemos información de un periodo de tiempo más amplio, lo que permite conocer aspectos de diferentes momentos de la historia que distan varios siglos entre sí. A 333 continuación, paso a tratar de manera individual aquellas ciudades beocias que atestiguan algún aspecto sobre el culto de Dioniso, analizando primero las que conservan textos epigráficos (es decir, las ciudades protagonistas del corpus) y, en segundo lugar, aquellas que ofrecen datos del culto del dios en las fuentes literarias. La ciudad de Lebadea es la única de la región que documenta el epíteto Eustáfilo (“el de buen racimo”) para el dios. El adjetivo conecta con la faceta natural y agreste que caracteriza a Dioniso, benefactor en el ámbito agrícola (Lebadea 3). Además, en esta ciudad lo dionisíaco se relaciona con el oráculo de Trofonio (Lebadea 2 y Lebadea 3), un medio de adivinación de carácter ctónico a disposición no solo de los habitantes de Lebadea, sino de aquellos venidos desde otras zonas de Grecia, pues tuvo fama y gran acogida en la Antigüedad. De hecho, Lebadea destaca en las fuentes literarias fundamentalmente por poseer el oráculo; probablemente se debió a sus rasgos geológicos, pues tiene zonas cavernosas y con grutas, contexto perfecto para acoger este tipo de actividad. Esta fisionomía característica de Lebadea se manifiesta en lo relacionado con el oráculo y también con el culto de Dioniso: uno de los gremios vinculados al dios en la ciudad son los canteros (Lebadea 2), ya que Dioniso fue el patrono de la compañía de trabajadores. La presencia de este colectivo se explica probablemente por la importancia que tuvo la piedra local, caliza de color gris azulado, conocida con el nombre de “mármol de Lebadea”, que además seguramente guardara relación, a su vez, con la cueva del oráculo de Trofonio. También, la existencia de un Baquion en esta ciudad es otra prueba de la existencia del culto de Dioniso, y cabe destacar igualmente que es la única población beocia donde está atestiguado. La asociación entre la geología de Lebadea y la gruta donde se llevaría a cabo el oráculo de Trofonio, la existencia de un sacerdote de Zeus Trofonio también arconte de la asociación religiosa del Baquion y los canteros como seguidores de Dioniso son un conjunto de aspectos reales que, interrelacionados, se desarrollaron durante un determinado momento en Lebadea y documentan el culto del dios. En este mismo ambiente se sitúan las Ninfas y Pan, personajes divinos a los que también se dedicaron ofrendas en la propia piedra y a la entrada de una cueva, junto a nuestro dios protagonista, en esta ciudad (Lebadea 1). Por otra parte, también está atestiguado en Lebadea el mes Agrionio, lo que podría traducirse en que allí se celebraban las Agrionias, seguramente, con particularidades locales relacionadas con el carácter agreste de Dioniso. En resumen, Lebadea es la ciudad que mejor conecta con el dios en su ámbito naturalista. Debido a la geología de la propia zona, el culto del dios estuvo relacionado con el mundo cavernoso, la cueva de Trofonio, los trabajadores de la piedra 334 y el ambiente de las Ninfas y Pan. También a Dioniso se le otorgó el epíteto Eustáfilo, conectado con el entorno vegetal. En lo que se refiere al culto dionisíaco, fue, en suma, una ciudad original y con rasgos propios documentados únicamente en esta parte de Beocia. Orcómeno es la ciudad cuyas inscripciones presentan mayor variabilidad de formas dialectales del teónimo Dioniso. Sin embargo, este punto sobre las menciones del dios contrasta con el hecho de que no hay epítetos de Dioniso documentados en esta ciudad. Las veintidós inscripciones dionisíacas orcomenias son dedicatorias votivas. Orcómeno es la población beocia que conserva el mayor catálogo de consagraciones con trípode en honor de Dioniso (Orcómeno 3.1 a Orcómeno 3.20): son un reconocimiento, el premio que se entregaba a los ganadores del certamen musical en una festividad dionisíaca. Esto demuestra que la música era un aspecto relevante en los agones celebrados en honor de Dioniso de esta ciudad. Todas las inscripciones conservadas proceden del teatro o de sus inmediaciones, lo que pone de manifiesto que esta construcción acogió dichos eventos y que seguramente fue un punto significativo de la localidad. Por su parte, los textos en sí han enriquecido la onomástica beocia y el conocimiento de los catálogos corégicos y de las dedicatorias a Dioniso relativas a concursos. También en Orcómeno tiene relevancia la figura del agonoteta (Orcómeno 1 y Orcómeno 2), miembro imprescindible en la competición, destacado entre los ciudadanos y normalmente perteneciente a la clase alta. En cuanto a las fiestas dionisíacas celebradas en la ciudad, destacan las Agrionias, bien atestiguadas, y quizás las Dionisias, aunque la celebración de estas últimas no se puede confirmar; y de las no dionisíacas pero relacionadas con Dioniso, sobresalen las Caritesias. El desarrollo de las Agrionias se conoce gracias a Plutarco, quien relata que en su transcurso había una persecución por parte de un sacerdote de Dioniso a las orcomenias y que estas huían, imitando a las miníades del mito. No obstante, cuenta también un hecho fortuito y aislado, el asesinato de una de estas mujeres a manos de un sacerdote de Dioniso, lo que ha supuesto que el festival también sea considerado un ritual sobre la muerte y un simulacro de purificación. Sea como fuere, no cabe duda de que la presencia de la mujer fue importante en el culto de Dioniso de algunas ciudades beocias. Dada la notoriedad e importancia de esta fiesta dionisíaca en Orcómeno, se han relacionado las inscripciones Orcómeno 1 y Orcómeno 3.1 a Orcómeno 3.20 con las competiciones musicales que tenían lugar durante las Agrionias. Con respecto a las Dionisias, no existen –hasta el momento– testimonios epigráficos claros que confirmen la presencia de estas fiestas en la ciudad, aunque puede que se celebrasen, no a la manera 335 grandilocuente de Atenas sino más bien por medio de pequeñas representaciones teatrales locales. Por último, las Caritesias sí están documentadas en Orcómeno (Orcómeno 2), y en ellas había un banquete, agones musicales, de poesía y teatro. Puede inferirse, por tanto, que Orcómeno fue una esplendorosa ciudad beocia cuyos habitantes practicaron el culto de Dioniso, y lo hicieron de manera particular (local) y panhelénica. En este desarrollo del culto participaron profesionales de la ceremonia (sacerdotes), grupos de fieles (destacan las mujeres), personalidades ilustres de la ciudad con labores en las competiciones festivas (agonotetas) y un sinfín de competidores que rivalizaban en música y poesía. En cuanto a Queronea, tampoco se documentan epítetos de Dioniso en esta localidad, lo que no significa que fuera menos importante que el resto de ciudades beocias en lo que respecta al culto del dios: uno de los aspectos más destacados que aporta esta zona es la presencia de sacerdotes de Dioniso; es más, es de las pocas ciudades beocias que ofrece un testimonio claro sobre estos funcionarios del rito dionisíaco (Queronea 1). Se sabe que durante las ceremonias religiosas en honor de este dios era necesaria la participación de diferentes sacerdotes (uno, el que estaba al mando, y otro, el sacerdote del dios en particular) y de otros oficiantes, como el portador del liknon y esclavos o asistentes encargados de custodiar las ofrendas. Por la parte que corresponde al juego, queda clara también la figura del agonoteta en las competiciones relativas a fiestas dionisíacas; este, una vez más, era benefactor de la ciudad y tenía una buena posición económica, pues podía encargarse incluso de la mejora del mismo teatro (Queronea 2). Es Queronea, por tanto, una de las ciudades donde mejor se reflejan las diferentes partes de la fiesta dionisíaca: la parte ceremonial, más solemne (Queronea 1), y la parte lúdica y de competición (Queronea 2). Con respecto a las fiestas de Dioniso que acogió la ciudad, están documentadas las Agrionias y las Dionisias. Las primeras se relacionan con un pasaje de Plutarco en el que las Musas tienen un papel relevante como protectoras del dios (de nuevo, la presencia de grupos femeninos es importante). Ante la razón, la inspiración y el arte de la palabra, lo cruel y la brutalidad de las persecuciones pasan a un segundo plano. A diferencia de las Agrionias de Orcómeno, en las de Queronea destaca el descontrol controlado, es decir, dentro de unos límites. Más allá de las anécdotas literarias, hay constancia del mes Agrionio en un documento epigráfico, lo que probablemente confirme la celebración real de la fiesta. Sobre las Dionisias de Queronea no se conocen detalles, solo que existieron casi con seguridad en esta ciudad (Queronea 2). La referencia del teatro pone de manifiesto la presencia de una construcción en honor 336 de Dioniso y, por ende, de representaciones teatrales y certámenes dionisíacos de música, de recital de poesía y de baile. Todo ello tiene vinculación directa con la celebración de las Dionisias. Hay constancia de que el culto de Dioniso en Tanagra se desarrolló desde época muy temprana (Tanagra 1). En esta ciudad se rindió culto a Dioniso Nictelio, “nocturno”, un epíteto que relaciona el ámbito dionisíaco con la noche, la oscuridad, incluso con el misterio y el Más Allá. Precisamente, de Tanagra proceden las inscripciones relacionadas con la muerte: es la ciudad que presenta mayor número de epitafios vinculados a Dioniso. Los Dionisiastas fueron los encargados de dar sepultura a uno de sus miembros probablemente (Tanagra 2) y, también, este grupo junto con los viñadores enterraron a otro individuo (Tanagra 3). Además de la relación entre el contexto funerario y el ámbito dionisíaco, Tanagra destaca por ser la ciudad con el mayor número de referencias de asociaciones: de las relacionadas con Dioniso, los Dionisiastas protagonizan las agrupaciones religiosas, y los viñadores, las profesionales. La relación de este gremio de trabajadores con el dios no es extraña porque, primero, la vid es la planta por excelencia de Dioniso, uno de sus atributos iconográficos y un elemento importante, junto con el vino, en las fiestas dionisíacas; además, ya desde el siglo IV a.C., la región de Beocia se caracterizó por ser rica en viñedos y producir los mejores vinos; y por último, la vid, en época antigua, tuvo cierta conexión con la muerte, idea que vuelve a poner en relación a Dioniso y el mundo de los muertos. Por otro lado, la simbiosis de una asociación puramente religiosa (los Dionisiastas) y una profesional, más técnica (los viñadores) es significativa porque confirma que, al menos en Tanagra, diferentes grupos y especialidades podían unirse para cumplir un fin concreto en el culto de Dioniso. Es probable que en esta ciudad la organización e intendencia en lo relativo a la religiosidad se siguiera de manera precisa y minuciosa, pues aparte del hecho anterior en que dos agrupaciones distintas podían asociarse para obtener un mejor resultado, recordemos que Pausanias elogia a los tanagrenses por ser los más organizados en las prácticas de culto de los dioses. Por su parte, las mujeres locales también desempeñaron un papel importante en las fiestas de Dioniso y en su preparación, pues es destacable el rito de purificación que seguían para poder acudir a las ceremonias. A propósito de las fiestas dionisíacas, en Tanagra se celebraron quizás las Agrionias y con seguridad las Nictelias, un festejo vinculado al epíteto explicado líneas más arriba. Las Nictelias compartían con las Agrionias la nocturnidad y el misterio. Es probable, además, teniendo en cuenta que la celebración de estas últimas en Tanagra es dudosa, que las Nictelias terminaran 337 convirtiéndose en una variante local de las Agrionias beocias y llegaran a ser la fiesta principal de la ciudad. Analizados todos los aspectos dionisíacos de esta localidad, es preciso resaltar que Tanagra contó con un importante y activo desarrollo del culto basado principalmente en la faceta más oscura del dios, la relacionada con la noche, la oscuridad, los actos prohibidos, el misterio e, incluso, la muerte. Tebas es una de las ciudades beocias que más información sobre el culto de Dioniso aporta –si no la que más–. Guarda una relación estrecha con el dios porque es su ciudad patria y el origen de las primeras manifestaciones de su culto. Es, por ello, la que mayor variedad de tipologías de inscripciones presenta, debido probablemente a que hay más información en diferentes y más amplios ámbitos del dios. Desde el siglo V a.C., la hegemonía de Tebas frente al resto de polis beocias destacó y se convirtió en el foco político de la Liga Beocia. Este hecho, por supuesto, también repercutió en asuntos religiosos. Es con diferencia la ciudad que atestigua más epítetos de Dioniso: Bromio, Cadmeo, Pericionio, Lisio, Categemón y Poligetes. Bromio hace referencia al bramido de Dioniso, seguramente cuando se asemeja al toro; Cadmeo y Pericionio aluden al origen mismo del dios; Lisio apunta a su faceta liberadora y se relaciona con el entorno del reino de Pérgamo, al igual que Categemón, que terminó convirtiéndose en la mención para Dioniso preferida por la familia atálida; y Poligetes se centra en el aspecto más divertido y desenfadado del dios. También sabemos que en Tebas existió una zona sagrada de la divinidad (Tebas 11) que fue necesario marcar y delimitar, así como señalar al responsable que mandó establecer dichos límites de tierra. Por otra parte, es también una ciudad que presenta un número considerable de dedicatorias relativas a Dioniso: en estas el dios podía ser el destinatario de la ofrenda o el representado en forma de escultura, es decir, la propia ofrenda. Encontramos dedicatorias simples (Tebas 3, Tebas 4 y Tebas 5), otras más extensas o evolucionadas y con más información (Tebas 2, Tebas 6, Tebas 7 y Tebas 8), y otras, incluso, en verso, más trabajadas (Tebas 1 y Tebas 9). Todas ellas son una muestra del papel tan relevante que ocupaba la religión entre la población tebana, y hacer consagraciones en honor de Dioniso fue un hecho desde finales del siglo VI a.C. Asimismo, el papel de los funcionarios que intervenían en fiestas dionisíacas fue significativo porque había no solo un sacerdote de Dioniso sino dos, también asistentes del rito, como el portador del fuego, y árbitros de los juegos o competiciones (Tebas 12). Además, las celebraciones de Tebas debieron de ser tan importantes y populares que la contratación de profesionales al servicio del culto del dios se hizo obligatoria: los servicios de los tecnitas de Dioniso tanto del Istmo y Nemea como los de Jonia y el 338 Helesponto (Delos 1) fueron requeridos en diferentes ocasiones en la ciudad para el buen desarrollo de algunas fiestas (Tebas 10 y Delfos 1). En lo que concierne a los seguidores y fieles, no se conocen asociaciones dionisíacas religiosas en Tebas. Por supuesto hay que mencionar el archiconocido grupo de mujeres, las bacantes, atestiguado sobre todo en fuentes literarias. Es probable que, además de en el mito, existieran grupos de seguidoras (reales) de ritos dionisíacos en esta ciudad, aunque no se conserven testimonios que así lo confirmen. Por último, respecto a las fiestas de Dioniso en Tebas, se sabe que con seguridad se celebraron las Agrionias (en Tebas 12 es posible leer el nombre completo de la fiesta sin necesidad de reconstrucciones hipotéticas). Sin embargo, no se sabe si las Dionisias griegas tuvieron acogida en esta ciudad por sí mismas o estaban fusionadas con las Agrionias; lo que sí está claro es que con la llegada de la dominación romana a Beocia, los invasores tomaron algunos festivales de raigambre griega y los romanizaron como parte de su programa propagandístico imperial: el testimonio de las Dionisias Cesareas Erotideas Romanas es un claro ejemplo de ello (Tebas 13). Por último, las Λύσιοι τελεταί fueron unas ceremonias liberadoras, exclusivamente tebanas, vinculadas a Dioniso Lisio; quizás el sentimiento de liberación que las caracterizaba tuviera cierta relación con motivos de los rituales órficos, también cercanos a Dioniso. Por su parte, la situación de la ciudad de Tespias en el área beocia determinó, ya en época antigua, los rasgos cultuales de la zona: el hecho de ser la localidad más cercana al Helicón supuso que las Musas fueran las protagonistas del lugar, lo que terminó plasmándose en los documentos epigráficos. La fuerza simbólica y prodigiosa de este lugar provocó que Tespias se convirtiera en uno de los centros más visitados, y esto también se reflejó en sus representaciones e inscripciones: composiciones en verso del poeta Honesto (Tespias 3 y Tespias 4) formaban parte del rico programa iconográfico que se exhibía en el valle de las Musas del Helicón. No obstante, Tespias acogió también el culto de Dioniso y debió de hacerlo no de manera aislada y puntual, pues es la ciudad que presenta mayor número de inscripciones dionisíacas o relacionadas con el dios. Aquí están documentados los epítetos Evio y Bromio: el primero deriva del grito ritual vinculado a contextos de música y danza, aspecto conectado también al ámbito de las Musas. Otro aspecto interesante y que no se repite en ninguna otra ciudad beocia es la conservación de cuatros lindes que delimitaban una zona sagrada de Dioniso (Tespias 11.1, Tespias 11.2, Tespias 11.3 y Tespias 11.4): que justo sean cuatro lleva a pensar que probablemente estuvieron colocados en cada puerta o acceso de un área cuadrangular. 339 A propósito de las dedicatorias, Tespias no es la ciudad que mayor número de ellas conserva, pero sí son las que aportan más información variada y diferente: encontramos desde dedicatorias simples (Tespias 1) hasta textos que hacen posible la reconstrucción del stemma de varias familias (Tespias 2, Tespias 6, Tespias 7 y Tespias 8); también se sabe que en la ciudad se produjeron casos de divinización de benefactores o evergetas que, incluso, provocaron confusión con el mismo dios Dioniso (Tespias 5); otros ejemplos dan cuenta de la romanización de la zona, aunque el distintivo religioso griego se conservó siempre (Tespias 9), y en otros se observa la adopción de cultos orientales, como el de Isis (Tespias 10), lo que denota que Tespias fue una ciudad cosmopolita, abierta a la variedad ideológica y de pensamiento y que acogía a ciudadanos no tespieos. Con respecto a los funcionarios que presidían las ceremonias y los ritos, no se conocen aquellos que regían fiestas dionisíacas, aunque sí los pertenecientes a los juegos en honor de las Musas, que tuvieron gran vinculación con el ámbito de Dioniso: un caso manifiesta la presencia de tres sacerdotes en la misma ceremonia, dos de las Musas y uno de Dioniso (Tespias 12), y otro presenta un portador del fuego de las Musas y otro de Dioniso (Tespias 13); también se conoce la existencia de sacerdotisas del dios en Beocia gracias a las inscripciones de esta ciudad (Tespias 2 y Tespias 6), así como sacerdotisas de otras diosas en contexto dionisíaco (Tespias 9 y Tespias 10). En cuanto a las fiestas celebradas, en Tespias sobresalieron los Museia, los juegos en honor de las Musas, que fueron las celebraciones más importantes de la ciudad. Sin embargo, su cercanía a los agones dionisíacos es indiscutible: se realizaban también listas de vencedores en las diferentes categorías de competición (Tespias 12 y Tespias 13) y sabemos que los tecnitas de Dioniso del Istmo y de Nemea prestaban sus servicios para estos Museia (Tespias 14). Es seguro, asimismo, que también se festejó alguna fiesta dionisíaca (Tespias 10); podría tratarse de las Dionisias, aunque no se puede confirmar. En cualquier caso, no cabe duda de que la ciudad de Tespias destacó principalmente por el culto que se profesó a las Musas, pero este estuvo estrechamente conectado al de Dioniso en múltiples aspectos. En Tisbe no constan epítetos de Dioniso. Sin embargo, es de la única ciudad beocia que tenemos datos epigráficos sobre el culto del dios en época clásica (Tisbe 1): en este periodo y en esta ciudad estaban perfectamente asentadas las prácticas religiosas en honor de Dioniso, y no solo interesaba contar quién dedicaba, sino también por qué y hacerlo de una manera bella y digna. El epigrama de Tisbe manifiesta técnica y delicadeza de cierto público beocio seguidor del dios. Por otro lado, sabemos que esta ciudad sucumbió a la presión romana; sin embargo, pese a que los nombres de algunos ciudadanos se 340 romanizaron y la propaganda imperial estuvo presente (Tisbe 2), el hecho de que una dedicatoria esté destinada a Dioniso, pone de manifiesto en Tisbe cierta convivencia entre el invasor y el pueblo beocio. Por último, no están atestiguadas fiestas dionisíacas en esta zona, lo que no quiere decir que no las hubiera; es más, es probable, una vez analizada la importancia de la figura de Dioniso aquí, que sí se celebraran (quizás Dionisias, quizás Agrionias), incluso desde época clásica. Con respecto a aquellas ciudades beocias que no conservan testimonios epigráficos sobre el culto de Dioniso pero sí literarios, deben mencionarse Eléuteras, Potnias y Haliarto. Las dos primeras son relevantes por documentar epítetos del dios y la última, unas fiestas. Es curioso que la ciudad de Eléuteras, que no presenta ninguna inscripción dionisíaca, lo que puede sugerir escasa implicación en el culto por parte de la población, atestigüe dos epítetos de Dioniso, Melanégida y Eleutereo/Eleuterio. El primero se relaciona con el ámbito nocturno y mistérico del dios, del que ya hemos hablado, y también apunta a su mundo animal. Eleutereo/Eleuterio, un epíteto interesante que proclama la libertad, es un claro ejemplo del uso de la religión con fines políticos. En la ciudad de Potnias está documentado el calificativo del dios Egóbolo, que también hace alusión a los animales del entorno de Dioniso, más concretamente a los destinados a sacrificios en su honor. Para finalizar, en Haliarto parece que se celebraron las Teodesias, unas fiestas probablemente dionisíacas, relacionadas con la ceremonia del vino y seguramente ligadas a los ritos de paso. 8.4. Colofón Llegados al final, una vez estudiados los aspectos principales del culto de Dioniso en Beocia, es preciso poner de relieve la importancia de la epigrafía, una herramienta filo- arqueológica que ha sido fundamental para emprender el presente estudio. Es una fuente de información valiosísima sobre la vida real, por los datos que proporciona sobre un momento preciso de un periodo temporal concreto y de un lugar determinado. Gracias a las fuentes epigráficas, literarias y, en menor medida, iconográficas, ha sido posible conocer o tener una idea de cómo era el culto de Dioniso y la manera en que este se desarrolló en Beocia. Sabemos cómo era llamado el dios entre los beocios, de qué formas se le consagraba, quiénes lo hacían, con qué fines y junto a quiénes; también conocemos la distribución del rito, qué funcionarios intervenían en una parte u otra, qué duración 341 tenían estos cargos, cómo eran los juegos o certámenes, los nombres de los competidores, de dónde procedían, qué ganaban, así como las distintas agrupaciones que se formaron, por qué y con qué fin; y, por supuesto, también hemos podido analizar las fiestas, sus características locales, los focos de celebración y el tipo de acogida. Lo interesante de centrar un contenido de estudio dentro de unos límites geográficos o temporales es que permite analizarlo de manera aislada con respecto a lo que queda fuera de las fronteras pero, a su vez, encuadrarlo junto al resto de componentes que dan una perspectiva general. En el caso específico del culto de Dioniso en Beocia, hemos podido comprobar que en algunas ciudades se hizo hincapié en desarrollar o impulsar una faceta determinada del dios, como en Lebadea y Tanagra, mientras que en otras, como en Tebas y Tespias, interesó abarcar el conjunto de elementos que componían los diferentes ámbitos del culto del dios. El desarrollo de este en el Ática fue muy importante, notable e, incluso, grandilocuente. Los asuntos religiosos en general estuvieron marcados por cierto “atenocentrismo”, de la misma manera que afectó al resto de regiones y ciudades, por muy alejadas que estuvieran de Atenas. Sin embargo, cada lugar ofrecía características y dimensiones de culto propias que, a su vez, se ponían en relación con aspectos locales que nada tenían que ver con el Ática. Beocia es un ejemplo de esto, pues sus peculiares campos de vides, topografía, zonas cavernosas, su dialecto, sus pequeñas ciudades y la limitada extensión del área contribuyeron a que el culto de Dioniso desarrollado en esta zona tuviera su sello propio, su distintivo y fuera personal y específico, aunque –por supuesto– compartiera multitud de elementos con el ateniense. De manera que sería necesario y tremendamente interesante para completar los estudios sobre el dios extrapolar lo mostrado en el presente trabajo a otras zonas del mundo griego. Dioniso y esta ambivalencia de su culto, variabilidad e, incluso, versatilidad merece ser objeto de atención en estudios posteriores. Madrid, 9 de julio de 2019 342 343 8. General conclusions 344 345 8. GENERAL CONCLUSIONS 8.1. The Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum The corpus this thesis presents, Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum, constitutes the first compilation of inscriptions that informs the cult of Dionysus in the region of Boeotia, from the archaic period through to the late Imperial era. Considering that the epigraphs are literally strewn over a number of corpora and general epigraphic editions, compilations that help narrow down subjects –in this case, the Dionysian cult and geographical area, Boeotia– have proven to be fairly advantageous in order to glean and arrange information for future studies. Even though the epigraphs the Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum comprise are quite limited in number –they hardly amount to a hundred– they deserve particular attention in themselves; but also in broader, collective terms, that is, with regard to other similar texts of the area or areas due to the capital information on the cult of Dionysus they bestow. All in all, the corpus comprise 64 epigraphic documents from the following sites: City of Boeotia Number of inscriptions Lebadeia 3 Orchomenos 22 Chaeronea 2 Tanagra 3 Thebes 13 Thespiae 16 Thisbe 2 • Plus three decrees which were not found in Boeotia but have been proven relevant for the study of the cult of Dionysus in the area. Available data suggest that the cities of Orchomenos, Thebes and Thespiae constituted the main cities where the cult of Dionysus was lavishly celebrated. The site therefore preserves a higher number of inscriptions in relation to other areas. However, after carefully scrutinizing the classical sources, Thebes –primarily–, Tanagra, Thespiae and Lebadeia were the most important Boeotian cities in ancient times from a historic- religious perspective. Particularly in the Dionysian cult, authors suggest Orchomenos, 346 Thebes and Tanagra might be deemed as the most outstanding site in terms of number of stories and buildings related to the god, so much so that when conflating the data with the actual epigraphs, the number of inscriptions in the city of Tanagra turns out to be conspicuously low. Thespeian texts, conversely, exceed the expectations. As for Lebadeia, the small number of epigraphic documents connected to Dionysus does not entail significant consequences, since the city chiefly observed the cult of Trophonius. Lastly, both Chaeronea and Thisbe show very few testimonies of the Dionysian cult, thereby meeting preliminary expectations. Regarding the typology of inscriptions that provide data about the cult of Dionysus, the corpus shows a variety of categories, such as dedications (votive offerings and epitaphs), propriety limits, agonistic catalogues, protection clause, letter and decrees. Consider the geographical distribution of the inscriptions in the area of Boeotia: Votive offerings Epitaphs Propriety limits Agonistic catalogues Protection clauses Letters Lebadeia 3 Orchomenos 22 Chaeronea 1 1 Tanagra 1 2 Thebes 9 1 1 1 1 Thespiae 10 4 2 Thisbe 2 • Plus three decrees found outside Boeotia. Lebadeia comprises three offerings, Orchomenos harbours twenty-two, Chaeronea features one votive offering and one protection clause, and Tanagra shows one votive offering and two epitaphs. Thebes comprises the highest level of variety typology-wise: nine votive offerings, one epitaph, one propriety limit, one agnostic catalogue and a letter. The city of Thespiae encompasses ten votive offerings, four propriety limits, two agnostic catalogues, even as Thisbe barely holds two votive offerings. (Three decrees must be added to the list). Hence, in terms of types, Thebes and Thespiae show the most diverse assortment of inscriptions, which hints at a higher development of the cult in a wide array of areas. Sites like Orchomenos, conversely, show a great deal of inscriptions, yet all of them fall into the same category. This suggests a particular concentration of cult followers 347 and devotees, who may have gathered together in order to carry out a specific activity of the cult. As for the inscriptions themselves, it stands to reason that votive offerings were the most popular type of hard-surface engraving in ancient Boeotia. Propriety limits ensue. These inscriptions are of the essence. They brand the sacred land of Dionysus and suggests the significant importance of defining the boundaries of the land in order to perform the actual cult. Likewise, the actual performance of the cult through celebrations and festivities was such an important issue that eventually had to be put down in writing. Agonistic catalogues give account of both individual and collective participants in celebrations and playful activities, as well as of contestants, cult servants, and all kinds of personnel in charge of management and organization. Decrees, on the other hand, set forth rules as well as laws that were agreed for celebrating festivities in optimum conditions, including, but not limited to the role of the experts that made festivals possible, viz, the technitai. Finally, protection clauses and letters report individual events and / or circumstances set in a specific historical framework, thus imbuing events with a sense of personal uniqueness. That is presumably the reason why these types of documents do not proliferate, for we should have expected to find a higher number of them due to their being public documents in nature. In sum, out of the 64 inscriptions that inform the Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum, there are 48 votive offerings, three epitaphs, five propriety limits, three agonistic catalogues, one protection clause, a letter and three decrees. The following chart expresses these amounts in percentages: 75% 5% 8% 5% 5% 1% 1% Inscriptions types Votive offerings Epitaphs Propriety limits Agonistic catalogues Decrees Protection clause Letter 348 8.2. Dionysian cult in Boeotia in historical periods Another advantage a corpus of epigraphic texts largely bestows lies in that it enables researchers to reframe the object of study in different historical moments, so that scholars and pundits can carry out their analyses according to the chronology of the inscriptions. From the Archaic period we preserve Tebas 1 (506 BC), an epigram referring information about the Boeotian-Athens war. We cannot help but highlight the supremacy Thebes boasted over the Boeotians in the archaic period, as the city operated almost independently from the rest of the cities in the region. At this point in history, a number of Boeotian populations were still in the making, for they were not yet full-fledged cities, whereas others did not belong to the region at all. It was a time of war and power-struggle, uprising and riots, in which controlling large portions of land became paramount to the development of the cities. The Boeotian League was then constituted in order to deal with the Boeotian-Athens conflict –as well as the rivalry with Plataea, a city which belonged to the area of Boeotia, but supported Athens–. On the other hand, it is worth discussing that there is a limited amount of epigraphic testimonies regarding the Dionysian cult from the Archaic Era to the Classical Period. Presumably, the nature of the medium –stone– and its narrow limits, but also the actual techniques of engraving, which were thitherto far from perfect, precluded the appearance of a higher number of documents. Furthermore, stone did not constitute the optimum medium to convey myths and stories; papyri and vases seemed more adequate to that effect. Bringing all these circumstances and the historic context together, it is not surprising that inscriptions dating from this period bespoke a warlike milieu. Sometime between the end of the Archaic period and the beginning of the Classical Era, Tanagra 1 came to be. It is dated between the 6th and 5th centuries BC –though some editors provide a date as late as 350 BC–. It is the oldest votive offering devoted to Dionysus and made by a private citizen we preserve. At this point in history, it becomes customary to leave written testimony of votive offerings. The adequate information is thereby spelt out unequivocally, so much so that it will later become a standard formula for votive offerings, viz, the name of the bestower, patronymic and the name of the celebrated god. Tisbe 1 appears well inside the classical period –between 5th / 4th centuries BC–. It is also an offering. Yet, the inscription betrays the features of the Classical period. The period saw a number of sanctuaries and sacred sites profligate in and around the area of 349 Attica. Moreover, every region and city further developed their cultural idiosyncrasies. And last, but not least, artists reached out for perfection when offering their works for the cult. Thus, on the one hand, offerings to Dionysus improved the votive formula by including motives related to the bestower as well as the cause that prompted the offering; on the other, the text –now in verse– was refined. Most inscriptions date from the Hellenistic period, up to the beginnings of Imperial Rome. The Hellenistic culture focuses on the figure of the king. A cult of the prince –i.e. the monarch– materialized with Alexander the Great and the aristocratic class he promoted. The system of deification acquires political undertones, thus prompting the actual deification of kings, aristocrats and benefactors –practitioners of Euergetism– in the cities. This becomes apparent in the example of the Bull-God that Tespias 5 showcases. Furthermore, both the monarchy and the high aristocracy partook in the aesthetic and political improvement of cities, some peers even going as far as to sponsoring either the construction of new buildings or the restoration of old ones (it is well documented that a campaign for the renovation of temples launched in several Boeotian cities during the 3rd century BC). Sacred places were then marked and officials were appointed to consecrate the perimeter of the sacred land. We know this happened well within the limits of Boeotia, more precisely in Thebes (Tebas 11) and Thespiae (Tespias 11.1, 11.2, 11.3 and 11.4). Even ornaments turn up within the structures of these sacred sites. Consider, again, the case of Helicon, whose iconographic programme, brought together with the lines of the poet Honest compounded a very much admired sight in the period (Tespias 3 and Tespias 4). Theatres and odeons crop up prominently, and benefactors donate and offer large portions of these buildings, as we have seen in Orcómeno 1, Orcómeno 2, Orcómeno 3.3 and, very likely too in Queronea 2, which probably dates from this period too, even though we cannot confirm the chronology for sure. Cultural details and particular features of every polis, city and region that had not stood out heretofore become noticeable from now on. The increase of investment in public works also enables the celebration of festivities, whereby theatres and odeons become prominent in the civil structure of the city. Surely, the Dionysian agon of Boeotia falls into the category of these festivities, as we have seen in Orchomenos (from Orcómeno 3.1 through to Orcómeno 3.20), as well as other games not directly, but somewhat obliquely connected to the god, such as the Mouseia (Tespias 12 and Tespias 13). Moreover, the professionalization of the of the cult entails, on the one hand, the rise of a group of followers of Dionysus that ends up becoming an institutionalized 350 organization, to wit, the Dionysiastai (Tanagra 2 and Tanagra 3), as well as professionals under contract, the technitai (Tebas 6, Tebas 7, Tebas 8 and Tebas 9); and, on the other, it brings about new laws and regulations that rule over both the management of festivals and their participants –as we have seen in the decrees Tespias 14, Delfos 1 an Delos 1– and protection clauses which endorse the consecration of offerings (Queronea 1). Furthermore, there is a sense of unity, belonging and sharing, as Tespias 7 bespeaks (‘the people of Thespiae’), even though the votive offering, engraved with a rather individual slant, still stands out among all types of inscriptions (Lebadea 1, Tespias 1, Tespias 2, Tespias 6 and Tespias 8, and probably Tebas 3, Tebas 4 and Tebas 5 also lie in this group, although their chronology remains uncertain). The Imperial period keeps these features in relation to the votive offerings, whether they are devoted to the collective idiosyncrasies of Boeotia (Tespias 10) or they resemble individual homages (Tebas 2 and Tespias 9). However, the authoritative arrival of the Roman Empire to the region materializes –and gets vindicated– through epigraphic texts: Tisbe 2 is an offering of the Julio-Claudian period in which the Roman presence stands out by virtue of the bestower marriage –their names are Roman–. Tebas 10 comprises a letter that a Roman Consul wrote to the technitai of Dionysus. Finally, Tebas 13 describes a Greek festival, the Dionysia, overcome in turn by the Roman identity, up to a point in which it eventually becomes the Dionysia-Kaisareia-Erotideia-Romaia. The Dionysian cult still stands with a strong presence in Boeotia in the late period. Lebadea 2 shows –apart from Roman signs– the existence of Dionysian associations such as the Baccheion, and priests of pagan gods. Lebadea 3, in turn, also records the cult of Dionysus, bar the Roman details. 8.3. The Cult of Dionysus in Boeotian cities This thesis has tackled different issues in relation to the Dionysian cult in the context of the Boeotian territory, particularly in the area of particular cities and territories when applicable. We have already confirmed that Orchomenos, Thebes and Thespiae show the highest number of inscriptions, but that does not mean they are the only ones comprising relevant data on the cult of the god. Other places like Lebadeia, Tanagra and Thisbe offer information dating back from a longer period of time, thereby allowing us to know aspects from moments in history which lie centuries apart. Following next, I will 351 discuss particular sites which attest information on the cult of Dionysus. I will do so by analysing, first, those cities comprising epigraphic texts –i.e. cities which inform the corpus– and, secondly, sites offering data about the cult of the god within literary sources. The city of Lebadeia is the only one in the region that documents the use of the epithet Eustaphylos to name the god. The adjective connects the natural and rustic element that qualifies Dionysus, patron of agriculture (Lebadea 3). Furthermore, the Dionysian element in Lebadeia connects too with the Oracle of Trophonius (Lebadea 2 and Lebadea 3), to wit, a means to divine the future with chthonic overtones that was largely at the disposal of the inhabitants of Lebadeia as well as other areas of Greece. It was quite popular in the classical period. Actually, Lebadeia stands out among the literary sources mainly thanks to the Oracle. This was probably due to its geological features, for the area abounds in caves and caverns, which is ideal for this kind to set up this kind of activities. The geographical feature of the city relates to the Oracle as well as to the cult of Dionysus. One of the trades commonly associated to the god in the site is stonemasonry (Lebadea 2), since Dionysus was patron and champion of this company of workers. The presence of the trade most likely owes to the appeal of the local stone, blue-grey limestone commonly known as ‘Lebadeian marble’, which most likely had some kind of connection, too, with the Oracle of Trophonius. The Baccheion in the city might also evince the cult of Dionysus. With regards to this, it is worth noticing that this is the only Boeotian site in which it is attested. The link between the geological structure of Lebadeia, the cave where the Oracle of Trophonius was eventually performed, a priest of Zeus Trophonius and Archon of the Baccheion religious association, and, last but not least, the stonemasons observing the cult of Dionysus inform a set of actual, interwoven features that developed at a certain moment in the history of the city and gave account of the cult in Lebadeia. Likewise, the context includes the Nymphs and Pan, divine characters who also received offerings carved in stone right at the entrance of a cave, next to Dionysus, in Lebadeia (Lebadea 1). Lebadeia also gives account of the month Agrionius, which might indicate the celebration of the Agrionia, possibly with local features that enhanced the rustic character of Dionysus. All in all, Lebadeia is the city that best evinces the natural ambit of the god. Due to the particular geographical features of the area, the cult of the god was related to the world of caverns, the cave of Trophonius, the stonemasons and the world of the Nymphs and Pan. Dionysus received the epithet Eustaphylos in connection to the idea of vegetation. As for the Dionysian cult, Lebadeia was an original city, with individual features that can only be found in this particular area of Boeotia. 352 The inscriptions comprised in Orchomenos, conversely, offer the most varied array of dialectical forms for the theonym Dionysus. Yet, this issue contrasts with the fact that there are no epithets of Dionysus recorded in the city. All twenty-two Dionysian inscriptions in Orchomenos are votive offerings. Orchomenos is the Boeotian city that preserves the largest catalogue of consecrations mounted on tripod and devoted to Dionysus (Orcómeno 3.1 through to Orcómeno 3.20): these are actual recognitions, prizes awarded for the winners of actual musical contests in the Dionysian festivities. This proves music was paramount in the agones devoted to Dionysus in Orchomenos. All inscriptions we preserve were found right in the theatre or nearby, which suggests the building harboured these types of events, thereby helping the theatre to become a key location within city limits. These texts have broadly enriched Boeotian onomastics as well as choragic catalogues and Dionysian offerings dealing with contests. The agonotheta becomes capital in relation to the cult in Orchomenos, (Orcómeno 1 and Orcómeno 2). The agonotheta was a prominent citizen –usually a patrician– crucial to the competition. As for the Dionysian festivities in the city, the Agrionia are well attested, whereas the revels of the Dionysia, in turn, cannot be confirmed. Among the festivities not directly connected to Dionysus but still obliquely linked to the god, the Charitesia are worth noticing. We know of the Agrionia thanks to Plutarch. In describing the celebration, he tells of a Dionysian priest who chases the women of Orchomenos. These, in turn, would flee in the manner of the Minyades of the myth. Nevertheless, Plutarch also gives account of an unfortunate, yet isolated event, the murder of one of the women at the hands of a Dionysian priest. This has led to misconstrue the festival as a ritual about death and a simulacrum of atonement. Anyway, the role of women is paramount to understand the cult of Dionysus in different Boeotian cities. Due to the popularity of the Dionysian festival in Orchomenos, inscriptions Orcómeno 1 and Orcómeno 3.1 through to Orcómeno 3.20 have been linked to the musical contests that took place during the Agrionia. Regarding the Dionysia, as of yet, there are no epigraphic testimonies which substantiate the celebration of these festivities in Orchomenos. Still, they might have been celebrated, maybe not in the lavish manner they were carried out in Athens, but rather through local dramatic performances. Lastly, the celebration of the Charitesia was very well recorded in Orchomenos (Orcómeno 2). There was a banquet, musical, poetic and dramatic agones. This suggests Orchomenos was a dazzling Boeotian city whose people observed the cult of Dionysus both locally and generally (Pan-Hellenic). In order for the revels of the cult to succeed, several citizens partook in the festivities zealously, viz, 353 professionals of the ritual (priests), members of the congregation (women, most notably), dignitaries, usually in the capacity of managers of the competitions (agonothetai) and a myriad of contestants grappling with each other for awards in music and poetry. There are no epigraphic epithets of Dionysus in Chaeronea either, which does not mean, though, that the site was less important than other Boeotian cities in the context of the cult. A very remarkable issue the site presents is the notable presence of Dionysian priests in the area. Moreover, Chaeronea is one of the few Boeotian cities that gives away information about these servants of the Dionysian rite unequivocally (Queronea 1). We now know that during religious ceremonies devoted to the god, several priests engaged in the actual ritual –at least one in charge of the ceremony, the other being a priest of the god himself–. Other officials were required too, such as the bearer of the liknon, guardians who took care of the offerings, assistants, slaves, etc. As for the game itself, the presence of several agonothetai in competitions related to the festivities of Dionysus has already been asserted. Again, the agonotheta was the town benefactor; he was well-off and could afford to finance the reform of the theatre (Queronea 2). Chaeronea thus constitutes one of the best sites to analyse the different parts of the Dionysian festivities: on the one hand, the solemn, more ritual and dignified part (Queronea 1) and, on the other, the playful, sportive and competitive aspect (Queronea 2). Sources confirm that among the Dionysian festivities Chaeronea accommodated were the Agrionia and the Dionysia. The former features in a passage by Plutarch, whereby the Muses play a preeminent role as bulwarks to the god –the role of women is worth noticing herein too–. Reason, inspiration and the art of words subdue forces like cruelty and violence, specifically the violence of the chase. Counter to what the Agrionia of Orchomenos showed, chaos in Chaeronea stayed within certain limits of reason. Literary anecdotes aside, there is proof of the month Agrionius in an epigraphic document, which most likely confirms the actual celebration of the festival. We lack specific details of the Dionysia of Chaeronea, but it is safe to assert that they were most certainly celebrated there (Queronea 2). A reference to the theatre foregrounds the building of a structure devoted to Dionysus, in turn hinting at the more than likely possibility of theatre performances, musical, poetry and / or dance contests, all of which were held in direct connection to the celebration of the Dionysia. There is evidence that the cult of Dionysus in Tanagra developed from an early period (Tanagra 1). The city worshipped Dionysus Nyktelios, or ‘nightly’ Dionysus. The epithet connects the Dionysian element with the night, darkness, even with mystery and the occult. Actually, Tanagra comprises most inscriptions related to death, for it is the site 354 with the highest number of epitaphs devoted to Dionysus. The Dionysiastai were most likely in charge of bury one of their members (Tanagra 2). Most likely this group, together with the wine growers, buried another individual too (Tanagra 3). Besides the connections between the cult and the funeral context, Tanagra stands out as the site with the highest number of references to societies, groups and guilds. Among the groups associated to Dionysus, the Dionysiastai led the religious congregations, whereas the vineyardists were leaders amongst the guilds. The affiliation of the latter to the god should not come as a surprise, since, firstly, the vineyard is the plant commonly associated to Dionysus, it constitutes, most notably, one of his icons and a conspicuous element, together with wine, in the Dionysian festivities. Furthermore, the region of Boeotia, starting in the 4th century BC, became famous for its vineyards as well as for producing the best wines in the region. Lastly, vines in antiquity had some connection with death, an idea which then again connects the cult of Dionysus with the underworld and the dead. On the other hand, the symbiosis between a purely religious society (the Dionysiastai) and a professional guild (vineyard growers) meaningfully confirms that, at least in Tanagra, several groups and associations could very well work together in order to achieve a specific goal within the cult of Dionysus. It is quite likely that both the organization and management of religious rituals in the city were arranged in a painstaking and scrupulous way, for other than the circumstantial association among different groups, let us not forget that Pausanias compliments the inhabitants of Tanagra for their organization skills when it comes to arrange the rituals of the cult. Local women, in turn, also played an important role in the arrangement of Dionysian festivities. It is worth noticing in this context the cleansing ritual they observed before and in order to attend the ceremonies. Regarding the festivities themselves, Tanagra most likely saw the celebration of the Agrionia and, surely enough, the Nyktelia, a festival linked to the afore- mentioned epithet. The Nyktelia shared with the Agrionia the nocturnality and the mystery. Taking into account that the celebration of the latter is subject to debate –to say the least– it is not unconceivable that the Nyktelia ended up turning into a variation of the Boeotian Agrionia, therefore becoming the main festivity of the city. All circumstances taken into account, it is worth remarking that Tanagra witnessed an intense and active development of the cult, one based mainly on the darkest, night-related, death-oriented, occultist and mysterious side of the god. Thebes is one of the cities that brings a higher –possibly the highest– amount of information to the discussion. Thebes boasts a close relation to the god, for it is his 355 fatherland as well as the site which saw the first appearances of the cult. Thus, it shows the broadest array of typologies of inscriptions, surely because there is more information available regarding different and wider aspects of the god in Thebes than in anywhere else. From the 5th century BC onwards, the hegemony of Thebes in relation to the other Boeotian polis became prominent, thus leading the town to rise as the political capital of the Boeotian League. This obviously brought about religious consequences. Thebes is, by far, the city comprising the highest amount of epithets devoted to Dionysus: Bromius, Kadmeios, Perikionios, Lysios, Kathegemon and Polygethes. Bromius refers to the roar of Dionysus, surely when he assumes the guise of a bull; both Kadmeios and Perikionios allude to the origin of the god; Lysios hints at the god’s liberating aspect and links him to the kingdom of Pergamon, same as Kathegemon, which ended up becoming the epithet favored by the Attalid family; lastly, Polygethes brings up the most cheerful and lighthearted side of the god. We also know that Thebes comprised a sacred area devoted to divinity (Tebas 11) that had to be branded and delimited under the authority of an official in charge of such demarcation. The city also boasts a considerable number of offerings to Dionysus: therein the god might have been either the offered divinity or an iconic representation in the form of a sculpture, that is, the offering itself. There are simple offerings (Tebas 3, Tebas 4 and Tebas 5), other slightly more complex and developed, certainly containing more information (Tebas 2, Tebas 6, Tebas 7 and Tebas 8). There are even some inscriptions engraved in verse (Tebas 1 and Tebas 9). All of them are living proof of the paramount role religion played among the Thebans. Consecrations to the god Dionysus became customary from the end of the 6th century BC onwards. Besides, the role of the officials involved in the Dionysian festivities turned out to be capital to understand the overall significance of the cult in the city, for the ritual involved not one, but two priests, as well as ritual asistants –like the fire bearer– and umpires for games and contests (Tebas 12). Celebrations of the cult in Thebes might have turned into such a prominent and popular event that the hiring of professional managers of the cult became almost compulsory. Thus, the services of several technitai of Dionysus of the Isthmus and Nemea and Ionia and the Hellespont (Delos 1), were required several times in the city in order to carry out a smooth celebration (Tebas 10 and Delfos 1). As for the worshipers, followers and devotees, there is no known religious associations in Thebes. Obviously, we are almost compelled to mention the overtly popular group of women known as the Bacchae, featuring in several literary sources. It is likely that, outside the myth, there were several groups of real women-followers of the cult in Thebes, even 356 though we cannot confirm it by virtue of the texts. Finally, regarding the festivities in Thebes, we know for sure that the revels of the Agrionia were celebrated (in Tebas 12 we can read the full name of the festival without hypothetical reconstructions). However, we yet have to learn whether the Greek Dionysia were performed in the city on their own right or, alternatively, they informed part of the Agrionia. What we seem to know for sure is that under the Roman rule of Boeotia, the Imperial invaders misappropriated a number of Greek festivals therein turning them into Roman revels as part of their imperial propaganda efforts. The testimony of the Dionysia-Kaisareia-Erotideia-Romaia epitomizes this in an overt manner (Tebas 13). Finally, the Λύσιοι τελεταί were a group of liberating ceremony, exclusively Theban in origin and related to Dionysus Lysios; maybe their liberating flair had something to do with the motivation of the Orphic rituals, also linked to Dionysus. Already in the ancient period, the situation of Thespiae in the area of Boeotia determined the cultural features of the region. Because it was the closest to the Helicon, the Muse became paramount in the place, which ended up showing in epigraphic documents. The symbolic and prodigious strength of the site made Thespiae into one of the most visited cities. And this, too, showed eventually in both its representations and inscriptions. Poetic composition of the poet Honest (Tespias 3 and Tespias 4) informed the wealthy iconographic program exhibited down the valley of the Muses of Helicon. However, Thespiae also accommodated the cult of Dionysus, and not sparsely either, for the city featured the highest number of inscriptions directly or obliquely related to the god. Epithets such as Evius and Bromius are well documented here. The former comes from the ritual scream connected to contexts of music and dance, an aspect which also evokes the Muses. Another interesting issue which finds no counterpart in any other Boeotian city is the preservation of four borders delimiting an area consecrated to Dionysus (Tespias 11.1, Tespias 11.2, Tespias 11.3 and Tespias 11.4). Them being four suggests that each one was located at the gate of every which side in a rectangular area. In regard to offerings, Thespiae is not the city with the largest number of these, but it is the site that brings more abundant and more varied information to the discussion. We find a broad array of possibilities, from simple offerings (Tespias 1) to particular texts which help us reconstruct the stemma of several families (Tespias 2, Tespias 6, Tespias 7 and Tespias 8). We also know that the city witnessed several cases of divinization of benefactors and evergetes which were even mixed up with the god himself (Tespias 5). Other data give away how the Roman domination evolved in the region but kept the 357 distinctive Greek trademark in matters of religion (Tespias 9). Other cases show that Thespiae assumed certain oriental cults, like the Isis cult (Tespias 10), which suggests that Thespiae was a cosmopolitan city, open to a wide array of ideas and embracing citizens from beyond its frontiers. As for the officials presiding over ceremonies, we do not know those in charge of the Dionysian festivities, but we do know about the officials in charge of managing the games devoted to the Muses –then again somewhat connected to Dionysus–. A particular case shows the presence of three priests on the same ceremony, two priests for the Muses, one for Dionysus (Tespias 12). Another case introduces one bearer for the fire of the Muses and another one for Dionysus’ fire (Tespias 13). We also know about a priestess of the god in Boeotia due to the inscriptions of this city (Tespias 2 and Tespias 6), as well as other priestesses devoted to other goddesses albeit in a Dionysian context (Tespias 9 and Tespias 10). As for the festivities, the Mouseia –games devoted to the Muses– were remarkable in Thespiae, so much so they were arguably the most important revels in the city. However, their close relation to the Dionysian agones is beyond discussion. There were lists of victors and champions in different categories and contests (Tespias 12 and Tespias 13) and we know that technitai of the Isthmus and Nemea provided their services for these Mouseia in Thespiae too (Tespias 14). Surely some Dionysian festival might have been celebrated as well (Tespias 10). It might have been the Dionysia, but we cannot confirm this for sure. In sum, the cult of the Muses prevailed in Thespiae, but this was closely related to the cult of Dionysus in multifarious ways. We have not epithets for Dionysus in Thisbe. Yet, it is the only Boeotian city which provides epigraphic data about the god in the classical period (Tisbe 1). There and then the religious practices devoted to Dionysus were perfectly established, so much so that citizens began to value not only who bestowed their offerings to but also why they did and how, thus adding an aesthetic dimension to the offering itself. The epigram in Thisbe features technical proficiency as well as certain finesse on behalf of a the Boeotian worshippers of the god. On the other hand, we know the city was subdued by Roman domination, but despite the names of a few citizens who underwent a process of romanization and the pervasive forms of propaganda (Tisbe 2), the fact that a votive offering is devoted to Dionysus betrays that Thisbe saw a certain degree of tolerance between the Boeotian people and the Roman invaders. Finally, there are no Dionysian festivities attested in the site, which does not preclude their possible celebration. Actually, all things taken into consideration, it was quite likely there were some revels devoted to 358 the god in the city –maybe Dionysia, maybe Agrionia– dating back from as early as the classical period. As for the Boeotian cities which do not preserve epigraphic testimonies of the cult but feature in literary sources, we must mention Eleutherae, Potnia and Aliartos. The former two are interesting insofar as they document epithets devoted to the god, whilst the latter mentions a festival. It is quite remarkable that the city of Eleutherae –which does not feature Dionysian inscriptions at all, possibly suggesting the population was sparsely involved (if at all) in the cult– attests two epithets devoted to Dionysus, to wit, Melanegis and Eleutherius. Melanegis not only links the god to the nightly, mysterial and occultist aspect we have already covered, but also to the context of animals. Eleutherius, in turn, is an epithet that bespeaks freedom, thus being a blatant example of religion used for political purposes. The epithet Aegobolus can be traced in the city of Potnia, which also points out the animal-like quality of Dionysus and foregrounds the actual animals that were sacrificed in his name. Finally, it is quite likely that the Theodaisia were eventually celebrated in Aliartos. These probably were Dionysian revels which consecrated the wine and foregrounded certain rites of passage. 8.4. Colophon Taking all the main aspects of the cult of Dionysus in Boeotia, it is high time to foreground the role of epigraphy for this kind of study. Epigraphy is a filo-archaeological tool that has proven paramount to achieve the results hereby presented. It is a most valuable source of information on real life, due to the data it provides on a particular place in a particular historical moment. Thanks to the epigraphic, literary and, to a lesser extent, iconographic sources, we have gotten to disclose several details of the cult of Dionysus as well as the means and ways in which it developed in the region of Boeotia. We know the multifarious ways in which the population referred to the god, how he was consecrated, who did it, what for and who with. We also know the geographical distribution of the rituals, which officials partook in it, how long these officials were hired for, the actual rules of games and contests devoted to the cult, as well as several organizations and associations that rose as the cult got firmly established. Last but not least, we have been able to analyse the revels and festivals, their local flair, the 359 geographical capitals of the different celebrations and how they were accepted among citizens. The interesting part about focusing our study within a specific geographical region in a particular period –or set of periods– lies in that it allows us to grasp the contingencies of the cult in a circumstantial milieu, whilst still managing to contextualize it in reference to the cultural area outside its limits for a general perspective. In the case of the Dionysian cult in Boeotia, we have confirmed that some cities focused on developing and strengthening a particular aspect of the god, as is the case in Lebadeia and Tanagra, whilst other sites, like Thebes and Thespiae set to embrace all aspects that comprise the cult of the god. The development of the cult in Attica was capital, remarkable, even somewhat boastful and pompous. Religious matters in general were shaped and determined by certain mesmerizing influence from Athens, which managed to influence other regions and cities, no matter how far from Athens they lied. However, each place boasted different, idiosyncratic aspects of the cult, which, in turn bespoke individual features that had nothing to do with Attica. Boeotia epitomizes this to the letter, since its singular fields of vineyards, topography, cavernous areas, as well as its dialect, its little cities and the limited extension of the area prompted the Dionysian cult to evolve in the region with somewhat of a trademark, a distinct, individual and specific slant even as it shared multiple elements with the cult in Athens. This being so, it would be most interesting to complete this study by conflating what we learn in this dissertation with what we know about other areas in the Greek world. Dionysus and the versatile quality of its cult deserves this kind of attention in further studies. 360 361 Corpus Inscriptionum Dionysiacarum Boeoticarum 362 363 LEBADEA - Λειβαδιά DEDICATORIAS Lebadea 1. Dedicatoria a las ninfas, a Pan y a Dioniso (cronología desconocida, seguramente época imperial; Schörner: ss. II-I a.C.). IG 7 (1892), 3092. Θυµάδης Ξενώνιος, Ἀντιγενίς, Νύµφαις, Πανί. Θυµάδης ἀνέθεικε Ξενώνιος Πανί, Διονύσωι. Timades, hijo de Jenón, (y) Antígenis, a las Ninfas, a Pan. Timades, hijo de Jenón, dedicó a Pan, a Dioniso. Ediciones CIG 1 (1828), 1601; Le Bas (1847), 756; SGDI 1 (1884), 415. Publicaciones Schachter (1981), 178; Merkelbach (1988), 33 n. 12; Schörner (2003), 466, nº 922. Comentario Inscripción sobre la piedra viva a la entrada de una cueva de Lebadea. Lebadea 2. Dedicatoria de una probable estatua de Dioniso (SEG: después de 213 d.C.). Roesch (1982), 182-183, nº 29. Ἀγαθῆι Τύχηι. Ὁ ἱερεὺς τοῦ Διὸς τοῦ Τρο- φωνίου καὶ πρό- αρχος τοῦ Βακ- 5 χείου Μ(ᾶρκος) Αὐρ(ήλιος) Νεικόβουλος Νεικοβούλου τὸν θεὸν Διό- νυσον τῶι κοι- 10 νῶι τῶν λατό- µων ἐκ τῶν ἰδί- ων εὐτυχῶς. A la Buena Fortuna: el sacerdote de Zeus Trofonio, también arconte epónimo del Baquion, Marco Aurelio Nicobulo, hijo de Nicobulo, al dios Dioniso en beneficio de la comunidad de los canteros, a sus expensas con buena fortuna. Ediciones Keramopoullos (1917), 420, nº 5; Robert (1960), 32; SEG 32 (1982), 475; Jaccottet (2003), 42, nº 10; SEG 53 (2003), 2225. 364 Publicaciones Poland (1909), 118; Schachter (1981), 178. Comentario La primera línea está grabada sobre la moldura superior. La inscripción se encuentra en el Museo de Queronea. Lebadea 3. Dedicatoria a Dioniso (Farnell: época tardía). IG 7 (1892), 3098. Διονύσωι Εὐσταφύλωι κατὰ χρησµὸν Διὸς Τροφωνίου. A Dioniso Eustáfilo, según el oráculo de Zeus Trofonio. Ediciones SIB (1847), 16; Le Bas (1847), 760; Knoepfler (2008), 622, nº 227; SEG 55 (2005), 555; SEG 59 (2009), 2053.3. Publicaciones Farnell (1977) [1909], 288 n. 42; Schachter (1981), 178. Comentario Único testimonio de Beocia que documenta el epíteto “eὐστάφυλος” para Dioniso. 365 ORCÓMENO - Ορχομενός DEDICATORIAS Orcómeno 1. Dedicatoria a Dioniso (s. III a.C.; Roesch: s. IV a.C.; SEG 30: ss. IV-III a.C.; SEG 42: 250-200 a.C.). Knoepfler (1992), 490-491, nº 162. a- [Ἀ]πολλόδωρος Νίκωνος τὰ πρόθυρα κὴ τὼς πίνακας τὼς [————] b- [σὺν] προθύροις ἀγωνοθετείσας Διωνύσοι ἀνέθεικε [ν]. Apolodoro, hijo de Nicón, las puertas delanteras y las pinturas (…) con las puertas, habiendo sido árbitro, ofrendó a Dioniso. Ediciones a- SGDI 1 (1884), 505; IG 7 (1892), 3209. b- Lauffer (1980), 173-174; Roesch (1980), E.80.17; SEG 30 (1980), 455; Robert y Robert (1981), 413-414, nº 285; SEG 47 (1997), 2359. a y b- SEG 42 (1992), 418; Manieri (2009), 186-187. Publicaciones b- Schachter (1981), 180. Aparato crítico b- Roesch: [nombre, construcción, -σὺν τοῖς]; Robert y Robert: [-σὺν τοῖς] προθύροις. Comentario Dedicatoria a Dioniso en el epistilo dórico de una construcción; fue encontrada cerca del teatro. Para la traducción del texto griego, téngase en cuenta que τὼς es τοὺς (át.). Orcómeno 2. Dedicatoria a Dioniso reconstruida (s. I a.C., después de las guerras mitridáticas [63 a.C.]). SEG 34 (1984), 357a y b. g- [῾Ο δῖνα τοῦ δῖνος ἀγωνοθετείσας τῶν] Χαριτεισίων τὸ λογῖον h- κ[ὴ θυρώµατα Διωνύσοι ἀνέθεικε]. Un tal, hijo de un tal, habiendo sido árbitro de las Caritesias, el escenario y las puertas ofrendó a Dioniso. Ediciones Knoepfler (1992), 489-490, nº 161; SEG 42 (1992), 417; Manieri (2009), 207-208; SEG 59 (2009), 463. Publicaciones Amandry y Spyropoulos (1974), 183 n. 8; Schachter (1981), 144; Buckler (1984), 49-52; Barbantani (2000), 165. 366 Aparato crítico a- Schachter: Ἀμ]ινολάου; Knoepfler: Κρ]ινολάου o Δε]ινολάου (patronímicos del agonoteta). b- Knoepfler: ΑΝ̣ΤΕΣΤ (cree que los textos a y b pueden combinarse de la siguiente manera: nombre del agonoteta + ἀγωνοθετ[ήσ]α̣ντες τ[ῶν] Χαριτεισίων τὸ λογῖον κ[...]). Comentario Los bloques de piedra fueron hallados muy fragmentados en 1983; eran parte del arquitrabe y epistilo del teatro de Orcómeno. Orcómeno 3. Dedicatorias a Dioniso procedentes del teatro de Orcómeno: 26 piezas (un epistilo y 25 bases de trípode). Los textos 21 a 26 están muy fragmentados, lo que imposibilita su lectura, de manera que no se incluyen en este corpus. Orcómeno 3.1. Dedicatoria de coregos a Dioniso (últimos diez años del siglo IV a.C. o principios del III a.C.; Agelidis: 310-300 a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 175-177, nº 1. Πεδακλεῖς Καφισιάδαο Διωνύσιος Δαµατρίχιος ἄνδρεσσι χοραγείσαντε Διωνύσωι. Pedacles, hijo de Cafisiadas, Dionisio, hijo de Damatriquis, que fueron ambos coregos en el coro de hombres, a Dioniso. Ediciones Agelidis (2009), 246-247, nº 126; Manieri (2009), 187-188. Publicaciones Schachter (1981), 179. Comentario Dedicatoria en una base de trípode rectangular. Para la traducción del texto griego, téngase en cuenta que χοραγεί- es un dorismo de χορηγέω, y que χορηγέω + παισί/ἀνδράσιν ἐς debe traducirse por “equipar un coro de niños/hombres para...”. Orcómeno 3.2. Dedicatoria de coregos a Dioniso (diez o quince primeros años del siglo III a.C.; Manieri: posterior a 285 a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 177-180, nº 2. [Εὐ]χαρίδας Δαµατρίχιος […]ε̣ιρος Ἀρξιλαΐδαο ἄνδρεσσι χοραγείσαντε 367 [νικά]σαντε Διωνύσοι ἀνεθέταν […]ι̣(ν̣)ος ἄρχοντος (vac) […]µ̣ασίας αὔλι (vac). Eucáridas, hijo de Damatriquis, (...)iro, hijo de Arquilias, que fueron ambos coregos vencedores en el coro de hombres, los dos dedicaron a Dioniso, siendo arconte (...)ino y auleta, (Da)masias. Ediciones Agelidis (2009), 247-248, nº 127; Manieri (2009), 188. Publicaciones Schachter (1981), 179. Aparato crítico Agelidis l. 2: [...]ειρος, l. 4: […]ι (o ν)ος / [...]μασίας. Comentario Dedicatoria en una base de trípode triangular. Apareció cerca de la tumba de Minias. Su nº inventario es 60. Con respecto al texto, Amandry y Spyropoulos proponen para la línea 4 [Δα]μασίας, un tebano que se instaló en Eleusis donde probablemente impartió lecciones de música y preparó coros de jóvenes y adultos. Orcómeno 3.3. Dedicatoria de coregos a Dioniso (mediados del siglo III a.C.; SEG: poco después de 250 a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 180-183, nº 3. Τελέσιππος Ἀριστίωνος, Ἰθύδαµος Εὐανκρί- τω ἄνδρεσσι χοραγείσαντες Διωνούσωι ἀνεθέ- ταν, Τιµόλλιος ἄρχοντ[ο]ς, αὐλίοντος Νικοπόλιος. Telesipo, hijo de Aristión, Itidamo, hijo de Eváncrito, que fueron coregos en el coro de hombres, ambos dedicaron a Dioniso, siendo arconte Timolis y auleta, Nicópolis. Ediciones Syll.3 (1915), 424A y 519; SEG 53 (2003), 462; Agelidis (2009), 249, nº 129; Manieri (2009), 188-189. Publicaciones Schachter (1981), 179; Knoepfler (2003), 96-97 y n. 64. Comentario Se trata de la única inscripción corégica sobre un epistilo jónico, análoga a las que se encuentran en bases de trípodes. Apareció en cuatro fragmentos y en 1961 fueron transportados al patio del monasterio de la Virgen de la Dormición de Scripou. 368 Orcómeno 3.4. Dedicatoria de coregos a Dioniso (primera mitad-mediados del siglo III a.C.; Agelidis: ¿285 a.C.?). Amandry y Spyropoulos (1974), 183-185, nº 4. [————————————]τι̣µ̣[————————] [ἄνδρεσσι χοραγείσαντε νι]κάσαντε [Διωνύσοι] [ἀνεθέταν ——————————]δαο ἄρχ[οντος] [¿?]. (...), que fueron ambos coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte (Teogniti)das (...). Ediciones Agelidis (2009), 248-249, nº 128; Manieri (2009), 189. Publicaciones Schachter (1981), 179. Aparato crítico Agelidis l. 1: -]τιμ[-. Comentario Fragmento de una base triangular de trípode hallado en el teatro de Orcómeno entre 1967- 1969. Este fragmento, junto con otros, estaba esparcido por los alrededores del monasterio de la Virgen de la Dormición de Scripou. Amandry y Spyropoulos proponen para la línea 3 [Θιογνειτί]δαο, cuyo nominativo es Θιογνειτίδας. Orcómeno 3.5. Dedicatoria de coregos a Dioniso (250-230 a.C.; IG: después de 220 a.C.; Manieri: principios del siglo III a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 185-186, nº 5. Ἀλεύας Νίκωνος, Καφισόδωρος Ἀγλαοφαΐδαο ἄνδρεσσι χοραγίοντες νικάσαντες Διωνύσοι ἀνεθέταν Ἀθ- ανίαο ἄρχοντος, αὐλίοντος Κλεινίαο, ἀΐδοντος Κρά- τωνος. Alevas, hijo de Nicón, Cafisodoro, hijo de Aglaofaidas, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, ambos dedicaron a Dioniso, siendo arconte Atanias, auleta, Clinias y cantante, Cratón. Ediciones Visconti (1818), 132, nº 16; Rose (1825), 301; CIG 1 (1828), 1580; SIAGL (1834), 196, nº 67; Leake (1835), 152 y 631, nº 4; Le Bas (1847), 618; Newton (1883), 21, nº 159; SIB (1883), 25; SGDI 1 (1884), 478; IG 7 (1892), 3211; Michel (1900), 958; Robert y Robert (1974), 229-230, nº 283; SEG 44 (1994), 402; Agelidis (2009), 251-252, nº 132; Manieri (2009), 190. Publicaciones Brinck (1886), 185-187 y 215-216; Schachter (1981), 179. 369 Comentario Dedicatoria en una base triangular de trípode; piedra caliza de color gris azulado. Actualmente se encuentra en el Museo Británico (nº inventario: 1816.6-10.381). Podría considerarse una inscripción modelo porque presente todos los elementos de este tipo de dedicatorias corégicas, además de presentar un buen estado de conservación. Orcómeno 3.6. Dedicatoria de coregos a Dioniso (250-235 a.C.; IG: después de 220 a.C.; Farnell: alrededor de 100 a.C.; Agelidis y Manieri: 250-235 a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 187-188, nº 6. Μύριχος Πολυκράτιος, Ἱαρώνυµος Διογίτονος, ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνύσοι ἀνέθεικαν Τίµωνος ἄρχοντος, αὐλίοντος Κλεινίαο, ἀΐδοντος Ἀλκισθένιος. Mírico, hijo de Polícrates, Jerónimo, hijo de Diogitón, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Timón, auleta, Clinias y cantante, Alcístenes. Ediciones Walpole (1820), 575-576, nº 40; Rose (1825), 300; CIG 1 (1828), 1579; SIAGL (1834), 197, nº 67; Leake (1835), 631, nº 3; Le Bas (1847), 617; Cauer (1883), 195, nº 290; SIB (1883), 24; SGDI 1 (1884), 477; IG 7 (1892), 3210; Michel (1900), 957; Farnell (1977) [1909], 308 n. 102e; DGEE (1923), 519; Robert y Robert (1974), 229-230, nº 283; SEG 42 (1992), 416; SEG 51 (2001), 9; Agelidis (2009), 250-251, nº 131; Manieri (2009), 190- 191. Publicaciones Schachter (1981), 179. Comentario Dedicatoria en una base triangular de trípode; piedra caliza de color gris azulado. Apareció cerca de la tumba de Minias. Se sabe que en 1961 esta inscripción concretamente fue transportada al interior del patio del monasterio. Su nº inventario es 84. Orcómeno 3.7. Dedicatoria de coregos a Dioniso (250-235 a.C.; Agelidis: 230 a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 189-190, nº 7. Λαπουστίων Διοδώρω Μύριχος Καλλιώνδαο ἄνδρεσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνούσυ ἀνέθεικαν ἄρχοντος Θιοδώρω αὐλίοντος Ἄνδρωνος ἀΐδοντος Ἀλκισσθένιος. 5 370 Lapustión, hijo de Diodoro, Mírico, hijo de Caliondas, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Teodoro, auleta, Andrón y cantante, Alcístenes. Ediciones Agelidis (2009), 252-253, nº 133; Manieri (2009), 191. Publicaciones Schachter (1981), 179. Comentario Dedicatoria realizada sobre una base triangular de trípode. Apareció cerca de la tumba de minias. La presente inscripción (nº inventario: 65), junto con Orcómeno 3.5 y Orcómeno 3.6, se distinguen del primer grupo (Orcómeno 3.1, Orcómeno 3.2 y Orcómeno 3.3) en la fórmula empleada, pues estas presentan al cantante, a diferencia de las tres primeras. Orcómeno 3.8. Dedicatoria de coregos a Dioniso (mitad del siglo III a.C.; Agelidis: 255 a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 191-192, nº 8. Ἀπολ[λό]δωρος Πουθίαο Καφίσιος Δαµηνέτω ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνούσοι ἀνέθεικαν Ἀνηρίστω ἄρχοντος αὐλίοντος Βουΐσκω ἀΐδοντος Ἀριστάρχω. Apolodoro, hijo de Pitias, Cafisio, hijo de Dameneto, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Aneristo, auleta, Boisco y cantante, Aristarco. Ediciones Agelidis (2009), 108 y 250, nº 130; Manieri (2009), 191-192. Publicaciones Schachter (1981), 179. Comentario Dedicatoria en base triangular de trípode. El acabado de la cara principal de dicha base es muy parecido al de las inscripciones Orcómeno 3.5 y Orcómeno 3.6. Apareció cerca de la tumba de Minias. Su nº inventario es 128. Orcómeno 3.9. Dedicatoria de coregos a Dioniso (mitad del siglo III a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 193-194, nº 9. Εὐαγόρας Νίκωνος Ἀριστόνικος Κλιώνδαο Fαναξίωνος ἄρχοντος ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνούσυ ἀνέθεικαν αὐλίοντος 371 Ἡρακλίδαο ἀΐδοντος Ὁµολωίχω. Evágoras, hijo de Nicón, Aristonico, hijo de Cleondas, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, durante el arcontado de Anaxión, dedicaron a Dioniso, siendo auleta Heraclidas y cantante, Homoleco. Ediciones Agelidis (2009), 260, nº 143; Manieri (2009), 192. Publicaciones Schachter (1981), 179. Comentario Dedicatoria en base triangular de trípode, hallada en la excavación de 1972-1973. La presente inscripción muestra un tipo de escritura, un modo de sellado y unos pies de trípode casi iguales a los de la inscripción siguiente, Orcómeno 3.10, y muy similares a los de Orcómeno 3.5 y Orcómeno 3.8. Es, además, el único caso de toda esta serie de dedicatorias corégicas que presenta el nombre del arconte inmediatamente después de los nombres de los coregos. Orcómeno 3.10. Dedicatoria de coregos a Dioniso (mitad del siglo III a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 194-195, nº 10. [—————————————————————]των Ἀρχεδάµω [ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσα]ντες Διωνιούσυ [ἀνέθεικαν ———————————— ἄρχο]ντος αὐλίοντος [———— ἀΐδοντος ————]. (nombre, hijo de...), (...)ton, hijo de Arquedamo, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte (…), auleta, (…) y cantante, (…). Ediciones Agelidis (2009), 260-261, nº 144; Manieri (2009), 193. Publicaciones Schachter (1981), 179. Comentario Dedicatoria en base triangular de trípode. A pesar de tener abundantes lagunas, el teónimo al que se consagra la inscripción es de los pocos datos perfectamente legibles. Orcómeno 3.11. Dedicatoria de coregos a Dioniso (mediados-finales del siglo III a.C., probablemente 230 a.C.; Agelidis: 230-220 a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 195- 196, nº 11. 372 Δαϊκρατίδας Ἀπολλωνίδαο <µ> Μνασικράτεις Θιοδώρω ἄνδρεσ- σι χοραγείσαντες νικάσαν- τες Διωνούσυ ἀνέθεικαν ἄρχον- τος Θυνάρχω αὐλίοντος Ἑρµα- 5 ϊ̣ώνδαο ἀΐδοντος Ἄγλαο. Daicrátidas, hijo de Apolónidas, Mnasícrates, hijo de Teodoro, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Tinarco, auleta, Hermaiondas y cantante, Aglas. Ediciones Agelidis (2009), 253, nº 134; Manieri (2009), 193-194. Publicaciones Schachter (1981), 179. Aparato crítico Agelidis l. 5-6: Ἑρμα-ιώνδαο. Comentario Dedicatoria en base triangular de trípode. El lateral izquierdo de la pieza está sin modelar. Apareció cerca de la tumba de Minias. Su nº inventario es 62. Orcómeno 3.12. Dedicatoria de coregos a Dioniso (210 a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 196-198, nº 12. Ἀ̣µφικτίων Δρωπούλω Εὐκλεῖς Διωνιουσοδώρω ἄνδρεσσι χο[ρα]- [γ]είσαντες νικάσαντες Διωνιούσοι ἀνέθεικαν ἄρχοντος Παϊλλ[έαο] [α]ὐλίοντος [———————] ἀΐδοντος Χαρίνω. Anfictión, hijo de Drópulo, Eucles, hijo de Dionisodoro, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Paileas, auleta, (…) y cantante, Carino. Ediciones Agelidis (2009), 254, nº 135; Manieri (2009), 194. Publicaciones Schachter (1981), 179. Aparato crítico Agelidis l. 1: Ἀμφικτίων. Comentario Dedicatoria en base triangular de trípode. De las tres caras laterales de dicha base solo está perfectamente modelado el borde superior. 373 Orcómeno 3.13. Dedicatoria de coregos a Dioniso (210 a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 199-200, nº 13. [Ἀ]ν̣τ̣ιχαρίδας Κρινίππ[ω ———————]λίδας Ἀρχίαο ἄνδρεσσι χοραγείσ[αντες νικ]άσαντες Διωνούς[υ] ἀνέθεικαν ἄρχοντος [Διωνο]υ̣σοδώρω αὐλίοντος Ἑρµαϊώνδαο ἀΐδοντος Χαρίνω. Anticáridas, hijo de Crinipo, (...)lidas, hijo de Arquias, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Dionisodoro, auleta, Hermaiondas y cantante, Carino. Ediciones IG 7 (1892), 3212; Robert y Robert (1974), 229-230, nº 283; Agelidis (2009), 254-255, nº 136; Manieri (2009), 194-195. Publicaciones Schachter (1981), 179. Aparato crítico IG l. 1-4: [———————————κ]λ̣ίδας Ἀρχίαο | [ἄνδρεσσι χοραγίοντες νικά]σαντες Διωνούσ | [οι ἀνεθέταν, —— ἄρχοντος, ——δ]ώρω αὐλίοντος, | [——— ἀΐδοντος]; Agelidis l. 1: [Ἀ]ντιχαρίδας, l. 2: [ἄ]νδρεσσι, l. 3: [Διωνο]υσοδώρω. Comentario Dedicatoria en base triangular de trípode; de piedra caliza de color gris azulado; hallada muy fragmentada. Uno de los fragmentos apareció en 1892, los dos restantes, entre 1967 y 1974. La inscripción presenta una disposición del texto y un modelado del borde superior de las caras laterales muy cuidadosos. Orcómeno 3.14. Dedicatoria de coregos a Dioniso (final del siglo III a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 200-202, nº 14. Εὐρούλοχος κὴ Λιουσίας Διωνιουσίω ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνιούσυ ἀνέθεικαν ἄρχοντος Εὐρουλόχω αὐλείοντο(ς) Ἑρµαιιώνδα(ο?) ἀΐδοντος Χαρίν̣ω. Euríloco y Leusias, hijos de Dionisio, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Euríloco, auleta, Hermaiondas y cantante, Carino. Ediciones Agelidis (2009), 261, nº 145; Manieri (2009), 195. 374 Publicaciones Schachter (1981), 179. Aparato crítico Agelidis l. 4: Χαρίνω. Comentario Dedicatoria en base triangular de trípode. La pieza está modelada en la cara inscrita y en la cara lateral izquierda; la derecha está sin modelar, y la cara superior está picada y descuidada. El texto ocupa el espacio de toda la cara inscrita. Apareció cerca de la tumba de Minias. Su nº de inventario es 88. Orcómeno 3.15. Dedicatoria de coregos a Dioniso (final del siglo III a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 202-204, nº 15. [Θ]ε̣µιστίων Πολουκ̣[ρ]άτιος Ξένων [——]νίκω ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαν- [τε]ς Διωνούσυ ἀνέθεικαν ἄρχοντος Ἑρµαΐσκω [αὐλ]ί̣οντος Διωνουσίω ἀΐδοντος Ἀρχεστράτω. Temistión, hijo de Polícrates, Jenón, hijo de (...)nico, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Hermaísco, auleta, Dionisio y cantante, Arquéstrato. Ediciones Agelidis (2009), 255, nº 137; Manieri (2009), 195-196. Publicaciones Schachter (1981), 179. Aparato crítico Agelidis l. 1: [Θ]εμιστίων Πολουκ[ρ]άτιος, l. 4: [αὐλ]ίοντος. Comentario Dedicatoria sobre base rectangular de trípode, hallada en los alrededores del monasterio de la Virgen de la Dormición de Scripou entre 1967-1969. Carece de la parte posterior de la piedra y no todas las caras están modeladas. Amandry y Spyropoulos proponen para la línea 2 [Εὔ]νικος o [Σώ]νικος. Orcómeno 3.16. Dedicatoria de coregos a Dioniso (final del siglo III a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 204, nº 16. Θιόµναστος Λιουκίνω Ἐπικρ[άτεις] (o [ατίδας]) Μικ̣κίωνος ἄνδρεσσι χοραγεί[σαντες] 375 νικάσαντες Διωνιούσυ ἀνέθε[ικαν ἄρχοντος] Ὀνασιµδρότω αὐλίοντος Διωνιουσ[ίω ἀΐδοντος] Ἀλκίµω. 5 Tiomnasto, hijo de Leucino, Epícrates (o Epicrátidas), hijo de Mición, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Onasímbroto, auleta, Dionisio y cantante, Alcimo. Ediciones Agelidis (2009), 256, nº 138; Manieri (2009), 196. Publicaciones Schachter (1981), 179. Comentario Dedicatoria en base triangular de trípode. Se conserva fragmentada tanto la moldura de la cara inscrita como el lateral derecho. Orcómeno 3.17. Dedicatoria de coregos a Dioniso (final del siglo III a.C.-principios del siglo II a.C.; Manieri: final siglo III a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 204-206, nº 17. Μενέσστροτος Ἀρισστοκλίδαο Ἀντιχαρίδας Ἀθανοδώρω ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνούσυ ἀνέθεικαν Θαρσουµάχω ἄρχοντος αὐλίοντος Σωπόλιος ἀΐδοντος Ἀ̣[ρχ]ε̣στράτω. 5 Menéstrato, hijo de Aristoclidas, Anticáridas, hijo de Atanodoro, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Tarsímaco, auleta, Sópolis y cantante, Arquéstrato. Ediciones Agelidis (2009), 256-257, nº 139; Manieri (2009), 196-197. Publicaciones Schachter (1981), 179. Aparato crítico Agelidis l. 5: Ἀ[ρχ]εστράτω. Comentario Dedicatoria en base triangular de trípode. Presenta las molduras superiores de las tres caras. Se encuentra en buen estado de conservación. La presente inscripción, Orcómeno 3.15 y Orcómeno 3.16 presentan rasgos similares. 376 Orcómeno 3.18. Dedicatoria de coregos a Dioniso (final del siglo III a.C.-principios del siglo II a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 207, nº 18. [————————]ος Ἀντικράτινος Πο[———] [ἄνδρεσσι χοραγείσα]ντες νικάσαντες [Διωνούσυ] [ἀνέθεικαν ————] ἄρχοντος αὐλίον[τος ———] [ἀΐδοντος ————]. (...), hijo de (...)o, Anticrátino, hijo de Po(...), que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte (...), auleta, (…) y cantante, (…). Ediciones Agelidis (2009), 262, nº 146; Manieri (2009), 197. Publicaciones Schachter (1981), 179. Comentario Dedicatoria fragmentada en base triangular de trípode. Fue hallada cerca de la tumba de Minias. El epígrafe se encuentra en muy mal estado; solo conserva íntegro el nombre de uno de los coregos. Orcómeno 3.19. Dedicatoria de coregos a Dioniso (final del siglo III a.C.-principios del siglo II a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 207-208, nº 19. Νίκαρχος Ἱπποκλεῖος Καλλίας Λαµπρ̣ί̣α̣[ο] ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνιούσυ ἀνέθεικαν Κάλλωνος ἄρχοντος αὐλίοντος Φιλοστρότω ἀΐδοντος Ζωβίω. Nicarco, hijo de Hipocles, Calias, hijo de Lamprias, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Calón, auleta, Filóstrato y cantante, Zobio. Ediciones Agelidis (2009), 259, nº 141; Manieri (2009), 198. Publicaciones Schachter (1981), 179. Aparato crítico Agelidis l. 1: Λαμνρία[ο]. 377 Comentario Dedicatoria en base triangular de trípode. Tiene las molduras de los bordes superiores de las tres caras fragmentadas. Orcómeno 3.20. Dedicatoria de coregos a Dioniso (final del siglo III a.C.-principios del siglo II a.C.). Amandry y Spyropoulos (1974), 208-210, nº 20. Ἀριστόνικος Ἑρµαΐω Καφισόδωρος Καφισίαο ἄνδρεσσι χοραγείσαντες νικάσαντες Διωνούσυ ἀνέθεικ[αν] ἄρχοντος Θυζότω αὐλίοντος Τηλεµάχω ἀΐδοντος Ζωβί[ω]. Aristonico, hijo de Hermaio, Cafisodoro, hijo de Cafisias, que fueron coregos vencedores en el coro de hombres, dedicaron a Dioniso, siendo arconte Tizoto, auleta, Telémaco y cantante, Zobio. Ediciones Agelidis (2009), 259-260, nº 142; Manieri (2009), 198. Publicaciones Schachter (1981), 179. Comentario Dedicatoria en base triangular de trípode. La moldura superior de la cara inscrita de la inscripción está rota. Apareció cerca de la tumba de Minias. Su nº de inventario es 58. 378 QUERONEA - Χαιρώνεια CLÁUSULA DE PROTECCIÓN Queronea 1. Probable cláusula de protección (s. II a.C.). IG 7 (1892), 3392. ἄρχοντος Εὐηµέρου τοῦ Λυσιµάχου, ἱε- ρι<τε>ύοντος Μάρκου Μαρίου, ἐλε<ι>-[κνο] φόρησε <Σά>τυρος Παραµόνου. ἐπιµέλεσθαι δὲ τὸν ἱαρεῖα τῶ Δι- ωνούσω κὴ τὸν ἱαράρχαν κὴ Τιµόλα- 5 ον τῶν ἀντεθεµένων, ὅπως µεὶ ἀ- δικίωνθη. Durante el arcontado de Evémero, hijo de Lisímaco, siendo sacerdote Marco, hijo de Mario, Sátiro, hijo de Paramón, portó el aventador sagrado. El sacerdote de Dioniso, el sacerdote al mando y Timolas se encargaron de las cosas que se habían ofrendado, para que no sufrieran daños. Publicaciones Nilsson (1975) [1957], 45 n. 1; Schachter (1981), 173-174; Merkelbach (1988), 112 n. 79; Papazarkadas (2014), 427. Comentario Posible cláusula de protección o manumisión identificada como una dedicatoria de un esclavo a Dioniso. Encontramos algunos rasgos del dialecto beocio, como μεί (en át. μή), κή (καί en át.). Téngase en cuenta que ἀντεθεμένων es el participio del verbo ἀνατίθημι, no de ἀντιτίθημι. DEDICATORIA Queronea 2. Dedicatoria a Dioniso (cronología desconocida). IG 7 (1892), 3409. [———————].ς ἀ[γωνο]- [θετήσας Διονυ]σίων Π[——] [————τὸ π]ροσκήνι[ον] [µετὰ τῆς γυναικὸς Σ]ωκρατήας [———————]Ι̣Ι̣ Διονύσωι 5 [καὶ τῇ πόλει ἀ]νέθηκε. (…) habiendo sido árbitro de las Dionisias P(…) con su mujer Socratia el proscenio dedicó a Dioniso y a la ciudad. Publicaciones Schachter (1981), 173-174; Fossey (1991), 154. Comentario La inscripción está muy fragmentada, pero el téonimo de consagración se lee perfectamente. 379 TANAGRA - Τανάγρα DEDICATORIA Tanagra 1. Dedicatoria a Dioniso (SIB: 350 a.C.; DGEE y Schachter: s. V a.C.; Jiménez San Cristóbal: ss. VI-V a.C.). IG 7 (1892), 550. Αἐσχρόνδας Αἐγίτ[θο(?)] Διονύσοε. Escrondas, hijo de Egit(o...) a Dioniso. Ediciones CIG 1 (1828), 1599; Leake (1835), 470-471 y pl. XV, nº 71; Le Bas (1847), 573; Cauer (1883), 231, nº 359; SIB (1883), 335; SGDI 1 (1884), 869; Roberts (1887), 223, nº 153; DGEE (1923), 453; Raubitschek (1949), 352; Lazzarini (1976), 228, nº 371. Publicaciones Schachter (1981), 183; Jiménez San Cristóbal (2013), 225. Comentario Inscripción grabada en piedra negra, fragmentada por la parte inferior y derecha. Fue hallada en la localidad tanagrense de Harma, en las ruinas de la ermita de Agia Paraskevi, cerca de Dritsa, entre Tanagra y Tebas. Probablemente procede del cercano templo de Dioniso en Tanagra. Los caracteres inscritos, según Leake, son “of remote antiquity” (de remota antigüedad). Sobre el teónimo, téngase en cuenta que el diptongo -oε (beoc.) < - οι < -ωι (en át.). EPITAFIOS Tanagra 2. Epitafio de un mista por parte de los Dionisiastas (no antes del s. II a.C.; Roesch: finales del s. III a.C.). IG 7 (1892), 686. Γαλάτας· οὗτον ἔθαψαν τὺ Διωνιουσιαστή. Gálata: lo enterraron los Dionisiastas. Ediciones Martha (1880), 141; Meister (1881), 64, nº 85b; Cauer (1883), 237, nº 373; SIB (1883), 509; Haussoullier (1884), 74, nº 4; DGEE (1923), 463.2; Roesch (1982), 132-133, nº 14; Jaccottet (2003), 40, nº 8; SEG 53 (2003), 2225; Ascough y Kloppenborg (2011), 285, nº 57b; Ascough, Harland y Kloppenborg (2012), 36, nº 31B; Marchand (2015), 242 y 254- 255. 380 Publicaciones Cumont (1906), 306 n. 17; Nilsson (1975) [1957], 65 n. 110; Fraser (1977), 59; Schachter (1981), 183; Merkelbach (1988), 116 n. 95; Guettel-Cole (1993), 286. Comentario Estela funeraria fina, de piedra caliza local, oscura, con acabado en triángulo en la parte superior. Se encuentra en el Museo Arqueológico de Skimatari, Tanagra (nº inventario: 1141). En cuanto al griego, téngase en cuenta que τὺ (beoc.) es τοι en jon. y οἷ/οἱ en át. Tanagra 3. Epitafio de un mista por parte de los Dionisiastas (finales del s. II a.C. - principios del s. I a.C.). Roesch (1982), 133-136, nº 15. ἐπὶ Εὐτύχωι· τοῦτον ἔθαψαν οἱ Διονυσιασταὶ καὶ οἱ ἀµπελουργοί. 5 En honor de Eutico: lo enterraron los Dionisiastas y los viñadores. Ediciones SEG 32 (1982), 488; Robert y Robert (1983), 108, nº 208; Jaccottet (2003), 41, nº 9; SEG 53 (2003), 2225; Ascough y Kloppenborg (2011), 287, nº 58; Ascough, Harland y Kloppenborg (2012), 36, nº 31E; Marchand (2015), 242 y 254-255. Publicaciones Merkelbach (1988), 116 n. 95; Roller (1989), 110, nº 91; Guettel-Cole (1993), 286. Comentario Estela muy desgastada, de mármol amarillento. Presenta frontón, tres acróteras y dos rosetas de cuatro pétalos entre la segunda y la tercera línea de la inscripción. La piedra probablemente fue reutilizada, pues hay débiles rastros de letras (que ya no son legibles) sobre las rosetas. El epígrafe se encuentra en el Museo Arqueológico de Skimatari, Tanagra (nº inventario: 1052). 381 TEBAS - Θήβα DEDICATORIAS Tebas 1. Dedicatoria en forma de epigrama referida a la guerra entre beocios y atenienses (506 a.C.). Knoepfler (2006), 658-659, nº 203(2). [————]ος Οἰνόας καὶ Φυλὰς [———]αι Χαλκίδα λυσάµενοι [—————]hελόντες καὶ Ἐλευσῖνα [Διονύσωι Κάδ]µωι ἀνέθιιαν. (…)o, Enoas y Filas (…) Calcis, una vez hayan liberado (…)elontes y Eleusis a (Dioniso) Cadmeo dedicaron. Ediciones Whitley (2002-2003), 44; SEG 54 (2004), 518; Whitley (2004-2005), 46. Comentario La inscripción se encuentra en la parte inferior de una pequeña columna. Fue hallada en un depósito del periodo arcaico junto a cuatro planchas de bronce durante las excavaciones de 2000-2001 en Pyri, un suburbio de Tebas. Knoepfler presenta un texto según la transcripción preliminar y provisional realizada por Aravantinos, exhibida en el Museo de Tebas. Sobre aspectos lingüísticos, ἀνέθιιαν es una forma extraña en 3ª personal de plural de aoristo. Tebas 2. Dedicatoria a los Dioscuros o a los dioses venerables y a Dioniso (época imperial; Schörner: s. I d.C.). Keramopoullos (1934-1935), 16, nº 185. [Διοσκόρ]οῖς καὶ Διονύσωι [καὶ τῆι] πόλει [————]ος ῾Ροῦφος ἐκ τῶν [ἰδίων ἀ]νέθηκεν. A los Dioscuros, a Dioniso y a la ciudad (...) dedicó Rufo a sus propias expensas. Ediciones SEG 31 (1981), 506. Publicaciones Schachter (1981), 185, 197 n. 1 y 208 n. 1; Schörner (2003), 478, nº 971. Aparato crítico Schachter l. 1: [Θεοῖς Σεβαστ]οῖς καὶ Διονύσωι. Comentario Inscripción de mármol fragmentada por el lado izquierdo. Se encontró en el cementerio de Agios Lucas de Tebas. 382 Tebas 3. Dedicatoria a Dioniso (cronología desconocida). IG 7 (1892), 2468a. [——————— Ἵ]ππωνος [———————— κ]ὴ Διωνούσοι. (…) hijo de Hipón (…) y a Dioniso. Comentario Inscripción fragmentaria realizada sobre una base de mármol, en gran parte perdida por el lado izquierdo. No se conoce la datación pero podría ser de época postclásica- helenística por el uso de -ω- en el teónimo. Se encuentra en el Museo de Tebas (nº inventario: 235). Tebas 4. Dedicatoria a Dioniso (cronología desconocida). IG 7 (1892), 2474. Ἐπήνετ[ος —————] τὰν θουγα[τέρα ———] Διωνού[σοι —————] ἐποί[ησ]ε. Epeneto (…) hizo a su hija (…) para Dioniso. Comentario Inscripción fragmentaria realizada sobre una base de mármol, en gran parte perdida por el lado derecho. No se conoce la datación pero podría ser de época postclásica-helenística por el uso de -ω- en el teónimo. Se encuentra en el Museo de Tebas (nº inventario: 101). Tebas 5. Dedicatoria a Dioniso (cronología desconocida). Keramopoullos (1917b), 368. Πέτρων, Ἀρίστανδρος Διωνύσοι ἀνέθε. Petrón, Aristandro a Dioniso dedicaron. Comentario Inscripción en una estela de mármol de altura considerable (más de metro y medio). Fue hallada a las afueras de Tebas y se encuentra en el Museo de dicha ciudad (nº inventario: 564). No se conoce la datación pero podría ser de época postclásica-helenística por el uso de -ω- en el teónimo. Sobre aspectos lingüísticos, ἀνέθε(ν) es una forma verbal arcadia. 383 DEDICATORIAS DE LOS TECNITAS DE DIONISO Tebas 6. Los tecnitas de Dioniso dedican una estatua en honor de Dioniso (SEG: s. II a.C.; Le Guen: s. III a.C.). IG 7 (1892), 2486. [τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον] [τεχνιτῶ]ν τῶν εἰς Ἰσθ[µὸν καὶ] [εἰς] Πιερίαν συντελούν[των ——] Ζευ<ξ>ίππου τὸµ πρόξενο[ν τὸν] ἑαυτῶν Διονύσωι ἀρετῆς ἕνεκεν καὶ 5 εὐνοίας ἣν ἔχων διατελεῖ εἴς τε τοὺς τεχνίτας καὶ τῆς εἰς τὸν θεὸν εὐσεβείας. La asociación de los tecnitas de Dioniso del Istmo y (¿Nemea?) que ejercen en Pieria, a su propio próxeno, (…), hijo de Zeuxipo, en honor de Dioniso por su propia virtud y benevolencia, que continúa teniendo para los tecnitas, y por su respeto a los dioses. Ediciones Leake (1835), 225 n. 1 y pl. X, nº 42; Le Bas (1847), 504; SIB (1847), 17; Poland (1895), 14; Baege (1913), 122; Robert y Robert (1978), 424, nº 232; Roesch (1982), 197-198, nº 43; SEG 32 (1982), 438; Le Guen (2001), 179-181; Aneziri (2003), 368, B15. Publicaciones Poland (1909), 134 n.*; Pickard-Cambridge (1968) [1953], 288 n. 4. Aparato crítico Poland, SEG, Roesch y Le Guen l. 2-4: [τεχνιτῶ]ν τῶν εἰς Ἰσθ[μὸν καὶ Νεμέαν] | [καὶ] Πιερίαν συντελούν[των] | Ζευξίππου τὸμ πρόξενο[ν γενόμενον]. Comentario Inscripción fragmentaria sobre base de piedra caliza de tamaño considerable, pues albergaba una escultura. Apareció en la ciudad de Tebas, en los escalones de la torre oriental. Fue trasladada al Museo de Tebas hasta que desapareció en el siglo XIX. En lo que concierne a aspectos lingüísticos, nótese que presenta un fenómeno de sandhi ortográfico (τόμ = τόν (át.)): la nasal -ν final del artículo pasa a labial -μ al seguirle una palabra que comienza por labial. Tebas 7. Los tecnitas de Dioniso dedican una estatua en honor de Dioniso (s. II a.C.). Roesch (1982), 196, nº 42. [τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν] τῶν ἐν Θήβαις Ἀ[ν]τίφιλον Μενάν[δρου εὐνοίας] ἕνεκεν καὶ εὐε[ργε]σίας τῆς εἰς [ἑαυτὸ] ἀνέθηκεν Διονύσωι. 384 La asociación de los tecnitas de Dioniso en Tebas se la dedicó a Antífilo, hijo de Menandro, a causa de su buena disposición y de su buena conducta en lo referente a esta, en honor de Dioniso. Ediciones SEG 32 (1982), 438; Stefanis (1988), 59, nº 224; Le Guen (2001), 178-179; Aneziri (2003), 367, B14. Comentario Inscripción sobre base de piedra caliza, destinada a soportar una estatua. La parte superior y el lado derecho están fragmentados, por lo que la primera línea y el final de las tres primeras líneas no se conservan, aunque se ha podido reconstruir gracias a inscripciones similares. El texto fue grabado en el Tesoro de los Atenienses de Delfos. En época de Roesch, la inscripción se encontraba en el Museo de Tebas. Tebas 8. Los tecnitas de Dioniso dedican una estatua ¿en honor de Dioniso? (Roesch y Le Guen: mediados o 2ª mitad del s. II a.C.). IG 7 (1892), 2485. τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόν[υσον τεχνιτῶν] τ̣ῶν ἐξ Ἰσθµοῦ καὶ Νεµέας, σ[υντελούντων δὲ] ἐν Θήβαις, Καλλίστρατον Α[————————]. La agrupación de los tecnitas de Dioniso del Istmo y de Nemea que ejercen en Tebas, a Calístrato, hijo de A(…) . Ediciones Haussoullier (1880), 335-336; Roesch (1982), 196, nº 41; Stefanis (1988), 249, nº 1360; Le Guen (2001), 178; Aneziri (2003), 367, B13. Aparato crítico Haussoullier l. 3: [ἐ]ν; Roesch l. 3: ἐ̣ν. Comentario Inscripción fragmentada por la parte derecha; fue realizada sobre una base de piedra con el fin de sostener una estatua. Se cree que apareció en la misma Tebas, pero no existe ninguna indicación de su provenienza exacta. Haussoullier declara, en 1880, que la inscripción había sido una adquisición reciente del Museo de Tebas, pero Roesch confiesa, en 1982, no haberla hallado. En lo que concierne al texto, la reconstrucción de la parte fragmentada fue posible gracias a otros textos similares (por ejemplo, Haussoullier reconstruyó la l. 2 gracias a Tebas 6). Tebas 9. Los tecnitas de Dioniso dedican una estatua en honor de Dioniso (2ª mitad s. II a.C. - principios del s. I a.C.; Kaibel: s. I a.C.; Roesch: 150-100 a.C.; Le Guen: mediados o 2ª mitad del s. II a.C.; Schörner: s. II a.C.). IG 7 (1892), 2484. 385 τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν τῶν ἐν Θήβαις Διοκλῆν Τιµο- στράτου Διονύσωι. ἔστησεν Βροµίωι Διοκλῆν Τιµοστράτου υἱὸν 5 ἐ[σ]θλὴ τεχνιτῶν µουσοπόλων σύνοδος. La asociación de los tecnitas de Dioniso en Tebas, a Diocles, hijo de Timostrato, en honor de Dioniso. Erigió en honor de Bromio a Diocles, hijo de Timostrato, la noble asociación de los tecnitas, sirvientes de las Musas. Ediciones Clarke (1818), 70; CIG 1 (1828), 1600; SIAGL (1834), 205 n. 1; Leake (1835), 225 n.1 y pl. X, nº 41; Le Bas (1847), 505; SIB (1847), 1600; Kaibel (1878), 876; Lolling (1878), 139; Roesch (1982), 194 y 196, nº 40; Le Guen (2001), 176-177; Aneziri (2003), 367, B12; Schörner (2003), 477, nº 967. Publicaciones Farnell (1977) [1909], 311 n. 104k; Schachter (1981), 185. Aparato crítico Kaibel l. 5: [Τιμ]οστ[ρά]το[υ υἱὸν], l. 6: [ἐν]θά[δε]; Lolling l. 6: [ἐν π]όλε[ι]; Roesch l. 6: ἐσθλὴ. Comentario Inscripción en piedra (caliza de color gris). Presenta restos de un grabado muy antiguo hendiduras y en la cara superior hay cavidades de sellado para albergar una estatua. Fue encontrada en Tebas, en una capilla en ruinas. Resulta interesante la utilización de prosa y verso en la misma inscripción, lo que denota la habilidad artística de los tecnitas. CARTAS Tebas 10. Tecnitas de Dioniso (146 a.C.; IG: 200-150 a.C.). a- Le Guen (2001), 187-188; b- Roesch (1982), 202, nº 44. a- [————————————————————————] [ἐν] τῆι Ῥωμ̣αίων ἐπαρχείαι καὶ ἧς ἐπάρχουσ[ιν] [διὰ ἡγεµόνων] συγχωρῶ ὑµῖν ἕνεκεν τοῦ Διονύσου κα[ὶ] [τῶν ἄλλων θε]ῶν καὶ τοῦ ἐπιτηδεύµατος οὗ προεστήκ[ατε] [ὑµᾶς παντάπα]σιν ἀλειτουργήτους εἶναι καὶ ἀνεπισταθ- 5 [µεύτους καὶ ἀτελ]εῖς καὶ ἀν[ει]σφό[ρ]ους πάσης εἰσφορᾶ̣[ς] [καὶ αὐτοὺς καὶ γ]υναῖκας καὶ τέκνα ἕως ἂν εἰς ἡλι[κίαν] [ἀνδρικὴν ἐξίκω]νται καθὼς παρεκαλεῖτε. vacat 386 b- vacat [ἀ]γαθῆι τύχηι. vacat [Λεύκιος Μόµµιο]ς στρατηγὸς ὕπατος Ῥωµαί[ων τῶι] 10 [κοινῶι τῶν περ]ὶ̣ τὸν Διόνυσον τεχνιτ[ῶν τῶν ἐπ’ Ἰω]- [νίας καὶ Ἑλλησπ]ό̣ν̣του καὶ τῶν περ[ὶ τὸν Καθηγεµόνα] [Διόνυσον καὶ τοῖς] σ̣ὺν Κράτω̣[νι Ζωτίχου Ἀτταλισταῖς] [χαίρειν· ——————————————————————]. (…) en la eparquía de los romanos y sobre la que gobiernan con ayuda del prefecto, acuerdo con vosotros a causa de Dioniso y de los otros dioses y de la profesión que habéis practicado que estéis exentos de toda liturgia, de acuartelamiento, libres de impuestos, de tributación, de todas las contribuciones, vosotros mismos y vuestras esposas e hijos hasta que lleguen a la edad cuando seáis convocados. A la buena fortuna. Lucio Mumio, cónsul supremo de los romanos, a la asociación de los tecnitas de Dioniso de Jonia y del Helesponto y de Dioniso Categemón y a los Atalistas de Cratón, hijo de Zótico, saluda (…). Ediciones a- IG 7 (1892), 2413; Bertrand (1982), 169-172; SEG 33 (1983), 1613; Sherk (1984), 36, nº 37; Aneziri (2003), 361-362, B6. b- IG 7 (1892), 2414; SEG 32 (1982), 491; Le Guen (2001), 256-260; Aneziri (2003), 361-362, D15. a y b- Lolling (1878), 140-141; Klaffenbach (1914), 24-28; Sherk (1969), 249-252, nº 44; SEG 37 (1987), 1816; SEG 38 (1988), 1933; Kallet-Marx (1995), 349-352; SEG 45 (1995), 2303; SEG 51 (2001), 2279. Publicaciones a- Colin (1906), 279 n. 1; Ferrary (1988), 214-215, nº 14. a y b- Foucart (1899), 257 n. 10; Farnell (1977) [1909], 311 n. 104k; Poland (1909), 137; Wilhelm (1914), 70-71; Holleaux (1918), 5-6; Robert y Robert (1946), 304, nº 32; Robert y Robert (1950), 133, nº 32; Papazarkadas (2014), 120. Aparato crítico a- Klaffenbach y Sherk l. 2: [Μακεδονίαι] τῇ Ῥωμ̣αίων ἐπαρχείαι καὶ ἧς ἐπάρχουσ[ιν], l. 3: [τῆς Ἑλλάδος]; Ferrary l. 3: [διὰ στρατηγῶν]. b- Sherk l. 10: στρατηγὸς ὕπατος Ῥωμαί[ων, τῷ], l. 12: [ὶ τὸν Καθηγεμό]-, l. 13: [να Διόνυσον -] ΚΡΑΤ [-]; Klaffenbach l. 13: [καὶ τοῖς ὑπὸ] Κράτ[ωνος Ζωτίχου συνηγμένοις Ἀτταλισταῖς]. Comentario Inscripción fragmentada de una estela cuyo contenido son dos cartas que envió el cónsul Lucio Mumio a los tecnitas de Dioniso de Jonia y del Helesponto. Se encuentra en el Museo de Tebas (nº inventario: 105). DELIMITACIÓN DE PROPIEDAD Tebas 11. Límite de propiedad dedicado por Eumenes II, rey de Pérgamo (s. II a.C.; reinado: 197 a.C. - 159 a.C. [la inscripción pertenece al final de su reinado]). Fraser (1952), 236-245, nº 5. 387 ἱερά ἡ γῆ Διονύσου Λυσείου, ἀφ’ ὧν ἀνέθη- κε βασιλεὺς Εὐµένης. Tierra sagrada de Dioniso Lisio, de las que consagró el rey Eumenes. Ediciones Keramopoullos (1917b), 366-367; SEG 15 (1958), 328. Publicaciones Wilamowitz-Moellendorff (1922), 46 n. 2; Robert (1970) [1937], 84 n. 4; Magie (1950), 769, nº 70; Robert (1954), 134-135, nº 129; Horster (2011), 76. Comentario Estela de mármol con cimacio; se conserva completa. Se encuentra en el Museo de Tebas (nº inventario: 564). En cuanto a aspectos lingüísticos, llama la atención que no presenta dialecto beocio. En SEG aparece como terminus praedii, pero Fraser cree que no se trata de una delimitación de propiedad, sino de un recordatorio de que esa zona era tierra sagrada. FIESTAS Tebas 12. Agrionias (principios del s. I a.C.). IG 7 (1892), 2447. Θρασέου ἄρχοντος, ἀγ[ωνοθετοῦντος] τῶν Ἀγριωνίων Νικοµά[χου τοῦ ——], ἐπὶ ἱερέως τοῦ Διονύ[σου —— τοῦ] Ῥύνχωνος, ἀπὸ δὲ τ[εχνιτῶν ———]- ου τοῦ Εὐάγρου Χαλ[κιδέως τὸ δεύτε]- 5 ρον, πυρφοροῦντ[ος ————— τοῦ] [Στ]ρατονίκου Θη[βαίου, —————]. Durante el arcontado de Traseas, siendo árbitro de las Agrionias Nicómaco, hijo de (nombre), ejerció el sacerdocio de Dioniso (nombre), hijo de Rincón, y por parte de los tecnitas lo fue por segunda vez (nombre), hijo de Evagro de Calcis, y portador del fuego, (nombre), hijo de Estratonico de Tebas, (...). Ediciones Latyschev (1882), 349-350, nº 1; Reisch (1885), 107-108; Robert, (1935), 197-198; Le Guen (2001), 140-141; SEG 51 (2001), 2279; Aneziri (2003), 417, Gc; Manieri (2009), 301-302; SEG 59 (2009), 463. Publicaciones Farnell (1977) [1909], 300 n. 75; Roussel y Flacelière (1936), 375; Robert (1966), 748 n. 4; Graf (1985), 80 n. 42; Bernabé (2010), 379-380. 388 Aparato crítico Pomtow l. 4-5 (véase Robert, 1935: 197 n. 5): [Γλαυκί] | ου τοῦ Εὐάγρου; Robert l. 4-5: ἀπὸ δὲ τ[ῶν τεχνιτῶν ———] | ου τοῦ Εὐάγρου. Comentario Inscripción incompleta en mármol blanco, dañada en los lados derecho e inferior, aunque ha podido ser reconstruida siguiendo los modelos de las listas de los Museia de Tespias. Atestigua la clara denominación de la fiesta. Se encuentra en el Museo de Tebas (nº inventario: 209). Tebas 13. Dionisias de Tebas (ss. I-II d.C., seguramente época de Adriano [117-138 d.C.]). IThesp. 360bis. [-nom-] Δ̣ιοδ̣ ν ώρ̣ο̣[υ] [ἀγωνοθε]τήσαντα Διον̣[υσίων] [Καισαρ]ήων Ἐρωτιδή[ων Ῥωµαίων] [ἀρετῆς] πάσης ἕνεκεν. (...), hijo de ¿Diodoncoro?, habiendo sido árbitro de las Dionisias Cesareas Erotideas Romanas, por su completa virtud. Ediciones IG 7 (1892), 2518; Mellor (1975), 209-210; SEG 31 (1981), 524; Roesch (1982b), E.82.138; SEG 59 (2009), 463. Publicaciones Schachter (1981), 195. Aparato crítico IG l. 1-2: [—————————————————] | [——— ἀγωνοθετ]ήσαντα Διο[———— ———], l. 3: [—— καὶ Καισαρ]ήων, l. 4: ἕνεκεν.̣ Comentario Inscripción sobre base de piedra (caliza blanca) en forma de corona, muy fragmentada. En la cara de abajo hay un saliente de conexión con la base. Fue hallada en 1875 en la calle Edipo, en Tebas. Se encuentra en el Museo de Tebas (nº inventario: 85). 389 TESPIAS - Θεσπιές DEDICATORIAS Tespias 1. Dedicatoria en honor de Dioniso (finales del s. IV - principios del s. III a.C.). IThesp. 344. [——]αµε[ις] ᾽Ησχ[ούλω] [τὰ]ν µατέρα Ἀρι[στ——] Διωνού[σοι] [—nom— ἐ]πόησε. (…)amis, hijo de Esquilo, hizo a su madre Arist(…) en honor de Dioniso. Ediciones SEG 57 (2007), 482. Comentario Dedicatoria en una base de piedra caliza azulada, fragmentada por la parte de arriba, a derecha y a izquierda. Iba firmada por el escultor, pues la firma se conserva en letras muy pequeñas. Fue entregada al Museo de Tebas (nº inventario: 474). Tespias 2. Dedicatoria de una estatua honoraria de una sacerdotisa de Dioniso (finales del s. III a.C. - primer cuarto del s. II a.C.; SEG: s. III a.C.). IThesp. 367. [—n. fem.— Διο]νουσοδώρω τὰν γ[ουνῆκα] [—n. masc.—] Πρωτέαο, κὴ Διονο[υσόδωρος] [κὴ Μόνδων τὰν] µατέρα, κὴ Φιλῖνος Μό̣[νδωνος τὰν] [µάµµαν ἱαρειά]ξασαν τῶ Διωνού[σ]ω, τ[οῖς θεοῖς]. A (nombre fem.), hija de Dionisodoro, esposa de (nombre masc.), hijo de Proteas, tanto Dionisodoro como Mondón (la honraron), madre de ambos, y Filino, hijo de Mondón, a su abuela, que fue sacerdotisa de Dioniso, para los dioses. Ediciones Touloupa (1966) [1964], 203 y pl. 245γ; Schachter (1981), 192-194 n.3; SEG 31 (1981), 518; Roesch (1982b), E.82.99. Aparato crítico Schachter l. 1: [name (masc. nom.) Διω]ν̣ουσοδώρω τὰν [wife/daughter/sister?], l. 3-4: [patronym τὰν] ματέρα κὴ Φιλῖνος Μ[όνδωνος τὰν] | [wife/daughter/sister? ἱαρειά]ξ̣ασαν τῶ Διονο̣[ύσ]ω̣ τ[ῶ epithet]. Comentario Inscripción en base rectangular de piedra caliza, fragmentada por ambos lados. La cara superior presenta trazas de cavidades. Fue hallada en un terreno perteneciente a Atanasio 390 Rouselis, entre Canavari y Castro (dos pueblos pertenecientes a Tespias). Entró en el Museo de Tebas en 1961 (nº inventario de aquel momento: 46). Tespias 3. Epigrama del poeta Honesto (s. II-I a.C.; SEG: ss. I a.C.-I d.C.). IG 7 (1892), 1799. Τερψιχόρα κισσὸς Τερψιχόρηι, Βροµίωι δ’ ἔπρεψεν ὁ λωτός· τῆι µὲν ἵν’ ἔνθεος ἦ[ι], τῶι δ’ ἵνα τερπνότερος. Ὁνέστου. Terpsícore: la hiedra era propia de Terpsícore; de Bromio, el loto. A ella, porque estaba poseída por el dios; a él, porque era muy placentero. De Honesto. Ediciones Jamot (1902), 130 y 134, nº 3; Peek (1953), 621, nº 3; Robert y Robert (1955), 223-226, nº 119; SEG 13 (1955), 344d; IThesp. (2007), 291. Publicaciones Geffcken (1916), 79, nº 196.3; Preuner (1920), 405; Gow y Page (1968), vol. 1, 274-275, nº 12 A3; vol. 2, 306-307, nº 12 A3. Comentario Inscripción en la base de piedra caliza gris de una estatua hallada en el Valle de las Musas (monte Helicón, Tespias, Beocia). Se trata de uno de los epigramas del poeta Honesto, que iban adjuntos a las esculturas de las Musas (que se corresponden con las inscripciones IG 7, 1796 a 1805). Los epígrafes fueron trasladados al Museo de Tebas en 1935. Este tiene el nº inventario: 1054. Dioniso no aparece mencionado como tal, sino como Bromio. Tespias 4. Epigrama del poeta Honesto (ss. I a.C.-I d.C.; IG: ss. II-I a.C.). SEG 13 (1955), 346b. [Τερψιχόρηι πρέψεν] κισσὸς στέφο[ς, Εὐίωι αὐλός]· [ἔνθεος ἥ γε χο]ροῖς, τερπνότερ[ος δ’ ὅ γ’ ἵν’ ἦι]. De Terpsícore era propia la corona de hiedra; de Evio, el aulós: a ella, porque estaba poseída por el dios en las danzas y a él, porque era muy placentero. Ediciones Martha (1879), 445-446, nº 5; IG 7 (1892), 1800; Jamot (1902), 136-137; Peek (1953), 629, nº 12; Robert y Robert (1955), 223-226, nº 119; IThesp. (2007), 300. 391 Publicaciones Gow y Page (1968), vol. 1, 276-277, nº 19 B; vol. 2, 308, nº 19 B. Aparato crítico IThesp.: ———————— κισσὸς στέφο[ς ——————|———————ροῖς τερπνότερ———————| Ὁν[έστου]. Comentario Inscripción en la base de piedra caliza gris de una estatua hallada en el Valle de las Musas (monte Helicón, Tespias, Beocia). Se trata de uno de los epigramas del poeta Honesto, que iban adjuntos a las esculturas de las Musas (que se corresponden con las inscripciones IG 7, 1796 a 1805). Los epígrafes fueron trasladados al Museo de Tebas en 1935. De este no se conoce su nº inventario. Dioniso no aparece mencionado como tal, sino como Evio, aunque es reconstrucción. Tespias 5. Dedicatoria de parte del dios Toro (¿Dioniso?) (IThesp., Roesch y Moretti: ss. I a.C.-I d.C.; Farnell: s. II a.C.). IThesp. 72-80. θεοῦ Ταύρου. Del dios Toro. Ediciones Dodwell (1819), 513; CIG 1 (1828), 1605; Le Bas (1847), 399; SIB (1847), 1605; IG 7 (1892), 1787; Plassart (1926), 393-394, nºs 9-10-11-12 y n. 4; Lazaridis (1973), 287, nº 2; Roesch (1977), E.77.101; SEG 27 (1977), 72; Roesch (1978), E.78.15; SEG 59 (2009), 509; Marchand (2013). Publicaciones Farnell (1977) [1909], 285 n. 34h; Bérard (1976), 65; Moretti (1981), 73-77; Roesch (1982), 181 n. 180; Kajava (1989), 144-145, nº 5; Thériault (2009); Calderón (2017), 59 y 65-67. Comentario Se trata de diez inscripciones con el mismo mensaje: nueve de ellas aparecen en IThesp. 72-80 y la décima fue publicada en Marchand (2013: 146, n. 2). En un primer momento, el mencionado dios toro se atribuyó a Dioniso, pero estudios posteriores han confirmado que no alude a esta divinidad. Sobre la procedencia de los diez hallazgos se sabe lo siguiente: 1- Procedencia desconocida, llevada al Museo de Erimocastro, publicada por Dodwell (1819) y recogida en IG 7 (1892), 1787. 2- Hallada en 1889 en los alrededores de la fuente de Barbaká, transportada al Museo de Tebas (nº inventario: 1370), publicada por Plassart (1926). 3- Hallada en 1891 en Castro, transportada al Museo de Tebas (nº inventario: 1458), publicada por Plassart (1926). 392 4- Hallada en 1891 en Castro, transportada al Museo de Tebas (no se conoce su nº inventario), publicada por Plassart (1926). 5- Hallada en 1891 en Castro, transportada al Museo de Tebas (nº inventario: 331), publicada por Plassart (1926). 6- Localizada en la pared de la casa de Demetrio Chatzis, en el pueblo de Erimocastro en 1888, publicada por Plassart (1926). 7- Hallada formando parte del muro de la fuente Barbaká, transportada al Museo de Tebas en septiembre de 1964 (no se conoce su nº inventario), publicada en IThesp. 78. 8- Encontrada fortuitamente en un pedregal cerca de una villa antigua en mayo de 1972, llevada al Museo de Tebas (no se conoce su nº inventario), publicada en IThesp. 79. 9- Procedencia desconocida, fue transportada al Museo de Tespias (no se conoce su nº inventario), publicada por Lazaridis (1973). 10- Procedencia desconocida, publicada por Marchand (2013). Tespias 6. Dedicatoria en honor de Dioniso (ss. II-I a.C.; Schachter: s. I d.C.). IThesp. 369. Μνάσιππος Ἀρχελάου τὴν ἑ- αυτοῦ µητέρα Ἀµεινοκρά- τειαν Πολυκρατίδου ἱερω- τεύσασαν, Διονύσωι. Mnasipo, hijo de Arquela, a su madre Aminocratia, hija de Policratides, que fue sacerdotisa, para Dioniso. Ediciones Jamot (1902), 292, nº 3; Jones (1970), 228, nº 8. Publicaciones Farnell (1977) [1909], 299 n. 68c; Schachter (1981), 192-194. Comentario Inscripción sobre base cuadrangular de caliza blanca, dañada en el lateral derecho. Presenta una marca de junta (o anatirosis) en el izquierdo y una cavidad de una antigua fijación en la cara superior. Fue hallada en el pueblo de Castro en 1891, pero se transladó al Museo de Tebas (nº inventario: 295). Tespias 7. Dedicatoria en honor de Dioniso (ss. II-I a.C.; Schachter: s. I d.C.). IThesp. 370. Ὁ̣ δῆµος Θε̣σ̣πιέω[ν] 393 Μνάσιππον Ἀρχελά[ου], Διονύσωι. El pueblo de Tespias, a Mnasipo, hijo de Arquela, para Dioniso. Ediciones Jamot (1902), 292-293, nº 4 y 308. Publicaciones Ridder (1922), 240-241, nº 47; Plassart (1926), 393 n. 1; Schachter (1981), 192-194. Comentario Inscripción sobre base de mármol de color azul grisácea, dañada por la parte derecha. La cara inscrita tiene una moldura, y la cara superior, una cavidad ovalada de sellado, muestra de una antigua sujeción. Fue hallada en Castro en 1891, pero se transladó al Museo de Tebas (nº inventario: 290). Tespias 8. Dedicatoria en honor de Dioniso (s. I a.C.; Schachter: s. I d.C.). IThesp. 371. [Τὸν ἀδελφὸν Ἀνθεµίω]ν̣α Ἀµεινοκρά- [τεια, ἀδελφὴ δὲ Καλλί]ππου, Διονύσωι̣. A mi hermano Antemión, Aminocratia, también hermana de Calipo, para Dioniso. Ediciones Jamot (1902), 293, nº 5. Publicaciones Plassart (1926), 393 n. 1; Schachter (1981), 192-194. Comentario Inscripción fragmentaria en una pequeña base de mármol gris con vetas blancas, dañada por la parte izquierda y pulida por la parte derecha. Las dos líneas están tan juntas que la escritura parece enredarse. Fue hallada en Castro en 1891, pero se transladó al Museo de Tebas (nº inventario: 1336). Tespias 9. Dedicatoria (s. I d.C.; IG: durante el reinado de Vespasiano a Domiciano [69-96 d.C.]; Schachter: segunda mitad s. I d.C.). IThesp. 379. Φλαουίαν Ἀρχέλαν τὴν καὶ Τειµοξέναν, Λυσάν- δρου καὶ Δορκύλου θυ- γατέρα, ἱέρειαν διὰ βίου 394 Δήµητρος Ἀχέας, ἔκγο- 5 νον δὲ τῶν τὸν Διό- νυσον ἀναθέντων, Φλάουιος Μόνδων Φι- λείνου υἱὸς τὴν ἑαυτοῦ γυναῖκα. 10 A Flavia Arquela, la también llamada Timóxena, hija de Lisandro y ¿hermana? de Dórcilo, sacerdotisa vitalicia de Deméter Aquea, pariente de los que consagraron a Dioniso. Flavio Mondón, hijo de Filino, a su propia mujer. Ediciones Stamatakis (1879); IG 7 (1892), 1867; Jamot (1902), 294, nº 8 y 310-311; Jones (1970), 229-230, nº 11. Publicaciones Schachter (1981), 192-194. Comentario Inscripción sobre base de mármol con molduras en la parte superior e inferior. Fue encontrada en Castro por Stamatakis antes de 1878. Tras su descubrimiento, se rompió en tres fragmentos: el primero contenía la parte izquierda de las líneas 1 a 4, el segundo, la parte derecha de las dos primeras líneas, y el tercero, el resto de la inscripción. Los fragmentos se trasportaron al Museo de Erimocastro con el fin de recomponer y restaurar el epígrafe. Tespias 10. Dedicatoria y mención de las fiestas de Dioniso (s. I d.C.; Schachter: ss. I-II d.C.). IThesp. 393. Ἡ̣ β̣ουλὴ κα[ὶ ὁ δῆµος] Μνασίππαν̣ [———————] του ἱερατεύσ[ασαν Ἴ]- σιδος καὶ ἀν[αθεῖσαν] τῇ πόλι εἰς τὰ̣[ς τοῦ Δι]- 5 [ον]ύσου ἑορτ̣[ὰς —————] [——————————]. La asamblea y el pueblo: a Mnasipa, (hija de …), la que fue sacerdotisa de Isis y ofrendó a la ciudad para las fiestas de Dioniso (…). Ediciones Dodwell (1819), 513; CIG 1 (1828), 1633; Le Bas (1847), 410; SIB (1847), 1633; IG 7 (1892), 1869; Jamot (1902), 293, nº 6; Jones (1970), 229, nº 9; RICIS (2005), 105/0404. 395 Publicaciones Farnell (1977) [1909], 308 n. 102e; Plassart (1926), 393 n. 2; Dunand (1973), 35-36; Schachter (1981), 192-194; Schachter (2007), 373; Bernini (2017). Aparato crítico Dodwell: ΤΟΟΙΛΗΚΑ | ΜΝΑΣΙΠΠΑ | ΤΟΥ ΙΕΡΑΤΕΥ-|ΣΙΔΟΣΚΛΙΑΝ | ΕΙΣΤ-|- ΙΥΣΟΥΕΟΡΤ-; CIG: [ἡ β]ο[υ]λὴ | Μνασίππα[ν ?] | του ἱερατεύσ[ασαν Ἴ]|σιδος κ(α)ὶ Ἀν[ούβιδος] | εἰς τ[ὴν Διο|ν]ύσου ἑορτ[ήν]; SIB: [ἡ β]ο[υ]λὴ | Μνασίππ[ον ---] του | ἱερατεύ[σαντα ἀφ | ε]ιδ[ῶ]ς κ[α]ὶ ἀν[επιβαρήτῶς | εἰς τ[ὴν Διο|ν]ύσου ἑορτ[ήν]; IG l. 1: [ἡ β]ουλὴ, l. 5-6: πόλ(ε)ι εἰς τ[ὴν τοῦ Δι|ον]ύσου ἑορτ[ήν]; Jamot l. 2-3: Μνασίππα[ν Μνασίπ|π]ου; Le Bas l. 6: [ἑ]ορτ[ήν]. Comentario Inscripción fragmentaria en una base de piedra caliza blanquecina; solo se conserva la parta superior izquierda. Fue hallada alrededor de 1800 en Castro. Después fue transportada al Museo de Tebas (no se conoce su nº inventario). Es un testimonio relevante porque relaciona el culto isíaco y el de Dioniso. DELIMITACIÓN DE PROPIEDAD Tespias 11. Límites de propiedad que delimitaban tierra sagrada de Dioniso. Tespias 11.1. Linde o mojón que delimitaba tierra sagrada de Dioniso (¿ss. III-II a.C.?). IThesp. 68. Ἁ γᾶ ἱαρὰ Διονού- σω κὴ τᾶς πόλιος Θεισ- πείων, ἃν ἀ- 5 νέθηκε Ξε- νέας Πού- θωνος. Tierra sagrada de Dioniso y de la ciudad de Tespias, la que consagró Jeneas, hijo de Pitón. Ediciones Haussoullier (1879), 385, nº 31; Meister (1881), 17, nº 33; SIB (1883), 242; SGDI 1 (1884), 816; IG 7 (1892), 1786; DGEE (1923), 490; SEG 57 (2007), 477; SEG 59 (2009), 508.8. Publicaciones Schachter (1981), 192; Migeotte (1994), 5-6 y 10-11; Vottéro (2001), 241; Horster (2011), 76-77. Comentario 396 Inscripción en bloque rectangular de piedra blanquecina, hallada en el pueblo de Vagia en torno a 1870. Posteriormente fue transportada al depósito del pueblo de Erimocastro (catalogada con el nº 16) y finalmente fue entregada al Museo de Tebas (no se conoce su nº inventario). Tespias 11.2. Linde o mojón que delimitaba tierra sagrada de Dioniso (¿ss. III-II a.C.?). IThesp. 69. Ἁ γᾶ [ἱ]αρὰ Διονούσω [κ]ὴ τᾶς πόλιος Θεισ- πιείων ἀναθέντος Ξενέαο Πού- 5 θ ω ν ο ς. Tierra sagrada de Dioniso y de la ciudad de Tespias, consagrada por Jeneas, hijo de Pitón. Ediciones Plassart (1926), 391-393, nº 6. Comentario Inscripción en bloque piramidal de piedra blanquecina, con el ángulo superior izquierdo perdido. Fue encontrada en el pueblo de Eklisia, entre Erimocastro y Vagia, en 1890. Fue depositada en el Museo de Tebas (nº inventario: 2036). Tespias 11.3. Linde o mojón que delimitaba tierra sagrada de Dioniso (¿ss. III-II a.C.?). IThesp. 70. Ἁ γᾶ ἱαρὰ Διονούσ[ω] κὴ τᾶς πόλιος Θεισπιείων ἀνα- θέντος Ξενέα[ο] 5 ΠούΘωνος. Tierra sagrada de Dioniso y de la ciudad de Tespias, consagrada por Jeneas, hijo de Pitón. Ediciones Plassart (1926), 391-393, nº 7. Publicaciones Homolle (1891), 660. 397 Comentario Inscripción en bloque de piedra blanquecina con algunas obstrucciones por la cara inscrita. Una cavidad en la parte posterior del ángulo superior izquierdo parece indicar que fue utilizada como revestimiento. Fue encontrada en el pueblo de Castro en 1890 y entregada posteriormente al Museo de Tebas (nº inventario: 1121). Tespias 11.4. Linde o mojón que delimitaba tierra sagrada de Dioniso (¿ss. III-II a.C.?). IThesp. 71. Ἁ γᾶ ἱαρὰ Διονούσω κὴ τᾶς πόλιος Θεισπιεί- ων ἀναθέντος Ξε- νέαο τῶ ΠούΘωνος. 5 Tierra sagrada de Dioniso y de la ciudad de Tespias, consagrada por Jeneas, hijo de Pitón. Ediciones Plassart (1926), 391-393, nº 8. Publicaciones Homolle (1891), 660. Comentario Inscripción en bloque de piedra blanquecina, fragmentada por la parte inferior. Fue encontrada en el pueblo de Castro en 1891, un año después de las dos inscripciones anteriores. Fue entregada al Museo de Tebas en dos pedazos, donde se restauró (nº inventario: 1223). CATÁLOGOS AGONÍSTICOS Tespias 12. Catálogo agonístico de los Museia (171-150 a.C.; Roesch y Le Guen: 175- 150 a.C.). IThesp. 165. Ἀριστοβούλου ἄρ[χοντος], Ἀγαθοκλέους τοῦ Νικ[———] ἀγωνοθετοῦντος, ἐπ[ὶ ἱερέως τῶν] Μουσῶν Φαράδου τοῦ Θη[βαγγέλου, ἀ]- πὸ δὲ τῶν τεχνιτῶν Νικίο[υ τοῦ ————] 5 που, γραµµατεύοντος Φαεί[̣νου τοῦ] Κάνα, πυρφοροῦντος Βάκχω[νος τοῦ Ἀπολ]- 398 λοδώρου, ἀπὸ δὲ τῶν τεχν̣[ιτῶν συν]- τελούντων εἰς ῾Ελικῶνα ἱε̣[ρέως τῶν] Μουσῶν Φιλλέου τοῦ Μ[———, τοῦ δὲ Διο]- 10 νύσου Φιλλέου τοῦ [———], ἐνε[ί]κων οἵδ[ε]· ποιητ̣[ὴς ἐπῶν] Διοσκου̣[ρίδης ———] [αὐλητὴς] 15 Ἀντ—————— Durante el arcontado de Aristobulo, siendo Agatocles, hijo de Nic(…), árbitro de los juegos y Faradas, el hijo de Tebángelo, sacerdote de las Musas, y por parte de los tecnitas, Nicias, hijo de (…)po (siendo árbitro), actuando como secretario Faino, el hijo de Canas, como portador del fuego Bacón, el hijo de Apolodoro, y por parte de los tecnitas que ejercen en el Helicón, siendo sacerdote de las Musas Fileas, el hijo de M(…), y (sacerdote) de Dioniso, Fileas, el hijo de (…), vencieron los siguientes: el poeta épico, Dioscórides (...); el auleta, Ant(...) (...). Ediciones Jamot (1895), 334-335, nº 8; Roesch (1982), 189-190, nº 33; Roesch (1982b), E.82.94; SEG 32 (1982), 435 y 498; Roesch (1985), E.85.33; Roesch (1986), E.86.33; SEG 36 (1986), 472; Le Guen (2001), 150-151; Aneziri (2003), 412-413, Gb2; Manieri (2009), 383-385. Publicaciones Feyel (1942), 119; Stefanis (1982), 133-134; Schachter (1986), 169. Aparato crítico Jamot l. 1: Ἀριστ(ο)θέου [τ]οῦ [----- ἄρχοντος,], l. 4: Θ[ηβαγγέλου], l. 6-7: Φα[ράδου τοῦ] | Ἰαρχ(?) [----- τοῦ Ἀπολλ]οδώρου, l. 9-12: εἰς ‘Ελικῶνα, ἀπ[ὸ δὲ τῶν](?) | τοῦ [Μεγακλέους, ἀπὸ δὲ τοῦ Διο]-(?)|νύσου Φιλλέου [τ]ο[ῦ---] | θυμ[ελικὸς ἀγών]; Stefanis l. 2: Νικοφάνους τοῦ Ἀγαθοκλέους; Feyel l. 9: ‘Ελικῶνα <ἀπ[ὸ> ἱερέως τῶν]; Schachter l. 13: ποιητ[ὴς προσοδίου], l. 15: [σαλπιστὴς]. Comentario Inscripción en piedra caliza blanca decorada con una moldura. Fue hallada en 1890 en Barbaká y posteriormente se depositó en el Museo de Tebas (no se conoce su nº inventario). Roesch mejoró las primeras interpretaciones de Feyel y publicó el texto después de autopsiar la inscripción en el museo. Por comparativa con el siguiente epígrafe, Roesch afirmó que a partir de la línea 12 empezaba la lista de vencedores. Tespias 13. Catálogo agonístico de los Museia (118-112 a.C.; Gossage: después de las guerras mitridáticas (después de 63 a.C.); Le Guen: 110-90 a.C.). IThesp. 170. [——————] ἄρχοντος, [Μν]ασ[ί]ππου τοῦ Ἀρχελάου ἀγωνοθετοῦντος, ἐπὶ δ[ὲ] ἱερέως τῶν Μουσῶν Κλεαινέτο[υ] 399 [τ]οῦ Δασύου, πυρφοροῦντος 5 Καλώτου τοῦ Ἀγαθονίκου, ἀπὸ δὲ τῶν τεχνιτῶν τῶ[ν] [συν]τελούντων εἰς Ἑλικῶ[να] [πυ]ρφοροῦντος τῶν Μουσῶ[ν] [Μνασ]ίππου τοῦ Μνασίππο[υ], 10 [τ]οῦ δὲ Διονύσου Ἀρχελάου τοῦ Μνασίππο[υ], οἵδε ἐνίκων τὰ Μουσεῖα· ποιητὴς προσοδίου Δηµήτριος ῾Ιπποκράτους [Τ]αναγραῖο[ς], 15 σαλπιστὴς Ἀριστέας Σκάµωνος Θεσπιεύς, κῆρυξ [Σώ?]ταιρος Θεογείτονος Θεσπιεύ[ς], ἐπῶν ποιητὴς 20 [Δηµ]οκλῆς Ἀµεινίου Θηβαῖος, ῥαψωιδὸς [Ἴραν]ος Φρυνίδου Ταναγραῖο[ς], αὐλητὴς [————]ς Φιλλέου Θεσπιεύ[ς], 25 [αὐλωιδὸς] [————————————] Durante el arcontado de (...), siendo Mnasipo, el hijo de Arquela, árbitro de los juegos, Cleaneto, el hijo de Dasio, sacerdote de las Musas, y Caloto, el hijo de Agatonico, portador del fuego, y por parte de los tecnitas que ejercen en el Helicón, Mnasipo, el hijo de Mnasipo, portador del fuego de las Musas, y el de Dioniso, Arquela, el hijo de Mnasipo, los vencedores en los Museia fueron los siguientes: el poeta de himnos procesionales, Demetrio de Tanagra, hijo de Hipócrates; el trompetista, Aristeas de Tespias, hijo de Escamón; el heraldo, Sotero de Tespias, hijo de Teogitón; el poeta épico, Democles de Tebas, hijo de Aminias; el rapsodo, Irano de Tanagra, hijo de Frinidas; el auleta, (...) de Tespias, hijo de Fileas; el cantante, (...), (...). Ediciones Papagiannopoulos-Palaios (1947-1948); Roesch (1982), 191-192, nº 37 y 494; SEG 32 (1982), 437; Le Guen (2001), 155-157; Aneziri (2003), 414-415, Gb6; Manieri (2009), 397-399. Publicaciones Gossage (1975), 122, 126-127; Schachter (1986), 171, nº 9 y n. 6. Aparato crítico Papagiannopoulos-Palaios l. 6: Κλαώτου. Comentario Estela de caliza fragmentada en la parte inferior y en el ángulo superior izquierdo. No se tienen datos del momento del hallazgo. Actualmente se encuentra en el Museo de Tebas (no se conoce su nº inventario). 400 TISBE - Θίσβη DEDICATORIAS Tisbe 1. Dedicatoria métrica a Dioniso (CEG y Vottéro: 450-400 a.C.; IThesp.: s. V-IV a.C.). IG 7 (1892), 1794. εὐχὰν ἐκκτελέσαντι Διονύσοι Νεοµέδες ἔργον ἀντ’ ἀγαθο͂ν µνᾶµ’ ἀνέθεκε τόδε. A Dioniso, por haber cumplido la plegaria, Neomedes ofreció este recuerdo en recompensa por sus buenas acciones. Ediciones Meister (1881), 46, nº 3; Roehl (1882), nº 284; SIB (1883), 193; SGDI 1 (1884), 797; Roberts (1887), 220, nº 284; Hoffmann (1893), 161, nº 317; Lazzarini (1976), 283, nº 749; CEG 1 (1983), 332; Vottéro (2002), 84, nº 21; SEG 53 (2003), 452; IThesp. (2007), 263. Publicaciones Schachter (1981), 174 y 192. Aparato crítico Roberts l. 1: [ε]ὐ[χὰ]ν. Comentario La inscripción fue hallada en Xironomi, un pueblo perteneciente al municipio de Tisbe. Posteriormente fue trasladada al Museo de Tespias (por eso está recogida en IThesp.). Base de piedra de color oscuro con cavidad rectangular en la cara superior. Con respecto a aspectos lingüísticos, nótese el aoristo del verbo con doble -κ- (-κκ-, en vez de -ξ-), probablemente para marcar límite silábico. Tisbe 2. Dedicatoria a los dioses venerables y a la ciudad (época imperial; Schörner: periodo julio-claudio [27 a.C.-68 d.C.]). IG 7 (1892), 2233. Θεοῖς Σεβαστοῖς καὶ [τῇ πό]- λει τὸν οἶκον καὶ τὸν Δ[ιόνυ]- σον Τιβ(έριος) Κλ(αύδιος) Οὐρβανὸς κ[αὶ ἡ γυ]- νὴ αὐτοῦ Κλ(αυδία) Φιλωνίχα [καὶ τὰ] τέκνα Οὐρβανὸς καὶ Ο[ὐρβανὴ] 5 ἐκ τῶν ἰδίων ἐποίη[σαν]. Para los dioses venerables y para la ciudad, el templo y Dioniso, Tiberio Claudio Urbano, su mujer Claudia Filónica y sus hijos, Urbano y Urbana, los erigieron a sus expensas. 401 Ediciones Leake (1835), 513 n. 1; Le Bas (1847), 375; SIB (1847), 20; Schörner (2003), 488, nº 1007. Publicaciones Schachter (1981), 195. Aparato crítico Leake l. 2-3: no lee Δ[ιόνυ]-σον (escribe …….), l. 3: Τιβήριος Κλαύδιος, l. 4: Κλαυδία Φιλωνίχα καὶ τὰ, l. 5: Ο(ὔλπιος), l. 6: ἐποίησαν. Comentario Inscripción en mármol blanco hallada en el interior de una casa privada en Tisbe. 402 DECRETOS Tespias 14. Decreto sobre el servicio que prestan los tecnitas de Dioniso en el festival de las Musas en Tespias (250 a.C.; Holleaux: 215-203 a.C.; Feyel e IThesp.: 215-208 a.C.; Knoepfler y Le Guen: 225 a.C.; Manieri: 230-220 a.C.). Jamot (1895), 313-322 y 346- 349. A ῾Ο θυµελικὸς ἀγὼν στεφανίτης πρῶτον ἐγένετο ἀγωνοθετοῦντος ῾Ιεροκλέος, ἱερέως δὲ τῶν Μουσῶν Μνασίωνος, απὸ δὲ τῶν τεχνιτῶν Αἰσχύλου, καὶ δόγµατα περὶ τοῦ ἀγῶνος τῶν Μουσείων· 5 τεχνιτῶν· ἔδοξε τοῖς τεχνίταις τοῖς ἐξ Ἰσθµοῦ καὶ Νεµέας· ἐπειδὴ παραγενόµενος πρεσβευτὴς ῾Ιεροκλῆς παρὰ τῆς πόλεως Θεσπιέων καὶ τοῦ κοινοῦ τῶν Βοιωτῶν 10 ψηφίσµατά τε ἀπέδωκεν καὶ ἐπιστολήν, ἐν ἧι παρεκάλει τοὺς τεχνίταις, τῆς πόλεως τῶν Θεσπιέων προκεχειρισµένης τὸν ἀγῶνα 15 τὸν ἐν τῶι ᾽Ελικῶνι γινόµενον ταῖς Μούσαις στεφανίτην εἶναι τὸν θυµελικὸν τόν τε τῶν αὐλητῶν καὶ αὐλωιδῶν καὶ κιθαριστῶν καὶ κιθαρωιδῶν 20 καὶ ἐπῶν ποητῆι, καὶ ὃπως ἂν ὁ ἐνιαυτὸς µετατεθῆι, ἐν ὧι ὁ ἀγὼν γίνεται, καὶ συνπρεσβεύσωσιν περὶ τούτων οὗ ἂν παρακαλῆι ἡ πόλις τῶν Θεσπιέων, 25 καθὼς καὶ ἐν τοῖς ἔµπρος[θ]εν χρόνοις, πράττωσι δὲ οἱ τε[χνῖ]ται καὶ ἐὰν ἄλλο [τ]ι χρήσιµον [ἢ ἔνδ]οξον [φαίνηται εἶν]αι ε[————] B [῾Ιεροκλῆς λόγους ἐποιήσατο ἀκολούθως] τοῖς ἐν ψηφίσµασι γεγραµµένοις, ἐπέδειξε δὲ καὶ τὰ ἐξ ἀρχῆς προγεγονότα φιλάνθρωπα τῆι πόλει τῶν Θεσπιέων πρὸς 5 τοὺς τεχνίτας καὶ τοῖς τεχνίταις πρὸς τὴν πόλιν τῶν Θεσπιέων· περὶ δ<ὴ> τούτων πάντων ἀγ[α]θῇ τύ[χ]ηι δεδόχθαι τοῖς τεχνίταις, ἐπαινέσαι µὲν τὴν 10 πόλιν τῶν Θεσπιέων καὶ τὸ κοινὸν τῶν Βοιωτῶν ἐπὶ τῆι φιλοτιµίαι, ἧι ἔχουσιν εἴς τε το ἱερὸν τῶν Μουσῶν καὶ τὸ κοινὸν τῶν τεχνιτῶν· ἀποκρίνασθαι δὲ αὐτοῖς, 15 ὅτι καὶ πρότερον οἱ τεχνῖται, κοινὸν ὑπολαµβάνοντες εἶναι τὸν ἀγῶνα τῶν Μουσῶν τῆι τε πόλει Θεσπιέων καὶ αὑτοῖς, τὴν πᾶσαν προθυµίαν 20 ἐνεδείξαντο καὶ συνθύοντες καὶ ἱερέα ἐξ αὑτῶν αἱρούµενοι καὶ θεωροὺς ἀποστέλλαντες καὶ ψηφίσµατα γράφοντες καὶ συµπρεσβεύοντες περὶ τοῦ 25 ἀγῶνος καὶ πρὸς τοὺς λοιποὺς ῞Ελληνας, καθὼς ἂν ἡ πόλις παρ[α]καλῆι τῶν Θεσπιέων· ἐµφανίζειν δὲ αὐτοῖς ὅτι καὶ νῦν πρῶτοι τὸν ἀγῶνα ταῖς Μούσαις στεφα[νί]την 30 ἀποδέχοντ[αι ———] La competición musical por coronas que se celebró en el teatro tuvo lugar por primera vez siendo el árbitro de los juegos Hierocles, Mnasión, el sacerdote de las Musas y Esquilo, el representante de los tecnitas; y las decisiones relativas a la competición de las Musas (fueron): De los tecnitas, les pareció bien a los tecnitas del Istmo y de Nemea: puesto que Hierocles estuvo presente como embajador de la ciudad de los tespieos y de la comunidad de los beocios, ha publicado un decreto votado y una orden en la que pedía a los tecnitas que, una vez estuviese preparada la ciudad de los tespieos, la competición (Hierocles habló de acuerdo) con lo que está escrito en el decreto votado y puso de manifiesto los actos previos de amistad que desde el principio se han producido tanto por parte de la ciudad de los tespieos hacia los tecnitas, como por parte de los tecnitas hacia la ciudad de los tespieos. Con respecto a todos esos asuntos, con buena fortuna, han decidido los tecnitas alabar la ciudad de los tespieos y la comunidad de los beocios por los honores que dispensan al santuario de las Musas y a la comunidad de los tecnitas, y que se separen de estos porque también fueron antes los tecnitas; entendiendo que la competición de las Musas es 403 musical del teatro que tiene lugar en el Helicón en honor de las Musas sea por coronas, la de los auletas, cantantes acompañados de aulós, la de los citaristas, cantantes acompañados de cítara y los versos épicos de poetas, que sea modificado el periodo en el que la competición tiene lugar, que forme parte conjuntamente de la embajada encargada de estas cosas aquel al que designe la ciudad de los tespieos como también en los años anteriores, y que los tecnitas hagan cualquier otra cosa que parezca ser provechosa o prestigiosa (…). común a la ciudad de los tespieos y a ellos, han puesto de manifiesto su completa buena disposición haciendo sacrificios conjuntos, escogiendo un sacerdote de entre ellos, enviando delegados, dictando decretos votados y participando conjuntamente en las embajadas enviadas también al resto de los griegos que afectan a la competición, según lo pida la ciudad de los tespieos, y les han dado a conocer que también ahora serán los primeros en acoger la competición por coronas en honor de las Musas (…). Ediciones Holleaux (1897), 26-49; Feyel (1942), 116-117; Le Guen (2001), 141-146; IThesp. (2007), 156; Manieri (2009), 357-363; SEG 46 (2018), 536. Publicaciones Pickard-Cambridge (1968) [1953], 308-309; Knoepfler (1996), 156-167. Comentario Inscripción hallada en 1889 en la isla de Agios Georgios (no es un testimonio beocio, pero aporta información relevante sobre la actividad de los tecnitas desarrollada en Tespias y sobre los tespieos). Delfos 1. Decreto sobre la reorganización de las fiestas trietéricas de Tebas (220-210 a.C.; SGDI: inmediatamente antes del año 200 a.C.; Feyel: 228-226 a.C.; Robert y Manieri: 230-225 a.C.; Roesch y Rigsby: 228 a.C.; CID: 229-222 a.C.). F. Delphes 3, 1, 351. [—————————————————————————]· ἐπειδὴ παρα 5 [τᾶς πόλιος τῶν Θηβαίων ἀποσταλεὶς ὁ δεῖνα ———————] παρεκάλεσεν τοὺς Ἀµφικτίονας ὅπως ἂν [ἐπιµέλειαν ποιήσωσι τᾶς ἀναγραφᾶς πάντων τῶν δεδογµένων ὑ]πὲρ τᾶν τριετηρίδων, καὶ γένηται ἐν [παραδόσει αὐτά, δεδόχθαι τοῖς Ἀµφικτιόνεσσι, τὰ ὑπὲρ τᾶν τριε]τηρίδων ἀναγράψαι τὰ δόγµατα τὰ [ἐπὶ Νικάρχου ἄρχοντος δεδογµένα εἰς τὰν οἰκίαν τῶν Θηβαίων, εἶ]µεν δὲ αὐτὰ καὶ ἐν παραδόσει, καθὼς [παρακαλεῖ ὁ δεῖνα τοὺς Ἀµ]φικ[τίονας. 10 [Ἐπὶ Νικάρχου ἄρχοντος ἐν Δε]λφοῖς, π[υλαίας ὀπωρινῆς, ἔδοξεν τοῖς Ἀµφι]κτίοσιν· ὅπως ἂν ἡ θυσία τῶι Διονύσωι [ἡ τῶν τριετηρίδων καὶ οἱ] ἀγῶνες οὓς σ[υντελεῖ ἡ πόλις τῶν Θηβαίων καὶ τὸ κ]οινὸν τῶν τεχνιτῶν τῶν εἰς Ἰσθµὸν [καὶ Νεµέαν συµπορευο]µένων γίνητ[αι ὡς κάλλιστα, ἐπιµελεῖσθαι] τοὺς ἱεροµνήµονας οἳ ἂν ὦσιν ἐν τῶι [συνεδρίωι ὁπόταν αἱ τ]ριετηρίδες κα[ὶ οἱ ἀγῶνες συντελῶνται ἐν τῶι Κα]δµείωι ἐν Θήβαις ὑπὲρ τού[των] 404 [ὅπως ἕκαστα γίνηται] ἐν τῆι ἡµέρα[ι ἧι ἂν ἡ πόλις τῶν Θηβαίων καὶ τὸ κ]οινὸν τῶν τεχνιτῶ[ν] 15 [ἐ]θελ[ήσω]σιν [—————————————————————]ά̣ναι ἐν τῶι ἱερῶι παρὰ τὸν ση[κὸν τῆς Σεµέλης———————————εἶ]ναι δὲ καὶ ἀσφάλειαν καὶ ἀσυλίαν πᾶσι το[ῖς τεχνίταις τοῖς νεµηθεῖσιν εἰς τὰν θυσία]ν τῶν τριετηρίδων, πένθ’ ἡµέρας πορευ[οµένοις, καὶ ἀπερχοµένοις ἄλλας τοσαύτας], [κ]αὶ ἕως ἂν ἡ πανήγυρις γίνηται, καὶ αὐτοῖς κ[αὶ τοῖς συνεργαζοµένοις αὐτοῖς πα]νταχοῦ· ἐὰν δέ τις παρὰ ταῦτα 20 ἄγηι τινὰ ἢ ῥυσιάζηι, ὑ[πόδικος ἔστω ἐν Ἀµφικτίο]σιν· εἶναι δὲ καὶ τὸ ἱερὸν τοῦ Διονύσου τοῦ Καδµείου [τὸ ἐν Θήβαις ἀπὸ πάντων ἄ]συλον καθάπερ καὶ τὸ ἐν Δελφοῖς· τὴν δὲ θυσίαν καὶ ἐκεχε[ιρίαν ἐπαγγέλλειν] ἐπὶ τὰς πόλεις τήν τε τῶν Θηβαίων πόλιν καὶ τοὺς τεχνίτας· κ[υρίους δ’ εἶναι οἰκονο]µοῦντας τὰ κατὰ τὸ ἱερὸν τόν τε ἱερέα τοῦ Διονύσου καὶ τοὺς ἐπιµελ[ητὰς τοὺς ὑπὸ τῶ]ν τεχνιτῶν εἱρηµένους καὶ τὸν ἀγωνοθέτην 25 Θηβαίων· ἀναγράψαι δὲ τὸν [γραµµατέα τόδ]ε τὸ ψήφισµα ἐν στήλαις δυσὶν καὶ ἀναθεῖναι τὴν µὲν ἐν Δελφοῖς ἐν τῶ[ι ἱερῶι τοῦ Ἀπόλλωνο]ς ὅπου ἂν δοκῆι ἐγ καλλίστωι εἶναι, τὴν δὲ ἐν Θήβαις παρὰ τὸν σηκὸ[ν τῆς Σεµέλης, ἀν]αθεῖναι δὲ καὶ τῶν ἄλλων ἱερῶν ὅπου ἂν δοκῆι ἐν καλλίστωι εἶναι. ᾽Επὶ Νικάρχου ἄρχοντος ἐ[ν Δελφοῖς, πυλαία]ς ὀπωρινῆς, ἔδοξεν τοῖς Ἀµφικτίοσιν· ἐπειδὴ 30 ἁ πόλις τῶν Θηβαίων κα[ὶ οἱ τεχνῖται οἱ εἰς] Ἰσθµὸν καὶ Νεµέαν συντελοῦντες παρεκάλεσαν τοὺς Ἀµφικτίονας τό τε [ἱε]ρὸν [τοῦ Διονύσου] ἄσυλον ποιῆσαι καὶ ἐπιµέλειαν ποιήσασθαι τᾶς ἀ[σ]φαλείας καὶ τοῦ ἀγῶ[ν]ος· ὅπω[ς ἂν οὖν ἁ θυσία ἁ] τῶν τριετηρίδων ὡς κάλλιστα συντελῆται τῶι Διονύσωι τῶι Καδµε[ίω]ι· δεδόχ[θαι τοῖς Ἀµφικτ]ιόνεσσι· αἴ τίς κα τῶν αὐλητᾶν ἢ τῶν χο- ρευτᾶν ἢ τῶν τραγωιδῶν ἢ τῶν κω[µωιδῶν τῶν νε]µηθέντων εἰς τὰς τριετηρίδας ὑπὸ τῶν τε- 35 χνιτᾶν µὴ ἀγωνίζηται [τ]ὰς τριετηρίδα[ς καὶ τοὺς ἀγῶ]νας κατὰ τὸν νόµον τᾶς πόλιος τῶν Θηβαίων, ἀλλὰ ὑγιαίνων λίπη[ι τὸν] ἀγῶνα, µὴ ε[ἶµεν αὐτῶι ἀσφ]άλειαν µηδὲ τοῖς συνεργαζοµένοις αὐτῶι µή- τε πολέµου µήτε εἰρά[να]ς· αἴ κα µὴ ἀγ[ωνίζηται, καἴ] κα ζαµιωθῇ ὑπὸ τοῦ ἀγωνοθέτα, καὶ ἀγώγιµος ἔ- στω πανταχόθεν· [αἴ κά] τις πόλις ἢ [ἀρχεῖον ἢ ἰδιώτ]α̣ς̣ [τ]ὰν ζαµίαν ἀφέληται τὸν ἐζαµι[ωµ]ένον, cetera desiderantur 40 Una vez que de la ciudad de Tebas se envió a (...) como emisario (...), pidió a los Anfictiones que, para que se ocupasen de la recopilación de todo lo decidido sobre las (fiestas) trietéricas y para que esto se convirtiese en norma, determinaran los Anfictiones poner por escrito las resoluciones referentes a las (fiestas) trietéricas, decididas durante el arcontado de Nicarco, en la patria de los tebanos, y que sean estas las que se conviertan en norma, como el tal enviado ha pedido a los Anfictiones: Durante el arcontado de Nicarco en Delfos, en la asamblea de otoño, los Anfictiones decretaron lo siguiente: para que el sacrificio de las (fiestas) trietéricas ofrecido a Dioniso y las competiciones que organizan la ciudad de Tebas y la compañía de tecnitas reunidos en el Istmo y Nemea fueran los más vistosos posibles, se ocupasen de ello los custodios de las cosas sagradas y los que forman la asamblea, cuando se celebren las (fiestas) trietéricas y las competiciones en el Cadmeo, en Tebas, en vez de ellos (los tecnitas); para que cada cosa tenga lugar el día en que la ciudad de los tebanos y la compañía de tecnitas quiera (...) en el templo junto al recinto sagrado de Sémele, haya salvoconducto y derecho de asilo para todos los tecnitas asignados al sacrificio de las (fiestas) trietéricas, durante cinco días al ir y otros tantos al volver y en el mismo día de la fiesta, para ellos y para los que han ayudado en todas partes. Y si alguno actuara en contra de estas decisiones o las contraviniera o las tomara por la fuerza, sea acusado ante los Anfictiones. Que también el santuario de Dioniso Cadmeo, en Tebas, sea lugar de asilo de todos, lo mismo que el de Delfos. 405 Que el sacrificio y la tregua lo anuncien a las ciudades la ciudad de Tebas y los tecnitas; que sean los administradores en ejercicio, en lo relativo al santuario, el sacerdote de Dioniso, los epimeletas designados por los tecnitas y el árbitro de los juegos de los tebanos. Que el secretario grabe este decreto en dos estelas y consagre una en Delfos, en el templo de Apolo, donde le parezca que esté mejor, y la otra, en Tebas, junto al recinto sagrado de Sémele, y que lo dedique en otros templos donde le parezca mejor. Durante el arcontado de Nicarco en Delfos, en la asamblea de otoño, los Anfictiones decretaron: puesto que la ciudad de los tebanos y los tecnitas, los que ejercen en el Istmo y en Nemea pidieron a los Anfictiones que hicieran inviolable el santuario de Dioniso y garantizaran la seguridad y el certamen, para que, en efecto, el sacrificio de las (fiestas) trietéricas pudiera llevarse a cabo de la mejor manera posible en honor de Dioniso Cadmeo, los Anfictiones decidieron lo siguiente: si alguno de los auletas, de los bailarines del coro, de los actores de tragedia o comedia designados para las (fiestas) trietéricas por los tecnitas no compitiera en las (fiestas) trietéricas ni en los certámenes, según la ley de la ciudad de Tebas, y faltara al certamen estando sano, que ni para él ni para los que le asisten haya salvoconducto, ni en tiempos de paz ni en tiempos de guerra; si no compitiera y fuera multado por el árbitro de los juegos, que sea detenido en cualquier lugar; si alguno (polis, colectividad o individuo), suprimiera la multa al culpable (...). Ediciones CIG 1 (1828), 1689; SGDI 2 (1885), 2532; Nikitsky (1905), 132-133; Feyel (1942), 142- 147; Klaffenbach (1948), 373-376; Bousquet (1961), 78-85; SEG 19 (1963), 379; Robert (1990) [1977]: 768-769 [198-199]; Le Guen (2001), 134-139; CID 4 (2002) 70-71; Aneziri (2003), 358-360, B3; Manieri (2009), 292-297. Publicaciones Pickard-Cambridge (1968) [1953], 309-310; Michaud (1973), fig. 69; Schachter (1981), 185 y 187; Roesch (1982), 186-187 y n. 190-191; Rigsby (1996), 70-74; Theotikou (2013), 284-286. Comentario Cinco fragmentos que componen dos bloques de mármol pertenecientes al muro original del tesoro de Tebas en Delfos. Aparecieron uno en 1893, dos en 1911, y los últimos dos en 1960. Para la traducción del texto griego, téngase en cuenta que τᾶν (dórico) es τῶν (át.); αἴ equivale a εἰ (át.); y κα es ἄν (át.). Delos 1. Decreto promulgado por los tecnitas de Jonia y del Helesponto y por los seguidores de Dioniso Categemón en honor de Cratón de Calcedonia (170 a.C.; IG: 172- 167 a.C.; Le Guen: 171 a.C.). Manieri (2009), 386-390. τὸ κ[ο]ινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν τῶν ἐπ᾽ Ἰ[ωνίας] καὶ Ἑλλησπόντου καὶ τῶν περὶ τὸν καθηγεµόνα Διό[νυσον] Κράτωνα Ζωτίχου εὐεργέτην ἀρετῆς ἕνεκα καὶ ε[ὐνοίας] ἣν ἔχων διατελεῖ εἰς τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον [τεχνιτῶν]. Ἔδοξεν τῶι κοινῶι τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν τῶν ἐπ' Ἰωνίας καὶ Ἑλλησ[π]ό[ντου καὶ τῶν περὶ τὸν] 5 [καθη]γ[ε]µόνα Διόνυσον· επειδὴ Κράτων Ζωτίχου αὐλητὴς πρότερόν τε γενόµενο[ς ἱερεὺς τοῦ Διονύσου] [καὶ ἀγω]νοθέτης καλῶς καὶ ἐνδόξως προέστη τῆς τε ἱερεωσύνης καὶ τῆς ἀγων[οθεσίας καὶ νῦν δὲ κρι]- [θε]ὶς ἄξιος εἶναι ταύτης τῆς τιµῆς ὑπὸ τοῦ πλήθους τῶν τεχνιτῶν καὶ αἱρεθε[ὶς τὸ δεύτερον ἱερεὺς] 406 [τ]οῦ Διονύσου καὶ ἀγωνοθέτης ἐν τῶι αὐτῶι ἔτει, ὑπερθέµενος τοὺς π[ρὸ αὐτοῦ γενοµένους ἱερέας] [κ]αὶ ἀγωνοθέτας τῆι τε χορηγίαι καὶ τῆι δαπάνηι καὶ τῆι αὐτοῦ µεγαλοψ[υχίαι καὶ ἀναστραφεὶς πρεπόν]- 10 τως καὶ ἀξίως τῆς συνόδου πάντα τὰ πρὸς τιµὴν καὶ δόξαν ἀνήκοντα [ἐπετέλεσεν τῶι τε Διονύ]- σωι καὶ ταῖς Μούσαις καὶ τῶι Ἀπόλλωνι τῶι Πυθίωι καὶ τοῖς ἄλλοις θεοῖς πᾶ[σι, ὁµοίως δὲ καὶ τοῖς τε βασι]- λεῦσι καὶ ταῖς βασιλίσσαις καὶ τοῖς ἀδελφοῖς βασιλέως Εὐµένου καὶ τῶι [κοινῶι τῶν περὶ τὸν Διόνυ]- σον τεχνιτῶν ἀποδεικνύµενος τὴν αὑτοῦ καλοκαγαθίαν καὶ εὐσέβε[ιαν καὶ φιλοτιµίαν ἐν παντὶ και]- ρῶι καὶ ἰδίαι καὶ κοινῆι ἀεί τινος ἀγαθοῦ παραίτιος γινόµενος· ὅπως δ’ ἂ[ν φανερὰ γίνηται εἰς τὸν ἀεὶ] 15 χρόνον ἡ παρὰ τῶν τεχνιτῶν ἀθάνατος δόξα, οὓς καὶ θεοὶ καὶ βασιλεῖς [κ]α[ὶ πάντες οἱ ἄλλοι Ἕλ]- ληνες τιµῶσιν δεδωκότες τήν τε ἀσυλίαν καὶ ἀσφάλειαν πᾶσι τ[οῖ]ς τεχν[ί]ται[ς καὶ πολέµου καὶ εἰ]- ρήνης, κατακολουθοῦντες τοῖς τοῦ Ἀπόλλωνος χρησµοῖς δι’ οὓς [κ]αὶ ἀ[γωνίζονται τοὺς ἀγῶνας τοῦ] Ἀπόλλωνος τοῦ Πυθίου καὶ τῶν Μουσῶν τῶν Ἑλικωνιάδων καὶ τοῦ Διον[ύσου, ἐν Δελφοῖς µὲν τοῖς] Πυθίοις καὶ Σωτηρίοις, ἐν Θεσπιαῖς δὲ τοῖς Μουσείοις, ἐν Θήβαις δὲ τοῖς Ἀγρ[ιωνίοις, εἶναι δοκοῦντες] 20 ἐκ πάντων τῶν Ἑλλήνων εὐσεβέστατοι· ἀγαθῆι τύχηι· δέδοχθαι· ὅπως [οὖν ἡ σύνοδος φαίνηται τιµῶ]- σα τοὺς αὑτῆς εὐεργέτας καταξίως τῶν εὐεργετηµάτων, στεφαν[ο]ῦ[ν µὲν Κράτωνα Ζωτίχου αὐλη]- [τ]ὴν εὐεργέτην καθ' ἕκαστον ἔτος εἰς ἀεὶ ἐν τῶι θεάτρωι ἐν ἧι ἡµέραι ἡ π[ανήγυρις τοῦ κοινοῦ συντε]- [λ]εῖται µετὰ τὴν στεφάνωσιν τῶν δήµων στεφάνωι τῶι ἐκ τοῦ νόµο[υ ἀρετῆς ἕνεκεν καὶ εὐ]- [ν]οίας ἣν ἔχων διατελεῖ εἰς τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶ[ν· τῆς δὲ ἀναγγελίας τοῦ στε]- 25 [φ]άνου ἐπιµέλειαν ποιεῖσθαι τὸν ἑκάστοτε γινόµενον ἀγωνοθέτην· [ἀναθεῖναι δὲ αὐτοῦ εἰκόνας] [τ]ρεῖς· τὴν µὲν µίαν ἐν Τέωι ἐν τῶι θεάτρωι ὅπως οἱ καθ’ ἕκαστον ἔτος ἀ[γωνοθέται ἐν τῆι] [π]ανηγύρει καὶ ὅταν ἡ Τηίων πόλις συντελῆι Διονύσια ἢ ἄλλον τινὰ [ἀγῶνα στεφανῶσι τὴν εἰκόνα] τὴν Κράτωνος στεφάνωι τῶι ἐκ τοῦ νόµου ὧι πάτριόν ἐστι τοῖ[ς τεχνίταις στεφανοῦν τοὺς αὐ]- τῶν εὐεργέτας· τὴν δὲ ἄλλην ἐν Δήλωι ὅπως καὶ ἐκεῖ στεφανῶται ὑ[πὸ τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τε]- 30 χνιτῶν· τὴν δὲ τρίτην οὗ ἂν ἀναθῆι Κράτων ἵνα εἰς ἅπαντα τὸ(ν) χρό[νον αὐτῶι ὑπάρχηι τῆς τε πρὸς] τὸ θεῖον εὐσεβείας καὶ τῆς εἰς τοὺς βασιλέας καὶ βασιλίσσας φιλοδο[ξίας καὶ τῆς εἰς (τοὺς) ἀδελφοῦς] βασιλέως Εὐµένου καὶ τὸ κοινὸν τῶν περὶ τὸν Διόνυσον τεχνιτῶν [εὐνοίας ὑποµνηνα ἔτι δὲ] καὶ τῆι συνόδωι τῆς εὐχαριστίας διότι τὸν αὑτῆς εὐεργέτην [Κράτωνα Ζοτίχου ἐτίµησεν ἀπο]- 407 διδοῦσα χάριτας τὰς δικαίας τῶν εὐεργετηµάτων· ἀναγράψαι [δὲ τὰ δεδοµένα τιµία] 35 εἰς στήλην λιθίνην καὶ στῆσαι παρὰ ταῖς εἰκόσι ταῖς Κράτων[ος· ἀποστεῖλαι δὲ πρεσβευτὰς] δύο πρὸς τὸν δῆµον τὸν Τηίων οἵτινες αἰτήσονται τόπον ἐν τῶι [θεάτρωι ἐν ὧι σταθήσεται] ἡ εἰκὼν Κράτωνος καὶ ἄλλους πρὸς τὸν δῆµον τὸν Δῆλίων οἵτ[ινες αφικόµενοι εἰς Δῆλον καὶ] ἐπελθόντες ἐπὶ τὸν δῆµον καὶ τὴν βουλὴν ἀξιώσουσιν Δ[ηλίους φίλους ὄντας καὶ συγγε]- νεῖς δοῦναι τῆι συνόδωι τῶν τεχνιτῶν τὸν τόπον ἐν ὧι [σταθήσεται ἡ εἰκών Κράτωνος]. 40 La asociación de tecnitas de Dioniso de Jonia y del Helesponto y de Dioniso Categemón, a Cratón, hijo de Zótico, benefactor, por su virtud y benevolencia, la cual siempre demuestra a la compañía de tecnitas de Dioniso. Decidió la asociación de tecnitas de Dioniso de Jonia y del Helesponto y de Dioniso Categemón: puesto que Cratón, hijo de Zótico, auleta, fue en el pasado sacerdote de Dioniso y árbitro de los juegos con honestidad y fama, destacó en el sacerdocio y en el arbitraje de los juegos y ahora ha sido juzgado digno de gran honor por la asamblea de tecnitas y elegido por segunda vez sacerdote de Dioniso y árbitro de los juegos en el mismo año, ha superado a los sacerdotes y a los árbitros de los juegos que hubo antes de ese año por la coregia, por su gasto y generosidad, y viviendo convenientemente y siendo digno de la compañía, ha cumplido todos los actos que garantizan honor y fama a Dioniso, a las Musas, a Apolo Pitio y a todos los demás dioses, igualmente también a los reyes, a las reinas, a los hermanos del rey Eumenes y a la asociación de tecnitas de Dioniso, demostrando en cada ocasión generosidad, piedad y deseo de gloria, tanto en cosas privadas como públicas, consiguiendo siempre ser promotor del bien, que sea evidente por siempre la eterna fama de los tecnitas, que los dioses, los reyes y todos los griegos honren con el privilegio de la inmunidad y de la seguridad a todos los tecnitas en la guerra y en la paz, obedeciendo los vaticinios de Apolo por los que también participan en los agones de Apolo Pitio, de las Musas del Helicón y de Dioniso, en Delfos de los Juegos Pitios y de las Soteria, en Tespias de los Museia, en Tebas de las Agrionias; todos ellos reconocidos como los más venerables de todos los griegos. A la buena suerte; se ha decretado: como la compañía demuestra haber honrado a sus benefactores con beneficios muy dignos, coronar a Cratón, hijo de Zótico, auleta, benefactor, cada año por siempre en el teatro, el día en que la asamblea general de la compañía se celebra después de la coronación de los demos con una corona, según la tradición, por su virtud y benevolencia, la cual siempre demuestra a la compañía de tecnitas de Dioniso. Y el árbitro de los juegos que esté en ejercicio en cada ocasión cuide de la proclamación de la corona. Se dedican tres estatuas de este: una, en Teos, en el teatro, de modo que quien sea árbitro de los juegos cada año en la asamblea común y cuando la ciudad de los teos celebre las Dionisias u otro agón corone la estatua de Cratón con una corona según la costumbre por la que es tradición para los tecnitas coronar a sus propios benefactores; otra, en Delos, de modo que también sea coronada por los tecnitas de Dioniso; la tercera, donde quiera Cratón para que sea un recuerdo eterno de su devoción a los dioses, su amor a los reyes y a las reinas y su benevolencia a los hermanos del rey Eumenes y a la compañía de tecnitas de Dioniso, monumento ya donado por la asociación como agradecimiento que honra al mismo benefactor Cratón, hijo de Zótico, por su justa benevolencia de lo que ha pagado para el beneficio común. Que se graben los honores concedidos en una columna de mármol y se coloquen cerca de la estatua de Cratón. Que se envíen dos embajadores a la asamblea de Teos y que soliciten el espacio en el teatro donde la estatua de Cratón se va a levantar; (que se envíen) otros, a la asamblea de Delos, que pidan a los de Delos cuando lleguen a Delos y se presenten ante la asamblea y el consejo como amigos y parientes de la compañía de tecnitas que cedan un lugar en el que se levante la estatua de Cratón. Ediciones CIG 2 (1843), 3067; IG 11, 4 (1914), 1136+1061; Laqueur (1927), 92-96; Wilhelm (1929), 174-184; Daux (1935), 211-213; Pickard-Cambridge (1968) [1953], 314-315; Le Guen (2001), 231-239; Aneziri (2003), 383-386, D10. Publicaciones Robert (1990) [1977]: 766 [196]. 408 Comentario Placa de mármol proveniente de Delos. Hoy se encuentra en el Museo del Louvre (nº inventario: 841) y se exhibió en Madrid durante la exposición “Músicas en la Antigüedad” (CaixaForum, 9 de junio al 16 de septiembre de 2018). 409 Bibliografía ACKERMANN, D. (2013): “Les prêtrises mixtes: genre, religion et société”, en M. 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PGurob: SMYLY, J. G. (ed.) (1921): Greek Papyri from Gurob. Dublin. RICIS: BRICAULT, L. (ed.) (2005): Recueil des Inscriptions concernant les Cultes Isiaques. Paris. SEG: AAVV (eds.) (1923-2018): Supplementum Epigraphicum Graecum. Leiden- Alphen-Amsterdam. 444 SGDI 1: BECHTEL, F.; BEZZENBERGER, A.; BLASS, F.; COLLITZ, H.; DEECKE, W.; FICK, A.; HINRICHS, G. y MEISTER, R. (eds.) (1884): Sammlung der griechischen Dialekt-Inschriften I: Kypros, Aeolien, Thessalien, Böotien, Elis, Arkadien, Pamphylien. Göttingen. SGDI 2: BECHTEL, F.; BEZZENBERGER, A.; BLASS, F.; COLLITZ, H.; DEECKE, W.; FICK, A.; HINRICHS, G. y MEISTER, R. (eds.) (1885): Sammlung der griechischen Dialekt-Inschriften II. Epirus, Akarnanien, Aetolien, Aenianen, Phthiotis, Lokris, Phokis, Dodona, Achaia und seine Colonien, Delphi. Göttingen. SIAGL: OSANN, F. (ed.) (1834): Sylloge Inscriptionum Antiquarum Graecarum et Latinarum, parte 1. Leipzig. SIB: KEIL, K. (ed.) (1847): Sylloge Inscriptionum Boeoticarum. Leipzig. SIB: LARFELD, W. (ed.) (1883): Sylloge Inscriptionum Boeoticarum. Berlin. Spomenik: AAVV (eds.) (1933): Srpska kraljevska Akademija nauka i umetnosti. Belgrade. Syll.3: DITTENBERGER, W.; HILLER GAERTRINGEN, F.; KIRCHNER, J.; POMTOW, H. R. y ZIEBARTH, E. (eds.) (1915-1924): Sylloge Inscriptionum Graecarum (3 ed.) Leipzig. Teos: MCCABE, D. F. (ed.) (1985): Teos Inscriptions. Texts and List. Princeton. Diccionarios AURA JORRO, F. (1999) [1985]: Diccionario micénico. Madrid. CHANTRAINE, P. (1990) [1968]: Dictionnaire Étymologique de la Langue Grecque. Histoire des Mots. Tome I: A-K. Paris. LIDDELL, H. G.; SCOTT, R.; JONES, H. S. y McKENZIE, R. (1996) [1968]: A Greek-English Lexicon. Oxford. RADKE, G. (1939): Paulys Realencyclopädie der classischen Altertumswissenschaft 7, A1. Stuttgart. DGE = AA.VV. (1980-2009): Diccionario Griego-Español. Madrid. DGE en línea: http://dge.cchs.csic.es/xdge/ Liddell-Scott-Jones en línea: http://stephanus.tlg.uci.edu/lsj/#eid=1 445 Abreviaturas Abreviaturas de revistas y corpus de textos ABSA Annual of the British School at Athens AD Archaiologikon Deltion AE L’Année Épigraphique AJA American Journal of Archaeology AJPh American Journal of Philology APF Archiv für Papyrusforschung und Verwandte Gebiete AR Archaeological Reports Arch. Eph. Ἀρχαιολογικὴ Ἐφημερίς: περιοδικὸν τῆς ἐν Ἀθήναις ἀρχαιολογικῆς ἑταιρείας MDAI(A) Mitteilungen des deutschen archäologischen Instituts (Athenische) BCH Bulletin de Correspondance Hellénique BEFAR Bibliothèque des Écoles françaises d'Athènes et de Rome BICS Bulletin of the Institute of Classical Studies BMCR Bryn Mawr Classical Review C&M Classica et Mediaevalia: revue danoise de philologie et d’histoire CB Classical Bulletin CEG Carmina Epigraphica Graeca CFC:egi Cuadernos de Filología Clásica: estudios griegos e indoeuropeos CIA Corpus Inscriptionum Atticarum CID Corpus des Inscriptions de Delphes CIG Corpus Inscriptionum Graecarum CQ Classical Quarterly CR Classical Review CRAI Comptes rendus de l’Académie des inscriptions et belles-lettres 446 CW Classical World DGEE Dialectorum Graecarum Exempla Epigraphica Potiora DHA Dialogues d’Histoire Ancienne Ep. G. Epigrammata Graeca F. Delphes Fouilles de Delphes GRBS Greek, Roman and Byzantine Studies HSCPh Harvard Studies in Classical Philology HThR Harvard Theological Review IG Inscriptiones Graecae IThesp. Les Inscriptions de Thespies JAH Journal of Ancient History JDAI Jahrbuch des Deutschen Archäologischen Instituts JHS The Journal of Hellenic Studies LGPN Lexicon of Greek Personal Names NAC Numismatica e Antichità Classiche OAth Opuscula Atheniensia OMS Opera Minora Selecta PP La Parola del Passato: rivista di studi antichi RA Revue Archéologique REA Revue des études anciennes REG Revue des études grecques RhM Rheinisches Museum für Philologie RHR Revue de l’histoire des religions RICIS Recueil des Inscriptions concernant les Cultes Isiaques RPh Revue de Philologie, de Littérature et d’Histoire Anciennes RSEL Revista Española de Lingüística SEG Supplementum Epigraphicum Graecum SGDI Sammlung der griechischen Dialekt-Inschriften SIAGL Sylloge Inscriptionum Antiquarum Graecarum et Latinarum SIB Sylloge Inscriptionum Boeoticarum SMSR Studi e Materiali di Storia delle Religioni Syll. Sylloge Inscriptionum Graecarum TAPA Transactions of the American Philological Association ZPE Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik 447 Abreviaturas de obras y autores clásicos Las abreviaturas de los autores clásicos siguen las del Diccionario Griego Español (DGE) que, en su mayoría, son coincidentes con las del léxico de Liddell-Scott-Jones y las del Diccionario Latino. Solo en el caso de las Moralia de Plutarco, puesto que el DGE no recoge abreviaturas para estas obras, se han utilizado las aportadas por K. Ziegler en su edición italiana de Plutarco (1965, Brescia), páginas 391-392. Varia AAVV autores varios át. ático beoc. beocio c. cronología cap. capítulo/s col. colección coment. comentario coord. coordinador; coords. coordinadores ed. editor/edición; eds. editores ép. época et al. et alii ex. gr. exempli gratia fasc. fascículo/s fig. figura fr. fragmento gr. griego/griega introd. introducción jon. jonio l. línea/s n. nota 448 nº número p. página pl. plancha pt. punto s. siglo; ss. siglos s.v. sub voce trad. traducción v. verso; vv. versos vol. volumen/volúmenes Traducciones Todas las traducciones presentadas en la tesis doctoral son obra de la autora. 449 Índice temático Acaya, 53, 192, 217 Acrefias, 61, 167, 215, 228 agonoteta, 175, 176, 179, 181, 202, 204, 213, 232, 233, 234, 235, 247, 284, 293, 355, 356, 388 Agrionias, 46, 59, 84, 191, 192, 200, 201, 204, 231, 234, 276, 282, 287, 297, 298, 299, 300, 301, 304, 305, 306, 307, 308, 312, 314, 317, 320, 321, 329, 335, 339, 340, 341, 342, 343, 352, 355, 356, 358, 359, 361, 409, 410, 431, 435 Agrionio, 301, 305, 354, 357 Anfiareas-Romanas, 319 Antedón, 50, 51, 225, 228 Antesterias, 108, 151, 260, 285, 301, 326, 463 Anubis, 227, 228, 247 Apolo, 55, 57, 93, 120, 136, 157, 191, 200, 201, 205, 282, 310, 324, 335, 341, 429, 431 archiboukolos, 219 Argos, 243, 264, 286, 301, 303, 304, 340 Ariadna, 104, 191, 226 Ártemis, 86, 120, 200, 217, 223, 225, 228, 303, 316 Asia Menor, 31, 36, 44, 45, 51, 99, 193, 194, 196, 197, 199, 218, 219, 221, 256, 258, 283 Aspledón, 61 Atenas, 42, 45, 51, 52, 77, 79, 80, 81, 82, 93, 106, 108, 119, 156, 157, 188, 189, 193, 195, 214, 216, 227, 243, 255, 258, 262, 264, 265, 269, 270, 273, 276, 285, 315, 318, 329, 340, 351, 356, 363, 441, 462, 463 Ática, 31, 33, 34, 36, 38, 42, 44, 49, 50, 51, 56, 62, 77, 79, 81, 84, 88, 93, 105, 168, 184, 188, 214, 215, 218, 244, 256, 258, 260, 261, 269, 274, 285, 297, 318, 319, 342, 351, 362, 462 Áulide, 57, 84 aulós, 88, 151, 152, 216, 236, 242, 307, 319, 333, 335, 414, 426 bacantes, 58, 78, 83, 89, 108, 154, 252, 285, 286, 359 Baco, 46, 68, 75, 90, 95, 97, 104, 159, 197, 219, 224, 256, 312, 447 Baqueastas, 194, 198 Baquion, 155, 156, 194, 195, 196, 198, 207, 232, 253, 256, 257, 258, 259, 263, 290, 291, 353, 354, 385 Beoto, 54 boukolos, 95, 109 Bromio, 76, 87, 89, 90, 91, 94, 106, 112, 148, 150, 271, 358, 360, 407, 413 Bugenes, 87 cabra, 77, 78, 83, 84, 87, 112, 139, 204, 216, 218, 288 cabrito, 78, 83 Cadmea, 53, 56, 82, 91, 94, 95, 102, 103, 154, 329 Cadmeia, 312 Cadmeo, 76, 90, 91, 92, 93, 94, 96, 99, 112, 120, 158, 210, 268, 308, 309, 310, 312, 358, 403, 429 Cadmo, 54, 56, 60, 91, 92, 94, 95, 96, 102, 107, 225 Calírroe, 192, 197 Caria, 194 Cárites, 337, 338, 341 Caritesias, 163, 175, 176, 181, 233, 297, 306, 318, 337, 338, 341, 344, 355, 387 Categemón, 76, 90, 99, 100, 101, 109, 112, 146, 196, 197, 203, 277, 280, 282, 283, 358, 408, 429, 431 Cefiso, 57 Cipariso, 57 Cisusa, 67, 325, 326 Citerón, 49, 55, 58, 60, 79, 263, 306 Copaide, 40, 61, 228 Copas, 51, 62, 168, 228 Córeso, 192, 197 Corinto, 45, 49, 52, 98, 149, 201, 202, 216, 277, 279, 314, 318, 438 Coronea, 55, 57, 107, 167, 170, 337 Cos, 110, 217, 219, 220, 324, 455, 456, 465, 467 450 Creta, 117, 324 danza, 88, 89, 150, 156, 334, 335, 341, 360 Delfos, 54, 55, 57, 79, 93, 117, 120, 133, 136, 157, 158, 166, 167, 168, 170, 171, 173, 177, 201, 202, 205, 221, 235, 243, 245, 265, 268, 269, 279, 280, 282, 284, 286, 292, 308, 309, 312, 331, 340, 353, 359, 406, 427, 428, 429, 431 Deméter, 60, 62, 93, 144, 184, 216, 223, 224, 225, 226, 228, 229, 247, 327, 417 Dias-Ayanteas-Romanas, 319 Dionisias, 45, 80, 105, 156, 179, 193, 233, 234, 235, 267, 282, 297, 306, 312, 314, 315, 316, 317, 318, 319, 320, 321, 340, 343, 353, 355, 356, 359, 361, 400, 410, 431 Dionisias-Heracleas, 314, 320, 340 Dionisiastas, 72, 73, 193, 198, 253, 254, 255, 260, 290, 291, 352, 357, 401, 402 Dioscuros, 152, 153, 154, 180, 183, 403 Dodona, 157, 192, 468 Eaqueas, 319 Edipo, 55, 411 Éfeso, 194, 197, 264 Egipto, 50, 60, 67, 150, 227, 228, 265 Egóbolo, 76, 83, 86, 108, 112, 139, 153, 204, 288, 300, 323, 362 Eleusis, 92, 158, 161, 267, 327, 328, 389, 403, 444 Eléuter, 57, 77, 79, 82, 288 Eléuteras, 51, 57, 60, 76, 77, 78, 79, 81, 82, 112, 315, 361 Eleutereo / Eleuterio, 77, 78, 315, 330 Elis, 106, 192, 449, 468 Eolo, 54, 57 epimeletas, 202, 203, 245, 267, 310, 429 Eritras, 57, 196, 197, 219 Erotideas-Romanas, 319 Estatilio Tauro, 109, 110, 144 Eubea, 49, 50, 57, 225, 264, 268, 436 Eumenes II, 98, 100, 124, 125, 127, 330, 409 Eustáfilo, 50, 76, 103, 104, 112, 139, 208, 354, 386 Evio, 76, 87, 88, 89, 112, 152, 360, 414 evohé, 87, 95, 285 fiestas trietéricas, 93, 202, 243, 298, 308, 309, 310, 311, 312, 340, 427 Flegias, 57 Fócide, 49, 53, 55, 192 Frixo, 55, 84, 107 Grandes Dionisias, 79, 80, 81, 105, 302, 315, 340, 342 Haliarto, 40, 51, 57, 228, 297, 305, 323, 325, 326, 341, 343, 361 Hele, 55, 84, 107 Helicón, 40, 49, 55, 56, 88, 107, 149, 152, 156, 210, 212, 214, 263, 272, 273, 274, 275, 282, 292, 333, 352, 360, 413, 414, 421, 422, 426, 431 Hera, 34, 67, 78, 85, 303, 337, 434, 460 Heracles, 141, 217, 307 hiedra, 67, 78, 88, 89, 90, 94, 95, 150, 151, 152, 191, 223, 298, 299, 325, 413, 414 Homoloia, 306 Honesto, 89, 149, 150, 152, 352, 360, 413, 414 Ifigenia, 57, 84 Isis, 45, 145, 184, 221, 226, 227, 228, 229, 247, 248, 320, 360, 418, 442, 457, 460, 461, 462, 463, 464 Istmo, 147, 148, 170, 201, 202, 203, 214, 265, 266, 268, 270, 271, 272, 274, 276, 277, 279, 284, 292, 309, 310, 332, 333, 359, 361, 405, 406, 426, 429 Jonia, 93, 101, 102, 103, 146, 193, 194, 197, 203, 218, 219, 243, 264, 276, 277, 278, 280, 282, 283, 293, 314, 359, 408, 409, 429, 431 Larimna, 62 Lebadea, 38, 39, 49, 50, 51, 57, 72, 73, 76, 79, 103, 107, 133, 134, 135, 137, 138, 139, 155, 174, 182, 183, 205, 206, 207, 208, 222, 225, 231, 232, 245, 258, 262, 291, 305, 343, 347, 348, 349, 353, 354, 362, 385, 386 Lebádeo, 57, 79 Lébedo, 264 Leneas, 260, 285, 287, 326 liberador, 78, 80, 81, 96, 97, 98, 104, 208, 330, 463 Liga Anfictiónica, 93, 268 Liga Beocia, 51, 52, 209, 229, 306, 313, 334, 351, 358 liknon, 199, 245, 248, 356 451 Lisio, 76, 90, 93, 96, 97, 98, 99, 112, 124, 127, 153, 208, 246, 329, 330, 341, 358, 409 Lócride, 49 loto, 89, 90, 150, 151, 413, 445 Macedonia, 40, 50, 56, 108, 195, 214, 220, 244, 255, 258, 261, 264, 273, 279, 433 Mégara, 52, 194, 258, 319 Megáride, 49 Melanégida, 46, 76, 77, 81, 82, 83, 112, 138, 139, 153, 288, 325, 361, 448 Melanipa, 54 Melanto, 77, 81 ménades, 285, 300, 311 Mésapo, 57 Mileto, 163, 193, 218, 219, 257 miníades, 84, 287, 288, 299, 301, 355 Minias, 40, 57, 84, 287, 299, 302, 389, 391, 393, 394, 396, 398, 399 Musas, 40, 50, 55, 56, 88, 91, 148, 149, 151, 152, 180, 183, 190, 208, 209, 210, 211, 212, 213, 214, 234, 242, 246, 247, 248, 271, 272, 274, 275, 282, 292, 300, 301, 331, 332, 333, 335, 336, 337, 338, 339, 341, 356, 360, 407, 413, 414, 421, 422, 426, 431, 454 Museia, 88, 200, 201, 208, 209, 212, 214, 231, 234, 242, 243, 246, 247, 274, 275, 276, 282, 284, 297, 306, 331, 332, 334, 335, 338, 341, 344, 352, 361, 410, 421, 422, 431 música, 81, 88, 139, 152, 156, 161, 209, 215, 249, 306, 307, 331, 335, 336, 337, 355, 357, 360, 389, 442 Nemea, 147, 148, 170, 201, 202, 203, 265, 266, 268, 270, 271, 272, 274, 276, 277, 279, 284, 292, 309, 310, 332, 333, 359, 361, 405, 406, 426, 429 Nictelias, 82, 83, 191, 192, 287, 297, 298, 321, 322, 323, 340, 342, 343, 358 Nictelio, 76, 82, 83, 112, 153, 287, 321, 323, 357 Ninfas, 67, 78, 137, 138, 180, 183, 325, 336, 339, 341, 354, 385, 441 Nisa, 60, 67, 70, 92, 304 Ógigo, 56 Olimpia, 136, 174, 339, 453 Omadio, 85 Omestes, 85, 449 Orcómeno, 38, 39, 51, 52, 55, 56, 61, 72, 74, 112, 120, 133, 134, 135, 151, 159, 160, 161, 162, 163, 164, 165, 166, 167, 168, 169, 170, 171, 172, 173, 174, 175, 176, 177, 179, 180, 181, 204, 214, 228, 230, 231, 233, 236, 237, 238, 239, 240, 241, 243, 247, 260, 287, 290, 293, 297, 301, 305, 306, 316, 317, 318, 337, 338, 339, 341, 343, 347, 348, 349, 352, 353, 355, 357, 387, 388, 389, 390, 391, 392, 393, 394, 395, 396, 397, 398, 399 Orfeo, 60, 208, 307, 327, 434, 443, 446, 448 Orión, 55 Oropo, 51, 53, 168, 206, 214, 215, 319 Osiris, 83, 95, 151, 221, 226, 227, 322, 457 Pan, 137, 138, 139, 180, 183, 257, 328, 354, 385, 436, 438 Parnaso, 49, 57, 117, 286 Peloponeso, 50, 51, 52, 62, 93, 98, 192, 201, 277 Pemandria, 56, 82, 321 Pemandro, 56, 82, 321, 322 Penteo, 58, 59, 85, 286, 287, 302 Pérgamo, 98, 100, 109, 124, 125, 127, 196, 219, 278, 283, 358, 409 Pericionio, 76, 90, 94, 95, 96, 112, 358 Perséfone, 60, 68, 69, 206, 225, 226 Pisístrato, 80, 81 Pitias-Romanas, 319 Platea, 51, 52, 157, 158, 177, 201, 225 Pléyades, 55 Policrito, 82, 321 Poligetes, 76, 90, 102, 112, 358 Posideas-Romanas, 319 Posidón, 54, 60, 324 Potnias, 76, 83, 84, 86, 112, 204, 361 Ptoia, 214 Queronea, 38, 39, 51, 52, 57, 72, 73, 132, 133, 134, 135, 170, 178, 179, 182, 198, 222, 223, 228, 231, 232, 233, 245, 247, 297, 301, 305, 316, 318, 340, 343, 347, 348, 349, 352, 356, 386, 400 Quíos, 45, 85, 86 Rodas, 195, 256, 265, 323 452 Roma, 53, 110, 121, 125, 195, 197, 220, 277, 279, 288, 314, 318, 320, 322, 433, 437, 438, 440, 443, 444, 446, 448, 449, 451, 452, 453, 456, 457, 460, 461, 463, 465, 467 Romaia, 314, 315, 318 sacerdote, 84, 85, 109, 155, 156, 171, 188, 189, 190, 191, 193, 194, 195, 196, 197, 198, 199, 200, 201, 202, 203, 204, 205, 207, 208, 209, 210, 211, 212, 213, 215, 216, 218, 221, 232, 234, 244, 245, 246, 258, 259, 263, 267, 275, 282, 284, 288, 298, 299, 300, 301, 310, 316, 330, 333, 354, 355, 356, 359, 385, 400, 421, 422, 426, 427, 429, 431 sacerdotisa, 142, 143, 144, 145, 181, 183, 184, 193, 195, 197, 215, 216, 217, 218, 219, 220, 221, 222, 223, 224, 226, 228, 229, 246, 320, 412, 415, 417, 418, 453 sátiros, 88, 193, 328 Sémele, 58, 60, 68, 69, 90, 91, 92, 95, 96, 102, 107, 153, 218, 266, 310, 429 Serapis, 62, 200, 227, 228, 247 Sición, 98, 286 Sileno, 88, 328 stibadium, 196 Tanagra, 38, 39, 50, 51, 53, 56, 60, 72, 73, 76, 82, 110, 112, 120, 133, 134, 135, 136, 174, 181, 212, 214, 215, 232, 242, 243, 254, 255, 256, 260, 275, 287, 289, 290, 291, 293, 297, 305, 321, 323, 341, 343, 347, 348, 349, 351, 352, 354, 357, 362, 401, 402, 422, 452, 459 teatro, 42, 45, 61, 97, 101, 105, 137, 159, 164, 170, 175, 176, 177, 179, 209, 233, 234, 235, 264, 282, 283, 292, 305, 317, 318, 322, 329, 333, 334, 337, 340, 352, 355, 356, 387, 388, 390, 426, 431, 461 Tebas, 38, 39, 49, 51, 52, 54, 55, 56, 58, 60, 67, 70, 72, 73, 75, 76, 77, 79, 81, 82, 90, 91, 92, 93, 94, 96, 98, 99, 100, 101, 102, 103, 112, 120, 121, 123, 124, 125, 126, 133, 134, 135, 140, 146, 147, 148, 152, 154, 157, 158, 178, 181, 182, 183, 184, 200, 201, 202, 205, 212, 214, 222, 223, 224, 226, 231, 234, 235, 242, 243, 245, 247, 249, 263, 264, 265, 266, 267, 268, 270, 271, 272, 276, 277, 278, 280, 282, 283, 286, 290, 292, 293, 297, 301, 302, 305, 306, 307, 308, 309, 310, 311, 312, 314, 316, 318, 319, 320, 326, 329, 330, 340, 341, 343, 347, 348, 349, 351, 352, 353, 358, 362, 401, 403, 404, 405, 406, 407, 408, 409, 410, 411, 412, 413, 414, 415, 416, 418, 419, 420, 422, 423, 427, 428, 429, 431, 434, 435 Tebe, 56 tecnitas, 45, 91, 100, 101, 102, 146, 147, 148, 149, 170, 180, 181, 193, 200, 201, 202, 203, 209, 210, 211, 212, 213, 214, 234, 243, 245, 248, 249, 253, 263, 265, 266, 267, 268, 269, 270, 271, 272, 274, 275, 276, 277, 278, 280, 282, 283, 292, 307, 309, 310, 312, 314, 331, 332, 333, 350, 352, 353, 359, 361, 405, 406, 407, 408, 409, 410, 421, 422, 426, 427, 429, 431 Telfusa, 55 Ténedos, 85, 86 Teodesias, 46, 297, 323, 325, 341, 342, 343, 362, 449 Teodesio, 323, 324 Terpsícore, 88, 89, 150, 152, 183, 413, 414 Tesmoforias, 327 Tespia, 56 Tespias, 38, 39, 49, 51, 52, 53, 56, 62, 72, 73, 74, 76, 87, 88, 89, 90, 105, 109, 110, 113, 121, 122, 123, 124, 125, 126, 133, 134, 135, 136, 137, 141, 142, 143, 144, 145, 146, 149, 151, 152, 181, 183, 184, 199, 200, 201, 208, 209, 210, 211, 212, 213, 214, 217, 222, 223, 224, 226, 227, 228, 229, 231, 234, 235, 242, 243, 245, 246, 247, 263, 274, 275, 276, 280, 282, 284, 292, 298, 316, 319, 320, 321, 331, 332, 333, 335, 341, 343, 347, 348, 349, 352, 353, 359, 362, 410, 412, 413, 414, 415, 416, 417, 418, 419, 420, 421, 422, 424, 426, 427, 431 Tespio, 56, 217 453 Teumesia, 60 Tilóforo, 217, 220 tirso, 59, 104, 285 Tisbe, 38, 39, 57, 73, 133, 134, 135, 136, 137, 153, 177, 178, 181, 183, 184, 232, 314, 343, 347, 348, 349, 351, 353, 354, 361, 424, 425 Titanes, 68, 85, 107, 322 toro, 42, 89, 95, 98, 100, 105, 106, 107, 108, 109, 112, 153, 217, 358, 415, 437, 442 Tracia, 43, 55, 60, 69, 194, 196, 244, 258 trípode, 135, 136, 156, 158, 159, 160, 162, 163, 164, 165, 166, 167, 169, 171, 172, 176, 180, 182, 355, 388, 389, 390, 391, 392, 393, 394, 395, 396, 397, 398, 399, 457 Tritón, 60, 117, 256, 288, 289, 323 Trofonio, 39, 96, 97, 104, 138, 139, 155, 190, 205, 206, 207, 208, 225, 245, 248, 259, 263, 291, 329, 348, 354, 385, 386 vid, 92, 95, 103, 104, 150, 220, 225, 260, 262, 285, 321, 329, 357 vino, 42, 45, 50, 61, 69, 81, 95, 97, 102, 103, 104, 105, 107, 137, 138, 151, 157, 191, 192, 244, 255, 260, 262, 280, 285, 300, 315, 324, 325, 326, 335, 336, 338, 341, 357, 362, 438, 444 viñadores, 50, 253, 255, 259, 260, 291, 357, 402 Yóbaco, 195, 258 Zagreo, 83, 322, 324, 325 Zeus, 54, 57, 58, 60, 67, 68, 69, 70, 75, 78, 79, 82, 91, 95, 98, 102, 104, 106, 107, 111, 117, 119, 120, 132, 139, 153, 155, 188, 190, 196, 200, 201, 205, 206, 207, 208, 228, 245, 248, 259, 263, 288, 324, 354, 385, 386, 463 Zoilo, 84, 288, 299, 304 Zóniso, 325 Λύσιοι τελεταί, 98, 297, 326, 328, 329, 330, 341, 342, 343, 359 ὅροι, 119, 121, 122, 123, 124, 126 τελετή, 326, 327, 445, 447, 461 Tesis Macarena Calderón Sánchez PORTADA INDICE RESUMEN ABSTRACT INTRODUCCIÓN 1. BEOCIA 2. MENCIONES DE DIONISO EN BEOCIA 3. TIERRA SAGRADA DE DIONISO EN BEOCIA 4. DEDICATORIAS RELACIONADAS CON DIONISO EN BEOCIA 5. PARTICIPANTES INDIVIDUALES EN EL CULTO DE DIONISO EN BEOCIA 6. PARTICIPANTES GRUPALES EN EL CULTO DE DIONISO EN BEOCIA 7. FIESTAS DIONISÍACAS (Y RELACIONADAS CON DIONISO) BEOCIAS 8. CONCLUSIONES GENERALES 8. GENERAL CONCLUSIONS BIBLIOGRAFÍA ABREVIATURAS TRADUCCIONES INDICE TEMÁTICO DDña: MACARENA CALDERÓN SÁNCHEZ estudiante en el Programa de Doctorado: ESTUDIOS DEL MUNDO ANTIGUO Facultades: [Filología] dia: [12] mes: [julio] año: [19] titulada 1: y dirigida por 1: ANA ISABEL JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL y dirigida por 2: y dirigida por 3: titulada 2: 2019-07-12T12:16:53+0200 Macarena Calderón Sánchez DNI50905312X de la Facultad de: En Madrid a: de: de 20: Fdo: