171 RES n.º 28 (3, supl. 2) (2019) pp. 171-183. ISSN: 1578-2824 RESUMEN Tras un prolongado periodo de despolitización, la revitalización del feminismo ha favorecido el de- bate sobre las situaciones de discriminación que afectan a las mujeres por razones de género. La “desigualdad” es una preocupación característica de la Sociología; no obstante, existe una importante distancia conceptual y de medios para tratar los in- tereses de las mujeres y sus preocupaciones dentro de la disciplina. El texto plantea tres retos. Los dos primeros están en relación a la visibilidad de las temáticas de género: el reconocimiento del andro- centrismo, y la posición que ocupa en las corrien- tes principales de la Sociología. El tercer reto es el relativo a la representación de datos mixtos en un contexto tecnológico complejo. La perspectiva de género requiere aunar el análisis descriptivo con causas sociohistóricas y consecuencias concretas para los sujetos. Implica gestionar un volumen considerable de datos mixtos; generalmente desde una perspectiva evolutiva y comparativa. Además, requiere conceptos específicos para situar a la au- diencia en el enfoque feminista. Por ello exponemos las ventajas de la infografía como la estrategia principal para la divulgación de las aportaciones feministas. Palabras clave: divulgación, feminismo, igual- dad, infografía, Sociología. ABSTRACT After a prolonged period of depoliticization, the re- vitalization of feminism has favored the dissemina- tion of situations of discrimination that women face. “Inequality” is a characteristic sociological concern; however, there is an important distance of notions and means within the discipline to properly address the interests and concerns of women. We set up sev- eral questions regarding three challenges. Initially we query about the own visibility of gender issues. We do it from two axis of analysis: first, the recognition of androcentrism in the production of sociological knowledge. Secondly, we question the position that gender issues occupy and its topics. The third chal- lenge is related to the representation of mixed data (qualitative and quantitative) and communication in a complex technological context. Gender perspective requires relating the descriptive analysis of the situ- ation with its sociohistorical causes and the concrete consequences for the subjects. It therefore implies managing a considerable volume of mixed data. It generally does it from an evolutionary and compara- tive perspective. In addition, it requires the use of specific concepts that need to be defined in order to situate the audience in the feminist approach. In this sense, we expose the advantages of infographics in the representation of findings as the main strategy for feminist science dissemination. Keywords: dissemination, feminism, equality, infographics, Sociology. Debate / Controversy Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España / Challenges of feminist dissemination of gender inequality in Spain *Clara Inés Guilló Girard Dpto. Sociología, Metodología y Teoría, Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Universidad Complutense de Madrid, España / Spain cguillo@ucm.es Recibido / Received: 26/10/2018 Aceptado / Accepted: 25/01/2019 *Autor para correspondencia / Corresponding author: Clara Inés Guilló Girard. Dpto. Sociología. Metodología y Teoría. Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. Universidad Complutense de Madrid. Campus de Somosaguas. 28223 Pozuelo de Alarcón (Madrid). Sugerencia de cita / Suggested citation: Guilló Girard, C. I. (2019). Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España. Revista Española de Sociología, 28 (3, supl. 2), 171-183. (Doi: http://dx.doi.org/10.22325/fes/res.2019.46) Revista Española de Sociología (RES) 2019 © Federación Española de Sociología doi:10.22325/fes/res.2019.46 RES n.º 28 (3, supl. 2) (2019) pp. 171-183. ISSN: 1578-2824 Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España 172 INTRODUCCIÓN El trabajo que se presenta es fruto de la re- flexión de la experiencia en consultoría e investi- gación dentro del ámbito de la igualdad de opor- tunidades entre hombres y mujeres. El resultado incluye algunos hallazgos de la investigación para optar al grado de Doctora en Sociología por la Uni- versidad Complutense de Madrid1. Se proponen tres ámbitos de reflexión y retos para la acción divulgativa. El primero de ellos, el reconocimien- to del androcentrismo. Esto supone que el cono- cimiento sociológico que se genera invisibiliza, cuando no excluye, las cuestiones de género. De- construir y producir un conocimiento más preciso sobre la sociedad generizada es un reto previo a la propia divulgación. El segundo ámbito se re- fiere a la posición desde donde se comunica y los canales disponibles. Las temáticas asignadas a los estudios de género se identifican como cues- tiones de menor centralidad para la disciplina; es decir, en los márgenes de la Sociología académi- ca y profesional (lejos de la teoría sociológica, la investigación de mercados, el análisis de la es- tructura social, los movimientos de población, el comportamiento político, el estudio de los valores sociales, etc.). También llamamos la atención so- bre profesionales especializadas/os “en género” que, paralelamente al desarrollo de políticas pú- blicas han contribuido a un tratamiento aséptico y despolitizado de la desigualdad, alejándose de la perspectiva feminista. En último lugar proponemos una reflexión técnica sobre la representación de las nociones y cifras que evidencian la discriminación. Aludimos a la utilización de indicadores complejos y representaciones gráficas frente a opciones más tradicionales. Por ello proponemos el uso de la in- fografía2 como técnica para potenciar la divulga- ción desde una perspectiva feminista. 1 El sentido de ser víctima y la víctima como sentido: tecnologías de enunciación de la violencia de género. Bajo la dirección de Amparo Serrano Pascual (UCM) y Laura Nuño Gómez (URJC). Defendida en diciembre de 2018. 2 Agradecemos a la editorial Melusina, Generalitat de Cataluña, Graciela Atencio y feminicidio.net, Grupo Edi- torial Akal, INE, y Médicos del Mundo, el permiso para la utilización de imágenes. RETO 1. EVIDENCIAR LA DISCRIMINACIÓN: RECONOCER EL ANDROCENTRISMO La desigualdad es una preocupación social y un espacio característico en la investigación y la práctica sociológica. La categoría de igualdad for- ma parte del orden social contemporáneo, es una categoría política conflictiva que está asociada a las condiciones necesarias para el ejercicio efecti- vo de la ciudadanía. Igualdad, diferencia y género conforman poderosos significantes en los procesos de cambio social, y en las transformaciones de las relaciones entre hombres y mujeres. La Sociología feminista, que “es una perspectiva académica y política del estudio de la sociedad. Es crítica y didáctica; analiza e informa” (Winkler, 2010: 47), toma como ámbito de estudio las configuraciones y problemas sociales en torno a dichas categorías. El concepto de “género” es una de las princi- pales aportaciones3 desde las teorías feministas. Se encuentra referenciado en los diccionarios y manuales más comunes de teoría social (p. ej., Giddens, 1991; Ritzer, 1994, 2002; Harrington, 2005; Reyes, 2009; Scott y Marshall, 2009; García Ferrando et al., 2015)4. La epistemología feminista ha contribuido a evidenciar el androcentrismo mos- trando la exclusión histórica y política de las muje- res como sujeto y objeto de conocimiento (junto con otros colectivos). Asimismo, ha señalado la dicoto- mía sujeto/objeto y la construcción de la alteridad en la investigación; la concepción desencarnada y asexual “del científico”; el binomio neutralidad- universalismo; la importancia del conocimiento situado (Smith, 1990; Harding, 1989; Haraway, 1988); la provisionalidad epistémica (Wylie, 2012) y la objetividad fuerte (Harding, 1987; 1993). Se propone la aplicación de la “perspectiva de género” entendida como el análisis sistemático de las di- ferencias entre géneros, en especial las atribuidas a la categoría binaria “hombres” y “mujeres”, sus causas y consecuencias. 3 Se atribuye a la antropóloga Gayle Rubin (1975, 1986). No obstante, surge de las aportaciones sobre identidad sexual del psiquiatra John Money (1955) y de la psicolo- gía médica de Robert Stoller (1968). 4 Pese a notables ausencias como todas las ediciones an- teriores de García Ferrando et al., o Giner (coord.), 2003. Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España 173 RES n.º 28 (3, supl. 2) (2019) pp. 171-183. ISSN: 1578-2824 Paradójicamente, la asunción de la categoría de género en las ciencias sociales ha ido de la mano de su despolitización. El tratamiento científi- co es por lo general insuficiente y superficial, limi- tado a la inclusión de la variable “sexo”. Como se- ñala Cobo (2005), su uso eufemístico ha derivado en la sustitución de “mujeres” y de la propia noción de “feminismo”. Ello dificulta la divulgación. En la actualidad siguen vigentes muchas de las críticas epistémicas de los años sesenta. De acuerdo con Díaz y Dema (2013), los elementos a reconsiderar son: la construcción de los varones como sujetos activos y las mujeres como pasivos; la ginopía; la trivialización de los intereses femeni- nos; la misoginia y la culpabilización respecto a su situación subordinada; la defensa de la dominación masculina; la sobregeneralización de resultados; el familismo como unidad preferencial; la naturaliza- ción de las diferencias (esencialización); la dicoto- mía sexual en los criterios de medición que afectan a procedimientos metodológicos y analíticos; y la insensibilidad al género como variable transversal, y en la formación de los equipos de investigación. A lo anterior sumaríamos las críticas de Sprague y Kobrynowicz (2006) a la Sociología: la disociación sociológica con la subjetividad; relegar las cues- tiones interpersonales, sentimientos y aspectos privados a una jerarquización inferior de lo social; el desarrollo de categorías analíticas dicotómicas (poco flexibles para el análisis social); y el papel de la disciplina al servicio de la dominación de los su- jetos. Respecto a esto último las autoras critican la falta de compromiso de la Sociología predominante con los debates políticos contemporáneos y la res- ponsabilidad sobre la sociedad. En relación con ello hay que señalar que desde la epistemología femi- nista se ha hecho hincapié en la accesibilidad a los conocimientos producidos. En los últimos años se considera la divulgación como un reto específico. En esta línea, Olesen (2011) lo considera un tema epistemológico crítico relacionado con el funcionamiento de la Academia, y provincialismo eurocéntrico y editorial. Respecto a la Academia, se refiere a la posición marginal de investigadoras (o centros de investigación) feministas; y al uso (con frecuencia preferente) de metodologías cua- litativas con menores opciones de publicación que las positivistas. Sobre la cuestión editorial, Olesen evidencia la dificulta del acceso local a los resul- tados publicados en inglés, y el sistema de revis- tas de alto impacto que tienden a excluir intereses más alejados de las corrientes principales de las disciplinas. En este sentido, considera que las in- vestigaciones feministas, sobre todo cualitativas, deben procurarse más proyección pública. Por ejemplo utilizando el ciberespacio en su difusión, y tratar de materializar los objetivos de justicia so- cial que las conducen. RETO 2. DIVULGAR DESDE FUERA DE LA CORRIENTE PRINCIPAL Las cuestiones de género no han estado pre- sentes de una forma clara en la institucionaliza- ción de la Sociología (Agudo Arroyo, 2013; García de León, 2016; Durán, 1996; Murillo y Durán, 2015). Riveiros recuerda que los padres fundadores “die- ron respuestas conservadoras a los primeros estu- dios feministas que conocieron”, los transformaron en temas “intrascendentes” (2014: 110). A pesar de ello se considera que la Sociología del género es una de las especialidades más importantes en España. No obstante la diversidad de materias es limitada. Predomina “la subordinación de las mu- jeres en el mercado de trabajo” (de Miguel, y otros, 2013: 43). La conciliación, y la violencia contra las mujeres no han tenido interés hasta fechas recien- tes (Tobío, 2014; Murillo y Durán, 2015). Fundamentalmente el “género” se ha tratado como una “nueva” dimensión de la desigualdad social, circunscrita a un limitado análisis de la va- riable sexo. Ha tenido un rol más central como parte de la estructura social contemporánea y factor de cambio social. La asimetría en el mercado de tra- bajo ha tenido más protagonismo; y puntualmente la descripción de colectivos específicos (p. ej., tra- bajadoras, madres solas, mujeres con discapaci- dades, gitanas, migrantes, etcétera). Sin duda, lo anterior está influido por el hecho de que el Ministerio competente no reconozca aún los “estudios de género” como área específica de investigación. Dentro de la Sociología existe la subdisciplina “posición social de la mujer”, pero no refleja la amplitud de la cuestión. La Platafor- ma Universitaria de Estudios Feministas y de Gé- RES n.º 28 (3, supl. 2) (2019) pp. 171-183. ISSN: 1578-2824 Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España 174 nero reivindica su inclusión activa en los códigos UNESCO. A pesar de lo anterior, en España, desde finales de los años ochenta la desigualdad entre mujeres y hombres y la discriminación por razón de sexo y género se han convertido en espacios privilegiados de intervención social y sociológica. Gracias sobre todo a la existencia de políticas públicas específi- cas5 y europeas6, y a la institucionalización de los estudios de mujeres, feministas y de género en los márgenes de la Academia. Su implementación ha requerido (y requiere) de fondos de investigación7 y de planificación para financiar universidades, municipios, comunidades autónomas, ONG y otros actores que investigan en dicho ámbito. Falta perspectiva de género cuando se ig- noran cuestiones sociales que afectan en mayor medida a la población femenina, y cuando se li- mita su abordaje a “las mujeres” provocando un tratamiento homogeneizador de la mitad de la po- blación. La asimilación con una “minoría” implica la concepción de estas como un grupo falsamente homogéneo y en permanente desventaja8. Autoras como Soledad Murillo advierten de los riesgos que conlleva: “A las minorías se les reconoce más por sus “problemas” pendientes de solucionar, que por sus méritos o aportaciones. [...] Por estas razones, los programas, o medidas, son específicos y se 5 Ej.: Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de la vida familiar y laboral de las perso- nas trabajadoras (BOE núm. 266, de 6 de noviembre de 1999), la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (BOE núm. 71, de 23 de marzo de 2007); Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (BOE núm. 313, de 29 de diciembre de 2004), y los planes de igualdad de oportunidades en- tre hombres y mujeres. 6 Ej.: Iniciativa Comunitaria Empleo-NOW (1989-1999), EQUAL (2000-2016), o PROGRESS (2007-2013). 7 Uno de los principios de la Ley de la Ciencia, la Tec- nología y la Innovación (BOE núm. 131, de 2 de junio de 2011) es la igualdad de oportunidades. Hasta el año 2005 no se adoptan las primeras medidas como es la Unidad Mujer y Ciencia (UMyC). 8 Véanse las categorías de las subvenciones a ONG, o ayudas empresariales a la contratación, donde “muje- res” es asimilable a personas con alguna discapacidad, comunidad gitana, población exreclusa, drogodepen- diente, personas sin hogar, etcétera. orientan a subsanar aquellos supuestos “déficits” que las mujeres presentan” (2014: 3). Esta visión asistencialista posiciona las cuestiones de géne- ro dentro de una narrativa donde la diferencia es negativizada, omitiendo las cuestiones políticas de dominación. Se desplaza la formación discursiva de “los derechos de las mujeres”, que han movi- lizado políticamente los feminismos (bajo una óp- tica colectiva), hacia el discurso de “la inclusión social” de quienes enfrentan un hándicap (bajo una lógica individualizante y neoliberal). La existencia de figuras profesionales como son las/os agentes de igualdad, fuertemente nutridas por sociólogas, a partir de los años noventa se co- rresponde con la demanda de especialistas capa- ces de establecer acciones específicas y de trans- versalizar la perspectiva de género en todo tipo de proyectos y políticas. La Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres impulsó esta demanda. Además, en su artículo 20 recoge la obligatoriedad de la adecuación de las estadísti- cas, encuestas, registros y estudios. En la actualidad, incorporar el enfoque de gé- nero es un requisito imprescindible. Ello incluye la comunicación de dichos proyectos, que consistiría en: 1) comunicar el compromiso institucional con la igualdad; 2) hacer un uso no sexista del lenguaje; 3) utilizar imágenes no sexistas ni estereotipadas; 4) desagregar datos por sexo; 5) elaborar mensajes y contenidos que cuestionen estereotipos de géne- ro; 6) visibilizar buenas prácticas; 7) promover la participación equilibrada de mujeres y hombres, y 8) diversificar canales, soportes y formatos de comunicación (Red de Políticas de Igualdad entre Mujeres y Hombres, 2017: 17-36). En los proyectos científicos I+D+i se produce la misma exigencia; tanto la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación 2013-2020, como en el Programa Ho- rizonte 2020 de la Unión Europea. No obstante, el desarrollo de estas iniciativas y de las propias figuras profesionales no siempre ha ido acompañado de una mayor visibilidad del feminismo como pensamiento crítico y movimiento social. La praxis profesional se ha ido disociando en gran medida del feminismo paralelamente a la despolitización del término “género”. Algunas de las consecuencias más evidentes son las si- guientes. Perviven aproximaciones esencialistas Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España 175 RES n.º 28 (3, supl. 2) (2019) pp. 171-183. ISSN: 1578-2824 hacia “mujeres” y “hombres”. Las diferencias son positivizadas pero se naturalizan. Se omite la construcción sociohistórica de falsos universales. Por ejemplo, ello ocurre cuando género se asimila a “mujeres” y la conciliación se centra exclusiva- mente en ellas. Otro caso se observa en las estadís- ticas de dicha temática al omitir el sexo en cifras del sistema de Seguridad Social; en el número de prestaciones por paternidad sin referirse a su du- ración media por sexo; las renuncias voluntarias; o la prestación por cuidado de menores afectados por cáncer u otra enfermedad grave. Hechos que invisibilizan las barreras de género para el ejercicio de los derechos. La segunda consecuencia es la proliferación de procedimientos de intervención asépticos (guías, manuales, listas de comprobación, etc.) para la aplicación de la perspectiva de género. Desvincu- lan la “igualdad” del resto de categorías con las que adquiere un sentido social y se produce la ex- periencia: clase, racialización, orientación sexual, (dis)capacidades, edad, etc. Ejemplos de ello son la mera exposición comparada de cifras por sexo, sin la posibilidad de acceder a datos más concretos (cruces por edad, origen, etc.) que permitan des- homogeneizar la población de hombres y mujeres. La perspectiva feminista requiere de la divulgación desde la propia diversidad social, y por ello nece- sita emplear la teoría sociológica de la interseccio- nalidad (Collins, 2000). RETO 3. (RE)PRESENTAR CON PEDAGOGÍA Desde la perspectiva feminista, favorecer el acceso al conocimiento sociológico, su utilización y debate, no puede limitarse a una estrategia di- versificada de medios de comunicación que tras- cienda el mero uso de revistas científicas. Ello es importante, pero necesitamos reflexionar sobre las técnicas de representación de los datos. En cuanto al lenguaje como primer elemento de accesibilidad, dentro del giro lingüístico de los años sesenta la mayoría de las ciencias sociales han incorporado críticas a su uso sexista. Véase en España el trabajo de Mercedes Bengoechea (2015) o Eulalia Lledó (2013). Además, desde las discipli- nas de la comunicación social se ha prestado es- pecial atención al denominado lenguaje visual no sexista [véase Plaza y Delgado (eds.), 2007]. Por otra parte, el potencial reflexivo y la contribución al conocimiento social son escasos cuando los términos científicos dificultan el acceso a la infor- mación. Influye en ello el uso de la voz científica y su distanciamiento emocional: “Mediante el uso de la voz pasiva y hablando en un alto nivel de abs- tracción, escondemos la agencia, tanto de quien estudiamos como de nosotros/as mismos/as como investigadores/as [...]. El texto también se separa de la experiencia real humana, distanciando al lector/a de preocuparse por ella, y mucho menos de sentirse obligado/a a hacer algo al respecto” (Sprague y Kobrynowicz, 2006: 36). En cuanto a los modos de representar los re- sultados de las investigaciones o intervenciones sociológicas, hay que recordar que los análisis que- dan imposibilitados cuando no se proporcionan ci- fras desagregadas por sexo. Además, es necesario favorecer la presentación de cifras relativas en vez de absolutas, elaborar índices de masculinización/ feminización, y analizar específicamente la distri- bución y concentración por sexo (hombres, mujeres, otro). Las “relaciones de género” requieren de “in- dicadores de género” (Dávila Díaz, 2004). Lo mismo sucede cuando el modo en el que se proporcionan las cifras es poco explicativo. Ocu- rre cuando se omiten de las narraciones sobre las causas y las consecuencias de las diferencias en- tre mujeres y hombres. Causas que no pueden ser asumidas como estáticas, ahistóricas o universa- les, sino que varían en función del régimen género9 vigente. Situaciones que además no son homogé- neas. Ello supone aludir a los aspectos transforma- tivos tanto del género como del sexo, que rompen la lógica heterosexual y binaria, y que en general se están desarrollando bajo la noción de “gestión de la diversidad”. Estas dificultades a la hora de transmitir una información relacional y compleja requieren 9 Rawelyn Connell (1987, 1995) otorga un mayor én- fasis a los aspectos intersubjetivos como los roles, la satisfacción y el acuerdo. Silvia Walby (1997) lo hace a las dimensiones estructurales (trabajo doméstico no remunerado; trabajo remunerado; Estado (instituciones y legislación fundamentalmente); violencia contra las mujeres; instituciones culturales, y sexualidad). RES n.º 28 (3, supl. 2) (2019) pp. 171-183. ISSN: 1578-2824 Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España 176 reflexionar sobre los modos disponibles de repre- sentación de datos en un contexto de alta tecnifi- cación. El propio Instituto Nacional de Estadística considera que nos encontramos ante una nueva etapa10. Actualmente existen diferentes softwares para (re)presentar la información: desde aplica- ciones gratuitas a productos de mercado. Permiten asociar texto y cifras junto con imágenes repre- sentativas de la temática, y vincular causas, rela- ciones y consecuencias entre distintas variables y nociones teóricas. Resulta de gran utilidad para los retos de comunicación que enfrentan las temáticas feministas que hemos expuesto. Las posibilidades de software son más o me- nos complejas. Comprenden desde presentaciones dinámicas hasta el análisis de redes y Big Data (p. ej., RawGraphs, Piktochart, Info.gram, Canva, Easel.ly, Sprout Social, Facebook Insights, Twitter Analytics, YouTube Analytics, Instagram Analytics, Gephi, etc.). Disponemos de nuevos instrumentos como vídeos e infografías, atlas temáticos interac- tivos, sparklines (de Excel), nubes de etiquetas o palabras, y visualizaciones dinámicas, entre otros (UNECE, 2009). Consideramos que tienen una ma- yor capacidad pedagógica que otros modelos grá- ficos clásicos (gráficos de dispersión, de barras, líneas, sectores, pictogramas, pirámides de pobla- ción, o cartogramas) o de ilustración (como socio- gramas, diagramas o mapas mentales). Los clási- cos, si bien sirven como resúmenes ilustrativos de datos o ideas descritas a lo largo de un documento, apenas tienen utilidad por sí mismos fuera del con- texto de un informe. En este sentido proponemos prestar atención a las utilidades de las infografías porque poseen una mayor usabilidad que el resto de los programas mencionados. Son por tanto más accesibles para el público y las/os analistas. La infografía conjuga gráficos, diagramas, sig- nos y textos que al contener y relacionar un mayor número de información contribuye a la capacidad explicativa de la exposición de datos. Ayuda por tanto a describir la realidad y los argumentos para su explicación (causas y consecuencias). Ello fa- vorece el marco interpretativo de los datos apor- 10 El INE señala estas etapas: primera etapa: 1600-1699, segunda etapa: 1700-1799; tercera etapa: 1800-1899; cuarta etapa: 1900-2010, y contemporánea (INE, s.f.). tados. Puede contener elementos de dinamismo a través de animación audiovisual o la posibilidad de interactuar con la información, dando lugar a infogramas más complejos. Ello dificulta su usabi- lidad, pero favorece la utilización de datos diversos en contextos múltiples. En cuanto a las infografías no-dinámicas, pueden emplearse a modo de póster y ello favorece su propia difusión. En cualquiera de sus formas es fácilmente adaptable a distin- tos medios tecnológicos, y ello incrementa la ac- cesibilidad a la información que contiene porque se pueden difundir con facilidad a través de redes sociales. El ejemplo de infografía dinámica que pro- ponemos es el vídeo “Brecha de Género” del INE (2016), disponible en el canal YouTube INEDifusion. Emplea la noción de género como una herramienta transversal que puede aplicarse a distintos con- textos sociales (esperanza de vida, salario, tecno- logía, etc.). Define el concepto, cómo se calcula, y proporciona ejemplos prácticos. De esta forma se combina la explicación oral con los gráficos tradi- cionales, pictogramas e ilustraciones. En el vídeo se representan cifras desagregadas por sexo (en los laterales de la pantalla) en múlti- ples ámbitos que abarcan espacios de desigualdad social significativos en el presente de la sociedad española (en el gráfico de sectores). Paralelamente la narración relata la utilidad de la medición en cuarenta y siete segundos. La desventaja de este medio es que requiere de conocimientos técnicos más sofisticados que las infografías no-dinámicas. El siguiente ejemplo es de la organización fe- minicidio.net. Emplea softwares interactivos geoso- ciales para la elaboración de informes. Permite dimensionar sobre un territorio el alcance de los asesinatos de mujeres, favorece la concienciación sobre el espacio de incidencia del problema, su ex- tensión y la relación con otras violencias que son representadas en función del tipo de feminicidio. Un ejemplo de infografía simple es la empleada por el Observatorio del Trabajo y Modelo Productivo de la Generalitat de Catalunya como parte del resu- men de sus hallazgos en el informe del estudio La situación de desigualdad salarial en Cataluña en- tre hombres y mujeres (2017). Aquí reproducimos la primera, que hace hincapié en las diferencias entre el salario percibido y la formación de hombres y Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España 177 RES n.º 28 (3, supl. 2) (2019) pp. 171-183. ISSN: 1578-2824 mujeres. Ello lo relaciona con las responsabilida- des familiares y de cuidados de unos y otras, como un elemento de impacto en el desempeño y acceso al mercado de trabajo. Incluye un texto (en el mar- gen derecho) que ayuda a interpretar los datos y la necesidad de cambio social. Figura 1. Captura de pantalla del vídeo “Brecha de género”. Fuente: INE, 2016. Figura 2. Captura de pantalla: 30 datos sobre los feminicidios cometidos en España en 2017. Fuente: feminicidio.net, 2018. RES n.º 28 (3, supl. 2) (2019) pp. 171-183. ISSN: 1578-2824 Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España 178 Figura 3. Infografía de la desigualdad salarial entre hombres y mujeres 2017. Fuente: Observatori del Treball i Model Productiu, Generalitat de Cataluña, 2017. Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España 179 RES n.º 28 (3, supl. 2) (2019) pp. 171-183. ISSN: 1578-2824 El siguiente ejemplo procede de un artículo conjunto de varias ONG11 realizado con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer 2017. En él se incluye una infogra- fía final. Es la infografía con un mayor volumen de texto de las expuestas. Relaciona datos que descri- ben la situación social de las mujeres con las difi- cultades de la implementación de las políticas pú- blicas sobre la violencia de género y las demandas reivindicativas para una solución del problema. El último ejemplo es El Libro de la Sociología editado en castellano por Akal (2016) dentro de la colección Grandes temas - Gran formato. Trata íntegramente su contenido a través de textos rela- cionados con infografías. La obra incluye a las si- guientes autoras: Harriet Martineau, Judith Butler, R. W. Connell, Bell Hooks, Sylvia Walby, Jane Jacobs, 11 Médicos del Mundo, Alianza por la Solidaridad, AIETI, Creación Positiva, FELGTB, FPFE, Fórum de Política Feminista, Fundación para la Convivencia Aspacia, Haurralde Fundazioa, Red Latinas. Sharon Zukin, Saskia Sassen, Benedict Anderson, Arlie Russell Hochschild, Teri Lynn Caraway, Mar- garet Mead, Adrienne Rich, Judith Stacey, Christine Delphy, Ann Oakley y Elisabeth Beck-Gernsheim. En último lugar, aludiremos a un método gráfi- co muy similar. Aunque más simple, es igualmente novedoso en el contexto de la Sociología: los cómics (en general, poco empleados en textos de ciencias sociales). En los últimos años destaca su uso para divulgar el pensamiento feminista. En España es necesario aludir a Nuria Varela y Antonia Santolaya con “Feminismo para principiantes” (Editorial Sb, 2017), a María Murnau y Helen Sotillo con “Femi- nismo ilustrado: Ideas para combatir el machismo” (Montena, 2017), y a Ana de Miguel y Marta de la Rocha con “Historia ilustrada de la teoría feminis- ta” (Melusina, 2018). En el contexto internacional, obras similares son: “Le féminisme”, de Anne- Charlotte Husson y Thomas Mathieu (Le Lombard, 2016), y “Queer: A Graphic History”, de Meg-John Barker y Julia Scheele (Icon books, 2016). Figura 4. Infografía sobre la violencia machista. Fuente: VVAA, 2017. RES n.º 28 (3, supl. 2) (2019) pp. 171-183. ISSN: 1578-2824 Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España 180 Figura 5. Portada de El Libro de la Sociología. Fuente: Akal, 2016. Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España 181 RES n.º 28 (3, supl. 2) (2019) pp. 171-183. ISSN: 1578-2824 CONCLUSIONES A pesar de constituir una categoría central de investigación de la sociedad contemporánea, la perspectiva de género continúa siendo ignorada en la producción sociológica. Se requiere de una planificiación política que exija la inclusión de la perspectiva de género en las políticas públicas de acción social e investigación, y que ello abarque a la comunicación de los resultados obtenidos. Para mejorar la divulgación sociológica resulta imprescindible adoptar propuestas que se alejen de enfoques androcéntricos y generalistas, y apos- tar por aproximaciones feministas, situadas, que permiten visibilizar las relaciones de poder entre hombres y mujeres para dimensionar adecuada- mente las direcciones (no lineales) del cambio social. La Sociología feminista parte de un marco epistemológico que favorece una aproximación ex- haustiva a la diversidad de la sociedad. En este sentido tiene una alta potencialidad de contribuir a la Sociología pública y crítica (Agger, 2007; Bu- rawoy, 2005; Stacey, 2008). La diseminación eficaz de resultados implica reflexionar sobre técnicas de representación que comuniquen mejor cuestiones complejas en la so- ciedad contemporánea. La representación multiva- riable de la interseccionalidad de género no puede limitarse a gráficos unidimensionales de la variable sexo. Por su parte, los softwares de representación gráfica son poco accesibles para el público general. Es necesario avanzar en técnicas que representen la diversidad (multivariables) pero apoyadas en tecnologías accesibles y pedagógicas, que combi- nen datos mixtos; como los ejemplos que se han aportado en el texto. Permiten el análisis relacio- nal de datos, que alude a situaciones descriptivas, causas y consecuencias. Los informes adquirirían más impacto con el uso de infografías. Su usabili- dad y capacidad explicativa es mayor. Todo ello fa- vorece los retos de divulgación a los que se enfrenta la Sociología feminista. Figura 6. Portada de Historia ilustrada de la teoría feminista, de Marta de la Rocha. Fuente: de la Rocha, 2018. RES n.º 28 (3, supl. 2) (2019) pp. 171-183. ISSN: 1578-2824 Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España 182 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Agger, B. (2007). Public Sociology: From Social Facts to Literary Acts. Rowman & Littlefield Publishers. Alberdi Alonso, I. (1999). El significado del género en las Ciencias Sociales. Política y Sociedad, 32, 9-21. Atencio, G., Novo, N. (2018). 30 Datos sobre los feminicidios cometidos en España en 2017. Recuperado de https://informesanuales.femi- nicidio.net/, acceso el 9 de junio de 2018. Bengoechea Bartolomé, M. (2015). Lengua y géne- ro. Madrid: Síntesis. Burawoy, M. (2005). Por una Sociología pública. Po- lítica y Sociedad, 42(1), 197-225. Cobo Bedia, R. (2005). El género en las ciencias so- ciales. Cuadernos de Trabajo Social, 18, 249-258. Cobo Bedia, R. (2009). Otro recorrido por las ciencias sociales: género y teoría crítica. En R. Cobo, C. Cruz, R. Volio, A. Zambrano, M. Aparicio García, B. Leyra Fatou (eds.), Cuadernos de género: Políticas y acciones de género. Instituto Complutense de Estudios In- ternacionales, 11-52. Collins, P. H. (2000). Black feminist thought: Knowledge, consciousness, and the politics of empowerment (2nd ed.). New York: Routledge. Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (UNECE). (2009). Cómo hacer compren- sibles los datos. Parte 2: una guía para pre- sentar estadísticas. Ginebra: Naciones Unidas. Dávila Díaz, M. (2004). Indicadores de género. Guía práctica. Sevilla: Instituto Andaluz de la Mujer. De la Rocha, M. (2018). Historia ilustrada de la teo- ría feminista. Melusina. Díaz Martínez, C., Dema Moreno, S. (2013). Meto- dología no sexista en la investigación y pro- ducción del conocimiento. En C. Díaz Martínez, S. Dema Moreno (eds.), Sociología y Género. Madrid: Tecnos, 65-86. Durán Heras (ed.), M. Á. (1982). Liberación y utopía: La mujer ante la ciencia. Madrid: Akal. Durán Heras, M. Á. (1996). Mujeres y hombres en la formación de la teoría sociológica. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas. García de León Álvarez, M. A. (2016). Género, poder y conocimiento. Investigaciones feministas, 7(2), 159-177 Instituto Nacional de Estadística (s.f.). Gráficos de ayer y de hoy. Recuperado de http://www.ine.es/ explica/explica_pasos_historia.htm, acceso 17 de junio de 2018. Instituto Nacional de Estadística. Brecha de género [vídeo] Recuperado de https://www.youtube. com/watch?v=_T6tLDGRgJM, acceso 17 de ju- nio de 2018. Lledó Cunill, E. (2013). La representación de las mujeres en los ejemplos del Diccionario de la Lengua Española. Mitos y tópicos. Anuario bra- sileño de estudios hispánicos, 23, 207-220. Murillo de la Vega, S., Durán Heras, M. A. (2015). La innovación del objeto en Sociología. En C. To- rres Albero (ed. lit.), España 2015: Situación social. Madrid: Centro de Investigaciones So- ciológicas, 411-423 Observatori del Treball i Model Productiu de la Ge- neralitat de Catalunya. (2017). La situación de desigualdad salarial en Cataluña entre hom- bres y mujeres. Recuperado de https://web. gencat.cat/es/actualitat/detall/Desigualtat- salarial-entre-homes-i-dones, acceso el 7 de agosto de 2018. Olesen, V. (2011). Feminist qualitative research in the Milenium’s first decade. Developments, Challenges, Prospects. En N. K. Denzin, Y. S. Lincoln (eds.), The SAGE Handbook of Qualita- tive Research. London: SAGE, 129-146. Plaza, J. F., Delgado, C. (eds.) (2007). Género y co- municación. Madrid: Fundamentos. Red de Políticas de Igualdad entre Mujeres y Hom- bres. (2017). Guía para incorporar el enfoque de género en la información y comunicación de los fondos estructurales y de inversión eu- ropeos. Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades. Sprague, J., Kobrynowicz, D. (2006). A Feminist Epistemology. En J. S. Chafet, Handbook of the Sociology of Gender. Springer, 25-43. Stacey, J. (2008). Algunas advertencias sobre la práctica de la Sociología feminista en la esce- na pública. EMPIRIA: Revista de metodología de ciencias sociales, 15. Winkler, C. (2010). Feminist Sociological Theory. En C. Crothers. Historical developments and theoretical approaches in Sociology, vol. II. Encyclopedia of Life Support Systems (EOLSS). UNESCO, 47-69. Retos de la divulgación feminista sobre la desigualdad de género en España 183 RES n.º 28 (3, supl. 2) (2019) pp. 171-183. ISSN: 1578-2824 VVAA (2016). El libro de la Sociología. Akal. VVAA (2017). Violencia sexual en España: más agre- siones, menos recursos. Recuperado de https: //www.medicosdelmundo.org/actualidad-y- publicaciones/noticias/violencia-sexual-en- espana-mas-agresiones-menos-recursos, ac- ceso el 27 de julio 2018. NOTA BIOGRÁFICA Clara Inés Guilló Girard es socióloga con for- mación de posgrado en España y Reino Unido. Ha desempeñado distintos puestos de responsabi- lidad en universidades, empresas y ONG. Actual- mente socia de Guilló Sociología Aplicada. Ha sido profesora asociada del Área de Sociología de la Universidad Carlos III, y docente colaboradora de la Cátedra de Género de la Universidad Rey Juan Carlos. Desde el año 2014 es profesora asociada del Dpto. de Sociología “Metodología y Teoría” de la Universidad Complutense de Madrid. Sus líneas de investigación son: relaciones de género y la igual- dad de oportunidades entre mujeres y hombres, violencia contra las mujeres, migraciones e inter- culturalidad, voluntariado, participación social y Tercer Sector.