REDES INTELECTUALES Y REDES TEXTUALES FORMAS Y PRÁCTICAS DE LA SOCIABILIDAD LETRADA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO INSTITUTO PANAMERICANO DE GEOGRAFÍA E HISTORIA Serie Historia Comparada de las Américas Diseño de portada, composición y formación: Irma Martínez Hidalgo Cuidado editorial: Michelle Trujillo Cruz y Lucía Pi Cholula Diseño de la imagen en portada: Carolina Magis Weinberg HISTORIA COMPARADA DE LAS AMÉRICAS REDES INTELECTUALES Y REDES TEXTUALES FORMAS Y PRÁCTICAS DE LA SOCIABILIDAD LETRADA Liliana Weinberg Coordinadora UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO INSTITUTO PANAMERICANO DE GEOGRAFÍA E HISTORIA CENTRO DE INVESTIGACIONES SOBRE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE México, 2021 Historia comparada de las Américas Redes intelectuales y redes textuales. Formas y prácticas de la sociabiliddad letrada Primera edición: noviembre de 2021 Fecha de edición: 12 de noviembre de 2021 D.R. © Instituto Panamericano de Geografía e Historia Ex Arzobispado 29, Colonia Observatorio, C.P. 11860, Ciudad de México. D.R. © Universidad Nacional Autónoma de México Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, Ciudad de México. Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe Torre II de Humanidades, 8o piso, Ciudad Universitaria, Alcaldía Coyoacán, C.P. 04510, Ciudad de México. Las opiniones expresadas en la presente publicación, así como el contenido, son responsabilidad exclusiva de sus autores. ISBN UNAM: 978-607-30-5274-0 ISBN IPGH: 978-607-7842-20-0 Queda prohibida su reproducción total o parcial, impresa o por cualquier medio, sin el permiso escrito de los editores. Impreso en México • Printed in Mexico Catalogación en la publicación UNAM. Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información. Nombres: Weinberg, Liliana, 1956-, editor. Título: Redes intelectuales y redes textuales : formas y prácticas de la sociabilidad letrada / Liliana Weinberg, coordinadora. Otros títulos: Formas y prácticas de la sociabilidad letrada. Descripción: Primera edición. | México : Instituto Panamericano de Geografía e Historia : Universi- dad Nacional Autónoma de México, Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, 2021. |Serie: Historia comparada de las Américas. Identificadores: LIBRUNAM 2113690 | ISBN: 978-607-30-5274-0. Temas: Publicaciones periódicas latinoamericanas – Siglo XX. | América Latina – Publicaciones periódi- cas – Historia – Siglo XX. | América Latina – Vida intelectual. Clasificación: LCC PN4930.R43 2021 | DDC 079.8—dc23 CONTENIDO Redes intelectuales y redes textuales. Formas y prácticas de la sociabilidad letrada Liliana Weinberg. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XI Repertorio Americano: un proyecto cultural Colecciones de obras selectas y relaciones editoriales en los inicios del siglo xx Graciela Salto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 Joaquín García Monge. Correspondencia y estimación extranjera Mario Oliva Medina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 Repertorio Americano en la coordinación de América: visiones de una proeza intelectual Marybel Soto-Ramírez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 Repertorio Americano: revista de revistas Liliana Weinberg. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 Un nuevo tiempo para las revistas Mujeres y feminismos en las revistas argentinas de la Reforma Universitaria (1918-1930) Natalia Bustelo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 VIII LILIANA WEINBERG Las revistas como “obra en movimiento”. Tramas en las revistas americanas de vanguardia Celina Manzoni. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 “Interesará a todos. Preocupará a muchos.” La red transnacional de la revista Horizonte Marco Frank. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133 Puentes de lectura y traducción Machado de Assis y sus precursores. (Fortuna editorial en español: tres momentos, 1902-1982) Pablo Rocca. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153 Guimarães Rosa: diálogos transversales Sandra Guardini Vasconcelos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191 Figuras y prácticas de la sociabilidad letrada Del exilio a la religación: las redes intelectuales de Max Henríquez Ureña en tres revistas cubanas Isabel De León Olivares. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209 La dimensión latinoamericana de Mariano Picón Salas y sus pro- yectos culturales Gregory Zambrano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241 Redes, revistas y campos disciplinares entre Buenos Aires, Nueva York y Madrid. La Revista de Filología Hispánica Miranda Lida. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271 Camila Henríquez Ureña, directora editorial de la Biblioteca Americana Freja Cervantes Becerril. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297 Las afinidades electivas: Octavio Paz y la generación de Orígenes Irán Francisco Vázquez Hernández. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 317 IXREDES INTELECTUALES Y REDES TEXTUALES Redes y revistas en escenarios de guerra y posguerra América y Europa: una conversación a la sombra de la Guerra Alexandra Pita González. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 337 Viaje periodístico y migraciones textuales en La Nueva España de Buenos Aires (1937) Geraldine Rogers. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359 Giselda Zani, los escritores franceses y las redes de cooperación de la posguerra, 1946-1947 Mariana Moraes Medina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 381 México en la guerra fría cultural: redes intelectuales y textuales en la revista Examen, 1958-1962 Jorge A. Nállim. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397 Ezequiel Martínez Estrada y sus últimas cartas: un legado inte- lectual Adriana Lamoso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 419 Trayectorias críticas: intelectuales, revistas y proyectos editoriales La(s) teoría(s) fuera de lugar. Colectivos transatlánticos de la teoría y la literatura de los años sesenta y setenta Juan José Mendoza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 441 Compromisos y escenarios intelectuales en la Bogotá del medio siglo Sandra Jaramillo Restrepo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 465 Intercambio epistolar y latinoamericanismo cultural: Rafael Gutiérrez Girardot y Ángel Rama (1971-1983) Diego Alejandro Zuluaga Quintero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 495 Tramas de la comunicología crítica en América Latina: orígenes y contextos de Comunicación y Cultura Daniel Badenes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 521 X LILIANA WEINBERG Anales de Literatura Hispanoamericana. Red académica en la periferia Evangelina Soltero Sánchez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 549 Redes de la crítica literaria latinoamericana: las revistas de los setenta en las Américas Roxana Patiño. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 583 Testimonio Mis revistas Noé Jitrik . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 617 ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA. RED ACADÉMICA EN LA PERIFERIA Evangelina Soltero Sánchez* En el año de 1972 salía a la luz el primer número de la revista académica Anales de Literatura Hispanoamericana,1 fundada por Francisco Sán- chez-Castañer. A partir de ese momento, los estudios en torno a la literatura hispanoamericana dentro del mundo académico universitario español encontraron una publicación dedicada a ellos de manera exclusiva. Esto no significa que distintas investigaciones realizadas durante la segunda mitad del siglo xx sobre textos literarios producidos en Hispanoamérica2 ―desde 1492 hasta ese 1972―, y elaboradas por intelectuales y críticos peninsulares, no tuvieran un espacio de difusión dentro de la academia española, pero la presencia de los mismos era escasa y, casi siempre, en publicaciones consagradas a trabajos sobre literatura española peninsular. *  Profesora titular del Departamento de Literaturas Hispánicas y Bibliografía, Facultad de Filología, Universidad Complutense de Madrid, investigadora del Instituto Universitario Menéndez Pidal y directora de Anales de Literatura Hispanoamericana. Este artículo tiene su origen en un opúsculo de mi autoría publicado en España y América en el Bicentenario de las Independencias. I Foro de Estudios Hispánicos y Americanistas, Castelló de la Plana: Universitat Jaume I et al., 2012. 1  De aquí en adelante se nombrará como Anales. 2  No entro a discutir ni a imponer el término Hispanoamérica frente al de Latino- américa. Los ríos de tinta vertidos alrededor de la pertinencia de un nombre u otro son muchos y caudalosos. Quienes trabajamos literatura hispanoamericana en España utilizamos uno y otro indistintamente, y no porque no consideremos que las palabras no tengan un valor ideológico importante, sino porque el interés que nos ocupa y al que atendemos es la literatura que se produce en español (o castellano, que también son términos políticamente controvertidos) en los distintos países de América; ello nos ha llevado a preocuparnos más por la materia de trabajo que por el gentilicio que se utilice para englobarlos. Por mi parte, usaré el gentilicio “americano” casi como sinónimo de “hispanoamericano”. 549 550 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ Con la aparición de la revista se daba inicio a un proceso de indepen- dencia académica que culminaría, casi veinte años después, en la creación de un departamento universitario conformado sólo por especialistas en literatura hispanoamericana. De su inclusión en los estudios de literatura española, se pasaba a ocupar, a partir del surgimiento de Anales, un lugar periférico dentro de la academia peninsular. Al tiempo, esa autonomía tampoco convertiría la publicación en centro intelectual de los estudios americanistas, quizás no tanto por la lejanía del continente como por fundarse en la antigua metrópoli colonizadora. Se producía y se produce así una doble condición periférica, asumida para con la academia hispa- noamericana y necesaria y voluntaria para con la española. Pero es esta marginalidad la que, considero, enriquece los contenidos de la revista, los cuales a su vez la han convertido en un espacio transfronterizo en el que tejer una red intelectual sólida. Volviendo al momento en que se alcanzó auténtico interés por la literatura hispanoamericana contemporánea, he hecho referencia a la se- gunda mitad del siglo xx, aunque la atención hacia lo que se escribía en América, tanto en el campo de la creación como en el de la crítica, fue grande desde principios del mismo siglo. La guerra civil española, y más concretamente su resultado, conllevó un estancamiento en las relaciones entre el mundo intelectual americano y el español,3 que afec- tó de manera negativa al incremento de una masa crítica centrada en la producción literaria americana. Asimismo, la posguerra (la inmediata y la no tan inmediata) trajo consigo el desarrollo de un discurso crítico centrado en la literatura peninsular y en aquella que, escrita en espacio americano, era susceptible de colaborar con la creación de una prédica de la grandeza nacional. En este clima, la aparición de Anales supuso la declaración pública, por parte de un número de académicos ―a decir verdad pequeño―, de que la crítica de la literatura hispanoamericana necesitaba un espacio pro- pio y reclamaba su independencia de la metrópoli dentro de la metrópoli. Su nacimiento abría también una puerta a la reconstrucción de una red que se había deshilachado en 1936 y que se desbarató, en gran me- 3  Los años del conflicto bélico reforzaron las relaciones de los intelectuales de un lado y otro del océano, siendo ejemplo de ello la presencia de escritores hispanoamericanos en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, en 1937, en apoyo a la causa republicana, así como la participación activa en la guerra de algunos de ellos, tanto en el bando republicano como en el nacional. Para más información sobre ello pueden consultarse los resultados del proyecto El impacto de la guerra civil española en la vida intelectual de Hispanoamérica, dirigido por Niall Binns, en https:// www.ucm.es/impactoguerracivil 551ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA dida, en 1939. La revista no podría haberse creado si no hubiera existido ya una relación bien cimentada entre intelectuales de un lado y otro del océano antes de ese 1972. No es necesario irse a los orígenes para fe- char esa relación entre intelectuales ―no me refiero a 1492―, sino a la presencia del primer embajador de una república hispanoamericana en España tras las independencias,4 cargo que en muchas ocasiones recayó en escritores, traductores u hombres de letras. Esos otros orígenes a los que apunto son las relaciones políticas entre los partidos liberales de las distintas repúblicas americanas y el español desde mediados del siglo xix, la Exposición Universal de Barcelona en 1888, la celebración del IV Centenario en 1892 y la guerra de Cuba en 1898, que fueron cubiertos por la prensa periódica hispanoamericana y que llevaron consigo la visita de algunos de los más célebres escritores americanos de finales del siglo xix.5 A estas presencias ―en ocasiones, largas residencias― les acompaña el crecimiento de la industria editorial española a principios del siglo xx, que vino a abrir un campo de trabajo para muchos autores hispanoamericanos. Este desarrollo del mundo editorial peninsular en las dos primeras décadas sirvió para reparar el deterioro que sufrió la red construida por escritores americanos e impresores españoles a partir de las declara- ciones de independencia.6 Si fue antes el huevo o la gallina, es decir, 4  El primer embajador de México en España tomó posesión del cargo en 1835, el de Ecuador en 1836, el de Chile en 1838, el de Venezuela en 1846, el de Bolivia en 1847, el de Costa Rica en 1850, el de Nicaragua en 1851, el de Argentina en 1855, el de República Dominicana en 1855, el de Perú en 1856 (de facto, desde 1826 hubo un representante del gobierno peruano en España). Estas fechas muestran que las relaciones políticas, económicas y culturales se recuperaron al poco de alcanzar la independencia cada país. El resto de las repúblicas estableció relación oficial ya avanzada la segunda mitad del siglo xix: Guatemala y El Salvador en 1865, Uruguay en 1870, Paraguay en 1880, Colombia en 1881 y Honduras en 1894. Ya en el siglo xx, establecen relaciones diplomáticas Panamá y Cuba. 5  Es el caso de las relaciones intelectuales México-España y la presencia y residencia de escritores mexicanos desde el último tercio del siglo xix hasta el inicio de la Revolución Mexicana. Al respecto, véase la tesis de Carlos Ramírez Vuelvas, La patria imaginada de la lengua española: la fundación del México literario en el Madrid finisecular (1878- 1912), publicada en 2012, en la que se analizan las figuras de Vicente Riva Palacio y Francisco de Icaza como los artífices que tejieron una red con la intelectualidad española del momento, así como con la incipiente industria editorial peninsular. Asimismo, se puede consultar la tesis de María Isabel Hernández Prieto, Relaciones culturales entre Madrid e Hispanoamérica de 1881 a 1892, publicada en 1981. 6  Las relaciones de interdependencia editorial no desaparecieron y en ningún mo- mento las imprentas peninsulares dejaron de publicar libros escritos en Hispanoamérica; por su parte, los escritores americanos no dejaron de pensar en el lector español como 552 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ si fue primero la progresión editorial o bien la abundante presencia de intelectuales americanos desde finales del siglo xix, la cuestión es que, desde entonces hasta 1936, la trama se fue reforzando hasta tal punto que la Guerra Civil y la posguerra no consiguieron desbaratarla.7 Siguiendo con la imagen del tejido (no en vano es a la que remite el término red), a partir de la segunda mitad del siglo xx nuevos intelectua- les, académicos y editores se asieron a los jirones que quedaron de aquella red de 1939, lo que permitió el resurgimiento del interés crítico8 y aca- démico por la literatura hispanoamericana, así como una resurrección de la empresa editorial peninsular, aunque más lenta.9 uno de sus receptores posibles. Aun así, en un principio, estas relaciones se caracterizaron por su escasez y frialdad. 7  Los estudios sobre la presencia, labor e influencia de escritores hispanoamerica- nos en España entre 1892 y 1939 (incluso antes del Centenario y después de la Guerra Civil), la relación con escritores españoles, las colaboraciones en proyectos intelectuales como creación de revistas, asociaciones, editoriales, etc., son muchos. Sirvan de ejemplo Hispanoamericanas en Madrid (1800-1936), de Juana Martínez Gómez y Almudena Mejías (1994); “El final del siglo xix. Relaciones culturales entre España e Hispa- noamérica”, de Almudena Mejías (1999); “Escritores hispanoamericanos en editoriales españolas”, de Evangelina Soltero (2007); “La literatura hispanoamericana en la Revista de Occidente (1923-1936)”, de Arturo García Ramos (2007); Libros y lectores en la España del siglo xx, de Jean-François Botrel (2008); Viajeros, diplomáticos y exiliados. Escritores hispanoamericanos en España (1914-1939), de Carmen de Mora y Alfonso García (2012); “Escritores latinoamericanos en la España del siglo xx”, de Carmen Alemany Bay (2017), entre otros. 8  Anales, en los volúmenes del II al VI, anunciaba otras revistas dedicadas a los estudios americanistas en distintos ámbitos del conocimiento: Cuadernos Hispano- americanos (1948-), Mundo Hispánico (1948-1977), Revista de Indias (1940-), Histo- riografía y Bibliografía Americanistas (1954-1992) y Estudios Americanos (1947-1961), las dos primeras de carácter no académico. Para más información sobre revistas ameri- canistas publicadas en España a partir de 1940, véase el artículo de Salvador Bernabéu y Consuelo Varela (2010), “La Escuela de Estudios Hispano-Americanos y sus revistas: de la imprenta a internet”. 9  El Premio Biblioteca Breve Seix Barral de 1962 a Mario Vargas Llosa por La ciudad y los perros fue, en parte, consecuencia de esas relaciones que nunca dejaron de darse entre una orilla y otra. Los estudios sobre la importancia de editores e intelectuales españoles que, tras tener que exiliarse entre 1936 y 1939, y que influyeron en la política cultural de los países en los que fueron acogidos, son numerosos. Sirvan de ejemplo y acercamiento al tema el video en el que participan José Luis de Diego y otros, La edi- ción de libros entre España y Argentina (2020), los artículos “Los editores españoles en la Argentina: redes comerciales, políticas y culturales entre España y la Argentina (1892-1938)”, de Fabio Espósito (2010), y “Los editores españoles ante los mercados de lectura americanos (1900-1939)”, de Fernando Larraz (2007), para el caso argentino; 553ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA El origen de Anales de Literatura Hispanoamericana Dentro de este contexto surge Anales, íntimamente relacionada con la estancia de Rubén Darío y su relación con Francisca Sánchez en España. Darío establecerá su residencia en Madrid desde donde viajará a distintos puntos de España, así como a Francia e Italia. Francisca se convierte en su esposa de facto y conviven hasta el viaje que realiza el poeta a Estados Unidos para impartir unas conferencias a finales de 1915. El plan pre- visto era que Francisca y el hijo de ambos viajaran a Buenos Aires y que Darío, una vez terminada la gira estadounidense, se reuniera con ellos. Sin embargo, el proyecto no pudo cumplirse ya que el poeta enfermó a poco de llegar a Nueva York y el gobierno norteamericano lo trasladó a Nicaragua.10 El vate había dejado en su casa de Madrid casi todos sus enseres, así como un número importante de documentos pertenecientes tanto a su actividad literaria y periodística como a su vida íntima. Todo ello fue conservado en un baúl por Francisca Sánchez y por el que se convirtiera en su esposo en 1921, José Villacastín. Hasta aquí la relación, el baúl y el casi olvido de la larga residencia de Darío en España. La recuperación sistemática de toda esa documentación se realizó en 1956.11 La poeta Carmen Conde y su marido, Antonio Oliver Belmás, conocieron a Francisca y el buen trato entre ellos tuvo como consecuencia el que cediera al Ministerio Español de Educación los documentos que poseía de Darío. Para una mayor difusión de las investigaciones derivadas del trabajo sobre los documentos, Belmás inició la publicación de una revista anual titulada Seminario Archivo “Rubén Darío”,12 de la que se llegaron a publi- car doce números, el primero en 1959 y el último en 1971 y, bajo el mis- para la relación con México puede verse el vídeo de Pura Fernández y Javier Lluch Prats, España y México (1939-2017): relaciones editoriales (2018). 10  Murió en su país natal junto a la que fuera su esposa legalmente reconocida, Rosario Murillo. 11  En 1943, Alberto Ghiraldo publicó en la editorial Losada de Buenos Aires El ar- chivo de Rubén Darío. Parte del material que en él ofrece lo obtuvo de Francisca Sánchez y José Villacastín, tal y como ella deja constancia en una conversación con Antonio Oliver Belmás y Carmen Conde. Ghiraldo se interesó por un material exiguo en proporción a lo que Francisca Sánchez poseía. La conversación a la que se hace referencia fue grabada y está disponible en el Archivo Rubén Darío de la ucm (“Documento sonoro 4”), aunque no hace mención expresa del investigador argentino. 12  La catalogación de los documentos del Archivo fue realizada, además de An- tonio Oliver Belmás y Carmen Conde, por María Dolores Enríquez y Rosa Villacastín, publicándose en 1987 el Catálogo del Seminario Archivo Rubén Darío. 554 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ mo nombre, en 1963 se creó el Patronato Seminario Archivo.13 Fue al año siguiente, en 1972, cuando salió a la luz el primer número de Anales de Literatura Hispanoamericana, revista que vino a ser en un principio una ampliación del Seminario, donde se incorporaba éste como una sección más de la nueva revista.14 A continuación, se irán haciendo calas en distintos números de la re- vista, aquellos que por su contenido resultan más representativos de los intereses académicos de cada época, indicando qué temas y líneas de investigación se han ido imponiendo a lo largo de los casi cincuenta años de vida de la revista, y qué críticos han ido incorporándose a esa red que ha ido tejiendo la publicación durante estos años. Primera etapa (1972-1977). La fundación El primer número de Anales de Literatura Hispanoamericana se inau- gura con un artículo de Francisco Sánchez-Castañer titulado “Anales de Literatura Hispanoamericana. A manera de prólogo”, en el que el fundador de la revista da cuenta de los objetivos de la misma y justifica el nombre de la publicación frente a términos como “indoamericana”, “latinoamericana” e “iberoamericana”. Desarrolla cada una de estas acepciones para decantarse, finalmente, por “Hispanoamericana”. El segundo número se abre ya tan sólo con la declaración de obje- tivos de la publicación, así como con una descripción de sus secciones explicadas en el primer número y redactadas ahora de manera sucinta. 13  En 1967 el Ministerio estableció la “Cátedra Rubén Darío”, coincidiendo con la celebración del centenario del nacimiento del escritor, para propiciar la actividad docente en torno al poeta. Fue ocupada primero por Antonio Oliver Belmás y poco después por Francisco Sánchez-Castañer, segundo catedrático de Literatura Hispanoamericana de la Universidad Complutense de Madrid (la cátedra se creó en 1947 y su primer ocupante fue Luis Morales Oliver, de 1948 a 1965). Tras la jubilación de Sánchez-Castañer, sería Luis Sáinz de Medrano el que ocupara dicha cátedra. En 1992 se constituyó la “Comi- sión Seminario-Archivo Rubén Darío”, presidida por Sáinz de Medrano y con sede en el Departamento de Filología Española IV (compuesto por el profesorado de Literatura Hispanoamericana y de Bibliografía y estando ambos, profesores e institución, detrás de Anales de Literatura Hispanoamericana). Se terminaron de fotocopiar los documentos cedidos y se digitalizaron para ofrecerlos en abierto en el Archivo Rubén Darío digital. En la actualidad, toda la documentación física se halla en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla de la Universidad Complutense de Madrid. 14  Esta breve historia del Seminario Archivo “Rubén Darío” es necesaria para explicar el nacimiento de Anales de Literatura Hispanoamericana. 555ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA es la primera revista universitaria española dedicada exclusivamente a dicha materia. Los Anales constan de las consabidas secciones de Estudios (Artículos y Notas) y Reseñas bibliográficas, siempre sobre temas de la especialidad estudiada. Una sección de Libros publicados en España de tema hispano- americano facilitará la información correspondiente. A la Actividad Aca- démica de la cátedra-directora se señala también un lugar en la revista. Sección especial de Anales es, en cada volumen publicado, la ofrecida al Seminario-Archivo Rubén Darío —en conexión actual con la Cátedra de Literatura Hispanoamericana— a fin de continuar su publicación […]. Por razones evidentes, los estudios sobre la literatura filipina en es- pañol y la brasileña encontrarán también en esta revista un marco natural (alh, 2, s/p.).15 Con respecto al artículo-prólogo que Sánchez-Castañer preparó para el primer volumen,16 la lectura de este texto, casi cincuenta años después, resulta ampulosa, sensación provocada por un estilo escritural que se asemeja más al discurso solemne de principios del siglo xx. El inicio de su presentación viene encabezado por los dos primeros versos del poema “Salutación del optimista” de Darío y una declaración de su admiración por el poeta. Acto seguido, se presenta a sí mismo y anima a la participación en la publicación: Ilusión y deseo obligados en quien es responsable del estudio y magisterio de parcela tan importante y actual como la de la literatura de Hispano- américa. Por primera vez, aunque cueste un poco creerlo, una revista espa- ñola universitaria se aprestará a interpretarla y difundirla. Anales, con periodicidad de tal, quedan abiertos a cuantos sientan y sir- van idénticos anhelos. Todos están invitados, y cuantos quieran, bajo la 15  Esta declaración de objetivos se mantuvo hasta el número 5 (1976). 16  Los cinco primeros volúmenes (de 1972 a 1976) estuvieron a cargo exclusiva- mente de Francisco Sánchez-Castañer y de Luis Sáinz de Medrano (profesor titular de Literatura Hispanoamericana en aquellos años), siendo el primero Director y el segundo Secretario. La responsable institucional de la publicación fue la Editorial de la Universi- dad Complutense, acompañada en los números 4 y 5 por el Instituto de Cultura Hispá- nica y el csic, en el que Sánchez-Castañer también ocupaba una cátedra de Literatura Hispanoamericana. 556 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ exclusiva responsabilidad de sus firmas, pueden colaborar en los mismos (Sánchez-Castañer, 1972: IX-XI). Seguidamente, justifica el término “Hispanoamérica” y lo enfrenta a “Indoamérica, Latinoamérica, América Latina e Iberoamérica”, ava- lando su elección con referencias a Julián Marías, Ramón Menéndez Pidal, Guillermo de Torre, Concha Meléndez, Aurelio M. Espinosa y José Enrique Rodó, entre otros intelectuales. Al final del texto reitera la invitación a colaborar: “Resta sólo que los estudiosos e investigadores del muy ancho mundo hispánico honren con sus trabajos críticos de literatura hispanoamericana estas páginas para ella creadas” (Sánchez-Castañer, 1972: XXVII). Versos de Darío, en esta ocasión de la “Oda a Roosevelt”, ponen el punto final al prólogo. Las aportaciones17 de la sección “Artículos” en los tres primeros números se dedicaron tanto a estudios sobre literaturas nacionales, como el realizado por Rodolfo A. Borello en torno a las letras argentinas (1), el análisis de la literatura venezolana de los años cincuenta y sesenta reali- zado por Julio Miranda y Carlos Miguel Suárez Radillo (1) o el estudio de Bella Jozef sobre el modernismo brasileño (2/3),18 como análisis sobre autores u obras concretas entre los que destacan el ensayo de Eduardo Zepeda-Enríquez sobre Salomón de la Selva (1), el de Rosario Rexach dedicado a Gertrudis Gómez de Avellaneda (2/3), el de Claudio Cymer- man19 sobre Eugenio Cambaceres (2/3), un trabajo de Enrique Anderson Imbert que examinaba la influencia de Chesterton en Borges (2/3) y el de José Olivio Jiménez relativo al prólogo de José Martí a “El Poema del Niágara” (2/3), así como una relectura de Rayuela realizada por Andrés Amorós (1). Merece especial atención el artículo de Fernando Aínsa sobre el espacio americano en la narrativa y la búsqueda del paraíso (2/3). Dentro de la sección “Notas (Otros)”, merece mención especial la fir- mada por Edelberto Torres y en la que presentaba doce poemas de Darío, casi inéditos: cinco de ellos se encontraban en otros tantos álbumes, seis en publicaciones periódicas salvadoreñas, chilenas y argentinas anteriores 17  Entre paréntesis se ofrece el número de la revista en el que está publicado el artículo, nota o reseña; en algunas ocasiones, se hace referencia directa al número y entre paréntesis se da el año de publicación, y en otros casos, el nombre del articulista y en- tre paréntesis el tema del trabajo firmado. 18  Los números 2 y 3 aparecen en un solo volumen en 1974, correspondiéndose a los años 1973/1974. 19  Se trata de Claude Cymerman, quien firmó el artículo hispanizando su nombre. 557ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA a 1900 (no habían sido publicados antes en ningún volumen) y uno en un ejemplar de Abrojos dedicado a Manuel Rodríguez Mendoza (1).20 En lo que a la sección “Reseñas” se refiere, durante los primeros años de la revista se reseñaron tanto obras de creación como estudios críticos. Entre las primeras, se encuentran recensiones de El zorro de arriba y el zorro de abajo de Arguedas, realizada por Juana Martínez Gómez (1), o la dedicada a La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada de García Márquez y firmada por Rita Gnutzmann (1). De los estudios académicos destaca la reseña hecha a la Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea de José Olivio Jiménez, realizada por Luis Sáinz de Medrano (1). Sin embargo, el texto más sobresaliente, por su valor histórico, es la reproducción de una carta mecanografiada y con firma manuscrita de Miguel Ángel Asturias, en la que felicita a Sánchez-Castañer por la fundación de la publicación, aparecida en los números 2/3.21 Los números 4, 5 y 6 fueron incorporando colaboraciones de es- tudiosos de otras universidades españolas y doctorandos de la cátedra. Asimismo, especialistas dedicados a la literatura española contribuyeron alguna vez con un estudio, como el ya nombrado Andrés Amorós o Luis Martul. Una aportación importante fue la que hizo Benito Varela Jácome en el número 6 (1977) con un artículo sobre la estructura de la nove- lística de Lezama Lima, con el que se convirtió en uno de los primeros investigadores españoles en acercarse a la obra del cubano. En lo que a la portada se refiere, la elegida para el número inaugural (y que se mantuvo hasta el 6) es un reflejo del campo de acción en el que se centra la revista: Hispanoamérica. La imagen es la reproducción de un globo terráqueo en el que se ve el continente americano según un mapa del siglo xvi. El único cambio que sufre la portada en los seis primeros números es el color de la base y el eje del globo que tiene una tintada diferente. En los seis volúmenes se publica también una relación de las tesis y memorias de licenciatura sobre literatura hispanoamericana defen- didas (en el número 1 las comprendidas entre 1967 y 1972), así como bibliografías de los libros publicados en España de y sobre literatura 20  Estos poemas fueron encontrados por Torres en el Fondo Bibliográfico Raúl Silva Castro de la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile. 21  También se reproduce un acta de Tomás Navarro Tomás en los mismos términos, así como una necrológica de Jaime Torres Bodet, quien falleció en 1974. 558 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ hispanoamericana.22 Estas relaciones permiten ver cómo iba creciendo el interés por la producción literaria del continente y cómo el campo de los estudios sobre lo publicado en él iba encontrado cada vez mayor eco dentro y fuera de la academia. Estos primeros años de la revista sirvieron, principalmente, para afian- zar la red dentro del campo académico español. La cátedra fue formando especialistas en la materia que difundieron sus investigaciones en las páginas de Anales. 22  Es interesante analizar el lugar de los libros publicados. Las editoriales barce- lonesas ofrecieron, principalmente, obras literarias de las nuevas voces de la literatura hispanoamericana (García Márquez, Vargas Llosa, Donoso, Cortázar, Fuentes, Parra, etc.), la gran mayoría de ellas representadas por Carmen Balcells, que inicia su carrera de agente literaria hacia 1960. Por su parte, las editoriales madrileñas centraron sus esfuerzos en la publicación de ediciones de escritores clásicos, muchas de ellas anota- das, como las de José Hernández, Germán Arciniegas, Jorge Luis Borges, etc. y en la impresión de estudios. Imagen 1. Anales de Literatura Hispanoamericana, núm. 1 (1972). 559ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA Segunda etapa (1978-1992). La apertura A partir del número 7 (1978) se produjo un relevo en la dirección de la revista. Francisco Sánchez-Castañer se jubiló el año anterior y la direc- ción de Anales pasó a manos de Luis Sáinz de Medrano (como también sucedió con la cátedra de Literatura Hispanoamericana y la dirección del Archivo Rubén Darío). Este relevo trajo cambios en la revista. El primero, y más visible, fue la apariencia de la portada. Desapareció el globo terráqueo y fue sustituido por una cubierta en tonos verdes sobre la que aparecía estampado el sumario de los contenidos. Esta segunda etapa, que se abrió en 1978, llegó hasta el año 1992 en el que se publicó el número 21. En lo que a la estructura interna se refie- re, no sufrió cambios y mantuvo las secciones propuestas en el número inicial: “Artículos”, “Notas” (estudios de extensión menor), “Reseñas”, “Seminario Archivo Rubén Darío” y reseñas de “Libros de creación”. Los tres primeros números ―7, 8 y 9― fueron un homenaje a Sán- chez-Castañer, lo que explica, hasta cierto punto, que también aparecieran Imagen 2. Anales de Literatura Hispanoamericana, núm. 7 (1978). 560 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ estudios sobre literatura española peninsular junto a artículos de literatura hispanoamericana.23 Entre los investigadores que colaboraron en estos tres números merecen mención especial Emilio Carilla con un estudio sobre Borges (7), David William Foster sobre Osvaldo Dragún (7), David Lagmanovich sobre Enrique Larreta (7), Giuseppe Bellini con el artículo titulado “Miguel Ángel Asturias y Quevedo (Documentos inéditos)” (7), en el que publicaba tres poemas inéditos del guatemalteco y que Bellini fecha poco antes de su muerte en Madrid; Paul Verdevoye en torno a la literatura fantástica en el Río de la Plata (9) y Gustav Siebenmann sobre la novela cholista (9). Académicos dedicados a la literatura peninsular también contribuyeron con artículos sobre literatura hispanoamerica- na, como Manuel Alvar, que dedicó su texto a Edwin Figueroa (8). Asimismo, en estos números hay una importante presencia de jóvenes profesores españoles de literatura hispanoamericana que trabajaban en distintas universidades del país.24 Por último, el número 9 fue dedicado a la figura del fundador y en él participaron los profesores de Literatura Hispanoamericana de la Complutense: Lucrecio Pérez Blanco, Juana Martínez, Marina Gálvez Acero, Jesús Benítez Villalba, Almudena Mejías Alonso, Rocío Oviedo Pérez de Tudela, quienes pasarían a conformar en los años ochenta el plantel de profesores de Literatura Hispano- americana de la Universidad Complutense. Este equipo académico venía a mostrar cómo los estudios sobre la materia se iban consolidando en el mundo universitario español y se iba reafirmando una red peninsular muy necesaria para conseguir la autonomía de los estudios de literatura 23  Se desvirtuaba la máxima de su fundador, esto es, sólo artículos sobre literatura hispanoamericana, pero ello permitió que parte de la academia universitaria española participara en el homenaje. Ejemplo de esto son los ocho trabajos sobre literatura espa- ñola (cuatro en el número 8 y otros tantos en el número 9). Entre los firmantes de esos textos se encontraban pesos pesados de los estudios académicos en la literatura española como Rafael Lapesa, Fernando Lázaro Carreter y Domingo Ynduráin. 24  Trinidad Barrera y Carmen de Mora de la Universidad de Sevilla, Guadalupe Fernández Ariza de la Universidad de Málaga, Teodosio Fernández de la Universidad Autónoma de Madrid, Juan Manuel García Ramos de la Universidad de La Laguna, Rita Gnutzmann de la Universidad del País Vasco, Antonio Lorente Medina de la Universidad Nacional a Distancia, Sonia Mattalía de la Universidad de Valencia, Victorino Polo de la Universidad de Murcia, Carmen Ruiz Barrionuevo de la Universidad de Salamanca y José Luis Roca Martínez de la Universidad de Oviedo. Casi todos fueron discípulos de Sánchez-Castañer y de Luis Sáinz de Medrano. Hay que agregar a esta lista dos nombres más, el de José Carlos González Boixo de la Universidad de León y el de Benito Varela Jácome (agregado de Literatura Hispanoamericana en la UCM entre 1977 y 1980) de la Universidad de Santiago de Compostela, que habían colaborado en números anteriores. 561ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA hispanoamericana que, en muchos casos, seguían estando englobados en los de literatura española. A partir del número 10 (1981), la revista volvió a su línea habitual y se centró exclusivamente en las investigaciones americanistas. Temas que iban de la época virreinal a la contemporaneidad se convertían en materia de estudio en los correspondientes números 10, 11 y 12 (de 1981 a 1983) y ejemplo de ello son los siguientes artículos: el dedicado a la poesía inédita de Enrique Loynaz firmado por Zenaida Gutiérrez Vega (10), una reivindicación de la novela de la Revolución Mexicana, México manicomio, de Salvador de Quevedo y Zubieta, que llevaba a cabo Marta Portal (10), un estudio sobre la figura de José Asunción Silva realizado por Harold Alvarado Tenorio (11), el dedicado a la poesía de Leopoldo Mare- chal de Edelweis Serra (12) y tres artículos sobretitulados “La literatura hispanoamericana y el exilio” firmados respectivamente por el chileno Óscar Waiss y los argentinos Horacio Salas y Blas Matamoro, y en los que reproducían las intervenciones que cada uno de ellos había realizado en el coloquio La Literatura Hispanoamericana y el exilio, celebrado en marzo de 1983. Además, en el número 12 (1983) se creó un Consejo de Redacción que la revista no había tenido hasta ese momento, compuesto por los profesores de Literatura Hispanoamericana de la ucm.25 Las aportaciones más reseñables aparecidas en los cuatro números siguientes, del 13 al 17 (de 1984 a 1988), son las de Gustav Siebenmann y su revisión sobre los estudios de literatura hispanoamericana en Alemania (13), la de Carlos Orlando Nállim y su artículo sobre los argentinos y los americanos en la opinión de Pío Baroja (13), la de Rosario Rexach en torno a la novelística de Enrique Anderson Imbert (14), la firmada por Luis Alberto Hernando Cuadrado en la que estudiaba el español de América en la obra de tres escritores peninsulares, Valle-Inclán, Cela y Delibes (15), la de Hugo J. Verani centrada en la extrañeza en los cuentos de Felisberto Hernández (16), la de Hans-Otto Dill sobre Alejo Carpentier como teórico literario (16) y las ofrecidas por dos jóvenes investigadoras: un análisis de Las piedras del cielo de Neruda firmado por Esperanza López Parada (17) y otro sobre el erotismo en Darío y Neruda realizado por Selena Millares (17). En estos números hay cuatro publicaciones menores ―tres reseñas y unos relatos― que pongo de relieve por distintas razones. La primera 25  Los integrantes del Consejo de Redacción eran Jesús Benítez Villalba, Teodosio Fernández Rodríguez, Marina Gálvez Acero, Juana Martínez Gómez, Almudena Mejías Alonso, Enriqueta Morillas Ventura y Rocío Oviedo Pérez de Tudela. Esta fue la com- posición hasta el número 15 (1986) inclusive. 562 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ reseña es la hecha a la Historia de la Literatura Hispanoamericana. Tomo I. Época colonial (coordinada por Luis Íñigo-Madrigal) por László Scholz (13),26 a quien se le debe la difusión de los estudios sobre literatura hispanoamericana en la academia húngara; la segunda es la realizada a La crónica modernista hispanoamericana de Aníbal Gon- zález, uno de los textos teóricos más importantes de finales del siglo xx sobre el género y firmada por Francisco Javier Roma (14), y la tercera es la dedicada a Ilona llega con la lluvia, de Álvaro Mutis, escrita por Fernando Rodríguez Lafuente (17), siendo una de las últimas reseñas sobre un libro de creación. Los relatos a los que se hacía referencia son dos textos olvidados de Baldomero Lillo (firmados con el seudónimo de “Vladimir”), “El bofetón” y “Mis vecinos” (15),27 que no llegaron a publicarse en su momento de manera completa. Asimismo, en el número 16 (1987) se amplió el Consejo de Redacción con becarios de la Cátedra de Literatura Hispanoamericana.28 Los cuatro últimos números dirigidos por Luis Sáinz de Medrano, esto es, 18, 19, 20 y 21 (de 1989 a 1992), siguieron la misma tónica que los ante- riores, desde que se hiciera cargo de la revista en 1978. De nuevo, los es- tudios aparecidos en estos números abarcaban los casi cinco siglos de literatura hispanoamericana, con especial atención a autores y obras del siglo xx, como demuestran los siguientes artículos: Luis Martul Tobío daba a conocer una novela boliviana, literatura con escasa difusión en la Europa de la década de los ochenta, con el análisis de Borrachera verde, de Raúl Botelho Gosálvez (18); Carlos Francisco Monge dedicaba su texto a la poesía y el ensayo de Xavier Villaurrutia (18); Mario Mendoza a la novela Aura de Carlos Fuentes (18); Harold Alvarado Tenorio se acercaba a la figura de Alfonso Reyes (19); Manuel Alberca Serrano a la de Severo Sarduy (19) y Gloria Videla estudiaba la influencia de Ortega y Gasset en Mallea, Marechal y Canal-Feijóo (20). Por otra parte, en el número 20 (1991) se reorganizó de nuevo el Consejo de Redacción, 26  László Scholz es el fundador de la revista digital Lejana. Revista crítica de narra- tiva breve, la única revista académica de Europa dedicada exclusivamente a este género en el ámbito hispano. 27  Ambos se publicaron por primera vez en El Mercurio Peruano, el primero el 28 de diciembre de 1906 y el segundo, sólo su tercera parte, el 3 de febrero de 1907. El encar- gado de la edición de estos dos relatos en Anales fue el académico chileno Dieter Oelke. 28  Se trataba de Arturo García Ramos, María Teresa Rodríguez Isoba y Fernando Ro- dríguez Lafuente, que formaron parte de él hasta el número 21 (1992). 563ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA ampliándose con él el campo de especialidades en torno a la literatura hispanoamericana.29 El número 21 (1992) es el último dirigido por Luis Sáinz de Me- drano. Año de publicación y número son importantes: se cumplía, de un lado, el Quinto Centenario y, de otro, Anales cumplía los veinte años de publicación.30 Los contenidos de la revista se centraron, en mayor medida, en ofrecer artículos que revisaban la labor de estas dos décadas de vida y estudios generales por temas y/o países.31 Asimismo, se reco- gieron los índices de la revista desde su nacimiento hasta el número 20 (en una contribución de Almudena Mejías Alonso), y se ofrecía una lista de los profesores, becarios, tesis, memorias de licenciatura, etc. en la universidad española desde 1971 a 1991. Se cerraba con este número una etapa a lo largo de la cual se habían asentado los estudios académicos sobre Literatura Hispanoamericana en la universidad española. De igual forma, la revista se había convertido en un referente para estos estudios, no sólo para el mundo académico español, sino también para parte del europeo, y nombres reputados de la academia americana refrendaban la labor de la publicación con sus apor- taciones. Se unían en cada número las firmas de especialistas consagrados con las de jóvenes investigadores y trabajos de corte más filológico se alternaban con análisis inscritos en la línea de los incipientes estudios culturales. Fueron dos décadas de doble reivindicación: la del derecho a que los estudios literarios hispanoamericanos siguieran su propio curso desligándose de los de la literatura española y que la revista fuera reconocida por las distintas academias de los países hispanoamericanos como uno de sus pares, aunque estuviera en los márgenes, tanto como las francesas dedicadas a los estudios culturales latinoamericanos, como Cahiers des Amériques Latines o América. Cahiers du criccal, esta última aparecida en 1987, cuando ya Anales tenía diez años de vida. 29  Se incorporan Jorge Rodríguez Padrón, especialista en poesía femenina hispano- americana, y Ana Valenciano López de Andújar, especialista en romancero hispánico. 30  Nuevos y jóvenes nombres ingresaban en el Consejo: Victoria Cohen-Imach, especialista en literatura conventual hispanoamericana, y Selena Millares, especialista en vanguardias hispanoamericanas. 31  Una revisión del romancero tradicional en Hispanoamérica (Ana Valenciano), un análisis del teatro novohispano del siglo xviii (Teodosio Fernández), una reflexión sobre la vanguardia en Hispanoamérica (Fernando Rodríguez Lafuente), una aproximación al cuento salvadoreño de las décadas de los setenta y ochenta (Juana Martínez Gómez) o estudios sobre la poesía colombiana del siglo xx (Esperanza López Parada) y la poesía uruguaya (Rocío Oviedo), entre otros. 564 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ Tercera etapa (1993-2019). Consistencia de la red En el año 1993 se produjo un relevo en la dirección de la revista, al ser nombrada Juana Martínez Gómez directora de la misma. Este último relevo en la dirección supuso, de inicio, un cambio en el organigrama de la revista y en su maquetación y, posteriormente, la transformación también afectó la estructura de la publicación. Las dos primeras modificaciones se realizaron en el número 22 (1993). Además de la de la dirección, se nombró secretaria a Almudena Mejías, se redujo el Consejo de Redacción32 y se varió el diseño de la portada. Con 32  El consejo lo formaron Jesús Benítez, Marina Gálvez, Enriqueta Morillas, Lu- crecio Pérez Blanco, Rocío Oviedo y Ana Valenciano. Imagen 3. Anales de Literatura Hispanoamericana, núm. 22 (1993). Diseño de la imagen: Miguel Etayo Gordejuela. 565ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA respecto a esto último, se prescindió de la cubierta verde con el sumario y se sustituyó, en cada número posterior, con una imagen (enmarcada en azul) que hiciera referencia a parte del contenido de cada volumen. Este número de 1993 fue de transición y se dedicó por completo a la publicación de artículos sobre escritores hispanoamericanos en Ma- drid (monográfico coordinado por Almudena Mejías). En él participaron todos los profesores de Literatura Hispanoamericana de la Universidad Complutense, así como especialistas de otras universidades, tanto es- pañolas como europeas, siendo una de las firmas más destacables la de Rafael Gutiérrez Girardot, asentado en Alemania desde la década de los cincuenta.33 El carácter monográfico del número permitió redefinir las líneas de investigación que Anales había de seguir a partir del número 23 (1994) ―sin grandes cambios hasta la actualidad―. Presentaba la directora esta nueva singladura con las siguientes palabras: Con el presente número, la revista Anales de Literatura Hispanoamericana inicia una etapa en la que introducimos algunas modificaciones respecto a lo que venía siendo habitual en sus páginas […] se han creado tres seccio- nes monográficas; la primera de ellas corresponderá a un tema distinto en cada número y estará coordinada por un especialista del tema seleccionado. Las dos restantes secciones monográficas mantendrán un tema cons- tante cada una de ellas: “Letras coloniales”,34 que estará coordinada por el profesor Luis Íñigo Madrigal, y “Archivo Rubén Darío”, continuación de una antigua sección de la revista, que estará coordinada por el profesor Luis Sáinz de Medrano. Conservamos lo que antes constituía el corpus de la revista, reducido ahora a una sección, con una miscelánea de artículos en la que, junto a los realizados por profesores y críticos reconocidos en el ámbito académico, hemos querido reservar un espacio dedicado a los jóvenes investigadores que presenten trabajos en torno a su tesis doctoral o sean el resultado de sus primeras investigaciones. 33  Los artículos del monográfico son el resultado de las Jornadas sobre Madrid y la Literatura Hispanoamericana, celebradas del 3 al 6 de noviembre de 1992 y orga- nizadas por el Departamento de Filología Española IV (Literatura Hispanoamericana y Bibliografía) de la UCM. Los profesores de Literatura Hispanoamericana y Bibliografía de la UCM consiguieron independizarse del Departamento de Literatura Española (al que pertenecían históricamente en la estructura de la universidad española) en el año 1990. 34  Esta sección tuvo una vida corta, tan sólo tres números (23, 24 y 25). 566 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ “Libros recibidos” es una sección que reseñará los libros que nos lleguen para tal fin o que hayan sido seleccionados para ello por la revista. Junto a los artículos […], también queremos dar cabida […] a textos li- terarios que permanezcan inéditos […] (Martínez Gómez, ALH, 23, 1994: 7). La “primera” sección monográfica es la más específica de cada núme- ro, ya que en ella se ofrece una serie de artículos centrados en un tema, motivo, autor y coordinados por un especialista en la materia, tal y como se exponía en la presentación de Martínez Gómez. Es por ello por lo que la descripción de los mismos resulta útil para ver cuáles han sido los intereses, no tanto de los que conforman la redacción de Anales, sino de la academia en general, tanto europea como americana, principalmente. Números monográficos El número 23 (1994), “El viaje de intelectuales y escritores ibero- americanos por América”,35 con el que se inaugura formalmente la sec- ción, recoge en cierto modo el tema del número 22 (“Madrid y la literatura hispanoamericana”), pero muda la geografía. Si el tomo de 1993 ofrece una serie de artículos sobre la presencia de las letras hispanoamericanas tanto en las prensas madrileñas, así como estancias relevantes de escritores en la ciudad de Madrid ―desde Ruiz de Alarcón hasta Alfredo Bryce Echenique, pasando por Alfonso Reyes o Martín Luis Guzmán―, el monográfico de 1994 propone una serie de textos en los que se analiza la importancia del viaje por el continente americano en obras de escritores como Domingo Faustino Sarmiento, José Martí o Rubén Darío, así como los libros de viajes sobre Argentina. El número 24 (1995), “Literatura mexicana del siglo xx”,36 el 25 (1996), “Literatura romántica, realista y naturalista”,37 y el 26. I (1997), “Revisiones de la obra de Rubén Darío”38 asientan la sección “Mono- 35  Coordinado por Juana Martínez, con la participación de Roberto González Eche- varría, Karima Hajjaj, Amalia Iniesta Cámara, Esperanza López Parada, Luis Sáinz de Medrano Arce y Benito Varela Jácome. 36  Coordinado por Esperanza López Parada, con la colaboración de José María Espinasa, Sergio González Rodríguez, Juan Antonio Masoliver Ródenas, Héctor Perea, Marta Portal Nicolás y Juan Villoro. 37  Coordinado por Juana Martínez, con la intervención de Blas Matamoro, Rodolfo A. Borello, Claudio Cymerman, Eva Valcárcel y Francisco Javier Ordiz Vázquez. 38  Coordinado por Rocío Oviedo Pérez de Tudela, con la contribución de Francisco Gutiérrez Soto, Venko Kanev, María Prado Mas, Noel Rivas Bravo y Eduardo Zepeda- Henríquez. 567ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA grafía”. El primero examina, a través de una serie de estudios, el devenir literario mexicano del último tercio del siglo xx: la poesía de las décadas de los años setenta y ochenta ―tomando como fecha simbólica de un cambio poético la publicación en 1976 de Cuaderno de noviembre de Da- vid Huerta―, el cuento en el fin de siglo o el protagonismo de la frontera norte de México en la última narrativa. El número de 1996 se centra en los primeros movimientos literarios de las jóvenes repúblicas americanas, con especial atención a las narrativas de Argentina y México. El tercero, aparecido en 1997, tiene excepcionalmente, dos volúmenes,39 siendo el primero el que mantiene la estructura habitual de la revista, dedicando el monográfico al análisis de la obra de Darío a casi cien años de su muerte. En los números 27 (1998), “El cuento criollista”,40 el 29 (2000),41 “Los escritores y el cine nacional”,42 y el 30 (2001), “Pervivencia del Romancero en América”,43 los monográficos se ocupan de estudios de género. El de 1998, a través de una serie de artículos, reflexiona sobre el cuento criollista en Chile, Argentina, Perú, Colombia, Venezuela y Cuba. El que clausura el siglo xx examina la influencia del cine en la obra de escritores como Manuel Puig o Alfredo Bryce Echenique. Abre el nuevo siglo, en 2001, una monografía dedicada a un género medie- val que pasó de Europa a América con los primeros conquistadores, el romancero, con estudios que muestran la pervivencia y evolución de este género popular. 39  En el segundo volumen se rindió homenaje a Jesús Benítez Villalba, quien fuera secretario de la revista y coordinador de las secciones “Reseñas” y “Libros recibidos”. Estuvo coordinado por Juana Martínez y Ana Valenciano, directora y secretaria de la revista respectivamente. El volumen ofrece textos personales dedicados a Jesús Benítez (Cuenca, 1947-Madrid, 1995) y estudios de prosa de vanguardia hispanoamericana; en él participaron profesores tanto de las universidades españolas como europeas y americanas, así como antiguos doctorandos de Benítez. 40  Coordinado por Juana Martínez, con las aportaciones de José Miguel Oviedo, Fernando Burgos, Mempo Giardinelli, Eduardo Romano, Pablo Ansolabehere, Francisco José López Alfonso, Eduardo Camacho Guizado, Luis Barrera Linares, Carmen de Mora Valcárcel, Álvaro Ruiz Abreu y Denia García Ronda. 41  El número 28 (1999) fue un homenaje a Luis Sáinz de Medrano y su contenido es misceláneo. 42  Coordinado por Álvaro Cadavid, con la colaboración de José María Paz Gago, Antonio Garrido Domínguez y Mariam Bourhan El-din Khalil. 43  Coordinado por Ana Valenciano, con la participación de Samuel G. Armistead, Braulio do Nascimento, Aurelio González, Ana Pelegrín, Gloria B. Chicote, Beatriz Mariscal, Suzanne H. Petersen y Andrés Manuel Martín Durán. 568 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ Ya entrados de lleno en el siglo xxi, se ofrece en el monográfico del número 31 (2002), “Literatura cubana reciente”,44 un análisis de la narra- tiva y de la poesía isleña de fin de siglo y las líneas temáticas y estéticas que se abren en la nueva centuria. Las monografías del número 32 (2003), “Literatura y cine”,45 del 33 (2004), “Acercamientos ecocríticos a la literatura hispanoamericana”,46 y del 34 (2005), “Encuentros del miedo con la literatura”,47 versan sobre los contenidos indicados en sus títulos. El primero completa el monográ- fico del año 2000 y amplía el campo de estudio al presentar tesis sobre la importancia del séptimo arte en el primer tercio del siglo xx, lo cual explica cómo la relación literatura y cine se signaba desde la aparición de este último. Por su parte, el número 33 expone la importancia de los estudios ecocríticos en la posmodernidad, así como el ecologismo avant la lettre de la poesía mapuche o del Popol Vuh. En el número 34, el miedo se convierte en protagonista de la sección y se consideran, entre otras, la narrativa de Julio Inverso y de Carlos Fuentes. En al año 2005 se celebró el centenario de la publicación de Cantos de vida y esperanza, de Rubén Darío. Como indiqué páginas más arriba, el nacimiento de la revista está íntimamente unido al poeta nicaragüen- se, por lo que las monografías dedicadas a su obra y a la revisión de la misma son varias a lo largo de la vida de Anales. El número 35 (2006), titulado “Centenario de Cantos de vida y esperanza (1905-2005)”, fue coordinado por Juana Martínez y se dedicó exclusivamente a estudios sobre Rubén Darío y el Modernismo. Los monográficos de los cuatro números posteriores, el 36 (2007), “El enigma, el crimen, la pesquisa: variaciones, reinvenciones y simulacros en torno al relato policial en Hispanoamérica”,48 el 37 (2008), “La novela 44  Coordinado por Paloma Jiménez del Campo, con contribuciones de Walfrido Dorta Sánchez, Osmar Sánchez Aguilera, Margarita Mateo Palmer, Alberto Garrandés y Omar Valiño. 45  Coordinado por Evangelina Soltero, con la intervención de Héctor Perea, Pablo Rocca, J. Patrick Duffey, Rocío Oviedo Pérez de Tudela, Rita Gnutzmann, Enriqueta Morillas Ventura y Lauro Zavala. 46  Coordinado por Niall Binns, con la contribución de Jonathan Bate, Roberto Forns-Broggi, Steven F. White, Óscar Galindo V., Juan Manuel Fierro, Orietta Geeregat Vera y José Ramón Naranjo. 47  Coordinado por Cristina Bravo Rozas y las aportaciones de Víctor Bravo, Federico Rivero Scarani, Matías Barchino Pérez y Jorge Carlos Olivera. 48  Coordinado por Teresita Mauro Castellarín, con la participación de Rosa Pellicer, Elisa Calabrese, Àlex Martín Escribà, Javier Sánchez Zapatero, Miguel G. Rodríguez Lozano, Viviana Paletta, Amir Valle, Marcelo Casarin y Patricia Poblete Alday. 569ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA de los novelistas”,49 el 38 (2009), “Desafíos y extrañezas: poetas hispano- americanas contemporáneas”,50 y el 39 (2010), “La palabra suspendida: relaciones entre ensayo y poesía”,51 ofrecen investigaciones de diferente asunto, aunque con una inclinación a los estudios de género literario. El aparecido en 2007 ilumina al estudioso de la literatura hispanoamericana en la importancia del género policiaco en la literatura del continente y el uso de éste para la crítica política, con artículos dedicados al género negro en Argentina, Chile, México y Cuba. En el monográfico de 2008, las reflexiones sobre la novela actual no sólo la realizan críticos, sino también novelistas que se pronuncian sobre su concepto del género. El número 38 reivindica la poesía contemporánea escrita por mujeres y dedica algunos de sus artículos a poetas como Marosa di Giorgio, Cristina Peri Rossi o Isel Rivero. En gran medida relacionado con este monográfico está el tema al que se dedicó el del 2010, al indagar en torno a la, en ocasiones, sutil frontera entre el ensayo y la poesía, con el análisis de la obra de escritores como Gabriel Zaid, Tomás Segovia, Sebastián Salazar Bondy y Eduardo Milán, entre otros. En 2010 se celebró el segundo centenario del comienzo de las in- dependencias en la América española; a raíz de ello el monográfico del número 40 (2011) tuvo como tema la “Literatura de la emancipación y formación de las nacionalidades: la idea de España”,52 y en el que se discurre, desde el campo literario, sobre la visión de España en las recién creadas repúblicas. Esta perspectiva animó el monográfico del número siguiente, el 41 (2012), “La Crónica de Indias, cruce de géneros”,53 en el que se lleva a cabo una reflexión en torno a las crónicas virreinales 49  Coordinado por Arturo García Ramos, con la colaboración de Jorge Volpi, Ed- mundo Paz Soldán, Alonso Cueto, Eduardo Berti, J. J. Armas Marcelo, Fernando Iwasaki, Juan Villoro y Marcelo Casarin. 50  Coordinado por Olga Muñoz Carrasco, con la intervención de Jorge Rodríguez Padrón, Erika Martínez Cabrera, Mabel R. Cuesta, Patricia Esteban, Helena Usandizaga, Steven F. White, Milena Rodríguez Gutiérrez, María Mercedes Jaramillo y Betty Osorio. 51  Coordinado por Patricia Esteban, con la contribución de Miguel Gomes, Liliana Weinberg, Benito del Pliego, Silvio Mattoni, Vicente Cervera Salinas, Gema Areta Marigó y Edmundo Garrido Alarcón. 52  Coordinado por el Grupo de Investigación “Relaciones Literarias: Escrituras de Hispanoamérica y España” (rehele) de la ucm, y las aportaciones de Carmen Ruiz Barrionuevo, Pedro García-Caro, Vicente Cervera Salinas, Roberto González Echevarría y María Rosa Lojo. 53  Coordinado por Esperanza López Parada y Evangelina Soltero, con la partici- pación de Bernat Castany Prado, Jimena N. Rodríguez, Gloria Chicote, Valeria Añón y Mercedes Serna Arnaiz, todos ellos miembros del Proyecto de Investigación I+D+I “Intertextualidad y Crónica de Indias (variedad discursiva de la escritura virreinal)”. 570 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ como género poliédrico desde el que se fue gestando, a lo largo de los tres siglos de la colonia, la idea de un espacio independiente de la me- trópoli; asimismo, en este número participaban estudiosos de la literatura colonial que también eran miembros de un proyecto de investigación en torno al tema, como Gloria Chicote, Valeria Añón y Jimena Rodríguez, nombres que sirven de ejemplo del carácter internacional del proyecto. Las monografías publicadas desde 1994 (número 23) hasta 2009 (nú- mero 39) fueron coordinadas por miembros del Departamento de Li- teratura Hispanoamericana (profesores y antiguos becarios que ya habían alcanzado el grado de doctor), a excepción del aparecido en el 2000 (número 29) que fue preparado por Álvaro Cadavid, profesor de la Universidad de Medellín (Colombia) y que, por entonces, residía en España y había realizado su doctorado en la ucm en Literatura Hispano- americana. Su labor como organizador de aquel monográfico abría la puerta a los académicos hispanoamericanos a proponer trabajos para la sección. Por otra parte, aunque el resto de las monografías fueran coordinadas por integrantes del departamento y pudiera dar una imagen endogámica de la publicación, permitió mostrar a la academia hispano- americanista —la de Hispanoamérica, Estados Unidos y Europa— que la red de contactos de los que conformaban, y conformamos, el ámbito de estudio era/es amplia, abierta y se iba haciendo sólida. Se necesitaba consolidar desde dentro (desde el departamento) la red interior para asegurar su valor, permanencia e independencia dentro de la academia española. El número 40 inauguraba la coordinación de monográficos por parte de grupos de investigación, siendo así que, en el lustro siguiente, todos ellos han sido elaborados por diversos colectivos científicos que ofrecen algunos resultados de sus estudios. En el número 42 (2013), “Redes intelectuales argentino-latinoamericanas: los universos letrado y popular en la primera mitad del siglo xx”,54 se analizan las relaciones, en ocasiones conflictivas, del “circuito culto” argentino con el “circuito popular” que cada vez va teniendo más presencia en el mundo de las letras rioplatenses. El número 43 (2014), “Cuestiones literarias en la prensa colombiana: elementos para una historia”,55 presenta estudios 54  Coordinado por Gloria B. Chicote, con la colaboración de Geraldine Rogers, Alejandra Mailhe, Graciela Salto y Carolina Sancholuz, miembros del Proyecto de Inves- tigación IdIHCS (Conicet) “Redes intelectuales entre los universos letrado y popular en la cultura argentina 1920-1960: análisis de prácticas discursivas y archivos documentales”. 55  Coordinado por Ana María Agudelo Ochoa, con la intervención de Diana Paola Guzmán Pérez, Gustavo Adolfo Bedoya Sánchez, Diego Leandro Garzón Agudelo 571ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA de la evolución político-cultural de Colombia, desde 1832 hasta 1970, a través de las publicaciones periódicas; en esta ocasión, la académica medellinense encargada de la coordinación del monográfico, Ana María Agudelo, en su condición de especialista en literatura colombiana había participado en un proyecto de investigación de la ucm sobre cuento hispanoamericano del siglo xx. El tema del número 44 (2015), “Escribir en Nepantla: la prosa sin fronteras de Angelina Muñiz, hija del exilio republicano”,56 centra sus artículos en el examen de la obra del exilio de Angelina Muñiz dentro de la literatura mexicana de segunda mitad del siglo xx. Por su parte, en el número 45 (2016), “Formación e invención de tradiciones literarias: perspectivas recientes”,57 un grupo de académicos explora, a través de obras de escritores del siglo xix, xx y xxi (de Sor Juana y Domingo del Monte a Reinaldo Arenas y Pablo Montoya), los posibles nexos entre distintos acervos escriturales nacionales que permitan hablar de una tradición literaria latinoamericana. El número 46 (2017), que cierra este quinquenio y esta etapa de Anales de Literatura Hispanoamericana, consta de dos volúmenes, el ordinario con un monográfico dedicado a “La dimensión transnacional del ensayo latinoamericano”58 y en el que se examinan las líneas temáticas del ensayo latinoamericano de los últimos cuarenta años y uno especial, dedicado a Rubén Darío por el centenario de su muerte, bajo el título “Un universo de universos. El centenario de Rubén Darío (1916-2016)”, que fue coordinado por Rocío Oviedo. En cierto modo, Anales opera como gestora de la memoria litera- ria59 no sólo publicando estudios científicos sino también, en ocasiones, y Paula Andrea Marín Colorado, integrantes del Grupo de Investigación “Colombia: tradiciones de la palabra”. 56  Coordinado por Eugenia Helena Houvenaghel, con la contribución de Diana Castilleja, Naaraí Pérez Aparicio, Alicia Rico, Florien Serlet y Dagmar Vandebosch, trabajos realizados por un grupo de investigadores de las universidades de Gante, Lovaina, Utrecht, Paris-Nanterre y Nevada, que trabajan escritoras del exilio español en América. 57  Coordinado por Graciela Salto, con las aportaciones de Mónica Marinone, María Fernanda Pampín, María Pía Bruno, Lucía Stecher, Natalia Cisterna, Olga Beatriz San- tiago e Idalia Morejón Arnaiz, investigadoras de las universidades de La Pampa, Mar del Plata, Buenos Aires, Córdoba, Chile y São Paulo, que trabajan sobre la rearticulación literaria en escritores de distintos países hispanoamericanos. 58  Coordinado por Reindert Dhondt y Dagmar Vandebosch, con la participación de Julio Ortega, Heike Scharm, Roxana Patiño, Víctor Barrera Enderle y Maarten van Delden, miembros del Proyecto de Investigación “transit. La dimensión transnacional en la literatura y el cine hispánicos”. 59  Entiendo la labor de “gestión de la memoria literaria” como un acto en el que la institución, en este caso la revista, se hace depositaria de la creación del escritor con el objetivo de difundirla lo más posible. 572 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ realizando edición de textos de creación de autores consagrados, textos que han tenido una difusión anteriormente, aunque muy escasa, e incluso escritos que han sido entregados generosamente por sus autores para la publicación en la revista.60 Ya en la primera y segunda etapas se llevó a cabo esta acción, pero fue a partir del número 23 cuando esta labor de gestión dio lugar durante varios números a una sección fija de la revista, publicándose en ese año de 1994 tres poemas inéditos de Darío (en este caso en la sección “Archivo Rubén Darío”) y una serie de poemas de Gastón Baquero, Juan Gustavo Cobo Borda y Manuel S. Pichardo, así como un relato de Juan Carlos Onetti (en “Textos inéditos / Entrevistas”). En el número 24 vieron la luz creaciones inéditas de Bárbara Jacobs, Fabio Morábito, Daniel Sada, Francisco Segovia y Pedro Serrano, y en el número 25 aparecieron las primeras entrevistas, una a Lucía Guerra y otra a Isaac Chocrón. En el número 26. I se reprodujeron en facsímil dos documentos del Archivo “Rubén Darío”: la factura de la impresión de Cantos de vida y esperanza y una carta de José Santos Chocano al poeta nicaragüense. Asimismo, Carlos Germán Belli, Sergio Macías y Saúl Yurkievich en- tregaron algunos poemas inéditos. En el número 27 el documento inédito aparecido llevaba la firma de Efraín Rodríguez Santana y en el número 28 fueron Carlos Germán Belli, Marta Portal, Abel Posse, Gonzalo Rojas y Pío E. Serrano los que publicaron una serie de textos en la revista. En el número 30 aparecieron dos entrevistas, una a Ángeles Mastretta y otra a Elena Poniatowska. Para el número 31, los poetas Roberto Méndez Martínez, Alberto Lauro, Odette Alonso, Juan Antonio Molina y Rafael Enrique Hernández enviaron poemas inéditos. Y en el número 32 se dio a conocer un artículo de Horacio Quiroga dedicado al séptimo arte que sólo se había editado antes en una plaquette que tuvo únicamente distribución en Uruguay; el texto fue entregado por Pablo Rocca para su impresión en este volumen. La sección “Archivo Rubén Darío” dio noticia, en el número 34, de la digitalización de los documentos del poeta. En este mismo número José Balza entregó dos cuentos para su primera publicación, los cuales guardaban relación con el monográfico “Encuentros del miedo con la literatura”. Asimismo, en el número 36 se publicaron dos relatos de au- toras argentinas, uno de Reina Roffé y otro de Ana María Shua. 60  Esta labor también se realiza a través de la publicación de entrevistas a escritores. 573ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA En los números 37 y 38, José María Martínez entregó una cantidad importante de crónicas de Manuel Gutiérrez Nájera acompañadas de un breve estudio realizado por él. Además, en el 37 aparecieron dos entrevistas, la primera realizada a José Viñals y la segunda a Élmer Mendoza. Y en el número 39 vio la luz una entrevista hecha al poeta chileno Jorge Teillier. Del número 40 al 46, la publicación de inéditos y entrevistas ha sido más escasa. Los inéditos o casi inéditos publicados en estos volúmenes han aparecido en la sección “Archivo Rubén Darío”: en el número 43 se reprodujeron 15 cartas de Enrique Gómez Carrillo a Leopoldo Alas “Clarín” y en el número 44, siete crónicas de Rubén Darío tituladas “El Salón” que no se editaban desde su primera aparición en 1895, así como una serie de textos (unos manuscritos y otros mecanografiados) también del vate nicaragüense. Antes de cerrarse este periodo, la revista sufrió otra reestructuración en el número 40 (2011), aunque no sustancial, ya que lo que realmente se hizo fue independizar la sección de artículos misceláneos separando los de críticos y profesores de los de jóvenes investigadores. El resultado sería el siguiente: “Monografía”, “Archivo Rubén Darío”, “Miscelánea”, “Joven Crítica”, “Reseñas/Libros recibidos”61 y “Textos inéditos / Entrevistas”.62 Esta división no apareció explícita en el índice hasta este volumen, aunque de facto ya se llevaba a cabo desde 1994, como informaba Juana Martínez Gómez en la presentación del número 23, correspondiente a ese año. El Consejo de Redacción creció nuevamente a partir del número 25 y en el número 30 se incorporó un Consejo Asesor de carácter internacional.63 Esta etapa supuso la consolidación internacional de Anales y su reco- nocimiento en el campo de las revistas de humanidades dedicadas a los estudios de Literatura Hispanoamericana. La red no sólo se amplió estos años hacia el oeste, sino que también se alargó hacia el este y empezó a tener colaboraciones de estudiosos de universidades de países del Este europeo, así como de la academia africana, asiática y australiana. El final de este ciclo también supuso el final de la difusión de Anales en papel, pero no su desaparición. 61  Desde 2011 sólo se reseñan libros de crítica. 62  Esta sección terminaría por desaparecer. 63  El primer Consejo Asesor lo formaron Ana María Barrenechea, Trinidad Ba- rrera, Rosalba Campra, Teodosio Fernández, Margo Glantz, Rafael Gutiérrez Girardot, Luis Íñigo-Madrigal, Antonio Lorente, Joaquín Marco, Carmen de Mora, José Miguel Oviedo, Rogelio Rodríguez Coronel, José Carlos Rovira, Carmen Ruiz Barrionuevo y Álvaro Salvador. Con el paso de los años, algunos han abandonado el Consejo por su fallecimiento y en su lugar se han incorporado nuevos nombres como el de Cedomil Goic. 574 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ Anales digital En el caso de los tres últimos volúmenes, el 47 (2018), el 48 (2019) y el 49 (2020), la revista se ha difundido digitalmente. Se ha perdido el gusto del papel, de su tacto, de su olor y su color, pero se ha ganado en expan- sión, así como en inmediatez para la propagación de los estudios. No ha cambiado su estructura ni tampoco su apariencia exterior. La versión digital sigue teniendo una portada similar a su predecesora impresa, una imagen que refiere a la sección “Monografía”, encuadrada en azul. Con respecto a la sección monográfica, las correspondientes a estos tres años son las siguientes: la del número 47, “El cuento en revistas literarias colombianas (1900-1951). Aportes a una historia del género”,64 que tiene su origen en la presentada en el número 43, “Cuestiones litera- rias en la prensa colombiana: elementos para una historia”, pero en esta ocasión el grupo de investigación centra su análisis en la publicación de cuentos en 28 revistas colombianas aparecidas entre 1900 y 1951. La del número 48, “Estudio filológico y edición crítica de la narrativa breve de Tomás Carrasquilla”,65 es el fruto del trabajo realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Antioquia.66 La del número 49 (2020), que cierra la segunda década del siglo xxi, tiene como título “Campos en tensión: política, estética e importación cultural en el Cono Sur (1930-1990)”67 y en ella se reflexiona sobre las relaciones entre la estética y la política en países suramericanos. Los cincuenta años de vida de Anales de Literatura Hispano- americana muestran el enorme interés que ha ido despertando la Lite- 64  Coordinado por Ana María Agudelo, con la colaboración de Danilo Penagos Jaramillo, Gustavo Adolfo Bedoya Sánchez, Paula Andrea Marín Colorado, Diana Carolina Toro Henao y Diana María Barrios González, académicos de distintas univer- sidades colombianas. 65  Coordinado por Edwin Carvajal Córdoba, con la intervención de Héctor Fabio Buitrago Correa, David Mejía Solanilla, Juan Esteban Hincapié Atehortúa, Alejandría del Sol Monsalve y Laura Daniela Arboleda Ramos, todos ellos pertenecientes al Grupo de Es- tudios Literarios (gel) de la Universidad de Antioquia. Este grupo considera dentro de sus líneas de investigación “Ediciones críticas, lexicografía e interpretación de textos”. 66  En este número aparece una entrevista realizada a Ida Vitale por Pablo Rocca, “Con Ida Vitale en Montevideo. De la vida y sus sentidos” (48: 435-449). En el mismo escrito se publican dos textos inéditos de la poeta sobre el escritor uruguayo Carlos Maggi. 67  Coordinado por Guadalupe Silva y Magdalena Cámpora, con la contribución de Mariano Sverdloff, Magdalena Cámpora, Luciana Del Gizzo, Celina Fernanda Ballón Patti, Gerardo Pignatiello y Guadalupe Silva, miembros del Proyecto de Investigación Plurianual del Conicet “La legitimación del escritor moderno en América Latina y Europa. Polémicas, operaciones, representaciones”. 575ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA ratura Hispanoamericana en el ámbito de las academias universitarias, lo que ha ayudado al crecimiento de la red intelectual propiciada por la publicación; también ha sido importante la obtención de proyectos de investigación financiados por instituciones públicas y privadas españolas en las que se ha contado con investigadores americanos y europeos que han permitido extender el entramado. Si miramos en retrospectiva, los cambios que se han producido a lo largo de este tiempo no son trascendentales y los más llamativos están relacionados con el formato. Los autores, obras, temas, géneros, objetos de análisis, etc., no son esencialmente muy diferentes entre el pasado y el presente de Anales. Tomo como ejemplo los estudios que se publicaron en el lejano número 1 de 1972 y los del reciente número 49 de 2020. En aquel número inaugural los artículos versaban sobre el habla colo- quial en la literatura argentina, la poesía ecuatoriana desde la Colonia Imagen 4. Anales de Literatura Hispanoamericana, núm. 49 (2020). 576 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ hasta Alfonso Varrera68 Valverde, la novela del boom, la narrativa ve- nezolana de la década de los sesenta, el teatro popular en la Venezuela de la segunda mitad del siglo xx, un estudio sobre la única novela de Gonzalo Fernández de Oviedo, el tratamiento del lenguaje en la obra del nicaragüense Salomón de la Selva, la poesía del colombiano León de Greiff, la narrativa del guatemalteco Miguel Ángel Asturias, la prosa del borinqueño Enrique A. Laguerre, lecturas revisadas de Martín Fie- rro, Los bandidos de Río Frío, Rayuela, El llano en llamas y Zama, un ensayo comparativo entre una narración de Steinbeck y un poema de Neruda, la poesía del boliviano Octavio Campero Echazú, el lenguaje bíblico en la obra del chileno Antonio de Undurraga y un análisis de los rasgos formales del cuento modernista. De la Colonia a lo más actual de aquel 1972, el primer número de la publicación descubría escritores y producciones literarias menos conocidas en el ámbito peninsular y revisaba autores y textos consagrados, como el abordaje a Rayuela. Casi todos los países tuvieron su lugar en aquel volumen, unos con escritos dedicados a un género (como el cuento modernista) o a un movimiento (llamemos así al boom, aunque sea discutible), otros por medio de textos centrados en una literatura nacional (el caso de la poesía ecuatoriana y de la narrativa y teatro venezolanos), los más a través de artículos sobre autores concretos y, por último, estudios comparativos entre la obra de autores de distintos hemisferios y lenguas (Steinbeck/Neruda). Y, por supuesto, Darío y el Modernismo. Si atendemos a los asuntos de los artículos del volumen de 2020, los intereses van desde un estudio contrastivo entre la crónica de Indias espa- ñola y la inglesa, pasando por Sor Juana y el Sueño, la literatura decimo- nónica y de viajes de Emilia Serrano de Wilson, la importancia de la Grecia revolucionaria del siglo xix en la prensa argentina y peruana, el Borges vanguardista, la poesía de León de Greiff, el espacio en Cien años de soledad, la influencia de García Márquez en la literatura china, la cuen- tística de Sergio Pitol, la influencia de Roberto Bolaño en la literatura española peninsular, la narrativa colombiana representada en las figuras de Mario Mendoza, Jorge Franco y Santiago Gamboa, la novela histórica encarnada en la obra de Jorge Galán, la novela mexicana contemporánea y su acercamiento a la ciencia ficción, la narrativa policiaca argentina representada por Pablo De Santis, hasta la literatura como espacio de denuncia a través de la obra de Gabriela Cabezón Cámara. Por supues- 68  Mantengo la grafía con la que escribe su apellido Piedad Larrea Borja, autora del artículo. 577ANALES DE LITERATURA HISPANOAMERICANA to, también la literatura modernista y su transición a las vanguardias es atendida en artículos dedicados a Rubén Darío, Amado Nervo, Juan Ramón Jiménez y José Juan Tablada. De nuevo un viaje de la Colonia a la más rabiosa actualidad, una relectura de clásicos y una reivindicación de voces nuevas. Como decía, los intereses son los mismos —ejemplo de ello es el artículo dedicado a la obra de León de Greiff—, pero cambian las perspectivas, las metodo- logías de abordaje y así, frente a los análisis estructuralistas, marxistas, etc., más habituales en los ensayos de los volúmenes correspondientes al siglo xx, las nuevas voces críticas se acercan a los textos literarios desde presupuestos queer, ecocríticos, poscoloniales, etc., pero atraídas tanto por el pasado escritural como por su presente, como lo manifiestan los dos artículos dedicados a la obra de Sor Juana, “¿El Sueño o Primero Sueño?” y “La iconografía de Ars magna lucis et umbrae en Primero sueño de Sor Juana”, ambos firmados por dos jóvenes académicos, Facundo Ruiz y Bryce Maxey, respectivamente. Siguen preocupando cuestiones similares y cada generación de in- telectuales que ha pasado por la revista ha ofrecido su visión del mundo literario, entablándose entre todos los números un diálogo que permite ver cómo se ha ido percibiendo la literatura hispanoamericana a lo largo de estos cincuenta años. Quizás uno de los cambios más significativos sea la aportación cada vez mayor de estudios comparativos: de escritores y obras hispanoamericanas con las de otros lares como la tradición esta- dounidense, la brasileña, la italiana, la inglesa, la francesa, la española y, por supuesto, las que se establecen entre los distintos países latinoa- mericanos, pero también con las literaturas africanas desde posiciones neocoloniales o el influjo en las asiáticas, de manera más nítida y re- conocida en la literatura china. Creo que esta corriente comparatista ha contribuido al crecimiento de la red a la que hacía referencia líneas arriba y ha traído consigo que las páginas se hayan abierto a las aportaciones de academias más lejanas del campo de acción del objeto de estudio: me refiero a intelectuales pertenecientes a las culturas africanas, árabes (en menor medida), asiáticas y oceánicas. Asimismo, la cabida que se ha dado en la sección “Monográfica” a la difusión de trabajos realizados por grupos de investigación de distintos países ha contribuido a un rápido ensanchamiento de la malla que se empezó a tejer en 1972. También han sido importantes para la progresión de la red intelectual creada por la revista aspectos más relacionados con el devenir político mun- dial, como el exilio y la globalización, que ha tenido como consecuencia la presencia y residencia de escritores y estudiosos hispanoamericanos en 578 EVANGELINA SOLTERO SÁNCHEZ la academia europea (incluyo la española) y estadounidense principal- mente, a las que llegaron o bien obligados por situaciones políticas in- sostenibles en sus países de origen o bien por razones socioeconómicas. Considero que igualmente refuerza la red el hecho de que la revista siga privilegiando el castellano como lengua de referencia intelectual frente a otras publicaciones académicas (las del mundo anglosajón esencial- mente) que obligan a la edición de trabajos en un idioma ajeno al de la producción literaria estudiada, el inglés. El objetivo de la actual Anales de Literatura Hispanoamericana si- gue siendo el mismo de su nacimiento: difundir e interpretar la literatura hispanoamericana y dar cabida en sus páginas a estudios sobre ella, desde todas las perspectivas, metodologías, de todos los géneros (literarios, temáticos), de obras consideradas canónicas o marginales, y a reflexiones académicas en torno a la existencia o no de una “Literatura hispano- americana” frente a literaturas nacionales. El propósito: seguir siendo urdimbre en la periferia. Archivos Archivo personal de Rubén Darío, Biblioteca Histórica, Universidad Complutense de Madrid. Disponible en: https://biblioteca.ucm.es/ historica/ruben-dario El impacto de la guerra civil española en la vida intelectual de Hispano- américa, Universidad Complutense de Madrid. Disponible en: https:// www.ucm.es/impactoguerracivil Bibliografía Alemany Bay, Carmen (2017), “Escritores latinoamericanos en la España del siglo xx”, Kamchatka. 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