99 Revista de la Sociedad Geológica de España, 19(1-2), 2006 TECTÓNICA EXTENSIVA SINSEDIMENTARIA DE LA Fm ESCUCHA EN EL SECTOR MERIDIONAL DE LA SUBCUENCA CRETÁCICA DE OLIETE (CADENA IBÉRICA ORIENTAL) J.P. Rodríguez-López 1, C.L. Liesa 2, N. Meléndez 1 y A.R. Soria 3 1Departamento de Estratigrafía, Instituto de Geología Económica (UCM-CSIC), Facultad de Ciencias Geológicas, Universidad Complutense, 28040 Madrid. jprodrig@geo.ucm.es 2Área de Geodinámica Interna, Departamento de Ciencias de la Tierra, Facultad de Ciencias, Universidad de Zaragoza, C/ Pedro Cerbuna 12, 50009 Zaragoza 3Área de Estratigrafia, Departamento de Ciencias de la Tierra, Facultad de Ciencias, Universidad de Zaragoza, C/ Pedro Cerbuna 12, 50009, Zaragoza Resumen: El registro sedimentario de la Fm Escucha en el sector sur de la Subcuenca de Oliete muestra estructuras extensivas sinsedimentarias desarrolladas en respuesta al régimen tectónico extensivo que gobernó la sedimentación de dicha unidad cretácica durante el Albiense inferior y medio. El estudio estratigráfico y estructural ha permitido determinar la existencia de dos episodios extensivos desarrollados durante la sedimentación de dos de los litosomas de la Fm Escucha reconocidos en el sector estudiado. El primer episodio extensivo se produjo fundamentalmente durante el depósito del litosoma 2, el cual está formado por una alternancia de areniscas y limos. El segundo episodio extensivo afecta al litosoma 3, que es un cuerpo arenoso que presenta intercalaciones limosas y arcillosas. La relación geométrica entre ambos cuerpos sedimentarios es una discordancia angular definida por el truncamiento erosivo de los estratos rotados y fracturados del litosoma 2 y por el onlap que sobre esta superficie produce la sedimentación arenosa del litosoma 3. La fosilización de las fallas normales por parte de la superficie que define la discordancia angular entre ambos litosomas, determina claramente su carácter sinsedimentario. En el primer episodio se desarrollaron fallas lístricas de escala decamétrica a hectométrica, de dirección media NO-SE a NNO-SSE y con nivel de despegue superficial (probablemente en las arcillas del litosoma 1), cuya evolución dio lugar a bloques rotados, discordancias angulares internas, abanicos de capas y fallas normales menores. En el segundo episodio se produjeron fallas normales, de similar orientación pero buzamientos más elevados al NE (65º-85º), de escala decamétrica a hectométrica y salto métrico. Estas fallas han sido interpretadas como fallas ciegas que se propagaron hacia la superficie, probablemente desde un accidente profundo, al que también podría estar conectado el sistema de fallas lístricas del litosoma 2, todas ellas activadas con una dirección de extensión preferente ENE-OSO a NE-SO. Palabras clave: Fallas lístricas, bloques rotados, discordancia angular, Fm Escucha, Cuenca del Maestrazgo. Abstract: The sedimentary record of the Escucha Fm in the southern sector of the Oliete Subbasin shows several synsedimentary extensional features developed due to the extensional tectonic regime that governed the sedimentation of this cretaceous unit during the Lower-Middle Albian. The stratigraphic and structural study of these synrift features has allowed the distinction of two extensional episodes developed during deposition of two lithosomes of the Escucha Formation. The first extensional episode produced during the sedimentation of the lithosome 2, which is formed by sandstones alternating with silts. The second extensional episode affected the lithosome 3, which is a sandy body that displays silt and clay intercalations. The geometrical relationship between lithosomes 2 and 3 is an angular unconformity defined by the erosive truncation of rotated and faulted beds of the lithosome 2 and by the onlap that deposition of the sandy lithosome 3 produced on this surface. Fossilization of extensional faults by the surface that defines the angular unconformity between both lithosomes determines the synsedimentary character of these faults. During the first episode deca- to hecto-metric NW-SE to NNW-SSE trending listric faults developed with a shallow detachment level (probably clays of the lithosome 1). Their evolution produced the development of rotated fault-blocks, internal angular unconformities and minor extensional faulting. During the second episode normal faults, with trends similar but with higher dips towards NE (65º-85º) to previous ones, with metric-scale offsets formed. These faults have been interpreted as blind faults propagating toward the surface, probably from a deeper major normal fault. The listric faults system developed during the sedimentation of the lithosome 2 probably branched down into this steep and deeper major fault. Faults described show an ENE-WSW to NE-SW principal extension direction. Key words: Listric faults, rotated-fault blocks, angular unconformity, Escucha Fm, Maestrazgo Basin. Rodríguez-López, J.P., Liesa, C.L., Meléndez, N. y Soria, A.R. (2006). Tectónica extensiva sinsedimentaria de la Fm Escucha en el sector meridional de la Subcuenca cretácica de Oliete (Cadena Ibérica Oriental). Revista de la Sociedad Geológica de España, 19 (1-2): 99-112 100 Revista de la Sociedad Geológica de España, 19(1-2), 2006 J.P. Rodríguez-López , C.L. Liesa, N. Meléndez y A.R. Soria La Subcuenca de Oliete (Fig. 1A) constituye una de las subcuencas extensivas marginales que se individualizaron en el sector oriental de Iberia duran te l a e tapa de r i f t ing ju rás ica super ior- cretácica inferior. Esta subcuenca forma parte de la Cuenca del Maestrazgo (Fig. 1A), que junto con la Cuenca de Cameros constituyen las dos grandes áreas de sedimentación de la segunda etapa del rift mesozoico (Salas y Casas, 1993; Soria et al., 2000; Salas et al. , 2001; Capote et al. , 2002; Martín- C h i v e l e t e t a l . , 2 0 0 2 ) . E s t e p r o c e s o d e adelgazamiento cortical, íntimamente ligado a la propagación hacia el norte del rift del Atlántico Central y a la apertura de la cuenca oceánica del Atlántico Norte (Salas y Casas, 1993; Martín- Chivelet et al., 2002), dio lugar a la fragmentación de las amplias plataformas carbonatadas jurásicas asoc iadas a l a Cuenca de l Maes t razgo y a l a generación de varias subcuencas (subcuencas de Galve, Las Parras y Oliete , entre otras) en su margen noroccidental (Salas y Guimerà, 1996; Soria, 1997; Soria et al., 2000). Dichas subcuencas e s t u v i e r o n c o n t r o l a d a s p o r a l i n e a c i o n e s d e l basamento de direcciones NO-SE y NE-SO (Álvaro et al., 1979) que definieron un conjunto de bloques c o n s u b s i d e n c i a d i f e r e n c i a l y a c t i v a d o s p o r mecanismos de fallas lístricas (Salas, 1987). En este contexto de cuencas extensivas limitadas por altos paleogeográficos tiene lugar durante el Albiense inferior y medio el depósito de la Fm Escucha (Pardo, 1979; Querol, 1990). El carácter s i n r i f t d e e s t a u n i d a d y l a l o c a l i z a c i ó n y distribución de las principales fallas que limitan las cuencas sedimentarias extensivas en las que se desarrolló la Fm Escucha, han sido principalmente establecidas a partir de análisis de la subsidencia (Salas y Casas, 1993) y de mapas de isopacas y de correlación estratigráfica (Pardo, 1974, 1979; Pardo y Villena, 1979; Querol, 1990). A partir de dichos da tos Quero l e t a l . ( 1992) han suge r ido una configuración general de las cuencas resultado del funcionamiento de fallas lístricas y de bloques de falla rotados. Aranda y Simón (1993) a partir del análisis de fallas estriadas de escala métrica a decamétrica que desplazan sinsedimentariamente las capas de carbón de la Fm Escucha en el sector de U t r i l l a s - E s c u c h a ( S u b c u e n c a d e L a s P a r r a s ) infieren un régimen de distensión, probablemente de carácter radial, con una dirección de extensión cretácica comprendida entre ENE y SE. En el sector de Aliaga (Subcuenca de Galve) , Simón et al . ( 1 9 9 8 ) r e c o n s t r u y e n a p a r t i r d e u n a n á l i s i s estructural y cartográfico un sistema de fal las n o r m a l e s c o n j u g a d a s a c t i v a s p r i n c i p a l m e n t e Figura 1.- Situación geográfica y geológica del área de estudio. A) Subcuencas extensivas del Cretácico Inferior (1, Oliete; 2, Las Parras; 3, Galve; 4, Morella; 5, Penyagolosa; 6, La Salzedella; 7, El Perelló) en la Cuenca del Maestrazgo (modificado de Capote et al., 2002). B) Mapa geológico de la subcuenca de Oliete. C) Mapa de detalle con la localización de las trincheras estudiadas. 101 Revista de la Sociedad Geológica de España, 19(1-2), 2006 TECTÓNICA SINSEDIMENTARIA EN LA Fm ESCUCHA duran te l a s ed imen tac ión de l a s p l a t a fo rmas Urgonianas y la parte basal de la Fm Escucha y fosilizadas por una discordancia intra-Escucha. Sin e m b a r g o , n o e x i s t e n e s t u d i o s a e s c a l a d e afloramiento de los rasgos sintectónicos de la Fm Escucha ni tampoco se conoce la localización y comportamiento de las principales fallas limitantes que controlaron la evolución tectonoestratigráfica de esta unidad. El objet ivo de este t rabajo es realizar un estudio detallado de los rasgos sinrift de la Fm Escucha en un af loramiento de l sec tor meridional de la Subcuenca de Oliete. Marco geológico El sector es tudiado se local iza en la Rama Aragonesa de la Cordillera Ibérica en su sector próximo a la zona de enlace con la Cordillera Costero- Catalana, y constituye la parte suroriental de la Subcuenca cretácica de Oliete (Fig. 1B y C). Los materiales estudiados pertenecen a la Fm Escucha, que es la última unidad sinrift depositada duran te e l r i f t ing j u rás ico super io r-c re t ác ico inferior (Fig. 2A) que afectó a la Cuenca Ibérica (Salas y Casas, 1993). En la Subcuenca de Oliete, tras un largo proceso de erosión y karstificación del basamento jurásico, la sedimentación sinrift (Fig. 2A) comienza en el Barremiense inferior con la Fm Blesa, de carácter dominantemente continental (Soria, 1997; Soria et al., 1997; Meléndez et al., 2000) y continúa desde el Barremiense superior al Aptiense superior con las plataformas carbonáticas urgonianas (Fms Alacón, Forcall y Oliete) (Soria et al . , 1994). En el Albiense inferior y medio se depos i t a l a Fm Escucha . En es t e pe r iodo , l a deformación extensional que sufre la Cuenca del Maestrazgo se localiza en su margen occidental (Salas y Casas, 1993), donde la Fm Escucha registra un mayor espesor (Querol, 1990; Salas y Martín- Closas, 1995). Esta formación, interpretada de fo rma genera l como depos i t ada en un med io deltaico (Pardo, 1979) o deltaico-estuarino (Querol, 1 9 9 0 ) , e s m a r c a d a m e n t e h e t e r o l í t i c a y e s t á caracterizada por contener, sobre todo en su parte basal, niveles de carbón explotables (Aguilar et al., 1971; Cervera et al., 1976; Pardo, 1979; Querol, 1990). La estructura geológica de este sector (Fig. 1B y C) viene def inida por una ser ie de pl iegues y cabalgamientos de dirección NO-SE (Simón, 1979; Casas et al., 1997) generados como consecuencia de la inversión tectónica de la Cuenca Ibérica durante el proceso de convergencia Alpina entre Europa y África (Álvaro et al., 1979; Salas y Casas, 1993; Capote et al ., 2002; Martín-Chivelet et al., 2002). Asimismo en este sector se reconocen pliegues y cabalgamientos t ransversos , superpuestos a los anter iores , de dirección principal NE-SO a ENE-OSO (Simón, 1979; 2004). Materiales estudiados y estructuras extensivas Las observaciones se han realizado principalmente en un afloramiento constituido por dos trincheras de carretera situadas una frente a la otra y separadas entre sí 40 m. Estas trincheras se localizan al sur de la localidad turolense de Gargallo (Fig. 1C). Las condiciones de los afloramientos estudiados no han permitido determinar con exactitud ninguno de los tres miembros (inferior, medio y superior) en los que la Fm Escucha ha sido tradicionalmente dividida (Cervera et al., 1976; Pardo, 1979). Por ello, y con objeto de facilitar la descripción de las trincheras estudiadas, se han distinguido informalmente tres litosomas aflorantes en la serie local de la Fm Escucha del sector estudiado (Fig. 2B): El litosoma 1, con una potencia de 19 m, se caracteriza por ser marcadamente heterolítico (Fig. 2B). Presenta niveles de carbón, estratos tabulares de areniscas con estratificación cruzada, limos arcillosos con ra íces y po ten tes t ramos de a rc i l l as con laminación paralela y estratificación lenticular. Los fragmentos vegetales carbonosos son componentes frecuentes en este litosoma. El litosoma 2, que muestra un espesor máximo próximo a los 7 m, está constituido por areniscas de grano fino-medio con laminación de ripples que presentan drapes en sus caras de avalancha. Estas areniscas alternan con niveles de 2-3 cm de limos grises con laminación fina; este litosoma muestra como componentes más comunes f ragmentos vegetales carbonosos, micas y yeso secundario (Fig. 2B). El litosoma 3 tiene entre 30 y 40 m de espesor y está constituido por tramos de areniscas de grano medio-fino con intercalaciones de arcillas limosas y limos negros. Los niveles de areniscas muestran sets de estratificación cruzada planar/tangencial con drapes de fragmentos vegetales carbonosos en sus caras de avalancha, mientras que los niveles de limos y arcillas presentan laminación paralela. Estructuras extensivas principales Tanto en la trinchera norte (Fig. 3) como en la sur (Fig. 4) el contacto entre el litosoma 1 y el litosoma 2 es un contacto mecánico caracterizado por una falla NO-SE (N150ºE en la trinchera norte) de escala métrica a decamétrica (falla F1). Se trata de una falla de bajo ángulo que buza hacia el este y tiene marcada geometría lístrica, siendo una estructura observable entre ambas trincheras. El litosoma 2 aflora siempre l imitado por fal las normales, generalmente de dirección NO-SE y buzamiento noreste (F1, F2 y F3 en la trinchera norte) (Fig. 3), y mostrando siempre un buzamiento más o menos suave hacia las fallas. Algunas de estas fallas principales (p.e. fallas F2 y F3) muestran un entroncamiento en profundidad hacia el NE. En conjunto, se definen, por tanto, varios bloques 102 Revista de la Sociedad Geológica de España, 19(1-2), 2006 J.P. Rodríguez-López , C.L. Liesa, N. Meléndez y A.R. Soria Figura 2.- Cuadro cronoestratigráfico del registro sinrift cretácico de la Subcuenca de Oliete (A) y columna local compuesta de la Fm Escucha (B) en la que se indican la distribución estratigráfica de los tres litosomas distinguidos en este estudio. 103 Revista de la Sociedad Geológica de España, 19(1-2), 2006 TECTÓNICA SINSEDIMENTARIA EN LA Fm ESCUCHA de falla rotados de escala métrica consti tuidos íntegramente por el litosoma 2. En la trinchera sur (Fig. 4) las capas arenosas más continuas y de mayor espesor del litosoma 2 situadas en el bloque superior de la falla principal F1, definen un suave anticlinal de roll-over. Las capas superiores de dicho litosoma, sobre todo al acercarnos a la falla principal, definen un suave sinclinal producido por el arrastre de la falla. El contacto entre los litosomas 2 y 3 es una superficie estratigráfica que corta erosivamente los bloques rotados del litosoma 2 a la vez que fosiliza las fallas normales que produjeron la rotación de dichos bloques (S en las Figs. 3 y 4). En algunos puntos dicha superficie aparece cementada por óxidos de hierro. Las arenas del litosoma 3 se apoyan sobre esta superficie formando una discordancia angular con respecto a las capas deformadas del litosoma 2 infrayacente. El ángulo de discordancia, como se observa en la trinchera norte (Fig. 3A y B) puede ser moderado (del orden de 30º). En la trinchera sur el litosoma 3 recubre con un dispositivo geométrico en onlap la superficie erosiva S (Fig. 4). Una aproximación al ángulo de buzamiento que presentaban las fallas lístricas estudiadas en el momento de su formación, puede realizarse a partir de la relación angular que guardan éstas con el plano de estratificación del litosoma 3 discordante sobre ellas. Así, el ángulo entre los planos de las fallas principales (F1, F2 y F3) y la estratificación del litosoma 3 es del orden de 20-30º ( Figs. 3C y 4C), lo cual indica que dichas fa l las ten ían un buzamiento genera l relativamente bajo en el momento de su formación. Finalmente, en la trinchera norte, una decena de metros hacia el noreste, varias fallas normales de dirección NO-SE y buzamiento subvertical hacia el NE, cortan y desplazan con salto métrico los niveles de arenas del litosoma 3 (F4 y F5 en la figura 5). Asociados a dichas fallas se pueden reconocer rellenos de arenas con geometría en cuña abierta hacia la falla en el bloque superior (Fig. 5A y B) y algunas superficies erosivas locales, que son indicativas de su actividad sinsedimentaria con dichas arenas. En el bloque inferior de la falla nororiental (F5) se reconoce asimismo un pliegue monoclinal asociado al arrastre producido por dicha falla (M en figura 5B). Es de destacar que dichas fallas presentan una orientación similar, pero un mayor buzamiento, que las fallas que afectan a los litosomas infrayacentes. Las condiciones de afloramiento sólo permiten hacer observaciones de cómo afectan dichas fallas al litosoma 3 y no a las unidades inferiores, por lo que tampoco se ha podido analizar la relación geométrica que guardan en profundidad estas fallas (F4 y F5) con el conjunto de fallas lístricas F1, F2, F3 que afectan al litosoma 2. Estructuras menores que afectan al litosoma 2 Los bloques de falla constituidos íntegramente por las areniscas y limos del litosoma 2 presentan una importante deformación interna caracterizada por fallas normales de menor escala que desplazan la estratificación y la laminación de dicho litosoma. En ambas trincheras se reconoce una familia de fallas normales de esca la dec imét r ica a mét r ica de orientación preferente NNO-SSE y suave buzamiento al este (Figs. 3C y 4C), es decir, paralelas entre sí y a su vez paralelas con respecto a la falla principal F1 (Figs. 3B y 4B). Además, en los cortes de las trincheras aparece otra familia, menos penetrativa, de fallas de similar orientación que las anteriores pero con un buzamiento relat ivamente al to hacia el suroes te , es dec i r , an t i té t icas respec to de las anteriores. En las capas más finamente laminadas del litosoma 2, estas familias de fallas normales son de menor escala (centimétrica a decimétrica) y su asoc iac ión forma, según las zonas , modelos geométricos de fallas en dominó (Fig. 6A) o pequeños grabens (Fig. 6B). En conjunto, ambas familias con buzamientos opuestos definen un sistema de fallas normales conjugadas, con la línea de intersección de ambos planos de falla contenida aproximadamente en el plano de estratificación de las capas. En las capas del litosoma 2 afectadas por dichas fallas es posible reconocer, tanto a escala métrica como a menor escala, abanicos de capas y cambios de potencia en las mismas relacionados con estas fallas. A escala métrica, los tramos de limos del litosoma 2 de la trinchera sur (zonas blancas en la Fig. 4B), situados en el bloque superior de la falla principal, dibujan un ligero abanico de capas abierto hacia la falla principal F1 (Fig. 4A y 4B). A escala decimétrica y centimétrica se puede observar el engrosamiento que sufren las capas en relación con fallas de menor escala (Fig . 6A). Así , los niveles arenosos muestran evidentes cambios de espesor a un lado y otro de las fallas. El hecho de que las fallas menores sintéticas con la falla principal sean más numerosas que las antintéticas con ella, podría explicar el engrosamiento gradual de las capas hacia la falla principal. Interpretación Las observaciones realizadas en el afloramiento estudiado en el sector meridional de la Subcuenca de Oliete evidencian dos etapas de tectónica extensiva que tuvieron lugar durante la sedimentación de dos litosomas pertenecientes a la Fm Escucha. Estas etapas de deformación quedan patentes, por una parte, por la existencia de varias fallas lístricas NO-SE a NNO-SSE y suave buzamiento al NE que delimitaron una serie de bloques de falla, constituidos por el litosoma 2, que fueron rotando conforme progresó el desplazamiento sobre estas fallas y, por otra parte, por la fosilización de dichas estructuras por las areniscas del litosoma 3. Hay varios aspectos en este afloramiento que sugieren un geometría claramente lístrica para las fallas principales: la suave geometría curva, con la 104 Revista de la Sociedad Geológica de España, 19(1-2), 2006 J.P. Rodríguez-López , C.L. Liesa, N. Meléndez y A.R. Soria Figura 3.- Fotografía (A) y esquema (B) de la trinchera norte (ver localización en la figura 1C). Se observan las fallas que desplazan al litosoma 2 y la fosilización de la deformación por parte del litosoma 3. C) Estereograma (falsilla de Schmidt, hemisferio inferior) de los planos y polos de las fallas medidas en la trinchera (puntos 1 a 14 situados en B) y del polo del plano de estratificación (cuadrado) del litosoma 3 superior discordante. 105 Revista de la Sociedad Geológica de España, 19(1-2), 2006 TECTÓNICA SINSEDIMENTARIA EN LA Fm ESCUCHA Figura 4.- Fotografía (A) y esquema (B) de la trinchera sur (ver localización en la figura 1C). Se observan las fallas que desplazan el litosoma 2 y la fosilización de la deformación por parte del litosoma 3. C) Estereograma (falsilla de Schmidt, hemisferio inferior) de los planos y polos de las fallas medidas en la trinchera (puntos 1 a 11 situados en B) y del polo del plano de estratificación (cuadrado) del litosoma arenoso superior discordante. 106 Revista de la Sociedad Geológica de España, 19(1-2), 2006 J.P. Rodríguez-López , C.L. Liesa, N. Meléndez y A.R. Soria concavidad hacia arriba, que muestra el plano de la falla basal (F1) (Figs. 3 y 4) y el anticlinal de roll- over desarrollado en el bloque superior de esta falla en la trinchera sur (Fig. 4). La discordancia angular tan acusada (del orden de 30-45º) entre las arenas del litosoma 3 y las capas del litosoma 2 situadas en los bloques superiores de las fallas F2 y F3 de la trinchera norte (ver Fig. 3) también debe ser asociada a la geometría lístrica de dichas fallas. En efecto, el basculamiento de las areniscas y limos del litosoma 2 se produjo probablemente al desplazarse sobre las fallas; este desplazamiento dio lugar a la rotación de las capas del bloque superior al adaptarse éste a la disminución del buzamiento de los planos de falla en profundidad, los cuales deben de tener una acusada geometría lístrica. En este caso, el anticlinal de roll- over no se observa probablemente por su posterior truncamiento debido al proceso de erosión que generó la superficie S (Fig. 3A y 3B). Asimismo, la relación angular próxima a 90º entre la falla F3 y las capas del litosoma 2 de su bloque superior puede interpretarse como que esta falla tuvo un buzamiento muy elevado en su parte superior (probablemente cerca de la superficie topográfica), lo cual también corrobora una marcada geometría lístrica para las fallas. La geometría lístrica de las fallas puede estar claramente determinada por un nivel de despegue relativamente superficial. Evidencias de ello son el ángulo muy suave (generalmente < 20º) que forma en la mayor parte de su traza la falla principal (F1) con la estratificación del litosoma 1 del bloque inferior de falla y con el litosoma 3 que fosiliza dichas fallas. En la trinchera sur, este ángulo tiende a disminuir en la parte inferior de la falla, de modo que ésta tiende a hacerse paralela a las capas de dichos litosomas. Este paralelismo de las fallas con las arcillas del techo del litosoma 1 del bloque inferior (Fig. 4B), sugiere que estas mismas arcillas pueden representar el nivel de despegue local de este conjunto de fallas. El efecto que el desplazamiento en estas fallas mayores ha ejercido sobre el registro sedimentario del litosoma 2 en esta región es notable. Desde un punto de vista geométrico, el litosoma 2 situado en el bloque superior fue rotando y basculándose contra las fallas. En este mismo proceso, las propias fallas (fallas F2 y F3 en figura 3) situadas en el bloque superior de la falla basal principal (F1 en figuras 3 y 4) también rotaron a la vez que se producía el desplazamiento sobre ésta. Debido a este desplazamiento sobre la falla, los bloques rotados del litosoma 2 quedaron completamente desgajados del litosoma 1 (bloque inferior), de modo que cuando posteriormente se produce la etapa de erosión que bisela los bloques rotados del litosoma 2 (bloque superior), la parte superior del litosoma 1, situada en el bloque inferior, fue completamente erosionada. Como consecuencia de ello, en este afloramiento sólo ha sido posible reconocer el litosoma 2 en el bloque hundido por la fa l la , cuya evoluc ión permi t ió que quedara parcialmente preservado ante la erosión. Este hecho impide, con los datos disponibles por el momento, cuantificar el salto total asociado a dichas fallas. La estimación del salto mínimo sobre el plano de falla puede establecerse, sin embargo, a partir de la longitud de afloramiento del litosoma 2 situado sobre el plano de falla, es decir, apoyada sobre los tramos arci l losos del l i tosoma 1. El sal to mínimo así establecido sería de una decena de metros. No obstante, si consideramos el desplazamiento asociado a las fallas principales F2 y F3 este salto mínimo debería probablemente duplicarse. Por otro lado, las fallas normales de escala métrica a decimétrica observadas en el afloramiento tienen orientaciones muy similares a las de las fallas principales lo que sugiere un elevado grado de compatibilidad mecánica y dinámica con ellas. La única distinción clara viene definida por los modelos geométr icos que forman las fa l las menores , Figura 5.- Fallas métricas y estructuras asociadas (A) en la trinchera norte que afectan al litosoma 3. B) Detalle de la falla F5 mostrando la posición del pliegue monoclinal desarrollado en el bloque inferior de la falla. Ver explicación en el texto. 107 Revista de la Sociedad Geológica de España, 19(1-2), 2006 TECTÓNICA SINSEDIMENTARIA EN LA Fm ESCUCHA apareciendo sistemas de fallas normales conjugadas y modelos de fallas en dominó, tanto sintéticos como antitéticos respecto a las fallas principales. La relación de estos modelos de fracturación en relación con la disposición de las capas permite inferir que estos sistemas de fallas menores se produjeron probablemente en los momentos iniciales de la deformación, con anterioridad a que se produjera la rotación de los bloques de falla. Así, los planos de ambas familias de fallas conjugadas guardan un ángulo similar (del orden de 60º) con las capas (ver figuras 3B y 4B), de modo que los dos planos bisectores de dichos planos de falla se disponen uno paralelo y otro perpendicular a las capas, lo cual ha sido generalmente interpretado como sistemas de fallas conjugadas basculadas con posterioridad a su formación (Angelier et al., 1985). De acuerdo con el modelo de fallas conjugadas de Anderson (1951), el eje principal mínimo σ3, es decir, la dirección de extensión inferida a partir de estas fallas, estando contenida en este caso en el plano de estratificación tendría una orientación aproximada NE a ENE. Esta dirección de extensión preferente también es sugerida por la orientación NO-SE a NNO-SSE de las fa l las menores medidas (F ig . 4C) , y es perfectamente compatible con la similar orientación que presentan las fallas principales. Dicha dirección de extensión es asimismo similar con la deducida para las fallas sinsedimentarias observadas en la Fm Escucha por Aranda y Simón (1993) en la región de Utrillas-Escucha (Subcuenca de Las Parras). Las diferencias de espesor de las capas en uno y otro bloque de las fallas normales de menor escala, y el engrosamiento y geometría en abanico de las capas hac ia la fa l la normal pr inc ipa l , observadas fundamentalmente en los niveles arenosos y limosos del litosoma 2 (trinchera sur) (Fig. 4B), sugieren c la ramente una ac t iv idad tec tón ica ex tens iva s insedimentar ia con d icho l i tosoma. Las observaciones realizadas en este afloramiento, sin embargo, no permiten aportar si dicha actividad tectónica ya había empezado durante el depósito del litosoma 1. El truncamiento erosivo, con desarrollo de la superficie erosiva S (Figs. 3 y 4), y la posterior fosilización con el onlap del litosoma arenoso 3, que su f r en l a s f a l l a s no rma le s y e s t ruc tu ra s deformacionales que afectan al litosoma 2 (por Figura 6.- Fotografías de las fallas normales sinsedimentarias de escala decimétrica a centimétrica que afectan al registro sedimentario del litosoma 2 en la trinchera sur. A) fallas de salto centimétrico mostrando una configuración en bloques rotados en dominó. B) Fallas centimétricas con cambios de espesor en los niveles de arenas (áreas blancas punteadas) dibujando estructuras en horst y grabens de pequeña escala. 108 Revista de la Sociedad Geológica de España, 19(1-2), 2006 J.P. Rodríguez-López , C.L. Liesa, N. Meléndez y A.R. Soria ejemplo, pliegues de roll-over y de arrastre) sugiere que dicha etapa de deformación se produjo antes de la sed imen tac ión de l l i t o soma a renoso 3 . La importancia del proceso de erosión en este sector de l a Subcuenca de O l i e t e t r a s e s t e pe r iodo de t e c t ó n i c a e x t e n s i v a q u e d a p a t e n t e e n e l arrasamiento del relieve tectónico creado durante la extensión, el cual permitió que el litosoma arenoso 3 se apoyara d iscordantemente tanto sobre e l litosoma 1 como sobre el litosoma 2 y que este ú l t imo só lo quedase preservado en e l b loque hundido del sistema de fallas, como muestra el panel de correlación de las dos trincheras de la figura 7. Nuestras observaciones indican que este t ipo de discordancia angular, def in ido por un truncamiento erosivo de los litosomas 1 y 2 y el onlap del litosoma 3, es una consecuencia directa de la propia cinemática de las fal las normales sinsedimentarias, lo cual apoya las interpretaciones d e a l g u n o s a u t o r e s ( p . e . S c h l i s c h e , 1 9 9 2 ; Gawthorpe et al., 1997; Gupta et al., 1999; Sharp et al., 2000; Patton, 2004) que las consideran como un rasgo sinrift común en el registro sedimentario de cuencas extensivas. Durante la sedimentación del l i tosoma 3 la tectónica extensiva se reactivó como lo indican las fallas normales, con salto de orden métrico, que afectan a esta unidad (F4 y F5 en figura 5). Dichas fallas, que presentan similares direcciones que las fa l las l í s t r icas F1, F2 y F3 pero buzamientos mayores y salto métrico, se sitúan unas decenas de metros al noreste y en el bloque superior de éstas. Las condiciones del afloramiento no han permitido observar la relación en profundidad de ambos conjuntos de fallas pero se podrían plantear dos posibles situaciones: que las fallas subverticales F4 y F5 corten en profundidad a dichas fallas lístricas o que ambos conjuntos de fallas se entronquen en este punto en una única falla principal. Ambos posibles escenarios serán discutidos en el siguiente a p a r t a d o . P o r o t r a p a r t e , l a c o n f i g u r a c i ó n geométrica que muestra el pl iegue monoclinal presente en el bloque inferior de la falla nororiental F5 (M en figura 5B), es asimilable a un normal drag fold. Este tipo de pliegues está asociado a fallas normales y se forma debido a la resistencia por fricción que se produce a lo largo del plano de falla, y que genera el arrastre de los estratos del bloque inferior en una dirección descendente hacia el plano de falla (M en figura 5B) (p.e. Khalil y McClay, 2002; Rykkelid y Fossen, 2002). Estructuras extensivas similares a las descritas en este afloramiento se han reconocido afectando a los mismos litosomas en el frente de una cantera situada a dos kilómetros al sur de este afloramiento en la que se explotaron las arenas del l i tosoma 3. Estas obse rvac iones pe rmi t en cons ide ra r que l a s interpretaciones presentadas para este afloramiento pueden ser válidas a una escala más regional. Modelo conceptual y discusión El conjunto de estructuras tectónicas descritas (fallas hasta escala deca- a hectométrica y pliegues de acomodación o arrastre) y su incidencia en el registro sedimentario (discordancias y engrosamiento de capas) ha sido interpretado como resultado de la existencia de dos etapas extensivas sucesivas. Primero se produce un conjunto de fallas principales lístricas (F1, F2 y F3) de escala probablemente hectométrica y orientación NO-SE, que afectan a los litosomas 1 y 2 y están fosilizadas por el litosoma 3, y con un nivel de despegue muy superficial. Posteriormente, fallas de similar orientación pero mayor buzamiento actúan durante el depósito del litosoma 3. En este proceso se han planteado dos posibles escenarios, dependiendo de su relación geométrica en profundidad, que suponen bien una independencia de ambos conjuntos de fallas (las fallas F4 y F5 cortan en profundidad al sistema de fallas F1, F2 y F3) bien una relación directa entre ellas (ambos conjuntos de fallas se entroncan en profundidad en una falla principal). En el primer escenario, las fallas F4 y F5 deberían haber tenido un nivel de despegue más profundo de manera que el nivel de despegue superficial utilizado por las fallas lístricas estaría roto y desconectado a ambos lados de dichas fallas tras su actuación. En este escenario deberían contemplarse, por tanto, dos sistemas de fallas despegados en dos niveles distintos, de modo que primero tiene lugar un sistema de fallas lístricas despegado en un nivel estratigráfico superficial y más tarde se generan fallas con un despegue más profundo que cortan la estructura anterior. En el segundo escenario, el entroncamiento en profundidad de ambos conjuntos de fallas descritos supone probablemente la generación desde e l pr incipio de una fa l la de geometría compleja (rellano-rampa-rellano-rampa) con dos niveles de despegue, uno más superficial y otro más profundo, activos de manera simultánea. Aunque no existen observaciones directas que discriminen entre ambas posibilidades existen algunas consideraciones que indican como más plausible el segundo de los escenarios. En primer lugar, el primer escenario supone el problema de un estiramiento diferencial de la cobertera sedimentaria, de modo que primero se estiraría únicamente su parte superficial (sólo se activa el nivel de despegue superficial generando las fallas lístricas superficiales) y más tarde su parte más profunda (se activa el nivel de despegue profundo y las fallas de mayor buzamiento). Por otro lado, la similar orientación de ambos conjuntos de fallas y su proximidad (unas pocas decenas de metros), así como la localización de las últimas en el bloque superior de las primeras hace pensar en una posible relación geométrica de ambos conjuntos de fallas en profundidad como la planteada en el segundo escenario. Por otro lado, la geometría compleja de los planos de falla es un fenómeno de relativa normalidad y sue le es ta r condic ionada por e l d i fe ren te 109 Revista de la Sociedad Geológica de España, 19(1-2), 2006 TECTÓNICA SINSEDIMENTARIA EN LA Fm ESCUCHA Figura 7.- Correlación de las secciones estratigráficas de detalle levantadas en las trincheras estudiadas. L1: litosoma 1; L2: litosoma 2: L3: litosoma 3; F1: Falla 1. 110 Revista de la Sociedad Geológica de España, 19(1-2), 2006 J.P. Rodríguez-López , C.L. Liesa, N. Meléndez y A.R. Soria comportamiento reológico de la serie estratigráfica que atraviesa la falla. En la figura 8 se presenta un modelo conceptual que explica el conjunto de las observaciones realizadas siguiendo el segundo escenario planteado. Este modelo interpreta el conjunto de fallas principales descritas en el afloramiento estudiado, como estructuras que hacia el noreste se entroncan en profundidad en una estructura probablemente de mayor escala, dibujando en su conjunto un abanico lístrico de fallas normales en el sentido de Gibbs (1984). Según este esquema las fallas lístricas principales que afectan a los litosomas 1 y 2 (fallas F1, F2 y F3 en figuras 3 y 4) y que están fosilizadas por el litosoma 3, podrían representar la propagación en un nivel de despegue superior, re la t ivamente superf ic ia l , de la deformación extensional asociada a esta falla con un nivel de despegue más profundo, quizás constituido por los materiales plásticos triásicos en facies Keuper. Posteriormente, una vez que se produjo la erosión de los litosomas 1 y 2, y una vez que comenzó el depósito del litosoma arenoso 3, este sistema extensional continuó su actividad, aunque en menor grado, en este caso dando lugar a la propagación hacia la superficie de la falla profunda produciendo la aparición de fallas de mayor buzamiento que afectan y desplazan al litosoma 3, y que están situadas en posiciones más próximas a la falla principal profunda inferida. El salto relativamente pequeño (de orden métrico) observado en ellas podría deberse a que fueran fallas ciegas, de modo que en superficie podrían estar registrando menor salto acumulado que en profundidad, como es común en este tipo de fallas (Withjack et al., 1995). Estas fallas ciegas producirían la deformación de la sedimentación suprayacente a medida que se propagaban hacia la superficie. Por otro lado, las deformaciones presentadas en este trabajo son coetáneas con la sedimentación de la Fm Escucha y se producen, en su mayoría, antes del depósito de las arenas del litosoma 3, afectando esencialmente a las areniscas y limos del litosoma 2 s i tuadas por encima de los n iveles de carbón explotables en este sector. Aunque no se ha podido establecer una relación directa, principalmente por la dificultad de correlacionar las unidades estratigráficas usadas en este trabajo con la distinción en miembros definida por Cervera et al. (1976), la deformación extensional intra-Escucha registrada en la Subcuenca de Oliete puede correlacionarse grosso modo con las estructuras sinsedimentarias descritas por Aranda y Simón (1993) en la región de Utrillas (Subcuenca de Las Parras) y con la discordancia angular intra- Escucha que fosiliza un sistema imbricado de fallas normales mostradas por Simón et al. (1998) al norte de Aliaga (Subcuenca de Galve). La orientación principal NO-SE a NNO-SSE de las fallas principales descritas aquí y que han sido activas durante el depósito de la Fm Escucha son, por otra parte, compatibles con los datos existentes de la estructura extensiva de la segunda etapa synrift mesozoica (r i f t ing jurás ico super ior-cre tác ico inferior). Así, fallas de similar orientación han sido interpretadas como principales responsables de la estructura cretácica inferior y de la distribución de potencias y facies de las unidades sinrift del Cretácico inferior en la subcuenca de Oliete (Querol et al., 1992; Salas y Martín Closas, 1995; Casas et al., 1997; Soria et al., 1997) y constituyen una familia principal en otras subcuencas marginales de la Cuenca del Maestrazgo, como las subcuencas de Las Parras o Galve (Aranda y Simón, 1993; Simón et al., 1998; Liesa et al., 1996, 2004, 2006), como puede asimismo reconocerse en el trabajo de síntesis de las principales estructuras extensivas del rifting jurásico superior- cretácico inferior realizado por Capote et al. (2002) (ver figura 1A). Figura 8.- Modelo conceptual del sistema de fallas intra-Albiense descrito en la Fm Escucha al sur de Gargallo (Subcuenca de Oliete). 111 Revista de la Sociedad Geológica de España, 19(1-2), 2006 TECTÓNICA SINSEDIMENTARIA EN LA Fm ESCUCHA Conclusiones El estudio de detalle en un afloramiento de dos trincheras de carretera en el sector de Gargallo (parte sur de la Subcuenca de Oliete) permite concluir la existencia de tectónica extensiva intra-formacional en la Fm Escucha, con un dirección de extensión principal ENE a NE, en la que se han diferenciado dos e t apas . La p r imera e t apa tuvo luga r fundamentalmente con anterioridad al depósito del litosoma 3 (intra-Albiense), quedando registrados en la parte superior del litosoma 2 un amplio conjunto de rasgos sinrift: fallas lístricas NO-SE a NNO-SSE y pliegues asociados a varias escalas, variaciones de espesor en los niveles arenosos y abanicos de capas en relación con dichas fallas, y el truncamiento erosivo y posterior fosilización de esta deformación extensional por la discordancia de la base del litosoma 3 (superficie S). Como consecuencia de esta etapa de tectónica extensiva, los litosomas 1 y 2 sufrieron un proceso de fracturación controlado por fallas lístricas con nivel de despegue superficial, probablemente en las arcillas del techo del litosoma 1. Estas fallas lístricas delimitaron una serie de bloques rotados, los cuales internamente presentan fal las extensionales de menor esca la . Tras es te p roceso de t ec tón ica extensional una etapa de erosión propició que la sedimentación posterior del li tosoma 3, con un d i spos i t i vo geomét r i co en on lap , s e apoyara discordantemente tanto sobre el litosoma 1 como sobre el litosoma 2. La segunda etapa extensiva actuó durante la sedimentación del l i tosoma 3 generando fal las normales de mayor buzamiento y con un nivel de despegue más profundo. Se trata probablemente de fallas ciegas cuya propagación hacia la superficie p rodu jo l a de fo rmac ión de l a s ed imen tac ión suprayacente. El conjunto de es t ructuras , fa l las normales lístricas con despegue superficial que afectan a los l i tosomas 1 y 2 , y fa l l a s normales de mayor buzamiento que afectan al litosoma 3, pueden ser el reflejo en superficie de una falla con un nivel de despegue más profundo que se fue propagando hacia par tes más a l t as de l a Fm Escucha conforme progresaba la sedimentación y la deformación. Agradecimientos Se agradece a los Drs. Ramón Mas y Ramón Salas sus constructivos comentarios y observaciones, y al Dr. Carlos Sancho la revisión editorial. Contribución a los Proyectos de Investigación CGL2005-07445-C03-03 del M.E.C. y a los grupos consolidados «Geotransfer» del Gobierno de Aragón, y «Análisis de Cuencas Sedimentarias» de la Universidad Complutense de Madrid. Este trabajo ha sido parcialmente financiado mediante una beca FPU concedida (JPRL) por la Secretaría de Estado de Educación y Universidades. Referencias Aguilar, M.J., Ramírez del Pozo, J. y Ribas, O. (1971): Algu- nas precisiones sobre la sedimentación y paleontología del Cretácico inferior en la zona de Utrillas-Villarroya de los Pinares. Estudios Geológicos, 27 (6): 497-512. Álvaro, M., Capote, R. y Vegas, R. (1979): Un modelo de evolución geotectónica para la Cadena Celtibérica. Acta Geológica Hispánica, 14:172-177. Anderson, J.P. 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