~ ARQ!JEO LOG lA, COLECCIONISMO •• y ANTIGUEDAD ESPAÑA E ITALIA EN EL SIGLO XIX JOSÉ BELTRÁN FORTES, BEATRICE CACCIOTTl, y BEATRICE PALMA VENETUCCI EDITORES UNIVERSIDAD B SEVILLA JOSÉ BELTRÁN FORTES, BEATRlCE CACCIOTTI y BEATRICE PALMA VENETUCCI Editores ARQUEOLOGÍA, COLECCIONISMO y ANTIGÜEDAD ESPAÑA E ITALIA EN EL SIGLO XIX SECRETARIADO DE PUBLICAOONES UNIVERSIDAD El SEVILLA Sevilla 2006 ur~ IVERíITA' d~ Ii S1UD I ¡!i ROMA T o R V E R G A T A Colección Actas Núm.: 62 Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reprodu­ cirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética O cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin permiso escrito del Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla. Han colaborado en la edición de este volumen: ITMTJa FUNOAC IÓN DE ESTUDIOS CLÁSICOS Q4{¿iuJl'oeo. del! c#J¡N/~lIe M(~¿V€l"IltUi e m:rAYJl'Ca Motivo de cubierta: Acuarela de la "Casa de Castor y Pólux" de Pompeya, de Bernardino Montañés (1849). Motivo de contracubierta: Grabado de la "Casa del Fauno" de Pompeya, de Ricardo Velázquez Bosco (1871). © SECRETARIADO DE PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA. 2006 Porvenir, 27 - 410 13 Sevilla Tlfs.: 954487 447 - 954487452; Fax: 954487 443 Correo electrónico: secpub6@us.es http://www.us.es/publius © JOSÉ BELTRÁN FORTES, BEATRICE CACCIOTTI y BEATRICE PALMA VENETUCCI (Eds.). 2006 Printed in Spain. Impreso en España ISBN: 978-84-472-1071-8 Depósito Legal: M-17.590-2007 Imprime: Pedro Cid, s. A. ÍNDICE A Xavier Dupré, in memoriam ......... ........ ............. ........... .......... ......... .... ........ .... 7 JosÉ BELTRÁN FORTES Ricordando un amico scomparso......................................................................... 9 ANDREA CARANDINI Introducción .......... .......... ... ........... .................. ..... ........ .. ... .. ....... ........ ................... 15 JosÉ BELTRÁN FORTES El marqués de Cerralbo, la Arqueología y el coleccionismo .. ............ ............ .. 23 JAIME ALVAR EZQuERRA El marqués de Salamanca (1811-1883) Y su colección escultórica. Esculturas romanas procedentes de Paestum y Cales.. .......... ............................................... 37 JosÉ BELTRÁN FORTES Archer M. Huntington y la Arqueología española.............................................. 65 MANUEL BENDALA, JORGE MAlER, CONSTANCIO DEL ÁLAMO, SEBASTlÁN CELESTINO y Lo URDES PRADOS Contributi alZa conoscenza della cultura antiquaria spagnola a Roma nei "Tempi Calamitosi" (1802- J 814): la circolazione delle opere d' arte, le scelte culturali, le fonti d'indagine .. .................... .... .......... ........ ............ .............. ...... .... 83 CARLA BENOCCI La collezione di antichita del Duca D 'Alba don Carlos Miguel Fiez James Stuart y Silva (1794-1835) ................................................................................... 101 BEATRICE CACCIOTTI Tusculum y los Borbones en la Villa Rufinella (1820-1849) ...... ...... ................ . 141 ELENA CASTILLO RAMÍREZ Una visión de la Numismática desde la Real Academia de la Historia a lo largo del siglo XIX ................................................................. .. ...... ...................... 161 FRANCISCA CHAVES TRISTÁN Collezioni di antichita e studi antiquari a Venezia nell ' Ottocento .................... 183 IRENE FAVARETTO 12 Índice Las pensiones de la Academia de San Fernando en Italia: artistas españoles en el debate arqueológico y arquitectónico en torno a la antigüedad de los siglos XVIII y XIX ................................................................................................ 193 JORGE GARCÍA SÁNCHEZ Italia latens: la contribución italiana al desarrollo de la Epigrafía en España en el siglo XIX ...................................................................................................... 217 HELENA GIMENO PASCUAL Juan Francisco Masdeu e Carlo Fea: lettere e ammonizioni per una diatriba epigrafica ................ ............. ......... . ..... .......... ..... ... ............ ............. ........ ............... 243 MARIA GRAZIA GRANINO CECERE El teatro romano de Sagunto visto por estudiosos españoles e italianos en la primera mitad del siglo XIX ................................................... ...... , .. .................... 261 ALICIA LEÓN GÓMEZ Historia de una escultura. Un Viaje a través del coleccionismo público en Sevilla ..... ...... ........................ ....... .... .. ......... ...................... ... ........... ....... ................ 285 JosÉ RAMÓN LÓPEz RODRÍGUEZ Aureliano Fernández-Guerra, Giovanni Battista De Rossi y la Arqueología Paleocristiana en la segunda mitad del siglo XIX ............................................. 299 JORGE MAIER ALLENDE Antichita etrusche e itafiche di collezioni ottocentesche nel Museo Archeolo- gico Nazionale di Madrid... .......... ... ............. ......... .......... ............. .... ....... ............ 351 MARINA MARTELLI Archeologia e collezionismo in Piemonte nell'Ottocento .. ....... .... ... ............. .. .. .. 395 EGLE MICHELETTO Antiche opere in plastica: il collezionismo di terrecotte nella prima meta dell'Ottocento ....................................................................................................... 419 MARIA ELISA MrcHELI Coleccionistas españoles en Italia a comienzos del siglo XIX. El monetario de Dámaso Puertas, médico del XIV Duque de Alba ........ ...................... .......... 435 GLORIA MORA Relaciones entre España e Italia en el campo de la Numismática del XIX ..... 459 BARTOLOMÉ MORA SERRANO De Madrid a Nápoles de Pedro Antonio de Alarcón. El relato del viaje y la mundanización de la Arqueología .................... ................ .............. ..................... 479 RICARDO OLMOS Índice 13 Nuovi aspetti del collezionismo in Italia e Spagna attraverso le esportazioni di antichita .. .. .............................. .... ... ... ..... ....... ..... .......... .. .......... ..... .. .... .............. 503 BEATRICE PALMA VENETUCCI Le antichita fenicie e puniche nelle collezioni spagnole .................... ...... .......... 527 GIOVANNA PISANO La colección arqueológica de Itálica. Apuntes sobre su ampliación e institu- cionalización durante el siglo XIX ...................................................................... 545 JosÉ MANUEL RODRÍGUEZ HIDALGO La Arqueología en la enseñanza española durante el siglo XIX: nuevas apor­ taciones a la luz de documentos inéditos .......... .......... ...... ...................... .... ....... 581 MIRELLA R OMERO RECIO Las misiones científicas y el acrecentamiento de los fondos del Museo Arqueo- lógico Nacional: la estancia de la fragata Arapiles en Italia .... .................. .. ... 603 J ESÚS SALAS ÁLVAREZ La galería de escultura del Museo del Prado a mediados del siglo XIX. Una reconstrucción....... ............ ... ......... ....... ... ... .............. ... ... .... ........... ..... ..... ... ........... 625 STEPHAN F SCHRODER Aegyptiaca: collezionismo ottocentesco in Italia e in Spagna a confronto ....... 651 LOREDANA SIST Il collezionismo di arte islamica fra Italia e Spagna nel XIX secolo. Il caso di Mariano Fortuny y Marsal .................................... ...... .................... ...... .......... 661 MARIA GIOVANNA STASOLLA LAS MISIONES CIENTÍFICAS Y EL ACRECENTAMIENTO DE LOS FONDOS DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL: LA ESTANCIA DE LA FRAGATA ARAPILES EN ITALIA JESÚS SALAS ÁLVAREZ* Por el R.D. de 20 de Marzo de 1867 se creó el Museo Arqueológico Nacional!, institución en la que se debían "juntar y ordenar los monumentos históricos que hablan a la vista, testigos incorruptibles de las edades que fueron" (Marcos Pous, 1993: 26), definición que se vio ampliada por la R.O. de 6 de Noviembre de 1867, que disponía que el Museo era "un establecimiento que en todos los países cultos se mira con especial predilección", y que había sido concebido "para reunir y acrecentar preciosos elementos de útil enseñanza hoy dispersos, desconocidos, expuestos quizá a perderse; para salvar, en fin, del olvido y de la destrucción objetos que en gran manera interesan a la historia y que merecen ser cuidadosamente conservados". Para cumplir estos fines, el Museo comenzó a realizar Comisiones Científicas con el objeto de recoger diversos objetos arqueológicos que, a través "de trabajos propios, de compras, cambios y donaciones" (Rada, 1883: XX), engrosarían sus fondos. Entre los facultativos del MAN también existía la idea de enviar una misión científica española al extranjero para obtener piezas con las que acrecentar los depósitos museísticos de la institución (Marcos Pous, 1993: 53). Ésta se materia­ lizó con la llegada al trono español del italiano Amadeo de Saboya, quien aprobó, mediante la R.O. de 10 de Junio de 18712, la realización de un viaje en el que "la bandera española recorriese algunos puertos de [Italia], Grecia y Turquía y otros de Oriente, donde un tiempo ondeó victoriosa", y donde además en "un tiempo señorearon nuestras armas y fueron florones de la Corona de Aragón" (Chinchilla, 1993: 287). A este inicial objetivo diplomático, se unió otro de carácter más ge­ neral, que era el intento de modernización del país. Para su consecución se debían adquirir "detallados apuntes, además de lo que conceptúen necesario en la parte histórica y geográfica, sobre el estado actual, cultura, industria, progreso moral y material y relaciones comerciales de esos países con otros de Europa, a fin de poder deducir por la comparación las ventajas que pudiera obtener el nuestro por medio de tratados especiales" (Rada, 1876: 5-7). Grupo de Investigación Historiografía y Patrimonio Andaluz (HUM 402), adscrito al Departa­ mento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla. Agradezco la ayuda prestada para la realización de este trabajo a Paloma Cabrera, Pilar Martín, Paloma Otero y Virginia Salve, miembros del Museo Arqueológico Nacional. Gaceta de Madrid, n° 80, de 21 de Marzo de 1867. En adelante MAN. La documentación generada por la misión se conserva repartida entre el Archivo Nacional Álvaro de Bazán (legajo 1176/59), el Archivo del MAN (expediente 1871/58 y legajos 11-15 y 12-2) Y el Archivo General de la Administración (expediente n° 6569/23). 604 Jesús Salas Álvarez Esta misión política y diplomática pronto se vio envuelta de un prurito cien­ tífico gracias a la labor de Juan de Dios de la Rada y Delgado (1827/1829-1901) (Fig. 1). Miembro del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecas y Anticuarios, desde 1868 desempeñaba sus funciones en la Sección ¡a o de las Civilizaciones Primitivas o Prehistoria y Edad Antigua del MAN, institución en la que participó Fig. l . Retrato de Juan de Dios de la Rada y Delgado. MAN Madrid. Las misiones científicas y el acrecentamiento de los fondos ... en numerosas comisiones científicas. Además, desde 1856 desarrollaba su labor e:: la Escuela Superior de Diplomática, donde alcanzó las Cátedras de Arqueología :: Numismática (1858) y de Numismática y Epigrafía (1868)3. Gracias a esta labo~ docente, pudo formar a los futuros miembros del personal de museos, entre los qUe impartió los conocimientos adquiridos en sus viajes a diversos museos de Francia. Reino Unido, Bélgica, Holanda o Dinamarca (Papí, 2004a: 254). Fueron esta formación y estos conocimientos los que llevaron a Rada a pensar que el viaje "podía ser de gran utilidad para las ciencias históricas y arqueológicas" y de la Etnología, por dos razones. La primera es que se podrían obtener, de primera mano, importantes noticias "acerca de los usos, costumbres, tradiciones y demás que caracterizan a los pueblos de remoto origen". La segunda de las razones, era que la misión constituía una ocasión inmejorable para "acrecentar las colecciones del Museo Arqueológico Nacional con cuantos objetos pudiera adquirir en aquellas antiguas comarcas, tan visitadas y explotadas por extranjeros, y apenas conocidas entre nosotros" (Rada, 1876: 8 y 16), de las que hasta entonces carecía el MAN. Otra justificación de esta misión científica la encontramos en el Tomo I de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos (1871), donde Antonio Rodríguez Villa sostenía que "Espaíia está obligada por su decoro y por el lustre de su historia, a presentar en el Museo Arqueológico, único aquí en su clase, escogidas muestras del arte y de la industria de cien y de cien pueblos que de todas las partes del mundo se han asentado en nuestro suelo o sufrido nuestra dominación". Para llevar a cabo su propósito, Rada contactó con Juan Valera, por entonces Director General de Instrucción Pública, a quien le hizo ver la conveniencia de la realización del trabajo, a la vez que le propuso la ruta a seguir, para cuya redacción Rada se documentó a fondo, consultando tanto los estudios científicos existentes como la literatura de los viajeros románticos. Ejemplo de ello es la publicación del libro de Pedro Antonio de Alarcón titulado De Madrid a Nápoles (1861)4, obra que viene a marcar parcialmente el itinerario que posteriormente seguiría la Fragata Arapiles en tienas italianas . Juan Valera puso en conocimiento del Ministro de Fomento Práxedes Mateo Sagasta el proyecto cultural, informándole positivamente sobre las ventajas que podía obtenerse del mismo. A su vez, Sagasta lo t.ransmitió al rey Amadeo 1, quien dio las órdenes pertinentes para la aprobación del proyecto, al que calificó de "beneficio para la ciencia arqueológica". Obtenida la sanción regia, Sagasta remitió en fecha de 13 de junio de 1871 tres oficios respectivamente al mismo Juan Valera, a Ventura Ruiz Aguilera, Director del MAN, y a José María de Beranguer, Ministro de Marina. A todos ellos les Sobre esta institución, Peiró y Pasamar 1996. Prueba de los conocimientos numismáticos de J. de D. de la Rada fue la redacción del Programa de La Asignatura de Numismática Antigua y de la Edad Media, y especialmente de España (Madrid, 1865), usado como temario de su asignatura en la Escuela Superior de Diplomática. Sobre Rada, vid. Pasa mar y Peiró, 2002, pp. 509-510; Papí, 2004a. Véase la aportación de Ricardo Olmos al presente Congreso Internacional, que trata la figura del granadino Pedro Antonio de Alarcón (Guadix, 1833-Madrid, 189 1) y la obra mencionada. 606 Jesús Salas Álvarez informaba que "S.M. el Rey se ha servido disponer que se nombre una comisión científica y sea admitida a bordo de la Fragata Arapiles". El objetivo de esta co­ misión era "estudiar los notables monumentos" de Italia, Grecia y Turquía, con la posterior "obligación de presentar una Memoria de los estudios que hayan hecho y de los trabajos que hayan ejecutado". Para que la misión científica tuviera éxito se libró una "partida de 50.000 pesetas, con cargo al Capítulo 20, artículo uno, del presupuesto del Ministerio de Fomento", según lo establecido por la Ley de 25 de Junio de 1870, "para la adquisición de objetos con destino al Museo Ar­ queológico Nacional"5. Por su parte, el ministro de Marina, recibida la comunicación, informó al coman­ dante de la Fragata Al'apiles su elección para realizar una misión por el Mediterráneo Central y Oriental, a la vez que le fijaba la derrota o rumbo a seguir6. La elección del navío tampoco fue casual. Se trataba del barco más moderno de la Armada española, y ya había servido a la protección de los intereses españoles amenazados por una sublevación en Argelia, que intentaba aprovechar las circunstancias de la guerra francoprusiana. De aquí marchó a Nápoles, donde se encontraba atracada en el momento de inicio de la acción, para representar al Gobierno español en la entrega de premios de la Exposición Marítima de Nápoles de 1871. Por su parte, Juan Valera también remitió el 13 de junio de 1871 otra comuni­ cación a Ventura Ruiz Aguilera autorizando la formación de la comisión científica, que estaría compuesta por Juan de Dios de la Rada y Delgado, en calidad de arqueó­ logo y presidente de la comisión, Ricardo Velázquez Bosco, dibujante y fotógrafo , y Jorge Zammit y Romero, diplomático y experto en epigrafía y griego moderno. Asimismo, en dicha disposición normativa se establecía que la finalidad de la misión era estudiar los monumentos de los diferentes países ribereños del Mediterráneo, con el objetivo de "adquirir objetos para nuestro Museo, que de otro modo rara vez o nunca hubiesen podido venir al mismo" (Rada, 1876: XXII). El 28 de junio de 1871 partían en tren los comisionados hacia Bayona, desde donde se dirigieron hasta Marsella y Génova, prosiguiendo posterionnente hasta Nápoles, donde esperaba la Fragata Arapiles. A Nápoles arribaron el día 30 de junio, enmarcándose en la nave y dando comienzo a un viaje por el Mediterráneo que abarcó los meses de julio a septiembre de 1871 y que en el caso de Italia, objeto de nuestro interés, tuvo lugar entre los días 1 y 13 de Julio de 1781, período en el que los comisionados visitaron las ciudades de Nápoles, Herculano, Pompeya, Pozzuoli, Messina, Taorrnina, Catania y Siracusa, pasando posteriormente a visitar otras de Grecia, Turquía, Palestina, Egipto y, ya a la vuelta a España, la isla de Malta (Chinchilla, 1993: 289, esp. fig. 2). En 1876 Juan de Dios de la Rada y Delgado publicó su obra Viaje a Oriente de la Fragata Arapiles, documento principal para realizar esta comunicación. En Oficios de fecha 06.12.1 871, remitido por Juan de Dios de la Rada y Delgado al Ministerio de Fomento. AGA, legajo 6569/23. 6 Archivo Nacional Álvaro de Bazán, legajos 1176/59 y 620/465. Las misiones cient(ficas y el acrecentamiento de los fondos ... 607 el tomo 1 de la obra se incluye las referencias a la estancia italiana de la comi­ sión, donde Rada y Delgado narra de forma detallada el transcurso del viaje y de sus investigaciones, con el objetivo de "que se conozcan los esfuerzos hechos por nuestra patria para empezar a tomar parte en la gran conquista que realiza la civilización del presente siglo; la conquista para la historia, para el arte, para las ciencias de la observación y análisis comparativo" de las diversas civilizaciones mediterráneas. También tiene cabida un juicio crítico de los museos que visita o de los trabajos que se realizan en diversos yacimientos arqueológicos. Sin embargo, esta visión crítica está tamizada por las profundas creencias cristianas de Rada, que en ocasiones llega a ser pudoroso, como ocurre en su visita al "Gabinete Secreto" de Museo de Nápoles o al "Lupanar" de Pompeya. La metodología aplicada durante el viaje fue, en palabras del propio Rada, la siguiente: " ... procuramos aprovechar el escaso tiempo de que podíamos disponer en cada lugar donde la f ragata tocaba o adonde desde el litoral nos dirigíamos para realizar nuestras investigaciones", que comprendían descripciones de lugares visitados, tanto de monumentos como de museos y colecciones particulares, la realización de "dibujos, apuntes, observaciones [y] estudios", y la adquisición "de objetos antiguos" (Rada, 1876: 9). En el desarrollo del viaje a Italia de la Fragata Arapiles, podemos distinguir tres fases o momentos sucesivos, según se desprende de la publicación efectuada por Rada y Delgado. Estas tres fases sucesivas, serían las siguientes: - la Fase (1 de julio de 1871 a 6 de julio de 1871), en la que los comisiona­ dos recorrieron la ciudad de Nápoles y sus alrededores. En primer lugar, visitaron el Museo Real Borbónico o de Gli Studi, instituido por Fernando 1 de las Dos Sicilias, con el fin de reunir en dicho edificio las piezas arqueológicas existentes anteriormente en los museos de Capodimonte y Portici (Di Caro, 1994; Di Caro, 1999; Represa Fernández, 1988). Precisamente Rada refiere la historia del museo y de sus colecciones, mencionando los incrementos a partir de objetos y colecciones de Noia, Albani, Vivenzi, Arditi, Poli y otros lugares (Rada, 1876: 116-117). En la visita al museo Rada y Delgado pudo conocer a Giuseppe Fiorelli7, que había sido nombrado en 1860 director del mismo, quien reabrió al público el denominado "Gabinete Secreto" o "Gabinete de los Objetos Obscenos" y reordenó las salas es­ cultóricas, epigráficas y numismáticas, elaborando sus primeros catálogos (Fiorelli, 1867; Fiorelli, 1869). Sin embargo, el autor español desaprobaba el sistema expositivo aplicado por Fiorelli al museo napolitano, ya que la colección había sido creada por la suma de "las pinturas antiguas de Pompeya y Herculano, [de] los mosaicos, [de] las inscrip- Como es sabido, Giuseppe Fiorelli (Nápoles, 1823-1896) desarrolló su labor en Nápoles y Pompeya entre 1860 y 1875, momento en el qne abandonó el cargo al ser nombrado Conser­ vador General de las Antigüedades ue Italia. Para su tarea en el Museo de Nápoles cfr. Angelis, 1993. 608 Jesús Salas Álvarez ciones, [del] monetario, [de] las estampas o [de] los cuadros", y de las colecciones de época medieval y moderna y de objetos de etnografía, y "se ha atendido más al efecto artístico, más al adorno estético de los salones, que al método indicado de series, por razón de las artes y de las industrias, siguiendo en cada una de ellas el orden progresivo que los mismos monumentos enseñan". Así, en la exposición se encontraban "las pinturas de Pompeya y Herculano, y otros frescos antiguos, interrumpidos por grupos de mosaicos, de epigrafía, de inscripciones cristianas )' mezclados con estas los monumentos egipcios, los objetos de orfebrería, las mone­ das, lo bronces y los vasos italo-griegos" (Rada, 1876: 116-117). El origen de este desencuentro habría que buscarlo en la definición que para Rada debía tener un Museo Arqueológico, creado no para "satisfacer la vanidad de reunir objetos curiosos, sino que esta aglomeración en locales convenientemente dispuestos, y con agrupaciones científicamente ordenadas, tiene por objeto asistir a las diversas evoluciones porque el arte ha pasado en todos los pueblos, para realizar la idea de la belleza, los esfuerzos hechos por el trabajo humano con el propósito de producir utilidad en los múltiples objetos aplicados a los distintos usos de la vida, y las nobles aspiraciones de la industria, llamando en su auxilio al arte, para producir obras útiles, realzadas con las bellas manifestaciones del sentimiento estético" (Rada, 1876: 1l7-118). Asimismo, Rada y Delgado consideraba que los Museos Arqueológicos debían estar "organizados de una manera esencialmente científica, siguiendo el desarrollo del arte y de la industria, y viniendo siempre de lo más remoto a lo más próximo por artes y por edades, a fin de que terminada la visita al Museo, haya recibido el que lo recorre, una continuada lección práctica de la historia del arte y de la industria, sin encontrarse entremezclados y confun­ didos, sin gradación y sin responder a esta indispensable organismo científico, los objetos coleccionados dentro del Museo" (Rada, 1876: 119-121 ). Por ello, él procedió a describir las piezas existentes en el Museo de Nápoles en su libro en función de cuatro grandes secciones : Sección 1" o de los Tiempos Primitivos o Antiguos, Sección na o de las Edades Media y Moderna, Sección lIla O de la Numismática y Sección IV' o de la Etnografía (Rada, 1876: 119-123). Es decir, es el mismo sistema de clasificación que años después utilizaría para la cla­ sificación del Museo Arqueológico Nacional de Madrid (García Gutiérrez, 1876). Esta ordenación se basaba en la división de "los objetos en los grupos capitales de artes bellas, artes industriales y artes mixtas, y ver en gradación ascendente como nace, crece y, se desarrolla, llega a su pe¡feccionamiento y cae en su deca­ dencia, cada una de las manifestaciones del arte y de la industria, en cada uno de los pueblos, ordenados también en orden cronológico, a que los monumentos corresponden" (Rada, 1876: 120-121). De la extensa descripción del Museo de Nápoles, solamente haremos mención a aquellas cuestiones sobre las que más incidió Rada y Delgado en su publicación, ya que las descripciones de objetos y piezas que hace en la misma, en ocasiones con abundante profusión y detalle, debió realizarlas con una cierta finalidad didáctica, quizás con miras a las asignaturas de Epigrafía, Arqueología y Numismática que Las misiones científicas y el acrecentamiento de los fondos ... 609 impartía en la Escuela Supelior de Diplomática, ya que esta obra podría convertirse en referencia obligada para los alumnos de la institución. Destacó de forma pormeno­ rizada las colecciones escultóricas, tanto en piedra como en bronce, a las que define como "la gran riqueza del Museo Borbónico" (Rada, 1876: 124-125), y entre las que sobresalían las piezas procedentes de las antiguas colecciones Borgia y Farnese y de las excavaciones de Pompeya, Herculano y Capua (Rada, 1876: 125-132). También llamó la atención sobre la colección de "camafeos y piedras finas grabadas en hueco" del Museo Borbónico, procedentes de la colección Farnesio y de Pompeya y de Herculano. Casi todas "griegas, pues sabido es que pocos fueron los romanos que cultivaron este arte con éxito" , y entre las que destacaba por en­ cima de todas la Tazza Farnese, para cuya descripción utilizaba la teoría de Ennio Quilino Visconti (Rada, 1876: 166-167). Como refiere nuestro autor, el encargado de la catalogación de las piezas fue el conservador Domenico Monaco, que dispuso la colección "en las galerías del piso principal", pero también en este caso fue crítico con el sistema expositivo, pues aparte de no seguir una ordenación cronológica y/o temática, como ocurría en el Museo Arqueológico Nacional de Madlid, las piezas se encontraban mezcladas "con otros [objetos] que pertenecen al grupo de las artes mixtas, en orfebrería, aeraria, etc." (Rada, 1876: 138-148)8. Posteriormente describe los principales monumentos de pintura, entre los que destacan los cuadros extraídos de las ciudades vesubianas, que deberían "haberse ejecutado en su mayor parte por artistas griegos". Para su desclipción (Rada, 1876: 148-162) sigue "el orden en que se encuentran colocadas, yen el que aparecen en el citado catálogo o guía" elaborado por Fiorelli y Monaco (Monaco, 1874). Sin embargo, en la descripción de las pinturas, Rada muestra ese perfil de católico mi­ litante al que nos referíamos antes, pues pasa por alto la descripción de los objetos que componían el denominado "Gabinete Secreto" (Fiorelli, 1866). Según Rada, aunque algunas de ellas "alcanzan la mayor perfección, causan un sentimiento de verdadera pena para el verdadero amante del arte, que comprendiendo la gran misión que está llamado a cumplir en la vida, deplora verle arrastrar sus mejores galas al servicio de la impudencia y del vicio", puesto que "revelan el refinamiento del vicio a que había llegado en aquellos lejanos días la licencia pagana" (Rada, 1876: 200). Otro de los motivos para visitar el Museo Borbónico era el importante gabinete numismático que poseía, ordenado asimismo por Fiorelli (Fiorelli, 1866, 1867 Y 1870), que entre monedas y medallas sumaban "más de 80.000 piezas, colocadas en cinco salas" en el siguiente orden: "Sala primera, monedas griegas. Salas se­ gunda y tercera, romanas. Sala cuarta, de la edad media y modernas. En la última se conservan los punzones y troqueles de la antigua casa de moneda de Nápoles (Regia Zecca)". Esta colección se completaba con "una escogida biblioteca de consulta" y con diversas "cartas topográficas de la región a que corresponden" En nota al pié Rada incluyó un cuadro sinóptico para la clasificación de la Glíptica, que había sido elaborado por su discípulo Carlos Castrobeza. 610 Jesús Salas Álvarez las monedas, idea ésta que fue ampliamente alabada por Rada, dada la originalidad de la misma y la utilidad que podría reportar a los estudios numismáticos (Rada, 1876: 168-169). También destaca la descripción de las colecciones de mosaicos, que para Rada estaban "acertadamente colocadas cerca de los monumentos de pintura", y que "ya reproducen en mosaicos pensiles obras de grandes maestros, ya convierten los pavimentos ... copias de composiciones artísticas" (Rada, 1876: 170-172). La visita al museo propició además el conocimiento de las importantes colecciones de vasos cerámicos italo-griegos, que alcanzaban más de cuatro mil ejemplares "pintados casi todos con figuras y asuntos relacionados con las épocas míticas y heroicas de los antiguos pueblos greco-itálicos", así como con "cuadros de costumbres y hasta de sentimientos". Según Rada, la conservación de estos objetos había sido debida "a la costumbre de colocarlos, con vasos de peifumes, armas y otros objetos de lujo, que diesen idea del rango y elevada posición del difunto, en las cámaras sepulcrales" (Rada, 1876: 173-187; cfr. Mango, 2004: 237-244). Tras la visita a la ciudad de Nápoles, la Comisión efectuó un recorrido por las localidades campanas de Puteoli (Rada, 1876: 246-251), Herculano (Rada, 1876: 268-271) y Pompeya (Rada, 1876: 282-319). Se trataba de visitar aquellas locali­ dades que habían sido comenzadas a excavar gracias a la iniciativa del que después sería Carlos III de España, por lo que, a la vez que una visita ineludible, se rendía gloria al monarca español, dentro de una típica perspectiva patriótica. Sin embargo, es llamativo la falta de intencionalidad de visitar las minas de la antigua Paestum, que tanto habían llamado la atención sobre los arqueólogos españoles y europeos del XVIII, y sobre los viajeros románticos, sin olvidar que materiales proceden­ tes de este yacimiento pasaron a formar parte de las colecciones del Marqués de Salamanca, que sin duda conocía Rada y que pocos años después fue comprada para el MAN9. El objetivo final de esta primera fase era la visita de las ruinas de Pompeya, a la que Rada define como el "desideratum del artista y del arqueólogo", puesto que permitía al viajero "transitar por sus calles, visitar sus templos, recorrer sus teatros, escudriñar hasta el apartado rincón del hogar doméstico, y sor­ prender los últimos detalles de la vida íntima del pompeyano" (Rada, 1876: 274). En efecto, sobre todo desde las excavaciones propiciadas por Fiorelli desde 1860 las ruinas pompeyanas habían sustituido en interés a las de Herculano, por sus extremas dificultades de excavación; los trabajos de Fiorelli en Pompeya eran pio­ neros en Europa tanto en las -todavía mdimentarias- técnicas de excavación como en la restauración de edificios antiguos 10, y todo ello reafirma la intención de Rada y Delgado por conocer de primera mano las actividades realizadas. Además, Rada incide en una idea ya presente desde el siglo XVIII, como es la de la posibilidad 9 Véase a la aportación de José Beltrán Fortes al presente Congreso. 10 Vid. Fiorelli, 1862-1872, 1875 . Sobre su figura véase Gigante, 1987; Trigger, 1992, p. 187; Gran-Aymerich, 2001, p. 211. Las misiones científicas y el acrecentamiento de los fondos ... 611 de creación de un museo entre los propios restos arqueológicos conteniendo "co­ lecciones especiales [con los] objetos allí encontrados, formando un museo lleno de interés y que tiene condiciones de unidad", de tal manera que la propia ciudad de Pompeya llegase a ser "su propio y natural museo, y relacionados todos los objetos con los demás que lo rodeaban [de manera que] presentaría Pompeya el cuadro completo y perfecto de su antiguo estado" (Rada, 1876: 275). Por todo esto, la opinión de Rada sobre las excavaciones de Pompeya y la figura de Fiorelli no pueden ser más positivas, puesto que "sin conocimiento de lo que allí podría encontrarse no vaciló en acometerlos, volviendo a la luz del día edificios públicos como el anfiteatro y el teatro, con otras partes no menos interesantes de la ciudad, hoy puede gozarse y discurrirse como en población moderna por sus calles y plazas en lo interior de una tercera parte de ella, pudiendo seguirse todo su perímetro, y esperarse confiadamente en que llegará un día, acaso no lejano, en que Dios conceda al comendador Fiorelli terminar su admirable empresa, des­ enterrando o mejor dicho des incinerando lo que resta de la ciudad engrandecida por Cicerón" (Rada, 1876: 281) . Los comisionados españoles recorrieron las calles y casas de la ciudad romana, describiendo con profusión los edificios públicos y privados del yacimiento, haciendo especial hincapié en la llamada "Casa del Fauno", de cuyo atrio realizó Ricardo Velázquez Bosco un grabado (Fig. 2). Fig. 2. Grabado de la Casa del Fauno de Pompeya, según Ricardo Velázquez Bosco. 612 Jesús Salas Álvarez - 2a Fase: del 7 al 11 de Julio de 1871. La fragata parte con destino a Palermo, pero debido a la existencia de un brote de viruela que asola la isla, la embarca­ ción fondea en Messina. Tras una breve estancia en ésta (Rada, 1876: 423-425), la comisión se dirigió por tren hacia Taormina (Fig. 3), donde Rada describió su famoso teatro de la siguiente manera: " . .. con sus asientos tallados en la misma vertiente de la montaña; su escena, quizás la mejor conservada de todas las que se conocen en monumentos de esta clase, con las tres puertas de entrada en ella para los actores, y los nichos entre las mismas y a uno y otro lado, decorados un tiempo de estatuas; sus fosos, sus vestuarios, sus entradas laterales para el coro y las comparsas, los nueve cuneos del hemiciclo para los espectadores, los nichos o huecos para los tornavoces; sus galerías abovedadas, sobre las cuales se levantarían probablemente en la época romana las gradas para las mujeres, y las magníficas columnas que debieron prestar una grandiosidad sorprendente al majestuoso edificio" (Rada, 1876: 426). Posteriormente continuaron su viaje por tren hasta Catania y pasaron al museo del príncipe Biscari, que para Rada era un "museo que dista mucho de tener la riqueza que atesoraba en su principio, por haber sido saqueado en 1849, desapareciendo entonces su magnífica colección de monedas" (Rada, 1876: 431). - 3a Fase, que incluye exclusivamente la visita a la ciudad de Siracusa, en la que únicamente participaron Juan de Dios de la Rada y Jorge Zammit, ya que Velázquez Bosco permaneció en Catania finalizando una serie de dibujos. En Siracusa entraron Fig. 3. Grabado del Teatro de Taonnina, según Ricardo Velázquez Basca. Las misiones científicas y el acrecentamiento de los fondos .. . 613 en contacto, gracias a Jorge Zarnrnit, con el arqueólogo y pintor Salvatore Politi, conservador del Museo Arqueológico de Siracusa y que los acompañará a visitar los principales monumentos de la ciudad, e incluso aportará algunos dibujos luego publicados por Rada, mientras que otros serán realizados por Ricardo Velázquez Basca a partir de fotografías obtenidas del original. Rada describe el museo siracusano como "estrecho y no de las mejores con­ diciones para el uso a que está destinado", y respecto a su contenido manifiesta que era "poco rico en verdad para una población tan llena de recuerdos clásicos, y donde excavaciones hábilmente dirigidas debían dar fructuosos resultados. Tam­ poco se encuentran allí reunidos colocados con acertada y metódica clasificación, siendo los que más abundan, como fácilmente se compren, los de época antigua, y muy pocos los de la Media, reducidos a escasísimos fragmentos de la domina­ ción sarracena", siendo "el principal objeto de arte que en aquella amontonada colección se conserva es la famosa estatua de Venus Callipigea" (Fig. 4) (Rada, 1876: 471 s.). Además, el museo albergaba una "selecta colección de monedas y medallas siracusanas antigua", que se caracterizaba "además de la abundancia y perfección de sus piezas, todas de flor de cuño, y de los más bellos que produjeron los artistas griegos en este linaje de escultura, ofrece la particularidad del sistema seguido en el monetario que las contiene. Figura este un antiguo vaso pintado, tan admirablemente hecho, que engaña al primer golpe de vista al más perspicaz; viéndose en breve que aquella superficie exterior del fingido barro, está formada por la superposición de zonas circulares, que siguiendo las curvas del supuesto vaso, encajan todas en su perno central, y contienen cada una, como los cartones de los monetarios comunes, las monedas y medallas. Ingeniosa combinación que sobre revelar un excelente gusto artístico, ofrece la ventaja de contener en poco espacio abundante colección de monedas" (Rada, 1876: 472 s.). Posteriormente continuaron su recorrido por la isla de Ortigia, con la visita al Duomo, cercano al Museo Arqueológico. Aquí se encontraban las ruinas del antiguo templo de Atenea, que Rada considera dedicado a Minerva. En su interior, "los muros de la antigua celta han sido reemplazados por desacordes pilastras para separar la nave principal de las laterales, y la pila bautismal es un antiguo cráter de mármol sostenido siete leones de bronce" (Rada, 1876: 471). Dentro de la isla de Ortigia, también pudieron visitar, en el Vico de San Paolo, el templo griego arcaico de Apolo (Fig. 5), de estructura hexástila originaria, según el dibujo levantado por Salvatore Politi; tenía, según Rada, 17 columnas en las lados mayor y unas dimensiones de 58,10 x 24,50 m, así como unas columnas que, sin basa, alcanzarían casi 8 metros de altura, incluido el capitel dórico (Rada, 1876: 473 s.). A continuación, y tras visitar la Fuente Aretusa, se encaminaron hacia la Neápo­ lis, donde también pudieron observar numerosos restos arqueológicos existentes entre las construcciones modemas (Rada, 1876: 475-476), de los que destacó dos edificaciones. La primera son las denominadas latomías, entre las que sobresale la llamada Oreja de Dionisos de la que aportan tanto una planta de la galería como del exterior (Rada, 1876: 477-480) realizadas por Salvatore Politi, y un dibujo de la 614 Jesús Salas Álvarez / \ \ J .. ' Fig. 4. Esculturas del Museo de Siracusa, según dibujo de SalvatOl'e Politi. fachada externa, realizada por Ricardo Velázquez Bosco a partir de una fotografía. La segunda son los denominados Baños de Diana (Rada, 1876: 483) o el Gimnasio romano - con un dibujo asimismo realizado a partir de una fotografía (Fig. 6)-, com­ plejo monumental erigido hacia la segunda mitad del siglo I d.C. y que se compone de un teatro, de un cuadripótico y de un templo. De aquí provienen algunas estatuas Las misiones científicas y el acrecentamiento de los fondos ... 615 Fig. 5. Dibujo del Templo de Apolo, realizado por Salvatore Politi. marmóreas de personajes togados, entre los que destacan una mujer, de época flavia, que quizás sea la que Salvatore Politi dibujó en el Museo de Siracusa. Durante su estancia a la ciudad, la Comisión entró en contacto también con el arte paleocristiano, como queda demostrado durante su visita a las catacumbas situadas bajo la Iglesia de Santa Lucia y a la cripta de San Marciano, donde existe "iglesia de planta de cruz griega, terminando en cada uno de sus extremos por un ábside, salvo el de la parte de poniente donde está la escalera por donde se des­ ciende a él" (Rada, 1876: 484), con los capiteles tetramórficos, dibujados también por Politi (Fig. 7). Hemos de hacer notar, finalmente, que durante la visita a Siracusa pudieron adquirir diversos objetos arqueológicos para los fondos del MAl':J", cuya descrip­ ción detallada incluimos en el apéndice documental. Estas piezas más sobresa­ lientes son: l. En la Gruta o Latomia dei Cordari compraron diversas monedas de plata y bronce de épocas griega y romana (Rada, 1871: 480). Entre el conjunto monetal destacan especialmente las monedas de bronce helenísticas de Hierón II. 2. En las catacumbas de Siracusa adquirieron una "cornalina naranja [de] forma oval" que representaría a "Fortuna", fechada en los siglos I-II d.C. (Casal, 1990: n° 302), varias lucernas, de las que no se aporta más documentación, pero que 616 Jesús Salas Álvarez Fig. 6. Capiteles Tetramórficos de la Cripta de San Marciano, según Salvatore Politl. por los escasos datos que se conservan parecen pertenecer a época romana, y figurillas y fragmentos de relieves de terracotas griegas (Laumonier, 1921: 5-6, n° 16, 17, 18 Y 19), de los que desconocemos el contexto exacto en el que fueron recuperados, pero que - por la zona donde se adquirieron- bien pueden ser adscritos principalmente a ambientes funerarios y/o religiosos, como parte de ajuares funerarios o de ofrendas votivas . Las misiones científicas y el acrecentamiento de los fondos ... Fig. 7. Grabado del Gimnasio romano de Si rae usa, hecho por Velázquez Basca a partir de una fotografía de Rada. 617 3. Compra de una colección de "notabilísimos y antiguos vasos, que había sido encontrados en Palazzuolo, y que formaron parte del Gabinete del Barón de Utica ... El mejor de aquellos vasos, formado de fina arcilla gris, con arcaicas figuras grises, figurando danzas de faunos con el nombre de algunos de ellos en antiguos caracteres" (Rada, 1876: 488; Álvarez-Ossorio, 1910: n° 38) (Fig. 8), pero que -a la postre- resultó ser una falsificación; en efecto, se trataba de "un oinocoe de cerámica grisácea, con figuras negras, una pieza falsa que logó confundir el experto criterio de De la Rada" (Cabrera, 1993: 86) . Incluyendo otras piezas incorporadas en el resto del viaje, como consecuencia del viaje efectuado por la fragata Arapiles, ingresaron en el MAN "trescientos diez y nueve objetos, entre originales y vaciados", de "esculturas en piedra, como terra­ cottes, monedas, glíptica, cerámicas, [vasos y lucernas principalmente y], objetos de vidrio". Todos estos objetos tenían una doble particularidad, la primera era "que en España hubiera sido dificilísimo y casi imposible de adquirir", y la segunda era que "muchos de los cuales fueron los primeros de su clase que vinieron a los Museos de Europa, y algunos de tal importancia, que pueden considerarse como únicos" . Junto a estos materiales, también se entregó "una colección que pasa de doscientas cincuenta fotografías y dibujos de monumentos, plantas, alzados ... "11. Toda esta colección de piezas fue repartida entre las diversas secciones del Mu- 11 Informe de fecha 16.12.1871 remitido por Juan de Dios de la Rada y Delgado al Ministro de Fomento. Archivo General de la Administración, legajo 122-109-6/3. 618 Jesús Salas Álvarez Fig. 8. Detalle del friso decorativo de una de las piezas cerámicas de la Colección del Barón de Utica. seo, amén de otras que pasarán a otras instituciones madrileñas, como el Museo de Antropología y el Museo de Reproducciones Artísticas. Además, se ha perdido gran parte de esa documentación gráfica citada, que había sido depositada en el MAN e incluso de las referencias de procedencias de las piezas, tal y como en su día estudiase Marina Chinchilla (1993). Frente a esa escasa incidencia de las piezas obtenidas, el viaje desarrolló el conocimiento y difusión en nuestro país (si bien en círculos reducidos) de di­ ferentes aspectos del arte griego arcaico y helenístico y del arte paleocristiano, gracias a las descripciones de Juan de Dios de la Rada, que iban acompaña­ das de los dibujos y grabados de Ricardo Velázquez Bosco y Salvatore Politi. También posibilitó el conocimiento de otros museos arqueológicos y sistemas expositivos y de clasificación, en especial el referido del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, que por las colecciones y piezas que albergaba era uno de los más importantes del momento para el mundo clásico. De hecho se crearon en años posteriores en el MAN, y a imitación del Museo de Nápoles, las Salas que contenían las colecciones de los bronces clásicos, de las cerámicas pintadas griegas y suritálicas y de las colecciones musivarias. Más en concreto, la visita a Italia puso en contacto a Rada con la pintura romana pompeyana, sus tipos y su evolución cronológica, que aplicó posteriormente a las pinturas romanas descubiertas en Cartagena, y que se conservaban en el MAN (Rada, 1880). Otro ejemplo de la influencia de los sistemas de clasificación aplicados en Italia sería el estudio de parte de las antigüedades romanas adquiridas en Italia para Carlos Las misiones científicas y el acrecentamiento de los fondos ... 619 ID, Y que también se conservaban en el MAN (Rada, 1874 ; cfr. Alonso, 2003). A imitación del ejemplo de las publicaciones generadas a partir de las excavaciones de las ciudades campanas, Rada creó al año siguiente, en 1872, la importante revista Museo Español de Antigüedades, con la que se quería dar una rápida divulgación científica a los resultados de las Comisiones Científicas del MAN, o a la publicación de determinados objetos existentes en los fondos de la insti­ tución. En esta revista participó activamente como ilustrador Ricardo Velázquez Basca. Es por ello que podemos concluir que en el campo de la arqueología española del último cuarto del siglo XIX las repercusiones científicas del viaje científico de la fragata Arapiles fueron bastante importantes, a partir de la persona de Juan de Dios de la Rada y Delgado, una de las principales figuras españolas de aquellos momentos, en cuya formación el conocimiento adquirido en Italia durante aquellos dos meses escasos de 1871 fue determinante en muchos sentidos1 2• APÉNDICE Catálogo de las piezas entregadas el 30 de Noviembre de 1871 por Juan de Dios de la Rada y Delgado al Museo Arqueológico Nacional13. Terracotas nO 66.- Cabeza femenil, probablemente de una estatua de Venus, de buena época, estilo griego. Encontrada en Siracusa, adquirida por la Comisión a Oriente. Alt. 0,05. nO 67. - Figura de un flautis ta, estilo romano, encontrada en las Catacumbas cristianas de Siracusa, y adquirida por la Comisión a Oriente. Alt. 0,10. n° 68. - Torso de una estatua envuelta en manto, con la mano apoyada sobre sus pliegues. Estilo romano. Encontrado en las Catacumbas cristianas de Siracusa, y adquirida por la Comisión a Oriente. Alt. 0,04. nO 69. - Fragmento de dos figuritas abrazadas por detrás. Estilo romano. Encontrado en las Catacumbas cristianas de Siracusa. Adquirido por la Comisión a Oriente. Alt. 0,06. nO 70. - Cabecita junto a una palma. Estilo romano decadente. Encontrado en las cata­ cumbas cristianas de Siracusa, y adquirida por la Comisión a Oriente. Alt. 0,08. n° 71.-Cabecita de estilo romano con el ... tocado. Igual procedencia. Alt. 0,05. nO 72. - Fragmento de un relieve que debió representar una figura con túnica y macuto. Estilo romano decadente. Igual procedencia. Alt. 0,07. nO 73. -Figura de una paloma. Procedente de las Catacumbas cristianas de Siracusa. Adquirida por la Comisión. Alt. 0,05. 12 Por ejemplo, su valoración de las controvertidas esculturas del cerro de los Santos (Yec\a, Murcia) como expresivas de un arte ibérico prerromano se basó en los materiales vistos a 10 largo de su viaje, especialmente en el sur de Italia, y fue el motivo de su discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia en 1875 (Rada, 1875). 13 Archivo del MAN, legajo 58/1871. 620 Jesús Salas Álvarez Numismática en plata n° 93.-Moneda de Corinto. En el anverso cabeza de Palas, detrás una corona y dentro una A. En el reverso caballo Pegaso y debajo A. Didracma. Adquirida en Sicilia. n° 94.-Moneda de Agrigento. En el anverso: águila en pie a la derecha, en dos líneas la palabra AKP A. En el reverso, cangrejo marítimo y debajo r M. Didracma. Adquirido por la Comisión en Sicilia. n° 95.-Denario de la familia Julio. En el anverso cabeza de Palas, detrás CAESAR. En el reverso Venus conducida en biga de amores. Al exergo IVLIA. En el campo de uno y otro lado una N, y el signo del denario. Encontrada por la Comisión en Siracusa. Numismática en bronce nO 99.-Moneda de Siracusa de Hierón I. En el anverso cabeza de este rey diademada, y en reverso caballero con lanza. Al exergo en caracteres griegos IEPQNO¿;. Mediano módulo. Adquirida por la Comisión en Siracusa. n° 100.- Otra idem. nO JOl y 102.-Dos monedas de Hierón Il, rey de Sicilia. En el anverso cabeza de Neptuno; en el reverso tridente ricamente adornado entre dos delfines cuales frustras. IEPQNO¿;. ldem. nO 103.-Moneda de Siracusa. En el anverso: cabeza diademada de Apolo a la izquierda; en el reverso Triquetra y la leyenda frustra IT P AK O ¿;I QN. Adquirido en idem. nO 104.-Moneda de Siracusa. En el anverso: cabeza de mujer de perfil a la izquierda; en el reverso parte anterior del caballo Pegado. Tiene perdida la leyenda ¿;YPAKO¿;IQN. Adquirido en idem n° 105 y J06.-0tras dos monedas también de Siracusa. En el anverso cabeza de Ceres, en el reverso Toro embistiendo. Tiene borrada la inscripción ITPAKOJ:IQN. Idem. Idem. nO 107 y 108.-0tras dos monedas también de Siracusa. En el anverso cabeza de Palas entre dos delfines, la una, sin ellos la otra. Reverso [de ambas} Hipocampo con las alas retorcidas. Idem. Idem. n° 109.-0tra idem. En el anverso cabeza de Apolo laureado a la izquierda y en el reverso Pegaso volando al mismo lado. Tiene perdida la inscripción ITPAKO¿;IQN. ldem. ldem. ldem. n° 110.- 0tra idem. Anverso cabeza de Hércules joven cubierta con la piel del león [de Nemea} a la izquierda. Reverso, Palas en actitud de combatÍ/: Leyenda ITP AK. Idem. ldem. ldem. nO lll.- Otra idem. Anverso cabeza de Proserpina a la izquierda. Reverso Rueda, en el centro de cuyos cuatro ángulos se lee, en el primero IT, en el segundo PA, y en cada uno de los tras dos un delfín. Idem. Idem. ldem. nO l12.-0tra idem. Anverso cabeza de Júpiter o Neptuno. Reverso Pólipo. Idem. Idem. ldem. Glíptica n° 112.- Cornalina grabada en hueco, con una figurita que parece representar a la Esperanza, según el simbolismo cristiano. Fue hallada y adquirida por la Comisión en las Catacumbas cristianas de Siracusa. Las misiones científicas y el acrecentamiento de los fondos ... 621 Vasos griegos con figuras negras sobre fondo rojo n° 172.-Pequeíio unguentarium, con restos de [labores figurando círculos y hojas hechos con barniz rojo}. Encontrado en las Catacumbas de Siracusa. Alt. 0,04. Vasos greco-sículos n° 229.-Capis de barro rojo, adornado con dos zonas separadas por líneas negras, representándose en aquellas [unas} luchas de animales, faunos, hombres y centauros, con largas colas los primeros y armados unos y otros de escudo redondo, lanza y espada corta; también se ven guerreros conduciendo caballos del diestro. Las figuras están pintadas todas de negro sobre el fondo gris del vaso, y tienen los contornos y perfiles interiores abiertos a punzón. El cuello y el asa también han estado pintados de negro, así como todo el espacio que cubre el asa. Estilo arcaico y muy primitivo. Por dentro está barnizado de blanco. Encontrado cerca de Siracusa, adquirido por la Comisión. Alt. 0,21. n° 230 y 231.-ldem. 1dem. Lisos sin más adornos que líneas negras, ya en sentido circular ya a trazos. Procedencia 1dem. Alt. 0,28 y 0,30. n° 232.-Idem que conserva seíiales de haber tenido pintado de negro el cuello, al­ gunas líneas en la panza, y el interior también barnizado de blanco. Igual procedencia. Alt. 0,28. n° 233.-Askos que conserva seíiales de haber estado pintado de blanco exterior e interiormente, con líneas negras por adorno. El asa se extiende cubriendo casi toda la superficie del vaso. Alt. 0,13. Diám. 0,16. n° 234.-ldem de mayor altura, con la particularidad de estar compuesto de dos círculos concéntricos que dejan un círculo hueco en su centro. Ha estado pintado de blanco interior y exteriormente, y adornada por esta última parte con líneas y puntos negros. Tiene el asa rota. Alt. con el pintón 0,17. Diám. 0,15. Varios objetos de cerámica y fragmentos de lo mismo de diversas épocas n° 235 a 239.- Dos operculum y tres fragmentos de vasos pequeíios de los llamados italogriegos, encontrados y adquiridos por la Comisión en las Catacumbas de Siracusa. n° 250 a 286.-Lucernas de barro con labores y representando seres animados con bastante variedad y originalidad en la forma. Encontradas y adquiridas, algunas de ellas, por la Comisión en las Catacumbas de Siracusa. n° 287.-Lucerna bilkis de barro rojizo con su operculum. [Procedencia} Catacumbas de Siracusa. n° 288.-Trozo petrificado de una gran concha encontrada en las Catacumbas de Si­ racusa. BIBLIOGRAFÍA ÁLVAREZ-OSSORIO, A. (1910): Vasos griegos, etruscos e italogriegos que se conservan en el Museo Arqueológico Nacional, Madrid. 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