UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE MEDICINA TESIS DOCTORAL MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Alberto García Valdés Madrid, 2015 © Alberto García Valdés, 1980 Historia y presente de la homosexualidad : análisis crítico de un fenómeno conflictivo Departamento de Medicina Legal Alberto Garcia Valdes 5 3 0 9 8 5 4 5 1 3 UNIVERSIDAD COMPLUTENSE HISTORIA Y PRESENTE DE LA HOMOSEXUALIDAI). ANALISIS CRITICO DE UN FENOMENO CONFLICTIVO ARCH!\/0 Departamento de Medicina Legal Facultad de Medicina Universidad Complutense de Madrid 1980 Alberto Garcia Valdes Édita e imprime la Editorial de la Universidad ^Complutense de Madrid. Servicio de Reprografla ^ Noviciado, 3 Madrid-8 Madrid, I98O Xerox 9200 XB 48O ' Dep6sito Legal: M—4I846-I98O HISTORIA Y PRESENTE DE LA HOMOSEXUALIDAD. ANALISIS CRITICO DE UN FENOMENO CONFLICTIVO For Alberto Garcia Valdés TESIS DOCTORAL (Dirigida por el Prof. Dr. D. Bonifacio Figa Sânchez-Morate). MADRID, 1.980 BON I FACT 0 PIGA SANCUEZ=MORATE, Catedrâtico y Direc tor de la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Com plutense de Madrid, CERTIFICArQue D. ALBERTO GARCIA VALDES, ha reali- zado, bajo mi direccidn, el trabajo ti- tulado "HISTORIA Y PRESENTE DE LA HOMO- SEXUALIDAD. ANALISIS CRITICO DE UN FENO I MENO CONFLECTIVO", que, a juicio del -- I , firmante, ireune les requisites para que ! I pueda ser presentado como Tesis Docto-- I ral en esta Facultad de Medicina, por - I lo que autorizo su presentaciôn. Y para que conste, espido el présente en Madrid, a veinte de Marzo de mil novecientos ochenta. - I - N D CÀFITULO PRIMERO; Pag, ng Introduccion: Justificacion del te. m a ................................. CAPITULO SEGUNDO: Investigacion historica. La homo- sexualidad desde el punto de vis­ ta de la religion, la moral y las ciencias médicas. ........... 6 1.- El pecado......................... 7 1.1.).- Generalidades ........... 7 1.2.).- Los pueblos mesopotamicos 7 1.3 .).- El Antiguo Egipto . . . . 9 1.^.).- La homofilia griega . . . 11 1.3 .).- La civilizacion romana. . 19 1.6.).- El pueblo de Israel . . . 22 1.7 .).- La homosexualidad en el Antiguo Testamento . . . 2k 1.8.).- La moral ascetica del cris tianismo................. 28 1.9-).- El fin de la Pax Romana. Los pueblos barbaros. . . 32 - II - Fag, ng 1.10.).- Reconocimiento oficial de la religion cristiana por Constantino . . . . 37 1.11.),- El esplendor persa. . . 39 1.12.).- El Islam y la civiliza­ cion india como ejemplos de dos sociedades mas to lerantes con la homose­ xualidad............... ftl 1.13').- La Alta Edad Media. El establecimiento de la sociedad feudal . . . . kS 1.14.).- El miedo a la herejIa.La llegada de los Inquisido r e s .................... 51 1 .1 3.).- Expediciones religioso- militares a la Tierra - Santa. Las Cruzadas . . 38 2.- El delito........................ 69 2.1. ).- Los Reyes Catdlicos y - el pecado nefando . . . 69 2.2. ).- La llegada del pensamien to renacentista. El an- sia de retono a la cultu ra clasica............. 74 2 .3 . ).- El furor calvinista. Las guerras de religion en - la Europa renacentista . 81 - Ill - Pag. n9 2 .4 . ),- Una consecuencia coheren te. El nacimiento de la prisiôn como forma de ordenamiento social. . . 83 2 .5 . ).- La intersexualldad en las cortes europeas y la difusion del confinamien t o .......... 90 2 .6. ).- El deseo de libertad de los Ilustrados. La glori ficacion del placer. . . 95 2.7. ).- Un acompanante insepara­ ble de las prisiones: la homosexualidad carcela- ria.............. 105 2.8. ),- El triunfo de la burgue- sia. El poder empieza a ser laico................ I07 2.9.).- El siglo XIX. Pragmatis- mo napoleonico y nuevos sistemas penitenciarios. La supresl6n del Tribunal de la Inquisici6n en Es- p a n a ..................... 109 2.10.).- El puritanisme del capi­ talisme industrial y los romantic o s ............. 115 3 .- La enfermedad.................... 121 3 .1. ).- La medicina positivista y sus ideas sobre la homose - IV - Fag. n9 xualidad............... 121 3 .2 , ).- La homosexualidad como enfermedad mental. . . . 122 3 .3 * ).- La mentalidad anatomo- clinica.................. 126 3'4. ).- El caso de Oscar Wilde . 136 3 .5 * )•- La opinion de Kraepelin - sobre la homosexualidad. 139 3 .6 . ).- El gran renovador; Sigmund Freud.................... 144 3 .7 . ).- La influencia de Freud en la psiquiatria oficial . 153 3-8. ).- Las ideas de dos destaca- dos représentantes de las escuelas de psiquiatria - francesa y alémana: E.Regis y O.Bumke............... 157 3 .9 . ).- La revoluciôn rusa de Octu bre...................... 161 3 .1 0.).- Un continuador de Freud; Sandor Ferenczi......... I63 3 .1 1.).- La primera Gran Guerra y el inicio de los movimien- tos a favor de la homose­ xualidad ............... l64 3 .12.).- La ideologia nacional-so- cialista y la homosexual! dad. Nuevas técnicas de - tratamiento de los homose- x u a l e s .................. 174 — V • Pag. n@ 3.1 3.).- Diferentes actitudes psi quiatricas hacia la homo sexualidad. Las leyes nazis sobre la "Herencia morbosa” ............... I80 3.14.).- La opinion de Gregorio - Maranon sobre la homose- __ xualidad............... 18? 3 .1 5.).- La segunda Gran Guerra y las creencias générales sobre los homosexuales - en la segunda mitad del siglo X X ............... 195 3 .1 6.).- El triunfo de las conce£ clones tradicionales so­ bre la homosexualidad en Es pana después de la Guer ra C i v i l ............... 199 3 .1 7.).- Evoluciôn de las leyes an tihomosexuales en Espana hasta 1 .9 7 6 .................. 200 Notas al Capitule Segundo.................. 205 CAPITULO TERCERO: Parte Experimental. Material y mé- t o d o s .......................... 230 Resultados...................... 244 Notas al Capitule Tercero.................. 394 - VI - Fag, r.g CAPITULO CUARTO; Discusion del tema............... 395 4.1.).- Evoluciôn y sexualidad.As pectos geneticos de la ho mosexualidad ........... 396 4.2.).- Hormonas y homosexualidad. 401 4 .3 . ) Intersexualldad anat6mica en los homosexuales. . . 406 4.4.).- El comportamiento sexual de otras especies anima­ les...................... 408 4 .5 .).- Los estudios transcultura les y la homosexualidad. 414 4.6.).- El aprendizaje de la con- ducta s e x u a l ........... 421 4 .7 .).- Teorias psicoanaliticas - sobre la homosexualidad. I 430\ 4.8.).- Influencias sociales en - ^ la orientacion de la con- ducta sexual. Lao ira de - Wilhem Reich ........... 447 4 .9 .),- La homosexualidad en la - ~ adolescencia ........... 459 4.10.).- Clases de actividad homo- / s e x u a l ................. 462 4.11.).- El medio de orlgen de los homosexuales ........... 465 4.12.).- Homosexualidad y religio- sidad.................... 475 - VII - F ag . r\g 4 .1 3.).- La utilizaciôn de las dro gas por los homosexuales. 482 4.14.),- La cuestl6n de la inesta- bilidad de las relacio- nes entre los homosexuales 483 4 .1 5.).- Tipologia de la homose­ xualidad . . . . . . . . . 494 4 .16.).- La sociedad homosexual y los movimientos de libera cion gay................. 506 4 .1 7.).- La explotacion del homose xual............. 513 4 .1 8.).- Legislacion comparada so­ bre la homosexualidad . . 515 4 .1 9.),- Homosexualidad carcela- r i a ...................... 522 4.1 9.1.).- Ajuste sexual y vida carcelaria . . . . 526 4 .1 9.2 .).- Abstinencia se xual y masturbacion en la prision................. 534 4 .1 9.3 .).“ Violencia homo sexual en la prision. . . 542 4 .1 9.4 .).- Otras formas de actividad sexual en prision. $k6 4 .1 9.5 .).- La sexualidad - en las cârceles de mujeres. 552 4 .1 9.6 .).- Medicina psico- somdtica y patologia carcela r i a .......................... 558 - VIII - Pag, ng 4 .19. 7 . ) Influencia de la prision en la vida se­ xual postcarcelaria. . . . $67 4 .1 9.8 .).- Soluciones al problema sexual de las pri si ones . ............... 573 4.20.).- Actitudes hacia el trata­ miento de la homosexualidad 595 4.21.).- La decisiva labor profilac tica ........... . 627 Notas al Capitulo Cuarto................ 63O CAPITULO QUINTO; Conclusiones........................ 675 Nota al Capitulo Q u i n t o .............. 684 BIBLIOGRAFIA EMPLEADA....................... 685 A N E X O S ....................................... 732 I. Homosexuales presos en Espana en los ûltimos a n o s ........................ 733 II.Modelo utilizado para la realizacion de este estudio...................... 738 CAFITULO PRIMERO INTRODUCCION. JUSTIFICACION DEL TEMA - 2 - Escribir sobre la homosexualidad se esta vol- viendo frecuente en los ûltimos afîos, coincidiendo con la ava- lancha de publicaciones, envmpchos casos irrelêvantes, sobre temas sexuôles habituai en nuestro dias. Sin embargo, asi como en otros paises, euapeos y americanos fundamentalmente, las decisivas investigaciones de Freud y Kinsey, sobre todo„ han tenido una importante continuaciûn en otros cientificos ̂ que han contribuido a esclarecer muchos aspectos de la conduicta - homosexual, en nuestro pais, con muy escasas excepciones, la penuria investigadora en este campo, como en otros muchos, es casi absoluta. } hPor eso, realizar en Espana un trabajo de Te- | sis Doctoral sobre la homosexualidad puede resultar extrano y | quizas, hasta poco serio para algunos, que aun permanecem afer j rados a las ideas tradicionales que prefieren olvidar, ocultan dolo, todo aquello que esté relacionado con la sexualidad. ; Para cualquiera que sienta curiosidad ante lo que le rodea, la contemplaciûn de estos personajes ambiguos que son los homosexuales, los transvestidos y los transexuales, j es un estimulo poderoso que lleva a conocerlos mejor, para in- j tentar comprender su especial manera de ser, y esto es lo que me ocurrio cuando, mientras cumplia mi funeion asistencial en las prisiones, observaba con sorpresa y extrafleza a estois seres diferentes en un mundo, el carcelario, que esta caracterizado precisamente por todo lo contrario, es decir, por su uniformi- dad. La elecciûn del tema partie, pues, de la necesi “ 3 - dad de un mejor conocimiento de las motivaciones que llevan a algunas personas a elegir estas distintas modalidades de com­ portamiento sexual y sobre todo, la homosexual, tan perseguida durante toda la evoluciôn histôrica y tan mal considerada aûn en la actualidad. Pero mi opiniôn es que se hace necesario de- sempolvar estos viejos temas tabû e investigar sobre ellos, por que, a pesar de que sobre la homosexualidad se habla hoy mucho, quizà demasiado, la ignorancia real sobre el tema es casi total. Por eso me parece oportuno intentar este estudio, que es tanto una experimentaci6n personal como también una revisiôn sobre el estado actual de la cuestiôn. La sexualidad, y mâs aûn la homosexualidad,son todavia grandes desconocidas. Pocas referencias se encontraran sobre ellas en los excelentes Tratados de Medicina usuales y tampoco son objeto de atenciôn en los estudios de Licenciatura ni de Doctorado de las Facultades espanolas, donde no se estu- dian de forma ordenada y solo se hace referencia a ellas excep- cionalmente en la Psiquiatria, Endocrinologia o Fisiologia, si- tuaciôn bien diferente a la de otros paises del area occidental como los Estados Unidos, donde,desde la pasada década, existe - una verdadera fiebre investigadora sobre todo lo relacionado con las llamadas ciencias sexolûgicas, pues todavia hoy desde - un punto de vista cientifico, el origen de la homosexualidad, igual que el de la heterosexualidad, sigue siendo un misterio y, en ambos casos, es ahora cuando se empiezan a poner las bases de partida para su verdadero conocimiento, después de siglos en - 4 - log que determinadas ideologias polltico-religiosas Impusieron sus modelos de conducts sexual como unicos vâlidos, amenazando con multitud de castigos a los que se alejaran de ellos. Por esto es comprensible que, para conocer mas objetivamente estas cuestiones, se hiciera necesario primero e H minar todo aquello con que nuestra sociedad,y también las oemâs, habian obscurècido los ya de por si dificiles e inexplorados ca minos de la sexualidad, para encontrarnos hoy en el inicio de - su racional comprensién, aunque faite mucho para conseguirla y sea preciso variar muchas actitudes todavia. El presente trabajo de Tesis présenta très par tes bien diferenciadas. En la primera de ellas se realiza una - investigaciôn historica, fundamental en mi opinion para poder - entender muchas de las caracteristicas de la homosexualidad en la actualidad, estando a su vez dividido este apartado en très capitules- el pecado, el delito y la enfermedad- que vienen a representar las très concepciones diferentes con que la socie­ dad y sus clases dominantes han sancionado a la homosexualidad. A continuacién, y en segundo lugar, se estu- dian 205 sujetos que mantienen este tipo de conducts de modo - preferente y por ultimo,en la tercera parte del trabajo, se dis cute, a partir de los resultados obtenidos y con ayuda de la - abondante bibliografia existante, la situaciôn actual del tema, realizandose una revisién del mismo para establecer después unas conclusiones. Es una Tesis, por tanto, de caracter humanisti co, no paireelar o especializada como viene siéndo lo habituai, - 5 - por lo que quizà se olviden muchos aspectos y no se profundice lo suficiente en otros, dada la extensiôn y variedad de las ma- terias cientifIcas a tratar. S in embargo, si la Tesis es asi, es porque de esta forma se ha querido hacer, presentàndose la homosexualidad en conjunto y no solo algunas de sus caracteristicas particula- res, para plantear un estudio general sobre el tema, dada la es casez- ninguno en Espana y pocos en el resto del mundo- de este tipo de trabajos, cuya necesidad es, por muchas razones, eviden te. Para realizar esta investigaciôn se ha acudido a todo tipo de fuentes, tanto libros doctrinales como articulos de revistas y también,en muy inferior medida, a la prensa diaria, ademàs de mis datos personales reunidos en los prolongados es­ tudios y c onV er8 ac i on es con los sujetos aqui presentados. CAPITULO SEGUNDO INVESTIGACION HISTORICA. LA HOMOSEXUALIDAD DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA RELIGION, LA MORAL Y LAS' CIENCIAS MEDICAS . - 7 - 1. EL PECADO 1.1.).- Generalidades. No es el objetivo de este capitulo hacer una descripcion exhaustiva o pormenorizada de personajes o citas histôricas referentes a la homosexualidad, en el sentido de, Nin Prias (1) o de Sir Richard Burton (2), quienes enumeran, ejemplo tras ejemplo, pràcticas homoeroticas pasadas y présentes, sino - mis bien hacer una exposicion de la conducts homosexual en el marco histôrico en que tuvo lugar, para poder llegar después a un mejor conocimiento sobre muchas de las cuestiones actuales sobre el tema, porque siempre, como dice Von Renting (3), "los cambios en la estatica doble de los sexos han supuesto sociolo­ gies e incluse biologicamente un grave trastorno" , cuya interpre. tacion, se puede anadir, a los ojos de un civilizado del siglo XX, no es en modo alguno fàcil. 1.2.).- Los pueblos mpsopotàmic O s . Teniendo en cuenta esto como declaraoiôn de principles, no es dificil comprobar que los hechos homosexuales han preocupado siempre a la humanidad, tanto en un sentido directe, de mera realizaciôn, como de una forma indirecte, a traves de la roitologia, y ya una de las leyes mas antiguas contra la sodomia conocidas se encuentran en unas tablillas del tiempo del rey asirio Tiglath-Pilayer, hacia el siglo XII a.C. y en ellas se sancionaban con la castraciôn a las practices homo­ sexuales . La civilizacion mesopotàmica, que se extendio — 8 — en el tiempo desde el siglo XXX hasta el III a.C., aproximada mente, nos es conocida sobre todo por la informacion reunida por Assurbanipal en la biblioteca de Ninive y por las diferen tes tablillas y bajorrelieves en que se refiejan sus ccstum- bres. Asi,en la época de Hammurabi, hacia el siglo XVIII, la mujer gozaba de mas derechos que posteriormente, en el siglo VI, que es el période mejor conocido. La sociedad de Sumeria estaba dividida en hombres libres y esclaves, existiendo una clase intermedia entre ambos. La familia era de caracter patriarcal y la mujer estaba en una situaciôn claramente inferior al hombre, pudien do ser objeto de compraventa.La poligamia estaba aceptada y - los esclaves eran marcados como el ganado.Entre los babilonios era frecuente la costumbre de llevar barba, lo que contrastaba con la presencia, junte a ellos, y esto se puede observer en los bajorrelieves asirios, de hombres imberbes, de rostro sua­ ve y ligeramente gordos. Al principio, como dice Contenau, (4 ) , se los tuvo por eunucos, pero se observé, no obstante, que eran muy numerosos y que hombres de este tipo abundaban en el éjército. Probablemente se trataba de una manera de diferenciar a los - hombres veteranos o adultes de los %febos,jôvenes que eran -- sus servidores y aprendian de ellos las artes marciales. Durante toda la Antigtiedad, en las diferentes civilizaciones que se van a ir sucediendo, es una constante la importancia concedida al adolescente masculine y la exalta- ciôn del valor viril. Para algunos, (5)» la interpretaciôn del mlto - 9 - de Gilgamesh es claramente homosexual. Campbell Thompson, al - senalar (6) los diferentes tipos de espiritus malignes exLsten tes para el hombre mesopotâmico, habla de demonios que se unen a hombres, diablos que buscan el comercio sexual con los huma- nos, son los Lulu. En los Libros Sagrados se aplican penas para las transgresiones sexuales, en general, estando castigado con el fuego y el incesto, pero no se hace alusion directs al tra- to homosexual y las prostituciones sagradas florecian en tier- ras babilonicas. 1 ,3 .).- El Antiguo Egioto. La civilizacion egipcia, que alcan- z6 un elevado nivel de desarrollo, constituye un modelo de cul- tura esotérica, no muy bien conocida, entre otras cosas, por la destruccion de la Biblioteca de Alexandria, pero su altura creative debio ser, por lo menos, comparable a la de los grie- gos (7). El pueblo egipcio fué siempre alegre, indolen­ te, dôcil y fàcil de gobernar. Separado por desiertos de cual- quier otra comunidad civilizada en grado similar, fué desarrol- lando su idiosincrasia y sus costumbres con un minimo de influen cia exterior. Es cierto que, citando a White Manchip, "la histo ria humana de aquella civilizacion espléndida se debe exponer sobre su fondo natural de rio y roca, cielo y arena" (8). La imàgen siempre azul de su cielo les unia con la eternidad. Su modo de vida, su gobierno y su arte son obra del clima y del po deroso influjo del Nilo. No fueron una raza guerrera y su deseo fué siempre vivir y dejar vivir. De caràcter sumiso, eran pacifi COS labradores que no sospechaban que se pudiera poner en duda — lo — la autoridad de sus sacerdotes. Los egipcios, decia Herodoto I (9) son los mas religiosos de los hombres y llegaron a tener , cerca de doscientos dioses y diosas. I Sentian mayor afecto por sus divinidades si j estas padecian las mismas flaquezas que ellos. Los cuentos po j pulares estaban llenos de actos desordenados y lujuriosos de sus dioses, a los que no siempre consideraban como seres supe riores a los hombres, quienes podian emplear poderes mâgicos para doblegarlos a su propia voluntad. Un papiro de unos dos mil anos a.C. refiere como el dios Seth hace uso sexual del también dios Horus. | La intersexualidad mitica aparece en Egipto ! en el dios Haapi, divinidad del Nilo, que habitaba mas alla j ide la Primera catarata,en una gruta y que era macho y hembra al mismo tiempo. También, como en la religiôn judia, tenian a su Dios Creador en Atum, cuyo nombre significa el que es todo j en si mismo, que diô origen a todos los demàs seres. j El mito del andrôgino, cuyo origen es tan an j tiguo como la humanidad,aunque sea en Grecia donde adquiriô - | verdadera importancia, se puede comprobar en Egipto a través I de algunas representaciones de la diosa Isis. En sus cultos religiosos, las pràcticas sodo miticas eran frecuentes. La sociedad egipcia fué en un principio matrj. lineal, y aûn dentro de los tiempos dinâsticos la linea femen_i na era en ciertos aspectos, de igual valor que la masculina, - especialmente, en lo que se refiere a la elecciôn de descend!en " 1 1 — tes, herencias y redacciôn de ultimas voluntadas. Aunque luego su organizacion se convirtiera en un matriarcado de tipo teo- cràtico, con el Faraon como Dios sobre la tierra, la moral se xual debiô ser muy laxa. Era prâctica habituai el matrimonio incestuo- 80 y con mucha frecuencia los faraones se casaban con sus pro- pias hermanas. El hombre acomodado ténia generalmente un cierto numéro de mujeres en su harén, lo que constituia una serial de riqueza y prestigio. En los palacios se mantenia a jôvenes de ambos sexos como protegidos, con poder sobre ellos de vida y muerte. Los antiguos egipcios, como la mayoria de los orientales, fueron incansables buscadores de excitantes y sus mujeres eran aventureras sexuales tan atrevidas como los hom­ bres . 1.4.),- La Homofilia Griega. Avanzando en el tiempo, la civil! zaciôn griega nos ofrece un modelo bien conocido de civiliza- ciôn homofilica. En la Grecia del siglo V a.C. se produce la aparici6n de la técnica y el conocimiento deja de ser empirico màgico, como hasta entonces habia sido. (10) La Naturaleza va a ser, para los griegos, el fundamento primero de todo lo que hay, pero ademâs, la physis es armonia, orden, porque en si misma es ordenada, regular, equilibrada y también va a ser lo divino, con lo cual, como dice Lain (11), los griegos llevaron a cabo la ingerente reforma - 12 - mental y religiosa de afirmar que lo real y verdaderamente - "divino", aquello por lo cual el hombre puede hablar de los dioses y ante lo cual debe tener veneraciôn, es la physis y solo la physis. En el Libro I de las Epidemias (12), se di­ ce que la perfecciôn de la naturaleza de cada cosa conspira a la perfecciôn de la comûn naturaleza de todas las cosas. A la voluntad habituai de participer en esa conspiraciôn, es justa mente a lo que los griegos dieron el nombre de phylla, es de­ cir amistad. La relacion amistosa constituyô algo bâsico en el pensamlento de esta cultura. Para Platon, el fin de la amis tad es la perfecciôn de la naturaleza humana en las realiza- ciones individuales de esa naturaleza que son los amigos. El eros es algo mas, vendria a ser para Aristôteles una amistad especialmente intensa. Va a ser en Grecia donde por primera vez en la Historia de Occidente aparece en sentido fisiolôgico o téç nico la doctrina acerca de la intersexualidad humana. En el Corpus Hipocraticum (13) y en la obra de Aristôteles se dice que, en cada individus humano,uno y otro aexo existirian en proporciones diverses. Si, desde un punto de vista mitolôgico, el intersexo aparece con la propia humanidad, desde los grie­ gos, esta idea sera olvidada hasta que el siglo XIX la resuc_i te con las obras de Tardieu, Krafft-Ebing, Lombroso, Moll, Havelock-Ellis, Hirschfeld y, sobre todo Freud. Para un griego culto del siglo V a.C., la - 1 3 - relaciôn anlstosa era deciaiva para estar de acuerdo con su phy sis. Pero, para interpretar el predominio de las relaciones ho- mofîlicas, del homoerotismo y, en general,de la homosexualldad en Gracia es necesario conocer algo mâs de su organizacion so­ cial. En su clàsica Vida sexual en Grecia (14), Licht dice que " la cultura griega era totalmente masculina y la mujer solo - formaba parte del esquema del hombre corao madré de sus hi jos - y adminis trad ora de la casa. La antiguedad trataba al hombre, y solo al hombre, como foco de toda vida intelectual. Esto ex- plica por qué la crianza y educaciôn de las ninas se descuida- ba hasta un punto casi inimaginable ; mâs por el contrario, los hijos varones prolongaban su educaciôn mucho mis tiempo de lo que es habituai entre nosotros ". En Grecia , las mujeres vivian separadas - y estaban excluidas de todo lo concemiente a la cultura y los intereses de su pals y su época, Cuando tenlan que salir solo era para las ceremonias religiosas, para los funerales de un pariante o a visitar a otras mujeres, y deblan de cubrir- se con vélos y acompaMarse de esclavos. La instrucciôn de las chicas estaba completamente dirigida en funciôn de los debe- res domésticos y sus conocimientos no iban mucho mâs allâ de algunas oraciones y cantos espirituales. La mujer no ténia - ninguna influencia sobre la vida intelectual y moral, e indu 80 las consideradas como libres no podlan participer en la vi da publica. Al estar tan degradada, como en la mayoria de las sociedades antiguas, el placer que podla dar al hombre — 14 — también se degradô, pues en realidad era un ser inferior. Las - relaciones heterosexuales fueron consideradas,como dice Gonza lez Duro (15) como una experiencia poco ennoblecedora, casi co­ mo una necesidad puramente biolôgica. El hombre solo podîa te- ner en estas condiciones unas relaciones sexuales de mayor caljt dad a través de la relaciôn homoerotica, en la que podia, por - medio del amante elegido, "apreciar racionalmente la belleza” - (16). La sociedad griega, como casi todas las anti­ guas era de caracter patriarcal. Los conceptos de familia matrJL lineal y patrilineal, o matriarcado y patriarcado, o mâs moder- namente sociedades patristas y matristas (1?), tienen su origen en Bachofen ( 18),qui en sostenia que la evoluciôn de los seres hu manos se produjo en diferentes formas de asociaciôn, parti endo de una primera promiscuidad sexual, en la que no era posible establecer con seguridad la paternidad,por lo que la filiaciôn debia establecerse por linea materna. A consecuencia de esto, las mujeres gozaban de gran aprecio y respeto, lo que podla lie var hasta el dominio femenino absolute. Posteriormente, y segûn Bachofen, en la civilizaciôn griega tendria lugar el paso a la monogamia y, al mismo tiempo, del derecho matemo al paterno, por razones de caracter religiose. Estas brillantes ideas fueron recogidas por - Morgan en su monumental Ancient Society, concluida en 1875 - - (19) y que puede considerarse como la obra que sento los cimien tes de la Antropologia modema, al estudiar de un modo dinâmi- co la cultura, a la que consideraba producto de una evoluciôn - 1 5 - en diferentes etapas. Si sus esquemas eran excesivamente rigi- dos al mantener el concepto de evoluciôn uni lineal, es decir, todas las culturas en los diferentes tiempos y lugares, ha- - brian de atravesar por unas fases similares en su desarrollo, (20), en oposiciôn al concepto mas actual de evoluciôn multi- lineal, en el que el margen de variabilidad y diversidad es - mayor, los resultados en ambas concepciones son idénticos. Para Morgan, la organizaciôn familiar pcdria tener cinco formas diferentes y sucesivas, a cada una de las cuales le corresponderia un tipo de organizaciôn sexual. En primer lugar, la familia consanguinea, équivalente al tra- to promiscuo y en la cual se autorizaba el matrimonio entre - hermanos y hermanas. Las siguientes modalidades de familia eran variables y pueden resumirse como sigue: - La familia punalûa, que generalmente ex­ clura el matrimonio entre hermanos. - La familia sindiâsmica, basada en el matri monio entre parejas solas, pero sin cohabitaciôn exclusive.El matrimonio duraba segûn la voluntad de las partes. - La familia patriarcal, basada en el matri­ monio de un hombre con varias mujeres, por lo general acompa- — 16 ~ nada de la relacion de las esposas, y - La familia monôgama, en la cual el matrimo­ nio se realizaba entre parejas solas y la cohabitaciôn era exclusiva. Engels, en È1 Origen de la familia, de la pro piedad privada y del Estado” (21), recoge las ideas de Morgan - y hace hincapie en su idea de que el derrocamiento del derecho matemo fué la gran derrota histories del sexo femenino en to- do el mundo. La mujer se vio convertida en un simple instrumen to de reproducciôn y, como senala Engels, "Esta baja condicion de la mujer, que se maniflesta sobre todo entre los griegos de los tiempos heroicos, y mâs aûn, en los de los tiempos clâsi— COS, ha sido gradualmente retocada, disimulada, y, en ciertos sitios, hasta revestida de formas mâs suaves, pero no, ni mu­ cho menos, abolida" (22). Es decir, segûn Bachofen, Morgan y Engels, la sociedad patriarcal, en la que la mujer esta subyagada y no es libre, tuvo sus primeras realizaciones en la Grecia clâ- sica. Probablemente esto no es exacto, pues otras - civilizaciones previas, como la egipcia o las babilônicas fueron también patriarcales en su modo de organizaciôn , pero lo que no se puede negar es que esta caracteristica de la so­ ciedad griega influyô grandemente en su actitud hacia el sexo y en el desarrollo de una homosexualldad institucionalizada. En la situaciôn griega, con su especial apre- - 1 7 - cio por la intersexualidad fisica, que se manif estaba en el va r6n adolescente, su tendencia a la amistad y la postergacion - de la mujer como mera reproductora,no deben de extranar las pa labras de Licino, en su obra Erotes, que pueden ser ôptima re- presentaciôn del concepto griego de amor: "El matrimonio es pa ra los hombres una necesidad de la vida y algo precioso, si es feliz; pero el amor de los mancebos, siempre que persiga los - sagrados derechos del afecto, es, en mi opiniôn,resultado de - la verdadera sabiduria. Por consiguiente, que el matrimonio sea para todos, pero el amor de los muchachos sea solo privile gio de los sabios, pues una virtud perfecta es totalmente ini­ maginable para las mujeres" (2 3). El ideal griego de amor era el dirigido a los jôvenes varones, la pedofilia y la pederastia. Fero se trataba de una pederastia filos6fica, propia de las clases, intelectua- les y dominantes. No sabemos cual serfa el ideal de los menos favorecidos, pues en la Grecia de Pericles habria,solo en Ate- nas, alrededor de cien mil esclavos y siervos, sin contar las mujeres. Una ley promulgada por el famoso legislador - ateniense Solon, hacia el 6C0 a.C., regulaba la pederastia prohibiendo a los esclavos tener relaciones sexuales con mucha chos libres, con lo que (24) se trataba de evitar que se - debilitaran los sentimientos de superioridad tan caracterlsti- cos de los ciudadanos libres griegos en las relaciones intimas con los siervos masculinos. En el mundo antiguo, los jovenes esclavos eran objeto de gran demanda , con fines homosexuales. (25). La — 18 — moral hedonists griega y la homosexualldad fueron en parte con secuencia de un sistema economico basado en la esclavitud y en el sometimiento de los trabajadores y las mujeres, lo que era considerado en Grecia como algo natural. En las relaciones homofilicas era régla que - hubiera gran diferencia de edad entre el amante y el amado, que debia ser joven, aunque existian excepciones y Euripides dice: "Un belle otono es todavia belle" (26). Durante la época heroica, los ejemplos miti- cos de pederastia son muy frecuentes, destacando entre elles - Esquilo, que en los Mirmidones represents a Aquiles como aman­ te de Fatrocles y Sofocles, que hace a Zeus amar a Ganimedes. En la militarists Esparta se llegaba a casti- gar a los jovenes aristocrates que no tuvieran amantes. Otra forma de manifestacion era el afemina-- miento, que no fué bien aceptado por los griegos. El use de ro pas o adomos de caracter femenino entre los jôvenes no era tolerado o por lo menos se ridiculizaba y despreciaba, como prueban las palabras de Aristôfanes: "Quisiera, joven.pregun-- tarte quien eres,i de que pais, alfenique?, icual es tu patria, qué signifies tu atavio?.& Por que esa mezcla de estilos?.îQué tiene el arpa que decir de tu tunica?. i Y que la lira de tu - tocado?. 6 Qué significan el frasco de aceite y el cenldor?. I Qué inadecuadol . Y tu mismo joven, ihas sido criado como hom­ bre?. Pues, i donde estan las pruebas de que lo eres?. I Donde esta tu manto ?. i Donde tus botas ?. i 0 acaso como una mujer?. Si es asi.i donde estan tus pechos ?. i Qué dices ?. - 19 - i For qué callas?. Te juzgaré, pues, por tu canto, ya que no quieres decirmelo" (2 7), El criterio esencial de la hombrla en Gre­ cia era la valentia moral y fisica. Se trataba de un pueblo eminentemente militarista, que no aceptaba las muestras de falta de valor en el hombre, que se ponian de manifiesto en el Gimnasio y en la Milicia, donde los afeminados no mostra ban gran interés, aunque en realidad este tipo de homosexua lidad no llegô nunca a estar prohibido en Grecia. Todo el arte griego es de caracter interse xual. El canon de belleza era el adolescente masculine, el efebo, con escaso desarrollo de los caractères sexuales se- cundarios. Ademâs, al ideal fisico de belleza se sumaban ̂ las dotes intelectuales de los jovenes varones, producto de una mejor educaciôn, lo que hacia posible una conversa— ci6n racional, mientras que,como senala Licht, "con una mu­ jer, un hombre solo hubiera podido bromear" (28). 1.5*).- La civilizaciôn Romana. En la Antigua Roma, la ho- mosexualidad también se consideraba normal, aunque no habia una tendencia homoerotica entre adultes y adolescentes tan - general como en Grecia. A la sociedad romana se la puede conside- rar en muchos aspectos como continuadora de la griega, a la que siempre tuvo como ideal de cultura y por esto, no es de extranar que muchas de las actitudes romanas hacia el se­ xo fueran similares a las griegas. — 20 — Los primitivos romanos eran campes inos rudes y laboriosos y la mujer gozaba entre ellos de alta estima por su capacidad de trabajo y austeridad. Pero con las conquistas (2 9), las costumbres fueron cambiando y durante la época de - la Repûblica, las riquezas acumuladas y la influencia de Orien te y la de los demâs pueblos incorporados al mundo romano tra jeron como consecuencia un aumento de la poligamia y de la homosexualldad, convirtiendo a la mujer en un objeto de pla­ cer mas, aunque, a pesar de todo * . esta siempre tuvo en Roma una mayor consideraciôn que en Grecia. El modo de ser romano se diferenciaba bastan te del griego. La religion romana no tendla a mejorar el aima humana ni a dictàr reglas de conducta moral, como en Grecia,- admitiendo en cambio la existencia de una gran cantidad de dioses y de cultos, al hacer suyos con facilidad los de los - pueblos conquistados.Las divinidades hacian el mal cuando se perdian las cosechas o un negocio no resultaba bien, y los romanos trataban de evitarlo mediante ofrendas de leche, fru- ta o de animales. El pueblo era muy pragmâtico en materia re- ligiosa y llegaba a entender la religion, como dice Croselles, como un contrato (3 0). Eran gentes muy pràcticas y positivas, ape- gadas a los intereses materiales. Se trataba de una sociedad rigidamente arti culada, en la que el pater familias era considerado como un pontifice y el desacato a su persona era un verdadero sacri- ^ 21 — legio cometido contra los Penates, (3D» dioses protectores - del hogar domestico. En este sentido, Engels, dice que"en - su origen, la palabra familia no significa el ideal, mezcla - de sentimentalisme y de dimensiones domésticas del filisteo de nuestra época; al principle, entre los romanos, ni siqui- era se aplica a la pareja conyugal y a sus hijos, si.no tan solo a los esclaves” (32). La palabra famulus quiere decir esclave doméstico y familia es el conjunte de esclavos per- tenecientes a un mismo hombre. En Roma, como en otros muchos lugares, el ocio de unos pocos era sostenido por el obligado sacrificio de la mayoria. Para un patricio romano, todo estaba permi tide desde el vista moral. Se trataba de un pansexualismo, en el que la homosexualldad formaba parte como un componen te mas. La clase acomodada era fundamentalmente ociosa y - pasaba el tiempo en continuas fiestas, orgias y banquetes - en los que cualquier manifestacl6n sexual era posible. En el Satiricon de Petronio se describe una detallada imagen de las costumbres homosexuales romanas y - a una sociedad completamente hedonists, en la que todos se entregaban al placer del instante. Muchos emperadores com- partiam estas inclinaciones y entre ellos se puede citar a - Néron, Heliogâbalo y Julio César," él hombre de todas las mujeres y la mujer de todos los hombres",que se dedicaban a procurarse placer con sus esclavos, a los que mâs tarde tor- turaban. - 22 - Como dice West, si en Grecia el amor homose xual fué puesto al servicio de los mas altos ideales de la - época, en Roma solo anadia variedad al libertinaje, (33) y también, con Nin Frias: "Si en Grecia, en la homofilia prado min6 el bello sentir,, en Roma en cambio, conociô sus deriva- dos viciosos y deleznables" (34). En la legislaciôn romana no se hace mencion de la homosexualldad hasta que Augusto trato de moderar la - vida del Imperio y, mas tarde, la ley Scantinia condenara el adulterio y la pederastia, aunque la observacion de esta ley, que definia estas faltas como delitos privados, dando al ca- beza de familia toda la autoridad necesaria para que se eri- giera en juez y verdugo del acusado, permanece desconocida. El abuso homosexual de menores fué prohibi­ do también por la ley Julia, pero (35) tampoco se conoce mu­ cho acerca de su cumplimiento que, de aplicarse alguna vez, seria exclusivamente sobre las clases mâs populares. En estas legislaciones, ademâs del espiri- tu de cada Emperador, se observa la inf luencia de la doc tri. na cristiana, que era restrictiva para todas las manifesta- ciones sexuales, aunque de forma diferente, como se verâ a continuaciôn, a las que promuIgaban sus antecesores, las Le yes Mosaicas de los hebreos. 1.6.),- El pueblo de Israel. Las tribus Israelitas antiguas, igual que los griegos y los romanos, no debian de conocer - - 23 - las manifestaciones represivas contra la sexualidad que luego se fueron desarrollando. Las tribus judias, en sus primeros - tiempos,deblan de estar organizadas con una moral sexual laxa, pues el antiguo judaismo constituia una sociedad relativamen- te matriarcal, de tipo comunitario, dedicada a la caza y a la pesca y con influencia de las mujeres en su ordenamiento. En algûn tiempo," los judios imitaban muchas de las tendencias - sexuales de sus vecinos, incluyendo varias formas de culto sexual. Estas llegaban a extremes como la prostituciôn sagra- da de hombres y mujeres, la introduccion de los jovenes a las exaltaciones religiose- sexuales del orgasme dentro del tem­ ple y a los contactes ceremoniales bucogenitaies entre los - sacerdotes y los fieles"(36), Muy probablemente, cuando se escribiô el An tiguo Testamento, las costumbres judaicas habian cambiado por necesidades adaptativas y a consecuencia del desarrollo de la agriculture y la ganaderia; como dice Engels, la fuer- za de' trabajo del hombre iba haciendose capaz de crear mâs productes de los necesarios para su mantenimiento. (3 7) Ade mâs, se necesitaba mayor cantidad de mano de obra y los pri, sioneros se convirtieron en esclavos. Igual sucediô con las mujeres, que se vie- ron degradedas en su posiciôn social. Su trabajo doméstico perdiô importancia comparedo con el mâs productive del hom bre y se pas6 a una sociedad patriarcal. - 24 - 1.7.).- La homosexualldad en el Antiguo Testamento. Los seve- ros preceptos judios contra la homosexualldad y, en general, contra toda la sexualidad,deben ser entendidos en gran parte como una reacciôn de los dirigentes de un pueblo pequeno, rp deado de enemigos, luchando por la supervivencia. En una im­ portante medida, la interpretaciôn de las Leyes de Moisés - esta basada en lograr tribus mas grandes y mâs poderosas que mantuvieran fuerte al pueblo judio contra los enemigos. En sus condiciones, no debe de extranar que consideraran ne cesario no raalgastar el precioso esperma masculino, pues con ello se impèdiriau el crecimiento de la tribu. Enten- - diendo este aspecto es como deben de interpretarse las acti tudes hebraicas hacia la homosexualldad. Todas las manifestaciones homosexuales fueron consideradas como indeseables, sucias y como residuos del despreciable paganisme anterior. El ûnico fin de la sexualidad era la reprp ducciôn.Con palabras de Tripp , "la mayoria de las activi- dades sexuales se consideraron contrarias a la voluntad de Dios y se hicieron esfuerzos especificos para identifi- car los actos prohibidos con los hâbitos de los vecinos ahora despreciados"(38). El pansexualismo que,en general, habian - tenido la mayoria de los pueblos hasta entonces, se modifi, ca en las leyes judias por una actitud unicamente finalis- - 25 - ta de la sexualidad, tratando de suprimir drâsticamente todo su caracter hedonistico. El pueblo hebreo,desde el principle, viviô siempre en un clima de guerra y peligro. De forma progrèsi- va (3 9)» y desde sus origenes babilonicos, se trasladaron - a la Alta Mesopotamia, Canaan y, posteriormente, Egipto, donde se asentaron con la aquiescencia de los faraones has­ ta que consiguieron poder y riquezas y el Faraon ordeno su persecucion y la muerte de cuantos varones hebreos naciesen, iniciandose la llamada esclavitud de Egipto,"que duro apro- ximadamente veinticinco anos, al cabo de los cuales Moisés acaudillô y dirigiô las doce tribus que componian el pueblo de Israel hacia la Tierra Prometida: Falestina. La conquis- ta, realizada por Josué no fué larga y el territorio se re­ parti 6 entre once de las tribus, dedicândose la duodécima,- la de Levi, al sacerdocio" (40), Posteriormente, el peligro y la guerra fueron continuons, luchando contra los asirios, babilonicos, persas, Alejandro Magno, los seleûcidas y Roma e incluida - una guerra civil, hasta que el territorio fué absorbido por los arabes. No es de extranar, que en estas condiciones, el pueblo hebreo se convirtiera " en un pueblo duro, orgu- lloso, bârbaro y agrèsivo « (4-1). El concepto de intersexualidad que se ha visto aparecer en todas las mitologias de las mâs diferen­ tes culturas, aparece de modo expreso entre los hebreos en — 26 — el Genesis III, versiculo 23, cuando la mujer formada de la costilla de Adan, es presentada al hombre, quien exclamo: Esta si que es hueso de mis huesos y carne de mi carne; esta sera llamada varona, porque del varon ha sido tomada ", Las maldiciones biblicas sobre la mujer no pueden ser mas claras; " Multiplicarâs los trabajos con tus - preneces. Parirâs con dolor los hijos y buscarâs con ardor a tu marido, que te dominera Genesis, v.s. 3-16 y, " Toda maldad es poca comparada con la de la mujer , la muerte del pecador caiga sobre ella ". Eclesiastés v.s. 19. Las mujeres - se consideraron como seres inferiores a su oponente masculi­ no . Una de las primeras referencias a la conducta homosexual en la Biblia se encuentra en Genesis XIX v.s. 4 y 5 , cuando los dos ângeles enviados por Yavé a las ciudades de So- doma y Gomorra, donde como es notorio eran habituales las prâç ticas homosexuales, son hospedados por el fiel Lot en su casa. Este ofrece de comer a sus huéspedes, pero: " Antes de que - fueran a acostarse, los hombres de la ciudad, los habitantes de Sodoma, rodearon la casa, mozos y viejos, todos sin excep- ci6n. Llamaron a Lot y le dijeron: I donde estan los hombres - que h an venido esta noche a tu casa ?. Sâcanoslos parai que los conozcamos ". La respuesta biblica ante este intento de abuso homosexual, que Lot intentera evitar ofreciendo a sus - propias hijas, es clara: " Entonces Yavé hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de Yavé desde el cielo" y - 27 - "destruyô estas ciudades y toda la llanura, todos los habitan tes de las ciudades y toda la vegetaciôn del suelo". Genesis XIX, v.s. 24 y 2 5 . Ademâs de la condena de los sodomitas, la - Sagrada Biblia sanciona a muerte la homosexualldad en el le- vitico, capitule XX, donde se matizan mucho los actos que de ben considerarse dentro de la sodomfa y se dice: "Si un hom­ bre se acuesta con otro hombre, como se hace con una mujer, ambos cometen una abominacion y serân castigados con la muer te. Caiga su sangre sobre ellos". Levitico capitule XX v.s. 1 3. También se condena la homosexualldad de forma parecida en levitico XVIII v.s. 22. Muchas de las ideas imperantes sobre la homosexualldad en la moral tradicional vigente en la actua- lidad en Occidente tienen su origen en estes juicios bibli- cos condenatorios del comportamiento desviado. Sin embargo, se puede comprobar que, en ninguna de las citas del Antiguo Testamento se hace referen cia cencreta a la homosexualldad femenina. Al no participar el varon, su fuerza reproductora no se desperdiciaba, por - lo que el rigor de la condena era mucho mener, ademâs, de - que en si misma^la mujer estaba muy por debajo del hombre,- quién podia dominarla y someterla a su concupiscenela. — 2 8 — 1.8.).- La Moral ascética del Cristianismo. Con la llegada de Cristo y su Buena Nueva, recogida en el Nuevo Testamento, se va a mantener, aunque de forma diferente, la sexofobia de las Viejas Escrituras. El cristianismo, al menos el de sus prime­ ros tiempos, no sanciona con fuertes penas ni castiga a muer te a los que cometen sodomia oalas adultéras, sino que persi gue la interiorizacion de la idea del pecado, a través del - autocontrol, en detrimento de la sancion extema (42). El humanismo cristiano es mucho menos du­ ro que sus predecesoras, las leyes de los Viejos Profetas, - aunque la restriciôn que puede ejercer es mayor, al dirigir- se a la conciencia de cada une. La extension del cristianismo en el Imperio Romano va a ser la ideologîa necesaria para provocar su caida. Frente a la relajaclôn de costumbres romana , el cristianis mo fué difundiendo su moral ascética, considerando,como se— nala Von Sohel " pecados muchas de las cosas que eran acepta- das normalmente por los ciudadanos romanos mâs decentes " (43). El ideal eristiano era permanecer en estado de celibato. Galeno y Origenes dan testimonio de que, en sus primeros tiempos, eran muchos los cristianos que se abste nian de relaciones sexuales durante toda la vida. Toda la sexualidad, incluida en algunos ca- - 29 - S03 la reproductora, cran sanclonables por su,caracter placen tero. Todas las manif estaciones sexuales llegaion a ser |,eca- minosas y la castidad fué elevada a la categoria de virtud. En el Nuevo Testamento las leyes que hacen - referenda a la sexualidad ya no es tan destinadas a asegurar la supervivencia de un pueblo pequeno y guerrero, como en el caso del Antiguo Testamento, sino que el autosacrlllcio de - la came, "proporcionaba al cristiano la satisfacciôn de ha- ber cumplido la voluntad divina" (44). El cristianismo pregonaba la igualdad entre los distintos, con lo que la mujer vi6 al principio su condi ci6n elevada pero, al mismo tiempo, al desaprobar toda la se xualidad, considerando a Eva como la fuente de Inidaciôn al pecado, también volvîa a relegarla. En el mensaje de Cristo no hay una contiens explicita de la homosexualldad. Es San Pablo en su Carta a los Romanos, v.s. 26-27 quién se refiere a ella, y, en este caso habla - tanto de la masculina como de la femenina: "Por esto los entregô Dios a pasiones vergonzosas, pues, por una parte sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra - naturaleza. Igualmente, por otra, también los varones aban- donando el uso natural de la mujer, se abrazaron en la con- cupiscencia de los unos con los otros, hombres con hombres, cometiendo cosas vergonzosas y recibiendo en si mismos la - - 30 - debida récompensa de su extravio". Es aqui donde por primera vez en los escri- tos cristianos se emplea la voz contra natura, que luego se- râ ampliamente utilizada por los moralistas cristianos a lo - largo de toda las EdadsMedia y Modema. Con el cristianismo paulino, la dualidad en­ tre cuerpo y aima se va a hacer equivalents a pecado y virtud. La carne, el cuerpo, es el pecado que habita entre nosotros; el aima sirve a la raz6n, que seguirâ la ley de Dios. Esta radical separaciôn estâ senalada clara- mente por San Pablo cuando dice en Romanos 22: " .... porque me complazco en la ley de Dios segûn el hombre intericr, pero veo otra ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi razôn y me esclaviza a la ley del pecado que estâ en mis miembros". Dios y demonio, pecado y virtud, es la dia­ lectics de San Pablo que se reune en el sexo como expresiôn - de la facilidad del ser humano para caer en el pecado. La vida terrenal es, pues, para San Pablo, - una prueba de ascesis temporal, de lucha contra uno mismo, co medio de conseguir el premio divino en la otra vida. El lâtigo contra los sodomitas y las demâs - conductas sexuales consideradas inadecuadas cae en la obra de San Pablo con inusitada dureza y llega a adquirir caractères obsesivos. En la Primera Carta a los Cristianos v.s.6-9 y 10, - 31 - dice: "No os enganeis, ni los fomicarios, ni los idôlatras, ni los adulteros, ni los afeminados, ni los sodomitas..... heredarân el reino de Dios". En San Pablo, mas que en ninguna otra parte de los evangelios, se encuentran los argumentes que sosten- dràn los defensores de las tendencias cristianas oscurantis- tas y represivas sobre la sexualidad que iran apareciendo desde la Edad Media hasta nuestros dias. En el Apocalipsis de San Pedro, documente - del siglo II, se admite la intensidad de los sentimientos de repulsa con que los castes reaccionaban ante los impuros, re flejados en la minuciosidad con que se describen los tormen- tos con que seran afligidos despues de la muerte los adulté­ rés, fomicarios y homosexuales. En las vidas de los primeros Padres cristia nos se encuentran numerosos ejemplos de continua autotortura fisica tratando de buscar la purificacion del cuerpo y asi, (45)uno permanece anos enteros atado a una columna, otro se - encierra en un cajôn, en el que no puede siquiera estar de - - pie, de por vida y otro se mantiene en esta postura por - tiempo indefinido. Para el cristianismo rigorista, "Todo el mun do estâ asentado en el Maligno" como dice el autor de la pri­ mera epistola de San Juan. Como senala Dodds, "El remordimiento es fre- cuente en escritores cristianos de todos los tiempos: es la - - 32 - consecuencia lôgica de una fé que impone unas exigencias mora­ les que el individuo résulta incapaz de satisfacer plenamente. Entre los paganos se trataba de algo mâs bien raro ” , (46). 1.9.).- El U n da-la..£axJBomana, Loa.pueblog bàrbarQa» mis mo tiempo que los cristianos iban extendiéndose por Roma y su Imperio, los pueblos llamados bârbaros lo iban haciendo tam— bien por les dominios romanos, en los primeros siglos después - de Cristo, aunque todavia alrededor del afio 200 de la Era cris tiana, "cuando subiô al trono Marco Aurelio no se escuchaba ninguna senal de alarma que indicara al mundo la inminencia del fin al que estaba abocada la Fax Romana, ni que a esta iba a suceder una época de invasiones bârbaras, sangrientas guer­ res civiles, continuas epidemias, inflaciôn galopante y agu- da inseguridad personal " (47), Una época de pesimismo iba a invadir a Occiden te. Para Roma, los mâs peligrosos de todos los bârbaros eran los germanos, que constituian un pueblo de guer- reros con una vida religiosa muy simple. Adoraban a las fuer zas de la naturaleza y su divinidad supreme era Odin. La rel^ giôn germânica era " la propia de una aristocracia de guerre- ros " (48). En la vida social de los bârbaros, la base - eran los clanes, que,agrupados, constituian las hordes. Vivian de la agricultura y la ganaderia y, aunque existia entre ellos ” 33 - la propiedad individual, la explotaciôn de las tierras era - colectiva. La mujer estaba entre ellos bien considerada y la homosexualldad debiô ser aoeptada. ’Narrando Tâcito las costumbres de los germa nos dice: "Existe una gran emulacion entre los companeros de armas para conseguir la privanza de su jefe, y los jefes se esfuerzan por aventajarse los unos a los otros en el numéro y valor de sus companeros. Corresponde a su dignidad, a su - fortaleza, el estar siempre rodeados de un crecido numéro de mozos granados, los cuales constituyen un adorno en tiempo - de paz y un seguro baluarte en épocas bélicas Ayudar al jefe y protegerlei exponer la vida en gestes llenos de bizar ria por contribuir a su gloria, son las primeras y mâs sagra das obligaciones de dichos mancebos" (4-9). Es decir, segûn Tâcito,se trataba de una ho mofilia de carâcter militarista, basada en la fortaleza y la valentia de los guerreros, en el sentido de, por ejemplo, la homosexualldad de los batallones griegos de Esparta. Pero no todos los autores estân de acuerdo en admitir la complacencia germânica hacia la sexualidad aunque Nin Prias afirma que,"El amor se mezclaba a la virtud militar para inspirarle mayor fuerza y espiritu de solidari- dad" (50) y Viader dice que "Los bârbaros se distinguieron - siempre por la implacable severidad que desplegaron contra - todos los vicios antinaturales y que en determinadas épocas fueron mâs o menos tolerados por griegos y romanos. Los ga- — 34 — los y germanos persiguieron sobre todo estos delitos, conside­ rando los como perjudiciales para la naciôn. Por ello, los hom­ bres que habian deshonrado su virilidad eran condenados a mo— rir de igual forma que los considerados cobardes en la guerra" (51). Este juicio parece algo excesivo y, aunque es posible que existieran algunas leyes contra la homosexualldad, lo que es indudable es la existencia de un homoerotismo exten- dido entre las clases militares. Con todo,la opiniôn mâs gene- ralizada es la que afirma que los pueblos bârbaros constituian sociedades neutras en lo referente a la sexualidad. Bancroft - dice que en la Inglaterra précristiana, entre los sajones, - - existiô un considerable libertinaje sexual (52). La invasiôn de los bârbaros constituye uno de los hechos mejor preparedos de la Historié. Croselles dice acertadamente que "Fué una lenta infiltraciôn, una verdadera - penetraciôn pacifica" (53). Penser que la caida del Imperio Romano fué de bida a la corrupciôn moral y al libertinaje sexuel de los ciuda danos romanos es una déforméeiôn de la realidad. Toynbee ha descrito con belles palabras que,lo que se produjo,fué la rebeliôn de la plebe apoyada por los bârbaros o forasteros, que habian ido ocupando puestos impor­ tantes en la Administracion y el Ejército, contra las minorias - 35 "• en el poder que se habian abandonedo excesivamente en su ocio- sidad(54). Gonzalez Duro también piensa que, en la rebe- liôn del proletarlado ejerciô una considerable importancia el surgimiento y la expansion universel del cristianismo, que cons tituyô la idéologie necesaria para producir el levantamiento - contra la Fax Romana" (55)* Los Fadres Apôstolicos habian escrito unica­ mente para sus correligionarios cristianos. Pero después dé­ fi end en la causa del cristianismo ante el mundo de los paganos ilustrados, no tanto con la esperanza de convertirlos y conven cerlos, cuanto con el deseo de inducirlos a reprobar las inter mitentes persecuciones locales a que se veia sometida la Igle- sia (56). Fué también a finales del siglo II cuando un inte­ lectual pagano tomé en serio el cristianismo por primera vez.- "Lo que para Plinio El Joven no habia sido mâs que una incômo- da complicacion administrativa, lo que Luoiano y el mismo G a H to habian mirado como una mera curiosidad psicolôgica, fué con siderado por Celso como una amenaza real contra la estabilidad y la seguridad del Imperio. Con notable anticipaciôn supo ver en la Iglesia un potencial Estado dentro del Estado, cuyo con- tinuo desarrollo, en su opiniôn, amenazaba con romper los vin- culos de la sociedad y abrir las puertas finalmente a los bâr­ baros" (57). La decadencia romana fué lenta y el choque de dos concepciones opuestas de la vida, por un lado,1a tradiciôn — 36 — grecorromana que pregonaba el razonamiento y por el otro, la ideologia cristiana, basada en la fé ciega, no pudo ser facil, acabando finalmente con el triunfo de la Iglesia, que iba a imponer durante los siglos del Medioevo su pensamiento mas obscurantista sobre todo Occidente, influyendo radicalmente en las concepciones que, sobre la sexualidad, iba a poseer el horn bre medieval. A pesar de esto, durante los dos o tres prime ros siglos del Imperio Romano, la homosexualldad y la prostitu ciôn masculina florecieron, aunque las leyes Scantinia y Julia ya citadas, las prohibieron. Suetonio dice que Tiberio construyô un Gimna­ sio donde se practicaban todo tipo de extravagancies con jove­ nes de ambos sexos. También es bien conocido el desenfreno se­ xual imperante en la Roma de Caligula y Neron, quién ordeno la primera persecucion oficial y masiva contra los cristianos, a los que encerraba en calabozos y , posteriormente, arrojaba a las fieras en las arenas del Circo Romano, como espectâculo pa ra mantenerse en el podex^-Panem et circensesr Durante el mando de Vespasiano, gobernante recto y trabajador que tratô de reorganizar la vida romana, volviô a reinar la paz. Pero,mâs tarde, en la época de Domiciano,que fué uno de los mâs crueles emperadores, la homosexualldad en - su forma mâs vil continué siendo habituai. - 37 - El Imperio acabô siendo una tirania, con to­ das las caracteristicas patologicas de esta forma de gobierno, que, como dice Izquierdo Croselles, "Conducen siempre al de­ sastre y a la maxima desorganizacion social, por el hecho fun­ damental de que los poderes püblicos se ponen siempre en ma­ nos de los peores" ($8). La primera proscripcion legal documentada de las pràcticas homosexuales se dio a principios del siglo III - p.C. (59), pero la prostituciôn masculina continué prosperan- do y, poco después se impuso a los prostituidos una tasa, que era pocas veces aplicadas. 1 • 10. ),- R.aconpcimientQ qficial de..Ia relig ion ,, cristiana„poj: Constantino. Fué a principios del siglo IV p.C. cuan do Constantino, hijo de madré cristiana, comprendiô la importan cia de esta religion y resolviô apoyarse en las Iglesias cris­ tianas, que estaban ya extendidas por todo el Imperio y reco- nociô a ésta religiôn, que condenaba taxativamente la pederas­ tia, como oficial, haciando que, a partir de entonces, la so­ domia fuera un crimen capital. Antes de que la religiôn cristiana triunfase definitivamente, hay que senalar un intento de resurrecciôn del paganismo en el reinado de Juliano, sucesor de Constanti— no. Este Emperador habia vivido mucho tiempo en Atenas y habia estudiado la filosofia griega. Cuando llegô al poder, abjuré - — 38 — del cristianismo y vôlviô a abrir los templds paganos. Con Valentiniano El Joven y, per fin, con Teo dosio, la religion de Cristo triunfo en el mundo romano y el - fuego sagrado, que ardia en Roma desde muchos siglos atras, fué apagado y expulsadas las vestales de los templos. También se continué produciendo la romanizacién de los bârbaros que ya iban dando origen a lo que, luego, se conocerâ como Cristi- andad. Guando los godos, en el 410 d.C., saquean Ro­ ma, el Imperio Romano acaba por consuneion, pues, en realidad, los bârbaros mandaban hacla tiempo sobre todas las cosas.Solo la zona Oriental habla escapado a la invasién germânica y el - Imperio de Oriente, atravesando diversas alternativas, se man- tendrâ hasta finales de la Edad Media, si bien su oultura, mez cia de la griega y de la oriental, fué muy distinta de la roma na clâsica. Las disposiciones légales de los ûltimos empe radores de Occidents fueron recogidas tanto por Bizancio como por los pueblos bârbaros, y asi, Justiniano (482-565 d.C.) en dos ocasiones (536 y 544 d.C.), legisla contra los que "Luxuriantur contra naturam” . Un nuevo orden de cosas se ha establecido en el mundo. Las relaciones homosexuales son ya consideradas como una accién impia, abominable y justamente odiada por Dios. - 3 9 - Los que las cometen instigan al diablo: "diabolica instigatio- ne” , esta prohibido a todos cometer esta "luxure ilicite" y - se obliga a los que se ban encontrado culpables a confesarse - de ello al patriarca y hacer penitencia. En cuanto a los que - no quieren corregirse, se les aplicarâ terribles suplicios, - pues no son dignos de otra cosa", En el cristianismo primitive, los clérigos interpretaron la destrucciôn de Sodoma y Gomorra como la ira - de Dios expresada contra los que habian oometido acciones ho­ mosexuales. Por eso, hay coincidencia entre los desastres de - Roma en 525 d.C., que sufriô terremotos y grandes crecidas y la peste de Constantinopla, con la publicacién, por el Empera- dor Justiniano de estas dos leyes o Novellas, en las que con— denaba duramente las practicas homosexuales. Ya anteriormente, en el Concilie de Iliberis en 305 d.C. se habla de stupratores puerorum, aunque en la - - prâctica se consideraban asi todos los que tenian relaciones - homosexuales y se les excluia de la comunion, aûn en caso de - peligro de muerte. 1.11.).- El esplendor Persa. En el siglo VI, Constantinopla - aparecia como la fortaleza que debia defender la religion de - Cristo contra los persas , discipulos de Zoroastro, y contra los arabes, sectaries de Mahoma. Con los persas, (6 0), comienza la importan- — 4o — cia de la raza aria, indoeuropea en la Historia. Como los ger manos, eran pueblos con mas apego a la naturaleza que los - - griegos y romanos con sus refinadas costumbres urbanas. Lo que distinguié a los persas de las demâs culturas de Oriente fué precisamente su bondad y su elevadi- sima moral. La educacion de los ninos ténia por finalidad hacer buenos hombres y bUenos soldados. Las poblaciones asiâticas, acostumbradas a las terribles crueldades de los demâs conquistadores, de - los asirios, filisteos y hebreos, han celebrado en sus tradi clones la benevolencia de Ciro, que respetô la ciudad de Ba- bilonia y permitié a los judfos regresar a Jerusalén. Estos gestos debieron maravillar a los pueblos de su época. Herodoto, en sus Relatos sobre usos de los perdas,senala que lo que mâs le impresioné de ellos fué ob- servar como ninguno castigaba con dureza a sus convecinos. Dice que, "Procurai) disfrutar de todos los placérés que coro cen; entre otras cosas,han aprendido de los griegos el gusto por la pederastia (6l), Plutarco afirma que,los persas conocfan la castraciôn de adolescentes mucho antes de haber imitado las costumbres de Grecia, lo que habla de su interés por los eunucos, sobre todo en relacién con cultos religiosos de ca- râcter esotérico. Entre los primitivos arios eran frecuentes - 4 1 - las asociaoiones de hombres solos. Para ello existlan los "Andrones" o casas de hombres. Dentro del recinto del templo de Labraunda (Suecia), se descubriô un lugar de este tipo. 1.12. ). - El Islam y la civilizaclon India como e.iemplos de dos sociedades mâs tolérantes con la homosexualidad. El pueblo persa fué conquistado a finales del siglo VII por la invasion islâmica, cuya cultura fué una amalgama - de elementos semiticos, indopersas primitivos y griegos,sobre todo. Los ârabes pertenecian a la raza semitica, - como Moisés y Jésus y su modo de vida era el nomadisme, acos- tumbrando a estar agrupados en tribus. En Arabia las Iluvias son escasas y la mayor parte del pais esta formada por des 1er tos. Essad Bey dice que: "Este ârabe que vive en las arenas,- se parece a la arena. Insignificante para el resto del mundo, es inmutable a través de los siglos" (62). Los ârabes del siglo VI practicaban la tole- rancia religiosa y, al lado de los dioses paganos, se adoraba a Cristo y a Moisés en igualdad de condiciones. Todas las di- vinidades eran équivalentes. La vida de la tribu en el des 1er to implicaba el matrimonio poligamo. No les gustaba casarse dentro de su tribu, pues temian incurrir en el incesto, - por lo que practicaban la exogamia. Ademâs del matrimonio normal . existia el casamiento temporal y el divorcio era muy - 42 - comûn. Los antiguos nômadas tampoco ignoraban la pollandria, aunque compraban y vend!an a sus mujeres como a los esclavos y a los camellos. La riqueza y la potencia de las tribus âra­ bes venian dadas, lôgicamente, por sus guerreros, y las muje res eran consideradas como una carga improductiva, cuyo va­ lor estribaba solo en la maternidad. Los jévenes varones - j eran estimados por su valentia y eran iniciados a la vida - '_ adulta, en algunos grupos tribales, a través de la relacién jl sexual con los patriarcas, que debian transmitir asi su va- |' lor y sabiduria a los nuevos portadores de la defensa de la tribu. Los restes de los cultos preislâmicos po- | nen de manifiesto que las mitlficaciones religiosas de las - | culturas mesopotâmicas habian penetrado en Arabia. | Con la llegada de Mahoma, "El ultimo de los j profetas", los ârabes van a conquistar en pocos anos un ex­ tenso imperio apoyados en el fanatisme, pues como dice bien Cahen, su fuerza estribaba en el entusiasmo religiose, ex- tendido y reforzado râpidamente entre aquellos que, en un - principio no lo experimentaron, por el botin, y no solo por los bénéficiés inusitados que procuraba, sine porque manifes taba el apoyo de Alâ (6 3). El origen de las conquistas ârabes hay que buscarlo en su exaltacién teolégica, que trajo como résulta- - 4 3 - do el que "En très generaciones, una serie de tribus disper­ sas, algunas sedentarias, las mâs nômadas que vivian del co- mercio y de la agricultura de subsistencia, se convirtieron en un rico Imperio que dominaba todo el Méditerranée meridio nal y el Proximo Oriente, desde Afganistân hasta Espana" - (64). Las disposiciones légales ârabes, basadas casi todas en su libro èagrado El Corân, fueron pensadas no - para reprimir, sino para dirigir y, aunque puedan resultar muy duras para nosotros, son muy benevolentes en comparaciôn con la dureza y severidad que, en aquella época, reinaba en el mundo. Mahoma ténia pas ion por las mujeres, a las - que consagraba mucho tiempo. Foseia un gran numéro de ellas, catorce, que fueron llamadas las Madrés de los Creyentes. La ley del Islam autorizaba la poligamia y permitia cuatro mu je res, junto con las uniones serviles. La familia seguia estando bajo el dominio - de los hombres y la mujer era considerada como menor de edad, aunque gozaba de mejores condiciones materiales de existencia que anteriormente. El Corân dice muy claro: "Los hombres son superiores a las mujeres, porque Dios les ha otorgado la preeminencia sobre ellas y porque las dotan con sus bienes. Las mujeres deben ser obedientes y guardar los secretos - 44 - de sus esposos, puesto que el cielo les ha confiado su cus- todia. Los maridos que sufran desobediencia de sus esposas, pueden castigarlas, dejarlas solas en el lecho y hasta gol- pearlas. Mâs, si os obedeciesen, no les dels motives de quô jas. Dios es excelso y grande". Azora IV, Aleya 38 (6 5 ). Siguiendo las costumbres heredadas de la - Antigüedad, las relaciones homosexuales eran casi un comple mento normal de las qtras, pero, al menos en algunas de sus formas, no es concebible que su prâctica estuviese permitida a todos, pues no estaba financieramente al alcance mâs que de la aristocracia. La fomicaciôn y la pederastia fueron fal- tas graves entre los ârabes , sino estaban legalizadas por medio del matrimonio o de las relaciones entre senores y esclavos. Mahoma, al final de su vida iniciô una mayor tolja rancia e igualô las penas de los adulteros con las de los - acusados de cometer el pecado de pederastia, cuyo castigo - variaba desde cien azotes a la pena de muerte por lapida- cion (6 6). El Corân dice que: "Las inmundicias entre los dos sexos serân castigadas con cien golpes de lâtigoj tal - es el juicio de Dios. No tendreis con ellos ninguna conmise raciôn si creeis en el Senor y en el dia final. Que algunos fieles sean testigos de sus cargos". Pero no hace alusiôn - directa al castigo de la homosexualidad, como la Biblia, de la que estâ muy influenciado. - 4 5 - E1 influ jo pagano esta muy presente en la poesia arabe, en la que se ensalzan en muchas ocasiones las relaciones homofilicas, de lo cual pueden darnos una idea - las versiones no expwrgadas de las Mil y Una Moches, a pesar de que una ideologia determinada se haya esforzado en disfra zar como mujeres a los adolescentes, a quienes los poemas van destinados. En las certes ârabes de los tiempos de es­ plendor habia, como en todas las orientales, un sinnûmero de eunucos. En el palacio cordobés de Abderramân III, princi. pe insigne que pacificô su reino, concluyo pactos ventajosos con los cristianos y adopté el titulo de Califa, que le daba ademâs de su poder de rey, la jefatura de la religion mahome tana, vivian 6.341 mujeres, 3*340 eunucos y 13*750 servidores. De forma parecida al Islam, en la civiliza- ciôn india, la homosexualidad era un acto que todos, desde el adolescente al anciano, admitian sin la menor incomodidad. . Las leyes de Manu, que son del siglo XII a.G. y estân muy relacionadas con sus predecesores los Vedas, son un côdigo hecho por y para hombres, del mismo modo que el Co­ rân, En ellas se dice que "Aunque sea censurable la conducts de su marido,aunque se dé a otros amores y esté desprovisto de buenas cualidades, debe la mujer virtuosa reverenciarlo como a un Dios". Libro V, vc.154. En las leyes de Manu, al hablar de la Crea­ d o n , también encontramos referencias al hermafroditismo pri — 46 — mario, como en casi todos los Textos Sagrados. Asi, en ellas se dice: "Habiéndose dividido en dos, el Soberano Maestro se volviô mitad macho y mitad hembra y , uniéndose a esta parte hembra, engendré a Viradj". vc. 32.Creacién. 1.1 3.).- La Alta Edad Media. El establecimiento de la socie- dad feudal. El hundimiento del Imperio de Occidents va a conllevar la disolucién de muchas de las estructuras so­ ciales que garantizaban su propia elevacién cultural. Se quie ra o no, con la Alta Edad Media se inaugura un largo y som- brio periodo, que se extiende desde los siglos V al X. La cul tura, y con ella la moral sexual, se hace religiosa. Unicamen te los monjes se van a dedicar a conservar el saber clâsico - que consiguié sobrevivir a las invasiones bârbaras. Durante la Edad Media, los pueblos de Orien­ te disponian de una civilizacién mâs elevada que los de Occi­ dents."De las dos culturas que se repartian el mundo, la musul mana ténia hermosas ciudades con escuelas, talleres, jardines, campos con agricultura adelantada, intense comercio Sus habitantes mâs cultos,tenian una gran tolerancia religiosa y - sexual"(6 7). Los bârbaros eran pueblos jévenes, vigorosos, viriles y belicosos, que no tenian instituciones propias, con una gran cultura conquistada y mal aprovechada. A través de las ordalias, o juicios de Dios,iniciados a finales del siglo VII, aplicaban la justicia con la convicciéri, como dice Lain - — 47 — de que el curso de los fenômenos naturales puede ser preterna turalmente abolido o alterado en cualquier momento (68). Si - no se es culpable, el agua hirviendo no deberâ quemar. De los tipos mâs corrientes de ordalias, que eran nueve, la prueba de la balanza (6 9) se empleô contra bru jas y herejes,algunos de los cuales aceptaban las relaciones homosexuales. Se basaba en la creencia de que todos los que - tenian contacte con espiritus del mal carecian de peso y- si, al apoyarlos en la balanza, esta no marcaba nada, debian ser culpables de brujeria. Esta ordalia no debiô utilizarse mucho, por évidentes razones. Las pruebas del fuego y del agua hir­ viendo fueron apiicadas a los esclavos y a las mujeres por de litos sexuales. Con la conversién al catolicismô de los pue­ blos germânicos, antes del primer milenio d.C., el mundo va a estar obsesivamente dominado por la imagen del pecado introdu cida por el cristianismo, pudiendo decirse con B'ùhler ,que "El mundo terrenal perdiô,después de su creacion,su inocencia pa- radisiaca original, el mal se hace muy poderoso dentro de él y amenaza a la humanidad con miles de astucias y celadas. De- trâs de todo lo que hace la vida bella y agradable, sin excluir por tanto ninguno de los campos de la cultura, acechan el pe­ cado, la muerte del aima y la etema condenaciôn. Hasta el per fume de las flores, una voz melodiosa en el coro de la Igle— sia, la imâgen de un santo llena de dulzura y de delicias,el esplendor de la casa de Dios, pueden convertirse en la perdi- cién del hombre, con sussentidos pervertldos por el pecado — 48 — original. Por donde todos los esfuerzos en pro de la cultura son vanos y, en ultima instancia, obra de Satanâs" (70). El paganisme anterior se cdnvierte en el principal motivo de rechazo. Los Monjes insister continuamen te en ello y asi,San Faciano, en su Tratado del Bautismo, d_i ce '* .... dejando a un lado los errores de nuestra vida pa- sada, la adoraciôn de los idolos, las impurezas, los excesos y los demâs vicios de la carne, abracemos con Cristo las nu^ vas virtudes que nos infunfer el espirituj la fé, la pureza, la inocencia, la castidad ". Durante la Edad Media, el choque entre la - mentalidad pagana, con sus tendencias homofilicas y la cris- tiana, sexofébica, se pone de manifiesto en el gran hombre - que fué Agustin de Tagaste, mâs tarde Santo de la Iglesia(71). En sus Confesiones refiere con sencillez y humildad las suce sivas etapas de su vida, para que pueda servir de guia a otros pecadores. La amistad es entendida por San Agustin del mismo modo como la entendian los griegos. En su mundo no figuraba la mujer» él buscaba la sabiduria a través de los libres clâ sicos y de los amigos que, "mimosos y llenos de vivacidad, dê leitaban sus horas de ocio o las dedicadas al estudio" (7 2). Las contradicciones y las luchas espirituales del, mâs tarde catôlico Agustin, debieron ser muy grandes en un mundo que - rechazaba fuertemente las manifestaciones sexuales como algo sucio y reprobable. Si, entre los pueblos germânicos, la mujer habia gozado de gran prestigio, a comienzos del siglo VI, por — 49 — la influencia sobre todo de las ideas de la Iglesia, con la - promuIgacién de la Ley Sâlica, quedaba excluida de la sucesion al trono. Toda la propiedad iba a quedar, desde entonces, en el tronco familiar del varôn. Las c ire uns tanc i as historicas harân que los monasteries deban adoptar el papel de centres de cultura y - focos de su irradacién. En el mismo monasterio de Montecassi no, fundado por San Benito, descuella hacia el ano $00, la - figura de Casiodoro, gran canciller de Teodorico y que luego, retirado al claustro, insistio en la necesidad de que los mon jes estudiaran los textos clâsicos, manteniendo él mismo una biblioteca en la que figuraban abundantes obras médicas. El nacimiento de la Orden Benedictina va a - suponer un nuevo estilo cultural (73)» a consecuencia de sus- formas renovadas y de las traducciones de los escritos clâsi­ cos. Los monasteries se van a convertir en centres en los que se acumulan los conocimientos, pero las debilidades humanas - también debieron hacer su apariciér entre los monjes y, asi, - el propio San Benito, en su Régula Monachorum dice que:".... Los hermanos mâs jévenes no tengan continuas sus camas, sino entreveradas con las de los ancianos". En el cristianismo del Medioevo se va a ins- talar con toda su crudeza una doble alternative: "Mientras Dios y los santos derraman su amor y caridad infinitos sobre los peores criminales, en cambio, una falta insignificante co metida por un hombre bueno y piadoso puede ser vengada a veces — 5® — condenândolo a los tormentos del infierno. Los môviles van a ser, pues, la recompensa y el terror" (74). El concepto monacal del cuerpo humano en lo referente a la sexualidad se expresa claramente en las pala­ bras del monje Odon de Cluny: " La belleza del cuerpo estâ - solo en la piel, pues si los hombres vies en lo que hay deba- jo de la piel, asi como se dice que el lince de Beocia puede ver en su interior, sentirian asco a la vista de las mujeres. Su lindeza consiste en mucosidad y sangre, en humedad y bilis. El que considéra todo lo que estâ oculto en las fosas nasa­ les y en la garganta y en el vientre, encuentra por todas - inmundicias. Y si no podemos tocar con las puntas de los d^ dos una mucosidad o un excremento, jcomo podremos sentir de seo de abrazar el odre mismo de los excrementos? (75). A pesar de todo, hasta el siglo VI, existiô en cada ciudad una clase ociosa y cultivada que, junto con - los terratenientes, mantuvo vivas las tradiciones de la cul­ tura antigua. El paganisme debiô subsistir hasta mediados del siglo VI, aunque Constantinopla se mantuvo fiel a las tradiciones de la polis antigua y en el Imperio Oriental la relacién entre Iglesia y Estado era una comûn, aunque tiran­ te dependencia del Emperador. En el Occidente cristianizado, los gobemantes trataban, en cambio, de fortalecer la unidad entre ambos, dando apoyo a las crecientes prerrogativas del Papa de Roma. Pipino el Breve, el padre del gran Carlomagno, dispuso, por ejemplo, que todos los habitantes del reino pa- gasen a la Iglesia una contribucién del diez por cien de sus rentas; eran los diezmos (7&). - 5 1 - E1 gran historiador Huizinga senala acerta- damente que, a pesar de todo (en la Edad Media), "El sentido de la justicia era todavia pagano en sus très cuartas partes. Era necesidad de venganza. La Iglesia habia tratado, cierta- mente, de endulzar los usos juridicos, impulsando a la manse dumbre, a la paz y al caracter conciliador; pero el sentido del derecho propiamente dicho no se habia modificado por - - ello, Al contrario,se habia hecho mâs extremado, incorporan- do a la necesidad de sancion el odio al pecado" (77). 1.14.).- El miedo a la herejia. La llegada de los Inquisido- res. Durante la Edad Media, las autoridades organi zaban campanas de justicia tratando de luchar contra las bru jas y los encantadores o contra los sodomitas, pero casi nun ca lograban su proposito; en realidad, eran obligaciones de carâcter moral. A pesar de la condena brutal que la Iglesia medieval ejercio sobre el comportamiento sexual en general, hasta el Concilio de Trento, posterior a la Edad Media,(78) no se estableciô como requisito para la validez del matrimo nio su celebraciôn ante un sacerdote y unos testigos. Ademâs, las ideas reinantes entre el pueblo en lo referente a las relaciones sexuales, tanto entre indivlduos de distinto sexo como del mismo, eran bastante relajadas y habia muchos hijos ilegitimos. También el adulterio era muy frecuente y,sobre - todo,los hombres lo practicaban con frecuencia, aunque las - - 5 2 - mujeres tampoco parecian muy escrupulosas en cuanto a la fide lidad conyugal. Las penalidades de las clases bajas ya eran suficientes, y no debe de extranar que usaran el sexo como una via de escape. Uno de los mas célébrés trovadores de la época (79)» expresaba asi el inconmensurable desdén de los senores - hacia los campesinos: " El labrador es un cerdo y vive como un cerdo, por mucha riqueza que acumule. Su senor tiene el de- ber de tratarie con dureza y procurar vaciar sus areas. Quien no trata con mano dura a sus campesinos, allenta su presun— ci6n. Insensate aquel que no se apodere de los bienes del cam- pesino cuanto antes. El labriego no tiene por qué quejarse cuando su senor le hace pasar miseria o le rompe piemas y bra zos" . A los ojos del orgulloso senor, solo él o quienes eran como él o de superior categorla, merecian el calj. ficativo de hombres. Los poderosos, como siempre, podian dispo ner por derecho propio de las mujeres y los companeros que de- searan. Hasta el siglo IX, con la llegada de Carlomag no, la cantidad de leyes, instituciones y castigos era enorme. La pederastia existié en todos los pueblos bârbaros cristiani- zados, aunque no fué por la tolerancia de las leyes. General- mente era castigada con la pena de muerte y no existia, como - para otros delitos, la posibilidad de rescate por dinero. Los - 53 - germanos util!zaban el método de enterrar vivos en el fango - a los condenados por este deli to (80). Otros pueblos castraban a los delincuentes. Carlomagno se convirtio en el primer monarca de la Cristiandad, despues que fué coronado por el Papa Leon III como Emperador de Occidente en el ano 800. En su reinado, respetô las tradiciones en general, y asi, por ejemplo, no su primiô las ordalias. Sus Capitulares vinieron a ser un compen dio de las leyes ya existantes. Y, en unas de ellas, se encu­ entra el texto De peccatoribus diversorum malorum, cuyo titu­ lo es significative, puesto que en él se habla de pecados y no de delitos. Con esta ley, con la que se condenaba duramente - la homosexualidad, Carlomagno y su ambiente eclesiâstico tra­ taban de evitar la ira de Dios, que se manifestaba en la inva siôn de Espana por los arabes y a la vista de la sodomia praç ticada en aquellas pegiones. En la Peninsula Ibérica, al final del reino visigodo, existia el mismo temor a la côlera divina y en el - XVI Concilio de Toledo se sancionaba a los sodomitas en diver SOS grados, diciendo: "Asi como la limpieza de corazôn y de - cuerpo hacen que los hombres se aproximen a Dios, por el con­ trario, las torpezas incestuosas les apartan de El, y, asi co mo el horrendo y detestable crimen en los tiempos pasados en- tregô a los pueblos sodomiticos para ser abrasados por el fue go que venia del cielo, del mismo modo, el fuego de la eterna — 54 — condenaciôn consumirâ a los hombres que se entreguen a semejan tes inmundicias, pues el Senor dice,por medio del Profeta: la vestidura mezclada con sangre, sera abrasada y alimento del - fuego. Ahora bien, porque esta funesta prâctica y el vicio del pecado sodomitico parecen haber inficionado a muchos, no­ sotros, para extirpar la costumbre de esta prâctica vergonzo- sa, abrasados por el celo del Senor, todos de comûn acuerdo, sancionamos que, todos los que aparecieren ejecutores de una acciôn tan criminal, y todos aquellos que se hallaren mezcla- dos en estas torpezas y, obrando contra naturaleza, hombres - con hombres,cometieran esta torpeza, si alguno de ellos fuera obispo, presbitero o diâcono, desposeido del grade del propio honor, serâ condenado a destierro perpetuo» pero si otras per sonas de cualquier orden o grado, se les hallare complicadas en crimenes tan afrentosos, sufrirân, no obstante, el rigor - de aquella ley que se promulgô en contra de los taies, y sepa rados de la asamblea de los cristianos, corregidos ademâs con cien azotes y vergonzosamente rasurados,serân condenados a destierro perpetuo; de tal modo que, a no ser que una digna sa tisfacciôn penitencial les permitiere recibir al fin de su vj. da el cuerpo y la sangre de Cristo, o los restituyese a la sociedad de los cristianos, tanto aquellos que deshonraron el culto debido a la Religiôn, como aquellos otros hombres de cualquier grado, como dijimos, sepan que ni al fin de su vida, conforme a lo establecido en los cânones, serân consolados con “ 55 ” la recepciôn de la comuniôn, ni agregados a la comunidad cris tisma" (81), La cita es extensa, pero informa adecuadamen te sobre la opiniôn que la Iglesia ténia de la homosexualidad antes del ano mil d.C, Bajo la influencia religiosa, las leyes ci­ viles visigoticas del Fuero Juzgo, son todavia mâs duras.En el Libro III,se dice: "Non devemos dexar el mal que es desco mulgado y maldito" y se castiga con un talion simbolico, la castraciôn. También debian ser entregados los sodomitas al - Obispo para que "Los meta en cârceles e fagan penitencia". Mientras tanto,el sistema feudal se va esta- bleciendo en la Cristiandad como modelo socioeconômico y la servidumbre va a sustituir al esclavismo. Las palabras de Firenne expresan acertada- mente los cambios experimentados."La Europa Occidental, des de el siglo IX, ofrece el aspecto de una sociedad esencial- mente rural y en la que el intercambio y la circulaciôn en­ tre los paises se redujeron al grado mâs bajo que podian al canzar. La clase mercantil ha desaparecido en dichas socieda des. La condiciôn de los hombres se détermina ahora por sus relaciones con la tierra. Una minoria de propietarios eclesi âsticos o laicos detenta la propiedad; abajo de ellos, una multitud de colonos estâ distribuida en los limites de sus - — $6 - dominios. Quién posee tierra, posee a la vez libertad y poder; por eso, el propietario es,al mismo tiempo, senor; quién esta privado de ella, queda reducido a la servidumbre, por eso,la palabra villano désigna a la par al campesino de un dominio - (villa) y al siervo Como regia general, la servidumbre - es la condicién normal de la poblaciôn agricola, es decir, de todo el pueblo" (82). Y dentro de esa servidumbre, el derecho de pemada, va a permitir que los senores feudales, o me jor, - algunos de ellos, gocen del privilegio de iniciar sexualmente a las doncellas y donceles, segun los gustos, nacidos en sus dominios. Al producirse la invasién arabe en Espana, - las costumbres musulmanas, que,ya se indicé,fueron muy toleran tes con la homosexualidad, se imponen en la Peninsula. Pero la respuesta no se hace esperar y ,ya desde el inicio de la Recon quista,se procura implantar la diferente mentalidad cristiana. Domingo Loren recuerda que hay un santo en los altares, San - Pelayo, que fué canonizado por no querer aceptar los requeri- mientos sexuales del califa Abderramân III, quién le mandé matar por ello. (8 3). Es la época de los Fueros Municipales, que condenaban casi constantemente la homosexualidad. No respetar un fuero estaba considerado como uno de los peores delitos - y prueba de ello es el Fuero de Leon, que dietaba;"Todos aquel los, fueran o no de nuestra progenia, que extranaren nuestras - 57 - constituciones sean tendidos y atados, rotas sus manes y sus pies, marcada su cerviz, vaciados sus ojos, reventado su vien tre y sac ad os sus intestines y dejados morir, hasta que los an- geles terminen con sus penas". No debia ser agradable, en es­ tas condiciones transgredir los fueros, pues la venganza,mâs que el castigo,eran realmente sâdicos. Durante la época de los Fueros Municipales, los juicios de Dios estaban establecidos en casi toda Espana y también se diferenciaba alos hombres por su religiôn y su - alcumia a la hora de aplicar las leyes. Los judios, igual que los sodomitas, eran muy perseguidos y severamente castiga dos. Las relaciones sexuales entre judios y cristianos eran - penadas con la castraciôn y la muerte. Como dice el Fuero de Sepulveda ; "Todo judio que sea hallado con una cristiana sea él despenado y ella quemada". En Espana, con la llegada de Alfonso X El - Sabio al iniciarse la baja Edad Media, se va a producir la - unificaciôn legislativa, dispersa en los Fueros Municipales. Pero, en el Fuero Real, la dureza del castigo de la homose­ xualidad no va a ser menor, aunque si dis tinta: " Mandamos - que cualesquiera que sean que tal pecado fagan, que luego fuere sabido, que ambos a dos sean castigados ante todo el - pueblo, e después,a tercer dia, sean colgados por las piernas fasta que mueran , en nunca donde sean tollidos" (84). En las Partidas," el abominable pecado" es r_e - 58 - cordado en varias ocasiones, aludiendo al castigo biblico de Sodoma y Gomorra y condenando a muerte "También el que lo fa ce, como el que lo consiente". A bs menores nô se les culpa, por considerarse que no entienden la gravedad del yerro que cometen. 1.15.).- Expediciones religiosomilitares a la Tierra Santa. Las Cruzadas. Los caballeros medievales eran guer­ reros por excelencia y, su modo de vida, el feudalismo, una sociedad militarizada. Por eso no es de extranar que, "Cuan­ do los ârabes habian acabado su Guerra Santa, empezaran los cristianos la suya, las Cruzadas" (8 5). Estas expediciones - entre militares y fanâtico-reliogiosas, tuvieron como desen- cadenante la invasion turca de Jerusalén, que no respetô, co mo los ârabes venian haciendo, el àcceso de los cristianos - al Santo Sepulcro. A esto,se anadieron la pasiôn por el com- bate y la sed de aventuras del hombre del Medioevo, que en- contrô en la Tierra Santa el lugar donde creia hallar la for tuna y la salvaciôn eterna. Focillon dice con acierto que, en el ano mil, llega el hombre de Occidente al colmo de las desventu— ras que le habian perseguido durante todo el siglo X y, la - marcha hacia el Oriente, bajo el lema de"Dios lo quiere", es timulada en el Concilio de Clermont por el Papa Léon X en - 59' - en 1.095, se convlerte en una forma de escapar al Apocalip- sis del primer milenio. (86) For esta época, San Bernardo, critica el - afeminamiento que habian ido adquiriendo los Senores en su ociosidad y su poca preparaciôn para la guerra, cuando dice: " .... vosotros, haceis todo lo contrario ; llevais, al modo de las damas, larga cabellera, que os estorba ver lo que te neis alrededor; ambarazais las piernas con vuestros largos vestidos, envblveis vuestras piernas y delicadas manos con grandes vélos ison estos equipajes de guerra o adornos - de mujeres?" (87) . Con el fin de la Alta Edad Media, al iniciar se las Cruzadas, se produjo necesarlamente un intercambio de costumbres entre la Cristiandad y el Oriente, de forma que, es,a algunos de los Cruzados, quienes no vivian de acuerdo - con el ideal de continencia cristiano, a los que se debe de atribuir la introduccion en la Europa medieval,de las mâs re lajadas actitudes sexuales de los orientales. Los eunucos iban a hacer acto de frecuente presencia, a partir de entonces, en las Cortes europeas, que los aeogieron râpidamente. El amor caballeresco era la exprès ion doble de dos caracteristicas medievales: por un lado, el total someti_ miento de la mujer al varôn en la Edad Media y por otro el as cetismo cristiano.El amor estaba idealizado y consideraba a - la mujer un objeto pasivo, infantil y sin iniciativas, que ha bia de ser otorgado como premio al valor del caballero. Des­ pués, con el matrimonio y la pérdida del ideal, tenia lugar la — 6o — brutal posesiôn de la mujer por el "noble caballero". Para conocer las consecuencias religiosas de las Cruzadas, pueden ser convenientes las palabras de Izquier do:" El contacto con hombres de muy distintascreencias, tuvo, indudablemente, gran influencia en las ideas religiosas de siglos posteriores. Al querer probar la superioridad de la re ligion cristiana, tuvieron los cristianos que discutir con los musulmanes y judios, comparando sus creencias. Esto diô - lugar, en la mayoria de ellos, a la exaltacién de su fé; pero otros, en cambio, cayeron en la herejia" (88). Las costumbres de lujo y de refinamiento con traidas por los cruzados y traidas por ellos a Europa, princ_i palmente a Italia, no tardaron en propagarse, y esas costum­ bres, en el seno de una Iglesia enriquecida y todopoderosa, - produjeron en ella deseos de cambios. Paralelamente, en Francia, Luis IX El Santo trata con sus Establecimientos de que las leyes sean mâs jus- tas y razonadas, a pesar del influjo de las costumbres de la época, que mantenian unas legislaciones muy severas, condenan do a muerte a los adulteros y a todos los que cometieran delj^ tos contra la naturaleza. A partir, de la segunda mitad del siglo XII, se multiplicaron en el seno de la Iglesia una gran cantidad - de herejias que fueron combatidas con gran dureza. Here je era quien rechazaba en todo o en parte la doctrina cristiana, por­ que en el siglo XIII el hombre va a empezar a ser por primera vez libre frente a la religiôn. - 62. • * La influencia oriental en los movimientos an ticlericales era grande. Los câtaros o puros habian llegado - al sur de Francia desde Bulgaria y a sus defensores se les llamaba bulgares y luego buggers (sodomitas). No deseaban nin guna riqueza terrenal, y practicaban una extremada pobreza. Pensaban que el espiritu habia quedado atrapado en la materia y que la via de desarrollo consistia en escapar de la materia lidad hacia la espiritualidad, influidos por las doctrinas gnôsticas e hindûes. No valoraban la procreacion ni el matri­ monio, que eran considerados como faltas y vivian en el ascé­ tisme mâs riguroso, contrastando con la incontinencia de los jerareas de la Iglesia, que los acusô de sodomia con sus espo sas, usando el término en el sentido actual de coito anal y - no como homosexualidad en general, que era la forma aplicada des de las maldiciones biblicas. Los câtaros fueron duramente perseguidos, igual que los albigenses, quienes creian, como los persas, en dos divinidades, una el Dios del Bien y otra, el del Mal y admi tian el paso del aima a diferentes cuerpos. También fueron acu sados de sodomia y combatidos encarnizadamente en Béziers, don de tuvo lugar una tremenda carniceria. Solo en una Iglesia fueron degolladas siete mil personas. Para asegurar la defensa de los Santos Lugares, después de las Cruzadas quedaron muy pocos caballeros y se - - crearon ôrdenes religioso-militares.Fueron los Hospitalarios de San Juan y los Templarios, fundados en 1.120 y llamados asi por­ que residieron al principio en el templo de Salomon, en Jerusa- - 62 - len. La gloriosa Orden del Temple, después de ha­ ber acumulado gloria y honores, se vio su jeta a una terrible persecuciôn con crueles acusaciones, entre las que figuraban la de practicar un culto satânico, blasfemo y anticristiano y, sobre todo, haber incumplido el vote de castidad, sustituyén- dolo por el de no tener relaciones sexuales con mujeres. Esto, hacia suponer la aceptaciôn del trato homosexual. Los Templa­ rios tuvieron un espantoso final en el ano 1 .3 1 2. Acusaciones de pedofilia mistica o de sodomia parecidas se recogen en numerosas actas contra las sectas de - los Nicolai tas, los Cainitas y los Valdenses, entre otras. Las luchas contra los herejes triunfaron so­ bre todo porque facilitaron el camino para introducir una or- ganizacién eficaz, que subsistiria mucho tiempo después. Se - trataba de la Inquisicién. Si durante la Alta Edad Media fué el poder ci, vil fundamentalmente el que se precupô del comportamiento se­ xual del pueblo, con la persecuciôn de infieles y herejes, en- cargada a finales del XII a los obispos, empezô la intervenciôn eclesiastica en los asuntos juridicos, que progrèsivamente iria aumentando, hasta llegar a su mâximo apogeo en los siglo XV y XVI. Desde que el cristianismo fué establecido como religiôn oficial del Imperio de Occidente, la Iglesia solo habia aplicado castigos morales como la excomuniôn y la penitencia. - 63 - Ya fueron citados algunos ejemplos de aplicacion de estas pe- nas a los reos de homosexualidad. La perdida del sentido de unidad religiosa - que trajeron los herejes, amenazando también la propia estabi lidad de una sociedad civil propensa al fanatisme y,unida des pués a les nuevos aires de la Reforma, hicieron que la Igle- sia creara sus propios Tribunales de Justicia, quienes se en- cargaron de aplicar todo tipo de castigos,menos la pena de - muerte«para cuyo cumplimiento se entregaba al acusado a la - autoridad civil,que sin posibilidad de evitar la sentencia, estaba obligada a ajusticiar al reo. La Inquisicion fué establecida de forma eficaz en el IV Concilie de Letrân per Inocencio III y este mismo Pa­ pa se encargô de enviar comisionados especiales a los lugares mas afectados per la heterodoxia religiosa. A partir de entonces,y no solo desde que Fer­ nando e Isabel instituyeran elTribunal del Santo Oficio en Es- pana al acabar él siglo XV, pues otros tribunales parecidos - actuaban ya en diverses paises europeos desde mucho antes de este siglo, las brujas, los judios y los homosexuales van a ser perseguidos y condenados a duras penas por su conducta heréti- ca y sus relaciones con el Demonio , aunque es cierto ,por ctra parte , que los Tribunales eclesiâsticos solo centinuaron aplicando penas que,como los tormentos y los castigos desor- bltados, ya estaban insertos en las costumbres de estes siglos dures y arbitrarios. - 6U - La sexualidad estuvo desde la Antiguedad uni da a las practicas heohiceriles. El origen de la brujeria en Occidente es muy cotnplejo y , no parece, cotno trat6 de demos- trar Murray (89) que solœ fuera un resultado del mantenimien to del culto a Diana en Europa (90). | Segun la irnagen medieval, el principio del I Bien esta en el Cristianismo y el del Mai en “el deleznable - j paganismo" , Los adoradores del Demonio y,sobre todo las bru— ij jas,realizarian practicas paganas y,en este sentido , ademas j de por su condici6n de mujeres, estarian cometiendo actos he- reticos condenables. ' El mundo medieval estaba lleno de terrores morales, a los que habia que unir las catastrofes naturales.- En el siglo XIV las epidemias fueron terribles. Pirenne dice refiriendose a ello que : "La terrible hambre que asol6 a Europa de 1.315 a 1.317* causé mayores estragos, al parecer, que cualquiera de las anteriores. Desde principio de Mayo has ta mediados de Octubre de 1.316 sabemos que el magistrado co- munal de Yprès mandé enterrar a 2.794, cifra enorme si se piensa que los habitantes eran aproxiraadamente unos 20.000. Treinta anos mas tarde, un nuevo desastre, aun mis espantoso, la peste negra, asolé al mundo que apenas se estaba reponien do del primer choque. De todas las epidemias que registra la Historia, esti fué, indiscutiblemente, la mas atroz. Se esti­ ma que, de 1.3^7 a 1350, fué causa de que desapareciera proba blemente una tercera parte de la poblacién europea y vino des - 6$- pués un largo periodo de carestia" (91). En estas condiciones desesperadas, la bruje­ ria aparecerâ como una forma de protesta, en la que se cone en tran las frustraciones de un pueblo que se aieja de un Dios - a quién hace responsable de sus miseries y se aproxima al Dia blo, en cuyo triunfo créé. No es extrano pues, que, este grupo de margi nados, como abora se les calificarla, se entregaran a todo ti po de excesos, entre losque figuraban toda la gama de manifes taciones sexuales y, de forma muy importante, la sodomiticas. Los participantes en las ceremonies de inicia ci6n y, generalmente, al final, "se abandonan a la lubricidad - mis abominable, sin consideraciôn de parentesco. Si hay mas hombres que mujeres, los hombres satisfacen entre ellos su de­ praved o apetito"(9 2). Joseph Hausen situa alrededor del I.300 el inicio de las grandes persecuciones contra la brujeria.(93) La adoracién del demonio se va a manifester - en diverses formas, pero lo mas comûn era que Satin apareciera adoptando la forma de macho cabrio. Este animal habia sido ya relacionado en las antiguas costumbres paganas con ritos de ca ricter sexual (94), igual que la cabra era identificada con la brujeria. El Inquisidor Pierre le Bmussard, en la reca pitulaciôn de los crimenes atribuidos a los brujos de Arras, - explica el desarrollo de un sabbat con las siguientes palabras: - 6 6 - " .... Alli se encuentran los unos con los otros, con mesas - cargadas de vinos y manjares y alli encuentran también al Dia blo en forma de macho cabrio, de perro, de mono y nunca con - figura humana Despüés besan al diablo en forma de chivo en el trasero, con candelas ardientes en sus manos Des- pués de rendido este homenaje, pasaban sobre una cruz y escu pian encima, en mengua de Jesucristo y de la Santisima Trini dad. Despues ensenaban el trasero al cielo y al firmamento, en menosprecio y después de haber comido y bebido a satisfaç cion, se uni an todos juntos camalmentej e incluso el Diablo se ponia en figura de hombre o de mujer y los hombres cohabi taban con él en figura de mujer y las mujeres en figura de - hombre. También cometian los pecados de sodomia y homosexua- lismo y otros crimenes hediondos y énormes, tanto contra - - Dios como contra la Naturaleza" (95)• Dentro de los crimenes que se atribuian a - los brujos, uno de ellos era el de tener côpula carnal con el Demonio y era frecuente el enviar a la hoguera à los acusados de brujeria por "adorar de modo sucio al Diablo", En un documento de la Inquisicion sobre bru­ jeria en Navarra(96), se dice lo siguiente sobre lasrelaciones sexuales del Demonio con los brujos: "Una de las cosas con que mas captiva y subjeta el Demonio a los bruxos, para que perma- mezcan firmes en sus maldades, es traerlos embueltos en grande multitud de torpezas y de actos carnales,que cometen en sus juntas y aquelarres y fuera de ellos, tratando los demonios carnal y deshonestamente con los hombres y con las mujeres, y - 67 - mezclândose también los unos con los otros en presencia y a - bista de los demâs, y con cireunstancias que agravan sus mal­ dades, como obra encaminada por el Demonio. Y en esas torpe­ zas son comprendidos todos los bruxos mayores y todos los que son llegados a hedad en que puedan ejercer actos deshonestos. Y la certidumbre de estas maldades, se comprueba también con cosas bisibles que de ellas resultan, como es corromper a las mujeres donzellas y también a los hombres, la primera vez que el Demonio los trata, sacândoles sangre, que después lo» dias siguientes hallan y veen en sus camisas". Cuando se acusaba a un supuesto brujo de ha­ ber producido la posesién de otros, se estaba sobre todo cas- tigando las practicas sexuales heterodoxas y,muchos de los pro cesos contra la brujeria eran, en realidad, condenas de una sexualidad inaceptada. Caro Baroja dice con razôn que ,"En la historia de muchos movimientos de carâcter religioso, sobre - todo en los de matiz heterodoxo trente a una Iglesia oficial- mente constituida, suelen desempe'.ar papel singular unos hom­ bres que, aparté de tener una personalidad mistica fuerte, ejercen similar poder fisico, sexual, sobre mujeres un poco - desequilibradas y unidas en grupo" (97). De igual forma, este razonamiento podia apl_i carse también en el caso del enfrentamiento de la Iglesia con el poder de la atraccion homoerotica. El famoso manual de los Inquisidores domini- cos Sprengler y Kramer, el Malleus Maleficarum, identifies la — 68 — brujeria con el sexo y dice expresamente que " Toda brujeria procédé del apetito carnal" (9 8). -69 - 2. EL DELITO. 2.1.).- Los Reyes Gatolicos v el pecado nefando. Durante el reinado de los Reyes Fernando e Isabel se va a producir en Espana una dura represion de caracter politico-religioso. Al mismo tiempo que un intenso odio contra los judios, a los que calificaron de raza maldita, los Reyes Gatolicos se deci- dieron a establecer en Espana una Inquisicion realmente efi­ caz en sus dominios, donde no existia en realidad. Àsi,el 17 de Septiembre de 1.480 se nombraron los dos primeros frai les dominicos para que actuasen como inquisidores en Sevilla (99). Poco después, el 6 de Febrero de 1.481, tuvo lugar la primera ceremonia pûblica o auto de fe de la flaman- te Inquisicion y fueron quemadas en la hoguera seis personas, acusadas de herejes. Desde entonces, los Reyes Gatôlicos no se limitaron a intentar restablecer el orden; querian al mismo tiempo la unidad religiosa y para conseguirla se valdrian so­ bre todo del nuevo Tribunal de la Fe. También dictaron leyes contra el pecado ne­ fando. Entre ellas hay una, dada el 22 de Agosto de 1.497 con el titulo " De la sodomia y bestialidad ", en la que condenan a los autorea de este delito que "no es digno de ser nombrado" a - 70 - " Ser quemados en llamas de fuego" calificandolo como here— jia y crimen de laesae Majestatis y dicen que "Es merecedor de mayores penas que por obra se pueden dar". La ley es lar­ ge y muy minuciosa, mas que todas sus predecesoras en la for ma en que describe "Los actos abominables". También mandata imponer la pena de muerte aûn cuando el delito no hubiera sj. do consumedo y no pudiera probarse "En acto perfecto y acaba do y se probaren y averiguaren actos muy propincuos y cerca- nos a la conclusion del". Por este tiempo, Europa era presa de un enor me furor demoniaco, manifestado en la extensiôn y abundancia de las practicas brujeriles. Pero, en Espana, y a pesar del rigor del Santo Oficio, los castigos inflingidos por la Inqui sicion a los acusados de brujeria eran mas suaves que los que empleaban los tribunales secuales. El procedimiento en - casos de brujeria, dice Turberville (100), diferia poco dal que se empleaba en los juicios de herejia, excepto en que no se utilizaba la tortura. La lucha contra los ârabes, con el aislamien to de^^pafia del resto de Eurmpa que se produjo, hizo que la alarma contra las brujas y su condena fuera mas tardia, y di- ferente, de los demas paises de la Cristandad. Los autos de fé contra las brujas y homose­ xuales fueron frecuentes en la Peninsula, pero en el caso de los delitos de brujeria algunos inquisidores consideraron, con gran juicio que, el primer paso a seguir era la preven- cion, mediante la instruccion del pueblo, inmerso en costum- - 71 “ bres paganas. De todas maneras, bubo tribunales que no fueron tan justos y juiciosos y muchos fueron realmente crueles, de forma parecida a lo que ocurria en el resto de Europa. El principal significado de la Inquisicion - espahola bay que buscarlo, mas que en la lucha contra las practicas hechiceriles y sodomiticas, en la persecuciôn de ju dios y moros. Para la Inquisiciôn espanola, el pecado ne-- fando, como la bigamia y las desviaciones sexuales molinosis- tas de los clerigos, fueron delitos menores, aunque no los de jara de castigar. Su principal objetivo fueron los herejes, es decir, los judios y los moriscos. De igual modo, los cast! gos por los delitos de brujeria se aplicaron con menor frecuen cia e intensidad que en otros paises europeos y las epidemias mas intensas de hechiceria en Espaha se limitaron a las regio nes montanosas proximas a los Pirineos, Navarra y Cataluna. Un auto de 18 de Octubre de 1.509 ordené que la Inquisiciôn espanola no emprendiera acciôn alguna con­ tra los homosexuales, excepto si estaban implicados en casos de herejias. Pero Kramen senala que " Aunque los tribunales - de Castilla no volvieron a ejercer jurisdiccion sobre la sodo mia, la Inquisicion de Aragon adopté ahora poderes oficialmen te contra este mismo delito. El 25 de Febrero de 1.524 el Pa­ pa Clemente VII promulgé un breve decreto concediendo a la Inquisicion del reino de Aragon jurisdiccién sobre la sodomia, sin tener en cuenta si en ella estaba o no présente la here-- jia. A partir de entonces, los inquisidores aragoneses conser — 7 2 — varon esta nueva autoridad, que jamas abandonaron a pesar de las tipicas quejas alzadas por las Cortes de Monzôn en 1.533 " (101). El castigo para los adultos mayores de 25 - anos era la hoguera, siguiendo una descripciôn del tribunal de Zaragoza; a los menores se les azotaba y se les mandaba - a galeras. En la aplicacion de la pena de muerte para el delito de sodomia, la Inquisiciôn espanola fué mas modéra da que lôs propios tribunales civiles. El historiador Kramen continua diciendo: " En esto, la benignidad y humanidad de - la Inquisiciôn contrasta agudamente con las invariables eje- cuciones de los acusados por los tribunales seglares. La be­ nignidad era todavia mas acentuada con los clérigos que habian pecado de este, y como régla nunca eran quemados, excepto si no habian hecho caso a las repetidas advertencias" (102). Los clérigos homosexuales eran tratados con mayor indulgencia que los laicos porque el control de la mo­ ral del clero por los inquisidores no debiô de ser muy rigi- do, y en muchos casos, para evitar el escândojo, se mantu- vieron los casos en secreto (103). Lea, en su Historia de la Inquisiciôn, refi_e re que en Valencia el castigo usual de la homosexualidad con- sistia en ser quemado en la hoguera, pero coincide con Kramen en senalar que " Habia sin embargo, cierta réserva en la apli caciôn de este castigo, porque dichos crimenes no podian esca - 73 - par, como en otros casos, por medio de la confesion y conver sion" (104). Con Felipe II, el poder civil dicta normas para eliminar las dificultades que se encontraban en algunos casos para réunir pruebas necesarias y lograr castigar a los culpables del delito nefando. Estas disposiciones se en­ cuentran en una Ordenanza de 1.598. Dentro de lo referente a la moral sexual, - en Espana durante los siglos XVI-XVII, el pecado-delito que mas horrorizaba y escandalizaba era el de sodomia (105). Era un delito abominable y odiosisimo. Es suficiente tener - en cuenta que, en muchas ocasiones, se le llamaba simplemen- te "el pecado", como si se tratara del pecado por antonoma- sia. Durante esta época, el bestialismo se equi- paraba muchas veces con la sodomia, y esta no solo se refe­ rla a las relaciones entre hombres, sino también al lesbia-- nismo y , extendiendo el concepto de contra natura,a los tra- tos sexuales entre hombre y mujer habidos de modo artificial (106). Tomas y Valiente explica por qué son los delitos contra la moral sexual,los unicos a los que se apli- ca el termine de pecado durante las Edades Media y Mode m a . Siguiendo a Covarrubias, el llamarlos asi en las leyes, di-- ce el Catedratico de Historia del Derecho, es como un reco-- nocimiento tacito de que,en tales delitos,predominaba la - - ofensa a Dios por encima del dano al Estado; en cambio, el - - 74 - robo o el homicidio sobre todo son alteraciones graves de - la convivencia social; son pecados de forma secundaria y, - por ello casi nunca ties désigna asi en las normas legales. En la época de los Reyes Gatôlicos, como - antes y después de ellos, la ley no era igual para el noble y para el plebeyo. Los privilégiés de los nobles se exten­ di an también al campo penal, pues disponian del privilégié de fuero especial y de la prerrogativa nobiliaria de exen- ciôn de tormento, que se aplicaba en caso de delitos muy — graves, entre los cuales figuraba la sodomia, equiparada - al asesinato y algûn otro mis. Tampoco podian sufrir penas corporales infamantes y, en realidad, lo mis frecuente era que pagaran una cantidad de dinero como compensaciôn o, en algunos casos mâs graves, fueran desterrados (107). 2.2.).- La llegada del pensamiento renancentista. El ansia de retorno a la cultura clâsica. Mientras tanto, al mismo tiempo que las hogueras combatian la epide- mia de brujeria extendida por Europa al final de la Edad Media, en Italia y otros lugares de Occidente algo estâ cam biando. Se intenta, entre otras cosas, volver a la sexuali­ dad desde el erotismo (108). El ascetismo que impregnô duramente el mun do medieval esta empezando a dejar paso a un sentimiento Me donistico. Se vuelve a buscar el placer real, no el ideali- zado. Frente al Dios catôlico, represivo y autoritario de - la Iglesia de Roma,surge unonuevo y libre (109), y con él - “ 75 “ una concepcion diversa de la religiosidad y, en definitiva, - del hombre. El paso de la mentalidad medieval a la re- nacentista es simbolizado por Tierno Galvan con las siguien­ tes palabras : " De los diversos esquemas simbolicos prefiero un acto a una obra y un acto individual a uno colectivo. Opto por la ascension esforzada y vivificante de Petrarca al Monte Ventoso el 24 de Mayo de 1.336 , que explicô en una de sus epistolas como un acto gratuito , que acabô con el deleite - estético. La primera vez, se dice, que un hombre subiô a una montana arrastrado por el placer de ver. La naturaleza se tor na panorama y meditaciôn, segun frase de Simmel" (110). El fin de la Edad Media viene caracterizado por un ultimo esfuerzo de restauraciôn de la Antigüedad Clâ­ sica por parte de un nutrido grupo de intelectuales, a quienes se les llamé humanistas por su aficion a las letras humanas, es decir, no cristianas. Se admite que el humanisme tuvo su ■origen en Florencia en el siglo XIV y se senala como fundador del movimiento a Coluccio Salutati, secretario de cartas la- tinas de la S enoria y amigo personal de Petrarca y de Bocaç cio. Estos mismos poetas colaboraron con él en el interés por el griego y el latin y por el afân de coleccionar obras clâsicas. En Florencia misma aparecio una Academia, fundada por Luis Marsigli, para agrupar a los eruditos y a los hele- nistas (111). Se esta iniciando el retorno a la cultura - - 76 - clâsica. Las obras de los griegos y romanos, que permanecie- ron aisladas del hombre medieval en los monasterios, donde los monjes se encargaron de su conservacion y que empeza- - ron a ser traducidas por los arabes, van a ser buscadas ahora afanosamente y todo lo que représenta el helenismo, con su inevitable carga de civilizaciôn pagana, va a ser desempolvado y sus modos de conducta, imitados. Huizinga, explica que, "el Renacimiento lie ga cuando cambia el tono de vida, cuando la bajamar de la létal negaciôn de la vida cede a una nueva pleamar y sopla - una fuerte, fresca brisai llega cuando madura en los espiri- tus la alegre certidumbre (i o era una ilusiôn?) de que ha­ bia venido el tiempo de reconquistar todas las magnificen- - cias del mundo antiguo, en las cuales ya se venia contemplan do largo tiempo el propio reflejo" (112). Foucault recuerda que, hasta la segunda mi- tad del siglo XV, o un poco mâs, reina solo el tema de la muerte (113). Pero el pueblo se rebela contra ello, como se expresa en las géniales pinturas de Brueghel y El Bosco. En la Nave de los locos, la idea plâstica de colocar toda cla- se de pecadores, sobre todo sensuales, se manifiesta ofre- ciendo al hombre una especie de paraiso renovado, en el que el hombre no conoce el sufrimiento ni el temor y donde tie- ne lugar el triunfo de la sexualidad, en sentido hedonists puro, sobre el modo ascético que la religion trataba de en- senar. (114). - 77 - Durante la Edad Media,los locos eran en mu chas ocasiones los impios, los lascivos y los sodomitas y - desde época muy temprana se asistiô a los desviados mentales- Tal asistencia debiô de ser de carâcter mâgico, antisuperst_i cioso. Ya, en el siglo IX, el arzobispo Agobardo de Lyon lu chô contra los idolâtras y la brujeria. La ignorancia de las pobres gentes habia llegado a tal extremo que "ahora, - entre los cristianos se creengrandeces que en tiempos anti- guos ni siquiera un pagano hubiera creido" (II5). Al llegar al Renacimiento, la locura va a fascinar al mundo (II6 ). Es una época de recuperaciôn de la cultu­ ra ociosa grecolatina. La belleza aparece como el supremo bien y la bûsqueda del placer se convlerte en el primer ob jetivo. Hay un nuevo pansensualismo. Con el humanisme, la homofilia en sentido griego vuelve a aparecer y son frecuentes los artistas y - los intelectuales de orientaciôn homoerotica. Para los renancentistas, el amor es lo mâs importante y la naturaleza su mejor expresiôn. En la - Escuela de Platôn, Rafael muestra la exaltaciôn del sabio y pinta a Aristôteles senalando con la mano hacia el cielo, como muestra del deseo de reconquistar a la Naturaleza co­ mo fuente de todo conocimiento. Paralelamente a una gran confusion y a una era de grandes cataclismos mentales y fisicos, en la Europa — 78 — renacentista destacan numerosos espiritus brillantes y clasi cistas, en los que se reunen y manifles tan perfectamente las cualidades de la homofilia griega. La homosexualidad, en su mas noble sentido, fué experimentada por muchos de los genia les hombres renacentistas. Leonardo da Vinci, que, segun sus biografos llegô a ser acusado de practicas sodomiticas, comparéeiendo el 9 de Abril de 1.476, cuando tenia 24 anos junto con otros cuatro acusados ante los "Oficiales de Noche", bajo la acusa ci6n de haber cometido el pecado nefando con un joven de 16 anos, Jacobo Saltarelli, quién segun el cronista, "aguanta-- ba muchas miseries y accedia a complacer a las personas que le requerian para seme jantes indignidades por dinero,habien- do tenido que satisfacer asi a docenas de personas como aque lias" (117), considerabaala bûsqueda de la belleza la mayor expresiôn del alm&, y su vida se convirtiô en una obsesiôn - para lograrla. Viviô rodeado de jôvenes discipulos, a los cuales retratô repetidamente y su humanisme se expresô en su amor a la sabiduria, del mismo modo como Miguel Angel, el otro gran genio del Renacimiento florentine, apreciaba la filosofia y el arte. La obra de los dos artistas es de indudable carâcter homosexual, en el sentido uranista. Nin Prias dice que "Miguel Angel amô a la Divinidad a través del cuerpo - - caste del adolescente,cuando estâ viviendo su ûnico y divine memento de perfecciôn fisica" (118). - 79 - La pedofilia griega se reune con el ideal - ascético cristiano en Miguel Angel, quien rechazo el placer sexual fisico, siendole fâcil conseguirlo, y se dedico por - entero al cultive de la belleza intelectual, aûn viviendo en una época dada a la realizacion de todo deseo erotico, por - mâs fantâstico o extrano que fuera. Fero, a pesar de todo es to, Miguel Angel, no escapû de las acerbas criticas de sus - contemporaneos, que le hicieron objeto de burla, aunque no - se le llegara a acusar, como a Leonardo, de homosexualismo - fisico, a lo largo de su vida. La homosexualidad se extendio como reguero de pôlvora en las ciudades renacentistas, tanto que la pros- titucién femenina paso un mal momento, porque los hombres - no iban ya con ellas, prefiriendo practicar entre ellos el pecado contra natura. En Venecia, a pesar de que las leyes de la Repûblica castigaban la sodomia ahorcando y quemando después a los culpables o ahogândolos en los canales o condenândolos a prisiûn perpétua, el gobiemo llego a exhorter a las pros­ titutes a que se exhibieran mâs para conseguir que los ciuda danos venecianos disminuyeran sus inclinaciones hacia los - prostituidos masculines y los jôvenes afeminados. En Alemania no llegô a existir un Renacimien to a la manera italiana y un gran contraste con el sensualis­ me elitista se va a producir en la reforma luterana. — 80 — Lutero se escandalizara del libertinaje del Fontificado Romano y se propondra restaurar la autoridad de la fé. Las ideas ascéticas vuelven a surgir y el mundo se so mete de nuevo al diabloj a través del pecado original, el hombre esta condenado, va a decir Lutero y solo podrâ alcan- zar la gracia divina y ser de nuevo purificado por medio del rigorisme de las ascesis. El Renacimiento frances tuvo en Montaigne el mâs clâsico de sus représentantes y su obra Los Ensayos - es de Clara orientaciôn homôfila. En Francia hubo, como en todos los paises, una doble convenœiôn y, mientras por un lado.muchos sodomi­ tas eran quemados en la hoguera por brujeria, por otro, la homosexualidad era general en la corte francesa desde Enri­ que III, el ultimo rey de la dinastia de los Valois. Francia conociô en el siglo XVI un periodo de brillante prosperidad que acabô con las guerras religio- sas y el reinado, lleno de patologia.de Enrique III, cuya - depravaciôn no desmereciô en nada de los mâs corrompidos emperadores romanos. Para protegerse, contratô a su servi— cio un gran numéro de mancebos de buena presencia a los que sometia a sus caprichos sexuales. Estos jôvenes efebos fue­ ron muy conocidos y se les llamô los "mignons" del rey, de forma parecida al "escuadron volante de bellas jôvenes ga— lantes"que poseia la lesbiana Catalina de Medicis. — 81 — 2.3.) .- El furor calvinista. Las guerras de religion en la Europa renacentista. La doctrina de Calvino, mu cho mâs extremista que la luterana, impuso un régimen de ter ror en Europa durante los siglos XVI y XVII. Todos los pâises en los que se desarrollô la Reforma sufrieron durante anos con tinuas persecuciones, conocidas como Guerras de Religion y, lo que era tan solo un movimiento religioso o, como mâximo teolôgico, sirviô a muchos ambiciosos como excusa para tom.ar las armas y procurarse posiciones o riquezas que hasta enton— ces no habian tenido (119). El exterminio de los disidentes, a los que se acusaba de brujas, homosexuales o herejes, fué masivo. El numéro total de las brujas ejecutadas en el siglo XVI solo en Alemania, dice Kramen (120), ha sido calculado en cien mil, cifra que probablemente es cuatro veces mayor que el numéro de personas quemadas por la Inquisiciôn espanola en toda su Historia. La homosexualidad se castigaba por los tribu nales religiosos y por los civiles, que pugnaron entre ellos - para tomar preponderancia y hacerse independientes;en Inglater ra, por ejemplo, no fus hasta 1 .533 cuando la sodomia fué some tida al control secular, y an Estatuto de ese ano hacia de las prâcticas homosexuales un delito que merecia la muerte. A pe­ sar de dos revocaciones, en 1 .5^7 y en 1 .5 5 3, la ley se volviô a promulgar y desde 1.5^2 la homosexualidad volviô a consti- tuirse un crimen capital en Gran Bretana. — 82 — Al mismo tiempo que la sifilis adquiere ca- racteristicas epidemicas, una ferocidad inusitada se apodera de todo el continente durante los siglos XV, XVI y XVII. Por un lado, los partidarios de la reforma - verân catolicos en todas partes, a quienes castigarân cruel-- mente, y por otro, los que vivlan en territories donde domina ba la Iglesia Catolica, lucharân contra los herejes, en parte, por el miedo de ser ellos mismos acusados de serlo. Solo en algunas grandes ciudades el espiritu renanentista va a poder prosperar en estas condiciones, aun— que también acompanado de una situaciôn de despilfarro, lujo y ociosidad, que influirâ en la aceptaciôn popular de la Re-- forma y de sus ultimas consecuencias. La matanza de la noche de San Bartolomé puede ser ejemplo de ello. El terrible odio desatado par las guerras re ligiosas debiô ser la causa principal de la crueldad inusita­ da de las leyes durante la época del Renacimiento, que ya no se suavizaran hasta la llegada del aire fresco procedente de la Revoluciôn francesa. Mientras tanto, Europa permanece sumida en - una tremenda miseria, a consecuencia sobre todo de estas terri bles guerras. El profesor Von Hentig dice explicando la situa ciôn imperante: " Se habfa perdido la seguridad; el mundo es- piritualmente cerrado a los individuos, herejes y rebeldes, - habia quedado atràs. Habia que verselas con verdaderos ejérci tos de vagabundos y mendigos. Puede establecerse su proceden- — 83 — cia; nacian de las aldeas incendiadas y de las ciudades saquea- das, otros eran victimas de sus creencias, victimas arrojadas - a los caminos de Europa acciones periôdicas de limpleza los expulsaban, los azotaban, los marcaban al fuego y, ..... - eran demasiados para ahorcarlos a todos, por lo que tuvo que producirse un hecho lôgico: el nacimiento de la prisiôn, de la pena de privaciôn de libertad (121). 2.4.).- Una consecuencia coherente. El nacimiento de la pri­ ai 6n como forma de ordenamiento social. Foucault ha - estudiado con precisiôn las condiciones en que esto se produjo. En el siglo XVII se llegô a temer que los mendigos asfIxiaran - a las naciones y, como método para evitarlo, se estableclô su internamiento: ** La época clâsica utiliza el confinamiento de una manera equivoca , para hacerlo desempenar un doble - - papel : reabsorber el desempleo , o por lo menos borrar sus efectos sociales mâs visibles y controlar las tarifas cuando - existe el riesgo de que se eleven demasiado. Actuar alternati- vamente sobre el mercado de mano de obra y los precios de la producciôn " (122). Ademâs, no solo eran razones socioeconômicas - las que explicaban el internamiento. Una visiôn moral lo sos- tiene y anima. Cuando el Board of Trade publicô un informe so­ bre los pobres en el cual se proponian medios para " volverlos utiles al publico " se précisé que el origen de la pobreza no - estaba ni en lo exiguo de los ingresos ni en el desempleo, si-- no "en el debilitamiento de la disciplina y el relajamiento - 84: - de las costumbres. También el edicto de I .615 incluia entre las denuncias morales, amenazas extranas." El libertinaje - de los mendigos ha llegado al exceso por la forma como son tolerados todos los tipos de crimenes, lo cual atrae la mal diciôn de Dios sobre los Estados que no los castigan". Este libertinaje no es el que se puede définir en relacion con - la gran ley del trabajo, sino ciertamente un libertinaje mo ral. " La experiencia ha hecho conocer a las personas que - se han ocupado en trabajos caritativos, que muchos de ellos de uno y otro sexo, viven juntos sin haberse casado, que muchos de sus ninos estân sin bautizar, y que viven casi to dos en la ignorancia de la religiôn, el desprecio de los sa cramentosy el hâbito continue de toda clase de vicies"(123). Razones de carâcter moral, y de carâcter - sexual, influyeron también en la conveniencia de establecer el internamiento en el siglo XVH. Ya antes, un Decreto de - 1 .583 en Italia, se refiere al vicie sodomitico y lo hace - merecedor de la pena de prisiôn. Esta debe ser una de las - primeras leyes que sancionan de esta forma la homosexuali— dad y parece muy benigna para la severidad del tiempo que - tratamos, aunque, en todos los rincones de Italia,dice Lea, este crimen era tratado con una indulgencia completamente - desproporcionada a su atrocidad. Es mâs, la Inquisiciôn Roma na no tuvo conocimiento de él. Esta tolerancia e incluso la aprobaciôn de la homosexualidad en Italia viene atestiguada por el hecho de que en 1.664 ciertos franciscanos conventua - 8 5 — les llamaron la atencion al proclamar las excelencias de es­ ta prâctica (124). Indudablemente, el poderoso ir.flujo de las ideas renacentistas se hace notar en esta sorprenden- te permisividad . En el Decreto citado de 1.$83 las penas de prisiônporel delito homosexual no eran iguales para todos y asi, si la edad del culpable oscilaba entre los 14 a 18 - - anos, la pena era de 30 dias de cârcel en régimen de aisla- mientoî de los 18 a los 2 5 , 60 dias de prision en similar - régimen y, por ultimo, desde los 25 a los 50 anos, tal deli­ to se penaba con un ano de prisiôn (I2 5). Sin embargo, el sentido ascético en su for ma mâs primitive y brutal se va a imponer en las primeras - Workhouses inglesas. Mediante las mâs severas disciplinas se perseguirâ el dominio de las pas!ones insanas y evitar el pecado. También el trabajo forzado irâ orientado en esa mis­ ma direcciôn de contenciôn moral. En los paises catôlicos, de igual modo, se emplean métodos tend entes a "la ordenaciôn de las vidas y las conciencias" (126). San Vicente de Paul puede ser un buen ejem­ plo de esta severidad acentuada aûn mâs por las ideas religip sas. " El fin principal por el cual se ha permitido que se - hayan retirado aqui unas personas, y se les haya puesto fuera del desorden del gran mundo, para hacerles entrar en calidad - 86 - de prisioneros, fué el impedir que quedaran retenidos por la esclavitud del pecado y de que fueran eternamente condenados y darles el medio de gozar de un contente perfecto en esta - y en la otra; harân todo lo posible para adorar asi a la di­ vina providencia La experiencia nos convenes demasiado, desgraciadamente, de que la fuente principal de los traster­ nes que vemos reinar hoy entre la juventud es la falta de instrucciôn y de docilidad en las cosas espirituales, ya que prefieren seguir sus malvadas inclinaciones, antes que las - santas inspiraciones de Dios y los caritativos avisos de éus padres " (12?). Con el internamiento, se va a tratar de con seguir el orden que los poderes imperantes, tanto el civil - como el religioso, exigen y que los locos rechazaron en su explosiôn de jûbilo renacentista. A partir de la época clâsica, las penas cor porales inician su declinar, después del coletazo espasmôdi- co de los siglos XIV, XV y XVI y, aunque van a seguir apli— cândose, irân dejando paso a la prisiôn como medio de con- - trol social. Los insensatos, los dementes, los desordena dos y también los sodomitas van a ser apartados del resto de las gentes y conducidos a las prisiones, donde en nombre de Dios y el rey seran corregidos, para expiar sus pecados. La Alianza estâ hecha: la Religiôn pondrâ - — B y — las normas morales y el Estado los medios para cumplirlas, - en un estado de cosas que va a continuar casi hasta nuestros dias. En frase de Szasz, el ordenamiento adecuado de esta nueva sociedad ya no se concebia en termines de Gracia Divi­ na, sino en termines de Salud Pûblica (128). Primeramente, con el cristianismo, la sodo­ mia es un pecado. Después con el aumento del poder civil y - las regulaciones legales, se convertira en pecado-delito, hasta el siglo XVII, cuando empieza a ser considerado como - un delito cometido por dementes, que también son pecadores. En Espana por ejemplo, en 1.640 las Regula­ ciones prescriben que la homosexualidad sea tratada como he­ re jia y castigada con la muerte en la hoguera o mediante la fla^elaciôn y el envlo a galeras. Por aquel tiempo, los procesos contra el - pecado nefando continuaron siendo frecuentes en Espana, y - las penas aplicadas siguieron siendo diferentes segûn los - culpables pertenecieran al pueblo o a las clases privilégia das. Marahon,en su Don Juan,se refiere a ello, al explicar un proceso de sodomia en el que estuvo envuelto el conde de Villamediana: " ..... El delicado asunto se descubriô este - aflo de 1.622. Gran nûmero de personas conocidas de Madrid - fueron inculpadas de homosexualidad. Desde criados y bufo- nes de las casas aristocraticas, hasta los mismos senores - de éstas. Uno de ellos era Don Juan de Tassis. Es la prime- - 8 8 - ra vez que el nombre de Villamediana aparece sin una mujer a su lado. El era, ; quién pud 1 era pensarlol, el jefe de la banda. Los mas humildes fueron oondenados a muerte y ejecuta dos en Madrid, que entonces lo exigia asi el rigor incompren sivo de la ley. A los pecadores encopetados les de jaron huir a Italia y a Francia" (129). Los severos castigos contra la homosexuali- dad no dejaban todavia paso en el siglo XVII a la pena priva tiva de libertad y , Padilla Barnuevo senala como vigentes las penas antedichas y escribe: " quién tal delito cometiere debe morir quemado en llamas de fuego y sus bienes ser con- fiscados para la Camara Real" (130). Segun la Recopilacién, ] el castigo tendria lugar aunque el acto no hubiese sido con- \ sumado y afectaria también a los encubridores, a los que se I ejecutaba por medio de la horca. i I La severidad contra los sodomitas no dismi- i nuyo y el pecado nefando se llevô a equiparar con el bestia- | lismo. El grado de dureza era tal, que también se castigaban con la muerte las relaciones homosexuales femeninasi " el trato carnal torpe entre mujeres simulando una de ellas ser ^ el varon ". En Madrid, a mediados del XVII, no era muy - infrecuente la quema de homosexuales y , se sabe que el 5 de Diciembre de 1.622 " quemaron por el pecado nefando a oinco mozos" y el 21 de Marzo de 1 .626 " quemaron dos mozuelos por el pecado nefando", uno de los cuales " se desdijo a voces - por las calles quando le llevaban a quemar, e hizo mucha — 89 — lâstima en la Corte". También en Madrid y por la misma causa quemaron a otros dos hombres, uno de 16 y otro de 40 anos, - el 10 de Diciembre de I.636, y a otros dos en Enero de 1.6371 a dos mas en Octubre de 1.639» y Fellicer, que cuenta el he- cho, notifica que " estân presos por el mismo delito nueve - y dicen que han culpado a casi sesenta". El mismo Fellicer - escribe en "aviso" fechado en Octubre de 1.640; "esta semana pasada, el jueves, quemaron un hombre y un muchacho por el - pecado nefando"; y el 29 de Noviembre de 1.644 da cuenta de que "el viemes pasado quemaron a aquel hombre que acusô su mujer cometia el pecado nefando con ella " (I3I). El rigorismo de la moral sexual no dejô de existir y, en el siglo XVII, se llego a casos extremes, co­ mo la Secta de los Puritanos en la Inglaterra protestante. Sus fieles fueron escasos al principio, pero después su nu­ méro credo considerablemente. Se distinguxan de los Angli­ canes por su feroz radicalisme y su rigidez era tal que in- tervenian en las vidas privadas, persiguiendo y castigando a los que consideraban pecadores, con el objetivo de hacer del pueblo ingles un pueblo de santos. En el siglo XVII tDvo lugar un endurecimien to en las costumbres de los gobernantes, ante los privilé­ gies de los ultimes senores feudales, que habian mantenido en la ultima época del feudalismo una relaciôn mas de carâç ter paternalista que despotica sobre sus subdites. Con la - — 90 *■ intervencion de los delegados regios en el gobiemo de los - feudos, los nobles se vieron obligados a una doble opcion, - ponerse al lado de la autoridad real o defender los derechos de sus siervos y la decisiôn fué, en la mayorîa de los casos, el abandono de sus tierras y la marcha a las ciudades para - convertirse en cortesanos, con lo que se produjo el fin del feudalismo y el abandono de los campos (132). Durante esta época, la forma de gobierno que dominaba en casi todos los paises de Europa era el abso­ lutisme. Los reyes y principes se convirtieron en dioses con la misma independencia que elles. En la Francia de Luis XIV, la monarquia llego a ser el gobiemo mis absolute visto en Europa. 2 .5 ,).- La intersexualidad en las Cortes europeas v la difu- si6n del confinamiento. El lujo de la Corte de Luis XIV, el Rey Sol, debiô ser tal que un contemporâneo lo des-- cribe asi : ’’ cuanto se ha visto de la magnifieencia de Salo mon y de la grandeza del rey de Persia no es comparable a la pompa que acompana al rey de Francia" (133). La vida de Luis XIV estaba llena de ruido-- sas aventuras amorosas, fiestas, fastüosidad y espectaculari dad. Se calculan en diez mil los servidores del rey. Cinco - mil personas que constituian la élite de la nobleza francesa Vivian en Versalles y otras cinco mil mâs en las dependen— cias(134). — 91 - En este ambiente de lujo oriental, la homo- sexualidad constituyo una moda y el intersexualismo fué una manifestac ion mâs. Hombres y mujeres presumian de ropajes llamativos con brillantes colores y costosos bordados y en-- tre el sexo masculine era habituai el uso de la peluca con - largos bucles empolvados. Felipe de Orleans, el hermano de Luis XIV - era llamado " el rey de los sodomitas ".En las memorias de - Saint-Simon se le describe como " un hombrecillo barrigudo, encaramado a sus altos tacones como en unos zancos, coque- teando como una mujer, cargado de anillos, puiseras, joyas y cintas y perfumado como una cortesana, no siendo raro que se vistiera como ellas" (135). Al mismo tiempo que en Francia ténia lugar un importante desarrollo de las Bellas Artes, los tremendos despilfarros de la corte y de los nobles recaian directamen- te sobre los labradores, a los que cargaban de impuestos, — iniciândose una época de miseria y de iambre para Francia, que tuvo como resultado la despoblaciôn de los campos. Puede ser adecuado comparar este periodo his tôrico con el de la decadencia del Imperio Romano. Entonces, de igual forma que en el siglo XVII francés, el lujo y el pla cer de unos pocos eran mantenidos por el trabajo del resto de la poblacion, en medio de una pobreza creciente. Izquierdo dice comparando ambas situaciones: " el mismo lujo en los de arriba, igual miseria en los de aba — 92 — jo" (136). El poder estaba empezando a temer a las mu- chedumbres y las leyes continuaron endureciendose. Viadar se nala que " la precupacion de todos los jueces europeos con— sistia en hallar el mejor medio de hacer sufrir mucho sin ex tinguir o atacar los organos vitales, problems este que fué resuelto de mil maneras diferentes, que abarcaban desde la privacion del sueno hasta el empleo de ciertos aparatos que rompian los huesos de las extremedades" (137). Otra solucion fué el empleo del confinamien to. En toda Europa los establecimientos de correccion se ex tenderân como reguero de pôlvora durante los siglos XVII y XVIII y, en la mayorîa de ellos, se aplicarân los mâs diver SOS tormentos para contener a los disconformes. Los azotes, latigazos, cepos, cadenas y collares, serân profusamente utlizados, pues, como indica una pintura grabada a la entrada de una de éstas prisiones /' si se ha pcrdido someter al yugo a los animales feroces, no debemos desesperar de corregir al hombre que se ha extraviado" (I3 8). Este rigorismo contrasta agudamente con la llegada a la corona de Inglaterra de Carlos II, cuando se aieja el dominio de los puritanos y una época de esplendor - se inicia en la corte en contraste con los tiempos anteriores, " Los primeros anos del reinado de Carlos II producer la im- presiôn de una fiiesta casi ininterrumpida y una prolongada - 9 3 - bacanal comparada con los veinte anteriores, seguidos de pu­ ritanisme riguroso, durante los cuales,monotones y sempiter­ nes himnos religiosos habian sustituido a los bailes, el tea tro, las fiestas y los juegos publicos, ya que incluse los - balles folkléricos en torno al Maypole (Arbol de Mayo) eran considerados un pecado en la republica de Cronwell" (139). La Corte de Carlos II, que habia sido educa do en Francia y se casé con una francesa, fué una imitacion de la de Luis XIV. Alemania también fué influenciada por las modas francesas y la nobleza empezo a copiar sus costumbres, llegando a ser la corte de Viena una reproduccion de la de - Versalles, pero sin su desarrollo intelectual. Unicamente la monarquia espanola destacaba de las del resto de Europa. Su vida era austera y aburrida, estando prendida por una gran severidad en medio de un clima de decadencia, mientras sus ejércitos sufrian continuas der- rotas y se firmaban tratados en los que se cedian numerosos territories. La Iglesia espanola, en cambio,continuo dispo-- niendo de un enorme poder que llegô a preocupar a los reyes, a pesar de ser estos marcadamente catôlicos. Tampoco las desgracias naturales abandonaron el continente y, a mediados del siglo XVII, otra terrible epidemia de peste asol6 Europa, causando miles de victimas.A Inglaterra llegô hacia I .665 y, en esa misma época, también tuvo lugar un gran incendie en Londres, lo que hizo que las gantes atribuyeran aquellas catastrôfes a un castigo divine — 94 “ provocado por la vida de escândalo y pecados que se habia ex tendido por el reino. Spinoza, un hombre al que guio la raz6n, y que,por lo tanto. fué excomulgado,describe con claridad la - situaciôn de la Iglesia en el siglo XVII, cuando dice : " Los ministerios de la Iglesia se consideran como puesto de pres- tigio y sus oficios como fuente de ingresos......El deseo de propagar la santa religiôn dégénéra en sordida avaricia y en el oportunismo, y las Iglesias se convierten en una especie de teatro donde se puede escuchar a oradores mâs que a sabios eclesiâsticos. Ninguno de estos se precupa lo mâs minime de instruir al pueblo, sino solo de hacerse admirar, de calum-- niar a los que se le oponen y de propagar taies novedades y curiosidades que hacen bostezar a quien les escucha", "La piedad(; Santo DiosI) y la religiôn consisten ahora en dispa ratados misterios. Las personas que desprecian abiertamente la razôn, que miran despectivamente y se apartan del inteleç to humano, como natufalmente corrompido, consideran que ellas mismas, de la manera mâs ultrajante posible, poseen la luz - divina. Ciertamente,si tuvieran una chispa de ella, no desva riarian tan arrogantemente; mâs bien apraaderian a venerar a Dios con algo mâs semejante a la sabiduria y serian tan co nocidos entre sus colegas por su amor como ahora lo son por su odio" (140). Hablar con tal precision de ideas, no era - algo facilmente tolerable en la Holanda de finales del XYII. - 95 - SI resultado fué la excomuniôn del gran niôsofo holandés, - que fué calificado de hereje. 2.6,).- El deseo de libertad de los Ilus trad os. La glorificaciôn del placer. Cor. la llegada del si­ glo XVIII, las leyes pénales continuaron siendo severas y Dickens habia, pensando en la segurda mitad de esta centuria de " aquellos buenos tiempos que hicieron de Inglaterra en - el orden penal y en el régimen de los presidios, uno de los paises mâs bârbaros del mundo " (141). Del resto de las na- ciones se podria hacer un comentario parecido. Al principio de la Edad Moderna y durante - el siglo XVIII, se producirâ, coexistiendo con un ambiente - de gran dureza y un mantenimiento férreo de la autoridad, una pues ta en cuestion de las creencias y de los juicios sobre los cuales reposaba, hasta entonces, la manera de vi-- vir. Este " examen de conciencia total ", se hizo siguiendo las reglas establecidas por Descartes en su Discurso del tpi-̂ ?.'f;.. dad. En cambio la soberbia le dominarâ mâs tarde, el ano ; rior a proclamarse Eroperador. " Ahora, se ha vuelto tan ̂' w ’ ritario y su fe en las armas invencibles ha crecido de tal DIBLIOTCCA - 112 - modo, que desconoce el poder de la Iglesia " (173)* Napoleon basaba su defensa de la utilidad de la Religion en que " la moral del Evangelio esta fundada sobre la igualdad, y por lo mismo es la mâs favorable al gobierno de la republica. Sobre la soberania del pueblo y sobre la libertad y la igualdad, descansa el codigo evangélico " (174). Al convertirse en legislador, Bonaparte 11e- v6 a cabo una labor ecléctica. Rude lo explica bien: " A dife- rencia de sus predecesores, Napoleon veia muchas virtudes en - el derecho romano, que casaba con su caràcter autoritario. Ade mâs, aquel derecho podia ayudar a superar en buena parte el re lajamiento moral de la sociedad post-termidoriana.îAcaso no habia experimentado el mismo algo de esto en el caso de su pro pia esposa, Josefina?. De acuerdo con esta precupacion, las clâusulas que tratan del matrimonio, la paternidad, el divor-- cio y la adopciôn fueron las que sufrieron mayor influencia del derecho romano y, ademâs, aquellas en cuya redacciôn intervino mâs eficazmente el propio Napoleon. De este modo, el divorcio - se restringe notablemente: hasta un cuarto de la propiedad pue­ de dejarse en herencia fuera de la familia; unicamente de m.odo excepcional puede reconocerse a los hijos ilegitimos; se restau ra la autoridad p a t e m a sobre los hi jos, tal como se practicaba en el Antiguo Régimen " (175). Para Napoleon, la mujer estâ por debajo del - 113 - hopibre, y en su Codigo se dice que la esposa debe obeciencia a su marido, qui en puede solicitar con facilldad el divorcio, mientras ella solamente puede interponer la demanda en el ca so de que el esposo introduzca una amante permanente en el - hogar. El desprecio por la rr.ujer también se maniflesta al considerar que " el objetivo de la educacion era la formaciôn de los jovenes para el servicio al Estado...... y de las mu- chachas como sumisas y obedientes amas de casa y madrés " (176). Napoleon no es favorable a la prâctica del homosexualismo, y el mismo dice: " Se ha acusado a los grie- gos y a los rotnanos de haberse propagado entre ellos el vicie contra naturaleza. De todas las naciones, parece que las que menos se entregan a esta monstruosa inclinaciôn son los Fran­ ceses y los espaholes! lo que se atribuye con razon a que en ninguna otra parte son las mujeres tan atractivas como en es­ tas, por la esbeltez del talle, la viveza y la elegancia en las maneras " (177) . Pero, a pesar de esto, en las secciones pena les del Codigo Napoleon de 1.810, la influencia de los nuevos tiempos se hace notar y no se contiene ninguna referencia a - actos homosexuales en privado entre adultos que actuen libre- mente. Las leyes napoleônicas van a terminar con la quema de los sodomitas, al mismo tiempo que la sociedad se - 114 esta volviendo laica. Napoleon no llego nunca a conquistar Es pana, muy a su pesar, (179) y aunque suprimio la Inquisiciôn en 1 .8 0 8, en realidad, dejô subsistir al catolicisrr.o como reli­ gion ûnica. El propio Santo Tribunal continuarâ existiendo - hasta las Cortes de 1.812, donde se estableciô una pugna para su eliminacion. De todos los debates de las Cortes Constitu yentes reunidas en Cadiz de 1.811 a I.BI3 para edificar una - nueva Espana, los mâs encamizados se centraron sobre el man- tenimiento o la supresion del Tribunal de la Inquisiciôn(179)• El odiado Tribunal sera repuesto por Fernando VI en 1.814, hasta que, un Decreto de 1 de Julio de 1.835 lo suprime defi- nitivamente, ordenando la Reina gobernadora que todas aquellas Juntas de Fé que procedian de igual modo que la Inquisiciôn y eran una afrenta a las determinaciones reales y pontificias, césaran inmediatamente en todas las diôcesis donde hubieran - sido establecidas ( I80). Desde esta época, como dice Loren,ya no volve remos a encontrar la palabra sodomia en el lenguaje de les le- gisladores (181). La Religion, con su consideracion de la homo sexualidad como pecado, cederâ el paso en los Côdigos Fer.ales al poder laico, que se apoyarâ en el mantenimiento del orden - social para sancionarla. La moral ha cambiado y las costumbres imponen - 115 - concepciones distintas de la sexualidad. Como dice l'àcito, " Antiguamente eran los vlcios, hoy son las leyes lo que nos procura ( 182) . 2.10.).- 51 ruritanismo del capitalismo industrial y los românticos. Las ideas religiosas seran utilizadas - por la nueva clase dominante, la burguesia, segun sus intere- ses, de forma que, al llegar la revolucion industrial y necesj. tarse mucha mano de obra joven, una nueva moral ascética y de carâcter utilitario se impondrâ, pero ahora no como forma de alcanzar el premio divino y evitar el pecado,sino como medio de control social. Asi, un lider obrero comentaré que " la moral capitalista, piadosa parodia de la moral cristiana,gol- pea con anatemas la carne del trabajador; toma por ideal el - reducir al productor al minimo de sus necesidades, el suprimir sus alegrias y sus pasiones y el condenarlo al papel de mâqui- na que realice un trabajo sin tregua ni merced " (183)- Napoleon, cuando legisla, no hace mas que re presentar los intereses de la burguesia. La nueva revolucion tecnologica, desde finales del XVIII, va a exigir un modo de trabajo realmente deshumanizado, opuesto al tradicional de ca ràcter agricola. En la sociedad, las nuevas condiciones de existencia van a exigir grandes cambios,que originarân otros sacrificios a las clases populares. En el piano fisiolôgico, " el transite de la vida rural a la vida urbana senalô el co- - 116 — mienzo de un amplio movimiento de degradaciôn, debido a las malas condiciones de la vida material ; instalaciôn en ciuda des en manera alguna preparadas para las transformaciones ne cesarias que imponian el brusco aumento de poblaciôn, por - lo que el hacinamiento en inmuebles-cuarteles représenta un retroceso con respecto a la vida en el cottage, .... alimen tacion mâs irregular y menos higiénica; malas condiciones sa nitarias del trabajo en la fâbrica. En el piano psicologico, la évolue ion hacia el individualisme de los hogares arranca- dos del marco de la comunidad campesina se vio acompanada de una destruccion de la vida familiar, a causa del trabajo de - las mujeres y los ninos, ampliamente difundido desde el final del siglo XVIII "(184). Las nuevas fâbricas se van a parecer cada vez mâs a la prisiones. Todo estarâ reglamentado y, por un sa lario escaso, se prestarâ un trabajo necesario para el enri- quecimiento de unos pocos. Las jomadas laborales serân largas y fati- gosas, y los obreros, en el primitive sistema capitalista burgués, estarân sometidos a un dure sistema de coacciones, arropado por una falsa imagen de paternalismo. Los patronos, sumergidos en su total prepon derancia social, podrân exigir el trabajo como arma, pues so lo la presencia de un enorme pare y de una situacion de han- bre fisica serân las otras opciones de que dispondrân los - 117 - nuevos ciucadar.os de la época Industrial. La pobre2a,consecuencia Inevitable, se e;: -- tiende en medio del egoismo nas acusado de la nueva aristocra- cia. " En 1.821, mientras 883 h ombres reunen en ^Iran iretar.a, el pais donde mâs prospéra la industrializacion, un ingreso anual de unos treinta y cinco millones de lieras, a 4C.C0C li­ bras cada Lino, un millon de trabajadores con unos ingresos anua les de 35 libras, reunian en total treinta y cinco millones de libras, y sin mencionar los varies m.illones que solo la familia real recibia anualmente del Farlamento " (185)* Los idéales de la Revolucion Francesa no po­ drân ser disfrutados por el pueblo. Un nuevo ascetismo, conve­ nient e para la burguesia, se impondrâ y el placer no tendra su lugar en el trabajo industrial. Un rigide sistema puritano, en el que toda heterodoxia sera perseguida,es la consecuencia ne elle. La sexualidad, una vez mâs, serâ postergada y considera- da como algo sucio y propio solo de animales. En las primeras fases del capitalisme se pro duce un aumento de la mortalidad, debido a las oleadas epidé- micas y al aumento del resto de las enfermedades en la pobla- cion. Los hospitales, los asilos y las prisiones estarân re- pletos de gente a la que se vigila y somete a un trabajo em-- brutecedor. El ambiente es tan somhrio que no es de extra - 118 - nar la apariciôn de una manera de pensar basada en la sublima ciôn de las pasiones. Se trata del Romanticismo. Los românti­ cos, en una sociedad rigida que obliga a conformarse con todo 0 a declararse rebelde y sufrir unas incalculables consecuen- cias, adoptarân, en la mayoria de los casos, la rebelidn del espiritu para rechazar la crueldad social que les rodea y tam bien, se refugiarân en los Clâsicos y en el Oriente, donde hallarân las fuentes de su imaginacion. Dos grandes poetas românticos de caracteris- ticas homosexuales destacaron en la Gran Bretaha de primeros del XIX: Shelley y Byron. Su existencia, corta en ambos casos y tremedamente apasionada, fué objeto de escândalo y censura por parte de los puritanos ingleses, que lessometieron a fuer tes criticas durante toda su existencia, aunque los afanes de lucha por mejorar a la Humanidad y por la libertad de los ’nom bres fueran para el rebelde Shelley el objetivo de su vida. La lucha de los Ilustrados del XVIII contra una fe superticiosa y estrecha, fué continuada de una forma - mâs imaginativa que logica por sus herederos los românticos. Estos carecian del sentido de la realidad y de la energia innovadora de los filôsofos del siglo de las Luces y la imaginacion fué para ellos su mejor arma, aliada - de la fantasia. Era una época en la que se habia perdido el - 119 - " sosiego intimo " (186) y que estaba impregnada de una tris- teza sombria influlda de sentimentalismo. Fero el Romanticismo fué un movimiento de protesta y,"ningün freno impuesto a la insurgencia politisa - podia detener la rebeliôn romântica, por el contrario, parecia como si las aimas fogosas, a las que se habia privado de la oportunidad de realizar sus suenos, se aplicaran con mayor ne- cesidad a sonar sus acciones " (18?). Las consecuencias de la Revolucion Francesa - se hicieron notar y un sentimiento de hastio invadio a las men tes. La imaginacion europea, descontenta con las realidades contemporaneas, se evadio de ellas en sus viajes por las lugu­ bres noches o las frias tumbas de los cementerios. Los românticos, dotados de una hipersensiblH dad, para algunos poco viril, abandonaban la dura realidad y la lucha prâctica, " buscando una vida mâs alla de la vida y un amor mâs allâ del amor ” (188). La Revolucion no atraia a la mayoria de los escritores de principios del XIX, por su falta de espiritu prâctico, pero eso no evito que consideraran a la libertad an te todo y sobre todo. Asi, por ejemplo, en Espana, la actitud de los românticos fué, en su conjunto, tremedamente liberal y Larra dice sobre ella:’ Libertad en literatura, como en las letras, como en la industria, como en la conciencia. He aqui la divisa de la época, he aqui la nuestra, he aqui la medida - 120 - I con que mediremos No reconoceremos magisterio literario j en ningûn pais, " (189). I El Romanticismo se basaba en lo emocional y | lo sobrenatural. " Los românticos sabian que su misiôn era - j crear e iluminar con su creaciôn todo el mundo consciente y sentimental del hombre; dirigir su imaginacion hacia la rea- | lidad que late mâs allâ de las cosas familiares; elevar al horn ! bre sobre la rutina mortal de la costumbre, para darle conc_ien cia de las distancias inconmensurables y de las profundidades insondables, haciendole ver que la mera razon no basta y que es necesaria la intuicion de la inspiracion. Tenian una vision del hombre y de la poesia mâs amplia que la adoptada por sus j racionales y sosegados predecesores del siglo XVIII, porque | creian que lo importante era la naturaleza espiritual del hom j bre y a esta dirigian su esfuerzo y su llamamiento " (190). | Al empezar el siglo XIX y durante el Romanti cismo, la Medicina estaba dirigida sobre todo a la nobleza y a la burguesia. En los hospitales, los pobres eran sometidos a las mâs diverses exploraciones y manejos, de los cuales poco util se solia desprender para obtener su curacion. Aunque no dejara de existir un sentimiento humanitario en bastantes mé- dicos, la diferencia tradicional de la medicina para los ri- cos y la de los pobres, no dejô de existir (191). - 121 - 3. LA ENFERMEDAD. 3.1.).- La Medicina positivista y sus ideas sobre la homo- sexualidad. pa clase médica opté por el poder y se - convirtio en un servicio mâs de las clases dominantes para deshacerse de personajes moiestos como los locos o los homose xuales. Ya, como antes habia hecho, no era suficiente apelar a las brujas o a la Inquisiciôn. En una sociedad que poco a poco iba desacralizandose esto no era admisible y por eso, " el me­ dico toma posesiôn de las instituciones destinadas a la custo- dia del loco, imponiendole su propia cultura y garantizando a la vez, el encierro " (192). A partir de ahora las pasiones y los malos instintos no seran vistos como manif estac iones diabôlicas, sino como signos de enfermedad. Generalizando mucho, se puede decir que, para algunos medicos, los normales serân los ricos y los pobres, los anormales. Se estâ realizando una gran operaciôn de con­ trol por la clase méd ica, aunque ex istan meritorias excepciones. Las implicaciones sociales no contaran para nada en el enfermar y unicamente se tendrâ en cuenta el estudio meramente descripti vo de unos sintomas. Con Finel y, aun mâs,con su discipulo y - 122 - continuador Esquirol, se tratarâ por todos los medics de abolir la persoralidad de los internados en los asilos, haciér.doles - ver la libertad como el mâximo deseo, que solo podrâ ser cum-- plido cuando " recuperen la razon ". En realidad, nadaha cambiado. El dominio de - unos pocos sobre la mayoria, constante a lo largo de toda la - Historia, continua. Ahora la tortura no es bien aceptada por - una sociedad algo mas humanizada por el paso de los siglos, pero se emplean metodos tremendamente represivos y de tratamien to moral, metodos coercitivos que son terribles armas trente - a la indefensa de aquellos sobre los que se emplean. Al llegar la revolucion industrial a los pai- ses europeos mâs avanzados, desde el siglo XIX, las costumbres van a cambiar. El obligado exodo del campo a las ciudades, que serâ constante a partir de entonces, va a favorecer enormemente la apariciôn de alteraciones en el comportamiento. La nervios_i dad de la nueva vida empezarâ a causar victimas en una pobla- cion que habia dejado un modo de vivir basado en tradiciones - de siglos. El ritmo natural y relajado del campo se sustituye por el aire enrarecido de las nuevas zonas suburbiales de las ciudades, que ofrecen a los nuevos recien llegados todos sus - defectos y ninguna de sus virtudes. 3.2.).- La homosexualidad como enfermedad mental. En estas condiciones,las actitudes sexuales van a perder parte de su di - 123 - f Ici 1 equilibrio y la homosexualidad mâs natolôfcica, junte - con la prostituciôn o el alcoholismo, aumentaran. Antes, en el campo, la ped eras tia no era fre cuente y ténia a menudo un carâcter situacional, debido a la ausencia de elementos de sexo contrario, igual que sucedia - en los casos de bestialismo, cuando se utilizaban los animales como medio de dsscarga de la energia sexual, al no existir posj, bilidades para el trato heterosexual. Pero, ahora, en la ciu- dad, ademâs de la miseria y de la mayor facilidad para enfer- m a r , no serâ fâcil mantener relaciones sexuales naturales y las alteraciones del medio propiciarân la apariciôn de la neu­ rosis . La locura se separô de los Côdigos Fer.ales al comienzo del XIX. Los locos estarân bajo control medico des de entonces, lo que harâ que la enfermedad mental, como ahora la entendemos, se haga posible.(193) Los homosexuales dispondrân en cambio, de una doble condiciôn. A unos se les conduce a la cârcel y a otros - al lugar para los locos. No habrâ un criterio es trie to porque, a pesar de los nuevos tiempos, los cambios son lentos y la in­ fluencia de los valores religiosos sigue siendo grande. For eso, en las legislaciones del siglo XIX, se mantendrâ todavia en mu- chos paises la pena de muerte para la sodomia. £n Espaça, el - Côdigo Pénal de 1.822 eliminô de sus preceptos el delito contra naturaleza, pero, inmediatamente después,la Novisima Recopila- - 124 - ciôn la volviô a establecer, hasta e1 Côdigo de 1.848, en el que la homosexualidad dejô de aparecer como infracciôn penal especifica. Dede Finel, el asilo estarâ bajo la autoridad de los medicos, que sustituirân a los guardianes, aunque los métodos vengan a ser similares, pues como manifiesta Foucault, " el médico no ha podido ejercer su autoridad absoluta en el - mundo del asilo, porque desde el principio ha sido padre y juez, familia y ley, y sus prâcticas médicinales son simples - interprétasiones de los viejos ritos del Orden, de la Autoridad y del Castigo ’’ (194). En la adelantada Inglaterra, la moral victo- riana mantuvo la mâxima pena para los homosexuales hasta 1.861/ cuando en la Fromulgaciôn del Acta de Delitos contra la Perso­ na, se conmutô por unas penas variables entre los diez anos y - la cadena perpétua. También se siguieron castigando los inten­ tes de cometer actos de sodomia y las penas oscilaban entre los très y los diez anos. La moral puritana continué siendo la aceptada por la burguesia, y la mujer venia a ser un objeto para el hom bre, que la utilizaba para procurarse placer, las prostitutas, o para asegurar la descendencia de la familia, como m.adre. En estas condiciones, la frigidez debiô de ser habituai entre las mujeres burguesas. Al ir produciéndose la secularizaciôn de la - - 125 - sociedad, los medicos ocuparor. el lu.car que los clérigos os - tent ah an y los temas sexuales empezaron a ser objeto de discpi s i on por los nuevos cientificos. Asi, hacia la mitad del siglo pasado, Frie­ drich, destacada figura en el campo de la Kedicir.a Legal, dice que el homosexual active esta ordinariamente pâlido e hincha do, persigue a muchachos jovenes con mirada lasciva y los aca- ricia. Membres con un pene delgado y pequeno son los que mâs se entregan a este vicio Sobre el pasivo, el juicio es aun peor: " El aspecto general révéla cansancio y falta de energia. Todo el cuerpo esta flaccido, las rod ilias dobladas y el paso inseguro. La columna vertebral esta generalmente hacia arriba, mâs o menos torcida, la cabeza cuelga hacia adelante. Los ras- gos faciales hundidos, la mirada apagada y sin vida ; los hue- sos de la cara resaltan y los labios apenas parecen poder cu- brir los dientes. A lo largo de la columna vertebral se presen ta un hormigueo, y hay también un dolor sordo en la parte pos terior del crâneo. Las facultades psiquicas disminuyen paulatj^ namente, incluso hasta la imbecilidad " (195)• Desde luego, Friedrich describia bien un esta do de agotamiento, pero de ahi a querer caracterizar a los ho­ mosexuales existen diferencias. Como buen médico burgués de su época, el alemân représenta una moral que condena a la homo sexualidad, haciendola similar a un estado vicicso y enfermizo. Después de haber leido esta descripcion, un contemporaneo de - - 126 - Friedrich, no podria sino contemplar a los pecerastas como en fermos o degenerados. 3.3«)•- La mentalidad anatomocllnica. En Friedrich, como en otros muchôs medicos de la épo ca, se aprecia claramente el influjo y la forma de pensar del positivisme. A medida que los românticos van siendo acallados por la primacia de las ciencias naturales, la nueva doctrina - basada en la mentalidad cientifica va introduciéndose râpida— mente en la sociedad. En 1.848,1a revolucion fracasa y con ella mu- chos de sus utopicos proyectos. Desde entonces empieza un pé­ riode, que llegarâ casi hasta nuestros dias, en el cual el avan ce de la técnica asombrarâ al mundo. Las realidades sociales, y entre ellas el enfermar, serân contempladas asepticamente por muchos de los medicos delpositivismo. Para Comte, las ciencias del espiritu no - - tienen cabida en su nuevo sistema cientifico. El mismo dirâ al referirse a la Fsicologia: " Ese pretendido método es absoluta y radicalmente inutil " (196). Como bien dice Finillos, "el po sitivismo comtiano fué decisive para dirigir una parte del em­ pirisme hacia una manera objetivista de concebir la psicologia. El estudio de las condiciones orgânicas del sujeto y la obser- vacién de la cara externa de su comportamiento, se comirtieron asi gradualmente en las dos notas fundamentales de las psicolo- - 127 - gias objetivas posteriores " (197) . Fara Comte, la humanidad habria superado ya ampliamente la fase primitiva de desarrollo quo el denomino Estado teologico, en el cual la imaginacion - pretende dar cuenta de las realidades, y también el période - metafisico, apoyado en la abstraccion para explicar los hechos. Se habia llegado al Estado positive, en el que solo mediante el conocimiento cientifico de lo inmediato se podria alcanzar el progreso. Coexistiendo con los positivistas y ,partiei-- pando de su método,a mediados del XIX Carlos Marx,con su doc-- trina comunista, explicara de un modo cientif ico las condicio­ nes de explotacion en que la clase obrera se encontraba sometj, da por los propietarios de los bienes de producciôn. El comu- nismo vendra a ser un nuevo Evangelio, " el de la miseria y la amargura . Marx atacara a la burguesia, constituida segun el, por explotadores que se corrompen en el seno de la abundancia y el lu jo, sumidos en el vicio y la codicia. Fero también des- preciara a los radicales, quienes"prefer!an la doctrina del odio a la del amor al prdjimo " (193). En el piano de la sexualidad, el marxismo, y las demas corrientes de la época con idéales de revolucion an- tiburguesa, pregonaban unos sentimientos marcadamente ascéticos En este aspecto,no se diferenciaban de la moral que pretend ian sustituir. En lo referente a la homosexualidad, el propio - Engels la rechaza por antinatural, a pesar de que él mismo tu- - 128 - viera con Marx un tipo de sentimientos que los griegos no hu bieran dejado de calificar como homofilos. Indudablemente, el gran Engels condenaba un tipo de homosexualismo vicioso y corrompido que era el habitual entre las clases en el poder. A lo largo del XIX, la religion se bate en retirada ante el avance impetuoso de las concepciones cient_i ficas del mundo. " El creciente conflicto entre el racionalis mo y la religion, entre el cientif ico y el teologo, se agudi z6 por la contraversia que produjo la teoria darwiniana de - la evolucion biologica. En realidad, la disputa era mâs hon- da y mâs antigua. Esta disputa se produjo entre el materia- lista que cree que los hechos del universe pueden explicarse suficientemente mediante la existencia y la naturaleza de la materia y los trascendentalistas que afirman la primacia del espiritu sobre la verdad empirica " (199). La pugna entre el poder laico y el religioso se acentuo cuando el Papa Fio IX, en su Enciclica Quanta Cura y en un Syllabus advirtiô a los fieles contra el poder de la razôn. ” Si la advertencia papal se hubiera limitado a la con denacion del matérialisme filosôfico y del agnosticisme, - habria provocado menos comentarios, pero Fie se lanzo a refu- tar a los anticléricales y racionalistas que insistian en la supremacia del estado secular y a los libérales que favorecian la separaciôn de la Iglesia y del Estado y abogaban por el es- tablecimiento de la educacion secular ". En la clausula final - 129 - del Syllabus se rechazaba expresamente el progreso, el 11 ̂era lismo y la civillzacion moderna. Cesde entonces, " una yrleta cada vez mayor separô a los que aceptaban los dogmas reli.-io- sos como vendad es 11terales, permanentes, y los que admitian que todos los grandes profetas, sin exceptuar Jesus, bar Ian - sido influidos por las condiciones sociales e inte]ectuales de sus medics " (200). El hombre estaba liberandose de las creenclas religiosas, y un sentimiento de invalidez se iba apoderando de muchos. En estas condiciones, no es extrano que, una flnura co mo Kierkegaard haga suyas dos importantes nociones, las de an- gustia y existencia. Hacia la mitad del siglo XIX, la b.omosexuall- dad esta ya bien caracterizada como enf ermedad mental. En 1.835, el especialista inglés Morison describe casos de sodomia cali ficândolos de "monomania con propensiôn anormal" y dice que,- "tratândose de caracteristica tan detestable, es un con.suelo - saber que a veces es consecuencia de la demencia" (201). A es­ te respecto, Bancroft comenta que "el con.suelo de Mon is en se derivaba aparentemente de su conocimiento de que la homosexua­ lidad era practicada en ocasiones por gente de buena reputaciôn. Para él era évidente lo ilôgico de condenar como moralmen.te de generados o depravados a hombres que, por lo demâs, tenian un carâcter ejemplar" (202). Desde la segur.da mitad del siglo XIX, una de 130 - las actitudes prédominantes en la medicina es la que conside ra al enferme solo como un objeto de estudio para conseguir un diagnôstico fisico lo mâs espectacular posible. SI trata- miento, en cambio, va a ser inexistante, pues la brillante - técnica médica de fines del XIX era en realidad una ciencia en mantillas, a la que,ademâs, se despcsey>de sus aspectos hu manos y espirituales. Indudablemente, no todos los medicos - debieron tener esa forma de pensar y los hubo, como en todas las épocas, dotados de altas cualidades morales que veian en sus enfermes no solo un paquete de carne, mâs o menos desorga- nizado , sino también a unas personas que sufren. Este tipo - de médicos y de medicina en general, estuvo présente desde luego en el XIX, pero su influjo estaba disminuido por el ma­ yor poder de las corrientes positivistas basadas en la objet^ vacion del enfermo(203). La Fsiquiatria, que ya era una especialidad médica reconocida, tuvo un carâcter predominantemente organi- cista.De las dos escuelas mâs importantes,la francesa y la - alemana, la primera estaba mâs dominada por las concepciones psicolôgicas del enfermar, sobre todo por la influencia bene- ficiosa de Pinel y Esquirol. Ya se di jo que, para elles, el tratamiento moral era uno de los métodos terapeûticos mâs im­ portantes. Pero , en el periodo positivista, el avance de las concepciones somaticistas y de la mentalidad anatomoclinica - (204), hizo olvidar el adelanto que los fund ad ores de la es- cuela francesa introdujeron y la psiquiatria de ese pais cono - 131 - ci6 una prolongada época de oscurecimiento, dedicada al tra­ ba,jo de descripcion y clasificaciôn de los trastornos menta­ les . En Alemania, durante el periodo romantico, los psiquiatras mâs destacados hacian de la enfermedad mental una consecuencia del pecado. La influencia religiosa era enor me y sus teorîas tenian un marcado carâcter moralizante, dis- ponlendo también de una importante carga psicologica. Fosteriormente, con el positivisme alemân, las tendencias organicistas son las que tri unfan y, con ellas, se inaugurarâ la psiquiatria cientifica alemana. En realidad, era neuropsiquiatria, como todavia absurdamente sigue siendo hoy en la Seguridad Social espanola, y trataba de relacionar directamente los trastornos psiquicos con alteraciones en el sistema nervioso central. Desde el punto de vista descriptive se harân importantes adelantos, siendo la clasificacion de - las enfermedades mentales que hoy conocemos el resultado de los esfuerzos de los cientificos alemanes de finales del XIX. Todo esto tiene que ver con la homosexualidad, Los mismos vaivenes entre lo endogeno y lo exogeno observados en la naciente psiquiatria del siglo pasado se empezaran a aplicar a los sodomitas cuando se inicie el estudio cientifico de "su " enfermedad mental. Las nociones de alteracion conge­ nita o adquirida serân empleadas desde entonces constantemente segun el criterio del observador, para comprender el comporta- - 132 - miento desviado, y lo habitual sera considerar al homosexual como el resultado de taras de nacimiento o de enfermedades - fisicas, neurolôgicas, adquiridas posteriormente. Los aspec­ tos sociales y psicolôgicos no serân considerados, porque a los psiquiatras no les era muy conveniente, al haber tornado partido por la prépondérants burguesia y formar parte del or den establecido, que consideraba a los homosexuales como per­ sonas corrompidas y despreciables. De todas formas, una doble moral continue - existiendo y muchos homosexuales de las clases pudlentes si­ guieron disfrutando de sus privilégies, mientras a los que - pertenecian a sectores menos acomodados se les conducia a la cârcel o al asilo para locos, lo que venia a ser muy pareci- do. En ambos casos, al salir de ellos después de un largo pe riodo, durante el cual habrian conocido todo el envilecimien to de esos lugares, la sociedad les continuaria rechazando, convirtiendo sus vidas en la otra cara de la moneda en rela- cion con los homosexuales de la aristocracia y la alta bur­ guesia, a los que nada se oponia. Durante el siglo XIX, la sexualidad, que an tes estuvo bajo la tutela de la religion, se convierte en ma teria médica. La sodomia, término confuse y del que participa ban diversas acepciones, se convierte definitivamente en homo sexualidad. Aparece toda una ciencia sexual que se dedica sis tematicamente a delimitar lo que es normal de lo que no lo es. El instinto sexual, dentro del puritanisme de la época, es -- - 133 - se hace équivalente a instinto genésico y aparecen bien cla­ sif icadas todas las demâs formas de la sexualidad, a las que se califica como perverses, aberrantes o desviadas. La bur­ guesia, a través de sus médicos, se dôdicarâ a contrelar to­ das las manif estaciones del sexo que considéra inadecuadas para el buen funcionamiento del sistema capitalista. En rea­ lidad, lo que ha tenido lugar es una gran alianza entre los poder es que g obieman la sociedad de Occidente, la Religion y el Estado, para hacer équivalente sexualidad y prccreaciôn, e intentando mantener,como siempre, al placer fuera del al- cance del hombre comûn. En el âmbito familiar, los padres educarân al nino desde los primeros meses en un ambiente de absoluta restricciôn de todo aquello relacionado con el sexo. Todo el proceso sexual infanti 1 y adolescente se somete a un fér- Ko ocultamiento, dado su carâcter de sucio y pecaminoso. La sociedad industrial del XIX va a tratar de conseguir por todos los medios un rigido control, una nor malizacion en las costumbres y el modo de vida de los ciuda- danos. Se perseguirâ un modelo de organizacion social proxi­ mo al estilo de las hormigas, en el que todos y cada uno de los componentes estén orientados en una direcciôn determina- da, que es la ûnica permitida. Ademâs,para evitar las conduç tas indeseables,se créa un enorme dispositive de coercion, del cual forman parte importante los médicos. Las normas es- - 134 - tan bien senaladas y, aquél que no las respeta se convierte - en un demente o un delincuente. Desde la segunda mitad del siglo XIX, los nu_g vos sexologos van a encontrar multiples variantes de la homo­ sexualidad. For un lado, se récupéra el concepto de hermafro- ditismo para explicarla y, asi por ejemplo, Ulrichs, el créa- dor del término urànismo, y a quien muchos consideran el pio- nero de los movimientos de liberacion homosexual, habia de anima muliebris in corpore virile inclusa, haciendo relacion a una intersexualidad psiquica. Ülrichs lucho toda su vida por dignificar la "condiciôn diferente" ante la sociedad, aunque no gnzara de mucho éxito al mantener sus teorias. El mismo - tuvo sentimientos de marcado carâcter homôfilo y acabô sus dias faera de su pais natal, Alemania, cansado de luchar contra - una dura oposiciôn que no admitia ninguna de sus ideas, mâs hu manitarias, sobre la homosexualidad. Caspers, hacia 1.852,atribuia a una tara con­ genita el homosexualismo, que separaba de la pederastia y Westh phal estableciô el concepto de "sentir sexual contrario" , pero séria con el autor de Psiccpatia Sexualis, Kraft EbLng, con quien se realiza la mâs compléta labor clasificatoria, intentan do llevar a la homosexualidad al "terreno cientifico", ideando una teoria basada en las caracteristicas bisexuales del aparato genital. Fensô que, si originalmente los ôrganos génitales eran hermafroditas, también deberian de serlo los centros del siste- - 135 - ma nervioso mâs altos encargados de la conducts sexual, rcr - lo que existirian en el cerecro centros especificamente r.ascu linos y ferr.eninos, cuya acciôn antagonica y fuerza re la 11 va - serian los responsables del comportamiento hcmo o heterosexual. Las teorias de ?:raft-Ebing tuvieron después muchos adeptes, y todavia en nuestros dias hay una linea de investigaciôr. dedica da a buscar en el cerebro puntos o zonas de los cuales neper.da la homosexualidad. Se trata de un método estrictamante aratomo- bioquimico que no ha dado resultados, ni es de esperar que los de, ademâs de ser eticamente muy discutihle, al reducir al hom bre a una mâquina mejor o peor programada, que produce un ti­ po de respuesta determinada al pulsar un botôn. " Ni entonces ni ahora se dispuso de algûn vestigio de ev idencia neurolôgica para otorgar crédite a la cadena de hipôtesis de Kraft-Ebing" (205). En el siglo XIX también hubo homosexuales do­ tados de una especial sensibi lidad y entre ellos destaca h ait Whitmann, représentante de una homofilia al estilo griego que escribiô toda su obra poética bajo el signo del amor ce los - camaradas (206). Su obra fué muy leida en la Inglaterra victo riana y sirviô de revulsivo a una sociedad que no conocia nada de la vertiante elevada, espiritual, de la hom,os exualidad. For esta época, ya la pena de muerte ha deja do de aplicarse a los homosexuales, pero la pris ion continua siendo un destino frecuente para muchos de ellos. Ademâs, ahora» - 136 - con la nueva moral burguesa, son objeto continuado de despre­ cio o burla, al mismo tiempo que, a los mâs pudientes se les empieza a realizar una forma nueva de extorsion, a través del chantaje. Aliados de la hipocresia imperante, algunos se de- dican a obtener cantidades monetarias variables a cambio de mantener el secreto la homosexualidad de determinados persona jes de la vida social inglesa, 3 .4 .).- El caso de Oscar Wilde. A finales del siglo pasado, en la puritana sociedad londinense tuvo lugar un gran escândolo a consecuencia del juicio de Oscar V/ilde, cuya homosexualidad fué una bûsqueda - continuada de la juventud. El efebo era para él la mâs perfeç ta manifestacion de la belleza sexual, pues como él mismo dice, "no es posible comparer la (belleza) del efebo con la*de la - mujerî piense, sobre todo, en esas horribles y énormes caderas anchas y adiposas Yo afirmo que la mujer no estâ hecha para la pasion y el amor, sino solo para la maternidad "(207). En el Retrato de Dorian Grey, obra autobiogra fica, el narcisismo de Wilde se pone bien de manifiesto. El temor a envejecer tiene su respuesta en el amor a los muchachos y en la conservacién de la juventud, todo ello en medio de un lujo décadente al estilo de los emperadores romanos o las con­ tes de la Italia renacentista. El escritor era habituai en las fiestas de la - 137 - la aristocracia, axcéntrico y brillarta, hacia 1.8^5 estaba en la cutr.bre de su éxito. Las acusacior.es bêchas a bi Ibe por actos inmorales, segûn la Criminal Advendmert de 1.88c, hac fan referencia a graves indecencias cornetldas tarte en - pûblico como en privado y el juicio tuvo lugar al no prospe rar una querella planteada por V.'ilde contra el Marqués de - Queensberry, padre de Lord Ibuglas, qui en era su amante. ZI caso fué muy promocionado por la prensa inglesa, que se pu so a favor de la condena e hizo creer a la opinion pûblica que era un depravado corruptor de jovenes. Los ji;icios fue- ron très y se celebraron en medio de un enorme apasionamien to, estimulado por las palabras utilizadas por el escritor en su defensa al responder a las preguntas del fiscal. Al - estilo de Yirgilio, Wilde contesté : " El amor que r.o osa mencionar su nombre en este siglo es un afecto tan grande del hombre mayor por el joven como el que existio entre Da­ vid y Jonathan, o el que Flato’n convirtiô en cimiento de su filosofia, o el mismo que se encuentra en los sonetos de Mi guel Angel o Shakespeare. Ese afecto profunfo, espiritual, cuya pureza solo iguala la perfecciôn. Es el que dictan e - impregnan las obras maestras del arte y en nuestra épo ca es algo tan incomprendido que bien puede llamârsele " el amor que no osa mencionar su nombre " y es por el que ahora me veo sentado en este banquillo. Fero es bello y extraordi nario y constituye la mâs noble forma de afecto. Mo hay en el nada contra natura. Es puramente intelectual y existe - 138 - frecuentemente entre el hombre mayor y el joven, cuando el - mayor posee la inteligencia y el joven tiene ante si toda la alegria, esperanza y encanto de la vida. Y el mundo no com- prende que sea asi. El mundo se burla de él y por él, a veces, nos pone en la picota " (208). A pesar de los aplausos del publico asisten te al juicio, Wilde fue al final considerado culpable por otro tribunal, presidido por un fanatico juez, quien habia dĵ cho que preferiria juzgar el crimen mas horrible de cuantos - conocio en su c a m e r a antes que tener otro caso como aquel y se refirio a la "horrenda naturaleza de las acusaciones impu- tadas al inculpado". La condena final fue de dos anos a trabajos forzados, en medio de la satisfacciôn de la hipôcrita moral victoriana, y la propia reina no quiso indultarle. El tiempo de presidio hizo cambiar al refina do Wilde y, en los ûltimos anos de su vida, se convirtiô en - un profundo critico social. Su obra posterior a la prision, Balada de la cârcel de Reading, es una protesta no solo contra el sistema penitenciario sino también contra todo el sistema social: Las acciones mas viles, como hierbas venenosas, crecen en el aire de la càrcel; unicamente lo bueno del hombre languidece y se marchita alli, - 139 - la livida Ar,r:i;s bia custcdla lac l'érreac /uerta y el carcelerc es la Dec,ecy eracien . También sé, y ojala todo el mundo lo supi era, que toda cârcel construida por lor, honores se edifica con ladrillcs de vergüenza y cércanla con barrotes para que, a los Nombres que a sus hermanos mutilan, Cris to no vea.(2C9 3 .5 .).- La opinion de Kraerelin sobre la hcmosexualidad. Los ûltimos veinte 0 treinta anos del siglc XIX cono- cieron una gran proliferacion de obras literarias y cientlfioac sobre la homosexualidad, dentro de una pugna entre las posturas que pregonaban actitudes mas humanitarias con los "desviados" y aquellas que se mantenian fieles a lac tradiclones represi- vas y condenatorias para con ellos. Hacia I.9OO, la figura mas d es tacada en la psiquiatria era Kraepelin, que fué la sintesis y culminaciôn - de todos sus predecesores decimononicos. En el alemân.el traba jo clasificatorio alcanzo sus mejores resultados, y su método sigue siendo vigente hoy para sistematizar los procesos menta­ les. Fero Kraepelin no pudo o no supo ir mâs alla de esta im­ portants descripcion y clasifbacLôn y estuvo muy alejado de las - lUO - cor.cepciones psicologicas y sociologicas que y a empezaban a - observarse por entonces. Su obra es mucho mas un i'ratado de - Neuropsiquiatria al estllo del XIX que un licro de Isiquiatrfa del XX. Kraepelin era un medico al servicio de la burguesia que no comprendra que muchos de sus enfermes, diagnosticados como vagos psicopatas, locos morales o criminales por hâbito eran, en gran parte, producto de una injusta situacion social deter- minada. Sus historias clinicas tienen un enorme inte- rés al présentâmes Membres de un tiempo, en el cual la ir.fluen cia religiosa era muy grande todavia. Por eso no extrana obser var frecuentemente la aparicion de alusiones al diablo o al Es piritu Santo en sus desvarios. Asi, une de ellos, alcoholico, en su delirium dice que el Diablo le ronda y que el propio Sa­ tanés hacia pedazos en sus manos un vase de vino al tiempo en que irrumpia en risa de escarnio (210). Otro , afecto de de- mencia senil, decia que era discipulo de Cristo y llamabase hijo de Bios, diciendo que habia estado muchas veces en el Cie lo, y que de él habia salido la noche anterior atravesando el aire en un carro de oro (211). Kraepelin estudia la homosexualidad en un ca­ pitule dedicado a los estados congénitos, en el que después de calificarla como un estado de degeneracion, présenta el caso - de un joven de 22 anos enviado por la policia con la acusaciôn de actos inmorales con ninos de 10 y 14 anos. Era un joven su- - 141 mam en te timido que," ahora sien tes e horrori zac o por su jot'.'ù.iç ta, y no alcanza a comprenoer cor.o puerie ha': en sise a'/, bon ci ? taies hechos. îiunca ha tenico relaciones il ici tas con porconas mayores, ni experimentado voluptuosidad sexual por los ralos tratamientos inferidos a otras personas, ni sentido atrace ion por las prendas o labores femeninas En el estudio fisico - no se apreciô ninguna anomalia destacada y Kraerelin, dice qic, " de los salientes rasgos expuestos, el mas notable es la vida inquiéta que el paciente ha tenido; su incapacidad para acomo darse al sistema nacional de educaciôn y la necesidad de satis facer sus exigencies, asi como los repetidos cambios en el ob- jetivo de sus deseos, ya en la escuela , ya en su vida ulterior. Esto nos indica una considerable desviaciôn del promedio numa- no, principeImente hacia la degeneracion " (212). Fera Kraepelin, la homosexualidad es una :sico- patia, y discrepa de otros autores que veian su origen en alte- raciones de los génitales: " suponianse an tes que les deseos antinaturales dependian de discrepancias entre la “structura de los ôr.ganos génitales y la constituciôn f Isica ; presunciôn que contradice numerosos casos en que alternan las inclinaciones - homosexuales con las heterosexuales. Vemos, ademas, que tal ex- plicacion es erronea,teniendo en euenta que son influencias accidentales diferentes las que dan lugar a las diverses obser- vaciones, segûn observâmes en los degenerados, cuya orientacion en tal sentido unas veces es natural y otras aberrante: mas,en - 142 - la gran mayor!a de casos, podemos considerar como fundamento de las aberraciones sexuales la inestabilidad morbosa del im puso natural y su facil inclinacion a la mudanza por influen- cia externa; carâcter también comûn a otros impulsos de los degenerados " (213). El buen cientifico que hay en Kraepelin tie­ ns en gran parte el problema resuelto, pero su moral le impi- de comprenderlo. El mismo afirma que la homosexualidad no es debida a alteraciones fisicas y, casi siempre, su causa es la inestabilidad del impulse natural y su variacion por la influ- encia externa, pero, sin embargo, continua calificando a los homosexuales como aberrantes, psicopatas o degenerados, es decir, como enfermes, al estar " desviados dsl promedio humane" Castilla del Fine senala que"la psiquiatria - kraepeliniana y sus variantes componen la imagen de una preten dida psiquiatria positiva, cientificista, caracteristica del - auge decimonônico de la burguesia " (214). Indudablemente esto es cierto. En la segunda mitad del XIX se produjo una ràpida industrializaciôn y las clases dominantes necesitaban - un estricto orden social para mantener las inhumanas condicio- nes de trabajo. For eso, ademàs de por interés propio, la psi­ quiatria utiliza el concepto de norma para esclarecer concep— tes tan diferentes como los de salud y enfermedad. Aquél que no acepta las reglas establecidas por la burguesia en lo referente 143 - al trabajo y al modo de vida en general,se acarta de ellas y se convierte en un degenerado. S in embargo, en los ûltimos anos del XIX y en los primeros del XX también existieron estudiosos de la - homosexualidad con criterios mâs racionales. El primer traba jo serio sobre el tema puede decirse que aparece en 1.897, - en alemân para evitar la censura inglesa. Se trata del lihro de psicologia sexual de Havelock Ellis, quien mâs tarde fun- dû la sociedad britânica para el estudio de temas sexuales. Entre sus publicaciones, la conducta homosexual fué muy discu tida,adoptando posturas avanzadas y persiguiendo como objeti- vo la abolicion de las leyes represivas de la homosexualidad. Havelock Ellis basaba la defensa de los invertidos en que no eran responsables de su condicion, pues e'sta les venia dada - por la naturaleza, por lo que la sociedad debia aceptarlos, - aunque solo fuera por su propio interés. La obra de Ellis fué denunciada y se le impuso una fuerte multa. La postura de Magnus Hirschfeld fué también menos dogmâtica y su influencia grande en los movimientos de reforma sexual. Consideraba a los homosexuales como tipos se­ xuales intermedios, aiejados de la norma y su actitud se fué suavizando con los anos, hasta llegar a ser perseguido por los nazis. Fundador del 1lamado Comité Cientifico y Humanita- rio e incansable viajero, dedicû toda su vida a la investiga- ciûn sexual y sobre todo homosexual. También trabajû con 144 - Ivan 31och, otro destacado investigador en estos temas. 3.6.),- El gran renovador: Sigmund Freud. Al acabar el siglo, nuevos aires penetran en la psj. quiatria. En I.885, Freud va a Paris a trabajar con Charcot, que por entonces esta en plena gloria, dedicado al estudio de la histeria. Su labor hospitalaria en la Salpêtrière habia trascendido, convirtiéndose en una conversacion de moda para la alta sociedad. Freud poseia una buena formacion neurologi- ca y, por entonces, todavia no se habia planteado su metapsi- cologia. Charcot estudia a las histéricas desde el punto de - vista descriptive, agrupando los sintomas y construyendo con ellos una entidad patologica determinada, del mismo modo como estudiaria una tuberculosis o una difteria. Como Lain dice, " a esta tipicidad sintomatica corresponderia una determinada " lesion", todo lo breve, fugaz y reversible que se qui era, en el sistema nervioso " (215). La mentalidad de Charcot le obli- ga a buscar como causa de la histeria una alteracion organica, fisica, en algûn nervio, para explicar la sintomato logia. No - se le pasa por la cabeza buscar causas psiquicas que la justi- fiquen. Sin embargo, Charcot va algo mas lejos y emplea la hipnosis para producir crisis histéricas y esto a la lucida mente de Freud le va hacer pensar en aspectos menos basados en - la anatomia patologica y mas proximos a la psicologia. - 14 5 - " Esa sutil diferencia iri.cial entre Charcot y Freud, enero o fehrero de 1.886, es el primer sucero his to- rico en que se hace patente la introduce ion del su je bo en Me- dicina " (2l6 ). La medicina objetivadora empieza a ceder pa- so a una mâs subjetiva, individualizadora, con lo que empieza una gran revolucion en el hacer psiquiatrico y medico. A par­ tir de ahora se aceptarâ, por lo menos teoricamente, que la - curacion de las enfermedades no podrâ ser conseguida sin la - utilizacion de métodos psicologicos y sociolôgicos. En 1.9 0 5, Freud publica por primera vez sus Très ensayos para una teoria sexual, que van a tener inmediata mente una enorme influencia. En realidad, muchos de los cono- cimientos actuales sobre la homosexualidad es tan ya presenter en la obra freudiana, a pesar de que esta es el producto de - una época determinada, cuyo influ jo es dificil de eludir. Far tiendo del concepto de libido, para Freud existirian desvia- ciones respecte al objeto heterosexual normal, hacia una per­ sona del mismo sexo. " A estas personas se les denomina homo­ sexuales, o mejor invertidas, y al hecho mismo, inversion " (217). Freud continua empleando el térnino de aber- racion sexual. Clasifica a los invertidos en absolutos, aquel los que no pueden realizar el acto sexual normal, relatives o anfigenos (hermafroditas psicosexuales); no exclusives y oca- sionales, pero también afirma que " por muy justificadas que - l46 - que esten tales diferenciaciones,no puede dejar de reconocer- se la existencia de numerosos grados intermedios, pareciendo asi imponerse la idea de una serie gradual " (218). Respecto al empleo del termine degeneracion, Freud no esta de acuerdo, pues, " varios hechos nos demuestran que los invertidos no pueden considerarse en este sentido como degenerados: 1?) Porque se halla la inversion en personas que no muestran otras graves anormalidades. 29) Forque aparece asimismo en personas cuya capacidad funcional no se halla per turbada, y hasta en algunas que se distinguen por un gran de- sarrollo intelectual y elevada cultura etica " (219). También justifica su apreciaciôn al senalar que la inversiûn fué muy frecuente entre los pueblos antiguos de alta civilizacion y - en los salvajes y primitivos. Freud se manifiesta razonable al no aceptar la estricta separacion innatismo-adquisicion para comprender las causas de la homosexualidad. A los homosexuales que el llama absolutos los califica como congénitos, pero con repa- ros y,para los demâs, prefiere emplear el término hermafrod_i tismo psiquico. El mismo dice " Ni con la hipôtesis de la in­ version congénita ni con la contraria de la inversion adquirj, da queda explicada la esencia de la inversion. En el primer - caso, habrâ que especificar que es lo que se considéra innato en ella, si no se quiere aceptar la la burda explicaciôn de - que una persona trae ya establecidai al nacer la conexiôn de - - 14? - su in.stinto sexual cor. un objeto sexual prerie termir.ado. En la segunda hipôtesis se plantea la cuestiôn de si las diversas - influencias accidentales bastan por si solas para explicar la adquisiciôn sin la existencia de algo favorable a la misrr.a en el individuo, cosa inadmisible, segûn herr.os v is to " (220). Para explicar la homosexualidad, Freud uti.H za la teoria de la bisexualidad. A finales del si/^lo XIX, son varios los autores que recuperan esta idea, constante en las civilizaciones antiguas y olvidada durants las edades Media - y Moderna. SI mito del androgino vuelve a ser recordado ahora con visos cientificos. Para la inversion, parece que el prime ro que se ocupû de estos temas fué G ley en 1.384 y,hacia 1 .90c, muchos autores tenian conocimiento del hermafroditismo y lo empleaban de una u otra forma. Freud dice: " En ningûn individuo masculine 0 femenino, normalmente desarrollado, dejan de encontrarse huellas del aparato genital del sexo contrario que, o perdu-- ran sin funcicn alguna como organos rudimentarios o han suiri do una transformée i o n , d irigida a la adoptaciôn de dis tin tas funciones. La hipôtesis deducible es la de una disposicion bisexual originaria, que en curso de la évolueiûn se ha ido orientando hacia la monosexualidad, pero conservan- do algunos restos atrofiados del sexo contrario"(221). Fero Freud no se conforma con la existencia - 148 évidente y demos trahie, de un hermafrod i tismo fisico, anatûm.i- co que se encuentra en igual proporcion en los homosexuales y en los que no lo son y comprends las dificultades de demostrar la existencia de un hermafroditismo psiquico, que " ganaria en verosimilitud si paralelamente a la inversion del objeto sexual apareciera una modificacion de los demâs caractères, tendencias y cualidades animicas " (222). Para Freud, "tal inversion del carâcter solo puede esperarse hallarla con alguna regularidad en las mujeres invertidas; en los hombres puede coincidir con la inversion la mâs compléta virilidad psiquica. Si se quiere mantener la hipo tesis del hermafroditismo psiquico, habrâ de anadirse, por lo menos, que sus diversas manif estaciones no muestran sino muy - escasa condicionalidad reciproca " (223). Con su sinceridad habituai, concluye afirman- do: " Habremos de retener, sin embargo, dos ideas: que también en cuanto a la inversion debe tenerse en cuenta la disposicion bisexual, aunque no sepamos en que puede consistir tal dispos! cion fuera de lo puramente anatômico, y se trata de perturba- ciones que atacan el instinto sexual durante su desarrollo "(224) Respecto a las manif estaciones sexuales pre- feridas por los homosexuales, lo que llama fin sexual de los - invertidos, Freud se aieja de aquellos que las relacionaban uni camente con los contactos anales y piensa que estas son multi­ ples y no unitarias, llegando a manifester la idea de que las - - 149 - variaciones de expresiôn sexual, hasta la mera efusiôn senti­ mental son frecuentes en los homosexuales. En la edicion de 1.910,Freudprecisa algo mâs el mécanisme psiquico de la genesis del homosexualismo apoya- do en las relaciones edipianas madre-hijo, a través de la id en tificacion posterior ccn la madre-la mujer en general-el obje­ to a la vez temido y odiado y buscando desde una posiciôn nar- cisista, hombres jovenes y seme jantes a su propia persona, a los que quiere amar como la madré le am6 a él. Fero, tampoco - ahora se hace dogmâtico y manif iesta: " Sin embargo, debe re — cordarse que, hasta ahora (1 .910), solamente un tipo de inver­ tidos han sido sometidos al anâlisis, sujetos cuya actividad - sexual ha sido en general imped ida, manif es tandose la restante como inversion. Este problema de la inversion es bas tante com- plejo, incluyendo diversas formas de desarrollo y actividad sexuales " (225). En los anos siguientes continua investigando sobre el concepto de instinto sexual y entre sus conclusiones afirma que el psicoanâlisis no cree que sea posible concebir a los homosexuales como un grupo diferente del resto de los - humanos. Para él,todo individuo es capaz de una elecciôn homo sexual e incluso afirma que esta atracciôn juega un papel tan importante como la heterosexual en la vida psiquica. " F ai'a - el psicoanâlisis,la falta de toda relaciôn de dependencia en­ tre el sexo del individuo y su elecciôn de objeto, y la posi- - 150 - bilidad de orientar indiferentemente esta ultima hacia obje- tos masculines o femeninos, hechos comprobables tanto en la infancia individual como en la de los pueblos, parecen cons- tituir la actitud primaria y original, a partir de la cual se desarrolla luego el tipo sexual normal o el invertido, por la accion de determinadas restricciones y segûn el senti^ do de las mismas. ÀS1 pues, en un sentido psicoanalitico, el interés sexual exclusive del hombre por la mujer constituye también un problema, y no algo natural, basado ultimamente en una atraccion quimica ". (226) Para la época en que escribe, Freud ha ido demasiado lejos. Tanto que, en realidad, las ideas actuales sobre el comportarnlento homosexual son, en gran parte, las - acabadas de citar. No debio ser facil para el maestro soste- nerlas contra una sociedad obscurantista y puritana, que ade mas le sojuzgaba por su condiciôn de judio. Sus ideas, comple tamente innovadoras, fueron rechazadas durante anos, tanto - que, a partir de 1.900, se encontre totalmente solo ; "en Vie na se le evitaba; en el extranjero se le pasaba por alto; en las revistas no se hablaba de él" (22?). Es bien conocida la anécdota de q u e , en el aho 1.900, en un congreso médico celebrado en Hamburgo, uno de los eminentes profesores alli reunidos, a gritos y, dando un punetazo sobre la mesa, declaraba que las teorias de Freud, - 151 - eran mâs un asunto de la policia que algo relacionaro ccn la ciencia. También se le acuso de libertino e inmoral repetidas veces y fué boicoteado en numerosas ocasiones, muriendo en - el exilio. Freud no dejo nunca de luchar, aunque todo esto - no dejo de influir en su carâcter, que se hizo cada vez mâs - hosco y avinagrado. La palabra perversion no fué nunca del ai'ra- do del sabio vienés, que la encontraba llena de contenido mo- ralizante y pensaba que todo aquello con lo cual se obtiene - placer se hacia équivalente a perverse y por lo tanto, se des preciaba. Era la antigua oposiciôn entre hedonismo y ascétis­ me, entre el principle del placer y el principio de la reali­ dad , En cuanto a la religion, Freud no combat!a - su contenido humanistico, sino sus aspectos irracionales y em- brutecedores. For algo la califico como neurosis colectiva universal. For otro lado, la obra de Freud, esta plenamente - inmersa en la tradicion cristiano-idealista. El pensamiento freudiano continué evolucio- nando hasta su muerte. En el ano 1.935» cuatro antes de mori 9 en una carta a una madré nortearnericana recogida mâs tarde por Alfred Kinsey, expone bien sus ideas sobre la homosexuali. dad: " No es vicio, ni degradacién, ni se la puede clasificar como enf ermedad; nosotros la considérâmes como una variacion de la fune ion sexual producida por cierta detencién del desar - 152 - rollo sexual, muchos individuos respetables de los tiemros an tiguos y modernos han sido homosexuales, y varios de los mâs grandes,......Es una gran in justicia perseguir la homosexuali dad como si fuese un crimen, y es también crueldad Respec­ to del tratajniento dice; " ...... en lineas générales, no pode mos prometer lograrlo. En cierto numéro de casos tenemos éxi- to en desarrollar los benditos gérmenes de tendencias hetero­ sexuales que estan présentes en todo homosexual ; en la mayo-- ria de los casos ello ya no es posible. Es una cuestion que - depends de la calidad y la edad del individuo. Es irr.posible - predecir los resultados del tratamiento. Lo que el anâlisis puede hacer per su hijo - es asunto diferente. Si su hijo es desdichado, neurotico, ator mentado por conflictos, si se siente inhibido en su vida so­ cial, el anâlisis puede traerle armonia, paz mental, plena efj, ciencia, sea que permanezca homosexual o cambie ". (22B) Fara el vie jo Freud, la homosexualidad es so­ lo una variante sexual. Ni abominacion, ni pecado, ni degenera cion o aberrracion y su tratamiento, en el sentido de cambiar la direccion de las preferencias sexuales, no debe ni puede realizarse. Lo que harâ unicamente el psicoanâlisis es resta-- blecer el equilibrio interior del individuo alterado por pre- siones internas o externas. Las diferencias del pensamiento freudiano son grandes respecto a sus contemporaneos, y no solo con ellos. - 153 - pues, muchos de sus continuadores han ar.acido muy poco a la obra del maestro. 3•7.)•- La influencia de Freud er la rsiouiatria of le ia1. A pesar de todas las criticas, la influencia de Freud se ernpezo a notar pronto en el campo de la psiquiatria y cas i todas las obras a partir de 1.9C0 revelan su influ jo. Bleuler, continuador de Kraepelin, en su importante obra, ya escribe - sobre la homosexualidad de forma muy diferente.Ya no describe y clasifica los sintomas buscando solo su sistematizaciôn, al estilo de las otras especialidades, mâs organicistas, de la - Medicina, sino que reconoce su origen psicodinâmico en muchos casos. Con Bleuler se produce el primer reconocimiento de las ideas psicoanaliticas en la psiquiatria oficial, académica. En lo referente a la homosexualidad, empieza haciendo una distincion interesante cuando dice, " el nombre - de sodomiaha cambiado su significacion, como el de onania. Significa ahora el comercio carnal con animales, que ordinaria mente, como faute de mieux, es practicado, no como una altera- cion del todo patologica del instinto sexual por gentes con la sexualidad a medio desarrollar, como pastores solitarios, imbé ci les, y por personas femeninas que viven intimamente con sus perros " (229). Al margen de esta aclaracion, Bleuler sépara - 1^4 - a " los trasvestivistas " , que se sienten contentos con vesti. dos del otro sexo, de los homosexuales, y aunque continus ca­ lif icando a estos ûltimos como psicopatas, sus juicios sobre - ellos son muy diferentes de los de Kraepelin, por ejemplc. Bleuler habia con justo criterio cuando dice: " Antes se habia discutido si la homosexualidad era un vicio; hoy no necesitamos hablar de eso. Si ello es una enfermecad es cosa que pertenece a las cuestiones tontas, sobre todo mien- tras no se pueda limitar el concepto de enfermedad y no se se- pan las consecuencias que puedan sacarse de ello " (230). Para él, la homosexualidad no es solo un esta­ do intersexual y , a pesar de reconocer que " el hombre ccn bar ba poco desarrollada, voz chillona y pelvis ancha es mâs fre­ cuente entre ellos que entre los normales, estos sintomas soma ticos quedan en frecuencia muy por detras de los psiquiccs.... los genitales rara vez es tan mal conformados " (231). Bleuler considéra todavia a la homosexualidad como una forma de afemi- namiento, sobre todo psiquica y afirma que desde muy prorto, " el chico gusta de jugar a las muhecas y se cuelga al delan— tar de la madre; las muchachas juegan como los muchachos (232), pero ya hace notar el influ jo social en ellos cuardo se refiere a sus defectos éticos, " consecuencia de las costumbres y de la sociedad,que los coloca por debajo de los heterosexua­ les " (233). Cuando habia de su etiologia, después de razo - 155 - nar los argumentes a favor de su adquisiciôn, no encuentra - ninguno suficlentemente valorable, aunque esta de acuerdo con Freud en la influencia de las relaciones con la madre. Fara - Bleuler, la homosexualidad es una anomalia de carâcter congé- nito: " La tendencia al mismo sexo en si form.a el verdadero - momento constitucional, existiendo primero la circunstancia - de que muchos homosexuales masculines tienen particularidad es del otro sexo en el terreno somâtico, lo que no corresponde a la suposicion de una cosa casual " (234). Segûn él.su origen debe buscarse en una disposicion primaria y,para explicarla, ademas de otros razonamientos, también se apoya en la heren- cia, cuando encuentra una mayor proporcion de homosexuales en unas familias que en otras. Las conclusiones de Bleuler son actuales, al senalar que " probablemente la unica hipôtesis hasta cierto - punto verosimil, es que el uranismo es una manifestacion bio- lôgica, si se confirma que en general, aproximadamente el 2 % de los hombres estân afectados de ello; con esto estâ también la circunstancia notable que la homosexualidad no desaparece, aunque se impida en el mâs alto grado su propagaciôn "(235). Bleuler no habia ya solo como représentante de una clase social, la burguesia, que sigue connenanrio el corn portamiento homosexual, sino que razona apoyado en su experi- encia clinica y aiejâhdose de las ideas preconcebidas. La in- fluencia de la psiquiatria dinâmica se percibe en él con toda claridad, a pesar de que no esté de acuerdo con muchas de las - 1 $6 - ideas freudianas. La nueva postura de la ciencia oficial se - pone de manifiesto claramente cuando habia del tratamiento. Frimero reconoce que existen muchos casos incurables pero el hunanista que hay en Bleuler se manifiesta al decir; " Fero el medico puede hacer mâs en relaciôn con ellos: tranquil!zar los en primer lugar contra los sintomas nerviosos producid os en primer término por su situaciôn dificil, en general, y por la lucha con la sexualidad, en especial, el temor a ser dete- nido, los temores por la honra y la tranquilidad de la familia el tratamiento psiquico de la nerviosicad es de importan cia debe el médico educar a sus pacientes, si estos quie- ren dejarse educar " (236). También recomienda la distracciôn a través del estudio o el déporté y afirma que, en muchos ca­ sos, la tolerancia de una relaciôn homosexual libra de la lu­ cha y de la neurosis. Con la obra de Bleuler, la mâs importante en la psiquiatria oficial de su época, se han prcducido importan­ tes adelantos; en unos veinte anos ha tenido lugar un avance - de gigante en la consideraciôn de la homosexualidad por la - - ciencia médica, al menos en sus représentantes mâs destacados. De ser una degeneraciôn se ha convertido en - una psicopatia, lo que nadie sabe bien que es y se ha reconoci. do la ineficacia del tratamiento, hasta llegar a considerarla solo como una condiciôn biolôgica mâs. Todavia no se someten a - 157 - discusion los factores socioculturales, pero, al menos en les sectores mas avanzados,todo esta preparado para ello. Las cQ.stumbres sociales en la época de Bleuler no habian variado mucho, por lo que, cuando se refiere a su desacuerdo con las leyes antihomosexuales, especifica que lo - hace solo desde el punto de vista médico. Todavia, en la Alema nia de primeros delsiglo XX,no era considerado " persona gra­ ta" quién criticara las disposiciones légales vigentes. For eso, dice: " El que se castigue en las leyes la homosexualidad,^ como en Alemania, Austria y la mayoria de los cantones suizos, es algo (considerado medicamente) injusto, es inconsecuente, indigno y, lo que yo reproche mas, el que no sirve para nada, ahade ademas prejuicios a la vida sexual normal, por el inmis-- cuirse en las relaciones sexuales y da lugar al mayor mal; el - producir extorsion " (237). Sin embargo, a pesar de la inteligente postu­ ra de Bleuler, las teorias van muy por delante de la practice y la homosexualidad, cuestiôn politica.se sanciona todavia de una forma u otra en casi todos los paises al comenzar el siglo XX. 3.8.).- Las ideas de dos destacados représentantes de las es- cuelas de psiquiatria francesa y alemana; E. Regis y 0. Bumke. - 158 “ Los psiquiatras de los anos ar.teriorou a la Frimera Guerra Mundial estaban embuidos de un fuerte naciona lismo, de man era que las escuelas de cada pais seguiar. cami- nos separados, aunque pudiera apreciarse en todas ellas un - fuerte espiritu de conservadurismo. Como ejemplo de ello pue den servir dos especialistas de la época, Regis en Francia y 3umke en Alemania, si bien el alemân es algo posterior al francés. El pensamiento nosolôgico , lleno de connotaciones ideôlogicas,sigue siendo la nota dominante en ellos, a pesar de que la psiquiatria clâsica haya entrado en crisis desde, sobre todo, Freud. En Regis, las concepciones kraepelinianas sobre los homosexuales, con un b a m i z de modernisme, conti- nüan siendo las prédominantes, cuando afirma que, " todas - las perversiones sexuales que se maniflestan por obse- siones e impulsos de una importancia capital desde el punto de vista clinico y médico legal, son debidas ante todo a la predisposiciôn morbosa original, y germinan, por consecuen­ cia, sobre un suelo esencialmente degenerado " (238). También asocia la homosexualidad"con otras perversiones, como el fetj, chismo, sadismo y masoquismo " (239). Cuando habia del tratamiento se refiere a los psicopatas y los degenerados como potenciales poseedores de un carâcter peligroso, o por lo menos perjudiciales, aunque no dice para quien. La influencia de la escuela de Lombroso es - 159 - patente al afirmar que, " los impulsos de los degereredos son mâs o menos irresistioles o mâs o menos automâticos, gûn rer- maneciendû oonscientes y amnésicos, segûn que la dereneracicr es mâs o menos acentuada" (240), Bumke, por su parte, no se extiende mucho al ocuparse de la homosexualidad, pero sus palabras son sufici en­ tes para conocer su opinion sobre el tema: " ..... las anomalias sexuales pueden observarse en todos los tipos imaginables de psicopatas. De todos modos, ofrece la mâxima frecuencia la aso- ciaciôn de las mismas, cuando menos en los homosexuales y en los masoquistas, a un carâcter blando y afeminado; pero, ademâs podemos encontrar perversiones sexuales en los imbéciles, en los comienzos de las enf ermedad es orgânicas, en los maniacodepre sivos, en los histéricos, en los nerviosos constitucionales, en los excitables, en los epilépticos afeotivos, los inestables, los ansiosos, etc, en una palabra, en todas las modalidades de las formas psicopâticas'i (241). Con este largo pârrafo, Bumke se despacha am- pliamente al considerar a la homosexualidad como un trastorno que puede presentarse en casi todos los diferentes estados men­ tales, y no solo en ellos sino también en las alteraciones somâ ticas. Concepciones tan peregrinas y acientificas, fundamentadas en prejuicios ideologicos, se mantenian todavia, - 160 - como se puede ver, en la decada de los anos veinte del actual siglo. En la psiquiatria, como en todos los demâs - aspectos del saber, la pugna entre dos tendencias radicalmen- te opuestas, basadas una. en los criterios mâs rigoristas de la tradicion religioso-burguesa y en un humanisme cristiano la otra, se produce ahora con mâs claridad que nunca, al estar me jor delimitadas sus posiciones, aûn dentro de una casi complé­ ta incomunicaciôn. Hacia 1.900, en Espana, la homosexualidad no estâ considerada en si misma como an delito, y, en este aspecto, la legislaciôn espanola va por delante de otros paises mâs avan zados. Se castigan los actos de pederastia con menores, que constituyen un delito de abuses deshonestos y también el escân- dalo publico o las faltas contra la moral y las buenas costum­ bres, pero no se hace alusion directa al propio trato homose-- xual. De todas formas, mâs que las propias leyes, lo que influi râ serâ el cHr-terio particular de los encargados de juzgar to­ dos estos comportamientes inmorales. No debe olvidarse que, to­ davia por esta época, la homosexualidad es considerada mayorita riamente por el vulgo como algo pecaminoso y enfermizo, que de­ be ser objeto, como minime, de burla y desprecio. Una hipôcrita moral burguesa serâ todavia, por muchos anos, la dominante en - nuestro pais, apoyada en unas condiciones sociales adecuadas pa ra mantenerla. El hecho es que, a las prisiones espaholas, - - 161 - como a las del reste de Zuropa, se sir':en envlardo a alg'ur.os homosexuales para permanecer, en ocasiones, larros anos er - ellas y que las carceles continuar, siendc lurareu donne se de sarrolla todo el lado malo de la naturaleza humar.a. 3.9.)'- la Révolue ion rusa de Oc tu ore. En los primeros anos de nuestro siglo, el movinien- to de denuncia de las malas condiciones sociales estâ crecien do arro.lladoramente y, en la Rusia de los 2 ares, la révolue ion va a ser la consecuencia de un tiempo er el que y a , " los es­ tados se habian convertido ccn sus aparatosas organizaciones militares en un torbellino de rivalidad impérialiste, en mens truosas fieras militares, devoradoras de las vidas de mi 11ones de gentes " (242). Hacia 1.900, la diferencia entre proletaria- do y burguesia parecia ir creciendo en vez de acortarse y la radicalizacion de muchos trabajadores era cada vez mayor. En 1 .905» la oleada rie huelgas alcanzaba un nuevo apogeo y en Rusia» el creciente malestar, hizo decir a r'.oprotkine qu e , " hay épocas en la vida de la humanidad, en que la necesidad de una formidable sacudida, de un cataclismo que remueva la - sociedad hasta las entraf.as, se impone sobre todos los nuntos a la vez. En estas épocas, todos los hombres de corazôn est.ân descontentos del orden de cosas existantes, dicen que es pré­ cise el que grandes acontecimientos vengan a romper el nilo - — 162 - de la histeria; arrojar a la humanidad de los caminos de cor- rupcion y de rutina y lanzarla por vias nuevas a lo desconoc_i do, en busca del ideal"(243). La Revoluciôn rusa, al menos en sus primeros tiempos, estuvo llena de buenas ideas, que no solo se refirie- ron a las condiciones sociales sino también, logicamente,a la moral sexual. Una vez mâs se comprobaba la union entre ideolo- gia y sexualidad. En Diciembre de 1.917» los bolcheviques su- primieron las leyes vigentes, de carâcter represivo, sobre la homosexualidad. Dentro del nuevo ambiente de libertad, también se despenalizaba a la sexualidad. Los cientificos rusos estaban bien al tanto de las doctrinas modernas y consideraron al"comportamiento desviadm " como una cuestion estrictamente individual que per tenecia a una elecciôn personal y que, en si misma, no hacia dano a nadie. Las cuestiones sexuales se contemplaron en una atmôsfera distinta, sin estar influenciadas por criterios relj. giosos, al tener la Revoluciôn de Octubre un carâcter meramen- te laicizante. La nueva moral sexual era un motive de orgullo para los propagand is tas soviéticos, quienes afirmaban que, en los asuntos sexuales, el Estado y la sociedad no debian inter- ferir, mientras no se lesionara a persona alguna y no se perju dicasen los intereses de nadie. (244) También se destacaba con amplitud la importancia de la higiene sexual. Todavia en 1.930, la Enciclopedia Soviética - mantenia una postura avanzada en la lucha contra las leyes an- - 163 ~ hcrr.cs^xuales . 3 .10.).- Un cortin'jador de Freud; Sanc’or Ferenc zi. For esta época,aIgunos de les nâs destacados conti- nuadores de Freud daban nuevos pasos para un a nejor ccrr.prers.iôr de la homosexualidad, entre elles Fererczi. l ara el, i'̂ a uri- da a otras anormalidades fisicas que no estaban espec i.f icadas y este no era suficient.e para explicar un fenôneno lleno de cotrplejidades, por lo que decidic utilizar la palabra homoero- tismo en su lugar. El mismo dice; " la investigacion psicoana- litica demuestra, ademâs, que hoy dia se tratan de idéntica r.a y nera les estados psiquicos mâs heterogeneos bajo ese titulc; por un lado, anomalias realmente constitucionales ( inversion, homoerotismo subjetivo), por el otro, estados ps iconeurétiens obseslvos ( homoero'tismo obsesivo u ob jetivo) . El individuo - de^h primera clase se siente mujer con deseo de ser amado por un hombre; el sentimiento del s egundo es mâs bien una huida - neurotica de las mujeres antes que simpatia por les hombres " Ferenczi emplea el termine homoerotismo para diferenciar ” el amor de les amigos " del pure acte fisico ho mosexual y se refiere a la desapariciôn de ese "sentimiento de amistad ferviente y devota entre hombres" en las sociedades - europeas moderras, a diferencia de las costumbres ariegas o de lo que ocurre en Oriente. Sus teorias se basan en la corstitu — 16U — ciôn humana ambisexual y en el exagerado control de la atrac- cion homoerotica por la sociedad,tolerando solo el amor hacia el sexo contrario. Asi, piensa que ha tenido lugar una excesi- va represion del componente homoerotico en la sociedad moderna, lo que ha producido un refuerzo mas bien obsesivo del hetero- erotismo. " Si luego se inhibe también este, o se lo réfréna rigurosamente, ..... las consecuencias bien pueden ser, en primer lugar en el caso de quienes es tan predispuestos a elle por razones individuales, un desplazamiento inverso de la corn pulsion, del heteroerotismo al homoerotismo, esto es, el desar rollo de una neurosis homoerôtica obsesiva " (246). Las ideas de Ferenczi fueron bien acogidas - por Freud, que las recoge en una ediciôn posterior de sus Très ensayos para una teorîa sexual, pues, indudablemente, su ponian un paso mâs en la via psicoanalitica al reconocer la - importancia de la sociedad y no solo de la familia, en la ge­ nesis de la homosexualidad. 3 .11.).- La primera Gran Guerra y el inicio de los movimien- tos a favor de la homosexualidad. En Julio de 1.91^ es asesinado el principe heredero de Austria én Sarajevo y, pocos dias después, estalla la Frim.e ra Guerra Mundial, justificada por unos regimenes politicos europeos que no podian hacer viable la causa de la paz. Los mo tivos para la guerra eran muchos, pero sobre todo destacan el - 165 - tremendo egoismo nacicnalista y los deseos incerialistas de los pasises mâs prépondérantes, complicados en un cûmulo de rivali- dades economicas e industriales. Como senala Croselles, " jamâs se habian pre- parado mâs conciezudamente los Estados para una guerra. Los ar- mamentos se elevaban a cifras énormes ; el perfeccionamiento de la industria proporcionaba a los ejércitos mâquinas de guerra y elementos de combate cuyos efectos déstructurés llegaban a lo - inverôsimil; la facilidad de los transportes permitia suponer - que el dia que estallara la tormenta se correria rapidamen te, abarcando âreas extensisimas y paralizando la vida economica del mundo " (24?). Con el Tratado de Versalles se sanciona la paz, una paz precaria que fraccionaba el mapa de Suropa todavia mâs, anadiendo nuevas complicaciones a la dificil politica europea y haciendo prever, en un futuro no lejano, otra nueva explosion de consecuencias impensables para el destino del mundo. Fero, desde el final de la primera Gran Guerra, unas condiciones diferentes y una "nueva imagen del cosmos", ya prôxima a la nuestra, se establecerân en Occidente. Asi, Lain - dice que, "la cultura comenzô a ser para nosotros actual en la postguerra de la Primera Guerra Mundial, por tanto, en el dece- nio de 1.920 a 1.930" (248). La historia atraviesa un periodo de crisis, en el que todavia esteimos y del cual debe surgir un hombre diferen - 166 — te . Las condiciones en que se fundamentaban las creencias, - las religiones y el propio orden social se postularân y replan tearan continua y conflictivamente desde 1.920 a nuestros dias, en medio del avance incontrolado de una técnica todopoderosa que amenaza con exterminar a su propio creador. Muchos de los logros que presagiaron los sabios del Renacimiento o los Ilus- trados Franceses del XVIII van a ser posibles en nuestro siglo, pero su empleo va a ser, en muchas ocasiones, inadecuado y egoista, cuando no estüpido y cicatero, lo que harâ que el hom bre actual, no adaptado aùn a los tremendos cambios producidos, contemple su propia aventura, en medio de tanto adelanto técni co, entre angustiado y escéptico. Las nuevas concepciones del mundo van a ir lie gando, aunque muy lentamente al terreno de la sexualidad. Las - mujeres,relegadas durante toda la Historia, empezarâh a solici- tar sus derechos y hasta los propios homosexuales tratarân de salir del ghetto en que se hayan confinados. Un poderoso movimiento a favor de la homose­ xualidad estaba ya organizado hacia la década de los veinte.Se organize la liga mundial para la reforma sexual, que adoptarâ - la posture de considérer a los actos homosexuales iguales bajo la ley a los heterosexuales y no cejarâ en su empeno para hacer conocer a la opinion püblica, o a sus miembros interesados, la necesidad de un cambio en el planteamiento de estas euestiones. Hirschfeld, el antiguo réformiste, matizaba - 167 - bien las nuevas nosturas en una conferenci a pnonunclada -a 1 .92 9 : " Tras la guerra, a Igunos pal s es euroreos decidleror. - aplicar una nueva ley sexual, Esto ya habia sido introducico y aceptado en Pusia, Dinamarca y 'L’urquia. Discus ion es so'-re - las nuevas leyes para castigar los delitos sexuales ban t^nico lugar en el seno de los comités encargados de redactar el 16- digo Fenal en Alemania, Austria, Italia, Checcslovaquia y Suĵ za, y se preparan nuevos planes para modificar la ley is lac ion sexual en Folonia, los parses bâlticos, Yugoslavia y en otros varies pais es que estuvieron involucrados en la contienda. El Codigo Penal ruso ha a’uolido el adulterio, la bigamia, la relacion homosexual, el incesto, la sodomie, la interrupciôn del embarazo, la pros ti tue l6n y el concuMnato de la lista de delitos penados. El nuevo proyecto de ley penal alemana, que todavia no ha sido aprobado, aplica mayores cast_i gos a 39 ofensas, y castigos menores a 13, respecte a la legis lac ion vigente actualmente. Entre les ultimes se incluye la conducta escandalosa " (249). S in embargo, al mismo ti empo que unos defien- den la libertad para los homosexuales, otros la reprimen. En Alemania, hasta la llegada del nazisme, los dif erentes c6digos pénales inc lui an la homosexualidad como d e H to, "castigândose con pris ion mener la deshonestidad antinatu- ral cometida entre personas del sexo masculine o por personas - con animales", desde I.87I a 1.935- Pero esta dispos ici on fué - - 168 — muy combatida y muchos pidieron la despenalizacion del comercio sexual entre hombres adultos, llegando casi a conseguir la eli- minacion de un proyecto de ley de 1.92? que enviaba a prision - " al hombre que realice con otro hombre una accion anâloga al - coito ", Los reformistas perseguian que solo se castigaran las relaciones homosexuales realizadas bajo coaccion o a la fuerza, pero no llegaron a conseguirlo, si bien, como senala Ackerman, a finales de 1.932 unicamente era punible la homosexualidad en la forma de acciones anâlogas al coito (oral y anal) (2$0). Los côdigos pénales occidentales eran bas tan­ tes similares al alemân, sancionando con penas de prision varia bles a los homosexuales,pero,en Espana, la legislaciôn desde 1.822 no inclura a la homosexualidad como delito y solo casti- gaba los abusos deshonestos, lo que daba lugar a que los actos homosexuales entre personas mayores de edad y en privado no se castigaran. Eran unas leyes avanzadas para la época, pero al llegar la dictadura del General Primo de Rivera, la codificacion varia y la homosexualidad vuelve a ser de nuevo tipificada como conducta delictual, y si, hasta entonces, al castigar los abu­ sos deshonestos no se hacia distinciôn de sexo al imponer la pe na, ahora se especifica claramente en el articule 69: "Cuando - tuviere lugar con persona del mismo sexo del culpable, se impon drà la pena de dos a doce anos de prisiôn ". Es decir, el doble que cuando se tratara de personas de distinto sexo, a las que - solamente se les aplicô la pena de seis meses a très anos. - l69 - También el articulo 6l6 sobre el delito de - escandalo piiblico es diferente en el Cod igo de 1.928, de i riino de Rivera, que dice: " El que, habitualmente o con escac'alo , corne tier e actos contraries al pudor con personas del niisno se­ xo, sera castigado con multa de l.COO a 1C.000 pesetas e inha - bilitacién especial para cargos publicos de seis a doce anos". Hacia 1.920, en la psiquiatria ce oriertaciôn clinica, los trabajos de Kretschmer destacan por su profundidad y por el intento serio de reali zar una acroximac ion a las bases constitucionales del temperamento y el carâcter, relacionân.dolos con d if erentes alteraciones mentales y, sobre todo, con laspsi- cosis. Apoyado en una metodologia cuidadosa y tipicamente rermâ nica, Kretschmer conseguirâ que su tipologla constitucioral sea aceptada generalmente durante muchos anos y que haya investiga- dores dedicados a este campo de la investigaciôn, hasta enton­ ces no muy abonado. Fero el alemân no estâ acertado al referirse - a la homosexualidad, unida, segun él, a la personalicad esquizoi de. " Una exploraciôn cuidadosa de los propensos a la esquizofrq nia nos descubre ademâs, no raramer.te, algur.os con ter.dencia se­ xual anormal o ambigua. En ellos o en sus deudos sncontramos mu­ chas veces inclinaciones homosexuales y, aûn s in fuerte instinto sexual, un hâbito afectivo en desacuerdo con el sexo: mujeres hombrunas y hombres afeminados " (25I). Lo que dice Kretschmer, o parte de ello, es ver - 170 - dad, pero es una verdad a médias y, por lo tanto, deformadora de la realidad, oues si es cierto que existen hom.osexuales en­ tre los esquizofrenicos, también los hay entre los paranoic o s, neuroticos y en los que no son nada de esto, y sobre ellos no dice nada el sabio aleman. For otro lado, Kretschmer esta acertado al re coger las ideas de la muy incipiente por entonces endocrinolo- gia y cuando habla de la constitucion sexual, dice lo siguiente: " ...... en definitiva, es una parte del organisme entero, con regulacién central, en la que se halla situada la funeion de - las g landulas endocrinas, sobre todo de la genital, de la hipo fisis y de la suprarrenal, con impulses a menudo décisives. A la regulacién pertenece en primer lugar el hipotalamo, donde, especialmente a partir del tuber cinereum, se emiten influ jos fondamentales a la constitucion sexual psicofisica " (252). El concepto de Kretschmer sobre la homosexua lidad es, pese a todo, actual, al entenderla como el resulta- do de una relaciôn entre las variantes somâticas de la constitu ciôn sexual y los modes psiquicos correspond ientes de reaodonar y él mismo reconoce la dificultad de sistematizar tipologica- mente a las variantes de constituciôn intersexuales. " ..... La situaciôn no es nada fâcil por el lado caracterolôgico; los componentes masculines y femeninos no se fusionan nunca bien - para formar una representacion armônica del carâcter " (253). Entre 1.920 y 1.930, la psiquiatria,en general, - 171 - empleza a alejarse de las concepciones convencionales sobre - la homosexualidad, establecidas sobre supuestos ideologicos - prejuiciados, para empezar a buscar explicaciones mâs de acuer do con la razon, pero, todavia en I.936, se pueden escuchar opiniones tan peregrinas como la sipuiente: "Es indudable que los homosexuales encarnan - un verdadero peligro social, por cuanto su actividad sexual - esta desviada de su finalidad fisiologica, que es la reproduc ciôn de la especie. Y son, ademâs, peligrosos por la pernicio sa influencia que ejercen a su alrededor, por una especie de proselitismo, y de aqui, un verdadero y real contagio psiqui- co sobre individuos especialmente débiles y predispuestos, y son, inclusive, peligrosos por las manif es taciones psicopâti- cas que a ellos se asocian (histerismo, epilepsia ) y por sus cualidades psiquicas de indolencia, egoismo, perversidad, etc. La homosexualidad, evidentemente, no puede ser licita, y de- ben aplicarse las mismas reglas que a la prostituciôn " (254). Un positivisme de nuevo cuho, neopositivismo, tan triunfalista como el del siglo XIX se impone en la socie­ dad occidental desde 1.920 o 1.930* Ahora ya no servirân solo las ideas religiosas y morales en las que muchos cientificos del XIX se apoyaron para rnantener sus descubrimientes, por-- que grandes cosas han tenido lugar en estos anos y se necesi- tarân muchas y nuevas técnicas para dominar a una sociedad que estâ iniciando los primeros balbuceos reales para salir del - intense control ideolôgico a que estuvo sometida durante siglos - 172 - La respuesta se va a encontrar en el consumis mo. La medicina empezarâ una nueva era en la que parecen abrir se le unas perspectivas ilimitadas. Las innovaciones en el campo de la quîmica y de la tecnologia seran muy importantes y mejo- rarân grandemente las posibilidades de diagnostics y tratamien to. La técnica médica se harâ todopoderosa, olvidâhdose de sus énormes limitaciones. En el campo de la sexualidad, los adelantos - de la nueva Endocrinologia permitirân comprender los mecanismos intimos conformadores de las estruèturas sexuales. Las antiguas teorias decimonônicas sobre la existencia de elementos quimicos responsables de la homosexualidad son nuevamente puestas a la luz y aIgunos afirman haber encontrado en el suero sanguines de los transvestistas sustancias que no se hallan normalmente en el ovario. Hasta dos de los mâs avanzados estudiosos del tema Ellis y Hirschfeld, explican el eonismo como resultado de alteraciones puramente endocrinas, en relacion con una especie de eunucoidismo. " Me parece probable," dirâ Ellis," que la base fisica real sobre la cual se construyen esta anomalie y las particularidades psiquicas que a ella se unen, provienen de una alteracion excepcional de las células en el sistema en­ docrine, alteracion innata y alguna vez heredada; y que de alli viene el parecido con el eunucoidismo, que estâ a menudo asociado a una enfermedad de la hipôfisis. Es interesante corn probar también las diferentes variedades del hermafroditismo - - 173 - parc laI " (255). SI hallœzgo es muy importante para El.Ii--:, vç er Jas hormonas la causa y la soluclon de les t.rar'svestista:; : " en deiInltiva, parece probable que el eonismo, ...... imrlica un estado mâs bien débil en el equilibrio del juego hormonal ; y que la via queda abierta para una implantaciôn de glandulas bien elegidas " (256). Las causas organisas son todavia y casi unica­ mente a pesar de Freud, las ûnicas responsables de las " aberra- ciones" sexuales. Esto lo expresa muy bien el mismo Ellis cuan­ do sigue explicando su postura sobre el transvestisrrio; " los ca racteres fisicos de los eonistas se parecen a veces a los encon- trados en los eunucos y son, en algunas ocasiones, verdaderos ca racteres eunucoides. Las influencias del medio infanti1 contri - buyen, se ha visto, a desarrollar el eonismo, pero no lo crean. El nino normal sabe reaccionar poderosamente contra taies influer cias. Es necesario, pues, buscar para explicar el eonismo, una - causa profunda organisa, de igual modo que para todas las demâs aberraciones del impulso sexual " (257). Ahora, con el importante avance de las ciencias, los estudios de la sexualidad tienen nuevas armas para seguir - m.anteniendo unas teorias que, a pesar de los nuevos descubrimien tos, lo ûnico que pretenderân serâ conservar vigente la posiciôn tradicional sobre las manifes tac iones sexuales que carecen del caracter reproductor. - 174 - 3.12.).- La ideologia nacional-socialista y la homosexualidad. Nuevas técnicas de tratamiento de los homosexuales. Hacia I.93O, en Rusia los idéales revolucionarios, y su gran carga de reformas en el campo de la sexualidad, empiezan a ser silenciados y a sustituirse por una ideologia mucha mâs reaccionaria. Con la llegada de Stalin, la homosexualidad deja de ser libremente admitida y se convierte en un peligro social, haciéndola ver como un producto burgués décadente y fascists.En un contexte puramente demagôgico, Mâximo Gorki, un propagandis- ta del es talinismo, decia, '* En los paises f assistas, la homose xualidad, azote de la juventud, florece sin el menor castigo; en el pais en donde el proletariado ha alcanzado el poder so­ cial, la homosexualidad ha sido declarada un delito social y es severamente castigada " (258). En Rusia ya eran frecuentes en 1.935 las deten clones masivas de homosexuales y muchas veces se enviaba a Sibe ria, acusados de este delito, a muchos politicos e intelectuales que no compartian las ideas de Stalin y sus seguidores, siendo una buena forma para eliminarlos. La caza de homosexuales en Rusia por los anos treinta, igual que la de judios, brujas e herejes en otras épocas, llegô a convertirse en uno de los métodos preferidos para conse­ guir el control social por parte de los contrarrevolucionarios ru SOS. Lauritsen, refiriéndose a ello, escribe que "la campana coii tra la homosexualidad en la Union Soviética sirvio de linea divj. - 175 - soria en los esfuerzos stalinistas per asegurarse el doniinio - total de la poblacion soviética a meriiados de los anos treinta, como ha ocurrido frecuentemente con todas las campahas homose­ xuales , que a lo largo de la historia siempre han ayudado a las fuerzas de la reaccion, y continuan haciendolo " (259)* For esta misma época, otro movimiento ideologi CO en apariencia opuesto al stalinisme, pero en el fonde de ca racterlsticas similares, esta adquiriendo un immense poder. Se trata del nazisme. Desde muy joven, Hitler conoce el desarraige y la dureza de las condiciones sociales en las ciudades industria lizadas: " También yo debi, en la gran urbe, experimentar en car ne propia los efectos de ese destino y saborearlos moralmente... ... En cientos de cases observé de cerca esa vida, viéndola al principle con repugnancia y protesta, para después comprender - en toda su magnitud la tragedia de seme jante miseria y sus cau­ sas fondamentales. ; Vietimas infelices de las malas condiciones de vidal".Pero, en vez de dedicarse a intentar realmente mejorar las, él mismo dice que,desde muy pronto,se diô cuenta de que el procedimiento para modificar la situaciôn existante era "es table cer majores condiciones para nuestro desarrollo a base de un pro fundo sentimiento de responsabilidad social,aparejado con la fer rea decision de anular a los depravados incorregibles " . (2r.O) Esto significaria, como es bien sabido, el exterminio de mi H o ­ nes de vidas humanas, para eliminar "las impurezas de la raza - - 1?6 - germânica " y, entre ellas, muchos homosexuales, llegando, se- gün algunos, a cientos de miles los eliminados por el terror - nazi. La primera consecuencia de la llegada del na- cional socialisme, en lo que se refiere a la homosexualidad, se concrete en la Exposicion Oficial de Motives de una ley del 28 de Junio de 1.935» en la que se decia: " El Nuevo Estado, que - pretende un pueblo fuerte en numéro y vigor y moralmente sano, tiene que cornbâtir enérgicamente toda acciôn sexual antinatural. Contra la deshonestidad homosexual entre varones ha de luchar - con especial severidad, pues la experiencia ensena que tiene tendencia a propagarse epidemicamente y que ejerce una influen­ cia perniciosa sobre el pensamiento y el sentimiento de los cir culos afectados " . Para los nazis, la sexualidad no es algo de Ij, bre disposicion individual, sino un servicio mâs al Estado, en su deseo de lograr el dominio absolut"» sobre la poblaciôn. En la nueva ampliaciôn del Côdigo Penal, la ho mosexualidad es castigada en todas sus formas, incluyendo las relaciones en privado entre hombres adultos, con penas variables, y, dadas las condiciones excepcionales prebélicas y de guerra - poco mâs tarde, muchas veces con la de muerte, bajo formas dife rentes. La Historia, bajo el nazismo, sufre un tremen- do retroceso. El proceso de humanizacion de las costumbres , len - 177 - to y lleno de reveses, pero, a pesar de todo, progrèsivc, =s - brutalmente detenido y se produce una vuelta atras, has to los tiempos en que la tortura y el crimen eran pernitides en las - leffislacior.es con las tnodalidades mâs infâmes. Ademâs, at'.orn , los adelantos técnicos proveen de unos medios sofisticadcs pa­ ra que la eliminaciôn masiva de seres humanos pueda reali zarse râpidamente. Judios sobre todo, pero también gentes de ideq loffia diferente a los nazis, vagabundos, locos y homosexuales, irân a parar a los campos de concentracion, siguiendo las normar del demente Himmler, quien dirâ de los SS,"...... Somos el pro­ duc to de la seleccion natural; los retonos de una raza creada - desde milenios el dia que olvidemos la ley fundamental de nuestra raza, el dia que olvidemos los principios sagrados de - seleccion y austeridad....... ese dia el germen de la muerte habitarâ entre nosotros Recordemos nuestra doctrine: san- gre, seleccion, dureza," (26l) Los prisioneros de los campos de concentracion eran identificados con un emblema, cuyo significado servie para conocer el motivo de la detencion. Para los homosexuales se elj. giô un triangulo rosa, que se llevaba en la chaqueta y en la pierna derecha de los pantalones. Es muy dificil hacer una estimacion del numéro de estas personas que fueron represaiiadas y asesinadas por los seguidores de Hitler, por la ausencia de testimonies fidedignos - 178 - y la eliminaciôn de las fuentes sobre el tema, pero parece que fué enorme y se llegaba a poder detener bajo la acusacion de hq mosexualidad solo por la mera sospecha de intencionalidad. Al acabar la guerra en 1.945, las leyes nazis sobre el tema fueron abolidas en Alemania Oriental, pero conti­ nu ar on estando vigentes en el lado occidental hasta bien entra- da la decada de los sesenta, si bien a la hora de aplicar las - penas, los jueces fueron mucho mâs benevolentes para sancionar y, a veces dejar impune, la homosexualidad entre adultos (262). En Espana, sin embargo, son tiempos de liberi- zaciôn y, con la llegada de la Secunda Republica en 1.931, se - empieza a elaborar un nuevo Codigo Fenal, el de 1.932, en el que no se cita a la homosexualidad expresamente como delito, casti­ gândose unicamente aquellos actos homosexuales que constituyan escândalo püblico, corrupciôn de menores o abusos deshonestos. Las disposiciones del Codigo Republicano volvian a la tradicion legal espanola, solo alterada con Primo de Rivera, de no incluir a la homosexualidad entre los actos sancionables. Hay que tener en cuenta que, hacia 1.935, habia todavia muchos paises en los cuales este tipo de conducta cons­ ti tuia un delito y entre ellos, Suecia, Suiza y Gran Gretana, ademâs de Alemania y la Union Soviética. Antes de la Segunda Guerra Mundial, muy poca gente dudaba al considerar la homosexualidad como una enfermedad, cuyo desorden debia tener algun tratamiento. El unico problema - 179 - es que, hasta los pesiquiatras mâs er,penados en cusca^lo, reconq clan que no existia ninguno ariecuado. For eso, se conf orma>'ar - con callficarlos como enfermos y enviarlos a los hospitales psj. quiâtricos, para separarlos de la sociedad y evitar su influ.jo patôgeno. En 1.930, lo mâs habituai era asociar la homosexuali­ dad con la de lincuencia, generalizando malevo] arnerte a partir - de unos casos concretos en los qu e , el ser homosexual coincidia con haber cometido robos u otros delitos. La influencia de la Iglesia, a pesar de la con tinuada secularizacion, era muy grande todavia, y sus normes sobre la sexualidad habian variado muy poco en los ultimos cien anos. Para los religiosos, la homosexualidad era un pecado,cuya comisiôn se castigaba con el infierno, y esta idea mantenia su gran influencia sobre el pueblo y las gentes sencillas, que des de el nacimiento estaban adoctrinadas con estos criterios. La Igle.sia, ademâs, era sufragada por el Estado en muchos paises, aunque, en otros, como los Estados Unidos, la Constitue ion, es tablecîa la libertad de conciencia al senalar que " El Con- greso no confeccionarâ ninguna ley tendante al establecimiento de una religion ni que prohiba su libre ejercicio.... Fero la vigilancia de la sociedad, ademâs de por la religion, se efectûa también por la medicina. Una parte importante de la clase médica ha interiorizado hace ti empo los dogmas necesarios para conseguir el control social a traves de los conceptos de enfermedad y salud. Las crisis de conciencia y los problemas personales que aparecian en muchos homosexuales, 180 - igual que en todas las demâs personas desviadas de las normas convencionales, a quienes se convertia en psicôpatas, no debie ron de ser despreciables y, los abusos que en nombre de la cien cia médica se cometieron con ellos, motivo suficiente para ha cer intervenir al juzgado de guardia. Es suficient citar que, en 1.933, se introduce el choque insulinico en psiquiatria y - que, poco después, se empiezan a utilizar el electrochoque y la lobotomia. Cualquier clinico que posea un minimo de humani- dad deberia condenar, por su caracter danino y destructor, es­ tos métodos. Muchas personas que, antes de seriesaplicados es­ tos tratamientos podian hacer una vida normal, después de ellos no habrân podido ya volver a realizarla. i Con qué derecho unos técnicos desprovistos de toda ética se atreven a modificar y, muchas veces, a destruir la personalidad de sus enfermes, solo por el hecho de ser homosexuales, neurôticos o esquizofre­ nicos? . Companeros de Hitler, quien ordeno corsbruir en los hospi taies psiquiâtricos câmaras de gas simuladas en las duchas y los cuartos de bano para eliminar a "esos enfermos incurables - a quienes debe concederseles la gracia de la muerte", muchos psiquiatras emplearan habitualmente estos tratamientos para Iq grar su brave new world particular. 3 .13.).- Diferentes actitudes osiquiatricas hacia la homosexua­ lidad. Las leyes nazis sobre la " Herencia morbosa " . Indudablemente, no todos los medicos eran iguales y - los hubo humanos y benevolentes, como en todas las demâs activ^ - 181 dades. En el terreno del psicoanalicia, por ejemplo, es importan te la obra ce Hesnard , rsicologia Homosexual ( 2--3) , an la quo r,a ocupa unicamente de los aspectos psicologicos de la cuestion, - como el dice, "descartando deliteradamente todo punto de vista inspirado en la Sociologia y la Moral" (264), Fartiendo de las teorias de la bisexualidad inicial, explica la homosexualidad - como "el desarrollo anormal de una tendencia constante en el hombre, contemporanea en los albores del desarrollo psiquico in dividual con la tendencia sexual normalmente orientada" (265). Todavia la obra de Hesnard esta prejuiciada por el empleo de termines como perversion 0 tara congenita, pero sus ideas son, en gran parte, positivas. Rechaza abiertamente conceptos como los que relacionan homosexualidad y la herencia de trastornos como la sifilis, alcoholismo u otras toxiinfeccio nes vigentes todavia por entonces, y en lo referente al aspecto corporal afirma que "la mayoria de los homosexuales son viriles en cuanto a talla, musculatura, voz, carnes, sistema piloso, - etc, asi como en el aspecto y estructura de sus organos génita­ les. For el contrario, los individuos fisicamente femeninos y portadores de sindromes poliglandulares caracterizados por un - feminismo somatico mâs o menos chocante, pueden, aunque el he­ cho diste mucho de ser constante, sentir afici ones sexuales de tendencia normal" (266). Dotado de compléta razon, senala que el afemq namiento externo de algunos de ellos " ..... parece debido, por lo menos en gran parte, al cultivo de cierto instinto de seduc- - 182 cion o cierto deseo de agradar, a una busqueda de la pretension plasticamente persuasiva, mas bien que a una emanacion esponta- nea y directa de la tendencia homosexual. Ciertos homosexuales apenas si se conducen de ese modo con otras personas que con sus amantes o con los objetos de su seducciôn. Y se pueden encon trar algunos desequilibrados de mimica exubérante y amanerada que muestran ese porte exterior sospechc9>sin experimentar forzosa- mente atraccion sexual invertida" (267). Con timidez, pero tam­ bién con claridad, Hesnard no estâ de acuerdo con las teorias - que sostienen a las alteraciones hormonales directas como origen de la homosexualidad. El autor francés realiza un fino anâlisis de - las relaciones de los homosexuales con sus madrés y reconoce que existen muchos puntos obscuros en la teoria que hace derivar la homosexualidad de la identificaciôn materna. Présenta casos en los que el influjo de las relaciones maternofiliales es decisi­ ve para comprender el comportamiento sexual posterior en el ni ­ no, pero al mismo tiempo, dice: " sin embargo, la comparasion - de los anâlisis de homosexuales con los de otros hombres, prue- ba que ciertas identificaciones bastante marcadas del hijo varôn con la madré, aûn comunicândole cierta feminidad psiquica o de carâcter, no tienen forzosamente una repercusion enojosa en la orientacion de la vida erotica ulterior. La identificacion con la madré, por muy radical que sea, no basta, por lo tanto, para explicar la desviacion primitiva de la orientacion sexual"(268). - 183 ~ A pesar ce sus rueras intenclores, HesrarG sj. gue pensando en la homosexualidad como algo malo y correrih,le, como una direccion sexual inacecuada y habla de su tradamier ho, en el sentido de cambio de orientacion sexual hacia la rornali dad heterosexual. Reconoce que la cura psicoanalitica es el ûnico tratamiento provechoso, aûn con sus incertidumbres y se­ nala también la necesidad de una labor profilactica median te - una buena educaciôn para que el numéro de homosexuales disminjj ya y concluye afirmando que, hasta en los casos mâs d if ici les, el psicoanalista siempre puede ayudar y favorecer "con su inilu jo moral, i lus trarle acerca de si mismo, favorecer incluso su. evolucion espiritual, su control sexual mediante la castidad y su perfeccionamiento por la sublimacion instintiva. Labor tan consoladora y ennoblecedora para su paciente como util para la sociedad" (269)• SI estudio de la homosexualidad por Hesnard - es interesante para conocer parte de la psicogenesis del proble ma y, para su época, puede considerarse adecuado, si bien muchas de sus concepciones puedan ser muy discutibles en la actualidac. Ejemplos de la psiquiatria tradicional son fâ ci les de encontrar en aquellas fechas. Puede servir el Tratado de J.Lange, cuya primera edicion alemana es de 1.935 y que tuvo, al menos, cuatro ediciones. Este libro es todavia mucho mâs una Ne-urologia psiquiâtrica al sentido de Kraepelin que una obra de orientacion moderna. - 184 - Los invertidos serian para Lange un tipo de in tersexuales y en su constitucion corporal aparecerian las caraç teristicas del sexo opuesto, como la ginecomastia, caderas an- chas, voz atiplada y las anomalias en la implantaciôn del cabel lo. Para comprobar una vez mâs, la interdependencia entre ideo­ logia politica y psiquiatria es suficiente recorder el pensamieTT to del psiquiatra oficial Lange, coïncidente con el dominio nazi en Alemania. Sus ideas nô tiene desperdicio y llega a pare- cer mâs un policia que un medico. En las casi dos pâginas dedica das a la homosexualidad, no se refiere para nada a las considéra clones psicodinâmicas y se dedica solo a exponer la nueva situaciôn legal del problema en la Alemania de Hitler, concluyendo asi: " En determinadas circunstancias y ademâs de la pena impuesta, - puede un procesado mayor de 21 anos, por un determinado delito - sexual, ser condenado a la castrac ion. Antiguamente (se refiere a antes de Hitler) y segûn el articulo 175, la castraclôn de los homosexuales no estaba prevista en læ sentencias. Actualmente, el articulo 14 de la Ley de Frevenciôn de la Herencia Morbosa - permite la posibilidad de practicarla en los homosexuales y en otros perversos, con el consentimiento de los mismos, cuando se gûn informe de los medicos del Estado, dicha operaciôn sea nece saria para librar a aquellos de su instinto sexual degenerado. Dicha medida no presupone sanciôn alguna " (270). En virtud de esa Ley de la Frevenciôn de la Herencia Morbosa, muchos homosexuales fueron castrados y élimina - 185 ~ dos en los campos hitlerianos, sin su consentimiento y con la - ayuda de medicos como el psiquiatra Lange. La castraclôn, un mé todo empleado en los duros tiempos medievales, era recuperada - por Hitler y sus seguidores para conseguir la pureza de la raza, aunque,eso si, sin ninguna otra sanciôn.... En el libro de Lange se explica como el fin - del medico es la prevenciôn de enfermedad es mâs que su curaciôr., por lo que la herencia viciosa debe ser eliminada median te el ûnico medio prof ilâctico realmente eficaz; la esterilizaciôn, la bor en la que el médico participaria ineludiblemente, como sena­ la un articulo de la citada ley: " Un médico colegiado que en- cuentre en el ejercicio de su profesiôn a una persona padeciendo una enfermedad hereditaria, o bien alcoholismo grave, tiene la obligaciôn de denunciar sin demora el caso al médico municipal - correspondiente. La misma obligaciôn incumbe a las demâs perso-- nas que se ocupan del tratamiento, exploraciôn u orientaciôn de enfermos. En lo que se refiere a los reclusos de los manicomios, compete al director el deber de efectuar la denuncia. El que de intento o por desiJia con hravenga la obligaciôn que le estâ impuesta, serâ multado hasta con I50 RM". Lange estâ de acuerdo con esta ley y ve en su aplicaciôn rigurosa un medio para conseguir la disminuciôn de - las enfermedades, " aunque este progreso solo serâ perceptible - después de largas décadas" (271). Otra ley nazi, complemen tari a de la anterior^ - — 186 - es la de Defensa de la Salud Hereditaria del Pueblo Aleman, tarn bien llamada Ley de Sanidad Matrimonial. En ella y minuciosamen te, se somete el matrimonio a control mediante la creaciôn del certificado de aptitud matrimonial, no permitiéndose se célébra ciôn cuando: a) uno de los prometidos padezca una enferme­ dad contagiosa, la cual haga temer un per- juicio considerable en la salud del otro - conyuge o en la de sus descendientes. b) uno de los prometidos esté incapacitado, o se halle bajo tutela provisional, c) y, aûn sin estar incapacitado, cuando uno de los prometidos padezca un trastorno psi quico, que haga que su union aparezca in- deseable para la comunidad nacional y d) cuando uno de los prometidos padezca una de las enfermedades hereditarias de las menciq nadas en la Ley de la Herencia Morbosa. Como en otras ocasiones a lo largo de la Histo­ ria, en la Alemania de Hitler se impuso el dominio, por medio de la fuerza, de una minorla y los homosexuales, igual que todos los que fueron calificados como enemigos del III Reich, fueron - vlctimas propiciatorias para la paranoia nazi, aunque en los es- critos no suela hacerse referenda a su exterminio, as oc i and o por el contrario, homosexualidad y fascisms,parti endo de la idea de que algunos de los personajes mâs siniestros del Régimen lo fueran. - 187 ~ 3 .14 . ) . - La oninlôn de Gregorio Faranon sobre la homosexualidad-. En un pais como el nuestro, acostumbrado a oir irsensa- teces y banalidades sobre la sexualidad, la labor de Lararôr, apoyada en un espiritu humanitario y cientifico, debe ser necesa- riamente bien acogida. El intelectual espanol parte de la bisexualidad original del organisme y afirma que "nadie es hombre ab_3olnto,ri absoluta mujer" (272), pero piensa que el destino final es el se­ xo masculino, al comprobar el proceso de virilizacion que sufre - la mujer después de la menopausia. En realidad, Marahôn ve en la mujer fundamentalnente su aspecto reproductor y maternai, lo que no es muy extrano, porque la sociedad en que viviô era muy dife­ rente de la actual. En ella, por ejemplo, no habia anticoncepti- vos y el orden tradicional todavia no habia conocido la gran revq lucion de después de la Segunda Guerra Mundial. Maranon era un hombre de su tiempo, igual que Freud, y en él como en el vienés - hay que tener en cuenta esta caracteristica a la hora de juzgar - su obra, por otra parte tan importante como prolija y variada. En uno de sus libros. Très ensayos sobre la vida sexual, publicado por primera vez en 1.926, ya reconoce la dificul tad de los temas sexuales y su importancia, cuando dice: " El pro blema del sexo, mal entendido secularmente, llagado y podrido ahora, enturbia todos los aspectos de la vida. Los dogmas morales clâsicos han perdido su eficacia; hay que tener el valor de decir lo. Feor aûn, se han hecho encubridores del pecado. Hay pues, que renovarlos a la luz de los progrèsos de la ciencia" (2 7 3). - 188 - Karanon no era un revolucionario, pero si un gran reformista que, a pesar de pertenecer a la mas alta class social nunca estuvo aliado directamente con el poder, aur.que sus posturas ideologicas variaran a lo largo de su vida. Antes de acabar la década de los veinte ya es ta haciendo una Endocrinologia moderna en Espana, donde poco o - nada se habia estudiado en este terreno y, quizâs solo Letamendi, el discutido profesor,se ocupô algo de la homosexualidad antes que él, seriamente en nuestro pais. Con Maranon boy se puede estar de acuerdo en - muchas cosas, pero también exister nutnerosos aspectos en los que no es posible defender sus opiniones. En una época en la que los hallazgos en el campo de la Endocrinologia fueron énormes, Mara- nôn ve a los homosexuales casi solo desde este punto de vista y abusa de las consideraciones clinicas o clinicopatologicas a la hora de estudiarlos, en detrimento de la psicologia o la sociolo gla,si bien estas ciencias por entonces, a excepcion de Freud y sus discipulos, no habian profundizado en el estudio de la homo­ sexualidad . Marandn, al contrario de lo que se piensa actu almente, ve en la diferenciaciôn sexual extrema el objetivo a conseguir. Para él, el estado de confusiôn sexual es lo habituai y,"apenas hay ser humano cuyo sexo no esté empanado por una duda concrete o una sombra de duda"(2y4). El progreso séria lograr la mayor separacion posible entre el mujer y la mujer, como el mis- - 189 - mo dice, la plena diferenciaciôn. Sus estudios sobre los diferentes caractères somâticos de los dos sexos son hoy rer:^ect?mente vi°:entes, pero no se puede coincidir con el cuando dice que el organisme feme- nino esta menos desarrollado en relaciôn con el del varon, al - que considéra mâs evolucionado, pues no dependeria su cuerpo de las funclones de la maternidad. " El estudio de la sexualidad - morfolôgica indica claramente que la mujer se encuentra deteni- da en un estado de hipoevoluciôn con relaciôn al hombre, verda- dera forma terminal de la sexualidad, en una posiciôn intermedia entre este y el adolescente debiéndose probablemente a es­ ta conversion de una gran parte de la energia evolutiva hacia - la maternidad, el retraso del desarrollo de la mujer frente al otro sexo " (2 75)• El sabio espanol iguala masculinidad y femeni dad con activo y pasivo, comparando la libido de la mujer con - la del nino, pues como la de él, "por razôn dewmenor energia y de su menor diferenciaciôn, es esencialmente pasiva, y por ser- lo, extraordinariamente propicia a la seducciôn "(276). Probablemente, si Maranon hubiera vivido en - unas condiciones sociales en las que la mujer no estuviera en - una situaciôn inferior al hombre. no hubiese llegado a estas con cluslones, porque, partiendo de un hecho cierto y évidente como es el de la diferenciaciôn sexual, él ve superioridad e inferio ridad donde solo hay diferente especializaciôn. - 190 - Algunas conclusiones de Maranon son, ciertamen te inauditas, como cuando relaciona la homosexualidad con la masturbacion. " Las ninas precozmente masturbadoras son, preci- samente, las que ostentan signos mâs marcados de inters exualidad morfologica y psiquica " (277). Toda su obra esta influida por el criteria, casi obsesivo, del predominio "natural"del macho - humano sobre la hembra, a la que no considéra adecuada para el orgasmo. " Innecesario, embotado, y tardio en ella,(el orgasmo) es, segûn todas las apariencias,un caracter de acento viriloide, intersexual " (278). Las descripciones de Maranon sobre las diferen cias somaticas de los sexos son excelentes, pero,cuando trata de extraer concluiones moralizantes, sus ideas ya no lo son tanto. Para él, la homosexualidad es un estado de in- tersexualidad que afecta a los caractères sexuales funcionales. El positivisme de finales del XIX todavia se observa en Maranôn, quién intenté encontrar una base anatomica para explicarla, a pesar de reconocer que, muchas veces es tan escasa que pasa por complete inadvertida. Su estudio sobre los hermafroditismos es brillan te y, en algunos aspectos, adelantado a su tiempo. Cuando empie za a hablar sobre la homosexualidad lo hace enorgulleciéndose de que fuera Espana unas de las primeras naciones que suprimie-- ron la pena de muerte para ella en sus cédigos. " En modo alguno castigar al homosexual, dice, siempre que no sea escandaloso" (279)y luego, en unas notas a pie de pagina, escribe las siguien - 191 - tes lineas, que merecen ser rerroduclOas para conocer el pensa miento de ese a ran hombre que fué Maranon: " Desaraciadarri'^nte, en Espana, posiblemente ocurrirâ otro tanto fuera de aqui, las costumbres policiacas no suelen hacer honor a la slevacion de miras de nuestra legislacion. La policia sue le inflinrir, ya que no penas graves, mortificaciones depresivas, y sobre toco, contraproducentes, a los homosexuales corid os en las"redadas", que de vez en cuando se organizan en su caza. Lo hace mueho un gobernador recien nombrado, al llegar a su provincia queriendo dar una muestra de su energia, mandé detener y someter a una - expectacién escandalosa a todos los homosexuales que, con razén 0 8in ella, figuraban en los registres policiacos. Entre ellos habia muchos rufianes, prostituidos, chantagistas, cinicos, etc, pero también personas afectas de esta dolorosa desviacién del instinto. Los periédicos aplaudieron a este "viril robernador, que no se habia detenido ante ningun prejuicio Ko hay que decir que, sin embargo, su virilidad se estrellé ante los nego- giantes, intermediaries, especuladores, etc, que ejecutan sus fraudes a la sombra pseudolegal ce la vida econémica moderna (280). Karanén no esta de acuerdo con las teorias de la época que aconsejaban la castracién de los invertidos y tam poco cree mucho en la eficacia de los injertos de g landulas se xualas. En una de las pocas ocasiones en que implanté un testX culo de mono a uno de sus pacientes, un homosexual eunucoide - y con rasgos de feminidad érganica henilatérales, el resultado — 192 - fué que la libido aumento, pero en el mismo sentido homosexual. Para explicar la homosexualidad revisa todas las teorias de la época, incluidas las psicoanaliticas y adopta una actitud intermedia entre la escuela organicistas y la de pensamiento mâs psicodinâmico. Por una parte, afirma que en los homosexuales exister muchos signos fisicos de intersexualidad. En unos, ginecomastia, en otros, la excesiva amplitud de la pel vis, que,a veces es solo unilateral y también estudia las proper clones esqueléticas, para senalar la frecuencia, segûn él, en­ tre los invertidos, de individuos muy altos o de proporciones - eunucoides o francamente gigantescas, relacimando la homosexua­ lidad con la acromegalia y senalando las caracteristicas femeni nas de la piel y el vello de muchos de ellos. Para Maranon,por lo menos dos tercios de - los homosexuales tendrian signos de intersexualidad, pero, por otro lado, no estâ de acuerdo en considerar resuelto el problema de la homosexualidad solo con los hallazgos delabisexualidad or- gânica. Influido por Freud,habia de la indeterminacién original del objetivo sexual y del predominio posterior del componente normal, heterosexual, lo que da lugar a la repulsion del propio sexo como deseo erotico. Por eso da especial consideraciôn a - las influencias ambientales, sobre todo en momentos como la pu- bertad y también considéra la importancia del ambiente maternai sobre el nino y el adolescente, refiriéndose a la observacion - frecuente de homosexuales en los hijos ûnicos y los ûltimos,cuan do hay muchos hermanos. Por ultimo, para Maranon también tendria - 193 - importancia el temor sexual a la rr.ujer, producido cor loc frac a SOS en las primeras relaciones ccn ellas. La homosexualidad para el espanol no es perver 8Ion sino inversion y apareceria como el resultado de la mutua interacciôn entre las influencias congénitas y las adquiridas, aunque manteniéndola como una sexualidad retrasada, dentro de la tendencia de la sexualidad Humana a la "elimiraciôn de las - formas intermedias" (281). Alro parecido opina del lesbianismo, si bien senala una caracteristica que, dice es rropia de él, la falta de sentimientos maternales en las lesbianas."La mujer que es madré o que posee el instinto de serlo, estâ casi con absolu ta sesuridad, al mârgen de los téinstornos cualitativos de la H bido " (282). Son bien conocidas sus ideas sobre el donjua- nismo y la homosexualidad. Don Juan es un personaje hipoviril para Maranon, que tiene como ideal del hombre el amor monogami- co. Otras caracteristicas psicolôgicas frecuentes en los inver­ tidos serian el narcisismo, su hipersensibi lidac y una in es ta lidad de caracter femenino. Las palabras con que conoluye su estudio sobre la intersexualidad no pueden ser hoy, cuarenta anos d es rués, muy bien recibidas, pero deben ser recordadas para entend en me- jor la evoluciôn histérica de la cuestiôn sexual y su profunfo cambio en tan poco tiempo. " SI progreso de la mujer ", dice Maranon, "no es, ni serâ nunca, otra cosa que una aspirée ion a la. virilidad, su etapa sucesiva" (283) • No se trata aqui de - - 194 - hacer una critica de sus palabras, sino solo de conocerlas, pa­ ra poder as! entender mejor la época en que vivia. Con toda se- guridad, si Maranon hubiera vivido ahora, no las hubiera escri- to, porque el influjo de los tiempos y de las ideas en ellos dominantes son tan grandes que, hasta los hombres como el sabio espanol no pueden escapar de ellas. Al hacer referenda al tratamiento de los es- tados intersexuales, Maranon pasa revista a los medios, exclusj. Vamente médicos de su época opoterapia e injertes sobre todo, que recomienda en los casos mâs orgânicos de intersexualidad y, para la homosexualidad, prefiere sobre todo la acciôn pédagogies procurando desarrollar desde temprano la tendencia viril del nino. Las normas que recomienda son las conocidas para evitar temores y conseguir un comportamiento mâs sano entre los sexos. En realidad, se basa en el sentido comûn, que es de lo que care cian los pedagogos y educadores casi siempre por entonces. Marafion era ante todo un clînico que veia en sus pacientes, fueran homosexuales o no, a personas y por eso no uti lizaba médios que pudieran perjudIcar en lo mâs minimo a la sa- lud. Por eso le repugnaban "los médicos que llevan al vicio es­ te celo por la investigacion y someten a sus enfermes a anâlisis de muy dudosa utilidad y solo de lucimiento para el àutor, o bien a inyecciones de sustancias o sustraccién de lesiones y, aûn de organos sanos que pueden comprometer su buena fisiologia y, quizâ la propia vida del paciente " (284). - 195 - La obra de Maranon puede considerarse a ca’-a- llo entre dos épocas, en lo que se refiere a la homosexualidad. De un lado estâ todavia incluida en la rostura tradlcional de la ciencia oficial, que la equiparaba desde el XIX y antes, co mo se senalo, con la enfermedad y la demeneracion. Fero, por - otra parte, también forma parte del comienzo de una nueva mane ra de ver las cosas, que en Espana tardarâ aûn muchos anos en - tener continuadores y ser aceptada. De Maranon se puede decir que représenta un modo de hacer medicina que muchos han olvida do, al convertir la relaciôn del medico con el enfermo en un mero trato burocratlzado, desprovisto de sus énormes capacida- des curativas y privandola de su verdadero caracter de contac- to interhumano. 3 .1 5*) •“ La segunda Gran Guerra y las creencias iienerales so­ bre los homosexuales en la serunda mitad del sirlo - XX. Antes de la Segunda Guerra Mondial, la antigua pugna entre las concepciones hedonistas y las ascéticas del nundo con tinuaba, con el predominio de los que velan en el sentido re- productor de la sexualidad el ûnico fin vâlido sobre aquellcs - que mantenian un criterio mâs abierto en las cuestiones sexuaies Ademâs, no se trataba solo de que cada uno tuviera una postura - determinada, que podia ser diferente de la de otros, sino que también se intentaba imponer a los demâs. Con todo, las concepciones mâs dominantes eran - 196 - poco gratas para los homosexuales. La sociedad estaba muy rl- gidamente articulada por unas normas que no acertaban este - tipo de conducta diferente, que era peligrosa y dégradante. La utilizacién de vocablos como "marica" u otros similares es sindnimo de insulto mientras que, cuando se quiere hablar bien de alguien se dice que es”muy macho". Toda una ideologla socio polltica de la sexualidad se manifiesta en estas palabras. En la concepciôn vulgar, al homosexual se le ve como un afeminado y a la mujer como inferior al hombre y por eso se elogia a es­ te al exaltar sus atributes varoniles y se le desprecia al ver en el cualidades consideradas como femeninas. El ideal es que todos los hombres sean rudos, fuertes, activos e inteligentes y que las mujeres reunan las caracteristicas contrarias de su misién, pasividad y poca inteligencia. Segûn estos criterios, al llamar a alguien "marlca" también se le quiere hacer duefio de estas cualidades, propias tan solo de las mujeres y no de un verdadero hombre. Los muchos siglos de marginaciûn han dado iu- gar a que, hasta en las capas mâs bajas de la sociedad no se - vea con buenos ojos a los homosexuales. Antes de la ultima gran guerra, y todavia ahora, el puritanisme hipûcrita daba lu gar a verdaderas tragedias cuando en una familia los padres, horrorizados, descubrian la condiciûn homosexual de uno de sus hijos, a los que, o bien ignoraban desde entonces, o arrojaban del hogar, pues no podian tolerar la convivencia con taies de- generados. Para este tipo de padres era peor la homosexualidad de sus hijos que el que tuvieran un cancer o alguna otra enfex - 197 - raedad incurable. Una identificacidn extrema entre los homose­ xuales y todos los vicios imaginables se produjo en Estados - Unidofl durante la época de Joseph McCarthy. En la postguerra amaricana, los médicos del Servicio de Salud Publica, apoyados por las leyes, se dedicaron a perseguirlos, intentando en vano lograr su desapariciôn. Como es bien sabido, los negros, los comunistas y los homosexuales fueron los très objetivos de aquella caza de brujas al estilo medieval. A los desviados se­ xuales extranjeros no se les perraitia la entrada en el pais y a los que ya estaban en él se les deportaba. Por otro lado, se les negaba el derecho al empleo y en una ley de la época se dj, ce textualmente: "No hay lugar en el gobierno de los Estados - ünidos para aquellas personas que violen las leyes o los prin- cipios de moral establecidos quienes se entregan a actos de homosexualidad y otras actividades sexuales pervertidas, son inadecuados para un empleo en tareas del Gobiemo Federal" (285). Un furibundo racismo médico se extendiô por - los Estados Unidos con McCarthy y se emplearon todo tipo de me dios para conseguir la erradicaciôn de taies conductas. Como en otros periodos histéricos, los poderes civiles y religiosos, en esta ocasién con la cooperacién de la Medicina, intentaron im­ poner sus criterios a través de la fuerza y raediante el control social, no iraportandoles suprimir las creencias y modos de ser de cada individuo particular, pues, segûn estos Poderes, ya es- - 198 - taban fuera de la ley, al no aceptar las Infalites normas esta blecidas. Ademàs, ahora la Psiquiatrla dispone de nue- vos y contundentes medios para controlar a los anormales. Ya - no existe aquél desagradable nihilismo del que tanto se queja­ ban muchos psiquiatras positivistas y se ha iniciado una época de "medicalizaciôn" de la sociedad, para dominar las tendencias inaceptables de muchos de sus componentes. Hacia la mitad de - nuestro siglo se introduce en la Psiquiatrla la clorpromazina, que marca un verdadero hito en la especialidad. Muchos, a par­ tir de entonces, la empiezan a utilizar indiscriminadamente, ̂ consiguiendo llevar la tranquilidad y el orden a los manicomios, Los castigos corporales y las camisas de fuerza dejan paso a la nueva droga con la cual se consigue abolir la personalidad del enfermo y reducirle a un mero automata, sin precuparse tam poco de las consecuencias orgânicas que el uso incontrolado - del Largactil va a empezar pronto a producir, alteraciones neu rovegetativas y del tono muscular seme jantes al parkinsonisme postencefalltico. Con la Clorpromazina, el sujeto queda indife rente, apâtico y embotado, pero,para algunos,este es sindnimo de curacién. Por si fuera poco, sobre todo en la década de los cincuenta, se asociaban frecuentemente los choques, bien eléc- tricos o de otro tipo, al Largactil como raétodos habituales de tratamiento psiquiatrico. Si lo que se buscaba era reducir la ansiedad, la agitacién, la iniciativa o las tendencias homosexuales, con - 199 - estos métodos indudablemente se habia conseguido, pero también se habia logrado, en unos casos temporalmente y en otros a per petuidad, suprimir las caracteristicas de la personalidad pro­ pia y diferente de cada individuo, privéndole de toda su liber tad, ya precaria,de pequena,por otra parte. Los progresos de la bioquimica, necesarios y benefIciosos en si mismos, eran aplicados en virtud de la ideo logla dominante de una forma a la que, aplicando sus propios - términos, se podrla calificar también perversa y aberrante. De esta forma, los homosexuales, como todos - los demàs anormales,empezaron a ser objeto de los nuevos trata mientos, mucho mâs sutiles, pero igual de agresivos que los an teriormente utilizados. 3.16.).- El triunfo de las concepciones tradjcjonales sobre la homosexualidad en Espafla después de la Guerra Civil. En nuestro pals, hasta 1.936, se conociô una actitud tolérante en la consideraciôn oficial hacia la homosexualidad, consecuente con el régimen politico imperante y se emplearon - los conocimientos cientlficos con una mayor objetividad para - el espinoso tema. El mismo esplritu de tolerancla se aplicô también en otro aspecto relacionado con la homosexualidad, el de las prisiones y la humanitaria figura de Victoria Kent des - 200 - J t ! taca sobre todas en el movimiento reformista carcelario. !J A partir de la Guerra Civil vuelve a triunfar f la ideologia mas trad icional y conservadora y el nuevo orden de | ; valores mantendra un absuluto rechazo frente a la homosexualidaf | dentro del mas amplio menosprecio por todo lo sexual. De igual | manera, la Iglesia impone su tendencia mas cerrada y obscurantij | ta, contribuyendo con su actitud a fomentar la aparicion de — jIperturbaciones emocionales en los sujetos afectos de conductas sexuales distintas de las exclusivamente reproductoras. 3 .1 7.).- Evolueion de las leves antihomosexuales en Esoafia. - hasta 1 .9 7 6. Para concluir este capltulo introductorio histôrico - puede ser adecuado exponer brevemente la evoluciôn de las dispo siciones legales referentes al comportamiento homosexual en Es parla durante los ûltimos anos. Hacia 1.930 no hay alusiones dî rectas al tema en el Côdigo Penal, aunque se castigue dentro de los delitos de abusos deshonestos y corrupcion de menores. En 1.933» Jimenez de Asûa, con buenas intenciones e inspirado en - la doctrina alemana de la prevenciôn del delito, introduce en EspaHa las Medidas de Seguridad, de tan lamentables resultados, j a través de la Ley de Vagos y Maleantes de 4 de Agosto de dicho 1 afio. Asûa, con esta ley sono con conseguir establecimientos - - ! idoneos a los que se condujera a los sujetos peligrosos para - tratar de, mediante la educaciôn y el trabajo, lograr su reso- cializaciôn, pero sus ideas, muy criticables por otro lado, no solo no tuvieron consecuencias positivas sino que sirvieron - — 201 — para dar lugar a un medio de represiôn social en manos de aigu nos jueces, quienes solo la empleaban para enviar a las cârce- les a aquellos en los que veian "una conducta reveladora de in clinacion al delito". En la primitiva Ley de Vagos y Maleantes no - estaban incluidos los homosexuales y no fué has ta la Ley de 15 de Julio de 1.954, en la que se modificaban los articulos 29 y 6*, cuando se empezaron a aplicar las Medidas de Seguridad so­ bre ellos. En la nueva redacciôn del articule 2? (apartado n® 2 ), junto a los rufianes y proxenetas se unieron los homose­ xuales y el articulo 6@ (n@ 20) quedaba como sigue: " A los ho mosexuales, rufianes y proxenetas, a los mendigos profesiona- les y a los que vivan de la mendicidad ajena, exploten menores de edad, enfermes mentales o lisiados se les aplicarân, para que las cumplan todas sucesivamente, las medidas siguientes: a) Intemado en un Es tablée imi ente de trabajo o Colonia agricola. Los homosexuales some- tidos a esta medida de seguridad deberàn - ser internados en Instituciones especiales y, en todo case, con absoluta separacion - de los demâs. b) Prohibiciôn de residir en determinado lugar o territorio y obligaciôn de declarar su do micilio. c) Sumisiôn a la vigilancia de los delegados. - 202 - La Ley de Vagos y Maleantes no sirviô mâs que para conducir a las cârceles, las mismas a las que iban los de mâs delincuentes, a los sujetos considerados inutiles e inefi- caces para el sistema y, entre ellos, muchos homosexuales, a - quienes,obvio es decir, no solosose les reeducaba sino que se - les proporcionaban los medios para aprender una sexualidad mu­ cho mâs depravada. Asi estuvieron las cosas hasta que, cambiando todo para que todo siguiera igual, el 4 de Agosto de 1.970 se promuIga la Ley de Peligrosidad y Rehabilitacion Social, en la cual se anaden nuevas figuras de peligrosidad con fundamento - en las diferentes circunstancias sociales y figurando la homose xualidad también en ella, aunque con algunas sutiles diferencias. Si en la Ley del $4 eran peligrosos los homosexuales, en la del 70 lo son los que ejerzan actos de homosexualidad. El sentido del cambio es explicado en una sentencia del 22-12-71 que dice: " ..... lo que caractérisa al homosexual, al efecto de aplicar las pertinentes medidas de seguridad, ademâs de la realizaciôn de un acto determinado e inequivoco de naturaleza homosexual es la circunstancia de haber realizado con anterioridad otro u otros actos anâlogos, es decir, que la vigente Ley ha venido a llenar una laguna de la anterior pues, en definitiva, viene a exigir la habitualidad, que es lo que, durante la vigencia de - la Ley de 4 de Agosto de 1.933 déclaré reiteradamente esta Sala, pues solo una repetida realizaciôn de actos merecedores de ser catalogados como homosexuales révéla la perversiôn sexual gene- radora de una antisocial conducta ". - 203 - En otra sentencia se dice también que "lo que define el tipo peligroso es la realizacion de actos de homose­ xualidad, de donde se infiere que la realizaciôn de un solo he­ cho de tal naturaleza no détermina por si solo un estado peli­ groso " . Respecto a lo que se entiende por "actos de ho mosexualidad" una sentencia de 1 .9 7 2 dice que en ellos se corapren den "todos los de ayuntamiento c a m a l perineales, actos activos o pasivos entre personas del mismo sexo y los de onanismo bucal in vade praepostero Vel in buca- as£ como los de masturbacion y trataraientos lascivos de cualquier condicion, efectuados por homosexuales genuinos o congénitos, o por los ocasionales, es - decir, tanto por aquellos que se deben a factures filogenéticos, como a circunstancias ontogenéticas, natura y nurtura, lo que so mos y lo que adquirimos, respectivamente, pues se acogen en la ley, que atiende a la prâctica de los actos y a la peligrosidad del sujeto y no a la causa que los motiva, aunque, a efectos de tratamiento de la medida de seguridad, individualizândolo, para hacerlo mâs efectivo se procure el conocimiento de su género a efectos de tratamiento rehabilitador ", (286). Es dificil reunir mayor cantidad de insensate- ces juntas. Legalismos incomprensibles y raeros formulbmos que lo ûnico que Servian era para êncubrir una realidad muy clara y de­ mos trahie, los homosexuales, muchas veces sin control judicial - eran conducidos a las cârceles, durante un période variable de - tiempo, hasta 3 anos. — 204 — Con la evoluciôn hacia la democracia en Espa- fia desde 1.9 7 6, se abriô una diferente y esperanzadora etapa - para este tipo de conductas, tan reiteradamente castigadas. - 205 - NOTAS AL CAFITULO SEGUNDO (1).- Nin Prias.A. "Homosexualismo creador".Ed. Morata. Madrid, 1.933. (2).- Burton.R. "Arabian Nights". Benares (Kamashastra Soc.) - 1 .8 5 5. Ensayo Terminal. Vol. X. (3).~ Von Hent% .H. "La criminalidad del homôfilo". Espasa- Calpe.S.A. Madrid. 1.975. p.12. (4).- Contenau.G, "La vida cotidiana en Babilonia y Asiria". Ed. Mateu. Barcelona. I.9 62. p. 6 5 . (5).“ Daniel.M y Baudry.A. "Los homosexuales". Ed. Sagitario. Barcelona. 1.975* P* 2 5. Sobre la civilizacion mesopotâ- mica también fueron consultadas las obras de Parrot.A. - "Sumer". Ed. Aguilar. Bilbao. I.97I, Bohl. Th. de Liagre. "La religiôn de los babilonios y asirios”, en la obra "Cri: to y las religiones de la tierra", dirigida por Koning. F. Madrid. I.96G. Tomo II. pp. 415-468 y Firenne.J. "La - civilisation babylonienne". Heliographia. S.A. Laussanne. 1 .9 4 5. (6).- Thompson.R.C. "The devils and evils spirits of Babylonia". Londres. 1.903* (7).- En el mismo sentido, veâse Shorter.A.W. "Everyday life in Ancient Egypt". Poulton, Purnell & Sons. Londres. 1.932. - 206 - Sobre la civilizaciôn egipcia, veâse también: White Man chip.G.E. "El Antiguo Egipto". Ed. Alhambra. Madrid, 1.955 Vercouter.J. "El Antiguo Egipto". Ed. Salvat. Barcelona. 1.9 5 3.» Wilson.J.A. "La cultura egipcia". Ed. Fondo de - Cultura Econémica. Mexico. 1.953 y Pirenne.J. "Histôria de la civilizacion del Antiguo Egipto". Ed. Exito, Barce lona. 1 .9 7 7. (8).- White ManchipD.ob, cit. p. 13. (9).- Herodoto. "Histoires". Société les Belles Lettres. Paris. 1 .95 4. p. 4 9 . (10).- Lain EntraIgo.P, "La Medicina Hipocrâtica". Ed. Revista de Occidents. Madrid. 1.970. Passim. (11).- Lain Entralgo.P. ob. cit. p. 57. I (12).- Lain Entralgo.P. "El Médico y el Enfermo". Ed. Guadarra- ma. Madrid. I.9 6 9. p.20. (1 3).- Corpus Hipocraticum. VII, 478. Sobre la Generaciôn. (14).- Licht.H. "Vida sexual en la Antigua Grecia". Ed. Fermar. Madrid. I.9 76. p. 319. (1 5).- Gonzalez Duro.E. "Represiôn sexual, dominaciôn sexual". Akal. Ed. Madrid. 1.976. pp. 122-123. Referente al amor entre los griegos pueden consultarse teimbién: Meier-Moritz H.E. "Histoire de l'amour grec dans l'antiquité". Sten­ dhal. Paris. 1 .9 3 0., Dover.K.J. "Greek Homosexuality". Duckworth. London. 1.977.» Brès.Y. "La psychologie de - - Platon". Presses Universitaires de France. Paris. 1.968. pp. 70-84 y 375-3 7 8. y Fisher.S.H. "Una nota sobre la ho- - 207 - mosexualidad masculina y el papel de las mujeres en la - Grecia Antigua", en "Biologia y Sociologia de la homose­ xualidad", dirigida por Marmor.J. Ed. Paidos. Buenos Aire 1.9 6 7. pp. 224-233. y Flaceliére.R. "L'amour en Grèce". Hachette. Paris. I.9 6 0. (16).- Gonzalez Duro.E. ob. cit. p. 123. (17),- Segûn Rattray Taylor.G. "Mitologia e Historia de la Ho­ mosexualidad", en "Biologia y Sociologia de la homosexua lidad". ob. cit. pp. 192-2 2 3. (18).- Bachofen.J.J. "Das Mutterrecht". Benno Schwabe. Basilea. 1.948. (19).- Morgan.L.H. "La sociedad primitiva". Ed. Ayusô. Madrid. 1.97 1. (20).- Morgan.L.H. ob. cit. p. 6 I. (21).- Engels.F. El origen de la familia, de la propiedad pri- vada y del Estado. Ed. Ayuso. Madrid. 1.972. (22).- Engels.F. ob. cit. p. 56. (23).- Licht.H. ob. cit. p. 372. (24).- En el mismo sentido veâse la obra de Koning.F. "Democra­ cia y homosexualidad". Ed. Avesta. Reus. I.9 7 8. p. 8. (25).- Sobre este aspecto veâse, por ejemplo, Gonzalez Duro.E. ob. cit. p. 122. (26).- Citado por Meier-Moritz.H.E. ob. cit. p. 26. (27).- Citado por Licht H. ob, cit. p. 374. (28).- Licht.H. ob. cit. p. 331. — 20 8 — (29).- En este sentido, veâse Izquierdo Croselles.J, "Compendio de Historia General". Tomo I. Ed. Urania. Granada. 1.935. p. 138. Sobre la civilizacion romana, también fueron con- sultados: Ehrenberg.V."Society and civilization in Gnece and Rome". Cambridge (Massachusetts). Harvard University ' Press. 1.9 6 5, Bailor.D.S. "Homosexuality and the Western Christian tradition". Longmans & Greece. London. 1.955. - cap. 3, Kiefer.0, "Sexual life in ancient Rome". Abbey - i Library. London. 1.934. y Gage.J. "Les classes sociales dans 1'empire romain". Payot. Paris. 1.971. (3 0).- Izquierdo Croselles.J. ob. cit. p. 121. (3 1).- Segûn Viader Vives.A. "Historia del castigo". Ed. Antal- | be. Barcelona. 1.974. p. 8 9. j (3 2).- Engels.F. ob. cit. p. I6 6 . (33).- West.D. "Psicologia y Psicoanâlisis de la homosexualidad" Ed. Paidos. Buenos Aires. I.96 7. p. 29. (34).- Nln Prias.A. ob. cit. p. 8 3. (35).- Segûn Koning.F. ob. cit. p. 27. (36).- Tripp.C.A. "La cuestiôn homosexual". Edaf. Madrid. 1.978. ' p. 3 0. Consûltese también Epstein L.M. "Sex laws and eus toms in Judaism". Block. Nueva York. 1.948. (3 7).- Engels.F. ob. cit. p. I6 6 . (3 8).- Tripp.C.A. ob. cit. p. 31* En el mismo sentido, veâse el libro de lejezkel Kauffmann. "La época biblica" . Ed. Sciei cia. Barcelona. 1.962. - 209 - (39)'- Véase Viader Vives.A. ob. cit. p. 35* (40).- Viader Vives.A. ob. cit. p. 35« (41).- Viader Vives.A. ob. cit. p. 40. (42).- Véase Gonzalez Duro.E. ob. cit. p. 132. También, en el - mismo sentido, Dodds.E.R. "Paganos y cristianos en una - época de angustia. Algunos aspectos de la experiencia re ligiosa desde Marco Aurelio à Constantino'*. Ed. Cristian dad. Madrid. 1.975» PP* 25-50, Nygren.À. "Eros y Agape. La nociôn cristiana del amor y sus transformaciones". Ed. Sagitario. Barcelona. 1.969* (43).- Von Sohel.H. "Biografla de la homosexualidad". Produccio nés Editoriales. Barcelona. 1.975* P* 204. (44).- Gonzalez Duro.E. ob. cit. p. 132. (45).- Segûn Dodds.E.R. ob. cit. pp. 50-5 7. (46).- Dodds.E.R. ob. cit. p, I50. (4 7).- Dodds.E.R. ob. cit. pp. 20-21. (48).- Mitre Fernandez.E."Los germanos y las grandes invasiones" Ed. Moreton. Bilbao. 1.9 68. p. 81. Véase también, Nestor I."La fin du Monde Ancien et les barbares". Naouka.Mos­ cou. 1.9 7 0 .y Vogt.J. "La decadencia de Roma. Metamorfo- sis de la cultura antigua". Guadarrama. Madrid. 1.9 6 8. (4 9 ).- Tâcito. "Germanlas". (50).- Nin Prias.A. ob. cit. p. 144. (51).- Viader Vives.A. ob. cit. p. 134. 210 - (52).- Bancroft.J. "Desviaciones de la conducta sexual". Ed. Fontanella. Barcelona. I.97 7. p. I9 . (53)»- Izquierdo Croselles.J. ob. cit. p. 22. (5 4).- Toynbee.A. "El crisol del cristianismo. Advenimiento de una nueva era". Ed. Labor. Barcelona. 1.971. Passim. (55).- Gonzalez Duro.E. ob. cit. p. 129. (56).- En este sentido, véase Dodds.E.R. ob. cit. p. 140. (57).- Dodds.E.R. ob. cit. p. l4l. (58).- Izquierdo Croselles.J. ob. cit. p. 153. (59).- Segûn Koning.F. ob. cit. p. 2 7. (60).- Sobre la civilizaciôn persa, véase, por todos: Von Eer - Osten.H.H. "El mundo de los persas". Ed. Castilla. Madrid. 1 .9 6 5 y Frankfort.H, "Reyes y dioses. Estudio de la reli gi6n de Oriente Prôximo en la antigüedad, en tanto que integraciôn de la sociedad y la naturaleza". Revista de - Occidents. Madrid. 1.976. (61).- Citado por Shering.R.V, "Les Indo-Europeens avant l'His­ toire". A.Marescq. Paris. 1.895* (62).- Essad Bey. "Mahoma, su vida: nacimiento del Islam". Ed. Nacional. Madrid. 1.942. p. 6 . Sobre los ârabes también fueron consultados los siguientes trabajos: Lewis.B. "Los arabes en la historia". Espasa Calpe. Madrid. 1*956, Hitti P.K. "El Islam, modo de vida". Ed. Gredos. Madrid. I.973. Fadh.T. "La divination arabe. Etudes religieuses, socio­ logiques et folkloriques sur le milieu natif de l'Islam". - 211 - E.J. Brill. Leiden. 1.966. (6 3).- Cahen.C. "El Islam". Siglo XXI de Espana. Madrid. 1.976. p. 15. (64).- "La Alta Edad Media. Hacia la formaciôn de Europa". Obra dirigida por Rice.D.T. Ed. Labor. Barcelona. I.9 6 7. P- 3 9 . (6 5) El Goran, Ed. Aguilar. Madrid. 1.973. (Ediciôn consulta da). (6 6).- Véase Viader Vives.A. ob. cit. p.25 4. (67).- Izquierdo Croselles.J. ob. cit. p. 86. Sobre la decaden­ cia romana fueron utilizadas también las siguientes obraz Secondât.C. de Baron de Montesquieu. "Grandeza y decaden cia de los romanos". Espasa Calpe. Madrid. 1.943, Whit­ tington. H. "La caida del Imperio Romano". Ed. Bruguera. Barcelona. 1.964.y Remondon.R. "La crisis del Imperio Romano, desde Marco Aurelio a Anastasio". Ed. Labor. Barcelona. I.9 6 7. (68).- Como dice Lain Entralgo.P. en "El Médico y el Enfermo" - ob. cit. p. 66. (6 9).- Véase en este sentido Viader Vives.A. ob. cit. p. 139. (7 0).- BUhler.J. "Vida y cultura en la Edad Media". Ed. Fondo - de Cultura Econémica. Mexico. 1.946. p. 46. (7 1).- San Agustin. "Las Confesiones". (7 2).- Nin Frias.A. ob. cit. p. I5 0. (7 3).- En este sentido, véase Rodriguez Zaragoza.J. "Historia - 212 - de la Medicina Universal. Tomo III. Ed. Salvat. Madrid. 1 .9 7 2. p. 169. (7 4).- Bühler.J. ob. cit. p. 5 6. (75).- Citado por Huizinga.J. "El Otono de la Edad Media". Re vista selecta de Occidente. Madrid. 1.9 6 7. p. 217. (7 6),- En este sentido,véase Suarez Fernandez.J. "Historia so­ cial y economica de la Edad Media" Ed. Espasa Calpe. Ma drid. 1.9 6 9. p. 109. (7 7 ).- Huizinga.J. ob. cit. p. 217. (7 8 ).- Segûn BUhler.J. ob. cit. pp. 264-265. También Previte- Orton.C.W. "Historia del mundo en la Edad Media". Ed. Sopena. Barcelona. I.9 6 7. (7 9).- Citado por Grimberg.C, "La Edad Media. El choque de dos mundos: Oriente y Occidente. Ed. Circule de Amigos de la Historia. Madrid. 1 ,9 6 9» p. 246. Tomo II. (8 0).- Viader Vives.A. ob. cit. p. 155. (8 1).- Citado por Domingo Loren.V. "Los homosexuales ante la - ley. Los juristes opinan". Ed. Plaza & Janes. Barcelona. 1 .9 7 7. p. 14. (8 2).- Pirenne.J. "Historia econémica y social de la Edad Me­ dia". Ed. Fondo de Cultura Econémica. Mexico. 1.976 . p. 1 6. (8 3).- Domingo Loren.V. ob. cit. p. 14. (84).- Fuero Real. Libro IV. Titulo IX. De los sodomites. - 213 - (85)•- Izquierdo Croselles.J. ob. cit. p. 8 6. (8 6).- Focillon.H. "El ano mil". Alianza Editorial. Madrid. 1.96 0. p. 56. (8 7).- Boissonade.F . "Life and work in medieval Europe". Kegan, Trench, Trubner and Co. London. 1.937. p. 2 0 5. (8 8).- Izquierdo Croselles.J. ob. cit. p. 9^. (8 9).- Murray.M.A. "El culto de la brujeria en Europa Occiden­ tal. Ed. Labor. Barcelona. 1.978. Passim. (9 0 ).- Caro Baroja.J. "Las brujas y su mundo". Alianza Editorial Madrid. 1.973. Sobre las herejias medievales y la Inqui- sici6n,en general, fueron consultados, sobre todo: Kra- men.H. "La Inquisiciôn espanola". Alianza Editorial. Ma­ drid. 1.97^» Lower.T. "La Inquisicion". Editorial Petro- nio. Barcelona. 1.975» Turberville.A.S. "La Inquisiciôn espanola". Ed. Fondo de Cultura Economica. Mexico. 1.9^9» Saldana, y Garcia Rubio.Q. "La Inquisiciôn espanola - - (1.218-1.83^)". Iberoamericana de Publicaciones. Madrid. 1 .9 3 0» Dominique.P. "La Inquisiciôn". Ed. Caralt. Barcelc na. 1.973* y Lea.H. "A History of the Inquisition of the middle ages". Harper and Brothers. New York. I.9 6 6. (9 1)'- Pirenne.J. ob. cit. p. 141. (9 2).- Caro Baroja.J. ob. cit. p. IO5 . (9 3).- Segun Caro Baroja.J. ob. cit. p. 108. (9 4).- En el mismo sentido, vease Caro Baroja.J. ob. cit. p.120. (95)*- Citado por Caro Baroja.J. ob. cit. p. 123. - 2 1 4 - (96 ).- Idoate.F. "Documento de la Inquisiciôn sobre brujeria en Navarra. Ed. Aranzadi. Pamplona. 1.972. (97 ).- Caro Baroja.J. ob. cit. p. 177. (98 )•- Malleus Maleficarum. (99 ).- Segun afirma, entre otros Turbewille.A.S.ob. cit.p. 3 0 . (100).- Turberville.A.S. ob. cit. p. I0 3 . (101).- Kramen.H. ob. cit. p. 214. (102).- Kramen.H. ob. cit. p. 21 5. (103).- En este sentido, veanse las obras ya citadas de Kramen.H y Lea.H. También Goodich.M. "Sodomy in ecclessiastical law and theory". J. of homosexuality. Vol. 1(4)1.976. pp. 427-4 3 3. (104).- Lea.H. ob. cit. Tomo II. p. 193» (105).- Segun Tomas y Valiente.F. "El Derecho Penal de la Monar quia Absoluta. Siglos XVI, XVII Y XVIII". Ed. Tecnos. Madrid. I.9 6 9. p. 2 25. Ademâs de este y los anterinres libros ya citados relacionando la Inquisiciôn con la ho mosexualidad, también pueden consultarse la "Gula del Perfecto Inquisidor". de Amezaga.E. Ed. Sendo. Bilbao. 1.9 0 8., Cirac Estopanan.S. "Los procesos de hechicerlas en la Inquisiciôn de Castilla la Nueva". Madrid.1.942 y los "Cinco temas inquisitoriales", de Pinta Llorente. M. de la. Estudio Agustiniano. Madrid. 1.970. (106).- En el mismo sentido, vease Tornas y Valiente.F. ob. cit. - 215 - p. 228. (107).- En el mismo sentido, vease Tomas y Valiente.F. ob. cit. p. 3 1 9. (108).- Como dice T i e m o Galvàn.E. "Acotaciones a la Historia - de la cultura occidental en la Edad Moderna. Ed. Tec­ nos. Madrid, 1.964. (109).- Como dice Dunham.B. "Heroes y herejes". Ed. Seix Barrai. Barcelona. I.9 6 9. pp. 18-20. (110).- Tierno Galvàn.E. ob. cit. pp. 15. y I6 . (111).- En este sentido, véase Suarez Fernandez.L. "Sinopsis de la cultura medieval europea". Tomo III. pp. 137-149» en la "Historia Universal de la Kedicina", dirigida por Lain Entralgo.P. Ed. Salvat. Barcelona. 1.972. (112).- Huizinga.J. ob. cit. p. 512. (113).- Foucault.M. "Historia de la locura en la epoca clasica". Ed. Fondo de Cultura Econémica. Mexico. I.9 6 7. p. 2 3. (114).- Foucault.M. ob. cit. p. 30. (115).- Schipperges.H. p. 192. Tomo 3, en "Historia Universal - de la Medicina". ob. cit. (116).- En frase de Foucait.M. ob. cit. p. 32. (117).- Citado por Von Sohel.H. ob. cit. p. 22. (118).- Nin Frias.A. ob. cit. p. 218. (119).- Véase Viader Vives.A. ob. cit. p. 185. — 216 — (120).- Kramen.H. ob. cit. p. 217. (121).- Von Hentig.H. "La Pena". Tomo II. Ed. Espasa Calpe. Ma drid. 1.9 6 7. pp. 213-214. (122).- Foucault.M. ob. cit. p. 6 3. Sobre el nacimiento de la pena de privaciôn de libertad, pueden consultarse tajn- bién: Garcia Valdes.C. "Hombres y cârceles. Historia de la pena de privaciôn de libertad". Edicusa. Madrid. 1 .97^.* Maurach.R. "Tratado de Derecho Penal". Ed.Ariel. Barcelona. 1.972., Goppinger.H. "Criminologla".Ed.Reus. Madrid. 1.975* » Ferri.E. "Principios de Derecho Criminal*. Ed. Reus. Madrid. 1.933* y Foucault.M. "Surveiller et pu nir. Naissance de la prison". Ed. Gallimard. Paris.1.975* Hay traducciôn espanola. "Vigilar y castigar". Ed. Si^o. XXI. Mexico. 1.9?6. (123).- Foucault.M. ob. cit. p. 6 5. (124).- Segûn Lea.H. ob. cit. Tomo II. p. 36 5. (125).- Segûn Ferri.E. ob. cit. p. 26. (126).- Foucault.M. ob. cit. p. 6 9. (127).- Citado por Foucault.M. ob. cit. p. 6 9. (128).- Szasz.T. "La fabricaciôn de la locura". Ed. Kairos. Bar celona. 1.974. p. 2 7 . (129).- Maranon.G. "Don Juan". Ed. Espasa Calpe. Madrid. 1.9 6 7. p. 110. (130).- Citado por Cuello Calon.E. "Referencias historicas y de derecho comparado sobre la represiôn de la homosexuali- dad", en Anuario de Derecho Penal y Ciencias Pénales. Tomo III. 1 .9 5 4. pp. 498-5 0 1. - 217 - (131).- Tomâs y Valiente.F. ob. cit. p. 229. (132).- En este sentido, véase Izquierdo Croselles.J. ob. cit. Tomo II. p. 1 31. (133).- Izquierdo Croselles.J. ob. cit. Tomo II. p. 139. (134).- Véase en este sentido, Sunô.L. "El Donjuanisme de Luis XIV". Ed. Naches. Valencia. I.96 5. (135).- Grimberg.C. "El siglo de Luis XIV. Yersalles, espejo - del mundo". Ed. Circule de Amigos de la Historia. Bar­ celona. 1.9 7 0. Dos Tomos. p. 35* (136).- Izquierdo Croselles.J. ob. cit. Tomo II. p. 139* Sobre Luis XIV, véase también; Koning.F. "Las orgias juveni­ les de Luis XIV". Ed. Ebsa. Barcelona. 1.977, Falacio Attard.V. "Sociedad estamental y monarquia absolutiste" Ed. Ateneo. Madrid. I.96I. y Deleito y Pinuela.J. "... El rey se divierte (recuerdos de hace très siglos)".Ed. Espasa Calpe. Madrid. 1.955. (137).- Viader Vives.A. ob. cit. p. 2 05. (138).- Foucault.M. ob. cit. p. 6 9 . (139).- Grimberg.C. ob. cit. p. I5 5 . (140).- Citado por Dunham.B. ob. cit. pp. 84t85. (141).- Citado por McDermott.D. "La otra cara de la justicia. El mundo del delito, segûn la literature inglesa" Ed. - 218 - Plaza & Janes. Barcelona. 1,9 6 5. p. 49. (142).- En palabras de Chagniot.J. "Los tiempos modemos de 1 .661 a 1 .789". Ed. Edaf. Madrid. 1.974. p. 110. (143).- Hazard.P. "El pensamiento europeo en el siglo XVIII". Ed. Guadarrama.Madrid. I.9 5 8. p. 7 1. (144).- Diderot.D. "La religiose". Presses de la Renaissance. Paris. 1 .9 7 8. p. 8 9. (145).- Goulemot-Launay.J.M. "El Siglo de las Luces". Ed. Guadar rama. Madrid. I.9 6 9. p. 33^- Otras obras consultedas sobre la Ilustracion fueron: Valjavec.F. "Historia de - la Ilustracion en Occidente". Ed. Rialt. Madrid. 1.964, Anderson.M.S. "La Europa del XVIII". Ed. Fondo de Cultu ra Econômica. Mexico. 1.9 6 8, ChaunuP. "La civilizacion de la Europa clâsica". Ed. Juventud. Barcelona. 1.976, Mowat.R. "The age of reason. The Continent of Europe in the eigteenth century".Butler and Tanner. London.1.93^. (146).- Hazard.P. ob. cit. p. 325 (14?).- Chagniot.J. ob. cit. p. I8 6. (148).- Citado por Cuello Calon.E. ob. cit. 499. (149).- Citado por Cuello Calon.E. ob. cit. 499. (150).- véase Crompton.L. "Homosexuality and the death penalty in colonial America". Journal of homosexuality. Vol. 1. (3). 1 .9 7 6. p. 277t293. - 219 ■* (151).- En este sentido, véase Tornas y Valiente.F. ob. cit. p. 2 30. (1 5 2).- Goulemot-Launay.J.M. ob. cit. p. 2 3 5. (153).- Goulemot-Launay.J.M. ob. cit. p. 329. (154).- Goulemot-Launay.J.M. ob. cit. p. 331. (15 5).- Segûn Marias.J. en "Historia Universal de la Medicina". ob. cit. Tomo V. p. 7 . (15 6).- Rude.G. "La Europa revolucionaria. 1.783-I.8I5" . Ed. Siglo XXI. Madrid. 1.977. p. 8 9. (157).- Gonzalez Duro. E. ob. cit. p. 122. (158).- Martin Gaite.C. "Usos amorosos del Siglo XVIII espanol". Ed. Siglo XXI. Madrid. 1.974. p. 2 3. (159).- En este sentido, véase Lea.H. ob. cit. p. 486. (160).- Sombart.V. "Lujo y capitalisme". Citado por Gonzalez - Duro.E. ob. cit. p. I6 3. (161).- Martin Gaite.C. ob. cit. p. 6 5. (162).- Citado por Foucault.M. ob. cit. p. I8 7. (163).- Citado por Foucault.M. ob. cit . p. 188. (l64i.- En este sentido, véase Foucault.M. ob. cit. p. 19O. (165).- Izquierdo Croselles.J. ob. cit. Tomo IV. p. 44 (166).- Diderot. . ob. cit. p. 49 . (167).- Rudé.G. ob. cit. p. 2 9 7. - 220 - (168).- Citado por Nin Frias.A. ob. cit. p. 355- (169).- En este sentido, véase, por todos, Garcia Valdes.C. "Teoria y practica del sistema penitenciario espanol contemporaneo". Tes is Doctoral, publicada por el Ins­ titute de Criminologia. Madrid. 1.975* (170).- Garcia Valdes.C. ob. cit. p. 1?. (171).- Bonaparte.N. "Sus pensamientos, juicios y opiniones". Madrid. 1.845. P* 109• Otras obras consultadas sobre Napoleon fueron las de Aubry.G. "Napoleon". Ed. S ad ay. Barcelona. I.9 6 8. , Stendhal.H.B. "Vida de Napoleon". Ed. Espasa Calpe. Buenos Aires. 1.953* V Biver.M.L. "Le Paris de Napoleon". Ed. de l' Histoire et de l’Art. Paris. 1.96 3* (172).- Ludwig.E . "Napoleon". Ed. Juventud. Barcelona. 1.96 5* p. 100. (173)* - Ludwig.E. ob. cit. p. 224. (174).- Bonaparte.N. ob. cit. p. 123 * (175)* - Rudé.G. ob. cit. pp. 210-211. (176).- Rudé.G. ob. cit. p. 219. (177).- Bonaparte.N. ob. cit. p. 264. (178).- En este sentido, véase Bergeron.L. "La época de las Re voluciones europeas (1.780-1.848)". Ed. Siglo XXI de Espana. Madrid. 1.978. p. I5 0. (179).- Véase también Defournaux.M. "La Inquisiciôn en la Es­ pana del XVIII". Ed. Taurus. Madrid. 1.973* P* 8 7 . -221- (180).- En este sentido, véase Alonso Tejada.L. "Censo de la Inquisiciôn en los ûltimos anos del reinado de Fernando VII. Juntas de fe, juntas apostolicas, conspiraciones realistas". Ed. Zero. Madrid. I.9 6 9. (181).- Domingo Loren.V. ob. cit. p. 22. (182).- Tâcito.G.C. "Germanias". ob. cit. (183).- Citado por Gonzalez Duro. E. ob. cit. p. I6 7. (184).- Bergeron.L. ob. cit. p. 21. (185).- Marset Campos.P y Ramos Garcia.E. en "Historia Univer­ sal de la Medicina". ob. cit. Tomo V. p. 338* Sobre la revolucion industrial del siglo XIX fueron consultados : Jackson.J.H. "England since the industrial revolution. 1.815-^1 • 948" . Greeiwood Press Publishers. London. I.975, Hayes.?. "The nineteenth century. 1.814-1.88O".Adam.and C.Black. London. 1.975» Bruun.G. "La Europa del Siglo XIX. 1.815-1 .914". Ed. Fondo de Cultura Econômica. Me­ xico. 1 .9 7 1. (186).- Côrdoba Rodriguez.J. "Notas para la Historia médico-psi colôgica del Romanticisme". Barcelona. 1.951 -P* 2 7.So­ bre el Romanticismo, veanse también: Bowra.C.M. "La ima ginacion romantics". Ed. Taurus. Madrid. 1.972., Peers. E. "Historia del movimiento romantico espanol". Ed. 01 vidos. Madrid.1 .9 7 3» Peyre.H. "iQué es verdaderamente - el Romanticismo?". Ed. Poncel. Madrid. 1.972. - 222 - (187).- Bruun.G. ob. cit. p. 3 8. (188).- Bruun.G. ob. cit. p. 39- (189).- Larra.M. Citado por Feers.E. ob. cit. p. 112. (190).- Bowra.C.M. ob. cit. p. 3 4. (191).- Véase Lain Entralgo.P."El Médico y el Enferme". ob, cit. pp. 125 y ss. (192).- Foucault.M. ob. cit. p. 249. (193)•“ En este sentido, véase Foucault.M. ob. cit. p. 25O (194).- Foucault.M. ob. cit. p. 2 5 3. (195)*- Citado por Von Hentig.H. ob. cit. p. I6 . (196).- Comte.A. "Catecismo positivista o sumaria exposicim - de la religién universal en 13 diâlogos sistemâticts - entre una mujer y un sacerdote de la humanidad". Ed. Olivar. Madrid. 1.899* P* (197)* - Pinillos.J.L. en "Historia Universal de la Medicinz" . ob. cit. Tomo VI. p. 108. (198).- Grimberg.C. ob. cit. p. 10. En este sentido, veansf también las siguientes obras: Sigmann.J. "1.848. Las - revolucionea romanticas y democraticas de Europa".Bd. Siglo XXI. Madrid.1.977» Hearider.H. "Europa en el XIX, desde I .830 hasta 1.880". Ed. Aguilar. Madrid.1.973, Grimberg.C. "Revoluciones y luchas nacionales.La birgue sia adquiere conciencia nacional" Ed. Daimon. Madrid. - 223 - 1.968, Croce.B. "Historia de Europa en el siglo XIX". Ed. Bolafios y Aguilar. Madrid. 1.933- Sobre el positi­ visme fué utilizada la importante obra de Fouillé.A. "Le mouvement positiviste et la conception sociologique du monde". Falcau. Paris. 1.930. (199).- Brunn.G. ob. cit. pp. 144-14$. (200).- Brunn.G. ob. cit. p. 14$. (201).- Citado por Bancroft.J. ob. cit. p. 22. (202).- Bancroft.J. ob. cit. p. 22. (203).- Véase en este sentido Lain Entralgo.P. "El Médico y el Enfermo". ob. cit. p. 120. (204).- Utilizando el término que Lain Entralgo introdujo. (205).- Radé.S. "La homosexualidad en el hombre y en la mujer". Ed. Paidos. Buenos Aires. 1.9^7. p. 12. (206).- Cfr. Whitmann.W. "Obras escogidas. Ensayo biografico- crltico".Ed. Aguilar. Madrid. I.96 0. (207).- Citado por Nin Frias.A. ob. cit. p. 117. (208).- Citado por Nin Frias.A. ob. cit. p. I3 0. (209).- Wilde.0. "Balada de la càrcel de Rearing yotros poemas" Ed, Espasa Calpe. Madrid. 1.959* P* 28. (210).- Kraepelin.E. "Clfnica Psiquiâtrica", Ed. Calleja. Madrid s/f. p. 112. (211).- Kraepelin.E. ob. cit.p. 22?. (212).- Kraepelin.E. ob. cit.p. 2?2, - 224 - (213).- Kraepelin.E. ob. cit. p. 2 7 5, (214).- Castilla del Pino.C. en "Historia Universal de la Medj, cina". ob. cit. Tomo VII. p. 2 90. (2 1 5).- Lain Entralgo.P. "El Médico y el Enfermo". ob. cit. p. 138. (2 1 6).- Lain Entralgo.P. "El Médico y el Enfermo". ob. cit. p. 141. (2 1 7).- Freud.S. "Obras complétas".Tomo IV. Ed. Biblioteca Nue va. Madrid. 1.972. p. I.I7 3. (218).- Freud.S. ob. cit. p. 1.174. (21 9).- Freud.S. ob. cit. p. 1.174. (2 2 0)7- Freud.S. ob. cit. p. 1.175» (221).- Freud.S. ob. cit. p. I.I7 6 . (222).- Freud.S. ob. cit. p. I.I7 6. (2 2 3).- Freud.S, ob. cit. p. I.I7 6 . (224).- Freud.S. ob. cit. p. I.I7 7 . (2 2 5).- Freud.S. ob. cit. p. I.I7 8 . (2 2 6).- Freud.S. ob. cit. p. 1.178. (2 2 7).- Marcuse.L. "Sigmund Freud". Alianza Editorial. Madrid. 1 .9 7 0. p. 146. Sobre la vida de Freud consultese Jones.E "The life and work of Sigmund Freud". Basic Books. Nue­ va York. 1.955» Hay traducciôn espanola. "Vida y obra de Sigmund Freud". Ed. Paidos. Buenos Aires. I.96O. - 225 - (228).- Freud.S. "Carta a una madre norteamericana'* , recogida en la obra colectiva "La homosexualidad en la sociedad moderna". Ed. Siglo XX. Buenos Aires. 1.973. pp. 17-18. (229).- Bleuler.E. "Tratado de Psiquiatria". Ed. Calpe. Madrid. 1.924. p. 422. (2 3 0).- Bleuler.E. ob. cit. p. 424. (23 1).- Bleuler.E. ob. cit. p. 423. (23 2).- Bleuler.E. ob. cit.p. 424. (2 33).- Bleuler.E. ob. cit. p. 424. (23^).- Bleuler.E. ob. cit. p. 42$. (235).“ Bleuler.E. ob. cit. p. 426. (23 6).- Bleuler.E. ob. cit. p. 427. (2 37).- Bleuler.E. ob. cit. p. 427. (238).- Regis.E. "Tratado de Psiquiatria". Ed. Calleja. Madrid. 1 .912. p. 109. (239).- Regis.E. ob. cit. p. 109. (240).- Regis.E. ob. cit. p. 110. (241).- Bumke.O. "Tratado de las enfermedades mentales". Ed. Seix. Barcelona. 1.920. 475» (242).- Mommen.W.J. "La época del impérialisme". Ed. Siglo.XXI. Madrid. 1.977. p. 220. Sobre la revolucion rusa fueron consultados: Carr.E. "La revolucion bolchevique.1.917- 1 .923". Ed. Alianza. Madrid. 1.973, Fedenkin.S.A. "La — 226 — Gran Revolucion de Octubre y los intelectuales". Ed. Progreso. Moscu. 1.977., Carbonell.Ch.0. "El gran Octu bre ruso". Ed. Guadarrama. Madrid. I.9 6 8. y Trotsky.L. "La revoluciôn traicionada; que es y a donde va la Union Soviética". Ed. Fontamara. Barcelona. 1.977. (243).- Kropotkine.P. "Etica". Ed. Dogal. Madrid. 1.977. p. 82. (244).- En este sentido, véase Lauritsen.J.-Thôrstad.D. "Los primeros movimientos en favor de los derechos homosexua les. 1.864-1.935". Ed. Tusquets. Barcelona. 1.977.p.123. (24 5).- Ferenczi.S. en "La homosexualidad en la sociedad moder na". ob. cit. p. 2 9. (246).- Ferenczi.S. en "La homosexualidad en la sociedad moder na". ob. cit. p. 3 2. (2 47).- Izquierdo Croselles.J. ob. cit. Tomo IV. p. II6 . (248).- Lain Entralgo.P. "Historia Universal de la Medicina". ob. cit. Tomo VII. p. 2. (2 4 9).- Citado por Lauritsen.J.-Thôrstad.D. ob. cit. pp.77-78. (250).- Ackerman.H. "Sexualidad y crîmen". Ed. Reus. Madrid. 1 .9 6 9. 156-157.PTv (2 5 1).- Kretschmer.E. "Constitucién y caràcter". Ed. Labor. Ma drid. 1.9 6 7. p. 172 (2 5 2).- Kretschmer.E. ob. cit. p. 329. (2 53).- Kretschmer.E. ob. cit. p. 331. (2 5 4).- Solano.V. citado por Pellegrini.R. "Sexuologîa". Ed. Morata. Madrid. 1.9 6 8. - 227 - (255)*" Ellis.H. "L'eonisme ou l'inversion esthetico-sexuelle". Mercure de France. Paris. 1.933. pp. 270-271. (2 5 6).- Ellis.H. ob. cit. p. 2 7 1. (2 5 7).- Ellis.H. ob. cit. p. 2 6 9. (2 5 8).- Citado por Lauritsen.J.- Thôrstad.D. ob. cit. p. I3I. (2 5 9).- Citado por Lauritsen.J.- Thôrstad.D. ob. cit. p. 134. (2 6 0).- Hitler.A. "Mi lucha". Ed. Epidauro. Barcelona, s/f. pp. 36-3 7. (2 6 1).- Himmler.H• Citado por Ternon.Y.- Helman.S. "Historia de la Medicina nazi". Ed. Fomento de Cultura. Valencia. 1 .9 7 1. p.6 9. Sobre la medicina nazi pueden consultarse Mitscherlich.A.- Mielke.F. "Doctors of infamy".Heidel­ berg. Nueva York. 1.9^9 y Rainer.H. "Los medicos asesinos" Ed. De Gass6 Hnos. Barcelona.1.977. (2 6 2).- En este sentido véase "Sexualidad y crimen", ob. cit. p. 158. (2 6 3).- Hesnard.A. "Psicologia homosexual". Ed.Aguilar. Madrid. 1 .9 3 0. (264).- Hesnard.A. ob. cit. p. 122. (2 6 5).“ Hesnard.A. ob. cit. p. 44. (2 66).- Hesnard.A. ob. cit. p. 43. (2 6 7).- Hesnard.A. ob. cit. p. 43. (2 6 8).- Hesnard.A. ob. cit. p. 70. - 228 - ' I (269).- Hesnard.A. ob. cit. p. 223. I (2 70).- Lange.J. y Bostroem.A. "Psiquiatria". Ed. Miguel Servet : Barcelona. 1.942. p. 3 9 3. j j (271),- Lange.J. y Bostroem.A. ob. cit. p. 396. ■ (272)-.- Maranon.G. "Tres ensayos sobre la vida sexual". Ed, Bi­ blioteca. Nueva. Madrid. 1.93^ » p. 155* j (273).- Maranon.G. ob. cit. p. 146. (274),- Maranon.G. "Los estados intersexuales en la especie hu ■ i mana". Ed. Morata. Madrid. 1.929» P* 2. ^ (27 5).- Marafion.G. "Los estados intersexuales.....". ob. cit. ' p. 41. I (276).- Maranon.G. "Log estados intersexuales.....". ob. cit, | p. 4 7 . j (2 77).- Maranon.G. "Los estados intersexuales.....". ob. cit. j p. 52. i (278),- Maranon.G. "Los estados intersexuales.....". ob. cit. | p. 53. (279),- Marafion.G. "Los estados intersexuales.....". ob. cit. p. 127. (2 80).- MaraRon.G. "Los estados intersexuales.....". ob. cit. p. 127. (281).- Maranon.G, "Los estados intersexuales.....". ob. cit. 152. (282).- Marafion.G. "Los estados intersexuales.....". ob. cit. - 229 - p. 156. (283).- Maranon.G."Los estados intersexuales ". ob. cit. p. 2 3 6. (284).- Maranon.G. "Vocacion y ética y otros ensayos".Ed. Espa sa Calpe. Madrid.1.9^7• p.121, (28 5).- Szasz.T. ob. cit. p. 249. (28 6).- Véase "Circulares relacionadascon la Ley de Peligrosi- dad Social". Publicaciones Abella.Madrid. 1.972. ■2So - CAPITULO TERCERO PARTE EXPERIMENTAL. MATERIAL Y METODOS - 231 “ La investigacion se realizo durante los anos 1 .975 a 1 .977 en 205 varones cuya conducta homosexual era habi­ tual, gran parte de los cuales estaban en prision en el momento del trabajo, como se senala en el cuadro ns 1: CÜADRO N9 CASOS ESTUDIADOS EN PRISION Y FUERA PE ELLA N2 de casos % En prisién 176 8 5 ,8 5 Fuera de ella 29 14,14 Nt=?205 Z 100 De las personas estudiadas, algunas de ellas ya habian tenido experiencias homosexuales con anterioridad a su es tancia en la càrcel, pero también habia otras en las que este comportamiento fué reactivo, sobre todo, a la propia permanen- cia en la prisiôn. En el cuadro n@ 2 se muestra la proporcion en tre unas y otras: - 232 - CUADRO N9 2. EXPERIENCIA HOMOSEXUAL PRECARCELARIA N2 de casos & Con experiencia homosexual precarcela- ria. 78 44,32 Sin experiencia homosexual precarcela- ria. 98 55,68 Nt=176 -100 Cuando se iniciô el trabajo, en 1.975» todavia en Espana las prisiones constituian reductos aislados donde la reali- zacién de este tipo de estudios era completamente inhabitual, por lo que, en algunas ocasiones, no se obtuvo toda la cooperaciôn ne cesaria por parte de las autoridades penitenciarias. AsI, a veces, estas encontraron la encuestainconveniente, ademâs de ser molesta porque rompla el rîgido horario existante en la cârcel. De todas formas, se dieron casos paradéjlcos como el de un transexual que, dada su morfologla y aspecto completamen­ te femeninos, fué llevado a las celdas de aislamiento de la Prisiôr de Carabanchel- para que no perturbara con su presencia los ya exal tados ânimos del resto de la poblaciôn reclusa masculine.y para - 233 - que el estudio fuera posible, tuvo que hacerse a las doce de la noche, hora en que los presos estaban acostados y no podian ver - al transexual en su traslado hasta la Enfermeria, donde se proce- dfa a la exploracion. Desde el primer momento se busco la cooperaciôn voluntaria de los sujetos estudiados para conseguir unos resulta- dos vâlidos. Uno de los principales objetivos fué el que aquellos no vieran en el entrevistador a una de las autoridades de la pri­ ai ôn o a un représentante de alguna instituciôn paraestatal y en la mayoria de los casos esto no fué dificil de lograr, a pesar de que la propia prisiôn no favorezca precisaraente la confianza en­ tre las personas. No obstante, solo en tres o cuatro casos se tar­ dé en encontrar un clima de relajamiento adecuado. Asi, uno rehu- s6 responder a las preguntas y dos o tres dieron respuestas muy cortas, poco mâs de un si o un no. Por otra parte, y en sentido - inverso, para muchos estas entrevis tas fueron un medio de poder - hablar libremente y romper la rutina de la vida en la prisiôn. En el cuadro n? 3 se indican las prisiones donde se realizé el trabajo y el numéro de casos estudiados en cada una de ellaa: - 234 - CUADRO N9 3. N9 DE CASOS ESTUDIADOS EN CADA UNA DE LAS PRISIONES N9 de casos % Centro de Detenciôn de Hombres de Madrid (Carabanchel). 72 40,90 Centro de Detenciôn de Hombres de Barcelona (Prisiôn Modelo). 38 21,59 Prisiôn Provincial de Huelva. 15 8 ,52 Prisiôn Provincial de Badajoz. 25 14,20 Prisiôn Provincial de Guadalajara 10 5,68 Prisiôn Provincial de Las Palmas 16 9 ,0 9 Nt=176 -100 La mayor parte de los casos pertenecian a la pri, sién de Carabanchel, lo que es fâcil de comprender teniendo en - cuenta,por un lado,que se trata de la mayor de Espana, estando ha bitada durante el période de tiempo del estudio por una media pro xima a los I.50O internes, aproximandose a los 2 .0 0 0 en alguna ocasion. Por eso, sobre todo, era donde habia mayor numéro de homo sexuales sometidos a la Ley de Peligrosidad Social, ademâs de que - 235 - yo trabajaba en ese Centro como Médico Oficial y lo conocia mucho mejor que los otros. En la Cancel Modelo de Barcelona habia también - habitualmente 30 a 40 homosexuales, travestis y transexuales, El hecho de elegir Badajoz y Huelva fué debido a que, aplicando la Medida de Seguridad, eran los lugares donde se conducian a los homosexuales. En Badajoz, en el momento del estudio (1.976) habia 24 y en Huelva 16 sujetos de estas caracteristicas, aunque en otros tiempos habia habido un numéro mas elevado. La prision de Las Palmas se estudié por estar situada en una zona turistica con gran presencia de jovenes homosexuales y , finalmente, Guadalajara se eligio como ejemplo de prision pequena de provincias, cuya po­ blaciôn total oscilaba entre los 50 y 100 reclusos. Las edades de la muestra estudiada se representan en el cuadro numéro 4. CUADRO N9 4 . EDADES. Anos N9 de casos % 16 2 0,97 17 5 2,43 18 4 1,95 - 236 - Anos N9 de cases % 19 7 3,41 20 19 9,26 21 15 7,31 22 12 5,85 23 11 5,36 24 ' 15 7,31 25 12 5,85 26 15 7,31 27 10 4,87 28 12 5,85 29 9 4,39 30 3 1,46 31 10 4,87 32 6 2 ,92 33 4 1,95 34 5 2,43 35 2 0,97 ! 36 - — ! 37 2 0,97 1 38 3 1,46 i 39 5 2,43 40 3 1,46 1 41 - — 42 3 1,46 43 2 0,97 44 1 0,48 45 - — - 237 - Anos N9 de casos % 46 1 0,48 47 - — 48 1 0,48 49 2 0,97 50 - — 51 - — 52 2 0,97 53 2 0,97 Nt=205 100 MEDIA DE EDAD = 2 7 ,2 1 anos Una gran parte de los casos se encontraban entre los 20 y los 30 anos, el 64,82^ y los limites de edad estaban en los 16 anos per un lado y los 53 por el otro. Consecuentemente, la media de edad de 2 7 ,2 1 anos,era de caracter juvenil. Para clasificar la muestra se utilize la escala Kinsey, con la que se comprobô la falta de homogeneidad del gru- po estudiado y se apreciô con claridad la distincion entre tener conducta homosexual y tendencias sexuales en esta direcciôn. To­ dos los sujetos estudiados tenian un comportamiento homosexual re conocido, pero,sin embargo, sus préferencias no eran excluslvamen te, en muchos casos^dq caràcter homôfilo. - 238 - La escala Kinsey clasifica la conducta sexual - de la siguiente manera y continua siendo perfectamente vàlida pa ra un mejor entendimiento de la cuesti6n. CUSIFICACION ESCALA KINSEY G M Û Û CONDUCTA SEXUAL 0 ---------------- Exclusivamente heterosexual, sin rasgos homosexuales. 1 ----------------- Predominio heterosexual. Solo accidental- mente homosexual. 2 ----------------- Predominio heterosexual, pero homosexual en mayor grado que el accidentai. 3 ----------------- Heterosexual y homosexual, por igual. 4 ----------------- Predominio homosexual, pero heterosexual en mayor grado que el accidentai. 5 ----------------- Predominio homosexual, solo accidentalmen te heterosexual. 6 ----------------- Exclusivamente homosexual. Atendiendo a esta clasificacipn, la muestra es- tudiada quedaba situada de la forma siguiente: NS ie 40 - 35 30 - 25 - casos en ^ 2 0 -' 15 - 10 .. 5 .. - 239 - FIGURA N5 1. 34,642 n=71 27,322 n=»56 23,89^ n=4Ç 2,192 n=2 5 6 5 4 3 Grado en la escala Kinsey. 5Ü3 Los casos mas numerosos eran los pertenecientes al grado 6 , homosexuales exclusives, entre los cuales estaban tarn bien integrados los transexuales, representando el 34,642 del to­ tal. En el grado 5 estaba situadc el 2 7 ,3 2 2. Estos sujetos adm^ ten el trato heterosexual de modo muy esporadico y accidental y - siempre su eleccidn es menos atractiva para ellos que las rela- - clones homosexuales. Al grado 4 pertenecia el 23,892, integrando se en esta situacion aquellos que, siendo predominantemente homose xuales,mantenian con alguna frecuencia las relaciones heterosexua les. En el grade 3, que corresponde a un estado de ambivalencia - — 240 — en el que los dos tipos de relaciones se admiten de forma pareci da, se situaba el 12 ,192 y, por ultimo, en el grado 2 , sujetos preferentemente heterosexuales, pero que mantenian una conducta homosexual, se encontraba el I,952- Estos eran cuatro jovenes que se dedicaban a la prostitucidn como medio de lucro, aunque confe saban, a pesar de su aspecto afeminado, que les atraian mas las mu jeres. Es to confirma los hallazgos de muchos investigadores y tarn bien de la razon al simple sentido comun. En numerosas ocasiones, y como se vera posteriormente, las apariencias enganan. Algunos sujetos de apariencia débil o femenina son decididamente heterose xuales, mientras que otros de aspecto rudoy varonil son homosexua les inveterados. El metodo empleado fue la entrevista, precedIda de la exploracidn fisica y seguida de unas determinaciones anali- ticas. Para ello se confecciond un modelo que permitiera mantener ummejor ordenacion. En primer lugar, y una vez conseguida una buena relaciôn con el sujeto explorado, se procedia al estudio de su mor fologia somàtica, se anotaba el tipo constitucional, se le pesaba y tallaba, observando el desarrollo de los caractères sexuales - primaries y secundarios. En algunos casos se realizaron fotografias, ! ! cuando el sujeto era un transexual o presentaba algunas caracte- j i risticas de interés. Posteriormente se hacia la entrevista, para conocer la historia sexual dentro del con junto referencial de los ambientes familiar y social de origen. En concrete, se hacian preguntas sobre las rela- - 241 - clones con los padres y hermanos, las primeras infuencias en el hogar, la educacion recibida, su nivel de estudios, el tipo de es cuela y todo aquello referente a los primeros conocimientos y ex periencias sexuales. También se interrogaba sobre el trabajo que realizaban, asi como el de los padres, el grado social en que se desenvolvian, sus creencias religiosas, la clase y frecuencia de las actividades sexuales y sus adaptaciones emocionales ante ellas, la integracion en la comunidad y la actitud ante su homo- sexualidad. Otros datos analizados fueron la edad de los padres a su nacimiento y el ambiente de origen. La mayoria de las preguntas versaban sobre las experiencias pasadas y el comportamiento presente, pero también se hizo hincapié en que expresaran sus actitudes y opiniones so­ bre otras cuestiones, ya que estas respuestas eran a veces muy importantes para conocer mejor el comportamiento actual. Al final de la entrevista, en la que se valora- ban mucho las propias opiniones del sujeto sobre su forma de ser y sobre las cire uns tanc i as que le hacian ser asi, se le entrega- ban una serie de preguntas a modo de encuesta que, después eran devueltas ya contestadas. La duraciôn de cada entrevista era varia ble, pero,en conjunto, venia a ser de unas dos horas. En varias ocasiones las conversaciones se repitieron mas de una vez. Para concluir el protocole del trabajo se reali_ zaron algunos estudios analiticos, pero no en todos los casos, pues, en algunos de ellos, no se considéré necesario realizarlos y en otros no se prestaron voluntariamente para hacerlos^Se invustigo - 242 - la formula cromosomica en ]4 casos y se determinaron los 17-hidr6 xl-corticosteroides y los 17-cetosteroides urinarios en 121 su je tos. También se practice un espermiograma en 87 casos y se es­ tudio la cifra de testosterone plasmâtica en 100 de ellos. Los anâlisis se realizaron en el Laboratorio de Biopatologia Clinica del Hospital Central Penitenciario, bajo la direcciôn del Dr. C. Garcia Pastor, a excepciôn de las détermina clones de testosterone que tuvieron lugar por la Dra. L.F.Ferez Méndez, en la Cétedra de Endocrinologie Experimental del Prof.A. Oriol Bosch, en la Facultad de Medicine de la Universidad Complu tense de Madrid. Las técnicas empleadas fueron las siguientes: (a).- Para los anâlisis cromosômicos se utilizô el método descrito por Moorhead y col. (I.960) (1), ligeramente modificado, a partir de cultlvos de leucocitos de sangre perifj rica y utilizando reactivos Difco. (b).- La determinaciôn de los 17-hidroxi-corti- costeroides y de los 17-cetosteroides se realizô en orina refri- gerada de 24 horas, empleândose las técnicas suministradas por los Laboratorios Clinton en sus Ketokit y Corticosteroid Kit. (c).- En el caso de los espermiogramas,la mues­ tra seminal fué obtenida por masturbéeion,despues de un minimo de 5 dies de abstinencla.E 1 recuento de espermatozoides,su motilidad y morfologia fueron realizados por los métodos habituales (2).La motilidad fué comprobada aproximadamente unos 30 minutos después de la eyaculacién. En 9 casos se realize un segundo espermiograma. - 243 - al encontrarse cifras bajas en el recuento. y (d).- La determinaciôn de testosterone plasmâti ce se hizo por medio del Radioinmunoensayo (RIA) . La extracciôn - de sangre se realizô entre las 9-10 de la rr.ahana, empleândose he parina como anticoagulante. Las muestras fueron conservadas en - refrigeraciôn hasta la realizaciôn de las determinaciones. ' ^ 4 4 - RESULTADOS. — 24 5 - En los siguientes cuadros y en las figuras 2 y 3 se representan datos sobre los antecedentes personales, en lo referente a enfermedades, traumatismes u otra patologia de la muestra estudiada y se senalan el peso, la talla , el tipo cons titucional y el caracter de los diferentes sujetos. CUADRO Ng S. ANTECEDENTES PERSONALES. N2 de casos 2 Fracturas traumaticas 13 19,11 Hepatitis 6 8,82 Gonococia 6 8,82 Tuberculosis 5 7,35 Ulcus gastroduodenal 4 5,88 Hernia inguinal 4 5,88 Epilepsia 4 5 ,8 8 Traumatismes craneales 3 4,41 Sifilis 3 4,41 Hemorroides 3 4,41 Poliomielitis 2 2,94 Meningitis 2 2,94 — 246 — de casos 2 Bronquitis asmâtica 2 2,94 Fistula anal 2 2,94 Cardiopatia 1 1,47 Hipertension arterial 1 1,47 Pielonefritis 1 1,47 Estrabismo 1 1,47 Diabetes mellitus 1 1,47 Fiebre tifoidea 1 1,47 Difteria 1 1,47 Luxaciôn rod ilia 1 1,47 En el grupo estudiado no se observé una patolo­ gia caracterlstica. En una gran proporciôn no padeclan ninguna - enfermedad y solo habian tenido las de la infancia, como el saram pi6n o la parotiditis epidemics. Operaciones frecuentes como la - amigdalectomia o la apendicectomla tuvieron lugar en doce casos y no se senalan en el cuadro. Datos destacables son la presencia, relativamente alta de enfermedades venéreas, explicable por la ma yor frecuencia de relaciones sexuales y la falta de una adecuada higiene sanitaria. También es notable el numéro de lesiones trau - 247 - maticas, lo que parece indicar un mayor grado de inestabilidad que en el resto de la poblacion, no siendo deed enable considerar la edad juvenil , la aficion a déportés y a la conduccion de motos y automoviles, como causas favorecedoras de ellas. Destacables también son la presencia de cuatro casos de epilepsia y cinco de tuberculosis. Otras enfermedades psicosomaticas aparecen en ocho de ellos. Hemorroides tenlan tres y dos mas fistula anal, en lo - que pudo influir el uso reiterado de la via anal como medio de rê lacion sexual. El resto de las enfermedades esta en proporciôn si milar al resto de la poblacion. En la figura siguiente se représenta el peso del grupo estudiado. - 248 - FIGURA rig 2 PESO Ne casos 20 19- 1 8 . 17- 1 6., 11 10 Pm = 67 ,7 6 Kgs 60 Peso en Kgs. - 249 - La determinaciôn del peso se realize por la mafia na en ayunas y s in ropa. La media fué de 67 ,7 6 Kgs. y una gran parte de los casos estaban situados entre los 60 y los 75 Kgs. En tres casos el peso era de 52, 53» 55» 57 y 80 Kgs. Cuatro mas pe- saban 59. 6 6 , 78 o 79 Kgs. Habia cinco cuyo peso fué 74 Kgs. y - seis casos de 6l y 72 Kgs., aumentando a siete los de $8 y 62 Kgs. Diez de ellos estaban en 6 9, ?1 y 75 Kgs. En once casos el peso fué 65 y 67 Kgs. Se mantenian en 63 Kgs. catorce sujetos y, por - ultimo,habia diecinueve de ellos que se encontraban en los 70 Kgs el mayor numéro de todos para un mismo peso. N9 de cagos. - 250 - FIGURA N9 3 TALLA. 35- 3 0. 20 10 Tm = 172 cms. 155 160 185180170 175150 Talla en cms. En la figura ns 3 se muestra la talla de los suje­ tos estudiados. En los extremos , habia un caso de 153 cms., e igua cantidad median 1$6, 179» 181, 182 y 185 cms. De lél cms. de talla existian dos casos, igual que los de I83 cms. Alcanzaban 15 8, 176 y 180 cms., cuatro sujetos en cada una de las mediciones y cinco te- - 251 - nian las tallas de 160, 162, l64 y 173 cms. Habia seis casos de - 163 y otros tantos de I66 cms. Tres sujetos llegaban a 18̂ 4 cms. y ocho de ellos a I65 cms. Las medidas eran 17^, 175 y 1?8 cms. en siete casos, respectivamente. En diez ocasiones la talla fué I67 cms. Hubo catorce sujetos que median 172 cms. y diecisiete de el­ los midieron I68 cms. De I69 cms. habia veinte casos y, por ultime treinta y uno de ellos tenian una talla de 170 cms. La cifra media encontrada superô esta medida, lie gando a 172 cms En el cuadro numéro 6 es tan represented os los tj, pos constitucionales de la muestra estudiada. Para ello se empleo la tipologia kretchsmeriana, pero intercalando dos tipos interme- dios entre los tres clësicos, el asténico-atlético y el atletico- picnico. CUADRO N9 6. TIPOLOGIA. Biotipo N9 de casos % Asténico 48 23 ,41 Asténico-atlético 54 2 6 ,3 4 Atlético 35 17,07 Atlético-picnico 42 20,48 Picnico 26 12,68 Kt=205 - 100 - 252 - Se observa una mayor proporcion de la configura- cl6n asténica y de los intermedios asténico-atlético, que eran los mas numerosos. Esto es explicable por la edad y el deseo de mante ner una apariencia externa agradable y puede extend erse a una gran parte de la poblacion juvenil actual, sin distincion por su cla­ se de orientaciôn sexual. Tampoco eran desdenables las cifras de sujetos de constituciôn atlética y las de picnicos, que indicaban sobre todo unos determinados hâbitos alimenticios y de forma de vi da, con escaso ejercicio fisico. FIGURA N9 4 . CARACTER. Extrovertido Introvertido Intermedia 66 casos 54 casos 85ca SOS Estable Inestable No sabe 54 casos 110 ca 41 casos - 253 - En la figura numéro 4 se ha representado esque- maticamente el caracter del grupo estudiado. Obviamente, se trata de una apreciacion obtenida tanto de la propia opinion que tenlan de si mismos los sujetos, como del conocimiento que de ellos se obtuvo después de la entrevista. En conjunto, lo mas destacable - era la alta proporcion de casos que se autocalificaban como ines- tables,mas de la mitad del total. El aspecto de cada persona, dentro de la escala masculino-femenino esta senalado en el cuadro numéro 7. Este es - un câlculo puremente subjetivo que se hacia segun la impresion ob tenida durante el estudio, pero, teniendo en cuenta que los 205 casos fueron clasificados por la misma persona, puede esperarse - que los resultados tengan cierta consistencia. CUADRO Ng 7 . ASPECTO. N9 de casos % Masculino 122 59,51 Masculino-afeminado 52 2 5 ,3 6 Intersexual 21 10,24 Femenino 10 4,87 Nt=205 100 - 254 - Como puede versa, mas de la mitad tenian aspec­ to masculino y también habia muchos que podian incluirsa an al - apartado de afeminados. Estos eran sujetos cuyas caracteristicas fisicas eran varoniles, pero que adoptacan unos modales y movi- mientos que suelen ser admitidos como caracteristicos del sexo - femenino, o por lo menos, de algunos de sus componentes. Es lo que se conoce en el argot homosexual como "tener pluma". Los de aspecto intersexual eran minoria y cas i todos debian su aparien­ cia a que habian estado sometidos a medicacior.es hormonales con- teniendo estrogsnos. Por ultimo, diez de ellos tenian unas carac- teristicas fisicas proximas a las feneninas, como resultado de una adecuada preparacion hormonal mantenida durante varies anos , desde la adolescencia en algunos de ellos, los mas jovenes, aun­ que ninguno habia sido sometido todavia a una intervencion quirur gica de cambio de sexo anatdmico. Ejemplos de las cuatro categorias se muestran - en las fotografias siguientes. Las numéros 1 y 2 son de un joven que se dedicaba a la prostitucidn . FOTOGRAFIA M9 1. - 2 55 - FOTOGRAFIA R! La fotografia numéro 3 corresponde a un af emina­ do que trabajaba como travesti en la Costa Azul. Su aspecto era completamente varonil, pero sus gestos eran una copia, en algunos momentos reairnente grotesca, de deterrninadas actitudes femenina? FOTOGRAFIA 3 . — 256 — SI caso de las fotografias numéro 4 y 5 estaba - clasificado por su aspecto como intersexual. Era un joven de cons titucion robusta que se habia inyectado estrogenos durante algun tiempo, con lo que habia conseguido un cierto desarrollo mamario, asi como un aumento de la grasa corporal y la caida del vello de caracteristicas masculines, adquiriendo la zona pubiana una forma triangular mas parecida a la de la mujer. FOTOGRAFIA N9 4. FOTGGRAEIA n ° t:- - 2 57 - Las cuatro fotografias siguientes son de un jo­ ven de 20 anos que parecia ntucho mas una mujer que un nombre. Sus ôrganos génitales externes eran masculines, aunque algo reducidcs de tamano por el continuado uso de preparados de acc ion feminizan te. Desde hacia varies anos venia recibiendo estrogenos, que, un_l dos a su co n stitucion gracil, le daban un aspecto muy femenino,no carente de atractivo. Trabajaba como bailarina en salas de fiesta y pensaba someterse a una operaciôn para mod ificar sus génitales. El motive de su estancia en pris i on era la falsificaciôn delpasa- porte, al haber cambiado su verdadero nombre de varon por uno de mujer, siendo este uno de los inconvententes légales no resueltos en las operaciones de cambio de sexo. FOTOGRAFIA N? 6 FOTOGRAFIA 7. - 2 58 — FOTOGRAFIA N? 8. FOTOGRAFIA N9 g Estos cuatro casos pueden considerarse como tlpj^ C03 de cada uno de los cuatro grupos senalados en el cuadro numéro 7. Otros no lo fueron tanto y su clasificacion no fué tan sencilla aunque la mayoria destacaban por alguna caracterlstica que les aproximaba mas a un apartado que a otro. En el cuadro numéro 8 se senalan las preferencias en cuanto a la ropa, que también proporciona datos para conocer mejor la psicologia sexual del grupo estudiado. - 259 - CUADRO N9 8. ROPA PREFERIDA. N9 de casos % Travestisme 21 10,24 Ropa intersexual (unisex.) 89 43,41 Ropa masculina maso menos conven­ cional 95 46,3^+ Nt= 20 5 ^ 100 El 10,24^ preferia vestir casi exclusivamente con ropa femenina. El adoptaba una actitud intermedia y elegia prend as de caracter ambii,uo, siguiendo la moda unisex, sobre todo pantalones cenidos, tacones y camisas no tradicionalmente varoni­ les. El resto usaba ropa masculina mas o menos convencional. Los signos de transexual!smo del grupo estudiado se representan en el cuadro numéro nueve. Para valorarlos,se tu— vieron en cuenta lasmedicaciones hormonales, el uso de protesis ma marias, el maquillaje, la depilaciôn y el vestuario preferido. — 2 60 — CUADRO N9 9 . RTCNOS PE TRANSEXUALISMO. N2 de casos % Maquillaje y/o depilaciôn de ca- racteristicas femeninas conven- cionales. (Habitualmente o en oca siones) 58 53.21 Toma 0 inyeccion de hormonas fe- minizantes 29 26,60 Ropa femenina 21 19,26 Protesis mamarias 1 0,91 Nt=109 - 100 Como se puede ver, 29 personas habian recibido hormonas feminizantes, casi siempre estradiol o algun derivado su yo, solo o acompanado de progestagenos, lo que habia dado lugar a una transformacion corporal de intensidad variable. Solamente un caso habia recurrido a las protesis mamarias para conseguir el de sarrollo de las suyas, logrando un buen resultado,como se ve en las siguientes fotografias. - 26 1 - FCITOGRAFIÀ N2 10 F 0 T0GRAFIA_N3__11 F 0 TOG RAFIA_N£_12 6 - 262 - Se maquillaban o depilaban, tratando de conseguir Un mayor aspec­ to femenino 58 sujetos y, por ultimo, usaban ropa convencional femenina 21 casos, como ya se dijo. For otro lado, muchos de los estudiados estaban a la vez situados en varios grupos del anterior cuadro, al maquillarse, por ejemplo y vestirse también como muje­ res o tomar hormonas estrogénicas. Datos referentes a la procedencia geogréfica se indican en las siguientes graficas. En el cuadro numéro 10 se di­ vide la poblacion estudiada segûn su ambiente social de origen sea urbano o rural. CUADRO N9 10. AMBIENTE SOCIAL DE ORIGEN . N9 de casos % Urbano 131 63,90 Rural 74 36,09 Nt=205 ̂100 Mis de la mitad procedian de ciudades y el resto habian nacido en el campo. A su vez, la mayor parte de les perte­ necientes a la primera categoria eran de Madrid, siendo de Barce­ lona también un numéro no despreciable de ellos. - 263 - Es interesante observar el movimiento hacia las grandes ciudades, como lugares preferidos a la hora de elegir re sidencia. En el cuadro numéro 11 se comprueba que el 39»51^ vivia en Madrid y el 2̂̂ ■% en Barcelona, Otra gran proporcion se dis- tribuia en poblaciones de alto numéro de habitantes como Valencia, Bilbao o Sevilla. Solo el 6^82% continuaban habitando en zonas de carâcter rural o pequenas ciudades, lo que pone de manifiesto que el tipo dominante de homosexualidad en la sociedad espanola es un fenômeno claramente urbano y existe una gran tendencia por parte de los nacidos en areas rurales a trasladarse a las zonas indus­ triales urbanas, por tratarse de los lugares donde exister comuni dades homosexuales mas organizadas, ademâs de ser mas fâcil el pasar desapercibido y poder realizar determinadas actividades, co mo la prostituci6n o el trabajo en algunas profesiones donde este tipo de personas no son tan rechazadas. Por otro lado, el hecho de la emigracién a las - ciudades ha sido una constante en el desarrollo espanol en los ûl timo anos y, en este aspecto,como en otros muchos, los homosexua­ les no hacen mas que seguir las tendencies establecidas en el res to de la poblaci6n. — 2 6̂J- — CUADRO N2 11. LUGAR DE RESIDENCIA. N9 de casos % Madrid 81 39,51 Barcelona 62 30,24 Urbe/Ciudad 48 23,41 Fequena ciudad/Pueblo 10 4,87 Aldea/Zona rural 4 1,95 Nt= 205 - 100 El grado de escolaridad se représenta en el cua­ dro numéro 12. — 265 - CUADRO N9 12 ESTUDIOS. N9 de casos % Analfabeto 0 semianalfabeto 17 8 ,2 9 Primarios 118 57,56 Bachillerato Elemental incomplète 15 7,31 Bachillerato Elemental complete 17 Bachillerato Superior incomplet® 8 3 ,9 0 Bachillerato Superior complete 9 4,39 Otros estudios: Contabilidad, Magisterio, Gomercio, Hosteleria, Turismo, Delineante, Pedagogia, Administrative, Electricista . 1̂+ 6,82 Carrera Universitaria incomplets 4 1,95 Carrera Universitaria compléta (Periodismo, Filosofia) 3 1,46 Nt=205 - 100 - 266 - Una gran parte de los casos estudiados estaoan incluidos en el apartado de estudios primarios, entend!endo por tales alguna educacion escolar de nivel inferior al ingreso en el bachillerato. Habia 1? que eran analfabetos o se aproximaban mu- cho a esta categoria. Bachiller complete o incomplete lo tenian 49 sujetos. Otros estudios de diferente tipo habian recibido l4 de elles , realizando parcialmente una graduacion universitaria 4 casos y, por ultimo, en 3 ocasiones,esta habla sido obtenida . El nivel de estudios era, en general,muy bajo, consecuencia en gran parte del medio social del que procedian. En el cuadro numéro 13 se muestranlas clases so­ ciales a que pertenecian. CUADRO N9 13. CLASE SOCIAL. N9 de casos % I. (Alta) 3 1,46 II. (Media alta) 19 9,26 III.(Media media) 55 26,82 IV. (Media baja) 78 38,04 V. (Baja) 50 24,39 Nt= 205 100 - 267 - Las preguntas sobre el trabajo estaban directa- mente relacionadas con el nivel de escolaridad, como se puede com probar en el cuadro numéro 14. CUADRO N9 14. TRABAJO. PROFESION . N9 de casos % Hosteleria. Barman, camarero, ayudante de camareros, recepcionista, mayordomo, chico de la limpieza, cocinero, ayudante de cocinero 69 33,65 Te'cnico. Electricista, fontanero, herrero, cerra- jero, mecanico, carpintero, soldador, en cofrador, instalador, ebanista, impresor, encuademador, tapicero, tintero, pana- dero, harinero 32 15,60 Bailarin, artista de club o de circo, agente artistico 20 Peluqueria, cosmetics 18 Obrero, jornalero, peon, albanil, pin- tor de brocha gorda 10 4,87 Pastor, agricultor, mozo de caceria 10 4,87 Comerciante, dependiente de comercio 10 4,87 — 2 68 — N9 de casos % Administrâtivo 8 3,90 Decorador 6 2,92 Estudiante 5 2,43 Sastre 3 1,46 Maestro 2 0,97 Periodista 1 0,48 Filologo 1 0,48 Dibujante 1 0,48 Delineante 1 0,48 No tienen 8 3,90 Nt=20 5 - 100 El porcer.taje mis elevado correspondia a oficios pr6ximos a la hosteleria, segûn decian y constaba en sus expedien tes penitenciarios. Cuando se les preguntaba por los motivos de ha berse inclinado por estas profesiones, las respuestas no eran muy aclaradoras, pero podia sacarse la conclusion de que, al no tener una forraacion escolar alta y no desear trabajar como obreros, era una eleccion bastante adecuada, a lo que se unia la mayor facili, dad para establecer contacta con mas personas, dado el carâcter publico de estas profesiones. Ademâs, en muchos casos no se tra- taba de un oficio, sino mas bien de una manera de irse ganando la vida, porque lo abandonaban en las temporadas que disponian de algo de dinero. En 32 ocasiones, el trabajo tenia un carâcter - técnico o industrial medio, que les permitia mantener una cierta independencia econômica. Oficios relacionados con las variedades, como bailarin, travesti, artista de circo, eran desempenadcs por 17 casos. A la peluqueria se dedicaban 21 de elles. En el comer­ cio trabajaban 12, habia 10 obreros y otros tantos tenian oficios agricoles. Gifras inferiores correspondian a otras profesiones y solo quedaron 8 que no se dedicaban a ningun trabajo. dro numéro 1 5* El comportamiento religioso se senala en el cua CUADRO N9 15. RELIGION. NQ de casos % Catôlico no practicante 107 52,19 Catâlico practicante 46 22,43 Cree en algo mal definido 34 16,<8 Ninguna 15 7 ,31 Mulsuman no practicante 2 0,97 Protestante 1 0,48 Nt=205 - 100 - 270 - Las creencias religiosas no eran muy diferentes de las del resto de la poblacion espanola. Mas de la mitad eran catolicos por estar bautizados pero no asistian a los oficios re ligiosos. Eran practicantes 46 de ellos. Tenian creencias mal definidas 34 casos y 15 eran agnosticos. Finalmente, habia 2 mu sulmanes no practicantes y 1 protestante. Respecte a la utilizaciôn de drogas o estimulan tes, la habituacion al alcohol era, con mucha diferencia sobre todas las demâs, la mas frecuente. La cantidad ingerida al dia de esta sustància se senala en el cuadro siguiente; CUADRO N9 16. INGESTA HABITUAL DE SUSTAflCIAS ALCOHOLICAS N9 de casos % No 69 33,65 1/4 de litro al dia 58 28,29 1/2 litro al dia 51 24,87 3/4 de litro al dia 18 8,78 1 litro al dia o mâs 9 4,39 Nt=205 100 - 271 - Habia 69 personas que no bebian nada o en forma muy poco importante. Admitian como razonable 1/^ de litro al dia 58 de ellas y 5I llegaban hasta el 1/2 litro. Cerca de 1 litro o superiores cantidades eran lo que bebian los restantes, que se aproximaban o estaban ya dentro de la categoria de alcoholicos. El tipo de bebida preferido eranlos combinados, antes que el vino, encontrândose también la cerveza en un lugar destacado dentro de las preferencias. La adicciôn a otras drogas no era relacionable, por su mucha mener importancia, con la alcoholica. Eatos sobre el las se presentan a continuacion. CUADRO N9 1 7. ADICCION A DROGAS ILEGALES. Ne de casos No 145 70,73 Hachis 0 marihuana 52 25,36 Hachis 0 marihuana y anfetaminas 2 0,97 LSD 2 0,97 Heroina 2 0,97 Morfina y derivados 1 0,48 Cocaina 1 0,48 Nt=205 100 - 272 - ! I I En la muestra estudiada solo habia 4 casos que , pudieran considerarse propiamente como drogadictos y su adicciôn | fuéra a las drogas "duras” como la morfina o la heroina. El ha- | chis era fumado ocasional o habitualmente en $2 casos, 2 mas re- I currian también a las anfetaminas y otros dos al LSD. ! i La casi absoluta totalidad del grupo estudiado j eran solteros, como se indica en la figura numéro 5* FIGURA N9 S. ESTADO CIVIL. 197 a Solteros (96,09^) Casados ( ],41^) Viudos ( 0,48^) - 273 - Cuando se preguntaba su opinion sobre el matri- monio, las respuestas eran bastante diferentes, pero 95 contesta ban que no pensaban casarse ni proximamente ni en el future. Una parte importante de ellos eran partidarios del establecimiento - de algûn tipo de norma legal que sancionara las relaciones esta- bles entre dos hombres y otros, los transexuales admitian la posi bilidad de casarse«siempre que ellos lo hicieran como mujeres. A pesar de sus tendencias homosexuales, el matrimonio con una per­ sona del otro sexo era aceptado por bastantes, pero una parte im portante de estos lo veian como un medio para normalizar su situa ciôn de cara a la sociedad o como una manera egoista de solucio- nar sus insatisfechas necesidades domésticas. También senalaban - la importancia de que la mujer comprend i era y tolerara su especial forma de ser. Estos datos se refiejan en el cuadro numéro 18. CUADRO Ng 18. OPINION SOBRE EL MATRIMONIO. ;.SE CASARIA?. N2 de casos No 95 47,97 Si, si pudiera con otro hombre o si lo hiciera como mujer k7 23,73 Si, con una mujer 36 18,18 Quizàs 0 no sabe 20 10, 10 Nt =198 100 - 274 - Los siete sujetos de la muestra que estaban ca­ sados fueron los siguientes: Caso ns 3* 25 anos. A los 11 su madré se sépara del padre, que es alcohôlico. Inicio las rela­ ciones homosexuales en un internado religioso - en el que permaneciô varios anos. Después con— tinua con este tipo de vida y a los 18 conoce a una chica con la que se casa y tiene un hijo. Ella le deja que viva en un apartamento y él permite que se dedique a la prostitucion en un club. Caso ns 42, 28 anos. A los 11 primeras experien cias sexuales con una mujer de 28 que le asusto y abusô sexualmente de él. Estuvo con ella ai­ red edor de un ano, sosteniendo también relaciones homosexuales hasta las I6 o 17 anos que conoce a una chica con la que vive dos anos aunque no mantiene relaciones sexuales. Después se va a - Alemania, donde se introduce en el ambiente ho­ mosexual, sin dejar totalmente de atraerle las mujeres. De vuelta a Espana se casa, porque que ria tener hijos. Vive con la mujer durante un - tiempo y tienen dos hijos. Actualmente la ha abandonado y continua su conducta homosexual. Caso n9 136. 34 anos. Infancia en Marruecos. Primeras experiencias con chicos de su edad.En la adolescencia tiene algunas amigas pero luego conoce a un chico con el que viviô varios anos. A los 1 8, por indicaciôn de sus padres, conoce a una chica con la que se casa, pero luego en - 275 - el Servicio Militar vuelve a frecuentar homose­ xuales y la deja. Durante una temporada estuvo viviendo a expensas de otros hombres, hasta aho ra qua no le importarla volver con su mujer, pues esta le acepta como es. Caso ns 9 9 , 37 anos. Ambiente familiar rigido. Madre hiperprotectora. Desde los 12 en interna- dos religiosos. Primeras experiencias con un maestro de 25 que le diô dinero por masturbarle. Estuvo con este unos meses hasta que el direc­ tor del colegio se enterô y les expulsé. Vuelve al pueblo, donde ya le empiezan a conocer como "mariquita” . Desde entonces mantiene relaciones homosexuales hasta los 23 anos, cuando traba amistad con una chica y por presiones familiares se casa con ella. Dice que la quiere mucho y que es la ûnica mujer con la cual puede tener excitaciôn sexual. Ahora va con hombres en oca­ siones, aunque menos que anteriormente. Caso n2 5 3, Uq anos. Padres separados. Desde - muy pequeno en reforraatorios. Primeras experien cias a los 11 con un religioso que duran cerca de dos anos. Luego continua el trato homosexual con chicos de su edad. A los 18 ingresa en la Legion y ve como sus cornpaneros se casan, por lo que a los 24 también lo hace él para cubrir las apariencias, pues ya sospechaban de su homo sexualidad y tuvo algunos problèmes por ello. Caso n® 151. 49 anos. Tiene relaciones homose­ xuales desde muy pequeno. Las mujeres no le - 276 - atraen en absolute, pero esta casado con una lesbiana por conveniencia mutua. Caso ns 5* 53 anos. Alcohôlico. No conoce a sus padres. El hizo el papel de ellos con sus her- manos. Las mujeres le atraen y por eso se cas6 con una, cubriendo asi las apariencias y tenien do de esa forma una mayor libertad para rela- cionarse con jovenes de 15-25 anos, que son sus preferidos. Como ya se senalô, una gran parte de los casos estudiados habian estado en prision. Les motivos se indican en el cuadro numéro 1 9, donde se ve que las causas mâs frecuentes fue­ ron, con diferencias sobre las demas, la Ley de Feligrosidad So­ cial y el robo o hurto. El resto fueron encarcelados por estafa, escandalo publico, homicidio, falsificacion, deserciôn y por paso ilegal de frontera. - 277 - CUADRO N9 19. MOTIVO DE LA ESTANCIA EN FRISTON EN EL MOMENTO DEL ESTUDTG. N2 de casos % Ley de Feligrosidad Social 71 40, 34 Robo, hurto 80 45 ,4 5 Escândalo publico 10 5,68 Estafa 7 3,97 Homicidio 2 1,13 Falsificacion 2 1,13 Desercion 2 1,13 Paso ilegal de frontera 2 1.13 Nt=17ô - 100 La reincidencia era muy alta, lo que es habituai en casi todos los sistemas penitenciarios y, contemplando solo los detenidos por la le y de Feligrosidad Social, como aparece en el cuadro numéro 20,sôlo 36 de ellos lo habian sido una vez, sien do mâs habituai la reincidencia en 2, 3* 4 o 5 ocasiones, llegan - 278 — do unos pocos a estar mas de doce veces en prision por esta causa, CUADRO N9 20. SUJETOS EN FRISICN FOR LA LEY DS FELIGROSIDAD SOCIAL Y NUfJERQ BE VECES QUE HAN ESTADO SOlViETTDQS A U MF.DIDA DE SEGURIDAD. N9 de casos % 1 vez 36 30,7 6 2 veces 21 17,94 3 veces 14 11,96 4 veces 12 10,25 5 veces 8 6,83 6 veces 3 2 , 5 6 7 veces 5 4 ,2 7 8 veces 6 5,12 9 veces 2 1,70 10 veces 5 4 ,2 7 11 veces - --- 12 veces - — — — 13 veces 2 1,70 14 veces 1 0,85 15 veces 1 0 , 8 5 16 veces 1 0 , 8 5 Nt=117 100 - 279 - Dentro de los funcionarios de prisiones, como en tros muchos estamentos sociales, habia quienes pensaban, por gene alizaciôn, que la homosexualidad va unida inevitablemente a otras endencias al delito y algunos afirmaban que si estos hombres no stuvieran en prision por su sexualidad,lo estarian por otras ra- ones. En contra de estos argumentes, que podrian ser vâlidos pa- a la muestra aqui estudiada, esta bien establecido que la mayo- ia de los homosexuales no entran nunca en conflicto con la ley, o cual no tiene nada que ver con que una parte importante de los ujetos de este trabajo hubieran cometido también algûn delito, obre todo hurtos o robos. En la mayor parte de las veces la le-y de Teligro idad Social se aplicô sobre un tipo determinado de homosexuales, los afeminados y las razones estân claras, porque gste grupo se - aract.eriza por su falta de cautela y porque muchos realizan fun- iones de prostitutes en las calles, donde son facilmente locali- zables por la policia, de forma que el arresto es inevitable, a o ser que ésta tenga otra misiôn mâs importante que realizar. En Igunas ocasiones, y si se hace caso del testimonio de los deten_i os, el simple hecho de ser afeminado era suficiente motivo para la detencion, aunque no estuvieran realizando la prostitucion. Ademâs, los lugares donde ésta tiene lugar no estân cambiando con tinuamente. Por ejemplo, en Madrid se realiza en las mârgenes del Paseo de la Castellana y en las Ramblas y zonas proximas en Barce lona. Al interrogar sobre las causas de tan alto numé­ ro de detenciones a los afeminados, las respuestas eran unânimes. 'Ya nos conocen. Basta con que estemos en determinados sitios para - 2 % - que nos arrester»” . Otros lugares donde se produjeron detenciones - fueron los sitios cercanos a los Servicios Fublicos, que son uti lizados por algunos homosexuales. En la plaza de Cataluna de Bar celona, por ejemplo, se les puede observar y casi siempre se tra ta de sujetos solitarios que tienen dificultad para establecer - relaciones de otra manera. También los hay que acuden a estos lu gares porque les atrae la sordidez o lo poco normal de la situa- ci6n. Una parte de las detenciones fueron la consecuen cia de las redadas policiales en algunos clubs de ambiante homo­ sexual o en otros locales, como cafeterias o discotecas donde acostumbran a acudir estas personas. A veces, después de las de­ tenciones, se procedia al cierre de los establecimientos. Muy pocos de los casos estudiados estaban en pri_ sion por haber cometido actos homosexuales en privado y cuando esto Qcurria habia sido casi siempre por la llamada previa de ai­ gu i en avisando a la policia. Estos casos eran muchas veces actos con menores o abusos deshonestos, cuya veracidad no era fâcil de comprobar. Habia una parte importante de sujetos que no es­ taban encarcelados por su homosexualidad, sino por delitos con­ tra la prop!edad, como robos o hurtos. Bastantes de ellos eran delincuentes habituales y para unos pocos la prision era casi co mo su propia casa. Dos de los casos estudiados estaban cumpllen- do condena por homicidio. - 28 1 - Caso ns 2 9 . 28 anos. ladres divorclados,de cla se acomodada. Se educô con la madre que fué muy posesiva con él. Desde los 10 anos mantieri' relaciones homosexuales con chicos jovenes que son sus preferidos. Cuando estaba con uno de ellos le quiso robar y en la disputa pai'a evi- tarlo, le mato. Despues, asustado, in renté des- f i gurarlo. Caso n2 68. 44 anos. hijo de pastores y huer ta nos pasa en el campo toda su adolescencia. Sus primeras experiencias sexuales son con animales y durante varios anos realiza actos de bestia- lismo con ellos. Posteriormente va con prostitu tas y también mantiene relaciones homosexuales. À los 39 se va a Faina de ivlallorca a trabajar de pinche de cocina y conoce a un hombre con el que vive una temporada a su costa, pero en una discusion por celos, le clava un cuchillo pro- duciéndole la muerte. CASO N2 6 8 . FOTOGRAFIA N9 13. - 282 - Estos dos casos tienen colncidencias pero parten de situaciones muy diferentes. En el primero se trata de un suje to sin educacion, pertenediente a la mâs baja clase social y de escasa inteligencia que, en el devenir de su vida y fundamental- mente por motivos economicos,practica la homosexualidad como me­ dio de supervivencia, mientras que en el segundo caso la conducta homosexual dériva de la conflictiva relaciôn familiar, disfrutan- do una posicion desahogada, con pocas preocupaciones materiales. Sin embargo, el motivo de la estancia en prisiôn es en las dos ocasiones el mismo; la muerte en una disputa, del companero con el que sostenlanrelaciones. En el cuadro numéro 21 se senalan las caracte- risticas de la situacion familiar del grupo estudiado. CUADRO N9 21. AMBIENTE FAMILIAR. N9 de casos % Muy bueno 8 3,90 Bueno 56 27,31 Regular 58 28,29 Malo 36 17 ,5 6 Muy malo 17 8 ,2 9 Inexistante 30 14,63 Nt=205 Z 100 — 283 “ Solamente una pequena parte considéré el ambien te de su infancia como muy bueno, Lo recordaban bien 56 sujetos y como simplemente regular 5 8* Todos los demas, lo conceptuaron - mal, muy mal o inexistante. El resultado era, pues, desfavorable en conjunto, porque una parte importante de la muestra no recor- daba con agrado los anos vividos con su familia. No tuvieron ninguna relacion con sus padres 21 - casos. De estos, 7 no llegaron a conocerlos y los demas, aunque lo hicieron, pensaban que no tuvieron ninguna influencia en su educaciôn. Estos datos se recogen en el cuadro numéro 22. CUADRO N9 22. AUSENCIA DE LOS DOS FAPRES. N2 de casos 2 No conocié 7 33,33 Conocié, pero sin rela- cién 14 66,66 Nt=21 ~ 100 — 284 — Las causas de la ausencia de los dos padres apa recen en el cuadro numéro 2 3. De los 21 casos, dos murieron pre- maturamente. En très ocasiones estaban separados y no se ocuparon de su hijo y el resto, le habian abandonado, dejândole en situa­ ciones diferentes. CUADRO N2 2 3 . CAUSAS. N9 de casos % Muerte 2 9 ,5 2 Separaciôn legal 3 14,28 Abandons, otras razones 16 76 ,1 9 Nt =21 r 100 Muchos de los casos que tuvieron un ambiente fa­ miliar muy malo o inexistente pasaron toda o parte de su infancia en Instituciones rigurosas, fueran o no religiosas. Estuvieron en reformatorios 15, 18 en internados consideredos como duros y 14 de ellos en la Inclusa, Casas Cuna o Àsilos. De la estancia en es tos lugares poco bueno pudieron obtener, siendo para la mayoria una preparacion para su ingreso posterior en las prisiones. For - 285 - otra parte muchos aspectos de su homosexualidad derivan de aquel las primitives experiencias escolares, en un ambiente en el que todo lo referente a la sexualidad era motivo de sancion. CUADRO N9 24. AMBIENTE FAMILIAR MUY MALO 0 INEXISTET^TS. N9 de casos % Estancia en reformatorios 15 31,91 •Estancia en intemados rigurosos 18 38,29 Estancia en la inclusa, casas cuna, asilos. 14 29,78 47 Z 100 En el siguiente cuadro se muestran los casos en los que el padre estuvo ausente del hogar. No llegaron a conocer lo 10 de ellos y 18 le "c'onocieron,pero no tuvieron relacion con él. Las causas de la ausencia fueron sobre todo la muerte o el - abandono. Respecto a la madre, no llegaron a conocerla o lo hide ron de forma no influyente 21 sujetos. Los motivos fueron el fal lecimiento en 7 ocasiones y el abandono o la separacion en las - demâs. — 286 — À continuacion se presentan estos datos CUADRO N9 2 5. PADRE AUSENTE. de N9 casos % No conociô 10 35,71 Conociô, pero no tuvo rela­ ciôn con él 18 64,28 Nt =28 - 100 CUADRO N9’ 26 CAUSAS DE LA AUSENCIA DEL PADRE . de NQ casos % Muerte 10 35,71 Separacion legal 2 7,14 Abandono, otras razones 16 57,14 Nt =28 ~ 100 - 287 - CUADRO N9 2 7. MADRE AUSENTE. de casos % No conocio 6 28,57 Conocio, pero no tuvo relacion con ella 15 71,42 Nt=21 -100 CUADRO N9 28. CAUSAS DE LA AUSENCIA DE LA MADRE. N9 de casos % Muerte 7 33,33 Separacion legal 1 4 ,7 6 Abandono, otras .razones 13 61,90 Nt=21 - 100 - 288 - En algunas ocasiones, cuando los padres estaban ausentes del hogar, se ocuparon de la educacion del hijo otras - personas de la familia. Entre ellas, fue la abuela a quien corres. pond16 con mas frecuencia el papel maternai, tn menos ocasiones fueron los dos abuelos, o solo el abuelo, los tios o la hermana, como se puede ver en el cuadro numéro 29. CUADRO N9 29. PERSONAS DE TA FAMILJÀ SNCARGADAS DE LA EDUCAGIQÜ EN AUSETJCTA DE LOS PADRES. N5 de casos % Los abuelos 1 7,69 La abuela solo 6 46,15 El abuelo solo 3 23,07 Los tios 2 15,38 Una hermana • 1 7,69 Nt =13 ^ 100 — 289 ” En la figura siguiente esta serialada la edad de los padres al nacimiento de los casos estuciados. La supuesta asociacion entre homosexualidad y edad maternai alta ha sido inter pretada en ocasiones siguiendo la idea, bien establecida en deter- minados casos, de que las anomalies cromosomicas, el mongolismo y otras formas de deficiencia mental, o la epilepsia eran mas fre- cuentes en los hijos de mujeres no muy jovenes. También la edad del padre ha sido tenida en cuenta como factor influyente en el - desarrollo de la homosexualidad, pero lo cierto es que no hay ra- zones validas para sostener estos argumentos. Otra cosa difsrente e; suponei: que una inadecuada imagen masculina, bien sea por edad o distintos motivos, en la figura patema, pueda influir en el com- portamiento de su hijo. FIGURA M9 6. "PAD n- LOS PAPRES AL MACFR LOS .SUJFTCS :STUQIADÜ&, Padrs M a d ^ 3 15 10 5 5 10 15 Anos. . I I. 20 2< - 291 - En la muestra estudiada, las edad es médias pater na y materna al nacimiento de sus hijos fueron 29 ,5 5 y 2 5 ,5c anos, cifras ambas que pueden estar incluidas en el promedio de la po- blaciôn y que no son, en ningûn caso,elevadas. Las profesiones o trabajos de los padres se re- presentan en los cuadros numéro 30 y 31 - CUADRO 30. TRABAJO DE LA MADRI N° de casos % Trabajo doméstico 136 66,34 Sirvienta, asistenta, mujer de lim pieza, ama de llaves, camarera, co cinera 27 13,17 Trabajo en el campo lU 6,82 Frostituta 5 2,43 Modista, peletera, costurera, curti dora 5 2 ,43 Empleada 5 2,43 - 292 - N9 de casos % Vendedora de periodicos, de la loteria 2 0,97 Comercio 2 0,97 Fastelera 2 0,97 Encuadernadora 1 0,48 Fsicologa 1 0,48 No conocen a la madré o no sa- ben su oficio 5 2,43 Nt=205 -100 CUADRO N9 31. TRABAJO DSL FADRE. N9 de casos % Obrero Feon, albanil, capataz.... 28 13,65 Traba.io en el camoo Labrador, pastor, propietario de terreno.... 26 12,68 - 293 - KQ de casos Técnico. Electricista, mecânico, montagis ta, soldador, fontanero, foto- grabador, papelero, listero, tu- pista, impresor, encuadernador, tapicero, relojero 24 11,70 Industrial. Harinero, panadero, pastelero, churrero, carnicero, frutero, pescadero, bodeguero, peletero 18 8,78 Empleado. Fâbrica, comercio 13 8 ,7 8 Militar o policia 11 5,36 Àdministrativo. Funcionario de oficina, de banco 11 5,36 Conductor. De moto, coche, taxi, camion 9 4,39 Intermediario, viajante, represen tante 8 3,90 Recepcionista, ordenanza 5 2,43 - 294 - de casos % Emprssario 4 1,95 Maestro 3 1,46 Àbogado 3 1,46 Jardinero 3 1,46 Medico 2 0,97 Ferroviario 2 0,97 Minero 2 0,97 Propietario de club 2 0,97 Marinero • 1 0,48 Carbonero 1 0,48 Guitarrista 1 0,48 Decorador 1 0,48 Juez 1 0,48 Bombero 1 0,48 Ingeniero 1 0,48 Funcionario de prisiones 1 0,48 Vendedor de periodicos 1 0,48 No conocen al padre o no sa- ben su oficio 17 8,29 Nt=205 - 100 - 295 - Dentro de los trabajos rsalizados por las mad res, lo mas destacable es el alto numéro de las dedicadas al hogar, hecho,por otra parte, coïncidente con las costumbres sociales es- panolas hasta los ultimos anos. También habia bas tantes dedica­ das a servir y algunas que vivian de la prostitucion. Respecte a los padres,una parte importante de ellos trabajaban en el campo o como obreros. Asimisino, muchos eran tecnicos de diversa clase, empleados, administratives o in­ dustriales .Del reste de las demas profesiones se encontraban ca­ sos en menor proporcion. For ultimo, habia dos medicos, tres abp gad os, un juez y un ingeniero, es decir, solo siete casos con tî tulacion universitaria. Cuando se interrogaba sobre el grade de felici- dad en el matrimonio de los padres, una mayoria respondia que las relaciones entre ellos no eran muy buenas, lo que coincide con una parte importante de la literatura sobre la homosexualidad. que ha destacado la importancia del ambiente familiar y,sobre tp do, la influencia de un hogar roto o de las perturbaciones mari­ tales entre los padres, como causa importante en la elaboracion de algunas conductas homosexuales. Los resultados sobre la opinion que la muestra ténia de las relaciones entre los padres aparecen en el cuadro numéro 3 2 , donde se comprueba que en 25 casos estas eran muy ma las, malas o regulares en 31 y 46 ocasiones, respectivamente, siendo las demas consideradas como buenas o muy buenas. — 296 — CUADRO N9 32. RETACIONES ENTRE LOS PADRES N9 de casos % Muy malas 25 16,77 Malas 31 20,80 Regulares 46 30,07 Buenas 37 24,83 Muy buenas 10 6,71 Nt=l49 ^ 100 Otro aspecto de interés para considerar el am­ biente familiar es el elevadb numéro de casos en los que algûn parlante proximo tenia adicciôn alcoholica, aunque esta fuera - en grado variable. Como se ve en el cuadro numéro 33» el padre era alcQhôlico en 4l ocasiones, la madré en 7, el abuelo en 12 y otros familiares en proporciones inferiores hasta un total de 77 casos. La proporcion,pues,de alcoholismo familiar era superior a la tercera parte,dentro del grupo estudiado y muestra el grado de inestabilidad que muchos hogares debieron de tener. - 297 - CUADRO N9 33. HABITO ALCOHOLICO EN LA FAiV.ILIA, N9 de casos $ El padre 41 5 3 ^ ^ La madré 7 9 ,0 9 Un abuelo 12 15,58 Un hermano 6 7,79 Una hermana 1 1,29 Un tio 4 5,19 Otros 6 7,79 Mt =77 2: 100 Caso n® 3 0 . 20 anos. Introvertido, timido, poco comunicativo. "Ml padre no se ocupo nunca de mi educacion y el tiempo que estaba en casa lo pa- saba borracho en la cama. Era mi madré la que llevaba la casa. Discutian mucho y yo me iba a la calle porque me disgustaba que reganara a mi madré y me ponia muy nervioso. Me pegaban por todo, pero yo no medefendia” . Caso n9 36 .17 anos. "Yo no podia soportar el - 298 — carâcter de mi padre. Siempre estaba de malhu- mor y las veces que estaba borracho teniamos que escondernos para que no nos pegara. Mi ma­ dré era una santa". Caso n9 13. 30 anos. "En casa teniamos muchos apuros economicos y mi madré estaba muy ocupa- da todo el dia con sus cinco hijos y sin dine- ro. Yo no compraiâi nunca a mi padre, con su forma de ser indiferente a todo y bebiendo siem pre" . Caso n® 6 7. 19 anos. "Odio al borracho de mi - padre. Nunca se ocup6 de la familia, ni de mi madré; en realidad solo estaba pendiente de la suya. Nunca tuve confianza con él, y menos cuan | do estaba borracho". Caso ns 93. 4-3 anos. "Trabajé con mi padre unos anos en un taller que él ténia, pero des- pués lo dejé, porque nuestras relaciones no erar buenas. A veces me daba miedo, sobre todo cuan do venia borracho, pues su carâcter era explosi vo. En el cuadro numéro 34 estân senalados los ca­ sos de homosexualidad en la familia, o por lo menos los conocidos por los sujetos estudiados . No hay ninguno entre los padres y la cifra mas elevada corresponde a los hermanos, aunque no se es pecifica el tipo de homosexualidad y si esta era exclusiva o compartida con tendencias heterosexuales, por lo que la propor-- ciôn no es elevada. - 299 - CUADRO N9 34. HOMOSEXUALIDAD EN LA FAMILIA. N9 de casos % Un hermano 8 44,44 Ün primo 5 27,77 Un tio 4 22,22 Una prima 1 5,55 Nt=l8 100 El carâcter del padre y las relaciones con él de los sujetos estudiados se indican en los proximos cuadros. Era hiperprotector en 4 casos y 38 le consideraban muy bueno o bueno. Dominante, autoritario, segûn ?4 de ellos. Indiferente y frio en 21 ocasiones, llegando a ser hostil en 7 casos. En todos los demâs estuvo ausente o fué poco influyente sobre ellos. La opinion que tenian de su padre se ponia de manifiesto al interrogarles sobre sus relaciones con él. Sola- mente en 6 casos fueron muy buenas, aunque las consideraron bue. nas 50 de ellos. Eran regulares en 52 sujetos y en el resto ma­ las, muy malas o inexistentes. - 300 - CUADRO N9 35. CARACTER DEL PADRE. N9 de casos . % Muy bueno o bueno 38 18,53 Hiperprotector 4 1,95 Rigido, autoritario, dominante 74 36,09 Indiferente, frio 21 10,24 Hostil 7 3,41 Poco influyente, debil 23 11,21 Ausente 38 18,53 Nt=205 - 1 0 0 - 301 - CUADRO N9 36. RELACION CON 5L PADRE N9 de casos % Muy buena 6 2 ,9 2 Buena 50 24,39 Regular 52 2 5 , 3 6 Mala 42 20 ,48 Muy mala 17 8 ,2 9 No relacionado 0 no conociô 38 18,53 Nt=20 5 -1 0 0 Al realizar las mismas preguntas sobre la madre se obtuvieron diferencias importantes. En el cuadro numéro 37 se observa que en 102 casos era considerada muy buena o buena ehi- perprotectora en 44 de ellos, njientras que tenia un carâcter ri­ gido, autoritario o dominante en solo 22 casos y en una propor­ cion muy inferior,era indiferente o fria, poco influyente o deoil y solo en un caso hostil. Estuvo ausente en 24 ocasiones. - 302 - CUADRO M9 37. CARACTER DE LA MADRE. N9 de casos % Muy buena o buena 102 49,75 Hiperprotectora 38 18,53 Rigida, autoritaria, domi­ nante 22 10,73 Indiferente, fria 6 2,92 Poco influyente 12 5,85 Hostil 1 0,48 Ausente 24 11,70 Nt =205 - 100 Lks relaciones con la madre fueron también dis­ tintas de las que tuvieron con el padre. En 50 casos fueron muy buenas y buenas en 95 de ellos. En 2? ocasiones las conceptuaron como regulares y en 9 como malas o muy malas, existiendo 24 cassos que no la conocieron o no se relacionaron con ella. - 303 - CUADRO ri9 38. RSLACION CON LA MADRI N9 de casos % Muy buena 50 24,39 Buena 95 46,34 Regular 27 13,17 Mala 7 3,41 Muy mala 2 0,97 No relacionado o no cono- ci6 24 11,70 Nt=205 - 100 La preferencia entre el padre y la madre se mues tra en el proximo cuadro, donde se puede comprobar que, en con- junto, las inclinaciones de los sujetos estudiados estaban mucho mas cerca de esta ultima que de aquél, aunque hubiera algunas excepciones. - 304 - CUADRO N9 39. PREFERENCIA FATERNA 0 MATERNA. N9 de casos % Ninguno 25 12,19 Los dos por igual 15 7,31 El padre, con mucho 8 3,90 La madre, con mucho 68 33,17 El padre, algo mas 9 4,39 La madre, algo mas 80 39,02 Nt=205 - 100 Con estos datos era posible comparar a las ma­ drés y a los padres, segun el criterio que de ellos tenia el gru po estudiado. Se puede decir que ellas mantuvieron una relacibn mucho mas afectiva e influyente durante la infancia y adolescen- cia de sus hijos que los padres, y estos eran con mayor frecuen­ cia autoritarios, adoptando una actitud menos participante. En el ambiente de la familia, el modelo femenino materno tenia mas im­ portancia e influencia sobre los hijos que el masculine de los - padres, quienes estaban ausentes del hogar con mucha mas frecuen - 305 - cia que las madrés. En una parte importante de los casos, al no existir la figura paterna.eran ellas las que mandaban en la fa­ milia, asumiendo actitudes dominantes consideradas como masculi- nas, o eran posesivas e hiperprotectoras. El matriarcado, enten- diendo como tal la mayor importancia de la figura femenina, se encontraba en el âmbito familiar con mayor asiduidad que el pa- triarcado, a pesar de existir muchos padres autoritarios o do-- minantes,que lo ûnico que solian conseguir era el rechazo de - sus hijos. Caso nS43. 18 anos"Mi padre conducia camionesy viajaba por toda Espana.De pequeho tengo pocos recuerdos de él; la que llevaba la educacion - fue mi madre y yo siempre la quise mucho mas. Con ella tenia mucha confianza y era la perso­ na con quien me encontraba mejor.Muchas veces me quedaba en casa para ayudarla". Caso n950. 52 anos." Mi padre murio cuando yo tenia 12 anos.Siempre me parecio muy serio y poco amable conmigo.En cambio,mi madre era lo mejor del mundo,aunque a veces se ponia muy - violenta y la 11amaban rara y cosas asi.Be ni- no trabajé mucho ayudandola para sacar la ca­ sa adelante,porque no habia dinero para todos" Caso n95 2. 26 anos. " Mis padres se separaron antes de que yo naciera.Vivi con mi madre y un abuelo, que hizo de padre conmigo;estuve muy - unido siempre a ella y aunque reconozco que me mimaba demasiado, para mi es lo mas importan­ te de la vida" . - 306 - Se podrian cltar otros casos sinilares, porque la inclinacibn hacia la madre era muy frecuente. Be todas formas, también hubo alguno que prefiriera al padre, como el ejemplo si guiente: Caso n9 8..46 anos. "Mi padre era militar, de - carâcter fuerte, arrogante. La mejor época de mi vida fué la que pasé en casa, con la familia. Queria mucho mâs a mi padre y ademâs era su preferido; fué como un amigo mayor. Le adoraba y admiraba y su muerte fué un golpe tremendo del que tardé en reponerme. Dentro del marco familiar también fueron estudia das las relaciones con los hermanos, cuando existian. En el cua dro numéro 40 se observa que 37 sujetos no tenian o no los cono- cian} en 25 y 23 ocasiones respectivamente habia una hermana 0 un hermano. Dos mâs, uno de cada sexo ocurria en 22 ocasiones. À partir de aqui las cifras bajaban apreciablemente, encontrândo se situaciones muy variadas. La familia mâs numerosa estaba com- puesta por 11 hermanos, 5 mujeres y 6 hombres, lo que sucedio en un caso. Algunos otros, no senalados, tuvieron mâs hermanos pe­ ro fallecàeron al poco de nacer o en los primeros anos de su vi­ da. - 30 7 - .CUADRO N9 40. .NUMERO DE HERMANOS Y SEXO DE LOS MISMOS HERMANAS HERMANOS N9 DE CASOS % No tiene o no conoce No tiene o no conoce 37 18,04 Una No tiene o no conoce 25 12,19 No tiene o no conoce Uno 23 11,21 Una Uno 22 10,73 Dos Uno 8 3,90 Una Dos 8 3,90 Très Dos 8 3,90 Dos No tiene o no conoce 7 3,41 Dos Tres 6 2 ,92 Tres No tiene o no conoce 6 2,92 No tiene o no conoce Dos 5 2,43 Tres Tres 5 2,43 - 30 8 - HERMiAriAS HERMANOS N9 DE CASOS % Cuatro No tiene o no conoce 5 2,43 Una Tres 4 1,95 Dos Dos 4 1,95 No tiene o no conoce Tres . 4 1,95 Cuatro Dos 3 1,46 Cuatro Uno 3 1,46 No tiene o no conoce Cinco 2 0,97 Una Cuatro 2 0,97 Cuatro Tres 2 0,97 Una Cinco 2 0,97 No tiene o no conoce i Cuatro 1 0 ,48 No tiene o no conoce Siete 1 0,48 Siete No tiene o no conoce 1 0,48 Cinco Uno 1 ■ 0,48 Una Cinco 1 0,48 - 309 - HERMAKAS HERMANOS M2 DE CASOS % Tres Uno 1 0,48 Cinco Cuatro 1 0,48 Tres Cinco 1 0,48 Cinco Seis 1 0,48 Seis Dos 1 0,48 Cinco Dos 1 0,48 Dos Seis 1 0,48 Cinco Cinco 1 0,48 Seis Cuatro 1 0,48 Nt=205 -100 1 En este cuadro destaca la abundancia de hijos - uniCOS o criados solos y también es senalable la proporcion alta de sujetos que tenian solo un hermano, repartiéndose en forma pa recida las ocasiones en que este era del sexo masculino y del fe menino. El orden de nacimiento de los hermanos se indi- ca a continuaciôn. Lo mâs frecuente es que los casos estudiados ocuparan la posiciôn superior o la inferior o dentro de esta re- - 310 - laciôn. Otros lugares aparecian en menor numéro de casos CUADRO MG 41. ORDEN DE NACIMIENTO DE LOS HERMANOS. N2 de casos % No tiene o no conoce 37 18,04 El menor 53 25,85 El mayor 35 17,07 El penùltimo 19 9,26 El segundo 26 12,68 El tercero 14 6,82 El cuarto 7 3,41 El quinto 6 2,92 El sexto 4 1,95 El septimo 3 1,46 El octavo 1 0,48 Nt=205 - 100 - 311 - Era considerable, por tanto, el numéro de hijos unicos, por un lado y por otro, el de los mayores o rnenores en la familia. Estos también resultaban mas abondantes proporcional mente entre los afeminados que en aquellos de caracteristicas mas masculinas. La clase de relacion con los hermanos se mues­ tra en el siguiente cuadro. Para conocerla se preguntaba sobre - todo el trato que mantuvieron durante la infancia y la adolescen cia. ÀS1 , 19 casos la calificaron como muy buena, 78 buena, 43 regular y los demas como mala o muy mala, por lo que una mayor parte de los sujetos se llevaron bien con sus hermanos. CUADRO N9 42. RELACION CON LOS HERMANOS. ' N2 de casos % Muy buena 19 9,26 Buena 78 38,04 Regular 43 20,97 Mala 17 8 ,2 9 Muy mala 11 5 ,3 6 Relacion escasa 0 sin rela- rS nn 17 18.04 Nt=2G5 - 100 - 312 - Del conocimiento de las situaciones familiares del grupo estudiado puede extraerse la creencia de que, asi como el tema de las relaciones con los padres iba casi siempre acompa nado de fuertes connotaciones emocionales, en el caso del trato con los hermanos esto era menos frecuente y parece qua su in­ fluencia para determinar el comportamiento era también bastante mener. De todas formas, existieron casos en los que un hermano o una hermana jugaron papeles muy importantes en la vida infantil y adolescente de las personas entrevistadas, como sucedio en los siguientes ejemplos: Caso n9 26. 2$ anos. Desde siempre tuvo en su hermano, algo mayor que él, a su mejor compare ro. Este mantenia relaciones homosexuales con otros chicos del barrio y fué quién le inici6 en el conocimiento de la sexualidad, explicân- dole las maneras de realizar contactes anales y los demâs aspectos de la homosexualidad. Con él estuvo durante algûn tiempo realizando ac- tos de este tipo, empezando después a practicar con otros, sobre todo amigos y hombres que les daban algûn dinero. Mâs tarde, y sobre todo por las criticas de su padre, que les daba fuertes palizas para intentar cambiar su orien tacion, se escaparon de la casa y se pusieron a trabajar en una playa turistica donde conti- nuaron igual, hasta que tuvieron que separarse por el Servicio Militar. Caso n@ 12. 27 anos. Solo tiene una hermana, cinco anos mayor que él, con la cual estuvo siempre muy unido. Ella era prostituta y desde - 313 - pequeno le hablaba de sus relaciones con les hombres. A les 10 tuvo las primeras experien- cias sexuales con ella, aunque el no sentia ex citacion y su hermana le llamaba mariquita. Luego empezo a ir con chicos con los que se encontraba mejor y hacia los 15 o l6 empieza a dedicarse a la prostitucion coir.o medio de da. Conoce a un homosexual que le mantiene y se va a vivir con 11 durante très anos, que - segûn él, son los mejores de su vida, pues, ”lo de mi hermana me influyo mucho y no podia olvidarlo hasta que encontre un amor y una es­ tima diferentes", Como es de esperar que hubiera ocurrido tam- bién si la muestra no fuera de personas homosexuales, la instruç cl6n sobre los temas referentes al comportamiento sexual estuvo completamente ausente. No hubo ningûn caso que recibiera educa- cl6n sobre la reproducci6n o la sexualidad, durante el tiempo de su estancia en la eseuela. En la figura numéro 7 se muestra que solo 9 casos recibieron alguna informacion sobre la sexualidad con Ànimo informativo. De estos, en 7 ocasiones fueron los padres, y sobre todo la madré, los que explicaron al hijo las mas elemen taies cuestiones sexuales, casi siempre por comparaci6n con otros animales. Se puede decir también que los 7 sujetos eran perteneclentes a las clases sociales mas elevadas, cuyos padres poseian titulacion universitaria o tenian un grado de cultura ma yor. En los dos casos restantes el encargado de la ensenanza se­ xual fué algün familiar proximo. - 314 — FIGURA N9 7 EDUCACION SECUAL RECIBIDA. No=l Como habia muy pocos que recibieran alguna educacion formai sobre cuestiones sexuales, se procuré hallar in formacion en cada caso sobre la manera en que averiguaron lo concerniente a ellas. En el cuadro numéro 43 se recogen los da- tos sobre la forma de adquisicién de los primeros conocimientos sexuales. Se comprueba que, en la mayor parte de los casos, estos derivaron de las conversaciones con los companeros, acompanadas muchas veces de intentes masturbatorios, que se realizaron en - 315 - solitario o con otros chicos de parecida edad. CUADRO N9 4 3 . FORMA DE ADQUISICIGN DE LOS PRIMEROS CONOCIMIENTOS SEXUALES. N® de casos % Por conversaciones y actos con companeros 56 27,31 Por conversaciones con compane­ ros, por oidas 34 16,53 Directamente por actos 40 19,51 Por libros y conversaciones con companeros 23 11,21 For conversaciones y/o actos con otros 31 15,12 No recuerda 21 10,24 Nt=205 . 100 De todas formas, lo mas habitual era que empe- zaran realizando juegos sexuales con companeros. Unas veces fue - 316 “ ron primero conversaciones y después actos y otras directamente estos, por lo que bastantes casos tuvieron una considerable ac- tividad homosexual antes de serlo ellos realmente. En este sen- tido, cuando se les preguntaba sobre sus inclinaciones en las primeras experiencias casi siempre contestaban que no tenian nin guna en especial. Por otra parte, la homosexualidad estaba muy - extendida en los intemados. "Era completamente normal" segun de clan muchos y aun mas en los reformatorios o instituciones simi- lares, donde no era rara la existencia de grupos que empleaban - la fuerza sobre los que no querfan prestarse a sus manipulaciones sexuales. Algunos muchachos de mayor edad sometian a los otros mediante palizas para dominarlos, realizando después actos homo­ sexuales con ellos. Caso ns 175» 27 anos. "No conoci a mis padres y toda la infancia la pase en lugares como la Inclusa y sitios parecidos. Alii el vicio es­ taba completamente extendido y habia algunos chicos mayores que mantenian relaciones sexua­ les con varios a la vez. A mi, supongo que por mi aspecto débil y porque me desarrollé muy des pacio, me buscaban mucho, pero la verdad es que tampoco me disgustaba que lo hieieran, al menos después de conocer mejor la forma de ha- cer las cosas. Pero la primera vez fué muy de- sagradable porque estuve sangrando varios dias y yo no sabia nada sobre el sexo. A pesar de que este tipo de iniciaciôn sexual existio en algün caso, en casi todos las primeras experiencias - - 317 - fueron con chicos de su misma edad, como se verâ mas adelante. En la figura numéro 8 se resumen las edades de adquisicion de los primeros conocimientos sexuales, entendiendo como taies las nociones mas elementales, por confusas que estas fueran sobre las diferencias entre el hombre y la mujer y la reproduccién. FIGURA ng 8 . EDAD DE ADQUISICION 50 45 40 35 30 25 20 Ig ■“ 10 5 DE LOS PRIMEROS CONOCIMIENTOS SEXUALES N5 de casos Vpos 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 Em = 9,79 anos. - 3l8 - La media de edad es de 9,79 anos, siendo a los 10 cuando hubo mayor numéro de casos que empezaran a conocer estos hechos, existiendo también muchos que lo hicieron a los 8 , a los 9 y a los 11 y disminuyendo las cifras en los demis anos, hasta dos casos que dijeron saber ya algo a los 5 , por el lado de los mis jovenes y otro que no supo nada hasta casi los 17. Para que las respuestas fueran mas reales se intenté hacerles recordar hechos de su vida en los anos infantiles y preadoles- centes, pero, a pesar de todo, en bastantes casos, las cifras consignadas son mas apreciaciones personales que datos exactes. Caso n9 37. 2$ anos. "Desde muy pequeno me di cuenta de las diferencias con mis hermanas y aunque también tuve hermanos, me gustaba mas el cuerpo de ellas y sentia envidia de no ser igual y poder estar pintandome, ademas de llevar ropas llamativas. Caso n922 . 23 anos. "La verdad es que no se como me fui enterando de todas estas cosas, pero creo que siempre me gustaron los chicos, a pesar de no saber nada sobre el sexo. Ellos me empezaron a buscar muy pronto, cuando yo ténia 9 o 10 anos. Ademas de un caso de seduccién mas o menos forzada por companeros en los internados, en una parte de los casos la primera experiencia sexual fué con un adulto, a instan cias de este. En la tabla numéro 44 se revisan estas situaciones, - 319 - en las que participaron tanto personas de la familia como ajena? a ella, destaoàndose el hecho de que muchas veces corrieron a cargo de quienes estaban encargados de su educacion, como algun maestro o religioso. CUADRO N9 44. SEDUCCIQN. N9 de casos % Por el padre 2 4 ^ ^ Por la madré 2 4.2 5 Por un hermano 4 8,51 For una hermana 4 8,51 For otro familiar 2 4 ^ ^ Por el maestro 6 12,76 For un religioso 8 17,02 Por otros (militares, cama- reros , jefes.... ) 19 40,42 Nt =47 - 100 “ 3^0 — La influencia de las primeras experiencias es, sin lugar a dudas, importance, pero de sus consecuencias no se pueden extraer conclusiones generates. En algunos de los casos citados probablemente tuvieron un efecto duradero y contribuye- ron a establecer un tipo de tendencia determinada, o por lo me­ nos a no rechazarla en su totalidad. Cuando se preguntaba sobre la importancia de estas primeras relaciones, las respuestas eran bastante variables, pero el denominador cornun era que représenta ron un papel destacado para comprender su vida sexual posterior. Caso ns 3 1. 20 anos. De origen rural,viene a Madrid a los 8 , porque sus padres se fueron a Suiza a trabajar. El vivia con una tia que ténia dos hijos, uno de 1? y la otra de I3 y dormia con su primo, a quien queria mucho. Mantuvo con él relaciones homosexuales durante un ano y si al principio lo hizo forzadamente, después fué cambiando de opinion. Antes de ellas no ténia tendencia sexual definida, pero desde entonces no ha tenido nunca interés por las mujeres.Cuan do ténia 9 anos, poco después de lo de su primo, conocié a un chico mayor que el y se fué intro- duciendo en el ambiente homosexual, trabajando como peluquero y travesti o haciendo la prosti­ tucion. En los ûltimos anos se ha puesto hormo- nas y quiere operarse para ser "lo que en reali dad soy, una mujer". Dice que la influencia de las relaciones con su primo fué muy grande, pe­ ro que hubiera sido asi de todas formas. - 321 - CASO N9 31. FOTOGRAFIA N9 14 FOTOGRAFIA 15 I FOTOGRAFIA N9 l6 FOTOGRAFIA N9 17 I - 322 - Caso n9 4 0 . 30 anos. A los 8 o 9, un sacerCote del colegio le obligaba a masturbarle, lo qua hacia con desagrado y con temor, pues le ame- nazo con expulsarle si no accedia a sus peti- ciones. Desde entonces empezo a sentir mas atraccion hacia los chicos, pero no tuvo acti- vidad sexual hasta los 13 o 14 anos, en algu­ nos cines donde le solicitaban sexualmente. Desde esta edad mantiene frecuentes relaciones homosexuales, aunque varia de companeros. La primera vez que le detuvieron estuvo cuatro me_ ses en prisiôn por la Ley de Peligrosidad So­ cial. Después no encontre trabajo y volvio a la cancel donde fué aprendiendo métodos para robar. Ahora esta cumpliendo una condena por - hurto. Con mujeres ha estado pocas veces, por que le atraen mucho menos. Sin embargo, piensa buscar a una que le comprends y casarse con ella, para mantener las apariencias. Sobre su sexualidad dice que tuvo mucha importancia la experiencia con el religioso. CASO N9 4 0 . FOTOGRAFIA N? 18. - 323 - Caso ns 138. 25 anos. Tiene tres hermanos,to- dos varones. A él siempre le gusto ocuparse de la casa y hacer la comida con su mad re, pero no recuerda tendencias homosexuales en la in­ fancia. A los 12 empieza a trabajar de botones en un hotel y poco después el director le obli_ ga a realizar diversas manipulaciones sexuales. For esta época empieza a sentir atraccion por los chicos, se escapa de casa "a conocer mun­ do" y se va a Palma de Mallorca con un homose­ xual mayor que el, practicando también la pros titucion con los turistas. Puede tener rela­ ciones heterosexuales, pero le atraen menos. El tipo de hombre que prefiere es el afeminado joven. Piensa que su sexualidad es una conse- cuencia de las circunstancias y que en ella tq VO importancia su relacion con el director del hotel. Caso n® 121. 22 anos. Es el mas pequeno de la familia y siempre fué muy protegido por su ma­ dré y sus hermanos, pero no ténia orientacion definida cuando, hacia los 1 3» otro chico ma­ yor que él le dijo que le masturbara, lo que hizo sin desagradarle. Desde esta edad su in- clinacion es exclusivamente homosexual y vive con un amigo algo mayor que 1 1, adoptando siem pre la actitud pasiva en sus relaciones. Ha ido con otros esporâdicamente y también ha he­ cho la prostitucion, pero no le gusta. Le atraer los hombres varoniles y cree que tuvo poca im­ portancia su primera experiencia adolescente. — 324 — En la figura numéro 9 se detallan las edades en las que se produjeron las primeras experiencias sexuales, en el sentido de actos y no ya solo de conocimientos, como se senalô - en la figura numéro 0, Comparando las dos, se ve que empezaron a tener actividad sexual poco después de los primeros conocimien­ tos. La media de edad para la primera experiencia fué de 12,20 - anos, situândose los casos extremes en los 7 por el lado inferior y los 10 por el superior. FIGURA Ng 9 . EDAD DE LA PRIMERA EXPERIENCIA SEXUAL. N 2 de casos 35,. 30. 20 Em = 12,20 afios. 15- 10- 1 2 3 4 5 6 7 0 9 10 11 12 13 14 15 16 17 10 19 a Aflos - 325 - Las caracteristicas de la primera experiencia sexual aparecen senaladas en el cuadro numéro 4$. Con una gran diferencia , la primera actividad practicada era la masturbacion, bien fuera en solitario o acompanado. Manoseo corporal de conte- nido sexual aparece en segundo lugar y en las siguientes posi- ciones las demàs posibilidades. CUADRO N9 4$. FRIMERAS EXPERIENCIAS SEXUALES. NS de casos % Masturbaciôn 138 67,31 Manoseo corporal 21 10,24 Coito vaginal 18 8,78 Emision nocturna involunta- ria 12 5,85 Fellatio 10 4,87 Coito anal o interfemoral 4 1,95 Relaciones con animales 2 0,97 Nt = 205 ■X ICO - 326 - Caso nS 8 3. 20 anos. Sus primeras actividades sexuales fueron con chicos de su edad, a los 10-13 anos, en el colegio y, segun dice, eran mas juegos de ninos que otra cosa. Tenia un primo a quien queria mucho, pero no llego a tener trato sexual con él. Cuando se masturba- ba, al principio no pensaba en nada, solo que era divertido, luego su excitaciôn a uni en ta ba al pensar en algun chico que conociera. À los 14, sus padres, por consejo de los directores del colegio religioso al que iba, lê internan en un reformatorio y es alli donde empieza a tener una actividad homosexual propiamente di- cha. Mantiene contactes de esta clase con com­ paneros y algun sacerdote. Desde los 13, cuan­ do sale del reformatorio, va con hombres mayo­ res o quienes le den dinero. No esta seguro si podra tener relaciones heterosexuales, pero cree que si. No sabe exactamente por que es ho mosexual,pero cree que sin sus experiencias del colegio y del reformatorio probablemente hu­ biera sido distinto. Caso n9 84. 24 anos. De familia acomodada, su padre era abogado y su madré psicéloga, quien de pequeno le explica lo que es un parto y otros hechos similares. Sus primeras experien­ cias fueron con su hermana, algo mayor que el, quien le obligaba a masturbarla. A 11 nunca le gustaron estas relaciones. A los 12 conoce a un militar que le propone vivir con el y se fuga de casa. Mantiene relaciones homosexua­ les, adoptando el papel de mujer y ocupandose de las labores domésticas, lo que siempre le gusto. No ha ido nunca con mujeres y prefiere - 327 - los hombres de 25-30 anos que sean amables y comprensivos. Ha hecho de prostituto y conti_ nua asi en la actualidad. Caso n® 6 1. 42 anos. Sus primeras conocimien tos sexuales son en la escuela. Desde que r^ cuerda ha tenido atraccion homofila. Empezo hacer vida sexual hacia los 11-12 en el campo con los hombres que le buscaban. Las primeras veces era desagradable, pero luego era muy di vertido, "como una aventura". Con las mujeres no ha hecho nada y cree que no podria. Se fué voluhtario al Servicio Militar y en Alicante se introdujo en el ambiente homosexual, por dî nero y porque le gustaba. A los 24 conocio a uno con el que vivio tres anos y luego estuvo con otro también varios anos. En las rela­ ciones sexuales con ellos adoptaba el papel - pasivo, aunque no siempre lo ha hecho asi. Su primera detencion fué a los 3 0 , por estar en un bar de homosexuales. En la cârcel conocio a muchos de estos y también en ella formé una banda, dedicandose luego a robar, siendo este el motivo de su actual estancia en prision. Cuando se le pregunta sobre las causas de su tipo de sexualidad dice que es asi de nacimien to. La primera experiencia tuvo lugar, pues, mu chas veces a través de la masturbaciôn, como forma de obtener un placer que al principio no se identificaba bien, siendo poste- riormente, mediante la experiencia y segûn las peculiaridades de cada individuo, cuando se iba estableciendo la orientacion - 328 - sexual. El trato con animales como perros, vacas u ov£ jas fué la primera experiencia en dos sujetos de la muestra. Sa- bido es que en las zonas rurales esta forma de relaciôn sexual no es del todo rara, mas por ausencia de otras posibilidades que por otra cosa. Las emisiones nocturnas eran constantes en muchos sujetos durante la juventud, pero en pocos de ellos constituye- ron las primeras experiencias sexuales y casi siempre se acompa naban de una sensacion de extraneza y sorpresa, porque descono- cian su significado. El coito anal o interfemoral no fué una expe­ riencia muy frecuente en los inicios de la prâctica sexual y cuando tuvo lugar fué con amigos de mas experiencia o con algun adulto que les enseno su realizacion. El coito vaginal tampoco fué muy habituai al principio entre la muestra, aunque muchos lo hicieron con una amiga, 7 con una prostituta, 2 con una hermana y 1 llego hacerlo con su propia madré. En el cuadro numéro 46 se detallan las diferen tes maneras en que fué practicada la masturbaciôn en las prime­ ras experiencias. Unos prefirieron, o bien no tuvieron otra op- cion, la satisfaccion solitaria y otros el hacerlo con compane­ ros de forma reciproca. Estos fueron los casos mas numerosos , pero también hubo algunos que preferian realizarla a los demas, pero sin su participaciôn. En pocas ocasiones los primeros actos de este tipo se produjeron con familiares. - 329 - CUADRO N® i i 6 . MASTURBACION COMO FRIMERA EXPERIENCIA. N9 de casos Reciproca con companeros 64 36,57 Solitaria 53 30^^ A companeros 17 9,71 Por companeros 6 3,42 A un hermano 2 1,14 Por un hermano 2 1,14 A una hermana 2 1,14 Por una hermana 2 1,14 Al padre 2 1,14 For la madré 2 1,14 A otros familiares 4 2 ,28 For otros familiares 2 1,14 Por una amiga 4 2 ,28 A otros 13 7,42 Nt=175 V 100 - 330 - Caso n® 8 9 . 39 anos. Fadre alcoholico. Muy unido a su madre. A los 8 0 9 anos el y sus - amigos iban con otros chicos mayores del bar­ rio que les llamaban para masturbarlos y no le desagradaba. Desde los 12 empieza hacerlo él, en el colegio donde estaba interno con otros companeros de forma reciproca. No sentia gran interés por las mujeres y a partir ce los 15 empieza a acudir a cines y urinarios publi cos donde practica la homosexualidad. Va a bailar con alguna chica, pero no siente exci­ taciôn con ellas. Se fué voluntario a la Legion donde habia muchos homosexuales y continué alli sus practicas masturbatorias , también manteniendo contactes anales. Ha estado con prostitutas sin obtener ningun placer. Caso n2 9 7 . 28 anos. Estando en el colegio, a los 10 o 11 veia a sus companeros masturbarse en los servicios, lo que le producia excita- cién. Poco después empezé élahacerlo y también a realizarlo a los demas. Caso n 2 7 4. 24 anos. Desde pequeno, sus pa­ dres le fueron explicando el desarrollo sexual. A los 12 empezé a masturbarse con otros, aun­ que siemprea.'.si mismo y no por los demas. A los 14 primera eyaculacién que le sorprendié. A esta edad sentia una cierta atraccion hete­ rosexual, pero era timido y no tuvo relaciones con las chicas. For entonces, inicié la mastur bacién reciproca con un amigo de su edad, luego tuvo relaciones con un profesor suyo. - 331 - "que le dominaba". Con este estuvo cerca de un ano y a partir de entonces, su libido heterose xual fué desapareciendo. En la figura numéro 10 se recogen las edades - a que tuvieron lugar las primeras eyaculaciones. La media esta en los 12,53 anos y en conjunto puede decirse que la muestra es- tudiada tuvo la pubertad a una edad completamente normal por término medio. - 332 - FIGURA N9 10, EDAD A QUE SE FRODU.TO LA PRIMERA EXPERIENCIA SEXUAL CON EYACUIACION N9 de casos 60 55 50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 Anos Em = 12,53 anos. - 333 - En las proximas figuras se comparan las edades a las que tuvieron lugar las primeras experiencias homo y hetero sexuales, involucrando contacte fisicc en ambas ocasiones. Se puede comprobar que los actos homosexuales estuvieron bas tante por delante en el tiempo sobre los heterosexuales. Asi, la edad media en que estos se produjeron en el grupo estudiado fué de 12 ,43 anos, mientras que solo era de 11 ,65 en el case de la homo sexualidad. Para la actividad heterosexual la mayor parte de la muestra tuvo su primera experiencia entre los 11 y los 17 anos, mientras que para la homosexual era entre los 10 y los 14. No habian tenido nunca relaciones sexuales con mujeres 31 casos y solo habia uno que tampoco las tuvo con hombres, a pesar de ser homosexual, porque, segûn afirmaba, rechazaba el contacte fisico y basaba su homofilia en la atraccion espiritual exclusiva. - 334 - FIGURA N® 11. EDAD DE LA PRIMERA EXPERIENCIA HOMOSEXUAL INVOLUCRANDO CONTACTO FISICO. 10-4- 20 — k 35 40 45__L. 50 7 anos 8 anos 9 anos 10 anos 11 anos 12 anos 13 anos 14 anos 15 anos 16 anos 17 anos 18 anos 19 anos No ha tenido Em = 11,65 anos - 335 - FIGURA N2 12, EDAD DE LA FRIMERA EXPERIENCIA HETEROSEXUAL INVOLUCRANDO CONTACTO FISICO. 5 10 lÿ 20 25 30 35 40 45 50 7 anos 8 anos 9 anos 10 anos 11 anos 12 anos 13 anos 14 anos 15 aflos 16 anos 17 anos 18 anos 19 anos 20 anos 21 anos 22 anos No ha tenido Em = 12 ,43 anos - 336 - La importancia de los contactes sexuales en las relaciones homosexuales se indica en la figura numéro 13. Las opiniones eran variables, pero la mayor parte de los casos no pensaban que el contacte fisico fuera lo mas importante en ■ las relaciones entre dos personas. FIGURA N® 13. IMPORTANCIA DE LOS CONTACTOS SEXUALES EN LAS RELACIONES HOMOSEXUALES. N® de casos--- --->10 20 30 40 50 60 70 30 90 100 Mucha Bastante Alguna Poca Ninguna Caso n2 11 9. 20 anos. "El sexo es muy impor­ tante para mi. Cuando quiero a alguien deseo sobre todo relacionarme sexualmente con él y entonces es cuando soy feliz". - 337 - Caso n® 1 27. 32 anos. "3i, es muy importante, pero hay cosas que lo son mas, como el afecto y la comprension. Cuando estoy bien con algun amigo, el acostarme con el es muy secundario", Caso n® 145. 23 anos. "El sexo es una consecuen cia del amor, pero este es muy dificil de en- encontrar, por lo menos para mi. For eso cambio continuamente de companeros y solo busco en ellos el placer sexual". Caso n® 75* 20, anos. "Desde luego, cuando se es joven como yo, el sexo es casi todo. Luego, creo que ya no tanto". Caso n® 118. anos. "Para mi, un beso de la persona que quiero es ya mucho. Si luego hay mas sexo, mucho mejor". Caso n® 10 9. 18 anos. "Creo que todo eso del amor es mentira. Solo hay atraccion fisica en­ tre dos personas". Caso n® 120. 18 anos. "En mi caso,el sexo es una forma de obtener dinero, por lo que creo que es bas tante sucio". - 338 - En la figura numéro Ih esta senalada la edaà del primer companero sexual. Este era mas joven en 12 cases, de la misma edad en 8^, algo mayor en 75 y mucho mayor en 3^ oca siones. Son, pues, mayoria aquellos que se relacionaron sexual- mente por primera vez-.con un joven de su edad o algo mayor, lo que es logico,porque en muchos casos estas relaciones tuvieron lugar con amigos o companeros. No es despreciable la cifra de - los que se iniciaron sexualmente con hombres mayores que ellos y es mucho menos importante el numéro de los que lo hicieron con companeros mas jovenes. FIGURA N9 14. EDAD DEL FRIMER COMFANERO SEXUAL. N5 de casos 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 11 Mas joven De la misma edad Algo mayor Mucho mayor - 339 - Caso 113. 31 afios. Analfabeto. Fad re gitaiio, la madre no lo era. No se preocuparon de su educacion. Vivia en un poblado de gitanes, en chabolas;desde los $-6 anos empieza a mastur­ ber a amigos que se lo solicitaban, pero no re cuerda una iniciacion forzada a la hornosexuali_ dad. Hasta los I5 no tiene ideas claras sobre la sexualidad y estos conocimientos los fué ad quiriendo con un hombre en el carnpo con el que tuvo relaciones anales, siendo él sienpre pasi, vo, a partir de entonces. Hasta los 18, cuando le detienen por primera vez, se dedica a la prostitucion por dinero. No ha tenido rela­ ciones heterosexuales, porque no las desea. Le gustaria cambiar de sexo. Caso n9 142. 31 anos. Empezo a masturbarse con companeros en el internado en el que estuvo de los 5 SI los 14 anos. Cuando sale de él siente mas atraccion por los chicos, aunque lainbién - por las chicas. Primera relacion homosexual in tensa con uno de I6 , a los 13- El adopta cual- quier papel. Ha ido con prostitutes y no le im portaria casarse, si encontrara una inujer que le interesara. Caso n5 5 2. 24 anos. A los 6 anos, uno de 25 - le hizo coito anal. Después a los 15 tiene re­ laciones sexuales con un maestro de la escuela, de 3 0, al que apreciaba mucho hasta esa edad - no sentia atraccion homosexual y desde entonces no ha tenido contactos con rnujeres. - 34o - Caso 1 34. 21 anos. Madre prostituta. A los 11 le ingresan en un refcrmatorio donde esta 3 anos. Alli conoce a companeros que vivian - del dinero que les daban homosexuales. Se une a ellos cuando sale y empieza a ir con hombres. A los 18 se va con un fotografo que se dedica ba a la pornografia. Fractica entonces mucho la homosexualidad y ya no solo por dinero, aunque se considéra una persona has tante solj. taria. No tiene estudios ni trabajo. Ha esta- do tres veces detenido por la Ley de Feligro- sidad Social y ahora continua viviendo de lo que consigue de la prostitucion. Vive en un - apartamento con sus antiguos companeros del - reformatorio. Caso n9 162. 29 anos. A los 7 vio a una pare- ja haciendo el coito y le pregunto a su madre que era eso, pero ella no se lo explico. Des­ pués se fué enterando por habladurias. Veia a su madre y al padre adoptive tener relaciones y le daba asco. A los 12-13 hizo coito con una prostituta y eyaculo por primera vez, lo que le impresiono bastante y no le gusto. Hacia - esta edad no sentia libido en ninguna direccion concreta y el ir con la prostituta fué "por­ que lo hacian tod os" . Luego fué con otras rnu- jeres y no le disgustaban. Empezo a robar y a los 16 le llevan al reformatorio de Caraban- chel. Alli estuvo con homosexuales por prime­ ra vez, enamorandose de uno de su edad. Ha es tado 9 anos en la carcel y hoy prefiere la ho mosexualidad antes que la heterosexualidad. - 341 - Caso 161. 23 anos. A los 5 o 6 anos ya sa- bia algo de la sexualidad por oidas en la al- dea. Jugaban en una pandilia y se cambiaban las ropas los nihos y las ninas. Tambi4n, al dormir con sus padres, los veia mantener rela clones sexuales, lo que le daba rabia porque creia que le hacian cano a su madre. Al prin­ ciple, el ver a las ninas desnudas le data as CO. Después, en el colegio, con chicos de su edad jugaban a tocarse y le gustaba. A los 9 conoce a uno de 18 con quien estara varies - anos manteniendo relaciones homosexuales. El era muy solitario y ya en su pueblo buscaba otros hombres para tener contactos sexuales - con ellos. Trabajaba en el campo y daba el cî nero a sus padres, pero como no le gustaba se fué a Barcelona a los I6 con un hermano y alli se dedic6 a la prostitucidn. No le inte resan las mujeres. Prefiere el papel pasivo - al activo. En el cuadro numéro 47 se senala la actividad sexual preferida dentro de la homosexualidad. Hubo 40 casos que se inclinaron por los besos, 57 por la masturbacion, el coito anal lo eligieron 24, 25 preferian el manoseo corporal y 15 la fellatio. Hubo muchos casos que no destacaban ninguna de estas y practicaban todas. las actividadee. - ]42 - CUADRO NQ 47. ACTIVIDAD SEXUAL PREFERIDA DENTRO DE LA HOMOSEXUALID'AD. NQ de casos % Masturbacion 57 27 ,80 Besos 40 19,51 Manoseo corporal 25 12,19 Coito anal 24 11,70 Fellatio 15 7,31 Todas 32 15,60 Ninguna 12 5 ,85 NT=205 - 100 - 343 - La actitud adoptada en las relaciones homose­ xuales aparece en el cuadro numéro 48. Hubo 21 cases que siempre eran actives y 29 pasivos exclusivamente. Se inclinaban per una u otra actitud pero no de forma exclusive 38 para la forma acti va y 24 para la pasiva y habia muchos, 93, que no tenian una eleccion determinada, variando segùn las circunstancias y las - caracteristicas del companero. CUADRO 48. ACTITUD ADOPTADA EN LAS REL,\CI0NES HOMOSEXUALES. N5 de casos Activa solamente 21 10 ,24 Pasiva solamente 29 14,14 Algo mas la activa 38 18,53 Algo mas la pasiva 24 11,70 Las dos igual 93 4 5 ,3 6 Nt=20 5 = 100 - 344 - Caso n9 146. 26 anos. Es el penultimo ce los hermanos. Siente veneracion por su mac re. Ce pequeno era muy timido y hacia los 12 anos, sin un buen conocimiento de la sexualidad, hizo coito anal con uno de 2 0 , sin gustarle esta experiencia. A partir de entonces empie­ za a ir con amigos, aunque al principle no sentia nada. El siempre tiene el papel pasivo, Le gustan los hombres de 20 a 30 anos que le dominen. No siente nada con una mujer y a el le gustaria serlo. Es comun la creencia de que los efectos de las primeras experiencias sexuales con adultos han sido exagerados y , para conocer la opinion que los propios interesados teniarf, se les pidio que comentaran sobre su influencia en la conducta sexual posterior. Las opiniones eran variables y habia algunos que admitian estos hechos como muy importantes en su vida. Caso n9 167. 26 anos. "Me parece que si no - hubiera sido aquel hombre, otro lo habria he cho en su lugar". Caso n9 204. 28 anos. "Siempre me atrajo la forma de vestirse y maquillarse de mis herma- nas. Cuando ellas hablaban de chicos también me gustaba hablar de ellos. For eso nô fué ex trano que con el primer hombre que me lo pro- puso me comportara como una mujer. El solo hî zo lo que yo habia estado esperando". - 3^5 - Caso n9 199. 29 anos. "Cuando me llevaron a - aquel colegio yo era un chico como otro cual- quiera. Fué el ambiente aquel lo que me intro dujo en la homosexualidad". Caso n9 154. 23 anos. "No sentia nada agreea­ ble cuando aquel sacerdote abusaba demi. Fe- ro creo que quedé marcado para el resto de mi vida. Lo unico cierto es que no me interesan las mujeres". Caso n9 147. 19 anos. "Yo era bastante débil o quiza de aspecto afeminado. En eso seguramente tuvo la culpa mi madre que me protegio demasia do. Pero antes de que aquel hombre "me desper- tara" yo no tenia inclinacion sexual détermina da" . Caso ns I9 1 . 24 anos. "El chico aquel que me bes6 era mi idolo y estaba loco por él antes - de que lo hiciera". En el cuadro numéro 49 se detalla la frecuen- cia con que la muestra mantenia relaciones homosexuales, refirién dose a antes de la prision en los casos que se encontraban en ella en el tiempo del estudio. Hubo 10 casos que no tenian ningu na actividad al mes. Entre 1 y 5 actos sexuales se encontraban 44, y 38 eran los que los tenian 5 a 10 veces. La proporcion ma- - 346 - yor, 45 casos, se relacionaba de 10 a I5 veces al mes. Con mas actividad sexual, de 15 a 20 actos mensuales, habia 28 sujetos y a 20 o 25 llegaban 17 de ellos. For ultimo, 14 casos estaban entre las 25 y las 30 actuaciones por mes y 9 afirmaban pasar - de las 3 0 . CUADRO N9 49. FRECUENCIA DS ACTOS HOMOSEXUALES AL MES. Nfi de casos % Ninguno 10 4 ,8 7 D e l a 5 44 21,46 De 5 a 10 38 18,53 De 10 a 15 45 21,95 De 15 a 20 28 1 3 ,65 De 20 a 25 17 8 ,2 9 De 25 a 30 14 6,82 Mas de 30 9 4,39 Nt =205 - 100 - 34? - Una pequena parte de los casos estudiados tarn bien mantenia relaciones heterosexuales, como se detalla en el cuadro numéro 50» pero,comparândolas con la actividad homosexual, se puede observar que eran mucho menos frecuentes. CUADRO M9 50. FRECUENCIA DE ACTOS HETEROSEJfUALES AL MES. N° de casos % Ninguno 169 82,43 De 1 a 5 23 11,21 De 5 a 10 8 3,90 Mas de 10 5 2,43 Nt=205 = 100 - 3 4 8 - Caso n9 3 4 . 52 anos. "La . Aspecto ir.a.3 culino. Su iniciacion sexual fué muy tardia, casi a los 20. Heterosexual al principio, se - fué c o n v i n t iendo a la homosexualidad a través de sus multiples estancias en las carceles. R_e sumidamente, su périple carcelario es el siguier te: primeras experiencias homosexuales en la - prision de T o r r i j o s : a partir de entonces se - le conceptua como tal en su expediente peniten ciario. De vida bohemia, ha estado varies anos detenido por vagabundaje. En Nanclares de la - Oca esta 18 mes e s , después va al ejército, don de mantiene relaciones con algûn superior, p e ­ ro s in producirle placer, dice que era como un servilismo. Una vez licenciado cumple una con- dena de cinco anos en Carabanchel por h u r t o , sosteniendo actividades esporâdicas y siendo - siempre pasivo. Posteriormente pasa otros c i n ­ co anos en diferentes prisiones y desde I .967 esta la mitad del tiempo en la carcel. Siempre le ha gustado la pintura y cree que hubiera si_ do un buen pintor de haber tenido alguna ayuda. Le atraen las m u j e r e s , pero se considéra ya viejo para interesar a alguna. FOTOGRAFIA 1 9 . 3 4 9 - FOTOGRAFIA 2u No habia tampoco grandes sorpresas cuando se interrogaba sobre la edad preferida en el companero sexual. I,ot preferian mas jovenes 62 casos. De igual edad 38, al^ro mayores 51 de ellos y solo habia 4 que les elegian mucho mayores. on <̂ 1 cuadro numéro 5I se detallan estas cifras. - 350 - CUADRO ri9 51. EDAD PREFERIDA EN SL COMFANERO N2 de casos % Mas joven 62 30,24 De igual edad 88 42,92 Algo mayor 51 24,87 Mucho mayor 4 1,95 Nt=205 = 100 Mas importante que la edad eran las caracteris ticas buscadas en el consorte. El conjunto de respuestas era muy variado, tanto que se resumieron en unas pocas,como se aprecia - en el proximo cuadro. - 351 - CLADRO N? 52. CARACTERISTICAS 3U5CAFÂ5 EN 2L COMPANERO N9 de casos $ Viril, rudo 41 20,00 Joven, bien parecido 37 18,04 Con personalidad 34 16,58 Afeminado 29 14,14 Que le domine 19 9,26 Inteligente 18 8 ,7 6 Como él 12 5,85 Bondados0 9 4,39 Que se deje dominar 6 2 ,92 Nt=205 100 Caso n9 117. 19 anos."El fisico es poco impor tante, yo no busco a un Paul Newman, pero qui^ ro que sea inteligente y con personalidad . Caso n9 140. 2] anos. "Me gusta que me dominen, - 352 - porque para eso estan los hombres. Yo hago de mujer en todo y as I es como tenia que haber nacido". Caso ns 109. 18 anos. "De mi edad, simpatico, con ganas de vivir". Caso n9 82, 22 anos. "Puedo estar con cualqui^ ra, porque soy muy sociable, pero me atraen los hombres de unos 30 anos mas que los joven citos". Caso nS 12, 27 anos. "Uno normal, con sus de- j j fectos y virtudes y que sea joven". ! i Caso n9 8. 46 anos. "Kâs joven que yo y menos inteligente. Como si fuera un hi jo". La promiscuidad y la inclinacion a las rela­ ciones duraderas se estudian seguidamente. La muestra se divi- dia en dos partes similares, considerando una de ellas que era - preferible el companero fijo, mientras que la otra se inclinaba por el cambio de pareja. - 353 - CUADRO N9 53 INCLINACION A IAS RELACIONES HOMOSEXUALES DURALERA. de cases 70No Quizas No sabe 100 FIGURA N del total de la muestra consideraba que este era muy bueno en su caso, mientras en casi la mitad del total era malo, muy malo o inexistante y en estas condiciones, el desar­ rollo de la personalidad debe afectarse en diverses grades, que probablemente afectarân tanto a la formacién del caracter. — 441 — como a la inteligencia o a la conducta sexual. Sin duda, el gra do de neuroticismo de los sujetos de este trabajo era muy eleva do, pero, conociendo sus vidas, no era extrano que asi fuera y - no debe extrapolarse, a partir de estos hechos, a todo el con- junto de la homosexualidad, pues como cree Marmor, "existe una gran posibilidad de que los tradicionales conceptos sobre la existencia de defectos caracterologicos en los homosexuales, se basa en estudios parciales y no representan el espectro de per- sonalidades présentes entre la poblacion homosexual" (106). Desde otro punto de vista, algunos autores han intentado relacionar la homosexualidad con la edad elevada, en comparaciôn con el promedio general, de los padres de los suje­ tos de esta condiciôn, suponiendo que, en las células germinales de estos progenitores, existirian alteraciones genéticas que da ban lugar a su apariciôn, pero esto no ha sido en ningün caso - confirmado, a pesar de que Àbe y Morany S later, entre otros , piensan, de acuerdo con sus estudios expérimentales (107), que la edad de las madrés de los homostxuales es elevada respecte a la media general. Otros, como Saghir y Robins y Zuger, en cam- bio no encontraron diferencias significativas en la edad mater­ nai al naciraiento de diferentes homosexuales y heterosexuales, que estudiaron comparativamente. (108) En los casos estudiados aqui, la edad media de las madrés era de 25,^0 anos y la paterna 29,55 anos también, en contrandose ambas cifras dentro de los promedios considerados - normales para el resto de la poblaciôn, lo que esta de acuerdo con, la creencia de que no existe ninguna relaciôn genética en­ tre la homosexualidad y la edad avanzada de los padres, argumen - 442 - to que, en mi opinion solo hace continuer, con un ropaje moder no, la larga serie de opiniones que intentan relacionarla con alguna forma de enfermedad ôrganica concreta. Si parece, en - cambio, de mayor interés, la influencia que puede tener en el desarrollo de la imagen masculins la ausencia de un padre joven que pueda proporcionarla y quizâ, en determinados casos, este hecho debe ser tenido en cuenta. La estructura familiar de los homosexuales fué estudiada también hace anos por Lang (IO9 ), quién encontre ura media de 2 ,5 hermanos entre una amplia muestra obtenida de los registres policiales, mientras que solo tenian 2 ,0 3 hermanas. Esta disminucién proporcional de las hembras, le hizo creer en algûn defecto biolôgico para poder explicarla, pero no pudo en contrar ninguno que la justificara. Posteriormente se repitie- ron estos estudios, intentando determinar la composiciôn mâs - frecuente de las familias de los homosexuales y hubo resultados para todos los gustos. Entre los casos de este trabajo, lo habituai eran lo grupos familiares reducidos, de manera que mâs del 23$ solo tenian un hermano o hermana, casi el 20^ eran hijos ûnicos o no conocian a sus hermanos y algo mâs del 10^ tenian dos her manos, uno de cada sexo. La relaciôn entre el numéro de herma­ nos y hermanas era muy variable y no aportaban nada destacable. Las teorias varian enormeraente al considerar la actitud parental que mâs influiria en el origen de la homo­ sexualidad , pues aquellos que afirman que es una enfermedad, casi siempre atribuyen la responsabllidad a los padres, al me- - 44-3 - nos en parte, pero no pueden establecer reglas concretas, por­ que los homosexuales proceden de familias cuyas caracteristicas son tan variadas como pueda imaginarse. La identificaciôn con sus madrés de muchos de los casos estudiados aqui, no debe ser entendida como una fija- ci6n materna al estilo psicoanalitico, causante de homosexuali­ dad. En realidad, es un hecho comûn en nuestra sociedad, por­ que es con la persona con la que el nino mantiene el contacte - mâs directe en la infancia y que este tenga preferencia por ella es lo habituai, con independencia de su particular orienta cion sexual. Lo que es insostenible es mantener pos turas co mo las de Bergler, psicoanalista que define al homosexual con las siguientes palabras : ".....es un hombre que, para escapar - a su fijacion masoquista a la madre, utiliza ante todo el méca­ nisme de defensa inconsciente consistente en una relaciôn hom- bre-hombre, y que, en su personalidad, présenta esencialmente el mécanisme consistente en "coleccionar las injusticias" .Segûn este autor, "el homosexual no escapa jamâs de su madre". (110). Todo esto no résisté el mener anâlisis serio, pero la inf luencia de psicoanalistas como este en el gran publ_i co ha sido lo suficientemente grande como para que se establez- ca una creencia generalizada en estas absurdas afirmaciones. Algunos psicoanalistas han procurado unir las nu-ev as corrlentes de la etologia con las ideas freudianas. tn Espana, Rof Carballo lleva muchos anos intentando conciliar am — 444 — bas formulaeiones y sus trabajos no han empezado a tener un ver dadero reconocimiento hasta hace pocos anos. En su libro "Bio- logia y psicoanâlisis" (111), Rof dice que el ser humano "se - va constituyendo poco a poco, en la interaccion con las perso­ nas tutelares y con el medio ambiente" (112). Para el espanol existiria una programacion bâsica cerebral que se irâ désarroi lando a lo largo de la vida y muy especialmente en la infancia, por medio de la relaciôn dialéctica con el exterior. Otra cosa distinta es conocer el funcionamiento de esta interacciôn del sujeto con el mundo, pues como senala Rof, "lo que en estas programaciones sea estructural o dinâmico, funcional, irrever­ sible o revêrsible, es cosa que hadtaclarar la investigaciôn fu tura" (113). Algo de esto es lo que ocurre con la conducta sexual. Por decirlo de alguna manera, al nacer existiria un programs bâsico, que es comûn a toda la especie humana y un pro grama individual, distinto para cada individuo. Ambos tienen - que desarrcilarse a través de la relaciôn ambiental, pues sin - ella no tienen razôn de ser. Todos los mécanismes de respuesta sexual son comunes para todos los sujetos y, biolôgicamente, existe la posibilidad de que el aparato sexual de los humanos se excite tanto de forma heterosexual como homosexual, aunque es mucho mâs frecuente la primera. Lo que ocurre es que las - normas morales estimulan la heterosexualidad y condenan la ho mosexualidad. Otra cuestiôn es conocer el grado de preferencia individual entre unay otra opciôn , porque esto es algo que en tra dentro del desconocido campo de las preferencias y, del mis, mo modo como no sabemos exactamente por que una persona prefie - 445 “ re un color o una flor a otros, en el terrene de la sexualidad, mucho mâs complicado, ocurre algo parecido. For eso es por lo que se han revlsado una y otra vez las diferentes situaciones familiares de los homosexuales, para intentar conocer la inf lu en cia que un tipo de madre, de padre o de hermanos pueden ejercer en la determinaciôn de la orientacion sexual. Las experiencias de los psicoanalistas coinci, den con las de los etôlogos en considerar la importancia del im printing, no solo en los demâs animales sino también en el hom­ bre. Rof dice que el recién nacido es "un emisor de mensajes", mediantelos cuales intenta conseguir su adaptaciôn al mundo que le rodea, en el que aparece como figura destacada la madre. Por eso se puede hablar de unidad materna-infantil, lo que Rof lla­ ma urdimbre, que viene a ser similar al troquelado de Lorenz.Fa ra que el cerebro del nino pueda desarrollarse necesita el ade- cuado estimulo externo, pues para que las funciones mentales puedan aparecer, precisan necesariamente de la relaciôn con el exterior a través de la experiencia (114) y de esta forma parte excepcional la figura materna, sobre todo en las primeras fases del desarrollo, en las llamadas por los psicoanalistas relacio­ nes primigenias objetales. Segûn sea esta interacciôn madre-hijo temprana, se activarân o no determinadas funciones cerebrales, por lo que su importancia en la formaciôn de la personalidad es clara, pe­ ro no se conoce la forma en que el cerebro infantil emite seria­ les a su madre, ni como esta deberia responder ante ellas, solo se sabe la importancia del cariho, del amor, pues sin estos, el nino no podrâ alcanzar un buen desarrollo, como se ha'ôstn por - - 446 - las lamentables consecuencias de los casos de hospitalisme. Pero el conocer la importancia de la madre en el crecimiento normal del nino es independiente de relacionarla directamente con algunas conductas homosexuales y se necesitan mâs estudios para poder afirmar el papel que esta juega en su desarrollo. Como decia uno de los homosexuales estudiados aqui: "yo soy asI por alguna razon, supongo y quizâ entre ellas una sea que adoraba a mi madre, pero creo que hay muchas cosas que se olvidan casi siempre, como el pensar que desde que nacemos estâmes dentro de una cultura que nos va haciendo a su medida" . Si en los demâs animales, la inf luencia del mê dio que les rodea es decisiva para el establecimiento de su con ducta, en el individuo humano, que es el ser biologicamente nâs frâgil, al necesitar para subsistir la ayuda de los demâs anima les de su especie por un tiempo mâs prolongado para lograr si desarrollo normal, se comprends que sin la aportaciôn familiar y social no podrâ evolucionar ni crecer. Entre el nino y el gru po que le rodea se establece una compleja relaciôn dialéctica, por medio de la cual se prépara el future adulto para la integra ciôn en el sistema social a que pertenece, y esta integraciôn es realizada sobre todo por el proceso éducative, que serâ muy variable de unos lugares a otros. Por eso, la homosexualidad, como las demâs aç titudes humanas, muestra una asombrosa diversidad como forma de conducta y no es posible reducirla a un modelo unico. Existen tantas posibilidades homosexuales como heterosexuales, aunque - - 447 - tanto unas como otras estaran relacionadas directamente con las diferentes sociedades en que tienen lusrar. larece cierto que,en los pueblos donde se fomenta la competencia individual y existen grandes posibilidades para el desarrollo de la personalidad, la conducta sexual, sea heterosexual o no, es mâs intensa que en otros grupos sociales en los que la expectativas son menos dinâ- micas y estân mâs rigidamente controladas. Esto es coherente, pues estâ en relaciôn con el grado de vitalidad, o de liberaciôn energética permitido en cada caso. (II5) 4.8.).- Tnfluencias sociales en la orientacion de la conducta sexual. La obrâ de Wjlhem Reich. La importancia de las condiciones sociales en el desar­ rollo de la sexualidad fueron senaladas crudamente por Reich, el psicoanalista disidente que uniô a la teoria freudiana las ideas de Marx, Engels y Malinowski, sobre todo. Para él, la homosexua­ lidad era una desviaciôn sexual, como para casi todos los psico­ analistas, cuya apariciôn era debida a causas sociales mucho mâs que a los efectos de la herencia. Segûn él, era una cuestiôn de educaciôn, que no se desarrollaba mâs que cuando no existian las condiciones para una buena relaciôn entre el hombre y la mujer, como ocurre en las prisiones, los internados o los cuarteles y - el mejor medio para impedir su apariciôn era la coeducaciôn de los sexos y "la prâctica de las relaciones sexuales en el momen to adecuado" (II6 ). El genial Reich estaba bastante equivocado al pensar que la homosexualidad era solo una consecuencia del siste — 448 — ; i ma burgués dominante. "For tanto tiempo como prédominé la eduaa I ciôn sexual burguesa, esta seguirâ produciendo homosexuales" j (117), pero no erraba alsuponer que, en una cultura diferjente, ' i donde como senala V/einberg, "los padres estimulen el amor, la - , exploraciôn sensual y el goce de la vida" (llB) y la homosexua- | lidad, igual que la heterosexualidad fueranmenos reprimidas, - ^ también serlan mâs sanas. '! Para Reich, la sociedad tiene interés en conse- | guir la represiôn sexual porque "la civilizaciôn exige moralidad" | (119). Segun él, y resumiendo algunas de sus ideas, las necesi- j dades humanas son modeladas y transformadas por las normas socia i les, y as! aparece la estructura psiquica adulta de los hombres, "que no es innata, sino que se desarrolla en cada miembro social individual durante el perpetuo combate entre necesidad y socie­ dad" (120). No existiria ninguna estructura congenita de los - j instintos, sino que esta se adquiere en el curso de los primeros a d i de la vida, pues, para Reich, lo unico verdaderamente innato es , la diferencia de energia végétâtiva existente en cada individuo. ; Segûn este psicoanalista, la sociedad burguesa hace, al evitar su satisfacciôn, que la energia sexual encuentre i otra clase de salida, que conducen a trastornos psiquicos y S3mâ ticos. La neurosis, por un lado y por otro, lo que hoy se conoce como enfermedades psicosomâticas, es decir, desde la insufician- cia coronaria a la hipertensiôn, pasando por las ûlceras gast'o- duodenales o las jaquecas, serân el resultado de la represiôn de - 44-9 - la sexualidad, impuesta por el modelo social dominante, que so- mete a la energia sexual a un rigide control y no permite su na tural expresiôn. Las ideas de Reich, con todos sus excesos, es­ tân siendo hoy revisadas ampliamente, pues muchas de sus especu- laciones han ido confirmândose en los ûltimos anos. Ningun medi­ co que estudie razonadamente estas euestiones puede hoy dudar de la veracidad de las afirmaciones reichianas,segûn las cuales, entre las causas de muchas dolencias humanas, estâ una sexualidad insatisfactoria, unida a otros factores, como el hacinaniiento, las prisas, la falta de ejercicio o el alcoholismo, factores to­ dos ellos relacionados con el modelo social imperante, mâs que con la propia naturaleza humana. Para Reich, la estructura del caracter es la - cris talizacion del proceso soc iologico de una determinada época, porque "la estructura socioeconômica créa determinadas formas fa miliares; estas, sin embargo, no solo presuponen ciertas formas de vida sexual, sino también las producen, mediante una definida influencia sobre la vida instintiva de los ninos y adolescentes, lo que da como resultado diferentes actitudes y modos de reacciôn' (121) . Las ideas de Reich, revolucionarias para su épq ca y aûn para la nuestra, le produjeron grandes conflictos y su vida fué un tremendo pertgrinar que acabo obscuramente entre los muros de una prisiôn. Al final, sucumbio a las presiones socia­ les y entré en un estado délirante, refiejado en sus ûltimos es- - 4-50 - critos, en los que se identifica con una especie de Cristo po- seedor de la energia sexual, a la que llamô orgonica, pues creia, y esto estâ siendo objeto de atenciôn actualmente, que la energia vital, de la que forma parte especial la sexualidad, erade posi­ ble cuantificaciôn y mediciôn, denominando a la unidad energéti­ ca, orgon. Para este continuador de la obra de Freud, la - conducta sexual estâ directamente relacionada con la forma ce so ciedad, lo cual, aunque ya fuera implicitamente desarrolladc en los escritos del creadcr del psicoanâlisis, no habia sido cors ide rado en toda su importancia. Reich cree mucho mâs en la influen cia de las condiciones sociales para el establecimiento de la conducta sexual, que en la propia disposiciôn individual, que quedaria en un papel secundario, bajo la capacidad moldeadora de las normas imperantes. Las soluciones que Reich aporta a los proble- mas sexuales vienen siempre a través de la variaciôn del sistema social. La coraza yoica, como él la denomina, constitufda por las normas morales adquiridas a lo largo de la vida, forma una barrera infranqueable a los deseos y tendencias naturales, que - no pueden manifestarse y dan lugar a todas las formas de compor- tamiento caracterizadas por su viciosidad, y segûn Reich, por su inhumanidad. "Lo que constituye la elevada joie de vivre de los individuos no acorazados, su vivacidad, es decir, el funcior.a- miento de la bioenergia en un nivel alto con un elevado métabo­ lisme energético, es totalmente impensable para el individuo “ 451 - acorazado" (122). Una dramatica paradoja se estableceria en el - hombre que, por un lado, anhela la realizacion compléta de sus deseos sexuales, pero que asi mismo , los rechaza y no puede ma nifestarlos por la distorsion a que le obligan las ideas morales. Esta séria, en resumen, la idea de Reich sobre la sexualidad, a la que considéra como algo bueno y natural,que la sociedad con­ vierte en perverso y condenable. Para tener una vida sexual sana, séria necesaria la eliminacion de todas las intolerancias que - la rodean, y esto tanto en lo referente a la homosexualidad, co­ mo a la heterosexualidad. Las innovaciones de Reich eran muchas y de un enorme interés para la Medicina, pues, en sus teorias sobre la - energia vital y sü forma de utilizaciôn, se er.cuentran integrados los términos de salud y enfermedad. El estado de rigidez, de ten sion, originado por el continuo bloqueo emocional, produce, a la larga, modificaciones indeseables en el organismo que condu­ cen a la apariciôn de las "alteraciones en el bios is tema" cono- cidas como enfermedades. En el terreno de la sexualidad, el comporta- miento homosexual séria para Reich una manifestaciôn neurotica, debida a las limitaciones y contrôles ejercidos socialmente so­ bre la heterosexualidad, de forma que,si esta pudiera expresarse mâs libremente,conseguiria eliminar al componente homosexual, - mâs debil, de la sexualidad humana. Reich estaba basicamente de acuerdo con las ideas de Freud sobre el establecimiento de la - — 452 — orientacion sexual, entendiéndola como el resultado de la acciôr ambiental sobre las disposiciones originales de cada individuo, pero no creia, al no conocer mâs estudios transeulturales que - los de Malinowski, quién le influyô grandemente, que en un medio social con menos limitaciones sexuales que en la sociedad bur­ guesa, pudiera desarrollarse también la conducta homosexual. En conjunto, la obra de Reich es un ininterrum pido canto a la libertad humana y a la superaciôn de los miedos impuestos en las gentes por una educaciôn represiva y como él - diria, fascistizante. Reich fué un adelantado de su tiempo, lo que pagô con creces (I2 3), pero su obra tiene hoy mâs interés - que nunca, pues como él mismo dice en su obra clave "Anâlisis de carâcter": "ya no puede responderse en términos psicologicos a la pregunta de por que la sociedad exige la represiôn de los ins tintos. Son intereses sociales, o mâs estrictamente econômicos, los que originan este fenômeno" (124). A excepcion de unos pocos, como Reich, repré­ sentantes de la izquierda humanista freudiana, muchos psicoana­ listas adaptaron esta teoria a la moral dominante, haciendo del psicoanâlisis un medio de consumo y de lucro m.âs, y despo jândolo de su verdadero carâcter de ciencia del conocimiento humano. El método de estos pseudo-cientificos es bien conocido y se basa en construir la personalidad normal segûn los sistemas convenciona les al uso, convirtiendo en infantiles, neuroticos, o simplernen te en locos, a aquellos que se apartan de ese modelo establecido como normal, lo que constituye un método sûtil y, al mismo tiem po, eficaz para "domesticar" a las personas, pues como senala - - 453 - Fromm, "este tipo de influencias es, en cierto sentido, mâs pe ligroso aûn que las formas antiguas y por cierto mâs francas de llamar las cosas. Entonces, el individuo sabia al menos que habia alguna persona o doctrine que lo criticaba y estaba as i en con­ diciones de defendersei ipero, quién puede ahora contra "la cien cia"?" (125). Esta modalidad represiva del psicoanâlisis la han padecido muchos homosexuales, que acudian al médico para con seguir una mejoria en su inestable condiciôn emocional y solo encontraban a un técnico que les imponia,para su curaciôn, el abandono de la homosexualidad y ai conversiôn en heterosexuales, no consiguiendo, aparté de una buena cantidad de dinero, mâs que el anadir nuevas contradicciones a la ya, de por si, confusa situaciôn del homosexual en nuestra sociedad. For eso, la obra de Reich, ademâs de por otras razones, tiene especial interés, al haber conseguido trasladar la ôrbita de acciôn del psicoanâlisis desde el grupo familiar - a la organizaciôn social, de la que aquel es su primer represen tante. Dentro de las influencias sociales consideradas importantes en el establecimiento de la conducta sexual destacan las ejercidas a través de la escuela, donde generalmente tienen lugar los primeros conocimientos sobre la sexualidad, cas i siéra pre de forma espontanea con los companeros. Dos hechos sorpren- dentes configuran todavia hoy.en muchos paises.estos primeros - balbuceos del nino, o de la nina,en el terreno sexual y estos - - 4 $4 - son la ausencia de una elemental educaciôn sobre estos temas en la escuela y el mantenimiento, aûn, de la separaciôn escolar de sexos. De los 205 casos estudiados, solo 9 habian re cibido alguna clase de orientaciôn sexual por sus padres o sus familiares mas cercanos y todos los demâs habian ido adquiriendo estos conocimientos poco a poco, cas i siempre a partir de los 9 a los 12 anos, por oidas y charlas con amigos de su edad, aunque otros, en menor cantidad, se iniciaron a la vida sexual sin te­ ner idea sobre ella directamente, por la masturbaciôn u otras ma nipulaciones sexuales. No ha sido hasta 1.979 cuando se ha hecho obligatoria una ensenanza sexual en el colegio en Espana, que - si es bien dirigida puede evitar al nino la gran cantidad de er rores y actitudes deformadas hacia el sexo adquiridas por otras generaciones anteriores. Es fâcil comprender que los primeros conocimien tos y experiencias sexuales pueden tener alguna influencia en la elaboraciôn de la conducta posterior, lo que no es tan sencil lo de prever es, que tipo de actividad y en que individuo puede influir sobre la orientaciôn de su sexualidad. En el grupo estu- diado,lo habituai fué que las primeras experiencias sexuales tu- vieran lugar en su época escolar, pero es évidente que estas, en la mayor parte de los casos, estaban muy lejos de las situaciones emocionales de la conducta sexual adulta y eran solo un juego mâs, especialmente divertido. Sin embargo, una parte importante de los suje­ tos pas6 algunos anos de su infancia en internados masculinos de - 4-55 - caracteristicas diversas, desde los reformatorios a los mâs se- veros colegios religiosos y la convivencia exclusive con perso­ nas del propio sexo durante tanto tiempo, tuvo que influirlos - de diversas maneras, cooperando en algunos al establecimiento - de una orientaciôn homosexual. En todas las comunidades de este tipo existe una jerarquizaciôn en la relaciôn dominante-domina­ do que hace que los sujetos mâs débiles o menos fanfarrones de- ban someterse a la mayor fuerza o brutalidad de otros y, conioes bien sabido, la sexualidad es una forma de dominaciôn en muchas ocasiones. Por eso, no son raras las violaciones mâs o menos for zadas por los veteranos a los nuevos muchachos que entran en los reformatorios o en colegios de caracteristicas similares. Algu- gunos de los casos estudiados aqui tuvieron como primeras expe­ riencias sexuales, segûn decian, este tipo de actividades, es tan do su conducta posterior influenciada por ellas, pues continua- ron después manteniendo frecuentes relaciones homosexuales en el colegio por deseo propio. De todas formas, este tipo de homosexualidad in fantil o adolescente es corriente tanto en las historias de homo sexuales adultos como en las de heterosexuales y es producida por un sistema éducative que priva al joven de otras posibilidades de expresiôn sexual, en un momento de su vida en el que necesi­ ta imperiosamente este desahogo fisico. Por ello, la masturbaciôn reciproca entre companeros es frecuentisima en la época escolar como forma introductoria a la vida sexual, aunque generalmente - es pasajera y va poco a poco sustituyéndose por las relaciones - heterosexuales, menos en algunos casos en que dan paso a una orier taciôn homosexual sino definitiva, si prédominante. - 4$6 - En las historias estudiadas en este trabajo, habia casos que,en su infancia, sin tener ninguna tendencia se xual determinaday por sus cualidades de mayor sensibilidad o menor aprecio por los juegos fuertes, sus companeros les llama ban afeminados o mariquitas y en las primeras relaciones homo­ sexuales preferian adoptar un papel pasivo o masturbar a los de mâs chico.s. En los internados eran conocidos como "chicas para todo" , pues su comportamiento estaba mâs proximo de la conducta considerada femenina que de la masculina. Posteriormente, fuera de los colegios, el establecimiento de relaciones heterosexuales no les fué fâcil, en parte porque estaban acostumbrados a ser - ellos los solicitados sexualmente y también porque preferian con tinuar con la homosexualidad. Este tipo de homosexual es el afe minado, que en los casos extremos se convierte en transexual. Lo que no es sencillo es delimitar el componen­ te hereditario en esta conducta y la parte que corresponde solo a las experiencias infantiles. Con bastante frecuencia, los ho­ mosexuales afeminados y los transexuales tienen un desarrollo se xual parecido a este ; es decir, son hijos ûnicos o de madre hi- perprotectora o pertenecen a familias con pocos varones y muchas hembras, lo que coopéra en el establecimiento de su déficiente mo delo de identidad masculine y,al relacionarse con otros chicos en las escuelas, no saben o no pueden mantener una actitud viril convencional y prefieren adoptar el papel femenino, que luego se irâ estableciendo a través de las relaciones homosexuales. Fero no parece que este proceso sea suficiente para explicar, como se ha intentado en muchas ocasiones, la homosexualidad o la transe- - 457 - xualidad y solo debe de tenerse en cuenta en casos individuales, no de manera general, pues estos tipos de conducta tienen tantas formas de empezar y tantos conceptos interrelacionados ,i'̂su diver sidad es enorme y no reducible a unos hechos familiares o sociales determinados. Bastantes de los casos estudiados aqui contaban entre sus experiencias infantiles con el haber sido seducidos por adultos. Los efectos de la "seduce ion de ninos"han sido descritos, como senala Tripp, "por muchos tribunales como daninos para la moral de un menor" (126), pero lo mas probable es que no produz- can gran efecto en la orientacion sexual, lo que ya fué senalado por Kinsey. Como se indicé anteriormente, dentro de estas expe­ riencias, los instigadores mas frecuentes en los casos de seduc- cion de este trabajo fueron, en 8 ocasiones, sacerdotes o religio SOS, lo que estâ en relaciôn con la dificil y mal explorada sexua lidad de este tipo de profesiones. En cualquier caso, quizâs sea mâs correcte pensar que, la mayoria de las veces, el seducido no era tal, sino que - participaba activamente en el establecimiento de la seducciôn, es tando, al menos en parte, su tendencia sexual ya orientada con - anterioridad a la posible ocasiôn provocadora. Gibbens y Prince creen que este tipo de sucesos aislados raramente producen un efecto profondo en el nino y que - este pronto olvidaria el incidente si no fuera por la significa­ ciôn que le dan la precupaciôn de los padres y, en algunas ocasiq nés, por los trâmites légales que se establecen. Segûn estos auto res, ninos que parecen estar tranquilos cuando declaran ante el - -4-58 - tribunal, mâs tarde tienen depresiones y trastornos neuroticos, porque no parece extrano pensar que un tribunal sea un luear alarmante para:in nino (127). Schofield, de igual forma senala - que la mente infantil "queda abrumada por todas las formalida- des de un proceso " (128). Otros autores (129) dieen que los estudios psi quiatricos de una serie considerable de individuos que de ninos habian tenido este tipo de experiencias sexuales, no han descu- bierto ningûn efecto directamente adverse de aquellos incidentes en sus adaptaciones sociales posteriores, y esto coincide con - los resultados de este trabajo, pues mâs parece que los efectos de la seducciôn hayan sido exagerados por los propios seduci­ dos, para intentar dar una explicacion algo coherente de su homo sexualidad al entrevistador. Con las experiencias homosexuales escolares ocur re en forma parecida. Estas suceden con parecida frecuencia,tan­ to entre los ninos que luego tendrân esta inclinacion en su vida adulta, como en los que serpn heterosexuales. En ambos casos, la masturbaciôn es la forma mâs habituai de iniciar la actividad sexual y, tampoco en esto, se diferencian unos de otros. En los - casos estudiados aqui, como ya se senalô, cerca del 70% lo hic ie ron de esta manera, de forma solitaria o acompanada, siendo en - este caso la primera forma de relaciôn homosexual para ellos, aunque careciera realmente de significado como tal. - 459 - 4.9.).- La homosexualidad en la adolescencia. Otros autores (130), han senalado que los homosexuales son sexualmente précoces y que su pubertad estâ algo adelantada en comparaciôn con el resto de la poblaciôn no homosexual, Ste­ phan encuentra,en un estudio comparative,que la edad media de - apariciôn del primer orgasmo es inferior entre unos y otros en un ano, (I3I), pero no existe base suficiente para encontrar re laciôn entre la homosexualidad y la actividad sexual precoz. Los sujetos estudiados aqui iniciaron los cono cimientos y las primeras prâcticas sexuales a una edad que puede considerarse normal 0 quizâs algo menor a la media de la pobla­ ciôn, pero esto no parece un hecho generalizable a todos los homo sexuales. En mi modo de ver, habria algunos de ellos en los que si tendria cierta influencia, como por ejemplo, algûn preadoles- cente que, sin tener ningûn conocimiento sexual es implicado en continuados contactes homosexuales por algûn muchacho algo mayor que él, con quién establece una intensa relaciôn emocional, de la cual puede derivarse, al menos en parte, el establecimiento - de un modelo de conducta homosexual. Lo cierto es que, en nuestra sociedad, la exten siôn y la frecuencia de la homosexualidad masculina en la prime­ ra adolescencia es grande, pero esto no significa que exista una fase normal homosexual en la pubertad, por la que deban de pasar todos los chicos, pues no es mâs que el resultado de unas condi­ ciones sociales determinadas que, a través de la separaciôn de sexos y la no permisiôn de relaciones sexuales mâs naturales con — 4 60 — las chicas, fomentan su apariciôn. Como dice Tripp, "la mayor parte de las activj. dades homosexuales adolescentes carecen de consecuencias y la masturbaciôn reciproca no constituye nada mâs que una manera de exploraciôn erotica" (132), ademâs de una descarga necesaria en un momento de la vida en el que todo lo relacionado con la se­ xualidad ocupa el primer lugar en las precupaciones de los mucha chos; pero estas experiencias homosexuales précoces no suelen producir suf iciente huella como para evitar la apariciôn de ten­ dencias heterosexuales mâs que en una parte muy pequena de casos, en los que si podria hablarse de un condicionamiento mâs direc­ te. En la elecciôn homosexual influyen otros muchos factores, como por ejemplo, el dinero. La prâctica de la homose­ xualidad para conseguir una ganancia econômica,füé uno de los mo­ tives por el que muchos de los casos estudiados aqui, pertenecien tes a las clas es mâs necesitadas y con escasa educaciôn, se ini­ ciaron en esta clase de experiencias, que luego continuaron a ve ces sin interés econômico, como una forma mâs de experiencia se­ xual, pero teniendo también, en grado variable,deseos heterose­ xuales y relaciones fisicas con mujeres. Este es un hecho que se observaba con frecuencia. algunos de los sujetos de este trabajo, que no estaban clasifica- dos en el grado sexto de la escala de Kinsey y que no eran, por lo tanto, exclusivamente homosexuales. En estos casos,si era bien explicable la influen — 46l — cia del ambiente, a través del condicionamiento. Iran ch icos que, desde los 10 o 12 anos, ma.ntuvieron relaciones homosexuales frecuentes por dinero, haciendo de prostituidos en las grandes capitales o en sitios turisticos, aunque esporadicamente tuvierar experiencias de este tipo sin medlar el lucro y practicaran tara bién la heterosexualidad durante unos anos hasta que, al abando- nar la prostitucion y encontrar otros medios de vida, muchas ve­ ces el robo, se inclinaron por las mujeres, casand ose y teniendo hijos, pero sin dejar de tener contactos homosexuales, pues mu­ chos decian disfrutar tanto de esta forma como de la otra. La relaciôn existente entre la precocidad sexual y la homosexualidad se explica mejor comprend i enc o la fuerte car ga de sexualidad existente en los jôvenes, que necesitan v ias de - escape apropiadas ante esta carga energética q u e , ademâs, no pue­ de casi nunca ser utilizada heterosexualmente de forma adecuaca, por los contrôles sociales. En consecuencia, puede ser posible,en ciertos varones de estas caracteristicas, cuyas primeras experien cias homosexuales sean gratificartes, que^establezca una tend en­ cia en esta direcciôn,si no exclusiva, si prédominante. Para mucha gente, la actividad homosexual es si- nônimo de coito anal del mismo modo que su équivalente vaminal es la ûnica forma fundamental de relaciôn heterosexual, pero estos - criterios estân siendo puestos en discusiôn en la actuali dad. - 462 - 4.10.).- Glas es de actividad homosexual. Como ya viô Kinsey, (133) muchas personas tienen una preferencia determinada por otras técnicas sexuales como la mas turbacion, los contactos bucogenitaies o el coito interfemoral, pues la actividad sexual se va haciendo mâs variada y menos res- tringida a la simple inserciôn vaginal o anal, a medida que la - clase social va siendo mâs elevada. En los niveles bajos, la vj. rilidad o la femineidad suelen estar asociadas a unos papeles - sexuales estrictos, cuya variaciôn produce una cierta sensaciôn de "abandono de la masculinidad" o de "convertirse en un marima cho", segûn los casos. Como senala Tripp, muchos hombres tienen miedo de ser— lo menos si son menos actives, mâs sumisos en las relaciones sexuales y se encuentran indecisos para realizar ctras técnicas que la exclusivamente destinada a la reproducciôn (134). No ocurre lo mismo entre personas de nivel me­ dio y sobre todo, entre los que tienen estudios universitarics. Para muchas de ellas, el adoptar otra postura distinta de la con vencional o realizar otras actividades sexuales diferentes, no tiene nada que ver con su condiciôn fisica de hombre o mujer, y esto es apreciable tanto para la heterosexualidad como para la homosexualidad. En el grupo estudiado se podian encontrar toda clase de preferencias y quizâ lo mâs destacable fuera precisamen te eso, la no existencia de unanimidad en este sentido. Se apre- ciaban sensibles diferencias entre los jôvenes, mâs desinhibidos sexualmente y los mâs viejos,que. continuaban prefiriendo las - técnicas que aprendieron en su primera juventud, siendo mâs rea - 463 - cios a una mayor libertad y variacion en sus manif es tac tones se- xuales. La actividad mas habituai, con diferencia, era la masturbacion, lo que esta de acuerdo con algunos trahajos (135)» pero no con otros, (136) quienes afirman que la forma oraZ genital es la actividad sexual preferida por la poblacion homo­ sexual, Schofield, (137), en su estudio comparativo de très ti- pos diferentes de homosexuales, encuentra mas frecuente el “mano seo corporal” y Curran, las relaciones anales (138). Por lo tanto, hay opiniones para todos los gus­ tos, siendo la mia, que esta modalidad es mucho menos frecuente en la homosexualidad de lo que se piensa y solo es una forma pre dominante entre los transexuales, que intentan con ella un simu- lacro de la relaciôn pene-vagina y rechazan toda actividad con - su propio falo, que es precisamente la perte de su cuerpo que de s earian eliminar; pero, entre los homosexuales no afeminados, los besos, el petting y la masturbaciôn son las formas mâs comu- nes de relaciôn sexual y el coito anal es solo la manera preferj^ da de algunos de ellos. Otros autores, pensan que la fellatio es una ac­ tividad homosexual mucho mâs regular que la penetraciôn anal y - Hunt enwestudio, (139) dice que,dos tercios de los varones - - adultos habian experimentado esta técnica alguna vez a lo largo - de un ano, aunque este porcentaje no séria muy elevado para él, quién piensa que "de todos modos tal proporciôn es menor a la que podria esperarse; la literatura sobre homosexualidad podria lie- — 464 — var a suponer que la fellatio tiene una difusion universal" (l4o ). Frobablemente, esta opinion sea algo excesiva, pero, en todo caso,sirve para poner de manifiesto lo extendida que esta - esta forma de actividad sexual, hasta hace muy poco considerada - excepcional, ademas de aberrante por la Iglesia Catblica. La conclusion de Hunt es que la masturbaciôn - manual sigue siendo la actividad mâs cornun para los varones con experiencia homosexual, muy por encima de otras como la relaciôn anal, que solo era practicada por menos de la mitad de los suje- tos estudiados por él. La forma de actividad sexual elegida esta en re laciôn con la experiencia adquirida y sobre todo con la carga de temores e inhibiciones sobre la sexualidad que posean los diferen tes individuos. Los sujetos mâs "liberados" tienden a tener un - répertoria mâs variado en su actividad sexual, que es mâs restrin gido entre los mâs reprimidos y también puede ser cierto que, a medida que el nivel intelectual aumenta, la sexualidad adquiere mayor complejidad, lo que va unido a una menor uniformidad er - las técnicas empleadas. Los homosexuales, como los que no lo son, ne so lo buscan una satisfacciôn sexual en su relaciones con otros.El sexo es,para muchos,una forma de comunicaciôn entre dos perscnas que se sienten atraidas emocionalmente, pero no la mâs importan­ te y,si no hay una buena compenetrâciôn entre ellas, pierde pron­ to su interés, mi entras que, si hay intensidad afectiva, a vçces puede ocurrir, como en algunos de los casos de este trabajo eue — 465 “ no creian necesarias las relaciones sexuales, que sustitulan cor una proximidad espiritual. Los homosexuales no son muy diferentes de los demas en sus relaciones afectivas o sexuales. Los hay hipersexua les, asexuales, sensibles, zafios y embrutecidos. For eso, seFun que se estudie un grupo de unas caracterlsticas u otras, los re- sultados variaran, pues su forma de actividad sexual sera distin ta. 4.11.).- El medio de origen de los homosexuales. Desde una apreciaciôn sociolôgica, el ambiente en que se educaron los homosexuales ha sido estudiado ampliainente y la conclusion es que la homosexualidad, igual que la heterosexuali- dad, aparece en las mâs diverses circunstancias sociales. Los casos estudiados aqui, eran, mayoritariamente, de las clases so­ ciales mâs bajas y su comportamiento, tanto sexual, como de otro tipo, debe ser entendido en relaciôn a ellas y lo mismo se puede decir de otros homosexuales pertenecientes a sectores mâs acomo- dados. En cada uno de los tipos, la homosexualidad es diferente y estâ determinada por el medio en que tuvo lugar. En muchos sujetos de la encuesta, la neurosis era habitual y la homosexualidad era para ellos una especie de - salida ante las situaciones en que se encontraron. Muchos de ellos fueron ninos rechazados y atacados por todas partes y en otra situaciôn social menos patologica y mâs jus ta, su personal! dad se hubiera modelado de forma muy diferente, aunque no toda - - 466 - la culpa de su forma de ser deba de ser explicada por las inapro piadas circunstancias familiares o sociales en que vivieron, pe­ ro, s in duda, para bas tantes de ellos, la homosexualidad, igual que para otros lo es la heterosexualidad, era là ûnica manera de establecer una comunicaciôn positiva con las demâs personas. Con gran frecuencia provenian de hogares insegu ros e insatisfactorios y su grado de educaciôn era muy escaso en casi todos, a pesar de lo cual su inteligencia general no debia estar muy por debajo de la media, existiendo algunos de una dis- posiciôn intelectual notable. El alcoholismo en los padres era - comun y la estabilidad emocional que debieron recibir de ellos - nula, consecuencia de todo esto, a lo que se anadirian sus pro- blemas propios para encontrar un medio de subsistencia adecuado. Su insuficiencia interior se traducia en inseguridad y en una ne cesidad desmesurada de encontrar «^fecto y ser apreciados por los demâs. Esto era muy apreciable en algunos de los afeminados que, presos en su afân de agradar, usaban los maquiliajes y los vesti dos mâs llamativos para no pasar desapercibidos. En estos,su homosexualidad (141) o su parcial transexualidad eran utilizadas para paliar sus sentimientos de - inferioridad y de inadecuaciôn, no intentando con sus deseos con pulsivos de tener relaciones sexuales mâs que una compensaciôn - de esa gran inseguridad interna, pues no tenian tampoco relaciones amorosQs propiamente dichas, porque como dice Horney, "la dife­ rencia entre el amor y la necesidad neurôtica de afecto estriba en el hecho de ser el sentimiento afectuoso primario en aquel, - mientras en el neurotico el sentimiento bâsico lo constituye el - 467 - impulse de recuperar su seguridad, y la ilusiôn de amor es so lo secundaria" (142). La inseguridad en el papel masculino es otro he cho que participa en la elecciôn de actitudes consideradas como femeninas. Si en otras sociedades, como ya se dijo, los berdaches eran el resultado parcial del rechazo, por no poder alcanzar la - pauta de comportamiento varonil, en la nuestra, la situaciôn es mucho mas compleja, pues no solo hay diferancias en los rapeles en­ tre los sexos, sino también una pronunciada diferencia entre les de los hombres. Es suficiente recorder la importancia que tiene el dinero, el prestigio o el poder econômico en la valoraciôn de las cualidades masculinas en nuestra sociedad y, por lo mismo, - la carencia de ellos se interpréta como falta de masculinidad. For eso, algunos sujetos, mâs débiles, menos predispuestos o con peor disposiciôn social para participar en la"normal" lucha del - hombre para conseguir su papel dominante, la rechazan y se refu-- gian en el menos competitivo, socialmente hablando, es decir, en el femenino. (143) La elecciôn sexual en estos casos es un medio pa ra alcanzar la seguridad, lo que demuestra que, en la determina- ciôn del papel social de cada sexo, las relaciones de dominaciôn tienen tanta o mâs importancia en la especie humana ccno en otros animales prôximos a él en la escala biolôgica. Fero, al igual que cualquier otra condiciôn de - la personalidad, la homosexualidad aparece tanto entre las perso­ nas que han logrado colocarse en la cima del éxito, los ganadores, — 4 68 — como entre los perdedores,que no son capaces de conseguir el me nor triunfo social en el grupo a que pertenecen, aunque entre unos y otros existan grandes diferencias, porque el ser homose­ xual no es una cualidad que vaya unida a unas condiciones perso nales determinadas. Los sujetos de la encuesta eran basicamente unos perdedores, unos marginados, pero esto no tiene nada que - ver con que fueran mejores o peores que los demâs, ni que fueran homosexuales por ello. Su homosexualidad era una résultante de sus capacidades potenciales y sus vivencias, pues no se puede - olvidar que toda la infancia y adolescencia la pasaron en el mê dio hostil y agresivo para la sexualidad que el reciente perlodo politico autoritario habia impuesto, continuando la trayectoria habitual de otros gobernantes. Cada uno de nosotros nace en una posicion, un - status soclo-econômico determinado^que condiciona su conducta posterior en forma decisiva. Castilla del Fino dice que "so lamen te concibiendo al hombre en su peculiar situaciôn se hacen inte- ligibles las relaciones de él con su medio" (144), y esto hace que un homosexual determinado sea mâs similar a un heterosexual de su misma clase que a otro homosexual perteneciente a una si­ tuaciôn social diferente. Cada sociedad produce un tipo distinto y peculiar de homosexualidad y, por eso, las conclusiones que - son vâlidas al estudiar un grupo humano determinado pueden no - serlo al hacerlo sobre otro distinto, aunque ambos estén carac- terizados por sus tendencies homosexuales o de otro tipo cuaîquie ra. En las ultimas decâdas, Espana ha pasado con di- — 469 “ ficultad de ser una comunidad rural y casi feudal a convertirse en una sociedad industrializada y esto ha producido prof undos cambios en el modo de vida de las gentes. Empleando métodos aii- toritarios, se dio un trabajo a muchos sectores de la, poMaciôn que, después de la Gugrra Civil, permanecian en cond iciones casi totales de indigencia. Fero no se pensô en que este trabajo era, casi siempre, embrutecedor y dificilmente soportable para laeco- nomia ôrganica. For otra parte, no habia cauces apropiados para la manifestaciôn de estas insatisfaaiones, y al resultado de to­ do ello fué la apariciôn de grandes masas d;e seres frustrados. Una gran parte de los homosexuales de este tra­ bajo eran hijos de este tipo de personas, que para poder mantener a su familia se vieron forzados a trabajar durante anos en ocupa- ciones poco satisfactorias y que descargaban sus côleras mal re- primidas en la botella de vino o en los malos tratos familiares, después de la jornada laboral rutinaria y deshumanizada. El mal ambiente del hogar, en estas condiciones, no era mâs que el fiel reflejo de la situaciôn social correspon- diente. Por eso, muchos de los casos estudiados tuvieron un ti­ po de progenitor autoritario, que habia hecho suyos los valores dominantes, mientras que otros, no dotados de la suficiente for- taleza de caracter, o quizâs provistos de mâs inteligencia, no - lograban adaptarse a las condiciones impuestas y recurrian al alcohol como manera de, al menos unas horas cada dia, olvidarse de ellas. La emigraciôn, igual que en otras muchas fami- - 470 - lias espanolas, del medio rural a las ciudades, donde las posibj, lidades de encontrar trabajo eran mayores, contribuia a aumentar la inestabilidad y el desarraigo en los hogares, donde, s in nin-_ guna prevision, se juntaban seis, siete, o mâs hijos, a los que habia que alimentar. El panorama de la infancia de muchos de los ca­ sos estudiados debiô de ser bastante desolador, lo suficiente co mo para producir efectos nocivos para toda la vida y ayudar a - modelar una forma de sexualidad caracterizada por su compulsivi- dad, pues si bien el aspecto interpersonal de la funciôn sexual tiene una gran importancia en la satisfacciôn de la necesidad hu mana de evitar la soledad y establecer relaciones intimas y afeç tuosas con otros seres humanos, en muchos de estos sujetos se convirtio en la ûnica manera de aliviar la ansiedad, constituyen do su homosexualidad una forma para mantener su equilibria per­ sonal . Fero relacionar la conducta homosexual con la neurosis o con los ambientes perturbados es estarequivocado y, si en vez de haber estudiado una muestra de personas que estaban casi todas en prisiôn, se hubiera hecho sobre otro tipo de ho­ mosexuales de clase mâs acomodada, con menos problemas socio-fa- miliares, las conclusiones hubieran sido diferentes (145). Ademâs, igual que estos casos preferian la ho­ mosexualidad, otros sujetos educados en condiciones similares - no lo hacen, al no existir un tipo de educaciôn que pueda consi derarse especificamente caracteristico de la tendencia homosexual - 471 - y lo mismo se puede decir de la heterosexual. Es conveniente su primir muchos prejuicios sobre estos temas, en los que el Fsico anâlisis, probablemente sin culpa de Freud, no hizo mâs que con tinuar, con un ropaje de apariencia cientifica, los esquemaa conveneionales que asociaban la homosexualidad a otros actos se xuales también condenables, porque no estaban dirigidos a la re- produccion, siendo su ûnica finalidad explicable la bûsqueda del placer. La gran variacion social existante entre los ho mosexuales no estâ de acuerdo con la creencia popular, segûn la cual éstos tienden a agruparse y prefieren la vida urbana a la - rural, pues la homosexualidad se da en todas las partes, "en co­ rn unidades de todo tamano, en todo nivel social, en toda profesiôn y entre gentes de todos los tipos de vida" (146). El que muchos prefieran vivir en una cluriad no estâ directamente relacionado con su orientaciôn sexual, sino que obedece a otros factores, como mâs facilidad de empleo o me­ jores posibilidades de desenvolverse profesionalmente. Los casos entrevistados vivian de forma preferente en grandes capitales como Madrid y Barcelona, aunque su origen fuera rural en muchos casos, pero su emigraciôn a la ciudad no podia relacionarse solo con el hecho de que la atmosfera de sus pueblos era demasiado - rigida con la homosexualidad y necesitaban otros ambientes en los que pudieran pasar desapercibidos y no se enfrentaran a unas costumbres morales intolérantes para con ellos. Fero esto no es estrictamente cierto, porque exister muchas poblaciones pequenas que tienen, como ya vio Kinsey (147), agrupaciones de homosexuales astables en una situaciôn comparable a la de las ciudades y - 472 - también algunas de estas en las que el ambiente hace cificil la vida a este tipo de personas, pues no hay una relaciôn directe entre el tamano de las comunidad es y la mayor o menor tolerancia existente en ellas. La emigraciôn a las grandes ciudades, en los ca SOS estudiados, es mâs explicable por la tendencia general que - el modelo de desarrollo social ha impuesto, que por la forma de ser peculiar de estos homosexuales, quienes en este aspecto, co­ mo en casi todos, no eran distintos de los demâs. Asi__mismo, el deseo de cambiar de ambiente se explica mejor por las condiciones sociales y familiares que por su orientaciôn sexual. Para algunos, el salir del pueblo suponia, a la edad en que lo hicieron, una - especie de aventura que les iba a permitir conocer gentes y luga res nuevos, diferentes, o al menos eso esperaban, a la mediocridad en que habian vivido, y ésto estâ mucho mâs relacionado con su - vitalidad juvenil y su deseo de superaciôn que con su homosexualj, dad. La apetencia en conocer lugares nuevos era,para algunos, una manera de olvidarse de " las pared es de la escuela" y para otros, una forma de iniciaciôn de su vida individual. Sin embargo, esto no significa que, hace quince o veinte anos y todavia ahora, en el entorno moral de las clases ba ja o media de muchas poblaciones espanolas de todos los tamanos, la homosexualidad sea relativamente peligrosa y deba ser practica da de modo furtivo por algunos individuos, que no tienen la sufi­ ciente fortaleza de caracter para enfrentarse a un medio hostil, carecen de adaptabilidad social o prefieren pasar desapercibidos - 473 - En Espana, el rigorisrno moral cor. los homosexuales ha sioo la - norma en casi todos los lugares, acompanaco de actitudes de des precio casi siempre y,aûn cuando sea perceptible en la actual 1- dad una mayor tolerancia hacia ellos, en conjunto, la sccie- dad sigue siendo poco ind if erente con ellos, lo que explica, y mâs aûn en los casos de este estudio que eran verdaderos marr^ nados, su deseo de irse a lugares donde la homosexualidad fuera mejor aceptada. De las ciudades espanolas, la elegida por ellos era Barcelona, donde, segûn decian, habia un mayor respeto ha­ cia las costumbres sexuales de los demâs, "igual o superior a - la de otros paises europeos", pero se quejaban de la dificultad de encontrar trabajo alli, como no fuera realizar la pros ti tu - ciôn callejera, Se puede decir pues, que la emigraciôn de los - pueblos a las ciudades pequenas o las grandes capitales estab;a mâs relacionada con el deseo de ganarse mejor la vida y salir de unos ambientes poco estimulantes, que con la propia homosexuali­ dad . Casi todos los sujetos estudiados vivian en c i u dades, pero otros preferian zonas turisticas como las Islas Cana rias o la Costa Mediterranea, donde la actividad homosexual es­ tâ bien organizada y es intensa, por miotivos de caracter sociolô gicos. En estos lugares hedonisticos, las normas imperantes en otros sobre las restricciones sexuales estân suavizadas y la - influencia del turismo ha hecho variar en muy pocos anos de for ma radical costumbres arraigadas durante mucho tiempo, pues uno de los principales objetivos de los tmristas es - - - 4?4 - mantener unas relaciones sexuales diferentes y estimulantes q;e contribuyan, junto con el sol y el mar, a hacer olvidar los lar gos meses invernales. For esto, una nueva manera de sexualidad se àa desarrollado en las playas espanolas y ha aparecido toda una .n- fraestructura para poder satisfacerla, en la que juega un pap»l importante el " joven htino", muy solicitado tanto por los tur.s- tas del mismo sexo como por los del contrario,- A los lugares :u- risticos de Alicante, Malaga o las Canarias, acudieron muchos de los muchachos de este estudio atraidos por la posibilidad de ob- tener un dinero facil,ademas de porconocer otros lugares diferen tes a donde habian vivido,pues, como es bien sabido, una gran - parte de los trabajadores de la industria turistica son de origen rural o de zonas del interior de la penisnsula. Algunos trabajaron como camareros en bares, iio- teles o restaurantes, otros en discotecas o salas de fiesta y - bas tantes vivieron de la prostitucion homosexual, mientras qu? también hubo unos pocos, bisexuales, que fueron prostitutos con mujeres. En ambos casos, las personas que les solicitaban eran ca­ si siempre personas de edad madura o avanzada, muchas veces jübi lados 0 jubiladas, que deseaban pasar un rato agradable recordan do sus anos juveniles, sin trabar una relaciôn estable, aunque - en ocasiones estas se hacian duraderas y el "chico" vivia con su protector, siendo mantenido por el a veces espiend idamente, duian te un période de tiempo mâs prolongado. En realidad, este tipo de sexualidad no consü- - 475 - tuia mâs que una forma actualizada de la efebofilia pr^senbe, bajo diferentes formas, a lo largo de toda là bis tor la. Fero la practica de la prostitue ion no era de- seada por ninguno de los jovenes estudiados y solo era u n medio de obtener dinero para ir viviendo, pues muchos tenian amigos con los que preferian estar y permanecian el resto del tiempo que no les ocupaba su trabajo sexual. Esta era una manera de llevar un tren de vida elevado, que, de otra forma, no habian podido te­ ner . También dentro de la prostitucion habia diferen­ tes formas y, entre los casos de este estudio, habia muchos chicos que la realizaban conservancfo su identidad masculins mien Iras que otros, en menor cantidad, preferian ser considerados como mu jeres y una pequena parte cambiaban de sexo social segûn las cir­ cunstancias . 4.12.).- Homosexualidad y religiosidad. Las actitudes religiosas de los homosexuales, tenien- do en cuenta las trad iciones que condenan esta conducta, h an s i d o consideradas por muchos, como muy escasaiii cuando no se brans F or- mabaii en verdadera aversion frente a la Iglesia (148). En un - - estudio reciente , Greerberg encontraba que en el 66r' de los su jetos entrevistados, la religion era muy poco o nada importante en sus vidas y solo una parte muy pequena asistian con regular_i dad a los oficios religiosos (l4q). Estos hallazgos estân en - concordancia con los de Schofield, quién, estudiando las incli- - 4-7 6 - naciones piadosas en homosexuales delincuentes, comparandolas con las de otros no delincuentes, no hallaba diferencia, sien do en ambos casos muy escasas (I50). También Kenyon, en este - caso sobre mujeres, présenta unos resultados similares (I5I) y Saghir y Robins llegan a parecidas conclusiones (152). Sin em­ bargo, la coincidencia no es total, como en casi todos los demâs aspectos de la homosexualidad , McGuire no encuentra diferen­ cias entre las actitudes religiosas de los grupos homosexual y heterosexual de su muestra (153) y Westwood halla incluso un - grado elevado de sentimientos religiosos en los sujetos por el estudiados (154). Segun estos estudios, parece que no se debe g^ neralizar y hacer validas las conclusiones de un trabajo deter­ minado a todos los homosexuales. En la muestra presentada aqui, por ejemplo, la religiosidad era baja y solo una pequena parte, el 1 0 % acudian a la Iglesia con frecuencia, para cumplir los Sacramentos o recibir la Comunion. Casi todos habian recibido - una rigurosa educaciôn catolica que, como decia uno de ellos, "habian abandonado en cuanto pudieron" y no eran pocos los que culpabilizaban a la Religiôn de muchos de los prejuicios socia­ les contra la homosexualidad. Una escasa parte mantenia una opinion conven- cional sobre la religiôn y pensaban que ellos mismos, al ser ho mosexuales, estaban cometiendo un grave pecado, lo que 1% pro- ducia fuertes contradicciones internas. Recientemente, una publicacion del Institute Kinsey (155), compara la religiosidad de dos subgrupos de homo- - 477 - sexuales varones, blancos y negros; la mitad de los prime:os - eran pocos creyentes, un cuarto no tenian ninguna creencia y el resto eran bas tante o muy religiosos, mientras que casi el 4ü;; de los negros eran practicantes asiriuos y solo el 25,> no eran re ligiosos. Como se ve, la diferencia en la actitud reli- giosa de unos y otros homosexuales es muy grande, estando mucho mâs relacionada con los grupos sociales a que pertenecen que con su propia homosexualidad. AsI, para los sujetos estudiados aqui, la Religiôn jugaba un papel muy poco importante, de igual forma que para otros muchos jovenes heterosexuales de parecidas condi­ ciones, y esto no estâ mâs relacionado con su personal orienta­ ciôn sexual que con cualquier otra caracterlstica individual, porque es una tendencia actual existente en Espana hacia modos de vida mâs secularizados y aiejados de las formas religiosas tradi cionales. For otra parte, las diferencias régionales tam­ bién podlan apreciarse y los su jetos provenientes de zonas rura­ les del interior tenian una religiosidad mayor que los res identes en las grandes capitales o en la periferia, donde los valores re­ ligiosos conveneionales han entrado antes en crisis, por razones de caracter social. Coincidiendo con Bell (156), los homosexuales - que mantienen una religiosidad intensa, en sentido tradiclonal, tienen mayores sentimientos de euIpabilidad con su homosexualidad que los menos religiosos y, como senala este autor, "especialmen te los que son Catôlicos Romanos tienden a tener una autoestima muy baja y a sentirse extremadam.ente alienados" (157). Weinberg - - 478 - y Williams también senalan como otras caracterlsticas de les ho mosexuales muy religiosos el mantener pocos contactes sociales con otros homosexuales, tener una actividad sexual muy restrin- gida y, sobre todo, intentar mantener su condiciôn lo mâs ocul- ta posible (I58). Todo esto parece aplicable a los sujetos de es te trabajo, pocos, desde luego, que tenian actitudes religiosas rigoristas, pues, para ellos, la homosexualidad constituia uno de sus mayores problemas y habian tratado de mantenerla oculta - durante mucho tiempo, hasta el punto que los padres de algunos - de ellos seguian sin saber que tenian un hijo de estas caracte- risticas. Ademâs, se da la circunstancia que, en dos casos, sus primeras inclinaciones las empezaron a tener en el Seminario don de estudiaban y que posteriormente abandonaron, aunque continua ran siendo catôlicos ptacticantes. Este no fué el caso de un li­ bre publicado hace poco en Espana (159), en el cual un muchacho homosexual abandons sus estudios religiosos por las contradic- ciones internas a que se encuentra sometido y se marcha a otro - pais de Europa donde intenta encontrar un ambiente de mayor li­ bertad para las personas como él. A pesar de los estigmas religiosos sobre la ho­ mosexualidad, no puede decirse que las personas de este tipo lo sean mâs o menos. Frobablemente, los homosexuales no difieren de los heterosexuales en sus actitudes frente a la religion, aun que esta haya sancionado con frecuencia esta clase de conducta. En los ûltimos anos, la postura oficial de la - Iglesia no ha variado, a pesar del Concilie Vaticano II y sigue - 479 - condenando la homosexualidad, aunque no suele abordar el pro­ blems de una manera abierta. Una de las pocas ocas iones en que si lo hizo fué en 1.976, siendo Papa Pablo VI, a través de una declaracion solemne de la Sacra Congregacion para la Doctrina de la Fe, que antes se llamaba del Santo Oficio, motivada por - el creciente aumento de las doctrinas propagadas por algunos que propugnaban una mayor liberalidad en estos temas. El doc urnen to comienza consIderando que la sexualidad es tema abordado con frecuencia por los medios de comunicaciôn social,en los que se pregonan unas condiciones y modos de comportamiento opuestos a las verdaderas exigencias del ser humano, "llegando hasta dar - favor a un hedonismo licencioso". Posteriormente, la declaracion dice que muchas maneras de vivir consideradas como invariables por los cristianos estân sufriendo un fuerte asedio en los ulti mos tiempos y se reafirma en que el uso de la f une ion sexual lo gra su verdadero sentido y su rectitud ética unicamente en el matrimonio. El apartado de la declaracion dedicado a la hp mosexualidad lleva por titulo "La homosexualidad es moralmente inaceptable" y distingue entre aquellos cuyas tendencias son transitorias, por venir de malos ejemplos y aquellos otros que son asi por una especie de instinto innato o de constitucion es pecial, que se tiene por incurable. Expone q u e,"indudablemente estas personas deben ser acogidas por la acciôn pastoral, con - comprens iôn y ser sostenidas en la esperanza de ayudar sus d ifî cultades personales y su inadaptaciôn social, También su culpa- bilidad debe ser juzgada con prudencia. Fero no se debe emplear ningôn método pastoral que de una justificaciôn moral a estos - - 48c - comportarnlentos por considerarlos conformes a la condiciôn de estas personas" (160). Fero, a pesar de esta condena de la jerarquia eclesiâstica, la situaciôn ha variado sensiblemente, sobre todo en algunos paises europeos y del Norte de America, donde cier- tos grupos protestantes han creado Iglesias para homosexuales y llegan a celebrar matrimonies religiosos entre hombres, siendo conocida la postura avanzada de gran parte de la Iglesia holan- desa. En esta direcciôn destaca el Padre McNeill, quién en un - polémico libre (161) intenta demostrar que la condenaciôn bibli ca de la homosexualidad es menos real de lo que en una primera lectura de 1 sagrado texte pudiera pensarse , no creyendo este - autor que el primer objetivo pastoral sea cambiar la orientaciôn homosexual, logrando el ajuste heterosexual, pues "ipor que no aconsejar también al heterosexual con problemas en su heterose­ xualidad un ajuste homosexual?" (l62). Las ideas del Fadre McNeill son, seguramente - demasiado avanzadas para la Iglesia oficial, que siempre va muy por detrâs de la realidad social, pero son las ûnicas que pueden llevar algûn alivio a los homosexuales creyentes, pues la conde na teolôgica sigue estando présente. Sin embargo, una evoluciôn mâs liberal se estâ perfilando hasta en Francia, donde, desde hace anos, lleva es- cribiendo el abate Oraison sobre el tema desde una perspectiva mâs humanitaria. En su libro "El problema homosexual" (I63), Oraison, que también es Doctor en Medicina, intenta conciliar - los nuevos conocimientos cientificos con la teologia, desde una — 481 — vision mâs moderna, conc ibiendo-,wé la situaciôn ce un su je to que tiene tendencias homosexuales se inscribe en el intense inacaba miento de la sexualidad humana. No es mâs que una ex prèsiôn, mâs aguda, mâs onda, mâs desconcertante quizâ. El hecho homose­ xual no es una cosa aparté. Es una de las modalidades, en suma, entre otras del drama humano fundamental" (l64). Para Oraison, la homosexualidad puede participar, igual que la heterosexuali­ dad, de la fé en Cristo, pues ambas son formas de expresiôn de la radical insuficiencia humana. Mientras tanto, en Espana, la postura general de la Iglesia es condenatoria para esta conducta. Los devaneos libérales de otras Iglesias mâs avanzadas no suelen ser vistos - con buenos ojos en nuestro pais, a pesar de que exista una cor- riente progresista que pregona una mayor tolerancia con los homo sexuales. Un ex-jesuita, Salvador Guasch dice q ue, pai-a que los sujetos de esta condiciôn no tengan conflictos,se les debe con- vencer de que religiôn y homosexualidad no son términos contr-a- dictorios y para ayudar a los que lo neces iten ha organizado un centro, "el Institute de Fotencial Humano", a seinejanza de los existantes en Holanda, Inglaterra o Estados Unid os donde,"a tra vés de grupos de encuentro, de fines de s émana organ i zados por nos otros, las personas que aqui acuden han logrado hacerse mâs sensibles, mâs desinhibidas y han sido capaces de aceptarse asi mismos" (I65). Fero en Espana, lo habituai es que la Iglesia no se pronuncie sobre estos temas y pref i era mantener silencio sobre ellos. Ademâs, si hace anos los homosexuales con problemas acudian al confesionario para intentar encontrar su soluciôn, - - 482 - ahora es con mucha mâs frecuencia el médico, bien cl de cabece- ra, el endocrinôlogo o el psiquiatra,el encargado de resolver - las dudas y conflictos de estas personas, aunque no todos lo ha gan y solo sean capaces de recetar algunos medicamentos para sa lir del paso. For otra parte, bastantes sacerdotes cuando se en cuentran con chicos con estos problemas les aconsejan que acudan a un psiquiatra para solucionarlos, reconociendo una falta de - preparaciôn para resolverlos que, por que no decirlo, va uni­ da a la de algunos medicos, quienes con unas palabras adecuadss podrian ayudar a muchas de estas personas o, por lo menos, y ro es poco, conseguir tranquilizarlos. 4 .13.).- La uti11zncion de las drogas por los homosexuales. Algunos investigadores (I66) han senalado que entre - los homosexuales es mâs frecuente el uso de las sustancias coro cidas generalmente como drogas que en el resto de la poblacior. Sin embargo, en el grupo estudiado aqui no se apreciaba una es­ pecial tendencia a la drogadicciôn, o por lo menos, no en projor cion superior a la de otros sujetos heterosexuales de igual ecad. Bebian alcohol, pero esto lo hace mucha gente en Espana y, ade­ mâs, no lo hacian en cantidades considerables, siendo lo mâs cor riente la proporciôn équivalente a dos vas os de cerveza o a uro de una combinacion alcohôlica de mayor graduacion. Claro es que habia unos pocos que bebian mucho mâs y que, diez de ellos , ro muy jovenes, podian considerarse adictos al alcohol, pero esto no indica,en ningûn caso,que los homosexuales tengan mâs asiduidad a la bebida que otras personas. 483 - También, y casi exclusivamente entre los jovenes, era muy frecuente el consume de sustancias como la marihuana, el hachis o sus derivados, todas ellas con unos efectos sobre el or ganismo menos perniciosos que los del tabaco, a pesar de lo cual. este se estimula publiaitariamente, mientras que la marihuana y sus afines estân prohibidos legalmente, aunque exista cierta to le rancia. Las demâs sustancias conocidas como drogas, y mucho mâs tôxicas, no eran cas i utilizadas por los sujetos de es­ te trabajo y, drogadictos, sensu stricto, excepcion hecha de los alcoholicos, solo habia 2 que tenian dependencia de la heroina y uno de la cocaina. En mi opinion, no se puede decir que,en es­ te grupo de homosexuales, muy conflictivo por sus origenes y su forma de vida, fueran las drogas una salida muy habituai a sus - problemas o, por lo menos, no en superior proporciôn que en otros sujetos no homosexuales de parecidas condiciones de vida. 4.14.).- La question de la inestabilidad de las relaciones entre los homosexuales. En la homosexualidad se dan todos los tipos de relacio­ nes, dependiendo de la edad, las caracteristicas personales y la situaciôn social, sobre todo. No parece razonable creer como aigu nos (167). que los homosexuales sean promiscuos y se dediquen con- tinuamente a cambiar de pareja, ni tampoco, pensar que todos sean neurôticos y acomplejados ante la hostilidad social, refugiândose en si mismos y manteniendo escasas relaciones con los demâs. Es - mâs apropiado creer que la mayor o menor promiscuidad es una va- - 484 - I riable social y que, por naturaleza, tanto el hombre como la mu { jer no estân orientados hacia la exclusividad sexual y son ori- i ginalmente polisexuales. La monogamia y la monoandria son, er - ' gran medida, productos sociales que aparecen como una necesicad, II que puede ser questionable, para el mejor funcionamiento de la ' sociedad organizada. SI matrimonio institucionalizado de la pa- | reja heterosexual es una manera social de contener la tendencia ! a la variacion de consorte, aunque en bastantes ocasiones no - ^ consiga su objetivo y , ademâs, existan otras vias como la pros- I titucion, para satisfacer la gran capacidad sexual de los seres ; humanos. ' Fero si,en otras comunidades distintas a la - nuestra _ también existen formas ritualizadas para consagrar el - | matrimonio y la relaciôn estable hombre-mujer, en la sociedad ; occidental se suele permitir el mantenimiento por el sexo m.as- j culino de un doble papel, de manera que, al mismo tiempo que existe la esposa, también se tienen otras compareras cuya exls- tencia estâ mâs o menos oculta ante los demâs, lo que consti'u- i ye una poligamia que, si bien es conocida por todos, también es silenciada, Sin embargo, para la mujer la poliandria es menos tolerada y su prâctica peor aceptada socialmente. Cuando las poblaciones alcanzan unos détermina dos niveles, es évidente que se precisan algunas normas légales para mantener la convivencia de la forma mâs satisf actor ia pcs_i ble pero, en nuestra sociedad, las relaciones de poder han de- formado conductas como la sexual, haciendo que aûn en 1.979 no sea posible el divorcio en Espana, obligando a algunas persoras — 485 *" que no lo desean a mantenerse unicos legalmente en situaciones absurdas. De todas formas, la conducta heterosexual estâ mâs controlada socialmente y es mâs fâcil para un homosexual mantener relaciones no duraderas que para alguien que no lo sea, porque aquellos suelen estar menos inhibidos por las costumbres. Ya Kinsey descubriô que, en su juventud muchos homosexuales ha­ bian tenido gran numéro de companeros, hasta cientos o miles en algunos casos, lo que raras veces puede ser alcanzado por el - heterosexual mâs activo (168). Las posibilidades de cambio de pareja son mâs fâciles entre los homosexuales y para ellos, la diversidad de acompanantes "es a veces la forma que tiene el - homosexual joven de conocer a gente, de explorar el mundo y de llegar a saber como son los distintos tipos de individuos: una curiosidad, por tanto, mâs social que sexual" (I69), curiosi- dad que es también compartida por los heterosexuales, aunque en este caso sea de mâs dificil satisfacciôn, por un lado, por la hostilidad social y por otro porque la mujer suele ser mâs rea- cia a estos contactos râpidos y prefiere una preparaciôn antes de ellos. A pesar de que, en los ûltimos anos,se ha ex ten dido mucho la idea de que no existen diferencias esenciales en­ tre la sexualidad masculina y la femenina, e incluso de que la capacidad de respuesta sexual de la mujer es mâs intensa que la del hombre, como piensan Masters y Jhonson y Sherfey, entre otros, quienes creen que el impulso sexual de la mu j er primitiva era - demasiado vigoroso y agresivo "para soportar las exigencias dis — 486 — ciplinadas de una vida familiar" y tuvo que ser dominado por La fuerza mayor del hombre (170). La superior agresividad biolôgica del sexo masculino esta hoy fuera de duda; el hombre es un depra- dador mejor preparado que la mujer y esta acciôn de caza, de bus- queda de nuevas presas, se traduce de un modo civilizado en la tendencia, sobre todo en los anos jôvenes, a tener un mayor nûme ro de contactos sexuales. Por otro lado, la capacidad de respues­ ta sexual es mâs râpida en el varôn que en la hembra, aunque sea dificil precisar en que cantidad esta es una condiciôn biolôgica o aprendida y gran parte de la agresividad o pasividad estâ deter minada por factores culturales. Mo es sorprendente, por tanto, que, en nuestra - sociedad al menos, el hombre tenga una superior tendencia al cam­ bio de pareja que la mujer y ésto se puede comprobar en muchos homosexuales varones, cuya facilidad para los contactos sexuales es caracteristico, al no tener las limitaciones impuestas a Las - relaciones hombre-mujer. Asimismo, esto no quiere decir que La promiscuidad sea prédominante en la orientaciôn homosexual, sino que estâ mâs al alcance de estos sujetos, por razones princi^al- mente culturales. No era extrano que los casos estudiados aqui, cu­ ya edad media era juvenil, hubieran mantenido relaciones de p'o- miscuidad, aunque no todos tenian las mismas preferencias, ni el numéro de contactos sexuales era similar en todos ellos, pero, en conjunto, si eran mâs frecuentes que en el resto de la poblaciôn no homosexual de edad parecida. La explicaciôn de la promiscuidad no viene (âda ~ 487 — solo por la mayor facilidad entre los varones para las relaciones sexuales, sino que tambipn depende de la energia sexual que se posea, como es logico pensar. Los s ujetos de esta muestra tuvie- ron la pubertad a una edad algo inferior a la media y casi siein- pre la precocidad sexual va unida a una mayor intensidad, asi cp mo a una mayor duracion de la vida sexual activa. De los 13 a los 2 5 anos, periodo de tiempo en - el que la libido es mâs intensa, estos jovenes debian de poseer una fuerte y fâcil excitaciôn sexual, que debia de tener una res puesta adecuada, por medio, al ser homosexuales, de los contac­ tos con personas de caracteristicas parecidas. Para el heter'ose- xual en cambio, no es tan fâcil a estas edades enconrrar las com paneras que quisiera, no solo por las razones mâs arriba apunta- das, sino porque existe la posibilidad no deseada del embarazo, con sus problemas inherentes. For esto, el joven heterosexual recurre en muchas ocasiones a dos soluciones para eliminar esta exceso de energia sexual: la masturbaciôn o las relaciones con prostitutas, siendo la forma de actividad sexual mâs practicada en la adolescencia y la primera juventud el onanisrno solitario. Fero esto, con ser seguramente vâi.ido de una - forma general, no es aplicable para todos. En los ûltimos anos, sobre todo desde la revolucion hippie y el mayo paris ino del 68, la sexualidad de algunos jovenes ha cambiado, volviéndose mâs na tural y menos reprimida. Las chicas, que hasta hace poco tiempo debian preservar su virginidad hasta el matrimonio, se hen olvIda do de ella y , gracias a los anticonceptivos hormonales y a un mejor conocimiento de la funciôn sexual, estân dejando de ser - — 468 - solo objetos placenteros para el hombre o madre para sus hijos y se ban convertido en unas hembras aeresivas y tnuy activas æxual- mente, que necesitan para maptener su equilibrio unas relaciones intensas y variadas, lo que.de rechazo, favorece también a los chicos, al tener mas facilidades para lograr contactes con ellas. El estudio de la sexualidad de una manera obje- tiva, sin prejuicios ideologicos, es muy dificil de hacer y se es ta iniciando ahora. Muchos conceptos sobre el comportamiento se­ xual de los jôvenes vertidos hace unos anos no son valides hoy, al no estar construidos sobre el estudio de la naturaleza humana, sine sobre unos valores morales determinados. Asi, Trente a las ideas de escritores eminentes de hace unos anos (171), ahora se - créé que una fase de promiscuidad, de contactes sexuales frecuen- tes y numéros os, no solo no es rechazable en la primera juventud, sine que puede ser beneficiosa para el desarrollo y la conducta sexual posterior de los jôvenes, y este, tante para un sexe cono para el otro,aunque parezca observarse una mayor necesidad en el case del varôn. S in embargo, el que la promiscuidad sea frecuen- te en los homosexuales no significa que sea la unica forma de re lac ion entre ellos, pues, como senala Tripp "todos los tipos de - relaciones funcionan" (172). La vida sexual tiene un continue di- namismo y, muchas veces, sucede que lo que es apropiado en un no- mento de ella, puede no serlo algo mas tarde, porque, si la pro­ miscuidad es lo comûn en la edad juvenil, luego ya no lo es tante, y en la edad adulta muchos homosexuales tienden a establecer re­ laciones astables por un periodo de tiempo mâs o menos largo, de - 489 - forma parecida a los heterosexuales. Como senala Nufïez, son abondantes los casos que perduran diez, quince o veinticinco anos, igual que son numerosisimas las que tienen vigencia de très a cinco anos "y esto, con todo el ambiante en contra y sn- lamente a su favor la fuerza de su instinto amoroso" (173). Entre los homosexuales, igual que entre los que no lo son, se establecen relaciones duraderas de pareja, lo que no contrad ice en absolute la opinion de que existe una tendencia a variar de companero en el ser humano, pues, como decia uno de los sujetos de este trabajo, "el que yo ahora esté agusto con - mi amigo, no sigrifica que no haya habido otra época en mi vida en que necesitaba conocer a muchos". Con el paso de los anos, la tendencia a la promiscuidad se hace menos fuerte, pero s in que la apetencia por el cambio desaparezca nunca. Ejemplo de este de- seo, en muchas ocasiones products de situaciones claramente neu roticas, es el de los homosexuales de cierta edad, paidôfilos, que buscan jôvenes continuamente y de una forma com.pulsiva para intentar equilibrar su inestable personalidad. En el argot se - les llama "carrozas", sujetos que s in saber envejecer, se visten como los jôvenes e imitan sus actitudes, en una mascarada inutil para resultar mâs atractivos ante ellos. De todas formas, a medida que la edad aumenta, la tendencia a establecer relaciones mâs duraderas también va siendo mâs prédominante y esto era apreciable en los casos estu- diados que tenlan alrededor de unos treinta anos, quienes iban prefiriendo ya una amistad permanente durante un tiempo mâs pro- longado, a variar continuamente de pareja, lo que no excluia al- — 49 Q — gunos contactos fugaces con otros. Sin embargo,para muchos de ellos no era facil encontrar la persona adecuada y.por eso,con- tinuaban su bûsqueda conociendo nuevas amistades, por lo que - pareceria que, al menos en los homosexuales adultos de este tra bajojhabria una preferencia a las relaciones estables, que no tenia en la practica expresion,por las dificultades para encon­ trar el companero deseado. Entre los jovenes, en cambio, era mâs frecuente el deseo de variar continuamente, de no limitarse a una sola persona y los contactos con otros chicos eran bas tan te mâs una forma de descarga fisica que unas relaciones afecti- vas propiamente dichas. La pareja homosexual, para algunos autores como Rado (1?4), reproduce el esquema dominante-dominado de la es true tura heterosexual de referenda ; uno de sus componentes desempe naria el papel correspondiente al hombre y el otro el de la mu- jer. Rado cree que "el deseo de realizar el esquema hombre-mujer es una caracteristica compartida por todos los intégrantes de - nuestra civilizacion Los individuos que tienen companeros de su propio sexo se sienten impelidos por el deseo oculto de - generar un esquema espurio hombre-mujer que lograra para ellos la ilusion de poseer, o ser ellos mismos,un companero de su pro pio sexo" (175) • Sin embargo, Rado no especifica cual debe ser ese esquema hombre-mujer, pues este dependerâ mucho mâs de las condiciones socioculturales que de razones biologicas y, ademâs, tampoco es cierto, segûn la opinion actual mâs generalizada (176), que las relaciones homosexuales de pareja, y lo mismo es vâlido para las heterosexuales, se organicen sobre el modelo de dominaciôn masculina y sumisiôn femenina que, en muchas oca- - 491 - siones solo es un concepto convencional que no tiene traduccion real. Donde quizas es mâs frecuente esta polarizaciôn en sentido macho-hembra es en las parejas de homosexuales afemi- nados y transexuales, quienes buscan un companero viril, icenti- ficândose ellos con la imagen tradicional que relaciona femini- dad y pasividad o sumisiôn, aunque también en estos sujetos pue den establecerse otras muchas maneras de relac ion, aparté de las basadas en terminas de dominaciôn. Las parejas homosexuales, igual que las hetero sexuales, después de algun tiempo de vida en comûn, sienten la necesidad de buscar otros contactos sexuales. La fidelidad en - ellos suele ser de mâs corta duraciôn, porque no exister atadu- ras,como la familia o los hijos,que tiendan a perpetuar la nela- ciôn y por eso es, a partir de una determinada edad, pasada la juventud, cuando son mâs frecuentes las vinculaciones, para evj. tar la soledad o la precupaciôn ante la vejez. Giese creee que "el temor de ser descubierto durante aventuras promiscuas, miedo del chantaje, del castigo, del contagio, la evasion ante los de beres que impone el matrimonio y la necesidad de un equilibrio entre las necesidades personales y el papel que se représenta" (177), también son factores que pueden influir en el establecl- miento de relaciones duraderas y quizâs tenga razôn, pero, al menos,entre los sujetos de este estudio, estos hechos tenian muy poca importancia dentro de los motivos que les impulsaban a desear companeros es tables. Para ellos era mucho mâs por la ne­ cesidad de una buena comunicaciôn con otra persona y de una corn prensiôn mutua, por lo que deseaban tener una relac ion fija. - 492 - Al mismo tiempo que algunos homosexuales son promiscuos y otros prefieren mantenerse unidos a una sola per­ sona, también los hay que realizan una vida promiscua en el mar co de la vinculacion. Son aquellos que tienen un solo compane­ ro al que les une un interés comûn, bien profesional o particu­ lar, prefiriéndole sobre todos, pero también sostienen rela­ ciones, fundamentalmente de carâcter fisico, con otros hombrea, para satisfacer su sexualidad. Este tipo de conducta era prefa- rida por muchos jôvenes de los estudiados aqui, que tenian al- gûn amigo especial con quien vivian y al que apreciaban mâs qje a otros, lo que no evitaba el que tuvieran, de forma esporâdi:a o habituai, contactos breves con los demâs, siendo conocidas - estas relaciones por el amigo, quien no se oponia a ellas. La sexualidad de los homosexuales no es muy ii ferente de la de los heterosexuales, lo que ocurre es que, al no estar sujetos a obligaciones como la representada por la pa- ternidad, los vinculos son de mâs dificil prolongaciôn. El tipo de companero preferido tampoco es hom)- geneo. Hay muchos que se inclinan porque tenga unas caracteris- ticas parecidas a la suyas, y esto suele ser frecuente, no solo por razones individuates, sino también de carâcter social.El - homosexual vive en un ambiente determinado, en el que las per­ sonas que conoce son bas tante similares a él mismo y no es fâcil que se relacione con otras de diferente extracciôn social,ylos - gustos y afinidades son seme jantes al pertenecer a los mismos - ambientes . La edad mâs preferida en el companero era,en - - 4-93 “ los jovenes de la muestra, la misma que ellos tenian, pues, solo una minoria preferia que fuera mucho mayor que ellos, mientras - que los de mâs edad se inclinaban porque sus amigos tuvieran me­ nos anos que ellos. La movilidad social en Espana es muy escasa y - no hace posible cas! nunca el establecimlento de relaciones en­ tre homosexuales de diferente posicion o edad, sucediendo lo mis mo que ocurre en los heterosexuales. Muchos autores (1?8) creen que la tendencia al cambio de companeros estâ directamente influida por las normas convencionales existantes en los diferentes grupos sociocultura­ les. Los modèles de conducta de las lesbianas, por ejemplo, son mâs parecidos a los de las mujeres heterosexuales que a los de - los varones homosexuales y lo mismo se podria decir de estos. En la sociedad occidental, y también en muchas otras, las muje­ res han tenido siempre menos libertad sexual que el hombre y esto hace mâs dificil para ellas la promiscuidad, lo que, unido a otros hechos, como la mayor capacidad femenina para igualar los términos de afectividad y sexualidad, hace que las lesbianas tiendan a variar menos de comparera que sus congénères masculi-- nos.Ademâs, como senala Schafer, las mujeres homosexuales tien­ den a exigir una mayor fidelidad en sus relaciones en comparacion con los varones, a quienes no suele importer la inftdelidad se­ xual (179). De todas formas, hasta ahora no hay una explica d o n satisfactoria para estas tendencies entre los sexos, aun­ que parece logico no desechar la influencia del aprendizaje, - - 494 - pues, desde la pubertad o antes, el nino concibe su sexualidad como algo diferente de la afectividad, mientras que la nina es educada para integrar en una sus necesidades sexuales y emocio- nales, lo que se traduce en una menor tendencia al cambio de consorte, por la mayor dificultad para conseguir relaciones afeç tivas apropiadas, lo que al hombre, tanto heterosexual como ho­ mosexual, le pretcupa menos. 4 .15.).- Tioologia de la homosexualidad. Del mismo modo que estân muy extendidas ideas equivo- cadas sobre las formas de relacion de los homosexuales, sobre el espinoso tema de los tipos de homosexualidad ocurre algo pare- cido, pues se han establecido las mâs diversas clasificaciones, segûn los criterios particulares de cada autor, lo que, en vez de aclarar no ha hecho mâs que arrojar obscuridad sobre el tema. En conjunto, una de las tendencias mâs generalizadas ha sido la de dividir a los homosexuales en congénitos y adquiridos. Para Caute (180), que puede servir como ejemplo, se distinguer dos - grandes grupos: las verdaderas perversiones sexuales, que serian innatas y las inducidas, por compensaciôn de un conflicto con - las necesidades sociales, no innatas. Muchos psicoanalistas han utilizado los términos de homosexualidad consciente e inconsciente, latente o reprimida o seudohomosexualidad, division que dériva de la primitiva con- cepciôn freudiana. También Maranon emplea el término latente y senala, ademâs de ésta, très variedades: la compléta y duradera - 495 - la profesional, de las prostitutas y la homosexualidad falsa ce los neuroticos. (181) (182) Pellegrini la clas if ica de la siguiente forma - "a) Homosexualidad masculina y f emenina. b) Homosexualidad verdadera y espuria, como - en el caso de las profesionales del vicie, por condiciones étnicas, presos, tropas de color en las colonias, durante el puerperio de la mujer, etc. c) Homosexualidad simple y compleja, esta ul­ tima asociada a otras perversiones sexuales (como fetichismo, masoquismo, pedofllia, pa tologia de la seleccion del companero, etc. d) Homosexualidad idiopâtica y sintomatica, - es decir, que se vincula a coacciones obse sivas, ideas délirantes, traumas o intox 1 - caciones alcoholicas. e) Homosexualidad sin partieipacion material de companero. Autoerastia homosexual. f) Homosexualidad constitucional y adquirida, precoz o tardiamente. g) Homosexualidad permanente y transitoria. h) Homosexualidad conexa con caractères somâ- ticos particulares, andrôgina en el hombre y ginândrica en la mujer. - 497 - Un procedimiento muy utilizado ha sido el de di vidir a los homosexuales en actives y pasivos, a partir de algu- nas evidencias que apoyan esta teoria.El activo séria viril, mas culino y el pasivo sumiso y delicado. En Espana, Chamorro Gundin en 1.971 utilizo la siguiente clasificaci6n(184) ; a) El congenito pasivo, que séria el homosexual puro. b) El ocasional. c) El habituai adquirido, que a su vez puede - ser activo, pasivo y mixto. ^ La clasificaciôn de Chamorro es una modificaciôn ^ de la de Ferenczi, quién empleaba la denominacion de homoerôti- j COS objetivos y subjetivos (actives y pasivos) (I85). |I I En nuestro pais, los homosexuales sometidos a la | Ley de Peligrosidad Social eran conducidos a dos tipos distintos de Centres, uno para los actives y otro para los pasivos. Duran- j te muchos anos fué la prision de Huelva el lugar elegido para los que, segûn unos criterios en absolute claros, eran considéra dos pasivos y a Badajoz se llevaba a los actives. Los sujetos estudiados aqui,en su mayor parte, no podian ser rigidamente clasificados como actives o pasivos en lo referente a su actitud prédominante en las relaciones sexua­ les, y no solo atendiendo a estas, sino también a su carâcter - o inclinaciones particulares. Su grade de actividad o pasividad era relative al companero y a las c ireuns tanc ias en que se encon - 498 - traban. Como observa '.Vest, "algunos que comienzan por asumir el papel activo en la sodomia..... term!nan adoptando el papel pa­ sivo, para complacer a parejas mâs jovenes" (186). 1er eso, en las cârceles espanolas donde se recluyen a unos y a otros, y que yo visite para la realizaciôn de este trabajo, tenian lugar si­ tuaciones lamentables. Al ser"clasificados" como activos o pasi­ vos, muchos por ejemplo, decian ser de una u otra forma, con lo que disminuian el trabajo del "clasificador" y conseguian ser - enviados a la prision que prefirieran, bien a Badajoz o a Huel­ va. También, dentro de los sujetos entrevistados, hubo varios que, sin ser homosexuales, dijeron que lo eran para poder ir a una de estas prisiones, donde creian que se estaba mejor que en otras, criterio este, por otro lado, no compartido por todos. La tipologia de los homosexuales no res pond e ca si nunca a las multiples clasificaciones que se han hecho de ellos, pues, como dice Thompson "Hay por lo menos tantos tipos diferentes de conducta homosexual como de conducta heterosexual, y las relaciones interpersonal es de los homosexuales preseiitan los mismos problemas que encontramos en las situaciones hetero­ sexuales ..... " (107 ). La division es trie ta en activos y pasivos solo tiene validez para una minoria de homosexuales y transexuales - que se identifica decididamente con el sexo femenino y trata de Imitar en todo a las mujeres, o a lo que creen que estas hacen, rechazando por lo tanto, la actitud activa, que suele ser admi- tida como varonil. En algunas sociedades, como las de los pa is es - 499 - centro y sudamericanos de influencia hispana trad icionaimente - machistas, los varones que tienen el papel activo en las rela­ ciones con otros honbres no estân generalmente conceptuados co­ mo verdaderos homosexuales y esta palabra se api ica casi con ex clusividad a los hombres afeminados, lo que hace que, en luzares como Mexico, la homosexualidad de carâcter masculine sea vis ta con bas tante indulgencia, sobre todo cuando los practicantes ti^ nen un aspecto varonil y son activos en sus relaciones, mien­ tras que el tipo afeminado es objeto dé muchas mâs burlas y co- mentarios chistosos (188). Esto también ocurre en nuestro pais, pero en menores proporciones y estâ en relacion con el grado de desarrollo cultural alcanzadoy con las expectatives sociales - establecidas en cada caso. En las sociedades que los sexos tienen estre- chamente definidos sus papeles, existe la creencia general de que los varones afeminados son pasivos y " penetrables" , como tiu- jeres, mientras que los no afeminados deben ser activos y "péné­ trantes" lo que no sucede en otro tipo de colectividades, corro - las clases médias altas de los paises anglosajones, donde no ex is te una relacion definida entre los tipos de conducta homosexual y la actuacion esperada de cada uno de ellos, como pusieron de - manif iesto los estudios de Westwood y Hooker (I89), quienes pi en 8an que la mayor parte de estos varones homosexuales no tienen - unas preferencias determinadas en su actividad sexual y eligen una forma de actuacion u otra segûn las ocasiones,al mârgen de la: concepciones populares sobre las actitudes a adoptar, relaciona- das con la supuesta masculinidad o feminidad de los participantes. - 500 - En otros lugares, segûn Carrier (19C ) , cono ^rec ia o :urquia - ocurre algo parecido a las sociedades la b Inas y la iicmosexualj, dad pas iva también estâ estigmatizada, pue iendo decirse lo mis mo para las clases bajas de los paises industrializados, que tienen los papeles sexuales mâs rigidamente establecidos. Las caracteristicas psicologicas de los homo­ sexuales son tan variadas como de los heterosexuales. Como c i- cen Clingman y Fowler (191), la homosexualidad de'ce ser mâs apropiadamente considerada como un estilo de vida alternative - que como una entidad nosolôgica. 1 or eso, creer que va unida a una conducta y a una personalidad determinadas es obscurecer la realidad, en la que se pueden encontrar tantos tipos como se quij ran descubrir. F ero,a pesar de la gran cantidad de pr u e bas que indican que los homosexuales son tan diversos en su persona lidad como cualquier otro ser humano, la extension de ideas er- roneas sobre ellos sigue siendo mayor i tar iam, en te frecuente en­ tre las gentes y la homosexualidad es considerada uti prohlema - para la civilizacion occidental. Una sensaciûn irracior.al de inquietud invade a las personas cuando se habla de ella o se - cita algûn caso conocido de un sujeto de esta condicion. V.'ein- berg dice que "la homofobia forma parte de la actitud nontearr,e- ricana convencional" (192) y lo mismo se puede decir ’̂e las so­ ciedades francesa, italiana o espanola, por ejemplo. Una labor de siglos ha tenido como resuItado el que el ciudadano medio - sienta un temor mâs o menos consciente hacia los homosexuales - y trate de evitar todos aquellos actos o ideas que puedan rela- cionarse con esta actividad tan condenada socialmente. - 501 - La actitud prédominante es la de inhibirse, cl vidarse de que tal cosa, la homosexualidad,cueda ex istir, convir tiendo en locos y desgraciados, cuando no en criminales a todos los homosexuales y ocultando la cabeza para no ver la realidad, sin saber que, a lo mejor, en la propia familia de los que man- tienen estas convicciones,existe un hermano o un primo con estas inclinaciones. La homofobia es una actitud habituai en Espana, como pude comprobar personalmente cuando realice una pequena in- vestigaciôn, sometiendo a unos 200 su jetos que estaban haciendo el servicio militar a unas preguntas sobre el tema, con las que se intentaba conocer sus opiniones ante los homosexuales. Lo primero que sucedia era la sorpresa e inmediatamente después apa recia una sonrisa casi siempre algo forzada, que,segûn decian - era producida por el recuerdo del "mariquita", del afeminado, que constituia para ellos el modelo de homosexual . Esto ocurria en muchos y también mâs de la mitad pensaban que eran enfermos - o "tipos débiles", como decia uno de ellos. Solo habia una peque na parte, que era también la de mâs alto nivel cultural, que creia que la homosexualidad no ténia nada que ver con la locura y, para estos, los homosexuales no se d if erenc iaban de los demâs en nada, aparté de su caracteristica orientas ion sexual. Después de conocer su opinion, se les pregunta­ ba que creian que deberia hacerse, si es que habia de hacerse algo, con los homosexuales, encontrândose très grupos de respues tas. Una parte importante de los su'jetos preguntados, alrededor del 40^, contestaron que se deberia castigarlos y aumentar la du - 502 - reza de las leyes. Otros, casi la mitad, se inclinaban por cu- rarlos, ya que estaban enfermos y, los demâs, un 1 , creian - que no constituian ningun problema y que, por lo tanto, no ha­ bia nada que hacer con ellos. "De jarlos en paz y preocuparse d e otras cosas mâs importantes" contesté uno, resumiendo la opi­ nion de otros que pensaban de igual manera. La conclusion era que todavla muchos jovenes - espanoles miran a los homosexuales con desprecio y piensan que su lugar estâ en las cârceles o el rnanicomio, creencia que esta mucho mâs extendida en los sectores de tajo nivel cultural que entre los de mayor nivel de estudios. Frobablemente, si se realizarah estas mismos - preguntas a otras capas de la poblaciôn de mayor edad, las opi­ niones serian aün mâs severas con la homosexualidad, porque, a excepciôn de una minoria, una gran parte de los•espanoles ven - en los homosexuales a unos enfermos, siendo mejor permanecer aie jados de ellos. Sin embargo, en esto, Espana no es diferente y ocurre lo mismo en muchos otros lugares del area occidental, pues la homofobia es caracteristica de nuestra sociedad. En Es - tados Unidos se han realizado algunas investigaciones para cono cer las opiniones existantes sobre la homosexualidad (193) y los resultados han sido comparables a los del pequeno sondeo realizado por mi. Millham, por ejemplo, entrego un cuestion.ario a 795 hombres y mujeres heterosexuales, en el que se debia ele- gir entre un amplio espectro de opiniones concern i entes a la ho mosexualidad, desde la actitud mâs represiva a la mâs abierta- m - 503 - ente liberal, refiriéndose el cuestionario tanto a la homosexua lidad masculina como a la femenina. Los sujetos sobre les que se realize la investigacion tenian un nivel équivalente al del b e - chillerato superior y debian de ser, por ello, de una cultura al go superior a la media. Los resultados del trabajo de Millham indicar - que las tendencias a la represion y persecuciôn de los homosexua les estaban muy extendidas en los casos encuestadœ y que estas - eran mucho mâs intensas para la homosexualidad masculina que pa­ ra la femenina, que era mâs benevolamente considerada y sobre la que existia un menor sentimiento de desprecio y discriminacior. También Millham encontre que estaban mâs extendidas entre los - hombres que en las mujeres las actitudes represivas para los va rones homosexuales y que las mujeres atribuian mâs frecuentemen te amaneramientos de carâcter femenino a éstos, que los hombres a las lesbianas comportamietos de tipo viril. Otro autor, Ha,ynes (194) estudio las actitudes ante la conducta sexual de 4.521 estudiantes universitarios, en­ tre los que habia homosexuales y heterosexuales, encontrando que los primeros tendian a ser mâs libérales en sus opiniones sobre las actividades sexuales no ortodoxas, como el cambio de pare^ en sujetos heterosexuales o la sexualidad de grupo, que los hete rosexuales. Segûn estos hallazgos, podria parecer que los - homosexuales son mâs tolérantes que las demâs personas, pero tam poco es apropiada esta generalizaciôn. Dependecfeaque homosexuales se pregunte, las respuestas serân diferentes, pues igual que Ids - 504 - hay libérales, también otros son autoritarlos, aunque quizas s? pueda decir, al formar parte elles misros le jra variante sexual no bien aceptada socialmente, que admiten con mayor facilidad que los heterosexuales otras form.as de sexualidad diferentes de las exclusivas relaciones matrimoniales. Dentro de los no homosexuales existe un tipo de personalidad de carâcter autoritario (195), que tiene espe- ciales prejuicios contra la homosexualidad. Estas personas ex is ten en los mâs diferentes lugares, como en el E.jército, cuya - - organizaciôn estâ rigidamente jerarquizada y tiene unos concep­ tos muy estrictos de como deben ser los hombres. Entre los inili- tares, la relacion dominante-dominado es mucho mâs manifiesta que en otros campos de la sociedad y, las personas que no pueden desempenar el papel dominador, por sus caracteristicas indivi- duales o por estar en una situacion inferior en el sis tema jerâr- quico, pueden ser consideradas en determinadas ocasiones afemina- das o prôximas a conductas homosexuales, pues igual que sucede - en otras muchas especies animales, el mâs débil elige la actitud femenina de sumisiôn, y ésta puede ser interpretada como una ma­ nif estaciôn de homosexualidad, en un contex to ad ecuado. Ademâs, estos sujetos que unen la v i ri 1 idad a - la agrèsividad ven indicios de homosexualidad en todo lo que no sea rudeza o fuerza varonil. Como observa t'einberg "cuando no encuentran esas cualidades se sienten inmediatamente perd id os" - (196) y su personalidad se vuelve insegura, lo que puede hac°r - que a ellos mismos les invada el temor de ser afeminados. Una ex près ion corriente en los individuos de esta lorma de pensar es - 505 - decir que "ya no hay hombres como antes", cuando contemplan a muchos jovenes actuates que llevan ropas impensables hace 2C o 30 anos, tienen el cabello largo o bailan de forma poco ortoco- xa, o afirmar que "todos los chicos de ahora son maricones" por­ que, indudablemente, estas frases responden a su concepcion so- | bre el sexo y la virilidad. Ellos fueron educados en un ambien­ te en el que los hombres y las mujeres tenian que sen de una ma­ nera y no de otra, pues entonces se convertian en raros o ancr- j males y no pueden comprender que los valores hayan cambiado tan- | to en unos anos, manteniendose fieles a sus principios de sepa- ! racion de sexos y de relacionar la masculinidad con la bravucone | ria. I For eso, para estas personas, el homosexual cons tituye una forma de amenaza, al ser un peligro para sus propios - valores. En el mundo que ellos representan, no entran los homose­ xuales, como tampoco los liberates, los comunistas o los agnosti- cos. "Quienquiera que no adopte el sistema de valores aceptado de una sociedad corre el riesgo de que se le atribuya la inten- cion de minarla" (197), dice Weinberg con acierto. Casos como la caza de brujas en los Estados Unidos de McCarthy, en cuya épo:a, los homosexuales eran asimilados a los negros y a los comunistas, siendo todos ellos personas "non gratas" para el sistema, son bien representatives de estas situaciones. (198). - 506 - 4.16.).- La sociedad homosexual v los movimientos de libera- cion G a v . La situacion social de marginacion hace que algunos - homosexuales se asocien y constituyan organizaciones para la dî- fensa de sus intereses. En los ûltimos quince o veinte anos hai aparecido movimientos de homosexuales que, igual a los de carâ:- ter feminista que luchan por la liberacion de la mujer, intentm conseguir una mejora de las condiciones de vida y salir del os­ tracisme en que se encuentran.Aunque los antecedentes de estas agrupaciones tuvieron lugar a finales del siglo pasado, no fué hasta hace unos pocos anos cuando, después de la revoluciôn se-- xual de los anos sesenta, surgiô el Frente de Liberacion Homose­ xual. Para algunos, con él se iniciaba una nueva época que coniu ciria a una mayor libertad, la ans lada liberacion homosexual, pero, ya desde el principio, solo una minoria de gays, como se - les llamaba ya, cooperaron en él y la acciôn de unos pocos idei- listas no tuvo los resultados esperados durante la regresiva, en muchos aspectos, década de los setenta (199). Los homosexuales, hasta entonces olvidados, en- pezaron a salir a la calle. Las manifes taciones de sujetos de es ta condicion, reivindicando su especial forma de ser, fueron hi- bituales en Londres, Paris y en otras_ ciudades europeas y de .os Estados Unidos, aunque en Espana no fueran posibles hasta hace - poco tiempo. La opinion pûblica se acostumbro a ver a algunos lom bres que preferian ir vestidos de mujer, igual que unas de estis elegian ropajes trad icionalmente masculinôs . - 507 - Fueron unos anos en los que el sIs tema tuvo que emplear toda su capacidad de adaptacion ante los cainbios produci dos. Las mujeres querian de jar de ser solo amas de casa y huenas madrés, los jovenes se rebelaban contra el modo de vida que sus padres les querian imponer, los locos, los presos, querian rom­ per sus cadenas y los homosexuales poder ser ellos mismos sin te mor a ser denostados o encarcelados. Fasada la efervescencia inicial, que tuvo su pun to algido en Paris en Mayo del 6 8 , las aguas empezaron a volver a su cauce y, a mâs de diez anos v is t a , los utôpicos, aunque no - irrealizables deseos de aquellos jôvenes y menos jôvenes, han de- jado paso a una sociedad mâs pragmâtica, en la que las cosas s i- guen siendo las mismas, aûn con otras aparienclas. 1 or ejemplo, a los homosexuales se les continua rechazando socialmente, pero su situaciôn actual es diferente de la de hace unos anos.cn este tiempo se han formado comunidades enteras en los paises industria lizados y ha surgido lo que algunos han denominado la sociedad homosexual (200). Existen periôdicos , como el Gay News in.- les, que empezô a publicarse en 1.972 y en la actualidad cuen'a con una tirada de alrededor de 20.000 ejemplares, y toda una subcul- tura gay formada por tiendas, libros, cines y todo tipo de servie cios para homosexuales, impensables solo hace unos anos. (201). A través de guias y anuncios en los periodicos, pueden establecer relaciones con mâs facilidad y evitar la sole­ dad, pesadilla de muchos homosexuales. Toda una poderosa organi­ zaciôn comercial, destinada al consumo de productos gay,funciona - $08 - i en muchos paises europeos y americanos. En las ultimas pagina; del Gay News, igual que en cualquier otro periodico se ofrecei ! empleos para homosexuales, apartamentos en la costa y oportun.- dades para realizar négociés. En otras guias, como Spartacus, a:a ■ recen los lugares de reunion, clasificados segûn su categoria y , especificando si son o no exclusivamente para homosexuales. 3i- res, restaurantes y clubs, solo para ellos han surgido en gran - cantidad, en los que los clientes pueden bailar con un company- j ro de su propio sexo sin que se produzca ningûn escandalo. \ I Toda una fachada de frivolidad rodea al mund) \ homosexual, al que la sociedad neocapitalista sabe que no puele i abandonar. En realidad, solo es la punta del ice-berg, y por îe * bajo de ella las cosas se ven muy diferentes. West dice que s)- | lo una décima parte de los homosexuales figuran como miembros ! de agrupaciones homofilas o son clientes asiduos de los lugares para gays de las grandes ciudades(202). En el estilo de vida le | los homosexuales, la frivolidad de algunos de sus estereotipo; no es lo mâs frecuente, como cierta pieza teatral ha querido la j cer creer (203). En Espana, los homosexuales empezaron a or°aii- zarse con un sensible retraso respecto de otras naciones de 0;cj. dente (204). Desde 1.976 y, coincidiendo con el cambio politico, han surgido diferentes grupos que reivindican una mayor liber:ad para la prâctica de la homosexualidad. Sin embargo, en alguna; - zonas de Espana como Cataluna en 1.971 ya se habian formado o-ga nizaciones de homosexuales como el MELH (Movimiento espanol d> liberacion homosexual), que contaba con un boletin mensual y *n 1.975 cambio su nombre por el de FAGC (Front d ' Alliberament (ai - 509 - de Catalunya), para homologarse a los de otros paises europeos y americanos.Mâs tarde, en 1.976 y 1.977, sobre todo en las âreas industriales del pais como Madrid, Bilbao o Valencia, tam bien aparecieron otras organizaciones de homosexuales como la - UHE (Union homosexual espanola), la UEH (Union demôcratica homo sexual), el FAKFV (Front d 'Alliberament Homosexual del pais Va- lenciâ) , el MDH (Miovimiento democrâtico de homosexuales) o el - FHAR (Frente homosexual de Accion Revolucionaria), entre otros. Todas estas organizaciones, de carâcter comple tamente minoritario, persiguen objetivos similares, aunque su - ideologia no sea la misma en todos los casos. Su finalidad es denunciar la situacion de marginacion en que se encuentran para intentar cambiarla. Como ejemplo de todas ellas, pueden servir las propuestas de la UDH, para la cual: "Usted, ciudadano, puede tener un familiar o amigo homosexual. Ayudelo, ayudenos a rei- vindicar nuestros derechos humanos, consiguiendo: La aboliciôn de la Ley de F ei i gros idad S o ­ cial . La amnistia para todos los presos por causa de su homosexualidad. Y exigiendo una comprension eclesiâstica y una revision sobre la concepcion de su éti- ca sexual, en nombre del Mandamiento del amor. La atenciôn por parte del Es tado y de los - - 510 - partidos politicos para nuestra cro'clemat:- ca social. La desaparicion de la discriminacion social, laboral y cultural de la que somos objetos" (205). La respuesta a estos movimientos organizados - de homosexuales no se hizo esperar, y una parte importante de - la opinion pûblica espanola, habituada a los largos anos de s.- lencio sexual, no podia comprender que tales hechos fueran di- vulgados ahora tan abiertamente. En la seccion del periodico 11 | Fais, cartas al director, un lector, después de unas declaracLone: j del Front d Alliberament Gai de Catalunya, representando a otros muchos, reclamaba silencio para estos desviados, diciendo que ; ' " .... a esos personajes ambiguos se les debiera impedir la e continua adoptando en sus relaciones con las mu j eres el ir.lsmo - papel que anteriormente desempeno con los hombres de "chica nul ce y femenina", es decir, fundamentaImente p asiva, lo que cons- tituiria el modelo opuesto al de la homosexual m.asculina y domi­ nante. Fero entre estas dos actitudes se encuentran todas las posibles, no siendo raras las parejas en las que no existe la distinciôn entre quienes mâs activa o mâs pasiva, estando ambas en una posiciôn intermedia. Una forma caracteristica de reaccionar de las - mujeres ante la privaciôn sexual, en la que se diferencian de los hombres, es su tendencia a formarpseudo-familias es tablée i en dostlos papeles de mujer y marido entre ellas y los de padre,ma­ dré, hijos, hermanos e incluso tioa (256). Muchas presas estâm - desilusionadas de sus relaciones con los hombres, con los que ian cenido experiencias desagradables (incestos, prostituciôn, v io­ laciones), por eso,no hay que sorprenderse porque algunas de ellas intenten establecer en prisiôn las relaciones fami lianes que no han podido constituir en la vida libre. Ademâs, el mo'belo familiar suele ser la unica ins ti tue ion social en la que la mu­ jer juega un papel fundamental y, por otro lado, como senala -- Bu f f u m (257), la organizaciôn denseudo-familias contribuye a es tabilizar las relaciones en la prisiôn es tablée i end o un orden - jerârquico de dominaciôn y sumisiôn que permi te eliminar situa- ciones conflictivas en determinadas circunstancias y, sobre toon, en mujeres que estân acostumbradas a vivir en un modelo social - 558 - previo en el que las relaciones familiares constituian su prin­ cipal marco de r e f e r e n d a (258). Asimismo, las mujeres presas, quizâ con mayor - frecuencia e intensidad que los hombres, establecen amores apa- sionados como forma de olvidarse muchas veces ce las penalidades de la vida en la prisiôn, aunque no su elan ser muy duraderos y - se acompanen de disputas y de continuas separaciones y uniones. 4.19.6.).- Medicira Fsicosomatica v catologia carcelaria. En todas las prisiones convencionales, tanto de hom­ bres como de m u j e r e s , los trastornos emocionales son la princi - pal causa de morbilidad de los reclusos y estos trastornos se - deben sobre todo a la propia ausencia de libertad y a la priva-- ciôn heterosexual forzada, que son los principales desencadenan tes de las enfermedades, al alterar el equilibrio f une ional que permite el mantenimiento de la salud. La continuada tensiôn de - la vida carcelaria y sus frustraciones, modifican con facilidad el funeionamiento orgânico y suelen dar lugar a los mâs variados cuadros morbosos, que no hubieran aparecido en otras condiciones de vida diferentes. Las enfermedades psicosomâticas mâs caracteri- zadas aparecen con mayor frecuencia en las cârceles que fuera de ellas, y esto es évidente,. no tanto porque los sujetos que van a las prisiones tengan mayor tendencia a enfermar que el resto de la poblaciôn, sino porque el nocivo ambiente carcelario no es el mâs adecuado para el mantenimiento de la salud. En las revolucionarias ideas de Reich se encuer 559 - tran muchas de las bases de la actual redIcIra ps1cos critica, disciplina que en Espar,a no posee entir>ad propia er casi rirn;- na clinica o actividad hospitalaria, a pesar que Tuera un es panol, Rof Carballo, quien ya en 1 . Q4T pub lie 6 su ex ce 1er. te y - actual "Fatologia Fsicosom.âtica" (2 5 9 ) ,trataco que fué reciMdo con bas tan te desinterés por la clase méd ica en general, a;an te b que el momento, por las circunstancias poli ticas espar,olas de en tonces, no era el mâs apropiado para favorecen ideas que resalta ban la influencia del ambiente como causa de enfermedad. La medicina psicosomâtica es, en real idad , r.-.edj. cina integral, porque intenta profundizar en also mâs que la sir tomatologia orgânica, intentando conocer por que una} person a: de terminadas tienen esos sintomas y relacionândolos cor su comporta miento vital. Es pues, una medicina humanistica opuesta 3 la ex clusiva técnica médica prédominante en nuestros dias, que iguala a todos los enfermos, despersonàlizândolos, sin tener en cuerba su personalidad y su situaciôn en relaciôn con la enf erir,edad ,Eof Carballo dice, en este sentido,que "la ignorancia del factor psi quico en la determinaciôn de cuadros clinicos no es in transe endeç te y su olvido acarrea todos los dias lamentables consecuencias. Estâ muy generalizado el error de que, si los sintomas son psicô genos , ningûn m.al hay en tra tar los , equivocada o i n t enc i onad am en te, por sistema, como orgânicos. Aparté de que este da lugar a que los gastos del enfermo para restablecer su salue se multipli- quen indefinidamente, (anâlisis, radiografias, f isioterapia, in- tervenciones quirûrgicas inutiles) y, cuando se trata de una m e ­ dicina social, tal circunstancia puede constituir el factor prin cipal de quiebra de la misma, hemos de ver cuantas veces no ha- - 56c - cer certeramente el ciaer.ôstico ce un enfermo por nenoscreciar - ' su psicogenia, conduce a consecuencias tan craves como las e no , reconocer a tiempo una apendicitis o una perforacidn de estôma- go" (2<0). ; Es bien conoc ida la elevad is ima proporciôn, has ta un 80#, de causas psicôçenas en las enfermedades y, entre - ! aquellas, la importancia de las condiciones ambientales (familia, , trabajo, diversiones ) e. n su d es encad enamiento , todas ellas ! dificiles de mejorar solo con medicam.entos, como vienen a ser lo i habituai en nuestro sistema sanitario. ^ Para Reich, la salud o la enfermedad eran conse­ cuencia del buen o mal uso de la energia disponible por el orga- j nismo viviente. Cuando esta energia no se utiliza de forma satis factoria para la persona, de manera que no esté de acuerdo con - su carâcter natural, se pierde en acciones inadecuadas, con lo - ^ que se reducen las defensas y se hace posible la apariciôn de las mâs variadas dolecinas, dando lugar a las enfermedades 1lamadas "por tensiôn", que son las mâs propiamente consideradas como psico somâticas, aunque todas lo sean de una u otra forma (26l). La enfermedad es el resultado de la a,gresiôn am biental actuando sobre una persona que dispone de una capacidad de resistencia variable y diferente de la de los demâs, por lo - cual, no todos los individuos en condiciones similares desarrol­ lan una ulcéra de estômago o sufren un infarto de miocardio. Fero la influencia ambiental es muy poco consi­ derada a la hora de enfermar y esto se observa con mayor crudeza en las prisiones, donde el médico no puede aunque quiera, resol- - $6l - ver los graves problemas sanitarios que el propio encarcelamien to acarrea y reduzca su actuacion, como en. el caso del medico - del Seguro, a recetar medicamentos, muchas veces sedartes, para intentar disminuir el estado de exc i tac ion de los presos, lo qi.ie no solo no se consigue con la m e c i cacion, sino que puede produeii el ef ec to contrario, al generar posteriormente una mayor an,eus- tia. La patologia de las prisiones esta muy relacio nada con la propia institucion carcelaria, siendo las enf ermeda­ des aparecIdas en ellas resultado de las privaciones obligato- rias a que el preso esta obligado, entre las que destaca la auser cia de relaciones heterosexuales. Como es evid e n t e , no todas las cârceles tienen igual morbilidad y esta no sueie ser muy alta, por la edad media joven de la poblacion reclusa, que permite man- tener una mayor resistencia contra el ambiente. Es mas facjl en­ fermar en una prisiôn cerrada que en una abiert a , en la que mucho de los inconvenlentes de los es tablée imi entos clâsicos son ine­ xistantes . Pero este tipo de centros es mucho mâs abondante en to do el mundo y puede hablarse de una patologia propia y caracteris tica de estos lugares. Cebido a la ausencia de espacios libres, c a m pos 0 zonas vendes, los presos tienen que practicar sus actividades - deportivas en lugares muy pocos apropiados para ello, como el pa­ tio de la cârcel o algun sitio parecido. Ce igual forma, las ins talaciones higiénicas no son las adecuadas, lo que trae como con secuencia que el d esplazamient.o, en cierto modo pos it i v o , de la energia psiquica hacia estas actividase xuality: a failure to replicate". Arch. Sex. 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HOMBRES. 1*973 1.974 1.975 1*976 1*977 :.978 Con medida aplicada. 24 31 22 24 9 7 Intemamiento preventive. 6 3 13 8 8 8 Total. 30 34 35 32 17 15 Total General %. 2,95 3,46 4,24 4,19 3,70 3,83 Homosexuales peligrosos, mujeres: 1.973, 1*974, 1.975, 1.976 y 1.977; NO HA HABIDO. 1*978 : Intemamiento preventive: 1. - 735 - TNTERNOS HOMOSEXUALES HOMBRES. 1.973. 1 .974 1.975. 1 .976. 1 .977. 1 .97 8. Predelictua- les. « —— 16 12 9 3 5 Postdelictua- les. -- 15 10 14 6 2 Por infrac- ciones adminis trat ivas. 1 Homoseacuales peligrosos, mujeres: NO HA HABIDO - 736 - TNTERNOS HOMOSEXUALES, HOMBRES. 1.973 1.974 1.975 1.976 1.977 1 .978 16-20 afios M M 3 7 . 3 1 2 21-25 anos -- 10 4 5 2 2 26-30 anos -- 4 5 5 2 2 31-40 anos -- 8 4 5 3 1 41-60 anos -- 6 1 6 1 Mâs de 60 anos -— 1 — -— -- Homosexuales peligrosos, mujeres: NO HA HABIDO. - 737 - INTERNOS HOMOSEXUALES HOMBRES. 1.973 1.974 1.975 1 .976 1.977 1 .978 Primarios -- - 21 10 7 3 2 Reincidentes --- 10 2 4 2 5 Multirreinci- dentes. --- -- 10 13 4 -- Homosexuales peligrosos, mujeres: NO HA HABIDO, - 738 - II MODELO UTILI2AD0 PARA LA REALIZAGION DE ESTE ESTUDIO. ( Muy resumido ), APELLIDO 1.0 APELLIDO 2.0 NOMBRE - 739 - ESTUDIOS PROFESION RELIGION EDAO NATURAL de ESTADO CIVIL IMPRESION: ENFERMEDADES OPERACIONES ACCIDENTES PESO TALLA DROGAS ALCOHOL N.o DETENCIONES INTELIGENCIA EXAMEN FISICO CONSTITUCION CONFIGURACION ASPECTO IMPLANTACION PELO EN LA FRENTE VELLO EN LA BARBA Idm. PUBIS Idm. AXILAR Idm. TORAX Idm. MONTE DE VENUS GENITALES EXTERNOS MAMAS TEJIDO ADIPOSO MUSCULATURA PROMINENCIA DE LA GLOTIS DIAMETRO INTER-ACROMIAL DIAMETRO INTER-ILIACO TONO DE VOZ MAQUILLAJE DEPILACION VESTIDO AMANERAMIENTO - 740 - ANTECEDENTES FAMILIARES EDAD DEL PADRE ENFERMEDADES EDAD DE LA MADRE ENFERMEDADES HERMANOS EOAOES Y S EXOS N.o QUE HACE ENTRE ELLOS ENFERMEDADES CARACTERES SEXUALES DE LA FAMILIA.— HOMOSEXUALIDAD.- EDUCACION RECIBIDA.- TRABAJO DEL PADRE Y DE LA MADRE.— VM EN DA.— PADRE (dominante — sumiso — Intermedio) MADRE (dominante — sum Isa — Intermedio) CARACTER DEL PADRE.— QRADO DE UNION CON EL PADRE— TIPO DE TRATO— CONFIANZA- CARACTER DE LA MADRE.— QRADO DE UNION CON LA MADRE — CONFIANZA— TIPO DE TRATO.— CARACTER DE LOS HERMANOS.— TIPO DE TRATO.— AMBIENTE FAMILIAR — JUEGOS.— AMWENTE SOCIAL— MODO DE VIDA EN LA INFANCIA.— AMISTADES — CRITERIO QUE LE MERECEN SUS HERMANOS.— TIPO DE TRATO Y POSICION ENTRE ELLOS — SE IDENTIFIGA CON EL PADRE O CON LA MADRE.— - 741 - NTECEDENTES PERSONALES. EVOLUCION ACTUAL INICIACION AL CQNOCIMIENTO SEXUAL POR LOS PADRES.— PRIMEROS RECUERDOS SEXUALES.— DORMIA CON SU — PADRE — MADRE — HERMANOS — HERMANAS — INICIACION A LAS PRACTICAS SEXUALES POR LOS PADRES — RIMEROS CONOCIMIENTOS SOBRE LA SEXUALIOAD— EDAD.— ACTOS.— CIRCUNSTANCIAS.- ORMA DE INICIACION SEXUAL— PRACTICAS SEXUALES— INFLUENCIAS HERMANOS.— PADRE — AMIGOS— EXTRA- OS.— Y EVOLUCION DESDE ENTONCES — DAD PRIMERA EYACULACION— FORMA DE PRODUCIRSE— IMPRESION.— CTIVIDAD SEXUAL — CARACTERISTICAS — TIPO DE ACTIVIDAD — COITO ANAL — MASTURBACION — FELLATIO— BE­ O S — FORMA AC TIV A — FORMA PASIVA — XPEHIENCIAS Y CONOCIMIENTOS DENTRO DE LA HOMOSEXUALIDAD — - 742 - FORMA DE PRODUCIRSE EL ORGASMO.— ACTITUD ANTE LAS LEVES QUE CONDENAN LA HOMOSE) UALIDAD— JUICIO QUE LA SOCIEDAD TIENE DE EL — GRADO DE MARGINACION.— SENTIDO DE CULPABILIDAD— (PASADO — ACTUAL) ACTIVIDAD GENERAL EN LA CARCEL.— OPINION DE LAS MUJERES — NOMBRE PREFERIDO.— HA VIVIDO O VIVIRIA CON UN HOMBRE POR TIEMPO.- OPINION SOBRE EL MATRIMONIO— iS E CASARIA7.— iDESEARIA TENER HIJOS?.— CAMBIO DE SEXO— QUE PIENSA DE SU TIPO DE SEXUALIOAD.- DESEARIA SOMETERSE A TRATAMIENTO MEDICO — CARACTER — EXTROVERTIDO.— INTROVERTIDO.— E5TABLE — INESTABLE— EMOTIVO— F R IO - INFLUENCIABILIDAD GUSTOS— AFICIONES — ASPIRACIONES.— DESEOS FUTUROS — SADISMO— FOBIAS.— MASOOISMO.— A OBSESIONES— TEMORES.— IMPLANTACION DE HORMONAS (1.” ) (ùltima DESEARIA PONERSE HORMONAS.— OBSERVACHONES DETERMINACIONES ANALITICAS 17 — OH eslero ldes: 17 — Cetostaroides; Teslosterona an plasma: Espermlograma: Carlotlpo; - 743 - FB DE EKRATA3 La p - l j in a /]9 6 nue f a l t a en ku c o r re n p u n r l i e iiLe lu .^ a r kg "1 ju n t a i i u i - 49G il) Hn.noGexualirJad rsociada a otros c rocteres - psîquicos divsrgentes, en el sentido de - afeminamiento o virilizaciôn, ji) Hnmoscxualidad feliz, Infeliz y rcprinida. y k) Homosexual!dad activa, pasiva y activa y pa- siva a la vez". Pfara enumernr los tipos dp homosexueles se hen - tenido en cuentn un sinnûmero rif’ variables, como rasgos especiflcos de carScter, actitudes sociales,npariencia fîsica, amaneraraientn, etc. Richard Hauser, en un estudio de carActer sociolôgico, lloga - a establecer las siguientes tipologlas , cas! cuarenta: bisexual, el hombre casado de clase al ta, cla- se media y clase bnja, el hombre casado desmoralizadn, el homose­ xual que se aisla voluntnriamente, el sublimado, la "prostitutn" - homosexual, el call-boy, el frecuentodor de urinarios, los matrimo­ nies homosexualns, el tipo de club y de tahorna, el invertido rie - prisiôn, de bnrcn, de querra, el alcoholîco, el culpable, el religio 30, el pedôfilo, el psicôpnta, el masturbndor, el voynur homose­ xual, el sadomnsnquistn, el anormal, el tactil, el roholrie, el — antifeminista, el”cazador de virgenes" homosexual , el atlcta, el - verdadero y el-falso transvestista y el mentalraente enf.ermo, entre otros. (l83), El affin taxonflmico puede conseguir que existan, no cuarenta, sino todos los tipos imaginablies, pues, segûn los cri- ÿerios que se utilicen, se podrân establecer todas les formas rue se quieran de homosoxunlidad.