UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIOLOGÍA TESIS DOCTORAL Transnacionalismo y violencia de género: creación de la ventanilla de atención integral para la mujer (VAIM) en el consulado de México en Kansas City, Missouri MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Martha Eréndira Montejano Hernández Directora María Almudena Cabezas González Madrid, 2018 © Martha Eréndira Montejano Hernández, 2017 1 UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIOLOGÍA INSTITUTO UNIVERSITARIO DE INVESTIGACIÓN ORTEGA Y GASET Programa de Doctorado en GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Título de la Tesis Doctoral TRANSNACIONALISMO Y VIOLENCIA DE GÉNERO CREACIÓN DE LA VENTANILLA DE ATENCIÓN INTEGRAL PARA LA MUJER (VAIM) EN EL CONSULADO DE MÉXICO EN KANSAS CITY, MISSOURI. Doctoranda MARTHA ERÉNDIRA MONTEJANO HERNÁNDEZ Directora de la Tesis DRA. M. ALMUDENA CABEZAS GONZÁLEZ FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIOLOGÍA Madrid, 2016 2 3 “La Madre Luna ve a sus hijas cruzar fronteras en medio del dolor y la ilusión de un mundo mejor. Ya no están desamparadas pues ella las cuida y las baña con la luz de su amor” ML 4 5 AGRADECIMIENTOS El principio siempre representa un final y esta primera página representa para mí el final de un ciclo que ha supuesto cambios académicos, profesionales, personales y familiares, pero sobre todo que me han traído grandes experiencias y satisfacciones, que me han permitido conocer gente que ha dejado una huella en mi vida. Personas a quienes quiero conservar pues han sido para mí compañeros, maestros e incluso mis ángeles guardianes. En ese sentido quiero agradecer a mi directora de tesis, Almudena Cabezas, por su generosa disponibilidad en todo momento, por su paciencia, su dedicación, su apoyo y motivación, por haber compartido conmigo sus extensos conocimientos. Su asesoramiento ha sido fundamental a través de cuestionamientos críticos que nunca me dejaron indiferente y me obligaron a pensar y reflexionar. Ella es una de las principales responsables de que esta tesis se encuentre ya finalizada. Por ello y ante todo, le agradezco la confianza que ha depositado en mí. Mi reconocimiento a los profesores e investigadores del programa de doctorado en Gobierno y Administración Pública de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, quienes con su trabajo contribuyen a diario, a la reflexión de temas fundamentales y a la creación de un cambio social que actúa de manera directa y eficiente como una fuente de recursos a las complejidades de la sociedad en que vivimos. A la Cónsul Alicia Kerber Palma y a Adriana Villarreal Buenfil, mi mayor reconocimiento a su trabajo y a su vocación de servicio, y todo mi agradecimiento por permitirme aprender de ustedes y darme oportunidad de trabajar por y para las personas migrantes. A mis compañeros en los diversos consulados de México en Europa y Estados Unidos, en especial a mis compañeros en Kansas City, gracias por su amistad, compañerismo y por su apoyo. 6 Al feminismo de a pie de Madrid y las compañeras de CEDAW Sombra que me han permitido aprender de ellas y me han ayudado a ver cada día con mayor claridad a través de las gafas violetas que te cambian la vida. El mayor agradecimiento es a mis padres, quienes han estado para mí en todo momento, siendo mis referentes profesionales, mostrándome que con dedicación y trabajo se pueden conseguir todas las metas. Ellos, quienes ante todo han sido mis amigos, me han apoyado en cada nueva aventura y me han levantado en esos días grises sin importar los kilómetros que haya entre nosotros. Gracias por darme un mundo de oportunidades llenas de amor. A mis hermanos, quienes han sido mis confidentes y mis amigos, y quienes han tenido que aprender a ser hermanos transnacionales, haciéndome participe del día a día de su vida, siendo parte de cada una de mis nuevas hazañas. A Diego y Elisa, cuánta ternura y cariño pueden despertar dos personitas tan pequeñas con un corazón tan grande. Y Edgar, gracias por el apoyo moral y los consejos a distancia. En el camino también se van encontrando amigos que son hermanos, ese el caso de Ivette Compeán, Kansas City me ha dejado muchas experiencias y conocimientos, pero sobre todo, me dejo una gran amiga. Felipe Tinoco, gracias por ser mi familia en Madrid y estar siempre pendiente de mí. José Jaúdenes, Alberto Jiménez, Alexis Berg, Diana Barrera y Javier Gómez-Escolar, su paciencia y, sobre todo, su apoyo han hecho que este proceso, como otros, haya sido constructivo y agradable en todo momento. La mención final, pero fundamental en esta investigación, es para las migrantes mexicanas que compartieron conmigo sus historias, sus sueños y sus desconsuelos, quienes me permitieron conocer el lado humano de la migración y con quienes paso a paso fuimos tejiendo nuevas esperanzas. Gracias por su confianza. 7 ÍNDICE GENERAL OTROS ÍNDICES ..................................................................................................................................... 11 RESUMEN EN INGLÉS .......................................................................................................................... 13 RESUMEN EN ESPAÑOL ...................................................................................................................... 19 INTRODUCCIÓN Y METODOLOGÍA ................................................................................................ 25 CAPÍTULO I ............................................................................................................................................. 39 MIGRACIONES: TRANSNACIONALISMO CON ENFOQUE DE GÉNERO ............................... 39 1.1. Teorías de las migraciones internacionales..................................................................................... 40 1.1.1. Teorías funcionalistas o de modernización ................................................................................... 43 A) Enfoque neoclásico económico ............................................................................................................ 44 B) Teoría de la nueva economía o teoría económica de la migración ........................................................ 45 C) Teoría Maltusiana .................................................................................................................................. 46 D) Perspectiva Push-Pull ............................................................................................................................ 47 E) Estudios de modernización bajo una visión de género: ......................................................................... 47 1.1.2 Teorías estructurales o de dependencia ......................................................................................... 48 A) Teoría del mercado dual ........................................................................................................................ 48 B) Teoría de los sistemas mundiales o teorías del sistema global .............................................................. 49 C) Los estudios estructurales o de dependencia bajo una visión de género: ............................................... 50 1.1.3 Teorías Post-estructuralistas o articulacionistas ........................................................................... 51 A) Teoría de las redes o del capital social .................................................................................................. 52 B) Teoría institucional ................................................................................................................................ 53 C) Teoría de los sistemas de migración ...................................................................................................... 54 D) Perspectiva del transnacionalismo ......................................................................................................... 54 E) Estudios de articulacionistas bajo una visión de género: ....................................................................... 55 1.1.4 Género y migración .......................................................................................................................... 56 1.1.5 Estereotipos y sexismo ..................................................................................................................... 60 1.2 Transnacionalismo .............................................................................................................................. 62 1.2.1 Transnacionalismo y género ........................................................................................................... 66 1.2.2 Los estudios de las familias transnacionales .................................................................................. 66 1.2.3 Transnacionalismo desde arriba y desde abajo............................................................................. 69 8 1.2.4 Redes sociales ................................................................................................................................... 71 1.3 Sociedades patriarcales y violencia contra las mujeres ................................................................... 72 1.3.1 Violencia de género .......................................................................................................................... 75 A) Normativa Internacional ........................................................................................................................ 76 B) Un análisis Interseccional de la violencia contra las mujeres ............................................... 82 1.4 Interseccionalidad en las políticas públicas ...................................................................................... 87 1.4.1 Empoderamiento de la mujer ......................................................................................................... 89 CAPÍTULO II ........................................................................................................................................... 93 MÉXICO MIGRANTE ............................................................................................................................ 93 2.1 La migración mexicana hacia los Estados Unidos de América ....................................................... 94 2.1.1 Factores históricos ........................................................................................................................... 95 2.1.2 Factores socioculturales ................................................................................................................... 99 2.1.3 Factores económicos ...................................................................................................................... 101 2.2 El trabajo se feminiza, pero la mujer sigue siendo pobre y vulnerable ....................................... 104 2.2.1 Las mujeres mexicanas en su contexto histórico ......................................................................... 106 A) Primeros logros del feminismo mexicano ........................................................................................... 108 2.2.2 Las mujeres indígenas en México ................................................................................................. 112 A) Lucha por el reconocimiento y empoderamiento de las mujeres indígenas ........................................ 113 2.2.3 El acceso de las mujeres mexicanas a la educación ..................................................................... 117 A) Educación pública en México .............................................................................................................. 118 B) La educación en cifras ......................................................................................................................... 120 2.2.4 Salud y derechos sexuales y reproductivos en México ................................................................ 124 A) Derecho a una vida libre de violencia sexual....................................................................................... 126 B) Derechos reproductivos ....................................................................................................................... 127 C) Cifras de la situación actual en México ............................................................................................... 131 2.2.5 Las mujeres mexicanas como actoras de la fuerza de trabajo .................................................. 133 2.2.6 Cambio de roles: De las familias nucleares a las mujeres jefas de familia ............................... 136 2.2.7 Violencia contra las mujeres mexicanas ...................................................................................... 139 A) La visibilización de la violencia de género en México ........................................................................ 140 B) La realidad de la violencia en cifras ..................................................................................................... 143 9 CAPÍTULO III ........................................................................................................................................ 147 MIGRACIÓN DE MUJERES MEXICANAS HACIA ESTADOS UNIDOS ................................... 147 3.1 Panorama general. Contexto de llegada a los Estados Unidos ...................................................... 150 3.2 Tipos de migrantes ............................................................................................................................ 156 3.2.1 Migrantes temporales y permanentes. ......................................................................................... 157 3.2.2 Migrantes y vínculo con la comunidad ........................................................................................ 157 3.2.3 El estatus migratorio sí es relevante ............................................................................................. 159 3.3 Etapas en el estudio de la migración de mujeres mexicanas a Estados Unidos ........................... 163 3.3.1 Primera etapa. Feminización de la migración ............................................................................. 163 3.3.2 Segunda etapa. Exploración de las relaciones entre género y migración ................................. 164 3.3.3 Tercera etapa. Vidas transnacionales y el género como constitutivo de experiencias migratorias para mujeres y hombres ......................................................................................................................... 165 3.4 Mujeres migrantes y mujeres de migrantes.................................................................................... 166 3.4.1 De mujeres de migrantes a mujeres migrantes ........................................................................... 168 3.4.2 Redes sociales de mujeres ............................................................................................................. 171 3.4.3 El retorno al origen ....................................................................................................................... 173 3.4.4 Familias mexicanas en Estados Unidos ........................................................................................ 178 3.5 La migración empodera .................................................................................................................... 180 3.5.1 Mexicanas en el Mercado de Trabajo en Estados Unidos .......................................................... 182 3.5.2 “En el Norte la mujer manda”. Relación de la migración femenina y el empoderamiento .... 183 3.6 Tendencias migratorias de las mexicanas a los Estados Unidos. ¿A dónde van y de dónde vienen? .................................................................................................................................................................. 184 3.7 La maleta cultural sí pesa ................................................................................................................. 190 CAPÍTULO IV ........................................................................................................................................ 195 EL PRIMER PASO NO ES FÁCIL, PERO ES DETERMINANTE. BUSCANDO SOLUCIONES ANTE LA PROBLEMÁTICA DE LAS MEXICANAS MIGRANTES EN KANSAS CITY. LA CREACIÓN DE LA VENTANILLA DE ATENCIÓN INTEGRAL A LA MUJER ....................... 195 4.1 Kansas City y las características de la población migrante atendida por el Consulado Mexicano en la región............................................................................................................................................... 197 10 4.1.1 Circunscripción consular en cifras ............................................................................................... 200 4.2 Políticas de migración ....................................................................................................................... 206 4.2.1 Tipo de políticas migratorias ........................................................................................................ 207 4.2.2 Políticas vinculantes ....................................................................................................................... 211 4.2.3 Programas de codesarrollo comunitario México-Estados Unidos ............................................. 214 4.3 La protección consular y su normativa ........................................................................................... 218 4.3.1 Mi experiencia en la protección consular .................................................................................... 222 4.4. Casos relevantes en la atención de mujeres migrantes ................................................................. 224 Cuando dejar México es tu única opción .................................................................................................. 225 No todas son indocumentadas ................................................................................................................... 228 La aportación de Teresa a las migrantes mexicanas ................................................................................. 231 No sólo es violencia doméstica. Las autoridades también discriminan .................................................... 234 Nosotr@s también tenemos derechos ....................................................................................................... 236 4.4.1 Los casos de violencia se repiten. Son muchas voces pero basta una para movilizar a una Institución ................................................................................................................................................ 238 4.5 Es posible brindar atención y protección integral a las mujeres migrantes. Creación de la Ventanilla de Atención Integral para la Mujer (VAIM) ..................................................................... 244 4.5.1 El Programa de la VAIM .............................................................................................................. 245 4.5.2 Medidas de acción para casos específicos .................................................................................... 255 4.6 Cuadros de atención a Mujeres VAIM 2015 .................................................................................. 260 CONCLUSIONES................................................................................................................................... 269 BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................................................... 279 ANEXOS .................................................................................................................................................. 309 11 OTROS ÍNDICES Índice de cuadros Cuadro 1. Teorías migratorias.................................................................................................................... 42 Cuadro 2. Principales estados con mayor registro de expedición de matrículas consulares en Estados Unidos, 2014 ............................................................................................................................................. 188 Cuadro 3. Porcentaje de estados con mayor número de matrícula consular a mujeres en 2014 .............. 189 Cuadro 4. Radiografía de la población hispana en Estados Unidos y los estados de Kansas, Missouri y Oklahoma, periodo 2015 a 2016 ............................................................................................................... 201 Cuadro 5. Registro de expedición de matrículas consulares en Estados Unidos, 2014 ........................... 202 Cuadro 6. Ocupaciones de población atendida en el Consulado de México en Kansas City, Missouri, en los años 2011, 2012 y 2013 ....................................................................................................................... 206 Cuadro 7. Características de la población de mujeres migrantes atendidas por la VAIM 2015 .............. 261 Cuadro 8. Tipo de violencia reportada por las migrantes atendidas por la VAIM 2015 ......................... 262 Cuadro 9. Acciones implementadas por la migrante ............................................................................... 264 Cuadro 10. Acciones implementadas por el Consulado ......................................................................... 265 Índice de gráficas Gráfica 1. Lista nominal por sexo 2016 ................................................................................................... 111 Gráfica 2. Lenguas indígenas más habladas en México .......................................................................... 112 Gráfica 3. Comparativo de gasto anual por estudiante en México y los países de la OCDE, .................. 121 Gráfica 4. Porcentaje de jóvenes NI-NI en México ................................................................................. 122 Gráfica 5. Población analfabeta en México ............................................................................................. 123 Gráfica 6. Tasa de fecundidad por nivel escolar ...................................................................................... 132 Gráfica 7. Población económicamente activa, por sexo, 1970-2016 ....................................................... 134 Gráfica 8. Distribución por sexo, de acuerdo a las principales ramas económicas, 2016 ........................ 135 Gráfica 9. Jefaturas de hogar por sexo, de 1970 a 2015 .......................................................................... 138 Gráfica 10. Distribución de migrantes hacia Estados Unidos de acuerdo al Estado de procedencia, de 2009 a 2014 ........................................................................................................................................................ 151 Gráfica 11. Motivos que generan la migración por sexo ......................................................................... 154 Gráfica 12. Migrantes internacionales por condición de tenencia de documento para ingresar a Estados Unidos, durante el periodo de agosto de 2009 a septiembre de 2014 ....................................................... 160 12 Gráfica 13. Porcentaje de estados con mayor número de matrícula consular a mujeres en 2014 ............ 190 Gráfica 14. Nivel de estudios de la población atendida en el Consulado de México en Kansas City, Missouri, durante el año 2013 ................................................................................................................... 203 Gráfica 15. Media de edad en la población migrante de mujeres y hombres, dentro de la circunscripción del Consulado de México en Kansas City, Missouri, 2013 ...................................................................... 204 Índice de imágenes Imagen 1. Población mexicana en Estados Unidos por región de residencia, 2012 ................................ 187 Imagen 2 Ubicación geográfica de Kansas City en los estados de Kansas y Missouri .......................... 198 Anexos Anexo 1. Creación de la VAIM. Nota de prensa publicada en el periódico local DOS MUNDOS ......... 309 Anexo 2. Violentómetro en inglés ............................................................................................................ 310 Anexo 3. Violentómetro en español ......................................................................................................... 311 Anexo 4. Publicidad del programa de la Semana de la Mujer Latina en el periódico local DOS MUNDOS .................................................................................................................................................................. 312 Anexo 5. Publicación de la memoria de cursos y talleres de la VAIM en el periódico local DOS MUNDOS .................................................................................................................................................................. 313 13 RESUMEN EN INGLÉS TRANSNATIONALISM AND GENDER VIOLENCE THE CREATION OF THE INTEGRAL ATTENTION WINDOW FOR WOMEN (VAIM)1 AT THE CONSULATE OF MEXICO IN KANSAS CITY, MISSOURI The migration relationship between Mexico and the United States of America has been studied by the scientific community through history. Both countries are inextricably linked with the other through inmigration. Yet, contemporary Mexico´s appeal lies in its unparalleled origins, as well as for being a place whereby many visitor may freely come and go. Its geographic location; at the south of the United States, implies a mutual and constant relationship that has been defined as one of dependence, foe we are speaking about two nations that have enormous cultural, social, economic and political differences; a classic paradigm of the contrast between development. The migratory flow, between the two countries has been constant, being the latter that promised destination for those Mexicans who seek to pursue the American dream and thus, have better opportunities for themselves and for their families. Despite the well-documented literature dedicated to the migratory phenomenon that has been taking place between both nations, it is only recently that the academic analysis has taken into account the gender perspective of the aforementioned situation. However, some of these scientific studies broach female Mexican migration to the United States without taking into account that the theoretical arguments do not always reflect the reality of these migrants. While female migration is a multidynamic phenomenon, it is necessary to make an inclusion of the quotidian realities of such migrants. For this reason, the present document holds its basis on my work experience with Mexican women migrants based in Kansas Missouri ant Wester Oklahoma. The base of this investigation will be the city of Kansas City Missouri. This scenario that contemplates life in the region of the heart of the United States, characterized by being immersed 1 Integral Attention Window For Women, acronyms in Spanish (VAIM) 14 in a historical environment, because of its very particular geography, tornado areas and extreme climates, but above all, for being a suitable region to offer a new home to the migrant community, mostly from Mexico. Following the daily dynamics of this region will allow us to display the challenges and achievements that this work represents, as well as the human aspect of migration, from the experiences of migrants, which led to the creation of the VAIM, which was endorsed by Mexico's Secretary of Foreign Affairs as a pilot program to be implemented at the Mexican Consulate in Kansas City, Missouri and given the favorable outcome it had during the year 2015, the Secretary of Foreign Affairs in Mexico has instructed to implement it in all its diplomatic representations in the United States. This research contemplates demographic, economic, cultural and historical data, which allow us to approach the context of departure and arrival of Mexican migration towards the United States, which allows this study to focus on the migration of Mexican women to the United States, as well as the required attention that this migratory flow represents, applying for its study a tool such as intersectionality. The objective of this study is to capture, describe and analyze the needs of migrant women, based on the gender constraints, inequality and discrimination they are subjected to, due to the intersectionality of class, gender, sexuality, race and ethnicity that characterizes them, which increases their vulnerability to become victims of gender violence. As well as knowing the response that can be offered by governments through their linking policies and human rights protection to provide comprehensive care to these migrant women. Some of the specific objectives discussed revolve around knowing how a social determinant such as gender influences the migratory experience; to know the psychosocial factors that influence female migration; to know the economic, social, cultural and political context that has generated migration in Mexico; analyze the influence that globalization and the consolidation of transnational societies have had on the new paradigm of Mexican women migration to the United States; to know the convenience of providing transverse care to Mexican migrant women in order to meet the needs of gender-based violence present in the Mexican migrant community in the United States; to know the type of violence against Mexican migrant women in the area of this study; expose the benefits of generating an empowerment among the Mexican migrant women in the region, which can benefit the entire United States of America. 15 Placing this study in the Midwest of the United States gives originality to the present investigation, since this has not been a recognized migratory region, since it is not part of the most important cities of the United States from a perspective of economic development, tourism and population. But it is an area that requires study and development in the subject of migration and further more because of female migrants, since there is an important concentration of male and female Mexicans in this region, with problems, rights and obligations, such as the migrants who decided Take the road to the most popular areas of the American country. In addition, as a result of the present investigation, it has been shown that there is a significant number of Mexican women in this area, therefore, public policies are required to look after this migrant group in an exhaustive manner, thus fighting against social differences and undesirable contexts, which they live in. On the other hand, since the VAIM was authorized in Kansas City as a pilot program and given the favorable results that have been reported, the Secretary of Foreign Affairs in Mexico has instructed its Consular network in the United States the implementation of the program in all Consular Representations, although at this time it is not possible to carry out an evaluation of this program, I intend that this research serve as a base for the evaluations that will have to be carried out of the operation, impact and level of satisfaction of the program in the different Mexican consulates in the American Country, as well as other researches that may arise as a contribution to the study of women migrations in the United States and the improvement of better care of their needs, so that they can have a better quality of life. The results of the present research are organized in four chapters, in which the following information is contemplated: In chapter I outline the theoretical framework that underlies this research. There are four central structures that articulate this document, based on theories of international migration, transnationalism and gender, migratory theories with a gender focus and violence against women in migratory contexts. This chapter reviews migration theories in order to determine how migrant women have become visible in the study of migration and how this change has impacted gender relations and stereotypes implemented by a patriarchal society. This gender category allows observing inequality between the sexes and the exercise of power. This chapter, analyzes the way in which a social determinant like gender, will influence the migratory experience. In addition, through the transnational perspective, it is possible to observe the relations that migration maintains in both, the society of origin and arrival, as well as the way in which this transnational 16 dynamic influences the migrants and their environment, as this represents an Impact in global societies that transcend geographic borders and physical limitations. Chapter II deals with the study of Mexico's international migration and its context of departure, taking into account that migration answers to historical, political, social, cultural and systematic factors, so this chapter aims to address Mexican migration under these disciplines, but above all, with a gender perspective that allows to portray the role of women in Mexican society and the gender stereotypes they have had to overcome according to different times and places, this section analyzes the context of violence which women have been subjected throughout history. It also analysis how globalization brought about a reorganization of the world with cultural, economic, labor and political changes that affected Mexican society by increasing poverty and social inequality, as a consequence social vices were created which accentuated violence, deserting the countryside, blocking agricultural technology, economic crises, poor infrastructure in education and health, corruption and drug trafficking, factors that triggered the growth of migration searching for a better life quality. Chapter III reflects the context of the arrival of Mexican migration to the United States, focusing on the migration of Mexicans to the neighboring country of the north. It analyzes the cultural, historical and systematic link that Mexican women have with migration, it also establishes the classifications of migrants and the initial objective that motivates the migratory project. It analyzes the roles played by women as migrants and as women of migrant men, because it is there that the contact with migration begins. It addresses the social changes that generated female migration trends into cities of origin, impelled by a different level of schooling from migrant flows, especially migrant women and by the responsibility and role women have in the domestic group, their family and migrant social networks of both, origin and destination. Subsequently it establishes that women cannot be considered as passive subjects of migration, since they have transformed the traditional migratory patterns, becoming an elementary part of the migratory phenomenon. Chapter IV positions us in the region of study of this research, becoming visible the population that makes up the consular constituency in Kansas City and the attention given to migrant women victims of gender violence through the use of tools that fight back Inequality and discrimination, such as intersectionality. This chapter presents the process of attention to migrants through the Consular Protection department, which derived in the creation of the VAIM, with the objective to 17 empower Mexican migrant society, through the Integral care and empowerment of Mexican migrant women in the region. The final part of this document integrates the conclusions which are intended to be a practical contribution to the study of migrations of Mexican women to the United States, since the program that was created and presented in this document is designed for the utility of migrants women, however, this program should be evaluated to know its impact, efficiency and effectiveness, so that the budget assigned to the care of women is employed in a timely and effective manner. This initiative is undoubtedly an opportunity to meet the needs of migrant Mexican women from transversal public policies where the gender perspective plays a major role, this initiative will also allow to have much more complete statistical information on Mexican migrants women, but above all, it will provide them with adequate and personalized care by consular personnel trained in gender issues, as well as in the transversal use of consular resources, being this modernization another great challenge that the Mexican public administration faces in its Representations abroad, because a correct application of the intersectional public policies will end the social differences of discrimination and inequality that women live in. 18 19 RESUMEN EN ESPAÑOL TRANSNACIONALISMO Y VIOLENCIA DE GÉNERO CREACIÓN DE LA VENTANILLA DE ATENCIÓN INTEGRAL PARA LA MUJER (VAIM) EN EL CONSULADO DE MÉXICO EN KANSAS CITY, MISSOURI La relación migratoria entre México y Estados Unidos ha sido objeto de estudio para la comunidad científica a través de la historia. Ambos países son receptores y emisores de migración, pero el caso de México contemporáneo sobresale en su carácter de origen, destino, tránsito y retorno. Su ubicación geográfica al sur de los Estados Unidos implica una relación constante que se ha definido como de dependencia, ya que hablamos de dos Estados con enormes diferencias culturales, sociales, económicas y políticas, paradigma clásico de los contrastes entre desarrollo y subdesarrollo. Los flujos migratorios entre México y Estados Unidos han sido constantes siendo el vecino del norte un destino obligado para las y los mexicanos que buscan perseguir el sueño americano y tener así mejores oportunidades de vida. A pesar de la enorme literatura dedicada al fenómeno migratorio entre ambos países, solo recientemente el análisis académico ha tenido en cuenta el enfoque de género. Sin embargo, algunos estudios abordan la migración de las mujeres mexicanas hacia Estados Unidos sin tener en cuenta que los argumentos teóricos no siempre se corresponden a la realidad de las migrantes, pues si bien la migración femenina es un fenómeno multidinámico, es necesario un abordarje que incluya la cotidianidad de las mismas. Por ello, la presente investigación parte de mi experiencia de trabajo con las migrantes mexicanas radicadas en Kansas, Missouri y la zona Oeste del estado de Oklahoma, que surge de las propias experiencias de las migrantes y que condujo a la puesta en marcha del programa de la Ventanilla de Atención Integral para la Mujer (VAIM), mismo que fue avalado por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México para ser un programa piloto a implementarse en el Consulado de México en Kansas City, Missouri, y dado su favorable resultado, se ha instruido desde la Secretaría de Relaciones Exteriores en México para que sea implementado en todas sus Representaciones diplomáticas en Estados Unidos a partir de 2016. Esta investigación contempla datos demográficos, económicos, culturales e históricos, que nos permiten acercarnos al contexto de salida y de llegada de la migración mexicana hacia Estados 20 Unidos, y centrar el estudio en la migración de mujeres mexicanas a Estados Unidos, así como los requerimientos de atención que este flujo migratorio presenta, empleando para su estudio tanto la perspectiva de género como el análisis interseccional. Para conocer la respuesta que pueden ofrecer los gobiernos a través de las políticas de vinculación y de protección a los derechos humanos a sus nacionales en el exterior, y más concretamente la adecuada atención integral a las mujeres migrantes que enfrentan violencias de género, se ha buscado entonces captar, describir y analizar las necesidades de las mujeres migrantes, en base a las condicionantes de género y a las desigualdades y discriminaciones de que son objeto, debido a la intersección específica entre clase, género, sexualidad, raza y etnia que las caracteriza, lo que incrementa su vulnerabilidad a ser víctimas de violencia de género. Algunos de los objetivos específicos abordados giran en torno a conocer de qué manera un determinante social como es el género, influye en la experiencia migratoria; conocer los factores psicosociales que influyen en la migración femenina; conocer el contexto económico, social, cultural y político que ha generado la migración en México; analizar la influencia que la globalización y la consolidación de las sociedades transnacionales han tenido en el nuevo paradigma de la migración de mexicanas a Estados Unidos; exponer la conveniencia de ofrecer una atención transversal a las mexicanas migrantes a fin de satisfacer las necesidades de atención de la violencia de género presente en la comunidad mexicana migrante en los Estados Unidos; conocer el tipo de violencia que se ejerce contra las migrantes mexicanas en el área de estudio; y exponer los beneficios de generar un empoderamiento entre las mexicanas migrantes en la región, que puede beneficiar a toda la Unión Americana. Tomando como base de esta investigación la ciudad de Kansas City, Missouri, se parte de analizar la vida en una región del corazón de los Estados Unidos, caracterizada por una geografía física muy particular que alberga climas extremos, y que ha sido elegida como nuevo hogar por una comunidad migrante, en su mayoría procedente de México. Situarnos en la dinámica diaria de esta región permite conocer los retos y los logros que este trabajo representó, así como el aspecto humano que conlleva la migración. Situar este estudio en el Medio Oeste de los Estados Unidos otorga una originalidad a la presente investigación, pues esta no ha sido una región migratoria reconocida, ya que no forma parte de las ciudades más importantes de la Unión Americana, desde un aspecto de desarrollo económico, turístico y/o poblacional. Pero es una zona que requiere estudio y desarrollo en el tema de las 21 migraciones y más en tratándose de migraciones femeninas, pues hay una importante concentración de mexicanas y mexicanos en esta región, con problemas, derechos y obligaciones. De hecho la presente investigación ha dado visibilidad a un número significativo de mujeres mexicanas en esta área, poniendo de manifiesto mediante el programa piloto de la VAIM como las mujeres migrantes requieren políticas públicas que les brinden atención de manera exhaustiva, luchando así contra las diferencias sociales y las discriminaciones cruzadas que experimentan. Es importante resaltar que si bien la VAIM fue autorizada como programa piloto en Kansas City, para el 2016 se ha instruido a la Red Consular de México en Estados Unidos para que el programa sea implementado en todas las Representaciones por lo que la presente investigación busca ser una base y un fundamento para las evaluaciones que se tendrán que realizar del funcionamiento, impacto y nivel de satisfacción del programa, así como de las futuras investigaciones que puedan surgir como aportación al estudio de las migraciones de mujeres en los Estados Unidos, pretendiendo así la mejoría en la atención a sus necesidades. Los resultados de la presente investigación están organizados en cuatro capítulos, en los cuales se contempla la siguiente información: En el capítulo I expongo el marco teórico que sirve de base a este trabajo de investigación, siendo cuatro las estructuras centrales que articulan este documento, fundamentado en las teorías de la migración internacional, el transnacionalismo y género, las teorías migratorias con un enfoque de género y la violencia contra las mujeres en los contextos migratorios. En este capítulo se realiza una revisión de las teorías migratorias a fin de determinar la manera en que las mujeres migrantes han logrado ser visibilizadas y cómo este cambio ha impactado en las relaciones y estereotipos de género implantados por una sociedad patriarcal. Esta categoría de género permite observar la desigualdad y la inequidad entre mujeres y hombres y el ejercicio de poder inherente a sus relaciones. Por medio de este capítulo se analiza la manera en que una variable social como es el género influye en la experiencia migratoria. Además, al adoptar una perspectiva transnacional es posible observar las relaciones que guardan las personas migrantes con la sociedad de origen y de llegada, y la manera en que esta dinámica transnacional influye en las y los migrantes y su entorno. En el capítulo II se aborda el estudio de la migración internacional de México y el contexto de salida de las migrantes, tomando en cuenta que la migración responde a factores históricos, políticos, sociales, culturales y sistémicos, pero sobre todo aplicando la perspectiva de género que permite retratar el papel de las mujeres en la sociedad mexicana y los estereotipos de género que 22 se mantienen de acuerdo a las diferentes épocas y lugares. Además, en esta sección se analiza el contexto de violencia de la cual las mujeres han sido y son objeto, así como del impacto de la globalización como un proceso que trajo consigo una reestructuración del mundo con cambios culturales, económicos, laborales y políticos que afectaron a la sociedad mexicana acrecentando la pobreza y la desigualdad social. El contexto recesivo y de crisis ha acentuado la violencia en sus diferentes expresiones detonando un nuevo ciclo de crecimiento de la migración. El capítulo III refleja el contexto de llegada de la migración mexicana a los Estados Unidos, adentrándonos en la migración de las mexicanas hacia el vecino país del norte. Se analiza el vínculo cultural, histórico y sistémico que tienen las mujeres mexicanas con la migración, de igual manera se establecen las clasificaciones de las y los migrantes y el objeto inicial que motiva el proyecto migratorio. Aquí se analizan los roles que juegan las mujeres como migrantes y como mujeres de migrantes, pues ahí es en donde se inicia en algunos casos el contacto con la migración. Se abordan los cambios sociales que han producido las tendencias migratorias femeninas en las ciudades de origen, impulsados por un nivel de escolaridad diferente de las migrantes y la responsabilidad y al papel de las mujeres en el grupo doméstico, así como sus relaciones familiares y las redes sociales tanto de origen como de destino. Se establece que las mujeres no pueden ser consideradas como sujetos pasivos de la migración pues han transformado los patrones migratorios tradicionales, convirtiéndose en parte elemental del fenómeno migratorio. El capítulo IV nos posiciona en la región de estudio de esta investigación. Se hace visible la población que conforma la circunscripción consular en Kansas City y la atención que se da a las mujeres migrantes víctimas de violencia de género a través del uso de herramientas que combaten la desigualdad y la discriminación, desde un abordaje interseccional. En este capítulo se presenta las formas de atención a migrantes a través del área de protección consular y el proceso que derivó en la creación del programa de la Ventanilla de Atención Integral para la Mujer (VAIM), buscando así empoderar a la sociedad mexicana migrante a través de la atención integral y el empoderamiento de las mujeres mexicanas en la región. Como parte final de este documento se integran las conclusiones con las que se pretende una aportación práctica al estudio de las migraciones de mujeres mexicanas hacia Estados Unidos, al evaluar el programa de la VAIM. Esta iniciativa es sin duda una oportunidad para atender las necesidades de las mujeres mexicanas migrantes desde políticas públicas transversales a partir de la perspectiva de género. Además, esta iniciativa también va a permitir tener información 23 estadística mucho más completa sobre las migrantes mexicanas, pero ante todo brindarles una atención adecuada y personalizada a cargo del personal consular capacitado en género y con una mirada interseccional. Se trata de plantear un uso transversal de los recursos consulares, siendo esta modernización otro de los grandes retos que tiene la administración pública mexicana en sus representaciones en el exterior, pues una correcta aplicación de políticas públicas va a permitir mitigar y en parte modificar algunas diferencias sociales de discriminación y desigualdad que viven las mujeres. 24 25 INTRODUCCIÓN Y METODOLOGÍA La relación migratoria entre México y Estados Unidos ha sido objeto de estudio por la comunidad científica a través de la historia, esto se debe por una parte, a que México se ha caracterizado por ser un país con un contacto directo con la migración, tanto de origen, como de destino, tránsito y retorno, pues su ubicación geográfica le sitúa al sur de los Estados Unidos de América, país con el que desarrolla una relación constante, que incluso puede ser definida como de dependencia, ya que hablamos de dos naciones con enormes diferencias culturales, sociales, económicas y políticas, que detonan en un desarrollo y subdesarrollo característico de cada uno de estos países y que han forjado flujos migratorios constantes, pues dentro de un contexto de la globalización, el país estadounidense es un destino obligado para las y los mexicanos que buscan perseguir el sueño americano y tener así mejores oportunidades para sí mismos y para los suyos. Este fenómeno migratorio presente entre ambos países, también ha sido abordado en el ámbito académico y científico desde un enfoque de género. Sin embargo, algunos de estos documentos científicos hablan de la migración de mujeres mexicanas hacia los Estados Unidos en base a argumentos teóricos y académicos, que en ocasiones no corresponden a la realidad de las migrantes2, pues si bien la migración femenina es un fenómeno multidinámico, este será más real y humano si se aborda desde la realidad del día a día de las migrantes. Durante los últimos seis años, he sido una mujer migrante en distintos países, lo que me ha permitido conocer en carne propia las experiencias y sentimientos del grupo de población que actualmente estudio. Si bien es cierto que las condiciones en las que yo he migrado han sido afables y me han concedido una estabilidad aun estando fuera de mi país, lo que es innegable es que todas las migrantes compartimos un cúmulo de sentimientos que la migración encierra, así como un sinfín de retos personales a superar. Mi experiencia profesional con mujeres migrantes se da por el trabajo que he realizado durante varios años como empleada del Consulado mexicano en la región de Kansas City, Missouri, es ahí, en donde a través de la atención directa a las mexicanas migrantes he recabado datos 2 En el cuerpo del presente documento se utiliza el término migrante, pues esta tesis pretende posicionarse en una postura humanista, viendo al migrante como ser humano, lejos de las etiquetas que imponen los gobiernos a las personas y que las clasifican como inmigrantes y emigrantes, pues estas diferencias constituyen una de las principales fuentes de discriminación para aquellos que tienen el valor de cruzar fronteras en la búsqueda de un futuro mejor. 26 cualitativos aportados por las actoras sociales, en base a sus necesidades del día a día, lo que permitió desarrollar una atención integral. “¡Tengo miedo!... ¡No puedo!...¡No quiero denunciar, me van a deportar!... ¡Voy a perder a mis hijos!... ¿Pero qué le va a pasar a él?... ¿Y de qué vamos a vivir si lo deportan?...¡Es que yo todavía lo quiero!...” Estas eran las palabras con las que me encontraba cada día en la atención de mexicanas migrantes víctimas de violencia de género y lo que dio pie a la creación del programa de la Ventanilla de Atención Integral para la Mujer (VAIM). A través de este documento pretendo compartir mi experiencia al trabajar con las migrantes mexicanas radicadas en Kansas, Missouri y la zona Oeste del estado de Oklahoma3, exponiendo los retos y los logros que esto representó, así como el aspecto humano que conlleva la migración, desde las propias experiencias de las migrantes. Esta investigación también está apoyada en datos demográficos, económicos e históricos, a fin de conocer el contexto de salida y de llegada que enmarca la migración de mexicanas hacia Estados Unidos, así como los requerimientos de atención que este flujo migratorio presenta, empleando para su estudio una herramienta como lo es la interseccionalidad. Para estar en posibilidad de adentrarme al fenómeno de la migración de mujeres mexicanas en Kansas City, fue necesario contemplar el estudio de la migración de mexicanos y mexicanas a Estados Unidos en general, es decir, incluyendo y analizando los datos que encierra esta migración en lo que respecta a hombres y a mujeres, pues es necesario precisar que para que el estudio de la migración sea integral es indispensable el análisis de esta en su totalidad, para después centrarnos en los datos relativos a las mexicanas migrantes. De igual manera fue preciso el contemplar los aportes que los estudios de género han dado a la comunidad científica, pues aun cuando la figura de las mujeres migrantes ha estado invisibilizada durante décadas, es gracias a los movimientos feministas y a los estudios de género que se ha podido sacar a la luz la conveniencia de investigaciones que tengan como objeto de estudio a las migrantes. Sin embargo, dado que más de treinta años después de que se ha comenzado el estudio de la feminización de las migraciones y hasta la fecha, mucha de la documentación que se ha generado en materia migratoria aún no contempla a las mujeres y no las incluye en el discurso académico, lo cual acentúa la 3 La circunscripción del Consulado de México en Kansas City, Missouri, contempla los estados de Kansas, Missouri y 27 condados de la parte Oeste de Oklahoma, este tema será expuesto a profundidad en el capítulo IV de este documento. 27 discriminación que existe hacia este género y denota la pertinencia de investigaciones como la que aquí se desarrolla. Como ya he señalado, la presente investigación se sitúa en la circunscripción consular de la Representación diplomática de México en Kansas City, Missouri, que contempla los Estados de Kansas, Missouri y los condados de la zona Oeste del Estado de Oklahoma. Sin embargo, se toma como base de esta investigación la ciudad de Kansas City, Missouri. Está región, ubicada en el corazón de los Estados Unidos, se caracteriza por encontrarse inmersa en un escenario histórico y por ser receptora de migrantes de diversas partes del mundo, región destacada por sus planicies y su hidrología, por ser una zona de tornados y climas extremos, pero también por ser apta para ofrecer un nuevo hogar a la comunidad migrante, en su mayoría procedente de México. La migración de mexicanas y mexicanos a esta región del medio oeste norteamericano data de los años 1877 y 1914, debido al desarrollo de la construcción de la industria ferroviaria, sin embargo, esta migración ha ido cambiando, si bien en un principio fue producto del acceso al trabajo en las empresas ferroviarias, en la actualidad la demanda de la mano de obra mexicana continua siendo indispensable para cubrir diversos empleos, especialmente en tratándose de las mujeres de la región estudiada, en trabajos como hostelería, limpieza, como cocineras y en el cuidado de niños y ancianos, como empleadas en fábricas, en la pisca y en negocios familiares. También es importante señalar que si bien los estados de Kansas, Missouri y Oklahoma no son de los principales estados receptores de los flujos migrantes procedentes de México, sí se puede decir que hay un número significativo de migrantes mexicanas establecidas en esta región, como se explica en el cuerpo de la presente investigación, lo que hace viable y necesario la aplicación de políticas públicas con perspectiva de género que atiendan las necesidades de las migrantes en el área. El objeto de estudio y los objetivos El objetivo general que me propuse alcanzar fue: - Captar, describir y analizar las necesidades de las mujeres migrantes, en base a las condicionantes de género y a la desigualdad y discriminación de que son objeto, debido a la interseccionalidad de clase, género, sexualidad, raza y etnia que las caracteriza, lo que incrementa su vulnerabilidad a ser víctimas de violencia de género. Así como conocer la 28 respuesta que pueden ofrecer los gobiernos a través de las políticas de vinculación y de protección a los derechos humanos, para ofrecer una atención integral a estas mujeres migrantes. Mientras que mis objetivos específicos se centraron en - Conocer de qué manera un determinante social como es el género, influye en la experiencia migratoria. - Conocer los factores psicosociales que influyen en la migración femenina - Conocer el contexto económico, social, cultural y político que ha generado la migración en México - Analizar la influencia que la globalización y la consolidación de las sociedades transnacionales han tenido en el nuevo paradigma de la migración de mexicanas a Estados Unidos. - Exponer la conveniencia de ofrecer una atención transversal a las mexicanas migrantes a fin de satisfacer las necesidades de atención de la violencia de género presente en la comunidad mexicana migrante en los Estados Unidos. - Conocer el tipo de violencia que se ejerce contra las migrantes mexicanas en el área de estudio. - Exponer los beneficios de generar un empoderamiento entre las mexicanas migrantes en la región, que puede beneficiar a toda la Unión Americana. Al iniciar este trabajo surgieron una serie de interrogantes que se fueron ampliando y respondiendo a medida que iba avanzando con los hallazgos de la investigación. En un inicio mi inquietud se centraba en conocer los factores que giran en torno al fenómeno migratorio entre México y Estados Unidos, sobre todo debido a que al realizar entrevistas consulares, tanto a hombres como a mujeres, no manifestaban una necesidad de migrar por razones principalmente económicas, pues muchos de los y las migrantes referían contar con trabajo en México e incluso con dinero suficiente para cubrir necesidades básicas y actividades de ocio y esparcimiento. Luego entonces, la interrogante fue saber ¿Quiénes son las y los migrantes que van a Estados Unidos?, así como ¿Si su proyecto migratorio inicia como una respuesta cultural/sistémica que sigue patrones familiares?, ¿Cómo influye esta migración en las mujeres que permanecen en 29 México y las que logran migrar a Estados Unidos?, ¿Cuál es la razón que genera la migración de mexicanas hacia el área de Kansas City?, ¿Qué tipo de migrantes residen en esta área?, ¿Si las redes sociales migrantes tienen la fuerza suficiente para impulsar y/o beneficiar o no el proyecto migratorio en tratándose de mujeres?, ¿Si la migración intensifica la violencia de género inmersa en una sociedad patriarcal? y ¿De qué manera pueden actuar los gobiernos para poder visibilizar y ofrecer soluciones prácticas a una problemática real y universal como es la violencia de género? La hipótesis de la que parto en línea con las premisas del transnacionalismo desde arriba es que las políticas de vinculación y la protección de mexicanos en el extranjero permitirán atender de manera integral las necesidades de la población migrante víctima de violencia de género, pero esta atención debe ofrecerse desde los recursos con los que cuenta la administración pública federal, de manera transversal, de tal forma que se pueda ofrecer un proceso de empoderamiento real a las mujeres migrantes, así como el respeto y la salvaguarda de sus derechos humanos. A lo largo de este documento se aborda y analiza la literatura contemporánea que habla de la feminización de las migraciones internacionales, lo que nos permite ver que es esta presencia femenina la que ha logrado otorgar una nueva visión a las migraciones que tradicionalmente se cimentaban en la figura masculina. Este cambio en las migraciones también responde y se ve directamente relacionado a un fenómeno de globalización que ha permitido el desarrollo de tecnologías de la comunicación y de una dinámica de contacto transnacional constante entre las sociedades de salida y de llegada. Las mujeres entonces ya no migran solamente buscando una reunificación familiar, como anteriormente se creía, vemos que la figura de las mujeres como migrantes ahora también se posiciona ante el trabajo, los estudios o incluso en la búsqueda de aventura, de conocer un mundo nuevo, para iniciar una nueva vida. Ese fenómeno también es abordado en este documento, pues si bien, estadísticamente un alto porcentaje de las migrantes mexicanas inician el proceso migratorio como respuesta a un proyecto de reunificación familiar, estas se incorporan al mercado laboral una vez que se establecen en el lugar de llegada, por lo que estamos hablando de que las mujeres desempeñan actividades económicamente retribuidas, contribuyendo así al grupo doméstico, que alcanza tanto a la familia nuclear como a la familia extendida, y que va a tener un efecto directo en la autoestima y autosuficiencia de las mujeres, permitiéndoles mayor libertad y logrando también un cambio en los roles de género tradicionales. Ahora bien, lo que no podemos dejar de lado, independientemente de la razón que lleve a iniciar el proyecto migratorio, es la influencia que 30 tienen los grupos domésticos en las mexicanas migrantes, pues se ha visto que antes, durante y después de la migración, la familia va a tener un lugar fundamental en las decisiones que se toman por parte de las migrantes, que la cultura del país de origen les acompaña y más cuando llegan a establecerse en un ambiente instaurado por sus redes sociales migrantes que reproducen las culturas machistas y patriarcales aprendidas en el lugar de origen, por lo que también van a influenciar el espacio transnacional y la vida que vayan forjando en el lugar de llegada. En este documento se expone la vulnerabilidad de las mujeres migrantes, vista desde la interseccionalidad de sus características que le hacen sufrir discriminación y violencia, pues la discriminación aparece desde el inicio de la migración y se incrementa bajo leyes de migración que favorecen la figura del dependiente económico, prohibiéndoles desempeñar un trabajo y ser autosuficientes, ante violencias institucionales que nos les permiten defenderse, ni recibir apoyo y ante la cultura misógina y machista que bien se traslada con ellas, pero también se encuentra en la sociedad de llegada, haciéndoles sufrir un cumulo de vejaciones y agresiones por el solo hecho de ser mujeres. Sin embargo, también se aborda como la migración de mujeres hacia Estados Unidos ha reportado un cambio en la vida de las mujeres, que se refleja en ocasiones en mayores libertades y un proceso de desarrollo personal. Es por ello, que las políticas públicas que se ofrecen para tratar la situación de las migrantes deben contemplar las necesidades de todas las mujeres, siendo la atención que se brinde verdaderamente integral, es decir, que pueda brindar atención buscando una igualdad y desarrollo desde las diferencias, y no se limite a atender un problema inicial o a ocultar el fondo de la problemática que se vive. Además, esta atención también debe llegar a la población vulnerable como lo es la población de migrantes lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y/o queer (LGBTQ). Pues estas y estos migrantes, tienen necesidades particulares que requieren atención. La violencia de género precisa ser combatida de manera real, pronta y expedita, utilizando la maquinaria de los estados de manera transversal, pues hablar de violencia de género no es hablar de hechos aislados o de problemas que se genera dentro del hogar, pensando que al ser una cuestión privada ahí es donde debe quedarse, ya estamos a muchos años de esa forma ver la realidad. Por el bagaje del feminismo académico y el hacer de los movimientos de mujeres sabemos que solamente nos resta exigir como sociedad una atención real a esta problemática, desde el activismo y desde dentro de las instituciones, cumpliendo con el verdadero papel de servidores públicos. 31 Justificación de la investigación La originalidad y pertinencia de la presente investigación radica en precisar que si bien esta región del Medio Oeste de los Estados Unidos no ha sido una región migratoria reconocida, pues no forma parte de las ciudades más importantes de la Unión Americana, desde un aspecto de desarrollo económico, turístico y poblacional, sí es una región que requiere estudio y desarrollo en el tema de las migraciones y más respecto de las migraciones femeninas, pues hay una importante concentración de mexicanas y mexicanos en esta región, con problemas, derechos y obligaciones. Además, como hallazgo de la presente investigación se ha demostrado que existe un número significativo de mujeres mexicanas en esta región que requieren políticas públicas que brinden atención de manera exhaustiva, luchando así contra las diferencias sociales y los contextos no deseables que afrontan. Por otra parte, toda vez que la Ventanilla de Atención Integral para la Mujer fue autorizada en Kansas City como un programa piloto y dados los resultados favorables que se han reportado con este tipo de atención, la Secretaría de Relaciones Exteriores en México ha instruido a su Red Consular en Estados Unidos4 para que el programa sea implementado en todas las Representaciones Consulares, lo que justifica la pertinencia de conocer el proceso de creación de dicho servicio consular en el programa piloto objeto de nuestro estudio. Una futura etapa de investigación es llevar a cabo la evaluación de este programa, pues si bien este documento contiene la información sobre el diseño y la implementación del mismo, como programa oficial es conveniente implementar también su evaluación y no solamente como fase final del ciclo de la vida de esta política, sino que el hecho de que la evaluación este presente desde el diseño general, la ejecución y puesta en práctica del programa, va a permitir conocer las áreas en las que se puede mejorar su desarrollo, su rendición de cuentas y las acciones futuras que se pueden ir generando, tal como lo señala Bustelo (2001), esto en base a las necesidades que se vayan atendiendo, puesto que ahora el programa también se enfrenta al reto de la diversidad 4 La Red Consular de México en Estados Unidos es la más grande que un país tiene en otro, está constituida por la Embajada de México y 49 consulados, asentados en 25 estados de la Unión Americana, cubriendo la totalidad de la misma a través de las circunscripciones consulares. Este tema será desarrollado en el capítulo IV de este documento. 32 geográfica y cultural de las distintas regiones de los Estados Unidos, así como de las comunidades migrantes que las habitan. METODODOLOGIA DE LA INVESTIGACIÓN Fuentes empleadas En esta investigación se han empleado fuentes primarias y fuentes secundarias. Las fuentes primarias son los discursos de las migrantes mexicanas de la región, en los cuales se encierran las vivencias, necesidades, retos y oportunidades que genera el proyecto migratorio, tanto desde un contexto de salida y de llegada, así como durante el cruce de la frontera, de acuerdo al tipo de migrante de que se trate, así como las condiciones de desigualdad a las que han debido enfrentarse como mujeres y como migrantes, derivando en violencia de género, pero que muchas veces ni siquiera está identificada como tal por las propias mujeres. Estas vivencias y situaciones han sido recogidas a través de técnicas cualitativas de investigación aplicando entrevistas abiertas (N=20) de las cuales se hace una lectura etnográfica a posteriori. Cabe señalar que con la intención de preservar el anonimato de los testimonios de mujeres, su nombre y señas particulares fueron cambiados, procurando respetar de manera cabal sus testimonios, así como su lenguaje y sus dichos, que han sido solamente modificados en contadas ocasiones a fin de explicar aquellos modismos o expresiones no legibles para el público en general. Además, en esta investigación se ha empleado la observación participativa dada la condición de la investigadora como actor en el proceso de creación de la política pública. Por otra parte, también se han utilizado técnicas de investigación cuantitativa que se emplearon para realizar estadísticas de la atención proporcionada a este sector de la población y para el análisis de los datos de la migración en los contextos de salida y llegada de las migrantes. Para el análisis de los datos se ha hecho una selección aleatoria de la muestra general de los 111 casos de mujeres víctimas de violencia o en proceso de empoderamiento, que fueron atendidos en el año 2015 en el Consulado de Kansas City, tiempo en que fue implementada la VAIM como programa piloto. La muestra aleatoria ha consistido en abordar los dos primeros casos atendidos cada mes, comprendiendo el periodo de febrero a diciembre de 2015 con la finalidad de poder conocer las características de las migrantes mexicanas atendidas por la VAIM, el tipo o los tipos 33 de violencia que más se presenta entre ellas y las acciones que a tal efecto tomaron tanto las migrantes como el Consulado. Los cuadros estadísticos que se concentran en el capítulo IV de este documento reflejan las características de las migrantes desde el tipo de migración, objeto del inicio del proyecto migratorio, información que refiere si las migrantes dejan a sus hijos al cuidado de los y las abuelas o de otros familiares, constituyendo los denominados hogares dona en su lugar de origen, así como la importancia de las redes sociales migratorias en las mujeres de esta región y el empleo de los medios de contacto transnacional que emplean. De igual manera, se refleja el tipo de violencia que sufren las mexicanas migrantes en la región. Se pretende señalar las acciones que las migrantes pudieron efectuar por sí mismas y las acciones que el Consulado implementó para buscar una atención integral a favor de la migrante. Otras fuentes primarias empleadas para adquirir información de la Red Consular mexicana en Estados Unidos han sido los oficiales consulares de diversas Representaciones y el personal de la Secretaría de Relaciones Exteriores en México, cuyos nombres se mantienen en el anonimato para no afectar sus actividades profesionales diarias y para cumplir con lo estipulado en la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares. Asimismo he adquirido información de la red de aliados estratégicos con los que se han trabajado las diversas etapas del programa. Las fuentes secundarias que han sido utilizadas han sido funcionales para analizar la literatura contemporánea respecto a las migraciones y la violencia de género, permitiéndome posicionarme en las teorías que sobre estos temas se han trabajado, acercándome a la realidad de la migración y de la violencia de género por medio de la literatura académica especializada, las bases de datos de organismos oficiales y los fondos bibliográficos y hemerográficos, estadísticas de censos oficiales, publicaciones, revistas, memorias, y seminarios que respecto a estos temas han organizado y publicado organismos internacionales e instituciones tanto en Estados Unidos, México y en España. En este sentido, las fuentes secundarias han servido para posicionarme académicamente logrando así analizar el área trabajada e investigada desde la antropología, pero utilizando también las herramientas con las que cuento por mi formación como abogada y politóloga. 34 Obtención de datos Como lo he expuesto anteriormente, el trabajo de campo que se reporta para la obtención de datos se conforma por la actividad que realicé desde mis funciones como oficial consular, es decir, no se llevó a cabo una metodología como tal, pues el trabajo se centra en las entrevistas realizadas durante tres años, en el último de los cuales se pudo dar seguimiento a los casos atendidos en los dos primeros años y los captados en el último año. Las entrevistas realizadas son entrevistas abiertas de las cuales se hace una lectura etnográfica a posteriori. Sin embargo, estas entrevistas y la atención brindada se puede clasificar en un antes y un después de ciertos casos que abrieron la puerta para que la atención consular hiciera un esfuerzo de cubrir las carencias reales de las mujeres, dando una importancia superior a las problemáticas que presentaban las mujeres sobre lo estipulado en la normatividad de protección consular, luego entonces la dinámica de trabajo que fue mejorando en pro de la atención de las mexicanas en la región. Los casos referidos son relatados en el capítulo IV de este documento, así como la atención proporcionada a los mismos. Las entrevistas que se han realizado a las migrantes a través del programa VAIM se han hecho mediante un formato de entrevista abierta, se realizaron conversaciones prolongadas de forma abierta, con la finalidad de lograr obtener la mayor información posible por parte de las mujeres que forman parte del programa y atender así sus necesidades reales. La principal información que se buscaba obtener era por una parte información oficial, pero también datos personales como fecha de nacimiento, lugar de origen, tiempo residiendo en Estados Unidos, lugares en los que habían vivido, razón por la cual han salido de México, situación actual (condición migratoria, laboral y económica), ingresos económicos actuales, sentimientos, deseos y aspiraciones al llegar a Estados Unidos, apoyo solicitado o brindado por parte del Consulado y cambio en su situación personal posterior al apoyo de la VAIM, en los casos de seguimiento. Durante las entrevistas se pretendió cuidar aspectos fundamentales como el espacio físico para llevar a cabo la entrevista, el cual era una oficina privada en dónde la muer migrante pudiera hablar sin que le escucharan otras personas, se buscaba crear una empatía con la migrante, conocer las actividades que realiza, el objeto del contacto con el consulado, los acontecimientos, el tiempo, los fines y sentimientos de las entrevistadas. La clave principal para la aplicación de estas entrevistas radicó en llevarlas a cabo de manera paciente, con empatía y con pleno respeto a la situación de 35 dolor o de necesidad que presentaba la migrante, lo que otorgaba un acceso a la información por parte de ellas. Por otra parte, la observación era fundamental en estas entrevistas pues esta técnica de investigación complementaria ayuda a captar datos que no se expresan verbalmente, pero que develan las intenciones de la entrevistada. Una de los apoyos con que cuenta el Consulado es el apoyo económico para determinadas funciones, lo cual será explicado en el capítulo IV, por lo que como oficial consular había que ser por demás cuidadosos en cuanto a la intención de la entrevistada, pues había personas que trataban de obtener un beneficio económico sin necesitarlo o a través del engaño. La observación permite ir identificando a través del lenguaje no verbal los patrones de conducta de mujeres que sufren violencia o que tienen determinadas carencias, lo que se debe corroborar con preguntas que expliquen su situación socioeconómica, documentación probatoria y se va complementando con lo que escucha durante la entrevista. Esta observación de las necesidades de las migrantes ayudo a abrir nuevas etapas complementarias de atención en base a lo ellas referían requerir y esto se fue estableciendo así pues los casos se re repetían una y otra vez con las diferentes migrantes. Dificultades de la metodología y análisis de datos El mayor problema encontrado al realizar las entrevistas fue el que algunas participantes temían que la información proporcionada pudiera ser transmitida a la autoridades de migración estadounidenses y terminaran por ser deportadas o por causar algún problema a sus familiares o incluso a sus parejas, de quienes habían recibido agresión. Esta cuestión de la desconfianza pudo manejarse al explicarles la estructura y las funciones del consulado mexicano, así como la estructura de las propias oficinas de migración americanas. Otro factor a superar al momento de plantear las entrevistas fue la vergüenza que presentaban alguna de las entrevistadas, esto debido a su nivel educativo y cultural, toda vez que muchas de ellas no saben leer o escribir e incluso algunas no hablan con fluidez el español. Este factor hacía que tomara mayor tiempo el establecer un vínculo con la migrante, lo cual en un inicio les restringía a respuestas monosilábicas que se limitaban a un sí o un no, sin embargo, a medida que sentían confianza podían proporcionar más datos específicos de su historia. 36 Por otra parte, llevar un registro cuantitativo de las mujeres atendidas y el tipo de atención que se les ha brindado ha permitido conocer qué tipo de violencias se presentan entre las mujeres migrantes, el tipo de migración que existe en esta región de Estados Unidos y las necesidades que tienen estas migrantes. Esta información estadística se comparte con las oficinas de la Secretaría de Relaciones Exteriores en México a través de los sistemas de datos que están conectados con las Embajadas y Consulados en todo el mundo. En cuanto a la selección de las personas entrevistadas, en un inicio la atención se brindaba solamente a las personas que llegaban a solicitarla directamente al departamento de protección, sin embargo, en el año 2015, una vez que fue posible contratar más personal, se designó una ventanilla de atención en el área de trámites de documentación (pasaportes, matrículas consulares, registros de nacimiento y poderes notariales) para que funcionara como un filtro y lograr así identificar casos de mujeres que requirieran atención por parte de la VAIM. Sin embargo, no se puede decir que existió una selección para la entrevista de las migrantes, pues el servicio se otorgaba a todas aquellas mujeres que requirieran los servicios del Consulado. Analizar las entrevistas realizadas implicó un acercamiento a la comunidad de mujeres migrantes, pues los relatos y narraciones de las mujeres entrevistadas permitían establecer relaciones entre diferentes temas y los servicios consulares que estaban disponibles para ellas, además de que permitió ir construyendo otras opciones, pues ya no se pretendía otorgar una atención básica, sino que se buscaba un verdadero empoderamiento de la comunidad mexicana en la región, lo cual es posible lograr a través del empoderamiento de las mujeres. Ahora bien, esta información cualitativa ha sido contrastada con las fuentes secundarias consultadas, lo que ha permitido dar un mayor sentido al análisis de la información proporcionada por las migrantes y construir así categorías y percepciones, así como posiciones en base al marco teórico establecido. Así pues los resultados de la presente investigación están organizados en cuatro capítulos como se explica a continuación. Estructura de la investigación En el capítulo I expongo el marco teórico que sirve de base a este trabajo de investigación. Siendo cuatro las estructuras centrales que articulan este documento, fundamentado en las teorías de la migración internacional, el transnacionalismo y género, las teorías migratorias con un enfoque de 37 género y la violencia contra las mujeres en los contextos migratorios. En este capítulo se realiza una revisión de las teorías migratorias a fin de analizar la manera en que las mujeres migrantes han logrado ser visibilizadas en el estudio de la migración y cómo este cambio ha impactado en las relaciones y estereotipos de género implantados por una sociedad patriarcal. Esta categoría de género permite observar la desigualdad y la inequidad entre los sexos y el ejercicio de poder. Por medio de este capítulo se analiza la manera en que un determinante social como es el género, va a influir en la experiencia migratoria. Además a través de la perspectiva transnacional es posible observar las relaciones que guarda la migración tanto en la sociedad de origen, como de llegada, así como la manera en que esta dinámica transnacional influye en las y los migrantes y su entorno, pues esto representa un impacto en las sociedades globales que trascienden fronteras geográficas y físicas limitantes. En el capítulo II se aborda el estudio de la migración internacional de México y su contexto de salida, tomando en cuenta que la migración responde a factores históricos, políticos, sociales, culturales y sistémicos, por lo que en este capítulo se pretende abordar la migración mexicana bajo esas disciplinas, pero ante todo, con una perspectiva de género que permite retratar el papel de las mujeres en la sociedad mexicana y los estereotipos de género que han debido sortear de acuerdo a las diferentes épocas y lugares, en esta sección se analiza el contexto de violencia de la cual las mujeres han sido objeto a través de la historia. También se hace una reflexión de como la globalización trajo consigo una reestructuración del mundo con cambios culturales, económicos, laborales y políticos que afectaron a la sociedad mexicana acrecentando la pobreza y la desigualdad social en ella, puesto que se desataron vicios sociales que acentuaron la violencia, el abandono del campo, el bloqueo de la tecnología agropecuaria, las crisis económicas, la poca infraestructura en educación y salud, la corrupción y el narcotráfico, factores que detonaron el crecimiento de la migración en la búsqueda de una mejor calidad de vida. El capítulo III refleja el contexto de llegada de la migración mexicana a los Estados Unidos, adentrándonos en la migración de las mexicanas hacia el vecino país del norte. Se analiza el vínculo cultural, histórico y sistémico que tienen las mujeres mexicanas con la migración, de igual manera se establecen las clasificaciones de las y los migrantes y el objeto inicial que motiva el proyecto migratorio. Aquí se analizan los roles que juegan las mujeres como migrantes y como mujeres de migrantes, pues ahí en donde inicia el contacto con la migración. Se abordan los cambios sociales que han producido las tendencias migratorias femeninas en las ciudades de 38 origen, impulsados por un nivel de escolaridad diferente de los flujos migrantes, en especial de las migrantes y por la responsabilidad y al papel que las mujeres tienen frente al grupo doméstico, a su familia y a las redes sociales migrantes, tanto de origen como de destino. Luego entonces, se establece que las mujeres no pueden ser consideradas como sujetos pasivos de la migración, pues ha transformado los patrones migratorios tradicionales, convirtiéndose así en parte elemental del fenómeno migratorio. El capítulo IV nos posiciona en la región de estudio de esta investigación, se hace visible la población que conforma la circunscripción consular en Kansas City y la atención que se da a las mujeres migrantes víctimas de violencia de género a través del uso de herramientas que combaten la desigualdad y la discriminación, como lo es la interseccionalidad. En este capítulo se presenta el proceso de atención a migrantes a través del área de protección consular, lo que derivó en la creación del programa de la Ventanilla de Atención Integral para la Mujer (VAIM), buscando así empoderar a la sociedad mexicana migrante, a través de la atención integral y el empoderamiento de las mujeres mexicanas en la región. Como parte final de este documento se integran las conclusiones con las que se pretende una aportación práctica al estudio de las migraciones de mujeres mexicanas hacia Estados Unidos, pues el programa que se creó y que se presenta en este documento es una realidad pensada para la utilidad de las mujeres migrantes, sin embargo, este programa deberá ser evaluado para conocer su impacto y eficiencia, a fin de que el presupuesto destinado a la atención de mujeres sea empleado de manera oportuna y efectiva. En el último apartado de esta investigación se incluyen la bibliografía y los anexos del documento. 39 CAPÍTULO I MIGRACIONES: TRANSNACIONALISMO CON ENFOQUE DE GÉNERO “¿Sabes lo que es un acento extranjero? Es señal de valentía” Amy Chua El fenómeno migratorio ha estado presente en la historia de la humanidad desde el inicio de los tiempos y ha sido estudiado bajo variables sociales, demográficas, económicas y culturales que han influido en la población de acuerdo al momento histórico en que se han suscitado, por lo que esto ha conllevado que este fenómeno pueda ser estudiado desde diversas ópticas de conocimiento y bajo los enfoques de distintas disciplinas. Además, al ser un fenómeno social, motivado por distintos factores, este ha ido cambiando y adaptándose a las necesidades globales a través del tiempo, por lo que en las últimas décadas se ha registrado un incremento cuantitativo de mujeres en los flujos migratorios, lo que es conocido como feminización de las migraciones. Este capítulo será el marco para realizar un análisis de los trabajos científicos que sobre migración internacional se han generado en la academia, tomando como base de la investigación a las mujeres migrantes y al factor género. A través de la revisión de las teorías migratorias será posible conocer la manera en que las mujeres migrantes han logrado ser visibilizadas por la teoría migratoria y como su visibilización ha logrado cambiar las relaciones y estereotipos de género implantados por una sociedad patriarcal. Es a través del estudio del género en las migraciones, que será posible conocer de qué manera un determinante social, como es el género, va a influir en la experiencia migratoria, de igual forma, este estudio es realizado bajo la perspectiva de la teoría migratoria transnacional a fin de observar las relaciones que guarda la migración tanto en la sociedad de origen, como en la de acogida, la influencia que esta dinámica transnacional puede generar en las y los migrantes y en el contexto que les rodea así como el impacto generado en las sociedades globales que transcienden las fronteras geográficas de los estados. De igual manera, es fundamental el analizar la implicación que guarda la violencia de género como resultado de una práctica impuesta y perpetrada por las sociedades patriarcales, violencia que se ve multiplica en tratándose de mujeres migrantes, puesto que su vulnerabilidad es mayor al ser sujetas de las opresiones sociales causadas por la intersección de género, raza, etnia y clase. Y es 40 precisamente la interseccionalidad la que nos permitirá emplear políticas públicas transversales e integrales, aptas para la atención de las mujeres migrantes, que puedan focalizarse en los aspectos psicosociales de la migración femenina y del proyecto migratorio de las mujeres. 1.1. Teorías de las migraciones internacionales Existen diversas teorías que han tratado de explicar el fenómeno migratorio desde la óptica de distintas ciencias y de distintas culturas. Ya que si bien es cierto que las migraciones han existido a lo largo de la historia, también lo es que cada sociedad ha tenido sus códigos para aceptarla y hacer a los migrantes parte de su cultura, o para rechazarla y crear actitudes que incluso se han podido considerar como crueles e inhumanas y que hasta nuestros días derivan en leyes que regulan estos aspectos. La apertura que han mostrado determinadas sociedades a los foráneos, ha permitido crear sociedades modernas, que al fusionarse se han visto enriquecidas en cultura, en la genética de la población, en aspectos económicos, políticos y en general, en la vida diaria de sus habitantes. Por otro lado, también existen sociedades que han basado el recibimiento que han dado a los foráneos en el recelo, odio y xenofobia, como lo señala Graciela Malgesini (1998). Por lo tanto en la migración pueden estar presentes, bien en la sociedad de origen como en la de destino, tanto la atracción como el rechazo, lo que va a precisar el nivel de integración de quien migra. De acuerdo a Massey, Arango, Graeme, Kouaoci, Pellegrino y Taylor (1993), las teorías migratorias no dejan de ser un conjunto de hipótesis fragmentadas, que pueden aplicarse solamente de manera aislada y cuyo mayor problema radica en que se limitan a exponer el fenómeno desde cada una de las disciplinas que las estudia. Y esto se debe a que el campo de estudio de las migraciones resulta complejo ya que su delimitación es imprecisa y fluctuante, por lo que se debe analizar desde un aspecto general o macro (Jualiano y Provansal, 2008), hasta lo particular relativo a cada disciplina y contemplando todas las variables que generan e intervienen en los procesos migratorios. Basándonos en la clasificación que al respecto realiza Adriana González (2015), tenemos que a nivel “macro” podemos encontrar tanto el proceso de globalización en un contexto mundial que va a enmarcar las relaciones políticas y económicas del mercado mundial y de los procesos sociales 41 y culturales cotidianos. Así como la soberanía de los estados, sus legislaciones y los tratados internacionales que enmarcan las políticas públicas de migración. A nivel “meso” se encuentran los individuos, grupos e instituciones que son mediadores entre los migrantes y las instituciones políticas y económicas del nivel “macro”, actores que pueden tener una influencia positiva o negativa sobre el y la migrante. Y en el nivel “micro” se encuentran las decisiones tomadas por el y la migrante con respecto a su proyecto migratorio, en dónde van a tener una gran influencias sus redes sociales, prácticas y creencias. Es decir, se concentra en la información que se tiene para migrar y la forma en que el y la migrante decide hacerlo. También es relevante destacar la importancia que tiene el capital social5 en los migrantes. Para la presente investigación se procede a señalar las principales teorías que contemplan el estudio de las migraciones internacionales, a fin de conocerlas y estar en posibilidad de realizar una análisis de las mismas bajo una perspectiva de género, esto nos servirá como introducción para poder situarnos en el estudio de las migraciones de mujeres, mediante el apartado migración y género. Una vez descrito el objeto de este análisis comenzaremos por establecer que la migración internacional centra su estudio en el movimiento de personas a través de las fronteras, siendo un fenómeno que afecta positiva o negativamente a todos los países del mundo, puesto que estos flujos migratorios traen consigo un intercambio cultural, económico, social e histórico, que va a tener una repercusión sobre los migrantes y no migrantes, y no obstante ha sido regulado tanto de manera local como internacional por los estados, ocupando un importante lugar en sus agendas públicas, es un fenómeno difícil de describir por la complejidad que representa tanto su observación como análisis, lo que se debe en gran medida a que es un fenómeno social que se encuentra en constante cambio (Alessandra Ciurlo, 2014). El estudio de la migración internacional, tal como se conoce actualmente, tiene su base en la formación y consolidación de los estados nación del siglo XVIII, los cuales estaban regidos por el nacionalismo metodológico, que de acuerdo a Alessandra Ciurlo (2014), fue denominado así por Wimmer y Glick- Shiller (2002) y se refiere a la identidad que van a tener las personas que estén asociadas a la nación y a un territorio, excluyendo a las que no pertenezcan al grupo, es decir, se reserva solo para algunas personas la identidad que es asociada a la nación y que es atendida como 5 Se denomina Capital Social de los y las migrantes a las relaciones que los migrantes tienen con otros que ya han emprendido el viaje y que van a permitir reducir costos e incertidumbres durante el proceso migratorio a (Revilla, 2012) 42 única. Las fronteras entonces van a ser el delimitante natural del conjunto de sucesos que se presenten dentro de un estado nación. Siguiendo las investigaciones de Massey, Arango, Graeme, Kouaoci, Pellegrino y Taylor (1993), así como lo expuesto por Malgesini (1998), Ciurlo (2014) y García (2014), las principales teorías que explican la migración internacional se agrupan en el siguiente cuadro Cuadro 1. Teorías migratorias TEORÍAS FUNCIONALISTAS O DE MODERNIZACIÓN TEORÍAS HISTÓRICO ESTRUCTURALISTAS O DE DEPENDENCIA TEORÍAS POST ESTRUCTURALISTAS O ARTICULACIONISTAS  Enfoque neoclásico económico: o Modelo macroeconómico o Modelo microeconómico  Teoría de la nueva economía o teoría económica de la migración  Teoría Maltusiana  Perspectiva push- pull   Teoría del mercado dual o segmentado  Teoría del sistema mundo  Teoría de las redes sociales o del capital social  Teoría Institucional  Teoría de los sistemas de migración  Perspectiva del transnacionalismo Fuente: Elaboración propia basada en los trabajos de Massey, Arango, Graeme, Kouaoci, Pellegrino y Taylor (1993), Malgesini (1998), Ciurlo (2014) y García (2014) Al hablar de teorías migratorias, debemos saber que tradicionalmente, la migración se estudiaba en base a una necesidad económica de mano de obra, de productividad y de crecimiento, lo que 43 dio lugar a las teorías funcionalistas. Sin embargo, las dinámicas migratorias han ido cambiando a través de la historia y estos cambios que han alcanzado la conceptualización de los modelos migratorios, integrando a ellos nuevos planteamientos y nuevos contextos, las teorías estructuralistas se enfocan precisamente en estos nuevos contextos estructurales (mundiales, regionales y/o locales) del comportamiento individual, la organización familiar y las redes sociales. Las redes sociales generadas en las migraciones van a cambiar el paradigma de la migración internacional, puesto que la variable de la hipótesis económica tradicional ya no es suficiente para explicar los motivos que generan las migraciones, entonces van a ser las redes las que permitirán entender la continuidad de los flujos migratorios a pesar de que sean diferentes factores los que activen su inicio (Lacomba, 2001). Entonces, las teorías descritas explican los movimientos geográficos de las poblaciones de manera general, sin embargo, bajo un análisis de género estas teorías pueden precisar otra observación, para poder conocerla ha sido necesario retomar investigaciones como las de Bach y Schraml (1982); Kearny (1986); Portes (1978) y Wood (1981,1982), entre otros, y seguir los estudios retomados por Gregorio (1998) y Tapia (2011), logrando así observar que las migraciones que se presentan en los países con distintos niveles de desarrollo pueden ser explicadas mediante la agrupación de las teorías bajo los enfoques de modernización, dependencia o articulacionista, pero con el enfoque de género que establecerá el marco teórico para esta investigación. 1.1.1. Teorías funcionalistas o de modernización Dentro de estas teorías encontramos el enfoque neoclásico económico que es abordado desde un enfoque macroeconómico y un enfoque microeconómico y también contempla las teorías de la nueva economía o económica de la migración, la teoría Maltusiana y la perspectiva del push-pull las cuales se explican a continuación, a efecto de poder analizar sus fundamentos teóricos bajo la perspectiva de género. 44 A) Enfoque neoclásico económico6 Modelo macroeconómico Esta teoría se sustenta en los trabajos de autores como Lewis (1954), Ranis y Fei (1961), Harris y Todaro (1970) y Todaro (1976), (Citados por Massey, Arango, Graeme, Kouaoci, Pellegrino y Taylor, 1993). Esta teoría centra su estudio en los siguientes puntos estratégicos: 1) La migración internacional de trabajadores es causada por diferencias salariales entre países. En caso de eliminarse estas diferencias salariales se terminaría con el movimiento de trabajadores y por lo tanto con la migración. 2) Las migraciones de trabajadores cualificados y no cualificados se diferencian en base a los índices de beneficios de capital humano, que es diferente al índice salarial. 3) Los mercados de trabajo son mecanismos primarios por los que los flujos internacionales de mano de obra se inducen; otro tipo de mercados no tienen efectos importantes sobre la migración internacional. 4) Los gobiernos pueden controlar los flujos migratorios a través de la regulación de los mercados de trabajo en los países tanto emisores como receptores Modelo microeconómico Esta teoría se sustenta en los trabajos de autores como Sjaastad (1962), Todaro (1969, 1976, 1989) y Todaro y Maruszko (1987). De acuerdo a Massey, Arango, Graeme, Kouaoci, 6 La obra de Ernest-George Ravenstein tiene una gran relevancia en el estudio de las migraciones, toda vez que a través de sus postulados recopilados en su obra Las leyes de la Migración (1885-1889) establece regularidades sobre las migraciones que darán pie a las teorías neoclásicas. En su obra el autor incide en la elección racional, la maximización de la utilidad, rendimientos netos esperados, la movilidad de factores y los diferenciales salariales. Además de que postula que las migraciones surgen principalmente debido a las diferencias económicas, por lo que este es uno de los principales factores que influyen en la decisión de migrar; también afirma que las migraciones a corta distancia son más comunes que las migraciones internacionales y que en las migraciones cortas intervienen más mujeres, en proporción a las migraciones internacionales en dónde predominan los hombres, toda vez que estas se dan hacia los grandes centros de población, comercio o industria. Además refiere que los habitantes de las ciudades tienen menor propensión a emigrar que los habitantes del campo y que el crecimiento de las principales ciudades se debe a la inmigración. Establece también que el desarrollo económico y tecnológico impulsa las migraciones (Arango, 1985, citado por Tapia, 2010) 45 Pellegrino y Taylor (1993), esta teoría centra su estudio en los siguientes puntos estratégicos: 1) Los individuos deciden sus desplazamientos mediante el cálculo del coste-beneficio de la migración. 2) La migración internacional es una forma de inversión del capital humano. 3) El lugar de destino se fija de acuerdo a las probabilidades de encontrar un trabajo, en base a la cualificación de la y el migrante, aunque previo a esto se debe desembolsar lo relativo al traslado, manutención, búsqueda de empleo, aprender una nueva lengua y cultura, así como la adaptación a una nueva cultura laboral y social. Sin dejar de lado los costes psicológicos de cortar viejos lazos y forjar otros nuevos. 4) Las personas migrantes estiman costes y beneficios del traslado a localizaciones internacionales alternativas y se reubica donde las expectativas del beneficio sean mayores de acuerdo al tiempo (Borjas, 1990). Para los migrantes no legales se debe añadir la posibilidad de evitar la deportación para obtener la “expectativa de ganancia de destino”. B) Teoría de la nueva economía o teoría económica de la migración Esta teoría se sustenta en los trabajos de autores como Stark y Bloom (1985), Stark y Levhari, (1982), Stark (1984), Katz y Stark (1986), Lauby y Stark (1988), Taylor (1986) y Stark (1991), los principales aspectos en el estudio de esta teoría son: 1) Señala que las decisiones de la migración no se toman de manera individual, si no que la familia ocupa un lugar importante para su determinación. 2) De acuerdo a los autores señalados, hay una actuación colectiva con la finalidad de mejorar las expectativas de renta y disminuir los riesgos generados por las insuficiencias de los mercados de trabajo. 3) Las actividades laborales son repartidas a los miembros de la familia, ya sea en el área local o en el extranjero, así si las condiciones económicas locales se deterioran y no se tiene un salario suficiente, el hogar cuenta con las remesas de los miembros de la familia emigrados. 46 4) Los beneficios que reciben las familias emigrantes o el grupo doméstico7 serán distintos de acuerdo a la distribución de ingresos que perciban. 5) Los gobiernos influyen en los índices de migración a través de políticas del mercado de trabajo, del mercado de seguros, de capitales y de futuros. Incluso los programas públicos como el de desempleo representan un incentivo para que se genere la migración. 6) Tanto los cambios económicos como las políticas gubernamentales pueden ser factores para que se lleve a cabo la migración. 7) Las políticas gubernamentales que generan rentas medias altas en los países de origen, pueden ser detonantes para la migración, si estas políticas no afectan a las familias pobres, haciéndoles partícipes del incremento de los ingresos, o disminuyendo la renta en las familias ricas. C) Teoría Maltusiana Malthus explica que el origen de las migraciones se da por una falta de alimento y de sobrepoblación en los lugares de origen, lo cual genera flujos migratorios de la gente pobre, quienes buscan aliviar las presiones de falta de empleo y alimentos. Esta teoría explica que la falta de alimento se justifica ya que la población humana crece en forma geométrica (duplicada cada 25 años), mientras que la producción de alimentos se incrementa de forma aritmética entonces siempre habrá individuos pobres que no tengan los medios para subsistir y que deberán buscar otro sitio donde conseguir una mejor vida. Incluso, Malthus llegó a expresar que si un hombre que es pobre y la sociedad no requiere ningún provecho de él, entonces ese hombre sobra en el mundo (Pressat, 1977). Esta teoría tiene una visión reduccionista que no contempla el contexto social de desigualdad de condiciones que llevan a la pobreza a los seres humanos, desigualdades que aumentaron con el capitalismo. Entonces esta teoría se centra en que el aumento de la acumulación de riquezas en manos de unos pocos hará que otros migren en busca de mejores oportunidades. Se habla de una población obrera excedente que surge posterior al capitalismo y que es consecuencia de la mano de obra que requiere el capital (Osorio, 2010; citado por García, 2014) 7 El grupo doméstico es el grupo de personas que aseguran su mantenimiento y reproducción por la generación y disposición de un ingreso colectivo (Dinerman, 1978). 47 lo que permite al capital contar con abundante y barata mano de obra, en segundo lugar, contribuye a que la presencia de una excedente mano de obra disponible, permita al capital presionar más a sus trabajadores activos, exacerbando sus condiciones de explotación laboral y en general. D) Perspectiva Push-Pull Esta perspectiva define los factores tanto sociales, políticos, culturales, económicos, entre otros, que generan la migración, así como las características de atracción que llevan esa migración a un lugar determinado. Se puede decir que este esquema analítico no es amplio pues se ha centrado en la explicación de estos factores en base a la migración sur-norte, sin tomar en cuenta flujos migratorios procedentes de otros lugares, con características diferentes. E) Estudios de modernización bajo una visión de género: Como se ha podido observar, la denominación de estos estudios responde a que los mismos pretendían el desarrollo de las ciencias sociales, y se caracterizan en centrar la atención en cuestiones puramente económicas, relacionándolas con las teorías neoclásicas descritas previamente, que se enfocan en el bienestar y los beneficios que tendrá el y la migrante y en la disyuntiva coste-beneficio que le representa la migración. Al incorporar la visión de género a los estudios denominados de modernización, observamos que estas teorías ven al migrante como un hombre adulto, que con familia o sin ella razona su proceso migratorio, por lo que se entiende que la mujer toma la decisión de migrar de la misma manera, como un sujeto individual, racional y sin género, puesto que los estudios de esta teoría señalan que la migración femenina no presenta diferencias ni teóricas ni empíricas respecto a la migración del hombre (Thadani y Todaro, 1984; citado por Gregorio, 1999). Sin embargo, la conceptualización de esta teoría va a trasladar los estereotipos de género al estudio de las migraciones, estereotipos que surgen de la división sexual del trabajo y que encasillan al hombre en el ámbito productivo y a la mujer en el reproductivo ya fuera como migrante o no migrante (Ribas, 2004b; Rodríguez, 2002, citados por Tapia, 2011). Así pues, desde el enfoque 48 de estas teorías no es posible realizar un análisis de género, sin embargo, son importantes toda vez que permiten conocer las razones personales que producen la migración. 1.1.2 Teorías estructurales o de dependencia Las teorías estructurales están integradas por la teoría del mercado dual y la teoría de los sistemas mundiales o del sistema global, las cuales basan sus estudios en los preceptos que se describen a continuación, a efecto de poder analizar y vincular estas teorías bajo la perspectiva de género: A) Teoría del mercado dual Los trabajos principales en esta teoría han sido desarrollados por Piore (1979). De acuerdo a Massey, Arango, Graeme, Kouaoci, Pellegrino y Taylor (1993), esta teoría se sustenta en: 1) La migración internacional se genera en base a la demanda de trabajadores extranjeros, de acuerdo a las economías de las naciones desarrolladas. 2) Tal como señalan estos autores, la migración no se produce por los bajos salarios o el desempleo existente en el país de origen, sino por los factores de atracción del país receptor, como lo es la necesidad de mano de obra. 3) La demanda de trabajadores inmigrantes se basa en cuatro aspectos que caracterizan las sociedades avanzadas  Inflación estructural: El salario sirve para reflejar la oferta y la demanda, pero también para otorgar estatus social y prestigio.  Problemas motivacionales: Los trabajadores normalmente buscan un estatus social a través de su trabajo, sin embargo, los inmigrantes buscan tener un ingreso, sin importar el estatus social que el trabajo les genere, esto se da en primer lugar, debido a que están recibiendo un ingreso que les permite mantenerse y segundo, debido a que al no formar parte de la sociedad de acogida, el estatus social no les representa un problema, además de que los ingresos adquiridos normalmente son mayores que en el país de origen, por lo que esto les genera prestigio al enviar las remesas a sus países. 49  Dualismo económico: La estructura del mercado de trabajo esta segmentada en base a los trabajos secundarios que son inestables, no tienen posibilidades de crecimiento o promoción y son tomados por extranjeros, mientras que los trabajos primarios tienen un capital intensivo, con mejores salarios y con opción a mejorar y están ocupados por nativos del país de acogida.  La demografía del suministro de mano de obra: Los inmigrantes realizan trabajos desagradables, sin opciones a crecimiento y sin ninguna seguridad. Estos trabajos eran realizados por mujeres y jóvenes originarios del lugar de acogida, sin embargo, al tener estos sectores la oportunidad de estudiar e incorporarse al mundo laboral, se deja estos trabajos para ser cubiertos por los inmigrantes. 4) Contrario a lo establecido por los modelos microeconómicos, esta teoría no se posiciona en si el y la migrante decide su migración de manera racional, en base a su propio provecho o no. B) Teoría de los sistemas mundiales o teorías del sistema global Esta teoría se sustenta en los trabajos de autores como Wallerstein (1974), Portes y Walton (1981), Castells (1989), Sassen (1988). Quienes han sido citados por Malgesini (1998), resaltando los siguientes factores: La población es propensa a la movilidad geográfica debido a que el capitalismo impulsa a los individuos a buscar las riquezas y los beneficios que no se encuentran en áreas periféricas. El mercado busca expandirse, pero los Estados independientes buscan a su vez conservar su soberanía. Esta teoría establece que los países periféricos dependen de los centrales y a su vez de los aspectos económicos, políticos y sociales. Y que la distribución que existe en el mercado laboral va a favorecer a los extranjeros cualificados, quienes tienen acceso a puestos de trabajo superiores, lo que les permite concentrar la riqueza. Contrario a los inmigrantes que son contratados para cubrir la demanda de mano de obra. Esta distribución del trabajo sitúa a los nativos de educación modesta en un nivel medio, que incluso les lleva a tener que depender de ayudas sociales. Esta teoría establece que la migración internacional surge en base a la organización política y económica de un mercado global que se encuentra en desarrollo. 50 De acuerdo a Taylor y Flint (2002) la teoría del sistema mundo tiene una amplia repercusión en la geografía política pues a través de estas se puede explicar la economía- mundo a un largo plazo, tomando en cuenta factores como los conflictos de poder y espacio en un mundo actual. Para Taylor el denominado desarrollismo que afirma que algunos países son ricos y otros pobres por recorrer distintos ritmos en el horizonte de la opulencia es un error, pues el autor expone que lo que da lugar a estas diferencias es la economía-mundo capitalista integrada por un mercado único, que precisa la cantidad, el tipo y la ubicación de la producción y que ha dejado un desarrollo desigual en el mundo; por un sistema de múltiples estados pues unos estados son más poderosos que otros y esto les permite alterar el mercado más allá de sus fronteras; además, de acuerdo al autor, están las estructuras tripartitas que han sido conservadas por los grupos dominantes, en dónde se encuentran los que manejan la situación para favorecer una estructura tripartita que divide a los que están arriba y los que están abajo (Taylor y Flint, 2002). C) Los estudios estructurales o de dependencia bajo una visión de género: Siguiendo los estudios de Gregorio (1999), estas teorías se caracterizan por situar a las migraciones como producto de cambios en los contextos históricos y en las relaciones sociales, con base en una economía política marxista que refiere que la división internacional del trabajo se debe a las diferencias económicas entre países. De acuerdo a la literatura especializada la emigración femenina se explica a partir de la posición que las mujeres tienen en la estructura social y en el sistema económico internacional, por lo que su participación en las migraciones laborales depende del rol de género en la fuerza de trabajo infra pagada que es producida por el sistema capitalista internacional (Castles y Kosack, 1973; Phizacklea y Miles, 1980 y Phizacklea, 1983). Estas teorías que se basan en un punto de vista económico global explican que el sistema capitalista es el que propicia las migraciones femeninas, buscando aprovecharse de la desigualdad de clase y género y así obtener una ventaja para el capital (Sassen-Koob, 1980; Fernandez-Kelly, 1983; citados por Gregorio, 1999). Luego entonces, tal como refiere Gregorio, se puede ver que bajo esta perspectiva el análisis de género estará supeditado al análisis de clase. 51 En la misma línea, estudios como los realizados por Sassen (1993) establecen que un factor fundamental en las migraciones femeninas es la instalación de áreas industriales en los países periféricos, ya que en estos casos se presenta un reclutamiento de trabajadoras. La misma Sassen (1984) afirma que la industrialización juega un papel importante en los procesos de género, ya que promueve y favorece la inserción laboral de las mujeres, lo que se ve reflejado en los flujos migratorios y que presenta como un efecto secundario el desmoronamiento de la economía doméstica. Luego entonces, se reitera que esta teoría explica la migración femenina de acuerdo a la posición de las mujeres en el sistema capitalista internacional, lo que deja de lado el centrar la atención en las relaciones de reproducción, que de acuerdo a Parella (2003), son factor primordial en la movilidad de hombres y mujeres, de igual manera, se deja de contemplar la posibilidad de que la migración femenina surja en base a otros factores, como una solución a la exclusión social o al rol de género que se debe cumplir en la sociedad de origen, o como una alternativa ante la pobreza que se vive. Ya que como señala Tapia (2011), la feminización de la pobreza8 ha jugado un papel fundamental en el incremento de las migraciones femeninas internacionales, puesto que al verse la mujer en una situación de precariedad, que muchas veces dista de la situación que viven los hombres, entonces la migración va a ser una solución para poder salir adelante, sin importar lo que se deje atrás o lo que se arriesgue para lograrlo. 1.1.3 Teorías Post-estructuralistas o articulacionistas Las teorías pos-estructuralistas contemplan los estudios de las redes o capital social, de la teoría institucional, la teoría de los sistemas de migración y la perspectiva del transnacionalismo, en la cual se basa la presente investigación. A continuación se describe la manera en que estas teorías actúan bajo una perspectiva de género: 8 Las investigaciones de Arriagada (2005) y Godoy (2003) revelan que en los años ochenta, la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe CEPAL, comenzó a documentar la pobreza desde una perspectiva de género, toda vez que es un fenómeno que afecta en mayor medida a las mujeres, lo cual se puede ver al ser contrastado el número de mujeres en situación de pobreza respecto al de varones. También se expone que la pobreza en mujeres es más aguda y con mayor tendencia a incrementarse, sobre todo en hogares con jefatura femenina (Tapia, 2011). 52 A) Teoría de las redes o del capital social Los principales trabajos en este tema los han desarrollado autores como Taylor (1986), Massey (1990), Grasmuck y Pessar (1991), Bourdieu y Wacquant (1992), Massey (1998). En este sentido y siguiendo las investigaciones de Massey (1987) las redes migratorias son un capital social, toda vez que constituyen vínculos interpersonales que conectan a migrantes y no migrantes tanto en el país de origen como en el de destino, posibilitando que la migración se lleve a cabo. Además de que Ciurlo (2014), al referirse a Massey (1998), vincula la posibilidad de migrar con el contacto que se tenga con personas migrantes, ya que incluso es mucho más probable que una persona que tiene familiares o amigos migrantes, y que está en contacto con ellos, decida emprender su propia experiencia como migrante, ya que es un proceso que se asimila como una forma de vida. Asimismo, estas redes migrantes ayudarán a que los riesgos y costos que implican los movimientos internacionales se puedan ver disminuidos. Por su parte, estas redes están constituidas por las relaciones sociales que surgen entre las comunidades que envían y reciben migrantes, que son la que van a organizar y a dirigir la circulación del trabajo, los servicios e ideologías que van a regir el desempeño la persona que migra y la relación que va a tener con la sociedad de origen y de llegada. E igualmente, es importante destacar que el flujo migratorio entre dos países no está directamente relacionado con las diferencias salariales o con los índices de empleo, ya que estas variantes se verán opacadas por los bajos costes o la disminución de riesgos de desplazamiento que ha generado la migración entre estos dos países a través del tiempo. Ahora bien, aun cuando los gobiernos pueden tener dificultades para regular los flujos migratorios toda vez que la formación de redes se encuentra lejos de su control, también es cierto que políticas migratorias como las de reunificación familiar funcionaran en la regulación de los flujos migratorios, ya que otorgan a los parientes de los miembros de la red, derechos especiales de entrada en el territorio. Además, se ha observado qué a mayores obstáculos de desplazamiento, mayor importancia tendrán los nexos en red de la migración, ya que esto representa menor coste y menores riesgos en el proceso migratorio. Estas conexiones en red son más relevantes en tratándose de migración internacional. Además se debe considerar que un factor común es que la conducta migratoria se transmite de padres a hijos, es decir que las hijas y los hijos cuyos dependientes de padres 53 migrantes internacionales incrementan sus probabilidades a ser migrantes (Massey et al., 1987). Por último, otro aspecto destacable a considerar es, como señalan Piore (1979) que cuando una persona ha emigrado al extranjero es muy probable que vuelva a hacerlo, lo que genera desplazamientos repetitivos. Es decir que la probabilidad de generar un viaje adicional va a incrementarse con cada viaje que se realiza, por lo que tienen mayores probabilidades de migrar de manera internacional quienes ya hayan vivido una experiencia internacional. B) Teoría institucional Siguiendo las investigaciones de Massey, Arango, Graeme, Kouaoci, Pellegrino y Taylor (1993), esta teoría se puede explicar bajo los siguientes preceptos: 1) Ante el fenómeno de la migración internacional se da la creación de instituciones privadas y organizaciones civiles que atienden la demanda entre los y las migrantes que desean ingresar a un país y el número de visados que el país ofrece, asimismo estas organizaciones pueden ofrecer servicios a las personas migrantes desde un mercado negro o ilegal, o pueden ofrecer ayuda para la defensa y salvaguarda de sus derechos , sin importar cuál sea su situación administrativa. 2) Las organizaciones y empresas que trabajan con las personas migrantes, independientemente si tienen una función legal o ilegal, representan un capital social para ellas, toda vez que los y las migrantes se valen de estas para acceder al mercado de trabajo extranjero. 3) La influencia que tienen este tipo de instituciones, organizaciones y empresas en la población migrante se contrapone a lo establecido en los modelos de decisión microeconómicos debido a que estos ayudan a institucionalizar los flujos de migración, independientemente de los factores que los originaron. 4) Para los gobiernos resulta compleja la regulación de los flujos de migrantes ya que el ingreso de flujos migrantes resulta benéfica para diversos sectores, por lo que al final las políticas policiales de migración generan la creación de un mercado negro, además de que las políticas de migración van a verse rechazadas por grupos humanitarios. 54 C) Teoría de los sistemas de migración Teoría basada en los trabajos de Fawcet (1989) y Zlotnik (1992) principalmente y que de acuerdo a Massey et Al. (1993), tiene como principales premisas las siguientes: Los flujos migratorios logran tener una estabilidad en el tiempo y en el espacio, gracias a los bienes, población y capital que se intercambia entre los países, y el sistema internacional de migración incluye una región de recepción central, es decir, un país o varios países y un conjunto de países de origen y estos están ligados por un flujo de inmigración inusualmente largo. En ella, la ubicación geográfica entre los países de origen y de recepción no es concluyente, esta puede ser lejana o cercana, puesto que los flujos migrantes reflejan relaciones económicas más que físicas. También se considera que puede haber más de un sistema migratorio en cada nación y que los sistemas migratorios evolucionan de acuerdo a los cambios políticos y económicos que se vayan generando. Luego entonces, los países pueden ser parte o no de un sistema de acuerdo a los cambios sociales, políticos y económicos que se produzcan. D) Perspectiva del transnacionalismo La perspectiva transnacional marca un cambio en el estudio de las migraciones internacionales debido a que permite analizar y conocer el vínculo de la población migrante y no migrante para con su país de origen y con el país de destino, el cual varía con base a diversos factores como son las motivaciones que generan la migración, el contexto de salida y de llegada, el género y el nivel educativo y sociocultural de las personas migrantes. Esta perspectiva transnacional representa una alternativa al nacionalismo metodológico que enmarcaba los estudios migratorios, puesto que se desarrolla más allá de las fronteras impuestas por el Estado- Nación y su impacto puede llegar a ser macroeconómico, como es el caso de la relevancia que tienen las remesas en las sociedades de origen. Esta perspectiva va a tomar en cuenta las elecciones de los y las migrantes, pero no de manera aislada, sino colectiva, es decir, involucrando a su entorno social (Gómez et. al., 2009). De igual manera, es de resaltar la importancia que tiene las redes en el proyecto migratorio, pues permiten explicar la selectividad por sexo de la 55 población migrante, conocer en qué momento migran y permite ver más allá de la causa inicial de la migración (Menjívar, 2000; citado por Gómez et. al. 2009). Además, es a través del transnacionalismo “desde arriba” en que los estados van a establecer políticas de vinculación que toman la perspectiva del país de origen y van a transnacionalizar la gobernabilidad del estado de origen al de acogida, a través de políticas públicas que pretenden mejorar la situación de sus migrantes (Gamlen, 2009; citado por Cortes y Sanmartín, 2010) La perspectiva transnacional será explicada a detalle en este mismo capítulo, pues este enfoque es el empleado para la presente investigación. E) Estudios de articulacionistas bajo una visión de género: Siguiendo nuevamente las investigaciones de Gregorio (1999) se puede ver que estas teorías otorgan una posición estratégica a la unidad doméstica o grupo doméstico ya que es ahí en donde se sitúa la producción y la reproducción, interviniendo la reproducción doméstica y capitalista. También se señala que la migración se da como una estrategia del grupo doméstico en el contexto internacional, puesto que la decisión de migrar no es individual, sino que está influenciada por la familia y las relaciones sociales que se tengan tanto en el país de origen como en el de destino, de igual manera, es importante conocer el papel que tienen los y las migrantes en la familia, para entender su decisión de migrar. Es por este motivo que en esta teoría tanto el grupo doméstico como la red migratoria desempeñaran papeles primordiales en la migración. Incluso, ya bajo esto enfoques se empieza a ver a las migraciones como espacios sociales transnacionales, asignando así un papel primordial a las redes sociales (Basch, 1994; Massey, 1991, citados por Tapia, 2011); además de que estas teorías articulan las relaciones entre el núcleo doméstico y el capitalismo, considerando así a las migraciones como una estrategia del grupo doméstico dentro del contexto internacional (Gonzálvez, 2005; Martínez, 2003; Pedone, 2006; Suárez, 2004). Bajo los preceptos de estas teorías, se permite la incorporación de un análisis de género toda vez que se organiza la producción y reproducción desde dentro del hogar. Es decir, las mujeres son visibilizadas en esta teoría tanto como productoras de la fuerza de trabajo 56 en el sector capitalista y como productoras dentro del sector capitalista, ya sea como asalariada o como trabajadora informal (Meillassoux, 1975 y Dinerman, 1978; citados por Gregorio, 1999). Considerando así la migración femenina como una táctica que emplea el grupo doméstico para buscar la supervivencia y captación de ingresos en las clases desfavorecidas. Asimismo, se señala que las mujeres migrantes forman parte de las redes migratorias en proporciones superiores a los hombres, ya que estas siguen las rutas de los familiares y/o conocidos. Incluso estudios recientes (Curran y Rivero-Fuentes, 2003; Menjívar, 2000) demuestran que existe una tendencia por sexo para asignar un uso u otro a las redes migratorias (Tapia, 2010). Entonces, tal como refiere Gregorio, el grupo doméstico representa el espacio para el estudio de las relaciones de género, siendo una unidad básica para estudiar la relación de las migraciones internacionales y el análisis de género de manera más completa, desde la perspectiva macro y micro, es decir, considerando tanto las conductas individuales como los contextos internacionales. 1.1.4 Género y migración La participación activa de la mujer en las migraciones internacionales ha sido una constante en el tiempo9. En lo que respecta a la migración mexicana hacia Estados Unidos se habla de un predominio de mujeres en la migración legal desde la última mitad del siglo XX, cuyo punto de inflexión fue 1930, momento en que las mujeres comienzan a superar a los varones. De acuerdo a las investigaciones de Smith y Durand (2001), en el caso del Medio Oeste esta migración se documenta desde 1914, en principio obedeciendo a una reunificación familiar, sin embargo, esta reunificación abrió las puertas para que se dieran las condiciones de que cada vez un mayor número de mujeres migraran hacia los Estados Unidos. 9 A través de los estudios realizados por Ravenstein, se conoce que ya para el siglo XIX, la migración femenina era una constante en Europa, puesto que las mujeres migraban en mayor porcentaje que los hombres en tratándose de migraciones internas y por estrecho margen en las migraciones internacionales respecto de los hombres. Teniendo una inserción laboral principalmente en el servicio doméstico y en la industria manufacturera (Rodríguez, 2002; citado por Tapia, 2009). 57 Como materia de estudio es un fenómeno reciente que comienza a documentarse al detectarse una feminización de los flujos migratorios, lo cual tiene también una relación directa con la consolidación del movimiento feminista que logra visibilizar a la mujer y convertirla en sujeto de estudio, otorgándole un poder de actuación propio. Es conveniente resaltar que investigaciones como las de Juliano y Provansal (2008) afirman que el estudio de la movilidad humana ha presentado un retraso, toda vez que históricamente ha dejado de lado la visibilidad de dimensiones que integran este fenómeno como son el estudio de las mujeres y las relaciones de género en las migraciones internacionales. En la academia, los trabajos que contemplan un enfoque de género en las migraciones comienzan a darse a finales de los años setentas, con investigaciones destacadas como las de Pessar (1986) y Morokvasic (1984). En base a esta línea de investigación, la falta de presencia femenina en las migraciones internacionales responde por una parte a que los datos estadísticos recogidos por los países no contemplaban a la mujer10, bien por considerarla parte del proyecto migratorio del hombre, o debido a que el conocimiento generado por las ciencias sociales era de carácter androcéntrico (Gregorio, 1999). Sin embargo, esto se ha visto contrarrestado en las últimas décadas en las cuales el estudio de las migraciones se ha dirigido hacia las mujeres, lo que ha permitido su visibilidad y reconocimiento en todos los ámbitos Esta visibilidad de las mujeres migrante ha permitido que hoy en día la feminización migratoria sea uno de los cinco rasgos que distinguen la llamada Era de la migración (Castler y Miller, 1998; Citado por Oso, 2008). Es de considerarse el hecho de que las migraciones femeninas han variado considerablemente de un país a otro. Por una parte se considera que las mujeres encuentran más facilidades para migrar cuando lo hacen buscando la reunificación familiar, ya que los vínculos familiares generan mayor certeza en su proceso migratorio, aumentando así la tendencia femenina a la migración; sin embargo, en la migración del sexo femenino bajo este parámetro, también deben ser considerados otros factores como el rol de las mujeres en el país de origen y las normas culturales que lo envuelven, así como el nivel socioeconómico de los familiares que han migrado previamente, toda vez que de eso dependerá que las mujeres puedan reunirse con ellos, sin dejar de lado la 10 En 1994 el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de las Mujeres (Instraw) determinó que las mujeres habían sido excluidas del estudio de las migraciones debido a la manera en que fueron recogidos y analizados los datos estadísticos por los países receptores en sus publicaciones sobre los flujos de migrantes (Gregorio, 1999). 58 temporalidad que se prevé en las migraciones de los familiares cercanos que las anteceden en la migración (Zlotnik, 1998). Por otra parte, también se puede observar que en algunos procesos migratorios las mujeres han sido precursoras de las cadenas migratorias. Siguiendo la línea de investigación de Morokvasic (2003), podemos conocer que los modelos y patrones migratorios femeninos también responden a la búsqueda de una autonomía que se logra a través del acceso al trabajo formal o informal, y que permite a un gran número de mujeres cumplir con su función de jefas de familia ya sea en el país de origen o de destino. A este respecto, las investigaciones científicas que han centrado su estudio en el ámbito laboral de las mujeres migrantes han acuñado nombres como “Servants of globalization” (servidoras de la globalización) o “Global Women” (Mujeres globales) para referirse a las migrantes que en el marco de la nueva economía han logrado a través de la migración la obtención de recursos que van a beneficiar su autonomía (Salazar, 2001; Ehrenreich y Hochschild, 2002; citados por Oso, 2008). Luego entonces la migración femenina es tan variada que no es posible, ni viable, encasillarla bajo una sola figura o bajo características expresas; y es por esta misma razón que el estudio de la feminización migratoria hace surgir estudios bajo diversos enfoques. Sin duda alguna el concepto de género es fundamental toda vez que de los diversos estudios sobre migración se ha podido observar que los roles de género precisan una variante en el estudio de las migraciones. Si bien, en la mayoría de las investigaciones que existen al respecto, la figura masculina ha sido el centro de estudio -como en la teoría clásica que explicaba que los hombres eran más aptos para asumir los riesgos que la migración traía consigo, mientras que a las mujeres a quienes se les asignaba el papel de guardianas de la tradición y la estabilidad de la comunidad (Pessar, 2003)-, también ha habido investigaciones como las de Piore (1979) que consideran a la migración como un fenómeno sin género, puesto que en sus estudios, el diferenciar a las y los migrantes no representaba mayor relevancia. Sin embargo, como ha precisado la migración femenina responde a causas y consecuencias de acuerdo al rol económico y social que tiene la mujer en la esfera productiva y reproductiva de la sociedad de origen y de destino, las cuales son distintas a las del hombre (Parrella, 2005), estando estos roles delimitados por costumbres, creencias y estereotipos impuestos por la sociedad de acuerdo al género de la persona. Para Morokvasic (2008) las diferencias entre la migración femenina y masculina radican en los motivos que originan la migración, las relaciones que se mantienen y establecen entre el país de 59 origen y de destino, el proceso migratorio y la experiencia que este genera en el y la migrante, así como la orientación al retorno. Es de destacar además, que las migraciones femeninas se hacen visibles con mayor intensidad, debido a que los colectivos de mujeres que han migrado, han sido cada vez más independientes y activas económicamente, por lo cual participan en mayor medida en actividades productivas, especialmente en el sector informal relacionado con cuidados y servicio doméstico, respondiendo así a estereotipos de género11 y a factores de discriminación que violentan a la mujer migrante y convergen en una interseccionalidad de desigualdades y violencias hacia estas. La teoría de la interseccionalidad permite entender el rol que la intersección de diferentes categorías sociales puede tener en las acciones de los individuos y en su posición social y la manera en que estas pueden generar diversas formas de opresión y discriminación respecto de la mujer migrantes (Anthias, 2001 y Davis, 2006). Este enfoque tiene sus orígenes en los años setenta, dentro del feminismo cuando las mujeres de color y las feministas lesbianas cuestionaron la validez de una generalización del género, en lo relativo a asociarlo con una raza, una clase, etnicidad u orientación sexual. Ya que si el género es observado solamente desde estos aspectos sólo beneficiaría a un sector de mujeres blancas, heterosexuales y de clase media, quienes estarían siendo oprimidas por el hecho de ser mujeres, dejando de lado el resto de la problemática que se presenta para otros colectivos, como en este caso el colectivo de mujeres migrantes. Este enfoque será descrito a mayor detalle en este mismo capítulo, toda vez que la teoría de la interseccionalidad también es tomada como eje del estudio de la presente investigación. Entonces, se puede encontrar al factor género tanto en el proceso como en el proyecto migratorio, lo que detona aspectos psicosociales que envuelven y caracterizan la migración femenina, dichos aspectos serán explicados en este documento, para ello nos vamos a abordar el tema de los estereotipos y el sexismo puesto que si el sistema sexo-género pone en relación el sexo con los valores culturales y las jerarquías sociales. También atribuye a los individuos una identidad, un valor y un estatus social y estos valores van a influir en el papel que juegan las mujeres dentro de la perspectiva transnacional, fijando su papel dentro de las sociedades de origen y de destino y precisando las costumbres sociales patriarcales que justifican la discriminación y desigualdad hacia ellas. 11 El concepto de estereotipo de género será abordado más adelante, en este mismo capítulo. 60 1.1.5 Estereotipos y sexismo La distinción entre género y sexo ha sido relevante ya que el cuerpo humano ha sido definido por la cultura de una manera distinta para autoconstruir su identidad. Sin embargo, en su gran mayoría este es un aspecto definido por el contexto social y que se va a ver limitado por los estereotipos de género12. El problema que se presenta con los estereotipos es que actúan de una forma no consciente, sin que sea posible darnos cuenta de la importancia que tienen estos pensamientos, por lo que es muy difícil controlar los efectos que causan. En el caso de los estereotipos de género, se puede observan un prejuicio hacia las mujeres, que aunque puede ser relacionadas con un estereotipo positivo, continua existiendo discriminación (Vázquez, 2012). Y este tipo de discriminación, que se encuentra implícita hacia el género femenino, deriva en un sexismo, ya sea clásico o neosexismo, pero al final es una discriminación que busca inferiorizar a las mujeres como grupo. Como ya se mencionó, el movimiento feminista liberal va a buscar una igualdad ante la ley, a fin de eliminar límites para una categoría social. Sin embargo, esta igualdad no fue instituida de manera oficial, sino hasta 1948, año en que se contempla en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la condición tanto jurídica como social de las mujeres, buscando la igualdad entre seres humanos mediante la eliminación de la discriminación por razones de sexo. No obstante lo anterior en los años setentas que los temas relativos a las mujeres comienzan a tomar un interés en un ámbito internacional, ya que es a partir de esta época que se comienza a reconocer el papel de las mujeres en el desarrollo. De acuerdo a Itziar Hernández (1999), la 12 Debemos entender por estereotipos de género a las creencias compartidas sobre las características, atributos y comportamientos considerados propios, esperables y adecuados para hombres y mujeres, que además precisan el tipo de relaciones que quienes componen ambos grupos deben mantener entre sí. Esto implica la forma en que los sujetos deben percibirse. De acuerdo a José Vazquez (2012), es debido a que el conocimiento que se encuentra en nuestro medio ambiente es muy amplio, que el ser humano recurre a la categorización para organizar la realidad, así es que en esta categorización se pueden incluir personas, otorgándoles un lugar de acuerdo a sus profesiones, razas, nacionalidades, ideologías, género, etc. Sin embargo, para realizar esta sistematización se echa mano de prejuicios, de condicionamientos por medio de los que asociamos a las personas con emociones, conductas o actitudes, con procesos de identidad social o procesos culturales. Luego entonces, al estereotipar un grupo se le brindan atributos psicológicos generales, que va a influir en la relación que se adopta para con sus miembros. Aunque es muy común que en esta sistematización intervengan tanto la discriminación como el prejuicio, interviniendo también las emociones y las conductas. Por tanto los estereotipos hacen referencia a las cogniciones que se asocian a personas integrantes de un grupo, el prejuicio a las respuestas emocionales que estas provocan y la discriminación a las conductas asociadas a la interacción con ellas (Vázquez, 2012) 61 aportación de las mujeres al desarrollo ha sido generalmente ignorada por investigadores, estadistas y planificadores, ya que frecuentemente se les considera como económicamente inactivas, aun cuando su trabajo e ingreso es básico para la familia. En muchas ocasiones el rol que se les asigna es solamente reproductivo, dejándoles encasilladas en labores de cuidados familiares y servicio doméstico. En general las mujeres no han sido socialmente reconocidas como grupo genérico con las características que las identifican y que las hacen diversas pero iguales. Ya desde 1995 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Económico, a través de su informe de Desarrollo Humano (PNUD, 1995), estima que las mujeres realizan la mitad del trabajo que se genera en el mundo, sin embargo, solamente un tercio de este trabajo que se realiza por las mujeres corresponde a actividades remuneradas, quedando el resto en el anonimato al ser un trabajo no remunerado, no reconocido y no valorado. Lamentablemente esta desigualdad está presente tanto en países desarrollados como no desarrollados, ya que las mujeres no disfrutan de las mismas oportunidades que los hombres, y esta falta de oportunidades genera un aumento en la discriminación, que se ve multiplicada al tratarse de mujeres migrantes. Luego entonces, si bien el género es una construcción social, también es un elemento estructurador de las relaciones sociales o relaciones de género, que van a ser concluyentes en la vida del ser humano ya que su alcance llega hasta el establecimiento de derechos, responsabilidades, identidades y manera de relacionarse de hombres y mujeres. En el campo del estudio de las migraciones, la incorporación del género se vincula a la necesidad de comprender la feminización de las migraciones. En este campo, las relaciones de género son elementales al momento de delimitar las motivaciones que impulsan a la migración, las cuales pueden ser macro, meso y/o microestructurales13 y en el caso de las mujeres, comúnmente se ven influenciadas por el contexto familiar, toda vez que es frecuente ver que las mujeres están sujetas a la autoridad masculina, a la distribución de recursos de la vida familiar y a la información que se les hace llegar a través de su núcleo familiar. De igual manera, la lealtad o compromiso moral que tienen las mujeres de hacia su familia, convierte en muchos casos el proceso migratorio de la mujer en un complemento más del proyecto familiar, el cual cabe mencionar, frecuentemente se sujeta a las costumbres 13 Al hablar de motivaciones a un nivel macroestructural, nos estamos refiriendo al conjunto de relaciones entre el país de destino y el de origen, tanto en un ámbito sociocultural, estatal, económico, así como político. El nivel mesoestructural se referirá a las relaciones que se tienen por parte de los y las migrantes con la comunidad de origen y por último, el nivel micoestructural se referirá a las obligaciones y a las relaciones establecidas con la familia o personas que conforman el círculo cercano a la persona migrante. 62 socioculturales de la comunidad de origen y de destino, es decir, al transnacionalismo (Ciurlo, 2014). El estado, como regulador de las migraciones internacionales, representa un papel fundamental para estas, ya que sus leyes y políticas migratorias podrán discriminar positiva o perjudicialmente a la mujer, puesto que en los casos en que se potencializa la reunificación familiar, la mujer migrante podrá ser beneficiada; sin embargo, en los casos en que a la mujer se le permite migrar como dependiente de su pareja, se le está orillando a la subordinación que puede llevarle a ser violentada. Luego entonces, tal como lo señalan Levitt y Glick-Shiller (2004), el estado puede intervenir en la regulación de los flujos migratorios, sin embargo, los vínculos que en estos se generan no dependerán del estado. En el campo de las migraciones internacionales, es la perspectiva transnacional la que nos permite analizar las interacciones que se generan tanto en el lugar de origen como de destino y por tanto permite conocer el tipo de vínculo que une al sujeto migrante con ambos lugares, teniendo el estado un papel fundamental. 1.2 Transnacionalismo La perspectiva transnacional marca un cambio en el estudio de las migraciones internacionales debido a que permite analizar y conocer el vínculo de los y las migrantes para con su país de origen y con el país de destino, el cual va a ser distinto en base a diversos factores como son las motivaciones que generan la migración, el contexto de salida y de llegada, el género y el nivel educativo y sociocultural de los y las migrantes. Esta perspectiva transnacional representa una alternativa al nacionalismo metodológico que enmarcaba los estudios migratorios. Surge en el campo de la antropología, en los años ochenta, con la finalidad de explicar la manera en que la globalización influye en los procesos migratorios, e incluso se puede decir que representó un complementó en el estudio migratorio, ya que este analizaba todo aquello que giraba en torno al contexto de salida y de inserción de la población migrante, pero no se detenía a observar los diversos vínculos y roles que los migrantes tienen, conservan y/o generan con su país de origen y con el país de destino, los cuales van a ser diversos de acuerdo a la situación de cada migrante, pero van a caracterizarse por trascender a las fronteras geográficas de cada estado (Ciurlo, 2014) 63 De acuerdo a Basch, Glick y Szanton (1994), habla de un transnacionalismo que se expande a través de las fronteras sociales de los y las migrantes. Luego entonces, se trata de las relaciones sociales multitrenzadas que encadenan a las sociedades de origen y de asentamiento, y que se verán intensificadas en la actualidad gracias a las tecnologías de la comunicación y de transportes, que permiten acortar distancias sin importar que tan lejos del lugar de origen se haya emigrado. Caglar refiere que el transnacionalismo, permite hacer visible la intensidad y extensión de los flujos circulares de personas, bienes, información y símbolos alcanzados por las migraciones internacionales. Es decir, permite ver como los migrantes construyen sus vidas de manera simultánea en más de una sociedad (Caglar, 2001). De acuerdo a la definición que cada investigador otorga al transnacionalismo, podemos ver que se incorporan nuevas características y aspectos que van a enriquecer el ámbito de estudio de esta disciplina. De acuerdo a esta tendencia en el estudio del transnacionalismo, podemos hablar de una clasificación en su desarrollo como disciplina. La siguiente clasificación tiene como base la investigación de Kivisto (2001). El transnacionalismo trabajado bajo la perspectiva antropológica cultural por autores como Bash, Glick-Shiller y Szanton (1994), plantean la existencia de una sociedad transmigrante, que se caracteriza por vincular a la sociedad de origen y de destino en un mismo campo social, sin importar las fronteras existentes entre ambas. Aquí se habla de una fusión de los lazos culturales, afectivos y sociales de los y las migrantes adquiridos en ambos países. Otra clasificación del transnacionalismo centra su estudio en el número de personas que intervienen en el proceso transnacional y en la temporalidad de las actividades de los migrantes en el país de origen. Esta clasificación se basa en los trabajos de Portes, Guarnizo y Landolt (1999). Una tercera clasificación transnacional habla de la formación de los espacios sociales transnacionales. Se atribuye a los trabajos de Faist (1998) y habla de la posibilidad de que dos o más estados-nación formen parte de un mismo espacio social14 que alberga a las personas, ideas, símbolos y cultura material, los cuales interactúan sin ser limitados por fronteras, independientemente de su lugar de origen o destino, convirtiendo así a la migración de un fenómeno nacional a uno binacional o multinacional, en dónde se funden los conceptos de emigrante e inmigrante. 14 Las zonas comunes en las cuales convergen los inmigrantes procedentes de la misma región son denominadas asentamientos étnicos. 64 Otros factores presentes en el estudio de las migraciones que desaparecen o se analizan con un enfoque distinto mediante la perspectiva transnacional son los niveles de análisis macro, meso y micro que dan origen a las migraciones. Desde la óptica transnacional este análisis parte del lugar de origen y de destino de la población migrante y los vínculos que tenga con estos, lo cual va a precisar el grado de participación que pueda conservar el o la migrante en los procesos familiares y comunitarios con el país de origen, lo que genera una vida transnacional. El vivir transnacional o la bifocalidad de la que habla Vertovec (2004), permite que la población migrante conciba los sucesos generados en el lugar de origen y de destino como una realidad complementaria de su espacio de experiencia, de su vida cotidiana. Para autores como Guarnizo (2004), el vivir transnacional representa el intercambio social que involucra a las personas, las comunidades o las instituciones, generando una serie de implicaciones tanto en el lugar de origen como de destino. Estas condiciones o implicaciones se desarrollan tomando en cuenta los contextos socioculturales de los y las migrantes y de la comunidad en que se desarrollan Es importante hacer énfasis en que no todas las migraciones pueden ser consideradas transnacionales, de acuerdo a Blanco (2007) es necesario que los inmigrantes mantengan relaciones estrechas entre el origen y el destino, presentando una bipolarización de sus vidas, que incluso debe caracterizarse por producir un bienestar ya sea para el o la migrante o para el que no migra; estas relaciones pueden ser de carácter económico, político, cultural, comunicativo, financiero o de envío de remesas, deben ser regulares y sistemáticas, para poder generar así un espacio transnacional y/o un vivir transnacional. Ahora bien, si los y las migrantes están creando relaciones constantes tanto con el país de origen como de destino, en áreas tan diversas como son las económicas, sociales, culturales, que en muchos casos se refuerzan con el envío de remesas, lo que va a generar que estos intercambios sean considerados de carácter macrosocial (Portes, 2003) y macroeconómico (Guarnizo, 2006), por el impacto que van a generar en el país de destino, ya que si bien los migrantes envían dinero a sus familias para satisfacer sus necesidades privadas, estas también pueden ser aplicadas en beneficios colectivos para los países de origen, es por esto que los y las migrantes van a ser sujetos del interés de los gobiernos de sus países de origen, surgiendo así políticas de vinculación que los unan a sus países natales. Además que el envío de remesas refuerza el vínculo estrecho de reciprocidad entre el y la migrante, sus familias y su país de origen ya que este acto está inmerso 65 en apegos emocionales y culturales de agradecimiento hacia de quien se recibe ayuda (Levitt, 2001 y Landolt, 2001). Al hablar de sociedades transnacionales podemos observar que existe un continuo intercambio de ideas, prácticas y capital social, que van a modelar a las sociedades de origen y de destino de la población migrante, ya que este va adaptando su personalidad en base al constante flujo de información que va adquiriendo de un país y otro. Esto es lo que en la literatura científica del transnacionalismo se ha denominado remesas sociales (Levitt, 2001). Por su parte Sorensen (2004) indica que estos cambios también tendrán un impacto en los roles de género de los y las migrante, en sus relaciones familiares, en ideas relativas a clases y etnias e incluso respecto al papel del Estado, lo que va a impactar la vida política, económica y religiosa, en cuanto a sus creencias culturales y a la forma de conducirse en estos aspectos. Los conceptos de “transmigración” y “transmigrantes” han sido utilizados por diversos autores para hablar de una movilidad de la población a nivel mundial (Tilly, 1990; Smart, 1999; Portes, 1997 y Glick Schiller, Basch y Blanc-Szanton, 1992). La transmigración se diferencia de la migración común, porque implica la consolidación de espacios sociales que van más allá de la comunidad de origen y de destino, se trata de la implantación transnacional del espacio de las comunidades mediante prácticas sociales y símbolos que trascienden fronteras. A diferencia de la migración temporal, la transmigración no define una situación transitoria, sino que refleja esta emergencia de espacios pluri-locales y de comunidades transnacionales, en donde además, la condición de migrante se transforma plenamente. Incluso, algunas investigaciones realizadas desde el enfoque feminista (Ellis, Conway y Bailey 1996; Alicea 1997; Hondgneu-Sotelo y Ávila 1997) mostraron que la permanencia de los y las migrantes en los lugares de destino, mediante la instauración de vecindarios y asociaciones, la presencia de organizaciones religiosas y la articulación de las cadenas y redes migratorias que unen varios lugares y comunidades a la vez, van ser útiles para dinamizar los procesos de transnacionalismo. Por su parte, autoras como Rouse (1991) afirman que las relaciones sociales en las que participan los miembros de una comunidad son más intensas dentro de este espacio que fuera de él. 66 1.2.1 Transnacionalismo y género Gil y Pedone (2014) exponen que las investigaciones pioneras que vincularon el género con los procesos de transnacionalismo se han centrado, fundamentalmente, en tres temáticas: el rol de las mujeres en la construcción del mantenimiento de los espacios sociales transnacionales (Alicea, 1997; Hondgneu-Sotelo y Avila, 1997; Grasmuck y Pessar, 1991), los conflictos generados entre las ambiciones como sujetos individuales y como integrantes de una comunidad ( Levitt y Glick Schiller, 2004) y las dificultades que las mujeres deben enfrentar para cumplir sus tareas reproductivas cuando la familia está dispersa geográficamente (Parreñas, 2005; Bernhard, Landolt y Goldring, 2005). También exponen que tomando las relaciones de género como base de estudio se han hecho notar las dinámicas familiares como terrenos de investigación y producción de conocimiento sobre los movimientos migratorios (Malher y Pessar 2006; citados por Pedone, 2011). 1.2.2 Los estudios de las familias transnacionales El papel que juega el grupo familiar en el estudio de la migración desde una óptica transnacional es fundamental, esto debido a que la familia constituye el fundamento inicial para el resto de relaciones sociales transnacionales (Basch, Glick-Shiller y Szanton, 1994), por lo que el análisis de los vínculos familiares, ya sean económicos o de reproducción social, van a ser reelaborados y reacomodados a lo largo del tiempo y del espacio (Levitt y Glick Schiller, 2008). La decisión de migrar ya no será una decisión individual, sino que se va a ver condicionada a la familia, a la comunidad (Stark, 1993) y a las percepciones que sobre el tema de migración se tengan en el mismo seno familiar y en base a las diferencias y las relaciones internas de poder que puedan existir entre sus miembros, de acuerdo a la jerarquía que estos les asignen en términos de género y edad. Por lo tanto, cada familia será distinta a otra, resultando así que la familia transnacional no puede ser analizada como un todo unificado. Otro factor relevante al momento de hablar del papel de las familias transnacionales es el hecho de que, como ya lo hemos mencionado, la mujer ha pasado a ser la precursora de las cadenas migratorias, y esto ha implicado un cambio en las pautas de crianza de sus descendientes y un cambio en las relaciones de género de las familia migrantes. Impactando este cambio también en 67 la ideologías relativa a la concepción y el ejercicio de la maternidad, de la paternidad y de la organización familiar puesto que las migrantes se ven obligadas en muchos en muchos casos a asumir la responsabilidad económica de sus familias y ser las proveedoras del hogar y a la vez, a buscar nuevos espacios para desarrollar su maternidad o para llevar a cabo la dinámica paternal y familiar, sosteniendo y reconstruyendo los vínculos afectivos a la distancia mediante llamadas, correos electrónicos, regalos, fotografías, remesas y por (esporádicos o frecuentes) desplazamientos entre la sociedad de origen y de destino (Pedone, 2011). Se ha revelado a través de diversas investigaciones que los hijos de mujeres que migran van a enfrentarse a una dinámica familiar en la cual los roles de género tradicionales no son practicados, ni conocidos, lo cual no sucede cuando el migrante es el hombre (Oso, 2008). En este contexto también deben tomarse en cuenta otros factores que suscitan la creación de hogares transnacionales ya que afectan tanto en un nivel individual como familiar, como son la pertenencia cultural, la temporalidad de la migración, la discriminación racial, social y de género, ya que estos factores van a tener un impacto en la sociedad de origen y de destino, pero sobre todo marcarán la aceptación que se tenga de las personas migrantes en el país de destino, por tanto los hogares transnacionales permitirán proteger a sus hijos de sufrir actitudes xenófobas, racistas y de vivir las dificultades de una integración social (Parreñas, 2001). Por otro lado, la literatura científica que se generó en los años ochenta sobre mujeres del Norte que empleaban mujeres del sur para sustituirlas en el trabajo de reproducción social detectó una desigualdad construida en base a estas características de clase, raza y etnia, entre las propias mujeres, a través de las cuales se reproducían estructuras patriarcales que se caracterizan por ser jerarquizadas por marido/esposa/doméstica (Oso, 2008). Al respecto la familia transnacional plantea a su vez una forma de explotación para la mujer migrante, ya que el mundo globalizado ha orillado a las mujeres pobres a dejar a sus familias bajo el cuidado de mujeres de su país de origen (madres, hermanas, abuelas, familiares, etcétera), para hacerse cargo del cuidado y trabajo reproductivo de otras familias, fenómeno social que se ha denominado “cadenas mundiales de cuidados” (Hochschild, 2001, Pérez Orozco, 2010). Para el caso que nos ocupa, en los Estados Unidos, ya en 1989 Collen realiza un análisis sobre el servicio doméstico de este país, exponiendo que antes de la abolición de la esclavitud los esclavos africanos y criollos realizaban las laborales domésticas, sin embargo, a partir del siglo XIX tanto la migración rural hacia las ciudades, como la migración internacional comenzaron a proveer la 68 mano de obra a un precio muy bajo. Se ha documentado que a partir de los años sesentas las migrantes provenientes de países del sur a Estados Unidos han ocupado este nicho laboral, lo que ha permitido a su vez que la mujer norteamericana haya podido acceder al mercado de trabajo, sin tener que redefinirse las responsabilidades domésticas por género en el hogar o entre la familia y el Estado. Claramente en estas relaciones laborales, a través de la historia, se ha mantenido una desigualdad basada en factores de clase, género, raza, etnicidad y migración. A su vez, se ha hablado de las migrantes mexicanas y las particularidades de las familias transnacionales de mujeres dedicas a la agricultura, las cuales sin importar que su trabajo vaya cambiando de estado a estado, llevan consigo a sus hijos, buscando trabajar en sitios que tienen guarderías, logrando así una fusión entre las actividades productivas y reproductivas que deben satisfacer (Oso, 2008) Estas prácticas transnacionales tienen un impacto en las migrantes puesto que se ven ante sentimientos de ansiedad, perdida, soledad y una gran culpa por haber dejado a su familia, lo cual termina por repercutir en su salud física y mental, ya que su vida gira en torno a altos grados de nostalgia, dolor, angustia y depresión por la renuncia a una vida familiar convencional, lo cual se trata de matizar a través de una dedicación exhaustiva al trabajo, cubriendo jornadas intensivas que no les permiten el descanso, pero que se traduce en mayores ingresos y por tanto en la retribución de afectos y estatus social para su familia en el lugar de origen, lo que busca compense su ausencia física (Solé y Parella, 2005; citadas por Oso, 2008). Por otra parte, la figura de la mujer migrante cuestiona los roles de género, en cuanto que pone en tela de juicio la masculinidad de su pareja, ya que es ella la proveedora del hogar, la que tiene mayor poder económico, pero en el país de destino sigue cumpliendo con tareas de reproducción social. Luego entonces, la transnacionalidad ha permitido redefinir la concepción tradicional de la masculinidad y la feminidad ya que incluso en algunas familias transnacionales de migrantes las relaciones se tornan más igualitarias en cuanto a las responsabilidades y obligaciones que deben cumplir (Morales, 2004; citada por Oso, 2008). Al hablar de un cambio en estos roles de género, derivados en su mayoría de un empoderamiento económico de las mujeres, es importante preguntarnos si estos cambios son suficientes para llegar a romper el ciclo de violencia contra la mujer migrante, toda vez que esta violencia deriva de una cultura patriarcal que si bien se reproduce en las sociedades de destino, pero pierde fuerza en las sociedades de origen. O es esa culpa y ese peso que la sociedad de origen ha impuesto a la mujer 69 por dejar su hogar, lo que la mantiene atada a la violencia patriarcal de la que no le es posible desligarse en ninguna de las dos sociedades. 1.2.3 Transnacionalismo desde arriba y desde abajo Estos conceptos surgen para diferenciar los actores que intervienen en las actividades o procesos que involucren un traspaso entre las fronteras. Esta clasificación se puede atribuir a Guarnizo y Smith (1998), quienes refieren que el transnacionalismo from below o desde abajo es el que se emplea para clasificar a las practicas que llevan a cabo los transmigrantes en su vida cotidiana. Como ya lo hemos establecido, los y las migrantes mantienen lazos con su país de origen y con el país de destino, a través de lazos tangibles e intangibles y de manera continua. En estos intercambios interviene la figura del o de la migrante, de la misma sociedad civil y/o organizaciones de migrantes. Estas actividades pueden consistir ya sea en iniciativas políticas, económicas, culturales, prácticas de negocios, movilizaciones sociales e incluso políticas entre los residentes en el país de acogida (Pries, 1999). Estas prácticas son denominadas desde abajo o desde la base ya que sus autores relacionan el concepto con los esfuerzos exitosos de actuar liberados del control o dominico del poder capitalista-neoliberal y estatal (García, 2014). Por otra parte encontramos el transnacionalismo desde arriba el cual se desarrolla bajo las acciones de internacionalización del capital y la reestructuración del neoliberalismo, acciones realizadas por corporaciones multinacionales, instituciones gubernamentales y no gubernamentales, sectores empresariales de ámbito cultural, político, económico o social; que buscan consolidarse y ampliar ganancias a través del cruce de fronteras y normalmente su instauración se lleva a cabo en más de un país. Hablar de un transnacionalismo desde arriba nos lleva a enfocarnos en estas empresas multinacionales que promueven la maximización de sus ganancias a través de la desigualdad social, la manipulación de mercados, la precarización laboral, la contaminación ambiental y la pérdida de recursos humanos, es en suma, hablar de un sistema expoliador y depredador capitalista a escala planetaria (Petras y Veltmeyer, 2000), pero también es hablar de las acciones desarrolladas por los Estados para sus nacionales en el extranjero. Este transnacionalismo se caracteriza por estar integrado por proyectos rentables, mientras que el transnacionalismo desde abajo desarrollara proyectos en los que los actores sociales encuentran grandes dificultades para actuar, estos proyectos buscan el desarrollo local. 70 Sin embargo, ambas clasificaciones de transnacionalismo coadyuvan en su actuación, ya que por un lado tenemos al Estado con acciones y proyectos impuestos de manera vertical y por el otro lado encontramos que se coadyuva en el proceso de desarrollo de la sociedad civil (Portes, 2004; citado por García, 2014). Entonces, las propias prácticas transnacionales desde arriba pueden ser sostenidas desde abajo y a la inversa. Tomando las ideas de Guarnizo (2003) y Faist (2000), se puede ver que la o el migrante actúa en diferentes ámbitos y por lo tanto, se pueden diferenciar las iniciativas y prácticas a emprenderse (Guarnizo, 2003). Las actividades transnacionales de origen popular no se iniciaron a partir de acciones o políticas de gobiernos nacionales o locales; tampoco fueron idea de los administradores de las grandes corporaciones. Por el contrario, estas actividades se desarrollaron al margen del transnacionalismo desde arriba (Pintor, 2009). Por otro lado, al revisar algunos estudios de caso de historia de migrantes y de instituciones, se observa que el proceso transnacional no puede ser considerado como lineal, a diferencia de lo que plantean Portes (2007) y Portes y DeWind (2006), sino que está compuesto por redes egocéntricas y por actores que tienen una participación social, que en ocasiones se fortalecen o debilitan su organización ya no puede tomarse como el resultado de la migración internacional, sino como un actor transnacional y su avance político dependerá del interés que esta comunidad transmigrante genere para sus gobiernos. Además es necesario señalar que cuando una sociedad transnacional traslada su cultura a un nuevo lugar se involucra directa o indirectamente con los gobiernos de los países de origen y de destino (Pintor, 2009). Las y los migrantes van a ser sujetos del interés de los gobiernos de sus países de origen puesto que representan un desarrollo y captación económica para el país, lo que va a llevar a que surjan políticas de vinculación que van a dar la pauta para que exista una transnacionalización de la gobernabilidad por parte del estado de origen (Portes, 2006 y Gamlen 2009; citado por Cortés y Sanmartín, 2010), y es así que el país de origen buscará proteger los derechos de sus connacionales emigrados, captar remesas a través de esquemas de cooperación internacional, buscar mercados laborales que reconozcan su actuación, entre otras muchas actividades que se van a ir adecuado de acuerdo a las necesidades del momento histórico, político y social que vivan las comunidades migrantes. Cabe señalar que esas acciones se llevan a cabo con independencia de la normativa legal o migratoria implementada en el país de destino. A través de estas políticas, tal como lo establece González (2006), se puede incorporar a la población que reside en el exterior en las prácticas institucionales de participación de su país. 71 Las leyes y políticas migratorias del país de destino también van a ser un catalizador y/o limitante en los proyectos migratorios, que incluso pueden motivar la vuelta o el regreso al país de origen. Las políticas públicas vinculantes o las pertenecientes a un solo país serán trascendentales en las formas de organización familiar transnacional ya que pueden otorgar o restringir derechos según el género de las personas migrantes y limitar o impulsar la movilidad social, la reagrupación familiar y las relaciones de las familias transmigrantes. Incluso estas regulaciones legales pueden generar la construcción de desigualdades sociales al tratar al o la migrante en base a su sexo, edad, raza o etnia. Ahora bien dentro del acervo sobre transnacionalismo nos interesa de manera particular aquellos trabajos que abordan la situación de las familias con perspectiva de género. 1.2.4 Redes sociales El transnacionalismo funciona también como una brújula en la elección del destino final que toman los nuevos emigrados (Cortés y Sanmartín, 2010) y esto es debido a que los y las migrantes transnacionales mantienen lazos culturales gracias a las redes sociales (Bourdieu, 1999), las cuales permiten a los y las migrantes crear y conservar un capital cultural, educativo y social que les abre puertas a alternativas factibles, generadas por las relaciones interpersonales, generadas ya sea con familiares, amigos, conocidos, paisanos, etcétera, lo único que es relevante es que este grupo de personas comparte conocimientos e intereses comunes . Siguiendo la literatura de Bourdieu (1999) se define a las redes sociales como una forma de capital social ya que facilitan el proceso migratorio y reducen los costos y riesgos del mismo. Estas redes constituirán un apoyo y una vía de información para la persona migrante y que de acompañarle durante su proceso migratorio, este será más accesible y llevadero que el de una persona que no cuenta con una red en el país de destino. Los procesos migratorios, desde una óptica transnacional, pueden ser explicados como procesos de construcción de redes que servirán para facilitar e impulsar la migración, lo cual se ve reflejado en la disminución de costos y riesgos de la migración internacional (García, 2014). Estas redes sociales migrantes, van a servir para establecer las concentraciones regionales de los flujos migratorios, creando una mayor probabilidad de migrar para los pobladores. Esto explica 72 porque existen lugares que se caracterizan por ser expulsores de migrantes y también explica la concentración geográfica de llegada de los migrantes15. 1.3 Sociedades patriarcales y violencia contra las mujeres La violencia es un principio de excepcionalidad que alberga el patriarcado en sus entrañas más profundas y que se muestra y se hace explicito reactivamente cuando toma conciencia de sus debilidades como sistema de dominación (Cobo, 2008). La violencia contra las mujeres ha sido una constante y hasta la fecha está presente en todas las culturas del mundo, siendo un mal que asecha a la mujer y la vuelve vulnerable al no respetar razas, etnias, culturas o clases sociales. Todas las mujeres podemos ser víctimas de esta herencia cultural que gira en torno a las bases y normas que ha implantado el sistema patriarcal. Aun cuando a través de la historia, los movimientos feministas han luchado por logar que los gobiernos otorguen a la mujer las garantías básicas de derechos humanos y de igualdad que logren acabar con la discriminación social de la que han sido objeto a través de la historia de la humanidad, sin embargo, estamos lejos de lograr esa igualdad social. Incluso, como señala Bock (1991), “estamos ante el reto de solucionar un problema de complejas relaciones entre seres y grupos humanos que antes habían sido omitidas” (Bock, 1991; citado por Pavón, 2014). En el caso de la mujer migrante, esta vulnerabilidad ante la violencia se incrementa ya que se produce y se reproduce la subordinación a la que están sujetas (Pavón, 2014). Frecuentemente las mujeres inmigrantes se ven sobre representadas en las estadísticas de maltrato, lo que se debe en gran medida a la doble vulnerabilidad16 ya mencionada, atribuida a ser mujer y ser migrante, que se acentúa si se trata de inmigrantes irregulares. El patriarcado17 es un orden de poder basado en la supremacía de los hombres y de lo masculino, sobre la inferiorización de las mujeres y de lo femenino. Sin embargo también es una dominación 15 Los estudios migratorios referentes a mujeres migrantes trabajadoras en Estados Unidos han documentado la creación de redes familiares y de amistad femeninas, que han servido como apoyo a otras mujeres durante su proyecto migratorio, ya sea que este incorpore o no a sus familias, lo cual dependerá del grado de marginación, empobrecimiento y opresión estructural que sufren en sus países de origen (Cohen, 2004; Hondagneu-Sotelo, 1994; Menjivar, 2003; Citados por Cruz-Manjarrez, 2014). 16 La vulnerabilidad es un efecto de exclusión y marginación ejercido por los poderes del estado sobre las mujeres migrantes y a la falta de poder que las mujeres tienen para enfrentarlo (Naredo, 2013; citado por Pavón 2014) 17 Distintos estudios contemporáneos han comenzado a reemplazar el término patriarcado por el de sistema sexo- género, mismo que ya ha sido expuesto en este capítulo, toda vez que tiene en cuenta los aspectos históricos y 73 de unos hombres sobre otros y una enajenación entre las mujeres, lo que genera un mundo asimétrico, desigual y enajenado, de carácter androcéntrico, misógino y homófobo (Lagarde, 1994). Para autoras como Gil y Lloret (2007) el patriarcado es un sistema de organización social en el que el poder político, económico, religioso, militar y la organización familiar están encabezados por el hombre. Este sistema está presente en todas las sociedades humanas, incluso se le puede llegar a otorgar un carácter universal, siendo una constante a través de la historia de la humanidad, hasta nuestros días y además de que no importa el estatus social que se tenga, está presente tanto en sociedades pobres como en sociedades ricas. Otros estudios realizan una clasificación de patriarcado. Estableciendo que se habla de un patriarcado de coerción cuando se mantienen normas rígidas en lo relativo al rol de hombres y mujeres, cuya obediencia es tan importante, que en caso de no acatarlos puede costar la vida misma. Por otra parte encontramos los patriarcados de consentimiento, este patriarcado se encuentra en las sociedades desarrolladas, en donde las relaciones de poder que favorecen las conductas machistas, impuestas hacia los masculino y lo femenino, incitándolas de manera sutil (Puleo, 2006). El patriarcado es tan flexible que puede adaptarse a distintos tipos de organización económica y social. Autoras como Victoria Sau (1995) unen ese poder patriarcal con “el vacío de la maternidad”, ya que el poder de vida que tiene la madre, pasa a manos del padre, el cual impone sus normas patriarcales, de tal manera que el padre hace suya esa maternidad18 (Sau, 1995). sociales de hombres y las mujeres. A efectos de la investigación se debe seguir marcando la diferencia entre los dos conceptos toda vez que enriquecen la descripción de vulnerabilidad y violación histórica de derechos de las mujeres en distintas sociedades, a través del tiempo. 18 Lisett Páez (2011) nos ayuda a adentrarnos en este recorrido por las distintas violencias que ha vivido la mujer en el mundo, explicándonos que uno de los primeros antecedentes que se tienen sobre la discriminación femenina son los registrados en las leyes de Bizancio, que en el 400 A.C., ya precisaban que el marido debía ser considerado como un Dios para la mujer y por tanto esta debía adorarlo. Por otra parte, en la antigua sociedad India, se practicaba la ceremonia conocida como Sati, en donde la mujer que enviudaba debía ser quemada viva junto al cadáver de su esposo, siendo una obligación que toda esposa debía cumplir. En Irán y Etiopia era una deshonra el nacimiento de una mujer ya que representaba la debilidad y la desgracia. En estas sociedades existía un repudio hacia la mujer si era estéril o daba vida solamente a mujeres. Por su parte, la sociedad romana tenía la figura del pater-familia, que estaba investido de autoridad y que podía ejercer la manus sobre la mujer, lo que le daba derecho a venderla, castigarla o privarla de la vida, si así lo deseaba. Para que una mujer se casara debía tener la manus, de lo contrario no tendría un parentesco civil con el marido, ni con los hijos, sobre los que nunca tenía derechos civiles, como la patria potestad (Páez, 2011). Al respecto, la misma Vicoria Sau hace referencia a que dentro de las sociedades occidentales, los apellidos que se heredan son únicamente los paternos, quitando el reconocimiento social de la maternidad a la mujer (Sau, 1995). 74 Nuestra sociedad sigue estando caracterizada por conductas machistas que delegan a la mujer a un papel de esposa o madre, que incluso las encasilla como objetos sexuales al servicio del hombre, estos estereotipos dejan a la mujer en una subordinación ante el hombre, produciendo así una discriminación, dependencia e insatisfacción en sus vidas. Estos roles responden a estereotipos de género que si bien están presentes en la vida de los hombres, van a beneficiarles puesto que se da prioridad a su autonomía y su realización personal. Estas estructuras sociales condicionan el comportamiento individual de las personas, debido a que existe una gran influencia de los factores que impulsan las actitudes y conductas machistas y que pueden estar inmersas en leyes, costumbres, la vida institucional, la educación, los medios de comunicación, entre otros muchas aspectos, que van a derivar en una violencia de género estructural hacia la mujer. Ejemplo de ello es la discriminación salarial que vive la mujer por el hecho de serlo, los techos de cristal, la violencia doméstica, el acoso sexual, la violencia económica y patrimonial. El patriarcado genera y legitima las desigualdades de género y el capitalismo las utiliza en beneficio propio, las reproduce y las agrava. Esto lo vemos con las mujeres migrantes a quienes se inferioriza caracterizándolas como mujeres tradicionales y dóciles, idóneas para desempeñar los trabajos vinculados a la reproducción social (Parella, 2005; citada por Pavón, 2014). Las políticas económicas neoliberales ejercen un fuerte control sobre la población migrante y una representación estigmatizada de la misma (Gregorio, 2010). Siguiendo las investigaciones de pavón, se establece que la población migrante esta polarizada entre la invisibilización y la hipervisibilización, ya que por una parte no se ha llegado a considerar, desde el discurso político y mediático19 a la mujer migrante como un agente activo en los procesos migratorios, pero por otra parte, se les hiper-representa como víctimas de las practicas patriarcales de la sociedad. Se generan debates sobre el acceso al mercado laboral de las mujeres migrantes o sobre el turismo sexual sin tener en cuenta que la migración se da por la demanda de servicios personales de los países desarrollados, mismos que continúan creando leyes para perseguir a las mujeres migrantes (Pavón, 2014). La mujer migrante va a estar expuesta a los prejuicios tanto de la sociedad patriarcal del país de origen como el de destino, siendo señalada como una mujer fracasada por el hecho de tener que 19 El discurso político y mediático que gira en torno a la mujer migrante es trascendental ya que este va a producir y reproducir estereotipos y prejuicios hacia estas mujeres y por tanto va a producir el surgimiento y/o incremento de actitudes racistas y xenófobas (Pavón, 2014). 75 emigrar y buscar mejorar su situación económica, social o personal, fuera del país de origen; pero también debe luchar con el estereotipo de una mujer desamparada en el lugar de destino, en dónde las vulnerabilidades se van acumulando y van relacionándose unas con otras e incrementando la posibilidad de la mujer a ser víctima de violencia de género, debido a la desprotección legal, social y la dominación de la sociedad del país de llegada (Suárez, 2013). 1.3.1 Violencia de género La violencia en la sociedad ha existido a través de la historia en diferentes épocas y en distintas culturas y va a repercutir en la vida privada de las personas, de las familias, en la vida cotidiana, pero principalmente en las mujeres y en los menores20. Si bien la violencia es una constante en la sociedad, también lo es que desde el comienzo de la historia y en las distintas sociedades alrededor del mundo, los fuertes ejercen la violencia contra los más débiles, esto se ve a través de la conquista de reinos, en la búsqueda de crecimiento intelectual o de poder, etcétera, pero lamentablemente, también ha sido una constante el que el sexo masculino a través del poder del que le dota la sociedad patriarcal, ha ejercido una violencia y abuso sobre la mujer. Con ello no se hace referencia solamente a la violencia que se encierra en el área familiar o de pareja, se habla de la violencia de género que ha sido una constante en la vida de las mujeres por el hecho de ser mujer, no en su rol como madre, esposa o hija, sino como mujer (Lorente, 1998). 20 De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2003) se define como violencia a: “… el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea de amenaza o efectivo, contra uno mismo, contra otra persona o contra un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de provocar lesiones, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones y muerte…”. La violencia es una actitud que implica hechos de diversa índole que se van aprendiendo a través de la vida del ser humano, no es que la persona nazca con esa necesidad de ser violento, sino que son características de la personalidad que se van construyendo en base a la búsqueda de poder y al entorno en el que se desarrolla un individuo. La Organización Mundial de la Salud (2003) clasifica la violencia en autoinfligida, interpersonal y colectiva, esto en función de quien la ejerce. violencia autoinfligida, conocida también como autoagresión, es la que una persona ejerce sobre sí misma, dentro de esta se considera el comportamiento suicida y las autolesiones. La violencia interpersonal, es familiar y de pareja si se presenta entre los miembros de la familia o con la pareja, sus características principales serán que se presenta dentro del hogar, y puede ser ejercida contra menores y personas mayores. Por otra parte, la violencia intrapersonal puede entenderse como comunitaria cuando sucede fuera del hogar, sin importar si se presenta entre conocidos o desconocidos. Por su parte, la violencia colectiva, se refiere a la violencia social y económica. La primera de ellas, se refiere al conjunto de actos delictivos contra grupos u organizaciones, acciones terroristas, guerras y conflictos afines. Mientras que la económica son los ataques de grupos con fines de lucro. 76 El concepto de violencia de género es relativamente reciente, aun cuando, como se mencionó, esta violencia se remonta al inicio de los tiempos de la humanidad, presentándose con diversas violaciones a los derechos humanos de las mujeres, sin importar ubicación geográfica, época o estatus social. Los estudios contemporáneos señalan que la violencia contra la mujer no es cuestión biológica ni doméstica, sino de género (Maqueda, 2006). La violencia como tal comienza a ser documentada en los años setenta y en gran medida es el resultado del activismo feminista que concientizó del maltrato del que muchas de ellas somos objeto. A) Normativa Internacional En 1979 surgen las primeras alusiones a la violencia de género en el ámbito internacional. Esto se da en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer -CEDAW por sus siglas en inglés- la cual busca eliminar la discriminación contra la mujer, obligando a los estados a reformar las leyes para lograrlo y discutir sobre la discriminación en el mundo. La Convención CEDAW señala como discriminación contra la mujer: “Cualquier distinción, exclusión o restricción hecha en base al sexo que tenga el efecto o propósito de disminuir o nulificar el reconocimiento, goce y ejercicio por parte de las mujeres, independientemente de su estado civil, sobre la base de igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural, civil o en cualquier otra esfera” sin embargo, solo expresa algunas formas de discriminación contra la mujer, sin abocarse directamente a una definición de violencia de género. Para 1980, se celebró en Copenhague la Conferencia Mundial del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer, adoptándose la resolución “La mujer maltratada y la violencia en la familia” y en 1985 se lleva a cabo la Tercer Conferencia Mundial del Decenio, en dónde dentro de las Estrategias de Nairobi para el adelanto de la Mujer, se contemplan consideraciones vinculadas a la violencia contra las mujeres (Nieves, 1996). Sin embargo, cabe señalar que el tema de la violencia contra la mujer había sido ya abordado desde el año 1976, en el Decenio de las Naciones Unidas para la mujer, que contempló de 1976 a 1985. En 1991 se comienza a redactar un proyecto de declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, toda vez que la violencia de género no se definía en ningún instrumento oficial. 77 Este proyecto fue analizado por la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. Posteriormente, la mención de violencia de género será retomada en 1993 a través de dos iniciativas de gran relevancia como son la Conferencia Mundial para los Derechos Humanos, celebrada en Viena y la Declaración de Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (Nieves, 1996). Para 1994, también fue incluida en la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, conocida como Convención Belem Do Para, se define la violencia contra la mujer como: “Cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”. En 1995 la violencia es incluida en la Conferencia Mundial de Mujeres de Beijing, dentro del Plan de Acción y ya en 1999, la Organización de las Naciones Unidas define de manera oficial la violencia contra la mujer: Todo acto de violencia de género que resulte o pueda resultar en daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico de la mujer, incluyendo la amenaza de dichos actos, la coerción o la privación arbitraria de la libertad que perpetúe la subordinación de la mujer tanto en la vida pública como en la privada”. Entonces, se denomina violencia de género a aquella violencia que es ejercida en contra de la mujer por el simple hecho de serlo, que existe como resultado de las construcciones sociales impuestas por la cultura patriarcal que fijaran las diferencias entre sexos, mediante el valor cultural que se da a cada uno, justificando la dominación del hombre sobre la mujer. Al día de hoy podemos ver que aun con la existencia de leyes, instrumentos y acuerdos internacionales y regionales, todavía nos encontramos bajo el dominio de una sociedad patriarcal, en dónde hay continuas vejaciones en contra de las mujeres en diversos aspectos cotidianos, que se van a reflejar en el control que se ejerce sobre la vida de estas. Por lo que respecta a México, la violencia contra las mujeres se ha generado en un contexto de impunidad que tiene como base la desigualdad y la exclusión social propiciados por el patriarcado. Sin lugar a dudas, a través de la legislación mexicana se ha buscado eliminar la desigualdad y la violencia que existe en contra de las mujeres, pero al toparnos con un estado de derecho débil, sin una coordinación interinstitucional, resulta una paradoja el que pueda darse una correcta implementación de la ley. 78 Luego entonces, se puede decir que el siglo XXI ha representado para México un avance en materia legislativa, toda vez que a través de la adaptación de la normativa internacional a las leyes federales y estatales, han comenzado a reconocerse las diversas maneras en que la violencia puede vulnerar a las mujeres. Ejemplo de ello es la normatividad que tipifica el feminicidio, la trata de personas, el incesto, la violencia doméstica, los crímenes de honor, entre otros. El 01 de febrero de 2007 se publicó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, por medio de la cual se pretende establecer la coordinación entre el gobierno federal, estatal y municipal, para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. El objetivo de esta ley es que el país cuente con un instrumento jurídico con perspectiva de género, que pueda brindar seguridad a las mujeres mexicanas, a través de la aplicación de políticas públicas que sean adaptables y respondan a las necesidades de la población, señalando así las directrices para la expedición de leyes y atención a víctimas y agresores. Este instrumento jurídico busca ser integral al contemplar el tratamiento de violencia psicológica, física, patrimonial, económica, sexual, entre otras formas análogas de violencia de género; garantizando el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, sin importar su estado civil, profesión, edad, religión, condición social, entre otras variantes. Podemos ver que esta ley contempla la transversalidad en sus acciones, ejemplo de ello es que en su artículo 46, determina que corresponde a la Secretaría de Salud la atención médica y psicológica a las víctimas de violencia de género; la reeducación de víctimas y agresores, y canalizar a las víctimas a instituciones para ser atendidas. Asimismo, en su artículo 46 Bis reformado el 17 de diciembre de 2015, estipula que es obligación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social la prevención y atención a la violencia laboral, así como el promover acciones que propicien la igualdad en el trabajo y la seguridad social (Art. 46 Bis). Asimismo, es relevante citar el artículo 56, fracción IX, toda vez que establece que los refugios para víctimas deben tener una bolsa de trabajo con la finalidad de que puedan tener una actividad laboral remunerada. No se pueden dejar de mencionar las políticas que en materia de igualdad entre mujeres y hombres y transversalidad en las instituciones de Seguridad Social se han generado en México. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos consagra en su Art. 1 que todas las personas somos iguales ante la ley, ante esto, el 29 de abril de 2003 se publicó la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la cual ha sido reformada el 20 de marzo de 2014. Este ordenamiento jurídico, a través de su artículo 4, garantiza la inclusión social y la igualdad frente 79 a toda exclusión basada en el origen étnico, nacional, de sexo, edad, discapacidad y condición social o económica, de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, que impida o anule el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas. Por otro lado, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) en cumplimiento de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, se encarga de recibir y resolver las quejas por presuntos actos discriminatorios cometidos por particulares o por autoridades federales en el ejercicio de sus funciones, y trabaja de forma coordinada con el Inmujeres y otras entidades federales a fin de avanzar en la igualdad para las mujeres. El 02 de agosto de 2006, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley General para la Igualdad entre hombres y mujeres, misma que ha sido reformada en 2016, a través de esta norma jurídica se pretende regular y garantizar la igualdad entre mujeres y hombres, supliendo las lagunas jurídicas que puedan surgir de esta normativa con los tratados internacionales ratificados por México. Esta Ley estipula en su artículo 38, fracción IV que se debe integrar el principio de igualdad en el ámbito de la protección social. Asimismo, el artículo 34, incluye la promoción de revisar los sistemas fiscales para reducir los factores que relegan la incorporación de las personas al mercado de trabajo, en razón de su sexo y establecer los estímulos y certificados de igualdad anualmente a las empresas que hayan aplicado políticas y prácticas en la materia. Con estas acciones se observa una adaptación e incorporación del mainstreaming de género que será explicado más adelante en este mismo capítulo. Por otro lado, la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos, aprobada en 2012 , señala a las mujeres y menores como víctimas más comunes, buscando transversalizar la perspectiva de género en el tratamiento de la situación, encargando a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social la capacitación para el trabajo, las oportunidades de su bolsa de trabajo y la firma de convenios con empresas para brindar oportunidades de rehabilitación y resocialización a las víctimas del delito previsto en la misma, así como incrementar sus inspecciones a los centros laborales en el ámbito de su competencia, para prevenir y detectar oportunamente dicho delito. El artículo 90 de esta ley contempla oportunidades de empleo, educación y capacitación para el trabajo a las víctimas del delito a través de su integración en programas sociales. 80 De acuerdo al Código Penal Federal, el Hostigamiento Sexual, el Abuso Sexual, el Estupro y la Violación son delitos que están descritos en lenguaje neutro, utilizando la palabra víctimas, pero sin especificar el sesgo de género de los mismos. Mientras que en los derechos civiles, el llamado Matrimonio igualitario está reconocido en la Ciudad de México, Quintana Roo, Chihuahua, Coahuila, Nayarit, Jalisco, Guerrero, Campeche, Michoacán, Morelos, Colima y Chiapas, lo que representa la inclusión de la perspectiva de género al equipar los derechos de las parejas del mismo sexo. Sin embargo, si bien podemos observar un avance en materia legislativa, en algunos estados de la federación, aún podemos encontrar código penales retrógrados en perjuicio de los derechos de las mujeres, como es el caso del delito de violación, en dónde en estados como Sonora, Baja California y Campeche, aun contemplan la reparación por honor, es decir, si quien comete el delito de estupro se casa con la ofendida cesará la persecución o la sanción. Además, aun cuando la Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida libre de violencia busca enfrentar una grave situación de violencia contra las mujeres en el país, cuya expresión máxima es el feminicidio, la realidad es que las cifras de mujeres asesinadas en el país sigue siendo elevada, incluso, de acuerdo al informe presentado ante el comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, CEDAW, por parte del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF, 2015) los índices de feminicidios han aumentado alarmantemente y se debe en gran medida a que el Estado no garantiza una seguridad para evitar que se comentan estos crímenes en contra de las mujeres y también se debe a la gran impunidad que hay en los sistemas legales del país, que no garantizan una investigación y sanción pronta, expedita ni real en estos casos. A este respecto, cito la definición que sobre feminicidio introdujó a la academia mexicana la antropóloga Marcela Lagarde, con el objeto de identificar los crímenes que han vulnerado los derechos humanos de las mujeres como crímenes de lesa humanidad: “El genocidio contra mujeres y sucede cuando las condiciones históricas generan prácticas sociales que permiten atentados contra la integridad, la salud, las libertades y la vida de las mujeres. En el feminicidio concurren en tiempo y espacio, daños contra mujeres realizados por conocidos y desconocidos, por violentos, violadores y asesinos individuales y grupales, ocasionales o profesionales, que conducen a la muerte cruel de algunas de las víctimas. No todos los crímenes son concertados o realizados por asesinos seriales: los hay seriales e individuales, algunos son cometidos por conocidos: parejas, parientes, novios, esposos, acompañantes, familiares, visitas, colegas y compañeros de trabajo; también son perpetrados por desconocidos y anónimos, y por 81 grupos mafiosos de delincuentes ligados a modos de vida violentos y criminales. Sin embargo, todos tienen en común que las mujeres son usables, prescindibles, maltratables y deshechables. Y, desde luego, todos coinciden en su infinita crueldad y son, de hecho, crímenes de odio contra las mujeres” (Lagarde, 2008). Por su parte la académica argentina, Rita Segato, ha establecido su visión del feminicidio basándose en los ataques sexuales que se han realizado aprovechándose del anonimato de las calles y a victimas desconocidas en Ciudad Juárez21. Segato expone que estos ataques no pueden ser considerados como ataques individuales perpetrados por enfermos mentales, sino que deben ser tomados como “expresiones de una estructura simbólica profunda que organiza nuestros actos y nuestras fantasías y les confiere inteligibilidad” (Segato, 2008). Con esto, Segato señala la existencia de códigos compartidos por la colectividad, por lo que el agresor no actúa por sí solo, sino que lo hace en un nicho de comunicación que puede ser penetrado y entendido. La autora también refiere que la sexualidad y la violación de los cuerpos son utilizadas como arma de dominación física y moral, buscando así la derrota psicológica y moral de la víctima, más que su muerte, toda vez que es el medio por el cual se podrá obtener una soberanía y control sobre la víctima y sobre la sociedad, buscando implantar en ella una idea de colonización (Segato, 2008). . Para Graciela Atencio (2015) el feminicidio explora los límites de la violencia extrema de género y problematiza sus alcances, por lo que los Estados deben garantizar la prevención, el tratamiento y la erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres, señala también la conveniencia de la elaboración de una Convención contra el feminicidio, que sirva para marcar las normas internacionales y nacionales de los Estados, imperando la necesidad de que se tipifique al feminicidio como crimen internacional. Lo que resulta una propuesta interesante, sobre todo si vemos que simplemente en América Latina, sólo siete países han tipificado el asesinato de mujeres. De estos siete países, Chile, Costa Rica, Guatemala y Nicaragua lo denominan femicidio; mientras que El Salvador, México y Perú lo llaman feminicidio. A través de estos ordenamientos 21 Los feminicidios registrados en Juárez dieron lugar a la sentencia del Campo Algodonero, por medio de la cual, en el año 2009, la Corte Interamericana de Derechos Humanos determinó que las irregularidades e inconsistencias de las actuaciones de las autoridades mexicanas en estos casos, vulneraban los derechos de las víctimas y de sus familiares, pues el estado mexicano no cumplió con su obligación de proteger a las ciudadanas de su país de abusos de lesa humanidad. Es ante estos casos en donde se acepta el término feminicidio por primera vez. El juicio fue llevado a la Corte por tres familias de tres mujeres de Ciudad Juárez, víctimas de violencia feminicida (CIDH, 2009). 82 legales, se pretende que estos países adecuen sus leyes en base a los instrumentos internacionales, legislando sobre factores como el incremento de los casos de muertes de mujeres, la crueldad con que se producen, la ausencia de tipos penales especiales para describir adecuadamente el asesinato de mujeres basado en razones de odio, desprecio, y en todo caso como resultado de las relaciones asimétricas de poder entre hombres y mujeres y, los altos índices de impunidad (Garita, 2015). Esta es una violencia que se trata de erradicar en nuestras sociedades, pero que hoy en día sigue estando naturalizada como una complicidad al ser parte de lo aceptado en sociedad y del rol de sumisión que se ha obligado a acatar a las mujeres. Esto es confirmado por las investigaciones de Castro (2016) en dónde se establece que si bien la guerra contra el crimen organizado ha cobrado miles de vidas en México, en su mayoría son los asesinatos de hombres los que se relacionan con esta violencia, sin embargo, las mujeres siguen siendo víctimas mortales de la cultura de la desigualdad de género producto del sistema patriarcal. Este autor establece que un alto porcentaje de los homicidios de mujeres continúan perpetrándose en el espacio doméstico, aun cuando en los últimos años se incrementó de manera evidente la proporción de homicidios de mujeres cometidos en los espacios públicos. Exponiendo también que cada vez tiene mayor saña el homicidio contra las mujeres pues se incrementan los casos de mujeres asesinadas por arma de fuego, golpes sin armas y violación, ahorcamiento, estrangulación y ahogamiento, así como por armas punzocortantes. Las violencias contra la mujer en México sigue siendo una realidad que se agrava con la intersección de diversos de factores como edad, etnia, discapacidades, lugar de procedencia, entre otros, mismos que serán descritos en el siguiente apartado. B) Un análisis Interseccional de la violencia contra las mujeres Se ha establecido que la interseccionalidad tiene sus orígenes en los años setenta, cuando dentro del feminismo las mujeres de color y las feministas lesbianas identificaron la desigualdad en las luchas y teorizaciones, cuestionando la validez de una generalización del género, en lo relativo a asociarlo con una raza, una clase, etnicidad u orientación sexual. Ya que si el género es observado solamente desde estos aspectos que sólo beneficiaría a un sector de mujeres blancas, heterosexuales y de clase media, quienes estarían siendo oprimidas por el hecho de ser mujeres, 83 dejando de lado el resto de la problemática que se presenta para otros colectivos como eran las mujeres negras, lesbianas, o como lo son, en el caso que nos ocupa, las mujeres migrantes. Kimberlé Crenshaw determinó que la interseccionalidad es un “sistema complejo de estructuras de opresión que son múltiples y simultáneas. Este tipo de subordinación se produce cuando un factor de discriminación interactúa con otros mecanismos de opresión ya existentes, creando una nueva dimensión de desempoderamiento” (Crenshaw, 1994; citada por Vega, 2014). Sin embargo, autoras como Davis agregan a esta definición factores específicos como lo son la interacción entre género, raza y otras categorías presentes en la vidas individuales, en las prácticas sociales, en los acuerdos institucionales, así como en las ideologías culturales, estableciendo que estas interacciones van a establecer el poder que tiene un determinado colectivo (Davis, 2008; citada por Vega, 2014). Andrea Vega retoma la clasificación que hace Weber (1998) sobre los seis aspectos presentes en las violencias y por tanto en la interseccionalidad, estos aspectos estipulan que las violencias son contextuales puesto que se mantiene una jerarquía y una subordinación que va a variar de acuerdo al espacio y al tiempo; son socialmente construidas puesto que otorgan valores jerárquicos a conceptos y a ideas; tienen sistemas de relaciones de poder puesto que se habla de jerarquías de dominación y no sólo son creencias culturales, valores o costumbres; son sistemas macro, socialmente estructurales, y micro, personalmente psicológicos; son imágenes sociales que se proyectan en la individualidad; y son expresados de forma simultánea, a través de ejes de desigualdad sumatorios. Estudios contemporáneos como los de McCall establecen que la interseccionalidad es la mayor aportación a la teoría social y al análisis de la complejidad de las relaciones sociales que relacionen los estudios de la mujer con otras disciplinas. Haciendo una clasificación de los estudios de la interseccionalidad en tres categorías: -Anticategóricos: deconstrucción de las categorías, porque las relaciones sociales son irreductiblemente complejas - Intracategóricos: su objetivo es analizar los grupos sociales que se encuentran en los límites de las categorías, las mismas que han hecho que estos grupos sean invisibles. - Intercategóricos: Su objetivo es analizar las relaciones de desigualdad entre los grupos sociales en todas sus múltiples dimensiones, categoría en la que estaría incluido este estudio (McCall, 2005; citado por Vega 2014). 84 Por su parte Parella (2010) habla de una internacionalización del trabajo reproductivo, la cual se da por la marcada tendencia de inserción de las mujeres al mercado laboral22, a una tradicional delegación hacia la mujer de las tareas reproductivas, al aumento de familias en que la jefatura del hogar recae en la mujer y en muchos países desarrollados, también se debe al envejecimiento de la población local, la cual requiere tener cuidados, que comúnmente no son desempeñados por mujeres de las sociedades de acogida, puesto que estas aspiran a mejores oportunidades laborales. Al hablar de mujeres migrantes no podemos obviar aspectos como la etnia, clase y género, factores que podrán generar discriminación que van a derivar en una interseccionalidad de la violencia. Al hablar de mujeres migrantes es menester especificar que la interacción del mercado de trabajo de las políticas migratorias, genera políticas que conciben a las migrantes desde la pasividad. La desigualdad en base a la etnia, clase y situación migratoria de las mujeres nativas del país de destino y de las mujeres inmigrantes fragmenta una identidad común (Gregorio, 1998). Si bien es cierto que todas las mujeres son víctimas de una opresión generada por el sistema patriarcal y los sistemas sexo- género; también lo es que hay muchas mujeres que deben vivir estos procesos de manera acentuada. No solo la contradicción de capital- trabajo, etnia y el sistema de género van a influir en la construcción identitaria de las mujeres, también tendrán lugar las desigualdades generadas en base a preferencias sexuales, la edad, la religión y las discapacidades (Pavón, 2014). Si bien es cierto también que los hombres pueden ser sujetos de opresiones debido a su etnia y clase, también lo es el que los hombres siguen, sean víctimas o no, ejerciendo poder sobre las mujeres. La etnia supone una fragmentación de la mujer y permite explicar la desigualdad entre mujeres, así como la desigualdad en la distribución de los recursos en una sociedad y en un contexto histórico determinado (Parella, 2005). Al hablar de etnia también hablamos de identidad, pero también de la capacidad que se tiene de reflejar los cambios que generen en la cultura y de la movilidad geográfica de las personas en el mundo (Wade, 1997). Las mujeres migrantes se enfrentan a serios problema para conciliar la vida familiar y laboral, esto por los nichos laborales que ocupan, a que los ingresos que reciben son pocos y aun cuando son 22 No solo se puede hablar de que estamos ante una inminente feminización de las migraciones, sino que estas migraciones están llegando a constituir una feminización de la pobreza, esto debido a que las mujeres migrantes se incorporan en su mayoría en empleos inmersos en la economía informal (Adelantado y Moreno, 2005) 85 pocos, estos deben ser divididos entre la sociedad de origen y de destino, a la falta de una red familiar que amortigüe la situación de vulnerabilidad (Brullet y Parella, 2005). Tanto la discriminación, como la segregación son dos formas concretas de expresar racismo y aluden a la idea de separar, distinguir o diferenciar una cosa de otra. Socioculturalmente, ambos conceptos se relacionan con el trato de inferioridad que se da a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos o políticos. Según Wieviorka (1992), ambos conceptos se distinguen en que, por un lado, la segregación “mantiene al grupo racializado a distancia y le reserva espacios propios, que únicamente pueden abandonar en determinadas condiciones, más o menos restrictivas”; en cambio la discriminación “le impone un trato diferenciado en diversos ámbitos de la vida social, en la que el participa de una manera que puede llegar a humillarlo”. El racismo y la discriminación étnica, son por tanto, formas específicas y extremas de discriminación y segregación que se expresan de distintas maneras entre sujetos y grupos sociales, a través de mecanismos simbólicos y acciones concretas o como políticas sistemáticas y oficiales de Estados o Gobierno. La discriminación racial y étnica opera a través de un conjunto de mecanismos sociales y culturales, uno de ellos es el prejuicio. Según Giddens (1991), el prejuicio “se refiere a las opiniones o a las actitudes mantenidas por los miembros de un grupo respecto a los de otros, mientras que la discriminación alude a la conducta real hacia ellos. El prejuicio implica sostener puntos de vista preconcebidos sobre un individuo o un grupo, basados con frecuencia en habladurías más que sobre pruebas directas, perspectivas que son reacias al cambio incluso frente a nuevas informaciones”. Frecuentemente las mujeres migrantes se ven sobre representadas en las estadísticas de maltrato, esto se debe en gran medida a la doble vulnerabilidad ya mencionada, atribuida a ser mujer y ser migrante, lo que se acentúa si se trata de migrantes irregulares. La migración irregular es una realidad constante. Aunado a lo anterior y considerando, como ya se ha establecido, que la violencia de género es un fenómeno estructural y como tal, afecta a todas las sociedades del mundo. En las últimas décadas se han vivido importantes avances en la atención de la violencia de género, esto se debió a que esta realidad comenzó a ser visible para la sociedad y las autoridades de los Estados, lo que ha promovido una adecuación en los marcos jurídicos internacionales y de diversos países, promoviendo así la denuncia pública, sobre todo de casos vinculados a los malos tratos en el 86 ámbito de pareja, a fin de buscar la disminución y la erradicación de dicha violencia. Sin embargo, el colectivo de mujeres migrantes aún se encuentra poco beneficiado de estos avances legales, ya que es una población susceptible de sufrir de manera directa la violencia de género, debido a la exclusión social de la que son sujetas, así como a factores propios de su condición migratoria, como lo son las diferencias culturales que presentan con la sociedad de acogida y el proyecto migratorio con el que viajan, aspectos que muchas veces se dejan de lado en la intervención directa de los actores sociales y jurídicos que trabajan con las migrantes, lo que genera una violencia institucional, ya que la atención otorgada no responde a las necesidades de la migrante e incluso se sigue interviniendo desde los criterios de atención al tradicional proyecto migratorio masculino. Con esto me refiero, a que muchas veces se les encierra en bloques a las mujeres migrantes, lo cual es un problema ya que se deben romper los estereotipos que sobre migrantes existen, toda vez que primero, al hablar de mujeres migrantes hablamos de mujeres de distintas nacionalidades, y aun cuando se trabaja con migrantes procedentes de un mismo país, cada una procede de una región distinta, tiene motivos específicos que anteceden y encierran su proceso migratorio como lo son los recursos personales, sociales y económicos con que cuenta para iniciar el proceso y cada una cuenta con un proyecto migratorio distinto, que la hará reaccionar de una u otra manera ante los retos y obstáculos que se le presenten. También es importante señalar que otro grupo al que se le debe brindar atención oportuna es al colectivo migrante LGBTQ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y/o queer), quienes son objeto de exclusión y discriminación debido a sus preferencias sexuales. Este grupo de migrantes constantemente son intimidados y acosados sexualmente por las autoridades migratorias, tanto del país de origen como del de destino. Incluso, en el caso de la comunidad LGBTQ, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha expuesto su preocupación por los casos de violencia y trato inhumano que se aplica contra este colectivo, manifiesta que las personas LGBTQ privadas de su libertad enfrentan un riesgo mayor de violencia sexual y otros tipos de violencia y discriminación, tanto por internos como por el personal de seguridad, acrecentando así la discriminación que sufren (OEA, 2014). Entonces, la interseccionalidad nos permite ver las complejidades y contradicciones que existen en la sociedad y que al ser dinámicas van a ir afectando la operatividad de la realidad social y política. A continuación vamos a hablar de las políticas públicas interseccionales, que son las 87 herramientas necesarias para combatir esta discriminación y desigualdad que existen en la sociedad 1.4 Interseccionalidad en las políticas públicas Empezaremos por establecer que las políticas públicas de igualdad son definidas como el conjunto de decisiones, objetivos y medidas que serán implementados por las instituciones públicas con la finalidad de fomentar la igualdad entre mujeres y hombres, en sus contextos políticos, culturales, sociales y económicos (Bustelo y Lombardo, 2007). Estas autoras refieren de manera acertada que la desigualdad de género es un problema político polémico y complejo, pero ante esto, encontramos que las políticas públicas son la herramienta que tienen los gobiernos para construir los medios que puedan dotar de justicia e igualdad a la sociedad. Sin embargo, muchas veces nos encontramos ante políticas públicas fallidas ya que cuestiones como la identificación del problema, el diseño de la política o la evaluación de estas no son claros, por lo que las políticas no llegan de manera directa a la sociedad y por tanto no se cumple con el cometido que tienen en un origen. El estudio y el análisis de las políticas públicas están en constante transformación, puesto que responde a procesos políticos, económicos y culturales. Actualmente las políticas públicas requieren combatir el reto de la interseccionalidad a fin de poder erradicar la discriminación y la desigualdad en la sociedad. Por lo tanto, las políticas públicas vigentes no pueden dejar de lado que las mujeres no somos un grupo homogéneo, pero buscamos igualdad desde nuestras propias identidades y diferencias. Por lo tanto, las políticas públicas que actualmente se requieren deben ser integrales, ya que por una parte necesitan cubrir las diferencias interseccionales en donde convergen las discriminaciones, desde el género, la orientación sexual, la etnia, clase, raza, religión, juventud, entre otras; pero por otra parte, también requieren ser políticas públicas transversales que utilicen de manera eficaz los recursos con los que cuentan los gobiernos y los organismos internacionales. De acuerdo a Chiarotti (2011) transversalizar la perspectiva de género implica valorar las implicaciones tanto de las leyes, las políticas o los programas, en todas las áreas y en todos los niveles, de tal manera que las preocupaciones y experiencias de la sociedad, sean parte integrante en la elaboración, puesta en marcha, control y evaluación de las políticas y de los programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales, a fin de combatir de manera real la desigualdad de la cual son objeto las mujeres. 88 Barreré (2010) expone que la integración transversal de la perspectiva de género y el mainstreaming de género se incorpora a la agenda internacional ya que en el año 1995, en la ya citada Cuarta Conferencia Mundial Sobre la Mujer, celebrada en Beijing, pues en el párrafo 32 de la misma hay una declaración de los gobiernos participantes por medio de la cual adquieren el compromiso de “Asegurar la igualdad en todos los derechos humanos y libertades fundamentales de todas las mujeres y niñas que encuentren barreras para su empoderamiento basadas en factores derivados de su raza, edad, idioma, origen étnico, cultura, religión o discapacidad o por ser población indígena”. Además esta Declaración también contempla las barreras a las que se enfrentan las mujeres que son madres solteras, a las barreras que surgen por vivir en áreas aisladas o empobrecidas, pero también contempla las discriminaciones y violaciones a los derechos de las mujeres refugiadas, desplazadas, inmigrantes y migrantes, así como a las violencias contra las mujeres en todas sus formas. Siguiendo las investigaciones de Barreré (2010), el mainstreaming de género introduce la perspectiva de género en las políticas públicas y esto se da tanto de una forma transversal como principal, es decir, que todas las políticas públicas deben contar con una perspectiva de género. Pero para esto se pueda llevar a la práctica de una manera efectiva, coincido con la autora cuando especifica que es indispensable que el personal de las administraciones públicas esté capacitado en estudios de género, lo cual debe hacerse de manera paulatina, a fin de lograr un cambio que ayude a cambiar los patrones culturales y sociales de los roles y relaciones de género y que no sólo se busca en las instituciones públicas, sino también en las escuelas y en los medios de comunicación y en la vida diaria de nuestras sociedades. Y esto es así ya que no sólo podemos hablar de una desigualdad que se va a combatir a través de las políticas públicas, sino que se trata de incorporar la atención de la igualdad de género de manera transversal. Esto es de suma importancia ya que constantemente se pueden identificar programas de atención a las mujeres que están sectorizados y que incluso no cuentan con coordinación entre ellos, por lo que lejos de facilitar una atención y apoyo a las mujeres, se les hace recorrer un camino difícil y pleno de revitimización para lograr tener acceso a los servicios. Luego entonces, parece ser indispensable el tener condiciones institucionales que permitan diseñar e implementar políticas, planes, programas y acciones contra la violencia patriarcal (Valdivia, 2012). Además, estas políticas de combate a las violencias contra la mujeres desde un ámbito interdisciplinario permitirá la comprensión de las redes de poder que nos rodean (Lykke, 2010). 89 Como lo plantea Casique (Casique, 2008; citado por Vega, 2014) si desde la administración pública se busca un empoderamiento de las mujeres, que les proporcioné acceso y control a oportunidades y recursos que les permitan tomar decisiones informadas y por ende que puedan adquirir control sobre sus propias vidas, entonces podemos hablar de políticas públicas aptas para solucionar realidades, bajo el análisis de las diversas complejidades interseccionales de las mujeres sujetas de atención, ya que se va a lograr así un empoderamiento que va a mejorar la vida de las mujeres y de quienes compartan su entorno. 1.4.1 Empoderamiento de la mujer La implicación de las políticas públicas en el empoderamiento de las mujeres tiene un fundamento y es que a mayor empoderamiento de las mujeres, menor es el riesgo de sufrir violencia (Castro, 2016). El pleno desarrollo de las personas es una cuestión de respeto de derechos humanos, una garantía que cada quien tenemos por el solo hecho de haber nacido. Sin embargo, esto no puede ser una realidad si el desarrollo personal, profesional, económico y familiar, sigue estando ligado a las cuestiones de género, que permiten que las mujeres engrosen los índices de pobreza de las poblaciones mundiales. Los modelos de desarrollo adoptados por los gobiernos han relegado a las mujeres, obligándolas en muchos casos, a depender de los hombres y de su fuerza de trabajo, no obstante ello, debido a los cambios históricos, sociales y culturales que se han registrado a nivel mundial y que han influido en la forma de vida de las poblaciones transnacionales, este desarrollo ha debido ser buscado por las mujeres de distintas maneras. El sexo femenino se ha visto obligado a emplear las oportunidades que se les han dado para tener un desarrollo de recursos y de poder, creado bajo sus propias condiciones y bajo su propio contexto, lo que se traduce en una autonomía y autodeterminación que es el empoderamiento de cada mujer y que va a venir a cuestionar las relaciones de género establecidas. Sin embargo, esto también debe ser otorgado y avalado por los gobiernos, de tal manera que las políticas públicas y los programas gubernamentales que se formulen, contemplen como fin la igualdad entre hombres y mujeres, y por tanto un empoderamiento colectivo de las mujeres (Vega, 2014) Las primeras aportaciones teóricas y académicas respecto al tema del empoderamiento surgen en la década de los ochenta, como resultado de los movimientos feministas. La aparición de este 90 término ha estado relacionado por una parte a la integración de las mujeres al mercado laboral y por otra parte, al ya citado cambio en las relaciones de género en los distintos ámbitos de la vida de las mujeres, lo que ha producido un cambio en su autoestima, confianza y desenvolvimiento de habilidades y capacidades, que se verán directamente relacionadas con su libertad de tomar decisiones (Charlier y Caubergs, 2007). De manera oficial, el termino empoderamiento se adopta en 1995, en la conferencia de Pekín, en donde se le considera una clave de desarrollo que servirá para dotar a las mujeres de igualdad en todas las esferas sociales y en sus decisiones, permitiendo su acceso al poder, al desarrollo y fomentando la paz. Luego entonces, si el empoderamiento contempla las capacidades individuales y colectivas que permitirán tomar las oportunidades necesarias para producir un cambio en su entorno individual y colectivo, que impacte tanto en el proyecto de vida, como en la justicia social. Para esto, siguiendo el trabajo de Charlier y Caubergs (2007), se deben tener en cuenta los aspectos del empoderamiento, que son el tener, saber/ saber-hacer, querer y poder. Tener, relativo al poder económico o de posesión de tierras, ingresos, herramientas, tecnologías, acceso a una mejor salud, a servicios de información, de capacitación y de mejora en el empleo del tiempo. Saber, relativo al conocimiento o competencias tanto prácticas como intelectuales que permiten fortalecer las oportunidades ya sean a nivel individual o de la comunidad. Aquí se contempla el liderazgo, el procedimiento y el desarrollo de las capacidades de análisis crítico y de razonamiento. Saber-hacer, relativo a la importancia de la aplicación de los conocimientos, y poder traducirlos en acciones o recursos. Querer, relativo al poder interior, la fuerza psicológica o el poder espiritual, son los valores, los miedos, la confianza en sí mismo y voluntad de decidir sobre el futuro. Es el realizarse en su propio proyecto personal y en las necesidades de su comunidad. Para el aspecto del querer será determinante el estado de ánimo y como se utiliza con los demás. Poder, relativo a la posibilidad que se tiene de tomar decisiones, ya sea para sí o de manera comunitaria, y tener libertad en sus actos, de asumir responsabilidades y de utilizar los otros elementos de tener, saber y querer. Estos factores estarán ligados entre sí en la sociedad, puesta que por una parte puede ser desarrollados en el ámbito familiar, como lo es el aspecto de la confianza en sí misma, pero por 91 otra parte, aspectos como la posibilidad de organización y de poder social son determinados por el Estado, pero a la vez la organización social permite influir en las instituciones sociales y mejorarlas. Estos aspectos serán analizados y vinculados con la práctica de las mujeres migrantes tanto desde una perspectiva de la migración en general, como en las acciones realizadas por la VAIM, lo cual será abordado en los capítulos tercero y cuarto de este documento. 92 93 CAPÍTULO II MÉXICO MIGRANTE “No todas las costumbres son buenas, hay unas que son malas… las mujeres tienen que decir cuáles costumbres son buenas y deben respetarse y cuáles son malas y deben olvidarse” (Palomo et al., 1999) Este capítulo aborda el estudio de la migración internacional de México como herramienta para conocer el contexto de salida de las mujeres migrantes mexicanas. Considerando, como ya lo hemos establecido en el capítulo anterior, la que migración es un fenómeno histórico que obedece a distintas causas y que se encuentra en constante cambio de acuerdo a los factores políticos, culturales, sociales e históricos, se plantea su estudio desde una perspectiva de género, que se alinea con la figura de las mujeres en la sociedad mexicana y con los estereotipos de género que han recaído sobre las mismas. Se trata de analizar el contexto social de las mujeres y la violencia estructural de la cual han sido objeto históricamente. De igual manera, se analizará como la globalización y la consolidación de las sociedades transnacionales han permitido el desarrollo de una nueva dinámica política, social, cultural y económica, que modifica las relaciones entre las sociedades y los estados situando de forma diferente las necesidades del migrante y sobre todo de las mujeres migrantes, quienes han cambiado el paradigma de la migración internacional. Es necesario tomar en cuenta que la globalización trajo consigo una reestructuración del mundo que agudizaron la desigualdad social, la pobreza y la exclusión. En el caso de América Latina, el final de los años ochenta y el principio de los noventa representa la apertura al comercio mundial, mediante la liberalización de su economía y a través de la integración regional, de la que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre Canadá, Estados Unidos y México es la mejor expresión (Puyana 2003). Al principio de los años noventa diversos países de América lantina van a experimentar un retroceso económico en forma de desempleo, bajos salarios y contratación de personas en trabajos no correspondientes con su cualificación, unido a la poca accesibilidad a servicios y la falta de oportunidades educativas, y en consecuencias en los países latinoamericanos llevaron al 94 surgimiento de problemas políticos, en dónde se va a exigir a los nuevos gobiernos democráticos mejoras en la calidad de vida de la población. Expresión de esta situación es el surgimiento en México de movimientos armados y de liberación nacional, como lo fue el movimiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que cuestionó la modernidad que prometía el estado mexicano mediante la firma de tratados internacionales y exigía un gobierno democrático que verdaderamente representara al pueblo y le permitiera la igualdad y la dignidad, así como la autonomía política de los pueblos indígenas23. A esta situación de inestabilidad y crisis política se le suma una escala de violencia, el abandono del campo, el bloqueo de la tecnología agropecuaria, la crisis económica, la falta de créditos, la poca infraestructura educativa y de salud, la corrupción y el narcotráfico, todo ello son factores que impulsan la migración en la búsqueda de una mejora en la calidad de vida a través de trabajo en el exterior (Correa, 2006). Ahora bien, en el caso de México, el movimiento migratorio que comparte con Estados Unidos tiene una extensa tradición histórica, que se ha desarrollado por más de 160 años y que proviene de diversas regiones del país, lo que responde a distintas aspiraciones de los y las migrantes. (Castles y Miller, 1998; Durand y Massey, 2003). 2.1 La migración mexicana hacia los Estados Unidos de América México comparte una frontera de 3,100 kilómetros de longitud con Estados Unidos, que ha sido testigo de millones de historias de hombres y mujeres que han buscado trascender los límites territoriales en busca de una vida mejor. Los factores que han generado y mantenido la migración entre ambos países son muy diversos y aun teniendo en cuenta la profunda desigualdad económica, social y cultural que existe entre ambos países estos factores se han ido modificando con el transcurso del tiempo. Por ello, siguiendo a Durand y Massey (2003) que afirman la necesidad de estudiar la migración internacional a partir del contexto histórico que la genera, vamos a empezar 23El Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) es una organización mexicana de carácter político y en sus inicios también tuvo una estructura militar libertaria de guerrilla. Las bases de esta organización son el marxismo, zapatismo y el socialismo libertario. Su lucha se establece por la exigencia del trabajo, la tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz, lo cual se habría de conseguir a través de la formación de un gobierno libre y democrático. Este movimiento se dio a conocer en Chiapas, México, el 1 de enero de 1994, el mismo día en que entraba en vigor el TLCAN. Y no obstante que este movimiento tenía su base en el Estado de Chiapas, fue un movimiento que contagio a todo México e incluso a Latinoamérica en su exigencia de la democracia participativa (Declaración de la Selva Lacandona, 1993). 95 la recapitulación del fenómeno migratorio entre estos dos países, citando los factores históricos, socioculturales y económicos que la han generado. 2.1.1 Factores históricos El origen de la migración de las y los mexicanos hacia Estados Unidos se remonta al siglo pasado, cuando en 1837 se da la secesión de Texas24 y más tarde, cuando en el periodo comprendido entre 1846 y 1847 México pierde la guerra con los Estados Unidos de América y bajo el marco del Tratado de Guadalupe-Hidalgo le son retirados los territorios de Texas, Nuevo México y la Alta California. La finalidad de la firma de este tratado era el compromiso de Estados Unidos de respetar y proteger los derechos de los mexicanos en los nuevos territorios adquiridos, lo cual no fue cumplido, puesto que sus bienes fueron expropiados de manera irregular y comenzó a haber una violencia y desigualdad en contra de esta población (Nevins, 1963; citado por Magliano, 2005). Los primeros registros de la migración mexicana hacia Estados Unidos se caracterizan por el enganche como contratación de mano de obra privada, la migración familiar y la concentración de la población mexicana en Texas; pues los denominados enganchadores viajaban al centro y occidente de México con el fin de reclutar trabajadores para las tareas de construcción de ferrocarriles y para la agricultura (Durand, 2000; citado por Magliano 2005). A finales del siglo XIX se verá intensificada esta migración debido a la crisis agrícola que sufrió México durante el gobierno de Porfirio Díaz. El sector agrícola dejo de ser productivo y por tanto desaparecieron empleos y los campesinos fueron despojados de sus tierras, obligándolos a buscar en Estados Unidos el trabajo que su país no les ofrecía. Además, entre 1877 y 1911 comenzó a desarrollarse la construcción de infraestructura ferroviaria lo que abrió la puerta de empleo a varios trabajadores mexicanos. En esta época la mano de obra mexicana se volvió indispensable por ser barata, esto tuvo gran impacto tanto para la industria ferrocarrilera, en dónde a principios del siglo XX los mexicanos representaban el mayor número de trabajadores del sector, como para la industria minera y los campos agrícolas, destacando en gran medida los campos de algodón. De 24 La guerra de independencia de Texas que se dio entre México y las provincias texanas se inició el 2 de octubre de 1835 y finalizó el 21 de abril de 1836. Esta guerra surge cuando el Presidente de México Antonio López de Santa Anna establece una Constitución Centralista en 1835, dejando sin efecto la Constitución federal de 1824. Tras una serie de batallas los texanos lograron apresar al Presidente Santa Anna y estando este prisionero firma el tratado de Velasco que reconocía la independencia de Texas y establecía como frontera natural al Río Bravo (Barr, 1990). 96 acuerdo a Mercado y Palmerín (2009) los trabajadores mexicanos trabajaron en minas en Colorado y Nuevo México, bajo pésimas condiciones laborales ya que eran los peor pagados y realizaban trabajos peligrosos y sucios. La migración mexicana nuevamente se vuelve a intensificar por el clima de tensión e inestabilidad política, económica y social que se vivía en México durante los años de 1910 y 1911, los cuales enmarcan la Revolución Mexicana, que fue un movimiento armado que sacudió al país entero y que deja a la sociedad mexicana en un marco de pobreza y precariedad. Para 1917, el flujo migratorio presentó una disminución radical cuando Venustiano Carranza toma el poder en México y se promulga la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (Mercado y Palmerín, 2009). Aunado a los procesos históricos, encontramos que para Estados Unidos, la mano de obra mexicana ha sido necesaria por ser barata y porque durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, los migrantes tomaron los trabajos que dejaron quienes estaban en el frente de batalla. Era tan alta la demanda de trabajadores durante la I Guerra Mundial que el gobierno norteamericano aceptó contratar setenta mil trabajadores mexicanos bajo el “programa bracero”25 y para 1917 fueron requeridos más trabajadores mexicanos para ocuparse de la reparación y mantenimiento del sistema ferroviario. Siguiendo las investigaciones de Mercado y Palmerin (2009), para 1920 comienza a regularse la migración por parte del gobierno mexicano, ya que estando como Presidente Alvaro Obregon, estipula que para proteger a los migrantes sería indispensable que todo trabajador migrante contara con un contrato firmado por su empleador norteamericano, en el cual se estipulaba que el migrante podía llevar a su familia a Estados Unidos durante la vigencia de su contrato, así como las horas y el trabajo a desempeñar. No obstante esta regulación los migrantes seguían siendo objeto de vejaciones por parte de los empleadores norteamericanos. Y en 1924 se crea la “Border Patrol” o patrulla fronteriza, cuya misión era regular la entrada de los inmigrantes a los Estados Unidos, dándoles una calidad de delincuentes por no tener una situación migratoria regularizada e iniciando las expulsiones de 25 El bracero es el trabajador agrario mexicano contratado por medio del Programa de Trabajadores Temporales conocido como “bracero”, el cual era un programa binacional entre el gobierno mexicano y el de los Estados Unidos de América, administrado por este último y que buscaba, a través de contrato de mano de obra a corto plazo, cubrir el trabajo agrícola y de reparación del sistema ferroviario que estaba vacante. 97 migrantes del país bajo un trato de criminales, por esa falta administrativa, una situación que va a incrementar la discriminación laboral y racial hacia los mexicanos. En general, los flujos migratorios van a crecer y descender en base a acontecimientos suscitados en México. La Guerra o Revolución Cristera que comprendió de 1926 a 1929 hizo que la migración volviera a ser mayor, volviendo a disminuir con el gobierno de Lázaro Cárdenas que otorgó estabilidad y desarrollo al agrarismo en México. Y cuando el mandato de Lázaro Cárdenas se aplica el modelo de crecimiento basado en la industrialización de importaciones o sustitución de importaciones, es decir, que México comenzó a producir o fabricar los productos que importaba, en el momento en que las principales potencias mundiales se encontraban sumergidas en una crisis económica y política, la modernización por la industrialización del Estado que es capaz de construir su mercado interno y de proveer bienes y servicios, propicia un incremento de la urbanización y de las clases medias (Correa, 2006). Posteriormente con la Segunda Guerra Mundial se genera otro incremento en las migraciones de mexicanos y mexicanas, debido a que la mano de obra volvió a ser necesaria en campos, minas e industrias, siendo contratados legalmente para desempeñar esos trabajos. Sin embargo, el ciclo terminó durante el gobierno del Presidente Kennedy en el año de 1964, cuando las y los migrantes volvieron a convertirse en ilegales e indeseados. Y es que al ser la migración una fuerza transformadora, generadora de cambios sociales, tanto en el país de origen como de destino, ya que los procesos de aculturación son inevitables, por lo que los gobiernos tendrán que crear políticas públicas que controlen entre otras cosas, la xenofobia y el nativismo de los residentes establecidos, al considerar a los extranjeros como una amenaza cultural o económica (Portes & Rumbaut, 2010). Atendiendo a estos factores, las investigaciones de Massey y Arango han establecido que de acuerdo a las cifras concentradas por los servicios de inmigración y naturalización de los Estados Unidos (Immigration and Naturalization Service INS) entre 1940 y 1942 aproximadamente 1,2 millones de mexicanos fueron aceptados en los Estados Unidos de América como migrantes legales, a otros 4,6 millones de mexicanos se les contrató temporalmente y son conocidos con el nombre de braceros, abarcando esta época el periodo entre 1942 a 1964 (Massey y Arango, 1998). Otra cantidad aproximada de 4 millones de mexicanos, ingresaron a los Estados Unidos de América sin documentos, durante la denominada fase de los indocumentados, abarcando los años de 1964 a 1986; lo que tiempo después generó una cuantiosa legalización bajo la Ley de Reforma 98 y Control de la Inmigración (IRCA)26 en 1987 (CONAPO, 2013). Es transcendental resaltar que de acuerdo a los estudios de Arias (2009, 2013), en esta etapa los migrantes de comunidades rurales del occidente de México empiezan a descubrir los beneficios que conllevaba que sus hijas e hijos nacieran en el país de acogida, ya que ellas y ellos podrían regresar a trabajar a ese país. En esa época se señala el inicio de un flujo de mujeres migrantes que iban y venían o se establecían en Estados Unidos durante su embarazo y alumbramiento. Así, el hombre iba previendo las condiciones para que sus hijos siguieran sus pasos, pero con un camino más sencillo. Este proceso fue otro detonante para que se registrara una ampliación en las comunidades mexicanas al otro lado de la frontera. Es importante señalar que para inicio de los años ochenta se presentó en el país una fuerte devaluación de la moneda, esta crisis cambiaria y la caída en los precios del petróleo desencadenan la denominada Crisis de la Deuda, que arruina a los mayores países latinoamericanos. Desencadenada por el impago de la deuda de México, el gobierno mexicano pacta con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial los cambios en la estructura económica del país, dando fin a la sustitución de importaciones e inicio al periodo de liberalización comercial. Junto a ello se introducen las reducciones que en el gasto público, el despido de empleados públicos, el aumento de los impuestos, la disminución de salarios y, en general, todas las medidas que pretendían reducir la inflación, el déficit fiscal y el pago de la deuda externa. La denominada modernización por las políticas de ajuste estructural y la apertura comercial y de capital internacional, desregulación económica y privatización de propiedades públicas, impacta negativamente sobre la población detonando un nuevo ciclo de la migración de mexicanos hacia el vecino país del norte. De acuerdo a los datos expuestos por el INS para 1990 la población de mexicanos radicados en los Estados Unidos representaba el 6% de la población total de dicho país (Massey y Arango, 1998), mientras que para 2015, de acuerdo a lo estimado por el Pew Research Center se estima que alrededor de 55 millones de latinos viven en los Estados Unidos de América, de los cuales 35 millones son mexicanos, representando un 63% de la población latina residente en ese país (Stepler y López, 2016). 26 La Ley de Reforma y Control de la Inmigración (Immigration Reform and Control Act) de 1986, intensificó las medidas de los Estados Unidos para disuadir la inmigración a través de reglamentaciones fronterizas reforzadas y sanciones para los empleadores que contratan extranjeros ilegales a sabiendas. La ley también ofreció a ciertos extranjeros ilegales elegibles la posibilidad de solicitar el estado de residente temporal. 99 Además, es importante destacar el gran cambio en cuestión de seguridad migratoria que trajeron los años noventa, en esta década el Departamento de Justicia de los Estados Unidos de América echó a andar una serie de programas de vigilancia a lo largo de la frontera, ejemplo de ellos fueron los operativos Gatekeeper, Hold the line, Safeguard, Operación Rio Grande, operativo bloqueo en el Paso, Texas, operativo escudo en Nogales y operativo Guardian en San Diego, por nombrar algunos (González, 2015), que tratan de impedir el paso de migrantes indocumentados a través de las ciudades fronterizas. Siendo esta la razón de que las rutas alternas -zonas despobladas, desérticas y canales- que han cobrado las vidas de tantas personas en los últimos años, comenzaran a ser la única opción viable para acceder a la Unión Americana. Además, estos operativos también tuvieron un efecto directo sobre el incremento de la violencia que hasta la fecha está presente en la zona fronteriza de México y de Estados Unidos, donde es común que se presenten asaltos a indocumentados, violaciones, ataques a la policía, entre otros problemas. Otro hecho histórico que ha marcado la relación migratoria entre México y Estados Unidos es que posterior a los ataques terroristas sufridos por este último país, el 11 de septiembre de 2001, se ha incrementado el número de recursos humanos y tecnológicos de seguridad en la frontera, siendo que el número de oficiales norteamericanos a lo largo de la frontera, no ha sido menor a 21,400, desde el año 2012 (Rodríguez, 2012). 2.1.2 Factores socioculturales Ya hemos visto como algunos autores sostienen que las corrientes migratorias guardan una relación causal entre el desarrollo diferencial que se da por la inserción de cada una de las naciones en el sistema capitalista, lo que hace que los países menos desarrollados sean expulsores de migrantes. Para autores como Gonnard, las corrientes migratorias se explican por la existencia de causas de atracción, que se generaban en el lugar donde se daba la demanda de trabajadores y el factor de expulsión, localizado en donde se producía la oferta de la mano de obra (Mercado y Palmerin, 2009). En un inicio la migración representaba la aspiración al denominado sueño americano, ya que contemplaba una repercusión económica sobre el migrante y su familia, toda vez que un trabajador mexicano que emigraba a los Estados Unidos podía triplicar sus ingresos, en comparación de lo que percibía en México (Cuthbert y Stevens, 1981), lo que le permitía acceder a una clase media 100 o alta en el país de origen. Otras investigaciones señalan que los factores de expulsión de migrantes en México son variables, por ejemplo, para Jenkins hay una relación entre la migración y la productividad del país de origen, es decir: si en México suben los salarios, los precios las mercancías, la productividad agrícola y los niveles de inversión en agricultura, entonces la migración decae (Jenkins, 1977) Sin embargo, si bien las corrientes estructurales privilegiaron los factores de expulsión y atracción (Push-pull) como motivos elementales de la migración, estas no lograron explicar la totalidad del fenómeno, puesto que se ha ignorado la parte de la acción humana, toda vez que en la actualidad las migraciones de las y los mexicanos a los Estados Unidos no solo obedecen a factores económicos, también son propiciados por una migración cultural/sistémica, es decir: el o la migrante pretende seguir los pasos de familiares, amigos o miembros de su población, que han encontrado en la migración una libertad para crear nuevas formas de vida. Ya que la condición para migrar puede venir condicionada por la existencia de una historia migratoria familiar y/o comunitaria, ya que así se facilita la percepción de la emigración como una de las únicas salidas válidas y viables para la solución de los problemas del entorno (Gregorio,1994). Incluso, la tradición migratoria que puede existir en un país, va a verse reflejado en la infraestructura y trámites que faciliten el proceso migratorio, como es el caso de la disponibilidad de transporte, documentación, prestamos, entre otros (Zarco, Díaz, Martín, Ardid y Rodríguez, 2002). Las migraciones actuales también obedecen a causas que atañen a la seguridad pública, ya que en México la situación de violencia intensificada a partir del año 2006, en dónde el crimen organizado y el narcotráfico han creado un ambiente de inseguridad y peligro en diversos lugares de la República mexicana, ha orillado a muchas y muchos migrantes a buscar paz y estabilidad fuera de su país. Un reflejo de esta situación se encuentra en el mayor número de permisos de asilo político que han sido solicitados en la frontera norte de México, estando entre las causas: el Temor razonable de persecución en su país a causa de su raza, nacionalidad o por pertenecer a un grupo social especial, o por su opinión política27. Además, de acuerdo a los datos expuesto por ACNUR, entre 1994 y 1999 se recibieron un aproximado de 450 solicitudes de asilo político, sin embargo, para el 2014 se presentaron más de 33,000 solicitudes (Cancino, 2016). 27 La diferencia entre el asilo y el refugio radica en que el asilo se pide estando en los Estados Unidos y el refugio opera desde el país de origen de quien lo solicita (Cancino, 2016) 101 Tal como refiere Castles (2006) las y los migrantes reaccionan a estímulos no sólo del mercado y normativas políticas sino también a factores sociales y culturales, ya que buscan mejoras para ellas y ellos y sus familias y comunidades, creándose así los procesos migratorios. Además, inmersa en las situaciones descritas, encontramos el fenómeno de la feminización de los flujos migratorios en América Latina y específicamente en México, los cuales se abordarán en el siguiente capítulo de forma específica. 2.1.3 Factores económicos Para entender el inicio y la evolución de los flujos migratorios resulta fundamental analizar los cambios históricos suscitados en el país que tuvieron un impacto directo en la economía de la población mexicana. Las reformas agrarias que se dieron en base a la Revolución Mexicana impulsaron un modelo económico que favorecían el desarrollo del capitalismo, pero se olvidó de modificar la propiedad de la tierra, por lo que la distribución en el país no era equitativa. Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, la economía mexicana había comenzado a ser prospera, esto se debió en gran medida a la política de sustitución de importaciones, la cual ya ha sido mencionada en este capítulo, sin embargo, en los años ochenta comienzan a darse cambios en el país buscando su modernización y su adecuación a la globalización mundial. En México se comienza a vivir una crisis económica a finales de los años setenta y principios de los ochenta, lo que hace que cientos de mexicanos busquen una solución a esta crisis a través de la migración hacia Estados Unidos, pues el empleo en México comienza a desparecer, los salarios eran cada vez más bajos, el valor de la moneda produjo una grave inflación y aumento en el costo de los productos de la canasta básica. Si bien, el auge petrolero le dio un respiro al país en 1978, pues atrajo la inversión pública, desarrollándose también los servicios turísticos y la urbanización, la realidad es que este duro poco ya que el precio del petróleo volvió a caer y para 1982, el país aún no se encontraba recuperado de la crisis económica cuando se viene otro desajusté o crisis que agravó marcadamente las condiciones de desigualdad social, concentrando las riquezas en unos cuantos privilegiados y desatando un aumento en los índices de criminalidad. Estos años representan el inicio de una crisis económica permanente en México que no ha cesado (Jiménez, 2006) 102 Durante estos años México implemento una política de integración regional, buscando alianzas comerciales con diversos países, organismos e instancias económicas internacionales, a fin de impulsar la liberación comercial y el intercambio, sin embargo los internacionalistas exponen que estas alianzas neoliberales debilitaron al Estado, pues le otorgaron un mayor poder a la iniciativa privada tanto nacional como extranjera, poder que fue restado al gobierno del país. Además de que esta tendencia a la regionalización representó una oportunidad para Estados Unidos de integrar a los países en desarrollo a su economía, ejemplo de ello es el TLCAN, el cual muestra su inequidad ya que no se incorporan al mismo las regulaciones que México requería para sus migrantes en materia laboral (Saxe, 1999; Hernández, 2001; Hernández y Velázquez, 2003). Para los años noventa el capital extranjero tiene una apertura tan grande en el país que la banca mexicana pasa a estar prácticamente bajo su dominio. Además, las reformas económicas y legales permitieron la desregularización de empresas del sector público como la petroquímica, las telecomunicaciones, el transporte, la electricidad y el gas, con la finalidad de aumentar la productividad pero a costa de permitir su privatización y entrega a empresas transnacionales que se han visto beneficiadas. Por otra parte, durante esta década México va a ser un exportador de hortalizas, frutas y flores, sin embargo, aun cuando es productor de cereales, frijol, sorgo, granos y maíz, esta producción no es suficiente, por lo que debe importar arroz, maíz y sorgo, para cubrir su demanda interna de alimentos, por lo que el campo se ve reducido y las políticas de apoyo a este son limitadas (Rubio, 1994; citado por Correa, 2006). Lo más relevante de estas empresas es que siendo grandes empresas transnacionales tienen bajo su mando a pequeñas y medianas empresas con quien tienen una subcontratación de dominio ya sea financiero o de carácter tecnológico, de tal manera que los costos se reducen, se aprovechan los insumos de los gobiernos y ahorran en mano de obra (Castells, 2001). Para México este cambio en la apertura comercial representó el desmoronamiento de las pequeñas empresas. Mientras por una parte las empresas de capital extranjero crecían y tenían desarrollos tecnológicos, otras tantas empresas comenzaron a reportar números rojos y perdidas en el mercado y la consecuencia de esto fue la desindustrialización, lo que llevó a empleados y empresarios a refugiarse en el empleo informal (Rueda, 1998, Benería y Roldán, 1992; citados por Correa, 2006) 103 Una de las industrias que mayor éxito tuvo en México fue la maquila28, Las maquilas son empresas de capital extranjero. En el caso de México, la mayoría de estas maquilas se instalaron en la frontera norte y cuentan con una inversión principalmente norteamericana, cabe señalar que las maquilas se encuentran también en diversos estados del centro de la República Mexicana. La maquila es relevante ya que se pensó como una solución de empleo para los migrantes que regresaban deportados de los Estados Unidos, aunque en realidad permitió al capital extranjero, principalmente el proveniente de Estados Unidos, el abatir costos ahorrando en mano de obra, consiguiendo así una fuerza de trabajo tan fuerte que le ha permitido a empresas transnacionales mantener la competencia comercial internacional. Cabe señalar que la industria de la maquila se ha caracterizado por ser un campo de explotación a los derechos de las y los trabajadores, en dónde comúnmente las mujeres y sobre todo las mujeres migrantes, se ven sobrerrepresentadas en las contrataciones de estas empresas, pues al ser sumisas y obedientes realizan sus funciones con salarios mínimos y en condiciones desfavorables. Aunado a esto, este modelo de producción tiene una relación directa con la violación a los derechos de las mujeres, tanto laborales como físicos, mentales y sexuales. Luego entonces, la maquila favorece que se perpetúe la violencia de género en contra de las mujeres, pues la inseguridad representa una amenaza constante para ellas, encontrando en los feminicidios de Juárez y la impunidad que existe en México el ejemplo más claro de esta inseguridad. Estos cambios estructurales derivaron en un estado mexicano debilitado y pobre, con inmensas dificultades para plantificar un desarrollo social y para poder ofrecer un estado de bienestar a sus ciudadanos, en dónde el empleo informal comenzó a crecer de manera en que llegó un momento en que no fue posible regularizarlo. Durante esta época la migración otorgó la posibilidad de obtener bienes materiales y recursos a los mexicanos que desde el extranjero enviaban remesas a 28 En México la empresa maquiladora ha sido conocida por la contratación de fuerza de trabajo obediente, que realiza el trabajo a cambio de salarios mínimos. Diversos autores afirman que las maquiladoras han empleado mujeres jóvenes bajo el argumento de que como empleadas son más responsables, obedientes y no les gusta involucrarse con los sindicatos. Sin embargo, este modelo de producción también ha sido reconocido por la constante violación a los derechos de las mujeres, tanto laborales como físicos, mentales y sexuales. Hablar de maquilas es hablar de un contexto que favorece la violencia de género y que está vinculado a la migración y a la inserción de la mujer al trabajo. La industria de la maquila también está vinculada con la inseguridad que viven las mujeres, siendo el ejemplo más claro los feminicidios de Juárez y la impunidad que existe en México, habiendo sido el país condenado a través de la sentencia del Campo Algodonero en 2009, en dónde la Corte Interamericana de Derechos Humanos determinó que México no cumplió con su obligación de proteger a las ciudadanas de su país de abusos de lesa humanidad. Es ante estos casos en donde se acepta el término feminicidio por primera vez. El juicio fue llevado a la Corte por tres familias de tres mujeres de Ciudad Juárez, víctimas de violencia feminicida. 104 sus familias en su país de origen, ingresos económicos que incluso representaron para el gobierno mexicano un salvavidas en los momentos de mayor crisis económica, política y social en el país. Luego entonces, la población mexicana se vio seriamente afectada por los cambios del gobierno en pro de la modernización del Estado, pero estas repercusiones tendrán mayor peso en tratándose de los sectores más vulnerables, en dónde se encuentran las mujeres. 2.2 El trabajo se feminiza, pero la mujer sigue siendo pobre y vulnerable La región de Latinoamérica es conocida por una presencia significativa de la desigualdad social, que se traduce en una pobreza que ha marcado la vida de grupos vulnerables, principalmente a las mujeres por lo que se puede hablar de una feminización de la pobreza en esta región29. Añadiendo que América Latina muestra esta desigualdad ya que en base a estudios de CEPAL y Oxfam, en esta región se ha presentado un incremento en la fortuna de las elites sociales, en donde en el año el 2014 un 10% de este grupo social concentro la riqueza de la región en un 71% aproximadamente, provocando un incremento constante de la desigualdad, además se la autora expone que gran parte de esta riqueza se mantiene en el extranjero, en paraísos fiscales, por lo que los beneficios de crecimiento de América Latina se concentra en pocas personas ricas, que generan una mayor desigualdad entre los pobres y las clases medias de la región (Bárcena, 2016) Sin embargo, la desigualdad que impera en América Latina no se limita a una distribución de ingresos sino que se refiere también a una desigualdad de oportunidades, a una inequidad en educación, salud, derechos patrimoniales, empleos y a la sujeción que tienen las mujeres a una cultura patriarcal que limita su desarrollo y que las hace vulnerables ante la violencia estructural (CEPAL, 2016). Aunado a esto, la globalización y las políticas económicas que han impactado a América Latina han dejado de lado la atención a las necesidades de este sector de la población, disminuyendo el gasto social destinado a la atención de las mujeres y aumentando el desempleo femenino. Delegándoles a estas, por tradición cultural y social, el ser responsables de la reproducción que les obliga al cuidado y mantenimiento social de su entorno, es decir, cuidado de hijos, de familiares enfermos, a hacerse cargo de la educación de la familia, entre otros, lo que representa un desgaste para estas y el cumplimiento de jornadas de trabajo interminables. 29 El tema de la feminización de la pobreza en México ha sido abordado en estudios como los de García (1998); Buvinic (1990) y López y Salles (2000). 105 El cambio de la economía mundial que se ha presentado en las últimas décadas ha supuesto un modelo neoliberal en donde el trabajo reproductivo de la mujer ni siquiera es contemplado. La visión de este modelo se limita a la economía que habla de un equilibrio no permanente entre la oferta y la demanda, sin que el estado deba intervenir en su regulación, pues en este solamente el consumidor y el productor tienen cabida. Autoras como Frade afirman que este modelo no es equitativo pues no contempla las desigualdades sociales que existen en base a la clase, etnia, género y obligaciones de la reproducción social (Frade, 2001; citada por Correa, 2006), así como la diversidad que caracteriza a las mujeres y que están presentes independientemente de que pertenezcamos al mismo género. Y son estas desigualdades sociales y los limitantes de modelos económicos adoptados por los Estados, los que han hecho que las mujeres salgan a trabajar ante circunstancias desfavorables y que muchas de ellas estén inmersas en trabajos de la economía informal, en dónde no están protegidas por ninguna norma jurídica y mucho menos tienen acceso a atención médica, protección social o salarios lo suficientemente remunerados como para que puedan hacerse cargo de sus familias por sí mismas, o para que siquiera el ingreso que aportan pueda dejar de ser considerado como un ingreso secundario o complementario para la familia. Parámetros que enaltecen la vulnerabilidad de la mujer, lo responsable que es ante un empleo, la dedicación que pone en sus tareas, la disponibilidad y flexibilidad horaria y la capacidad para realizar distintas tareas, han hecho que el sistema productivo actual traspase fronteras en tratándose de servicios, la industria y en el trabajo agrícola, permitiendo que cada vez sea mayor el número de mujeres que participan en los circuitos transnacionales migratorios, para cubrir la demanda laboral que busca tener mano de obra barata, con capacidades femeninas, creándose así una nueva división internacional del trabajo, ya que los países en desarrollo proveen de esta mano de obra. Incluso autoras como Salzinger habla del término feminidad productiva30 para referirse al discurso de los empleadores en el que buscan feminizar los procesos productivos, creando así un mercado laboral propio para ser cubierto por mujeres que cumplan las características que ellos requieren, pero que en el fondo lo que estos empleadores buscan es mano de obra barata y sumisa, que 30 El concepto de feminidad productiva no es sino la asociación de trabajo barato a la mano de obra femenina, a la que ha sido agregada la dominación patriarcal, de manera que en la línea de producción de las transnacionales se unen de manera idónea capitalismo y patriarcado (Salzinger, 2003; citada por Sánchez, 2007). 106 permanezca en la misma posición laboral durante su vida reproductiva (Salzinger, 2003; citada por Quintero, 2004). Como se ha dicho antes, un claro ejemplo de esto es la industria de la maquila, retomando este tema, en el caso de las mujeres se habla de una contratación debido a que contaban con características físicas y psicológicas para un trabajo minucioso que no implicaba mayor desgaste que el repetirlo constantemente. Autoras como Correa (2006) expone que en México, dentro de este sector, los puestos administrativos estaban destinados a los hombres, dejando los trabajos poco calificados a las mujeres tanto locales como inmigrantes, reproduciendo así el sistema autoritario en el que el hombre tiene poder sobre la mujer, siendo superior jerárquicamente y teniendo así la capacidad para violentar a sus subordinadas. También ha sido expuesto por autoras como Sánchez (2007) que la feminización del trabajo ha desatado un sentimiento de menosprecio e inferioridad por parte de los hombres que responden a estereotipos machistas y autoritarios, puesto que ven a la mujer como una amenaza. Sin embargo, es necesario señalar que en la literatura contemporánea se ha manifestado que aun cuando los efectos económicos del mercado actual se traducen en desventajas para las mujeres, la realidad es que el contexto histórico de su lugar de origen también determina estas desventajas. A este respecto, quiero abordar algunas problemáticas históricas de la mujer en México. 2.2.1 Las mujeres mexicanas en su contexto histórico La desigualdad y violencia contra las mujeres en México es un legado histórico vinculado con la esclavitud, la guerra y la cosificación de la mujer como un objeto sexual. La conquista y colonización de México influyó en gran manera en la desigualdad y discriminación que predomina en su población, esta desigualdad se ve acentuada cuando se habla de mujeres, ya que estas han sido relegadas y discriminadas desde la época precolonial. Los primeros indicios de discriminación y tratos inhumanos hacia las mujeres están recopilados por Fray Bernardino de Sahagún en el Códice Florentino31 (Caballero, 2010). Durante la conquista esta violencia contra las mujeres se 31 Fray Bernardino de Sahagún nos permite tener una idea de cómo era la vida de las mujeres en la época Precolonial. De acuerdo a sus relatos, la cultura azteca conocida por ser la cuna de guerreros, impedía que las mujeres tuvieran siquiera una aproximación a las actividades que la pudiesen relacionar con poder, riquezas o prestigio. Para esta cultura eran solamente los hombres los que podría aspirar a ser cazadores, sacerdotes o guerreros, en cambio, el 107 incrementó ya que las mujeres eran consideradas botín de guerra. Eran víctimas constantes de abusos sexuales, siendo además el objeto de intercambio de los matrimonios forzados, los cuales cambiaban el sometimiento de la mujer del padre al conyugue, a quien le correspondía la protección de la mujer y de los hijos. De acuerdo a Caballero (2010), la patria potestad de los hijos correspondía solamente al esposo y la mujer no podía hacerse cargo de esta, ni aún con la muerte del marido, cuando este designase a alguien más para ejercer la custodia y patria potestad de sus hijos. La moral y las buenas costumbres han regido la vida de las mujeres en sociedad, sin importar el momento histórico en que se encuentren, las mujeres han debido cuidar su reputación y verse ajenas a las murmuraciones sociales ya que podían incluso destruir sus hogares y arruinar sus vidas para siempre. Era común que las mujeres fueran enviadas al convento en dónde estarían resguardadas hasta que contrajeran matrimonio o hasta que consagraran su vida a Dios (Castillo, 2008). Las mujeres que practicaban su sexualidad con libertad estaban fuera de toda legalidad, ya que si una de ellas llegaba a ser víctima de abuso sexual, no podía denunciar a su agresor por no haber sido virgen antes de la agresión. Estos estudios de referencia manifiestan también que el hogar comenzó a ser el lugar más peligroso para las mujeres y los hijos por ser tan común y aceptado el propinar golpes sobre estos por parte del jefe de familia, lo que provocó que la rigidez y violencia que había en los hogares, en donde las mujeres no tenía voz ni voto y debían ser sumisa y abnegadas, siendo prácticamente una sombra del marido, trayendo consigo la huida del hogar por parte de los hijos de estas familias y dejando a las mujeres dentro de ese círculo de violencia que dentro de la sociedad mexicana, hasta nuestros días, es visto como la cruz que se debe cargar. Fernández de Lizardi en sus obras denuncia los sufrimientos de las mujeres de todas las clases sociales, a manos del marido, quien tenía la autoridad para golpear, gritar, amenazar e incluso violar a la mujer y que no era sino la manera de demostrar su hombría y el dominio de lo que era suyo. Juristas de La Reforma buscaron la censura de este maltrato hacia las mujeres, sin embargo, lugar de la mujer estaba en el hogar al servicio de las necesidades del hombre y de la sociedad, ya que su aportación consistía en ser reproductora y cuidadora de padres, hermanos, esposos e hijos. Sin embargo, es de destacar, tal como relata Caballero (2010) que en la vejez, las mujeres ganaban el respeto de su descendencia ya que eran reconocidas por su conocimiento y experiencia ante la vida. Sin embargo, este reconocimiento venía tras una vida de sacrificios y de duras enseñanzas, puesto que desde pequeñas, a las mujeres se les obligaba a recibir una estricta educación que giraba en torno a su preparación para lograr un buen matrimonio, para lo cual eran precisas virtudes como la obediencia, la virginidad y la honradez, y de no cumplir con estos preceptos podían ser castigadas incluso con la muerte. 108 censuraron el maltrato a las mujeres, pero al ser un uso tan prolongado y común en la sociedad patriarcal mexicana no fue posible, estableciéndose que esto era un tema propio de la esfera privada (Castillo, 2008). La violencia contra la mujer en México ha sido latente en diversas formas a través de toda la República mexicana. Marcela Lagarde (1990) atribuye la discriminación de las mujeres al mundo patriarcal que las ha mantenido cautivas y les ha generado sufrimiento, dolor, miedo, impotencia, interiorizándolas y confinándolas en labores serviles hacia los demás, dejándolas sin poder y tratándolas como seres incapaces, impuras y sin valor. Esta discriminación que ha marcado a las mujeres y que ha existido en la historia ha pretendido ser combatida por los movimientos de mujeres que han tenido lugar en México y que han sido claves para las transformaciones sociales y políticas del país. Ana Macías explica que la educación a la que podían tener acceso las mujeres fue un tema que generó largos debates, después de la Independencia del País, puesto que los grupos políticos predominantes no consideraban necesario que las mujeres tuvieran acceso a la educación (Macías, 2002; citada por Caballero, 2010). A) Primeros logros del feminismo mexicano En atención a lo referido por Ana Macías (2002), el movimiento feminista mexicano busca su origen con Sor Juana Inés de la Cruz, la poetisa mexicana que desde un convento de clausura fue y es a la fecha un referente para las mujeres mexicanas. Sor Juana es una destacada escritora del siglo XVII, cuyas obras fueron conocidas en América Latina. A través de sus obras realizó fuertes críticas a la sociedad de su época que no permitía a las mujeres tener una educación, su mayor logro ha sido el estudiar no sólo lo que está en los libros sino también su entorno, ampliando de esa forma el campo del racionalismo. En base a los estudios de Lizeth Castillo (2008) la historia mexicana también debe reconocimiento a dos mujeres que en pleno siglo XIX lograron luchar por la libertad del país. Tanto Leona Vicario como Josefa Ortiz de Domínguez, dejando a tras el papel que les marcaba la sociedad, tuvieron la valentía de ser partícipes y protagonistas del movimiento que dio la independencia de México, siendo piezas clave para que este movimiento se lograra. Sin embargo, es poco lo que se conoce 109 sobre su obra y el reconocimiento que se les ha dado ha sido escaso, dando incluso más crédito a otros personajes de la historia mexicano que no tuvieron un papel tan relevante como las citadas. Igualmente, el feminismo mexicano da un lugar especial a las mujeres denominadas “Adelitas” (Caballero, 2010) que fueron claves en la Revolución Mexicana, pues marchaban junto a los hombres, a un lado del movimiento armado, cuidaban de los hombres y sus hijos, alimentándolos, curando sus heridas, incluso transportando información en sus vestimentas. Sin duda la participación de la mujer fue determinante durante la Revolución, sin embargo, contrario a lo que sucedió en otros países como Islandia o Irlanda, en dónde se otorgó derechos a las mujeres por su valentía de defender su país y participar en los movimientos armados, en México el reconocimiento hacia la mujer fue nulo, fueron invisibilizadas nuevamente. Relata Caballero que para 1927, el movimiento feminista tiene otra visible intervención en México, esta se sitúa en Yucatán y es un referente de las diferencias socioculturales de la sociedad mexicana. La población Yucateca era identificada por ser una población con educación, lejana a la sociedad del resto de México que había vivido durante años las consecuencias de la Revolución mexicana, que estaba empobrecida y que habían buscado en la migración una solución a la inestabilidad del País32. Este sector de la sociedad discutía ya temas en torno a la moral sexual única, la educación femenina, la necesidad de lograr equilibrio entre los sexos y las reformas al código Civil de 1884. Para los años treinta la apertura que tuvo el general Lázaro Cárdenas hacia el movimiento feminista, permitió la organización de frentes entre los que destacan el Frente único Pro-Derechos de la Mujer (FUPDM), el cual buscó mejorar las condiciones de vida de las mujeres mexicanas mediante la defensa de sus derechos civiles. Uno de los postulados de este frente fue el derecho de voto a las mujeres. Siendo esta la base histórica que el movimiento feminista mexicano ha sostenido por los avances en la condición política de las mujeres y las mejoras en la vida doméstica, entendiendo este espacio como vital en el desarrollo de las capacidades de las mujeres. Entonces, en 1953 se otorga el derecho al voto a las mujeres mexicanas, concediendo así derechos civiles y políticos a las mujeres y la posibilidad de ser consideradas como ciudadanas y de 32 La desigualdad social en México ha sido una problemática presente a través del tiempo y que ha afectado a la sociedad mexicana en gran medida, puesto que esta desigualdad se ve reflejada en el acceso a oportunidades educativas, laborales, de servicios de salud y en otros ámbitos. Es esta investigación abordaremos esa problemática con mayor detalle. 110 involucrarse en la vida pública del país. Sin embargo, la lucha que se ha debido librar en las últimas décadas ha sido para visibilizar y consolidar a las mujeres como actora de la vida pública del País. De acuerdo al trabajo realizado por Adriana Medina (2010), en México las mujeres constituyen un mayor porcentaje registrado en el padrón electoral, Medina expone con base a los datos extraídos del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (CEAMEG) y el Instituto Federal Electoral, (IFE, para el año 2009, el porcentaje de 48.2% corresponde a hombres registrados, contra un 51.8% de mujeres. Para septiembre de 2016, se tiene un registro en el Instituto Nacional Electoral (INE)33 de 39,577,913 hombres, lo que representa un 48%, contra un 52% de mujeres, conformando la cifra de 42,968,671 (Gráfica no. 1). Por lo que se puede corroborar el interés que las mujeres mexicanas han tenido de incorporarse y participar en la vida política del país, ya sea haciendo valer su voto en los sufragios o siendo electas como candidatas. A este respecto, en el país se ha legislado para alcanzar la paridad electoral con rango constitucional. El Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales COFIPE determinó las cuotas de género, estipulando su evolución de un 30% a un 40% en el año 2008, en lo que relativo a la inscripción de candidaturas para el Congreso de la Unión, tanto de mayoría relativa como de representación proporcional. El artículo 219 de este ordenamiento se establece que las solicitudes de registro para diputados y senadores presentadas por los partidos políticos se tendrán que integrar con al menos el 40% de candidatos propietarios de un mismo género, procurando así llegar a la paridad. Esta también deberá cubrirse a través de las listas de representación proporcional, en caso de incumplimiento a este ordenamiento, los partidos pueden ser acreedores a amonestaciones públicas y no tener posibilidad de registro, en casos de reincidencia. Por su parte, la Ley General de Partidos Políticos, de mayo de 2014, estipula que la participación política deberá darse en igualdad de oportunidades y equidad entre mujeres y hombres, pero esta ley no no contempla mecanismos de acción positiva como lo son las cuotas. Sin embargo, en la actual legislatura LXI, de los 500 diputados que integran la Cámara baja o Cámara de Diputados 159 son mujeres, representando un 31.8% del total de los representantes populares (Cámara de 33 El Instituto Nacional Electoral (INE) es el organismo público autónomo encargado de organizar las elecciones federales, es decir, la elección del Presidente de la República, Diputados y Senadores que integran el Congreso de la Unión, así como organizar, en coordinación con los organismos electorales de las entidades federativas, las elecciones locales en los estados de la República y la Ciudad de México. 111 diputados, 2016), mientras que en lo que respecta a la cámara de senadores, de los 128 miembros del senado 47 son mujeres, lo que representa un 36.71% (Cámara de Senadores, 2016). Por otra parte, en el comparativo de la información publicada por el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (CEPAL, 2016), sobre el porcentaje de mujeres en los gabinetes ministeriales del poder ejecutivo, se puede observar que los países que lideran estos indicadores tienen gabinetes integrados con un 57% de mujeres en el caso de Nicaragua, seguido por Granada, Chile y Costa Rica con porcentajes por encima del 38%, mientras que México aún se queda rezagado al tener un porcentaje de 13.6%, lo que sigue demostrando que a las mujeres se les sigue negando el acceso a los puestos de mando en el poder ejecutivo, lo que representa que sigue existiendo un techo de cristal impuesto por la sociedad patriarcal. Gráfica 1. Lista nominal por sexo 2016 FUENTE: Instituto Nacional Electora (INE). Corte al 23 de septiembre de 2016 112 2.2.2 Las mujeres indígenas en México Para iniciar este apartado es necesaria una descripción de la población indígena34, puesto que la desigualdad social que ha caracterizado al país ha afectado especialmente a la población indígena, volviéndolos pobres entre los pobres, vulnerables y ha terminado por marcar su diversidad, haciéndola ver como un problema y no una riqueza cultural que se debe preservar; habiendo comunidades que aún en nuestros días están incomunicadas de la vida urbana, viviendo bajo sus usos y costumbres, sin acceso a los servicios básicos que por ley cualquier mexicano debe tener. La población indígena está conformada por el grupo de pueblos originarios que dada su cultura, historia y lengua dan sentido de pertenencia e identidad al país, y su identificación se ha basado en la condición de ser hablantes de alguna lengua indígena. Con base a los datos publicados por la Encuesta Intercensal 2015, las lenguas indígenas que tienen mayor representación en México son Náhuatl, Maya, Tseltal, Mixteco, Tsotsil y Zapoteco, estando además el Otomí, Totonaco, Chol, Mazateco, Huasteco y Mazahua como lenguas minoritarias (Ver gráfico no. 2). Y los estados que tienen mayor porcentaje de hablantes de lenguas indígenas son Oaxaca (32.2%), Yucatán (28.9%), Chiapas (27.9%), Quintana Roo (16.6%) y Guerrero (15.3%) (INEGI, 2015). Gráfica 2. Lenguas indígenas más habladas en México Fuente: INEGI. Encuesta Intercensal, 2015. INEGI, 2016 34 El artículo 2º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala que “sus pueblos indígenas son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas”. 113 De acuerdo a esta Encuesta Intercensal, para el 2015, una población aproximada de 7 382 785 de personas con edad de 3 años y más, hablan alguna lengua indígena, lo que representa el 6.5% de la población nacional, de la que 51.3% son mujeres y 48.7% son hombres. Siendo relevante señalar un aproximado de 13 de cada 100 de esta población que solo se expresan en su lengua materna; situación que es más común en las mujeres que en los hombres, puesto que 15 de cada 100 mujeres indígenas son monolingües35 frente a 9 de cada 100 hombres (INEGI, 2015). El 45.3% de la población que habla lengua indígena tiene menos de 30 años. La población indígena se encuentra en un situación de pobreza, estadísticamente siete de cada diez hablantes de lenguas indígenas se encuentran en situación de pobreza (CONEVAL, 2015), a septiembre de 2014, de los hogares con jefes hablantes de lenguas indígenas, el 1.4% registró migración internacional, lo que significa que al menos un integrante del hogar salió de su comunidad para irse a vivir a otro país, lo que es de gran relevancia puesto que la cifra promedio nacional de hogares internacionales es de 1.9%, es decir, son muy similares (ENADID, 2014). Aproximadamente el 15.1% de esta población no recibe atención médica ni educación de prevención de enfermedades, y tratándose de salud reproductiva, es común que las mujeres no utilicen anticonceptivos en su primera relación sexual por desconocimiento (ENADID, 2014). Los datos aquí señalados sirven para situar brevemente a la población indígena, aunque nos interesa centrarnos en las mujeres indígenas y los movimientos que le han permitido abrir espacios para que sus derechos sean, si bien aún no reconocidos, al menos visibilizados. A) Lucha por el reconocimiento y empoderamiento de las mujeres indígenas Como ya se ha referido, la discriminación y desigualdad hacia la mujer encuentra sus inicios en la época pre colonial, pero fueron acentuándose con la industrialización y desarrollo de la vida urbana, así como con las medidas políticas y económicas neoliberales adoptadas por el gobierno mexicano, que redujeron recursos en la agricultura, privatizando entidades paraestatales que 35 Los indígenas monolingües conservan un mayor apego a la cultura tradicional y a la cosmovisión de su comunidad. Es debido a esto que se incrementan sus condiciones de marginación en lo relativo a acceso a recursos, educación, salud y justicia (INMUJERES, et. all. 2006; Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía [CELADE] y Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL], s.f.; citado en INEGI, 2015). 114 servían de apoyo al campo y forjaron competiciones desiguales para los campesinos nacionales y extranjeros, como las que tuvieron que enfrentar ante los agricultores norteamericanos, después de la entrada en vigor del TLCAN. Esta decadencia en el campo mexicano y la pobreza creciente se afrontan con una salida en la migración a las principales ciudades del país y a los Estados Unidos. Las comunidades indígenas han tenido que estar en una constante lucha por sus derechos, muchas de las cuales han cambiado la historia del país, sin embargo, para efectos de la presente investigación nos centraremos en los derechos de las mujeres indígenas y las diferentes etapas de los movimientos sociales que han logrado matizar las desigualdades que las rodean. De acuerdo a las investigaciones de Espinosa (2009), a finales de los años setenta y principios de los ochenta comenzó a organizarse la participación de las mujeres indígenas y rurales en proyectos productivos, de cooperativismo y de salud, que permitían la venta de artesanías en la Unidad Agrícola e Industrial de la Mujer (UAIM). Como a finales de los noventa, se registra el Encuentro Nacional de Mujeres, con una diversidad de activistas y en dónde se comienzan a tratar temas tabú para sociedad, como familia y sexualidad, mujer y trabajo, participación política de la mujer, entre otros. Este será uno de los primeros encuentros que generarán redes de mujeres campesinas, lo que permite en los siguientes encuentros se vayan sumando cada vez más mujeres indígenas, representantes de distintas regiones del país y comenzaron a trabajar sobre temáticas como salud y nutrición, educación y cooperativismo, esto con reflexiones de género (Espinosa, 2009). Las mujeres indígenas aumentaron poco a poco su contacto con el feminismo mexicano ya que la relación entre los movimientos feministas e indígenas no ha sido ni es del todo fácil ya que el feminismo mexicano no las incluyó en su lucha desde sus inicios. Observando aquí nuevamente la discriminación que la interseccionalidad por género, etnia, raza, edad y lugar de procedencia puede generar. Además, tal como lo refiere Almudena Cabezas (2012), las mujeres han jugado un papel significativo como actoras de los movimientos indígenas, sin embargo, su presencia no ha sido reconocida y no se les ha otorgado un lugar en los movimientos sociales y políticos y por tanto en la toma de decisiones, lo que es un factor fundamental para que pueda darse un empoderamiento de este sector de la población. Las indígenas mexicanas levantaron la voz reconociendo su pobreza, los problemas educativos, de salud, de falta de servicios y las extenuantes jornadas de trabajo doméstico existentes en sus comunidades y a las cuales eran sometidas, expusieron la subordinación, el maltrato familiar, la falta de derechos para decidir sobre sus maternidad, su pobreza económica y desigualdad de la 115 cual eran objeto, tanto en sus comunidades, como en el ámbito laboral y familiar. Pero sobre todo, hicieron ver que aun cuando han sido actoras determinantes en la vida de la comunidad, su voz no ha tenido validez y las instituciones públicas han sido históricamente cómplices de esta desigualdad, puesto que sus derechos no son respetados (Espinosa, 2009). La autora expone que fue debido a las tensiones internas del movimiento campesino que la lucha de las mujeres tuvo un retroceso, volviendo a pasar a segundo término y a presentar dificultades para que se continuara con ella. El final de la década de los ochenta y los cambios políticos del país, trajeron el Movimiento 500 Años de Resistencia Indígena Negra y Popular, que puso en primer plano las identidades y reivindicaciones étnicas. No obstante que este movimiento incluyó a las mujeres indígenas, las identidades de género fueron pasadas a segundo plano, englobando la problemática indígena y minimizando la lucha de sus mujeres. Además, en 1994 se abre un periodo de lucha y reivindicación de los derechos indígenas pues el movimiento zapatista vivificó la lucha contra la discriminación étnica y las desigualdades de género entre los pueblos indígenas. Los zapatistas, exigían la salvaguarda y respeto de los derechos constitucionales y particulares, así como la libre determinación de los pueblos. Pero este movimiento no solo proclamaba su lucha por los movimientos indígenas en general, sino que se adjudicó un discurso emancipador de género que cuestionó y mostró el alejamiento de los movimientos rurales y feministas a los problemas de las mujeres indígenas. A la par de la Primera Declaración de La Selva Lacandona fue publicada la Ley Revolucionaria de Mujeres36 legitimando así la organización y lucha de las mujeres indígenas. Esta Ley proponía incorporar los derechos para las mujeres en los usos y costumbres de los pueblos, reivindicando se les permitiera trabajar para recibir un salario justo; participar en la lucha revolucionaria un lugar y grado acorde a sus competencias; tener acceso a la educación, alimentación y salud; no ser obligadas a casarse, sino poder elegir una pareja; el respeto a sus derechos reproductivos, permitiéndoles decidir sobre su maternidad y el número de hijos; no ser maltratadas, golpeadas, ni 36 La Ley Revolucionaria de Mujeres fue votada por consenso dentro de las filas del EZLN antes de darla a conocer el 01 de enero de 1994. Esta Ley fue consensuada y defendida por la Comandanta Ramona y la Comandanta Susana, figuras claves en el movimiento armado, en su lucha por la justicia recorrieron las comunidades zapatistas, dialogando con los colectivos de hombres y mujeres, a través de asambleas comunitarias y con el respeto de las usanzas de los pueblos indígenas (Marcos, 2012). 116 violadas por sus parejas, familiares o extraños, ocupar cargos de representación y autoridad (EZLN, 1993; citado por Espinosa, 2009) El movimiento zapatista dinamizó a los grupos de campesinas e indígenas, en un inicio en Chiapas, pero fue algo que se reprodujo en diferentes Estados de la República Mexicana. Para 1997 se logró constituir la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas (CONAMI). Estos antecedentes de la lucha indígena feminista han logrado delinear la construcción de una ciudadanía para las mujeres de los pueblos indígenas, sin embargo, a la fecha no han sido protegidos por el estado, lo que las sigue dejando en una situación de vulnerabilidad, delegándolas a una condición de ciudadanas de segunda. A la fecha continúa una demanda constante por un cambio en la vida de las mujeres de las comunidades indígenas, a fin de que puedan tener condiciones de respeto e igualdad de género, para participar como miembros activos en la vida pública y política de sus comunidades, para que puedan tener acceso a bienes materiales básicos; a la tenencia de la tierra y por ende a un medio de subsistencia, que les permita organizarse, crear proyectos productivos y tener acceso a créditos y a un desarrollo económico de las mujeres; a no quedar desprotegidas económicamente en caso de separación de sus parejas; buscan un respeto para las mujeres, que a causa de prejuicios sociales son mal vistas por estar sin un hombre a su lado, ya sea por causa de viudez, soltería o ser madre soltera; reivindican su derecho a poder defenderse si son agredidas; compartir con sus parejas la responsabilidad y el trabajo del hogar, mismo que se multiplica si ellos migran a otro país, pues son ellas las que se encargan del cuidado familiar, de las tareas productivas en las parcelas o en las actividades que compartían con sus parejas, convirtiéndose además en administradoras y proveedoras del hogar (Espinosa, 2009). Por tanto, coincido con Esther del Campo (2012) cuando afirma que es necesario hacer un replanteamiento de la manera en que se combate la desigualdad social a la que son sujetas las mujeres indígenas, que al enfrentar desigualdades cruzadas de carácter económico, de género y de etnia, son excluidas de los procesos sociales, por tanto es necesario escucharlas e incorporar sus demandas a fin de darles voz y hacerlas sentir ciudadanas y participes de la sociedad. Siguiendo las investigaciones de Del Campo (2012), podemos concluir que si bien las mujeres indígenas no constituyen una categoría homogénea que permita analizarla como un todo, si es posible determinar que las subdivisiones étnico-culturales, generacionales, de ubicación geográfica, de estado civil, de nivel educativo, entre otras, van a ser la pauta de la forma en que 117 van a establecer relaciones con otras personas, ya sea que pertenezcan o no a la comunidad indígena. Luego entonces, habrá que reconocer y respetar a las mujeres indígenas desde su diversidad, y es desde aquí de donde se tendrían que formular las políticas públicas de igualdad que les garanticen una inserción a la sociedad, un empoderamiento y una mejor calidad de vida. 2.2.3 El acceso de las mujeres mexicanas a la educación La educación de la mujer a través de la historia de México ha girado en torno a la religión y al matrimonio. Ya en la época prehispánica las mujeres debían estar preparadas desde la adolescencia para hacerse cargo de sus hogares, para ello debían aprender las tareas propias del hogar y las normas sociales que regirían su vida en sociedad y en el matrimonio. La mayor virtud de la mujer era la obediencia y sumisión que debían profesar a su esposo y antes de este a su padre o a quién representara la figura de respeto en su hogar (Montero y Esquivel, 2000) Durante la época colonial, con la llegada de los españoles y el rechazo a todo lo que era indígena, se pensó no habría una mejor educación que la que los españoles podrían dar a los indígenas, bajo este precepto se abrió el primer colegio de las niñas indias, en dónde bajo la tutela de Catalina Bustamante, quien se caracterizaba por ser una mujer honrada, virtuosa y una persona de buen ejemplo, las niñas indígenas fueron instruidas en la lengua castellana, se les enseñó a vestir, los cánones cristianos y las virtudes propias de la sociedad europea, que la alejaban del salvajismo indígena (Montero y Esquivel, 2000). Estas escuelas para niñas indias se fueron multiplicando en el territorio conquistado, puesto que para la corona española representó una oportunidad para formar una nación común al enseñar una misma lengua y religión. Incluso, los conquistadores vieron en las mujeres el conducto para ser transmisoras de la nueva lengua y religión a sus hijos. Cabe señalar que la educación que se impartía a la mujer giraba en torno al catecismo y a las normas sociales que se debían seguir, sin considerar necesario que la mujer aprendiese a leer o escribir y mucho menos, si se trataba de mujeres indígenas. Contrario a los hombres, a quienes se les instruía en la lectura, escritura, el castellano y la doctrina Cristina (Gonzalbo, 1987; citado por Montero y Esquivel, 2000). También, los conventos representaron para las mujeres un acercamiento a la educación, como es el caso de Sor Juana Inés de la Cruz, quien en el siglo XVII decidió consagrar su vida a Dios, a fin de poder tener acceso a la educación. Los conventos, dentro del espacio privado reprodujeron una 118 nueva visión de género y de moral, ocultando el erotismo al ser consagradas a Dios. Así, las mujeres de la Nueva España eran casaderas o estaban en un convento (Rodríguez, 2012) El México independiente trajo cambios para sociedad mexicana, sin embargo, en general no fueron significativos en cuanto a su educación de las mujeres. Durante esta época las escuelas seguían estando separadas por géneros, se crearon escuelas vocacionales femeninas como as de arte, oficios, educación básica y escuelas para obreras, lo principal es que en todas ellas predominaran las actividades propias del sexo femenino, mientras que a los hombres se les enseñaban oficios que les permitieran ser productivos y rendir frutos (Rocha, 1991; citado por Montero y Esquivel, 2000). La religión condicionó la educación de hombres y mujeres, desde la conquista de la Nueva España, con una inclinación agresiva y ofensiva permitida a los hombres, mientras que a las mujeres se les educaba en base a la pasividad y al recato, y que son conductas patriarcales que han sido el origen de la violencia de género desarrollada en las sociedades alrededor del mundo. La educación también tenía un carácter represor en la sexualidad de la mujer, en dónde todas las conductas que estuvieran relacionadas a la sexualidad se consideraban sucias e impuras. A) Educación pública en México Para 1868 se promulgó la Ley de Instrucción Pública, la cual amplió la cobertura educativa de manera oficial, ahora las mujeres tendrían acceso a las escuelas secundarias, sin embargo, era complejo el proceso que debían seguir las mujeres para poder tener acceso a estas escuelas. Entre los años de 1870 y 1890 egresan las primeras generaciones de mujeres con secundaria y las primeras mujeres formadas como profesoras (Rodríguez, 2012), sin embargo, para una sociedad que no había tenido contacto directo con la educación, las mujeres que no contaban con ningún tipo de instrucción serían siempre mejores, puesto que “se conservaban puras y no tenían ideas contaminadas por un conocimiento universal innecesario” (Serrano, 2006; citado por Rodríguez, 2012). El acceso de las mujeres a las escuelas normales representó un paradigma en el rol de la mujer, puesto que ya no era solamente instructora en un ámbito privado, sino que ahora debía educar a los hijos e hijas de otras personas. De igual manera, se permitió el acceso de las mujeres a otros oficios, que a la fecha siguen estando feminizados, como es el caso de la enfermería, profesión que 119 era de gran utilidad pues las mujeres no dejaban de ser vistas como cuidadoras de los otros. Sin embargo, estos oficios representaron para las mujeres una alternativa a la obligación social que les representaba el matrimonio. Otro gran avance educativo para la mujer en México se dio con la apertura de las escuelas de Artes y oficios para Mujeres, en 1880, que tenían un tiente liberales, pero que seguían impartiendo educación con contenidos religiosos. Siguiendo el trabajo de Rodríguez (2012) se conoce que la literatura ha sido una herramienta para crear una identidad sexual de la mujer, inculcando a las mujeres y a la sociedad en general, a base a convencionalismos sociales, la convicción de que el cuerpo de la mujer es sagrado y que solamente pertenece al que será su esposo, detonando así una tendencia femenina a conocer, soñar, esperar y sobrevalorar un amor romántico37 producto de la literatura. Se tiene conocimiento de que en la Edad Media el amor, el matrimonio y el placer sexual eran satisfechos en relaciones diferentes, puesto que eran tres entes distintos. Durante los siglos XVI y XVIII continúa existiendo el matrimonio de conveniencia y el amor romántico no sexual. Es en el siglo XIX cuando surge el vínculo entre los conceptos de amor romántico, matrimonio y sexualidad que llega hasta nuestros días y en donde debe considerarse que el estar enamorada o enamorado es la razón fundamental para mantener relaciones matrimoniales y para estar con una pareja. Estableciendo la sociedad que tanto el amor romántico, como la satisfacción sexual deben encontrarse en la misma pareja y en el matrimonio (Bosch, 2007) En 1921 se crea la secretaria de educación pública, en esta época se reconoce la necesidad de mujeres en el magisterio y se les hace un llamado para que engrosen las aulas de las escuelas normales, también se permite el acceso a la mujer en la educación superior, más allá del magisterio (Montero y Esquivel, 2000). También se debe precisar la influencia del movimiento feminista mundial y de los movimientos feministas que se suscitaron al interior del país, los cuales pugnaron por el acceso de la mujer a una educación integral, que fue lo que permitió el acceso de la mujer a la educación profesional. 37 El estudio del amor romántico comienza en 1970 con autores como Zick Rubin (1973) o Lee (1973, 1976) en los años 70, Berscheid y Walster (1982), Perlman y Duck (1987), Robert J. Sternberg (Sternber, 1989; Sternberg y Barnes, 1988) en los 80 y Susan S. Hendrick y Clyde Hendrick (1992) en el inicio de los 90. El amor romántico es una construcción cultural propia de cada periodo histórico, para determinar los vínculos que han de existir entre el matrimonio, el amor y el sexo (Barrón, Martínez-Íñigo, De Paul y Yela, 1999; Yela, 1999). . 120 Para finales del siglo XX la realidad educativa en el país ya era distinta, pues se observa la presencia de las mujeres en los distintos niveles de educación. En lo que respecta a la educación superior, universitaria y tecnológica, las mujeres predominaban en el área de las ciencias sociales y administración, en educación y humanidades y en las ciencias de la salud, siendo a la fecha una minoría en áreas de tecnología e ingeniería. También es visible la presencia de mujeres en las áreas de posgrado B) La educación en cifras Hasta aquí me he centrado en la historia de la educación en México en lo relativo a las mujeres, sin embargo, a continuación, a través de cifras provistas por la OCDE, se va a explicar la situación del México actual en materia educativa, misma que afecta a hombres y mujeres, y que es un factor determinante para que se produzca el fenómeno migratorio de obreros con baja cualificación, como una alternativa a la pobreza social que impera en el país. Es sabido que los adultos con niveles educativos más altos van a tener acceso a empleos mejor remunerados y van a formar una sociedad crítica, que exija a sus gobernantes el cumplimiento de sus funciones, una rendición de cuentas transparente y un estado de derecho que permita tener una digna calidad de vida. Sin embargo, en México los sistemas educativos se han visto rezagados con una calidad educativa e infraestructuras decadentes, que deben ser suplidas por las instituciones educativas de carácter privado, por lo que el acceso a estas se limita a las clases sociales que pueden pagarlo, y peor aún existen regiones del país en donde por razones geográficas no llega la educación, y mucho menos una educación de calidad. De acuerdo a los indicadores publicados por la OCDE para México en 2015, se observa que el gasto de México en educación primaria a terciaria se elevó de 4.4% en el año 2000 a 5.2% en el año 2012. Realizando un gasto anual por estudiante en educación primaria de 2632 USD, contra una media de la OCDE de 8247 USD, en educación secundaria este gasto representó 3007 USD contra una media de la OCDE de 9518USD y en educación terciaria el gasto por estudiante fue de 8115USD contra una media de 15028USD (Gráfica no. 3). 121 Gráfica 3. Comparativo de gasto anual por estudiante en México y los países de la OCDE, para 2012 Fuente: Panorama de la educación, OCDE, 2015 El país cuenta con un porcentaje de 46% en educación media superior, lo cual sitúa lo sitúa por debajo de los indicadores de la OCDE que son del 83%. Las mujeres están representadas equitativamente en todos los niveles de educación terciaria, incluyendo el nivel doctoral, ya que para el año 2013 casi la mitad de los graduados eran mujeres, sin embargo, aún no cuentan con una representación suficiente en este campo de estudio. Sin embargo, entre la población NI-NI, es decir, jóvenes que ni estudian, ni trabajan, el porcentaje de mujeres es mucho mayor al de los hombres, como se puede observar en la siguiente gráfica (Gráfica no. 4). 122 Gráfica 4. Porcentaje de jóvenes NI-NI en México Fuente: Panorama de la educación, OCDE, 2015 Otro indicador publicado es el referente a las tasas de empleo, el cual estable que sin tomar en cuenta el grupo de edad, las tasas de empleo son del 5% a 9% más altas para los adultos con educación terciaria, que para aquellos que se quedan en la educación media superior, factor que se repite sobre los individuos que solamente tienen un nivel educativo medio al medio superior (OCDE, 2015). En 2012, el gasto de capital38 en México fue de 2.5% del gasto total en instituciones públicas primarias y secundarias, resaltando que se destina un porcentaje mayor del gasto actual en educación a la remuneración de los docentes, representando aproximadamente el 81% del recurso destinado para los niveles primaria y secundaria, mientras que para OCDE la media se sitúa en 62% y en el nivel terciario se destina un porcentaje de 62%, mientras que para la OCDE este es de 40%. Cabe señalar que los sueldos de los docentes son mayores en base a sus años de experiencia 38 El gasto de capital se refiere a gastar en activos que duran más de un año e incluye gasto en la construcción, renovación y reparación importante de edificios escolares (OCDE, 2015) 123 y calificaciones, pudiéndose duplicar el salario normal de un profesor, mientras que hay una marcada diferencia en oportunidades educativas entre la población indígena y no indígena, especialmente para las mujeres indígenas quienes tienen los más altos porcentajes de analfabetismo y baja escolaridad (BID, 2006). El 23% de los hablantes de lengua indígena son analfabetas, en comparación con el 4.2% de no hablantes que se encuentran en esta situación (Gráfica no. 5). También la escolaridad acumulada presenta notorias diferencias entre la población hablante de lenguas indígenas y las no hablantes, siendo de 5.7 años de estudio y 9.4 respectivamente. Gráfica 5. Población analfabeta en México Fuente: INEGI. Encuesta Intercensal, 2015. INEGI, 2016 En México una de cada cinco personas entre 25 y 64 años puede obtener un título de educación terciaria. Se espera que un promedio de 38% de jóvenes tengan acceso a la educación terciara en el transcurso de su vida. La taza estimada para la educación y obtención de título de maestría en México es de 4% y menos de 1% para programas de doctorado (OCDE, 2015). Estas cifras nos permiten ver que el país continua enfrentándose a una realidad de falta de oportunidades para sus 124 habitantes, al serles negado un derecho básico como es la educación o al ser otorgado de manera deficiente por el Estado. 2.2.4 Salud y derechos sexuales y reproductivos en México Al hablar de servicios de salud, es imposible no hacer una distinción entre hombres y mujeres, puesto que las diferencias que existen entre ambos van a determinan riesgos de salud, enfermedades o distintos síntomas presentes en las mujeres, que van a ser diversos a los que presentan los hombres. De igual manera, existen diferencias vinculadas al género que engloban actitudes, creencias, comportamientos, valores, roles y estereotipos de hombres y mujeres. Estas diferencias de género van a variar de acuerdo a las ocupaciones, percepciones de riesgo, necesidades y diferencias en el acceso, utilización, tratamiento y calidad de los servicios de salud. Hay problemas de salud que afectan a las mujeres de manera diferenciada, como lo son la violencia de género, la depresión, los trastornos de ansiedad o alimentarios, las adicciones, la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial, sin dejar de lado los problemas relativos a la salud sexual y reproductiva (Güezmes, 2014). Y si bien en general la salud de las mujeres ha mejorado, pero aún hay muchas acciones que se deben hacer para poder hablar de una verdadera sociedad justa y equitativa, aun cuando la esperanza de vida de las mujeres es de 77.4 años, mientras que la de los hombres es de 71.7 años, las mujeres tienen peor calidad de vida o condiciones de salud. Es una realidad que la discriminación laboral que viven las mujeres, así como los insuficientes servicios de salud existentes en el país, van a dar como resultado una menor cobertura para el sexo femenino. El Sistema Nacional de Salud tiene la obligación de proveer servicios a toda la población, sin embargo, la seguridad social está destinada a trabajadores del sector formal, a los jubilados y a los familiares de los dos anteriores, de forma que la población no asalariada solamente tiene acceso a los servicios de la Secretaría de Salud Federal o Estatal, que ha desarrollado programas como el Seguro Popular, caracterizado por cubrir solamente algunas demandas de la población y por ser un servicio deficiente. De acuerdo a la Secretaría de Salud en México, el 80.9% de la población mundial es usuaria de los servicios de salud pública, sin embargo, de acuerdo a los datos arrojados por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, la quinta parte de las mujeres mexicanas, no cuentan con cobertura de 125 servicios de atención a la salud, un ratio que aumenta exponencialmente tratándose de las mujeres indígenas (Moctezuma et. al., 2014). A este respecto, se puede observar que la mortalidad materna es una situación que expone las desigualdades entre las mujeres de acuerdo a su condición biológica, reproductiva, así como a sus condicionantes sociales y económicos. De acuerdo a cifra expuestas por la asociación civil FUNDAR, son mayores los porcentajes de mujeres pobres que fallecen durante el embarazo, parto y posparto, ya que algunas no pueden acceder a servicios de salud y cuando pueden hacerlo, se trata de centros de salud con atención precaria tanto por la falta de insumos médicos, como por la capacitación que tiene el personal médico. De igual manera, se expone que en el periodo de 2010 al 2012, la muerte materna en mujeres indígenas ha superado la media nacional en las tres entidades con mayor población indígena. Por ejemplo, en 2012 el porcentaje nacional de mujeres indígenas fallecidas fue de 11.9%, cifra que contrasta de manera alarmante a la de Chiapas: 44.1%, Guerrero: 33.9% y Oaxaca: 39.2% (Diaz, 2014). Ahora bien la salud reproductiva vinculada a la salud de la mujer requiere atención especializada que no siempre es proporcionada y que no puede centrarse solamente en lo relativo a la maternidad, toda vez que es necesario hablar de derechos sexuales y reproductivos y brindar servicios de salud en ese sentido. Hablar de derechos sexuales y reproductivos es hablar de manera amplia del derecho de todas las personas a decidir sobre su propia reproducción y sexualidad, independientemente de la edad que tengan, orientación sexual o iedentidad de género. De tal manera que los derechos sexuales y reproductivos amparen no solamente a las mujeres heterosexuales en edad reproductiva, sino también a las personas LGBTTI (Lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales), así como a los hombres adultos y adolescentes y a las personas de la tercera edad (Miller, 1999; citada por Ávalos, 2013). Los derechos reproductivos comenzaron a ser visibles gracias a los movimientos de grupos feministas que pugnaron por ver a la maternidad como una elección personal y no como un destino inminente por el solo hecho de ser mujeres, luego entonces, ese poder de decisión sobre el tener hijos o no y la información suficiente para hacerlo, bajo el uso de medidas anticonceptivas, fue lo que abrió la puerta a el reconocimiento de los derechos reproductivos. Los derechos reproductivos se definen como: “El derecho fundamental de toda persona, de determinar libremente el número y espaciamiento de los hijos, así como el derecho especifico de disponer de servicios de planificación familiar” (Ávalos, 2013). Por su parte, los derechos sexuales pueden definirse como: “El derecho 126 a alcanzar el nivel más elevado posible de salud en relación con la sexualidad”. Cabe señalar que los derechos sexuales no se limitan al enfoque de salud sexual, sino que también contemplan el derecho de buscar, recibir e impartir información sobre la sexualidad y sobre la educación sexual, el derecho a que la integridad física sea respetada, a elegir pareja, a decidir sobre la actividad sexual que se desee tener, el derecho a contraer matrimonio de mutuo acuerdo y a llevar una vida sexual satisfactoria, segura y placentera (OMS 2002, citada por Ávalos, 2013). Ávalos señala que los derechos reproductivos y sexuales encuentran su fundamento en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en diversos tratados internacionales vinculantes para México, principalmente en el marco de la Conferencia sobre Población y Desarrollo, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer y la Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing. En la legislación mexicana, estos derechos están contemplados y reconocidos en distintos ordenamientos de la legislación mexicana, tanto en la Constitución Política de los Estados Unidos mexicanos como en distintas leyes y reglamentos federales. Entre los derechos sexuales y reproductivos y el impacto que tienen en la sociedad mexicana abordamos a continuación: derecho a una vida libre de violencia sexual, que es una garantía que todas las mujeres debemos tener como protección a nuestros derechos, sin embargo, aún podemos ver que hay un gran vacío entre los que establece la ley y la práctica habitual de las autoridades para con la población mexicana. A) Derecho a una vida libre de violencia sexual En las últimas décadas se ha registrado un avance alentador en cuanto al reconocimiento y protección de los derechos de las mujeres por parte de diversos instrumentos internacionales que han sido celebrados y ratificados por México, siendo imprescindible señalar que esta normativa internacional va a tener una mayor importancia e impacto en la legislación mexicana, a partir de la reforma constitucional del 10 de junio de 2011, en la cual se elevan los derechos humanos reconocidos en tratados internacionales a rango constitucional. El aspecto más visible de estos derechos es el de llevar una vida libre de coacción y violencia, mismo que se encuentra contemplando en la Recomendación General 19 de La CEDAW, el cual define la violencia basada en el sexo como: “La violencia dirigida contra la mujer porque es mujer o que la afecta en forma desproporcionada y que incluye actos que le provoquen daños o sufrimiento de índole física, 127 mental o sexual”. De igual manera, el Estado mexicano está obligado a tomar medidas para eliminar la trata de mujeres y la explotación de la prostitución de la mujer, al ser parte de la CEDAW desde 1981. Asimismo, en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención Belem Do Pará, 1994), se establece que los Estados deberá actuar para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer, lo cual se hará a través de la adaptación de la legislación interna de cada país, que estipulen la prevención, sanción y erradicación de la violencia contra la mujer. Incluso la legislación local debe actuar protegiendo los derechos de las mujeres, ante violencia efectuada por actores privados. Un ejemplo de la adecuación que han tenido estas leyes para salvaguardar los derechos de las mujeres es la reforma que se ha dado en los códigos penales a fin de que la violación dentro o fuera del matrimonio sea penada. Este delito fue tipificado en 2005, al establecer la SCJN que los códigos penales de todos los Estados de la República debían adecuar este aspecto, de lo contrario serían considerados como inconstitucionales. Sin embargo, la violencia producto del crimen organizado que durante los últimos años se ha vivido en el país, ha generado una gran violación a los derechos humanos de toda la población, pero en el caso de mujeres, se ha registrado información que sugiere que la policía y las fuerzas armadas mexicanas someten a menudo a mujeres a tortura y otros malos tratos y que la violencia sexual es una práctica habitual durante el arresto y el interrogatorio, así lo ha revelado Amnistía Internacional en sus informes (2016). Ante esta situación de alarma en el país, el gobierno mexicano tendrá que tomar las medidas pertinentes para garantizar un verdadero respeto y protección de los derechos de las mujeres, o ¿Acaso están esperando a que exista una sentencia de un organismo internacional para que se comiencen a tomar cartas en el asunto, tal como sucedió en el Caso de Campo Algodonero39. B) Derechos reproductivos El artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece: 39 En la resolución de la sentencia del Campo Algodonero la Corte Interamericana de Derechos Humanos reconoce la obligación del Estado de actuar ante la violencia cometida en contra de las mujeres. Reconociendo que la subordinación de la mujer se sujeta a prácticas impuestas por estereotipos de género dominantes por la sociedad y que se fortalecen si se repiten en las dinámicas de las autoridades de gobierno (Ávalos, 2013) 128 “…Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos. Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta constitución…” Cabe señalar que los derechos reproductivos, en la legislación mexicana, se encuentran estipulados en diversas leyes y reglamentos del ámbito federal y estatal del país. Sin embargo, tocar el tema de los derechos reproductivos es abrir la gama de variantes que ofrece la normativa internacional y nacional en torno al derecho al aborto, el derecho a la vida y el derecho a la salud. Esta dualidad de derechos fundamentales presentes en los derechos reproductivos hará que sean cuestionados desde posturas éticas, morales, sociales y normativas, lo que ha hecho que este derecho de la mujer vaya presentando avances y retrocesos a través de la historia del país. Citando algunos de los instrumentos internacionales que regulan estos derechos, encontramos que la Conferencia Mundial de Población de Bucarest de 1974, establece el derecho a disponer de la información, educación y los medios para ejercer el derecho reproductivo básico, determinando que este derecho entraña una responsabilidad ante los hijos y la comunidad. Por su parte, la CEDAW establece el derecho de la mujer a decidir en cuanto la reproducción y la planificación familiar, obligando a los estados parte a tomar medidas para que los hombres y mujeres decidan sobre el número de hijos y el intervalo para tenerlos, mediante el acceso a la información, educación y los medios que les permitan ejercer libremente estos derechos. Los trabajos de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo, celebrada en el Cairo en 1994, arrojan el término “derechos reproductivos”, considerándolos como derechos humanos dignos de protección y se basan en el reconocimiento del derecho básico de todas las parejas e individuos a decidir libremente el número de hijos que quieran tener, el momento para tenerlos y contar con la información y los medios necesarios para esto, así como alcanzar altos niveles de salud sexual y reproductiva. Estableciendo también el derecho de las personas de decidir sobre sus derechos reproductivos sin sufrir discriminación, coacción ni violencia (Ávalos, 2013). Para 1995, tuvo lugar la Cuarta Conferencia Internacional de Mujeres, celebrada en Beijing, esta conferencia representa un cambio en el feminismo mexicano, en lo relativo a la salud y a los derechos de las mujeres, puesto que en esta Conferencia se insta a los estados a considerar el aborto como un 129 problema de salud pública, por lo que deberán realizar un análisis de las leyes sobre el aborto en el país, para eliminar las condiciones que pongan en riesgo la vida de las mujeres (Márquez, 2010). En México, la figura del aborto aparece tipificada en el código penal federal desde 1871, sin embargo, no fue sino hasta los años setenta que empieza a ser parte de la agenda política del país, al ser considerado como un problema público, que el estado debe enfrentar y solucionar. Es entonces que el problema del aborto comienza a ser registrado mediante leyes, estadísticas, sondeos, conmemoraciones, entre otras acciones; pero también empieza a ser denunciado por otros actores como una práctica ilegal, clandestina, insalubre y que pone en riesgo las vidas humanas (Cefai y Lafaye, 2001; citados por Márquez, 2010). La década de los setenta va a ser un parteaguas en lo relativo a la política del país sobre natalidad, pues el gobierno comenzó una política de planificación familiar y en 1974 se promulga la Ley General de Población, siendo también en este año en que se reforma el artículo 4° de la constitución quedando tal como ya ha sido citado al inicio de este apartado, lo que es de gran relevancia, pues este artículo es la base para que años después pueda darse una lucha por la igualdad, la equidad, el derecho a la salud y a la sexualidad de las mujeres y de toda la población, con un fundamento constitucional. Permitiendo también que aspectos de la vida privada de los individuos, como la sexualidad y la reproducción comenzaran a ser parte del debate público del país (Tarrés, 1995; citado por Márquez, 2010). Para 1976, por órdenes del gobierno mexicanos, se organiza un grupo de trabajo denominado el Grupo Interdisciplinario para el Estudio del Aborto en México (GIEA), cuya función era el análisis de la temática del aborto, sin embargo, este colectivo no tuvo éxito puesto que las modificaciones a las legislaciones del país fueron realizadas por los diputados priistas, lo cual se hizo desde su lógica, sin presentarlo ante la sociedad civil organizada, ni tener ningún tipo de debate público al respecto (Márquez, 2010). Como era de esperase, existieron reacciones por parte de los distintos actores de la sociedad mexicana, por un lado, los movimientos feministas del país se abocaron a defender el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y su maternidad, para lo cual exigieron la legalización del aborto en México, a fin de que fuera un servicio gratuito de salud, al que cualquier mujer mexicana pudiera acceder. Pero por otra parte, como relata Márquez, los grupos de extrema derecha y la iglesia católica salieron a manifestarse y a defender la existencia de la vida desde el momento de la concepción, argumentando también que las mujeres son el pilar de la familia y que por tal razón, su papel consistía en la reproducción y en el mantenimiento de los 130 valores religiosos y morales de la familia. Este debate entre la sociedad civil organizada se continuó en las décadas posteriores. Para el año 2007, el gobierno el Distrito Federal abrió un debate público para saber la opinión de los ciudadanos sobre la nueva ley de aborto en el Distrito Federal, los resultados de la encuesta realizada por el Population Council de Mexico en el marco de la Alianza Nacional por el Derecho a decidir, para el año 2009, reflejaron que el 39% de la población encuestada pensaba que el derecho a decidir sobre la interrupción del embarazo debería ser de la mujer, mientras que el 51% determinó que debería ser un derecho de la mujer y su pareja (Márquez, 2010). La primera década del siglo XXI trajo grandes cambios para la población mexicana en materia de derechos reproductivos. En abril de 2007, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, fue pionera en el reconocimiento de los derechos de las mujeres al aprobar una reforma al Código Penal del Distrito Federal, en la cual se despenaliza la interrupción del embarazo, para las mujeres que lo hagan y las personas que las auxilien, antes de que se cumplan las doce semanas de gestación. De igual manera, esta reforma fue seguida por la de la Ley de Salud para el Distrito Federal, en donde se determina que las instituciones de salud del Distrito Federal tienen la obligación de atender las solicitudes de interrupción del embarazo y de efectuar campañas educativas y de promoción de la salud sexual y reproductiva (Ávalos, 2013). Esta acción de la Asamblea del Distrito Federal, viene a ser un hecho histórico para la sociedad mexicana, un gran porcentaje de la población celebramos la decisión de la Asamblea legislativa y lo que esto supone en tratándose de los derechos de las mujeres mexicanas y latinoamericanas, toda vez que es el primer país de Latinoamérica en tomar una medida progresiva de este tipo. Sin embargo, las reacciones en contra de esta decisión no se hicieron esperar, por una parte, el titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y el Procurador General de la República interpusieron demandas de inconstitucionalidad ante las reformas de despenalización del aborto, en tanto eran consideradas como reformas que violaban los derechos a la vida y la salud del concebido. Estas demandas fueron conocidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que declaró la Constitucionalidad de la despenalización del aborto en el Distrito Federal, antes de las doce semanas de gestación40. 40 El 28 de agosto de 2008, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación analizó las acciones de inconstitucionalidad y con 8 votos a favor, se resolvió la constitucionalidad de las reformas, toda vez que se determinó que la protección constitucional al derecho a la vida no obliga al legislador pues este debe ser libre para reconocer cuando debe actuar el derecho penal y cuando no, con el límite de no despenalizar de forma discriminatoria o con leyes privativas, ni hacerlo sin seguir los procedimientos necesarios (Ejecutoria Acción de Inconstitucionalidad 146/2007 y su Acumulada 147/2007; citadas por Ávalos, 2013). 131 Esta reforma generó un debate en la población del país, mismo que hasta la fecha continua suscitándose en varios Estados de la República, toda vez que, como respuesta a la reforma de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, dieciséis Estados, aprobaron para 2011, reformas en sus constituciones locales, a fin de proteger la vida desde el momento de la concepción (Ávalos, 2013). Estas reformas han sido limitantes para el respeto y garantía de los derechos humanos de las mujeres mexicanas. C) Cifras de la situación actual en México A través de los datos publicados por la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2014, se puede tener una radiografía de la actualidad del país en lo que respecta a los derechos reproductivos y sexuales de la población. En algunos casos estos datos serán segregados en base a la situación de la población de lengua indígena, ya que como ha quedado mencionado en el apartado anterior, las mujeres de esta población sufren una mayor discriminación y marginación, mismas que impactan de manera directa en sus derechos sexuales y reproductivos, puesto que no tienen conocimiento de las alternativas de salud con las que cuentan. De acuerdo a los datos de la ENADID, se toma la muestra entre mujeres fértiles de entre 15 a 49 años. Para finales de los años setenta, la tasa global de fecundidad llego a ser de siete hijos por mujer, sin embargo, para el trienio 2011- 2013, esta tasa ha disminuido a 2.2. La mitad de las mujeres en edad fértil iniciaron su vida sexual a los 18 años de edad. Es debido a esto que se ha puesto énfasis en tratar la fecundidad adolescente, puesto que va a ser un factor para determinar otros aspectos de salud en la mujer, como lo es la morbilidad infantil, la inserción laboral de la mujer y la vulnerabilidad y violencia que puedan recaer sobre estas mujeres. En datos arrojados por la ENADID, 2014, el 98.7% de las mujeres en edad fértil manifestaron conocer o haber oído hablar de algún método anticonceptivo, no obstante esto, un 26.3% de las mujeres no utilizaron métodos anticonceptivos en su primer relación sexual por desconocimiento, y este porcentaje se incrementa en mujeres de lengua indígena, siendo del 52.6%. La escolaridad de la mujer también es un factor determinante en su comportamiento reproductivo, ya que a mayor grado de escolaridad, menor es el índice de fecundidad en las mujeres. Esto se 132 refleja en el siguiente gráfico (Gráfica no. 6) en dónde se puede ver la disminución del índice de fecundidad de las mujeres en base a la escolaridad. Gráfica 6. Tasa de fecundidad por nivel escolar Fuente: NEGI. Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, 1997 y 2014. Por otra parte, se refiere que la edad promedio de la primera unión de las mexicanas en edad fértil es a los 20.3 años, lo cual varía en tratándose de la población indígena, cuya media de edad es a los 18.7 años, Y en los casos de unión de pareja, 73 de cada 100 mujeres han manifestado emplear métodos anticonceptivos para prevenir el embarazo, en la población indígena, este porcentaje es de 59 por cada 100 mujeres. Ahora bien, los hijos promedio que tiene la población es de 1.6, lo que también se acentúa en el caso de las mujeres indígenas, quienes tienen un promedio de hijos de 2.5. De acuerdo con la ENADID 2014, la tasa global de fecundidad para el trienio 2011-2013 133 muestra que en promedio, las mujeres hablantes de lengua indígena en edad fértil tienen 2.98 hijos por mujer, mientras que la tasa de fecundidad de las mujeres que no hablan lengua indígena se ubica en 2.17 hijos por mujer. 2.2.5 Las mujeres mexicanas como actoras de la fuerza de trabajo La estabilidad temporal y el desarrollo que inundó al país durante los años cuarenta, fueron un factor determinante para que las mujeres pudieran tener la posibilidad de salir a incorporarse al mercado de trabajo, cambiando así el estereotipo de género en el que el hombre era el único proveedor y sustento del hogar. Rendón y Maldonado (2004) afirman que en un principio esta posibilidad fue para las mujeres jóvenes y solteras, sin embargo, se fue generalizando a todos los grupos de edad y a todos los estados civiles. Y responde a factores como el acceso de las mujeres a la educación, a cambios demográficos, sociales y culturales de la vida del pueblo mexicano, lo que permitió o hizo más aceptable que las mujeres salieran de su casa a trabajar. De igual manera, estos autores señalan que la edad para contraer matrimonio también tuvo una variante en la sociedad mexicana, sobre todo en tratándose de mujeres, lo que además contribuyo, junto con otros factores como el uso de anticonceptivos, al descenso de la fecundidad y al optar por el divorcio y separaciones conyugales, dando mayor independencia a las mujeres y otorgándoles también, en muchas ocasiones, el papel de jefe de familia y responsables del sostén de sus hijos, lo cual no era común para la sociedad (Rendón y Maldonado, 2004). Otro aspecto determinante en la integración de las mujeres a la vida laboral han sido las crisis económicas del país y la falta de condiciones sociales que impactaron de tal manera a las familias mexicanas que se volvieron un detonante para que las mujeres y varios miembros de la familia salieran a buscar empleos extradomésticos. Sin embargo, como la ya lo he expuesto, estos empleos fueron precarios, representativos de la mano de obra barata y flexible, es decir, que se puede emplear temporalmente o a tiempo parcial y bajo una subcontratación o con trabajo a domicilio41, respondiendo a una segregación del empleo por sexo. Las mujeres tuvieron una gran aceptación en trabajos enfocados al comercio, servicios 41 La industria de la maquila ha presentado un aumento en la modalidad de trabajo a domicilio. Este proceso es atractivo para los empleadores ya que ellos se encargan de proporcionar materia prima e insumos a los trabajadores, sin tener que proveerles de prestaciones o derechos como trabajadores y logrando así reducir costes de producción, pero con este sector se ha disparado el empleo informal (González 1997, citado por Correa, 2006). 134 sociales y personales, industria maquiladora y hasta cierto punto, las mujeres también pudieron entrar al trabajo del sector agropecuario, de la construcción y otro gran porcentaje de mujeres encontró en el autoempleo –negocios familiares y unipersonales- una salida para sostenerse (Rendón y Maldonado, 2004). En el siguiente gráfico (no. 7) se describe el incremento de mujeres que tienen una participación económicamente activa. Para el segundo trimestre de 2016 la población mexicana en edad de trabajar era de 89, 775, 051, siendo la población económicamente activa ocupada 51, 433, 590, 31, 780,102 hombres y 19, 653, 488 mujeres, representando un porcentaje de 61.8 y 38.2 respectivamente (STPS-INEGI, 2016). El gráfico muestra la incorporación paulatina de las mujeres al empleo formal al duplicarse el porcentaje de mujeres económicamente activas; mientras aunque, un porcentaje de 38.5 mujeres en edad de trabajar forman parte de la población desocupada, aunque se mantienen realizando trabajos reproductivos al servicio del hogar y los familiares, que no son remunerados ni reconocidos. Además la brecha entre hombres y mujeres con actividad económica sigue siendo notoria: el ingreso promedio de la población nacional ocupada, para el segundo trimestre de 2016, es de $5,533 pesos mensuales con $6,045 pesos mexicanos para los hombres y un promedio de $4,700 pesos mensuales para las mujeres. Gráfica 7. Población económicamente activa, por sexo, 1970-2016 Fuentes: (INEGI, 1990; INEGI, 1999; INEGI, 2003; citados por CORREA, 2006; STPS-INEGI, 2016) 135 En base a las estadísticas publicadas por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social las ramas económicas más feminizadas son los servicios, el comercio, gobierno y organismos internacionales y la industria manufacturera, mientras que la construcción, las actividades agropecuarias, la industria extractiva y eléctrica, así como transportes y comunicaciones, aún son actividades muy masculinizadas (gráfico no. 8). Se mantiene una marcada segregación de la ocupación por sexo, siendo las mujeres mayormente empleadas maestras, meseras, enfermeras, secretarias, cocineras, camareras, mucamas y/o trabajadoras domésticas, y las que optan por puestos de mano de obra cualificada afronta los limitantes que como mujer le plantean los mercados selectivos, competitivos y masculinizados en los cargos públicos, cargos administrativos de sector público y privado, empresarias y emprendedoras, entre otros, en los cuales la figura del hombre es más aceptada. Por último, es necesario contemplar la situación de trabajo informal que gira en torno a las mujeres – Servicios no especificados de la gráfica no. 3 - ya que cada vez más hombres y, sobre todo, mujeres forman parte de este sector informal que sigue creciendo y las deja sin derechos. Gráfica 8. Distribución por sexo, de acuerdo a las principales ramas económicas, 2016 Fuente: STPS-INEGI. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. STPS. Septiembre, 2016 136 Como es sabido tanto la segregación ocupacional como la discriminación salarial son producto de la división sexual y social del trabajo que prevalece en la familias, poniendo en desventaja a las mujeres al ser delegadas a cumplir con el trabajo reproductivo y adecuarse a la participación económica en base a las reglas de su hogar, puesto que la dinámica familiar es aún un factor determinante y de suma importancia para las mujeres mexicanas, tanto en la vida familiar como en sus funciones extradomésticas (Correa, 2006). Por otro lado, esta integración de las mujeres a la vida laboral ha permitido, en muchos casos, su autonomía y empoderamiento elevando su autoestima e impulsando su independencia, sin embargo, también está representando una duplicidad de funciones, de jornadas de trabajo tanto productivo como reproductivo que las mujeres deben sortear solas, en ocasiones sólo con el apoyo de los familiares cercanos, pero en donde el Estado no ha sido capaz de proveerles de un respeto y salvaguarda de sus derechos, ni de prestaciones sociales que le puedan impulsar a seguir involucrándose al mercado de trabajo. Más aun, el Estado mexicano continúa ofreciendo empleos y salarios precarios que siguen orillando tanto a hombres como mujeres a engrosar las estadísticas migratorias hacia los Estados Unidos. 2.2.6 Cambio de roles: De las familias nucleares a las mujeres jefas de familia Como ya lo he mencionado, la cultura patriarcal ha otorgado al hombre una autoridad máxima en la sociedad y principalmente en el núcleo familiar, ya sea como padre o como conyugue. Sin embargo, la incorporación de las mujeres a la educación y la economía del país permite cambios en los estereotipos de género y su cuestionamiento reconociendo la autoridad y capacidad de la mujer para ser reconocida como jefa de hogar42. En México comúnmente existen dos modalidades para distinguir a las familias. Por una parte se encuentran las familias nucleares, constituidas por el jefe de familia y su conyugue, ya sea que tengan o no hijas o hijos solteros, o que se trate de un solo jefe de familia con descendientes no casados. Por otro lado se encuentran las familias extensas, conformadas por una familia nuclear y parientes, o un jefe de familia con parientes. Siendo importante señalar que en México cada vez es 42 Cabe señalar que el concepto de autoridad se ha visto directamente relacionado con la masculinidad, esto debido a que forma parte de las construcciones sociales del género, que repercuten en la vida familiar tanto en la distribución de tareas, como en la toma de decisiones económicas, sociales y culturales de la familia (Navarro, 2010). 137 más común ver que las familias extensas se hacen cargo de los servicios que el Estado no es capaz de proveer, lo que se ha presentado aun cuando la industrialización y modernización tienen a la nuclearización de las familias, al menos en el medio urbano (Correa, 2006). Las características que distinguen al trabajo femenino y las repercusiones económicas que ha habido sobre el trabajo de los hombres han permitido que algunas mujeres tengan mayor presencia en el trabajo local y/o que se hayan visto en la necesidad de crear sus propias fuentes de trabajo. Lo que ha repercutido en la distribución de tareas e ingresos al interior de la familia, pues las mujeres encontraron mayor responsabilidad en sus actividades, pero esto también se extendió en algunos casos, hasta sus ingresos, lo que les ha otorgado más autoridad dentro de la familia y mayor autonomía para tomar decisiones sobre su propia vida y la de sus hijos. Ahora bien las mujeres se convierte en Jefas de Hogar por distintas vías entre las que se encuentran los flujos migratorios hacia los Estados Unidos de Norteamérica junto a la muerte del conyugue, el incremento en la esperanza de vida de la mujer, los embarazos no deseados, los hogares con divorcios, separación conyugal o abandono familiar por parte de los hombres, que les permitieron terminar incluso con ciclos de violencia a los que estaban sometidas. Incluso, autoras como Rendón y Maldonado (2004), afirman que son distintos los factores que determinan estas jefaturas en base a si se dan en un medio urbano o rural, ya que en ambos casos el enviudar era la causa principal para que la jefatura del hogar decayera sobre la mujer, sin embargo, en la actualidad los divorcios o separaciones conyugales son la principal causa para que se de este cambio de roles familiares tratándose de la vida urbana; mientras que la migración puede ser considera como el factor principal para que este fenómeno se presente en el medio rural. Estos cambios sociales han transformado la manera de ver la distribución sexual del trabajo entre las mismas mujeres, puesto que aquellas que no se han incorporado al mundo laboral, sin importar la razón por la cual no lo han hecho, llegan a ser desvaloradas o segregadas por otras mujeres que ya han logrado una posición diferente gracias a esto (Navarro, 2010). De igual manera, investigaciones como las de Pedrero (2004) señalan que cada vez aumenta más el número de hombres que reconocen como jefas del hogar a las mujeres (Pedrero, 2004; citada por Navarro, 2010). De acuerdo a Adriana López (2001) el ser jefe de un hogar representa que los miembros de la familia, nuclear o extensa, reconozcan a la persona como un superior jerárquico, que se encuentre presente en el hogar y que tenga la facultad y la autoridad para tomar decisiones, siendo el principal 138 soporte económico. Así, de acuerdo a los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía ha habido un incremento de mujeres jefas de familia en México, para 1970 estas mujeres representaban el 17.4% aumentado para el 2010 a 24.6%, en el año 2010 los hogares bajo esa jefatura sumaron el 26.4% y para el 2015 el 29%, luego entonces este aumento también ha sido paulatino y ha sido un reflejo de los cambios que hemos señalado (Gráfica no. 9). Cabe señalar que para 2014, del 26.4% de los hogares mexicanos que contaban con una mujer como jefa de familia, de estos hogares con jefatura femenina, el 19.8% son familias nucleares y el 37.6% son hogares extensos (INEGI, 2011, 2015 y 2016). Gráfica 9. Jefaturas de hogar por sexo, de 1970 a 2015 Fuente: INEGI, 2011; INEGI 2015; INGEGI 2016. En diversas investigaciones se ha hablado de que la mujer asume la jefatura del hogar cuando el hombre migra o por alguna razón en la cual el hombre no responde al papel de proveedor, o cuando hay violencia por parte del conyugue o pareja. Sin embargo, una realidad que debemos plantear es que las mujeres jefas de familia también han buscado en la migración una salida para poder cumplir con su papel de jefa y proveedora de la manutención de la familia y del hogar. 139 2.2.7 Violencia contra las mujeres mexicanas En base a los temas ya expuestos, se ha podido ver que en México ha habido avances en el respeto a los derechos de las mujeres, los cuales les han permitido tener un rol determinante en la vida política, social, cultural y económica del país, sin embargo, aún es un país en donde la desigualdad está presente y es una desigualdad que no es generada solamente por el sexo de los individuos, sino que responde a la procedencia étnica, a la clase social, al nivel educativo y a creencias religiosas entre las mismas mujeres y por supuesto, ante los hombres. En México aún hay muchas brechas de género por cubrir en todos los ámbitos de desarrollo y mientras no haya las condiciones para la igualdad y discriminación que sufren los sectores más vulnerables el país no será verdaderamente democrático y libre. Uno de los mayores problemas es la violencia de género que por cuestiones culturales ha permanecido en la sociedad como un mandato ancestral, que ha sido aceptada y reproducida como una forma de vida natural, transformando, tolerando y justificando las diferencias biológicas en desigualdades de género y haciendo creer al hombre que tiene el derecho e incluso el deber de controlar y educar a la mujer a través de la violencia. La violencia de género tiene muchos matices, pero como señala Torres (2004) debe ser abordada desde una visión política, pues es desde ahí y desde las instituciones que se debe garantizar el derecho de las mujeres para que sean reconocidas como ciudadanas y se respeten sus derechos. Para definir el problema de la violencia de género es necesario tomar en cuenta elementos como el poder, la violencia y la dominación, toda vez que esto va a formar parte de la voluntad ante una realidad concreta. De acuerdo a Mackinnon (1979), la voluntad es determinante, pues se trata de la imposición de uno sobre el otro a través de la fuerza física, moral o psicológica, que se resume en la pregunta, o bien, cuando desde el feminismo se señala como el cuerpo femenino es el sitio privilegiado de la dominación masculina (Lagarde, 1989), que los pactos sociales tienen un carácter patriarcal y que la violencia se encuentra en el lenguaje y en el orden simbólico de la sociedad y que se puede concebir tanto en un espacio público, como privado. La misma Torres afirma que la violencia que sufren las mujeres se da por el hecho de ser mujeres, y como las mujeres han sido borradas de la historia, negándolas o invisibilizandolas, entonces su ausencia no se denuncia puesto no que no ve como una ausencia, salvo por las mismas mujeres (Riley, 1988; citado por Torres, 2004). Y ante esto, es menester reconceptualizar los derechos, 140 incluyendo variables tales como raza, clase, sexo, religión, edad, preferencia sexual, entre otras, a fin de que la población no siga subordinada, como históricamente ha sucedido (Torres, 2004). Entonces, para poder combatir la violencia estructural existente es necesario ver el origen de las desigualdades que la generan, garantizando el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, simplemente por ser un derecho fundamental de todo ser humano, y las mujeres tendrán que asumir este derecho que se les otorga y buscar las alternativas para ejercerlo. A) La visibilización de la violencia de género en México La lucha de las mujeres y feministas contra la violencia de género es lo que ha permitido que las violencias de género entren en la agenda política y se tornen un problema público, dejando de lado la conceptualización de que al ser un problema entre individuos, esto se vuelve privado y no da cabida al estado. Sin duda alguna, este proceso ha estado y hasta la fecha se encuentra sorteando obstáculos a fin de lograr un resultado satisfactorio y garante de derechos. Los grupos feministas de México han sido determinantes en esta lucha, fue gracias a su trabajo y activismo que durante los años setenta comenzaron a denunciar la problemática de la violencia en contra de la mujer. A finales de los años setenta se comenzó a brindar una atención especializada a víctimas de violación, lo cual no fue sencillo, pues se trataba de un tema tabú que pese a su existencia, no era hablado por la sociedad mexicana (Duarte y González, 1994). Como respuesta del Estado, tuvieron lugar las agencias especializadas en delitos sexuales, pero con el paso de los años, ya no solamente eran notorias las víctimas de violencia sexual, sino que también empezaron a serlo las mujeres víctimas de violencia física –mujeres golpeadas- como se les llamaba (Torres, 2004). Para 1983 las mujeres organizadas comenzaron a analizar la legislación local y federal, a fin de proponer reformas en pro de los derechos de las mujeres. Estas propuestas legislativas tuvieron eco hasta mucho tiempo después, ya en los años noventa. La tendencia internacional a volver la vista hacia el maltrato suscitado en el hogar, obligó al estado mexicano a comenzar a trabajar al respecto, incorporando lo establecido en instrumentos internacionales como la CEDAW y la Convención de Belém do Pará. Otra herramienta internacional adoptada por México, con el fin de promover la igualdad de sexos y la autonomía de la mujer, fue el uso de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que fueron propuestos por la ONU en el año 2000. 141 Cabe señalar que las últimas décadas del siglo XX marcaron un desarrollo legislativo en el país, pues se reformaron códigos en diversas materias, se incorporaron derechos, replanteándose la ciudadanía y acceso a oportunidades y por ende a la igualdad de grupos marginados. Es por esta razón, que en esta época se legisla para regular la violencia familiar como falta administrativa, causal del divorcio y delito, lo cual se hizo también a manera local en las legislaciones de los estados. En materia de salud, se realizaron reformas para incorporar la atención a víctimas de violencia familiar y sexual, de manera especializada, lo cual se hizo a través de la Norma Oficial Mexicana 190, que posteriormente se cambió a la NOM 046 (Hijar et al., 2014). También se legisló para la creación de centros de atención a mujeres maltratadas. Siguiendo a Torres (2004), es así como un problema denotado por las filas feministas llegó a ser parte de los programas gubernamentales y que ha logrado sensibilizar a la sociedad en general. Al estar institucionalizada la atención a este problema, los términos comienzan a adecuarse, por ejemplo, se cambia el término “mujeres golpeadas” por el de “violencia intrafamiliar”. También se va presentando un esfuerzo por parte del gobierno y de la sociedad para documentar los datos estadísticos en el tema de la violencia contra las mujeres, los primeros instrumentos se llevaron a cabo en el año 1994, realizándose la Encuesta sobre Organización Doméstica, levantada por el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y la Encuesta sobre Organización Familiar, realizada por el Grupo de Educación Popular con Mujeres (GEM, AC). El Colegio de México llevó a cabo la Encuesta sobre Dinámica Familiar y por su parte, el INEGI realizó la Encuesta sobre Violencia Intrafamiliar, que cubrió solamente el Área Metropolitana de la Ciudad de México. Para el año 2003, el Instituto Nacional de Salud Pública realizó, entre sus derechohabientes, una encuesta sobre violencia. Sin embargo, todos estos instrumentos fueron la base en cuanto a datos estadísticos en el tema de violencia, pero fue en el 2003 cuando se llevó a cabo la primera encuesta con cobertura nacional, la ENDIREH realizada por el INMUJERES y el INEGI, con la colaboración del Fondo de Naciones Unidas para el Desarrollo de la Mujer (UNIFEM), esta misma encuesta fue realizada en 2006 y la última de ellas en 2011 (ENDIREH, 2011) A fin de tratar esta problemática, la protección del estado debe contar con una legislación adecuada, con procedimientos gratuitos y expeditos, así como la atención especializada a víctimas, en materia asesoría jurídica, atención psicológica, contar con una red de albergues seguros y proporcionar servicios de salud especializados, avalando así el acceso a una vida libre de violencia 142 (Torres, 2004). Es debido a esto que se crearon nuevas instituciones, como el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), que fue creado en 2011. La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, fue publicada el 01 de febrero de 2007, con la finalidad de establecer la coordinación entre la Federación, las entidades federativas y los municipios, para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Esta ley surge como respuesta a la necesidad del país de contar con un instrumento jurídico con perspectiva de género, que brinde seguridad a las mujeres mexicanas, a través de la aplicación de políticas públicas que brinden una respuesta a las necesidades de la población. Esta ley representa un marco general, sin estar destinada a aplicarse en casos concretos, sino para señalar directrices para la expedición de leyes y atención a víctimas y agresores. El objetivo de este instrumento jurídico es su integralidad, a fin de que pueda determinar los supuestos y las consecuencias legales en tratándose de violencia psicológica, física, patrimonial, económica, sexual, entre otras formas análogas de violencia de género; garantizando el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, sin importar su estado civil, profesión, edad, religión, condición social, entre otras variantes. En esta ley también se prevén las modalidades de la violencia o ámbitos en que ocurren las agresiones hacia las mujeres, pudiendo ser familiar, laboral, docente, institucional, feminicida y/o en la comunidad. Uno de los puntos más relevantes de la Ley es la obligación del Estado Mexicano de reparar el daño causado a las víctimas de violencia feminicida. Esta garantía está contemplada en el artículo 26 de la ley, dando el derecho a La justicia pronta, expedita e imparcial; la rehabilitación de la víctima y la satisfacción o medidas orientadas a la prevención, y a las órdenes de protección, lo que es una acción esencial en la lucha contra la violencia, debido a la dependencia afectiva que se puede presentar entre la víctima y el victimario. La expedición de esta Ley ha significado un compromiso de las autoridades para con las mujeres mexicanas, sin embargo, tal como señala Paola Martínez (2007), es necesario educar a la sociedad para que se produzca un cambio y se pueda vivir con pleno respeto a los derechos de las mujeres. Es necesario que exista una estrategia renovada que promueva el cambio promueva el cambio estructural hacia la igualdad de género, que apunte al papel de los hombres y jóvenes como agentes de cambio, a través de la educación, que logre incrementar el apoyo de la sociedad civil, garantizando el acceso a la justicia a las víctimas de violencia. 143 B) La realidad de la violencia en cifras La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, 2011, se realiza en cooperación entre el INEGI e INMUJERES, a fin de conocer la incidencia de la violencia de pareja y la que ocurre en los ámbitos escolar, laboral y comunitario, así como sus características. Esta encuesta señala que en México la violencia sigue siendo un asunto a atender por las autoridades, puesto que aun con las adecuaciones jurídicas realizadas, la población femenina sigue siendo víctima de abusos y vejaciones, sin distinguir edad, nivel educativo o socioeconómico. De acuerdo a los datos publicados se sabe que 63 de cada 100 mujeres de 15 años y más, residentes en el país, han sufrido violencia de algún tipo – emocional, sexual, física, económica, patrimonial y/o discriminación laboral – reconociendo a su agresor como su pareja, esposo, novio, algún familiar, compañeros de trabajo o de estudios, autoridades escolares, laborales o como personas conocidas o extrañas. La encuesta refleja que la violencia está presente en toda la república mexicana, puesto que el estado que menor índice de violencia refleja un 43.5, siendo Chiapas, mientras que los cinco estados con mayores índices son: Estado de México con 73.4, Distrito Federal con 72.1, Chihuahua 68.8, Sonora 68.1 y Nayarit con 67.4 (INEGI, 2015) por lo tanto, se puede ver que los índices de violencia fluctúan entre un 50 por ciento en la media de los estados, lo cual es alarmante. La encuesta reporta que el grupo de edad que ha llegado a presentar mayor violencia, ya sea de la pareja o de terceras personas, es el de las mujeres entre 20 y 39 años. Específicamente, 68 de cada 100 mujeres entre 30 y 39 años han sido víctimas de algún tipo de agresión. Entonces, si esta encuesta que refleja los abusos a los cuales han sido sometidas las mujeres mexicanas, será necesario conocer los parámetros utilizados por la ENDIREH (2011) para definir cada tipo de violencia, en las preguntas realizadas a la población encuestada, siendo los siguientes: Violencia física. Hace referencia a las agresiones dirigidas al cuerpo de la mujer por parte del agresor; lo que se traduce en un daño, o en un intento de daño, permanente o temporal. Las agresiones físicas comprenden: empujones, jalones, golpes, ataques con cualquier tipo de armas, entre otras. Violencia emocional o psicológica. Aunque constituye una forma de agresión muchas veces no reconocible a primera vista debido al uso de metáforas en el habla y la “ausencia de evidencias” físicas, se sabe que deja huellas importantes en la persona que la padece, al grado de constituir en sí un proceso efectivo de destrucción moral que puede conducir a la enfermedad mental o incluso al suicidio. Es la única forma de violencia que puede presentarse de manera aislada, aunque puede estar presente en los demás tipos, de ahí la importancia de estudiar el fenómeno en todas sus variables. 144 Violencia sexual. El agresor arremete físicamente en contra de la mujer para tener algún tipo de relación sexual; estas formas de dominación pueden ir desde exigir u obligar, hasta el uso de la fuerza para lograr el sometimiento. Su expresión más evidente es la violación. Violencia económica. Sitúa a las mujeres en una franca posición de discriminación al atacarlas, independientemente de su posición social, agravándose en aquellas con menores oportunidades sociales. Este tipo de violencia tiene dos variantes: a) Desde el ámbito público, está relacionada con la discriminación social de las mujeres al trabajo remunerado. Asimismo, suele traducirse en menores oportunidades de empleo, promoción y salarios dignos, que hacen posicionar a las mujeres en una clara desventaja social, con repercusiones importantes en su vida; b) Desde el ámbito privado, se expresa en la limitación del acceso de la mujer al dinero que se utiliza para cubrir los gastos cotidianos, o bien, a los bienes materiales que constituyen el patrimonio familiar, tales como terrenos, casas y valores en general. Violencia patrimonial. Corresponde a situaciones de coerción o despojo sufridas por una mujer sobre sus propiedades, así como obligar o forzar a la mujer a poner sus bienes, o alguna propiedad, a nombre de otra persona. De acuerdo al INEGI (2015), 47 de cada 100 mujeres de 15 años y más han sido agredidas por su actual o última pareja a lo largo de su relación. La violencia más frecuente en el hogar es la emocional (44.3%), la cual ha sido reportada en su mayoría por parte de parejas o exparejas, le sigue la violencia sexual (35.4%), misma que ha sido perpetrada por agresores distintos a la pareja o expareja. La violencia doméstica contra las mujeres se ha incrementado en los últimos años, siendo más frecuente entre las mujeres que se casaron o unieron antes de los 18 años (52.9%), misma que disminuye en tratándose de mujeres de 25 años o más con una unión de pareja (43.4%). También se reporta un incremento en la violencia cuando se trata de mujeres que han tenido dos o más uniones de pareja o matrimonio, siendo del 54.6% en estos casos, mientras que para las mujeres que sólo han tenido una unió o matrimonio, es del 48.7%. Los homicidios de mujeres han sido un tema central en el país durante las últimas décadas, que ha rebasado fronteras por su magnitud y gravedad, esto se debe a que la violencia contra las mujeres ha tomado proporciones inadmisibles llegando a situaciones tan extremas como la muerte por feminicidio. El feminicidio es el asesinato de mujeres por el hecho de serlo, es decir, que son crímenes producto de la misoginia que impera en la sociedad, como ya ha quedado establecido en el marco teórico de la presente investigación. 145 Si bien el feminicidio ha formado parte de la agenda política de varios países, para México43es una grave problemática que refleja la impunidad e inoperatividad de las autoridades para proteger los derechos de las mujeres y de sus familias, puesto que no se detienen estas agresiones en contra de las mujeres, ni de resolver los casos o castigar a los responsables, y la impunidad hace que los crímenes se reproduzcan. Durante el 2013 y 2014 se estima que diariamente fueron asesinadas siete mujeres en el país, ubicándose la tasa de homicidios más altas entre 13 y 6 defunciones por cada 100 mujeres en los estados de Guerrero, Chihuahua, Coahuila, Zacatecas, Morelos y Durango. Las mujeres asesinadas durante 2013, siete de cada 100 se encontraban en un rango de edad de 0 a 14 años, un estimado de 40% estaban entre los 15 y los 24 años, el 42% tenían entre 25 y 49 años y el 17% eran mujeres mayores de 50 años (INEGI, 2015). Entonces, las violencias que se han ejercido en contra de las mujeres a través de la historia y que fomentan de las desigualdades en el país, que se acentúan en combinación con otros factores económicos, de salud o educación. Ahora bien, la tendencia al control de las mujeres, de sus decisiones, sus movimientos, su sexualidad, sus opiniones, sus determinaciones en cuanto a la reproducción, buscando reafirmar la autoridad y la dominación por parte de los hombres sigue vigente, a pesar de los cambios que introducen las leyes y las políticas públicas dirigidas a la equidad e igualdad de género, y en especial, para garantizar justicia a las víctimas de violencia. 43 La importancia del hecho en cifras y del término jurídico ha llevado a la adopción de normas específicas en la algunos países latinoamericanos contra el femicidio o feminicidio: Chile, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua y Perú (Garita, 2015) 146 147 CAPÍTULO III MIGRACIÓN DE MUJERES MEXICANAS HACIA ESTADOS UNIDOS “Solicitamos trabajadores, pero vinieron seres humanos” Max Frisch Históricamente, los Estados Unidos han representado para los y las mexicanas el principal destino migratorio, aunque es cierto que la población mexicana también presenta una migración constante a otros países como lo son Canadá y España, como segunda y tercera opción respectivamente, la realidad es que el proyecto migratorio tiene objetivos distintos y las proporciones de migrantes son menores y nunca comparadas con las que se registran hacia el vecino país del norte44. Con ayuda del contexto descrito en el capítulo anterior, ha sido posible delimitar las características de la estructura de género predominante en México y las transformaciones y continuidades que ha experimentado en las últimas décadas. Entonces, como ya ha quedado establecido, los cambios tanto económicos como sociales del país llevaron a la sociedad mexicana a cambiar su dinámica familiar y laboral, obligando a las mujeres a buscar y proveer el sustento que sus familias necesitaban. La mujer mexicana ha conocido el fenómeno migratorio a través de sus vidas, ya que para la cultura mexicana es muy común el relacionar el sueño americano con nuestra forma de vida, puesto que está inmerso en la música, el cine, la televisión, el arte, la prensa y en el boca a boca de la gente de nuestra sociedad. Muchas mujeres comenzaron a conocer de la migración hacia Estados Unidos, cuando ese país les arrancaba el sueño de una vida en pareja o de una vida familiar. Ese país tan cercano y tan lejano, tan desconocido les arrancaba a sus seres queridos, pero les retribuía ese dolor con bienes materiales, que les ayudaban a sobrellevar la soledad del día a día, a cambio de una mejor calidad de vida para los suyos. Sin embargo, muchas de estas mujeres comenzaron a ver en la migración una posibilidad para recuperar ese sueño de familia que se les había negado, sin saber, que su valentía para migrar y reunirse con sus seres queridos, sería la apertura de caminos para que las mujeres comenzaran a salir de su país, buscando no sólo la reunificación familiar, sino también una superación y una mejor calidad de vida, para ellas y para los suyos. 44 De acuerdo a los datos de la ENADID 2014, para el tercer semestre de 2015, un porcentaje de 86.3 mexicanos migraron a Estados Unidos, el 2.2 migró hacia Canadá, mientras que España registró un porcentaje migratorio del 2.1 (INEGI, 2015) 148 Las migraciones femeninas de México hacia el vecino país del norte, comienzan a ser estudiadas en la academia a partir de los años setenta, esto corresponde con el estudio internacional de las migraciones de mujeres en general, las cuales, como ya ha sido señalado en el capítulo anterior, fueron invisibilizadas por centrarse la literatura científica en el estudio de las migraciones desde una óptica masculina y porque las ciencias sociales han seguido un carácter androcéntrico45. Sin embargo, gracias a la investigación de Smith y Duran (2001) se conoce que para 1914 ya se tiene referencia de migraciones de mujeres hacia Estados Unidos, en lo que respecta al Medio Oeste del país, estas migraciones respondían a la reunificación familiar, la cual se daba toda vez que los primeros trabajadores mexicanos de los ferrocarriles en la región de Kansas y Missouri, comenzaron a conseguir trabajos en granjas y en minas, durante el tiempo que no eran empleados por la empresa ferroviaria, lo que les permitió establecerse en el vecino país del norte, pudiendo llevar así con ellos, primero a su familia nuclear y después a su familia extendida. Esta migración de las primeras mujeres y de la dinámica familiar implantada en el nuevo entorno, crearon las condiciones para la llegada de más mujeres, surgiendo con estas migraciones cambios en los ámbitos laborales, económicos y de género en esa región, tal como lo ha señalado Saskia Sassen (2003), en sus investigaciones, describiendo estos cambios como un resultado de la feminización de las migraciones. La migración femenina se vio multiplicada entre los años de 1965 a 1969 y posteriormente en el periodo de 1985 a 1989, cuando paso de 10.5% a 20.9%. Posteriormente, con la ya citada Ley de Amnistía en 1986, se regularizó la situación migratoria de dos millones de migrantes, detonando una reunificación familiar y traslado de mujeres e hijos hacia Estados Unidos (Durand y Massey, 2003; citados por Arias, 2013). Esta autora refiere que a partir de 1990 y en la primer parte del siglo XXI, la migración femenina comenzó a disminuir, lo cual se debe al periodo de recesión sufrido por Estados Unidos y a otros factores que se expondrán en el presente capítulo. 45El fenómeno migratorio de mexicanas hacia los Estados Unidos ha sido estudiado por autores como Mummert, quien refiere sus investigaciones en los trabajos de Szasz (1999), Hondagneu-Sotelo (1994, 2003) y Ariza (2007) de manera general, sin embargo, esta autora realiza una clasificación de la bibliografía respecto a este tema por etapas de estudio desarrolladas de forma simultanea tanto en México como en Estados Unidos, citando publicaciones como las de Woo (2001), Dinerman (1982), Boyd (1989), durante la primer etapa; Mummert (1988), Espinosa (1998), Barrera Bassols y Oehichen Bazán (2000) Suárez y Zapata Martelo (2004, 2007), López Castro (2008), Kanaiaupuni (2000), Fix y Zimmerman (2001) y Donato (2006) durante la segunda etapa; y durante la tercer etapa econtramos a Golring (1996), Malkin (1999), Cordero Díaz (2007), Correa Castro (2006), D´Aubeterre (2000), Mummert (1999, 2003) Rosas (2009), Hirsch (2003), Pessar y Mahler (2003), Smith (2006), Stephen (2007), Boehm (2008) y Smith y Bakker (2008). Cabe señalar, que los estudios trasnacionales son conocidos en México y en América Latina a partir de 1999, debido a la publicación de la obra Fronteras Fragmentadas (Mummert, 1999) 149 Ahora bien, aun cuando se tiene conocimiento de una migración antigua de mujeres hacia estados unidos, esta respondía a causas, tendencias, factores y circunstancias diversas a la migración de mexicanas en la actualidad, toda vez que los patrones migratorios se han visto modificados, entre otros factores, debido al nivel de escolaridad de las migrantes y a la responsabilidad o al rol que la mujer tiene frente al grupo doméstico, a su familia nuclear y las redes formadas en sus sociedad de origen, ya que ahí es en dónde van a tener mayor impacto los cambios que produce la migración femenina. En la actualidad y gracias a la literatura científica que se ha escrito sobre migración de mexicanas a Estados Unidos, se sabe que la mujer no es sujeto pasivo en la migración, puesto que ha transformado los patrones migratorios establecidos, convirtiéndose así en parte elemental del fenómeno migratorio. Incluso, de acuerdo a las cifras de la División de Población de las Naciones Unidas, para el 2015, México fue el segundo país con mayor número de mujeres migrantes en el mundo, con 5.8 millones, equivalentes a un 4.9% de la población femenina migrante en el mundo, antecedido solamente por Rusia que tiene un porcentaje de 5.1%. Siendo los Estados Unidos el principal destino de las mujeres migrantes con 23.8 millones de personas, representando el 20.2% del total mundial de la migración femenina (División de Población de las Naciones Unidas, 2015). A través de este capítulo pretendo retratar un panorama general sobre la migración de mujeres a los Estados Unidos, a fin de analizar ¿Quiénes son las mujeres que migran y a qué factores responde su migración? ¿De qué manera se ha estudiado la migración de mujeres mexicanas a Estados Unidos? y ¿Cuáles son las tendencias migratorias desde México y hasta Estados Unidos?, esto con el objeto de conocer una generalidad del país y poder llegar así a situarnos en el Medio Oeste de Estados Unidos, específicamente en la Ciudad de Kansas City, Missouri, conociendo así las particularidades de esta región y a las migrantes que se estudian. Algunas secciones de este capítulo serán abordadas desde lo general, es decir, desde la migración que contempla cifras de hombres y mujeres migrantes, para después ser explicadas en lo que respecta a las mujeres. Esto ha debido hacerse así, toda vez que buena parte de la información que se ha encontrado no se encuentra clasificada por sexo y debe tomarse desde lo general, por lo que se ha analizado y se han buscado los medios para conseguir una información más específica en cuanto a las mexicanas migrantes en Estados Unidos. Reforzando así la necesidad de documentos académicos como la presente investigación, pues es necesaria una visibilización real de la mujer migrante. 150 3.1 Panorama general. Contexto de llegada a los Estados Unidos Hay factores determinantes que se debe tener en cuenta a la hora de estudiar la migración de mexicanos y mexicanas hacia los Estados Unidos, como lo es la diversidad de las y los migrantes y el proyecto que les impulsa a salir hacia otro país, es decir, se debe saber si se trata de migrantes temporales, permanentes y/o su situación migratoria. Además, es importante resaltar que la migración estudiada se ha sostenido a través del tiempo ya que ha respondido a factores culturales, sociales, familiares y a condiciones económicas e históricas. Estos factores descritos, han impulsado la creación de redes sociales, a través de las cuales se estudia el aumento y/o disminución de los flujos migratorios y los segmentos laborales, que han sido mantenidos a través del tiempo. A continuación se exponen los datos respecto al monto total de población migrante, tendencias migratorias por región de procedencia, nivel educativo de la población migrante, las variables en el inicio del proyecto migratorio, el papel de las remeses, entre otras características de la población migrante de mexicanos hacia Estados Unidos. De acuerdo al anuario de migración y remesas (2016) para el 2015, se estima una cantidad de 36.9 millones de personas de origen mexicano en los Estados Unidos, de las cuales 12.2 millones eran migrantes nacidos en México. De esta población, a partir de los datos del Current Population Survey (CPS) 2015, se estima que la proporción de mujeres mexicanas en Estados Unidos ha incrementado de 44.7% en 2004-2006 a 47.5% en el periodo de 2013 a 2015. Si bien hace algunos años no existían los medios de comunicación que pudiesen facilitar la rápida respuesta de las redes migratorias, estas se mantenían constantes gracias al retorno de las personas migrantes a su lugar de nacimiento y debido a esto, se puede explicar que ciertas regiones del país sean tradicionalmente expulsoras de migrantes, como es el caso de Michoacán, Zacatecas, Jalisco o Guanajuato, que son desde el siglo XIX las principales regiones de procedencia de los y las migrantes mexicanos hacia Estados Unidos, aun cuando no sean estados colindantes con este País (Magliano, 2005). Para el periodo de 2009 a 2014, los estados que reportaron mayor flujo migratorio hacia Estados Unidos fueron Michoacán, Guerrero, Nayarit, Guanajuato, Oaxaca, Quintana Roo, Baja California Sur, Campeche, Yucatán y el Distrito Federal (Gráfica no. 10). Resaltando que la información arrojada por esta encuesta deja fuera estados que han sido considerados históricamente como expulsores de migrantes, como los son Zacatecas y Jalisco, luego entonces, se puede observar un cambio en la dinámica migratoria tradicional. 151 Gráfica 10. Distribución de migrantes hacia Estados Unidos de acuerdo al Estado de procedencia, de 2009 a 2014 Fuente: INEGI. Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014. Este cambio se debe a que los flujos migratorios ya no responden a los patrones de migrantes establecidos durante los años sesenta, en esa época, predominaban migrantes rurales que iba a trabajar en la agricultura durante una temporada y después volvían a su lugar de origen, principalmente eran hombres y su grado de escolaridad era básico o nulo. Actualmente y debido a las crisis económicas que han golpeado a México y a su población, se han documentado migraciones del interior de la República Mexicana hacia las principales ciudades del país, estas migraciones han generado una saturación y falta de empleo en las grandes ciudades, así como sueldos precarios, lo que ha impulsado la migración hacia el vecino país del norte. Además de que las crisis económicas, como la que se presentó en los años ochenta, afectaron principalmente a la población urbana del país, como es el caso de la Ciudad de México, cuya migración primeriza, se 152 presenta en los años noventa. De acuerdo a Mercado y Palmerin (2009), este cambio en la dinámica de las migraciones internacionales, responde a una urbanización de las mismas, dejando de lado estados tradicionalmente migrantes y poniendo a otros en su lugar, modificando también las características de los flujos migratorios en cuanto al sexo y escolaridad de los mismos, puesto que en los flujos migratorios urbanos hay mayor presencia de mujeres, y la escolaridad, en ambos sexos, es mayor. Para 2014, los resultados de la ENOE, permiten observar que la escolaridad de las y los migrantes hacia Estados Unidos reporta un nivel educativo básico, pero también ya se observan migrantes con un nivel medio superior y superior, mostrando porcentajes de nivel básico para 2008 de 74.7% el cual para 2014 era de 68%, mientras que las personas migrantes con un nivel de instrucción medio superior y superior, respondían a porcentajes de 25.3% en 2008 y de 31.9% en 201446. Siguiendo los informes de la Current Population Survey (CPS), marzo de 2007-2015, se registra que en el caso de las mujeres es en dónde mayor incremento se ha tenido en el porcentaje de nivel de estudios superior, siendo de hasta 7.4% en el periodo 2013-2015. Por otra parte, también resulta significativo el hecho de que existieron otros cambios, ya que por un lado se detuvo la circularidad de migrantes, es decir, ya no iban a trabajar y volvía a su lugar de origen, como acostumbraban hacerlo, debido a los cambios en las medidas de las leyes migratorias y a la diversificación ocupacional y sectorial de los y las migrantes – en el país de origen y de destino-, las personas migrantes establecieron su lugar de residencia en Estados Unidos o prolongaban sus estancias el mayor tiempo posible (Mercado y Palmerin, 2009). De acuerdo a la información sociodemográfica proporcionada por la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se conoce que para el tercer semestre del 2015, la tasa de migración internacional de mexicanos fue de 36.1. También se arrojan datos sobre la disminución del flujo migratorio a 45.5 para el periodo de 2008 a 2014, pasando por cada mil habitantes, de 64.1 a 34.9 (INEGI, 29/2016). Esta disminución que se refleja en la migración internacional puede deberse, entre otros factores a las medidas migratorias de vigilancia fronteriza, a que este periodo se caracterizó por el colapso del 46 Se considera educación básica a niveles de educación primaria y secundaria. Y como instrucción media superior se tiene a la preparatoria o bachillerato, carrera técnica y normal. Mientras que la instrucción superior es relativa a profesional, maestría y doctorado (ENOE, 2014; citada por INEGI, 2016). 153 sistema hipotecario y financiero de los Estados Unidos, y no fue sino hasta 2014 que se puede hablar de una recuperación en el mercado laboral (Idem). En base a la medición de flujos migratorios internacionales, el Anuario de migración y remesas (2016) señala que entre 2009-2014, la edad promedio de los mexicanos hombres que emigraron a Estados Unidos fue de 32.6 años, mientras que para las mujeres fue de 30.8 años. También se establece que el 58% de estos migrantes son indocumentados (Passel y Cohn, 2011, citados por Gaspar, 2012). Dato relevante pues las grandes proporciones de población indocumentada dificultan tener datos precisos sobre la cantidad de nacionales mexicanos residentes en Estados Unidos. Al tercer semestre de 2015, la ENOE refiere que la relación de hombres por cada 100 mujeres pasó de 355.9 en 2008 a 241.7 en 2014. Mientras que los resultados de la ENADID 2014, refieren que por cada cuatro migrantes internacionales, sólo uno es mujer (INEGI, 2015). En datos de la ENADID 2014, se especifica que las principales razones para salir del país son laborales, representando un 67.8, de los cuales 80.8 corresponde a los hombres y un 30.6 a las mujeres; por razones de estudios, siendo un total de 12.4, para los hombre de 8.1 y para las mujeres de 24.8; para reunirse con la familia, representa un total de 14.4, para los hombres de 7.4 y para las mujeres de 34.1; por causas de inseguridad pública o violencia, con un total de 1.0 para los hombres de 0.7 y para las mujeres de 1.8; por regularización migratoria, con un total de 0.8, para los hombres de 0.6 y para las mujeres de 1.5; y por último, se habilito un apartado de otros motivos, con un total de 3.5, que para hombres representa el 2.3 y para mujeres el 6.9 (Gráfica no. 11). Entonces se puede observar que las cuestiones laborales son las principales para migrar tratándose de hombres, sin embargo, para el caso de las mujeres, la reunificación familiar es el principal motivo, seguida por el trabajo y los estudios, no obstante, es de destacar que aun cuando las mujeres inician el proceso migratorio con la intención de la reunificación familiar, una vez que se establecen en el país de destino, se incorporan al mercado laboral, lo que en algunos casos se facilita más porque el nivel educativo de la mujer. También es destacable el hecho de que el incremento en la violencia, asociada principalmente a la llamada guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, así como la regularización migratoria son motivos para iniciar un proceso migratorio que impactan de forma notoria y a mayores proporciones a las mujeres sobre los hombres (INEGI, 2015). 154 Gráfica 11. Motivos que generan la migración por sexo Fuente: INEGI. Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014. Tanto el cambio en el nivel de escolaridad de los migrantes, como la modificación en la razón par principal para emprender la migración ha hecho que haya habido un incremento en los migrantes mexicanos que reciben mayores ingresos: para 2007 el ingreso de mexicanos en el vecino país del norte registró un cambio en los migrantes que recibían al menos 40 mil dólares al año, pasando de 4 a 13% y se redujo la proporción de los que reciben menos de 10 mil dólares al año, pasando de 36 a 11% (Albo y Ordaz, 2011). Siguiendo la línea de estos autores, si bien la migración mexicana produce una pérdida de capital humano en el país, por otra parte, recibe flujos primordiales para México a través de las remesas. De acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo, las remesas son las transferencias de dinero realizadas por trabajadores expatriados a sus países de origen. En el caso de México y con base en la información del Banco de México, con cifras al cierre del año 2014, los envíos de remesas de los mexicanos a sus familiares en México, sumaron 23,606.8 millones dólares. Medida en tasa anual, esta cifra resulta superior en un 7.8% a la registrada 2013. Para el 2016, la CONAPO espera un máximo histórico de las remesas mundiales de 610,000 millones de dólares, con un crecimiento 155 del 3.7% respecto a 2015. Para el ejercicio del año 2015, se registra que el 95.6% de las remesas a México provienen de Estados Unidos, destacando que la tecnología ha sido de gran utilidad para volver ágil y seguro el envío de las remesas. Estos porcentajes sitúan a México como el cuarto país receptor de remesas en el mundo, después de India, China y Filipinas, destacando también que el 40.8% de los hogares receptores de estos recursos tienen jefatura femenina, con una edad promedio de 50.7 años (Anuario de Migración y remesas, 2016). En el mismo documento se expone que estos envíos a México equivalen al 2.3% del PIB y que los estados con mayor dependencia, en base al PIB estatal son Michoacán (9.9%), Guerrero (7.8%) y Oaxaca (7.4%). El comportamiento de las remesas ha sufrido notorias variaciones, registrándose para el 2015 de 292.4 y para 2014 de 293.7, lo cual está muy por debajo de los 365.2 dólares que se tuvieron como remesas en el año 2000, sin embargo, el tipo de cambio actual es de 19 pesos por dólar, cuando en el año 2000 se encontraba entre 9 y 11 pesos (Jiménez, 2016). Por último, el contexto de migración hacia Estados Unidos no puede entenderse si no se conoce el tema de la deportación masiva y selectiva de migrantes, como lo refieren Fieldmann y Durand (2008). Si bien es cierto que no se trata de un tema nuevo en la historia de la migración de Estados Unidos también es un tema más complejo por las medidas de seguridad que este implica y por el impacto que tiene la deportación en las familias de los migrantes. En base a la EMIF 2013, los controles externos e internos del país norteamericano han propiciado que un gran número de migrantes se encuentren en esta situación. Con base a los datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), a partir del 2003 el número anual de remociones47 superó los 200 mil, alcanzando un máximo histórico en 2011, cuando se deportaron más de 293 000 personas, de acuerdo a la EMIF 2013, de ese porcentaje de deportados, el 22% tenía más de un año residiendo en Estados Unidos, y aproximadamente 23000 de los deportados habían vivido por más de 10 años en ese país. El grupo de migrantes de origen mexicano deportados por autoridades del gobierno de Estados Unidos para el 2013, está conformado principalmente por hombres jóvenes, alcanzando un porcentaje del 58%, principalmente en edades de 34 años y menos. Por su parte, el principal rango de edad de las mujeres deportadas fluctúa entre los 20 y los 34 años, pero no alcanza ni un 5% de la población deportada. 47 Los deportaciones o removidos son expulsiones forzadas de extranjeros inadmisibles o deportables con base en una orden de remoción que tiene efectos administrativos o penales sobre posteriores reingresos a Estados Unidos (EMIF, 2013) 156 Las investigaciones de Golash-Boza y Hondagneu-Sotelo (2013), exponen que aproximadamente el 90% de las deportaciones son contra inmigrantes latinos del sexo masculino, siendo compresible que si una persona tiene ya una vida establecida en un país independientemente de la situación migratoria que tenga, va a buscar volver a entrar a dicho país, sin regresar a su lugar de origen, quedándose en las ciudades fronterizas para intentar cruzar de nuevo o estar en contacto con sus familiares (Albicker y Velasco, 2016). La migración México-Estados Unidos se puede validar desde la Teoría de la Dualidad del Mercado de Trabajo, puesto que hay una distribución de los trabajos que permite a las y los nativos norteamericanos tener empleos en el sector primario, con salarios bien retribuidos, mientras que los migrantes realizan los trabajos con bajos salarios e inestables. De igual manera, podemos analizar esta migración a través de las teorías macroeconómicas, pues tenemos el factor de las diferencias salariales entre los dos países, y la escasez de mano de obra en el país receptor, lo que crea una situación de demanda y atracción, ofreciendo los salarios que en el país de origen no se podrían tener. Sin embargo, para el presente trabajo nos situaremos en acción humana de la migración, la cual se fortalece a través de las rede de migrantes, ya que si bien, el migrante mexicano en Estados Unidos sufre discriminación y es sujeto de explotación y tratos deshumanos debido a su situación migratoria, étnica y racial, esta situación podrá ser minimizados o sobrellevada gracias a la función de las redes migratorias con que cuenten los y las migrantes, pues es lo que les abrirá las puertas para una adaptación más llevadera en el país de acogida. 3.2 Tipos de migrantes Para efectos del presente capítulo se pretende explicar la clasificación de la migración con base a si es temporal, permanente, indocumentada o con tenencia de un documento para ingresar a los Estados Unidos. De igual manera, retomando la clasificación de Moctezuma Longoria (2000), se abordará la clasificación por categorías de los migrantes, que responden a los nombres de migrante colectivo, migrante empresario, migrante ahorrador, migrante retirado y migrante de sobrevivencia. 157 3.2.1 Migrantes temporales y permanentes. La ya referida modificación en las características de los flujos migratorios y de los migrantes, ha hecho que la calificación de los trabajos sea distinta, lo que ofrece mayor apertura a un mercado laboral y a formas de contratación, proporcionando también una mayor estabilidad para permanecer en el país, que asignará una clasificación a la migración de acuerdo a la temporalidad de la misma. Mercado y Palmerin (2009) definen la migración permanente como la de los migrantes que contando con documentos o sin los mismos, intentan establecer su residencia en los Estados Unidos. Mientras que los migrantes temporales, son los que se dirigen a trabajar al vecino país por un periodo de tiempo, ejemplo de este tipo de migración son las que se realizan bajo programas de trabajadores temporales, como los regulados por las visas H2A y H2B. Un importante número de migrantes mexicanos ha obtenido la residencia permanente, a través de la regularización migratoria – procesos legales y administrativos, Visas U, Visa VAWA, DACA, entre otros-. 3.2.2 Migrantes y vínculo con la comunidad Ahora bien, retomando los trabajos de Moctezuma Longoria (2000)48, se hace una clasificación de las personas migrantes de acuerdo a la manera en que se vincula con sus comunidades, de llegada y de salida, puesto que sus acciones definirán el camino que han de seguir las remesas que envían a México y el grado de vinculo que se tiene con la sociedad de salida, ya que no sólo se está destinando el dinero generado para la familia, sino también para el desarrollo de la comunidad, lo cual genera un impacto económico, político y social. Esta clasificación es de gran utilidad toda vez que nos permite ver la importancia y el rol de las redes sociales migratorias en una nueva organización transnacional de la comunidad migrante, asimismo, nos permite determinar el tipo de políticas públicas que se requieren implementar para apoyo a la comunidad migrante, en base a su organización y necesidades. 48 Cabe señalar que la clasificación original de los y las migrantes, está realizada por el autor en masculino, lo que demuestra la invisibilidad que continua persistiendo en tratándose de mujeres migrantes y la necesidad de tesis como la que se presenta. La migración femenina es una realidad y como tal debe documentarse e incluirse tanto en el ámbito académico, como en la agenda política. 158 I. Migrantes Colectivos/as, estos y estas migrantes salen del esquema tradicional individual/familiar, puesto que a través de la formación y trabajo en grupos de migrantes, logran reconstruir en el país de destino una comunidad transnacional con intereses comunes, volviéndose así sujetos capaces de tomar decisiones favorables tanto para el grupo del que forman parte, como para su comunidad de origen. Los clubes formados por estos y estas migrantes tendrán una relación importante para con los tres órdenes de gobierno en México, a fin de alcanzar así las metas que han establecido, que van más allá de actividades cívicas y filantrópicas, enfocándose más bien en la inversión y el desarrollo de proyectos productivos en la comunidad de origen. II. Migrantes empresarios/as, son las y los migrantes que han invertido en sus propias empresas, negocios o comercios y busca invertir en su comunidad o estado de origen, produciendo así empleo. III. Migrantes ahorradores/ras, son las y los migrantes que tienen empleos mejor pagados que los y las migrantes que se dedican a ocupaciones agrícolas, lo cual les permite ahorrar. Por lo general, este tipo de ahorros va destinado a la compra de tierras, maquinaria agrícola, ganado, insumos agropecuarios, obra de irrigación, apertura de pequeños comercios, casa de cambio, agencias de viajes y mejoramiento de las viviendas. Este tipo de migrantes tienen capacidad económica para invertir. IV. Migrantes retirados/das, son las y los migrantes que después de haber trabajado varios años en el exterior, han regresado a su comunidad de origen. Su retorno tiene la característica de contar con la experiencia laboral y personal que les permitirá crear proyectos productivos en su localidad, mediante programas de apoyo. V. Migrantes de sobrevivencia, son las y los migrantes a quienes sus ingresos les permiten enviar parte de sus ingresos a México y con la otra parte suelen sobrevivir en el extranjero, limitándose a cubrir sus necesidades básicas. Este es el tipo de migrantes en el que se centra la presente investigación, pues es la población objetivo de las políticas de protección consular y de las ayudas proporcionadas por otras organizaciones no gubernamentales o programas de gobierno de los Estados Unidos. 159 3.2.3 El estatus migratorio sí es relevante El cruce de frontera de manera indocumentada ha representado dificultades y peligros que han cobrado la vida de las y los migrantes cada día y a cada hora. Es por esta razón que en los últimos años, cada vez más migrantes han buscado los medios para hacer el viaje hacia el vecino país en posesión de algún documento que les permita minimizar el tiempo y los riesgos a su integridad física. Las investigaciones contemporáneas al respecto nos dicen que la migración mexicana a Estados Unidos ha disminuido sus índices en la última década, en términos numéricos esto quiere decir, que en ciertos años ha habido una menor salida de migrantes procedentes de México. Sin embargo, el flujo documentado y la cantidad anual de visas de residencia expedidas a mexicanos se mantiene constante, por lo que se deduce que los flujos de migrantes indocumentados son los que han bajado sus índices, además de que cada vez son más las y los mexicanos con posibilidad de tener un empleo y migrar mediante programas de trabajadores temporales (Escobar, et. al., 2013). No obstante se ha reportado que los porcentajes de personas mexicanas indocumentadas en los Estados Unidos está disminuyendo, aun cuando continúan representando más de la mitad de los migrantes indocumentados, lo cual va a repercutir en aspectos como el acceso a servicios de salud y otros servicios, que convertirán a la población migrante indocumentada, en una población vulnerable. Tomando la definición de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se entiende por migrante indocumentado como “La persona que entra o permanece en un país diferente al de nacimiento, sin la documentación requerida. Ello incluye, entre otros, a quien ingresa sin documentos, con documentos falsos o a quien después de haber ingresado con documentación legal permanece en el país después del tiempo autorizado (OIM, citada por el Anuario de Migraciones y remesas, 2016). Sin embargo, por los elementos que contempla y que son relevantes para la presente investigación, utilizaré la definición que la investigadora Ofelia Woo (1997) presenta para el concepto de persona indocumentada, siendo el siguiente: “Se entenderá como indocumentada a la persona que cruce de manera subrepticia la frontera norte hacia Estados Unidos, esto es, sin documentos legales, visa o pasaporte, a la que el Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN) denomina enter without inspection (EWI) o, peyorativamente, illegal aliens. Lo anterior tiene connotaciones ideológicas y 160 políticas importantes, por el sentimiento de animadversión que se ha generado en contra de esta población identificándola como delincuentes, criminales o causantes del déficit presupuestal de los estados”. De acuerdo a lo establecido por la ENADID 2014, la distribución porcentual de los migrantes internacionales en posesión de documentos para ingresar a Estados Unidos en el periodo de agosto de 2009 a septiembre de 2014, muestra que un 56 de los migrantes llevaban consigo ya sea visa de turista (13.3), permiso de trabajo (12.7), residencia legal en el país (10.6) o documentos que acreditativos de ciudadanía49 (7.7), contra un 41.6 que viajaban sin documentos. De los migrantes con documentos, un 50.8 corresponde a hombres y un 73.3 corresponde a mujeres (Gráfico no. 12). Gráfica 12. Migrantes internacionales por condición de tenencia de documento para ingresar a Estados Unidos, durante el periodo de agosto de 2009 a septiembre de 2014 Fuente: INEGI. Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014 49 La condición de ciudadanía estadounidense es relativamente similar entre mujeres y hombres migrantes mexicanos. A partir del periodo 2007-2009 aumentó la proporción de mexicanos ciudadanos de Estados Unidos, de 22.8% a 28.3% durante 2013-2015. En este último periodo, el porcentaje de migrantes mexicanas aumenta tres puntos, siendo de 29.9%, lo que representa un porcentaje mayor al de los hombres (CPS, 2015). 161 De acuerdo a los trabajos de Woo y Moreno (2004) hablar de migrantes indocumentadas es hablar de mujeres que han logrado cruzar la frontera y residen en Estados Unidos, de las que fracasaron en su intento por cruzar y de las que perdieron la vida en la travesía. Estos autores han reportado que la migración de mujeres indocumentadas, a través de los medios convencionales – cruce de ríos y desiertos- las dota de una mayor vulnerabilidad, por su condición de mujeres y por ser migrantes, exponiéndolas a abusos de coyotes50 y de la patrulla fronteriza. Además, de que la inversión de Estados Unidos en el aumento de vigilancia fronteriza, en tecnología de detección, en la construcción de barreras físicas, el aumento de programas de detención y deportaciones a México, entre otras cosas, ha hecho que la migración indocumentada sea cada vez más riesgosa para las mujeres, lo cual las ha llevado a la obtención de documentos, ya sean expedidos por el gobierno de los Estados Unidos o falsificados, a fin de evitar los peligros que genera la migración indocumentada. Lo cual explica los índices reportados por la ENADID, 2014. La mujer indocumentada tiende a radicar en Estados Unidos, con un perfil bajo, tratando de pasar desapercibidas ante las autoridades, hasta que tiene posibilidad de legalizarse. Sin embargo, lo más relevante de los estudios que Woo y Moreno (2004) han realizado sobre este segmento de población, son los temores que presentan las mujeres migrantes al momento del cruce, de la población que han estudiado, la mayoría expresa que temor principal es a ser detenidas por la patrulla fronteriza, otro grupo manifiesta su miedo por andar solas y un tercer grupo expresa un mayor temor ante los accidentes que pudieran presentarse en el momento de cruzar. Resaltando los autores, que un pequeño porcentaje de mujeres refiere tener temor a la muerte o al maltrato, por lo que se infiere que la mayoría de ellas no nos conocedoras de los riesgos que enfrentarán al momento del cruce. Cabe señalar que son variados los riesgos que puede sufrir una mujer al enfrentarse a la migración indocumentada, no se pueden resumir en los cuatros grupos señalados. Además, actualmente y como consecuencia de la violencia y el crimen organizado, el cruce indocumentado ha derivado en secuestros y extorciones hacia los migrantes y sus familias. Tal como lo refirieron algunas de las mujeres participantes en el programa de la VAIM. 50 Los términos coyotes, polleros, pateros o balseros han sido asignados popularmente para distinguir a las personas que a cambio de un pago ayudan a otras a cruzar la frontera. Es de gran trascendencia el señalar que para contactar con este servicio, el apoyo de la red social del migrante es primordial, pues al tratarse de un servicio clandestino, su trabajo se conoce a través de la recomendación de quien ha recibido el servicio y sin ninguna garantía de que el cruce sea seguro o exitoso (López,2008) 162 Los autores señalados también hacen referencia a que las mujeres tienden a establecerse en el lugar de llegada, por mayores periodos de tiempo una vez que han migrado, es decir, que a diferencia de la migración que caracteriza a los hombres, la de las mujeres no es cíclica - la mujer migrante presenta un promedio de dos cruces durante su vida-, pero es influenciada directamente por la experiencia migratoria de los familiares. La familia tendrá una gran importancia para las mujeres migrantes, puesto que facilitaran de gran manera su incorporación al país de destino. Si bien, a la población migrante femenina, históricamente se le ha asociado a la migración masculina, las investigaciones de Fernández-Kelly (1984), Kossoudji y Ranney (1984) y Simón y DeLey (1984) reflejan la existencia de una población migrante femenina indocumentada, desde los años setenta, que emprende el proceso migratorio en busca de mejores condiciones laborales y económicas. Por lo tanto, dentro de los flujos de migrantes indocumentadas encontramos tanto a mujeres que migran para buscar trabajo, como a las que migran para reunirse con la familia o con su esposo o pareja. Siendo sustancial señalar que esta clasificación no es excluyente, ni dependiente entre sí, puesto que la mujer migrante puede tener una de estas característica o ambas (Woo, 1997). También se debe considerar que si bien la migración es una estrategia de sobrevivencia para algunas familias, no todos los miembros de la familia pueden migran, puesto que su posición jerárquica dentro de la familia y su estado civil va a determinar sus posibilidades de hacerlo. La simple decisión de la mujer de ser una migrante y de incorporarse al mercado laboral, será un factor suficiente para cambiar las actitudes tradicionales de género, fomentando una mayor igualdad (Guendelman, 1987; citada por Woo, 1997) y esta igualdad deriva en la denominada “transición de género”, a través de la cual las mujeres desarrollan estrategias para contrarrestar la oposición del esposo o pareja, cuando ellas buscan migrar (Hondagneu-Sotelo, 1994; citada por Woo, 1997). Entonces, la migración por sí misma, implica modificaciones en los roles de género, pero hablar de una migración indocumentada, implica considerar el papel de las redes sociales de migrantes, puesto que esa vida de bajo perfil que debe llevar la mujer migrante indocumentada, se ve mitigada por estas redes, que logran hacer de la primer etapa de llegada de la mujer, una etapa transitoria, para ayudar a las migrantes a integrarse a la nueva sociedad (Chávez, 1991, 1992 y 1994; Hondagneu-Sotelo, 1994; Kessler, 1996; citados por Woo, 1997). Además de que van a disminuir los costos económicos, sociales y psicológicos del desplazamiento e instalación, siendo muy difícil que las redes obstaculicen el desplazamiento de las migrantes (Mummert, 2010). 163 Al ser la migración un fenómeno dinámico que va cambiando a través del tiempo, este se ha estudiado por etapas y a través de diversas teorías, a continuación se señalaran algunas de las relativas a la mujer mexicana migrante en los Estados Unidos. 3.3 Etapas en el estudio de la migración de mujeres mexicanas a Estados Unidos De acuerdo a las investigaciones de Hondagneu- Sotelo (Hondagneu- Sotelo, 2003; citada por Mummert, 2010), el estudio de las migraciones de mexicanas hacia estados unidos puede estudiarse desde tres etapas distintas, las cuales se desenvuelven entre los años setenta y noventa. 3.3.1 Primera etapa. Feminización de la migración El estudio de la feminización de las migraciones o etapa compensatoria. La autora expone que los estudios correspondientes a esta etapa han sido realizados separando la migración femenina y la masculina, sin embargo, al desligar al migrante varón del proceso de migración femenina, no se está haciendo un estudio integral, puesto que los procesos y proyectos migratorios de las mujeres están acompañados de la intervención y/o presencia de los hombres. Así mismo, ahora se sabe que estos estudios estaban sesgados toda vez que estudian los flujos migratorios femeninos desde la figura de las mujeres migrantes, sin tomar en cuenta que la mujer puede estar involucrada con el proceso migratorio mucho antes de que decida migrar. Además, los parámetros empleados en el estudio de la migración femenina son los mismos que en la migración masculina, lo que convertía a la mujer migrante en una categoría universal, sin tomar en cuenta las variantes que podrían tener como objeto de estudio y que son determinantes en estas investigaciones, ejemplo de ellas son las motivaciones para migrar, toma de decisiones, contexto familiar de país de origen y de destino, edad, etnia, estado civil o educación, entre otras tantas; sin embargo, esta etapa de investigación permite afirmar que sí existe una migración de mexicanas, y aun cuando esta migración era menor en proporciones que la migración masculina, se podía observar que la misma iba en aumento, teniendo características propias como son el favorecer la tendencia a la reagrupación familiar, siendo como ya quedo señalado, la base para que la migración de otras mujeres comenzará a presentarse. 164 3.3.2 Segunda etapa. Exploración de las relaciones entre género y migración De acuerdo a las investigaciones de Mummert, esta segunda etapa se caracteriza por la incorporación de las mujeres como actoras en las ciencias sociales51. El estudio de estas migraciones bajo una perspectiva de género permitió detectar las desigualdades sociales entre hombres y mujeres, la reticencia que presentan las mujeres ante un retorno permanente, posterior a la migración, así como las costumbres y normas socio culturales impuestas desde la infancia en torno a los papeles sexuales de la mujer. Incluso estudios como los de Pedraza hablan de una transformación de paradigmas (Pedraza, 1991; Hondagneu-Sotelo, 1994; Goldring, 1996; Espinoza, 1998; citados por Mummert, 2010). En esta etapa se llega a determinar que a través de los procesos migratorios se generaban cambios en las relaciones de género, en las identidades masculinas y femeninas, en las tomas de decisiones de iniciar y llevar a cabo el proyecto migratorio y sobre todo se deja de emplear el concepto de mujer como algo universal, comenzando a emplearse el concepto de mujeres, lo que implica contemplar la diversidad entre las mujeres, en base a su contexto social, económico y cultural, tanto en el país de origen como en el de destino. En esta etapa se analiza la manera en que la mujer interviene en las migraciones, es decir, puede ser estudiada tanto en su papel de migrante, como en el de pareja o familiar de los migrantes. Esto es determinante toda vez que estas mujeres, en un inicio eran vinculadas al proceso migratorio desde una visión de pasividad y subordinación, sin embargo, pudo observarse que la relación de estas mujeres con el migrante podría tener otras connotaciones, como lo representa el papel de jefa del hogar, quién debe tomar decisiones sobre los miembros de las familias y sobre la economía que les envuelve, de igual manera, se observó que era gracias al papel de estas mujeres que la migración masculina podía darse, toda vez que eran las generadoras de las redes familiares y comunitarias de solidaridad que hacían posible la migración masculina (Dinerman, 1982; Mummert, 1988 y González de la Rocha, 1993; Kanaiaupuni, 2000; citados por Mummert, 2010). 51 Mummert (2010) expone que la segunda etapa de investigación de las migraciones de mexicanas a Estados Unidos, se presenta en una época en la que la colaboración bilateral entre México y Estados Unidos propició el estudio académico del tema y su financiamiento. Sobre todo, en esta época se realza el estudio de la mujer como sujeto de las ciencias sociales, pero no tuvo una gran trascendencia en cuanto estudio migratorio 165 3.3.3 Tercera etapa. Vidas transnacionales y el género como constitutivo de experiencias migratorias para mujeres y hombres Esta se caracteriza por seguir la línea de género, pero incorpora el factor de las vidas transnacionales de las migrantes. Mummert expone que las relaciones de género son relaciones de poder puesto que impactan las prácticas, identidades e instituciones involucradas en los procesos migratorios e impactando también la forma de estudiar las migraciones, puesto que esto se debe hacer tomando la variable género. Durante esta tercera etapa, con el surgimiento del estudio del transnacionalismo, las investigaciones comenzaron a contemplar la migración femenina entendiendo la vida de las migrantes que interactúan en espacios sociales que traspasan las barreras impuestas por el Estado Nación pero que logran formar identidades colectivas que repercuten sobre prácticas culturales, religiosas, educativas, sociales, políticas y en general, en la vida de las migrantes y sus familias. Otros aspectos relevantes durante esta etapa fue que las mujeres migrantes que pasaban a engrosar los números de las encuestas y los censos oficiales, provenían de todas las regiones de la República Mexicana, no sólo de las que tradicionalmente eran consideradas como expulsoras de migrantes, luego entonces la migración pasó a ser una tendencia nacional, por lo que este fenómeno se volvió un tema para la agenda nacional, tanto federal como local, implementando así la creación de instancias de atención a migrantes por parte del gobierno. Además de que las migrantes ya no solo respondía al papel de migrante que buscaba la reunificación familiar, sino que comenzó a documentarse la migración de la mujer soltera, que no viajaba por o detrás de un hombre, sino que buscaba su propio crecimiento económico, cultural o social, con independencia de su estado civil y que en muchos casos, podían contar con un estatus migratorio regularizado. La primer década del siglo XXI, también contempla el inicio del estudio de la opresión interseccional de clase, género, etnia y raza que actúa sobre la mujer migrante mexicana, tanto en Estados Unidos, como Canadá52. Estos estudios contemplan la flexibilidad y vulnerabilidad de la mujer para adaptarse al trabajo de los países del norte, incluso Mummert hace referencia respecto al cambio en las relaciones de género en el trabajo, puesto que en algunos casos, la mujer mexicana migrante ha logrado satisfacer la demanda laboral en Estados Unidos, con una situación migratoria 52 Los trabajos pioneros en este tema corresponden a los estudios de autoras como Basok (2002), Barndt (2002), Preibisch y Hermoso Santamaría (2006), Becerril Quintana (2007) 166 regular, bajo el modelo de las visas H2A Y H2B, a través de las cuales el gobierno Estadounidense, permite la contratación de obreros inmigrantes para temporadas de cosecha o procesamiento. Ante estos casos, se ha manifestado que es el hombre el que debe quedarse al frente de la familia en el país de origen y a la espera de que la mujer regrese después de una temporada de trabajo (Vidal, 2002; Suárez Cervantes, 2008; citados por Mummert, 2010). Cabe señalar que estos son casos concretos de contratación temporal de mujeres, toda vez que la migración femenina no ha seguido el patrón del trabajo temporal y de migración itinerante, como es el caso de los hombres migrantes. Los primeros años del siglo XXI, también van a permitir que los movimientos de mujeres en México logren propiciar la implantación de la perspectiva de género en la agenda nacional mexicana, lo que sucede tres décadas después de que se hiciera en Estados Unidos. Se logra también la creación del Instituto Nacional de las Mujeres53 y la publicación de datos oficiales desglosados por sexo, lo que permitió analizar la información pública con esta variable. Estos logros suscitados durante la tercera etapa, van a permitir visibilizar, estudiar, analizar y atender las necesidades de las mujeres, tanto en su contexto de salida como en el de llegada. 3.4 Mujeres migrantes y mujeres de migrantes Retomando los estudios de Woo (1997) en los cuales establece que la figura de la mujer migrante puede responder a mujeres solas en busca de mejorar su situación económica y laboral, o a mujeres que buscan la reunificación familiar. El primer grupo, también conocido como migrantes autónomas, son aquellas que toman la decisión de migrar por ellas mismas, aunque puede ser una decisión unánime en la que no consideran a la familia, o bien puede ser una decisión consensada con su núcleo familiar. En este grupo se encuentran mujeres solteras, divorciadas, viudas o abandonadas o las que, de acuerdo a las investigaciones de Córdova Plaza (2008), pueden ser 53 El Instituto Nacional de las Mujeres es la oficina federal que trabaja por la equidad de género en México. Los antecedente del Instituto son el Programa Nacional de Integración de la Mujer al Desarrollo, creado en 1980 y en 1985, la Comisión para la Tercera Conferencia Mundial sobre la Mujer. Posterior a estos, se decretó la creación del Instituto en el Diario Oficial de la Federación el 12 de enero de 2001, respondiendo al objetivo de combatir la discriminación contra la mujer y la violencia de género, mediante la atención a la mujer y el medio ambiente, la prevención de trata de personas, el fortalecimiento de la transversalidad de la perspectiva de género y el fortalecimiento y fomento de la equidad de género (Ley del Instituto Nacional de las Mujeres, 2001) 167 denominadas en sus comunidades como fracasadas por ser mujeres solas con hijos. Este grupo generalmente ve en la migración una oportunidad para rehacer su vida, para escapar de la violencia doméstica, del abuso por parte de algún familiar o de las normas patriarcales que rigen a la comunidad de origen. Respecto a esta migración, Mummert (2010) señala que se considera como un flujo con mayor vulnerabilidad, puesto que se diferencia a los flujos de migrantes varones, en que ellos no se deben enfrentar a la migración ante un divorcio, separación o viudez previa, lo que no torna tan complicado el proceso migratorio. Por otra parte, se ha observado que este tipo de migración tiende a convertirse en permanentes (Arias 2009; Canabal Cristiani, 2008; D´Aubeterre y Rivermar, 2008; Marroni, 2009; citados por Arias, 2013). El segundo grupo, también conocido como migración como acompañante, son mujeres casadas que van a seguir el destino del marido, debido a las normas culturales y de género que se les han inculcado por la sociedad de origen. Su desplazamiento se caracteriza por ser pasivo y ser originado a petición del esposo o pareja (Barrera y Oehmichen, 2000; citados por Mummert, 2010). Siendo relevante señalar que la tendencia a reunificación familiar se ha incrementado en el caso de las mujeres, puesto que las medidas de seguridad migratorias han hecho más difícil la migración cíclica, siendo más fácil asegurar un viaje de la mujer, aun en condiciones de indocumentada- que el hecho de que el hombre emprenda varios viajes de ida y vuelta, arriesgando ser detenido, deportado y terminando así con cualquier oportunidad de empleo en los Estados Unidos y sustento familiar. Entonces, retomando a Woo (1997) las decisiones de las migrantes de salir de su lugar de origen en busca de mejores oportunidades y de liberarse de los convencionalismos sociales, van a crear un cambio en los roles de género y en la búsqueda de relaciones sentimentales, pues las migrantes buscan relaciones más igualitarias, con la esperanza de encontrar personas más abiertas, con una visión de vida en pareja diferente, en dónde no se les estigmatice y en donde no se repitan los patrones de sumisión y sacrificio que han tenido que seguir su linaje de mujeres. Justificando de esta manera su decisión de migrar hacia el vecino país del norte (Preibisch y Hermoso Santamaría, 2006; citados por Mummert, 2010). Trabajos como los de Goldring (1996) abren un panorama en cuanto al cambio de roles de género, puesto que muestra que estos se realzan ante una migración transnacional, pues se pueden observar claramente las comparaciones que existen entre una sociedad y otra, en cuanto a ideologías, derechos y estatus legal de las mujeres. 168 3.4.1 De mujeres de migrantes a mujeres migrantes Entonces, la mujer mexicana está involucrada en el proceso migratorio de diversas maneras, por una parte lo hace como migrante, pero también tienen un papel primordial en la migración de la pareja y/o de la familia. Esta figura es con la que tradicionalmente se identificaba a la mujer, inmersa en el proceso migratorio de manera indirecta. Y es una de las razones por las cuales las mujeres han cambiado su rol para convertirse en jefas de familia y salir a buscar trabajo, pero también, es una de las razones que ha impulsado a muchas mujeres a emprender el camino de la migración. Ya se ha establecido que la migración es sistémica, es decir, la familia sigue el ejemplo de los familiares que migran –Padres, hermanos, hermanas, hijos, conocidos, conocidas, amigas y amigos-, y más aún si esos migrantes han logrado conseguir un estatus social mejor que el que tenían dentro de la comunidad. Por otra parte, las mujeres solteras en las comunidades expulsoras de migrantes, saben que la posibilidad de encontrar novio está en el otro lado de la frontera, por lo que buscan cualquier oportunidad para poder emprender el viaje hacia el “norte” (Moctezuma 2002, citado por Arias, 2013). Pero al hablar de las parejas y esposas de los migrantes, vemos que son quienes deben enfrentar todo el proceso migratorio con su pareja, lo que le trae consecuencias directas, que al final no son reconocidas ni por el migrante, ni por la sociedad, pues se transforman en obligaciones sociales que se adquieren de facto (Murmmet, 2010). Por una parte la mujer del migrante debe sobrellevar el duelo que genera el perder a una persona a quién se quiere, si bien se tiene claro que la decisión que se ha tomado es la mejor y se hace por el bienestar familiar, la realidad es que el día a día sin tener físicamente a ese ser querido es una carga muy dura y representa el enfrentarse con tristeza e incluso con depresiones a esa situación de cambio físico, psicológico y emocional, que debido a la distancia repercute en la relación de pareja y concibe dinámicas de desconfianza, celos e infidelidad que no existían, lo cual se agrava cuando hay hijos, puesto que se les debe explicar que la decisión de fragmentar a la familia viene solventada por un bienestar económico que permita su subsistencia. Incluso, esta fragmentación que cambia las jerarquías de autoridad y respeto establecidas a través de los años y que son un referente social, crea conflictos de autoridad entre padres e hijos. Mummert (2010) señala que en el caso de los hijos adolescentes, es común que expresen su deseo de seguir los pasos del padre y migrar hacia los Estados Unidos. 169 Por otra parte, la mujer debe enfrentarse a una nueva reestructuración de labores productivas y reproductivas en el hogar, realizando sus actividades y las que le correspondían al marido, puesto que el que migra no podrá enviar dinero en cuanto se va, eso dependerá del tiempo que tarde en estabilizarse y conseguir un empleo que le permita enviar remesas. Una vez que se cuenta con las remesas, las mujeres deben ser capaces de hacer rendir ese dinero de la mejor manera e incluso de salir a trabajar, previo permiso del esposo o familia de este, para poder cubrir los gastos necesarios del hogar, tal como se explicó en el capítulo anterior al hablar de las jefaturas de familia. Estudios contemporáneos han documentado la depresión y consecuencias que trae consigo el fenómeno migratorio, López Castro (2008), ha bautizado a este fenómeno como “El síndrome de Penélope”, explicando que la mujer del migrante debe enfrentarse al acoso sexual, los chismes, la violencia y están sujetas a una fluctuación de ingresos que depende de su comportamiento. Explica López que “Este síndrome se presenta en las mujeres que están sometidas a cargas físicas y emocionales que pueden dar lugar a trastornos somáticos y psíquicos en un ambiente social de alta migración masculina. Se identifica por el sufrimiento que implica y el deterioro familiar que supone” (Zona Franca, 2014). Este autor también habla de la problemática que la migración ha traído a las comunidades de origen, pues dice se refleja en casos de VIH, enfermedades de transmisión sexual o en casos de violencia doméstica. Es muy común, al momento de realizar una entrevista consular a la población migrante, que al preguntar su estado civil, se reciba una respuesta de “¿Casado aquí o en México?” o “¿Con pareja aquí o en México?”, siendo frecuente el caso de mujeres que se quedan esperando a sus esposos y estos nunca vuelven, las remesas empiezan por escasear, la comunicación comienza a deteriorarse y terminan por perder todo contacto con estos, sin saber siquiera si siguen vivos. Y es que la literatura ha expuesto lo poco que las mujeres en México saben de sus parejas, no se conoce con certeza su destino, sus ingresos, gastos o incluso las infidelidades o aventuras que puedan tener, y cuando se llega a tener conocimiento de estas aventuras, ese comportamiento masculino y viril se justifica con el envío de remesas, aunque este se dé de manera irregular y limitada. En dónde la familia del hombre juega un papel muy importante para hacer ver a la mujer que el dinero de las remesas es más importante que el buen comportamiento de su compañero (Menjívar y Agadjanian, 2007) Otra problemática común que se presenta en las mujeres de migrantes, es la que retrata Arias (2013) en sus investigaciones, esta autora habla sobre los estudios etnográficos que se han realizado a la población de mujeres de migrantes. Estos estudios retratan una realidad mucho más 170 compleja para las mujeres, puesto que como esposas y novias se enfrentan a un proyecto y un duelo migratorio, pero también a las tradiciones sociales y familiares que han hecho que muchas mujeres vean en la migración una salida para escapar de ellas. En poblaciones conocidas como expulsoras de migrantes, existen usos y costumbres propios de la dinámica que esta migración ha producido, una de estas reglas es la residencia patrivirilocal postmatrimonial, esto es que cuando una mujer se casa, debe trasladarse a vivir y trabajar a casa de los suegros, quedando sometidas a su control y a las obligaciones que les imponían los familiares del esposo migrante, perdiendo los derechos de su grupo doméstico, como la herencia. Para la mujer, era una especie de obligación el empezar a tener hijos de inmediato. Y en caso de quedar viudas o ser abandonadas, su grupo doméstico debía hacerse cargo de ella y de sus hijos, quedando a la voluntad de lo que quisieran darles o hacer por ellas y por sus hijos (Arias, 2009, 2013). Los estudios etnográficos que se han adentrado en la residencia patrivirilocal hablan de una constante violencia en contra de la mujer, empezando por ser objeto de una firme vigilancia por parte de las suegras y las cuñadas, pues el comportamiento de la mujer debe ser moralmente intachable, ya que los chismes y especulaciones desprendidos de su forma de actuar, podrían costarle el matrimonio, y no solamente eso, sino también una estigmatización social que produce la condición de mujer abandonada (Fagetti, 2000; citada por Mummert, 2010). La migración de los esposos suele incrementar los malos tratos por parte de sus familias hacia las mujeres, sin embargo, tanto las esposas como los hijos de los migrantes son necesarias para las familias de estos, puesto que son la razón para recibir remesas y se tiene una seguridad de que el migrante volverá a su tierra. Incuso, hay estudios que reflejan que las remesas que se envían a estas mujeres, pasan primero por los padres y otros familiares del migrante, llegando una cantidad mínima a estas mujeres (Peña Piña, 2004; citada por Arias, 2013). Ante los malos tratos y abusos de los que son objeto las mujeres que deben cumplir con la residencia patrivirilocal, las mujeres de migrantes han comenzado a buscar alternativas para no tener que sufrir por largos periodos de esta situación, por una parte han optado por la residencia neolocal, explicando Arias (2013) que el migrante y la pareja deciden construir su propia casa, ya que aun cuando es más costoso y posiblemente la mujer debe aportar para su construcción y manutención, la calidad de vida que esta opción aporta a la pareja, les permitirá mejorar su relación. 171 Por otra parte, expone la autora, las mujeres de migrantes han elaborado los argumentos necesarios para pedir sus salida y para seguir a sus maridos, dejando a tras las distancias que ya los han separado y buscando esa nueva vida de pareja, con relaciones más equitativas de las que han hablado otras autoras como Woo (1997). Siendo así como este cambio en la dinámica de las parejas de migrantes, ha impactado a sus comunidades, puesto que la migración de la mujer ha engrosado los índices de no retorno de los migrantes y por tanto las remesas que los grupos domésticos recibían han comenzado a escasear. 3.4.2 Redes sociales de mujeres Otro importante hallazgo que arroja el estudio de las migraciones femeninas, es el relativo a las redes, puesto que hay investigaciones que señalan que las migrantes mexicanas se benefician de las redes que han sido forjadas por sus parientes que migraron antes; pero por otro lado, hay investigaciones que precisan que las mujeres buscan el apoyo de parientes mujeres, amigas o conocidas, por lo que se forman redes únicamente femeninas. A su vez, es posible considerar que las redes citadas pueden estar presentes en el proceso migratorio de las mujeres, obedeciendo a distintas etapas, y que estas pueden ser combinadas entre sí, creando nuevas clasificaciones, como lo son: Redes primarias, integradas por parientes consanguíneos y por alianza; redes secundarias, integradas por paisanos y compadres; y redes mixtas. Sin embargo, estas redes tienen la particularidad de ser menos fuertes que las que han sido construidas por años de trabajo de hombres migrantes (Woo, 2001; citada por Mummert, 2010). A nivel comunitario, también se ha propiciado una participación de la mujer en el ámbito público. De acuerdo a Mummert (2010), esta participación tiene su origen en la necesidad que tiene la migrante como madre de familia, de relacionarse con instituciones como escuelas, servicios médicos, servicios religiosos, deportivos, esparcimiento social e instancias gubernamentales. Siendo la mujer el principal vínculo del hogar transnacional con la comunidad de llegada, pues debe comenzar a relacionarse y tejer nuevas redes con los actores que forman parte de su día a día. Es muy interesante el revisar la literatura que respecto a este tema se ha escrito, puesto que por una se presenta la idea de que las redes migrantes han sido y son el vínculo que todo migrante 172 necesita, incluos autoras como Woo (1997) establece que la red migrante no puede sino ayudar a los migrantes que inician con su proyecto, que nunca serán consideradas una vía para bloquear al migrante. Pero, encontramos también, en los trabajos recientes de Arias (2013) un enfoque que sustenta con las investigaciones de Portes (1998) en la que se afirma que si bien las redes tenían la función de apoyar al migrante, también hay otro aspecto que es el control social que emana de estas, es decir, que tiene la facultad de imponer sanciones a los actores. Esto a través de reclamos excesivos a los miembros del grupo y restringiendo su libertad individual. Y es que esta tendencia se presenta como respuesta a las nuevas dinámicas de los migrantes, ya que si bien las redes de migrantes cumplían la función de apoyo para ayudarles a insertarse en el país de destino, mediante el trabajo y el apoyo necesario para el regreso a casa una vez cumplidas sus metas (Massey et al., 1991), ahora con una migración indefinida y con el incremento de la migración femenina estas redes están cambiando (Portes, 1998; citado por Arias, 2013). Esto, por lo que ve a las redes en el lugar de acogida, pero en la comunidad de origen, también se ha visto un cambio en la forma de actuar de estas redes que va a impactar de gran manera en las mujeres y sobre todo en tratándose de mujeres que son madres solteras, viudas o abandonadas, quienes dejan a sus hijos al cuidado de los abuelos –Hogares dona- o con familiares, quienes constantemente piden dinero para el cuidado de los hijos de estas mujeres, exigiendo que cada vez envíen más remesas, lo que crea en las migrantes una situación de estrés, ansiedad y desesperación por no poder cumplir con las demandas de su grupo doméstico y por estar imposibilitadas para lograr que sus hijos puedan migrar con ellas. En mi experiencia, varias de las entrevistas consulares que se realizaron a mujeres en esta situación, terminaron en un llanto que denotaba impotencia y culpabilidad, pues se preocupaban por que sus hijos tuvieran todo lo que les era indispensable y más si no estaban ellas ahí para dárselos, pero sabían que los dólares que enviaban iban destinados para otras acciones que el grupo doméstico consideraba prioritarias. Incluso una de las mujeres entrevistadas señaló entre lágrimas: “No puedo creer que mi propia hermana me esté robando el dinero que debería ser pa comprar los uniformes y los útiles de mi hijo. Trabajo dos turnos y no tengo tiempo ni pa comer, ya no puedo enviar más dinero y no puedo traerme a mi hijo porque no tengo papeles y tampoco quiero que se cruce como yo, está muy chavito pa eso” Por otra parte se ha detectado que la mujer tiene conserva un mayor compromiso hacia los padres, en cuanto al envío de remesas para su subsistencia y para atención médica, también trabajos como los de Arias (2009) han documentado que el retorno de las mujeres al hogar se da frecuentemente 173 en los casos de enfermedades de los padres, lo cual no sucede con los hombres, quienes continúan trabajando, bajo el argumento de ser el sustento de la familia. Desde mi experiencia con migrantes mexicanas, he visto que las redes sociales de migrantes, son un apoyo necesario y excepcional, pues casi en su totalidad, las personas que llegaban al Consulado, referían haber llegado a los estados de Kansas, Oklahoma y Missouri, por tener familiares en la región o porque sus conocidos les consiguieron un trabajo. También llegaban a solicitar la asistencia consular, gracia a que familiares o conocidos les habían dicho que “en el Consulado sí ayudaban”. Sin embargo, el mayor problema de las redes es que conglomeran a la población migrante en un mismo espacio, lo que limita a esta población para que se dé una incorporación a la cultura, el idioma y a la vida del país de acogida, pues las amistades siguen siendo las mismas, los matrimonios se dan entre personas del mismo pueblo de origen, que se conocen hasta que están en Estados Unidos. Además, un error puede causar que toda la red migrante te de la espalda y es ahí cuando se experimenta una fuerte soledad pues se depende del todo de la red. Si bien las conductas y roles de género pueden estar influenciados por el contexto social y sin duda alguna presentan una variación a lo acostumbrado en las localidades mexicanas, es claro que si este contexto no deja de ser el mismo que se va construyendo bajo los convencionalismos sociales transnacionales, entonces no hay una verdadera fusión cultural con la nueva sociedad, por lo que prevalecen el rechazo, los juicios y el miedo a lo distinto, a lo que es diferente a lo conocido y acostumbrado. Estigmatizando así a las personas que buscan en la migración la libertad a sus preferencias sexuales, religiosas o de cualquier índole. Siendo aquí cuando nos debemos preguntar ¿Hasta dónde son útiles estas redes sociales? ¿Y hasta dónde son un grillete cultural que impide el pleno desarrollo de la población migrante? 3.4.3 El retorno al origen Ya se ha señalado que la migración mexicana a Estados Unidos ha estado históricamente caracterizada por ser una migración cíclica, de ida y vuelta, el retorno ha sido una ilusión para aquellos que esperan al migrante y un anhelo e impulso para sortear las dificultades del que esta 174 fuera de casa y sueña con volver. Pero esta tendencia a volver también está presentando un cambio en la dinámica migratoria. La literatura ha clasificado los retornos como: Retornos forzados, los cuales se presentan por deportación o desempleo (Durand, 2005); retornos periódicos, que son lo que se presentan en los migrantes legales en programas de trabajo temporal (Durand, 2005); retornos de descanso o de placer, consistentes en volver temporalmente a la región de origen (Espinosa, 1998); retorno definitivo exitoso envuelve al migrante que ha logrado exitosamente sus metas (Espinosa, 1998); y el retorno definitivo del migrante fracasado, por inadaptación, precariedad laboral, adicciones, etcétera (F. Cerase, citado en Egea y Rodríguez, 2005; citados por Mestries, 2013). Estas clasificaciones van a ser multicausales, puesto que responden a diferentes factores, por una parte están los económicos y de seguridad pública, como los que, en el año 2002, detonaron el retorno de un flujo considerable de migrantes mexicanos, debido a la recesión causada por los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 y que posteriormente se intensificaron ante la crisis del año 2008, aunque autores como (Mestries, 2013) afirman que en estas crisis no se habla de cifras desproporcionales de retorno de migrantes, debido al apoyo que recibieron de sus redes migratorias, investigaciones como las de Bustamente (2008) contemplaron que el regreso de migrantes sí se registró, y que este afectaba principalmente a los recién llegados, o que tenían un tiempo de residir en Estados Unidos, menor a los dos años. Sin embargo, en los índices del censo de 2010 se puede observar que entre los años 2000 y 2010 hay un notable aumento de población mexicana migrante en situación de retorno, pasando de 285 mil a 351 mil (PEW, 2009; citado por Mestries, 2013). Este mismo autor señala que de 1995 al año 2000, se tiene un registro que de cada diez personas que emigraron, tres retornaron al país, pero es común ver que la población que vuelve se centra en hombres jóvenes, con poco tiempo de permanencia en el vecino país del norte y a veces, muchos de ellos ni siquiera lograron cruzar la frontera. El promedio de edad de retorno de los migrantes, de acuerdo a los datos proporcionados por el anuario de migración y remesas 2016, oscila entre los 35.5 años para mujeres y los 37.0 años para hombres. Esto durante el periodo de 2009 a 2014. En cifras expuestas por el ENADID 2014, podemos ver que entre la principal causa de retorno tanto para hombre como para mujeres se encuentra el reunirse con la familia, con una proporción de cuatro y cinco de cada diez casos. En el caso de la población adulta el retorno es menor puesto que está más afianzada en el país por la experiencia migratoria y las redes con las que cuenta y por lo que respecta a las mujeres, estas 175 tienen una mayor propensión a establecerse en el lugar de acogida (INEGI, 2011; citado por Mestries, 2013), lo que responde también a otra serie de factores que se expondrán a continuación. Retomando los trabajos de Guendelman (1987), en donde expone que la incorporación de la mujer al mercado laboral le permite forjar una mayor equidad, esta tesis se complementa al decir que al ser las mujeres generadoras de ingresos, también van a incrementar su autoestima, su capital simbólico y social, y por tanto, se dan los ya mencionados cambios en los roles de género, que les permitirá tener un lugar reconocido en la familia para influir en la toma de decisiones. Mummert (2010), señala que esta conquista jerárquica familiar es una de las principales razones por las cuales las mujeres migrantes no quieren volver al lugar de origen, puesto que de volver se perdería el poder que les confiere el núcleo familiar en la toma de sus decisiones. Sin embargo, este sólo es uno de los factores que frenan y aplazan el retorno de los flujos migratorios a México. Otros factores que limitan el retorno de la población migrante es la violencia e inseguridad que han caracterizado y estigmatizado al territorio mexicano durante las últimas décadas, así como la mejor calidad de vida que se les puede ofrecer a los hijos y que no puede estar mejor garantizada que con la posesión de la ciudadanía norteamericana. Estas razones tienen el peso suficiente para que las mujeres –solas o con pareja- decidan prolongar su estancia en Estados Unidos, convirtiéndola una alternativa y opción de vida por tiempo indefinido, aunque las mismas migrantes manifiestan la melancolía y deseo por volver a su tierra54. Cuando se habla de que la migración de mexicanas a Estados Unidos ha cambiado los parámetros migratorios, es precisamente porque la presencia de la mujer ha dado una voltereta a lo que se había establecido en las migraciones de hombres. Ya que por una parte, como señala Arias (2013), el retorno del hombre a México requería la permanencia femenina en el lugar de origen. Comúnmente las mujeres, ya sea en calidad de esposas, novias o concubinas, permanecían en la casa de los suegros, sirviendo y apoyando en las actividades del hogar, con la función de criar a sus hijos. Incluso algunas de ellas, las independientes, trabajaban para obtener ingresos por cuenta propia, sobre todo cuando el esposo no cumplía de la manera que se esperaba. Pero por poco o mucho dinero que el esposo enviara, la simple presencia de la mujer y de los hijos, le obligaban a enviar remesas. Además, la presencia de las mujeres y familias era la garantía de que el migrante 54 Esta melancolía de la que hablan las mujeres en ocasiones se vuelve una añoranza, justificada por la integración incompleta en la sociedad receptora, que se solventa con el sentimiento o la creencia de una mayor pertenencia hacia la comunidad de origen, la cual en muchas ocasiones, no es sino el espejismo o la idealización que se crea debido a la distancia espacial y temporal (Espinosa, 1998; citado por Mestries, 2013). 176 regresaría y ante la comunidad, esto le permitía mantener su derecho a los recursos sociales como el ejido y la tenencia de la tierra. Cumpliendo asimismo con sus obligaciones comunitarias y cívico religiosas (Arias, 2009; D´Aubeterre, 1995; Oehmichen 2002; Velasco, 2002; citados por Arias, 2013). Sin embargo, ante la incertidumbre de ser detenidos en uno de los viajes a México, los migrantes mexicanos han apostado por estabilizarse al otro lado de la frontera y tratar de llevar a sus parejas e hijos con ellos (Durand y Massey, 2003). Decisión que con el tiempo retrasara cada vez más la vuelta al origen, puesto que los hijos criados en el país de acogida van a presentar una mayor renuencia a volver a un país más pobre y del cual no se sienten parte, pues han crecido y se han desarrollado en otra cultura, que no necesariamente es la del país de acogida, sino una cultura transnacional. Además, también estas familias tienen hijos nacidos en Estados Unidos, y de enfrentarse a un retorno hacia México, estos menores no estarían retornando realmente, sino que estarían emprendiendo su primer procesos migratorio como ciudadanos norteamericanos que van a vivir a México. Considerando que muchos de ellos ya no hablan español y que la infraestructura educativa en México no ofrece servicios de integración escolar para extranjeros, como lo hace el sistema Norteamericano que ofrece clases de inglés como segundo idioma y en el que los extranjeros pueden estudiar sin ser discriminados por no hablar la lengua oficial. Asimismo son de considerarse los trámites administrativos a los que se enfrentan los migrantes al momento de pensar en el retorno, tanto en el país de llegada como de origen, puesto que muchos de ellos se hacen de bienes materiales, que deberán vender, sin ser una tarea fácil pues su situación de indocumentados lo dificulta. El retorno del migrante no es fácil, independientemente de si se trata de hombres o mujeres, pues se enfrentan a una serie de obstáculos psicológicos, emocionales y laborales a su regreso. Una alta proporción de migrantes deben incorporarse a un trabajo informal. De acuerdo a los datos proporcionados por el Anuario de Migración y remesas 2016, durante el periodo de 2012 a 2014, aproximadamente 30% de los migrantes mexicanos de retorno tuvieron que incorporarse al sector informal como primer empleo, sin contar con servicios de salud. Señalando también que el promedio de tiempo para incorporarse al empleo, gira en torno a tres meses, teniendo mayor probabilidad de incorporación en el caso de los hombres. La ENOE 2014 refleja que en su mayoría, los migrantes de retorno son trabajadores subordinados y remunerados, indicando también que los retornados y que tienen calidad de empleadores presentan porcentajes de 7.1% en el caso de mujeres y de 5.9% en el caso de hombres. También se señala que las mujeres que regresan laboran 177 principalmente en el sector servicios, y en el caso de los hombres, en su mayoría se ocupan en el sector agrícola (INEGI, 2014; citado por el Anuario de migración y remesas, 2016). Entonces el panorama de vuelta a casa no es muy prometedor, al menos en el ámbito laboral. Por otra parte, no podemos dejar fuera de estos factores que aplazan la vuelta al origen, al relativo a la promesa de una reforma migratoria, que ha tenido a los hispanos en situación de alerta durante los últimos años. Como ya se ha documentado en esta investigación, históricamente ha habido una serie de reformas migratorias que han permitido regularizar a la población inmigrante en los Estados Unidos, lo que ha beneficiado en gran manera a la población mexicana radicada en ese país. Actualmente y enmarcado en las promesas de campaña del Presidente Barack Obama, desde 2008, la población hispana espera una reforma migratoria, lo cual se piensa es inminente puesto que como resultado de las tendencias demográficas estadounidenses y del resultado electoral del 2012, se ha visto la necesidad de que la población hispana forme parte del cálculo electoral del país y el beneficio económico que puede representar para la Nación Norteamericana y para sus estados el regularizar a la población indocumentada, pero económicamente activa. Esta esperada reforma nunca llego a la población migrante, cada vez más situaciones políticas parecían más importantes a tratar entre los representantes de las cámaras de Senadores y Diputados, quienes se encargaron de bloquear la iniciativa (Novelo, 2014). La respuesta del poder ejecutivo ante este bloqueo fue emitir para junio del 2012 una orden ejecutiva denominada Acción Diferida para los llegados en la Infancia (DACA) por medio de la cual se detuvo la deportación de jóvenes menores de 31 años que hubieran llegado al país antes de cumplir los 16 años y que hubieran sido o fueran estudiantes durante su aplicación, permitiéndoles trabajar y estudiar. Posteriormente, en noviembre de 2014, se emitió una nueva orden ejecutiva que pretendía minimizar la inmigración indocumentada a través de la ampliación de la población elegible para DACA y la extensión temporal del permiso de trabajo. Asimismo, se pretendía emitir la orden ejecutiva de Acción Diferida para Padres de Ciudadanos Estadounidenses DAPA, quienes para ser elegibles para el programa debían probar su residencia desde el 1 de enero de 2010 o antes de esa fecha y no tener antecedentes penales. Sin embargo, a principios de 2015 una coalición de estados interpuso un recurso judicial para evitar que entraran en vigor estas medidas migratorias. De entrar en vigor, se prevé que estas podrían beneficiar a casi 4 millones de migrantes indocumentados (USCIS, 2016). Ante este panorama los migrantes mexicanos han decidido aplazar su vuelta al hogar, puesto que de salir del país perderían cualquier beneficio que se pudiese llegar a autorizar. 178 3.4.4 Familias mexicanas en Estados Unidos Los cambios registrados en la migración mexicana a Estados Unidos han derivado en un flujo migratorio familiar, prolongado, indefinido y de retorno incierto, como establece Durand y Massey (2003). Esta migración que ha devenido en permanente, se está haciendo presente en todo el territorio estadounidense y ha cambiado la dinámica de los migrantes, sus familias y las comunidades. Impactando también en la reasignación de las tareas domésticas y productivas en los hogares transnacionales, prueba de ello son los estudios de Murmmet (2010), en dónde se ha visto que al presentarse una migración de parejas, ya sea en unión libre o matrimonial, es usual que las mujeres se aboquen a las labores del hogar, pero también que se incorporen al mercado laboral remunerado, aunque no tenga experiencia ni laboral ni en la generación de ingresos monetarios, presentándose así esta reestructuración de las labores, como una necesidad para la estabilidad y mejora de la vida familiar. La autora señala, que a cambio se ha comenzado a ver un paulatino y aún precario involucramiento de los hombres en las labores domésticas. Para poder situarnos en el tema de las familias mexicanas en Estados Unidos, es necesario definir primero el concepto de familias transnacionales, puesto que estas familias trascienden el concepto físico- espacial que normalmente se asigna al grupo doméstico. El concepto tradicional se establece en base a una residencia de sus miembros en el mismo hogar. Sin embargo, en el caso que nos confiere, debemos enfocarnos en la condición de conglomerado humano, basado en el intercambio y la interdependencia material y afectiva entre sus miembros, que estarán unidos por lazos de sangre, afectivos, de adopción o sociales, es decir, que incluso pueden incluir miembros no emparentados. Los hogares transnacionales están ubicados en los países de origen y de destino y por tanto la red familiar se extiende a ambos países (Lee, 1982; citado por Ojeda, 2008). Un claro ejemplo de esto, son los denominados hogares “dona” en dónde los abuelos suplen el lugar del padre, madre o ambos padres que migran hacia el “norte” y por tanto, los abuelos deben hacerse cargo de los cuidados que los nietos necesitan. Cada vez es más común encontrar hogares mexicanos establecidos en Estados Unidos, estos hogares generalmente están encabezados por hombres, sin embargo, en los últimos años este componente también se ha ido modificando, a medida que la migración femenina ha ido en aumento. Para el 2012, el 3.9% de los hogares en el Estados Unidos pertenecía a mexicanos. De 179 este porcentaje, se estima que un 56% estaba encabezado por un jefe de familia, mientras que el 44% contaba con una jefatura femenina (CONAPO, 2013). Un importante número de estos hogares son binacionales, es decir, se caracterizan por tener una nacionalidad mixta, pues cuentan con integrantes de nacionalidad mexicana, que en su gran mayoría son inmigrantes de primera generación, y por otro lado, tienen integrantes de nacionalidad estadounidense, ya sea por nacimiento o por adquisición. También se ha registrado la formación de hogares en dónde residen ciudadanos mexicanos, estadounidenses y de otros países, sin embargo, estos hogares reportan bajos índices entre la comunidad mexicana. Siendo trascendental el resaltar que esta situación condiciona lo relativo a la cobertura de salud que pueden llegar a tener las mexicanas y los mexicanos residentes en estos hogares, ya que los que son ciudadanos estadounidenses cuentan con acceso a atención médica, mientras que los integrantes indocumentados, no pueden acceder a servicios de salud, a menos que se trate de una emergencia. Representando esta situación un problema en atención médica que afecta principalmente a las mujeres. Otro factor característico que se ha observado en los hogares mexicanos en la Unión Americana es que aquellos que cuentan con jefatura femenina registran mayores índices de pobreza y vulnerabilidad, de acuerdo a cifras de Current Population Survey, para el 2012, un 40.2% de estos hogares se encuentra son pobres, mientras que un 59.8% no lo son, esta cifra es alarmante ya que es un alto porcentaje de familias viviendo en situación de pobreza. El 44 % de los hogares bajo la jefatura de una mujer tienen un promedio de tres miembros o menos, sin embargo, también se registran, aunque en menor proporción, hogares con un promedio de entre cuatro y seis integrantes. Destacando que la mayoría de estos hogares con jefatura femenina, son monoparentales (CONAPO, 2013). Una de la vías que se ha detectado para contrarrestar la pobreza que caracteriza estos hogares, es la formación de las familias extensas o compuestas por integrantes que no pertenecen al núcleo familiar, lo cual tiene una doble función, por una parte estos nuevos integrantes representan un apoyo económico para el pago de servicios y gasto corriente de los hogares, y por otra parte, este tipo de viviendas, permiten consolidar las redes sociales migratorias, puesto que proveen a los nuevos migrantes de un espacio seguro para vivir, librándolos así de la búsqueda de alojamiento que sin una red social y sin los documentos pertinentes, tornaría más complejo el proceso 180 migratorio. Sin embargo, esta tendencia para aminorar los gastos de las familias, no se ve reflejada como una táctica que esté dando resultados para combatir la pobreza de estos hogares. Los hogares mexicanos se caracterizan por tener altos índices de fecundidad. Es común que estos hogares incluyan entre sus miembros a menores de 18 años. Un elemento que nos permite analizar estas nuevas familias es la proporción de hogares encabezados por inmigrantes mexicanos con la ciudadanía estadounidense, dejándonos constatar la baja tasa de naturalización que caracteriza a la población mexicana. La ciudadanía norteamericana provee a sus beneficiarios derechos que les dotan de recursos económicos, de salud y sociales, lo que se traduce en una mejor calidad de vida. Además de que se ha identificado que los niveles de pobreza de las familias transnacionales, están directamente relacionados con la ostentación de la ciudadanía norteamericana, pues las familias cuyos integrantes son ciudadanos reflejan un porcentaje de 27% en índices de pobreza, mientras que las familias no ciudadanas, representan el 46% en índices de pobreza (CONAPO, 2013). De acuerdo a la información proporcionada por la Current Population Survey, 2012, el 65 por ciento del total de la población migrante femenina en los Estados Unidos, mayor de 15 años, está casada o viven en unión libre. Este factor se presenta también con las mujeres entrevistadas en la región de Kansas City, en dónde las migrantes mexicanas buscan tener una relación de pareja, ya sea en matrimonio o en unión libre, lo que viene a darse por la búsqueda de una relación afectiva o como una solución a la falta de redes familiares y sociales. También se presenta como una solución a problemas económicos, ya que es una posibilidad de reducir gastos o depender económicamente de otra persona, sobre todo en tratándose de madres solteras. Sin embargo, lejos de ser una solución, esta situación genera una mayor vulnerabilidad en las mujeres ya que se crea una dependencia afectiva y económica ante sus parejas. 3.5 La migración empodera Ahora bien, en lo relativo a la migración de mujeres, se ha visto que si bien la mayor parte de los índices migratorios giran en torno a la reunificación familiar, también se ha visto que este es un factor que se presenta más que nada, al inicio del proceso migratorio femenino, ya que una vez que se ha logrado el establecimiento en el lugar de acogida, comúnmente se presenta la 181 incorporación de las mujeres al mercado laboral, pues se requiere que tengan ingresos propios para sí mismas y para el mantenimiento del hogar. Incluso, algunos estudios como los de Arias (2009) y González (2002) hablan de que estos ingresos ya son considerados como imprescindibles en la economía de la familia, dejando de lado ese carácter que se les asignaba de ser complementarios al ingreso del hombre. En mi experiencia con las migrantes mexicanas, frecuentemente se observó que aun cuando depende de ellas el gasto y mantenimiento del hogar, su trabajo sigue siendo menospreciado y considerado como algo prescindible. Sin embargo, es interesante como este empoderamiento que ha detectado la literatura contemporánea, se presenta desde la condición de ser mujer de migrante en México. Los estudios de Cordero (2008), D´Aubeterre (1995) y Arias (2013) hablan sobre los efectos que producen en las mujeres, las migraciones masculinas prolongadas, estos van a hacer que ellas desarrollen habilidades que no conocían y no habían podido explotar debido a la dependencia que profesaban hacia sus esposos, padres o hermanos, lo que va a detonar en cuestionamientos sobre las relaciones familiares jerárquicas y patriarcales establecidas y en un cambio en la autovaloración de la mujer. Cambios transnacionales en la condición fémina que van a cruzar la frontera con ellas y de alguna manera van a verse reflejados en sus relaciones de pareja, buscando que estas tengan mayor igualdad y respeto de sus derechos, configurándose así un cambio en la dinámica familiar y por ende, en las relaciones de género en las parejas de migrantes, lo que se ve reflejado en el apoyo mutuo que se propician y en la distribución de obligaciones y tareas hacia el hogar. Las investigaciones que se han generado al respecto muestran que las mujeres al verse obligadas a responder como jefas de familia, se han visto inmersas en labores de agricultura, construcción y venta de productos. Arias (2013) ha resaltado que la incursión de la mujer a la agricultura permite hablar de un empoderamiento de esta en la comunidad y por tanto en el momento de la migración, pues la agricultura es una actividad que históricamente ha estado masculinizada, tanto por los uso y costumbres que giran en torno a ella, como por la legislación que la norma, por lo que el que la mujer participe de esta a raíz del proceso migratorio masculino, ha permitido que las mujeres empiecen a ser visibles para sus comunidades, incorporando así los factores del empoderamiento (tener, saber/saber-hacer, querer y poder). Las responsabilidades que la migración masculina ha generado sobre las mujeres, también ha logrado darles cierto poder de autonomía, pues a medida que van obteniendo resultados en su papel de jefas de familia y proveedoras/administradoras del hogar, van teniendo la posibilidad de tomar decisiones y desarrollar una vida sin tener que contar 182 con la autorización del esposo a cada paso. No obstante esto, las mujeres siguen dependiendo en gran manera a la recepción de las remesas. Sin embargo, se ha modificado la división tradicional del trabajo, lo que a la fecha sigue generando miedo en la población masculina y en el poder jerárquico que esta ostenta. Siguiendo los trabajos que han estudiado a la población de mujeres de migrantes, al reencontrarse con su pareja, han reportado comportamientos diversos posteriores al reencuentro familiar. En el caso del retorno de los hombres a la comunidad de origen, se ha observado como la mujer cede al marido las funciones que este desempeñaba y que ella ha continuado, devolviéndole su posición jerárquica y por tanto la jefatura familiar, buscando así evitar problemas de pareja (Garza y Zapata, 2007; citados por Arias, 2013). Por otro lado, se encuentra el comportamiento de la reunificación familiar en el extranjero, en donde la mujer ha justificado su incorporación al mercado de trabajo como una necesidad familiar, lo que es aceptado por el hombre, por tanto se puede hablar de que el contexto social va a influir en el comportamiento de las parejas (Mummert, 2003; citada por Arias, 2013). 3.5.1 Mexicanas en el Mercado de Trabajo en Estados Unidos El ingreso y la permanencia de la mujer en el mercado laboral se va a dar bajo patrones muy distintos a los de los migrantes varones, primero bajo la justificación de los roles tradicionales, la maternidad, el cuidado de los hijos y del hogar, pero también debido al origen étnico. Además se debe tomar en cuenta la característica dualidad del mercado laboral norteamericano, que emplea población extranjera altamente calificada y que requiere migrantes con baja calificación. Si bien, se ha dicho al principio de este capítulo que la migración mexicana ha subido sus índices en cuanto a nivel educativo, la mayor parte de la población migrante tiene baja calificación y sus condiciones migratorias son precarias, empezando por su situación de indocumentadas. Esto va a traer como resultado, que las mujeres mexicanas en Estados Unidos tengan menor actividad económica que las mujeres estadounidense y las migrantes de otras nacionalidades. Aunque es de destacar que los bajos niveles que se presentan en los índices de mexicanas económicamente activas en estados Unidos, van a sobrepasar los índices de actividad económica de estas mujeres en México. 183 De acuerdo a los datos de la Current Population Survey (CPS), durante los años de 2006 a 2015, la tasa de laboral de mexicanos, hombres y mujeres, en Estados Unidos ha sido de 8 millones de personas. Durante el periodo de 2013 a 2015, un 93% de esta población estaba empleada, de los cuales un 84.7% corresponde a hombres y un 48.7% a las mujeres. Observándose que las mujeres están propensas a una mayor posibilidad de desempleo, pues menos de la mitad de las migrantes mexicanas son parte de la población económicamente activa (PEA), mientras que una proporción de ocho de cada diez hombres sí están empleados. Lo que aumenta los niveles de pobreza en la mujer migrante, ya que también durante el periodo de 2013 a 2015, se registra que las mujeres tienen ingresos menores a los de los hombres, toda vez que mientras un 54% de estas tienen un ingreso menor a 20 mil dólares, sólo el 30.2% de los hombres lo registran (Anuario de migración y remesas, 2016). Esta encuesta revela que las principales actividades laborales para las mujeres en la Unión Americana son la hostelería y el esparcimiento, pues suman un 19.8% y la salud y educación, con un 18.9% (Anuario de migración y remesas, 2016). 3.5.2 “En el Norte la mujer manda”. Relación de la migración femenina y el empoderamiento Investigaciones como las realizadas por Hirsch (2003) hacen referencia a la protección y derechos que otorgan las leyes americanas y las instituciones de gobierno a las mujeres, independientemente de su estatus migratorio. La frase “En el Norte la mujer manda” ha sido una expresión popular entre los migrantes mexicanos, conocedores ya sea por experiencia propia o por el boca a boca, de los derechos de las mujeres y las garantías a las que tienen acceso -situación que es muy distinta a la que se vive en México, en donde impera la impunidad y la justicia es de quien puede pagar por ella, lo que deja en una enorme desventaja a la mujer respecto del hombre, y más aún cuando ella es su dependiente económico-. Los programas a favor de las mujeres en Estados Unidos y las garantías que tienen, se van a traducir ante los migrantes varones, en un empoderamiento de las mujeres, ante lo cual se presentará una gran resistencia por parte del hombre migrante, pues ven en estos derechos una autonomía dada a la mujer, que le resta poder de mando y control sobre ella y que impacta directamente con su rol de proveedor. 184 Existen programas del gobierno norteamericano como el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), cuya función es la de brindar a los hogares participantes alimentos, esto de acuerdo al Plan de Alimentación Económica del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). Este programa sufrirá un ajuste anual en base al análisis del costo de los alimentos del Departamento del Trabajo de los Estados Unidos. Algunos estados, como es el caso de Missouri, entregan este beneficio a través de transferencia electrónica a la tarjeta EBT, la cual es empleada en establecimientos comerciales autorizados por USDA (Benefits.gov, 2016). Sin embargo, la migración de mexicanas presenta una dualidad, por una parte está el empoderamiento económico y cultural que ofrece la migración y la incorporación al mercado laboral de las mujeres. Pero por otra parte, también tenemos, como la ha expuesto Malkin (1999), un reforzamiento de la cultura patriarcal que incrementa el dominio sobre las mujeres. Y es que en cualquiera de los dos casos, las experiencias que adquieren las mujeres migrantes en Estados Unidos pueden acumularse y formar una plataforma que les permita resistir o criticar patrones masculinos de autoridad, sobre los movimientos y actividades de las mujeres, sin embargo, señala Goldring (1996), no necesariamente se pueden traducir como empoderamiento, puesto que ya sea que se trate de mujeres que logran cierta independencia o de las que no pueden hacerlo, la educación y los estereotipos de género, aprendidos desde la infancia traspasan fronteras y se transforman en cargas y obligaciones sociales de cuidado hacia los demás y de abnegación y renuncia a sus propios deseos (Mummert, 2010). Es lamentable, pero más común de lo deseado, el encontrar mujeres que son víctimas de violencia por su condición de migrante, en el siguiente capítulo se abordará este tema a profundidad como antecedente de la creación de la Ventanilla de Atención Integral a la Mujer. 3.6 Tendencias migratorias de las mexicanas a los Estados Unidos. A dónde van y de dónde vienen. Los estudios contemporáneos refieren que existen tres flujos migratorios de mujeres que se orientan desde México a los Estados Unidos, cuya característica principal es el no retorno. Arias (2013) expone que estos flujos se dividen por regiones. Por una parte se encuentra la migración legal proveniente de los estados del centro y occidente del país, para 2013, este flujo 185 representaba cerca de seis millones de migrantes. El segundo flujo migrante estudiado es el característico de la migración indocumentada, que proviene de estados como Guerrero, Morelos, Oaxaca, Tabasco, Estados de México, Chiapas, Yucatán, Veracruz, Tlaxcala y Puebla, los cuales están surgiendo como nuevas regiones migratorias. Y en tercer lugar, esta autora hace la clasificación de los jornaleros, que si bien en un principio eran hombres, esta actividad comenzó a feminizarse y en la actualidad es común ver en estos flujos a mujeres y niños que siguen los ciclos de cosechas de los cultivos comerciales. Esta migración transita principalmente en la costa Este, de Florida a Nueva York y la costa Oeste, de California a Washington. Ya en territorio norteamericano, los flujos migratorios también se clasifican por regiones, Durand y Massey (2003) establecen una regionalización que subdivide el territorio norteamericano en cinco regiones. Por una parte tenemos la región Sudoeste Primera Fase, integrada por los estados de California, Texas, Arizona y Nuevo México. Esta es la región identificada por la migración histórica que se ha dado entre México y Estados Unidos, muchos autores explican que se debe a la cercanía que hay entre los dos país. Para la década de los años treinta el destino principal de los migrantes fue Texas y en los años sesenta este papel lo desempeño el estado de California (Albo y Ordaz, 2011). De acuerdo al CONAPO (2012), esta región cuenta con 65.4% de la población mexicana migrante. Sin embargo, esta migración ha comenzado a disminuir en los últimos años, en donde se han hecho visibles y se abierto oportunidades para los migrantes en otras zonas migratorias. La región de la Costa Este incluye los estados de Carolina del Norte, Carolina del Sur, Connecticut, Delaware, Distrito de Colombia, Florida, Georgia, Maryland, Nueva Jersey, Nueva York, Pennsylvania, Rhode Island y Virginia (Albo, 2011). El mayor porcentaje de población mexicana de esta región se concentra en los estados de Georgia, Florida, Carolina del Norte y Nueva York. Esta región cuenta con 11.7% de la población mexicana migrante (CONAPO, 2012). La región de los grandes lagos o región del centro- norte estadounidense, en datos del CONAPO, 2012, tiene un porcentaje migratorio de mexicanos de 8.4% y contempla el Estado de Illinois, Minessota, Indiana, Michigan y Wisconsin, concentrándose la población mexicana en las ciudades de Chicago, Saint Paul y Minneapolis. Esta región no corresponde a un lugar de destino tradicional o convencional pero está caracterizada por ser un lugar de migración permanente. Esta región se ha distinguido por ir desarrollando un flujo económico, vías de comunicación, mercados laborales 186 y redes sociales migrantes, lo cual ha permitido que se hayan comenzado a considerar como regiones de destino (Santos, 2011). La región Sudoeste Expansión abarca los estados de Idaho, Nevada, Oregón, Utah y Washington. El desarrollo como zona migrante de esta región comenzó a hacerse visible para finales del siglo XX. De acuerdo a los índices del CONAPO (2010) los años de mayor estabilidad migrante de la región se centran en el periodo de 1990 a 2000. Las principales ciudades que acogieron a esta población son Nevada, que ofrece altos índices de laborales de mexicanos en el sector hotelero y restaurantero, Oregón y Washington, caracterizados por mano de obra que labora en actividades agrícolas y en la industria de la construcción. Para el año 2012, contemplaba un 6.6% de la población mexicana migrante (CONAPO, 2012). La región de las grandes planicies, incluye los estados de Colorado, Iowa, Nebraska, Wyoming, Oklahoma, Kansas y Missouri. Esta región se creó en torno al centro ferrocarrilero de Kansas City y si bien, hay una historia migratoria en la región, esta no se ha caracterizado por una presencia de migrantes tan importante como la de la región sudoeste primera fase, ni tampoco ha alcanzado los niveles de las regiones que en las últimas décadas han ido creciendo en población mexicana, sin embargo, esta zona ha ido desarrollándose como una opción atractiva para las y los migrantes. En el censo del año 2000 la población mexicana reportó un crecimiento considerable en la última década del siglo XX, pasando de 1.9% a 4.2%, con una tasa de crecimiento de 15.6%, crecimiento que se ha mantenido para el año 2012. Los estados que integran esta región han aumentado su participación porcentual, pasando a ser parte de la nueva geografía migratoria (CONAPO, 2010, 2012). Siendo interesante resaltar que estos cambios en los flujos migratorios de mexicanos van relacionados con la movilidad que ha registrado la población de ciudadanos estadounidenses, quienes en el censo del año 2010 han reportado cambios masivos de regiones, por ejemplo, están saliendo de la región de las Grandes llanuras hacia estados con mejores condiciones climáticas. Incluso estados como Kansas, Dakota del Norte, Dakota del Sur y Nebraska presentaban condados con una disminución total de población nativa entre los años 2000 y 2010. La movilidad de esta población va dirigida a engrosar los índices de población de las regiones del sur de California, el sur de Nevada, Arizona, Florida y el este de Texas (U.S. Census Bureau, 2010). Para efectos de la presente investigación se hará una descripción mayor de la ciudad de Kansas City, a fin de situar el contexto bajo el cual se desarrolló el Programa de la Ventanilla de Atención Integral a la Mujer. 187 Imagen 1. Población mexicana en Estados Unidos por región de residencia, 2012 Fuente: Tomada de CONAPO 2012, con base en U.S. Census Bureau, Current Population Survey, 2012 Hasta este punto de la investigación se han señalado las regiones en México de las cuales proceden las migrantes y las regiones en Estados Unidos a las cuales se dirigen los migrantes, pero también se ha hablado de que la migración indocumentada es una constante en el flujo México- Estados Unidos, lo que hace muy difícil que los números que arrojan los censos y encuestas tengan un número preciso de la población mexicana en los Estados Unidos. Ante esta situación, el gobierno de México ha desarrollado una estrategia administrativa que le permite registrar a sus ciudadanos en el exterior, a través de la expedición de la matrícula consular, que es un documento oficial exclusivo para mexicanos, sirve como identificación oficial para regresar a México y como identificación en los Estados Unidos. En algunos estados tiene aceptación y validez entre las autoridades estadounidenses, en otros no tienen aceptación y hay un gran desconocimiento de este documento, también es aceptada como identificación en instituciones bancarias, bibliotecas públicas, escuelas, hospitales, comercios y para adquirir seguros de coche o vivienda. Y eso mucho tiene que ver con el trabajo de difusión del documento que la circunscripción consular realice con las autoridades del área, este documento no puede ser utilizado para viajar a otros países, ni para realizar trámites migratorios, ya que en esos casos se utiliza el pasaporte. También se debe señalara que ha habido casos en los cuales se ha presentado una reproducción ilegal de estos documentos o se han tratado de obtener con identificaciones o registros de nacimiento falsos. No obstante esto, la base de datos que sobre Matrícula Consular tiene la Secretaría de Relaciones Exteriores y que 188 es publicada a través del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, es un medio por el cual se nos permite conocer el número de migrantes mexicanos que residen en los Estados Unidos (IME, 2015). El cuadro que a continuación se presenta contiene la cifra de migrantes en los diez principales estados de la Unión Americana, el porcentaje de hombres y mujeres que lo integran y la información respectiva a los Estados de Kansas, Missouri y Oklahoma. Los principales estados de la Unión Americana que reportan una migración mexicana para el 2014, de acuerdo a esta información publicada por el IME son California, Texas, Illinos, Nueva York, Carolina del Norte, Georgia, Florida, Nevada, Colorado, New Jersey. Como se puede observar en el cuadro no. 2. Cuadro 2. Principales estados con mayor registro de expedición de matrículas consulares en Estados Unidos, 2014 Fuente: Elaboración propia con base a información publicada por IME, junio de 2015 ESTADO TOTAL DE MATRICULAS MUJERES HOMBRES ESTADOS DE PROCEDENCIA EN MÉXICO CALIFORNIA 307,060 43.70% 56.30% JALISCO, GUERRERO, SINALOA, DISTRITO FEDERAL, BAJA CALIFORNIA, MICHOACÁN, GUANAJUATO TEXAS 199,369 43.40% 56.60% NUEVO LEON, SAN LUIS POTOSI, TAMAULIPAS, ESTADO DE MÉXICO, CHIHUAHUA, GUANAJUATO ILLINOIS 89,079 42.10% 57.90% MICHOACÁN, DISTRITO FEDERAL, JALISCO, GUERRERO, MORELOS, GUANAJUATO NUEVA YORK 32,868 37.60% 62.40% PUEBLA, DISTRITO FEDERAL, GUERRERO Y MORELOS CAROLINA DEL NORTE 31,079 40.60% 59.40% GUERRERO, VERACRUZ, GUANAJUATO, HIDALGO, MICHOACÁN, ESTADO DE MÉXICO GEORGIA 25,916 40.90% 59.10% GUERRERO, DISTRITO FEDERAL, MICHOACÁN, SAN LUIS POTOSÍ, HIDALGO, JALISCO, DURANGO FLORIDA 25,840 34.70% 65.30% HIDALGO, ESTADO DE MÉXICO, GUERRERO, CHIAPAS, OAXACA, MICHOACÁN, DISTRITO FEDERAL NEVADA 19,595 44.30% 55.70% JALISCO, SINALOA, GUE+C20:G34RRERO, DISTRITO FEDERAL, HIDALGO, BAJA CALIFORNIA, CHIHUAHUA COLORADO 19,492 42.40% 57.60% CHIHUAHUA, ZACATECAS, DURANGO, JALISCO Y COAHUILA NUEVA JERSEY 17,545 39.60% 60.40% PUEBLA, OAXACA Y GUERRERO OKLAHOMA 11,119 42.60% 57.40% AGUAS CALIENTES, ZACATECAS, CHIHUAHUA, GUANAJUATO, GUERRERO KANSAS 5,803 42.90% 57.10% CHIHUAHUA, DURANGO, VERACRUZ MISSOURI 3,389 40% 60% CHIHUAHUA, JALISCO, MICHOACÁN, GUERRERO, GUANAJUATO, ZACATECAS 189 Ahora bien, en base a la información que proporciona el IME (2015), se han recopilado los datos y se ha graficado sobre los estados con mayor número de mexicanas migrantes, en dónde se puede ver que el estado que emitió mayor número de matrículas consulares para el 2014 fue Arizona, con un porcentaje de 44.6, seguida por los Estados de Nevada, California, Nuevo México, Texas, Oregón y Kansas, como séptimo estado con mayor número de mujeres registradas para ese año. En el lugar noveno encontramos a Oklahoma y en el décimo octavo a Missouri. El índice más bajo sobre registro de migrantes mexicanas lo tiene el estado de Vermont con un porcentaje de 8.7 (cuadro no. 3 y gráfica no. 13). Luego entonces, si bien Kansas, Missouri y Oklahoma no son de los principales estados receptores de los flujos migrantes procedentes de México, sí es visible que hay un número significativo de mujeres mexicanas en esta región, por lo tanto, se requieren políticas públicas con perspectiva de género, que atienda las necesidades de las migrantes en esta área. Cuadro 3. Porcentaje de estados con mayor número de matrícula consular a mujeres en 2014 Fuente: Elaboración propia con base a información publicada por IME, junio de 2015 ESTADO MIGRANTES MEXICANAS ESTADO MIGRANTES MEXICANAS ARIZONA 44.60% OHIO 38.40% NEVADA 44.30% DELAWARE 38.10% CALIFORNIA 43.70% ALABAMA 37.80% NUEVO MEXICO 43.50% NUEVA YORK 37.60% TEXAS 43.40% MINNESOTA 37.50% OREGON 43.10% CAROLINA DEL SUR 37.50% KANSAS 42.90% HAWAII 36.50% UTAH 42.70% VIRGINIA 35.50% OKLAHOMA 42.60% PENNSYLVANIA 35.50% COLORADO 42.40% WASHINGTON DC 35.30% ILLINOIS 42.10% MISSISSIPPI 35.10% NEBRASKA 41.50% FLORIDA 34.70% IDAHO 41.20% MONTANA 34.50% GEORGIA 40.90% LOUISIANA 33.00% INDIANA 40.70% RHODE ISLAND 33.00% CAROLINA DEL NORTE 40.60% WASHINGTON 32.90% MICHIGAN 40.50% CONNECTICUT 32.90% MISSOURI 40.00% MASSACHUSETT S 32.50% ARKANSAS 39.70% MAINE 28.60% WYOMING 39.60% DAKOTA DEL SUR 27.60% NUEVA JERSEY 39.60% NEW HAMPSHIRE 26.90% WISCONSIN 39.50% ALASKA 26.40% IOWA 38.70% WEST VIRGINIA 25.20% TENNESSEE 38.70% DAKOTA DEL NORTE 18.90% VERMONT 8.70% 190 Gráfica 13. Porcentaje de estados con mayor número de matrícula consular a mujeres en 2014 Fuente: Elaboración propia en base a información publicada por IME, junio de 2015 3.7 La maleta cultural sí pesa Este capítulo nos ha permitido observar que los proyectos migratorios inician como respuesta a diversas circunstancias y necesidades, ante ello, algunas mujeres migramos con dos maletas en las que metemos lo básico en nuestra vidas, otras tienen la posibilidad de tener una mudanza con casi la totalidad de sus bienes materiales, pero por otro lado las migrantes indocumentadas en su viaje hacia los Estados Unidos comúnmente no llevan consigo pertenencias. En mi experiencia como oficial consular, he visto que la mayoría de las veces, los objetos de valor que portan consisten en alguna identificación, un teléfono celular, dinero mexicano y algunas llevan pocos dólares -esto va a depender de sus posibilidades económicas y culturales-, estampas de santos, entre las que prevalece la de la Virgen de Guadalupe y alguna foto de un familiar como padres, hijos o hermanos o la de una pareja a quien se deja atrás. Sin embargo, independientemente de la manera en que se inicie el proyecto migratorio, es una realidad que todas las personas migrantes viajamos con una maleta al hombro, esa maleta que lleva el cúmulo de experiencias vividas, sueños por realizar, pero 191 sobre todo lleva una carga cultural muy pesada, que no se puede dejar de lado al cruzar la frontera, sin importar el país al que se va y sin importar el medio de transporte que se decida emplear. De acuerdo a Bourdieu (1977, 1985, 1997), en toda organización social, independientemente de las características propias que pueda tener, habrá prácticas, representaciones y expresiones culturales reconocidas como cotidianas y por tanto como normales y legítimas. Esa cultura que llevamos todas las que somos migrantes se va formando con las experiencias que tenemos desde la infancia. Eso que vamos conociendo a través de nuestros sentidos, lo que escuchamos, vemos o saboreamos, es lo que va a forjar nuestro carácter como adultos y lo que se va a sedimentar en nuestras ideologías, valores morales, aspectos estéticos y hasta en nuestra alimentación. Y aunque se puede llegar a creer que las y los migrantes cambian estos patrones a medida que van estando en contacto con nuevas sociedades, esto no siempre es así y va a ser por ejemplo resultado del tipo de migración en la que se ven envueltas y envueltos. Sin duda alguna la convivencia con personas externas al espacio en que nos desenvolvemos comúnmente, nos hace desarrollar un sentido crítico. Pero esto no se da en un día y, sobre todo, tarda en llegar de acuerdo a la resistencia que pongamos a ello. Las cuestiones culturales que llevan consigo las migrantes se presentan y se reproducen en toda la Unión Americana, sin embargo, este apartado servirá para situarnos en la región que alberga el presente caso de estudio y que será desarrollado detalladamente en el siguiente capítulo. Se puede establecer como preámbulo que las migrantes mexicanas en la zona de Kansas City se agrupan en asentamientos étnicos que son barrios hispanos, algunos de los cuales fueron fundados desde 1919 y que, al día de hoy, al entrar en ellos, se asemejan más a una pequeña ciudad o pueblo mexicano que a una extensión de la ciudad de Kansas City. Esto es relevante ya que es difícil darse cuenta de que hay un mundo distinto si llegas y te instalas en un barrio dónde solo habitan que personas con las mismas tendencias culturales que ya conoces. Además, se debe considerar que estas tendencias son fomentadas día a día a través de los medios de comunicación como son la prensa escrita, televisión y radio, la música y otras representaciones culturales, así como en el trato diario con las personas y costumbres con las que se convive y en las que se está inmerso. En ellas, vamos a destacar la impronta misógina y de amor romántico con marcados roles de género tradicionales. Luego entonces, los factores externos como los medios de comunicación van a crear una cultura globalizada que, sin importar las barreras geográficas que se tengan, nos van a acompañar y van a 192 ser parte de nuestra vida. Ejemplo de ello son las telenovelas mexicanas, que se ha convertido en una entrada diaria de sufrimiento y misoginia para la mujer mexicana y que es exportada a todo el mundo. En un gran porcentaje de las telenovelas o culebrones mexicanos, la protagonista se sitúa en la pobreza, resaltando así su vulnerabilidad ante el hombre que, en la mayoría de las historias, el protagonista es un rico empresario o heredero de un imperio que rescata a la mujer de la pobreza, de la orfandad o del maltrato. E incluso, independientemente de la historia que se presente, es común que la trama se desarrolle bajo mecanismos que generan que una parte de la sociedad se encuentre subordinada hacia la otra, retratando así la desigualdad social y económica que hay en el país (Plascencia, 2014), pero que siempre deja a la mujer como un sujeto a ser rescatado ya sea por el millonario que le cambia la vida o por el hombre humilde, arriesgado, a quién no le importa sortear ninguna dificultad para sacar a su mujer adelante. La música popular es otro factor a resaltar en la cultura mexicana, aquí sobre todo vamos a enfocarnos en la música de banda y los corridos norteños, ya que es la música que predomina en el consumo de las y los migrantes, influyendo a que el tiempo que se dedica al ocio, también vaya fomentando una base cultural. Es común ver, en los restaurantes y negocios mexicanos de Kansas City, propaganda de grupos musicales como El Recodo, El komander, Calibre 50, La Trakalosa de Monterrey, Julión Álvarez, Gerardo Ortiz, entre otros, así como es común escuchar su música en cualquiera de los negocios de los barrios mexicanos de la región. Si bien estos artistas representan un género de la música tradicionalmente mexicana, la música que componen presenta un elevado grado de misógina que provoca la cosificación del cuerpo de la mujer y su degradación. Se hace mención a este aspecto cultural ya que es un reflejo de la cultura patriarcal que fomenta la sumisión y degradación de la mujer en la sociedad mexicana y en las sociedades de mexicanas y mexicanos migrantes en los Estados Unidos, que son en sí una extensión de la sociedad mexicana. Lamentablemente este tipo de música, videos musicales o espectáculos televisivos han promovido una idea de que la mujer es un complemento en las relaciones de pareja, que debe estar dispuesta a satisfacer los deseos de los hombres, a resarcir el sufrimiento que puedan llegar a generar en estos por sus actos y a soportar los celos, la violencia y desprecio que hacia ellas se genera. Rebajando así la mujer su dignidad y buscando retener al hombre a su lado, aun cuando el precio sea el ser víctima de golpes, engaños o desprecio por parte de su pareja. Estas expresiones culturales que fomentan el patrón de resignación de las mujeres, son impuestas por la sociedad y enmarcadas en las relaciones transnacionales, son alarmantes en la medida en qu 193 su performance se reproduce en las vidas cotidianas de las mujeres migrantes a las que se ha escuchado en sus relatos como mujeres violentadas afirmar: “Mi marido es mi cruz y me tengo que aguantar a su lado”, “No me puedo separar de mi pareja porque eso avergonzaría a mis padres en México”, “Mi familia me dice que ¿quién me va a tratar mejor que mi marido?” o bien, “Mi madre me dice que aguante un poco más porque, ¿qué voy a hacer yo sola? Sin que nadie se haga cargo de mí”. También es cierto que, como ya se expuso, que la cultura del narcotráfico ha invadido buena parte de la sociedad mexicana, bien en el territorio nacional como fuera de este, y existe un elemento explosivo entre el narcotráfico y la violencia, que contamina las dinámicas domésticas de relación de pareja, siendo cada vez más común encontrar la figura del macho golpeador (Plascencia, 2014). De hecho, las mujeres migrantes que participaron de la investigación expresaban un miedo profundo ya que sus parejas decían tener conocidos dentro del narcotráfico, con lo que las amenazaban con hacer daño a sus familiares en México si no cumplían con los que se les pedía. No obstante este agravante, la realidad es que la mujer está sometida a una sumisión y dependencia ante el hombre, acrecentada por su condición de migrante y la intersección entre su ser mujer, su etnia y la condición social y económica ocupa. Este capítulo ha servido para ubicar esta investigación en un contexto de llegada de las y los migrantes, situando las aportaciones académicas respecto al estudio de las migraciones femeninas hacia los Estados Unidos, sin despegarla de los datos que encierran a la migración masculina, pues para que su estudio sea integral y manteniendo la perspectiva de género al precisar los datos de ambos flujos migratorios. Además, este capítulo es el preámbulo necesario para conocer la realidad de una región migrante como lo es el Medio Oeste de los Estados Unidos, que si bien, no ha sido una región reconocida, pues no forma parte de las Ciudades más importantes de la Unión Americana por su desarrollo económico, turístico y poblacional, amerita un estudio y profundizar en el conocimiento de sus migraciones, pues hay una importante concentración de mexicanas y mexicanos en esta región, con problemas, derechos y obligaciones. 194 195 CAPÍTULO IV EL PRIMER PASO NO ES FÁCIL, PERO ES DETERMINANTE. BUSCANDO SOLUCIONES ANTE LA PROBLEMÁTICA DE LAS MEXICANAS MIGRANTES EN KANSAS CITY. LA CREACIÓN DE LA VENTANILLA DE ATENCIÓN INTEGRAL A LA MUJER “Somos migrantes, pero no estamos solas” Memh A través de este capítulo busco presentar el contexto migratorio en Kansas City, ciudad que alberga a la Representación consular mexicana y que recibe a los y las migrantes de los estados de Kansas, Missouri y el Oeste de Oklahoma. A raíz del trabajo desempeñado en el área de protección consular se detectó la necesidad de ofrecer una atención transversal a las mujeres migrantes, puesto que se observaban patrones de violencia de género constantes y repetitivos, que las mujeres y la sociedad eran incapaces de visibilizar como un problema pues para ellas se había normalizado y formaba parte de una “situación normal” o simplemente decían: “Es la vida”. En este capítulo se expone el proceso de creación del programa de la Ventanilla de Atención Integral para la Mujer, mismo que fue avalado por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México para ser un programa piloto y dado el favorable resultado que tuvo durante el año 2015, se está implementando en toda la red consular mexicana en Estados Unidos. El mismo trata de responder a algunos interrogantes, como son: ¿Cuál es la razón que genera la migración de mexicanas hacia el área de Kansas City?, ¿Qué tipo de migrantes residen en esta área?, Si la migración que se produce en esta región intensifica la violencia de género producto de la sociedad patriarcal tanto de salida como de llegada, así como las políticas de los gobiernos en el exterior a fin de mitigar las violencias de género en contextos de migración. Aquí vamos a retomar la teoría migratoria, posicionándonos en el transnacionalismo desde arriba, ya que es a través de las políticas de vinculación de los gobiernos y de la protección a los derechos humanos que se puede combatir la violencia contra las mujeres, a partir de herramientas que busquen construir de forma efectiva la igualad y teniendo en cuenta la necesidad de una perspectiva interseccional, puesto que la intersección de clase, género, sexualidad, raza y etnia juegan un papel determinante sobre las necesidades y potencialidades de las mujeres, permitiendo estudiar, 196 entender y responder como los cruces entre género y otras identidades pueden construir experiencias de opresión y/o privilegios. Como ya se ha señalado, la violencia de género es una realidad que se presenta y se reproduce por la familiaridad con la que se aceptan las desigualdades sociales y sobre todo las desigualdades de género. Sin duda alguna la atención a este hecho social ha presentado avances, pero aún sigue siendo una tarea pendiente para los gobiernos y los organismos internacionales que aún carecen de las políticas públicas que produzcan respuestas transversales y efectivas, logrando así tener sociedades más justas. Ahora bien, este capítulo también será útil para conocer el papel que la legislación estadounidense juega en las migraciones femeninas, toda vez que la ley es determinante en la atención y protección de las mujeres, ya que su aplicación y respeto junto a las políticas públicas y los programas gubernamentales formuladas bajo una perspectiva de género, y que contemplan una verdadera transversalidad de esta perspectiva en las instituciones, contando con financiación, capacitación y sensibilización para quienes las aplican, son fundamentales para entender las respuestas a las violencias de género en un caso de transnacionalismo desde arriba como el que nos ocupa. Estados Unidos ha presentado avances en sus leyes migratorias y criminales en lo relativo a la protección de mujeres víctimas de violencia, independientemente de su situación migratoria. Además se han incrementado los refugios para mujeres maltratadas y los recursos gubernamentales y de asociaciones civiles para atender la problemática. Pero, por otra parte, en la Unión Americana sigue manteniéndose una legislación migratoria que imposibilita a las mujeres a trabajar cuando se les encasilla como dependientes económicos, legislaciones que otorgan mayor poder a ciudadanos estadounidenses sobre mexicanas y un sin fin de violaciones a los derechos humanos en contra de las personas migrantes por su situación migratoria. Además, los avances en materia de protección de derechos humanos, sólo llegan a las y los migrantes si están en posición de informarse y conocer sus derechos, algo que como veremos no siempre es posible. De hecho, el desconocimiento de la ley mantiene a migrantes mexicanos y mexicanas y de otras nacionalidades en Estados Unidos, pero invadidas e invadidos por el miedo y sin posibilidad de defenderse. 197 4.1 Kansas City y las características de la población migrante atendida por el Consulado Mexicano en la región La región de Kansas City, inmersa en el corazón de la Unión Americana, ha tenido un lugar en la historia del país por su participación en las batallas que se suscitaron durante la Guerra Civil, de ahí nombres de ciudades y barrios como Westport, Leavenworth y otros poblados cercanos. Si bien esta zona no forma parte de las ciudades más populares, cosmopolitas y desarrolladas de los Estados Unidos, sí ha sido un escenario histórico de paso y recepción de migrantes, puesto que en esta área convergen comunidades de vietnamitas, irlandeses, mexicanos, cubanos, puerto riqueños, salvadoreños y dominicanos, entre otras comunidades hispanas, así como los estadounidenses originarios del lugar y procedentes de otras ciudades del país. La región de las grandes planicies acoge a los estados de Kansas y Missouri, en los cuales se asienta esta ciudad. En la zona, los relieves geográficos y sus climas extremosos, permiten la unión de los vientos cálidos del Golfo de México y de vientos fríos provenientes de Canadá, formando el llamado callejón de los tornados. La ciudad situada entre el río Missouri y Kansas ha destacado por el desarrollo del aspecto cultural, principalmente en lo referente a la música jazz y al blues, la cual se debe especialmente a la migración afroamericana que tuvo lugar en la ciudad de 1910 a 1970 (Drake, 1989). La población hispana de Kansas City es en su mayoría de origen mexicano y se encuentra asentada en vecindarios específicos de la ciudad como Independence Avenue, Central Avenue, Mission, Southwest Boulevard, Olathe, Lenexa, Overland Park, Shawnee, Belton, entre otros. En estas zonas de la ciudad es común encontrar restaurantes mexicanos, iglesias con servicios religiosos en español, clínicas con atención médica bilingüe, panaderías, carnicerías, supermercados con gran variedad de productos hispanos y toda clase de servicios, como si se transitara en una pequeña ciudad de México. 198 Imagen 2 Ubicación geográfica de Kansas City en los estados de Kansas y Missouri Fuente: MapQuest, inc. Tanto el estado de Kansas, como el de Missouri son sede de la ciudad de Kansas City, encontrándose dividida por una frontera interestatal. La Ciudad ha continuado su expansión, lo que ha generado empleo en distintas áreas, incluso para el año 2015 fue seleccionada por la revista Forbes como una de las mejores ciudades de los Estados Unidos de América para vivir, desarrollar un negocio o estudiar, debido a la calidad de vida que se puede tener y que se ve reflejada en sitios de arte, tiendas de lujo, restaurantes, deportes y gastronomía. Aunado a esto, se puede percibir un ambiente seguro y un trato amable por parte de los estadounidenses residentes del lugar y sobre todo de las autoridades. Es una ciudad tranquila en dónde aún se puede vivir con cordialidad en el trato diario y encontrar oportunidades de desarrollo. La migración de mexicanas y mexicanos a esta región del medio oeste norteamericano ha ido cambiando, pues si bien en un principio fue producto del acceso al trabajo en las empresas ferroviarias, en la actualidad la demanda de la mano de obra mexicana continúa siendo necesaria 199 pero es de otra índole, como en el resto del país55. En la región de Kansas City, la fuerza laboral de las y los inmigrantes se ha concentrado en las empacadoras de carne, en los campos de trigo, en la construcción, jardinería y en servicios como restaurants y hoteles. Es de destacar que en tratándose de mujeres migrantes, un gran número de estas se desempeña como trabajadoras en servicios de baja calificación, como obreras, trabajadoras especializadas o como empleadas en trabajos agrícolas, en servicio de limpieza o de cuidado de niños y ancianos. En la migración de mujeres a Kansas City es posible confirmar que si bien una buena parte de los flujos migrantes aún se limitan a la modalidad de acompañamiento, como sucedía en el pasado, en la actualidad ese acompañamiento se da en un inicio del proceso migratorio, después la mujer se incorpora al mercado de trabajo, aunque también están presentes los casos de las mujeres que a través de su red social migratoria han conseguido trabajos temporales o permanentes, regularizados o no, que les permiten iniciar el proyecto migratorio. Luego entonces, esta migración ha respondido a factores económicos, pero también a cuestiones políticas y sociales, puesto que cada vez es más común encontrar casos de migración forzada, ya que las mujeres y sus familias se han visto obligadas a salir del país a causa de la ola de violencia que atraviesa el país. Las migrantes mexicanas en el medio oeste de los Estados Unidos son, sin lugar a dudas, un grupo vulnerable, ya que las opresiones que experimentan aparecen desde el inicio del proceso migratorio. Es frecuente encontrar mujeres que aún siguen migrando como dependientes de sus parejas, parientes o empleadores, enfrentándose a leyes migratorias que ni siquiera les permiten trabajar al ser consideradas dependientes económicos, lo cual incrementa su subordinación y las convierte en sujetos vulnerables posibles víctimas de mayores abusos. Tanto las mujeres que migran bajo esta modalidad, como aquellas que cuentan con un estatus migratorio irregular, se ven obligadas a incorporarse a trabajos en sectores no reglamentados o que se encuentran por debajo de sus cualificaciones, percibiendo salarios precarios y sin tener ningún tipo de seguridad laboral. Aunado a ello, para poder trabajar es necesario contar con un número de identificación social, el Social Security Number mismo que utilizan de manera clandestina ya que en muchas ocasiones es un número inventado, comprado e incluso robado, lo que si es descubierto por el empleador o la policía puede traerles consecuencias penales graves, que en muchos casos concluyen en la deportación. Cabe señalar además que predomina un bajo nivel de estudios en la mayoría las migrantes mexicanas en la región de referencia, en donde un número considerable de 55 A nivel nacional para el 2012, el 5.2 por ciento de la fuerza laboral era mano obra mexicana (CONAPO, 2013). 200 las mujeres con las que se trabajó refirieron haber concluido la primaria, pero tiene la educación secundaria trunca. De acuerdo a la información proporcionada por CONAPO (2013), el 65 por ciento del total de la población migrante femenina en los Estados Unidos, mayor de 15 años, está casada o viven en unión libre. Este factor se presenta también con las mujeres entrevistadas en la región de Kansas City, en dónde las migrantes mexicanas buscan tener una relación de pareja, ya sea en matrimonio o en unión libre, lo que viene a darse por la búsqueda de una relación afectiva o como una solución a la falta de redes familiares y sociales. También se presenta como una solución a problemas económicos, ya que es una posibilidad de reducir gastos o depender económicamente de otra persona, sobre todo en tratándose de madres solteras. Sin embargo, lejos de ser una solución, esta situación genera una mayor vulnerabilidad en las mujeres ya que se crea una dependencia afectiva y económica ante sus parejas y/o agresores. Al respecto, el mayor número de hispanos casados se concentra en Oklahoma, el mayor número de migrantes hispanos solteros se encuentran en Kansas, mientras que Missouri alberga a un alto porcentaje de viudos, divorciados o separados (Pew Research Center, 2016). Los hogares hispanos de esta región también tienen la característica de ser hogares binacionales, con una nacionalidad mixta, lo que tal como sucede en la población migrante presente en todo el país afecta directamente a la posible cobertura de salud a la que tienen acceso los y las migrantes. Para abordar la radiografía de la sociedad norteamericana e hispana de la región, a través de cifras proporcionadas por el U.S. Census Bureau (2015) y por la página del Pew Research Center (2016). Y en lo que respecta a la información de la comunidad mexicana en la zona, se elaborará en base a los datos que expone la Secretaría de Relaciones Exteriores, a través del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, pues tal como se estableció en el capítulo anterior, esta información está creada en base al registro de mexicanos residentes en la zona, esta desglosada por sexo y abarca los periodos de los años 2012, 2013 y 2014, característica que no contemplan las otras fuentes de información y que nos permiten hacer un análisis más preciso de esta población migrante. 4.1.1 Circunscripción consular en cifras La red consular de México en Estados Unidos se ha caracterizado por ser la más grande de un país en otro. Está constituida por la Embajada de México ubicada en Washington, D.C., que cuenta con 201 una Sección Consular y hay 49 consulados en 25 estados de la Unión Americana, los cuales actúan de acuerdo a una circunscripción consular. El Consulado de México en Kansas City, Missouri, desarrolla sus funciones en los estados de Kansas, Missouri y la parte Oeste de Oklahoma, que contempla los condados de: Alfalfa, Beaver, Beckham, Blaine, Caddo, Canadian, Comanche, Cotton, Custer, Dewey, Ellis, Grady, Greer, Harmon, Harper, Jackson, Jefferson, Kingfisher, Kiowa, Major, Roger Mills, Stephens, Texas, Tillman, Washita, Woods, Woodward. El porcentaje de la población hispana presente en los estados de Kansas, Missouri y Oklahoma está constituido en su mayoría por migrantes mexicanos. Aun cuando en la zona también convergen otras comunidades hispanas como lo son la cubana, puerto riqueña, dominacana, salvadoreña, entre otros. Cuadro 4. Radiografía de la población hispana en Estados Unidos y los estados de Kansas, Missouri y Oklahoma, periodo 2015 a 2016 Fuente: Elaboración propia con base en US Census Bureau (2015) y Pew Research Center (2016) INFORMACIÓN KANSAS MISSOURI OKLAHOMA TODO EL PAÍS POBLACIÓN HISPANA EN EL PAÍS NÚMERO QUE CORRESPONDE AL ESTADO DE ACUERDO AL TAMAÑO EN LA UNIÓN AMERICANA 26 18 28 N/A N/A POBLACIÓN TOTAL 2, 911, 641 6,083,672 3,911,338 318,857, 000 55,251,000 PORCENTAJE DE MUJERES 50.50% 49.90% 51.40% 50.50% 51.40% PORCENTAJE DE HOMBRES 49.50% 50.10% 48.60% 49.50% 48.60% POBLACIÓN HISPANA 329,000 232,000 378,000 N/A N/A PORCENTAJE QUE REPRESENTA PARA EL ESTADO 11.60% 3.50% 10.10% 17.30% 17.30% PORCENTAJE DE HISPANOS DE ACUERDO A SU NACIONALIDAD MEXICANOS 79.40% 65.60% 79.70% N/A 59.20% PUERTO RICO 4.60% 11% 6.90% N/A 14.10% CUBANOS 1.80% 3.60% 1.00% N/A 4.60% SALVADOREÑOS 1.10% 1.60% 0.90% N/A 2.60% DOMINICANOS 0.50% 2.00% 0.10% N/A 3.40% OTROS 12.70% 16.20% 11.30% N/A 16.10% NÚMERO QUE CORRESPONDE AL ESTADO DE ACUERDO A LA REPRESESNTACIÓN DE HISPANOS EN LOS ESTADOS UNIDOS 17 30 24 N/A N/A PORCENTAJE DE HOGARES QUE HABLAN ESPAÑOL PORCENTAJE TOTAL DE HOGARES EN EL ESTADO 3.90% 1.40% 3.10% 8.50% N/A PORCENTAJE DE HOGARES HISPANOS QUE HABLAN ESPAÑOL 55.50% 37.40% 51.80% 67.80% 67.80% INGRESOS POR HOGARES HISPANOS EN DLS MENOR A $30, 000 24.10% 20.90% 25.30% 20.70% 22.80% ENTRE $30,000 Y $49,999 25.60% 23.30% 23.30% 17.20% 19.60% ENTRE $50,000 Y $74,999 20.30% 18.90% 21.80% 18.70% 20.10% ENTRE $75,000 Y $99,999 18.30% 17% 14.80% 14% 14.40% ENTRE $10,000 Y MÁS 16.20% 19.90% 14.80% 29.50% 23.10% ESTADO CIVIL DE HISPANOS CASADOS 45.70% 44.30% 58.70% 44.10% 56% SOLTEROS 39.40% 38.59% 28.80% 36.70% 20.40% DIVORCIADOS, SEPARADOS, VIUDOS 14.90% 20.30% 12.40% 19.20% 23.60% 202 Esta población representa un 11.60% de la población del estado de Kansas, 3.50% en el estado de Missouri y 10.10% en el estado de Oklahoma. Aun cuando el estado de Missouri reporta un menor porcentaje de migrantes, estos cuentan con ingresos económicos mejores, como se puede ver en el cuadro no. 4. Por otro lado, la población mexicana que radica en la circunscripción consular señalada, podemos observar, tomando como base el cuadro no.5 que para el año 2014, a través del registro consular se atendió a una población de 5,803 migrantes mexicanos del estado de Kansas, 3, 389 procedentes del estado de Missouri y 11,119 del estado de Oklahoma56. De los cuales, el estado de Kansas registra el mayor porcentaje de mujeres. Sin embargo, los tres estados tienen un alto porcentaje de mujeres radicadas en el área. La población migrante en esta zona procede principalmente de los estados de Chihuahua, Guanajuato, Zacatecas, Guerrero, Aguas Calientes, Durango, Veracruz, Michoacán y Jalisco. Cuadro 5. Registro de expedición de matrículas consulares en Estados Unidos, 2014 Fuente: Elaboración propia con base a información publicada por IME, junio de 2015 De acuerdo a la información proporcionada por el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (2015), la población atendida por el Consulado mexicano en Kansas City alcanzó cifras de 12,076 personas, de las cuales 5,539 fueron mujeres durante 2011, mientras que para el 2012 se atendió 56 Es necesario señalar que la circunscripción consular del estado de Oklahoma se comparte con el Consulado de Little Rock, Arkansas. ESTADO TOTAL DE MATRICULAS EXPEDIDAS MUJERES HOMBRES ESTADOS DE PROCEDENCIA EN MÉXICO OKLAHOMA 11,119 42.60% 57.40% AGUAS CALIENTES, ZACATECAS, CHIHUAHUA, GUANAJUATO, GUERRERO KANSAS 5,803 42.90% 57.10% CHIHUAHUA, DURANGO, VERACRUZ MISSOURI 3,389 40% 60% CHIHUAHUA, JALISCO, MICHOACÁN, GUERRERO, GUANAJUATO, ZACATECAS 203 un promedio de 13,747 migrantes, siendo 6,042 mujeres atendidas, y para el año 2013 se registró la atención a un flujo de 12,829 migrantes de las que 5,396 fueron mujeres. De estos porcentajes de población se reporta que el nivel educativo que prevalece es secundaria con certificado, siendo mayor el porcentaje de los y las migrantes con esas características en el año 2013. Estas cifras vienen a confirmar lo señalado que cada vez es mayor el nivel de estudios de las personas que migran hacia Estados Unidos, pero no lo suficiente como para hablar de una población calificada, puesto que los migrantes con una carrera profesional apenas rebasan las cifras del 2% (Grafica no. 14). Gráfica 14. Nivel de estudios de la población atendida en el Consulado de México en Kansas City, Missouri, durante el año 2013 Fuente: Elaboración propia con base a información publicada por IME (2015), de los años 2011, 2012 y 2013 Cabe señalar que esta información no está clasificada por sexo y que para el año 2012 no se documentó el número de migrantes con primaria terminada, ni tampoco se documentó si los migrantes tenían estudios de postgrado como maestría o doctorado. Para el año 2013 existen 204 registros de que la edad que prevalece entre la población migrante de esta región oscila entre los 21 y 35 años, y se corresponde a la media de edad de migrantes mexicanos en toda la Unión Americana. Sobre la población entre 86 y 95 años, solamente se tiene el registro de atención para trámite de matrícula consular de 2 hombres y 2 mujeres, lo que demuestra que la población migrante se concentra en una media en edad de trabajar (Gráfica no. 15). Este aspecto sólo fue documentado en el año 2013, en la información anterior del IME no se encuentra esta clasificación ni por edad, ni por sexo, lo que muestra nuevamente la invisibilidad de las migrantes mexicanas en la zona. Gráfica 15. Media de edad en la población migrante de mujeres y hombres, dentro de la circunscripción del Consulado de México en Kansas City, Missouri, 2013 Fuente: Elaboración propia con base a información publicada por IME (2015) 205 Las estadísticas del mismo IME (2015) permiten conocer las principales ocupaciones de los y las migrantes en la región, pero estas tampoco se encuentran clasificadas por sexo, en ninguno de los años documentados. En el siguiente cuadro se pueden observar los porcentajes que corresponden a cada una de estas actividades, sin ser específicas en cuanto a la función que desempeñan los y las migrantes. Las principales ocupaciones entre la comunidad mexicana se concentran en ser empleados y empleadas, dedicarse al hogar (Cuadro no. 6). A través de las entrevistas consulares, se ha podido observar que las mujeres se concentran en trabajos de limpieza, siendo común que trabajen para pequeñas agencias hispanas que se dedican a reclutar migrantes que van llegando a la región. Se puede considerar que esta es una red migratoria de apoyo a los recién llegados, sin embargo, los abusos laborales, económicos y de derechos humanos están a la orden del día, pues las migrantes se encuentran con la impotencia de no poder denunciar a sus empleadores, puesto que de hacerlo se cerrarían las puertas dentro la comunidad hispana. De igual manera, es común encontrar a las migrantes trabajando como meseras, cocineras y en el cuidado de niños y de ancianos. También se detectó actividad laboral de mexicanas en la fábrica de Purina establecida en la región, en fábricas de piedras y porcelana, en negocios familiares y con menor frecuencia en la pisca del tabaco. Por lo que respecta a los negocios familiares se ha podido descubrir que las migrantes viven la misma situación de abuso laboral y económico no denunciable, pues se trata de cuestiones familiares que la migrante debe aceptar, a cambio de un techo en dónde dormir, de un ingreso “seguro”, del cual también deben aportar para el gasto de los servicios del hogar, ya que son familia, pero “los billes son los billes”. También es importante destacar que se detectó una tendencia de la población migrante que logró regularizar su estatus migratorio a través de una visa U, visa VAWA, visa T o el trámite de residencia, a continuar en los mismos trabajos ya descritos, esto por miedo a salir de lo que ya conocían, pues aunque ya contaban con un estatus migratorio legal, el idioma era otro obstáculo que se debía librar antes de poder tener acceso a mejores trabajos. En el caso de las mujeres beneficiadas por el programa de Acción Diferida (DACA), el cual se ha mencionado en el capítulo anterior, la mayoría logró acceder a mejores empleos, pero eso se debe a que una inmensa mayoría de esta población ha tenido acceso a la educación pública en Estados Unidos y por lo que cuentan con un dominio optimo del inglés, incluso en algunos casos, ya han perdido el dominio del español. 206 Cuadro 6. Ocupaciones de población atendida en el Consulado de México en Kansas City, Missouri, en los años 2011, 2012 y 2013 Fuente: Elaboración propia con base a información publicada por IME (2015), de los años 2011, 2012 y 2013 4.2 Políticas de migración La relación entre México y Estados Unidos se va a ver reflejada en la agenda bilateral de ambos estados –bajo distintos matices y de acuerdo a los intereses de cada uno de los países-, puesto que al compartir una frontera tan grande se deben abordar problemas de carácter limítrofe, medio ambientales, de comercio, de turismo, de inversiones, seguridad, de violencia, narcotráfico, pero ante todo, problemas migratorios. En el marco teórico de esta investigación se ha hecho referencia al concepto de Estado- Nación y al cambio que genera en este el enfoque transnacional. Los Estados- Nación han dejado de ser una fuente única de poder, emanada del derecho divino y concentrada años más tarde en el derecho OCUPACIÓN 2011 2012 2013 EMPLEADO(A) 54.90% 50.60% 44.40% HOGAR 24.40% 22.40% 23.70% OBRERO(A) 6.90% 6.40% 8.90% ESTUDIANTE 6.20% 12.80% 7.40% OTRO 1.00% 1.70% 4.90% COCINERO(A) 2.40% 2.50% 4.70% PINTOR(A) 0.80% 0.60% 1.20% CAMPESINO(A) 0.30% 0.30% 1.10% MESERO(A) 0.50% 0.50% 1.00% JARDINERO(A) 0.80% 0.90% 0.90% ALBANIL 0.90% 0.20% 0.50% OPERARIO(A) 0.30% 0.30% 0.30% JUBILADO(A) 0.00% 0.10% 0.20% COMERCIANTE 0.10% 0.20% 0.20% CHOFER 0.10% 0.10% 0.20% PANADERO(A) 0.00% 0.10% 0.10% CAJERO(A) 0.00% 0.10% 0.10% CARNICERO 0.00% 0.00% 0.10% PROFESIONISTA 0.10% 0.10% 0.10% MINISTRO(A) 0.00% 0.00% 0.00% MISIONERO(A) 0.00% 0.00% 0.00% 207 constitucional y las leyes de los estados (Bustamante, 2002), al día de hoy incluso la relaciones internacionales toman como base los marcos normativos internos, pero son influenciados por los patrones económicos globales, los pactos regionales multilaterales y las intervenciones militares de coalición (Vertovec, 2006). No obstante esta globalización y cooperación mundial, los estados siguen regulando los flujos migratorios internacionales a fin de evitar amenazas de seguridad y de orden público en sus territorios y para sus nacionales (Abad, 2005). Para que se pueda llevar a cabo esta regulación migratoria es necesario el desarrollo de políticas de inmigración, conocer y estudiar su impacto en las relaciones internacionales con otros estados y el efecto que tiene esta inmigración en el país receptor, así como los cambios que generan perspectivas como el transnacionalismo (González, 2015). Las políticas migratorias están centradas en la selectividad y van a formar parte de la política y las decisiones internas de cada nación, bajo el argumento de respeto a su soberanía y autonomía, sin embargo, aun cuando este aspecto se centra en la normativa interna de cada país, en la actualidad estas normas deben obedecer tanto a Tratados y Convenciones Internacionales de Derechos Humanos, como a los procesos de globalización en que estamos inmersos, de tal manera que haya una concordancia con lo que estipula la comunidad internacional respecto al respeto de los Derechos humanos y la libertad de cada nación para controlar sus fronteras. Siguiendo a González (2015), se puede observar que las desigualdades entre nacionales y extranjeros van a ser fomentadas por los propios países, ya que al marcar esta diferencia en sus legislaciones, otorgan mayores beneficios a los nacionales, avivando así un trato distinto entre unos y otros y propiciando una subordinación del extranjero ante el nacional. Lo cual debe ser matizado a través del auténtico respeto de los derechos humanos de cada individuo, con independencia de su lugar de procedencia (Bustamante, 2002; citado por González, 2015). 4.2.1 Tipo de políticas migratorias Entonces se ha dicho que los tratados internacionales van a tener una influencia directa sobre la soberanía de los estados y que de esta manera la soberanía no puede justificar violación alguna a los derechos de los y las migrantes. Sin embargo, las políticas migratorias van a variar de un país a otro, por un lado hay políticas migratorias para los flujos migratorios que dejan el país y para los que se internan en el nuevo país, de tal manera que cada nación tendrá que contemplar estos dos 208 aspectos en sus leyes internas. En el caso que nos ocupa, México ha diseñado políticas migratorias como país de origen, contemplando aspectos como la reintegración de los retornados, apoyo, protección y ayuda a los migrantes que salen del país, desarrollo de procesos de restricciones de salida, procesos de extensión del voto y participación política, captación de remesas, exportación de trabajadores y aprovechamiento de las redes migratorias. Muchos de estos aspectos son funciones que se le han atribuido a la Secretaría de Relaciones Exteriores y que lleva a cabo a través de la red de consulados mexicanos en los Estados Unidos, sin embargo, en estos procesos también intervienen un gran número de dependencias de la administración pública federal, estatal y municipal. Como parte de este capítulo nos centraremos en el apoyo de protección que se brinda a las y los migrantes en Estados Unidos, pero específicamente a las mujeres mexicanas en dicho país. Por lo que respecta al país de destino, en este caso Estados Unidos, ha desarrollado políticas de inmigración a fin de regular las entradas y salidas de migrantes, dar seguimiento a la integración y desarrollo que estos tienen en el país. González (2015) hace una clasificación de los países acuerdo a las políticas de inmigración que ostentan, en base al perfil migratorio y al tipo de gobierno de cada país. Al primer grupo de políticas migratorias se le conoce como el nombre del sistema de puntos, es aplicado por países como Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda. Estos países avalan la migración en base a características como Edad, perfil profesional, dominio de idiomas, experiencia profesional y capacidad de integración a la cultura del país y al mercado de trabajo. Estos países tienen prioridades al emitir visados o tarjetas de residencia, para favorecer la reintegración familiar y la migración de trabajadores temporales. Los vértices de sus políticas migratorias son: Tarjetas de residencia.- El estado decide admisión, temporalidad, funciones y derechos de los inmigrantes. Aplican los aspectos de discrecionalidad y no discrecionalidad en la admisión como son los casos de las autorizaciones a trabajadores, estudiantes, jubilados, visitas de corta duración y estancias más largas, o los casos de asilo político y por reagrupación familiar, respectivamente. Políticas de control.- Vigilan el cumplimiento de las leyes. Políticas de Cooperación internacional.- Inician en el país de origen y buscan una prevención para que no se den las migraciones. El segundo grupo de políticas se le conoce como el mercado de trabajo, es el que se utiliza en países de la Unión Europea, estos países avalan la migración buscando personas que puedan cubrir 209 los puestos de trabajo vacantes, de acuerdo a las cuotas que se establecen anualmente. Para emitir visados o tarjetas de residencia la prioridad se centra en que los y las migrantes tengan un contrato previo con una empresa, institución, organización no gubernamental o por estudios. Los vértices de sus políticas migratorias son: Tarjetas de residencia.- El estado decide admisión, temporalidad, funciones y derechos de los y las migrantes. Aplican los aspectos de discrecionalidad en la admisión. En este grupo también se contempla la libre circulación en el espacio Schenguen. Políticas de control.- Vigilan el cumplimiento de las leyes. Políticas de Cooperación internacional.- Inician en el país de origen y buscan una prevención para que no se den las migraciones. Políticas de Integración social.- Facilitan el proceso de inserción de los admitidos. Políticas de Naturalización.- trámites para adquirir la nacionalidad. Políticas de Medidas antidiscriminación.- políticas especializadas para que no se dé la discriminación. De acuerdo a la clasificación de González (2015), en el tercer grupo se encuentran los países no democráticos, como Arabia Saudita, Malasia y Tailandia, por citar algunos ejemplos. Estos países avalan la migración buscando trabajadores temporales, sin familia y que tienen un contrato de trabajo que específica que no podrán quedarse más del tiempo establecido. El requisito que se les exige para poder migrar a estos países es el contar con un contrato de trabajo. Los vértices de sus políticas migratorias se centran en la visa o tarjeta de residencia, de tal manera que el estado decide admisión, temporalidad, funciones y derechos de los inmigrantes. En base a lo expuesto por Castles y Miller (2004) y a lo establecido por López (2005), las políticas de Control tienen el objetivo de que se cumplan las leyes, de regular la admisión fronteriza y el asilo, este tipo de políticas está presente sobre todo en países desarrollados y responde a los flujos migratorios irregulares y al creciente número de solicitudes de asilo, como sucede en Estados Unidos, en dónde se ha disparado el número de solicitudes de asilo por parte de los mexicanos, como consecuencias de la ola de inseguridad que premia en el país, pasando de 450 en el periodo de 1994 a 1999 a 33,000 en el año 2014 (Cancino, 2016), como se ha dejado ya registrado en el apartado 2.1.2 de esta investigación. Es indispensable que estas políticas implementadas por los países desarrollados se apliquen con pleno respeto a los derechos humanos, como se ha establecido por la comunidad internacional. Ahora bien, para la implementación de estas políticas los estados destinan recursos de manera externa e interna. De manera externa se destina recursos al establecimiento de oficinas consulares que les puedan representar en el extranjero y que se encarguen de la expedición de visados y documentos necesarios para poder migrar. De manera 210 interna, las naciones desarrolladas también van a destinar recursos a programas internos que regulen los flujos migrantes que se encuentran ya al interior del país de llegada. Como es el caso de los programas desarrollados por las agencias del trabajo de los Estados Unidos como la agencia de administración de seguridad y salud ocupacional, Occupational Safety and Health Administration (OSHA) y la agencia reguladora de horas y salarios, Wage and Hour Division (WHD), las cuales deben estar visitando de manera constante los espacios en que se conoce se emplean trabajadores indocumentados. Y también, estos recursos van destinados a políticas de seguridad que puedan detener los flujos migratorios irregulares en el país, a este respecto hemos citado ya algunos de los programas que ha desarrollado Estados Unidos para estos efectos, como lo son los operativos Gatekeeper, Hold the line, Safeguard, operación Río Grande, operativo bloqueo y operativo Guardián, entre otros. Luego entonces, estos controles se emplean para eliminar la migración indocumentada, ya sea que ingresen por vías clandestinas a los Estados Unidos o con documentos y que decidan quedarse en el país por más tiempo del autorizado (González, 2015). Sin embargo, no obstante la inversión que se realiza para la implementación de este tipo de políticas, la literatura contemporánea ha documentado que estas no han mostrado los resultados que se esperaban, puesto que el número de migrantes que son interceptados en la frontera no representan ni siquiera un porcentaje cercano a la cantidad de migrantes que sí logran cruzar la frontera, además de que estas políticas generan otro tipo de problemas, como por ejemplo, México se ha caracterizado por ser un país de tránsito de migrantes, pero al combinar esta histórica característica migratoria y la inseguridad producto del crimen organizado presente en el país, ha convertido en un verdadero peligro el paso de los migrantes centroamericanos que buscan alcanzar el sueño americano, mediante el cruce indocumentado de la frontera entre México y Estados Unidos. Por lo tanto, si la migración no se puede frenar, entonces es necesario que la política exterior trabaje para lograr mejores condiciones migratorias para sus ciudadanos y un pleno respeto de los derechos humanos de manera internacional. En el caso de la relación bilateral entre México y Estados Unidos, no obstante ha sido una relación histórica que ha tenido que coincidir por diversos factores, tanto económicos, como políticos, culturales y de otras índoles, como por ejemplo: La interdependencia económica producida por el TLCAN, el rol estratégico que jugó México como vecino cercano de los Estados Unidos, después de la Guerra Fría, el establecimiento de objetivos de política exterior comunes, entre otros muchos; 211 aun así autores como Velázquez (2011), afirman que para el gobierno de los Estados Unidos, la relación de política exterior con México no ha sido prioritaria, ni aun cuando una gran cantidad de mexicanos residan en su territorio, independientemente de su situación migratoria, pues la prioridad en las relaciones internacionales de Estados Unidos se centra en países que representan las principales potencias económicas mundiales como Francia, Canadá, Gran Bretaña, Alemania, Japón o China; ahora bien, el caso mexicano se ha convertido en una prioridad para la política interna de los Estados Unidos, pues temas como la migración y el narcotráfico se han abordado de manera unilateral por el vecino país del norte, no como un tema de agenda de política exterior. De cualquier manera, las condiciones económicas, sociales o políticas de México no permiten plantear un ultimátum a la política exterior norteamericana. Siendo así, podemos decir que la política de Estados Unidos hacia sus ciudadanos es clientelista, pues por una parte venden el concepto de que se está trabajando para erradicar la migración indocumentada, sin embargo, ya que esta representa un beneficio económico para el país, no es una política que se aplique correctamente, pues como ya se mencionó anteriormente, los recursos que se han destinado a la seguridad nacional a fin de evitar esta migración, no se ven reflejados en el número de migrantes que son interceptados en la frontera o deportados. Pero, la realidad es que esta justificación de la lucha contra la migración indocumentada sí ha permitido que leyes estatales o federales, violen los derechos humanos de los migrantes y aumenten la xenofobia en la población. Por tal razón, la sociedad civil organizada jugará un papel primordial en la defensa de los migrantes, al igual que los gobiernos de origen. 4.2.2 Políticas vinculantes Se ha establecido que el desarrollo de la presente investigación se centra bajo un enfoque transnacional “desde arriba”, esto es así, ya que retomando la explicación de Portes (2006) el estado desarrolla acciones y proyectos a implementarse de manera vertical, a la vez que la sociedad civil coadyuva en el proceso de desarrollo (Portes, 2006; citado por García, 2014). Además, en estos procesos intervienen redes y actores que tienen una participación social, la cual va a fortalecer o debilitar su organización como actores transnacionales, aumentando o disminuyendo el interés 212 que estas organizaciones produzcan para los gobiernos de los países de origen y/o de destino (Pintor, 2009). De acuerdo a Cortes y Sanmartín (2010), la vinculación de los migrantes con sus lugares de origen se ha dado en base a la importancia y potencial económico que estos pueden representar para sus gobiernos y también se ha generado ya que los migrantes dejan de lado el desinterés que tenían por su lugar de origen y el destino de sus remesas. En el caso mexicano, es cierto que las remesas han tenido un papel histórico en las migraciones, sin embargo, la mayor parte de estas iban destinadas a cuestiones particulares, lo que ha venido cambiando en las últimas décadas, pues se ha visto la inversión de los migrantes en viviendas, remesas, terrenos y empresas que van más allá de la frontera nación, -como se ha visto en la clasificación de los y las migrantes realizada en el apartado 4.2.2 del capítulo anterior-, y esto ha despertado un interés del gobierno de origen para con la comunidad migrante, pero bajo un proceso de evaluación de los gobiernos en el que se observa el costo- beneficio que el migrante representa para el estado (Portes, 2006; citado por Cortes y Sanmartín, 2010). Para el caso de México, las remesas que llegan al país, procedentes de Estados Unidos son un complemento fundamental para la economía del país. Cortes y Sanmartín (2010) hablan sobre las reformas y medidas que se deben plantear para un buen funcionamiento de las políticas de vinculación, entre estas políticas encontramos las reformas consulares; las políticas de inversión o atracción de inversiones; la extensión de los derechos políticos, que contempla la doble ciudadanía o nacionalidad; extensión de las protecciones estatales o servicios de los nacionales que viven en el exterior; y la implementación de políticas simbólicas que sirvan para reforzar la pertenencia e identidad nacional. En este caso, se pretende reflejar la manera en que el gobierno mexicano trabaja con los migrantes en el extranjero, a través de sus Representaciones Consulares y específicamente en el caso del Consulado de México en Kansas City, Missouri, para lo cual se explicaran las normas de protección consular y como los actores transnacionales influyen para que estas normas tengan un mayor alcance tanto en México como en Estados Unidos. Previo a abordar el tema de la protección consular, es importante señalar los tres tipos de políticas de vinculación mencionadas por Cortes y Sanmartín, mismas que van a servir para construir por una parte, derechos de las comunidades – Estos se da mediante la creación de un sentido de pertenencia dentro de la comunidad y mediante la creación y mantenimiento de estructuras institucionales que incorporen a las comunidades migrantes. Ejemplo de esto son las Secretarías o 213 Institutos de Migrantes de los diferentes estado de la República Mexicana, como es el caso de Michoacán-; en otro aspecto servirán para fomentar la extensión de derechos de las diásporas –Se centran en la extensión de derechos políticos, cívicos y sociales, como es el voto en el exterior o la doble ciudadanía57-; y también serán útiles para extraer obligaciones a las diásporas – Que se presenta a través de la imposición de obligaciones como pago de tasas, remesas o inversiones. Ejemplo de esto es la tramitación de pasaportes y matrículas consulares de los mexicanos en el exterior, que son documentos que se deben tener para poder identificarse. La recaudación de 2015 del Consulado de México en Kansas City, fue de $1,512,179.00 00/100 dls. (Un millón quinientos doce mil ciento setenta y nueve dólares americanos) (consulmexkc, 2016). Por otra parte, también encontramos políticas vinculantes que a la vez serán prácticas de codesarrollo entre México y Estados Unidos, pues como explica Almudena Cortés (2011), esto se da a través de la participación de grupos de migrantes organizados, que incluso, ya no sólo estarán agrupados e identificados por el país de origen, sino que también su clasificación va a responder a una identidad local concreta. Estos grupos migrantes podrán mejorar las condiciones de vida en los contextos de llegada, van a influir en las políticas oficiales del país de origen y van a tener una influencia significativa en el desarrollo y cambio de su lugar de origen. Un claro ejemplo son los 23 clubes de migrantes o de oriundos registrados dentro de la circunscripción consular de Kansas City, de los cuales 13 pertenecen al estado de Kansas, 8 al de Missouri y 2 al de Oklahoma, entre los que destacan nombres como Club Tangancicuaro INC, Purepechas unidos, Sociedad Hidalgo58, entre otros (IME, 2015), que hacen referencia a esa identidad local concreta de la que habla la autora. Ahora bien, estos grupos sociales pueden parecer frágiles y no perdurar en el tiempo, o pueden ser absorbidos por grupos mejor estructurados, investigaciones respecto a este tema, establecen que la vida de un club de migrantes es de aproximadamente 11 años (Orozco y Lapointe, 2003; citados por García, 2014), lo que es normal tomando en cuenta la movilidad de los flujos migrantes al interior de los Estados Unidos y en 57 En México, la Ley de Nacionalidad de México, a partir de 1998, permite que las y los mexicanos cuenten con otra nacionalidad, a parte de la mexicana. Lo que va a otorgar una ampliación de derechos y obligaciones para quien ostente esta doble o múltiple nacionalidad, entre las limitantes a señalar esta la protección consular limitada por parte del gobierno de México. La doble nacionalidad se adquiere por ser hijo o hija de mexicano o mexicana nacido o nacida en el extranjero; también quien nace en territorio nacional y su madre o padre, o ambos, son extranjeros (SRE, 2016). 58 La región Purepecha era en dónde se estableció la cultura precolombina purépecha y abarcaba el estado de Michoacán y parte de los estados de Jalisco y Guanajuato. Por su parte, la ciudad de Tangncicuaro también se sitúa en el Estado de Michoacán y la región Hidalgo se refiere a los migrantes procedentes del estado de Hidalgo. 214 menor medida, la influencia de las migraciones cíclicas, que bajaron sus porcentajes, pero todavía están presentes, y también se deben considerar los cambios en las tendencias migratorias. Dando continuidad a lo que refiere Cortés (2011) respecto al desarrollo y cambio del lugar de origen, podemos señalar las políticas que tiene el gobierno mexicano para ese efecto, como es el caso de los programas Tu vivienda en México, Opciones Productivas, Estrategia de Inclusión Financiera para Migrantes y el programa 3x1 para Migrantes. 4.2.3 Programas de codesarrollo comunitario México-Estados Unidos Aun cuando existen diversos programas de desarrollo comunitario, el programa 3X1 para migrantes ha tenido una aceptación especial en las comunidades de migrantes en Estados Unidos y ha representado un beneficio significativo para las diversas comunidades de origen en México. Brevemente se explican los programas de codesarrollo que actualmente son implementados por la Secretaría de Relaciones Exteriores, a través de la coordinación del Instituto de los Mexicanos en el Exterior y por medio de la infraestructura perteneciente a la Red Consular Mexicana, aunque en el desarrollo de estos programas también intervienen otras instancias del gobierno federal, estatal y municipal. En este apartado se va a profundizar en el caso del programa 3X1 por las razones ya descritas. a) Tu vivienda en México. Este programa impulsa el patrimonio familiar, por medio de la adquisición de viviendas en México entre las comunidades migrantes, mediante la compra de viviendas nuevas o usadas a través de créditos hipotecarios que se pueden ir pagando desde los Estados Unidos. De esta manera, el gobierno orienta a las y los migrantes a que sus remesas se utilicen de manera productiva y apoya el sector inmobiliario del país. Este programa actualmente está vigente en Estados Unidos y Canadá. b) Operaciones Productivas. El gobierno presenta una relación de programas de desarrollo social en los cuales pueden invertir los y las migrantes. Aun cuando el gobierno ha tratado de vender esta opción como una fuente de valor agregado a las remesas, este programa no ha tenido eco entre la población migrante. 215 c) Estrategia de inclusión financiera para migrantes. Con este programa se busca impulsar la inversión de migrantes en México, de tal manera que se dé una integración económica de la población tanto emisora como receptora de remesas. Este programa otorga créditos a las y los migrantes para emprender su propio negocio. d) Programa 3x1 para Migrantes. Este programa tiene una mención especial al hablar de las relaciones de desarrollo entre México y las comunidades migrantes radicadas en los Estados Unidos, esto es así ya que el programa tiene una historia que ha originado un desarrollo en comunidades de los estados tradicionalmente migrantes, que comienza a verse reflejado en los estados caracterizados como expulsores de migrantes, pero también ha sido el detonante para la consolidación de un mayor número de organizaciones de migrantes. García (2014) habla sobre la complejidad de la formación de estos clubes migrantes, puesto que su origen se remonta a los años ochenta, como consecuencia de la naturalización y diáspora producida por la Ley de Inmigración (IRCA), la cual cambio el estatus migratorio de cientos de migrantes de temporales a permanentes, lo que trajo consigo el que prevaleciera la reunificación familiar (Moctezuma, 2003); entonces, esta diáspora permanente provocó el surgimiento de comunidades que se asemejaban a las comunidades de origen. Las comunidades migrantes comienzan a organizarse para la recaudación de fondos que den lugar a los programas de desarrollo comunitario, ayudados por los y las migrantes temporales que en una época con tecnologías de comunicación limitada, o al menos no comparable con la actual, venían a ser el vínculo entre las comunidades de destino y las de origen. Como señala el mismo García hay que destacar el papel de la mujer migrante al reestructurar la vida social y cultural de los flujos migrantes tradicionales, puesto que el núcleo de la familia en el exterior se ve reforzado. Asimismo, autores como Moctezuma (2003) han señalado que esta estructura familiar creada por la mujer, es lo que permite que las tradiciones de los migrantes prevalezcan, así como el vínculo comunitario con su origen. Nos remontamos ahora a los antecedentes del Programa 3x1 para comprender su importancia desde el punto de vista de las prácticas de transnacionalidad. Los primeros pasos de este programa surgieron con la comunidad migrante procedente de Zacatecas, una entidad federal tradicionalmente conocida como expulsora de migrantes, y al igual que sucede con todas las regiones que tienen esa característica, no es necesario que cuenten con la presencia de actores externos que refuercen sus redes sociales, pues son lo suficientemente fuertes incluso para 216 agruparse bajo la figura de clubes de oriundos. La creación de estos grupos contribuye principalmente al desarrollo municipal puesto que los recursos con los que cuentan los ayuntamientos se ven multiplicados por las aportaciones de los y las migrantes. El contacto de los flujos migrantes con ciudades desarrolladas impulsó su visión de desarrollo y fue a través de sus propuestas que el gobierno federal comenzó a apoyar la multiplicación de las remesas colectivas. En los años ochenta, las primeras comunidades migrantes organizadas enviaban remesas destinadas a la construcción de iglesias y proyectos que beneficiaran a sus comunidades. Sin embargo, no se trataba de un proyecto institucional, sino que era una tendencia que dependía de la buena voluntad de los y las migrantes y todo el peso de la realización de estas obras dependía de ellos. Posteriormente se comenzó a dar una estructuración de estos clubes en federaciones integradas por distintos grupos. Relata García (2014) que la Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California fue la iniciadora del primer antecedente del 3x1 pues en 1991, las aportaciones de los migrantes se igualaban a las aportaciones del gobierno estatal de Zacatecas, en el Programa denominado “Uno por Uno”, este programa se dio a conocer en la comunidad migrante y comenzó a ser reproducido por otros clubes. Posteriormente las comunidades migrantes buscaron el apoyo federal y en 1992 surgió el programa “DOS por Uno” para referenciar la aportación del gobierno federal y estatal, que igualaba la aportación migrante (Jiménez, 2013; citado por García, 2014). Este programa seguía siendo exclusivo de los zacatecanos, sin embargo al ver el impacto que tuvo en las poblaciones transnacionales de origen y de destino se sumó también el gobierno municipal, llegando así a la creación del “Tres por Uno”- La creación de este programa tuvo lugar en el Consulado mexicano en los Ángeles, California, en el año de 1999. Dada la aportación que los tres órdenes de gobierno estaban destinando al programa se produjo un considerable aumento en los clubes migrantes zacatecanos y de otros estados, pues en 2 años se crearon más de 100 clubes con casi 50.000 miembros (Jiménez, 2013). En el sexenio de Vicente Fox se propuso al Congreso de la Unión una iniciativa para que se oficializara el programa y se extendiera a todo el país. En el año 2002, el Congreso aprobó la creación del programa “3x1”, el cual permite la participación de clubes migrantes que busquen invertir en proyectos de infraestructura básica. 217 En el caso del Consulado de México en Kansas City se ha visto un constante trabajo por parte de los grupos migrantes para con sus comunidades de origen, sobre todo, en los grupos originarios de Zacatecas, Michoacán, Veracruz y Guanajuato. Lo que se espera es que esta inversión de los y las migrantes y las esferas de gobierno en México puedan generar un verdadero desarrollo que pueda llegar a frenar la migración y otorgar otro tipo de oportunidades a las y los mexicanos dentro de su propio país. Respecto a este ejemplo exitoso que ha tenido la migración mexicana en Estados Unidos, investigaciones como la de Gómez (2007) señala que la formación de las asociaciones de migrantes se da en respuesta a la necesidad de un sentido de pertenencia que tienen las y los migrantes y que puede tener su origen al encontrarse con una sociedad de llegada que los margina, pero también para preservar las tradiciones y costumbres dentro de las posibilidades que brindan los espacios transnacionales. Pero también es de destacar que las políticas de codesarrollo llevadas a cabo por los y las migrantes, van a generar un impacto político y en materia de derechos civiles, lo que va a repercutir de manera directa en un empoderamiento en la sociedad de llegada. Este empoderamiento también se va a ver en la sociedad de origen pues estas acciones transnacionales permiten formular demandas al gobierno mexicano, por lo que aun cuando las y los migrantes estén fuera del país, tienen voz y voto dentro de su comunidad de origen, son reconocidos por el gobierno –Lo que incluso en ocasiones no sucede estando en México- y sus derechos como mexicanos son reconocidos y se hacen valer. Otro factor que ha hecho del 3X1 un programa exitoso y duradero, es el hecho de que los y las migrantes se convierten en actores de cambio y desarrollo para su país que impacta en vida de los que se quedan y a los que la población migrante está vinculada de manera cercana. El estado de Guanajuato es pionero en tener una red de mujeres migrantes que actualmente están participando de manera activa en el programa del 3x1, de acuerdo a lo expuesto por Navarrete (2015), esta red de mujeres ha logrado proyectos con una inversión concurrente por 51.8 millones de pesos mexicanos, los cuales han sido destinados a 45 proyectos en diferentes municipios del estado de Guanajuato, consistentes en pavimentación, introducción de servicios, equipamiento de laboratorios escolares y creación de espacios deportivos. Por lo tanto, es de destacar que las mujeres, al ser visibilizadas y empoderadas como migrantes, son participes de políticas de codesarrollo en beneficio de sus comunidades de origen. 218 Sin embargo, sería oportuno que los programas de codesarrollo también alcanzaran aspectos sociales en atención de la violencia de género y la desigualdad que impera en México, lo cual se propone a través de esta investigación, pues las mujeres que han sido atendidas por la VAIM y que son sobrevivientes de violencia de género, pueden ser un factor clave para compartir sus experiencias en sus comunidades de origen, accionando así su apoyo para las mujeres víctimas de violencia en México. 4.3 La protección consular y su normativa Hemos visto que la atención que se brinda a los mexicanos en el exterior abarca diversas vertientes, entre ellas, y siendo una de las funciones principales de las Representaciones de mexicanos en el extranjero, se encuentra la protección consular. Esta halla su fundamento en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), en la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares (1963), en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas (1964), en los tratados signados por la Organización Internacional del Trabajo y en la Convención Internacional sobre Protección de los Derechos Humanos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares (1990), en la Convención Consular entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América (1943), entre otros tratados internacionales de los cuales México es parte, esto por lo que ve al Derecho Internacional. Sin embargo, al interior del país, el fundamento legal para la actuación de los Consulados mexicanos recae en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, el Plan Nacional de Desarrollo y en la Ley del Servicio Exterior Mexicano (Mercado y Palmerin, 2009). La protección a ciudadanas y ciudadanos mexicanos radicados en el extranjero se da ante los actos u omisiones de autoridades extranjeras en contra de un mexicano o mexicana, pero también se presenta ante la hostilidad, rechazo y abuso hacia la población migrante mexicana por parte de empleadores y de sectores de la sociedad de llegada, que bajo su percepción de que los y las migrantes son generadores de desempleo y violencia, justifican actitudes hostiles, discriminatorias y xenófoba ante estos. Esta atención incluso se extiende al territorio mexicano, en donde la Secretaría de Relaciones Exteriores, a través de Delegaciones estatales y oficinas de Enlace municipal proveen servicios a los familiares de las y los migrantes mexicanos en todo el mundo. 219 Entonces, en una acepción más amplia, la protección consular son las acciones, gestiones, buenos oficios e intervenciones que llevan a cabo los funcionarios de las Representaciones en el exterior para defender, de acuerdo a la normatividad internacional y en apego a las leyes y reglamentos de cada país, los derechos e intereses de los mexicanos en el extranjero y atender sus demandas (Convención de Viena sobre Relaciones Consulares; D.O.F., 1968). La protección consular se aplica en seis ámbitos diversos, como son: Derechos humanos, administrativo, civil, penal, migratorio y laboral. Dentro de estos ámbitos, las normas para la ejecución de los programas de protección a mexicanos en el exterior, 201159, detallan las siguientes funciones consulares: - La repatriación de cadáveres a México, ya sea que las y los migrantes fallezcan al intentar cruzar la frontera o en territorio norteamericano; - El apoyo a las y los migrantes que se encuentren en situación de indigencia o vulnerabilidad extraordinaria, en la compra de artículos de primera necesidad, expedición de documentos consulares y pago de alojamiento temporal, así como pago de defensorías jurídicas, gastos médicos menores y en general cualquier otro producto o servicio que tenga como propósito satisfacer necesidades básicas; - Las visitas a prisiones, centros de detención migratoria, hospitales, albergues, centros de trabajo urbanos y rurales y otros, con el fin de ver que los derechos de los y las migrantes se están respetando y en los casos necesarios, otorgar asistencia consular conforme a las necesidades específicas de las y los migrantes; - Repatriar a México a los y las migrantes que lo soliciten en virtud de su situación de vulnerabilidad o de extrema emergencia, lo que debe hacerse bajo un protocolo de seguridad y respeto de sus derechos humanos; - Trabajar en el fortalecimiento de la relación con autoridades federales, estatales y locales estadounidenses, para que estas actúen con pleno respeto a la dignidad y al reconocimiento de los derechos humanos de los y las migrantes; 59 Se toman las Normas para la ejecución de los programas de protección a mexicanos en el exterior del 01 de noviembre de 2011, cuya vigencia comenzó el 01 de enero de 2012, toda vez que fue el año en el que comencé a trabajar los casos de protección y por tanto es el año en que se sitúa la presente investigación. Más adelante se hará referencia a las nuevas Normas para la ejecución de los programas de protección a mexicanos en el exterior expedidas por la Dirección General de Protección a Mexicanos en el Exterior, adscrita a la Secretaría de Relaciones Exteriores. 220 - Desarrollar campañas de protección preventiva en la que se informe sobre los derechos de los y las mexicanas en el extranjero y los servicios consulares que pueden recibir; - La atención a las víctimas de la trata de personas, apoyándoles en los tramites que requieran ante las autoridades estadounidenses en lo que respecta al proceso judicial en el que deberán participar y con atención médica y psicológica que requieran; - En lo relativo a la equidad de género indican que se deberá brindar protección y asistencia consular a las mujeres, niñas, niños, adultos mayores y excepcionalmente a hombres, que se encuentren en el exterior y sean víctimas de maltrato y/o violencia doméstica, así como a mujeres y menores de edad que sean víctimas de trata de personas, con la finalidad de salvaguardar su dignidad e integridad física y psicológica, así como para contribuir en las gestiones necesarias ante las autoridades del país en el que se encuentren durante y después del proceso judicial. Es importante señalar que si bien, para los años 2011 y 2012, estas normas ya contemplaban un apartado destinado a la atención de la equidad de género, la atención autorizada en este apartado seguía contemplando la asistencia a mujeres, niños, niñas, adultos mayores tanto hombres como mujeres y hombres adultos. Lo cual no representan una verdadera atención a la población más vulnerable como son las mujeres migrantes; cuando la atención se limita a grupos vulnerables sin asumir las transversalidad de género no se le puede contemplar como una atención de equidad de género; es decir, no se deben confundir o mezclar ambas cosas pues la perspectiva de género busca favorecer los proyectos y acciones orientados a disminuir las brechas de género a partir de la institucionalización de las perspectiva de género en las políticas públicas y en la cultura organizacional de las administraciones federales, como el caso que nos ocupa, pero también estatales y municipales. Por otro lado, el recurso destinado para esta atención se toma de la partida denominada “erogaciones para la igualdad entre hombres y mujeres‟, misma que es autorizada y procede de manera directa del Congreso de los Diputados a cada una de las Representaciones Consulares, en base al número de casos que se atendieran dentro de este ámbito. Cabe señalar que en México, desde el 2003 la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados comenzó a etiquetar y reasignar gastos para atender la problemática más urgente de las mujeres en temas de salud reproductiva, pobreza y violencia, buscando así promover la igualdad de género y apoyar el 221 proceso de transversalidad. Sin embargo, la sociedad civil ha demandado presupuestos adecuados, a través del trabajo coordinado de organizaciones de mujeres – Entre las que se encuentran Equidad de Género: Ciudadanía, Trabajo y Familia y el Centro de Análisis e Investigación FUNDAR-, así como el INMUJERES, participando también en esta iniciativa académicos y organismos multilaterales. En esta situación con base a lo expresado por empleados de la Dirección General de Protección a Mexicanos en el Exterior (DGPME), la partida difícilmente era utilizada por los consulados mexicanos en los Estados Unidos, por lo que prácticamente se reintegraba al cien por ciento al finalizar el ejercicio fiscal, a pesar de que constantemente se identificaban casos de mujeres en situación de indigencia o en condiciones de vulnerabilidad y con necesidad de ayuda. Comúnmente los casos atendidos por el consulado eran registrados como casos de indigencia, que como ya se ha establecido, es una partida permite apoyar económicamente a las y los migrantes con dinero en efectivo y con el pago de servicios. Sin embargo, no contemplaba otros apoyos desde el punto de vista de la de equidad de género. Además, al aplicar la partida de indigencia se tenía la limitante de que los apoyos no podían ser combinados con otros conceptos de ayuda, imposibilitando un abordaje integral en la atención. Ahora bien, si se podían combinar ambas partidas contemplaban apoyo en alimentos, medicinas, ropa, calzado, tarjetas telefónicas, obtención de documento consular, gastos médicos, alojamiento temporal, defensoría jurídica en materia civil, laboral, administrativa, migratoria o penal. Asimismo se podrán contratar servicios de investigación, de traductor y apoyo económico por razones humanitarias. En equidad de género también se podía apoyar en la obtención de visados norteamericanos -como visa U, visa VAWA, visa T o regularización de residencia-, y la atención médica psiquiátrica o psicológica. De hecho, el abordaje desde la equidad de género abría la puerta a una atención más completa, sin embargo, tampoco se podía hablar de una atención integral. El manejo de recursos destinados al trabajo para y con mujeres, no erogados adecuadamente, fue la primera alerta de que no se estaba otorgando una atención que fomentara la equidad de género. Si hay un recurso destinado para la atención consular, entonces este debe utilizarse de una manera eficiente y eficaz, a fin de que llegue a la población objetivo y pueda mejorar las condiciones de vida, con la intención de que la atención sirva al empoderamiento de la población, es decir, desde una perspectiva de derechos ciudadanos que se aleje del paternalismo. 222 4.3.1 Mi experiencia en la protección consular Hasta este punto de la investigación se ha presentado un contexto de salida y de llegada de las y los migrantes mexicanos en Estados Unidos, lo que ha nos ha permitido trasladarnos hasta Kansas City, mediante la descripción de su población mexicana migrante, sus características culturales, laborales y de lugar de procedencia, así como las cifras que representan a esta población, centrándonos en la población femenina mexicana de la zona. Llegados a este punto quiero compartir mi experiencia laboral a fin de situarnos dentro de las funciones consulares y presentar así las decisiones que fueron tomadas a fin de buscar soluciones para la problemática presente en la población de mexicanas migrantes en la región, y cuyo proceso da lugar a la creación de la VAIM. Como ya he mencionado anteriormente, esta investigación surge como resultado del trabajo que realice como empleada del departamento de protección de la Representación Mexicana en Kansas City, el cual comenzó a partir del segundo semestre de 2012. Previo a este trabajo ya había tenido experiencia laboral en los Departamentos de Protección de la Delegación de Relaciones Exteriores en Michoacán, México y en la Sección Consular de Madrid, España. Sin embargo, no era fácil imaginar que las dinámicas de trabajo serían tan diversas, pues en protección siempre se afrontan situaciones de violencia pero no siempre se cuenta con el mandato expreso y la flexibilidad para ofrecer una atención real, los recursos, y quizás tampoco la formación especializada en género de las y los empleados, entre otros factores que van a desgranarse en los siguientes epígrafes. Cuando comencé a trabajar en Kansas City, el departamento de protección solamente tenía una encargada del área, quién era mi jefa directa y mi plaza como empleada local. Mis funciones consistían en brindar atención en casos civiles, familiares, administrativos, penales, laborales y de derechos humanos. En realidad, la atención a casos de protección consular en general es muy extensa: para el año 2011 se tenía un registro de atención de 979 casos, pera el 2012 se tiene un registro de 960, para el 2013 es de 960 casos, para el 2014 es de 1090 casos, en el año 2015 es de 1117 casos (Consulmex Kansas City, 2016). De estos, en el 2012, se registraron seis casos de violencia doméstica, pero la atención a esta problemática se fue incrementando a medida que se iba detectando, de tal manera que para el 2015 hubo más de cien casos registrados en el programa. Anteriormente no es que el 223 problema no existiera, es que no se había detectado o no se había querido ver y podemos aventurar a decir que faltaba una voluntad política para atenderlo. En un principio a la hora de desarrollar la atención de estos casos me encontré con obstáculos como la autorización de apoyos económicos limitados, ya que como se ha explicado anteriormente no se utilizaba la partida correcta para sacar el mayor provecho de los recursos existentes, y además había constantes limitantes por parte de otras áreas, como el área administrativa, pues a medida que se otorgaban los apoyos aumentaba el volumen de trabajo en este y otros departamentos del Consulado. En consecuencia, los emprendimientos innovadores en la atención no eran del todo bienvenidos. Como se ha documentado tradicionalmente en los estudios de género las resistencias a la importancia de las acciones en dirección a la equidad son muy comunes en el personal especializado sin formación de género. Por otra parte, era común recibir mujeres que llegaban a solicitar apoyo consular por diversas razones, como se podrá ver en los relatos de migrantes que se presentarán en este mismo capítulo, y cómo gracias a las entrevistas consulares se pudieron detectar sus necesidades principales, que en su mayoría respondían a que las migrantes se encontraban inmersas en situaciones de violencia de género. En realidad, esta necesidad no se podía identificar sino hasta que se tenía una conversación a profundidad con ellas, pues a medida en que se iba creando un ambiente de empatía y confianza, era que las entrevistadas comenzaban a abrirse y a permitir conocer su dinámica familiar, laboral y los diversos aspectos de su vida. Es ahí cuando se llegaba a detectar que “el problema” que se requiere solventar en un inicio no es sino la punta del iceberg de situaciones mucho más complejas que están produciendo como resultado la problemática que les lleva a solicitar apoyo consular. Aunado a esto, cabe destacar que la población migrante no conocía los programas de apoyo del Consulado, pues la creencia comúnmente extendida entre las personas atendidas es que la Representaciones tan sólo se limitan a expedir pasaportes y matrículas consulares. Y esta cuestión se presenta también en otros flujos migratorios como lo documentan Cortes y Sanmartín (2010) en el caso de ecuatorianos y colombianos en España, donde los diferentes gobiernos de origen han creado programas para acercarse a su población residente en el extranjero. De igual manera, era común escuchar a las y los migrantes decir que anteriormente habían sido víctimas de discriminación y malos tratos por parte de los funcionarios consulares, es decir, se reproducían las prácticas de abuso de poder que se integran dentro de la violencia institucional que en muchas 224 ocasiones ya habían experimentado en su lugar de origen en México. Además, otro grupo de los y las migrantes mostraban temor de hablar con un funcionario consular pues pensaban podrían tener algún problema debido a su situación migratoria irregular y que podrían ser deportados. Entonces, este cuadro de factores indica que uno de los principales problemas para poder empatizar con la gente es la cultura de desconfianza que se tiene ante las autoridades en México y la falta de conocimiento de los propios derechos de los y las migrantes. Esta desconfianza es un mal transnacional que se traslada con los y las migrantes, pero lamentablemente es verdad que es una práctica institucional con la que puedes toparte en ciertas dependencias en México e incluso en las Representaciones consulares en el extranjero. Esto se muestra en las narrativas de las personas migrantes que serán expuestos a continuación, quienes relatan sentir temor de presentarse en el Consulado por miedo a recibir malos tratos por parte del personal. En el caso de las mujeres además las narraciones hacen visible un patrón constante de subordinación y desigualdad que derivaba en muchos casos en violencia doméstica, pero también en otros tipos de violencias que se agravaban al contemplarlas desde la interseccionalidad, es decir, por su condición de mujeres migrantes, indígenas, de no hablar inglés y algunas de ellas, ni siquiera hablaban español -como es el caso de Benita, quien llegó a pedir apoyo al Consulado, pero solamente hablaba mixteco; ella podía entender el español, pero no podía comunicarse, por lo que ese día me tuve que comunicar con ella a base de dibujos, hasta que fue posible encontrar un intérprete de mixteco. Ello pone de relieve una vez más la trascendencia de una atención personalizada y de acuerdo a las necesidades específicas de la migrante, de tal manera que se puede adecuar la normativa al caso particular y no tratar de adecuar la persona a la normativa. En el siguiente apartado nos enfocaremos en algunos relatos de las mujeres migrantes, lo que nos va a permitir analizar el tema de la migración femenina desde un aspecto humano, de género e interseccional, de los patrones de violencia repetitivos y constantes de los que eran objeto las mujeres migrantes y la atención consular proporcionada en base a los casos que detonaron las diversas etapas de atención y creación de la VAIM. 4.4. Casos relevantes en la atención de mujeres migrantes Todos y cada uno de los casos que se han trabajado a través del departamento de protección son de gran importancia, sin embargo, ciertos casos permitieron visibilizar la problemática de la 225 violencia que rodeaba a las mujeres migrantes. Si bien se ha señalado en el marco teórico de este documento que el gran error que se ha achacado a las políticas públicas con perspectiva de género es que son políticas asistenciales que no toman a las mujeres desde sus necesidades reales, sino como meras beneficiarias, este sesgo revictimizante fue lo que se trató de evitar en este programa. Si bien en un inicio se aplicaba la asistencia consular en base a lo establecido en la normativa para cada caso, el trabajo directo y la atención personalizada y con carácter humano permitió crear mecanismos de apoyo y atención a dicha violencia, a través del análisis de la misma y de la adecuación de la normativa a cada caso preciso. Luego entonces, la creación de la Ventanilla de Atención Integral a la Mujer fue el resultado de tres años de trabajo constante en la atención de las mujeres migrantes, y ciertos casos abrieron la puerta para que la atención consular hiciera un esfuerzo de atender las necesidades reales de las mujeres, de acuerdo a cada una de sus problemáticas. A continuación comparto cinco de los casos que generaron un trabajo institucional coordinado para su atención, describiendo la problemática que presentaban las migrantes y más adelante, en este mismo capítulo, se señalaran las acciones consulares que se desarrollaron para atender cada una de sus situaciones. Cuando dejar México es tu única opción “Vengo a exigirles que me den un pasaporte” Esas fueron las palabras de Carmela cuando entró a mi oficina. Carmela es una mujer de estatura baja, morena y con rasgos indígenas de la región de Oaxaca. Su actitud era desafiante y prepotente. Fue muy difícil lograr que se abriera a la entrevista consular: cuando le pregunté cuál era la finalidad de tener un pasaporte, respondió “lo necesito para identificarme”. Sus respuestas eran cortantes e incluso groseras. Le pedí que me diera unos minutos para terminar de atender a otra persona y cuando regresó comencé a hablarle de México y de lo mucho que se extraña la comida. Ella respondió con una mirada despectiva “Yo no extraño nada de México”, y esa fue la pregunta clave para poder entablar una conversación con ella. Esa tarde se le pudo haber dado un pasaporte a Carmela y dejarla ir – Esa hubiera sido una alternativa tan sólo por no aguantar su actitud-, pero no se habrían podido cubrir otras de sus necesidades y las de sus tres hijas. 226 Carmela ha vivido por 8 años en los Estados Unidos. Salió huyendo de México en dónde dejó a su hija al cuidado de una de sus hermanas. Carmela era la segunda hija de un matrimonio humilde de un pueblo de Oaxaca. Su padre era albañil y su madre se dedicaba al hogar “Mi papá siempre estaba tomando cerveza en la puerta de mi casa, cuando se metía nos agarraba a golpes a mi mamá, a mis hermanos y a mí. Cuando yo tenía 14 años mi papá estaba tomando en la puerta con otros hombres del pueblo, pero esa semana él no había trabajado y no podía seguir comprando cervezas así que decidió venderme a uno de los hombres con los que estaba, a cambio de una caguama de cerveza y cincuenta pesos60, de repente nomás empezó a gritarme para que saliera y cuando salí me tuve que ir con el hombre que estaba junto a mi papá… Yo empecé a llorar y le dije que no me quería ir con él, pero mi papá me dio un golpe en la boca y me dijo que me callara la boca… Mi mamá tampoco hizo nada para ayudarme. Viví con este hombre durante tres años, me pegaba y me violaba casi a diario. Tuvimos una niña, pero un día llego y me sacó de la casa, me dijo que él ya tenía otra mujer y que yo ya no tenía nada que hacer en esa casa. Me sacó, me aventó mis cosas a la calle y me dijo que me llevará a mi hija, que él no la quería ahí. Me fui a casa de mis papás y estuve unos días ahí, pero mi papá me dijo que él no nos iba a estar manteniendo a mi hija y a mí, así que lo único que podía hacer era venirme al norte a trabajar, pero a mi hija no me la podía traer. Mi hermana me prestó dinero y me dijo que ella me cuidaba a mi hija mientras me la podía traer conmigo”. Carmela llegó a Missouri a vivir con unos familiares radicados ahí. Me cuenta su llegada a la Unión Americana y como a los pocos días de llegada dice haber empezado a tener problemas con su familia: “Para cruzar me vine por el desierto, fueron dos días los que esperamos para cruzar, pero nos avisaron que ya se podía cruzar y nos cruzamos, éramos unas siete personas y no detuvieron a nadie. Ya estando aquí yo estaba triste todo el tiempo, extrañaba a mi hija, no encontraba trabajo y tampoco quería cumplir las reglas de mi familia, ni siquiera les quería ayudar a hacer el aseo, terminaron sacándome de la casa porque no quería 60 $50.00 cincuenta pesos mexicanos son el equivalente a $25.00 veinticinco dólares norteamericanos. 227 acomedirme a hacer nada. Estuve viviendo en la calle por varios meses, dormía debajo de un puente y comía lo que me daban o lo que conseguía de sobras de restaurantes y casas. Ya que empezaba el frío un día mi ex pareja me encontró y me llevó a su casa… Con él estuve viviendo seis años, tenemos dos hijas, pero también tuvimos problemas. Ya con todo lo que me había pasado yo no me dejaba, si me gritaba le gritaba y si me golpeaba yo también lo golpeaba” En el caso de Carmela, pasaron años sin que existiera ningún reporte de violencia doméstica ante la policía, pues los dos eran indocumentados y ella consideraba que ella también fomentaba la violencia dentro de la relación. Ahora bien, en algún momento la violencia se considera ya inapropiada como cuando comienza a afectar a las hijas e hijos: “El problema fue cuando mi ex pareja empezó a golpear a las niñas, ahí si ya era otra cosa y yo ya no me aguanté. Mis hijas no iban a vivir lo mismo que yo había vivido. La niña más chica tiene la espalda bífida y no puede caminar, una noche nos peleamos, pero él empezó a patear a la niña y ella no podía moverse, yo le pegaba tan fuerte como podía para que la dejara, pero la seguía pateando, así que llamé a la policía, cuando llegaron lo detuvieron y a los pocos días lo deportaron” Carmela decía tener miedo pues su ex pareja le llamaba desde México y la amenazaba con regresar y quitarle a las niñas. Al finalizar la entrevista Carmela me enseño la fotografía de sus hijas y las fotografías que tenía en su Facebook de su hija mayor, quien vive en México. Con sólo abrir la fotografía se puso a llorar y dijo: “No me la he podido traer y no sé si la voy a volver a ver”. Ese día que Carmela llegó al Consulado se veía muy arreglada, su bolso parecía nuevo, era un bolso Michael Kors y la ropa que traía no coincidía con lo que declaraba en el estudio socioeconómico que se le practicaba como parte de la entrevista consular. Después de hablar con ella por un rato, le pregunté si estaba estrenando ropa, que se veía muy guapa, esto ya que no era normal ver a las migrantes que solicitaban ayuda bajo esas condiciones. Carmela me respondió dando cuenta de la importancia de la clase social tal y como ella la entendía: 228 “Sabía que venía al Cónsul, así que le pedí ropa prestada a la señora con la que trabajo, porque cómo te ven te tratan y no quería que me fueran a tratar mal”. No todas son indocumentadas El caso de Alejandra ha representado un parteaguas en mi vida laboral y personal. Este es uno de los primeros casos que atendí en el Consulado y despertó en mí la necesidad de entender los patrones que se repetían con cada mujer en los casos de la violencia y de exponerlos ante mis superiores en cada oportunidad que tenía. Un viernes por la tarde me encontraba con otra compañera en el Consulado. Mis compañeros se habían ido a trabajar a un Consulado móvil y mis jefes habían salido a comer tarde pues habían tenido una reunión. Alejandra entró llorando a mi oficina, venía con una amiga y con su hija de tres años en los brazos. Cuando vi el rostro de Alejandra tenía golpes por todas partes, más tarde en la entrevista también me mostraría los golpes en el resto de su cuerpo. No fue difícil comenzar a hablar con Alejandra, en un principio sólo abrazaba a su hija y lloraba, su amiga fue quien me explicó que acababa de escapar de su casa y que necesitaba ayuda. Alejandra y yo nos quedamos solas en la oficina, los primeros quince minutos fueron para dejar que llorara hasta que pudiera hablar. Alejandra en ese momento tenía treinta años, es una mujer alta, rubia y con rasgos muy finos en su cara, aunque en ese momento se veía inflamada con los golpes que había recibido. Alejandra tenía residencia y permiso de trabajo, su estatus migratorio era regular. Había llegado a Estados Unidos hace tres años por el trabajo de su esposo quien también tenía residencia. Conoció a su esposo en México, ella era funcionaria en el ayuntamiento de su ciudad, pero renunció para casarse y trasladarse a los Estados Unidos. Tiempo después tuvieron una niña. En cuanto su hija pudo entrar a la guardería, ella consiguió trabajo cuidando adultos mayores en un asilo, pero esto no le gustaba a su esposo. “Desde que llegamos a Estados Unidos él cambió mucho, me gritaba y me insultaba, como novios nunca lo había hecho, después de un tiempo empezó también a empujarme y a jalarme el cabello, para ese entonces yo estaba en el trámite de mi residencia, cuando nació mi niña me decía que iba a retirar la petición de residencia y que me iba a mandar 229 a México sin la niña, me decía que a ver cómo le hacía para volver a verla. A la única que le conté lo que pasaba fue a mi mamá, pero ella siempre me dijo que me aguantara, que tenía que ser una buena mujer, que mi lugar era al lado de mi esposo y que él ya me había dado una hija y una vida nueva y que yo era una mal agradecida si no lo aprovechaba”. Durante la entrevista Alejandra mostraba mucho apego a su madre y daba gran importancia a lo que los amigos y conocidos de sus padres pudieran pensar si se conocía la situación que estaba viviendo, como puede comprobarse en este extracto de su entrevista: “Lo peor fue cuando él empezó a abusar sexualmente de mí… Me trataba como un animal, hacia conmigo todo tipo de cochinadas, por más que le decía que no, yo terminaba haciendo lo que él quería y todavía él me decía que bien que me gustaba, que solamente me hacía la mosca muerta. Cuando entré a trabajar las peleas eran más fuertes, me decía que dejara el trabajo, que ese dinero ni servía para nada y que yo no tenía para que salir de mi casa. Hoy me volvió a decir que soy una mala madre por dejar a mi niña en el daycare. Pero no es así, el dinero que yo gano es para mis gastos y los de mi hija, porque el sólo me daba para lo de la casa y cuando le pedía dinero para comprar ropa para mí o para la niña me decía que no tenía. A él le molesta que ya no dependamos de él. Me decía que era una ambiciosa y que iba a terminar con nuestro matrimonio por que prefería cuidar a extraños que cuidar a mi familia. Yo nunca me he portado mal, siempre he ido de la casa a dejar a mi hija en la guardería y de la guardería al trabajo, es lo que hago todos los días. No tenía amigas hasta que un día le conté a mi compañera del trabajo, que es la que viene conmigo, que él me había golpeado. Me dijo que lo tenía que denunciar, pero yo no quise hacerlo”. Al preguntarle a Alejandra qué cual era motivo por el que habían discutido ese día, nuevamente comenzó a llorar y continuaba pidiendo disculpas, diciendo que sentía mucha vergüenza por tener que contar sus problemas a otras personas, pero sobre todo, no dejaba de ver la puerta desde donde podía ver a su hija, ya que decía tener mucho miedo de que su esposo la hubiera seguido y le pudiera quitar a la niña. 230 “Es capaz de cualquier cosa, no lo conoces. Nunca lo había visto como hoy. Hoy estuve con mi hija toda la tarde, hice la comida y cuando él llegó a comer le serví el plato, pero en cuanto lo vio dijo que él no quería comer esa porquería. Yo le dije que entonces se fuera a comer a otro lugar, en ese momento él agarró el plato y lo estrelló contra el suelo, después me dio dos golpes en la cara, mientras me decía: “Esto ya es el colmo perra, ahora tú me vas a decir lo que tengo que hacer”. Me tiro una patada y me alcanzó a pegar en las costillas y en las piernas, pero me levanté, en ese momento ni me dolió, lo único en lo que pensaba era en agarrar a mi hija para que no me le fuera a hacer nada. Corrí por el otro lado de la mesa y nos encerramos en el baño. El empezó a patear la puerta y quería romperla, pero empecé a gritar en la ventana del baño. Unos vecinos me gritaron que ya habían llamado a la policía y cuando Juan escuchó eso, salió de la casa ya que a él lo habían detenido hace algunos meses por conducir en estado de ebriedad. Pero me dijo que me iba a arrepentir de lo que había hecho, que esta sí me costaría caro. Cuando llegó la policía salí del baño con mi hija, les dije lo que había pasado, me dijeron que si me quería quedar ahí, pero yo tenía mucho miedo de que volviera, me dijeron que ellos me llevarían a un lugar seguro, pero no quise ir con ellos. Tengo miedo de que me deporten por no ser de aquí, así que les pedí que me acompañaran a casa de mi amiga, saqué mi bolsa de mano, un cambio de ropa para mí y para mi niña y mi coche, que está guardado en casa de mi amiga. Pero tengo mucho miedo de que me encuentre o que la policía me deporte por no ser de aquí”. Durante el tiempo en que duró la entrevista yo también comencé a preocuparme pues el Consulado no cuenta con un elemento de seguridad, además por la situación ya descrita no había actividad en la oficina, por lo que se estaba atendiendo una situación de crisis sin poder otorgar una seguridad a la víctima, ni para quien brinda la atención. Mis jefes llegaron cuando Alejandra estaba por irse al albergue, les expliqué la situación y las medidas de actuación que se habían tomado para atender el caso (todas ellas son explicadas en el siguiente epígrafe), y esa misma tarde la Cónsul titular y la encargada del departamento de protección hablaron personalmente con Alejandra y le dijeron que se daría seguimiento a su caso. Esto paso fue muy importante, pues si llega una mujer desmoralizada, que viene huyendo de su hogar y a quien se le ha caído el mundo en pedazos, lo que necesita es sentir un respaldo, saber que no está sola, que hay todo un aparato de gobierno 231 detrás de ella, sosteniéndola y protegiéndola, cumpliendo con las reglas institucionales que se requieren, y brindándole atención, un servicio desde un aspecto humano. La aportación de Teresa a las migrantes mexicanas Cuando Teresa llegó al Consulado no sabía que iba a influir en la vida de más de un centenar de mujeres al siguiente año y que dos años después su aportación se extendería a lo largo de la Unión Americana. Teresa es una mujer originaria del centro-norte de México, su tez es morena y sus facciones indígenas, su cabello es castaño oscuro y largo hasta la cintura. No fue fácil comenzar una conversación con ella puesto que se mostraba asustada, distante y desconfiada. Dijo tener miedo de ser deportada por no tener papeles, sin embargo tras explicarle que en el Consulado estaba segura y que nuestra obligación era buscar las vías para ayudarle, comenzó a llorar, y después de unos minutos también empezó a hablar. Teresa salió de su casa a los 15 años, nueve años después, todavía no sabe si huía de la pobreza en la que vivía o del abuso sexual de sus tíos y primos. “Era tan normal que mis tíos o mis primos me tocarán, mi abuela siempre decía que no me quejara, que yo tenía la culpa por andar por ahí, frente a ellos”. Decidió dejar la secundaria, al final de cuentas, estudiar no le iba a servir para nada “Nomás me dedicaba a ser la chacha de todos, ¿Pa qué iba a estudiar?”. Su tía de Houston le ofreció pagarle el pollero si ella se iba a cuidar a sus hijos y a ayudarle con las labores de la casa, pero también debía buscar un empleo para aportar a los gastos de la casa, y esas condiciones no eran un obstáculo para ella y menos después de sentir una sensación de libertad, la cual vivió por primera vez al llegar a Houston. “Tanto le recé a la virgencita para que me sacara de mi casa, que me escuchó y mi tía me trajo a Estados Unidos…Pasar no fue difícil, hice lo que me dijeron, yo no tenía miedo, lo que quería era salirme de esa casa (…). 232 La ciudad estaba rete grande (sic), había edificios, en mi pueblo nomás veía puras gallinas y puercos. Al poquitito tiempo de llegar conocí al papá de mis hijos y ahí sí fue todo rete bonito, yo me sentía como la princesa de un cuento. Sí teníamos problemas como cualquier otra pareja, pero yo estaba bien enamorada, y pos decía que podía poner de mi parte y aguantarme las discusiones. De todos modos se calmaba si me vestía como él quería y si le hacía caso de con quién tenía que hablar y con quién no… Si al final era mejor que lo que había tenido que aguantar antes”. El padre de sus hijos es un migrante indocumentado de origen guatemalteco y cinco años mayor que Teresa. La violencia de este hacia Teresa se hizo presente desde el inicio de la relación, no obstante, comenzaron a vivir juntos después de 5 meses de noviazgo, pero el dinero comenzó a faltar puesto que ninguno de los dos tenía un trabajo estable y su familia dejo de hablarles, pues ella había incumplido su palabra de pagar lo que se le prestó para el pollero. Además de la violencia temprana en la relación, Teresa narra cómo aguantaba los abusos y tras una infidelidad y la deportación de su pareja se fue a vivir con él a Missouri para buscar otro trabajo. “Al poquito tiempo de irme con él, empezó a tomar y a drogarse, en eso se le iba todo el dinero. Llegaba en las noches a pegarme y a forzarme para tener relaciones, así nacieron mi primer hijo y mi segunda hija. Pero después del segundo parto lo deportaron por golpear a una mujer, ahí me enteré que me era infiel y que esa mujer era su pareja. Pero al mes de que lo sacaron, ya andaba otra vez en Houston, buscándome” (…). “Volver a empezar aquí en Missouri fue bueno, pero a los pocos días volvieron los problemas, me volvió a violar casi cada noche y así me quedé embarazada otra vez y como no me dejaba ir al doctor, porque decía que si ya había tenido dos hijos, ya sabía que era lo se tenía que hacer, pues un día me fui a comprar comida y entré a una lavandería en dónde hablaban español. Ahí les dije que buscaba un doctor porque estaba embarazada y ellos me dijeron como llegar al hospital”. Teresa sonríe al decir que cuando él se enteró de lo que había hecho ya era muy tarde pues su tercera hija estaba por nacer y dice: "No pudo tocarme ni un pelo ese día... Me salvé gracias a los dolores de parto". Sin embargo, un año después Teresa quedó embarazada nuevamente, pero la 233 violencia doméstica ya no sólo la afectaba a ella, pues su hijo mayor también comenzó a ser violentado por su padre. Como es habitual una de las razones que hace que las mujeres comiencen a reaccionar a la violencia que sufren y han normalizado es no soportarla hacia sus decendientes: “Me daba tanto coraje que me le pegara al niño, él no hacía nada para merecer esos golpes… Yo tampoco hacía nada para ganármelos, pero los podía aguantar, ya estaba acostumbrada, pero mi niño estaba tan chiquito que no era justo que le pegara”. Teresa no tenía familiares, ni conocidos en Kansas City, pues se dedicaba a estar en su casa y cuidar de sus hijos, tampoco hablaba inglés, pero el principal obstáculo que tenía era el miedo. Sabía que tenía que terminar con el abuso del que era objeto su hijo, sin embargo, el miedo era mayor que ella “Tenía miedo de que deportaran al papá de mis hijos, porque yo no trabajaba y dependíamos de lo que él nos daba de comer, además él le cortaba el cabello a mis hijos, ¿Ahora quién se los iba a cortar?... Y luego si no lo deportaban, ahora sí me mataba”. Apostando por la estabilidad de su familia, Teresa decidió aguantarse y obedecer para ya no tener discusiones, sin embargo, los problemas volvieron a presentarse “Un día discutimos, él me pego una cachetada frente a los niños, me jaló del pelo y hasta sacó una pistola para amenazarme: me dijo que me iba a matar a mí y a mi familia en México y que un día que despertara no iba a encontrar a mis hijos ya que se los iba a llevar lejos mientras dormía. Ese día tuve tanto miedo que en cuanto él salió de la casa, saqué las pañaleras de los niños y dos abrigos para cada uno, subí a mis hijos a la Van y me fui a la iglesia a pedirle ayuda al pastor”- Fue el pastor de la iglesia cristiana quién llevó a Teresa y a sus niños al Consulado. Es importante destacar que este caso y las medidas de actuación del mismo fueron presentados en la Reunión de Cónsules y Embajadores por la Cónsul titular de Kansas City. En dicha reunión fue dónde se autorizó el recurso para que el programa de la VAIM fuera un programa piloto llevado por el Consulado de México en Kansas City. Este tema se retomará más adelante en este mismo capítulo. 234 No sólo es violencia doméstica. Las autoridades también discriminan Jacinta tiene quince años viviendo en los Estados Unidos. Ni ella, ni su esposo tenían trabajo en México y tenían dos hijos a los que debían mantener, este caso refleja la situación de una de las familias que tuvo buscar una salida ante las crisis económicas que enfrentó México y que son descritas en el segundo capítulo de este documento, además en el mismo se puede observar la función de la red social migratoria y cómo esta abre camino para llegar a instalarse en un nuevo país y conseguir trabajo e incluso documentación apócrifa, esto sin siquiera conocerse físicamente o sin tener un vínculo de amistad previo. Este caso confirma la importancia de las redes sociales en la migración y en el asentamiento por regiones de llegada. Jacinta relataba: “Con la crisis la cosa se puso muy fea, mi esposo perdió el trabajo y yo me dedicaba a ser ama de casa, no teníamos ni para comer. Unos amigos tenían parientes en Kansas City, nos pusieron en contacto con ellos, hablamos varias veces por teléfono y también nos ayudaron a contratar un pollero. Vendimos todo antes de venirnos para pagarle al pollero. Me despedí de mis papás y nos vinimos todos juntos, yo sabía que si dejaba venir a mi marido solo, tal vez ya no lo volvería a ver, porque eso le pasaba a muchas mujeres que se quedaban en el pueblo. Yo sabía que era peligroso cruzar, pero mis papas ya nos habían dado la bendición. Nos cruzaron a todos juntos en la noche, nos pusieron en la parte de atrás de un camión. Mis hijos ya estaban grandes, tenían ocho y diez años, ya sabían que tenían que estar callados y obedecer. Yo abracé a uno de mis hijos todo el camino, mi esposo abrazó al otro. Veníamos solo los cuatro, no sabíamos ni a que veníamos pero sabíamos que era lo mejor para ellos”. Jacinta es originaria de Veracruz, cuando llegaron a Missouri, ella y su familia se asentaron en un condado al oeste de Missouri, que es una zona de migrantes procedentes de Veracruz- -No se especifica el nombre del condado a fin de respetar el anonimato de Jacinta-. Tanto ella como su esposo consiguieron papeles falsos para trabajar, a los pocos años de llegar a Missouri nació su hija Adriana y al poco tiempo falleció su esposo de cáncer. Jacinta ha trabajado desde entonces cubriendo dos o tres turnos de limpieza en un hospital. 235 El día que Jacinta llegó al Consulado se presentó con mucho miedo, pues dice haber recibido, años atrás, un trato prepotente por parte de un oficial consular. Jacinta llegó a pedir ayuda ya que su hija había sido violada el día anterior. “Todos los días salgo a trabajar cuando mi hija de 12 años se va a la escuela y cubro el segundo turno después de comer, el día de ayer mi hija dijo sentirse mal y no querer ir a la escuela, yo le creí ya que tenía varios días portándose diferente, estaba triste todo el tiempo y yo creí que sí se estaba enfermando de la gripa. El día de ayer salí por la mañana, pero cuando iba a mitad del camino tuve que regresar ya que se me habían olvidado algunas cosas que debía llevar al trabajo. Cuando llegué la puerta del cuarto de mi hija estaba cerrada y empecé a golpear la puerta para que me abriera, cuando logré abrirla pude ver a un hombre sentado en la cama y a mi hija vistiéndose, yo empecé a gritar y caminé a la cocina para agarrar un cuchillo, también empecé a marcar al 911 desde mi celular. Cuando me contestaron en el 911 pedí ayuda, yo no sé hablar inglés pero solo les dije [help, help] la muchacha que me contestó me preguntó algo, pero yo no sabía que era porque mi hija es la que siempre me traduce. Yo empecé a hablar en español y a pedir ayuda, les dije que había un hombre en mi casa y que estaba en el cuarto de mi hija, pero me colgaron el teléfono. Cuando traté de llamar de nuevo mi teléfono se bloqueó, no sé si yo apreté algo mal, tal vez sí porque tenía mucho miedo. Todo fue muy rápido, yo fui por un cuchillo, pero el hombre salió de la casa por la parte de atrás. Fui con Adriana y le pregunté si le habían hecho algo, ella solamente empezó a llorar y me abrazó. No sabía qué hacer, siempre he tenido miedo de la policía porque mis papeles son chuecos, pero nos fuimos a la policía con Adriana, Cuando llegamos a la estación Adriana les dijo que queríamos hablar con un policía, pero no había ninguno que hablara español, por lo que yo no podía comunicarme con ellos. Un oficial de la policía, muy grosero, le dijo a Adriana que le dijera que había pasado, por lo que ella tuvo que empezar a contarles lo que pasó, traduciéndome al mismo tiempo lo que les decía a ellos, sin embargo, cuando Adriana me decía en español lo que le preguntaban, me decía que no entendía algunas de las cosas que le estaban preguntando, que no sabía a lo que se referían. Todo el tiempo que estuvimos ahí no consiguieron un intérprete y no trataron de comunicarse conmigo. Adriana estaba muy nerviosa y decía que no quería hablar con el policía, que le daba 236 miedo. La persona que abusó de mi hija era un vecino y fue en la policía que me enteré que no era la primera vez que lo hacía. Dimos sus datos pero nunca lo detuvieron”. Nosotr@s también tenemos derechos La VAIM ya había sido autorizada oficialmente y el número de participantes seguía creciendo cada día, pero había un sector de la población al que no habíamos contemplado. Del otro lado de mi escritorio se encontraba Luis, quién desde que se presentó me pidió que le llamara Norma. Ella es originaria de la región de tierra caliente en México, zona que se caracteriza por la pobreza y la violencia, donde el crimen organizado ha destruido la paz en la vida de la población y las autodefensas han hecho de la ciudad un campo de batalla en dónde es fácil encontrar al ejército, la policía federal, la policía estatal y municipal y en dónde los enfrentamientos son frecuentes. Norma es una transexual que llegó a Estados Unidos con 35 años, después de pedir asilo en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas, tras sufrir la violencia sexual por parte de agentes federales: “Los problemas con el crimen organizado cada vez eran más, las amenazas llegaban a mi casa todos los días y de diferentes formas, mi hermano había andado metido con ellos, pero todos la podíamos pagar y… En la policía no se puede confiar” (entre lágrimas hace su narración) Los federales me violaron a mí y a otra amiga igual que yo, íbamos por la calle vestidas de mujeres y la policía se detuvo junto a nosotras, nos subieron a la parte trasera de la camioneta y entre tres nos violaron, mientras nos golpeaban y nos insultaban. Cuando fui a denunciar lo que había pasado, me dijeron que no podían tomar mi denuncia, que tenían cosas más importantes que atender en el momento. Los días después de la violación fueron terribles, yo no podía decírselo a nadie de mi familia, siempre les he causado vergüenza por ser transexual, así que la única salida que tenía era venirme al otro lado, acá tenía una hermana y ella me podía ayudar”. Norma llegó a la frontera con el reporte médico de la violación y fotografías de la violencia que se vive en su región, con estos documentos logró tener una entrevista con los oficiales de migración 237 quienes observaron que había un miedo creíble en sus declaraciones, por lo que le fue otorgado el asilo político. “Todos en mi casa me decían que no me iban a dejar pasar, pero no fue difícil. Primero me dejaron unos días en el centro de detención de San Diego y luego me llevaron a Santa Ana (California), ahí las cosas fueron mejor porque era un centro de detención para transexuales y nos daban atención psicológica y hasta tratamiento hormonal” Norma estuvo varios meses recluida en el centro de detención de Santa Ana, en dónde comúnmente se autoriza que se reciba terapia hormonal cuando está ya se ha tenido antes, con la finalidad de que las personas detenidas no sufran cambios que les afecten física y psicológicamente. Para Norma los cambios negativos llegaron cuando fue puesta en libertad: se dirigió hacia Kansas en dónde residía su hermana, pero Kansas no es un estado que se caracterice por apoyar a las y los migrantes y tampoco tiene leyes de ayuda para la población transgénero. Norma refería sufrir discriminación por ser migrante, por su origen étnico, por no hablar el inglés y por no tener documentos para trabajar, ya que aun cuando tenía el asilo político, este no le permitía trabajar, pero sobre todo, la discriminación por ser una mujer transgénero le seguía en su proceso migratorio. “Necesito tomar mi tratamiento por que los cambios en mi cuerpo y en mi estado de ánimo cada vez son más notorios, ahora tengo erecciones y yo nunca las había tenido, desde muy chica empecé a tomar hormonas”. El mayor problema de Norma es que no tenía seguro médico y la atención que se ofrece a las y los migrantes a través de las clínicas vinculadas a la ventanilla de salud del consulado, no contemplan este tipo de tratamientos. Por otra parte, esta era la primera vez que se atendía un caso de esta magnitud por parte del departamento de protección consular. 238 4.4.1 Los casos de violencia se repiten. Son muchas voces pero basta una para movilizar a una Institución Hemos visto en capítulos anteriores que las mujeres migrantes se encuentran con una serie de retos a librar por su condición de mujeres y de migrantes con independencia del nivel socioeconómico o cultural que tengan. Sin embargo, también se ha dicho que la tendencia a durar bajo un patrón de violencia y malos tratos dependerá de los conocimientos, autonomía e independencia para la toma de decisiones que tengan las mujeres, es decir, del empoderamiento que puedan llegar a tener. En el trabajo con migrantes se observaron los siguientes patrones repetitivos, mismos que se irán relacionando con algunos de los casos atendidos por la VAIM, de tal manera que sea nuestro preámbulo para abordar la actuación que se tuvo para atenderlos. Entre estos patrones se encuentran: el papel de las redes familiares, el estatus migratorio, el manejo del idioma y la relación con el sistema legal, el mantenimiento del amor romántico, entre otros, de los que nos ocupamos a continuación. Respecto a las redes sociales o familiares, retomando a Portes (1998) se ha visto cómo pueden apoyar a las y los migrantes, pero que también operan bajo la figura de un control social que emana de estas, imponiendo sanciones a los actores o privilegiando a unos sobre otros. En el caso de las mujeres era común detectar que las redes sociales fungían como un apoyo necesario y excepcional, pues casi en su totalidad, las personas que llegaban al Consulado, referían haber llegado a los estados de Kansas, Oklahoma y Missouri, por tener familiares en la región o porque sus conocidos les consiguieron un trabajo ahí. Sin embargo, tal como lo hemos establecido en el capítulo anterior y en base a los estudios de Woo (2001), las redes sociales migratorias se encuentran más consolidadas cuando se trata de hombres, además de que un gran porcentaje de mujeres mexicanas todavía inicia el proceso migratorio bajo la figura de la reunificación familiar, como se ha explicado en el capítulo III de este documento, por lo que al encontrarse en un proceso de abuso y violencia por parte de su pareja, es normal que la red social no le otorgue apoyo a ella, puesto que la base de las redes sociales son los hombres y el papel que desempeñan como un trabajador más, útil para esa sociedad migrante. En otros casos, se llega a vivir con la familia política, quien no dará la espalda al agresor. Por tal razón, las mujeres pueden vivir en una comunidad hispana pero encontrarse sin el respaldo de una red social migrante o de un apoyo familiar. Además como ya se ha especificado en el marco teórico de este documento, 239 los espacios transnacionales son aptos para que se reproduzca la cultura de la sociedad de origen y es esa cultura misógina, que es avalada y alimentada por los medios de comunicación y por una sociedad que se rige por reglas patriarcales, va a legitimar las violencias de género como una práctica normal en la sociedad. Al mismo tiempo, el hecho de tener un estatus migratorio irregular va a conllevar a un constante miedo a la policía y a las autoridades del país. Por lo que es común ver que la población migrante huye de ellos antes de pedir su apoyo. Y esto responde a varios factores, por una parte, en la práctica consular era común ver casos en los que se arrestaba a las víctimas y no a los agresores, debido a su situación migratoria y a que la víctima no hablaba inglés, por lo que el agresor modificaba la situación de la manera que más le convenía, esto se conocía una vez que llegaban al consulado las notificaciones consulares de arresto y cuando se solicitaba hablar con la detenida era que se tenía conocimiento de esta problemática. Pero también, el miedo que se siente ante las autoridades responde nuevamente a tendencias culturales transnacionales, pues los cuerpos de seguridad en México no se han caracterizado por brindar apoyo a la población que los necesita y muchas veces la población se cuida de ellos pues son ellos quienes trataran de sacar un provecho económico de una determinada situación, a través de las denominadas “mordidas” o como hemos visto a través del relato de Norma perpetran abusos y violencias institucionales. Por otra parte, es más frecuente encontrar mujeres con empleos irregulares o con baja percepción de salarios, lo que responde a la tendencia migratoria en todo el país estadounidense y la situación general de menores salarios para las mujeres. Pero esta falta de recursos en muchos casos derivada de la falta de documentos migratorios, hacían que la dependencia de las mujeres hacia los hombres fuera cada vez mayor. Otro aspecto a destacar era la imposibilidad de muchas mujeres No era posible para la comunidad migrante el contar con una licencia de conducir, lo cual es indispensable en las ciudades de los estados de Kansas, Missouri y Oklahoma, puesto que las distancias son muy grandes y el servicio de transporte es deficiente, las y los migrantes conducían bajo el temor de no volver a su casa al ser detenidos por la policía y llevados a un centro de detención por esta falta administrativa. Las migrantes que lograban regularizar su situación migratoria a través de una visa U, visa VAWA o visa T, seguían sin tener acceso a beneficios sociales y de salud, sino hasta cinco años después de haber obtenido la residencia. 240 La atención médica limitada por no tener acceso a la seguridad social y en tratándose de terapias psicológicas, existían pocas terapeutas bilingües con un conocimiento de las características culturales de la víctima, lo que es indispensable para que se entienda la problemática de la víctima. La protección de las victimas ofrecidas por los estados se veía limitada en atención a la situación migratoria de la víctima, como es el caso del Estado de Missouri en donde las víctimas de crímenes violentos no califican para recibir fondos de compensación de victima para cubrir gastos médicos, aunque estados como Kansas sí contemplan este apoyo, aunque de manera restringida. Esta disparidad se debe a las actitudes xenófobas de los legisladores o autoridades estatales. Fundamental es el desconocimiento del idioma, lo que aumenta de manera determinante la vulnerabilidad de las mujeres. Y esto también se encuentra directamente relacionado con la falta de información sobre los derechos que se tienen en el país en donde se reside. Tanto del sistema jurídico del país de llegada, como los que se les otorgan por parte del país de origen, mismos que contemplan atención y servicios que no se utilizan por desconocimiento (Morales, 2014). Pero también encontramos aquí que la población migrante se encuentra inmersa en un ambiente determinado por la red migratoria y su dinámica diaria, por lo que ante las entrevistas consulares, era frecuente encontrarme con una respuesta de que los y las migrantes no se habían detenido a informarse sobre sus derechos por no haber tenido la necesidad de contar con esta información, por lo que la información es buscada hasta que se requiere y en muchos casos, es proporcionada correcta o incorrectamente por la red migratoria, por lo que el o la migrante no llegan a contar con información directa de la oficina consular. Estos y otros factores explican la falta de denuncias, ya que si sumamos al desconocimiento del idioma y del sistema jurídico del país, que las mujeres migrantes que han sufrido violencia se encuentran inmersas en relaciones afectivas disfuncionales, pero de las cuales dependen en su totalidad y que son constantemente amenazadas por sus agresores con ser denunciadas ante las autoridades de migración o ante la policía. Esto se traduce en un constante estrés y temor por parte de las mujeres a ser deportadas y por tanto a perder a sus hijos o familiares que ya se encuentran en el país de acogida, así como las pertenencias económicas que han logrado a través de su trabajo, o incluso al simple miedo que como migrante se tiene de regresar al lugar de origen y volver a empezar de cero, bajo un estigma social, como se puede ver en la entrevista aplicada a Alejandra. Entonces estos factores explican que no se denuncie el maltrato, pero si nos detenemos a pensar que en el país de origen tampoco se denuncia, como se puede ver en los anuarios estadísticos 241 estatales del INEGI (2015) en los que aparece la información de cada estado de México y las denuncias presentadas por mujeres. Así como en las conclusiones del ENDIREH, que refiere una escaza o nula confianza de las mujeres al apoyo institucional. De acuerdo a Vega (2014) las mujeres viven estos abusos en silencio, pues sólo una de cada diez mujeres que ha tenido miedo de ser atacada o abusada sexualmente ha acudido a alguna institución pública, 11% de las que fueron obligadas a ver escenas o actos sexuales. El porcentaje de mujeres que, fruto de los tocamientos o manoseos en contra de su voluntad acude a las autoridades públicas es mínimo, casi inexistente (0.2%). Sólo 12.2% de las mujeres violadas pidió ayuda” (Frías, 2012; citada por Vega, 2014). Conviene retomar aquí el tema de las cuestiones culturales de las que hemos hablado en el capítulo anterior, ya que se ha observado un mayor miedo al estigma social del divorcio, a la incapacidad de mantener una familia, al hecho de estar solas o a dejar a los hijos sin padre. Incluso en algunos casos, las mujeres refirieron venir de familias de padres divorciados o no haber conocido y/o tenido contacto con alguno de sus padres, añadiendo que ese hecho les habría marcado en su niñez y por lo tanto no querían que sus hijos vivieran las mismas circunstancias, por lo que para ellas resultaba más conveniente el seguir en un matrimonio o en una unión de pareja, aun cuando se tuviera que soportar la violencia de la pareja, calificando esta decisión como un sacrificio que se hacía por los hijos. Además, en esta línea, no podemos dejar de considerar la forma en que la sociedad estigmatiza a las mujeres que están solas, es decir, la obligación a tener pareja como norma de la hetero-realidad obligatoria. Era muy frecuente detectar el sentimiento de culpa y fracaso por no poder preservar la unidad de la familia, puesto que la mujer latina ha sido educada bajo la idea de que debe soportar los malos tratos de sus parejas, toda vez que las peleas se toman como una condición normal presente en toda relación sentimental siendo uno de los preceptos fundamentales del amor romántico, como se ha referido en el caso de Teresa, quien expresó sentirse como princesa de un cuenta de hadas al encontrar el amor y quien dijo aguantar los problemas que tenía con su pareja, pues eran propios de toda relación. También se debe señalar que el mito del amor romántico de la sociedad latina ha hecho que las mujeres se encuentren inmersas en círculos de violencia y que busquen seguir en los mismos, pues la maleta cultural lleva a pensar que cuando hay amor se pueden librar obstáculos y se puede cambiar a la otra persona. Si bien ya hemos hablado de la literatura respecto al amor romántico y 242 sus orígenes, me gustaría retomar aquí los trabajos de Coral Herrera (2012), quien afirma que el amor romántico es la herramienta más potente para controlar y someter a las mujeres, pues al menos en las sociedades hispanas, el uso del binomio maltrato- buen trato en las parejas, sirve para desarrollar un amor que termina en dependencia y en subordinación. Los hombres saben que mantenerse firmes en una postura de desprecio y de no preocuparse por el sufrimiento de la mujer, hará que la mujer acceda a sus deseos, pues de lo contrario lo perderán. Y para no perder una relación, un “amor verdadero” las mujeres soportamos malos tratos, abusos y explotación, que a veces comienzan siendo pequeñas bromas, pero que a medida que se van aceptando y dejando pasar se agravan y van mermando la autoestima de las mujeres, pues estas se ven inmersas en cuadros de violencia y desprecio de los cuales no es fácil salir ya que el entorno social está debilitado o destruido, las redes sociales y afectivas ya están desgastadas. Además de que la presión social por tener una pareja antes de determinada edad, somete a las mujeres a roles tradiciones que de no cumplirse son sancionados con el rechazo social. Este amor romántico es el que ha hecho que la figura de la víctima vaya creciendo y vaya siendo cada vez más aceptada, pues aun cuando las mujeres saben que se encuentran en una relación no sana y tormentosa, creen que si dan todo por la otra persona, este cambiará y las amará de la manera que ellas esperan. Y el problema no es el esperar el cambio o el tener viva una ilusión, el problema es que en esa espera hay mujeres que mueren pues sus parejas son agresores machistas y misóginos que no van a cambiar por amor, en esa espera hay niños y niñas que están viviendo en un ambiente de violencia cada día y en esa espera se va alimentando ese miedo a estar solas, a esa soledad y desolación de la que habla Marcela Lagarde (2012), ese miedo que la sociedad nos ha inculcado, utilizando el auto convencimiento de que la felicidad la da otra persona, que como seres humanos no estamos completas sino hasta que se ha logrado “domar” al otro con amor y tenerlo a nuestro lado. Por último, se debe hacer mención especial del analfabetismo e ignorancia de las mujeres migrantes pues se trata de una condición ha ido cambiando y como vimos en el capítulo anterior, las migrantes tienen mayor grado de escolaridad, sin embargo, la pobreza y precariedad económica y social de la mujer migrante aún es tangible, lo que conlleva a una dependencia y subordinación hacia la pareja sentimental, a quien se le otorga comúnmente el poder de tomar decisiones al interior del hogar y disponer de los ingresos familiares, lo que nos lleva nuevamente a una desigualdad de género estructural. 243 Entonces, retomando el concepto de identidad interseccional (Crenshaw, 2005) vemos que al tratarse de mujeres latinas distintas a la cultura dominante y al estar ante la prevalencia de una cultura patriarcal y de colonización, en donde impera el racismo, la discriminación y la homofobia, todo ello impide el acceso a la justicia, lo que se traduce en una discriminación institucional y una exclusión social por el hecho de ser extranjeras, por no hablar el idioma y por contar con bajos ingresos, lo que se ve reflejado en una limitante para acceder a los apoyos sociales y comunitarios, a viviendas, sistemas judiciales accesibles, servicios para víctimas de abuso, acceso a servicios médicos, asistencia legal, financiera y a la adquisición de artículos de primera necesidad. Tal como refiere Morales (2014) las migrantes que tratan de acceder por ellas mismas a los servicios que proveen los estados se encuentran con limitantes institucionales, directas o indirectas y fallas en el sistema que impiden responder adecuadamente, pues las respuestas que reciben por parte de las autoridades son negligentes. Esto es común cuando se trata de reportar el abuso por parte de una persona o de las autoridades, pues sucede que en ocasiones la policía ni siquiera levanta un reporte, por lo que no queda antecedente del abuso. Además, no siempre se cuenta con intérpretes calificados o incluso se utiliza a los menores como intérpretes. Esta problemática fue trabajada de manera directa con la encargada del área de protección del consulado, quien siempre estuvo pendiente del seguimiento de los casos. Y de igual manera este patrón repetitivo y constante de violencia, discriminación y desigualdad hacia las mexicanas fue expuesto ante la titular de la representación consular, quien se integró a finales del año 2012 y quien había iniciado un trabajo dinámico con la población migrante, siguiendo de cerca los problemas de los connacionales y dándonos autorización y apoyo para que buscáramos soluciones específicas para cada caso. En este sentido, podemos destacar que tanto las formas de comunicación como la voluntad política y la sensibilidad de un equipo técnico de atención directa al público fueron claves para que el programa saliera adelante permitiendo así buscar soluciones a la problemática de las migrantes de manera específica y conforme a la necesidad que cada una de ellas presentaba, es decir, se nos permitió aplicar la normativa para otorgar soluciones ajustadas a las necesidades de cada caso y no se nos obligó a adaptar cada caso a la normativa establecida. 244 4.5 Es posible brindar atención y protección integral a las mujeres migrantes. Creación de la Ventanilla de Atención Integral para la Mujer (VAIM) La atención a los casos de protección consular comenzó brindándose en base a lo estipulado por la normativa ya descrita en el apartado 4.3, sin embargo, ante los casos con los que nos encontrábamos cada día era imposible no pensar que los recursos con los que cuenta la Red Consular Mexicana pueden optimizarse si son utilizados de manera transversal, de tal manera que sean una garantía de servicio y de respuesta a las necesidades de la población a la que van dirigida. Se trataba de centrarse en la persona a quien se le brinda el servicio y no en los procesos que marcan las normas emitidas desde unas oficinas centrales que no están en contacto directo con la problemática que viven las y los migrantes cada día. Y es así como empezó a trabajarse en la creación de la Ventanilla de Atención Integral para la mujer. Ante la problemática de la violencia de género cuya visibilidad iba en aumento cada día, el 04 de septiembre de 2014 se organizó la Mesa Redonda de Acceso de la Mujer a la Justicia, con la finalidad de acercar a la comunidad académica con la realidad de las migrantes. Para lograrlo se establecieron reuniones entre personal del consulado y personal de la Facultad de Derecho de la Universidad de Missouri, Kansas City (UMKC). Se pretendía, de esta manera, que la problemática de violencia de género presente en la comunidad mexicana fuera conocida por los futuros juristas de los Estados de Missouri y Kansas, así como por las y los abogados litigantes de dichos estados, jueces en materia civil, criminal y migratoria y las principales Organizaciones No Gubernamentales de la región, quienes fueron invitadas al evento. La ponente principal del evento fue la Embajadora Carmen Moreno Toscano quien desempeñaba el cargo de Secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres61. También fueron invitadas dos profesoras de la UMKC y Elena Morales, Coordinadora del Programa Sí se Puede, del Centro Inc., atención a mujeres víctimas de violencia doméstica, organización con la que se habían trabajado los casos de violencia doméstica constantemente. Además, contamos con el testimonio de Teresa, migrante mexicana víctima de violencia, relato que ha sido expuesto en este capítulo. 61 La Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) es el primer órgano intergubernamental que fue creado para asegurar el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres. Está constituida por 34 Delegadas, una por cada Estado Miembro de la Organización de Estados Americanos y se ha convertido en el principal foro de debate y de formulación de políticas sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género en las Américas (OEA, 2016) 245 La Mesa Redonda logró su cometido de sensibilización y de buscar una respuesta de las autoridades locales en este tema, esto se vio reflejado en el trabajo coordinado con organizaciones, policía y autoridades locales. Pero la Mesa Redonda tuvo un mayor beneficio: en el desayuno que se tuvo con la Embajadora Moreno, estando presentes la Cónsul Titular, Alicia Kerber, la Encargada del Departamento de Protección, Adriana Villarreal y yo misma se trataron los casos de violencia de género que se estaban presentando y la manera de abordarlos, concluyendo que era necesaria una intervención integral por parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores; incluso, la Embajadora Moreno habló de que ese había sido su proyecto en un algún momento. Para enero de 2015, con motivo de la Reunión Anual de Cónsules y Embajadores, organizado por la Secretaría de Relaciones Exteriores y después de dos años de trabajo continúo por parte del Consulado en Kansas City, la Cónsul Alicia Kerber presentó el proyecto de la VAIM, el cual fue autorizado para febrero de 2015. El siguiente paso sería estructurar un programa que pudiera tener una visión a futuro de ser replicado a favor de las mexicanas migrantes en otras regiones de Estados Unidos. 4.5.1 El Programa de la VAIM El programa de la VAIM se creó bajo una justificación jurídica que encuentra su base en tratados internacionales y acuerdos bilaterales entre México y los Estados Unidos de América, que han sido descritos en este mismo capítulo, así como en base a lo estipulado en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, que indica que todos los programas de la administración pública federal, incluyendo la política exterior, deben de realizarse con un enfoque de género. Así como en el Memorándum de Entendimiento para la promoción de la Igualdad de Género, el Empoderamiento y los Derechos Humanos de las Mujeres, suscrito entre México y Estados Unidos en septiembre de 2012, con el objetivo de avanzar en el ámbito de la igualdad, empoderamiento y promoción de los derechos humanos de las niñas y las mujeres en el marco de la agenda bilateral, estableciendo como prioridades impulsar el combate a la violencia de género y el acceso a la justicia a través del apoyo de la red consular de México en Estados Unidos. Así como la aplicación práctica de leyes que protejan a las mujeres migrantes contra la violencia de género en los Estados Unidos, ejemplo de esto es la ley VAWA y las VISAS U y VISAS T62. 62 Estas visas serán explicadas a mayor detalle en este mismo capítulo. 246 El objeto de la creación de la VAIM fue el potenciar las capacidades de las mujeres a fin de lograr su independencia, empoderamiento y autonomía, esto mediante el uso transversal de programas e insumos con los que se cuenta en la red consular mexicana y aprovechando de manera adecuada los recursos que ofrece la legislación de los Estados Unidos de América a favor de las mujeres migrantes. En el l anexo no. 1 puede verse la nota de prensa de la creación de la VAIM publicada en el diario local DOS MUNDOS. La atención pretendía ser dirigida a todas las mexicanas migrantes que buscarán alternativas de cambio o que requieran ayuda tras haber sufrido violencia de género, sexual, psicológica, física, económica o patrimonial. De igual manera, la atención sería brindada a miembros de la comunidad migrante de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y queer (LGBTQ). Se pensaba en una atención personalizada e integral, para ello se buscaba estructurar la intervención consular en diversas etapas, contempladas en otorgar una asistencia o protección preventiva, una atención en crisis, el apoyo y la resolución de problemas, buscar y ofrecer recursos transnacionales y solucionar necesidades a largo plazo, empoderamiento y desarrollo de la mujer en la comunidad; cada una de ellas mediante acciones que se describen a continuación. A) Protección o asistencia preventiva El objetivo de estas campañas es sensibilizar a la sociedad mediante el compromiso de agentes claves, esto es, sumar como aliados a los principales actores de la sociedad civil, empresarios y comunidad en general. Para lograrlo se buscó el permiso de los agentes para colocar un violentómetro en inglés y en español en iglesias, escuelas, hospitales, restaurantes hispanos, súper mercados, lavanderías y lugares de trabajo de la comunidad migrante. El violentómetro es un material gráfico y didáctico en forma de regla, diseñado por la Unidad Politécnica de Gestión con Perspectiva de Género del Instituto Politécnico Nacional, consiste en visualizar las diferentes manifestaciones de violencia que se encuentran ocultas en la vida cotidiana y que muchas veces se confunden o desconocen. Este material ha sido de gran utilidad para concientizar y capacitar a las migrantes mexicanas sobre la necesidad de estar alerta y poder así detectar situaciones de violencia. Como parte del trabajo de la VAIM se realizó una traducción de este material al idioma inglés a fin de ser repartido entre la comunidad hispana migrante y entre la comunidad originaria 247 de los estados de Kansas, Missouri y Oklahoma. El anexo no. 2 de este documento es el violentómetro en inglés y el anexo no. 3 lo constituye el violentómetro en español. Es interesante destacar que los violentómetros pegados se colocaban en los baños de los establecimientos, pues es en el lugar en que se tenía la certeza que las mujeres podían tener acceso a la información sin la vigilancia del agresor, también se llevaron a cabo talleres de protección preventiva en que se explicaban los derechos de la comunidad migrante y campañas de salud que contemplaban jornadas de vacunación, clases de educación sexual y reproductiva, nutrición y exámenes de Papanicolaou y mamografías. Las acciones descritas, correspondientes a la primera etapa del programa, son indispensables para observar y detectar necesidades inmediatas de la mujer que asiste al consulado, lo que puede ser su condición física, si hay algún indicio de ser víctima de violencia, ya sea ella o sus hijos, lo cual se debe confirmar con la entrevista consular, que se hará de manera discreta y sin causar ningún problema o sospecha por parte del agresor. B) Atención en crisis De manera general se llevó a cabo por medio de una línea de emergencias disponible las 24 horas, con la que cuentan todos los consulados mexicanos, se incrementaron las capacitaciones y firmas de Memorandum de Entendimiento con las policías de los estados en que se trabajaba, con jueces, abogados y ONG´s que contaban con albergues y atención a mujeres víctimas de violencia de género, a fin de que pudiesen contratar personal bilingüe que brindara atención en crisis a la comunidad hispana y para trabajar de manera coordinada con ellos en la documentación de identidad que se requiriera por parte de los mexicanos que pudieran beneficiarse con algún visado estadounidense. De manera particular podemos señalar las siguientes acciones: Gestión de albergue seguro y apoyo para el trámite de órdenes de protección. A través de la VAIM se busca dar asesoría y acompañamiento a mujeres víctimas de violencia doméstica. Al momento en que uno de estos casos es recibido en la VAIM se comienza la búsqueda de un albergue seguro para la víctima y sus hijos, en caso de tenerlos. Esto se hace a través de las asociaciones con las que se trabaja en los estados de Missouri, Kansas y Oklahoma, quienes 248 también se comprometen a dar apoyo a la víctima para la presentación de la denuncia y el trámite de las órdenes de protección correspondientes. El principal objetivo es que la víctima este en un lugar seguro, sin que corra peligro su integridad física. Atención psicológica bilingüe A través de las entrevistas consulares se pudo detectar la necesidad de que las mujeres víctimas de violencia recibieran atención psicológica como paso inicial para su atención, toda vez que se identificaron altos niveles de depresión en la mayoría de los casos, lo que impedía a estas mujeres el aceptar las soluciones legales, administrativas o médicas que se les ofrecían. Se buscaron terapias psicológicas alternativas en español, como es la terapia de hipnosis por regresión, lo que funcionó de manera positiva y a corto plazo, observándose una mejora en el estado anímico de las mujeres referidas a este servicio. Es menester señalar que se contrató un servicio privado ya que las organizaciones no gubernamentales con las que se trabaja y que ofrecen el servicio de manera gratuita, tienen una lista de espera de hasta tres meses para brindar atención psicológica inicial. Además de tratarse de terapias psicológicas convencionales que implican un tratamiento a largo plazo y que son impartidas por profesionales estadounidenses que no tienen un vínculo con la cultura latinoamericana. Además, cabe señalar que uno de los hallazgos a destacar de la investigación es la detección gracias al trabajo con las migrantes, que muchas de estas mujeres han sido víctimas de violencia verbal, sexual o psicológica en relaciones sentimentales previas o en la familia de origen. Asistencia policiaca A través del trabajo coordinado con los cuerpos de policía de los tres estados en que se trabaja, se buscó tener visitas de oficiales bilingües que pudiesen hablar con los migrantes y tomar las denuncias en el Consulado, en los casos que fuera necesario. En diversas ocasiones se realizaron así las denuncias de las migrantes, pues tenían tanto miedo por su situación migratoria, que no querían ir a la policía, ni aunque se les hubiese explicado que no las iban a detener bajo ninguna circunstancia. Al menos una vez al mes, oficiales de la policía asistían al Consulado a dar pláticas 249 sobre sus funciones a fin de lograr una cercanía con la comunidad migrante, alejando así el miedo que se le tiene a la figura de policía en Estados Unidos. Asistencia legal Ya en el transcurso de esta investigación se han hecho diversas referencias a las visas VAWA, visas U y Visas T, ahora bien, esto es ya que la legislación vigente en los Estados Unidos de América contempla la ley de violencia contra la mujer, conocida como VAWA por sus siglas en inglés (Violence Against Women Act). Esta ley fue aprobada por el Congreso de los Estados Unidos en 1994. Entre otras cosas, lo más relevante de VAWA son las provisiones que se han creado en la ley de inmigración de Estados Unidos para proteger a víctimas de abuso que no son ciudadanas norteamericanas. En casos de violencia doméstica, la ley de Estados Unidos de inmigración permite que ciertas víctimas de abuso que no tienen una situación migratoria regular, puedan regularizar su estatus legal sin tener que depender del abusador. Para esto se utilizan diversos tipos de visas que son emitidas a las víctimas, por una parte tenemos las visas U, las cuales son otorgadas a víctimas de crímenes violentos. Los requisitos para poder recibir este tipo de visa consisten en ayudar en el proceso de investigación de la actividad criminal o en la persecución del acusado. El alcance de los beneficios que encierra esta visa puede llegar también a la familia inmediata de la víctima. Cabe señalar que para septiembre de 2015, más del sesenta por ciento de los casos que fueron atendidos a través de la VAIM se encuentran en proceso de regularización de su estatus migratorio, mediante visa U. En la ley VAWA también se contempla la visa T, la cual está destinada para las víctimas de tráfico de personas ya sea por causas sexuales o laborales, para la explotación por medio de la prostitución o de trabajos forzados, servidumbre involuntaria o cualquier forma moderna de esclavitud. La obtención de esta visa también podría ser benéfica para los familiares inmediatos de la víctima, lo que les permitiría regularizar su estatus migratorio en ese país. Para la obtención de estos visados es indispensable contar con un abogado que lleve el proceso migratorio, el costo del trámite de una visa U varía dependiendo del abogado contratado, teniendo un costo que va de entre los 700 dólares a los 1500 dólares por persona. En muchas ocasiones las migrantes son apoyadas por asociaciones civiles que realizan el servicio de manera gratuita o con precios concertados con abogados migratorios que pueden ser de aproximadamente 200 dólares. Algunas de las Representaciones 250 de la Red Consular mexicana, como es el caso del Consulado de México en Kansas City, Missouri, también ofrecen servicios de asesoría jurídica gratuita con abogados especializados en derecho migratorio y dependiendo del caso, se puede asumir el coste de los honorarios del abogado utilizando el Programa de Asistencia Jurídica a Mexicanos a través de Asesorías Legales Externas en los Estados Unidos de América (PALE), también se proporciona asesoría jurídica gratuita tres o cuatro veces por semana. Sin embargo, como ya fue señalado, uno de los principales problemas para que las víctimas se beneficien de estos visados es la falta de denuncia, la falta de recursos económicos para la contratación de servicios legales y el desconocimiento de la ley. C) Apoyo y la resolución de problemas Se reforzaron áreas de apoyo y resolución de problemas, a través de convenios con albergues que servían como viviendas provisionales, con apoyo financiero; pero igualmente se completaron las siguientes acciones: Expedición de documentos A fin de poder estar identificadas para realizar trámites legales se puede exentar del pago del trámite de pasaporte o matrícula a las mujeres migrantes que requieran dicho documento para hacer una denuncia o para iniciar proceso de visa U, visas VAWA o visa T. Esto se da de acuerdo al análisis de cada caso de manera individual y de acuerdo a los documentos que se puedan aportar o que puedan ser recabados en México, ya sea por el interesado o por el oficial consular. Apoyo económico a la víctima Estos apoyos pueden ser otorgados por una vez cada año, de acuerdo a lo establecido en las Normas para la ejecución de los programas de protección a mexicanos en el exterior. 251 Terapias grupales Se detectó como una necesidad primordial el trabajar “La imagen de sí mismo y la confianza en sí mismo” a fin de desarrollar la autoestima de las mujeres, pero sobre todo, como una herramienta para consolidar el trabajo que ya se había realizado con algunas mujeres, detectar casos de otras mujeres que requirieran apoyo y propiciar el espacio para que las mujeres se conocieran, de tal forma que se fueran creado redes de mujeres fuera del Consulado. Ferias financieras Existe una demanda de formación, de apoyo de material y de acceso a créditos. D) Recursos transnacionales y solucionar necesidades a largo plazo Las Representaciones de México en el exterior cuentan con una amplia gama de recursos en favor de sus nacionales en el extranjero, sin embargo los recursos que se describirán a continuación no son buscados por los y las migrantes de forma directa, es el consulado quien los promociona entre la población migrante, sin embargo, al tratarse de una programa integral se buscaba que las migrantes que participaban en el programa se beneficiaran de manera directa de estos servicios, ya que a través de estos servicios se inicia el proceso de empoderamiento de las mujeres y de la población migrante mexicana. Asistencia médica para las víctimas y sus familiares Como se expuso previamente, las y los migrantes que no tienen ciudadanía estadounidense, no cuentan con cobertura de salud. Es por esta razón que la red consular mexicana en los Estados Unidos, cuenta con ventanillas de salud, cuyo objetivo es tener un trabajo coordinado con clínicas de salud que ofrezcan atención médica a migrantes, independientemente de su situación migratoria. De igual manera, por medio de la ventanilla de salud del consulado, se puede hacer la inscripción en el Seguro Popular de los familiares de los migrantes con residencia en México. 252 Educación básica, media y/o superior a distancia En coordinación con escuelas, universidades mexicanas y de instituciones gubernamentales que ofrecen estos servicios de educación para adultos, se ofrece a las mujeres migrantes el continuar sus estudios a distancia, lo que les permite terminar la primaria, secundaria y preparatoria a distancia, pudiendo estudiar una carrera universitaria, todo esto con una flexibilidad de horarios. Clases de inglés En coordinación con la biblioteca de Kansas City, Kansas, se comenzaron a ofrecer cursos gratuitos de inglés para mujeres, dirigidos principalmente para áreas prácticas de la vida diaria, como son situaciones que podrían presentarse en las escuelas, hospitales, bancos, supermercados u otros espacios, esto con el objeto de que puedan tener herramientas para comunicarse y ser autosuficientes en espacios públicos. Capacitación para el trabajo Las mujeres intentan aumentar sus ingresos pero no disponen de los medios financieros ni el material ni la formación necesarios para abrir un pequeño comercio, es por eso que en coordinación con la corporación Hispanic Economic Development Corporation, el Full Employment Council y con instituciones del gobierno tanto de Kansas como de Missouri, se otorgaron cursos que explicaron la manera en que la mujer migrante podría iniciar su propio negocio. De igual manera se les otorgaron talleres con las bases para crear su propio curriculum de acuerdo a los usos y costumbres de los Estados Unidos, así como la manera en que se debían conducir en una entrevista de trabajo. A la vez se han ofrecido cursos para saber vestir de manera adecuada para una entrevista de trabajo. 253 Clases de computación En coordinación con corporación Hispanic Economic Development Corporation se ofrecieron talleres para las migrantes mexicanas que desearan tener conocimiento práctico en computación, con la finalidad de que esto fuera contemplado como una herramienta para crear su propio negocio. Bolsa de trabajo En coordinación con empresas e instituciones del gobierno de Kansas y Missouri, se creó una bolsa de empleo para que las mujeres que obtuviesen un permiso de trabajo o la residencia por medio del trámite de la visa U, de la visa T o a través de la política de acción diferida o Deferred Action for Childhood Arrivals DACA, pudieran encontrar un empleo mejor remunerado y pudiesen así salir de actividades laborales en sectores no reglamentados. E) Empoderamiento y desarrollo de la mujer en la comunidad Este aspecto es de gran relevancia pues se pretende que se llegue así a crear un espacio público deliberativo, en dónde la gobernanza permita, tal como refiere Aguilar (1992), que el gobierno sea un agente de dirección que actúe con los grupos, los mercados, las redes, los sectores sociales y las organizaciones no gubernamentales, de tal manera que se pueda hablar de una sinergia entre estos actores y la Representación del gobierno mexicano en la región. Estas acciones consistían en: Talleres y pláticas para beneficiar la autonomía, autoestima y el empoderamiento de la mujer migrante A través de diferentes campañas y foros se ha buscado llevar herramientas a las mujeres migrantes para que puedan emplearlas en su vida diaria. Ejemplo de esto es la Semana de la Mujer Latina, que comenzó a desarrollarse en el Consulado de Kansas City desde el año 2011, y que para el 2015 ya contemplo un programa más amplio e incluyente, en el que se reflejaban las acciones 254 emprendidas por la VAIM, entre ellas se encontraban talleres sobre orientación sexual de los hijos y de la comunidad LGBT; platicas de nutrición y familia, pues es claro que al cambiar de país, cambian también los hábitos alimenticios, por lo que había un alto diagnóstico de enfermedades renales y diabetes entre los migrantes; información sobre el programa de estampillas de comida; información sobre enfermedades de transmisión sexual y salud reproductiva, información para la prevención del cáncer de mama; pruebas de VIH, Papanicolaou y mamografía; campaña de vacunación; capacitaciones para iniciar su propio negocio; clases sobre uso de internet; talleres para orientar cómo vestir; instrucciones para la declaración de impuestos; capacitaciones para elaborar un curriculum y cómo comportarse en una entrevista de trabajo; capacitaciones para adquirir licencias para el cuidado de niños; pasos para presentar una denuncia y tramitar órdenes de protección; proceso para trámite de visa U; presentación de albergues de mujeres; talleres de escuela para padres; pláticas sobre abuso sexual en las universidades; presentación de bolsa de trabajo; opciones de becas para la población migrante; platicas de finanzas y talleres sobre las mujeres y el empleo. Este programa se dio a conocer en los principales medios de comunicación de la circunscripción, a fin de que la difusión de los cursos y talleres ofrecidos llegará cada vez a más personas. Los anexos no. 4 y no. 5 son las publicaciones que se hicieron en el medio local DOS MUNDOS. A la par se han creado campañas dirigidas a los hombres, a fin de concientizarles sobre el problema que representa la violencia de género e invitarles a sumarse al trabajo que se hace a favor de la mujer migrante, ya que la mayoría de los hombres ven este problema como algo lejano a su realidad, sin embargo, al explicarles que algunos de los comportamientos de la vida diaria vienen como consecuencia de una sociedad inmersa en una cultura patriarcal, entonces logran visibilizar que incluso en muchos de sus hogares existe violencia de género. Esto se hacía a través de charlas de diez o quince minutos, dirigidas al grupo de los y las migrantes que esperaban su pasaporte o su matrícula. Se les hacía ver de manera sencilla y con ayuda del violentómetro, que las actitudes como bromas ofensivas, celos o incluso la denominada ley del hielo, son en sí maneras de violentar a las mujeres, esto se explicaba con ejemplos sencillos, que muchas veces les causaban gracia, pero que lograban ser entendidos por la población tanto de hombres como de mujeres presentes en la sala de espera de la Representación Consular. 255 Trabajo coordinado con una red de aliados estratégicos El hacer una red de aliados estratégicos que contemple a las autoridades de los estados de Missouri, Kansas y Oklahoma, empresas y organismos no gubernamentales, así como a la sociedad civil, es la base para que este programa pueda funcionar a favor de la comunidad migrante y beneficiar no solo a las mujeres, sino a la sociedad en general. Para preservar este trabajo, se realizó una base de datos que es un directorio, con la información de agencias, instituciones y organismos en materia de salud y tratamiento, empresarial y empleo, educación, cuidado de niños, asistencia legal, seguridad financiera y albergues y violencia doméstica y sexual, destacando las que brindar asistencia o atención en español en los estados de Kansas, Missouri y Oklahoma. 4.5.2 Medidas de acción para casos específicos Se ha descrito el esquema de atención que contempla la VAIM, mismo que no fue establecido de un día a otro, fue producto del trabajo coordinado con las migrantes. Retomando los relatos de las mujeres migrantes víctimas de violencias expuestos en el apartado 4.4 de este documento, a continuación se exponen las medidas de acción que se aplicaron a cada caso específico y que se fueron trabajando en diversas etapas, sin poder precisar un tiempo específico entre una etapa y otra, pues cada caso era diferente. Un plan de acción integral para Carmela: La primera etapa que se trabajó con Carmela se centró en remitir su caso un abogado de migración a fin de que se iniciará el proceso para trámite de visa U, lo que le permitiría tener una situación migratoria regularizada y traer a su hija de México a Estados Unidos de manera legal, pues este visado permite que la familia derivada, como su hija en este caso, también sean beneficiarios de la visa U. Se refirió a Carmela con la psicóloga para trabajar con la problemática de violencia física, sexual y psicológica que ha presentado durante su vida. Se le apoyo en la expedición de pasaporte y trámite de acta de nacimiento para realizar trámites migratorios. En una segunda etapa, Carmela comenzó a estudiar la secundaria a distancia, también inició clases de inglés. Carmela estuvo asistiendo a las ferias financiaras y a los talleres de autoestima. 256 Para una tercera etapa, Carmela ya había obtenido la aprobación de la visa U y se le estaba ayudando a buscar otro trabajo con un mejor salario, fuera de la limpieza de casas. Un plan de acción integra para Alejandra: Lo primero que se hizo fue conseguir un albergue para que Alejandra y su hija pudieran pasar la noche, puesto que en la casa de su amiga no se encontraba segura. Se habló con un abogado consultor del Consulado para que ayudara a Alejandra con el trámite de orden de protección. También se dio apoyo económico ya que en ese momento no contaba con dinero y si sacaba dinero de su tarjeta podía ser rastreada por su agresor. En una segunda etapa de intervención en el caso se otorgó atención psicológica a Alejandra, además de que se tuvo que subsanar el problema de que Alejandra podía tener orden de protección, pero su hija no, puesto que no fue abusada por su padre, así que se prefirió iniciar el juicio de la custodia de la menor. Alejandra seguía recibiendo mensajes de texto del agresor, quien se comunicaba con la madre de Alejandra en México y por esta vía ella tenía una doble presión: por una parte seguir con las amenazas de su todavía esposo y, por otra, tenía que soportar la presión familiar quienes le pedían que volviera con su esposo. Entonces se realizó reporte ante la policía por violación de orden de protección por los mensajes recibidos. Se hizo el registro de la hija de Alejandra como mexicana, para que pudiera tener un pasaporte mexicano por si requería viajar, aunque se tendría que esperar a que legalmente tuviera la custodia de la niña. En una tercera etapa de actuación Alejandra comenzó a tomar clases de inglés, su nivel era básico y ahora ya tiene un nivel avanzado de inglés, lo que le permitió conseguir un trabajo mejor remunerado y con mejores prestaciones. Incluso, en el momento en que se abrieron plazas en el Consulado, se le ofreció trabajo en el área de documentación, pero ella decidió permanecer en su nuevo trabajo, puesto que los horarios eran flexibles para dedicar tiempo a su hija. Un plan de acción integral para Teresa y para sus hijas e hijos La prioridad en este caso era conseguir un lugar seguro para que Teresa y sus hijos pudieran ser recibidos. Al haber llegado casi a las cinco de la tarde, todos los albergues estaban ocupados y era muy complejo que la recibieran con cuatro niños, así que con ayuda de varias organizaciones se 257 logró conseguir un albergue fuera de Kansas City, en dónde los recibirían a todos. En un principio Teresa no quería denunciar a su agresor, sin embargo se le informo de la necesidad de contar con dicha denuncia para poder emitir órdenes de protección y que de esta manera él no pudiera acercarse a ellos. Un policía bilingüe se presentó en el Consulado para tomar la denuncia. Se le otorgó ayuda económica a Teresa y sus hijos para comprar pañales y artículos de primera necesidad y se la puso en contacto con la asociación El Centro, Inc., para que le apoyarán en el trámite de la orden de protección. Durante la segunda etapa de atención, se le ayudó a Teresa a obtener apoyo económico a través de estampillas de comida y se le puso en contacto con una abogada de migración para que llevara su proceso de visa U. Se le tramitó un pasaporte puesto que no contaba con un documento de identidad, que sería necesario para los trámites migratorios que comenzaría. Posteriormente, Teresa tuvo que ser cambiada de albergue y en el nuevo lugar de residencia pudo estudiar inglés y también empezó la preparatoria a distancia. Como siempre se hizo cuando había menores estadounidense involucrados en estos procesos, sus hijos fueron registrados como mexicanos, a fin de que pudiesen viajar a México si fuese necesario. En una tercera etapa de actuación se canalizó a Teresa y a su hijo mayor a terapia psicológica, esto aparece como parte de la tercera etapa de atención en caso de Teresa, sin embargo, de acuerdo a mi experiencia, debe atenderse como parte de una primera etapa de actuación, pero para ese momento aún no contábamos con ese servicio. Teresa participó en curso de empoderamiento de mujeres con clases de computación e internet, y además dio su testimonio como víctima de violencia de género en la Mesa Redonda de Acceso de la Mujer a la Justicia, llevada a cabo el 4 de septiembre de 2014. A la fecha Teresa tiene un dominio del inglés del sesenta por ciento, cuando antes era nulo, esto se debe también a que era la única hispana en el segundo albergue a donde fue llevada, lo que representó un gran reto para ella. Teresa ha terminado de estudiar la preparatoria abierta, cuenta ya con una casa que se pudo gestionar con el albergue en el que se encontraba refugiada, con el compromiso de que una vez que se le otorgue la visa U, consiga un trabajo y pueda alquilar su propia casa y hacerse cargo de las necesidades de sus hijos por sí misma, quienes al ser ciudadanos norteamericanos reciben un apoyo mensual para la compra de sus alimentos y tienen derecho a recibir educación de manera gratuita. 258 Acciones integrales para Jacinta y Adriana Jacinta llevaba consigo un reporte de la policía, que no precisaba la información del agresor, aun cuando la habían proporcionado a la policía, tampoco refirieron a la menor a terapia psicológica. Jacinta llevó a su hija al hospital en el que trabaja, ahí una doctora le dijo que tenían que hacerle unas pruebas, pero estas no fueron ordenas por la policía. En este caso se requería una intervención rápida: Se procedió a hablar con la policía para decirles que se tenía conocimiento del caso, que se solicitaba información sobre los avances del mismo, se refirió a Jacinta a un abogado criminalista para que la asesorara y llevara el caso. La menor era ciudadana estadounidense y para poder ayudarle se procedió a registrarla como ciudadana mexicana. Ambas fueron referidas a terapia psicológica, pues estaban muy afectadas por lo sucedido. La menor estaba asustada y tenía una actitud retraída, mientras que la madre no dejaba de llorar ante lo sucedido. Se escribió al Alcalde del condado en que se suscitaron los hechos, relatándole lo sucedido y solicitando una cita con él y con el jefe de la policía. Se les hizo saber de la negligencia por parte del servicio del 911, y la atención precaria y discriminatoria que sufrieron en la estación de policía, en dónde no contaban con un oficial bilingüe y la menor, víctima de violencia sexual, había tenido que fungir como interprete, esto ante policías del sexo masculino que la intimidaban en un momento en que se encontraba vulnerable. Al momento en que se trató de detener al agresor, este ya había escapado de la ciudad, por lo que el abogado criminalista comenzó una demanda, a la par del proceso de visado migratorio para Jacinta. A lo largo de un año se trabajó con este caso, las autoridades fueron proporcionando información sobre el agresor, quien fue detenido en Chicago. Jacinta comenzó a trabajar desde su casa vendiendo tamales, ha tomado cursos para abrir su propio negocio y cursos de empoderamiento, actualmente está organizándose con unos de sus conocidos quien es chef mexicano, para abrir un negocio de tamales y comida mexicana. El segundo hijo de Jacinta pudo ser beneficiado con el permiso de trabajo DACA por lo que el abogado migratorio le explico el proceso para tramitarlo. Jacinta se encuentra en trámite de visa U y su situación migratoria podrá regularizarse. Una condición que se le puso a Jacinta para continuar ayudándole fue que estudiara inglés, lo que comenzó a hacer. El cambio en Jacinta fue radical, las últimas entrevistas con ella mostraban a una mujer empoderada que se preocupa por sí misma, por su aspecto físico, por seguir aprendiendo y saliendo 259 adelante. Jacinta ha comentado que la atención psicológica que recibió al solicitar apoyo, fue determinante para ella, pues refiere: “Nadie me escuchaba, no sabía a donde ir, me sentía una inútil por no poder cuidar a mi hija y por no poder comunicarme con la policía. Me saqué unas pastillas del hospital y pensaba tomármelas y acabar con todo lo que estaba viviendo, pero ustedes me escucharon y me ayudaron mandándome con la psicóloga, ella me ayudó mucho y fue gracias a eso que no me tomé las pastillas y que entendí que Adriana era la más importante en todo esto y que no podía volver a fallarle” Un plan de acción integral para Norma Se solicitó permiso a la Dirección General de Protección a mexicanos en el Exterior DGPME, para buscar y pagar un tratamiento hormonal para Norma, pero esto no fue autorizado bajo la justificación de que se consideraba como un tratamiento estético y no médico. Lo que es discutible a muchos niveles, sin embargo, se hizo una solicitud a la DGPME a fin de que se incluyera la atención a la población migrante de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y queer (LGBTQ) en las Normas para la ejecución de los programas de protección a mexicanos en el exterior, que se estaba trabajando en ese momento. Se emprendieron varias acciones para intervenir en el caso de Norma, ya que no solamente requería un tratamiento hormonal, sino que se debían subsanar muchas otras áreas que también eran prioritarias, como es el caso de la asistencia jurídica para que no perdiera el asilo político y se le permitiera trabajar de manera retribuida, para lo cual requería una identificación oficial, también era indispensable el apoyo psicológico pues había sido víctima de violencia sexual, lo que le llevo a enfrentar un proceso migratorio y estaba experimentando cambios corporales y de estado anímico, consecuencia de la falta de hormonas. Al interior del Consulado también había tarea pendiente, se realizaron capacitaciones para los empleados, con la finalidad de brindar atención adecuada y con respeto a la dignidad y trato a la población LGTBQ. De igual manera, se firmaron Memorándums de Entendimiento con la organización Parents, Families and Friends of Lesbians and Gays (PFLAG), PROMO; así como 260 con la Cámara de comercio Mid America Gay and Lesbian Chambre of Commerce. Estas organizaciones abrieron vías para conseguir el tratamiento hormonal que requería Norma. Se organizaron platicas y talleres con la población migrante LGTBQ, que comenzaron a acercarse al Consulado gracias a las gestiones de Norma, lo que permitió ayudar en muchas otras necesidades que se fueron presentando entre esta población, lográndose detectar y atender casos de enfermedades de transmisión sexual y de violencia doméstica en esta comunidad y subsanándose la falta de información que sobre el respeto a sus derechos tiene este sector de la población. 4.6 Cuadros de atención a Mujeres VAIM 2015 Durante el 2015, año en que el funcionamiento de la VAIM fue oficial como programa piloto, se atendieron 111 casos de mujeres víctimas de violencia o en proceso de empoderamiento, a tal efecto, se ha tomado una muestra de los dos primeros casos atendidos cada mes, comprendiendo el periodo de febrero a diciembre de 2015, esto con la finalidad de poder conocer las características de las migrantes mexicanas atendidas por la VAIM, el tipo de violencia que más se presenta entre ellas y las acciones que a tal efecto tomaron tanto las migrantes como el Consulado. El cuadro no. 7 nos ayuda a representar estas características de las migrantes, en dónde podemos ver que solamente 5 de estas migrantes han comenzado el proyecto migratorio contando con un visado, residencia o ciudadanía estadounidense, mientras 17 de ellas no contaban con ningún documento. De estas 22 migrantes, 11 cruzaron la frontera solas, 12 lo hicieron para llevar a cabo una reunificación familiar, mientras que 10 buscaban encontrar una oportunidad laboral. Es destacable que 4 de estas 10 mujeres que iniciaron el proceso migratorio en busca de un trabajo, dejaron hijos en México –los denominados hogares dona- y son los casos en los que ellas refieren enviar remesas a México, aun cuando se encuentran en una situación económica precaria. El resto de las migrantes han referido que, en ocasiones, cuando tienen el dinero suficiente envían remesas, pero no es una constante y menos cuando afrontan problemas económicos. Por otra parte, 14 de las 22 encuestadas refiere tener contacto con su familia en México, ya sea vía telefónica o por internet, siendo mucho más común el uso de teléfono, aunque cada vez más han referido emplear redes sociales como Facebook, para tener un contacto diario con su familia y amigos en México. Respecto al uso de video llamadas, aún no tienen un uso muy extendido. En el apartado 2.2.5 hemos hecho referencia a que el transancionalismo funciona como una brújula en la elección del destino final que toman los nuevos emigrados (Cortés y Sanmartín, 2010) y esto es debido a 261 que el migrante transnacional mantiene lazos culturales gracias a las redes sociales (Bourdieu, 1999), las cuales permiten a los migrantes crear y conservar un capital cultural, educativo y social que les abre puertas a alternativas factibles, generadas por las relaciones interpersonales, ya sea con familiares, amigos, conocidos, paisanos, etcétera. Esto podemos verlo entre las migrantes atendidas por la VAIM, ya que todas las migrantes de la muestra refieren haber llegado a la región de Kansas City, ya sea por una red de familiares, amigos y/o pareja, esto es importante ya que podemos confirmar las teorías transnacionales en cuanto a la importancia de las redes y también a que estas migrantes traen consigo su cultura, la cual se va a ver reflejada entre las sociedad de llegada, como se ha establecido también en el capítulo anterior, al tiempo que el desarrollo de vida diario de las migrantes también va a tener un impacto con la familia en el lugar de origen, el cual es alimentado por el contacto constante que se tiene entre las dos sociedades. Cuadro 7. Características de la población de mujeres migrantes atendidas por la VAIM 2015 Fuente: Elaboración propia con base a casos atendidos por la VAIM 2015 REDES SOCIALES MIGRATORIAS CON DOCUMENTOS SIN DOCUMENTOS SOLA ACOMPAÑADA REUNIFICACIÓN FAMILIAR/PAREJA TRABAJO ESTUDIOS SI NO SI NO SI NO MEDIO DE CONTACTO ¿RAZÓN PARA ASENTARSE EN KS, MO, OK? ATENCIÓN FEBRERO 1 X X X X X X TELEFONO INTERNET AMIGOS ATENCIÓN FEBRERO 2 X X X X X TELEFONO AMIGOS ATENCIÓN MARZO 1 X X X X X FAMILIA ATENCIÓN MARZO 2 X X X X X X TELEFONO PAREJA ATENCIÓN ABRIL 1 X X X X X X INTERNET PAREJA ATENCIÓN ABRIL 2 X X X X X X TELEFONO AMIGOS ATENCIÓN MAYO 1 X X X X X X PAREJA ATENCIÓN MAYO 2 X X X X X X TELEFONO INTERNET FAMILIA ATENCIÓN JUNIO 1 X X X X X X TELEFONO AMIGOS ATENCIÓN JUNIO 2 X X X X X X TELEFONO INTERNET FAMILIA ATENCIÓN JULIO 1 X X X X X X FAMILIA ATENCIÓN JULIO 2 X X X X X X FAMILIA ATENCIÓN AGOSTO 1 X X X X X X TELEFONO INTERNET AMIGOS ATENCIÓN AGOSTO 2 X X X X X X PAREJA ATENCIÓN SEPTIEMBRE 1 X X X X X X INTERNET PAREJA ATENCIÓN SEPTIEMBRE 2 X X X X X X TELEFONO INTERNET FAMILIA ATENCIÓN OCTUBRE 1 X X X X X X AMIGOS ATENCIÓN OCTUBRE 2 X X X X X X TELEFONO INTERNET FAMILIA ATENCIÓN NOVIEMBRE 1 X X X X X X PAREJA ATENCIÓN NOVIEMBRE 2 X X X X X X FAMILIA ATENCIÓN DICIEMBRE 1 X X X X X X TELEFONO AMIGOS ATENCIÓN DICIEMBRE 2 X X X X X X TELEFONO INTERNET FAMILIA TOTALES 5 17 11 9 12 10 4 18 5 17 14 8 N/A N/A INICIÓ EL PROYECTO MIGRATORIO ¿TIENE CONTACTO CON LA FAMILIA EN MÉXICO? CARACTERISTICAS DE LA POBLACIÓN DE MUJERES MIGRANTES ATENDIDAS POR LA VAIM ¿DEJÓ HIJOS EN MÉXICO? ¿ENVÍA REMESAS? ID MUJERES MIGRANTES TIPO DE MIGRACIÓN 262 Un aspecto que es determinante conocer y clasificar es la manera en que las mujeres viven la violencia, para ello el cuadro no. 8 nos servirá como una herramienta para acercarnos a la realidad de las mujeres migrantes atendidas por la VAIM. Una característica presente en todas las mujeres es el referir sentir miedo a su agresor y en algunos casos al entorno, se sienten vulnerables y en eso influye en gran manera el hecho de ser migrantes, independientemente de si cuentan con una situación migratoria regularizada o no. El tipo de violencia que se repite comúnmente entre las migrantes es la violencia psicológica, seguida por la violencia física y sexual, aunque es importante destacar que las migrantes encuestadas no le dan una gran importancia a la violencia económica o patrimonial, ya que para un alto porcentaje de estas, el hecho de que el hombre sea el proveedor, le permite disponer del recurso destinado al hogar, decidiendo en qué emplearlo. En los casos de referencia, 11 mujeres contaban con trabajo, 8 se dedicaban al hogar y 3 se eran estudiantes. Podemos ver que esta media de violencia se asemeja a la que reporta el INEGI para el 2015 en México, la cual fue desarrollada en el apartado 3.2.7 de esta investigación y muestra que el mayor porcentaje de violencia se encuentra en la violencia psicológica o emocional. Cuadro 8. Tipo de violencia reportada por las migrantes atendidas por la VAIM 2015 Fuente: Elaboración propia con base a casos atendidos por la VAIM 2015 ID MUJERES MIGRANTES FISICA SEXUAL PSICOLOGICA ECONÓMICA PATRIMONIAL MIEDO PAREJA EXPAREJA FAMILIAR PERSONA AJENA SE FINALIZÓ LA RELACIÓN CON EL AGRESOR ATENCIÓN FEBRERO 1 X X X X X X NO ATENCIÓN FEBRERO 2 X X X X SÍ/ PRISIÓN ATENCIÓN MARZO 1 X X X X X X SÍ/ DEPORTACIÓN ATENCIÓN MARZO 2 X X X X X X X SÍ ATENCIÓN ABRIL 1 X X X X X X X NO ATENCIÓN ABRIL 2 X X X X X SÍ/ DEPORTACIÓN ATENCIÓN MAYO 1 X X X X X X X SÍ ATENCIÓN MAYO 2 X X X X SÍ/ DEPORTACIÓN ATENCIÓN JUNIO 1 X X X SÍ ATENCIÓN JUNIO 2 X X X X SÍ ATENCIÓN JULIO 1 X X X SÍ/ PRISIÓN ATENCIÓN JULIO 2 X X X X X X X SÍ/ DEPORTACIÓN ATENCIÓN AGOSTO 1 X X X SÍ/ PRISIÓN ATENCIÓN AGOSTO 2 X X X X X X X SÍ/ PRISIÓN ATENCIÓN SEPTIEMBRE 1 X X X X X X X SÍ/ DEPORTACIÓN ATENCIÓN SEPTIEMBRE 2 X X X SÍ ATENCIÓN OCTUBRE 1 X X X X X X SÍ/ PRISIÓN ATENCIÓN OCTUBRE 2 X X X X X X SÍ ATENCIÓN NOVIEMBRE 1 X X X X X X X SÍ/ DEPORTACIÓN ATENCIÓN NOVIEMBRE 2 X X X X SÍ/ DEPORTACIÓN ATENCIÓN DICIEMBRE 1 X X X SÍ ATENCIÓN DICIEMBRE 2 X X X X X X X SÍ/ DEPORTACIÓN TOTAL 17 15 18 13 11 20 8 6 3 5 N/A VIOLENCIA PERPETUADA POR CLASIFICACIÓN DE LA VIOLENCIA EJERCIDA 263 La mayoría de los casos se tratan de violencia doméstica o de pareja, pues se refiere que las migrantes han sido agredidas por su pareja o expareja, sin embargo, 5 de los casos hacen referencia a haber sufrido una agresión por una persona ajena, mientras que 3 de los casos hablan de agresiones por parte de familiares. Un número de 20 mujeres, de los 22 casos tomados como muestra, refieren que la relación con el agresor terminó; de estas 20 mujeres, 19 presentaron denuncia (Cuadro no. 9), sin embargo, solamente en 8 de estos casos se sabe que el agresor fue deportado, mientras que 5 de ellos aún se encuentran en prisión, pero 7 de estos 19 casos que presentaron denuncias no habían mostrado avances respecto a la detención del agresor. De la muestra que se estudia, 19 de las 22 mujeres han presentado denuncia. De esas 19 mujeres, 9 la presentaron después de la intervención consular, 10 antes y 3 no quisieron hacerlo. En los 19 casos en que existe denuncia hay mayores probabilidades de actuación por parte de los abogados consultores, de la policía y de las autoridades locales para lograr otorgar visados o residencias a las migrantes y a sus hijos (Cuadro no. 9). En este cuadro también podemos observar que 4 de las migrantes conocían recursos como ONG´s, instituciones o autoridades, alternos al consulado, a donde podían acudir a solicitar ayuda. De estas 4 mujeres, 3 fueron referidas para recibir atención directa a la problemática del momento, por lo tanto, podemos ver que el Consulado es uno de los recursos principales que utilizan las migrantes para solicitar ayuda o servicios. Incluso, es destacable el señalar que se atendieron varios casos de ciudadanas estadounidenses, hijas de mexicanos, que han vivido siempre siendo parte de la comunidad hispana y teniendo mayor contacto con esta que con la comunidad estadounidense. Solamente 10 de estas mujeres buscaban una respuesta a la problemática principal, el resto iban a realizar un trámite administrativo, en su mayoría, y fue posible atender otra problemática que presentaban y que originaba el problema por el que pedían apoyo. Si no se lleva a cabo una atención integral en ocasiones se brinda una solución superficial y los problemas principales continúan en la vida de la persona y siguen afectando además a la dinámica familiar de las migrantes y sus hijos. Ejemplo de esto es que 12 de estas mujeres han referido haber sufrido violencia frente a sus hijas e hijos, lo que es alarmante, pues se trata de menores de edad que viven en hogares dónde la violencia se vuelve algo común. En el cuadro no. 10 podemos ver que a 21 mujeres se le apoyo con la expedición de documentos, lo que engloba pasaportes, matrículas consulares o registros de nacimiento para ellas o para sus hijos. En la mayoría de los casos se otorgó asistencia legal, con la que se busca por una parte dar una orientación sobre casos generales, pero sobre todo poder ayudar a las migrantes a regularizar su situación migratoria a través de los visados que contempla la legislación estadounidense –Visa U, visa VAWA, visa T, residencia-, también se observa un número destacable de ayudas económicas, el monto de las mismas, varían de acuerdo a las necesidades de cada caso y lo que se establece en la normativa de protección. 264 Cuadro 9. Acciones implementadas por la migrante Fuente: Elaboración propia con base a casos atendidos por la VAIM 2015 Es relevante señalar que un alto porcentaje de mujeres fueron referidas para recibir atención psicológica como uno de los procesos claves para empoderar a las mujeres migrantes, pues se observó que una vez que la mujer supera la etapa de crisis o depresión, puede tomar decisiones en otros ámbitos, lo que permite además beneficiarse de otros servicios como educación, clases de inglés, orientación financiera, servicios médicos para ellas y para sus hijos, capacitaciones para empleos y oportunidades, es decir, la parte del 265 empoderamiento que corresponde a lo social e institucional que le permitan empoderarse como mujeres. Además, en el caso del apoyo psicológico se utilizaron terapias psicológicas alternativas que muestran mejorías a corto plazo, como es el caso de la terapia de regresiones y las constelaciones familiares, pero lo más importante es contar con una terapeutas bilingües y que conocen la cultura de la población migrante, sin juzgar su condición, más allá de las razones personales para tomar la decisión de migrar. Una frase que siempre le repetíamos a las mujeres atendidas era “Somos migrantes, pero no estamos solas”, de esta manera las mujeres podían ver que en el Consulado trabajábamos mexicanas y mexicanos, que también estábamos enfrentando un proyecto migratorio, y que al igual que ellas habíamos salido de nuestro país buscando un desarrollo personal y profesional, que nos había hecho dejar atrás todo nuestro entorno. De esta manera también se lograba establecer la empatía con la migrante, de tal manera que pudieran tener un espacio en dónde ellas sabían podían ser escuchadas y acceder a una verdadera protección a sus derechos como migrantes y como mujeres. Cuadro 10. Acciones implementadas por el Consulado Fuente: Elaboración propia con base a casos atendidos por la VAIM 2015 ID MUJERES MIGRANTES ATENDIDAS POR LA VAIM EXPEDICIÓN DE DOCUMENTOS DE IDENTIFICACIÓN ATENCIÓN MÉDICA EDUCACIÓN A DISTANCIA INGLÉS TERAPIA PSICOLÓGICA APOYO ECONOMICO ASISTENCIA LEGAL ALBERGUE TRÁMITE DE VISA ATENCIÓN FEBRERO 1 X X X X X X X ATENCIÓN FEBRERO 2 X X X X X ATENCIÓN MARZO 1 X X X ATENCIÓN MARZO 2 X X X X X X ATENCIÓN ABRIL 1 X X X X X ATENCIÓN ABRIL 2 X X X X X X ATENCIÓN MAYO 1 X X X X X X X ATENCIÓN MAYO 2 X X X X X X X ATENCIÓN JUNIO 1 X X X X X X X X ATENCIÓN JUNIO 2 X X X X X X ATENCIÓN JULIO 1 X X X X X ATENCIÓN JULIO 2 X X X X X X X X X ATENCIÓN AGOSTO 1 X X X X X X X ATENCIÓN AGOSTO 2 X X X X X X ATENCIÓN SEPTIEMBRE 1 X X X X X ATENCIÓN SEPTIEMBRE 2 X X X X X X X X ATENCIÓN OCTUBRE 1 X X X ATENCIÓN OCTUBRE 2 X X X X X X X ATENCIÓN NOVIEMBRE 1 X X X X X X ATENCIÓN NOVIEMBRE 2 X X X X ATENCIÓN DICIEMBRE 1 X X X X X X ATENCIÓN DICIEMBRE 2 X X X X X X TOTAL 21 11 12 14 17 18 19 5 15 ACCIONES IMPLEMENTADAS POR EL CONSULADO 266 4.7 El programa se extiende a los Consulados Mexicanos en Estados Unidos Para el 8 de marzo de 2016 las Representaciones Consulares de México en Estados Unidos recibían la indicación de la Dirección General de Protección a Mexicanos en el Exterior, por indicaciones de la Secretaria de Relaciones Exteriores, de buscar el empoderamiento de la mujer migrante, a niveles personales, familiares, económicos y sociales, tomando en cuenta sus circunstancias particulares y las situaciones de vulnerabilidad en que se encuentren. Para tal efecto, cada Consulado debería utilizar de manera transversal los servicios consulares a través de la puesta en funcionamiento de la Ventanilla de Atención Integral para la Mujer (VAIM). El 25 de abril de 2016 se inauguró de manera oficial la primera Ventanilla de Atención Integral para la Mujer en el Consulado de Chicago, y al cerrar la presente investigación se tiene conocimiento de que estas Ventanillas han sido instauradas además en los Consulados de Nueva York, Filadelfia, Atlanta, Chicago, Las Vegas, Little Rock, Tucson, Seattle, San Antonio, Douglas, Fresno, San José, Dallas, Sacramento y Nueva Orleans, y está pendiente de ser puesta en funcionamiento en el resto de los 50 Consulados mexicanos en los Estados Unidos. Esta iniciativa es sin duda una oportunidad para atender las necesidades de las mujeres mexicanas migrantes, además de que se podrá obtener información detallada de la situación de cada una de ellas, puesto que ahora ya se cuenta con una infraestructura para esta atención. La Dirección General de Protección a Mexicanos en el Exterior (DGPME) ha realizado un cuestionario que se aplica a todas las mujeres migrantes atendidas por los Consulados mexicanos en Estados Unidos, a fin de conocer su edad, estado de salud y acceso a servicios médicos, tiempo de residencia en los Estados Unidos, situación económica, así como información respecto a hijas e hijos, trabajo y también se indaga sobre la violencia que las mujeres han sufrido. Lo que va a permitir tener información estadística mucho más completa sobre las migrantes mexicanas, y ante todo, brindar una atención adecuada y personalizada. Otro logro que se ha tenido a raíz de la creación de la VAIM es la instrucción que hay para los Consulados de capacitar a su personal en materia de perspectiva de género, así como el uso transversal de los recursos consulares. Es importante mencionar que una capacitación real de las y los empleados consulares puede influir favorablemente en la vida de muchas personas, que tendrá que ser realizado no por cubrir una indicación o una cuota sino para tratar una problemática mundial que está presente entre las mexicanas migrantes en Estados Unidos. No en vano, las 267 políticas públicas son la vía para acabar con las diferencias sociales y con los contextos adversos de discriminación y desigualdad que sufre cierto sectores de la población, en especial las mujeres ya que la atención de género es una cuenta pendiente de los gobiernos hacia las mujeres que siguen siendo discriminadas, y que debe cumplirse haciendo valer las leyes nacionales y los compromisos internacionales. El programa de la Ventanilla de Atención Integral para la Mujer deberá ser evaluado en un futuro próximo, de tal manera que se pueda conocer si es una política pública útil y si su diseño es el adecuado para poder solventar las necesidades de la población de mexicanas migrantes, puesto que no podemos darnos el lujo de tener otro programa innecesario, pues ahora se está haciendo visibles a las migrantes y el paso siguiente es el otorgar una verdadera defensa de sus derechos humanos, a través de estructuras administrativas que vayan volviéndose cada vez más efectivas, contando con un personal sensibilizado en la perspectiva de género y una voluntad política que no frene su desarrollo. 268 269 CONCLUSIONES Como se ha precisado desde el inicio de esta investigación el objeto de la misma ha sido el describir y analizar las necesidades de las mujeres migrantes, en base a las condicionantes de género y a la desigualdad y discriminación de que son objeto. Para ello se ha empleado la perspectiva de género adoptándola desde el punto de la vista de la interseccionalidad, puesto que así hemos podido identificar cómo convergen las diferencias de clase, género, sexualidad, raza, edad, etnia y situación migratoria para incrementar su vulnerabilidad cuando son víctimas de violencia de género. De igual manera, esta investigación se articula en las respuestas que puede ofrecer el transnacionalismo desde arriba, a través de las políticas públicas de vinculación y protección de derechos humanos que ofrezcan los gobiernos para atender de manera integral a las mujeres y acabar así con las desigualdades referidas. La investigación ha sido construida a partir de un ejercicio empírico y teórico que nos ha permitido acercarnos al estudio de las migraciones internacionales a través de una metodología que incorpora al género y a la perspectiva transnacional. Además de abordar el impacto que tienen las relaciones de género en las migraciones y los cambios que al respecto se han venido presentando, influidos por factores históricos, culturales, sociales, psicológicos y económicos. La perspectiva transnacional a la que se hace referencia permitió analizar la migración como un proceso que va desde el contexto del lugar de origen y el contexto del lugar de destino, y viceversa, puesto que por una parte, la movilidad genera cambios y el simple hecho de tener un contacto con la migración ya va a generar un cambio, tanto para quienes se quedan como para quienes migran, tal como lo hemos visto en el capítulo segundo y tercero cuando nos situamos en el tema de las migrantes y las mujeres de migrantes, pero además estos cambios van a verse reflejados en los sistemas de inequidad social que operan en ambas sociedades y que acompañan a las migrantes en la definición y ejecución de sus procesos migratorios, así como en los roles de género que se van a desarrollar en ambas sociedades. Un ejemplo son las nuevas jefaturas de hogar como un nuevo rol que desempeñan las mujeres tanto en la sociedad de origen como de destino y la incorporación de las mujeres a los mercados laborales, junto a sus mayores niveles educativos; pero también se identifica cuando observamos cómo se trasladan los roles tanto productivo como reproductivo y se reproduce en los contextos globales. 270 Ahora bien, hemos visto como la sociedad mexicana ha tenido un vínculo directo con la migración al ser un país de tanto de origen, como de destino, tránsito y retorno, y se ha documentado que la migración de las mujeres mexicanas hacia Estados Unidos data de hace más de un siglo de antigüedad, de forma que hace ya varias décadas se ha reconocido una feminización en el fenómeno migratorio, estudiado principalmente desde las filas de las investigaciones feministas y de estudios de género. Sin embargo, aún se puede observar que la incorporación de la perspectiva de género con frecuencia ha sido marginal, pues es común encontrar literatura científica que no incorpora a las mujeres en su discurso académico, por lo cual es indispensable dar a conocer trabajos en dónde se reconozca a las mujeres y las aportaciones que estás han realizado a las migraciones internacionales que ha representado un cambio en el paradigma de la migración internacional y sigue representando un reto para los gobiernos, a la hora de atender sus necesidades y de reconocer los logros que han tenido como sujetos transnacionales. Otro aspecto determinante al hablar del estudio de las migraciones internacionales desde una perspectiva de género ha sido el impacto que el proceso migratorio tiene en las mujeres, en el grupo doméstico y en el cambio de los roles de género, lo que nos lleva a identificar una dualidad de empoderamiento y de subordinación entre las migrantes. En capítulo tercero de esta investigación hemos descrito cómo por una parte, la migración les otorga poder a las mujeres ante su grupo doméstico, tanto a las que se quedan como a las que se van, pues adquieren una jerarquía para tomar decisiones dentro del grupo, aunque físicamente se encuentren fuera del mismo. Esto se va a traducir en un empoderamiento de las mujeres y este empoderamiento también va a alcanzar a la pareja de la migrante, pues diversos estudios citados en el cuerpo de este documento, así como en los cuadros de análisis sobre las migrantes en la región de Kansas City (Capítulo IV), muestran que si bien un alto porcentaje de mujeres mexicanas inician el proceso migratorio con motivos de una reunificación familiar, al integrarse a la sociedad de llegada es común que se incorporen al mercado laboral -ya sea con o sin documentos que les permitan trabajar-, y esta participación en el mercado laboral les dota de una autodeterminación y autonomía que impacta de manera directa en su autoestima, confianza y desarrollo de habilidades y capacidades, pero que principalmente va a cuestionar las relaciones de género establecidas por las sociedades de llegada y de origen. Si por una parte la migración empodera a las mujeres, este empoderamiento también precisa ser otorgado y avalado por los gobiernos de tal manera que las políticas públicas y los programas gubernamentales que se formulen, contemplen como fin la igualdad entre hombres y mujeres y 271 por tanto propicien estructuras para un empoderamiento colectivo de las mujeres. No en vano, la incorporación de la mujer al mercado laboral estadounidense puede verse afectada por la explotación laboral o por la sujeción a empleos deficientes, mal pagados y poco cualificados, bajo la justificación de los roles tradiciones como la maternidad, el cuidado de los hijos y del hogar, así como el origen étnico. Además, también la migración arroja una subordinación de las mujeres hacia sus parejas que detona o incrementa la violencia física, sexual, psicológica, económica, patrimonial y una exclusión social de las mismas. En el capítulo tercero de la investigación se expone cómo los programas a favor de las mujeres en Estados Unidos y las garantías que tienen, se han traducido ante los migrantes varones en un factor que les resta poder de mando y control sobre ellas. Esto sólo denota una debilidad en el marco institucional, en la infraestructura del estado y en la normativa legal que regula la igualdad entre hombres y mujeres y sanciona la violencia de género, pues el control patriarcal sigue apareciendo en las sociedades de origen y de llegada, que no está exenta y reproduce en su acogida la impronta cultural. En este sentido, la cultura de las redes migratorias se convierte en un refuerzo de la dimensión de control patriarcal. Así en los espacios transnacionales a través de estas redes sociales y los medios de comunicación como son prensa escrita, televisión, cine y radio, la maleta cultural mantiene vivos los presupuestos misóginos y los mitos del amor romántico que fundamentan las violencias. Los medios de comunicación van a crear una cultura globalizada que va a ser parte de la vida de los y las migrantes: las telenovelas mexicanas que se transmiten en la Unión Americana a través de los canales latinos con programación en español, y la música popular mexicana –música de banda y corridos norteños-, serán los satisfactores del tiempo de ocio de la comunidad migrante que consume un elevado grado de misógina inmerso estas tendencias musicales y de entretenimiento, en dónde es común encontrar la cosificación y degradación del cuerpo de la mujer. El fomento del mito del amor romántico mantiene a las mujeres, en este caso a las latinas, inmersas en círculos de violencia ya que la representación cultural del amor en los medios conduce a un modelo de creencia en que el amor todo lo puede y se puede cambiar a la otra persona. No siendo esto sino un reflejo de la cultura patriarcal que fomenta la sumisión de las mujeres en la sociedad mexicana y que se traslada con los migrantes a la sociedad de llegada, una alarmante cultura de resignación que es impuesta a las mujeres por la sociedad y que está enmarcada en las relaciones transnacionales. De hecho, desde este punto de vista la mujer debe supeditar sus necesidades e intereses al mantenimiento de la relación amorosa por encima de todo. 272 En mi experiencia dentro de la actividad consular era común escuchar frases de mujeres víctimas de violencia de género que referían tener que aguantar la violencia en la que estaban inmersas por ser una cruz que tenían que cargar, por miedo al rechazo social y al estigma que este genera, por miedo a no poder valerse por sí mismas, toda vez que dependen económicamente de su pareja, por miedo a perder a sus hijos y por temor a ser deportadas dado que su situación migratoria era irregular; de forma que la tendencia a durar bajo un patrón de violencia y malos tratos va a ser directamente proporcional a los conocimientos, autonomía e independencia para la toma de decisiones que tengan las mujeres, es decir, del empoderamiento que puedan llegar a tener. Se concluye que es necesario hacer un análisis transnacional de la migración, tanto desde el contexto de origen como de llegada, a fin de tener una visión general de la problemática que se forja con la migración, con el objeto de comprender y, sobre todo, atender los problemas de violencia de género presentes en la comunidad mexicana migrante. Entre los principales problemas o patrones de violencia que se detectaron entre las migrantes encontramos como factores determinantes: la situación de violencia previa a la migración, el papel de las redes familiares, el estatus migratorio, el manejo del idioma y la relación con el sistema legal, el mantenimiento del amor romántico, así como el estigma social del divorcio o la incapacidad de mantener una familia, el hecho de estar solas o de dejar a los hijos sin padre, entre otros. En el caso de las redes sociales, esta indagación reporta una fuerte influencia sobre las actitudes y comportamientos de las y los migrantes pues fungen como un apoyo necesario y excepcional, toda vez que casi en su totalidad, las personas que llegaban al Consulado, referían haber llegado a los estados de Kansas, Oklahoma y Missouri, por tener familiares en la región o porque sus conocidos les consiguieron un trabajo ahí. Entonces estas redes migrantes son las que han ido formando una comunidad hispana en esta región de los Estados Unidos, siendo un recurso fundamental para la socialización en la sociedad de llegada. Sin embargo, en el caso de las mujeres se ha visto que cuando las mexicanas inician el proceso migratorio bajo la figura de la reunificación familiar y encontrarse con el abuso y violencia por parte de su pareja, la red social no le sirve de apoyo, ya que la base de las redes sociales son los hombres, pues estos juegan un papel primordial como trabajadores, siendo de mayor utilidad para la sociedad migrante; mientras que en ellas se transmite y refuerza la cultura del aguante. En otros casos, se llega a vivir con la familia política quien no dará la espalda al agresor, de forma que las mujeres pueden vivir en una comunidad hispana, pero no por ello cuentan con su respaldo, y por 273 el contrario, se ha observado que la red social migrante o el apoyo familiar se mantienen bajo la complicidad y apoyo a las situaciones de violencia. Al mismo tiempo, el hecho de tener un estatus migratorio irregular supone el miedo constante a la policía y a las autoridades del país y es una de las principales razones por las cuales las mujeres migrantes no denuncian cuando son víctimas de violencia. Si además existe la barrera del idioma las migrantes no solo no conocen sus derechos y, por lo tanto, no los hacen valer; sino que además carecen de posibilidades de hacer llegar sus demandas de viva voz. De esta forma el círculo de la violencia se retroalimenta dejando pocos espacios para que ellas puedan transgredir la situación ya que reciben el mensaje reiterado de que no hay nada que hacer. Por otra parte, es más frecuente encontrar mujeres con empleos irregulares o con baja percepción de salarios, lo que va a confirmar la teoría de la feminización de la pobreza entre las mujeres migrantes, a la cual nos referimos en el primer capítulo de este documento (Arriagada, 2005; Godoy, 2003; Tapia, 2011). Esta pauperización de su condición también lleva a las migrantes a sufrir exclusión social y por tanto a rechazar el plantearse la ruptura de parejas que no funcionan. Pues es claro que si la situación laboral de las mujeres es peor que la de los hombres, al darse la ruptura de la pareja la mujer queda vulnerable económicamente al no disponer de un ingreso propio suficiente para mantenerse. Esto hace que cada vez sea más difícil terminar las relaciones violentas pues si no hay dinero, empleo o autonomía las mujeres estarán destinadas a la pobreza. Entonces la exclusión social está ligada a la igualdad de oportunidades, y si ellas no gozan de una igualdad de oportunidades económicas y sociales en la sociedad de origen y también en la de destino, su condición de migrantes y de mujeres, va a acentuar todas las discriminaciones que converjan en la situación de cada una de ellas. La comunidad mexicana indocumentada en Estados Unidos no tiene acceso a servicios básicos como es la atención médica, a menos que se trate de casos de urgencia. Tampoco tiene acceso al trámite de licencias de conducir, actividad que es muy necesaria para desempeñar funciones de la vida cotidiana como trasladarse al trabajo o llevar a las hijas y los hijos a la escuela, por lo que conducen sin contar con una licencia pues en la región de estudio, las distancias son muy grandes y el servicio de transporte es deficiente. Todo ello aumenta el temor entre la comunidad migrante a las detenciones policiales y a las deportaciones por faltas administrativas, que se criminalizan al tratarse de migrantes irregulares. 274 Al respecto es necesario compartir que en diversas ocasiones algunas de las mujeres entrevistadas refirieron haber sido víctimas de discriminación desde el lugar de origen, sin embargo, otro porcentaje de las mujeres entrevistadas refirieron que es al momento de migrar que se dan cuenta de sus diferencias físicas, etnológicas, de raza, que las hace diferentes, pues es en la sociedad de llegada, en donde se presenta la discriminación y se presentan ante ellas de forma que antes no podían ver. Ello no quiere decir que en México no sufrieran discriminaciones por etnia o edad, simplemente la naturalización del entorno y las costumbres les impedía percibirlas de la forma en que las experimentan en la sociedad de llegada. El analfabetismo y la ignorancia que está presente entre las mujeres migrantes es un problema que agrava las situaciones de discriminación y la vulnerabilidad antes las violencias, pues si bien se trata de una condición que ha ido cambiando, y como vimos en el capítulo tercero, las migrantes tienen mayor grado de escolaridad, la realidad también es que la pobreza y precariedad económica y social de la mujer migrante aún es tangible, lo que conlleva a una dependencia y subordinación hacia la pareja sentimental, a quien se le otorga comúnmente el poder de tomar decisiones al interior del hogar y disponer de los ingresos familiares, lo que nos lleva nuevamente a una desigualdad de género estructural. Por todo ello la VAIM surge como un proyecto articulado ante estas situaciones. Las prácticas instauradas por la VAIM buscan empoderar a las mujeres a través de acciones que engloben una protección o asistencia preventiva, una atención en crisis, el apoyo y la resolución de problemas, acciones que brinden recursos transnacionales y la solución de necesidades a largo plazo, empoderamiento y desarrollo de la mujer en la comunidad. Esto se da a través de la gestión de albergue seguro y apoyo para el trámite de órdenes de protección, atención psicológica bilingüe, asistencia policiaca, asistencia legal, expedición de documentos, apoyo económico a la víctima, terapias grupales, ferias financieras, asistencia médica para las víctimas y sus familiares, educación básica, media y/o superior a distancia, clases de inglés, capacitación para el trabajo, clases de computación, bolsa de trabajo, talleres y pláticas para beneficiar la autonomía, autoestima y el empoderamiento de la mujer migrante, trabajo coordinado con una red de aliados estratégicos. Señalando que estas acciones se fueron ofreciendo a las mujeres atendidas a través de la VAIM desde las necesidades que cada caso en particular presentaba, ya que se trató de evitar ver a las mujeres como meras beneficiarias de un programa público más, sino que se buscó implementar una política pública integral acorde con la cotidianidad de la vida de las migrantes. Pues como 275 señala Vasilachis (2006), a las personas se les debe estudiar en su contexto, con su pasado y con las situaciones presentes en que se hallan, entendiéndolas desde el marco de referencia que ellas mismas han establecido, y para ello es necesario conocer los intereses de la persona, sus comportamientos, su perspectiva de las cosas, su historia personal y el lugar en que se encuentran. Lo importante es entenderlas desde sus propias experiencias y para ello se debe desarrollar una empatía por quien se tiene enfrente, y ello conlleva formación, experiencia y tiempo. Sobre la atención brindada y los procesos de empoderamiento es fundamental el lugar que ocupa la atención psicológica en los primeros pasos. Bajo mi experiencia en este trabajo he visto la efectividad de las terapias psicológicas en las mujeres víctimas de violencia, pero en su desarrollo es fundamental superar los prejuicios sobre la psicología que parecen persistir en la cultura mexicana, que genera además un estigma y vergüenza. Si el proceso migratorio por sí mismo ya genera un impacto psicológico en la población migrante, que se agrava, como se ha visto en el capítulo segundo con el duelo migratorio, el síndrome de Ulises, el síndrome de Penélope y sobre todo, en las mujeres que son víctimas de violencia, se precisa de una atención necesaria y fundamental para iniciar el proceso de empoderamiento de las mujeres que afrontan ansiedad, depresión, estrés y un sentimiento de devaluación y pérdida de autoestima al saberse víctimas y a sentirse solas en un país con una cultura distinta. Como se ha señalado además, en mi experiencia he podido constatar que las terapias alternativas de regresión y constelaciones familiares han resultado efectivas para tratar una primera etapa de esta problemática de violencia hacia las mujeres, pues los resultados eran notables en poco tiempo y permitían a las mujeres acceder a otros procesos y recursos para mejorar su situación. Por otra parte, se debe resaltar la importancia de que a través de los cursos y talleres que se organizan para las mujeres migrantes son fundamentales porque abren el espacio para el empoderamiento colectivo. En primer lugar descubren que ellas no son culpables de lo que les sucede y que hay otras mujeres en la misma situación, es decir, se trata de un problema social y político, no individual. Además, es una puerta de acceso a las mujeres de la localidad, a fin de que vayan creando una red social migrante de mujeres, buscando así que estas redes que se vayan formando a lo largo del territorio estadounidense, sean fuertes y se consoliden en pro de las mujeres migrantes. El siguiente paso con estas redes es dotarlas de poder para que, tal como lo hacen los clubes migrantes (capítulo IV), puedan participan en políticas de codesarrollo y trabajar en proyectos a desarrollarse en México, accionando así su apoyo para las mujeres víctimas de 276 violencia en México. Esto es una propuesta a desarrollar que se hace pensando en que puede ser una iniciativa que accione el trabajo del gobierno mexicano en la atención a las migrantes víctimas de violencia. Ahora bien, en las políticas de vinculación de los gobiernos y de protección a los derechos humanos, la violencia contra las mujeres ha pasado a ser un tema central en las agendas de los gobiernos y de los organismos internacionales. Por lo que refiere a los Estados Unidos se han observado avances en sus leyes migratorias y criminales a fin de proteger a las mujeres víctimas de violencia, independientemente de su situación migratoria; además, ha crecido el número de refugios para mujeres maltratadas, recursos gubernamentales y de asociaciones civiles para atender la problemática. Sin embargo, aun cuando en México la atención a mujeres víctimas ha mejorado, falta mucho en este trabajo, pues las prácticas de desigualdad y discriminación hacia las mujeres siguen siendo parte del día a día, por lo que se evidencia la falta aún de una verdadera transversalización y un marco institucional fuerte, que hable de trato igualitario y que lo pueda garantizar, teniendo en cuenta la necesaria interseccionalidad en el diseño de políticas públicas. Todo ello se plantea sin perder de vista que la experiencia de las migrantes sobrevivientes de violencia de género puede ser un detonante para que una vez que estas estén empoderadas, comiencen a compartir sus experiencias como sobrevivientes en México. Y más cuando varias de estas mujeres han declarado haber sufrido violencia desde la familia nuclear en origen. Quizás la puesta en común de las herramientas de trabajo contra la violencia de género en México y Estados Unidos, comparando la VAIM a los esfuerzos que se hacen en el interior del país y sus entidades federadas, es parte del análisis transnacional que ha restado desarrollar y pueda ser fruto de futuras investigaciones. En este caso, se vincularía a una evaluación de la transversalidad de los programas de gobierno tanto federal, estatales y municipales, que en el desarrollo del marco legal del país para accionar el mainstreaming de la perspectiva de género en todas sus leyes, reglamentos, programas y acciones. La creación de la VAIM fue un gran reto en el que han intervenido varios actores, pero que ha tenido resultados favorables para las mujeres migrantes demostrando que cuando existe la voluntad política para hacer efectivas las normas se pueden producir cambios positivos. Como sabemos no existen fronteras o muros que puedan detener la voluntad de las personas de buscar una vida mejor, ya sea en lo relativo a lograr una mejor situación económica cuando se viene de una pobreza que lastima, o el anhelo de poder reunirse con sus seres queridos, con sus parejas, hijas e hijos, o 277 familiares que han logrado cruzar la frontera y que les han hablado de un mundo diferente, que les han prometido una vida mejor, aun cuando esta promesa les haya llevado a padecer una vulnerabilidad por su condición de mujeres migrantes. Es necesario al respecto reflexionar sobre la capacitación de las y los funcionarios así como de las formas en que la determinación personal y el compromiso de los cuadros medios y superiores con el deber de los servidores públicos suponen una diferencia. El programa piloto de la VAIM es desde el 08 de marzo de 2016 una realidad en las Representaciones Consulares de México en Estados Unido que tienen por cometido buscar el empoderamiento de la mujer migrante, a niveles personales, familiares, económicos y sociales, tomando en cuenta sus circunstancias particulares y las situaciones de vulnerabilidad en que se encuentre. Cada Consulado deberá utilizar de manera transversal los servicios consulares, a través de la puesta en funcionamiento de la Ventanilla de Atención Integral para la Mujer (VAIM), que ya está funcionando en 17 consulados, y está pendiente de ser puesta en funcionamiento en el resto de los 50 Consulados mexicanos en los Estados Unidos. Se trata de una oportunidad para atender las necesidades de las mexicanas migrantes, generando información estadística mucho más completa sobre este sector de la población, pero ante todo, brindándoles una atención adecuada y personalizada. Una futura investigación será llevar a cabo la evaluación de este programa, pues si bien este documento contiene la información sobre el diseño y la implementación del mismo, como programa oficial es conveniente implementar también su evaluación, y no solamente como fase final del ciclo de la vida de esta política, sino que el hecho de que la evaluación esté presente en las diversas etapas del programa, va a permitir conocer las áreas en las que se puede mejorar su desarrollo, su rendición de cuentas y las acciones futuras que se pueden ir generando, siempre tomando como base las necesidades de las migrantes atendidas, además no debemos obviar que ahora el programa también se enfrenta al reto de la diversidad geográfica y cultural de las diversas regiones de los Estados Unidos, así como de las comunidades migrantes que las habitan. La presente investigación representa así una base inicial y fundamento para esas futuras evaluaciones que puedan surgir; una aportación al estudio de las migraciones y las violencias contra las mujeres en los Estados Unidos. Las reflexiones que aporta sirven para mejorar las políticas públicas de atención a las mujeres migrantes en consonancia con las premisas del 278 transnacionalismo desde arriba, pero con resonancias de cara a un regionalismo que contemple la perspectiva de género. De igual manera, este documento puede servir como guía para la aplicación del programa en las diferentes Representaciones consulares, pues se ha dado la indicación de su implementación, pero aún existen dudas entre el personal sobre la aplicación y el funcionamiento del programa, como se ha podido saber por las y los oficiales consulares de diversas Representaciones. Y aquí es donde una de los procesos de la tranversalización vuelve a sobresalir, y es la necesaria formación y sensibilización pues es indispensable contar con servidores públicos capacitados en la actuación que deben realizar y en la perspectiva de género. Ellas y ellos deben ser el elemento principal de construcción de las VAIM, pues son quienes tienen, en muchos casos, un primer contacto con las víctimas de violencia de género y la atención y credibilidad que brinden a estas, van a ser determinantes en sus vidas. La falta de formación para identificar la transcendencia de la violencia de género de las y los funcionarios públicos supone mantener la violencia institucional por acción o por omisión del estado y una nueva violación a sus derechos humanos. Para concluir, quiero compartir que esta investigación ha representado un cambio de mi vida, el cual no ha sido fácil toda vez que a fin de poder cumplir los plazos establecidos para la entrega de esta tesis doctoral me vi en la necesidad de renunciar a mi trabajo como encargada de la VAIM. Este cambio en la dinámica de trabajo tuvo un impacto al regresar a una vida de estudiante, inmersa en las silenciosas bibliotecas madrileñas. Es verdad que fue complejo, pero hoy comprendo que era necesario invertir en mi desarrollo académico, pues esa atención integral que he referido en repetidas ocasiones en el cuerpo de este documento y que nuevamente recalco que debe brindarse a las migrantes mexicanas, no es posible llevarla a cabo si no se conoce tanto la teoría como la práctica. El conocimiento es una potente fuerza para el cambio e imprescindible para el empoderamiento de las mujeres migrantes, colectivo del que formo parte. 279 BIBLIOGRAFÍA ABAD Luis (2005). 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MIGRACIÓN DE MUJERES MEXICANAS HACIA ESTADOS UNIDOS CAPÍTULO IV. EL PRIMER PASO NO ES FÁCIL, PERO ES DETERMINANTE. BUSCANDO SOLUCIONES ANTE LA PROBLEMÁTICA DE LAS MEXICANAS MIGRANTES EN KANSAS CITY. LA CREACIÓN DE LA VENTANILLA DE ATENCIÓN INTEGRAL A LA MUJER CONCLUSIONES BIBLIOGRAFÍA ANEXOS