MÁSTER UNIVERSITARIO EN ARTETERAPIA Y EDUCACIÓN ARTÍSTICA PARA LA INCLUSIÓN SOCIAL SILENCIO PRESENTE: UNA APROXIMACIÓN A LA COMPRENSIÓN DE LOS SILENCIOS EN ARTETERAPIA A TRAVÉS DE LAS VOCES DE LAS PROFESIONALES EN EL CONTEXTO ESPAÑOL ________________________________________________ PRESENT SILENCE: AN APPROACH TO THE UNDERSTANDING OF SILENCES IN ART THERAPY THROUGH THE VOICES OF PROFESSIONALS IN THE SPANISH CONTEXT CURSO: 2021/2022 ÁMBITO DE ESPECIALIZACIÓN: ámbito clínico y psicosocial PERFIL DEL TFM: investigador GARCÍA-MURGA SUÁREZ, Mª PIEDAD Convocatoria: extraordinaria, JULIO, 2022 TUTORA: Ana María Serrano Navarro Departamento de Didáctica de las Lenguas, Artes y Educación Física. Facultad de Educación – Centro de Formación del Profesorado. Universidad Complutense de Madrid 2 de 81 Tabla de contenido RESUMEN 4 PALABRAS CLAVE 4 ABSTRACT 4 KEY WORDS 4 1. INTRODUCCIÓN 5 2. ANTECEDENTES Y ESTADO DE LA CUESTIÓN 7 2.1. Lo personal como antecedente 7 2.2. Estado de la cuestión 8 3. MARCO TEÓRICO 10 3.1. ¿A qué nos referimos con silencio? 10 3.2. Percepciones y tipos de silencio 12 3.2.1. La estética del silencio: ecos y resonancias del vacío desde el arte y otros saberes 12 3.2.2. Diálogos entre psicoterapia y arteterapia: silencio para una relación 14 3.3. Duración y ruptura del silencio 17 3.4. Cultivar el silencio: silencio en arteterapia y en terapias expresivas 18 3.4.1. Silencio en arteterapia: el envoltorio del caos para la escucha interior 18 3.4.2. Intersecciones para sintonizar: el triángulo arteterapéutico y el modelo Bodymind 20 4. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN Y OBJETIVOS 22 4.1. Preguntas de investigación 22 4.1.1. ¿Cómo se llega al sentido y objeto de esta investigación? 22 4.1.2. Formulación de preguntas de investigación 22 4.2. Objetivo general 23 4.3. Objetivos específicos 23 5. METODOLOGÍA Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN 24 5.1. Diseño metodológico 24 5.2. El método de la teoría fundamentada 25 5.3. Contexto de la investigación y relevancia de la muestra 26 5.3.1. Delimitación del contexto del estudio 26 5.3.2. Selección de la muestra: arteterapeutas de referencia 26 5.4. Técnicas de recogida de datos y herramientas 27 5.5.1. Grupos focales a través de la foto-elicitación 27 5.5.2. Entrevistas 28 5.5.3. Ingredientes de la IBA 30 5.5.3.1. Diario de campo enriquecido 30 5.5.3.2. Foto-elicitación 31 5.5.3.3. Arte respuesta 32 5.6. Análisis de datos (técnicas, procedimientos) 33 5.7. Fases de la investigación 36 5.8. Criterios de validez y triangulación de resultados 37 5.9. Aspectos éticos de la investigación 38 3 de 81 6. ANÁLISIS Y RESULTADOS 38 6.1. Conectando a través del arte 38 6.2. Intercambiando con palabras 40 6.3. La esperada y “fundamental” teoría fundamentada 41 6.3.1. LAS MANIFESTACIONES DEL SILENCIO 42 a. Polisemia y esencias del silencio 42 b. La conexión y lo trascendental 43 6.3.2. LA FIGURA DE LA ARTETERAPEUTA 44 a. Funciones y actitudes de la arteterapeuta 44 b. Estrategias de intervención y recursos 45 c. Posibles interferencias al proceso 48 6.3.3. LA PRESENCIA, LA ESCUCHA Y LA MIRADA 49 a. La preparación para estar en la sesión 51 b. Estrategias de autocuidado y recomendaciones para arteterapeutas en formación 51 6.3.4. EL CONTEXTO DE LA SESIÓN DE ARTETERAPIA Y LA PRÁCTICA 54 a. Lo que tiene que ver con la persona 54 b. La expresión y la comunicación 55 c. Lo que aparece en la sesión 55 6.3.5. VÍNCULO Y PROCESO TERAPÉUTICO 56 6.3.6. EL MATERIAL, LAS OBRAS Y LA CREACIÓN EN LA SESIÓN 57 6.3.7. EL MÉTODO DE INVESTIGACIÓN 59 a. Aportaciones desde el arte 59 b. El diálogo con las obras 59 c. El interés y la participación 59 7. DISCUSIÓN 60 8. CONCLUSIONES 64 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 67 9. ANEXOS 71 Anexo I. Hoja informativa y consentimiento para la participación 71 Anexo II. Consentimiento informado para la grabación 73 Anexo III. Hoja informativa para la participación del grupo focal 74 Anexo IV. Hoja informativa para la participación de la entrevista 75 Anexo V. Guión de entrevista 76 Anexo VI. Tabla de comprobación de la relación entre dimensiones, objetivos y preguntas 77 Anexo VII. Relación de obras aportadas por las expertas en grupos focales y entrevistas 79 OBRAS EN EL GRUPO FOCAL 1 79 OBRAS EN EL GRUPO FOCAL 2 79 OBRAS EN LAS ENTREVISTAS 80 Anexo VIII. Relación de obras propuestas por la investigadora para grupos focales 81 4 de 81 RESUMEN En este trabajo se pretende abordar el silencio en su relación con el Arteterapia desde el punto de vista del saber experto de arteterapeutas de referencia dentro del contexto profesional español, así como desde la vivencia de la propia investigadora, arteterapeuta en formación. Para ello, en primer lugar, se realiza una revisión y análisis del contenido de artículos científicos y materiales que ofrecen teorías en relación a ambos conceptos, así como otros estudios que exploran esta relación como tal. La revisión bibliográfica llevada a cabo pone de manifiesto la necesidad de profundización en el estudio de la relación entre silencio y arteterapia y la actualización de la investigación para la mejora de la práctica profesional. En segundo lugar, este trabajo propone una investigación de corte cualitativo para la comprensión del fenómeno y la contribución a la construcción del conocimiento gracias a las técnicas y herramientas propias de este paradigma, así como a su complementación mediante otras provenientes de la Investigación Basada en las Artes. Los resultados obtenidos a partir del análisis de los datos son contrastados con la teoría existente. Uno de los hallazgos de este estudio revela que el desarrollo de la capacidad del manejo del silencio en las sesiones de arteterapia se ve favorecido con el paso del tiempo. Esto es debido a la experiencia, a la supervisión y al trabajo personal de la arteterapeuta o del arteterapeuta, lo cual refuerza el diseño metodológico empleado en esta investigación al rescatar las voces en primera persona de arteterapeutas con una sólida trayectoria profesional, incorporando el arte en la conversación y a lo largo de todo el proceso de elaboración de este estudio. PALABRAS CLAVE Silencio, arteterapia, escucha, espacio seguro, presencia ABSTRACT This paper aims to address silence in its relationship with Art Therapy from the viewpoint of experts in the field in the Spanish professional context, as well as from the experience of the researcher herself, an art therapist in training. For this purpose, first, a review of articles and materials that explore theories referring to both concepts, as well as other studies that examine this relationship, is carried out. The bibliographic review undertaken highlights the need for further study of the relationship between silence and art therapy and the updating of research for the improvement of professional practice. Secondly, this study proposes a qualitative research which, thanks to techniques and tools proper of this paradigm together with those of the Arts-Based Research, intends to enhance the understanding of the phenomenon and the contribution to the construction of knowledge on the discipline. Results obtained from the analysis of data are contrasted with the existing theories. One of the main findings reveals that the development of the ability to manage silence in art therapy sessions is improved over time, thanks to the art therapist experience, supervision and personal processes, which emphasizes the appropriateness of the methodological design used in this research by rescuing the first-person voices of art therapists with a solid professional trajectory, incorporating art in the conversation, as well as throughout the entire process of this study. KEY WORDS Silence, art therapy, listening, safe space, presence 5 de 81 1. INTRODUCCIÓN Me pedís palabras que consuelan, palabras que os confirmen vuestras ansias profundas y os libren de angustias permanentes. Pero yo ya no tengo palabras de este género. Aceptad mi silencio: lo mejor de mí. Huid del soplo que pronuncia, en mi boca, la amarga condición de lo humano. Y, entretanto, dejadme contemplar el vuelo de la ropa tendida en las ventanas. Chantal Maillard (2007) En la línea de trabajo de la que habla Sorín (2011), en lo tocante a su concepción del ejercicio del arteterapia y las características que ha de tener el profesional o la profesional1, desde una mirada múltiple, se insta a las futuras arteterapeutas y a los futuros arteterapeutas al planteamiento del cometido de aprendizaje como un ejercicio de reflexión activa. Este proceso ha de caracterizarse por una actitud de introspección por parte de la arteterapeuta o del arteterapeuta, quien, al mismo tiempo que interroga, se autointerroga. Desde esta postura de autoexploración y observación, nace el deseo de profundizar sobre el asunto escogido: el silencio. Al plantear este trabajo y comenzar el recorrido, surgen multitud de preguntas que tienen que ver con la presencia del silencio en una disciplina como la arteterapéutica: ¿qué se entiende por silencio? ¿Qué evoca? ¿De qué maneras se hace presente? ¿Cómo hace sentir a las personas? ¿Con qué conecta? ¿Qué posibilidades despliega o inhibe? ¿Hacia dónde conduce el silencio? ¿Cómo se relaciona con la creación? ¿Qué formas o funciones simbólicas adquiere? Estos son solo algunos de los muchos interrogantes que han disparado la necesidad de llevar la atención sobre el estudio del silencio en arteterapia. Es por ello que se espera que este trabajo pueda servir como revisión sobre lo ya publicado, así como una invitación y autoinvitación para la profundización en el tema, para su mejor comprensión y posible aplicación a la hora de mejorar la propia capacidad, el saber estar, la práctica de la presencia y de la escucha, y el crecimiento como persona y como aspirante a arteterapeuta profesional. La expedición que comenzó hace tiempo ha contado con distintas paradas, nos ha permitido movimiento y descanso, se ha promovido la búsqueda de un refugio propio ante las inclemencias y lo imprevisible, y el arte ha sido el albergue en que nos hemos protegido. Cuando hemos solicitado refugio, se ha recogido acogida y generosidad; cuando hemos pedido indicaciones, muchas personas han brindado su sabiduría de manera desinteresada, nos han ofrecido su guía, nos han enseñado rutas posibles en el mapa, y también nos han 1 De acuerdo con la recomendación de la Fundéu de la RAE (2019), en relación a la utilización del lenguaje inclusivo, a lo largo de este trabajo se utilizará el desdoblamiento léxico, haciendo mención expresa a ambos géneros (indistintamente del orden en que aparezcan los elementos). Para más información: http://www.fundeu.es/lenguaje-inclusivo/desdoblamiento.html 6 de 81 acompañado a interpretar el mapa. Se suele decir que, en ocasiones, las personas se quedan sin palabras. A veces, con el agradecimiento es enteramente así. No hay palabras y, sin embargo, como esta investigación pondrá de manifiesto, que no haya palabras no implica que no haya comunicación o que no esté pasando nada porque no aparezcan en ese instante. El trabajo que se presenta tiene por objeto el estudio de un tema capital para el ejercicio de la disciplina, es pertinente y pretende dar testimonio y poner en valor todo ese conocimiento y saber hacer que las profesionales y los profesionales de nuestro país, en el ejercicio de esta profesión, han ido adquiriendo con el paso de los años. En este sentido, el proyecto es viable, porque las arteterapeutas y los arteterapeutas ya cuentan con la experiencia y una trayectoria que proporciona una determinada manera de estar y de desempeñar la labor; todo es cuestión de acudir a las fuentes y, donde no hubiere fuentes, colaborar humanamente para poder plantar una semilla de cara a ser parte de la creación de las referencias que quisiéramos que hubiese. El presente documento comienza exponiendo cómo es que esta investigación nace y cuál es el estado de la cuestión. Posteriormente, se presenta el marco teórico que sustenta un acercamiento a las acepciones del silencio y su entidad desde diferentes disciplinas como las artes y otros saberes; desde la psicoterapia y el arteterapia; cómo son las percepciones y algunos tipos de silencio; lo referente a su duración y ruptura; y ya sí, desde el ámbito arteterapéutico. Tras el desarrollo del marco teórico, se formulan las preguntas de investigación y los objetivos para dar paso al apartado metodológico que sostiene nuestro diseño de investigación: una investigación de corte cualitativo, aderezada con elementos de la Investigación Basada en las Artes2 (foto-elicitación, diario de campo enriquecido artístico y arte respuesta), que opta por el método de teoría fundamentada. Seguidamente, se encuentran el contexto de nuestro estudio y las características de la muestra, así como las técnicas de recogida de datos y herramientas, a saber: el diario de campo enriquecido gracias a las artes, el grupo focal y la entrevista. Más adelante, se explica la manera en que se realiza el análisis de datos, cuáles han sido los distintos estadios de nuestra investigación, los criterios de validez y las técnicas de triangulación, junto con los aspectos éticos de este estudio. Una vez detallada toda esta información, se procede a la presentación de los resultados de su análisis. En este apartado, se comparten los descubrimientos realizados por medio de lo artístico-visual y lo cualitativo. En este punto, se desarrolla, por fin, la teoría fundamentada vehiculizada por las voces de las arteterapeutas consultadas y por el arte y las obras que han estado presentes durante grupos focales y entrevistas. En el apartado de discusión se convocará al diálogo a la teoría descubierta, junto con lo que la literatura anticipaba en nuestro marco teórico, así como otras fuentes que puedan confluir y/o suponer una perspectiva divergente que nos permita contrastar el saber generado con el saber preexistente. Finalmente, este texto concluye con la exposición de las conclusiones, el listado de fuentes bibliográficas, así como la documentación adicional que pudiera servir para enriquecer este trabajo en el apartado de anexos. 2 En adelante, IBA. 7 de 81 2. ANTECEDENTES Y ESTADO DE LA CUESTIÓN 2.1. Lo personal como antecedente Con mayor o menor acierto, se podría tratar de poner un comienzo a la realización de este trabajo y, sin embargo, durante todo el desarrollo del mismo, la siguiente reflexión está presente a modo de pregunta: ¿Dónde o cuándo situamos el inicio de esta investigación? Es evidente que existen temas que nos acompañan por un motivo concreto y en nuestra historia personal hay experiencias que marcan un antes y un después. En este caso, hace alrededor de 12 años descubrí por propia experiencia como un exceso de iniciativa y participación por mi parte generaban incomodidad en otras personas. En algunos casos, la frecuencia de mi tendencia a compartir ideas o realizar preguntas en un espacio común afectaba al resto de personas y las más inhibidas parecían tener dificultad para encontrar su momento a la hora de intervenir. Ser consciente de ello hizo que me propusiera aprender a observarme detenidamente y a regular la cantidad de aportaciones que realizaba, lo cual generó cambios en múltiples sentidos. Figura 1 Sin embargo, una vivencia así puede conducir al exceso de cautela y cuidado hacia la otra persona, lo cual quizá mine nuestra espontaneidad, provocando inseguridad a la hora de cómo y cuándo intervenir en los intercambios sociales. Es decir, corremos el riesgo de callarnos demasiado. En otoño de 2020 comienza mi proceso personal y formativo en este máster y debo agradecer todas las instancias que han supuesto una oportunidad para explorar la manera en que vinculo y me relaciono. Resulta significativo el paso por la asignatura Arteterapia Aplicada I y la participación en los talleres de esta asignatura, no exenta de teoría formal a la par que rebosante de proceso artístico, interpersonal y personal. Gracias a lo que sucedía en cada una de las sesiones se generaban las reflexiones a posteriori. Estas eran plasmadas a través diferentes lenguajes en la Bitácora de la asignatura, así como en el Arte Respuesta3 3 Nos referimos con Arte Respuesta a las creaciones que la arteterapeuta o el arteterapeuta realizan en relación con aquello que aparece en las sesiones para lidiar con la complejidad de ciertos casos y emergentes, reflexionar sobre sus vivencias, o a modo de expresión para compartir con otras personas. La creación artística en respuesta a lo que sucede en el ámbito profesional puede ser un apoyo y contribuir a la supervisión de la propia práctica profesional (Fish, 2012). 8 de 81 derivado del contenido de los talleres y las clases. En ellas se identifican de manera reiterada las alusiones a este tema: el silencio. Diferentes acepciones del silencio aparecen en el cuerpo de un poema, de las reflexiones escritas, en imágenes, en forma de composiciones musicales, vídeos, obras artísticas, etc. A través de esta experiencia y de mi observación de los procesos es que descubro, además del propio, el silencio de la arteterapeuta. Entonces, se hace visible el reconocimiento, desde un nuevo prisma, de otras dimensiones de un fenómeno que sigue muy impregnado de lo personal, pero que cuestiona, de un modo mucho más concreto, lo que tiene que ver con lo profesional, con el ejercicio de la disciplina, con las cualidades desplegadas por la arteterapeuta y con su saber hacer en la sesión para el acompañamiento y la presencia en los silencios de ambas. Posteriormente, durante la continuación del máster y en lo personal, se ha seguido indagando acerca de este fenómeno. Con este fin, se realiza un primer acercamiento a la literatura existente sobre el tema el pasado curso, lo que culmina en la escritura de un texto académico4 que ha servido como uno de los pasos conducentes a la materialización del presente trabajo. 2.2. Estado de la cuestión La presente investigación pretende explorar una temática que, aun siendo comprendida dentro de la disciplina del arteterapia como un elemento fundamental, no ha sido la protagonista central en investigaciones o artículos científicos en el contexto español. En nuestro país, existen contados artículos y obras que abordan el fenómeno del silencio de acuerdo a alguna de sus dimensiones o significaciones. Para una mejor comprensión del proceso de esta investigación, se enmarcan las referencias en las distintas fases o hitos temporales derivadas de su consulta. En el punto 5.7. de este trabajo, referente a las fases y temporización de la investigación, se puede encontrar una propuesta de representación gráfica del desarrollo del trabajo y su secuenciación temporal en forma de figura y de tabla. En mayo de 2021, estos hallazgos acerca de la escasez de estudios centrados en la temática del silencio en arteterapia en el ámbito nacional invitan a la comprobación acerca del estado de la cuestión más allá de nuestras fronteras. Por esta razón, en ese momento, se expande la búsqueda mediante la consulta de fuentes en inglés. Esta apertura tiene como resultado la localización de los dos artículos principales sobre la materia, correspondientes a dos estudios realizados en la Universidad de Haifa, en Israel, los cuales exploran el fenómeno del silencio durante las sesiones de arteterapia. El primero, abordado desde la perspectiva del paciente o de la paciente, es conducido por Regev, Chasday y Snir (2016). Este estudio pretende descubrir actitudes, percepciones y experiencias en torno al fenómeno del silencio desde la vivencia del participante o de la participante y lo que este o esta percibe del arteterapeuta o de la arteterapeuta. Además, se aborda el impacto del silencio sobre la relación terapéutica y la influencia de esta sobre la experiencia. Uno de los hallazgos principales tiene que ver con la importancia de los materiales artísticos en el proceso terapéutico, así como en los momentos de silencio en la sesión (Regev, Chasday, et al., 2016). El segundo estudio, 4 El trabajo mencionado no se incluye en las referencias bibliográficas al ser un texto académico no publicado. 9 de 81 liderado por Regev, Kurt y Snir (2016), pone el foco en el punto de vista del arteterapeuta o de la arteterapeuta en relación al fenómeno del silencio en la sesión y sus efectos sobre el propio arteterapeuta o la propia arteterapeuta, el cliente o la clienta y la relación entre ambos. En esta investigación, el silencio es considerado una herramienta y se abordan los motivos para su uso; las percepciones del arteterapeuta o de la arteterapeuta acerca de su efecto en la sesión sobre la persona, la relación terapéutica y la comunicación; el papel del profesional o de la profesional durante los momentos de silencio y la impresión del arteterapeuta o de la arteterapeuta acerca de la contribución del silencio en arteterapia (Regev, Kurt, et al., 2016). En ambos trabajos se utiliza el método de Investigación Cualitativa Consensual (CQR)5 y la conducción de entrevistas semi-estructuradas en profundidad. La CQR es un método de investigación cualitativa de carácter principalmente constructivista que pone especial atención en la importancia del contexto en que las palabras e historias aparecen y hace que los investigadores y las investigadoras vuelvan constantemente a los datos en bruto para garantizar la fiabilidad del análisis. De lo más interesante de la CQR, se considera la propuesta del modelo de trabajo colaborativo que cuenta con un equipo de jueces y juezas que analizan los datos de manera consensuada, además de auditores y auditoras que examinan y proporcionan retroalimentación sobre el trabajo y sobre cada paso del análisis de datos en la investigación (Hill, 2012). La revisión de la literatura en la que se enmarcan los dos estudios consultados es abordada, fundamentalmente, desde el ámbito de la psicoterapia, para la posterior elaboración de sus estudios mediante la realización de entrevistas a arteterapeutas. Además, se revisan otros materiales referentes a arteterapia, artes expresivas y psicoterapia. Los textos consultados exploran: actitudes, percepciones y habilidades de los profesionales y las profesionales de las áreas mencionadas (Ladany et al., 2004; Del Río, 2006; Case & Dalley, 2014; Serrano Navarro, 2015; Tegart, 2019); diferentes concepciones del silencio, como el silencio traumático (Cury, 2007) o el silencio compasivo (Back et al., 2009); la importancia de la quietud en el proceso terapéutico (Little, 2015); y el silencio en la tradición psicoanalítica (Leira, 1995); entre otros. Mediante su consulta se pretende amplificar la visión del fenómeno desde múltiples aristas. De otra parte, se recurre también al saber sobre la cuestión que ha sido desarrollado desde diversas disciplinas como pueden ser las artes, la literatura, la música, el cine o las tradiciones espirituales, las cuales presentan otras miradas en dirección a dimensiones del silencio esenciales. Posterior a esta revisión bibliográfica, en diciembre de 2021, se establece contacto con la Dra. Dafna Regev, co-autora de las mencionadas publicaciones, con la cual se mantiene una reunión virtual. Este encuentro revela el interés inicial que suscitó en el equipo de investigación el vacío encontrado en la literatura en torno a esta temática, visiblemente abordada en el campo de la psicología y la psicoterapia, no así en cuanto al arteterapia. Además, se incide en aspectos relativos a la homogeneidad de la muestra como posible limitación y a la necesidad de contar con profesionales en el ejercicio de la clínica. A su vez, se generan preguntas en referencia a la cuestión cultural como un factor a explorar para comprender mejor este fenómeno, así como sobre la existencia de más artículos académicos que indaguen sobre la cuestión. Adicionalmente, mediante una búsqueda actualizada reciente, se constata que no ha existido producción científica posterior desde que estos artículos vieran la luz en 2016. De este modo, 5 CQR se refiere a Consensual Qualitative Research, por sus siglas en inglés (Hill, 2012). 10 de 81 se estima pertinente la profundización en el estudio en el presente. En el caso de esta investigación, en particular, en el contexto de la práctica del arteterapia por parte de expertas profesionales en España, se tratará de arrojar luz sobre los interrogantes que despierta la reflexión en torno a la vivencia y el manejo del fenómeno del silencio en arteterapia. 3. MARCO TEÓRICO 3.1. ¿A qué nos referimos con silencio? Se pregunta Little (2015) por qué inspiran los poetas y las poetas tras citar a Seamus Heaney, quien afirmaba acerca de la poesía que esta dota de voz a “the silent things inside us [las silentes cosas dentro de nosotras y nosotros]” (Heaney, 2002, en Little, 2015, p. 31). Ella misma se responde apelando a esta cualidad que tienen los y las poetas, no solo de liberar las cosas silenciosas, sino también de adentrarse en lo más profundo, en la búsqueda de aquello de la persona que es inefable. Quizá a esto se refiera también Del Río (2006) cuando propone la creación artística con sus formas e imágenes como la posible manera de habitar la experiencia del silencio para, precisamente, cuando el lenguaje resulta limitado, nombrar lo real, no abarcable por este anterior, de lo que se vive y de lo que se siente. Si bien normalmente se entiende por silencio la primera acepción que de esta palabra ofrece el diccionario, relacionada con la “abstención de hablar” (Real Academia de la Lengua, 2014a), en el contexto del arteterapia, esta acepción de la RAE (2014), así como las referidas a la “falta de ruido” o a una “pausa musical” (RAE, 2014a) no podrían llegar a sumergirse por completo en todas esas otras profundidades que la disciplina entraña. Little (2015) centra su atención en la quietud, es decir, la habilidad para estar en silencio, estar callada o callado. En su opinión, esta capacidad precede al ser, es más existencial que el hecho de relacionarse o el hacer y, a su entender, es un prerrequisito para alcanzar aquello a lo que se referiría Winnicott (1988) como la “soledad esencial” (Winnicott, 1988, en Little, 2015). Quizá este estado, la “soledad esencial” en la que se recomienda aprender a estar para estar con otros es una instancia del tipo de solitud que supone encontrarse con uno o una misma a través de la meditación en el silencio; ya que en relación con el silencio, no solo Little (2015) subraya la noción de la quietud, la cual implicaría un escuchar profundo por parte del analista; sino que también Pablo D’Ors (2019) ensalza los beneficios del silencio, de carácter sanador, en combinación con la quietud más allá del estar callado o callada, incidiendo sobre la precisa distinción entre el silencio en quietud y el silencio en movimiento. Por su parte, Sabbadini (1991) define el silencio en terapia como ese espacio de tiempo intermedio que se produce en el diálogo en el cual ni la persona ni la o el terapeuta, en nuestro contexto, arteterapeuta, están diciendo nada (Sabbadini, 1991, en Regev, Chasday, et al., 2016; Regev, Kurt, et al., 2016). Por su parte, Leira (1995), desde la perspectiva psicoanalítica, analiza el silencio como comunicación per se, ilustrando casos clínicos en los que el silencio pudo llegar a prolongarse incluso hasta un año, y recordando la dimensión del silencio como un aspecto estrechamente conectado con el discurso como tal. En la tradición analítica, a principios del siglo XX, el silencio había sido interpretado como una resistencia o un mecanismo de defensa que el paciente o la paciente utilizaba frente a las interpretaciones del analista, o que el paciente o la paciente empleaba para controlar la situación. No obstante, en la actualidad, se considera el silencio como un aspecto favorecedor 11 de 81 para el proceso terapéutico, así como una forma de intercambio comunicativo que transporta una variedad de emociones y que, bien manejado, contribuye al establecimiento de la alianza terapéutica (Regev, Chasday, et al., 2016). Otros autores y autoras, sin embargo, inciden en que esta alianza debería estar ya establecida previo a un uso terapéutico del silencio (Ladany et al., 2004). Paradójicamente, se observa que otro de los prismas desde los que puede estudiarse el concepto del silencio, y conectado de algún modo con la soledad, pero no como camino al crecimiento o a la salud, es al que se referiría Cury (2007), quien explica que situándose el silencio entrelazado con la inmovilidad, este tendría que ver con un bloqueo producido por el trauma y que, junto con el caos subyacente, puede conducir a la terrible posibilidad del aislamiento social de la persona. En relación con esta otra percepción del silencio, la RAE (2014) recoge una locución adverbial, “en silencio”, que parece acercarse más a esta idea de lo no nombrado -no por volición consciente-, y que tiene que ver con estar “sin protestar, sin quejarse”, ofreciendo como ejemplo: “sufrir en silencio” (RAE, 2014a). En esta línea, en la referida a la persona que “calla u omite algo sobre algo o alguien” (RAE, 2014b), habría de buscarse un sujeto agente para conjugar el verbo silenciar, que remite a “hacer callar a alguien o algo” (RAE, 2014b). Se haría referencia, entonces, a un tipo de silencio que tiene que ver con la pasividad frente a las injusticias o el sufrimiento ajeno. Algunos autores y autoras, como es el caso de Back et al. (2009) proponen el enfoque contemplativo para ayudar a las y los profesionales a desarrollar una forma de silencio distinta. En cuanto a la aplicación de la contemplación para la vida diaria y entroncando con este sentimiento de compasión al que se urge a las personas. Así, recuerda el Dalai Lama (2002) que la persona debe rebajar su ritmo y adecuarse a la contemplación, sin olvidar las problemáticas del mundo ni el sufrimiento ajeno, no el humano, sino también el de todos los seres que habitan la naturaleza y la tierra misma. En este sentido es en el que Cury (2007) apela a romper con el silencio acerca de sucesos padecidos por las personas considerados tabú como pueden ser violaciones, abusos, etc. acerca de los cuales las víctimas callan y toda la sociedad, también. En lo referido a la aportación que puede brindar el arteterapia en cuanto a esta ruptura, opina Cury (2007) que este liberar del olvido a través del arte, no hará que desaparezca de las memorias de la persona lo vivido, pero sí podrán contar con el desarrollo de: Capacidades que entonces hablaron en un lenguaje negado a la palabra por la dimensión del horror en el que se constituyeron y que pueden haber encontrado la salida y la posibilidad de transformación desde la capacidad simbólica y metafórica del arte. (Cury, 2007, p. 86) Otra posibilidad para comprender este concepto se ofrece desde la perspectiva de las terapias relacionadas con las Artes Expresivas en la Naturaleza. Tegart (2019) habla de las maneras del silencio, y define el silencio como un hilo que anuda y al mismo tiempo permite un espacio en que puedan emerger pausas, impulsos, reflexiones, etc. Aboga, además, por la defensa de la creación de un espacio mayor y de la presencia del silencio en el trabajo terapéutico a través de las artes para permitir el surgimiento de la ‘poiesis’, tanto la del proceso de trabajo, como la del cliente o de la clienta de manera más natural y orgánica. En relación al ámbito de la práctica y la teoría de las Artes Expresivas, se concibe el fenómeno de la poiesis como el surgimiento desde el caos de la manifestación artística en la búsqueda de su propia forma. De tal modo que, a través de la experiencia del dejar ser y de la entrega y nuestros sentidos, es que esta se origina (Tegart, 2019). De este modo, el arteterapia compartiría este 12 de 81 acercamiento al caos para poder crear nuevas formas, objetos, relaciones y: “construir lo posible como alternativa a lo real, y, en ese lugar de lo posible, hacer brotar un nuevo real” (Fiorini, 1989, p. 5). 3.2. Percepciones y tipos de silencio 3.2.1. La estética del silencio: ecos y resonancias del vacío desde el arte y otros saberes En el afán por entender de qué manera es posible comprender la esencia del fenómeno del silencio en un sentido amplio, se percibe inestimable la inclusión de la articulación que se realiza de la experiencia a partir de diversos lenguajes artísticos6. El poeta, dramaturgo y psicoterapeuta Paul Goodman (1971) expone que tanto hablar como no hacerlo son maneras de ser o estar en el mundo, en relación a las cuales, hay grados y tipos de silencio. Conforme a su clasificación, se identificarían 9 tipos, lo cual ejemplifica de manera muy poética y nos aclara que: Thus, not speaking and speaking are both human ways of being in the world, and there are kinds and grades of each. There is the dumb silence of slumber or apathy; the sober silence that goes with a solemn animal face; the fertile silence of awareness, pasturing the soul, whence emerge new thoughts; the alive silence of alert perception, ready to say, “This… this…”; the musical silence that accompanies absorbed activity; the silence of listening to another speak, catching the drift and helping him be clear; the noisy silence of resentment and self- recrimination, loud with subvocal speech but sullen to say it; baffled silence; the silence of peaceful accord with other persons or communion with the cosmos [Así, tanto no hablar como hablar son formas humanas de estar en el mundo, y hay clases y grados para cada una. Está el silencio mudo del letargo o la apatía; el silencio sobrio que acompaña el rostro de un animal: el silencio fértil de la consciencia, que pastorea el alma, donde emergen nuevos pensamientos; el silencio vivo de la percepción alerta, listo para decir: “Esto… Esto…”; el silencio musical que acompaña a la actividad absorta; el silencio de la escucha al otro que habla, captando la deriva y ayudándolo a ser claro; el ruidoso silencio del resentimiento y el autorreproche, el discurso ruidoso y subvocal pero hosco para decir esto; el silencio desconcertado; el silencio del pacífico acuerdo con otras personas o la comunión con el cosmos]. (Goodman, 1971, p. 15) Por su parte, Susan Sontag (1976) nos habla de la inviabilidad del silencio puro y de un vacío genuino, tanto en lo factual como en lo conceptual, y añade que: “If only because the artwork exists in a world furnished with many other things, the artist who creates silence or emptiness must produce something dialectical: a full void, an enriching emptiness, a resonating or eloquent silence [Aunque solo sea porque la obra de arte existe en un mundo amueblado con muchas otras cosas, el artista que crea silencio o vacío debe producir algo dialéctico: un vacío colmado, una vacuidad enriquecedora, un silencio resonante o elocuente]” (Sontag, 1976, p. 11). En esta concepción de la coexistencia de tales elementos dialógicos, es obligada la referencia a las palabras que acompañan a la grabación en vídeo de la performance que David Tudor hace de la composición de John Cage titulada 4’33’’ en Woodstock, en la que fuera la Première de esta obra: “the material of music is sound and silence, integrating these is composing. I have nothing to say, and I am saying it [El material de la música es sonido y 6 Dada la relevancia de expresión subjetiva del o de la artista, así como el valor de la manifestación del lenguaje como obra artística en sí misma, en este punto, se mantendrán los fragmentos escogidos en su idioma original acompañados de una traducción de acuerdo a una de las formas establecidas en las normas APA. 13 de 81 silencio, integrar ambos es componer. No tengo nada que decir, y lo estoy diciendo]” (Cage, 1959, en Pezzipez, 2007). A través de su obra, John Cage, de manera deliberada, hace al silencio protagonista de su creación, incluyendo, de este modo, a la audiencia y sus sonidos como parte de la pieza artística. Por otro lado, a la manera de Duchamp, quien fuera como un mentor para Cage, se expone ante el público algo que, generalmente, no se hubiese considerado una pieza artística; lo cual Kyle Gann relaciona con el concepto del object trouvé u objeto encontrado (Gann, 2010). En palabras de Morton Feldman: “Duchamp freed the mind from the eye, while Cage freed one’s ears from the mind [Duchamp liberó a la mente del ojo, mientras que Cage liberó a los oídos de la mente]” (Feldman, s.f., en Gann, 2010, p.88). En el caso de la composición de Cage, lo que encuentra el espectador o la espectadora es la imposibilidad del silencio y del vacío en los lugares repletos de otros elementos de la que, más tarde, hablaría Sontag (1976) y que se apuntaba más arriba. Posteriormente, la artista Marina Abramović también convoca al público a involucrarse en la obra de arte durante el desarrollo de su performance titulada La artista está presente. En el año 2010, durante tres meses, ocho horas al día la artista se coloca en una silla en una sala del el museo MoMA de Nueva York, mientras que distintas personas, de manera voluntaria, se sientan unos minutos frente a ella. La espectadora o el espectador que toma asiento se implica en la experiencia y pasaría a ser, por lo tanto, parte de la pieza artística como tal, en esta invitación a compartir espacio, mirada y silencio (Akers & Dupre, 2012). Este trabajo parte de la creencia de la autora acerca de cómo la prolongación de la duración de la performance puede producir alteraciones en la percepción temporal y propiciar un compromiso en la experiencia de mayor profundidad. Durante el tiempo que estuvo llevando a cabo esta acción artística, alrededor de 1000 personas se sentaron frente a la artista en silencio. En algunos casos, estas se conmovieron y llegaron a aparecer lágrimas (MoMA, 2010), y la artista se conmovió también ante la presencia de una persona con quien había mantenido una relación, Ulay, su exmarido y también artista. En el ámbito cinematográfico, el director sueco Ingmar Bergman ha explorado este fenómeno mediante la creación de un ambiente cargado de incomunicación, que no de ausencia total de la palabra, que se ve salpicado por momentos de reproche en su largometraje titulado El Silencio (Bergman, 1963). Sobre esta obra podría decirse que el artista sugiere la densa presencia de un silencio castigador y cruel, una vertiente del silencio que se explorará posteriormente en otra de sus más aclamadas películas, Persona (Bergman, 1966). Señala Sontag en su revisión de este filme que la obstinación en el mutismo intencionado de una de los dos personajes principales otorga a la protagonista: “una posición de fuerza virtualmente inviolable con la que manipula y desconcierta a su compañera, la única que carga con el fardo de la palabra” (1994, p. 17, en Le Breton, 2007, p. 56). En cuanto a otras manifestaciones artísticas como la pintura, explica Le Breton (2007) que esta puede contribuir por su parte con la significación del simbolismo, ofreciendo como ejemplo la monocromía de Klein, la forma con su vacuidad flotante, o la “resonancia metafísica” que se suma a la creación del propio silencio en un entorno sugerente, o que remite a la descripción de una situación (Le Breton, 2007). Como otros estudiosos y otras estudiosas sobre la vida y la comprensión de la existencia humana, Le Breton (2007) explora en su obra El silencio: una aproximación la vasta polisemia del silencio desde multitud de disciplinas, no solo como manifestación humana en distintas culturas, sino también como una 14 de 81 posibilidad de lo simbólico y para la reflexión en torno a la consciencia de las cosas, para mantener la atención y no perderse, invitándose la persona a ocupar el tiempo en comprender. En el mundo en que habitamos, se precisa y ponen en valor los espacios que se alejan del ruido de las ciudades o el estrés vital y dejan a la persona encontrarse consigo mismas en un entorno distinto. De este modo, alega que: El silencio instala en el mundo una dimensión propia, un espesor que envuelve las cosas e incita a no olvidar lo que hay de personal en la mirada que las ve. El tiempo transcurre sin prisa, al paso que marca el ser humano, invitando al reposo, a la meditación, a la introspección. (Le Breton, 2007, p. 104) Desde esta perspectiva, se recuerda la enorme importancia que la filosofía, algunas disciplinas ancestrales orientales y las diferentes religiones como, por ejemplo, el taoísmo, el budismo o el cristianismo, entre otras, otorgan al silencio, en el cual encuentran un solaz y un lugar de conexión y acercamiento a lo divino. El silencio se percibe como espacio de quietud para la comunicación y la contemplación o, a través de la oración o de las prácticas meditativas, de camino a la iluminación. Su consideración se ha manifestado en lo tangible a través de la edificación de lugares de culto para la preservación del diálogo íntimo con lo superior, como son las catedrales, los monasterios o los templos. La naturaleza, de otra parte, puede constituir el espacio sagrado de encuentro preferido por muchos y muchas para, gracias a sus sonidos y sensorialidad mediante, percibir amplificada la relación del sujeto con el silencio (Le Breton, 2007, p. 104). 3.2.2. Diálogos entre psicoterapia y arteterapia: silencio para una relación Como se viene explicando, existen distintos prismas desde los cuales analizar qué es y qué supone el silencio. Algunos autores y algunas autoras, desde el punto de vista de la profesional o del profesional, extraen de su estudio realizado que los terapeutas y las terapeutas, normalmente, hacen uso del silencio como una herramienta de expresión de empatía. También pretenden conducir a la reflexión, plantear a la persona ciertos desafíos, que esta se haga responsable tomando parte más activa en su proceso, que pueda comunicar ciertas emociones o hacerse con un espacio y tiempo para plantearse qué decir. Por su parte, el terapeuta o la terapeuta también utiliza este recurso para tomarse tiempo y discernir mejor su posible intervención, o, a veces, sucede como resultado de un momento de distracción (Ladany et al., 2004). Las terapeutas y los terapeutas consideran que el silencio bien utilizado puede estrechar el vínculo entre la persona y la terapeuta o el terapeuta, contribuyendo así al refuerzo de la confianza y aportando a la persona mayor sensación de control. De esta manera, se favorece la creación de un espacio en que sentirse acompañados y comprendidos. Sería, pues, una influencia positiva para personas que no han contado con un lugar para ser escuchadas, puesto que no se les ha permitido, en otros contextos vividos a lo largo de su historia personal, un espacio propio en que expresarse y estar consigo y sus emociones (Ladany et al., 2004). En este último aspecto, estarán de acuerdo otras autoras como Cury (2007) o Serrano Navarro (2015). Sin duda, este espacio en arteterapia no alude únicamente a la ubicación o al emplazamiento físico en que tiene lugar lo que ocurre (López Fernández-Cao & Martínez Díez, 2012), sino que hace referencia a las condiciones en que se sustenta la relación de confianza que propicia la arteterapeuta o el arteterapeuta, y que se co-construye junto con el 15 de 81 vínculo, las cuales posibilitan a la persona ser quién es en ese tiempo y ese lugar en que se desarrolla la sesión de arteterapia. Por otro lado, en referencia al silencio, habría que tener en cuenta que, dependiendo de la persona, la relación terapéutica, su duración, o el momento en que se produce -entre otras circunstancias-, puede dar lugar a una apreciación del mismo desde un acto de lo más amable a una impresión de la situación percibida como incómoda e intimidante (Ladany et al., 2004). A este respecto, se subraya la importancia del lenguaje y las manifestaciones comunicativas que tienen lugar a través de la creación artística, estableciéndose una analogía entre el hecho de no parar de hablar y las ocasiones en las que la persona no para de hacer cosas durante la sesión sin dejar espacio para la reflexión, o estableciendo la comparación entre el hecho de permanecer en silencio durante la terapia psicoanalítica y las veces en las que se producen largos períodos en que la persona está sin hacer nada en la sesión de arteterapia (Case & Dalley, 2014). Aunque no se produzca una interacción verbal en todos los casos, el mantenimiento del vínculo en el tiempo y la generación del espacio seguro tienen como resultado que la arteterapeuta o el arteterapeuta pueda estar en este lugar desde el que observar la forma en que la persona utiliza los materiales, su cuerpo, cómo se relaciona con el espacio y qué de eso puede tener que ver con su mundo interior y con el vínculo establecido con la profesional o el profesional. Dice Morter (1997) a este respecto que: “despite the long periods of silence there seemed to be a lot going on in the space between us [a pesar de los prolongados períodos de silencio, parecía haber mucho sucediendo en el espacio entre nosotros]” (Morter, 1997: 222, en Case & Dalley, 2014, p. 72). Respecto de la percepción de las participantes y los participantes en el taller, es interesante subrayar los momentos en que puede aparecer el silencio en una sesión de arteterapia. Este estaría presente durante el momento del proceso de creación, después de este, cuando las usuarias o los usuarios están contemplando las obras, o cuando la persona está conmovida, embargada por una emoción o llorando. Las personas usuarias perciben negativamente el silencio al inicio del proceso en arteterapia cuando el vínculo no está establecido aún o no es lo suficientemente fuerte, o inmediatamente al inicio de la sesión, momento en que puede sentirse incómodo y provocar sensación de soledad (Regev, Chasday, et al., 2016). Al parecer, el vínculo con la arteterapeuta o el arteterapeuta ayuda a que se perciba el silencio de manera positiva y se considera que es mejor cuanto más cercana se vuelve esta relación. Se dan momentos de silencio en que sucede que la participante o el participante puede cuestionarse su relación con la arteterapeuta o el arteterapeuta y las capacidades de esta o este (especialmente cuando el silencio es iniciado por la profesional o el profesional). No es demasiado frecuente que se trate explícitamente el tema acerca de la experiencia que se vive durante y respecto del silencio, la mayoría de arteterapeutas no suelen hacerlo y, en todo caso, suele ser la arteterapeuta o el arteterapeuta quien inicia la conversación sobre ello si sucede (Regev, Chasday, et al., 2016). A este punto, entroncando con las referencias proporcionadas en cuanto a la alianza terapéutica, no puede pasarse por alto la importancia que tiene la formación y estrechamiento del vínculo que ha de darse entre la persona y el terapeuta o la terapeuta a lo largo del proceso terapéutico. Se entiende por vínculo el tipo de relación que se erige como una base segura para la exploración, lo cual propicia la potencialidad del cambio a través de la comunicación, la conexión y el sostén a la persona. El establecimiento de este vínculo se caracteriza por ser 16 de 81 co-construido y tiene que ver con la sintonización, así como con la mentalización; puesto que la capacidad del terapeuta o de la terapeuta para mentalizar al paciente o a la paciente proporciona herramientas a la persona para contribuir al desarrollo de esta capacidad en sí misma, así como habilidades de autorregulación emocional. Preferiblemente, este o esta ha de ofrecer estabilidad, confianza y se presupone que una cierta continuidad, alimentándose del modelo relacional de ambas personas: profesional y participante. Este es el reflejo del encuentro de dos subjetividades que permiten enactuar momentos de dificultad que la persona experimentó en el pasado a través de los fenómenos de transferencia y contratransferencia7 (Wallin, 2012). Estos fenómenos son considerados inevitables y desconocidos, al menos en un primer momento, y suponen el reflejo de aquello que afecta a la emocionalidad y a lo que necesitan ambos individuos, tanto el participante o la participante como el profesional o la profesional (Wallin, 2012). Para el fortalecimiento de este tipo de relación, la comunicación es un factor clave y esta se traduce en manifestaciones tanto verbales como no verbales. La existencia del vínculo permite disfrutar de la libertad con la que los niños y las niñas juegan. Por lo que estas dinámicas se solapan y van conformando un tipo de relación dentro de la cual la persona podría reparar cuestiones relativas al apego en la infancia y poner en práctica otros modelos de relación, contando con la confianza que le ofrece esta base segura: el vínculo terapéutico que supone el acompañamiento de la profesional o el profesional (Wallin, 2012). Dentro de este contexto de la relación interpersonal, y en la búsqueda que conduzca al terapeuta o a la terapeuta, mediante el desarrollo de la presencia y la escucha, al surgimiento espontáneo de un silencio amable y compasivo hacia la persona, se muestra en la tabla a continuación una clasificación que se establece con respecto al silencio, por parte de Back et al. (2009) desde la perspectiva de la intención del terapeuta: Tabla 1 Clasificación del silencio de acuerdo a la intención del terapeuta conforme a la investigación existente acerca del silencio (Back et al., 2009, p.1114) Tipo de silencio Intención del Terapeuta Incómodo A menudo sin una intención clara (incertidumbre), pero también puede reflejar distracción u hostilidad, a menudo enmascarada por el terapeuta o la terapeuta. Invitacional Pretende dar al paciente o a la paciente un momento (o más tiempo) para pensar acerca de algo o sentir lo que está sucediendo, a menudo después de una respuesta empática. Compasivo Reconoce un momento espontáneo (o durante más tiempo) de silencio que ha emergido en la conversación, a menudo cuando terapeuta y paciente comparten un sentimiento o el terapeuta o la terapeuta está generando activamente una sensación de compasión hacia el paciente o la paciente. 7 En este trabajo, se entiende por fenómenos transferenciales y contratransferenciales aquellos que se producen en el contexto de la relación terapéutica y que implican percepciones, emociones y reacciones por parte del paciente o de la paciente hacia el terapeuta o la terapeuta (que tienen que ver con las vivencias experimentadas en sus vínculos primarios de apego, en el cao de la transferencia), así como de parte del terapeuta o la terapeuta hacia el paciente o la paciente. Desde la perspectiva intersubjetiva, se comprenden los vínculos como co- construidos y estas ennaciones, inconscientes o conscientes, como una oportunidad para el desarrollo del proceso terapéutico (Wallin, 2012). 17 de 81 3.3. Duración y ruptura del silencio Otras cuestiones abordadas en la literatura tienen que ver con la duración del silencio y su ruptura, que dependerían también de quién inició el silencio y cómo de productivo o no pudiera resultar. Independientemente de quién inicie el silencio, se considera que la arteterapeuta o el arteterapeuta es responsable de manejar y responder o no ante este silencio, pudiéndose utilizar para favorecer la creación de un espacio, generando reflexiones e interpretaciones, o rompiendo con este y sus efectos cuando no está siendo útil (Ladany et al., 2004). Dentro de lo que podría considerarse silencio ‘productivo’, desde el punto de vista de Regev, Kurt, et al. (2016), se establecerían tres categorías: emocional, reflexivo y expresivo (Levitt, 2001, en Regev, Kurt, et al., 2016). Tabla 2 Categorización del silencio ‘productivo’ (Levitt, 2001, en Regev, Kurt, et al., 2016, p.1) Tipo de silencio Silencio Productivo Emocional (1) La persona está en silencio porque se encuentra embargada por la emoción o conectando con un conflicto. Posibilita la expresión emocional, tratar asuntos relativos a los vínculos primarios de forma saludable, probando nuevos modos de intercambio más sanos y acertados. Reflexivo (2) La persona permanece en silencio, ya que conecta con sentimientos o ideas que no había hecho conscientes o no había tenido la ocasión de abordar con anterioridad y que, posiblemente, no le resulte fácil entender o verbalizar. Expresivo (3) La persona se distancia de la emoción que está sintiendo al adquirir un cierto grado de perspectiva. Esto le permite conectar con sensaciones internas, en las cuales se concentra tras la aparición de determinadas ideas de las cuales toma consciencia. En cuanto a estas tres categorías, tal y como se observa en la tabla anterior, los autores y las autoras refieren que, en primer lugar, el silencio emocional (1) es aquel que sucede cuando la persona experimenta en la sesión una situación con una carga emocional intensa o que remite a algún conflicto. Por este motivo, el silencio en la persona puede fomentar la expresión de estas emociones, revisitar cuestiones referentes a las relaciones maternofiliales de manera saludable y permitir la posible práctica de respuestas adaptativas más acertadas (Lane, Koetting & Bishop, 2002, en Regev, Kurt, et al., 2016). En segundo lugar, el silencio expresivo (2) tendría que ver con la dificultad de la participante o el participante para verbalizar ideas o emociones de las que la persona no había sido consciente, o no había elaborado en el pasado, las cuales le resulta complejo comprender y articular (Levitt, 2001; Storr, 1990, en Regev, Kurt, et al., 2016). Por último, el silencio reflexivo (3) sucede cuando la persona toma distancia de la emoción que está teniendo lugar en la propia sesión de arteterapia. En este caso, se produciría el contacto con las sensaciones internas, en las cuales las personas se enfocarían tras percatarse o darse cuenta de determinadas ideas (Benjamin, 1981; Levitt, 2001, 2002; Trad, 1993, en Regev, Kurt, et al., 2016). No obstante, se subraya que el silencio de la persona podría deberse también a una desconexión con el asunto que se está trabajando en la terapia o debido a la expresión por su parte de la evasión de un tema que no se desea tratar (Levitt, 2001, en Regev, Kurt, et al., 2016). Por otro lado, Benyakar (2006) tuvo ocasión de reflexionar acerca de cómo es la duración del silencio y su efecto, en su opinión, contraproducente en los niños y las niñas cuando este se 18 de 81 prolonga demasiado. Estas reflexiones que suscitó su trabajo con el caso de un niño, Uri, también lo empujaron a analizar la repercusión del silencio con las pacientes adultas y los pacientes adultos en terapia, subrayando que la persona requiere ser mirada y hablada para que pueda ser escuchada de verdad. En este sentido, acerca del acompañamiento terapéutico, y en resonancia con este punto en particular, puede traerse a colación las palabras de Serrano Navarro (2015): Cuando se ha sufrido en la propia piel el dolor, la soledad, la incomprensión… una/o puede acercarse a comprender el alcance que esto supone. Por todo ello, me atrevo a delimitar el acompañamiento del que hablo como el ofrecimiento de un lugar desde el que ser y en el que ser mirado, escuchado, comprendido, valorado, cuestionado… y desde ahí, hasta donde se logre llegar. En cada sesión, un pasito más allá siempre dentro de lo posible y nunca por debajo de lo posible (Cury, 2014) que la persona no siempre alcanza a ver y sin olvidar que las y los arteterapeutas contamos con nuestra presencia y nuestra palabra o silencio (Martín, 2015) como instrumentos a disposición del proceso, hasta límites que no siempre estamos entrenados para discernir. (Serrano Navarro, 2015, p. 187) Además, señala Benyakar (2006) que el hecho de pedir a una persona que hable puede conducir a que esta ponga distancia y se cierre. Anteriormente, por parte de Case y Dalley (2014), se planteaba la cuestión del silencio lleno de significado. Explica Benyakar (2006) que la persona es incapaz de decir lo que no podría decirse a sí misma, lo cual entronca con la concepción analítica de esta palabra plena y el proceso hacia la capacidad del relato articulado. También advierte acerca de la necesidad de cautela a la hora de conceder sentido a las acciones de la persona o a caer en la tentación de buscar un significado o explicación acerca de lo que el terapeuta o la terapeuta puede creer o presuponer que hace la persona. Prudencia también prescribía Winnicott respecto de las interpretaciones a través del lenguaje no encontrándose aún preparada la persona, ya que, desde su punto de vista, de no esperar para realizar la interpretación, se pierde la posibilidad de que el paciente o la paciente descubra de manera creativa (Winnicott, 1965, en Case & Dalley, 2014). Además, la advertencia radica en que el lenguaje se puede volver potente y aterrador al acercarse tanto al núcleo. Puede que, en el proceso transferencial, se encuentre la arteterapeuta o el arteterapeuta con el riesgo de encarnar una “madre tirana” y que el lenguaje tenga que ver con su poder. Dicen Case y Dalley (2014) que, a veces, lo único que tiene que hacer el arteterapeuta o la arteterapeuta es responder silenciosamente a las imágenes del paciente o de la paciente, aunque: “The danger for the art therapist is getting wrapped in a web of silence because to speak too soon might betray the process [El peligro para la arteterapeuta o el arteterapeuta es quedarse atrapado en una red de silencio porque hablar demasiado pronto podría traicionar el proceso]” (Case & Dalley, 2014, p. 121). 3.4. Cultivar el silencio: silencio en arteterapia y en terapias expresivas 3.4.1. Silencio en arteterapia: el envoltorio del caos para la escucha interior Dice Levine (2005) que: “el efecto terapéutico deriva de la habilidad del terapeuta o de la terapeuta para estar con la nada” (Levine, 2005, en Tegart, 2019, p. 652). Para ello, tiene el arteterapeuta o la arteterapeuta la ayuda del arte, puesto que, según Regev, Kurt, et al., (2016), el arte facilita estar presente durante el silencio. A este respecto, la arteterapeuta o el 19 de 81 arteterapeuta bien puede dejarse llevar por la llamada a ese adentrarse en un lugar indeterminado, ese del que habla D’Ors (2019) al que se accede despojándose de todo lo no esencial: “en la creencia de que desnudos nos encontraremos mejor a nosotros mismos” (D’Ors, 2019, p. 134); dado que no es tarea solo de la persona que participa en la sesión de arteterapia encontrarse a sí misma. Para una arteterapeuta o un arteterapeuta son vitales la escucha profunda de la que habla Little (2015) y esa búsqueda a través de la mirada interior que dote a la profesional o el profesional de unas herramientas mentales particularmente adecuadas. Una de estas destrezas fundamentales con la que ha de contar la arteterapeuta o el arteterapeuta, aunque no la única, es la capacidad de la mentalización. La mentalización o función reflexiva supone, de acuerdo con Lanza Castelli (2006), el manejo de un constructo multidimensional que se relaciona con el desarrollo de unas capacidades cerebrales íntimamente influidas por el estilo de apego experimentado en la infancia. Del correcto funcionamiento de esta actividad mental, vinculada en gran medida a la intuición y a la emoción, depende que la persona pueda entender su propia conducta y la de otras personas, establecer vínculos y regularse emocionalmente. Desde la perspectiva de la práctica de disciplinas contemplativas para el abordaje de la labor terapéutica, paralelamente a la mirada y a la escucha interior, se explica que estas habilidades tengan que ver con: la capacidad de mentalización para la comprensión de sí y la posibilidad de procesar cognitivamente y empatizar en situaciones con un componente interpersonal; una atención sostenida; alcanzar un equilibrio emocional; y que pueda surgir espontáneamente el sentimiento de compasión. Estas herramientas requieren de un uso intencional y de una forma de estar activa del arteterapeuta o de la arteterapeuta durante el ejercicio de estas operaciones mentales que le permitirán mantenerse en el proceso terapéutico y favorecerán la aparición del silencio compasivo (Back et al., 2009). Sin embargo, hay una cuestión que ha sido esbozada previamente, y es la de la incomodidad, algo que puede ser experimentado tanto por la persona que acude a un taller de arteterapia, como por la propia arteterapeuta o el propio arteterapeuta. De acuerdo con Case y Dalley (2014), existe la posibilidad de que se vea afectado el proceso para la persona en la creación y aparición de sus propias imágenes si la ansiedad de la arteterapeuta o del arteterapeuta interfieren con el mismo. La tarea del arteterapeuta o de la arteterapeuta consiste en mantenerse a la espera para que el proceso se dé y observar, aunque pueda verse tentado a llevar a cabo todo tipo de acciones. Estas acciones pueden consistir en interrumpir, forzar su ayuda, o hacer sugerencias y propuestas de ejercicios. Sin embargo, estas reacciones no tienen nada que ver con las necesidades de la persona, sino con la propia vivencia interior del terapeuta o de la terapeuta frente a la sensación desagradable que le produce la ansiedad de estar esperando en silencio, ofreciendo su disponibilidad. A su vez, el silencio, tal y como definía Tegart (2019), puede suponer un elemento incorporado que enriquece la práctica y la lleva más allá. Esta autora cree que la práctica del silencio puede contribuir a la renovación de la percepción de conexión con una misma o uno mismo, el entorno y las personas con y para las que se trabaja. El silencio de la persona, además, lleva al terapeuta o a la terapeuta a generar una imagen de ella en su mente (Case & Dalley, 2014). 20 de 81 Por otra parte, refiriéndose a la experiencia estética que media el silencio en la naturaleza, se explica que esta solo puede darse bajo la circunstancia de que el espacio facilitado sea suficiente para poder activar los sentidos. Consecuentemente, esto hará que se pueda asentar la confianza que favorezca una respuesta sensorial (Knill, 2005, en Tegart, 2019). No solo eso, sino que, de acuerdo con Case y Dalley (2014), es únicamente a través de este tipo de experiencia estética que se puede acceder al mundo interior de la persona por parte de la arteterapeuta o del arteterapeuta, es decir, a través de un compartir silencioso, y por silencioso, en este caso, se alude a no-verbal. 3.4.2. Intersecciones para sintonizar: el triángulo arteterapéutico y el modelo Bodymind En el contexto de una conferencia en Manchester en 1990, tres arteterapeutas, Wood, Case y Schaverien, proponen un modelo teórico propio de la disciplina que hace alusión a este complejo relacional en que se triangulan, a través de su interacción mutua, tres elementos: obra, participante y arteterapeuta8. El centro de esta figura es el lugar donde se contienen los procesos arteterapéuticos (Gutierrez & Ochoa de Alda, 2018). Posteriormente, Schaverien (2000), analizará nuevamente este constructo teórico desde distintas perspectivas: las corrientes arteterapéutica, arte-psicoterapéutica y arteterapéutica psicoanalítica. De acuerdo con la autora, en arteterapia el proceso artístico sería la figura y el foco de atención, la relación terapéutica el terreno necesario en el que este emerge. El triángulo se centraría en la imagen y, por tanto, activaría el eje cliente-imagen-cliente. El arteterapeuta o la arteterapeuta, en este caso, como testigo (Learmonth, 1994), constituiría una figura más periférica (Schaverien, 2000, pp. 60-61). De esta revisión se extraen aportaciones como la de la existencia de la contratransferencia estética por parte de la arteterapeuta o del arteterapeuta, la consideración acerca de cómo la heterogeneidad e idiosincrasia de los grupos, de los pacientes y de la propia relación afectan a la forma en que los elementos del triángulo se constelan, así como la introducción de la dinámica relacional en el centro de la figura desde la perspectiva arteterapéutica psicoanalítica (Schaverien, 2000). Por otro lado, Case y Dalley (2014) subrayan que: Different approaches to art therapy take into account the dynamics of the interactions in therapy, that is, whether the artwork takes a more central role or if there is more expectation towards verbalisation of experience and of the relationship. This three-way relationship in art therapy between art work, client and therapist has sometimes been considered as a triangular one [Diferentes aproximaciones al arteterapia tienen en cuenta las dinámicas de las interacciones en terapia, esto es, si la obra de arte adquiere un rol más protagonista o si existe una mayor expectación en torno a la verbalización de la experiencia y de la relación. Esta relación en tres direcciones en arteterapia entre la obra, cliente y terapeuta ha sido considerada, en ocasiones, de naturaleza triangular]. (Wood 1984; Wood 1990; Case 2000; Schaverien 2000; Skaife 2000, en Case & Dalley, 2014, p. 191) El presente trabajo acude a la propuesta del modelo integrador Bodymind con el fin de reconfigurar la ubicación de los elementos en la estructura triangular colocando al sujeto en el centro de la misma. Este modelo conjuga la neurociencia relacional y la neurobiología interpersonal con la disciplina arteterapéutica en lo que viene a considerarse un modelo de 8 Originalmente denominados: image, client, therapist (Gutierrez & Ochoa de Alda, 2018). 21 de 81 arteterapia neurocientífica relacional (ATR-N)9. El modelo Bodymind contempla los procesos fisiológicos que tienen lugar durante el proceso artístico y postula este mismo proceso creativo como uno de los elementos implicados en la relación triangular junto con los otros dos: cliente y arteterapeuta. Se argumenta que: “the novel sensory experiences, which occur during art making in the presence of an art therapist, can promote the emergence of an attuned, mindful, compassionate and integrated state of mind [las experiencias sensoriales novedosas que ocurren durante la creación artística en la presencia de la arteterapeuta o del arteterapeuta pueden promover la aparición de un estado mental sintonizado, consciente, compasivo e integrado]”. (Czamanski-Cohen & Weihs, 2016, p. 2) A continuación, se presenta una figura, de elaboración propia, en que ambos triángulos, el tradicional y el que propugna el modelo Bodymind, son situados uno junto al otro desde los elementos que ambas concepciones tienen en común: Figura 2 El triángulo terapéutico (Wood, Case y Schaverien, 1990) y su reformulación desde el modelo ‘Bodymind’ (Czamanski-Cohen & Weihs, 2016) Esta nueva concepción de la relación triangular destaca la disponibilidad y observación por parte de la arteterapeuta o del arteterapeuta, quien, cual madre suficientemente buena proporciona esa base segura a la que retornar tras la exploración del entorno. A través de la participación desde la corporalidad en el encuentro con los materiales, se produce la activación de los sentidos y el movimiento inherente a la actividad del proceso creador, lo cual implica aspectos del self en relación tanto con el cuerpo como con la mente. Por tanto, gracias a la activación sensorial en presencia de una figura significativa, se abre la posibilidad de reparación para la persona, mediante la relación con los materiales, el proceso de creación, la obra y la arteterapeuta o el arteterapeuta (Czamanski-Cohen & Weihs, 2016, p. 5). 9 ATR-N responde a Art Therapy Relational Neuroscience model, por sus siglas en inglés (Hass-Cohen & Clyde Findlay, 2015, en Czamanski-Cohen & Weihs, 2016). 22 de 81 4. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN Y OBJETIVOS 4.1. Preguntas de investigación 4.1.1. ¿Cómo se llega al sentido y objeto de esta investigación? Además de lo recogido en antecedentes, tras este período de observación y reflexión durante las asignaturas del Máster y el verano posterior al primer curso, llega el segundo curso y con él, la parte práctica de la formación. A partir de octubre, cuando se inician las prácticas, las reflexiones acerca del tema de la investigación adquieren otra dimensión. Se busca comprender qué es lo que sucede, cuáles son las percepciones propias y cómo se gestiona la situación dentro de las sesiones de arteterapia en relación con la temática principal de este estudio: la vivencia y la utilización del silencio en el contexto de una sesión de arteterapia. Es por ello que, al posarse las preguntas sobre la propia experiencia y el desempeño en la práctica, se conciben las siguientes preguntas de investigación en primera persona, que tienen que ver, por un lado, con el sentir y, por otro, con el hacer: • ¿Cómo es mi vivencia del silencio y mi relación con él en las sesiones de arteterapia? • ¿Cómo es mi manejo del silencio en las sesiones de arteterapia? Posteriormente, estas preguntas en primera persona se trasladaron a todas las expertas consultadas, puesto que, para la presente investigación, se entiende la construcción del conocimiento a través de la percepción subjetiva de la profesional en torno a lo sentido y lo aprendido en su recorrido vital y profesional para el ejercicio del arteterapia. Subyace a esta investigación la búsqueda de una mejora de la disposición y ejercicio en la práctica profesional a partir de las preguntas anteriores. 4.1.2. Formulación de preguntas de investigación Finalmente, el proceso reflexivo tiene como resultado la formulación de las siguientes preguntas: • ¿Qué disciplinas teóricas pueden nutrir y contribuir a la comprensión de la esencia del fenómeno del silencio en arteterapia? • ¿Cómo es la vivencia del silencio en arteterapia para las arteterapeutas y los arteterapeutas? • ¿Qué manejo del silencio como recurso arteterapéutico puede darse en el encuadre arteterapéutico? • ¿Qué relaciones se dan entre el silencio como recurso y el resto de componentes fundamentales de la arteterapia para el desarrollo de las sesiones? • ¿De qué manera la investigación cualitativa, enriquecida gracias a la IBA, puede informar de estas prácticas y responder a estos cuestionamientos a través de múltiples lenguajes? 23 de 81 4.2. Objetivo general Una vez clarificada cuál sería la perspectiva desde la que se abordaría el estudio del tema de interés, se establece un objetivo principal, a saber: 1. Explorar en profundidad el fenómeno de la vivencia del silencio y su manejo para la intervención en arteterapia, atendiendo al entramado disciplinar y multidimensional que lo conforma. 4.3. Objetivos específicos Del objetivo general formulado, se derivan los siguientes objetivos específicos: 1.1. Ofrecer un espacio para la indagación reflexiva en torno a las vivencias propias en relación al silencio. 1.2. Conocer los aspectos a los que las arteterapeutas y los arteterapeutas profesionales otorgan mayor relevancia en los procesos y las sesiones de arteterapia en relación con el fenómeno del silencio. 1.3. Contribuir a la construcción y a la profundización en el conocimiento a través de la información recibida por parte de las profesionales del arteterapia y mediante la revisión teórica y bibliográfica. 1.4. Incorporar el lenguaje artístico como posibilidad para responder a las preguntas de investigación y como disparador del diálogo en torno a la temática en los encuentros con las expertas. 1.5. Hacer uso del arte respuesta de manera sistemática para la autoindagación y elaboración del conocimiento a partir de lo vivenciado durante la práctica profesional. 24 de 81 5. METODOLOGÍA Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN 5.1. Diseño metodológico Asumiendo que no existe la verdad única (Denzin & Lincoln, 2018), sino que vivimos en un mundo de verdades relativas y atravesadas por la incompletitud, convenimos también con Lincoln y Guba (2000) en que tampoco habría un solo paradigma que defina de manera unívoca nuestra visión del mundo y los fenómenos (Lincoln & Guba, 2000, en Denzin & Lincoln, 2018). Para lograr la comprensión del fenómeno sobre el que planteamos nuestras preguntas de investigación, se propone una metodología de carácter cualitativo que se verá enriquecida con técnicas propias de la IBA. Desde una perspectiva fenomenológica, se pone el foco en el entendimiento de nuestro objeto de estudio desde el punto de vista de quienes participan de él y de su experiencia de la realidad, a través de sus formas de hacer y sus testimonios (Taylor & Bogdan, 1987). En la creencia de que, las y los “qualitative researchers seek to make sense of personal stories and the ways in which they intertwine [investigadores cualitativos buscan encontrar sentido a las historias personales y las maneras en que se entrelazan]” (Glesne & Peshkin, 1992, p. 1). En este caso, además, de acuerdo con Glesne y Peshkin (1992), diríamos que: Just as there is no right way to conduct a study, there is no right way to learn about qualitative inquiry. A collaborative approach, however, makes sense to us. In keeping with the constructivist nature of qualitative inquiry, knowledge is not acquired didactically, rather, it is developed inductively through dialogue among reading, individual research and reflection. All participants are both teachers and learners. [Así como no hay un único modo de conducir un estudio, no hay un único modo de aprender acerca de la investigación cualitativa. Un enfoque colaborativo, sin embargo, tiene sentido para nosotros/as. De acuerdo con el carácter constructivista de la naturaleza de la investigación cualitativa, el conocimiento no se adquiere didácticamente, sino que más bien es desarrollado de manera inductiva a través del diálogo entre la lectura, la investigación individual y la reflexión. Todos los participantes son a un tiempo maestros y aprendices]. (Glesne & Peshkin, 1992, p. xiv) En la búsqueda del método y las técnicas más adecuadas para la investigación planteada, se complementa el abordaje del estudio de los datos descriptivos, de las narraciones y las palabras (Taylor & Bogdan, 1987), con la propuesta del uso del arte como facilitador de la reflexión y el diálogo. Dado que no todo el conocimiento ni las reflexiones se expresan o se ven exteriorizadas de forma verbal, la IBA, de acuerdo con sus principios, establece la posibilidad de poder sostener la mirada tanto en el todo como en las partes, debido a su capacidad de comunicación integral. Esta máxima viene a refutar lo establecido anteriormente, esto es, que nuestra capacidad cognitiva no se sirve únicamente del lenguaje como herramienta para la función del pensamiento. Otra de sus virtudes tiene que ver con su capacidad para establecer, simultáneamente, conexión con nuestro propio self, al tiempo que se establece una distancia del sí mismo que posibilita una nueva perspectiva (Kapitan, 2010). Desde el punto de vista sensorial, emocional e intelectual, la IBA contribuye al descubrimiento de lo que no éramos conscientes de saber y aquello en lo que podemos reparar de lo que no nos habíamos percatado nunca anteriormente (Weber & mitchelll, 2004, en Kapitan, 2010). De acuerdo con Hervey (2000), podríamos definir la IBA como un tipo de investigación que: se sirve del arte y de sus métodos tanto para la recopilación, como para el análisis y la presentación de la información; implica el proceso creativo; y se ve incentivada y adquiere 25 de 81 determinación a través de los valores de la persona que investiga (Hervey, 2000, en Kapitan, 2010). Teniendo en consideración que, son los principios y las ideas los que determinan nuestra metodología, esto se refleja en nuestra manera de concebir, de igual modo, nuestro diseño de investigación. A partir de este, derivaremos, por lo tanto, los procedimientos más acertados para recabar y analizar la información, es decir, nuestros métodos (Birks & Mills, 2015). 5.2. El método de la teoría fundamentada Nuestras estrategias de investigación se reflejan en un diseño metodológico que pretende responder a las preguntas y objetivos de la misma mediante las fuentes de información más adecuadas para ello, junto con los procedimientos de mayor eficacia para lograrlo (LeCompte & Preissle, 1993; Cheek, 2013, en Denzin & Lincoln, 2013). Por tanto, este diseño se sirve de los marcos metodológicos de la fenomenología y la teoría fundamentada. Entendemos la fenomenología como una aproximación con un marcado corte filosófico a la hora de estudiar la experiencia. Fundamentalmente, desde el enfoque fenomenológico, la tendencia radica en el empleo de la reflexión acerca de cómo es la propia experiencia de la existencia del ser humano desde un amplio abanico de posibilidades. Es más, principalmente, en cuanto a aquello que nos importa y que conforma nuestra vivencia del mundo que conocemos. Por otra parte, la disciplina también se preocupa acerca de cómo las personas llegamos a discernir el conocimiento que se deriva de las experiencias en el mundo, qué sentido se les da, cómo se aprecia que son; es decir, nos otorga herramientas para reflexionar y tratar de entender cómo es la vida que vivimos (Smith et al., 2009). Partiendo de este primer posicionamiento metodológico, se establece que solo a través de la vivencia de las personas se puede llegar a conocer en profundidad cómo la misma experiencia es. Por tanto, será gracias a la voz de las participantes, en conversación con la propia voz del sujeto que investiga y la interpretación que de la información se hace, que se logra ahondar en la materia de estudio; dado que cada persona cuenta con una concepción propia acerca de cómo es la realidad y la vida en base a nuestra cultura y nuestra historia personal (Birks, 2014, en Birks & Mills, 2015). La teoría fundamentada está relacionada en su nacimiento con el interaccionismo simbólico, el cual concibe la realidad como un constructo en continuo cambio, susceptible de ser creado y modificado en los procesos sociales debido a los intercambios entre las personas (Gbirch, 2013). Una vez declarado el enfoque desde el cual se investiga, se establece la utilización del método de teoría fundamentada como uno de los procedimientos seleccionados para la contestación de las preguntas formuladas. Este método surge a raíz del trabajo conjunto de Strauss y Glaser, los cuales publican en 1967 The Discovery of Grounded Theory10, quienes señalan la necesidad por parte de la sociología de la creación de nuevas teorías derivadas de los datos obtenidos en los estudios realizados, así como la comprobación de teoría existente o la que incipientemente empieza a generarse (Strauss & Glaser, 1967, en Birks & Mills, 2015). Se estima apropiada la elección del método de teoría fundamentada debido a que: este sitúa el fenómeno de la experiencia humana en el mundo de las interacciones sociales; el tema 10 El Descubrimiento de la Teoría Fundamentada, en español. 26 de 81 principal de este trabajo no ha sido extensivamente investigado; y se considera el intercambio con las participantes del estudio, las expertas en el campo, y la información derivada de la misma, una fuente valiosa y esencial para la generación del conocimiento en su especialidad (Gbirch, 2013). Consecuentemente, a pesar de que se reconoce el valor de la propuesta original de las y los autores mencionados, sus posteriores actualizaciones y las tendencias más extendidas de aplicación del método, como pueda ser la de Strauss y Corbin (1990; 1994; 1998); nuestra aproximación a este método se considera una apuesta creativa que bebe de estas fuentes y, además, se aproxima a otras nuevas. Será tenida en consideración, por tanto, la propuesta de Charmaz (2000) de corte constructivista, así como la inclusión del arte como estrategia metodológica para la recogida y el análisis de datos. Un estudio como el que se propone se aleja de algún modo de la neutralidad requerida desde el enfoque straussiano, reconociéndose, en este caso, una marcada presencia de la subjetividad de la investigadora y de la cercanía en la relación con las participantes. Por otra parte, dado que existe una revisión bibliográfica previa al proceso de recogida de datos, inevitablemente, este conocimiento impregna la mirada y la forma en que las herramientas de recogida de datos son diseñadas, así como el posterior análisis. Este sería otro factor que se aleja de la propuesta más tradicional (Gbirch, 2013), además de la integración de herramientas de la IBA en diferentes estadios del proceso. 5.3. Contexto de la investigación y relevancia de la muestra11 5.3.1. Delimitación del contexto del estudio La presente investigación se sustenta en una revisión bibliográfica que acude en búsqueda de fuentes de información dentro y fuera de nuestras fronteras. Sin embargo, la escasez de estudios dedicados al fenómeno de interés en nuestro país señala su necesidad y orienta la recogida de datos en el contexto geográfico nacional. La localización en la que llevan a cabo su intervención y desarrollan su profesión casi todas las arteterapeutas consultadas para la realización de este estudio se sitúa en distintas Comunidades Autónomas de nuestro territorio. Aunque algunas de las participantes no son de origen español, realizan su labor en España. Una de las participantes del estudio, de nacionalidad española, se encuentra residiendo actualmente en el extranjero. Por último, la investigadora, reside y realiza sus prácticas y tareas de investigación en España. 5.3.2. Selección de la muestra: arteterapeutas de referencia La muestra principal de este estudio está conformada por arteterapeutas experimentadas que ejercen su profesión en la actualidad. Algunas de ellas llevan a cabo, también, la función de supervisoras profesionales, así como otras profesiones de forma paralela (docencia, psicoterapia, etc.). El total de profesionales consultadas asciende a 17 mujeres. Todas ejercen la profesión en España y, aunque la mayoría desempeñan su labor en la Comunidad de 11 A partir de este punto, siempre que nos refiramos a la muestra del estudio, utilizaremos el género femenino plural, dado que todas las participantes son mujeres. 27 de 81 Madrid, se ha podido consultar a profesionales de distintas regiones como pueden ser Andalucía, Extremadura y Comunidad Valenciana. De toda la muestra, únicamente 4 de las consultadas proceden de fuera de España. De nuevo, aunque la mayoría de las profesionales han realizado su formación en Arteterapia en Madrid, se ha podido contar con la experiencia de expertas que han llevado a cabo su formación en distintos lugares de la geografía española. De acuerdo con Glaser y Strauss (2006), todo investigador es un active sampler o “muestreador activo”12, ya que su cometido es la selección estratégica de una muestra teórica. En el caso de este estudio, la selección de las participantes responde esta categoría. En un primer momento, para la configuración de la muestra se parte del muestreo intencional, por el cual, con un propósito concreto, se selecciona a determinadas profesionales a las cuales se pretende proponer la participación del grupo focal o, en su defecto, la realización de una entrevista individual (Leavy, 2014). Para ello, primeramente, se solicita su colaboración a arteterapeutas profesionales conocidas o recomendadas a través un correo electrónico directo. A continuación, se realiza la solicitud de difusión a través del Foro Iberoamericano de Arteterapia (AFIA), quienes hicieron llegar un correo reenviando la información del estudio a todas sus socias; así como la solicitud de colaboración mediante un mensaje en grupo de WhatsApp conformado por arteterapeutas residentes en España y en el extranjero. Tras este llamamiento, toda persona que, de manera voluntaria, manifiesta interés en participar, es incluida en el estudio. En un último estadio, nuevamente, se contacta con una serie de expertas en particular con el propósito de realizar una entrevista personal. Además, previo al inicio de esta investigación, se mantiene una entrevista con la Dra. Dafna Regev, investigadora principal en los dos estudios más relevantes encontrados en torno al silencio en arteterapia, cuya contribución ha sido clave para dar sentido a nuestro trabajo, el cual pretende profundizar en este tema, en particular, dentro del contexto español y desde el punto de vista de las arteterapeutas, gracias al precedente establecido por parte de su equipo de investigación en la Universidad de Haifa (Israel) en el año 2016. 5.4. Técnicas de recogida de datos y herramientas A continuación, se ofrece la información referente a las técnicas de recogida de datos empleadas con el fin de dar respuesta a las preguntas de investigación de acuerdo con los objetivos propuestos. La combinación de diferentes técnicas posibilita una comprensión más amplia, desde distintas perspectivas, así como la triangulación de las mismas. 5.5.1. Grupos focales a través de la foto-elicitación Para el desarrollo de esta investigación, se procede a la realización de dos encuentros con el formato de grupo focal mediante el uso de la foto-elicitación13. Como técnica de investigación, el grupo focal cuenta con un potencial sinérgico que posibilita la aparición de información en la forma de conocimiento y reflexiones que raramente surgiría de la observación o en una 12 Se mantiene la forma en inglés al no tener certeza de la adecuación de esta traducción. 13 La técnica de foto-elicitación será desarrollada más adelante en este trabajo en el apartado dedicado a las técnicas de la IBA implementadas para enriquecer esta investigación. 28 de 81 entrevista individual. Esto sucede gracias a la dinámica y al efecto exponencial que se generan debido a la suma e intercambio de saberes. Además, posibilitan la democratización del proceso de investigación, permitiendo a los y las participantes un mayor protagonismo en el proceso y promoviendo interacciones que conduzcan a la creación conjunta de discursos con múltiples voces (Denzin & Lincoln, 2013). Ambos grupos focales, en formato online, contaron con un número reducido de participantes, con quienes trató de generarse un ambiente cómodo y seguro, libre de juicio, en el que compartir puntos de vista en profundidad y amplitud, dado que el interés radica en la cobertura de multitud de temas y experiencias (Hennink, 2014). Para el desarrollo de estos encuentros, se propone a cada profesional la selección de una obra artística u obras artísticas, propias o ajenas, que para ellas tuviesen relación con el tema a tratar. De este modo, se implementa, así, la técnica de la foto-elicitación como recurso para la invitación a la expresión y el diálogo, estableciendo un primer contacto desde lo visual o lo audiovisual. Ambos encuentros tuvieron una duración aproximada de dos horas. En el primer grupo focal participaron 3 arteterapeutas en una reunión online que tenía como fin promover el diálogo en torno a nuestras cuestiones principales de investigación. En esta conversación entre expertas, se persigue la detección de percepciones, sentires, reflexiones y conceptos clave que permitan el análisis y extracción de categorías a través de los emergentes y en las interacciones entre las profesionales. En la aplicación de esta técnica, no se realizan preguntas directas ni se responde a un guión predeterminado. La reunión está mediada por la contemplación de las diferentes obras propuestas por las expertas y, por último, dado que se contaba con el tiempo, se dialoga a partir de algunas obras preparadas por la estudiante en relación con el tema de interés para la profundización. En el segundo grupo focal realizado participaron, nuevamente, 3 arteterapeutas experimentadas. La estructura para el desarrollo del encuentro fue la misma planteada en la ocasión anterior. Las obras compartidas por cada una de las consultadas constituyen el elemento disparador para la generación de la conversación. En este caso, únicamente se trabaja a partir de las obras sugeridas por las participantes. En ambos encuentros, de manera espontánea, se establecieron los intercambios en el turno de palabra a partir de que la persona cuyas obras eran mostradas compartía en primer lugar de qué manera esta obra evocaba para ella el tema a tratar. A continuación, el resto de las profesionales compartían su percepción y reflexiones tras la contemplación de la obra y así sucesivamente. La investigadora principal se encargaba de moderar el diálogo y recuperar algunas ideas vertidas en la discusión, dando paso a la siguiente obra sobre la que conversar cuando las participantes daban por concluida su intervención. La duración de estos dos encuentros ha sido de 1 hora y 54 minutos, el primero, y de 2 horas y 9 minutos, el segundo (𝑡̅ = 121,5 min.). 5.5.2. Entrevistas Junto con la invitación para la participación de los grupos focales, se planteó la alternativa para la realización de una entrevista individual con aquellas profesionales interesadas en contribuir con la investigación a las que les fuese imposible participar en las fechas propuestas 29 de 81 para los grupos. De este modo, 7 arteterapeutas son entrevistadas de manera individual tras este llamamiento. En última instancia y de manera estratégica, 5 arteterapeutas son contactadas directamente para completar la muestra, tratando de abrir la consulta a expertas procedentes de distintas formaciones en Arteterapia, las cuales residen y ejercen en distintas áreas de la geografía española. De las 5 últimas, 4 son las que realizan finalmente la entrevista, por lo que la suma total es de 11 entrevistadas. Todas las entrevistas se llevan a cabo a través de una videollamada online, a excepción de dos, una de ellas es realizada en persona, y otra de ellas se nos remite cumplimentada por escrito, que es la opción más conveniente para la informante. La duración de los encuentros online ha sido de entre 43 minutos a 1 hora y 10 minutos (𝑡̅ = 51,1 min.). A raíz del análisis preliminar de los datos extraídos a partir de las transcripciones de los dos grupos focales, se identifican una serie de ideas y conceptos que parecen conducir hacia un primer establecimiento de códigos emergentes. De acuerdo con Strauss y Corbin (2002), “las preguntas de la entrevista inicial o de las áreas de observación pueden basarse en conceptos derivados de la literatura, de la experiencia o, mejor aún, del trabajo de campo preliminar” (Strauss & Corbin, 2002, p. 223). Por tanto, gracias a la información obtenida y a la revisión bibliográfica previa, se diseña un prototipo de guión de entrevista revisado y validado por la directora de esta investigación tras la implementación de las modificaciones pertinentes. En esta propuesta de guión de entrevista, además de los emergentes derivados de los datos recabados mediante la técnica del grupo focal, se incluyen preguntas referentes a conceptos teóricos de especial interés para la investigadora presentes en la revisión de la literatura que sustenta el marco teórico de esta investigación. Por tanto, de acuerdo con el enfoque inductivo de la metodología cualitativa, se trata de formular preguntas de carácter abierto, en las que la persona pueda contestar y desarrollar cualquier cosa que le venga a la mente al respecto del asunto, tratando de condicionar con ellas lo menos posible sus respuestas (Hill, 2012). Si bien, algunas de las preguntas sí buscan que en el desarrollo de la respuesta la entrevistada se posicione en su discurso en referencia a determinados factores que puedan tener una influencia o relación con el fenómeno del silencio en arteterapia. De este modo, la elección de entrevistas semi-estructuradas responde al potencial de este diseño. Estas promueven que las participantes puedan aportar nuevos significados para el tema de estudio gracias a su flexibilidad, al tiempo que ofrecen la posibilidad de abordar dimensiones específicas relacionadas con nuestras preguntas de investigación (Galleta, 2013). Para la realización de las entrevistas, se solicita la aportación de una obra artística por las posibilidades que esta propuesta entraña para el enriquecimiento de las mismas. En cuanto a la estructura, la entrevista se divide en dos partes: la primera, abierta, gracias a la expresión inspirada por la obra artística; y, la segunda, de carácter semi-estructurado, combina preguntas divergentes con otras más convergentes para el abordaje de conceptos presentes en nuestro marco teórico. Gracias al uso de la foto-elicitación, se integra una herramienta que implica lenguajes no asociados al uso de lo verbal, pero que, adicionalmente, pueden enriquecer la experiencia de comunicación verbal. En este caso, únicamente se contempla una de las obras u obras propuestas por la arteterapeuta, junto con lo que esta desea compartir acerca de lo que la pieza artística le transmite en torno al tema central de la investigación. Es decir, en este caso, no se incluyen obras propuestas por la investigadora. Tras la reflexión y el sentir de la experta 30 de 81 en torno a la primera obra, se da paso a la contestación de las preguntas del guión de entrevista diseñado para tal ocasión. 5.5.3. Ingredientes de la IBA La inclusión de la creación artística y del arte en las distintas fases de la investigación permiten, entre otras cosas: desafiar y alumbrar el conocimiento; percibir de nuevas maneras gracias a la expansión los sentidos, la cognición y la emoción; encontrar oportunidades creativas e innovar frente a los postulados inamovibles; acceder y elaborar esa vertiente del saber experiencial que nos rodea; cuestionar a partir del fomento de la incertidumbre, la inestabilidad o la rebeldía; hacer visible lo no evidente o inaccesible; dialogar sobre lo humano de otros modos; y, como resultado, acceder a la comprensión de la potencialidad del arte como elemento transformador, desde lo propio y lo compartido, para el conocimiento de la disciplina arteterapéutica en su ejercicio (Kapitan, 2018). Tal y como se introduce en el apartado 5.1. referente al Diseño Metodológico de este estudio, la presente investigación ha incorporado técnicas propias de la IBA que contribuyen a la mejora del proceso de investigación cualitativa. Los métodos visuales como la foto-elicitación y la integración del arte y de la creación artística permiten la ampliación de estrategias para el desarrollo del pensamiento a través de la posibilidad del acceso, procesamiento y presentación de la información a partir diferentes canales multilenguaje y de la percepción sensorial. Además, la técnica de recogida de datos mediante el uso de la bitácora y de las notas de campo ha dado paso a la evolución de esta herramienta de corte cualitativo en un instrumento integrador de carácter extremadamente fértil y expresivo. Por esta razón, el diario de campo enriquecido se introduce bajo este epígrafe en que se desarrollan los instrumentos que la IBA aporta, sazonando esta investigación. 5.5.3.1 Diario de campo enriquecido Como se anticipa en el punto inmediatamente anterior, durante el desarrollo de esta investigación se incorpora el diario de campo como herramienta habitual para la recogida de datos y para el procesamiento de la información. Leavy (2015) señala la importancia de la elaboración continua de un diario reflexivo como factor esencial en el proceso de recogida de datos para la investigación etnográfica y cualitativa (Leavy, 2015, en Potash, 2019). Esta herramienta ha ido evolucionando desde su implementación para ajustarse a las necesidades y a la peculiaridad del estudio. Sostiene Potash (2019) que: To honor the practice of field notes, researchers generate “a series of artistic expressions as a means of personal introspection and the process of inquiry generates empirical data which are systematically reviewed” (McNiff, 1998, p. 57). Such art making helps researchers document experiences and bracket biases. [Para honrar la práctica de las notas de campo, los investigadores y las 31 de 81 investigadoras generan “una serie de expresiones artísticas como medio de introspección personal y el proceso de indagación da lugar a datos empíricos que son revisados sistemáticamente” (McNiff, 1998, p. 57). Tales creaciones artísticas ayudan a los investigadores y a las investigadoras a documentar experiencias y a acotar los sesgos]. (Potash, 2019, p. 123) Este instrumento incluye anotaciones, narraciones descriptivas y mapas conceptuales que, con el tiempo, empiezan a compartir el soporte con poemas, creaciones artísticas y reflexiones que conjugan lo verbal y lo visual. La información recogida es fruto de la vivencia en la práctica y la intervención, material de supervisiones, reflexiones a raíz de tutorías y obras respuesta en torno a casos clínicos, ideas y disquisiciones acerca de los descubrimientos de esta investigación, etc. La experiencia gracias al uso de esta herramienta no solo considera la utilidad de la misma por todo lo que se incluye, sino también por todo lo que permite y las evocaciones y hallazgos que se desprenden, junto con nuevos interrogantes, en las consultas posteriores al registro. 5.5.3.2. Foto-elicitación Esta técnica, que decide emplearse dentro de los grupos focales y las entrevistas individuales en esta investigación, es usualmente llevada a cabo mediante el uso de fotografías. Blinn y Harrist (1991) hacen énfasis en dos de las razones por las cuales combinar fotos con entrevistas ofrece un método de investigación particularmente esclarecedor: en primer lugar, dado que proporciona información detallada acerca de cómo los informantes ven el mundo; y, en segundo lugar, porque permite a los entrevistados reflexionar sobre cosas en torno a las cuales no piensan habitualmente (Blinn & Harrist, 1991, en Rose, 2007, p. 242-243). En nuestro caso, dado el carácter de la disciplina y de nuestra investigación, recuperamos lo que sobre esta técnica señala Romero Rodríguez (2021): La foto-elicitación, o según otras denominaciones foto-evocación, foto-provocación, foto- entrevista (Serrano, Revilla y Arnal, 2016, p. 75) es una técnica de recogida de información que consiste en insertar algunas imágenes en momentos determinados de la entrevista o del grupo focal que se esté desarrollando. Son imágenes que actúan como estímulo, provocación, disparador de asociaciones, para que los participantes hablen, ya sea de la situación que la imagen muestra o de las ideas o sentimientos que les evoca. Es una sencilla estrategia que apoya, precisamente, en la cualidad polisémica y evocadora de significados de las imágenes, y en su carácter más emocional que el discurso verbal (Romero Rodríguez, 2021, p. 166). Con el uso de esta técnica, se pretende favorecer la integración de distintas formas de expresión para el intercambio, en este caso, mediante los lenguajes artísticos (audiovisual, 32 de 81 plástico, literario, musical, performático, etc.). Se estima que el uso del arte como lenguaje es un medio adecuado para la investigación de fenómenos que, sin duda, tienen relación con la subjetividad y proponen alternativas comunicativas a lo verbal, en consonancia con el propio tema sobre el que indagar: el silencio. Se considera coherente con la propia disciplina arteterapéutica el recurso del arte como vehículo para el acceso al propio pensar y sentir, a la vivencia del mundo y sus fenómenos y, por tanto, a las reflexiones derivadas de la percepción de la experiencia de la arteterapeuta o del arteterapeuta en la propia práctica dentro de la sesión. Por eso, se considera útil la integración de técnicas cualitativas con otras propias de la IBA. En su defensa, se expone que: Appreciating arts-based research necessitates accepting art making as a tool for revealing ideas, understanding the world, and enabling us to know something that cannot be known in any other way. Even if images are at first obscure, ambiguous, or confusing, ultimately they offer symbols and metaphors that guide us, as well as point to further questions [Apreciar la IBA requiere aceptar la creación artística como una herramienta para revelar ideas, comprender el mundo y hacer posible que sepamos algo que no puede ser sabido de ninguna otra manera. Incluso si las imágenes son al principio oscuras, ambiguas o confusas, en última instancia ofrecen símbolos y metáforas que nos guían, así como señalan preguntas adicionales]. (Potash, 2019, p. 119) 5.5.3.3. Arte respuesta Figuras 4 y 5 Imágenes de arte respuesta Durante el transcurso de esta investigación, se ha utilizado el arte en múltiples formas y para distintos fines. Entre otros motivos para el empleo de la creación artística, se encuentra la necesidad de recoger y analizar información de manera que puedan extraerse y procesarse los datos no solamente a través del canal lingüístico. Se estima coherente tratar de acercarse a un fenómeno que tiene que ver con lo no-verbal, desde una disciplina que posibilita otras maneras de expresión más allá de lo verbal. De acuerdo con Kapitan (2010), “art therapists and their clients who create artworks for self-inquiry –to process an intense experience, explore a life concern, or follow an idea in order to see where it leads— are using the basic processes of heuristic inquiry [las arteterapeutas y los arteterapeutas y sus clientes que crean obras de arte para la autoindagación (para procesar una experiencia intensa, explorar una inquietud vital o perseguir una idea con el fin de ver a dónde les conduce) están usando los procesos básicos de indagación heurística]” (Kapitan, 2010, p. 145). Dada la complejidad del asunto entre manos, así como la encontrada en la propia vivencia en la práctica, se procede a la sistematización del proceso de creación como respuesta a aquello que se está experimentando en relación con el fenómeno del silencio en las sesiones de arteterapia en el contexto de prácticas, conectándolo con nuestro tema principal y las preguntas de investigación. Por otra parte, la creación no solo tiene que ver con el proceso reflexivo, sino que también surge como contestación a todo lo que se está sintiendo, 33 de 81 percibiendo, las emociones con las que nos conecta y las dificultades encontradas. La generación de arte respuesta se convierte, pues, en una herramienta para el autocuidado que se emplea tanto en la supervisión, como en la revisión de casos y a modo de consulta acerca de lo que esta intervención directa en el campo está despertando internamente en términos de contratransferencia. En este caso, el arte respuesta es realizado semanalmente después de la jornada de prácticas, fuera de las sesiones, en ocasiones más de una vez a la semana, por medio de la realización de fotografías y vídeos en los que no existe lenguaje verbal, en la naturaleza. El propósito del proceso de creación pretende centrarse en la mirada y la escucha y cuestionar cómo nos encontramos en la ausencia de palabras. En definitiva, observamos el estado de nuestra presencia. Se utiliza también la creación plástica en el abordaje de los interrogantes acerca de nuestro estado emocional, nuestros pensamientos y sensaciones en referencia al impacto que está teniendo en nuestra vida la exploración del silencio y la propia faceta como arteterapeuta en prácticas. Según Fish (2012), podemos responder a través del arte para enfrentarnos con asuntos personales o profesionales en reacción al tratamiento, o usamos respuestas artísticas de manera que se solapan y transforman unas a otras, ofreciendo oportunidades ilimitadas. Además, señala que estas pueden ser útiles tanto en el momento de su creación como en la exploración posterior y, como una cámara, capturar aquello en lo que nos estamos concentrando en un momento dado (Fish, 2012). 5.6. Análisis de datos (técnicas, procedimientos) Por el tipo de estudio que se realiza, se tienen en consideración conceptos y dimensiones preexistentes gracias a la revisión de la literatura. No obstante, en un primer momento, durante el análisis preliminar de los grupos focales, se procede a la búsqueda de los emergentes. Más adelante, se ponen en juego tanto los conocimientos teóricos previos, como los códigos emergentes identificados para el diseño y análisis de las entrevistas, prestándose especial atención a algunos elementos del marco teórico que ayudan a perfilar con más claridad las dimensiones o los núcleos temáticos. En la aplicación del método de teoría fundamentada, se lleva a cabo un proceso que contempla el esbozo de dimensiones, las cuales van dando lugar a la definición de los temas e ideas nucleares o categorías y los códigos en un proceso de análisis iterativo y recurrente. Desde un inicio, toda la información recogida en los encuentros en forma de grupo focal y entrevistas es transcrita a partir de las grabaciones. Tras un estudio preliminar del contenido, se procede al análisis de los focus groups en papel y con colores, lo que conduce al proceso de codificación abierta, que da como resultado el bocetaje de las dimensiones y de los primeros códigos emergentes. Dichas dimensiones corresponden a: (a) lo que las obras artísticas evocan para entablar una conversación en torno al tema principal y a las preguntas de investigación; (b) la vivencia personal de la arteterapeuta del silencio en las sesiones; (c) el manejo del silencio como recurso y estrategias de intervención; (d) la presencia y la escucha activas de la arteterapeuta; (e) el autocuidado de la arteterapeuta para sostenerse y sostener en la sesión (en relación con el silencio y con la dimensión anterior); (f) la relación entre el vínculo terapéutico y el silencio (influencia del silencio sobre el vínculo y viceversa); (g) la relación entre la exploración de los materiales en la sesión de arteterapia y el silencio. 34 de 81 En segundo lugar, se codifican estas mismas transcripciones de grupos focales con el software ATLAS.ti y los nuevos códigos emergentes que se descubren comienzan a agruparse en torno a los temas principales en relación con los dominios identificados, los cuales se entienden como algo flexible y mutable conforme a lo que los datos extraídos de las entrevistas, en una fase posterior, vayan revelando. En cuanto al proceso de codificación de dichas entrevistas, el análisis se realiza enteramente gracias al uso del software ATLAS.ti. Se considera pertinente en este punto verificar de qué manera las dimensiones halladas se conjugan de forma coherente con los objetivos de este estudio y las preguntas de investigación. De este modo, la tabla a continuación da cuenta de las correspondencias establecidas en torno a estos elementos: Tabla 3 Conexión de los dominios identificados en relación con las preguntas y los objetivos de la investigación Dominio Identificado Objetivos Preguntas (a) lo que las obras artísticas evocan para entablar una conversación en torno al tema y las preguntas de investigación OG1; OE1.1; OE1.3; OE1.4 ¿De qué manera la investigación cualitativa, nutrida de la IBA, puede informar sobre las prácticas en arteterapia y responder a cuestionamientos a través de múltiples lenguajes? (b) la vivencia personal de la arteterapeuta del silencio en las sesiones OG1; OE1.1; OE1.2; OE1.3 ¿Cómo es la vivencia del silencio en arteterapia para las arteterapeutas y los arteterapeutas? c) el manejo del silencio como recurso y estrategias de intervención OG1; OE1.2; OE1.3 ¿Qué manejo del silencio como recurso arteterapéutico puede darse en el encuadre arteterapéutico? (d) la presencia y la escucha activas de la arteterapeuta ¿Qué relaciones se dan entre el silencio como recurso y el resto de componentes fundamentales de la arteterapia para el desarrollo de las sesiones? (e) el autocuidado de la arteterapeuta para sostenerse y sostener en la sesión (en relación con el silencio y con la dimensión anterior) OG1; OE1.3 (f) la relación entre el vínculo terapéutico y el silencio (influencia del silencio sobre el vínculo y viceversa) OG1; OE1.2; OE1.3 (g) la relación entre la exploración de los materiales en la sesión de arteterapia y el silencio Como se puede apreciar en la tabla, el objetivo general de la investigación y los objetivos específicos guardan relación con los dominios hallados. Las preguntas de investigación también pueden encontrar respuestas en la consulta a las referentes del campo. Si bien, consideramos que, aunque la pregunta referente a otras disciplinas teóricas que contribuyan a la comprensión del fenómeno puede, de algún modo, ser explorada en las entrevistas, se estima que es más probable que esta pueda ser respondida gracias a la revisión de la literatura. En lo concerniente al objetivo 1.5., este tiene que ver con el uso del arte respuesta de manera sistemática. Aunque se considera que su práctica está estrechamente relacionada con el dominio (e), el autocuidado de la arteterapeuta para sostenerse y sostener en la sesión (en relación con el silencio y con la dimensión anterior), su ejercicio se ha venido realizando por parte de la investigadora, pero no ha sido objeto de análisis detallado en este momento del proceso, por lo tanto, no se incluye en la tabla anterior. En todo este proceso de análisis, se desarrolla una estrategia de trabajo que favorece cierta libertad y creatividad, por lo que se alternan, en su aplicación, los distintos tipos de codificación, variando y combinando procedimientos y técnicas para responder a las 35 de 81 preguntas de investigación. Estas herramientas y procedimientos son considerados recursos a disposición de la investigadora que no condicionan o dirigen estrictamente el análisis en sí. El proceso se caracteriza por la utilización del microanálisis (codificación abierta y axial) y la minuciosidad en el estudio de la información y el análisis (Strauss & Corbin, 2002). En una fase posterior, se procederá a la comparación y categorización de toda la información, lo cual hace que el proceso de codificación en esta etapa sea cada vez más enfocado y remita a la teoría según comienzan a identificarse relaciones entre los conceptos y los temas principales. Se identifica que es a partir de la entrevista número 7, de un total de 11, cuando el proceso comienza a realizarse de manera más fluida y, a medida que este avanza, los códigos empiezan a agruparse en categorías superiores y a revelar más nítidamente la forma en que están relacionados. A estas categorías nos referimos a lo largo de este trabajo bajo el nombre de temas principales. La figura 3 presenta un diagrama que recoge los temas nucleares en relación con las dimensiones identificadas: Figura 6 Nube de temas principales a partir de las dimensiones Las creaciones aportadas por las participantes en los grupos focales y las entrevistas, es decir, las piezas artísticas disparadoras de la conversación gracias a la técnica de la foto- elicitación, son también examinadas en una fase posterior al análisis de los textos. Para ello, se toman en consideración los códigos emergentes y los temas principales identificados mediante el análisis con ATLAS.ti, que permite codificar elementos audiovisuales en el 36 de 81 proyecto14. Esta utilidad enriquece el estudio de forma visual, acompañando estos procedimientos del trabajo junto con el uso de memorandos que se integran en el diario de campo artístico. De acuerdo con Strauss y Corbin (2002), Los memorandos son los cuadernos de bitácora corrientes de las sesiones analíticas y un depósito de ideas. Aunque hay diferentes clases de memorandos, por lo general, a medida que avanza la investigación se hacen más abstractos. Ellos también contienen las claves de la integración, en especial si el analista ha identificado de manera sistemática las propiedades de los conceptos junto con sus dimensiones (Strauss & Corbin, 2002). Esta evolución hacia la abstracción en la naturaleza de los memorandos es la razón y la justificación más que pertinente para la incorporación del lenguaje visual en las formas en que las herramientas de la IBA posibilitan amplificar nuestras maneras de reflexionar. Figura 7 Proceso de la investigación 5.7. Fases de la investigación Como se explica anteriormente en este trabajo, es complejo identificar el momento exacto en el que da comienzo esta investigación. Por ese motivo, antes del establecimiento de las fases del proceso de investigación, es necesario destacar las vivencias acontecidas antes del inicio del máster y las que tuvieron lugar durante el primer curso. El paso por la asignatura de Arteterapia Aplicada I y la realización de una bitácora reflexiva artística dan cuenta de todo un proceso de indagación en torno al fenómeno del silencio. Todas estas experiencias conforman el caldo de cultivo de lo que ha sido el paso previo a la materialización de este estudio. A continuación, se comparten las fases y la temporización. La figura 7 representa todo aquello que fue experimentado y dio lugar al proceso que ha caracterizado a esta investigación. Estos estadios representados en la tabla 4, se relacionan mediante el código de color con las franjas temporales que acompañan la tabla en la que se indica el inicio de fases de la investigación y los procedimientos que se llevan a cabo. 14 Del mismo modo que esta herramienta informática ATLAS.ti permite la creación de nubes de palabras o mapas conceptuales a partir de códigos derivados del análisis textual, se abre la posibilidad de la creación de nubes y mapas conceptuales de imágenes o vídeos de las piezas artísticas que evidencien las relaciones existentes entre ellas y con la teoría extraída del análisis cualitativo de las transcripciones de grupos focales y entrevistas. 37 de 81 Tabla 4 Temporización y fases de la investigación 5.8. Criterios de validez y triangulación de resultados Con el propósito de valorar el grado de validez de la investigación, se utilizan los criterios establecidos por Guba y Lincoln (1985), esto es: credibilidad, confirmabilidad, dependencia y transferibilidad. La cantidad y el ritmo para el uso de estas estrategias depende de la complejidad del proyecto y de las destrezas de la investigadora. Según Guba y Lincoln (1985), el objetivo final consiste en afianzar la confiabilidad y aplicar con rigurosidad los métodos, de manera que la investigadora se sienta segura de los resultados y el lector o la lectora confíe lo suficiente como para utilizarlos o continuar trabajando a partir de ellos (Denzin & Lincoln, 2018). En primer lugar, en lo tocante a los criterios de credibilidad y confirmabilidad del estudio, se subraya la utilización del muestreo teórico y la triangulación a través de teorías, de métodos y de datos. Dichas estrategias favorecen la comprensión de la esencia profunda de los testimonios recogidos y de la propia experiencia, contemplando la inevitabilidad de determinados sesgos, en torno a los cuales se reflexiona activamente, dado el alto grado de subjetividad presente en una investigación de estas características. En segundo lugar, en cuanto al criterio de dependencia, la presente investigación cuenta con la supervisión, comprobaciones e interrogantes por parte de la directora de esta investigación, a través de tutorías, la supervisión profesional de la práctica y la búsqueda de fuentes y análisis para minimizar sesgos. En tercer lugar, en referencia a la transferibilidad, se espera que este estudio contribuya y traslade su aplicabilidad en el ámbito del arteterapia, así como de cara a otras disciplinas que puedan considerar su diseño metodológico como una puerta de acceso a nuevas maneras de investigar, incorporando así nuevos lenguajes para la indagación, el análisis y la presentación de resultados que se sumen al acerbo metodológico investigador. Por último, el proceso de triangulación, considera diferentes formas de recogida de datos y de enfoques (Begley, 1996; Sandelowski, 1996, en Strauss & Corbin, 2002). Además de la diversidad en fuentes de datos, teorías y métodos que se aplican en este estudio, existe la posibilidad de triangular mediante la variedad de ambientes y gracias a la participación de distintos investigadores e investigadoras y de auditores y de auditoras en los procesos, lo cual constituye una limitación de nuestro estudio, que cuenta con una única investigadora principal. 38 de 81 5.9. Aspectos éticos de la investigación Para la realización del presente estudio, se elabora una hoja informativa con los detalles acerca de la investigación y los métodos de contacto para solicitar más información en caso necesario. Previo a la realización de los grupos focales y entrevistas, se envían consentimientos informados para la participación en estos, así como para la grabación de los encuentros (ver anexos). Nuevamente, durante la realización de las entrevistas y grupos focales, al comienzo de la conexión, se recuerda que se va a iniciar la grabación y se solicita el consentimiento verbal en el momento. Todas las participantes han sido informadas acerca de la confidencialidad de sus datos y sobre la finalidad de la utilización del material audiovisual, con fines formativos y para la investigación. Los nombres de todas las expertas han sido codificados y, de acuerdo con su deseo, se explicitarán los aspectos referidos a las obras aportadas, si procede (ver anexos). 6. ANÁLISIS Y RESULTADOS 6.1. Conectando a través del arte Partiendo de la nube de dimensiones con los temas principales definida en el punto 5.6. de este trabajo (Fig. 3), comenzamos el apartado de resultados siguiendo el orden orgánico mantenido en el proceso de conducción de los grupos focales y las entrevistas: se empieza por las imágenes como facilitadoras del discurso, y no al revés. Figura 8 Nube de obras propuestas por las expertas15 Las piezas artísticas se colocan conformando nubes de imágenes para organizar el contenido. A continuación, se ofrece una compilación de todas las obras aportadas por las expertas que para ellas guardan una relación con la vivencia y manejo del silencio en arteterapia. La composición en forma de nubes nos permite, a simple vista, identificar semejanzas o conexiones. De este modo, encontramos elementos comunes, como puedan ser las formas circulares, la utilización de algunos materiales (barro, 15 La información referente a las obras puede encontrarse en el apartado de anexos. 39 de 81 pastel, pintura, etc.), las referencias a la naturaleza o la coincidencia en la elección de una de misma obra que, aunque con distinto intérprete, ha sido propuesta por distintas participantes, tanto de uno de los grupos focales como de una de las entrevistas individuales. La figura anterior contiene únicamente las obras propuestas por las expertas, quienes recurren a obras ajenas, referentes significativos para ellas, o de alguna paciente, mientras que otras comparten creaciones propias. Para la foto-elicitación de los grupos focales, también se prepara una propuesta de obras seleccionada por la investigadora que, en caso de sobrar tiempo, cuando la conversación con las obras facilitadas por las expertas finaliza, son mostradas y facilitan nuevos diálogos. No obstante, son un elemento opcional con el que se cuenta, teniendo siempre en mente que la prioridad es que la subjetividad y las voces de las participantes adquieran protagonismo. Resulta de interés organizar de la misma manera el contenido de estas piezas artísticas, por lo que se muestra, a continuación, la nube de obras propuestas por la investigadora. Figura 9 Nube de obras propuestas por la investigadora para la foto-elicitación En esta investigación, las experiencias y reflexiones de la propia investigadora permean el proceso a partir de una exploración intensa y en profundidad de la vivencia del fenómeno, lo cual nos aproxima a la propuesta fenomenológica heurística (Moustakas, 1994, en Gbirch, 2013, p. 100). En este sentido, también a través de la identificación de obras representativas desde un punto de vista subjetivo, se da cuenta de la manera de vincularse y leer las imágenes y su contenido. Además de la práctica de la obra respuesta de manera continuada, en estos grupos focales, la investigadora recurre al arte para favorecer la comprensión de este fenómeno y entablar una conversación mediada por el lenguaje artístico. Entre las obras que se proponen, algunas revelan resonancias con las compartidas por las arteterapeutas, por ejemplo, está presente la imagen del camino, los elementos de la naturaleza y, nuevamente, una de las piezas escogidas corresponde a distintas versiones de la interpretación de la composición musical de John Cage 4’33’’ a la que se alude en el marco teórico de este trabajo, en el punto 3.2.1. Resulta interesante, cuanto menos, que se den estos fenómenos de confluencia a la hora de proponer diferentes lenguajes que, tal vez, conectan 40 de 81 con diferentes saberes y diferentes formas del saber más allá de lo verbal. Por otra parte, hallazgos interesantes como la percepción de las expertas en el encuentro con algunas de las obras, las cuales afirman que no les llaman para nada al silencio, sino todo lo contrario, y que generan enfado y malestar, lo cual asocian más a la invasión o la interrupción. Esto hace que se ponga en evidencia el poder expresivo de las obras artísticas como para trasladarnos a diferentes estados emocionales con la sola contemplación. Además, pone de manifiesto cuán distintas son las percepciones individuales, dado que una obra que para el propio artista o la propia artista que la crea tiene relación e, incluso, su título hace referencia al silencio, a otras personas pueda transportarlas en una dirección completamente diferente. En este caso, una de las experiencias con los grupos focales es reflejo de esta capacidad del arte para conectar al espectador o a la espectadora con un sentimiento completamente distinto, lo que, inevitablemente supone un paralelismo con la experiencia humana que, además, permite que emerja información que se ha revelado esencial para este estudio, esto es, la incomodidad o el enfado ante las interferencias e interrupciones en los momentos de silencio. Un aspecto interesante que cabe destacar a raíz del uso de la foto-elicitación, en el caso particular de las entrevistas a diferencia de lo sucedido en los grupos focales, tiene que ver con la aparición de temas en conexión con las dimensiones y las preguntas de entrevista manejadas. De este modo, al iniciar la conversación en torno a la obra y permitir a experta hablar con libertad, se detecta la aparición de algunos de los temas principales acerca de los que se prevé realizar preguntas más adelante, en la segunda parte de la entrevista. Si bien es cierto que para la invitación a colaborar de este estudio la investigadora ofrece información bastante detallada y explicita sobre el tema principal junto con dos de los que fueran los primeros interrogantes en torno a esta investigación, ni en los grupos focales, ni en las entrevistas se anticipa el interés sobre determinados conceptos del marco teórico o las dimensiones, en un primer momento. Con lo cual, se enfatiza lo valioso del uso del arte para hablar acerca de las cuestiones esenciales relacionadas con la disciplina que permiten acceder y conversar, estableciéndose una conexión en profundidad con el saber. Esto permite a la profesional traer al presente la teoría y la reflexión sobre la experiencia de una manera orgánica y coherente en el discurso para la construcción del conocimiento. 6.2. Intercambiando con palabras A continuación, tras el diálogo con las obras, se procede a la presentación de los resultados del análisis de los datos de carácter cualitativo. Para ello, se presentan los elementos nucleares identificados, es decir, los códigos que han aparecido reiterativamente en el estudio de los textos y en relación a las imágenes presentadas anteriormente. Del análisis de los datos cualitativos y de las piezas artísticas utilizadas en el grupo focal y las entrevistas, se destacan los términos más recurrentes, los cuales pueden apreciarse en la nube de palabras generada por el software ATLAS.ti y que se comparte en forma de figura. 41 de 81 Figura 10 Nube de palabras 6.3. La esperada y “fundamental” teoría fundamentada Los resultados obtenidos tras el análisis de todo el material compilado se expondrán en este apartado, así como la generación de la teoría gracias a la aportación y a las voces de las expertas en el área. En relación con las dimensiones y focos temáticos presentados en la Figura 3 de este trabajo, se presentan los bloques temáticos principales alrededor de los que gira el desarrollo de la teoría. Estos núcleos temáticos son: (a) las manifestaciones del silencio; (b) la figura de la arteterapeuta; (c) presencia, escucha y mirada de la arteterapeuta; (d) el contexto de la sesión de arteterapia y la práctica; (f) la relación vincular y el proceso terapéutico; (g) el material, las obras y la creación en la sesión; (h) el método de investigación enriquecido por la IBA. El posicionamiento de la investigadora hace que se consignen como relevantes todas las experiencias compartidas por las participantes. Teniendo en cuenta lo anterior, para la comprensión lectora, se establece el siguiente etiquetado de concurrencia de temas: 2-4 à unas pocas entrevistadas; 5-8 à algunas de las entrevistadas; 9-12 à más de la mitad de las entrevistadas; 13-17 à la mayoría de las entrevistadas16. En la siguiente tabla, se presentan los temas principales y los correspondientes subapartados desarrollados más adelante: 16 Tal y como se anticipa en el apartado referente a los aspectos éticos de esta investigación, todos los nombres de las arteterapeutas han sido codificados con la letra “E” de experta seguida de un número (e.g., E1, E2, etc.), de acuerdo al orden de participación en el grupo focal o entrevista por razón cronológica. 42 de 81 Tabla 5 Los temas principales o categorías nucleares y sus subapartados 6.3.1. LAS MANIFESTACIONES DEL SILENCIO a. Polisemia y esencias del silencio Si algo se desprende del examen de los datos obtenidos es que el propio silencio es una enorme categoría que alberga multitud de significados para cada profesional. Más de la mitad de las expertas coinciden en que hay muchos tipos de silencio y que este puede presentar multitud de interpretaciones. Es notable la aparición de la relación antitética entre silencio y ruido, que emerge como pregunta para la reflexión, “¿es el ruido la antítesis del silencio?” (E1, comunicación personal, 2022)17. Figura 11 A lo lejos se oye un ruido de pasos (Toyen, 1955) 17 Aun conociendo la normativa APA 7ª ed. en lo referente a la forma de nombrar las entrevistas como comunicación personal, a partir de este punto, junto a los extractos se incluye únicamente la codificación correspondiente a la experta, por ejemplo, E1, entendiéndose que nos referimos a transcripciones inéditas de grupos focales y entrevistas realizadas en el presente año 2022. CATEGORÍAS NUCLEARES E IDEAS PRINCIPALES Manifestaciones del silencio La figura de la arteterapeuta Presencia, escucha y mirada a) Polisemia y esencias del silencio c) La conexión y lo trascendental a) Funciones de la AT b) Recursos y estrategias c) Actitudes c) Posibles interferencias a) La evolución en el tiempo b) La preparación para las sesiones c) El autocuidado de la AT a) Aportaciones desde el arte b) El diálogo con las obras c) El interés y la participación a) Lo que tiene que ver con la persona b) Expresión y comunicación c) Lo que aparece en la sesión a) Relación del vínculo y el silencio c) El momento del vínculo b) El proceso terapéutico a) Los materiales en la sesión b) Las obras y la creación c) La música como material El método y la IBA El contexto de la sesión y la práctica arterapéutica El vínculo y el proceso El material, las obras y la creación en la sesión 43 de 81 La mayoría de las expertas consultadas coinciden en que el silencio es un elemento más en las sesiones y algunas de ellas señalan que es clave para el trabajo. Estos distintos tipos de silencio aparecen en relación a la ausencia de la palabra, lo cual no implica la ausencia de comunicación. En palabras de una de las profesionales: “Sus significados son muy variados. Puede implicar emoción, desafío, no saber y tantas cosas…” (E18). Algunos de los tipos de silencio detectados tienen que ver con el silencio interno, el propio; el silencio incómodo o difícil de sostener; el silencio de lo no-articulable o lo no integrado todavía; el “silencio impuesto” (E4); el silencio traumático, “como un grito mudo” (E14); el “silencio cómplice” (E10), etc. Pero, de otro lado también encontramos el silencio como sinónimo de la quietud, el silencio de la conexión con una misma, como elección y el “silencio como camino” (E2) que abre el “camino para el silencio” (E3), el silencio como requisito para la escucha, como un vacío para contener cosas, o el silencio como algo que indica que una relación está forjada y nos sentimos seguras o seguros en compañía de esa otra persona. Se extrae, por lo tanto, que estaríamos hablando más que del silencio, de “un análisis de la dimensión del silencio, como si tuviéramos un enorme abanico de silencio (…) Y no… no hablar del silencio, sino de los silencios, porque pareciera que cuando hablamos del silencio hablamos de algo. Hay infinitos silencios” (E14). Figura 12 Obra Número 14 (Rothko, 1960) b. La conexión y lo trascendental Más de la mitad de las entrevistadas establecen la relación del silencio con la posibilidad de conexión de la arteterapeuta consigo misma, así como de la propia persona consigo misma y con la obra. Además, en el caso de los grupos focales, todas las expertas que participaron mencionan la existencia de un tipo de conexión del orden de lo trascendental asociada al silencio. En uno de ellos, gracias a la contemplación de una de las obras artísticas, se habla de esta relación con lo trascendente, o con la “la intimidad” (E6). En palabras de otra de las expertas: Y que tiene que ver con el arte, tiene que ver con las imágenes, tiene que ver con nuestras proyecciones… pero también tiene que ver con lo con lo inefable, ¿no? Y… incluso con lo sagrado, ¿no? Que a lo mejor no tiene explicación y eso también tiene que aparecer. (E5) En algunos casos, se hace alusión explícita al ámbito espiritual, el zen, al ser o al alma como dimensiones de la persona a las que el silencio permite aproximarse desde un lugar de escucha amplificada y de calma o quietud. Varias expertas comparten la vivencia de la integración del silencio en el ámbito personal, lo cual parece permitirles extrapolar los 44 de 81 aprendizajes y experimentar cambios ante la dificultad de la vivencia del silencio o la calidad de la propia presencia en el ámbito profesional, lo cual será explorado más adelante. Más de la mitad de las entrevistadas hacen referencia a un tipo de conexión especial, que es la que se da en contacto con la naturaleza. En algunos casos, se relacionan aspectos del orden de lo contemplativo, como la elección de un camino de vida más impregnado de silencio, con los entornos naturales y alejado del “mundanal ruido”. Figura 13 Obra fotográfica del conjunto El Convento de las Ranas (E2) 6.3.2. LA FIGURA DE LA ARTETERAPEUTA a. Funciones y actitudes de la arteterapeuta Las principales funciones descritas por la mayoría de las participantes en relación al manejo del silencio tienen que ver con estar presente, observar, comprender que cada persona necesita algo distinto, permitir que lo que tenga que ocurrir ocurra y sostener y sostenerse en el silencio. No tratar de sofocar el silencio con palabras, o inundar de palabras el espacio de manera apremiante, sino cultivar una actitud receptiva, estar a la espera y muy atenta a lo que se requiera en cada caso. Algunas de las profesionales explican cómo es ese estado de “atención dual” o “flotante” (E15): Yo me siento que estoy en un atención… Entre… en parte flotante, ¿no? Que es esto, tiene que ver con la posición del analista, ¿no? Y, en parte, muy consciente. Es decir, con los sentidos muy puestos en… en todo eso que está ocurriendo. Y, como te he comentado, también sobre la distancia, ¿no? Es decir, en según… en cada caso es, o estar al lado, con la mirada, o estar un poco más lejos. Eh, entonces, es como… permitiendo que ocurran cosas y observando cuál es el punto, o si me tengo que alejar y luego acercar un poco… O tengo que señalar algunos materiales en el proceso que creo que podrían ayudar. Entonces, eh, yo me siento con ese silencio trabajando, me siento administrándolo de alguna manera. Creo que es complejo, ¿no? (E15) Con la atención se relaciona también el hecho de estar escuchando lo que ocurre y la necesidad: “como que ahí yo ya he creado una manera de trabajar en las que no soy tan... ¿No? Y un poco a la escucha de lo que hace falta” (E9). Algunas expertas consignan esta actitud como importante para poder acompañar y disponerse a dar la bienvenida a lo que pueda suceder. En relación con esta la disponibilidad, explica la consultada E6 que: Hay mucho más, está el movimiento, está… hay mucho más. No solamente es eso que aparece y quizá también es esa cuestión, ¿no? Que eso es completamente simbólico, ¿no? Es algo que aparece porque estás ahí esperando, estás a la espera, ¿no? De que algo aparezca. 45 de 81 Y para mí eso es lo que simboliza el silencio en arteterapia, ¿no? Es la espera. Es la escucha, es la disposición a que, como decía E5, algo pueda acontecer. Dar espacio para que ese algo pueda acontecer, estar dispuesta a acogerlo y a recibirlo. Y ahí se juntan las dos cosas: alguien está dispuesto a acoger y una marea que trae algo, y ahí hay una especie como de confluencia, ¿no? Como de… y luego se aleja otra vez y se suelta y viene otra cosa, pero está todo ahí. (E6) Estar presente, estar para la otra persona, estar a su lado, poder acompañar, ofrecer un envoltorio de silencio para contener, son algunas de las funciones que las arteterapeutas subrayan con más frecuencia. En el caso de una de las arteterapeutas, de manera metafórica, relaciona a la profesional en su ejercicio con una cámara, que lo registra todo, cada paso de lo que sucede en la sesión (E11): El terapeuta como espectador de lo que pasa en la sesión de arteterapia. El terapeuta como la cámara y todo el simbolismo que se deposita ahí, en el movimiento de los objetos, que en principio parece críptico y quizá no tener mucho sentido, pero a través del cual se va generando, bueno, este caldo de cultivo del que habla Ana Serrano muchas veces y en el que, realmente, a través de estos símbolos se arma o se compone una pieza con coherencia que habla por sí sola y que tiene un sonido, que tiene un ritmo, que tiene cierta estructura en la cual hay un principio, un clímax y un final. Y se articula por sí sola. (E11) Más de la mitad de las arteterapeutas consultadas señalan una tarea esencial por parte de la profesional, la creación de un espacio seguro, el ofrecimiento de un espacio y de un tiempo de silencio para lo que la persona elija hacer libremente, tanto si crea como si se manifiesta a través del silencio y decide no crear. Es tarea de la arteterapeuta hacerle saber que se puede estar, que tiene un lugar, aunque haya “silencio en la obra” (E14), o lo que es lo mismo, no haya creación plástica. Algunas de las arteterapeutas señalan que, aunque no se cree en la sesión, de alguna manera sí se está creando. Ambas personas co-crean en ese espacio simbólico, con o sin material. Dado que la arteterapeuta está “creando” también en la interacción con la persona, “en la relación intersubjetiva, casi de inconsciente a inconsciente” (E15). Figura 14 Obra sin título (E9) b. Estrategias de intervención y recursos En referencia al manejo de las arteterapeutas del silencio dentro de la sesión, entendiendo este como un recurso, algunas de las consultadas afirman utilizar algunas técnicas que ayudan a la persona a conectar con el presente y consigo. En algunos de los casos, esto se traduce en una invitación a parar y a respirar, proponer momentos enunciando la llegada del silencio como invitación a la calma, para conectar con el momento presente. Una de las entrevistadas explica que, de vez en cuando, utiliza el silencio como un recurso: “a veces sí, a través de alguna práctica específica, para ayudar a la persona a ‘parar’, a tomar conciencia del cuerpo, de los sonidos que no oímos 46 de 81 habitualmente, a salir de la corriente desenfrenada de pensamientos…” (E18). Algunas de las expertas dicen introducir momentos de este tipo cuando observan que la persona llega muy acelerada, muy enredada en lo mental, hablando mucho y, en principio, la introducción del silencio gracias a prácticas meditativas o ejercicios de mindfulness, pueden estar orientados a que la persona se enraíce y pueda pasar a otra cosa. En el caso de una de las arteterapeutas, en determinadas ocasiones, afirma proponer la meditación, 5 o 10 minutos pueden ayudar a la persona “en contacto con el cuerpo, o a la escucha de cómo está” (E9). Un par de expertas hacen alusión a la invitación a compartir en el momento de cierre, independientemente de que la persona haya creado una obra material, o no. Esto se realiza de manera que se reafirma a la persona la pertenencia a este espacio y al grupo cuando esto sucede dentro de un dispositivo grupal. Así lo ejemplifica el siguiente extracto de la entrevista en el cual la experta narra un ejemplo de intervención: Ese ese papel en blanco, ¿no? Siempre invito a exponerlo al igual que las otras obras. Porque es una metáfora. Como toda obra, el papel en blanco… no, no, no…. Eh… no abordado, no actuado, es una metáfora de cómo se coloca en la vida y, por lo tanto, es tan válida y tan tan obra como cualquier otra. Entonces, bueno, aunque al principio les cuesta un poquito. Ehh… “No, si… no, no, pero si no he hecho nada”. Digo: “claro que has hecho, has hecho. Tenías aquí este este espacio como un día cualquiera de tu vida, ¿no? Cada día es una hoja en blanco, ¿qué hacemos en ella? ¿No? ¿Cómo lo…?”. Y trabajo siempre en la metáfora, ¿no? Como trabajo siempre en la metáfora, pues todo tiene un sentido. Y el que… darle esa presencia, aún desde el silencio, significarle, no de una manera agresiva, desde el respeto, pero diciéndole: ‘formas parte de este grupo, estás en este grupo, puedes estar en silencio. Es una manera más de estar en la vida. Puedo elegir hacer, puedo elegir no hacer. Eso no te deja fuera’. (E14) Posteriormente, la experta añade que este tipo de intervención, de manera natural, conduce a que la persona progresivamente se decida a participar. Alude también a la puesta en práctica de la espera y de la no intervención en forma de propuestas o invitaciones a hacer. Y, entonces, bueno, pues… En general, es el el pasito para que se animen a participar, ¿no? como… Como no me invisibilizo porque me ven igual, esa estrategia, en principio, empieza a decaer. Y se sostiene, ¿eh? Si necesita estar tres sesiones así, pues así está… No les voy a forzar, ni les voy a invitar… “No, pero ese material, ni este lo otro… ni por qué no trabajas desde aquí…”. Yo no trabajo directivo, de una forma directiva. Nunca. Nunca pongo una dinámica, ni parto de una obra ni nada, aparte de la persona. Creo que la persona, creo en ella, creo que tiene material más que suficiente. Y cuando el emergente se haga presente, se trabaja. (E14) Por su parte, más de la mitad de las arteterapeutas consultadas alternan la realización de propuestas ajustadas a lo que intuyen que la persona pueda necesitar, sin forzar ni imponer. La estrategia puede partir de la sugerencia de algún material, mientras que otras siguen también una manera de intervención no directiva y esto se aplica también a la no expectativa hacia la persona, en el sentido de que esta tenga que poner palabras. Un ejercicio que comparte una de las arteterapeutas para la intervención, tiene que ver con la autobservación de la persona de sí misma con los ojos cerrados. Esta práctica, invita a poner la atención en silencio sugiriendo a la persona centrar su atención en “la zona interna, la zona externa y la zona intermedia” (E9), según indica la experta, esto suele ayudar a la persona a identificar el ruido interno que tiene que ver con la parte más mental y poder apreciar otros estímulos presentes en sí misma y en el entorno al detenerse y detener la emisión de palabras. 47 de 81 Algunas de las consultadas, refieren el recurso de nombrar o verbalizar determinadas situaciones. En el caso del siguiente extracto, se menciona una estrategia adoptada por una de las arteterapeutas que comparte el recurso de hacer explícita la existencia del silencio por parte de la profesional ante una situación que la sobrecoge o sobre la que no encuentra palabras: (…) que si el silencio también es un lugar en el que nos podemos enredar o atrapar o tal… Como que yo creo que ahí, a veces, cuando yo hablaba de nombrar lo que nos pasa, creo que es fundamental poder nombrar: “no sé qué decir, esto que has dicho me llega tanto… o me impacta tanto que no sé qué decir”, pero que lo puedas devolver a la persona, ¿no? Cómo vives tú misma esto, por ejemplo, ¿sabes? Pero sí, ¿no? (E3) Otra de las expertas hace alusión directa a los movimientos relacionales que están teniendo lugar calladamente en los momentos en que no se dice nada o se está creando en silencio y a su manera de intervenir, exponiendo que: Sí, en este amago de quietud están pasando muchísimas cosas. También creo que se pone en juego mucho la relación transferencial. Y como todo lo que pasa con eso, creo que, en particular, a mí lo que me pasa con el silencio en las sesiones es que, bueno, creo que muchas veces es como hay que dejar… Pero, también, si se puede incidir como para seguir hilando, seguir conectando y, a lo mejor, verbalizar o poner en un plano un pelín más explícito, dentro de lo simbólico, lo que está sucediendo ahí, trato de hacerlo, ¿no? O en la medida de lo de las cosas que yo vaya viendo, claro. Pero sí, me parece que depende un poco, ¿no? Eso, como ya un trabajo que va haciendo una más en… en el momento, en la situación, depende de lo que esté pasando. (E11) En algún caso se menciona como recurso puntual el uso del silencio como para confrontar y se alude a la introducción consciente de un tiempo de espera, o una pausa, antes de dar una respuesta en esa interacción, lo cual puede movilizar algo en la persona y propiciar que algo se vaya elaborando. Si bien se alude a esta posible intervención, esto se utiliza solo en casos puntuales y con mucha precaución. Algunas expertas explican que, a veces solo se espera, puesto que el silencio puede constituir un mecanismo de defensa, lo cual está sirviendo a la persona para protegerse. Una de las arteterapeutas, a este respecto, no habla de confrontar sino de “no asentir” (E10) a todo lo que la persona dice: Yo creo que le devuelves cierta neutralidad y la persona, en ese momento, puede escucharse más a sí misma, ¿no? Como que hay parte de lo que ella está, eh… contando, ya sea de la imagen, o algo que surge de… a raíz de la imagen. Que, que se… se vuelve a encontrar con ello, ¿no? Hace como… como una especie de rebote. (E10) Añade que se recurre también a la estrategia de invitar a la persona a estar un momento contemplando la obra y dejando que sea esta la que hable, pidiendo, de manera literal, a la persona que permanezca en silencio para escucharse mejor y contactar con la imagen: Ahí sí que, muchas veces, primero he escuchado, o sea, primero mi, mi... la prioridad es escuchar, pero luego sí que fuerzo momentos de silencio, ¿no? O le digo: “pero quédate un poco en silencio, escuchando la imagen. Dale un espacio de silencio. A ver qué te dice la imagen si tú dejas de ponerle palabras, ¿no?”. (E10) Además, varias arteterapeutas coinciden en la afirmación de que no existe una formula, ni existen recetas que se puedan aprender y aplicar indiscriminadamente, puesto que: No hay dos pacientes iguales, ¿no? No hay dos respuestas que te valgan en… ¿no? O una respuesta que te valga para para para dos casos. Cada cada vez tendrás que articularlo con 48 de 81 variables diferentes. (…) Y para un acto, para una palabra, o para un silencio, hay infinitas variables que confluyen en ese momento para que en ese momento se produzca un silencio o en ese momento se produzca una palabra. Entonces, eh… la capacidad del terapeuta está en tener un altísimo nivel comunicacional y poder ver todos esos hilos que están entrecruzados para poder… ahí, ahí (gesto de dar en el clavo, en el punto exacto) ¿no? Entonces es... es como, como en cualquier… como casi… como, como si fuera una gran partida de ajedrez, ¿no? Tienes que poder ver muchas ligaduras o muchas jugadas, ¿no? para poder hacer la jugada correcta, ¿no? La que te va a llevar a… a destino. (E14) c. Posibles interferencias al proceso El examen pormenorizado de los datos, en cuanto a esta subcategoría, revela que más de la mitad de las expertas relacionan la vivencia del silencio con una “experiencia costosa” (E2): Y cuando has dicho esto, de lo de estar disponible para acoger lo que el silencio nos traiga me parece, me parece, pues eso sabio, ¿no? sabio y, aunque es algo, que yo creo que hemos podido experimentar, el hecho de nombrarlo de esta manera a mí me mueve mucho, desde luego, porque yo me doy cuenta ya, en lo personal, de que me cuesta. (E3) Más de la mitad de las arteterapeutas registran esta sensación, especialmente, en los inicios de su carrera profesional, cuando se da la asociación del fenómeno del silencio con la dificultad y la incomodidad, debido a la inexperiencia y la inseguridad, aunque señalan que esto puede modificarse con el transcurso de los años y el trabajo personal. En el subepígrafe anterior, a este respecto, una de las arteterapeutas recomienda la posibilidad de verbalizar la propia dificultad de la experiencia, ya que quedarse anclada en el silencio provocado por la inseguridad, podría conducir a la imposibilidad de actuar: Porque si no, como que, a veces, ese impacto si lo dejas llegar profundo profundo y se hace más grande, más grande, te bloquea, ¿no? Como… Sientes que te puede ir congelando… Respirar y decir “uf… ¿qué me está pasando, ¿no? Justo, ¿no? A veces, el silencio necesita también que nombremos las sensaciones que nos produce. (E3) En contraposición a la posible inmovilidad que puede atenazar a la arteterapeuta, algunas profesionales explican que se podría dar un efecto inverso, que tal inseguridad conduzca al exceso de palabra por parte de la profesional para “tapar la ausencia” (E5). De este modo, algunas de las sensaciones que se repiten con más frecuencia en los testimonios de las expertas tienen que ver con la ansiedad, que puede hacer que el nerviosismo empuje a la profesional a ocupar el espacio con muchas palabras, para mitigar el malestar de este contacto con el silencio, ya que: “nos defendemos del silencio con el lenguaje” (E10). Esto último, de acuerdo con otras de las profesionales, puede revertir en el detrimento de la calidad de la escucha. Algunas arteterapeutas advierten del riesgo que la intromisión de los cuestionamientos y el juicio interno que experimentan las arteterapeutas en el plano mental supone, dado que estos últimos pueden poner en riesgo el proceso o provocar un daño en la persona, así como apresurar la ruptura del silencio de la persona acerca de aquello que aún no puede articular, puesto que “(…) la ruptura de ese silencio, de manera descontrolada, lesionan a la persona de una manera increíble”. (E14) 49 de 81 Otro factor que mencionan algunas de las arteterapeutas se relaciona con el propio ruido interno o el “silencio-ruido neurótico” (E12) de la profesional que corre el riesgo de proyectar lo propio y ha de cuidarse de manejar con respeto los silencios en el espacio: También me parece interesante nombrar esto de, aunque haya silencio dentro, puede haber mucho… Mucho mental, ¿no? De mucho ruido, de mucho diálogo interno. Entonces, bueno, también saber cuidar que, aunque yo dentro esté dándole vueltas a esto, al… ¿no? A lo que está pasando, dialogando internamente conmigo, pero poder respetar los silencios de del otro, o el silencio de la sesión, o el silencio de la obra. Como poder también… Porque, obviamente, cuando estamos trabajando estamos poniendo lo nuestro ahí. (E9) Una de las expertas consultadas expone que “si no nos sabemos acompañar a nosotras mismas, difícilmente vamos a poder acompañar a otras personas” (E11). Y, añade otra de las arteterapeutas que no se puede actuar desde el desconocimiento de la propia herida, sin haber buceado en profundidad en los propios procesos, conociendo de antemano cómo transitar las interioridades del sufrimiento de una misma ya que: Y, sobre todo, es experimentarlo, porque, ¿a dónde te puedo llevar yo si no conozco a dónde vamos? ¿A dónde? Porque yo a veces tengo que bajar a verdadero infiernos con mis pacientes… pero tengo que saber que puedo… que tengo el camino de vuelta, ¿eh? (E14) Para cerrar este apartado, se expone otro de los peligros que aducen algunas de las profesionales, y este tiene que ver con la realización de determinadas propuestas hacia la persona, lo cual puede conducir a su repliegue: Y, por supuesto, en arteterapia hay muchas formas de mandar callar a la otra persona, que no tiene por qué decirse. Basta, muchas veces, con proponer una cosa, que, a la otra persona, no tiene nada que ver con ella. (E6) Esto último, puede percibirse como un “silencio impuesto” (E4). Y algunas terapeutas lo relacionan, de manera figurada, con el hecho de “mandar callar” (E5, E6) a la persona en la sesión de arteterapia. Figura 15 Monte de Silencio (Gil, J., 2019) 6.3.3. LA PRESENCIA, LA ESCUCHA Y LA MIRADA Como se anticipaba en el epígrafe referente a las funciones y actitudes que tiene que desempeñar y poseer la arteterapeuta, de manera unánime, todas las participantes señalan el hecho de estar presente como condición sine qua non para el ejercicio de del arteterapia, lo cual conectan con el silencio dado que tiene que ver con la escucha tanto de la otra persona y de sí mismas, como de lo que se necesita. Algunas de las arteterapeutas, en este sentido, afirman que, para poder escuchar de verdad, hay que estar en silencio. Gracias a este permanecer en silencio: Aparecen los otros lenguajes en donde nos encontramos con otras cosas que forman parte de nosotros mismos y nosotras 50 de 81 mismas, y que… y que forman parte, bueno, de la persona, en este caso, siendo, colocándonos como arteterapeutas, de la persona en sí misma. Y eso genera un espacio de encuentro con uno mismo. O sea, yo creo que el silencio... Entonces, para mí, mi función como arteterapeuta siempre, eso, siempre pienso que es generar ese… esa envoltura de silencio, en la que el otro se… o la otra se sienta cómoda con mi presencia en silencio. Y con su propia presencia en silencio. O sea, con nuestras presencias en silencio. Entonces, yo puedo estar, yo estoy presente y estoy ahí para acompañar, sostener, eh... Y estoy presente, presente con una presencia activa, pero sin romper ese silencio. Para poder generar otros lenguajes. (E13) Una de las arteterapeutas afirma que “no se puede escuchar y estar preocupado por el silencio al mismo tiempo” (E18). Mientras que otra de las arteterapeutas, como se anticipaba en el epígrafe anterior, con respecto a la necesidad del silencio para la escucha, aporta que no es posible escuchar si no hay silencio, y que la persona puede darse cuenta de si tus respuestas son genuinas o no por las devoluciones que ser realizan por parte de la arteterapeuta: Es decir, que que la escucha es darse cuenta de lo que acaba de ocurrir. Sea a través de la obra, sea a través del silencio, sea a través de algo que ha dicho la persona en Arteterapia. Y eso implica que para que realmente sea escucha es que la siguiente intervención tiene que ver con eso. Es decir, que que al final de la sesión, cuando se pueda hablar de ese proceso, cuando se pueda, es decir, el señalar determinadas cosas, tiene que ver con ese proceso en el que antes ha habido una escucha. Es decir, que la persona que está en esa en arteterapia desde el inconsciente se va a dar cuenta y… desde lo consciente, en un momento final, que ha sido escuchada, porque los señalamientos que le haces el tienen que ver con lo que ha ocurrido. Si tú no estás atenta, eh… lo que digas no le va a llegar. (E15) En relación con la escucha, una de las arteterapeutas expone su visión del silencio para la escucha en dos direcciones que se conecta con aspectos mencionados en otras de las categorías como pueden ser aquello que aparece y la noción de lo “intangible” (E17): Por un lado, es el silencio que tiene que tener la arteterapeuta para escuchar. Por otro lado, es el espacio que tiene que construir de silencio para que aquello que tiene que emerger emerja. Y, por otro lado, el silencio que puedo transmitir o no al participante para que pueda escucharse. Entonces, tiene que ver. Con… con aquello intangible que está en él. (E17) Más de la mitad de las arteterapeutas ponen en valor la imbricación de ambos aspectos cruciales para el acompañamiento de la persona: la presencia y la escucha en contacto con el silencio. Otra de las arteterapeutas alude a esta escucha desde la perspectiva de dar tiempo a la persona, respetando sus ritmos, dando su lugar y demostrar que se está ahí, mostrándose presente y respetando, acompañando: Sí, yo creo que, de hecho, es ahí donde la presencia cobra como mayor relevancia, porque si hay un silencio encima, una ausencia al final es una sensación de estar solos, ¿no? Y, precisamente, sobre todo, bueno, con lo que más he trabajado han sido niños; entonces, es importante que ellos sepan que no están solos, que están cuidados, que están protegidos y que están seguros. Entonces, sí es necesario, el que sepan que les vas a dar el lugar que necesitan y el tiempo que necesitan para expresarse, pero que no están solos. (E8) En otras entrevistas, algunas expertas suman a esta relación entre silencio, presencia y escucha activa, además, la mirada, por lo que se afirma que lo que implica verdaderamente la presencia es que: No estoy en ese silencio de lo que va a pasar y las intervenciones que van a venir no van a venir de lo que escucho porque no escucho. O sea, el silencio lo que me permite es esa escucha, es estar presente, estar observando y de ahí, poder intervenir. Si yo me traigo 51 de 81 preparado como mi guión de cómo voy a intervenir, me estoy perdiendo lo que en verdad está pasando. (E17) La mirada contribuye, también, al acompañamiento durante la contemplación de las obras, lo que puede suceder en silencio y durante el momento de creación, de acuerdo con una de las consultadas: Entonces, el silencio implica acompañar a una distancia adecuada y puede ser que al… al mismo nivel o por detrás, nunca por delante, con lo cual, implica esa mirada. Es decir, que yo creo que la mirada y el silencio están muy relacionadas. (E15) a. La preparación para estar en la sesión Muy en relación con la capacidad de sostener y de permanecer en la propia presencia durante las sesiones, se explora la posible existencia de prácticas por parte de las profesionales en referencia a la aplicación de técnicas que puedan contribuir a que esta presencia, la manera de estar para la otra persona y la disponibilidad se den de manera más armónica. De este modo, algunas arteterapeutas comparten sus hábitos para el mantenimiento de una postura mentalizadora, atenta y al servicio de la persona. Algunas arteterapeutas aluden a su propio proceso terapéutico y a la supervisión como sus anclajes fundamentales, mientras que otras consignan como más relevantes las prácticas que están estrechamente relacionadas con la integración del silencio en la propia vida, las prácticas meditativas y los ejercicios que favorecen el autocuidado: “para mí la formación, la preparación, en mi preparación toda esta parte más meditativa es importante”. (E6). Una de las expertas, alude al ejercicio de breves meditaciones, aunque sean de unos minutos antes, después, entre sesión y sesión o, inclusive, como propuesta durante la sesión que, además, se comparte con la persona con la que se trabaja. Asimismo, un par de arteterapeutas explican que la creación propia, en el ámbito personal, es uno de los aspectos fundamentales que contribuyen a favorecer el estado de presencia con el que poder situarse en la sesión y disponerse con apertura a lo que venga. Durante el proceso de creación experimentan en lo personal un encuentro con el silencio que las va acompañando y que se filtra también en el ámbito de lo profesional. Una de las expertas comparte un pequeño ritual al que ella describe como el hecho de “vaciarse para contener, tratar de dejar fuera todo eso que me preocupa para entrar a la sesión disponible para poder ver a la persona”. (E13). Otra de las expertas comenta escuchar música de camino a la sesión y realizar un ejercicio de introspección, preguntándose a sí misma cuál es el estado emocional con el que llega al espacio arteterapéutico, procediendo a repasar todo lo sucedido en los procesos hasta la fecha y tratando de ubicarse en una posición de presencia para estar en la sesión. Otra de las expertas comparte su hábito de revisar la carpeta con las obras de sus pacientes y repasar este proceso. A continuación, toma un pedazo de papel y escribe antes de la llegada de la persona. b. Estrategias de autocuidado y recomendaciones para arteterapeutas en formación En referencia a este punto, las mayoría de las expertas atestiguan haber percibido un cambio en su percepción del silencio a lo largo de su experiencia. Estas inciden también en la posibilidad del aprendizaje del silencio, ya que ni nos educan para ello, ni las sociedades 52 de 81 actuales promueven una cultura del detenimiento o de la calma. En referencia a esta evolución en la vivencia personal del fenómeno abordado, una de las participantes hace alusión al silencio y explica que este: Ha pasado también de ser una experiencia costosa sostener el silencio, por ejemplo, en las sesiones. Originalmente, era algo costoso, era como ponerme nerviosa porque me parecía que había demasiado tiempo de silencio y, sin embargo, ahora es como fluye más y me permito que, bueno, que se rompa cuando se tenga que romper, pero no estoy con el nerviosismo, que es verdad que estaba antes, sobre todo con los grupos de chavales jóvenes, ¿no, ahí? No se habla… y que cortaba y tenía mucho miedo y, curiosamente, está funcionando muy bien, o sea que al final yo creo que somos muy espejos, ¿no? Entonces sí, si las personas que tienes enfrente ven que tú fluyes con algo que está pasando, es bastante fácil que también fluya. Mantener el silencio se está haciendo más fácil de lo que yo pensaba (E2). Otra de las profesionales, también en referencia a la transformación que su vivencia del silencio ha experimentado, alude al efecto beneficioso que el ejercicio de la disciplina ha ejercido sobre su aprendizaje del mismo: Desde mi punto de vista, yo he tenido una relación con el silencio que yo creo que gracias a la práctica del arteterapia se ha ido modificando mucho y creo que es una de las cualidades que desarrollamos en arteterapia, ¿no? El, por un lado, el acostumbrarnos al silencio y, por otro lado, utilizarlo nosotras en esa escucha activa, o en esa mirada activa y, también, creo yo… los participantes y las participantes. (E5) Más de la mitad de las arteterapeutas recomiendan el trabajo personal y la supervisión como principales herramientas de autocuidado. En palabras de algunas de las participantes, la clave fundamental es “conocerse” (E8, E11, E17). Otra de las profesionales recomienda: “pues yo les diría que se conozcan mucho a ellas mismas, y que exploren su silencio, su ruido interno, su voz…” (E12). Este consejo abre la posibilidad de mejorar la práctica profesional, como se explica en el siguiente extracto: Conocerse: “pues, ¿no? Bueno, ya tengo experiencia de muchos años. Y, entonces, atiendo también a mis propias, eh, digamos, miradas contratransferenciales. Es decir, qué me hace sentir la situación. Y hay respuestas en relación a eso. Es decir, que que son… es como esa relación intersubjetiva, ¿no? En que aparece de… casi de inconsciente a inconsciente, ¿no? Y que, que cuando acaba la sesión, pienso en en ese punto en el que reaccionado de una manera o de una de otra y, entonces, encuentro... Encuentro el sentido, ¿no? Y eh y, por qué he reaccionado de esa manera. Pero que muchos momentos me doy cuenta de que es algo que… lo que hago es estar atenta a lo que yo me escucho a mí misma” (E15) Nuevamente, vemos que algunas de las ideas principales, ya mencionadas se entrelazan en el discurso en la exploración de otros temas. De este modo, vemos como la escucha interior inunda esta categoría de nuevo. Previamente, en el apartado referido a las posibles interferencias que pueden afectar al proceso terapéutico, ya se alude a la dificultad de acompañar a otra persona cuando una no ha transitado sus propios procesos o no ha contemplado el dolor propio y atendido a sus heridas. Esta es una idea que se repite en el discurso de algunas arteterapeutas: es imprescindible hacer terapia. 53 de 81 Figura 16 Objeto sin título (E13) En su experiencia, otras profesionales explican que la práctica de la meditación, de manera habitual, comprende el recurso fundamental al que recurren como forma de autocuidado. Una de las entrevistadas recomienda la utilización tanto de los ejercicios de conexión de atención plena o mindfulness como paso previo a la práctica de la meditación como tal, por la dificultad que esta segunda entraña. Además de la práctica de la meditación, se mencionan otras herramientas de autocuidado, como pudiera ser la “práctica del yoga” (E12), “la natación” (E3), o “los paseos en la naturaleza” (E3, E12). Además, en línea con lo que comentaba otra de las expertas cuyo extracto ha sido citado previamente, una de las arteterapeutas dice relacionar el ejercicio de una profesión que tiene que ver con el cuidado a la otra persona, con el incremento de la conciencia de la necesidad del autocuidado para poder desempeñar su labor: Pero creo que desde que trabajo desde otro lugar, ¿no? desde un lugar más terapéutico y un lugar más de… de acompañamiento y desde que yo me coloco de forma neutra en esta posición, tengo mucho más presente mi autocuidado, y la importancia de que yo esté bien para poder estar ahí. También me permito que soy una persona y que, a veces, no siempre, estoy eh con toda mi, con… con todo mi… Como con todo mi espacio vacío, ¿no? A mí, siempre, siempre es como esto, yo siempre pienso como lo que te decía, como que me vacío para intentar... como contener, ¿no? Pero no siempre ese contenedor está vacío, que a veces bueno, pues que venimos como con cosas que, a veces, bueno, pues no es tan fácil trabajar. Entonces, eso también me lo permito. Eso también es una cosa de autocuidado, o sea, como trabajarme darme permiso, que también ha sido con el tiempo que, al principio, pues, a lo mejor, antes me perseguía más a mí misma y me cuestionaba más, y luego ya, después, pues fue como a ver, ¿no?... Y luego, bueno, pues sí que sí, que hago cosas, pues de meditación, sí que hago deportes que tienen que ver con cosas eh pues… Yoga, escalada... Cosas que tienen que ver con ejercicios meditativos. Hago mucho trabajo de cuidado conmigo misma de mis… mis horas de sueño, mi alimentación, mi… mi terapia. Por supuesto, mi terapia personal. Entonces como que le doy importancia a todo eso. Bueno, pues, pues eso es todo lo que hago para para intentar estar ahí presente, no sé si esa era la pregunta… (E13) Otra de las recomendaciones de algunas expertas para poder ejercer la profesión con mayor confianza tiene que ver con la necesidad de aprendizaje del silencio y la formación permanente. Es decir, el estudio en profundidad, tanto de las fuentes, como de la naturaleza misma de nuestra psique. Algunas expertas dicen encontrar poca presencia del silencio en la formación recibida como arteterapeutas y expresan el deseo de su inclusión en el futuro: Creo que, desde el punto de vista positivo, que el silencio permite que afloren cosas y que las personas que se forman como arteterapeutas tienen que estar, eh… o sería conveniente que estuvieran cómodas en el manejo del silencio. (E5) 54 de 81 6.3.4. EL CONTEXTO DE LA SESIÓN DE ARTETERAPIA Y LA PRÁCTICA a. Lo que tiene que ver con la persona En relación con la práctica misma de la labor arteterapéutica, a lo largo del desarrollo de los temas e ideas principales, se han ido anticipando cuestiones que tienen que ver con el presente apartado. La mayoría de las entrevistadas pone el protagonismo de la sesión en aquello que la persona necesita, indicando que, en cada caso, esto es diferente. Algunas de ellas hacen mención explícita al hecho de que la significación y el manejo del silencio en cada caso, obedece a las necesidades individuales de las personas. Más de la mitad de las arteterapeutas subrayan que existe una notable diferencia en la percepción y el uso que se hace del silencio en función del dispositivo de la sesión, es decir, no tiene nada que ver el trabajo en sesión individual con el que se realiza dentro de un grupo. Algunas arteterapeutas hacen alusión a la importancia del contexto: “siempre hay un contexto” (E11). En este sentido, varias de las arteterapeutas inciden en la importancia de la presencia y la escucha atenta a lo que necesita la persona, dado que, lo que a una persona evoca el silencio, no tiene nada que ver con lo que le transmita, o las emociones que produzca en otra. Algunas arteterapeutas mencionan, además, lo diferente que puede ser trabajar con grupos o individuos de distintas edades. Generalmente, no se trabaja igual con niños que con adultos. En este sentido, mientras que algunas personas consideran más fácil el manejo del silencio en el trabajo con la infancia, otras perciben más dificultad, en parte, porque las sesiones grupales con niños suelen requerir de más interacción, de una explicitación mayor, de la presencia, la disponibilidad o, simplemente, por el hecho de que, a veces, hay más ruido ambiental en referencia al uso de los materiales y la actividad durante el momento de creación. Una de las participantes alude también al caso particular del trabajo con adolescentes y la existencia de silencios que pueden tener que ver con cierta rebeldía propia de la edad o en cuanto a la percepción de la obligación de callar acerca de determinados temas que han interiorizado. En el caso de una de las expertas se alude a la naturaleza del silencio como un portal de acceso a la emoción que puede dar paso al surgimiento de diferentes estados de la persona durante el transcurso del proceso y de la sesión. Por lo tanto, “lo que aparece”, en este caso, pueden ser todo tipo de sensaciones por parte de la persona. De acuerdo con algunas profesionales, hay que tener en cuenta la capacidad de diferenciación, como bien demuestra la posibilidad de autoexaminarse con honestidad y abordar cuestiones que afecten a las miradas transferenciales por parte de la persona y su impacto en forma de fenómeno contratransferencial. Por esta razón, a modo de conclusión, en lo tocante a este punto, en palabras de una de las profesionales se subraya que: Para ampliar un poco, en ese sentido, creo que el silencio es fundamental para poder discernir lo que se está poniendo de uno y lo que se está escuchando del otro, ¿vale? Porque… La… ese, esa mítica objetividad, no creo en ella, ¿no? Pero sí creo que hay un espacio de silencio donde lo que es se ve con mayor claridad, ¿vale? Y donde uno puede estar atento a identificar si eso que está poniendo verdaderamente lo está percibiendo del paciente o son sus propios patrones o sus propias proyecciones puestas en el proceso. (E17) 55 de 81 b. La expresión y la comunicación Otra de las ideas fundamentales que permean los resultados tiene que ver con la concepción por parte de la mayoría de las arteterapeutas del silencio como un acto de comunicación y existente únicamente en el ámbito del lenguaje, dado que otros muchos lenguajes están presentes en todo momento, entre otros, el lenguaje corporal. Algunas de las arteterapeutas enuncian esta idea que pone de relieve que, en algunos casos, el padecimiento de la persona es tan alto, que dificulta mucho la posibilidad de elaborar y exteriorizar verbalmente. En particular, esto está inextricablemente conectado con el silencio que es producto del trauma. En palabras de una de ellas: “yo creo que, como dice E5, en el silencio traumático, es un silencio que se refiere solo a la palabra, porque el cuerpo no calla en muchas maneras de poder estar y de poder sostener ese silencio (…)”. (E6). En palabras de otra de las expertas: Es decir, cuando estamos en la palabra no estamos en el silencio. Pero estando en silencio, siempre estamos en el cuerpo. Y al final el cuerpo es el que está hablando siempre, ¿no? Entonces nunca hay un silencio total, pero hay un silencio más de la dimensión cognitiva. Que eso es uno de los beneficios del arteterapia, ¿no? que estamos más en lo creativo, estamos más en el cuerpo a través de la creación plástica o la creación del tipo que sea. Y… la dimensión cognitiva, sin que podamos deshacernos de ella, porque ni es posible ni es necesario, pero queda relegada, ¿no? a ese a ese discreto segundo plano y es ahí donde encontramos los beneficios. Entonces ahí el silencio juega un papel fundamental. (E16) Por último, otro de los canales de comunicación que se detecta más frecuentemente en las conversaciones con las arteterapeutas tiene que ver con la expresividad a través de los materiales y la creación plástica. Algunas de las expertas, como se anticipa en un punto anterior, exponen que, inclusive la ausencia de creación durante la sesión informa, es también una forma de comunicar. Además, lo que sucede con el cuerpo durante la sesión es considerado por algunas de las arteterapeutas como una creación u obra de arte como tal. Figura 17 Obra sin título (E8) c. Lo que aparece en la sesión Más de la mitad de las entrevistadas conciben el silencio como una invitación, como un lugar o un espacio a generar para que lo que tenga que suceder, suceda. En palabras de algunas de ellas, “que lo que tenga que acontecer, acontezca“ (E5, E6). Esta noción ha sido formulada de diversas maneras, pero, en esencia, es algo que se repite en el discurso de la mayoría de las arteterapeutas con una frecuencia destacable. Algunas de las expertas aluden a la aparición de distintas emociones, sensaciones o pensamientos que surgen en el trascurso de la sesión, tanto para la propia profesional, como en lo que se refiere al paciente o la paciente. Algunas de ellas, refieren que algunas de estas cosas que pueden emerger “pueden implicar un sufrimiento altísimo” (E6) o pueden conducirnos directamente “a auténticos infiernos” (E14). 56 de 81 Una de las arteterapeutas comparte una obra en la que lo que aparece es un silencio que llega y se instala en el proceso terapéutico, revelando la existencia de una experiencia vital que permanece no enunciada durante un período largo de tiempo, lo cual la experta relata en el extracto a continuación: O sea, yo la elegí porque representa las muchas cosas que puede esconder el silencio, ¿no? O que pueden, bueno, más que esconder que pueden… no sé si la palabra es esconder. Que pueden no estar desveladas, ¿no? o estar implícitas en el silencio. Entonces es, esta es una obra que hizo una paciente que llegó a hacer terapia conmigo, pues cuando tenía 17 años, y estuvo 3 años y… hicimos el cierre. Y hacia la mitad, más o menos, apareció esta obra. Ehm… Que, bueno, puede tener muchas implicaciones, pero hay como algo de la de la imagen que te que lleva a pensar en la palabra abuso, ¿no? Yo también tenía ciertos datos, ¿no? sobre sobre que esto podía haber sido un hecho posible, ¿no? Pero, sin embargo, en ese momento, ella no habló de esto. Entonces, me di cuenta de que de que de que ese silencio, eh, que se da en lo verbal cuando las imágenes están expresando algo que una no puede todavía integrar, pues es una herramienta de trabajo. (E15) El extracto a continuación sostiene también la idea presentada en este punto en el que converge una gran parte de la muestra: El silencio, el silencio es que implica muchísimas cosas, puede tener muchos significados, muchas utilidades. También puede ser pues… complejo en su manejo. A ver, yo creo que el silencio en el proceso terapéutico es como lo es en la vida, es muy necesario, es imprescindible para que se puedan… para que se puedan abrir espacios y posibilidades a la reflexión, al encuentro de las personas que están en arteterapia. Al encuentro consigo mismas, al encuentro con… con aquello que… que emerge del propio proceso creador. (E16) Para concluir con este apartado, una de las participantes lanza una invitación a cuestionarse con mirada autocrítica si, verdaderamente, como profesionales, las arteterapeutas se encuentran disponibles en ese silencio, y su presencia es tal como para: Poder estar en el silencio con nosotras mismas, porque no es que estamos… ¿con quién estamos ahí en el silencio? Estamos con lo que somos en ese momento, y si estamos disponibles para poder acoger lo que el silencio realmente nos traiga, no lo que queremos nosotras vivir. (E1) 6.3.5. VÍNCULO Y PROCESO TERAPÉUTICO En lo referente al tema nuclear que tiene que ver con el vínculo, la mayoría de las arteterapeutas consideran que, en relación con el silencio, es importante que el vínculo esté “forjado” (E8), que sea lo suficientemente seguro o presente la estabilidad que permita que la persona confíe y se permita dejarse caer para ser sostenida por la profesional. Más de la mitad de las expertas consultadas considera que, en las primeras sesiones, puede aparecer el silencio por parte de la persona como una defensa, pero que, sin embargo, no sería recomendable que la arteterapeuta respondiese con silencios hasta conocer y comprobar qué es lo que en ese caso particular pueda ser más beneficioso para la persona. Es interesante que, más de la mitad de las consultadas hacen referencia a la temporalidad en el proceso asociada al vínculo y, por lo tanto, en relación con la capacidad de la persona de soportar los silencios. Una de las expertas especifica que el manejo del silencio dentro de la relación terapéutica ha de realizarse con el mayor conocimiento y cuidado posible, dado que “el 57 de 81 silencio puede favorecer el vínculo, pero también lo puede ‘fastidiar’” (E14). Esta profesional recuerda la importancia de tener en consideración que el vínculo terapéutico no tiene nada que ver con un vínculo de cualquier otra índole, lo cual es delicado, pero también abre la posibilidad de la experiencia transformadora para la persona. En lo tocante a la influencia que el silencio pueda ejercer sobre el vínculo, existe menor acuerdo entre las expertas, siendo solo algunas las que contemplan introducir los silencios en las sesiones en cualquier momento del proceso. De hecho, algunas de las terapeutas afirman que el hecho de poder compartir silencios con una persona es habilitante para la generación de vínculos. Algunas de las expertas no consideran la influencia del silencio sobre el vínculo o el vínculo sobre el silencio como algo relevante. Un par de profesionales dicen no haberse parado a pesar sobre este punto o no estar seguras de cuál es su opinión al respecto. Otro aspecto que emerge del análisis de datos tiene que ver con lo referente a los tiempos, a los ritmos o al momento del proceso y de la relación vincular. A continuación, se expone un extracto que defiende la espera en relación con la contemplación del silencio en la sesión: Entonces, para mí, era como que, como si como si, de repente, si… si esperásemos un poco y pudiéramos observar más este silencio, pudiéramos descubrir que, si generamos un espacio… Por eso, también para mí también era importante como que fuera algo que contuviera, ¿no? Algo que contiene. Porque para mí el silencio es como contenedor, es un… es como algo que envuelve el espacio terapéutico, se podían descubrir y generar cosas. Pues, bueno, cosas… cosas mágicas. En este caso, para mí era como mágico. (E13) 6.3.6. EL MATERIAL, LAS OBRAS Y LA CREACIÓN EN LA SESIÓN Otro de los temas principales que se extraen de nuestro análisis de los datos, tiene que ver con la relación existente entre el silencio y la creación artística, los materiales plásticos y las obras resultantes. La mayoría de las arteterapeutas, en este punto, conciben el momento de creación dentro de la sesión de arteterapia como un momento que, preferiblemente, ha de transcurrir en silencio, atendiendo a las posibles necesidades de las personas que pudiesen surgir. Además, en referencia a los lenguajes creativos de los que se sirve el arteterapia vemos que, precisamente, el hecho de contar con esta variedad de medios de expresión posibilita un “espacio privilegiado” (E16) en que puede ofrecerse el silencio a la persona, ya que, la creación facilita que: La persona, como sabemos, puede hablar de sí misma, pero sin tener que ser ella quien habla, porque quien habla es la obra. Y ni siquiera tenemos que traducir en primera persona absolutamente nada de lo que ocurre en la obra, ni desvelar las metáforas ni los símbolos que aparecen. Eso puede ser un proceso que se puede dar o no, pero que no… no tiene por qué darse. Entonces el silencio es que la persona, desde su silencio explícito, puede hablar implícitamente a partir de la obra mientras y… Y desde una dimensión emocional, y desde una dimensión que apela a toda la memoria emocional. (E16) Más de la mitad de las arteterapeutas aluden a la implicación de todo el cuerpo durante el acto de la creación y en la exploración con el material, por lo que, alguna experta afirma rotundamente que “el silencio no existe” (E4). El proceso creativo, al igual que el propio silencio, es un acto de comunicación en que la conversación que se despliega es un diálogo de la persona consigo misma o de la persona con el material o la obra. En referencia a la comprensión del proceso artístico de la persona, aclara una de las arteterapeutas: 58 de 81 Yo creo que que es importante investigar en nuestros procesos creativos para poder investigar los procesos creativos de otros, porque también eh… Debemos también saber dónde dónde estar en el proceso creativo de otro, ¿no? y no proyectar los nuestros, ¿no? en los de otros, ¿no? Somos almas, cada una, con con procesos diferentes. (E12) Algunas de las expertas conciben el material plástico como un receptáculo en que la persona puede colocar aquello que sienta, ya sean emociones agradables o desagradables. En más de la mitad de los casos se hace alusión a la aparición de emociones como el enfado, la rabia o la frustración en la experimentación con determinados materiales, lo cual difiere mucho de una persona a otra. Algunas de las profesionales ven en el material una posible herramienta de descarga y, de este modo, así pueden invitar a la persona a hacer uso del mismo en alguna ocasión. Además de esto, algunas profesionales consideran que el material puede ayudar a la persona a estar con “lo que sucede” en la sesión o suponer una vía de expresión, no solo mediante la exploración sino como medio de la exteriorización de la voz o el grito. Una serie de materiales han estado notablemente más presentes que otros en las conversaciones. Más de la mitad de las profesionales aluden a ciertas propiedades que se asocian a determinados materiales en particular, aunque no existe un consenso en estas percepciones. El material que para una persona puede ser muy beneficioso en algún punto, puede no serlo para otra, con lo cual, con los datos recabados en este estudio, no tenemos material suficiente como para establecer una teoría sobre ello. Lo que sí podemos señalar es que el barro o la arcilla ha sido uno de los materiales más frecuentemente mencionados en las conversaciones. Por último, en referencia a los materiales presentes en el espacio arteterapéutico, se hace alusión a la música como un elemento clave que ha emergido en más de la mitad de los encuentros como elemento que plantea diferentes aristas en su comprensión, así como en su aplicación. Más de la mitad de las arteterapeutas inciden en el uso de la música con consciencia del objetivo para el cual se utiliza. Algunas arteterapeutas asocian la utilización de la música como un elemento de evasión, otras, consideran que esta puede llevar al silencio a las personas o a la conexión consigo, mientras que otras creen que, en lugar de favorecer la conexión, sucede todo lo contrario. Alguna de las profesionales explica utilizarla a veces sí, a veces no, dependiendo de lo que detecta que se vaya necesitando y que se pueda o quiera movilizar. Algunas expertas inciden en que, de existir, su uso debe responder a una función bastante concreta. En cuanto a la utilización de la música en sesiones individuales, esta es una cuestión que plantea bastantes dudas en la mayoría de las profesionales. Por último, se comparte el extracto en que una de las expertas explica su consideración de la música como un material más a disposición de la persona en la sesión, por lo que, además, también se abordaría su aparición y lo que esta ha supuesto en el momento de cierre: Es decir, que… que yo creo que es… o va de música y, entonces, vamos a trabajar la música. O tiene, por ejemplo, una función en el momento de acogida en un grupo, por ejemplo, o de cierre, tal. Pero en el tiempo de creación, tendría que tener una función muy concreta. Y eh... el terapeuta tendría que dominar esa parte de música como material y yo no me considero experta en música. Es decir, soy usuaria de la música, ¿no? Es decir, pero… pero no me considero experta en… con la música introducida en la terapia. Entonces, la considero un elemento que ocurre, a veces, y entonces lo integro, pero lo planteo como material. (E15) 59 de 81 6.3.7. EL MÉTODO DE INVESTIGACIÓN a. Aportaciones desde el arte La mayoría de las participantes en esta investigación estima conectar con la obra de determinada manera para poder exponer su experiencia y conocimiento acerca de este fenómeno. En algunos casos, las evocaciones que las participantes de los grupos mencionan, coinciden con las de sus compañeras (en el caso de la participación de los grupos focales), mientras que, en otros casos, dan habida cuenta de la diversidad en la percepción subjetiva de la persona. Más de la mitad de las participantes sostienen que el arte y las obras tienen la capacidad de hablar por sí mismas. Algunas de ellas sugieren que la contemplación de algunas obras escogidas ha de hacerse de manera silenciosa y que conecta con algo del orden de “lo inefable” (E5) y de “lo místico” (E16). Una de las expertas, en la contemplación de la obra propuesta, afirma que la imagen no necesita explicación. b. El diálogo con las obras La mayoría de las expertas entrevistadas preparan o hacen la búsqueda de estas imágenes, textos literarios o vídeos previo al encuentro y las hacen llegar a la investigadora, quien puede integrarlas en una presentación en el formato online de realización de grupos focales y entrevistas. Por lo que, previo al encuentro, la mayoría de ellas realiza una labor de introspección mediada por el arte que conjuga el propio diálogo interior entre lo que se sabe del orden del pensamiento y en palabras, con otros lenguajes del orden de lo emocional, lo intuitivo o lo sensorial que facilitan la entrada en conversación y apoyar su discurso. En el caso de una de las expertas, esta comparte la lectura en voz alta de un texto escrito por ella misma, cargado de simbolismo, y en el cual la metáfora contribuye a la conexión de las obras escogidas con el tema y las preguntas de la investigación. Sirva, a modo de ejemplo, este fragmento extraído de tal elaboración realizada ex profeso para el encuentro: La obra como extensión del cuerpo que se mueve y se acompasa a las necesidades de cada persona y asimismo se manifiesta, pero también como este corpus independiente que va tomando, como este propio ritmo, etcétera. El título, bueno, eso me parece englobar la relación triangular y también la relación del usuario con la obra, así como la del usuario con el terapeuta y todo lo que se pone en juego en ese universo simbólico que está dialogando y se está co- creando en el espacio. (E11) Es decir, la participación en la entrevista dispara, no solo la conversación, sino la creación. En el caso de otra de las participantes, al dialogar en uno de los grupos focales con la obra de otra de las consultadas, afirma sentirse inspirada por la obra de su homóloga arteterapeuta preguntándose cómo ella misma, a partir de esa obra, dibujaría lo que significa para ella el silencio. c. El interés y la participación La mayoría de las expertas muestran un gran interés en el tema de estudio en torno al que gira la investigación. Algunas de ellas expresan curiosidad y sorpresa tras la participación a través de la técnica de la foto-elicitación, reconociendo que, en algunos casos, no la conocían previamente; así como no habían pensado las cosas que llegaron a decir en el encuentro, lo 60 de 81 cual tuvo lugar, en particular, dentro de uno de los grupos focales. Otras dos arteterapeutas reconocen también que, aunque sí habían pensado sobre estas cosas, no se habían parado a dialogarlo de este modo, lo cual les gustaba. Además, ello conducía a tomar conciencia de muchas de las prácticas que se tienen interiorizadas, pero a las que no se les habían puesto palabras, lo cual puede suponer una aportación para darse cuenta de las múltiples herramientas con las que se cuenta. 7. DISCUSIÓN Los resultados de la presente investigación han conducido a la identificación de algunos de los elementos que las expertas consideran relevantes en cuanto a la relación entre el fenómeno del silencio y el ejercicio de la práctica arteterapéutica. Con el objeto de favorecer la comprensión, la información aportada por las participantes ha sido organizada en torno a grandes temas o categorías nucleares que, a lo largo del proceso de elaboración del trabajo y la presentación de resultados, devienen en un entramado de relaciones entre elementos profundamente interconectados entre sí. Esto evidencia que nos encontramos ante un fenómeno complejo que, lógicamente, se resiste a las limitaciones que el lenguaje encuentra para su definición. En referencia a los resultados que arroja esta investigación en relación con nuestro marco teórico, se destaca la riqueza aportada en torno a la percepción de los silencios de parte de las arteterapeutas amplificadas gracias al uso del arte, lo que ha permitido la evocación para la enunciación de diferentes tipos de silencio que, sin duda, enriquecen las ya aportadas. De este modo, a las tres clases de silencio enunciadas por Back et al. (2009), en referencia a la intención del terapeuta, podría añadirse este tipo de silencio que tiene que ver con permitir que surja lo que sea que tenga que aparecer. Por lo tanto, un paso más allá de la invitación a pensar para responder o sentir, se considera que esta acepción propuesta por las expertas adquiere un carácter mucho más inclusivo de todo lo que sucede y no únicamente en lo referente a una interacción entre dos personas (paciente y profesional). En cuanto a la categorización realizada por Levitt (2001), en referencia al silencio productivo, nuestro estudio confirma la existencia de este tipo de silencios, en ocasiones, con otras nomenclaturas, pudiendo incluir silencios de la persona que tienen que ver con aspectos trascendentales y de conexión con la propia obra. En el caso de la disciplina arteterapéutica, las dimensiones del silencio cuentan con la existencia del proceso artístico y la obra, lo cual posibilita otros silencios adicionales a aquellos que la psicoterapia ha contribuido a formular. Nuestro estudio, al igual que el de Ladany et al. (2000), concluye que el silencio no puede ser conceptualizado de manera estandarizada, puesto que existe la subjetividad y cada persona, terapeuta, en este caso arteterapeuta, y cliente, son únicas. También se recuerdan ciertas características otorgadas al silencio del participante o de la participante durante los momentos de trabajo, distinguiendo entre un silencio lleno de significado, cuando se está en silencio pero se está haciendo algo en términos de creación, o el silencio vacío, por el que se refieren a aquel que sucede cuando la persona está en silencio y no está trabajando (Gelso and Fretz, 1992, en Ladany et al., 2000). En el caso de nuestro estudio, los resultados difieren de esta afirmación al considerar que el silencio de la persona nunca está vacío de significado y, además, incluso la no creación de obra en la sesión se considera un acto de comunicación. 61 de 81 De acuerdo con Ladany et al. (2004), se pone la responsabilidad del manejo del silencio en manos de la profesional o el profesional, quien ha de ser consciente acerca de su pertinencia, la duración y los efectos que este puede tener sobre la persona, sobre el proceso arteterapéutico y sobre la relación. En referencia a esta última, los datos de esta investigación aportados por la mayor parte de las arteterapeutas consultadas confluyen con Ladany et. al. (2000). Esto se debe a que se estima un prerrequisito fundamental para las profesionales y los profesionales la existencia de una alianza terapéutica estable, no suelen utilizar el silencio con determinados pacientes o determinadas pacientes que se encuentran en estados de mucha ansiedad o de enfado, y a que, con la experiencia y gracias a su propio proceso terapéutico y supervisión, han aprendido a manejar mejor el silencio para utilizarlo en su práctica profesional, algo que también afirma el estudio de Regev, Kurt, et al., (2016). En lo concerniente a la propuesta de incorporación del modelo integrador Bodymind para la reformulación del triángulo terapéutico (Czamanski-Cohen & Weihs, 2016), se confirma la importancia que las expertas otorgan a la consideración global del proceso como fenómeno que implica tanto al cuerpo, a la mente y a la emoción como un todo inseparable. La relación triangular, definida anteriormente en este trabajo, se relaciona con la posibilidad de proporcionar un estilo de apego seguro que emula las relaciones primarias. La figura de la arteterapeuta puede resultar clave en la redefinición de los vínculos, proveyendo a la persona de los materiales y proporcionando un espacio acogedor y nutricio al que Moon (2011) se referiría como ‘uterino’ (Moon, 2011, en Czamanski-Cohen & Weihs, 2016). El modelo Bodymind en su formulación postula que los materiales ayudan a regular emociones negativas a través de la creación, dando lugar a una posible relación a desarrollar entre arteterapeuta y paciente. Otra de las aportaciones de este modelo que se han visto reflejadas en nuestros resultados tiene que ver con la implicación corporal en el proceso de creación y el lenguaje del cuerpo, sobre el que las expertas han dirigido el foco de atención. En nuestro estudio, tal y como promulga el modelo Bodymind (Czamanski-Cohen & Weihs, 2016), se apunta a la enorme importancia del material durante la sesión que, de acuerdo con algunas profesionales, efectivamente, posibilita el diálogo y la conexión de la persona consigo misma, así como la presencia durante la sesión para poder estar con lo que aparece. Esto último concuerda también con los hallazgos del estudio de Regev, Chasday, et al., (2016), quienes destacaban la influencia que ejercen los materiales artísticos en los momentos de silencio y sobre el proceso terapéutico (Regev, Chasday, et al., 2016). Case y Dalley (2014) recuerdan que este tiempo de la sesión de arteterapia es un momento para que el paciente o la paciente pueda trabajar en silencio y cuidadosamente, y que no es infrecuente que la persona que se encuentra en el taller de arteterapia esté creando relativamente alejada del resto y de la arteterapeuta o del arteterapeuta – cuando se encuentra ante un dispositivo grupal – y tome la decisión de reaparecer cuando considera haber terminado. En su opinión, esta experiencia es muy distinta a aquella en la que pueda encontrarse la persona sentada en silencio. Por tanto, los autores y las autoras establecen una diferenciación que alude a la aparición del silencio, siendo una de ellas la que sucede durante el proceso creador. En este caso, se piensa que el lenguaje está operando a nivel intrapersonal motivado por la mediación del arte. La explicación que se ofrece es la consideración de las imágenes como la causa del surgimiento de una especie de diálogo interno en la persona que se exterioriza a través de la obra final como objeto, imagen o imágenes. En el caso de nuestro estudio, la vivencia de la mayoría de las arteterapeutas 62 de 81 coincide en considerar el tiempo de creación como un momento, principalmente, de silencio y conexión, en todo caso, con una o uno mismo, con los materiales y con la obra. Especial relevancia en este trabajo ha cobrado la presencia de la arteterapeuta como elemento nuclear que se acompaña de la escucha y de la mirada. En consonancia con lo establecido por Schwarz et al. (2018, p. 15), la presencia es algo para lo que la profesional o el profesional ha de prepararse. Según los mencionados autores y autoras, no es algo innato que esté garantizado en la experiencia de la sesión, sino que las arteterapeutas o los arteterapeutas tendrán que preparare para poder ejercerla. Además, estos autores y autoras hablan del aprendizaje que se acumula gracias a la experiencia y del conocimiento que se adquiere mediante el estudio, la experiencia, y la supervisión y que se desarrolla gracias al transcurso de los años, así como de la profunda creencia en el arte para sanar (Schwarz et al., 2018). Consideramos que los resultados ofrecidos por nuestro estudio gracias a los testimonios de las arteterapeutas concuerdan con estas afirmaciones. Otro de los resultados de este estudio guarda relación con las estrategias de autocuidado que las profesionales ponen en práctica y que, además de revertir en su propio bienestar, favorecen su capacidad de estar presentes con el silencio en la sesión. El artículo de Back et al. (2009) suponía una aproximación a la comprensión del silencio contemplativo en el ámbito de la sesión clínica. En el caso de nuestro estudio, este ha ampliado su perspectiva, considerando las herramientas de la meditación y el silencio trascendental en el espacio arteterapéutico. La investigación que se presenta ha descubierto como hallazgo la importancia de la mirada en relación con la escucha y la presencia terapéutica en relación con el silencio. De este modo, se subraya la capacidad de observación que ya mencionaba Serrano Navarro (2018) de esta manera: En la suspensión del juicio de las sesiones de arteterapia, la mirada se agudiza y la escucha se amplía hasta estar en disposición de acoger y de presenciar la creación artística acompañada. Así, un trazo aparece, una gota se expande o una línea se enreda, como se enredan las palabras, las emociones, los recuerdos y el malestar. Los fragmentos de papel se ubican a un lado o al otro de una realidad subjetiva y simbólica que emerge “como forma del fondo”, de un mapa emocional que le da sentido. No hablo así de observar algo como ajeno, sino de entenderlo como parte esencial de un proceso arteterapéutico que implica a más de uno (Serrano Navarro, 2015, p. 186). La mirada no solo permite observar lo que pasa a la persona en la sesión, sino que también abre la posibilidad a la contemplación conjunta de la obra o las obras artísticas gracias a la existencia de estas, así como de la relación triangular. De acuerdo con Hautala (2011), la obra visibiliza la información acerca de los sentimientos de la persona tanto para esta como para el terapeuta o la terapeuta y la transforma en una herramienta de comunicación. De acuerdo con la autora, a veces no hace falta más que contemplar la obra juntas o juntos en silencio (Hautala, 2011, p. 82), algo que se desprende tanto de la disciplina arteterapéutica, como de esta investigación. En este sentido, conectamos los descubrimientos del estudio con la afirmación de Case y Dalley (2014) acerca de que, en parte, podría decirse del arteterapia que esta reconoce lo que “el corazón dice”, lo cual podría no ser articulable en palabras. Podría ser necesario, a través de la realización de una secuencia de imágenes por parte del cliente o de la clienta, responder con una devoción silenciosa a las imágenes (Case & Dalley, 2014, p. 121). 63 de 81 La presente investigación ha comprobado, gracias a la introducción de técnicas de la IBA, la pertinencia del manejo de este método para acercarse al conocimiento de las profesionales. Del mismo modo, se establece que el arte respuesta ha servido a la investigadora como técnica y, a su vez, como estrategia de autocuidado. Tal y como expresa García-Reyna (2007): Otra función que he encontrado realizando respuestas artísticas, es fomentar mi capacidad de mentalización, la mía como arteterapeuta; tanto la mentalización explícita, principalmente al realizar la imagen, “…en la que es necesario un proceso secuenciado, que exige reflexión, atención, consciencia, intención y esfuerzo” (Bateman, A. & Fonagy, P. 2016 p.35), así como la mentalización implícita, la obra muestra por sí misma aquello que no puede ser dicho con palabras, tiene un lenguaje propio, “me habla” sobre mí, sobre mis emociones y revela aquello que está latente en la relación con mis pacientes (así como la obra del paciente revela lo mismo); este proceso personal y profesional da sus frutos en sesiones posteriores, realizar arte respuesta me ayuda a generar un diálogo con la obra, la cual ha sido creada pensando en los usuarios, enriqueciendo y ampliando la visión con respecto a lo que ha sucedido y puede suceder en mi relación con ellos. (García-Reyna, 2017, p. 24) Por otro lado, al incluir la herramienta de la foto-elicitación para la facilitación de los grupos focales y entrevistas, se observa que esta ha potenciado nuestro estudio, dotando a las técnicas de un lenguaje enriquecido por todas las dimensiones expresivas que ofrece el arte. En palabras de López Fernández-Cao (2009), este: Nos ayuda no tanto a conocer la realidad sino nuestra realidad, el paisaje interior: aquel que nadie conoce más que nosotros y nosotras, aquel que no le interesa más que a nosotros mismos y sólo nosotros contemplamos. Y, sin embargo, acaba interesando a muchas personas porque todas participan del miedo, la soledad o el dolor que a veces puebla ese paisaje. (López Fernández-Cao, 2009, p. 19, en Serrano Navarro, 2015, p. 188). Por otro lado, el hallazgo acerca de las posibilidades de la foto-elicitación y nuestros descubrimientos en el estudio se aproxima a la experiencia realizada a través del Proyecto PROYECTA, que demuestra la capacidad expresiva de las obras artísticas como un reflejo de las subjetividades de las observadoras y los observadores y como herramienta para reflexionar (López Fernández-Cao, 2018). Por último, se recurre a las referencias existenciales en torno al vacío desde lo antropológico y a lo sociocultural, entendiendo las repercusiones que estas dimensiones tienen en lo personal. De esta manera, no es de extrañar, como explicaba (Le Breton, 2007), que algunas personas tiendan a buscar espacios más conectados con la escucha y la presencia, en calma, como elección personal de camino o filosofía de vida, lo cual ha quedado reflejado en algunas de las experiencias que las arteterapeutas consignan en este estudio. 64 de 81 8. CONCLUSIONES “Silence resounds with its own presence, adding meaning in ways that language alone can never accomplish. [El silencio resuena con su propia presencia, añadiendo significado de maneras que el lenguaje por sí solo no podría lograr jamás]”. (Schroeder, 2016, p. 1, en Tegart, 2019, p. 658) A lo largo de la elaboración de este trabajo, han surgido cuestiones que evidencian el abordaje de la concepción del silencio en arteterapia, principalmente, desde el punto de vista de su acepción referida a lo no-verbal. En este sentido, sería pertinente seguir ahondando en esta materia desde todos los ángulos posibles, como el que podría representar, por ejemplo, el impacto y lo apropiado de la utilización de sonidos y/o música, algo que en ocasiones se realiza sin tener idea de en qué manera afectará la ruptura del silencio ambiental a las personas participantes de un taller de arteterapia. Así pues, esta cuestión ha sido considerada por las expertas como un elemento importante a tener en cuenta en el trabajo. Un hallazgo interesante es la consideración de este elemento como un material más, de entre aquellos de los que se dispone para el trabajo y con los que la persona va a dialogar y que, por tanto, dará lugar a que pasen cosas que podrán conducirla a determinados lugares donde los procesos van a tener lugar igual, en conexión con la persona. En este sentido, ojalá la profesional o el profesional cuente con los recursos para poder acompañar si esto sucede. Otra de las cuestiones fundamentales atañe al momento en el cual se aprende la disciplina del silencio en arteterapia. no es sino gracias a la práctica, a la propia terapia y el autocuidado en la esfera de lo personal de la arterapeuta o el arteterapeuta y a la supervisión que los profesionales y las profesionales adquieren mayor competencia en este ámbito. La pregunta que surge es si esta es una cuestión que deba pasarse por alto y no ser incluida en la formación para el futuro, o si es una competencia que atañe al interés personal de la futura profesional o el futuro profesional; si se deja en manos de la vida y el azar esta crucial tarea y, sobre todo, ¿cómo hacerlo? La esperanza está en esta evolución que se experimenta con el paso del tiempo y de la que las expertas hablan, pero sigue siendo necesario plantear este interrogante: ¿es posible abordar desde la formación el camino del silencio? Y, sobre todo, ¿cómo? Puesto que se deduce que muchas otras personas, en formación o noveles, acucian esta necesidad actualmente. En otro orden de cosas, se infiere que la creación en arteterapia es una forma de expresar que se gesta y alumbra en silencio y que no siempre se necesita romper el silencio. Con esto quiere decirse que ni siquiera el lenguaje en su vertiente escrita, ni siquiera lo poético necesitan invadir este espacio en que se instalan los silencios por los que se navega y se co- construye. El arte, pues, permite hablar calladamente. Si bien es cierto que no habría silencio nunca en una sala en la que las personas estuvieran llevando a cabo sus procesos creativos; y, sin embargo, ¿por qué y cuándo unos sonidos son perceptibles y otros no? Por otro lado, no para permanecer en silencio, sino para poder desarrollar un discurso, se ha comprobado la idoneidad del método escogido. Como apoyo a esta investigación, la creación artística como respuesta a aquello que sucede en las sesiones ha acompañado a la investigadora en lo personal, como estrategia de autocuidado, y en lo profesional, ayudando 65 de 81 a sostenerse y a revisar el ejercicio de sus prácticas. De acuerdo con los resultados del estudio, precisamente, el autocuidado y la supervisión de la práctica han emergido como una cuestión nuclear desde la percepción de las expertas, así como para la preparación de la profesional a la hora de entrar a una sala y ponerse al servicio de lo que la sesión y la persona requieran. En este sentido, se considera una aportación de este estudio la búsqueda de formas alternativas para la introspección que puedan informar sobre el ejercicio de la práctica y conectar con lo vivido de manera sistematizada y con una mirada investigadora. Por ello, la integración del arte respuesta y el enriquecimiento de nuestro diario de campo, han conducido no solo a poder pensar de otra manera sino, también, a entender esta faceta del tema escogido que no es posible aprehender con palabras. De otra parte, la inclusión del diálogo a través del arte, gracias a las aportaciones de la IBA como parte de las técnicas de recogida de datos mediante el uso de la foto-elicitación, ha favorecido la participación y el desarrollo de la conversación en un lenguaje enriquecido que es mucho más cercano al lenguaje que manejan las expertas en relación a su profesión y a los fenómenos que se producen en las sesiones. De igual modo, el silencio, desde la comprensión de la ausencia de la palabra, está repleto de la expresión por muchos otros medios, por ejemplo, desde el cuerpo. Y es casi desde el cuerpo y la integración del pensamiento, sensorialidad y emoción que nos acercamos al proceso arteterapéutico y al arte. Se considera que la utilización del arte para explorar lo vivencial y el manejo de este tema ha sido uno de los puntos fundamentales que otorgan carácter a este trabajo. Así como la incorporación de las obras artísticas propuestas por las expertas en el proceso de análisis y presentación de resultados ofrece a la investigadora y a los lectores o a las lectoras mucha información que es esquiva a ser traducida en palabras. De entre las múltiples limitaciones con las que cuenta este trabajo, en primer lugar, podríamos mencionar la posibilidad de haber contado con más tiempo, lo cual habría facilitado, entre otras cosas, tratar de establecer relaciones entre lo cualitativo, lo artístico y lo cuantitativo. De esta manera, quizá habríamos podido ahondar en cómo los años de experiencia o quizá determinados enfoques terapéuticos inciden visiblemente en factores como la percepción sobre el manejo del silencio por parte de las expertas, por poner un ejemplo. En segundo lugar, la inexperiencia en la tarea investigadora y la dificultad del manejo de ciertos recursos, como el software informático, junto con la magnitud y la cantidad de la información manejada han hecho el proceso de análisis de datos mucho más complejo. Por esta razón, es posible que lo que aquí pueda decirse no haga justicia a la riqueza de todo lo aportado por las expertas. En tercer lugar, una limitación del estudio pudiera estar relacionada con la homogeneidad de la muestra, ya que todas las arteterapeutas eran mujeres. De todas las personas que se interesaron por participar, únicamente una persona del sexo masculino se comprometió a realizar una entrevista. Sin embargo, finalmente, no pudo asistir al encuentro en ninguna de las fechas que se acordaron, cancelando y aplazando en diferentes ocasiones. Por tanto, este hecho podría abrir el interrogante acerca de si el factor de género se relaciona de algún modo con la disponibilidad para colaborar en la investigación, considerándose que la participación, por lo general, suele ser escasa, por falta de tiempo o sobrecarga de trabajo, en las convocatorias a colaborar en la investigación. El esfuerzo realizado por parte de estas profesionales puede guardar relación con la mencionada propuesta de facilitación mediante un lenguaje conocido para ellas y la aplicación de una técnica atractiva e innovadora para la recogida de datos. Quizá la cuestión a la que se alude con respecto a que todas las participantes hayan sido mujeres y su interés por este tema pudiera ser analizada desde una 66 de 81 perspectiva de género como una posible línea de investigación futura. De igual manera, cabría preguntarse si este fenómeno de la vivencia y el manejo del silencio guarda relación con el componente cultural, en el sentido de que pudiera ser que, en determinadas sociedades, como la española, las personas sean más comunicativas que en otras. Este interrogante abriría una reflexión interesante en la manera en que lo colectivo y lo subjetivo se entretejen en la manifestación de un fenómeno tal en el ámbito profesional. También en relación con la consideración de lo colectivo, se estima que este estudio se habría beneficiado ampliamente de la posibilidad de la investigación conjunta, una propuesta que despierta interés en la investigadora, en la línea de lo descubierto al conocer el método de la CQR o Investigación Cualitativa Consensual. Echando la vista atrás, si nos remontamos a sus inicios, el propósito de esta investigación emerge del deseo de continuar formándose acerca de qué es, en esencia, ser y estar como una arteterapeuta “suficientemente buena”, inquiriéndose si tendrá que ver con estar dispuesta a vadear una laguna de silencio, donde se mezclan las aguas saladas y dulces del propio y el ajeno, del único y el compartido; renunciando a entender, a comentar, a saber. Queda mucho camino por recorrer, un camino que, en silencio, dicen las expertas que pudiera permitir mejor la escucha y la introspección. Por todo lo anterior, se estima necesario continuar con la exploración de esta relación entre silencio y arteterapia, para lo cual se invita a la realización de futuros estudios que puedan verter luz acerca de la esencia de este fenómeno, tan complejo en su abordaje y en su exposición desde la palabra, para la mejora de la formación y de la profesión. Asimismo, se valora la posibilidad de continuar explorando este tema de cara a la elaboración de una tesis doctoral. De este estudio se desprende lo difícil que es tratar de conectar con todo aquello que el silencio evidencia y que, en ocasiones, pueden ser muchísimas cosas, las cuales están todas interconectadas. Prueba de ello se encuentra en la complejidad hallada en la exposición de los resultados de este trabajo, de un carácter tan subjetivo y con tantas resonancias, que no para de asociar unos conceptos con los otros. Toda la dificultad para tolerar lo que emerge en relación al silencio se convierte, en algunos casos, en una incomodidad que bien puede tener que ver con el aprendizaje del estar sin hacer, con el despertar y la atención frente al automatismo, con la costumbre de responder de manera reactiva frente al encuentro con el “no-ser” del que habla Lao-Tsé (1999) cuando dice acerca del uso de lo universal que: Lo más tierno en este mundo domina lo más duro. Solamente el no-ser puede penetrar en lo impenetrable. En eso se manifiesta la virtud del no-hacer. Aprende la enseñanza del silencio Y tendrás la ventaja del no hacer. Muy pocos bajo el cielo comprenden su importancia. (Lao-Tsé, 2013, p. 6) El silencio, en ocasiones, puede ser la gran respuesta que ceda paso al detenimiento y a la comprensión en este mundo abarrotado por la sobreabundancia de sonido, estímulos y opiniones. Puede ser, también, un gran acto de amor a la persona este guardar silencio, la compañía, una dedicatoria, ceder la voz, posibilitar el espacio y aprender de quien se tiene enfrente. En palabras de del Río (2006): “tal vez habremos de ser capaces de no forzar el movimiento, de conformarnos con no saber, con saber que a través del trabajo en el taller ha sido posible la realidad de un encuentro” (del Río, 2006, p. 72). Quizá es en este sentido que 67 de 81 se considera fundamental el punto de vista de D’Ors (2019), que tan adecuado puede resultar en un ámbito como el arteterapia, quien revela que: “El silencio es solo el marco o el contexto que posibilita todo lo demás. ¿Y qué es todo lo demás? Lo sorprendente es que no es nada, nada en absoluto: la vida misma que transcurre, nada en especial” (D’Ors, 2019, p. 27). REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (Cord.) López Fernández-Cao, M. (2018). Galería de vídeos del Proyecto PROYECTA: UNA HERRAMIENTA PARA DAR FORMA AL DOLOR Grupo de Investigación ETARDI 941035. ALETHEIA: arte, arteterapia, trauma y memoria emocional. https://www.ucm.es/aletheia/galeria-de-videos Akers, M., & Dupre, J. (2012). Marina Abramović: The Artist is Present. Back, A. L., Bauer-Wu, S. M., Rushton, C. H., & Halifax, J. (2009). Compassionate silence in the patient-clinician encounter: A contemplative approach. 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Hoja informativa y consentimiento para la participación HOJA INFORMATIVA Y CONSENTIMIENTO PARA LA PARTICIPACIÓN EN LA INVESTIGACIÓN Título de la investigación: “Vivencia y manejo del Silencio en la sesión de Arteterapia por parte de la Arteterapeuta o del Arteterapeuta” Promotora: Ana Mª Serrano Navarro Investigadora principal: Mª Piedad García-Murga Suárez Institución: Universidad Complutense de Madrid _________________________________________________________________________________ A continuación, se expondrá información referente a la investigación a la cual se le invita a participar. Se le solicitará que, en caso de estar de acuerdo en colaborar con este estudio, ofrezca su consentimiento para su realización, así como para la grabación audiovisual de encuentros, en forma de grupo focal o entrevista. Por favor, lea detenidamente el contenido de este documento, y en caso de duda, haga todas las preguntas que sean necesarias. Una vez recibida toda la información, si está de acuerdo con su participación, puede firmar los documentos que encontrará a continuación. _________________________________________________________________________________ Acerca de la investigación La presente investigación se encuentra enmarcada dentro del Trabajo de Fin de Máster Universitario en Arteterapia y Educación Artística para la Inclusión Social. Esta investigación está siendo realizada por Mª Piedad García-Murga Suárez, con NIF 50215677F, y dirigida por la Dra. Ana Mª Serrano Navarro. La investigación, de carácter cualitativo, pretende conocer cómo es la experiencia del fenómeno del silencio, entendido como algo que sucede dentro de la sesión de Arteterapia, desde el punto de vista de la vivencia y sentir personal de la arteterapeuta o el arteterapeuta. Asimismo, la investigación se propone indagar acerca de cuál es el uso que se hace del silencio, cómo este es empleado en la sesión por parte de la arteterapeuta o el arteterapeuta. Para ello, se ha escogido la consulta a expertas y a expertos en la disciplina mediante la utilización de un grupo focal y la realización de entrevistas. Se espera que el saber y la experiencia de estas y estos profesionales de la disciplina puedan arrojar luz sobre la cuestión a explorar y que, gracias a su participación, sea posible enriquecer y ahondar en el conocimiento sobre la cuestión, generando nueva teoría que establezca un diálogo con la literatura existente hasta la fecha. Como arteterapeuta experimentada o arteterapeuta experimentado, se le invita a participar de encuentros, en forma de grupo focal y/o entrevista, con el propósito de explorar las siguientes preguntas desde su percepción personal: ¿Cómo es mi vivencia del fenómeno del silencio y mi relación con él en las sesiones de arteterapia? ¿Cómo es mi manejo del silencio en las sesiones de arteterapia? 72 de 81 CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA LA PARTICIPACIÓN EN LA INVESTIGACIÓN Yo, _________________________________________________________ (nombre y apellidos), con NIF:___________________: § He leído la hoja de la información que se me ha entregado. § Creo haber recibido suficiente información sobre el estudio. § He podido realizar preguntas y aclarar dudas sobre el estudio. § Entiendo que mi participación es voluntaria y que no recibiré contraprestación económica. § Consiento en la grabación audiovisual de mi participación de los encuentros. § Entiendo que en el tratamiento de mis datos existirá total confidencialidad y que la información derivada de mi participación en estos encuentros será utilizada única y exclusivamente con fines formativos, académicos y para la divulgación de los resultados de esta investigación. Esta información será custodiada por los 5 años posteriores a esta investigación. La información pasará por un proceso de codificación que únicamente conocerán la investigadora principal y directora de esta investigación. En caso de revocación del consentimiento y de que Ud. renuncie a participar de este estudio, la información no será procesada. § Conozco mi derecho a revocar este consentimiento en el momento en que así lo desee, poniéndome en contacto con la investigadora principal: Mª Piedad García-Murga Suárez (mariapig@ucm.es; 628897069), o con la directora de este estudio: Ana Mª Serrano Navarro (amsnavarro@ucm.es). § Igualmente, sé que puedo utilizar los medios de contacto facilitados anteriormente, para aclarar cualquier tipo de duda que surja en el transcurso de esta investigación. Firma: FECHA: 73 de 81 Anexo II. Consentimiento informado para la grabación CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA LA GRABACIÓN AUDIOVISUAL Título de la investigación: “Vivencia y manejo del Silencio en la sesión de Arteterapia por parte de la Arteterapeuta o del Arteterapeuta” Promotora: Ana Mª Serrano Navarro Investigadora principal: Mª Piedad García-Murga Suárez Institución: Universidad Complutense de Madrid Yo, ___________________________________________________ (nombre y apellidos) con DNI: _____________________: • Acepto participar de un grupo focal en forma de reunión virtual con la investigadora principal y/u otras profesionales expertas en el ámbito del Arteterapia con el fin de contribuir a la investigación arriba indicada. • Concedo el permiso para realizar grabaciones audiovisuales de este encuentro con expertas (grupo focal) llevado a cabo con la investigadora principal para la posterior transcripción, codificación y análisis de su contenido. • Conozco la información acerca de la guarda y custodia de este material de manera estrictamente confidencial, el cual será utilizado únicamente con fines académicos y para la investigación, hasta los cinco años posteriores a la realización de este estudio. Además, he sido informada de que mis datos personales serán, igualmente, custodiados y, de ninguna manera, serán concedidos a terceras personas ajenas a esta investigación. • Entiendo que puedo revocar este consentimiento de grabación en cualquier momento en que así lo desee. • Comprendo que mi participación y cesión de imagen se realizan voluntariamente para contribuir con los fines de esta investigación y que no recibiré ninguna prestación económica. _________________________________________________________________________________ REVOCACIÓN DEL CONSENTIMIENTO INFORMADO Yo, ___________________________________________________ (nombre y apellidos), revoco el consentimiento prestado hago expreso mi deseo de no continuar participando en la investigación. Firma: FECHA: 74 de 81 Anexo III. Hoja informativa para la participación del grupo focal HOJA INFORMATIVA REFERENTE A LA PARTICIPACIÓN DE UN GRUPO FOCAL Título de la investigación: “Vivencia y manejo del Silencio en la sesión de Arteterapia por parte de la Arteterapeuta o del Arteterapeuta”. Promotora: Ana Mª Serrano Navarro Investigadora principal: Mª Piedad García-Murga Suárez Institución: Universidad Complutense de Madrid INFORMACIÓN ACERCA DE LA PROPUESTA Para el desarrollo de esta investigación, se pretende llevar a cabo un encuentro en el que conformar un grupo focal. Para esta instancia, se espera poder contar con la presencia de arteterapeutas experimentadas y arteterapeutas experimentados que puedan compartir sus experiencias, su sentir y su saber acerca del tema investigado: el Silencio en Arteterapia. La investigación en curso gira en torno a la vivencia y el manejo del Silencio en las sesiones de Arteterapia por parte de la arteterapeuta o de arteterapeuta. Es por ello que la invitación está dirigida a expertas tituladas y a expertos titulados en el ámbito del arteterapia, con experiencia en la facilitación de talleres de arteterapia. El encuentro será mediado por Mª Piedad García-Murga, alumna del Máster universitario en Arteterapia y Estudios Artísticos para la Inclusión Social, para la elaboración de su TFM, dirigido por la Dra. Ana Serrano Navarro. Este encuentro virtual se realizará en modalidad online, en turno de mañana o tarde, dependiendo de la disponibilidad de las participantes en alguno de los siguientes días: 29 de marzo, 31 de marzo o 5 de abril. La reunión tendrá una duración aproximada de dos horas y se utilizará la herramienta de la foto-elicitación para que, mediante obras artísticas e imágenes, se genere el diálogo e intercambio entre profesionales en torno al tema propuesto. El objetivo de este encuentro es profundizar en el conocimiento de este fenómeno el del silencio en las sesiones de arteterapia, sus manifestaciones y su utilización como recurso por parte de las profesionales y los profesionales del arteterapia, mediante el diálogo de un grupo de expertas y expertos, a través reflexiones, impresiones, insights y experiencias, desde su perspectiva dentro de las sesiones y en la relación con los participantes y las participantes de un taller de arteterapia. La sesión será grabada para su posterior análisis. Se hará llegar un consentimiento informado a las personas interesadas en contribuir en esta investigación, así como el enlace para esta reunión a través de la plataforma GoogleMeet.. 75 de 81 Anexo IV. Hoja informativa para la participación de la entrevista HOJA INFORMATIVA REFERENTE A LA PARTICIPACIÓN DE UNA ENTREVISTA INDIVIDUAL Título de la investigación: “Vivencia y manejo del Silencio en la sesión de Arteterapia por parte de la Arteterapeuta o del Arteterapeuta”. Promotora: Ana Mª Serrano Navarro Investigadora principal: Mª Piedad García-Murga Suárez Institución: Universidad Complutense de Madrid INFORMACIÓN ACERCA DE LA PROPUESTA Para el desarrollo de esta investigación, se pretende llevar a cabo un encuentro para la realización de una entrevista. Para esta instancia, se espera poder contar con la presencia de arteterapeutas experimentadas y arteterapeutas experimentados que puedan compartir sus experiencias, su sentir y su saber acerca del tema investigado: el Silencio en Arteterapia. La investigación en curso gira, más concretamente, en torno a la vivencia y e l manejo del Silencio en las sesiones de Arteterapia por parte de la arteterapeuta o del arteterapeuta. Es por ello que, la invitación está dirigida a expertas tituladas y a expertos titulados con experiencia en la facilitación de talleres de arteterapia. El encuentro será mediado por Mª Piedad García-Murga, alumna del Máster universitario en Arteterapia y Estudios Artísticos para la Inclusión Social, para la elaboración de su TFM, dirigido por la Dra. Ana Mª Serrano Navarro. Este encuentro se realizará en la modalidad más conveniente para la profesional o el profesional, ya bien online, telefónicamente, o como fuere. La reunión tendrá una duración de no más de entre 45-60 min. y se utilizará la herramienta de la foto-elicitación para que, mediante las obras artísticas, se generen la reflexión y el inicio del diálogo en torno al tema, lo cual pueda dar paso a la contestación de una serie de preguntas. El objetivo de este encuentro es profundizar en el conocimiento del fenómeno del silencio en las sesiones, sus manifestaciones y la utilización del mismo, a través de reflexiones, impresiones, insights y experiencias desde la perspectiva de las expertas y de los expertos; y en relación con los participantes y las participantes de los talleres, dentro de las sesiones de arteterapia. La sesión será grabada para su posterior análisis. Se hará llegar un consentimiento informado a las personas interesadas en contribuir en esta investigación, así como el enlace para acceder a esta reunión cuando esta se realice de manera virtual. 76 de 81 Anexo V. Guión de entrevista GUIÓN DE ENTREVISTA 1. Comparta, si es tan amable, una pieza artística, propia o ajena, de su elección (formato libre) y comente qué le evoca, personalmente, la obra escogida en torno al tema central de la investigación. 2. Conteste, si es tan amable, a las siguientes preguntas, de la forma más detallada en que le sea posible: • ¿Qué es para Ud. el silencio y cómo lo entiende dentro del proceso terapéutico? o En lo específico en arteterapia: ¿qué significa el silencio para Ud. en el contexto de una sesión de arteterapia y cómo se relaciona con él? • Por tanto, ¿utiliza el silencio de manera consciente en su práctica como arteterapeuta? En el caso de que así sea, ¿cómo y para qué? o En el caso de que no sea así, ¿qué podría explicar sobre ello? • ¿Cree que el silencio guarda alguna relación con la presencia y la escucha de la arteterapeuta o del arteterapeuta en las sesiones de arteterapia? Si es que sí, ¿qué puede compartir sobre esto? • ¿Pone en práctica algún tipo de actividad o herramienta para su autocuidado que le facilite la preparación a estar en las sesiones de arteterapia desde esa posición de escucha y presencia activa? • ¿De qué manera cree que el silencio puede verse favorecido por el vínculo o favorecer la relación vincular? o Posibilidad de matizar ambas direcciones de la pregunta: como algo previo a generar el vínculo y favorecedor, o algo que viene con el tiempo y se fortalece. • ¿Cree que los materiales y la exploración con los mismos puedan tener una relación o efecto (del tipo que sea) para estar con el silencio en las sesiones de arteterapia? Si es que sí, ¿cuál es su percepción sobre este fenómeno? • Para finalizar, ¿le gustaría añadir alguna reflexión, recomendación o sugerencia en relación con el silencio para futuras arteterapeutas o futuros arteterapeutas en su práctica profesional? 77 de 81 Anexo VI. Tabla de comprobación de la relación entre dimensiones, objetivos y preguntas Verificación de conexión de dominios con objetivos y preguntas de la investigación OG1. Explorar en profundidad el fenómeno de la vivencia del silencio y su manejo para la intervención en arteterapia, atendiendo al entramado disciplinar y multidimensional que lo conforma Dimensión Identificada Objetivos Preguntas (a) lo que las obras artísticas evocan para entablar una conversación en torno al tema principal y a las preguntas de investigación OE1.1. Ofrecer un espacio para la indagación reflexiva en torno a las vivencias propias en relación al silencio. OE1.3. Contribuir a la construcción y a la profundización en el conocimiento a través de la información recibida por parte de las profesionales del arteterapia y mediante la revisión teórica y bibliográfica. OE1.4. Incorporar el lenguaje artístico como posibilidad para responder a las preguntas de investigación y como disparador del diálogo en torno a la temática en los encuentros con las expertas. ¿De qué manera la investigación cualitativa, nutrida de la IBA y de las artes puede informar sobre las prácticas y responder a cuestionamientos a través de múltiples lenguajes? (b) la vivencia personal de la arteterapeuta del silencio en las sesiones OE1.1. Ofrecer un espacio para la indagación reflexiva en torno a las vivencias propias en relación al silencio. OE1.2. Conocer los aspectos a los que las arteterapeutas y los arteterapeutas profesionales otorgan mayor relevancia en los procesos y las sesiones de arteterapia en relación con el fenómeno del silencio. OE1.3. Contribuir a la construcción y a la profundización en el conocimiento a través de la información recibida por parte de las profesionales del arteterapia y mediante la revisión teórica y bibliográfica. ¿Cómo es la vivencia del silencio en arteterapia para las arteterapeutas y los arteterapeutas? c) el manejo del silencio como recurso y estrategias de intervención OE1.2. Conocer los aspectos a los que las arteterapeutas y los arteterapeutas profesionales otorgan mayor relevancia en los procesos y las sesiones de arteterapia en relación con el fenómeno del silencio. OE1.3. Contribuir a la construcción y a la profundización en el conocimiento a través de la información recibida por parte de las profesionales del arteterapia y mediante la revisión teórica y bibliográfica. ¿Qué manejo del silencio como recurso arteterapéutico puede darse en el encuadre arteterapéutico? ¿Qué disciplinas teóricas pueden nutrir y contribuir a la comprensión de la esencia del fenómeno del silencio en arteterapia? (d) la presencia y la escucha activas de la arteterapeuta OE1.2. Conocer los aspectos a los que las arteterapeutas y los arteterapeutas profesionales otorgan mayor relevancia en los procesos y las sesiones de arteterapia en relación con el fenómeno del silencio. OE1.3. Contribuir a la construcción y a la profundización en el conocimiento a través de la información recibida por parte de las profesionales del arteterapia y mediante la revisión teórica y bibliográfica. ¿Qué relaciones entre el silencio como recurso y el resto de componentes fundamentales de la arteterapia para el desarrollo de las sesiones? ¿Qué disciplinas teóricas pueden nutrir y contribuir a la comprensión de la esencia del fenómeno del silencio en arteterapia? (e) el autocuidado de la arteterapeuta para sostenerse y sostener en la sesión (en relación con el silencio y con la OE1.3. Contribuir a la construcción y a la profundización en el conocimiento a través de la información recibida por parte de las profesionales del arteterapia y mediante la revisión teórica y bibliográfica. ¿Qué relaciones entre el silencio como recurso y el resto de componentes fundamentales de la arteterapia para el desarrollo de las sesiones? ¿De qué manera la investigación cualitativa, nutrida de la IBA y de las artes puede informar sobre 78 de 81 dimensión anterior) las prácticas y responder a cuestionamientos a través de múltiples lenguajes? (f) la relación entre el vínculo terapéutico y el silencio (influencia del silencio sobre el vínculo y viceversa) OE1.2. Conocer los aspectos a los que las arteterapeutas y los arteterapeutas profesionales otorgan mayor relevancia en los procesos y las sesiones de arteterapia en relación con el fenómeno del silencio. OE1.3. Contribuir a la construcción y a la profundización en el conocimiento a través de la información recibida por parte de las profesionales del arteterapia y mediante la revisión teórica y bibliográfica. ¿Qué relaciones entre el silencio como recurso y el resto de componentes fundamentales de la arteterapia para el desarrollo de las sesiones? ¿Qué disciplinas teóricas pueden nutrir y contribuir a la comprensión de la esencia del fenómeno del silencio en arteterapia? (g) la relación entre la exploración de los materiales en la sesión de arteterapia y el silencio OE1.2. Conocer los aspectos a los que las arteterapeutas y los arteterapeutas profesionales otorgan mayor relevancia en los procesos y las sesiones de arteterapia en relación con el fenómeno del silencio. OE1.3. Contribuir a la construcción y a la profundización en el conocimiento a través de la información recibida por parte de las profesionales del arteterapia y mediante la revisión teórica y bibliográfica. ¿Qué relaciones entre el silencio como recurso y el resto de componentes fundamentales de la arteterapia para el desarrollo de las sesiones? ¿Qué disciplinas teóricas pueden nutrir y contribuir a la comprensión de la esencia del fenómeno del silencio en arteterapia? 79 de 81 Anexo VII. Relación de obras aportadas por las expertas en grupos focales y entrevistas Nube de obras resultado de la investigación 18 OBRAS EN EL GRUPO FOCAL 1 Cartas de Arteterapia Me Invito (aportadas por E1, creación propia). Fotografía de la serie El Convento de la Rana (aportada por E2, creación propia). Red (aportada por E3, creación propia). OBRAS EN EL GRUPO FOCAL 2 Imagen de la partitura 4’33’’ de John Cage (aportada por E4). Vídeo-performance de William Marx de la composición 4’33’’ de John Cage (aportada por E4). Fragmento de La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca (aportada por E4). Obra número 14 de Mark Rothko (aportada por E5). Fotografía Sin Título (aportada por E6, creación propia). 18 De acuerdo con el expreso deseo de algunas de las participantes, en el presente anexo se presenta una relación de todas las obras aportadas por las expertas junto con sus títulos. 80 de 81 OBRAS EN LAS ENTREVISTAS Obra sin título (aportada por E8, creación propia). Obra cerámica sin título (aportada por E9, creación propia). Obra sin título (aportada por E10). Vídeo de 35 mm. Two Times 4’33’’, de Manon de Boer, interpetación de 4’33’’ de John Cage por el pianista Jean-Luc Fafchamps (aportada por E11). Vídeo Something between us de la cineasta Jodie Mack (aportada por E11). Vídeocreación Sal y Tierra, 2019 (aportada por E12, creación propia). Vídeocreación Relación sin límites, 2019 (aportada por E12, creación propia). Obra cerámica Objeto sin título (aportada por E13). Obra pictórica A lo lejos se oye un ruido de pasos de Toyen (aportada por E15). Obra poética visual El árbol del silencio oscuro (aportada por E16, creación propia). Imagen del Ensō o Círculo Zen, caligrafía japonesa (aportada por E17). Obra pictórica Monte de Silencio de Javier Gil, 2019 (aportada por E18). 81 de 81 Anexo VIII. Relación de obras propuestas por la investigadora para grupos focales OBRAS PROPUESTAS PARA LA REALIZACIÓN DEL GRUPO FOCAL Vídeo de la performance de David Tudor de la composición 4’33’’ de John Cage en Woodstock, 1959. Fragmento de la película The Artist is Present que captura momentos de la performance de Marina Abramović en el MoMA de Nueva York, 2010. Fotografías de la serie Shapes of Silence de Filippo Minelli. Ilustración de Maurice Sendak en Open House for Butterflies de Ruth Krauss. Vídeo arte respuesta de la investigadora. Obra arte respuesta de la investigadora.