UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA DEPARTAMENTO DE FILOLOGÍA ROMÁNICA, FILOLOGÍA ESLAVA Y LINGÜÍSTICA GENERAL TESIS DOCTORAL Las crónicas de los corresponsales soviéticos durante la Guerra Civil española (1936-1939) como fuente para el estudio histórico-literario del conflicto MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Enrique Santiago Piquero Cuadros Director Ángel Luis Encinas Moral Madrid, 2014 ©Enrique Santiago Piquero Cuadros, 2014 UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA Departamento de Filología Románica, Filología Eslava y Lingüística General TESIS DOCTORAL LAS CRÓNICAS DE LOS CORRESPONSALES SOVIÉTICOS DURANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936 – 1939) COMO FUENTE PARA EL ESTUDIO HISTÓRICO – LITERARIO DEL CONFLICTO MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR ENRIQUE SANTIAGO PIQUERO CUADROS DIRECTOR Dr. Prof. ÁNGEL LUIS ENCINAS MORAL MADRID, 2014 2 3 UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA Departamento de Filología Románica, Filología Eslava y Lingüística General TESIS DOCTORAL LAS CRÓNICAS DE LOS CORRESPONSALES SOVIÉTICOS DURANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936 – 1939) COMO FUENTE PARA EL ESTUDIO HISTÓRICO – LITERARIO DEL CONFLICTO MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR ENRIQUE SANTIAGO PIQUERO CUADROS DIRECTOR Dr. Prof. ÁNGEL LUIS ENCINAS MORAL MADRID, 2014 4 5 Dedicado a la memoria de Juan Antonio Cuadros Martínez, que fue campesino andaluz y defensor de Madrid. A mis padres y a mi hermana. 6 7 Mis agradecimientos a Ángel Luis Encinas, impulsor de este trabajo, a Vera Amínova, que ha sido una ayuda fundamental, a los trabajadores de las bibliotecas y archivos estatales de Moscú. 8 9 ÍNDICE 1. INTRODUCCIÓN 13 1.2 PRESENTACIÓN 13 1.3 ESTADO DE LA CUESTIÓN 19 1.4 OBJETIVOS 23 1.5 METODOLOGÍA 24 1.6 ANÁLISIS DE FUENTES 27 1.7 MARCO HISTÓRICO 33 1.8 MARCO LITERARIO 37 2 LOS CORRESPONSALES SOVIÉTICOS 47 2.1 MIJAIL EFÍMOVICH KOLTSOV (FRÍDLYAND) (KIEV, 1898, -1940/1942) 56 2.1.1 PERIODISTA 56 2.1.2 CARACTERÍSTICAS LITERARIAS DE LA OBRA DE KOLTSOV 61 2.1.3 KOLTSOV EN ESPAÑA. 1936-1937 65 2.2 ROMÁN LAZAREVICH KARMÉN (ODESA, 1906 – MOSCÚ, 1978) 76 2.2.1 KARMÉN EN ESPAÑA 80 2.3 ILYÁ GRIGOREVICH (GUIRSHEVICH) EHRENBURG. (KIEV, 1891-MOSCÚ, 1967) 85 2.3.1 FUNDAMENTOS DEL DESARROLLO DE LA OBRA LITERARIA DE ILYÁ EHRENBURG 88 2.3.2 LA POESÍA DE EHRENBURG EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA 92 2.3.3 EHRENBURG EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA 98 2.4 OVADIY GUÉRTSOVICH SÁVICH. (VARSOVIA, 1896 – MOSCÚ, 1967) 103 3 CULTURA 111 3.1 EL QUIJOTE Y LA GUERRA 122 3.2 ANTONIO MACHADO 132 3.3 CINE Y GUERRA 139 3.4 LA CANCIÓN 146 3.5 MIGUEL DE UNAMUNO 152 10 3.6 EL IDIOMA 156 3.7 HISTORIA DE ESPAÑA 161 3.8 EL RECUERDO DE LORCA 172 3.9 LITERATURA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA. RAFAEL ALBERTI Y JOSÉ BERGAMÍN177 3.10 LA PINTURA 185 3.11 LA TAUROMAQUIA 190 4 PAISAJE 195 4.1 SOLEDAD. DIVISIÓN. INOCENCIA 198 4.2 PORT-BOU 206 4.3 POZOBLANCO 212 4.4 TOLEDO 219 4.5 VALENCIA 229 4.6 BARCELONA 237 4.7 BATALLA DEL EBRO 251 4.8 BATALLA DEL JARAMA 258 4.9 MADRID 266 4.9.1 LA POESÍA MADRILEÑA DE ILYÁ EHRENBURG 292 4.9.2 MADRID EN LA OBRA DE ROMÁN KARMÉN 295 4.10 FRENTE NORTE 301 4.11 JAÉN 312 4.12 MÁLAGA 319 4.13 EL CAMINO 324 5 LOS ESPAÑOLES 335 5.1 LA MUJER ESPAÑOLA 344 5.2 EL ENEMIGO 362 5.3 EL POLÍTICO ESPAÑOL 377 5.3.1 BUENAVENTURA DURRUTI 377 5.3.2 FRANCISCO LARGO CABALLERO 385 11 5.3.3 DOLORES IBÁRRURI 392 5.4 EL CHÓFER 400 5.5 LOS CAMPESINOS 407 5.6 EL SOLDADO ESPAÑOL 423 6 CONCLUSIONES 443 7 RELACIÓN DE CITAS EN SU IDIOMA ORIGINAL (RUSO) 463 8 BIBLIOGRAFÍA 577 8.1 OBRAS ANALIZADAS EN EL TRABAJO 577 8.2 FUENTES CITADAS EN EL TRABAJO 577 8.3 MATERIAL AUDIOVISUAL 579 8.4 OBRAS CONSULTADAS 580 9 SUMMARY 585 9.1 Introduction 585 9.2 Objectives 586 9.3 Methods 587 9.4 Results 590 9.5 Conclusions 591 12 13 1. INTRODUCCIÓN 1.2 PRESENTACIÓN “No ha habido en la historia intelectual una esencia tan fértil para los poetas como la guerra española. La sangre española ejerció un magnetismo que hizo temblar la poesía de una gran época” 1 . Pablo Neruda. “Durante los días del alzamiento y en los siguientes se agotaron los productos en las tiendas de armas, en las de fotografía y en las papelerías. En esta guerra se va a fotografiar y a escribir mucho” 2 . “Que lo que otros al mirar los mapas llaman España, Es lo que nosotros, temerosos, llamamos aire” 3 . El presente trabajo es un primer análisis sobre la labor literaria de los corresponsales soviéticos durante la Guerra Civil Española (1936 – 1939) en base a los hechos históricos de los que eran testigos y sus métodos literarios para transmitirlos, de lo que resulta un amplio compendio de las imágenes más esenciales de sus obras como fuente para el estudio historiográfico y literario de la guerra en España. Las obras, aquí motivo de estudio, son los escritos elaborados durante la guerra de Mijaíl Koltsov y de Ilyá Ehrenburg (tanto su prosa como su poesía), más las obras escritas durante y después de la Guerra Civil Española por Ovadiy Sávich y Román Karmén. 1 Pablo Neruda, “Confieso que he vivido”, Barcelona, Círculo de lectores, 1978, pág. 137 2 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 73 3 Ilyá Ehrenburg, “Togdá vosstala górnaya poroda...” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 32 14 La característica fundamental de estas obras, frente a la mayoría de las corresponsalías de otros países, es que no eran simples fuentes informativas, ni siquiera líneas propagandísticas en pos de una u otra ideología: cada uno de los corresponsales soviéticos pretendía, con cada una de sus líneas, ganar la guerra a favor de la República, sus obras eran un arma. Son un ejemplo de propaganda consciente, abierta, basada en unos principios que ellos consideraban justos. Ehrenburg enviaba sus crónicas a través de París para que su voz se oyera en los países que se consideraban neutros. Las crónicas de Koltsov, Sávich y Karmén no eran sólo las crónicas de la guerra en España, pues ya eran en cierta manera conscientes de que las suyas eran las primeras crónicas de la Segunda Guerra Mundial, que tan catastrófica resultó para su país. Sus textos influyeron definitivamente en la preparación psicológica popular de lo que era el fascismo cuando este atacó a la URSS, conciencia que ayudó a plantarle cara desde el primer día. El objetivo principal es convertir aquello que los historiadores han visto como una fuente de información puntual en un material para el conocimiento de la historia común y la imagen de España durante la guerra a través de la literatura. En la mayoría de los estudios históricos dedicados a la Guerra Civil Española (1936 – 1939), el foco de atención del investigador se centra en la búsqueda y análisis de aquellos detalles que pudieran haber influido de manera directa en el destino político y bélico de una guerra que habría de marcar la historia de un país y buena parte del mundo. Esos estudios históricos de la Guerra Civil en España suelen centrarse más en el transcurso de la guerra que en la imagen de España. Sin embargo, al analizar las crónicas de los corresponsales, tanto nacionales como extranjeras, siendo éstas una fuente de información fundamental para el estudio de la Guerra Civil, se comprueba que no son sólo exponentes de testimonios de carácter militar o político, ni la historia de la Guerra Civil Española se circunscribe a esos dos únicos aspectos. Es el caso del famoso diario de Mijaíl Koltsov, corresponsal soviético del periódico “Pravda”, que no sólo es una frecuente referencia para analizar los aspectos más determinantes de aquel conflicto bélico, sino que él mismo es motivo de estudio por parte de los más importantes investigadores. Pero cuando se lee detenidamente su “Diario de España”, se comprueba que la mayor parte de su obra es descriptiva, ilustrativa para el lector 15 soviético sobre aquel lejano país. El uso de las crónicas de guerra para la extracción del dato necesario y concreto, responde a una visión selectiva de las mismas, atendiendo a su labor informativa. Este punto de vista, propio del historiador que escribe una monografía sobre un tema concreto, es el más natural hacia unas crónicas que respondían a lo visto en una situación o fecha determinadas, pues sus escritos estaban sujetas a la novedad, a lo inmediato, y su trabajo no podía verse nunca influido por sucesos que estaban por venir y que eran impredecibles. Los corresponsales no pueden contemplar sus artículos como una obra literaria en su conjunto, pues no pueden predecir el final de la misma ni el argumento que habrá que tomar mañana. Pero hoy sí es posible contemplar hoy sus crónicas como una unidad. Esta nueva concepción de sus trabajos sólo puede ser llevada a cabo desde un análisis literario del mismo (el paso dado, el de considerar sus crónicas como una unidad, ya es sí un acercamiento literario a la labor de los corresponsales). Al dar prioridad al conjunto de todas las crónicas frente a la página de un día concreto, se observa un gran volumen de material descriptivo en ellas, y el material historiográfico de las mismas se fundamenta no sólo en un dato concreto, sino que abarca una extensión más panorámica y en continuo desarrollo. Esto último es importante, pues quizás los propios corresponsales, por las apresuradas condiciones de su trabajo, no eran totalmente conscientes de muchas de las imágenes y discursos que en sus páginas se iban repitiendo y desarrollando. Esto no discrimina el hallazgo de un dato histórico relevante, ni rebaja el valor testimonial e informativo de las crónicas. Al contrario, el estudio del contexto general de las mismas en su conjunto y del desarrollo de las diferentes descripciones de los corresponsales, nos ayuda a contextualizar mejor los datos aislados. A este respecto, este trabajo pretende ser el primer estudio explicativo que sirva al investigador que establezca contacto con las crónicas soviéticas como base teórica de cada dato que extraiga de ellas, que sirva de marco explicativo del “por qué” y el “cómo” fueron escritas de esa manera las crónicas soviéticas en la Guerra Civil Española. La estructura de este trabajo trata también de ser esclarecedora frente a esa cuestión. 16 Tras repetidas lecturas y análisis de las crónicas seleccionadas, se llega a la conclusión de que son tres los ejes básicos sobre los que giran todos los discursos de los corresponsales incluidos en ellas. Este trabajo respeta esos tres ejes básicos y se divide en los mismos, que son: “La cultura española” (tanto contemporánea a la guerra como la anterior a ella), “El Paisaje” (la descripción del aspecto visual de España), y la descripción de los “Españoles”. Esos tres bloques son desarrollados en el trabajo cumpliendo una premisa que se considera oportuna: puesto que una parte de estas crónicas son inéditas en castellano, se ha traducido la mayor cantidad posible de las mismas, que habrán de convertirse en la primera base de información directa para los investigadores y lectores hispanohablantes interesados en estas obras para sus estudios. Cada uno de los tres bloques se divide en puntos (basta observar el índice para conocerlos), que se corresponden a temas desarrollados en este trabajo y que coinciden con las principales líneas discursivas de las crónicas soviéticas. El tratamiento de cada uno de esos temas varía según el corresponsal, y se consigue así profundizar en la visión individual de cada uno de ellos más allá de la ideología que compartían. Un aspecto muy interesante, producto de esa división temática, es el de poder observar cómo las descripciones de cada corresponsal utilizan elementos literarios y retóricos diferentes para mostrar sus discursos. De esa manera, por ejemplo, la imagen literaria de la “Mujer española” elaborada por Ehrenburg varía fuertemente con la mostrada por Koltsov, como también son diferentes en la reflexión y el uso de símbolos culturales como “El Quijote” para ilustrar sus crónicas. Además, posibilita la observación del desarrollo de esas imágenes en el transcurso de la guerra, variaciones que tienen estrecha relación con los cambios históricos que se daban en España. Además del desarrollo de los tres bloques citados, el trabajo muestra un pequeño estudio del marco histórico y literario en el que fueron escritas esas crónicas, un análisis de las circunstancias que pudieron influir en la elaboración de las mismas durante la guerra. También se incluye una introducción a la biografía profesional de cada uno de los corresponsales, hecho que ayuda al análisis posterior de sus obras. 17 Los cuatro corresponsales que protagonizan este trabajo (véase el punto dedicado a cada uno de ellos), no fueron los únicos periodistas soviéticos que estuvieron en España. Han sido seleccionados, primero, por el volumen y la riqueza reflexiva y descriptiva de sus obras, y segundo, y causa de lo anterior, porque fueron los corresponsales soviéticos que no acompañaron al gobierno republicano cuando este fijó su sede en Valencia. Fueron estos cuatro los que, estableciéndose en Madrid, tuvieron mayor libertad de movimientos y estuvieron más cercanos a los acontecimientos más transcendentales de la guerra. Sus obras se dividen en tres tipos, clasificación que se tiene en cuenta en este trabajo y que, aquí se defiende, enriquece el cuadro de la imagen de España que se extrae de sus escritos. Por un lado (la gran mayoría), están aquellas páginas que fueron escritas durante la propia Guerra Civil; por otro, aquellas que se escribieron años después, y que añaden interesantes reflexiones y recuerdos; el tercer tipo son un grupo de poemas escritos por Ilyá Ehrenburg durante la guerra, de los que aquí se ofrecen algunas traducciones, inéditas en castellano. (Un cuarto bloque serían las obras escritas por otros participantes soviéticos en la Guerra Civil y los poemas dedicados a España durante aquellos años en la URSS, material que se utilizará en contadas ocasiones de forma testimonial). Este trabajo quiere demostrar el gran valor historiográfico (cultural e incluso antropológico) de las crónicas soviéticas en España desde el año 1936 al 1939. Las casi mil páginas escritas por estos cuatro corresponsales son un valioso testimonio que aborda y da referencias de temas que van desde las grandes batallas hasta los más pequeños detalles de la vida cotidiana de los españoles durante aquellos difíciles años. Con análisis literarios de las fuentes en su conjunto, el trabajo pretende dar las claves interpretativas necesarias a cualquier investigador que quiera usar las crónicas soviéticas como material para su trabajo. Desde un punto de vista filológico, este trabajo trata de marcar unas líneas básicas que ayuden a interpretar (y poner en conocimiento, mientras no se traduzca la totalidad de ellas) las obras de los corresponsales soviéticos como fuentes de un gran valor literario y testimonial, teniendo en cuenta las características propias de cada autor, los factores que pudieron influir en el resultado final de las mismas y, por fin, explicando su contenido y sus claves. 18 Esta investigación habrá de servir también como una vía para la observación de las relaciones entre la historia y la literatura, entre los hechos y la forma de relatarlos, atendiendo a factores como la vocación propagandística de las crónicas soviéticas y los valores culturales y literarios que defendían y fomentaban. Se intenta igualmente demostrar que estas crónicas soviéticas son uno de los mayores acercamientos culturales que han tenido España y Rusia a lo largo de su historia, basándose en el estrecho contacto humano que hubo entre soviéticos y españoles, contacto no oficial ni institucional, exaltado, además, por las condiciones extremas en las que las crónicas fueron escritas y los españoles fueron descritos. A esto se añade el inmenso conocimiento de la cultura española que demuestran tener en sus crónicas los corresponsales soviéticos y la cantidad de esa cultura que transmitieron en sus crónicas. Se quiere apuntar la interesante opción que se abre ante la posibilidad de un estudio comparativo con otros trabajos que se centrasen en un estudio similar basado en las obras de los corresponsales de otros países. De esa manera se obtendría no ya sólo un estudio de las características fundamentales de los corresponsales con un mismo origen, ya sea geográfico o cultural, sino que además se obtendrían unos resultados que resaltaría los factores que relativizan la labor de los corresponsales en su tarea de transmitir la realidad, así como las principales características literarias de los métodos utilizados para recrearla, profundizando en su tarea reflexiva, en la elección de unos elementos frente a otros para cargar sus páginas de simbología. Dicha comparación sería otro camino para enriquecer la imagen de España durante la Guerra Civil, vista desde diferentes perspectivas, a la vez de ser un camino para resaltar las características literarias de cada una de esas perspectivas. El presente trabajo es, finalmente, un ejercicio de memoria histórica. Es imposible recuperar esa memoria aportando únicamente datos sin descripción, sin imagen. La imagen de aquella España se va volviendo, sobre todo para los más jóvenes, cada día más difusa, enmarañada y lejana. Analizando las obras de los corresponsales soviéticos, y teniendo en cuenta sus métodos propagandísticos, se recupera parte de aquel paisaje, de aquella cultura y de aquellos españoles, cosas que no debieran olvidarse nunca. 19 1.3 ESTADO DE LA CUESTIÓN La línea básica de este trabajo analiza la relación existente entre la historia y la forma de transmitirla. Para ello se han analizado las más importantes crónicas soviéticas durante la Guerra Civil Española (1936 – 1939), se han sustraído de las mismas las líneas temáticas más repetidas en ellas y se ha analizado su forma de ilustrarlas y describirlas. Aunque no se ha acertado a encontrar ningún trabajo de enfoque similar al que aquí se presenta, la figura de los corresponsales extranjeros en la Guerra Civil Española sí ha sido motivo de numerosos textos y análisis. El ejemplo más claro y reciente fue la exposición que organizó el Instituto Cervantes dedicada a los corresponsales en España con motivo del 70º aniversario del comienzo de la Guerra Civil. En dicha exposición, cuyo catálogo aún se puede consultar 4 , se hizo frecuente mención a la figura de los corresponsales soviéticos, aunque no se incluían análisis de sus obras literarias. Otro buen ejemplo es el libro escrito por Paul Preston: “Vimos a España morir: corresponsales extranjeros en la Guerra Civil Española” 5 , un texto dedicado a la biografía profesional de los corresponsales extranjeros, y en el que hay un capítulo titulado: “¿Los ojos y oídos de Stalin en Madrid? Ascenso y caída de Mijaíl Koltsov” 6 , así como la obra de Valentine Cunningham: “El frente español. Escritores en la Guerra Civil Española” 7 , obras que elaboran un amplio mapa de los corresponsales extranjeros en España y sus biografías profesionales en ese periodo. Otros trabajos de temática similar a la de éste son la obra histórica de Carlos Manuel López Marcos: “La Andalucía de Ilyá Ehrenburg: una crónica republicana” 8 , y la Tesis Doctoral, defendida por Miguel Vázquez Liñán: “Propaganda y política de la Unión Soviética en la 4 http://cvc.cervantes.es/actcult/corresponsales/ 5 Paul Preston, “We saw Spain die: foreing correspondents in the Spanish Civil War”, New York, Skyhorse Publishing, 2009, pag 436 6 Ídem, pag 173 7 Valentine Cunningham, “Spanish Front. Writers in the Spanish Civil War”, Oxford, Oxford University Press, 1986, pag 420 8 Carlos Manuel López Ramos, “La Andalucía de Ilyá Ehrenburg: una crónica republicana”, Asociación Barataria, Colección: Tierra de Nadie. 2007, Pág 184. http://cvc.cervantes.es/actcult/corresponsales/ 20 Guerra Civil Española (1936 – 1939)” 9 , donde se hace mención a la labor propagandística de los corresponsales soviéticos como creadores de propaganda en la República, con sus artículos publicados en periódicos españoles, su distribución de películas… Todos los trabajos citados y otros muchos, que constituyen una rica base para el conocimiento de los corresponsales soviéticos, se diferencian de este trabajo, básicamente, en que no contemplan en conjunto ni comparan entre sí las obras de los corresponsales soviéticos ni éstas son analizadas literariamente, como tampoco prestan atención a la imagen de España y la guerra que se desprenden de ellas. En ruso existe bastante más material a tener en consideración. Si durante la Unión Soviética la Guerra Civil Española fue ampliamente estudiada por grandes historiadores como Pozharskaya o Mereshiákov, autores que analizaban los motivos históricos de la Guerra Civil y la relación de la Unión Soviética con los mismos, en los últimos años, en el ámbito universitario, se están defendiendo trabajos que, dentro de un marco interdisciplinar, se acercan a las obras de los corresponsales soviéticos en España y las biografías profesionales de los propios. El ejemplo más notorio es el trabajo (tesina) defendido a principios de este año 2013, en el Instituto de la Academia de Ciencias, por Timur Mujamatulin, titulado (en español): “La creación de la imagen de España en la sociedad soviética en los años 1936 – 1939” 10 , trabajo que, entre otras muchas cuestiones, analiza la labor de las crónicas soviéticas, publicadas en los periódicos de la época, como una de las fuentes que crearon la imagen de España que durante tantos años se mantuvo intacta en el imaginario soviético. A este respecto, se centra y analiza la recreación de la imagen de España en la URSS a través de las comparaciones literarias con la cercana en el tiempo Guerra Civil Rusa. Vale la pena mencionar también los recientes trabajos de de Alexandra Gabriúshina: “Mijaíl Koltsov: un periodista político” 11 , y el trabajo de Olga Chernisheva: “La prensa en el frente 9 Miguel Vázquez Liñán, “Propaganda y política de la Unión Soviética en la Guerra Civil Española (1936 – 1939), TESIS DOCTORAL. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias de la Información, 2003, pág 502 10 Timur Mujamatulín, “Formirovanie obraza Ispani v sovetskom obshestve v 1936-1939”, Moskvá, Academia de Ciencias, 2013, pag 32. 11 Alexandra Gabriúshina, “Mijaíl Koltsov: politicheskiy zhurnalist”, Moskvá, Facultad de Periodismo MGU, 2007, pág 8 21 republicano. Basado en los materiales de Milicia Popular” 12 , donde existen interesantes comparaciones con el mismo tipo de prensa en la Unión Soviética. Sean las que fueren las obras que mencionan o estudian la figura (raramente sus trabajos) de los corresponsales soviéticos en España durante la Guerra Civil, es indudable que las mismas no forman parte del imaginario español sobre su propia guerra. A su vez, en el transcurso de la investigación se han descubierto, en castellano, hechos como las visitas de Koltsov a los cines de Hungría o sus quehaceres sentimentales con diferentes mujeres. Pero no se ha alcanzado a leer nada que hable de aquello que le hizo famoso: su actividad literaria y periodística anterior a la Guerra Civil Española y que le convirtió en uno de los personajes más admirados por el pueblo soviético. La absoluta falta de protagonismo de las crónicas soviéticas en las reflexiones que sobre la Guerra Civil se plantean casi a diario, nos obliga a sospechar de cierto recelo hacia las mismas y hacia los corresponsales soviéticos. Ese recelo, evidentemente, no está presente en este trabajo. Se tiene en cuenta el carácter propagandístico de las crónicas, y precisamente el análisis de los elementos literarios de esa propaganda es una consideración que se ha considerado fundamental en la redacción de cada punto. Se apuesta, incluso, por la necesidad de tener en cuenta, respecto a cualquier texto, sobre todo el periodístico, el carácter propagandístico o la intencionalidad del mismo, casi siempre existente, y sin el cual no se han de entender las claves de su discurso en profundidad. Este trabajo es además una invitación hacia otros estudiantes e investigadores que pudieran repetir un análisis similar con las crónicas de otros corresponsales durante la Guerra Civil Española. La comparación de esos análisis con el que aquí se ofrece (o entre ellos), habría de recrear un cuadro de la imagen de España durante la guerra mucho más rico que el que hoy poseemos, además de servir como base para la comprensión de los diferentes usos y estilos literarios que se emplean para contar la historia. Finalmente, ha de apuntarse un problema que no se ha conseguido resolver en este trabajo: 12 Olga Chernisheva, “Frontovaya respublikánskaya pechat perioda Grazhdanskoy voiní v Ispanii 1936-1939. na primiere gazieti “Milicia Popular”, Moskvá, Facultad de Filología MGU, 2006, pag 206 22 dado la novedad del mismo, se ha tratado de abordar el mayor número de temas posibles, creando un trabajo de carácter enciclopédico, que si bien sirve para elaborar una imagen rica de España durante la Guerra Civil, no consigue profundizar como se hubiera deseado en ninguno de esos aspectos. Conscientes de este problema, este trabajo trata de marcar las líneas interpretativas básicas en el trato de cada corresponsal hacia cada tema, base que podría tener en cuenta el futuro investigador que quiera profundizar en cualquiera de los puntos abordados en este trabajo o en la obra de cualquiera de los cuatro corresponsales. Si por ejemplo, en un futuro alguien quiere investigar sobre “El campesino” o “Antonio Machado” en la Guerra Civil Española, no tendrá más que leer el punto dedicado al mismo en este trabajo para saber cómo elaboraron la imagen del mismo los corresponsales soviéticos en sus textos. Por otro lado, las crónicas soviéticas no son únicamente lo que se muestra en este trabajo. Al tener en cuenta las temáticas más usuales de sus crónicas, las bases de sus discursos, muchas reflexiones de los corresponsales, así como muchos de sus datos, no han encontrado lugar en este trabajo debido a su aislamiento o escasa aparición. 23 1.4 OBJETIVOS - Presentar las obras de los corresponsales soviéticos en la Guerra Civil Española (1936 – 1939), como fuente historiográfica y literaria, mostrando el mayor número posible de traducciones directas de las fuentes originales. Defender el interés de las crónicas soviéticas sobre la Guerra Civil Española como fuente de información en todos los aspectos de estudio de la guerra y el país. - Esclarecer cuáles fueron los patrones literarios básicos de las crónicas soviéticas como fuente para su recreación de la imagen de España en Guerra. - Analizar las argumentaciones literarias y estéticas de esas mismas crónicas. Para ello es fundamental esclarecer cuáles fueron las temáticas más abundantes en sus textos y entender por qué eligieron esas y no otras, y cómo fueron tratadas. - Analizar la relación existente entre la historia y la forma de relatarla: la influencia del carácter propagandístico en el texto escrito. - Profundizar en el valor de las crónicas soviéticas en la Guerra Civil Española (1936 – 1939) como fuente fundamental de las relaciones culturales entre Rusia y España. Entender la función de las crónicas soviéticas como fuente de la imagen de España en el pueblo soviético. - Recrear, a partir de las crónicas soviéticas, un cuadro de la imagen de España y la Guerra Civil, a nivel cultural, estético y humano. Analizar la simbología expresada por esas imágenes. 24 1.5 METODOLOGÍA Todas las decisiones metodológicas que se han tomado en la elaboración de este trabajo, lo han sido con el propósito de elaborar una redacción donde se pudiesen incluir el mayor número de citas de las fuentes originales, estimando que el aspecto inédito de muchas de ellas en castellano es un importante valor en esta investigación. Otra de las premisas que se han tenido en cuenta desde el primer momento (desde las primeras lecturas hasta la redacción final), es la de que un cronista de guerra, también un periodista, escritor… ante la infinidad de hechos que ocurren a su alrededor (también en su interior), elige aquellos que reflejar en sus páginas, dándoles protagonismo y desechando otros, atendiendo a todo tipo de motivaciones y objetivos deseados para con su texto y en referencia al lector. Esta premisa ha ayudado a analizar más profundamente las crónicas de los corresponsales soviéticos y a acercarnos al “cómo” y al “por qué” de lo que en ellas está escrito, localizando las claves de sus discursos. Tras los primeros pasos, como la localización de las crónicas de los corresponsales soviéticos, tras su selección y la investigación paralela necesaria para entender mejor a sus autores (como la lectura de otras de sus obras y algunos estudios críticos realizados sobre las mismas), se han analizado las obras en profundidad y desde un primer momento se han ido anotando cuales eran los recursos y las temáticas habituales utilizadas por cada corresponsal en cada una de ellas, tanto en un aspecto cuantitativo, como, según aquí se entiende, cualitativo. Tras los análisis, se observaron con claridad cuáles eran esos patrones y cuáles eran las imágenes más repetidas en ellas. Aquí ha de hacerse un apunte importante: las descripciones de las batallas y otros hechos bélicos son, en las crónicas soviéticas, poco detalladas en cuanto a pormenores técnicos, tácticos… aunque, a su vez, sean seguramente más ricas en esos aspectos que las de cualquier otro corresponsal extranjero en la Guerra Civil, puesto que, por ejemplo, el mismo Koltsov había sido soldado. Sus numerosas referencias a los frentes, los soldados… se contemplan como un hecho visual, descriptivo y cargado casi siempre de un gran contenido simbólico. Se han obviado sus crónicas como un estudio de táctica militar. Para ese análisis son mucho más interesantes las memorias de los consejeros militares soviéticos que 25 participaron en la Guerra Civil Española. Tras analizar las crónicas con detenimiento, se ha concretado que la mayor parte de sus textos giran alrededor de tres ejes fundamentales: la imagen de la cultura española y su relación con la guerra, las descripciones visuales de las ciudades, pueblos, batallas… con la guerra de fondo (que se llamará “Paisaje), y la imagen de los españoles durante la contienda. A partir de ello se forman tres bloques que son la estructura central del presente trabajo. Los bloques que se han llamado “La cultura española” y “Españoles”, se dividen en diferentes puntos de diversas temáticas. La elección de esos puntos está elaborada en base a la cantidad de referencias que de los mismos existen en las crónicas, y, sobre todo, son aquellos puntos en los que, tras el análisis previo, se comprueba que los corresponsales soviéticos bien elaboraron un discurso propio, o bien son imágenes o temas frecuentemente utilizados en sus textos para la ilustración o sentido simbólico que buscaban para las mismas. Tras la elección de los puntos a tratar, y habiendo previamente seleccionado las citas de cada corresponsal que mejor ilustrase su discurso, se ha elaborado un texto capaz de sintetizar la visión de cada corresponsal respecto a cada tema. A su vez, se respeta, en lo posible, la línea temporal de las propias crónicas, intentando aclarar si la visión de los corresponsales soviéticos iba variando y por qué, fijándonos en los hechos históricos que se iban sucediendo durante la guerra. En el tema que se ha llamado “Paisaje”, el análisis se centra en la representación escrita que de la realidad visible hacían los corresponsales. La diferencia respecto a los dos temas ya comentados es el valor de la descripción física de los lugares. Se ha prestado especial atención a los elementos elegidos por los corresponsales para describir cada espacio atendiendo al valor simbólico de sus imágenes y el tratamiento de las mismas. De esta manera, en muchos casos se ha podido observar una clara evolución en sus descripciones paralelas al transcurso de la guerra. Por poner un ejemplo, llama la atención de la transformación de la imagen de la ciudad de Madrid en sus crónicas, así como los elementos que cambian en las descripciones de los corresponsales tras la defensa de la ciudad. 26 No todos los corresponsales estuvieron en los mismos enclaves. Algunos de los puntos referidos al “Paisaje”, a pesar de contar con sólo la aportación de las crónicas de uno de los cuatro, se han incluido por el valor testimonial que tienen o por la importancia de la simbología de ese lugar concreto en el resto de la corresponsalía de ese concreto corresponsal. La redacción final del texto intenta sintetizar el discurso de cada corresponsal respecto a cada uno de los puntos seleccionados con anterioridad, ilustrándolos con un gran número de citas, todas traducciones del autor de este trabajo desde el ruso y de las fuentes originales. Se añadirá un apéndice al final del trabajo con los textos traducidos en su idioma original (ruso). Se han incluido varios capítulos dedicados a introducirnos en el marco histórico y literario en que vivían los corresponsales soviéticos, analizando todas aquellas circunstancias históricas y literarias que pudieron tener influencia en el resultado final de sus crónicas. A continuación, también se han elaborado cuatro puntos que resumen la vida profesional, así como las características de la misma, de los cuatro corresponsales soviéticos, usando para ello biografías de los mismos, citas de otros autores soviéticos sobre ellos y estudiando, por fin, el resto de su obra. Con ello se pueden comprender mejor las características literarias de sus crónicas durante la Guerra Civil Española. Una nota importante: en la redacción final del texto, y no queriendo entrar en polémicas y confusiones nominales, y hablando siempre desde el punto de vista de las crónicas de los corresponsales soviéticos, a todas aquellas fuerzas militares y/o ideológicas que se levantaron en armas contra la República Española en 1936, se las tratará normalmente con el escueto nombre de “El enemigo”. Todas las opiniones respecto al hacer de dichas fuerzas se corresponden a las extraídas de las crónicas soviéticas. 27 1.6 ANÁLISIS DE FUENTES Atiéndase primero a las cinco fuentes sobre las que se fundamenta el presente trabajo, y de las que se deben apuntar varias cosas (en la bibliografía se pueden consultar las referencias de estas obras en ruso). La primera de las fuentes es la obra «Ispaniya v ogné» (España en llamas, en castellano), de Mijaíl Koltsov. En España se conoce esta obra, traducida, como “Diario de España”, pero hay una diferencia entre las dos: la primera, “Ispaniya v ogné” (como se trascribirá en este trabajo), incluye el diario de guerra de Koltsov en España más las notas de prensa y los teletipos que Koltsov enviaba a la redacción del periódico “Pravda” y al TASS, más algunas cartas personales que él mismo envió y otras que recibió. A menudo coinciden totalmente con los artículos que enviaba a publicar en Pravda, fruto de su diario, con esos teletipos (a menudo eran escuetas llamadas de teléfono, transcritas por el receptor a mano). Pero hay otros de esos teletipos, no publicados en su diario, que tienen cierta importancia. Entre ellos se puede ver, por ejemplo, la primera nota oficial que se recibió en la Unión Soviética sobre la muerte de Federico García Lorca (y que se ha traducido para este trabajo). La redacción de “España en llamas”, según se recoge en un artículo de Borís Frezinski 13 , se produjo tras la vuelta de Koltsov en otoño de 1937, siendo su diario rápidamente dictado a su secretaria y publicadas en la revista “Noviy Mir”, resultando una obra que tuvo una espectacular acogida en toda la URSS. Es importante aclarar la diferencia entre “Ispaniya v ogné” y las crónicas que el periódico “Pravda” publicaba: Las publicaciones en dicho periódico, entre julio y diciembre de 1937, eran resultado del mensaje transmitido por Koltsov, quien transmitía un resumen de las crónicas que él apuntaba en su célebre diario. La mayoría de los fragmentos publicados en “Pravda” coinciden totalmente con los de su diario, pero además añade mayor número de información técnica sobre los sucesos bélicos, como movimiento de frentes, zonas atacadas, etc.… siempre de forma muy resumida. Se ha optado por la edición de su obra “Ispaniya v 13 Borís Frezinskiy, “Sovietskie pisateli v Ispanii”, Moskvá, revista “Zvesda”, Nº 10. 28 ogné” pues, primero, incluye casi todo el material publicado por “Pravda” y además tiene una gran cantidad de material no publicado por el citado periódico; segundo, su diario no pasó por los procesos editoriales de los que elaboraban la publicación final de la crónica. Existe traducción al castellano 14 . La edición que se ha elegido es la de 1987, de la editorial “Izdatelstvo Politicheskoy literaturi”, después de comprobar que todo el texto original está íntegro (en las primeras ediciones se censuró un par de líneas, en las que Koltsov bromeaba sobre “su relación con hombres de acero”, en referencia a Stalin). Los dos tomos, además, cuentan con los valiosos comentarios dirigidos por Marklen Tijónovich Mesheriakov (uno de los mayores expertos de la Unión Soviética en las relaciones entre la URSS y la Segunda República Española), lo cual ha resultado una gran ayuda para interpretar algunas páginas de Koltsov. Cuenta con dos tomos: - Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, 349 págs. - Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, 301 págs. Las crónicas de Koltsov en “Ispaniya v ogné” describen, casi diariamente, su estancia en España durante la Guerra Civil (con varios viajes por medio al extranjero), desde el día 3 de agosto de 1936 hasta el 5 de noviembre de 1937. De Ilyá Ehrenburg se utilizan dos fuentes distintas. Por un lado se encuentra su obra en prosa: “Ispanskie reportazhi”, que son sus reportajes escritos entre julio de 1936 y el 23 de febrero de 1939. Una buena parte de los mismos, aunque no en su totalidad, se puede leer en castellano 15 , aunque, como en todas las citas ofrecidas en este trabajo, se ha preferido hacer una traducción propia desde la fuente original. Las obras que aquí se utilizan, las escritas en España durante la guerra, constan de ochenta y 14 Mijaíl Koltsov, “Diario de la guerra de España”, Barcelona, Planeta, 2009, 704 págs. 15 Ilyá Ehrenburg, “Corrsponsal en España”, Barcelona, Prensa Ibérica, 1998, 253 págs. 29 ocho reportajes, que fueron periódicamente publicados en el periódico “Izvestia” y que son, en su forma y tono, muy parecidos a los que después escribiría Ehrenburg durante la Segunda Guerra Mundial y que le valdrían el título de “más importante corresponsal de la URSS”. Se utiliza la edición recopilatoria de todos esos reportajes: - “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Nóvosti (APN), 1986, 398 págs. La otra fuente escrita por Ehrenburg son sus poemas. En el transcurso de la investigación se ha llegado a encontrar la edición que aquí se utilizará, del año 1972, en la que están incluidos treinta y siete poemas de Ehrenburg escritos durante la Guerra Civil Española. No existe traducción al castellano. En este trabajo se analiza brevemente la labor poética de Ehrenburg en España y se encuentran traducidos un representativo número de sus versos. La edición citada es la siguiente: - Ilyá Ehrenburg, “Stijotvoréniya”, Moskvá, Izdatelstvo “Judózhestvennaya literatura”, 1972, pág., 215 En la obra de Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii” (“Dos años en España”), no traducida al español, están incluidos los seis relatos que escribió sobre España mientras trabajaba en ella durante la Guerra Civil como corresponsal del TASS y que eran publicados en “Literaturnaya Gazeta”. Además de esos seis relatos, la obra que se analiza en este trabajo incluye sus memorias, que plantean la novedad de la perspectiva del tiempo transcurrido en comparación con las obras de Koltsov y Ehrenburg. Se han obviado sus escuetas notas enviadas al TASS, por considerarlas de escaso valor literario y/o histórico. En cambio, sí se han utilizado algunas de las cartas que conformaban la correspondencia entre Sávich y Mirova, corresponsal en Valencia. La edición de “Dva goda v Ispanii” (como se ha decidido transcribir su título) utilizada para este trabajo es la siguiente: - Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy Pisátel, 1961, 282 págs. 30 La obra de Román Karmén se titula “¡NO PASARÁN!”, (en caracteres cirílicos pero en castellano en el original). No traducida al español. Esta obra de Karmén es un recopilatorio de algunos capítulos de su vida y obra como corresponsal de guerra y operador de cámara, documentalista. La técnica en la que está escrita fue bastante común en la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial: la composición del relato a partir del propio diario. Así, “¡NO PASARÁN!”, es la narración de su propio diario. Las líneas copiadas de su propio diario están en tiempo presente, y aquellas que comentan y completan el mismo con ayuda de la memoria, en tiempo pasado. De esa manera, en una misma obra, se encuentra el diario del propio Karmén en España más los recuerdos más vivos y no anotados en él. La edición que se ha utilizado para este trabajo es: - Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, 382 págs. También se quiere dar eco respecto al gran número de memorias escritas por militares, voluntarios, traductores… soviéticos participantes en la Guerra Civil Española. Aunque sus obras no serán objeto de análisis, se han querido añadir algunas citas de las mismas para que dejen constancia de su existencia e interés. Las memorias escritas por consejeros militares soviéticos son la principal aportación de la literatura soviética para el estudio de las acciones militares transcurridas en la Guerra Civil Española, de las que ellos mismos eran, a menudo, protagonistas o, directamente, los principales responsables. Sus memorias se fueron publicando en la Unión Soviética coincidiendo con diferentes aniversarios de la guerra en España, sobre todo, a partir de los años 60. Se recomiendan tres obras, recopilatorios de testimonios de participantes, en los que abiertamente hablan de sus funciones en la Guerra Civil Española, describen con detalle batallas en las que participaron y sus opiniones respecto al desarrollo de las mismas. También son ricas en descripciones y aportan información de detalles que pueden ser de interés historiográfico. Ninguna de las siguientes obras está traducida al castellano: - “Vmeste s patriotami Ispanii”, (Junto a los patriotas de España, en español). Kiev, Izdatelstvo politicheskoy literaturi Ukraini, 1978, 389 págs. 31 - “My – Internatsionalisti”, (Somos internacionalistas, en español). Moskvá, Izdatelstvo politicheskoy literaturi, 1986, 366 págs. - “Leningradtsi v Ispanii”, (Leningradenses en España). Leningrad, Leninzdat, 1968, 288 págs. También se han utilizado, como ilustración, varias citas de las memorias personales de Alexándr Rodímtsev y Elizaveta Párshina. Las memorias de esta última, traductora de un grupo de dinamiteros, sí están traducidas al español, bajo el nombre de: - “La Brigadista. Diario de una dinamitera en la Guerra civil”, Madrid, La esfera de los libros, 2002, 352 págs. Habiendo observado algunas diferencias entre la obra editada en español y la misma de Elizaveta Párshina en ruso, se ha preferido utilizar la fuente original: - Elizaveta Párshina, “Dinamit dliá senioriti” (Dinamita para una señorita, en español), Sverdlovsk, Srednee – Uralskoe Izdatelstvo, 1981, 204 págs. Las memorias de Alexandr Rodímtsev son quizás las más ricas y detalladas escritas por un militar soviético en la Guerra Civil Española. Sus descripciones de batallas y los elementos de las mismas son muy precisas, además de sus interesantes comparaciones entre la guerra en España y la Segunda Guerra Mundial, donde Rodímtsev fue uno de los más importantes militares soviéticos, sobre todo, en la Batalla de Stalingrado. No está traducida al castellano: - Alexander Rodímtsev, “Pod nébom Ispanii”, (Bajo el cielo de España, en castellano), Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1974, pág. 316 Se concluye este punto recomendando una muy interesante antología poética, publicada en la URSS en el año 1986, que es un compendio de muchas de las poesías escritas sobre la Guerra Civil Española en la Unión Soviética, tanto durante como después de la guerra, y en muchos de los idiomas de aquel país, dando a conocer obras de poetas de Azerbaiyán, Bielorrusia, Turkmenistán… El libro también incluye traducciones al ruso de poemas escritos en castellano durante la Guerra Civil: 32 - “Bessmerten pódvig vash” (Vuestra eterna hazaña), Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1986, pág. 383 Se han utilizado muchas otras obras como fuente de información o referencia dentro del texto. Quizás destaquen entre todas, aquellos poemas que se escribieron durante los años de la Guerra Civil Española en la Unión Soviética, dedicados a España y a los españoles. Es el caso de grandes poetas como Kirsánov, Svetlov o Símonov, desconocidos en España. 33 1.7 MARCO HISTÓRICO “El tres de agosto se reunieron en la Plaza Roja de Moscú 120.000 vecinos de la capital. Mostraron su solidaridad hacia el pueblo español e hicieron un llamamiento a los trabajadores de todos los países con motivo de organizar una recolecta para los defensores de la República española. A ese llamamiento respondieron todos los ciudadanos soviéticos. A finales de octubre ya habían conseguido reunir para los defensores de la República más de 59 millones de rublos” 16 . “3 de agosto del año 1936. Moscú, con sus muchas gentes y muchas lenguas, se ve toda ocupada ante los asuntos del nuevo día. Plaza Roja, caras serias en las gentes reunidas en el mitin de solidaridad con la lucha del pueblo español. Justo ahí me invadió un ardiente, insuperable deseo de marchar a España, de estar entre aquellos que defendían su libertad” 17 . La primera propuesta de fondo de ayuda, el primero que llegó de la Unión Soviética, no partió de ninguna de las altas esferas políticas, sino de asambleas (soviets), de fábricas, centros de enseñanza, panaderías, teatros... Desde el año 1931, España había sido un tema sobresaliente en la prensa soviética. En esos seis años Ilyá Ehrenburg y Mijaíl Koltsov viajaron a España y escribieron en sus obras “España, República de trabajadores” 18 y “La primavera española” 19 , sus impresiones sobre aquella recién nacida República, obras que fueron leídas por millones de lectores que recién habían aprendido a leer tras las recientes y masivas campañas de alfabetización (y que, quizás por ello, daban una enorme importancia a cada noticia recibida). España se había convertido en un país cercano, y el también recién nacido pueblo soviético se interesó por España con un adolescente ardor. Exigía una respuesta de su país y, ante todo, 16 Pável Ivánovich Bátov. Consejero de la Comandancia en el Frente durante la Guerra civil española. // “Vmeste s patriotami Ispanii”, (Junto a los patriotas de España, en español). Kiev, Izdatelstvo politicheskoy literaturi Ukraini, 1978, pág. 9 17 Vasiliy N. Bíbikov, “Vmeste s patriotami Ispanii”. Kiev, Izdatelstvo politicheskoy literaturi Ukrainiy, 1978, pág. 13 18 Ilyá Ehrenburg, “España, República de trabajadores”, Bercelona, Crítica. 1976, pág. 179 19 Mijaíl Koltsov, “La primavera española”, Madrid, Miraguano, 2007, pág. 144 34 información del mismo, información de primera mano. Para Stalin y las altas esferas de la URSS, España era una potencial potencia aliada que abrazaría Europa, junto con ellos mismos, a ambos lados, y ante un temor objetivo: el fascismo. La Unión Soviética se apresuró a intentar eliminar a su futuro enemigo en aquella alejada España, intentando alertar de aquella amenaza a sus futuros aliados en la Segunda Guerra Mundial. A la postre, España no fue un regalo que ante el beneplácito de Francia, Inglaterra y Estados Unidos calmaría el hambre de las potencias fascistas. La Alemania nazi, al finalizar la Guerra Civil española, atacaría a Europa entera, incluyendo la Unión Soviética. Y en medio de ese pueblo románticamente interesado en España y de aquellos dirigentes en aquella época cruel, represiva y dictatorial en la Unión Soviética, los corresponsales, que debieran contentar a ambos, acudieron a España arriesgando sus vidas, trabajando en aquel país en guerra y aceptando una responsabilidad enorme ante su propio país, aquel país que, en aquellos años, al poseedor de cualquier responsabilidad era capaz de detenerlo y/o asesinarlo. Pero hay un detalle histórico mucho más profundo e influyente en las obras de aquellos corresponsales: aquellos hombres habían hecho la Revolución, la más extrema revolución que el mundo había visto. Sea cual sea la valoración que cada uno quiera hacer de ella, sin duda aquellos hombres habían cambiado el mundo, o en eso creían. Desde el año 1917 hasta el año 1932, aquel pueblo soviético había realmente avanzando en derechos y condiciones para la vida, sobre todo de los más desfavorecidos en regímenes políticos anteriores. No quedaba ningún niño yuntero en aquel país. Luego, Stalin llegó al poder y se inició una de las más cruentas y sangrientas dictaduras que el mundo haya visto. Quizás se mantuvieran esos derechos y desarrollos… pero el miedo que existía no permitía a nadie disfrutarlos. Estos dos factores, el del triunfo como el del miedo, marcaron las obras de cada uno de los corresponsales. ¿No se les presentaba aquella España como aquella Rusia del 1917? Las páginas de Koltsov no habían mostrado la vigorosidad y entusiasmo que muestran las escritas en su estancia en España desde aquellas que escribiera allá por los años 1917-1924. Miles de voluntarios y militares soviéticos se dirigieron a España. Lo hicieron felices, 35 entregados. “Ese mismo día nos fuimos a Moscú. Nos acompañaron los amigos pilotos y comandantes. Nos envidiaban abiertamente, y estábamos realmente felices. Sólo nos preocupaba una cosa al principio: nuestro completo desconocimiento de español. Pero esas dudas pronto pasaron. ¿Acaso no podremos encontrar un idioma común con nuestros amigos españoles? Y en el aire, con los fascistas, nos entenderemos en ese idioma que no en vano hemos estudiado cuidadosamente durante estos años” 20 . No sabían aún del terror real del fascismo, pero sabían muy bien que aquel pueblo español estaba siendo atacado. La Guerra Civil Española se les presentaba como algo parecido a la decena de intervenciones extranjeras en apoyo del movimiento conservador ruso, llamado “Blanco”, contra las que ellos mismos habían luchado en su Guerra Civil entre 1918 y 1922. Comparación nada desacertada teniendo en cuenta que una gran parte de los militares “Blancos” también fueron a luchar a España en ayuda de las fuerzas reaccionarias, (cabe apuntar que una pequeña parte de aquellos emigrados rusos - blancos lucharon junto a la República, la misma pequeña parte que después lucharía defendiendo Praga ante los nazis unos años después). Todo ello, en especial su reciente guerra civil, les hacía ser más clarividentes respecto a la futura amenaza del fascismo en Europa, aunque nadie pudiese imaginar todavía los términos exactos. “Los ejércitos de Hitler todavía no habían arrasado Europa. Auschwitz era para nosotros sólo un pacífico punto geográfico; en Lídice y Oradoure brotaban flores y jugaban los niños” 21 . También los corresponsales marcharon impacientes a España. Ilyá Ehrenburg ni siquiera fue enviado a España en calidad de corresponsal, entró él mismo, sin esperar a que le diesen pie a ello, colándose por la frontera francesa. Pero si de encuadre histórico se trata, hay que señalar una profunda diferencia entre la visión soviética que reflejan todas las memorias de los participantes que lucharon en la Guerra Civil 20 V.V. Puzeikin // “Leningradtsy v Ispanii”, Leningrad, Lenizdat, 1967, pág. 46 21 R.A. Zernova // “Leningradtsy v Ispanii”, Leningrad, Lenizdat, 1967, pág. 30 36 española y la visión que en España se ofrece. Se trata de esa continua, repetitiva consideración por parte de los soviéticos de que la Guerra Civil en España no fue sino un eslabón en una cadena y no un hecho aislado, un capítulo y no una obra completa, que la Guerra Civil española no tenía ni barreras geográficas ni temporales, que ya empezó en la Guerra Civil Rusa, en Etiopía con el ataque italiano, y que continuó en los frentes ucraniano y bielorruso frente a los nazis, y según algunos de aquellos participantes y voluntarios soviéticos, continuó en Cuba, en Vietnam… “El Capitán Rubén Ibárruri murió en las orillas del Volga luchando por su querido Madrid, y el general Semión Krivoshein, tras luchar a las puertas de Madrid, fue el primero en entrar con su cuerpo de tanques en los alrededores de Berlín. A un soldado del Quinto Regimiento, que combatió en Guadalajara, lo encontré veinte años después en La Habana, vestido con el uniforme de la Milicia Popular Cubana, aplastando a los ocupantes americanos en Playa Girón, creyendo firmemente que estaba luchando por su Andalucía natal” 22 . Teniendo en cuenta su concepción histórica de la Guerra Civil Española, su importancia para con el resto del mundo y su destino, puede entenderse que en las obras y memorias escritas por todos ellos se entremezclen las comparaciones de España con otros lugares del mundo, la reflexión histórica y la exaltación de todos aquellos valores que estaban en consonancia con sus propias ideas. También es comprensible que la España que se describe en cada obra corresponda a aquella que seguía bajo el control político y geográfico del gobierno republicano, siendo muy pocos los testimonios, tan pocos como las oportunidades que tuvieron de hacerlo, que muestren alguna descripción de aquellas zonas del país que desde los primeros días estuvieron bajo el control de las tropas enemigas. 22 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 6 37 1.8 MARCO LITERARIO “3 de agosto de 1936. La manifestación no ha sido preparada de antemano, y sólo esta mañana se ha decidido llevarla a cabo. Y, en unas pocas horas, ¡cuántos carteles, pancartas, caricaturas gigantes de los rebeldes españoles han conseguido hacer! Franco está dibujado con una larga barba blanca y un uniforme de general imperial ruso; junto a él va un jesuita y un fascista italiano al que se le van abriendo y cerrando las fauces” 23 . Se parte desde esa misma manifestación del 3 de agosto del 1936 en Moscú, pero ahora, descrita por Koltsov. Un retrato de Franco con larga barba blanca, un jesuita, un fascista italiano que abría y cerraba unas grandes fauces… ¿Por qué, antes de tener noticias de ningún corresponsal, los ciudadanos soviéticos tenían esas imágenes en la cabeza? Las relaciones culturales entre España y Rusia nunca fueron realmente ni numerosas ni sustanciales. En aquellas viejas épocas, cuando desplazarse eran tan difícil, entre los dos países había demasiados lugares interesantes como para verse uno obligado a seguir hasta la otra punta del continente. Además, España y Rusia nunca lucharon frente a frente en ninguna guerra, nunca tuvieron problemas fronterizos entre ellas y el intercambio migratorio entre ambas había sido bastante escaso. Había pocas cosas que las uniera. Cabe aquí nombrar el excelente libro “Rusia y España, una respuesta cultural” de Mijaíl Alexéiev, donde todas las relaciones históricas y culturales hasta mediados del siglo XIX están extraordinariamente expuestas. Tomando como base ese libro, entre otros, se intentará comprender cuál era la imagen cultural de España que antes de la guerra tenían los corresponsales, qué les pudo haber influenciado en sus posteriores trabajos. De esa manera es posible aventurarse a adivinar tres puntos bien diferenciados: el primero, el 23 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 5 38 más general y obvio, el de la lectura de traducciones de obras literarias españolas. Por ejemplo, aquella primera del “Lazarillo de Tormes”, algo retocada, maquillada, en la que el héroe español acababa enrolándose en un barco y siendo engullido por un monstruo marino 24 . Más tarde llegaron las traducciones de los clásicos españoles, allá por la época de Catalina la Grande, la admiración entusiasta de Pushkin hacia Calderón (al que llegó a leer en español… aunque el por qué lo estudió pertenece al segundo punto), los guiños de Gógol a la obra cervantina y, sobre todo, la revisión literaria que Dostoievskiy hizo de hasta entonces la considerada como obra cómico-burlesca “El Quijote”, siendo quizás el primero que tras la frontera ensalzó la cara extremadamente trágica de la obra española (Véanse sus “Diarios de un escritor”); siguió la visita de Repin al Museo del Prado y sus admiradas palabras, y finalmente, la excelente obra de Botkin, que recrea un variado cuadro de algunos rincones de España. En este grupo se pueden también incluir las numerosas obras artísticas francesas que, como se sabe, durante el siglo XIX a menudo tomaban España como escenario de fondo y costumbrista decorado. Hasta hoy día los rusos siguen diciendo “toreador” en lugar de “torero” por culpa de Bizet. El segundo punto es más interesante, en cuanto a que pudiera haber influido de manera más decisiva en la comprensión, a priori, de aquellos corresponsales y voluntarios que llegarían a España. “Incluso me atreví a preguntar dónde se sentaba el Gran Inquisidor, y me senté un momento en aquel sillón. Un sillón como otro cualquiera, ni siquiera conseguí evocar las escenas de “Españoles” de Lérmontov, mi obra favorita” 25 . Los decembristas. Primero, porque sus obras a menudo estaban llenas de trasfondo revolucionario español y fueron nuevamente publicadas y ensalzadas en los primeros años de revolución soviética, siendo posiblemente más leídas por el pueblo soviético y los 24 Mijaíl Alekséiev. “Rusia y España: una respuesta cultural”. Traducción de José Fernández Sánchez. Madrid, Seminarios y Ediciones, 1975, pág. 55 25 Elizaveta Párshina, “Dinamit dlia senioriti”, Sverdlovsk, Sredne-Uralskoe knizhnoe izdatelsvo, 1981, pág. 167 39 corresponsales mismos durante aquellos años previos a la guerra civil española que las obras clásicas españolas. Segundo, porque en aquellas obras la imagen de España se correspondía mucho más a la que se iba a vivir en el 1936. Aquellos decembristas querían hacer una revolución “a la española”, más que a la francesa, y la noticia de las Cortes de Cádiz, su constitución, Riego… los llenó de entusiasmo. Los decembristas hablaban, en clave, de una revolución “a la española”: “Durante su destierro en el sur de Rusia, Pushkin visitó los campamentos militares de Kámenka, el nido decembrista, donde era frecuente oír que Rusia necesitaba una revolución “a la ispanhiola”. EL 4 de diciembre de 1820, Pushkin escribía a Gnédich: “Huela tabaco español y estornude fuerte, más fuerte” 26 . Se sabe que incluso existió una misiva del Zar en la que se “pedía” no utilizar el tema de España en las obras literarias, por su simbología revolucionaria, y es por ello que, por ejemplo, Lérmontov, allí donde quiso utilizar personajes españoles, en varias ocasiones hubo de cambiarlos por caucásicos o gitanos. Todo ello, el puñado de obras clásicas españolas no hacía mucho traducidas, y, finalmente, la lucha del pueblo español contra Napoleón y contra el absolutismo, formó una imagen en Rusia alejada de la más costumbrista, de gitanas, guitarras y serenatas bajo el balcón, mezclado todo con cierto heroísmo patriótico. A pesar de todo, nunca en el imaginario histórico o literario ruso se había intuido algo como lo que acontecería en España en los años 30 del siglo XX. A este respecto es posible entablar una comparación directa entre una cita de mediados del siglo XIX y una escrita durante la Guerra Civil Española. La primera es una observación realizada por Botkin, quien, en sus “Cartas sobre España”, y tras un largo viaje, declaraba la gran diferencia que existía entre España y Europa, la pasividad de los españoles ante los sucesos que acontecen en su país, el enigma que España encierra frente a la Europa progresista y que: “Lanzada en su revolución, España se mueve en ella como un esclavo de los más altos instintos, que a la fuerza es arrastrado al cumplimiento de su destino ¿Pero qué destinos son esos? Ni la propia España los sabe. Camina si saber a dónde la llevará su camino, camina sin ningún objetivo concreto, sin ningún plan ni ninguna idea sobre cómo será el día 26 Mijaíl Alekséiev. “Rusia y España: una respuesta cultural”. Traducción de José Fernández Sánchez. Madrid, Seminarios y Ediciones, 1975, pág. 130 40 de mañana. (…) ¡Nunca Europa pudo imaginar un espectáculo tal!” 27 Obsérvese ahora la siguiente cita de Ovadiy Sávich, refiriéndose a la Guerra Civil Española: “España ha vencido al tiempo: otros países de la Europa occidental, tan viejos como ella, pero enamorados de sí mismos, egoístas, resultaron incapaces de defenderse del fascismo e intentaron sólo pagar su rescate, siempre a costa de otros, para rendirse después; y ella, la más anciana de todas, inesperadamente se mostró la más joven entre el resto y no se rindió” 28 . En el inconsciente literario y nacional ruso, y posteriormente soviético, los rasgos exóticos atribuidos a los españoles no respondían solamente a lo folclórico, sino que estaban llenos de conocimientos sobre la cultura clásica española y sobre altos rasgos de heroísmo y lucha por la libertad. Sucede que igual que nunca los dos países se enfrentaron entre sí, es cierto que siempre compartieron los mismos enemigos: los turcos, Napoleón, el fascismo… la imagen del pueblo español, a la sombra amenazante de las potencias europeas, entró poco a poco en el subconsciente ruso. Sin olvidar que, teniendo tan presente su propia guerra civil, España no fue ninguna de la decena de potencias extranjeras que combatió contra ellos unos años atrás en la Guerra Civil Rusa. La simpatía romántica y política se mezclaban y se reflejaban en poemas, artículos de prensa, canciones... En aquella Rusia anterior a la Revolución, país que se dividía por segundos, no podían dejar de dividirse, valga la redundancia, las imágenes que de España reflejaban sus poemas. Los poetas simbolistas, acmeístas… recuerdan a Don Juan y a Don Quijote, las flores, las danzas y la inquisición, enaltecían o reflexionaban sobre la imagen de la España tradicional; a su vez, los poetas más cercanos a los movimientos artísticos de las vanguardias querían romper esa imagen tradicional, como Mayakovskiyy, que destacará en su breve estancia en España: 27 V.P. Botkin. “Pisma ob Ispanii” // Revista “Sovreménnik”, Número 4. San Petersburgo, 1847, pág. 32 28 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy Pisátel, 1961, pág. 222 41 “Tú, yo pensaba, eras un jardín del paraíso. / Una mentira de cantores borrachos” 29 . En su poema “España”, que creó en un barco que lo llevaba a América, y que iba lleno de atracciones turísticas, castañuelas, bailarinas… Mayakovskiyy ya expresaba su amplio y abierto desprecio hacia la vieja imagen folclórica de España con un tono similar al que utilizaría Ehrenburg en su primera visita a Madrid, en 1931: “En las aldeas de Castilla y Extremadura los niños andan descalzos, incluso bajo la lluvia y el frío. En la Gran Vía no hay nadie descalzo, la Gran Vía es Nueva York. Es una calle grande y ancha. A su izquierda y a su derecha, olvidadas grietas, patios oscuros, alargados gritos de gatos y niños” 30 . El cambio de percepción respecto a España se va haciendo cada vez más evidente. Cabe recordar que los magníficos “Reportajes de España” escritos por Ehrenburg entre 1931 y 1936, fueron censurados en un principio en la propia República Española por mostrar imágenes demasiado dolorosas. Al leer la comparación de Ehrenburg de los Guardias civiles con las sombras monstruosas de las Pinturas Negras de Goya o la siguiente cita, se puede entender el malestar. Descripciones que, por otra parte, estaban bastante cerca de las que del mismo elemento hacía Federico García Lorca. “El trabajo de los guardias civiles no es muy complicado: matar. En lugar de “un guardia muere, pero no se rinde”, aquí se puede decir que “un guardia mata, pero no hiere”. Cuando los guardias disuelven a los campesinos o a los obreros, muy raramente se computan heridos: los guardias apuntan a la cabeza o al estómago, y tienen muy buena puntería”31. Llegó el año 1934. En España tienen lugar las revueltas en Asturias y la dura contestación del gobierno. Y al imaginario español de los soviéticos se une un personaje nuevo: la de los cientos de mineros asturianos que marcharían a trabajar a “Donbass”, uno de los principales centros mineros de la Unión Soviética: 29 Vladímir Mayakovskiy, “Ispaniya”//“Sochinéniya v 2 tomaj”, Moskvá, Pravda, 1987. T1.Pág. 274 30 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 10 31 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 37 42 “Los mineros asturianos, los mismos que trabajaron en Donbass, guardan un tierno y cálido recuerdo de nuestro país. Con orgullo muestran sus botas rusas, vasos de té y pequeños platos, cigarrillos guardados primorosamente sin fumar. Y no dejan de mandar saludos y regalos a jóvenes ciudadanos soviéticos, cuyos nombres, llevándome a un rincón, me piden apuntar en la libreta” 32 . Y de esa manera, los elementos ya estaban más que mezclados: la imagen clásica y romántica de la España tradicional, la guerrillera y revolucionaria, los mineros asturianos viviendo y trabajando en la URSS, más las obras de Ehrenburg “Reportajes españoles”, y “La primavera española” de Koltsov, referentes de una España en cambio. Llegó la guerra. En el “Maestro y Margarita” de Mijaíl Bulgákov es fácil adivinar que ese punto en el mapa que Voland marca como la guerra que inicia el fin del mundo es en realidad una referencia a la Guerra Civil Española. Svetlov, Kirsánov y sobre todo Konstantín Símonov, todavía muy joven para combatir en España, le dedicarían una gran cantidad de poemas. A su vez, y desde la Guerra Civil Rusa, la relación de la mayoría de los escritores soviéticos respecto a su descripción de los estados extranjeros se basaba en reformar la imagen que hasta entonces habían tenido o aquella que aquellos países, sobre sí mismos, estaban promocionando. La nueva ideología del estado soviético empujaba, desde su punto de vista, a denunciar y satirizar sobre la vida y la imagen del resto de países de ideología contraria. Esto se acompañaba con la promoción de la lectura de obras que ofrecían imágenes originales de sus propias sociedades, sobre todo las que contenían una denuncia social, como son los casos de Zola o Mark Twain; por otro lado, los escritores soviéticos se esforzaban por remarcar ese nuevo punto de vista en sus propias obras. Uno de los mejores ejemplos de ello fue la obra de Ilf y Petrov, resultado de su viaje a Estados Unidos: “La América de una sola planta”, en la que satirizaban sobre el contraste de la América de los primeros rascacielos y los problemas sociales que en ella se daban (y sobre la que Ehrenburg apuntaba: “Han sabido ver”). Otros ejemplos son las ya citadas obras de Ehrenburg y Koltsov sobre España en los primeros años de la década de los 30. 32 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 151 43 España, a nivel histórico y a nivel literario, se había convertido en el tema de conversación recurrente. En la revista “Literaturnaya gazeta”, una de las publicaciones literarias más importante del país, publicaba Semión Kirsánov el siguiente poema, dedicado al inicio de la Guerra Civil Española: “Pero mi mirada El periódico araña He olvidado buscar ninguna otra cosa. Todos los sueños contigo Todas las palabras Para ti, España” 33 . Y España, como objeto literario, y los españoles, como personaje, ya no se parecían en nada a aquellos bandoleros, aquellos hombres con su serenata bajo el balcón. Eran hombres y mujeres de carne y hueso, con las mismas penas y parecidas esperanzas a las de cualquier ciudadano soviético. Los corresponsales tenían que traducir aquellas viejas imágenes y aquellos tesoros culturales de la vieja España a un nuevo idioma, había que “traducir” el Quijote al idioma contemporáneo de la guerra contra su más encarnizado enemigo. Existió un poema, casi profético, “Granada, Granada, Granada mía” de Mijaíl Svetlov. Escrito en 1926 resulta un buen ejemplo de aquel proceso, de aquel cambio en el imaginario ruso respecto a España. El poema narra la historia de un soldado ucraniano que durante la Guerra Civil Rusa, durante los combates y los desplazamientos, cantaba una canción dedicada a Granada. Seguramente se trató del primer ejemplo en el que se fundían los problemas de España y Rusia en un mismo contexto. El poema de “Granada, Granada, Granada mía”, no fue sólo un éxito en los años de su publicación (1926), con admiradas palabras dedicadas a él de Mayakovskiyy y Tsvetáeva, sino que se convirtió en uno de los himnos de los voluntarios soviéticos en España, así como se llegó a cantar en muchos campos de concentración nazis años después, como símbolo de 33 Semión Kirsánov. “Zhelanie”// “Izbrannie Stijotvoréniya”, Moskvá, Sovetskiy pisátel, 1956, pág. 104 44 la lucha antifascista. Para cerrar este capítulo, se ofrece aquí una traducción que, con más o menos éxito, se ha realizado. Que acompañe, como ya hizo, de forma simbólica, los pasos de aquellos hombres y mujeres soviéticos que no dudaron en arriesgar sus vidas defendiendo aquello que para ellos era lo justo, en una tierra lejana, desconocida para la mayoría de ellos. 45 GRENADA, GRENADA, GRENADA MOIÁ Al paso andando, Al galope en la batalla, Y la canción de “Manzanita” Entre dientes rumiando. Ay, esta canción Hasta hoy la guarda La hierba joven, Malaquita esteparia. Pero un raro canto Sobre una lejana tierra Trajo consigo mi amigo A su silla de montar Y contemplando A los lados Su tierra natal: “¡Grenada, Grenada, Grenada moiá!” Esa canción Repetía de memoria… ¿Desde cuándo en un muchacho ucraniano Hay tanta tristeza española? Ciudades de Alexándrovsk, Járkov Contestad: ¿Hace mucho en español Empezasteis a cantar? Dime Ucrania, ¿No fue en estos trigales Donde perdió Tarás Shevchenko Su gorro de astracán? ¿De dónde, amigo Esa canción “Grenada, Grenada, Grenada, moiá?” Tarda en contestar El soñador ucraniano: ¡Hermanito! A Granada En un libro encontré ¡Un bello nombre, Un alto honor En el corazón de España Granada se esconde! Dejé mi casa en Ucrania Y me fui a luchar, Para a los campesinos granadinos Las tierras entregar ¡Adiós mis queridos, Adiós mis amigos! “¡Grenada, Grenada, Grenada moiá!” Galopábamos, soñando, Aprender cuanto antes De la guerra su ciencia De las baterías su lenguaje. Y el sol, se levantaba, Otra vez se escondía De tanto cruzar la estepa El caballo se agotaba. Pero la canción de “Manzanita” Tocaba el batallón Con el arco mezclando penas en el violín de los tiempos… ¿Dónde, compañero Tú canción, dónde está? “Grenada, Grenada, Grenada moiá?” Y en su cuerpo una herida A la tierra cayó, El compañero, Por vez primera Desmontó de su silla. Vi como sobre el cadáver La luna se inclinó, Y los labios muertos Susurraron “Grena…” Da un paso a un mundo lejano A una laguna tras las nubes Se fue mi compañero Y la canción se llevó Desde entonces no escucha Su tierra natal “¡Grenada, Grenada, Grenada moiá!” Los demás no notaron La pérdida del guerrillero Y la canción “Manzanita” Cantó hasta el final Y sólo por el cielo quieto Tras un momento de espera Por un crepúsculo de terciopelo Cayó Una gota lagrimera Y nuevas canciones Inventó la vida… No hay por qué, compañeros Llorar por una canción No hay por qué, Eso siempre está de más, “¡Grenada, Grenada, Grenada moiá!” Mijaíl Svetlov 34 . 1926 34 Mijaíl Svetlov. “Grenada, Grenada, Grenada moiá”, Vladivostok, Dalnevostochnoe knizhnoe Izdatelstsvo, 1974, pág. 20 – 23. 46 47 2 LOS CORRESPONSALES SOVIÉTICOS El periodismo soviético fue la vanguardia de las ideas revolucionarias que habían vencido a las fuerzas reaccionarias en la Revolución de Octubre y en la Guerra Civil Rusa. Nació bajo el mando del NARKOMPROS 35 , y desde un principio estuvo intrínsecamente relacionado con la vocación ideológica. Tanto durante los años de la Revolución como durante la Guerra Civil Rusa, se fundaron una gran cantidad de periódicos que tenían como objetivo la lucha propagandística contra la propaganda (valga la redundancia) de los periódicos reaccionarios, tanto rusos como europeos, sobre todo aquellos fundados por emigrantes rusos en Francia o en Inglaterra. Además de esa relación con periódicos de diferente ideología, nombres como Mayakovskiyy, Ilf y Petrov, Katáev, Olesha, Bulgákov… trabajaban para periódicos que ensalzaban los logros de las iniciativas tomadas aquellos años en cualquiera de los ámbitos de la vida soviética. No había llegado todavía la imposición de las ideas estéticas del “Realismo Socialista” cuando el periodismo soviético ya había adquirido una estructura sólida y eran protagonizados por muchos de los nombres más brillantes de las letras rusas, soviéticas, de su tiempo. Mijaíl Koltsov, que era una de las figuras claves del nacimiento y el estilo del periodismo soviético, jugó un papel fundamental ante la llegada impuesta del “Realismo Socialista”: sin oponerse públicamente a esa doctrina, e incluso defendiéndola, supo redirigir sus esfuerzos a la fundación de revistas satíricas y humorísticas que habrían de dar cobijo a los textos menos politizados durante aquellos años en la URSS, y que, bajo el paraguas del humor, eran los textos donde más abundaba la autocrítica. “Justo en ese tiempo entregaron a un respetable redactor moscovita un relato satírico. Lo miró y dijo: “No nos conviene. Es pronto todavía para que el proletariado se ría; dejen que se sigan riendo sus enemigos de clase. (Risas y aplausos) Esto, compañeros, os parece hoy una salvajada. A mí también. Pero recuerdo, y no sólo yo, muchos aquí lo recuerdan, como en una de las reuniones de la extinta Federación Rusa de Escritores Proletarios, un mes antes de su liquidación, yo tuve que demostrar, ante las 35 Narodni Komissariat Prosvesheniya (Comisariado Popular de Educación), organismo existente en la URSS desde el 1917 hasta el 1946. Órgano encargado de las campañas masivas de alfabetización y propaganda en la Unión Soviética, bajo la dirección de Anatoli Lunacharskiy. Nota del autor. 48 exclamaciones menos bondadosas, el derecho a la existencia en la literatura soviética de escritores como Ilf y Petrov”36. Sobre el nacimiento de las corresponsalías soviéticas se ha encontrado poca información. La importancia de los corresponsales soviéticos en la Segunda Guerra Mundial ha ocupado la mayor parte de los estudios dedicados a los mismos. La actividad de los corresponsales soviéticos estuvo unida a las figuras de Trotsky, Chicherin y Lítvinov, que en el orden expuesto, fueron los encargados de las relaciones internacionales soviéticas hasta el año 1939. El contacto con esas tres figuras, que caerían después en desgracia ante la antipatía del gobierno soviético, decidió el trágico destino de muchos de los corresponsales soviéticos durante las represiones de los años 30 en la URSS. Las condiciones en las que trabajaron siempre fueron adversas. La Paz de Brest – Litov, firmada por Lenin con Alemania previo paso de abandonar Rusia la Primera Guerra Mundial, y acogida con gran desagrado por muchos países en Europa, más la posterior intervención y derrota de muchos países europeos en la Guerra Civil Rusa, puso en una situación difícil a los corresponsales soviéticos en el extranjero. Ehrenburg, por ejemplo, era frecuentemente seguido por la policía en Francia, y casi la única ayuda que tenían los periodistas soviéticos en el extranjero era la de las embajadas clandestinas, que actuaban de forma paralela a las embajadas rusas en aquellos países que todavía no habían reconocido al gobierno revolucionario de Moscú. La fama de los corresponsales soviéticos se extendió por toda Europa durante el juicio de Dmítrov en la Alemania Nazi. La complacencia de la mayor parte de los periódicos europeos ante el hecho, y su más o menos disimulado apoyo a la labor de los tribunales nazis, dirigió la mirada de muchos europeos hacia las noticias escritas por los corresponsales y periódicos de la Unión Soviética. La posterior subida al poder del Frente Popular en muchos países de Europa reforzó la labor de los mismos corresponsales en esos países. Ante las obras de los corresponsales soviéticos en España se han de tener en cuenta una serie de características histórico-literarias fundamentales. 36 Mijaíl Koltsov, “Rech na pérvom Vsesoiúznom siezde soviétskij pisateley” // «Vostorg i Yárost”, Moskvá, Izdatelstvo “Pravda”, 1990, pág 452 49 Primero, hay que separar entre las obras que fueron escritas durante y después de la guerra. En este trabajo se prestará especial atención a las obras que fueron escritas de forma paralela al transcurso de la contienda, pues ofrecen un contenido mucho más influido por la misma. Son las obras de los principales corresponsales, núcleo del presente estudio: Mijaíl Koltsov, Ilyá Ehrenburg y una parte de la obra de Ovadiy Sávich y de Román Karmén. El resto de las obras que se utilizarán fueron escritas después del fin de la guerra, a excepción de páginas de diarios y cartas recopiladas, incluidas en su mayoría en posteriores memorias, como es el caso de la obra de Román Karmén, “NO PASARÁN”, parte de la obra de Sávich y algunas cartas encontradas en los archivos rusos, enviadas por unos corresponsales a otros durante la Guerra Civil Española. Una vez trazada esa importante diferencia, que se tendrá siempre en cuenta en el desarrollo del presente trabajo, cabe recordar que todas las obras seleccionadas cumplen la norma de haber sido escritas por testigos directos de la contienda, habiéndose dejado de lado los estudios y obras literarias escritas posteriormente por personas que no participaron en la Guerra. Hoy, cada persona con un teléfono puede convertirse en un corresponsal. La información fluye más o menos libremente gracias a las nuevas tecnologías y las globalizadas redes de comunicación, y cada acontecimiento puede ser narrado en directo por un número enorme de testigos. Esto hace que la figura del corresponsal de los años 30 se distorsione, ante lo que urge escribir este breve anexo. Los corresponsales en la Guerra Civil eran hombres sin teléfono. En medio de una guerra, sin cámaras, aislados. Sus crónicas eran escritas desde barricadas o habitaciones en penumbra para no ser objetivo de las bombas. No existía la posibilidad de enviar el texto de forma instantánea, y cada crónica debía ser revisada por un censor antes de ser enviada al extranjero (una amplia descripción de esta actividad se describe en la Forja de un Rebelde, 50 de Arturo Barea, quien realizó la función de censor). Los corresponsales soviéticos, para evitar ese control, y gracias a su condición de soviéticos, no sospechosos de espionaje (excepto entre ellos mismos), mandaban sus crónicas a través de conversaciones telefónicas con Moscú, normalmente desde el Ministerio de la Gobernación, donde la conexión telefónica con el extranjero, aun siendo la más fiable de la ciudad, funcionaba un día de cada tres, sobre todo durante los primero meses de guerra. Sólo el cinco de noviembre de 1936 una línea telefónica entre Moscú y Madrid empezó a funcionar con regularidad. Relatando el gran momento, Koltsov da a entender la dificultad de comunicación y, sobre todo, que sus crónicas de los últimos días no han llegado completas, o no han sido entendidas en la URSS, que parece no saber que el enemigo está a escasos metros de tomar la capital: “- Y el siete le volveremos a llamar, y nos cuenta qué tal ha pasado el día Madrid. Yo me callé” 37 . El hecho de ser ciudadanos soviéticos les concedía ventajas y desventajas. Las segundas eran la presión política de su propio gobierno y la obligación (para los que se establecieron en Madrid) de estar en primera línea de fuego, hecho no siempre común entre los corresponsales de otros países. Las ventajas eran: el aprecio y ayudas que los ciudadanos fieles a la República les brindaban (casi cualquier voluntario extranjero, viniera de donde viniese, recibía gritos cariñosos de “¡ruso!”). En el plano profesional, tenían a su disposición un chófer y un coche dispuestos por el gobierno de la República para su uso, facilitando su movilidad por los frentes, lo que propició también que el personaje del chófer y sus descripciones tengan un lugar privilegiado entre los demás personajes descritos. Con el coche iba toda la necesaria gama de contraseñas y papeles necesarios para su total y libre circulación por la zona republicana. Cuando se encontraban en la capital, contaban con una habitación en el hotel Palace de 37 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 206 51 Madrid, donde eran alojados los voluntarios soviéticos, dejando toda la primera planta para un hospital de emergencias (de lo que resultan numerosas descripciones de la situación de los heridos y el trabajo médico). Finalmente, tenían el derecho de extrema cercanía a todos los poderes políticos y militares. En los momentos en los que no se encontraban en Madrid, la República se encargaba de proporcionarles alojamiento, excepto en los numerosos casos en los que las noches las pasaban en el frente. Además de las circunstancias personales, diarias, que mucho influían en sus descripciones de España, los aspectos históricos y culturales son los que más claramente marcan la percepción de los hechos en sus obras. Un hecho histórico que siempre estuvo presente en todos ellos respecto a la guerra española fue la cercanía de su propia guerra civil, en la que el éxito de su bando les hacía pensar en que podía ocurrir lo mismo en España. Incluso consiguieron, visto el éxito que ellos tuvieron, introducir la figura del “Comisario Político” en los frentes españoles: “- ¿Acaso en el viejo ejército zarista durante la guerra civil, junto a Denikin, Kolchak, Yudénich, Vranguel, no había también muchos militares de carrera y especialistas? Pero unos desarrapados en sandalias y con los abrigos llenos de agujeros destruyeron su ejército. A los generales les ayudaban americanos, ingleses, franceses y alemanes, pero no pudieron (...) ¿Por qué los republicanos no pueden repetir lo que los obreros y campesinos hicieron en Rusia?” 38 . Otro hecho histórico que influye en sus obras es el profetizado por todos ellos de la cercana Segunda Guerra Mundial. Gracias a sus acertados temores, se entiende la extraordinaria importancia histórica que tenía la contienda en España. En otras palabras, en sus obras se refleja la claridad con la que entienden que el ataque a su país acaba de empezar aquí, en España. La relación entre los dos acontecimientos bélicos, aun después de los mismos, estuvo siempre presente en la conciencia de otros escritores, músicos o directores de cine, en parte, 38 Alexander Rodímtsev, “Pod nébom Ispanii”, Moskvá, Sovétskaya Rossía, 1974, pág. 123 52 gracias a las crónicas de Ehrenburg, Koltsov, Karmén... que aquí se van a analizar. Famosos son los ecos a la Guerra Civil Española en películas como “Ofitsyeri” 39 o “Paren iz nashego goroda” 40 , o en toda la producción poética de Konstantín Símonov, como su poema “Junto al fuego”, donde un soldado de la Segunda Guerra Mundial, junto al fuego, escucha un vinilo que trajo de España: “Junto al fuego Donde se fríen unas conservas Ahora calienta las heridas de sus disparos, El primer tiro lo recibió en Madrid El quinto, en Stalingrado” 41 . Otro hecho fundamental en las obras de los corresponsales, sobre todo en las de Ilyá Ehrenburg y Mijaíl Koltsov, es su profundo conocimiento de la situación política e histórica de la España pre-bélica, más concretamente, de la historia de la Segunda República, a la que viajaron en varias ocasiones y de cuyas visitas resultaron las excelentes obras “Reportajes españoles”, de Ehrenburg, y “La primavera española”, de Koltsov. En mayo de 1933, Ehrenburg escribía lo siguiente, tras los trágicos sucesos de Casas Viejas y haciendo referencia a Miguel de Unamuno. El conocimiento de los futuros dos grandes corresponsales soviéticos en España era tan latente que en ocasiones sus escritos parecen profecías: “Estoy completamente seguro de que, al conocer la tragedia de Casas Viejas, Miguel de Unamuno pasó unas horas terribles. Aquí su “sentimiento trágico de la vida” se fundió con esa verdad que conoce cualquier jornalero analfabeto. Pero el sentido de los históricos sucesos está en que cuando Unamuno escribe sobre las maravillosas tradiciones y los guardias que llevan fusiles, estas dos cosas están relacionadas fuertemente entre sí. No hay más tierra neutral en ningún sitio, ni siquiera en ese segundo mundo donde quiere vivir el filósofo Unamuno… Su destino personal habrá de ser tan esclarecedor para los 39 Película soviética del Director Vladímir Rogovoi. Mosfilm. Moskvá, 1971. En un momento de la película los protagonistas luchan en España. 40 Película soviética de Alexandr Stoler y Borís Ivanov. TSOKS. 1942. El protagonista marcha como voluntario a España en 1936, siendo ese hecho uno de los ejes de la trama. 41 Konstantín Símonov, “U ognyá” // “S toboy i bez tebyá”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2004. Pág. 120 53 escritores indecisos como las hogueras de Berlín”42. Pudiera parecer innecesario subrayar el hecho de que todos ellos deseaban fanáticamente la victoria del bando republicano. Sin embargo, ese firme deseo de victoria añade factores influyentes en sus representaciones de España: por ejemplo, su adhesión a la República, con todas sus diferentes fuerzas políticas y sociales. Gracias a ello, el sentido político de los textos, en su sentido propagandístico, es menor de lo esperado. Basta comparar las obras de Ehrenburg y Koltsov dedicadas a España antes de la guerra y durante la misma, siendo las primeras análisis políticos y sociales de la situación de la España Republicana, mientras las segundas, que aquí se van a analizar, tienen como núcleo la guerra y la deseada victoria, y estando todos los demás aspectos y visiones de España intrínsecamente unidos a la misma. Conocida es la posición del Partido Comunista durante la Guerra Civil Española de dar prioridad a la victoria en la Guerra, dejando una hipotética revolución para después, (dejando a un lado las posibles tramas del gobierno soviético que, a través de espías y colaboradores pudiera intentar influir en la situación bélica, temas sobre los que las crónicas de los periodistas soviéticos no aportan mucha información). Su total afiliación a la República, más allá de su evidente simpatía hacia el Partido Comunista Español, les daba la oportunidad de hablar sobre todas las fuerzas antifascistas existentes en España, llegando al punto de escribir, y publicar, por ejemplo, conversaciones de Durruti, líder anarquista, así como narrar historias de brigadistas, socialistas, demócratas republicanos... En resumen, lo que ellos llaman constantemente en sus obras “el mundo progresista y democrático”... formado por elementos que, de haber hablado de ellos en los mismos términos en un ambiente ajeno a la guerra, en esos años les pudiera haber traído graves e inmediatas consecuencias. Sobre esa total obsesión por la victoria republicana (lo que, según se extrae de sus obras, era lo único que podía evitar el desastre en toda Europa), Koltsov refirió a Ehrenburg unas palabras clave: “… sobre España no contamos lo que ocurre, sino lo que en España debería ocurrir” 43 . 42 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 56 43 Ilyá Ehrenburg, “Liudy, Gody, zhizn”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2000, Tomo 7, pág. 511 54 De estas palabras se supone un condicionamiento, más o menos grande, en la forma de describir los sucesos. Dicho condicionamiento tiene que ver con la necesidad imperiosa de ganar la guerra, y cada palabra y descripción habían de servir de arma, sobre todo en los textos de Ehrenburg, quien sabía que sus obras se iban a leer inmediatamente en casi toda Europa; en lo que respecta a Koltsov, sus obras debían de ser, además, del gusto de los mandos políticos soviéticos. Pero, seguramente, el condicionamiento al que se refería Koltsov tenía relación con la toma de conciencia de la amenaza que el fascismo representaba para su propio país, y que dos años más tarde se tradujo en la Operación Barbarroja a manos del ejército nazi. Por todo ello, las páginas de Ehrenburg y Koltsov muestran una tendencia moralizante, avisadora de las futuras amenazas. De ahí que prácticamente una buena parte de sus escritos bien pudieran dividirse en dos direcciones temáticas: la que describe la esencia y forma de actuar del enemigo, y la que describe lo que se debiera y no se debiera hacer contra él, dejando a un lado numerosos matices que, de no sentirse con el deber de poner en aviso a sus propios ciudadanos, hubiesen tenido un protagonismo mayor. Otro rasgo, profundo y bienvenido, de las obras de Koltsov y Ehrenburg, es su altísimo conocimiento y uso ejemplarizante de la cultura española, siendo utilizada ésta como elemento de constante referencia, como símbolo y arma contra el enemigo y como víctima del mismo. Gracias a ello sus obras están cargadas de referencias culturales, a la vez que no deja de sorprender su profundo conocimiento de la cultura española antigua y moderna, más presente (se arriesga a afirmar) en sus obras que en las de la mayoría de los demás escritores o corresponsales (incluyendo a Hemingway), lo que merecerá uno de los tres bloques temáticos del presente trabajo. No en menor medida eran conocedores de la historia de España, que es una frecuente referencia en todos sus escritos como medio explicativo a lo que transcurre frente a ellos, en los que, además, se adivina el esfuerzo de cada uno de ellos en limpiar la imagen tópica de España de los ojos de sus lectores, en un esfuerzo descriptivo y explicativo. En las primeras descripciones que Ehrenburg refirió a España en 1931 refería lo siguiente: “El país con el que sueñan los agricultores del norte, es un país cruel y poco acogedor. Su 55 belleza es profundamente trágica, y la más pequeña comodidad se convierte en ella en un crimen histórico” 44 . En las crónicas posteriores a la guerra esos dos anteriores elementos pierden importancia. Cierto es que Sávich se convertiría en uno de los mejores hispanistas soviéticos, y uno de los mejores traductores de poesía en castellano al ruso. Sin embargo, sus memorias, y en mayor medida las de Román Karmén, tienden a elaborar sus recuerdos de España desde un punto de vista más plástico, influenciados en gran medida por la guerra contra el fascismo que acababan de sufrir en su propia patria, tras la que las explicaciones sobre la naturaleza del enemigo y la lucha sobraban ante el lector que recién las había sufrido. En las obras escritas por militares y voluntarios, las referencias culturales e históricas son también frecuentes, tanto que España fue para todos ellos un motivo de nostalgia y estudio posterior. Pero sin duda el valor de esas numerosas obras es básicamente plástico; su extrema cercanía a la batalla les mostró cuadros de una riqueza y fuerza sobresalientes, imágenes que muchos supieron describir con gran acierto. A su vez, sus descripciones de ciudades, retaguardias, caminos... no poseen el mismo valor, aunque muchos elementos, por ser continuamente repetidos en todos los testimonios, explican cuáles eran los rasgos más originales del paisaje español a ojos del que lo conocía por primera vez. Se quiere citar por último una obra, encontrada casualmente, muy original por la información histórica que aporta: “Boitsí tíjovo fronta” 45 , del que fuera espía soviético de origen búlgaro Iván Vinárov. Varios capítulos están dedicados a la formación de redes clandestinas en Francia para ayudar a los voluntarios que de toda Europa marchaban hacia España y que, como es sabido, eran perseguidos y encarcelados por las autoridades francesas. De ella puede saberse que hubo un momento en que casi la mitad de las lecherías de París fueron en realidad un escondite de brigadistas y voluntarios de camino a España. También es remarcable su descripción de las actividades políticas llevadas a cabo en Portugal en ayuda de la entrada de las fuerzas militares alemanas e italianas a España, o la curiosa historia del instructor militar soviético de origen caucásico conocido como “Ksanti” que trabajó junto a Durruti en la formación de sus hombres. 44 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág.7 45 Iván Vinárov, “Boitsi tíjovo fronta”, Sofía, PRESS, 1981 56 2.1 MIJAIL EFÍMOVICH KOLTSOV (FRÍDLYAND) (KIEV, 1898, - 1940/1942) 2.1.1 PERIODISTA “Para Koltsov, escribir es participar. Él aporta las más artísticas notas de los soldados y fenomenales retratos literarios de los participantes, retratos imposibles de conseguir sin estar en el mismo centro de la batalla, sin ser uno mismo el primero entre los combatientes antifascistas” 46 . Nacido en Kiev, de procedencia hebrea 47 , fue participante activo en la Revolución de Octubre, fundador de revistas satíricas, periodista de “Pravda”, uno de los padres de la primera Enciclopedia Soviética, promotor del primer gran avión soviético, conductor del coche funerario que llevaba a enterrar a Mayakovskiyy, corresponsal en España… quizás, hasta su muerte, el ciudadano soviético más omnipresente y activo. Dos citas para introducirlo: “Lo más importante en nuestro trabajo – me decía Koltsov – son los trazos. - Si a buena conciencia realizase retratos realísticos de mis héroes: Chamberlaines o MacDonaldses, sobornadores y burócratas, sería insoportablemente aburrido. Así no escriben ya ni en Gómel ni en Kashira. Sin embargo, los trazos, uno, otro, un pequeño guiño, un rasgo, y el lector lo entenderá todo y lo completará él mismo. Dese a sí mismo, y al lector, al lector adulto, al cada día más sabio lector, espacio para la fantasía” 48 . 46 David Zaslavskiy, “O Mijaíle Koltsove” // “Mijaíl Koltsov. Kakim on bil”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1989, pág. 11 47 Con frecuencia se suele confundir a los corresponsales “soviéticos” con corresponsales “rusos”. Entendemos que sin el calificativo de “soviético” no puede entenderse el sentido de sus obras. Además, los cuatros grandes corresponsales soviéticos que participaron en España eran de origen judío y nacidos en lo que hoy es Ucrania (Sávich nació en Polonia). 48 Aleksandr Deich // “Mijaíl Koltsov. Kakim on bil”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1989. Pág. 169 57 “¡Ciudadanos! Hoy el milenario “Ayer” se fragmenta Hoy se revisan los cimientos más profundos Hoy, Hasta el último botón de la vestimenta Rehacemos la vida y el mundo” 49 No se exagera si se afirma que Mijaíl Koltsov fue el mejor y más importante periodista de la primera mitad del siglo XX en Rusia y en La Unión Soviética. Es difícil encontrar un suceso significativo de aquellos turbulentos tiempos que no fuese descrito por él, que siempre estaba presente. En un mundo que cambiaba, él fue el mejor cronista del cambio. No sin motivo acompaña una cita de Mayakovskiyy, amigo íntimo de Koltsov: acentúa la actitud político-social del momento, y algo más: que Koltsov fue el mejor representante de las corrientes artísticas del “Futurismo” y otras corrientes de vanguardia aplicadas al texto periodístico. En febrero de 1917 escribió un artículo: “Fevralskiy mart” 50 , una de las mejores descripciones existentes sobre los meses posteriores a la formación del gobierno de Kerenskiy tras la caída del Zar. Koltsov acogió con entusiasmo la caída del Zar y la llegada del gobierno de Kerenskiy. Pocos meses después escribía “Velikoe neterpenie” 51 , “Oktiabr” 52 o “Luchshee vremia goda” 53 , y acogió con entusiasmo la Revolución de Octubre. En 1918 abandonó el Partido Bolchevique, pero ese mismo año fue su delegado en un congreso en el extranjero. Poco después volvió a ingresar en él, y participó con labores militares en la Guerra Civil Rusa en el Ejército Rojo. Tras el fin de la Guerra Civil Rusa, se entregó por completo a la literatura. Ingresó en el periódico Pravda, del que pronto formaría parte en su delegación editorial. Mientras, fundó dos revistas satíricas: “Ogoniok” y “Chudak”. Sus artículos en Pravda estaban dedicados al 49 Vladímir Mayakovskiy, “Revolutsia” // “Sochinéniya v 2 tomaj”, Moskvá, Pravda, 1987, Tomo 1, pág. 92 50 Mijaíl Koltsov, “Fevrálskiy mart” // “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 23 51 Mijaíl Koltsov, “Velíkoe neterpenie” // “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 29 52 Mijaíl Koltsov, “Oktiabr” // “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 36 53 Mijaíl Koltsov, “Luchshee vremia goda” // “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 42 58 análisis de los triunfos de la Revolución, así como de sus dificultades. En las revistas satíricas exponía, con ironía, las contradicciones y vicios de la burocracia y los funcionarios. En muy poco tiempo se convirtió en una referencia no sólo periodística sino cultural. Él dio cobertura a los poemas de su gran amigo Mayakovskiyy, a Ilf y Petrov... No se opuso abiertamente, como sí hizo Ehrenburg, a la doctrina cultural del “Realismo socialista”, pero sí acogía en sus ediciones a los menos sometidos a tal doctrina. Y en 1931 viajó a España. Entre julio y agosto viajó por gran parte de la geografía española. De ello resultó su libro “La Primavera española”, traducido al español por Ángel Encinas Moral. En agosto de 1936 viajó a España como corresponsal del periódico Pravda, hasta finales de 1937. Su comprensión del deber de la actividad periodística queda claro en el siguiente ejemplo. En 1924 hizo un viaje a París haciéndose pasar por un periodista ruso exiliado, llegándose a entrevistar con el cabecilla principal de lo que se llamó “Movimiento de liberación de Rusia”, militares rusos “blancos” que no hubiesen dudado en denunciarlo ante las autoridades. De ese encuentro surgió su artículo “V noré u zveria” 54 (“En el nido de la bestia”). Poco después, desde la URSS, mandó una carta al periódico ruso-francés “El Renacimiento”, de los mismos rusos “blancos”, periódico que recogía las cartas de los disidentes soviéticos. En la carta Koltsov afirmaba una serie de hechos relacionados con la Revolución, la Guerra Civil Rusa y la situación actual soviética, todos falsos adrede, que el editor no dudó en publicar sin asegurarse de su veracidad. Poco después, otra carta de Koltsov (que había firmado la anterior como una tal “Liza”), le descubría el engaño. Además, le avisaba que las primeras letras de cada palabra de la carta anteriormente publicada formaba el siguiente mensaje: “ESTE PERIÓDICO DE BANDIDOS BLANCOS ESCRIBE TODA CLASE DE MENTIRAS E INJURIAS CONTRA LA UNIÓN SOVIÉTICA” 55 . La carta fue también impresa en un periódico francés y posteriormente en una revista satírica 54 Mijaíl Koltsov, “V noré u zveria” // “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 326 55 Borís Efímov // “Mijaíl Koltsov. Kakim on bil”, Moskvá, Sovétskiy pisátel, 1989, pág. 69 59 soviética, para risa y disfrute de los lectores. Su biografía profesional es la de un trabajador frenético y entregado. Es a su vez el mejor ejemplo del papel del periodista soviético por antonomasia. Las campañas de alfabetización, en las que también participó, añadían millones de nuevos lectores, y era a través de los periódicos y revistas donde por donde se informaba y explicaba sobre cada nuevo logro, además de ir cargados de adoctrinamientos frente a la nueva y difícil situación del recién nacido país. Los reportajes de Koltsov eran variados en su temática. Desde el nacimiento de la primera central eléctrica, la necesidad de ofrecer mayor limpieza en los Cafés y comedores, el juicio a Dmítrov en Alemania, la hazaña de un explorador en Siberia... Todos ellos cargados de un importante acento político, a la vez que una gran carga irónica y humorística. Koltsov creó verdaderos poemas en columnas de las esquinas de los periódicos. Su artículo anteriormente citado, “Velikoe neterpenie” (“La gran impaciencia”) sobre los días anteriores a la Revolución de Octubre en Petrogrado, por su capacidad para expresar la plasticidad y colorido de la ciudad, por la tensión palpable de las masas, el esfuerzo titánico de sujeción que los dirigentes bolcheviques influían sobre los obreros a esperas del momento adecuado…, son un colosal y genial ejemplo de su maestría y genio periodístico. Otro artículo, también citado, “Luchshee vremia goda” (“La mejor época del año”), en el que escribe sobre el cambio del significado del otoño en la mentalidad rusa, de la pesada melancolía que como a los osos apresaba a los rusos a esperas del invierno (según el mismo artículo), y aquel otoño, el del 1917 y su explosión de vida, no sólo es un magnífico artículo, sino una interesantísima reflexión para entender la literatura rusa en toda su historia, concretamente, el significado de las épocas del año en cada uno de sus pasajes literarios más famosos. Pero ya a finales de los años 20, y más en los años treinta, el gobierno soviético empezó a cortar las alas de todos, escritores, periodistas, músicos… Y los textos de Koltsov debían responder, a regañadientes, a los nuevos y estrictos mandatos. Contar la verdad, su verdad, ya no servía, había que contar la verdad del Otro. Un buen ejemplo es el testimonio de ese obligatorio cambio de perspectiva lo ofrece el poeta Lev Nikulin, recordando su último encuentro con Koltsov, durante una demostración militar en la Plaza Roja: 60 “Koltsov, siguiendo con la mirada los bombarderos, dijo: -Los “Junkers” de Hitler vuelan mucho más rápido. Lo hemos comprobado en los cielos de España… Pero a ver quién dice nada. Y miró de reojo a la tribuna sobre el Mausoleo y suspiró con tristeza” 56 . Koltsov seguía trabajando, omnipresente, en su columna de “Pravda”, a veces en reportajes de varias páginas, pero aún siendo el mayor defensor de la planificación económica, social, cultural... del país, al igual que muchos otros intuyó de antemano los que serían las represiones de unos años después. Como consecuencia de eso, los artículos de Koltsov, cada vez menos presentes en las páginas de las revistas satíricas, se centran en el tema en el que también se centró Ehrenburg en aquellas fechas, él único que podía poner a todos de acuerdo en la URSS: el odio al fascismo. Eran los primeros años de la década de los 30 del siglo XX. En Alemania se quemaban libros, Goebbels editó su tratado sobre la raza. Mussolini gobernaba en Italia. Y su temática se centró básicamente en esa futura amenaza, que también pudo presentir en un su viaje a España en 1931, y que dejó reflejado en “La primavera española”. En 1936 fue el primer corresponsal soviético en llegar a España tras el inicio de la guerra. A finales de 1937, fue avisado para que regresase de España a Moscú. Recibió premios, editó sus diarios sobre la Guerra Civil Española, ingresó como miembro en la Academia de Ciencias de la URSS. Y en medio de aquellos reconocimientos, en 1938, fue arrestado. Tras aquello poco se pudo saber de él. Resulta banal buscar explicaciones a aquel arresto y asesinato que conmovió al país entero. Por primera vez Stalin tuvo que dar explicaciones de uno de tantos crímenes contra escritores y poetas de la Unión Soviética. El escritor Fadiéev, en un acto valiente, se las pidió personalmente. Stalin le enseñó una carpeta llena de supuestas pruebas incriminatorias respecto a labores de 56 Lev Nikulin // “Mijaíl Koltsov. Kakim on bil”, Moskvá, Sovétskiy pisátel, 1989, pág. 167-168 61 colaboración con trotskistas, de espionaje en España... Tras la muerte de Stalin, Koltsov fue absuelto de todo cargo y sospecha. Su destino fue el de tantísimos otros: Bábel, Meherlhold, Gínzburg... E intentar buscar algún tipo de explicación a todo ello conllevaría volver a juzgarlos, lo que resultaría otro crimen moral. Intentar razonar como hicieron sus asesinos sería aún peor. 2.1.2 CARACTERÍSTICAS LITERARIAS DE LA OBRA DE KOLTSOV “La literatura periodística, en la mejor y más alta expresión de su significado, es un género literario-social, que suma una serie de hechos seleccionados o comunicados por primera vez por el autor. El publicista reúne y organiza dichos hechos para con ello conseguir un resultado determinado, un objetivo, para conseguir remover la opinión de los lectores y conducirlos hacia ese objetivo. El fin es siempre común al del ámbito social, político, de clase, de partido. Y el artículo trabaja para los intereses de esa clase, de ese partido o esa tendencia a la que pertenece el mismo autor” 57 . Sobre su propia labor literaria, Koltsov dejó varios y valiosos artículos. Aquí se intentará sintetizar algunos de ellos para llegar a concretar las características literarias de la labor de Koltsov antes y durante sus diarios escritos en la Guerra Civil Española. En 1927 escribió un artículo titulado “Kak ya pishú” (“Cómo escribo”): “Yo no escribo. Escribe mi mujer, Lizaveta Nikolaevna, o el taquígrafo de “Pravda”, A.A. Zembrovskiy, escuchando indulgente lo que se me viene a la cabeza dictarle” 58 . En ese mismo artículo Koltsov se dedicaba a describir su ajetreada vida de periodista, que describía así: “A menudo me parezco a un tranvía, lleno de pasajeros como arenques aplastados sobre 57 Mijaíl Koltsov, “Publitsístika i felietón v mestnoy pechati” // “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 442 58 Mijaíl Koltsov, “Kak ya pishú” // “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 423 62 los escalones y los topes, a sirenazos contra los andantes y que se salta las paradas” 59 . Apúntese, de momento, dos características: el sentido del humor y su frenética actividad. Ambas cosas serán clave en sus diarios desde España. Anótese que la mayor parte de las crónicas que enviaba casi diariamente desde España a los periódicos soviéticos casi nunca fue escrita, sino dictada desde un teléfono. Esa es la diferencia básica entre dos obras de Koltsov que se suelen confundir en una misma: el “Diario de España” y “España en llamas”, siendo la primera obra la recopilación de sus diarios escritos, y la segunda, la recopilación de esos diarios más las crónicas, notas, cartas… enviadas por teléfono o correo. Cuando se analiza la diferencia de lo escrito y lo dictado por teléfono se pueden comprender mejor las crónicas que “Pravda” publicó durante varios meses. Los géneros en los que desarrolló su labor periodística, literaria, resultan difíciles de entender si se intentan traducir al español. En ruso, “feletón”, no debe confundirse nunca con “folletín”, como a menudo se ha hecho, intencionadamente. La mejor traducción posible es la de “Artículo de opinión”, que combina el reportaje, la crónica y el análisis personal, con unas características muy marcadas en el periodismo soviético de los años 30, que ahora se analizarán. Tampoco sus escritos pudieran clasificarse como “ensayos”. Refiéranse unas palabras de Ramón Gaya sobre la obra de José Bergamín (más adelante se explicará la estrecha relación de los periodistas soviéticos y el poeta español, así como sus similitudes literarias): “No es nunca, no puede ser nunca un ensayista, porque Bergamín cree y el ensayista no” 60 . Koltsov nunca contó con la frialdad necesaria para escribir ensayos, algo que nunca pretendió. Creía en el objeto de sus ideas con plena fe, y su labor literaria se basaba en colaborar con aquella ideología con la que comulgaba... en aquella Europa de sentimientos tan exaltados. La labor del periodista soviético, tanto por convicción como por obligación, era la de promover la lucha de clases, ensalzar las victorias sociales y promover a la reflexión y el ímpetu revolucionario a millones de ciudadanos. “El “feletón” es la variante de más alta cualificación, de mayor rango artístico y literario de 59 Mijaíl Koltsov, “Kak ya pishú” // “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 423 60 Ramón Gaya, “Epílogo para un libro de José Bergamín”, Málaga, Litoral. Números 37-40, 1973. pág. 213 63 los artículos periodísticos. Puede ser incluso algo que vaya más allá de un artículo de opinión. Puede adquirir forma de reportaje, de sátira, de narración de viajes o de poema” 61 . La esencia de la composición de los artículos periodísticos de Koltsov durante su carrera se basaba en unos puntos que eran inamovibles en su elaboración: primero, la descripción de elementos reales, jamás inventados, reduciendo en lo mínimo la aparición personal, en forma de opinión o deseo; segundo, la composición del texto a partir de cualesquiera de los elementos reales vistos, sin un orden obligatoriamente encadenado a la línea temporal, ni a la imagen detallada de ese elemento. El autor, Koltsov, deseando transmitir una sensación general, una idea o una historia, se valía de los elementos y componía el texto combinándolos. Sus artículos resultan una acumulación de elementos independientes, descriptivos, que no deben responder obligatoriamente a un mismo momento temporal, y que sólo al final forman una unidad, un mosaico en la que la suma de los elementos y los detalles transmiten la voluntad ética o artística de Koltsov respecto a ese determinado tema. El autor, como personaje, sólo aparece para unir dichos elementos. “Recuerdo cuántas veces releí la correspondencia de Koltsov “Chkálov en París”, publicada en la primera columna de “Pravda”. Cuarenta líneas. ¡Sólo él podía hacer aquello! Dos o tres de esas estrechas líneas: un cuadro de París, pero un cuadro tal que el lector podía escuchar el clamor de la gente y el ruido de los tacones en los Bulevares, respirar el aroma de los castaños en flor. París recibía entusiasmada al exuberante y pícaro Chkálov, que volvía a la patria desde Estados Unidos después de sobrevolar el Círculo Polar. Frente al osado volgueño que se convirtió en el ídolo de los parisinos, todas las sensaciones desaparecieron: la inflación, la lucha por las carteras ministeriales, un sospechoso asesinato en el Bulevar Víctor Hugo… Dejando en un segundo plano los labios prietos y ofendidos de la sensacional Marlén Dietrich, recién llegada para conquistar París… todas las ovaciones eran para el gigante ruso… ¡Cuarenta líneas! Quién excepto Koltsov poseyó ese don, tan ágil plasticidad, quién podía conseguirlo tan rápido y tan sencillo. Y estoy seguro que esas líneas las escribió directamente desde el telégrafo, sin boceto alguno…” 62 . Dentro del círculo de columnistas, autores de artículos y reportajes, existía una disputa literaria encendida: la del uso, o no, de “colores, maquillaje” (“kraski”, en ruso) en los textos periodísticos. El uso o no de elementos imaginativos, a veces inventados, así como 61 Mijaíl Koltsov, “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 448 62 Román Karmén // “Mijaíl Koltsov. Kakim on bil”, Moskvá, Sovétskiy pisátel, 1989, pág. 456 64 elementos líricos, poéticos, metafóricos. En los textos y artículos a favor de la posibilidad de “maquillaje”, se recogía un hecho y se le añadían todo tipo de detalles inventados con un fin poético, y además se le añadía un argumento que apoyaba la finalidad del artículo. Uno de los que más a menudo defendió con sus artículos esta tendencia fue Maxím Gorki. Mijaíl Koltsov era defensor de lo contrario: “Otro método, por el que yo trabajo fundamentalmente, es el de no añadir maquillajes artificiales a los hechos que hay, no mezclarlos o aguarlos con detalles inventados, por muy literario que resulte, sino por medios periodísticos matizar esos hechos, ofrecerlos de tal manera que corte el ojo” 63 . De otro texto suyo: “La cuestión de los “colores”, o, como también dicen, de la “personificación” del texto, para mí no existe. Para mí, el “colorido” no se encuentra en el maquillaje de los diferentes hechos, tampoco en la incorporación de detalles inventados, ni en añadir cosméticos a los rostros reales, vivos, activos, del artículo. Mi labor literaria no se construye a partir de nada de eso, sino a partir del montaje de los hechos, de su orden de aparición, de su permutación, del resalte que cada uno de los matices ofrece, del cuadro que forman los mismos” 64 . Para tal efecto, es habitual en los artículos y reportajes de Koltsov el uso de frases cortas, rápidas, llenas de adjetivos; y en combinación con la descripción, una acción, igualmente adjetivada. Así se ve en uno de sus mejores artículos, el titulado “Polvo y sol”, donde describe y narra la festividad del Primero de Mayo en Petrogrado en 1917: “Por la mañana había poco sol y casi no había polvo. Petersburgo se despertó fría, limpia, fresca. Bajaba hielo del Ládoga, el Nevá humeaba niebla, los árboles del Bulevar Konnogvardeiskiy temblaban bajo el hielo del rocío, los andantes madrugadores tiritaban acurrucados en sus abrigos ligeros, y las aceras aparecían elásticamente grises, como mejillas recién afeitadas.” 65 . 63 Mijaíl Koltsov, “Publitsístika i felietón v mestnoy pechati” // “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 450 64 Mijaíl Koltsov, “O feletone” // “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 426 65 Mijaíl Koltsov, “Pil i solntse” // “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 40 65 Sus posteriores descripciones de España responden al mismo estilo y a los mismos principios. Sólo son dos los elementos novedosos en sus crónicas en la guerra española: la forma de diario, de escritura más apresurada y veloz, sin perder por ello la agudeza y la capacidad descriptiva y reflexiva de su obra anterior; segundo, la mayor importancia de las líneas argumentales, del rápido paso de acontecimientos durante la contienda, así como conjeturas sobre el futuro y enlaces con hechos del pasado; por último, hay un mayor número de descripciones de personas, protagonistas de la contienda, así como la mayor aparición de la figura del autor en primera o tercera persona, de la descripción de sí mismo durante los hechos. Estas mismas características las ofrecen cualquiera de sus numerosas corresponsalías anteriores desde el extranjero, como la que cubrió el juicio de Dmítrov en Alemania, en el artículo: “Dmítrov obviniaet” 66 (“Dmítrov culpa”). Su recreación de la imagen de España durante la Guerra Civil Española responde al deseo obsesivo de transmitir todos los detalles y argumentos más importantes a millones de lectores. A su vez, la de transmitir los valores de un pueblo, el español, de una cultura y una serie de realidades que, como también preveía Ehrenburg, iban a ser víctimas de la tragedia que se iba cerniendo sobre toda Europa, y que él había descrito numerosas veces, como en su famoso artículo de 1934 “Leto i Zimá” 67 (“Verano e invierno”), sobre la ascensión de Hitler al poder. 2.1.3 KOLTSOV EN ESPAÑA. 1936-1937 El primer viaje de Koltsov a España fue en 1931. De aquel viaje y la correspondencia del mismo, surgió el libro “La primavera española”, obra comentada y traducida al castellano por el Doctor Ángel Luis Encinas Moral, director de este trabajo. Es necesario remarcar una serie de características de esa obra que servirán para introducir su diario de guerra de 1936-1937. 66 Mijaíl Koltsov, “Dmítrov obviniaet” // “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 353 67 Mijaíl Koltsov, “Leto i zimá” // “Vostorg i yárost”. Moskvá, Pravda, 1990, pág. 338 66 En aquel primer viaje Koltsov visitó Madrid y Andalucía, más concretamente, Sevilla y sus alrededores, región ésta última que no visitó durante la Guerra Civil (pues rápidamente fue ocupada por las fuerzas franquistas). Sus crónicas de 1931 son sustancialmente diferentes a las de 1936 y 1937. La evidente diferencia del momento histórico influyó en algunas características de su prosa en ambos momentos. La diferencia más importante radica en el objeto de la descripción: si en 1931 Koltsov describía un proceso social, nacido con la Segunda República, sus problemas y contrastes, en 1936 la crónica está centrada en el desarrollo de la Guerra. Conocida es la posición oficial de las corrientes comunistas en la Guerra: la de la prioridad absoluta al triunfo en la contienda, para posteriormente participar en la futurible revolución social. Y Koltsov respondía a ese principio. Por ese motivo, la temática es radicalmente diferente en ambas obras. En la primera, “La Primavera española”, las líneas versan sobre la situación de proletarios y campesinos en contraste con la burguesía dominante, su admiración por la organización de agrupaciones obreras y su resalte de las pésimas condiciones de vida en la que viven miles de españoles con el fondo de la magnificencia de los centros de las ciudades. Su estilo es tranquilo, reflexivo y muy colorido. La descripción física de los objetos, paisajes y hombres es poco detallada (en comparación con los “Diarios de España”), las masas sociales tienen más protagonismo que los individuos y, en resumen, todo gira alrededor de la aparición y desarrollo de grupos de filiación comunista, así como la diferencia entre clases y la conciencia de esa diferencia entre gentes recién concienciadas. En la segunda, la que aquí servirá de estudio, el hilo conductor principal no será tanto la revolución social como el proceso y consecuencias de la Guerra. Koltsov llegó a España el 3 de agosto de 1936. Abandonó España en noviembre de 1937. Su situación en la guerra, en cuanto al papel de observador y hombre de influencia, es quizás la más privilegiada de cuantos corresponsales había en España. Conocido es el hecho de que Hemingway utilizó la figura de su amigo Koltsov para crear el personaje de “Kárkov” en “Por quién doblan las campanas”, donde dicho personaje es presentado como “una de las tres 67 personas más inteligentes de España”. Sus obras no esconden en ningún momento su puesto de privilegio. Koltsov se encontraba en las reuniones de los ministros, tenía audiencia con el presidente de la República, e incluso habla de “consejos” que él mismo daba en las más altas y trascendentes reuniones del país. No es difícil imaginar que fuese una de las monedas de cambio que Stalin utilizó para ayudar a la República, la de tener un hombre de confianza entre los responsables de la República, en teoría, un observador, (por ello que no deje de sorprender y abrir otro interrogante el por qué Koltsov no acompañó al gobierno a Valencia, sino que se quedó en Madrid, cubriendo la defensa de la ciudad). Pero no es sólo su vinculación a los más altos círculos de poder lo que lo convierten en un corresponsal privilegiado y fundamental para el estudio de la Guerra Civil Española. Lo que más influye, de forma directa, en el estilo de Koltsov, elemento fundamental de este trabajo, primero, es que sus textos son un diario: cuesta imaginar que se pueda escribir tanto en un mismo día, a la vez que mandaba sus crónicas al periódico “Pravda” y tomaba apuntes y reflexiones en otras páginas. Para este trabajo, la crónica diaria es de gran valor para interpretar los cambios y el desarrollo en sus visiones del país. Por otro lado, ningún otro corresponsal estuvo tan presente en la batalla, excepto aquellos que decidieron actuar directamente con las armas. Koltsov no iba sólo, sino que casi siempre iba acompañado por Román Karmén, el director soviético que grabaría las mejores y más cercanas, respecto al peligro, escenas de la guerra, y que formaban los “kinoreportazhi”, las películas que semanalmente se transmitían en la URSS sobre los sucesos españoles. Así, en muchísimas ocasiones, se pueden ver filmadas las mismas descripciones que Koltsov apunta en su diario, lo que también ayuda a la hora de analizar y comparar las mismas, pues se cuenta con el más o menos objetivo punto de vista de una cámara y una filmación. El “Diario de España”, se compone de apuntes casi diarios, descriptivos, de lo sucedido durante ese día, con el tema de la guerra como argumento fundamental, en toda su variedad de detalles. El estilo de su redacción recuerda claramente a la de sus artículos: descripciones y acciones entremezcladas, contrastes y diálogos, con la misma velocidad, energía y detallismo. De esa obra, que se irá analizando en el trabajo, cabe resaltar ahora otra característica que 68 marca toda la obra: la aparición de un personaje llamado Miguel Martínez, un misterioso comunista mejicano que en realidad parece ser el propio Koltsov ( más adelante se hablará de esta conjetura), con el seudónimo que recibió para evitar las críticas del Comité de no Intervención en la Guerra Civil Española, aquel formado por fuerzas europeas que “vigilaban” la no participación extranjera en la contienda. Fue el periódico “Pravda”, el más cercano al Partido Comunista soviético, quien lo envió a España, y ante el que respondía. La inclusión en las páginas de ese personaje y la descripción de sus hazañas bélicas no podía menos que significar un riesgo para el propio Koltsov, riesgo del que era consciente. Sin duda, se trataba de algo que muchos podían considerar una provocación, por las concesiones literarias que se permitió. El desarrollo que las visiones de Koltsov van teniendo con el transcurso del tiempo, en su forma y temática, es mayor que en ningún otro corresponsal soviético. Sus concisas e intencionadamente seleccionadas descripciones, opiniones lejanas a la política, reflexiones… van transformándose tan rápida y contundentemente en cantidad y en calidad, así como España se va transformando antes sus ojos y pasa de ser un campo de batalla a un país querido: “Y por primera vez de manera tan fuerte, tan aguda, por primera vez de forma tan incontrolable, estalló en mí una pena, una alarma y dolor tan grande por este ensangrentado pueblo, ardí de miedo por su destino, se alzó insoportable, pasional rabia por el sufrimiento que soportaba, por las víctimas, por la injusticia, por la desproporción de las fuerzas, la insolencia y la sinvergüenza de los verdugos” 68 . Otro elemento que es necesario apuntar: no sólo el desarrollo de la guerra influye en el estilo de Koltsov, sobre todo después de la realidad inesperada que fue la defensa de Madrid, sino que antes de ello ya existe un marcado giro en la visión de Koltsov respecto a España, provocado por el resto de corresponsales y sus críticas al carácter español: ocurría en el hotel Florida, primer lugar donde Koltsov residió en Madrid durante la guerra y donde había corresponsales de diferentes lugares. Cuanto más desprecio mostraban los mismos por las posibilidades de la República ante su enemigo y pregonaban la rápida caída de Madrid, 68 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 90 69 decrecían las críticas de Koltsov hacia la República, referidas en su mayoría a aspectos del funcionamiento de las administraciones públicas, la indecisión de algunos políticos y ciertos aspectos militares… en contraposición a unos corresponsales a los que tenía muy poco aprecio en su mayoría: “En las mesas del Café están sentados, infaliblemente, durante seis, siete, a veces, nueve horas, y sin descanso, regañan y se ríen de los españoles, de su estupidez, su lentitud, su pereza.” 69 . Automáticamente, en las notas del diario de ese mismo día, España, que hasta entonces había sido descrita por él con términos parecidos, asciende a grado de “Loco país”. Cambio que, evidentemente, es progresivo, pero que sirve aquí para apuntar cómo la labor y vida de los otros corresponsales (no soviéticos) también influyeron de sobremanera en Koltsov, que no deja escapar la oportunidad de describir los paseos con prostitutas de los otros, así como sus pocas ganas de ir a trabajar al frente, quedándose durante horas en el hotel (no faltan tampoco alabanzas a ciertos corresponsales extranjeros, como Delaprée). Por esa razón, Koltsov se apresura a ir anunciando día a día cómo el mismo Hotel Florida se va quedando vacío de corresponsales que huyen a sus países ante la eminencia del ataque a la ciudad. “Aquí hay antiguos gánsteres americanos, traficantes de alcohol de Al Capone, buscadores de aventuras de Indochina y un desencantado terrorista italiano que escribe un poema. Un pelirrojo canadiense, cuya labor es hacer fotos aéreas, no hace nada desde la mañana, se queda sentado en un sillón del vestíbulo junto a la ventana con la mirada vacía, lanzada al espacio. Espera hasta las cuatro y media de la tarde, cuando en la Gran Vía aparecen las primeras prostitutas”70. Otro cambio drástico en el carácter de Koltsov y su forma de describir España se ve claramente tras el primer bombardeo sobre Madrid, acción que no puede creer que esté ocurriendo en Europa, y que es diferente al tono de Ehrenburg al respecto, que parece comprenderlo todo dentro de la barbarie fascista que ya había pronosticado. Ese hecho hace que Koltsov empiece a sentir una aprensión especial hacia una capital que ha sido la primera en sufrir algo similar, y su ironía y sátira pasará a ocuparse, si bien hasta entonces había apuntado hacia el mal funcionamiento de las instituciones y la falta de previsión republicana, 69 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 108 70 Ibíd., pág. 108-109 70 hacia el resto de naciones europeas que nada hacen, y hacia el carácter español que parece no asustarse ante nada ni tomarse nada demasiado en serio. El propio carácter de Koltsov es también llamativo. La sorpresa es inevitable en un primer encuentro con sus textos, incluso en aquellos que hablan de las bombas, los muertos, la guerra… su constante ironía, su, a veces, incomprensible ganas de bromear, su capacidad para satirizar contra lo que unas líneas antes o después era para él mismo una tragedia y una desesperanza. Básicamente, su sátira se dirige hacia lo que considera que son malas decisiones políticas y militares, o ante la inconsciencia o falta de preparación de los soldados. Como base de todas esas críticas está la concepción sobre la falta de progresismo de la República ante lo que podía ocurrir más adelante, algo que de alguna manera él mismo (y no sólo él), había avisado ya en sus anteriores visitas a España, por ejemplo, con motivo de las revueltas en Asturias. Pero aún entendiendo esa carga emocional que le lleva a “regañar” y satirizar sobre la propia República y lo que él llama su “inocencia de niño”, su carga humorística sigue sorprendiendo e incluso desagradando en ciertas ocasiones de no conocer el carácter del propio Koltsov, que era el mismo desde hacía muchos años. Una prueba de esa perenne carga irónica en sus textos es su crónica del 15 de abril de 1930 para el “Pravda” ante la inesperada noticia de la muerte del poeta y amigo suyo Vladímir Mayakovskiyy: antes de expresar el profundo dolor de la pérdida y la incomprensión, no puede evitar bromear y satirizar sobre la sorpresa que le causó cuando le telefonearon para comunicarle la noticia. Y Koltsov, amigo personal del gran poeta soviético, fue quien pidió, y consiguió, llevar la tumba de Mayakovskiyy hasta el cementerio de Novodiévichi, y, según cuenta la leyenda, era tan amante de la velocidad que a menudo dejaba atrás la comitiva y debía frenar en seco para esperarla. Llama la atención, igualmente, una serie de apuntes que contrastan fuertemente con el resto de su temática. Cuando Koltsov dirigía su atención a cualquier suceso paralelo a la guerra siempre lo reflejaba de forma cómica. Así ocurre con su constante atención y análisis físico de las mujeres que hay a su alrededor en la guerra, el detallado análisis de las relaciones de los demás corresponsales con esas mujeres o el consumo de literatura erótica por parte de los soldados, las inesperadas secuencias de descripciones de objetos, recuerdos, opiniones que 71 nada tienen que ver ni con la guerra ni con España, que aparecen sin causa aparente alguna y que no adquieren más trascendencia. Nota aparte merecen las detalladas y divertidas descripciones sobre sus propias borracheras y caminatas sin rumbo por la noche bajo las bombas, sin recordarlas al día siguiente: “Otra vez nos reunimos todos, comimos y durante la comida nos enseñaron a beber la famosa y extraordinaria sidra asturiana. Los lugareños saben, con gran maña, servirla con un largo chorro, bajando el vaso y volcando la botella sobre sus cabezas. Así sale más espuma. Me tomé muy en serio el aprendizaje y después no podía encontrar mi habitación” 71 . Como le contaba un soldado al corresponsal Ovadiy Sávich (y que éste transmitió en sus memorias), un día, durante el intento de asalto al Alcázar de Toledo, en un momento dado en el que las defensas del mismo habían visto dónde la pequeña casa donde se habían escondido la guarnición de soldados más adelantada, y, como seguía contando el soldado a Sávich, sabían que la mayoría de ellos iba a morir bajo las bombas que ya estaban empezando a caer, en ese momento abrió la puerta de la casucha el propio Koltsov y bromeó: “¿Qué, hace calor hoy?” 72 . Ese mismo capítulo fue descrito por Koltsov con todo detalle: y ni siquiera la circunstancia de que le cayera un cadáver encima en aquella casa bombardeada hace que, esa misma noche, cuando escribía lo sucedido, perdiese un finísimo estilo irónico y satírico, a pesar de ser seguramente la ocasión en la que más cerca estuvo de su muerte. Pero aún entendiendo cuál era el carácter de Koltsov, sus textos siguen guardando sorpresas. Como la ya mencionada del personaje que repetidamente aparece y que se llama “Miguel Martínez”, un comunista mejicano que parece no ser otra persona que el propio Mijaíl Koltsov. En el artículo “Ascenso y caída de Mijaíl Koltsov” 73 , de Paul Preston, se exponen diferentes teorías sobre quién era realmente el tal “Miguel Martínez”, apuntando, desde diferentes fuentes, que se pudiese tratar de una amalgama de personajes, diferentes participantes soviéticos. Toca aquí señalar que el diario de Román Karmén puede ayudar a concretar muchas de las 71 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 155 72 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 82 73 Paul Preston, “We saw Spain die: foreing correspondents in the Spanish Civil War”, New York, Skyhorse Publishing, 2009, pag 436 72 dudas pues, coincidiendo en día y hora, en muchas de las apariciones de “Miguel Martínez”, el propio Román Karmén recuerda andar con Koltsov. Desde un punto de vista filológico, se puede añadir a esa cuestión que los momentos en los que aparece “Miguel Martínez” son tan ricos en descripciones como lo son aquellos en los que Koltsov habla de sí mismo. Ante las mismas, es muy difícil poder asegurar que se trata de un relato contado posteriormente a Koltsov por otra persona. Si acaso “Miguel Martínez” fue en ocasiones una persona diferente, en muchos de los casos, Koltsov estaba, sin duda, presente, pues su descripción posterior muestra las mismas características que las habituales, la misma presencia del autor - observador en el lugar de lo relatado. También desde la observación literaria, más el análisis de la obra de Koltsov, la figura de “Miguel Martínez” parece ser la de él mismo, resultado de un juego literario en el que el periodista cambiaba la perspectiva, desde la descripción objetiva de los detalles, a la descripción cómica de sí mismo, bajo el seudónimo que le tocó llevar en España, en actividades que, todas ellas, eran factibles en el conjunto de actividades que Koltsov llevaba a cabo en el país. En varias ocasiones, el mismo Koltsov revela su nombre “secreto” al plasmar en una de las páginas de su diario, como ocurre en una de sus crónicas donde describe una conversación con Dolores Ibárruri: “-Dolores, ¿recuerdas Bilbao? -¡Bilbao! – Sus labios se retuercen de dolor – Sí, recuerdo Bilbao. Pero no hablemos ahora de eso, Miguel. Escribo un informe para mañana”74. Todo ello, más las detalladas y concisas descripciones de las batallas, las personas, las circunstancias políticas, históricas, militares, los agudos y valientes análisis, la energía y entrega de su labor como corresponsal, la afilada inteligencia con la que todo queda abarcado y expuesto en sus líneas, hacen de su diario en la Guerra Civil Española, si se consiguen dejar a un lado las creencias políticas tanto del escritor como las del casual lector, 74 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 140-141 73 una de la más brillantes y completas obras del primer año de guerra civil en España. Y sólo cabe lamentar que sólo pudiese reflejar en su diario lo que ocurría en España hasta finales de 1937. Pero tampoco hay que olvidar para quién escribía exactamente Koltsov. Koltsov, además de millones de lectores, tenía un lector, El Lector. Stalin. Sin obviar al resto de políticos, periodistas, hombres influyentes dentro de los organismos de poder de la Unión Soviética, ni a un pueblo, el soviético, al que Koltsov muestra una devoción religiosa, la opinión positiva y el favor que con sus textos quería conseguir, aunque fuese inconscientemente, era el del propio Stalin (lo que hacen más extrañas algunas líneas de su diario, sobre temas absolutamente personales y opiniones valientemente subjetivas). Quizás haya pocas cosas que puedan influir tanto en la redacción de un texto como eso, pues todas las obras y textos escritos en la Unión Soviética podían ser juzgadas personalmente por Stalin, bien adquiriesen cierta fama o fuesen denunciadas por alguien, bien se supiera que Stalin estaba interesado en ellas. Evidentemente todos los escritores no podían sentir otra cosa que miedo al llevar una obra a editar, pues nunca se podía presuponer la respuesta, si existía, de Stalin y los demás altos mandos políticos. Pero qué no sentir si tu texto es un encargo casi personal del mismo y quizás sean son su ojos los primeros que van a leer tus palabras… Gran parte de los textos que se van aquí a analizar fueron publicados en el año 1938, con los elogios de Stalin y los premios en consecuencia. Poco después Koltsov fue arrestado, apresado y ejecutado, y ni siquiera existe una fecha exacta de aquella ejecución. Tampoco existe una razón clara por la que pudo pasar aquello. Existen fuentes y autores que invitan a pensar en la mala relación de Koltsov y André Martí, jefe de las Brigadas Internacionales, y que fue quien pudo denunciarlo ante Stalin. Otros apuntan la razón a las defensas que Koltsov hizo de Trotsky en los años 20… Pero no son esos los temas que se van a tocar aquí, aunque sí conviene tener siempre presente ante su lectura, la presión que para el corresponsal debía suponer hacer su trabajo respecto a su forma de desarrollarlo. La conciencia de la amenaza que sobre él mismo se cernía es otro factor que pudiera ser muy influyente en su obra. Aunque se tiende a relativizar el conocimiento que los intelectuales 74 soviéticos tenían sobre la verdadera dimensión de las represiones que habían comenzado en la URSS, hay muchos apuntes que indican que Koltsov era plenamente consciente del peligro que corría. Este punto está muy bien desarrollado por Borís Frezinskiy en su artículo “Los escritores soviéticos en España” 75 : en él trata el último encuentro en Moscú entre Koltsov y Ehrenburg y la actitud lúgubre y pesimista del primero (Ehrenburg volvía a España, y Koltsov ya no había recibido el permiso necesario para volver). Otro capítulo del mismo artículo es el que detalla la prisa con la que Koltsov se apresuró a publicar sus diarios, trabajando día y noche junto a su secretaria: fue la última astucia literaria de Koltsov, quizás consciente de su cercana detención. Stalin no podía negarse a publicar el diario del principal corresponsal de la Unión Soviética en España, y su edición no contempló ninguna dificultad relevante, a excepción de las tres líneas que fueron censuradas y que bromeaban sobre su cercana relación con Stalin en un diálogo con José Díaz. La más llamativa de las referencias a la conciencia que tenía Koltsov de su trágico destino, y que, además, enreda todavía más las posibles conjeturas sobre el papel de Koltsov frente al gobierno soviético, es la que se extrae de una de las obras del escritor francés Luis Aragón, a quien, al despedirse, Koltsov dirigió las siguientes palabras (de ninguna forma pueden demostrarse la veracidad de las mismas), que se pueden prestar a muy diversas interpretaciones: “Quizás sea la última vez que nos veamos. No olvides: Stalin siempre tiene razón”76. El estilo de Koltsov, en resumen, es el de una crónica detallada de lo transcurrido en ese día, muy a menudo, como una concatenación de sucesos y opiniones espontáneas. Hay que, por tanto, prestar atención a los puntuales adjetivos y valoraciones que Koltsov, sabiendo para quien iban dirigidos sus textos, debía utilizar como adorno. Pero, a su vez, esas descripciones van adquiriendo más espacio e importancia; el transcurso de la guerra activa en Koltsov la admiración estética hacia España y la guerra, y de forma gradual empieza a analizar las imágenes que el país le ofrece. Poco a poco, España deja de ser un decorado de batallas y se transforma en el objeto principal de análisis, con el efecto que la guerra causa en ella, lo que 75 Frezinskiy B. “Sovetskie pisateli v Ispanii”, Moskvá, Revista “Zvezda”, Nº 10, 2011 76 Louis Aragón, «La mise а mort”, París, Galliard, 1965. Pág 213 75 representa la esencia principal de este trabajo. Incluso sus opiniones respecto a los más profundos valores de España cambian, ya no sólo en su forma sino en su contenido y valoración. Aquellos valores y defectos que Koltsov atribuye a España para culparla de haber permitido y no previsto esa guerra, con el transcurso de la misma se convierten a veces en virtudes, y los defectos pasan a ser comprendidos desde un punto de vista puramente teórico y circunstancial. Aquí se analizará cómo Koltsov empieza a identificar el transcurso de una guerra, lo que era la esencia de su trabajo, con las características de un país. Y ahí es donde nacen unos puntos de vista y unas descripciones y juicios que, igual que en el plano histórico, convierten su obra en una de los mejores testimonios sobre el primer año de la guerra civil en España en cuanto a interés estético y literario, y en cuanto al análisis de los valores y características de un país que, a causa de la mayor tragedia posible, la guerra, luce lo mejor y lo peor de sí misma a ojos de todos. 76 2.2 ROMÁN LAZAREVICH KARMÉN (ODESA, 1906 – MOSCÚ, 1978) “¡Dile que no se acerque tanto con la cámara! –me decían los soldados - ¡Que nos van a matar al ruso!” 77 . Enrique Líster. “Nos retrasábamos en el camino: en cada curva Karmén paraba el coche para grabar paisajes fabulosos. Yo le regañaba, y al mismo tiempo le gritaba para que filmase otro rincón, otra cañada, algún otro corro de enormes toros con almohadas de tela en la cabeza” 78 . El diario y las posteriores memorias de Román Karmén nos ofrecen la oportunidad de conocer descripciones de aquella España en guerra con un estilo narrativo que es novedoso entre las crónicas soviéticas: el estilo cinematográfico, la descripción literaria de alguien que lo narra todo como si lo viera por el objetivo de una cámara. El valor de Karmén como operador de cámara, dejando de lado la calidad de su trabajo, es fundamental por varias razones: por su cercanía al combate; por ser las únicas imágenes grabadas durante los primeros días de la defensa de Madrid desde el bando republicano; por ser quien incluyó en sus trabajos imágenes grabadas por el bando franquista, una vez requisadas en combate. Muy posiblemente, durante la Guerra Civil Española nadie grabó tanto, nadie se arriesgó tanto con una cámara ante las balas, los obuses, ni ningún otro operador cinematográfico tuvo los privilegios que ser ciudadano soviético, en cuanto a libertad de movimientos y permisos de todo tipo, concedía en aquellos días por media España. 77 De la película documental “Román Karmén, kotorogo my znaem i ne znaem”. Moskvá, Estudio central de películas documentales, 1986, minuto 34:20 78 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 146 77 Su trabajo cinematográfico resulta tan grande como el desconocimiento del mismo existe en España. Si bien la película “Morir en Madrid”, de Frederic Rossi se nutre generosamente de las grabaciones de Karmén que los estudios cinematográficos soviéticos cedieron al director francés, película que sí adquirió fama en España. Sin embargo, no será aquí Román Karmén motivo y objeto de estudio en el presente por sus extraordinarias crónicas visuales, sino por su diario escrito durante la Guerra, con el que luego completaría su biografía, a la que tituló “¡NO PASARÁN!” y en la que sus memorias sobre España ocupan un lugar prominente. Y porque su diario personal y sus grabaciones son casi la misma cosa. Escribía como grababa. El movimiento de su cámara lo tenía tan interiorizado que no sabía ya ver el mundo, ni describirlo, de otra manera. Como muestra, de su diario, casi imitando el movimiento de su objetivo: “Junto a él, el teniente Vicente Rojo, uno de los talentosos y verdaderamente fieles militares a la República. A su lado, en posición de impotencia está un anciano con una chaqueta de franela. Sus grandes gafas de cuerno le dan aspecto de búho: es el General Miaja. A él Largo Caballero, al irse a Valencia, le encargó tomar en sus manos la defensa de Madrid (…) Vicente Rojo acaba de empezar a explicar la situación, y yo, mirando por encima de su hombro el mapa de Madrid, intento no perderme ni una palabra” 79 . Después de más de un siglo de cine, de influencia visual sobre el espectador, de amoldamiento mental al orden y leyes de las imágenes narradas a través de la pantalla, las descripciones literarias que tan cinematográficamente Karmén realizó, se nos presentan hoy como más cercanas, comprensibles y modernas. En cada página de sus memorias aparece ese objetivo de cámara que todo lo recorre. Así son sus descripciones, los personajes históricos que refiere son descritos siguiendo una tendencia cinematográfica, plasmando el gesto, el rostro, el paisaje, la frase que quisiera haber grabado. A este respecto, sus principios eran muy claros: “Tomé retratos en los que se resaltaban cada poro de la piel, la humedad del rostro sudoroso del trabajador, el ardor de sus cabellos, pestañas, dientes. Estaba seguro de que la fotografía no debía copiar como una esclava a la pintura, estaba seguro de que la 79 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 256 78 fotografía debía seguir sus propios caminos” 80 . Su primera foto la tomó con 13 años de edad, en Odesa, a su padre, el escritor Lazar Karmén, conocido como el “Gorky odesita”, justo antes de que generales “blancos” llegasen a su casa para llevárselo detenido. La fotografía se convirtió en su obsesión. Cuando su familia se trasladó a Leningrado, unos años después, ocupó varios puestos de trabajo en nada relacionados con su vocación y ya en Moscú consiguió contactar con la revista satírica “Ogoniok”, donde conoció a Efím Zozulia y a Mijaíl Koltsov, con quien trabó la amistad que más adelante le llevaría a España. Con tales contactos, fue uno de los encargados de grabar el entierro de Vladímir Ilich Lenin, “enfocando con dificultad, una cortina de lágrimas no me dejaba” 81 , así como de llenar con sus reportajes fotográficos las revistas y periódicos más importantes del país. Dos fueron sus más importantes maestros. En aquellos años de casi exclusiva dedicación a la fotografía, Karmén conoció, personal y profesionalmente, a Alexandr Rodchenko. Uno de los padres del movimiento artístico del “Futurismo”, y el más hábil entre todos ellos en el arte de la fotografía, en las que ensalzaba la forma esquemática de las figuras, sus líneas, ángulos, contrastes entre la luz y la sombra. De sus retratos, como el de Mayakovskiyy, o Lili Brik, Román Karmén aprendió a fotografiar, y a filmar posteriormente, a los hombres como símbolos históricos, eternos. Idea esa, la de la historicidad, le obsesionaría siempre: “A los cámaras soviéticos no nos es ajena la palabra “sensacionalismo”. Pero no en la concepción existente en las grabaciones y prensa capitalistas. No era el interés de llamar la atención de un hecho casual, pequeño, sino de aquel acontecimiento que no sólo tuviese valor por un día, sino por toda la historia de la humanidad” 82 . Como al resto de corresponsales soviéticos, y sobre todo en la obra de Ehrenburg, que fue el primero en hablar de ello, la Guerra Civil Española no es sino el primer combate que se fragua contra el fascismo en el mundo, no tratándose de un momento aislado, sino el primer eslabón de una larga historia. Ese valor constante de historicidad que desea añadir Karmén a 80 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 207 81 Ibíd., pág. 205 82 Ibíd., pág. 218 79 sus obras, escritas o filmadas, se vio acentuado cuando, justo antes de la llegada de las tropas nacionales a Madrid, los operadores de cámara extranjeros desaparecieron de la ciudad y se pasaron al bando contrario para grabar su entrada en la capital, en busca de, quizás se refiriese precisamente a eso, el llamado “sensacionalismo”: “Los cámaras que filmaban en Madrid, un francés, dos ingleses y un americano, desaparecieron en los primeros días de noviembre. Por lo visto pasaron al otro lado del frente para grabar la entrada triunfal de Franco en Madrid. Allí están, mirando con prismáticos las casas de Madrid. ¡Cuál no es la responsabilidad de un cámara soviético hoy, en el Madrid sitiado!” 83 . Con parte de esas mismas grabaciones, seguramente las únicas de aquellos primeros días de batalla en la capital, una vez enviadas a París y repartidas por medio mundo, en Estados Unidos fue grabada la película “España en llamas”, junto con el material de George Ivens. Si Rodchenko le enseñó a sacar lo más humano e histórico de cada imagen, fue el cineasta Vladímir Erofiéev el que le mostraría la galería de posibilidades que una cámara de filmación podía tener. En tiempos en los que el cine era una novedad, y bajo la influencia de pertenecer al país de grandes directores como Eisenshtein (El Acorazado Potemkin), Erofiéev fue el primero en desarrollar lo que pudiera denominarse como “grabación extrema”. Colgaba la cámara de su coche y conducía a velocidad endiablada por las calles de Moscú, nadaba con la cámara cogida a la cabeza, al nivel del agua, se colgaba de andamios para encontrar la imagen buscada… La obra de Erofiéev obligaba a Karmén a no escatimar en riesgos, a olvidarse de uno mismo. Poco a poco, Karmén se alejó de cualquier trabajo convencional, cómodo, y poco después sería el responsable de filmar la construcción de la carretera desde Moscú hasta el Mar Caspio, que tuvo que atravesar el tórrido desierto de Kara-Kum, y donde las condiciones no fueron mucho mejores para un operador que la propia Guerra Civil Española. Tras España grabaría el viaje al Polo Norte, la Segunda Guerra Mundial, los Juicios de Núremberg, La Guerra chino – japonesa, Cuba, Vietnam, el ascenso de Salvador Allende… 83 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 268-269 80 2.2.1 KARMÉN EN ESPAÑA Todos en la Unión Soviética leían con ardor lo que Mijaíl Koltsov relataba desde España en los primeros días de agosto de 1936. Karmén, en aquel año en el que comenzó una de las peores olas represivas del estalinismo, hizo algo que en cuanto a valentía se puede equiparar a su posterior arrojo en las trincheras: “Andando por un Moscú vacío, a las cinco de la mañana, llegué hasta el Kremlin, me acerqué hasta el puesto de permisos de las Puertas de Borovistki y le entregué al conserje una carta a nombre de Iosif Vissariónovich Stalin. Personal” 84 . En aquella carta pedía ser enviado inmediatamente a España, allí donde, según explicaba, debía de estar un operador de cámara soviético, eludiendo los motivos personales, tan perjudiciales en aquellos tiempos en aquel país. Había sido el propio Mijaíl Koltsov el que le pusiera firma a su primer carné como operador cinematográfico para la revista “Ogoniok”, aspecto que sin duda tuvieron en cuenta en el Kremlin… y pasado un mes, Karmén, junto otro operador, Makasiéev, recibieron el permiso necesario para partir como voluntarios a España. Muchos son los testimonios de voluntarios soviéticos que retratan muy bien de la tensión que en Europa se vivía en aquellos momentos. Cada voluntario soviético, salvo aquellos que más tarde llegarían en camuflados barcos por el Mediterráneo, se hacían pasar por estudiantes, turistas, y, muy a menudo, por ciudadanos no soviéticos, cuyo destino era París, evidentemente, nunca España. Para más emoción, tanto los que iban en tren como los que volaban en avión debían hacer escala en la Alemania nazi. “Rápido pasaron los minutos en el restaurante del aeropuerto. Ni siquiera me acerqué a la carne. Sólo me bebí una copa de cerveza mientras vigilaba mirando a ambos lados” 85 . Como también describía un voluntario soviético, piloto de un I-15: “Sentimientos contradictorios nos invadían a los dos voluntarios que íbamos a España, 84 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 226 85 Ibíd., pág. 229 81 ante la vista tan cercana del enemigo. Pudiera uno ir y… pegarle en su fisonomía prepotente. Pero no, ¿para qué? Había que esperar muy poco. Pronto nos veremos las caras en los cielos de España…” 86 . A su llegada a París, Karmén contacto rápidamente con Ilyá Ehrenburg. La policía francesa vigilaba muy de cerca los alrededores de la Embajada de España en la ciudad, en busca de voluntarios extranjeros que actuasen en contra de los dictados del “Comité de no intervención” en la Guerra Civil Española, que hacía especial énfasis en los que pudieran ir a colaborar con la República. Pero como ya se ha mencionado anteriormente, las redes de inteligencia soviéticas y sus simpatizantes en Europa lograron que miles de voluntarios se colasen en el país. Ehrenburg propuso a los otros tres, a Makasiéev, a Karmén y al fotógrafo francés Shim, atravesar la frontera por Irún. Según su acertado pronóstico, ese territorio pronto caería en manos enemigas y a los operadores cinematográficos soviéticos les sería imposible ya grabar nada allí. Una vez cruzada la frontera por el Puente de Hendaya, casi todo lo relatado por Karmén puede verse en sus crónicas documentales (la película documental “Ispaniya” y las “Crónicas documentales”, estas últimas, o una parte de ellas, se encuentran en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid), así como en su diario y en sus memorias. “Enseñamos los pasaportes rojos. Aquí empezó todo. La reacción de los muchachos, vestidos en monos azules, fue instantánea, exaltada. Borís y yo no pudimos resistirlo, agarramos las cámaras y nos pusimos a grabar, una vez cada uno, las “formalidades” de la frontera. Nos abrazaban, gritaban ¡Viva la Rusia Soviética!, levantaban los puños, estrechaban nuestras manos, nos daban palmadas en la espalda, y después una multitud nos llevó a algún lado. La multitud crecía. Volví la cabeza y vi al otro lado del puente al grupo de severos agentes fronterizos franceses que callados nos seguían con la mirada, observando el alboroto que se había levantado en esa frontera de la tierra española por la que avanzaban dos soviéticos” 87 . 86 V.V. Puzeikin // “Leningradtsi v Ispanii”, Leningrad, Lenizdat, 1967, pág. 48 87 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 233 - 234 82 Vale la pena apuntar aquí de nuevo el extraordinario ejemplo de relato o descripción cinematográfica que muestra la cita anterior: sus apuntes fácilmente se pueden transformar en imágenes, como fotogramas, en una película, en nuestra imaginación. Karmén fue el único en grabar los primeros bombardeos sobre Irún, San Sebastián. Ya el 25 de agosto de 1936 se empezaron a mostrar en las salas de cine de Moscú el material enviado desde España por Karmén y Makasiéev: “Nos escribían que ningún tipo de película en los últimos años había cosechado tal éxito entre los espectadores, que era difícil recordar cuándo antes el público había asaltado de tal manera las puertas de los cines” 88 . Tras una brevísima e impaciente estancia en Francia, Karmén volvió a España, aunque entrando esta vez por la frontera de Port Bou. Karmén se apresuró a llegar a Barcelona, de la que según su diario y sus memorias, le había impresionado especialmente una imagen descrita por las crónicas de Koltsov el día 9 de agosto de 1936: “Por las calles pasan entierros. A los muertos los traen del frente, o los sacan de las casas derruidas por donde transcurrieron las batallas. A los caídos no los llevan horizontalmente, sino de forma vertical, y así los muertos, como si fuesen de pie, llaman a los vivos a continuar la batalla. Tras el entierro pasan mantas y sábanas abiertas, y el público generosamente las llena de piezas de plata y cobre para los familiares del fallecido” 89 . “Valía la pena aprender a sostener una cámara entre las manos para transmitir todo eso” 90 . – añade Karmén. Tras unos pocos días en Barcelona, Karmén se apresuró a marchar a los frentes. Voló directo a Madrid, y de allí, a filmar la lucha en Toledo (aunque de dicho acontecimiento no muestre casi nada en sus memorias ni en su diario, aunque sí en su obra documental y fotográfica). Sí es descrito con precisión el camino desde Toledo hasta Madrid, a la espera de la llegada 88 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 243 89 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 10 90 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 227 83 del enemigo a la capital. Después de la estabilización del frente en la ciudad, narrará ampliamente un viaje a Cantabria y Asturias, y de vuelta en Madrid será uno de los principales operadores cinematográficos de las batallas en la ciudad y alrededor de la misma, así como sus testimonios literarios se basarán principalmente en esos acontecimientos. Karmén intentó siempre transmitir en su diario y memorias todo aquello que la técnica de su cámara no le permitía grabar. En su obra literaria dedicada a sus experiencias durante la Guerra Civil Española cabe, además, destacar dos puntos fundamentales e influyentes. El primero, vivir y trabajar codo con codo junto a Mijaíl Koltsov. Si su obra cinematográfica trata de reproducir exactamente lo mismo que Koltsov apuntaba en su diario, pues viajaban y trabajaban juntos, su obra literaria trata de expresar una experiencia mucho más personal y, ante todo, que no repita lo ya contado por Koltsov en su diario, obra que idolatraba (siendo él quien la leyó antes que nadie, pues su publicación completa sólo se llevaría a cabo en 1938). A las palabras de Koltsov, Karmén intentaba poner un contexto y una introducción visual (cinematográfica, otra vez). Allí donde el diario de Koltsov desarrolló detalladamente el transcurso de la guerra y cada uno de sus pormenores, Karmén reflejó la dimensión más humana y paisajística del conflicto, siendo ambos diarios perfecta y necesariamente complementarios. El segundo punto, a raíz del primero y como consecuencia de su labor principal como operador de cámara, se centra en su mayor valor visual, descriptivo y, sobre todo, explicativo, tratándose a su vez de una explicación de su propia obra cinematográfica. Las páginas de sus memorias actúan a veces como subtítulo a sus imágenes grabadas, o contextualización de las mismas. Andan faltas del aspecto reflexivo ante la guerra y sus consecuencias que sí brillan en las páginas de Koltsov y de Ehrenburg. Pocas son las referencias y reflexiones sobre la cultura española, sobre la historia y arte español. Si son muy ricas, sin embargo, las dedicadas a los hombres y mujeres, sus preocupaciones y reacciones frente a la trágica situación, y sobresalen las dedicadas a su gran amigo Ernest Hemingway, aquel que puso texto a la primera película estadounidense sobre la Guerra Civil Española, por título “España en llamas” y sustentada por las imágenes de Karmén, allá en 1937. 84 Nos ha resultado imposible clarificar en qué fecha exacta Karmén dejó España. Sus últimas grabaciones fueron en la Batalla de Guadalajara, y es posible que abandonara el país a finales de 1937, habiendo sido imposible esclarecer si regresó a España en 1938 en alguna ocasión, pues en los archivos cinematográficos rusos existen grabaciones desde España de ese año atribuidas a Karmén, pero no es posible aclarar si el papel de Karmén fue la de cámara en España o montador en Moscú. Ninguna palabra en sus memorias aclara este punto. Sí hay que destacar que Karmén volvió a España en 1966, como turista, acompañado del poeta Konstantín Símonov, y de lo que resultaría su película conjunta “Granada, Granada, Granada mía”, cuyo título hace homenaje a los versos de Svetlov ya expuestos anteriormente. Karmén necesitaba volver a España, y sus memorias a este respecto tratan de la diferente apariencia entre la España que conoció y la que ahora se encontraba: “Yo te recuerdo, Madrid, de otra manera. Hundida en la oscuridad de la noche, asfixiada por el humo de los fuegos, vacía, nerviosa” 91 . Quizás entonces pudo cumplir las hermosas palabras que Ovadiy Sávich reflejó en sus memorias: “No hace mucho pregunté a R.L. Karmén, director del Estudio Central de Crónicas Documentales, que estuvo en España como operador de cámara todo el primer año de guerra: -Rima, si pudieses volver a España, ¿qué es lo primero que harías? Me miró con una especial y pesada mirada y respondió: -Me pondría de rodillas y besaría la tierra” 92 . 91 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 311 92 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 282 85 2.3 ILYÁ GRIGOREVICH (GUIRSHEVICH) EHRENBURG. (KIEV, 1891-MOSCÚ, 1967) El que después sería el más importante corresponsal de guerra durante la S.G.M en la Unión Soviética en su lucha contra los invasores nazis, aprendió a escribir sus artículos bélicos en España, durante la Guerra Civil. El extraordinario poder de sus escritos en la lucha contra el fascismo llegaron al punto de que el propio Hitler ofreció una recompensa personal por su cabeza, o que entre los grupos de partisanos existiese la siguiente orden: ante la falta de tabaco se permitía fumar cualquier tipo de papel a mano, excepto las órdenes del Alto Mando y los artículos de Ehrenburg. “Yo era un joven escritor sin partido; para unos, un “simpatizante” y para otros, un “enemigo”; y en realidad no era más que un corriente intelectual soviético forjado en los años pre-revolucionarios. Por mucho que nos regañaran, por mucho que miraran de reojo a nuestros prematuramente blancos cabellos, sabíamos que el camino del pueblo soviético era nuestro camino” 93 . “En 1931 entendí que el destino del soldado no es el mismo que el del soñador, y que había que escoger posición en tu puesto del frente” 94 . La esencia de la literatura de Ehrenburg, la incluida en las poesías, los artículos, ensayos, novelas, su posición personal y literaria, similar a la de decenas de intelectuales soviéticos en los años 30, se ve más clara que en cualquier otro sitio, mejor quizás que en cualquiera de sus numerosas obras, en un largo epílogo que Ehrenburg dedicó a una tardía edición de “Caballería Roja”, de su buen amigo Isaac Bábel: “…Nos hermanaba nuestro entender respecto al deber del escritor y a nuestro siglo: queríamos que en el nuevo mundo hubiese espacio para algunas cosas muy antiguas, para el amor, la belleza, el arte…” 95 93 Ilyá Ehrenburg, “Liudy, gody, zhizn”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2000, Tomo 7, pág. 245 94 Ibíd., pág. 365 95 Ilyá Ehrenburg, “Bábel byl poetom”. Del libro de Isaac Bábel “Konarmiya”, San Petersburgo, Azbuka Klassika, 2010, pág. 279 86 Esa era la posición de aquellos que apoyaron, lucharon por el nuevo mundo, por la revolución social, política, que creyeron fervientemente en los nuevos ideales, pero que no quisieron renunciar a su ideal de belleza, de arte, a todo aquello que determinaban eterno y positivo, y que, al contrario que a otros muchos que juzgaban negativamente todo lo pasado, a ellos les reafirmaba en su afán revolucionario, no encontraban ninguna contradicción y asimilaban la historia de esas cosas bellas y eternas como la mayor justificación para su lucha. Los tiempos cambiaban demasiado rápido, y a menudo eso era motivo de queja para muchos que les hubiese gustado deleitarse con los mismos. Más tarde, ante todos los trágicos sucesos asolaban Europa y la Unión Soviética, muchos echarían de menos aquellos tiempos. “Nos reíamos del romanticismo, pero nosotros mismos éramos unos románticos. Nos quejábamos de que los acontecimientos pasaban demasiado rápido, que no teníamos tiempo para reflexionar, concentrarnos, comprender lo ocurrido; pero en cuanto la historia frenó su ritmo nos volvimos mustios, y no supimos adecuarnos a ese nuevo ritmo” 96 . Anótese una constante en la obra de Ilyá Ehrenburg: su definición de la historia como un proceso social que avanza, comprensión la suya que subraya el avance de la historia en cuanto al triunfo de los triunfos sociales, y habla de historia detenida, parada, cuando movimientos de carácter reaccionarios los detienen: en la cita anterior se refiere, a la vez, al inicio de la Guerra Civil Española, a la Segunda Guerra Mundial y, muy posiblemente, a las represiones sucedidas en la Unión Soviética durante el estalinismo, sobre todo a finales de los años 30: en todas las ocasiones que Ehrenburg aborda la temática histórica, este concepto de la misma habrá de tenerse muy en cuenta. A su vez Ehrenburg, en mayor medida que muchos otros, veía en la cultura universal una razón revolucionaria, una cultura que había evolucionado hasta la nueva realidad de su país. Quería transmitir esos tesoros antiguos, y eternos, a su pueblo… pero las directrices del gobierno soviético respecto a la cultura resultaron contrarias a resaltar muchos de los valores del pasado, también muchos de esos que están fuera de todo tiempo y que siguieron existiendo, afortunadamente, en cada ciudadano soviético. La biografía de Ehrenburg hasta su primera llegada oficial a España (más tarde se aclarará que no se produjo en 1931 sino en 1926), es, cuanto menos, sorprendente, dados los 96 Ilyá Ehrenburg, “Liudy, Gody, zhizn”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2000, Tomo 7, pág. 225 87 acontecimientos que hubieron de sufrir gran cantidad de intelectuales y artistas soviéticos durante los años del estalinismo. Descendiente de familia hebrea (es difícil constatar hasta qué punto el conocimiento de la tradición sefardí pudo ayudarle a tener un tan enorme conocimiento de la cultura española), con tan sólo 18 años emigró a París, tras haber pasado varias veces por las cárceles de la Rusia zarista. Pocos años después, de vuelta en Rusia, colaboró activamente en las luchas estudiantiles a favor de la Revolución Rusa de 1917, y contrajo amistad y estrechó lazos ideológicos con Bujarin y Trotsky, que a la postre fueron condenados y muertos por Stalin. Tras tomar partido por el bando “rojo”, contra el “blanco”, durante la Revolución de Octubre y la durante la Guerra Civil Rusa (1919-1924), volvió a Francia en 1922, ya con pasaporte soviético, y viajó por Europa. De forma increíblemente fácil y natural salía y entraba de la Unión Soviética, y sólo tras su visita a España en 1931, se instaló definitivamente en la URSS, aunque sus viajes seguían siendo numerosos. El estallido de la Guerra Civil Española lo encontró trabajando de corresponsal en París, a donde fue enviado tras su pública oposición a las nuevas tesis culturales que englobaba el llamado “Realismo Socialista”, atreviéndose a enfrentarse abiertamente al mismo Gorky a ese respecto, hechos por lo que fue de nuevo enviado a Francia como corresponsal del periódico “Izvestia”. Su primer viaje oficial a España tuvo lugar en 1931, y le hizo entender, quizás antes que a nadie más, el trágico destino a la que estaba destinada, la irreconciliable lucha entre dos polos que por entonces se mostraron opuestos y que se podían extrapolar a toda Europa: “En Madrid estuve en las Cortes. Habló Miguel de Unamuno, dijo cosas hermosas sobre el alma del pueblo, sobre la justicia. Ese mismo día en Extremadura los guardias fusilaron a un pobre que se había atrevido a coger unas bellotas en el campo de un huido marqués” 97 . Esa realidad, ese trágico contraste coincidía en el tiempo con la ascensión al poder de Hitler en Alemania, Mussolini en Italia… Y antes que nadie, todavía en 1935, en un artículo, se atrevió a pronosticar lo siguiente: 97 Ilyá Ehrenburg, “Liudy, Gody, zhizn”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2000, Tomo 7, pág. 346 88 “La única esperanza del mundo es El Ejército Rojo” 98 . En ese largo periodo biográfico, desde los Cafés parisinos de su juventud, el romanticismo revolucionario, hasta adquirir la posición literaria de un soldado, adquirida en su estancia en España, y culminada en sus artículos durante la Segunda Guerra Mundial, su carrera literaria, sobre todo periodística, sufrió drásticos cambios, referidos básicamente al orden de prioridades en su temática, y que por drásticos y marcados, es posible resumir a continuación. 2.3.1 FUNDAMENTOS DEL DESARROLLO DE LA OBRA LITERARIA DE ILYÁ EHRENBURG Sirvan estas líneas para resumir ese desarrollo literario y la relación con sus estancias en España, antes y durante la Guerra Civil Española, así como para encuadrarlo en aquel septiembre de 1936, cuando se convirtió en uno de los principales corresponsales de guerra en España, con unas características estilísticas y temáticas muy marcadas, que ahora se desarrollarán desmarcando sus rasgos más esenciales. Su obra, estilo y gran parte de los fundamentos de su pensamiento en su obra literaria más temprana, se puede entender con esa excelente declaración de intenciones que el propio Ehrenburg escribió de sí mismo en un poema de 1920: “No soy trompetista: soy una trompeta. Tiempo, ¡sopla!...” 99 . Esta era una clara contraposición a las vanguardias poéticas soviéticas y más concretamente a aquello que Mayakovskiyy declamaba, desafiando al resto de poetas a atreverse a todo, a 98 Ilyá Ehrenburg, “Liudy, Gody, zhizn”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2000, Tomo 7, pág. 463 99 Ilyá Ehrenburg. “Ya ne trubach – truba…” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 17 89 toca un nocturno en un trompeta – canalón 100 . Ehrenburg, que también sintió la influencia de las nuevas corrientes literarias soviéticas y francesas,(sobre todo de estas últimas), no tuvo como principal objetivo ser un creador de nuevas realidades y sentimientos, sino el escritor a través del que se expresaran los nuevos tiempos, el reflejo reflexivo y sincero del nuevo siglo y las nuevas ideas. Fue en los años 20 cuando Ilyá Ehrenburg escribió una de sus novelas más célebres: “Las increíbles aventuras de Julio Jurenito y sus discípulos” 101 , obra publicada en la URSS en 1923. Es una obra vigorosa y cervantina en su concepción, claramente influenciada por la obra de su amigo Andrey Beliy, donde Julio Jurenito, un hispano que se atribuye el trabajo de “Polemizador”, recorre varios puntos geográficos del mundo junto a sus discípulos, un grupo de amigos con los que se planteará la veracidad de todos los supuestos culturales occidentales, alcanzando en sus visiones una crítica que le hizo ganarse la simpatía de las izquierdas y el odio de las derechas (aquí se rompieron sus relaciones con la mayoría de los emigrantes rusos de París). Se trata de una obra vigorosa, en la que la trama es en esencia el cuestionamiento, más o menos irreverente, y sabio, de todas las creencias y valores, y donde la libertad se expresa en las preguntas más que en las respuestas. Borís Frezinskiy, uno de los mayores conocedores que haya en el mundo de la obra de Ehrenburg resalta lo siguiente: “Si nos referimos a la prosa, su último libro escrito con total libertad interior fue escrito en 1928 (…) En sus primeros libros de los años 30 se siente ya un cierto silencio, donde había de aquello sobre lo que sus sesudos lectores adivinaban y sobre lo que el autor no podía hablar abiertamente” 102 . Frezinskiy se refiere, en este caso, a la censura que los escritores sufrieron en la Unión Soviética de los años 30. Pero no sólo es debido a eso, puesto que el mismo cambio de actitud se muestra en las obras que publicaba en Francia o Alemania. 100 Vladímir Mayakovskiy, “A vi mogli bi?” //“Sochineniya v 2 tomaj”, Moskvá, Pravda, 1987, Tomo 1, pág. 46 101 Ilyá Ehrenburg, “Neobichaynie pojozhdeniya Julio Jurenito i ego uchenikov”, Moskvá, Gosudarstvennoe Izdatelstvo, 1923, 274 pág. 102 Borís Frezinskiy, “Ránnyaya proza Ehrenburga” // Ilyá Ehrenburg, “Neobichaynie pojozhdeniya Julio Jurenito i ego uchenikov i dr.», Rostov-na-Donu, Feniks, 2000, pág. 5 90 El cambio esencial de su estilo, el que pasó de la verborrea gogoliana y fresca de sus personajes y la libertad de sus espíritus hacia la actitud preocupada posterior es fruto, también, de la tensión, el entendimiento y comprensión de la tragedia que se cernía sobre toda Europa. España es el punto de inflexión más representativo de esa tendencia suya hacia “la preocupación”, y sus repercusiones literarias. Sus excelentes “Reportajes españoles”, traducidos al español como “España, República de trabajadores”, son la muerte del romanticismo libertario en su obra, la contemplación del germen de la Segunda Guerra Mundial, la irreconciliable e inevitable lucha entre los elementos sociales contrarios en aquellos días. “Por una fabulosa carretera marcha un “hispano-suiza”, el mejor coche de Europa, el sueño de las meretrices parisinas, que se fabrica en España. A su encuentro, un burro, una mujer con un pañuelo: el burro no es suyo, se lo reparten cuatro familias, y hoy le toca a ella” 103 . Durante cinco años de viajes por España, Ehrenburg es testigo de las dificultades del triunfo y el desarrollo de la República, y se vuelve totalmente consciente de quiénes son los enemigos de la misma. Cabe destacar que sus reportajes sobre esos viajes fueron varias veces censurados en España (sólo una parte de ellos consiguieron publicarse) por la misma República que él animaba a triunfar. Su estilo literario había cambiado ya de forma radical. En lo que respecta a la prosa empiezan a ser más numerosos los artículos que los relatos, escribe ensayos, reflexiones… la divertida ironía de Julio Jurenito se convierte en ironía triste, sarcasmo a veces, elementos estos que desaparecen gradualmente, como empiezan a ser menos numerosos los personajes de sus obras ( no sólo en sus reportajes, también en sus novelas y relatos), la primera persona se hace omnipresente y la temática empieza a agudizarse hacia lo que será su estilo durante la Guerra Civil Española: su obsesión por el patrimonio cultural como arma contra el fascismo, la pertenencia de esos tesoros culturales al pueblo, la descripción de imágenes y 103 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 9 91 situaciones esclarecedoras respecto al momento histórico y, finalmente, la voz de alarma ante lo que él previno que se avenía. Desde ese momento la actividad literaria de Ilyá Ehrenburg se convertirá en un espejo, rico y profundo, de los terribles años 30 y 40, y la importancia del artículo periodístico frente a la obra lírica va haciéndose más patente en su obra, sobre todo, en tiempos de guerra. La posición del corresponsal, del periodista, había cambiado su función con el devenir de los sucesos históricos. Así lo explicaba Ehrenburg en 1943 en su artículo “El papel del escritor”, de la revista “Krasnaya Zvesda”, durante su labor de corresponsal en la Segunda Guerra Mundial: “Los escritores entraron en los periódicos como se asciende a una tribuna: esa no es su mesa de trabajo, no es su lugar. Pero una trinchera blindada tampoco es el lugar del fundidor ni del jardinero. La guerra obliga a trasladarse a las personas y a los corazones. En tiempos de paz, un periódico es un informante. En días de guerra, un periódico es aire. En guerra, la gente abre antes un periódico que la carta de un amigo. El periódico es ahora una carta personal para ti. De lo que está escrito en el periódico depende tu destino” 104 . De la misma fuente (una obra recopilatoria y crítica de los reportajes que durante la Segunda Guerra Mundial escribieron Konstantín Símonov e Ilyá Ehrenburg) se extraen unas palabras de Leonid Lazarev que se acercan a resumir las virtudes de los artículos de guerra de Ilyá Ehrenburg, bastante parecidos, en su forma, a los escritos por él mismo durante la Guerra Civil Española, y cuya comparación respecto a los reportajes de Símonov pudiera valer a la misma diferencia latente entre los reportajes de Mijaíl Koltsov y el propio Ehrenburg durante la guerra en España: “Sus testimonios conjuntos, en una misma encuadernación, los artículos periodísticos de Ehrenburg y los testimonios de Símonov hubieran podido servir para realizar un “montaje”, pues eran dos planos de la guerra, un plano general y un primer plano. La “grabación” se daba, en aquellos días de fuego, por ellos y sus diferentes puntos de vista: uno, a bocajarro, donde se focalizan todos los matices y detalles de lo que ocurre, los cuales, de alejarse un poco, se convertirían en una masa borrosa; otro punto, alejado, desde donde se 104 Ilyá Ehrenburg, “Rol pisátelia”, 1943, citado en: Konstantín Símonov, Ilyá Ehrenburg, “V odnoi gazete… Reportazhi i statyí”, Moskvá, Aguentstvo Pechati Novosti, 1984, pág. 14 92 aprecian los factores estratégicos, se descubren los lazos influyentes que serían imposible notar vistos desde cerca. El lector contempla directamente como esos dos planos se complementan y cuáles son sus ventajas. Símonov cuenta sobre lo que ocurre en primera línea de fuego, transmitiendo su reportaje desde la trinchera, desde el tanque, el carro de los torpedos, el avión, el submarino. Ehrenburg presta atención a los pasos de la historia, su punto de vista se concentra en las relaciones entre pueblos y gobiernos, le interesan los choques de las doctrinas políticas, y más los principios morales” 105 . Un último apunte sobre los artículos de Ehrenburg escritos en la Guerra Civil Española: la estructura interna de todos los artículos se repite, cada uno de ellos tiene como base una idea, una reflexión, que son el cuerpo sobre que será revestido con los hechos acaecidos. Temas como “morir para luchar contra la muerte”, “la resurrección de la primavera como símbolo de la renovación de las esperanzas”, o “la felicidad que proporciona el no rendirse”... son la base, como una moraleja, del texto, y los hechos son presentados como justificaciones de esa idea interna. En este aspecto, sus artículos difieren en estilo a las crónicas de Mijaíl Koltsov, más partidario de la elaborada enumeración de detalles, dejando la adquisición de la moraleja al acierto del lector. En la medida de lo posible, ante el estudio de las descripciones realizadas por Ehrenburg de cada uno de los puntos seleccionados, habrá que tener en cuenta, y hacer referencia, de la moraleja motivante del artículo donde las palabras estén incluidas. 2.3.2 LA POESÍA DE EHRENBURG EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA Respecto a la poesía de Ilyá Ehrenburg de aquellos años 30 hay que apuntar las palabras del poeta Borís Slutskiy: “Habiendo viajado por todo el mundo, habiéndose encontrado con gran cantidad de personas, muy rico en la temática de su prosa, en la poesía no era rico sino profundo” 106 . 105 Konstantín Símonov, Ilyá Ehrenburg, “V odnoi gazete… Reportazhi i statyí”, Moskvá, APN, 1984, pág. 17 106 Del artículo de Borís Slutsky: “Ilya Ehrenburg – poet” , incluido en Ilyá Ehrenburg, “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 7 93 Son también remarcables las palabras dedicadas a los poemas “españoles” de Ilyá Ehrenburg por el poeta Lev Ózerov, remarcando el contraste de los mismos respecto al resto de su obra poética anterior, y marcando su parecido con los inmediatamente posteriores, durante el ataque nazi a la URSS: “En los poemas hay una voz baja, frases cortas y asfixiantes, a menudo, sin verbos, con ausencia de lazos mentales, tensión, gritos del alma expresados en estrofas tranquilas, canónicas, inmutables. Todo alrededor grita, hace ruido, se estremece, se desgarra, y sólo queda una opción: estar tranquilo y silencioso para que los demás te puedan escuchar” 107 . Sobre la forma de las poesías, en su idioma original, es importante tener en cuenta la originalidad de sus rimas, poco convencionales en el contexto de la poesía ruso-soviética de la primera mitad del siglo XX, así como marcan un estilo casi aislado dentro de toda la obra poética de Ehrenburg, que nunca antes ni después utilizó de forma tan sistemática. Bastante a menudo las rimas concuerdan: AA/BB/CC/DD..., cada verso tiene su réplica rítmica en su par siguiente, lo que los dota de una musicalidad extraña, quizás incómoda, que bien pudieran recordar al martilleo de cortas ráfagas de metralleta o al latido de un corazón. Este tipo de rima nos resulta llamativo por ser más común en su poesía escrita durante la Guerra Civil Española que en las obras poéticas de Ehrenburg anteriores a la misma. En las más o menos afortunadas traducciones que aquí se han realizado para este trabajo se ha tenido más en cuenta la transmisión fiel de las imágenes y palabras que a su melodía, muy difícil de reproducir con buenos resultados. La poesía de Ilyá Ehrenburg durante la guerra civil española cumple con todo lo referido hasta ahora sobre su labor literaria general, pero añade algunas características evidentes y muy valiosas para el presente trabajo. Sus reportajes casi carecen de la primera persona, al contrario que sus poemas. En los reportajes quienes sienten y sufren son los objetos descritos, y en su poesía el sufrimiento descrito es el propio, causado por la visión de esos objetos. En un estilo que lo acerca con la mejor tradición de simbolistas franceses y rusos, el aspecto descriptivo de los versos sirve para expresar sus impresiones. 107 Lev Ózerov, “Vospominania ob Ilié Ehrenburgue”, Moskvá, Sovétskiy pisátel, 1975, pág. 187 94 Si sus reportajes tratan sobre cómo pasa la guerra por España, sus poemas tratan sobre cómo pasa la guerra por Ilyá Ehrenburg, él mismo. “¿Decir mi edad? Ya no sueño sueños Y mi libreta de direcciones Está llena de nombres muertos...” 108 Escribió en 1939, poco antes del final de la guerra. En 1938, en el mismo poema y describiendo unos niños, pues hombres ya no quedan en esa aldea, y que hacen guardia con sus fusiles, escribía: “Ando, busco en la memoria la palabra Que exprese todo el silencio, el dolor, Lejana a mí la contraseña, Conocida para el guardia, Desde su infancia” 109 . Los objetos descritos y las impresiones causadas por los mismos son enumerados, a veces, sin lazo argumental. Pareciera que el texto original fuesen apuntes en prosa, encadenados en versos en los que el autor interpreta y expresa las imágenes y sus propias sensaciones ante ellas. “La mano aún aprieta un puñado de tierra, Las canciones se liberaron de palabras, Marchaban las aldeas como barcos” 110 . Escribió sobre el éxodo de aldeas a zonas de paz. Son de estos tipos de versos de donde se puede obtener mayor número y más rico material para el estudio de sus descripciones paisajísticas de España. 108 Ilyá Ehrenburg, “Po tíjim plítam krepostnogo platsa” // “Stijotvoréniya” , Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 71 109 Ibíd. 110 Ilyá Ehrenburg. “V yanvare 1939” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 51 95 Muchos de los versos están también dedicados a expresar sus propios anhelos frente a la contienda militar. En ellos muchos se repiten muchos de los elementos descriptivos más frecuentes en sus poemas, y en este caso son nombrados para oponerse al enemigo, al que, a su vez, no hace referencia directa en ninguna de sus poemas, aunque sí a sus actos: “Con nosotros los sonidos, las formas y el color, Y los niños que riendo juegan con la pelota, Y las gargantas prodigiosas de los pájaros, Y las lágrimas del sencillo pescador” 111 . Después existe un pequeño grupo de poemas que, tomando como fondo la Guerra Civil Española y sus elementos, hablan sobre el futuro, versos que fueron escritos cuando la guerra ya estaba casi acabada. Esos elementos mencionados, recreados en ese grupo de poemas, son una repetición de los expresados en los anteriores poemas, pero en un reclamo utópico y deseable: las casas en ruinas, bombardeadas de los primeros poemas son descritas llenas de vida en un futuro que el poeta desea no sea muy lejano... Y hay finalmente cuatro poemas escritos por Ehrenburg sobre la Guerra Civil Española desde Francia, una vez concluida la misma. El poeta se promete a no olvidar lo visto y vivido, y con ello encadena imágenes y recuerdos. En estos poemas ya no es apreciable la evolución de su poesía escrita en España, de la que se hablará a continuación. En sus poesías, más que en su prosa, puede apreciarse un cambio gradual en las imágenes y en el tono utilizado por el autor, así como un desarrollo en la figura del propio poeta dentro de sus versos. La primera persona, la recreación de sus propios sentimientos en la Guerra se va haciendo mayor con el transcurso de la misma, y es poco relevante en los primeros poemas y en los escritos posteriormente desde Francia, que son casi puramente descriptivos. Todavía durante su estancia en España, hacia el final de la contienda, el dolor es más agudo que la esperanza del principio de la misma, o, al menos, está más presente. También resulta muy llamativo su continuo cuestionamiento sobre su propio papel en la guerra: 111 Ilyá Ehrenburg. “Ty trónul vetku…” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 63 96 “Y entonces comprendí asustado Lo delirante de mi profesión, Que se te agarre a la garganta un espasmo Y que no la suelte hasta la mañana. Asfixiados y desgastados Cuántos sentimientos Por las palabras y los sonidos Parecen un juego vacío” 112 . Con el trascurso de la guerra, las imágenes repetitivas (las que más nos interesan para este trabajo), van adquiriendo un tono más desgarrado, trágico. Muchas de esas imágenes nos interesan especialmente porque no aparecen en los reportajes en prosa: las piedras, el bochorno, el omnipresente color rosa del polvo de los caminos, la metáfora de barcos por el cielo, la niñez, los sufrimientos y espirituales de los participantes, las series de imágenes simbólicas referidas a simples objetos o elementos de la naturaleza... La poética de Ehrenburg escrita desde España tiene una clara vocación paisajística, y a menudo las imágenes que muestra son una metáfora de la relación entre la naturaleza y la guerra. “Entonces se levantaron las rocas, Los montones de piedra y los corazones, El cobre de Río Tinto deliraba por la libertad, Y el plomo de Linares se convirtió en muerte. Bramaban las montañas, los valles enseñaron sus dientes, Mostró el mar sus colmillos, Espantó a las palomas el furioso olivo, Cubriendo con su ramaje calvo un blindado, Mordió la hierba, ardió el viento cortante, Al ataque se levantaron palas y hacinas de trigo, Conocieron el acero los labios de las jóvenes, No había agua en los pozos muertos, Y toda la tierra se volvió contra el extranjero: Las raíces, las piedras, las estatuas, el polvo, Tiernos bebés se lanzaron contra los taques…” 113 . 112 Ilyá Ehrenburg, “Batareyu skrivali olivy…” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 38 97 Los poemas escritos por Ilyá Ehrenburg en España servirán también para el análisis de los diferentes puntos del trabajo, así como se refiera a alguno de ellos. Por último, y como se ha intentado contestar al referirnos a Koltsov, es conveniente responder a la siguiente pregunta: ¿Para quién escribía realmente Ilyá Ehrenburg? Esta pregunta encierra en sí no sólo la relación entre el escritor y el lector, sino que esconde, dada la realidad soviética de aquellos años, importantes fundamentos que podían convertir la creación literaria en una amenaza para el escritor, y en ambos casos, tanto en Koltsov como en Ehrenburg, es obvio que ese factor pudo tener una influencia definitiva para la elaboración de sus textos. Ehrenburg recibió hasta aquellos años feroces críticas de sus obras en la Unión Soviética, donde vio censuradas o no publicadas muchas de sus obras. Nunca fue un escritor politizado (salvo por sí mismo), y su personalidad literaria llama la atención por su temeridad frente al poder de aquellos años. Situación sobre la que él mismo ironizaba en sus memorias: “Viví una época en la que el destino de un hombre no recordaba a una partida de ajedrez sino a una lotería” 114 . Pero, en el caso de la Guerra civil española, y sabiendo ya que se había convencido de que la URSS era la única potencia que podía hacer frente a los fascismos, llegando a una especie de “reconciliación” con los poderes de Moscú, sus textos no parecen estar sometidos a una presión política demasiado severa, teniendo en cuenta, además, que fue Ehrenburg quien con estos textos se convirtió en el principal publicista y propagandista de los terrores del fascismo, y parece que contó con la simpatía personal de Stalin. Pero, a pesar de eso, no parece que Ehrenburg escriba únicamente para aquél ni para el ciudadano soviético. Los textos de Ehrenburg escritos en España están dirigidos a todos los ciudadanos y políticos 113 Ilyá Ehrenburg, “Serdtse, eto li tvoy razgón...” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 31 - 32 114 Ilyá Ehrenburg, “Liudy, Gody, zhizn”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2000, Tomo 7, pág. 567 98 europeos, en general, a todos aquellos que no eran del todo conscientes del peligro que se cernía sobre Europa. No existen en sus crónicas apenas guiños ni referencias a la Unión Soviética, además de la ausencia de referencias a la ayuda soviética a la República, en un gesto claro hacia la sociedad europea y el “Comité de Londres de no intervención” en la guerra, lo que deja más claro todavía a quién imaginaba Ehrenburg como sus lectores. Gran parte de sus textos narrativos van directamente dirigidos a ese comité, a los ciudadanos franceses, ingleses, incluso alemanes, en un intento de concienciarles. No habría intentado ocultar la ayuda soviética a la República si el lector que Ehrenburg imaginaba hubiese sido soviético, pues aunque no se decía abiertamente, la participación soviética en España era del conocimiento de todos. Y ese lector, ciudadano, campesino, político europeo que Ehrenburg evoca, determina de sobremanera la redacción de sus textos y poemas: el continuo apunte de que Madrid es una capital europea, de que España hace frontera con Francia, de la barbarie que dos países europeos, Alemania e Italia, están cometiendo… De todo ello que sus textos están elaborados bajo un estilo conciso, sin referencias culturales rusas, globalizador, textos que pudiesen ser comprendidos y asimilados por cualquier ciudadano mundial. 2.3.3 EHRENBURG EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA Su primer texto dedicado a España fue el artículo titulado “En un Café español” 115 , en 1916, tras una visita a la frontera franco-española, mientras trabajaba sobre el tema de la Primera Guerra Mundial en Francia. Pero no sería hasta 1926 cuando Ehrenburg consiguió cruzar la frontera, llegando a la ciudad de Seo de Urgell, donde residió varios días, sin pasaporte ni permiso alguno, lo que no impidió que dos años después ya dejara sus primeras reflexiones sobre España 116 . 115 Ilyá Ehrenburg, “V ispánskom café” // Periódico “Utro Rossíy”, Moskvá, 15 de enero de 1916 116 Ilyá Ehrenburg, “Beliy ugol, ili Sliozy Vertera” Leningrad, Priboy, 1928, pág. 288 99 Respecto a ese pequeño viaje escribió a Nikolay Tíjonov: “Es una pena tener que volver a Francia. Junto a Rusia, España es el único país donde el “Colour locale” es alma verdadera, y no una farsa para turistas ingleses” 117 . En 1931, con la instauración de la República en España, Ehrenburg vuelve a España, por largo tiempo y en repetidas veces, hasta completar sus extraordinarios diecisiete reportajes entre diciembre de 1931 y mayo de 1936. En todos ellos ya destaca una de sus principales características en su relación con España: su profundísimo conocimiento de la cultura española, quizás, uno de los mayores de entre todos los corresponsales que hubiera después durante la Guerra Civil, así como la relación que marca entre la cultura e historia de una país y las circunstancias sociales y políticas que ése atraviesa. Recordando su segundo viaje a España en 1931, escribió: “España hacía tiempo que me atraía. Como ocurre a menudo, empecé a conocerla a través del arte (…) En los años de la Primera Guerra Mundial aprendí a leer en español, traduje fragmentos del Romancero, de Gonzalo de Berceo, del Arcipreste de Hita, Jorge Manrique, Quevedo. En sus obras, en nada parecidas unas a otras, me llamaron la atención algunos rasgos comunes, existentes en el genio nacional español (rasgos que se pueden encontrar tanto en el Quijote, en las obras de Calderón y en la pintura): un cruel realismo, una inquebrantable ironía, la dureza de las piedras de Castilla y Aragón, y, al mismo tiempo, el seco bochorno del cuerpo humano, el orgullo sin presunción, el pensamiento sin retórica, la belleza de la monstruosidad y la monstruosidad de la belleza” 118 . Además de ese brillante conocimiento, Ehrenburg fue el primero de entre los corresponsales soviéticos, como poco después hizo Koltsov, en recrear una nueva imagen de España, alejada de los convencionalismos estéticos y los valores ensalzados de la cultura española en el extranjero. 117 Del archivo personal de N.S. Tíjonov. Citado en el epílogo de: Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 370. 118 Ilyá Ehrenburg, “Liudy, Gody, zhizn”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2000, Tomo 7, pág. 342-343 100 Consciente de la ruptura que marcaba sus palabras, escribió, todavía en 1931: “España no es Carmen ni los toreros, no es Alfonso ni Cambó, no es la diplomacia de Lerroux ni las novelas de Blasco Ibáñez, no es todo eso que se comercia tras la frontera junto con chulos argentinos y vino “Málaga” de Perpignan, no, España son veinte millones de desharrapados Don Quijotes, son rocas infértiles y aguda injusticia, son canciones tristes como el roce con una aceituna seca, es el rumor de los huelguistas, entre los que no hay ni un solo “amarillo”, es bondad, compasión, humanidad” 119 . Resulta imposible concretar el día exacto en el que Ilyá Ehrenburg llegó a España tras el inicio de la guerra. Según la información que se puede extraer de sus memorias, cruzó por iniciativa personal la frontera con Francia a mediados del mes de agosto de 1936, pasó unos días en Cataluña, tras lo que partió a Moscú a pedir credenciales para trabajar como corresponsal en la contienda. Sus primeros reportajes sobre la Guerra en España, escritos desde París, fueron publicados en el periódico “Izvestia” el 25 y el 31 de Julio de 1936. Los primeros reportajes escritos ya desde España tuvieron lugar en septiembre. En tiempos de escasa cobertura informativa, las palabras expresadas en un periódico tenían un protagonismo muchísimo mayor al que pueda tener en la actualidad, donde el enfoque es más de opinión que informativo. A su vez, y haciendo caso a las propuestas de las reuniones de Intelectuales Antifascistas primero, y Escritores Antifascistas después, en Valencia y Madrid, la actividad intelectual tenía un fin concreto, en cuanto a la denuncia y lucha cultural contra la gravedad del asunto (en el mismo tono que Picasso pintó su Guernica o Miguel Hernández escribía sus poemas en el frente). Tomándose el tiempo necesario, a veces incluso una semana después del suceso (como se puede apreciar en las fechas de sus escritos), intentaba agrupar en pocas páginas, a veces en una sola, todo el significado y trascendencia de lo que estaba ocurriendo en la guerra. De ahí que su visión de España sea la que más contenido simbólico refleja, con análisis y descripciones que intentan plasmar siempre todo el significado que para él tenía la guerra. Como corresponsal mandaba sus artículos, astutamente, a través de Francia, con lo que 119 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 27 101 conseguía dos cosas: la primera, evitar la censura que con motivo de la guerra estableció la República entre los corresponsales extranjeros como método preventivo ante los mensajes cifrados, y segundo, de esa manera se garantizaba que sus artículos se imprimiesen y repartieran por los periódicos europeos. Desde septiembre de 1936 hasta los últimos días de la Guerra, Ehrenburg estuvo presente en la contienda, siendo el único corresponsal soviético que observó y describió lo presente durante los tres años de lucha. Sus reportajes y poemas abarcan toda la línea temporal así como casi toda la geográfica. Al contrario que Koltsov, mucho más presente en el frente, Ehrenburg recorrió gran parte de la geografía española, incluyendo dos pequeñas incursiones en la parte de España dominada por las fuerzas nacionales, así como a menudo viajaba tras la frontera. Algunos reportajes, como el de “Noche sobre Europa” 120 , fueron realmente escritos en París, en artículos que publicaba para Izvestia, con el pseudónimo de Paul Joslen, como corresponsal en Francia desde 1938. Muchos de esos artículos redundan en el peligro que la Guerra Civil Española simboliza para toda Europa. Las claves para analizar los trabajos de Ehrenburg durante la Guerra Civil Española se basan en su perspectiva y su temática. Su punto de vista se encuentra alejado del detalle, buscador de una visión ancha: paisajística, cultural, histórica y moral. Su temática intenta alcanzar el mismo grado simbólico que su espaciosa perspectiva. Los diálogos ofrecidos con un campesino no son presentados como un diálogo puntual, sino la voz de todo el campesinado español; los personajes presentes en sus reportajes son símbolos, hombres y mujeres que presenten la misma perspectiva histórica que sus paisajes: Antonio Machado, Durruti, Dolores Ibárruri, Maté Zalka, brigadistas, soldados, campesinos... Su afán por ser “trompeta por la que soplen los tiempos” le alejaba del sensacionalismo y la descripción de galería. No hay frase que no sea símbolo, no hay líneas vacía de significado en sus reportajes. Sus párrafos ayudan al análisis no sólo de la Guerra Civil Española, sino también de la venidera Segunda Guerra Mundial, que para Ehrenburg son la misma cosa. Destaca el significado de lo peculiar, nacional, regional, humano, y lo relaciona con los mismos elementos a nivel de toda la humanidad. Ehrenburg abandonó España en el gran exilio que se produjo por los Pirineos tras la caída de 120 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 337 102 Cataluña. Fue testigo de las últimas horas de Machado en España, y es a Antonio Machado a quién dedicó su último reportaje. Muerto el corazón de la cultura española, Ehrenburg da por perdida y finalizada la Guerra. La cultura española es el más fiero guerrero en las páginas de Ehrenburg contra el enemigo. Pocos días después, tras su salida de España, escribió el siguiente poema, cuya traducción aquí se ofrece, como símbolo y adelanto de lo que se analizará más adelante: “DESPUÉS... Al despertarme entiendo: ya no la veré A ella, caliente y rojiza, A ella, seca y callada, Sola bajo un pequeño olivo No me sonreirá amablemente Con sus senderos rosados, No veré el honor de la tragedia Ni el cuido ni la soledad, Ni Cuenca con sus rojos barrancos Ni Málaga, blanca hasta lo hiriente, Ni la pena de su alma gigante, Julio con sus cañones de juguete Ni Madrid guardando con sus manos El último insomnio de los niños” 121 . 121 Ilyá Ehrenburg, “Posle” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 52 103 2.4 OVADIY GUÉRTSOVICH SÁVICH. (VARSOVIA, 1896 – MOSCÚ, 1967) Ovadiy Sávich es el más desconocido de los corresponsales soviéticos en España, y de quién difícil resulta encontrar información o reseñas. Se sabe que en 1900 se mudó con su familia de Polonia a Moscú y participó como soldado en la Primera Guerra Mundial, aunque por poco tiempo. Trabajó como actor, estudió derecho y en 1915 publicó sus primeros poemas. Sus primeras obras en prosa se publicaron a partir de 1925. Entre las más importantes: “La Atlántida bajo el agua” y “El contertulio imaginario”, encuadradas en las muchas obras de ciencia – ficción que durante aquellos años conformaban un género literario muy popular en la Unión Soviética. En 1926 se marchó a Alemania en calidad de corresponsal del periódico “Komsomolskaya Pravda”, y dos años después, a París, donde trabó gran amistad con Ilyá Ehrenburg, autor que tuvo una enorme influencia en él, tanto en el plano personal como en el profesional, influencia que se vieron también reflejadas en sus crónicas y memorias de la Guerra Civil Española. Fue en febrero de 1937 cuando llegó a España, animado por el propio Ehrenburg, de quien era uno de los más cercanos amigos y como sustituto de Mark Gelfman en Madrid, anterior corresponsal del TASS en la capital y que se trasladó a Valencia a la vez que el gobierno de la República ante el asedio a la capital. También actuaría de forma esporádica como corresponsal de “Izvestia” y, permanentemente, para “Komsomolskaya Pravda”, periódicos para los que escribía bajo pseudónimo español de “José García” (y cuyo contenido es muy similar a los relatos publicados en “Literaturnaya Gazeta” y al contenido de sus posteriores memorias). Meses después, el propio Gelfman enfermaría y se trasladaría definitivamente a Moscú, pasando Sávich a trabajar principalmente desde Valencia para el TASS, junto a Elena Mirova, aunque esta otra corresponsal se mantenía fija junto al gobierno y Sávich seguía 104 viajando por los frentes. Junto a Elena Mirova formaba el cuerpo de corresponsalía principal de las agencia de noticias soviéticas (TASS), a un nivel puramente informativo, lejos del papel fundamental de Koltsov como corresponsal del periódico “Pravda”, el más cercano a los altos círculos de poder del gobierno soviético, así como el periódico más leído en la Unión Soviética.. Las condiciones de trabajo en las que Sávich escribía eran muy diferentes a las de Ehrenburg y Koltsov. Contaba con pocos medios y dependía casi exclusivamente, en un principio, de la agencia española “Fabra”, que era la que coordinaba todas las corresponsalías. Aunque en ningún momento de sus memorias de aquellos días deja testimonio de esa situación, la correspondencia personal entre Sávich y Mirova dan constancia de ello. En una carta enviada por Sávich a la dirección del TASS en Moscú, llega a decir lo siguiente: “…incluso la máquina de escribir con la que trabajo me es prestada… y, o recibo rápidamente dinero o tendré que empezar a trabajar para otras agencias, aunque sean extranjeras” 122 . Es fácil comprender que para mandar una carta similar, con ese atrevimiento, en los años 30 en la Unión Soviética, la situación debía ser desesperada. Quizás sea por ello, por las difíciles condiciones de trabajo, que Sávich sólo consiguiese escribir seis relatos desde el frente, entre los que destacan: “El Sargento Ruíz” y “EL loco Pedro”, en 1936; ““Gentes de las Brigadas Internacionales”, en 1938, y “La felicidad de Cartagena”, en 1939, publicados todos ellos en “Literaturnaya Gazeta” e incluidas posteriormente en “Dva goda v Ispanii” (Dos años en España), la obra utilizada en este trabajo. Sávich dependía casi exclusivamente de los favores de Koltsov y Ehrenburg, así como su condición de corresponsal soviético le hacía ganar las simpatías de gran parte del bando republicano, sobretodo, de los brigadistas internacionales, únicos con los que podía mantener un diálogo fluido durante los primeros días, mientras aprendía el español. Otro ejemplo de las condiciones en las que los enviados del TASS trabajaban en España, es 122 Ovadiy Sávich, GARF (Archivo Estatal de la Federación Rusa), 4459 OPIS – 11, documento 803 105 un nuevo fragmento de la correspondencia entre Sávich y Elena Mirova en la guerra, carta de esta última, en la que queda claro que, ni mucho menos, contaban con las posibilidades de Koltsov, y que quedaban totalmente a merced del funcionamiento de las instituciones republicanas, además de ofrecer una simpática referencia a la España de aquellos días: “Quise mandarte este telegrama ayer, pero no hubo manera: llegué a las tres y ya habían cerrado el telégrafo de correos. Es increíble observar como incluso en guerra respetan sus horarios de descanso…” 123 . Sávich nunca antes había estado en España, por lo que jamás vio el país durante la época de paz, y, por tanto, no cae en las comparaciones con el pasado que tanto Koltsov o Ehrenburg repiten, ni analiza lo que ocurre basándose en ninguna experiencia anterior. Pero una de las características fundamentales del estilo de Sávich es un seudónimo, el de René Kadú, bajo el que él mismo y Vladimir Piotrovskiy escribieron relatos y novelas de ciencia ficción. Así, en el 1927, ya había escrito “La Atlántida bajo el agua”, una logradísima novela, de culto para los amantes de la ciencia ficción soviética. Por tanto, si en el caso de Ehrenburg uno se encuentra con el pensador, con el ensayista, con Sávich se cuenta con el corresponsal más novelesco de los cuatro, más dispuesto a mostrar las originalidades de España y los matices más pintorescos de lo que ocurría en ella. Eso respecto a su estilo. Pero hay detalles que son igualmente valiosos para considerar la obra de Sávich en relación con su estancia en España, más cuando ya se conoce que su obra principal no fue publicada hasta algún tiempo después de la guerra, y saber cuál era la actitud y posición de Sávich durante la contienda, en qué pensaba y con quién se comunicaba se puede averiguar de dos maneras: la primera, sabiendo que gran parte de los primeros meses en España, Sávich se relacionaba casi exclusivamente con los brigadistas, con los que se podía comunicar más fácilmente, mientras aprendía español; segundo, y más importante, es que cuando Sávich llegó a España, en 1937, ya había sido elaborada, por los otros tres grandes corresponsales, una imagen mítica de España en su lucha contra el enemigo. Buena parte de la obra de Sávich viene a relacionar sus primeras impresiones en el país con aquella imagen que había leído en las crónicas de sus compañeros. 123 Ovadiy Sávich, GARF (Archivo estatal de la Federación rusa), 4459 OPIS – 11, documento 1012 106 No esconde nunca su fascinación y admiración por España, a la que descubre por primera vez en esos trágicos momentos. Igualmente exalta su admiración por la cultura, el idioma, los poetas… Cosas todas ellas que, en contra del sumamente atareado y activo Koltsov, o del más meditabundo y reflexivo Ehrenburg, hacen que Sávich parezca tener siempre los ojos más abiertos hacia el detalle urbano, paisajístico, cultural… que más méritos tenga para ser expresado en unas páginas. También fue el que más tiempo se tomó para escribir sobre España. De todos sus relatos y ensayos sobre la guerra civil, sólo algo más de la mitad, aproximadamente, fueron escritos durante la contienda; el resto son resultado de sus recuerdos y apuntes tomados en los frentes mientras cumplía con su labor de informar diariamente al TASS sobre lo que ocurría. Este punto, respecto a la reproducción de la imagen de España que desarrolla en su obra, es muy importante, y responde al motivo por el que se ha decidido incluir sus memorias en este trabajo: la lejanía en el tiempo, la posibilidad de selección en la memoria de los elementos que con los años se han convertido en sobresalientes en el recuerdo, ante aquellos detalles que la memoria juzgó menos importantes y los borró. Su obra es menos rica en detalles y sensaciones “en vivo” que los textos de Koltsov; el marco histórico de aquel momento se ha deformado, no es tan agudo como en la obra de Ehrenburg: la de éste hablan de amenaza futura, la de Sávich, de la amenaza pasada. Su disposición es menos filosófica y política que la de Ehrenburg, la acción de los recuerdos acentúa y perfila las imágenes, que están, normalmente, menos cargadas de simbolismo y significancia, y a menudo cumplen una función mucho más estética. La diferencia fundamental entre las páginas de Sávich con las escritas por los otros cuatro es la pausa y la tranquilidad de sus textos, llenos de reflexión, gracias a la lejanía en el tiempo; En los textos escritos durante la guerra, destaca su preocupación por la cultura y su papel frente al enemigo, la actitud del soldado ante su difícil destino y una permanente reflexión sobre la relación entre la República y el pueblo español. A menudo muestra en sus escritos un deseo mayor de coger las armas que de escribir y actuar de corresponsal o escritor. Su deseo de participar en la contienda más allá de sus textos (sabía del protagonismo de Koltsov y Ehrenburg en el aspecto periodístico), le llevó a 107 tener un contacto muy estrecho con los soldados, y ya en París, cuando la guerra en España hubo comenzado, se dedicó a ayudar a brigadistas a alojarse en su casa, conseguir trenes… siempre manteniendo las formas frente a la policía francesa, que perseguía a los voluntarios que iban a España: “Pues tenía derecho a enseñar a un llegado la ciudad, invitarle a comer, ayudarle con la compra, invitarlo a dormir a mi habitación, acompañarlo a la estación” 124 . En más de un pasaje de sus memorias respecto a la guerra en España admite aquella que fuera una duda permanente suya y que añade interesantes reflexiones sobre el papel del escritor en la guerra: combatir o seguir trabajando como corresponsal. Sus textos escritos tras la guerra no son el resultado de un deseo propagandístico, sino un testimonio, unas memorias de lo ocurrido en aquellos días. Dichos textos son una reelaboración de las crónicas que escribía bajo el nombre de José García para “Komsomolskaya Pravda” y reescritos tras la Segunda Guerra Mundial, cuando ya la amenaza fascista había acabado, de forma que ya no muestran ese tono de aviso permanente, de exaltación de la futura amenaza que tan claramente se ve en el resto de textos soviéticos escritos durante la guerra en España. Desde la tranquilidad de los años sesenta, la obra de Sávich es una reflexión “a posteriori”, tranquila, memorial, aunque también exaltada en los valores de los que allí, en España, combatieron. Su obra ofrece una gran gama de juegos visuales, variando continuamente el juego de perspectivas, como el que describe el paisaje y los colores del cielo al levantar la cabeza dentro de la trinchera, incidiendo en el contenido estético de la guerra, y sobre todo, y quizás lo más importante, Sávich es el que mayor sorpresa muestra ante algunas situaciones de la contienda, elaborando, además, juegos imaginativos y descripción de detalles que raramente se pueden disfrutar en los otros dos corresponsales, como se ve en la siguiente cita de un momento de batalla en el barrio de Carabanchel: “Si volviésemos a la casa, diésemos unos cuantos pasos y nos acercásemos a la ventana, nuestra barricada se vería igual que la ve el enemigo. Los soldados levantan 124 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 77-78 108 concienzudamente un muñeco. Sobre el muñeco llueven al momento las balas” 125 . Muy diferentes a esos textos escritos años después resultan los relatos que sí escribió durante la guerra, con una vocación propagandística mucho mayor y unas características literarias totalmente diferentes. Esta diferencia se habrá de tener muy en cuenta a la hora de trabajar y analizar las citas seleccionadas. Por todo ello, Sávich es quien, por un lado, más elabora los matices y rasgos de las imágenes, más acentúa el carácter visual de las descripciones, a las que trata con la imaginación de un autor de novelas de ciencia ficción. Por el contrario, es en quien menos se ve la evolución de sus apreciaciones y visiones respecto a España, pues no siente en sus escritos la influencia directa del devenir de la guerra, sino que la posterior redacción puede estar influenciada por la pena y la nostalgia de la batalla perdida. En lo que toca a la crucial pregunta de a quién escribía exactamente Sávich y cómo pudo influir eso en él, se debe atender a cuándo fueron escritos sus textos fueron, pudiéndose agruparlos en tres grupos: los que escribió estando todavía en París, tras leer las crónicas de otros corresponsales; los que escribió durante la guerra, desde el frente, y los que escribió años después, si bien están basados en apuntes y notas de su estancia en España, más los recuerdos de la contienda. Así se entiende que para Sávich existieron dos públicos diferentes: el de la época de la guerra en sí, para la que publicó seis relatos, como “El Sargento Ruíz” (escrito en una salida a Francia, durante la Guerra), “Vals Vienés”, “La felicidad de Cartagena”, “Las brigadas internacionales”… y por otro lado, el público superviviente tras la victoria en la Segunda Guerra mundial. Su obra “Dos años en España” tiene también una característica muy peculiar y extremadamente valiosa: se trata también de una crónica sobre los demás corresponsales soviéticos. No hay ni una palabra sobre Sávich en las obras de Ehrenburg y Koltsov. En las páginas de Sávich son dos protagonistas clave. También es el único que da constancia de la estancia de Alexey Tolstoy fuera del Congreso de escritores celebrado en Valencia y Madrid, y ofrece diálogos con él en España. Sávich no sólo fue testigo de la contienda sino testigo de 125 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 42 109 sus testigos. Manteniéndose siempre en un segundo plano, no robando protagonismo a los otros, una veintena de años después, y habiéndose convertido ya en uno de los más brillantes hispanistas de la Unión Soviética tras traducir a Neruda, Alberti y Gabriela Mistral, escribió “Dos años en España”, a modo de homenaje. Su recreación de la imagen de España, sin ninguna duda, es tan desconocida como valiosa para el estudio de la Guerra Civil Española en el marco literario e historiográfico de los corresponsales soviéticos. 110 111 3 CULTURA “Cerca de Madrid, Crece el curvo transportador del alba; Vestida con un brillo difuso, Desde el este, la mañana, Que es azul - ceniza. Abierta como un abanico Mira desde la colina Con sorpresa: Entre las filas de soldados Que a la defensa de Madrid apoyan Caminan con paso firme ¿Quién? Miren: ¡Velázquez y Goya! 126 El valor intelectual, el artístico, el papel de la cultura como motor del destino de los hombres, de los pueblos, de las naciones... nunca cumplió un papel tan importante, ni estuvo tan en entredicho, como en los años treinta del siglo XX. En Rusia, las vanguardias artísticas, los poetas, los escritores... habían jugado un papel tan importante en la construcción del nuevo país tras la Revolución de 1917 como los elementos políticos o administrativos, con los que a menudo andaban estrechamente ligados. Sus triunfos no sólo se medían en la gran calidad y cantidad de poetas, escritores, pintores... sino en las decenas de millones de nuevos lectores, gracias a las masivas campañas de alfabetización, en el salto de calidad de las ciencias, en la apertura de escuelas públicas, universidades, en el acercamiento de la cultura a cada rincón y a cada ciudadano, que a su vez eran los nuevos valores culturales del país. 126 Johannes Vares, poeta estonio-soviético, uno de los principales organizadores de la ayuda material – alimenticia a la República española. Original en estonio. Traducción al ruso de G. Shengueli. Jonnane Vares,“Bessmerten pódvig vash”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1986, pág. 80 112 Pero a partir de los años treinta, y más concretamente, unos años después de la ascensión de Stalin al poder, la cultura soviética pasó a ser fieramente controlada y administrada por el gobierno y sus instituciones. De los crímenes contra muchos de los protagonistas de la cultura soviética eran consientes los corresponsales soviéticos en la Guerra Civil Española (aunque no en toda su terrible extensión), mientras que, a su vez, eran protagonistas y representantes (orgullosos) de aquella cultura. Los valores culturales expresados por los corresponsales soviéticos en España resultaban un arma formidable contra su principal enemigo, el fascismo, pero a su vez eran firmes testimonios comprometidos con unos valores culturales que sabían estaban siendo perseguidos en su propio país, que a su vez preconizaba, o había preconizado, esos mismos principios que ahora perseguían. Téngase todo ello en cuenta para conseguir apreciar sus alegatos y reflexiones sobre la cultura española en una doble dirección: contra el fascismo europeo y como apunte camuflado sobre lo que en su propio país se estaba convirtiendo en una amenaza para la vida cultural (y no cultural) del mismo. Si hay algo que diferencia definitivamente el trabajo de los corresponsales soviéticos respecto al de muchos otros corresponsales extranjeros en España, es su trato constante y preferente al papel que la cultura tiene en la guerra, así como su altísimo conocimiento de la cultura española, incluyendo su historia, literatura, pintura… Valga recordar que Sávich, que no conocía la lengua española cuando llegó en 1937, dos años después traduciría a Antonio Machado, Pablo Neruda, así como Ehrenburg también realizaría algunas brillantes traducciones de Jorge Manrique y muchos otros. La cultura española y su contacto con la cultura soviética, al mismo nivel de importancia que las fuerzas militares, las decisiones y colaboraciones políticas, el enemigo, los aliados… es un objeto de análisis permanente en sus crónicas: bien como símbolo de un arma que se utiliza para vencer al fascismo, bien para demostrar la imposibilidad de unir los destinos de 113 un pueblo con los que atentan contra su cultura, bien como un espejo que refleja la realidad y el desarrollo de la guerra. El análisis de la cultura española como un factor fundamental de la lucha contra el enemigo está estrechamente ligado a la idea de que el pueblo es el motor y heredero de esa cultura, que el enemigo, luchando contra ese mismo pueblo, es enemigo de su cultura, y que, atacándola, está atacando e hiriendo a su pueblo, legítimo heredero de aquella. No resultaba difícil para los corresponsales soviéticos defender la cuestión cultural frente a un enemigo que, como recuerdan continuamente, elimina la cultura en sus países de forma automática: “Contestan que la Alemania fascista todavía no ha tenido tiempo de crear su propia literatura. Resulta imposible hacerlo todo a la vez: quemar libros y escribirlos” 127 . Los hechos históricos también pueden empujar a sospechar esa concepción de la cultura como "arma del pueblo" por parte del bando enemigo, y no sólo por las quemas de libros por los nazis en Alemania, sino en los ataques a los museos, a las universidades e incluso a los templos religiosos, de lo que no tardan en dar constancia los corresponsales, como ante el bombardeo y la destrucción por parte de los aviones italianos de la Catedral de Barcelona, a la vez que reflejan la unión del pueblo con esa cultura que le pertenece: “En julio de 1936, cuando Barcelona ardía en odio hacia los jesuitas, esos que habían convertido las iglesias en arsenales fascistas, en esos días de furia y esperanza, ni una sola mano tocó esa catedral. De ella decían: “Esto es nuestro…” El arte, ¿de quién es? ¿De los fieles de una secta, de los dueños de una galería, o es de todos, como el aire? ¿Quién ha destruido la catedral de Barcelona? Los católicos. Hace dos semanas los bendijo el Papa. Italianos. Fascistas” 128 . En el mismo tono se refiere Ovadiy Sávich al ataque sobre el Museo del Prado, hecho que no le sorprende tanto como la respuesta del pueblo de Madrid ante tal peligro: “Paso junto al Museo del Prado. ¿Es posible que el alma del pueblo esté aquí? Pero el 127 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 51 128 Ibíd., pág. 289 114 museo está cerrado, los cuadros llevados a otro sitio. ¿Y por qué precisamente este pueblo, estos guerreros, entre los que hay un porcentaje enorme de analfabetos, pensaron que era necesario rescatar unos cuadros que nunca habían visto antes?” 129 . El proceso de reflexión y descripción a la que se somete la cultura española en las obras de los corresponsales soviéticos muestra mucho menor desarrollo que el proceso que sufren las descripciones de ciudades, paisajes, y la situación y significado de los mismos. Dicho proceso, que también se aviene a demostrar cómo la guerra influye en la percepción de la cultura de un país, en este caso está motivado por la continua búsqueda de los corresponsales en encontrar ejemplos en la cultura y la literatura española, así como hallar en ellas una motivación para creer en la victoria y denunciar al enemigo. En esa continua recreación cultural, ejemplificación cultural de la guerra que se está desarrollando, existen matices interesantes, contradicciones y cambios de opinión y percepción en las páginas de los corresponsales. La relación con esa exaltación y comprensión de la guerra a través de la cultura es diferente en cada uno de ellos. Es Ilyá Ehrenburg el que aportará mucha más referencias culturales que militares en sus páginas, y el que más profundamente parece conocer a los clásicos españoles, así como fue quien mejor y más estrecha relación tuvo con los poetas y pintores españoles durante la guerra. Es inevitable establecer una comparación directa de las páginas de Ehrenburg sobre España con su novela “Las aventuras de Julio Jurenito”, donde el aspecto cultural europeo y ruso es la base y el motivo de la misma historia. Ovadiy Sávich, que tras la guerra se dedicaría casi exclusivamente al estudio de los poetas de habla hispana, dedica sus páginas, sobre todo, al carácter de los españoles, así como al de los brigadistas internacionales, aunque la presencia de la denuncia cultural es muy marcada, sobre todo, en la mayoría de los relatos escritos durante la guerra. Uno de ellos, incluso (y como se verá más tarde), tiene como personaje a un intelectual español que parece mezclar en sí los principios (y hasta la imagen) de Antonio Machado y de José Bergamín. 129 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 69 115 Sus comentarios respecto a la cultura española durante la guerra irán guiados, esencialmente, a explicar la respuesta del pueblo español ante la misma, mediante ejemplos que matizan su carácter, su disposición… de manera que la cultura española será siempre presentada en sus páginas como un paralelismo entre “Pueblo” y “Cultura”, para lo que apuntará siempre a reforzar la hipótesis, presente en los cuatro corresponsales, de la absoluta pertenencia de la cultura a su pueblo, y como la cultura misma es un producto y una imagen de ese mismo pueblo. Koltsov comienza su diario dando mayor protagonismo a sus referencias a la historia y realidad de España. Con el avance de las páginas y algunos detalles que refiere Koltsov, se demuestra que su conocimiento de la cultura española es casi tan profundo como el de los otros corresponsales, si bien no le otorga el mismo y decisivo protagonismo. Sí lo hará con la cultura contemporánea, a la vez que indaga en el por qué del desgraciado desconocimiento que de la cultura española tenía el pueblo soviético: “La cultura de la Antigua Roma, del Renacimiento italiano, es una cultura magnífica. Impregnó la cultura del mundo entero y de nuestro país. Pero, no se sabe por qué, se cruzó y no nos dejó ver España, su literatura, su pintura, su música, su trepidante historia, los mejores de sus gentes. Y lo más importante, no nos dejó ver su pueblo, vivo, lleno de sangre, original, directo, y, lo más llamativo de todo, con tantos rasgos que sorprendentemente recuerdan a algunos de los pueblos soviéticos” 130 . No es difícil adivinar que tan positiva opinión sobre pueblo español debió ser escrita después de la respuesta de Madrid al primer ataque fascista, sospecha que fundamentará en otro capítulo. Y será en Koltsov, igual que en las referencias al paisaje, el que sufrirá una transformación mayor en sus reflexiones, sobre todo, referentes a la literatura española, que, como se verá a continuación, pasa de ser el espejo de los defectos de su pueblo, a espejo de los triunfos y máximas glorias del mismo. Sávich subraya muy bien la idea de la unión que siempre la cultura y el pueblo han tenido en España, como bien se refleja en la siguiente cita: 130 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 207 116 “Pero incluso Góngora, el más hermético, el que intentó ser el más sofisticado poeta español, creador de toda una escuela de poesía para elegidos, escribió romanzas y canciones populares que se convirtieron en obras clásicas. En la poesía española hay una sorprendente unión con el destino del pueblo. Renegó de la corriente de la influencia italiana, aunque copió alguna de sus formas, y siempre regresó a la sencillez, siempre con el corazón en la mano meditó sobre el destino de la patria; en una palabra, siempre habló español” 131 . Ehrenburg ofrece, además de esa visión de la cultura clásica española, algunas otras que afectan directamente a la cultura contemporánea a la guerra, y que, a pesar de la recalcada intención que se ve en sus enunciados, dan muestra de cómo todos corresponsales, en su continua referencia a la cultura española, intentan unir el concepto de victoria y pueblo con el de su cultura: “Ayer sobre el Museo del Prado daban vueltas los aviones fascistas. Hoy los periódicos anuncian que el ministro de cultura ha nombrado al pintor Pablo Picasso como director del Museo del Prado. Durante cuarenta años los indecentes e ignorantes “señoritos” se han reído de la obra de Pablo Picasso. Lo ha entendido y abrazado el pueblo” 132 . (No hay que obviar tampoco en la vieja y profunda amistad que unía a Picasso y Ehrenburg). Con el transcurso de la guerra la disposición de la cultura frente a la misma responderá ya no al canon de demostrar hasta qué punto los clásicos españoles, los pintores, escritores… nacieron de su pueblo, sino de cómo el pueblo los acoge ahora como sus guías, líderes y ejemplos. En este proceso tendrá tamaña importancia la protección del pueblo de lo que considera su patrimonio, y mayormente, de cómo ese pueblo, en su mayoría analfabeto, abraza una cultura que hasta hacía muy poco tiempo no podía sentir como suya, o que con el estallido de la guerra y la tragedia la necesita más que nunca, por lo que la protege. Estupenda es la visión de Sávich de un monumento protegido y lo que simboliza para el corresponsal, y, seguramente, para todo el pueblo: 131 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 72 132 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 112 117 “Incluso Don Quijote y Sancho Panza, tapados con sacos de tierra parecen dos soldados en la trinchera” 133 , en alusión al monumento que existe aún en la Plaza de España de Madrid. También se utilizan las referencias a la cultura en cuanto a la absoluta falta de ella que tiene el enemigo, resaltando siempre su absoluta ignorancia sobre la tierra que están atacando, y mostrando el fuerte contraste del pueblo que resiste, poseedor de un tesoro cultural que lo dignifica, y la ignorancia, que añade perversión, de los atacantes, y no sólo respecto a la cultura española sino también a la de sus propios países: “Ante la Facultad de Filosofía, marroquíes. Cuando ellos se llamaban moriscos y mandaban en España, tuvieron extraordinarios filósofos. Los fascistas mandaron sólo ocho días en la Facultad de Medicina, pero tuvieron tiempo de eliminar la gran biblioteca. Esos españoles sabían menos, seguramente, de cultura española, que los marroquíes sobre la morisca” 134 . El transcurso de la guerra da la oportunidad a los cuatro corresponsales de ya no sólo representar la cultura como una posesión del pueblo, o como un producto del mismo, sino como un arma social, de propiedad exclusiva frente al enemigo, aquel que siempre es presentado como un personaje negativo en relación con ella: “El viejo guardia del palacio nos cuenta que el marqués entró a su biblioteca cuatro veces en toda su vida” 135 . Ese proceso, que se muestra casi desde un primer momento, y aunque antes se haya dado ya constancia de quién es el dueño legítimo de esa cultura, se muestra, ante todo, describiendo el encuentro que el pueblo tiene con esa cultura que es suya y que es el espejo de sí mismo. La propaganda de la República ayudó intencionadamente a crear esa sensación, esa unión del pueblo con su historia, en lo que posiblemente es un intento de exaltación del patriotismo, mezclado con tintes de lucha social. Las muchas repeticiones que de la obra 133 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 41 134 Ibíd., pág. 40 135 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 69 118 “Fuenteovejuna” de Lope de Vega, se hacían por todo el país, será un punto de referencia que los corresponsales tomarán como ejemplo, lo que reproducirán en sus páginas. Por razones evidentes, los teatros de media España se llenaron de nuevos espectadores que nunca antes habían podido ver esa obra. “En el teatro más grande de Madrid ponen en escena “Fuenteovejuna”, de Lope de Vega. Cuando los campesinos sobre el escenario se levantan en protesta, los espectadores también se levantan y cantan la “Internacional” 136 . También Sávich, recreando las palabras que un campesino le refirió, escribió lo siguiente: “– Hace tiempo que a la aldea llegó un teatro con un poeta a la cabeza. – Un poeta, sabe usted, es el que escribe versos, y puede que también espectáculos, no sé; dicen que a ese poeta lo mataron los fascistas. Actuaban estudiantes. Una simple chica de la aldea hizo levantarse a los campesinos contra el gran señor que la había ofendido; no sé por qué se llamaba “Fuenteovejuna”, hay una aldea que se llama así; y ahora cada chica joven se quiere convertir en esa, cómo se llamaba… Laurencia” 137 . En muchas ocasiones, sobre todo en las páginas de Sávich, esa conexión establecida entre la cultura y su pueblo es utilizada en sus textos para establecer un ejemplo del carácter de los propios españoles, gracias a lo cual se termina por determinar el deseo que los corresponsales soviéticos tienen por identificar pueblo y cultura, y la ideología, por ende, de ese pueblo, con la historia de la cultura española. Con motivo de una de esas representaciones de “Fuenteovejuna”: “No, el campesino español se diferencia en mucho de otros campesinos. Confiado o receloso, nunca habla con tono humillado, nunca se cree inferior al otro conversador. Odia a los ricos no por su riqueza, sino por su propia pobreza” 138 . No es menos ilustrativo que, de todos los discursos que se dieron en Valencia y Madrid en el Congreso de Escritores, y de los que Koltsov y Ehrenburg sólo reproducen una pequeña 136 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 90 137 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 119 138 Ibíd., pág. 119 - 120 119 parte, aunque comenten la totalidad de los discursos, sí hagan énfasis en traducir las palabras del poeta José Bergamín, al que ya en varias ocasiones parafrasea Ehrenburg: “Miren atrás, a las cimas de la cultura popular española, Cervantes, Quevedo, Santa Teresa, Calderón, Lope de Vega. Verán hasta qué punto estaban solos y a su vez, hasta qué punto enraizaron en el alma del pueblo. Ellos son la voz del pueblo. Toda la literatura española está escrita con la sangre del pueblo español” 139 . Para ir acabando esta introducción se acude a la ayuda que presta de una cita de Koltsov en la que, como en ninguno de las obras de los otros corresponsales soviéticos, se ve la influencia del transcurso de los hechos como apunte vital para su transformación descriptiva, como se podrá ver en cada uno de los apartados de este trabajo, y que, yendo un paso más allá que los otros dos, en un juego más imaginativo, termina exponiendo una original hipótesis que expresa su visión de la influencia de la guerra en la cultura española futura, incluyendo la clásica: “Ahora lo mejor que puede pasar es que el magnífico cielo de Madrid se cubra de una sucia cortina de nubes invernales. La turbia capa de las microscópicas gotas de lluvia protege la vida de un hombre mejor que todas las cubiertas de hormigón y los refugios subterráneos, pues lo fascistas nunca bombardean cuando llueve. Pero las nubes raramente cubren este cielo. Es radiante y mortífero. Cualquier persona que haya pasado el invierno de 1936 a 1937 en Madrid, por el resto de sus días, incluso en los viejos cuadros de Velázquez y Ribera, dibujará mentalmente bombarderos y cazas” 140 . De entre los muchos aspectos culturales y su relación con la guerra y con España que se reflejan en las páginas de sus crónicas, se han seleccionado lo que se ha considerado más valiosos y representativos de cuantos ocupan las páginas de los corresponsales soviéticos en España. Sobre su posición frente a la cultura dejaron también testimonio directo: durante sus exposiciones y crónicas referidas al Congreso de Escritores Antifascistas, celebrado entre Valencia y Madrid en julio de 1937. (Los delegados soviéticos fueron los que más insistieron 139 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 211 140 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 7 120 en la necesidad de trasladar el congreso a Madrid, y fue allí donde participaron más activamente. Este dato será importante para la comparación entre las dos ciudades en el estudio del “Paisaje”. En el principal de los discursos de la delegación soviética, representada por grandes escritores como Alexey Tolstoy, Bartó... Koltsov centró su réplica en el papel del escritor en aquellos días. El suyo fue un alegato a la importancia de la labor intelectual en la lucha contra el fascismo, la necesidad imperiosa de tomar partido activo, en contra de la “neutralidad”. En sus palabras se pueden adivinar las tesis así de la doctrina cultural que se acababa de imponer en la Unión Soviética, la del “Realismo socialista”. Hay que tener en cuenta sus palabras para interpretar en sus crónicas la cultura española. “Para ayudar a este pueblo no es obligatorio luchar en el frente o, ni siquiera, estar en España. Se puede tomar parte en la batalla desde cualquier rincón del mundo. El frente se ha alargado por miles de kilómetros. Nace de las trincheras de Madrid, y atraviesa toda Europa, el mundo entero. Atraviesa los países, los ruidosos mítines, atraviesa los armarios de las librerías. La principal característica de ese frente invisible en la lucha por el hombre y su cultura es que hoy ya no se puede encontrar ni un solo rincón en el que se pudiera esconder algún amante del silencio, la tranquilidad, y la neutralidad” 141 . “Desde los tiempos más antiguos, desde que apareció el arte del pensamiento, la expresión con palabras, hasta nuestros días se pregunta el escritor: ¿quién soy, un profeta o un bufón, un general o un tambor de su generación? Las respuestas siempre son diferentes, a veces triunfales, a veces demoledoras. En este país en el que ahora nos encontramos, en España, los escritores han sufrido la ofensa de la humillación y las más altas alabanzas hacia ellos y su arte. Hay países donde los escritores se consideran algo así como hipnotizadores. Y hay un país donde los escritores toman parte en los destinos del Estado, igual que una cocinera, como todos aquellos que trabajan con las manos y la cabeza”142. Ehrenburg siempre fue crítico con el “Realismo socialista”, del que alababa sus intenciones pero renegaba de su hermetismo. Así, su opinión durante el citado congreso se refirió a las raíces culturales del pueblo español, a la pertenencia única de esa cultura por su pueblo. 141 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 169 142 Ibíd., pág. 166 121 Coincidió con Koltsov en la imperiosa necesidad de tomar parte en la lucha, en no dar la espalda a las grandes amenazas que se extendían por Europa. Y añadía una idea original entre todos los corresponsales soviéticos: el hombre es la cultura, y proteger sus vidas era la principal forma de guardar la cultura española: “La cultura española siempre fue del pueblo: la que no ha podido podrir el dinero, ni la jerarquía, ni la arrogancia. En la literatura española aprendimos qué es la humanidad. Por supuesto que las gentes no pasaron decenas de años cuidando olivos para que las balas destruyan los cultivos, no parió la generosa tierra española a García Lorca para que una inmunda bestia lo fusilara; pero la guerra no son sólo ruinas y cadáveres. España ha encontrado ahora nuevas fuerzas creativas: los pueblos, como las gentes, cambian a simple vista...” 143 . “La cultura no es un inventario de naturaleza mecánica, no es un catálogo de bibliotecas o museos, no es el arrecife de coral de las ciudades. La cultura es el hombre: él es la piedra, el maestro y la estatua. ¿Hace falta hablar sobre las ruinas externas de un país donde cada ciudad es una herida abierta?” 144 . Determínese, finalmente, cuál fue la influencia que el transcurso de la guerra tuvo en la visión de España de los corresponsales soviéticos: primero, cualquier referencia a la cultura está encuadrada por la propia guerra, lo que es obvio; segundo, los corresponsales identifican al pueblo español con la historia de su cultura, la que pasa a ser tanto víctima de los ataques enemigos, como arma para combatirlos, reuniendo e inspirando al pueblo; tercero que, después de dicha identificación, el transcurso de la guerra inspirará a los corresponsales a utilizar las referencias a la cultura española para apoyar la lucha, defensiva u ofensiva que se estuviese llevando a cabo por parte de los partidarios de la República, hecho que se verá más claramente en los puntos que se desarrollarán a continuación. Román Karmén no mostró demasiado interés por la antigua cultura española, dando prioridad a reflejar imágenes de la guerra. Eso sí, prestó atención a los sucesos culturales paralelos a la guerra, como el cine, las canciones, temas sobre los que dejó bastantes apuntes en su diario. 143 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 216-217 144 Ibíd., pág. 216 122 3.1 EL QUIJOTE Y LA GUERRA Aparte de los evidentes elogios a la obra de Cervantes (que, aunque obvios y esperados, llaman la atención por su repetición y la significancia que tiene dentro de la guerra), existen muy originales posturas y comentarios en las obras aquí estudiadas respecto al clásico español, y que, además, muestran un desarrollo y un cambio profundo e interesante en relación con el devenir de la guerra, siendo este punto un buen ejemplo de cómo la visión de un elemento clásico puede desarrollarse en las opiniones y visiones, además de la indudable riqueza que ofrecen las reflexiones de los corresponsales sobre dicha obra, llegando, incluso, a reflejar contradicciones entre ellos y sí mismos. Los corresponsales utilizaron positivamente la figura de Don Quijote como símbolo contra el enemigo, pero criticaron abiertamente el “quijotismo” que existía entre muchos de los defensores de la República. Ehrenburg, gran conocedor de las obras de Cervantes, muestra, a parte de los elogios literarios esperados, un desarrollo en sus opiniones que va estrechamente ligado a otros fenómenos culturales igualmente ligados a la guerra. Ehrenburg, en sus primeros ensayos dedicados a la guerra no cae en la fácil tentación de ver en la figura de Don Quijote la encarnación mítica de la lucha del pueblo español; al contrario, en los primeros meses de guerra es la figura de Sancho la que simboliza para él la lucha de ese pueblo, seguidor de unos ideales que, estos sí, son representados por Don Quijote. Con el transcurso de la guerra, esa primera división, clara y tajante en un principio, irá adquiriendo matices, se mezclará, se diluirá o dará la vuelta en alguna ocasión. La primera vez que Ehrenburg citará a Don Quijote para simbolizar un fenómeno de la guerra será al referirse al Mayor Barceló, encargado de la toma del Alcázar de Toledo y que ante la extrañada pregunta de Ehrenburg sobre por qué la mujer de Moscardó estaba en libertad y la respuesta de aquel, escribe: 123 “La historia dirá quién fue el alto y lánguido Mayor: un Quijote, un traidor, o un estúpido” 145 . Así, no muy positivamente introduce Ehrenburg la figura de Don Quijote en la temática puramente bélica, siendo otros los principios, alejados del idealismo, los que veía necesarios para vencer en la guerra: disciplina, objetividad… en lugar de ensueños. Más tarde, y en numerosas ocasiones, será la figura de Miguel de Unamuno la que ofrecerá a Ehrenburg la oportunidad de expresar una idea original respecto al Quijote en sus textos, recordando la frase de aquél, “¡Muera Don Quijote!”, y criticando la visión de España de aquellos que, aferrándose al dogma de la tradición, pretendían cerrar España ante el mundo: así, según Ehrenburg, “la ventana a Europa la abrió el pueblo” 146 . Las primeras aproximaciones que Ehrenburg hace al Quijote le sirven, primero, para seguir reflexionando sobre su admirado Unamuno, sobre el que ya escribió mucho antes de la guerra en sus ensayos sobre España, subrayando el simbolismo de la figura del Quijote contra la cerrazón española ante Europa (basándose en muchos escritos de los poetas y escritores de la llamada Generación del 98), a la vez que Ehrenburg relaciona a aquellos que entonces hacían la guerra contra la República con aquellos que años antes ya se habían mostrado en contra de esas ideas de apertura y desarrollo. En su primera y abierta reflexión de Ehrenburg respecto al Quijote, habla de las largas disputas entre el tradicionalismo y el aperturismo español, siendo Don Quijote un valor puramente aperturista; esta posición de Ehrenburg se acentuará con el transcurso de la guerra: “Muchas veces las vanguardias de España intentaron romper la pared de los Pirineos. La “Generación del 98” se opuso a la tradición. Costa quería cerrar con siete candados la tumba del Cid, y Unamuno gritó aquello de “¡Muera Don Quijote!”. A favor de la tradición estuvieron los Borbones, los generales derrotados en todas las guerras, los analfabetos terratenientes. Gritaban sobre el orgullo nacional y a la vez vendían España a los ingleses, alemanes, americanos, franceses” 147 . 145 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 99 146 Ibíd., pág. 239 147 Ibíd., pág. 238 124 Igual que para Koltsov, la figura de Don Quijote tenía a sus ojos un aura de romanticismo que Ehrenburg veía innecesario e incluso contraproducente, siendo su prioridad la de crear un ejército fuerte y firme que se levantase defensor de un pueblo igualmente fuerte, estudiado y disciplinado para poder vencer al enemigo. Ehrenburg siempre ensalzó la imagen de Don Quijote, pero, más allá de su calidad literaria y moral, el argumento de la novela no le sirvió para recrear la lucha popular, liberadora y de clase, que descubrió más fácilmente, por ejemplo, en “Fuenteovejuna”. Pero inmediatamente Ehrenburg ofrece, volviendo a recordar aquellos postulados de Unamuno, y frente a sus contrarios, una reflexión que ilustra de la mejor manera, otra vez, la unión de pueblo y cultura, la comprensión popular, la de los defensores de la República en el frente, que es más loable y sincera que la de cualquier filósofo o escritor. Ehrenburg otorga de esta forma el liderazgo y protagonismo de la cultura española a sus masas populares, por encima de sus élites: “Ellos no quieren cerrar a cal y canto la tumba del Cid, ellos respiran el aire de la heroicidad, los albañiles y los pastores que ahora son los generales del Ejército Popular de alguna manera retoman la epopeya del romancero. Ellos no gritan “¡Muera Don Quijote!”. Ellos entienden la trágica valentía del Caballero de la Triste Figura. Ellos luchan contra aquellos que se rieron de las inútiles pero igualmente grandes hazañas del infortunado caballero” 148 . Pero tras esa pequeña mención al Quijote, positiva, en cuanto a que se refiere a la opinión de los contrarios a las clases sociales más criticadas por Ehrenburg, pero quizás aún tímida y poco decidida, ocurrirá un hecho, poco después de lo ya citado, que remarcará la opinión de Ehrenburg, que pasa de la admiración a la más pura celebración sobre el valor de la figura de El Quijote en la guerra. En una de las reuniones del Comité de no intervención de Londres, uno de los participantes, ante una pregunta que se atañía a la falta de respuesta de los países de dicho comité ante la muerte de niños es España, respondió algo parecido a que su pena por los niños españoles no iba a empujarlos a apoyar “quijotismos”, refiriéndose a la lucha de República y al pueblo que la apoyaba. 148 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 239-240 125 Tal intervención, de tan odiado, por Ehrenburg, comité, contra el que carga en casi todos los ensayos por su pasividad y su ayuda a Franco y a las fuerzas alemanas e italianas, cambiará radicalmente su discurso sobre Don Quijote. A su siguiente ensayo Ehrenburg lo llamará, de forma rotunda: “¡Viva Don Quijote!”. Su despreciado Comité de Londres ha condenado la “locura” de los que se defienden en España: eso obliga a Ehrenburg a no poder, moralmente, condenar esa “locura”, e incluso anima a alentarla si es necesario. Ahora todos los factores le ayudan a no tener que esconder ese pequeño guiño al romanticismo de la lucha “quijotesca”: se mezclan el desprecio a la misma por parte de los gobernantes del resto de potencias europeas, la unión del pueblo español con su cultura, y, finalmente, que el Ejército Popular, los guerrilleros, el pueblo, en resumen, han aprendido a luchar, se han disciplinado, se han unido, plantan cara al enemigo: “Como en julio de 1936… pero entonces el pueblo español vivía de sueños, de esperanza en la “City”, de fuegos artificiales, de mítines, del semifestivo bullicio. Ahora, firme y sereno, camina adelante. Ni banderas ni canciones. Detrás quedan las ciudades destruidas por la aviación fascista, las ruinas, las tumbas. Delante, el ejército de Mussolini y Hitler. En algún sitio, tras las montañas, están los Místeres hartos de quijotear” 149 . Pero no será hasta más tarde que Ehrenburg entienda lo que la figura de Don Quijote puede simbolizar para la guerra. Y admitirá que no es un descubrimiento propio, sino que le será revelado por su buen amigo Antonio Machado, el que le dará a entender la verdadera dimensión de la obra, así como hasta qué punto la idea de Don Quijote se identifica con la lucha de aquellos momentos. Gracias a Antonio Machado, de quién se hablará en el próximo punto de este trabajo, Ehrenburg entiende que ese mismo pueblo está intrínsecamente identificado con su cultura, y por ese mismo motivo, identifica a Don Quijote con esa misma lucha: “No es casual que en los momentos decisivos de lucha el poeta español se haya posicionado con el pueblo: esa es la tradición de la literatura española, ese es su "pathos" interno. Esa literatura no creo a Fausto, ni a Hamlet, sino a Don Quijote. Antonio Machado 149 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 247 126 me habló de las profundas raíces de la resistencia española. “Se equivocan los que piensan que los españoles son fatalistas… No, saben bien cómo luchar contra la muerte” 150 . De esa manera llega Ehrenburg a identificar de la manera más rotunda posible, primero, a la literatura con su pueblo, y después, al pueblo con sus mitos, Don Quijote, y a este con la lucha de su pueblo… lo consigue relacionar, a Don Quijote, en sus acciones y pensamientos, con la guerra y los que se actúan y piensan como él. Koltsov mantiene, en las primeras fechas de la guerra, una clara y negativa disposición hacia lo que la idea de Don Quijote, su concepción del mismo, puede aportar a la guerra. Como se ha repetido ya varias veces, una de las obsesiones de los corresponsales soviéticos era la de formar rápida y eficazmente un ejército que pudiese hacer frente al enemigo. Condenarán, por tanto, la mala organización, las dudas, las canciones, las parafernalias… y es incluso perceptible que, en sus primeras páginas, existe una cierta desconfianza hacia el hecho de que el pueblo español sea realmente consciente del problema al que se enfrenta. Todo ello es dado a encuadrarse dentro del mito llamado “quijotismo”, que es, en su desmesurado romanticismo, y en su falta de objetividad, un elemento negativo a los ojos de Koltsov. Sin embargo, la figura de Don Quijote, si no debe ser la fuente de inspiración guerrera, es, para Koltsov, aquello que se debe proteger en la guerra. Resulta extraño, y clarividente, que Koltsov, en muchas de las ocasiones en las que se refiere a Don Quijote lo haga en forma de diálogo, exclamando él mismo en primera persona… algo que no ocurre, por ejemplo, al hablar de otros grandes ejemplos literarios e históricos que sí son, desde el primer momento, un ejemplo a seguir según sus páginas. En la siguiente cita se ofrece uno de esos diálogos, y las originales, subjetivas, así como 150 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 271 127 esclarecedoras palabras respecto al planteamiento que se debe hacer la República desde el punto de vista de Koltsov, que, por otro lado, pone al mismo nivel de importancia a Sancho Panza, (téngase en cuenta que el diálogo es con unos periodistas franceses, que, como se ha referido ya en este trabajo, la opinión de los otros corresponsales extranjeros siempre influenciaba, en negativo, a la de Koltsov): “- ¡Callaos sobre Don Quijote! Nosotros estamos más con él que vosotros. En los años de gobierno soviético se ha editado el Quijote once veces, ¿y en vuestra Francia…? Tiráis flores a Don Quijote y lo dejáis sin ayuda en el momento decisivo y mortal de la batalla. Nosotros lo criticamos y le ayudamos (…) - ¡Qué entendéis vosotros por su esencia! Cervantes amaba a su Quijote, pero como gobernador eligió a Sancho Panza” 151 . Koltsov, sí, será el gran defensor de Sancho Panza y criticará, si no al Quijote, sí a la errónea comprensión que, a su juicio, se hace de la obra y de sus dos héroes. El momento más álgido de Koltsov respecto a la obra de Cervantes, tendrá lugar en su viaje por La Mancha, y más concretamente, a las aldeas de El Toboso y Villa de Don Fadrique. Su visión estará políticamente influenciada, aunque no su opinión: la diferencia política de El Toboso, gobernada por un ayuntamiento “burgués”, hará a Koltsov resaltar el a veces fantasmagórico aspecto de “El Quijote”, por sus calles vacías, su falta de actividad, de iniciativa; en cambio, Don Fadrique estaba gobernado por un ayuntamiento mucho más afín a las ideas de Koltsov: en sus páginas es una ciudad alegre, que manda pan a Madrid, que tiene grandes cosechas y un pueblo unido… En esa comparación, la figura de “El Quijote” estará siempre presente. Y será cuando sus queridos habitantes de Don Fadrique le expliquen que ellos son también “Don Quijotes”, cuando Koltsov escriba su más interesante reflexión sobre la obra de Cervantes que hay en sus crónicas: “Ellos se consideran Don Quijotes, aunque por procedencia, por sangre, por profesión, son descendientes del campesino Sancho Panza. Manteniendo una tradición oficial por el culto a Cervantes, la conservadora España de ayer, la España de los terratenientes y los curas, de los banqueros y los filósofos místicos, 151 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 98 128 interpretó ese libro como el trágicamente irresoluble dilema entre el caballero ideal, el aristócrata Don Quijote y el vulgar, plebeyo y miserable Sancho, entre la poesía y la prosa, entre la belleza del sueño y la vulgaridad del acto. Eso era una gran mentira, y sobre todo una mentira sobre Cervantes. Al gran escritor de España le eran queridos los dos héroes, y con el mismo amor los escribió. Para Cervantes Quijote y Sancho no son una contradicción, sino una síntesis, y no es una tragedia, sino la apoteosis de las fuerzas espirituales y creativas del pueblo español” 152 . La figura de Don Quijote, que en una ocasión llegará a representar como la figura que se enfrenta al enemigo de la humanidad, en clara referencia a los que defienden la República contra el fascismo, no será más figura de controversia en sus páginas, y su criticado “Quijotismo” lo acepta como una actitud intrínseca al pueblo español, aunque no por eso opine que debe cambiar: “Todo el saneamiento y fortalecimiento de las capacidades militares del ejército se va consiguiendo no sin grandes dificultades. No sólo hay que tener en cuenta la acción directa del enemigo, sino también un montón de prejuicios, costumbres de las patriarcales familias, su permanente inclinación hacia las buenas relaciones, lo elevado de su quijotismo, su torpeza para tomar nuevos giros, su bondad” 153 . Y no olvidará, en su discurso del Congreso Internacional de Escritores, anotar dicho problema, existente a sus ojos: “Estoy nervioso: por primera vez tengo que dar un gran discurso en español. Dije: - Al tener que dirigirme ante este congreso, me pregunté, qué cosa es este congreso en realidad: ¿una reunión de quijotes, una plegaria literaria en busca de intervención divina para la victoria sobre el fascismo u otro batallón internacional de voluntarios con gafas?” 154 . El transcurso de la guerra no influye de manera tan determinante en la visión de Koltsov respecto al Quijote como en la de Ehrenburg, y la visión que muestra es, seguramente, la misma que tenía antes de empezar la guerra en España, aunque sí es evidente que termina 152 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 46 153 Ibíd., pág. 138 154 Ibíd., pág. 166 129 por aceptar la relación intrínseca de la figura de Don Quijote con el pueblo, para acabar sólo criticando la figura del quijotismo existente en la intelectualidad, los altos mandos, los gobernantes… Para Sávich, directamente, la figura de Don Quijote es la reencarnación de la República, o, mejor dicho, la búsqueda de la misma, de los posibles buenos frutos que pudiera dar. Y detrás de esa quimera, de ese sueño aún no realizado, va Sancho. En ese uso de promesas de Don Quijote a Sancho, Sávich ve un claro paralelismo con las promesas de la República a los campesinos: “Dicen que si se unieran en uno Don Quijote y Sancho, resultaría un español medio. Pero medio en un plano estadístico, no vivo. Se puede imaginar a Don Quijote sin Sancho, pero imaginar a Sancho sin Don Quijote es más difícil. Pero si Don Quijote no hubiese premiado a Sancho con tan grandes, aunque inexistentes, regalos, sólo hubiese sido un trágico y cómico personaje, pero no el caminante Caballero del Bien” 155 . Quizás convenga recordar, antes de seguir con el análisis, que Sávich escribió estás páginas sabiendo ya el desenlace de la guerra, por lo que todo está relativizado por el final de la misma, al contrario que en el trabajo de los otros dos. Teniendo Sávich bien enmarcado a Don Quijote, que es para él la imagen de la República y su batalla, muestra más preocupación por descubrir a Sancho Panza, al que ve como símbolo primero del campesinado español. También los otros corresponsales soviéticos muestran esta tendencia, pero de forma mucho menos pronunciada que en las páginas de Sávich. Tras su destino a Valencia y sus viajes por la región, acertó a asistir a una reunión de un Tribunal de aguas: “A causa de sus largas blusas, los campesinos parecían más bajos de lo que eran, rechonchos. Me pregunté: ¿quién de ellos será Sancho Panza? Los jueces del Tribunal de Aguas dictaban sus sentencias con la misma sabiduría práctica y vital que Sancho en la 155 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 120 130 ínsula de Barataria” 156 . Así será que desde el punto de vista de Sancho, como símbolo del campesinado español, y su relación con la República que ahora defendía, Sávich elaborará la mayoría de sus juicios sobre la obra de Cervantes: “Creyeron [los campesinos] en su día que la República les traería la felicidad: tierras y agua, instrumentos baratos, si acaso no máquinas. Así le pareció a Sancho Panza que con Don Quijote encontraría su felicidad. Poco a poco Sancho fue entendiendo que la felicidad no le esperaba tras la esquina, que ser escudero de Don Quijote no era tan fácil, que los actos del Caballero de la Triste Figura eran a menudo tontos y contradictorios. Pero le encandilaban los discursos del caballero, su bondad, sus elevados sueños. Y resultó que, de alguna manera, para Sancho no hay otro camino que el camino de Don Quijote” 157 . Todas las reflexiones de Sávich referidas al tema del Quijote, exceptuando pequeños comentarios, están dedicadas al tema del campesinado, más concretamente, a la participación campesina en la Guerra Civil, y más concretamente a su difícil relación con la misma y con la República, aquella que tanto le había prometido y que hasta entonces casi nada le había dado, pero a la que, sin embargo, apoyaban: “Los campesinos entendieron, o mejor dicho, sintieron instintivamente, que sólo la República les puede salvar de algo mucho peor que lo que ya había y que lo que había habido. Así cuando Don Quijote murió, Sancho Panza lloró más desconsoladamente que nadie y, puede ser, sintió el remordimiento de quizás haber sido un mal escudero” 158 . Es difícil imaginar una concepción de una obra clásica como El Quijote de tal tipo si no fuese desarrollada por un elemento externo como es la guerra, que a su vez se desarrolla: “Los campesinos soñaban con la República, y decidieron defenderla. No podía ser de otro modo: por el mismo motivo que Sancho se arrastraba en un burro tras Don Quijote, por lo mismo que Lope de Vega teatralizó a su manera una historia real, y por el mismo que Lorca fue a los campesinos con su teatro, y por lo mismo que no tienen tierras, y por lo mismo 156 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 117 157 Ibíd., pág. 117 158 Ibíd., pág.118 131 que la muerte no les asusta…” 159 En contraste con todo ello, los brigadistas internacionales sí que a menudo suelen ser representados como “Quijotes”, cada uno de un rincón del mundo: “-¿Y cómo podría ser de otra manera? - contestó sorprendido el Quijote polaco, y se marchó hacia algún sitio” 160 . Aunque no es posible, eso sí, entrever un desarrollo de esa original y brillante opinión de Sávich como sí se puede apreciar en otros puntos y sobre todo, en los trabajos de los otros dos corresponsales, es también cierto que la sola reflexión y las visiones de sus páginas son un excelente ejemplo de asociación de la imagen del Quijote con el desarrollo de la contienda, asociación que, como todo, puede ser discutible, pero que no deja de tener un alto valor reflexivo. 159 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961 , pág.120 160 Ibíd., pág.84 132 3.2 ANTONIO MACHADO “Tras callar un segundo, dijo muy seriamente que los fascistas podían pisotear las flores, pero que quedaría la tierra. Y volvió a sonreír: y en el cielo siempre habrá algún misterio”161. Tras el análisis del papel que juega la cultura en la guerra según los textos de los corresponsales soviéticos, de la identificación de la misma con el pueblo que lucha y que la hace suya, y tras el ejemplo del análisis de una de las joyas de la cultura clásica española como es “El Quijote” en las crónicas soviéticas, es posible centrarse ahora en varios tema de la cultura contemporánea a la guerra, de todos aquellos fenómenos culturales que durante la Guerra Civil Española se dieron lugar y se relacionaron de una forma u otra con la misma. Fenómenos culturales que con el paso del tiempo, se han convertido en España ejemplos clásicos de su patrimonio cultural. Antes de empezar a profundizar en cada uno de los ejemplos, hay que observar que los corresponsales soviéticos, quizás de forma inconsciente, no discriminan la cultura y sus protagonistas según su simpatía o afiliación hacia la ideología comunista, aunque siempre celebran y hacen énfasis en que la mayor parte de sus protagonistas comparten sus deseos respecto al desenlace de la guerra y su lealtad con la República. Esto les ayuda a recrear la imagen de que la cultura es enemiga de los movimientos de carácter reaccionario surgidos por toda Europa. Pero, por ejemplo, no dejan de considerar a Miguel de Unamuno como uno de los principales protagonistas de la cultura española contemporánea, a pesar de su no abierta oposición al alzamiento nacional durante las primeras semanas del mismo (véase el punto dedicado a Miguel de Unamuno). Entre los poetas y escritores más alabados y citados por los corresponsales soviéticos destaca de forma contundente la figura de Antonio Machado, a quien visitaban y describían en sus crónicas, tanto a él mismo como a su obra poética y filosófica: esto marca un fuerte contraste con otros poetas y escritores más cercanos al Partido Comunista, como Rafael Alberti, más citado en sus crónicas, pero únicamente en su actividad organizativa y propagandística, pero del que apenas es descrita su obra y los méritos de la misma. 161 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 213 133 A excepción de la mención ya citada a Pablo Picasso, casi la totalidad del resto de comentarios referentes a la cultura moderna española se relacionan principalmente con escritores y poetas, aquellos que, ya vista al permanente recuerdo a la unión de cultura - pueblo - guerra que llena sus páginas, terminan siendo algunos de los protagonistas principales de la contienda. En los apuntes sobre Antonio Machado se puede admirar una clara evolución a las referencias que se hacen del mismo. Antonio Machado es utilizado como uno de los principales espejos para entender la profundidad de la tragedia de la guerra, así como la evolución de la misma. Será Ehrenburg quien dedique las mejores páginas a Antonio Machado, aquel que era su amigo personal. Antonio Machado no aparece en las primeras páginas de Ehrenburg al inicio de la guerra. Será sólo con motivación política que Ehrenburg y Machado se encuentren, en una reunión de escritores antifascistas. La primera amplia descripción del poeta español se producirá más tarde, cuando Machado haya sido ya evacuado de Madrid y viva en un frío piso de Barcelona. Lo llamativo de esas líneas es la caracterización que del poeta hace Ehrenburg: “Hace poco visité a Antonio Machado. Éste es el más grande de los poetas de la vieja generación. Viejo, muy delgado, camina con dificultad. Trabaja frenéticamente. Vive como un mendigo. En la ciudad no hay ni café ni tabaco. No se puede dormir por las noches: el aullido de los cañones antiaéreos, el tronar de las bombas. Antonio Machado escribe cada día artículos para los periódicos del frente. Escribe también sonetos, severos y limpios. No por casualidad en los días decisivos el gran poeta español se colocó junto a su pueblo: esa es la tradición de la literatura española, su énfasis” 162 . Se compararán esta primera descripción con la última que hará del poeta español. 162 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 271 134 Como ya se ha anotado en las páginas dedicadas a “El Quijote”, la amistad y las conversaciones con Antonio Machado añaden una gran cantidad de matices, incluso de enseñanzas, en la visión de España que Ehrenburg va desarrollando en sus páginas. Poco después, apreciando cada día más la obra del poeta español y aprendiendo de ella, Ehrenburg anota, por ejemplo, que el pueblo español no tiene miedo a la muerte, que si acaso, tiene miedo a la vida. Este postulado es recogido por Ehrenburg y lo expresa en muchas de sus crónicas: la influencia de Machado sobre Ehrenburg es una de las claves fundamentales para entender la totalidad de la obra del corresponsal soviético sobre España: “¿Por qué Mussolini no leería, por gusto, a Antonio Machado? El pueblo español a menudo se asustó de la vida. Se escondía de ella bajo las nubes que aparecían por los Pirineos, en sueños de los siglos pasados, en el brumoso bochorno casi africano de La Mancha. El pueblo español nunca tuvo miedo a la muerte…” 163 Son muchas las ocasiones en las que Ehrenburg se remite a palabras u opiniones de Antonio Machado para expresar las suyas, así como para referirse, una vez más a la unión del pueblo con su cultura, y de la respuesta inequívoca de la cultura hacia su pueblo. Los sonetos de Antonio Machado aparecerán siempre, en las páginas de Ehrenburg, en manos de los soldados, declamados en los teatros (donde infaliblemente se representa alguna pieza bien de Lope de Vega, bien de Federico García Lorca)… Poco a poco, Machado, quien se conoció con Ehrenburg días antes de empezar la batalla por Madrid, se convierte en su referente cultural en España (así como Alberti se convertirá en el de Koltsov), y, como máximo símbolo de ello es que Ilyá Ehrenburg terminará sus ensayos sobre España con la muerte de Antonio Machado: para Ehrenburg, la España republicana pierde la guerra el mismo día en que muere su gran poeta. El último artículo de Ehrenburg escrito sobre España, con el que dio por finalizada su corresponsalía de guerra, se tituló: “Ha muerto el poeta Antonio Machado”. “Escribía versos ligeros y transparentes. Estaba siempre rodeado por el cariño de los jóvenes poetas: García Lorca, Neruda, Alberti. La seca sierra de Castilla, cuando él la 163 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986., pág. 273 135 miraba, se cubría de flores, como en las viejas serranillas de los pastores” 164 . “Bajo las bombas de Madrid, Machado escribía versos, y pienso en eso como en la gran victoria del hombre en estos inhumanos días. Fue trasladado a Valencia a la fuerza, después a Barcelona. A menudo recordaba su querido Madrid. Con 63 años llevó la vida de un guerrero.” 165 . “No era un moralista. Fue un poeta y fue un español: fue un guerrero” 166 . Con esta última cita se completa la identificación de Machado y la poesía española y su papel en la guerra. Y una última descripción, aquellas líneas que cierran los ensayos de Ehrenburg sobre la guerra en España, ya perdida, todavía no en el frente, pero sí porque ha muerto el Poeta: “Cuando los fascistas mataron en Granada a García Lorca, Machado escribió: “El crimen fue en Granada”. Quizás, antes de su muerte, él mismo se repitiese: “El crimen fue en Argelés…” A los herederos de Machado les quedarán sus versos, limpios como el agua de Madrid. Los amigos de Machado no podrán olvidar al hombre: sonrisa infantil, ojos ardientes, la vida en sus sonidos y la muerte en su lucha” 167 . Compárense ahora estas últimas líneas con aquellas primeras que describían a Machado: “Viejo, muy delgado, camina con dificultad”. En esa última descripción de Machado, pudiera decirse que, de forma consciente, Ehrenburg retrata a todo el pueblo español en guerra. Koltsov no se referirá a Machado más que en un par de ocasiones, a pesar de conocerse personalmente en una de las reuniones del Quinto Regimiento con motivo de la evacuación de la ciudad de los principales personajes de la cultura y la ciencia. Koltsov aprovecha la oposición de Machado a ser evacuado para significar la disposición de la cultura española, a través de su principal baluarte, a luchar junto a su pueblo (además de 164 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 367 165 Ibíd., pág. 367 166 Ibíd., pág. 367 167 Ibíd., pág. 368 136 intentar hacer hincapié en que es el Partido Comunista el partido más preocupado por los tesoros intelectuales del país). “El Partido intenta convencer a la intelectualidad madrileña, a sus más importantes representantes (famosos científicos, escritores y artistas), a abandonar temporalmente Madrid para que continúen su actividad en la retaguardia, en una situación más tranquila. La propuesta ha conmocionado a los visitantes. Han surgido roces entre ellos, entre los que opinan que lo más importante ahora es quedarse en Madrid y los que dicen que lo mejor es evacuar hasta que se acaben los bombardeos y los incendios. Discutieron mucho tiempo. Antonio Machado dijo: -Yo no quisiera irme. Estoy viejo y enfermo. Pero quiero luchar junto a vosotros, quiero acabar mi vida de forma honrosa, quiero morir con honor, continuando con mi trabajo. Esto mismo termina por ponerme de acuerdo con vosotros. Me iré, lucharé junto a vosotros por nuestro interés común, por lo que hacéis” 168 . En las páginas de Ovadiy Sávich, Machado tiene un protagonismo especial. En ellas se puede entender toda la admiración que el poeta español despertaba en el corresponsal soviético, quién poco después se convertiría en el primer traductor al ruso de la obra de Machado. Antonio Machado significará para Sávich el comienzo de su comprensión y amor de la poesía española. No es arriesgado asegurar que todas las páginas escritas por Sávich muestran permanentemente la contribución de Machado en su visión de España, y, ante todo, en su comprensión de la cultura española y el papel del poeta ante su pueblo y su destino. Sávich conoció a Machado en las afueras de Barcelona, después de su evacuación de Madrid y su breve paso por Valencia, y muy posiblemente, en una visita con su amigo Ehrenburg. Sávich presenta a Machado en unas páginas que pudieran considerarse un homenaje o un ensayo en el que primero se presenta al hombre, sencillo, sensible, en su vejez y su tristeza, y de ahí hasta explicar el punto de vista del poeta, sus palabras, enseñanzas… “A la terraza con pasos inseguros salió un anciano. En su rostro de campesino había 168 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 284 137 crecido una barba grisácea” 169 . Como siempre, Sávich muestra predilección por mencionar, de una manera u otra, rasgos de los campesinos españoles, como ya se vio en el punto dedicado a “El Quijote”. Su mención del campesino español para describir el semblante de Machado, el paralelismo y simbiosis de las dos imágenes es claramente intencionada, en busca de resaltar la unión con el pueblo del mejor de los poetas españoles. Después muestra al anciano dirigiéndose de forma cortés y agotada hacia la visita, ofreciéndoles lo que tiene, evitando lamentarse por sus malas condiciones de vida y, en su cansancio, evitando a veces la enérgica conversación de sus acompañantes y clavando la mirada sobre los últimos rayos de luz que se ocultan tras las montañas… de esa manera describe Sávich al poeta que, unas semanas después moriría en Francia. El de Sávich es, sin duda, un muy valioso testimonio sobre los últimos días de Antonio Machado. “Machado miraba a los aviones con la misma tranquila y cansada mirada” 170 , anota sobre la vista de Machado sobre los aviones enemigos que sobrevolaban la ciudad. “Con tal cuidado trataba cada palabra, con tal sentido de la responsabilidad lo escribía todo” 171 , explica un Sávich que se esforzaba en aquella reunión por escribir cada una de las palabras en español del gran poeta. “Fue entonces cuando me enamoré apasionadamente de la poesía española, en la que el paisaje, la razón, las más altas ideas y las más finas inquietudes, la vida y la muerte, la fe y la amarga ironía, el destino de la familia campesina de Alvargonzález (poema de Machado), con desaliento e iluminación van de una a otra, completan lo uno a lo otro. Los poetas españoles sin excepción se lanzan hacia el cielo sin levantar los pies de la tierra. Como su pueblo” 172 . La conversación seguiría mencionando la Unión Soviética, a los poetas jóvenes y la situación de la poesía en España, siempre refiriendo la calma y serenidad de Machado. 169 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 211 170 Ibíd., pág. 212 171 Ibíd., pág. 212 172 Ibíd., pág. 212 138 “Sólo a García Lorca lo nombraba con pasión, por la que se estremecía su profunda y llana voz: la muerte de García Lorca, dos años después le pinchaba todavía el corazón, como una herida aún abierta” 173 . La conversación torció hacia la poesía simbolista francesa, hacia la poesía clásica española, y Machado continuó con su discurso: “Dijo que los poetas demasiado a menudo son comparados con los pájaros y poco con las flores. Las flores no pueden vivir sin tierra. No tienen un amplio horizonte como los pájaros, no pueden levantarse sobre su tierra, pero a su vez, su pequeño trozo de tierra no lo ven a vista de pájaro, lo ven cercano y detallado, de la tierra viven, de ella se alimentan, tienen raíces, y las raíces, están en la tierra.” 174 . Basándose en esa idea seguirá reflexionando Sávich sobre la figura de Antonio Machado, refiriéndose ya a su exilio a Francia: “No poetas, sino gendarmes y soldados senegaleses lo recibieron en tierra francesa. Se instaló cerca de la frontera, en Colliure, para estar lo más cerca posible de España. ¿Pero cuánto puede vivir una flor cortada sin tierra, sin raíces, bajo un desconocido y poco amable cielo? A las tres semanas, el 22 de febrero de 1939, murió” 175 . Interesado por las noticias referentes a la poesía española, y a través de un periódico francés, Sávich se hizo eco del homenaje que tuvo en Francia Antonio Machado 20 años después de su muerte: “Tras un discurso y unos versos en honor al difunto, unos estudiantes españoles pusieron junto a la tumba un cofre con tierra, mandado por los presos de la cárcel de Barcelona” 176 “La vida de Antonio Machado siempre perteneció al pueblo. Ahora su poesía se ha convertido en un símbolo de la unidad del mismo” 177 . 173 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 213 174 Ibíd., pág. 213 175 Ibíd., pág. 214 176 Ibíd., pág. 214 177 Ibíd., pág 214 139 3.3 CINE Y GUERRA “...La tormenta retumbaba a lo lejos. Los ojos se aferraban al fusil, La metralleta golpeaba entre los ojos. Y en una iglesia, – qué jaleo – Nos mostraban una película. Entre los santos del barroco Temblaba una mancha de luz. Como de piedra, firmes y serios, Miraban los soldados en silencio. Sonaron bravos cascabeles De una troika rusa, Y excitándome la imaginación, Abriéndose paso a codazos Entre los santos, Sobre la pared galopaba Chapáev...” 178 . Pudiera considerarse a la Guerra Civil española como la primera guerra de la historia intrínsecamente ligada al cine. Si acaso no fue la primera guerra filmada, sí fue la primera en la que el joven fenómeno cultural del cine jugó un papel importante, no sólo por su rápida repercusión mundial gracias a las imágenes que directamente llegaban desde los frentes a todos los rincones del planeta, sino porque por primera vez las imágenes grabadas servían de aparato ideológico e incluso instructivo. “En el cine “Capitol” de la Gran Vía echaban la película “Somos de Kronshtadt”. En las paredes de las casas había colgados papeles del Comité Central del Partido Comunista de España, y esas hojas, con un alegato al pueblo de Madrid, estaban encabezadas: “Madrid, 1936 – Petrogrado-1919” 179 . “Las luces se apagan lentamente, la orquesta sinfónica toca un ensoñador preludio. El 178 Ilyá Ehrenburg, “V kastílskom níschenskom selenye...” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 24-25 179 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 124 140 telón se corre y lentamente van apareciendo las primeras escenas de la película. El Ministerio de Cultura dedica esta película a la memoria de los marineros españoles muertos por la patria y la República. En la película aparecen marineros. Pero ni el mar ni el paisaje son españoles. Una barca a motor aleja a un hombre canoso desde las orillas de la capital hacia los severos espacios del Mar Báltico”180. En Estados Unidos, contemporáneamente a la guerra, se mostraba “Spanish Earth”, de George Ivens y Ernest Hemingway. En la URSS los cines se llevaban para ver los “kinoreportazhi”, de Karmén y Makasiéev, material que serviría después para componer la película “Morir en Madrid”, de Rossi. El trabajo de los operadores de cámara soviéticos y la revisión semanal de sus trabajos en los cines, convirtió la Guerra Civil Española en la primera guerra de la historia que fue siendo narrada y mostrada cinematográficamente a masas de gente. Este hecho, puramente visual, más las crónicas de los propios corresponsales, cambiarían definitivamente la imagen de España en el pueblo soviético. Son muchas las descripciones y comentarios que respecto al cine y la guerra hicieron los corresponsales soviéticos, siendo seguramente esta actividad cultural la más citada de entre las que requerían una organización y un espacio, como el teatro o los mítines. A su vez, muy probablemente, la Guerra Civil Española la primera guerra que era descrita con referencias al cine. En el proceso de descripción, en la búsqueda de símiles que ayudasen a transmitir una imagen de lo visto, se ayudaban de imágenes cinematográficas, y en el caso de los corresponsales soviéticos, de imágenes que hubiesen compartido los espectadores de su país. “En el puerto de Barcelona grabamos una multitud de gente que ocupaba el caladero en el que se encontraba el crucero “Jaime Primero”, lleno de coloridas banderas, – un crucero revolucionario, que se había mantenido fiel a la República. La gente coreaba y desde a bordo los marineros les contestaban con saludos. Nuestra grabación recordaba a las escenas del “Acorazado Potemkin” 181 . “Todo me recordaba a las escenas de los cuadros y las películas sobre Smolniy durante la 180 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 165 181 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 244-245 141 Revolución de Octubre” 182 . Los ciudadanos soviéticos veían por primera vez imágenes reales de España. El interés que despertaban en ellos se transmite bien con las palabras de su autor, Karmén: “Dos días después en los cines del país empezó a emitirse “Sobre los sucesos de España”. Nº1. Según las crónicas de los periódicos y las cartas de los compañeros nos podíamos hacer una idea del éxito de ese primer reportaje español. Nos escribían que ninguna otra película en los últimos años había tenido resonancia igual, que era difícil recordar cuándo los espectadores habían asaltado con tantas ansias las puertas de los cines. Por primera vez, la imagen viva de la España en lucha, la que esperaban con ardor ver millones de personas en nuestro país” 183 . En aquellas primeras crónicas filmadas por Karmén y Makasiéev se veía el bombardeo de una ciudad en norte (San Sebastián, probablemente) y los cadáveres de unos niños muertos en Madrid, con sus madres abrazándolos, tras otro bombardeo. También mostraron la preparación de trincheras a la afueras de la ciudad, más algunos grupos de soldados aprendiendo instrucción y marchando por las calles. Ilyá Ehrenburg recorrió buena parte de España con su “Agitmashina”, un vehículo donde guardaba material cinematográfico propagandístico que iba mostrando por pueblos, aldeas, ciudades. Su tarea era propagandística, aunque finalmente resultaba educativa. Son muchos los pasajes dedicados por Ehrenburg en los días de guerra a lo que el fenómeno del cine provocaba entre los españoles, y son muchas las imágenes de España en su crónicas de gente frente a una pantalla y muchos de los diálogos se refieren a películas vistas. “Octavo día en la “Agitmashina”. Cine: “Chapáev”, “Somos de Kronshtadt”, “Mickey Mouse” - un ratoncillo que defiende su casa de un malvado y negro gato”184. Sobre la popularidad de los dibujos animados dejó constancia Sávich, dando un curioso dato sobre las preferencias de los españoles: 182 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972 ., pág, 234 183 Ibíd., pág. 243 184 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 140 142 “El héroe de dibujos animados preferido no es Mickey Mouse, como sucede en América y en Europa occidental, sino Popeye. Así llaman los españoles a un pequeño marinero que fuma en pipa, con anclas tatuadas en los brazos, enamorado de una larguirucha y horrible mujer y que es paciente frente a todo tipo de humillaciones por parte de un feroz y enorme concurrente. En el momento decisivo, Popeye se come una lata de espinacas, se vuelve fuerte como un gigante, vence al oponente y conquista a la mujer amada 185 . La figura de Chapáev, del combatiente del Ejército Rojo durante la guerra civil rusa y convertido en el protagonista de la novela del escritor soviético Dmitri Furmánov, y más tarde llevada a la pantalla por los hermanos Vasiliev, se convirtió en una de las más conocidas y queridas por los soldados republicanos. También los marineros de “Kronshtadt”. Fueron cientos de veces las que se proyectaron por todo el país... el primer contacto cultural y masivo del pueblo español con la cultura rusa, soviética. Pero para un ejército como el republicano, poco poblado de militares profesionales, las películas soviéticas también ofrecían la imagen, y el ejemplo, de disciplina, orden, funcionamiento de un ejército vencedor. Así es como lo expresaba Ehrenburg: “Se mostraron diferentes películas, y en las aldeas cercanas al frente los soldados sufrían con el drama de Chapáev. En sus errores reconocieron los propios. Puede decirse que durante el primer invierno de guerra uno de los más influyentes comisarios en el ejército republicano fue Furmánov” 186 . “En lugar de Rocinante, un burro, y en su jinete unos pantalones cortos, cien veces remendados. Ha traído un paquete: el itinerario de la “Agitmashina”. “Chapáev”. Cuando los blancos matan a los que hacían la guardia, los soldados, campesinos de Aragón, no lo pueden soportar. Despiertan a los que hacen guardia: -¡Compañeros, despertaos! Después el regimiento toma una resolución: “Incrementar la guardia”. Por la noche nadie duerme: vigilan” 187 . 185 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 217 186 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 328 187 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 140-141 // En la novela “Chapaév”, del escritor soviético Dmitri Fúrmanov, y en la posterior 143 También Ehrenburg, en repetidas ocasiones, utilizó referencias cinematográficas para relatar lo visto y explicar su opinión. “Entre las trincheras de los republicanos y los fascistas sólo hay alambres y cadáveres. Entre las trincheras tratan de colocarse algunos falsos sabios. Ellos hablan, se supone, de alta moral. Pero recuerdan más al soldadito de Pskov en la película “Somos de Kronshtadt”, que según quién iba ganando, rojos o blancos, se cambiaba las caponas de las hombreras...” 188 . Los soldados republicanos, además de ver cine, la mayoría de ellos, por primera vez en sus vidas, eran protagonistas de él. Muchas son las descripciones de Karmén sobre la impresión que causaba a los soldados, también a los campesinos, verse grabados. Más aún, cuando les informaban que les verían en la Unión Soviética. También Ehrenburg relataba varios de esos sucesos e impresiones, remarcando a su vez el relativo alcance de la información ofrecida por una grabación, incapaz de relatar todo lo que rodea el objeto grabado, de conocer todas sus características. Quizás sean las suyas de las primeras reflexiones realizadas sobre el poder de la crónica escrita sobre la crónica filmada y el valor de ambas durante un conflicto bélico: “Al mecánico decidieron enviarlo a Barcelona. El sol ya estaba en lo alto. Calor. Los camilleros no pueden entrar por la pequeña puerta. El herido se retuerce de dolor. Se acercaron los cámaras. Reuniendo fuerzas, sonrió. Después me dijeron que le tuvieron que cortar la pierna. Pero en la pantalla él conversa alegremente, sonríe. Ninguno de los espectadores sabe cuánto le costó hacer esa sonrisa” 189 . En las páginas de Koltsov apenas hay alguna referencia al cine en los pueblos y aldeas. A cambio, es quien mejor describe la vida en los cines de las grandes ciudades, sobre todo, de Madrid. Las descripciones que ofrece Koltsov se basan más en los acontecimientos políticos que tienen lugar en los cines, en los mítines, en las reuniones y en lo escuchado y visto en ellas. película de los directores Gueorgui y Serguiey Vasíliev, Chapaev muere al final de la película en una emboscada de los soldados “blancos”, provocada por un error en la guardia nocturna de los soldados “rojos”. 188 Ibíd., pág. 125 189 Ibíd., pág. 110 144 Son descripciones que suelen remarcar las palabras escuchadas, más su posterior opinión. “El cine está lleno, la sala adornada con banderas y pancartas en honor del 19º aniversario de la Gran Revolución de Octubre (...) En el escenario aparecen los miembros del comité de Madrid, después Pedro Checa y Antonio Mije, y tras ellos, la sala se levanta llena de júbilo y aplaude: ¡Dolores!” 190. Sin embargo, en las descripciones que por temática se parecen a las de los demás corresponsales soviéticos, en el papel y unión del cine para con el pueblo español, Koltsov ofrece páginas mucho más detalladas, y presta mayor atención a la relación entre quienes miran la película y lo que ven, resalta más el contexto y su importancia. “Por la noche, en un pequeño teatro, ante una atención febril pasan una película. Los espectadores llevan unas boinas negras encajadas hasta las cejas, y tienen los ojos bien abiertos. Vasili Ivánovich Chapáev en su ancho abrigo recorre las colinas, y esas colinas son parecidas a estas, las de Aragón. Las boinas negras observan como Vasili Ivánovich une a los campesinos de los Urales contra los terratenientes y generales, como atiza a los suyos, fascistas rusos, también parecidos a los de aquí, los españoles...”191. Koltsov hace frecuente énfasis en la sensación causada por la visión de tales películas, y refleja mejor que los demás las circunstancias en la que se ofreció la visión (junto a las ya citadas de “Chapáev” y “Somos de Kronshtadt”, la tercera película soviética más vista durante la guerra en España fue la de “La infancia de Maxím”). Uno de los capítulos narrados por Koltsov que más llaman la atención a ese respecto, es el referido al entusiasmo con el que eran recibidas esas películas, describiendo la visión de una de ellas durante un bombardeo. Como en todos los demás puntos, allí donde Ehrenburg busca el contraste en sus descripciones en base a las ideas, a los significados, Koltsov lo hace en base a los detalles materiales, dejando la reflexión a merced del propio lector. También ofrece mucha más información precisa: “Junto a las entradas al cine hay unas colas enormes. La Junta de Defensa ha puesto unos precios muy bajos, los cines y los teatros están llenos y trabajan de tres a nueve de la tarde (…) Ayer por la tarde durante una sesión en el teatro “Goya” sobrevolaron unos bombarderos. La película se detuvo, en la sala se estaba a oscuras, sólo se veían las rojas 190 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 238 191 Ibíd., pág. 32 145 luces de emergencias. El director gritaba que todos fueran hacia los refugios. Le contestaron a base de gritos y patadas en el suelo: “¡Qué siga la película!”” 192 . Los cines y teatros se convirtieron en los principales centros de reunión popular, sobre todo en las grandes ciudades. Por el mismo motivo, son los lugares de los que provienen muchas escenas de mortandad masiva a causa de los bombardeos. Ehrenburg, en uno de sus viajes a Francia durante la guerra, escribía: “Hemos visto muchas cosas en España. En Madrid sacaban cadáveres de un cine. Los espectadores no terminaron de ver la comedia. En Lérida cayó una bomba en una escuela, la pizarra acabó salpicada de trozos de cerebro”193. La importancia de las películas entre los soldados y ciudadanos de la parte de España gobernada aún por la República era tan grande, que en ocasiones los directores de esas películas acudieron a España de visita, donde eran recibidos como héroes. Así fue el caso de Vishnievskiy, cuyo compromiso con la República era también claro: “Llevé a Vsevolod Vishnievskiy a Carabanchel Bajo, a las barricadas del anillo más exterior de defensa de la ciudad. Presenté a Vsevolod a los soldados de la barricada y les dije que era uno de los creadores de la película “Somos de Kronshtadt”. No había ni un soldado en todo el frente de Madrid que no conociera esa película. La palabra “Petrogrado” era en Madrid un símbolo de perseverancia, valentía y heroísmo. Vsevolod me pidió: “Diles que yo, un escritor soviético, participante de la guerra civil rusa, de la defensa de Petrogrado, quiero con esta ametralladora, una nuestra, una “Maxím”, pegar unos tiros a los fascistas”. Los milicianos aplaudían y le pegaban golpes en la espalda, sonriendo: “¡Muy bueno!”. Lo llevaron hasta la ametralladora y uno de los muchachos le dijo: “¿Ves esa casa? La ventana de la izquierda del segundo piso es desde donde disparan” 194 . 192 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 302 193 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 256 194 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 118 146 3.4 LA CANCIÓN “Más piedras. Un pobre e inhabitado lugar. Las casejas están cubiertas de cal. Cien casas, entre ellas baches, barro húmedo, y un delgado cerdo negro. Esta es la ciudad de Aliaga. Y más piedras. Pocas veces surgen entre ellas algunas hierbas. Hay ovejas y un pastor. Canta con tristeza, sin pausas. Con el mismo abandono cantaba ya aquí el pastor hace cien años, mil años, antes de la República, la Monarquía, antes de los árabes, de los romanos. De repente, en el cielo, aparecen tres “Junkers”. Las ovejas se juntan en un cálido montón. El pastor, asustado, mira al cielo. ¡Así se encuentra con el nuevo siglo! Es viejo, oscuro y silencioso, como la Sierra de Aragón”195. Si, siguiendo el discurso de los corresponsales soviéticos, la guerra es el enemigo de la cultura, sus sonidos también lo son de la música. Cuando los estruendos de las bombas se apagaban, cuando había unas horas de tranquilidad en los frentes, la España de sus crónicas se llenaba de vida, de cultura. De entre todas sus expresiones, una de las más comentadas por los soviéticos eran las canciones, las de los campesinos, las de los soldados... La canción se convierte, en las crónicas soviéticas, en una de las más repetidas expresiones de cultura popular, aunque con diferentes matices dependiendo del corresponsal. Su trato hacia la canción es desde la perspectiva de la expresión popular. Sigue la conocida máxima de que “la canción sólo es canción cuando el pueblo la canta”. No hay apenas espacios en sus líneas para cantantes o músicos profesionales. Tratan de la canción de la trinchera, del grupo de campesinos... allí donde los corresponsales soviéticos veían la raíz de esos pueblos y sus sufrimientos, luchas y sueños. Pero cada corresponsal soviético se acercó a este fenómeno cultural de una forma diferente, y sus páginas están llenas de ejemplos. Ehrenburg conocía antes de llegar a la guerra el romancero español, que utilizó en varias ocasiones en sus escritos desde España anteriores a 1936, e incluso después. Ayudándose de temática antigua, se hace eco de la situación presente: 195 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 141 147 “En el antiguo romancero español hay una canción sobre la muerte de Rodrigo. Los moros lo rodearon y le causaron treinta heridas” 196 . En muy pocas ocasiones presta atención a las canciones propias de la guerra. Su discurso se centra en las expresiones espontáneas, más intrínsecamente ligadas al sentir ancestral de los pueblos en guerra, da más importancia al refrán, a la sabiduría popular que a las ideologías presentes en el conflicto. Basa su visión en que el pueblo español, desde siempre y desde lo más profundo de su sentir, había querido siempre, y quiere, ganar esa guerra contra el conservadurismo de antaño o al fascismo europeo y español, a los que también reconoce en los siglos antiguos. “El pueblo español nunca tuvo miedo a la muerte, y toda la poesía de este país, desde Jorge Manrique a Antonio Machado, toda la poesía, y no sólo la de los libros, sino también la otra, la que hay en la canción del pastor, en la sonrisa del caminante, en las reservadas lágrimas de las muchachas... toda la poesía de España respira lo mismo: La muerte me llama a la batalla. Echaré el agua sobre las ascuas. Romperé el cántaro contra la piedra. Marcharé contra la muerte, Uno a uno” 197 . Ehrenburg recrea la canción más a menudo en la boca de los campesinos que en la de los soldados. Y entre todas las canciones, las que le parecen más simbólicas, más acordes al momento, o, simplemente, las que más impresión le causan, son las del sur de España. Esas son las únicas a las que no sólo nombra sino que también describe: “El campesino andaluz, sonriendo con algo de vergüenza, puede pasar horas contando sobre los olivares, la nieve de la sierra, sobre la Alhambra. Canta su lento y alargado flamenco. Maravilla con su ingenio, su viva conversación y su triste ironía” 198 . En otra ocasión, con anterioridad a la guerra, Ehrenburg ya había dejado comentarios sobre 196 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 246 197 Ibíd., pág. 273 198 Ibíd., pág. 239 148 las canciones de España: “Son canciones tristes como el roce de la aceituna seca” 199 . De forma similar, aunque con matices, describe también las canciones de los campesinos extremeños. Las breves descripciones de las canciones populares sirven a Ehrenburg para citar las características de algunos pueblos del país: “Extremadura es poco habladora y reservada con los gestos. A veces cantan canciones tristes, pero más a menudo callan” 200 . Koltsov retrata el fenómeno de la canción de una manera distinta. Quien canta en sus crónicas son grupos de gente, soldados, ciudadanos, casi siempre a coro, y las suyas son canciones de guerra, himnos con connotaciones políticas directas, militantes. “Unas jóvenes, sentadas juntas, estudian a coro una hoja con notas de canciones revolucionarias. En las librerías hay una gran cantidad de nueva literatura, muchos libros soviéticos” 201 . Tanto en la calle como en los cines y teatros se entonaban canciones revolucionarias y bélicas. Al contrario que Ehrenburg, Koltsov presenta la canción como un fenómeno nuevo, no presta tanta atención a la posibilidad de una tradición anterior. Su descripción es menos reflexiva que la de Ehrenburg, pero más precisa en los detalles y más fiel con la imagen diaria. Koltsov da mucho valor en sus descripciones a lo silenciosa que resulta la ciudad durante la guerra, donde sólo hay estruendos de bombas, gritos... Cualquier fenómeno musical es noticia para él. La siguiente cita se refiere a la noche del 7 de noviembre de 1936, aniversario de la Revolución de Octubre y primer día de la defensa de Madrid: “Ovaciones, música, ¡qué bien que haya música! ¡Era lo que faltaba! En estos días, justo 199 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 27 200 Ibíd., pág. 35 201 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 19 149 cuando en el alma se ha levantando un sentimiento elevado y amargamente ceremonioso, había sed en las orejas, como sucede a veces con la garganta. Y ahora, una orquesta, ¡todavía hay orquestas en Madrid!” 202 . “Ahí mismo, en el cruce, en una profunda oscuridad, los paseantes rodean a un músico ciego, le echan monedas en un sombrero, y le proponen tocar “La Internacional”. La toca, y la gente la canta a su alrededor. No es ninguna organización ni un destacamento militar, ni una sociedad, simplemente un grupo de gente en una oscura calle de Madrid canta a coro “La Internacional” y “La joven guardia”” 203 . La canción “La joven guardia” era muy popular en la URSS. Koltsov da mucha importancia a la presencia y acogida de las canciones de su país en España. A este detalle se une el de su presentación de los combatientes de decenas de países extranjeros, a la internacionalización del conflicto bélico. Para la mayoría de aquellos combatientes las canciones soviéticas eran himnos que los unían a todos. A su vez, cada uno de ellos traía consigo canciones de sus tierras, que eran compartidas por demás: “En una casita de la plaza se ha reunido el Comité Militar. Bajo las ventanas cantan canciones. “Wedding rojo” toma el relevo de “La Carmañola”, tras la que suenan las desconocidas palabras castellanas de “Partisanos del Río Amur” 204 . “Las que más se expanden por todo el mundo son las canciones rusas, soviéticas. Las cantan con ímpetu gente que nunca han estado en el país soviético, y que seguramente no lo vean nunca” 205 . En escasas ocasiones Koltsov describe las canciones populares. Cuando la hace, es una descripción directa, lejos de la transcendencia que le daba Ehrenburg. Por otro lado, en sus descripciones hay apuntes sobre diferentes cantos españoles, y no sólo de los del sur. A ellos siempre se unen después canciones de otros pueblos: “Cantó sonoras canciones asturianas, después melancólicas catalanas, valientes cuplés madrileños, tras lo que empezaron los gallardos gorjeos andaluces, y sobre todo, flamenco, romanzas del sur, medio árabes, con increíbles altas y largas notas, ante las cuales el 202 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 238 203 Ibíd., pág. 303 204 Ibíd., pág. 33 205 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 64 150 auditorio se silenciaba como ante trucos acrobáticos, y rompía a aplaudir cuando las interminables notas terminaban por fin (…) Los franceses cantaban con más pausa y gracia, y no bailaban a la vez que lo hacían, como los españoles, sólo movían un poco las piernas, marcándose el ritmo con golpes de tacón, se cogían del brazo y daban vueltas...” 206 . Ovadiy Sávich también describió en varias ocasiones las canciones escuchadas en la guerra. De entre todas las que escuchó, eligió para su descripción los cantos de los andaluces, aquellos que le resultaron más llamativos. Los describe estéticamente, y les añade el contexto que proporcionaba la guerra, la de un auditorio internacional, compañeros de lucha contra un enemigo común. Otras de sus descripciones tratan de los cantos de voluntarios extranjeros durante la contienda. “El búlgaro canta una lenta y larga canción. El andaluz lo escucha con atención. Después canta él, una serie de gorjeos guturales con aspiraciones e inspiraciones llamada “flamenco”. Improvisa las palabras. Le pido que me diga qué palabras son esas. Se ríe. “Es sobre nosotros”. Con esfuerzo consigo lo que buscaba. En la traducción rusa sonaría algo así: “Vivían dos compañeros Y se salvaron el uno al otro”” 207 . Román Karmén no dejó apenas descripciones de los cantos populares de aquellos días. En varias ocasiones escribió sobre su gusto por el flamenco, y por su diario se sabe que se esforzó por coleccionaren discos que compraba en Madrid. Como curiosidad, se tratan de los mismos discos de los que años después hará referencia el poeta Konstantín Símonov durante la batalla de Stalingrado, donde un grupo de ex-voluntarios en España escuchan los escuchan junto al fuego 208 . El excelente trabajo de Alexey Eisner “La duodécima brigada internacional” 209 , poeta soviético que acompañó a Maté Zalka (General “Lukach”) al mando de la citada brigada internacional, además de ser una de las obras más detalladas y ricas de cuantos militares 206 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 61-62 207 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 98 208 Konstantín Símonov, “U ognia” // “S toboy i bez tebiá”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2004, pág. 120 209 Alexey Eisner, “Dvienadtsataia Internatsionalnaya”, Moskvá, Soviétskiy Pisátel, 1990, 663 págs. 151 soviéticos estuvieron en España, describió muy metódicamente la elaboración de algunas canciones del frente en las mismas trincheras. Por ejemplo, hace referencia a cómo se realizó la famosa canción “El Quinto Regimiento”, con la visita del poeta Emilio Prados a la trinchera de su Brigada Internacional. En las obras de los voluntarios y militares soviéticos que estuvieron luchando en España, la canción de los pueblos del país es una referencia constante en sus páginas: “La canción española embruja desde sus primeras notas. Es imposible escucharla con frialdad, escuchándola no se puede pensar en ninguna otra cosa. En la canción española hay encerrada una infinita energía y el impulso vital de generaciones enteras de un pueblo tenaz y trabajador. Estas canciones despiertan en el hombre unas fuerzas enormes y un ansia de lucha por la libertad. Un pueblo que tiene tales canciones encontrará siempre su camino hacia la libertad. ¡Un pueblo así no puede ser esclavo! 210 210 Elizaveta Párshina, “Dinamit dlia senioriti”, Sverdlovsk, Sredne-Uralskoe knizhnoe izdatelsvo, 1981, pág. 90 152 3.5 MIGUEL DE UNAMUNO “Miguel de Unamuno es un gran poeta, un melancólico filósofo y un débil político. Su experiencia puede servir de ejemplo en su tragedia. Este hombre soñaba sinceramente con la revolución. Amaba el paso del tiempo en los libros. Cuando ese paso se transformó en un clamor popular frente a las ventanas de las Cortes, se alejó de la ventana y empezó a soñar con aquella vieja España que vivía en profundo sueño más allá de los tiempos. Quiso ser neutral entre los jornaleros de Extremadura y los guardias” 211 . El caso de Miguel de Unamuno a ojos de los corresponsales soviéticos es representativo, y no porque dieran muchas referencias sobre él durante la guerra, sino porque dieron muy pocas. Es un excelente ejemplo de omisión consciente, y la razón de la misma es en sí reveladora. Hay que acudir a los textos escritos sobre España por Ehrenburg y Koltsov anteriores a la guerra y descubrir que Unamuno es uno de los escritores españoles que más protagonismo tuvo en sus páginas. Fue Unamuno, más que nadie, el que dio a saber a Ehrenburg y a Koltsov las contradicciones que se vivían en España. Pudiera decirse que el discurso de Ehrenburg respecto a España está construido a partir de su crítica hacia las ideas de Unamuno, y si bien son casi siempre réplicas, pueden considerarse profundamente influenciadas por el discurso de aquél. “Unamuno entiende bien la necesidad de hacer una reforma agraria y la lucha contra las comunidades religiosas. Pero en el fondo de su alma siente pena de que se pierda la inspiradora pobreza española, el ensimismamiento y la generosidad de la vieja España. Él está dispuesto a repetir, a la manera española: “¡Oh los campos pobres, la mísera naturaleza! ¡Parajes de nuestra eterna paciencia!...” Él busca un freno, la máquina del tiempo va demasiado rápida para él. Reniega de sus viejas ideas. Empieza a mezclar la razón y el miedo, los viejos sueños y una nueva pena. Como resultado de esto se producen reformas de medio pelo, llevadas a cabo por expediciones de castigo, el programa de 211 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 52 153 asustado burgués del Café del Sol” 212 , escribía Ehrenburg ya en 1933. En la mayoría de sus citas, anteriores a la guerra, Ehrenburg acusaba de poca claridad y decisión a Unamuno, de ideas que no respondían a los momentos históricos que se avenían. “Unamuno es muy culto y muy complicado. Ante las circunstancias reales esas cualidades se convierten en debilidad. El podría ser un sabio, pero él, sin embargo, sólo filosofa. Él no quiere ver a los hambrientos: eso es demasiado simple, y lo puede ver cualquiera. Él se pregunta: ¿qué es el hambre? Demuestra que el hambre descrita por Hamsun no se parece en nada al hambre descrita por Quevedo. Estos son comentarios literarios para saciados lectores de “El Sol”. A su vez, cientos de miles de gentes sin trabajo sueñan con un plato de garbanzos. De manera tan vergonzosa termina en nuestros días la alta y trágica filosofía” 213 . Sin embargo, con el inicio de la guerra, el que fuera para los corresponsales soviéticos su primera referencia de la cultura española contemporánea, desaparece. La “neutralidad” del escritor español, su estancia en Salamanca... alarmaba a los corresponsales soviéticos, que tanta importancia daban a que la gran parte de la cultura española se hubiese alineado con la República. La presencia de Unamuno en Salamanca era casi la única referencia cultural fuerte con la que contaba el enemigo, su única justificación. De todo ello que Ehrenburg, que tantas páginas dedicó a Unamuno hasta el año 1936, no le refiera más que un par de frases en todas sus crónicas desde octubre a diciembre de ese mismo año, dedicadas, con alivio, al enfrentamiento de Unamuno con Millán Astray en la Universidad de Salamanca. “Miguel de Unamuno, antes de su muerte, ha dicho a los fascistas: “Venceréis, pero no convenceréis”. Con la ayuda de los interventores, los fascistas han ocupado dos terceras partes de España, pero, venciendo, no han convencido a nadie” 214 . Ninguno de los principales corresponsales soviético se hizo eco de la muerte de Unamuno el 212 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 55 213 Ibíd., pág. 55 214 Ibíd., pág. 307 154 treinta y uno de diciembre de 1936, ni de sus últimos días de reclusión doméstica. Koltsov también dedicó varios comentarios a Unamuno antes de la guerra, y su silencio respecto a él durante la contienda es igual de significativo. Sólo una referencia, muy violenta contra la figura del clásico español, durante los primero días de la guerra. “Franco tiene en la retaguardia al millonario Juan March, a los monjes con aritmómetros bancarios, a la Gestapo, a Trotsky y su banda, a los samuráis japonenses, las tesis arias, el aceite de ricino italiano para los trabajadores, las fábricas Krupp y los delirios frenéticos de Miguel de Unamuno”215. Ovadiy Sávich fue quien más referencias dejó sobre Miguel de Unamuno. A su vez, las páginas a las que se refiere al escritor español fueron escritas después de la guerra. Con la perspectiva del tiempo, y con Ovadiy Sávich convertido en uno de los más importantes hispanistas de la Unión Soviética, éste se refería a Unamuno como a un símbolo de uno de las características que habían acusado algunos intelectuales españoles anteriores y contemporáneos a la Guerra Civil Española: el individualismo. “El individualismo de la aristocracia y de la inteligencia, de los líderes anarquistas y de los torpes burgueses no se ha de achacar a todo el pueblo español” 216 . Sávich compara la figura de Unamuno, aquel que presumía de “solitario”, con la hermandad y trabajo conjunto demostrado por cientos de miles de españoles durante la guerra. Y apunta, finalmente, que: “A su vez, el pueblo y los mejores representantes de la cultura española, empezando por el Cardenal Cisneros y Santa Teresa hasta Unamuno y Valle Inclán, conjugaban un sorprendente sentimiento de la propia dignidad, de la de todos, de toda la humanidad” 217 . Sávich recrea también los diálogos de aquel enfrentamiento con Millán Astray, con mención de uno en particular que no se corresponde con muchas de las fuentes consultadas sobre lo 215 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 47 216 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 178 217 Ibíd., pág, 178 155 dicho durante aquel suceso, y en el que Unamuno habría llamado “Animal” a Astray. “No hace falta explicar que su comportamiento en aquella reunión no fue una chispa casual, y que al llamar a Astray “animal”, no sólo se refería a él” 218 . Como el resto de aquellos corresponsales soviéticos que estuvieron en España durante la guerra, Sávich también suspira aliviado al hacerse eco de aquel suceso. En su concepto de la cultura, ésta no podía estar cerca de aquellas otras ideologías enemigas. 218 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 180 156 3.6 EL IDIOMA “A menudo, a los extranjeros les parece: ¡qué habla tan magnífica, tan elaborada! Y los españoles siempre hablan así, para ellos esas palabras son sencillas, la lengua sin figuraciones ni aforismos les suena “artificial”, seca, aburrida. La figuración y el aforismo están en el tejido intrínseco del habla literaria y popular. A su vez, la palabra “rosa” puede significar cualquier otra flor o cualquier mujer, el aire se convierte fácilmente en un elemento animado, la sangre no asusta, aunque ella es la muerte y la vida, el niño dice a su madre con orgullo: “Déjame, mujer”, y un campesino puede pronunciar una frase que pudiera ser una cita de una obra de “capa y espada”, aunque casi siempre ese campesino es analfabeto” 219 . Si bien no son muchas descripciones estéticas del sonido de los idiomas de España, sí eran considerados por los corresponsales soviéticos como un símbolo político: el conocimiento de los mismos, y el respeto por ellos, trazan en sus obras la diferencia entre quienes respetan España y aprenden su cultura y aquellos otros, sus enemigos, que la desprecian. Es por ello que siempre que podían, apuntaban con orgullo sobre sus progresos en castellano, sobre los estudiantes de español que había entre los brigadistas internacionales, a la vez que citan continuamente el absoluto desconocimiento del español que había entre los soldados capturados del bando contrario. Ovadiy Sávich tenía una muy pequeña noción de español cuando llegó a España. Después de la guerra sería uno de los principales traductores de poesía del castellano en ruso. Llama la atención su gran progreso en el conocimiento del idioma, pues precisamente gustaba de pasar el tiempo con los brigadistas internacionales, pues desconocía el español y podía expresarse en francés. A pesar de eso, fue el corresponsal soviético que más apuntes dejó sobre las particularidades del idioma, de su forma y expresividad: “No es fácil entender al andaluz: habla con un marcado acento, se traga las terminaciones 219 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 176 157 de las palabras” 220 . También presta mucha atención a las frases preferidas por los españoles, las más oídas: “Esa frase la conocía bien: es la favorita de los españoles, “Hay que esperar”” 221 . Ehrenburg, en sus opiniones sobre el idioma español, nunca opinó sobre su sonoridad o forma, pero sí incidía también en el contraste de la belleza expresada con su significado real. Al referirse a los horarios que soportaban los campesinos bajo el control de los terratenientes, decía: “La fórmula poética “de sol a sol”, en su traducción a un idioma vulgar significa: dos horas de descanso”222. Ehrenburg es quien más énfasis pone en colocar el idioma como arma frente a sus enemigos. Antes de la guerra, hablaba del español como de ese idioma que los campesinos no sabían leer. Al contrario que Sávich, encuadra más el problema del idioma en su relación con la guerra. “- En Cataluña había extraordinarios químicos, pintores, jardineros, comerciantes, ingenieros, pero no tuvimos nunca generales. En nuestro idioma ni siquiera hay términos militares...” - Por desgracia los fascistas tienen una terminología muy simple: las bombas italianas y los proyectiles alemanes son comprensibles sin diccionario” 223 . Tras la caída del País Vasco, Ehrenburg se hacía eco de lo siguiente: “Han prohibido los libros en vasco, y no sólo eso, sino que también han prohibido hablar en ese idioma. Se ha prohibido también poner nombres vascos a los niños”224. Pero, en su mayoría, las reflexiones de Ehrenburg respecto a los idiomas de España tienden a denunciar a aquellos que no los quieren conocer. El idioma es, como el resto de los 220 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961., pág. 97 221 Ibíd., pág. 149 222 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 35 223 Ibíd., pág. 206 224 Ibíd., pág. 304 158 fenómenos culturales españoles, un enemigo de aquellos que quieren acabar con la cultura. “Los españoles, como respuesta, le quitaron el revólver al alemán. El oficial gritaba, pero los soldados republicanos no entendían el alemán, y el oficial, que ya llevaba dos años combatiendo en España, no sabía ni una palabra de español. Finalmente, el furioso alemán amaneció preso.” 225 Ehrenburg, siguiendo esa línea de denuncia con el idioma como protagonista, va más allá, y tratando sobre “los principios nacionales” del ejército enemigo, que Ehrenburg conocía bien de sus largas escuchas de Radio Sevilla, allí donde intervenía a menudo el General Queipo de Llano, arremete contra el significado de cada mensaje escuchado. Como respuesta a Queipo y al problema de la “neutralidad” del “Comité de no intervención”, argumentaba: “La neutralidad está de fiesta. En el café sevillano “Pasaje del Oriente”, están sentados los pilotos del «Ejército nacional del General Franco”. Beben coñac nacional de Jerez. ¿A quién importa si entre ellos hablan alemán? Ese es un idioma bonito, además de ser el idioma oficial del “ejército nacional”, que si no es español, es alemán. ¿A quién le importa si se están felicitando por sus éxitos? Las conversaciones de café son asuntos personales. Es mejor escuchar a Queipo de Llano, El General anunciaba ayer por radio: “Nuestros valientes pilotos golpean con un matamoscas a los insectos marxistas de Málaga” 226 . Desde otro punto opuestamente distinto contempla Ehrenburg a aquellos voluntarios que llegaron a defender la República y que tampoco sabían español. En relación con este caso, todos los corresponsales soviéticos hacían referencia continuamente a los esfuerzos de todos los extranjeros internacionalistas por comunicarse con ese pueblo con el que iban a luchar, y las divertidas situaciones que surgían de esos esfuerzos. “-¡Camarada, un minuto! - se dirige uno de ellos al camarero, que corre a la mesa. Y el ruso, movilizando todos sus recursos de español, y señalando a la sospechosa comida, pasando luego sus manos por todo su aparato digestivo y moviendo trágicamente la cabeza, dice: -¡Camarada! ¡NO PASARÁN! Не пройдет эта штука, понимаешь, никак не 225 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 350 226 Ibíd., pág. 130 159 пройдет...227 ¡NO PASARÁN!” 228 . Algunos términos del idioma español eran por entonces mundialmente conocidos por su papel en la guerra. A partir de ellos nacía lo que para Ehrenburg, y sobre todo para Koltsov, era “el nuevo idioma universal”, el que unía a todos aquellos hombres y mujeres de distintos países: el idioma del odio al enemigo común. Y dentro de ese lenguaje, siendo el primer idioma que se enfrentaba a los otros, era el español el idioma-símbolo de la lucha contra el fascismo. “Cuando iba a visitar a Ehrenburg a su piso de Moscú, casi siempre me encontraba allí con algún viejo amigo español, conocidos de la guerra con los que combatimos en España. Las dedicatorias de los libros que me regalaba Ehrenburg siempre las escribía en español” 229 . Convertido el idioma español en un símbolo cultural arraigado a unos ideales concretos, el idioma que con cariño querían aprender miles de voluntarios (a la vez que no se cansan de repetir el desprecio hacia el aprendizaje del español por parte de los que pertenecían al bando contrario), Ehrenburg y Koltsov ya no dejan de referirse al idioma sin ver en él un símbolo político y cultural. En los momentos en los que se referían al desconocimiento previo del español por parte de los voluntarios, hablaban de un idioma universal, comprensible por todos. “Ellos no sabían español, no sabían lo que era un requeté o un falangista. Pero sabían que el pueblo español agonizaba, y, sin dudarlo, vinieron a ayudarle” 230 . “En nuestra interbrigada hay muchos españoles. Nos queremos como hermanos. ¡Y no piense mal!, ¡paso todo el día estudiando español!” 231 . Koltsov es quien más a menudo recrea las dificultades de los voluntarios extranjeros para aprender español, ese “idioma universal” que los une a todo, y que tiene su primera base léxica en castellano. 227 En español. Las palabras en ruso que quieren decir: “No pasará esta cosa, entiendes, no pasará”. 228 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 278 229 Ibíd., pág. 232 230 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Nóvosti, 1986, pág. 333 231 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 267 160 “Le pregunta a Chapáev si él podría dirigir una tropa de nivel internacional. Y Vasili Ivánovich, confundido, le contesta: -“No sé idiomas”. Se subestima. El idioma de Vasili Ivánovich es comprensible por el mundo entero. De los comandantes bolcheviques como Voroshílov o Chapáev se enorgullecen los trabajadores y los campesinos de todos los países, como un símbolo de la fuerza obrera y su invencibilidad”232 Pero el discurso de Koltsov respecto al idioma se centra más en el valor de los idiomas como símbolo cultural y humano que está en peligro frente a las fuerzas reaccionarias del mundo. Koltsov aclara las diferencias de criterio entre dichas fuerzas y la que él representa, la de la Unión Soviética: “Expulsado de su patria, Heine se ahogaba en su “tumba – colchón”, como él llamaba a su lecho de sufrimiento. En el dieciocho aniversario de la muerte del poeta nacional de Alemania, sus obras en alemán sólo se editan en una sola ciudad: Moscú” 233 . “El sentido soviético de “casa” no es egoísta. ¡No se parece en nada la de los países reaccionarios! Allí la primera palabra del símbolo nacional de la fe es el odio animal a la gente de otra sangre, de otro idioma, el deseo de expulsar a todos los que consideran extranjeros”. 234 La posesión de un idioma propio es también muy valorada por Koltsov. Son muchas las ocasiones en las que muestra su asombro por la variedad idiomática de España. De entre todos los idiomas del territorio español, se interesó particularmente por el idioma vasco: “¡Qué pueblo, original, especial! Ha vivido siempre como entre sus paredes y guardó su cultura antiquísima, empezando por su original idioma, emparentado sólo, en todo el mundo, con el abjasio y el armenio” 235 . En sus respectivos discursos durante los Congresos de Escritores de Valencia y Madrid, los corresponsales soviéticos, que no conocían bien el español un año antes, utilizaron casi íntegramente el castellano, en unas reuniones que fueron en varios idiomas. 232 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 33 233 Ibíd., pág. 91 234 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 94 235 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 162 161 3.7 HISTORIA DE ESPAÑA “Rosados brocados de vírgenes avariciosas, Pesadas tumbas del Escorial. Por siglos vaga el destino de España Sobre un desierto pedregal...” 236 . “Por eso que el viejo palacio real está ahora tan animado, como nunca lo había estado en toda su existencia” 237 . Conscientes del momento histórico que estaban viviendo y describiendo, los corresponsales soviéticos intentaban explicarlo refiriéndose a menudo a la historia de España. A su vez, frente a acontecimientos tan importantes como era la Guerra Civil Española y su labor como corresponsales de la misma, las reflexiones sobre el pasado de España fueron menos numerosas y profundas de lo que pudieran haber sido fuera del marco, del precipitado contexto en el que se encontraban. En líneas generales, las referencias al pasado de España servía a los corresponsales soviéticos para proponer ejemplos y referencias que sus lectores podían comprender a miles de kilómetros. Es por ello que sus páginas estén relativamente vacías en lo relativo a sucesos puntuales de la historia de España, seguramente desconocidos por sus lectores. Por el mismo motivo, los elementos mencionados en sus crónicas responden a aquellos conocimientos que de España podían tener sus potenciales lectores: Inquisición, romancero, dinastías monárquicas... todo aquello que se podía asemejar al propio pasado de Rusia, elementos con los que el lector soviético pudiera establecer un rápido paralelo. Esta subyugación de la información dada a los conocimientos de los lectores es muy característica en este punto, referido a la historia; en la mayoría de los demás puntos reflejados en este trabajo, la intención de los corresponsales soviéticos era principalmente la de ilustrar con nuevos ejemplos y conocimientos a sus lectores, y, en la mayoría de la ocasiones, referirles una imagen de España nueva para los ruso - hablantes. A su vez, muchas de las referencias 236 Ilyá Ehrenburg, “Parchá rumyánij zhádnij bogoródits...” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 27 237 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 63 162 históricas ofrecidas por Ehrenburg y Koltsov durante la Guerra Civil, ya habían sido ofrecidas por ellos mismos en las obras dedicadas a España que habían publicado años antes. Una parte de esas referencias que dan de España encuadran muy bien con la ideología que profesaban: los reyes, la aristocracia, la burguesía y la Iglesia, todos aquellos que controlaron siempre las riquezas del país, son citados como los culpables de los males históricos de España y del pueblo español. Así es en líneas generales, pero también existen ciertas referencias que no encajan, o, mejor dicho, resultan llamativas dentro de sus discursos: es el caso de su mención de personajes históricos concretos, y también, a su punto de vista respecto a hechos del pasado con cierto protagonismo en la guerra, como era el pasado árabe español y los, para ellos, enemigos marroquíes que apoyaban a los ejércitos enemigos. Mijaíl Koltsov e Ilyá Ehrenburg son los que más frecuentemente apuntaban al pasado de España. Con sus testimonios se esforzaban por explicar el paralelismo por el que los enemigos a los que los españoles se enfrentaban en la guerra eran los mismos desde hacía siglos, a la vez que usaban las referencias al pasado de España para describir a ese enemigo y los problemas que ellos entendían que había tenido, y seguía teniendo, el país. Todo ello redunda en las descripciones que apuntan a la conquista que de su historia o su cultura hace el pueblo español. “La batalla contra los jesuitas, aquellos que durante largos siglos mandaron en España, la encabeza el propio pueblo. En Jerez los monjes dispararon contra la gente desde el monasterio. Al momento, las masas quemaron el monasterio. Los monasterios de Gandía, Játiva y Alberique están tomados por los trabajadores, y entregados para abrir escuelas en ellos. Los comunistas de la ciudad de Vito han convertido el monasterio en una “Casa del Pueblo”238. “Casi cada día, por la tarde, Miguel Martínez acude a la redacción de “Mundo Obrero”, donde recibe noticias y ayuda un poco a la elaboración del periódico. Esta es la antigua redacción de “El debate”, un viejo y reaccionario periódico católico. La habitación está forrada de pesado roble, la elegante comodidad de los ricos canónigos, de los negociantes monjes. En la mesa de escritura del director hay una figurita de un inquisidor con su capuchón, con una larga vela en las manos. A la mesa está Jesús Hernández, desgreñado, 238 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 81 163 sudoroso, con el mono abierto y su fusil”239. Pero más allá de los ataques a los elementos conservadores de la historia de España, al mirar hacia el pasado, los corresponsales soviéticos se esforzaban por encontrar algún referente, algún símbolo que encarnara la heroicidad del pueblo español, sin tener en cuenta la ideología política o la moral que aquel tuviese. Es en este punto donde las crónicas soviéticas tomar a menudo referencia de la figura histórico-literaria de “El Cid», así como también a la de del rey Rodrigo, el último rey visigodo (es fácil confundir de quién están hablando en varias ocasiones, al llamarlos, a menudo, a los dos por el mismo nombre, Rodrigo). “Con la valentía del Cid el pueblo español corta el paso a dos imperios vándalos. Contra cada avión republicano hay ocho aviones de los interventores...” 240 . Ehrenburg es quien más a menudo hace referencia a la figura del Cid. Quizás por eso en ningún momento haga énfasis en los aspectos positivos del pasado árabe y judío de España. Ehrenburg establece un claro paralelismo entre la ocupación de España desde el siglo VIII por los árabes con la “ocupación” de los ejércitos enemigos durante la Guerra Civil. Sin duda, en tal comparación influía la presencia de soldados de origen marroquí en las filas del ejército contrario. También es reseñable el cuidado con el que Ehrenburg trata la colonia que España tenía aún en Marruecos, problema que la República no había sabido solucionar. Así se refería a ello con ocasión de la captura de un soldado marroquí por las fuerzas republicanas: “Entonces Mohamed ben-Amed comprendió. Nos miró con sus ojos orientales. Apretó tímidamente su morena mano. Con esfuerzo levantó el puño: recordó todo lo que había hecho con esa misma mano. Los republicanos también levantaron el puño y sonrieron. El hijo de una tierra humillada, el vencido mercenario, el orgulloso y amargo magrebí, Mohamed ben-Amed se echó a llorar” 241 . 239 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 69 240 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 242 241 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 111 164 Utilizar la imagen de El Cid como símbolo de heroicidad republicana chocaba con la percepción fatalista del pasado de los corresponsales soviéticos. Ehrenburg plantea entonces la cuestión como una disyuntiva entre la tradición y el aperturismo, asunto español al que Ehrenburg ya había dedicado muchas páginas en su anterior visita a España. Ya se ha referido con anterioridad este problema cuando Ehrenburg se refería a Unamuno y a la “Generación del 98”, a sus opiniones y a la incapacidad de todas las fuerzas del pasado para resolver esa cuestión, problema que consideraba uno de los males endémicos del país. Así, intentando subrayar la hipocresía de aquellos que decían defender a la nación, y buscando separar de ellos los logros del pasado español, Ehrenburg describe la esencia de su ideología patriótica: “Daban concesiones no sólo en el carbón o los ferrocarriles, sino también a los monumentos históricos. A los quijotes los condenaban a cadena perpetua por asfixia, y, puede ser, ese especial método de asesinato era la única verdadera tradición de la que se sentían realmente orgulloso más allá de su querer aparentar. Estos “patriotas” intentaban incluso hablar en sus círculos en un horroroso francés; pasaban medio año en París y para ellos no había mejor piropo que la palabra “extranjero”” 242 . Ehrenburg se apresura entonces a establecer un claro paralelo entre esa misma cuestión del pasado y la realidad de la guerra presente, determinando que la solución a aquella disputa en la que todos estaban equivocados a su manera, había llegado con la respuesta de una parte de España con el inicio de la Guerra Civil. “La ventana a Europa la ha abierto el pueblo. Ha maldecido los siglos de esclavitud, a los Borbones, a los jesuitas, a los vagos “señoritos”. Dando un paso al frente, el pueblo ha descubierto las grandezas de su pasado” 243 . “Ellos no quieren cerrar la tumba del Cid, ellos respiran un aire de heroicidad, y los que hasta ayer era canteros o pastores, los generales del ejército popular, de alguna manera vuelven a componer epopeyas del romancero. Ellos no gritan “¡Fuera Don Quijote!”. Ellos entienden la trágica valentía del caballero de la triste figura. Luchan contra aquellos que se rieron de las alocadas pero grandes hazañas del desgraciado caballero” 244 242 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 238-239 243 Ibíd., pág. 239 244 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 239-240 165 De esta manera, Ehrenburg no sólo narra la Guerra Civil Española como si la lucha de uno de los contendientes en ella fuese la solución a todos los problemas de su pasado, sino que apunta también a ciertas grandezas de aquél. Al referirse a ellas, Ehrenburg suele tener en cuenta los logros culturales en primer término, pero también los valores morales que sobre todo se desprenden de las epopeyas clásicas españolas. De ahí que la descripción de los enemigos de la historia de España, la misma que ahora luchaba contra la República, los trate a su vez como enemigos de más lejano pasado español, aquellos que, apuntaba, habían sumido a España durante siglos en la mayor de las oscuridades. “Un gran país que ha sabido guardar el fervor de la adolescencia, a pesar de todos los esfuerzos de los inquisidores y los parásitos, los Borbones, los tahúres, los abogados, los ingleses, los sicarios contratados y los proxenetas titulados” 245 . Todo apunta a que Ehrenburg tenía un gran conocimiento del viejo romancero español, y que lo tenía en alta estima. De los antiguos versos castellanos, de aquel pasado lejano que Ehrenburg intentaba enlazar con la lucha de la República Española contra sus enemigos, extrajo como símbolo la figura del Rey Rodrigo, el último rey visigodo. “En el antiguo romancero español hay una canción sobre la muerte de Rodrigo. Los árabes lo rodearon y le infligieron treinta heridas. Un amigo le pregunta: - ¿Por qué no has huido hacia el río? - Porque soy español. - ¿Por qué te has levantado el yelmo? - Porque quería mirar la victoria a los ojos. - Pero has sido derrotado. - No, he vencido, mi sangre llama a la lucha” 246 . Y son muchas las ocasiones en las que Ehrenburg utiliza la figura del rey Rodrigo para representar al conjunto de los que luchan por la República. En sus comentarios, sin embargo, no hay ningún rastro de cuestión ideológica o política. Se trata de una representación mítica de los valores morales, de la valentía y del sentido del honor que Ehrenburg suponía en el pueblo español (y en este paralelo, la figura de Rodrigo es utilizada incluso con más 245 Ibíd, pág. 27 246 Ibíd., pág. 246 166 contundencia que la del propio Don Quijote). “¿Quién, herido, grita “¡adelante!”? ¿Quién con sus granadas repele a los tanques? ¿Quién con sus fusiles derriba aviones? ¿Quién, derramando su sangre se abre paso a través del cinturón enemigo? Todos son él, el Rodrigo del siglo XX, el pueblo español” 247 . No deja de llamar la atención que, al honrar de tal forma al Rey Rodrigo, pudiera parecer que desprestigia a aquellos que le vencieron y formaron el Al-Andalus, realidad igualmente española que a Ehrenburg, tan amante de la cultura le tendría que causar una impresión más favorable. Pero la presencia de soldados marroquís en las filas enemigas podían callar las alabanzas que pudiera haberles dedicado. En este caso, se estaría hablando de una influencia clara y rotunda de la historia sobre la literatura, de los hechos presentes sobre su representación. De la misma manera, no hay apenas comentarios significativos y referidos al Descubrimiento de América y a la época colonial española en ninguna de sus páginas. Respecto a la historia de España más moderna, la relativa al siglo XIX español hasta los prolegómenos de la guerra, Ehrenburg, como ya se ha apuntado en una de las anteriores citas, culpa a los elementos conservadores de la sociedad española de los males presentes. Sin entrar a describirlos detalladamente, sin dar tampoco datos sobre los actos de los mismos, Ehrenburg se esfuerza constantemente por relacionar a dichas fuerzas conservadoras del pasado con las mismas que entonces se habían levantado. “El contrabandista March da dinero. Los jesuitas bendicen los cañones con agua bendita. Los curas llaman a una guerra santa. Los montañeses de Navarra, que bajan una sola vez al año a la ciudad a ver los toros, juran acabar con los impuros marxistas. Las seniles damas de honor de los Borbones se arrancar los pendientes de brillantes y los echan en las boinas rojas de los carlistas...” 248 . De esta manera consigue encarnar en los hombres y mujeres de los años de la guerra parte del pasado de España, fuera en el bando que fuese. Finalmente, sobre todas las demás apreciaciones, se aprecia una idea general que Ehrenburg trataba de transmitir: que la Guerra Civil Española entre 1936 y 1939 era el resultado lógico de todos los procesos históricos que en España se habían dado: esta idea sí se corresponde con la ideología del propio Ehrenburg. 247 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 248 248 Ibíd., pág. 88 167 La frenética actividad de Koltsov, que, al contrario que Ehrenburg, no tenía más de uno o dos días para escribir sus crónicas y enviarlas a Moscú, no le permitieron muchas reflexiones sobre la historia de España. A su vez, Koltsov siempre se expresaba mejor mediante rápidas y simbólicas descripciones, y es de esa forma, mediante fulgurantes y significativas menciones a alguna imagen, expresaba, ante todo, el contraste de dos formas de asimilar la historia, y también de hacerla. Por su premura, en las crónicas y en las descripciones, los comentarios sobre la historia de España en la obra de Koltsov se basan en escuetos comentarios. A veces, incluso, mediante las palabras de otra persona, como en este caso, en el que parafrasea a Dolores Ibárruri (palabras que coincidirían, con toda seguridad, con la opinión del propio Koltsov): “- Debemos recordar contra quién peleamos, a quién disparamos... Disparamos contra nuestro maldito pasado, contra la España de los Borbones y de Primo de Rivera, aquella que intenta volver para asfixiarnos a todos” 249 . Por ese motivo, en las referencias a símbolos del pasado (nunca elaboradas reflexiones) en las páginas de Koltsov, es habitual el uso de la ironía y/o el desprecio ante el objeto, bien sea citado, bien sea descrito. Es el tono de las palabras de Koltsov cuando describe su visita al Monasterio del Escorial, o cuando describía las dependencias de los palacios requisados a nobles. En casi todas sus descripciones, hay un elemento literario que sobresale sobre los demás: la permanente búsqueda del contraste, de la imagen de la antigua España y la que se supone nueva. “El Marqués tenía ochenta años, era idiota, fetichista, coleccionó guantes toda su vida, y aquí han encontrado ahora algunos miles de pares. En su habitación, bajo un espejo, colgaban unos tirantes de seda: un regalo de Alfonso XIII con el autógrafo del monarca. Ahora, en esta habitación está la redacción de la revista de literatura “El Mono azul”” 250 . 249 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 52 250 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 68 168 “En la casa del epíscope se encuentra el mando del sargento Villalba. Bajo la bóveda de piedra del portal del siglo XVI, los soldados, todavía con el uniforme real, jugaban a las cartas. A través de una galería iluminada por la luna, pasé a la habitación del epíscope, hoy puesto de mando del frente de Zaragoza – Huesca. Sobre la mesa con mapas militares colgaba un enorme crucifijo de marfil. El sargento se levantó a mi encuentro, delgado, serio, pensativo” 251 . Resulta llamativo que una de las pocas descripciones detenidas, pausadas, núcleo de la nota escrita en un determinado día y relativa a un elemento del pasado de España en las páginas de Koltsov sea la referida a su visita al Monasterio del Escorial. Se trata, a su vez, del más elaborado intento de descripción estética, larga y detallada, de un símbolo físico de pasado español en las crónicas soviéticas, la única vez que sólo a base de descripciones, sin apenas juicios o reflexiones, se elaboró una imagen de la pudiera haber sido el poder y la vida en la España antigua y tradicional, enlazada en las páginas de Koltsov (como en las de Ehrenburg) con la España enemiga de la República. La descripción del Monasterio, con motivo de su visita a la ciudad de San Lorenzo del Escorial tras un bombardeo de la aviación enemiga, el día 11 de noviembre de 1936, sirvió a Koltsov para teñir de oscuridad, conservadurismo y opacidad al enemigo. El Escorial también aparece en sus páginas como el símbolo del poder absolutista español, y apunta a que ese era el lugar elegido por el enemigo de la República para establecer el centro de su poder, el mismo centro de poder de la antigua España. Su crónica de aquel día, basada íntegramente en la visita a dicho monasterio, ocupa varias páginas, llenas de descripciones. He aquí algunas de ellas: “Fuera del monasterio, un viento helado, proveniente de las montañas, tumba los arbustos a la tierra. Los soldados de la milicia popular se calientan junto a una pequeña hoguera. Guardan el Escorial con entrega. Guardan un monumento histórico, un museo, una rara joya de piedra de la lejana y cruel España. (...) En el siglo XX, en el año 36, los malnacidos de los restos de los olvidados verdugos de España quieren hacer de nuevo del Escorial el centro de poder y símbolo del país. Quieren enterrar a sus pies al pueblo español, agotado, ensangrentado y extenuado por las torturas fascistas” 252 . 251 Ibíd., pág. 24 252 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 309 169 Trata la anterior cita sobre el significado simbólico que Koltsov da al monasterio, que recuerda a las valoraciones que hacía Ehrenburg, aunque en su capacidad descriptiva las imágenes sean mucho más violentas, directas. Sobre el interior del monasterio Koltsov fue mucho más detallista. En su descripción se retratan salas y habitaciones de muy difícil acceso en dicho monasterio, y que con ocasión de la guerra quedó bajo control republicano, siendo uno de los pocos momentos en su larga historia en los que el Monasterio del Escorial, en su totalidad, era de acceso libre a personas no relacionadas con la Iglesia o la Monarquía: “El espíritu de lo práctico, de la laboriosidad, todo bajo la resignación y la castidad cristiana, impregna el Escorial como no ocurre en ningún otro templo religioso. Esta fábrica gubernamental y monárquica fue excepcionalmente organizada ya desde su construcción, y no ha necesitado desde entonces de casi ninguna modernización. Las celdas de los monjes son grandes y cómodas para vivir y trabajar: un enorme salón, una pequeña habitación, un rincón para el rezo y un baño. A su vez, conservan toda la crudeza de la época de la inquisición; el suelo de piedra (con suaves esteras de paja), los braseros metálicos (con una resistencia eléctrica de siemens), una sencilla campanilla de bronce (junto a un teléfono automático). Sobre las mesas hay montones de libros, nuevas revistas, literatura política moderna en diferentes idiomas. Los silenciosos ermitaños del Escorial, los más cercanos a los círculos fascistas, llevaron a cabo desde aquí un enorme trabajo propagandístico contra la República, contra el Frente Popular” 253 . Las páginas dedicadas al Escorial en las crónicas de Koltsov son la base fundamental para entender la relación del mismo con la historia de España. Lo son, porque en su gran mayoría, sus notas se centran en los sucesos del presente. De esas páginas, y escasamente de algunas otras, se extrae la aversión de Koltsov por todos los elementos conservadores del pasado español. Al contrario que en los trabajos de Ehrenburg, no hay referencias positivas a ese pasado, ningún héroe o ejemplo histórico a seguir, y la historia de España es en esencia lo que puede ocurrir si ganara la República la guerra. Sí abundan los apuntes que se refieren a los años anteriores al otoño de 1936, mediante pequeñas descripciones que vienen, generalmente, a denunciar alguna costumbre, algún rasgo cultural de carácter español o de la idiosincrasia del país que él juzgaba negativas o 253 Ibíd., pág. 308 170 trascendentales en el marco de la guerra presente. A menudo, las descripciones de un determinado lugar son base para ilustrar al lector soviético sobre el pasado más cercano e influyente en aquellos días. “Siguiendo la costumbre española, él, para hablar entre dos, me lleva a un balcón. Hace cinco años, dos semanas después del fin de la dinastía de los Borbones, en este mismo balcón hablábamos con el Ministro de guerra de Azaña” 254 . Y aquí es posible darse cuenta de una cosa importante: esos pequeños comentarios sobre el pasado más contemporáneo de España en las páginas de Koltsov, y que tan a menudo vienen a apuntar defectos que él consideraba esenciales en la República, vicios atribuibles al pasado, son mucho más numerosos durante los primeros meses de guerra, y empiezan a ser muy escasos desde el momento que se unifica el Ejército Republicano: todas las citas de Koltsov ofrecidas en este punto del presente trabajo se corresponden a la primera etapa. Con anterioridad se ha aquí afirmado que la gran mayoría de las apreciaciones históricas de las crónicas soviéticas dependían en gran manera de aquello que ellos suponían que era cercano a sus lectores soviéticos, y así es el la mayoría de los casos. Pero hay también ejemplos de cuando ofrecían una temática que suponían nueva. En esos casos, como el de la cita que se ofrecerá a continuación, en pequeños textos explicativos, los corresponsales soviéticos, y muy especialmente Koltsov, usaban una retórica muy agresiva, en un esfuerzo por acentuar, según su criterio, el mal provocado en el pasado de España por esos elementos, al igual que los ya conocidos por todos. La siguiente cita es resultado de una visita de Koltsov al Palacio de Liria, en Madrid, allí donde se asentó parte del PCE durante la guerra. En ella también puede observarse uno de los pocos comentarios que los corresponsales soviéticos hicieron al pasado colonial español. “Los Duques de Alba, la más antigua dinastía española de conquistadores, bandidos coloniales, titulados ladrones, siempre rivalizaron con la familia real. Aquí, en estas salas reposaban las presas de muchos siglos de robos: oro, piedras preciosas, maderas exóticas, mosaicos, porcelana china, marfil... Hay enormes tapices de decenas de metros. Se han conservado las camillas de los viejos Alba, sus carretas, sus armas y sus 254 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 45 171 monturas...” 255 Las referencias a la historia de España reflejadas en las páginas de Ovadiy Sávich coinciden generalmente con las líneas expuestas por Koltsov y Ehrenburg. Sin embargo, añade en varias ocasiones una reflexión que enlaza con la Guerra de la Independencia contra las fuerzas de Napoleón (siendo, en general, muy escasas las referencias a este suceso en las crónicas soviéticas). Sávich apunta hacia una de las posibles razones que hubo en aquel momento por parte del pueblo español para alzarse contra los ejércitos franceses, y lo relaciona con la Guerra Civil Española: el elemento extranjero, con lo que recalca la esencia extranjera de la mayoría de las fuerzas a las que se enfrentaba la República: “El fascismo es el poder de los extranjeros, y los españoles, desde tiempos inmemoriales estuvieron dispuestos a soportar cualquier cosa, excepto el poder extranjero (todavía cantan canciones sobre el poder de los árabes en España, que no era tan malo a juzgar por lo que se extrae de las canciones, pero igualmente insoportable); no han leído nada, pero todos saben que los españoles no se rindieron ante Napoleón I”256. 255 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 172 256 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 118 - 119 172 3.8 EL RECUERDO DE LORCA Mijaíl Koltsov era uno de los dos corresponsales de guerra soviéticos que estaba en España cuando Federico García Lorca fue asesinado, junto a Ehrenburg. De la noticia informó Koltsov el día nueve de septiembre, diez días después del asesinato. Su nota llegó a Moscú el citado día pero no se publicó posteriormente dentro de su “Diario de España” ni en las crónicas publicadas en “Pravda”. Hoy se puede encontrar en el recopilatorio “España en llamas”, que es la edición que se está utilizando para este trabajo. Esta es la nota completa, la primera por la cual tuvieron noticia en la Unión Soviética de la muerte del poeta español, y que aquí se traduce: “Los fascistas no tienen compasión por ninguno de los presos que hacen y que provienen de un campamento republicano. Pero sobre todo se deleitan al capturar a aquellos que pudieran tener alguna influencia en la opinión pública, en la prensa, española o extranjera, no importa. Los alzados, como se sabe, han fusilado al corresponsal del periódico francés “L'Intransigeant”. Hoy se ha confirmado definitivamente la noticia sobre el fusilamiento en Granada de uno de los más grandes poetas y dramaturgos de España, Federico García Lorca. Todo el país llora su pérdida. Por la tarde se ha sabido que también ha sido fusilado el joven literato Miguel Puyol en Algeciras, en venganza por su hermano, el famoso caricaturista y permanente colaborador del periódico del Partido Comunista “Mundo Obrero”. Hoy, sobre la habitual viñeta de Puyol va impresa la noticia del fusilamiento de su hermano” 257 . El día catorce de septiembre Koltsov informaba, mediante otra nota que no se llegó a publicar en su momento, del nombramiento de Pablo Picasso como director del Museo del Prado y de Menéndez Pidal como director del Comité Nacional de Cultura, cuya primera medida es la de realizar una escultura en memoria de Lorca. En la misma nota, Koltsov informaba del envío de una delegación de la unión de escritores para encontrar el cadáver de Lorca y enviarlo a Madrid. 257 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 190 173 Los corresponsales soviéticos, tan grandes conocedores de los textos de la literatura clásica española, incluyendo ya en ella a autores más contemporáneos como Antonio Machado, no muestran la misma erudición respecto a la obra de los autores jóvenes de su tiempo, a pesar de que sí eran todos ellos conocidos entre sí o incluso amigos personales, y en sus crónicas de guerra se valoran muy poco sus obras, como sí se hace con la de Machado o los clásicos. De todo ello que la valoración que se hace de los mismos corresponda sobre todo a su actitud y su lucha política, a su actividad social y organizativa, y al símbolo de la cultura como arma. Ehrenburg, en sus posteriores memorias, describe que en los años 30 conoció personalmente a Lorca, aunque tampoco comentó ningún detalle de su obra: “En España, junto a nosotros estaban casi todos los jóvenes escritores: Lorca, Alberti, Bergamín. Me reencontré con mi viejo amigo Gómez de la Serna, que renegaba de la política; conseguí convencerle de entrar en la asociación 258 . (La de Escritores Antifascistas. Nota del autor)”. También en sus memorias, Ehrenburg informa de su encuentro, breve, con el que es el gran olvidado de las crónicas soviéticas: Miguel Hernández. “En Madrid los escritores ocuparon el palacio de un aristócrata huido: había una extraordinaria biblioteca, con incunables, ediciones únicas, manuscritos de los clásicos españoles. En el palacio los poetas Alberti, Manolo Altolaguirre, Petere, Serrano Plaja, Hernández, leían sus versos. Allí conocí a José Bergamín, un católico de izquierdas, un hombre de alma limpia, triste y tranquilo. Hablé con él sobre Cervantes y la defensa antiaérea, sobre comunismo, sobre la poesía de Quevedo. Allí conocí a Pablo Neruda, poeta y cónsul de Chile...” 259 . Y sobre la muerte de Lorca: 258 Ilyá Ehrenburg, “Liudy, Gody, zhizn”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2000, Tomo 7, pág. 451 259 Ibíd., pág. 482-483 174 “En el Ateneo se celebró una velada en recuerdo a Maxím Gorki. Rafael Alberti me comunicó, con lágrimas en la voz: “Es oficial... Han matado en Granada a García Lorca...” 260 . Tanto Ehrenburg como Koltsov conocían la lengua castellana antes de 1936, pero a un nivel quizás insuficiente para leer y apreciar a los poetas jóvenes, por lo que las referencias de Ehrenburg a Lorca son pocas y relacionadas únicamente con lo que él pudo conocer en sus primeros días de guerra en España: las obras de teatro, las de Lorca, que se hicieron muy populares durante la guerra y a cuyas representaciones asistió el propio Ehrenburg. Esas visiones ayudaron a Ehrenburg a ejemplificar algunas de sus ideas: “La mujer española siempre odió la guerra. Siempre le tuvo un miedo supersticioso a las armas. En la obra de García Lorca “Bodas de sangre”, una mujer maldice todo aquello que puede provocar a un hombre la muerte” 261 . A su vez, Lorca es siempre un ejemplo a la hora de poner ejemplo al odio por la cultura por parte del enemigo, así como del amor que el pueblo muestra por la misma. (No se debe olvidar que en esos mismos momentos, en la URSS se están empezando a represaliar a muchos protagonistas de la cultura del país, por lo que las palabras de los corresponsales soviéticos respecto al crimen contra la cultura pueden tener una doble dirección). “Ahora es la “Semana del libro”. Por las calles hay quioscos de diferentes editoriales. Las jóvenes venden y compran con ardor manuales de instrucción militar, novelas y versos. Una mujer compra una novedad: “La Batalla de Marne”. Un soldado del frente ha elegido un recopilatorio de versos de García Lorca” 262 “El 3 de julio los actores de Valencia, bajo la dirección de Altolaguirre, van a representar una obra en honor a los delegados. Ha sido elegida para su representación la obra histórica del poeta García Lorca, fusilado por los fascistas, “Mariana Pineda”” 263 . En las memorias de Ovadiy Sávich, son varias veces las referencias a Federico García Lorca. 260 Ilyá Ehrenburg, “Liudy, Gody, zhizn”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2000, Tomo 7, pág. 483 261 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 279 262 Ibíd., pág. 277 263 Ibíd., pág. 208 175 De su información se extrae la conciencia de la importancia simbólica que el trágico suceso tenía para la guerra, y que se convirtió en parte de la propaganda republicana. En la primera de esas referencias, Sávich se refiere al primer aniversario de la muerte del poeta granadino. En Castellón se le dedicó una plaza y un encuentro en su honor en el teatro municipal. En aquellos días los enfrentamientos entre la República y los miembros de la agrupación política del “POUM” estaban en su punto más álgido. Y en aquel ambiente, polémico, Sávich acudió con Alexánder Kelin, el más importante hispanista de su tiempo en la Unión Soviética, que unos años antes había recibido el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid, y que además era un íntimo amigo de Antonio Machado. “Con acierto decidimos escribir un discurso no político sino poético. Después de mis palabras de que Lorca, como poeta universal, pertenecía también a la Unión Soviética, de forma inesperada estallaron los aplausos” 264 . En otra ocasión, Sávich analiza más profundamente la obra literaria de Lorca. Es difícil determinar si estas palabras fueron escritas durante la guerra, o son resultado del recuerdo. Por su contenido, se apuesta por que las mismas fueron escritas tras la muerte de Stalin, pues en ellas se puede apreciar una crítica a la doctrina artística del “realismo socialista” impuesta en la URSS durante aquellos años. Sus palabras también muestran una reflexión detenida sobre la obra de Lorca, difícil en turbulentos tiempos de guerra. Sea como fuere, el discurso de Sávich vuelve a incidir en el concepto de unidad indivisible entre el pueblo español y la cultura española, siendo el primero la fuente y expresión original, y la segunda, su interpretación. “Se peleaban con él, y le decían: “-Esto ya se canta aquí y allí...”- Y es cierto que se cantaba. Las palabras y la musicalidad de Lorca ya habían enraizado entre el pueblo, o, mejor dicho, habían vuelto a él. Pero a la vez, Lorca no aceptaba las imitaciones, y nunca sacrificó su percepción personal de la vida y el arte. Al crear el célebre “romance sobre la guardia civil” (la gendarmería española), que nunca le perdonó por ello, Lorca no quiso escribir un texto para la agitación política. Pero él veía la guardia civil igual que la veía el pueblo, y por ello que sus versos se llamaran “romances”, que en el sentido español de la 264 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 176 176 palabra significa “canción popular”. En cabeza del teatro “La Barraca”, recorrió el país mostrando a los campesinos las obras de los clásicos. Así devolvió al pueblo lo que al pueblo pertenecía” 265 . Como se analizará más detalladamente en el próximo punto, uno de los relatos que Sávich escribió durante la guerra lleva el título de “Vals Vienés”, que fue producto de su amistad con José Bergamín, el mismo que tenía en su poder el ejemplar original de la obra de Lorca “Poeta en Nueva York”, donde existe un poema del mismo título. Puesto que esa obra no había sido aún publicada, y pocos tenían conocimiento de la misma, podría aventurarse que el título que Sávich puso a su relato (y que no tiene nada que ver ni con Viena ni las danzas), fue la primera referencia directa a dicha obra de Lorca. Esto abre la posibilidad de que parte de “Poeta en Nueva York”, o al menos el conocimiento de la misma, fuese, a través de Sávich, conocida antes en la Unión Soviética que en ningún otro sitio fuera de España. 265 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 182 177 3.9 LITERATURA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA. RAFAEL ALBERTI Y JOSÉ BERGAMÍN “A Alberti no le gusta mucho hablar. Lee poemas. Los primeros tratan de la guerra, de los soldados del pueblo, sobre las brigadas internacionales. Después, por petición popular, declama versos satíricos sobre un marqués de gran nombre. Son versos muy “salados”, en tono popular, con palabras malsonantes. La sala rompe a reír” 266 . La primera cuestión que se debe resolver es la de concretar hasta qué punto conocían los corresponsales soviéticos la literatura escrita por los autores jóvenes. Al comprobar las fechas de las primeras traducciones que aparecieron en ruso, todas ellas son posteriores a la guerra (excepto una traducción de “Bodas de Sangre” al ruso, acontecida en 1938, por Fiódor Kelin), por lo que se entiende que es poco probable que los corresponsales soviéticos tuvieran un conocimiento profundo de la obra de todos ellos. Fuera de esta categoría quedan los escritores ya consagrados, como Unamuno o Machado, a quienes podían haberlos conocido en traducciones francesas o durante los años anteriores a la guerra, en castellano. También en francés pudieran haber leído alguna pequeña y anónima obra de Lorca, Alberti... pero obsérvese el dato de que en ninguna de sus posteriores memorias, así como tampoco en sus escritos anteriores a la Guerra Civil Española, apuntan que conociesen en profundidad la obra de alguno de ellos, aunque sí los llegaron a conocer personalmente antes de la guerra, y tras la misma, sí llegaron a estudiarlos con mayor profundidad. De ello que cuando las crónicas soviéticas utilizaban alguna cita o referencia a alguna obra literaria en relación con los sucesos históricos que estaban ocurriendo, prefiriesen acudir a los clásicos españoles, muy bien conocidos por todos ellos, o a los autores más consagrados. Además, de esta manera acentuaban su idea de que la historia literaria de España y sus principales talentos siempre estuvieron enfrentados a aquellos que, según los corresponsales soviéticos, eran los mismos enemigos que entonces se enfrentaban a la República. “En el drama de Calderón de la Barca “La vida es sueño”, el héroe principal, Segismundo, pronuncia un famoso monólogo: ¿por qué un hombre asalvajado, encerrado desde la 266 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 72 178 infancia por su padre, exige libertad? Simplemente, porque es un hombre” 267 . “Un testigo de aquellos espectáculos [Sávich se refiere a las obras de teatro de la compañía “La Barraca”, organizada por Federico García Lorca] fue Pablo Neruda, que escribió: “Entre la estremecedora, fantástica hambre del campesino español – yo mismo he visto como vive en cuevas y se alimenta de cualquier bicho - pasó la tormenta de la poesía levantando de los sueños de los viejos poetas el grano de pólvora y el hambre por la cultura” ¿Hace falta explicar por qué los fascistas lo mataron? Tras la reunión en Castellón, un viejo campesino se me acercó y me dijo: “Llevas razón, los fascistas no quieren que tengamos flores” 268 . El poeta Rafael Alberti es, de entre los poetas españoles contemporáneos, quien tiene más protagonismo, en cuanto a apariciones y referencias a él se refiere, sobre todo al inicio de la guerra, y adquiriendo posteriormente ese protagonismo José Bergamín. Alberti es presentado como el máximo responsable de los jóvenes poetas, de las acciones políticas relacionadas con la cultura, el nexo de unión entre el Quinto Regimiento y la Alianza de Intelectuales Antifascistas. En las referencias al poeta gaditano casi siempre está presente su compañera y también escritora María Teresa León, normalmente, en las dependencias del Palacio de Zubalburu, allí donde se establecieron, una vez requisado a los Marqueses de Heredia Spínola y convertido en la sede de los Intelectuales Antifascistas de Madrid. En las habitaciones del palacio, Alberti siempre es descrito resaltando la sencillez de un representante cultural del pueblo, el profundo contraste de su aspecto humilde y sorprendido ante las riquezas que habían atesorado los antiguos dueños del lugar, riquezas culturales que sólo ahora podían ser apreciadas por sus inquilinos. “El el requisado palacio viven ahora los escritores que se han quedado en Madrid. Ayer fuimos Koltsov y yo a visitarles y pasamos con ellos la tarde. Un venerable novelista de pelo canoso estaba envuelto en un gran abrigo, con el cuello levantado, y hablaba 267 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 179 268 Ibíd., pág. 183 179 acaloradamente junto a la mesa con la siempre vital María Teresa León. Rafael Alberti vestía una pelliza de cordero, y comía en silencio una sopa de garbanzos...” 269 . Por desgracia, son muy poco frecuentes las valoraciones que los corresponsales soviéticos hacen de su obra literaria, teniendo mayor importancia, para ellos, su tarea en la organización de los intelectuales antifascistas en Madrid, y explotando la imagen y actitud de Alberti como ejemplo de la lucha de la cultura contra el enemigo y lo que aquél representaba. No obstante, sí hay algunas valoraciones de su figura como poeta y su trabajo en el frente. Ehrenburg, en la siguiente cita, hace a su vez hincapié en las ansias de cultura de un pueblo que raramente había tenido pleno acceso a ella, (a la vez que se observa un nuevo guiño crítico de Ehrenburg a la terrible situación que están viviendo muchos poetas y escritores en la URSS). “El poeta Rafael Alberti lee sus versos en un mitin. Incluso los críticos más “bienintencionados” se ven obligados a reconocer que Alberti es un excelente poeta... Ahora él ha encontrado a esa gente que necesita la poesía tanto como el pan. Al mirarle me recuerda a Mayakovskiyy y su “Nuestra Marcha” en el circo, frente a los trabajadores y los soldados. ¿Quién puede decir ante esto que la poesía y la revolución son enemigos?” 270 . Resulta curioso que tanto Ehrenburg como Koltsov mandasen a sus respectivas redacciones de Moscú, con escasos días de diferencia, la siguiente crónica de un hecho aislado, dentro de un contexto, el de la guerra, donde se sucedían hechos de todo tipo y, quizás, más relevantes. Pero la imagen de los escritores María Teresa León y Rafael Alberti, revólver en mano, amenazando a los desertores que huyen por los caminos, da buena idea de la importancia que ambos corresponsales soviéticos daban a la respuesta que daba el mundo cultural fiel a la República frente al conflicto, siendo además, por aquellas fechas (en los prolegómenos del comienzo de la Batalla de Madrid), la necesidad de disciplina la mayor urgencia que reclaman los corresponsales soviéticos. “María Teresa corrió tras ellos, persiguiéndolos. Ella, como siempre, alegre y arreglada, parece un pájaro del trópico. En la mano lleva un pequeño revólver. Detuvo a los cuatro corredores. Ellos le contentan confundidos: 269 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 276 270 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 79 180  Nos hemos perdido... Uno de ellos, un alto y hermoso joven, levanta la mano de pronto y grita:  ¡Gentuza! Giran y giran en el aire esos aviones... Qué decir, nos hemos acobardado. Los desertores entregaron a María Teresa sus fusiles y, sin mirarse unos a otros, echaron a andar por el polvoriento camino” 271 . (Sobre el mismo suceso Koltsov aclara que aquellos cuatro muchachos volvieron finalmente a la retaguardia). Mijaíl Koltsov fue quien más relación tuvo con Rafael Alberti, quizás porque fue el único corresponsal soviético (junto a su operador de cámara Román Karmén, que a la postre terminaría trabajando también de corresponsal), que estuvo presente en todos los decisivos días de la defensa de Madrid, entre noviembre de 1936 y enero de 1937. Su relación llegó a ser muy estrecha, y Alberti acompaña a Koltsov en muchos de los paseos por Madrid que narraba aquél. De muchos de esos momentos en común, después de un bombardeo sobre la ciudad, Koltsov utilizaba la imagen de Alberti para representar lo que él quería expresar que era el sentir de toda la comunidad intelectual del país: “Inmóviles, como un espejo, como el objetivo de una cámara de fotos, los ojos de Rafael Alberti. Madrid arde, ¿acaso es posible que arda hasta las cenizas, que esta ciudad sea destruida del todo? Sí, ahora esto parece posible” 272 . Los contactos entre Koltsov y Alberti fueron especialmente numerosos con motivo de la evacuación de Madrid de los intelectuales de mayor edad. En las descripciones que Koltsov narra de esa lucha que existió entre los intelectuales (puesto que casi todos querían quedarse en Madrid), las figuras de Alberti y María Teresa León siempre son mostradas en su contraste con la magnificencia del palacio, resaltando la humildad de aquellos (en sus ropas, costumbres...) y las riquezas, tanto materiales como artísticos y literarios. En esa permanente comparación, Koltsov se esfuerza por resaltar la adquisición de “los humildes” de su propio legado intelectual, que siempre había estado secuestrado por otros. “Rafael Alberti y María Teresa León, cogiendo una gran llave, me llevaron por una galería de cristal, abrieron una puerta, y de repente una extraordinaria biblioteca de dos plantas de 271 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986,pág. 100 272 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 268 181 estilo gótico se abrió ante nosotros, con cientos de miles de libros y manuscritos. Tras las puertas de los armarios había enormes tomos de tiempos de la Edad Media, rarísimas primeras ediciones de los autores españoles clásicos, manuscritos, grabados... un auténtico tesoro” 273 . Con el transcurso de la guerra, y también debido a que Koltsov en 1937 empezó a visitar muchas más zonas del país, así como pronto abandonó definitivamente España en otoño para no volver, la figura de Alberti empieza a ser menos protagonista en las crónicas soviéticas. De esa manera, Alberti, como símbolo, queda postergado en las crónicas soviéticas a los meses de la defensa de Madrid. Con el trascurso de la guerra, y cuando los corresponsales soviéticos toman mayor conciencia de que para conseguir la victoria deberán actuar países como Francia o Inglaterra en ayuda de la República, sus crónicas (sobre todo las de Ehrenburg), empiezan a hacer hincapié en la necesidad de hacer un frente común entre todos los intelectuales del mundo que se considerasen antifascistas, y que los mismos removieran la conciencia de cada uno de sus países. En las crónicas soviéticas, en los retratos y referencias del “enemigo”, ocupan tanto espacio y dedicación las propias fuerzas militares alemanas, italianas o españolas como los gobiernos de Francia o Inglaterra, y ambas dos fuerzas son tratadas con la misma agresividad en sus notas. Ya con vistas a la celebración de los Congresos de Escritores Antifascistas, en las crónicas de Koltsov y Ehrenburg empieza a tomar protagonismo un joven poeta que encarnaba en su discurso una perspectiva más global del problema español que, por ejemplo, Alberti: José Bergamín. “...José Bergamín, un creyente católico, poeta y ensayista, delgado, con el pelo y los ojos muy negros, con un rostro no muy hermoso, pero siempre iluminado por la tensión del continuo trabajo mental de los mártires españoles” 274 . Como ocurriera con los demás escritores jóvenes, los corresponsales soviéticos no comentan su obra, pues seguramente la desconocieran. Hacen inciso en su discurso y en su postura 273 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 69 274 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 183 182 personal, tan cercana al Partido Comunista como a la Iglesia: una postura mucho más plural y aglutinante que la de otros. Los corresponsales soviéticos sí se hacen eco de sus palabras relativas a la historia de España y su lucha. En resumen, Bergamín es, entre los jóvenes escritores españoles, al que mayor valor intelectual atribuyen las crónicas soviéticas. Hasta tal punto llega la importancia de Bergamín en las crónicas soviéticas que es el único escritor español vivo al que citan textualmente. Incluso en ocasiones hacen suyas las palabras de Bergamín, y con ellas conforman su propio discurso. Es un discurso de Bergamín, a su vez, el único citado textualmente de entre todos los dados en el marco de los dos Congresos de Intelectuales Antifascistas en Valencia y Madrid. Por último, las palabras de Bergamín son citadas tanto en las páginas de Koltsov como en las de Ehrenburg (publicadas en Moscú casi el mismo día en diferentes periódicos), y son exactamente iguales palabra por palabra, lo que indica un muy serio trabajo de traducción por parte de la delegación soviética del mismo discurso. “El portavoz de la Alianza de Españoles, José Bergamín, habla de la cultura de su país: - “La principal preocupación de un escritor es su unión con otros hombres. En esa unión están las raíces de su existencia. Ahí está el sentido de su vida y de su trabajo. La unión del escritor con la gente llega en un momento dado, y se transforma con la palabra. La palabra es frágil, y el pueblo español llama al diente de león, una flor cuya vida depende de un aliento, “palabra de hombre”...” 275 . La importancia de las palabras y la figura de José Bergamín para los corresponsales soviéticos se refleja, mejor que en ningún otro sitio, en que su discurso de la cultura española contra el fascismo, leído durante y después de los Congresos de Escritores Antifascistas, fue íntegramente publicado por la revista soviética “Literatura Internacional” (“Международная литература”), tras ser traducida al ruso, en el Nº 7 de dicha publicación en 1937, bajo el nombre: «Мы защищаем культуру» (Nosotros defendemos la cultura). Pero el momento más importante de relación entre Bergamín y los corresponsales soviéticos llegó con la profunda amistad del citado con Ovadiy Sávich. En 1937, según palabras de Sávich, escribieron juntos un relato llamado “Vals vienés”. El nombre del relato, no teniendo ninguna relación con el contenido del mismo, nos hace pensar que en esos momentos Sávich 275 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 162, // Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 210 183 estaba leyendo los poemas de “Poeta en Nueva York”, de Federico García Lorca, entonces aún no publicados, y donde se incluye un famoso poema con el mismo nombre de su relato. También es sabido que el manuscrito de “Poeta en Nueva York” fue entregado por Lorca a Bergamín, que se llevó después al exilio. Por lo tanto, el relato de Sávich fue seguramente la primera mención sobre la citada obra de Lorca que se publicó. “De mis encuentros con Bergamín nació mi relato “Vals vienés”. Su héroe no es Bergamín ni por aspecto, ni por su forma de vida, ni por sus pensamientos. Aun así, de no haberme encontrado con él, si no hubiera escuchado sus intervenciones, entre otras en la Universidad de Barcelona, el relato no hubiera existido. El relato nació como un argumento surgido de dos puntos de vista cercanos, pero no iguales, incluso, por así decirlo, dos cosmovisiones diferentes” 276 . Es cierto que el protagonista de la obra, Don Ramón, no encarna la vida de Bergamín durante la guerra (sí recuerda enormemente a Antonio Machado), pero sí recrea parte de los discursos del propio Bergamín, que, en esencia, coincidían con la concepción de la cultura española que también defendían los corresponsales soviéticos: “Nuestra verdad siempre resonó en las canciones del pueblo y en las palabras de Don Quijote. No fue la riqueza ni la fuerza la que la parieron, pues la parió la desgracia. Esa verdad quedó sólo al alcance de los locos. Ella nos hablaba a través de la belleza de nuestras ciudades y de la miseria de nuestras aldeas. Ella denunciaba en los cuadros de Goya, en los retratos de Velázquez. En nuestra pintura hay tantos mártires porque el mismo pueblo era mártir. No pudiendo liberarse de la miseria, los españoles decidieron liberarse del miedo a la muerte. La vida era tan espantosa que se reconciliaron con la muerte. En esos polos está la inmortalidad de España” 277 . El relato “Vals vienés” trata de la vida y posición que un eminente intelectual español afronta tras estallar la guerra civil, y de sus dudas y cuestiones ante la barbarie. La aversión del intelectual a las armas y a la violencia da paso, paulatinamente, a una comprensión más “real” del asunto, por lo que el intelectual Don Pedro termina afiliándose al Partido Comunista. 276 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág.184 277 Ibíd., pág.195 184 Muchos de los discursos expuestos por el personaje principal, Don Ramón, son fácilmente asignables a los propios de José Bergamín, muy similares a sus palabras en los Congresos de Escritores Antifascistas o en sus propias obras. “La ametralladora, el pan y el libro no son incompatibles entre sí. El alma del pueblo vive en el pecho del que dispara, pero se refleja en los libros. El pueblo necesita de soldados y escritores. Ambas cosas lo defienden” 278 . De esa forma, la influencia de Bergamín se convierte en la mayor que de parte de los jóvenes escritores españoles recibieron los corresponsales soviéticos, y muy interesante resultaría comparar su obra escrita durante la guerra y compararla directamente con las crónicas soviéticas: desde este trabajo se apuesta a que habrían de mostrar interesantes líneas comunes. Ovadiy Sávich deja también constancia de la traducción conjunta con el poeta Manuel Altolaguirre de algunas pequeñas comedias de Pushkin al español, la primera traducción a este idioma de una parte de la producción del poeta ruso en el ámbito del teatro. “El centenario de la muerte de Pushkin ya había pasado, pero se decidió celebrarlo, y propuse a Manolo traducir las “Pequeñas tragedias”. Él estuvo de acuerdo, con la condición de que lo hiciésemos juntos. Mi trabajo consistía en que yo traducía palabra a palabra el texto, y me esforzaba por transmitirle los matices de cada una de ellas, y él convertía eso en versos. Al principio se entretuvo mucho con “El convidado de piedra”. “Esto no lo ha escrito un español, pero cuánto de español hay aquí”. Después se enfrió, y al traducir “Festín en tiempos de peste”, decidió publicar sólo estas dos comedias, cosa que hizo. Esa fue la primera traducción de las “Pequeñas tragedias” al español” 279 . 278 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 194 279 Ibíd., pág. 209 185 3.10 LA PINTURA Los corresponsales soviéticos hicieron frecuentes referencias a las cumbres de la pintura española. Pero son pocas las reflexiones que le dedicaron, con una excepción: Goya. En la mayoría de las ocasiones, la mención de un pintor o pintura española cumple una función descriptiva, mediante la comparación, para la recreación del paisaje, del aspecto visual de un lugar; ocurre lo contrario con las crónicas y apuntes referidos a la literatura española, que guardan relación con los aspectos morales y humanos de la guerra y el país. Por esa razón, muchas de las referencias a la pintura en este trabajo se encuentran en el punto dedicado al “Paisaje”, sobre todo en la obra de Koltsov. También es muy frecuente que los retratos de personajes más populares de la pintura española sirvan para hablar del aspecto físico, o del moral, de los españoles, sobre todo en las páginas de Ovadiy Sávich. “Su rostro me parece tan excepcional, tan expresivo, como las que he visto en los cuadros del El Greco, Ribera o Velázquez. Todavía no puedo entender qué me llama la atención de esa mirada, de esos labios cerrados con fuerza. Creo ver en ese rostro una imagen de España, del pueblo español y de esta guerra (…) El guardia es demasiado joven para ser Don Quijote, y está carente de obsesiones. Más bien podría parecerse a Roland, haciendo salvas con un cuerno. Pero no, aquí no hay lugar para tiempos de caballerías, este el rostro de un hombre contemporáneo. Tiene algo de Quijote, y de Roland y algo más de uno de esos hombres que entierran al Conde Orgaz en el cuadro de El Greco. Pero sobre todo tiene algo que he visto en todos los soldados, en todos los campesinos españoles que he observado hasta ahora” 280 . Pero sí se han de mencionar en este apartado varias características que acompañan a la pintura española en las crónicas de guerra de los corresponsales soviéticos. La figura de Francisco de Goya es la preferida entre los corresponsales. En los ensayos dedicados a España en sus viajes anteriores a la guerra, Ehrenburg trata en numerosas ocasiones sobre la figura del pintor aragonés, a quien considera la primera y más importante referencia artística para entender la realidad profunda de España. 280 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 66 186 “Uno puede no interesarse por el arte, puede llegar a España para comprar naranjas o para estudiar el problema agrario, puede ser un agente de bolsa o un agitador, pero no se puede obviar a Goya, que es el mejor guía del país. De esta manera, antes que nada, se caen las falsas ideas sobre sus “pesadillas pictóricas”. Goya no es decadente, no es un esteta, no es un fantasioso solitario. Goya es un artista que puede denominarse con todo el derecho “social”« 281 . “Todas las llamadas “pesadillas” de Goya caminan por las calles de España: marqueses y hambrientos, la altanería y la pena, el General Sanjurjo entre asustados jornaleros de Extremadura” 282 . En sus numerosas páginas dedicadas a Goya, a menudo en sus textos anteriores a la guerra, Ehrenburg declara a Goya como el creador de la “escuela realista” española. “Goya fue más lejos, más allá del ojo humano, mostró la esencia de los objetos o los sentimientos, fue un verdadero realista”283. Estas palabras, entre muchas otras de Ehrenburg evidencian su opinión, contraria a la nueva escuela artística impuesta en la Unión Soviética, la del “realismo socialista”, con la que nunca estuvo de acuerdo y a la que criticó abiertamente. Pero la figura de Goya, tan reverenciada siempre por Ehrenburg, pierde peso en sus crónicas escritas durante la guerra. La pintura como fenómeno artístico no tiene la misma importancia que adquiere la literatura como elemento para explicar la guerra. Goya, para Ehrenburg, también para Sávich, es el espejo más fiable para explicar y contar sobre la España anterior a la guerra, pero no para la que combate. Cuando Sávich, bien sean en sus memorias posteriores a la guerra, bien en sus crónicas contemporáneas a la misma, trata la figura de Goya, es para hacer referencia a la historia de España, a sus colores, a sus contrastes históricos, y nunca para retratar los combates, la situación presente. 281 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 43 282 Ibíd., pág. 43-44 283 Ibíd., pág. 43 187 “Cuántas veces no han hablado de España como un país de colores. He aquí un aforismo de Goya: “En el mundo no hay ni colores ni líneas, sólo sol y sombra”. El sol de España es generoso, pero también cruel (y en algunos lugares tacaño), las sombras son pronunciadas, se diría que negras” 284 . Incluso la figura de Goya sirve a Ehrenburg para describir una hipotética y futura España, y apuesta a que la guerra podrá ser algún día retratada por un nuevo Goya, mientras que, como ya se ha dicho, no utiliza referencias a las pinturas de ese pintor para retratar lo que estaba sucediendo. “He visto a los trabajadores de Pozoblanco seguir con su trabajo, como bajo los tiroteos el pintor Solana pintaba sus naturalezas muertas. El Quinto Regimiento no sólo no ha salvado tesoros del pasado: en su heroica lucha crea los valores del futuro. La defensa de la cultura no es sólo la de guardar el pasado: la nueva guerra por la independencia inspirará a un nuevo y desconocido Goya” 285 . Esta última cita trata ya de lo que es la temática principal de las crónicas soviéticas cuando se refieren a la pintura y al arte en general (además de lo que se refiere a la descripción paisajística, donde a menudo se dan comparaciones con pintores y cuadros). En sus crónicas se ensalzan continuamente las labores del gobierno republicano para salvaguardar todos los bienes culturales. La defensa de la cultura contra las bombas adquiere, en el caso de la pintura, su expresión más física y perceptible. Sobre este hecho sí hay mucho material en las crónicas soviéticas, que además añaden una nota política, de lucha de clases, al comparar y dar valor al “mejor trato” y cuidado que reciben ahora esas piezas, al contrario que hacían sus viejos dueños. (Ehrenburg se refiere a Queipo de Llano): “Desprecia el arte, aunque el cardenal vivo está sentado en Sevilla y reza por la salud de su esbirro. Los trabajadores que guardan el Palacio de Liria sacaron del fuego lienzos de Goya, Velázquez, Zurbarán. El pueblo nunca reniega de su pasado. La gente que hoy defiende Madrid es la descendiente de Cervantes, Quevedo y Lope de Vega”286. 284 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 177 285 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 216 286 Ibíd., pág. 125 188 Ehrenburg hace hincapié en numerosas ocasiones a esa descendencia directa, a la pertenencia popular de los grandes artistas y escritores españoles y sus vínculos con el pueblo: es la esencia del discurso de Ehrenburg que trata de unir pueblo y cultura, pasando por encima de las clases altas y la burguesía, enemigos del mismo pueblo y la misma cultura (que es el mismo punto de vista que guardaba respecto a la cultura rusa): “En esta guerra el pueblo se ha encontrado consigo mismo por primera vez. Hubo un día en el que el nombre de España retumbaba en el mundo. La epopeya del Cid inspiraba a los valientes. Los marineros españoles cruzaron los océanos antes que nadie. Sus conquistadores formaron un gran imperio. Los escritores del mundo entero aprendieron de Manrique, Quevedo, Lope de Vega, Cervantes. ¿Quién no conoce a Velázquez, a Zurbarán, a El Greco? Las iglesias románicas de Segovia, el gótico de Burgos, los palacios del renacimiento de Salamanca fueron grandes logros arquitectónicos. ¿Y después? Después España se convirtió en la bella durmiente, en patrimonio de unos cuantos aristócratas medio analfabetos, un país de juntas militares y conspiraciones bélicas, un cebo para turistas sedientos de exotismo” 287 . “El pueblo guarda con cuidado el palacio del marqués, y su excepcional colección de pintura. El marqués no puede quejarse del pueblo, ese mismo que construyó su palacio, palacio que ahora ha sido entregado a manos que lo merecen. El amigo del marqués, el Duque de Alba, no ha tenido tanta suerte: en su palacio ha caído una bomba fascista. He grabado a los milicianos como sacaban del fuego los cuadros, estatuas, muebles de museo” 288 . Karmén también apunta a ese cuidado de los bienes artísticos, pero casi no hace ninguna valoración estética de los mismos. Sí incluye Karmén, en la misma línea discursiva de los demás, notas que vienen a mostrar el desprecio de las clases altas tanto por el pueblo llano como por las obras culturales. Es muy representativa la siguiente cita, apuntada en su diario tras una visita a uno de los palacios requisados. 287 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 238 288 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 276-277 189 “Rafael Alberti, en una cazadora de piel de cordero, en silencio come una sopa de garbanzos, mientras mira el álbum de fotos del marqués. En el álbum hay pequeñas obras a lápiz y a acuarela de los más famosos pintores, epigramas firmados por manos conocidas. En una de las páginas hay un dibujo de una especie de hombre mono, lleno de pelo y con una porra en una de sus velludas manos. Bajo el dibujo hay una nota: “¡El Pueblo!” 289 . 289 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 276 190 3.11 LA TAUROMAQUIA “CORRIDA DE TOROS. Entusiasmados los gritos de los presentes Recibieron al fuerte animal En sus ojos, grandes y salvajes Había un hondo pesar. Temblaron las espadas de las ofensas. Esperó largo rato al enemigo, Corrió hacia los coloridos trapos, Hincaba cuernos en el vacío. No entendía quién llenaba de sangre el foro Aquel desierto de ardientes arenas No sabía de altas leyes Ni para qué crecen los toros. Ni a la izquierda ni a la derecha Su camino era corto El respetable gritaba: “Bravo” Y esperaba un nuevo toro. No olvidaré el paso del animal Me apena su camino recto La crueldad, el sol y la grandeza De este seco día y pétreo” 290 . Muchas fueron las líneas dedicadas por los corresponsales soviéticos al tema de la tauromaquia. Sus opiniones pueden resultan originales, así como la imagen de España se ha transformado también en la misma Rusia en los últimos años, y muestra un fuerte contraste con las descripciones y opiniones de ciertos temas, como el de la tauromaquia, con el punto 290 Ilyá Ehrenburg, “Boi bykov” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 29 191 de vista de los años 30. Resulta curioso buscar los poemas más importantes dedicados a esta tradición española durante el siglo XX en ruso. Sin necesidad de un análisis muy profundo, se ve cómo (el “porqué” sería otra discusión diferente), durante la Unión Soviética los poemas dedicados a la tauromaquia tienen como protagonista al toro y su situación, como se puede observar en los versos de Ehrenburg, Kirsánov, Evtushenko… mientras que tanto antes como, sobre todo, después de la existencia de la Unión Soviética, el protagonismo recae en el torero, en su maestría y en su actitud valiente (en una recreación más bien comercial y turística, predominante en nuestros días). “Mayakovskiyy, tras ver una corrida de toros, se quejó de que el toro no tuviese una metralleta atada a los cuernos que fuese disparando a los espectadores”291. En la Unión Soviética la tauromaquia en España tenía un matiz más de suceso, complicado de juzgar, que de cultura, y sólo la exposición del año 58 de Picasso en Moscú, organizada por Ehrenburg, les descubrió, o profundizó en él, en el legado cultural que esa tradición en España deja en las artes. El punto de vista respecto a la tauromaquia en los corresponsales soviéticos durante la guerra parte del asombro ante lo exótico y popular del asunto para ellos. La guerra aporta a esa visión una simbología que los corresponsales aprovechaban para matizar o ejemplificar sus crónicas. La lucha entre toro y torero era objeto de símil con el enfrentamiento bélico del país, sobre todo en las crónicas de Koltsov, que es, además, el que parece conocer mejor las reglas de la tauromaquia, reglas, que a su vez, valen como símil para la guerra: “Frente al gran anfiteatro del público, en apariencia neutral y frío, pero asustado en realidad, los asesinos fascistas quieren, como un experimentado torero ante un toro de aldea, pinchar, matar a este pueblo, acabar con él, matar todo el honor, el orgullo y lo justo que hay en ellos, dejando vivos sólo a aquellos que quieren volver a la esclavitud, a los que con sumisión besen la mano del amo” 292 . Koltsov fue el que más líneas dedicó al toreo en sus páginas. Entre ellas está la más larga 291 Yuri Olesha, “Ni dnyá bez strochki”, Moskvá, Judózhestvennaya Literatura, 1989, pág. 375 292 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 207 192 descripción de una corrida de toros, profundamente marcado por la guerra. Koltsov apunta diestramente los detalles que en la corrida de toros recuerdan la situación por la que atraviesa el país, pormenorizando esos detalles, sin dejar a un lado los detalles más tradicionales y llamativos, descritos con su habitual ironía. Koltsov narra, subraya, el temblor del público al escuchar cualquier sonido en el cielo, temerosos ante un ataque aéreo, aunque también subraya la capacidad de convocatoria del espectáculo, que reúne a miles de personas en un perfecto blanco para la aviación enemiga. “De todas formas, es una locura reunirse así, no temer a la aviación a una hora tradicional, conocida por todos. ¿O puede ser que a las cuatro de la tarde de los domingos, a la hora tradicional de la corrida, la guerra civil se detenga? El espectáculo empieza con todas sus galas. Pero cuando la procesión medieval da la vuelta al ruedo hacia la presidencia, los heraldos con sus camisas negras cogen sus trompetas con la mano izquierda y levantan el puño derecho en el gesto del “Rot Front”. Seis toreros marchan, vestidos a la forma tradicional y con sus coletillas, pero en lugar de montera llevan unas gorras proletarias” 293 . Koltsov detalla el desarrollo de la corrida, los triunfos y los fracasos de los toreros, e incluye un tema que será el que más adelante le sirva para recordar la tauromaquia en sus ejemplos y comparaciones: la familiaridad con la muerte de cada español, y su actitud ante ella. “El siguiente torero no demostró ningún arte especial. En su ayuda tuvieron que saltar al ruedo dos voluntarios. Se pelearon fieramente con el toro, lo sacaron de su enfrentamiento con el caballo del picador y ellos mismos, orgullosamente, le pusieron las banderillas. El público se ríe y aplaude. Los expertos más puristas no están conformes. Caramba, ¡¿se puede bromear y reír en un asunto tan serio?!” 294 . “Los niños, desde los seis años, ven cada domingo como mueren seis jóvenes y bravos toros, y a veces, el propio torero. Las tiendas de artículos para defunciones son algunas de las más lujosas y adornadas de las calles. El pensamiento en la muerte, aunque sea honorable, heroica, pero muerte al fin y al cabo, viene a la mente del soldado demasiado a menudo, incluso en aquellos que se consideran materialistas, lo ocupan demasiado, a menudo los arroja a la batalla demasiado preocupados, tristes, a veces demasiado 293 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 59-60 294 Ibíd., pág. 60-61 193 inocentes” 295 . Koltsov no polemiza sobre la conveniencia de dicho espectáculo, ni sobre la popularidad que tiene entre la población. Sí es quien más interés muestra en el mismo y el que más a menudo le hace mención. Profundiza en varias ocasiones en que incluso la tauromaquia ha dividido a los españoles, no por sus impresiones personales sobre el mismo, sino por un criterio de pura lucha de clases: los toreros más ricos y afamados se han marchado a luchar junto a los sectores más conservadores de la sociedad española. Los toreros pobres, en cambio, se han unido al Ejército Republicano. En los días en los que Koltsov conocía a algún torero en el frente, no dejaba de dar constancia de ello, llenando las páginas que enviaba después a Moscú. “Paco trata de convencerme de la conveniencia de, después de que acabe la guerra, nacionalizar todas las estirpes de toros españoles. Y después me pregunta, ¿no sería posible hacer una gira de toreros en Rusia? En España la temporada acaba en octubre, así que en invierno podrían ir a Moscú… Me imagino a Domingo en botas de pelo, triunfador sobre el hielo del estadio del “Dinamo” contra los mejores ejemplares de la Cooperativa Estatal de Ganados, y lo veo un poco raro. ¿Vale la pena desencantar al confiado Paco, destruir sus tan meditados planes? No, no vale la pena.” 296 . No por su propio testimonio, sino por el de Román Karmén, se sabe que a Ehrenburg no le gustaba el mundo taurino. Sus razones no se relacionaban con el fenómeno en sí mismo, sino en su permanente esfuerzo por presentar una imagen de España lejana a los tópicos tradicionales, aun con más empeño en tiempos de guerra. “Ilyá Grigórevich puso un gesto de desprecio cuando le dijimos que queríamos acudir a filmar una corrida de toros: “¿Tenéis ganas de exotismo español?”, pero fuimos de todas formas. Y no nos arrepentimos, pues grabamos algunas imágenes extraordinarias. Los famosos toreros dedicaban sus toros a la victoria sobre el fascismo, levantaban el puño justo antes de coger la muleta. Por la arena desfilaban escuadrones de la milicia popular antes de marchar al frente de Huesca, miles de personas los acompañaban, levantando el puño sobre sus cabezas, cantaban el himno de la República, tiraban a los soldados y a los toreros naranjas, cigarros y arrojaban sombreros a la arena. “Ilyá Grigórevich movía la cabeza escépticamente cuando le contábamos con entusiasmo 295 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1., pág. 181 296 Ibíd., pág. 322 194 lo visto y grabado, se ponía testarudo, imposible de convencer” 297 . Excepto en el poema ofrecido al principio de este punto, Ehrenburg no describe ninguna corrida de toros, ni muestra opinión alguna sobre la misma en sus crónicas. Sí se esfuerza en ofrecer la influencia de la guerra sobre las tradiciones del pasado, y apunta sobre las transformaciones que los espacios para los toros han tenido con el devenir de la guerra. “Una enorme plaza de toros. Los toreros no están ahora de moda (…) Las plazas de toros se alquilan ahora para mítines. Cien mil personas se reúnen para escuchar a Pasionaria, a Largo Caballero o a Díaz” 298 . En esa misma línea, la de remarcar los contrastes entre el momento presente, bélico, y el pasado, Ehrenburg describe, como Koltsov, a los ex-toreros que participan en el frente. Ehrenburg aprovecha el encuentro con el que fuera un popular torero, conocido con el sobrenombre de “Parrita”, para describir el proceso moral que sufrió aquel en los últimos años, antes y durante la guerra. De sus palabras se puede adivinar la opinión de Ehrenburg hacia, si no la tauromaquia en sí, sobre el mundo en la que el fenómeno de los toros se engranaba con el contexto social de una época. “El mundo de los toros recuerda al de los actores o los escritores: cada uno piensa sólo en sí mismo. Parrita descubrió la solidaridad humana… Por las tardes, los albañiles leían periódicos y libros. Parrita entendió muchas cosas. En los andamios de la construcción se convirtió en revolucionario” 299 . “Corrió aún vestido con la bata del hospital al Cuartel de la Montaña. Tiró piedras a los fascistas. Después reunió a treinta y ocho toreros republicanos y los llevó al Quinto Regimiento”300 297 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 245 298 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 78 299 Ibíd., pág. 189-190 300 Ibíd., pág. 191 195 4 PAISAJE “Bochorno. Viento ardiente, saturado del seco carraspeo de las cigarras. Hace tiempo que quedaron atrás los montes rojos como ladrillos, granulados, llenos de pequeños vástagos de olivo. Ante nosotros, una meseta ondulada, con campos de trigo. Las aldeas y los pueblos son de piedra. Los tejados y las pequeñas callejuelas están requemados por el sol. Hay poco verde, acaso alrededor de la fuente de la plaza hay unas viejas acacias. Muchas de las casas son sólo un esqueleto, del que hubiera arrancado sus órganos una bomba aérea. A su puerta están sentadas unas ancianas en unas sillas de mimbre. Juegan los niños...” 301 . Este es el segundo bloque temático de los tres que componen la investigación principal de este trabajo. Del estudio de las obras de los corresponsales soviéticos en España se presentarán aquí las características más importantes de la descripción de lo visual y su simbolismo incluido en sus páginas. Obsérvese el término “Paisaje” en su más amplio significado, al que engloba toda la parte visible, física, de España, su materia, lo que encierra en sí también el concepto de “Paisanaje”. Donde sea posible, pues es uno de los propósitos del presente estudio, y como se hace en los otros dos bloques, se analizará el desarrollo y cambio que las descripciones en sus obras pudieran ir sufriendo, en línea paralela a los acontecimientos históricos de la Guerra misma. Se apunta aquí que es la descripción de lo visual donde más profundamente se nota ese desarrollo, cambiando las descripciones de un mismo lugar o imagen a la par que la guerra tomaba un rumbo u otro. 301 Alexéy Tolstoy, “Russkiy jarákter”, Moskvá, Pravda, 1985, pág. 286 // El célebre escritor soviético participó en España en los Congresos de Escritores Antifascistas, en calidad de delegado soviético. Tras su visita a España escribió tres ensayos sobre la Guerra Civil Española: “Madrid”, “Basta de dudas” y “Lo más importante”. Los tres textos se pueden encontrar recopilados en el libro citado. 196 Para la elaboración de este bloque se mostrarán de forma aislada las descripciones de los corresponsales soviéticos referentes a un lugar concreto. Ello facilitará el análisis sobre cómo cada sitio, por sus circunstancias históricas, influía en las obras y visiones de los corresponsales, así como ayudará a recrear una visión completa y profunda de cada lugar desde las obras analizadas. Así el lector, siguiendo el índice, podrá observar, en su desarrollo, la visión total que los corresponsales soviéticos mostraron de una ciudad, región, emplazamiento... de forma independiente al resto. A su vez, hay varios elementos paisajísticos con enorme importancia en las obras y que difícilmente pueden encuadrarse en un lugar geográfico concreto. No porque se desconozca su ubicación, sino porque la descripción de los mismos adquiere una importancia propia y general en las obras. Es el ejemplo del “Camino”, que merecerá un apartado y un análisis independiente. Otro pudiera ser el de la “Aldea”, pero está tan estrechamente ligada a la figura de los campesinos españoles, que sus imágenes se ha preferido incluirlas en el punto dedicado a éstos. En las obras soviéticas estos dos elementos están descritos con un simbolismo y riqueza propios, sin que muestren apenas diferencias por su enclave geográfico concreto. Vale recordar que la cantidad de horas que cualquiera de los corresponsales pasó viajando de un lugar a otro de los frentes es casi tanto como el que pasó en los mismos frentes. Por el mismo motivo, no debe sorprender que uno de los profesionales más descritos por lo corresponsales soviéticos, casi al nivel del soldado, sea el chófer, quien tendrá en otro bloque su propio apartado. Las descripciones que muestran de las aldeas y pequeños pueblos de España, además de ofrecer características similares, no redundan en provincialismos y adquieren mucho más valor observándolas todas juntas. El ámbito visual al que accedían los corresponsales estaba limitado por el espacio que aún era republicano, y los puntos que se ofrecerán a continuación serán aquellos que mayor relevancia tienen en sus obras. 197 La característica básica de la descripción del paisaje en cada una de las obras es el del acentuado simbolismo con que ofrecen cada detalle, íntimamente relacionado con las causas, desarrollos y devenires de la guerra. Antes de analizar cada punto, cada uno de los enclaves geográficos que más presentes están en las crónicas de los corresponsales soviéticos, se dedicará un punto a aquellas tres características que siempre están presentes en las apreciaciones de todos ellos en el momento de describir la parte visual de España en sus obras, conceptos que acentúan aún más el carácter simbólico de sus descripciones. 198 4.1 SOLEDAD. DIVISIÓN. INOCENCIA “Pero cuando el cielo se oscurece y la plateada luna castellana chorrea sobre los tejados, cuando la recorre gritando el pitido de la sirena y palpan el cielo los proyectores, cuando las sordas detonaciones atraviesan el nervioso y escondido silencio, Madrid, con su millón de habitantes, con su gobierno y sus rascacielos, se ve sola como sobre un hielo a la deriva”302. Es difícil adivinar la extraña sensación de llegar a una tierra donde las gentes se matan entre ellas. Imposible calcular lo que pensar en eso puede influir en la percepción visual de un paisaje. Los corresponsales soviéticos llegaron por tierra y por aire. Unos a través de Francia, otros directamente desde Moscú, lugares relativamente en paz. Incluso dos de ellos habían conocido España antes, sin guerra. Algunos acertaron a transmitir esa extrañeza que aquí se ha referido, como hizo Román Karmén, tras cruzar a paso el puente de Hendaya: “Íbamos por el puente, en el silencio resonaban nuestros pasos, allí delante nos esperaba un grupo de gente a los que nos acercábamos. Esperaban en silencio (…) Los últimos pasos. Una barrera. Los pasaportes rojos. Ahí empezó todo. La reacción de los muchachos, vestidos en monos azules, fue instantánea, escandalosa (…) Volví la vista hacia el otro lado del puente, donde un grupo de solemnes agentes franceses seguía atenta el revuelo surgido en una punta de la tierra española, por la que iban dos soviéticos” 303 . De Ovadiy Sávich: “Nos sentamos en un viejo vagón, y la débil máquina de vapor silbó, el vagón se movió, el tren iba a paso de bicicleta, se adentró en un túnel, oscuridad, surgió una luz, el tren se paró. Estábamos en España. La estación de Port – Bou se presentó como una plataforma semi - oscura, espesamente 302 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 137 303 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 233-234 199 tapada desde fuera y desde dentro por carteles y consignas” 304 Interesante resulta también la descripción de una llegada a España por mar, más exactamente, llegando a Cartagena: “Y por fin las costas de España. Al principio se ve fría y turbia. Al principio es complicado saber, ¿qué es, una elevación de tierra o una nube? Después se empiezan a dibujar las líneas de una costa ondulada, tras la que se empiezan a adivinar unos montes desnudos” 305 . Koltsov describe así el acercamiento por carretera desde el aeropuerto de El Prat hacia Barcelona: “Cada vez son más frecuentes las barricadas a lo largo de la carretera, de sacos con algodón, de piedras, de arena. En las barricadas banderas rojas y rojinegras, y, junto a ellas, gentes armadas con grandes y puntiagudos sombreros de paja, con boinas, con pañuelos, vestidos de cualquier manera o semidesnudos” 306 . Cuando Koltsov y Ehrenburg llegaron a España sólo había guerra. Los frentes no estaban aún definidos. No se sabía dónde estaba el enemigo y dónde el amigo, ni quién lo era realmente. En las primeras descripciones de cada uno de los corresponsales o en las memorias de otros participantes soviéticos, un rasgo característico común es el afán de remarcar cuál es la situación de España en ese mismo momento, acentuando conceptos como el del aislamiento, la soledad, la falta de solidaridad internacional o el rasgo que poco a poco será el predominante: la necesidad urgente de organización ante el poderoso enemigo, de ahí que la falta de la misma sea un rasgo recurrente en las primeras observaciones de cada uno. Pero antes de detallar los aspectos internos, todas las obras de los corresponsales se apresuraban a encuadrar a España en el ámbito europeo, resaltando así la gravedad del 304 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 7 305 V.L. Bogdenko // “Leningradtsy v Ispanii”, Leningrad, Lenizdat, 1967, pág. 109 306 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 7 200 asunto. Ehrenburg no deja de recordar el ataque italiano en Abisinia: “Los bandidos de Roma se han imaginado una nueva Abisinia” 307 . “España es una isla, rodeada por aguas enemigas. Sí, hasta el agua es enemiga, por ella van los fascistas y los “observadores” del Comité de no intervención: los gendarmes marinos de Franco. Sólo Moscú… En todo el mundo, sólo Moscú. Pero está tan lejos, al otro lado del mundo” 308 . España era un país europeo en el que las jóvenes potencias fascistas, Alemania e Italia, estaban lanzando el primer ataque. Mijaíl Koltsov e Ilyá Ehrenburg mostraban su esperanza de respuesta por parte del continente al que España pertenece, como expresa Koltsov tras uno de los bombardeos de Madrid por aire: “Mañana, quizás ya hoy mismo, en el histórico día del 29 de agosto de 1936, en respuesta al inhumano bombardeo de una pacífica capital europea, los gobiernos de Francia e Inglaterra mandarán un ultimátum a los gobiernos fascistas que apoyan a los alzados contra el gobierno legítimo español” 309 . Tras las primeras semanas y tras la sorpresa y la decepción que les causa la actitud del resto de Europa ante el problema español, en la imagen de España transmitida por los corresponsales siempre estará incluido y remarcado, aun más, el concepto de soledad en la que vive la España republicana y su pueblo. Para los cuatro corresponsales es una idea constante aquella de que sólo una línea de montañas separa a España de Francia, la de la soledad de un país al que los demás países han abandonado, aunque, como explica Ehrenburg, dignificando y elevando la significancia de esa soledad, y citando al poeta José Bergamín: 307 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 133 308 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 221 309 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 70 201 “La soledad no es secesión, y Don Quijote no es Robinsón” 310 . El paisaje es continuamente utilizado para acentuar, encuadrar, explicar el transcurso de los sucesos en el país, aunque de forma diferente según el corresponsal. Sávich, que junto a Karmén publica parte de sus crónicas después de concluida la guerra, y para quien el único lector imaginado es la masa del pueblo soviético, el que ya por entonces había sufrido la Segunda Guerra Mundial, utiliza la descripción paisajística como arma para ilustrar mejor al lector sobre la significancia de lo que allí ocurrió, y lo que ocurriría después en su país, para lo que utiliza continuamente las comparaciones con el paisaje ruso: “Y otra vez un pequeño bosque, seguramente una arboleda, una igual a esas que hay en los alrededores de Moscú” 311 . Ehrenburg, en cambio, intentará dar siempre la impresión más profunda, más significativa y que tenga una conexión directa con la impresión que él mismo siente y lo que en cada paisaje está ocurriendo, como se ve en el comienzo de sus excelentes versos: “En un hambriento pueblo de Castilla Donde sólo hay piedras y guerra…” 312 Koltsov centra generalmente sus descripciones en los objetos, las personas, las calles… en los que intenta, ante todo, transmitir información, sobre todo en lo referente a la transformación que sufre España: “Por todas partes, como en Barcelona, dominan los monos: una prenda azul de algodón o lienzo con una botonadura de cremallera. Unas muy cómodas alpargatas: un calzado de tejido blanco sobre una suela de esparto. Antes, por estos barrios de Madrid, incluso bajo el calor más extremo resultaba incómodo salir a la calle sin chaqueta, chaleco, corbata y sombrero. Ahora toda la capital va en mono” 313 . 310 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 218 311 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 9 312 Ilyá Ehrenburg, “V kastílskom níschenskom selenyi...” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 24 313 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 44-45 202 También destacan las descripciones de Koltsov sobre el campo de batalla, muchas de las cuales expresan una clara comparación con los paisajes rusos, así como dan buen detalle de las circunstancias de la guerra en España: "Esto no es Europa del Este, donde un tanque puede dar fácilmente la vuelta, tirar la cerca del huerto o incluso pasar a través de una casa de madera. Los pueblos en España son como éste, Seseña, un apretado laberinto de callejuelas estrechas, caminos encorvados y sin salida; cada casa es una vieja fortaleza de piedra con paredes de medio metro de anchura” 314 . Además de la soledad que sufre el país, la división del mismo es otro tema constante en las descripciones. Los cuatro son conscientes, y así lo expresan, de ver un país que está dividido en dos, y el vacío oscuro que para ellos es la parte ocupada por las fuerzas enemigas es tan significativa como la parte que defiende la República, que se esfuerzan por describir llena de vida e ideas. Así, Ehrenburg dedicará varios reportajes enteros a la zona fascista, e incluso tratará el tema de tema de las dos Españas. Pero Ehrenburg sólo pudo visitar la España franquista en un par de ocasiones, la última, en julio de 1938, y sus palabras reflejan muy bien su visión de la misma: “En la otra, en la segunda España hay mucho pan, muchas lámparas de araña, muchos lujosos uniformes. En la otra, en la segunda España sólo falta una cosa: aire. Los ojos de la gente que vi allí eran parecidos a los ojos de los peces recién sacados del agua: turbios de asfixia.” 315 . Tampoco perderá nunca la ocasión de retratar a “la otra España” citando pacientemente todo lo alemán e italiano que hay en ella, así como la gran presencia de “moros” luchando para aquellos que los utilizan para sus fines, esa “otra España” que para Ehrenburg es muy a menudo un territorio recién recuperado, al que siempre se apresuraba a llegar y de donde reproducía aquello que mejor le servía para representar el horror de la guerra: “Vamos a Brunete. Una iglesia muy alta (más tarde la derribaría un proyectil). Me colé en 314 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 186 315 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 285 203 lugar que habían ocupado los falangistas. Documentos, carteles, páginas. “Discurso del doctor Goebbels sobre el problema de la raza” Ante la casa, el cadáver de un marroquí. Unos vasos sobre la barra del bar: los fascistas no tuvieron tiempo de apurarlos…” 316 . Ehrenburg fue quien con más ahínco luchó contra el mito de las “dos Españas”. En sus crónicas éste es un tema frecuente, que se esfuerza en resolver. Para Ehrenburg esa división no existía, y consideraba que el movimiento militar contrario a la República era una combinación entre la invasión de potencias extranjeras y aquellos españoles que se oponían al progreso y la liberación de las masas populares. Para Koltsov no existe el problema de la “otra España”, al menos no como un problema en el que pensar. Para Koltsov, sobre todo al principio, España es un campo de batalla donde dos fuerzas se miden. Koltsov utiliza muy pocas líneas a describir esa otra zona de España, de la que no dejó constancia de haber visitado, y las pocas veces que la vio (una volando sobre Burgos, otra cruzando bajo tierra las trincheras enemigas y viéndolas por detrás), no describe, como es común en sus descripciones, de forma demasiado detallada la imagen visual que contempla, sino que se centra en las personas y la situación misma, como se puede ver en la siguiente cita que, además, ilustra muy bien el satírico estilo de Koltsov, en esta ocasión mientras sobrevolaba en un pequeño avión la ciudad de Burgos, momentos que a su vez filmaba Román Karmén: “…Y se puso a intentar filmar Burgos, un claro y alineado conjunto de casas blancas a la derecha. Pero el piloto y el mecánico con sus cigarros llenaron la cabina de humo hasta lo insoportable. El marinero dormía como un tronco. El mecánico, con su española pasión por el sensacionalismo, sacudió al marinero y, mostrándole la ventana, le gritó: ¡Burgos! El marinero, sin despertarse, afirmo con la cabeza y sacó una pistola” 317 . Ovadiy Sávich no hablará en sus páginas de la “otra España”, excepto cuando recuerda un accidente ocurrido con su chófer desorientado en un viaje nocturno cerca del frente de Aragón, y en el que se puede acertar a ver de nuevo ese concepto de vacío y soledad que la “otra” y temida España provocaba: 316 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 219 317 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 143 204 “Le grito: ¿Qué? ¿Qué es lo que pasa? El chófer no me contesta al momento: -Estamos en territorio fascista. Nunca en mi vida había sentido un terror igual, una tan inesperada soledad, tal frío en la espalda. Y ni siquiera llevábamos pistola” 318 . Ehrenburg, en sus descripciones de la España republicana también se esforzará por remarcar las diferencias respecto a la zona ocupada por los las fuerzas rebeldes, mostrando todo el entusiasmo y ansias de libertad del pueblo, y para ello, se ayudará también de la descripción paisajística, mostrando lo terrible del paisaje en guerra, así como lo llenará de vida y el colorido posible a aquellos lugares a los que la guerra todavía no ha llegado, estableciendo un claro paralelismo entre belleza y zona republicana. Koltsov también muestra esa misma disposición, aunque de una forma mucho más gradual, y que se analizará en cada punto concreto, sabiendo que, de antemano, la descripción paisajística en su obra tiene una función menos simbólica que la de Ehrenburg. Sávich no muestra ninguna comparación entre una España y otra, si acaso, como se ha apuntado, su recuerdo de la misma es un camino oscuro y un miedo terrible. Esas continuas referencias por la soledad y la división de España no están presentes en los apuntes del diario de Román Karmén. Su aportación a la descripción del paisaje español es la de un fotógrafo, interesado en que la imagen que ofrece sea la que mejor refleje lo que está sucediendo en cada momento. Además de eso, Karmén siempre fue consciente de las limitaciones que las cámaras cinematográficas tenían en aquellos tiempo, y se esforzó en detallar literariamente todo aquello que su cámara no era capaz de plasmar. Habiendo apuntado ya los dos rasgos generales de Soledad y División que engloban todas las descripciones, hay que añadir el tercero fundamental, que es la de la "Inocencia". De forma continua los corresponsales recuerdan que España no ha vivido una verdadera guerra desde hacía muchísimos años (o lo que es lo mismo, ni había tenido ni grandes revoluciones ni había participado en la Primera Guerra Mundial). 318 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 17 205 Ese rasgo, que acentúa el resto de visiones que los corresponsales tienen de España, será muy diferentemente tratado por cada uno de ellos: Ehrenburg hablará del pueblo español como “el más pacífico”, rasgo que exaltará continuamente para describir el mérito del ardor guerrero y las ansias por la libertad de un pueblo que no sabe lo que era la lucha y que irá desarrollándose en ella; para Koltsov será un motivo de enfado continuo, aunque la respuesta del pueblo español y la inesperada defensa de Madrid le sorprenderá tanto como le irá alegrando, y con ello, sus descripciones irán gradualmente cambiando desde el reproche a ese inocente pueblo al que tan fácilmente han engañado hasta su sorpresa y admiración ante una respuesta que no esperaba; para Sávich y Karmén este concepto tendrá un valor menor, en el primer caso, porque no llegó a España hasta febrero de 1937, ya después de la respuesta de la República, y encontrando a un pueblo ya en plena lucha, y en el caso de Karmén, la inocencia del pueblo español es la misma a aquella de otros pueblos, como el soviético, que habían vencido a enemigos similares. Sin embargo, en los textos escritos por ambos después de la Segunda Guerra Mundial, sí se hará mención constante a la inocencia del pueblo español durante su contienda contra el fascismo, recalcando con ello la posterior heroicidad del mismo. Encuadradas e influenciadas siempre por esos tres conceptos se desarrollan las descripciones que en los siguientes puntos seleccionados se pasan a analizar a continuación. 206 4.2 PORT-BOU “Nos sentamos en un viejo vagón y la débil locomotora silbó, el vagón se puso en marcha, el tren iba a velocidad de bicicleta, se zambulló en un túnel, se hizo la oscuridad, después apareció la luz y el tren se paró. Estábamos en España” 319 . La población fronteriza y costera fue la puerta de entrada y de salida de muchos de los participantes soviéticos en España durante la guerra. Las descripciones más valiosas de entre las numerosas realizadas tanto por corresponsales como por voluntarios son las de Ovadiy Sávich y las de Ilyá Ehrenburg. Se ha prestado especial atención al analizar el material relativo a la población gerundense por una razón: es la que abre y cierra muchas de las descripciones de las crónicas de la guerra, desde el momento en que todavía era un lugar alejado de los frentes principales, hasta ser, al final de la contienda, uno de los caminos que los miles de exiliados españoles tomaron para huir a Francia. “Creo que no he visto nada más amargo en toda mi vida. Un pueblo expulsado de su tierra. Caminan desde Figueras, Ripoll, Seo de Urgell. Los fascistas bombardean los caminos. Van sin camino, a través de las montañas. Mujeres con niños, con bultos. Marchan por las rocas cubiertas de hielo, escurridizas, se hunden en la nieve”320. Las líneas de cada testimonio soviético, en aquellos primeros instantes en una tierra en guerra, se lanzan a describir los signos de la misma. Llama la atención que en ninguna de las descripciones haya descripciones del Mar Mediterráneo, que quedaba a la vista, y del que sólo hay rápidas referencias. Los elementos comunes de todas las descripciones son la enumeración apresurada de todos los elementos novedosos y diferenciales entre la Francia tranquila y el impacto de estar en un país levantado en armas, aunque fuese un lugar alejado 319 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 7 320 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág.362 207 de los frentes. La causa de la falta de descripciones más estéticas es la guerra, la causa principal de todo. Refiriéndose a Alicante en uno de sus artículos, Ehrenburg ya avisaba de esto: “Como cada invierno, las rosas florecen en las costas. Pero nadie las mira ahora” 321 . La primera referencia directa a Port-Bou la se encuentra en las crónicas de Ovadiy Sávich a su entrada en España, en el invierno de 1937. “La estación de Port-Bou resultaba una plataforma cubierta y en penumbra, espesamente cubierta por dentro y por fuera por carteles y consignas. Estaba el “Bienvenidos a la España Libre”, “¡El Fascismo no pasará!” y “¡Viva la Anarquía!” 322 . Pocos meses más tarde la ayudante de la Embajada Soviética, Vera A. Jimochkó, tras su paso por Port Bou, recordaba: “Cuando salimos del vagón a la estación de Port-Bou descubrimos las verdaderas huellas de las guerra, cruel e inhumana. Las deformadas carcasas de las casas, los cristales rotos bajo los pies, y entre ellos, esparcidos por todos lados, botas, sombreros y lo que parecía estar todavía fresco, entre el polvo, unas terribles manchas...” 323 . En resumen, las crónicas referidas a ese lugar al inicio de la guerra se alejan totalmente de la descripción de la ciudad en sí, siendo la guerra y su existencia los únicos motivos de reflexión. Pero con el transcurso de los días, y un mayor número de salidas y entradas del país por la frontera, Port-Bou empieza a convertirse para los corresponsales soviéticos que por allí pasaban, (Koltsov y Karmén cruzaban la frontera por Irún), en un símbolo, y en una especie de termómetro de la crueldad y el desarrollo de la guerra. 321 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 238 322 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 7-8 323 Vera Jimochkó, „Salud, Ispaniya!»// “Vmeste s patriotami Ispanii”, Kiev, Izdatelstvo politicheskoy literatury Ukrainy, 1978, pág. 325-326 208 Y aparecen elementos descriptivos nuevos. En la escueta nota dejada por la citada Vera Jimochkó, ya se puede observar ese motivo que será a partir de ese momento el tema principal de las anotaciones sobe Port-Bou: la comparación de su situación física con la de su vecina y muy cercana ciudad de Cerbere, al otro lado del túnel, en Francia. En su nota, Jimochkó contaba sobre lo llamativos que resultaban los tejados de la población francesa: en cada uno de ellos había pintada una gran bandera nacional española en un intento de que los aviones nacionales no les bombardearan. Y a ese juego de contrastes, siendo el contraste su característica literaria y descriptiva fundamental, se unieron las crónicas de Ilyá Ehrenburg. En su artículo “El dolor y la felicidad de España”, escrito en el invierno de 1937, el tema principal del mismo es la comparación entre las dos ciudades “gemelas” según él, y la diferente vida que hay en cada una. Acorde con el título del artículo, y conteniendo cada artículo de Ehrenburg una moraleja diferente, una nueva idea frente a los enemigos, en este caso, el enfoque, dirigido a los lectores europeos, saca a tema el orgullo y la felicidad de España, a pesar del agónico dolor, por estar luchando. “Cerbere está iluminada. Después de la negrura de España las luces de la pequeña ciudad ciegan. Port-Bou está a oscuras, se ha hundido en la noche. En Port-Bou todo son ruinas: eso es cosa de los bombardeos de los “Fiat” (...) En Port-Bou hay grandes colas para conseguir un trozo de pan. En Cerbere hay todo el pan que quieras, y azúcar, y leche. En Cerbere hay hoy un baile, ha llegado un grupo de Jazz desde Perpignan” 324 . Y el ataque frontal hacia la actitud francesa respecto a la guerra en España: “Se ven las dos ciudades desde el puerto. En ambas hablan en catalán. Los habitantes de Cerbere tienen familiares en Port-Bou. Entre ellas hay sólo una montaña, una carretera y un túnel. Entre ellas hay, parece, un siglo entero. Entre ellas hay de todo eso que diferencia 324 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 237 209 la valentía de la duda” 325 . Tomando como base el contraste de las dos ciudades, y teniendo en cuenta el propio escritor su extraña incorporación en el título de su artículo de la palabra “Felicidad”, en relación con España, se apresura a justificar sus palabras mediante un repaso por la historia de España, exponiendo la oscuridad en la que su pueblo vivía. En resumen, habla de la “felicidad” que aporta el enfrentar el problema de cara, de no rendirse, y su poder llevar la cabeza más alta que nadie entre las naciones europeas. Más que felicidad, orgullo. En otra comparación con la ciudad francesa vecina, sumida en el miedo y la duda ante lo que está pasando en la cercana España, escribió: “En la semiderruida, hambrienta Port-Bou, la gente es mucho más feliz. No tienen ni azúcar, ni jabón, ni tabaco, pero tienen una certeza: no nos hemos rendido, hemos aceptado el combate. Eso es una alta felicidad, ¿y quién no envidia al agente de la frontera que lleno de orgullo me decía que su hijo lucha ahora cerca de Teruel?” 326 . Tras la caída del País Vasco, y con ella, el paso por Irún a Francia, Port-Bou se convirtió en el único paso terrestre para entrar y salir del país. En una ocasión, en el verano de 1938, Ehrenburg, con ocasión de una de sus dos visitas secretas a la España dominada por el bando nacional, establecía una comparación entre los dos pasos: “Irún es un portal engalanado. Port-Bou es una escalera negra” 327 . En los últimos meses de guerra, tras la derrota en el río Ebro y la inminente caída de Cataluña, miles de mujeres y hombres comenzaron la huida hacia Francia. Ehrenburg, en artículos que ya sólo tienen presente el dolor y la tragedia del suceso, obvia las descripciones físicas del lugar, y sólo da referencia de las personas que por allí pasan y los bombardeos que sobre ellos lanzan. Llama la atención la utilización del tiempo presente en la descripción y en todo el artículo. Fórmula que acentúa la impresión del momento. 325 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti., pág. 237 326 Ibíd., pág. 237 327 Ibíd., pág. 285 210 “En las afueras de Port-Bou hay sentada una mujer que da el pecho a un bebé. El bebé está muerto por la metralla de una bomba, y su madre se ha vuelto loca. En Perpignan los hospitales se llenan de gente enloquecida” 328 . Sávich sí retrató con variado detalle el escenario de aquel éxodo de miles de españoles. Estas páginas suyas, hay que apuntar, fueron seguramente escritas después de los hechos, con mucho más tiempo que el que tuvo Ehrenburg, que se apresuraba a denunciar los acontecimientos hasta el último momento. A pesar de eso, Sávich utiliza también el tiempo presente. En toda la obra de Ovadiy Sávich dedicada a España, las imágenes dedicadas a esos últimos días de guerra son las más ricas en detalles descriptivos junto a las dedicadas a la ciudad de Madrid. “Una gran caravana gitana marcha como nómada. En las montañas y a lo largo del camino arden fogatas. Alrededor lloran niños y se secan pañales. Arden camas familiares, cuadros y ramas. Sobre el cielo negro se dibuja el perfil de las pértigas alzadas de un carro antediluviano, y junto a ella resopla agotada una vieja mula. Junto al bosque hay un parque de automóviles: sus dueños y sus chóferes los han abandonado allí por falta de gasolina” 329 . “La mayoría no tiene ni carretas, ni mulos, ni carros. Llevan sus cosas al hombro o sobre la cabeza. Un hombre arrastra un carro con libros. No tiene otra cosa, y su única camisa está llena de agujeros” 330 . Son ya los momentos finales en España tanto para él como para Ehrenburg, los dos últimos corresponsales soviéticos en el país. Entre muchas otras descripciones, similares a las citadas en su enumeración continua de los hombres y mujeres que huyen, llaman la atención las que se refieren a sus últimos segundos en España, justo al pasar la frontera junto a todos los demás. 328 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 363 329 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 265 330 Ibíd., pág. 266 211 En ellas, Sávich se refiere al mismo Ehrenburg entre las gentes (asegura que lloraba), y con mayor detalle, describe a los soldados que también cruzan la frontera, con la férrea voluntad de retomar las armas cuanto antes. Un general de una comisión de la Sociedad de Naciones los recibía en la frontera y les obligaba a dejar el armamento. “Los soldados españoles marchan con paso firme. Los abanderados se acercan al general y le entregan sus insignias. Y el viejo general olvida para qué estaba allí y recuerda que él también es un soldado. Él, sin esconderse, llora. Los demás militares de la comisión, en silencio, como en un entierro y sin pensarlo, hacen el saludo militar llevándose la mano a la sien, adoptando una postura de respeto” 331 . No podía faltar esa última referencia a lo que en todas sus páginas llaman traición de Europa a España, y en este caso, reflejan los sentimientos personales de muchos europeos, obedientes con sus gobiernos. No faltará también la referencia al alivio que todos los gobiernos europeos parecieron sentir con la derrota de la República Española: “Los fascistas ya han llegado al puente. A su encuentro sale un agente de aduanas francés que da la mano al oficial fascista y le da sus felicitaciones. Esta imagen la ven los españoles que huyen y los soldados republicanos, que son empujados hacia campos de concentración” 332 . 331 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 268 332 Ibíd., pág. 268 212 4.3 POZOBLANCO “Al largo frente desde Motril a Don Benito es difícil llamarlo frente: uno puede recorrer decenas de kilómetros sin ver un solo soldado. No hace mucho, en las afueras de Adamuz, dos oficiales fascistas se introdujeron por error en zona republicana, y se sorprendieron mucho al ver en un columpio a un anarquista echándose una siesta al sol” 333 . Entre abril y mayo de 1937, Ilyá Ehrenburg recorrió todo el denominado “Frente Sur”. De ese periodo envió a Moscú dos largas crónicas, tituladas “En el Frente Sur” y “La División sin número”. Tras los combates en Jaén, en los que también estuvo presente, Ehrenburg marchó hacia Córdoba. En sus crónicas desde el Frente del Sur recalca la diferencia entre la situación bélica que se daba entre el resto del país y Andalucía, donde, excepto en algunos puntos concretos, la práctica de la “guerra de guerrillas” era habitual, y los protagonistas eran los que Ehrenburg llamaba “partisanos”. Sus descripciones pueden dividirse, a su vez, en dos tipos, coincidentes con los dos tipos de batalla que se daban en el Frente Sur: la guerra de guerrillas y los enfrentamientos en frentes bien delimitados, como en Almadén, Pozoblanco... “En los alrededores de Madrid la guerra va vestida con ropa de camuflaje. Es una guerra con defensas de hormigón, con canales de comunicación para topos, con trincheras, con grandes luchas de fuego. En Andalucía, la guerra civil todavía no ha cambiado su tosca camisa de partisana. A menudo, el resultado de la batalla no lo deciden ni los tanques ni los aviones, sino el acierto de un grupo de dinamiteros, revueltas en las retaguardias del enemigo o una canción revolucionaria, lanzada desde la trinchera republicana a la trinchera fascista” 334 . 333 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 181 334 Ibíd., pág. 181 213 A pesar de su constante deseo hacia la formación de un ejército republicano centralizado, no podía dejar de admirarse de la “inspiración casi artística” de los combatientes: esto hace frecuentes las descripciones del carácter de los soldados y del peso cultural de Andalucía, su originalidad. En todas sus referencias existe la comparación entre dos clases sociales existentes en el sur, y quién apoya a qué bando. A pesar de eso, en sus crónicas desde el sur de España la figura del campesino en la predominante, los considerados grandes protagonistas, y son los únicos detalladamente descritos y valorados. “El sur de España es rico y pobre, oscuro y talentoso. Aquí viven gentes perezosas, buenas y valientes. A la guerra ellos le han añadido fantasía e inspiración. Por supuesto que al batallón “Pancho Villa” es difícil llamarlo batallón desde el punto de vista de la ciencia militar, pero su comandante y ciento cincuenta hombres hace poco consiguieron conquistar un camino a Granada, defendido por artilleros, oficiales de una academia de Segovia” 335 . “La lucha ocurre en las zonas montañosas de Andalucía. Hay pocos caminos. Los campesinos van por las veredas en burros y en mulas. Estas veredas no las controla nadie. Cada día los campesinos de las aldeas en territorio fascista pasan al lado republicano. Los partisanos, los habitantes de Andalucía, conocen perfectamente esas veredas. Llevan a los republicanos ganado, cogen munición y se vuelven para atrás” 336 . El mismo Ehrenburg hace hincapié en la especial situación que presentan los montes andaluces, y se esfuerza por marcar la diferencia entre ellos y los núcleos con poblaciones mayores. Además, ofrece una romántica explicación (todas las notas dedicadas a Andalucía muestran una cierta inclinación al romanticismo) del proceso por el cual se formaban los grupos de partisanos: “Los montes de Andalucía parecen desiertos, pero, sin embargo, ahora están llenos de población. Aquí viven todos aquellos que no han querido vivir junto a los fascistas. Uno huye a la sierra. Camina en soledad un día, otro, una semana. Después encuentra a otro. De noche, los dos nuevos compañeros atacan a dos guardias soñolientos. Ahora ya tienen fusiles. Así nacen los partisanos” 337 . 335 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 186 336 Ibíd., 1986, pág. 182 337 Ibíd., pág. 188 214 Frente a las descripciones de los paisajes montañosos y la actividad de los partisanos, como llama Ehrenburg a los guerrilleros andaluces, están los párrafos dedicados a la guerra frontal en determinadas poblaciones, en especial de la provincia de Córdoba. “Almadén es una ciudad pequeña. Casas blancas con rejas en las ventanas; mujeres con cántaros de barro; gente con anchos sombreros que se arriman a las paredes para huir del implacable sol de Andalucía. Sin embargo, Almadén no son sólo casas blancas y cántaros de barro. Almadén es mercurio” 338 . Tras pequeñas introducciones hacia la localización y rasgos más característicos de esas poblaciones y su importancia estratégica, la descripción del lugar y de la batalla se entremezcla. Estos apuntes suelen tener un gran poder simbólico (se refiere a la población de Pozoblanco): “Cada día la ciudad es destrozada por aviones italianos. Muchas calles están en ruinas, no se puede pasar por ellas. En el tejado de una de las casas hay un coche: hasta allí lo llevó la fuerza de una explosión. La iglesia ha sido barrida por las bombas, y ha resistido únicamente un Cristo de piedra, que mira los destrozos que están haciendo en su nombre. En el campanario hay un nido vacío, y abajo, en el suelo, una cigüeña muerta. La artillería ha terminado el trabajo que empezó la aviación: con armas pesadas han bombardeado las casas” 339 . Más tarde escribirá: “Pozoblanco ha resultado ser un pequeño Madrid” 340 . Tras el intento fallido de las tropas franquistas por tomar la ciudad y su posterior alejamiento de ese punto, Ehrenburg describe con detenimiento a quienes han conseguido resistir la ciudad. “Los republicanos, tras tres semanas de combates ininterrumpidos, desgreñados, 338 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 183 339 Ibíd., pág. 184 340 Ibíd., pág. 184 215 enflaquecidos, sin afeitar, con los ojos rojos por el cansancio, han salido de las trincheras (…) La retirada del enemigo se ha parecido mucho a una huida. En la aldea de Alcaracejos los republicanos han encontrado en una mesa una marmita con sopa todavía caliente: los fascistas no han tenido tiempo de comer” 341 . En Pozoblanco se suceden los interrogatorios a los rehenes capturados. Ehrenburg dedica varios párrafos a describir a los mismos, recalcando su procedencia extranjera (recordando las proclamas franquistas sobre “los patriotas”), y su absoluto desconocimiento sobre para quién y por qué estaban luchando. La descripción del enemigo tendrá su propio capítulo en el presente trabajo. Tras la batalla de Pozoblanco, los combates continuaron en zonas próximas, recuperando su aspecto guerrillero y desorganizado, caótico e impredecible. De entre las pequeñas descripciones de esas batallas, Ehrenburg hace especial mención del pueblo de Fuenteovejuna, volviendo a mezclar los elementos culturales y descriptivos, lo que es un método frecuente en todos los artículos del escritor. “¿Quién mató al comendador? - le preguntaron con furia a los campesinos los ancestros de Queipo de Llano, y los campesinos respondieron a coro: ¡Fuenteovejuna! A la pregunta de: ¿Quién descarrila y tira por las cunetas los trenes de los italianos?, los partisanos pueden responder: Fuenteovejuna, Andalucía, España” 342 . Durante el mes de mayo de 1937, Ehrenburg acompañó a un grupo de partisanos en algunas de sus operaciones. Se trataba del grupo que se conocería como “División sin número” (como el título de su artículo) y que estaba encabezado por el célebre guerrillero “Parrita”. En este artículo, a pesar de que trata casi exclusivamente sobre la personalidad de cada uno de los componentes de ese grupo, se pueden sonsacar algunas descripciones relativas al paisaje. Es el ejemplo de la descripción de una de las acciones bélicas realizadas por los partisanos 341 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág.184 342 Ibíd., pág. 187 216 andaluces contra un tren tripulado por una división de soldados italianos. Uno de los sucesos relatados tuvo lugar en marzo, cuando Ehrenburg no estaba en el Frente Sur, y que tuvo que resultar de la narración de uno de esos combatientes o de un rehén. Se valora la descripción por un detalle que es una constante en todas las páginas de Ehrenburg: la de reflejar, recalcar, el bajo nivel moral del enemigo, en un intento del escritor por demostrar a toda Europa la naturaleza del mismo, en forma de aviso: “Esto sucedió el dieciséis de marzo a las ocho de la tarde. Un destacamento de italianos marchaba desde Los Rosales hacia Córdoba. Llevaba lloviendo desde la mañana. En Los Rosales los italianos amenazaron al jefe de la estación: “Estamos empapados como perros... si no nos das acomodo no quedará de eso ni una piedra en pie”. Los acomodaron en un vagón de primera clase. Bebían vino y canturreaban. Con estruendo pasaba el tren sobre el puente de Villafranca... ¿Qué pasó después? Se mezclaron los cuerpos, los fusiles, los fragmentos de cristal, los gorros. Los vagones, tumbados, volvieron a temblar. Disparaban desde la oscuridad. Se salvaron pocos. Uno contaba después: “El Mayor me gritaba: ¡Dispare! - ¿Pero a quién?- El Sargento le preguntó dónde estaba el enemigo. Le golpeó - ¡Estúpido! ¡Ves, allí hay gente, por lo tanto es el enemigo!” 343 Las últimas líneas escritas por Ehrenburg desde el Frente Sur también están dedicadas a los partisanos, y con ello muestra una descripción del paisaje, distorsionado y misterioso a causa de la guerra y sus nuevos habitantes. “¿Cuántos son? ¿Miles? ¿Decenas de miles? Esto no lo sabe nadie. Son invisibles. Desparecen y aparecen de pronto de debajo de la tierra. Cruzan los frentes sin dificultad alguna. Sin miedo atacan las divisiones de marroquíes y con cuidado llevan en sus brazos a los huérfanos...” 344 Además de artículos, Ehrenburg dedicó varios poemas al Frente Sur (resultando imposible esclarecer cuáles de ellos se escribieron en el mismo lugar, o fueron escritos posteriormente). En dichos poemas, los rasgos del paisaje descritos difieren de los predominantes en los 343 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 187 344 Ibíd., pág. 190 217 artículos: aparecen los colores (sobre todo el rosado para describir los montes y caminos), los elementos de la naturaleza (que en los artículos se resumen en arbustos), las características meteorológicas y la vida en las aldeas en intervalos de paz. Aquí se ofrece el poema que Ehrenburg dedicó a la muerte y entierro de un voluntario soviético en Frente Sur. Cabe destacar de él que es el único poema de Ehrenburg donde se resalta que nunca los voluntarios soviéticos en España fueron conocidos por su verdadero nombre, lo cual, en las circunstancias que se describen, añade más gravedad, pues no debían nombrar nunca la presencia de fuerzas soviéticas en España. “UN RUSO EN ANDALUCÍA Llevaban el ataúd por un camino rosado Y la trompeta sonó apesadumbrada. Por la carretera corrían por los árboles Levantaron a su paso los trillos y las horcas. Música de los pájaros nerviosos Con tristeza en su piar. Los guerreros, sin atreverse a acelerar el paso Se ahogaban por el calor y la pena. Ya no pedirá más cigarrillos No suspirará por esa que lo engañó. Bajaron su cabeza las espigas Y al paso gritaron los mulos Después temblaron los olivos. La pala golpeó cruelmente la tierra No sabían el nombre del muerto Sólo decían “Compañero” Cavaron la tumba bajo un olivo Pusieron una piedra sobre la tumba ¿En qué tierra creció el compañero? ¿Bajo qué nubes lloró? Los guerreros andaban con pesadumbre Se giraban tragándose las lágrimas 218 ¿Acaso preferirá él un olivo A la sencillez de un abedul? En la oscuridad todas las hojas huelen a verano Todas las tumbas son huérfanas de noche. ¿Qué puede haber más ancho que el mundo Y más corto que el destino de un hombre?” 345 . Para terminar este resumen de la imagen de Pozoblanco y sus alrededores en las crónicas de Ehrenburg, valga mencionar que en sus posteriores memorias, llamadas “Gentes, años y vida”, las mencionadas zonas del Frente Sur son, posiblemente, y tras las grandes ciudades, las que más menciona y con más riqueza sigue describiendo: tan honda fue la impresión de lo que vio allí. “En Pozoblanco una bomba se llevó el tejado de una fábrica de tejidos. Las máquinas se salvaron y en la ciudad semivacía, destrozada por los proyectiles, desangrada, sin pan, los trabajadores reanudaron el trabajo; tejían mantas para los soldados. Los miraba y pensaba: ¡no pueden no vencer! Iba contra la lógica, contra la razón: el ejército de Franco era cada día más fuerte, pero no, el pensamiento no puede aceptar que fueran en vano tanta valentía, tanto corazón generoso” 346 . 345 Ilyá Ehrenburg, “Russkiy v Andaluzii” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 47-48 346 Ilyá Ehrenburg, “Liudy, Gody, zhizn”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2000,Tomo 7, pág. 539 219 4.4 TOLEDO “Un cañón disparaba sobre el Alcázar cada tres minutos. De cada cuatro proyectiles, de media, acertaba uno” 347 . Tras los enfrentamientos entre ambos bandos en las proximidades de Talavera de la Reina, a principios de septiembre del año 36, el ejército nacional se dirigió a Toledo, tanto a tomar la capital imperial española, con lo que eso simbolizaba, como a liberar a sus compañeros, ocupantes del Alcázar, rodeados por las fuerzas republicanas. Para los corresponsales soviéticos, después de las alegrías causadas por las respuestas populares a los alzamientos militares en diferentes ciudades españolas, Toledo representará su primera y grave desilusión, y en ella verán las propias insuficiencias, y los problemas futuros. Antes de lo que supondría la toma de la ciudad, precedida de los intentos republicanos por tomar el Alcázar, tanto Ehrenburg como Koltsov visitaron la ciudad. Sus descripciones, de una gran riqueza plástica y simbólica, están marcadas por los sentimientos de inocencia y desorganización hacia el ejército republicano, así como por la importancia de Toledo en la historia de España, que tan bien conocían. Pero, ante todo, ninguno de los dos (Karmén no dejó memoria escrita sobre aquellos días, aunque sí fílmica y fotográfica, y Sávich no llegaría hasta el año 37), de ninguna manera esperaban una derrota tan importante, que salieran tan mal las cosas. Ello se demuestra con el hecho de que tras la primera vista de Ehrenburg a Toledo, unos días antes de la batalla en Talavera, dirigiría sus pasos hacia Aragón, no esperando en ningún caso una caída tan repentina y significativa como la de Toledo. También Koltsov tuvo que apresurarse a llegar a la ciudad desde Madrid, y suyas son las crónicas de los últimos intentos de la toma del Alcázar por los republicanos. Por cierto, como se verá después en los apuntes de Koltsov, Toledo esos días estaba lleno de periodistas extranjeros, personajes que irán desapareciendo de sus crónicas con el transcurso 347 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 86 220 de la guerra. Ilyá Ehrenburg, en su artículo “En Toledo” publicado el 23 de septiembre en “Izvestia”, realizaba una irónica descripción de la ciudad y la extraña situación del Alcázar y las medidas tomadas para asaltarlo. Fue el primer artículo en el que apareció lo que gradualmente se iría convirtiendo en una necesidad para él: la necesidad de disciplina ante tan fuerte enemigo. “La guerra es terrible. Pero aun peor es jugar a la guerra. En la calle principal hay un letrero que dice: “Zona de guerra. Prohibido el paso sin armas”. Por la Plaza de Zocodover, frente al destrozado Alcázar, pasa un perro despeluchado. El hotel donde viví en primavera está destrozado por los proyectiles. En el suelo retorcido tembletea una cama. Alrededor de los sacos de arena, sentados en unas sillas de mimbre o en unas mecedoras, están los milicianos. Sobre algunos hay abiertos grandes paraguas. Los milicianos escuchan la radio: noticias sobre la guerra, tangos. Después cogen el fusil y disparan, sin mirar a dónde. Estruendo. Ruido de cristales rotos. La bala ha acertado a un cartel donde ponía “Rizado permanente”348. El Toledo recreado por Ehrenburg más parece un teatro que una ciudad en guerra. El texto está formado por contrastes, la vida a un lado y a otro de la calle, las que dan al Alcázar y las que no. “En la ciudad hay calles que llevan una doble vida. La parte que está bajo el fuego de los fascistas es “la zona de guerra”, y al otro lado los soldados juguetean con las chicas, los niños juegan y las ancianas cosen y bordan” 349 . Todos los personajes que aparecen en Toledo parecen dedicarse a algo diferente a lo que realmente deberían estar haciendo. Todos se dedican a otra cosa que no tiene relación alguna con la guerra. Como él mismo remarca, todo parecía un juego, palabra que es una de la más repetida en su reportaje. “En Toledo hay muchos guías. Enseñan a los turistas la casa donde vivió El Greco o una antigua sinagoga. Ahora esos guías van con fusiles al hombro. Pero, por costumbre, siguen 348 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 96 349 Ibíd., pág. 97 221 buscando a los extranjeros con la mirada, y cuando ven a algún periodista francés o inglés, con amabilidad le dicen: Giren a la izquierda. Desde allí hay unas excelentes vistas del Alcázar” 350 . De entre todos los cientos de recomendaciones que pudo escuchar Ehrenburg de los guías, elije la del Alcázar. La morada del enemigo. Tras la referencia al Alcázar, el discurso de Ehrenburg deja de ser irónico y adquiere un tono grave, preocupado, que se agravará con sus referencias a la actitud de los responsables republicanos. “Frente al Alcázar, el que fuera Hospital de Santa Cruz. Los fascistas han destrozado el portal: orgullo del Renacimiento español. Dentro del hospital hay un museo. Bajo los proyectiles caen las estatuas. Yo he visto una estatua de Cristo acribillada por las balas fascistas” 351 . No hay duda de la conciencia que Ehrenburg tenía sobre el poder de la palabra. En contraposición, el Alcázar, donde se protegen los enemigos, no recibe ningún reconocimiento arquitectónico: “El Alcázar es un pesado y triste edificio. Sus paredes están astilladas por las balas. Los fascistas están en el subsuelo del edificio” 352 . El Alcázar todavía no había sido atacado seriamente. Las descripciones, pocas, que Ehrenburg ofrece de ese edificio, el más importante aquellos días en Toledo, se basan sobre todo en la posible descripción de su interior, haciendo hincapié en los niños y mujeres secuestrados dentro por lo enemigos. “He escuchado los gritos de las mujeres encerradas en los sótanos del Alcázar. Algunos dicen que están pariendo. Otros, que han perdido la razón” 353 . 350 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 97 351 Ibíd. , pág. 97 352 Ibíd. , pág. 97 353 Ibíd. , pág. 97 222 Tras el conocimiento de que la mujer del General Moscardó se encuentra libre en Madrid, y su sorpresa ante ello, las palabras de Ehrenburg no volverán a referirse a escenas de desorganización en Toledo y, sobre todo, a la negativa de la ciudad a bombardear seriamente el Alcázar, ante la existencia allí de los niños y las mujeres secuestrados, y cuyas fotografías adornaban varios lugares de la ciudad. Hay muchas alusiones al sofocante calor, y al “nada que hacer”. También, como Koltsov, dará acento a las colas de gente que espera conseguir un poco de leche. Años después, recordando su estancia en Toledo, y siguiendo el camino del contraste y la comparación, que ya siguió en su crónica del año 36, aunque entonces fue mediante la pura descripción visual, escribía como resumen: “Si se pudo aprender algo de la historia del Alcázar, es sobre la lucha de dos mundos: la del pueblo furioso pero profundamente humano, y el militarismo, impecablemente disciplinado, e impecablemente inhumano. Y no venció la generosidad” 354 . Y sólo en fechas posteriores, con la llegada del enemigo a Aranjuez y el cambio de actitud en los soldados republicanos, Ehrenburg volverá a recordar Toledo, aunque ya nunca más en términos paisajísticos. Las primeras menciones relativas al paisaje de Koltsov sobre Toledo, son trazando una línea imaginaria desde Extremadura hacia Madrid, en una clase de geografía para los millones de lectores soviéticos. El día 6 de septiembre dejó en su diario un excelente retrato de la situación en la ciudad. “Toledo se veía a lo lejos, la fortaleza del Alcázar en una alta montaña echaba humo de dos de sus torres destrozadas, la cinta violeta del Tajo ceñía con fuerza la ciudad. En los antiguos puentes gentes vestidas como bandidos mejicanos, con puntiagudos sombreros 354 Ilyá Ehrenburg, “Liudy, Gody, zhizn”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2000, Tomo 7, pág. 485 223 de paja y con lazos de seda de colores en los fusiles controlaban las salidas y las entradas” 355 . Cualquier cosa menos algo parecido, a su entender, a una guerra. Las palabras de su diario referidas aquel día se apresuraban a comparar la imagen que siempre tuvo él mismo de Toledo. El lector espera que el resultado del contraste sea el contrario, el de la guerra, pero no es así. Koltsov describirá a continuación el mismo cuadro, grotesco en su descripción, de la situación casi cómica, si no se tratase de una guerra de verdad, en la que vivía Toledo: “Las empinadas y estrechas calles de Toledo eran fabulosas, pero, subiendo por ellas, Miguel [el propio Koltsov], olvidó que eran las calles de Toledo, el profundo e inquietante sueño de su juventud, el trágico Toledo de los inquisidores y los pícaros calaveras con espadas, las bellas damas, los licenciados, los mártires judíos quemados en las hogueras, el refugio de lo más misterioso que él había conocido en el arte: la magnética fuerza de los alargados y un poco regordetes rostros de jóvenes y ancianos en los lienzos de El Greco...” 356 . La ironía es el rasgo predominante en su actitud descriptiva. Nada le parecía que funcionase como debiera. Los soldados no parecen soldados, la guerra no parece guerra. Cientos de periodistas y fotógrafos andan por la ciudad, muchos ya borrachos, todo parece aquel juego del que hablaba Ehrenburg. En la siguiente cita, Koltsov vuelve a criticar a los corresponsales de otros países: “Aquí había un enorme francés borracho llegado de Barcelona con cara de trasero y dos cámaras y un ayudante, más allá dos americanos de la “Fox-Movietone” y fotógrafos españoles de Madrid. Daban órdenes a los soldados a poner posturas, agarrar el fusil, abrir fuego. Los alzados del Alcázar pensaron que era un ataque y empezaron a hacerle frente” 357 . Sus crónicas de ese día terminan con otra grotesca descripción de las apuestas entre periodistas sobre la caída o no del Alcázar, y el fin de las mismas, yéndose los mismos a comer al hotel, donde ya han terminado de comer todos los cámaras (continúa la permanente 355 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 86 356 Ibíd., pág 86 357 Ibíd., pág 87 224 crítica a los periodistas occidentales y a su pasividad y frivolidad frente a la guerra, así como a sus pocas ganas de trabajar, recurrentes en las páginas de Koltsov). El once de septiembre Koltsov volvió a visitar Toledo. El tono de sus apuntes ya es mucho más trágico. Koltsov usa en varias ocasiones términos relacionados con el teatro, y sólo su omnipresente ironía ayuda a describir Toledo como una tragicomedia. Trágicos son los muertos descritos por Koltsov. Son cómicas, y tristes, las escenas que describen los intentos de toma del Alcázar: “Todo se ha enredado como un espectáculo dramático, en el que todos defienden su papel con éxtasis, excepto los cadáveres que horriblemente apestan sobre los cascotes de los edificios bajos, derribados por los republicanos” 358 . (Koltsov describía en su artículo las pilas de esos cadáveres muertos por balas desde el Alcázar). Koltsov describe el intento de rociar con gasolina el Alcázar, y no se esconde de explicar cómo los republicanos sólo consiguieron pegar fuego a las cisternas traídas de Madrid y a sí mismos. “Hoy, desde la mañana, un nuevo acto de la obra, y todos vuelven a participar con pasión. Los alzados han pedido un sacerdote” 359 . La descripción de la entrada de aquel sacerdote es de un detallismo intencionado, siendo la más amplia de ese día de visita a Toledo. Koltsov no puede creer lo que ve: “De Madrid han traído al canónigo de la catedral, el padre Camarasa. Ahí va acompañado de verdaderas hordas: el general Barceló, el Capitán Sediles, el pintor Quintanilla, otros jefes y aficionados, reporteros, fotógrafos y simples juerguistas medio borrachos. El cura, gordo, con el pelo con raya a un lado, vestido con chaqueta terminada en ribetes; lleva un alzacuellos de almidón, y con un blanco pañuelo bordado en las manos parece un doctor de enfermedades femeninas; va pálido y no sabe qué tiene que hacer. En la mano derecha lleva un crucifijo y, sintiendo la presencia de los milicianos tras de sí, cierra el puño izquierdo como se hace en el frente rojo, y así pasa sobre los cascotes y por las grietas de 358 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 95 359 Ibíd., pág. 95 225 las paredes. Se ve como lo reciben dos guardias civiles con sus negros tricornios...” 360 . La descripción de sus crónicas de ese día acabarán con la salida del canónigo del Alcázar con un sobre en la mano, la carta del General Moscardó a su mujer. Koltsov se entera de que se encuentra en libertad, y coincide casi punto por punto con la recreación de su sorpresa con la crónica de Ehrenburg. Como se puede observar, en su segundo día de crónicas las descripciones físicas de la ciudad de Toledo van desapareciendo así como la derrota de la ciudad se acerca y no se encuentra solución al problema del Alcázar. Las páginas de Koltsov se fijan más en las gentes y los motivos culturales, temas que se verán en otros capítulos. Así, el día catorce de septiembre la descripción de Koltsov se centrará únicamente en una larga cola de personas que esperan conseguir un poco de leche. A pesar de que en su diario recrea los ricos diálogos de las personas allí reunidas, deja una pequeña descripción, en extremo simbólica: “Una cola de personas normal y corriente, solo que la puerta al puesto de leche está adornada con antiguas piedras decoradas del siglo XV, y por encima, por el cielo, vuela un “Junker”, y cada veinte o treinta segundos truena una seca y grave explosión” 361 . La descripción pasará a describir a los niños, luego a las mujeres. Se comparan dos imágenes: las carreras de los niños que hace tres meses perseguían tras los turistas ofreciéndoles postales, y los niños que ahora corren tras los periodistas extranjeros ofreciéndoles balas y fragmentos de proyectil. El día 18 de septiembre las únicas descripciones de la ciudad de Toledo serán las de grupos de gente agitadas por las calles, y las de los montones de muertos y la atenta mirada de todos los que se quedan quietos delante de ellos. La mayor parte de sus palabras están dedicadas al enemigo que ya se acerca. Día 21. Fin de las descripciones panorámicas de Toledo. De forma gradual, los contornos de Toledo van despareciendo así como la llegada del enemigo se aproxima. Para retratarla, 360 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 96 361 Ibíd., pág. 99 226 Koltsov se sirve de elementos sonoros. “El día comienza con un ruido estrepitoso. No son muchas las armas, pero en el sonoro laberinto de estrechas callejuelas y las espesamente unidas piedras de sus paredes hacen que un eco alcance al anterior. Y el profundo valle del Tajo devuelve todos los disparos” 362 . El enemigo ha tomado Maqueda. La urgencia se hace dueña de Toledo. El Alcázar debe caer. Koltsov escribirá sobre ese día en tiempo presente, al contrario que los días anteriores. Transmite la sensación de que describe el día mientras participa en la batalla. Por otro lado, se sabe que, en parte, fue así, por las notas de Ovadiy Sávich y las fotografías y grabaciones de Román Karmén. Koltsov llegó hasta las mismas puertas del Alcázar. Cada paso está descrito. Las frases cortas de Koltsov, independientes, sin hilo argumental, y en tiempo presente también invitan a pensar que en el desarrollo del combate, aprovechando cada pausa, Koltsov las escribía en su libreta, y así las mandó como crónica después a Moscú. “Desde abajo vienen corriendo nuevos chicos. No se sabe quién comanda todo esto. Creo que aquí no hay comandante alguno. Con el primer grupo seguimos hacia arriba. Vamos a gatas, o simplemente agachados hacia cualquier otro sitio donde escondernos” 363 . Toda la descripción corresponde a ese intento de toma del Alcázar y un pequeño fragmento a las abarrotadas habitaciones del Hospital de Santa Cruz por tiradores y curiosos. Grupos de gente corriendo hacia arriba y vistas hacia el amenazante y deseado Alcázar. Sólo una pequeña casa sin techo, en la que todos se esconden, siendo un blanco fácil para el enemigo y las minas que allí habían colocado. Escribirá, ya en tiempo pasado, aquella misma noche: “De pronto algo me golpeó en los oídos y los ojos. Caí boca arriba sobre gente, ¿dónde caer si no? Sobre mí también cayeron. Y algo indescriptiblemente espantoso, asqueroso, húmedo me salpicó a la cara. La sangre me nubló los ojos, todo el mundo, el sol. Pero la sangre que hay en el cristal de mis gafas es de otro. En el rincón izquierdo del corral de piedra palpita un montón de carne humana muerta y viva” 364 . 362 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 113 363 Ibíd., pág. 114 -115 364 Ibíd., pág. 115 227 El resto de descripciones de Toledo de ese día girarán alrededor de esa casa y las paredes del mismo Alcázar. Grupos de gente que huyó hacia abajo tras la explosión, grupos de gentes que vuelven para arriba, y grupos de gente que no quieren subir. El intento de toma del Alcázar ha fracasado. Según Koltsov, la falta de coordinación y decisión lo ha estropeado todo. Ninguna descripción, salvo la de ellos mismos retirándose de las paredes del edificio: “Un terrible estruendo; las ramas de los viejos árboles de los patios caen rotas; los cristales crujen, un infernal retrueno de ametralladora como respuesta. Y nosotros bajamos, como niños traviesos que han llamado a una puerta y huyen por la escalera” 365 . 28 de septiembre. Tras un apresurado viaje a Alicante, a contar la llegada de un barco soviético con alimentos y armas para la República, Koltsov se apresura a Toledo, a punto de ser tomada totalmente por el enemigo. Vuelven las descripciones, ahora con carácter de triste despedida. Koltsov parece apresurarse a describir lo que durante los difíciles días anteriores no había contado a sus lectores. La posibilidad real de no volver a ver Toledo provoca en su diario la más poética descripción de Toledo (palabras que casi con toda seguridad escribió en el mismo coche que lo llevaba a la ciudad): “¿De verdad no volveré a ver más esa ciudad, su furia pétrea de calles agrietadas, la fría elegancia de sus oscuros portales y sus estrechas plazas, los sueños escultóricos de oscura piedra, el monasterio – cárcel con losas judías, la sinagoga con su cruz en un globo de cobre, con su altar árabe cubierto de hierba? ¿Ni a la bruja Isabel Delgado, ni a los moros cautivos, ni a los trabajadores de la fábrica de armas con los que subí por las empinadas cuestas hacia la fortaleza? Y la casa de El Greco, ¿acaso no volveré a estar, aunque sea un minuto, junto a sus columnas de madera, no subiré más por los fríos azulejos de las escaleras, no volveré a tocar los anclajes de su rejas de metal junto a la chimenea?” 366 . Muy poco tiempo resistió Toledo en territorio republicano. Los corresponsales soviéticos pasaron muy poco tiempo en la misma, y sus descripciones están ceñidas a ese escaso periodo. A pesar de eso, sí hay matices que diferencian las descripciones de la ciudad 365 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 119 366 Ibíd., pág. 124 228 dependiendo de la proximidad del enemigo. Toledo es, en sus crónicas, donde se reflejan todos los errores que cometía el ejército republicano: su desorganización, su falta de disciplina, sus contrastes entre lo que es y lo que debiera ser. Esos contrastes y esas mismas contradicciones son el hilo de todas y cada una de sus descripciones, y los objetos reflejados en las mismas son elegidos para acentuar su visión. Cabe destacar esa paulatina desaparición de menciones al aspecto físico de la ciudad conforme el fracaso se va haciendo más palpable. 229 4.5 VALENCIA “Apelsinia”, era uno de los nombres con los que los militares soviéticos nombraban Valencia y, a veces, a España en general, en una broma por “ocultar” en sus cartas desde dónde escribían, pues no contaban con el permiso para dar a sus familias información de su destino, algo que todo el mundo sabía en La URSS. “Apelsín” es la palabra rusa para referirse a la naranja. De paso, establecían un claro paralelismo con “Abisinia”, país atacado por el ejército italiano en fechas recientes, remarcando a menudo en sus memorias, con ironía, la guerra que los italianos esperaban encontrar en España, tan diferente a lo que estaba sucediendo realmente. Ante el intento de recrear la imagen de los corresponsales soviéticos de la que fue capital de la República durante gran parte de la guerra, sorprende la poca atención que aquellos le prestaron. Sorprende igualmente que Mijaíl Koltsov, a quien se le adjudica frecuentemente el papel de “hombre de confianza de Stalin en España” no se marchase allí junto al gobierno republicano y siguiese con su trabajo en Madrid. De la misma manera llama la atención que la Unión Soviética renunciase a tener a sus mejores corresponsales en la ciudad donde residía el gobierno de la República a la que apoyaban. Cierto es que había un buen número de colaboradores soviéticos en Valencia. Como corresponsales estaban Gelfman y Mirova, de los cuales no ha quedado ningún material literario reseñable. Pero ni Ehrenburg ni Koltsov marcharon junto al gobierno. En verano de 1937, Gelfman, enfermo, volvió a Moscú, y su lugar lo ocupó Sávich. Como capital republicana, Valencia acogió en numerosas ocasiones las visitas de los corresponsales soviéticos “principales”, protagonistas de este trabajo. Una gran parte de las crónicas de Ehrenburg están fechadas por él mismo en Valencia, y, sin embargo, las referencias descriptivas a la ciudad son escasas, ciñéndose a comentarios relativos a los acontecimientos que en ella transcurren, como notas a resultados de bombardeos enemigos o al Congreso de Escritores Antifascistas que tuvo en su primera reunión a la ciudad o el recibimiento del cadáver del General Lukach (el escritor húngaro Maté Zalka). La única 230 descripción de Ehrenburg detallada de Valencia es la relativa a los logros de su agricultura, así como a sus fértiles campos. “En la segunda mitad del día, cuando la ciudad empezó a ser especialmente ruidosa, los turistas valencianos se evaporaron” 367 . Koltsov se refiere a la visita de algunos políticos a la sitiada ciudad de Madrid, y esta pudiera ser una de las claves del escaso protagonismo de Valencia en las crónicas de los corresponsales soviéticos: el recelo hacia el gobierno republicano que dejó Madrid, abandonándola en vísperas del ataque de las fuerzas enemigas. Si bien el motivo político no debiera mezclarse con el literario, en este caso parece ser su razón principal. A su vez parece claro, por fuentes como la célebre novela “La Forja de un rebelde”, de Arturo Barea, que el recelo también era palpable en Valencia hacia aquel Madrid que adquiría absoluto protagonismo, y cuyos defensores eran “demasiado” heroicos. Koltsov también dio nota de ello. Era 14 de noviembre. Madrid llevaba sólo siete días defendiéndose. El gobierno republicano le había pedido que resistiese algunos menos: “A su vez, los “valencianos”, en esta misma y terrible semana han creado una leyenda sobre los arrogantes, peleones y confiados madrileños, sobre su insolencia e independencia, llegando hasta la insumisión ante el gobierno central” 368 . Siguiendo este planteamiento, el que hace una primera división en la visión neutral de Valencia en el diario de Koltsov antes y después de la batalla de Madrid, debiera haber más descripciones de Valencia antes de dicha batalla. Y así resulta. En sus primeros días en España, Koltsov, tras pasar por Barcelona, se dirigió a Valencia. “Una hora más de vuelo, y entre todo lo que alcanza la vista y los geométricos y bien alineados campos de olivos, la azulada, verde, rosa, entre una neblina clara, Valencia” 369 . 367 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 252 368 Ibíd., pág. 261 369 Ibíd., pág. 43 231 Y de ese mismo día: “Las hermosas plazas y los rascacielos desfallecen por el calor. En las aceras, bajo las palmeras, beben café y vermú, escuchan la radio sentados en las mesitas. A veces mojan o se chupan un dedo, lo levantan para saber si viene alguna brisa desde el mar” 370 . Koltsov no volvería a Valencia hasta febrero de 1937. Durante ese tiempo no existen referencias a la ciudad que no sean las relativas al huido gobierno y los recelos que los dirigentes de ambas ciudades se tenían. Unos por la “cobardía” de los otros, refiriéndose únicamente al gobierno republicano, y los otros por la “arrogancia” de los héroes de Madrid. Él mismo, Koltsov, era uno de ellos, y es más que probable que recibiese alguna reprobación por su deseo de quedarse en Madrid, contradiciendo los deseos de la delegación soviética. No es difícil imaginar que el mismo recelo que había entre los políticos republicanos existiese también entre los participantes soviéticos, dependiendo de su localización. (Ni una sola vez nombran, ni Koltsov ni Ehrenburg, a ninguno de sus colegas de Valencia en sus obras). Ya en febrero, Koltsov volvió a Valencia. Sus descripciones van encaminadas a resaltar las diferencias entre los dos lugares, exaltando la tranquilidad y paz que se vive en la ciudad levantina, en forma de reproche. “Valencia nos encontró con un suave calor, con el maravilloso aliento del mar, flores, frutas. Después de la severamente serrana y militar Madrid, esto es una sauna de descanso. Las naranjas forman una alfombra dorada kilómetros enteros alrededor de la ciudad, no hay a dónde llevarlas para venderlas. Los naranjos con sus frutos crecen en las calles principales, entre el asfalto, entre las farolas y los rieles del tranvía. Todo esto es tan innatural como si al abrir el grifo del baño en lugar de agua te saliesen peces. Las aceras están llenas por una masa de gente aburrida. Pasean, se sientan a las mesas, semitumbados, divisiones enteras de jóvenes en edad de combatir. En la central Plaza de Castelar hay un enorme cartel: “No olvidéis que el frente está sólo a 140 kilómetros”. Los suministros están descontrolados, en los mercados casi no hay provisiones, pero en los restaurantes se atracan a carne, pollo, pescado, verduras. La ciudad está llena a reventar” 371 . 370 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 44 371 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 46-47 232 La mayoría de las descripciones “valencianas” de Koltsov se resumen en los dos primeros meses de su trabajo en España. A pesar de que sus viajes a aquella ciudad se iban haciendo más numerosos, los detalles visuales descritos son cada vez más escasos. Abundan, eso sí, las comparaciones entre las zonas más cercanas al frente y las de retaguardia: “La gente de Valencia, en cuanto se acerca un poco desde el este a Madrid, empiezan a sentirse héroes y soldados. Y en algo llevan razón: en Madrid se puede morir de un bombazo o un torpedo mientras compras tabaco en el quiosco” 372 . Después de marzo de 1937, con la atención puesta en la Batalla de Bilbao y la recién acabada del Jarama, las únicas descripciones de Valencia se centran en imágenes muy simbólicas y no puramente descriptivas. El tono del autor se parece al de sus primeras descripciones de Madrid, antes de su batalla, y en este caso, siguen incidiendo en la actitud del gobierno republicano, para él, pasiva y falta de energía: “En Valencia ya hace calor. Los funcionarios del Ministerio de Guerra corren alborotados a la playa, y la policía hace redadas contra los bañistas y los devuelve a sus puestos en los departamentos. Todo está lleno de grandes planes y esperanzas” 373 . Tras la caída de Bilbao: “Valencia parece triste, pero tranquila. Por las calles marchan nuevos regimientos. El público los mira con respeto y curiosidad” 374 . Pocas más descripciones o referencias directas a la ciudad de Valencia que no sean sobre los temas mencionados, teñidos todos de impaciencia y cierto rencor. La falta de las mismas es cuanto más llamativa en cuanto a los días dedicados en su diario al Primer Congreso de Escritores Antifascistas, que tuvo lugar en Valencia, que es ampliamente descrito, obviando cualquier amplia y detenida descripción de la ciudad donde tenía lugar, excepto la siguiente anotación: 372 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 327 373 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 88 374 Ibíd., pág. 136 233 “La ciudad ha sido muy seriamente bombardeada esta noche. Seguramente, con motivo del Congreso” 375 . Además de esto, una última, y cabe apuntar que con fecha anterior a ese congreso, detallada descripción de la ciudad de Valencia en el diario de Koltsov: “Por la noche es imposible dormir en Valencia. La asfixia se agarra a la garganta. Por la ventana abierta entra una bacanal de gallos. Todos los valencianos, en cada casa, han reunido gallos y gallinas, los tienen en los balcones en los que han construido jaulas de madera, y en todos los patios, a lo largo de las paredes, hay gallineros de entre cinco y ocho pisos” 376 . Sávich y Karmén también estuvieron en Valencia. La influencia de Koltsov en ellos es enorme. Las páginas de su diario, publicadas casi semanalmente en los periódicos soviéticos, marcaban los patrones básicos del resto de corresponsales y voluntarios (con la excepción de Ehrenburg). Corresponsales y voluntarios que muchas veces eran retratados en las páginas de su diario y que se convertían a su vez en personajes populares durante la guerra. Ovadiy Sávich, que en el verano de 1937 fue enviado a Valencia en sustitución de Gelfman como cronista principal del TASS (la agencia de comunicación principal en la Unión Soviética), se marchó de Madrid a regañadientes. Estaba mal visto alejarse del frente. Pasaría, por lo tanto, una buena parte de su estancia en España en Valencia. “Pensé que volvería a Madrid en cuanto Moscú encontrase un “verdadero” corresponsal. No llegó nunca, y a mí me tocó darme de cabeza con la “alta política” 377 . Sin embargo en las páginas de su libro “Dos años en España” no existe ningún protagonismo de la ciudad en sus páginas. Una vez más, las referencias a la ciudad son menores de lo esperado, y, en cambio, fue el periodo en el que publicó buena parte de sus relatos basados en hechos reales, la mayoría de ellos, con Madrid de telón de fondo. También dedica muchas más páginas a los campos de toda la costa mediterránea, por la que se dedicó a viajar. 375 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 163 376 Ibíd., pág. 157 377 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 110 234 “Durante el verano, en Valencia hacía un calor espantoso: la ciudad se encuentra a cuatro kilómetros del mar, pero separada de él por campos de trigo cubiertos de agua estancada, cuyo olor llegaba hasta nuestro hotel. Las sábanas siempre estaban húmedas, y por las noches no refrescaba. Por una manguera rota se derramaba el agua bajo la ventana. Antes del amanecer empezaban a cantar los gallos: las dueñas valencianas no pueden pasar sin ellos, y cantan en cada balcón” 378 . También Sávich ofrece una pequeña mención a la Plaza de Castelar y a la Plaza de Toros cercana, no lejana, a su vez, de los puntos en los que se alejaban los voluntarios y participantes soviéticos. Apunta también a los carteles de nuevas obras de teatro, algunas con temática rusa, y, en resumen, también se lanza a describir las diferencias entre los lugares de guerra y de retaguardia: “La ciudad estaba llena, como cualquier ciudad, y sobre todo, siendo la residencia del gobierno. Había muchos refugiados de las zonas fascistas, de Madrid, una marea de funcionarios y militares. Era difícil encontrar un lugar en las cafeterías. En comparación con la hambrienta Madrid, aquí la vida parecía el cuerno de la abundancia. La cantidad de insignias que se vendían en las calles era inacabable. No sorprendía la gran variedad de los vendedores. Pero había gente que en su pechera, así como en el expositor del vendedor, convivían pacíficamente juntas las insignias de sindicatos socialistas y anarquistas” 379 . Muy pocas más referencias descriptivas de la ciudad de Valencia en la obra de Sávich. Sin embargo, y es necesario hacerle referencia, los campos y alrededores de la ciudad sí son ampliamente descritos: “En Valencia tuve la suerte de asistir a un “Tribunal de Aguas”: los jueces campesinos, ancianos, solucionaban las disputas de los vecinos en relación al agua. Las divisiones de los campos de arroz no eran muy grandes, y cada acequia alimentaba a bastantes apartados; con meter una pierna en la acequia es suficiente para dejar al vecino sin agua, y el culpable recibir así el doble” 380 . 378 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 110 379 Ibíd., pág. 111 380 Ibíd., pág. 116 235 En sus apreciaciones del paisaje valenciano, y al contrario que en las páginas de Ehrenburg o Koltsov, Sávich no incluye el elemento de la guerra, del antes y el después del inicio de la misma (las descripciones de bombardeos sobre la ciudad de Valencia son escasas en las obras de todos ellos). De esa manera, las diferencias del paisaje valenciano descrito por Sávich sólo responden únicamente al paso de las estaciones. Es una de las pocas descripciones de una zona en paz, junto a las dedicadas a las huertas catalanas y las ciudades de Alicante y Cartagena. Descripciones que recuerdan a las notas sobre España que viajeros europeos dejaron del país en siglos anteriores, paisajes idílicos: “Alejándome del mar, vi pequeños naranjos colocados en un orden ajedrecístico a los dos lados de la carretera: no en sesenta y cuatro casillas sino miles. Con pequeñas escaleras, a menudo apoyadas a los troncos, los campesinos vestidos con largas blusas recogían los frutos. Cuando pasé por este camino por primera vez los árboles estaban en flor, y la blancura del azahar, con el que adornaban a las novias, lo cubría todo y cegaba la vista; entonces no era posible contemplar su distribución ajedrecística” 381 . El resto de menciones detalladas de Sávich relacionados con Valencia se dedican a describir, muy detenidamente, a los dirigentes políticos de la República, siendo este tema, junto al de los campesinos, los fundamentales en los apuntes de Sávich en esa ciudad. Surge otra cuestión: si las descripciones paisajísticas de Valencia son escasas por tratarse una zona en paz, ¿ocurrirá lo mismo en otras zonas? Son varias las descripciones de zonas que aún seguían en territorio republicano y estaban alejadas de los frentes. Sin embargo, en zonas como el País Vasco, Asturias o Cantabria, antes de llegar el frente a ellas, sí es perceptible en las descripciones la cuestión de la guerra y la amenaza constante en las obras de todos los corresponsales. La diferencia en, esencialmente, la presencia del gobierno republicano en Valencia. Así, resulta, que la comparación entre Madrid y Valencia, por causa política, es el motivo constante en todas las referencias de los corresponsales respecto a la ciudad levantina, que en su aspecto visual queda relegada a un segundo plano. Es perceptible, por tanto, que la falta de atención hacia el aspecto visual de Valencia está profundamente influenciada por cuestiones de carácter ideológico. 381 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 116-117 236 Román Karmén incumplió las órdenes de Rosenberg, el embajador soviético en España, de marcharse a Valencia junto al gobierno, en días cercanos al inicio de la batalla de Madrid. Entre los dos operadores soviéticos se pusieron de acuerdo, y finalmente a Valencia marchó el segundo operador de cámara, Makasiéev. Nadie quería marchar a Valencia. El propio Karmén cuenta como ante la orden de marchar a Valencia busca a Koltsov por Madrid en busca de alguna ayuda, y dice no encontrarlo por ningún sitio: Koltsov seguramente había recibido órdenes parecidas y durante esos días, con travieso sentido del humor, hace referencia en las páginas de su diario, más de lo habitual, a “Miguel Martínez”, su seudónimo, ocupadísimo en tareas por toda la ciudad, quizás escondiéndose o dando motivo a que lo dejasen en Madrid, como finalmente ocurrió. Apenas hay comentarios de Karmén a la ciudad de Valencia, a pesar de visitarlas en varias ocasiones, y sus notas asumen la tendencia de Ehrenburg y Koltsov de no retratar detenidamente la ciudad. Y en el caso de hacerlo, volver a insistir en la diferencia existente con Madrid, con las zonas de guerra, además de hacerse eco de las hostilidades y recelos que el gobierno republicano, huido a Valencia, tenía contra Madrid. “Sólo ahora, al llegar a Valencia, he entendido hasta qué punto ha cambiado su aspecto Madrid. Aquí, en las calles hay un adornado gentío, una masa de flores, cafés llenos de elegantes jóvenes y floreadas señoritas, los carteles anuncian que en el “Café del Sol” actuará la famosa e inigualable Juanita Serrano. Hermosos rótulos llaman a la corrida de toros. Ningún bombardeo” 382 . 382 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 277 237 4.6 BARCELONA “En Nuremberg, Hitler dijo: “Alemanes, tenéis el derecho a levantar hoy la cabeza”. Al escuchar una sirena, fui yo quien levantó la cabeza: ocho aviones alemanes bombardeaban Barcelona por nonagésima vez” 383 . “Siempre recordaré aquel día en el que dejamos Barcelona. Hacía frío, el viento se llevaba por las calles los restos de papeles y periódicos, que llenaban los puentes y las aceras; el viento los levantaba otra vez y los lanzaba hasta los tejados. La ciudad estaba en silencio. La gente abandonaba sus casas y empujaban con tristeza sus pertenencias. Por primera vez vi españolas sin maquillaje: hundidas, con los ojos hinchados, delgadas, no se parecían a sí mismas” 384 . Barcelona fue la primera y última gran ciudad española que los corresponsales describieron, puesto era la entrada más fácil a España, una ciudad todavía lejana a los frentes, y, ya en 1939, el camino más cercano a Francia para huir hacia ella. También en Barcelona se encontraba el consulado soviético, con Antonov-Ovseenko, lejos del peligro que en cada momento acechaba Madrid. Las visitas de los corresponsales a Barcelona fueron numerosas, aunque no se puede confirmar ninguna larga estancia de alguno de ellos en la ciudad. De ahí que las descripciones de la misma no contengan muchos detalles sobre su vida cotidiana. A su vez, las imágenes, numerosas, dejadas en los diarios y memorias de los corresponsales soviéticos, utilizan los retratos de la capital catalana para expresar no tanto la situación de la guerra desde su punto de vista bélico sino del punto de vista anímico, englobando en ello a todo el país: Barcelona era el ejemplo perfecto para comprobar la actitud de las retaguardias respecto a los frentes, mientras aquellos estaban todavía lejos, las luchas internas dentro de los grupos políticos, la solidaridad de las zonas industriales y sus esfuerzos para producir y 383 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 314 384 S.I. Alenikova // “Leningradtsy v Ispanii”, Leningrad, Lenizdat, 1967, pág. 263 238 sustentar aquellos que luchaban, las dudas del gobierno catalán... Sobre Barcelona fueron las primeras noticias que el pueblo soviético leyó sobre la Guerra Civil Española. Román Karmén admitió que una descripción de la misma fue la que definitivamente le animó a intentar ser enviado a España en calidad de operador de cámara. Ejemplo que puede servir para medir el pulso con el que el pueblo soviético seguía las noticias que les llegaban: “Mijaíl Koltsov, que ya estaba allí, enviaba a “Pravda” increíbles reportajes. Escribía sobre Barcelona, que en esos días parecía una corriente humana de candente lava, el hasta entonces nunca oído hervir de una gran ciudad que había atravesado días del mayor levantamiento, felicidad. Todo se había sacudido, se había derramado hacia afuera, todo había alcanzado su punto máximo de tensión. Me imaginaba a mí mismo con una cámara en esas calles que describía Koltsov: “Es imposible contagiarse de esta tensión tan palpable en el aire, al escuchar el pesado punzamiento del propio corazón, caminando con dificultad entre las masas de jóvenes con fusiles, de mujeres con flores en el pelo y sables desnudos en las manos, de ancianos con bandas revolucionarias cruzándoles el pecho. Entre las canciones, las orquestas, entre el clamor de los vendedores de periódicos, cerca de los mítines y el solemne paso de las milicias populares...” ¡Cómo no estar allí ahora con mi cámara! Sobre todo me impresionó que en los entierros de los soldados muertos no llevasen los cadáveres a la tumba de forma horizontal sino vertical. Los muertos, como si estuvieran de pie, llaman a los vivos a seguir la lucha. Tras el entierro traían sábanas y mantas estiradas, donde el público iba echando su oro y cobre para ayudar a la familia del muerto...” 385 . En esos primeros días, la exaltación de la festiva Barcelona se acompaña con descripciones que se proponen mezclar el entusiasmo de la ciudad con el nuevo aspecto que muestra: “¿Alguna vez se vio así, como ahora, festiva por su victoria, la fogosa Barcelona?” 386 . Koltsov se apresura, en su primera llegada a Barcelona, a resaltar, imitando el tono festivo de la misma ciudad, las maravillas de la misma, sus mejores características, sus lugares y emblemas más significativos, así como la pobreza y contraste de algunos de sus barrios, 385 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 226-227 386 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 8 239 descripción directa, enumerada, que da a la inclusión de descripciones de elementos contemporáneos y ya directamente relacionados con la guerra: banderas rojas y negras, mítines callejeros, desfiles de soldados que se dirigen al frente… aunque pronto empieza a desarrollar su astuta precisión por el mínimo detalle, sobre todo si es dado a la broma, la sátira o la ironía: “En los coches van todos, llevan de todo; se arremolinan en los cruces, en las plazas, se golpean entre ellos, van por la izquierda: los coches celebran la gran fiesta de su liberación” 387 . También Ehrenburg describe una situación parecida, pero sin caer en los detalles que llenan las páginas de Koltsov y sin utilizar, ni mucho menos, el mismo sentido del humor. Al contrario, como en cada situación, ante cada visión, Ehrenburg la intenta de llenar de sentido, de significado contra el enemigo, o, lo que es casi lo mismo, estructura cada descripción en pos de encontrar síntomas que expresen las claves y los ánimos para la victoria que desea que llegue: “Son días calientes. La ciudad canta: salen notas de “La Internacional” de los más oscuros patios, se meten por los túneles del metro, suben a las cumbres de los montes. Por las ramblas pasean caballerías (...) Los niños portan banderas, los pasantes entregan sus anillos, monedas. Gentes con fusiles salen de los coches. En los bancos duermen adolescentes, vestidos con ristras de balas. Las jóvenes, andando con cuidado sobre sus tacones, arrastran armas. Por doquier hay barricadas todavía en pie; huelen a guerra todavía. Pedazos de cristal, cascotes. En los tocadores del hotel Colón, entre muebles rococó, hay cajas con granadas” 388 . A pesar del aspecto guerrero, a la vez que festivo, de la ciudad, y a pesar de esas tempranas fechas, en sus notas Ehrenburg no deja de apuntar lo que para él es ya un rasgo infantil y demasiado festivo, a la vez que poco disciplinado (hecho este último que será el origen de la mitad de los aplausos y las críticas de Ehrenburg hacia uno u otro objeto): “La fiebre conmueve la ciudad. Cada día la gente, en sus sueños, toma Zaragoza, libera 387 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 9 388 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 91 240 Mallorca, se abre camino hasta Córdoba” 389 . “Se hacen fotos con anchos sombreros, con revólveres. Algunos se llaman a sí mismos “Chapáev”, otros, “Pancho Villa” 390 . Román Karmén, en su segundo viaje a España, a finales de agosto de 1936, pasó varios días en Barcelona. En sus crónicas escritas detalla su trabajo en las crónicas cinematográficas. En ellas el tema y lo descrito se corresponde a lo retratado por Koltsov y Ehrenburg. Barcelona celebraba su victoria contra el levantamiento y Karmén utiliza la expresión “carnaval”: “Grabamos en las calles, las plazas, bulevares, rostros, sonrisas, flores, hermosas jóvenes con flores en el pelo y fusiles al hombro, las puertas de los hoteles, donde se concentraban los mandos de las organizaciones revolucionarias, los partidos, los sindicatos. Grabamos los veloces coches, de los que salían fusiles, adornados con bandas y flores, a las compañías de las milicias populares que marchaban entre las masas de gente que las saludaba. Barcelona lucía espléndida. El pueblo todavía no podía imaginarse las terribles experiencias que estaban por llegar, la victoria parecía cercana, el tono lo marcaban los anarquistas, que habían ocupado los mejores hoteles, habían recaudado los mejores arsenales de armas, los coches, y entre las masas se diferenciaban por su apariencia militar, repleta de armas, con anchos sombreros, con bordados rojos y negros. Así se me quedó grabada aquella Barcelona de agosto del año 36, carnavalesca, llena de fe en la pronta victoria y, por desgracia, despreocupada e inocente” 391 . Apenas un par de meses después, ya en octubre, la ciudad de Barcelona adquiere un matiz diferente para Ehrenburg. Barcelona sigue siendo la ciudad festiva (exactamente se cumplen dos meses del triunfo de Barcelona contra los alzados en su ciudad) que se prepara para la batalla… “Como siempre, las terrazas de los cafés están llenas. Pasan los tranvías, las taxis rojinegros. En las tiendas las vendedoras no dan abasto con el café, las corbatas, los bombones. Las mujeres llevan a las cajas de seguridad las pesetas ahorradas. Los 389 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 91 390 Ibíd., pág. 92 391 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 244 241 vendedores de periódicos gritan el nombre de veinte periódicos diferentes. Barcelona todavía no ha conocido las amarguras de la guerra. Pero de repente, como un viento, aparece la inquietud: – Madrid…” 392 . El inminente ataque a Madrid es el que, según Ehrenburg, cambia puntualmente la mentalidad de Barcelona: voluntarios que van hacia la capital, niños de Madrid evacuados en la capital catalana, simpatizantes… todos marchan, y la ciudad adquiere un tono de concienciación que para Ehrenburg es el signo necesario, nada menos, que para ver la vida en ella: “Barcelona, comida y tranquila, ha temblado” 393 . Muy significativo es el diálogo que Ehrenburg tiene con un policía francés tras cruzar la frontera el día 7 de octubre: “¿Qué hay allí?”, quise responder un rotundo: “Allí hay vida” 394 . "Claros días de otoño. Por el Paseo de Gracia pasan los milicianos; están aprendiendo a marchar. He visto el entierro de un soldado. Los que pasaban cerca le saludaban callados, con el puño levantado. Todos repiten una palabra: Madrid. La despreocupada Barcelona, la ciudad de la vida ligera y la despreocupación, entiende: esto es una guerra” 395 . Para Ehrenburg, la ciudad ha despertado más allá de su fiesta, y con ello, también su afecto y su preocupación literaria por la misma: el texto dedicado a aquella Barcelona de octubre, tan metódicamente elaborado como el resto de los textos de Ehrenburg, termina con el eco de los gritos de “¡NO PASARÁN!” que en la ciudad se escuchan ante el próximo ataque a Madrid. Una línea más abajo, y ante la frontera francesa, bajo los signos de exclamación de los cantos de Barcelona, Ehrenburg reproduce un ocaso, una tormenta y un viento frío que le golpeaba la cara. Y concluye: “El español que me llevó a la frontera, levantó el puño y gritó: “¡NO PASARÁN!”, en aquel 392 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 113-114 393 Ibíd, pág. 114 394 Ibíd., pág. 114 395 Ibíd., pág. 113 242 desértico camino entre el ocaso y el viento” 396 . La siguiente impresión detallada de Barcelona que se encuentra en la obra de los corresponsales soviéticos es de febrero de 1937, por parte de Ehrenburg y una de recién llegado Ovadiy Sávich, además de pequeños comentarios por parte de Koltsov, que se encuentra de forma permanente en Madrid y sus alrededores, donde están teniendo lugar algunas de las más decisivas batallas alrededor del río Jarama. La llegada de los dos corresponsales a Barcelona en febrero coincide con los primeros grandes ataques realizados por mar y por aire sobre la capital catalana. Los comentarios de los dos corresponsales se centran en recrear la ciudad en tiempo pasado, la Barcelona que fue y la que será ahora después de los ataques. Sávich y Ehrenburg coinciden en describir aquella Barcelona anterior al ataque como “Alegre y despreocupada” 397 , como afirma Ehrenburg, y “Alegre y adornada” 398 como apunta Sávich, que añade, recién llegado a España, y habiendo sin duda leído las crónicas de su amigo Ehrenburg, que: “Los innumerables carteles y banderas hablaban de inquietud, prevenían del peligro, pero las pinturas sobre las telas y los papeles resultaban festivas (…) los barceloneses no querían que nada resultase feo” 399 . A continuación ofrecen descripciones del desastre causado por el bombardeo, sobre los diálogos referidos a Madrid, que son permanentes en las calles, más ahora que la situación se vuelve más parecida entre ambas ciudades, y Ehrenburg ve en el bombardeo el triste aprendizaje por el que ya tuvo que pasar Madrid para que se levantara seriamente contra el enemigo: “Las casas derribadas y los gemidos de los heridos han surtido su efecto. La época de las llamativas banderas, los bonitos eslóganes, del despreocupado optimismo, ha acabado 396 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 114 397 Ibíd., pág. 131 398 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 10 399 Ibíd., pág. 10 243 para Barcelona” 400 . Será entre marzo y junio de 1937 cuando, a causa de la guerra y su transcurso, los corresponsales soviéticos muestren una imagen más crítica de Barcelona. El frente del Ebro no se ha formado definitivamente todavía y cuenta aún con pocos efectivos nacionales, que se siguen defendiendo en la ciudad de Huesca. Ante las decisivas luchas que están teniendo lugar en los alrededores de Madrid y las victorias republicanas que están empezando a sumarse, teniendo en cuenta el momento que pudiera ser decisivo para el devenir de la guerra, Koltsov, en una pequeña visita a Barcelona (que para ellos, poco a poco se transforma en el reflejo del gobierno de Cataluña) deja el siguiente fragmento, refiriéndose a un acto de León Felipe ante el público: “- ¡Necesitamos la dictadura! ¡Sí! ¡La dictadura de todos! ¡La dictadura para todos! ¡La dictadura de las estrellas! ¡La dictadura de los sueños! A muchos les hierve la mirada. Nadie sabe qué es eso de la dictadura de las estrellas. Seguramente es algo bueno. Las noticias del frente no interesan a casi nadie. Barcelona vive entre el cielo y la tierra, el infierno y el paraíso. La dictadura de los sueños…” 401 . La pequeña descripción que da Koltsov sobre la ciudad, aunque pequeña, al menos existe, (al contrario que en los textos de Ehrenburg y Sávich, donde no hay referencias a Barcelona por esas fechas a pesar de visitarla, lo cual no deja de ser una descripción de la imagen de Barcelona que tienen en aquellas fechas), se refiere únicamente a que los adornos de antaño han desaparecido, las banderas, la conmoción, y como apunta: “Ha adquirido un aspecto severo, burgués” 402 . Los comentarios a los sucesos de mayo de 1937, aquellos en los que se enfrentaron fuerzas republicanas y la agrupación del POUM, (que se comentará en otro capítulo), se centran en el problema surgido, pero no aportan ningún material descriptivo importante sobre Barcelona en aquellos días (ningún corresponsal soviético se encontraba en la ciudad catalana cuando dichos hechos tuvieron lugar). 400 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 132 401 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 89 402 Ibíd., pág. 89 244 Ehrenburg, ya en junio de ese año de 1937, dará un único apunte sobre Barcelona que se referirá, precisamente, al Frente del Ebro, comentando cómo los periódicos de Barcelona se preocupan más de las diferencias políticas que en las operaciones militares. La actitud del gobierno de Cataluña, muy criticado a veces en las crónicas soviéticas, hace que en esas fechas prevalezca el tono crítico de las crónicas soviéticas al referirse a Barcelona, por lo que las descripciones de la ciudad son muy escasas. Un buen ejemplo es la siguiente cita de Ehrenburg: “No están todavía exprimidas algunas ideas que sirven para organizar espectáculos en Tárrega pero no para tomar Huesca” 403 . No será hasta que los prolegómenos de las primeras batallas alrededor del río Ebro y el aumento del número de bombardeos sobre la ciudad entre noviembre y diciembre de 1937 cuando Ehrenburg, sin olvidar las cuestiones políticas, (su constante crítica a la, según su opinión, insuficiente decisión del gobierno catalán), y ante el horror de los bombardeos masivos, enérgicamente enfadado y sorprendido con la actitud de las naciones europeas, cuando vuelve a describir Barcelona de forma detallada, en descripciones brillantes que enmarcan más dolorosamente el contraste que marcan las bombas: "La plaza de Cataluña es el centro de Barcelona: un espacio con confiadas palomas, teatros, cafés. Ellos han tirado bombas en la Plaza de Cataluña. Han destrozado el Teatro. La gente corrió hacia el metro: bomba. Otra en una guardería. La tercera en un instituto de ingeniería. La cuarta en uno técnico. La quinta... Montones de ruinas. Han caído una galería de pintura, la biblioteca de Sociología, una colección de antigua escultura románica. Han muerto miles de personas. Este periódico anuncia: “Ha muerto en el bombardeo la familia Planas”, a continuación vienen los nombres, once personas... en el tranvía han muerto veintitrés. La metralla de las bombas ha matado a un bebé mientras tomaba el pecho. Tres días y tres noches han trabajado los bomberos en los escombros de las escuelas y guarderías, de donde sacaban cadáveres de niños” 404 . En unas fechas más tardías, y buscando el contraste, Ehrenburg vuelve a poner en alza la riqueza de la ciudad, su vida, y el peligro que la acecha: 403 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 204 404 Ibíd.pág. 243 245 “Quien ha visto Barcelona no la olvida: extraordinaria, soleada, alegre Barcelona. El mar, las montañas, las palmeras, las flores. Su ciudad vieja llena de joyas de la arquitectura románica, la nueva, de avenidas anchas y rectas. En las Ramblas bullen los animados gentíos, mercados de flores, pájaros en jaulas, Cafés, cientos de Cafés con mesas en las aceras: la gente toma café, bromea, discute, ríe… Los fascistas han sobrevolado la ciudad dieciséis veces en dos días. Han arrojado sobre la ciudad bombas de 400 kilos.”… “Los fascistas, entre bombardeos, lanzan panfletos: “Rendíos, o acabaremos con todos”. Los panfletos estaban escritos en español. Las bombas eran italianas” 405 . Unos meses más tarde, ya en 1938, Ovadiy Sávich pasó unos días seguidos en Barcelona por primera vez, los que no tuvo tiempo de pasar a su llegada por su rápido viaje hacia Madrid y los frentes. Sávich ve en Barcelona la transformación urbana que se verá en los textos sobre Madrid de Koltsov y Ehrenburg, puesto que cuando el frente llegó a la capital, él estaba todavía en Francia. Se trata de la transformación de una ciudad de su estado más tranquilo y brillante en una ciudad que se prepara para la gran batalla. Es obvio que Sávich supone de Barcelona la misma respuesta que se vio Madrid, y en esa trágica espera de la ciudad, después de los ya muy numerosos bombardeos, Sávich dedica unas merecidas páginas de Barcelona, que, en su dolor y su esperanza, se le muestra más sugerente que nunca antes: “¡Cómo ha cambiado Barcelona en estos dos años de guerra! Sigue siendo tan hermosa como antes, incluso muy bella, pero en ella no queda nada de aires de capital, ni del desenfreno de las ciudades portuarias. No la afean las casas derruidas, que son huellas de desgracia, no de decadencia. Se ha vuelto más reservada, callada, vieja, sabia. En esa sabiduría hay mucho de pena, y no la pena de la siempre adornada e ingenua Barcelona, sino una pena humana e increíblemente transparente. Hoy es imposible no querer a Barcelona” 406 . Sávich describirá una ciudad llena de heridos sentados en los bancos hablando con las jóvenes, de villas, antes lujosas, que ahora hacen las veces de sanatorios, el comercio callejero, con todo tipo de alimentos y productos, las prostitutas de las estrechas calles del barrio chino, los fumadores que piden a los que tienen tabaco que no tiren la colilla… Barcelona, en su tragedia, y a la espera de una tragedia mayor, se convierte para Sávich en 405 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 243 406 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 215 246 un cuadro de maravilloso interés, tanto por su humanidad, tanto por la que Sávich espera que sea una ciudad que vaya a responder al fascismo de forma contundente. En su siempre deseado juego de perspectivas, nuevas vistas, Sávich no puede evitar la tentación de subir a la montaña del Tibidabo y describir el panorama: “Una feísima y nueva iglesia de la Trinidad [se refiere a la Sagrada Familia – Apunte del autor], unas enormes mazorcas de maíz clavadas en el suelo, una muy hermosa catedral antigua, una factoría de gas, la montaña de Montjuiс, las anchas líneas del Paseo de Gracia, la “Paralela” y la “Diagonal” (así las llamaron por su posición respecto al mar). Durante el día, durante los bombardeos, la guardia del Tibidabo puede concretar el número de la casa donde ha caído la bomba. A los lejos se va el dulce y vacío mar. Ya nadie espera ninguna ayuda de él” 407 . Ya en junio de 1938, Ehrenburg se esfuerza por describir una ciudad heroica que no se asusta ante las bombas, ciudad a la que la guerra ya ha llegado en forma de bombardeos masivos y que vive pendiente de la defensa que le proporcione el Ejército del Ebro. De esa manera apunta, recuperando plenamente su tono más poético, ahora que el peligro es más inminente, que: “Las bombas caen sobre Barcelona, pero las palomas no salen volando” 408 . Un poco más tarde él mismo llega a resumir el proceso que ha sufrido la imagen de Barcelona en los dos años de guerra: “El destino de Barcelona ha cambiado ante nuestros propios ojos. ¿Quién olvida las noches del primer verano de guerra? Hasta el amanecer, por Las Ramblas, cantaba la gente. La ciudad estallaba en pos de la felicidad, se sumía en el fervor, gritaba. Esa Barcelona ya no existe. La mutilada ciudad se ha vuelto magnífica. No ha olvidado reír. Ha aprendido a odiar” 409 . Es desde la primavera hasta el otoño de 1938 cuando las descripciones de Ehrenburg se 407 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 217 408 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 278 409 Ibíd., pág. 278 247 enfocan definitivamente en Barcelona, ante el inminente peligro que la acecha. Si las anteriores descripciones, exceptuando las introductorias de las primeras fechas de la guerra, tienen el matiz de “juzgar”, de reflejar la opinión de Ehrenburg respecto al papel de Barcelona, del gobierno de la Generalitat frente a la guerra, a partir de los masivos bombardeos de la ciudad y sus alrededores, la intención de Ehrenburg y sus reportajes vuelven a ir dirigidos a las potencias extranjeras que nada hacen por evitar la tragedia y las armas de Ehrenburg vuelven a ser la descripción de la misma, acentuando el simbolismo de cada detalle. Las habituales imágenes de niños muertos bajo las bombas, las madres desoladas, las ruinas de viejos tesoros arquitectónicos van entrecruzándose con referencias a la vida diaria de la ciudad y sus logros cotidianos ante la amenaza. Ehrenburg deja de juzgar la poca disciplina de la ciudad, y en contraste con los daños causados de las bombas, alaba sus ganas de vivir en paz: “En los próximos días abrirá sus puertas la Universidad de Barcelona; empezarán las clases en las escuelas. Crece el número de bibliotecas. En las librerías hay muchos libros. He visto en los refugios de los pontoneros del Ebro bibliotecas móviles: Cervantes, Hugo, Tolstoy. Las revistas imprimen excelentes poemas de Machado. Los soldados aplauden en los teatros las obras de García Lorca” 410 . Tras la derrota del Ebro, el Ejército Republicano intentó formar lo que se denominó un “cinturón de acero” alrededor de Barcelona, que no soportó mucho tiempo las acometidas del enemigo. Este hecho provocó el éxodo de gran parte de los ciudadanos de la ciudad. "Los regimientos que se encontraban en la orilla, se han deshecho y los fascistas han llegado hasta Barcelona por el sur. Intentaron rodear la ciudad. La defensa en el barrio de Sabadell fue la más efectiva, y el anillo del enemigo no llegó a cerrarse. Mientras, el enemigo continuaba bombardeando la ciudad. En la ciudad no quedaban recursos. Unos cientos de hambrientas mujeres intentaban abrir barricadas. Empezó el pánico entre la población. La gente huía de la ciudad. Trepaban a los camiones, se iban en burros, andando, llenando todos los caminos. Los italianos les disparaban en vuelos rasantes” 411 . 410 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 324 411 Ibíd., pág. 360 248 Con esa derrota, ni Ehrenburg ni Sávich, (cabe recordar que ya en esas fechas Koltsov estaba arrestado en la Unión Soviética), volverán a describir la ciudad: la tragedia y la tristeza, así como la total desesperanza influye en sus páginas de forma igualmente trágica. De Barcelona sólo se apuntará ya el éxodo masivo de los ciudadanos hacia el norte, y no en forma de descripción sino de triste noticia. Casi ningún detalle de la ciudad nos es referido, salvo la del pequeño piso en el que vive Antonio Machado los últimos días de su estancia en España. Tanto Sávich como Ehrenburg acompañarían ese éxodo hacia el norte para cruzar a Francia y no volver más a pisar España. No hay constancia de cuándo abandonó Karmén el país, y en sus diarios, en sus posteriores memorias, sólo hizo referencia de la misma en los primeros días de su estancia en España, a pesar de que pasará más tiempo allí grabando. De los escritos en Barcelona durante la guerra, es en los de Ehrenburg en los que mejor se observa un cierto desarrollo en su atención hacia la ciudad, que irá desde el regocijo ante la festiva y guerrera ciudad, cuando ofrece las descripciones más detalladas, pasando por la decepción de una ciudad a la que no cree ver involucrarse ni entregarse de la forma que a él le gustaría (refiriéndose más a la actitud de la Generalidad catalana que a la ciudad en sí misma), cuando sus descripciones son menos frecuentes, así como poco después vuelve el entusiasmo por la nueva esperanza de ver una ciudad en la que cree adivinar nuevas fuerzas para la lucha, nuevos ánimos, hasta la triste contemplación final de una derrota inevitable, momentos en los que ofrece las últimas descripciones. Pero si es obvio que las circunstancias de la contienda influían en la atención de Ehrenburg hacia Barcelona, en cuyos reportajes elaboraba descripciones que apoyaban su punto de vista en cada momento, no es posible apreciar cambios en los matices con los que describe cada cosa, y ello es posiblemente achacable al poco tiempo seguido que pasaba en la ciudad, a la falta de contemplación diaria de cada elemento, rasgo que, por otro lado, es característico en todos los reportajes de Ehrenburg. Sí es valioso, por otro lado, algunos elementos que se repiten en sus citas sobre Barcelona. Para darse cuenta de los mismos, hay que acudir a los poemas que Ehrenburg dedico a la ciudad: un primer acercamiento nos avisa de que casi todos los poemas de Ehrenburg escritos en el último año de la guerra reflejan la noche. El dedicado a Barcelona en verano de 1938 muestra un soldado en las Ramblas que, sordo por las heridas, observa los pájaros que 249 se venden en la calle (Este poema, en su totalidad, se ha traducido en el punto de este trabajo llamado “El Soldado español”): “Junto a las pajarerías de las Ramblas Hay un soldado herido: ha quedado sordo De los zorzales, petirrojos y currucas No aparta los ojos. En sus orejas se asentó para siempre La voz nocturna de las granadas...” 412 . Es una Barcelona de retaguardia, de descanso de soldados. Esa imagen de lejanía del frente marcó todas las descripciones de Ehrenburg. Cuando el frente llegó a la ciudad, por alguna circunstancia, quizás la seguridad de la derrota, Ehrenburg no describió detalladamente la misma, acaso sólo los daños producidos por las bombas. En la gran mayoría de sus reportajes, Barcelona tiene como seña sus Ramblas, pájaros, soldados descansando, Cafés llenos y multitudes por las calles. La lejanía del frente durante la época de la guerra en la que la victoria era posible para la República influyó negativamente en el valor descriptivo de los textos de los corresponsales dedicados a Barcelona, y es difícil descubrir alguna alteración literaria en sus descripciones. En los textos de Koltsov, que no estuvo en España el último año y medio de guerra, la ciudad de Barcelona no llegando a cubrir las batallas alrededor del río Ebro, de forma gradual es relegada a un lugar de paso casual, lejano a la guerra y la descripción puntual de la misma que nutre sus páginas, aunque hay otro elemento histórico que determina de una forma más enérgica la impresión de la misma en las páginas de Koltsov: Barcelona es la ciudad donde las fuerzas anarquistas es superior a las comunistas, además de ser la sede de su odiado POUM. De esa manera, Koltsov marca una línea diferencial muy acentuada entre las dos ciudades más grandes del país, y cantará las victorias de Madrid como criticará (no menos que Ehrenburg) la “pasividad” de Barcelona (esta supuesta “Pasividad” es criticada por los corresponsales soviéticos ante la incapacidad de las fuerzas militares catalanas de tomar la ciudad de Huesca y otros puntos cercanos, en manos nacionales desde el inicio de la guerra). 412 Ilyá Ehrenburg, “V Barselone” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 33 250 Las descripciones y la imagen de la ciudad reflejan en cada momento la visión de Koltsov respecto al momento histórico dado, pasando desde la festiva Barcelona del principio (a pesar de los numerosos carteles anarquistas que por entonces no parecieron desagradarle demasiado), hasta la descripción o impresión cargada de reproche hacia una ciudad que él tampoco ve lo suficientemente entregada a la lucha. A pesar de eso, Koltsov, en sus visitas a Barcelona sí utiliza elementos subjetivos, literarios, para remarcar el cambio estético que percibe en la ciudad. A dicho cambio hace referencia en sus citas referidas anteriormente, así como en muchas otras: “Por la noche, de vuelta a la hirviente, insomne, llena de luces, Barcelona” 413 . 413 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 38 251 4.7 BATALLA DEL EBRO “El Ebro es el Volga de España. En un país con pocos ríos, el Ebro es verdaderamente un río caudaloso. Desde hace tiempo le han cantado canciones al Ebro. Pero pocas veces el pueblo español se acordó tanto de su preciado río como ahora: el Ebro significa la muerte o la gloria” 414 . Las mejores crónicas soviéticas en la zona del río Ebro fueron las de Ilyá Ehrenburg. Y su obra ha de dividirse en artículos periodísticos y poesías; la temática de Aragón y aquella batalla es la gran protagonista de la obra poética de Ehrenburg en España. Sus crónicas periodísticas describían los momentos fundamentales de la batalla; en sus poemas la descripción del paisaje es mucho más rica. Como en algunos otros de los temas que aquí se desarrollarán (véase el dedicado a Antonio Machado), el marco temporal que establecen las líneas de Ehrenburg es tan significativo como lo son sus propias palabras: su descripción de la Batalla del Ebro comienza con las primeras victorias republicanas, continúa con los enfrentamientos en cada posición, y no es descrita la derrota, pues la derrota ya es prevista por Ehrenburg con la mención del “Pacto de Múnich”, en el que Alemania amenazaba a Checoslovaquia, y la negativa de las naciones europeas a censurar esa acción. Después de esa noticia, Ehrenburg no volverá, a pesar de que todavía se repetirían algunas pequeñas victorias republicanas, a confiar en la victoria, y su literatura se dedicará, como en sus posteriores crónicas de la Batalla de Cataluña, a oscuras y desesperanzadas muestras del dolor, con un tono claro de reproche a Francia e Inglaterra, que han dado la espalda al pueblo español. Pero no hay descripciones de la derrota, que para Ehrenburg ya había llegado desde Europa. Ehrenburg ya había visitado zonas cercanas a aquella donde tendría lugar la Batalla del Ebro un año después. Allí había estado también Koltsov, que ya no estaría en España cuando empezó la citada y crucial batalla. El hecho de que Ehrenburg describiera la Batalla del Ebro desde primera línea de fuego se debe a que ya no estaba Koltsov, ocupando su puesto, y resultando finalmente las crónicas de Ehrenburg desde una distancia más cercana a la 414 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 307 252 primera línea, detalle que se refleja en sus crónicas. En las crónicas de Koltsov hay detalladas descripciones de la batalla por la población de Quinto, no lejos de Zaragoza, dentro del marco de batallas que en 1937 enfrentaban a los dos ejércitos por el control de la zona, y, sobre todo, por la defensa de unos y el ataque de otros por Teruel. Hay que señalar que los testimonios de Koltsov sobre las batallas en los alrededores de Zaragoza a finales de agosto de 1937 no fueron incluidos en su "Diario de España", publicado en Moscú en 1938 y traducido al español, sino a crónicas y cartas, publicadas en periódico pero no en libro (hasta años después) y que junto al "Diario" completan la obra llamada "España en Llamas" (Ispaniya v ogné). Las descripciones del lugar de la batalla, del paisaje que circundaba, es una descripción tranquila y austera, no preocupada ya por la formación o no de un ejército unido o la falta de disciplina u otras valoraciones personales. Koltsov se preocupó por describir muy detalladamente las imágenes, de expresar de forma fiel e imaginativa el entorno y las condiciones donde tenía lugar la contienda. Estas descripciones recuerdan enormemente, en su tono, a aquellas de Koltsov dedicadas a Madrid durante la primavera de 1937, cuando Koltsov se vuelve optimista respecto al posible resultado de la guerra. Como se comentará en el punto dedicado a la capital de España, es en 1937 cuando las descripciones de Koltsov se llenan más de creatividad y menos de ironía y desasosiego. Y son descripciones, por último, que servirán como contraste a las ofrecidas por Ehrenburg en parajes y condiciones similares un año después. “Aquí es difícil luchar. Duros montones de arena, a veces del tamaño de una montaña. Sobre ellas, cortezas de hierba quemada. Y es todo. Ni árboles, ni arbustos, nada que pudiera ayudar contra el calor. No hay agua. Hasta aquí la traen en cisternas desde arroyos que están a veinte kilómetros, y es un agua asquerosa, caliente y oscura. La mezclamos con vino para tapar su sabor salado y a barro. ¡Pero al diablo con los sabores! Que venga otro trago de esta agua, ahora que uno tiene todo seco por dentro y por fuera, cuando todos los poros de la piel están llenos de arena. Esta maldita y ardiente arena se cuela por la nariz y la garganta, por las orejas; te limpias los ojos con los dedos sucios y los ojos se te hinchan, el sol los quema y todo lo que ves alrededor se convierte en manchas naranjas 253 y lilas” 415 . El río Ebro aparece en sus crónicas como una referencia de peligro, cercano al frente, pero deseable, por su cantidad de agua. Aparecen también varias descripciones nocturnas, sólo frecuentes cuando Koltsov veía con optimismo la situación bélica (así ocurre en Madrid tras la exitosa defensa de la ciudad y aquí, en los prolegómenos de la victoria republicana en Quinto). El matiz de lirismo y la falta de escrupulosa descripción de los progresos de la guerra en puntuales crónicas de Koltsov, son una clara pista, sin necesidad de conocer el contexto histórico (que habrá de confirmarlo si es atendido) de que una victoria republicana ha tenido lugar o con toda seguridad se dará en breve. “Una enorme e irreal luna brilla sobre las pálidas colinas. En su luz aparecen y pasan lentas nubes de polvo de los soldados en marcha. ¡Qué soledad, qué vacío y silencio alrededor! ¿De verdad no estamos en África, en la Asia Central, de verdad estamos en Europa Occidental a tres horas de vuelo hasta París?” 416 . Tras la victoria republicana en Quinto y la entrada a la población, Koltsov se detuvo en citado lugar durante cuatro días, con una visita intercalada a Belchite, y antes de partir a Barcelona y después a Madrid, de donde partiría a la URSS por última vez. De su estancia en Quinto, Koltsov dejó cuatro páginas llenas de ricos detalles de temática puramente bélica, entremezclados con escasas descripciones del lugar, aunque no carentes de interés, como la de algunas prácticas habituales durante la guerra, especialmente cuando todavía había algún foco de resistencia en la pequeña población recién conquistada: “Por la calle principal anda un enorme rebaño de ovejas. Ellas también han caído presas. Después, entre el ruido de los tiroteos, suena un incomprensible y alegre grito, carcajadas y risas. ¿Qué ha ocurrido? Han encontrado un pozo, un verdadero pozo con agua, y al momento ha crecido junto al mismo una larga cola de soldados. Alguien ha dado ya la orden de coger agua con cantimploras y no con cubos, o no habrá para todos, y sobre todo, dar el agua a probar a una oveja, para saber si el pozo ha sido envenenado. La oveja bebe y... nada, el agua es buena, no está envenenada. No tuvieron tiempo de hacerlo” 417 . 415 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 247-248 416 Ibíd., pág. 248 417 Ibíd., pág. 251 254 Las luchas del Ebro descritas por Ehrenburg se dividen en tres partes, que coinciden con el desarrollo temporal de la batalla (aunque, como ya se ha dicho, se termina para Ehrenburg antes de la definitiva derrota militar). Existen descripciones de los primeros días, aquellos en los que los dos bandos se miraban frente a frente en las dos orillas del río, antes de los principales movimientos bélicos de unos y otros: “Los montes son rojos y rosados, y sobre ellos hay rocas plateadas y cenizosas. Las aldeas no tienen árboles, las casas son del color de la piedra y se encaraman hacia las cumbres. Y abajo, un río de color amarillo vivo” 418 . A finales de julio, el ejército republicano tomó la iniciativa y consiguió cruzar el río Ebro. “Ha ocurrido el día 25 de julio a las dos y cuarto: el ejército se ha arrojado sobre la orilla del enemigo. Pillados de improviso, los fascistas han abierto fuego sin concierto alguno. Una embarcación tras otra iba cruzando hacia la orilla derecha. El cruce no era sencillo: la corriente era rápida, y las barcas eran pocas. Cada brigada ocupaba siete embarcaciones” 419 . Fue tras ese suceso que Ehrenburg se encontró en lo que durante un tiempo había sido territorio enemigo, conquistado por el ejército republicano. De esos lugares, y de las gentes que los habitaban tratan buena parte de las líneas de Ehrenburg. “Los republicanos han liberado once aldeas. Todos recuerdan aquellos primeros informes fascistas; los triunfos del ejército republicano ellos los explicaban por la participación de “elementos marxistas que se habían quedado en las aldeas”. Yo vi esos “elementos marxistas”: mujeres, niños, ancianos. Los fascistas ocuparon las afueras de Cataluña cuando la ofensiva de primavera. Intentaron comprar a la población: les trajeron azúcar, bacalao, tabaco. Sin embargo, los campesinos han recibido con gritos de alegría a los republicanos (...) En la pared de una de las casas he visto la imagen de Mussolini con un casco y entre las flechas de la falange. Una campesina, llorando (su casa la derribó una 418 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 307 419 Ibíd., pág. 307 255 bomba fascista) me dijo, señalando con un dedo a los republicanos: -Estos son los nuestros. Ella no conoce los “Trece puntos de Negrín”. Tampoco sabe quién es Mussolini, aunque los fascistas lo hayan dibujado en la casa de al lado. Ella sólo sabe que los republicanos “son los nuestros” 420 . “Mora de Ebro, Ascó, Fatarela... en cada aldea hay una decena de casas derruidas. Entre las ruinas juegan los niños; por las calles, llenas de basura y restos de mobiliario, avanzan con cuidado los burros. Cargan aceite de oliva” 421 . “Hoy es el cuadragésimo segundo día de ataques fascistas. Observo desde lo alto de un cerro el amplio valle: campos, viñas, olivares, aldeas, caminos... todo esto ha sido arrebatado a los fascistas, y, a pesar de la superioridad tecnológica del rival, no han podido recuperarlo” 422 . Después llegaron los enfrentamientos más cruentos. “En la altura 705 la batalla no ha tenido descanso: un ataque tras otro, después el contraataque. Al conquistar la altura, los fascistas cogieron presos a ochenta republicanos y los fusilaron allí mismo. Los republicanos lo vieron desde sus trincheras. Con rabia se lanzaron al contraataque y recuperaron la colina. Del lado de los fascistas ha combatido su mejor regimiento, la cuarta división navarra. Los fascistas conquistaron la altura 705, pero no pudieron avanzar más allá. La aviación alemana empezó a lanzar bombas incendiarias. Los bosques ardían. Me es difícil en estas líneas, que escribo corriendo, describir lo que han soportado los defensores de la Sierra de Pándols. No se rindieron” 423 . Puede observarse de forma muy clara, el nuevo papel de Ehrenburg como corresponsal de primera línea, el mismo papel que antes realizaba Koltsov. Como ya se ha apuntado, Ehrenburg no describe la derrota militar en el Ebro desde el frente. Desde Barcelona iría ofreciendo después datos fríos, faltos de descripción alguna, de las batallas (y derrotas republicanas), que pareciera que él ya hubiese dado por hecho. 420 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 308-309 421 Ibíd., pág. 309 422 Ibíd., pág. 310 423 Ibíd., pág. 310 256 Ehrenburg, que gozaba de absoluta libertad para recorrer la parte de España dominada aún por la República, decidió que la batalla ya estaba perdida mucho antes, y abandonó el frente. La razón de su decisión, y a pesar de que en esos momentos la República estaba venciendo en algunas batallas en el Ebro, fue el pacto de Múnich, en el que Francia y Gran Bretaña aceptaban las resoluciones de Hitler respecto a Checoslovaquia. Uno de los temas más repetidos por Ehrenburg en su obra era precisamente la necesidad de que las naciones europeas “democráticas” se unieran contra Alemania e Italia, lo que era para él la única salvación para la República. De esta forma describe Ehrenburg, mucho antes de que el ejército republicano claudicase en el río Ebro, la derrota del mismo. “Los soldados me preguntan: -¿Qué pasa con los checoslovacos? ¿De verdad que Europa lo acepta? Yo me callo. Si Europa tuviera la valentía y la firmeza de estos defensores de la altura 544, sabría qué contestar” 424 . Un punto aparte merece la obra poética de Ilyá Ehrenburg escrita y/o dedicada a las zonas donde transcurría la Batalla del Ebro. También, por las zonas cercanas a donde luego tendría lugar la batalla, fue donde Ehrenburg vio los primeros combates. “Corazón, ¿eres tú quien corres? Rojizo, grabado a fuego, Aragón, Ni un árbol ni un arbusto, Sólo piedras y bochorno...” 425 Pareciera que los poemas de Ehrenburg dedicados a las aldeas del Ebro, ya fuesen escritos allí o ya en Barcelona, completan las crónicas de esos combates que ya no describió. Son poemas en los que apenas aparecen elementos bélicos, ni bombas ni soldados, sino versos que expresan noche, desesperanza, agotamiento, y una profunda pena. Casi un epílogo de la batalla, (en sus últimos meses en Barcelona escribió muy pocos poemas, y ninguno dedicado 424 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 311 425 Ilyá Ehrenburg, “Serdtse, eto li tvoy razgón?..” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 26 257 a la capital catalana sino a esas aldeas del Ebro). Uno de los mejores ejemplos de aquel estado de ánimo final en la poesía “española” de Ehrenburg es el siguiente poema, donde elementos, comunes en muchos de sus poemas, como la infancia, la noche y el desconsuelo, alcanzan su máximo valor simbólico. “Por las silenciosas baldosas de la plaza Caminan desconocidos vigilantes. ¿Decir sobre su edad? Ya no veo sueños Y mi agenda está llena de nombres muertos. De pie están inmóviles los guardias Los amigos ralean, y calla la pena. De entre todas las palabras, sólo quedan las esenciales: Cariño, aire, agua, madera. Con el mundo soy aún más piadoso Ya no estoy. Tampoco hay tranquilidad Y otra pena se me pega, como una lapa Y no estoy en condiciones de responderle. Dudo, busco en la memoria, busco la palabra Que exprese todo el silencio, el dolor Lejana para mí, conocida para el guardia, Desde su infancia, la contraseña” 426 . 426 Ilyá Ehrenburg, “Po tíjim plítam krepostnogo platsa...” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 71 258 4.8 BATALLA DEL JARAMA “No por casualidad, en el sótano del Alto Mando de Stalingrado había colgado un mapa de Madrid. En el Alto mando de la defensa de Madrid, uno de los consejeros soviéticos sería después ministro militar. Tras unos meses, el mismo consejero se convirtió en Mariscal. Ya en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, le pregunté a otro Mariscal dónde había sido más difícil: en el Jarama o en Stalingrado. Él se rió y me contestó: “En los dos frentes fue difícil, aunque es difícilmente comparable. El tamaño no fue el mismo. En los dos sitios hubo que resistir. Pero aquí sabíamos algo: se preparaba una respuesta a gran escala. Allí teníamos que confiar sólo en nosotros mismos” 427 . “Nunca olvidaré este suceso. Hacia nuestra posición venía al galope un grupo de jinetes. Nos impactaron sus vestimentas: en los hombros llevaban capas de fieltro, en la cabeza gorros cilíndricos de pelo... ¡Lo ves y no lo crees! ¡Cosacos de Kubán! ¡Aquí, en el Jarama! Y para colmo ¡empezaron a hablar con nosotros en perfecto ruso! De la conversación supimos que frente a nosotros teníamos a verdaderos cosacos, que emigraron en su día con los restos del destruido ejército blanco. Su intención era ahora la de espiar su culpa frente al pueblo y después de la guerra poder volver a casa. Los cosacos se colocaron en una casa vacía, no lejos de nuestros tanques. Pero ahí que en uno de sus vuelos los “Junkers” lanzaron sobre esa misma casa una bomba. Muchos de nuestros nuevos conocidos murieron” 428 . Al Frente del Jarama, y a la batalla allí acontecida, estará para siempre unida la labor periodística, literaria, de Mijaíl Koltsov. Todos los combates en la zona sur de Madrid, hasta las estribaciones cercanas a Arganda, fueron cubiertos por él desde la primera línea de combate. Debe apuntarse que, ante lo crítico de la batalla, los apuntes de Koltsov, aunque numerosos, 427 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 135 428 S.T. Morgun // “Leningradtsy v Ispanii”, Leningrad, Lenizdat, 1967, pág. 95 259 son en extremo esquemáticos, explicativos, y no hay mucho lugar para la descripción detenida de los alrededores de tan importante lugar y suceso. “En el sector de Morata de Tajuña ha habido un repentino empeoramiento de la situación. Inesperadamente han aparecido cerca de mil fascistas de la infantería; después de la preparación de la artillería, los sublevados se han lanzado al ataque. Aquí han luchado el batallón de Líster y el batallón polaco. Miguel estaba con ellos, que se mantenían con firmeza, sujetando al enemigo con precisos fuegos de metralleta” 429 . Con anterioridad al comienzo de la batalla en la zona del Río Jarama, Koltsov ya había descrito las batallas en las poblaciones entre lo que es hoy la Comunidad de Madrid y la Provincia de Toledo: Valdemoro, Seseña, Esquivias... Las descripciones ofrecidas de aquellas zonas, además de dar detallada información relacionada con el transcurso de la batalla y sus elementos, sus comentarios iban dirigidos, sobre todo, al estado de ánimo de los recién formados combatientes, de un ejército absolutamente nuevo e inexperto, así como a la extrañeza que él mismo siente de combatir en lugares semejantes. “Esto no es Europa del Este, donde un tanque puede girar fácilmente, echar abajo la valla de madera de los huertos, pisotear los pepinos en sus caballones o incluso pasar a través de la casa de madera. Un pueblo español es como éste, Seseña, un estrecho laberinto de callejones estrechos y empinados y a veces, sin salida; cada casa es una antigua fortaleza de piedra con paredes de medio metro de anchura” 430 . “Miguel visitó todos los batallones, habló con sus comandantes, con los comisarios: el ánimo es bueno, sobre todo tras el reparto de fusiles. Explican bien a todos cómo debe acompañar la infantería a los tanques, a una distancia de cincuenta a doscientos metros, no más. Sobre cómo se deben tomar las trincheras y las posiciones del enemigo, después de que los tanques hayan eliminado la línea de fuego enemiga y su primera línea de defensa. Los mismos tanquistas se arrojan a la batalla. Son chicos jóvenes, de los que muy pocos tienen más de treinta años, y los demás, veintiuno, veintidós. Preguntan continuamente: “¿Vendrá la infantería tras nosotros?”- eso es lo único que les preocupa” 431 . (Como se sabe, la infantería no acompañó ese día a los tanques que tomaron poblaciones del norte de la 429 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 57 430 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 186 431 Ibíd., pág. 183 260 Provincia de Toledo). Antes de centrarnos en la Batalla del Jarama, es necesario apuntar que sobre los combates en las poblaciones del sur de Madrid han quedado numerosísimos testimonios de voluntarios soviéticos, quizás incluso más que en las otras grandes batallas de la guerra. La razón: por primera vez en la historia la participación y enfrentamiento de los tanques era protagonista y resultaba decisiva en una acción militar. “La historia de los tanques soviéticos empezó sólo a mediados de los años treinta, lejos de nuestra tierra, en los campos abrasados por el calor y envueltos en el humo de la pólvora de España, donde por primera vez (en toda la historia militar) los tanques se convirtieron en la fuerza principal del combate, y resonaron las batallas entre tanques” 432 . De entre todas esas memorias, cabe destacar las relacionadas con la Batalla de Seseña el 29 de octubre de 1936, que engloban los combates de todas las poblaciones de los alrededores de esa población, (Valdemoro, Ciempozuelos...) también en los días anteriores a esa batalla. También es importante quienes las escribieron y fueron protagonistas en aquellos lances, como Nóvak, Paul Armán, Pávlov... muchos de los más importantes militares soviéticos en la posterior lucha contra el ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Y de entre todas ellas, muy numerosas, destacan las escasas pero valiosas páginas del diario de guerra de Paul Armán 433 (Paul Matísovich Tiltin), que por sus actuaciones en aquellos días recibió el título de “Héroe de la Unión Soviética”. Algunas de sus páginas se conservaron gracias al empeño de otros combatientes en España que incluyeron algunos de sus escritos en sus propias memorias. En el libro “Vmeste s patriotami Ispanii” (Junto a los patriotas de España), que se ha leído para el presente trabajo, se citan los apuntes diarios de Armán entre el día 30 de octubre y el 12 de noviembre, es decir, se describe de primera mano por uno de los principales protagonistas militares los días anteriores y posteriores al inicio de la Batalla de Madrid, 432 V.F. Kulabujov, “Tanki – vpered!” // “Vmeste s patriotami Ispanii”, Kiev, Izdatelstvo politicheskoy literatury Ukrainy, 1978, pág. 131 433 P.M. Armán // “Vmeste s patriotami Ispanii”, Kiev, Izdatelstvo politicheskoy literatury Ukrainy, 1978, pág. 45-48 261 resultando un material para el estudio histórico de primer nivel. Las citas relacionadas con la Batalla del Jarama en las páginas de Koltsov pueden dividirse en tres tipos, fijándonos en su temática: las descripciones de los momentos por los que transcurre la batalla, ataques, contraataques, posiciones... elementos que, por su temática militar, no se está en condiciones de analizar. “Una vez que han conquistado el Pingarrón, los alzados lo intentan mantener con un método especial, yo diría, típicamente fascista: van arrojando hacia aquí compañías de una en una. Cuando la primera ya casi ha caído, mandan una segunda. Cuando arde la segunda, mandan una tercera. Si los republicanos atacan con fuerzas que en ese momento resultan superiores, los alzados se van y contraatacan con unos cuantos batallones. Cuando reconquistan la altura, dejan en ella un batallón y vuelven a triturar a su gente, enviando una compañía tras otra” 434 . En segundo lugar, aquellas que describen a los combatientes y las circunstancias en las que se desarrolla el acontecimiento; en éstas se hace referencia continua a la juventud e inexperiencia del nuevo ejército republicano: “Seguramente, la batalla en el Jarama no decidirá el futuro de la Guerra Civil, ni siquiera el Frente de Madrid. Ahora se está apagando, sin dar un vuelco definitivo hacia uno u otro lado. Pero la Batalla del Jarama, sin duda, pasará a la historia militar como una grande, muy difícil batalla con la puesta en acción de todos los tipos de armas, de todo tipo de batallones. Sólo espero que los historiadores militares no se afanen demasiado en los esquemas y las posiciones de las fuerzas. Que recuerden siempre quién se enfrentó en estos lugares: por un lado, militares profesionales bajo el mando de comandantes y generales alemanes, y por el otro, jóvenes batallones del pueblo, armados, dirigidos por comandantes de ese mismo pueblo, y por jefes de división que sólo hacía un año y medio habían cogido por primera vez un fusil en sus manos, como voluntarios” 435 . Un tercer tipo serían las que describen el paisaje, y cómo la guerra lo va transformando. Llama la atención que sean estas descripciones las más virulentas y chocantes de cuantas Koltsov fue realizando por el país: 434 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág.58-59 435 Ibíd., pág. 66 262 “El Cerro del Pingarrón ha pasado muchas veces de unas manos a otras. Ese punto ya le ha costado varios miles de personas a cada bando. Hay cinco o seis casas, y una suave calva llena de piedras. Esto es todo por lo que se han perdido tantas vidas. Pero la guerra no sabe de clemencias. El Pingarrón es una posición clave para toda la región Este del sector del Jarama. Quien sea su dueño, controlará una gran parte del río. Y por eso que miles de proyectiles, cientos de miles de balas se encuentran en ese palmo de terreno de menos de un kilómetro cuadrado. Entre las casas y las colinas de piedra hay escavada una pequeña trinchera, y ya nadie recuerda quién la hizo. Por turnos la van ocupando, ahora fascistas, ahora republicanos. La trinchera está llena de sangre, de cadáveres amontonados, de trozos de cuerpos, destrozados por las explosiones de la artillería. Es imposible diferenciar los cadáveres. Sólo hay uno, que en su media cabeza tiene un pendiente que habla de África” 436 . “En el lado soleado de las pardas colinas hay suaves manchas verdes. En una curva del camino, iniciando la subida, hay un indefenso y conmovedor almendro. Sus coloridas y ávidas flores sobre la gris y ondulada llanura parecen una queja y un suave atrevimiento. Bajo el almendro, apegada la espalda al árbol, hay un hombre sentado con el cuello abierto. La sangre, como una brillante corbata, baja hasta la cintura, y más abajo, hasta hacer un gran charco en la tierra” 437 . Las descripciones de Koltsov que no se atienen a estas clasificaciones versan mayoritariamente sobre los propios soldados, sobre los combatientes y sus historias personales. De entre ellas llaman la atención las numerosas líneas dedicadas a los miembros de las Brigadas Internacionales y a los participantes soviéticos, en su mayoría, pilotos de aviones y tanquistas. Son las únicas que no están directamente ligadas a las condiciones de la batalla, aunque, evidentemente, influidas por ella: aparecen las poblaciones de la región, las actividades de los soldados en los momentos de descanso, sus testimonios personales... “Las batallas en el Jarama no han remitido totalmente, pero los tanquistas hoy han organizado una celebración. Me han invitado a ir con ellos. La fiesta ha empezado con una solemne tarde en el cine de las afueras de la ciudad que se llama “La Cucaracha”. A pesar de su alegre nombre, se trata de un edificio húmedo, estrecho y lúgubre, con suelos de cemento, bancos en lugar de sillas y un tambaleante 436 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 58 437 Ibíd., pág. 55 263 escenario. La sala la han adornado con plantas y retratos” 438 . En otra ocasión: “Durante largo rato contemplamos el negro cielo castellano, y a sus limpias, claras y lavadas estrellas. Por lo visto, todos pensábamos en lo mismo. En aquellos que están tan lejos, en diferentes puntos del mundo, y que también miran el mismo cielo, a su nocturna negrura o a los que contemplan ya su vivo azul del mediodía” 439 . Las descripciones del valle del Jarama durante los días de la batalla pudieran considerarse las más completas de las crónicas de Koltsov, aquellas en las que se concentran todas las características de su estilo, que en otros momentos, en otras crónicas, se muestran por separado. En ellas se combina su amplio conocimiento y capacidad de descripción de los movimientos militares, su excelente recreación de las batallas y la recreación del paisaje que forma el marco del suceso y que es dibujado de forma que refuerza y recrea la sensación del ambiente. Además, en sus crónicas durante la Batalla del Jarama, es muy llamativa la inclusión de imágenes violentas, no habituales en el resto de sus crónicas. Ilyá Ehrenburg no estuvo presente en la Batalla del Jarama, aunque sí visitó, en una ocasión, y posteriormente, los lugares donde aquélla había tenido lugar. Lo hizo tras la Batalla de Guadalajara, y en sus reportajes ambas batallas se suelen mencionan juntas. Ehrenburg dejó una sola descripción del paisaje de la Batalla del Jarama: “Alrededor del Jarama se ven calvas y agujeros; por mucho tiempo no crecerán ahí flores de un amarillo vivo” 440 . Todas las referencias de Ehrenburg hacia el Jarama son fruto de reflexiones sobre la guerra y su posible devenir. No hay descripciones detalladas de los lugares, sino que usa la simbología de los mismos para desarrollar sus ideas. Tras la visita a Madrid en abril, y coincidiendo con el aniversario de la República, escribía: 438 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2., pág. 59 439 Ibíd., pág. 65 440 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 175 264 “Suena ahora distinto el himno del romántico Riego: ahora no lo cantan desertores, ni tahúres, ni gendarmes, sino los soldados de Guadalajara y el Jarama. Lo cantan mientras van a la muerte. El pueblo español ya no espera más la República. Ya no la exige: ahora la conquista” 441 . Ehrenburg también apunta a la importancia de los resultados finales de la Batalla del Jarama (junto a la de Guadalajara), y su dimensión en el transcurso de la guerra, aventurando lo que puede significar también para los enemigos, entre los que incluye, como en casi todos sus reportajes, no sólo a los sublevados y sus aliados militares, sino a los políticos ingleses y franceses y su indiferencia ante lo que ocurre en España. Ante la próxima Batalla del Ebro, escribía lo siguiente: “Los fascistas se están retrasando tanto por el motivo de que para ellos es insoportable cualquier nuevo traspiés. Un segundo Guadalajara obligaría a recapacitar hasta a los lores ingleses. Una segunda Guadalajara, incluso, un segundo Jarama haría explotar los nervios de los falangistas y requetés. Al General Franco no le queda otra opción que una rápida victoria. Puede que en ese empeño se fragüe su derrota” 442 . Román Karmén sí estuvo presente en la Batalla del Jarama. Dejó pocas notas sobre aquellos días de batalla, aunque sí muchos minutos de grabación. Sólo una de sus notas fue escrita con toda seguridad durante esos días: “En estos días, en las primeras líneas de defensa de la Carretera de Valencia me encontré varias veces con un hombre que andaba torpemente por las trincheras. Iba hacia la más delantera de las líneas, se unía a los soldados de las brigadas internacionales y charlaba con ellos. Era el famoso escritor americano Ernest Hemingway, que junto al operador de cámara holandés Joris Ivens filma una película sobre la lucha del pueblo español” 443 . Los pocos apuntes de Karmén en la Batalla del Jarama tratan de personajes célebres a los que allí conoció, como Maté Zalka, el mismo Hemingway y otros. Algunos apuntan a su propia profesión de operador de cámara y a quienes grabó en aquellos históricos días: 441 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 174 442 Ibíd., pág. 232 443 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 285 265 “Los tanques, haciendo rugir sus motores, se pusieron en marcha. Yo me coloqué con mi cámara en unos grandes cantos. Toda mi atención se centraba en esos tanques. En una de esas máquinas iba mi alegre amigo Vania Zúev” 444 . 444 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 55 266 4.9 MADRID Miraba ella El mapa de España Después a mí, Después a España. Ahí, en líneas rojas y negras El frente, Un arco de grietas, con una terrible herida La Ciudad Universitaria. – Sabes, – miraba ella, Se parece tanto a mi garganta. (Torturada por las bombas, Madrid, Duermen los refugiados en sótanos, En angostas tráqueas). Ya van cuatro días Que no puede tragar La ahogan los canallas de la tuberculosis. Ya van cuatro días Que ella no mira Ni al mapa Ni a mí, – Hoy me siento muy mal Me duele mucho aquí, (Se señala el cuello), En España. 445 Semión Kirsánov. 1936. 445 Semión Kirsanov, “Ona i karta” // “Ízbrannie Stijotvoréniya”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1965, p. 113-114 267 “A través de la profundidad de una noche de octubre vagábamos, con cuidado, por las oscuras y vacías calles de Madrid. Cumpliendo con la norma de no usar luces para no dar pistas al enemigo, sólo muy de vez en cuando el conductor encendía los faros por un corto instante. Los rayos de luz hacían saltar de las tiniebla imágenes de casas en ruinas, montones de ladrillos, cristales y basura. ¡He aquí las huellas de la guerra!” 446 . Madrid se convirtió, a principios de agosto de 1936, en la primera gran ciudad europea en la historia que sufrió bombardeos aéreos de forma sistemática. Poco más tarde, fue la primera ciudad en el mundo que conseguiría frenar al fascismo de forma tan rotunda como inesperada, así como no permitió que se la dejase totalmente aislada, venciendo en importantes batallas a las fuerzas enemigas en sus alrededores. A su vez, por primera vez, entraron en combate las “Brigadas Internacionales”, así como la presencia de Italia, Alemania, y un poco más tarde, de la Unión Soviética, convirtió el conflicto en algo más que un suceso local. Madrid fue una ciudad a la que el gobierno de la República, marchándose a Valencia, pidió que resistiese “5 días”, para mientras formar un ejército entre Valencia y Castilla que habría de luchar luego contra los ejércitos enemigos. Pero Madrid resistió hasta el final de la guerra. Madrid es la gran protagonista en las páginas de los corresponsales soviéticos, así como en las memorias de los voluntarios y participantes. Aquella ciudad se convirtió en leyenda, y en el foco de todas las atenciones del mundo, sobre todo, en aquel otoño de 1936. El material dedicado a Madrid en las crónicas soviéticas, el más rico y extenso en ellas, trata sobre eso mismo, sobre la transformación de ciudad en mito. Temática que no había de dejar de tener un claro reflejo en la labor literaria dedicada a la ciudad durante aquellos días. El desarrollo de la imagen de la ciudad en sus textos, que es paralelo al transcurso de la guerra, se puede dividir en fases muy diferenciadas y que se reflejan en la descripción de la misma ciudad: la primera, estando todavía los ejércitos enemigos desplazándose hacia la ciudad, cuando Madrid es presentada como ejemplo de toda la mala organización 446 Vasiliy Bíbikov, “Pamiat serdtsa” // “Vmeste s patriotami Ispanii”, Kiev, Izdatelstvo politicheskoy literatury Ukrainy, 1978, pág. 13 268 republicana, de su inocencia, su falta de experiencia e iniciativa… ante el ataque inminente Madrid será tratada con cuidado y preocupación ante lo que parecen ser sus últimos días como ciudad no ocupada; se convertirá en un fulgor, en tormenta, en los primeros días de la defensa; en éxtasis tras los primeros éxitos de la misma; en ejemplo y felicidad tras las victorias alrededor de la de ella; en leyenda cuando se estabilice el frente ante la imposibilidad de ser tomada y la guerra se decida en otros puntos del país; y en mito y último hálito esperanza cuando la guerra ya está prácticamente perdida. Todos esos pasos son reflejados por los corresponsales, la imagen de la ciudad guardará consonancia con cada etapa y a continuación se analizará cómo: sobre el proceso de conversión de una monumental ciudad llena de vagos funcionarios, como apuntará Koltsov, al “más fantástico de los frentes jamás habidos” 447 , como apuntará Ehrenburg, o, cómo gracias a la perspectiva de los años, Ovadiy Sávich sólo encuentra una referencia para recordar aquel Madrid: Stalingrado. Abundan, en las descripciones de los días de agosto de 1936, las tardes de sobremesa, los ministerios casi vacíos y polvorientos, los despreocupados paseantes... Más tarde, ante la inminencia del ataque, la ciudad se vuelve noche en sus crónicas, las farolas están cubiertas de papeles azules para no dar pistas a los aviones enemigos, las calles están desiertas, se siente una tensión que los corresponsales afirman que era palpable; con la salida del gobierno de la ciudad hacia Valencia las descripciones se centran en censurarlo y en temer lo peor. Gente que huye, los ojos puestos en Carabanchel, en la Casa de Campo y en la Ciudad Universitaria. Y aquel 7 de noviembre, el día que el enemigo eligió para celebrar su victoria en el cumpleaños de la Revolución Rusa de 1917 (como intentaría años después Hitler en Moscú), se muestra en las descripciones como una sucesión detallada de batalla, sacrificio y feliz incomprensión ante lo que está pasando. Los corresponsales escriben a menudo desde el Hotel Palace, en cuya primera planta se ha establecido un hospital de campaña: gritos, dolores, heridos, vistas de la Plaza de Neptuno... Tras dos meses de intensa y detallada crónica de los combates, Madrid se convierte en un símbolo. No sólo ha frenado el avance enemigo, sino que ha mostrado una capacidad de organización y disciplina ejemplar, sin el gobierno central controlándola directamente. Madrid fue, a partir de entonces, el espejo con el que comparar cualquier cosa que sucediese en la guerra. 447 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 169 269 Mijaíl Koltsov fue el primero en llegar a Madrid, exactamente el 18 de agosto de 1936, ciudad donde estuvo hasta principios de noviembre de 1937, siendo el corresponsal soviético que más tiempo pasó en la ciudad durante el primer año y medio de guerra, casi de forma permanente, y, lo que es muy resaltable, incluso después de que el gobierno de la República se marchase a Valencia: no deja de sorprender que, Koltsov, el periodista con lazos más fuertes con el gobierno soviético, no siguieses al gobierno a Valencia, sino que se quedase en una ciudad a la que el gobierno ya daba por perdida. Las descripciones de Koltsov de la ciudad son, al principio, puramente metódicas: la enumeración de algunos rasgos y detalles generales de la ciudad, así como el apunte sistemático de la transformación de la ciudad ante la inminencia del ataque enemigo. Más tarde Koltsov se convertirá, de entre todos los corresponsales que hubo o pudo haber en Madrid, quien más detalladamente contase lo que en ella estaba sucediendo, tanto en la batalla, bajo las balas y con los soldados, así como en las más altas esferas políticas y militares. Como ya se ha apuntado anteriormente, el estilo de Koltsov es, quizás, el más original de los cuatro corresponsales. Sus primeras visiones de Madrid se podrían calificar incluso de cínicas, si no se tuviese en cuenta que era un periodista especializado en revistas y periódicos satíricos en la Unión Soviética. Koltsov verá en la ciudad de Madrid todos los defectos y errores que, a sus ojos, ha cometido la República para no adivinar y solucionar el alzamiento nacional. Así que para él será, al principio, una ciudad de funcionarios incompetentes, políticos confundidos y un pueblo inconsciente del peligro. “Por fin sobre el gris macizo calcáreo de la meseta, entre una nube de polvo aparece Madrid. Parece estar sola entre las montañas” 448 , y añade además que “Después de Barcelona, aquí todo es más tranquilo, cotidiano. Hay menos decoraciones, banderas, pancartas” 449 , Las descripciones de Koltsov sobre Madrid se irán transformando hasta que la ciudad se convierte para él, una vez revisada toda su obra literaria y periodística, en el elemento que le lleve a alcanzar las mejores y más poéticas y originales descripciones de toda su carrera 448 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 44 449 Ibíd., pág. 44 270 (que, como ya se sabe, acabó trágica y misteriosamente después de su vuelta desde Madrid a Moscú). Las descripciones “madrileñas” de Koltsov se podrían dividir en tres bloques diferentes: las que se referían a la batalla misma y a la trinchera; las que reflejaban la vida en la ciudad y la descripción de la misma; aquellas que fueron escritas mayoritariamente desde su habitación del Hotel Palace (convertida en hospital su planta baja y en alojamiento de periodistas y colaboradores soviéticos durante la guerra), siendo estas las páginas que muestran sus reflexiones personales. Hasta septiembre, fecha en la que con toda seguridad se puede situar a Ehrenburg en Madrid, Koltsov es el único corresponsal soviético en la ciudad, aunque a la misma llegasen, muy esporádicamente, algunos de corresponsales soviéticos que se encontraban en Valencia, como Gelfman. Entre mediados de septiembre y principios de octubre llegó también Román Karmén, y no fue hasta febrero de 1937 cuando Sávich llegó a Madrid desde Barcelona. Es en esos primeros días en Madrid donde Koltsov, por primera vez, hace un balance claro de las posibilidades que tiene la República de salir victoria de la guerra, haciendo hincapié en las fuerzas con las que cuenta la ciudad. Sus descripciones no reflejan en esos días ninguna visión de Madrid que no sea la de sus habitantes y amigos, del Partido Comunista, del Gobierno… Y todo será visiones políticas hasta el hecho que ocurrió el 22 de agosto de 1936: el incendio y el motín de presos rebeldes de la Cárcel Modelo: “La cárcel está entre el humo y las llamas, iluminada por la luz de varios proyectores, por sus paredes luchan mano a mano. El chirrío de la sirena, gritos, la guardia montada empuja al pueblo, disparos, el fin del mundo” 450 . De esa irónica forma Koltsov, que empieza a ver una voluntad popular y política (ya se ha apresurado a hablar con Dolores Ibárruri, José Díaz…), en la defensa de la ciudad, aunque sigue aprovechando cualquier para satirizar sobre cualquier actuación de los poderes gubernamentales, realiza su primera descripción de Madrid que no es una mera enumeración de detalles, que, por otro lado, en el plano paisajístico, que no en el cultural o psicológico de 450 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 58 271 los españoles, son pocos todavía: habrán de hacerse los más numerosos. Por la carretera de Extremadura las fuerzas nacionales se encuentran a menos de cincuenta kilómetros de la ciudad. Koltsov, y la preocupación por la situación misma, más las entrevistas que él mismo reproduce con Indalecio Prieto y otros políticos, le hacen ver de forma muy crítica la situación de la ciudad: “En los peldaños de mármol (del ministerio) de las anchas escaleras hablan y hablan unos oficiales de la marina vestidos en lujosísimos uniformes. En el bar de abajo les están sirviendo unos cócteles. Parece ser que es para lo único que han venido aquí” 451 . Otra descripción dejará Koltsov antes del fatídico 28 de agosto, cuando empezó a ser testigo de los bombardeos desde el aire. Se trata del Palacio del Marqués de Duero, sede ya de la Alianza de Escritores, la última descripción antes del significativo cambio de actitud que se puede apreciar en la imagen de Madrid a ojos de Koltsov, una descripción todavía fría, lejana… con el estilo permanente de Koltsov: “El Palacio es lóbrego, salas oscuras, cortinas de damasco, bustos de mármol de los llamados altivos grandes. El marqués tenía ochenta años, idiota, fetichista, toda la vida coleccionó guantes: han encontrado varios miles de pares” 452 . El día 28 de agosto vio caer las primeras bombas del cielo. Koltsov cambia su forma de representar la ciudad, que ya no volverá a ser la misma después de aquel día. La guerra ha llegado, y con una crueldad que hasta entonces el mundo no había conocido: con bombardeos sobre la población civil. En ese justo momento, Koltsov se referirá a la ciudad de una forma mucho más profunda, conmovida: de esa manera, por un lado, sus críticas a los gobernantes ante la falta de preparación ante esa situación límite se acentuarán, críticas que se reflejan en el trato a la ciudad, así como, al mismo tiempo, la ciudad empieza a sorprenderle en una dirección que él mismo no llega a comprender. Así se expresa al día siguiente del bombardeo, asombrado por los titulares de prensa de ese día y la poca importancia que dan a lo sucedido y la tranquilidad que muestra el pueblo de Madrid: “El lugar donde cayeron las bombas está acordonado, han cubierto la sangre con arena; la 451 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 65 452 Ibíd., pág. 68 272 multitud, llena de imprudencia recoge para el recuerdo pedazos de los cristales rotos. Todos discuten acaloradamente sobre el peso de las bombas; ya se ha extendido la teoría de que la bomba era de cincuenta kilos: eso no es una bomba para Madrid. Tales sandías que las tiren en Calamocha o en Majadahonda: la Chujlomá española” 453 . Ante la sorpresa que le causa tal situación describe el impetuoso ritmo de vida de las calles de la capital a pesar de lo ocurrido, las arregladas mujeres, los hombres que las siguen y las piropean: Madrid, parece, no ha cambiado en nada. Ni manifestaciones, ni carteles, ni miedo ni entusiasmo guerrero, sino piropos, bromas por las calles… y aunque apunta la enorme cantidad de soldados, no existe ninguna descripción de sus formaciones, pasos militares por las calles… sino sólo el vocerío y el tumulto. En sus páginas se esfuerza por mostrar su sorpresa ante una ciudad, Madrid, que no parece haber recibido un bombardeo aéreo ni espera muchos más y más intensos en breves fechas, de lo que no es realmente consciente: “En las tiendas todavía venden de todo, los precios no han subido, lo único que no se pueden conseguir son plumas estilográficas y materiales fotográficos. En los días del alzamiento y en los siguientes fueron vaciadas las tiendas de armas, fotos y papelerías. En esta guerra van a fotografiar y escribir mucho” 454 . Llegó el mes de septiembre. Koltsov marcha hacia Talavera y se aproxima lo máximo posible al ejército enemigo que se aproxima hacia Madrid. También ha asistido al intento de toma del Alcázar de Toledo. A su vuelta, también Ehrenburg está en la capital: “Madrid vive ahora como en una estación: todos se apresuran, gritan, lloran, se abrazan, beben agua helada, se asfixian. Los cuidadosos burgueses han cruzado la frontera. Por las noches, los fascistas disparan desde las ventanas. Las farolas están pintadas de azul, aunque a veces la ciudad arde con todas sus luces. Puede ser alguna traición, puede ser un descuido. Los fascistas se acercan por la carretera de Extremadura. En la principal calle de la ciudad, La Calle de Alcalá, como siempre, mucha gente: pasean, pelean sobre política, lanzan piropos a las mujeres” 455 . Ehrenburg añadirá además, ante la inminencia de la gran batalla, aquello que será una 453 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 72 454 Ibíd., pág. 73 455 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 92 273 constante en sus impresiones, utilizando, como también es común en sus descripciones, las palabras de un soldado español: “Hace falta una estricta disciplina” 456 . De que esa disciplina exista de una manera más o menos efectiva dependerán a partir de ese mes de septiembre la opinión, más o menos positiva, de Ehrenburg no sólo hacia Madrid, sino hacia el resto del país. En esos primeros días de septiembre las impresiones de Koltsov se verán influenciadas por algunos hechos determinantes, descritos por él mismo: el fracaso de toma del Alcázar y la conversación con una mujer que bendice entre lágrimas a la Unión Soviética, así como, más tarde se hace eco de las permanentes críticas y chanzas de otros corresponsales extranjeros sobre el carácter español y la imposibilidad de vencer contra el enemigo. Aquella mujer, a la que nunca olvidará y rememorará en varias ocasiones, más las críticas gratuitas y, sobre todo, la poca importancia que a la guerra dan esos otros extranjeros, harán que Koltsov sienta una responsabilidad mayor y una clara empatía con la tragedia española. Pocas serán ya las ocasiones en las que las visiones de Madrid, y del resto de España, estén cargadas con la agresiva ironía que hasta entonces habían tenido. Será por esas fechas cuando la ironía, la sátira de Koltsov se centre en el enemigo y las malas decisiones de la organización republicana. Todo ello tendrá una influencia vital sobre su visión de Madrid. Como él mismo admitirá, aún más después de la carta de Stalin que se publicó el diecisiete de octubre en el periódico “Mundo Obrero”: “Yo mismo, caminando por las nerviosas calles de Madrid, me siento más identificado con la lucha de este pueblo…” 457 . El mes de octubre acerca ya el ataque enemigo sobre la ciudad. Koltsov duda de la posible defensa, y sus impresiones de la ciudad se ajustan puramente a lo militar y a lo político: a la organización de la defensa: “¿Cómo se puede con tales fuerzas militares y con esos mandos defender Madrid, abierta, indefensa, con un millón cien mil habitantes, sin fortificaciones, con salidas y entradas absolutamente libres, hambrienta y desorganizada?” 458 456 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 93 457 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 164 458 Ibíd., pág.132 274 Evidentemente, cuánto mayor es ahora la desesperanza, mayor será la sorpresa ante la defensa, sorpresa que transformará definitivamente la imagen de la ciudad que dé Koltsov. Madrid se sigue preparando. Koltsov apunta metódicamente todos los cambios que sufre la ciudad, como, por ejemplo, el cambio de los taxis rojinegros que son ahora de color caqui, o cómo los soldados aprenden a hacer trincheras, transformando el aspecto de la ciudad. Y la guerra llegó a Madrid: “¡Fuego, fuego! Una cortina de lluvia abrasadora es vertida por los asesinos fascistas de tres países sobre la pacífica tierra española. Se abren paso hacia la capital. El pueblo aprieta con más fuerza sus rústicas armas, con más valentía se lanza a la lucha. Pero el anillo de fuego se estrecha.” 459 . La actitud de Koltsov hacia la ciudad ha pasado a ser de solidaridad, desasosiego, aunque mantiene la misma actitud de sorpresa. En esos días, ya con el frente enemigo en las afueras de la ciudad, entre permanentes bombardeos aéreos y la sospecha de que el gobierno va a abandonar la ciudad, Koltsov, ante la crítica situación, se detiene a describir hechos cotidianos de Madrid, descripciones que son ya ahora puramente movidas por la curiosidad y la sorpresa, así como la simpatía: “Los vendedores de naranjada no paraban de rugir en las aceras; la gente se bebía sus zumos, como siempre, sin vaso, empujaban el tapón de cristal hacia adentro y se bebían de un trago todo el contenido de la botella… ¿De verdad esta ciudad se encuentra ante un peligro mortal? 460 Madrid se convierte para Koltsov, en esos pocos meses, de una ciudad descuidada, llena de políticos que no aciertan con la respuesta, incapaz de hacer frente al problema que se avecina… a una ciudad que, sin haber cambiado radicalmente, es ya, al menos, una incógnita para él, como en esta cita del 27 de octubre: “Algo importante, complicado, algo profundísimo está ocurriendo en las entrañas de la enorme ciudad. Me da vergüenza admitir que no entiendo qué es exactamente. No soy 459 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1 , pág. 169 460 Ibíd., pág. 180 275 español. Pero no sé si lo entendería aunque lo fuera. No sé si lo entiende el gobierno y los dirigentes políticos. Algo nace y algo muere” 461 . Madrid resiste los primeros envites de las fuerzas enemigas por el este de la ciudad, así como se suceden cruentas batallas en sus alrededores, en un esfuerzo del enemigo por rodear totalmente la ciudad y aislarla completamente. Es posible que no exista ninguna crónica presencial de la guerra que detalle tan concienzuda y brillantemente esas batallas como la de Koltsov, que siempre estaba en primera línea de fuego. Es en esas fechas, en plena batalla por el control de la ciudad, cuando Madrid deja de ser un asunto laboral para Koltsov, y se convierte en un asunto literario. Además de la preocupación extrema por la batalla y su labor como cronista, las descripciones de Madrid empiezan a tener en sus crónicas un aspecto especial: puede sentirse el esfuerzo de Koltsov por ofrecer, entre las infinitas posibilidades de formas de descripción, aquella que no sólo informe sino que recree la imagen más fantástica posible de la ciudad: “Diez tanques vagan diariamente rodeando todo Madrid y disparando casi sin descanso, y con pequeños contraataques frenan los avances del enemigo. Los fascistas, sin duda, creen que aquí está funcionando una brigada entera de tanques” 462 . Ya en noviembre, en el fulgor de la batalla, y tras igualmente extraordinarios apuntes de Koltsov sobre los ataques, contraataques, informes sobre las víctimas, los niños muertos, las morgues llenas de cadáveres…de forma inequívoca el transcurso de la guerra ha transformado la imagen de la ciudad para Koltsov, así como las noticias de ella cambian esa misma imagen a los ojos del mundo. Pero lo que pudiera ser una simple ola de simpatía hacia una ciudad atacada, en Koltsov sufre una transformación estética, ahora, en medio de la tragedia. Koltsov empieza a ver cosas que antes no veía: “Antes no me gustaba esta ciudad, y ahora me resulta insoportablemente duro alejarme de ella. El seco y limpio otoño, los suaves atardeceres, la más absoluta transparencia de su cielo sobre las viejas tejas de los tejados. Parece que veas la estratosfera a través de esa 461 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 180 462 Ibíd., pág. 202 276 transparencia” 463 . Las imágenes de Madrid han pasado de un estado puramente representativo a un grado estético superior, reflexivo: “Cerca del Palace, del Parlamento en la Plaza de Castelar, ha pasado un enorme rebaño de ovejas. Su grisáceo color combinaba perfectamente con el del asfalto. Nadie se sorprende ya de las ovejas en las avenidas y plazas de Madrid, tanto se ha deformado su imagen respecto a su riguroso aspecto anterior” 464 . Ese mismo día el gobierno de la República tomó la decisión de abandonar la ciudad puesto pensaba que la situación era insalvable, y al día siguiente Madrid amaneció como un frente de guerra que se daba por perdido y no como una capital. Koltsov admite en sus páginas que la ciudad no puede ser salvada, pero que tampoco puede ser entregada. La crítica situación le conduce a centrar sus descripciones en las pésimas cantidades y condiciones del armamento de defensa de la ciudad, a reflexionar sobre qué se puede hacer con los presos rebeldes encarcelados, las evacuaciones… Entre el seis y siete de noviembre las fuerzas alzadas lanzaron el más duro ataque contra la ciudad desde el inicio de la guerra. La intención era clara: era el día de aniversario de la Revolución de Octubre en Rusia, y el golpe psicológico de tomar la ciudad ese día habría sido muy fuerte. Pero la ciudad no cayó ese día, y tan sólo cedió algunos centenares de metros en territorios no cruciales. En la ciudad, el Partido Comunista organizó una gran celebración en un teatro de la capital, a la que acudió Koltsov. Él, tan vulnerable a los cambios de humor, y tras la casi incomprensible defensa de la ciudad en aquel día, así como la exaltación a la URSS que se supone grande en aquella fecha, hacen de Koltsov la persona, seguramente, más optimista de la Madrid aquella noche del 7 de noviembre: “Y aún así, aunque el enemigo esté medio kilómetro más cerca, aún así soy profundamente feliz esta noche. Ya es claro: Madrid se defiende (…) No será entregada sin 463 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 206-207 464 Ibíd., pág. 208 277 pelea. Y muy bajo me digo a mí mismo: puede que nunca sea entregada” 465 . A partir de aquí Madrid será para Koltsov un campo de batalla, un frente. Koltsov se comportará desde ese momento como un soldado que escribe. El detallismo de sus crónicas llega a un nivel enciclopédico: desde la Junta de Defensa de Madrid (a la que él mismo acude, hecho que no esconde en ningún momento), la situación de los frentes, la explicación de cada maniobra, de cada arma, las condiciones meteorológicas y el efecto que pueden tener sobre la guerra, la actitud de los soldados, las más mínimas circunstancias relativas a la batalla… y Madrid se convierte para Koltsov en un mapa de operaciones y de hechos relacionados con la lucha. El pueblo de Madrid, para Koltsov, se divide en tres: los que la defienden, los que desde dentro la atacan (durísimas son las descripciones de Koltsov sobre las actuaciones de la llamada “Quinta Columna”), y, lo que es ya producto del estilo de Koltsov, los “turistas valencianos”, es decir, aquellos que huyeron de la ciudad y que ahora vuelven de paseo a contemplar el milagro: “La heroica defensa de Madrid ha resultado una sorpresa no sólo para los fascistas. Ayer y hoy han ido apareciendo fisonomías que sin dejar rastro alguno desaparecieron el cinco y seis de noviembre. Los “Regresados” echan un recatado vistazo a sus viejos despachos y cancillerías (…) En la segunda mitad del día, cuando la ciudad ya se vuelve especialmente ruidosa, los turistas valencianos vuelan de regreso” 466 . Por esas fechas de mediados de noviembre, Madrid es un cúmulo de detalles para Koltsov. No existen las descripciones plásticas, si acaso las que describen algún detalle del frente y los hechos que acontecen estrictamente a lo militar. Será con la paulatina estabilización de los frentes y el hecho ya innegable de que la ciudad puede ser defendida, cuando Koltsov vuelva a mirar con atención a la misma, que es descrita a continuación como víctima de los bombardeos aéreos, una ciudad que está siendo destruida, víctima de su propio heroísmo: “El Mercado de la Plaza del Carmen está siendo devorado por ardientes y ansiosas llamas. 465 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 241 466 Ibíd., pág. 252 278 El vivo humo, el hedor amargo del aceite de oliva derramado, el pescado chamuscado. Con tantas dificultades consiguieron traer aquí todo eso… Mañana una gran parte de la ciudad se quedará hambrienta. Con estruendo caen los tejados, las vigas de las cubiertas. Una gran columna de fuego inflama las casas de alrededor (…) Madrid arde, ¿acaso es posible que arda hasta las cenizas, que sea eliminada del todo? Sí, ahora parece posible” 467 . Aparte de las trágicas descripciones de los bombardeos y sus resultados, que son las descripciones más plásticas que Koltsov ofrece de la ciudad, Madrid desaparece entre el humo, y de nada más se ofrecerán descripciones en las fechas siguientes que no se refieran bien a la batalla, bien a los resultados de la misma. Como bien explica Koltsov describiendo su actividad de esos días: “Dentro de este óvalo, sectores, en ellos barricadas, en cada uno tantos cañones, tantas metralletas, tantos hombres. Entre esos sectores, marchando de uno a otro, pasan los días en un instante. Muchas cosas han quedado lejos, se han vuelto abstractas, excluibles. En algún lugar lejano han quedado las combinaciones gubernamentales y sus tejemanejes. No hay ni historia, ni literatura, ni geografía, nada excepto el plano de Madrid” 468 . Madrid son bombardeos, víctimas, fuego, humo, trincheras, soldados, dibujos en los mapas… la visión de Koltsov se centra en esos días en su visión personal, dejando la visión formal de un observador ajeno a limitarse a describir lo que él mismo ve y siente. Poco a poco Koltsov va dejando su mirada crítica para convertirse en un retratista, justo en el momento en el que su propia experiencia personal es la misma que la de la ciudad. En esas fechas las descripciones de Koltsov están marcadas por la cercanía a los acontecimientos, y la descripción metódica se va convirtiendo en la narración de una experiencia íntima, la de un hombre que ve los cadáveres entre los edificios de la Ciudad Universitaria, que vive (en una habitación del Hotel Palace), sobre la enfermería en que se ha convertido la primera planta y los sótanos, enfermería que ya no se llena de desconocidos sino de heridos ya queridos para el corresponsal. Koltsov sufre el proceso interno que va del metódico y crítico corresponsal soviético cuya misión es informar, a la del corresponsal que sufre en su propio ánimo la guerra. 467 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 268 468 Ibíd., pág. 271 279 Un buen ejemplo de ese nuevo tono en las visiones de Koltsov, personal y subjetivo, es la siguiente cita, recordando como ese día visitaba a un amigo en la enfermería, y como se escuchaba por la radio las palabras de Franco sobre el intento de tomar la ciudad “con el menor derramamiento de sangre posible”: “Los buenos discursos son siempre agradables de escuchar. Sobre todo cuando los trimotores del orador están lanzando bombas explosivas e incendiarias sobre las casas y las enfermerías de la ciudad” 469 . Dos días después, el 23 de noviembre, morirá su amigo en la enfermería, al que llama “Capitán Antonio” y que era un piloto soviético que defendía el cielo de Madrid durante aquellos días. El propio Koltsov se presentará en el cementerio y firmará los documentos del entierro como “su pariente más cercano”. No cabe duda de que es Koltsov, de los cuatro corresponsales aquí estudiados, quien sufre una transformación personal más profunda, que no hay que confundir con la profesional, que sigue siendo absoluta y magistralmente metódica y detallista, pero que, en cuanto a las imágenes de la ciudad que ofrece, poseedoras de un alto contenido e interés, se añaden otras que podrían considerarse de cierto interés poético, tanto por la forma de esas imágenes como por la inclusión, cada vez más presente, de su subjetividad personal, que se daba con mayor frecuencia en aquellas líneas que escribía durante la noche, en su habitación del Hotel Palace: “Es difícil imaginar una noche más oscura que la de hoy, aquí. Allí fuera, los guardias tapan a mano incluso las más pequeñas linternas, y fuman escondiendo el cigarrillo en las mangas. Los postigos están sellados, las ventanas herméticamente tapadas con cortinas. Tras la pared se oyen los gemidos de los enfermos. Los cañones arrollan Madrid” 470 . Las descripciones puramente analíticas desaparecen poco a poco, excepto aquellas que se refieren a aspectos puramente técnicos y militares. Madrid ya no es una ciudad, es un frente, que ha perdido su forma y sus rasgos, y que, en los momentos en los que Koltsov está en cualquiera de las primeras líneas de defensa, literalmente, dentro o a pocos metros de la ciudad, Madrid se convierte en algo lejano, que parece mentira pueda existir, que está “allí, lejana”. Llegados a ese punto, las descripciones de Koltsov combinarán el horror de la guerra con la sorpresa ante la respuesta de los ciudadanos, que acuden a los cines entre los 469 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 275 470 Ibíd., pág. 280 280 bombardeos, que todavía cuentan con orquestas, con librerías callejeras… Ehrenburg, que se dedicó a viajar en aquellos primeros meses por todo el país, independientemente a la posible lejanía del frente, intentando reflejar la imagen de la guerra y el país desde todos sus rincones, con toda seguridad volvió a Madrid en diciembre de ese mismo año de 1936, y, no habiendo vivido de cerca la respuesta de la defensa de la ciudad ante el enemigo ni las más crueles batallas, muestra un desarrollo mucho menor en su impresión de la ciudad que Koltsov, que ya muestra una más profunda e íntima relación con la misma. Sin embargo, no por ello la impresión de Ehrenburg deja de sufrir cierta transformación, pero es posible relacionarla en mayor medida con su opinión ante la contienda que a un cambio en su percepción de la ciudad, que utilizará de comparación y motivo de ánimo ante cualquier otra región o actitud entre los líderes políticos o soldados que todavía no han adquirido “el espíritu de Madrid”. No obstante, la visión que Ehrenburg tiene de la ciudad no carece de interés, sobre todo en las páginas que están dedicadas exclusivamente a la misma y que están influenciadas por la idea permanente en todos los textos de Ehrenburg de la necesidad de la disciplina. De esa manera, sus referencias a Madrid irán dirigidas a la exaltación de la nueva disciplina adquirida y el resultado de la misma en cuanto a la defensa de la ciudad, así como se remarcará el horror de lo que está ocurriendo en ella, la respuesta de sus ciudadanos y la falta de decisión de los países europeos que nada hacen para evitarlo: “Ésta era una ciudad vaga y despreocupada. En la Puerta del Sol se movían los vendedores de periódicos y de corbatas. Las bellezas de ojos grandes paseaban por Alcalá (…) Tras los rascacielos de la Gran Vía relinchaban los burros y los limpiabotas entonaban sentimentales canciones. Esto era una ciudad, ahora es un frente. La guerra ha entrado en ella, la guerra se ha hecho algo habitual, y la muerte, un pormenor” 471 . Es curioso, y relevante, como para Ehrenburg la ciudad pierde sus rasgos de la misma manera que ocurre con Koltsov: la guerra la hace invisible: “Por la noche la ciudad parece una campiña. De repente unos faros arrojan la imagen de 471 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 123 281 una columna, una fuente, un árbol. La ciudad no se ve, y sólo se adivina entre la turbiedad: los palacios, las plazas, las avenidas” 472 . Y concluye su ensayo sobre Madrid en diciembre del 1936 de la siguiente manera, guardando la típica forma de sus ensayos, que suelen acabar con la descripción de la tragedia, los heridos, los muertos, las ruinas…a lo que sigue una protesta llena de indignación, para finalmente reflejar la lucha de los que no se rinden: “¿Sobre qué escribir? ¿Una y otra vez gritar por teléfono que los fascistas son unos bárbaros? Pero eso ya lo saben todos: cada piedra de Madrid, cada gorrión en los jardines que todavía quedan.” 473 . Para Ehrenburg, Madrid se convierte en un ejemplo, en aquello que deben copiar los demás. Esto no sólo influirá en la constante mención de Madrid en sus páginas, sino que determina su predisposición a, poco a poco, ir detallando más habitualmente el aspecto físico de la ciudad. Como se puede ver bien en su ensayo de febrero de 1937 dedicado a las matanzas de Málaga: “Toda España se convertirá en ese Madrid ante la que los fascistas están plantados ya más de cien días” 474 . Para apuntar el ánimo de la ciudad ante tales circunstancias, hecho en el que Ehrenburg hace siempre hincapié describiendo cualquier lugar, caracteriza Madrid de la siguiente manera: “En los cafés, helados y llenos de humo de tabaco, los madrileños se ríen. No han olvidado bromear” 475 . Durante las últimas semanas de 1936, las descripciones se Koltsov se referirán casi estrictamente a lo militar, a las incautaciones en la ciudad, a los movimientos de la Quinta Columna, y, sobre todo, a los soldados y su vida diaria en los frentes. A su vez, y como cada 472 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 124 473 Ibíd., pág. 124 474 Ibíd., pág. 135 475 Ibíd., pág. 123 282 vez va siendo más habitual, aparecen apuntes que son cada vez más fantásticos, convirtiendo ya la ciudad en un cuadro incomprensible de perspectivas, juegos de imágenes y preguntas: “Un miliciano va a por periódicos para los soldados, todos le mandan hacer un encargo en Madrid. ¿Pero acaso no estamos nosotros en Madrid? Detrás de nosotros, tras un baldío, ya están las casas de las afueras de la ciudad, y un poco más allá se ven los rascacielos de la Gran Vía. Desde aquí, junto a nosotros, los rieles del tranvía cruzan la línea del frente y van hacia el parque, hacia los rebeldes, hacia Franco, hacia los moros, hacia Hitler…” 476 . La última imagen que en ese año de 1936 (el más rico en descripciones de Madrid), realiza Koltsov, se referirá nuevamente a esa sensación que existía, no sólo en él, de que Madrid estaba lejos, aunque fuese en sus calles donde tuviese lugar la batalla: “En todo caso, hay una dura lógica interna en el hecho de que los soldados se sientan fuera de Madrid. Allí, donde los bárbaros fascistas roen las barreras a su paso, allí donde día y noche hacen eco los fusiles, allí donde durante semanas bajo el fuego se extienden los cadáveres olvidados, no es Madrid. Allí donde los niños van a la escuela, donde flotan las banderas republicanas de los obreros, donde los jóvenes anuncian con voz en grito los nombres de los periódicos y los familiares cuidan de los heridos, allí está Madrid” 477 . Y en sólo cinco meses es más que visible el desarrollo que las descripciones de Koltsov han sufrido en cuando a su contenido y su forma: lejos quedan ya aquellas observaciones mordaces, críticas, aquellos adjetivos irónicos sobre una ciudad que parecía no estar preparada para la batalla… a un sentimiento de profunda aprensión, solidaridad, dolor… Comenzó el año 1937. Madrid se ha convertido ya en un lugar legendario para el mundo entero. Lemas como el “¡NO PASARÁN!” se escuchan en todos los rincones del planeta, de un mundo consciente de que quizás en las calles de esa ciudad se esté decidiendo la futura existencia o no de una Segunda Guerra Mundial. 476 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 327 477 Ibíd., pág. 328 283 Para Koltsov y Ehrenburg la ciudad de Madrid les ha influido de manera diferente: a Koltsov le ha despertado una serie de sentimientos y pasiones que han estilizado sus descripciones y las ha dotado de una reflexión poética que hasta entonces no había existido, y como no desarrollará Koltsov por ningún otro punto del país. A Ehrenburg le influye en su esperanza y su afirmación en la necesidad de una ordenada disciplina y una verdadera conciencia de la importancia del momento. Pero es necesario también apuntar que con la estabilización del frente de Madrid y la seguridad de que la ciudad no va a ser tomada fácilmente, si acaso va a ser tomada, hará que los corresponsales se muevan por otros puntos: Koltsov se dirigirá al Jarama y los alrededores de la ciudad, así como a Bilbao, Asturias… y Ehrenburg se dirigirá principalmente a zonas del Ebro, y a otros puntos del país. A principios de enero las descripciones de Koltsov alcanzan uno de los niveles más ricos y plásticos de toda su carrera literaria y periodística (recuerdan enormemente a las escritas por él mismo entre 1917 y 1924), lo que se añade a su estilo irónico y profundo. Difícil sería imaginar la siguiente cita en la obra de Koltsov de no haber pasado esos meses en Madrid: “El cielo de 1937 se presenta con toda su festiva y espumosa belleza. Es un cielo glorificado, el cielo de Madrid; sorprendente por su transparencia, por la enorme fuerza de su luz, que da una sensación casi de profundidad material, plástica. Se puede mirar a él como se mira a un tranquilo estanque cristalino, como a un iluminado escenario de un teatro, pudiendo diferenciar el primer y el segundo plano, los telones de nubes, el fino trazo de los diferentes tonos de color y sus lentos, majestuosos cambios. A este cielo lo alabaron con himnos de colores Velázquez y Ribera, lo oscureció en enfadado Goya, la Inquisición levantó hacia él sus rezos, maldiciones, el hedor y el humo de la carne de hombres quemados. Después se apagó por trescientos años, indiferente, inmóvil, inquebrantable. Ahora es odiado. Si un hombre en una calle de Madrid de repente mira al cielo, todos a su alrededor se apegan a los resquicios de las puertas, y los chóferes abren gas” 478 . Con la llegada de Sávich a Madrid se puede entender muy bien cómo la imagen de la ciudad había cambiado a los ojos del mundo, y cómo las obras de los otros dos corresponsales soviéticos, así como del resto de corresponsales, influían en su percepción de la misma. 478 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 6 284 También para Sávich, en comparación con sus descripciones del resto de puntos de España, Madrid se le aparece como un lugar fantástico, sin rasgos ni formas visibles, como una ciudad mítica donde se desenvuelve el destino del mundo, y donde cada detalle adquiere connotaciones legendarias, la primera ciudad que resistía al ataque de las fuerzas fascistas internacionales… Pero las imágenes que Sávich muestra de Madrid guardan un orden diferente al de los otros dos corresponsales: cuando la ve por primera vez es ya la ciudad mítica, y más tarde Sávich la convertirá en sus descripciones en una ciudad humana, material, física, real, siguiendo el orden contrario a los otros dos corresponsales soviéticos, hecho que evidentemente está influido por la tardía descripción de la ciudad que publica en los años 60, para un público que ya era conocedor del resultado final de la Guerra Civil en España, y para él que Sávich ve conveniente mostrar primero la ciudad en su carácter mitificado y luego mostrar su carácter humano. Teniendo esto en cuenta, se ha de prestar atención a cómo ese proceso es llevado a cabo, así como resaltar las magníficas imágenes e impresiones que Sávich dejó de la ciudad de Madrid. Sávich llegó a Madrid de noche, en coche, por el único camino que la victoria de las batallas en Guadalajara del bando republicano había dejado libre. “Y llegamos en coche a Madrid. Por alguna extraña razón hablamos en susurros, incluso el chófer. En realidad, también es la primera vez que llega a Madrid. La ciudad está vacía y silenciosa. Ni una sola luz. Pero brilla la luna, y la ciudad parece blanca. Parece que brilla y que contiene el aliento, que no duerme. Sólo se escuchan los golpes, golpes como los de un martillo, los disparos en la lejanía. Pronto me acostumbraré a ese ruido nocturno, a la lenta labor de la guerra por la noche. Pero la primera vez que lo escuchas se te hiela el corazón. Ruinas. La bondadosa noche esconde su terrible monstruosidad, extiende un manto de luna sobre las heridas abiertas. Parece que las ruinas brillasen, que son seres fantásticos que tampoco duermen y guardan la ciudad. Los guardias paran el coche, dicen que para los movimientos nocturnos hace falta un permiso especial, pero que si acabamos de llegar… Es tan raro que hablen con un tono de voz normal, y no con los susurros que utilizamos nosotros… El hotel está en el centro. Nos llevan por unas majestuosas escaleras, por pasillos. La 285 habitación del lujoso hotel está llena de encajes. La cabeza da vueltas tras el largo viaje y el cansancio. En la habitación hace mucho frío, no la calientan. Levanto la persiana. En la plaza hay algo deforme: una famosa fuente defendida de las bombas por sacos de tierra. En el silencio otra vez se repite aquel lejano y repetitivo ruido. Ahora se parece más al crujido del látigo de un pastor. ¿De verdad que estoy en Madrid? Millones, cientos de millones de personas en todo el mundo se intentan imaginar lo que yo estoy viendo. Se me corta el aliento, abro la ventana. Vale que en la calle haga más frío aún que en la habitación, pero ¡es el aire de Madrid! El aire de Madrid…” 479 . Es imposible imaginar una descripción tal de la ciudad de no estar estrechamente influenciada por el transcurso de la guerra, refiriéndose no sólo a la mera descripción de detalles propios de una batalla, sino al tono, el amor entregado y la fascinación en las palabras del corresponsal. Es fácil imaginar que las mismas descripciones, el mismo día, de ir peor el transcurso de las batallas alrededor de la ciudad, serían muy diferentes. Tampoco es extraño entrever en las palabras de Sávich la vocación de escritor de ciencia ficción que tenía bajo el seudónimo de René Kadú. Tras esas brillantes descripciones, Sávich dedicará sus páginas dedicada a Madrid a la pura descripción de los elementos y circunstancias de la guerra, de los participantes, de lo que ocurría… siempre con un tono nostálgico y evocador. Después de las imágenes ofrecidas, de la presentación de la ciudad heroica, Sávich pretende mostrar la cara más objetiva de la ciudad, aunque siempre en sus textos se pueda percibir su amor por las evocaciones irreales y los juegos de perspectivas, así como el simbolismo de cada una de las imágenes que ofrece es muy alto. Gracias a una airada intervención de Koltsov, a Sávich se le puso en disposición un coche para conocer todos los rincones de la ciudad y los frentes. Así describirá los barrios de Cuatro Caminos, Carabanchel… y de la mano de Rafael Alberti visitará el Parque del Retiro… De esas descripciones se apunta aquí una que tiene que ver con la Ciudad Universitaria de Madrid, y que podría haber servido también para ilustrar la confrontación entre cultura y 479 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 34 286 guerra que se ha tratado anteriormente: “La Facultad de Filosofía se ha salvado. Es un relativamente pequeño y bonito edificio. Paredes blancas, enormes ventanales. En algunos sitios el cristal ocupaba toda la pared. Pero ya no quedan cristales, todo está roto. El tejado ha desaparecido. Pedazos de los azulejos yacen en el suelo entre cristales, piedras y libros. Se ve un infolio griego junto a un proyectil que no llegó a explotar. La “Crítica de la razón pura” de Kant está abierta en el suelo, y sobre las líneas de Kant hay cargadores vacíos. Los finos cuadernos de las tesinas están revueltos con la tierra, despegada de las botas de los soldados” 480 . El resto de descripciones que Sávich dejará de Madrid serán dedicadas a resumir todos los acontecimientos habidos en las ciudad desde el inicio de la guerra, así como a retratar brillantemente a personajes de la ciudad, ensalzando su carácter, asunto que rellenará gran parte de sus escritos. También en sus crónicas se pueden entrever las influencias de los otros dos corresponsales, a los que admiraba por encima de todas las cosas. De ahí que se puedan descubrir, analizando los textos, semejanzas en algunas ideas y descripciones, como aquella expresada por Koltsov sobre la “lejanía de Madrid” que se siente en los frentes de la ciudad. Pocos meses después, en junio, Sávich fue enviado a Valencia para cubrir el puesto del enfermo Mark Gelfman. A partir de ahí las alusiones que haga a Madrid serán, como en las páginas de Ehrenburg, para ponerla como ejemplo de esfuerzo, lucha, y esperanza, y no alcanzarán la calidad y riqueza de aquellas primeras descripciones. Por tanto, en las páginas de Sávich dedicadas a Madrid, la guerra jugará el papel de empujar al corresponsal a buscar el detalle real dentro de esa ciudad “mágica” que ve al principio, a retratarla de la manera más realista, a la vez que simbólica, posible. En febrero de 1937, Koltsov saldrá de Madrid y se dedicará a visitar otras zonas del país. Pero no por ello es significante el cambio de actitud que sufre en cuanto deja la ciudad: “Madrid se queda atrás, y sólo en este preciso minuto entiendo en qué terrible peligro se 480 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 39 287 encuentra la ciudad, qué separada del resto del mundo, qué extraño, triste y amargamente glorioso destino han tomado sobre sus hombros esos cientos de miles de personas, esos que viven entre aquellas paredes, en aquellas calles, entre aquellas zanjas y barricadas” 481 . Ya no es tan llamativo el sincero cariño y compasión que siente por esa ciudad que en un principio le era extraña y desagradable por funcionarial e indecisa, sino que la salida de Madrid hará que el estilo de Koltsov vuelva a ser exactamente el mismo que en agosto, irónico, sarcástico… en su relación con todo lo que ve fuera de Madrid. “Ya son cinco meses que Madrid resiste. Una gran ciudad corriente, y el más fantástico de los frentes jamás habidos: así soñó la vida Goya” 482 . En abril de 1937 Ehrenburg vuelve a dedicar un ensayo completo a Madrid. Cabe recordar que Ehrenburg sólo aporta detalladas impresiones estéticas de los lugares dados cuando se encuentra en ellos o acabada de estar allí, y, mientras, la mención de Madrid es para Ehrenburg puramente simbólica. Así, en dichas impresiones se puede ver una evolución clara en la utilización de los adjetivos, como se verá a continuación, y que tanto recuerda a sus poemas. El ensayo que Ehrenburg dedica a Madrid en 1937 es sin duda un escrito ejemplarizante de todas aquellas facetas que han convertido la ciudad, en su opinión, en la ciudad modelo, un pueblo ejemplar, y una actitud de la misma índole. Y es en ese intento en el que su ensayo de abril de 1937 se carga de frases simbólicas, adjetivos y sustantivos entrelazados que, en poco más de dos páginas, deben representar todo aquello que ha cambiado en la ciudad hasta convertirla en su leyenda, así como la tragedia que la guerra provoca en la ciudad, disciplinada y brillante. “Por las noches sólo se puede ver a un hombre por la punta dorada de su cigarrillo (aunque ya no quedan cigarrillos y la gente recuerda tiernamente cómo fumaban antes). A veces una linterna descubre a una pareja de enamorados. No tienen que buscar un callejón 481 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 36 482 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 169 288 oscuro: la ciudad es negra como el bosque de la infancia. Al despedirse, los enamorados, llenos de dudas se dicen: “Hasta pronto”. Y él se va a “casa”, a las trincheras de la Ciudad Universitaria. Las palomas se esconden bajo las cornisas, y la ciudad se llena de las voces de la muerte: el estruendo de los proyectiles, el taconeo de las ametralladoras, la desorganizada pelea de fusiles” 483 . Lo que más y mejor expresa el ensayo de Ehrenburg es un concepto muy simple, así como el más importante ante una situación así: la vida. Teatros llenos, cafés entre ruinas… un concepto, el de una vida que continúa entre las bombas y que es la mejor respuesta ante las mismas: “Los soldados, de las trincheras se van a los Cafés” 484 . Es inevitable pensar que esta misma imagen hubiese sido descrita con connotaciones negativas de haberse observado en otra ciudad con menos “méritos” militares. Cafés de Madrid que, por otro lado, ya no tienen la connotación negativa que para Ehrenburg tenían al principio, cuando los describía ocupados por despreocupados políticos, vagos burgueses… Ehrenburg, ciertamente, y aunque tenía su habitación en Madrid, pasó mucho menos tiempo en ella que los demás corresponsales, siendo seguramente el que más rincones de España tuvo oportunidad de visitar. Quizás la ocasión en la que más días pasó seguidos en Madrid se dio con la celebración del II Congreso de Escritores Antifascistas, durante el cual las referencias que hace tienen que ver, casi exclusivamente, con la cultura española, prevaleciendo sobre la recreación de la imagen de la ciudad (sobre ese mismo Congreso los corresponsales soviéticos presumen de ser quienes más fuerza ha hecho para que el mismo se trasladase de Valencia a Madrid, marco sin el que, según ellos, el Congreso no adquiriría todo el sentido que debiera). En el resto de sus páginas, las menciones a la ciudad de Madrid seguirán siempre un mismo discurso: el de la heroicidad, el triunfo de la disciplina, la vida de la gran ciudad que no se 483 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 169-170 484 Ibíd., pág. 169 289 detiene y no se rinde ante la muerte o el peligro. Ilyá Ehrenburg fue el último de los corresponsales soviéticos en visitar la ciudad de Madrid, aislada, asediada. Madrid había ido perdiendo protagonismo en las crónicas de los corresponsales, pues el futuro de la guerra se decidía entonces en otros lugares del país. No había ya ningún corresponsal soviético en la ciudad cuando se produjo el golpe del General Casado contra el gobierno de Negrín (sí existen referencias de este suceso en las memorias de los últimos voluntarios soviéticos que aún quedaban en la Madrid). En su penúltimo reportaje, aquel anterior al dedicado a la muerte de Antonio Machado y con el que cerró sus reportajes de la guerra en España, las últimas palabras nombran Madrid como la última esperanza de la República, en el artículo “España no ha entregado las armas”, en el que pretendía contestar a los periodistas franceses que en las redacciones de los periódicos parisinos ya celebraban la victoria nacional en la Guerra Civil Española. Cuando ya todo parecía perdido, Madrid fue la última palabra que pronunciaron todos aquellos que se despedían de España al cruzar, en éxodo, los Pirineos. “Deberían recordar los capitulantes franceses que España no ha entregado las armas. Madrid envía por radio palabras de vigor y esperanza. La guerra aún no ha terminado”485. Aunque la imagen de Madrid sufre un proceso de transformación mucho más profundo en la obra de Koltsov, en las últimas notas de Ehrenburg escritas en Madrid, en un viaje relámpago que realizó antes del año nuevo de 1938 - 1939 (a través de Valencia), también se puede comprobar un desarrollo similar, aunque Ehrenburg haga más hincapié en el aspecto cultural de la vida de la ciudad, que sigue resistiendo. Con la guerra cerca de acabar, con la casi seguridad del resultado final de la misma, Ehrenburg describe Madrid, si ya no como un triunfo militar frente al fascismo, sí como un triunfo de la vida frente a la adversidad, de la cultura frente a la barbarie y los “enemigos de la cultura”, como a menudo denominaba al enemigo de la República: “Frío en un Madrid sin calefacción, un Madrid que bajo los proyectiles sigue escuchando 485 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 366 290 música, que sigue leyendo poesía, es un Madrid tres veces más magnífico” 486 . Koltsov, tras su primer viaje a la Unión Soviética en verano de 1937, se dedicará, ante todo, a conocer la situación de las regiones del norte del país, así como las zonas circundantes al Frente del Ebro y un viaje al sur de España y apenas pasará ya tiempo en Madrid. Viajes todos ellos en los que el estilo de Koltsov está determinado precisamente por estar fuera de Madrid. Así, por ejemplo, ante el eminente ataque fascista a Bilbao, y los comentarios que afirman que en Bilbao puede ocurrir el mismo milagro que en Madrid, Koltsov escribe lo siguiente, mostrando de nuevo su lado más politizado, optimista y negativamente irónico: “Yo no creo en ese milagro. Yo creo mucho en los milagros, soy muy creyente, pero en Bilbao no va a haber ninguno. Hace sólo cinco días que estuve allí, y vi. El pueblo, los soldados, los obreros quieren luchar por su libertad, su independencia, contra los italianos, pero no hay quién los organice. No hay una espina troncal. No hay una vanguardia fuertemente tejida. No hay un verdadero mando militar. No hay un Quinto Regimiento” 487 . Lo que llama la atención no es el tono amargo, irónico, desesperanzado… lo fundamental que hay que resaltar de la obra de Koltsov respecto a su imagen de Madrid, así como de cualquier otro lugar, es que sólo con resultados positivos de la contienda, sólo cuándo el transcurso y las características del mismo son de su gusto Koltsov, éste desarrolla una capacidad descriptiva profunda y original: es comprensible entonces que de Bilbao no exista ni una sola descripción que recuerde, en su plasticidad, a algunas de las últimas descripciones de Madrid que aquí se han ofrecido. Por desgracia, Koltsov abandonó Madrid y España en noviembre de 1937 para no volver. En su obra dejará las que quizás sean las mejores descripciones y análisis de la guerra en Madrid que existen de un participante directo, más de quinientas páginas para describir casi un año y medio de guerra, en forma de diario, escrito a menudo entre las bombas y en las trincheras, más decenas de cartas y otros documentos. Y es en su obra en la que, como se ha visto, el desarrollo de la guerra influye de forma más 486 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 357 487 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 135-136 291 rotunda en su impresión y descripción de la ciudad. Pero, si todo lo dicho es correcto, han de existir otros objetos de descripción en Madrid que sufran un proceso similar. Para eso se han dejado a un lado, de entre las descripciones de Madrid, aquellas que están centradas en el Parque de la Casa de Campo. Se diferencian del resto de las descripciones de la ciudad en su detallismo centrado a la batalla. Koltsov fue, sin duda, quien con mayor riqueza de detalles describió aquellos combates. Las primeras descripciones son metódicas: posiciones, flancos, movimientos, avances, contraataques, combatientes y resultados. Resulta casi imposible encontrar un solo adjetivo relativo al lugar. Urge tener en cuenta que gran parte de esas descripciones, no son sólo sobre la Casa de Campo, sino desde la misma, escritas en las mismas trincheras, como son casi todas las descripciones en los primeros días de noviembre, cuando se inició la batalla por la ciudad. Desde entonces, poco a poco, las descripciones de Koltsov sobre la Casa de Campo empiezan a llenarse de otro tipo de matices, aunque al principio no son puramente descriptivos. Aparecen las descripciones nocturnas. La temática sigue apuntando a la falta de disciplina de los soldados republicanos: “Ahora, muy tarde en la noche, ha empezado otra ardiente batalla en la Casa de Campo. Los alzados han decidido recuperar la parte del parque que han perdido durante el día. Un estruendo encarnizado. Está oscuro, es difícil entender dónde está cada cosa, la gente se empuja unos a otros, lanzan preguntas y otra vez salen corriendo. A causa de los proyectiles han salido ardiendo algunos árboles, y eso aumenta la oscuridad a su alrededor. Un pedazo de metralla ha caído en el hoyo donde estábamos sentados: no ha herido a nadie, aunque en la huida alguien me ha golpeado la sien con su tacón de tal manera, que la vista se me ha vuelto borrosa. Y al segundo, otro diablo me ha soltado una coz con su bota herrada en el pecho” 488 . La ciudad ha resistido el primer ataque frontal. La alegría de los defensores de la ciudad es inmensa. La Casa de Campo empieza a ser descrita por Koltsov incluso de forma metafórica: 488 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 249 292 “La Casa de Campo es un verdadero molino donde miles y miles de fascistas están siendo triturados por el fuego republicano. Los alzados están teniendo que cambiar sus fuerzas enviadas al parque continuamente: nadie aguanta allí más de tres días” 489 . Con el paso de los días, con la ciudad convertida en leyenda y el frente estabilizado para sorpresa de todos, Koltsov escribe la más original descripción de la Casa de Campo: “Un verdadero bosque encantado. Sobre todo por la noche. Por la noche, perderse por la Casa de Campo es coser y cantar. Por supuesto que perderse es cosa muy humana. Pero no se recomienda hacerlo en la Casa de Campo en la primavera de 1937. Este bosque, que hasta hace poco era un parque de excursión para los madrileños, ahora está tensamente poblado, por gentes muy diferentes. Si se equivoca de sendero, Caperucita Roja puede, tras cincuenta pasos, encontrarse con el Lobo Feroz vestido con un casco metálico alemán o con un imponente, y algo mojado, marroquí con un bonito fez y una metralleta de mano” 490 . Dentro de los artículos de Ilyá Ehrenburg escritos en España hay uno dedicado en exclusiva a la Casa de Campo, siendo una detallada descripción, hora por hora, de los combates ocurridos en ese territorio de Madrid durante un día entero, allá por abril de 1937, descripciones que pudieran tener un alto valor para el estudio histórico aunque escaso desde el punto de vista estético. 4.9.1 LA POESÍA MADRILEÑA DE ILYÁ EHRENBURG El barco de juguete de un niño Nada por la noche rosada Si sus velas se han debilitado Le puede ayudar el aliento... 491 De los poemas de Ehrenburg dedicados a España, sólo se puede tener la absoluta seguridad de que fueron versos escritos en Madrid y sobre Madrid dos de ellos. La falta de título y 489 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 287 490 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 30 491 Ilyá Ehrenburg, “Dijanie” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 76 293 nombres propios, así como el continuo movimiento del poeta por el país dificulta, en parte, determinar el lugar exacto que es descrito en sus versos. No obstante, la temática y los elementos repetitivos pudieran dar la pista de que son más los poemas dedicados a Madrid, como el ofrecido unas líneas más arriba. Dichos elementos, como se pueden apreciar tanto en el poema que anterior como en el que se va a ofrecer a continuación, reproducen la imagen poética de Madrid en la obra de Ehrenburg: son poemas siempre nocturnos, en los cuales se confunde el sueño con la visión real. En las visiones reales, objetivas, se enumeran los daños de la guerra, la noche, el silencio y el dolor palpable; en los versos relativos a la ciudad que sueña, se mezclan los muertos y los vivos, se sueña con barcos con los que se pudiera huir de la ciudad, así como con las ayudas que no llegan ni llegarán. Todo ello acentúa aún más la imagen fantástica e irreal que transmiten los corresponsales soviéticos de Madrid, sobre todo después de los primeros días de noviembre de 1936. Los elementos descritos se muestran más relevantes en cuanto a que sólo son utilizados en relación a Madrid. Los dedicados a las Batallas del Ebro (los más numerosos) transcurren mayoritariamente de día, y el calor, el color rojo de la tierra y la agonía de los soldados son los protagonistas. En el único poema dedicado a Barcelona, la acción también es diurna, y describe los sentimientos de un soldado en sus días de descanso; en los de temática andaluza, prevalece la descripción del paisaje, su colorido y los habitantes de esas tierras. Llama la atención, por ejemplo, que ningún soldado aparezca en los poemas “madrileños” de Ehrenburg. Madrid es una ciudad ensoñada, mítica y solitaria, llena de habitantes que sueñan con salvarse en barcos y que siempre están a oscuras. “En la ciudad de las afrentas y las almas abandonadas La pena no preguntará y callará la noche. Noche silenciosa, la ciudad se duerme. Un turbio zumbido llega a la ciudad: Todo ocurre bajo un mantón azul oscuro La ciudad muerta sueña que está viva Sueña con un gran barco Que pasa por una tierra desnuda Sopla el viento, el puerto está abarrotado, La primavera empieza a nadar. La gente cuenta los fuegos de los mástiles; 294 Intentan adivinar dónde amarrará. Pena en la ciudad, durante toda la noche La gente se pregunta cuándo llega aquel barco. El viento hincha las velas de la noche Los muertos escuchan las voces de los vivos” 492 . A continuación se ofrece la traducción de uno de los pocos poemas escritos por Ehrenburg que sí nombran la ciudad, y que vuelve a incidir en las imágenes y temáticas enumeradas anteriormente: “No, no me olvidaré de ti, De tu sangre, de tus agravios, Madrid. Un frío viento el polvo arremolina. ¿Por qué esa niña con muletas camina? ¿Para qué en el mundo las farolas existen? ¿Y quién hasta el alba resiste? ¿Por qué vive Carabanchel? ¿Por qué está esa cuna vacía? ¿Y cuánto más aguantará esa madre Abrazándola sin comprender? Abierta hay una puerta al cielo, Si quieres, en el cielo cree, Pero en la tierra hay jirones de ropa, De sangre está la tierra empapada, Y los cañones recuerdan toda la noche, Que no se puede huir ni ayudar, Que en vano se inventó el amanecer, Que no vendrá aquí ni el mar, Ni los barcos, ni los trenes, Ni esa estrella apagada.493 492 Ilyá Ehrenburg, “V górode bróshennij dush i obid…” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 41 493 Ilyá Ehrenburg, “Net, ne zabit tebia, Madrid...” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 39 295 4.9.2 MADRID EN LA OBRA DE ROMÁN KARMÉN Madrid ocupa en la obra literaria de Román Karmén un número de páginas, en proporción al tiempo pasado en ella, mucho mayor que las dedicados al resto del país. Se podría calcular que su imagen ocupa alrededor de un setenta por ciento de sus notas y memorias, mientras en la ciudad pasó únicamente el treinta por ciento (aproximadamente) de su estancia en España. Esa desproporción no es apreciable en su trabajo como operador de cámara en las imágenes grabadas durante la contienda. Ello es debido a varias cuestiones: una gran parte de las páginas dedicadas a Madrid en su obra fueron escritas después de la guerra, en forma de memorias. Estos fragmentos son fácilmente reconocibles tanto por la información dada por el autor, como por su sinceridad a la hora de transmitirlos, utilizando verbos en pasado, en contraposición a los fragmentos escritos en presente, que son los pertenecientes a su diario. Respecto a esos fragmentos, páginas, escritas en tiempo presente durante la guerra, hay que tener en cuenta varias consideraciones: la primera, que su labor principal era la de operador de cámara, y que la labor literaria correspondía a Koltsov, que describía a menudo lo que Karmén grababa, y viceversa. Sobre los objetos y detalles elegidos en sus apuntes, Karmén trataba de describir aquello que sabía que no podía ser captado con su cámara, como los colores y las emociones personales, así como imágenes que, por cualquier circunstancia, no había podido grabar. Una de la peculiaridades, puramente filológica, de la obra de Román Karmén, es la de la repetición de una expresión típicamente rusa, referida, normalmente, a seres humanos y seres animados, y con carácter poético, a los seres inanimados. Es la de “чем дышит?», (¿cómo respira?, ¿cómo está?), para referirse al estado anímico o personal de una persona. En sus notas y memorias, como en la del resto de corresponsales y voluntarios soviéticos, la “respiración” de Madrid es un tema frecuente, la ciudad es tratada como un ser vivo, y es frecuente, y llama la atención que Madrid sea la única ciudad que recibe ese trato tan cercano, alejado de formalismos descriptivos, y con tanta reiteración. "Madrid respira con dificultad. Cuanto más se acercan los fascistas, más entrecortada y 296 rápida es su respiración. La ciudad se ve más seria y severa cada día. La población de Madrid gotea. La carretera a Valencia está llena de camiones y autobuses. Sin embargo, el gobierno de Largo Caballero todavía no ha publicado ni una sola nota a los habitantes de la capital” 494 . “Madrid respira con dificultad, pero no se rinde” 495 . Román Karmén, en un esfuerzo por ilustrar todo aquello que las cámaras de aquel tiempo no conseguían reflejar, se especializó en descripciones nocturnas de Madrid. Dos temas se repetirán en casi todas sus notas (hablando ahora de las notas de su diario, escritos en la misma guerra): la noche y el cielo de la ciudad. Los colores y tonos, la luz y los amenazantes ruidos. “Llega la noche. Pero en las calles de Madrid hay tanta claridad como de día. El cielo está envuelto en un humo rosado, arden barrios enteros. El bombardeo continúa. Los soldados ayudan a los bomberos...” 496 La repetitiva temática del cielo y la noche que marca las páginas del diario de Karmén está provocada por las amenazas que se ciernen sobre la ciudad. El cielo es el lugar por el que caen las bombas, los aviones enemigos. La noche es el periodo y el escondite de la denominada “Quinta Columna”: ”La ciudad está llena de fascistas armados, que están en contacto por radio con el comando de las tropas fascistas. Por la noche ya se han producido varios ataques, por la ciudad marchaban unos coches misteriosos que disparaban a los guardias. Desde las ventanas de muchas casas ya han sido arrojadas bombas a la calle” 497 . Al igual que Sávich y Koltsov, Karmén también da nota a los ruidos nocturnos, a los disparos nocturnos, el único ruido que se da en toda la ciudad durante la noche: “Por las noches resuenan misteriosas rachas de metralleta desde ventanas oscuras, y por las mañanas son encontrados los cadáveres de oficiales republicanos, soldados de 494 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 248 495 Ibíd., pág. 268 496 Ibíd., pág. 268 497 Ibíd., pág. 263 297 patrulla” 498 . En varias ocasiones Karmén visitó las primeras líneas de la batalla y la construcción de barricadas. Suyas son las famosas imágenes de Dolores Ibárruri cavando junto a cientos de madrileños las primeras barricadas que se hicieron en las afueras de Madrid. Karmén, haciendo continuo hincapié en la presencia enemiga en la ciudad, recrea con alivio sus visitas a las trincheras: “Avanzamos, pegándonos a las paredes de las casas. Los disparos cada vez son más sonoros, más cercanos. He aquí la barricada de ayer. Hasta ella quedan cien metros. Estalla en medio de la calle un proyectil. Nos apresuramos hacia la esquina, arrastrándonos, llegamos hasta la barricada. Cuán más tranquilo se está aquí que allí, en el centro de Madrid. Aquí está todo claro. Sabes que los fascistas están ahí, enfrente, en esa casa de tres pisos. Pero entre nosotros hay una barricada de piedra” 499 . Unos días antes de la llegada de las tropas enemigas a la ciudad, los operadores de cámara ingleses y franceses se marcharon de la ciudad para entrar más tarde con las fuerzas franquistas. Karmén fue uno de los pocos, seguramente el único, operador de cámara extranjero que quedó en la ciudad. Consciente de ello, de la enorme responsabilidad a su cargo, reniega del mandato de la Embajada Soviética para marchar a Valencia y huir de la ciudad, que, en principio, iba a ser entregada sin lucha. A Valencia marchó, finalmente, Makasiéev, el otro operador de cámara soviético, proceso todo este bien documentado en las páginas de su diario y sus memorias. En esos días, las notas de Karmén se llenan de referencias a ese papel histórico que le ha tocado y, en general, al rol que juega un operador de cámara en Madrid. Estas referencias se entremezclan con impactantes imágenes de Madrid: “Las llamas vuelan entre las ventanas rotas, los barrios se ven envueltos en un espeso y negro humo. Por las calles, entre esas nubes de humo se mueven miles de personas. Acaban de abandonar las casas ardientes recién derribadas. Entre la multitud casi no hay hombres, son todo niños, mujeres. Caminan semidesnudas, arrimando hacia su pecho a los bebés, llevando del brazo a las ancianas y a los ancianos. Y ahí van de nuevo los aviones, y ya se oyen las detonaciones de sus bombas. De entre el fuego sacan 498 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 270 499 Ibíd., pág. 259 298 cadáveres, llenos de sangre y bajo una gruesa capa de polvo. Una joven madre, tirada en la hierba de la plaza, se agarra con los dientes al vestido ensangrentado de su niña. Qué repulsivo debe ser para una madre que grita junto al cadáver de su hijo, la tranquila figura de un hombre con una ruidosa cámara” 500 . Siguiendo con su tendencia de apuntar aquello que no se podía transmitir con una cámara, Karmén, ya avanzados los primeros dos meses de la Batalla de Madrid, da nota en las páginas de su diario de los ruidos que acompañaban a la ciudad. Para alegría de los defensores de la ciudad, al ruido de los motores de la aviación enemiga se unió el de los aviones soviéticos. Cabe apuntar que Mijaíl Koltsov, al referirse a los aviones soviéticos, los llamaba “republicanos”, e igual pasaba con Ehrenburg. La seguridad de que sus materiales iban a ser publicados les hacía reticentes a hablar de la ayuda tecnológica de la URSS a la República. Así, hay que buscar en los apuntes de Karmén y Sávich, así como en las obras de voluntarios militares escritas con posterioridad, para encontrar menciones directas de los mismos. El 16 de noviembre, la aviación soviética empezó a defender los cielos de la capital. Esta es una de las pocas descripciones de la primera batalla aérea de Madrid reflejadas en los apuntes de los participantes soviéticos. “De repente, en el cielo ha aparecido un nuevo sonido. Como un vendaval han pasado sobre los cielos de Madrid las cuatro figuras con alas rojas de los I-16. Se han arrojado a los fascistas. Al momento, un IU-52 ha empezado a echar hilos de humo negro, las llamas han alcanzado todo el fuselaje y tambaleándose se fue a tierra” 501 . Román Karmén pasó casi íntegros los dos primeros meses de la batalla por la capital en la misma. Sus descripciones puramente estéticas, representativas del aspecto de la ciudad, se prolongan hasta los primeros días del año 1937. A partir de entonces, ya descrito y grabado Madrid, las referencias a la ciudad guardarán otra temática, relativa a la actividad cultural de la ciudad y a las personas que la habitaban, referencias que se habrán de incluir en los otros bloques de este trabajo. A su vez, su presencia en la ciudad se hizo menos frecuente. Para completar el resumen de las imágenes descritas por Karmén sobre Madrid, hay que referirse también a aquellas, también frecuentes, en las que comparaba la ciudad, y lo que 500 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 266 501 Ibíd., pág. 271 299 pasaba en ella, con otros escenarios, habitualmente, de la URSS: “Madrid resiste. A cada paso por Madrid saltan a los ojos cuadros que recuerdan a los primeros años de la revolución en Rusia. El invierno ha llegado a Madrid. No hay nieve. Por las calles vacías azota una lluvia fría” 502 . En las notas que escribió después de la guerra, Madrid siempre será comparada en sus memorias con ciudades de la Segunda Guerra Mundial, especialmente con Stalingrado, Leningrado y Kursk. Durante la guerra, son muchas las comparaciones con Petrogrado en la Guerra Civil Rusa. Con especial dedicación Karmén describió Madrid en los últimos días del año 1936. La defensa de la ciudad había triunfado, resultando la primera victoria moral de las fuerzas republicanas. El ejército enemigo continuaba su ofensiva, en un intento de celebrar el año nuevo con la capital bajo su poder. “Ha llegado la noche de año nuevo. En la capa gris de las nubes sobre Madrid se reflejaban rosados brillos de incendios” 503 . “Irrepetible en su belleza de valentía, Madrid encontró el año nuevo de 1937” 504 . “Ateridos de frío pasarán los guardias, hasta la mañana, esta nerviosa noche de año nuevo. Hay guardias en cada rincón. Sus sombras se separan de las paredes de los edificios, detienen un coche y, dirigiendo el cañón de su pistola hacia la ventana, preguntan susurrando por la contraseña” 505 . Una última peculiaridad de las memorias de Karmén: de cuantos corresponsales soviéticos participaron en la Guerra Civil Española, él fue el único que volvió a visitar Madrid tras la misma. Fue a finales de los años 60 cuando volvió a España como turista. En sus memorias enumera los cambios y diferencias entre lo visto entonces y ahora. Es un material de alto valor estético, y en lo que en este trabajo interesa, fundamental para poder recrear cuales fueron las imágenes de la guerra que quedaban en la memoria de Karmén casi treinta años 502 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 275 503 Ibíd., pág. 282 504 Ibíd., pág. 282 505 Ibíd., pág. 283 300 después, los rasgos más fundamentales. “Yo te recuerdo Madrid, de otra manera. Hundida por las noches en la oscuridad, envuelta en el humo de los incendios, vacía, nerviosa” 506 . En su autobiografía “Mi último suspiro” 507 , Luis Buñuel afirmaba haber trabajado con dos cámaras soviéticos en la toma de algunas grabaciones en Madrid. Los dos operadores de cámara debían de ser Karmén y Makasiéev. También confirmaba que ese material fue extraviado por un alto cargo soviético. Que Karmén y Buñuel trabajaran juntos en Madrid es altamente probable. Por desgracia, ni Karmén en sus memorias ni ninguno de sus familiares pueden confirmar esa colaboración. 506 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 311 507 Luis Buñuel, “Mi último suspiro”, Barcelona, DEBOLS!LLO, 2010, 303 págs. 301 4.10 FRENTE NORTE “Y tras otros diez minutos, a lo lejos, acercándose velozmente, se abrió el mar. Calas recortadas, verdor, parques, prados y una caprichosa y alargada lengua de tierra de Santander, con un palacio real sobre un saliente. Con los motores parados y en un eterno viraje nos acercamos a la pista de y con suavidad aterrizamos sobre hierba húmeda, que salpicaba levantando fuentes de agua al paso. Abrieron las puertas, y alrededor caía una fría y otoñal lluvia fina, la primera que vi desde que volamos desde Rusia. Ovejas empapadas, tejados empapados, casas rojizas de ladrillos a lo lejos, el húmedo viento del mar... todo recordaba por alguna razón a Inglaterra” 508 . Antes de la caída de las regiones cantábricas en manos del ejército rival, Koltsov y Karmén tuvieron tiempo de visitar Cantabria, Asturias y el País Vasco durante las primeras semanas de octubre del 1936. Las descripciones de Koltsov de las regiones referidas tienen la característica propia de todas aquellas primeras que realizaba de un enclave visitado por primera vez durante la guerra: como introducción, un rápido aunque detallado resumen de aquellas impresiones físicas del lugar que más directamente se relacionan con la situación histórica que atraviesa, pero con una excepción: son muy pocas las amplias y detalladas descripciones de Asturias, desde el punto de vista de la mera recreación del paisaje, siendo, a su vez, a la región del norte a la que más páginas dedicó. Las razones: que Asturias no era un elemento bélico nuevo para Koltsov. La revolución de Asturias de 1934 fue tratada por Koltsov en muchos de sus escritos; muchos mineros asturianos habían trabajado en la URSS, en la construcción de la presa del Donbass, y habían formado parte de la vida soviética en los años anteriores a la Guerra Civil Española. Por otro lado, Asturias era la región que guardaba una estructura política más acorde con los gustos del propio Koltsov: el Partido Comunista era muy fuerte y controlaba los movimientos de todas las fuerzas en combate. La admiración de Koltsov por los mineros asturianos, por su 508 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 143 302 entrega en la lucha, hace que la mayoría de sus descripciones sean de hombres y mujeres, de ejemplos humanos, y el paisaje quede relegado a un segundo plano. Pero antes que Asturias, Koltsov visitó Santander, una región mucho menos entregada a la lucha frontal contra el enemigo que la primera. Sus descripciones son muy detalladas, el paisaje es protagonista, y su recreación tiene dos claros objetivos: el primero, y más evidente, el de resaltar las características físicas de un lugar que de ninguna manera se corresponde a la imagen de España preestablecida por los tópicos; el segundo, el de resaltar el aspecto burgués y poco revolucionario de sus calles; paralelamente, destaca el aspecto burgués de sus gentes y sus organizaciones políticas y militares. Finalmente, las descripciones se encaminan a relatar las penosas consecuencias de esa actitud ante el empuje del ejército rival. “La ciudad tiene el típico aspecto de una ciudad de descanso en su estado de conservación invernal; en verano, aquí venían antes toda la familia real y las altas esferas de Madrid. Ahora no hay ni rey ni altas esferas. Pero por las aceras se arrastra una masa de público burgués, de aspecto muy sombrío, muchos con perritos con correas. ¡Y cuántos paraguas! Todos llevan paraguas. Nunca pensé que en toda España hubiese tantos paraguas como aquí, en la costa de Santander” 509 . Todos los apuntes referidos a su corta estancia en Santander, desde las conversaciones, las situaciones vividas, el aspecto de casas, las actitudes de los protagonistas... todo tiene la intención de remarcar el aspecto burgués del lugar. Los camareros que avisan de la posibilidad de pagar en dólares, los comensales de alrededor que miran a los soviéticos extrañados, a pesar de que se han vestido con sus mejores galas, compradas adrede para pasar más desapercibidos... Las descripciones finales que Koltsov dedicó a Santander se centraron en el puerto y en los barcos allí atracados, en otros que iban de paso. Es la imagen que mejor resume su percepción de lo que ocurre en Santander y la siguiente es la imagen que decide que sea la que lo represente. 509 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 144 303 “Santander es visitada con frecuencia por barcos extranjeros, nadie entiende muy bien ni su procedencia, ni su destino; no hace mucho que un barco inglés, tras pasar diez días en el puerto de Santander, recogiendo provisiones y a algunos pasajeros, se fue de Santander como si marchara hacia Londres, pero en lugar de eso, se encaminó directamente al puerto fascista de Vigo” 510 . De camino a la asediada Oviedo, existen ricas descripciones de Koltsov, fuera de cualquier contexto político o bélico, dedicadas al impactante paisaje del camino (elemento, el del “camino”, que habrá de ser tratado en este trabajo). En muchas de esas descripciones de paisajes generales y amplios, además del valor estético de las mismas, llaman la atención las constantes comparaciones con los paisajes rusos. Este hecho comparativo es mucho más frecuente en Koltsov que en Ehrenburg, puesto que, como quedó escrito en el pequeño estudio dedicado a cada uno, Koltsov tenía mucho más presente al lector soviético. “Una magnífica región de hermosos paisajes montañosos y marítimos. Profundos valles, cortantes, enormes rocas y precipicios recortaron y encabritaron esta tierra. Los caminos vuelan, ascienden y caen después haciendo espirales. Rápidos riachuelos precipitan aguas de hielo desde las alturas y, arrancando a la tierra pasos para sí, se despeñan directos hacia el Océano Atlántico. Las cumbres nevadas de Morcín y Aramo se ven blancas y serias sobre el horizonte. En las montañas y en las gargantas se esconden pequeños pueblos y aldeas. Esto es Suiza más Donbass y un poco de paisaje del oriente ruso junto al Océano Pacífico. En comparación con el Cáucaso esto es demasiado húmedo y nebuloso” 511 . Koltsov llegó a Asturias el ocho de octubre de 1936, y visitó Liáñez, Gijón, Langreo... Como se ha apuntado, muchas son las páginas dedicadas por Koltsov al conflicto bélico en Asturias, pero son muy pocas las descripciones. La ejemplaridad de Asturias en su lucha contra el enemigo, le lleva a describir a muchos de sus protagonistas, tanto a los políticos asturianos como a los organizadores sindicales, haciendo especial hincapié en los mineros, sobre todo en aquellos que habían vivido algún tiempo en la unión Soviética desde el año 1934. La falta de lirismo en las descripciones la justifica el propio Koltsov, así como la impresión que quiere transmitir de Asturias es la del trabajo bien hecho, la organización, la disciplina y 510 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 145 511 Ibíd., pág. 145-146 304 la austeridad. “Aquí apenas hay exotismos y bellezas ceremoniales de esas que inundan Castilla, en cada tienda de campamento, en cada bandera de batallón, cada patrulla nocturna en el camino. Aquí la gente se acerca a la guerra no como a un espectáculo o un desastre natural, sino como a un trabajo. Van a la guerra como mineros, serios, firmes” 512 . Refiriéndose a los mismos protagonistas, hombres y mujeres, a los que dedica la totalidad de sus páginas en Asturias, Koltsov escribía: “Les duele que nos vayamos sin ver su hermoso Gijón, que no vayamos a ver nada. No entienden que ellos son el mayor espectáculo, este puñado de jóvenes comunistas que encabezan aquí, en un remoto rincón de Europa, junto a las costas del Atlántico, la lucha de la clase obrera contra el fascismo, contra los reaccionarios y contra la explotación del hombre por el hombre” 513 . A pesar de la escasez de las menciones al paisaje y sus motivos, se pueden extraer varias descripciones que, sin ser puramente la descripción de un objeto sino de un momento o una situación, ayudan a recrear imágenes de Asturias. Es el caso de una visita a la zona minera de Langreo y Mieres, donde Koltsov visitó las minas. Los detalles descritos mezclan el detalle del lugar junto a sus protagonistas, los mineros. La falta, en estos párrafos, de descripción psicológica de los hombres que allí trabajan convierte su presencia en elementos del paisaje referido. Estas descripciones, en la obra de Koltsov, sirven para avivar el sentido de la lucha de clases de la que Asturias es ejemplo, como para remarcar las consecuencias de la guerra. “Y he aquí las zonas mineras de Langreo, Mieres, la fábrica metalúrgica “La Felguera” y otras muchas fábricas, separadas entre sí por profundos barrancos montañosos, unidas por pasos, caminos espirales, túneles. La mayor parte de las fábricas están paradas, sus trabajadores han ido a luchar, y la actividad sólo se ha conservado en algunos lugares. En Sama subimos a la mina, y subimos porque como ocurre por aquí con frecuencia, la 512 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 148 513 Ibíd., pág. 149 305 entrada a la mina está colocada al pie de la montaña, y su tronco sube por dentro de la misma. En sus galerías arden penumbrosas las lámparas de aceite de los mineros. Los rostros son pálidos en los jóvenes, amarillentos y marchitos en los ancianos. Aquí sólo trabajan ahora los niños menores de dieciocho años y los ancianos. Trabajan sacrificados y desinteresadamente: los dueños se largaron con el dinero, en las arcas del comité de la mina ya son dos meses que no hay dinero para pagar a nadie. Cada día les dan ciento diez gramos de pan” 514 . Las fuerzas republicanas intentaban recuperar Oviedo, y en sus alrededores tuvieron lugar intensos combates. Koltsov, que abandonó Asturias antes de que las fuerzas rivales, desde Galicia, entraran en Oviedo y salvasen a sus aliados de una derrota frente a las fuerzas republicanas, describió muchos de aquellos combates. En esas descripciones es donde mayor número de citas sobre el paisaje asturiano se puede extraer: imágenes que narran sobre las personas que huían de la ciudad hacia Gijón hasta las explosiones, tiroteos, movimientos técnicos de carácter militar... De entre todas esas descripciones, se repiten con frecuencia las referencias a los paisajes nublados, a la niebla frecuente de aquellos días y que debiera tener un papel significativo en la batalla, sobre todo, por el protagonismo de la aviación alemana en aquellos combates, en una localización donde el ejército republicano apenas concentraba alguna fuerza aérea. “Los comandantes han decidido utilizar para el ataque la niebla de la mañana, la única defensa contra la aviación alemana. Lo de la defensa es muy relativo, porque los alemanes, aunque sea a tientas, aunque sea a través de la “leche”, siguen bombardeando” 515 . Y son las descripciones de esos bombardeos alemanes los que dan lugar a las más detalladas y gráficas descripciones sobre los combates en Asturias que reflejó Koltsov, como la siguiente, con la montaña del Naranco de Bulnes como protagonista. “Metódicamente, con cuidado, como si estuvieran de maniobras, cubren toda la falda de la montaña, nueve kilómetros cuadrados que han elegido como territorio para sus explosiones. La tierra tiembla con las detonaciones. En dieciséis minutos han sido lanzadas 514 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 150-151 515 Ibíd., pág. 152 306 cerca de ochenta bombas. Arden dos grandes sanatorios. Toda la montaña echa una cortina negra de humo. Los “Junkers” se van, y tras media hora vuelven y empiezan de nuevo. Han decidido no dejar ni un centímetro del Naranco sin bombardear. De esta manera la aviación de Hitler se presenta en una nueva guerra mundial” 516 . Esta anterior cita es, por cierto, la primera ocasión en la que Koltsov se refiere a la guerra española como “guerra mundial”, aunque anteriormente ya había hecho referencias a las repercusiones mundiales que la guerra en España pudiera tener a nivel europeo. Llama la atención, finalmente, y después de desarrollado el tema, la escasez de grandes descripciones del paisaje en el diario de Koltsov referido a su estancia en Asturias (aunque sí hay un gran número de detalles sueltos referidos al paisaje), páginas que sí desarrollan otros puntos, como la descripción de lo humano y lo social. Tampoco las descripciones de las batallas son tan metódicas y críticas como en las de otros lugares, aunque sí se muestran muy variados detalles de las mismas, sobre todo, de una pequeña batalla que tuvo lugar en los alrededores de Oviedo. Asturias, para Koltsov, significa éxtasis, quizás, el único punto de España que se adecua a lo que él entiende que hay que hacer para ganar la guerra, tanto por organización como por predisposición y carácter humanos para la lucha (lo sucedido en la defensa de Madrid no se corresponde con aquello que Koltsov esperaba, pues alcanza una cota milagrosa e incomprensible para él). Quizás sean las páginas menos útiles para el estudio histórico del conflicto, pero sí lo son para la observación de la influencia de un instante histórico en la labor literaria, periodística. Koltsov, como de vacaciones en su labor, abrumado y encantado por lo que ve en Asturias, se olvida casi del paisaje, de la descripción física del entorno. A su vez, son en las páginas asturianas de Koltsov donde éste admite realizar alguna actividad alegre y fuera del contexto bélico que lo rodeaba. La siguiente cita se refiere a la noche después de una batalla, a su estancia en la casa requisada de un marqués y a la sidra. 516 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 154 307 “Los lugareños saben verterla de un forma especialmente intrépida, mediante un largo chorro, poniendo bajo el vaso, y levantando la botella sobre la cabeza. De esta manera hace más espuma. Yo me esforcé mucho por aprender y después no podía encontrar mi habitación. Karmén me juró después que recorrí tres veces toda la casa, las dos plantas, que en cada habitación abrí todos los armarios, saqué todos los cajones y a la vez blasfemaba contra el marqués” 517 . Radicalmente diferentes son las páginas de Koltsov, un par de días después, referidas al País Vasco (a Bilbao). Ante un panorama diferente al asturiano, con una base política mayoritariamente burguesa, que no muestra la misma reticencia al enemigo, excepto por el hecho de haber conseguido su autonomía, Koltsov se muestra mucho más frío, y su capacidad descriptiva se acentúa. Eso sí, cuando habla de los comunistas vascos, desaparecen las descripciones del paisaje, y la temática versa sobre la identidad vasca, su relación con la iglesia..., y otra valoraciones, encauzadas mayormente a la recreación humana y sentimental de los habitantes del País Vasco que al entorno que los rodea. Dentro de su labor literaria durante la guerra española, posiblemente las páginas dedicadas al País Vasco son las que más concentración muestran de descripciones del paisaje. Sus páginas “vascas” están estructuradas con largas descripciones introductorias del paisaje al principio (llenas de sentido explicativo de la situación de la ciudad); tras ellas se desarrolla una explicación a la situación política del lugar y termina con una reunión, en forma de moraleja, con representantes de trabajadores vascos. “Extraña, es una ciudad que no se parece a nada. Menos que a nada, no se parece a una ciudad española. Aquí no hay de la llamativa opulencia de los americanizados rascacielos de Madrid y Valencia, ni tiene la llamativa pobreza de sus barrios obreros. Todos los colores aparecen apagados, los contrastes medio borrados, todo está igualado por colores negros y gris oscuro, las casas, las tiendas, los puentes sobre el río Nervión tienen un aspecto sólido, pero no de grandes tamaños, todo es fuerte, sólido, fiable, corpulento. La riqueza no se muestra en escaparates, como en Madrid y Barcelona, aunque es 517 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 155 308 precisamente aquí donde se encuentra la principal riqueza de España: la minería, la metalurgia, el comercio, la burguesía financiera, y esa riqueza está aquí menos tocada por la guerra civil, ha guardado sus posiciones básicas” 518 . Muchas son las descripciones de este tipo, sobre todo las introductorias a la llegada de Koltsov, en las que se resalta el contraste entre Bilbao y el resto de ciudades españolas conocidas por él. Koltsov es en extremo respetuoso en sus descripciones con Bilbao, y no es fácil encontrar su característica mordacidad o su ironía. Son pocas las imágenes, dentro de sus largas y detalladas descripciones, que cumplan una función simbólica, que carguen, con su significado, contra lo que Koltsov pudiese considerar incorrecto. Tampoco hay ninguna descripción que muestre la efusividad con la que se dirigía a Asturias, Toledo, Madrid… Por ello que hay que conocer en profundidad la obra de Koltsov para valorar los momentos como el siguiente: “A menudo uno se encuentra curas, también bajitos y hocicudos, con un mirada pesada bajo sus soñolientos y caídos párpados. En Castilla yo no vi ninguno, excepto al pálido canónigo Camarasa en Toledo, vestido con traje civil” 519 . Koltsov era muy crítico con la Iglesia en España desde su primer viaje, como lo había sido con la Iglesia rusa antes y durante la Revolución de Octubre y la posterior Guerra Civil. Pero a su vez sabía que la iglesia vasca, una parte de ella, apoyaba a la República. También sabía que muchos clérigos en el País Vasco estaban entrando a engrosar las filas del Partido Comunista, como él mismo explica. Su posición frente a los religiosos vascos recuerda profundamente a sus referencias a los dueños de restaurantes y otros burgueses de Petrogrado en 1918: una escueta mención, fría, como un aviso, sin juzgar todavía. Nunca deja de nombrarlos, y a esos, en principio, “enemigos de clase” que, sin embargo, se están comportando bien (desde el punto de vista de Koltsov), no son normalmente descritos. Su mirada se detiene un momento en sus figuras, y no dice nada. Por desgracia, Koltsov no volvió a Bilbao: hubiese sido muy interesante observar sus siguientes descripciones de los clérigos del País Vasco. 518 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 156-157 519 Ibíd., pág. 157 309 El País Vasco crea en Koltsov una confusión ideológica que no le permite juzgar el entorno como sí hace en resto del país. Por ello que describa mucho, pero critique poco. Sus descripciones del País Vasco sí son detalladas y abundantes, pero, ciertamente, no parecen escritas por Koltsov, sobre todo, por la total falta de uso del sentido del humor y la ironía en ellas. El mismo tono empleó con sus anotaciones de los puertos, de la salida al mar. Koltsov criticaba la situación de defensa marítima cada vez que tenía lugar, bien acusaba a los países firmantes del pacto de “no intervención”, cuyos barcos pasaban frente a las costas sin prestar ayuda ni siquiera a los que intentaban huir, bien criticaba la falta de control frente a las embarcaciones enemigas. Ni una sola mención a este tema durante su estancia en las costas cercanas a Bilbao. En el caso de la capital vizcaína, la descripción es tranquila, detallada, casi seria, y sólo conociendo el resto de su obra se puede intuir la feroz crítica que hace de una región que, se puede adivinar en sus palabras, no está tomando parte en la guerra como a él le gustaría. Basta comparar las satíricas palabras de Koltsov respecto a las playas de Valencia, donde critica, de forma chistosa y mordaz, al funcionariado que tranquilamente se da baños... en las costas cercanas a Bilbao ese apunte también existe, mientras se combate en regiones cercanas, y aunque apenas bromee, aporta el dato. “Vamos al puerto: un espacio enorme, diques, astilleros, decenas de barcos y cientos de pequeñas barcas de pescadores amarradas; de ellas está lleno el Nervión hasta su llegada al mar, todo está quieto, temen a los cruceros fascistas, que, parece ser, pasean a lo largo de la costa. Pasamos cerca de Portugalete, una vieja ciudad de pescadores, y llegamos a Las Arenas, un lugar de descanso marítimo. De repente, en medio de la calle, una enorme bandera blanca con un texto: “Zona Internacional”. Tras la bandera, una playa y un barrio grande de lujosas villas con garaje y todo tipo de servicios. Una gran selección de banderas de todos los colores, hasta de los países más exóticos. Y en cada villa junto a la playa, a pesar de no ser época de baños, hay mucho alboroto, muchísima gente, un auténtico rebaño de coches sobre la verde hierba” 520 . 520 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 160-161 310 Román Karmén pasó los días descritos junto a Koltsov, y grabó, entre otras, las batallas alrededor de Oviedo. Sus memorias y las páginas de su diario tienen escasas referencias a aquellos días, y sirven más para ilustrar la actividad allí de Koltsov que para reconstruir una imagen del paisaje de aquellos rincones. Años después recordaría su amistad y trabajo junto a Koltsov. En la siguiente cita se puede extraer información que sirve para conocer más en profundidad al propio Koltsov y acciones no narradas por él en su diario, así como para conocer detalles relativos a aquellos días en Asturias. La descripción del entorno se entremezcla con los biográficos. No hay matices políticos ni bélicos en sus palabras. Son las imágenes seleccionadas por la memoria y el tiempo. Por otro lado, no deja de ser una descripción cinematográfica, de planos que se van sucediendo (que, además, hablan de cine). “Por la noche íbamos Koltsov y yo por el puerto de Gijón, la ciudad portuaria de Asturias. Arreciaba la tormenta. Las olas del Golfo de Vizcaya golpeaban con furia contra el dique, el viento casi nos tiraba. La ciudad estaba sumida en la oscuridad. Al ver una rendija de luz en una puerta, nos introducimos y aparecimos en una pequeña sala de cine. Echaban la película “Resurrección”, una versión de Hollywood. Un síndico barbudo con un abrigo le acercaba al príncipe Nejliúdov el pan y la sal, a lo que respondió en español: “Muchas gracias”. Los milicianos permanecían sentados, envueltos en mantas húmedas, sujetando entre sus piernas el fusil. Tras un rato en la sala, volvimos a salir a la calle, a la tormenta en su momento más álgido sobre la orilla desierta. Koltsov, levantándose el cuello de la cazadora y enrollándose una bufanda al cuello, bromeaba: “A ver quién entiende esto: Asturias, oscuridad, Tolstoy, tormenta, Nejliúdov hablando en español...” 521 . (Téngase esta cita en cuenta también para completar el capítulo dedicado al cine durante la Guerra Civil y el papel propagandístico del mismo, como es en este caso, la recreación cinematográfica de “Resurrección”, obra de Lev Tolstoy, de marcada intención anticlerical). Más abundantes son los recuerdos de Karmén del País Vasco. Todos ellos muestran cierta similitud con las expuestas de Koltsov, y en las que, nuevamente, la figura del camino es uno de los elementos paisajísticos más resaltados, así como se resalta el contraste que los paisajes del norte muestran con el resto del país. 521 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 257-258 311 “El País Vasco está en la zona norte de España. Es un lugar montañoso. ¡Qué poco se parece a las abrasadas y pedregosas colinas de La Mancha, Castilla, a las estepas de Andalucía, a las plantaciones de naranjos de Levante! Una cobertura aterciopelada y verde de prados alpinos, el fondo azul del Golfo de Vizcaya. El coche pasa por manantiales de montaña, coge altura con fuertes virajes, alzándose hacia las oscuras masas de los bosques de coníferas, y desde las lechosas nubes vuelve a caer hacia los ruidosos riachuelos de los valles” 522 . Sus descripciones de la ciudad de Bilbao se repiten con su viaje a España, muchos años después, como turista soviético. En ellas compara la ciudad de Bilbao, y el País Vasco en general, en su marco contemporáneo con aquello que el mismo vio en los años de guerra. “¡Cómo no recordar el pasado! A cada paso cualquier detalle me trae recuerdos amargos. Aquí, en esta carretera, llena de coches, hay un letrero: “GUERNICA – 14 km” Una señal como otra cualquiera. Azul con los bordes blancos. Yo estaba en Bilbao en mayo de 1937 cuando llegó la terrible noticia sobre que, unas horas antes, la “aviación nacional”, así se llamaban las fuerzas aéreas de combate de Hitler, había borrado de la faz de la tierra Guernica” 523 . (Koltsov, en sus crónicas de mayo de 1937, utilizó frecuentemente los bombardeos de Guernica para remarcar el carácter de aquellos que se enfrentaban a la República. Sin embargo, Koltsov nunca estuvo allí, y ninguna descripción dejó de aquella ciudad). “Sin querer recuerdo el Bilbao de aquellos días, cuando las fuerzas de Franco estaban cerca de tomar la ciudad. Bilbao estaba en alerta, severo. En sus alrededores, y sin descanso, desde la mañana a la noche, cientos de personas cavaban barricadas y fortificaciones. Reinaba una disciplina ejemplar a la hora de los ataques aéreos. No menos de diez veces al día aparecían sobre la ciudad las escuadrillas de los trimotores “Junkers”... Abandoné entonces Bilbao por el único camino libre, que iba a lo largo de la costa hasta Santander. Llovía malvadamente, caminaban cansados los soldados, envueltos en mantas mojadas. El camino era bombardeado por barcos de guerra” 524 . 522 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 307 523 Ibíd., pág. 308-309 524 Ibíd., pág. 308 312 4.11 JAÉN Ehrenburg encontró la primavera del 1937 en Jaén, en un emplazamiento lejos de los objetivos militares, pero que sufrió varios bombardeos de la ciudad por aviones italianos, sobre todo, durante el mes de abril de ese año. Ehrenburg fue, además, testigo de los combates y toma republicana del sitio de La Virgen de la Cabeza, en las cercanías de Andújar. En comparación con las crónicas escritas por el mismo sobre los sucesos de Málaga, el estilo de Ehrenburg es aparentemente más tranquilo: a pesar de la tragedia, el Ejército de la República ya está finalmente organizado. Lejos de los principales frentes y de las batallas más cruentas, temiendo “sólo” por los bombardeos italianos, las descripciones de la Andalucía nororiental se centran de manera más serena en la descripción del paisaje y su simbolismo. No hay en ellos tan rápidas secuencias de sucesos como en Málaga, aunque son igualmente estremecedoras. Las descripciones de Jaén resultan más numerosas y producto de la reflexión, al contrario que en Málaga, que eran fruto de un asustado espanto. En contraste con eso, y en sus posteriores memorias, escritas en los años sesenta, y como todo el que fue el “Frente Sur”, Jaén ocupa una parte importante de sus recuerdos, y son muchas de las imágenes vistas allí las que utiliza para simbolizar la lucha que vivió en España. Muchos de esos recuerdos son más impactantes que los que escribió durante su estancia en la ciudad: “Bombardearon Jaén con furia; allí vi una escena que recuerdo con dolor, incluso después de la última gran guerra, después de todo lo que he visto. La metralla de una bomba arrancó la cabeza de una niña. La madre se volvió loca, no quería soltar el cuerpo de la niña, se arrastraba por el suelo, buscaba la cabeza, y gritaba: “¡Mentira, está viva, viva!” 525 . Una característica hace muy especiales a sus reportajes en Jaén: están escritos en el mismo espacio y tiempo que los del poeta Miguel Hernández y dedicados a los mismos acontecimientos. Sin embargo, y a pesar de poder afirmar que hubieron de coincidir en lugar y hora, no hay ninguna referencia del uno al otro. El poeta de Orihuela es, sin duda, el gran 525 Ilyá Ehrenburg, “Liudy, Gody, zhizn”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2000, Tomo 7, pág. 539 313 olvidado de las memorias soviéticas (cuando por afinidades políticas habría de ser protagonista). Sólo años después, en su autobiografía, Ehrenburg nombra a Hernández en una simple enumeración de poetas españoles congregados en un acto durante la guerra. Lástima que Ehrenburg no llegase a conocer (de haberlo hecho con total seguridad hubiese dado noticia y alabanza de ello), el poema “Andaluces de Jaén”, recién presentado por Miguel Hernández a los soldados del frente, los mismos de los que también habla Ehrenburg. Sirvan las crónicas de éste último como telón de fondo a la estancia del gran poeta de Orihuela en el mismo espacio y tiempo. De sus crónicas de Jaén, son dos los lugares los que ocupan la atención de Ehrenburg: la capital y, sobre todo, el Monasterio de Santa María de la Cabeza, en las cercanías de Andújar. La situación del Monasterio de Santa María de la Cabeza era similar a la que se había dado meses antes en el Alcázar de Toledo. Nueve meses llevaba el enemigo resistiendo los intentos del bando republicano por tomar su sitio. Por otro lado, ninguna ayuda del bando nacional conseguía llegar hasta esos límites, salvo la ayuda aérea, que los surtía de víveres y bombardeaba las poblaciones y posiciones republicanas. Gracias a la directa comparación entre las crónicas de Ehrenburg y Hernández, los rasgos más elementales de de la obra del primero resaltan con mayor claridad. Mientras los reportajes 526 del poeta español son más impetuosos y románticos (sin dejar a un lado el alto valor poético de los mismos), pensados para el ánimo de los soldados del frente, los del corresponsal soviético son mucho más incisivos, simbólicos, más enfocados, como sus demás crónicas, a los lectores europeos y soviéticos. “Ni casas, ni hombres. La Sierra huele a ajenjo. Se llama “Sierra Morena” (…) En lo alto de una montaña, el monasterio. Cada primavera venían aquí los peregrinos. A la milagrosa estatua de la virgen la llamaban “la morenita”. Con sus donaciones, los monjes le compraron una corona de oro; la corona era más grande que la estatua. Las viejas suspiraban con ternura. Los nuevos peregrinos, en lugar de báculos llevan fusiles, y en lugar de cantar salmos 526 Miguel Hernández, “Crónicas de la guerra de España”, Barcelona, Flor del viento Ediciones, Fundación Domingo Malagón, 2005, pag. 83 - 91 314 cantan “La Internacional” 527 . “Los hambrientos campesinos de Jaén rezaban a “la morenita” para que los protegiese contra la Guardia Civil. Tras la recolección de la aceituna por los campos de los terratenientes los campesinos se marchaban hambrientos. Al “criminal” que se atrevía a recoger para sí algunas aceitunas le esperaba un balazo. A esos cazadores de personas los dirigía un tal Cortés” 528 . Cortés era el jefe de los ocupantes del monasterio. Las siguientes descripciones de Ehrenburg están dedicadas a explicar los detalles de la vida y defensa de todos ellos. Hace especial hincapié en la situación ya vivida del Alcázar de Toledo de niños y mujeres encerrados en el santuario, y remarca la “hipertrofiada bondad”, como él dice, del ejército republicano, que en tal circunstancia se niega a bombardear: “En el museo de la Revolución española, entre las expuestas armas del enemigo, habrá, sin duda, una falda” 529 . Durante una parte de sus crónicas, bien descrito ya el entorno natural y primaveral, en la que Ehrenburg ve un símbolo de resurrección, las únicas referencias se centran en la detallada descripción de los sucesos, con una función propagandística clara: “Entre los monjes con tricornios ha empezado el nerviosismo. Otros no estarían en contra de entregase. Pasaron los felices tiempos en los que por cada campesino muerto recibían un premio” 530 . Finalmente, y como se repite en casi todos sus reportajes, Ehrenburg hace un guiño enfadado a esa sociedad internacional que no se decide a ayudar a la República. En este caso sí surgen pequeños matices descriptivos referentes al enclave del monasterio y sus alrededores: “La tarde. Una inusual calma sobre la sierra. En las trincheras, los soldados fuman o sueñan. Entre la brillante y verde hierba expira un burro, herido por las balas de los monjes. 527 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 178 528 Ibíd., pág. 179 529 Ibíd., pág. 179 530 Ibíd., pág. 179 315 Llega un coche, son los delegados de la Cruz Roja genovesa. Parece ser que el mundo contiene el aliento ante la tragedia de los monjes con tricornios. ¿Qué le importan al mundo las mujeres y los niños de Madrid? ¿Qué le importa al mundo las ciudades de Euskadi, que arden abrasadas por los bombarderos alemanes? Estos sólo son detalles sin interés” 531 . En las descripciones referidas a la batalla por el Santuario de la Virgen de la Cabeza, Ehrenburg emplea más líneas de las habituales en describir el entorno natural, aunque, como ya ocurrió con el Alcázar de Toledo, al Monasterio en sí no le dedicó más de una o dos líneas: era un símbolo del enemigo. En esas descripciones emplea una comparación, la de la “humanidad de las armas”, tema que formulará por primera vez en su anterior reportaje en la ciudad de Jaén, y que a continuación se comentará. Por otro lado, es la única descripción nocturna que dedica a los sucesos del Santuario de Santa María de la Cabeza. Y es la que acaba su reportaje. Su siguiente línea tratará la rendición final de los ocupantes “Bajo la azulada luz de la noche, el fuego republicano parecía ser fuegos artificiales. Después hablaron las armas. Debo reconocer que sus voces me parecieron profundamente humanas” 532 . La estancia de Ehrenburg en Jaén coincide con la de una nueva temática en su trabajo, que le acompañará unas semanas más: la de la humanidad de la lucha del pueblo en contraste con aquellos que están carentes de humanidad, y por tanto, odian al pueblo. Y si el pueblo está lleno de humanidad, sus armas también lo están. Son reportajes optimistas, con la primavera de telón. Tras lo sucedido en Málaga, con la rabia contenida, llegó la primavera. Las líneas de Ehrenburg, referidas a pueblos y caminos de las provincias de Córdoba y de la misma Jaén, se llenan de descripciones de campos en flor, hierba verde, de pájaros sobre los fusiles y tanques escondidos entre olivos que reverdecen. A su vez, los aviones bombardean la ciudad, las casas se presentan derruidas, cadáveres y gritos. 531 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 180 532 Ibíd., pág. 181 316 Sin embargo, el campo de batalla se llena de vida. Ehrenburg describe cómo después del trágico invierno, y después de la primera gran batalla ganada (Guadalajara), la primavera se alía con lo humano, y la naturaleza y el hombre se alzan llenos de esperanza. En sus reportajes de la primavera de 1937, la Naturaleza como aliada republicana sustituye, en parte, a los símbolos culturales, más presentes como contrapunto al enemigo en el resto de sus crónicas. En sus primeras líneas escritas desde Jaén, la unión simbólica entre la resurrección de la naturaleza a la par de la lucha humana es detalladamente descrita: “En la sierra ahora nacen flores, amarillas, lilas, blancas. Los campos de Andalucía se llenan de amapolas. Echaron a correr, a hablar, pequeños riachuelos. Junto a las baterías de continuo cantan los pájaros: es tiempo de su amor pajaril. He visto un bebé, lo concibió, lo llevó dentro, lo parió su madre entre el estruendo de los blindados y el ruido de las sirenas” 533 . La actitud de los soldados también es descrita en consonancia con esa explosión de vida. Por las laderas se escuchan canciones: cabe apuntar que, seguramente, los soldados siempre cantasen diferentes canciones, pero Ehrenburg empieza a describirlas precisamente en este momento y rodeados de ese determinado entorno natural e instante histórico. La naturaleza, como símbolo de vida, es descrita por Ehrenburg ya no sólo como símbolo contra la guerra, sino como símbolo de lucha. Entre las descripciones paisajísticas abundan los retratos de soldados, sobre todo, de brigadistas internacionales: “El amaba la vida, y por eso murió en España” 534 . “Ayer, en las montañas andaluzas, trabajadores berlineses cantaban: “No, no hemos perdido nuestra patria, nuestra patria ahora es Madrid”” 535 . Como colofón de esa descripción de estallido de vida, Ehrenburg describe los humildes y 533 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 174-175 534 Ibíd., pág. 177 535 Ibíd., pág. 177 317 soldadescos preparativos para la celebración del próximo Primero de Mayo, el mismo día que consiguieron vencer a los ocupantes nacionales del Monasterio de la Virgen de la Cabeza. Pero el contraste es una de las características principales de la literatura de Ehrenburg. Frente a los campos primaverales y los soldados esperanzados, también son descritos los resultados de los bombardeos. Los aviones italianos atacaron intensamente la ciudad de Jaén, y las líneas de Ehrenburg se llenan de descripciones de casas derruidas, muertos, familias sin hogar. “En Jaén vi a una madre que había encontrado la mano de su hija, enloquecida, se acercó la mano al torso y empezó a buscar la cabeza. ¿Qué más añadir? ¿Que la gente tiene miedo a dormir en la ciudad? ¿Que por las noches se marchan al campo? ¿Que han convertido la vida del hombre en vida de bestias?” 536 . En todas las descripciones referidas a los montes de Andalucía, no sólo a Jaén sino también a la provincia de Córdoba, una de las figuras principales es la de las gentes marchando hacia los montes, llevando provisiones a los guerrilleros. En esas descripciones el paisaje casi siempre es nocturno, silencioso y tranquilo. En Jaén escribió Ehrenburg un poema, dedicado a la descripción de una de las casas derribadas por las bombas enemigas. En el poema, que se ha traducido aquí, en primer término se enumeran los daños producidos, muy simbólicamente expuestos; como en cada poema de Ehrenburg, el punto de vista que filtra y expresa, es más personal que en las crónicas. En el poema el propio Ehrenburg describe la vida que acierta a imaginar de esa casa antes de las bombas, causando gran contraste visual con la exposición de daños anteriormente expuesta. Finalmente, y en consonancia con su idea de resurrección, tanto de la naturaleza como la del pueblo, motivos tan presentes en sus escritos primaverales desde Jaén, aparece la figura de un alfarero que entre las ruinas y la muerte consigue crear algo nuevo. 536 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 175 318 “ALFARERO EN JAÉN. Allí donde cenaban, basuras y cascotes, Cacerolas, cristales rotos, sábanas, Una maceta con lilas, y en lo alto del cielo, Se mece una cuna vacía. Hierros, ladrillos, cuadrados y círculos, Confundidos, esparcidos pedazos. Crujen restos bajo los pies Que eran las penas y alegrías de otros. ¡Qué minucias nos importaban en vano! ¿Qué hacían, qué formas mimaban tus manos? Ahora la vida, con su piel arrancada a tiras, Resulta dos veces extraña y salvaje. Una foto familiar: buscamos sus parecidos. Pensaban, quizás, en cómo tapizar el diván. Cualquier funda es una soez monstruosidad Que se te pega como una mosca, como la borrachera. Y tras la esquina, vuelven los quehaceres cotidianos. Ya está limpia la acera de basura. Y en la profundidad de un fresco pajar Sobre el barro trabaja un alfarero. Yo mucho he vivido y nunca nada comprendí Y ahora veo, sorprendido Como, obedeciendo a unas manos ancianas De la oscuridad nace un cántaro” 537 . 537 Ilyá Ehrenburg, “Gonchar v Jaene” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 49 319 4.12 MÁLAGA El único de los corresponsales soviéticos que estuvo en Málaga durante la Guerra Civil fue Ilyá Ehrenburg. Estuvo poco antes del ataque italiano a la ciudad, y tras la ocupación de Málaga, camino a Granada y Almería, estuvo con los miles de ciudadanos que huían por la línea de la costa o se refugiaban en las montañas. Todas sus referencias y descripciones a la ciudad se basan en la comparación de lo que vio antes de la llegada del enemigo (así como en sus visitas anteriores a la guerra), y las imágenes de los exiliados y los testimonios ofrecidos por estos. En sus reportajes hay uno dedicado exclusivamente a Málaga. Dos colores que se repiten: el blanco y el rojo. Blanco arquitectónico y rojo de sangre (también se hace eco de que en Málaga, tras las elecciones anteriores a la guerra, de esa ciudad fue enviado a las Cortes un comunista como representante). Su reportaje lo empieza con la imagen de una mujer que ha perdido el juicio. Hace gestos al aire, tiene la mirada perdida: sus hijos fueron asesinados en Málaga. “¡Málaga!... ese nombre estaba relacionado con el vino, oscuro, dulce y empalagoso (…) En los hoteles blancos, como la nieve, tras las fachadas de estilo árabe, vivían ricos ingleses. Adoraban esta ciudad por su tranquilidad y su dulzura” 538 . Unas líneas después, en fuerte contraste, recrea la vida de los alrededores de la ciudad: “Algunas veces pasaban por los estrechos y oscuros callejones. Las hijas de los negociantes fotografiaban con sus “kodaks” la exótica pobreza. Allí vivían trabajadores, pescadores, camioneros: allí no había ni palmeras ni fachadas de estilo árabe; allí la vida era hambrienta y negra (…) A veces los pescadores y camioneros protestaban. A los cabecillas los metían en oscuras y malolientes cárceles. A veces los trabajadores sacaban de sus chabolas rojos banderines hechos de trapos. La Guardia Civil disparaba. 538 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 132 320 Harapientos, hambrientos, los niños lloraban en las chabolas” 539 . Tras seis meses de defensa de la ciudad, finalmente grupos del ejército nacional, en gran parte italianos, tomaron la ciudad. Ehrenburg no estuvo presente, como ningún otro corresponsal soviético, por consejo de los mandatarios nacionales, que instalaron a la mayoría de los corresponsales extranjeros en un lujoso cortijo de las afueras. Los testimonios directos eran para Ehrenburg la única fuente de la batalla final que se desarrollaba en el interior de Málaga. Los vencedores de Málaga emplearon una especial crueldad en aquella ciudad que tanto se les resistió. Y son sus protagonistas, los italianos, a los que Ehrenburg dedica casi el resto de su reportaje, describiendo los actos de los mismos que por testimonios de los que huyen ha escuchado. El estilo de Ehrenburg en relación a Málaga es agónico, nervioso, enérgico y desolador. Ehrenburg se dedica a enumerar: fusilamientos, piras de cadáveres en la Plaza de Santa Cruz, decenas de miles de personas que huyen de la ciudad hacia los montes, perseguidos por los bombarderos alemanes, los orgullosos italianos que vuelven a vencer después de atacar a los indefensos abisinios, los desencajados rostros de los que huyen... Ehrenburg sí fue testigo directo de las acciones enemigas sobre la población que huía de la ciudad: “Sobre las masas de gente enloquecida por el miedo sobrevolaban aviones. Los pilotos del General Faupel mostraron una valentía milagrosa: en vuelos rasantes ametrallaban niños” 540 . “Entrando en la ciudad, los italianos colgaron en la estatua de la Virgen su bandera, cruzada con la esvástica negra de los aliados” 541 . Pero ninguna descripción más de la ciudad, centrándose Ehrenburg a juzgar a sus ocupantes 539 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 132-133 540 Ibíd., pág. 135 541 Ibíd., pág. 134 321 y a sus víctimas.... Málaga, tan constantemente citada por los corresponsales soviéticos, cumple en sus crónicas una función puramente simbólica. Muchas más serán las veces que Ehrenburg, como Koltsov, se referirá a Málaga: como ejemplo de valentía por un lado y de crueldad extrema por el otro. Ehrenburg hará siempre alusión a ella en su continua referencia al “Comité de no intervención”, a sabiendas de que en el sur de España, Gibraltar, Inglaterra, era testigo de todo lo que ocurría. “Las morgues de Málaga están llenas de niños. ¿Pero a quién le importa eso?” 542 En sus últimas líneas dedicadas a los sucesos de Málaga, en uno de los reportajes más enérgicos de cuantos escribió, y más oscuros, Ehrenburg, que convierte Málaga en una reflexión, no de la descripción detallada de la ciudad misma, sino de su ejemplo y simbolismo, añade una sentencia que será una constante en toda su obra: “Ellos limpiaban España: la limpiaban de pueblo español” 543 . Y siguiendo con el simbolismo que Málaga significaba para España y su guerra, sus últimas palabras dedicadas a la batalla de Málaga y sus consecuencias: “La sangre de Málaga la Roja ha resultado ser corrosiva: ha despertado al todo el país” 544 . En la traducción del poema de Ehrenburg traducido y citado en la página 91, puede leerse el verso “Málaga, blanca hasta lo hiriente”. El verso, del que tras una primera lectura se puede suponer una exageración del color blanco típico de la ciudad, tras el análisis de las descripciones de los sucesos de Málaga en los reportajes de Ehrenburg, su significado cambia notablemente: la herida no es la producida en los ojos... blanca era Málaga hasta que la atacaron, la hirieron, y Málaga, que ya antes era llamada “la roja”, ahora adquiere ese color por el motivo de la sangre. Ehrenburg repitió en numerosas ocasiones el contraste de esos dos colores en relación a Málaga, siendo el contraste de los mismos la imagen que resume su visión de la ciudad andaluza. 542 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 130 543 Ibíd., pág. 135 544 Ibíd., pág. 135 322 A pesar de no tratarse de ningún corresponsal, es necesario anotar brevemente algunos testimonios de voluntarios soviéticos que sí vivieron la caída de Málaga. Entre ellos, los más notables son los de la traductora Elizaveta Párshina, que estuvo presente en los últimos momentos de lucha en Málaga, así como después marchó con el éxodo de personas que huían, dando amplias descripciones de los dos sucesos. Párshina se apresura a dar varias notas históricas como introducción a lo allí vivido, no faltas de paralelismos: recuerda que por esos montes, allá en el siglo XIX, bajando de las Alpujarras llegaban los bandoleros; que por aquellas tierras los moriscos lucharon contra los cristianos, ocupando después toda Andalucía; que por esos mismos sitios fueron definitivamente expulsados después. “¡Cuánta sangre se ha derramado en estos caminos! Y otra vez un peligro mortal se cierne sobre las gentes que en paz han vivido y trabajado por su tierra” 545 . También llama la atención la inclusión de algunas descripciones que, en los testimonios de Párshina, mezclan la belleza de la ciudad con lúgubres y oscuras descripciones de sus alrededores: lugares que no se habrán de encontrar descritos en esa forma en textos que no estén vinculados con la guerra, elemento que influye aquí de forma drástica en la percepción del observador (téngase en cuenta que entre esas descripciones no aparece ni una referencia al Mar Mediterráneo, que tan cerca estaba): “Oscuras e impenetrables son las escarpadas montañas de la Alpujarra. Por los caminos hacia Málaga sólo muy de vez en cuando se ven grupos de almendros, olivos e higueras. Los cactus y los pequeños arbustos espinosos son casi los únicos habitantes de estas pendientes” 546 . Antes de una detallada descripción de la batalla, deja varias descripciones de la ciudad, en su rara condición de frente bélico: 545 Elizaveta Párshina, “Dinamit dlia senioriti”, Sverdlovsk, Sredne-Uralskoe knizhnoe izdatelsvo, 1981, pág. 28 546 Ibíd., pág. 23 323 “La ciudad está enmascarada, no se ve nada. Seguramente aquí haya muchos jardines, el aire es cálido, húmedo, y se siente el aroma de las flores” 547 . Pero la aportación más importante de las memorias de Párshina es la larga y detallada descripción de la huida a pie de miles de personas por las carreteras en dirección a Motril, y los numerosos ataques contra ellos desde el mar y desde el aire. “En ese momento un barco fascista se acercó a la orilla y empezó a disparar. Los proyectiles golpeaban en las rocas, y enormes pedazos de las mismas empezaron a caer sobre la carretera. La gente se echó a correr en todas direcciones, llevando en sus brazos a los niños, dejando en el camino sus últimos bártulos. Se escuchaban los gemidos de los heridos, todos corrían hacia una curva, más alejada de la orilla” 548 . “Si se pusiesen cruces de piedra a cada muerto aquí, las habría a lo largo de toda la carretera”549. 547 Elizaveta Párshina, “Dinamit dlia senioriti”, Sverdlovsk, Sredne-Uralskoe knizhnoe izdatelsvo, 1981, pág. 23 548 Ibíd., pág. 51 549 Ibíd., pág. 51-52 324 4.13 EL CAMINO “Y otra vez el camino. Canoso, polvoriento, se iba arrojando a las ruedas de nuestro coche. Miraba a los misteriosos objetos que iban apareciendo delante. Se podía pensar que algún bromista había colocado sobre la tierra un grupo de cerillas gigantes. Cuando nos acercamos, vi que eran unan chimeneas. Las chimeneas salían a la superficie, mientras toda la aldea se había escondido bajo tierra” 550 . No sería posible concluir este resumen del elemento paisajístico en las descripciones de los corresponsales soviéticos sin incidir en un aspecto fundamental: la mitad de las recreaciones de la imagen física de España en sus obras se corresponde a lo que se denominará “Camino”, a la imagen vista y descrita desde, o sobre, el trayecto que une los puntos geográficos que se han tratado, así como muchos otros. La descripción y la imagen del camino y su descripción, tanto física como referencial a todo lo que en ellos ocurre, ocupa un espacio tan grande como las imágenes referidas al conjunto de descripciones de lugares concretos. Los corresponsales pasaron gran parte de su tiempo en viajes rápidos que los acercaban a los lugares de interés. Esos viajes, con todas sus características, son siempre descritos minuciosamente, lo que ofrece un rico y extenso material Es también la principal característica que enlaza las crónicas soviéticas con una parte de la mejor tradición de la literatura rusa, aquella que da una especial importancia a la recreación de viajes, trayectos, al paisaje y circunstancias de los mismos, al medio de transporte, al cochero, a las inclemencias del clima... y en la forma simbólica en la que apunta Bajtín en su trabajo “Las formas del tiempo y el cronotopo en la novela”, donde afirmaba que “El camino vital de uno mismo se funde con el camino real del viaje-peregrinación” 551 . Claro está que en el caso de los corresponsales, sus crónicas no son ningún tipo de novela, pero sí se muestra el camino real y físico de los paisajes españoles como un símbolo del destino vital del mismo pueblo español. 550 Alexander Rodímtsev, “Pod nébom Ispanii”, Moskvá, Sovétskaya Rossía, 1974, pág. 44 551 Mijaíl Bajtín, “Formi vrémeni i jronotopa v romane” // “Epos i román”, San Petersburgo, Azbuka, 2000, pág. 39 325 Tanto es así que, como será obligado en su momento explicar, en las crónicas de los corresponsales soviéticos, los chóferes y conductores que los conducían por España son casi tan detalladamente descritos, y casi con la misma frecuencia, como lo es la figura fundamental del soldado, lo que resulta uno de los rasgos más originales de la literatura soviética escrita desde España durante la Guerra Civil. Quizás sea la descripción de los caminos, junto al profundo conocimiento y propaganda de la cultura española, la característica más original del conjunto de crónicas soviéticas. A su vez, no se han de confundir las descripciones que corresponden a espacios abiertos y paisajes generales con las dedicadas al camino, pues en estas últimas, además del elemento paisajístico, la propia figura del camino es protagonista. La imagen del camino puede clasificarse por su mayor o menor valor simbólico. En los diarios de Mijaíl Koltsov o de Román Karmén, la imagen de España descrita desde un camino equivale casi a la mitad del tamaño total de su obra. Son enclaves sin nombre, que unen otros dos puntos, pero que sirven a los corresponsales tan bien como las ciudades y los frentes para explicar el momento concreto por el que transcurre la guerra. El camino es en sus páginas un elemento más explicativo que simbólico. “El camino aparece vacío durante kilómetros y kilómetros. A veces aparecen largas columnas de gente que marcha hacia Madrid. Huyen de sus aldeas natales, llevando con ellos todo aquello que puede cargar un pequeño burro o una yegua esquelética. En el camino se puede saber la situación mejor que en el propio ministerio de guerra. Un viaje por carretera es una especie de servicio de inteligencia o un acto de espionaje. Te paras, preguntas a la gente, y sigues adelante. A veinte o treinta kilómetros de Madrid los refugiados son más numerosos, ya no andan con paso cansado sino corren, perseguidos por ráfagas de artillería” 552 . Las crónicas desde o sobre el camino, iban sirviendo a Koltsov para explicar el desarrollo de la guerra. En las primeras semanas de guerra los frentes todavía no estaban establecidos definitivamente, y la figura del camino le servía, en numerosas ocasiones, para explicar en pocas palabras la realidad de la guerra recién comenzada: 552 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 246 326 “Por caminos comarcales, por entre espesas nieblas de pesado y corrosivo polvo vamos a lo largo del frente, hacia abajo, a Tardienta. No todos los caminos tienen nombre, y los campesinos en las aldeas nos avisan que hay que ser prevenidos: es muy fácil pasar al lado de los alzados: en nuestro lado la línea de vigilancia no es continua. Por esto que damos tantas vueltas, nos volvemos y pasamos tanto tiempo en los cruces” 553 . “Nadie sabía adónde y cómo ir. En cada cruce de caminos nos decían una cosa: bien que más adelante están los fascistas, o bien que más allá el camino está completamente libre. No era posible creer ni a unos ni a otros: podías encontrarte con un error o con una provocación” 554 . Los caminos descritos por Koltsov, además de servir como espejo de la situación bélica de cada momento, contienen casi siempre valiosas anotaciones descriptivas del paisaje alrededor. En esas mismas descripciones es posible valorar los elementos que se repiten en ellas: llama la atención el permanente apunte del polvo del camino, algo que recuerda a las primeras descripciones de la ciudad de Madrid, ciudad polvorienta: polvo como símbolo de los errores, del pasado y del enemigo. Cierto es que esas primeras descripciones tuvieron lugar a finales de verano, periodo polvoriento. Pero también es cierto que las continuas referencias al polvo del camino casi desparecen en sus descripciones del segundo verano de la guerra, cuando la situación política y bélica era más del gusto de Koltsov. Es muy habitual que Koltsov escriba sobre “Miguel Martínez”, su apodo en España, para describir sus viajes, sobre todo cuando estos no eran oficiales sino que nacían de su propia curiosidad. Son esas mismas descripciones donde su nivel lírico y humorístico se manifiesta con más fuerza, amparado por la “travesura” que estaba cometiendo. “Después de la media noche Miguel Martínez marchó al principio por la carretera de Valencia, giró a la derecha y por una estrecha carretera se dirigió a Chinchón. Los árboles saltaban hacia los faros del coche desde como si fueran diablos. Daba miedo que el motorista que acompañaba e iba delante del coche pudiera chocarse contra esos árboles y no tuviera tiempo ni de gritar antes de que el coche le pasara por encima. No había posibilidad de ir más despacio: el motorista y el chófer unidos eran como un par de 553 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 28 554 Ibíd., pág. 202 327 poseídos. Detrás de Chinchón, en un alto, miró su reloj, paró el coche y la motocicleta. La tierra alrededor, en la luz de la luna, era como de yeso, ondulante, como de redondos cráteres volcánicos y picos; en ella crecían pobremente duros y pequeños arbustos y hierba quemada” 555 . La organización republicana es otro de los temas que son descritos por Koltsov, muy a menudo, gracias a la imagen del camino. Poco a poco, según se iban asentando los frentes, los controles para la salida y entrada de las ciudades se hacían más frecuentes. Muchos de ellos son descritos por Koltsov en un ejercicio que representa con gran precisión cuál era su comprensión en cada momento de lo que ocurría. A través de los caminos Koltsov describe el nacimiento de un nuevo ejército, una nueva realidad con protagonistas extraños, campesinos que se ocupan de guardar los pasos y pedir contraseñas a los viajeros. “Y les entregan una gorda carpeta llena de mandatos y permisos, pero no entienden nada de documentos y los devuelven con una sonrisa humilde y a veces tímida. Con gusto muestran el camino y son realmente bondadosos y amables. Como antes, llaman a todos “señor”, pero en la despedida levantan el puño, como en el frente rojo” 556 . “Tras dos horas por los caminos nos hemos vuelto a cubrir enteros de harinoso polvo de cal. Otra vez hemos parado y comprobado el camino: va paralelo tres o cuatro kilómetros del frente. El enemigo también se confunde por estos caminos. Esta misma noche una patrulla de campesinos gritaron a un coche: “¿Quién va?” Como respuesta recibieron un “¡Falange española!”. Los campesinos abrieron fuego y mataron a todos los ocupantes del coche, incluyendo a un coronel fascista” 557 . Pero además de la recreación paisajística desde el camino, así como el análisis del control de los mismos como ejemplo de los que luchaban y cómo lo hacían, hay una pauta repetitiva en las crónicas de Koltsov cuando escribía desde o sobre el camino: la importancia de los mismos en el plano estratégico, importancia que no siente que sea la misma entre los responsables militares del ejército republicano. Koltsov se refiere en numerosas ocasiones a la falta de resolución que hay para eliminar, destruir un camino concreto. A su vez, y esto es lo más interesante, entiende que el pueblo español se niega a hacer desaparecer un camino 555 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 181-182 556 Ibíd., pág. 23 557 Ibíd., pág. 34 328 por el que él mismo quiere andar. Resalta la relación estrecha entre ese pueblo y su caminos, relación que ni siquiera las órdenes militares pueden romper. Es por eso que alaba con alegría las zonas del norte del país, en especial las más montañosas, donde los defensores podían resistir mejor a un enemigo que difícilmente encontraba un camino para llegar hasta él, caminos que estaban fieramente defendidos. “¡Hay que quitar los autobuses a los regimientos!” - refunfuñaba Líster. - Les da pereza andar, sólo van montados. Por eso que nos aferramos tanto a los caminos, tanto nosotros como los fascistas. Chocamos y nos alejamos después los unos de los otros como bolas de billar. Por esto hay tales movimientos veinte kilómetros hacia el oeste y veinte hacia el este. Si fuéramos andando no haríamos tales retiradas. Aquí todo es al revés. Con abrir fuego se completa el ataque. Con gusto vuelan vías de trenes y las dejan abandonadas. Pero destrozar una carretera principal da pena, puede servir luego en el ataque o en la huida” 558 . “Las vías que dan a Oviedo están concentrados en un círculo cerrado con sólo seis kilómetros de diámetro. Pero para recorrer todas las posiciones hacen falta días: no hay camino que las comunique, desde cada lado hay que acercarse por agrestes montañas, barrancos, puertos, túneles y viaductos” 559 . Las citas de Koltsov relacionadas con el camino, debido a su enorme cantidad y variedad, ofrece imágenes muy dispares. En ellas pueden observarse desde descripciones con trasfondo cultural, descripciones del paisaje en movimiento, hasta descripciones de batallas desde los caminos cercanos, así como los paisajes resultantes de las mismas. “Los campos ondulaban como olas de colinas, y al fondo blanquearon unas casas. Significa que podremos tumbarnos, descansar el hombro dolorido, dormir un poco. Por el camino iban dos campesinas con camisas bordadas, con pañuelos en la cabeza; a nuestro encuentro se acercaba otra, también con un pañuelo, montada. Pero montada no en un caballo, sino en un burro. Y esto me recordó que aquella muchacha que iba montada podía ser Dulcinea, la verdadera Dulcinea del Toboso, la adorada dama del perspicaz e infeliz hidalgo Don Quijote de la Mancha, y que no estábamos junto al río Terek o en Kubán, sino en La Mancha, y que la aldea de enfrente es el mismo Toboso, en Quintanar de la Orden, 558 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 85 559 Ibíd., pág. 148 329 en la provincia de Toledo” 560 . Tras uno de los momentos cruciales de la Batalla de Guadalajara: “Cerca ya de la mañana, bajo una intensa lluvia, he ido a Brihuega. La carretera, otra vez, y como el día anterior, está repleta de cañones, morteros, camiones italianos (setenta de ellos), alambres espinosos, cajas con proyectiles, munición, granadas de mano y demás armas. Sólo de gasolina se han conseguido cien mil litros. Los republicanos han experimentado ahora, y en la práctica, qué es eso de conseguir trofeos: se han rearmado completamente unas cuantas brigadas, se han vestido y calzado a cuenta de los italianos. No muy lejos de la entrada a la ciudad, en una curva de la carretera, vemos un espectáculo extraordinario. Con las bombas de los aviones republicanos, lanzadas con una extraordinaria precisión, han sido destruidos cuatro camiones llenos de balas y proyectiles. Todo su contenido ha explotado y después ha empezado a disparar por sí mismo hacia todos lados” 561 . Son menos numerosas las referencias al camino en las crónicas de Ilyá Ehrenburg. Se ha apuntado anteriormente, en referencia a las citas de Koltsov, a que sus impresiones eran desde o sobre el camino; en el Caso de Ehrenburg, casi ninguno de sus artículos se refieren a las características del propio viaje (a pesar de sus viajes fuesen numerosísimos por buena parte del país). De esa manera, las referencias al camino son en extremo simbólicas, referencias que vienen a acompañar la reflexión a la que pretende llamar su artículo. A pesar del menor número de referencias al camino, hay que destacar que son un elemento en la literatura de Ilyá Ehrenburg que se utiliza especialmente en su obra dedicada a España (después seguirá utilizando la imagen del camino durante la Segunda Guerra Mundial en la Unión Soviética, pero en menor medida). Aunque no lo aclara en sus memorias “Gentes, años, vida”, es posible conjeturar que la imagen del camino y España en su obra estuviese influenciada tanto por la imagen de Don Quijote de la Mancha y, así como por la obra poética de su admiradísimo y amigo Antonio Machado. 560 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 36 561 Ibíd, pág. 79-80. 330 Ya en sus obras dedicadas a su visita a España en los años anteriores al comienzo de la Guerra Civil, hay imágenes que se habrán de repetir con posterioridad. Pero hay una circunstancia curiosa: sus referencias al camino durante la guerra, donde, en teoría, el camino es un elemento fundamental de la contienda, esas mismas referencias son menores en cantidad y simbolismo a sus escritos durante los primeros años 30 en España. La unión entre el país y sus caminos es más estrecha y simbólica que cuando estos se convirtieron en objetivo militar. Ehrenburg, tomando como metáfora “el camino” como imagen del trayecto que le quedaba por recorrer al pueblo español hasta conseguir sus objetivos, es más nombrado cuando ese camino había de ser conquistado, antes de la guerra, a cuando había de ser defendido, durante ella, tiempo en el que por culpa de la guerra el pueblo español no podía avanzar, sino sólo sobrevivir. A pesar de eso, si hay algunas imágenes que se repiten en ambos periodos. En su primer texto dedicado a España en 1931, describía el paisaje castellano, al que definía como “inacabado”. Cerraba ese primer artículo con la imagen de un solitario y pobre campesino atravesando ese paisaje: “Sobre las piedras se mueven unas sombras, y como si fuera una contraseña, se escucha: “¡Arre, burro!” 562 . Unos años después, durante la guerra, la figura del burro y el hombre (que en este caso no camina sobre un paisaje inacabado sino que huye de un enemigo), se repite frecuentemente, junto a descripciones que vienen a ejemplificar cual es la España que se enfrenta al fascismo y por qué razones. “Piedras rojas, desierto. A veces encuentras algunos olivos polvorientos. Ahí va una familia sobre un burro: el padre, la madre y una hija pequeña. Entre las piedras, con tristeza, menea la cabeza una cabra, mientras busca algún hierbajo quemado por el sol. Las casas se levantan sobre montañas como fortalezas, lejos unas de otras. Las casas son del color de la piedra, y tienen vueltas sus paredes sin ventanas hacia el camino, y parecen deshabitadas. Dentro hay oscuridad y hambre. En algunos sitios hay siembras, y ahora 562 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 9 331 recogen para el pan” 563 . Las referencias de Ehrenburg referidas a sus propios viajes son escasas, y aunque en algunas de ellas se pueden observar imágenes parecidas a las tratadas por Koltsov, se pueden apreciar claras diferencias en la temática y significado, siendo las citas de Ehrenburg extremadamente simbólicas y las de Koltsov detalladamente explicativas. “Una carretera. Un soldado, envuelto en mantas, abre la puerta del coche. Mira el permiso y dice en un susurro: -Hoy la contraseña es “Alarma”. Los camiones se apresuran en llegar a Madrid: naranjas y munición. Munición y naranjas” 564 . También son abundantes las referencias al camino referentes a los campos de batalla, aunque en mucha menor medida que en la obra de Koltsov. En todas ellas puede observarse el simbolismo característico de Ehrenburg, que a menudo ofrece imágenes compuestas por elementos chocantes entre sí: “Carretera de Aragón. El poste con el kilómetro 90 está derribado. Los pájaros vuelan sorprendidos sobre los cables rotos. Agujeros de proyectil. Ropas desgarradas de soldados. Un anuncio: “Nuestro hotel es el primero en confort” 565 . Sí coinciden Ehrenburg y Koltsov en la forma y el contenido de su valoración de los caminos en la guerra en lo que se refiere a la importancia del dominio de los mismos, además del factor decisivo que significa saber moverse no sólo por los caminos principales. Sobre ello escribió mucho Koltsov en Asturias y Ehrenburg en los montes andaluces: “En los alrededores de Granada los republicanos y los fascistas ocupan las cumbres. Entre ellos, en los valles los campesinos sacan a alimentar a sus ovejas. Las acciones militares se desenvuelven alrededor de los caminos principales. A veces, los republicanos mandan 563 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 203 564 Ibíd., pág. 162 565 Ibíd., pág. 164 332 expediciones de observación a las cimas o a los olivares, pero los fascistas sólo se mueven por carretera: es una infantería a la que no le gusta ir a pie. El ataque de uno de los dos bandos obliga al otro a concentrar sus fuerzas en un tramo concreto: así se van formando los frentes” 566 . Dentro de la obra poética de Ehrenburg producida en aquellos años en España, la temática del camino tiene una curiosa característica: no tiene relación ninguna con la descripción de paisajes. Esas descripciones, esas imágenes de paisajes abiertos y exteriores, se presuponen que vistas y recordadas desde algún camino, al ser transformadas en versos pasan por alto, casi siempre, la figura éste último. Pareciera como si el camino no formase parte del paisaje o, más posiblemente, adquiere una importancia especial. Una posible solución a esta contraposición de elementos que debieran, por lógica, aparecer unidos, pudiera ser la que ofrece en los siguientes versos, que tratan del surgimiento de la guerra, y su reflejo en la naturaleza: «… Bramaron las montañas, Los mares enseñaron sus dientes (…) En los pozos muertos no había agua Y la misma tierra se levantó contra el enemigo” 567 En la obra poética de Ehrenburg todo el paisaje termina convirtiéndose en la expresión de dolor del pueblo a causa de la guerra. Se convierte en su espejo. El paisaje, la naturaleza, simboliza todo el sufrimiento y los contrastes que el conflicto ha provocado. Al contrario, el camino es aquel espacio por el que el pueblo huye, se une, se organiza y lucha por su futuro contra todo lo que le rodea. En este sentido, el término “camino” es empleado por Ehrenburg en sus poemas durante la Guerra Civil Española a como lo había hecho en su prosa dedicada a España con anterioridad a la Guerra. En muchas ocasiones, el camino se convierte en río: ocurre en las referencias al pueblo, 566 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 181-182 567 Ilyá Ehrenburg, “Togdá vosstala górnaya poroda...” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 31-32 333 numeroso, que bien huye de algún enemigo, bien se une y se hace fuerte. “Como un suicida por el desfiladero Cae de las montañas una corriente, Rompe las ramas de los abetos Y arrastra piedras, como polvo (…) Así empieza un río Para después volverse liso y vago...” 568 . En los poquísimos casos en los que el camino y la descripción del paisaje se entremezclan, las imágenes del último elemento aparecen imaginadas, escuetas y, otra vez, profundamente simbólicas. Es el caso del poema: “Las casas en las montañas, como todas las casas Charlas hasta la noche, sopa y aburrimiento, Se seca la ropa en su cuerda, Y una perra se rasca, gimiendo. Con sólo levantarse, el mundo se hace otro Limpio de mil detalles El camino parece un gran río Y un barco la mísera casa...” 569 . Cabe aquí recordar los poemas dedicados por Ehrenburg a Madrid, en los que la ciudad esperaba barcos que la salvaran, siendo los caminos hasta ella, ríos. Las últimas referencias de los caminos en las crónicas de Ehrenburg serán los del éxodo del pueblo español a través de los Pirineos, así como el recibimiento que tuvieron en Francia. “Los caminos están llenos. Los franceses van mandando a los refugiados a campos de concentración” 570 . 568 Ilyá Ehrenburg, “Samoubíytseyu v uschelye...” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 77 569 Ilyá Ehrenburg, “Zhilye v goraj, kak vsiakoe zhilye...” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 65 570 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 366 334 En las crónicas de Ovadiy Sávich, sobre todo en aquellas páginas que se corresponden con sus memorias, el camino no tiene protagonismo. Esto hace resaltar el valor simbólico del mismo en las crónicas que se escribieron durante la guerra. En esas, el camino en las páginas de Sávich (que tenía tendencia a describir más los paisajes urbanos), el camino se entremezcla con la figura del “Chófer”, tema desarrollado en este mismo trabajo. 335 5 LOS ESPAÑOLES “Hablaban en francés, por lo que yo lo entendía todo. Me sorprendía la confianza con la que ese hombre hablaba de todo a los soviéticos. Después entendí que no era cuestión de confianza, sino de esa sorprendente, quizás inocente, seguridad con la que los españoles dicen a la gente su verdad y la defienden a cualquier precio. Y ese hombre estaba seguro de que su verdad era nuestra verdad”571. “Podría decir mucho más sobre otras personas, sobre otras aldeas… por doquier se trabaja, por todos sitios se ven ejemplos de solidaridad humana. Resulta espantoso, después de hablar con estos campesinos, coger entre tus manos un periódico: “Ribbentrop ha dicho…”, “el “Popolo d´Italia” escribe…”. Qué extraordinario pueblo vive aquí, trabajador, bondadoso, y cómo su vida es sólo una apuesta sobre un tapete verde, alrededor del cual están sentados unos cuantos jugadores profesionales”572. Cuando con cierta contundencia se afirmaba en el presente trabajo que las crónicas soviéticas en la Guerra Civil Española fueron el primer y más importante contacto que existió entre los pueblos soviéticos (o rusos) y el español, la principal justificación para tales palabras son la extensa y rica descripción que sobre los españoles dejaron los corresponsales soviéticos, y que con ferviente interés leían los lectores en la URSS. Aunque no en gran número, diferentes crónicas rusas, anteriores a los años 30 del siglo XX, habían llegado a los lectores rusos sobre la cultura española y la visión física de los paisajes españoles. En algunas de ellas se describían a ciudadanos españoles de alta posición o, en caso de referirse a gente de clases populares, el punto de vista de la crónica se refería más al encuadre folclórico y romántico del pueblo español. A su vez, conviene recordar que el público ruso que había tenido acceso a esa información sobre España había sido también muy escaso y muy selecto, debido al gran porcentaje de analfabetismo que había existido siempre en Rusia hasta los años 20 (porcentaje similar al de la misma España), así como un hábito de lectura poco frecuente entre las clases populares de ambos países. 571 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 9 572 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 200 336 Así pues, se afirma que nunca antes (se pudiera aventurar que tampoco después), el pueblo español había sido descrito en lengua rusa de forma tan rica y profunda, y respondiendo, además, a un enfoque literario (e ideológico) que ninguna relación tenía con los conceptos literarios que otros viajantes rusos habían empleado en las pasadas crónicas sobre España. Por otro lado, fueran como fuesen aquellas antiguas crónicas, no encontraron una masa tan grande de lectores como sí la tenían los corresponsales soviéticos. Por primera vez se pusieron en contacto el pueblo ruso y el español, siendo además ellos los protagonistas en sus respectivos países. En la Unión Soviética ya se había establecido una especie de patrón para describir a las personas, patrón más o menos marcado dependiendo del escritor, patrón que respondía a las doctrinas ideológicas del nuevo gobierno soviético: el hombre ya no era un esclavo de la historia, ya no cargaba con ella, sino que es un arma de cambio, y la historia habrá de ser un producto de sus acciones, su voluntad y su ideología. A su vez, todos los vicios y defectos que se juzgaban de forma negativa eran producto de los restos de la historia pasada. Incluso en los escritores rusos que menos se ceñían a ese nuevo patrón, fuesen cuales fueran sus preferencias ideológicas, en cada una de sus obras literarias se reflejaba el conflicto entre el hombre y la historia, después de que ésta diera un significativo giro en Rusia y en el mundo tras la Revolución de 1917. El pueblo más humilde se había convertido en el protagonista literario de todas las obras escritas en ruso, incluso en las de aquellos que nunca se habían preocupado por él. “En la aldea había muchos analfabetos. Una vez, uno de los terratenientes señaló al maestro sobre un campesino que empujaba una carreta: “Si le enseñas a leer, un día, sin duda, pedirá tener un burro o un caballo...” Ahora se ha abierto una escuela nocturna; los ancianos ya leen sílabas” 573 . El papel del hombre como transformador activo del mundo, motor de futuro, es la causa de que en el punto que se ha dedicado a la “Cultura en España”, no se haya hecho mención a aspectos como la “Religión” o las “Tradiciones”. Aunque existen varias referencias a esos puntos, las mismas son escasas. Los corresponsales soviéticos, al hablar de los españoles, 573 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 161 337 intentaban desnudarlos de cualquier influencia del pasado, excepto de aquella que los justificase en su lucha de clases y en la guerra contra el enemigo. Las referencias a la Iglesia en España se resumen en una secuencia de datos y referencias a su fuerza como arma conservadora y enemiga, y no hay apenas nada referido a la religiosidad personal de alguno de los hombres y mujeres republicanos descritos (cuando la hay, suele referirse a los hombres del bando enemigo, o de los “males” del pasado). En el mismo caso está la percepción de las tradiciones del pueblo español, también “males”, productos de la injusta realidad del pasado contra el que se combate. A su vez, en tiempos de tan cruenta guerra, las tradiciones populares se mostraban poco. A veces, pocas, se hacen referencias a las costumbres de los españoles, pero más relacionadas con el carácter de los mismos. “Hay cosas que si no las ves, no las crees. En una plaza abierta los soldados han hecho una pelota con papeles de periódico atados con una cuerda y juegan al fútbol” 574 . En un contexto donde hombres combaten por cambiar la historia, muchos de los conceptos viejos de esa misma historia son relegados a un segundo plano en la descripción de los corresponsales soviéticos (que apoyan y fomentan el cambio histórico). Los corresponsales soviéticos se esforzaban por presentar a los españoles como los nuevos dueños de su país. Es por esta razón que en toda la extensión de este trabajo, ya en el tema dedicado a la cultura española, ya sea al paisaje, los hombres y las mujeres estén siempre presentes, ya sea como dueños de aquella cultura, ya sea como parte de ese paisaje que ellos mismos están cambiando, por un lado, y defendiéndolo por otro, un paisaje que por primera vez les pertenece. En este punto surge la necesidad de caer en la generalización de los puntos a tratar. Ante la incapacidad de analizar uno a uno todos los hombres y mujeres que aparecen en las obras de los corresponsales se han de buscar nexos de unión que nos ayuden a agrupar los personajes en puntos, aquellos a los que más atención se presta en las obras estudiadas. 574 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 21 338 El criterio a seguir es el mismo que en los puntos anteriores, es decir, el de expresar lo más fielmente posible las preferencias de los corresponsales en cuanto a cantidad y significancia de sus referencias, analizarlas en su conjunto y comentarlas. De esa manera se comprueba que es posible establecer tres grupos diferenciados: soldados, campesinos y políticos; a estos se añadirán otros tres que son muy significativos, por las razones que se exponen: la mujer, que en las corresponsalías soviéticas cumplen la función de reflejar una imagen icónica de la España en guerra, el dolor de la misma y el ánimo popular; el enemigo (de la República), pues se ha comprobado que una gran parte de las crónicas están saturadas de referencias a los mismos, y resultan de gran interés sus descripciones, ya sean por conocimiento directo, como en el caso de los rehenes, como por la imagen simbólica que los corresponsales soviéticos recrean de ellos, con características que se pueden considerar interesantes; y un sexto punto: los chóferes, pues si se pretende ser fieles y recrear lo reflejado por las crónicas soviéticas, no se puede pasar por alto que una grandísima cantidad de descripciones de españoles se corresponden a la de los conductores que les acompañaban la mayor parte del tiempo, y que gozan de más protagonismo en sus crónicas que los representantes de cualquier otra profesión en tiempo de guerra (con excepción del soldado y el político), y que terminan siendo los principales representantes de los profesionales españoles y su carácter. “...Nos dirigimos575 a todas las mujeres de la Unión Soviética, a las trabajadoras, a las campesinas, a las empleadas, a las amas de casa, a todas las madres, con la ardiente petición de organizar toda la ayuda alimenticia posible para las mujeres de España, para los niños y las madres del combatiente pueblo español. Proponemos comprar y enviar alimentos a España para los niños y las mujeres del heroico pueblo español. Nosotras entregamos para ello cincuenta rublos cada una, y estamos seguras de que las mujeres de la Unión Soviética seguirán nuestro ejemplo” 576 . Con esta carta, reproducida por Koltsov en sus crónicas, se entra a analizar uno de los factores que más influían en la forma de presentar a los españoles en los trabajos soviéticos: el empeño por hacer cómplice al pueblo de su país y hacerles ver que sus motivaciones, aunque lejanas geográficamente, son similares. 575 Se trató de una carta escrita por las tejedoras de la cooperativa textil “Triojgornaya” de Moskvá, hoy todavía existente en dicha ciudad. La carta se ofrece íntegra en las crónicas de Koltsov. 576 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 100 339 Los corresponsales soviéticos tendían a describir a los españoles de una forma que, quitando los distintivos geográficos y los nombres propios, pudieran recordar al lector soviético las mismas circunstancias por lo que él pasó durante su reciente guerra civil. Este enfoque, a su vez, ayuda a los corresponsales soviéticos a desnudar de tópicos y reminiscencias románticas a los españoles, mostrando una clara diferencia con todas las imágenes que de España se tenían en Rusia hasta entonces. La ayuda material y económica que enviaban los soviéticos (no tanto de aquella que llegaba del gobierno soviético sino de las muchas colectas espontáneas que el pueblo soviético realizó), obligaba, a su vez, a hacer énfasis en los retratos de aquellos que estaban recibiendo aquella ayuda. Tampoco era secreto que miles de ciudadanos soviéticos estuviesen arriesgando sus vidas en España, combatiendo al fascismo. En resumen, el pueblo español debía ser presentado como alguien merecedor de aquellos sacrificios. Si, en aspectos como el político o el militar, la República recibe críticas en la corresponsalía soviética, no hay ni un guiño negativo a la actitud o ánimo del pueblo español, ni siquiera hacia aquel que combatía bajo las órdenes del enemigo, al que nombran siempre como una minoría obligada, bajo amenaza. Con la descripción de los sufrimientos del pueblo español, los corresponsales soviéticos cumplían otra función: la de concienciar a su propio pueblo sobre las amenazas que hacia el hombre representaba el fascismo, enemigo que con acierto se suponía iba a atacar antes o después a los pueblos soviéticos. “La mujer española cuida su pelo sin descanso, hace filigranas con él. Pero ocho campesinas muestran ahora sus cabezas rapadas, la vergüenza la han convertido en honor. “No queríamos, pero los fascistas nos han empujado a ser soldados” 577 . Los corresponsales conseguían hacer familiares y cercanas las imágenes de los españoles en sus crónicas valiéndose de diferentes enfoques literarios: el principal, aquel que buscaba transmitir los cambios sufridos por los españoles a causa de la guerra. A menudo, los cambios son físicos, como los reflejados en la cita anterior, pero con mayor frecuencia se 577 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 102 340 refieren a cambios en la psicología de los españoles, tanto por la tragedia de sufrir una guerra como por la actitud de valentía frente a la misma. Otra de las características de muchas de esas descripciones y referencias tienen origen en la tradición literaria soviética: sin tratarse de una versión fiel a la escuela impuesta del “realismo socialista” (que en los trabajos periodísticos guardaba unas claras diferencias con la vista en las novelas y relatos, teniendo más libertad el humor y la visión personal del autor, y acentuadas por las difíciles condiciones en las que fueron escritas las crónicas), a pesar de ello, sí muestran características comunes a los rasgos fundamentales que desde principios de siglo XX en Rusia se habían hecho habituales en muchos grandes escritores: la exaltación de las clases populares y su superioridad moral frente a las clases altas y dirigentes. Las mujeres y hombres, en esa literatura social, eran retratados como víctimas de un sistema injusto, tras lo que eran nombrados como los únicos merecedores del futuro de su tierra. Durante la Guerra Civil Española, los corresponsales soviéticos, aplicando lo que hacían la mayor parte de los escritores de su país (antes y después de que se convirtiera en imposición estatal en la URSS), se esforzaron por recalcar los orígenes humildes de los españoles y las injusticias sufridas durante su vida y por generaciones anteriores: era la versión literaria de la lucha de clases, cuando no su reflejo. Y con la trasformación social que aceleraba la guerra presente, los corresponsales indicaban con frecuencia la transformación vivida por las personas, dando mayor importancia y voz a aquellos que contaran con un origen más humilde, como pudiera ser su profesión, que a aquellos que provenían de clases altas, a pesar de que apoyaran también a la República. También son descritos con más detalle aquellos que contasen con luchas personales contra el sistema antes de la guerra. En la descripción de esos españoles se suele hacer inciso en el carácter popular y humilde del mismo, detalles de su personalidad, física o psíquica, ropas, gestos... que lo muestren como representante de las características de toda su clase social o nacional. “El secretario general del Partido Comunista José Díaz es un panadero de Sevilla. Tiene la alegría propia de un andaluz. La cárcel fue su universidad. Los trabajadores le llaman 341 cariñosamente “nuestro Pepe”” 578 . A su vez, aquellos personajes, como el Primer Ministro Largo Caballero, que a pesar de su origen humilde no es para los corresponsales el mejor representante de las clases sociales que defendía, dichos personajes aparecen faltos de referencias a su pertenencia a las clases populares, como si no fueran dignos de ellas. Con el enfoque totalmente contrario, aunque con la misma esencia, los corresponsales soviéticos describieron a los que consideraban enemigos de la República. Son presentados como los enemigos de todos los valores y pretensiones populares, verdugos de su cultura y carentes de cualquier principio moral. Pero incluso entre ellos existen diferencias en el trato de los soviéticos: aquellos rehenes cuyo origen es humilde son presentados como víctimas de un engaño, o, al menos, se intentan justificar sus errores. Es el caso de los soldados italianos o marroquíes. “Estas reservas fueron formadas con suma facilidad por los italianos: crearon una norma para la captación obligatoria de gente por las provincias y barrios del país. Los comités locales del partido fascista permitieron a los ya captados pagar por no ir a la guerra. El resultado de todo esto es que a esta nueva guerra colonial han sido enviadas las gentes más pobres, así como suele suceder siempre” 579 . Respecto a aquellos de clase alta, altos cargos del ejército alemán en su mayoría, sólo Ehrenburg muestra diálogos de los mismos, y para reflejar barbaridades dichas por ellos. “Los nazis en la España fascista se han acomodado como si estuvieran en su casa. Las cartas a Alemania las mandan sin sello, y las cartas desde Alemania, en lugar de dirección, hay una pequeña nota: “S-89”. El oficial razona como un colonizador: “Claro que en España hay paisajes bonitos, pero este es un país atrasado, y hay que ilustrarlo”580. Pero además de los enemigos militares, para los corresponsales soviéticos los principales enemigos no están en el campo de batalla. Con una constancia mayor que la ofrecida a 578 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986,pág. 81 579 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 70 580 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 351 342 describir a los ejércitos del bando contrario, se refieren a aquellos que por omisión de ayuda (y supuesto colaboracionismo con el bando enemigo) están siendo más dañinos para España: es el caso del “Comité de no intervención” que organizaron Francia e Inglaterra, cuyas referencias ocupan las mismas líneas (si no más) que las dedicadas a los enemigos en el campo de batalla, y teniendo seguramente un tono mucho más furioso. Ellas se caracterizan por el fabuloso uso de la ironía de Koltsov y Ehrenburg. “Por todo el mundo, por África, China, por la Península Ibérica, vagan criminales bandas de fascistas y su gente movilizada. Y las que se llaman a sí mismas grandes potencias democráticas de Occidente no se atreven a detener a esas bandas” 581 . Finalmente, y antes de empezar a desarrollar cada punto, se han de apuntar la gran cantidad de diálogos, de palabras que directamente desde el emisor los corresponsales escriben en sus crónicas, y que así se publicaban. Los testimonios directos eran muy valorados tanto por los corresponsales como por sus lectores, y las razones de ello, en parte, responden a lo ya expuesto, sobre todo, en el esfuerzo de los corresponsales por mostrar cercanos a los españoles frente a su público. Otra razón es la evidente al propio ejercicio periodístico, en el que aún a día de hoy se ofrecen testimonios directos como fuente de información. En tiempos donde el cine sonoro estaba naciendo y era casi imposible ofrecer grabaciones filmadas de calidad (con la dificultad añadida de la traducción al ruso), esos testimonios se ofrecían por escrito. A pesar de eso, y habiéndose consultado (ciertamente, sin mucha profundidad ni detenimiento) crónicas de otros corresponsales extranjeros, aquí se muestra el atrevimiento de afirmar que es en las crónicas soviéticas donde con más frecuencia y protagonismo se ofrecen diálogos directos de los españoles, sobre todo, de los pertenecientes a las clases más humildes. “-Tú eres ruso – me repetía en furiosos susurros – ¿Tú has visto? ¿Lo has visto o no? – Y él miraba al cielo, donde todavía se podían ver las sombras de los aviones sobre el fondo azul. – A Franco le ayudan todos. Le traen armas, tanques, aviones. ¿Y quién nos ayudará a nosotros? Y no me dejaba ir, y grandes lágrimas caían dejando caminos oscuros sobre la capa de 581 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 71 343 polvo que había sobre su moreno y arrugado rostro” 582 . Los diálogos directos con los españoles, que tantas páginas ocupan en las crónicas soviéticas, también cumplían con los principios periodísticos, sino ideológicos, de los corresponsales soviéticos. Son más frecuentes aquellos diálogos que, primero, comparten ideas que son de su agrado; segundo: tienen más voz aquellos que provienen de las clases más populares; tercero: aquellos que con sus palabras y acciones pueden ayudar a vencer en la guerra y traer el progreso (según sus principios del mismo), a España: “Es un fanático de la educación. Cree firmemente en que la victoria la traerá sólo la ciencia. Por su iniciativa se ha abierto una escuela en Carabanchel para la eliminación del analfabetismo entre los soldados. - ¿Y quién es el maestro? - Hemos encontrado uno. - ¿Pero quién? - Bueno, yo mismo” 583 . El enfoque adoptado de tratar la imagen de los españoles durante la Guerra Civil dejará a un lado puntos tan interesantes como son el retrato en las páginas soviéticas de las Brigadas Internacionales, los voluntarios soviéticos o personajes tan fundamentales como Maté Zalka o Ernest Hemingway. Se puede dar fe de la gran cantidad y calidad de referentes a los aliados internacionales de la República que se encuentran en las crónicas soviéticas, un campo de indudable interés histórico y literario. 582 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 247 583 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 68 344 5.1 LA MUJER ESPAÑOLA “¡Si esta madrileña fuera la Primer Ministro de Francia!” 584 . . La figura de la mujer (a menudo junto a la del niño), es presentada como la principal víctima de la guerra. Ya en las anteriores crónicas escritas por Ehrenburg o Koltsov desde España, antes del inicio del conflicto bélico, las mujeres eran el símbolo de los problemas e injusticias que se veían en el país. Y sin duda alguna, las líneas referidas a la situación de la mujer durante la guerra son las más desgarradoras y trágicas. Cargados con su ideología, los corresponsales soviéticos se enorgullecían de que en la Unión Soviética la mujer había alcanzado derechos y libertades inimaginables en cualquier otro lugar del mundo: el libre divorcio, la regulación del aborto, la voz y voto en cuestiones políticas... Y esta idea de los corresponsales soviéticos influye en su visión cómplice con los problemas de las mujeres en España. En las memorias de Elizaveta Párshina, traductora de un destacamento de dinamiteros en el Frente Sur, se puede valorar esa extrañeza. Párshina era una mujer soviética muy joven, sin la perspectiva histórica sobre su propio país que sí tenían los principales corresponsales, y se sorprendía de la situación de las mujeres en España. Con ocasión de su encuentro con una atemorizada mujer española, embarazada y soltera, escribía lo siguiente: “No nos entendíamos una a la otra. Había que explicarle qué era eso de un sueldo para mujeres embarazadas y muchas otras cosas que Manola no sabía y con las que posiblemente no podía estar de acuerdo, pues estaba acostumbrada a ver las cosas desde otra perspectiva. Por primera vez sentí la gran diferencia entre la forma de vida entre la gente en la Unión Soviética y otros países. Para que nos pudiéramos entender unos a otros, no sólo eran necesarios cambios sociales y económicos en las condiciones de vida, sino también psicológicos” 585 . 584 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 320 585 Elizaveta Párshina, “Dinamit dlia senioriti”, Sverdlovsk, Sredne-Uralskoe knizhnoe izdatelsvo, 1981, pág. 161-162 345 Mientras se intenta transmitir la imagen de la mujer española en las crónicas soviéticas, uno se da cuenta de que a través de ella los corresponsales trasmitían la imagen del propio país (unos años después, también en la URSS la mujer se convertiría en el gran icono de la lucha contra el nazismo). No se podrá saber hasta qué punto pudo influir, inconscientemente, el hecho de que tanto el nombre de España, como el de “país” o “nación”, en ruso, sean del género femenino, suposición esta que sería muy del gusto de los estudiosos del formalismo ruso de aquellos mismos años en la URSS. El hecho es que cuando los corresponsales se empeñaban en transmitir el dolor de la guerra, la imagen de un país sufriente y desgarrado, en la mayoría de las ocasiones utilizaban la imagen de las mujeres españolas. También para expresar la valentía y la entrega, así como la esperanza. “Gritaba una mujer: “¿Dónde está mi niño? Le dieron un niño. No era su hijo. Ella no tenía hijos, el miedo le había hecho perder el juicio. El niño sonrió. A su madre no la encontraron: estaba muerta, en algún sitio entre las piedras” 586 . En este punto sí se vuelve a observar una evolución en la imagen de la mujer en el desarrollo temporal en el que se fueron escribiendo las crónicas. De nuevo, la mujer, en esa evolución, simboliza la situación moral de todo el país mejor que ningún otro grupo social. En las primeras semanas de la guerra, con los frentes todavía difusos y falta de grandes bombardeos aéreos, Ehrenburg mostraba mujeres alegres en las calles de Barcelona, llenas de fervor revolucionario. Desde el primer momento, Ehrenburg se fija en la forma de vestir de las mujeres: tanto en sus descripciones como en las de Koltsov, las prendas que visten las españolas juegan un importante papel. En esas primeras semanas, las mujeres vestían de forma coqueta, aún llevaban flores en la cabeza, que combinaban a veces con monos y uniformes que representaban rebeldía y ensoñaciones utópicas. Muchas de ellas son también descritas con armas, haciendo guardias en pasos que vigilan junto a ancianos, cuando buena parte de los hombres han marchado al frente. En esos momentos, relativamente tranquilos, de entusiasmo sin tragedia, Ehrenburg, en ambos casos, alabando la disposición y los valores que las mujeres están mostrando a la lucha, no deja de dar notas del punto de vista que de la mujer tiene el enemigo, en este caso, en la casa requisada a un aristócrata: 586 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 175-176 346 “En su mesita de noche encontraron una novela de detectives y una revista francesa con fotografías de mujeres desnudas” 587 . Días después Ehrenburg retrata a una mujer cuya actitud pareciera que es la primera en adivinar la catástrofe que está por llegar. Llama la atención el contraste de esa mujer con la actitud, emocionada, infantil (como Ehrenburg achaca a gran parte del pueblo español), que tiene su hijo al ver las armas. También es importante prestar atención a la vestimenta de la mujer: “En el palacio del duque de Medinaceli está ahora el mando de las brigadas motorizadas. En las grandes caballerías hay enormes carrozas con escudos, y ametralladoras al lado. En el jardín hay una campesina y un joven. La cabeza de la mujer estar cubierta por un pañuelo negro. Mira tranquila a los soldados. No conseguí darme cuenta al momento de que estaba tragándose las lágrimas (…) El joven mira entusiasmado hacia las ametralladoras. La mujer se sentó en un banco de mármol y, chupando un hilo, se puso a zurcir la camisa de su hijo” 588 . Empezó la batalla por el control de Toledo. Como se ha analizado ya en este punto, Ehrenburg construye gran parte de su discurso contra el enemigo en el hecho, según él mismo denuncia, de que los ocupantes del Alcázar de Toledo habían secuestrado mujeres para protegerse de un ataque del exterior. Como en todas sus crónicas, Ehrenburg tiene una sensibilidad particular respecto a las mujeres, a las que considera las principales víctimas de algo de lo que no tienen absolutamente ninguna culpa, pues, como él mismo apunta, ninguna mujer había tenido ninguna función política en la España contemporánea. Es por ello que en Toledo no esconde su ira y escribe, y publica, algunas de las reflexiones propias y diálogos más crudos y violentos de toda su obra. Estas son las palabras recogidas por Ehrenburg de un vecino de Toledo a cuya mujer e hijas habían secuestrado los defensores del Alcázar: « – Allí está mi mujer y mis dos hijas. No te digo nada de mi mujer, no sé de tu vida. La mujer puede engañar a uno, como se puede engañar a la mujer. Pero, ¿tú entiendes lo que significa esto? 587 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 93 588 Ibíd. 347 Y se sacó del bolsillo una fotografía, llena de polvo y de hebras de tabaco: dos niñas pequeñas vestidas de domingo” 589 . En sus continuos viajes por la zona republicana, Ehrenburg acierta a transmitir la diferencia todavía existente entre las zonas más cercanas al frente y aquellas que todavía quedan lejos. Si en Barcelona, y para mostrar el ánimo de la ciudad, muestra mujeres alegres que llevan flores a los soldados que traen trofeos del frente, cuando visita Madrid, los bombardeos de ciudad también tienen a mujeres como el símbolo principal de la tragedia: “En Barcelona los milicianos han traído un trofeo: una bandera amarilla y roja capturada en Monte Aragón. Las mujeres lanzaban flores a los vencedores” 590 . En Madrid: “Callejón de Rafael Salilla. Hoy aquí un avión alemán ha lanzado una bomba. Ya no queda nada del callejón: ruinas, tierra, basura. Bomberos. Han sacado dos cadáveres: una anciana y una niña. La niña no tiene piernas. Su cara parece tranquila. Parece una muñeca rota. Por detrás grita una mujer. Al momento calla, la cara se le vuelve de piedra, parada, y abre los brazos. Pero no se mueve. A ella se acerca un trabajador con una chaqueta manchada de cal. Entonces ella, como fulminada, cae sobre la basura” 591 . De forma sistemática, tras cada bombardeo que presenciaba Ehrenburg, de entre los cadáveres y heridos, de entre las diferentes víctimas, casi siempre elegía para inmortalizar y transmitir el terrible momento a mujeres y niños. También es cierto que había pocos hombres en las casas que eran bombardeadas, pues estaban en el frente; pero es igual de cierto que no hay casi ninguna descripción de cadáveres masculinos causados por bombardeos en el frente en ninguna de las páginas de Ilyá Ehrenburg. De la misma manera, cuando Ehrenburg describía las marchas de miles de personas que huían de Málaga y de sus alrededores, de entre todos los que iban por los caminos, y para expresar la crudeza del momento, vuelve a utilizar la figura de la mujer. Ante estas descripciones se hace obvio de que son muchas las referencias al pañuelo negro que las 589 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 99 590 Ibíd., pág. 110 591 Ibíd., pág. 124 348 españolas llevan en la cabeza, y que, a su vez, ninguna otra prenda de vestir en ellas es descrita. A su vez, las mujeres empiezan a presentarse en las páginas de Ehrenburg en movimiento (en este caso forzado), y su imagen se va alejando de la icónica representación, como si de un cuadro se tratara, de la mujer celebrando una victoria o petrificada de dolor tras un bombardeo. Las mujeres se van poco a poco activando, volviéndose ya no sólo víctimas de la guerra sino protagonistas activas de la misma, lo que desembocará en una imagen totalmente diferente de la mujer en el transcurso de las crónicas de Ehrenburg, como se verá más adelante. “Más atrás llegaban otras sombras: mujeres y niños. Vienen de la aldea de Santa Eulalia, ocupada por los fascistas. Han caminado dos noches enteras, y el día lo pasaron escondiéndose bajo rocas. Las mujeres llevaban niños en sus brazos. Yo nunca olvidaré una anciana con un pañuelo negro en la cabeza. Apoyándose en un bastón, con sandalias, recorrió cuarenta y cinco kilómetros a través de montañas y valles. Al ver al comisario político, sonrió con su boca hundida y levantó un diminuto e infantil puño” 592 . La referencia continua a la mujer con el pañuelo negro no ya sólo contrasta con la imagen de la misma mujer al inicio de la guerra, adornada y coqueta, sino que traza un contraste abismal con la imagen de la mujer española, imagen puramente folclórica, que durante siglos habían recibido los lectores rusos. Quizás, la imagen del pañuelo era aquella que podía ser más cercana y comprensible para los lectores soviéticos. En la anterior cita, y formando parte del trágico paisaje del éxodo, vuelve a aparecer el color oscuro, en forma de sombras, para referirse a las mujeres. Similares a esas imágenes de Málaga son las de Jaén en la primavera de 1937 y las de otros puntos bombardeados. En febrero de 1937 Ehrenburg visitó Albacete, ciudad que era referencia republicana por ser uno de los puntos de adiestramiento militar de milicias y brigadas internacionales, y que en esas fechas estaba sufriendo ferocísimos ataques por el ejército enemigo. Durante los últimos combates, los albaceteños habían tenido que evacuar sus casas. Ehrenburg, que no describe la ciudad, sólo hace referencia a que en ese lugar, no muy lleno de atractivos monumentales, lo más loable que había antaño eran sus hermosas mujeres, “pesadillas de los soñadores albaceteños”. Tras ello, y después de una evaluación de los destrozos causados por las armas 592 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 142 349 en la ciudad, Ehrenburg vuelve a referirse a una mujer para ejemplificar el dolor causado. En su descripción se vuelven a repetir los aspectos ya citados, pero se añade la descripción de la nueva actitud que muestran las mujeres españolas, la reacción después del susto y todas las lágrimas derramadas. “La gente ha vuelto a la ciudad; se han abierto las tiendas. Al atardecer, la Calle Mayor vuelve a estar llena y ruidosa. Pero negrean las heridas de Albacete; en ningún sitio he visto tantas mujeres vestidas de negro. La luz de la luna está aún viva, pero de repente un pesado silencio se mezcla con la risa bajo los olmos destrozados. Cuando por la mañana los habitantes de Albacete, en silencio, volvieron a la ciudad, una anciana, al llegar a la casa donde vivía su nieto y de la que ya no quedaba nada, excepto un sillón roto y un charco rojo, grito: “¡Asesinos!”. No le contestó nadie: la gente no podía hablar todavía. Hasta esta noche había sido una anciana oscura, a escondidas rezaba a la Virgen y al ver a los milicianos se asustaba y se envolvía en el pañuelo negro. A la mañana siguiente se acercó hasta el hospital; le dijo al guardia: “¡Déjame pasar! Puedo fregar los suelos, cocinar, lavar”... Tiene sesenta y tres años. Ella me habló de su nieto, de su casa derruida, de sus tres conejos y, al contarlo, levantó el puño. Qué difícil es el destino de las ciudades, tan parecido al destino de la gente” 593 . Las mujeres se van convirtiendo poco a poco en una parte activa de la guerra, y en las principales protagonistas de las zonas de retaguardia en las páginas de Ehrenburg. En sus crónicas se siguen repitiendo las terribles descripciones de los bombardeos, pero empiezan a aparecer nuevos rasgos en las mujeres, valientes y sin miedo. Son para Ehrenburg el principal motor social de la España alejada del frente. De su visita al pueblo valenciano de Buñol, Ehrenburg dejaba la siguiente constancia: “De detrás de la esquina aparece un gran grupo de mujeres. Aquí las ancianas van con negros pañuelos y las jóvenes con grandes rizos pegados a la frente. En cabeza marcha Isabel Martínez, una mujer fuerte con ojos alegres e inteligentes. No se parece en nada a la Carmen de la ópera, sino más bien a la presidente de alguna granja cooperativa de Poltava. Va gritando: “¡Ayudemos todos a Madrid!” Cestas. Los campesinos echan en ellas de todo, un pollo, un saco de arroz, naranjas, conejos vivos...” 594 . 593 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 144-145 594 Ibíd., pág. 161 350 Ehrenburg se interesa igualmente en la situación de mujeres y hombres en los territorios donde gobiernan las fuerzas enemigas. Al contrario que los demás corresponsales soviéticos, Ehrenburg si busca información proveniente del otro bando y la utiliza para sus crónicas. En la poca información que podía encontrar y que presentaba en sus escritos, además de reflexionar de las condiciones en las que campesinos y jornaleros viven, hace énfasis en el trato injusto que las mujeres siguen recibiendo al recibir menores salarios que los hombres por el mismo trabajo. “Después de esto, los dirigentes han bajado alegremente el sueldo a los jornaleros: a los hombres les pagan cuatro pesetas al día, y a las mujeres, dos pesetas y cincuenta céntimos: eso es vivir para morir de hambre” 595 . “Han bajado los sueldos. Ahora las mujeres reciben, por cien kilos de aceituna recogida, tres céntimos. Por jornal, el hombre recibe tres pesetas y cincuenta céntimos, y a las mujeres una peseta y cincuenta céntimos. De su sueldo les quitan además, para “necesidades de la patria”, un quince o veinte por ciento. Los tenderos claman: “Ayer cogieron para falange cien pesetas, y hoy para el requeté, cincuenta...” 596 . En la zona republicana, las mujeres iban tomando parte cada vez más activa en la producción de alimentos y armas para la población y el frente. Las numerosas descripciones que Ehrenburg dedica a las mujeres en las fábricas recuerdan a las de los periódicos soviéticos dedicados a vitorear los logros tecnológicos del país. Son descripciones que solían tomar como ejemplo a alguien en particular y mostrarlo como ejemplo de heroicidad. En las mismas se resaltaba en lo posible la condición humilde del sujeto y sus progresos. En las descripciones de Ehrenburg, ahora en un contexto bélico menos desfavorable, esas mismas mujeres vuelven a ser descritas más allá de algún rasgo de su ropa o su físico que refleje la tragedia: “La campaña por el aumento de la producción ha alcanzado a todo el país. La producción de muchas de las fábricas ha crecido en un 150%, a veces, incluso en un 200%. Yo vi una máquina que fabricaba 70 balas por minuto. Junto a la máquina está una chica pequeña de pelos rizados, Conchita (antes era modista). Ahora esta máquina produce 112 balas por 595 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 197 596 Ibíd., pág. 192 351 minuto. Conchita trabaja once horas al día. En la fábrica todas las mujeres están bien arregladas y alegres, pasan hambre, pero trabajan con fervor” 597 . De entre todas las mujeres que aparecen en las crónicas soviéticas hay una que tiene un claro protagonismo. Si por un lado la mujer es el símbolo anímico, icónico de toda España, Dolores Ibárruri es el símbolo de todas las mujeres del país. Es también el símbolo político de uno de una de las corrientes ideológicas de la República, por lo que Dolores Ibárruri tendrá también su apartado en el punto que a los políticos españoles se dedicará en este trabajo, con mayor detenimiento. Dolores Ibárruri es la imagen política de la mujer española, y el ejemplo que, en las crónicas soviéticas, quieren seguir miles de mujeres en todo el país. Además de todo eso, es la mujer que los corresponsales soviéticos quisieran que fuesen todas las mujeres españolas. Dolores Ibárruri es, sin duda, el personaje español que más alabanzas recibe en sus crónicas. La siguiente cita es anterior al comienzo de la guerra, del primer encuentro entre la misma y Ehrenburg: “Dolores ya no es una niña: es esposa y madre. En su casa se pasan necesidades. A veces no hay pan. En los brazos de Dolores muere un niño. Dolores escribe artículos para los primeros periódicos clandestinos. Los montañeses la escuchan: “¡Para ser mujer, cómo habla!”. Ahora la llaman “Pasionaria”, como ella firmó su primer artículo. “Pasionaria”, en español, es una flor de vivo color rojo o azul” 598 . Cuando la guerra ya estaba a cercanos meses de acabar y la derrota republicana ya parecía inevitable, Ehrenburg volvió a representar a la mujer en las mismas situaciones de los primeros meses de guerra. Vuelven a ser mayoritarias las imágenes trágicas de los bombardeos, en los que siempre son mujeres las protagonistas. Posiblemente Ehrenburg veía que ese tipo de testimonios podían ser ya las únicas armas de la República capaces de conmover la conciencia de Francia e Inglaterra. Son de nuevo páginas muy duras, que sólo tendrán parangón en sus crónicas de la Segunda Guerra Mundial en la lucha soviética contra la Alemania nazi. “Cada día en España comprobamos el límite del dolor humano. Esto ocurrió en Alicante. Una mujer parió. Pasaron bombarderos fascistas. La gente salió huyendo. La mujer parió 597 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 324 598 Ibíd., pág. 296 352 sola. Y en el segundo vuelo de los aviones un trozo de metralla mató al recién nacido” 599 . “Hace poco que una bomba italiana cayó en el cementerio; los huesos de los muertos volaron lejos en todas direcciones. Ayer una bomba destruyó un alto edificio. Una hora antes había parido una mujer. Murieron el niño y la madre. En la ventana se veía un trapo blanco. Pero no es una bandera blanca. Barcelona no se rinde” 600 . La recreación del parto durante los bombardeos y de la tragedia de la madre es también una de las más frecuentes imágenes que ofrece Ehrenburg en sus crónicas. En la narración de Ehrenburg referida a la huida por los Pirineos de miles de españoles, como ya se ha tratado en el punto dedicado a la población de Port-Bou, se observa que son también las mujeres las que más líneas ocupan y a través de las cuales mejor se refleja el dramatismo de la situación: “Las mujeres llevan fardos sobre sus cabezas. Los campesinos dirigen mulos y ovejas. Hoy una mujer ha parido en la montaña, y a su alrededor caían bombas. No sé dónde encontrar palabras para describir esto” 601 . Es llamativo que mientras Ehrenburg utiliza continuamente la figura de la mujer en sus crónicas, no hace lo mismo en los poemas escritos durante la guerra, donde la misma apenas aparece. Como ya se ha explicado, los poemas de Ehrenburg tienden a describir aspectos visuales, paisajísticos, para reflejar los aspectos más transcendentales de la guerra. Aun así, es frecuente en sus versos la figura del soldado y la del niño. En las únicas dos o tres ocasiones en las que aparece una figura femenina, se repite el motivo del bombardeo y la del parto solitario bajo la amenaza, imagen ésta que termina convirtiéndose en la última y resumen de España en las crónicas de Ilyá Ehrenburg. “¡Qué gran fuerza será, y ya es, la mujer española, en cuanto se libere del sofocante cerco de la casa-cárcel! A ella la arrodilló en la tierra, se la comió por dentro, como un óxido, una vergonzosa mentira durante toda su existencia. En casa va despeinada, de piernas cortas, 599 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 238 600 Ibíd., pág. 280 601 Ibíd., pág. 363 353 en pantuflas, en vapor de jabón sobre la artesa donde lava las sábanas, entre los gritos de los niños y los cotilleos de alcoba de las vecinas, siempre ella culpable y sin derecho a réplica frente al marido. En la calle, frente a la gente, va en altos tacones, mostrando la seda de sus piernas, jugando con el abanico, invocando con su boca entreabierta: un animal lujoso y sensible, la tentación de los andantes, orgullo de su propietario – esposo. En público, el servilismo frente a la mujer, la trillada parodia de la atención del caballero frente a la espléndida dama; en familia, arrogancia y grosería hacia la mujer, su vergonzosa explotación durante el día de su trabajo, por la noche, de su cuerpo, humillada, golpeada” 602 . En las crónicas de Koltsov, la mujer española es la principal protagonista de los primeros meses de guerra. Su figura es, junto a del campesino, el símbolo de la liberación que cada día de lucha se conquista frente al enemigo. A diferencia de Ehrenburg, en sus crónicas hay un menor número de esas trágicas imágenes de la mujer como protagonista y víctima principal de los bombardeos que caracterizan las páginas del otro gran corresponsal soviético. La razón de ello es puramente técnica: Koltsov pasaba muy poco tiempo en la retaguardia, donde se producían los bombardeos sobre la población civil. A pesar de eso, y como en las crónicas de Ehrenburg, es muy difícil encontrar reseñas sobre muertes injustas entre los hombres. El símbolo del crimen, el peor de los actos que se pueden cometer en la guerra, incluso peor que la propia guerra, es la violencia contra la mujer (y contra los niños); crímenes que, a su vez, siempre achacan a la mentalidad y los principios del enemigo, o como en alguna ocasión comentan: los vicios de la burguesía. “En la aldea de Puente Genil, en Andalucía, violaron a treinta mujeres, a todas las pincharon sus pechos con bayonetas y después las tiraron al río. La violación y el acto de agujerear los pechos se inspiran en las recetas que hay en los miles de libros pornográficos sobre depravaciones sexuales, la literatura favorita de los fascistas niños de mamá. Lo de hundirlas en el río ya es parte de su iniciativa personal” 603 . Koltsov hace mucho énfasis en la imagen real de la mujer española frente a los tópicos, incluso contra los menos tradicionales: algunos de los personajes más incómodos de Koltsov durante la guerra, la de los corresponsales extranjeros “neutrales”, a los que siempre describe deseosos de que las fuerzas nacionales ganen cuanto antes la guerra para poder volver a su 602 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 101 603 Ibíd., pág. 102 354 casa con el sueldo ganado, a menudo son descritos por Koltsov como clientes habituales de las prostitutas de Madrid, e incluso describe el método por el que aquellos se organizan para cumplir con lo que pareciera que son sus únicas preocupaciones. La absoluta falta de sensibilidad y compromiso por parte de aquellos, y su desprecio por el pueblo español enfurecían a Koltsov. En su discurso, ideológico y periodístico, ataca duramente contra la comercialización de la mujer. En la siguiente cita se puede observar un buen ejemplo de ambas cosas, tanto del contraste verdadero de la mujer española frente a los tópicos, como de la imagen contemporánea que muchos querían seguir encontrando en ella. Koltsov se refiere a su visita en el año 1931 a Sevilla, y al barrio marginal de Adata, que tenía el apodo de “Estados Unidos”: “A primera vista era una decrépita anciana, encorvada, lenta, siniestra como la peste, en su camisón negro. Pero no era una anciana, sino una muchacha joven. De manera milagrosa conservaba dos filas de extraordinarios y blancos dientes, aunque las escaras le habían deformado la cara, se habían comido los ojos y los pómulos. Son escaras de la “mala sangre”, de una enfermedad crónica a causa de la mala alimentación del organismo, por muchos años de ayuno ininterrumpido, limitado a unas pocas aceitunas y un par de tragos de agua al día. Era una joven sevillana. Los americanos ricos atravesaban los océanos para admirar a las famosas sevillanas, ¿sabrán acaso que en Sevilla hay unos Estados Unidos y que allí hay mujeres tan extraordinarias como ésta?” 604 . Koltsov es mucho más generoso en los detalles de sus descripciones que Ehrenburg, limitado al simbólico pañuelo negro, a los pobres calzados o a alguna flor en las vestimentas de las españolas, y con mínimas descripciones de los rasgos físicos de las mismas. A su vez, Koltsov es aún más insistente que Ehrenburg en las referencias a Dolores Ibárruri como ejemplo de lo que él llama “la verdadera mujer española” “Y Marina Jinesta, callada, amable, con un corte de pelo que recuerda al de un chico, una combatiente de las barricadas de la Plaza de Colón, una cuidadosa estenografista y traductora. Todo esto es la verdadera mujer española, esa que ahora se descubre, siguiendo el ejemplo de Dolores Ibárruri, en estas difíciles horas de lucha popular con su verdadero, sereno y conmovedor aspecto” 605 . 604 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 146 (Este mismo episodio es narrado por Koltsov en su libro “La primavera española”). 605 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 102 355 Este tipo de declaraciones de Koltsov complica la comprensión a la hora de evaluar sus muchas y detalladas descripciones que hacen referencia al extraordinario y femenino aspecto que tienen por regla general las mujeres que aparecen en sus páginas. Cuesta trabajo medir su ironía y acertar si se trata o no de piropos sinceros. Así ocurre durante las primeras semanas de la guerra, en la enfervorecida Barcelona y el Madrid que, en las páginas de Koltsov, parece no querer creer el peligro que se le avecina. En la primera ciudad, las mujeres recorren las calles, adornadas con flores y armas, acompañan con cánticos a los soldados que se dirigen al frente e incluso, en muchos casos, Koltsov afirman que ellas mismas se acercan al frente para llevar comida y refrigerio a sus padres, hermanos y novios. “Contagiándome más y más de esa esencia de nerviosismo en el aire, escuchando lo fuerte que pincha el propio corazón, con dificultad me puedo mover por la calle abarrotada, entre los jóvenes con fusiles, entre mujeres con flores en los cabellos y sables desenvainados en las manos, ancianos con cintas revolucionarias en el pecho, entre los retratos de Bakunin, Lenin y Jaurés” 606 . Y en Madrid las mujeres siguen paseando por las calles principales de la ciudad como si nada hubiera ocurrido, incluso después de haber recibido en la ciudad varios bombardeos y de ir acompañadas de hombres ya vestidos de soldados. “El rostro, los labios, las pestañas, las orejas, las uñas minuciosamente adornadas... ¿hay algo en el mundo más acabado que una mujer española paseando en la calle? Las llevan de un brazo soldados, comandantes y otros militares sin rango, vestidos en parcos monos de arpillera y sombreros policiales de tela, o sin sombrero alguno, con zapatillas sobre el pie descalzo, con un fusil, con pistolas, con granadas de mano en el cinturón” 607 . Como símbolo de la situación casi caótica que vive la ciudad de Madrid, a la que sigue culpando de no tomarse todo lo en serio que debiera la amenaza futura, y que también tiene a la mujer como protagonista, Koltsov informa de extrañas leyes que circulan por la ciudad, y el motivo de las mismas: 606 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 8 607 Ibíd., pág. 72 356 “A las mujeres las bajan de los coches si no tienen documentos de trabajo. Esto ocurre porque en los coches requisados se dedican a pasear a las chicas por la ciudad. A mí, yendo de vacío, me han hecho varias veces cargar con enfermos a un hospital, sacos llenos de vajillas y con policías. No estaba obligado a hacerlo, pero resultaba interesante” 608 . Comenzó la batalla por Madrid. Unas semanas antes, en Toledo, Koltsov denunciaba la cobardía de los defensores del Alcázar, que habían utilizado mujeres como escudo ante la posible respuesta republicana. Koltsov añade la información de que aquellas mujeres habían sido colocadas en los pisos altos del edificio para evitar los ataques aéreos republicanos. Es en Toledo donde Koltsov transcribe directamente en su diario docenas de diálogos con mujeres españolas, largos discursos de las mismas y las mayores loas de Koltsov al espíritu, valentía y entrega de las mismas. “- Perdóneme, soy una mujer sencilla y no había pensado sobre muchas cosas. Me parecía que todos los extranjeros eran turistas ricos como los que venían aquí. Yo ayudaba a mi Sebastián a lavar sus coches. Ahora los alemanes y los italianos nos mandan aviones con bombas” 609 . Al llegar el frente a Madrid, las mujeres de la ciudad ya no vuelven a mostrar adornos ni pasean ya tranquilamente por la calles en las páginas de Koltsov. Informe de la situación de la ciudad en los primeros días de noviembre: “Faltan fusiles en la ciudad, pero la ciudad está inundada de ellos. Por los bulevares todos pasean con fusiles. En los cafés se sientan con su fusil. Las mujeres llevan fusiles. Con su arma comen, con él van al cine, aunque ya hay un decreto oficial del gobierno: dejar los fusiles en el ropero a cambio de una ficha numerada. Los trabajadores han recibido armas y no es tan fácil hacérselas devolver” 610 . Ante la inminencia del ataque a la capital, la figura de la mujer es casi inseparable de la 608 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 22 609 Ibíd., pág. 100-101 610 Ibíd., pág. 10 357 mención a Dolores Ibárruri. Ellas son casi la única mención animada y positiva que Koltsov hace de una ciudad que está, en teoría, a punto de ser ganada por el ejército contrario. La actitud de las mujeres consuela, en cierta medida, la falta de energía del gobierno, sobre todo, cuando éste abandona la ciudad y la situación parece casi insalvable. “Sus tambores retumban por las calles. Doscientas mil mujeres madrileñas, trabajadoras, sirvientas, amas de casa, toman parte, con Dolores a la cabeza, en la manifestación comunista bajo un lema a la defensa proletaria de Madrid” 611 . Empezó la batalla. En esos días que en las páginas de Koltsov se narran como una tormenta, una narración frenética y angustiada, no hay protagonismo real para nadie, ni para mujeres, ni para soldados... todos y cada uno forman parte de ese paisaje urbano que se convertía en el centro del mundo. Sólo después de las primeras semanas de defensa de la ciudad, y tras su primer viaje a la URSS, a su vuelta, Koltsov vuelve en varias ocasiones a tener a las mujeres españolas muy presentes en sus páginas. Pero los términos son ya muy diferentes. En los primeros meses de guerra quedan las menciones heroicas a la mujer, a su futuro, al contraste de su pasado y su presente, las proclamas a su liberación y a su nuevo papel en la sociedad. Y ante todo, exceptuando su permanente contacto con Dolores Ibárruri, se pierde su contacto directo, o la descripción del mismo en su diario, con las mujeres españolas, aquel que había sido tan protagonista durante su estancia en Barcelona, en Toledo y en Madrid. A falta de ese contacto directo, con su actividad repartida por frentes alejados a las retaguardias, Koltsov se refiere a las mujeres en términos que abarcan, de nuevo, el problema del machismo y el papel histórico de la mujer española. Se tratan de reflexiones de Koltsov, propiciadas por algún elemento que le hace desarrollar ese discurso. Ocurre, por ejemplo, con las noticias que le pasa su compañero periodístico y francés Delaprée, que se dirigió a París (murió en ese viaje), para reclamar allí el hecho de que no le publicasen sus crónicas, con la excusa de que contar sobre la muerte de mujeres y niños era “demasiado comunista”. También dedica varias páginas a las mujeres españolas que se embarcaron a la Unión Soviética para recibir formación de todo tipo, profesional, militar... o 611 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 195 358 como regalo por méritos en la guerra. “María Mínguez Pérez se ha marchado a Moscú en su primer permiso militar. ¡En su primer permiso! Desde el primer día de guerra civil, María Mínguez ha estado en las primeras líneas de fuego. Todos los votos recibidos para viajar a Moscú fueron para ella en la candidatura de un regimiento de Buitrago. Los soldados han preparado a María Mínguez cálidos festejos. También a Carmen Salvaro, elegida en la columna “Victoria”. Emilia Prejaram Galbarriatu no tiene ninguna condecoración, ni ninguna profesión reseñable. Su mérito es ser madre de dos españoles que combaten en el frente contra el fascismo. Eso es más que suficiente” 612 . Pero las líneas generales de Koltsov hasta el final de su estancia en España seguirá basándose en las dos ideas ya expresadas: la lucha y victoria de la mujer española por la conquista de sus derechos, así como la recreación de una imagen de la mujer española que se aleja radicalmente de los tópicos históricos sobre la misma. “Por mi parte intenté ser galante, un culto caballero, y confesé a la muchacha mis viejos sueños por conocerla, glorificada en la inmortal obra de Cervantes. Pero la hermosa muchacha no me entendió ni a mí ni al alcalde. Era analfabeta, como el noventa por ciento de los habitantes de El Toboso (...) La joven había venido a pedir una orden para un kilo de carne para su padre enfermo, un carpintero de la aldea” 613 . En las páginas de Mijaíl Koltsov la variedad de imágenes referidas a la mujer es grandísima. En ellas aparecen también las vestiduras oscuras y las heridas y muertas tras los bombardeos que ocupan tantas páginas de Ehrenburg, así como todo tipo de personajes y profesiones, incluida la visita a una curandera charlatana. Pero si hay que encontrar dos líneas maestras de la percepción de Koltsov sobre la mujer española, son las ya expuestas. En los textos de Román Karmén y Ovadiy Sávich es más difícil encontrar una línea de pensamiento u opinión respecto a la mujer española, aunque sí contienen interesantes imágenes y reflexiones sobre la situación de aquella durante la guerra civil. En la obra de Karmén se encuentran cuadros que muy a menudo coincidían con sus propias grabaciones con la cámara; en la obra de Sávich son varias las reflexiones que el autor hace sobre la 612 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 178 613 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 37-38 359 mujer española en la guerra y en su lucha por vencer los problemas de su pasado. En el diario de Román Karmén las descripciones de la mujer no adquieren forma de ningún discurso elaborado con alguna finalidad literaria o ideológica del asunto, como sí sucede en las obras de Ehrenburg y Koltsov. No obstante, de sus páginas sí se pueden extraer cuadros llamativos que pudieran encerrar en sí todos los significados expuestos por los otros corresponsales. Sus descripciones se han de valorar en cuanto al parecido de las mismas con la narración cinematográfica. Cabe recordar que fue Román Karmén el primero que mostró en sus grabaciones el sufrimiento de la mujer española en la guerra a medio mundo, y recordando alguna de las imágenes más memorables de sus reportajes y la película “Ispaniya”, es posible notar que, a pesar de acompañar siempre a Koltsov y no a Ehrenburg, las imágenes que se decidía a grabar recuerdan a menudo a las expuestas en los reportajes de éste último: los resultados de los bombardeos, las víctimas entre los escombros... una de sus primeras imágenes grabadas en Madrid fue precisamente la de una mujer ante el cadáver de sus hijos. Ese mismo día, dejó constancia de esa misma escena grabada en su diario: “Por las calles, entre nubes de humos se ven correr miles de personas. Acaban de abandonar las ardientes y demolidas casas. Entre la gente casi no hay hombres, sólo niños y mujeres. Andan casi desnudos, apretando contra su pecho a los niños llorosos, llevando del brazo a ancianos y ancianas. Y vuelven los aviones, ya se escuchan los primeros estallidos de sus bombas. Los bomberos sacan cuerpos llenos de sangre y cubiertos por una espesa capa de polvo. Una madre joven, echada sobre la hierba de la plaza, se aferra con los dientes al vestido ensangrentado de su hija muerta” 614 . En sus primeros días en España las imágenes de mujeres se entremezclan con las de hombres, soldados, campesinos... Sí adquieren un marco propio a su llegada a Madrid, y más cuando la batalla por la ciudad se acercaba. “Entre las personas armadas que inundaban las salas y los pasillos del caserón había muchas mujeres. Chicas jóvenes, ancianas matronas, todas armadas con fusiles y pistolas. Todas iban con una combinación que se había convertido en el uniforme de la milicia española y al que llamaban “mono”. Por aquí y por allí corrían y jugaban grupos de niños. Los padres no tenían con quién dejarlos en casa” 615 . 614 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 266 615 Ibíd., pág. 234 360 Tras la batalla por Madrid, y al igual que ocurre con su trabajo cinematográfico, Karmén se esfuerza por describir la valentía y entrega de la mujer española durante aquellos días en los que parecía posible que su bando ganara la guerra, tanto en la retaguardia como en el frente. “Las mujeres llevan patatas y coles en sus carros. Pero si uno se acerca a la fila que forman, en sus severos y cansados rostros no encontrarás ni una sombra de descontentos mundanos. Al ver mi cámara, las mujeres levantan el puño. El heroísmo de las mujeres de Madrid, de las amas de casa, entrará en la historia de la lucha revolucionaria en España como un ejemplo de tenaz auto - sacrificio” 616 . De la obra de Sávich destaca el siguiente fragmento, en el que se refiere a Dolores Ibárruri y con ello establece una reflexión sobre el papel de la mujer española y su reflejo en la historia del país hasta la Guerra Civil Española. Además, establece un claro paralelismo entre el futuro de la mujer y el país: “La mujer en España nunca fue libre, nunca tomó parte en la vida política. Vivía encerrada, criaba a los niños, iba a la iglesia, y sólo el hambre la sacó de casa para trabajar. La historia de España cuenta con muy pocos nombres femeninos: la poderosa y cruel Isabel la Católica; la llena de amor, la poética y con toda su alma entregada a la mística, Santa Teresa; heroínas anónimas de la guerra contra Napoleón. Para los mismos españoles Pasionaria fue un acontecimiento histórico tan inesperado como para aquellos que consideraban España atrasada, débil y sumisa su resistencia contra el fascismo” 617 . Llama la atención que en ninguna de las crónicas soviéticas se subraye con sorpresa el papel de la mujer en el frente, como soldado. La razón más probable es que para ellos no resultase ninguna novedad, pues ya la mujer había tenido un papel activo en los frentes de la Guerra Civil Rusa, a la vez que había muchas mujeres entre los voluntarios que llegaron a luchar en España desde la Unión Soviética. Por el contrario, son muchos los testimonios de las voluntarias soviéticas en España referidas a la sorpresa que entre los españoles producía su presencia, como en el caso mencionado de Elizaveta Párshina y en los citados como fuentes bibliográficas “Vmeste s patriotami Ispanii” y “Leningradtsi v Ispanii”. Abundan también las referencias a los niños durante la guerra, acompañados normalmente 616 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 276 617 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 127 361 por sus madres. Pero su figura no es una referencia tan permanente en las crónicas soviéticas como lo son las tratadas en este trabajo. Los corresponsales soviéticos solían referirse a ellos para destacar la crueldad de la guerra o de las condiciones sociales que se vivían en España tanto antes como durante la misma. Son retratos de víctimas, que no muestran grandes esfuerzos descriptivos por parte de los corresponsales: la sola mención de la muerte de un niño era, a su entender, suficiente para crear la alarma, sobre todo en aquellas referencias que apuntaban a la muerte de bebés. A pesar de eso, sí existen numerosas descripciones de sus cadáveres, que son las más violentas de sus crónicas, y que aparecen en este trabajo encuadrados en otras líneas temáticas. Un buen ejemplo es el siguiente, de Koltsov, en el que además se pueden observar todas las características de su labor descriptiva: la rápida enumeración de detalles impactantes que en su orden de exposición parecen imitar a las fotografías de las que habla, y que en este caso incluso consiguen el efecto de una película de celuloide (obsérvese la descripción de los ojos de los niños, que parecieran abrirse); el retrato no es completo ni minucioso, y el cuadro se compone de forma automática en la cabeza del lector. “Hoy ha habido cuatro bombardeos aéreos. Han muerto muchos niños. Acaban de traer veinte fotografías. Grandes, hermosas fotografías de niños, que parecen muñecos. Son muñecas rotas. Tienen grandes agujeros negros en la frente, en el cuello, en las orejas. Si no fuera por esos agujeros negros, los niños parecerían vivos. Algunos tienen los ojos totalmente abiertos, con expresión de sorpresa. Llevan trenzas a cada lado de la cabeza, sus bocas sonríen, y entre ellas se ven pequeños y blancos dientes”618. 618 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 205 362 5.2 EL ENEMIGO En las crónicas soviéticas, el “enemigo” es todo aquel que no colaborase con la República en su guerra contra los ejércitos y fuerzas contrarias a ella; y en mayor medida, aquellos que combatían directamente a la República en el terreno militar y/o político. Al acometer la tarea por recuperar descripciones de aquellos españoles que luchaban en el bando contrario al republicano, ya sea su descripción física o bien psicológica, que se pudieran haber dado en algún encuentro con motivo del apresamiento de uno de ellos, de los testimonios de algún tránsfuga, o como recreación a través de sus actos o sus mensajes desde el otro lado de la contienda... se comprueba que en que las crónicas soviéticas son pobres en referencias a los españoles que luchaban contra la República. Aunque esas referencias existen, surge la obligación de aclarar quiénes eran los enemigos de la República para los corresponsales soviéticos y a diferenciar a los enemigos en dos bloques, “extranjeros” y “españoles”. Sería necesario recurrir nuevamente a aspectos culturales o históricos para encontrar referencias a los otros españoles, y que resultan ser más enemigos de clase que enemigos bélicos. Apenas hay referencias reseñables a nombres españoles entre la fuerza contraria, exceptuando un nombre, que no es el de Francisco Franco, del que no hay tantas referencias como cabría esperar. Al buscar un personaje que sí ocupa muchas páginas en las crónicas soviéticas hay que nombrar a Queipo de Llano. También son frecuentes las descripciones de la llamada “Quinta Columna “, en Madrid, y a los miembros del POUM, de ideología también socialista, pero rivales de los corresponsales soviéticos por su afiliación al trotskismo. Antes de analizarlos, conviene hacer un rápido repaso a los que los corresponsales soviéticos consideraban que eran los principales enemigos de la República: en primero lugar, Hitler y Mussolini, y las fuerzas militares de ambos en su actuación en España; en segundo lugar, y con aún más insistente protagonismo que los anteriores, los miembros del “Comité de no intervención”, básicamente, los gobiernos de Francia e Inglaterra; en tercer lugar, hay numerosas referencias a los soldados de origen magrebí con los que contaban las fuerzas 363 militares enemigas, y que son la infantería más temida por los corresponsales soviéticos. “¿Hace falta recordar cómo los alemanes y los italianos “iluminan” España? Sobre esto hablan las ruinas y las tumbas. En estos días, cuando las divisiones italianas, apoyadas por la aviación alemana, atacan Cataluña, mi deber, mi deber de escritor, de hombre que ama la cultura española, al pueblo español, es contar a todos sobre estos semi-salvajes conquistadores que ante el cobarde silencio de los demócratas europeos, intentan hacer suyo este maravilloso país” 619 . En las crónicas de Ehrenburg, como en la anterior cita, los tres principales enemigos de España casi siempre aparecen juntos. No es difícil adivinar que, si bien de italianos y alemanes habla con furia, esa furia es mucho mayor cuando se refiere a los países europeos que permiten, “colaboran” con su aparente neutralidad, como afirma Ehrenburg, con las fuerzas reaccionarias (son numerosas las descripciones que ofrecen los corresponsales y voluntarios soviéticos a actos de colaboración directa entre las potencias fascistas y los gobiernos de Francia e Inglaterra). A esos mismos países van dirigidos, en parte, sus escritos, y son varios los pasajes en los que se hace eco de los actos solidarios del pueblo francés con la República Española en un intento de salvar la imagen de su querida Francia, frente al nada querido, por Ehrenburg, gobierno del mismo país. Una característica común a todos sus descripciones, menciones a los que consideraban enemigos de la República es que en ningún momento relacionan a los pueblos de los países desde donde el bando contrario recibe ayuda con los gobiernos que los dirigen: en ningún caso existe una generalización que ataque, por ejemplo, al pueblo alemán a pesar de ser el lugar de origen de los jefes nazis. Los soldados alemanes son insistentemente descritos en sus crónicas. En varias ocasiones, Ehrenburg tuvo la oportunidad de dialogar con algunos de ellos, apresados y considerados rehenes. Existe en sus crónicas un diálogo que Ehrenburg repite en varias ocasiones. « - ¿Por qué ha venido usted aquí? - Soy un soldado y cumplo órdenes. - ¿Realmente no pensó sobre la causa de que lo enviaran a España? 619 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 351 364 Gunter Loning me mira con sorpresa. - Un soldado alemán no piensa” 620 . Ehrenburg recrea la situación de los oficiales alemanes en España, su desprecio por la cultura y el pueblo español, los privilegios de los que sólo ellos disfrutan en Sevilla, Burgos... Y hace continuamente inciso en la ideología nazi y su actual colaboración con soldados marroquíes. Koltsov es igual de duro en sus palabras, pero también se hace eco de casos de aparente disconformidad entre una parte de soldados alemanes. “Pero los rehenes alemanes, pilotos fascistas, reconocen que por toda la escuadrilla alemana de Sevilla, como el fruto prohibido, va de mano en mano el libro de Ludwig Renn “Después de la guerra” 621 . Los soldados italianos son tratados con mayor benevolencia por Ehrenburg. Son caracterizados como soldados engañados, y que muestran menos inclinaciones racistas que los alemanes: Ehrenburg da noticia de que a menudo los italianos terminan casándose con españolas, cosa que era impensable para los nazis. A su vez, Ehrenburg acusa continuamente a los soldados enviados por Mussolini de cobardía, de haber luchado contra el desarmado pueblo abisinio, y de arrogancia, al imaginar que vencer al pueblo español iba a ser igual de fácil. “Llora, con lágrimas quiere lavar su vergüenza. Mira con exaltación y culpabilidad a su viejo amigo. El ejército de Mussolini es un ejército poco fiable: marcha adelante cuando enfrente tiene un grupo de refugiados, desertores de Málaga y traidores. Pero cuando enfrente tiene oposición, siempre sale corriendo hacia atrás” 622 . Resultan muy interesantes las crónicas de Ehrenburg dedicadas a la Batalla de Guadalajara, donde se enfrentaron entre sí batallones italianos de la Brigadas Internacionales y batallones de italianos que apoyaban al bando nacional. En esas crónicas no aparecen menciones a las supuestas cobardías y arrogancias de los soldados italianos, y todo se resumen en una batalla 620 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 138 621 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 169 622 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 152 365 ideológica y de lo engañados que los soldados italianos estaban cuando atacaban a su hermano pueblo español. Koltsov incluso justifica a los soldados italianos a España, y en muchas ocasiones trata de liberarlos de toda culpa, pasando ésta únicamente al gobierno y las fuerzas reaccionarias de su país. Con ocasión de una entrevista a tres soldados italianos capturados tras una batalla: “– Y además del clima, ¿hay alguna diferencia más entre la lucha de Mussolini en Abisinia y en España? Los soldados piensan largo rato, con esfuerzo. No, ellos no pueden encontrar ninguna diferencia. A su vez, ¿puede entender un hombre normal algo en este mundo de bandidos? A un hombre normal lo envían a robar y a matar a un país, después a otro. Le ordenan formar colonias para sus dueños fascistas. Si se oponen a hacerlo, los matan a ellos, no importa si en el frente o en la retaguardia” 623 . Román Karmén y Ovadiy Sávich, que publicaron sus escritos después de la Segunda Guerra Mundial, no vieron la necesidad de explicar al pueblo soviético quién y cómo eran los soldados alemanes e italianos, y en sus diarios y crónicas enviadas a Moscú durante la guerra en España, apenas hay material sobre los mismos. Mucha más culpabilidad, aunque indirecta, que los soldados o las armas de alemanes e italianos tienen de lo que está ocurriendo en España, los corresponsales soviéticos se la achacan al Comité de no Intervención, aquél que abogaba por que ninguna potencia extranjera se mezclaran con los problemas españoles. Se les acusa de saber la intervención de Italia, Alemania y Portugal en la guerra, no hacer nada por impedirla y, lo que es peor, colaborar abiertamente. Los testimonios a este respecto en las obras de los corresponsales soviéticos son muy numerosos. Incluso pudiera afirmarse que parte de su obra, tanto escrita como filmada, venía a informar y denunciar aquello de lo que el “Comité de no Intervención” decía no tener noticia. 623 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 71 366 “En algún lugar de Londres se encuentra el comité por “la no intervención”. ¿Puede que estas filmaciones ayuden a las gentes decentes del mundo en su lucha por acabar con las ayudas a Franco por parte de las fascistas Italia y Alemania?” 624 . Las denuncias al mismo comité se van recrudeciendo con el transcurso de la guerra. Si al principio muestran su sorpresa por la no actuación de dicho comité tras los primeros bombardeos sobre población civil, su enfado, su número de menciones al Comité, van en aumento, sobre todo, cuando la armada inglesa bloquea los puertos marítimos españoles mientras seguían circulando libremente los barcos alemanes e italianos. Aquí se ofrecen algunos ejemplos: “Las marcas de los aviones y el nombre de las divisiones son conocidas, por supuesto, en Londres. Sin embargo, en su parlamento, un “respetado caballero” contesta a otro: “- En lo que toca al no cumplimiento de los principios de no intervención en España, no tengo ninguna noticia. Es posible que pronto nos encontremos el siguiente diálogo: “- ¿Sabe usted que en el mundo existen los bombarderos y los niños?”, a lo que el gentleman contestará flemáticamente: “- No, personalmente no tengo noticias de ello” 625 . “Antes decían: “Moscú no cree en las lágrimas”. Nosotros diremos: “Londres no cree en la sangre” 626 . “El Comité de no intervención, creado por la Liga de Naciones y situada en Londres, en esencia, ayudó a los fascistas; esas resoluciones oscuras e hipócritas, que en principio tenían que conseguir localizar la guerra de España, sólo fueron cumplidas por un lado, el republicano; los representantes del tribunal vigilaban los mares, pero perseguían sólo a aquellos barcos que iban a la República; la frontera francesa estaba cerrada, pero la portuguesa estaba abierta en toda su longitud” 627 . La presencia de marroquíes en las tropas del enemigo fue un tema tratado con mucho cuidado por los corresponsales soviéticos. Con mucho tacto expresan su crítica a la actuación de la República que no había solucionado el problema en el Magreb antes del inicio de la 624 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 268 625 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 242 626 Ibíd., pág. 241 627 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 203 367 guerra. “Los republicanos son también culpables en buena parte. A los soldados no les dicen nada sobre el ánimo de los marroquíes movilizados. Los milicianos ven en ellos a irreconciliables enemigos. En los círculos madrileños, incluso en los más relevantes, el espíritu colonial todavía existe. ¿Por qué el gobierno del Frente Popular no promovió la autonomía de la provincia africana, al menos en la misma medida que tienen autonomía otras entidades nacionales del país?” 628 . En sus crónicas, los soldados marroquíes también aparecen como soldados engañados, incluso en mayor medida que los italianos. Koltsov, que es quien más páginas les dedica, explica el método por el que los soldados provenientes de África llegaban a Sevilla. “Este año ha habido una terrible cosecha de trigo en Marruecos. Cuando los reclutadores empezaron a contratar campesinos en los bazares para enviarlos a la península, muchos se apuntaron gustosos. Les habían prometido que los alimentarían y les pagarían tres pesetas al día. La razón de tal movilización no la sabía nadie. Alguien explicó algo, como que les llevaban a Sevilla a un gran desfile y una gran fiesta. Lo creyeron. Todos iban de muy buen humor. Sólo en la península, en Sevilla, se descubrió el engaño. A los del Rif, los mejores soldados de entre los marroquíes, los pusieron en primera línea. Detrás de ellos colocaron a la legión extranjera y les ordenaron combatir” 629 . Koltsov deja constancia de la ferocidad de los marroquíes en combate. Incluso llega a narrar leyendas sobre los mismos referentes a su destreza en el combate, expresadas con su siempre presente ironía. “Los rifeños son magníficos disparando. Como todos los pueblos de montaña que se defendían de los conquistadores, desarrollaron una excelente táctica de fuego, un disparo muy certero, ahorraban balas con su puntería. Sobre el Rif en tiempos de las guerras de Marruecos contaban de sus habitantes: él baja por el valle y se pone a trabajar para un amo español, y después de una semana de trabajo y gastando todo su sueldo, va al bazar y compra una bala con la que mata a su amo. Por supuesto, en tales casos no puedes errar el tiro” 630 . 628 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 113 629 Ibíd., pág. 111 630 Ibíd. 368 El último de los elementos enemigos extranjeros de los que tratan los corresponsales soviéticos es sobre la colaboración de soldados rusos, huidos de Rusia en tiempos de la Revolución, y que ahora apoyaban abiertamente a las fuerzas que enfrentaban a la República. Ehrenburg contesta comenta en varias ocasiones las noticias editadas por el periódico ruso “Resurrección” de París, en los que se animaba a destruir la República. Ehrenburg da también una pista sobre lo que podrían ser fuentes literarias de participantes rusos en el bando franquista: “¿Hace falta explicar que entre esa selecta clase han encontrado su sitio los antiguos espías, nobles de Penza y Tambov? En París se publica el periódico “Resurrección”. Ahora se ocupa de los asuntos de España. Un anónimo guardia del zar escribe con humildad: “Es posible que toda Cataluña esté contra el fascismo. Mejor así, se puede arrasar con fuego y espadas esa tierra envenenada”. A los desocupados verdugos se les van los pies. Corren a España. Muchos años han vivido mendigando de los trasnochados y por una pequeña gratificación se han arrodillado ante los espías alemanes y japoneses. Ahora han encontrado ocupación: fusilan a campesinos españoles. En el periódico “Resurrección” se ha impreso la “Carta de un oficial blanco”. Este valiente soldado, bajo la protección de los aviones alemanes, “limpia” las aldeas españolas” 631 . Resulta muy interesante el seguimiento que Ehrenburg hacía de los periódicos rusos editados en París. No se trataba sólo de una cuestión ideológica o bélica, sino personal: en París, donde Ehrenburg había vivido tantos años, residían un buen número de poetas y escritores rusos a los que él había conocido personalmente, hasta que, por motivos ideológicos, rompieron sus relaciones. Se trataba de rusos exiliados tras la Revolución de 1917 y la posterior Guerra Civil Rusa, y que pertenecían a los círculos de emigrantes “blancos” que en muchos casos apoyaban abiertamente a los movimientos fascistas que surgían por Europa, y entre ellos, a los que luchaban contra la República en España, además de participar militarmente junto a alemanes, italianos y españoles del bando nacional. En las páginas de Alexandr Rodímtsev, en su “Pod nébom Ispanii”, citado anteriormente, se pormenoriza la actividad de un espía ruso “blanco” en las Brigadas Internacionales. 631 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 119-120 369 “Queipo de Llano ha comunicado: “No importa que haya menos españoles en el mundo, lo importante es que los que haya sean fieles a nuestra causa”. El primero de los deseos ya lo han cumplido los fascistas: han disminuido en mucho el número de españoles” 632 . En un segundo plano están los enemigos españoles. Las referencias a Franco indican únicamente la pertenencia de las tropas al otro lado del frente. No hay ninguna descripción reseñable, física o psicológica, del principal líder el movimiento que se alzó contra la República en 1936. Entre los nombres de dirigentes nacionales que sí tienen protagonismo en las páginas de los corresponsales soviéticos destaca el de Queipo de Llano. La razón es simple: las noticias que llegaban de Sevilla, lugar que primeramente tomaron las fuerzas enemigas a la República, el ataque posterior a Málaga... todas están protagonizadas por él (al contrario, pocas noticias llegaban de Burgos). La principal razón de ello eran las frecuentes alocuciones que Queipo de Llano concedía desde “Radio Sevilla”, y que se escuchaba en todo el país. Ilyá Ehrenburg establece diálogos ficticios en sus reportajes en los que contesta a las palabras de Queipo de Llano. En ellos se reflejan las palabras del propio Queipo, que luego son contestadas por Ehrenburg. Este tipo de “diálogos” son frecuentes y ocupan todo el transcurso de la guerra. “Vuelve a hablar de más Queipo de Llano, alcohólico y charlatán. Por radio advierte al mundo entero: “Tenemos 160 bombarderos y cazas de guerra”. Su señoría, permítame preguntarle: ¿de dónde los ha sacado? Cuando ustedes se alzaron, en toda España no había ni un solo avión moderno. Usted sabe beber anís, contar chistes y fusilar campesinos. Pero usted no sabe fabricar aviones. ¿Acaso los “Heinkel” se fabrican en Granada y los bombarderos “Caproni” en Pamplona?” 633 “Un nuevo discurso del general Queipo de Llano. Este borrachuzo ha decidido dar su opinión sobre la teoría racial. Por lo visto, el día de ayer se bebió una botella de jerez con algún oficial alemán. El pobre Queipo de Llano escuchó, pero no entendió nada. Su discurso está impreso con grandes letras en el periódico “Diario de Navarra” del día 1 de diciembre: “Sería ofensivo para los marroquíes ser comparados con la raza aria. Los 632 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 195 633 Ibíd., pág. 118 370 magrebíes de Valencia, Barcelona o Madrid son en su mayoría arios. La raza marroquí es una raza elegida, una raza privilegiada”. (...) Menos mal que Goebbels no sabe español” 634 . Las descripciones de Queipo de Llano, a nivel físico o psicológico, se resumen en lo expuesto en las citas. A pesar de las numerosas ocasiones en las que Ehrenburg se refiere a Queipo y le responde en sus crónicas, no gasta la misma seriedad que cuando habla, por ejemplo, de alemanes o del Comité de no Intervención de Londres. La mención de Queipo sirve a Ehrenburg para explicar la que él entiende como una absoluta falta de algún principio moral en los enemigos de la República, a la vez que resalta los defectos que de él conoce. Ovadiy Sávich también reflejó en su diario intervenciones de Queipo de Llano, que transcribía casi literalmente. En los comentarios que después Sávich hacía de lo escuchado, apenas hay respuestas a las palabras de Llano, sino que lanza sus palabras a lo que Europa hace, o deja de hacer, ante semejante cosa: “En Sevilla se acerca al micrófono el verdugo andaluz y general Queipo de Llano. Un hipo, un eructo. Después: -E-e-e-e... hoy estoy constipado y no me disponía a venir, pero he pensado que los buenos patriotas se entristecerían y empezarían a preocuparse. No temáis, mañana estaré sano. Para el constipado, además de un poco de jerez he tomado un par de vasos del coñac de mi amigo Domeq (…) Entre sus gritos asoman la cabeza las radios de Francia e Inglaterra. Y allí ya no hablan de España, como si ésta no existiera. Ese silencio es mucho peor que las celebraciones fascistas” 635 . Tomando esto en cuenta, y mirando las crónicas en perspectiva, se puede afirmar que la figura del enemigo español de la República, los alzados en julio de 1936, son considerados en las crónicas soviéticas como actores de segunda fila, que cuando son mencionados en sus crónicas, sólo tienen un papel que tiende a ridiculizarlos, pero no básico en el desarrollo de la guerra. Esto se acentúa cuando se observan las crónicas de los demás corresponsales soviéticos, que no tienen apenas unas poquísimas menciones a los líderes del movimiento alzado contra la República. El tono irónico, que sería humorístico si no se diesen tan trágicas 634 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 127 635 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 220-221 371 circunstancias, que Ehrenburg emplea hacia Queipo de Llano, y a su desprecio hacia el mismo, acentúa la sensación de que los “alzados” en España no son más que marionetas de Hitler y Mussolini. Diferente papel juega el enemigo español cuando es tratado de forma anónima, como un cuerpo, ya sea Falange, los Requetés... aunque, nuevamente, los corresponsales soviéticos tienden a magnificar en mayor número aquellas actuaciones contra la población civil que desempeñan italianos y alemanes, quizás, en este punto, en un esfuerzo por recalcar una y otra vez la intervención de esas potencias extranjeras en la guerra, aunque prevalece la idea de que son estos dos últimos países los verdaderos enemigos de la República a tener en cuenta. Muchos son los testimonios ofrecidos por desertores del bando contrario que llegaban a aliarse con la República... y al escribir esto, se percibe que sí hay una diferencia entre el trato recibido a los “presos” alemanes e italianos y los “desertores” españoles. No hay ni un sólo comentario por parte de los corresponsales soviéticos que juzgue o critique a aquellos que aceptaban la República después de capturados o recibidos. Al contrario, son mostrados como ejemplos de lucidez y que reflejan la diferente atmósfera que se vive en ambos lados. “Cada día, a los puestos avanzados de la República llegan soldados – fascistas. Repiten siempre lo mismo: “Nos engañaron...” Con ojos ansiosos miran no al pan, no a la carne, sino a esa hermandad, a esa libertad que se respira en las barricadas republicanas” 636 . Similar es el trato que reciben aquellos españoles que no han sido capturados o que no han desertado hacia el bando republicano. Según las crónicas soviéticas, se tratan en su mayoría de campesinos movilizados, forzados a combatir, bajo amenaza de muerte. Y de los que no aportan ningún dato aparte del trágico destino de todos ellos. Diferente es la opinión de las crónicas soviéticas hacia aquellos españoles que sí formaban parte de una asociación política afín al movimiento que se había alzado en armas contra la República. La descripción de los mismos se realiza a través de sus actos, sin que haya ninguna descripción de las ideas, motivaciones... de los mismos, como tampoco hay descripciones físicas. 636 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 127 372 En ese contexto, los corresponsales soviéticos hablan de la extrema violencia y de la sinrazón empleada por los soldados del bando contrario. A menudo la comparan con la de los soldados marroquíes, y es habitual que aparezcan junto a éstos en sus descripciones. El soldado español del bando contrario es tratado en las crónicas soviéticas como el mejor ejemplo de la falta de escrúpulos y principios: el gusto por la violencia sin razón aparente, aunque no por ello más ni menos grave que aquellos que eran violentos mientras presumían de razones ideológicas y justificaciones. “No, no sólo son fusilamientos, los fascistas dicen que hay que ahorrar en balas, y se utiliza el degüello. Los marroquíes y falangistas lo ejercen, cortando a un obrero amarrado su garganta de oreja a oreja” 637 . Los otros dos grandes enemigos españoles para la República son la llamada “Quinta Columna”, y, para los corresponsales soviéticos, aunque con diferentes matices, los miembros del formación política POUM. La “Quinta Columna” tiene gran protagonismo en los días anteriores y posteriores al inicio de la Batalla de Madrid, y siempre es referencia a lo largo de la guerra en cuanto las crónicas vuelven a hablar de la capital. Por su carácter secreto es evidente que no hay descripciones de ninguno de sus miembros. Eso sí, en dos ocasiones, y en referencia al peligro que representa la fuerza reaccionaria que hay en el interior de Madrid, Koltsov se pregunta sobre la necesidad de que el gobierno el problema de los alzados y simpatizantes del alzamiento que hay en las cárceles de Madrid (los mismos que después serían víctimas en los sucesos de Paracuellos del Jarama). La descripción de las actividades de la “Quinta Columna” en Madrid son algunos de los momentos más atractivos, desde el punto de vista literario y del uso de la descripción, que ofrecen los corresponsales soviéticos. En parte, la imagen de la ciudad de Madrid, sobre la que ya se ha hablado, particularmente en su imagen nocturna, está relacionada con el clima de lucha silenciosa y lenta de la “Quinta Columna”: la ventana encendida en un balcón, dentro de una ciudad a oscuras, para dar indicaciones a la aviación italiana, el miedo a las 637 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 244 373 esquinas desde donde surgen disparos, el sonido de los mismos en medio del silencio de la noche... “La “Quinta columna”, de momento, trabaja cobardemente, desde la esquina. Pero en cualquier momento puede levantar cabeza y clavar un cuchillo en la espalda de los defensores de Madrid” 638 . “La “Quinta Columna” no da tregua. Como antes, los escondidos fascistas lanzan bombas a los paseantes, sobre todo por las noches. No tienen reparos en atacar a gente armada. Su objetivo: hacer cundir el pánico entre los ciudadanos. Una bomba ha matado hoy a dos niños que jugaban en un portal” 639 . Y por último, el gran enemigo, no militar, sino político, que había en España y que también se enfrentaba a la República, siempre según la opinión de los corresponsales soviéticos: el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista). A este respecto, las opiniones de los corresponsales soviéticos difieren entre ellos. Cabe recordar que tanto Koltsov como Ehrenburg tuvieron lazos muy estrechos con Trotsky antes de ser éste expulsado de la URSS, y que el POUM era una organización de ideología muy cercana al trotskismo (Andreu Nin, uno de sus dirigentes, había sido secretario personal en Moscú del propio Lev Trotsky, y que fue asesinado, todo parece indicar, por los servicios secretos soviéticos) Para Koltsov, al principio de la guerra, el POUM es un partido trotskista (y por tanto, sospechoso para él, dada la enemistad entre Stalin y Trotsky), después pasa a ser un enemigo de la República después de los enfrentamientos armados entre el POUM y los soldados republicanos en las calles de Barcelona, y termina siendo, directamente, un colaborador de las fuerzas fascistas, pues, según Koltsov, Trotsky tenía como objetivo número uno vencer a la URSS y para ello era capaz de aliarse con cualquiera... Para Ehrenburg el tema del POUM no toma importancia hasta el momento en el que se dan los enfrentamientos citados, e incluso eso es tratado por Ehrenburg con mucho cuidado. 638 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 270 639 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 246 374 Años después, en sus memorias, el propio Ehrenburg reconocerá el carácter antifascista de aquella agrupación política. En resumen, Ehrenburg sólo critica al POUM por su falta de entendimiento con la República. Las principales referencias de Ehrenburg al POUM, no se refieren tanto a la actividad política de esa asociación política en la guerra o antes de ella, sino a la poca solidaridad que muchos simpatizantes trotskistas tenían hacia la República, simpatizantes que ponían por delante en sus intereses al citado partido antes que la victoria de la República en la guerra. Así respondía Ehrenburg a aquellos que alzaron su voz en contra del gobierno republicano cuando éste decidió ilegalizar al POUM. “Esta gente no protestaba contra los verdugos de Asturias, ni contra el gobierno de su país, que no habían ofrecido ayuda a los habitantes de Asturias, condenándolos a muerte al no enviar ni un sólo barco, ni un velero, ni una lancha. No, los sensibles escritores protestaban contra el gobierno de la República española por atreverse a detener a unos dirigentes del POUM” 640 . Koltsov es mucho más prolijo en menciones al POUM y mucho más agresivo en ellas. Irónicamente, en el año 1938 sería detenido y fusilado después por, supuestamente, colaborar con el trotskismo en España, entre otras acusaciones. Ya en sus primeros días en España, apuntaba: “El POUM juega un papel provocador y desmoralizante: es una organización trotskista. Sus miembros tienen su propio periódico, mariposean alrededor de los anarquistas, arengándoles contra los trabajadores comunistas, exigen una rápida revolución social en España, publican y hablan todo tipo de asquerosa demagogia contra la URSS. Respecto a las cuestiones prácticas son mucho más razonables: han cogido los mejores y más aristocráticos hoteles de Barcelona, controlan los mejores restaurantes y los lugares de diversión” 641 . Koltsov, días después, arranca del líder anarquista Durruti (del que se tratará detenidamente 640 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 229 641 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 17 375 más adelante), la promesa de que los anarquistas no colaboran con el POUM. Las descripciones de dicha organización, en las páginas de Koltsov, se refieren, en términos similares a los anteriores, a las contradicciones, provocaciones y mentiras en las que, según Koltsov, caía diariamente el POUM. Sus críticas llegan también a la actuación del POUM en el campo de batalla. “Los del POUM, en un número de ochocientas personas, abandonaron sus posiciones justo antes de la batalla y en un punto clave del Frente de Aragón. Al pequeño regimiento Telman le tocó ocupar a toda prisa esa posición, previamente abandonada por los desertores, esfuerzo en el que perdió a la mitad de sus hombres. En otro sector del mismo frente, el ataque iniciado por los republicanos fue también echado abajo por la huida de un regimiento del POUM” 642 . En el transcurso de su año en España, las crónicas de Koltsov van aumentando en agresividad respecto a la organización citada hasta que ya no sólo la considera poco fiel a la República, sino que la determina como enemiga de la misma. Así, cuando el gobierno republicano decidió la disolución y detención de los líderes del POUM tras los sucesos de mayo en Barcelona, Koltsov muestra su total conformidad y entusiasmo, e informa de lo sucedido y de muchos detalles. La siguiente cita se refiere a supuestos materiales encontrados en una de las sedes del partido del POUM en Barcelona: “En esa organización de espías, junto a representantes de la vieja aristocracia y la “Falange española”, trabajaba el líder del POUM. Sus conversaciones trataban no sólo sobre espionaje sino también sobre la preparación en un momento dado de un alzamiento armado de los fascistas en las calles de Madrid. Se ha podido capturar a los espías por sorpresa. Con ellos se han encontrado documentos muy reveladores. Esto les ha obligado a confesar. Uno de los detenidos tenía un mapa de Madrid, en cuya cara inversa había un texto escrito con tinta invisible. Aclararon la tinta y el texto decía lo siguiente: “Al Generalísimo. Personal. Le comunico: ahora estamos en condiciones de comunicarle lo que sabemos sobre los movimientos de los cuerpos rojos. Las últimas pruebas, enviadas 642 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 28 376 por nuestro contacto, demuestran la mejora de nuestro servicio de información” 643 . Llama mucho la atención que sobre aquellos sucesos de mayo en Barcelona, donde no sólo los miembros del POUM, sino también de organizaciones anarquistas, tuvieron enfrentamientos con la República, en las crónicas soviéticas, a este respecto, no hay ni una sola línea que nombre a los anarquistas como aliados, durante esos sucesos, del POUM, y cae toda la responsabilidad, en las crónicas soviéticas, sobre éstos últimos. No hay ninguna descripción directa de ninguno de sus miembros. 643 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 155-156 377 5.3 EL POLÍTICO ESPAÑOL El contacto directo de los corresponsales soviéticos con muchos de los políticos más importantes de la República quedó reflejado en sus crónicas. De entre los corresponsales, Mijaíl Koltsov, en su condición de corresponsal de “Pravda”, el periódico soviético más cercano al PCUS, fue quien más entrevistas tuvo con diferentes líderes. Sus crónicas abarcan encuentros con Azaña, Indalecio Prieto, Álvarez del Vayo... así como con líderes anarquistas y, sobre todo, comunistas. Nos interesa la descripción de todos ellos y la postura que los corresponsales tomaban frente a sus palabras y sus actuaciones. La valoración que después hacen de los mismos se podrían encuadrar dentro de la ideología que los corresponsales soviéticos profesaban, y teniendo eso en cuenta, se puede ver cómo ese factor se refleja en las notas de sus descripciones y comentarios. Desde el punto de vista del estudio histórico de la guerra, el material de los corresponsales soviéticos respecto a los políticos republicanos constituye un material excelente. Como un ejemplo, en la obra no traducida al español de Román Karmén “NO PASARÁN”, que se está utilizando en este trabajo, se transcribe la última entrevista que ofreció Buenaventura Durruti, al propio Karmén, minutos antes de morir en Madrid, entrevista a la que se atenderá más adelante. De entre todos los políticos españoles se han elegido a tres de ellos para su análisis, siguiendo dos criterios: que las referencias a ellos son muy abundantes en las crónicas soviéticas y que por su personalidad y postura en la guerra, ofrecen aspectos muy diferenciados. Por esos motivos este trabajo se centra en tres figuras claves de la política de la República durante la guerra: Buenaventura Durruti, Largo Caballero y Dolores Ibárruri. 5.3.1 BUENAVENTURA DURRUTI “De una cosa no había ninguna duda respecto a este ardiente hombre: en su sincero deseo de combatir al fascismo. En su discurso había muchos desordenados e inocentes delirios sobre la igualdad de todos, sobre la gloria de la anarquía. Ilyá Grigórevich lo ponía a 378 menudo entre la espada y la pared con sus preguntas, que Durruti eludía y en caliente respondió que por tales palabras podía fusilar a cualquiera. Al amanecer, cansado, triste, nos acompañó hasta el coche, nos puso escolta y estrechó con firmeza nuestras manos al despedirnos” 644 . La imagen de los anarquistas en las crónicas soviéticas es la de una organización política aliada en la guerra, de ideología cercana a la suya, pero enferma de “infantilismo” y una visión poco práctica de los sucesos que se están desencadenando; el punto que más los aleja es la aceptación de la disciplina, la admisión de un único mando militar en el frente bajo el gobierno de la República, polémica en la que los corresponsales soviéticos hacen mucho énfasis a favor del mismo. Analizando las crónicas referidas a los anarquistas, es palpable que existe una matizable diferencia entre las que fueron escritas durante la guerra, y las que Ovadiy Sávich o Karmén escribieron después. Las escritas durante la guerra muestran un sincero respeto por los anarquistas, mostrando alguna tímida crítica cuando sucedía algún tipo de falta de entendimiento en el terreno militar, y no reflejan ninguna polémica insalvable en el terreno político (recuérdese que en los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona, donde grupos anarquistas también tuvieron enfrentamientos contra las fuerzas de la República, en las crónicas soviéticas sólo se acusa al POUM)... y después de la guerra, Sávich, sin llegar a acusar, sí da a entender que respecto a los anarquistas hubo muchas cosas negativas de las que no pudieron escribir. En sus memorias escribe una conversación con el escritor Alexey Tolstói referente a los anarquistas españoles durante la visita a España de éste último con motivo del Congreso de Escritores Antifascistas, y en el que preguntaba a Sávich el por qué en España había tantos anarquistas, a lo que Sávich le respondía con algunos sucesos (referidos a las libertades que los anarquistas se tomaban frente a los demás, su supuesta falta de disciplina… quejas que no escribió durante la guerra): «- Ahora entiendo que no mientes. Nosotros tuvimos a Majnó. Eso es el verdadero anarquismo. - Alexey Nikolaévich – le rogaba – usted no piense... 644 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 279-280 379 - No temas, no lo pienso. Sé que tus españoles no son todos anarquistas. El anarquismo es como las castañetas. Por supuesto, no por casualidad las castañetas tienen tanta popularidad en España. Pero pensar que las castañetas son toda España, lo puede pensar sólo una bailarina” 645 . Pero ni durante ni después de la guerra existe una crítica negativa, sino todo lo contrario, hacia Buenaventura Durruti. Incluso en las memorias posteriores a las guerra, en las que las críticas a los anarquistas durante la guerra civil en España son más fuertes, Sávich defiende la actitud y la personalidad de Durruti. En la siguiente cita también apunta a las posibles causas de su muerte: “Y lo entendió también la mejor gente de otros partidos. Lo entendió el honrado anarquista Durruti, cuando dijo que estaba preparado a todo en pos de la victoria. Y seguramente por eso, por dar la razón a los comunistas, por ponerse en contra de los principios anarquistas y saludar la disciplina y la fuerte estructura militar, él fue muerto en Madrid, de noche, junto a una caseta de su puesto de mando, por una “bala casual” 646 . Lo que sí es cierto es que todos y cada uno de los principales corresponsales soviéticos que llegaban a España, una de las primeras cosas que hacían era visitar a Durruti. En las crónicas de Koltsov, Ehrenburg y Karmén se narran detalladamente sus visitas al destacamento de Durruti en Bujaraloz. “Bujaraloz está totalmente adornado con banderas rojinegras, empapelada con decretos firmados por Durruti o por carteles: “Durruti ha ordenado esto y lo otro...” La plaza central se llama “Plaza Durruti”. Él se ha establecido junto a la carretera, en la pequeña casa del vigilante de carreteras, a dos kilómetros del enemigo. Esto no es muy aconsejable, podría ser peligroso, pero aquí todo está subyugado a la demostración de la valentía. “Moriremos o venceremos”, “Moriremos, pero tomaremos Zaragoza”, “Moriremos, envueltos en la gloria mundial”, está escrito en las pancartas, en las banderas, en los papeles. El famoso anarquista no nos prestó mucha atención al principio, pero al leer en la carta de Oliver las palabras: “Moscú”, “Pravda”, se animó al momento. Allí mismo, en la carretera, entre sus soldados, claramente con la intención de llamar su atención, empezó una calurosa discusión. Su discurso estaba lleno de de una oscura y fanática pasión” 647 . 645 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 172 646 Ibíd., pág. 122 647 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 34-35 380 Koltsov ofrece en su diario grandes fragmentos de la conversación con Durruti, en la que se van contraponiendo las contradicciones, supuestos errores y dilemas de las dos ideologías en cuestión, la comunista y la anarquista, siempre en un plano puramente teórico y relacionado con la influencia de las dos ideologías en una lucha armada. Al despedirse, Koltsov dijo a Durruti (que en el diario de Koltsov aparece sorprendido, aunque también agradecido, por la franqueza y la valentía del corresponsal soviético): “– Hasta la vista, Durruti. Vendré a verte a Zaragoza. Si no te matan aquí, o si no te matan en una pelea con comunistas en las calles de Barcelona, usted, seguramente, en unos seis años se convierta en bolchevique. Él se rió y en ese momento se dio la vuelta, enseñándome su ancha espalda, y se puso a hablar con alguien que pasaba por allí” 648 . Con el transcurso de los días y las batallas, Koltsov va mostrando verdadera alegría por los éxitos alcanzados por los hombres de Durruti: “Buenas noticias desde Aragón. Allí Durruti ha atravesado el Ebro en la aldea de Pina y ha regresado con soldados y oficiales presos. En Tardienta una columna del regimiento Trueba ha ocupado una nueva frontera: el Cerro Sangarra” 649 . Cuando comenzaron las batallas en la Ciudad Universitaria de Madrid, Durruti volvió a encontrarse con Koltsov, con motivo de su llegada con sus columnas para defender la ciudad. Y así relata Koltsov su reencuentro. “Me abrazó con mucha alegría, como a un viejo amigo. Y empezó a bromear al momento: - Como ves, ni he tomado Zaragoza, ni me han matado ni me he vuelto marxista. Estará por ver” 650 . En su llegada a Madrid, Durruti aceptó, primero, la participación en una estrategia de ataque común junto a otras fuerzas republicanas, y segundo, ya había aceptado la inclusión de un comunista, un consejero militar macedonio en sus filas, el famoso “Ksanti”, para la 648 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 38 649 Ibíd., pág. 65 650 Ibíd., pág. 259 381 instrucción de sus hombres (del que corren leyendas sobre si fue el prototipo de uno de los más importantes personajes de “Por quién doblan las campanas, de Hemingway, amigo suyo en la Guerra Civil Española, personaje que también ocupa decenas de páginas en las crónicas soviéticas, incluidos diálogos enteros). Koltsov apunta ese dato como algo muy positivo, pues lo ve como un símbolo de que Durruti empieza a entender la necesidad de la unidad y la sumisión ante un único mando por parte de los anarquistas. A su vez, empieza a describir las antipatías que, por esa misma razón, supuestamente empezaba a despertar Durruti entre algunos anarquistas de su círculo. Las primeras intervenciones militares del regimiento de Durruti no fueron muy exitosas. Koltsov dedica casi todas las líneas de su diario en aquellos días concretos a la actuación de los anarquistas en la ciudad. No hay ninguna crítica abierta a la actuación de Durruti, e incluso lo compadece por su mala suerte: entre líneas se puede notar fácilmente la reiteración a la crítica de Koltsov a la mala estructuración y disciplina de los combatientes anarquistas, y el tono de sus palabras es el del que narra lo que todos esperaban. “Ningún resultado, los anarquistas se asustaron ante un flojo fuego de artillería y no se han lanzado a combatir. El pobre Durruti estaba fuera de sí, ordenaba fusilar a los cobardes, después rectificaba su decisión, después se aconsejó con Oliver, después comunicó al Alto mando que la mala preparación con la artillería había sido la culpable de todo, y, finalmente, decidió retomar mañana el ataque” 651 . Y finalmente, según testifica Koltsov, el regimiento anarquista pierde una batalla que trae consecuencias negativas. Y Koltsov vuelve a fijarse en la actitud de Durruti: “Durruti está hundido por haber sido precisamente su columna la que ha permitido la penetración del enemigo en la ciudad. Pero él quiere vengar esta mala suerte con un nuevo ataque, en el mismo sitio donde los anarquistas fallaron. Los continuos bombardeos y el asesinato de ciudadanos indefensos desatan una furia ciega en él” 652 . El 20 de noviembre de 1936 murió Durruti en Madrid. Koltsov muestra su aprensión por lo sucedido y vuelve a valorar la figura del líder anarquista, sin dejar por ello de criticar algunas de sus posturas. En sus crónicas no acusa a nadie de la muerte, al contrario de las 651 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 263 652 Ibíd., pág. 269 382 memorias y opiniones frecuentes en la Unión Soviética después de la guerra, donde se acusaba frecuentemente a los anarquistas de su muerte, al no compartir los nuevos puntos de vista que, supuestamente, empezaba a tener Durruti, considerándole un traidor de sus principios ideológicos. “Una bala casual, o, puede ser, una bala dirigida, lo hirió al salir de un automóvil, frente al edificio donde estaba su lugar de mando. Una verdadera pena, Durruti. A pesar de sus errores anarquistas y sus desvaríos, era sin duda uno de las personas más brillantes de Cataluña y de todo el movimiento obrero español. El llegó a defender Madrid con unos pensamientos muy diferentes de aquellos que defendía cerca de Zaragoza” 653 . Ilyá Ehrenburg también visitó a Durruti, junto a Román Karmén. En sus reportajes de cinco años antes, Ehrenburg ya había escrito sobre Durruti y se habían conocido personalmente. En aquel primer encuentro la discusión entre ambos se había centrado en cuestiones ideológicas y en el análisis de aquello que debía ser el futuro de España. Con el inicio de la Guerra Civil, la temática de su discusión (y la relación de Ehrenburg hacia Durruti), se centró básicamente en la necesidad o no de un sólo mando militar, es decir, del establecimiento de una disciplina común. En todo momento Ehrenburg muestra su admiración por Durruti y la rotunda necesidad de que los anarquistas asuman responsabilidades conjuntas a la República. En ese punto las opiniones de los dos difieren. Y en las crónicas de Ehrenburg la actitud de Durruti va acompañada de descripciones del mismo líder anarquista que están enfocadas a resaltar, a entendimiento de Ehrenburg, la posición inocente y demasiado romántica del mismo: en varias ocasiones, por ejemplo, Durruti es comparado con un niño, exento de maldad, lleno de buenas intenciones, pero poco objetivo. También Ehrenburg, como los demás corresponsales soviéticos, plasman en sus crónicas los diálogos directos de Durruti: “Hace cinco años discutí con Durruti sobre justicia y libertad. Por las tardes, los anarquistas se reunían en un pequeño café de Barcelona que se llamaba “Tranquilidad”. Durruti acudía cargado de bombas por su ropa. Él no era un anarquista de salón. Era metalista, y el día lo pasaba manejando una máquina. Cuatro países lo habían condenado a pena de muerte. 653 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 271 383 Un puesto de vigilancia, ese es el cuartel de Durruti. Él habla por teléfono sobre refuerzos. En la pared hay un cartel: “Bebe para el apetito vino negus”. Durruti sólo bebe agua. Tiene las manos enormes; me parece que nunca he visto unas manos tan grandes. Y sonríe como un niño” 654 . “– Aquí el asunto no es estratégico. Hoy he estado en Pina. Un niño pequeño me ha preguntado: “Durruti, ¿por qué los fascistas nos disparan y nosotros nos callamos?” Si un niño habla así, quiere decir que todo el pueblo piensa así. Y ahí que he decidido atacar Quinto. Durruti sonríe: un niño” 655 . En todas sus referencias sobre Durruti, Ehrenburg se esfuerza por mostrarlo en su lucha contra la ortodoxia anarquista, en la asimilación paulatina de la disciplina y en la concienciación de la necesidad de unidad de todas las fuerzas antifascistas. “Él me enseña unas barricadas; estas son las primeras barricadas cavadas por anarquistas. En otras columnas los anarquistas no cavan barricadas, y gritan: “¡Sólo los cobardes se esconden en la tierra!” 656 . “En las paredes cuelgan todavía los carteles: “Organización de antidisciplina”, pero el periódico de Durruti escribe: “¡Viva la disciplina!” 657 . Durante una entrevista entre ambos, Durruti recibió una llamada urgente. Ehrenburg no presta tanta atención al motivo de la misma sino a la respuesta de Durruti. De toda la conversación, Ehrenburg es a lo que da más importancia: “Durruti se acercó al teléfono. Le comunicaron sobre el bombardeo de Siétamo: dos escuadrillas alemanas. Nervioso, contestó: - Debemos formar un verdadero ejército, o moriremos” 658 . Ehrenburg no se encontraba en Madrid cuando una bala mató a Durruti, y no habló de la muerte del mismo en el resto de sus crónicas en España. Hay que acudir a sus memorias para 654 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 103 655 Ibíd., pág. 104 656 Ibíd., pág. 103 657 Ibíd., pág. 104 658 Ibíd., pág. 104 384 buscar una valoración de Ehrenburg sobre lo sucedido. En ellas analiza detenidamente el papel de los anarquistas en España, haciendo especial énfasis en aquellos que ocuparon cargos ministeriales en la República. Hace hincapié en las contradicciones de los mismos frente a lo que él considera que eran pasos necesarios a dar durante la guerra por la República, más concretamente, en la formación disciplinada de un sólo ejército, y no deja de valorar muchas de las acciones e iniciativas realizadas por los anarquistas. En resumen, no cambia su valoración respecto a lo ofrecido en sus crónicas durante la Guerra Civil. Sobre la muerte de Durruti es escueto, aunque deja una posibilidad abierta, referida a que fue resultado de un asesinato de aquellos que se mostraban contrarios a las actitudes y decisiones que Durruti tomó al llegar al Frente de Madrid. Tiempo después, la teoría del disparo intencionado desde detrás de una esquina parece olvidada, pero, según el testimonio de Ehrenburg, era una de las posibilidades más populares durante aquellos días en España. “Durruti pasó poco tiempo en el Frente de Madrid, pues lo mataron el 19 de noviembre de 1936, lo mataron desde una esquina. Su muerte fue una enorme pérdida para todas las fuerzas republicanas” 659 . Más interesantes, desde un punto de vista historiográfico, son las crónicas de Román Karmén, que visitó también a Durruti junto a Ehrenburg y lo grabó para la televisión soviética en sus “kinoreportazhi”. Karmén fue la última persona con la que Durruti se entrevistó formalmente antes de morir, y en sus escritos está el contenido de esa entrevista, a la que asistía también “Ksanti”, el consejero militar moldavo de Durruti. Por su interés, se traduce aquí gran parte de la página en la que Karmén se refiere a aquel suceso, dejando a valoración personal de los investigadores la importancia de la misma. “Le seguimos. Él se paraba ante cada cuadro, estatua, las miraba, se fijaba en los detalles del fino trabajo. De repente se dio la vuelta y me dijo: - Todo lo que te guste lo puedes coger, como un recuerdo de Durruti (...) - ¡Sí! ¡Retiraré la brigada! – casi gritó Durruti - ¡La gente está cansada! ¡Cansada de los bombardeos y la artillería! ¡La gente no aguanta más! ¡Y yo no puedo!... 659 Ilyá Ehrenburg, “Liudy, Gody, zhizn”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 2000, Tomo 7, pág. 502 385 - Pero tu brigada lleva sólo dos días en primera línea. Sabes que el pueblo ha valorado positivamente que los anarquistas, por fin, hayan salido de la retaguardia para combatir en Madrid. ¿Qué impresión causará la marcha de la brigada? ¿Qué te obliga a dar ese paso? Durruti agachó la cabeza, y agarrándose las sienes, dijo: - Lo sé, lo sé todo, pero ellos me lo exigen – La palabra “ellos” la pronunció con furia. (...) Una hora después, pasando por el pasillo del cuartel, vi a Jadzhi660. Estaba de espaldas a mí, mirando por la ventana. Le llamé. No contestó. Le toqué el pecho. Se dio la vuelta, y sus ojos estaban llenos de lágrimas. - ¿Qué ha ocurrido? - Lo acaban de matar. Ahora mismo. Una bala traicionera por la espalda había acabado con la vida de Durruti en el momento de más tensión de la batalla consigo mismo y con los anarquistas “clásicos”. Con dolor quería romper con quienes lo rodeaban, con sus camarillas de aventureros y empezar una real e incondicional batalla por la libertad de España. Él era un hombre honrado, y estaba preparado a sacar las conclusiones correctas de todo lo que estaba ocurriendo en su patria: parece ser que por eso lo mataron” 661 . 5.3.2 FRANCISCO LARGO CABALLERO “Los ministros son gente inútil, tonta, perezosa. Lo hunden todo a cada paso que dan. Nadie les escucha, y no se escuchan entre ellos. Ninguno tiene ni la más mínima comprensión sobre la responsabilidad y la seriedad de la situación. Les importa sólo respirar tranquilos en sus despachos ministeriales. ¿Y a quién representan? Todas las fuerzas populares están fuera del control de la República, alrededor de sindicatos socialistas y anarquistas. La milicia obrera no confía en el gobierno, no confía en el Ministerio de Guerra, pues éste se sirve de personalidades oscuras, antiguos generales reales reaccionarios...” 662 . 660 Jadzhi Umar Mansurov, comunista moldavo, más conocido como “Ksanti” como combatiene durante la Guerra Civil Española. Consejero e instructor militar junto a Buenaventura Durruti. 661 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 280-281 662 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 66 386 La figura de Largo Caballero, en las primeras semanas de guerra, en las crónicas soviéticas es el símbolo de la buena voluntad y la falta de iniciativa. Los corresponsales soviéticos, que presumían de haber vencido en su país no hacía muchos años a enemigos similares y en una guerra similar, no dudan de la razón de sus puntos de vista militares, y ese es su filtro para analizar las conductas de los políticos responsables de la República (las obras de Karmén y Sávich, publicadas después de la Segunda Guerra Mundial, acentúan todavía más esa creencia en su propia verdad, tras haber derrotado a los mismos enemigos que se enfrentaron a la República en la Segunda Guerra Mundial, con muchas más fuerzas y ferocidad si cabe). En el plano militar, en la estrategia que debiera seguir la República para vencer a sus enemigos, los corresponsales soviéticos se muestran más insistentes y uniformes en sus puntos de vista que, incluso, en el debate político, ideológico o teórico. En los primeros meses de guerra, hasta el inicio de la Batalla de Madrid, Koltsov ocupa muchas de sus páginas describiendo a los políticos más importantes del país, a menudo, tras entrevistas personales con ellos. Ese es el caso de Azaña, al que Koltsov considera un gran intelectual y hombre de fiar, pero al que le acusa de no haber dado importancia a la amenaza de un levantamiento militar, como a la postre había sucedido. Koltsov también se entrevistó con Indalecio Prieto, Álvarez del Vayo... pero, de entre todos, la figura de Largo Caballero es la que más páginas ocupa en sus crónicas. “Los republicanos de izquierdas del grupo de Azaña se parecen todos a Giral y entre sí mismos. Son parte de la inteligencia radical, muy instruidos, y su estilo es el de la gente de despacho, pero no un despacho de ministros sino de científicos, amantes de las anchas generalizaciones (esto es un rasgo generalmente español), son indeterminados y lentos en las decisiones concretas. De momento esto lo arregla una decisión interna de todos ellos, la decisión de quedarse con el pueblo, llevar hasta el final la misión que han aceptado. El destino ha sido irónico con estos tranquilos doctores de química, arqueología y literatura, lanzándolos a la caldera de la guerra civil, la revolución y la intervención” 663 . Koltsov no entra en ningún momento a valorar la posición ideológica de Largo Caballero. El único interés que muestra Koltsov se refiere a la necesidad de vencer en la guerra, y todas sus valoraciones se relacionan con ello. Dichas valoraciones toman diferentes perspectivas a la par que el propio Largo Caballero iba modificando sus posturas, y la valoración y 663 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 47 387 descripción del mismo va sufriendo graves transformaciones. De una entrevista personal, en los primeros días de guerra: “Largo Caballero está vestido con un mono militar, con una pistola en el cinturón, con la piel reseca, morena, muy fresco y despierto para sus, como poco, setenta años. Álvarez del Vayo, el organizador de nuestro encuentro, hacía de traductor. Era bastante difícil, pues “el viejo” hablaba con rápidos y directos monólogos; cierto es que ya voy entendiendo mejor este idioma, simple, sonoro y sencillo en la construcción de la frase” 664 . “Hemos hablado una hora y media. Caballero ha redundado varias veces en la incapacidad y deslealtad de los generales republicanos, los amigos íntimos de Azaña, todos esos sarabias... Después, a solas con Del Vayo, bajamos a la calle, a un pequeño bar. Él está muy contento del encuentro y la conversación, y está seguro de que ahora “el viejo” está totalmente de acuerdo con la necesidad de formar un ejército regular” 665 . Koltsov no expresa ningún prejuicio hacia Largo Caballero, como sí lo expresa, por ejemplo, hacia Indalecio Prieto, contra el que había escrito en 1931 un artículo en España. Koltsov no prejuzga a Largo Caballero y queda a esperas de sus acciones. Esta postura choca con la documentación existente respecto a la relación de Koltsov respecto a Largo Caballero. En la reciente obra de Alexandr Shubin “La gran revolución española” 666 , obra menos partidista que las escritas por anteriores historiadores soviéticos, se explica cómo Koltsov sí tenía perfecta constancia de la antipatía de Caballero por los comunistas desde los primeros días de su estancia en España. Sin embargo, en sus crónicas, la mala imagen que se ofrece de Largo Caballero no se expresa hasta mucho más tarde, basada en hechos concretos. En la conversación referida anteriormente, Caballero y Koltsov discuten sobre la necesidad de formación de un ejército único, usan citas de Lenin, enfrentan sus opiniones... Koltsov, a pesar de algunas distensiones, confía en la capacidad de Largo Caballero, aunque avisa: “Todo eso es expresado por Largo Caballero de forma abrupta, enfadada, con una fuerte convicción. Es difícil entender de dónde sale ese tardío radicalismo y maximalismo en un hombre que durante décadas ha sido el defensor de las posturas más reformistas y 664 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 66 665 Ibíd., pág. 68 666 A.V. Shubin, “Velikaya ispanskaya revolutsia”, Moskvá, URSS, 2012, pág 330 - 347 388 conciliadoras dentro del movimiento obrero, llegando a comprometerse incluso en una coalición con las fuerzas de derecha más burguesas y hasta con la reaccionaria y monárquica dictadura de Primo de Rivera” 667 . Koltsov acepta las explicaciones ofrecidas sobre el cambio sufrido por Largo Caballero como resultado de la fallida Revolución de 1934 en Asturias, y se muestra optimista cuando Largo Caballero se hace cargo del Ministerio de Guerra, y aún más cuando acepta en su gobierno a ministros socialistas y comunistas, algo que aplaude Koltsov en contra de la opinión del PCE, pues, según sus crónicas, los comunistas de ninguna forma querían formar parte del gobierno, sino colaborar con él desde fuera. Tras la proclamación de Caballero como Primer Ministro y Ministro de Guerra, Koltsov volvió a entrevistarse con él. De la entrevista Koltsov sacó una impresión extraña, la de un nuevo hombre que no recuerda en nada al de su primer encuentro. “Caballero, vestido ya no con un mono de la milicia sino con un buen traje civil, recién afeitado, directo y severo, está sentado a la mesa. Guarda silencios infinitos y fríos mientras no le dirigen la palabra. Al escuchar las felicitaciones, asiente con la cabeza y vuelve a callar. Finalmente, suelta algunas palabras. Pide que le perdone, que ya no le es posible tener conmigo el mismo tipo de conversación que tuvimos el veintisiete de agosto. Entonces él era un hombre libre, y que ahora es un rostro sujeto a su cargo. Ahora ya no habla con nadie sobre temas políticos. Para hablar de política está el Consejo de Ministros. Él hace una excepción sólo para “Pravda” 668 . Ese fue el último encuentro entre Koltsov y Largo Caballero. El resto de referencias al mismo se basan en la valoración de sus acciones al frente del gobierno de la República. El frente se acercaba a Madrid. Koltsov espera con impaciencia las directrices del gobierno para la defensa de la ciudad, pero no llegan. ““El viejo” se ha hundido en un mar burocrático, en papeles, no deja a nadie tomar ninguna iniciativa, ni permite nombrar sin su consentimiento ni a un solo sargento, ni entregar mil pesetas ni un fusil. Por supuesto, él no tiene capacidad de decidirlo todo, se aconseja con 667 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 67-68 668 Ibíd., pág. 91 389 sus ayudantes, el dinero se gasta sin él, las armas se van repartiendo sin su participación, pero el gobierno no forma contingentes, no crea fuerzas regulares, no hace nada inteligente, frío, decidido” 669 . Las opiniones de Koltsov respecto a Largo Caballero se van haciendo más y más críticas conforme el ejército enemigo se va acercando a Madrid. El nerviosismo es latente en las propias líneas de Koltsov. Todos esperan algo de Largo Caballero... mientras, Koltsov describe como el 5º Regimiento se ocupa de las tareas militares más urgentes y con ello se va ganando el cariño de buena parte de la población de Madrid. Koltsov era consciente de la antipatía de Largo Caballero hacia los comunistas, pero es algo de lo que anda comenta en su diario, aunque sí es posible que condicionase su visión de aquél. “Y a pesar de todo, los socialistas y comunistas hacen lo posible por mantener y elevar la autoridad de “el viejo” 670 . “El propio gobierno guarda silencio. Largo Caballero no quiere publicar ningún documento, ninguna declaración internacional o comunicado a su pueblo. Muchas veces los ministros comunistas le han pedido un comunicado público del gobierno, pero se niega en rotundo, dice que no hay que hacer cundir el pánico. Le dicen que, al revés, el pánico lo provoca el silencio del gobierno, el desconocimiento de sus medidas, la inseguridad de no saber hasta qué punto está decidido el gobierno a seguirse defendiendo, y particularmente, en defender Madrid” 671 . Y Largo Caballero, junto a todo el gobierno, abandonó Madrid de forma inesperada. Koltsov lo considera una fatalidad y una irresponsabilidad terrible. El suceso le hace temer lo peor en el combate por Madrid. De entre las muchas citas, enfadadas e irónicas que Koltsov dedica a la actuación del gobierno republicano y a la de Largo Caballero en particular, se encuentra su mención a una carta que fue enviada al Cuartel General de la defensa de Madrid, ya con el combate entre los defensores de la ciudad y los atacantes en pleno fulgor: “La cabeza del gobierno y Ministro de Guerra Largo Caballero, se dirigió en una carta al general, presidente de la Junta de defensa de Madrid, con una petición urgente: debido a 669 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 133 670 Ibíd., pág. 134 671 Ibíd., pág. 194 390 que el Ministerio de Guerra y el Mando General no habían tenido tiempo al marchar de coger consigo vajillas y ropas de cama, lo que ahora provocaba comprensibles dificultades, pedía hacerle entregar el servicio de té del Ministerio de Guerra, con sus correspondientes juegos de mantel y servilletas, así como facilitar el necesario transporte terrestre para una rápida entrega de los objetos citados a Valencia” 672 . Tras el traslado del Gobierno a Valencia, y tras el éxito de la defensa de Madrid, Koltsov, quizás dejando de considerar a Largo Caballero como un personaje fundamental, deja de reflejarlo en sus crónicas, a excepción de aquellos episodios en los que Koltsov defendía a los protagonistas de los defensores de Madrid (comunistas, una buena parte de ellos), frente a las acusaciones que desde el gobierno en Valencia les hacían (este hecho está profundamente relacionado con el capítulo dedicado en este trabajo a la imagen de Valencia en las crónicas soviéticas). Ehrenburg no se refirió a Largo Caballero más que en dos o tres ocasiones, en las primeras semanas de guerra, y lo menciona junto al de otros nombres, como José Díaz, Dolores Ibárruri... en mítines, en actos de propaganda... Román Karmén es uno de los más expresivos corresponsales para tratar la marcha de Largo caballero de Madrid, con una escueta y suelta frase en su diario y que da nombre a un capítulo: “El Señor Largo Caballero se ha ido...” 673 . Esa misma mañana, en compañía de Koltsov, Karmén supo de la marcha del gobierno en la sede central del PCE. Koltsov se quedó esa mañana en el citado lugar, tratando la grave situación de la ciudad junto a José Díaz y otros líderes comunistas. Karmén se dirigió al ministerio para comprobar la realidad del rumor que estaba por toda la ciudad. La descripción de la visita al mismo vuelve a recordar el manejo del discurso cinematográfico que tan bien manejaba Karmén: 672 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 243-244 673 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 252 391 “La sala de encuentros del ministro de guerra Largo Caballero, que siempre retumbaba ruidosa como un panal, donde se agrupaban todos los oficiales del estado mayor, está vacía. Empujo la pesada puerta y entro al despacho de Largo Caballero. Vacío. Silencio. Entonces, es verdad, ¿todos han abandonado Madrid? Sinceramente, se siente miedo...” 674 . En las memorias de Ovadiy Sávich es posible analizar la imagen de Largo Caballero con la perspectiva de los años y el punto de vista de un intelectual soviético de la época de post- guerra y post-estalinismo. En ellas, la imagen de Largo Caballero aparece con connotaciones mucho más negativas que en las crónicas escritas en tiempo presente durante la guerra. “No quiero pasar por alto los viejos méritos de Largo Caballero. Seguro que los hubo, pues de lo contrario sería difícil entender como el movimiento obrero creyó en él tanto tiempo. Pero durante la guerra, este hombre de perfil de medalla castellana jugó un papel oscuro. Cuando tuvo que dejar su puesto a otros, él, profundamente ofendido, se volvió un viejo gruñón...” 675 . Son muchas las comparaciones que Sávich hace entre el rostro de Largo Caballero y el perfil impreso en una moneda castellana, quizás, intentando crear una imagen de tradicionalismo español, rasgo negativo en las crónicas soviéticas. En las malas opiniones de Sávich hacia la figura de Largo Caballero vuelven a aparecer las razones ya citadas por las que un corresponsal soviético juzgaba las situaciones y a las personas: por su fidelidad a la causa de la victoria de la República frente al enemigo, dejando aparte otras cuestiones y valorando sus aciertos y méritos en la lucha contra las fuerzas reaccionarias. Y en un segundo plano, su simpatía o carencia de ella hacia los comunistas. “Hasta que rodearon Madrid, la gente confiaba en el viejo socialista de “izquierda” Largo Caballero, cuyo gobierno sustituyó a otro puramente burgués. He puesto la palabra “izquierda” en comillas porque la gente como Caballero a veces mueve tanto su mano izquierda y la lanzan tan lejos que a menudo esta aparece por la derecha. Él mismo se consideraba más de izquierda que los comunistas, a los que odiaba. Él no quería disciplinar el ejército, - ¿acaso es eso un asunto proletario? – (...) Quería construir un 674 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 255 675 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 113 392 ejército según principios sindicales: a partir de inscripción voluntaria. Al inicio de la guerra así funcionó el ejército que iba al frente: se formaba principalmente en los sindicatos y raramente en las bases de algún partido político. Olvidó que la guerra la llevan no sólo sindicatos y no sólo trabajadores, sino el pueblo entero (...) Cogió la cartera del Ministerio de Guerra sin haberse interesado nunca antes por asuntos militares. De esa manera, los viejos generales podían influir sobre él más fácilmente. El crecimiento del Partido Comunista lo aterrorizaba: en esencia, esto pudo ser el desencadenante del fin de su política de “izquierda”, la que había defendido durante décadas...” 676 . 5.3.3 DOLORES IBÁRRURI La imagen de los dirigentes comunistas en las crónicas soviéticas está mucho menos llena de detalles y polémicas que la de cualquier otra asociación política de la República. La propia ideología de los corresponsales y los periódicos para los que trabajaban coincidían en mucho con la expresada por los dirigentes comunistas españoles, y las relaciones entre el PCUS y el PCE eran buenas. 676 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág. 112 677 Mijaíl Svetlov. “Ispanskaya pesnia” // “Stijotvoreniya”, Vladivostok, Dalnevostóchnoe knizhnoe izdátelstvo, 1974, pág. 84 (Publicado por primera vez en “Izvestia”, 18 de septiembre de 1936) “Herida va la infantería Bajo un sol a trote Un avión tira una bomba Sobre la tumba del Quijote. Y entre el humo de la tormenta Y con la muerte a su vera Ibárruri va cantando Va la mujer a la guerra. Quisiera ir con ella, mano a mano Arrabales que arden Encontrar a la medianoche El fuego de los ataques. Que los batallones fuesen cantando Marchando como un torrente Aquello que cantaba Ucrania En el año diecinueve. Y por las calles de Toledo Marchar con esta canción Respirar cálido aire de vitoria, Limpio, de revolución. Sobre una tierra hecha presa Una sirena lleva el mando Que molesta al mundo entero Agotado, en su descanso”.677 393 Los comunistas son presentados como los que mejor organizan la defensa, como los más entregados en la causa de la victoria sobre el enemigo, los más cercanos al pueblo... Por tanto, se han de buscar diferencias entre los corresponsales, y no fisuras o contradicciones en la opinión de sus crónicas, pues, o no las hay, o son mínimas; y también se ha de buscar el código literario a través del que los corresponsales soviéticos exaltaban a los comunistas frente a otras asociaciones políticas. Es este uno de los mejores ejemplos de la capacidad propagandística de los corresponsales soviéticos, y resulta interesante encontrar las claves literarias que utilizaron para llevar a cabo sus intenciones. Aunque este trabajo se centre en la imagen de Dolores Ibárruri, cabe recordar brevemente la imagen de José Díaz, muy habitual en las crónicas de los soviéticos, siempre exaltando su condición humilde, su trabajo incansable y su compromiso con la victoria. Precisamente, la larga descripción del encuentro entre Díaz y Koltsov que el último reflejó en sus crónicas, tras su primer viaje de ida y vuelta a la URSS, nos da una de las claves que caracterizan y contextualizan casi todas las referencias a los comunistas: su amor por los lugares más humildes de España. Koltsov y Díaz (que se encontraba enfermo), entablan una nostálgica conversación sobre sus viajes en el año 1931 por los pueblos y barrios más humildes de Andalucía. “Allí, en una chabola se escondía después del ataque policial y se reunía el comité del Partido Comunista de Sevilla. Allí trabajaba José Díaz. - ¿Y recuerdas Lucena? ¿Y Cinco Casas, José? Él sonrió. - Lo recuerdo. Por entonces acabábamos de empezar a trabajar seriamente en la aldea. Qué tiempos...” 678 . Los comunistas son siempre presentados como figuras nostálgicas, apegadas a la tierra y a la gente... y son descritos sus sufrimientos como causa de las malas condiciones de vida de los demás, rasgo que no es habitual encontrar en las descripciones de otros líderes políticos. Los 678 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 146 394 comunistas conocen las canciones populares, visten como los demás, hablan como el resto y siempre se encuentran allí donde hay un problema (se da por hecho que todos estos no eran rasgos únicamente atribuibles a los comunistas): “– Dolores, ¿recuerdas cuando nos conocimos? Allí, en Bilbao. Seis años atrás, en las barriadas obreras de Bilbao, en una pequeña taberna en la orilla del Río Nervión los compañeros me presentaron a una alta, delgada y callada mujer. Como todas las mujeres españolas de rango humilde, ella, a pesar del tremendo calor, iba vestida completamente de negro. Se mantenía silenciosa, un poco vergonzosa, escuchando la conversación con hambre, pero sin decir casi nada, mirando a todos con sus grandes y claros ojos negros y, como se entendía en su mirada, iba rápidamente asimilando para sí cada una de las frases de la conversación. Sobre ella me dijeron una sola cosa: - La primera mujer española comunista” 679 . Las crónicas de los corresponsales soviéticos no redundan en reflexiones políticas al describir a los comunistas: aunque cada visión y reflexión está influenciado por la ideología del corresponsal (fuese la que fuese la ideología del corresponsal, soviético o no), y de que hay evidentes alardes a los triunfos que afirman se han dado en su país, la reflexión teórica sobre política es escasa (su mayor exponente son las discusiones con Durruti entre comunismo y anarquismo). Sus potenciales lectores, los ciudadanos soviéticos no necesitaban de más explicaciones, y los corresponsales soviéticos, al menos en sus crónicas, no hacen propaganda de la necesidad de un hipotético sistema comunista en España, dando absoluta prioridad a la lucha militar y la victoria de la República. De esa forma, la descripción de Dolores Ibárruri no muestra ningún discurso de la misma, sino que se esfuerza en valorar su imagen ejemplar. El retrato de Dolores Ibárruri no deja de recordar a aquellos que se publicaban en la Unión Soviética sobre los líderes de la Revolución, en concreto, a las memorias dedicadas a Nadezhda Krúpskaya, figura que sin duda tenían en cuenta los corresponsales soviéticos al intentar elaborar una imagen de “Pasionaria”, sobre todo en la recreación de su carácter, que en las crónicas soviéticas es mucho más sereno que el que se suele tener en España sobre dicha mujer, y en su apariencia humilde y preocupada. 679 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 140 395 Así, Dolores Ibárruri es quizás el personaje con más protagonismo y alabanzas de las crónicas soviéticas: incluso en las que se personalizan menos los acontecimientos, como las de Ehrenburg o Román Karmén, la figura de “Pasionaria” es clave, ya sea como símbolo de la lucha de la mujer en la guerra, ya sea como ejemplo de entrega, pasión y compromiso entre los comunistas. Y en todas las crónicas soviéticas, el esfuerzo estilístico a la hora de retratar a Dolores Ibárruri se centra en presentarla como alguien popular, muy enraizada entre las masas más humildes, que la ven como una más entre ellos. Llama la atención la falta de discurso político que reflejan en boca de Dolores Ibárruri (exceptuando su participación en mítines), marcando los corresponsales un discurso donde prevalece el poder del ejemplo de la actuación sobre el poder de la palabra. La figura de Dolores Ibárruri es también mostrada como ejemplo e inspiración dentro del propio Partido Comunista: “La presencia de Dolores aporta una nota especial dentro de la dirección del partido. Añade al ambiente masculino, serio, a veces demasiado puntilloso del Politburó, un toque de calor, alegría, humor o furia, pasión, una especial intransigencia hacia el cumplimiento de los objetivos. Ella viene animada, festiva, con una sonrisa alegre y astuta, arreglada, adornada, a pesar de la sencillez de su vestido negro, se sienta, pone las manos sobre la mesa e inclinando levemente su hermosa cabeza, en silencio escucha la conversación” 680 . Koltsov basa sus descripciones sobre “Pasionaria” en la relación de amistad que tiene con la propia Dolores Ibárruri. De ello se recogen descripciones que no buscan la mitificación de la citada sino mostrarla como una persona muy cercana, muy humana, con quien fácilmente los lectores soviéticos podían simpatizar (a esto se añaden las cartas que la propia Dolores Ibárruri escribía, en nombre de la mujer republicana española, que después se publicaban en la URSS). Sus referencias a Dolores Ibárruri suelen darse cuando se han encontrado en el frente (claro está, no sólo se encontraron en el frente, pero de esta forma Koltsov añadía valor a la imagen entregada de “Pasionaria”) “Haciendo un apretado corro, los soldados escuchan a Dolores: - Y es que yo soy una española sencilla, como vosotros, no vengo de la nobleza. Yo lavaba los platos en la mina. Y mi marido es minero... Todos nosotros, las gentes 680 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 55-56 396 sencillas, lucharemos hasta el final por la libertad, por la alegría de la España popular, contra la panda de generales y jesuitas...” 681 . Koltsov, junto con Román Karmén, visitó la formación de las primeras trincheras de Madrid, en los que tomaba parte Dolores Ibárruri (y que Karmén grabó e incluyó en sus crónicas filmadas). De Dolores Ibárruri en el frente, Koltsov (y los demás corresponsales soviéticos), se destaca su cercanía a los soldados y el cariño que despierta entre ellos, además del chocante papel de una mujer – política en la España de 1936 que se muestra tan activa. “Aquí todos conocen a Dolores, desde lejos la saludan, le invitan a comer pan, le ofrecen vino en sus cantimploras soldadescas, la obligan a quedarse un rato, a sentarse, a no irse de su lado. En la sierra cada soldado defiende con pasión que conoce a Dolores personalmente»682. “El enemigo responde con un fuego agresivo de cañones y artillería, las balas y los proyectiles pasan silbando cada pocos minutos. Los soldados quieren obligar a Dolores a marchar arrastrada, pero ella se niega y corre como los demás, agachando levemente la cabeza. -¡En que soy yo peor que vosotros! Vale, otro día vendré con un paraguas, entonces no me caerá nada encima. Ella entra en cada casa destruida, habla con cada soldado y oficial, interroga a los apresados, les sonsaca algo y con esa información conoce importantes detalles de la posición de los alzados. Se pelea con el cocinero por la calidad de la comida” 683 . Aunque Ehrenburg durante la Guerra Civil Española no llegó a tener un contacto tan cercano con Dolores Ibárruri como Mijaíl Koltsov, y no reproduce tantos diálogos como ella, en sus páginas “Pasionaria” adquiere un matiz mucho más simbólico, o mejor dicho, icónico. En sus páginas es imposible encontrar otro personaje que reciba tantos halagos, así como es muy extraño que Ehrenburg personalice las virtudes con nombres y apellidos. Si a menudo utiliza la figura anónima de una mujer, o un campesino... para hablar de todas las mujeres o campesinos de España, sus descripciones de Dolores Ibárruri simbolizan al pueblo entero. Ese proceso de mitificación de la figura de “Pasionaria”, Ehrenburg la realiza rehusando de 681 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 52 682 Ibíd., pág. 50 683 Ibíd., pág. 50 397 los retratos cercanos de la misma, de los diálogos directos con ella y dotándola de todas las virtudes, no ya políticas, sino populares. “En una pequeña casa de Andalucía he visto un retrato de Dolores junto a una imagen de Santa Teresa” 684 . En las crónicas de Ehrenburg, los retratos de Dolores Ibárruri recuerdan a los retratos, pictóricos o literarios del arte soviético que mitificaban la Revolución de 1917. Todas las cualidades positivas del pueblo español se muestran en su relación con “Pasionaria”, que a su vez encarna todas esas cualidades y da ejemplo de ellas con su trabajo. “Este pueblo es intrépido y generoso, creador de fenomenales canciones, repleto de hospitalidad y bondad, capaz de trabajar con entusiasmo y morir sonriendo, este pueblo no puede vegetar más en cuevas, en chabolas ni en barrios olvidados. Y la amada de este pueblo es Dolores Ibárruri. El pueblo la llama “Pasionaria”. Es hija de un pobre campesino y mujer de un minero. Ya no es joven, pero su rostro muestra toda la severa belleza de España. Sus ojos son ardientes. Siempre va vestida de negro. Habla bien: su voz se escucha por toda la mayor plaza de Madrid. Es el alma de la masa, y la masa grita: ¡Viva la Pasionaria!” 685 Otros de los mejores ejemplos que nos sirven para comprender las formas que Ehrenburg elegía para retratar a Dolores Ibárruri y resaltarla como heroína popular, alma del pueblo español, son aquellos que muestran a la citada compartiendo costumbres sencillas con soldados, campesinos... Conviene recordar que esa actitud cercana hacia el pueblo es sólo retratado por los corresponsales soviéticos cuando se trata de un político comunista, y que fuera de estos, incluso en su admirada figura de Buenaventura Durruti, ese tipo de referencias no existen. “Dolores canta bien canciones populares. Está con los soldados en el frente. El compañero mira impaciente su reloj. - Tenemos una reunión... llegamos tarde... - Espera. Dolores no ha tenido tiempo de cantar con los soldados una canción alegre. Ella sabe lo 684 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 299 685 Ibíd., pág. 64-65 398 que significa antes de un ataque una melodía conocida desde la infancia (…) Sus palabras dan la vuelta al mundo más rápido que una canción. Se vuelven anónimas como las epopeyas. ¿Saben muchos quién fue el primero que arrojó a la cara de la muerte las dos palabras mágicas “¡No Pasarán!”? Ella, Dolores” 686 . En el diario de Román Karmén también existen referencias a Dolores Ibárruri, aunque en menor medida que en las crónicas de Ehrenburg y Koltsov. Esta diferencia en el protagonismo que adquiere Dolores Ibárruri en las crónicas que se publicaban diaria o semanalmente en la URSS, frente al diario de Karmén, que no se publicó hasta años después, dan buena idea de la importancia simbólica de “Pasionaria” en las crónicas soviéticas. Aquellos que sabían que iban a ser publicados prestaron mucha mayor atención a su figura. Pero en las ocasiones en que Román Karmén se refirió a Dolores Ibárruri las claves son, si no las mismas, muy similares a la de sus compañeros. Las menciones de Karmén no son tan personales como las de Koltsov, ni tan icónicas como las de Ehrenburg, pero sí redundan en su simbiosis con el pueblo y su entrega. “Grabo a los líderes de los comunistas españoles trabajando en la construcción de las defensas a las afueras de Madrid. Las miles de personas que se encuentran aquí saben que están aquí. Pero nadie los mira. Esto no es sensacionalismo. Dolores y Pepe, como los llaman todos, están con el pueblo. Es algo normal” 687 . . En las memorias de Ovadiy Sávich, buena parte de las cuales fueron escritas años después (y con Dolores Ibárruri viviendo ya en la URSS), las referencias a “Pasionaria”, similares a las de Ehrenburg, mezclan el fundamental y heroico papel de la mujer española durante la Guerra Civil con sus dotes de líder popular. Con la perspectiva de los años, Sávich valora también la muerte de Rubén Ibárruri, hijo de “Pasionaria”, en la batalla de Stalingrado contra el ejército nazi y sus aliados. “¿Puede una madre entregar a la causa algo más grande que la vida de su propio hijo?” 688 . 686 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 297 687 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 248 688 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy pisátel, 1961, pág.129 399 De entre todas sus referencias hay una cita que, por absoluta, nos esclarece la percepción de Dolores Ibárruri en las crónicas soviéticas y la imagen que de ella daban a sus lectores, y que resume mejor que cualquier otra cosa todo lo expuesto en este trabajo, no sólo sobre Dolores Ibárruri, sino sobre la propia imagen de España que los corresponsales soviéticos pretendían transmitir en sus trabajos: “Si quieren saber quién es Dolores Ibárruri, díganse a sí mismos: “Es España”. Y si a la vez quieren tener una visión de España, díganse: “Es Pasionaria”. Son inseparables” 689 . 689 Ibíd.pág. 129 400 5.4 EL CHÓFER “Durante los primeros días del alzamiento, a los garajes de Barcelona se dirigió una masa de amantes de los automóviles y todos se consideraban a sí mismo chóferes, teniendo en cuenta que en España sólo se puede considerar chófer a aquel que marcha a más de cien kilómetros por hora”690 No se sería objetivo en esta observación y resumen de las crónicas soviéticas durante la Guerra Civil Española sin al menos apuntar a que “El chófer” es una de las figuras más repetidas y descritas en las mismas, hasta extremos que resultan llamativos. La razón de ello tiene raíz en los mismos motivos por los que se ha introducido anteriormente un capítulo dedicado al “Camino”. Pese a que resulta evidente que la mayor parte del tiempo los corresponsales soviéticos lo pasaban acompañados de un chófer, aquel que los transportaba por todo el territorio que sufría la guerra, es necesario comprender por qué su figura aparece en tantísimas páginas, así como la razón de que fuesen tan ampliamente descritos en ellas. Puede darse un ejemplo: la cantidad de diálogos de chóferes y referencias a los mismos en la obra de Koltsov excede en mucho, incluso, a las referencias a Dolores Ibárruri. En el caso de Sávich, en sus varias páginas dedicadas a los últimos días de Antonio Machado en España, el encuentro entre el poeta y su chófer tiene un apartado especial. Por ello que los chóferes ya hayan aparecido una gran cantidad de citas, dedicadas a otros puntos en este trabajo, y en las que estaba presente, a veces protagonista, el conductor del coche del corresponsal. “El chófer José, un joven con fina tranquila cara y ojos de gacela, conduce el coche como todos aquí, como un furioso psicópata. Ya ayer, en el paso del palacio hacia el telégrafo, hizo unas curvas que provocaban pensamientos sobre lo transitorio que resulta la vida terrenal. El hecho de torcer y meterse por las aceras, atropellando gente, él lo considera la cosa más normal... Hoy por la carretera, a noventa kilómetros por hora, sin frenar la marcha, ha adelantado a un carro tirado por burros, y ha hecho un milagroso giro entre el camión que venía de frente y un segundo carro. La limusina se ha rozado con un enorme 690 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 24 401 plátano, la carrocería se ha abollado como el borde de un sobre”691. Es posible aventurarse a conjeturar que hoy en día son muy pocas las corresponsalías en el mundo, si acaso hay alguna, en zona bélica o no, que en sus artículos reflejen la biografía, retrato físico y psicológico de los conductores que llevan al periodista de un punto a otro, y mucho menos probable es que las palabras, los diálogos del supuesto chófer sean reflejadas en las crónicas publicadas posteriormente, y, aún menos, que las mismas sean tomadas y mostradas como referencia de la situación que vive un país, con el mismo peso que las palabras del presidente del mismo. La ideología de los corresponsales soviéticos, basada en la lucha de clases, les hacía prestar la misma atención, si no más, a las palabras y acciones de un anónimo conductor que a las de un ministro. El punto de vista que se ha adoptado en este trabajo desde un primer momento al reflejar el contenido de las crónicas y no encontrar en ellas algo que se buscase premeditadamente, hace que este trabajo se fije en la figura del chófer como uno de los rasgos que más originalidad aportan a las crónicas soviéticas. Gracias a ello, se hace visible hasta qué extremo es extraño para nosotros, hoy en día, la percepción de las cosas para los corresponsales soviéticos en los años 30 del siglo XX. Pero hay un rasgo curioso: pese a la masiva información dedicada a los chóferes en España y los muchos diálogos con ellos, su figura no es utilizada para generalizar respecto al carácter de los españoles. Son muy escasos los momentos en los que la actitud de los chóferes es utilizada para retratar al pueblo español en su conjunto, hecho que sí es habitual en sus referencias a los soldados o los campesinos. Por supuesto, existen algunas referencias de los chóferes que sí indican una pretensión de los corresponsales por esa generalización, pero la proporción de las mismas es mínima. La siguiente cita es un buen ejemplo de una de las pocas descripciones del carácter de los chóferes que coinciden en su actitud con muchas otras vistas en España por hombres de todo tipo y profesión: “...los chóferes, mientras esperan pasajeros, se lanzan hacia el género femenino con exclamaciones encendidas: “¡Ay guapa!”“¡Ay morena!”, ¡Ay rubia!”. Lo hacen de forma seguida, como automática, por lo que a menudo el alegre piropo le cae a veces a ancianas 691 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 41 402 de ochenta años”692. No todos los corresponsales hablaban de la figura del chófer con la misma asiduidad. Koltsov es quien más se refiere a ellos, y Ehrenburg, el que menos. El motivo de ello se basa en el estilo literario de cada uno, siendo Koltsov el más inclinado a reflejar con fidelidad lo que iba ocurriendo a cada paso. Con ello, Koltsov cumplía con varias premisas de su trabajo: ilustrar el ambiente y la velocidad de un mundo en guerra, dar a conocer retratos reales de españoles, y describir las propias condiciones de trabajo de un corresponsal en guerra, una de sus temáticas favoritas. La figura del chófer, gracias a las páginas de Koltsov, sobresale como una de las figuras más emblemáticas, y claves, de la Guerra Civil Española. La falta de automóviles, la necesidad urgente de ellos, y el poco número de personas que supieran manejarlos, muestran que en cada fase de la guerra los chóferes jugaron un papel fundamental. “Los chóferes se han convertido en todos los sentidos en una profesión fundamental. Entre los responsables y los altos funcionarios corren diálogos sobre qué tipo de chófer tiene cada uno, hasta qué punto es de fiar, se quedará con su jefe o correrá a salvar a su propia familia”693. En la gran evacuación de Madrid, durante los días previos al ataque del ejército enemigo a la ciudad, Koltsov describe ampliamente su función, sus negocios al cobrar grandes sumas de dinero a las familias para huir a zonas tranquilas, sus organizaciones, formas de trabajar... y la labor de los mismos ocupa las mismas líneas, si no más, que las dedicadas a las fuerzas políticas encargadas de la defensa, convirtiendo a los chóferes en uno de los actores principales del paisaje de la ciudad en esos momentos críticos. “De la ciudad se marchan los que pueden. Ha florecido un gran número de salvajes chóferes en coches robados, que llevan a la gente, por enormes sumas de dinero, a Cuenca o más allá por la carretera de Valencia. Se van los que tienen algo, pero no los ricos. Los muy ricos prefieren quedarse en Madrid para esperar a Franco”694. En las crónicas de Koltsov se van sabiendo de todos y cada uno de sus chóferes, la biografía 692 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 72 693 Ibíd., pág. 191 694 Ibíd., pág. 191 403 de los mismos, sus descripciones físicas y psicológicas, su forma de conducir... Dámaso, Miguel, Nicanor, Dorado... “El chofer Dorado es un buen joven, pero se apoca demasiado para ser un comunista. Hoy le hemos aumentado su calificación a héroe (...) Como chófer, Dorado no mostraba atención en los mapas, considerándolos un pasatiempo para los pasajeros, y no sabía que más adelante el río hacía un cerrado meandro que se acercaba a la carretera, cuando justo ahí la carretera fue alcanzada por las armas de los alzados”695. En las crónicas de Koltsov, cualquier circunstancia relacionada con el trabajo de su chófer individual es reflejada en sus crónicas como una parte fundamental de su diario (publicado en Moscú) sobre muchos días de su estancia en España. Es el caso, por ejemplo, de aquellos momentos en los que no contaba con su chófer habitual, o en aquellos en los que Koltsov narraba las prisas con las que se había dirigido a algún punto concreto. “El chófer está nervioso; es un chófer de guardia, y no ha descansado hoy, ni ha comido, y pide que le demos unos minutos para buscar comida. Las flechas del reloj brillan y marcan las diez horas y cuarenta y cinco minutos. Dentro de una hora y cuarto será siete de noviembre. No, esta noche no puedo dejarte, mi querida Madrid”696. “Por primera vez me he visto apresurando al bandolero chófer; iba como un bribón borracho de las películas cómicas, y la masa de gente se arrojaba huyendo a los dos lados del camino”697. La referencia al amor por la velocidad y la valentía temeraria de los chóferes españoles es un recurso común a todos los corresponsales soviéticos en España. Refiriéndose a este hecho, los corresponsales añadían a sus descripciones la atmósfera de velocidad y desenfreno con la que transcurría la guerra y la vida en el país. Otra de sus características más apuntadas es la de su fidelidad y su compromiso. “Julio es el único chófer en España que sabe conducir a menos de cien kilómetros por hora”698. 695 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 51-52 696 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 212 697 Ibíd., pág. 124 698 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 278 404 Con algunos chóferes los corresponsales soviéticos entablaron una profunda amistad, y en sus crónicas se dan a conocer todas las penas y pormenores de la familia de los mismos en los duros días de guerra, lo que a su vez amplia el material histórico sobre las condiciones en las que los españoles pasaron la guerra. Román Karmén recalcó repetidamente en su diario sobre su profunda amistad con su chófer, Julio, del que da numerosos detalles de su vida. En las páginas escritas en su obra “¡NO PASARÁN!” escritas con posterioridad a la guerra, acentúa aún más su unión con aquel. “Julio y yo nos hicimos grandes amigos. Se convirtió en mi amigo de guerra, en mi fiel compañero y en mi asistente. Antes de una de mis marchas de España le ayudé a cumplir su sueño: se fue a la Unión Soviética a una escuela de pilotos, y, al volver a España, luchó contra los fascistas en un caza”699. Y en las páginas de su diario escritas durante la guerra: “He decidido dormir por todos estos días sin sueño en el coche. Imposible: el chófer iba a tal velocidad por la carretera de montaña que no he podido pegar ojo. Me acuerdo mucho de mi “packard” y mi excelente amigo Julio Rodríguez, chófer”700. En las memorias de Ovadiy Sávich los chóferes vuelven a tener un papel destacado en cuanto a la descripción de los hombres más cercanos que tuvo en España. En sus páginas, la descripción de los chóferes en muy amplia, y vuelve a demostrar la tremenda importancia que tuvieron esas figuras para los corresponsales soviéticos, esos chóferes que en muchos casos resultaban ser las personas más cercanas que tenían en el país. Sávich hace referencia a las primeras semanas de su llegada a Valencia. “Durante el día he estado completamente libre. Empecé a viajar por los frentes, de un punto a otro. Esto encantó a Marqués, que en secreto soñaba con convertirse en periodista, incluso en escritor, y que durante los caminos no paraba de hablar conmigo (con él empezaron mis prácticas de español), y después él escribía por las noches. Por la razón de que yo entendiera toda su prosa, es de suponer que su forma de escribir era algo primitiva. Pero yo lo adulaba e incluso una vez cité sus palabras en uno de mis artículos, lo 699 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 253 700 Ibíd., pág. 277 405 que, por supuesto, le comuniqué. Y ni una sola vez escuché de él que al coche le faltara gasolina o tuviera algún tipo de problema”701. Sávich utilizó la figura de uno de sus chóferes para describir el ánimo general de muchos españoles que vivían en Valencia, que en sus páginas muestran una actitud radicalmente distinta a los chóferes que él describía en Madrid. En sus páginas dedicadas a su trabajo en Valencia para el TASS, es precisamente un chófer el personaje de quien ofrece una descripción más amplia, a excepción de los políticos más importantes de la República, instalados en Valencia, de los que ofrece una descripción personal de cada uno, pero no les confiere la simbología, o el significado, que muestra la referencia a su chófer. “A ese tipo de gente pertenecía mi Chófer Bautista. Cierto es que él no iba lleno de insignias, pero cada mañana me maravillaba con una nueva y extrema contradicción a lo dicho el día anterior. A veces compartía totalmente los puntos de vista de los comunistas, y a la mañana siguiente exigía la profundización de la Revolución, como un verdadero anarquista. Eso no le salvaba de llamar al comedimiento, como los partidos más de derecha dentro del gobierno republicano. Sucedía que, al traerme los periódicos cada mañana, en el kiosco tenía tiempo de leer sólo uno, cada día uno diferente, y cualquier palabra impresa le convencía plenamente hasta la siguiente mañana. Un día me exigió la completa autonomía de Cataluña; esa mañana había leído un periódico barcelonés. Pero entender todo lo que sucedía resultaba difícil no sólo a Bautista”702. Ilyá Ehrenburg fue quien menos líneas dedicó a sus chóferes. Casi todas ellas muestran al chófer en el frente, bajo fuego enemigo, donde es mostrado con detalles de sus acciones que muestran el mismo carácter en los chóferes que en el resto de crónicas soviéticas: “Vamos hacia Brunete. El chófer, alegre y osado, como todos los chóferes españoles, se ríe ante el fuego enemigo: - ¡Pasaremos!”703 “Hace dos días la carrocería de nuestro coche fue agujereada por las balas. EL chófer se reía: “¡Tiros a mí! ¡No son como los moros, esos sí que disparan!””704. 701 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy Pisátel, 1961, pág. 53 702 Ibíd., pág. 211 703 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 218 704 Ibíd., pág. 164 406 En una de las ocasiones, Ehrenburg hace referencia al papel fundamental que los chóferes tenían en la guerra, sobre todo para el desarrollo de su trabajo como corresponsales. Con ello, no es de extrañar la continua referencia a los chóferes en las crónicas soviéticas. “Por la mañana conseguimos llegar a nuestra posición. Cuando pararon las ametralladoras, se pudo escuchar el cantar de las cigarras. Yo escribí en un papel un telegrama: “La posición está restablecida” y se la di al chófer. Pero el telegrama no se envió: el coche fue cogido por los sanitarios, y por la mañana los fascistas reanudaron su ataque”705. 705 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 101 407 5.5 LOS CAMPESINOS “Durante los primeros meses los fascistas han conseguido tomar una decena de provincias. Pero no han conseguido ocuparlas. Los guardias fascistas duermen con sueño intranquilo en las aldeas de Galicia y Andalucía. Además de los mapas de los puestos de mando existe la firme inteligencia del campesino. El campesino sabe que la República le dará la tierra, y que esa tierra se la quitan los fascistas”706. La figura del campesino es aquella a través de la cual los corresponsales soviéticos hablaban más claramente sobre revolución, tema que en sus obras queda en un segundo plano, dando prioridad a ganar la guerra contra sus enemigos. Es preciso apuntar que la figura del campesino había sido la más positiva de entre todos los españoles en las crónicas rusas del siglo XX, tanto para aquellas que hablaban de su valentía o su ardor romántico contra los ejércitos de Napoleón, como para las más importantes de ese periodo, las de Vasili Botkin, que fueron las primeras en empezar a transformar la imagen de España en Rusia. En ellas los campesinos españoles destacan, entre otras muchas virtudes, por su extraordinaria cultura, producto de su tradición literaria y artística, sobre todo en cuanto a su música y poesía, y a pesar de sus pésimas condiciones de vida y su falta de acceso a las instituciones de enseñanza del país: “Dicen que España es pobre, ignorante, llena de superstición y de prejuicios y que la Ilustración no ha penetrado en ella. Así, al menos, piensa toda Europa. Pero pongan a este aldeano español junto a un aldeano francés, alemán e incluso inglés y se sorprenderán de su dignidad natural, de sus delicadas maneras y de su idioma, correcto y puro. El estamento bajo es aquí incomparablemente más educado que los estamentos bajos de Europa; solo que bajo esa palabra no se debe entender la educación libresca, sino una educación que se compone de sus usos, costumbres, leyendas. Basta para ello señalar que ningún pueblo tiene una literatura poética tan rica como los españoles; su poesía popular no viene de los libros, sino del incesante relato pasado de boca en boca”707. 706 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 129 707 Vasili Botkin, “Cartas sobre España”, Madrid, Miraguano, 2012, pág. 370 - 371 408 Las pésimas condiciones de vida y de trabajo en las que vivían las gentes del campo en España (penalidades ya descritas por Koltsov y Ehrenburg durante sus anteriores visitas al país) motivaron a los corresponsales soviéticos a prestar especial atención a los cambios que la realidad de los campesinos iba notando durante la guerra, siempre apoyando, con matices, esos cambios en la estructura agraria del país. Es en estas páginas de sus crónicas donde los corresponsales soviéticos se postulan con más claridad a favor de un camino político y social muy concreto, similar al que se había dado, y todavía se daba, en su país, la URSS. Por todo ello que en una parte fundamental de las descripciones soviéticas sobre los campesinos en España traten y describan las asambleas de campesinos, su gramatización, la conquista de las tierras que trabajaban... “La asamblea ha decidido abrir una escuela. Los campesinos esperan que llegue pronto el profesor. Han construido una guardería para los niños. Las jóvenes los bañan, juegan con ellos, y a los que son mayores les enseñan a leer. - Di en vuestros Koljoses que estamos siguiendo su camino” – me ha dicho un viejo campesino”708. En los retratos de los campesinos, y como ocurre en mayor medida en los de los soldados, se suceden descripciones de la población campesina con referencia a diferentes regiones del país, siendo una de las ocasiones en las que con más interés los corresponsales soviéticos daban a conocer a sus lectores las diferentes nacionalidades, caracteres... de España. En el caso de los campesinos esa división se ve alimentada por las diferentes políticas agrarias que se iban tomando en diferentes regiones de la República (alimentadas, a su vez, por las muy diferentes realidades agrarias que ya existían en España antes del inicio de la guerra). Dentro de ese marco de contrastes, y traspasando la cuestión puramente técnica del problema agrícola, en las crónicas soviéticas esas diferencias son mostradas a nivel humano, remarcando las peculiaridades que ellos observaban al comparar a los campesinos de diferentes lugares: 708 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 160 409 “El campesino andaluz, sonriendo con timidez, te puede contar durante horas sobre los campos de olivos, sobre la nieve de la sierra, sobre la Alhambra. Canta su lento flamenco. Te encandila con su inventiva, con la viveza de su hablar, con su ironía triste. Los castellanos, secos y de largos rostros saben que su tierra, que es de piedras, sin gente, con sus antiguas ciudades sobre las colinas, es el corazón de España...”709. “En la larga cola se puede estudiar la etnografía de España. Los duros rasgos de los castellanos y aragoneses se mezclan con la morena y femenina redondez del rostro de los andaluces. Los fuertes, fornidos vascos cambian a los huesudos, delgados, rubios gallegos. La delgada, triste y pobre Extremadura predomina en esta larga y abigarrada fila de campesinos, inhabitual y alarmante en esta avenida de la capital”710. “Los campesinos de Levante comían tres platos al día; sus mujeres andaban coquetas con sus vestidos modernos, y preferían el tocadiscos y el cine a la misa. Cerca de la frontera con Portugal, en Las Urdes, he visto gente enana, degenerada, que nunca había probado la carne, que no conocían ni el horno chimenea ni el calzado de piel”711. Las crónicas soviéticas referidas a los campesinos españoles pueden dividirse en tres líneas fundamentales: por un lado, se resaltan los contrastes de la vida de los campesinos antes y durante la guerra; por otro, se encuadra la actitud de los campesinos frente a los enemigos de la República; por último se muestran las descripciones propiamente físicas y psicológicas de los mismos. En las crónicas de Ehrenburg (en menor medida en las de Koltsov), además de abarcarse la división anterior, hay que destacar en el muchas ocasiones la figura del campesino suele ser parte integral de la descripción de un paisaje, de una visión, como un icono simbólico de España en guerra (y por esta misma razón, la figura del campesino ha aparecido en casi todos los puntos desarrollados en este trabajo de una forma u otra). “En los alrededores de Granada los republicanos y los fascistas ocupan cerros. Entre ellos, en los valles, los campesinos sacan a pastar a sus ovejas”712. 709 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 239 710 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 170 711 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 196 712 Ibíd., pág. 181 410 También destacan, en las crónicas de Ehrenburg, el continuo protagonismo que tienen los diálogos directos con campesinos, los cuales refleja en sus páginas con una fuerte carga simbólica. “Cerca de Valencia un campesino me dijo: - Tengo doscientos sacos de trigo. Si los llevo a Francia, ¿me los cambiarán por armas? Yo le contesté: - No. Está prohibido. - ¿Y morir no está prohibido?”713. A diferencia del trato que Ehrenburg da a la mujer española, que es junto al campesino la otra gran víctima de la guerra, la iconicidad del campesino es representada refiriéndose al mismo como una masa, un grupo social, mientras que la mujer solía ser representada como una figura solitaria en el cuadro descrito. Ese grupo social, ese gran número de campesinos, que suelen ser después representados por la voz de alguno de ellos, siempre están, en las crónicas soviéticas, junto a la República. Las referencias que dan de los campesinos que están en la zona ocupada por sus enemigos o combaten junto a ellos se refieren a las pésimas condiciones de vida en las que viven, a su condición de movilizados a la fuerza por las fuerzas militares del otro bando y, lo que es más habitual, hablan de los campesinos que vivieron en una aldea que, tras ser ocupada por las fuerzas enemigas, ahora lo es por las republicanas. “Los campesinos abandonan sus casas, sus utensilios. Se marchan junto a los milicianos. Pasan las noches en el campo, junto al fuego: esperan que, si es posible, los milicianos recuperen mañana la aldea. Y exigen: “– ¡Dadnos armas!””714. Tres son los ejes principales sobre los que se basan las citas de Ehrenburg en este punto, y que, a su vez, y a su manera, coinciden con los tres ya citados y correspondientes a los cuatro corresponsales soviéticos: la situación campesino español no sólo antes de la guerra sino antes del nacimiento de la República, los cambios en la administración agraria en diferentes partes del país durante la guerra y la actitud de los campesinos ante la misma. Este último 713 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 116 714 Ibíd., 117 411 punto es muy extenso en las páginas de Ehrenburg, siendo, en comparación, muy escasas las descripciones físicas de los campesinos: en estas Ehrenburg tiende a retratarlos (como ya hacía con la mujer y su pañuelo o vestido negro), mediante una prenda de vestir, como pueden ser unas pobres alpargatas. “Cruel vida la del campesino andaluz y extremeño. No tenían ni tierra ni casa. No apuntaban aún las primeras luces del día cuando el campesino salía a trabajar (hasta la tierra del terrateniente había cinco o diez kilómetros de distancia). Trabajaba “de sol a sol”. Así lo ponía en el contrato. Los terratenientes vivían en París o en Madrid. Los caciques, pícaros y crueles, se mofaban de los campesinos”715. La situación del campesinado español es siempre para Ehrenburg la razón primera de los movimientos sociales y revolucionarios en el país, su máxima justificación. La amenaza de apropiación de la tierra de los terratenientes por parte de los campesinos y su control de la misma es también la primera razón que apunta Ehrenburg como causa de que los movimientos reaccionarios españoles y europeos comenzaran la Guerra Civil Española. Quizás por ello, las condiciones de vida y trabajo en el campo son tan ampliamente descritas, aspecto que contrasta con la poco profunda (en comparación) referencia de las condiciones de vida y trabajo en las ciudades en todas las crónicas soviéticas. Ehrenburg no describió en sus crónicas ninguna reunión de carácter asambleario entre los campesinos en sus tierras. A falta de una descripción directa de esos procesos, Ehrenburg sí hace muchas menciones a los resultados de las mismas y a los cambios surgidos de ellas. Dichas reuniones e iniciativas del campesinado son la base de muchas líneas discursivas en las crónicas de Ehrenburg, que a menudo enlazan con sus críticas, aquellas que piden un carácter más práctico y menos teórico a las otras variantes políticas que convivían dentro de la República durante la guerra. “He aquí dos grandes poblaciones de la Mancha: Solana y Membrilla. En la Solana hay una gran cooperativa. Quien no quiso entrar a formar parte de la misma, recibió una parcela. Los miembros de la cooperativa han aumentado en un ciento cincuenta por cien el territorio de siembra, han diversificado los cultivos y han contratado a un ingeniero agrónomo. El pueblo brilla y florece. A diez kilómetros de Solana está Membrilla. En Membrilla el dinero 715 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 154 412 ha sido eliminado. El presidente del comité, después de muchas noches de trabajo ha concluido que “cada familia consiste de 4,52 miembros”. Con esto se ha quedado tranquilo, ordenando después entregar pan y leche a los 4,52 miembros de cada familia”716. En esas mismas descripciones dedicadas a las nuevas formas de organización campesina en la España republicana, muy a menudo Ehrenburg resalta la comparación con los mismos los parecidos procesos que se habían dado, y aún se daban, en su país, la URSS. Con este tipo de citas, Ehrenburg también buscaba resaltar las diferencias y las peculiaridades de España. “– Usted me dice que a cada campesino le corresponde una vaca, pero nosotros no tenemos vacas. Hemos decidido darle a cada campesino una cabra”717. Pero sin ninguna duda, es en la actitud de los campesinos frente al enemigo el tema más tratado por Ehrenburg. El campesinado, que como ya apuntaba Ehrenburg y se ha citado con anterioridad, “ya no espera a la República sino que la conquista”, es la expresión más pura y primigenia del pueblo español frente a los enemigos de la República. “Pero el campesino español ha resultado ser más sabio que muchos políticos y estrategas. Al mirar los campos recién recolectados estamos en derecho de asegurar que ellos han ganado la batalla”718. « - Llevadme con vosotros. - Imposible. Hay que inscribirse y pasar la instrucción. - Yo no sé escribir, pero sí sé disparar. El pasado otoño maté un buen jabalí. El soldado se ríe: - Nada hermano, no puede ser. No tenemos armas suficientes... Y el campesino, con un guiño astuto, le contestó: - Esperaré. En cuanto te maten a ti, cogeré la tuya”719. La imagen del campesino en la batalla va adquiriendo mayor protagonismo en las crónicas de Ehrenburg con el trascurso de la guerra (y esto es común al resto de corresponsales soviéticos). Al principio de la contienda, el campesino es presentado como víctima, 716 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 197-198 717 Ibíd., pág. 159 718 Ibíd., pág. 198 719 Ibíd., pág. 142 413 lamentando su suerte, controlando caminos, huyendo... con escasa participación en la contienda. “En la profunda y oscura noche de otoño la sensación es de incomodidad, de orfandad en el camino vacío. Me paró un campesino con una escopeta. Estaba envuelto en una manta vieja, llena de agujeros. No se le veía. Tan sólo resaltaban unos ojos grandes y ardientes”720. Pero con el transcurso de la batalla, y, sobre todo, bajo la fiebre de concienciación que los soviéticos tanto enardecen respecto a la formación de un ejército popular y bajo un sólo mando, los campesinos son mostrados pidiendo armas, desorganizados pero voluntariosos, y en muchos casos, dando ejemplo de cómo combatir al enemigo. “Al día siguiente, el grupo de partisanos se nutrió de nuevos combatientes: los campesinos de una aldea destruida juraban vengarse de los fascistas. Los campesinos conducen burros y ovejas a través de la línea del frente, hacia los republicanos. Y piden: “Entréguennos armas, y volveremos aquí: tenemos cuentas pendientes” 721 . Un rasgo común en todas las crónicas soviéticas es que de un grupo de soldados descritos en el frente, siempre se hace referencia al campesino que hay entre ellos, además de sus virtudes y, ante todo, la claridad de sus ideas, de su instinto. “He visto en Aragón soldados segando: eran voluntarios, campesinos de La Mancha, y con alegría, entre dos ataques, se dedicaban a su labor favorita. Uno, al acabar su línea, se fue a la aldea, rascó el pescuezo a un borrico, arregló los postigos de una ventana, y cuando la dueña empezó a invitarle a tocino, sonrío pensativamente, dio las gracias y volvió con sus compañeros”722. Cuando los frentes se estabilizaron, los campesinos son mostrados en los campos (sin faltar su presencia en los frentes). Son las crónicas dedicadas a sus participaciones en el reparto de las tierras. Pero en cuanto a su actitud respecto a la guerra, Ehrenburg dedica numerosas descripciones a su entrega y participación en las retaguardias. Las mismas no sólo se refieren 720 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 120 721 Ibíd., pág. 155 722 Ibíd., pág. 199 414 a su deseo de luchar directamente contra los enemigos, sino que describen toda la ayuda material entregada al ejército republicano, en forma de alimentos y otros víveres, o el acogimiento de niños huérfanos de las ciudades. En estas notas Ehrenburg vuelve a resaltar la profunda humanidad y compromiso del campesinado español, el principal garante de aquello que para él significa España. “Entre los campesinos hay quien echa una gallina, otro un saco de arroz, unas naranjas, un conejo vivo. Caen en el cesto pesetas de plata. Hoy es el día de la mujer, ocho de marzo, y los campesinos de Buñol preparan un nuevo regalo para la amada de España: Madrid”723. “Nadie ha ordenado a los campesinos acoger a los niños refugiados. Cuando a la aldea llegaron los primeros autobuses con niños de Madrid, junto al ayuntamiento se formó una enorme cola que no era ni para conseguir carne ni pan sino niños. Acogieron a doscientos setenta y ocho niños en dos horas. En la plaza había gentes ofendidas: no habían conseguido acoger a niños de otros. Ahora ya no hay más ofendidos: en cada cama duermen dos o tres niños”724. “Arriesgando sus vidas, los campesinos pasaban a los asturianos pan, queso y vino”725. Koltsov aporta a esta temática una cantidad mucho mayor de detalles descriptivos al aspecto físico de los campesinos, además de mostrar a estos con unas ideas más politizadas, afines a los postulados del PCE. “Más allá de Barcelona las patrullas se hacen más escasas y tienen otro carácter. Ahora es una guardia que controla las salidas y entradas a una aldea: son campesinos, jóvenes, campesinos aragoneses y catalanes en blusas negras, con calzados de lienzo sobre los pies desnudos, fuertes, de anchos brazos, con las caras tostadas por el sol eterno, y con viejas escopetas de caza al hombro. Tranquila y dignamente ordenan parar al coche y piden a los viajeros sus papeles”726. “Delante caminaban diez campesinos, con sus cortos y maltrechos pantalones de diario, en 723 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 161 724 Ibíd., pág. 161-162 725 Ibíd., pág. 287 726 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 23 415 unas gordas polainas blancas de hilo, con pañuelos de diferentes colores en la cabeza. Iban con largos palos y hacían como si limpiaran el camino, aunque delante no había nadie, nadie les cortaba el paso. Más atrás iba un joven moreno de Sevilla, rodeado por una alegre y amable comitiva. Iba con flores en las manos y sonreía, y junto a él iba un alturrón que ceremoniosamente llevaba las manos alzadas sobre su cabeza, y llevaba una hoz y un simple martillo de herrero con el mango quemado. Eso en lugar de una bandera. Pero esto es mucho más fuerte que cualquier bandera”727. Son muy variadas en su temática las referencias que Koltsov hace del campesinado español, además del protagonismo de aquél en todas aquellas referencias ya ofrecidas en otros puntos de este trabajo, y coincidiendo también en muchos contextos, de alto valor simbólico, con las referencias de Ilyá Ehrenburg. Resulta llamativo que Koltsov, para formar su discurso sobre la militarización de los campesinos, utilice en repetidas ocasiones la figura de aquellos marchando a paso militar. Con el transcurso de la guerra, Koltsov va ofreciendo descripciones que reflejan de manera muy explicativa el aprendizaje de los campesinos: “En esta ocasión se esfuerzan por marchar al mismo paso. Esto les preocupa, y no sólo como una diversión, sino como una, aunque pequeña, misión”728. “La marcha vuelve hacia atrás, y tiene un aspecto totalmente diferente (...) La gente los seguía también de otra forma. Esto ya no era una masa de gente, sino un destacamento. Un destacamento de campesinos, preparado para la lucha y la victoria. Miraban a los olivares con otros ojos; no con ojos de víctima, sino con ojos de futuros dueños”729. En esas descripciones, dedicadas al aprendizaje militar de los campesinos, hay también una gran cantidad de referencias que recalcan la comparación entre las fuerzas con las que cuentan los enemigos de la República (sobre la tecnología militar de alemanes e italianos) y los que defienden a esta última: “Los campesinos sacaron sus escopetas de dos cañones. Apuntaron bien a los trimotores de los depredadores con cruces en las colas. Pero la munición de caza no da miedo a los 727 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 147 728 Ibíd., pág. 148 729 Ibíd., pág. 152 416 sistemas de los bombarderos “Junkers”730. “Un grupo de campesinos en negras blusas de algodón cavan con gran ahínco algo parecido a un terraplén, de esos que había en tiempos de Gengis Khan. El comisario mira con algo de dudas a la fortificación. Ni el gobierno, ni el Ministerio de Guerra ni el Alto Mando, nadie ha venido a ayudarles; él sólo, un fontanero de Toledo tiene que, en el momento crítico, crear una barrera contra los ejércitos de Franco, Hitler y Mussolini, que atacan a la República”731. En las reformas agrarias que se iban dando por la España republicana, los corresponsales soviéticos mantenían una firme opinión sobre cómo debían constituirse dichos procesos: formación de una asamblea en la que los campesinos votasen qué tierras ocupar y como organizarlas y explotarlas. En este punto entraban en conflicto con otras opiniones. Koltsov es quien con más detalle retrata ese tipo de procesos, y estuvo presente en muchos de ellos. Sus notas muestran los procesos desde el principio hasta su fin, a menudo, reflejando las intervenciones orales de cada campesino o líder. De todas ellas, Koltsov hace hincapié en las intervenciones de los anarquistas, siendo este el punto donde él, como los demás corresponsales soviéticos, muestra más claramente su diferencia ideológica con aquéllos: “Tras el primero otros cinco oradores anarquistas pasan al ataque. La reunión está confusa, hay una parte que aplaude y otra que calla. Todos están cansados. El jefe del sindicato propone votar. El primer anarquista se expresa en contra de ello. ¡Acaso tales cosas se deciden con una votación! Aquí es necesaria un arrebato, una conmoción unida, una tormenta, inspiración. En las votaciones cada uno piensa sólo en sí mismo. La votación es egoísmo. ¡No hay que votar!”732. A raíz de esas asambleas de campesinos y sus resultados (referente a la población de Tardienta en la cita anterior y a Cinco Casas en la siguiente), Koltsov reflexiona sobre otras problemáticas relacionadas sobre la cuestión agraria, como, por ejemplo, la que por entonces empezaba a ser una cuestión que empezaba a afectar a todo el campesinado mundial: la aparición de maquinarias y la consecuente pérdida de puestos de trabajo. “Vosotros mismos sabéis que, ya hace más de trece años, los campesinos y obreros de 730 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 170 731 Ibíd., pág. 130-131 732 Ibíd., pág. 32 417 Rusia expulsaron y quemaron los señoríos, los lanzaron más allá de la frontera y ellos mismos organizan su vida. Allí los tractores no quitan un trozo de pan al hombre, allí los mismos campesinos piden tractores para hacer más llevadero su trabajo”733. Otra línea discursiva de Koltsov, coincidente en esto con las crónicas de Ehrenburg, es la de la comparación entre aldeas que han tomado caminos políticos y económicos diferentes (dentro de la República). Koltsov escoge para esa comparación otras dos poblaciones de La Mancha (territorio que aparece en las crónicas soviéticas como el principal campo de experimentación organizativa y de liberación del campesinado en España). Las aldeas a las que más referencia hace Koltsov son las de El Toboso y Don Fadrique, (con las consecuentes e inevitables mezclas y comparaciones con la figura de Don Quijote y Sancho). La valoración de esas mismas aldeas en las páginas de Koltsov, favorable a Don Fadrique, no se basa principalmente en las formas de sus cambios estructurales en el ámbito agrícola. En sus comentarios de los mismos, Koltsov llega incluso a poner en un segundo plano sus principales líneas ideológicas de aquellos tiempos (las de la total colectivización de la tierra). “¿Cuál es el origen de tal diferencia? ¿Puede resumirse tan sólo con la explicación de que El Toboso es una aldea de grandes terratenientes y Don Fadrique es una aldea de campesinos humildes? Creo que no es esa la cuestión. En Don Fadrique hay también una representativa proporción de ricos y acaudalados campesinos con tierras en propiedad de quince, treinta o incluso cuarenta hectáreas, con cinco o seis mulas en cada finca, más cinco vacas en cada una, con campesinos a sueldo y con grandes reservas de productos. Hice cuentas con dos de esas propiedades y calculé sus capitales en más de cincuenta mil pesetas en cada una. Pero tanto estos ricos como los campesinos de capital medio están alineados fielmente junto al gobierno del Frente Popular...”734. Con esta aclaración se vuelve a poner en claro cuáles eran las preferencias de actuación para los corresponsales soviéticos en la Guerra Civil Española: el camino más práctico hacia la victoria en la guerra. No obstante, conviene repetir, es en los temas del campo agrícola y el campesinado donde los corresponsales soviéticos exponen con mayor claridad sus principios ideológicos. En una de las descripciones que Koltsov ofrece sobre El Toboso y Don Fadrique están expuestos con claridad cuáles son los méritos a los que Koltsov presta más atención 733 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 150 734 Ibíd., pág. 43 418 para sus descripciones, además de resultar una muy valorable descripción de las dos poblaciones, y una referencia clara de la antipatía de Koltsov (común a todos los corresponsales soviéticos), hacia el gobierno de Valencia: “En Don Fadrique hay tantos habitantes como en El Toboso. Pero la primera aldea ha enviado al ejército republicano cuatrocientas personas. Veinte de ellos han muerto en batalla por la República: sus nombres están escritos en una tabla negra, enmarcada por la vegetación, y otros treinta números están escritos, vacíos, preparados para inscribir en ellos a nuevas víctimas. Los campesinos de Don Fadrique combaten al fascismo no sólo con las armas. La aldea se encuentra a sesenta kilómetros de Toledo y a ciento cincuenta de Madrid. El alcalde y el comité del Frente Popular han organizado envíos regulares para la capital sitiada. No hay un día en el que hacia Madrid no hayan salido dos o tres camiones con pan, queso, pienso, vino, verduras y carne. -¿Que vosotros tenéis carne? En El Toboso no hay carne ni para los enfermos. Los de Don Fadrique tuercen el gesto. -¡Hay carne allí! Lo que no hay es vergüenza. En El Toboso no hay menos carne que aquí, pero el comité permite esconderla, y, si se vende, se vende antes a Levante que a Madrid, pues allí pagan más. Nosotros tenemos una ley firme: si vienen de Levante, les contestamos que tenemos productos, pero que no podemos venderlos, pues son para Madrid. No los vendemos a ningún precio, y no nos asustan ni con papeles y menos con la fuerza. Y cuando vienen de Madrid ya los conocemos, cargamos los camiones hasta arriba y no discutimos el precio. Y en Don Fadrique puedes comprar carne en las tiendas”735. Las grandes descripciones dedicadas por Koltsov a la Villa de Don Fadrique (donde en 1931 se eligió al primer alcalde comunista de España), contienen un riquísimo material histórico referente a la Guerra Civil Española en toda aquella comarca. El pasado 18 de mayo del 2013, Pedro Organero Ronco presentó el libro “La Villa de Don Fadrique durante la Guerra Civil y la posterior represión”, obra en la que los apuntes de Koltsov tienen una gran importancia. Las notas que Román Karmén dedicó a los campesinos en su diario son pocas en comparación con las horas que empleó en grabarlos con su cámara. 735 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 41-42 419 Las breves referencias de Karmén hacia los campesinos se refieren básicamente a su indefensión ante el poder de los enemigos. Hasta en tres ocasiones Karmén se refiere a un mismo encuentro con un campesino en las cercanías de Toledo: “- ¿Quién nos ayuda a nosotros? ¡Mira nuestras armas! Y se lanza a su mula y saca de las albardas que lleva la bestia una vieja escopeta de perdigones. ¿Esto contra los aviones de Hitler? – y otra vez habla en susurros, trabalenguas - Ayúdennos. Sólo vosotros nos ayudaréis. Si no, nos matarán a todos, ¿entiendes, ruso?”736. En los días de las primeras intervenciones de la aviación soviética en la defensa de Madrid, Karmén volverá a recordar aquel episodio: “Me he acordado de aquel campesino con la escopeta de caza en la carretera de Toledo, de sus lágrimas. Qué consuelo para el alma. No engañé al viejo cuando le prometí que les ayudaríamos”737. En sus notas, como en sus grabaciones, aparece con frecuencia el campesino con quien más amistad tuvo Karmén: Manuel Cristóbal Errandonea, que llegaría a ser comandante del ejército vasco. “Y nos hemos puesto a grabar. Los sargentos explicaban a Manuel Cristóbal la situación. ¡Excelente episodio! Ahí estaban, los sargentos de las fuerzas armadas de la República, los primeros mayores de la historia de España, comandantes del pueblo. Por sus duros rostros, por sus manos callosas se entendía que eran campesinos, trabajadores. Cuánta fogosidad interior. Qué fe en que, aunque todavía no comanden bien, que, puede ser, todavía no siguen bien las reglas, sí luchan por un buen motivo”738. Aunque en el diario de Karmén el tema del campesinado nunca conforma un discurso, más allá de la frecuente mención a la indefensión de los mismos, sí que se pueden extraer de sus páginas algunas descripciones de valor: “El camino pudiera pensarse que va lleno de refugiados que huyen de la ciudad sitiada. Nada por el estilo. Esta noche hemos encontrado sólo convoyes con materiales y 736 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 247 737 Ibíd., pág. 250 738 Ibíd., pág. 238 420 productos, y rebaños conducidos por campesinos que los llevaban hacia Madrid”739. Notable es también, por actual, la nota que dejó en su viaje a España en los años setenta, época en la que millones de españoles dejaban su país y se marchaban a buscar una vida mejor en otros lugares: “A causa del hambre, los campesinos huyen a Francia, Inglaterra, Bélgica, Suiza, Alemania Occidental. Inmensas porciones de tierra se quedan vacías, vuelven a su estado salvaje”740. Tanto en las memorias de Ovadiy Sávich como en los relatos que escribió durante la guerra, la figura del campesino está, por un lado, unida a la imagen de Sancho Panza, y por otro, a la temática de su esperanza y desesperanza del campesino respecto a la República. Podrían considerarse un mismo argumento, pues, como ya se ha analizado anteriormente, Sávich otorga el papel de la República y sus promesas a la figura de Don Quijote, siendo Sancho el campesinado español que defiende a su caballero a pesar de no entender muy bien sus ideas. “Levantó sus ojos y me miró como si acaso yo pudiera contestarle. En sus ojos negros, especialmente profundos en su delgado y no afeitado rostro había tanta pena que me costó mucho esfuerzo mantenerle la mirada. - Lucharé por la tierra – dijo en voz baja. - ¿Y por la libertad? ¿Y por España? – le preguntó, severo, el comisario. El campesino lo miró como sorprendido y le respondió con voz cansada: - Todo eso es la misma cosa”741. La relación entre el campesinado y la República desde el año 1931 forma la base de todo su discurso al respecto del campesino español. La mejor prueba de ello fue su relato “El Sargento Ruíz” 742 , escrito en 1937 e incluido en su obra “Dva goda v Ispanii”, que se está utilizando en este trabajo. El relato trata sobre un joven campesino que marcha a combatir por la República y termina 739 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 284 740 Ibíd., pág. 310 741 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy Pisátel, 1961, pág. 26 742 Ibíd., pág. 26 421 siendo un destacado soldado con final heroico. En las descripciones del propio campesino – soldado, Sávich refleja la esencia de su visión general de los campesinos españoles durante la guerra, visión que mantendrá en sus memorias años después. “No sabía leer. Empezó a trabajar desde niño. Su padre le dijo una vez: - Tienes suerte, empiezas a vivir junto a la República. Ella te dará la tierra. Pero la República pasó tanto tiempo sin darle la tierra que ellos mismos tuvieron que ir a cogerla. Su familia recibió una pequeña parcela de tierra seca y agotada. Pero ese pedazo era, por fin, suyo. Y aquellos a los que antes pertenecía la tierra, empezaron una guerra contra su pueblo. Él cogió una vieja escopeta de caza, que era la única riqueza de su padre, y marchó al cuartel. Allí le preguntaron a qué partido pertenecía, y él respondió: - A ese que está por la libertad y la tierra. Le preguntaron qué sabía hacer. - Sé morir no peor que los demás. Le preguntaron por su edad. - Mi padre me dijo que yo me hice mayor con la República, y no quiero sobrevivirla”743. En la parte de su obra que se corresponde a sus reflexiones posteriores a la guerra, Sávich ensalza la figura del Ministro Uribe, comunista, sobre el que afirma que fue el único que se tomó en serio la reforma agraria en el país, y apunta sobre los obstáculos que los demás partidos políticos pusieron a sus iniciativas. Con ello Sávich resalta la fidelidad del campesino español con la República, a pesar de no haber recibido apenas nada de ella. Para seguir representando este argumento, Sávich utiliza continuamente la figura de Sancho y su confianza ciega en Don Quijote. Dejando a un lado su análisis de la situación de los campesinos durante la guerra (con frecuentes acepciones a su situación antes de la misma), destacan las descripciones de los campesinos españoles, a los que Sávich dedica muchas páginas de su obra. Las mismas suelen referirse al aspecto psicológico y no al físico. “El campesino español cree en la palabra dada, a pesar de los siglos de engaños. Valora 743 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy Pisátel, 1961, pág. 27 422 poco la vida de los demás, pero la suya propia la valora mucho menos. Él no entiende que por la comida se pueda recibir dinero. El dinero le hace mucha falta, pero lo desprecia. El campesino español puede no sólo entender la historia de la campesina Laurencia, sino también los versos de Lorca y Alberti. El parisino se acercará al pintor callejero y terminará peleando con él y dándole consejos. El campesino español no dirá nada mientras no le pregunten. Pero observa más profunda y concretamente que el parisino, y su opinión la dará con cuidado y suavidad. A su vez, es analfabeto, pero su sensibilidad y su gusto de siglos, su intuición, sustituye el conocimiento de las artes”744. (Anótese el parecido de esta cita con la primera de este punto, de las crónicas de Vasili Botkin). El tema del campesinado español ocupó parte del trabajo de Sávich durante el resto de su vida, hasta el punto de leer las novelas de temática campesina que se editaban en la España franquista. En sus discursos dedicados a esta temática, Sávich no sólo valoraba sino que defendía su visión, criticando abiertamente las visiones diferentes a la suya. “He visto la película de Hemingway e Ivens: sí, hay campesinos así. He leído la novela de Luís Landínez: sí, también los hay así. Los hay avariciosos y desinteresados, buenos y crueles, trabajadores y vagos. Pero no se trata de eso. Los campesinos soñaban con la República, y por eso decidieron defenderla. Y no podría haber sido de otra manera: porque Sancho arrastraba su burro tras Don Quijote, porque Lope de Vega contaba a su manera historias reales, y porque Lorca llegó a las aldeas con su teatro, y porque no tenían tierras, y porque la muerte no los asusta, y porque bajo el yugo ellos siguieron siendo personas, humanas, humildes y orgullosas, enemigos de cualquier racismo, siguieron siendo españoles (...) Y todo esto, a pesar de que la deuda de España frente a sus campesinos es enorme, y que la defensa de la República exigió de los campesinos mucho más de lo que ella les había dado”745. 744 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy Pisátel, 1961, pág. 120 745 Ibíd., pág. 120 - 121 423 5.6 EL SOLDADO ESPAÑOL “No sabía que la peor de la ofensas que se le puede hacer a un español es acusarlo de cobardía”746. Es numerosísima la cantidad de citas y reflexiones que el soldado español tiene en las crónicas soviéticas (y se dejan a un lado las igualmente numerosas y excepcionales que existen para los integrantes de las Brigadas Internacionales). La casi constante posición de los corresponsales soviéticos en los frentes y su gusto por la reflexión a través de la descripción, hace que sean cientos los cuadros que retratan minuciosamente a los soldados en el frente, la retaguardia, en ataque, en descanso... Las descripciones de cada corresponsal respecto al soldado español encajan con el que es su estilo en el resto de puntos de este trabajo, y que se resume, casi en forma de conclusión, en este último apartado: las descripciones son más detalladas y ricas en las crónicas de Koltsov; son más escasas en pormenores, pero más cargadas de simbolismo las de Ehrenburg; las descripciones de Karmén, en su diario, son resumen de las imágenes más impactantes de cada jornada, y resumidas por él, operador de cámara, con un evidente lenguaje cinematográfico; y las de Ovadiy Sávich, frutos de sus obras escritas durante la guerra y sus recuerdos, y que son expuestas en base a dar fuerza a sus reflexiones años después. Ante la incapacidad de exponer en este trabajo tan gigantesco material referido a los soldados españoles, surge la necesidad de resumirlo mucho, describiendo las características fundamentales que sean comunes tanto a la obra propia de cada corresponsal como al conjunto de todos ellos. Se prestará también especial atención al desarrollo que la imagen de los soldados españoles tiene durante el transcurso de la guerra en sus crónicas. Una característica fundamental de las crónicas soviéticas en su conjunto es que presumen de su cercanía al soldado y al peligro. Los mismos corresponsales, cuando se refieren a sus 746 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy Pisátel, 1961, pág. 16 424 compañeros de corresponsalía valoran principalmente su cercanía a las balas. De ello que pudieran dividirse en dos tipos las descripciones de los soldados en sus obras: aquellas que muestran grupos de soldados (la perspectiva es relativamente lejana), y aquellas que se muestran tan cercanas al soldado que reproducen sus susurros, voces al oído, muestran detalles de su fisonomía, su ropa… que vienen a resaltar dicha cercanía. Estas últimas sirven a los corresponsales para mostrar la humanidad de los soldados, su intimidad y resaltan su individualidad. El principal juego propagandístico de los corresponsales soviéticos respecto a su representación del soldado es precisamente la de resaltar esa individualidad y conjuntar todas las individualidades en una idea común. La convicción de combatir a los enemigos de la República no se muestra tanto a través de mítines o coros, sino que resulta la convicción íntima de cada hombre y mujer. Las crónicas soviéticas utilizan para conseguir lo anteriormente descrito la biografía de cada soldado. Con ellas, con cada biografía, consistente en una enumeración de detalles de la vida del sujeto dado, que pueden ser un par de datos biográficos o grandes y detallados párrafos, se van exponiendo las razones por las que en el momento de la guerra el soldado se encuentra ahora junto a la República arriesgando su vida. Antes de profundizar en la visión del soldado español en la obra de cada corresponsal, apúntense algunos detalles: el primero, que la figura del soldado forma parte de muchos de los paisajes descritos por los corresponsales, subrayando el poder visual de la imagen de los mismos como parte de la imagen física de España, motivo por el cual han aparecido ya la imagen e los soldados en muchas de las citas de este trabajo; segundo, que en la descripción de los mismos es donde mayor cantidad de referencias al carácter de los españoles hay en las crónicas. Sea porque realmente en las situaciones críticas, como es una batalla, los rasgos del carácter de cada uno, tanto los mejores como los peores, florecen con mayor claridad, o sea porque dotar a los soldados españoles de un carácter muy resaltado servía a los corresponsales soviéticos para resaltar la humanidad de los mismos (y con ello su tragedia frente a los lectores)... el hecho es que es en el frente donde los corresponsales soviéticos se dedican a elaborar más detalladas descripciones del carácter de los españoles, lo cual se verá 425 en el análisis de las crónicas de cada uno de ellos. “Se dice que los españoles matan con facilidad, sea en la batalla o en una pelea. No matan con más facilidad que otros. Pero sí perdonan más fácilmente que los demás. Al que no han matado directamente, a los cinco minutos está invitándole a fumar un cigarrillo, invitando además a fumarse uno a todos los que lo rodean. (...) Los milicianos, en los primeros días de guerra, salían corriendo por miedo al miedo: temían que fuese espantoso, y un hombre no debe temer nada. Cuando eran capturados no querían que les pusiesen un pañuelo en los ojos antes de la ejecución, y levantaban el puño y gritaban: “¡Viva la República!” (...) Pero lo más difícil de todo fue convencerles para que no se reunieran todos juntos bajo los bombardeos. Ellos mismos decían: si hay que morir, que sea todos juntos. Y resulta que sobre el individualismo español se han escrito decenas de libros, tanto en el extranjero como en la propia España”747. El segundo detalle es que en la temática relacionada con los soldados es donde los corresponsales soviéticos hacen más referencias al tema de las distintas nacionalidades de España. Son muy numerosas las comparaciones que hacen entre soldados, ya sea en cuanto a su carácter, bien a sus aptitudes ante la guerra. En algunos casos, las descripciones llegan, incluso, a hacer uso de tópicos: “Los mejores granaderos resultan ser los pastores extremeños. En su patria están acostumbrados a cazar conejos con hondas. Ahora, en lugar de piedras, en el nudo ponen granadas”748. “Es alegre e incluso bromista: algo extraño para un catalán”749. “Nació en Galicia, en la aldea de Nogueiro. Galicia son piedras, silencio, pobreza y seriedad. Cuando alguien es melancólico, callado y severo, de él dicen: “un verdadero gallego”. Pero el habla más sonora y las canciones más tiernas también son de Galicia. Y sobre la valentía extrema también dicen que es gallega”750. El hilo conductor que coordina todas las descripciones de Mijaíl Koltsov respecto a los 747 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy Pisátel, 1961, pág. 177 - 178 748 Ibíd., pág. 43 749 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 28 750 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy Pisátel, 1961, pág. 73 426 soldados españoles es el del aprendizaje en la guerra, la trasformación de hombres y mujeres ajenos a cualquier disputa bélica durante toda su vida en un ejército capaz de plantar cara a las fuerzas militares de Franco, Alemania, Italia y sus colaboradores tácticos, (desde el punto de vista de todos los corresponsales soviéticos), Francia e Inglaterra. Si todo el conjunto de la obra de Koltsov destaca por el uso constante de la ironía y el sarcasmo, presentes también en sus crónicas en España, en éstas es en relación a esa formación de un ejército inexperto donde más se destacan esas cualidades. “Hay que leer periódicos y limpiar el fusil. Hay que aceptar las órdenes y cavar trincheras. Hay que saber aprender a explicarse bien y, lo más importante, fielmente, en las tareas de información y vigilancia. Esto último es un arte particularmente raro en España: los informantes y otros vigías todavía no suelen acertar a ver al enemigo si este marcha en un número inferior a tres mil soldados acompañados por diez mil alegres caballos árabes y sus jinetes”751. (No deja de sorprendernos el estilo de Koltsov en un contexto donde su propia vida corría un grave peligro). “Los soldados se entrenan con palos, y al recibir un arma justo antes de la batalla, no saben qué hacer con ella, y la rompen o la tiran. Sobre la próxima operación saben todos en la ciudad, y por supuesto, también el enemigo, y aquí sabemos que el enemigo lo sabe, y el enemigo sabe que nosotros lo sabemos. En los cafés, en los puestos de mando, en los tranvías se discute sobre si conseguirán los rebeldes engañarnos a nosotros, o nosotros a ellos”752. Tras las primeras grandes derrotas republicanas, los corresponsales soviéticos lanzan su crítica sobre la mala formación de los soldados y apuntan continuamente a la necesidad de formar un ejército disciplinado y bajo un mando unificado. Una de las citas más ilustrativas de Koltsov al respecto de la falta de unidad entre las fuerzas republicanas se dio con motivo de una batalla en las cercanías de Aranjuez entre soldados republicanos y desertores. “Vamos hacia allá; por el camino de la estación se oyen los tiroteos. Giramos hacia allí, y 751 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 104 752 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 2, pág. 47 427 vemos una cruenta batalla con carreras por los raíles, con lanzamientos de granadas, con heridos y muertos, con humo por todos lados. Es el batallón “Margarita Nelken” que ha decidido tomar el tren a Madrid. Pero en los demás surge de repente la capacidad de atención y consiguen rechazar el ataque. ¡Si hubiesen luchado así en Toledo!”753. Con la aparición del Quinto Regimiento y la formación de los primeros destacamentos que habrían de defender Madrid, Koltsov ve el ejemplo de lo que debiera ser el Ejército de la República. La formación de los voluntarios en el Quinto Regimiento son ampliamente descritos por Koltsov, que redunda siempre en la dificultad que ese proceso conlleva ante la urgente necesidad que trae la guerra ya en marcha. “El voluntario aceptado en el Quinto Regimiento debe responder antes que nada a tres condiciones. La primera: un mínimo conocimiento de política o, al menos, conciencia de ella; la segunda: buena salud; la tercera: alguna, aunque sea pequeña, destreza deportiva. Sobre esta base se fundamenta la futura formación del soldado. La instrucción está planeada para que dure diecisiete días como máximo. Pero esto se consigue muy raramente. La realidad es que sólo se disponen de ocho o diez días. Al inicio de la guerra, a los milicianos los soltaban a los dos días, y el resto de la instrucción tenían que transcurrir ya en combate”754. Los corresponsales soviéticos aplauden la formación exhaustiva de los soldados, y muchas de sus críticas y descripciones a la situación de las fuerzas militares de la República van siempre (sobre todo en el caso de Ehrenburg), encaminadas a resaltar los excesos románticos e inocentes de aquellos que no han tomado conciencia de la amenaza real que trae el enemigo, ni son capaces de entender lo que es necesario para combatirla. Tras las primeras victorias, tras la defensa de Madrid y la continua formación de ese tipo de ejército que los soviéticos reclamaban, las descripciones, de las que ahora se darán algunos ejemplos, van transformándose. En el caso de Koltsov, su típica ironía no vuelve a verse, excepto en contadísimos casos, al referirse a los soldados españoles. Él mismo explica el cambio: 753 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 128-129 754 Ibíd., pág. 104-105 428 “En la conciencia del soldado del Ejército Popular, firme bajo el fuego enemigo, ocurre (todavía no ha ocurrido del todo) un gran cambio. Desde aquello que yo llamaría heroísmo del pánico – que unía el pensamiento sobre la muerte y una agotadora aceptación de la misma – de esta situación tensa se pasa a la mentalidad propia de un soldado: hacia una gran sangre fría y firmeza, a la capacidad de adaptación a la situación y al lugar. Este proceso marcha con fuerza aunque, por supuesto, todavía no está completo: ha pasado muy poco tiempo aun”755. A partir de este punto, las descripciones de Koltsov sobre los soldados españoles cambian radicalmente: si en un primer momento las descripciones eran parcas en detalles de su imagen física o psicológica, y se basaban casi siempre en lo acertado o no de sus acciones, con el proceso de formación militar de esos novatos soldados, Koltsov encuentra espacio en sus páginas para detenerse, fijarse y describir con detenimiento a los soldados españoles. Como ha ocurrido con anterioridad, allí donde se ha observado que las descripciones físicas de los soldados suelen referirse más a una prenda de vestir característica a todo el grupo, (ocurre con el pañuelo o el vestido negros en las mujeres, o las largas blusas en los campesinos), más que a los rasgos faciales o corporales de las personas a las que se refieren, con el tema del soldado ocurre lo mismo: en la mayoría de las descripciones detalladas de los corresponsales soviéticos, el primer rasgo a describir es la del mantón con el que los soldados se abrigaban y que siempre llevaban consigo. Koltsov dedica a este hecho un fragmento entero. “Y por supuesto, el mantón. El soldado español no se separa nunca de su mantón, lo lleva con él a dónde vaya. (…) El soldado utiliza el mantón en todas las facetas de su vida. En él duerme, hace guardia, se tapa de la lluvia, envuelve en él sus bártulos y su comida. El mantón lo estiran en el suelo en los tiroteos a distancia, y en el mantón envuelven a los heridos y a los muertos”756. La imagen física del soldado español ha cambiado también, radicalmente, desde los primeros días de la guerra. Koltsov describe, con ironía, ese proceso: “El soldado republicano ha transformado también su imagen. Ya no es un partisano de 755 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 317 756 Ibíd., pág. 318 429 apariencia fantástica, con su casco adornado con una pluma de pavo real o en un sombrero mejicano, con un fusil a un costado y una espada toledana al otro. El invierno y, sobre todo, el carácter serio que han tomado las cosas, han obligado a los soldados y a los comandantes a ser más rigurosos. No van vestidos con un uniforme completo, pero sí de manera parecida: con una cazadora de paño con dos filas de botones, los mismos pantalones metidos por las botas, y un gorro de paño o piel con orejeras, igual que nuestros esquiadores (los vascos han conservado sus chapelas)”757. Pero aunque son bastantes las descripciones del aspecto físico de los soldados que hace Koltsov, su discurso se basa mayoritariamente en el aspecto psicológico de los mismos. A través de las páginas de Koltsov es posible trazar una línea bien detallada que más parece un tratado psicoanalítico que una descripción de guerra. La evolución de la mentalidad del combatiente republicano español es paralela a la formación del ejército. Sus crónicas son una guía completa de la evolución en la psicología de los combatientes republicanos durante el primer año y medio de guerra. Koltsov, que también había sido soldado, y a pesar de su persistente alegato por la preparación militar de los mismos, concede mucha más importancia a su ánimo. En las descripciones que dedica a los frentes con los combatientes menos experimentados, el soldado español es descrito por Koltsov lleno de romanticismo e inconsciencia. La voluntad del soldado y la necesidad operativa del ejército no están en sintonía. La obsesión por la valentía es un problema para Koltsov. Los soldados españoles prefieren poner en peligro sus vidas antes que mostrar algún tipo de cobardía, y esa actitud cuesta un buen número de víctimas: “El paso entre trincheras tiene entre sesenta y ochenta centímetros de profundidad. La poca profundidad de ese camino provoca que haya heridos con frecuencia, y no porque la profundidad sea insuficiente, sino que a los soldados les da pereza (o vergüenza ante los demás), marchar largo tiempo agachados o arrastrándose. Pasan solamente cubiertos hasta la cintura, y con frecuencia caen bajo las acertadas balas de los marroquíes. He visto muchos heridos; casi el setenta por ciento de todos ellos en los últimos tiempos lo fueron en la cabeza, o en la parte superior del cuerpo”758. A este tipo de citas preceden muchas otras en las que los soldados españoles despreciaban de 757 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 318 758 Ibíd., pág. 315 - 316 430 alguna manera la construcción de trincheras, elemento que sólo se hizo común, según los corresponsales soviéticos, en la defensa de Madrid, y, en parte, gracias a la influencia del Quinto Regimiento. “Expresó al Ministerio de Guerra la necesidad de rodear Madrid de trincheras, pero el señor Largo Caballero piensa que las trincheras son contrarias a la mentalidad del soldado español. Del fuego enemigo un español, a lo sumo, se esconde detrás de un árbol. Enterrarse en tierra no es su estilo. Será necesario al menos un año para enseñarles a hacer tal cosa – y en ese período da tiempo a que la guerra acabe tres veces”759. El soldado español no es consciente, en las crónicas soviéticas, de la amenaza a la que se enfrenta, al tamaño y poder de sus enemigos. De ahí sus desprecios al peligro y su resistencia a la disciplina. Y nuevamente es en los prolegómenos de la Batalla de Madrid cuando la situación da un giro. El ataque es inminente y el peligro es palpable y comprensible por todos, (aquí juegan un papel fundamental, según recalcan las crónicas soviéticas, la llegada de los brigadistas internacionales y la decisión de los anarquistas de someterse a las directrices de los altos mandos del ejército de la República: pasos tan importantes mentalizan a todos los soldados en general). En los soldados aparece un instinto de supervivencia que les hace temer no ya por ellos solos (en ningún momento un soldado republicano teme morir en las crónicas soviéticas), sino que ya teme por todos los demás: “Para escapar de una monstruosa y sangrienta pesadilla, la única solución es defender Madrid, defenderla como se defiende uno su propio cuerpo. El instinto de supervivencia añade fuerza y valentía al pueblo de Madrid”760. La exitosa defensa de Madrid da paso a descripciones de Koltsov que tratan sobre el júbilo. En sus crónicas el soldado español ha aprendido dos cosas, fundamentales para su desarrollo como soldados de la República: sabe de la fuerza del enemigo y de sus pocos escrúpulos (los continuos bombardeos sistemáticos sobre la ciudad y la virulencia del ataque rival le dan conciencia de todo ello). Y a la vez que eso ocurría, en lugar de nacer en el soldado un sentimiento de miedo o angustia, nace la esperanza de ver que es posible frenar al enemigo, nace la conciencia de la propia fuerza. 759 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 94 760 Ibíd., pág. 179 431 La preponderancia de las descripciones psicológicas frente a las físicas referidas a los soldados alcanza su punto máximo en los días de la Batalla de Madrid. En unas crónicas, las de Koltsov, llenas de apuntes rápidos, explicaciones tácticas sobre los enfrentamientos… que son una metódica, aunque frenética, labor literaria (y, seguramente, el material más rico y completo que existe hoy sobre aquellos días en Madrid de un testigo presencial), casi siempre hay unas líneas que retratan el estado de ánimo en los defensores de la ciudad. A su vez, llama la atención la falta de referencias de Koltsov a las estrategias militares, que, aunque detalladas y ricas, lo son en menor medida que en la descripción de otros momentos de la guerra. Da la impresión, o así lo quiso transmitir Koltsov, de que lo que sucedía en Madrid escapaba del entendimiento táctico o estratégico de cualquiera. Así, lo que sucedía en Madrid en aquellos días se centra, en el punto que nos interesa ahora, en los ánimos y las voluntades. Son descripciones que ayudan en mucho a transmitir esa imagen fantástica e irreal de Madrid en su batalla, como ya se trataba en el punto dedicado a la imagen de la ciudad. “Entre los clásicos milicianos (jóvenes con gorros soldadescos) han aparecido obreros de edad más adulta e incluso mayores, un poco destartalados, pero muy aplicados y enfadados. Éstos han llegado a las barricadas como se llega a apagar un incendio, como nuestros obreros van los sábados a realizar trabajos voluntarios para la comunidad cargando madera, que no van a descansar, ni a disfrutar, sino a hacer su trabajo. Por esto que las víctimas han aumentado en número desde la mañana. Los muertos y heridos hoy han sido en su mayoría obreros de mayor edad que ayer llegaron a luchar. Pero el espíritu combativo ha crecido a causa de eso. Los jóvenes quieren seguir el ejemplo de sus mayores, con claridad y comprensión de la batalla: y es que hasta ahora esta masa de jóvenes milicianos no había conocido más que la tristeza de la continua retirada, órdenes tontas, sin sentido y contradictorias, la incomprensión y conflictos con inexpertos o incluso sospechosos comandantes. Aquí todo se ha vuelto claro, ya no hay a dónde huir: si se entrega esta calle, y esa otra más, y otras dos después… llegará el final para todos”761. Tras la Batalla de Madrid, y en las posteriores, como la del río Jarama, Koltsov ya describe a los soldados españoles como órganos de un mismo ejército, disciplinado y con conciencia de la importancia del suceso. Como se ha tratado en el punto referido a la Batalla del Jarama, el retrato heroico del soldado, ya sea como cadáver, ya sea como triunfador, forman parte del paisaje de aquel punto geográfico. Sin embargo, no dejan de ocupar mayor espacio en sus 761 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 235 432 crónicas las descripciones que tratan del carácter y la psicología del soldado. Son los días en los que Koltsov incluye en sus páginas un mayor número de diálogos directos con los soldados, más retratos individuales y biográficos. La base de esas mismas crónicas, además del relato de los sucesos bélicos, se concentra en la vida de los soldados en el frente. En ellas, es habitual el retrato del grupo a partir de la clasificación por el origen de los combatientes. Aparecen los primeros grupos de mujeres – soldado en las páginas de Koltsov, se hace hincapié en el valor y buen hacer militar de los campesinos… Anteriormente, en el capítulo dedicado a la mujer española, se apuntaba que los corresponsales soviéticos no daban excesiva importancia a la presencia de mujeres entre los grupos de soldados, pues ese hecho ya se había dado con frecuencia en su propio país. Así, cuando las mujeres son descritas en el frente, la temática que toman las crónicas soviéticas no se refiere a la novedad de su presencia, pues en las crónicas soviéticas estar en un frente es una novedad para absolutamente todos los defensores de la República; el discurso frente a las mujeres – soldado siempre es un alegato contra las ideas conservadoras que hacia las mismas defienden los enemigos de la República, son, en resumen, un ejemplo de la liberación de la mujer y la toma de la misma de todos sus derechos y facultades: “Y la joven Conchita en Guadarrama, cuando cogió el fusil de su prometido muerto. Y las jóvenes comunistas Lina Odena y Aurora Arnaiz, vestidas con un mono, con pistolas en su costado, comandando grandes destacamentos, organizando a miles de jóvenes españoles para defender la libertad. Y María Carrasco, una señora con un genio temible, mecánica en el aeródromo de Cuatro Vientos, que engrasa todas las máquinas con aceite, que se desliza entre los motores, no permitiendo a ningún piloto entrar en combate hasta que no haya ella comprobado todo hasta el último tornillo”762. “El pueblo no tenía ni disciplina, ni conocimientos militares, ni munición ni una dirección fuerte. Traicionaban los generales y los mensajeros. Los oficiales del viejo ejército resultaron ser tan inocentes en los asuntos bélicos como los milicianos. El pueblo estaba desamparado. Los milicianos se lanzaban valientemente al ataque, pero a menudo, tras el primer revés, retrocedían. Cada pueblo y cada aldea vivía su propia vida. Miles de 762 Mijaíl Koltsov, “Ispaniya v ogné”, Moskvá, Politizdat, 1987, Tomo 1, pág. 102 - 103 433 diferentes comités inventaban sus propias leyes”763. De esta forma describía Ehrenburg la situación de las fuerzas militares durante los primeros meses de guerra. En su discurso la palabra “disciplina” (y la necesidad de la misma) se repite con mayor frecuencia que en la obra de cualquier otro corresponsal soviético. Sin embargo, y aunque esa voluntad de formar un ejército disciplinado y serio es una constante en sus crónicas, Ehrenburg no se permitía bromear, como hacía Koltsov, con la poca experiencia de los soldados republicanos. La culpa de la desorganización no la atañe al perfil psicológico de los combatientes republicanos, no describe el desarrollo del mismo con el transcurso de los días y de las victorias y las derrotas, y ataca a los responsables de ese ejército, a la no muy decidida voluntad de crearlo y, algunas y contadas veces, a la falta de comprensión del tamaño de la amenaza entre los soldados españoles. En sus descripciones coexisten dos términos que en sus crónicas parecieran independientes el uno del otro: el ejército y el soldado. Por un lado se encuentran sus muchas referencias a las malas actuaciones grupales de los fieles a la República: estas son notas con un tono triste, pesimista; por otro lado están los soldados, individualmente, cumpliendo una función simbólica muy importante en las crónicas de Ilyá Ehrenburg: “Nunca olvidaré al joven lanzabombas. Antes de la guerra trabajaba en un taller de Madrid. Ahora lo homenajean: ha destruido tres tanques enemigos. Sonriendo pensativo, decía: - Cuando venzamos, regresaré al taller, a arreglar coches. En estas palabras está todo el programa de la nueva clase. “La guerra es algo alegre” – dicen los fascistas. Los nuestros les responden con ansia de vida: a las bombas responden con bombas, contra los tanques, con tanques. Pero el pequeño mecánico sabe que la alegría es el trabajo, algo alegre, maravilloso, alto. Por él se arrastra tranquilamente bajo el fuego de las ametralladoras”764. Los soldados, en las crónicas de Ehrenburg, lo son a su pesar. Odian la guerra, y por eso luchan. Las razones que para que eso ocurre propone Ehrenburg tienen un matiz distinto a las expuestas por Koltsov: el soldado carece de matices ideológicos definidos, y su lucha es por la vida, en todos los sentidos posibles de esa palabra. El enemigo es lo contrario a la vida, y por eso no tiene más remedio que luchar contra él. Y a la vez que diferentes soldados 763 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 128 764 Ibíd., pág. 178 434 españoles aparecen en las crónicas de Ehrenburg mostrando grandes dosis de humanidad, las críticas a la falta de disciplina en el ejército y sus desordenes siguen ocupando, a la par, las páginas de Ehrenburg, sin que esos dos temas parezcan tener relación entre sí. “En Madrid, los obreros con arietes y revólveres tomaron la cárcel. En Barcelona, los obreros con sus bombas manuales vencieron a los nidos de ametralladoras. Estas guerras urbanas consiguieron vencerlas, pero en cuanto la guerra ha salido al campo, se ha demostrado la superioridad de un ejército organizado sobre uno no instruido e indisciplinado”765. “Los milicianos, al ver la traición de sus generales, no querían aceptar las órdenes de sus comandantes. Con absurdo heroísmo se lanzaban contra el fuego de las ametralladoras y una hora después, al ver unos pocos tanques, corrían para atrás presos del pánico. No querían cavar trincheras, pues les parecía un trabajo deshonroso. Tenían un miedo supersticioso a los aviones enemigos”766. La fusión entre esos dos conceptos tan divergentes en las primeras crónicas de Ehrenburg, el del ejército y el del soldado, su conversión en una misma unidad, es la principal línea discursiva, en las crónicas que atañen a lo estrictamente bélico. La unión entre la voluntad valiente de los soldados españoles y el ejército que ha de proporcionarles los mecanismos con los que puedan vencer a sus enemigos, para Ehrenburg, únicamente es posible a través de su término más utilizado durante todas sus crónicas: la disciplina. La primera de las dos citas que prosiguen a estas líneas es incluso anterior al inicio de la guerra, escrita en mayo de 1936. Da a entender la obsesión de Ehrenburg por la disciplina no sólo en el plano bélico, sino en la formación de la conciencia de las clases obreras y campesinas. La segunda cita describe los triunfos de la misma: “Un orden inusual: aquí aprenden disciplina. Los españoles son temerarios y tenaces. Ahora entienden qué era lo que les faltaba, y la palabra “disciplina” ahora la pronuncian con insistencia, con júbilo, como el que habla de una amada”767. “Los soldados marchan por la orilla de la carretera: saben cómo esconderse de los aviones. 765 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 326 766 Ibíd., pág. 327 767 Ibíd., pág. 78 435 Una sirena. Al momento se detienen los camiones. Los soldados se esparcen por las colinas. Los camiones se enmascaran con astucia. Los soldados de las primeras líneas se atrincheran con rapidez. Saben cruzar el campo de batalla bajo el fuego. Cumplen las órdenes de sus superiores con pulcritud. Estos ya no son los exóticos milicianos de los primeros meses, esto es un ejército”768. Pero aunque el Ejército Republicano se fortalece, adquiere la disciplina en la que Ehrenburg tanto incidía, en ningún momento sus descripciones tienden a retratar una masa monolítica y uniforme. Es precisamente cuando la unidad entre las fuerzas republicanas se hace más patente, cuando Ehrenburg tiende a valorar la individualidad de cada uno de los soldados. Sus descripciones se basan, principalmente, en resaltar el origen de cada uno de ellos, y reforzar la imagen de que no son verdaderos soldados, sino zapateros, campesinos… a los que la historia ha colocado con un fusil en una encrucijada histórica por la libertad y la igualdad entre los hombres y mujeres del mundo; a su vez, Ehrenburg no deja de recordar continuamente la disparidad de fuerzas, sobre todo a nivel tecnológico, que hay entre los dos bandos en contienda, además de la poca experiencia militar de los que defienden la República: ““¿Y los republicanos? Sólo Guadalajara…” No, los republicanos han tenido ya cientos de increíbles victorias. Han aprendido a construir motores de avión y bombas, acorazados y proyectiles. En las ciudades sin sueño, torturadas por la aviación enemiga, alimentados por una mínima ración, los obreros crearon equipamientos para el ejército popular. Los campesinos plantaban y cosechaban bajo el fuego enemigo: preparaban pan para el ejército. Hace un año contra el fascismo luchaban miles, y hoy luchan cientos de miles. Los republicanos han formado un ejército. Los carpinteros, tipógrafos, labradores se han convertido en sargentos. Por los caminos que rodean Madrid marchan batallones, brigadas, divisiones. El 18 de julio de 1936 los fascistas empezaron la guerra; con armas de última tecnología disparaban a valientes desarmados. El 18 de julio de 1937 ante ellos hay un pueblo ya fogueado”769. Ehrenburg muestra al soldado español como el principal signo de vida existente en una batalla tan salvaje. En comparación con Koltsov, muestra a los soldados republicanos en actitudes más alegres, más íntimas, más comunes… y fuera del marco psicológico que 768 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 153 769 Ibíd., pág. 221 436 encuadraba la que supuestamente debía ser la actitud de un soldado. Estas descripciones sirven a Ehrenburg para compararlas con aquellas que hace del soldado enemigo, capturado o desertores del bando contrario, en las que siempre resalta la falta de humanidad o la tristeza de los mismos. “Gime un herido: la bala ha partido el hueso. Oscuridad. El viento cada vez es más fuerte. Por supuesto, hay en la guerra una gran tristeza, un terrible espectáculo de impotencia humana, la acumulación de mil desgracias. Y aun así, esta gente sonríe, abre y cierra la boca ruidosamente al comer, toma una sopa que se enfría al momento, se dan alegres palmadas en la espalda unos a otros. Cada uno de ellos ha dejado algo en su casa: felicidad o proyectos de felicidad, ha pasado por los primeros miedos, ha conocido la cercanía de la muerte. Nada alegra tanto a un hombre como la victoria sobre el miedo, la conciencia de que pelea, que no se rinde, que sigue adelante”770. Las líneas de Ehrenburg se esfuerzan por hacer común, tanto en sí mismo como en sus páginas, el dolor y las alegrías de aquellos soldados que defienden la República. En muchas de sus crónicas, Ehrenburg se muestra como el defensor de los defensores, cuando en periódicos extranjeros leía alguna crítica contra el Ejército Republicano. Sus respuestas podrían encuadrarse igualmente dentro de aquellas crónicas de Ehrenburg que se dedicaban a hablar de los enemigos de la República, principalmente, los gobiernos de Francia e Inglaterra. “Cuando unos miles de soldados republicanos, llenos de pánico, cruzaron la frontera de Francia, algunos periódicos franceses se atrevieron a hablar de “la cobardía de los republicanos”. Los héroes de Múnich, esos que entregaron sin dar un solo disparo la línea de Maginot en Bohemia, reprochan ahora a los republicanos el poco éxito del anillo de acero alrededor de Barcelona. Yo no voy a discutir ahora, desde esta infeliz y heroica tierra, con los periodistas franceses. Tenemos diferentes conceptos sobre el honor, la amistad y la valentía. Yo prefiero a estos, incluso harapientos, hambrientos, con sus barbas descuidadas, antes que a los parisinos dependientes de los mercaderes de Londres, vencidos no en batalla, algo de lo que se sienten orgullosos”771. Al final de la guerra no hay descripciones de soldados en las páginas de Ehrenburg. Los que 770 Ilyá Ehrenburg, “Ispanskie reportazhi 1931-1939”, Moskvá, Aguenstvo Pechati Novosti, 1986, pág. 236 771 Ibíd., pág. 359 437 se tuvieron que transformar en soldados para luchar por sus vidas, vuelven a ser mecánicos, campesinos, obreros… que huyen del enemigo. En las crónicas que retratan, con profunda tristeza, el exilio de miles de españoles, no hay ningún soldado, a excepción de algún pequeño detalle en sus vestimentas que recuerda que ese pueblo había luchado heroicamente, que durante años se habían transformado en los únicos que se habían atrevido a plantear batalla al fascismo europeo desde sus más humildes orígenes, su falta de preparación, su inferioridad frente al enemigo. La temática del soldado español es también habitual en los poemas de Ehrenburg escritos en España. Ya se ha apuntado que en sus poemas prevalece la temática paisajística y la personal, aquella que narra sus propias sensaciones en la guerra. Sin embargo, la actitud de los soldados también ocupó muchos de sus versos, y tienen un argumento común: la actitud del soldado ante la tragedia, más allá de las armas (en ningún poema aparece un soldado en combate), su implicación y su pequeñez ante la magnitud del suceso histórico. Destaca, entre otros, el poema titulado “En Barcelona”, que se intenta traducir aquí: “EN BARCELONA Junto a las pajarerías de las Ramblas Hay un soldado herido: ha quedado sordo De los zorzales, petirrojos y currucas No aparta los ojos. En sus orejas se asentó para siempre La voz nocturna de las granadas Y los pájaros enloquecían con sus cantos El jilguero se alegraba con su polluelo. El soldado, viendo el sonido de los picos Recordó los sonidos del campo Acercó sus manos hacia el pajarillo Moviendo confusamente los labios. ¿Qué no se vende en el bazar? ¿Qué no te provoca la pena? Pero olvidando el canto de la fiera El soldado le dio la espalda con altivez. No se traiciona a la patria 438 Ni es hora de recordar como florecen las flores Ni cambiar por un piar de la vida Su sagrada sordez”772. Ovadiy Sávich (sobre todo en las notas que escribió durante la guerra, desde España, y no en las páginas escritas con posterioridad), reflejó siempre al soldado en actitud heroica e intentando siempre transmitir a través de esas descripciones todos los rasgos que había percibido del carácter español. Hay que recordar que Sávich en el frente casi siempre estuvo junto a las Brigadas Internacionales, sobre todo al principio, cuando aún no dominaba el idioma español. En sus relatos no hay apenas referencias a la falta de disciplina o a la necesidad de un cambio estructural en el ejército. En cambio, sí se puede observar en sus argumentos un hilo que conduce al soldado español hacia una politización de sus ideas. Sin criticar en ningún momento al Ejército de la República, si tiende a describir soldados que se encaminan a formar parte del Quinto Regimiento, en un principio, no tanto por su cariz ideológico, sino porque en todas las páginas de los corresponsales soviéticos ese regimiento es el único que, a su entender, combate como se debiera al enemigo. Muchas son las citas de Sávich que critican la ya mencionada ciega valentía de los españoles (debida siempre a su poca preparación militar). “Los españoles todavía no han entendido la diferencia entre la valentía prudente y la valentía imprudente”773. La preparación no sólo debía trascender al ámbito militar. Tanto en Sávich como en los demás corresponsales los soldados españoles, incluso en mayor medida que preparación militar, exigen preparación cultural. Son muchas las descripciones que apuntan en ese sentido, algo que viene a resaltar de nuevo el papel de la cultura como arma, así como también resalta una de las razones por las que los soldados republicanos combatían a su enemigo. 772 Ilyá Ehrenburg, “V Barselone” // “Stijotvoréniya”, Moskvá, Judózhestvennaya literatura, 1972, pág. 33 - 34 773 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy Pisátel, 1961, pág. 45 439 Sávich también resalta el sentido del humor en el frente, y tiende a retratar todas aquellas acciones y situaciones que eran nuevas para los novatos soldados, situaciones que provocan reacciones que sirven para retratar el carácter de los españoles. Sus descripciones de soldados suelen darse a través de diálogos y con algunos detalles que enmarcan la acción, además de datos biográficos de cada uno de ellos que sirven a Sávich para incidir en las causas políticas de la contienda. Abundan descripciones físicas de los soldados, sobre todo las referidas al rostro, mediante el cual muestra la situación psicológica que vive el combatiente. Es en sus crónicas donde mayor número de alocuciones directas de los soldados republicanos se van a encontrar entre todas las crónicas soviéticas (con la excepción de las de Koltsov). “Los soldados que están libres miran hacia la tronera, se ríen, fuman. Una bala se clava en la pared de la trinchera. - ¡Pepe, eso es que te están buscando! - ¡No hombre, van detrás de ti!”774. “Otra explosión, y otra. Dos bombas pasan de largo. Un cañonazo que se queda corto. Después una mina estalla en la trinchera. Los hombres se aprietan contra la tierra. Sus rostros están en tensión, en una sonrisa se ve el rictus de sus dientes, los ojos brillan, como si el miedo fuera alegre”775. Román Karmén fue uno de los hombres que mejor mostró al mundo el rostro de los combatientes republicanos, siempre junto a ellos, en primera línea o, a veces, en la retaguardia. Las notas de su diario añaden el detalle original de la actitud de los soldados frente a una cámara, para la mayoría de ellos, la primera que veían. “Los soldados, al ver una cámara en mis manos, al momento abren tremendo fuego contra 774 Ovadiy Sávich, “Dva goda v Ispanii”, Moskvá, Soviétskiy Pisátel, 1961, pág. 59 775 Ibíd., pág. 63 440 los fascistas. Cada uno, al descargar su cargador, se da la vuelta hacia el aparato, pone una postura teatral, levanta el puño y grita: “¡Viva España!”. Les ruego no prestarme atención, pero ya es tarde: la atención nos la ha prestado el enemigo. Por lo visto, los fascistas, decidiendo que nos preparamos para un ataque, han empezado a regar nuestro pequeño jardín con una lluvia de fuego de ametralladora y fusiles. A duras penas hemos conseguido Koltsov y yo salir de allí y volver a la barricada”776. A pesar de no encontrarse en España en virtud de corresponsal escrito, Karmén también incide en el cambio experimentado durante el primer año de guerra entre los combatientes de la República, y repite una constante que también se refleja continuamente en las crónicas de los otros tres: “La infantería republicana se vuelve a cada hora más fuerte en la defensa. Incluso los masivos ataques aéreos del enemigo no causan ya aquella desconcertante emoción que sufría el soldado y que se veía hace bien poco”777. De las notas de Román Karmén, si bien no son tan ricas con respecto a un discurso elaborado en relación a los soldados españoles, destacan muchas de sus descripciones por la forma en la que están elaboradas: desestimando la reflexión personal, también la valoración… y como se ha visto en tantos otros puntos de este trabajo, dando un valor a la imagen que, en aquellos tiempos, sólo un operador de cámara podía darle. Su lenguaje nos recuerda claramente a las imágenes que se suceden en las películas mudas de su tiempo. “Unos cuantos soldados, heridos por la metralla de los proyectiles, gritan y vociferan a toda voz, se los llevan del campo de batalla. A cada herido lo acompañan cinco hombres, y lleva cada uno ya sea su arma, ya sea su bolsa. El sol se levanta y empieza a quemar sin piedad. El comandante está ronco, cansado, el ataque ha fracasado”778. Con una última cita de Karmén se apuntaba que los corresponsales soviéticos, en sus notas referidas a los defensores de la República, además de, en primer término, mostrar a los soldados españoles, y en segundo, a los pertenecientes a las Brigadas Internacionales, muchas de sus páginas son ocupadas por descripciones que, en el caso de Koltsov y Ehrenburg, en ocasiones también de Sávich, reflejan en realidad a un participante soviético, 776 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 259 777 Ibíd., pág. 252 778 Ibíd., pág. 251 441 y que durante la Guerra Civil Española tenía un nombre en clave. Años después, Román Karmén se refería a ellos: “Los soldados en silencio, solemnemente levantaban sus fusiles sobre sus cabezas. Al negro coche funerario saludaban los constructores de barricadas en los cruces. Las mujeres vestidas de negro, de pie en largas colas, levantaban sus puños, acompañando en su último paseo al Capitán Serguei Tarjov, nombrado post mortem “Héroe de la Unión Soviética””779. 779 Román Karmén, “¡NO PASARÁN!”, Moskvá, Soviétskaya Rossía, 1972, pág. 282 442 443 6 CONCLUSIONES Se ha finalizado el primer análisis que se ha realizado sobre las crónicas soviéticas durante la Guerra Civil española y la primera conclusión a la que se llega es a la del asombro ante la cantidad de material hallado de todo tipo: artículos, diarios, poemas, memorias, material fílmico…. Pareciera que con la derrota de la República en la Guerra Civil Española, las crónicas soviéticas hubiesen salido igualmente derrotadas en un futuro e hipotético papel como fuente literaria para el conocimiento y la comprensión de las siguientes generaciones sobre aquella España lejana. La principal aportación de esta investigación será la de haber ofrecido un compendio que habría de ser base e inspiración para todo aquel que se acerque a estudiar y comprender a los corresponsales durante la Guerra Civil Española (o cualquier otro conflicto bélico), así como las obras de los corresponsales soviéticos y la riqueza de las mismas. En el presente trabajo se ha intentado aportar todas aquellas pistas, desde un análisis histórico - literario de las crónicas, que habrán de ayudar al futuro investigador a matizar y encauzar sus investigaciones, avisarle de todas aquellas formas y argumentos que utilizaban los escritores soviéticos para transmitir lo que sucedía en España, aportarle un contexto literario que no habrá de percibir si no estudia todas las crónicas con detenimiento, y que resulta fundamental para el análisis historiográfico de, o desde, las mismas. Para ello, además de las propias reflexiones, se ofrecen una gran cantidad de traducciones directas del ruso que, buena parte de ellas, son novedosas en castellano. Ellas son el mejor ejemplo del valor de las crónicas como material fundamental para el estudio historiográfico de la Guerra Civil Española, para el estudio de la literatura escrita en ruso y su relación cultural con España y, finalmente, para la recreación de la imagen de España en la Unión Soviética durante buena parte del siglo XX. Por último, se ha desarrollado, y, en algunos casos, dado a conocer, la personalidad y el trabajo de cuatro grandes figuras de la cultura soviética como fueron Mijaíl Koltsov, Ilyá Ehrenburg, Ovadiy Sávich y Román Karmén, teniendo siempre en cuenta sus relaciones con España y aquellos factores de su vida profesional o personal que pudieron influir en el 444 resultado final de sus escritos sobre la Guerra Civil Española. Al mismo tiempo, y con la excusa de esta investigación, se ha descubierto una gran cantidad de obras literarias de otros escritores y poetas soviéticos que dan a entender la repercusión que la Guerra Civil Española y las crónicas de sus corresponsales tuvieron en la Unión Soviética. El valor y la originalidad de las crónicas soviéticas durante la Guerra Civil Española (1936 – 1939) son resultado tanto del punto de vista individual y el talento de cada uno de los corresponsales como de una serie de factores que eran, por sí mismos, originales dentro del contexto histórico europeo de los años 30 del siglo pasado. Los corresponsales soviéticos pertenecían a un país, la URSS, con una estructura social y política novedosa en aquellos tiempos; sus obras, en su variante periodística, estaban enmarcadas dentro de un movimiento cultural, el llamado “Realismo socialista”, que por primera vez se daba en el mundo, y que a su vez contenía rasgos supervivientes de las vanguardias artísticas desarrolladas en la URSS hasta los años treinta y que también tuvieron un carácter y una forma en extremo original; los corresponsales soviéticos representaban al único país que apoyó a la República española durante la Guerra Civil; por último, sus crónicas eran los principales ejemplos literarios que representaban a una de las ideologías con mayor peso social y político en Europa durante aquellos años, y los corresponsales no tenían sólo la obligación de realizar buenas crónicas, sino las mejores, vencedoras en una lucha contra las ideologías contrarias que iba más allá de lo político y que trascendían a lo intelectual, a lo artístico y a lo moral. Original resultaba también su postura humana, defensora de una ideología que en aquellos años se transformaba en su propio país, estandarte, por un lado, de esa ideología, y al margen de ella por otro, en una dictadura cruel y sangrienta bajo la que parte de los corresponsales soviéticos terminaría pereciendo. No se pueden leer sus crónicas de la Guerra Civil Española sin tener en cuenta que sus obras no solamente iban dirigidas contra el fascismo, sino que encierran una serie de alegatos y principios que eran también una crítica camuflada ante lo que ocurría en su propio país durante el estalinismo. 445 Todos esos factores determinaron una postura en sus obras que habrían de diferenciarlos del resto de corresponsales: habrían de escribir más y con la mayor cercanía posible a los peligros del conflicto, sus posturas habían de mostrar un ánimo fiel y entregado a los propósitos de la República (sin mostrar en ningún momento empatía alguna hacia los enemigos de la misma); los objetos elegidos para su descripción, así como el estilo de esas descripciones, habían de centrarse, por motivos ideológicos, en elementos de la sociedad española y en símbolos de ella que respondiesen a aquella tendencia ideológica que ellos profesaban (con sus matices individuales), y que, basada en la lucha de clases, se esforzaban por recalcar el papel de víctima de las clases más humildes de España, así como sus hazañas. Y estaba el lector soviético, futuro y principal receptor, ese nuevo lector que se había educado, principalmente, a partir de los textos que les hablaban de las victorias de su nueva patria. Con todas estas condiciones, la Guerra Civil Española fue descrita por los corresponsales soviéticos con clara semejanza a como se habían descrito en la URSS la Revolución de 1917 y la posterior Guerra Civil Rusa. Pero todos esos factores, comunes a la totalidad de los corresponsales soviéticos, no obstaculizaron que cada uno de ellos transmitiese sus crónicas de una forma diferente a la del resto, siendo la corresponsalía soviética la que, seguramente, mayor variedad de documentos transmitió desde España: reportajes, artículos, poemas, relatos cortos, diarios, grabaciones… mostrando grandes diferencias estilísticas en los géneros coincidentes dependiendo de cada corresponsal. Sobre esas diferencias y similitudes de sus escritos se ha realizado este trabajo: estableciendo los patrones comunes y repetidos en las obras de todos los corresponsales soviéticos y realizando un mapa temático, que en base a los rasgos originales de cada una de sus obras, ha abarcado y creado un rico y profundo cuadro de España durante la Guerra Civil Española. Los rasgos comunes a todos los corresponsales soviéticos tienen base en el deseo de destruir la vieja imagen de España que pudiera existir en Rusia y crear una nueva, destruir un mito para, enmarcado en el contexto histórico, conformar otro mito, basado en la exaltación de las clases humildes y populares del país y su derecho sobre la cultura y la historia de su tierra, así como sus espacios y sus voluntades, todo ello ante un enemigo común: el fascismo. Y es ese deseo de crear un nueva imagen de España, acorde con su ideología política, la que provocó que los corresponsales soviéticos compusiesen la gran mayoría de sus crónicas, relatos, poemas… en base a las tres temáticas que se han desarrollado en este trabajo: la 446 cultura española, el paisaje español y las mujeres y hombres de España, añadiendo de esa forma a su evidente labor informativa como corresponsales de guerra, una enorme cantidad de material descriptivo, que habría de formar el nuevo mito de España, como aquel que fue el primer país en combatir heroicamente al fascismo. En ese proceso de desmitificación y mitificación de España, la propaganda de la cultura española jugó un papel fundamental en las crónicas, tanto cuantitativa como cualitativamente, siendo, seguramente, los corresponsales soviéticos los que más líneas dedicaron al conocimiento de sus lectores de dicha cultura y la exaltación de la misma como arma contra el fascismo. Los principios ideológicos de los corresponsales les empujaban al reordenamiento de todos los principios culturales que hasta entonces habían existido. De esa manera, en sus trabajos la cultura española es desnudada de cualquier tipo de elitismo, se resalta al pueblo llano español como el único y legítimo dueño de la cultura de su país y a su voluntad histórica como el principal motor que produjo, producía y habría producir la misma. Para acentuar todo esto, las corresponsalías soviéticas muestran con perseverancia cada uno de los crímenes cometidos por los enemigos de la República contra cualquier fenómeno cultural, recreando la imagen de la cultura como principal víctima, a la vez que heroína, en la batalla contra el enemigo. Es por todo ello que las crónicas soviéticas sean un excelente resumen de cuanto compromiso social y de clase existió hasta entonces en la cultura española, así como son una excelente muestra de los ejemplos de lucha que diferentes fenómenos culturales tuvieron frente al enemigo en la guerra. Ilyá Ehrenburg fue quien más presente tuvo a la cultura española en sus crónicas y quien parecía conocerla mejor, sobre todo su literatura y su pintura. En sus reportajes esa cultura es siempre mostrada como materia de reflexión que invalida cualquiera de las acciones o principios del enemigo, así como un motivo que hace creer en la futura victoria del pueblo español (refiriéndose a la República) sobre el fascismo. Ehrenburg tuvo la capacidad de unir, fusionar, con su discurso y sus reflexiones, los más antiguos tesoros de la cultura española con las armas de la República. Cuanto de lucha por la 447 libertad y la justicia existió en la cultura española, es utilizado por Ehrenburg para justificar la defensa que de sí misma hizo la República y justificar su hipotética victoria. En sus crónicas nos llama la atención su conocimiento del romancero español, de la poesía renacentista y religiosa, sus reflexiones sobre “El Quijote” frente al “quijotismo”, su abierta crítica a la tauromaquia, su amistad e intercambio de ideas con figuras como Antonio Machado o José Bergamín, de quienes elaboró ricos y profundos retratos. Por otro lado, su gran cantidad de poemas escritos en España durante la guerra, merecerían por sí mismos un estudio aparte y una metódica traducción, para pertenecer por derecho propio a la memoria literaria y fundamental de la Guerra Civil Española. Mijaíl Koltsov es también un gran descriptor de la cultura española y su relación con la guerra, aunque de una manera diferente a la de Ehrenburg: coincidente con éste en muchas de sus apreciaciones, su mirada es más crítica y más plástica en referencia a las herencias culturales del pueblo español. Koltsov, periodista y símbolo del socialismo más científico (frente al más romántico, de Ehrenburg), considera a la cultura española del pasado como un elemento, a veces, vicioso y contraproducente para la España republicana y el nuevo pueblo que habrá de nacer con ella. Así, la cultura española anterior a la guerra suele ser referida con grandes dosis de ironía. Diferente es el trato que da Koltsov a la cultura nacida con la República y, sobre todo, con aquella surgida con la guerra, con lo que considera el sentir más fuerte y creativo del pueblo español: es el caso de los poetas, como lo es sus descripciones de Rafael Alberti y las actividades del Comité de escritores antifascistas en general, pero, sobre todo, con aquellas expresiones culturales populares: las canciones, las costumbres, la alfabetización de muchos españoles, los nuevos lenguajes, los intercambios culturales entre aquellos y los extranjeros que habían llegado en su ayuda… fenómenos culturales que Koltsov se esfuerza en comentar y expresar con más énfasis y asiduidad. Así, si Ehrenburg consiguió conciliar toda la cultura de la historia de España contra las armas y deseos de los enemigos, Koltsov es el mejor descriptor de cuanta cultura popular nació durante la guerra, acentuado esto con una de las características fundamentales de toda su obra: la detallada y enérgica descripción física de los elementos. Siempre acorde con la impresión que Koltsov pretendía transmitir de cada objeto o suceso. Finalmente, si Ehrenburg trata de presentar al pueblo español como heredero de la cultura de su país y 448 dueño de la que está por venir, Koltsov acentúa igualmente esa herencia, pero presenta también al pueblo español como víctima de aquella cultura que no lo tuvo en cuenta o que, directamente, actúo contra sus intereses, y lo muestra como el único motor de la cultura del futuro, pues esa estará a su servicio y responderá a sus intereses. Ovadiy Sávich ofrece unas excelentes reflexiones sobre la cultura española, que, al margen de sí mismas, nos resultan de gran interés al ser uno de los más claros ejemplos de influencia de los mejores intelectuales españoles sobre un intelectual soviético. Tanto los relatos que escribió como los escritos que dedicó a España tras la Guerra Civil, son un compendio (que Sávich no niega, sino que ensalza) de parte de los discursos relativos a España de Antonio Machado y José Bergamín, entre otros. A su interpretación personal de esos discursos, escuchados de boca de aquellos dos, añade, en sus escritos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la visión, y sus propias conclusiones, sobre aquello que ya vivió en España y terminó comprendiendo en su propio país con la invasión nazi. Las reflexiones de Sávich referentes a la cultura española no están tan ricamente acompañadas de imágenes como en el caso de Koltsov, ni las pocas imágenes ofrecidas tienen la fuerza simbólica, trascendental, de las ofrecidas por Ehrenburg. Tienen la forma de un pensamiento que va entrelazando argumentos y, a veces, ejemplos visuales. Pero, a pesar de eso, no dejan de resultar impactantes, por ejemplo, las imágenes referidas a los últimos días de Antonio Machado en España (que se pudieran confundir con las referidas por Ehrenburg). Nos ha llamado la atención el hallazgo del relato de Ovadiy Sávich: “Vals Vienés”, escrito con la ayuda de José Bergamín, que refleja buena parte del pensamiento de este último y tiene como protagonista a un personaje idéntico, tanto por apariencia como por biografía, otra vez, a Antonio Machado, y que, por su título, podría ser la primera referencia literaria a la obra “Poeta en Nueva York”, de Federico García Lorca, así como nos ha llamado la atención la descripción de Sávich sobre su trabajo en la traducción, junto a Manuel Altolaguirre, de las “Pequeñas tragedias” de Alexandr Pushkin, al castellano… todo ellos son ejemplos de cuando el contacto entre la cultura rusa, soviética, y la española, alcanzaron un mayor nivel de interconexión y preocupación mutua. En la obra de Román Karmén no se han encontrado tantas referencias dedicadas a la cultura 449 española. El principal valor de su diario y sus posteriores memorias se centra en su capacidad descriptiva, basada en el uso del lenguaje cinematográfico para la descripción de los sucesos. Sin embargo, los apuntes de Karmén nos hacen entender mejor cuál fue el valor del cine en la Guerra Civil Española, y gracias a él se comprende que fue esa guerra la primera donde el cine tuvo un valor fundamental, tanto para la propaganda como para la comprensión del conflicto, así como es la primera guerra que fue descrita mediante comparaciones con el mundo del cine, hecho del que los escritos de Román Karmén son también un excelente ejemplo. En el bloque que se ha dedicado a la figura del “Paisaje” en las crónicas soviéticas durante la Guerra Civil Española, (entendiendo el paisaje como la descripción visual de la guerra y el país) es donde mejor se ha reflejado la influencia de la concatenación de sucesos impredecibles, del desarrollo de la contienda bélica, en las crónicas escritas desde el frente. Se partía desde la hipótesis de que en unas crónicas que no podían tener en cuenta al ser escritas el día de mañana, que, por tanto, no eran conscientes los corresponsales de lo que habrían de describir días después, el paisaje iría sufriendo profundas diferencias en su contenido y forma dependiendo de cómo transcurriese la guerra, a pesar de describir un mismo lugar, ciudad o entorno. Y así ha resultado, sobre todo, en aquellas crónicas referidas a lugares en los que los corresponsales pasaron largo tiempo, principalmente en las ciudades de Madrid y Barcelona. Con un rápido repaso a las citas referidas a Madrid se puede comprobar que resultan dos ciudades diametralmente distintas, siendo la misma, a principios de septiembre de 1936 y principios de enero de 1937, además de ser testigos del proceso de transformación. Algo parecido ocurre con la ciudad de Barcelona, más o menos descrita en sus crónicas conforme la situación política y bélica de la ciudad va cambiando. Además de lo anteriormente expuesto, se ha atendido al uso del paisaje que los corresponsales soviéticos tuvieron como figura simbólica, siendo muchas las ocasiones donde una descripción paisajística valía como explicación para lo que suponía y significaba la guerra en España, estando esa descripción siempre acorde con los postulados ideológicos de los corresponsales y remarcando la tragedia española. En otras ocasiones, el paisaje era 450 descrito de tal forma que sirviese de contexto a un hecho concreto: en esos casos el paisaje es mostrado de manera que acentúa la justa lucha de unos y la sinrazón de los otros. Todos los elementos naturales, todo lo que se ve, se describe como aquello por lo que lucha el pueblo, pues todo le pertenece legítimamente y es la tierra la que marca su carácter y su voluntad. Es por ello que en numerosas ocasiones, siendo esta una señal de identidad de los corresponsales soviéticos, exista una enorme cantidad de fragmentos en los que los españoles forman parte del paisaje, y son descritos integrados en él, con la misma dedicación descriptiva que el resto de elementos del entorno. En resumen, se ha advertido y estudiado como la recreación visual del paisaje no es sólo un elemento para el conocimiento de los lectores de las condiciones físicas en las que desenvuelve un conflicto, sino que la misma descripción puede ser en sí un elemento de transmisión de ideas, opiniones y reflexiones, válido tanto para la recreación como para la propaganda, la expresión de una ideología y unos deseos a través del retrato físico de un país mediante la elección de los objetos a expresar y la forma de hacerlo. El mejor ejemplo de ello es el capítulo que se ha decidido titular “El Camino”, y que refleja, primero, una gran fidelidad por parte de los corresponsales soviéticos a la línea espacio – temporal de su estancia en España y el reflejo de cada uno de sus pasos y la expresión escrita de los mismos (ocupando gran parte de sus crónicas en reflejar sus viajes y lo visto en los mismos), y, segundo, basándonos en un elemento muy concreto de la geografía, se ha visto como los corresponsales soviéticos lo llenaban de significado y valor explicativo. Nos ha llamado también la atención una serie de conceptos respecto a la España que nos han resultado novedosos: por ejemplo, la lucha de los corresponsales soviéticos contra el mito de “las dos Españas”, al que tildan de falso y producto de las corrientes conservadoras cercanas al fascismo. Ocurre algo similar respecto a quiénes eran los enemigos de la República, dejando a un lado a los militares reaccionarios españoles e incidiendo en la soledad de España ante las fuerzas que pueden acabar con ella, es decir, todos los países europeos, sobre todo, Alemania e Italia. Esa idea de soledad es uno de los más determinantes a la hora de retratar la imagen de España en las crónicas soviéticas. Las crónicas de Mijaíl Koltsov son las que mayor cantidad de detalles ofrece en sus descripciones físicas de los lugares. Su torrente de imágenes y matices juega un papel 451 fundamental en el aspecto más propagandístico de su discurso, al mismo nivel que sus reflexiones o apuntes. El contenido visual que de España ofrece Koltsov está tan estrechamente ligada a sus principios ideológicos como al transcurso de la guerra en sí, no ya sólo por la elección del propio Koltsov en la expresión de unas imágenes frente a otras para ilustrar sus crónicas, sino porque la concatenación de sucesos influía de forma determinante en su propio estilo. Sus crónicas son uno de los mejores ejemplos que se puede imaginar de la relación entre la imagen descrita y la pretensión del escritor en expresar una serie de ideas, sensaciones… en un contexto real, no ficticio. Se podría apostar sin mucho riesgo a que sus crónicas son el documento que ofrece mayor información visual sobre la España en guerra de entre cuantos documentos testimoniales puedan existir (aunque, por desgracia, sólo sobre el primer año y medio de guerra). Frente a ese torbellino de imágenes, de ricas composiciones visuales de la obra de Koltsov, están las de Ilyá Ehrenburg, que son diametralmente opuestas en su estilo. Si Koltsov expresa sus emociones e ideas a través de las imágenes descritas, Ehrenburg, partiendo de sus propias emociones, del impacto que la guerra le causa personalmente, describiendo las mismas con una serie de colores y patrones repetitivos, recrea la imagen de España, siendo fiel a sus formas y utilizando los elementos del paisaje que explicaban lo que sentía. A causa de esto, no se nota tanto la influencia del desarrollo de la guerra en las imágenes ofrecidas por Ehrenburg como en Koltsov, pues lo que se observa es la transformación de los sentimientos del propio Ehrenburg y la justificación de las mismas: el transcurso de la guerra. A su vez, y precisamente por esa tendencia al simbolismo de las imágenes, la recreación de la imagen de España en la obra de Ehrenburg resulta las más original, más alejada de la imagen real del país y sus sucesos y cercana a la imagen simbólica, poética de la misma. Precisamente, la mayor parte de la obra poética de Ehrenburg en la Guerra Civil Española tiene al paisaje español como protagonista, mejor dicho, a su imagen metafórica, que es lo que expresa el talento de Ehrenburg. Y es en sus versos donde con mayor claridad se puede observar las características descriptivas de Ehrenburg: la repetición de las imágenes, los fuertes contrastes de objetos y conceptos que se ven trágicamente entremezclados a causa de la guerra, la expresión poética, íntima y personal, de la realidad que contemplaba, la connotación profundamente simbólica de cada uno de los matices de lo referido. Por último, en toda la obra escrita por Ehrenburg en España, tanto la prosa como la poesía, llama la 452 atención la repetida humanización del paisaje español, a la vez que los españoles forman parte del paisaje, en un intencionado intento de Ehrenburg por fundir los dos elementos y darles a ambos legítima posesión el uno sobre el otro frente a los enemigos contra los que se combate en la guerra. En la obra de Ovadiy Sávich se ha intentado en todo momento encontrar los rasgos característicos del que fue un conocido escritor de ciencia ficción en la Unión Soviética. Aunque no se han encontrado, sí se han vislumbrado algunos rasgos originales en la descripción de las ciudades, siendo el resto de sus crónicas y sus posteriores memorias una acumulación de datos, reflexiones y recuerdos. La mejor de sus descripciones es aquella que dedicó a Madrid en su primera noche en la ciudad, en la que la ciudad está descrita con evidentes rasgos cercanos a lo mitológico, así como hay varias más en las que Sávich gustó de utilizar juegos de perspectivas y enfoques que resultan llamativos frente a los demás corresponsales soviéticos. Lo más sobresaliente, con respecto a la descripción visual de España en la obra de Sávich se resume en su tardía llegada a España, a un lugar que los otros corresponsales soviéticos ya habían convertido en un enclave mítico: ese proceso de “mitificación” de los paisajes de España no es ya tan constatable en su obra, a la vez que sus recuerdos, escritos después de la Segunda Guerra Mundial, que tanto afectó a la URSS, no inciden ya en las descripciones referidas a los daños físicos de la guerra, pues eso ya era de sobre conocido por sus compatriotas – lectores. Con todo, en las páginas de Sávich se pueden observar cientos de valiosas descripciones que muestran con detalle cuadros de aquella España. Román Karmén dejó cerca de mil horas de grabación en la Guerra Civil Española, de las que los apuntes en su diario y sus posteriores memorias son un pequeño resumen. Las páginas de Karmén que se han consultado son un buen ejemplo de un tipo de descripción literaria que por primera vez se daba en el mundo: la influida por el cine. Así, los retratos que del paisaje español dejó Karmén por escrito son claras imitaciones del movimiento de la cámara que recoge las imágenes deseadas. Es por ello que las crónicas de Karmén resulten, a su vez, claramente influenciadas por el cine soviético que hasta entonces había existido. Pero, por otro lado, se han observado que el deseo literario de Karmén era, precisamente, el de transmitir todo aquello que no se podía transmitir con una cámara por aquel entonces. Así, 453 por un lado, se encuentra una España que es ofrecida como una secuencia fílmica, donde es perceptible el montaje de plano y la mirada fría y detallada de una cámara, y por otro, la España más ruidosa y colorida, aquella España que no podía ser transmitida en grabaciones. Abundan en las crónicas de Karmén anotaciones de los colores, de los movimientos rápidos, de los ruidos de las explosiones o referencias al silencio de las ciudades por la noche… Finalmente, además de las muy ricas descripciones ofrecidas por Karmén, de alto valor estilístico y documental, sus imágenes nos sirven para completar, puntualizar o matizar las ofrecidas por Mijaíl Koltsov, pudiendo profundizar aún más en su obra. En el apartado dedicado a la imagen de los españoles en las crónicas soviéticas se han observado más claramente la influencia de los postulados del “Realismo socialista” en la obra de los corresponsales, siendo esta una gran novedad dentro del contexto de todas las corresponsalías del mundo: si bien una gran parte de ellas deseaban también el triunfo de la República frente al fascismo, es en las crónicas soviéticas donde las clases humildes del país no sólo llevan razón en sus anhelos, no sólo son una víctima de la guerra, sino que son ensalzados como héroes más allá de sus méritos de guerra, por pertenencia de clase. Son presentados como los verdaderos dueños del país, país que les fue siempre usurpado ilícitamente y que, finalmente, son el motor y futuro protagonista de España, a quien le pertenecen las glorias del pasado y todo lo que ocurra en el futuro, que sin duda habrá de ser mejor para todos (si sale victorioso en la guerra) . El absoluto protagonismo de las clases humildes de España en las crónicas soviéticas tiñe de carácter popular y profundo la imagen de los españoles, que son descritos como quizás nunca lo habían sido antes (quizás tampoco después). No es posible encontrar ningún tono paternalista, del que se cree superior, en las crónicas soviéticas. Su mirada hacia el país y hacia los españoles es llana, de igual a igual, no busca el exotismo que adorne sus aventuras ni sus encuentros, y al contrario, le cede la palabra en gran número de sus páginas, se empeña en subrayar su relación de igual a igual, intenta pensar como un español y sólo se sabe avanzado en un aspecto, en que ellos ya vencieron a los mismos enemigos en su guerra civil, tienen una mirada más práctica y eficiente por esa experiencia. Al contrario de los que sucedía respecto a la imagen física de España, en el ya referido proceso de desmitificación – mitificación, la imagen de los españoles sufre un proceso que 454 no trata de desmitificar nada, sino sólo explicar la injusta y pobre posición del pueblo español durante la historia del país, pero sí trata después de recrear el proceso de su transformación de pueblo oprimido a pueblo liberado. Ese proceso ya era conocido para los corresponsales soviéticos. Era el mismo que en tantas ocasiones había sido ya descrito por cientos de escritores en la Unión Soviética tras la Revolución de Octubre de 1917 y la posterior Guerra Civil Rusa, y, en cierta medida, los retratos de los españoles surgidos de sus crónicas responden a prototipos ya creados en los primeros años de literatura soviética. En ese proceso nos llama la atención el especial interés que los corresponsales ponen en el aspecto psicológico de los españoles, en su transformación de agraviados a soldados, luchadores y defensores de sus intereses, más allá de acudir frecuentemente a resaltar los rasgos de su aspecto físico, sobre todo sus atuendos, que venían a recalcar el origen popular (positivo por humilde) de los partidarios de la República, así como recalcaba ante los lectores soviéticos que la única diferencia entre ambos pueblos se resumía a las ropas, teniendo ambos similares problemas y pretensiones. En resumen, el retrato de los españoles en las crónicas soviéticas tiende más a centrarse en las similitudes con el pueblo soviético que en sus diferencias, excepto en el plano cultural, pues teniendo una cultura rica y original son un pueblo más poderoso y merecedor de la victoria. Todo ello es claramente visible tanto en las crónicas escritas durante la guerra como en las memorias escritas después de la Segunda Guerra Mundial, en las que se acentúa el papel de trágica víctima del pueblo español. Ilia Ehrenburg retrata al pueblo español frente a un precipicio histórico, a las puertas de un cambio que habrá de ser trágico sea cual sea el resultado de la guerra, y en caso de victoria, por el alto precio que ha pagado. Los diálogos que de los españoles ofrece son siempre frases emblemáticas, actos de fe y que justifican la lucha emprendida. De entre esos diálogos y los retratos de Ehrenburg destaca su propensión a señalar a esos españoles como el sujeto principal de la cultura española, cultura que Ehrenburg ofrece como un bien irreconciliable con los propósitos de las fuerzas conservadoras que atacaban a la República. Ehrenburg, que fue quien más atención prestó y mejor comprendió la propaganda rival, tenía, ya por entonces, especial cuidado con atender a las cuestiones de base de aquella y 455 combatirla con su propia propaganda: es el caso de lo que a veces se denomina la “españolidad”, idea ligada al tradicionalismo español, y a la idea de las “dos Españas”. La segunda cuestión Ehrenburg la solucionó por omisión: no hay casi ninguna referencia a los españoles del otro bando, resaltando además, el corresponsal, el carácter extranjero del enemigo, y subrayando la legitimidad del gobierno republicano español, reforzada por su lucha contra el fascismo. Esa era la única España que reconocía Ehrenburg. Respecto a la primera cuestión, Ehrenburg ataca ferozmente al tradicionalismo español y se esfuerza por concretar que la única esencia de España, la verdadera cara de España, es la de las clases humildes, y que las pretensiones de estos son las mismas durante toda su historia, deseos que son, para Ehrenburg, la columna vertebral del país. Es por ello que sus retratos de españoles tiendan siempre a ser comparados con la historia del país, con héroes antiguos y viejas conquistas, además de ser retratados a través de las injusticias sufridas durante siglos. Algo parecido hace Ehrenburg con el tema de la tierra: es quien hace mayor hincapié en retratar a los españoles fundidos con el paisaje, a los campesinos trabajando los campos, de plasmar perspectivas que recogen la imagen de españoles recorriendo los caminos… En su obra poética, los españoles nunca aparecen luchando en el campo de batalla. Su lucha es contra la historia, la muerte, la tragedia… contra todos aquellos problemas morales que la guerra y el enemigo traen. Son descritos sólo a nivel psicológico, ante una amalgama de metáforas e imágenes oníricas que lo determinan en su sufrimiento. A nivel físico, ya en sus crónicas en prosa, Ehrenburg raramente describe el aspecto de los españoles, detalle al que no da importancia. De ellos, solamente se dan a conocer sus vestimentas, destacando la figura de una mujer vestida de negro, que es, seguramente, la imagen más repetida por Ehrenburg en sus crónicas, y que sin rasgos físicos determinados, envuelta en un negro pañuelo o vestido, simboliza a toda España. Finalmente, Ehrenburg prefiere la descripción de individuos, no de grupos de gente, pues, como se ha apuntado en el trabajo, uno de los argumentos más comunes de los corresponsales soviéticos para tratar a los españoles es la de destacar su individualidad, dando más valor al deseo común de todas esas individualidades. Mijaíl Koltsov es quien mejor describe el proceso psicológico sufrido por los españoles durante la Guerra Civil. Su obsesión con la formación de un ejército fuerte para contrarrestar al del enemigo marca todas sus descripciones. Por eso, en sus crónicas es donde mejor se puede observar un desarrollo descriptivo mayor conforme transcurren los días. Para ello, 456 Koltsov utiliza toda una serie de imágenes que resultan difíciles de resumir, aunque cabe destacar su permanente referencia al carácter del otro. Los españoles aparecen en sus páginas descritos detalladamente en su aspecto físico y psicológico, abundando, nuevamente, referencias a sus vestimentas. El plano descriptivo utilizado por Koltsov es radicalmente opuesto al de Ehrenburg. Si el segundo busca siempre la imagen trascendental, simbólica, Koltsov no aparta su mirada del fondo más cotidiano y real de la vida diaria. Koltsov fue quien más tiempo pasó entre los soldados, y a ellos dedica gran parte de su obra. Son descritos en sus quehaceres diarios, en la retaguardia o en primera línea de fuego, llenos de preocupaciones, miedos, alegrías e ideas. Aquí entra en juego la ironía de Koltsov, que no duda en utilizarla para referirse a los errores, vicios o falta de experiencia y perspectiva bélica de los soldados republicanos. Con el transcurso de las semanas y la formación del ansiado ejército, el tono de Koltsov varía paulatinamente: la ironía va dejando paso a un discurso más rico en detalles pero menos imaginativo (lo contrario ocurre en lo referido al paisaje en la obra de Koltsov). Su sentido del humor va dejando paso a la admiración y a la tristeza por las vidas perdidas en las batallas. Los discursos de Koltsov se vuelven metódicos, son una metralleta de imágenes que describen a la perfección las acciones bélicas. Además de describir a los soldados, Koltsov, en su intención de reflejar cada paso y cada detalle de España y su guerra, muestra una rica gama de personajes, atendiendo, normalmente, a su profesión. Es precisamente en sus crónicas donde se encuentran primero la repetida descripción de una de las figuras que más nos han sorprendido y que es común a los cuatro corresponsales soviéticos: el chófer. La inclusión de esta figura por encima de los políticos o los altos mandos del ejército nos afirma en la originalidad de las crónicas soviéticas, con un punto de vista, siempre cercano y preocupado al pueblo llano y a los sucesos cotidianos, que raramente es perceptible en el resto de crónicas escritas durante la Guerra Civil Española. De esas descripciones, no dedicadas por Koltsov a los soldados, destacan las referidas a los campesinos, donde reluce la enorme seriedad con la que Koltsov reproduce y toma en cuenta la opinión de todos ellos; también las dedicadas a la mujer española, a quien otorga gran parte del heroísmo español a través de un discurso que se afana en defender los derechos de esas mujeres y la importancia que habrán de tener en la futura España, a la vez que trata con 457 cierta ironía a los prototipos de mujeres tradicionales. Aunque es en su trato de los políticos españoles donde el sentido del humor de Koltsov es más relevante, utilizando para el sarcasmo contra la mayoría de ellos (exceptuando a los comunistas), todo tipo de argumentos y descripciones, tanto físicas como psicológicas. Las descripciones ofrecidas por Ovadiy Sávich respecto a las mujeres y a los hombres que había en España durante sus días en ella pueden dividirse en tres tipos: por un lado, los brigadistas internacionales (incluyendo a los participantes soviéticos), a los que dedicó gran parte de sus relatos desde el frente, y que es un tema, riquísimo en las corresponsalías soviéticas, que no se han tratado en este trabajo; después se encuentran los retratos de los españoles, entre los que destacan chóferes, políticos, activistas culturales, campesinos y soldados… y que son descripciones que responden a los patrones generales ya comentados; un tercer tipo sería su gran obsesión durante sus días en España: crear un prototipo de intelectual español, un emblema de la lucha cultural española contra el fascismo. En sus relatos se entremezclan los rasgos reconocibles de Antonio Machado, José Bergamín, Manuel Altolaguirre… que son mostrados a menudos como parte de personajes ficticios en sus relatos (Don Ramón en es el mejor ejemplo) o como parte de sus propias reflexiones. Concluida la Guerra Civil en España y la Segunda Guerra Mundial, Sávich se esfuerza por recrear un cuadro más amplio del carácter y la cultura de los españoles. Así, en las páginas de sus memorias escritas años después, las mujeres y hombres de España centran su atención y sobre ellos versan la mayoría de las reflexiones de Sávich. Sus planteamientos no muestran ninguna línea argumental diferente a lo escrito por los demás corresponsales, y responde a las cuestiones de los españoles con los mismos argumentos que años antes. Sin embargo, sus respuestas son mucho más profundas, ya con Sávich convertido en un eminente hispanista y con el deseo de una pronta liberación de los españoles frente al régimen en el que vivían como fondo. Sávich trata de explicar aquellos rasgos vistos en los españoles que les permitió combatir tanto tiempo ante aquel enemigo ante el que la mayoría de las naciones europeas, que son razones similares a las que le animan a ser optimista respecto al futuro de España. Y es en esas páginas donde Sávich ofrece sus mejores textos sobre asuntos como el individualismo español, la lengua, el carácter del campesinado… todas las claves, a su parecer, de las luchas de pueblo español durante su historia. No obstante, su deseo de construir un prototipo de 458 intelectual español que sirva de ejemplo e icono se mantuvo después de la guerra. Es el caso de las páginas dedicadas a Dolores Ibárruri, cargadas de admiración y simbolismo. Pero las imágenes de aquellos españoles que se aferran con más ahínco a la retina ya la memoria son las ofrecidas por Román Karmén. Producto, quizás, de su lenguaje, de su forma de describir, tan cinematográfica, tan cercana a nosotros más de ochenta años después, siguen resultando las más impactantes. Pero no es sólo debido a eso. Hay que estudiar brevemente la obra completa y cinematográfica de Karmén para comprobar su gusto por los primeros planos, por los rostros, mejores cuanto más cercanos y más detallados en cada arruga, expresión… Sea la razón que fuere, son los retratos descritos en el diario de Karmén, sobre todo tipo de españoles, desde mujeres andando por la calle, el aspecto de Buenaventura Durruti o de José Díaz, de los soldados… los primeros que evoca quien conoce su obra. Pero las notas de Karmén no son sólo una fenomenal galería cuasi fotográfica de personajes de la Guerra Civil Española. Otra de las preocupaciones literarias de Karmén, tanto como cinematográfica, era la intentar describir la guerra igual que la veía un español, la de obtener su punto de vista. Así, sus descripciones desde el frente, las del impacto de las bombas caídas y el aspecto de las ciudades son descritas imitando la perspectiva de un ciudadano español, un soldado, un campesino. Y en este aspecto (común, en mayor o menor grado en el resto de corresponsales soviéticos), el diario y las memorias de Román Karmén, gracias a su empeño cinematográfico, son un documento de gran valor, sólo superable por los testimonios de los españoles que estuvieron allí. A nivel documental, Román Karmén, que tuvo la suerte de poder conocer a muchas de las más importantes personalidades de la guerra gracias a su condición de operador de cámara soviético, en sus memorias nos ofrece algunos retratos interesantes de dichas personalidades. Destacan, entre muchos otros, los de Buenaventura Durruti, con quien se conoció en los inicios de la contienda y que fue el último hombre en entrevistarlo, minutos antes de su muerte. Las crónicas soviéticas tenían una intencionalidad clara, que ha explicado en cada punto del trabajo, y por tanto, es evidente su carácter propagandístico, fenómeno natural en cualquier crónica o artículo periodístico. Con la atención siempre puesta en esa intencionalidad, se ha 459 realizado un compendio de muchas de las claves de la propaganda soviética de aquellos años. A pesar de las muchas claves que quizás se nos hayan pasado inadvertidas, este trabajo puede ayudar también como base para el estudio de la propaganda de cada una de las corrientes ideológicas que existan o hayan existido, de cada uno de los corresponsales en España o en cualquier parte del mundo y momento en el tiempo. Se ha prestado especial atención a atender a cuáles eran las intenciones de cada corresponsal soviético en cada momento de la guerra y cuál era la forma con la que las resolvían, lo cual, en cierta manera, ha sido uno de los principales hilos conductores de los argumentos expuestos. A su vez, la prioridad que daban los corresponsales soviéticos a la hipotética victoria de la República, alejó sus obras del panfleto partidista y añadieron una visión más global del conflicto. A esto se suma el contexto histórico, que habría de fundamentar de criterio a aquello que los soviéticos escribían: la amenaza que sobre el mundo representaban los movimientos políticos de carácter fascista o ultraconservador, aquellos que tras su victoria en España comenzaron la invasión de Europa, la URSS, China… con sus conocidos métodos. Los corresponsales soviéticos siempre sintieron que ellos encabezaban, dentro del mundo periodístico, la lucha contra el fascismo, y a decir verdad, fueron ellos los primeros y los que más activamente combatieron esa corriente ideológica desde los años 20, ideología que iba asentándose en diferentes lugares y ante la cual la mayoría de las potencias mundiales, bien mostraron indiferencia, bien explícita colaboración hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Por otro lado, las crónicas escritas en España por los corresponsales soviéticos fueron quizás el último testimonio directo de las ideas y los hombres que llevaron a cabo la Revolución de 1917 en Rusia. Los corresponsales sabían de la tragedia que se desarrollaba en su propio país, en un proceso reaccionario y cruel que personificó la figura de Stalin. España fue “el canto del cisne” de la Revolución de Octubre, y siendo conscientes de ello, los corresponsales soviéticos como tal la retrataron. Dejando a un lado el contexto histórico, y agradeciendo a los corresponsales soviéticos su no caída en cerrados dogmas partidistas durante la Guerra Civil Española, se entiende que el carácter propagandístico de sus obras no se basó tanto en la expresión de mensajes concretos sino en escribir desde un punto de vista que, decenas de años después, nos resulta novedoso 460 y original. España es mostrada desde una perspectiva donde el protagonista es el español anónimo, la historia es la de aquellos que no habían pertenecido nunca activamente en la historia del país; el paisaje es descrito en su soledad, falto de su dueño legítimo, que es el pueblo español y la cultura del país tiende a correr allí de donde nació, al pueblo llano, que también corre hacia ella. La injusticia social y el olvido ya no forman parte invisible del paisaje, y todo aquello, personas, instituciones, que no formaban parte de aquel pueblo olvidado y desahuciado, son mostrados como espectadores que a veces entienden, a veces no, la profunda transformación que se daba a su alrededor. En resumen, los corresponsales soviéticos vieron y dieron importancia a aquello que muchos otros no querían o no acertaban a darle. Ese contacto íntimo con la España olvidada es la que da fuerza a la percepción de que el trabajo de los corresponsales soviéticos durante la Guerra Civil Española es el mayor y más intenso contacto cultural que entre los pueblos de Rusia (y países de la antigua Unión Soviética) y los de España que haya habido jamás. Somos conscientes de los muchos contactos ha habido entre Rusia y España en la historia, al menos, entre políticos e instituciones, pero es muy difícil encontrar un trabajo similar al de los corresponsales soviéticos en España, tan cercano con el pueblo español, tan intenso y trascendental. Como resultado, dichas crónicas son sin duda el mayor exponente literario en lengua rusa sobre España, intensificado su valor por ser una crónica directa, por el momento histórico y por el valor que a la cultura española le dieron, así como al pueblo llano, a las figuras históricas que conocieron… El presente trabajo, en el que se ha hecho el esfuerzo por ofrecer un rico material histórico y literario, redoblará su valor cuando sea empleado en una comparación con las crónicas de otros corresponsales en la Guerra Civil Española siguiendo un método y una estructura igual o similar a la del presente trabajo. Las similitudes y diferencias que se encontrasen en ese ejercicio darían como resultado un interesante material para la reflexión sobre la relación entre la historia y la literatura, sobre las diferentes formas de contar un mismo suceso. Esto enriquecería el material disponible sobre nuestra guerra, así como esclarecería su clasificación, y, a su vez, elaboraría un cuadro de aquella España llena de matices, una imagen donde España se mostraría de diferentes formas, así como se entraría a conocer más 461 profundamente a los autores de las crónicas y el estilo de cada uno de ellos. De igual interés resultaría comparar las crónicas de los corresponsales soviéticos durante la Guerra Civil Española y las crónicas soviéticas durante la Segunda Guerra Mundial. Quizás ahí se entendiera que la labor de los corresponsales en España fue la base de todo el periodismo de guerra en la Unión Soviética hasta la desaparición de la misma. Las crónicas de Ehrenburg, Símonov, Kirsánov, Grossman, Karmén… durante la guerra contra la Alemania nazi son desconocidas para la mayoría del pueblo español. Sea cual fuere el uso y provecho que cada estudioso quisiera y pudiera dar a este trabajo, incluso en el caso de que los argumentos del autor del mismo no consiguieran convencerlo, queda, al menos, el aviso que dan las muchas traducciones que aquí se han hecho, en su mayoría inéditas en castellano, sobre la enorme cantidad de material que en ruso existe sobre la Guerra Civil Española por testigos directos de la misma, ya fuesen corresponsales, consejeros, militares, soldados, traductores… Se espera, como mínimo, haber llamado la atención sobre esto, ante todo, de las obras de Ovadiy Sávich y Román Karmén, que urgen de traducción al castellano, de la gran obra poética que Ehrenburg desarrolló en España y de la que otros grandes poetas, como Svetlov o Kirsánov, escribieron desde la URSS, dando fe de que la Guerra Civil Española se convirtió en aquellos años en una especie de género literario en la Unión Soviética. Todas esas obras pudieran ser del interés de una buena parte del pueblo español, así como un material importante para historiadores y estudiosos de la literatura escrita en ruso y su relación con España. 462 463 7 RELACIÓN DE CITAS EN SU IDIOMA ORIGINAL (RUSO) Cita 2: «В дни мятежа и в последующие дни были мгновенно растасканы все оружейные, фотографические и писчебумажные магазины. В этой войне будут много снимать и много писать». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 73 Cita 3: «Все, что зовут Испанией на картах / Что мы стыдливо воздухом зовем». // Эренбург И.Г. «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 32 Cita 16: «3 августа в Москве, на Красной площади, собрались 120 тысяч жителей столицы. Они выразили свою братскую солидарность с испанским народом и обратились к трудящимся всей страны с призывом организовать сбор средств в фонд помощи бойцам республиканской Испании. На этот призыв горячо откликнулись все советские люди. Уже к концу октября они внесли в фонд помощи борющейся Испании более 59 миллионов рублей». // Батов П.И. «Под знаменем пролетарского интернационализма». // «Вместе с патриотами Испании», Киев, Издательство политической литературы Украины, 1978, стр. 9 Cita 17: «3 августа 1936 года. Многолюдная, многоязыкая Москва, вся в заботах нового дня. Красная площадь, суровые лица людей, собравшихся на митинг солидарности с борющимся испанским народом. Именно тогда меня охватило горячее, непреодолимое желание отправиться в Испанию, быть среди тех, кто защищает ее свободу». // Бибиков В.Н. «Память сердца» // «Вместе с патриотами Испании», Киев, Издательство политической литературы Украины, 1978, стр. 13 Cita 20: «В этот же день мы выехали в Москву. Нас провожали друзья – летчики и командиры. Они откровенно завидовали нам, а мы воистину были счастливы. Беспокоило нас в первое время только одно: полное незнание испанского языка. Но эти сомнения быстро растаяли. Неужели с друзьями-испанцами не найдем общего языка?! Ну, а в воздухе с фашистами объяснимся на особом языке, который мы недаром старательно изучали в течение ряда лет». // Пузейкин В.В. // «Ленинградцы в Испании», Ленинград, Ленинздат, 1967, стр. 46 Cita 21: «Гитлеровские армии еще не бесчинствовали в Европе; Освенцим был для нас только мирным географическим названием; в Лидице и Орадуре цвели сады и играли дети». // Зернова Р.А. // «Ленинградцы в Испании», Ленинград, Ленинздат, 1967, стр. 29 Cita 22: «Капитан Рубен Ибаррури погиб на берегах Волги, сражаясь за родной Мадрид, а 464 генерал Семен Кривошеин, дравшийся у стен Мадрида, первым ворвался со своим танковым корпусом в пригороды Берлина. Бойца Пятого полка, сражавшегося в Гвадалахаре, я встретил спустя двадцать пять лет в Гаване, одетого в форму Народной милиции Кубы, он громил американских наемников на Плайя Хирон, твердо веря, что сражается за освобождение родной Андалузии». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 6 Cita 23: «Демонстрацию не подготавливали, только сегодня утром ее решили провести. И — за несколько часов — сколько успели сделать плакатов, надписей, огромных карикатур на испанских мятежников! Франко изображен с длинной седой бородой и в русской генеральской форме; рядом с ним несут попов-иезуитов и итальянского фашиста, у которого пасть открывается и защелкивается». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 5 Cita 25: «Я спросила, где сидел главный инквизитор, и немного посидела на этом кресле. Кресло как всякое другое; мне даже не удалось вызвать в памяти сцены из «Испанцев» Лермонтова – моего любимого произведения». // Паршина Е.А. «Динамит для сеньориты», Свердловск, Средне-Уральское книжное издательство, 1981, стр. 167 Cita 27: «Брошенная в революцию, она движется в ней как раба высших инстинктов, которые насильно стремят ее к совершению судеб своих. Но какие это судьбы? Испания сама не знает их. Она идет, не зная, куда приведет ее дорога ее, идет без определенной цели, без всякого плана и в совершенном незнании о завтрашнем дне. Никогда Европе не представлялось еще такого зрелища!» // Боткин В.П. «Письма об Испании» // Журнал «Современник», № 4, Санкт- Петербург, 1847, стр. 32 Cita 28: «Испания победила время: другие западноевропейские страны, такие же старые, как она, но себялюбивые, своекорыстные, оказались неспособными даже защищаться от фашизма и пытались только откупиться, да и то за чужой счет, а потом сдавались; она же, старейшая, неожиданно оказалась моложе всех и не сдалась». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 222 Cita 29: «Ты – я думал – райский сад. // Ложь подвыпивших бардов». // Маяковский В.В. «Испания» // «Сочинения в 2 т.», Москва, Правда, 1987, т. 1, стр. 274 Cita 30: «В деревнях Кастилии или Эстремадуры дети ходят босиком — в дождь, в холод. Но на Гран Виа нет босых, Гран Виа — Нью-Йорк. Это широкая большая улица. Направо и налево от нее — глухие щели, темные дворы, протяжные крики котов и ребят». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 10 Cita 31: «Ремесло гвардейца несложное: он должен убивать. Вместо «гвардия умирает, но не сдается», здесь можно сказать: «гвардия убивает, но не ранит». Когда гвардейцы разгоняют 465 крестьян или рабочих, редко подбирают раненых — гвардейцы целятся в голову или в живот, и они стреляют без промаха». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 37 Cita 32: «Астурийские шахтеры, те, что работали в Донбассе, трогательно сохраняют памятки о нашей стране. С гордостью показывают они русские сапоги, чайные стаканы и блюдца, тщательно сохраняемые нераскуренные папиросы. И без конца передают приветы и подарки разным молодым советским гражданам, имена которых они, отведя в сторонку, просят записать в книжку» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 151 Cita 33: «Но сегодня, / газету / глазами скребя, / я забыл / другие / искания, / все мечты о тебе, / все слова для тебя - / Испания!» // Кирсанов. С.И. «Желание» // «Избранные стихотворения», Москва, Советский писатель, 1956, стр. 104 Cita 34: «Мы ехали шагом, / Мы мчались в боях / И «Яблочко»-песню / Держали в зубах. / Ах, песенку эту / Доныне хранит / Трава молодая - / Степной малахит. / Но песню иную / О дальней земле / Возил мой приятель / С собою в седле. / Он пел, озирая / Родные края: / «Гренада, Гренада, / Гренада моя!» / Он песенку эту / Твердил наизусть... / Откуда у хлопца / Испанская грусть? / Ответь, Александровск, / И Харьков, ответь: / Давно ль по-испански / Вы начали петь? / Скажи мне, Украйна, / Не в этой ли ржи / Тараса Шевченко / Папаха лежит? / Откуда ж, приятель, / Песня твоя: / «Гренада, Гренада, / Гренада моя»? / Он медлит с ответом, / Мечтатель-хохол: / - Братишка! Гренаду / Я в книге нашел. / Красивое имя, / Высокая честь - / Гренадская волость / В Испании есть! / Я хату покинул, / Пошел воевать, / Чтоб землю в Гренаде / Крестьянам отдать. / Прощайте, родные! / Прощайте, семья! / «Гренада, Гренада, Гренада моя!» / Мы мчались, мечтая / Постичь поскорей / Грамматику боя - / Язык батарей. / Восход поднимался / И падал опять, / И лошадь устала / Степями скакать. / Но «Яблочко»- песню / Играл эскадрон / Смычками страданий / На скрипках времен... / Где же, приятель, / Песня твоя: / «Гренада, Гренада, / Гренада моя»? / Пробитое тело / Наземь сползло, / Товарищ впервые / Оставил седло. / Я видел: над трупом / Склонилась луна, / И мертвые губы / Шепнули: «Грена...» / Да. В дальнюю область, / В заоблачный плес / Ушел мой приятель / И песню унес. / С тех пор не слыхали / Родные края: / «Гренада, Гренада, / Гренада моя!» / Отряд не заметил / Потери бойца / И «Яблочко»-песню/ Допел до конца. / Лишь по небу тихо / Сползла погодя / На бархат заката / Слезинка дождя... / Новые песни / Придумала жизнь... / Не надо, ребята, / О песне тужить, / Не надо, не надо, / Не надо, друзья... / Гренада, Гренада, / Гренада моя!» // Светлов М. «Гренада, Гренада, Гренада моя» // «Стихотворения», Владивосток, Дальневосточное книжное издательство, 1974, стр. 20-23 Cita 36: «Именно с это время к одному почтенному московскому редактору принесли сатирический рассказ. Он посмотрел и сказал: «Это нам не подходит. Пролетариату смеяться еще рано; пускай смеются наши классовые враги» (Смех, аплодисменты) 466 Это, товарищи, вам кажется диким. И мне тоже. Но вспоминаю, а много здесь вспомнят, как на одном из последних заседаний покойной РАПП, чуть не за месяц до ее ликвидации, мне пришлось при весьма неодобрительных возгласах доказывать право на существование в советской литературе писателей такого рода, как Ильф и Петров, и персонально их». // Кольцов М.Е, «Восторг и Ярость», Москва, Издательство «Правда», 1990, стр. 452 Cita 37: «— А седьмого, под вечер, мы позвоним вам снова, попросим ваши впечатления о том, как Мадрид провел этот день. Я замолчал». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 206 Cita 38: «А разве у старой царской армии в гражданскую войну, у Деникина, Колчака, Юденича, Врангеля было мало кадровых офицеров, военных специалистов? Но голь в лаптях да в дырявых шинелях разбила эти армии. Помогали генералам и американцы, и англичане, и немцы, но ничего не получилось (…) Почему же республиканцы не смогут повторить то, что сделали рабочие и крестьяне России?» // Родимцев А. И. «Под небом Испании», Москва, Советская Россия, 1974, стр. 123 Cita 41: «У огня, где жарятся консервы, / Греет свои раны он сейчас, / Под Мадридом продырявлен в первый/ И под Сталинградом – в пятый раз». // Симонов К.М. «С тобой и без тебя», Москва, Художественная литература, 2004, стр. 120 Cita 42: «Я глубоко убежден, что, узнав о трагедии Касас Вьехаса, Мигель Унамуно пережил тяжелые часы. Здесь его «трагическое ощущение жизни» слилось с правдой, доступной любому безграмотному батраку. Но смысл исторических событий в том, что Унамуно пишет о прекрасных традициях, а гвардейцы наводят винтовки — одно тесно связано с другим. Нейтральной земли больше нет нигде, ее нет и в том, втором мире, в котором хочет жить философ Унамуно... Его личная судьба так же поучительна для колеблющихся писателей, как и берлинские костры» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 56 Cita 43: «…мы показываем не то, что происходит в Испании, а то, что в Испании должно было бы произойти…» // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 511 Cita 44: «Страна, о которой мечтают уроженцы севера, как о потерянном рае, — неприютная и жестокая страна. Ее красота заведомо трагична, а простое довольство становится в ней историческим преступлением». // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 7 Cita 46: «Для Кольцова писать – значит участвовать. Он дает высокохудожественные зарисовки боев и замечательные литературные портреты участников – портреты, которые нельзя дать, не будучи самому в гуще битвы, не будучи самому активным бойцом – 467 антифашистом». // Заславский Д. «Михаил Кольцов. Каким он был», Москва, Советский писатель, 1989, стр. 11 Cita 48: «- Главное в нашем деле – штрихи, – говорит Кольцов. – Если бы я добросовестно выписал натуралистические портреты моих героев: Чемберленов и Макдональдов, взяточников и бюрократов, – это было бы нестерпимо скучно. Так теперь не пишут даже в Кашире и Гомеле. А вот штрихи – один, другой, какая-нибудь тонкая деталь, намек, - читатель, будьте уверены, все поймет и додумает сам. Дайте не только себе, но и ему, выросшему, поумневшему читателю, простор фантазии». // Дейч А. «Михаил Кольцов. Каким он был», Москва, Советский писатель, 1989, стр. 169 Cita 49: «Граждане! / Сегодня рушится тысячелетнее «Прежде». /Сегодня пересматривается миров основа. / Сегодня/ до последней пуговицы в одежде/ жизнь переделаем снова. // Маяковский В.В. «Революция // Сочинения в 2-х томах», Москва, Правда, 1987, Том 1, стр. 92 Cita 55: «НАША БЕЛОБАНДИТСКАЯ ГАЗЕТА ПЕЧАТАЕТ ВСЯКУЮ КЛЕВЕТУ ОБ СССР» // Ефимов Б.Е. «Михаил Кольцов. Каким он был», Москва, Советский писатель, 1989, стр. 69 Cita 56: «Кольцов, провожая взглядом эти самолеты, сказал: - Гитлеровские «юнкерсы» летают много быстрее, мы это испытали на себе в Испании… а попробуй сказать… Он оглянулся на трибуну Мавзолея и горестно вздохнул». // Никулин Л. «Михаил Кольцов. Каким он был», Москва, Советский писатель, 1989, стр. 167-168 Cita 57: «Публицистика в лучшем, высоком смысле слова – это литературно-общественный жанр, который суммирует ряд фактов, подобранных или впервые сообщаемых самим публицистом. Публицист обобщает и толкует эти факты, чтобы таким обобщением и толкованием добиться какого-нибудь определенного результата, определенной цели, чтобы добиться от читателя выводов, направленных в сторону этой цели. Сама цель является целью общественной, политической, классовой, партийной. И сама публицистика служит интересам того класса, той партии или того течения, к которому принадлежит автор». // Кольцов М.Е, «Восторг и Ярость», Москва, Издательство «Правда», 1990, стр. 442 Cita 58: «Я не пишу. Пишут моя жена, Лизавета Николаевна, или машинист «Правды» А.А. Зембровский, снисходительно слушая, что мне взбредет диктовать». // Кольцов М.Е, «Восторг и Ярость», Москва, Издательство «Правда», 1990, стр. 423 Cita 59: «Очень часто я напоминаю себе трамвай, набитый пассажирами, как селедками, обвисший людьми на подножках и буферах, дико трезвонящий на прохожих, пропускающий остановки». // Кольцов М.Е, «Восторг и Ярость», Москва, Издательство «Правда», 1990, стр. 423 468 Cita 61: «Фельетон есть высококвалифицированная, художественно-литературная публицистика в газете. Фельетон может быть не только публицистикой. Фельетон может быть дан в виде очерка, сатиры, путевой корреспонденции, стихов». // Кольцов М.Е, «Восторг и Ярость», Москва, Издательство «Правда», 1990, стр. 448 Cita 62: «Помню, как множество раз я перечитывал кольцовскую корреспонденцию «Чкалов в Париже», напечатанную на первой полосе «Правды». Заметка в 40 строк. Только он умел такое! Два-три мазка – картина Парижа, но такая, что читатель слышит говор толпы и стук каблучков на Больших бульварах, вдыхает ароматы цветущих каштанов. Это Париж восторженно встречает буйного, озорного Чкалова, возвращающегося на родину из США после перелета через северный полюс. Перед удалым волгарем, ставшим кумиром парижан, поблекли все сенсации – инфляция, борьба за министерские портфели, загадочное убийство на авеню Виктора Гюго… Отступила на второй план, обиженно сжав губы, и прибывшая из-за океана, чтобы покорить Париж, прелестная Марлен Дитрих – все овации достались русскому богатырю… 40 строк! Кто кроме Кольцова обладал подобной пластичной легкостью, умел так быстро и просто – я уверен, что эти строки писал на телеграфном бланке без черновика…». // Кармен Р.Л. «Михаил Кольцов. Каким он был», Москва, Советский писатель, 1989, стр. 456 – 457 Cita 63: «Другой метод, по которому главным образом работаю я, – это не прибавлять искусственных красок к тем фактам, которые есть, не смешивать, не разбавлять факты каким- либо вымыслом, – хотя бы и художественным, – а публицистически факты оттенить, дать их так, чтобы они резали глаз». // Кольцов М.Е, «Восторг и Ярость», Москва, Издательство «Правда», 1990, стр. 448 Cita 64: «Вопрос о «красках», или, как еще говорят, о «персонификации» факта, для меня не существует. Для меня «краски» не в подрисовывании отдельных фактов, не в снабжении их присочиненными деталями, не в бытовом гриме живых, реальных, действующих лиц фельетона. Свой художественный прием я строю не на этом, а на монтаже фактов, на распределении их, на чередовании, на узорах из них». // Кольцов М.Е., «Восторг и Ярость», Москва, Издательство «Правда», 1990, стр. 426 Cita 65: «Утром было мало солнца и почти не было пыли. Петербург проснулся холодным, чистым, свежим. Шел лед с Ладожского озера, Нева дымилась туманом, деревья на Конногвардейском бульваре дрожали под ледяным потом росы, ранние прохожие зябко ежились в легких пальто, пустые, упруго серели выбритые щеки тротуаров». // Кольцов М.Е, «Восторг и Ярость», Москва, Издательство «Правда», 1990, стр. 40 469 Cita 68: «И в первый раз так сильно, так остро, впервые ничем не сдерживаемая, вспыхнула тоска, тревога и боль за этот окровавленный народ, обжег страх за его судьбу, поднялся безудержный, неистовый гнев за страдания, которые он несет, за жертвы, за несправедливость, за неравенство сил, за наглость и бесстыдство палачей». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 90 Cita 69: «За столиками кафе неутомимо, по шесть, по семь, а иногда по девять часов, непрерывно они ругают и высмеивают испанцев, их тупость, их медлительность, их лень». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 108 Cita 70: «Здесь есть бывшие американские гангстеры, спиртовозы из воздушного отряда Аль Капоне, искатели приключений из Индокитая и разочарованный итальянский террорист, пишущий поэму. Рыжий канадец, по специальности аэрофотограф, с утра ничего не делает, сидит в кресле в вестибюле у окна с пустым взглядом, устремленным в пространство. Он ждет, пока в четыре с половиной часа пополудни на Гран Виа выйдут первые проститутки». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 108 – 109 Cita 71: «Что, жарко сегодня?» // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 82 Cita 73: «— Помнишь Бильбао, Долорес? — Бильбао! — Ее губы кривятся болью. — О да, я помню Бильбао. Не будем сейчас говорить об этом, Мигель. Я пишу доклад на завтра». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 140 – 141 Cita 74: «Опять съехались все, обедали и за обедом учили нас пить прославленный изумительный астурийский сидр. Здешние люди умеют как-то особенно лихо, длинной струей наливать его — опускают стакан вниз, а бутылку задирают высоко над головой. От этого больше пенится. Я учился очень усердно и потом никак не мог найти свою комнату». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 155 Cita 78: «Мы сильно задержались в дороге: почти на каждом повороте Кармен выходил снимать поразительные виды; я сердился, ругал его и тотчас же сам уговаривал снять еще один пейзаж, еще одну лощину, еще одну упряжку могучих быков с шерстяными подушками на головах». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 146 Cita 79: «Рядом с ним подполковник Висенте Рохо — один из талантливых и по-настоящему преданных республике кадровых генштабистов. В стороне в беспомощной позе стоит старик в байковой куртке. Большие роговые очки на красном носу придают ему сходство с филином — 470 генерал Миаха. Это ему Ларго Кабальеро, уехав в Валенсию, поручил взять в свои руки оборону Мадрида (…) Висенте Рохо только что начал докладывать обстановку, и я, глядя через его плечо на карту Мадрида, стараюсь не пропустить ни одного слова». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 256 Cita 80: «Я делал портретные снимки, на которых была вычерчена каждая пора кожи, ощутима была влажность вспотевшего лица рабочего человека, резкость волос, ресниц, зубов. Я был убежден, что фотография не должна рабски копировать живопись, считал, что искусство фотографии должно утверждаться своими самобытными путями». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 207 Cita 81: «…снимаю и я, с трудом наводя камеру на фокус — мешает пелена слез». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 205 Cita 82: «Нам, советским кинорепортерам, не чуждо слово «сенсация». Но не в том понимании сенсации, на которую всегда были так падки пресса и кинохроника капиталистических стран. Не стремление вызвать интерес к мелкому факту, а хроника событий, имеющих ценность не одного дня — ценность для истории человечества». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 218 Cita 83: «Снимавшие в Мадриде кинооператоры — француз, два англичанина и американец — в первые дни ноября исчезли. Видимо, переметнулись на ту сторону фронта, чтобы снять триумфальное вступление Франко в Мадрид. Они еще выжидают там, разглядывая в бинокль дома Мадрида. Какая же ответственность ложится на советского кинооператора, снимающего сейчас в осажденном Мадриде!» // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 268 – 269 Cita 84: «По пустынной Москве в пять часов утра я прошел до Кремля и, войдя в будку бюро пропусков у Боровицких ворот, передал дежурному конверт: «Иосифу Виссарионовичу Сталину. Лично»». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 226 Cita 85: «Быстро пролетели минуты в ресторане аэропорта. Я не притронулся к шницелю, выпил только бокал пива, глядя по сторонам». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 229 Cita 86: «Сложные чувства пришлось испытать двум добровольцам, едущим в Испанию, при виде врагов в такой непосредственной близости. Можно пойти и… ударить по наглой физиономии. Но нет, зачем? Ждать осталось недолго. Скоро на боевых машинах мы их встретим в небе Испании…» // Пузейкин В.В. // «Ленинградцы в Испании», Ленинград, Лениздат, 1967, стр. 48 471 Cita 87: «Красные паспорта. Вот тут-то и началось. Реакция ребят, одетых в синие комбинезоны, была мгновенной, бурной. Мы с Борисом, не выдержав, схватились за камеры и снимали по очереди пограничную «формальность». Нас обнимали, кричали «Вива Руссиа Советика!», поднимали кулаки, жали руки, хлопали по спине, а потом целой толпой повели нас куда-то. Толпа по пути множилась, росла. Я кинул взгляд в ту сторону моста, группа чопорных французских пограничников молча наблюдала за этой суматохой, поднявшейся на краю испанской земли, куда шагнули двое советских людей». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 233 – 234 Cita 88: «Нам писали, что ни один художественный фильм за последние годы не имел такого успеха у зрителей, трудно припомнить времена, когда зрители так штурмовали двери кинотеатров». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 243 Cita 89: «По улицам проходят похоронные процессии. Мертвецов привозят с фронта или откапывают под развалинами домов, где шли бои. Павших бойцов несут в гробах не горизонтально, а вертикально, и мертвые, как бы стоя, призывают живых продолжать борьбу. Вслед за похоронами несут растянутые одеяла и простыни — публика щедро швыряет в них серебро и медь для помощи семьям убитых». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 10 Cita 90: «Стоило научиться держать камеру в руках только ради того, чтобы запечатлеть все это». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 227 Cita 91: «Я помню тебя, Мадрид, другим. Погруженным ночами в темноту, окутанным дымом пожаров, опустевшим, тревожным». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 311 Cita 92: «Недавно я спросил Р.Л. Кармена, режиссера Центральной студии кинохроники, который был в Испании кинооператором весь первый год войны: – Рима, если бы вы снова попали в Испанию, что бы вы прежде всего сделали? Он смотрел на меня несвойственным ему тяжелым взглядом и ответил: – Встал бы на колени и поцеловал землю». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 282 Cita 93: «Я был молодым беспартийным писателем; для одних – «попутчиком», для других – «врагом», а в действительности – обыкновенным советским интеллигентом, сложившимся в дореволюционные годы. Как бы нас ни ругали, как бы ни косились на наши рано поседевшие головы, мы знали, что путь советского народа – наш путь». // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 511 Cita 94: «В 1931 году я понял, что судьба солдата не судьба мечтателя и что нужно занять свое 472 место в боевом порядке». // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 365 Cita 95: «…Нас роднило понимание долга писателя, восприятие века: мы хотели, чтобы в новом мире нашлось место и для некоторых очень старых вещей – для любви, для красоты, для искусства…» // Бабель И.Э. «Конармия», Санкт-Петербург, Издательская Группа «Азбука- Классика», 2010, стр. 279 Cita 96: «Мы высмеивали романтизм, а на самом деле были романтиками. Мы жаловались, что события разворачиваются слишком быстро, что мы не можем задуматься, сосредоточиться, осознать происходящее; но стоило истории затормозить ход, как мы помрачнели – не могли приспособиться к другому ритму». // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 225 Cita 97: «Я был на заседании кортесов; выступал Мигель Унамуно, он красиво говорил о душе народа, о справедливости. В тот самый день в Эстремадуре гвардейцы застрелили бедняка, осмелившегося подобрать желуди с земли беглого маркиза». // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 346 Cita 98: «Надежда мира – Красная Армия». // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 463 Cita 99: «Я не трубач – труба. Дуй, Время!». // Эренбург И.Г. «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 17 Cita 102: «Если говорить о прозе, то последняя внутренне свободная книга Эренбурга была написана в 1928-м году (…) в его книгах, начиная с тридцатых годов, чувствовалась некая фигура умолчания, было то, о чем из жизни знал их вдумчивый читатель и о чем автор не имел возможности говорить с ним открыто». // Борис Фрезинский. «Ранняя проза Эренбурга» // Илья Эренбург. «Необычайные похождения Хулио Хуренито и его учеников и др.», Ростов-на-Дону, Феникс, 2000, стр. 5 Cita 103: «Прекрасное шоссе, по нему едет «испано-сюиса» — самые роскошные автомобили Европы, мечта парижских содержанок, изготовляются в Испании. Навстречу «испано-сюисе» — осел, на нем баба в платочке. Осел не ее, ей принадлежит только четверть осла — это приданое, осел достояние четырех семейств, и сегодня ее день». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 9 Cita 104: «Писатели вошли в газету, как всходят на трибуну, - это не их рабочий стол, это не их место. Но и блиндаж не место сталевара или садовника. Война переселяет людей и сердца. В мирное время газета – осведомитель. В дни войны газета – воздух. Люди раскрывают газету, прежде чем раскрыть письмо от близкого друга. Газета теперь письмо, адресованное лично 473 тебе. От того, что стоит в газете, зависит и твоя судьба». // Эренбург И.Г., Симонов К.М. «В одной газете…», Москва, АНП, 1984, стр. 14 Cita 105: «Сведенные вместе, под одним переплетом, публицистические статьи Эренбурга и очерки Симонова словно бы напрашивались для «монтажа», ибо это два плана войны – крупный и общий. «Съемка» велась тогда, в те огненные дни, ими с двух разных точек. Одна – в упор, когда точно фиксируются все детали и подробности происходящего, которые – отступи чуть дальше – расплывутся; другая – издалека, когда отчетливо видны стратегические факторы, обнаруживается связь явлений, которую с близкого расстояния заметить уже невозможно. Читатель сразу же увидит взаимодополняющие преимущества каждого из этих планов. Симонов повествует о том, что происходит на передовой, ведя свой репортаж из окопов, из танка, торпедного карета, самолета, подводной лодки. Эренбург прислушивается к шагам истории, его внимание сосредоточено на взаимоотношениях народов и государств, его интересует столкновение политических доктрин, нравственных принципов». // Эренбург И.Г., Симонов К.М. «В одной газете…», Москва, АНП, 1984, стр. 17 Cita 106: «Изъездивший весь мир, встречавшийся со множеством людей, очень широкий в тематике прозы, в стихах он не широк, а глубок». // Эренбург И.Г. «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 7 Cita 107: «В стихах тихий голос, короткая задыхающаяся фраза, часто без глагола, пропуски смысловых звеньев, напряженность, крик души, выражающийся в спокойной, канонической, невозмутимой строфе. Так все вокруг громко, шумно, тревожно, надрывно, что остается одно - быть спокойным и тихим, чтобы тебя услышали». // Озеров Л. «Воспоминания об Илье Эренбурге», Москва, Советский писатель, 1975, стр. 187 Cita 108: «Сказать о возрасте? Уж сны не снятся / А книжка – с адресами неживых». // Эренбург И.Г. «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 71 Cita 109: «Хожу, твержу, ищу такое слово/ Чтоб выразить всю тишину, всю боль - / Чужого мне, родного часового/ С младенчества затверженный пароль». // Эренбург И.Г. «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 71 – 72 Cita 110: «Рука еще сжимала горсть земли, / В ту ночь от слов освобождались песни,/ И шли деревни, будто корабли». // Эренбург И.Г. «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 51 Cita 111: «За нас все звуки, все цвета, все формы, / И дети, что, смеясь, кидают мячик, / И птицы изумительное горло, / И слезы простодушные рыбачек». // Эренбург И.Г. «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 63 474 Cita 112: «И тогда я припомнил в испуге / Бредовое мое ремесло: / Эта спазма, что схватит за горло, / Не отпустит она до утра, - / Сколько чувств доконала, затерла / Слов и звуков пустая игра!». // Эренбург И.Г. «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 38 Cita 113: «Тогда восстала горная порода, / Камней нагроможденье и сердец, /Медь Рио-Тинто бредила свободой, / И смертью стал Линареса свинец. / Рычали горы, щерились долины, / Моря оскалили свои клыки, / Прогнали горлиц гневные маслины, / Седой листвой прикрыв броневики, / Кусались травы, ветер жег и резал, / На приступ шли лопаты и скирды, / Узнали губы девушек железо, / В колодцах мертвых не было воды, / И вся земля пошла на чужеземца: / Коренья, камни, статуи, пески, / Тянулись к танкам нежные младенцы…» // Эренбург И.Г. «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 31 – 32 Cita 114: «…жил в эпоху, когда судьба человека напоминала не шахматную партию, а лотерею». // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 346 Cita 117: «Жаль было поворачивать назад во Францию — кроме России Испания единственная страна, где «Couler locale» — душа, а не приманка для английских туристов». // Из личного архива Н. Тихонова, цитируется по: Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 370 Cita 118: «Испания давно притягивала меня к себе. Как часто бывает, я начал ее понимать через искусство (…) В годы первой мировой войны я научился читать по-испански, переводил отрывки из «Романсеро», из поэм Гонсало де Берсео, протоиерея Итского Хуана Руиса, Хорхе Манрике, Кеведо. В произведениях этих, непохожих одно на другое, меня привлекали некоторые общие черты, присущие национальному гению Испании (их можно найти и в «Дон- Кихоте», и в драмах Кальдерона, и в живописи): жестокий реализм, неизменная ирония, суровость камней Кастилии или Арагона и одновременно сухой зной человеческого тела, приподнятость без пафоса, мысль без риторики, красота в уродстве, да и уродство красоты». // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 342 – 343 Cita 119: «Испания — это не Кармен и не тореадоры, не Альфонс и не Камбо, не дипломатия Лерруса, не романы Бласко Ибаньеса, не все то, что вывозится за границу вместе с аргентинскими сутенерами и малагой из Перпиньяна, нет, Испания — это двадцать миллионов рваных донкихотов, это бесплодные скалы и горькая несправедливость, это песни грустные, как шелест сухой маслины, это гул стачечников, среди которых нет ни одного «желтого»{19}, это доброта, участливость, человечность». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 27 Cita 121: «Проснусь, и сразу: не увижу я / Ее, горячую и рыжую, / Ее, сухую, молчаливую, / Одну под низкою оливою, / Не улыбнется мне приветливо / Дорога розовыми петлями, / Я не увижу горю почести, / Заботливость и одиночество, / Куэнку с красными обвалами / И белую до 475 рези Малагу, / Ее тоску великодушную, / Июль с игрушечными пушками, / Мадрид, что прикрывал ладонями / Детей последнюю бессонницу». // Эренбург И.Г. «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 52 Cita 122: «Даже печатную машинку, на которой я пишу, мне одолжили… так что или я скоро получаю деньги, или мне придется начать работать на другие агентства, пусть даже иностранные». // ГАРФ, 4459 ОПИС – 11, документ 803. Cita 123: «Телеграмму я хотел отправить вчера, но никак не смог: я пришел в три, и телеграф уже был закрыт. Невероятно, что даже во время войны они отдыхают по расписанию». // ГАРФ, 4459 ОПИС – 11, документ 1012 Cita 124: «Ведь имел же право показать проезжему Париж, накормить его, помочь при покупках, предоставить ему ночлег в своей комнате, проводить на вокзал». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 77 – 78 Cita 125: «Если вернуться в дом, сделать несколько шагов и подойти к окну, то нашу баррикаду видно примерно так, как видит ее враг. Солдаты поднимают тщательно сделанное чучело. В чучело тотчас впиваются пули». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 42 Cita 126: «Под Мадридом / крутой транспортир рассвета / растет; мерцаньем неясным одето, / с востока, что пепельно – сиз, / утро, - раскрытый веер видом, - / смотрит со взгорья вниз / в удивление: / средь бойцов, готовых к защите, твердой шагают ногою -, / кто? – поглядите: / Веласкес и Гойя!». // Иоганнес Барбарус, «Бессмертен подвиг ваш», Москва, Художественная литература, 1986, стр. 80 Cita 127: «Они ответят, что фашистская Германия еще не успела обзавестись своей литературой. Нельзя же все делать сразу — и жечь книги и писать». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 51 Cita 128: «В июле 1936 года, когда Барселона горела ненавистью к иезуитам, которые превратили церкви в фашистские арсеналы, в эти беспокойные дни гнева и надежд, ни одна рука не посягнула на собор. О нем говорили: «Это наше...» Искусство — чье оно? Ревнителей одной секты, владельца одной галереи или оно всех, как воздух? Кто изувечил собор Барселоны? Католики — две недели тому назад их благословил папа. Итальянцы. Фашисты». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 289 Cita 129: «Прохожу мимо музея Прадо. Может быть, душа народа здесь? Но музей закрыт, картины вывезены. А почему именно этот народ, эти бойцы, среди которых такой огромный процент неграмотных, сочли нужным спасти от бомб картины, раньше ими не виданные?». // 476 Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 69 Cita 130: «Культура Древнего Рима, итальянского Возрождения — прекрасная культура. Она оплодотворила искусство всего мира и нашей страны. Но, неизвестно почему, она попутно заслонила от нас Испанию, ее литературу, живопись, музыку, ее бурную историю, ее выдающихся людей. А главное — ее народ, яркий, полнокровный, самобытный, непосредственный и, что удивительнее всего, многими чертами поразительно напоминающий некоторые советские народы». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 207 Cita 131: «Но даже Гонгора, самый замкнутый, нарочито заумный поэт Испании, создатель целой школы поэзии для избранных, писал народные романсы и песни, которые стали классическими. У испанской поэзии удивительная общность судьбы с народом. Она отвергла наносное итальянское влияние, хотя и приняла некоторые итальянские формы, она неизменно возвращалась к простоте, всегда сердцем размышляла о судьбах родины – словом, всегда говорила по-испански». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 72 Cita 132: «Вчера над музеем Прадо кружились самолеты фашистов. Сегодня газеты сообщают, что министр народного просвещения назначил художника Пабло Пикассо директором музея Прадо. Сорок лет подряд наглые и невежественные «сеньоритос» издевались над творчеством Пабло Пикассо. Его понял и признал народ». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 112 Cita 133: «Даже Дон-Кихот и Санчо Панса, укрытые мешками с песком, кажутся солдатами в окопе». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 41 Cita 134: «Перед философским факультетом - марокканцы. Когда они звались маврами и владели Испанией, у них были свои замечательные философы. А фашисты владели медицинским факультетом всего восемь дней, но успели уничтожить огромную библиотеку. Эти испанцы знали об испанской культуре, пожалуй, меньше, чем марокканцы о мавританской». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 40 Cita 135: «Старик служитель рассказывает, что маркиз за всю свою жизнь был в своей библиотеке четыре раза». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 69 Cita 136: «В самом большом театре Мадрида идет «Овечий источник» Лопе де Веги. Когда крестьяне на сцене поднимают восстание, зрители встают и поют «Интернационал»». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 90 477 Cita 137: «Давно в деревню приезжал театр во главе с каким-то поэтом («Поэт, знаете, это кто стихи пишет, а может быть, и представления, не знаю; говорят, фашисты его убили»). Играли студенты. Простая девушка из деревни заставила крестьян восстать на большого сеньора, она была обижена сеньором; это почему-то называлось «Фуэнте овехуна» – «Овечий источник», такая деревня есть на самом деле; а теперь каждая девушка хочет быть такой, как эта… да, Лауренсия». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 119 Cita 138: «Нет, испанский крестьянин во многом отличается от других. Доверчивый или подозрительный, он не говорит униженным тоном, он не считает себя ниже собеседника. Он ненавидит богатых не за их богатство, а за свою нищету». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 119 - 120 Cita 139: «Поглядите назад на вершины испанской народной культуры — Сервантес, Кеведо, святая Тереса, Кальдерон, Лопе де Вега. Вы увидите, насколько они одиноки и вместе с тем насколько вросли они корнями в толщу народа. Они — голос народа. Вся испанская литература написана кровью испанского народа». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 211 Cita 140: «Теперь лучше всего, когда великолепное мадридское небо занавешено грязным брезентом зимних туч. Мутный слой микроскопических дождевых капель защищает человеческие жизни лучше, чем все железобетонные перекрытия и убежища в подвалах, потому что в дождь фашисты не бомбят. Но тучи редко застилают здешнее небо. Оно лучезарно и смертоносно. Человек, проводивший зиму 1936/37 года в Мадриде, будет всегда, даже к старинным полотнам Веласкеса и Риберы, мысленно пририсовывать бомбардировочную и истребительную авиацию». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 7 Cita 141: «Чтобы помочь этому народу, вовсе не обязательно драться на фронте или даже приезжать в Испанию. Можно участвовать в борьбе, находясь в любом уголке земного шара. Фронт растянулся очень далеко. Он выходит из окопов Мадрида, он проходит через всю Европу, через весь мир. Он пересекает страны, деревни и города, он проходит через шумные митинговые залы, он тихо извивается по полкам книжных магазинов. Главная особенность этого невиданного боевого фронта в борьбе человечества за мир и культуру в том, что нигде вы не найдете теперь зоны, в которой мог бы укрыться кто-нибудь жаждущий тишины, спокойствия и нейтральности». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 169 Cita 142: «С самых древнейших времен, как только возникло искусство мысли, выраженной в слове, до сегодняшнего дня писатель спрашивает: кто он — пророк или шут, полководец или барабанщик своего поколения? Ответы получались всегда разные, иногда триумфальные, 478 иногда уничтожающие. В той стране, в которой мы сейчас находимся, в Испании, писатели познавали и обиды унижения, и высшие почести для себя самих и для своего ремесла. Есть страны, где писателей считают чем-то вроде гипнотизеров. Есть одна страна, где писатели участвуют в управлении государством — как, впрочем, и кухарки, — как, впрочем, и все, кто работает руками или головой». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 166 Cita 143: «Испанская культура всегда была народной: ее не смог отравить мир денег, иерархии, спеси. На испанской литературе мы учились человечности. Конечно, не для того люди десятилетиями выращивали оливы, чтобы снаряды скашивали рощи, не для того щедрая испанская земля родила Гарсиа Лорку, чтобы невежественный вояка подстрелил его, но война — это не только развалины и трупы. Испания теперь нашла новые творческие силы: народы, как люди, меняются на глазах...» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 216 – 217 Cita 144: «Культура — не инвентарь механической природы, не каталоги библиотек или музеев, не коралловые острова городов. Культура — это человек: он и камень, и мастер, и статуя. Надо ли говорить о внешних разрушениях в стране, где каждый город — свежая рана?». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 216 Cita 145: «История расскажет, кем был этот высокий и томный майор: донкихотом, предателем или дураком». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 99 Cita 146: «Окно в Европу прорубил народ». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 239 Cita 147: «Много раз передовые люди Испании пытались пробить стену Пиренеев. «Поколение 98 года» выступило против традиций. Коста хотел запереть на семь замков могилу Сида, а Унамуно восклицал: «Долой Дон Кихота!» За традиции вступились Бурбоны, генералы, битые во всех войнах, невежественные помещики. Они кричали о национальной гордости и тем временем распродавали Испанию англичанам, немцам, американцам, французам». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 238 Cita 148: «Они не хотят запереть могилу Сида, они дышат воздухом героики, и, вчерашние каменщики или пастухи, полководцы народной армии, они как бы заново проделывают эпопею романсеро. Они не кричат: «Долой Дон Кихота!» Они понимают трагическое мужество рыцаря Печального Образа. Они сражаются против тех, что издевались над бесцельным и все же великим подвигом злосчастного рыцаря». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 239 – 240 479 Cita 149: «. Как в июле 1936-го... Но тогда испанский народ жил мечтами, надеждой на сердце Сити, хлопушками, митингами, полупраздничной суетой. Теперь, суровый, он идет вперед. Ни флагов, ни песен. Позади — города, уничтоженные фашистской авиацией, развалины, могилы. Впереди — армии Муссолини и Гитлера. Где-то за горами — мистеры, которым надоело донкихотствовать…». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 247 Cita 150: «Не случайно в решающие дни большой испанский поэт оказался с народом: таковы традиции испанской литературы, таков ее внутренний пафос. Она создала не Фауста, не Гамлета — Дон Кихота. Антонио Мачадо говорил мне о глубоких корнях испанского сопротивления. «Ошибочно думают, что испанцы — фаталисты... Нет, они умеют бороться против смерти». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 271 Cita 151: «— Молчите о Дон Кихоте! Мы с ним больше в ладах, чем вы. За время Советской власти «Дон Кихот» издан у нас одиннадцать раз, а у вас во Франции?.. Вы умиляетесь Дон Кихоту и оставляете его без помощи в смертный час борьбы. Мы критикуем его и помогаем (…) – А что вы понимаете в естестве! Сервантес любил своего Кихота, но гражданским губернатором назначил не его, а Санчо Пансу». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 98 Cita 152: «Они считают себя Дон Кихотами, хотя по происхождению, по крови, по сословию являются потомками крестьянина Санчо Пансы. Поддерживая по традиции официальный культ великого Сервантеса, вчерашняя правящая Испания, Испания помещиков и монахов, банкиров и мистических философов, трактовала его книгу как трагическую неразрешимую дилемму между идеальным рыцарем, аристократом Кихотом и обыденным, затрапезным плебеем Санчо, между поэзией и прозой, между прекрасной мечтой и вульгарной действительностью. Это была ложь, и прежде всего ложь о Сервантесе. Великому писателю Испании были дороги оба его героя, он с одинаковой любовью написал обоих. Для Сервантеса Кихот и Санчо — это не противоречие, а синтез, не трагедия, а апофеоз духовных и творческих сил испанского народа». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 46 Cita 153: «Все это очищение и укрепление боеспособности армии происходит с большими трудностями. Надо преодолевать не только прямое сопротивление врагов, но и кучу просто предрассудков, семейно-патриархальные обычаи, навыки к добрым отношениям, высокопарное донкихотство, просто неповоротливость и благодушие». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 138 Cita 154: «Я волновался — впервые пришлось произносить большую речь на испанском языке. 480 Я сказал: — Направляясь на этот конгресс, я спрашивал себя, что же это, в сущности, такое: съезд донкихотов, литературный молебен о ниспослании победы над фашизмом или еще один интернациональный батальон добровольцев в очках?». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 166 Cita 155: «Говорят, что, если бы слить Дон-Кихота и Санчо Панса воедино, получился бы средний испанец. Но средний – понятие статистическое, не живое. Дон-Кихота можно себе представить без Санчо, Санчо без Кихота – труднее. Но если бы Дон-Кихот не наградил Санчо Пансу большими, хотя и невещественными дарами, он сам был бы только трагическим или комическим персонажем, но не странствующим рыцарем Добра». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 120 Cita 156: «От длинных блуз крестьяне казались меньше ростом, приземистее. Я спрашивал себя: кто из них Санчо Панса? Судьи «водного трибунала» выносили свои приговоры с той же практической житейской мудростью, что и Санчо на острове Баратария». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 117 Cita 157: «Им казалось раньше, что республика принесет им счастье: землю и воду, дешевые инструменты, если не машины. Так Санчо Пансе казалось, что с Дон-Кихотом он найдет свое счастье. Мало-помалу Санчо понял, что счастье не ждет за углом, что быть оруженосцем Дон- Кихота не так просто, что поступки Рыцаря Печального Образа часто нелепы и противоречивы. Но его увлекали речи рыцаря, его доброта, его великая мечта. И как-то само получилось, что для Санчо нет иной дороги, чем дорога Дон-Кихота». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 117 Cita 158: «Крестьяне понимали или, скорее, чувствовали инстинктом, что только республика спасет их от худшего, чем есть и чем было. Ведь когда Дон-Кихот умер, Санчо плакал горше всех и, может быть, в душе сожалел, что был плохим оруженосцем». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 118 Cita 159: «Крестьяне мечтали о республике, крестьяне решили ее защищать. Они не могли иначе: и потому что Санчо трясся на осле за Дон-Кихотом, и потому что Лопе де Вега по- своему пересказал действительную историю, и потому что Лорка приезжал к ним со своим театром, и потому что у них не было земли, и потому что смерть их не пугает…». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 120 Cita 160: «- А как же иначе? – почти недоумевая, говорит польский Дон-Кихот и куда-то уходит». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 84 Cita 161: «Секунду помолчав, он строго сказал, что фашизм вытопчет цветы, но земля останется. И опять улыбнулся: а в небе всегда будет какая-нибудь загадка. // Савич О.Г. «Два 481 года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 213 Cita 162: «Я был недавно у Антонио Мачадо. Это — самый крупный поэт старшего поколения. Старый, очень худой, с трудом ходит. Исступленно работает. Живет, как беженец. В городе нет ни кофе, ни табаку. Ночью нельзя спать: лай зениток, грохот бомб. Антонио Мачадо каждый день пишет статьи для фронтовых газет. Он пишет также сонеты, строгие и чистые. Не случайно в решающие дни большой испанский поэт оказался с народом: таковы традиции испанской литературы, таков ее внутренний пафос». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 271 Cita 163: «Почему бы Муссолини не почитать на досуге Антонио Мачадо? Испанский народ часто пугался жизни. Он прятался от нее в облака, кочующие над Пиренеями, в сны прошлых столетий, в мглистый полуафриканский зной Ла-Манчи. Испанский народ никогда не страшился смерти…» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 273 Cita 164: «Он писал стихи, легкие и прозрачные. Он был окружен любовью молодых поэтов — Гарсиа Лорки, Неруды, Альберти. Сухая сьерра Кастилии, когда он глядел на нее, убиралась цветами, как в старых серанильях испанских пастухов». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 367 Cita 165: «Под бомбами в Мадриде Мачадо писал стихи, и я думаю об этом как о большой победе человека в наши бесчеловечные дни. Его насильно увезли в Валенсию, потом в Барселону. Он часто вспоминал любимый Мадрид. В 63 года он жил жизнью бойца». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 367 Cita 166: «Он не был моралистом. Он был поэтом, и он был испанцем, — он был бойцом. // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 367 Cita 167: «Когда фашисты убили в Гранаде Гарсиа Лорку, Мачадо писал: «Преступление свершилось в Гранаде». Может быть, перед смертью он еще повторял: «Преступление свершилось в Аржелесе...» Потомкам достанутся стихи Мачадо, чистые, как вода Мадрида. Друзья Мачадо не забудут человека — детская улыбка, горячие глаза, жизнь в звуках, смерть в походе». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 368 Cita 168: «Партия убеждает мадридскую интеллигенцию в лице ее виднейших представителей — знаменитых ученых, писателей, деятелей искусства — временно покинуть Мадрид, чтобы продолжать свою работу в тылу, в более спокойной обстановке. Предложение очень взволновало гостей. Начались прения, что правильнее и важнее — оставаться сейчас в Мадриде или эвакуироваться, пока не стихнут ужасы бомбардировки и пожаров. 482 Спорили долго. Антонио Мачадо сказал: — Я не хотел уезжать. Я стар и болен. Но я хочу сражаться вместе с вами, хочу закончить свою жизнь с достоинством, хочу умереть с достоинством, продолжая свою работу. Именно это убеждает меня согласиться с вами. Я поеду, я буду бороться вместе с вами за наше общее дело, которое вы делаете». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 285 Cita 169: «На террасу нетвердыми шагами выходил старик. Его морщинистое крестьянское лицо заросло седой щетиной». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 211 Cita 170: «Мачадо смотрел на самолеты тем же усталым, спокойным взглядом». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 212 Cita 171: «Он так бережно относился к слову, с таким чувством ответственности писал все…» // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 212 Cita 172: «Тогда я и заболел испанской поэзией, в которой пейзаж, раздумье, самые большие мысли и самые тонкие переживания, жизнь и смерть, вера и горькая насмешка, судьба крестьянской семьи Альваргонсалесов (поэма Мачадо), отчаяние и просветление незаметно переходят друг друга, дополняют друг друга. Испанские поэты неизменно рвутся к небу, не отрываясь от земли. Как их народ». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 212 Cita 173: «Только имя Гарсиа Лорки он называл с волнением, от которого вздрагивал его глубокой, ровный голос: смерть Лорки и через два года щемила его сердце, как незакрывшаяся рана». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 213 Cita 174: «… он сказал, что поэтов чаще всего сравнивают с птицами и редко – с цветами. Цветы не могут жить без земли. Пусть у них небольшой горизонт, не как у птиц, пусть они не могут подняться над землей, но зато свой маленький кусок мира они не наблюдают с птичьего полета, они видят его близко и подробно, им живут, им питаются, у них есть корни – в земле». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 213 Cita 175: «Не поэты, а жандармы и сенегальские стрелки встретили его на французской земле. Он поселился недалеко от границы, в местечке Колюрь, чтобы быть поближе к Испании. Но сколько может прожить срезанный цветок без земли, без корней, под чужим и неласковым небом? Через три недели, 22 февраля 1939 года, он умер». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 214 483 Cita 176: «После речей и стихов, посвященных покойному, испанские студенты поставили у могилы ларец с землей, присланный заключенными в барселонской тюрьме». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 214 Cita 177: «Жизнь Антонио Мачадо всегда принадлежала народу. Теперь его поэзия стала символом единства народа». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 214 Cita 178: «Гроза гремела вдалеке. / Глаза хватались за винтовки, /И пулемет стучал в виске. / А в церкви — экая морока! — / Показывали нам кино. / Среди святителей барокко / Дрожало яркое пятно. / Как камень, сумрачны и стойки, / Молчали смутные бойцы. / Вдруг я услышал: русской тройки / Звенели лихо бубенцы, / И, памятью меня измаяв, /Расталкивая всех святых, / На стенке бушевал Чапаев…» // Эренбург И.Г. «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 24 – 25 Cita 179: «В кинотеатре «Капитоль» на Гран-виа шел фильм «Мы из Кронштадта». На стенах домов висели листовки Центрального комитета Коммунистической партии Испании, обращенные к жителям Мадрида, листовки, которые были озаглавлены: «Мадрид, 1936 — Петроград, 1919»«. // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 124 Cita 180: «Медленно меркнет свет, симфонический оркестр играет задумчивую прелюдию. Затем занавес раздвигается, и медленно плывут первые сцены фильма. Министерство просвещения посвятило эту кинопьесу памяти испанских моряков, погибших за родину и Республику. В фильме показаны моряки. Но море и пейзаж не испанские. Моторная лодка мчит седого человека от столичной набережной на суровый простор Балтийского моря». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 165 Cita 181: «В барселонском порту мы сняли толпы людей, заполнивших пристань, где стоял расцвеченный флагами крейсер «Хайме Примеро» — революционный крейсер, оставшийся верным республике. Народ ликовал, матросы крейсера с борта корабля отвечали приветствиями бушующей от восторга толпе, снятый нами эпизод напоминал нам кадры из фильма «Броненосец «Потемкин». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 244 – 245 Cita 182: «Все это напоминало мне картины, фильмы, запечатлевшие образ Смольного в дни Октябрьского восстания». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 234 Cita 183: «А еще через два дня на экраны страны вышел выпуск «К событиям в Испании». Выпуск № 1. По рецензиям в московских газетах и по письмам товарищей мы смогли представить себе, каким успехом у зрителей пользовался этот первый испанский репортаж. 484 Нам писали, что ни один художественный фильм за последние годы не имел такого успеха у зрителей, трудно припомнить времена, когда зрители так штурмовали двери кинотеатров. Впервые — живой образ борющейся Испании, который жаждали увидеть миллионы людей нашей страны». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 243 Cita 184: «Восьмой день в агитмашине. Кино: «Чапаев», «Мы из Кронштадта», «Микки- Маус» — мышонок, который защищает свой дом от черного злого кота». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 140 Cita 185: «Любимый герой мультипликационных фильмов не Микки-Маус, как в Америке и в Западной Европе, а Попейе. Так испанцы зовут маленького матроса с трубкой, с якорями, вытатуированными на руках, влюбленного в длинную уродливую женщину и терпящего всяческие унижения от огромного свирепого конкурента. В решительную минуту Попейе съедает коробку консервированного шпината, становится сильным, как богатырь, побеждает конкурента и завоевывает любимую женщину». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 217 Cita 186: «Показались кинопередвижки, и в прифронтовых деревнях бойцы переживали драму Чапаева. В его ошибках они узнавали свои. Можно сказать, что в первую зиму войны одним из самых влиятельных комиссаров в республиканской армии был Фурманов». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 328 Cita 187: «Вместо Россинанта — осел, а на всаднике короткие панталоны, сто раз залатанные. Он привез пакет: маршрут агитмашины. «Чапаев». Когда белые убивают часовых, бойцы — Крестьяне Арагона — не могут вытерпеть. Они будят часовых: — Товарищи, проснитесь! Потом отряд принимает резолюцию: «Усилить бдительность». Ночью никто не спит: караулят». Cita 188: «Между окопами республиканцев и фашистов — только проволока и трупы. Между окопами пробуют обосноваться некоторые лжемудрецы. Они говорят, разумеется, о высшей морали. Но напоминают они, скорее всего, псковского солдатика из фильма «Мы из Кронштадта», который в зависимости от того, кто побеждает — белые или красные, надевает или снимает погоны...» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 125 Cita 189: «Механика решили отправить в Барселону. Солнце уже высоко. Зной. Носилки не проходят в дверцу. Раненый корчится от боли. Подошли кинооператоры. Собрав силы, он улыбнулся. Мне сказали потом, что у него отняли ногу. Но на экране он весело разговаривает, улыбается. Никто из зрителей не знает, что ему стоила эта улыбка». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 110 485 Cita 190: «Кино переполнено, зал разукрашен знаменами, лозунгами в честь девятнадцатой годовщины Великой Октябрьской социалистической революции (…) В президиуме появляются члены Мадридского комитета, затем Педро Чека и Антонио Михе, затем — зал в восторге встает и бурно аплодирует — Долорес!». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 238 Cita 191: «Ночью в маленьком театрике при раскаленном внимании идет кинофильм. У зрителей черные береты надвинуты низко на брови, глаза расширены. Василий Иванович Чапаев в широкой бурке мчится по холмам, и холмы похожи на здешние, арагонские. Черные береты жадно следят, как Василий Иванович объединяет приуральских крестьян против помещиков и генералов, как он бьет своих, русских фашистов, тоже похожих на здешних, испанских...» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 32 Cita 192: «У входов в кинотеатры — огромные очереди. Хунта обороны установила очень низкие входные цены, кино и театры переполнены, они работают с трех до девяти часов вечера (…) Вчера вечером во время киносеанса в театре «Гойя» налетели бомбардировщики. Картина оборвалась, в зале было темно, горели только дежурные красные лампочки. Директор крикнул всем спускаться в подвал. Ему ответили ревом всего зала и топаньем ног: «Продолжай картину!» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 302 Cita 193: «Мы многое видели в Испании. В Мадриде вытаскивали трупы из кино — комедию зрители так и не доглядели. B Лериде бомба попала в школу, грифельная доска была забрызгана мозгами». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 256 Cita 194: «Там возил я Всеволода Вишневского в Карабанчель-Бахо на баррикады самого переднего края мадридской окраины. Познакомил Всеволода с бойцами на баррикаде и сказал им, что это один из создателей фильма «Мы из Кронштадта». Не было бойца на мадридском фронте, который не знал бы этого фильма. Слово «Петроград» было в осажденном Мадриде символом стойкости, мужества и героизма. Всеволод попросил меня: «Скажи им, что я, советский писатель, участник гражданской войны, участник обороны Петрограда, хочу из этого пулемета, из нашего, советского «максима» выпустить очередь по фашистам». Милисьянос долго хлопали его по спине, улыбались: «Муй буэно!» Подвели его к пулемету, и один из парней сказал: «Видишь тот дом? Левое окно на втором этаже, там у них огневая точка»». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 118 Cita 195: «Снова камни. Бедный, незаселенный край. Лачуги обмазаны известью. Вот сто лачуг, между ними ухабы, мокрая глина, тощая черная свинья. Это город Алеага. И снова камни. Редко среди них увидишь травинку. Овцы, пастух. Он поет заунывно, неотвязно. Так же сиротливо здесь пел пастух сто лет тому назад, тысячу лет — до республики, до королевства, 486 до арабов, до римлян. Вдруг в небе три «юнкерса». Овцы сбиваются в теплый мохнатый клубок. Пастух испуганно смотрит вверх. Вот он и встретился с новым веком! Он стар, темен и молчалив, как сьерра Арагона». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 141 Cita 196: «В старом испанском романсеро есть песня о смерти Родриго. Мавры окружили его и нанесли ему тридцать ран». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 246 Cita 197: «Испанский народ никогда не страшился смерти, и вся поэзия этой страны от Хорхе Манрике до Антонио Мачадо, вся поэзия, не только та, что в книгах, но и другая — та, что в песне пастуха, в усмешке путника, в скупых слезах девушек, — вся поэзия Испании дышит одним: / Смерть зовет меня в бой. / Я вылью воду на угли. /Я разобью кувшин о камень. / Я пойду против смерти, / Один на один». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 273 Cita 198: «Андалусский крестьянин, стыдливо улыбаясь, часами вам станет рассказывать об оливковых рощах, о снежной сьерре, об Альгамбре. Он споет свои протяжные фламенко. Он поразит вас своей выдумкой, живостью речи, грустной иронией». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 239 Cita 199: «Эти песни грустные, как шелест сухой маслины». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 27 Cita 200: «Экстремадура молчалива и скудна на жесты. Здесь иногда поют грустные песни, чаще всего молчат». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 35 Cita 201: «Девушки, усевшись вместе, хором разучивают по нотному листку революционные песни. В книжных лавчонках уйма новой литературы, много советских книг». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 19 Cita 202: «Овации, музыка — ах, как хорошо, что музыка! Вот чего не хватало! В эти дни, особенно когда в душе поднималось высокое и горько-торжественное, было как-то сухо в ушах, как бывает сухо в горле. Вот теперь, когда оркестр — есть еще оркестры в Мадриде!». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 238 Cita 203: «Тут же, на перекрестке, в кромешной тьме прохожие окружают слепого музыканта, бросают ему в шляпу медь, предлагают играть «Интернационал». Он играет, и толпа вокруг него поет. Не какая-нибудь организация, или военная часть, или общество — просто толпа на 487 темной улице Мадрида хором поет «Интернационал» и «Молодую гвардию»». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 303 Cita 204: В домике на площади заседает военный комитет. Под окнами молодежь поет песни. «Красный Веддинг» сменяет «Карманьолу», затем звенят незнакомые кастильские слова «Приамурских партизан»». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 32 Cita 205: «Больше всего распространены сейчас по свету русские, советские песни. Их поют с воодушевлением люди, которые никогда не были в Советской стране и вряд ли увидят ее». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 64 Cita 206: «Он пел звонкие астурийские песни, затем меланхолические каталонские, затем бойкие мадридские куплеты, затем пошло лихое андалусское щебетанье и больше всего фламенко — южные, полуарабские романсы с неимоверно высокими и долгими нотами, слушая которые аудитория притихает, как при акробатических трюках, и грохочет аплодисментами, когда нескончаемая нота все-таки кончается. (…) Французы пели более сдержанно и грациозно, они одновременно не плясали, как испанцы, а слегка шаркали ногами и пристукивали чечеткой, брались по двое за руки и слегка кружились». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 61 – 62 Cita 207: «Болгарин запевает грустную тягучую песню. Андалусец внимательно слушает. Потом запевает он – гортанное с придыханиями и выходами «фламенко». Слова он импровизирует. Я прошу его сказать мне эти слова. Он смеется. «Это я про нас». С трудом добиваюсь своего. В русском переводе это примерно так: / Жили два товарища / И спасли друг друга». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 98 Cita 210: «Испанская песня чарует первыми же звуками. Ее нельзя слушать бесстрастно, слушая ее, нельзя думать о чем-нибудь другом. В испанской песне скрыта неиссякаемая энергия и жизненная устремленность целых поколений стойкого и трудолюбивого народа. Эта песня пробуждает в человеке могучие силы и жажду борьбы за свободу. Народ, у которого есть такие песни, найдет свой путь к свободе. Такой народ поработить нельзя!» // Паршина Е.А. «Динамит для сеньориты», Свердловск, Средне-Уральское книжное издательство, 1981, стр. 90 Cita 211: “Мигель Унамуно — прекрасный поэт, печальный философ и беспомощный политик. Его опыт поучителен в своей трагичности. Этот человек искренне мечтал о революции. Он любил поступь времени на страницах книг. Когда эта поступь превратилась в гул толпы перед окнами кортесов, он отошел от окон и начал мечтать о той старой Испании, которая жила в глубоком вневременном сне. Он захотел остаться нейтральным между батраками Эстремадуры и гвардейцами». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, 488 АПН, 1986, стр. 52 Cita 212: «Унамуно хорошо понимает необходимость и аграрной реформы, и борьбы с монашеством. Но в душе он сожалеет о трогательной нищете, об отрешенности и бескорыстности старой Испании. Он готов повторять на испанский лад: «Эти бедные селенья, эта нищая природа! Край родной долготерпенья!..» Он ищет тормоза — машина времени мчится слишком быстро. Он отрекается от своих прежних помыслов. Он начинает слагать разум и страх, прежние мечты и новую тоску. В итоге этого сложения получается программа куцых реформ, пополняемых карательными экспедициями, программа перепуганного буржуа и его органа «Эль-Соль». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 55 Cita 213: «Унамуно очень культурен и очень сложен. При известных обстоятельствах эти достоинства превращаются в слабость. Он мог быть мудрым, он, однако, мудрствует. Он не хочет увидеть голодных — это слишком просто, и это доступно каждому. Он рассуждает: что такое голод? Он доказывает, что голод, описанный Кнутом Гамсуном, никак не похож на голод, описанный Кеведо. Это — литературный комментарий для вполне сытых читателей «Эль- Соль». Тем временем сотни тысяч безработных мечтают о миске с горохом. Так постыдно заканчивается в наши дни высокотрагическая философия». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 55 Cita 214: «Мигель Унамуно накануне смерти сказал фашистам: «Вы можете победить, но не убедить». При помощи интервентов фашисты захватили две трети Испании, но, победив, они никого не убедили». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 306-307 Cita 215: «У Франко в тылу — миллиардер Хуан Марч, монахи с банковскими арифмометрами, гестапо, Троцкий со своей шайкой, японские самураи, арийские параграфы, итальянская касторка для рабочих, заводы Круппа, исступленный бред Мигеля Унамуно». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 47 Cita 216: «Индивидуализм аристократии и интеллигенции, анархистских вождей и незадачливой буржуазии, как мне кажется, напрасно приписывался всему народу». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 178 Cita 217: «На самом деле народу и лучшим представителям его культуры, начиная от кардинала Сиснероса и святой Тересы до Унамуно и Валье-Инклана (я нарочно привожу эти имена, не ссылаясь на современников), свойственно удивительное чувство достоинства – собственного, всенародного, общечеловеческого». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 178 489 Cita 218: «Нечего говорить, что его поведение на этом заседании было не случайной вспышкой и что, назвав Астрая зверем, он имел в виду не одного его…» // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 180 Cita 219: «Иностранцам часто кажется: какие роскошные слова! А испанцы всегда говорят так, для них эти слова просты, речь без образов и афоризмов кажется им «ученой», сухой, скучной. Образность и афористичность входят в самую ткань народной и литературной речи. Зато «роза» может означать любой цветок или женщину, ветер легко становится одушевленным существом, кровь не пугает, хотя она – и жизнь и смерть, ребенок с важностью говорит матери: «Оставь меня, женщина», а крестьянин иногда произносит фразу, которая кажется цитатой из пьес «плаща и шпаги», хотя чаще всего он при этом не знает грамоты». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 176 Cita 220: «Андалусца вообще нелегко понять: он говорит с особым акцентом, сглатывая концы слов». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 97 Cita 221: «Это слово он хорошо знал: Любимым присловьем испанцев было – «Надо подождать»» // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 149 Cita 222: «Формула поэтична: и «от зари до зари», в переводе на грубый язык это значит: два лишних часа» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 35 Cita 223: ««В Каталонии были прекрасные химики, художники, садоводы, коммерсанты, инженеры, но полководцев у нас никогда не было. В нашем языке нет даже военных терминов...» На беду, у фашистов несложная терминология: итальянские бомбы и германские снаряды понятны всем и без словаря». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 206 Cita 224: «Запрещены книги на баскском языке, больше того — на этом языке запрещено разговаривать. Запрещено давать детям баскские имена». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 304 Cita 225: «Испанцы в ответ отобрали у немца револьвер. Унтер закричал, но республиканские солдаты не понимали немецкого языка, а немец, который вот уже два года как сражается в Испании, не знал ни слова по-испански. В итоге злополучный унтер проснулся пленным». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 350 Cita 226: «Нейтралитет торжествует. В севильском кафе «Пасахе дель ориенте» сидят летчики «национальной армии генерала Франко». Они пьют национальный коньяк из Хереса. Какое кому дело, если они говорят друг с другом по-немецки? Это красивый язык, к тому же это язык «национальной армии», если не испанской, то германской. Какое кому дело, если они 490 поздравляют друг друга с успехами? Разговоры в кафе — частное дело. Лучше послушать генерала Кейпо де Льяно. Генерал вчера объявил по радио: «Наши доблестные летчики в Малаге бьют хлопушкой марксистских мух»...» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 130 Cita 228: «— Камарад, попрошу на минутку! — обращается один из них к официанту, тот подбегает к столу. И русский, мобилизовав весь свои арсенал знаний испанского языка, указав на подозрительное блюдо, потом проведя рукой по трассе своего пищевода и страдальчески замотав головой, говорит: — Камарада! Но пасаран! Не пройдет эта штука, понимаешь, никак не пройдет... Но пасаран!..» // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 278 Cita 229: «Бывая у Эренбурга на его московской квартире, я почти всегда встречал кого-нибудь из испанских друзей, наших военных людей, сражавшихся в Испании. И надписи, которые делал Эренбург на подаренных мне своих книгах, были на испанском языке». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 232 Cita 230: «Они не знали испанского языка, не знали, что такое рекете или фалангисты. Но они знали, что испанский народ изнемогает, и, не задумываясь, они пришли ему на подмогу». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 333 Cita 231: «В нашем интернациональном батальоне немало испанцев. Мы с ними дружим, как братья. Вы не думайте, ведь я все время изучаю испанский язык!» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 267 Cita 232: «Он спрашивает Чапаева, мог ли бы он командовать в международном масштабе. И Василий Иванович, смущаясь, отвечает: «С языками у меня плоховато». Но он недооценивает себя. Язык Василия Ивановича стал понятен всему миру. Большевиками- командирами — Ворошиловым, Чапаевым — гордятся рабочие и крестьяне во всех странах — как символом рабочей боевитости и непобедимости». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 33 Cita 233: «Изгнанный со своей родины Гейне медленно задохся в «матрацной могиле», как он называл свое ложе страданий. В восьмидесятую годовщину смерти национального поэта Германии его сочинения издают на немецком языке только в одном городе — Москве». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 91 Cita 234: «Советское «чувство дома» не эгоистично. Как не похоже оно на звериный шовинизм реакционных стран! Там первое слово национального символа веры — это животная ненависть к людям иной крови, иного языка, требование вышвырнуть всех инородцев». // 491 Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 94 Cita 235: «Что за народ, своеобразный, особенный! Он прожил особняком и сохранил свою древнюю культуру, начиная с оригинального языка, родственного во всем мире только абхазцам и армянам». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 162 Cita 236: «Парча румяных жадных богородиц, // Эскуриала грузные гроба. // Века по каменной пустыне бродит // Суровая испанская судьба». // Эренбург И.Г. «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 27 Cita 237: «Потому и старый королевский дворец оживлен сейчас, как никогда за все свое существование». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 63 Cita 238: «Борьбу с иезуитами, которые в течение долгих веков правили Испанией, ведет теперь сам народ. В Хересе монахи стреляли из монастыря в толпу. Толпа тотчас же сожгла монастырь. Монастыри в Гандии, в Хативе, в Альберике заняты рабочими и отданы под школы. Комсомольцы города Вито превратили монастырь в Народный дом». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 81 Cita 239: «Почти каждый день под вечер Мигель Мартинес бывает в «Мундо обреро», узнает новости и немного помогает делать газету. Это бывшая редакция «Эль дебате», старейшей католической реакционной газеты. Комнаты отделаны тяжелым дубом — элегантный уют богатых каноников, деловых монахов. На письменном столе директора стоит фигурка инквизитора в капюшоне, с длинной свечой в руках. За столом Хесус Эрнандес, взлохмаченный, потный, в расстегнутом моно, с маузером». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 69 Cita 240: «С мужеством Сида испанский народ отражает нашествие двух разбойных империй. На один республиканский самолет — восемь самолетов интервентов...» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 242 Cita 241: «Тогда Мохаммед бен-Амед что-то понял. Он оглядел нас своими восточными глазами. Его смуглая рука робко сжалась. С мукой он поднял кулак: он вспомнил, что он делал этой самой рукой. Дружинники в ответ улыбнулись и тоже подняли кулаки. Сын униженной земли, побежденный наемник, гордый и горький мавр, Мохаммед бен-Амед заплакал». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 111 Cita 242: «Они давали концессии не только на руду или на железные дороги, но и на исторические памятники. Донкихотов они [239] предавали смертной казни через удушение, и, пожалуй, этот особый вид убийства был единственной традицией, которой они гордились не 492 только на людях. Эти «патриоты» старались даже в семейном кругу лопотать на дурном французском языке; они проводили полгода в Париже, и для них не было большего комплимента, нежели слово «заграничное»». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 238-239 Cita 243: «Окно в Европу прорубил народ. Он проклял века рабства, Бурбонов, иезуитов, бездельных «сеньоритос». Шагнув в будущее, он открыл величие своего прошлого». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 239 Cita 244: «Они не хотят запереть могилу Сида, они дышат воздухом героики, и, вчерашние каменщики или пастухи, полководцы народной армии, они как бы заново проделывают эпопею романсеро. Они не кричат: «Долой Дон Кихота!» Они понимают трагическое мужество рыцаря Печального Образа. Они сражаются против тех, что издевались над бесцельным и все же великим подвигом злосчастного рыцаря». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 239-240 Cita 245: «Великая страна, она сумела сохранить отроческий пыл, несмотря на все старания инквизиторов и тунеядцев, Бурбонов, шулеров, стряпчих, англичан, наемных убийц и титулованных сутенеров!» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 27 Cita 246: «В старом испанском романсеро есть песня о смерти Родриго. Мавры окружили его и нанесли ему тридцать ран. Друг спрашивает Родриго: — Почему ты не ускакал за реку? — Потому что я — испанец. — Почему ты поднял забрало? — Потому что я глядел в глаза победе. — Но ты побежден, Родриго. — Нет, я победил — моя кровь зовет в бой». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 246 Cita 247: «Кто, раненный, кричит: «Вперед»? Кто гранатами отражает танки? Кто из винтовок сбивает самолеты? Кто, истекая кровью, вырывается из вражеского кольца? Все он же — Родриго XX века, испанский народ». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 248 Cita 248: «Контрабандист Марч дает деньги. Иезуиты кропят пушки святой водой. Попы призывают к священной войне. Горцы Наварры, которые спускаются в город только раз в год — на бой быков, клянутся уничтожить нечестивых марксистов. Дряхлые фрейлины Бурбонов срывают с себя бриллиантовые серьги и кидают их в красные береты карлистов...» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 88 493 Cita 249: «Надо ясно сознавать, против кого борешься, в кого стреляешь... Мы стреляем в наше проклятое прошлое — в Испанию Бурбонов и Примо де Риверы, которая пробует вернуться и задушить нас». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 52 Cita 250: «Маркизу было восемьдесят лет, он был идиот, фетишист, всю жизнь коллекционировал перчатки — их нашли здесь несколько тысяч пар. В спальне под стеклом висят шелковые подтяжки — подарок Альфонса XIII с автографом монарха. Сейчас в этой спальне редакция литературно-художественного журнала «Синее моно»». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 68 Cita 251: «В доме епископа расположился штаб полковника Вильальба. Под каменными сводами портала XVI века солдаты, еще в королевской форме, играли в карты. Через галерею, освещенную луной, я прошел в покои епископа, ныне штаб-квартиру фронта Сарагоса — Уэска. Над столом с военными картами нависло огромное распятие из слоновой кости. Полковник поднялся навстречу, худ, суров, застенчив». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 24 Cita 252: «Снаружи ледяной ветер с гор клонит кусты к земле. Дружинники народной милиции пробуют греться у маленького костра. Они честно охраняют Эскориал. Охраняют памятник истории, музейный экспонат, каменную диковину далекой и страшной старины. (…) В XX столетии, в тридцать шестом году, выродившиеся последыши забытых мучителей Испании хотят вновь сделать Эскориал правящим центром и символом страны. Хотят бросить к его подножию скованный, окровавленный, изнемогающий в фашистских пытках народ». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 309 Cita 253: «Этот дух утилитарности, деловитости, укрытых под христианским смирением и добродетелью, властвует в Эскориале, как нигде в церковных зданиях. Правительственно- монархический комбинат был блестяще организован при самом своем сооружении и не нуждался почти ни в какой модернизации. Кельи монахов — это просторные и удобные апартаменты для жилья и работы: громадный кабинет, небольшая спальня, молельня и туалетная. При этом они сохраняют всю суровость эпохи инквизиции; каменный пол (с мягкими циновками на нем), железная жаровня (с вделанной в нее симменсовской электрической печкой), простой бронзовый колокольчик (рядом с автоматическим телефоном). На столах груды книг, новых журналов, текущей политической литературы на многих языках. Тихие эскориальские затворники, самые близкие к фашистским кругам, вели отсюда огромную пропагандистскую работу против Республики, против Народного фронта». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 308 Cita 254: «По испанской привычке он, для разговора вдвоем, выводит меня на балкон. Пять 494 лет назад, через две недели после свержения династии Бурбонов, на этом же балкончике мы разговаривали с военным министром Асаньей». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 45 Cita 255: «Герцоги Альба, старейшая испанская династия средневековых завоевателей, колониальных разбойников, титулованных грабителей, всегда соперничали с королевской фамилией; здесь, в этих залах, отслоилась добыча из многовековых колониальных грабежей — золото, редкие камни, экзотические дерева, мозаика, китайский фарфор, слоновая кость... Огромные гобелены тянутся на десятки метров. Сохранились носилки старых Альба, их кареты, их оружие и седла...» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 172 Cita 256: «Фашизм – это власть иностранцев, а испанец испокон веку был готов перенести что угодно, только не иностранное владычество (они сами еще пели песни о владычестве мавров, не таком уж дурном, судя по тем же песням, и все же непереносимом); они ничего не читали, но все же знали, что испанцы не покорились Наполеону I» // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 118-119 Cita 257: «Фашисты не щадят никого из пленников, попадающих к ним из республиканского лагеря. Но особенно упиваются они, захватив кого-нибудь, имеющего отношение к общественному мнению, к печати, иностранной или испанской, все равно. Мятежники, как известно, расстреляли корреспондента французской газеты «Энтрансижан». Теперь окончательно подтвердилось сообщение о расстреле в Гранаде крупнейшего поэта и драматурга современной Испании Федерико Гарсиа Лорки. Вся страна оплакивает эту потерю. Вчера же стало известно, что в Альхесирасе расстрелян молодой литератор Мигель Пуйоль в отместку его брату – известному карикатуристу, постоянному сотруднику органа компартии «Мундо обреро». Сегодня над очередной карикатурой Пуйоля напечатано известие о расстреле его брата». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 190 Cita 258: «В Испании с нами были почти все молодые писатели: Лорка, Альберти, Бергамин. Я встретился с моим давним приятелем Гомес де ля Серна, который чурался политики; мне удалось уговорить его войти в Ассоциацию». // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 451 Cita 258: «В Мадриде писателям отдали особняк убежавшего аристократа: там была прекрасная библиотека — инкунабулы, редчайшие издания, рукописи испанских классиков. В особняке поэты Альберти, Маноло Альтолагире, Петере, Серрано Плаха, Эрнандес читали свои стихи. Там я познакомился с писателем Хосе Бергамином, левым католиком, человеком чистой души, печальным и спокойным. Мы с ним разговаривали о Сервантесе и о воздушной обороне, о коммунизме, о поэзии Кеведо. Там же я встретил Пабло Неруду — чилийского 495 консула и поэта». // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 482-483 Cita 259: «В «Атенео» состоялся вечер памяти Максима Горького. Рафаэль Альберти сказал мне со слезами в голосе: «Подтвердилось… Они убили в Гренаде Гарсия Лорку…»«. // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 483 Cita 260: «Испанская женщина ненавидела войну. Суеверно она страшилась оружия. В пьесе Гарсиа Лорки «Свадьба крови» женщина проклинает все, что несет мужчине смерть». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 279 Cita 261: «Сейчас «Неделя книги». На улицах киоски различных издательств. Девушки бойко торгуют военными учебниками, романами, стихами. Вот женщина покупает новинку — «Битва на Марне». Боец с фронта выбрал сборник стихов Гарсиа Лорки». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 277 Cita 262: «3 июля актеры Валенсии под руководством поэта Альтолагирре устраивают спектакль в честь делегатов. Будет показана историческая пьеса поэта Гарсиа Лорки, расстрелянного фашистами, «Марьяна Пинеда»«. // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 208 Cita 263: «После слов о том, что Лорка, как мировой поэт, принадлежит и Советскому Союзу, неожиданно раздались аплодисменты». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 176 Cita 264: «Спорили: «Это поется там-то и там-то». Это действительно пелось: слова и мелодии Лорки уже проникали в народ, вернее, возвращались к нему. Но при этом он не терпел подделок и никогда не приносили в жертву собственное утонченное восприятие жизни и искусства. Создавая знаменитый «романс о гражданской гвардии» (испанской жандармерии), которого она ему не простила, он не собирался писать агитационное произведение. Но он воспринимал гражданскую гвардию, как воспринимал ее народ, потому эти стихи и называются «романсом» в испанском смысле слова, то есть народной балладой-песней. Во главе созданного им театра «Ла Баррака» он объездил страну, показывая крестьянам пьесы драматургов-классиков. Он и в этом случае возвращал народу то, что народу принадлежит». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 182-183 Cita 265: «Альберти говорить не любит. Он читает стихи. Сперва о войне, о солдатах народа, об интернационалистах. Потом по общему требованию – сатирические стихи о маркизе с громким именем. Это очень «соленые» стихи, в народном духе, с крепкими словечками. В зале стоит хохот». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 72 Cita 266: «В драме Кальдерона «Жизнь есть сон» главный герой Сехисмундо произносит 496 знаменитый монолог: почему с детства заключенный отцом в тюрьму полузверь требует свободы? Только потому, что он – человек». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 179 Cita 267: «Очевидец этих спектаклей Пабло Неруда писал: «Среди потрясающей, фантастической нищеты испанского крестьянина, – я видел, как он живет в пещерах и питается гадами, – проходил магический вихрь поэзии, поднимавший в мечтах старых поэтов зерна пороха и голод по культуре». Надо ли объяснять, почему фашисты его убили? После заседания в Кастельоне ко мне подошел старый крестьянин и сказал: «Ты прав. Фашисты хотят, чтобы у нас не было цветов»«. // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 183 Cita 268: «В реквизированном особняке живут писатели, оставшиеся в Мадриде. Вчера мы с Кольцовым заехали к ним, провели там вечер. Маститый седой беллетрист сидел за столом, закутанный в шубу, подняв воротник, переговариваясь с хлопочущей около стола жизнерадостной Марией-Терезой Леон. Рафаэль Альберти в бараньем полушубке, молчаливо доедая гороховый суп…» // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 276 Cita 269: «Поэт Рафаэль Альберти читает на митингах свои стихи. Даже самые «благонамеренные» критики вынуждены признать, что Альберти — прекрасный поэт.. Теперь он нашел людей, которым поэзия нужна как хлеб. Глядя на него, я вспоминаю Маяковского — «Наш марш» в цирке, перед рабочими и красноармейцами. Кто после этого скажет, что поэзия и революция — враги?». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 79 Cita 270: «Мария Тереса побежала за ними вдогонку. Она, как всегда, весела и нарядна, похожа на птицу тропиков. В руке крохотный револьвер. Она остановила четырех беглецов. Они отвечают сбивчиво: — Заблудились... Один из них, красивый высокий парень, вдруг подымает руку вверх и ругается: — Сволочи! Кружат, кружат... Чего тут говорить — струсили. Дезертиры отдали винтовки Марии Тересе и, не глядя друг на друга, зашагали по пыльной дороге». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 100 Cita 272: «Неподвижны, зеркальны, как фотообъективы, глаза Рафаэля Альберти. Мадрид горит, неужели возможно, что он сгорит дотла, что он будет уничтожен совсем? Да, сейчас это кажется возможным». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 268 Cita 273: «Рафаэль Альберти и Мария Тереса Леон, взяв большой ключ, повели меня по 497 стеклянной галерее, отперли дверь — и вдруг изумительный двухъярусный готический библиотечный зал открылся нам, сотни тысяч книг и манускриптов. За стенами шкафов — средневековые фолианты, редчайшие первоиздания испанских классиков, рукописи, гравюры, целая сокровищница». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 69 Cita 274: «Хосе Бергамин, верующий католик, поэт и эссеист, худой, очень черноволосый и черноглазый, с темным некрасивым, но всегда освещенным напряженной работой ума лицом испанского мученика». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 183 Cita 275: «Председатель испанской Альянсы Хосе Бергамин говорит о культуре своей страны: — Основная забота писателя — связь с другими людьми. В этой связи корни его существования. В этом смысл его жизни и работы. Связь писателя с другими людьми происходит во времени, и она осуществляется словом. Слово хрупко, и испанский народ называет одуванчик — цветок, жизнь которого зависит от дыхания, — «человеческим словом»«. // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 162 Cita 276: «Из моих встреч с Бергамином родился рассказ «Венский вальс». Его герой вовсе не Бергамин ни по внешности, ни по образу жизни, ни по мыслям. И все же, если бы я не встречался с ним, не слышал его выступлений, в том числе и в Барселонском университете, рассказа не было бы. Он родился как аргумент в споре двух близких, но отнюдь не совпадающих точек зрения, даже – двух мировоззрений». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 184 Cita 277: «А наша правда звучала в песнях народа и в речах Дон-Кихота. Не богатство, не сила родили ее, ее родило несчастье. Она стала достоянием безумцев. Она говорила с нами красотой наших городов и нищетой деревень. Она обличала рисунками Гойи, портретами Веласкеса. В нашей живописи столько мучеников, потому что мучеником был народ. Не умея освободиться от нищеты и ярма, испанцы освободились от страха смерти. Жизнь была так страшна, что они примирились со смертью. В этих полюсах – бессмертие Испании». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 195 Cita 278: «Пулемет, хлеб и книга несоизмеримы. Душа народа живет в груди пулеметчика, но отражается она в книгах. Народу нужны и пулеметчик и писатель. Они оба защищают его». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 194 Cita 279: «Столетие со дня смерти Пушкина уже прошло, но было решено отметить его, и я предложил Маноло перевести «маленькие трагедии». Он согласился под условием, что мы сделаем это вместе. Моя работа свелась к тому, что я переводил ему текст слово в слово, стараясь найти оттенки каждого, а он укладывал это в стихи. Первое время он очень увлекся, 498 особенно «Каменным гостем». «Тут не все писал испанец,– повторял он,– но удивительно, сколько тут испанского». Потом он охладел и, переведя «Пир во время чумы», решил издать только эти две пьесы, что и выполнил. Это первый перевод «маленьких трагедий» на испанский». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 209 Cita 280: «Это лицо кажется мне таким же прекрасным, таким же выразительным, как лица Греко, Риберы, Веласкеса. Я еще не могу понять, что открывает мне этот взгляд, эти тонкие, крепко сжатые губы. Мне кажется почему-то, что я вижу один из обликов Испании, испанского народа и этой войны (…). Для Дон-Кихота часовой молод, и в нем нет одержимости. Скорее с него можно было бы писать Роланда, трубящего в рог. Да нет, при чем тут рыцарские времена, это лицо моего современника. А вот есть в нем и Дон-Кихот, и Роланд, и кто-то из тех, кто хоронит графа Оргаса на картине Греко. И есть в нем все солдаты и все крестьяне, которых я до сих пор видел». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 66 Cita 281: «Можно никак не интересоваться искусством, можно приехать в Испанию, чтобы закупить апельсины или чтобы изучить аграрный вопрос, можно быть биржевиком или агитатором, но нельзя пройти мимо Гойи, это лучший проводник по стране. Так прежде всего разрушаются лживые фразы о «художнике кошмаров». Гойя не декадент, не эстет, не одинокий фантаст, Гойя — художник, которого с полным правом можно назвать «социальным»«. // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 43 Cita 282: «Все так называемые «кошмары» Гойи в Испании ходят по улицам: это маркизы и нищие, это спесь и горе, это генерал Санхурхо среди запуганных батраков Эстремадуры». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 43-44 Cita 283: «Гойя шел дальше, нежели человеческий глаз, он показывал сущность предмета или чувств, он был подлинным реалистом». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 43 Cita 284: «Кто только не называл Испанию красочной. Вот афоризм Гойи: В мире нет ни красок, ни линий, есть только солнце и тени». Солнце Испании щедро, но и беспощадно (а кое- где очень скупо), тени резки, порой черны». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 177 Cita 285: «Я видел рабочих Пособланко, которые продолжали работать, как под обстрелом художник Солана писал свои натюрморты. Пятый полк не только спас ценности прошлого: своей героической борьбой он создал ценности будущего. Защита культуры не в спасении созданного: новая война за независимость вдохновляет теперь неизвестного нам Гойю». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 216 499 Cita 286: «Он презирает искусство, причем живой кардинал сидит в Севилье и молится за держимордовское здравие. Рабочие, охранявшие Лирию, вывезли из огня полотна Гойи, Веласкеса, Сурбарана. Народ никогда не отвергает своего прошлого. Люди, которые защищают теперь Мадрид, — наследники Сервантеса, Кеведо и Лопе де Веги». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 125 Cita 287: «В этой борьбе испанский народ впервые нашел себя. Когда-то имя Испании гремело в мире. Эпопея Сида вдохновляла храбрых. Испанские мореплаватели первые пересекли океан. Испанские завоеватели создали огромную империю. Писатели всех стран учились у Манрике, у Кеведо, у Лопе де Веги, у Сервантеса. Кто не знает имен Веласкеса, Сурбарана, Греко? Романские церкви Сеговии, готика Бургоса, дворцы Возрождения в Саламанке были высокими архитектурными достижениями. Потом? Потом Испания стала спящей красавицей, вотчиной полуграмотных аристократов, страной военных хунт и военных заговоров, приманкой для туристов, падких на экзотику». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 238 Cita 288: «Народ бережно сохранил особняк маркиза, его великолепную живопись. Маркизу нечего жаловаться на народ, построивший этот дворец и передавший его теперь в достойные руки. Вот другу маркиза герцогу Альба не повезло — в его дворец попала фашистская бомба. Я снимал бойцов народной милиции, которые выносили из горящего дворца картины, статуи, музейную мебель». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 276-277 Cita 289: «Рафаэль Альберти в бараньем полушубке, молчаливо доедая гороховый суп, разглядывал семейный альбом маркиза. На этом альбоме карандашные и акварельные наброски знаменитых художников, эпиграммы, вписанные рукой знаменитостей. На одной из страниц рисунок человека-полуобезьяны в лохмотьях с дубиной в волосатой руке. Под рисунком надпись: «Народ!»» // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 276 Cita 290: «Зевак восторженные крики / Встречали грузного быка. / В его глазах, больших и диких, / Была глубокая тоска. / Дрожали дротики обиды. / Он долго поджидал врага, / Бежал на яркие хламиды / И в пустоту вонзал рога. / Не понимал – кто окровавил / Пустынь горячие пески, / Не знал игры высоких правил / И для чего растут быки. / Но ни налево, ни направо, – / Его дорога коротка. / Зеваки повторяли «браво» / И ждали нового быка. / Я не забуду поступь бычью, / Бег напрямик томит меня, / Свирепость солнца и величье / Сухого, каменного дня». // Эренбург И.Г. «Бой быков» // «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 29-30 Cita 291: «Маяковский, который, видя бой быков, жалел, что к рогам быка не прикреплен пулемет, который стрелял бы по зрителям!» // Олеша, Ю.К. «Ни дня без строчки», Москва, Художественная литература, 1989, стр. 375 500 Cita 292: «Перед огромным амфитеатром зрителей, внешне бесчувственно-нейтральных, внутренне перепуганных, фашистские убийцы хотят, как опытные тореро деревенского быка, заколоть, прикончить этот народ, убить все достойное, гордое, честное в нем, оставить в живых только тех, кто пойдет обратно в рабство, кто покорно поцелует руки господам». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 207 Cita 293: «Все-таки это безумие — собираться так, не боясь авиации, в традиционный, точно назначенный час. Или, может быть, в воскресенье в четыре пополудни, в час корриды, гражданская война приостанавливается?.. Представление начинается по всей форме. Но когда средневековая процессия проходит вокруг арены к президентской ложе, верховые герольды в черных кафтанах перекладывают трубы в левую руку, а правой, сжав кулак, делают «Рот фронт!». Шесть тореро маршируют, одетые по ритуалу и при косичках, но вместо треуголок на них пролетарские кепки». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 59-60 Cita 294: «Следующие тореро особого искусства не показали. В помощь им на арену выбегают двое дружинников. Они усердно дразнят быка, оттаскивают от него споткнувшуюся лошадь с пикадором и сами отважно втыкают бандерильяс. Публика хохочет и бурно хлопает. Завзятые знатоки недовольны. Карамба, можно ли вносить баловство в такое серьезное дело?!» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 60-61 Cita 295: «Мальчишки от шести лет каждое воскресенье видят смерть шестерых полных сил и ярости быков, а иногда и самих тореро. Похоронные магазины — одни из самых роскошных и разукрашенных на улицах. Мысли о смерти, пусть о достойной, о героической, но о смерти, слишком часто посещают испанского бойца, даже числящегося в материалистах, слишком занимают его, толкают на поступки иногда отчаянные, иногда наивные». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 181 Cita 296: «Пако убеждает меня в необходимости тотчас же после войны национализировать все испанские питомники боевых быков. И потом — нельзя ли организовать гастроли тореро в России? В Испании сезон боев кончается в октябре — вот на зиму можно было бы поехать в Москву... Я представляю себе Доминго в валенках, поражающего на льду стадиона «Динамо» лучшего племенного производителя Скотоводтреста, и мне становится страшно. Стоит ли разочаровывать столь решительного Пако, колебать его стройные планы? Нет, не стоит». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 322 Cita 297: «Илья Григорьевич презрительно ухмыльнулся, узнав, что мы хотим снимать бой быков: «Потянуло на испанскую экзотику?», но мы все же пошли. И не пожалели, что пошли, сняли великолепные кадры. Прославленные тореро посвящали очередного быка победе над фашизмом, поднимали кулак перед тем, как взять в руку малету. По арене дефилировали 501 отряды народной милиции, уходившие на фронт под Уэску, тысячи людей провожали их, подняв над головой кулак, пели гимн республики, забрасывали солдат и тореро апельсинами, сигарами, кидали на арену шляпы. Илья Григорьевич скептически качал головой, когда мы, захлебываясь, рассказывали о нашей съемке, он был упрям, непоколебим». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 245 Cita 298: «Огромные арены для боя быков. Тореадоры сейчас не в моде. (…) Арены сдаются под митинги. Сотни тысяч людей собираются, чтобы услышать Пасионарию, Ларго Кабальеро или Диаса». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 78 Cita 299: «Мир тореадоров напоминает мир актеров или писателей: каждый только и думает, как бы потопить другого. Парита увидел человеческую солидарность... Вечером каменщики читали газету или книгу. Парита многое понял. На строительных лесах он стал революционером». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 189-190 Cita 300: «Он побежал в одном белье к казарме Ла-Монтанья. Он бросал в фашистов камнями. Потом он собрал тридцать восемь тореадоров — республиканцев — и повел их в Пятый полк». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 190 Cita 301: «Зной. Горячий ветер насыщен сухим треском цикад. Давно позади остались красные, как кирпич, горы, покрытые пупырышками масличных порослей. Перед нами – волнистая равнина в пшеничных полях. Деревни и городки – каменные. Черепичные крыши и узкие улицы прожжены солнцем. Здесь мало зелени – разве на площади у фонтана несколько старых акаций. Многие из домов – лишь остовы, где вся внутренность вынесена аэропланной бомбой. У порогов на стульях с камышовым сиденьем сидят женщины, занятые рукоделием. Играют дети». // Толстой А. «Русский характер», Москва, Правда, 1985, стр. 286 Cita 302: «Но когда небо темнеет и серебряная кастильская луна струится над крышами, когда пронзительно вопит сирена, и щупают небо прожекторы, и глухие взрывы прерывают нервную, притаившуюся тишину, — тогда Мадрид, со своим миллионом жителей, с правительством, с небоскребами, становится одинок, как на льдине». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 137 Cita 303: «Мы шли по мосту, в тишине звучали наши шаги, впереди виднелась группа людей, к которым мы приближались. Они ждали нас молча (…) Последние шаги пройдены. Шлагбаум. Красные паспорта. Вот тут-то и началось. Реакция ребят, одетых в синие комбинезоны, была мгновенной, бурной (…) Я кинул взгляд в ту сторону моста, группа чопорных французских пограничников молча наблюдала за этой суматохой, поднявшейся на краю испанской земли, 502 куда шагнули двое советских людей Cita 304: «Мы сели в старый вагончик, маломощный паровоз посвистел, вагончик дернулся, поезд пошел со скоростью велосипедиста, нырнул в туннель, стало темно, потом забрезжил свет, поезд остановился. Мы были в Испании. Вокзал в Порт-Боу оказался крытой полутемной платформой, густо обклеенной внутри и снаружи плакатами и лозунгами». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 7 Cita 305: «И вот наконец берега Испании. Сначала они виднеются зыбко и неясно. Трудно понять, что это: полоска холмистой земли или нависшие облака? Потом вырисовывается всхолмленный берег, за которым лишь угадываются где-то вдали пологие горы. Я почему-то всегда представлял себе Испанию краем зелени, густых садов и полей». // Богденко. В.Л. // «Ленинградцы в Испании», Ленинград, Лениздат, 1967, стр. 109 Cita 306: «Все чаще баррикады на шоссе — из мешков с хлопком, из камней, из песка. На баррикадах красные и черно-красные знамена, вокруг них вооруженные люди в больших остроконечных соломенных шляпах, в беретах, в головных платках, одетые кто как или полуголые». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 7 Cita 307: «Римским разбойникам мерещилась новая Абиссиния». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 133 Cita 308: «Испания – остров, окруженный враждебными водами. Да, и вода – враг, по ней ходят фашистские суда и «наблюдатели» комитета по невмешательству – морские жандармы Франко. Только Москва… Во всем мире только Москва… Но она так далеко, на другом краю планеты». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 221 Cita 309: «Завтра, вернее, уже сегодня, в исторический день двадцать девятого августа 1936 года в ответ на бесчеловечную бомбардировку мирной европейской столицы правительства Франции и Англии пошлют ультиматум фашистским державам, поддерживающим мятежников против законного испанского правительства». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 70 Cita 310: «Одиночество — не отъединение и Дон Кихот — не Робинзон». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 218 Cita 311: «И снова лесок, вернее – роща, такая же, как где-нибудь под Москвой». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 9 Cita 312: «В кастильском нищенском селенье, // Где только камень и война». // Эренбург И.Г. 503 «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 24 Cita 313: «Повсюду, как и в Барселоне, здесь властвует моно — синий холщовый или бумажный комбинезон с застежкой «молния». Очень удобны альпаргатас — легкие белые полотняные тапочки на веревочной подошве. Раньше в этих кварталах Мадрида даже в самую страшную жару неудобно было показаться без пиджака, жилета, галстука, без шляпы. Сейчас вся столица разгуливает в моно». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 44-45 Cita 314: «Здесь не Восточная Европа, где танк может легко развернуться, повалив забор огорода, помяв огурцы на грядках или даже пройдя насквозь через деревянный дом. Испанский городок, вот такой, как эта Сесенья, — это тесный лабиринт узких, горбатых переулков и тупиков; каждый дом — старая каменная крепость со степами в полметра-метр толщиной». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 186 Cita 315: «В той, второй Испании много хлеба, много люстр, много мундиров. В той, второй Испании нет одного: воздуха. Глаза людей, которых я там видел, похожи на глаза рыб, выхваченных из воды: это — муть удушья». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 285 Cita 316: «Мы все же идем в Брунете. Высокая церковь (ее потом снес снаряд). Я забрался в помещение фаланги. Документы, плакаты, листовки. «Речь немецкого ученого доктора Геббельса о проблеме человеческих рас». Перед домом — труп марокканца. В баре рюмки на стойке: фашисты их не допили...». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 219 Cita 317: «Он махнул рукой и начал пробовать снимать Бургос — довольно четкую полосу белых зданий с правой стороны. Но пилот и механик сигарами невыносимо задымили кабину. Моряк спал, как бревно. Механик — чисто испанская страсть к сенсации — растолкал моряка и, показав в окно, крикнул: «Бургос!» Моряк, не проснувшись, кивнул головой и вытащил пистолет». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 143 Cita 318: «Я кричу: «Что? Что такое?» Шофер отвечает не сразу: «Мы на фашистской территории». Ни разу в жизни я не чувствовал такого ужаса, такого внезапного одиночества, такого холода в спине. У нас не было даже пистолета». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 17 Cita 319: «Мы сели в старый вагончик, маломощный паровоз посвистел, вагончик дернулся, поезд пошел со скоростью велосипедиста, нырнул в туннель, стало темно, потом забрезжил свет, поезд остановился. Мы были в Испании». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, 504 Советский Писатель, 1961, стр. 7 Cita 320: «Кажется, я не видел ничего горше этого исхода. Народ согнан со своей земли. Идут по дорогам из Фигераса, из Риполя, из Сео-де-Уржеля. Фашисты бомбят дороги. Идут без дорог, через горы. Женщины с детьми, с узлами. Идут по скользким, обледеневшим скалам, вязнут в снегу». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 362 Cita 321: «В садах Леванта, как каждую зиму, цветут розы. Никто на них не смотрит». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 238 Cita 322: «Вокзал в Порт-Боу оказался крытой полутемной платформой, густо обклеенной внутри и снаружи плакатами и лозунгами. Тут было и «Добро пожаловать в свободную Испанию», и «Фашизм не пройдет!», и «Да здравствует анархия!»«. // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 7-8 Cita 323: «А уж когда, проехав, мы вышли из вагона на вокзале Порт-Боу, то увидели настоящие следы войны, жестокой, бесчеловечной. Искореженные каркасы домов, битое стекло под ногами, а среди него разбросаны кое-где ботинки, шляпы, и, кажется, еще сочатся наскоро засыпанные песком бурые пятна…» // Химочко В.А. «Салуд, Испания!» // «Вместе с патриотами Испании», Киев, Издательство политической литературы Украины, 1978, стр. 325- 326 Cita 324: «Сербер светится. После черноты Испании огни маленького городка слепят. Порт-Бу темен, он зарылся в ночь. В Порт-Бу — развалины: то и дело «фиаты» бомбят городок (…) Порт-Бу — длинные очереди за восьмушкой хлеба. В Сервере сколько угодно хлеба, и сахара, и молока. В Сербере сегодня бал, приехал джаз из Перпиньяна». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 237 Cita 325: «Два города видны с перевала. В обоих люди говорят по-каталонски. У жителей Сербера немало родственников в Порт-Бу. Между ними только гора, петли шоссе, туннель. Между ними, кажется, целый век. Между ними все то, что отделяет мужество от сомнения». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 237 Cita 326: «В черном полуразрушенном, голодном Порт-Бу люди куда счастливей. У них нет ни сахара, ни мыла, ни табака, но у них сознание: мы не сдались, мы приняли бой. Это высокое счастье, и кто не позавидует пограничнику, который с гордостью сказал мне, что его сын сейчас дерется под Теруэлем?» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 237 Cita 327: «Ирун — парадный подъезд, Порт-Бу — черная лестница». // Эренбург И.Г. 505 «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 285 Cita 328: «Возле Порт-Бу сидит женщина и кормит грудью ребенка. Ребенок мертвый — осколок бомбы, а мать сошла с ума. В Перпиньяне в госпитале много умалишенных». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 363 Cita 329: «Огромный цыганский табор на кочевье. На горах и вдоль дорог горят по ночам костры. У костров плачут дети и сушатся пеленки. Горят семейные кровати, картины и валежник. В черное небо задраны оглобли допотопной повозки, а рядом издыхает обессиленный мул. В рощице – автомобильный парк: владельцы машин и шоферы бросили их, так как бензина нет». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 265 Cita 330: «У большинства нет ни ослов, ни повозок, ни тачек. Они несут вещи на плече или на голове. Интеллигент тащит связку книг. Ничего другого у него нет, а единственная рубашка вся в дырах». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 266 Cita 331: «Солдаты проходят четким шагом, знаменосцы выходят из строя и отдают знамена командиру. И старый генерал забывает, зачем он здесь, и вспоминает, что он тоже солдат. Он, не скрываясь, плачет. Остальные военные из комиссии, молча, как на похоронах, прикладывают руки к козырькам и невольно принимают почтительную позу». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 268 Cita 332: «И вот на мосту – фашисты. Навстречу им выходит французский пограничный офицер и пожимает руку фашистскому офицеру, и приносит ему поздравления. Это видят беженцы и республиканские солдаты, которых гонят в лагеря». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 268 Cita 333: «Длинный фронт от Мотриля до Дон Бенито трудно назвать фронтом: можно проехать десятки километров, не встретив ни одного солдата. Недавно возле Адамуса два фашистских офицера по ошибке прикатили к республиканцам и очень удивились, увидев в качалке анархиста, который дремал на солнышке». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 181 Cita 334: «Возле Мадрида гражданская война одета в защитный цвет. Это — война с бетонными укреплениями, с кротовыми ходами сообщения, с подкопами, с размеренной перебранкой орудий. В Андалусии гражданская война еще не сбросила пестрой рубахи партизанщины. Исход боя зачастую решают не самолеты и не танки, но удаль отряда динамитчиков, восстание в тылу у неприятеля или революционная песня, которая переходит из окопов республиканцев в окопы фашистов». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 181 506 Cita 335: «Юг Испании богат и нищ, темен и талантлив. Здесь живут люди ленивые, добродушные и смелые. В войну они внесли фантазию, вдохновение. Конечно, батальон «Панча Вилья» с точки зрения военной науки вряд ли может быть назван батальоном, но его командир со ста пятьюдесятью бойцами недавно захватил дорогу на Гранаду, которую защищали артиллеристы — офицеры сеговианской академии». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 186 Cita 336: «Борьба происходит в гористой части Андалусии. Дорог мало. Крестьяне ездят по тропинкам на мулах или на ослах. Тропинки эти никем не охраняются. Каждый день крестьяне деревень, занятых фашистами, переходят к республиканцам. Партизаны — жители Андалусии — прекрасно знают все тропы. Они пригоняют к республиканцам скот, берут амуницию и уходят назад». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 182 Cita 337: «Горы Андалусии кажутся пустынными, однако они заселены теперь людьми. Здесь живут те, кто не захотел жить вместе с фашистами. Человек убегает в сьерру. Он бродит в одиночку день, два, неделю. Потом он встречает другого человека. Ночью два новых товарища нападают на уснувших часовых. Теперь у них винтовки. Так начинаются партизаны». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 188 Cita 338: «Альмаден — небольшой городок. Белые дома с решетками на окнах; женщины с глиняными кувшинами; люди в широкополых шляпах жмутся к стенам, скрываясь от беспощадного солнца Андалусии. Однако Альмаден не только белые дома и глиняные кувшины. Альмаден — это ртуть». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 183 Cita 339: «Каждый день городок громили итальянские бомбардировщики. Многие улицы — развалины, по ним нельзя пройти. На крыше одного дома автомобиль: его закинуло силой взрыва. Церковь снесена бомбами, уцелел только каменный Христос, он смотрит на разрушение, совершенное во имя его. На колокольне пустое гнездо, внизу валяется мертвый аист. Артиллерия фашистов закончила дело, начатое авиацией: тяжелые орудия били по домам». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 184 Cita 340: «Пособланко оказался маленьким Мадридом». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 184 Cita 341: «Республиканцы после трех недель непрерывных боев, в лохмотьях, исхудавшие, небритые, с глазами, красными от усталости, выбежали из окопов (…) Отступление фашистов напоминало бегство. В деревне Алькарасехос республиканцы нашли на столе котелок с еще теплой похлебкой: фашисты не успели пообедать». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 507 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 184 Cita 342: ««Кто убил герцога?» — спрашивали в ярости крестьян предки Кейпо де Льяно, и крестьяне отвечали хором: «Фуэнтэ Овехуна». На вопрос: «Кто пускает с откосов итальянские эшелоны?» партизаны могут ответить: «Фуэнтэ Овехуна, Андалусия, Испания»«. // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 187 Cita 343: «Это приключилось шестнадцатого марта в восемь часов вечера. Эшелон итальянцев направлялся из Лас-Росалеса в Кордову. С утра шел дождь. В Лас-Росалесе итальянцы пригрозили начальнику станции: «Промокли как собаки... Если не дашь приличного состава, — камня на камне не останется». Их рассадили в вагонах первого класса. Они пили вино из бутылок и горланили. С грохотом поезд пронесся по мосту Вильяфранка... Что случилось потом? Смешались туловища, винтовки, осколки стекла, шапки. Вагоны, лежа, еще раз вздрогнули. Из темноты стреляли. Спаслись немногие. Один из них потом рассказывал: «Майор кричит: стреляйте! — а в кого стрелять? Сержант его спросил, где противник. Он ему в зубы: «Болван! Видишь — люди, значит, это и есть противник»«. // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 187 Cita 344: «Сколько их в горах? Тысячи? Десятки тысяч? Этого не знает никто. Они невидимы. Они исчезают и вдруг показываются из-под земли. Они шутя переходят через фронт. Они бесстрашно нападают на отряд марокканцев и бережно несут на плечах сирот». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 190 Cita 345: «Гроб несли по розовому щебню, // И труба унылая трубила. // Выбегали на шоссе деревни, // Подымали грабли или вилы. // Музыкой встревоженные птицы, // Те свою высвистывали зорю. // А бойцы, не смея торопиться, // Задыхались от жары и горя, // Прикурить он больше не попросит, // Не вздохнет о той, что обманула. // Опускали голову колосья, // И на привязи кричали мулы. // А потом оливы задрожали, // Заступ землю жесткую ударил. // Имени погибшего не знали, // Говорили коротко «товарищ». // Под оливами могилу вырыв, // Положили на могиле камень. // На какой земле товарищ вырос? // Под какими плакал облаками? // И бойцы сутулились тоскливо, // Отвернувшись, сглатывали слезы. // может быть, ему милей оливы // Простодушная печаль березы? // В темноте все листья пахнут летом, // Все могилы сиротливы ночью. // Что придумаешь просторней света, // Человеческой судьбы короче?» // Эренбург И.Г. «Русский в Андалузии» // «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 47-48 Cita 346: «В Пособланко бомба снесла крышу суконной фабрики. Станки уцелели, и в полупустом городе, разбитом снарядами, без крова, без хлеба, рабочие возобновили работы; изготовляли солдатские одеяла. Я постоял и подумал: все-таки они должны победить! Это против логики, против здравого смысла – армия Франко становится все сильнее, но нет, мысль 508 не мирится с тем, что останутся напрасными такое мужество, такая душевная щедрость». // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 539 Cita 347: «Пушка стреляла по Алькасару каждые три минуты, из четырех снарядов в среднем разрывался один». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 86 Cita 348: «Война страшна. Еще страшней игра в войну. На главной улице надпись: «Военная зона. Ходить без оружия строго воспрещается». На площади Сокодовер, перед развалинами Алькасара, кружится плешивая собака. Гостиница, где я жил весной, распотрошена снарядами; на изогнутом полу трясется кровать. Возле мешков с песком, в соломенных креслах или в качалках, сидят дружинники. Над некоторыми раскрыты большие зонтики. Дружинники слушают радио: военные сводки, танго. Потом они хватаются за винтовки и стреляют, не глядя куда. Треск. Звон стекла. Пуля ударила в вывеску «Перманентная завивка»». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 96 Cita 349: «Есть в городе улицы, которые живут двойной жизнью. Одна сторона под обстрелом фашистов — это «военная зона», на другой — солдаты любезничают с девушками, играют ребята, старухи шьют и вяжут». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 97 Cita 350: «В Толедо много гидов. Они показывают туристам дом, где жил Греко, или древнюю синагогу. Теперь они ходят по улице с винтовками. Но по привычке они еще ищут глазами иностранцев и, завидев французского или английского журналиста, дружески советуют: — Заверните налево — оттуда прекрасный вид на Алькасар». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 97 Cita 351: «Напротив Алькасара — бывший госпиталь Санта-Круса. Фашисты по нему стреляют. Они обезобразили портал — гордость испанского Возрождения. Внутри госпиталя — музей. Под снарядами падают статуи. Я видел в музее Христа, пробитого пулями фашистов». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 97 Cita 352: «Это — тяжелое мрачное здание. Его стены искромсаны снарядами. Фашисты сидят в подземной части крепости». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 97 Cita 353: «Я слышал, как кричат женщины, которых фашисты заперли в подземельях Алькасара. Одни говорят, что они рожают, другие, что они потеряли рассудок». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 97 Cita 354: «Если есть что-либо поучительное в истории Алькасара, то это битва двух миров: народа разгневанного, но глубоко человечного, и военщины с ее безупречной дисциплиной и 509 столь же безупречной бесчеловечностью. Победило не великодушие…» // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 485 Cita 355: «Толедо был виден издали, замок Алькасар курился на высокой горе дымом двух разбитых башен, фиолетовая лента Тахо круто опоясывала город. На старинных мостах люди в костюмах мексиканских бандитов, в остроконечных соломенных шляпах, с шелковыми цветными лентами на винтовках проверяли въезд и выезд». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 86 Cita 356: «Крутые и узкие улицы были прелестны, но, поднимаясь по ним, Мигель забыл, что это и есть улицы Толедо, заманчивого, тревожного сна его юности, трагического Толедо инквизиторов и озорных гуляк со шпагами, прекрасных дам, лиценциатов, еврейских мучеников на кострах, хранилище самого таинственного, что он знал в искусстве, — магнетической силы продолговатых, чуть-чуть припухлых юных и старческих лиц на полотнах Греко». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 86 Cita 357: «Здесь был огромный пьяный француз из Барселоны с лицом-задом, с двумя камерами и помощником, далее американцы из «Фокс-Мувитона» и испанские фотографы из Мадрида. Они приказывали дружинникам принимать позы, прикладываться к винтовке, палить. Мятежники в замке решили, что это атака, и начали ее отражать». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 87 Cita 358: «Завязался драматический спектакль, и все играют в нем с упоением, кроме трупов, которые ужасающе смердят на обломках нижних зданий, разрушенных республиканцами». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 95 Cita 359: «Сегодня с утра — новое действие в пьесе, и все опять страстно принимают участие. Мятежники потребовали к себе в Алькасар священника». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 95 Cita 360: «Из Мадрида привезли каноника кафедрального собора отца Камараса. Вот он идет в сопровождении целой орды — подполковника Барсело, капитана Седилеса, художника Кинтанильи, прочих начальников и болельщиков, репортеров, фотографов и просто праздношатающихся. Поп, пухленький, с пробором, одет в пиджак, обшитый шелковой тесьмой; он в крахмальном воротничке, с большим белым кружевным платком в руках, похож на доктора по женским болезням; он бледен и не знает, как держаться. В правой руке у него распятие, левую он, чувствуя за спиной дружинников, сжимает в кулак по-ротфронтовски и так проходит по обломкам в трещину стены. Видно, как его там встречают жандармы «гвардии сивиль» в черных треуголках». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 96 510 Cita 361: «Очередь как очередь, только дверь в молочную лавку украшена каменными примитивами XV века, а в небе кружится «юнкерс», и через каждые двадцать — тридцать секунд грохочет густой басовый взрыв». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 99 Cita 362: «День встает в страшном грохоте. Орудий не так много, но в гулком лабиринте узких улиц и густо наслоенных высоких каменных стен одно эхо настигает другое. И глубокая долина Тахо кругом города отдает все выстрелы». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 113 Cita 363: «Снизу перебегают новые ребята. Неизвестно только, кто командует этим делом. По-моему, командира здесь вообще нет. В первой группе мы взбираемся дальше. На четвереньках или просто нагнувшись вбегаем в какую-то еще построечку». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 114-115 Cita 364: «Вдруг что-то ударило по ушам и по глазам. Я упал навзничь на людей — куда ж больше падать? На меня тоже упали. И что-то невыразимо страшное, отвратительное, мокрое шлепнуло по лицу. Кровь застлала глаза, весь мир, солнце. Но это чужая кровь на стеклах очков. В левом углу каменного загона копошится куча мертвого и живого человеческого мяса». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 115 Cita 365: «Страшный грохот, дым; ветви старых деревьев во дворе падают, сломившись; стекла звенят, адская пулеметная трескотня в ответ. А мы несемся вниз, как мальчишки, что позвонили у парадной двери и удирают по лестнице». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 119 Cita 366: «Неужели я не увижу больше этот город, окаменелое исступление улиц-щелей, суровое щегольство темных порталов и тесных площадей, скульптурные мечты из темного песчаника, монастырь-казарму с еврейскими плитами, синагогу с крестом на медном шарике, с мавританским алтарем, поросшим травой? И колдунью Исабель Дельгадо, и пленных мавров, и рабочих оружейного завода, с кем ползли мы по крутым обрывам замка? А дом Греко — неужели я так и не постою, хоть одну минуту, у деревянных его колонн, не поднимусь по холодным изразцовым ступеням, не потрогаю ветви железной решетки у камина?» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 124 Cita 367: «Во второй половине дня, когда в городе стало особенно шумно, валенсийские туристы опять улетучились». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 252 511 Cita 368: «В свою очередь «валенсийцы» буквально за одну эту страшную неделю создали легенду о заносчивых, драчливых, самонадеянных мадридцах, об их дерзости и самостийности, вплоть до неповиновения центральному правительству». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 261 Cita 369: «Еще час полета — на необозримом, геометрически четком узоре оливковых рощ — голубая, зеленая, розовая, в светлой дымке, Валенсия». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 43 Cita 370: «Красивые площади с небоскребами изнывают от жары. На тротуарах под пальмами, за столиками, пьют кофе и вермут, слушают радио. Иногда, обмакнув или послюнив палец, поднимают вверх — нет ли ветерка с моря». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 44 Cita 371: «Валенсия встретила нежным теплом, чудесным дыханием моря, цветов, фруктов. После сурового горного военного Мадрида это ванна отдохновения. Апельсины лежат золотым ковром на десятки километров вокруг города, их некуда вывозить, некому продавать. Апельсиновые деревья с плодами растут на главных улицах, посреди асфальта, между фонарных столбов и трамвайных проводов. Это так же ненатурально, как если бы открыть в ванной кран и вместе с водой оттуда пошли бы рыбки. Тротуары запружены густой бездельной толпой. Бродят и сидят, развалившись за столиками, целые дивизии молодых людей призывного возраста. На центральной площади Кастелар огромный плакат: «Не забудьте, что фронт в 140 километрах отсюда». Снабжение беспорядочно, на рынках мало провизии, но в ресторанах едят всласть мясо, кур, рыбу, колбасы, овощи. Город переполнен до отказа». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 46-47 Cita 372: «Люди из Валенсии, только приближаясь с востока к Мадриду, уже начинают себя чувствовать героями и фронтовиками. И тоже по-своему правы: в Мадриде можно погибнуть от авиабомбы и даже от снаряда, покупая в лавочке сигареты». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 327 Cita 373: «В Валенсии уже жара, чиновинки военного министерства удирают на пляж, милиция делает облавы на купальщиков и возвращает их на боевые посты в канцелярии. Все полно широчайших планов и надежд». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 88 Cita 374: «Валенсия омрачена, но спокойна. По улицам маршируют вновь сформированные части. Публика наблюдает их с уважением и любопытством». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 136 Cita 375: «Ночью город основательно бомбили, возможно, что по случаю конгресса». // 512 Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 163 Cita 376: «Ночью невозможно уснуть в Валенсии. От духоты спирает в горле. В открытое окно рвется петушиная вакханалия. Валенсийцы все, в каждом доме, завели себе петухов и кур, держат их на балконах, надстроили балконы деревянными решетками, во всех дворах вдоль стен высятся пяти-восьмиэтажпые курятники». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 157 Cita 377: «Я думал, что вернусь в Мадрид, как только Москва пришлет «настоящего» корреспондента. Он так и не приехал, а мне пришлось окунуться с головой в «высокую политику». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 110 Cita 378: «Летом в Валенсии была чудовищная духота: город стоит в четырех километрах от моря, но отделен от него рисовыми полями, покрытыми стоячей затхлой водой; запах порой доносился до нашей гостиницы. Простыни всегда были сырые, ночь не приносила прохлады. Из испорченного шланга под окном с шумом лилась вода. Еще до рассвета начинали перекличку петухи: валенсийские хозяйки не могут без них обойтись, и они кричали на каждом балконе». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 110 Cita 379: «Город был переполнен, как все города, и особенно как резиденция правительства. Было много беженцев из фашистской зоны, из Мадрида, тьма чиновников и военных. В кафе трудно было найти место. По сравнению с голодной мадридской жизнью все казалось изобилием. Количество значков, которыми торговали на улицах, было непостижимо. Неудивительно, что торговец предлагал большой выбор. Но попадались люди, на груди которых, как на щите торговца, мирно уживались значки социалистического и анархического профсоюзов». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 111 Cita 380: «В Валенсии я однажды был на заседании «водного трибунала»: судьи-крестьяне, только старики, решали споры соседей о воде. Участки рисовых полей невелики, один арык орошает несколько участков; достаточно ногой обрушить край канавки, и сосед остается без воды, а виновник ущерба получает ее вдвое». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 116 Cita 381: «Отъезжая от моря, я видел маленькие апельсиновые деревья, стоявшие в шахматном порядке по обе стороны дороги: не шестьдесят четыре, а тысячи клеток. Иногда со стремянки, иногда приставив к дереву небольшую лестницу, крестьяне в длинных блузах собирали урожай. Когда я ехал по этой дороге в первый раз, деревья стояли в цвету, и белизна того самого флердоранжа, которым украшали невест, сливалась и ослепительно сияла – тогда разглядеть шахматное построение было труднее». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 116-117 513 Cita 382: «Только сейчас, попав в Валенсию, я ощутил, как изменился облик Мадрида. Здесь на улицах нарядная толпа, масса цветов, кафе переполнены элегантными молодыми людьми и нарядными сеньоритами, афиши извещают о том, что в кабарэ «Эль Соль» выступает знаменитая неподражаемая Хуанита Серрано. Красочные плакаты зовут на бой быков. Никаких бомбежек». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 277 Cita 383: «В Нюрнберге Гитлер говорил: «Немцы, вы вправе ныне поднять голову». Услышав гудение, я поднял голову: восемь германских самолетов в 99-й раз бомбили Барселону». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 314 Cita 384: «Я навсегда запомнила тот день, когда мы уходили из Барселоны. Было холодно, ветер носил по улицам обрывки бумаг и газет. Они сплошь устилали мостовые и тротуары; ветер поднимал их и снова заметал вверх, к самым крышам. Город притих. Население покидало дома, люди угрюмо тащили свой скарб. Я впервые увидела испанок без косметики – обесцвеченные, с потухшими глазами, исхудалые, они были непохожи на себя». // Аленикова С.И. // «Ленинградцы в Испании», Ленинград, Лениздат, 1967, стр. 263 Cita 385: «…Корреспонденции Михаила Кольцова, который был уже там и присылал в «Правду» изумительные репортажи. Он писал о Барселоне, которая в эти дни представляла собой поток раскаленной человеческой лавы, неслыханного кипения огромного города, переживающего дни высшего подъема, счастья. Все всколыхнуто, выплеснуто наружу, доведено до высшей точки напряжения. Я представлял себя с камерой на улицах, о которых Кольцов писал: «Нельзя не заражаться этим настоенным в воздухе волнением, слыша, как тяжело колотится собственное сердце, с трудом продвигаясь в толчее среди молодежи с винтовками, женщин с цветами в волосах и обнаженными саблями в руках, стариков с революционными лентами через плечо. Среди песен, оркестров, воплей газетчиков, мимо уличных митингов и торжественного шествия рабочей милиции...» Как не быть сейчас там с камерой в руках! Особенно поразило меня, что в похоронных процессиях павших бойцов несут в гробах не горизонтально, а вертикально. И мертвые, как бы стоя, призывают живых продолжать борьбу. А вслед за похоронами несут растянутые одеяла и простыни, и публика щедро швыряет в них серебро и медь для помощи семьям убитых...» // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 226-227 Cita 386: «Была ли она когда-нибудь такой, как сейчас, празднующая свою победу, неистовая Барселона?» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 8 Cita 387: «В машинах ездят все, возят всё; они скопляются на перекрестках, на площадях, сшибаются друг с другом, ездят по левой стороне, — это озорной праздник вырвавшихся на свободу автомобилей». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 9 514 Cita 388: «Стоят горячие дни. Город поет: звуки «Интернационала» вылетают из темных узких дворов, ползут по тоннелям метро, забираются на окрестные горы. На Рамбле гарцуют кавалеристы (…) Дети несут флаги, прохожие кидают кольца, монеты. Люди с винтовками вывешиваются из автомобилей. На скамьях спят подростки, опоясанные пулеметными лентами. Девушки, осторожно ступая на высоких каблуках, волочат ружья. Повсюду неразобранные баррикады; они еще дышат боем. Осколки стекла, гильзы. В будуарах гостиницы «Колумб» среди мебели рококо — ручные гранаты». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 91 Cita 389: «Лихорадка трясет город. Каждый день люди в мечтах берут Сарагосу, освобождают Майорку, врываются в Кордову». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 91 Cita 390: «Они снимаются в широкополых шляпах, с револьверами. Одни называют себя «Чапаевыми», другие — «Панча Вильями»…» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 92 Cita 391: «Снимали на улицах, площадях, бульварах, лица, улыбки, цветы, красивых девушек с цветами в прическах и винтовками на плече, подъезды отелей, где расположились штабы революционных организаций, партий, профсоюзов. Снимали мчащиеся по улицам машины, ощетинившиеся винтовками, украшенные лентами и цветами, отряды народной милиции, проходящие через шпалеры приветствующих их людей. Она была прекрасна, Барселона. Народ еще не представлял себе, какие испытания предстоят, победа казалась близкой, легкой, тон задавали анархисты, захватившие в городе лучшие отели, склады с оружием, автомобили, в толпе они выделялись своим воинственным видом, обвешанные оружием, в широкополых сомбреро, с черно-красными нашейными платками. Такой она запомнилась, августовская тридцать шестого года Барселона, карнавальная, полная веры в скорую победу и, увы, беспечная, легкомысленная». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 244 Cita 392: «Как всегда, переполнены террасы кафе. Проносятся трамваи, красно-черные такси. В магазинах продавщицы не успевают завертывать кофейники, галстуки, конфеты. Женщины несут в сберегательные кассы отложенные песеты. Газетчики выкрикивают названия двадцати газет. Барселона еще не узнала горестей войны. Но вдруг как ветер врывается тревога: — Мадрид...» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 113-114 Cita 393: «Барселона, сытая и спокойная, вздрагивает». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 114 515 Cita 394: «— Что там? Мне хотелось ответить: «Там жизнь»». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 114 Cita 395: «Ясные осенние дни. По Пасео-де-Грасия проходят дружинники; они учатся маршировать. Я видел похороны бойца. Прохожие молча салютовали поднятыми кулаками. Все повторяют одно слово: «Мадрид». Беспечная Барселона, город легкой жизни и удали, прислушивается: это — война». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 113 Cita 396: «Испанец, который довез меня до границы, поднял кулак и крикнул: «¡No pasarán!» — на пустой дороге среди сумерек и ветра». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 114 Cita 397: «Барселона жила весело и беззаботно». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 131 Cita 398: «…Город был весел и наряден». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 10 Cita 399: «Надписи на бесчисленных полотнищах и плакатах говорили о тревоге, твердили об опасности, но краски на материи и на бумаге казались праздничными (…) барселонцы не хотели, чтобы это выглядело некрасиво». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 10 Cita 400: «Развалины домов и стоны раненых сделали свое дело. Эпоха пестрых флагов, красивых лозунгов, беззаботного оптимизма кончилась и для Барселоны». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 132 Cita 401: «— Нам нужна диктатура! Да! Диктатура всех! Диктатура для всех! Диктатура звезд! Диктатура мечты! У многих горят глаза. Никто не знает, что такое диктатура звезд. Вероятно, что-то хорошее. Новости с фронта мало кого интересуют. Барселона живет между небом и землей, между адом и раем. Диктатура мечты...» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 89 Cita 402: «Город приобрел чинный, буржуазный вид». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 89 Cita 403: «Не изжиты до конца и многие идеи, с которыми можно организовать спектакль в 516 Тарреге, но не взять Уэску». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 204 Cita 404: «Площадь Каталунья — это центр Барселоны: сквер с ручными голубями, театр, кафе. Они скинули бомбу на площадь Каталунья. Они уничтожили театр. Толпа бежала к метро: бомба. Другая в ясли. Третья в инженерное училище. Четвертая в техникум. Пятая... Груды развалин. Погибли художественная галерея, социологическая библиотека, коллекция древней романской скульптуры. Погибли тысячи людей. Вот в газете объявление: «Скончалась от бомбардировки семья Планас», следуют имена — 11 человек... В трамвае погибли 23 человека. Осколком бомбы был убит грудной младенец — мать его кормила. Три дня и три ночи рылись пожарные в развалинах школ и яслей, они вытаскивали детские трупы». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 243 Cita 405: «Кто раз видел Барселону, не забудет ее — прекрасная, солнечная, веселая Барселона. Море, горы, пальмы, цветы. Старый город с чудесами романской архитектуры, новый — широкие прямые проспекты. На Рамбле беспечная толпа, цветочные ларьки, птицы в клетках и кафе — сотни кафе со столиками на тротуарах: люди пьют кофе, шутят, спорят, смеются... Фашисты прилетали за два дня шестнадцать раз. Они кидали на город бомбы в 400 кило (…) Фашисты между бомбами скидывали листовки: «Сдавайтесь, не то мы перебьем всех». Листовки были написаны по-испански, бомбы были итальянскими». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 243 Cita 406: «Как изменилась Барселона за два года войны! Она по-прежнему красива, даже величественна, но в ней нет ни надменности столиц, ни разнузданности портовых городов. Ее не портят развороченные дома – следы несчастья, а не упадка. Она стала сдержаннее, молчаливее, старше, мудрее. В этой мудрости много печали, а печаль несвойственна нарядной и легкомысленной Барселоне, но печаль человечна и удивительно прозрачна. Сегодня Барселону нельзя не полюбить». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 215 Cita 407: «Уродливая новая церковь Троицы – огромные кукурузные початки, воткнутые в землю, красивый старый собор, газовый завод, гора Монжуич, широкие линии Пасео де Грасиа, «Параллели» и «Диагонали» (они названы так по отношению к морю). Днем в бомбежку сторожа на Тибидабо точно определяют номер дома, в который попадет бомба. Далеко уходит ласковое и пустынное море. Никто уже не ждет помощи оттуда». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 217 Cita 408: «Бомбы падают на Барселону, но голуби не улетают». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 278 Cita 409: «Судьба Барселоны разворачивалась на наших глазах. Кто забудет ночи первого 517 лета войны? До рассвета на Рамбле люди пели. Город рвался к счастью, бредил, кричал. Той Барселоны больше нет. Изуродованный город остался прекрасным. Он не разучился улыбаться. Он научился ненавидеть». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 278 Cita 410: «В ближайшие дни откроет двери Барселонский университет; начнутся занятия в средних школах. Растет число библиотек. В книжных магазинах много покупателей. Я видел в убежищах понтонеров Эбро передвижные библиотеки: Сервантес, Гюго, Толстой. Журналы печатают прекрасные сонеты Антонио Мачадо. Бойцы в театре аплодируют пьесам Гарсиа Лорки». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 324 Cita 411: «Части, находившиеся на побережье, распылились, и фашисты подошли к Барселоне с юга. Они пытались охватить город. Оборона в районе Субадельи была более упорной, и кольцо не сомкнулось. Противник тем временем продолжал бомбить город. В Барселоне не было продовольствия. Несколько сот голодных женщин пытались рыть окопы. Началась паника среди населения. Люди бросились прочь из города. Они врывались в грузовики, ехали на ослах, шли пешком, забивая все дороги. Итальянцы их расстреливали на бреющем полете». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 360 Cita 412: «На Рамбле возле птичьих лавок // Глухой солдат – он ранен был – // С дроздов, малиновок и славок // Глаз восхищенных не сводил. // В ушах его навек засели // Ночные голоса гранат». // Эренбург И.Г. «В Барселоне» // «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 33 Cita 413: «Ночью — опять кипящая, бессонная, в огнях Барселона». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 38 Cita 414: «Эбро — Волга Испании. В стране, где мало рек, Эбро — настоящая полноводная река. Об Эбро издавна поют песни. Но никогда еще испанский народ так часто не поминал свою любимую реку, как теперь: Эбро стала смертью и славой». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 307 Cita 415: «Здесь трудно воевать. Жесткие песчаные бугры, иногда до размера гор. На них рыжее мочало выгоревшей травы. И это все. Нет ни дерева, ни куста, ничего, что спасло бы от жары. Нет воды. Ее привозят сюда в цистернах за двадцать километров, из ручья, отвратительную, теплую, мутную воду. Мы подкрашиваем ее вином, но вино не может перешибить всех дрянных соленых и землистых привкусов. Но черт с ними, с привкусами! Хоть бы глоток и этой воды, когда все пересохло внутри и снаружи, когда все поры тела забиты песком. Этот горячий слой песка заползает в носоглотку, в уши; трешь глаза грязными пальцами – они воспаляются, солнце прижигает их, и все, что видишь, мелькает оранжевыми и лиловыми пятнами». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, 518 стр. 247-248 Cita 416: «Огромная, неестественная луна светит над бледными холмами. В ее свете возникают и медленно тают облака пыли от марширующих колонн. Какая затерянность, какая пустота и тишь кругом! Неужели мы не в Африке, не в Центральной Азии, неужели мы в Западной Европе, в трех часах полета от Парижа?» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 248 Cita 417: «По главной улице гонят огромное стадо скота. Оно тоже попало в плен. А потом, сквозь стрельбу, сквозь стоны раненых, вдруг слышится невероятный, радостный шум, гам и смех. Что случилось? Нашли колодец, настоящий колодец с водой, и сразу возле него выросла длинная, говорливая очередь солдат. Кто-то уже распорядился: брать фляжками, но не ведрами, а то всем не хватит, и сначала дать попробовать воду овце – не отравлена ли вода. Овца пьет – и ничего, вода хорошая, не отравленная. Не успели отравить». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 251 Cita 418: «Горы рыжие и розовые, на них серебристо-пепельные камни. Деревни без зелени, с домами цвета камня, уходящие вверх. Внизу быстрая ярко-желтая река». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 307 Cita 419: «Это было в ночь на 25 июля в два часа с четвертью: армия переправилась на вражеский берег. Застигнутые врасплох, фашисты открыли беспорядочный огонь. Лодка за лодкой причаливали к правому берегу. Переправа была нелегкой: быстрое течение, мало лодок. Одна бригада переправилась на семи лодках». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 307 Cita 420: «Республиканцы освободили одиннадцать сел. Все помнят первую сводку фашистов; успехи республиканской армии они объясняли содействием «марксистских элементов, оставшихся в деревнях». Я видел эти «марксистские элементы» — женщины, дети, старики. Фашисты захватили окраину Каталонии во время весеннего выступления. Они старались подкупить население: привезли сахар, треску, табак. Однако крестьяне с радостными криками встретили республиканцев (…) На стене одного дома я видел изображение Муссолини в каске среди стрел фаланги. Крестьянка, плача (ее дом распотрошила фашистская бомба), сказала мне, показав на республиканцев: — Это — наши... Она не знает «тринадцати пунктов Негрина». Она даже не знает, кто такой Муссолини, хотя фашисты нарисовали его портрет на соседнем доме. Она знает одно: республиканцы это — «наши»». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 308- 309 519 Cita 421: «Мора-де-Эбро, Аско, Фатарела — в каждой деревне десятки разрушенных домов. Среди развалин играют ребятишки; по улицам, загроможденным мусором и обломками мебели, осторожно ступают ослики. Они везут оливковое масло». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 309 Cita 422: «Сегодня сорок второй день фашистских атак. Я гляжу с высоты на широкую долину: поля, виноградники, оливковые рощи, деревни, дороги — все это взято у фашистов и, несмотря на численное превосходство противника, не отдано назад». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 310 Cita 423: «На высоте 705 беспрерывно шли бои: атака, потом контратака. Захватив верхушку горы, фашисты взяли восемьдесят республиканцев в плен и расстреляли их на месте. Республиканцы видели это из своих окопов. С яростью они пошли в контратаку и взяли верхушку горы. Со стороны фашистов здесь сражалась лучшая часть — 4-я наваррская дивизия. Высоту 705 фашисты взяли, но дальше они не смогли пройти. Немецкая авиация стала скидывать зажигательные бомбы. Леса загорелись. Трудно в строках, которые я пишу наспех, на телеграфных бланках, рассказать о том, что пережили защитники Сьерры- Пандолос. Они не отступили». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 310 Cita 424: «Бойцы спрашивают: — Как с чехословаками? Неужели Европа не отстоит? Я молчу. Если бы Европа обладала мужеством и стойкостью защитников высоты 544, я знал бы, что ответить». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 311 Cita 425: «Сердце, это ли твой разгон? // Рыжий, выжженный Арагон. // Нет ни дерева, ни куста, // Только камень и духота». // Эренбург И.Г. «Сердце, это ли твой разгон?..» // «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 26 Cita 426: «По тихим плитам крепостного плаца // Разводят незнакомых часовых. // Сказать о возрасте? Уж сны не снятся, // А книжка – с адресами неживых. // Стоят, не шелохнутся часовые. // Друзья редеют, и молчит беда. // Из слов остались самые простые: // Забота, воздух, дерево, вода. // На мир гляжу еще благоговейней – // Уж нет меня. Покоя тоже нет – // Чужое горе липнет, как репейник, // И я не в силах дать ему ответ. // Хожу, твержу, ищу такое слово, // Чтоб выразить всю тишину, всю боль – // Чужого мне, родного часового // С младенчества затверженный пароль». // Эренбург И.Г. «По тихим плитам крепостного плаца…» // «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 71-72 Cita 427: «Не случайно потом в его [Родимцева] сталинградской землянке висела карта Мадрида. В штабе мадридской обороны одним из советников был будущий военный министр. 520 Через несколько месяцев там же советником стал будущий маршал. Уже во время Отечественной войны я спросил другого маршала, где было труднее: под Харамой или под Сталинградом. Он рассмеялся и ответил: «Везде трудно, хотя вряд ли сравнимо. Масштабы не те. Удержаться надо было и здесь и там. Но здесь мы знали: готовится ответный удар. А там пришлось рассчитывать только на себя». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 135 Cita 428: «Никогда не забуду такой случай. Как-то раз к нашему расположению подъехала группа всадников. Нас поразила их одежда: на плечах – бурки, на голове – папахи… Ни дать ни взять – кубанские казаки! И это на Хараме! Вдобавок всадники заговорили с нами на чистейшем русском языке. Из разговора мы узнали, что перед нами всамделишные казаки, эмигрировавшие когда-то с остатками разбитых белых армий за границу. Теперь они хотели загладить свою вину перед народом, с тем чтобы по окончании войны вернуться на родину. Казаков разместили на постой в доме, находившемся недалеко от наших танков. И вот во время одного из налетов «юнкерсов» в этот дом попала бомба. Многие наши новые знакомые были убиты». // «Ленинградцы в Испании», Ленинград, Лениздат, 1967, стр. Cita 429: «На секторе Мората-де-Тахунья вдруг резкое ухудшение. Неожиданно там появилось около тысячи человек фашистской пехоты; после артиллерийской подготовки мятежники пошли в атаку. Здесь дрались батальон Листера и польский батальон. Мигель был с ними, они держались очень крепко, сдерживали противника метким пулеметным огнем». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 57 Cita 430: «Здесь не Восточная Европа, где танк может легко развернуться, повалив забор огорода, помяв огурцы на грядках или даже пройдя насквозь через деревянный дом. Испанский городок, вот такой, как эта Сесенья, — это тесный лабиринт узких, горбатых переулков и тупиков; каждый дом — старая каменная крепость со степами в полметра-метр толщиной». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 186 Cita 431: «Мигель объехал все батальоны, переговорил с командирами, с комиссарами, — настроение хорошее, особенно после раздачи винтовок. Всем растолковывают, как пехота должна сопровождать танки — на расстоянии от пятидесяти и до двухсот метров, не более. Как должна захватывать окопы и позиции противника, после того как танки подавят огневые точки противника и первую линию его обороны. Сами танкисты рвутся в бой. Это молодые ребята, лишь нескольким из них больше тридцати лет, остальные — парни по двадцати одному, двадцать два года. Они только переспрашивают: «Пойдет за нами пехота?» — больше их ничем не тревожит первый бой». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 183 Cita 432: «Боевая история советских танковых войск началась лишь в середине тридцатых 521 годов, далеко от родной земли, на опаленных зноем и окутанных пороховым дымом полях Испании, где впервые (вообще в истории войн) танки становились решающей силой сражения, гремели танковые бои». // Кулабухов В.Ф. // «Вместе с патриотами Испании», Киев, Издательство политической литературы Украины, 1978, стр. 131 Cita 434: «Захватывая Пингаррон, мятежники удерживают его особым, я бы сказал, чисто фашистским, методом: они подбрасывают сюда время от времени по одной роте. Когда рота почти полностью перебита, посылают другую. Когда сгорела вторая, посылают третью. Если республиканцы атакуют превосходящими силами, мятежники уходят, контратакуют несколькими батальонами. Захватив высоту, оставляют на ней один батальон и опять перемалывают людей, подбрасывая их роту за ротой». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 58-59 Cita 435: «Вряд ли бои на Хараме решат судьбу гражданской войны и даже Мадридского фронта. Сейчас они угасают, не дав решительного перевеса ни одной из сторон. Но харамское сражение, бесспорно, войдет в военную историю как большое, сложное сражение с применением всех родов оружия, всех видов войск. Пусть только военные историки не слишком увлекаются схемами расположения частей. Пусть помнят, кто в этих частях дрался: с одной стороны — профессионалы войны под командованием германских инструкторов и генералов, с другой — молодые части вооруженного народа, руководимые командирами из народа же, командирами дивизий, которые впервые взяли в руки оружие полгода назад как простые добровольцы-дружинники». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 66 Cita 436: «Высота Пингаррон много раз переходила из рук в руки. Она уже стоила обеим сторонам нескольких тысяч человек. Пять-шесть домов и отлогая, гладкая каменная плешь. Это все, из-за чего потеряно столько жизней. Но война не знает снисхождения. Пингаррон — ключевая позиция для всего восточного края харамского сектора. Кто будет ее хозяином, тот и будет командовать над большим участком реки. И вот тысячи снарядов, сотни тысяч пуль встречаются на пятачке меньше квадратного километра. Между домами и каменным холмом вырыт, уже никто не помнит кем, небольшой окопчик. Его поочередно занимают то фашисты, то республиканцы. Окопчик залит кровью, завален трупами, клочьями тел, изодранных артиллерийскими взрывами. Трупы невозможно различить, — только на одной, наполовину сохранившейся голове серьга в ухе говорит об Африке». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 58 Cita 437: «На солнечной стороне бурых холмов проступают нежные зеленые пятна. У поворота дороги, на пригорке, один, беззащитно и трогательно цветет миндаль. Это пестрое, жадное цветение на серой волнистой равнине кажется и жалобой и мягким вызовом. Под миндальным деревом, спиной прислонившись к стволу, сидит человек с перерезанным горлом. Кровь ярким галстуком спускается вниз, до пояса, и дальше, большой лужей по земле». // Кольцов М.Е. 522 «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 55 Cita 438: «Бои на Хараме еще окончательно не утихли, но танкисты именно сегодня устроили празднество. Они пригласили к себе гостей. Праздник начался с торжественного вечера в пригородном кино «Кукарача». Вопреки своему веселому названию это сырое, узкое, мрачное зданьице, с цементным полом, со скамьями вместо стульев, с зыбкой дощатой эстрадой. Зал приукрасили зеленью и портретами». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 59 Cita 439: «Мы долго всматривались в черное кастильское небо, в его чистые, ясные, умытые звезды. Видно, все думали об одном и том же. О тех, кто далеко отсюда, на разных концах света, смотрит сейчас в это же небо, в его ночную черноту или полдневную яркую синь». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 65 Cita 440: «Возле Харамы на земле плеши; долго там не зацветут ярко-желтые цветы». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 175 Cita 441: «По-новому зазвучал гимн романтика Риего: его поют теперь не перебежчики, не шулера, не жандармы, но бойцы Гвадалахары и Харамы. Они поют его, идя на смерть. Народ Испании больше не ждет республики. Он и не требует ее: он ее завоевывает». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 174 Cita 442: «Фашисты столько медлили потому, что им теперь страшен любой неуспех. Вторая Гвадалахара заставит опомниться даже английских лордов. Второй Гвадалахары, скажем скромнее, второй Харамы не выдержат нервы фалангистов и рекете. Генералу Франко ничего не остается другого, как немедленно победить. Может быть, в этом — залог его поражения». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 232 Cita 443: «В эти дни на передовых линиях борьбы за Валенсийскую дорогу я несколько раз встречал человека, неуклюже шагавшего по окопам. Он пробирался на самый передний край, присаживался к бойцам интербригады, беседовал с ними. Это — известный американский писатель Эрнест Хемингуэй, он вместе с голландским кинооператором Йорисом Ивенсом снимает фильм о борьбе испанского народа». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 285 Cita 444: «Танки, взревев моторами, тронулись. А я устроился с камерой за большими валунами. Мое внимание было приковано к этим танкам. В одной из машин сидел мой веселый друг Ваня Зуев». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 55 Cita 445: «Она смотрела // на карту Испании, // потом на меня, // потом на Испанию. // Там был 523 черным и красным вычерчен // фронт // рваной дугой, с ужасною раной // Университетского городка. // – Знаешь, – посмотрела она, – это так похоже на мое горло. // (Измученный бомбежкой Мадрид, // где беженцы спят в сводчатой // глотке подвала.) // Вот уже четверо суток // ничего не глотает, ее // оцепили молодчики Тбц. // Четверо суток // она не смотрит // ни на карту, // ни на меня: // – Мне сегодня // очень плохо, // очень больно // (показывая на горло) // в Испании». // Кирсанов. С.И. «Она и карта» // «Избранные стихотворения», Москва, Советский писатель, 1956, стр. 113 Cita 446: «…Глубокой октябрьской ночью мы настороженно петляем по затемненным, безлюдным улицам Мадрида. Соблюдая правила светомаскировки, шофер лишь время от времени на миг включает фары. Лучи выхватывают из мглы развалины домов, кучи битого кирпича, стекла и мусора. Вот они, следы войны!..» // Бибиков В.Н. «Память сердца» // «Вместе с патриотами Испании», Киев, Издательство политической литературы Украины, 1978, стр. 13 Cita 447: «Это самый фантастичный из всех когда-либо бывших фронтов». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 169 Cita 448: «Наконец на плоскогорье серой известковой массой, в облаке пыли возникает Мадрид. Он кажется одиноким среди гор». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 44 Cita 449: «После Барселоны здесь спокойнее, обыденнее. Меньше декоративности, флагов, плакатов». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 44 Cita 450: «Тюрьма в огне и дыму, освещена прожекторами пожарных, на стене дерутся врукопашную. Рев сирен, крики, конная гвардия давит народ, стрельба, конец света». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 58 Cita 451: «На мраморных площадках широких лестниц болтаются и болтают морские офицеры в шикарных униформах. В баре внизу им сбивают коктейли. По-видимому, они только для этого и собираются здесь». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 65 Cita 452: «Дворец угрюм, в залах сумерки, штофные портьеры, мраморные бюсты надменных грандов. Маркизу было восемьдесят лет, он был идиот, фетишист, всю жизнь коллекционировал перчатки — их нашли здесь несколько тысяч пар». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 68 Cita 453: «Места, где упали бомбы, отгорожены, кровь засыпана песком; толпа азартно разбирает на память осколки разбитого стекла. Все упоенно судачат о весе бомб; уже 524 установилось мнение, что бомба в пятьдесят кило — это не для Мадрида. Такие арбузы пусть сбрасывают где-нибудь на Каламочу или на Махадаонду — испанскую Чухлому». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 72 Cita 454: «Магазины все торгуют, цены не поднялись, только нигде нельзя достать автоматических ручек и фотопринадлежностей. В дни мятежа и в последующие дни были мгновенно растасканы все оружейные, фотографические и писчебумажные магазины. В этой войне будут много снимать и много писать». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 73 Cita 455: «Мадрид живет теперь, как на вокзале: все торопятся, кричат, плачут, обнимают друг друга, пьют ледяную воду, задыхаются. Осторожные буржуа уехали за границу. Фашисты ночью постреливают из окон. Фонари выкрашены в синий цвет, но иногда город ночью горит всеми огнями. Может быть, это предательство, может быть, рассеянность. Фашисты продвигаются из Эстремадуры к столице. На главной улице Мадрида, Алькала, как всегда, много народу: гуляют, спорят о политике, говорят девушкам комплименты». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 92 Cita 456: «Необходима строжайшая дисциплина». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 93 Cita 457: «И я сам, проходя по тревожным улицам Мадрида, почувствовал себя еще больше связанным с борьбой этого народа». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 164 Cita 458: «Как же можно с такими войсками, с таким командованием оборонять Мадрид, открытый, неукрепленный город, миллион сто тысяч жителей, без фортификаций, с открытыми входами и выходами, голодный, неорганизованный?» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 132 Cita 459: «Огонь, огонь! Жгучий ливень смерти льют фашистские убийцы трех стран над мирной испанской землей. Они рвутся к столице. Народ все крепче сжимает в руках свое убогое оружие, все смелее кидается в битву. Но кольцо огня сжимается туже». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 169 Cita 460: «Продавцы апельсиновой воды орали на тротуаре; их напиток пили, как всегда, без стакана — проталкивали стеклянный шарик-пробку внутрь и осушали из горлышка всю бутылочку... Неужели этот город в смертельной опасности?» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 180 Cita 461: «Что-то важное, сложное, какой-то глубочайший процесс происходит сейчас в недрах 525 огромного города. Мне стыдно себе признаться, но я не могу понять, что именно. Я не испанец. Но не знаю, понял ли бы, охватил бы, будучи испанцем. Не знаю, понимают ли правительство и политические руководители. Что-то рождается, и что-то умирает». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 180 Cita 462: «Десять танков бродят весь день кругом Мадрида и почти непрерывной стрельбой, короткими контратаками тормозят наступление противника. Фашисты, без сомнения, считают, что здесь действует целая танковая бригада». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 202 Cita 463: «Я раньше не любил этот город, а теперь невыносимо жалко его покидать. Сухая, чистая осень, мягкие закаты, глубочайшая прозрачность неба над старыми черепичными крышами. Кажется, что видишь стратосферу сквозь такую прозрачность». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 206 Cita 464: «Мимо «Паласа», мимо здания парламента на площадь Кастеляр прошло большое стадо овец. Их грифельный цвет вполне гармонировал с асфальтом. Никто не удивлялся овцам на проспектах и площадях Мадрида, город уже деформировался по сравнению со своим прежним, узаконенным обликом». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 208 Cita 465: «И все-таки — пусть противник на полтора километра ближе — все-таки я глубоко счастлив сегодня ночью. Теперь уже ясно: Мадрид сопротивляется (…) Он не будет сдан без боя. Очень тихо я говорю себе: может быть, совсем не будет сдан». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 241 Cita 466: «Героическое сопротивление Мадрида оказалось сюрпризом не только для фашистов. Вчера и сегодня здесь появилось несколько физиономий, которые бесследно исчезли пятого и шестого ноября. «Возвращенцы» заглядывают с небрежным видом в свои бывшие кабинеты и канцелярии (…) Во второй половине дня, когда в городе стало особенно шумно, валенсийские туристы опять улетучились». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 252 Cita 467: «Рынок на площади Кармен охвачен горячим, жадным огнем. Удушливый дым, прогорклый смрад оливкового масла, паленой рыбы. Сюда с таким трудом привезли продовольствие... Завтра большая часть города останется голодной. С грохотом падают бревна, балки перекрытий. Огромный столб пламени накаляет дома кругом (...) Мадрид горит, неужели возможно, что он сгорит дотла, что он будет уничтожен совсем? Да, сейчас это кажется возможным». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 268 526 Cita 468: «Внутри этого овала — секторы, на них баррикады, у каждой столько-то пушек, пулеметов, столько-то людей. Между этими секторами, в метании с одного на другой, мгновенно пролетают сутки. Множество вещей как-то совсем ушло вдаль, стало абстрактным, выключилось. Куда-то вдаль ушли и кажутся нереальными правительственные комбинации, государственные сложности и оттенки. Нет истории, литературы, нет географии, кроме плана Мадрида». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 271 Cita 469: «Хорошие речи приятно слушать. Особенно когда в это же время трехмоторные самолеты оратора сбрасывают фугасные и зажигательные бомбы на частные дома, на лазареты столицы». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 275 Cita 470: «Трудно придумать ночь более темную, чем сегодняшняя, здесь. Снаружи даже караулы прикрывают рукой маленькие фонарики, курят в рукав. Закрыты ставни, плотно занавешены окна. За стеной стонут раненые. Пушки громят Мадрид». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 280 Cita 471: «Это был город ленивый и беззаботный. На Пуэрто-дель-Соль верещали газетчики и продавцы галстуков. Волоокие красавицы прогуливались по Алькала (…) Возле небоскребов Гран Виа кричали ослы, а чистильщики сапог напевали сентиментальные романсы. Это был город, он стал фронтом. Война вошла в него, война сделалась бытом, смерть — подробностью». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 123 Cita 472: «Ночью город кажется полем. Вдруг фары вытаскивают из темноты колонну, фонтан, дерево. Города не видно, он только смутно чувствуется: дворцы, площади, перспективы». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 124 Cita 473: «О чем писать? Снова и снова кричать в телефонную трубку, что фашисты — звери? Но это знают все: каждый камень Мадрида, каждый воробей в его уцелевших садах». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 124 Cita 474: «Вся Испания становится тем Мадридом, под которым фашисты стоят уже сто дней». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 135 Cita 475: «В кафе, морозных и накуренных, мадридды смеются. Они не разучились шутить». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 123 Cita 476: «Дружинник отправляется за газетами для роты, все дают ему поручения в Мадрид. Но разве мы не в Мадриде? Ведь позади нас, за пустырем, уже идут дома городской окраины, 527 а дальше видны небоскребы Гран Виа. Оттуда, рядом с нами, трамвайные рельсы пересекают линию фронта и уходят в парк, к мятежникам, к Франко, к марокканцам, Гитлеру...» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 327 Cita 477: «Но все-таки есть твердая внутренняя логика в том, что бойцы чувствуют себя вне Мадрида. Там, где фашистский зверь грызет преграды на своем пути, там, где ночью и днем перекликаются винтовки, там, где неделями под огнем валяются неубранные трупы, — там не Мадрид. Там, где дети ходят в школу, где реют республиканские рабочие знамена, где мальчишки выкликают газеты и родные навещают раненых, — там Мадрид». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 328 Cita 478: «Небо 1937 года раскрывается в своей парадной, сверкающей красоте. Оно прославлено, это мадридское небо; удивительное по своей прозрачности, огромной светосиле, оно дает почти вещественное, пластическое ощущение своей глубины. В него можно смотреть как в спокойный хрустальный пруд, как на освещенную театральную сцену, различая первые и вторые планы, кулисы облаков, тонкую чистоту отдельных тонов и их медленную, торжественную смену. Это небо восхваляли гимнами красок Веласкес и Рибера, его чернил сердитый Гойя, инквизиция возносила к нему молитвы, проклятия, смрад и дым сжигаемого человеческого мяса. Потом оно застыло на триста лет, равнодушное, неподвижное, непоколебимое. Теперь его ненавидят. Если человек на мадридской улице начинает смотреть в небо, сейчас же все кругом жмутся к подворотням, а шоферы прибавляют газу». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 6 Cita 479: «И вот мы въезжаем в Мадрид. Почему-то все мы говорим шепотом, даже шофер. Правда, и он первый раз в Мадриде. Город тих и пустынен. Ни одного огня. Но сияет луна, и город кажется белым. Кажется, что он светится и затаил дыхание, что он не спит. Только глухо стучат – именно стучат, как удары молотка, – выстрелы вдали. Я скоро привыкну к этому ночному стуку, к медлительной ночной работе войны. Но в первый раз ее слушаешь с замиранием сердца. Развалины. Милосердная ночь скрадывает их страшное уродство, набрасывает лунный покров на зияющие раны. Кажется, что и развалины светятся, что это – фантастические существа, которые тоже не спят и охраняют город. Часовые останавливают машину, говорят, что для ночных передвижений нужен особый пропуск, но если мы только что приехали… Так странно, что они говорят обыкновенным голосом, а не торжественным шепотом, как мы… Гостиница в центре. Нас ведут по пышным лестницам, по коридорам. Номер с роскошной постелью в кружевах. От длинной дороги, от усталости кружится голова. В номере очень холодно, не топят. Отдергиваю занавеску. На площади стоит что-то бесформенное: защищенный от бомб мешками с песком знаменитый фонтан. В тишине опять раздается далекий стук. Сейчас он похож на щелканье длинного пастушеского кнута. Так я – в Мадриде? Миллионы, сотни миллионов людей во всем мире пытаются сейчас 528 представить себе то, что я вижу. Дыхание прервалось, я открываю окно. Пусть на улице еще холоднее, чем в номере, – ведь это воздух Мадрида! Воздух Мадрида…» // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 34 Cita 480: «Философский факультет уцелел. Это небольшое красивое здание. Белые стены, огромные окна. Кое-где стекло заменяло всю стену. Но стекол больше нет, все выбито. Пробита крыша. На полу кучами лежат изразцы вперемежку со стеклом, камнями, книгами. Греческий фолиант валяется около неразорвавшегося снаряда. «Критика чистого разума» раскрыта, на строках Канта лежат пустые обоймы. Тоненькие тетради магистерских диссертаций выпачканы землей, налипшей к обуви солдат». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 39 Cita 481: «Мадрид остался позади, и только в эту минуту я по-настоящему понял, в какой опасности этот город, как он оторван от мира, какую странную, печальную и горестно-славную судьбу избрали себе сотни тысяч людей, живущих среди этих стен, на этих улицах, среди этих траншей и баррикад». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 36 Cita 482: «Пять месяцев как Мадрид держится. Это обыкновенный большой город, и это самый фантастичный из всех когда-либо бывших фронтов — так снилась жизнь Гойе». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 169 Cita 483: «Ночью человека можно различить только по золотой точке папиросы. (Впрочем, папирос нет, и люди трогательно вспоминают, как они прежде курили.) Порой карманный фонарик освещает влюбленных. Им незачем искать темных переулков: город черен, как лес детства. Прощаясь, влюбленные нерешительно говорят: «До свиданья». Потом он идет «домой», в окопы Университетского городка. Голуби прячутся под карнизом, и город заполняют голоса смерти: грохот снарядов, чечетка пулеметов, несвязная перебранка ружей». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 169-170 Cita 484: «Солдат из окопа идет в кафе». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 169 Cita 485: «Французским капитулянтам следует помнить, что Испания не сложила оружия. Мадрид шлет по радио слова бодрости и надежды. Война еще не кончена». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 366 Cita 486: «Холод нетопленого Мадрида, который под снарядами слушает музыку, читает стихи, — полуразрушенный, изголодавшийся, трижды прекрасный». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 357 529 Cita 487: «Я не верю в это чудо. Я очень верю в чудеса, я очень верующий, но в Бильбао чуда не будет. Я только пять дней оттуда, я видел. Народ, солдаты, рабочие хотят драться за свою свободу, за независимость, против итальянцев, но некому их организовать. Нет костяка. Нет крепко сколоченного авангарда. Нет подлинного боевого единства. Нет 5-го полка». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 135-136 Cita 488: «Сейчас, поздно ночью, вдруг опять завязался горячий бой в Каса-де-Кампо. Мятежники решили вернуть себе часть парка, отнятую у них днем. Трескотня отчаянная. Темно, трудно разобраться, где что, люди наскакивают друг на друга, поминутно расспрашивают и опять разбегаются. От снарядов загорелось несколько деревьев, и это еще больше усилило темноту кругом. Осколочный снаряд попал в ложбинку, где мы сидели, — никого абсолютно не ранило, но меня с разбегу кто-то саданул в висок каблуком так, что в глазах все помутилось. И тотчас же другой черт брыкнул кованым сапогом в грудь». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 249 Cita 489: «Каса-де-Кампо — настоящая мельница, тысячи и тысячи фашистов перемолоты здесь под республиканским огнем. Мятежникам приходится беспрерывно менять войска, посылаемые в парк, — больше трех дней там никто не выдерживает». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 287 Cita 490: «Настоящий заколдованный лес. И особенно ночью. Ночью в Каса-де-Кампо заблудиться — это раз плюнуть. Конечно, человеку свойственно заблуждаться. Но не рекомендуется делать это в Каса-де-Кампо весной 1937 года. Лес этот, в прошлом парк для экскурсий мадридцев, сейчас густо заселен, и людом весьма разнообразным. Пройдя не по той тропинке, Красная Шапочка может через пятьдесят шагов встретить Серого Волка в германском стальном шлеме или роскошного, слегка подмокшего марокканца в красивой феске, с ручным пулеметом». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 30 Cita 491: «Мальчика игрушечный кораблик // Уплывает в розовую ночь, // Если паруса его ослабли, // Может им дыхание помочь…» // Эренбург И.Г. «Дыхание» // «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 76 Cita 492: «В городе брошенных душ и обид // Горе не спросит и ночь промолчит. // Ночь молчалива, и город уснул. // Смутный доходит до города гул: // Это под темной большой синевой // Мертвому городу снится живой, // Это проходит по голой земле // Сон о веселом большом корабле, // Ветер попутен, и гавань тесна, // В дальнее плаванье вышла весна. // Люди считают на мачтах огни; // Где он причалит, гадают они. // В городе горе, и ночь напролет // Люди гадают, когда он придет. // Ветер вздувает в ночи паруса. // Мертвые слышат живых голоса». // Эренбург И.Г. «В городе брошенных душ и обид…» // «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 41-42 530 Cita 493: «Нет, не забыть тебя, Мадрид, // Твоей крови, твоих обид. // Холодный ветер кружит пыль. // Зачем у девочки костыль? // Зачем на свете фонари? // И кто дотянет до зари? // Зачем живет Карабанчель? // Зачем пустая колыбель? // И сколько будет эта мать // Не понимать и обнимать? // Раскрыта прямо в небо дверь, // И если хочешь, в небо верь, // А на земле клочок белья, // И кровью смочена земля. // И пушки говорят всю ночь, // Что не уйти и не помочь, // Что зря придумана заря, // Что не придут сюда моря, // НИ корабли, ни поезда, // Ни эта праздная звезда». // Эренбург И.Г. «Нет, не забыть тебя, Мадрид…» // «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 39-40 Cita 494: «Мадрид тяжело дышит. Чем ближе фашисты, тем учащеннее его дыхание. Город становится суровее с каждым днем. Население Мадрида тает. Дорога на Валенсию переполнена грузовиками, автобусами. Однако правительство Ларго Кабальеро до сих пор не опубликовало ни одного обращения к жителям столицы». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 248 Cita 495: «Мадрид тяжело дышит. Но не сдается». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 268 Cita 496: «Наступает ночь. Но на улицах Мадрида светло как днем. Небо окутано розовым дымом, полыхают целые кварталы. Бомбардировка продолжается. Солдаты помогают пожарным». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 268 Cita 497: «Город переполнен вооруженными фашистами, которые связаны по радио с командованием фашистских войск. Ночью было уже несколько вылазок — по городу носились таинственные машины, обстрелявшие патрули. Из окон многих домов уже были брошены на улицы бомбы». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 263 Cita 498: «По ночам раздаются таинственные пулеметные очереди из темных окон, по утрам на улицах находят трупы республиканских офицеров, бойцов комендантских патрулей». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 270 Cita 499: «Идем, прижимаясь к стенам домов. Выстрелы все громче, ближе. Вот и вчерашняя баррикада. До нее осталось метров сто. Рвется посреди улицы снаряд. Мы шарахаемся в подворотню, отлежавшись, ползем дальше, добираемся до баррикады. Насколько здесь спокойнее, чем там, в центре Мадрида. Здесь все ясно. Знаешь, что фашисты — вот там, в сером трехэтажном доме. Но между нами — каменная баррикада». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 259 Cita 500: «Пламя хлещет из разбитых окон, густым черным дымом окутаны целые кварталы. По улицам в клубах дыма движутся тысячи людей. Они только что покинули разрушенные 531 горящие дома. В толпе почти нет мужчин, сплошь дети, женщины. Они бредут полуодетые, прижимая к груди плачущих младенцев, поддерживая под руки стариков и старух. А самолеты снова идут, и уже слышны разрывы новых бомб. Из пожарищ выносят тела, залитые кровью и покрытые густым слоем известковой пыли. Молодая мать, распластавшись на траве сквера, вцепилась зубами в окровавленное платьице убитой девчурки. Как отвратителен должен быть для матери, рыдающей над трупом своего ребенка, спокойный вид человека с трещащим киноаппаратом». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 266 Cita 501: «В небе вдруг возник новый звук. Как вихрь, пронеслись над крышами Мадрида четыре стан краснокрылых истребителей И-16. Они ринулись на фашистов. Один Ю-52 сразу задымил черной струей, пламя охватило фюзеляж, и он, скользя на крыло, пошел к земле». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 271 Cita 502: «Мадрид держится. На каждом шагу в Мадриде перед глазами всплывают картины, напоминающие первые годы российской революции. В Мадриде наступила зима. Без снега. По опустевшим улицам хлещет холодный дождь». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 275 Cita 503: «Наступала новогодняя ночь. На серой пелене облаков над Мадридом были розовые отблески пожаров». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 282 Cita 504: «Неповторимый в своей мужественной красе Мадрид встречал новый, 1937 год». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 282 Cita 505: «Продрогшие люди до утра будут нести эту тревожную новогоднюю вахту. Они на каждом углу. Тени отделяются от стен домов, останавливают машину и, направив в окно дуло пистолета, шепотом спрашивают пароль». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 283 Cita 506: «Я помню тебя, Мадрид, другим. Погруженным ночами в темноту, окутанным дымом пожаров, опустевшим, тревожным». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 311 Cita 508: «Еще через десять минут, издали, но стремительно приближаясь, открылось море. Изрезанные бухтами берега, зелень, парки, лужайки и причудливая длинная коса Сантандера, с королевским дворцом на мысу. Выключив моторы, на нескончаемо долгом вираже мы подошли к летному полю и мягко покатились по мокрой траве, поднимая фонтаны брызг. Открыли окна, двери — кругом моросил осенний мелкий дождичек, первый дождь после отлета из Великих Лук. Мокрые овцы, мокрые крыши, красные кирпичные дома издалека, морской влажный воздух — все почему-то напоминало Англию». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 143 532 Cita 509: «У города типичный вид курорта на зимней консервации; на лето сюда раньше перебирался королевский двор и вся мадридская знать. Сейчас ни короля, ни знати. Но на тротуаре попадается уйма буржуазной публики, очень хмурого вида, многие с собаками на поводке. И сколько зонтиков! Все здесь с зонтиками. Никогда не думал, что во всей Испании может быть столько зонтиков, сколько здесь, на одной набережной Сантандера». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 144 Cita 510: «Сантандер часто посещают иностранные пароходы, никто не разбирается толком в их происхождении и назначении; недавно английский пароход, постояв десять дней в сантандерском порту, набрав груза и каких-то людей, ушел из Сантандера якобы в Лондон, а на самом деле — прямо в фашистский порт Виго». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 145 Cita 511: «Величественный и красивый горный и приморский край. Глубокие ущелья, острые нагромождения и складки изрезали и вздыбили эту землю. Дороги бегут, возносятся и падают смелыми спиралями. Быстрые реки свергают ледяные воды с высот и, прорвав себе выходы через горные цепи, низвергаются прямо в Атлантический океан. Снежные вершины Морсин и Арамо строго повелевают над горизонтом. В горах и ущельях запрятаны маленькие города и поселки. Это Швейцария плюс Донбасс и немного дальневосточного Приморья. Для Кавказа это слишком мокро и туманно». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 145-146 Cita 512: «Здесь почти нет экзотики и торжественной красивости, которыми налиты там, в Кастилии, каждый полевой бивуак, каждое батальонное знамя, каждый ночной патруль на дороге. Здесь люди подходят к войне не как к спектаклю или стихийному бедствию, а как к делу. Ведут войну по-шахтерски — серьезно, упорно». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 148 Cita 513: «Им обидно, что мы не увидим красивого Хихона, что ничего не увидим. Они не понимают, что сами они — захватывающее зрелище, эта горсть молодых коммунистов, возглавивших здесь, на заброшенной окраине Европы, у атлантического берега, борьбу рабочего класса против фашизма, против реакции и угнетения человека человеком». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 149 Cita 514: «Вот шахтные районы Лангрео, Мьерес, металлургический завод Ла-Фельгуера и еще много заводов, отделенных друг от друга горными цепями, соединенных перевалами, спиральными дорогами, туннелями. Большинство шахт законсервировано, горняки ушли воевать, работа сохранилась только в нескольких местах. В Сама мы поднимаемся в шахту, поднимаемся потому, что, как часто здесь бывает, вход в шахту помещается у подножия горы, а ствол идет вверх, внутрь горы. В штреках тускло тлеют 533 масляные лампочки углекопов. Бледные юные и желтые, поблекшие старческие лица; работают только молодежь до восемнадцати лет и старики. Работают жертвенно и бескорыстно — хозяева бежали с кассой, у шахтного комитета уже два месяца нет денег на заработную плату. Хлеба выдают сто десять граммов в день». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 150-151 Cita 515: «Командиры решили использовать для атаки утренний туман, единственную защиту от германской авиации. Защиту очень относительную, потому что немцы хоть наугад, хоть сквозь «молоко», но уже бомбят». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 152 Cita 516: «Методически, аккуратно, как на маневрах, они покрывают весь склон, три на три километра, сплошной площадью взрывов. Земля дрожит от грома. За шестнадцать минут сброшено около восьмидесяти бомб. Пылают два больших санатория. Вся гора дымится черным дымом. «Юнкерсы» уходят, через полчаса возвращаются и начинают сначала. Они решили не оставить невзорванным ни одного вершка на горе Наранко. Так авиация Гитлера вступает в новую мировую войну». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 154 Cita 517: «Здешние люди умеют как-то особенно лихо, длинной струей наливать его — опускают стакан вниз, а бутылку задирают высоко над головой. От этого больше пенится. Я учился очень усердно и потом никак не мог найти свою комнату. Кармен клятвенно уверял, будто я обошел три раза весь дом, оба этажа, в каждой комнате раскрывал все шкафы, выдвигал все ящики и при этом ругательски ругал маркиза». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 155 Cita 518: «Странный, не похожий ни на что город. Менее всего похож на испанские города. Здесь нет ни кричащего щегольства американизированных небоскребов Мадрида и Валенсии, ни кричащей бедноты их рабочих кварталов. Все краски притушены, контрасты сглажены, все выравнено в черном и темно-сером цветах, дома, магазины, мосты через реку Нервион [157] солидных, но не слишком крупных размеров, все крепкое, солидное, добротное, грузное. Богатство не выставлено напоказ, как в Мадриде и Барселоне, а ведь именно здесь главные богатства Испании: горнопромышленная, металлургическая, торговая, финансовая буржуазия, и здесь она менее всего тронута гражданской войной, сохранила свои основные позиции». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 156-157 Cita 519: «Часто встречаются священники, тоже низенькие и мордастые, с тяжелым, сонным взглядом из-под низко опущенных век. В Кастилии я не видел ни одного, кроме бледного каноника Камараса в Толедо, в светском пиджачке». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 157 534 Cita 520: «Мы едем в порт — огромная гавань, доки, верфи, десятки пароходов и сотни мелких рыбачьих судов на причале; ими загроможден весь Нервион до впадения в море, — все стоит без движения, боится фашистских крейсеров, будто бы гуляющих вдоль побережья. Мимо Португалете, старого рыбацкого городка, проехал до Лас Аренас, пригородного морского курорта. Внезапно посреди улицы огромный белый флаг, надпись: «Интернациональная зона». За флагом — пляж и большой квартал роскошных вилл с гаражами и всякими службами. Широкий выбор разноцветных флагов, вплоть до самых экзотических стран. И в каждой вилле у пляжа, несмотря на совсем не купальный сезон, большое оживление, множество народу, целые стада автомобилей на зеленой травке». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 160-161 Cita 521: «Бушевал шторм. Волны Бискайского залива с яростью били о мол, ветер сбивал с ног. Город был погружен в темноту. Увидев полоску света в щели какой-то двери, мы шагнули через порог и оказались в зале небольшого кинотеатра. Шел фильм «Воскресенье», сработанный в Голливуде. Бородатый староста в поддевке подносил князю Нехлюдову хлеб- соль, тот по-испански благодарил: «Мучас грасиас». Милисьянос [258] сидели, кутаясь в мокрые одеяла, держа меж ног винтовки. Посидев недолго в зале, мы снова вышли в беснующийся на пустынной набережной шторм. Кольцов, подняв воротник и намотав на шею шарф, усмехнулся: «Пойди разберись в этой чертовщине — Астурия, затемнение, Толстой, шторм, Нехлюдов, говорящий по-испански...»» // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 257-258 Cita 522: «Страна басков — это северная часть Испании. Горный край. Как непохож он на выжженные каменистые холмы Ламанчи, Кастилии, на степи Андалузии, на апельсиновые рощи Леванта! Бархатная зелень альпийских лугов, синяя гладь Бискайского залива. Машина проносится над горными потоками, набирает крутыми виражами высоту, поднимаясь к темным массивам хвойных лесов, и от молочных облаков снова устремляется к журчащим в ущельях ручьям». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 307 Cita 523: «Ну как не обращаться к прошлому! На каждом шагу любая деталь взывает к горькой памяти. Вот на шоссе, заполненном мчащимися машинами, дорожный знак: «ГЕРНИКА — 14 км.» Знак как знак. Синяя с белой окантовкой дощечка. Я был в Бильбао в мае тридцать седьмого года, когда пришла страшная весть о том, что несколько часов назад «национальная авиация» — так назывались воздушные армады гитлеровских военно-воздушных сил — смела с лица земли Гернику». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 308-309 Cita 524: «Невольно вспоминаю Бильбао тех дней, когда войска Франко уже были на ближних подступах к городу. Бильбао был насторожен, суров. На его окраинах без устали с утра до вечера сотни людей строили окопы и укрепления. Образцовая дисциплина царила во время воздушных тревог. Не меньше десяти раз в день появлялись над городом эскадрильи 535 трехмоторных «юнкерсов»... Я покидал тогда Бильбао ночью по единственной оставшейся дороге, ведущей вдоль берега на Сантандер. Хлестал злой дождь, брели усталые солдаты, укутанные в промокшие одеяла. Дорогу с моря обстреливали военные корабли». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 308 Cita 525: «А бомбили Хаэн сильно; там я увидел сцену, которую мучительно вспоминаю даже после последней войны, после всего, на что мы нагляделись. Осколок бомбы сорвал голову девочки. Мать сошла с ума — не хотела отдавать тело дочки, ползала по земле, искала голову, кричала: «Неправда! Она живая…»». // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 539 Cita 527: «Ни жилья, ни человека. Сьерра пахнет полынью. Она называется «Сьерра-Морена» — «Смуглая сьерра». На крутой горе монастырь. Каждую весну сюда приходили паломники. Чудодейственную статую богородицы они прозвали «Смуглянкой». На их гроши монахи купили корону из золота; эта корона была больше статуи. Бабки умильно вздыхали. У новых паломников вместо посохов — винтовки, и поют они не псалмы, а «Интернационал»». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 178 Cita 528: «Нищие крестьяне Хаена молились «Смуглянке», чтобы она защитила их от гражданской гвардии. После сбора маслин по помещичьим землям бродили голодные крестьяне. «Преступника», осмелившегося подобрать несколько маслин, ждала пуля. Охотниками на людей командовал некто Кортес». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 179 Cita 529: «В музее испанской революции среди защитного оружия фашистов, бесспорно, будет фигурировать обыкновенная юбка». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 179 Cita 530: «Среди монахов в жандармских треуголках началась тревога. Иные не прочь бы сдаться. Прошли счастливые времена, когда за каждого убитого крестьянина полагались премиальные». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 179 Cita 531: «Вечер. Необычайный покой над сьеррой. Солдаты в окопах курят или мечтают. Среди ярко-зеленой травы издыхает раненный монашеской пулей осел. Автомобиль — это приехали делегаты женевского Красного Креста. Оказывается, мир затаив дыхание следит за трагедией монахов в жандармских треуголках. Что миру женщины и дети Мадрида? Что миру города Эускади, которые горят, подожженные германскими бомбардировщиками? Все это неинтересные детали». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 180 536 Cita 532: «В синеве лунной ночи обстрел монастыря казался фейерверком. Потом заговорили ружья. Я должен признаться, что их голоса показались мне глубоко человечными». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 181 Cita 533: «В сьерре теперь цветут цветы — ярко-желтые, лиловые, белые. Поля Андалусии полны маков. Набухли, разговорились крохотные речушки. Рядом с батареей беспечно кричат птицы: это пора их короткой птичьей любви. Я видел младенца: мать зачала его, выносила, родила среди грохота броневиков и крика сирен». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 174-175 Cita 534: «Он очень любил жизнь, и поэтому он умер в Испании». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 177 Cita 535: «Вчера в горах Андалусии берлинские рабочие пели: «Нет, мы не потеряли родины, наша родина теперь Мадрид…»». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 177 Cita 536: «В Хаене мать нашла руку девочки, обезумев, она приставила ее к туловищу и начала искать голову. Что добавить еще? Что люди боятся ночевать в городах? Что на ночь они уходят в поля? Что человека принудили к жизни зверя?» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 175 Cita 537: «Где люди ужинали – мусор, щебень, // Кастрюли, битое стекло, постель, // Горшок с сиренью, а высоко в небе // Качается пустая колыбель. // Железо, кирпичи, квадраты, диски, // Разрозненные, смутные куски. // Идешь – и под ногой кричат огрызки // Чужого счастья и чужой тоски. // Каким мы прежде обольщались вздором! // Что делала, что холила рука? // Так жизнь, ободранная живодером, // Вдвойне необычайна и дика. // Портрет семейный – думали про сходство. // Загадывали, чем обить диван. // Всей оболочки грубое уродство // Навязчиво, как муха, как дурман. // А за углом уж суета дневная, // От мусора очищен тротуар. // И в глубине прохладного сарая // Над глиной трудится старик гончар. // Я много жил, я ничего не понял, // И в изумлении гляжу один, // Как, повинуясь старческой ладони, // Из темноты рождается кувшин». // Эренбург И.Г. «Гончар в Хаэне» // «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 49 Cita 538: «Малага!.. Это название было связано с вином — темным, приторно-сладким (…) В снежно-белых гостиницах, в виллах с мавританскими фасадами, среди пальм и винограда, жили богатые англичане. Они любили этот город за сладость и покой». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 132 Cita 539: «Порой они заходили в узкие, темные переулки. Дочки негоциантов щелкали 537 «кодаками»: они снимали живописную нищету. Там жили рабочие, рыбаки, [133] грузчики: там не было ни пальм, ни мавританских фасадов; жизнь там была голой и черной (…) Иногда бастовали грузчики или рыбаки. Зачинщиков сажали в острог, темный и зловонный. Иногда рабочие вытаскивали из трущоб крохотный красный лоскуток. Гражданская гвардия стреляла. В лачугах плакали оборванные, голодные ребята». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 132-133 Cita 540: «Над толпами, обезумевшими от страха, кружились самолеты. Летчики генерала Фаупеля показали чудеса храбрости: бреющим полетом они косили детей». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 135 Cita 541: «Войдя в город, итальянцы повесили возле статуи святой девы свой флаг, скрестив его с черной свастикой союзников». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 134 Cita 542: «В морге Малаги лежат детские трупы. Впрочем, какое кому до этого дело?». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 130 Cita 543: «Они чистили Испанию от испанского народа». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 135 Cita 544: «Кровь красной Малаги оказалась едкой: она разбудила страну». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 135 Cita 545: «Сколько крови было пролито на этих дорогах! И вот снова смертельная опасность надвигается на людей, которые живут здесь и мирно трудились на этой земле». // Паршина Е.А. «Динамит для сеньориты», Свердловск, Средне-Уральское книжное издательство, 1981, стр. 28 Cita 546: «Мрачны и неприступны обрывистые склоны Алпухарры. По дорогам на Малагу лишь изредка увидишь небольшие рощицы миндаля, маслин и фиговых деревьев. Кактусы и заросли низких колючек – почти единственные обитатели скал». // Паршина Е.А. «Динамит для сеньориты», Свердловск, Средне-Уральское книжное издательство, 1981, стр. 23 Cita 547: «Город затемнен, ничего не разглядишь. Наверно, здесь много садов – воздух теплый, влажный, и чувствуется аромат цветов». // Паршина Е.А. «Динамит для сеньориты», Свердловск, Средне-Уральское книжное издательство, 1981, стр. 23 Cita 548: «В это время фашистский крейсер подошел близко к берегу и начал обстрел. Снаряды врезались в скалы, и шоссе стало засыпать крупными обломками камней. Люди бросились бежать, подхватывая на руки детей, теряя последние пожитки. Слышались плач и 538 стоны раненых. Все торопились добежать до поворота, где дорога удалялась от моря». // Паршина Е.А. «Динамит для сеньориты», Свердловск, Средне-Уральское книжное издательство, 1981, стр. 51 Cita 549: «Если бы теперь ставили каменные кресты, они стояли бы вдоль всей дороги». // Паршина Е.А. «Динамит для сеньориты», Свердловск, Средне-Уральское книжное издательство, 1981, стр. 51-52 Cita 550: «И снова дорога. Седая, пыльная, она отчаянно бросалась под колеса машин. Я долго смотрел на загадочные предметы впереди. Можно было подумать, что какой-то шутник воткнул в землю гигантские спички. Когда подъехали ближе, увидел обыкновенные трубы. Трубы на поверхности, А вся деревня спряталась под землю». // Родимцев А. И. «Под небом Испании», Москва, Советская Россия, 1974, стр. 44 Cita 551: «Самый жизненный путь сливается с реальным путем странствований — скитаний». // Бахтин М.М. «Формы времени и хронотопа в романе: очерки по исторической поэтике» // «Эпос и роман», СПб, Азбука, 2000, стр. 39 Cita 552: «Дорога местами — по нескольку километров — совершенно пуста. Иногда попадаются длинные колонны людей, идущих в Мадрид. Они бегут из родных деревень, захватив с собой лишь то, что может унести маленький ослик или спотыкающаяся кляча. Здесь на дороге можно узнать положение точнее, чем в военном министерстве. Поездка по шоссе — это своего рода разведка. Остановишься, спросишь людей, едешь дальше. В двадцати- тридцати километрах от Мадрида беженцев становится больше, они уже не бредут медленной усталой походкой, а бегут, подгоняемые раскатами артиллерийской стрельбы». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 246 Cita 553: «Проселочными дорогами, в густых облаках тяжелой едкой пыли мы едем вдоль фронта вниз, к Тардьенте. Дороги не все поименованы, крестьяне в деревнях советуют быть осторожными: очень легко незаметно заехать к мятежникам — с нашей стороны непрерывной линии охранения нет. Из-за этого мы несколько раз кружим, возвращаемся и подолгу стоим на перекрестках». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 28 Cita 554: «Никто не знал, куда и как ехать. На каждом перекрестке дорог прохожие говорили по-разному: либо что дальше уже фашисты, либо что дорога совершенно свободная. Нельзя было верить ни тому, ни другому: здесь могли быть и ошибки и провокации». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 202 Cita 555: «После полуночи Мигель Мартинес поехал сначала по валенсийской дороге, потом свернул направо, по узкому шоссе, на Чинчон. Деревья врывались из темноты, как дьяволы, в яркий круг автомобильных фар. Было страшно, что моторист-проводник впереди врежется в 539 эти деревья и не успеет крикнуть, как его сзади прикончит машина. Замедлить нельзя было: моторист и шофер в сочетании — пара одержимых. За Чинчоном, на равнине, посмотрев на часы, он остановил и автомобиль и мотоцикл. Земля кругом, в лунном свете, была гипсовая, волнистая, в вулканических круглых кратерах и пиках; жесткий мелкий кустарник и сухие, выгоревшие травы скупо росли на ней». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 181-182 Cita 556: «Им вываливают пухлые пачки мандатов и удостоверений, но в документах они разбираются не очень и возвращают их со скромной, иногда смущенной улыбкой. Они охотно указывают дорогу и вообще очень доброжелательны, очень вежливы. Называют всех по- прежнему «сеньор», но на прощание поднимают кулак по-ротфронтовски». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 23 Cita 557: «За два часа езды по проселкам мы опять покрылись толстым слоем мучнистой известковой пыли. Опять останавливались и проверяли дорогу — она идет в трех-четырех километрах параллельно фронту. Противник тоже путается в здешних дорожках. Этой ночью крестьянский патруль окликнул машину: «Кто едет?» Бойкий ответ: «Фаланхе эспаньола!» Крестьяне дали огонь, перебили всех пассажиров, среди них фашистского полковника». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 34 Cita 558: «Надо отнять у частей автобусы, — хмурился Листер. — Им лень ходить, они только ездят. И потому мы так держимся дороги — и мы и фашисты. Мы стукаемся и отскакиваем друг от друга, как шары на биллиарде. Потому такие скачки — на двадцать километров к западу, на двадцать — к востоку. Пешком мы бы так не отскакивали. Здесь все наоборот. Артиллерийская подготовка здесь завершает атаку. Здесь охотно взрывают железную дорогу и бросают ее. А шоссейную дорогу портить жалко — может пригодиться и в наступлении, и чтобы удирать». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 85 Cita 559: «Боевые подступы к Овьедо расположены замкнутым кругом с диаметром всего в шесть километров. Но чтобы объехать все позиции, нужны дни и дни: окружной дороги нет, с каждой стороны надо добираться изломанными горами, обрывами, перевалами, туннелями и виадуками». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 148 Cita 560: «Поле холмилось волнистыми грядами, вдали забелели дома. Значит, можно будет лечь, дать отдохнуть больному плечу, немного поспать. По дороге шли две крестьянки в расшитых рубахах, в платках на голове; навстречу нам ехала еще одна, тоже в платочке, верхом. Но верхом не на коне, а на осле. И это напомнило, что девушка верхом может быть Дульцинеей, настоящей Дульцинеей Тобосской, обожаемой дамой хитроумного и несчастного идальго Дон Кихота Ламанчского, и что мы не на Тереке и не на Кубани, а в Ла-Манче, что деревня впереди — это и есть деревня Эль Тобосо Кинтанарского района Толедской области». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 36 540 Cita 561: «К утру, в проливной дождь, я въехал в Бриуэгу. Шоссе опять, как накануне, загромождено итальянскими пушками, мортирами, грузовиками (семьдесят штук), колючей проволокой, ящиками снарядов, патронов, ручных гранат и прочего снаряжения. Одного только бензина было захвачено сто тысяч литров. Республиканцы сейчас почувствовали на практике, что значит брать трофеи: несколько бригад полностью вооружились, оделись и обулись за счет итальянцев. Неподалеку от въезда в город, на изгибе шоссе, мы видим потрясающую картину. Бомбами республиканских самолетов, сброшенными с поразительной меткостью, были взорваны четыре грузовика со снарядами и патронами. Все это взорвалось и потом само стреляло во все стороны». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 79-80 Cita 562: «По камням движутся тени, и, как пароль, звучит: «Осел, иди!..»» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 9 Cita 563: «Рыжие камни, пустыня. Редко увидишь несколько пыльных маслин. Вот едет верхом на осле семья — отец, мать, девочка. Среди камней уныло трясет головой коза, разыскивая сожженную солнцем травинку. Деревни стоят на горах, как крепости, далеко одна от другой. Дома цвета камня, они повернуты глухими стенами к дороге и кажутся нежилыми. Внутри темно, голо. Кое-где поля, сейчас убирают хлеб». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 203 Cita 564: «Шоссе. Солдат, закутанный в одеяло, открывает дверцу автомобиля. Посмотрев на пропуск, он шепотом говорит: — Сегодня пароль: «Тревога». Грузовики спешат в Мадрид: апельсины и снаряды, снаряды и апельсины». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 162 Cita 565: «Арагонское шоссе. Верстовой столб с цифрой 90 повален. Изумленно птицы кружатся над порванными проводами. Воронки от снарядов. Клочья солдатских рубах. Реклама: «Наша гостиница первая по комфорту»». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 164 Cita 566: «В окрестностях Гранады республиканцы и фашисты занимают высоты. Между ними в долинах крестьяне пасут овец. Военные действия разворачиваются вокруг больших дорог. Если республиканцы иногда производят разведки на гребнях гор или в оливковых рощах, то фашисты продвигаются исключительно по шоссе: это пехота, которая не любит ходить пешком. Наступление одной стороны заставляет другую сосредоточить войска на данном отрезке — так образуется фронт». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 181-182 541 Cita 567: «Рычали горы, щерились долины, // Моря оскалили свои клыки (…) В колодцах мертвых не было воды, // И вся земля пошла на чужеземца…» // Эренбург И.Г. «Тогда восстала горная порода…» // «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 31 Cita 568: «Самоубийцею в ущелье // С горы кидается поток, // Ломает вековые ели // И сносит камни, как песок (…) Так начинается река, // Чтоб после плавно и лениво…» // Эренбург И.Г. «Самоубийцею в ущелье…» // «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 77 Cita 569: «Жилье в горах, как всякое жилье: // До ночи пересуды, суп и скука, // А на веревке сушится белье, // И чешется, повизгивая, сука. // Но подымись – и сразу мир другой, // От тысячи подробностей очищен, // Дорога кажется большой рекой // И кораблем убогое жилище». // Эренбург И.Г. «Жилье в горах, как всякое жилье…» // «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 65 Cita 570: «Дороги забиты. Французы отсылают беженцев в концлагеря». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 366 Cita 571: «Разговор шел по-французски, я все понимал. Меня поразило доверие, с которым этот человек рассказывал все советским людям. Потом я понял, что дело было не только в доверии, а в той удивительной, пусть порою наивной убежденности, с которой испанцы говорят людям правду и утверждают свою правоту. А тут человек был к тому же убежден, что его правда – это наша правда». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 9 Cita 572: «Я мог бы рассказывать о других людях, о других селах — повсюду сейчас идет работа, повсюду видишь примеры человеческой солидарности. Страшно после того, как поговоришь с крестьянами, взять в руки газету: «Риббентроп сказал...», «Пополо д' Италиа» пишет...» Какой прекрасный, трудолюбивый, добрый народ живет на этой земле, и вот жизнь его только ставка на зеленом сукне, вокруг которого расселось несколько профессиональных игроков». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 200 Cita 573: «В селе было много неграмотных. Один из помещиков как-то показал учителю на крестьянина, который вез тележку: «Если его научить читать, он еще, чего доброго, потребует осла или лошадь...» Теперь открыта вечерняя школа; старики читают по складам». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 161 Cita 574: «Есть вещи, поверить в которые невозможно, пока сам их не увидишь. На открытой площадке солдаты, скрутив из газет мяч и перевязав его веревкой, играли в футбол». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 21 542 Cita 576: «Мы обращаемся ко всем женщинам Советской страны — к работницам, к крестьянкам, к женщинам-служащим, к домашним хозяйкам, ко всем матерям — с горячим призывом организовать помощь продовольствием трудящимся женщинам Испании, детям и матерям борющегося испанского народа. Мы предлагаем купить и послать продовольственные продукты в Испанию для детей и женщин героического испанского народа. Мы вносим на это по пятьдесят рублей и уверены, что женщины Советской страны последуют нашему примеру». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 100 Cita 577: «За волосами испанская женщина бесконечно ухаживает, затейливо их завивает. Но восемь крестьянок выставили свои стриженые головы перед всеми, позор они превратили в отличие. «Мы не хотели, но фашисты сделали нас солдатами»». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 102 Cita 578: «Генеральный секретарь компартии Хосе Диас — булочник из Севильи. В нем веселье настоящего андалусца. Тюрьмы для него были университетами. Рабочие ласково зовут его «наш Пепе»». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 81 Cita 579: «Этих запасных итальянские власти собрали тоже очень просто — установили разверстку на людей по округам и районам страны. Местные комитеты фашистской партии разрешали мобилизованным откупаться определенной суммой денег. В результате этого на новую колониальную войну отправилась публика победнее, так, как принято всегда». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 70 Cita 580: «Немцы в фашистской Испании расположились как у себя дома. Письма в Германию они посылают без почтовых марок, а письма из Германии вместо адреса снабжены пометкой «S-89». Унтер рассуждает, как колонизатор: «Конечно, в Испании красивые пейзажи, но это — отсталая страна, и ее необходимо просветить...»» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 351 Cita 581: «По всему миру — в Африке, в Китае, на Пиренейском полуострове — бродят разбойничьи банды фашистов и мобилизованных ими людей. И именующие себя великими демократические державы Запада не смеют остановить разбойников». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 71 Cita 582: «Ты русский, — повторяет он злым шепотом. — Ты видел? Видел, я тебя спрашиваю? — он смотрит в небо, где еще видны в синем мареве самолеты. — Франко помогают все. Ему везут оружие, танки, самолеты. Кто нам поможет? Он не выпускает меня, и крупные слезы прокладывают темные дорожки по белесой пыли на его смуглом морщинистом лице». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 247 543 Cita 583: «Он фанатик образования. Он твердо верит, что победу даст только наука. ПО его инициативе в Карабанчеле открыта школа по ликвидации неграмотности среди солдат. – Кто учитель? – Да уж нашелся. – А все-таки? – Ну хоть бы и я…». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 68 Cita 584: «Если бы эта мадридская женщина была премьер-министром Франции!» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 320 Cita 585: «Мы явно не понимали друг друга. Надо было объяснить, что такое зарплата, кто должен платить беременной женщине и еще многое другое, о чем Манола не знала и с чем, возможно, не могла согласиться, потому что привыкла смотреть на вещи иначе. Впервые я так остро почувствовала разницу во всем укладе общественной жизни в Советском Союзе и в других странах. Для того, чтобы мы могли понять друг друга, должны произойти большие изменения не только в социальных и экономических условиях жизни, но и в психологии». // Паршина Е.А. «Динамит для сеньориты», Свердловск, Средне-Уральское книжное издательство, 1981, стр. 161-162 Cita 586: «Одна женщина кричала: «Где мой ребенок?» Ей дали ребенка. Это не был ее ребенок. У нее не было детей — от ужаса она лишилась рассудка. Ребенок улыбался. Его мать так и не нашли: она умерла где-то среди камней». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 175-176 Cita 587: «На его ночном столике нашли детективный роман и французский журнал с фотографиями голых женщин». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 93 Cita 588: «Во дворце герцога Мединасели — штаб моторизованной бригады. В просторных конюшнях кареты с гербами, а рядом пулеметы. В саду крестьянка и молодой паренек. Голова женщины повязана черным платком. Она спокойно глядит на дружинников. Я не сразу догадался, она глотает слезы (…) Паренек восхищенно поглядывает на пулеметы. Женщина села на мраморную скамью и, послюнявив нить, стала зашивать рубашку сына». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 93 Cita 589: «У меня там жена и двое ребят. Я тебе ничего не скажу про жену — я не знаю твоей жизни. Женщина может изменить, женщине можно изменить. Но ты понимаешь, что значит вот это?.. 544 Он вытащил из кармана фотографию, покрытую пылью и табачной трухой, — две девочки в нарядных воскресных платьях». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 99 Cita 590: «В Барселоне дружинники несли трофеи: желто-красное знамя, взятое на Монте Арагон. Женщины кидали победителям цветы». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 110 Cita 591: «Переулок Рафаэля Салилья. Сегодня немецкий самолет скинул здесь бомбу. Переулка больше нет: развалины, земля, мусор. Пожарные. Вот они вытащили два трупа — старуха и девочка. У девочки нет ног. А лицо спокойное. Кажется, что это разбитая кукла. Позади кричит молодая женщина. Потом она сразу замолкает, лицо окаменело, она молча стоит, выпростав руки. Но она не двигается. К ней подошел рабочий в замаранной известкой куртке. Тогда она как скошенная упала на мусор». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 124 Cita 592: «Сзади другие тени — женщины, ребята. Эти люди пришли из деревни Санта- Элальи, занятой фашистами. Они шли две ночи, а день пролежали под камнями. Женщины на руках несли детишек. Я никогда не забуду старуху в черном платке. Опираясь на клюку, в шлепанцах, она прошла сорок пять километров — через горы, через ущелья. Увидев политкомиссара, она улыбнулась запавшим ртом и подняла крохотный детский кулак». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 142 Cita 593: «Жители вернулись в город; открылись магазины. Калье Майор под вечер снова пестра и шумлива. Но чернеют раны Альбасете — дома без стен; нигде я не видел столько женщин в черном. Лунная ночь еще жива, и вдруг тяжелое молчание вмешивается в смех под изуродованными вязами. Когда под утро жители Альбасете молча возвращались в разрушенный город, одна старуха, дойдя до дома, где жил ее внук и где теперь ничего не было, кроме сломанного кресла и красной лужи, выпрямившись, крикнула: «Убийцы!» Ей никто не ответил: люди еще не могли говорить. До этой ночи она была темной старухой, украдкой молилась богородице и, завидев дружинников, пугливо куталась в черный платок. На следующее утро она пришла в казармы; она сказала часовому: «Пусти! Я могу полы мыть, стряпать, стирать»... Ей шестьдесят три года. Она рассказала мне о внуке, о разрушенном доме, о трех кроликах и, рассказав, подняла кулак. Сложна и необычайна судьба городов, похожа она на судьбу людей». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 144-145 Cita 594: «Вдруг из-за угла показывается толпа женщин. Здесь и старухи в черных платках, и девушки с локонами, приклеенными ко лбу. Впереди идет Изабелла Мартинес; это — крепкая женщина с умными веселыми глазами. Она похожа не на оперную Кармен, но на председательницу колхоза из Полтавщины. Она кричит: «Все на помощь Мадриду!» Корзины, 545 Крестьяне кладут кто курицу, кто мешок с рисом, кто апельсины, кто живого кролика». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 161 Cita 595: «После этого управляющие на радостях понизили батракам заработную плату: мужчинам они платят четыре песеты в день, женщинам — две песеты пятьдесят сантимов — это жизнь впроголодь». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 197 Cita 596: «Заработная плата понижена. Женщины теперь получают за сто кило собранных маслин три сантима. Поденно: мужчина — три песеты пятьдесят сантимов, женщина — одну песету пятьдесят сантимов. Из жалованья удерживают на «патриотические нужды» пятнадцать-двадцать процентов. Лавочники стонут: «На фалангу вчера взяли сто песет, сегодня на рекете — пятьдесят...»» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 192 Cita 597: «Кампания по повышению производительности охватила всю страну. Продукция многих заводов увеличилась в полтора, даже в два раза. Я видал машину, которая выпускала 70 патронов в минуту. У машины стоит маленькая курчавая девушка — Кончита (прежде она была модисткой). Эта машина выпускает теперь в минуту 112 патронов. Кончита работает одиннадцать часов в сутки. На заводе все женщины нарядные и веселые, живут они впроголодь, но работают ожесточенно». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 324 Cita 598: «Вот Долорес уже не девочка: она жена, мать. В доме нужда. Бывает, нет хлеба. На руках у Долорес умирает ребенок. Долорес пишет статьи для первых подпольных газет. Горняки внимательно ее слушают: «Женщина, а как говорит!..» Теперь ее зовут «Пасионария» — так она подписала свою первую статью. «Пасионария» по-испански страстоцвет — ярко- красный или синий цветок». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 296 Cita 599: «Каждый день в Испании мы проверяем меру человеческого горя. Это было в Аликанте. Женщина рожала. Прилетели фашистские бомбардировщики. Люди разбежались. Женщина родила одна. А во время второго залета осколок бомбы убил новорожденного». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 238 Cita 600: «Недавно итальянская бомба попала в кладбище; далеко окрест разлетелись кости мертвецов. Вчера бомба разрезала высокий дом. За час до этого женщина родила. Погибли и роженица, и новорожденный. В окне — клок простыни. Но это не белый флаг. Барселона не сдается». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 280 Cita 601: «Женщины тащат на головах тюки. Крестьяне гонят мулов, овец. Одна женщина 546 сегодня родила на горе, а рядом падали бомбы. Я не знаю, где найти слова, чтобы об этом рассказать». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 363 Cita 602: «Какая огромная сила это будет и уже есть, испанская женщина, едва только высвободившаяся из душного загона дома-тюрьмы! Ее клонила к земле, выедала изнутри, как ржавчина, позорная ложь во всем ее существовании. Дома — простоволосая, коротконогая, в шлепанцах, в мыльном пару над корытами с бельем, среди визга ребят и гаремных сплетен соседок, всегда виноватая и безответная перед мужем. На улице, перед людьми, — на высоких каблуках, играя шелком ног, шелестя веером, маня приоткрытым ртом, — роскошное и нежное животное, соблазн для прохожих, гордость собственника-мужа. Публично — раболепие перед женщиной, приторная, опошленная пародия на преклонение рыцарей перед прекрасными дамами; в семье — надменность и грубость к женщине, бесстыдная эксплуатация днем ее труда, ночью тела, оскорбления, побои». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 101 Cita 603: «В деревне Пуэнте-Хениль, в Андалусии, они изнасиловали тридцать женщин, всем прокололи штыками груди и утопили в реке. Изнасиловать и проколоть грудь — это по рецепту бесчисленных порнографических книг о половых извращениях, любимой литературы фашистских маменькиных сынков. Утопить в реке — это уже в порядке личной инициативы». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 102 Cita 604: «С первого взгляда это была развалившаяся старуха, сгорбленная, медленная, жуткая, как чума, в своем черном рубище. Но она была не стара, она оказалась молодой девушкой. У нее чудом сохранились два ряда прекрасных белых зубов, это только струпья обезобразили ее лицо, разъели глаза и щеки. Струпья от «дурной крови», от хронической болезни нарушенного питания организма, от многих лет беспрерывного поста, умеряемого несколькими оливками, несколькими глотками воды в день. Это была севильянка. Богатые американцы переплывали океан, чтобы посмотреть прославленных севильянок, — известно ли было им, что в Севилье есть свои Соединенные Штаты и там такие изумительные женщины?!» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 146 Cita 605: «И Марину Хинеста, молчаливую, вежливую, с мальчишеской стрижкой волос, бойца на баррикадах площади Колумба, аккуратную стенографистку и переводчицу. Это все и есть настоящая испанская женщина, открывшая, вслед за Долорес Ибаррури, в грозный час народной борьбы свой подлинный, стойкий и трогательный облик». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 102 Cita 606: «Заражаясь все больше этим настоянным в воздухе волнением, слыша, как тяжело колотится собственное сердце, с трудом продвигаясь в сплошной толчее, среди молодежи с винтовками, женщин с цветами в волосах и обнаженными саблями в руках, стариков с революционными лентами через плечо, среди портретов Бакунина, Ленина и Жореса…» // 547 Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 8 Cita 607: «Лицо, губы, реснички, уши, ногти тщательно раскрашены, — есть ли что-нибудь более законченное, чем испанская женщина на улице, на прогулке! Их ведут под руку солдаты, командиры и просто военные люди без чина и звания, в грубых холщовых комбинезонах, полотняных милицейских шапках или совсем без шапок, в туфлях на босу ногу, с винтовками, с пистолетами, с ручными гранатами за поясом». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 72 Cita 608: «Женщин высаживают, если у них нет служебных документов. Это потому, что на реквизированных машинах очень много катают девушек. Меня, ехавшего порожняком, заставили несколько раз подвозить — больного в лечебницу, какие-то мешки с посудой и полицейских. Я не обязан этого делать, но было интересно». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 22 Cita 609: «Извините меня, я простая женщина и как-то не думала о многих вещах. Мне казалось, что все иностранцы — это только богатые туристы, вот такие, как приезжали сюда. Я помогала моему Себастьяну мыть их машины. Теперь немцы и итальянцы посылают на нас самолеты с бомбами». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 100-101 Cita 610: «Не хватает винтовок — а город ими наводнен. На бульварах все гуляют с винтовками. За столиками кафе сидят с винтовками. Женщины с винтовками. С оружием едят, с ним ходят смотреть кинокартины, хотя уже есть специальный декрет правительства — оставлять винтовки в гардеробе под номерок. Рабочие получили в руки оружие — они не так легко отдадут его». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 10 Cita 611: «Ее барабаны гремят на улицах. Двести тысяч мадридских женщин, работниц, служащих, домохозяек, участвуют, во главе с Долорес, в коммунистической демонстрации под лозунгами пролетарской обороны Мадрида». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 195 Cita 612: «Мария Мингес Перес поехала в Москву в свой солдатский отпуск. В первый отпуск! С первого дня гражданской войны Мария Мингес на передовых линиях огня. Все кандидатуры на отправку в Москву отпали на боевом участке Буитраго перед ее кандидатурой. Бойцы устроили Марии Мингес горячие проводы. То же и комсомолке Кармен Сальваро, избранной в колонне «Виктория». Эмилия Прехарам Гальбариату никаких чинов, званий и почетных профессий не имеет. Одно только звание есть у нее — она мать двух испанцев, сражающихся на фронте против фашизма. Вполне достаточно...» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 178 548 Cita 613: «Со своей стороны я попробовал быть галантным, культурным кавалером и заверил девушку, что давно мечтал увидеть ее, прославленную в бессмертном творении Сервантеса. Но красавица не поняла ни меня, ни алькальда. Она была неграмотна, как девяносто процентов жителей Эль Тобосо (…) Девушка пришла просить ордер на кило мяса для своего больного отца, деревенского плотника». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 37-38 Cita 614: «По улицам в клубах дыма движутся тысячи людей. Они только что покинули разрушенные горящие дома. В толпе почти нет мужчин, сплошь дети, женщины. Они бредут полуодетые, прижимая к груди плачущих младенцев, поддерживая под руки стариков и старух. А самолеты снова идут, и уже слышны разрывы новых бомб. Из пожарищ выносят тела, залитые кровью и покрытые густым слоем известковой пыли. Молодая мать, распластавшись на траве сквера, вцепилась зубами в окровавленное платьице убитой девчурки». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 266 Cita 615: «Среди вооруженных людей, наполнявших залы и коридоры старинного особняка, было много женщин. Молодые девушки, пожилые матроны, вооруженные ружьями, пистолетами. Все в комбинезонах. Этот комбинезон, ставший формой народной испанской милиции, назывался «моно». То там, то здесь резвились группки детей. Родителям не с кем было оставить их дома». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 234 Cita 616: «Женщины на тачках везут картошку, капусту. Но, если подойти ближе к стоящей очереди, на строгих, усталых лицах женщин не найдешь и тени обывательского недовольства. Увидев киноаппарат, женщины поднимают кулак. Героизм мадридской женщины — домашней хозяйки войдет в историю революционной борьбы в Испании как образец стойкого самопожертвования». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 276 Cita 617: «Женщина в Испании никогда не была свободной, никогда не принимала участия в политической жизни. Она сидела взаперти, растила детей, ходила в церковь, на работу ее выгонял из дому только голод. История Испании знает мало женских имен: Властную, жестокую Изабеллу католическую; любвеобильную, поэтическую, но всей душой ушедшую в мистику святую Тересу; анонимных героинь войны с Наполеоном. Для самих испанцев Пасионария была историческим явлением такой же неожиданности, каким было для людей, привыкших считать Испанию отсталой, бессильной и покорной, сопротивление народа фашизму». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 127 Cita 618: «Сегодня днем были еще четыре воздушных бомбардировки. Убито много детей. Только что принесли и положили на стол двадцать снимков. Большие, красивые снимки детей, похожих на куклы. 549 Это разбитые куклы. У них большие черные дыры на лбу, на шее, у ушей. Не будь этих мертвых черных дыр, дети казались бы совсем живыми. У некоторых даже раскрыты глаза, словно в изумлении. Разметаны косички, уста улыбаются, и сквозь них видны маленькие белые зубы». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 205 Cita 619: «Надо ли напоминать о том, как немцы и итальянцы «просвещают» Испанию? Об этом говорят развалины и могилы. В дни, когда итальянские дивизии, подкрепленные германской авиацией, под командой немцев наступают на Каталонию, мой долг, долг писателя, долг человека, любящего испанскую культуру, испанский народ, рассказать всем о полудиких конкистадорах, которые при трусливом молчании европейских демократов пытаются захватить эту прекрасную страну». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 351 Cita 620: «— Почему вы приехали сюда? — Я солдат и подчиняюсь приказу. — Неужели вы не задумывались, почему вас послали в Испанию? Гюнтер Лонинг удивленно смотрит на меня. — Германский солдат никогда не думает». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 138 Cita 621: «Но пленные германские летчики-фашисты признавались, что по всей немецкой эскадрилье в Севилье, как запретный плод, ходит по рукам книга Людвига Ренна «После войны»». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 169 Cita 622: «Он плачет, слезами он хочет смыть позор. Он глядит восторженно и виновато на своего старого друга. Армия Муссолини — ненадежная армия: она храбро идет вперед, когда перед ней толпы беженцев, малагские дезертиры и предатели. Но когда против нее оказывается противник, она быстро поворачивает назад». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 152 Cita 623: «А кроме климата, есть какая-нибудь разница между абиссинским и испанским походом Муссолини? Солдаты долго, с усилием думают. Нет, они не могут найти разницы. В самом деле, можно ли разобраться простому человеку в этом разбойничьем мире? Простого человека посылают грабить и убивать в одну страну, затем в другую страну. Его принуждают добывать колонии для своих фашистских хозяев. За отказ подчиняться убивают, все равно — на фронте ли, в тылу ли». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 71 Cita 624: «Где-то в Лондоне заседает комитет по «невмешательству». Быть может, эти кинодокументы помогут честным людям мира в их борьбе за прекращение помощи Франко со 550 стороны фашистской Германии и Италии?» // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 268 Cita 625: «Марки самолетов или названия дивизий, конечно, известны и Лондону. Однако в парламенте один «достоуважаемый джентльмен» отвечает другому: «Касательно нарушения невмешательства в дела Испании мне лично ничего неизвестно». Возможно, что скоро мы ознакомимся с очередным диалогом: «Известно ли достоуважаемому, что на свете существуют бомбардировщики и дети?», на что джентльмен преспокойно ответит: «Нет, лично мне это неизвестно»». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 242 Cita 626: «Прежде говорили: «Москва слезам не верит». Мы скажем: «Лондон не верит крови»». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 241 Cita 627: «Комитет по невмешательству, созданный Лигой Наций и заседавший в Лондоне, по существу, помогал фашистам; его туманные и лицемерные резолюции, якобы стремившиеся локализовать, ограничить испанскую войну, выполнялись только одной стороной – республиканской; сторожевые суда комитета бороздили моря, но преследовали только корабли, шедшие в республику; французская граница была закрыта, но португальская открыта на всем своем протяжении». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 203 Cita 628: «Республиканцы сами тоже виноваты во многом. Бойцам ничего не говорят о настроениях мобилизованных рифов. Дружинники видят в них непримиримых врагов. В мадридских кругах — и даже весьма видных — еще держатся колониальные настроения. Почему правительство Народного фронта не провозгласило автономии африканской провинции, хотя бы в той же мере, в какой автономны другие национальные области Испании?» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 113 Cita 629: «В этом году в Марокко был очень плохой урожай. Когда вербовщики стали собирать на базарах феллахов и требовать мужчин для отправки на полуостров, многие пошли даже охотно. Ведь начальство обещало хорошо кормить да еще платить по три песеты в день. Причин мобилизации никто не знал. Кто-то объяснил, что всех повезут на большой парад в Севилью, там будет много испанских начальников и красивый праздник. Этому поверили. Все уезжали в очень хорошем настроении. Только на полуострове, в Севилье, раскрылся обман. Рифов, самых боевых из марокканцев, поставили впереди мятежных войск. В тылу у них поставили иностранный легион и приказали сражаться». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 111 Cita 630: «Рифы — дивные стрелки. Как у всех горных племен, обороняющихся от завоевателей, у них выработалась отличная огневая тактика, сверхметкая, экономная 551 стрельба. О рифе в период марокканских войн рассказывали: он спускается в долину, работает у испанца-хозяина, работает неделю, затем идет на базар и на весь заработок покупает один патрон и этим патроном убивает хозяина. Конечно, в таких случаях надо стрелять уж без промаха». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 111 Cita 631: «Надо ли говорить о том, что в этом изысканном обществе нашли себе место бывшие контрразведчики, столбовые дворяне из Пензы и Тамбова? В Париже выходит газета «Возрождение». Она занята, теперь испанскими делами. Анонимный охранник скромно пишет: «Возможно, что вся Каталония против фашизма. Тем лучше — надо огнем и мечом пройтись по этой зараженной земле». У безработных вешателей чешутся руки. Они спешат в Испанию. Много лет они выклянчивали чаевые у парижских полуночников и за скромную мзду унижались перед германскими и японскими разведчиками. Теперь они нашли себе дело: они расстреливают испанских крестьян. В газете «Возрождение» печатаются «Письма белого офицера». Этот храбрый вояка под охраной немецких самолетов «чистит» испанские деревни». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 119- 120 Cita 632: «Кейпо де Льяно как-то заявил: «Пусть будет на свете меньше испанцев, лишь бы они были преданы нашему делу». Первую часть пожелания фашисты осуществили: они сильно уменьшили народонаселение Испании». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 195 Cita 633: «Проговаривается генерал Кейпо де Льяно, алкоголик и болтун. По радио он оповещает весь мир: «У нас 160 бомбовозов и истребителей». Ваше превосходительство, разрешите спросить — откуда? Когда вы взбунтовались, во всей Испании не было ни одного современного самолета. Вы умеете пить анисовую настойку, рассказывать анекдоты и расстреливать крестьян. Изготовлять самолеты вы все же не умеете. Или, может быть, истребители «хейнкели» выделываются в Гранаде, а бомбовозы «капрони» в Памплоне?» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 118 Cita 634: «Очередная речь генерала Кейпо де Льяно. Этот пьяница решил высказаться о расовой теории. Очевидно, накануне с ним распил бутылку хереса какой-нибудь германский генерал. Бедняга Кейпо де Льяно слушал, но не понял. Его речь напечатана крупным шрифтом в газете «Диарио де Наварра» от 1 декабря: «Было бы оскорбительным для мавританской расы приравнять ее к арийской. Мавританцы Валенсии, Барселоны и Мадрида — в большинстве арийцы. Мавританская раса — избранная раса, привилегированная раса» (…) Хорошо, что г-н Геббельс не владеет испанским языком». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 127 Cita 635: «В Севилье к микрофону подходит андалусский палач генерал Кейпо де Льяно. Икота, отрыжка. Потом: 552 «Э-э-э… я сегодня простужен и не хотел выступать, но подумал, что добрые патриоты огорчатся и забеспокоятся. Не бойтесь, завтра я буду здоров. По случаю простуды вместо обычного хереса я выпил несколько рюмочек коньяку из погребов моего друга Домека» (…) Сквозь эти крики прорываются французские, английские станции. Они уже не говорят об Испании, как будто ее нет. Это молчание порою страшнее фашистского торжества». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 220-221 Cita 636: «Каждый день к передовым постам республиканцев приходят солдаты-фашисты. Они повторяют одно и то же: «Нас обманули...» Жадными глазами глядят они не на хлеб, не на мясо, но на то братство, на ту свободу, которыми дышат окопы народной армии». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 127 Cita 637: «Нет, не расстрелы только, — фашисты говорят, что нужно беречь патроны, — а именно резня. Мавры и фалангисты упражняются, перерезывая связанным рабочим горло от уха до уха». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 244 Cita 638: «Она действует, «пятая колонна», действует пока трусливо, из-за угла. Но в любой момент может поднять голову и всадить нож в спину защитникам Мадрида». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 270 Cita 639: ««Пятая колонна» не утихает. По-прежнему подпольные фашисты швыряют, особенно по ночам, бомбы в прохожих. Они почти не отваживаются нападать на вооруженных людей. Их цель — сеять панику среди гражданских жителей. Одна бомба убила двух детей, игравших у подъезда». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 246 Cita 640: «Эти люди протестовали не против палачей Астурии, не против правительства своей страны, которое не предоставило жителям Астурии, обреченным на смерть, ни одного парохода, ни одного парусника, ни одной шлюпки. Нет, сердобольные писатели протестовали против правительства Испанской республики, которое осмеливается арестовывать членов POUM». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 229 Cita 641: «Провокационную и деморализующую роль играет ПОУМ — троцкистская организация. Поумовцы имеют свою газету, юлят вокруг анархистов, натравливая их на коммунистических рабочих, требуют немедленной развернутой социальной революции в Испании, выступают с отвратительной демагогией по адресу Советского Союза. В практических действиях они гораздо рассудительнее: захватили лучшие, самые аристократические отели Барселоны, контролируют самые дорогие рестораны и увеселительные заведения». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 17 553 Cita 642: «Поумовский отряд в восемьсот человек покинул перед самым боем ключевую позицию одного из секторов Арагонского фронта. Маленькому отряду имени Тельмана пришлось спешно стать на место, покинутое дезертирами, и отразить атаку неприятеля, потеряв при этом половину своих бойцов. На другом секторе того же фронта начавшееся наступление республиканцев было тоже сорвано уходом поумовской части». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 28 Cita 643: «В шпионской организации, совместно с представителями старой реакционной аристократии и «Испанской фаланги», участвовали руководители ПОУМа. Речь шла кроме шпионской работы также о подготовке в определенный момент вооруженного фашистского восстания на улицах Мадрида. Шпионов удалось захватить внезапно. При них были найдены изобличающие документы. Это вынудило арестованных признаться. При одном из шпионов найден план Мадрида, и на обороте его полиция обнаружила документ, написанный симпатическими чернилами. Чернила проявили, текст оказался такой: «Генералиссимусу лично. Сообщаю: сейчас мы в состоянии сообщать вам все, что знаем о передвижениях красных частей. Последние сведения, посланные нашим передатчиком, доказывают серьезное улучшение нашей информационной службы»». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 155-156 Cita 644: «В одном нельзя было заподозрить этого горячего человека: в неискренности его желания драться с фашизмом. А в остальном его речь была беспорядочным наивным бредом о всеобщем равенстве, о торжестве анархии. Илья Григорьевич часто своими вопросами припирал его к стене, Дуррути вскакивал, горячился и даже вдруг в сердцах воскликнул, что он за такие слова может и расстрелять. На рассвете, усталый, грустный, он провожал нас к машине, дал конвой и крепко пожал на прощанье наши руки». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 279-280 Cita 645: «– Вот теперь я вижу, что не врешь. У нас то же самое было с Махно. Это и есть настоящий анархизм. – Алексей Николаевич, – молил я, – вы только не подумайте… – Не бойся, не подумаю. Знаю, что твои испанцы не все анархисты. Анархизм это как кастаньеты. Конечно, не случайно кастаньеты пошли в ход именно в Испании. Но считать, что кастаньеты это вся Испания, может только балерина». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 172 Cita 646: «Это понимали и лучшие люди других партий. Это понял честный анархист Дуррути, когда сказал, что поступается всем ради победы. Вероятно, за это, за фактическое признание правоты коммунистов, за преступное с точки зрения анархизма признание необходимости твердой дисциплины и крепкой организации армии он и был убит под Мадридом, ночью, у 554 домика своего штаба, «случайной» пулей». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 122 Cita 647: «Бухаралос весь увешан красно-черными флагами, заклеен декретами за подписью Дуррути или просто плакатами: «Дуррути приказал то-то и то-то». Городская площадь называется «Площадь Дуррути». Сам он со штабом расположился на шоссе, в домике дорожного смотрителя, в двух километрах от противника. Это не очень-то осторожно, но здесь все подчинено показу демонстративной храбрости. «Умрем или победим», «Умрем, но возьмем Сарагосу», «Умрем, покрыв себя мировой славой» — это на знаменах, на плакатах, в листовках. Знаменитый анархист встретил сначала невнимательно, но, прочтя в письме Оливера слова: «Москва, «Правда», сразу оживился. Тут же, на шоссе, среди своих солдат, явно привлекая их внимание, он начал бурный полемический разговор. Его речь полна мрачной фанатической страстности». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 34-35 Cita 648: «– До свидания, Дуррути. Я приеду к вам в Сарагосу. Если вас не убьют здесь, если вас не убьют в драке с коммунистами на улицах Барселоны, вы, может быть, лет через шесть станете большевиком». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 38 Cita 649: «Хорошие новости с Арагона. Там Дуррути перешел вброд Эбро у деревни Пина и вернулся с пленными солдатами и офицерами. В Тардьенте колонна из частей Труэбы заняла новый рубеж — Керро-Сангарра». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 65 Cita 650: «Он обнял меня очень радостно, как старого приятеля. И тотчас же пошутил: — Ты видишь, я не взял Сарагосу, меня не убили и я не стал марксистом. Все еще впереди». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 259 Cita 651: «Ничего из всего этого не вышло, анархисты побоялись довольно слабого пулеметного огня и в бой не пошли. Бедняга Дуррути был вне себя, приказал расстрелять несколько трусов, потом отменил приказ, потом совещался с Оливером, потом заявил штабу, что плохая артиллерийская подготовка виной всему, и, наконец, принял решение завтра повторить атаку». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 263 Cita 652: «Дуррути был очень подавлен тем, что именно его колонна допустила проникновение врага в город. Но он хочет возместить неудачу новой атакой, на том самом месте, где анархисты отступили. Беспрерывные бомбардировки, убийства беззащитных жителей приводят его в слепую ярость». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 269 555 Cita 653: «Шальная или, может быть, кем-нибудь направленная пуля смертельно ранила его при выходе из автомобиля, перед зданием его командного пункта. Очень жаль Дуррути. Несмотря на анархистские ошибки и заблуждения, он был несомненно одним из самых ярких людей Каталонии и всего испанского рабочего движения. Он пришел оборонять Мадрид с мыслями очень отличными от тех, с какими он стоял под Сарагосой». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 271 Cita 654: «Пять лет назад я спорил с Дуррути о справедливости и свободе. Вечером анархисты собирались в маленьком кафе Барселоны, которое называлось «Tranquilidad» — «Спокойствие». Дуррути ходил весь обвешанный бомбами. Он не был салонным анархистом. Металлист — он днем стоял у станка. Четыре страны приговорили его к смертной казни. Сторожевая будка — это штаб Дуррути. Он говорит по полевому телефону о подкреплениях. На стене плакат: «Пейте для аппетита вино негус». Дуррути пьет только воду. У него огромные руки; никогда, кажется, я не видал таких богатырских рук. А улыбается он, как ребенок». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 103 Cita 655: «— Здесь дело не в стратегии. Сегодня утром я был в Пине. Маленький мальчик спрашивает меня: «Дуррути, почему фашисты в нас стреляют, а мы молчим?» Раз ребенок так говорит, значит, весь народ это думает. Вот я решил взять да обстрелять Кинто. Он улыбается: ребенок». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 104 Cita 656: «Он показывает мне окопы; это первые окопы, вырытые анархистами. В других колоннах анархисты не хотят рыть окопы, кричат: «Только трусы прячутся в землю!»» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 103 Cita 657: «Еще на стенах висят плакаты: «Организация антидисциплины», а газета Дуррути пишет: «Да здравствует дисциплина!»» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 104 Cita 658: «Дуррути подошел к телефону. Ему сообщили о бомбардировке Сьетамо: две немецкие эскадрильи. Волнуясь, он говорит: — Мы должны создать настоящую армию, не то мы погибнем». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 104 Cita 659: «Дуррути недолго пробыл на Мадридском фронте, его убили 19 ноября 1936 года, убили из-за угла. Его смерть была большим ударом по всем силам республиканцев». // Эренбург И.Г. «Люди, годы, жизнь», Москва, 2000, Том 7, стр. 502 Cita 661: «Мы пошли за ним. Он останавливался у каждой картины, статуи, любовался, вглядывался в детали тончайшей работы. Вдруг, обернувшись ко мне, он сказал: 556 — Все, что тебе понравится, можешь взять на память о Дуррути... (…) — Да, я отвожу бригаду! — почти закричал Дуррути. — Люди устали! Устали от бомбежек и артиллерии! Люди не выдерживают! Я не могу!.. — Но твоя бригада всего лишь два дня на передовой. Ты знаешь, как народ оценил, что анархисты наконец из глубокого тыла пришли драться в Мадрид. Какое же впечатление произведет уход бригады? Что тебя заставляет предпринять этот шаг? Дуррути опустил голову и, стиснув виски, тихо сказал: — Знаю, все, все знаю, но они требуют. — Слово «они» он произнес со злобой (...) Через час, проходя по коридору штаба, я увидел Хаджи. Он стоял спиной ко мне, глядя в окно. Я окликнул его. Он не ответил. Я тронул его за плечо. Он повернулся ко мне, его глаза были полны слез. — Что случилось? — Они убили его. Только что. Предательский выстрел в спину оборвал жизнь Дуррути в момент самой напряженной борьбы его с самим собой и с «классическими» анархистами. Он мучительно хотел порвать с окружавшей его камарильей авантюристов и начать настоящую безоговорочную борьбу за свободу Испании. Он был честным человеком, он готов был сделать правильные выводы из всего, что происходило на его родине, — очевидно поэтому его и убили». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 280-281 Cita 662: «Министры — неспособные, тупые, ленивые люди. Они проваливают все и вся на каждом шагу. Никто их не слушается, они не считаются друг с другом. У них нет ни малейшего представления об ответственности и серьезности обстановки. Им бы только благодушествовать в своих министерских кабинетах. Да и кого они представляют? Все народные силы объединяются вне рамок правительства, вокруг социалистических и анархистских профсоюзов. Рабочая милиция не верит правительству, не верит военному министерству, потому что оно пользуется услугами темных личностей, бывших реакционных королевских генералов». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 66 Cita 663: «Левые республиканцы из группы Асаньи все похожи на Хираля и друг на друга. Это радикальные интеллигенты, очень образованные, по стилю — люди кабинета, но не кабинета министров, а ученого, профессорского кабинета, склонные к широчайшим обобщениям (вообще испанская черта), расплывчатые и медлительные в конкретных решениях. Все это пока дополняется какой-то внутренней решимостью — решимостью остаться с народом, проделать до конца взятую на себя миссию. Судьба жестоко подшутила над спокойными докторами химии, археологами и литературоведами, бросила их в котел гражданской войны, революции, интервенции». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 47 Cita 664: «Сам Ларго Кабальеро одет в военное моно, с пистолетом на поясе, обветренный, 557 загорелый, очень свежий и бодрый для своих без малого семидесяти лет. Альварес дель Вайо, организовавший встречу, служил нам переводчиком. Это было довольно трудно, потому что «старик» говорил быстрыми, стремительными монологами; впрочем, я все лучше понимаю этот язык, простой, звучный и плавный в построении фразы». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 66 Cita 665: «Мы разговариваем еще около полутора часов. Кабальеро несколько раз возвращается к неспособности и нелояльности республиканских генералов, личных друзей Асаньи, всех этих сарабий... Потом, уже вдвоем с дель Вайо, мы спускаемся на улицу, в маленький бар. Он очень доволен встречей и разговором, уверяет, что теперь «старик» целиком согласился с необходимостью регулярной народной армии». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 68 Cita 667: «Все это вырывается у Ларго Кабальеро бурно, сердито, с упрямой силой убеждения. Трудно понять, откуда этот запоздалый радикализм и максимализм у человека, многие десятки лет отстаивавшего самые реформистские и соглашательские позиции в рабочем движении, шедшего на компромиссы и даже на коалицию с самыми правыми буржуазными правительствами, вплоть до реакционной королевской диктатуры Примо де Риверы». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 67-68 Cita 668: «Кабальеро, уже не в милицейском моно, а в хорошо сшитом штатском костюме, чисто выбритый, прямой и строгий, сидит за столом. Он молчит нескончаемо долго и холодно, пока с ним не заговорят. Услышав поздравления, кивает головой и опять молчит. Наконец, выговаривает несколько слов. Просит извинить его — сейчас он не может повторить со мной беседы в таком же роде, какая у нас была двадцать седьмого августа. Тогда он был свободный человек, теперь он лицо, связанное своим постом. Он вообще ни с кем сейчас не беседует на политические темы. Для бесед на политические темы существует Совет Министров. Он делает особое исключение — только для «Правды»». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 91 Cita 669: ««Старик» целиком утонул в бюрократической канцелярщине, в бумажках, не дает никому проявлять никакой инициативы, не разрешает ни назначать без него ни одного фельдфебеля, ни выдавать ни одной тысячи песет, ни одной винтовки. Конечно, он не в силах сам все решить, бесконечно советуется со своими помощниками, деньги все равно расходуются и без него, оружие растаскивается без его спросу, но правительство не формирует войск, не создает регулярных частей, не делает пока ничего разумного, хладнокровного, решительного». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 133 Cita 670: «И все-таки и социалисты и коммунисты стараются всеми силами поддержать, 558 поднять авторитет «старика»». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 134 Cita 671: «Само правительство Республики молчит. Ларго Кабальеро ни за что не хочет публиковать никакого документа — ни декларации международного характера, ни обращения к своему народу. Несколько раз министры-коммунисты требовали такого публичного правительственного обращения — он упрямо отказывается, говорит, что не надо сеять панику. Ему говорят, что, наоборот, паника обострена молчанием правительства, незнанием его намерений, неуверенностью в том, насколько решительно правительство намерено дальше обороняться и, в частности, оборонять Мадрид». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 194 Cita 672: «Глава правительства и военный министр Ларго Кабальеро в письме обращался к генералу, председателю Хунты обороны Мадрида, со срочной просьбой: ввиду того что военное министерство и Генеральный штаб не успели при отъезде взять с собой столовую посуду и белье, что теперь создает известные затруднения, выдать подателю сего столовые и чайные сервизы военного министерства, соответствующие комплекты скатертей и салфеток, а также предоставить необходимый автотранспорт для немедленной отправки названных предметов в Валенсию». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 243-244 Cita 673: «Синьор Ларго Кабальеро уехал…» // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 252 Cita 674: «Приемная военного министра Ларго Кабальеро, которая всегда гудела, как улей, где толпились штабные офицеры, пуста. Толкаю массивную дверь и вхожу в кабинет Кабальеро. Пусто. Тишина. Так это правда — Мадрид всеми покинут? Откровенно говоря, жутковато...» // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 255 Cita 675: «Я не хочу умалять прошлых заслуг Кабальеро. Вероятно, они были, иначе трудно объяснить, почему рабочие так долго верили ему. Но во время войны этот человек с медальным кастильским профилем сыграл черную роль. Когда же ему пришлось уступить свое место другим, то, оскорбленный насмерть, он превратился в брюзжащего старика…» // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 113 Cita 676: «До окружения Мадрида люди верили старому «левому» социалисту Ларго Кабальеро, чье правительство пришло на смену чисто буржуазному. Я поставил слово «левый» в кавычки потому, что люди, подобные Кабальеро, порою замахиваются левой рукой так далеко, что она оказывается справа. Сам он считал себя «левее» коммунистов, которых ненавидел. Он не хотел дисциплинированной армии, – разве это пролетарское дело? (…) Армию он хотел строить, как профсоюз: на добровольных началах. В первые месяцы 559 большинство так и отправлялось на фронт: отряды формировались на базе профсоюза и реже – какой-либо партии. Он забывал, что войну ведут не профсоюзы и не только рабочие, а весь народ (…) Он взял себе портфель военного министра – никогда в жизни до этого он не интересовался военным делом. Старым генералам тем легче было воздействовать на него. Рост компартии и ее влияния смертельно пугал его: по существу, это могло стать крахом всей его «левой» политики, которую он проводил десятилетиями на крайнем фланге». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 112 Cita 677: «Над израненной пехотой // Солнце медленно плывет, // Над могилой Дон-Кихота // Сбросил бомбу самолет. // И в дыму военной бури, // И у смерти на краю // Ходит с песней Ибаррури – // Ходит женщина в бою. // Я хотел бы с нею вместе // Об руку, ладонь в ладонь, // У пылающих предместий // Встретить полночи огонь, – // Чтоб отряды шли лавиной, // Чтобы пели на ходу // Всё, что пела Украина // В девятнадцатом году; // Чтоб по улицам Толедо // С этой песней прошагать, // Теплым воздухом победы // Учащенно задышать!.. // Над землей военнопленной // Над Севильей держит путь // Гул, мешающий вселенной // Утомленной отдохнуть». // Светлов М. «Испанская песня» // «Стихотворения», Владивосток, Дальневосточное книжное издательство, стр. 84 Cita 678: «Здесь в лачужке прятался после полицейского разгрома и заседал севильский комитет коммунистической партии. Здесь работал Хосе Диас. — А Люсену помнишь? Синко Касас помнишь, Хосе? Он улыбнулся. — Помню. Тогда только начиналась по-настоящему работа в деревне. Было время...» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 146 Cita 679: «— Долорес, помнишь, как мы познакомились? Тогда, в Бильбао. Шесть лет назад на рабочей окраине Бильбао, в маленькой таверне на берегу реки Нервион, товарищи познакомили меня с высокой, худой, молчаливой женщиной. Как все испанки простого звания, она, несмотря на палящую жару, была одета во все черное. Держалась замкнуто, немного стеснительно, слушала разговор очень жадно, но сама почти ничего не говорила, только разглядывала всех большими, ясными черными глазами и, как заметно было по этим глазам, наскоро передумывала для себя каждую фразу разговора. О ней мне тогда сказали только одно: — Первая испанская женщина-коммунистка». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 140 Cita 680: «Присутствие Долорес вносит особую ноту в среду партийного руководства. Оно придает мужской, суровой, иногда подчеркнуто деловой атмосфере Политбюро тепло, жизнерадостность, юмор или страстный гнев, ожесточение, особую непримиримость к компромиссам. Она приходит празднично приподнятая, с веселой, лукавой улыбкой, прибранная, нарядная, несмотря на простоту своего всегда черного платья, садится, кладет 560 руки на стол и, слегка наклонив большую красивую голову, молча прислушивается к разговору». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 55-56 Cita 681: «Тесно сгрудившись, солдаты слушают отрывистые слова Долорес: — Ведь я, как и вы, простая испанка, не из благородных. Я была судомойкой при шахте. И муж мой — рабочий-горняк... Но мы все, простые люди, рабочие, будем драться до конца за свободную, счастливую, народную Испанию, против генеральской и иезуитской фашистской клики...» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 52 Cita 682: «Здесь все знают Долорес, издали приветствуют ее, угощают хлебом, вином из солдатских фляжек, уговаривают задержаться, посидеть, не идти дальше. На сьерре каждый солдат горячо говорит, что знаком с Долорес лично». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 50 Cita 683: «Противник отвечает ожесточенным орудийным и пулеметным огнем — пули и шрапнель повизгивают каждые несколько минут. Солдаты убеждают Долорес ползти — она отмахивается и перебегает, как все, в рост, чуть пригнув голову. — Чем я хуже вас! Ладно, в другой раз приеду с зонтиком, тогда на меня ничего не будет капать. Она входит в каждый разрушенный домик, беседует с каждым солдатом и офицером, подолгу расспрашивает пленных, выуживает из них мелкие и вместе с тем цепные подробности положения мятежников. Она скандалит с поварами по поводу качества обедов». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 50 Cita 684: «В маленьком андалусском домике я увидел портрет Долорес рядом с изображением святой Терезы». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 299 Cita 685: «Народ отважный и великодушный, создавший прекрасные песни, полный гостеприимства и доброты, способный работать с воодушевлением и умирать, улыбаясь, этот народ не хочет дольше прозябать в пещерах, в трущобах, в лачугах. Любимица этого народа — Долорес Ибаррури. Народ зовет ее « Pasionaria » — «Неистовая». Она дочь бедного крестьянина и жена шахтера. Она уже не молода, но ее лицо выражает всю суровую красоту Испании. У нее горячие глаза. Она всегда одета в черное. Она хорошо говорит: ее слышно на самой большой площади Мадрида. Это — душа толпы, и толпа кричит: «Да здравствует Пасионария!»» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 64-65 Cita 686: «Долорес хорошо поет народные песни. Она с бойцами на фронте. Товарищ нервно смотрит на часы: — Заседание... Опоздаем... 561 — Погоди. Долорес еще не спела с бойцами одной веселой песни. Она знает, что значит накануне атаки мелодия, знакомая с детства (…) Ее слова обходят мир быстрее, чем песня. Они становятся анонимными, как эпос. Они становятся словами народа. Многие ли знают, кто первый кинул в лицо смерти два чудодейственных слова «¡No pasarán!»? Она, Долорес». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 297 Cita 687: «Снимаю вождей испанских коммунистов за работой на оборонительных рубежах Мадрида. Тысячи людей, работающих на этих холмах, знают, что они здесь. Никто не приходит поглазеть на них. Это — не сенсация. Долорес и Пепе — так зовут их все — с народом. Это в порядке вещей». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 248 Cita 688: «Может ли мать отдать делу своей жизни больше, чем жизнь своего сына?» // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 129 Cita 689: «Если вы хотите знать, кто такая Долорес Ибаррури, скажите себе: «Это – Испания». А если вы хотите в одном образе увидеть Испанию, скажите себе: «Это – Пасионария». Они неразделимы». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 129 Cita 690: «В первые дни после мятежа в барселонские гаражи ринулась толпа автомобильных любителей, все объявили себя шоферами, а шофером в Испании считается только тот, кто ездит не менее чем со скоростью сто километров в час». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 24 Cita 691: «Шофер Хосе, молодой парень с нежным, тихим лицом и глазами газели, ездит, как все здесь, то есть как буйно помешанный. Уже вчера, при переезде от дворца на телеграф, он делал кривые, от которых приходили в голову мысли о бренности всего земного. Развернуться с глубоким заездом на тротуар, давя народ, он считает самым богоугодным делом... Сегодня на шоссе, на скорости девяносто, не сбавляя хода, обгоняя телегу с ослами, он сделал чудовищный виток между встречным грузовиком и второй телегой. Лимузин грохнул о громадный платан, кузов вогнулся, как уголок конверта». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 41 Cita 692: «Шоферы в ожидании пассажиров задевают женский пол восторженными восклицаниями: «О гуапа!», «О морена!», «О рубиа!» («О красивая!», «О брюнетка!», «О блондинка!»). Делают они это подряд, автоматически, так что игривый комплимент достается иногда и восьмидесятилетней старухе». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 72 562 Cita 693: «Шоферы вообще стали во всех смыслах ведущей профессией. Среди начальников и крупных чиновников идут разговоры — у кого какой шофер, насколько он предан, останется ли он при шефе или бросит его и предпочтет эвакуировать собственную свою семью». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 191 Cita 694: «Из города уезжают все, кто и как может. Развелись дикие шоферы на краденых машинах, они вывозят состоятельных людей за бешеные деньги в Куэнку или дальше по валенсийской дороге. Имущих, но не очень богатых. Очень богатые предпочитают оставаться в Мадриде — ждать Франко». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 191 Cita 695: «Шофер Дорадо — хороший малый, но он все-таки немного слишком робеет для коммуниста. Сегодня мы его переквалифицировали на героя (…) Как шофер, Дорадо не интересовался картой, считая ее забавой пассажиров, он не знал, что дальше река образует резкую излучину, подходит к самой дороге и что [52] именно здесь шоссе обстреливается мятежниками». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 51-52 Cita 696: «Шофер встревожился; это дежурный шофер, он не сменялся сегодня, он не ел, он просит, нельзя ли его отпустить, он хотел бы поискать еды. Стрелки на ручных часах светятся, они показывают десять часов сорок пять минут. Через час с четвертью будет седьмое ноября. Нет, в эту ночь нельзя покинуть тебя, милый Мадрид». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 212 Cita 697: «В первый раз я торопил разбойника шофера; он ехал, как пьяные озорники в комических фильмах, толпа сыпалась горохом по обе стороны». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 124 Cita 698: «Хулио единственный в Испании шофер, признающий скорости ниже ста километров». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 278 Cita 699: «С Хулио мы подружились. Он стал моим боевым другом, верным товарищем и ассистентом. Перед отъездом из Испании я помог ему осуществить заветную мечту — он поехал в Советский Союз в школу летчиков и, вернувшись в Испанию, сражался с фашистами на истребителе». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 253 Cita 700: «В машине я решил выспаться за все эти дни. Ничего не вышло. Шофер так гнал по горной дороге машину, что не до сна. Часто я вспоминаю о своем «паккарде» и о чудесном парне Хулио Родригесе — шофере». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 277 Cita 701: «Днем я был совершенно свободен. И я начал ездить по фронтам, из одной части в 563 другую. Маркесу это нравилось – втайне он мечтал стать журналистом, если не писателем, по дороге без конца разговаривал со мной (с этого началась моя практика в испанском языке), а по ночам писал. Судя по тому, что я легко понимал его прозу, надо полагать, что она была довольно примитивна. Но я хвалил его и однажды даже процитировал в очерке какое-то его высказывание, о чем, конечно, сообщил ему. И ни разу не слышал от него, что машина не в порядке, что нет бензина». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 53 Cita 702: «К этому типу людей принадлежал мой валенсийский шофер Баутиста. Значков он, правда, не носил, зато каждое утро изумлял меня совершенно противоположными высказываниями. Иногда он полностью разделял точку зрения компартии, а на другое утро требовал углубления революции, как убежденный анархист. Это не мешало ему затем призывать к умеренности в духе крайне правой из всех партий, участвовавших в правительстве. Оказалось, что, привозя мне по утрам все выходившие в городе газеты, он у киоска успевал просмотреть только одну, но каждый раз – другую, и любое печатное слово убеждало его до следующего утра. Однажды он потребовал у меня полной автономии Каталонии: в это утро он прочитал барселонскую газету. Разобраться в происходившем было трудно не одному Баутисте». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 111 Cita 703: «Мы едем в Брунете. Шофер, веселый и отчаянный, как все испанские шоферы, смеется: — Проскочим!» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 218 Cita 704: «Два дня назад кузов машины продырявили пули. Шофер усмехнулся: «Тоже стрелки! Вот марокканцы — те стреляют...»» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 164 Cita 705: «Под утро мы прошли на позиции. Когда затихали пулеметы, слышно было, как стрекочут цикады. Я написал на листке телеграмму: «Положение восстановлено» и дал шоферу. Телеграмма не ушла: автомобиль забрали санитары, а утром фашисты снова начали атаку». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 101 Cita 706: «Фашисты в первые месяцы смогли захватить десяток губернаторств. Но они не могут их оккупировать. Тревожным сном спят фашистские стражники в деревнях Андалусии и Галисии. Кроме карт генеральных штабов, существует крепкий ум крестьянина. Крестьянин знает, что республика дает ему землю и что эту землю отбирают у него фашисты». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 129 Cita 708: «Совет постановил открыть школу. Крестьяне ждут, когда приедет из города учитель. 564 Они устроили ясли для малышей. Девушки моют ребят, играют с ними, тех, кто постарше, учат грамоте. «Скажи своим колхозникам, что мы идем их дорогой», — сказал мне старый крестьянин». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 160 Cita 709: «Андалусский крестьянин, стыдливо улыбаясь, часами вам станет рассказывать об оливковых рощах, о снежной сьерре, об Альгамбре. Он споет свои протяжные фламенко. Он поразит вас своей выдумкой, живостью речи, грустной иронией. Сухие длиннолицые кастильцы знают, что их край — камни, безлюдье, древние города на холмах — сердце Испании». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 239 Cita 710: «В этой очереди можно изучить этнографию Испании. Жесткие черты кастильцев и арагонцев чередуются со смуглой женственной круглотой андалусийцев. Плотные, коренастые баски сменяют костистых, стройных, светлых галисийцев. Худая, угрюмая, нищая Эстремадура преобладает в этой длинной пестрой крестьянской веренице, необычной и тревожной на столичном проспекте». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 170 Cita 711: «Крестьяне Леванта ели обед из трех блюд; их жены щеголяли в модных платьях, обедням они предпочитали кино и патефон. Возле португальской границы в Лас-Урдесе я видел людей-карликов, дегенератов, никогда в жизни не евших мяса, не знавших ни печи с трубой, ни кожаной обуви». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 196 Cita 712: «В окрестностях Гранады республиканцы и фашисты занимают высоты. Между ними в долинах крестьяне пасут овец». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 181 Cita 713: «Возле Валенсии крестьянин сказал мне: — У меня двести мешков с рисом. Если я отвезу их во Францию, дадут мне за них оружие? Я ответил: — Нет. Запрещено. Тогда он угрюмо отвернулся: — А умирать не запрещено?» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 116 Cita 714: «Крестьяне бросают дом, утварь, осла. Они уходят вместе с дружинниками. Они ночуют в поле у огня: они ждут — может быть, дружинники отберут деревню назад. Они требуют: «Дайте нам ружья!»» // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 117 Cita 715: «Жестокой жизнью жили крестьяне Андалусии и Эстремадуры. У них не было ни 565 земли, ни дома. Еще не брезжил свет, когда крестьянин выходил на работу, — до помещичьей земли пять, а то и десять километров. Он работал «от зари до зари». Так значилось в договоре. Он получал в день 2 песеты. Помещики жили в Париже или в Мадриде. Скупые, вороватые и лютые управляющие издевались над крестьянами». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 154 Cita 716: «Вот два больших села Ла-Манчи — Солана и Мембрилья. В Солане большой кооператив. Кто не хотел войти в него, получил надел. Члены кооператива увеличили в полтора раза посевную площадь, завели специальные [198] культуры, выписали агронома. Село цветет. От Соланы десять километров до Мембрильи. В Мембрилье деньги уничтожены. Председатель комитета после долгих вечеров работы установил, что «каждая семья состоит из 4,52 члена». На этом он успокоился, приказав выдавать столько-то хлеба и молока предполагаемым 4,52 члена». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 197-198 Cita 717: «Вы вот говорите, каждому колхознику корова, а у нас нет коров. Мы решили каждому крестьянину дать козу»». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 159 Cita 718: «Но испанский крестьянин оказался мудрее многих политиков и стратегов. Глядя на убранные поля, мы вправе сказать, что он выиграл эту битву». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 198 Cita 719: «— Возьмите меня с собой! — Нельзя. Надо записаться, пройти обучение. — Я писать не умею, а стрелять — я стреляю. Я прошлой осенью хорошего кабана подстрелил. Солдат рассмеялся: — Ничего, брат, не выйдет. Винтовок нет... Крестьянин, хитро подмигнув, ответил: — Я подожду. Вот убьют тебя, я и возьму твою». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 142 Cita 720: «В глухую осеннюю ночь неуютно, сиротливо человеку на пустой дороге. Меня остановил крестьянин с ружьем. Он был закутан в старое, протертое одеяло. Я не мог его разглядеть. Я видел только большие горячие глаза». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 120 Cita 721: «На следующий день отряд партизан пополнился новыми бойцами: крестьяне уничтоженной деревни поклялись отомстить фашистам. Крестьяне гонят мулов и овец через фронт — к республиканцам. Они просят: «Дайте нам винтовки, и мы вернемся сюда: у нас с 566 ними свои счеты»». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 155 Cita 722: «Я видел в Арагоне солдат, которые жали: это были добровольцы; крестьяне Ла- Манчи, они с радостью между двумя атаками отдавались любимому делу. Один, кончив полосу, пошел в деревню, поскреб осла, починил ставню дома, а когда хозяйка стала угощать его салом, задумчиво улыбнулся, поблагодарил и ушел к товарищам». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 199 Cita 723: «Крестьяне кладут кто курицу, кто мешок с рисом, кто апельсины, кто живого кролика. Падают в ящик серебряные песеты. Сегодня женский день восьмое марта, и крестьянки Буньоля сегодня готовят новый подарок любимцу Испании — Мадриду». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 161 Cita 724: «Никто не принуждал крестьян брать беженцев. Когда в деревню приехали первые автобусы с детьми Мадрида, возле муниципалитета выстроился хвост не за мясом, не за хлебом — за детьми. Двести семьдесят восемь ребят разобрали в два часа. На площади шумели обиженные: им не хватило чужих детей. Теперь обиженных больше нет: на каждой кровати спят двое или трое». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 161-162 Cita 725: «Рискуя жизнью, крестьяне давали астурийцам хлеб, сыр, вино». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 287 Cita 726: «Дальше от Барселоны патрули редеют и меняют свой характер. Теперь это стража при въезде и выезде из деревень — крестьяне, молодые и пожилые, каталонские и арагонские крестьяне в черных блузах и черных беретах, в полотняных туфлях на босу ногу, крепкие, плечистые люди с коричневыми от вечного солнца лицами, со старинными охотничьими ружьями в руках. Они спокойно и с достоинством приказывают машине остановиться и путникам предъявить бумаги». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 23 Cita 727: «Впереди шагали десять человек крестьян, в будничных своих затрапезных коротких штанах, в толстых белых нитяных чулках, в пестрых платках на головах. Они шли с большими палками и как бы расчищали дорогу, хотя впереди никого не было, никто не преграждал путь. Дальше шел смуглый молодой человек из Севильи, окруженный радостной и дружелюбно- почтительной свитой. Он шел с цветами в руках и улыбался, а рядом с ним здоровенный верзила благоговейно нес в высоко поднятых руках обыкновенный серп и обыкновеннейший кузнечный молоток с обгорелой ручкой. Это вместо знамени. Но это было гораздо страшнее, чем знамя». // Кольцов М.Е. «Испания в 567 огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 147 Cita 728: «В этот раз люди старались дружно маршировать в ногу. Это их занимало, и не как развлечение только, а как некая хотя и маленькая, но серьезная задача». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 148 Cita 729: «Шествие двинулось назад, оно уже приобрело новый облик (…) И толпа шла вслед по-иному. Это была уже не толпа, это был отряд. Крестьянский отряд, готовый драться и побеждать. Люди смотрели на оливковые рощи другими глазами; не глазами жертв, а важными глазами будущих хозяев». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 152 Cita 730: «Крестьяне повынимали свои старые двустволки. Они хорошо целились в трехмоторных хищников с черными крестами на хвостах. Но охотничья дробь не страшна бомбардировщикам системы «юнкерс»». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 170 Cita 731: «Группа крестьян в черных сатиновых блузах с огромным рвением насыпает нечто вроде земляного вала, какие воздвигались во времена Чингисхана. Комиссар осматривает эту фортификацию с некоторым сомнением. Ни правительство, ни военное министерство, ни Генеральный штаб — никто не пришел ему на помощь; он сам, толедский слесарь, должен в критический момент создавать по своему разумению заслон против армии Франко — Муссолини — Гитлера, наступающей на Республику». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 130-131 Cita 732: «Вслед за первым еще пять анархистских ораторов идут в атаку. Собрание растеряно, часть хлопает, часть молчит. Все устали. Председатель синдиката предлагает голосовать. Первый анархист выступает против. Разве такие вещи решаются голосованием! Здесь нужен порыв, единое стремление, вихрь, вдохновение. При голосовании каждый думает о себе. Голосование — это эгоизм. Не надо голосования!» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 32 Cita 733: «Но ведь вы сами знаете — вот уже тринадцать лет, как крестьяне и рабочие в России прогнали и пожгли своих сеньоров, они выбросили их за границу и сами строят свою жизнь. Там тракторы не лишают бедняков куска хлеба, там сами крестьяне просят тракторов для облегчения своей работы». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 150 Cita 734: «Откуда такая разница? Можно ли приписать это только тому, что Тобосо деревня кулацкая, а Дон Фадрике — бедняцкая? Мне кажется, что не в этом только дело. В Дон Фадрике есть заметная прослойка богатых и 568 зажиточных крестьян с хозяйствами по пятнадцать, и по тридцать, и даже до сорока гектаров, с пятью-шестью мулами и пятью коровами в каждом, с наемным трудом и большими товарными запасами. С двумя такими хозяевами я подсчитал их основной капитал и досчитался с каждым больше чем до пятидесяти тысяч песет. Но эти и все средние крестьяне целиком на стороне правительства Народного фронта». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 43 Cita 735: «В Дон Фадрике ровно столько жителей, сколько в Эль Тобосо. Но деревня отправила в республиканскую армию четыреста человек. Двадцать человек погибло в боях за Республику, — их имена, пронумерованные, написаны на черной, увитой зеленью мемориальной доске, и еще тринадцать номеров демонстративно проставлены за ними в ожидании новых жертв. Крестьяне Дон Фадрике борются с фашизмом не только с оружием в руках. Деревня стоит в шестидесяти километрах от Толедо, в ста пятидесяти от Мадрида. Алькальд и комитет Народного фронта организовали регулярные поставки для осажденной столицы. Нет дня, чтобы на Мадрид не ушли два-три грузовика с хлебом, с сыром, с фуражом, с вином, с овощами, с мясом. — Как, у вас и мясо есть? Вот в Эль Тобосо, там его и для больных не хватает. Донфадриковцы хмурятся. — Хватает! Там честности не хватает, вот чего. В Тобосо мяса не меньше, чем у нас, но комитет разрешает его прятать или если продает, то потихоньку и не на Мадрид, а на Левант — там больше платят. А у нас строгий закон: если приезжают с востока, мы отвечаем, что продовольствие имеем, но продавать не можем, потому что снабжаем Мадрид. Ни за какую цену не отдадим, никакими бумагами нас не запугаешь и еще меньше силой. А когда приезжают мадридцы, мы уже их знаем, мы грузим машину доверху и о цене не спорим. А в самом Дон Фадрике мясо можно купить в лавке». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 41-42 Cita 736: «— Кто нам поможет? Вот наше оружие! — он бросается к своему мулу и вытаскивает из вьючной корзины старый дробовик. — С этим против самолетов Гитлера? — И снова шепотом, скороговоркой: — Помогите нам. Только вы нам поможете. Иначе они всех нас перебьют, слышишь, русский?» // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 247 Cita 737: «Я вспомнил крестьянина с охотничьим ружьем на толедской дороге, его слезы. Стало светло на душе. Не соврал старику». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 247 Cita 738: «Мы приступили к съемкам. Командиры докладывали Мануэлю Кристобалю обстановку. Прекрасный эпизод! Вот они — командиры вооруженных сил испанской республики, первые в истории Испании майоры, команданте из народа. По загрубевшим лицам, мозолистым рукам видно было, что это крестьяне, рабочие. Сколько внутреннего 569 задора. Какая вера в то, что хотя и плохо еще командуют, быть может, не по правилам воюют, но дерутся за правое дело». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 238 Cita 739: «Эта дорога, казалось бы, могла быть загруженной беженцами, оставляющими осажденный город. Ничего подобного. Этой ночью мы встретили только обозы с продовольствием, стада скота, которые крестьяне гнали в Мадрид». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 284 Cita 740: «От голода крестьяне бегут во Францию, Англию, Бельгию, Швейцарию, Западную Германию. Неоглядные пространства земли пустуют, дичают». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 310 Cita 741: «Он поднял глаза и посмотрел на меня, как будто я мог ему ответить. В его черных глазах, как-то особенно глубоких на небритом худом лице, была такая тоска, что я с трудом не отвел взгляда. – Я буду драться за землю, – тихо сказал он. – А за свободу? За Испанию? – строго спросил комиссар. Крестьянин удивленно поглядел на него и устало ответил: – Это одно и то же». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 26 Cita 743: «Он не умел читать. Работать он начал ребенком. Отец сказал ему: – Ты счастливец, ты начинаешь жизнь вместе с республикой, она даст тебе землю. Но республика так долго не давала земли крестьянам, что они пошли брать ее сами. Его семья получила маленький кусок истощенного сухого поля. Но кусок был, наконец, свой. Те, кому земля принадлежала раньше, пошли войной на народ. Он взял старое охотничье ружье, единственное богатство отца, и отправился в казармы. Его спросили, к какой партии он принадлежит. Он ответил: – К той, что за свободу и землю. Его спросили, что он умеет делать. – Умереть я сумею не хуже других. Его спросили о возрасте. – Отец сказал, что я начал жизнь вместе с республикой. Я не хочу пережить ее». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 27 Cita 744: «Он верит в человеческое слово, хотя и устал от вековых обманов. Он мало ценит чужую жизнь, но свою – еще меньше. Он не понимает, что за угощение можно взять деньги. Деньги ему очень нужны, но он их все-таки презирает. Крестьянин может понять не только историю крестьянки Лауренсии, но и стихи Лорки и Альберти. Парижанин непременно даст указание работающему на улице художнику и заспорит с ним. Испанский крестьянин ничего не 570 скажет, пока его не спросят. Но увидит он точнее, чем парижанин, и скажет свое мнение осторожно и мягко. При этом он неграмотен, вековое воспитание чувств и вкуса, интуиция заменяют ему грамоту в искусстве». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 120 Cita 745: «Я видел фильм Хемингуэя и Ивенса, – да, есть такие крестьяне. Я читал роман Ландинеса, – да, есть и такие. Жадные и бессребреники, добрые и жестокие, труженики и лентяи. Не в этом дело. Крестьяне мечтали о республике, крестьяне решили ее защищать. Они не могли иначе: и потому что Санчо трясся на осле за Дон-Кихотом, и потому что Лопе де Вега по-своему пересказал действительную историю, и потому что Лорка приезжал к ним со своим театром, и потому что у них не было земли, и потому что смерть их не пугает, и потому что в угнетении они остались людьми – человечными, скромными и гордыми, чуждыми какому бы то ни было расизму, остались испанцами (…) И это несмотря на то, что долг Испании перед ее крестьянами огромен и что защита республики потребовала от крестьян куда больше, чем все, что республика им дала». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 120-121 Cita 746: «Я еще не знал, что худшее подозрение, какое можно высказать испанцу, – подозрение в трусости». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 16 Cita 747: «Говорилось, будто испанцы легко убивают – и в бою, и в драке. Не легче других. Но прощают действительно легче. Кого сразу не убили, того через минуту угощают сигаретой, раздавая тут же по одной из пачки всем окружающим (…) Милисианос первых месяцев войны порой бежали с фронта от страха перед страхом: боялись, что будет страшно, а мужчина не должен знать страх. Взятые в плен, они не хотели, чтобы им завязывали глаза перед казнью, поднимали кулаки и бестрепетно кричали: «Да здравствует республика!» (…) Но труднее всего было научить солдат не собираться в кучу под бомбежкой. Они так и говорили: умирать, так вместе. А ведь об испанском индивидуализме написаны десятки книг и иностранцами, и самими испанцами». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 177-178 Cita 748: «Лучшие гранатометчики – эстремадурские пастухи. У себя на родине они охотятся на кроликов с пращой. Теперь вместо камня они кладут в петлю гранату». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 43 Cita 749: «Он весел и даже шутлив – редкость для каталонца». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 28 Cita 750: «Он родился в Галисии, в деревне Нохейро. Галисия – это камни, молчание, нищета и суровость. Когда человек угрюм, немногословен и строг, о нем говорят: «Настоящий гальего» 571 (галисиец). Но самый певучий выговор и самые нежные песни тоже в Галисии. И про большое мужество тоже говорят, что оно галисийское». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 73 Cita 751: «Надо читать газеты и чистить винтовку. Надо подчиняться приказам и рыть окопы. Надо объяснять толково и, главное, честно, что видел в разведке. Последнее — особо редкое искусство: разведчики и прочие очевидцы пока редко видят здесь противника меньше чем в количестве трех тысяч солдат, в сопровождении десяти тысяч арабской кавалерии на резвых конях». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 104 Cita 752: «Солдаты упражняются на деревянных палках и, получив оружие перед самым боем, не смогут обращаться с ним, поломают или бросят. О будущем наступлении знают все в городе, знает, конечно, и противник, и здесь знают о том, что противник знает, и противник знает, что мы это знаем. В кофейнях, в штабах, в трамваях спорят о том, удастся ли мятежникам упредить нас, или нам удастся упредить противника». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 2, стр. 47 Cita 753: «Мы едем туда; по дороге с вокзала слышна перестрелка. Завернули туда — ожесточенное сражение с перебежками по рельсам, с киданием гранат, с ранеными и убитыми, дым коромыслом. Это батальон Маргариты Нелькен решил штурмом захватить мадридский состав. Но другие охотники эвакуироваться проявили бдительность и отразили атаку. Если бы так дрались под Толедо!» // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 128-129 Cita 754: «Доброволец, принимаемый в 5-й полк, должен отвечать прежде всего трем требованиям. Первое — элементарная политическая грамотность или хотя бы сознательность. Второе — крепкое здоровье. Третье — некоторая, хотя бы небольшая, спортивная сноровка. На этой базе полк начинает дальнейшее обучение бойца. Обучение рассчитано максимум на семнадцать дней. Но это удается очень редко. В среднем подготовка бойца длится восемь — десять дней. В начале войны дружинников выпускали и за два дня. Остальному приходилось доучиваться уже в бою». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 104-105 Cita 755: «В сознании бойца Народной армии, стоящего под огнем противника, происходит (еще не произошел окончательно) перелом. От того, что я назвал бы паническим героизмом — навязчивая мысль о смерти и утомительная готовность погибнуть, — от этого напряженного состояния он переходит к солдатскому складу ума — к большому хладнокровию и выдержке, к умению приспособляться к обстановке и местности. Этот процесс идет все сильнее, он, конечно, еще не завершен: слишком мало времени прошло». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 317 572 Cita 756: «И конечно, одеяло. С одеялом испанский солдат не расстается, всюду носит его с собой (…) Одеялом (манта) боец пользуется во всех случаях жизни. Он в нем спит, и стоит на посту, и укрывается от дождя, он завертывает в него свой скарб и съестные припасы. Одеяло подстилают при стрельбе. Раненого и мертвого тоже приносят завернутым в одеяло или на нем». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 318 Cita 757: «Боец республиканских войск приобрел сейчас иной облик. Это уже не партизан фантастического облика, в котелке с павлиньим пером или в мексиканской шляпе, с маузером на одном боку и старинной толедской шпагой на другом. Зима, главное — серьезный оборот, который приняла война, подтянули солдата и командира. Они одеты если не совсем по форме, то в общем единообразно: суконная двубортная куртка, такие же штаны, заправленные в ботинки, и суконная, или кожаная, или меховая шапка с наушниками, как у наших лыжников (баски остались в своих беретах)». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 318 Cita 758: «Небольшая глубина ходов сообщения ведет к частым ранениям бойцов — не потому, что эта глубина недостаточна, а потому, что солдатам лень (или неловко друг перед другом) долго ходить согнувшись, ползком. Они разгуливают в ходах, укрытые только по пояс, и нередко попадают под меткую пулю марокканца. Я смотрел много раненых; почти семьдесят процентов всех ранений последнего времени — в голову, в верхнюю часть тела». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 315-316 Cita 759: «Он докладывал военному министру о необходимости окопаться кругом Мадрида, но сеньор Ларго Кабальеро считает, что окопы чужды складу ума испанского солдата. От огня противника испанец в крайнем случае укроется за деревом. Зарываться в землю ему не по душе. Нужно будет по меньшей мере год, чтобы приучить его к этому, — за это время три раза кончится война». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 94 Cita 760: «Чтобы избежать чудовищного, кровавого кошмара, можно только оборонять Мадрид, оборонять, как свое собственное тело. Инстинкт самосохранения прибавит сил и смелости мадридскому народу». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 179 Cita 761: «Среди дружинников прежнего типа — молодежи в солдатских шапочках — появились средних лет и пожилые рабочие, немного неуклюжие, но очень сердитые и усердные. Они пришли на баррикады, как люди приходят тушить пожар, как у нас рабочие приходили на субботник разгружать дрова — не прохлаждаться, не терять время, а делать дело. Оттого и потери резко повысились с утра. Убиты и ранены сегодня большей частью именно рабочие постарше, вчера пришедшие драться. Но боевой дух от этого резко возрос. Молодежь следует за старшим поколением, она заражается осмысленностью и 573 целеустремленностью борьбы: ведь до сих пор она, эта масса молодых дружинников, впитывала в себя только тоску бесконечного отступления, бессмыслицу глупых и противоречивых приказов, недоразумения и конфликты с неопытными или подозрительными командирами. Здесь же все стало ясно, бежать некуда: если сдать эту улицу, и еще вот эту, и еще вот те две — наступит конец всему». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 235 Cita 762: «И девушку Кончиту на Гвадарраме, взявшую себе винтовку убитого жениха. И комсомолок Лину Одену, Аврору Арнаис, в моно, с пистолетами на боку, командующих большими отрядами, организующих тысячи молодых испанцев для защиты свободы. И Марию Караско, сердитую тетку, механика на аэродроме Четырех Ветров, измазанную машинным маслом, ползающую по моторам, не выпускающую летчика в бой, пока она не проверит все до последнего винта.»». // Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, стр. 102 - 103 Cita 763: «У народа не было ни дисциплины, ни военных знаний, ни амуниции, ни твердой власти. Изменяли генералы, изменяли посланники. Офицеры старой армии оказались столь же несведущими в военном деле, как и дружинники. Народ был беспечен. Дружинники храбро кидались в атаку, но зачастую после первой неудачи они отступали. Каждый городок, каждая деревушка жили своей жизнью. Тысячи различных комитетов придумывали свои законы». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 128 Cita 764: «Я никогда не забуду молоденького бомбометчика. До войны он работал в мадридском гараже. Его чествовали: он подбил три вражеских танка. Задумчиво усмехаясь, он сказал: — Когда победим, пойду снова в гараж — чинить машины. В этих словах вся программа нового класса. «Война — веселое дело», — говорят фашисты. Наши люди им отвечают волей к жизни: на бомбу — бомбой, против танка — танк. Но маленький механик знает, что веселое дело — труд, веселое, прекрасное, высокое дело. Ради него он спокойно ползет под пулеметный огонь». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 178 Cita 765: «В Мадриде рабочие с таранами и револьверами штурмовали казармы. В Барселоне рабочие с ручными бомбами кидались на пулеметные гнезда. В этой уличной войне они победили, но как только война вышла в поле, сказалось преимущество организованной армии над необученными и недисциплинированными дружинами». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 326 Cita 766: «Дружинники, видя измену генералов, не хотели повиноваться своим командирам. С бесцельным героизмом они кидались под пулеметный огонь, а час спустя, увидев несколько танков, бежали в панике назад. Они не хотели рыть окопы, считая это недостойным делом. 574 Суеверно страшились они самолетов противника». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 327 Cita 767: «Необычайный порядок: здесь учатся дисциплине. Испанцы отважны и выносливы. Они теперь знают, чего им не хватало, и это слово «дисциплина» они выговаривают настойчиво, восторженно, нежно, как имя любимой». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 78 Cita 768: «Солдаты идут по краю дороги: они знают, как укрываться от самолетов. Гудение. Тотчас останавливаются грузовики. Солдаты разбегаются по холмам. Грузовики хитро замаскированы. На передовых позициях солдаты быстро окапываются. Они умеют перебежать поле под огнем. Они беспрекословно выполняют приказы начальников. Это не живописные дружинники первых месяцев войны, это армия». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 153 Cita 769: ««А республиканцы? Одна Гвадалахара...» Нет, республиканцы одержали сотни необычайных побед. Они научились изготовлять авиационные моторы и бомбы, броневики и снаряды. В городах без сна, измученные вражескими самолетами, сидя на голодном пайке, рабочие создали снаряжение народной армии. Крестьяне сеяли и жали под вражеским огнем — они готовили для армии хлеб. Год тому назад против фашистов сражались тысячи, теперь сражаются сотни тысяч. Республиканцы создали армию. Столяры, типографы, землепашцы стали полководцами. По дорогам вокруг Мадрида движутся батальоны, бригады, дивизии. 18 июля 1936 года фашисты начали войну; из усовершенствованных орудий они стреляли по безоружным смельчакам. 18 июля 1937 года перед ними обстрелянный народ». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 221 Cita 770: «Стонет раненый — пуля расщепила кость. Темно. Ветер все сильней. Конечно, есть в войне огромная печаль, зрелище человеческой немощности, скопление тысячи бедствий. И все же эти люди смеются, бодро чавкая, едят суп, который тотчас остывает на холоде, весело хлопают друг друга по спине. Каждый из них что-то оставил дома: счастье или видимость счастья, прошел через первый страх, узнал соседство смерти. Ничто так не веселит человека, как победа над страхом, сознание — борюсь, не уступаю, иду вперед». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 236 Cita 771: «Когда несколько тысяч республиканских солдат, охваченных паникой, перешли французскую границу, некоторые французские газеты осмелились говорить о «трусости республиканцев». Герои Мюнхена, сдавшие без единого выстрела свою линию Мажино в Богемии, попрекали республиканцев, сдавших железное кольцо вокруг Барселоны. Я не стану сейчас на этой несчастной и героической земле спорить с французскими журналистами. Мы разно понимаем честь, дружбу и храбрость. Я предпочитаю даже этих оборванных, обросших бородами, голодных солдат парижским приказчикам лондонских купцов, битым не в бою и этим 575 гордых». // Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, стр. 359 Cita 772: «На Рамбле возле птичьих лавок // Глухой солдат – он ранен был – // С дроздов, малиновок и славок // Глаз восхищенных не сводил. // В ушах его навек засели // Ночные голоса гранат. // А птиц с ума сводили трели, // И был щеглу щегленок рад. // Солдат, увидев в клюве звуки, // Припомнил звонкие поля, // Он протянул к пичуге руки, // Губами смутно шевеля. // Чем не торгуют на базаре? // Какой не мучают тоской? // Но вот, забыв о певчей твари, // Солдат в сердцах махнул рукой. // Не изменить своей отчизне, // Не вспомнить, как цветут цветы, // И не отдать за щебет жизни // Благословенной глухоты» // Эренбург И.Г. «В Барселоне» // «Стихотворения», Москва, Художественная литература, 1972, стр. 33-34 Cita 773: «Но испанцы еще не понимают, что такое расчетливая и что такое нерасчетливая храбрость». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 45 Cita 774: «Свободные солдаты смотрят в бойницы, пересмеиваются, курят. Пуля вонзается в стенку окопа. – Пепе, это тебя ищут! – Врешь, это за тобой!» // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 59 Cita 775: «Еще разрыв, еще. Два перелета. Потом недолет. Потом мина разрывается в окопе. Люди прижимаются к земле. Лица у них напряженные, в улыбке виден оскал зубов, глаза блестят, как будто страх – веселый». // Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 63 Cita 776: «Солдаты, увидев в моих руках кинокамеру, немедленно открывают ураганный огонь по фашистам. Каждый, выпустив обойму, поворачивается к аппарату, принимает картинную позу, поднимает кулак и кричит: «Вива эспанья!» Я умоляю не обращать на меня внимания, но поздно: внимание на нас уже обратил противник. Фашисты, решив, очевидно, что мы готовимся к атаке, начали поливать наш палисадничек ливнем ружейно-пулеметного огня. С большим трудом мы с Кольцовым выбрались отсюда, вернулись на баррикаду». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 259 Cita 777: «Республиканская пехота с каждым часом становится все более стойкой в обороне. Даже массированные налеты вражеской авиации не производят того ошеломляющего впечатления на солдат, какое наблюдалось совсем недавно». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 252 Cita 778: «Несколько солдат, раненные осколками снарядов, орут благим матом, их выносят с поля боя. Каждого раненого сопровождают пять человек, несут кто его ружье, кто сумку. Солнце поднялось и начинает нещадно палить, командир охрип, устал, наступление 576 сорвано». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 251 Cita 779: «Солдаты молча, торжественно поднимали над головой винтовки. Черному катафалку салютовали строители баррикад на перекрестках. Женщины в черном, стоявшие в длинных очередях, поднимали кулак, провожая в последний путь капитана Сергея Тархова, посмертно удостоенного звания Героя Советского Союза». // Кармен Р.Л. «Но пасаран!» Москва, Советская Россия, 1972, стр. 282 577 8 BIBLIOGRAFÍA Las referencias a las obras están en su idioma original. Con caracteres latinos pueden encontrarse las mismas en las páginas del trabajo. 8.1 OBRAS ANALIZADAS EN EL TRABAJO 1. Кармен Р.Л. «НО ПАСАРАН!» Москва, Советская Россия, 1972, 382 стр. 2. Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, 349 стр. 3. Кольцов М.Е. «Испания в огне», Москва, Политиздат, 1987, Том 1, 301 стр. 4. Савич О.Г. «Два года в Испании», Москва, Советский Писатель, 1961, стр. 5. Эренбург И.Г. «Испанские репортажи 1931 – 1939», Москва, АПН, 1986, 398 стр. 6. Эренбург И.Г. «Стихотворения», Москва, Художественная Литература, 1972, 215 стр. 8.2 FUENTES CITADAS EN EL TRABAJO 7. «Бессмертен подвиг ваш. К 50-летию антифашисткой войны испанского народа», Москва, Художественная литература, 1986, 383 стр. 8. «Вместе с патриотами Испании», Киев, Издательство политической литературы, 1978, 389 стр. 9. «Ленинградцы в Испании», сбор. воспоминаний, Ленинград, Ленинздат, 1968, 288 стр. 10. «Михаил Кольцов. Каким он был». Сост. Н. Беляев, Б. Ефимов, М. Ефимов, Москва, Советский писатель, 1989, 478 стр. 11. «Мы – интернационалисты», Москва, Издательство политической литературы, 1986, 366 стр. 12. Бабель. И.Э. «Конармия», Санкт – Петербург, Азбука-классика, 2010, 281 стр. 13. Бахтин М.М «Эпос и роман: сборник», СПб. Азбука, 2000. – 300 стр. 578 14. Боткин В.П. «Письма об Испании» Санкт-Петербург, Журнал «Современник номер 4, 1847, стр. 32 15. Виноградов Иван, «Бойцы тихого фронта», София, София Пресс, 1981, 393 стр. 16. Гаврюшина, Александра «Михаил Кольцов: политический журналист», Автореферат, Москва, Факультет Журналистики МГУ, 2007. 17. Кирсанов. С.И., «Избранные стихотворения», Москва, Советский писатель, 1956, 439 стр. 18. Кольцов М.Е. «Восторг и ярость», Москва, Издательство «Правда», 1990, 478 стр. 19. Кольцов М.Е. «Статей из Испании 1936 - 1937 / газ. «Правда»», Москва, Фонд газет РГБ. 20. Корреспонденция ТАСС в Испании 1936-1939. ГАРФ. 4459 OПИС – 11 21. Маяковский В.В. «Собрание сочинение в двух томах», Москва, Правда, 1987, 1532 стр. 22. Мухаматулин Тимур «Формирование образа Испании в советском обществе в 1936 – 1939», кандидатская диссертация, Москва, РАН, 2013. 23. Паршина Е.А. «Динамит для сеньориты», Свердловск, Средне-Уральское издательство, 1981, 208 стр. 24. Родимцев А.И. «Под небом Испании», Москва, 1974, 320 стр. 25. Светлов, М. А. «Стихотворения», Владивосток, Дальневосточное книжное издательство, 1974, 236 стр. 26. Симонов К. / Эренбург И. «В одной газете», Москва, АПН, 1984, 326 стр. 27. Симонов К. «С тобой и без тебя», Москва, Художественная литература, 2004, 365 стр. 28. 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Ehrenburg, Ilyá. “España: República de trabajadores”, Santa Cruz de Tenerife, Melusina, 2008, 255 págs 39. Koltsov, Mijaíl. “Diario de la guerra de España”, Barcelona, Planeta, 2009, 704 págs. 40. “Litoral: revista de la poesía y el pensamiento”, Málaga, 1973, 214 págs. 41. López Ramos, Carlos Manuel. “La Andalucía de Ilyá Ehrenburg: una crónica republicana”, Asociación Barataria, Colección: Tierra de Nadie. 2007, 184 págs. 42. Louis Aragón. La mise а mort. Galliard. París. 1965. 421 págs. 43. Luis Buñuel, “Mi último suspiro”, Barcelona, DEBOLS!LLO, 2010, 303 págs. 44. Miguel Hérnandez, “Crónicas de la guerra de España”, Barcelona, Flor del Viento, Fundación Domingo Malagón, 2005, 166 págs. 45. Miguel Vázquez Liñán, “Propaganda y política de la Unión Soviética en la Guerra Civil Española (1936 – 1939), TESIS DOCTORAL. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias de la Información, 2003, 502 págs. 46. 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Григорьев, Т. Семенов, К. Славин, СССР, ЦСДФ, 1987 г. 56. «Собачья жизнь. Илья Эренбург», реж. Владимир Мелетин, АРТ – НОВО, Россия, 2005 57. «Гренада, Гренада, Гренада моя», реж. Р.Кармен, К. Симонов, СССР, ЦСДФ, 1967 58. «Парень из нашего города», реж. А. Столлер, Б. Иванов, СССР, ЦОКС, 1942 59. «Офицеры», реж. В. Роговой, СССР, Киностудия им. М. Горького, 1971 8.4 OBRAS CONSULTADAS 60. Ботин, М.П. «За своболу Испании», Москва, Советская Россия, 1986, 206 стр. 61. Бурков, Б.С. / Мякушков, В.А. «Солдаты слова. Рассказывают ветераны советской журналистики. 4 тома» Москва, Издательство политической литературы, 1983. 62. Винецкий, Ян. «Мадридская повесть», Казань, Татарское книжное издательство. 1982г. 320 с. 63. Громов, Евгений. «Сталин: искусство и власть», Москва, Республика, 1998, 512 стр. 64. Дементьев, А. «Очерки истории русской советской журналистики. В двух томах. Том 1. 1917-1932», Москва, Наука, 1966, 512 стр. 65. Дементьев, А. «Очерки истории русской советской журналистики. В двух томах. Том 2. 1933-1945», Москва, Наука, 1966, 504 стр. 66. Додолев, М.А. / Болховитинов, Н.Н. «Россия и Испания 1808-1823 гг. Война и революция в Испании и рус.-исп. Отношения», Москва, Наука, 1984, 268 стр. 67. Ефимов, Борис. «Жертва культа личности», London, Flegon Press, 1967, 32 стр. 68. Кузнецов Н. Г. «На далеком меридиане : воспоминания участника нац.- революц. войны в Испании», Москва, Наука, 2005, 269 стр. 581 69. Кузнецов, И.В. «История отечественной журналистики (1917-2000)», Москва, Флинта – Наука, 2000, 640 стр. 70. Лотман, Ю.М. «О русской литературе. Статьи и исследования. История русской прозы. Теория литературы», Санкт – Петербург, Искусство, 2012, 888 стр. 71. Лясковский, В.Г. «Встречи Очерки [о встречах с писателями и корреспондентами в годы Великой Отеч. Войны», Одесса, Маяк, 1988, 245 стр. 72. Мещеряков, М.Т. «Испанская республика и Коминтерн (Нац.-рев. война исп. народа и политика Ком. Интернационала 1936-1939 гг.» , Москва, М. Мысль, 1981, 220 стр. 73. 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Of all Soviet journalists they were the ones who left the most extensive literary material and who enjoyed the biggest freedom of movement and action during the war. Special attention was paid to the important role these chronicles played in the formation of image of Spain in the countries of the Soviet Union. They illustrate the greatest cultural approach between the two countries (Russia and Spain) in the 20 th century as well as the main characteristics of Soviet war journalism in the third decade of the last century. Due to the fact that a number of these texts are unfamiliar to the Spanish reader, they were translated from Russian and provided with an analysis and an explanation of their context. The contents of this work, product of our investigation, are structured in a way that creates a descriptive reconstruction of the image of Spain that the Soviet journalists wanted to transmit to their readers, always keeping in mind the propagandistic orientation of their texts and the historical and literary context in which they were created. 586 9.2 Objectives - Introduce the works of Soviet journalists in the Spanish Civil War (1936 – 1939) as historiographic and literary sources, providing as many direct translations from the originals as possible. Demonstrate the value of Soviet chronicles of the Spanish Civil War as a source of information for any aspect of study of the war and the country. - Determine the main literary patterns which were used in the Soviet chronicles for creating the image of Spain in Civil War. - Analyze the literary and aesthetic framework of the chronicles. For this, it is fundamental to single out the most frequent themes and understand why these particular subjects were chosen by the authors and how they were treated. - Analyze the correlation between history and the form of telling it: the influence of propagandistic orientation on the written text. - Appreciate the value of the Soviet chronicles in the Spanish Civil War (1936 – 1939) as of a fundamental influence on the Russian-Spanish relations. Understand the function of the Soviet chronicles as of a source of information for creating the image of Spain for the Soviet people. - Using the material of the Soviet chronicles, recreate the image of Spain and of its Civil War on the levels of culture, visual representation, and people. Analyze the symbolism of these images. 587 9.3 Methods In order to achieve the stated objectives, we studied a range of factors which help to contextualize the works of the Soviet journalists in the Spanish Civil War, that is, the factors which could have had an influence on their further literary work. We analyzed the historical framework in order to observe the similarities which the Spanish Civil War had, in the eyes of the Soviet journalists, with the civil war they had endured in Russia (1919 – 1924). Within the same historical framework, we also analyzed the threat which fascism, triumphant in many parts of Europe, meant for the Soviet journalists, as well as the similarities which they perceived between the aspirations of the Soviet and the Spanish people, against the background of the beginning repressions in the USSR under Stalin’s rule. We also considered the literary context in which the Soviet chronicles in Spain were created. In this part we looked at the stylistic currents active in the USSR at that moment and at their impact on the works of the journalists. Another aspect which we deem fundamental was the desire of many Soviet intellectuals to transform ideas about Spain in the collective unconscious of people in their country, combined with their aspiration to mythologize the image of Spain as of a victim and a hero fighting the fascism. Having examined the historical and the literary framework in which the chronicles were created, we collected information on professional careers of each of the Soviet journalists in consideration. We analyzed the figure of Mikhail Koltsov as a journalist and noted the most important literary characteristics of his texts, emphasizing those which would be repeated in his Spanish chronicles (this most probably being the first introduction of the literary figure of Mikhail Koltsov in the Spanish language). We also commented on his chronicles written in Spain before the war. The part dedicated to Ilya Ehrenburg exposes the historicist perspective of his literary work, his correct prophecies of imminence of the Second World War, his use of stylistic 588 instruments in relation to the matters described and his work written in and about Spain in the first years of the 1930s. In addition to that, we compiled a set of poems written by Ehrenburg during the Spanish Civil War, which made it necessary to provide a brief analysis of the fundamental characteristics of his poetic work previous to 1936. Having collected the little information available on Ovady Savich we characterized his literary work previous to the war in Spain, when he was a well-known science fiction writer. We set out to see how this fact could have influenced his posterior works written during the war. Thanks to finding various pieces of Savich’s correspondence in declassified archives in Moscow we were able to understand the difficult conditions of his life in Spain and their impact on his work. Savich continued writing after the Spanish Civil War, and we pointed out the differences between the two kinds of texts. For Roman Karmen a brief outline of his cinematographic work previous to the war in Spain is provided. Relying on different sources, we were able to determine the main aesthetic concerns of the man who would later become the most prominent camera operator in the Spanish Civil War. This has to be kept in mind due to the fact that, as we could see, his literary work was heavily influenced by his cinematographic background, and the style of the narrative in his diary and later writings is cinematographic. Finally, we outlined the differences between the objects filmed by Karmen and the ones which he chose to include in his text, and determined that for the most part those objects complemented each other, that Karmen noted in his diary the things which it was impossible to convey on film. Having provided the introductions which specify the context for the analysis of the chronicles, we proceeded to the main part of the work. In order to start exploring the texts we had to determine the patterns, those images or themes which appeared in the Soviet chronicles most frequently or those which were particularly symbolically charged. After careful reading of all of the selected material, that is, of the chronicles and memoirs of the four journalists, it became clear that a great proportion of their writings could be divided into three thematic blocks: “The Spanish Culture” and its relation to the war; “The 589 Landscape”, that is, the description of the physical elements of the land and of the military conflict; and “The Spanish People”. These became the three thematic blocks which comprise our work. Inside each block, we selected a range of the most representative elements of the chronicles, either due to frequent references to those elements or to the importance of those elements for the chronicle. Essentially, these elements are the key points around which the discourse of the writer is formed. The sections examined in chapter “The Spanish Culture” are the following: ““Don Quixote” and the war”, “Antonio Machado”, “The cinema and the war”, “The song”, “Miguel de Unamuno”, “The language”, “The history of Spain”, “The memory of Lorca”, “Contemporary Spanish literature”, “Rafael Alberti and José Bergamin”, “The art” and “The tauromachia”. The sections explored in the block “The Landscape” are the following: “Solitude. Division. Innocence”, “Port-Bou”, “Pozoblanco”, “Toledo”, “Valencia”, “Barcelona”, “The Battle of the Ebro”, “The Battle of Jarama”, “Mardrid”, “The Northern Front”, “Jaén”, “Málaga” and “The road”. The sections which comprise the thematic block dedicated to the image of “The Spanish People” are the following: “The Spanish woman”, “The enemy”, “The Spanish politician” (Largo Caballero, Durruti y Dolores Ibárruri), “The driver”, “The peasants” and “The Spanish soldier”. In each of these sections we reconstructed the discourse of each of the authors on the subject. While recreating the discourse of every writer, we tried, as far as it was possible, to relate it to the events which were happening in the course of the war, observing the influence of those events on the texts and the subsequent changes in the descriptions. Besides, whenever it was possible, we compared representations of each subject in different chronicles, observing their differences and similarities. Finally, our work was supplied with a large number of quotes from the works of the journalists, translated directly from Russian; the majority of these translations had never been published in Spanish. In addition to that, we also resorted to other sources, mostly the texts written by other Soviet participants of the Spanish Civil War which justified or served as an example of the ideas 590 which we explored in our work. 9.4 Results In our work we have created an extensive picture of the image of Spain in the Soviet chronicles of the Spanish Civil War which includes a number of different perspectives and meanings. We have described the literary characteristics of chronicles written by four fundamental figures of the Soviet cultural life and their relations with Spain, of four writers who left valuable testimonies about their time in Spain during the war years (1936 – 1939). In many sections of our work it has been possible to reconstruct the individual stance and discourse of each of the Soviet journalists which could then be compared to one another. In certain cases we could observe a tendency common for all descriptions of the four journalists, and thus a general tendency of Soviet military journalism of the first half of the 20th century. In other cases, we have encountered profound differences, both aesthetic and thematic, which enrich not only the image of Spain at war, but also the literary panorama of Soviet journalism. In other sections, certain points had only been explored by one of the journalists. In these cases we have been able to perform a detailed analysis of the work of this particular author. In a number of sections we observed notable changes in the set of descriptions of the same object by one author. In many cases these changes were either a deliberate decision of the writer who wanted to relate a particular historical moment to the symbolism of a certain image, or were unconscious, influenced by the course of the war and its impact on the state of mind of the writer. These changes were particularly notable in the blocks “The Landscape” and "The People”. Translations of fragments of the original works have been presented along with the 591 investigation. These translations as such form a rich compendium of images of Spain and its Civil War, and in addition to its own illustrative value, they have served as arguments which support and exemplify our ideas. The final result is the analysis of journalistic chronicles of the four most prominent Soviet writers in Spain based on the evolution of the most important themes of their writings which construct the image of Spain during the Spanish Civil War. 9.5 Conclusions The type of analysis which we have performed on the chronicles of the Soviet journalists, that of examining separately different thematic aspects of their works and observing those aspects in their relation to the war, has helped us to discern and understand many characteristics of those works which would have been almost impossible to single out had the works been read and analyzed in a linear way. We have understood that the culture played a fundamental role in the fight against fascism from the point of view of the Soviet journalists, who probably made the most effort of all to emphasize that the Spanish culture is inseparable from and belongs to the Spanish people. They therefore show the culture as the main victim of the war and the main weapon against fascism. Thanks to the incessant interest to the Spanish culture and the knowledge of it demonstrated by the Soviet journalists, their works provide material for a number of interesting observations. The chronicles as such are a good example of how close the two cultures and the two peoples, the Spanish and the Russian, came during the 20 th century. Concerning Spanish culture, Soviet chronicles of the Spanish Civil War are an excellent summary of its revolutionary facet. They are one of the greatest existing interpretations of Spanish culture as a whole from the point of view of Marxist-oriented ideology. In the sections dedicated to "The Landscape”, the visual aspect of the war, we have come to 592 some interesting conclusions regarding the literary characteristics of the Soviet journalists’ descriptions of objects, cities, landscapes, and so on. We have seen how the events that happened during the course of the war influenced and determined the image of Spain reflected in their writings. Through the images created in their texts the journalists were able to transmit in different ways the magnitude of the war in Spain. Stylistic differences of their writings resulted in a wide range of images which have helped us define the individual style of each author and see that all these unique styles ultimately led to achieving the same objective: that of conveying through images the symbolic significance of what was happening in Spain. One of the most frequent themes in describing the landscape in the Soviet war chronicles is that of showing the conquest of the landscape by the Spanish people, same as it happens with the culture. Of all the variety of images the most notable are those dedicated to the city of Madrid in its continuous development and change, those of the roads in Spain, highly symbolically charged, and those which refer to open spaces, the nature, as the element which has suffered most from fascism and is an ally of the Republican forces, of common people, who are always shown as longing for their landscape and fighting for it as it has been taken from them. The construction of the image of men and women of Spain expresses best, in comparison to the two other blocks, the ideological principles upheld by the Soviet journalists. The Spaniards are described following the same patterns as were typical in describing the people of Russia during and after the Russian Revolution of 1917. In this regard the descriptions of Spanish people are extremely original, for neither before nor after had they been looked at from this artistic and historical angle. In a decisive historical moment the Soviet journalists transmitted to their readers an image of a people victim of its past, exploited, forgotten, suffering injustice in all spheres of life. The descriptions get longer and more detailed the humbler the condition of the subject, which is 593 an example of a literary reflection of class struggle. The chronicles tend to demonstrate individual traits of people in order to emphasize the importance of their fight for a common cause. In this regard, each social group plays its own fundamental role in the collective image of Spanish republican. Thus, a Spanish woman is shown, firstly, as the ultimate icon of Spain and the Republic, and secondly, as the main victim of the conflict. It is notable how much attention is paid in the chronicles to the Spanish car drivers, attention which also stems from propagandistic orientation of the texts and their representation of class struggle. Spanish peasant is another frequent theme in the chronicles which symbolizes social injustice and the struggle against it, besides being a symbol of profound and ancestral essence of the Spanish culture. The making of a Spanish soldier, his transformation from peasant or worker to soldier of the world’s elite forces against fascism is another outstanding line of the Soviet chronicles, which also offer valuable portraits of several of the most important political figures of the Spanish Civil War. The war chronicles written by Soviet journalists are one of the main sources that can serve as a basis for a study of the Spanish Civil War and of the image of Spain in that period. A detailed study of these chronicles and of the style of each of the authors has allowed us to extend our understanding of the image of Spain and of the history of Soviet journalism. Thanks to this, we have obtained a great amount of information and interpretations and, most importantly, a number of texts and poems of the highest quality to be used by the Spanish people and to honour this people. 594 Tesis Enrique Santiago Piquero Cuadros PORTADA ÍNDICE 1. INTRODUCCIÓN 2. LOS CORRESPONSALES SOVIÉTICOS 3 CULTURA 4 PAISAJE 5 LOS ESPAÑOLES 6 CONCLUSIONES 7 RELACIÓN DE CITAS EN SU IDIOMA ORIGINAL (RUSO) 8 BIBLIOGRAFÍA 9 SUMMARY