UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN
Departamento de Historia de la Comunicación Social
TESIS DOCTORAL
La música como elemento de representación institucional: el himno de
la Segunda República española
MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR
PRESENTADA POR
Enrique Téllez Cenzano
Directora
Mirta Núñez Díaz-Balart
Madrid, 2016
©Enrique Téllez Cenzano, 2015
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN
(DEPARTAMENTO DE HISTORIA DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL)
TESIS DOCTORAL
LA MÚSICA COMO ELEMENTO DE REPRESENTACIÓN INSTITUCIONAL:
EL HIMNO DE LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
DIRECTORA DE LA TESIS
Dra. Mirta Núñez Díaz-Balart
(Madrid, 2015)
[Anónimo] Le G.al Riégo [El General D. Rafael del Riego], publicado en ARNAULT,
A.V.; JAY, A.; JOUY, E.; NORVINS, J., [et al.], Biographie nouvelle des
contemporains, t. XVIII, París, Librairie historique, 1825, s.p. [entre pp. 14-15].
Archivo Enrique Téllez.
A mis padres, Joaquín y Amelia, (In memoriam).
A mi hermano Joaquín Jesús, (In memoriam).
A “Negrita”, (In memoriam).
Y a mi pequeña troupe, Pilar, Aizea, Aitana, “Cori” y “Duna”.
No hay Estado; no hay pensamiento. Ninguna de
esas cosas tienen sentido sin una voluntad, sin una
voluntad concreta y definida de vivir y de hacer.
María Zambrano
(Los intelectuales en el drama de España y escritos de la guerra civil.
Trotta, 1998)
11
AGRADECIMIENTOS
La realización de la presente tesis doctoral ha sido posible gracias a la
colaboración de muchas personas que, haciendo gala de una buena dosis de generosidad,
han manifestado su interés en el desarrollo de nuestro proyecto en las diferentes fases de
su elaboración. He disfrutado tanto de atenciones y estímulos en el plano personal, como
de colaboración en el plano científico. Deseo que dicha generosidad se vea recompensada
con el esfuerzo realizado durante tan larga andadura y, especialmente, con las aportaciones
contenidas en esta investigación.
Pedimos disculpas de antemano por las omisiones que, con toda seguridad, se
producirán en la relación de personas que figuran a continuación. Sólo pretendo que sea
representativa de un grupo más amplio de profesores de distintas universidades, de
profesionales de la música y de otras disciplinas, compañeros y amigos que han puesto a
mi disposición archivos particulares, conocimientos y, sobre todo, su tiempo: Alberto Gil
Novales (UCM), Virgilio Zapatero (UAH), Antonio Molero Pintado (UAH), M.ª del Mar
del Pozo Andrés (UAH), Antón Alvar (UAH), José Francisco Forniés Casals (UAH),
Alejandro R. Díez Torre (UAH), Pedro Amo López (UAH), Fernando Moreno (UAH),
Guadalupe Ramos (UAH), Carmen López Mardomingo (UAH), Jacinto Navlet (UAH),
Rosa López Torrijos (UAH), José Antonio Gurpegui (UAH), José Morilla (UAH),
Dolores Fernández (UCM), José Luis Aróstegui (UGR), Tomás Garrido (Compositor y
Director de Orquesta), José Ignacio Cruz Orozco (UV), Germán Ramírez Aledón (UV),
José Carlos Gosálvez Lara (BNE), Aurore Ducellier (Universidad Paul-Valéry,
Montpellier III) y María Juárez (British Council), entre otros.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
12
Mis compañeros de la Universidad de Alcalá, Ángel Oliver (In memoriam) y
Pedro González, hicieron un notable esfuerzo para que dispusiera de horarios docentes
flexibles, de manera que pudiera abordar la realización del programa de doctorado y llevar
a cabo la primera etapa de esta investigación. Quede constancia de mi agradecimiento a ambos.
También facilitaron mi trabajo en la Facultad de Ciencias de la Información de la
UCM Jesús Timoteo Álvarez, Julio Montero, Ingrid Shulze, Pilar Pérez Herrero, Isabel
Fernández y María Luisa Humanes.
Obtuvimos una información muy valiosa en la redacción de nuestra tesis de las
distintas fuentes orales consultadas: Santiago Carrillo (ministro sin cartera del Gobierno de
la República en el exilio presidido por José Giral, ex-secretario general del PCE,
parlamentario, escritor…)1 nos habló del final de la Guerra Civil y de la primera parte del
exilio2; Cielo Salcedo (profesora e hija de exiliados republicanos) residente junto a su
familia en el exilio mexicano, nos guió a través de los medios culturales de dicho país;
Adrián Miró (In memoriam falleció en Alcoy el 8 de abril de 2011 poeta, melómano y
escritor que no podrá acompañarnos, como era su deseo, en el acto de la lectura de esta
tesis), testimonio de la última etapa del Gobierno de la Segunda República en el exilio
francés, nos introdujo en el contexto cultural y político parisino de dicha época; Myriam
Peix (escritora), nos ofreció claves fundamentales sobre su propuesta de himno
republicano para España; y Jordi Barre (In memoriam, falleció el 16 de febrero 2011 en
Ponteillà Francia, en su “antigua casa de labranza catalana construida antes de la firma
del Tratado de los Pirineos”3, según nos indicó el propio cantautor rosellonés, quien grabó
1
La composición de los sucesivos gabinetes de la Segunda República en el exilio puede
consultarse en SÁNCHEZ CERVELLÓ, Josep, La Segunda República en el exilio (1939-1977),
Barcelona, Planeta, 2011, pp. 453-460.
2
Utilizaremos en nuestra investigación un fragmento de la entrevista personal, inédita, realizada
por los entonces alumnos de doctorado Victoriano González Villarroel y Enrique Téllez Cenzano, como
trabajo académico en el marco del seminario titulado La “España Peregrina”: El Exilio Republicano
como transición y catarsis. 1939-1956, seminario que fue impartido por el profesor Juan Francisco
Fuentes Aragonés. La entrevista se realizó el 6 de marzo de 1995, en el domicilio particular de Santiago
Carrillo en Madrid, en una estancia presidida por una pintura de Pablo Picasso con dedicatoria manuscrita
del autor. El encuentro se prolongó por espacio de cuatro horas, durante las cuales abordamos un amplio
cuestionario sobre la evolución política del Partido Comunista de España entre el final de la guerra civil y
el abandono de la lucha guerrillera (1939-1950). Archivo Enrique Téllez.
3
“Os recibo gustosamente en esta antigua casa de labranza catalana construida antes de la firma
del Tratado de los Pirineos…”. Con esta meditada frase nos recibió el 2 de agosto de 2010 Jordi Barre
AGRADECIMIENTOS
13
en disco la propuesta de himno para la Tercera República de Myriam Peix4). A todos ellos,
a los que todavía nos acompañan y, muy especialmente, a los que ya nos han dejado,
agradecemos su amabilidad y la excelente disposición mostrada en colaborar en esta
investigación, lo que nos ha permitido incorporar a nuestro trabajo nuevos datos y reflexiones
las cuales, con frecuencia, no figuran recogidos en fuentes documentales o bibliográficas.
Asimismo, quiero expresar mi reconocimiento al personal de bibliotecas y
archivos en los que he trabajado: Biblioteca Nacional, tanto de la sede de Recoletos
como de la de Alcalá de Henares (Adoración Picazo y Cecilia Nieva); Biblioteca
Nacional de Cataluña, Archivo Histórico Nacional, Pavelló de la República (Lourdes
Prades); Fundación Sierra-Pambley (Yolanda Rey y Emilia Lareo); Hemeroteca
Municipal de Madrid; Archivo General de la Administración; Archivo del Congreso de
los Diputados; Archivo del Ateneo de Madrid (Clara Herrera); Fundación Pablo Iglesias
(Agustín Garrigós, Beatriz García, Mercedes Arce y Carmen Motilva); Archivo del
Ayuntamiento de Eibar (Yolanda Ruiz Urbón); Ego-Ibarra Ayuntamiento de Eibar
(Begoña Azpiri); Biblioteca Municipal Central (Sección Hemeroteca) de San Sebastián
(Itziar Echeverría)… A la profesionalidad de este amplio colectivo debo algunas
sugerencias sobre consulta de documentación complementaria que me ha sido de gran
utilidad. Junto a estas instituciones públicas y privadas, es preciso señalar los magníficos
archivos particulares a los que hemos tenido acceso: Manuel Ortega (Barcelona), Myriam
(cuyo nombre francés, que había sido “catalanizado”, era el de Georges Barre), en su acogedora casa de
Ponteillà (Francia), magníficamente conservada y restaurada. De manera muy escueta, y como si se tratara
de una broma, expresaba así este cantautor rosellonés, de expresión catalana, su condición de firme
defensor de la lengua y de la cultura catalanas en cuya área de influencia desarrolló su actividad artística
como compositor y cantante. Archivo Enrique Téllez. El Rosellón, como el Conflent, Vallespir y una parte
de la Cerdaña, estaba bajo soberanía de la corona española cuando se firmó el tratado de los Pirineos, el 7
de noviembre de 1659, pasando en ese momento a depender de la monarquía francesa. Dicho tratado,
suscrito como Traitté de paix, entre les covronnes de France et d´Espagne está reproducido en
MARCET-JUNCOSA, Alicia, Le rattacehement du Roussillon à la France, Canet [-en-Roussillon,
France], Llibres del Trabucaire, 2002, [pp. 165 y ss.]. Sobre dicho tratado, véase también SANABRE,
Josep, El tractat dels Pirineus i la mutilació de Catalunya, Barcelona, Barcino, 1960. Un reflejo de la
permanencia de la cultura catalana en los territorios cedidos a la corona francesa lo encontramos en el
ámbito de la música popular. Véase Chansons Populaires Catalanes (3.
me
série). Catalunya-Cerdanya-
Conflent-Rosselló y Vallespir, Terra Nostra, n.º 31, 1978.
4
PEIX, Myriam, La historia del Himno de la III República, (libro-disco), Barcelona, Nova
Lletra, 1980. La denominación en el enunciado de “III República” no excluye dicho trabajo de nuestro
estudio, pues esta iniciativa surgió en el seno de las Instituciones de la República en el exilio con el fin de
disponer de un himno para la Segunda República o, en su defecto, para la que consideraban, según sus
análisis, ineludible Tercera República.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
14
Peix (Barcelona), Adrián Miró (In memoriam, Alcoi, Alicante), Manuel García (Valencia),
Juan Manuel Jiménez (Valencia) y Amparo Ranch (Valencia).
Agradecemos, igualmente, a María de los Ángeles Arroquia Rodríguez su
autorización para la consulta de los documentos que fueron legados por Diego Martínez
Barrio al Archivo Histórico Nacional. El conjunto de fondos citados custodian obras
musicales relacionadas con diferentes períodos de la historia de España junto a otros
documentos complementarios.
También hemos contado con la colaboración de libreros de varios países, que
nos han asesorado sobre sus catálogos o dónde podíamos encontrar partituras u otras
referencias bibliográficas. Este trabajo de investigación, y muy especialmente nuestra
biblioteca particular, están en deuda con los siguientes profesionales del citado sector:
Nathalie Fliger, de la librería “Torcatis” (Perpignan, Francia); Michelle Guillemin, de la
librería “Expert” (Chalon-Sur-Saône, Francia); Sara Nocentini, de “Firenzelibri”
(Reggello, Florencia, Italia); Mónica Walker, de “Buenos Aires libros” (Argentina);
Dave Cope, de “Left on the Shelf” (Kendal, Cumbria, Reino Unido); Paul Orssich, de la
librería homónima (Londres, Gran Bretaña); Dr. Weinek, de “Antiquariat Weinek”
(Salzburgo, Austria), y Jean Van Fleet, de “Bibliomanía” (Oakland, California, EE.UU),
entre otros. Algunas de estas librerías están especializadas en documentos sobre
movimiento obrero y diferentes corrientes de pensamiento político. En este apartado
quiero recordar, igualmente, a Jane Phelps (In memoriam, falleció el 14 de enero de
2011), propietaria y directora de la Galería del Grabado (Sevilla), por la amabilidad y
sabiduría con la que nos guió por el intrincado mundo del grabado histórico.
A través de la citada búsqueda internacional de fuentes hemos podido acceder a
libros, cancioneros, discos, publicaciones periódicas y folletos que no figuran entre los
fondos de nuestras instituciones públicas. En algunos casos se trata de textos o
documentos publicados en estos países como muestra de la solidaridad internacional
con el gobierno de la Segunda República; en otros, fueron editados en España y
acompañaron a los exiliados de la diáspora republicana tras la Guerra Civil para ser,
posteriormente, depositados en estas librerías debido a sus complejos periplos vitales. El
AGRADECIMIENTOS
15
fondo particular que hemos podido crear sobre el período que estudiamos en este trabajo
(partituras impresas y manuscritos, cancioneros, grabaciones, hojas volantes…) supera,
como ya hemos indicado, los mil documentos.
Cabe señalar nuestro sincero agradecimiento a muchos de estos exiliados que
nunca perdieron, al menos en el terreno afectivo, su vinculación con España y hacia el
final de sus vidas donaron sus archivos particulares a instituciones españolas. Ha sido
fundamental para el capítulo IV de nuestra tesis haber podido acceder a los fondos
documentales de Margarita Nelken (18941968) y Diego Martínez Barrio (18831962)
depositados en el Archivo Histórico Nacional. José Maldonado (19001985) y Fernando
Valera (18991982), últimos presidentes de la República Española y del Gobierno en el
exilio respectivamente, legaron el fondo documental y hemerográfico de dicho Gobierno
a la Fundación Universitaria Española (FUE). Años más tarde de la llegada de estos
archivos, fue trasladado a suelo español el legado documental del que fuera el último
Presidente del Gobierno de la Segunda República, el Dr. Juan Negrín5.
En todos los casos, las referidas donaciones expresan la voluntad de restituir el
legado personal o institucional (la memoria individual o colectiva) al país que se vieron
obligados a abandonar y al que, con la excepción de José Maldonado, ninguno de los
restantes políticos citados regresó en vida.
También en la Fundación Pablo Iglesias, ubicada en la Universidad de Alcalá,
hemos consultado documentos que fueron adquiridos por exiliados republicanos en sus
respectivos países de acogida, los cuales, posteriormente, se donaron para su depósito en
esta institución. Entre otros, dos cancioneros que tienen el sello comercial de “Librería
Navarro, Seminario n.º 12, México D.F., Libros sobre cuestiones sociales especiales
para trabajadores”. El primero de ellos lleva por título Cançons revolucionàries6, en el
que no figura ninguna anotación sobre la identidad del donante. Por el contrario, el
5
Véase CONSTENLA, Tereixa, “El archivo de Negrín vuelve del exilio”, El País, 14-XII-2013,
pp. 40-41. Según la citada información periodística, dicho archivo fue cedido al Cabildo de Gran Canaria
por Carmen Negrín, nieta del político socialista. El fondo está formado por 150.000 documentos
originales depositados para su custodia y consulta, a partir de feberero de 2014, en la Fundación Juan
Negrín de Las Palmas.
6
Cançons revolucionàries, Barcelona, Europa-América, [1937?]. FPI, sig. FA 3267.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
16
cancionero recogido y adaptado por el compositor mexicano José Pomar, Cantos
revolucionarios7, integrante como Silvestre Revueltas de la Liga de Escritores y Artistas
Revolucionarios (LEAR), sí contiene dicha identificación, la cual corresponde a
“J[ulián] Borderas”8.
Estas y otras donaciones similares, en su conjunto, nos han permitido acceder a
documentos que acompañaron a los republicanos españoles en su exilio (el primero de
los cancioneros citados) así como incorporar a nuestro patrimonio cultural
recopilaciones musicales que tuvieron por objeto mostrar la solidaridad internacional
con la Segunda República española (el segundo cancionero).
Es preciso dejar constancia de nuestro recononocimiento hacia el extenso grupo
de profesores con los que adquirimos formación musical en diferentes centros
educativos y Conservatorios, enseñanzas que han sido fundamentales en la elaboración
de la presente tesis doctoral. Entre otras materias, cursé los estudios de Solfeo con
Ofelia Ramis y Rosa Sadó; Piano con Amelia Romero del Saz y María Antonia Guinea;
Flauta Travesera con Jesús Solabarrieta; Armonía con Amelia Romero del Saz y María
Dolores Malumbres; Contrapunto y Fuga con Pedro de Felipe y María Dolores Malumbres;
Composición e Instrumentación con María Dolores Malumbres y Tomás Aragüés Bernad; y
Dirección de Orquesta con Enrique García Asensio y Tomás Aragüés Bernad.
En este apartado de agradecimientos, deseo hacer una mención muy especial a la
vinculación con nuestro trabajo de Jesús García Moreno “Pati” (In memoriam) quien,
convaleciente de una grave enfermedad cuyo desenlace no tardaría en producirse, encontró
la fuerza y los estímulos necesarios para seguir dedicando el poco tiempo de que disponía
a colaborar en los proyectos de sus amigos. A partir de nuestras conversaciones sobre el
7
POMAR, José, Cantos revolucionarios, México, Librería Navarro, [1937?]. FPI, sig. FA 2985.
8
Julián Borderas Pallaruelo (Bescós de Carcipollera, Huesca, 1899México, DF., 1980), sastre
de profesión, fue un relevante dirigente socialista, fundador de la Agrupación Socialista de Jaca (Huesca)
y autor del diseño y confección “de la bandera republicana que enarbolaron [Fermín] Galán y [Ángel]
García Hernández en la sublevación de diciembre de 1930 en Jaca”. MARTÍN NÁJERA, Aurelio (dir.),
Diccionario biográfico del socialismo español (1879-1939), Madrid, Fundación Pablo Iglesias, 2010, p.
111. El contenido del archivo personal de Julián Borderas, donado a la FPI, puede consultarse en
MARTÍN NÁJERA, Aurelio (dir.), Catálogo de los archivos y documentación de particulares, vol. I,
Madrid, FPI, 1993, pp. 155-191.
AGRADECIMIENTOS
17
período estudiado realizó búsquedas en Internet (bibliotecas, archivos, fondos
documentales…) acerca de diferentes aspectos de la historia de nuestro país, materia que
conocía con una estimable solvencia. He intentado incorporar en este texto algunos de los
matices por él sugeridos, siempre impregnados de una visión equilibrada y bondadosa del
comportamiento humano.
Finalmente, quiero agradecer a la Dra. Mirta Núñez Díaz-Balart, directora de la
presente tesis doctoral, la atención y el interés con los que en todo momento ha guiado
este trabajo así como las importantes aportaciones realizadas al mismo. Su amistad y su
colaboración han sido determinantes para la conclusión de nuestra investigación.
Agradecimiento que hago extensivo a mi compañera Pilar Dañobeitia Olaeta, Profesora
de Lengua y Literatura, a quien debo acertadas sugerencias de carácter lingüístico y la
estimable ayuda en la lectura de algunos textos en euskera; a mis hijas Aizea y Aitana,
cuya comprensión y afecto me han acompañado en todo momento; a nuestra maravillosa
perra “Negrita” (In memoriam), que estuvo a mi lado durante las largas jornadas de
trabajo a la espera de unos minutos de ocio compartido; al conejo malhumorado y
gruñón “Cori”, que optó por seguir haciendo cabriolas en el jardín; y a la cariñosa
perrita “Duna”, que decidió quedarse con nosotros. ■
XIX
LA MÚSICA COMO ELEMENTO DE REPRESENTACIÓN INSTITUCIONAL:
EL HIMNO DE LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA
Índice
21
22
23
29
ABREVIATURAS Y SIGLAS EMPLEADAS…………………………………
IMÁGENES Y TABLAS………………………………………………………
RESUMEN……………………………………………………………………
ABSTRACT……………………………………………………………………
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………… 35
Capítulo I
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA
EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
1.1. De la Monarquía a la República (abril de 1931)…………………………… 77
1.2. La Marsellesa y el Himno de Riego en la proclamación de la Segunda
República...………………………………………………………………… 100
1.2.1. El amanecer eibarrés de la Segunda República o la configuración de
un nuevo marco sonoro…………………………………………...…. 117
1.2.2. La verbena popular republicana de abril de 1931…………….....…… 166
1.2.2.1. Lluis Companys proclama la República en Barcelona y Francesc
Macià el Estado Catalán y la República Catalana.………… 173 171 167 1 160
1.2.2.2. El tenor Miguel Fleta saluda en Madrid la deseada instauración
de la Segunda República española…………………………. 194
Capítulo II
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
2.1. A la búsqueda de unas señas de identidad propias: una bandera y un himno
que simbolicen las aspiraciones e ideales republicanos…………….……… 231
2.1.1. Distintas propuestas de himno para la Segunda República: Canto
rural a la República Española; Himno Republicano Español; 14 de
Abril (Himno Republicano Español); et al. …………………………… 253
2.1.2. Decisiones de los autores en torno a la polémica del pleito de los
himnos……………………………………………………………… 302
2.2. El Ayuntamiento de Madrid toma la iniciativa de dotar a la Segunda República
de un Himno Nacional representativo del nuevo Estado………….………… 326
2.2.1. “Un dictamen sobre el himno nacional: ni la Marsellesa ni el Himno
de Riego”………………………………………..………..………… 336
2.2.1.1. Controversia en torno a la ponencia redactada por Amadeo
Vives a instancias del Ministerio de Instrucción Pública…… 348
2.2.2. Propuestas alternativas desde la sociedad civil………………..…… 368
2.3. “¿Se debe hacer un nuevo himno español o adoptar el de Riego?”………… 391
XX
Capítulo III
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO
REPUBLICANO
3.1. El exilio republicano originado por la Guerra Civil española (1936-1939)… 415
3.2. Himno de la República Española, según propuesta de Margarita Nelken y
Lan Adomián (1957)………………………………………………………. 424
3.2.1. Una canción (luego, himno) como nexo de dos realidades políticas
diferentes: la Guerra Civil y el exilio……………………………… 444
3.3. Himno de la III República Española, según propuesta de Myriam Peix y
Manuel Riera Clavillé (ca. 1974)…………………………………………. 476
3.3.1. “Un movimiento que tiene un Himno de paz es imparable”, o “Un
mouvement qui a une Hymne de paix est invincible”……….……… 500
535
* * *
CONCLUSIONES………………………………………………………………
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES………………………… 543
A) Bibliografía………………………………………………………………… 543
B) Hemerografía……………………………………………………………… 572
C) Archivos (públicos y privados)…………………………………………… 576
D) Fuentes orales……………………………………………………………… 576
E) Discografía………………………………………………………………… 576
F) Webgrafía…………………………………………………………………… 577
G) Varia (otros soportes documentales)……………………………………… 581
ANEXO DOCUMENTAL…………………………………………………… 587
Doc. I. José Anselmo Clavé: La Marsellesa [“catalana”]…………………… 589
Doc. II. La Marsellesa. Zarzuela histórica en tres actos…………………… 590
Doc. III. Fragmento de la zarzuela La Marsellesa [Himno]………………… 591
Doc. IV. Lo cant de la Marsellesa. Sarsuela en tres actes y en vers………… 592
Doc. V. Amadeo Vives: El cant del poble………………………………… 593
Doc. VI. Ramón Torralba: Himno Republicano Español…………………… 594
Doc. VII. Adela Anaya: 14 de Abril (Himno Republicano Español)……… 595
Doc. VIII. E. San Miguel: Canción patriótica y guerrera [Himno de Riego] 596
Doc. IX. Óscar Esplá: Canto rural a España………………………………… 597
Doc. X. Lan Adomián: Himno de la República Española…………………… 598
Doc. XI. Miguel Hernández‒Margarita Nelken [texto Himno]……………… 601
Doc. XII. Myriam Peix: Himno de la III República Española……………… 602
Doc. XIII. Myriam Peix: La historia del Himno de la III República………… 603
* * *
ABREVIATURAS Y SIGLAS EMPLEADAS
ACD Archivo del Congreso de los Diputados
AHN Archivo Histórico Nacional
ANV Acción Nacionalista Vasca
ARCA Arxiu de Revistes Catalanes Antigues
ARDE Acción Republicana Democrática Española
ARE Archivo de la República en el Exilio
Arr. Arreglo/arregista
Art. Artículo
BNE Biblioteca Nacional de España
BWV Catálogo de obras de Johann Sebastian Bach
Ca. Cerca
CIERE Centro de Investigación y Estudios Republicanos
Col. Colección
Comp. Compilador/a
Coord. Coordinador/a
Dir. Director/a
DMEH Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana
Doc. Documento
Ed./Eds. Editor/Editores
Erref. Referencia (en euskera)
Et al. Y otros
Fig. Figura
FPI Fundación Pablo Iglesias
FUE Fundación Universitaria Española
Gráf. Gráfica/s
GRE Gobierno Republicano en el Exilio
Ibid. Ibidem
Id. Idem
Imp. Imprenta
IR Izquierda Republicana
Leg. Legajo
LIMIGE Liga de Mutilados e Inválidos de la Guerra Española en el Exilio
Ms. Manuscrito
Mtro. Maestro
n. Nota a pie de página
N.º Número
Op. cit. Obra citada
P./pp. Página/s
PCE Partido Comunista de España
PSOE Partido Socialista Obrero Español
Rec./Recs. Recopilador/es
Rpm Revoluciones por minuto
S.a. Sin año
S.l. Sin lugar
S.n. Sin nombre
S.p. Sin página
Sig. Signatura
T./s. Tomo/s
UR Unión Republicana
V./s. Verso/s
Vol./s Volumen/s
XXII
IMÁGENES Y TABLAS
Imagen 1. [Anónimo] Le G.al Riégo [El General D. Rafael del Riego]………… 5
Fig. 1. Sonoridades militares: proceso revolucionario y proclamación de la
Segunda República……………………………………………………… 99
Fig. 2. Sustitución de elementos de representación en el cambio de régimen:
proclamación de la Segunda República en Eibar……………………… 147
Fig. 3. Himnos interpretados en los actos de proclamación y celebración de la
Segunda República en Eibar (14-IV-1931)…………………………… 153
Fig. 4. Canciones e himnos interpretados en torno a la proclamación de la
Segunda República en Eibar…………………………………………… 164
Fig. 5. Algunas localizaciones de la verbena popular republicana (abril de 1931) 171
Fig. 6. Primera secuencia sonora en torno a las proclamaciones de la República,
del Estado Catalán y de la República Catalana en Barcelona…………… 181
Fig. 7. Acuerdos o resoluciones referidos a elementos de representación
institucional: bandera e himno o marcha…………………………… 293
Fig. 8. Abril de 1931: propuestas formuladas o rechazadas como himno nacional
de la República en diferentes medios de comunicación……………… 302
Fig. 9. Evolución del repertorio musical republicano según distintas etapas de
la historia política española…………………………………………… 335
Fig. 10. 14 de abril: cronograma de su defensa pública como himno de la
Segunda República (1.ª y 2.ª Etapas)………………………………… 357
Fig. 11. Diferencias entre la ponencia de Amadeo Vives y la propuesta colectiva 382
Fig. 12. Julio 1931-mayo 1936: propuestas formuladas, rechazadas o suspendidas
como himno nacional……………………………………………… 411
Fig. 13. Una canción (luego, himno) como nexo de dos realidades políticas
diferentes: la Guerra Civil y el exilio………………………………… 467
Fig. 14. Etapas en el proceso de creación del himno de la Segunda República
española……………………………………………………………… 534
RESUMEN
Coro
Soldados, la Patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer, o morir.
Evaristo San Miguel
(“Himno guerrero que cantaba en sus
marchas la Columna móvil de Riego”. La principal parte del
Romancero de Riego…, s.l., s.n., 1846)
25
RESUMEN
Nuestra investigación comienza con el estudio de la configuración de un nuevo
espacio sonoro a partir de los días previos a la proclamación de la Segunda República
en Eibar (Guipúzcoa), en abril de 1931. Sin que existieran directrices políticas al
respecto, se enarbolaron la bandera tricolor y La Marsellesa como principales símbolos
de esta nueva etapa política.
En el plano musical, tuvieron un especial protagonismo las bandas municipales
y, en menor medida, las militares, junto a intérpretes y cantantes que se sumaron a la
celebración festiva. Dado que la Primera República no había legado un himno oficial, en
abril de 1931 fue necesario improvisar un repertorio integrado, principalmente, por
himnos de carácter histórico (La Marsellesa, Himno de Riego y La Internacional) junto a
obras propias de las respectivas tradiciones culturales (Gernikako Arbola, Els Segadors…).
La estructuración de este repertorio de urgencia desempeñó un papel
fundamental en la movilización cívica, dando lugar a un programa que hemos
denominado la verbena popular republicana de abril de 1931, cuyas aportaciones al
proceso de cambio político operado fueron decisivas en su condición de elemento de
agitación y propaganda.
OBJETIVOS
La presente Tesis Doctoral se plantea como objetivo principal analizar el proceso
de creación de una nueva identidad institucional de carácter musical, que debía culminar
en la elección del himno de la Segunda República. Concurrieron en dicho proceso
circunstancias de diferente índole que abortaron todos los proyectos desarrollados
durante el período de vigencia de las instituciones republicanas en suelo nacional (1931-
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
26
1939) como los planteados en el exilio (1939-1977). En relación a esta materia, Miguel
Maura informó de que el Comité Revolucionario (futuro gobierno provisional) había
adoptado el acuerdo de no modificar la bandera de la Monarquía y de convocar un
concurso que permitiera disponer de un himno nacional. Elproceso creativo se extendió
desde la publicación en Heraldo de Madrid (15-IV-1931) de unos compases de Óscar
Esplá hasta la del documento de suspensión de actividades de las Instituciones de la
República en el exilio, firmado conjuntamente por José Maldonado (Presidente de la
República) y Fernando Valera (Presidente del Gobierno), el 21 de junio de 1977.
En cuanto al concurso anunciado por Miguel Maura, la iniciativa más destacada
correspondió al Ayuntamiento de Madrid cuyo alcalde, Pedro Rico, dirigió un escrito al
Ministerio de Instrucción Pública, el 12 de julio de 1931, instando al ministro Marcelino
Domingo a iniciar dicho proceso. También el Presidente de la Republica, Niceto Alcalá-
Zamora, fue destinatario de una instancia registrada el 2 de septiembre de 1931 por un
grupo de intelectuales en la que se solicitaba la consideración del gobierno hacia la
convocatoria de un concurso para elegir el himno nacional.
Adquiere en nuestra investigación una relevancia especial el compositor catalán
Amadeo Vives, autor de una propuesta de himno para Cataluña (El cant del poble)
estrenado en Barcelona el 18 de abril de 1931. Meses después, a petición del Ministerio
de Instrucción Pública, Vives presentó una ponencia en la que fijaba un procedimiento
para la elección del himno de la República, documento que provocó una gran
contestación pública.
METODOLOGÍA
Partiendo de la hipótesis de que tanto desde gobiernos surgidos durante la
Segunda República como desde sectores sociales y políticos se pudieran promover
iniciativas para dotar a la nación de su himno representativo, hemos prestado una
atención especial a los procesos desarrollados para su creación. Esta búsqueda contó con
la participación de creadores, representantes institucionales y medios de comunicación,
RESUMEN
27
que impulsaron la identificación del pueblo español con la nueva organización del
Estado a través de una simbología musical propia.
Hemos basado las distintas fases de la presente Tesis Doctoral en el estudio y
análisis de fuentes orales, bibliográficas, hemerográficas… De igual modo, hemos
frecuentado archivos, fundaciones, librerías anticuarias (físicas y online) y mercados
callejeros, en los que hemos encontrado partituras inéditas y documentos únicos.
Asimismo, nos ha sido de gran utilidad la consulta de bases de datos en Internet. La
información ha sido enmarcada en el contexto histórico y político de cada una de las
fases estudiadas, con un tratamiento multidisciplinar de la misma.
RESULTADOS
Fruto de nuestra investigación hemos clasificado un vasto legado de nuevas
partituras que buscaron su reconocimiento como himno nacional (Canto rural a la
República Española; Himno Republicano Español; 14 de Abril,…). Junto a ellas se
entonaron himnos propios del imaginario republicano (La Marsellesa, Himno de Riego y
La Internacional), y un tercer grupo de obras que, sin haber surgido con la citada
finalidad, fueron propuestas como himno de la República (¡Gloria a España! y Suspiros
de España).
A partir de la documentación estudiada, hemos ofrecido una visión innovadora del
papel desempeñado por la música desde la proclamación de la República hasta la
finalización de sus actividades en el exilio. Este hecho nos permite considerar la
importancia de la actividad musical en el marco de nuestra historiografía contemporánea
por sus aportaciones al establecimiento del marco histórico de referencia.
CONCLUSIONES
Finalizada la investigación, hemos confirmado nuestra hipótesis inicial al haber
podido documentar la existencia de diferentes proyectos musicales que persiguieron ser
reconocidos como himno oficial de la Segunda República; sin embargo, una reiterada
falta de consenso en torno a las distintas propuestas impidió que se alcanzara un acuerdo.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
28
Con objeto de suplir esta carencia, Manuel Azaña, desde el Ministerio de la
Guerra, había trasladado una comunicación a las Capitanías generales fijando,
provisionalmente, la utilización de La Marsellesa como himno nacional; decisión
corregida de manera inmediata en favor de El Himno de Riego mediante la publicación
de sendas circulares en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, como parte del
reglamento de rendición de honores del ejército.
Este carácter “provisional” fue adquiriendo lentamente, en la percepción de los
ciudadanos, la condición de “oficial”, sin que existiera base legal para ello. Por tanto, y
como conclusión final, la Segunda República no tuvo un himno oficial propio. En su
defecto, el Himno de Riego experimentó un proceso de institucionalización por el que
asumió funciones de representación como himno de la República, nunca refrendadas
legalmente. ■
ABSTRACT
Chorus
Up, for your native land !
Answer her cry !
Swear by her banner
To conquer or die !
Evaristo San Miguel
(“Himno guerrero que cantaba en sus marchas la
Columna móvil de Riego”. La principal parte del Romancero de
Riego…, s.l., s.n., 1846)
31
ABSTRACT
Our research starts with the study of the configuration of a new sound space
from the days prior to the proclamation of the Second Spanish Republic in Eibar
(Guipúzcoa), in April 1931. Although there were no policy guidelines in this regard,
the tricolour flag and The Marseillaise were hoisted as the main symbols of this
new political era.
From a musical standpoint, the municipal bands played a special role and, to a
lesser extent, the military bands, along with performers and singers who joined the
festive celebration. Given that the First Spanish Republic had not bequeathed an official
anthem, in April 1931 it was necessary to improvise a repertoire composed mainly of
songs of historical character (The Marseillaise, Riego's Anthem and The International)
along with works from the respective cultural traditions (Gernikako Arbola, Els Segadors…).
The structure of this repertoire emergency played a fundamental role in civic
mobilization, leading to a program which we have called the Republican popular
festival of April 1931, whose contributions to the process of political change achieved
were decisive in its capacity for agitation and propaganda.
OBJECTIVES
The present PhD Thesis arises as main objective to analyze the process of
creating a new institutional identity of musical character, which should end with the
choice of the anthem of the Second Spanish Republic. They concurred in that process
different kinds of circumstances that aborted all the projects developed during the period
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
32
of validity of the republican institutions in national soil (1931-1939) as those raised in
exile (1939-1977). In relation to this matter, Miguel Maura reported that the
Revolutionary Committee (the future provisional government) had adopted the
agreement of not changing monarchy flag and holding a competition that would allow
having a national anthem. The creative process extended from the publication in the
newspaper Heraldo de Madrid (15-IV-1931) a few musical bars by Óscar Esplá until the
release of the document that suspended the activities of the institutions of the Republic
in exile, jointly signed by José Maldonado (President of the Republic) and Fernando
Valera (Prime Minister), in June 21, 1977.
As regards the contest announced by Miguel Maura, the most prominent
initiative corresponded the City Council of Madrid whose mayor, Pedro Rico, addressed
a letter to the Ministry of Public Instruction, in July 12, 1931, urging the Minister
Marcelino Domingo to initiate the process. Also the President of the Republic, Niceto
Alcalá-Zamora, was the recipient of a request registered in September 2, 1931 by a
group of intellectuals, in which they requested the consideration of the government to
call for a contest to choose the national anthem.
In our research, the Catalan composer Amadeo Vives acquires a special
relevance. He is the author of a proposal of the anthem for Catalonia (El cant del poble)
premiered in Barcelona in April 18, 1931. Months later, at the request of the Ministry of
Public Instruction, Vives made a presentation in which he set a procedure for the
election of the anthem of the Republic, document that caused a great public response.
METHODOLOGY
Working on the assumption that both from governments that emerged during the
Second Republic as from social and political groups could promote initiatives to provide
the nation its representative anthem, we have paid special attention to the processes
developed for its creation. This search included the participation of creators,
institutional representatives and the media, prompting the identification of the Spanish
people with the new organization of the state through their own musical symbols.
ABSTRACT
33
We have based the different stages of this PhD Thesis in the study and analysis
of oral, bibliographic, hemerographic sources... Similarly, we have frequented archives,
foundations, antiquarian bookshops (physical and online) and street markets, where we
found unedited scores and unique documents. It has also been very useful to consult
online databases. The information has been framed in the historical and political context
of each of the phases studied context, with a multidisciplinary treatment thereof.
RESULTS
As the result of our investigation we have classified a huge legacy of new scores
who sought recognition as a national anthem (Canto rural a la República Española;
Himno Republicano Español; 14 de Abril,…). Along with them hymns from the Republican
imaginary were intoned and a third group of works that arose without the said purpose were
proposed as the anthem of the Republic (¡Gloria a España! and Suspiros de España).
Starting from the documents studied, we have offered an innovative vision of the
role played by music since the proclamation of the Republic until the end of its activities
in exile. This fact allows us to consider the importance of musical activity in the context
of our contemporary historiography for its contributions to the establishment of the
historical framework.
CONCLUSIONS
After the investigation, we have confirmed our initial hypothesis, so we have
been able to document the existence of different musical projects, which persecuted
being recognized as the official anthem of the Second Spanish Republic; however, a
repeated lack of consensus on the different proposals prevented to reach an agreement.
In order to fill this gap, Manuel Azaña, from the Ministry of War, had been transferred a
communication to the general Captaincy setting provisionally the use of The
Marseillaise as the national anthem; immediately corrected decision in favor of Riego's
Anthem by posting respective notices in the journal Diario Oficial del Ministerio de la
Guerra, as part of the rules of rendering military honors.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
34
This “provisional” character was slowly gaining on the perception of citizens,
the status of "official", although there were no legal basis for it. Therefore, and as a final
conclusion, the Second Spanish Republic had not her own official anthem. Failing that,
Riego's Anthem underwent a process of institutionalization by which it assumed
representation functions as the anthem of the Republic, never legally countersigned. ■
INTRODUCCIÓN
Entrez vite en champagne,
Chansons !
Entrez vite en champagne !
Eugène Pottier
(Propagande des Chansons [1848], en Chants révolutionnaires,
Bureau du comité Pottier, ca. 1895)
37
INTRODUCCIÓN
La presente tesis doctoral comenzó su andadura en los ya lejanos cursos
académicos de 1994-1995 y 1995-1996, en el marco del programa de doctorado titulado
HISTORIA, INFORMACIÓN, PODER Y PROPAGANDA, organizado por el
Departamento de Historia de la Comunicación Social de la Facultad de Ciencias de la
Información (Universidad Complutense de Madrid).
Dicho programa de doctorado fue impartido por los profesores siguientes: Rosa
Cal Martínez (El modelo absolutista y el liberal hasta 1902 primer curso, y El reinado
de Alfonso XIII, 1902-1931, segundo curso); Juan Francisco Fuentes Aragonés (La
“España peregrina”: el exilio republicano como transición y catarsis, 1936-1956,
primer curso, y La “España peregrina”: el exilio republicano como transición y
catarsis, 1957-1975, segundo curso); Alberto Gil Novales (La resistencia en la Segunda
Guerra Mundial: consideración historiográfica, primer curso, y Análisis
pormenorizado por países, segundo curso); Carlos Seco Serrano (La República del
frente popular en la prensa periódica primer curso); Mirta Núñez DíazBalart (Milicias,
ejército y comisariado en la zona republicana durante la Guerra Civil, 1936-abril de
1937, primer curso, y Milicias, ejército y comisariado en la zona republicana durante la
Guerra Civil, 1937-abril de 1939, segundo curso).
El programa se completó con dos seminarios realizados al margen del programa de
doctorado anterior, con los profesores Ana M.ª Vigara Tauste (In memoriam), (Lenguaje y
géneros radiofónicos primer curso) y José Royo Jara (Luis Buñuel, artífice de la
modernidad cinematográfica segundo curso).
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
38
En buena medida, la presente tesis doctoral es el resultado de los aprendizajes
adquiridos durante el período y programa académico citados, dado que varios de los
cursos realizados guardan estrecha relación con los contenidos tratados en la presente
tesis. En su redacción, hemos consultado frecuentemente los textos de los trabajos de
investigación elaborados en los distintos seminarios así como en otras actividades
desarrolladas durante los dos cursos de doctorado. Del mismo modo, nos ha sido de gran
utilidad el conocimiento de los procedimientos metodológicos propios de la investigación
historiográfica a través de diversas fuentes documentales, archivísticas, bibliográficas y
hemerográficas. Cuando la proximidad temporal del tema tratado lo ha permitido, hemos
completado esta investigación con la consulta de fuentes orales.
Finalizados los dos cursos de doctorado y obtenida la Suficiencia Investigadora
publiqué, en colaboración con Isabel Gómez Rivas ‒compañera de estudios en dicho
programa‒ un artículo titulado Las señas de identidad del gobierno republicano en el
exilio: una propuesta de himno para la II República Española, trabajo que gozó de una
excelente acogida editorial. En un plazo muy breve de tiempo fue publicado en la revista
Música y Educación9; a instancias de la profesora Mirta Núñez, por su interés para el
estudio del republicanismo, en Cuadernos Republicanos10 y, finalmente, en una versión
reducida en Página Abierta11. Otras revistas nos solicitaron adaptaciones de dicho texto,
pero tanto Isabel Gómez como yo mismo nos hallábamos inmersos en otros proyectos y
acordamos no elaborar nuevas versiones.
La publicación de estos artículos fue determinante para la realización de la
presente tesis doctoral sobre el himno de la Segunda República española, puesto que
durante el proceso de documentación recogí información de gran interés (textos de los
himnos, partituras, folletos, grabaciones discográficas…) la cual, por razones de espacio,
no fue incorporada a dichos artículos. Decidí, igualmente, retomar diferentes líneas de
9
GÓMEZ RIVAS, Isabel y TÉLLEZ CENZANO, Enrique: “El Himno de la Segunda República
Española: una propuesta en el exilio”, Música y Educación, n.º 36, Madrid, 1998, pp. 41-58.
10
GÓMEZ RIVAS, Isabel y TÉLLEZ CENZANO, Enrique: “Las señas de identidad del Gobierno
Republicano en el exilio: una propuesta de himno para la Segunda República Española”, Cuadernos
Republicanos, n.º 37, Madrid, 1999, pp. 113-132.
11
GÓMEZ RIVAS, Isabel y TÉLLEZ CENZANO, Enrique: “El Himno de la Segunda República:
una propuesta en el exilio”, Página Abierta, n.º 100, Madrid, 1999, pp. 80-84.
INTRODUCCIÓN
39
investigación que no habíamos tratado, así como estudiar distintos proyectos de himno que
tenían como objetivo dotar a la Segunda República española de una simbología musical
propia. La voluntad de los principales promotores –políticos, compositores, escritores y
otras personalidades públicas– de esta pretendida renovación (nunca consumada
plenamente) de los elementos de representación institucional en el ámbito de la música se
prolongó desde los primeros días de la proclamación de la República hasta el final de la
permanencia de las Instituciones Republicanas en el exilio.
Durante los años transcurridos entre la obtención de la Suficiencia Investigadora y
la redacción de la presente tesis doctoral, se produjeron hechos de distinta naturaleza que
adquirieron una especial relevancia. En el plano personal, tuvieron lugar dos
circunstancias especialmente trascendentes, aunque de signo opuesto: en primer lugar, la
atención y cuidado de mis padres hasta su fallecimiento (Amelia Cenzano Marrodán y
Joaquín Téllez Ruiz) y, en segundo lugar, el nacimiento de mis dos hijas, Aizea y Aitana.
Del mismo modo, durante ese período desarrollé una prolongada actividad política,
sindical y de gestión cultural en diferentes ámbitos institucionales.
En el plano profesional, fui invitado por diferentes entidades públicas y privadas
(Ministerio de Educación y Cultura, Universidad Internacional de Andalucía,
Universidad Complutense de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, Festival
Internacional de Música de Granada, Fundación Cultural Diario Levante, Obra Cultural
de IberCaja, Centre Alcoià d´Estudis Historics i Arqueològics, Biblioteca Nacional de
España…), a pronunciar conferencias e impartir cursos sobre distintos aspectos de la
vida cultural y musical de nuestro país. Dirigí actividades académicas y ciclos de
conferencias en los que, frecuentemente, participé como ponente o conferenciante.
Durante el período comprendido entre los cursos académicos 1995-1996 y 2005-
2006, impartí las sesiones correspondientes al bloque Recursos Musicales y Bandas
Sonoras, con una carga docente anual de dos créditos (20 horas lectivas), invitado por el
Prof. Julio Montero Díaz, Director de los Títulos Propios de la UCM siguientes:
Realización de Guiones Audiovisuales Históricos (Ficción), (cursos 1995-1996 y 2001-
2002 a 2005-2006, ambos inclusive); Realización de Guiones Audiovisuales Históricos,
(cursos 1996-1997 a 2000-2001); y, por último, Realización de Documentales
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
40
Históricos, (cursos 2001-2002 a 2005-2006). Dichas actividades se desarrollaron en la
Facultad de Ciencias de la Información de la UCM.
Asimismo, fui responsable de la Sección de Música del Congreso Internacional
La Cultura del Exilio Republicano Español de 1939, que tuvo como sedes las ciudades
de Madrid, Alcalá de Henares y Toledo (2227 de noviembre 1999), y del Concierto de
Clausura del citado congreso, celebrado en la Iglesia de San Pedro Mártir de Toledo con
el título de Música en el Exilio. La interpretación de dicho concierto corrió a cargo de la
Orquesta Sinfónica y del Coro de la Universidad Autónoma de Madrid bajo la dirección
de su director titular, Enrique Muñoz12. El programa contó, en su totalidad, con obras de
compositores españoles exiliados: María Rodrigo, Jesús Bal y Gay, Carlos Palacio13,
Manuel de Falla…
Invitado por el Ministerio de Educación y Cultura, participé como profesor en
varios encuentros internacionales –de carácter intercultural– de la Orchestre des Jeunes
de la Méditerranée, foro artístico con sede en Francia, destinados a profesores y jóvenes
estudiantes de todos los países de la cuenca mediterránea, en un intento de establecer un
marco de colaboración entre profesionales de la música de diferentes ámbitos culturales.
De manera paralela a la actividad interpretativa, se celebraron seminarios y debates
entre expertos invitados de numerosos países con el fin de analizar las peculiaridades de
12
Se realizó una grabación en directo de este concierto, posteriormente editada por la UAM.
Véase VV.AA., Congreso Internacional. La cultura del exilio republicano español de 1939. Concierto de
clausura: música en el exilio [grabación sonora, CD], Madrid, UAM, 2001. Orquesta de la UAM.
Director titular, Enrique Muñoz. Texto de la Introducción (“La Música del exilio republicano de 1939”) y
notas al programa de Enrique Téllez.
13
Con motivo de la celebración, el 13 de enero de 2011, del centenario del nacimiento del
compositor alcoyano Carlos Palacio (1911-1997) fui invitado por Adrián Miró, Presidente Honorífico del
Centre Alcoià d´Estudis Historics i Arqueològics (CAHEA), a participar en un homenaje al citado
compositor, el 5 de febrero de 2011, así como a escribir un artículo sobre su trabajo creativo. Véase
TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “La obra compositiva de Carlos Palacio en el contexto del exilio
republicano español” en À. Beneito, F.X. Blay, À. Ferrando y A. Miró (coords), Homenatge del Centre
Alcoià d´Estudis Historics i Arqueològics a Carlos Palacio, Alcoi (Alicante), CAHEA, 2011, pp. 34-37.
Adrián Miró, inspirador del homenaje al amigo con quien había compartido los rigores del exilio parisino,
no pudo asistir al mismo por encontrarse hospitalizado. Falleció pocas semanas después, en la madrugada
del día 8 de abril de 2011. El 17 de septiembre de 2011, invitado de nuevo por el CAHEA, presenté una
ponencia en el Simposio Nacional “Carlos Palacio: vivència i pervivència”, titulada La dimensión política
del trabajo creativo de Carlos Palacio: Segunda República, Guerra Civil, Dictadura y Exilio. Véase
TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “La dimensión política del trabajo creativo de Carlos Palacio: Segunda
República, Guerra Civil, Dictadura y Exilio”, en Ángel Lluis Ferrando Morales (ed.), Carlos Palacio:
INTRODUCCIÓN
41
las diferentes realidades musicales nacionales, así como de sus respectivos sistemas
educativos. En este contexto pronuncié, en representación de España, el veinticuatro de
septiembre de 1998, en la sede del Consejo de Europa de Estrasburgo (sala Salvador de
Madariaga), una comunicación titulada Enseignement musical et création
contemporaine dans le système éducatif espagnol14.
Más recientemente, en el ámbito de la investigación, he abordado el estudio de la
relación entre música y política en cinco artículos, de los cuales se han publicado cuatro
y, próximamente, lo hará el quinto. Los tres primeros analizan la figura y la obra del
compositor alcoyano Carlos Palacio (Alcoy, 13 de enero de 1911París, 19 de febrero
de 1997): “La obra compositiva de Carlos Palacio en el contexto del exilio republicano
español”15, “El himno de las Brigadas Internacionales”16, y “La dimensión política del
trabajo creativo de Carlos Palacio: Segunda República, Guerra Civil, Dictadura y
Exilio”17; mientras, en el cuarto se estudia la figura del violoncellista Pau Casals (El
Vendrell, 29 de diciembre de 1876San Juan, Puerto Rico, 22 de octubre de 1973)
desde la perspectiva de su actuación política en defensa de la paz, la democracia y la
libertad18. El quinto artículo será la parte II del texto sobre Pau Casals y se incluirá en la
misma publicación que la precedente, la Revista de Especialización Musical Quodlibet.
En cuanto a la actividad universitaria, en noviembre de 2012 fui nombrado
Director del Aula de Música de la UAH, centro universitario que lleva a cabo una
programación anual de conciertos y de Cursos de Especialización (interpretación,
dirección de orquesta, composición, análisis musical, musicología…), y Director de la
vivencia y pervivencia, Alcoi, Ajuntament d´AlcoiCentre Alcoià d´Estudis Històrics i Arqueològics
(CAHEA), 2014, pp. 13-85.
14
Véase un resumen de esta comunicación en TÉLLEZ CENZANO, Enrique: “Enseignement
musical et création contemporaine dans le système éducatif espagnol”, en Philippe Bachman (dir.), Relations
entre enseignement et création musicale d´aujourd´hui. Expériences méditerranéennes, Marsella (Francia),
Région Provence-Alpes-Côte d´Azur, Ministère de la Culture, Sacem, Conseil de l´Europe, 1998, pp. 15-21.
15
TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “La obra compositiva de Carlos Palacio…”, op. cit., pp. 34-37.
16
TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “El himno de las Brigadas Internacionales”, Voluntarios de la
libertad, n.º 13 (octubre de 2012), pp. 4-5.
17
TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “La dimensión política…”, op. cit., pp. 13-86.
18
TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “Pau Casals en sus documentos (selección) et al.: reina María
Cristina, Manuel de Falla, Albert Einstein, John Fitzgerald Kennedy, Wystan Hugh Auden… (I)”,
Quodlibet, n.º 58 (enero‒abril 2015), pp. 81-123.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
42
Revista de Especialización Musical Quodlibet, cuyo primer número había sido
publicado en febrero de 1995.
OBJETIVOS Y ORGANIZACIÓN DE LA TESIS
La presente tesis doctoral tiene como principal objetivo analizar el proceso de
creación de una nueva identidad institucional, de carácter musical, que debía culminar en
la elección de un himno que representara la etapa de Gobierno de la Segunda República
española, proclamada el 14 de abril de 1931. Concurrieron en dicho proceso una serie de
circunstancias de diferente índole (políticas, sociales, artísticas…) que abortaron todos y
cada uno de los proyectos desarrollados con dicha finalidad. Las primeras gestiones en
esta dirección se conocieron públicamente, según refleja la prensa de ese período, el día
siguiente al de la proclamación de la Segunda República; esta inquietud permaneció
durante la Guerra Civil y se manifestó de nuevo en diversas iniciativas llevadas a cabo,
muchos años después, en el contexto del exilio republicano español.
Por tanto, planteamos como hipótesis de nuestra investigación que tanto desde
las estructuras de algunos de los gobiernos surgidos durante la Segunda República,
como desde distintos sectores sociales y políticos se promovieran iniciativas para dotar a
la nación de elementos propios de representación institucional. Entre los objetivos de
estas iniciativas, ocupa un lugar destacado la búsqueda de la identificación del pueblo
español con la nueva organización del Estado a través de una simbología musical
propia: el Himno Nacional de carácter republicano.
Subyacían en esta coyuntura distintas sensibilidades políticas, lo cual no fue
obstáculo para que se compusieran numerosas obras con el propósito de que alguna de
ellas fuera declarada, oficialmente, himno de la Segunda República. En torno a las
diferentes iniciativas presentadas se generó un amplio debate social, no exento de
polémica, que encontró en los medios de comunicación escrita su principal medio de
expresión. Diversas cabeceras se hicieron eco de opiniones divergentes, tanto a favor
como en contra de una u otra propuestas y se reprodujeron, en ocasiones, los textos de
los himnos así como fragmentos de algunas de las partituras. Del mismo modo, con el
INTRODUCCIÓN
43
fin de facilitar el conocimiento de estas obras por la población española, fueron
interpretadas en varios actos públicos, algunas de ellas se editaron en discos de pizarra
de 78 rpm y se retransmitieron por radio19.
A la polémica le sucedió, ante la falta de acuerdo, una amplia sensación de
fracaso, limitada, en parte, por el recurso de los poderes públicos y de la ciudadanía más
comprometida a la utilización de obras pertenecientes a períodos históricos anteriores
con las que pudiera existir algún tipo de identidad programática. Este cometido lo
desempeñaron, principalmente y en este orden en una primera etapa, La Marsellesa
y el Himno de Riego20, invirtiéndose más tarde dicho orden, aunque con idéntica
función representativa.
Finalizada la investigación, dejaremos constancia en el apartado de conclusiones
de la confirmación de nuestra hipótesis inicial, al haber podido documentar la existencia
de diferentes proyectos musicales que obtuvieron el respaldo de importantes sectores de
la opinión pública española. Todas y cada una de las propuestas formuladas aspiraron,
legítimamente, a la obtención del beneplácito por parte del pueblo español y a la sanción
de las instituciones políticas como himno oficial de la Segunda República.
Junto a este primer grupo de obras con vocación de representación institucional
se produjo, de manera paralela, la creación de un vasto repertorio de partituras que, si
bien no figuraba entre sus pretensiones la de alcanzar la categoría de Himno Nacional,
sí constituía una manifestación de adhesión de sus respectivos autores al gobierno de la
República, y como tal fueron cantadas. Concederemos una atención especial al
estudio de las obras que sí tenían una acreditada vocación de representación
institucional; no obstante, citaremos, igualmente, algunos títulos relevantes de un
conjunto de composiciones cuya motivación artística no era plenamente coincidente
con las del grupo anterior.
19
Nuestro archivo particular contiene grabaciones originales de esta época, las cuales serán
citadas en diferentes capítulos de la presente tesis doctoral.
20
Destacaremos en la presente investigación cuáles fueron las versiones de estas obras que
tuvieron una mayor relevancia en relación con la Segunda República, dado que se registró un número
considerable de las mismas.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
44
Desde el punto de vista metodológico, la realización de la presente tesis doctoral
se ha desarrollado recurriendo a diferentes fuentes documentales que tratan aspectos
relativos a la misma: bibliográficas, hemerográficas, archivísticas, discográficas y
orales. Se han orientado todas las fases del proceso de investigación desde una
perspectiva multidisciplinar en la que han confluido, básicamente, aportaciones
pertenecientes a cuatro grandes áreas temáticas: Historia, Política, Literatura y Música.
Asimismo, hemos considerado el tratamiento integrador de estas materias como el marco
de relaciones adecuado para ofrecer una explicación coherente de la materia objeto del
presente estudio.
Expresado en términos propios del análisis musical se trataría, en cuanto a su
configuración formal, de una estructura similar a la empleada en la composición de una
obra polifónica a cuatro voces. Dichas voces se superpondrían en distintos planos de
protagonismo según el interés o prevalencia de los datos, reflexiones y consideraciones,
obtenidos, en cada momento, a partir del estudio de las cuatro disciplinas citadas. Esta
orientación en la concepción de nuestro trabajo nos ha permitido construir un corpus
argumental dotado de una visión más completa que la que hubiera resultado de un
estudio estrictamente musical.
La consulta de fuentes la hemos realizado en bibliotecas, archivos (públicos y
privados) y fundaciones (en ambos casos figuran debidamente relacionadas al final de la
tesis en el apartado de Fuentes Documentales), así como a través de diferentes bases de
datos en la red: Europeana, Rebium, Eureca, Cindoc, Ariadna, Portal de Archivos
Españoles (PARES), Arxiu de Revistes Catalanes Antigues (ARCA), IBIS Base de
datos del patrimonio bibliográfico de Patrimonio Nacional…; de las Bibliotecas
Nacionales de España, Francia, Gran Bretaña, Italia, Portugal, Biblioteca del Congreso
de Estados Unidos…; de las hemerotecas digitales de la Biblioteca Nacional, del
Ayuntamiento de Madrid, de la Biblioteca Nacional de Cataluña, de la Biblioteca del
Pavelló de la República (UAB), y de la Facultad de Ciencias de la Información de la
UCM, entre otras.
INTRODUCCIÓN
45
Desde el comienzo de esta investigación observamos la existencia de
importantes carencias documentales que afectaban a aspectos destacados de la misma.
Cabe precisar que, al tratarse de un país que se vio inmerso en una Guerra Civil, son
muchos los elementos historiográficos de los que no existe constancia impresa, en
algunas ocasiones debido al extravío de los originales y, en otras, a su destrucción
accidental o voluntaria21.
En cuanto a las memorias personales, sobre todo aquellas escritas entre 1939 y
1975 (final de la Guerra Civil y muerte del general Franco, respectivamente),
observamos la reiterada presencia de una cierta desmemoria selectiva o autocensura
por parte de sus autores, lagunas en ocasiones intencionadas, en las que se omitió
cualquier referencia a períodos concretos de la historia de España o a sus protagonistas:
Segunda República, Guerra Civil y posguerra. Por lo tanto, no disponemos de algunos
análisis y valoraciones que hubieran podido aportar autores que sometieron su obra a
condicionantes políticos del momento (ineludibles por el efecto –en última instancia–
de la censura gubernamental), cuya información hubiera podido ser de gran interés
para nuestro estudio.
Derivado de lo anterior, tal vez las memorias con sordina que se redactaron
durante el ámbito temporal citado (1939-1975)22 responderían, en ocasiones, a una
decisión preventiva del autor y, en otras, serían el resultado directo de la mutilación
operada por la acción de la censura del régimen franquista. Un ejemplo paradigmático
de la situación descrita en el primero de los supuestos apuntados lo encontramos en Pío
Baroja, cuyas Memorias, publicadas en 1955, en vida del autor, excluyen en su casi
21
Consúltese la descripción que hace Juan Mata sobre los documentos (cartas, libros…) con
dedicatorias autógrafas de Federico García Lorca que fueron quemados en Granada por su amigo, el
artista plástico Hermenegildo Lanz, ante el temor de seguir un destino similar al del poeta asesinado.
MATA, Juan, Apogeo y silencio de Hermenegildo Lanz, Granada, Diputación de Granada, 2003, p. 91.
22
Utilizamos la expresión memorias con sordina para referirnos a textos en los que el autor ha
omitido partes sustanciales de su obra creativa u otros acontecimientos personales, generalmente, por
razones de índole política. La sordina es un objeto de distinta morfología según el instrumento al que está
destinada (trompeta, violín…) que se utiliza, mediante la correspondiente indicación en la partitura, para
atenuar el volumen sonoro. Un ejemplo lo encontramos en las Memorias del poeta catalán, Josep María de
Sagarra, quien obvió referirse a un poema de su autoría titulado Himne per a l´Olimpiada Popular, al que
puso música el compositor alemán Hanns Eisler y cuyo estreno ‒no consumado‒ se había fijado para el
acto de apertura en Barcelona de la citada olimpiada, el diecinueve de julio de 1936. Véase SAGARRA,
Josep María de, Memòries, Barcelona, Aedos, 1964.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
46
totalidad los períodos correspondientes a la Segunda República y a la Guerra Civil23.
Muchos años después de que saliera de imprenta la obra citada, la editorial de la familia
Baroja, Caro-Raggio, publicó, en 2005, la parte omitida24.
En cuanto al segundo de los supuestos citados, también fue protagonista el escritor
guipuzcoano, cuya obra El cura de Monleón, mereció del censor “Pousa” la siguiente
observación: “[…] Creemos que en las presentes circunstancias conviene sea diferida su
publicación”25. Previamente, el censor había cumplimentado otros datos en la ficha.
Valor literario o artístico: Excelente.
Valor documental: psicológico.
Matiz político: no adicto [al régimen].
Tachaduras (con referencia a las páginas): [ninguna]26.
Sobre dificultades relacionadas con esta sensible cuestión se pronunciaba,
privadamente, Pío Baroja en su correspondencia con el musicólogo y periodista Eduardo
Ranch27 de fecha 2 de enero de 1952, al que transmitía su malestar por los
inconvenientes que le suponía la actuación de la censura sobre su obra.
Mi querido amigo [Eduardo]: Ya veo que me sigue Ud. cultivando en los
periódicos de Valencia. Muchas gracias. Yo me paso la vida metido en casa y
escribiendo, pero la censura se me echa encima y me cortan el texto aquí o allá.
Uno cree que si le suprimen algo el texto se estropea, puede que sea una
ilusión, pero es comprensible que el que hace algo bien o mal piense que si le
cortan algo su texto queda cojo o manco28.
23
Véase BAROJA, Pío, Memorias, Madrid, Minotauro, 1955. Pío Baroja y Nessi, miembro de la
generación literaria del 98, nació en San Sebastián el 28 de diciembre de 1872, y falleció en Madrid el 30
de octubre de 1956 a la edad de 83 años.
24
Véase BAROJA, Pío, Desde la última vuelta del camino: memorias, (tomo VIII), La Guerra
civil en la frontera, (Edición de Fernando Pérez Olío), Madrid, Caro-Raggio, [2005].
25
CARO-BAROJA, Pío (Coord.), Memoria de Pío Baroja, Madrid, Ayuntamiento de Madrid-
Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2006, [p. 257].
26
Id. Se reproduce completa la ficha del censor.
27
Eduardo Ranch Fuster fue miembro del partido creado por Manuel Azaña en 1934, Izquierda
Republicana, animador incansable de la vida intelectual española durante la Segunda República y,
posteriormente, también durante su exilio interior en Valencia. Mantuvo una estrecha relación personal
con Pío Baroja, Vicente Llorens y José Subirá, entre otros. El fondo documental del Archivo Eduardo
Ranch (Valencia) atesora los originales de estas relaciones epistolares junto a otros documentos de
interés. Véase el interesante artículo de su hija, RANCH, Amparo, “José Subirá PuigEduardo Ranch
Fuster. Memoria de una amistad y epistolario”, Quodlibet, n.º 57 (septiembrediciembre, 2014), pp. 84-116.
28
RANCH, Amparo y ALONSO, Cecilio (eds.), Pío Baroja-Eduardo Ranch Fuster. Epistolario,
(1933-1955), Valencia, Edicions Vicent Llorens, 1998, p. 311. Esta carta de Pío Baroja era contestación a
otra anterior de Eduardo Ranch, de 27 de diciembre de 1951, en la que le remitía algunos artículos
INTRODUCCIÓN
47
Nuestra búsqueda de documentación no se ha limitado a estudiar las que
podemos denominar como fuentes convencionales de información, sino que hemos
frecuentado, igualmente, el mercado alternativo de libros, discos y documentos “de
viejo” o “de lance”, tanto a través de ferias, subastas y otros eventos relacionados con el
libro antiguo, raro o curioso, como de buscadores en internet especializados en este
segmento comercial29. El resultado de esta exploración ha sido altamente satisfactorio,
como podrá apreciarse gracias a las referencias puntuales que figuran en la totalidad de
los capítulos de la presente tesis30.
El ámbito temático de estos documentos recuperados está estrechamente
relacionado, en su casi totalidad, con las áreas que ya hemos indicado (Historia, Política,
Literatura y Música) y la naturaleza de los mismos abarca un amplio espectro de
soportes: pruebas de imprenta, libros, prensa, grabados, epistolarios, notas personales,
cancioneros, poemarios, partituras impresas, programas de conciertos, composiciones
manuscritas inéditas, hojas volanderas de himnos musicales, folletos políticos, aucas o
aleluyas, grabaciones históricas en discos de pizarra…31.
Presentamos a continuación, ordenada cronológicamente, una breve selección de
estos documentos acompañados de un breve comentario, muchos de los cuales son
propios publicados en la revista Valencia-Atracción. En la misma carta, Eduardo Ranch actuaba como
intermediario entre Vicente Llorens y el escritor donostiarra, interesado Llorens en que preguntara a
Baroja si conocía “un trabajo anónimo titulado `Zurbano an Aviraneta´ publicado en 1836 en la revista
inglesa New Monthly Magazine”. RANCH, Amparo y ALONSO, Cecilio (eds.), pp. 309-310 y 310n2.
Según se recoge en la nota a pie de página citada, Vicente Llorens estaba preparando su obra “Liberales y
románticos. Una emigración española a Inglaterra. 1823-1824”. Dicha obra fue editada en 1954 en
México: LLORENS, Vicente, Liberales y románticos. Una emigración española en Inglaterra (1823-
1834), México, [Fondo de Cultura Económica-Nuevo Mundo, 1954]. Poco después, el 26 de enero de
1955, Eduardo Ranch escribiría a Baroja para indicarle que había recibido un ejemplar de la obra citada
de Llorens, y que intentaría que este autor le remitiera otro a él a Madrid. RANCH, Amparo y ALONSO,
Cecilio (eds.), p. 325.
29
Principalmente, “Uniliber”, [en línea] (), “Iberlibro”, [en línea]
(), y “Marelibri”, [en línea] ().
30
Diferentes autores se han ocupado de estudiar la importancia del libro antiguo y de su
relevancia en la creación de colecciones especializadas. Véanse, entre otros, RODRÍGUEZ, Joaquín,
Bibliofrenia o la pasión irrefrenable por los libros, [Barcelona], Melusina, 2010; MENDOZA DÍAZ-
MAROTO, Francisco, La pasión por los libros. Un acercamiento a la Bibliofilia, Pozuelo de Alarcón
(Madrid), Espasa-Calpe, 2006; y PEDRAZA GRACIA, Manuel José, CLEMENTE, Yolanda, y REYES
GÓMEZ, Fermín de los, El libro antiguo, Madrid, Síntesis, 2003.
31
De manera aproximada, el archivo histórico creado durante la elaboración de la presente tesis
doctoral está formado por un fondo de más de mil documentos originales, en su mayoría pertenecientes a
los siglos XIX y XX.
http://www.uniliber.com/
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
48
ejemplares únicos32. Cuando nos ha sido posible, hemos intentado obtener información
complementaria acerca de los mismos dado que, por su contenido político, algunos
debieron permanecer rigurosamente escondidos durante largos períodos de tiempo, de
manera que quedara garantizada la seguridad personal de sus propietarios o tenedores33.
También nos ha sido muy útil la lectura de “glosas” o comentarios anónimos que
figuran escritos al margen en varios de ellos, redactadas por anteriores propietarios34.
Rafael Alberti se refirió al destino de las hojas editadas durante la Guerra Civil,
algunas de las cuales han llegado hasta nosotros después de varias décadas en las que su
posesión entrañaba no pocos riesgos.
¿Dónde rodarán hoy las hojas en que se imprimieron tantos
entusiasmos desbordados? Aventadas, rotas, esparcidas…35.
32
Queremos hacer una breve mención del que fuera profesor de la Universidad Rovira i Virgili
(Tarragona), Pere Anguera (Reus, 19532010), quien dedicó varios de sus trabajos al estudio de la
función representativa de los símbolos institucionales, especialmente los referidos a las señas de identidad
catalana. Anguera basó una parte importante de su tarea investigadora en la documentación recabada en el
ámbito comercial alternativo al que nos hemos referido. En Cataluña, esta actividad gira en torno al
mercado de San Antonio en Barcelona, de apertura dominical, especializado en la venta de libros de viejo
y otros documentos (folletos, partituras, prensa, grabados…). Pere Anguera fue Catedrático de Historia
Contemporánea de la Universidad citada, así como Presidente del Centro de Lectura de Reus, institución
centenaria en la que hemos trabajado en repetidas ocasiones. Véanse de este autor ANGUERA, Pere, Les
quatre barres. De bandera histórica a senyera nacional, Barcelona, Rafael Dalmau, 2010; Els Segadors.
Com es crea un himne, Barcelona, Rafael Dalmau, 2010; La nacionalitzaciò de la sardana, Rafael
Dalmau, 2010; y Sant Jordi, patrò de Catalunya, Barcelona, Rafael Dalmau, 2010.
33
Recuérdese en este sentido la aparición, en 2009, de un documental editado por la Fox-
Movietone con escenas de distintos acontecimientos de la vida social y política de la Segunda República.
Dicho material audiovisual permanecía emparedado, desde julio de 1936, en el domicilio del Alcalde
republicano de Priego (Córdoba), localidad natal del primer Presidente de la Segunda República, Niceto
Alcalá-Zamora. El hallazgo se produjo al realizar obras de reforma en la vivienda. Una de las secciones
de este documental recoge la actuación pública de la compositora y directora de orquesta Adela Anaya,
autora que tendrá un papel relevante en nuestro segundo capítulo. El diario Público hizo una edición
comercial del mismo a partir de la donación de Francisco Adame Serrano. Consúltese Noticiario Fox
Movietone dedicado al gobierno provisional de la República, Junio 1931. Memoria (recuperada) de la
República, [El amanecer de una nueva era en España], [DVD], [Madrid], Público-Patronato Niceto Alcalá
Zamora y Torres, 2009 [encartado junto a la edición de Público, 10-XII-2009].
34
En la búsqueda de estos documentos hemos contado con la valiosa colaboración de numerosos
responsables y empleados de librerías anticuarias españolas, entre otros, Luis Miguel (Librería “La
Escalinata”, Madrid), Jesús March Ramos y Erwing Kniessel (Mercado de Xaló, Alicante)…
35
ALBERTI, Rafael (Selección y Prólogo), Romancero general de la guerra española, Buenos
Aires, Patronato Hispano Argentino de Cultura, 1944, p. 9, cit. en ALONSO, Cecilio, “Coplas, canciones
y romances de guerra en las calles valencianas”, en Manuel Aznar Soler (ed.), Valencia, capital cutural de
la República (1936-1937), v. II, Valencia, Consell Valencia de Cultura, 2007, p. 409. Nuestra cita
pertenece al prólogo del poeta gaditano (“El Puerto de Santa María”).
INTRODUCCIÓN
49
Canción patriot[ica]36: prueba de imprenta de un cancionero en una edición muy
cuidada, con una elaborada ornamentación en su cubierta, impresa en Valencia hacia
1821 por Mariano de Cabrerizo37. Atribuimos el título incompleto a la imposibilidad del
grabador de estampar en el lomo del volumen –dado su escaso grosor– la denominación
de Canción patriótica. Esta prueba contiene, en una de sus páginas, un error en cuanto a
la fecha de celebración de un acto en Valencia, dato que fue subsanado en la edición
comercial de 1823. En dicha edición se modificaron algunos elementos decorativos
presentes en la prueba de imprenta, se cambió la paginación inicial y el título de
Canción patriot[ica] por el de Colección de canciones patrióticas que dedica al
ciudadano Rafael del Riego y a los valientes que han seguido sus huellas el ciudadano
Mariano de Cabrerizo38. Por todas las razones expuestas, hemos considerado el texto
denominado Canción patriot[ica] como una prueba de imprenta que Mariano de
Cabrerizo debió de realizar para ser entregada a alguna personalidad relacionada con el
contenido de la obra. Hasta el momento no hemos podido establecer con exactitud la
identidad de su destinatario. Tampoco tenemos constancia de la existencia de ningún
ejemplar más de estas características.
[Anónimo] Le G.al Riégo [El General D. Rafael del Riego]: grabado anónimo que
hemos incluido al inicio de nuestra investigación. Se indica en la portada de la publicación
que lo reprodujo en 1825, que dicho texto está “adornado con 300 retratos al buril. De los
más célebres artistas”, pero no identifica, individualmente, a los autores de los mismos39.
Oficio manuscrito firmado en la Coruña por el capitán general de Galicia, Pablo
Morillo, conde de Cartagena y marqués de La Puerta40, de fecha 11 de junio de
1834, dirigido al Gobernador Político y Militar de El Ferrol con motivo de los sucesos
de índole musical acaecidos en esta localidad en un acto público de celebración de la
promulgación, en abril de ese año, del Estatuto Real. Desde Capitanía se previene al
Gobernador para “que inmediatamente se instruya la competente sumaria en
averiguación de quién dispuso que los gayteros tocaran el himno denominado de Riego,
36
CABRERIZO, Mariano de, (ed.), Canción patriot[ica], [Valencia], [Venancio Oliveres],
[ca.1821]. Archivo Enrique Téllez.
37
En cuanto a este innovador librero y editor liberal, aragonés afincado en Valencia, véanse
CABRERIZO, Mariano de, Memorias de mis vicisitudes políticas desde 1820 a 1836, Valencia, Imprenta
de D. Mariano de Cabrerizo, 1854; ALMELA i VIVES, Francesc, El editor don Mariano de Cabrerizo,
Valencia, s.n., 1949 (Semana Gráfica); y A.J.R.E., Don Mariano de Cabrerizo, Librero, Editor e
Impresor, [Jávea, Alicante], El Bibliópata, 2003 (Gráficas Ronda).
38
CABRERIZO, Mariano de (ed.), Colección de canciones patrióticas que dedica al ciudadano
Rafael del Riego y a los valientes que han seguido sus huellas el ciudadano Mariano de Cabrerizo,
Valencia, Venancio Oliveres, 1823.
39
[Anónimo] Le G.
al
Riégo [El General D. Rafael del Riego], publicado en ARNAULT, A.V.; JAY,
A.; JOUY, E.; NORVINS, J., [et al.], Biographie nouvelle des contemporains, t. XVIII, París, Librairie
historique, 1825, s.p. [entre las páginas 14 y 15]. Archivo Enrique Téllez. La traducción del texto
entrecomillado es nuestra.
40
Ambas distinciones nobiliarias le fueron concedidas a Pablo Morillo en reconocimiento a las
victorias obtenidas por las tropas bajo su mando, respectivamente, en el asedio y toma de la ciudad de
Cartagena de Indias (6 de diciembre de 1815) y en la batalla de La Puerta o del Río Semen (16 de marzo
de 1818), esta última frente a las fuerzas dirigidas por Simón Bolívar. Véase GIL NOVALES, Alberto,
Diccionario Biográfico de España (1808-1833). De los orígenes del liberalismo a la reacción
absolutista, vol. II, Madrid, Fundación Mapfre, 2010, pp. 2092-2094.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
50
poniendo presos desde luego a los Gayteros; quién ó quienes dieron diferentes voces de
muera a los curas y frayles […]”41.
Folleto LA REPÚBLICA FEDERALHimno Federal La Marsellesa, 187342.
Editado en Barcelona en 1873, año en el que se proclamó la Primera República (11 de
febrero de 1873), contiene el texto en catalán de un himno escrito sobre la música de La
Marsellesa como composición representativa de la República Federal. Su contenido es
próximo a los postulados del Partido Republicano Federal, crítico con el Partido Radical
y extremadamente beligerante con los carlistas, a los que llama a exterminar. Está
ilustrado por dos imágenes con elementos propios de la Revolución Francesa (lemas y
símbolos) la primera (firmada por Noguera), mientras la segunda muestra a un
federalista armado con fusil y bayoneta calada. Ambas están adornadas por una cuidada
orla de distinta longitud.
Tarjeta de visita y nota manuscrita adjunta de Leopoldo Augusto de Cueto, marqués
de Valmar43: dirigida el trece de enero de 1878 al político y poeta Ramón de Campoamor,
el marqués de Valmar, diplomático, escritor, académico…, se refiere en ella de manera
muy crítica a La Marsellesa, obra compuesta por Claude-Joseph Rouget de l'Isle (en
adelante Rouget de Lisle) en 1792, cuya influencia sobre la música patriótica española y
de otras naciones fue muy notable.
Orquestra Pau Casals. Direcció: Mestre Pau Casals, diumenge, 12 d´Abril de
1931 a les onze del matí. Programa de concierto en el Palau de la Música Catalana
organizado por la Associació Obrera de Concerts en el que se interpretaron obras de
Mendelssohn, Schumann, Beethoven y Rimski-Korsakov44.
41
MORILLO, Pablo, Oficio manuscrito firmado en la Coruña por el capitán general de Galicia,
de fecha 11 de junio de 1834. Archivo Enrique Téllez. El subrayado pertenece al original. Este
documento no está incluido en los dos volúmenes editados por la Real Academia de la Historia, a partir
del fondo depositado en dicha institución. Véase CONTRERAS, Remedios, Catálogo de la colección
Pablo Morillo, Conde de Cartagena, 2 vols., Madrid, Real Academia de la Historia, 1985 y 1988.
42
LA REPÚBLICA FEDERAL‒Himno Federal La Marsellesa, Barcelona, s.n., 1873. Archivo
Enrique Téllez. Dicho folleto pertenece a una serie que trata, fundamentalmente, diversos acontecimientos
históricos que tuvieron lugar en la segunda mitad del siglo XIX, tanto en España como en los territorios de
ultramar, restos del imperio colonial español. Los idiomas en los que se imprimieron fueron el castellano,
catalán y tagalo (lengua oficial de Filipinas). En su tratamiento, presentan una unidad estética que les
confiere el carácter propio de una cuidada colección. Otro título de la misma es: Libertad. Igualdad.
Fraternidad. [;] República. Monarquía., Barcelona, s.n., 1870. Archivo Enrique Téllez.
43
CUETO, Leopoldo Augusto de, marqués de Valmar, Tarjeta de visita y nota manuscrita
adjunta, 13 de enero [de 1878]. Archivo Enrique Téllez.
44
Programa de mano del concierto de la Orquestra Pau Casals. Direcció: Mestre Pau Casals (12
d´Abril de 1931, 11.00h), [Barcelona], s.n., [1931] (Arts Grafiques S.A. successors, d´Henrich i C.ª).
Estas sesiones matinales de conciertos en el Palau de la Música Catalana de Barcelona se sucedieron
durante muchos años ante la fidelidad de los aficionados. Hacia 1973-1974 coincidimos, frecuentemente,
en estos conciertos dominicales, con el periodista y escritor Gabriel García Márquez (Premio Nobel de
Literatura en 1982), quien residió durante un largo período en dicha ciudad. En un artículo periodístico,
publicado pocos días después del fallecimiento del escritor, se le atribuía una especial predilección por
determinados compositores: “él decía que había tres músicos y todos se escribían con B, Beethoven,
Bach y Bozart”. CRUZ, Juan, “Arroz de fonda, honores de estado”, El País (Suplemento de Cultura),
23-IV-2014, p. 38.
INTRODUCCIÓN
51
Himno Español Republicano [1931]. Partitura impresa con letra y música de
Eduardo Raboso Pérez45. Contiene en la parte superior izquierda de la portada un
motivo decorativo con los colores de la bandera tricolor de la República y, a su derecha,
la siguiente dedicatoria: “A Dn. Niceto Alcalá Zamora, insigne paladín de la República
Española”. En la parte inferior se indica que existe una grabación discográfica de este
himno por la compañía Gramófono, así como el precio de venta de la partitura: 0,65 pts.
Un nuevo sol de libertad hoy baña
A la nación que tanto esclavizó
Con su poder, regencias a esta España
Que en noble afán por siempre desterró46.
Auca o Aleluya El Triunfo de la República. Aleluyas sin ventura, – reflejo de una
nación. – que murió para el Borbón – y vivió por Dictadura. Editada en gran formato
en Barcelona hacia 1931 (contiene cuarenta y dos viñetas) en las prensas de “L´Avenç
Grafic” (El Avance Gráfico)47. Dado su gran tamaño (64,5 cm44 cm), probablemente fue
distribuida por la ciudad, a modo de pasquín, pegada en fachadas de edificios y locales. Se
inicia el relato en una carbonería de Madrid, ubicada –según se apunta– en la Calle
Montera 69. Siguiendo la relación historiada de este tipo de publicaciones, encontramos
uno de los itinerarios políticos, a través de la figura de distintas personalidades,
ampliamente aceptados por los sectores republicanos en la década de los años veinte y
treinta del siglo XX: “el Primales de Rivera”, “el MONA–RCA”, “Berenguer”, el
fusilamiento de Jaca, “Anido”, “Bugallal”, el cardenal “Segura”…48.
Banda Nacional Republicana (ex Banda de Alabarderos). Canto rural a España
(Manuel Machado y Óscar Esplá). La Internacional (arreglo de Isidro Rocamora
Cazenave): disco de pizarra de 78 rpm. Esta grabación tiene una importancia
fundamental para nuestra investigación, dado que en su cara A está grabada la obra
titulada inicialmente Canto rural a la República Española, con texto de Manuel
Machado y música de Óscar Esplá. La composición citada fue la primera de las obras
que se postuló como Himno de la Segunda República en abril de 1931. Desde el punto
de vista estrictamente musical, esta grabación tiene un gran valor histórico, porque su
45
Las primeras notas de la línea melódica de esta partitura son exactamente las mismas que las
del comienzo de La Marsellesa, obra a la que se pretende rendir homenaje.
46
RABOSO PÉREZ, Eduardo, Himno Español Republicano, [Barcelona], s.n., [1931]. En su
parte interior la partitura tiene un sello de goma, probablemente de un propietario anterior, con la
siguiente leyenda: “Anatolio Martínez. Profesor de Música. Ayora [Valencia]”. Archivo Enrique Téllez.
47
La traducción es nuestra.
48
PAPIRUS, Helius (texto y dibujos), El Triunfo de la República. Aleluyas sin ventura, – reflejo
de una nación. – que murió para el Borbón – y vivió por Dictadura, Barcelona, “L´Avenç Grafic”,
[1931]. Archivo Enrique Téllez. Suponemos que el nombre impreso del autor corresponde al seudónimo
de algún colaborador gráfico de la publicación que lo edita, L´Avenç. Esta cabecera, que fue también
editorial, prestó una especial atención en el ámbito de la cultura catalana, entre otras disciplinas, a la
música, con la edición de cuidados cancioneros (recopilaciones de texto y música de canciones populares
catalanas) de los que se hicieron varias series con diferentes ediciones. Véase, entre otros, 40 Cançons
Populars Catalanes, Biblioteca Popular de l´Avenç, Barcelona, Tipografía l´Avenç, 1909. Sobre este
ambicioso proyecto editorial y cultural consúltese PLA I ARXÉ, Ramon, “L'Avenç: la modernització de la
cultura catalana”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 21 octubre 2008].
http://www.uoc.edu/lletra/revistes/revistalavenc/index.html
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
52
interpretación corre a cargo de la misma banda y la cantante solista que la habían
estrenado en el Ateneo de Madrid el 26 de abril de 1931: la Banda Nacional
Republicana con la soprano Laura Nieto. Acompaña a la grabación un folleto de la casa
editora con el texto de Manuel Machado49.
Himne per a l´Olimpiada Popular50. Himno creado por el compositor alemán Hanns
Eisler (en la partitura figura “Eysler”), colaborador habitual de Bertolt Brecht y de Ernst
Busch, sobre un texto del poeta catalán Josep M.ª de Sagarra. Este himno debía haberse
estrenado en el Teatre Grec de Montjuïc, el domingo 19 de julio de 1936, en el acto
inaugural de la Olimpiada Popular de Barcelona, cuyo comienzo estaba previsto para las
seis de la tarde. La sublevación militar de una parte del ejército español contra el
gobierno de la Segunda República, el día 17 de julio, impidió la celebración del
concierto de apertura de la citada Olimpiada, así como el desarrollo del programa
deportivo que estaba previsto llevar a cabo entre los días 19 y 26 de dicho mes.
Suspendido el concierto, el Himne per a l´Olimpiada Popular no fue estrenado.
Tampoco se interpretó el 17 de julio de 2006 en un concierto titulado “70 años después”
en el que sí se ejecutó la “Novena Sinfonía de Beethoven”, obra que se había
programado junto al citado himno en julio de 193651. No se conocía la existencia de
ningún ejemplar del Himne per a l´Olimpiada Popular. Hoy podemos afirmar que, al
menos, existe uno. Finalizada la elaboración de nuestra tesis, realizaremos las gestiones
oportunas para la edición de esta partitura y su estreno público52.
Canto del pueblo en armas al desfilar. Partitura manuscrita anónima de signo
republicano. Se trata de una canción compuesta para coro a capella a tres voces
(soprano, alto y tenor) en la que se hace un llamamiento a la defensa de la “Patria” para
“destrozar la garra que nos pretende ahogar”. Esta obra, por su temática, debió de ser
creada entre 1936 y 1939. Aunque está escrita en dos hojas sueltas (la primera por
ambas caras), perteneció a un cuaderno de escritura horizontal para texto en el que se
han trazado, a mano alzada, las líneas de los tres pentagramas. En nuestro archivo
49
MACHADO, Manuel y ESPLÁ, Óscar, Canto rural a España, [Disco 78 rpm y folleto
publicitario que incluye el texto de Canto rural a España], por la Banda Nacional Republicana y Laura
Nieto, y ROCAMORA CAZANAVE [sic por CAZENAVE]), Isidro (arr.), La Internacional, por la Banda
de Ingenieros de Madrid, s.l., La Voz de su Amo (n.º AE 3610), 1931. Archivo Enrique Téllez.
Trataremos más extensamente la propuesta de himno de Manuel Machado y Óscar Esplá en el capítulo II
de la presente investigación.
50
SAGARRA, Josep M.ª de, y EISLER, Hanns, “Himne per a l´Olimpiada Popular”,
[Barcelona], s.n., [1936]. Archivo Enrique Téllez. Véase sobre esta materia SANTACANA, Carles y
PUJADAS, Xavier, L´altra Olimpiada. Barcelona´36, Badalona (Barcelona), Llibres de l´Índex, 1990. En
su página [212] figura el texto del poema de Sagarra bajo el título de Himne de la l´Olimpiada Popular.
51
El País recogía el 18 de julio de 2006 una información sobre el concierto celebrado el día
anterior en el Teatre Grec de Barcelona. Véase PUJOL, Xavier, “El concierto que empezó con 70 años de
retraso”, [en línea]. En: EL PAÍS.com, 18 de julio de 2006. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 8 mayo 2011].
52
La partitura del Himne per a l´Olimpiada Popular no se encuentra en el fondo documental que
atesora la fundación que custodia y difunde el legado artístico de Hanns Eisler, la “Hanns and Steffy
Eisler Foundation” de Berlín (Alemania), [en línea]. Puede consultarse su catálogo en red en:
[Consulta: 9 mayo 2011].
http://www.elpais.com/articulo/cultura/concierto/empezo/anos/retraso/elpporcul/20060718elpepicul_6/Tes
http://www.elpais.com/articulo/cultura/concierto/empezo/anos/retraso/elpporcul/20060718elpepicul_6/Tes
INTRODUCCIÓN
53
conservamos una segunda canción del citado cuaderno, titulada Canción de los
comunistas, a diferencia de la anterior, escrita para una sola voz53.
Himno español54. Partitura manuscrita del autor para orquesta sinfónica y coro,
compuesta por Rafael Franco Rastrollo sobre un texto propio, en el que expresa su
adhesión a la Segunda República. La obra fue acabada el 10 de julio de 1936 y estrenada
en el Monumental Cinema de Madrid el 20 de septiembre del mismo año. El autor
dirigió el estreno de la obra, que contó con la interpretación de la Masa Coral de
Madrid, Orquesta de la Masa Coral y refuerzo de profesores de la Asociación General
de Profesores de Orquesta. Por cómo se desarrollaron los acontecimientos bélicos, esta
composición no fue editada posteriormente y, por lo tanto, este original manuscrito es el
único que se conoce de la misma.
Inni e Canzoni55. Colección de canciones editada para el navío de guerra italiano R.
Incrociatore [Armando] “Díaz” que participó en la Guerra Civil española en apoyo de
los militares sublevados contra la República. Contiene una dedicatoria manuscrita (“A
Flora”) firmada por Ferruccio Olmeda en Palma de Mallorca el 11 de febrero de 1937.
Reproduce este cancionero, además de las obras propias de la liturgia política del
fascismo italiano (Giovinezza, Inno Ufficiale dei Giovani Fascisti…) el himno del
propio buque, Inno della R[egia] N[avi] “A[rmando] Díaz, así como canciones
alusivas a éxitos militares del General italiano, de ascendencia española, que dio
nombre al navío de guerra. Armando Díaz fue, asimismo, ministro de la guerra de
Benito Mussolini.
BUSCH, Ernst (ed.), Kampflieder = Battle-Songs = Canzoni di guerra = Chansons
de guerre = Canciones de guerra de las Brigadas Internacionales, Madrid, s.n., 1937,
(Madrid, Diana, UGT)56. En la contraportada de este cancionero figura una indicación
53
Canto del pueblo en armas al desfilar, s.l., ms., [1936-1939]; y Canción de los comunistas,
s.l., ms., [1936-1939]. Ambas partituras manuscritas en Archivo Enrique Téllez.
54
FRANCO RASTROLLO, Rafael, Himno español [partitura], Madrid, ms., 1936. Archivo
Enrique Téllez.
55
VV.AA., Inni e Canzoni, Gagliari (Italia), Tip. Merc. Cav. G. Doglio, [1937?]. Archivo
Enrique Téllez.
56
BUSCH, Ernst (ed.), Canciones de guerra de las Brigadas Internacionales, Madrid, [Comité
pro-niños españoles de las Brigadas Internacionales], 1937, (Madrid, Diana, UGT). Archivo Enrique
Téllez. Gráficamente son muy interesantes tanto la portada, sobre fondo rojo, como los dibujos y
fotografías de políticos que ilustran el contenido de las canciones. La única fotografía panorámica del
cancionero se encuentra en la página 79; muestra una imagen sin identificacón del lugar (corresponde a un
sector del cementerio de Fuencarral, en Madrid), en la que pueden apreciarse numerosas tumbas de
brigadistas caídos en combate. En varias de estas improvisadas lápidas puede apreciarse la leyenda de
“Inconu” (desconocido), mientras en otras está grabado el nombre del fallecido, su nacionalidad (Polonia,
Francia, Alemania…) y la fecha de su fallecimiento. En todos los casos en los que se puede leer este dato,
se recoge la misma fecha: “30-12-[19]36”. Junto a estas pequeñas lápidas hay una de mayores
dimensiones, depositada directamente sobre el suelo, con una inscripción cuya lectura no puede realizarse
en toda su extensión al estar superpuesta en la imagen otra pequeña lápida que oculta el final del texto:
Ici / est / inhumé / un enfant / de 6 mois / inocente / victime du / fascisme […].
BUSCH, Ernst (ed.), p. 79. Finalizada la Guerra Civil, este enterramiento de brigadistas y de
otros caídos republicanos durante la citada guerra fue completamente destruido por los vencedores de la
contienda. Véase sobre esta cuestión HERREROS I AGÜÍ, Sebastià, “The Internacional Brigadas in the
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
54
impresa aclaratoria: “Presentado por el comité pro-niños españoles de las Brigadas
Internacionales”. Probablemente, correspondiera a dicho comité la iniciativa de su
edición, promovida con la finalidad de recaudar fondos que permitieran paliar las
necesidades, en tiempos de guerra, de los niños españoles. La composición musical que
inicia esta recopilación es el Himno de Riego, concediéndole así un lugar preeminente
como obra representativa de la Segunda República. Le siguen partituras revolucionarias
de diferentes países (Francia, Italia, Alemania, Rusia…), así como canciones escritas
durante los primeros meses de la Guerra Civil, alusivas a diferentes unidades del ejército
republicano y de las Brigadas Internacionales. Figuran textos de Bertold Brech, Erich
Weinert, Luis de Tapia, José Herrera Petere…, llevados al pentagrama por los
compositores Carlos Palacio, Rafael Espinosa y Hans Eisler, entre otros. Ernst Busch
firmó este trabajo en Madrid el día 18 de julio de 193757.
El ejemplar que hemos recuperado contiene un sello impreso en la cubierta y en
la portada, el mismo en ambos casos, con la identificación nominal de quien debió de
ser su propietario durante la Guerra Civil: “Adalberto Tejada”. En su lomo figura
adherido un tejuelo con el número manuscrito “183”. Este volumen pudo pertenecer al
embajador de México en España, Adalberto Tejeda, cuyo apellido habría sido
modificado por error en el sello de la biblioteca de la unidad militar o del archivo
particular donde se registró por el de “Tejada”. Basamos esta apreciación en la estrecha
relación de este diplomático con la música y, en su calidad de Embajador, también con
las Brigadas Internacionales. Adalberto Tejeda Olivares (Chicontepec, Veracruz –
México–, 1883–Ciudad de México, 1960) fue embajador de México primero en
Alemania (1935) y después en España (1937–1939), tras una dilatada trayectoria
revolucionaria como militar y político en la que ocupó importantes cargos
institucionales en la administración mexicana. Soledad García Morales afirma que
durante su permanencia en Alemania, Adalberto Tejeda pudo “conocer el país de uno de
los hombres que más admiraba: el compositor alemán Ludwig Van Beethoven. La
sensibilidad artística de Tejeda aparecía mientras interpretaba melodías en el violoncello
y el violín, y su gusto por la música clásica se reflejó al crear, en 1929, la Orquesta
Sinfónica de Xalapa, bajo la dirección del maestro Juan Lomán”58.
Existen numerosos documentos gráficos que recogen la participación del citado
embajador, junto a distintas personalidades, en actos a favor de la Segunda República
española59. El presidente de México, General Lázaro Cárdenas, reconocía en carta
personal dirigida a su embajador en Madrid, Adalberto Tejeda, de 4 de febrero de 1939,
Spanish War 1936-1939: Flags an Symbols”, en VV.AA., The XIX Internacional Congress of Vexillology,
York 23-27 July 2001, United Kingdom, The Flag Institute, 2009, pp. 141-166, [en línea]. Puede
consultarse en red en: [Consulta: 24 junio 2011].
57
BUSCH, Ernst (ed.), [p. 1].
58
GARCÍA MORALES, Soledad, [en línea]. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 24 junio 2011]. Véase también FALCÓN, Romana y GARCÍA MORALES, Soledad (con la
colaboración de M.ª Eugenia Terrones), La semilla en el surco: Adalberto Tejeda y el radicalismo en
Veracruz (1883-1960), México, D.F., Colegio de México [Veracruz]-Gobierno del Estado de Veracruz, 1986.
59
Véanse CENTELLES, Agustí, [Personalidades de distintos ámbitos en diferentes actos
realizados en Barcelona] [Material gráfico], BNE-sig. GC-CAJA/48/16; y REUTER, Walter, Diversos
festejos en Barcelona] [Material gráfico], BNE-sig. GC-CAJA/50/20.
http://portal.veracruz.gob.mx/portal/page?_pageid=153,4202648&_dad=portal&_schema=PORTAL
http://www.google.es/search?tbo=p&tbm=bks&q=inauthor:%22Romana+Falc%C3%B3n%22
http://www.google.es/search?tbo=p&tbm=bks&q=inauthor:%22Soledad+Garc%C3%ADa+Morales%22
http://www.google.es/search?tbo=p&tbm=bks&q=inauthor:%22Soledad+Garc%C3%ADa+Morales%22
INTRODUCCIÓN
55
su meritoria labor en el apoyo prestado a los republicanos y le anunciaba el envío de
recursos económicos “para que se les proporcione algún auxilio ya sea en alimentos o
como usted lo estime conveniente, a mujeres, ancianos y niños que más lo necesiten”60.
Previamente, también por indicación del presidente de México, Adalberto Tejeda había
facilitado la llegada a su país de miembros de las Brigadas Internacionales, una vez
disueltas las mismas, que hubieran sido perseguidos por los gobiernos de sus respectivos
países de origen: Alemania, Austria e Italia61.
We shall pass. Marching Song of the International Brigade62. Partitura cuyo texto y
música se deben a Albert Redmayne. Forma parte de la campaña de solidaridad que se
llevó a cabo en Gran Bretaña durante la Guerra Civil en favor de la Segunda República
española. El texto alude a las figuras de Mussolini, Hitler y Franco cuya derrota militar –
apunta el autor– sería obra del pueblo español y de las fuerzas antifascistas que luchaban
en España. Los beneficios de la venta de esta partitura, según consta en la portada,
serían destinados a la Brigada Internacional formada por voluntarios ingleses.
BUSH, Alan y SWINGLER, Randal (eds.), The left song book, London, Víctor
Gollancz, 193863. Podemos definir esta publicación como un cancionero revolucionario
de ámbito europeo, en el que se incluyen un total de veinticinco partituras, denominadas
por los editores como “cantos tradicionales de los trabajadores de distintos países”64.
Precedidas por «La Internacional», siguen canciones de Gran Bretaña, Francia,
Alemania, Italia, Polonia, Rusia y España. La obra seleccionada en este cancionero, en
representación de España, es el Himno de Riego, en una excelente versión para voz y
piano con un texto en inglés alusivo a la guerra que se libraba en España en el momento
de su publicación. El título figura acompañado de la siguiente indicación: “Nacional
Anthem of the Spanish Republic”65.
ORTEGA CUENCA, Concepción, “Del Franquismo a la República. Una
entrevista con [Fernando] Valera”, El Universal (México), 22 de noviembre de 1975.
Aunque inicialmente se trataba de una entrevista, Fernando Valera, Presidente del
Gobierno de la República en el exilio, la editó como folleto para su difusión clandestina
en España66.
60
La citada carta está recogida en MATESANZ, José Antonio, México y la República Española.
Antología de documentos, 1931-1977, México, Centro Republicano Español de México, 1978, pp. 54-55.
61
Véase AUVNI, Haim, “Cárdenas, México y los refugiados: 1938-1940”, [en línea]. En:
Estudios Interdisciplinarios de América Latina y El Caribe, v. 3, n.º 1 (enero-junio 1992), La inmigración
en el siglo XX. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 24 junio 2011].
62
REDMAYNE, Albert, We shall pass. Marching Song of the International Brigade, [partitura],
Londres, People´s Songs, 1938. Archivo Enrique Téllez.
63
BUSH, Alan y SWINGLER, Randal (eds.), The left song book, Londres, Víctor Gollancz,
1938. Archivo Enrique Téllez.
64
Ibid, p. 2.
65
Ibid, p. 59.
66
ORTEGA CUENCA, Concepción, “Del Franquismo a la República. Una entrevista con
[Fernando] Valera”, El Universal (México), 22 de noviembre de 1975. Editada como folleto en París,
Fernando Valera, ca. 1975 (Impr. des Gondoles). Archivo Enrique Téllez.
http://www.tau.ac.il/eial/III_1/index.html#bibliotecas
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
56
MALDONADO, José, Por la reconquista de la República. Palabras pronunciadas
en el acto conmemorativo de la Proclamación de la República celebrado en París el
25 de Abril de 1976, París, Servicio de Información y Propaganda de la República
Española en el exilio, [ca 1976]. Es un folleto que recoge la intervención del Presidente
de la República española en el exilio, José Maldonado, en el citado acto67.
Otros documentos que serán citados en sucesivos capítulos.
Tras una exhaustiva recogida de documentación, procedimos a elaborar el
esquema formal de nuestra investigación como paso previo a su redacción. La presente
tesis doctoral ha sido estructurada en tres capítulos, los cuales recogen, en su conjunto,
los principales escenarios temporales en los que la música, en un intento de vincularse a
las instituciones políticas como elemento de representación, desempeñó un papel
destacado durante la Segunda República.
CAPÍTULO I
La proclamación de la Segunda República española: la música en la
instauración del nuevo régimen
CAPÍTULO II
El pleito de los himnos68 durante la Segunda República
CAPÍTULO III
Nuevas propuestas de himno realizadas en el exilio republicano
En el primero de los capítulos abordamos el estudio de las composiciones que
acompañaron la proclamación de la República en abril de 1931, tanto en las jornadas
anteriores como en las posteriores, en distintas poblaciones y ciudades españolas (Eibar,
Barcelona, Madrid…).
Recogemos en el segundo capítulo los diferentes proyectos que se postularon
con celeridad para su reconocimiento como himno oficial de la Segunda República. A lo
67
MALDONADO, José, Por la reconquista de la República. Palabras pronunciadas en el acto
conmemorativo de la Proclamación de la República celebrado en París el 25 de Abril de 1976, París,
Servicio de Información y Propaganda de la República Española en el exilio, [1976]. Archivo Enrique Téllez.
68
TENREIRO, R[amón] M[aría], “El pleito de los himnos”, El Sol, 28-IV-1931, p. 1. Hemos
tomado el título de este artículo para la primera parte del enunciado de nuestro segundo capítulo.
INTRODUCCIÓN
57
largo del mes de abril de 1931 tuvo lugar una intensa actividad en torno a varias
partituras que perseguían el objetivo señalado.
Finalmente, en el capítulo tercero, estudiaremos algunas iniciativas surgidas en
el seno del exilio republicano español con el objetivo de dotar a la Segunda República
de un himno propio.
Por ello, trataremos en la presente tesis doctoral tanto las propuestas que se
formularon mientras la República estuvo vigente en suelo español (1931-1939), como
las que se realizaron durante el período que permanecieron activas las instituciones del
Gobierno de la República en el exilio, hasta su conclusión en 1977.
Constataremos cómo a lo largo del devenir temporal que contempla la presente
tesis doctoral, dos son los himnos que desempeñan un papel de hilo conductor del
mismo, actuando a modo de nexo sonoro. Dichos himnos, La Marsellesa y el Himno de
Riego, articulan y conducen el relato histórico a través del período republicano estudiado
si bien, frecuentemente, lo hacen después de experimentar sustanciales modificaciones
internas realizadas con distinta fortuna que en modo alguno limitan su condición de
símbolos musicales del nuevo período republicano.
En nuestra investigación hemos sustituido el papel convencional que
habitualmente es otorgado a la música para atribuirle a este hecho artístico, en sus
diferentes manifestaciones, una dimensión que no está regida por la adscripción a una u
otra corriente estética o escuela compositiva, sino por su consideración como medio de
comunicación social de masas. La expresión musical es también un eficaz instrumento de
agitación y propaganda en tanto que, motu proprio, puede sintetizar el pensamiento
político de una época y las aspiraciones nacionales de un pueblo69.
69
Sobre el importante papel de la propaganda en el contexto de la acción política, véanse
DOMENACH, Jean-Marie, La propaganda política, Buenos Aires, Editorial Universitaria, 2001;
PIZARROSO QUINTERO, Alejandro, Historia de la propaganda, Madrid, Eudema, 1993; y del mismo
autor la voz “Propaganda”, incluida en FERNÁNDEZ SEBASTIÁN, Javier, y FUENTES ARAGONÉS,
Juan Francisco, (dirs.), Diccionario político y social del siglo XX español, Madrid, Alianza Editorial,
2008, pp. 1000-1005.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
58
La consideración de esta nueva dimensión historiográfica para la música como
elemento aglutinador de la sensibilidad de diferentes grupos sociales y, al mismo
tiempo, como vehículo divulgador de mensajes propagandísticos, ofrecerá una amplia
gama de matices los cuales, junto a otras aportaciones, conformarán una visión más
completa de un determinado tempo histórico. Autores como Vicente Llorens, Eric J.
Hobsbawn y Alberto Gil Novales han sido claros precursores de esta reinterpretación del
papel de la música en el devenir histórico al incorporar, de diferentes maneras,
referencias musicales representativas (textos de canciones, partituras, reflexiones,
títulos…) de los períodos que eran objeto de estudio70.
Con la proclamación de la Segunda República se inició, en el plano musical, un
proceso que el periodista y diplomático Ramón María Tenreiro denominó magistralmente
como El pleito de los himnos71, expresión que le sirvió para referirse a las diferentes
composiciones que pugnaron por asumir el papel de símbolo musical representativo de la
nueva etapa. En el mismo mes de abril de 1931 se hicieron públicas las primeras
iniciativas para dotar a la República de un himno propio como seña de identidad del
cambio político que se había producido. La incapacidad de alcanzar los acuerdos
necesarios sobre esta cuestión, fruto de un disenso continuado, hizo que las diferentes
iniciativas no prosperasen a pesar del esfuerzo y entusiasmo que acompañó a alguna de ellas.
Posiblemente, Ramón María Tenreiro no pudo prever que su acertada frase
permanecería vigente durante un período muy largo de la historia de nuestro país72.
70
Véanse, respectivamente, LLORENS, Vicente, Liberales y románticos, Madrid, Castalia,
2006; HOBSBAWN, Eric J., Los ecos de la Marsellesa, (traducción de Borja Folch), Barcelona, Crítica,
1992, y GIL NOVALES, Alberto, El Trienio liberal, Madrid, Siglo XXI Editores, 1980. Consúltense,
igualmente, GEERTZ, Clifford, La interpretación de las culturas, (traducción de Alberto L. Bixio),
Barcelona, Gedisa, 1988, y POIRRIER, Philippe (ed.), La historia cultural. ¿Un giro historiográfico
mundial?, Valencia, Universitat de Valencia, 2012.
71
TENREIRO, R[amón] M[aría], op. cit.
72
En junio de 1939, pocas semanas después de concluida la Guerra Civil, la revista de Radio
Nacional de España publicó un texto monográfico en el que presentaba las armonizaciones realizadas por
Nemesio Otaño, eclesiástico colaborador del ejército sublevado, de los Toques de Guerra usados
antiguamente, hasta mediados del siglo XIX, por el Ejército Español. Nemesio Otaño era también el autor
del prólogo, en el que reflexionaba acerca del Himno Nacional español. Sin citar a Tenreiro, después de
nombrar entre otras obras la Marcha Granadera, se preguntaba: “¿Por qué no se ha de resolver ahora [en
1939], en circunstancias tan extraordinariamente favorables, este viejo y jamás vencido pleito de nuestro
Himno Nacional?”. ESPINOSA DE LOS MONTEROS, Manuel, Toques de guerra usados antiguamente,
hasta mediados del siglo XIX, por el Ejército, (Edición a cargo de Nemesio Otaño, prólogo y
INTRODUCCIÓN
59
Violentada la etapa de Gobierno de la Segunda República por el levantamiento militar
de una parte del ejército español y concluida la Guerra Civil que siguió al mismo, se
presentaron, en el seno del exilio republicano, varias propuestas que pretendían dar
solución al citado pleito. Este hecho ponía de manifiesto la trascendencia que tuvo el
fracaso de los reiterados intentos de crear un himno oficial de la República, así como el
firme convencimiento de que todavía era posible subsanar dicha carencia. La imagen de la
República permanecía viva en la memoria y en el corazón de muchos exiliados, razón por
la que una y otra vez se volvió sobre la cuestión del himno, iniciativas que sirvieron, a su
vez, como punto de encuentro afectivo para sectores de la diáspora republicana que
recuperaba así la memoria de su país de origen.
Finaliza esta tesis con un ANEXO que incluye una selección de documentos
relacionados con el período histórico estudiado y que constituyen, a nuestro juicio, una
aportación de gran interés para el conocimiento del mismo y, de manera singular, de una
faceta de la Segunda República española que ha sido insuficientemente estudiada: la
importancia de la música como elemento de representación institucional73.
NOTAS SOBRE LA INVESTIGACIÓN
El presente trabajo se fue configurando a partir de diversas conversaciones con la
Dra. Mirta Núñez DíazBalart, las cuales supusieron, junto a los antecedentes ya
señalados, el punto de partida de una investigación que se ha prolongado a lo largo de los
últimos años y cuyo resultado es el contenido de este texto.
Hemos recurrido para su configuración definitiva a todas aquellas fuentes de las
que hemos podido recabar datos de interés. La información obtenida ha sido contrastada
siempre que ha sido posible, y el resultado final es el fruto de la complementariedad
establecida entre las diferentes aportaciones. Los límites cronológicos de nuestro trabajo
abarcan, básicamente, desde las jornadas inmediatamente anteriores a la proclamación
armonizaciones del mismo autor), s.l., Junta de Relaciones Culturales del Ministerio de Asuntos
Exteriores, 1939, (Barcelona: A. Boileau y Bernasconi), p. X.
73
Sirva como ejemplo de este hecho el interesante y voluminoso trabajo, de reciente publicación,
dedicado al estudio de la Segunda República en el que no se aborda esta materia, ni siquiera
puntualmente. Véase VV.AA., La Segunda República Española, Barcelona, Pasado & Presente, 2015.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
60
de la Segunda República (abril de 1931) hasta la decisión de poner fin a la continuidad
de las Instituciones de la República en el exilio (junio de 1977).
Nos ha sido de gran ayuda, en la interpretación de los distintos escenarios
históricos que se suceden durante el marco temporal señalado, la consulta de la obra
literaria de un grupo de autores, en ocasiones como participantes o testigos de los
acontecimientos narrados y, en otras, en su condición de meros recreadores de los
respectivos períodos. Los diferentes escritores que conforman este grupo algunos
pertenecientes a etapas anteriores aunque relacionados con nuestra investigación
comparten una sensibilidad musical con frecuencia alejada del estereotipo comúnmente
aceptado la música considerada como un mero divertimento artístico para otorgarle un
inequívoco reconocimiento en cuanto a su dimensión política e historiográfica, a las que
ya nos hemos referido en esta introducción.
Independientemente de algunas citas puntuales de otros creadores que hemos
incluido en nuestro trabajo, el grupo básico lo constituyen una amalgama heterogénea de
escritores pertenecientes a períodos, estilos, géneros literarios y credos políticos diferentes:
Manuel José Quintana, Ramón de Mesonero Romanos, Benito Pérez Galdós, Vicente
Blasco Ibáñez, Antonio Alcalá Galiano y Pío Baroja. A estos autores debemos, en
ocasiones, la transmisión de poemas que formaron parte de canciones o himnos; en otras,
consideraciones acerca de la aceptación o rechazo popular que tuvieron dichas obras en el
momento en el que fueron creadas; y, finalmente, valoraciones sobre la influencia que
ejercieron en diferentes períodos de la historia de España74.
Ramón de Mesonero Romanos y Antonio Alcalá Galiano recogieron en sus textos
referencias a canciones representativas en un determinado contexto histórico, las cuales
sirvieron para vertebrar diferentes movimientos sociales o políticos75; otros, como
74
En los distintos capítulos de esta tesis doctoral incluiremos información relativa a cada uno de
estos escritores, algunas citas puntuales relacionadas con nuestra investigación, así como datos sobre su
relación personal con la música.
75
Véanse, respectivamente, MESONERO ROMANOS, Ramón de, Memorias de un setentón,
natural y vecino de Madrid, (nueva ed., con notas y adiciones), 2 vols., Madrid, Oficinas de la Ilustración
Española y Americana, 1881, y ALCALÁ GALIANO, Antonio, Memorias de D. Antonio Alcalá Galiano
publicadas por su hijo, 2 vols., s.l., s.n., 1886 (Madrid: Imp. de Enrique Rubiños). En nuestra
investigación hemos utilizado, preferentemente, ediciones modernas de las dos obras anteriores:
INTRODUCCIÓN
61
Quintana, dieron a la imprenta poemas con una precisa vocación musical de ser
cantados76; Vicente Blasco Ibáñez, melómano y ferviente admirador de la música de
Richard Wagner, captó con inteligencia el potencial revolucionario que subyacía en la
interpretación de canciones patrióticas y trasladó ampliamente esta convicción a su obra
literaria77; y cierran nuestra lista dos autores que, además de incluir en su obra numerosos
ejemplos relacionados con la música, se ejercitaron en su práctica: Benito Pérez Galdós,
como intérprete de órgano, y Pío Baroja, como cantor de centenares de canciones
populares de carácter histórico, tanto en euskera como en castellano y francés78.
Tomaremos como decano de este grupo, por designación electiva nuestra, al
escritor, periodista y político valenciano Vicente Blasco Ibáñez, a quien debemos una
ilustrativa cita, la cual, aunque referida a la Guerra de la Independencia, podemos hacer
extensiva a períodos posteriores en los que permanecería vigente su significado. El
MESONERO ROMANOS, Ramón de, Memorias de un setentón, Barcelona, Crítica, 2008, y ALCALÁ
GALIANO, Antonio, Obras escogidas de D. Antonio Alcalá Galiano, (prólogo y edición de Jorge
Campos), 2 vols., Madrid, Atlas, 1955. Citaremos esta última obra como sigue: CAMPOS, Jorge (ed.),
Obras escogidas de D. Antonio Alcalá Galiano, 2 vols., Madrid, Atlas, 1955.
76
Véase, entre otras obras de este autor, QUINTANA, Manuel José, Poesías patrióticas,
Madrid, en la Imprenta Real, 1808.
77
Véase TRAU, Aida E., Arte y música en las novelas de Blasco Ibáñez, Potomac (Maryland,
EE.UU), Scripta Humanística, 1994. No parece casual que Blasco Ibáñez pusiera a su hijo primogénito el
nombre de Sigfrido, que ya había sido utilizado por Cósima Liszt, hija del virtuososo pianista y
compositor húngaro Franz Liszt, y por Richard Wagner. Sigfrido es un héroe mitológico que Wagner
recreó en una de sus óperas, a la que dio este título, perteneciente a la tetralogía de El Anillo del
Nibelungo. Nos referiremos más adelante a Sigfrido Blasco-Ibáñez Blasco como director del diario
fundado por su padre, El Pueblo, y como concejal electo al Ayuntamiento de Valencia, el 12 de abril de
1931, por el Partido de Unión Republicana Autonomista (PURA).
78
Véanse, respectivamente, MORENO, Salvador, Detener el tiempo. Escritos musicales, México
D.F. (México), Instituto Nacional de Bellas Artes, 1996, y BAROJA, Pío, Memorias, op. cit. La primera
de las referencias contiene dos cartas inéditas de Benito Pérez Galdós, de 14 de enero y 7 de julio, ambas
de 1897, dirigidas al laureado pianista y compositor catalán Joaquín Malats, con quien intentó crear una
ópera basada en su novela Marianela. A pesar del empeño de Pérez Galdós, este proyecto no se llevó a
cabo. Novelista y compositor participaron, en sus respectivos campos creativos, como redactores del
Album Salón. Revista Ibero-Americana de literatura y arte, cuyo primer número se publicó el 21 de
noviembre de 1897, pocos meses antes de que Galdós dirigiera las cartas aludidas a Joaquín Malats. En la
correspondencia citada, Galdós hacía referencia, igualmente, a la interpretación a dos teclados, junto a
uno de sus sobrinos, de obras de Beethoven y Mozart. En cuanto a Pío Baroja, el autor nos informa en la
citada obra del ambiente musical de la familia, de sus estudios de solfeo realizados en Pamplona, y escribe
en la primera página de estas Memorias: “Para entender mi soledad, he ido cantando, silbando, tarareando
canciones alegres y tristes, según el humor y el reflejo del ambiente de mi espíritu”. BAROJA, Pío,
Memorias, op. cit., p.15. A diferencia de Pérez Galdós, Pío Baroja sí vio cómo subía a los escenarios uno
de sus textos, con música de Pablo Sorozábal: Adiós a la bohemia, obra que fue presentada en el Teatro
Calderón de Madrid el 21 de noviembre de 1933. Véase SOROZÁBAL, Pablo, Mi vida y mi obra,
Madrid, Fundación Banco Exterior, 1986, p. 359.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
62
contenido de la misma, con las particularidades propias de cada autor, bien pudiera ser
compartido por el resto de integrantes del colectivo.
Como la historia debe describir exactamente las épocas que relata para que el
lector pueda verlas con los ojos de la imaginación, y esto no se consigue
únicamente con relatar hechos más o menos notables, sino que hay que retratar
la verdadera fisonomía moral del pueblo de entonces, creemos necesario
transcribir aquellos cantos de la época que algunas veces demuestran el
desenfado de las alegres masas y otras el entusiasmo de los soldados españoles
que a sus sones corrían a morir por la Patria en los campos de batalla79.
Al iniciar la presente investigación pudimos constatar la existencia de importantes
deficiencias historiográficas en cuanto al tratamiento de la música en el período objeto de
nuestro estudio. El estado de la cuestión en torno al conocimiento de la institución que
denominamos Himno de la Segunda República Española80 presentaba un gran número de
interrogantes, junto a un marco sociopolítico que no reflejaba adecuadamente el
protagonismo de la música durante esta etapa de gobierno y del exilio que siguió a la
finalización de la Guerra Civil.
La situación descrita nos obligaba a fijar los elementos necesarios para establecer
con rigor el mapa cartográfico de este complejo proceso. La creación de un himno para la
Segunda República contó con la participación de miembros de distintas fuerzas políticas,
de escritores y compositores que propusieron sus obras, de los medios de comunicación
que las dieron a conocer, de importantes sectores de la población que las hicieron suyas o
79
Véase BLASCO IBÁÑEZ, Vicente, Historia de la revolución española: (desde la Guerra de
la Independencia a la restauración en Sagunto). 1808-1874, (Prólogo de Francisco Pi y Margall), t. I,
Barcelona, La Enciclopedia Democrática, 1891, p. 245. Esta obra de Blasco Ibáñez adquirió renovada
vigencia en las primeras décadas del siglo XX, siendo reeditados sus tres volúmenes por fascículos, con el
fin de facilitar su adquisición, a partir de 1930. Véase BLASCO IBÁÑEZ, Vicente, Historia de la
Revolución Española (Desde la guerra de la Independencia a la Restauración de Sagunto), 1808-1874,
Madrid, Cosmópolis, 1930-1931.
80
El concepto de “institución”, aplicado a una obra musical que asume una función
representativa determinada, lo utilizó Rafael Sánchez Ferlosio al señalar que fue “La Marsellesa, tal vez la
primera marcha militar que tuvo letra y que creó la institución del «Himno nacional»”. SÁNCHEZ
FERLOSIO, Rafael, Sobre la guerra, Barcelona, Destino, 2007, p. 270. Algunas páginas más adelante,
este autor despejaría la duda que planteaba en su cita anterior: “La Marsellesa fue la primera marcha
militar que se hizo himno, o sea que tuvo letra y, cosa aún más relevante, en primera persona del plural,
con la clara función ideológica de que los soldados se encarnasen en sujeto de la patria y detrás de ellos
todo el pueblo del que procedían; y lo más grave es que se lo creyeron”. FERLOSIO, Rafael, p. 287. Es
irrelevante en este punto dirimir si La Marsellesa fue o no la primera marcha militar que tuvo letra, como
INTRODUCCIÓN
63
las rechazaron… El resultado que acompañó a las respectivas propuestas estuvo, en buena
medida, condicionado por la actuación de cada uno de los colectivos citados.
En suma, la búsqueda de una nueva composición que asumiera las funciones
propias de la representación musical de la Segunda República era fiel reflejo de un período
de la historia de España, presidido por la ilusión, el dinamismo de la vida pública a través
de sus diferentes actores, y de la pluralidad política que se había instalado en la sociedad y
en sus instituciones representativas.
Con frecuencia hemos encontrado errores en la bibliografía existente sobre esta
materia, generalmente relacionados con la denominación de los títulos así como con la
asignación de la autoría de los textos y las músicas que conformaron las diferentes obras
que optaron a ser elegidas como himno oficial de la Segunda República. Todas estas
circunstancias confluyen, de manera singular, en torno al Canto rural a la República
Española, cuya música fue compuesta por Óscar Esplá. Ricardo Fernández de Latorre se
refiere a esta obra como Canto marcial a la República81, eliminando la palabra
“Española” y sustituyendo la orientación popular de “rural” por la estrictamente castrense
de “marcial”. Consideramos la omisión de “Española” como un error en la transcripción
del título, sin mayor relevancia, y la sustitución del término “rural” por “marcial” como
una consecuencia directa de la influencia que sobre este autor ejerció su intensa dedicación
al estudio de la música militar.
La autoría del texto del Canto rural a la República Española es atribuida en
diferentes publicaciones a Antonio Machado82, cuando se debe a su hermano, el también
escritor y poeta Manuel Machado. En otras fuentes, en un intento de eludir un
pronunciamiento directo, se utiliza el genérico e inespecífico término de “Machado” como
lo es, igualmente, determinar si su autor, Rouget de Lisle, la concibió como marcha o como canción
patriótica que pudiera desempeñar, de manera simultánea, ambas funciones.
81
FERNÁNDEZ DE LATORRE, Ricardo, Historia de la música militar de España, Madrid,
Ministerio de Defensa, 1999, p. 474.
82
Véase TORRE, Guillermo de la, “El Himno de Riego”, [en línea]. En: Nuevatribuna.es, 29 de
octubre de 2011. Puede consultarse en red en: [Consulta: 23 abril de 2013].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
64
responsable literario83. ¿Antonio o Manuel? Óscar Esplá tampoco sale indemne de este
conflicto de atribuciones cuando se sustituye su nombre por el de Carlos Esplá, diputado
por Alicante y alicantino como el compositor, quien desempeñó un destacado papel en la
vida política de este período pero que nada tuvo que ver con la tarea de creación de una
partitura destinada a convertirse en el himno de la Segunda República84. La fecha del
estreno público de esta obra en el Ateneo de Madrid no ha sido una excepción en cuanto a
su cita errónea85.
El siguiente trabajo en el que se tratan aspectos relacionados con nuestra tesis lleva
por título “Música y cultura política: Óscar Esplá en la renovación de España”86, y fue
escrito por la historiadora Marta Bizcarrondo (19472007). El citado texto figura en una
publicación dada a la imprenta con motivo de la celebración en Alicante, en mayo de
1993, de un simposio sobre Sociedad, Arte y Cultura en la Obra de Óscar Esplá. Marta
Bizcarrondo elaboró su artículo, fundamentalmente, a partir de la consulta de fuentes
hemerográficas a través de las cuales abordó diferentes aspectos relativos a un proyecto de
himno para la Segunda República, titulado Canto rural a la República Española, cuyo
texto y música fueron escritos, como ya ha sido citado, por Manuel Machado y Óscar Esplá.
A pesar de su brevedad, en términos generales, las cuestiones que plantea este
artículo son correctas, salvo el error de considerar a Óscar Esplá como parlamentario
electo por la circunscripción de Alicante. La autora confunde al compositor Óscar Esplá y
Triay con el periodista y político republicano Carlos Esplá Rizo. Ambos concurrieron a las
elecciones a Cortes Constituyentes del 28 de junio de 1931 en distintas candidaturas,
83
Véase BOBILLO, Francisco J, Nacionalismo e himnos políticos. El sonajero de los pueblos,
(Prólogo de Luis González Seara), Madrid, Editorial Biblioteca Nueva, 2002, p. 85.
84
Trataremos de manera inmediata esta cuestión.
85
Véanse, como ejemplos de este hecho, BOBILLO, Francisco J., p. 85 y GARCÍA ALCÁZAR,
Emiliano, Óscar Esplá Triay: estudio monográfico y documental, Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil-
Albert, 1993, p. 256. El primero de los autores señala el día 27 de abril y el segundo el 15 del mismo mes.
El referido concierto tuvo lugar el 26 de abril de 1931, como señaló la prensa de la época, El Socialista,
25-IV-1931, p. 3, y Ahora, 26-IV-1931, p. 32, entre otros.
86
BIZCARRONDO, Marta: “Música y cultura política: Óscar Esplá en la renovación de
España”, en Ane Miren Pérez Larraona y José Ignacio Sanjuán Astiganaga (coords.), Sociedad, Arte y
Cultura en la Obra de Óscar Esplá, Madrid, Ministerio de Educación y Cultura (INAEM), 1996, pp. 38-51.
INTRODUCCIÓN
65
resultando elegido el segundo y no el primero87. Muy probablemente, el error en la
atribución de la autoría musical del Canto rural a la República Española a Carlos Esplá
fuera inducido por la lectura de una breve nota de prensa publicada en La Libertad, el 28
de abril de 1931, en la que se daba dicho dato erróneo88.
Ya nos hemos referido a la escasez de documentación bibliográfica sobre nuestra
materia de estudio, si bien, para establecer el estado de la cuestión de una manera precisa,
consideramos oportuno señalar algunas de las publicaciones en las que se han abordado
aspectos relacionados con el himno de la Segunda República.
José Subirá (Barcelona, 1882-Madrid, 1980) fue un destacado musicólogo español
a quien debemos textos de interés. Su artículo “Marchas e Himnos Nacionales de
España”89 contiene una aproximación de carácter general al estudio del himno de la
Segunda República sin profundizar en su tratamiento. No es propiamente un trabajo de
investigación, sino un texto en el que el autor reflexiona sobre la materia que recoge en su
enunciado a partir de los datos que hasta ese momento se conocían. Dicho autor atribuyó
en este artículo la autoría de la música del Himno de Riego al compositor José Melchor
Gomis (Onteniente, Valencia, 1791París, 1836), sin aportar ningún dato relevante
diferente a los ya expuestos por quienes comparten esta opinión90.
Después de nuestra publicación de los artículos ya citados sobre el Himno de la
Segunda República española, consideré que era preciso recuperar el conjunto de
composiciones musicales que habían sido propuestas con la finalidad de que alguna de
ellas fuera declarada himno oficial del nuevo régimen. Este estudio debía servir para
87
Véase, sobre este proceso electoral, GARCÍA ANDREU, Mariano, Alicante en las elecciones
republicanas 1931-1936, Alicante, Universidad de Alicante, 1985, pp. 111-144 (en su página 124 se cita
incorrectamente “Tray” como segundo apellido de Óscar Espla, siendo el correcto “Triay”); y, sobre
Carlos Esplá, ANGOSTO VÉLEZ, Pedro L., Sueño y pesadilla del republicanismo español. Carlos
Esplá: una biografía política, Madrid, Biblioteca Nueva, 2001. La participación de Óscar Esplá en dicho
proceso electoral será estudiada en el capítulo II.
88
La Libertad, 28-IV-1931, p. 6.
89
SUBIRÁ, José: “Marchas e Himnos Nacionales de España”, Revista de Ideas Estéticas, (Consejo
Superior de Investigaciones Científicas), n.º 138, tomo XXXV, 1977, pp. 95-113.
90 Pronto se incorporó el Himno de Riego a cancioneros en los que se glosaba la figura del
militar asturiano junto a la de otros destacados participantes en la sublevación de Las Cabezas de San
Juan. Hacia 1821 se editó una prueba de imprenta titulada Canción patriot[ica]. Nos hemos referido
extensamente a este cancionero en la Intruducción de la presente investigación. Véase CABRERIZO,
Mariano de, (ed.), Canción patriot[ica], op. cit. Archivo Enrique Téllez.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
66
conocer los antecedentes que motivaron el proyecto de himno para la Segunda República
formulada, en el año 1957, en el exilio republicano español establecido en México. Dicha
iniciativa, que no sería la última, partió de Salvador Etcheverría Brañas, miembro de los
servicios diplomáticos de la República en México, quien contó con la colaboración del
compositor Lan Adomián91 y la diputada, pianista, escritora y crítica de arte, Margarita
Nelken92. La propuesta realizada se basó en un texto original del poeta Miguel Hernández,
modificado parcialmente por la propia Margarita Nelken.
El Centro de Estudios Políticos y Constitucionales publicó, en el año 2000, un
voluminoso texto con el título de Símbolos de España93, integrado por tres amplios
artículos referidos al Escudo, la Bandera y al Himno. Parafraseando a Rafael Sánchez
Ferlosio, se trataría de una obra en la que se estudian las tres instituciones simbólicas del
Estado español. Begoña Lolo, autora del texto sobre el Himno94, hace un recorrido por la
evolución de este elemento representativo sin detenerse, apenas, en el proceso de creación
del Himno de Riego. Del mismo modo, omite cualquier referencia a otras partituras que
concurrieron al proceso abierto durante la Segunda República para ostentar la condición de
Himno Nacional. Este volumen, de marcado signo institucional, tuvo una airada réplica en las
páginas de la prensa diaria, con un artículo de Antonio Elorza, titulado “¡Viva la República!”95.
91
Lan Adomián (1905-1979) nació en la aldea ucraniana de Moguilof-Podolsk, en el seno de una
familia judía, siendo su nombre original el de Jakob Weinrot. La figura del compositor está ampliamente
tratada en un libro-homenaje que recoge textos del propio compositor junto a colaboraciones de familiares
y amigos. Véase TORAL DE ADOMIÁN, M.ª Teresa (comp.), La voluntad de crear. Lan Adomián,
(Tomos I y II), México D.F., Universidad Nacional Autónoma de México, 1980.
ADOMIÁN, Lan, La voluntad de crear, 2 vols., México, Universidad Nacional Autónoma
de México, 1981.
92
“[…] la Margarita Nelken en cualquier terreno era un valor realmente excepcional y una mujer
valiente en todos los tiempos y en todas las situaciones. Quizá por eso, porque fue una mujer excepcional,
el silencio ha caído sobre ella, como una pesadísima losa”, escribió Federica Montseny. Tomado de
MANGINI, Shirley, Recuerdos de la resistencia. La voz de las mujeres de la guerra civil española,
Barcelona, Península, 1997, p. 40. Para el estudio de Margarita Nelken, véase también MARTÍNEZ
GUTIÉRREZ, Josebe, Margarita Nelken (1896-1968), Madrid, Ediciones del Orto, 1997, y GARCÍA
RODRÍGUEZ, Fernando, Margarita Nelken. El arte y la palabra, Madrid, Fragua, 2010.
93
VV.AA., Símbolos de España, [libro disco], Madrid, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, 2000.
94
LOLO, Begoña, “El Himno”, en VV.AA., Símbolos de España, op. cit., [pp. 375-472].
Escribimos en corchetes la paginación de este artículo porque la ofrecida por el índice de la publicación
no es correcta (381-473). El libro contiene un CD con diez versiones diferentes del Himno Nacional.
Véase VV.AA., El Himno [grabación sonora, CD], Madrid, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, 2000.
95
ELORZA, Antonio, “¡Viva la República!”, EL PAÍS, 13 de abril de 2001, p. 10.
INTRODUCCIÓN
67
Otra de las publicaciones en las que se aborda la creación del himno de la Segunda
República es la titulada Nacionalismo e himnos políticos. El sonajero de los pueblos96.
Dicho texto contiene algunos errores en su redacción al referirse a la obra musical que
durante dos períodos de la historia de España detentaba –según el autor del libro– la
condición de Himno Nacional: “El primero de dichos períodos fue el llamado “trienio
liberal” (1820-1823); el segundo, los años correspondientes a la II República (1931-
1936)97. En ambos casos, una versión musical de la melodía conocida como Himno de
Riego fue declarada Himno Nacional”98. No lo fue en esa extensión, en ninguno de los
períodos citados si aceptamos, previamente, que tal circunstancia debe estar refrendada
mediante el reconocimiento legal por parte de las instituciones del Estado competentes en
la materia. Ninguna versión “de la melodía conocida como Himno de Riego”, ni el propio
himno original fueron declarados oficialmente como Himno Nacional en la totalidad de
los períodos que recoge la cita anterior.
Durante el Trienio Liberal, la música del Himno de Riego fue declarada “Marcha
Nacional de Ordenanza”, denominación que, si bien podemos aceptar como equivalente a
la actual de Himno Nacional, no se produciría hasta que el siete de abril de 1822 las Cortes
Españolas aprobaran el correspondiente decreto99, dicha resolución fuera firmada por
Fernando VII en Aranjuez, dos días después y, finalmente, se publicara en la Gaceta de
Madrid, el catorce de abril de 1822100. Por lo tanto, ostentaría legalmente funciones
representativas en su calidad de Marcha Nacional de Ordenanza a partir de la entrada en
vigor del acuerdo de las Cortes de abril de dicho año y no durante todo el Trienio Liberal.
En cuanto al período de la Segunda República, este autor afirma, igualmente, que “la
melodía conocida como Himno de Riego fue declarada Himno Nacional”, sin apoyar dicha
96
“La poesía recitada o cantada era el sonajero de los pueblos primitivos”. A pie de página,
Francisco J. Bobillo, autor del libro, indicaba en relación a la frase anterior: “Lamento no recordar de
quién es esta bella metáfora pues ha sido elegida como título de este trabajo”. Véanse ambos textos
entrecomillados en BOBILLO, Francisco J., p. 39.
97
Desconocemos la razón por la que Francisco J. Bobillo señala la conclusión “de los años
correspondientes a la II República” en 1936. Tal vez se trate de un error de impresión ajeno al autor.
BOBILLO, Francisco J., p. 83.
98
Ibid. p. 83.
99
España. Decretos de las Cortes desde el 6 de marzo de 1822 a 31 de enero de 1823. Años de
1822 y 1823, vol. IV, s.p. ACD-Sig. S41.
100
Gaceta de Madrid, 14-IV-1822, p. 564.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
68
afirmación en la existencia de una norma legal emitida por las instituciones republicanas
publicada a tal efecto.
A diferencia de lo ocurrido con la institución representativa del himno, en relación
a la bandera sí se produjo su reconocimiento legal, primero en el decreto de la Presidencia
del Gobierno Provisonal de la República, de veintisiete de abril de 1931101 y, después, en
el Art. 1.º de la Constitución de la República Española, aprobada en las Cortes el nueve de
noviembre de 1931102.
Francisco J. Bobillo indica, en relación al estreno en el Ateneo de Madrid el 26 de
abril de 1931103 de una propuesta de himno para el régimen republicano, que la obra
contaba “con letra de Machado (unos autores lo atribuyen a Antonio y otros a Manuel) y
música de Óscar Esplá”104. La autoría del texto corresponde a Manuel Machado. Así lo
indican tanto el compositor como el escritor en la prensa de la época; igualmente, el
nombre de Manuel Machado figura junto al de Óscar Esplá en la portada de la partitura y
del disco que se editaron posteriormente con el título de Canto rural a España105. No hay,
por lo tanto, objeto de discusión.
Tal vez este debate haya sido alimentado por la actuación durante la Guerra Civil
de uno y otro hermanos: Antonio, leal a la República hasta sus últimas consecuencias;
Manuel, colaborador de la República en 1931, afecto al general Franco en 1936, tras haber
sido encarcelado en Burgos por el ejército sublevado. Esta mudanza dificultaría, para
algunos autores, el reconocimiento de la participación Manuel Machado en el proyecto de
101
Gaceta de Madrid, 28-IV-1931, pp. 359-360. Firmaba el citado decreto Niceto Alcalá-Zamora y
Torres en su calidad de Presidente del Gobierno Provisional de la República.
102
Constitución de la República Española, [edición facsimilar], s.l., s.n., 1931, ([Madrid, Sucs.
de Rivadeneyra]), p.1.
103
Ya nos hemos referido a cómo Francisco J. Bobillo da, por error, la fecha del 27 de abril para
la celebración de este concierto. BOBILLO, Francisco J, p. 85. El Socialista anunciaba el 25 de abril de
1931, en una breve nota informativa, la celebración del concierto que tendría lugar en el Ateneo el día
siguiente, “en el que se interpretará el Canto rural a la República española (para un himno nacional)
[…]”. El Socialista, 25-IV-1931, p. 3.
104
BOBILLO, Francisco J, p. 85.
105
Véase MACHADO, Manuel y ESPLÁ, Óscar, Canto rural a España…, op. cit. Archivo
Enrique Téllez.
INTRODUCCIÓN
69
himno para la Segunda República, pero así fue en el momento en el que se elaboró y se
hizo pública dicha propuesta en el mencionado concierto del Ateneo106.
Otro error de cierta relevancia que contiene el texto de Francisco J. Bobillo está
relacionado con Rouget de Lisle, autor de La Marsellesa, cuando afirma que “por ironías
de la historia este Himno, adoptado luego por la República, fue escrito antes de que Luis
XVI fuera derrocado y su autor, que era un ferviente monárquico, fue posteriormente
guillotinado”107. No es correcto este dato pues, aunque Rouget de Lisle sufrió persecución,
su muerte no se produjo bajo la cuchilla de la guillotina sino de manera natural, el 26 de
abril de 1836, en la casa de la familia Voïart, donde residía, en la localidad francesa de
ChoysileRoy108. Quien sí padeció el destino indicado por este autor fue el Alcalde
constitucional de Estrasburgo, Philippe-Frédéric von Dietrich, el cual había encargado a
Rouget de Lisle la composición de la obra109.
Continuamos este recorrido a través de diferentes fuentes bibliográficas y
hemerográficas que tratan aspectos relativos al himno de la Segunda República española
con la obra de Carlos Serrano, titulada El nacimiento de Carmen. Dedica el autor en el
capítulo 4, La conquista de la palabra simbólica: himno y poder, un apartado al estudio de
los Himnos Nacionales, en el que realiza una breve descripción histórica referida a la
presencia de este tipo de composiciones en diferentes países europeos hasta llegar a la
Segunda República española. El autor trata esta cuestión de manera muy esquemática,
apoyado en una reducida muestra de fuentes documentales. Mantenemos diferencias
106
Véase MARTÍNEZ MASSIA, Ángel, “En busca de un himno nacional. Canto rural a la
República Española, de Ó[scar] Esplá y M[anuel] Machado”, Ahora, 26-IV-1931, p. 32. Esta información
periodística recogía la celebración, esa misma tarde, del concierto citado en el Ateneo, y reproducía la
fotografía de los dos autores del Canto rural a la República Española así como un fragmento de una línea
melódica escrita por Óscar Esplá y el poema completo de Manuel Machado.
107
BOBILLO, Francisco J., p. 100.
108
Véanse TIERSOT, Julien, Historie de la Marsellaise, París, Delagrave editeur, 1915, p. 114,
y BARBÉ, Jean-Julien, À travers le vieux Metz, les Maisons Historiques, 2.ª parte, Metz, Paul Even
Imprimeur-Editeur, 1937.
109
El Barón von Dietrich fue elegido como primer Alcalde constitucional de la ciudad de
Estrasburgo el 5 de febrero de 1790. Mantuvo posiciones críticas frente al partido jacobino (apoyo al
clero, rechazo de las actuaciones del 20 de junio y 10 de agosto de 1792…) lo que provocó que fuera
acusado de traición, su huida a Basilea y posterior reclusión en París. En esta ciudad fue guillotinado el 29
de diciembre de 1793, cumpliéndose así la sentencia impuesta previamente por el tribunal revolucionario
de Besançon, el 7 de marzo de ese año. Véase EICHENLAUB, Jean-Luc, L'Alsace et la Révolution, (avec
la collaboration [de] Roland Oberlé), Strasbourg, Contades, 1989, pp. 96-98.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
70
sustanciales con algunas de las afirmaciones realizadas en dicho texto, en el que se plantean, a
su vez, dudas que no debieran ser tales al tiempo que se incurre en errores que señalaremos.
Refiriéndose al Himno de Riego, apunta Carlos Serrano que “éste se compuso
durante el trienio liberal de 1820-1823, con una letra que se suele atribuir a Evaristo San
Miguel y una música del oficial Miranda”110. La letra original es de Evaristo San Miguel,
sin ningún género de dudas, jefe de estado mayor de la columna volante del ejército
sublevado, quien la escribió en la localidad de Algeciras durante el tiempo que permaneció
en dicha localidad la citada columna al mando de Riego111. Con posterioridad, fueron
muchos los autores, generalmente anónimos, que escribieron otros poemas para la misma
estructura melódica, a pesar de lo cual este hecho no pone en cuestión, en modo alguno, la
autoría del primer texto.
Carlos Serrano zanja, de manera brusca, su reflexión sobre el Himno Nacional a
partir del 14 de abril de 1931, con una breve mención a La Marsellesa y al Himno de
Riego, sin referirse a las distintas composiciones que pretendieron asumir dicha categoría
representativa en ese y en posteriores períodos, con la excepción de la composición de
Óscar Esplá titulada Canto rural a la República Española112. Deriva su estudio hacia otras
composiciones incluidas en un apartado que denomina Himnos disidentes, entre los que
cita Hijo del Pueblo113, cuya composición atribuye a “Ramón Carratalá Ramos”114. No es
110
SERRANO, Carlos, El nacimiento de Carmen. Símbolos, mitos y nación, Madrid, Taurus,
1999, p. 113. Sobre la autoría de la música del Himno de Riego nos ocuparemos extensamente, dada la
complejidad de esta cuestión, en una investigación posterior a la presente tesis doctoral.
111
El propio autor del texto la incluyó en su primera obra sobre este período. Véase SAN
MIGUEL, Evaristo, Memoria sucinta sobre lo acaecido en la columna móvil de las tropas nacionales al
mando del comandante general de la primera división D. Rafael del Riego, desde su salida de la ciudad
de San Fernando el 27 de Enero de 1820, hasta su total disolución en Bienvenida el 11 de Marzo del
mismo año. Redactada por el Teniente Coronel D. Evaristo San Miguel, gefe de la Plana mayor de la
expresada división, Oviedo, D. Francisco Cándido Pérez Prieto, impresor del Principado, 1820, [pp. 25-
26]. Dada la importancia de esta obra, se hizo una reimpresión hacia 1820 en Barcelona en la Imprenta de
Brusi. Esta última en Archivo Enrique Téllez
112
SERRANO, Carlos, pp. 128-129. Dedicaremos los capítulos II y III de nuestra tesis al estudio
de las diferentes propuestas realizadas, primero durante el período de vigencia efectiva del gobierno de la
Segunda República y después en el exilio que siguió a la Guerra Civil.
113
Inicialmente, esta composición fue titulada en 1889 por su autor como Himno revolucionario
anarquista; hacia 1895 se modificó al tomar las dos primeras palabras del primer verso de la obra, Hijo
del pueblo; y en torno a 1933 adoptó el definitivo de Hijos del pueblo. Véanse algunas de las obras en las
que figuran, respectivamente, los tres títulos: Segundo Certamen Socialista celebrado en Barcelona el día
10 de noviembre de 1889, Barcelona, Tip. La Academia, 1890, p. 299; El cancionero revolucionario,
Buenos Aires (Argentina), Librería “La Escuela Moderna”, [ca. 1898], p. 3; y C[ARRATALÁ]
INTRODUCCIÓN
71
correcta esta atribución, dado que el autor de la citada composición, cuya vigencia no se
ha visto eclipsada por el paso del tiempo, firmó su obra presentada al Segundo
Certamen Socialista celebrado en Barcelona el día 10 de noviembre de 1889115 como
“R.C.R., de Alicante”. Al interpretar estas siglas, Carlos Serrano comete el error de
deducir que la primera “R” corresponde a “Ramón”, siendo el nombre correcto el de
“Rafael” Carratalá Ramos116.
En relación a dicha composición, Julián Casanova y Plácido Serrano, autores del
texto que acompaña a una recopilación discográfica de canciones anarquistas agrupadas en
la grabación denominada Cancionero libertario117, plantean una duda referida a la autoría
de dicha obra, a la que atribuyen “un origen dudoso”118. No compartimos esta observación,
pues están suficientemente acreditados tanto el ámbito organizativo al que fue presentada
dicha partitura con el título de Himno revolucionario anarquista, (Segundo Certamen
Socialista celebrado en Barcelona el día 10 de noviembre de 1889), como el autor de la
misma (R.C.R., o sea, Rafael Carratalá Ramos), composición que más tarde recibiría la
denominación de Hijos del Pueblo, como ya hemos descrito en párrafos anteriores119.
R[AMOS], R[afael], Hijos del pueblo [música notada], Barcelona, EMIA, [ca 1936] (Barcelona: A.
Boileau y Bernasconi). Esta última partitura puede consultarse en la BNC-sig. 2005-Fol-C 11/11. Se ha
deslizado un error en la ficha descriptiva de dicha biblioteca, pues atribuye la obra a las iniciales R.S.R.
Este dato erróneo se ha producido al tomar las iniciales incorrectas que figuran en el interior de la
partitura, R.S.R., en detrimento de las que figuran en la portada, magníficamente ilustrada por Toni Vidal,
de R.C.R., siendo estas últimas las correctas. Una versión de dicha obra para Orquesta y Coro ha sido
realizada por el compositor Juan Manuel Yanke. Puede consultarse en YANKE, Juan Manuel, Hijos del
pueblo [música notada, arreglada para orquesta y coro], [Madrid], CNT, 2010. Existe una grabación de
dicha partitura en internet en http://www.cntvalladolid.es/spip.php?article856 [Consulta: 23 mayo 2011].
114
SERRANO, Carlos, p. 115.
115
VV.AA., ¡Honor a los Mártires de Chicago! Grupo “Once de Noviembre”. Segundo
Certamen Socialista celebrado en Barcelona, Barcelona, Tip. “La Academia”, 1890. Con la celebración
de este Segundo Certamen se pretendía dar continuidad a la iniciativa llevada a cabo en 1885 por el
“Centro de Amigos” de Reus, de adscripción anarquista, perteneciente a la Primera Internacional. Véase
VV.AA., Primer Certamen Socialista (1885), Reus, Centro de Amigos de Reus, ca. 1885.
116
Véanse Segundo Certamen Socialista…, op. cit., p. 299 y GUEREÑA, Jean-Louis, “Les
orphéons socialistes et leur répertoire au debut du XXe. Siècle”, en Paul Aubert (dir.), Sociétés musicales
et chantantes en Espagne (XIXe-XXe siècles), Bulletin d´Histoire Contemporaine de l´Espagne, n.º 20,
Talance, Centre National de la Recherche Scientifique, 1994, pp. 112-127.
117
CASANOVA, Julián y SERRANO, Plácido, Hijos del pueblo, en Cancionero libertario
[disco-libro], Zaragoza, Prames, 2010.
118
Ibid. p. 28.
119
Esta canción gozó de una amplia difusión durante la Guerra Civil, con el título de Hijos del
Pueblo y el subtítulo de “Himno anarquista”. Tanto es así que de la misma se editaron diversos folletos
con la indicación al comienzo de “Primera parte” y “Segunda parte”, respectivamente. El primero de ellos
recoge el texto original de Rafael Carratalá Ramos con una modificación sustancial: se ha sustituido el
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
72
En el disco-audiovisual titulado SerratMiguel Hernández120 se recogen,
principalmente, las composiciones que el cantante Joan Manuel Serrat ha elaborado sobre
poemas de Miguel Hernández en su dilatada carrera artística. Junto a estas obras musicales
se ha incorporado un DVD con 18 minipelículas, obras de otros tantos realizadores que
atendieron positivamente la invitación recibida del cantante catalán. En el texto de la
presentación de uno de estos audiovisuales titulado Las abarcas desiertas121, cuyo director
fue Agustín Sánchez Vidal, se ha deslizado un error al afirmarse que Miguel Hernández
colaboró “en la letra de un himno para la Segunda República”122. Dicho texto de
presentación no figura firmado, por lo que no podemos atribuirlo fehacientemente a
Agustín Sánchez Vidal. Además, este autor siempre ha mostrado en sus trabajos
sobre Miguel Hernández una gran sensibilidad hacia la presencia de la música en la
obra del poeta oriolano.
No es exacta la afirmación de que Miguel Hernández colaborara en la elaboración
de un himno para la Segunda República, pues fueron la escritora Margarita Nelken y el
compositor Lan Adomian quienes en México, en 1957, trabajaron en el exilio en un
proyecto con esa finalidad. Tomaron como punto de partida un poema del citado autor,
escrito en 1938 para una unidad del ejército republicano, titulado Canción de la Sexta
término “socialistas” por el de “anarquistas” (Hijos del Pueblo. “Himno anarquista”, primera parte, S.l.
s.n., s.a., p. 1); el segundo folleto es una adaptación del primero al contexto de la Guerra Civil:
F.A.I. – C.N.T.
es tu deber
la esclavitud
desaparecer.
Sangre y valor
haz [sic] de tener
y en la refriega
morir o vencer.
Hijos del Pueblo. “Himno anarquista”, segunda parte, S.l. s.n. [ca 1936], p.1. Este folleto
contiene, igualmente, una nueva versión de otro de los himnos emblemáticos del movimiento anarquista
hispano, A las barricadas, en la que se glosa la figura de Buenaventura Durriti, ya fallecido. Ambos
documentos en Archivo Enrique Téllez (Hijos del Pueblo. “Himno anarquista”, primera y segunda parte).
120
Serrat [Joan Manuel]‒Miguel Hernández [disco-audiovisual], s.l., Sony Music, [ca 2010].
121
Las abarcas desiertas es el título de un poema escrito por Miguel Hernández, publicado en
los primeros días de enero de 1937, destinado a los niños que sufrían las consecuencias de la guerra ante
la fiesta de Reyes. Véase HERNÁNDEZ, Miguel, Antología comentada, (I Poesía), (edición de Francisco
Esteve), Madrid, Ediciones de la Torre, 2002, pp. 251-252. Francisco Esteve se refiere a la utilización, por el
poeta, de recursos que dan al poema “una forma de canción infantil”, observación que compartimos plenamente.
122
Serrat-Miguel Hernández [disco-audiovisual], op. cit., s.p.
INTRODUCCIÓN
73
División123. Por lo tanto, la decisión de que este poema estuviera en la base de una
propuesta de himno para la Segunda República, al margen de que esta iniciativa hubiera
podido ser, o no, aprobada por el poeta, no correspondió a Miguel Hernández sino a los
autores citados124. Analizaremos esta iniciativa en el Capítulo III de la presente tesis.
Nuestras dos últimas referencias bibliográficas son las tituladas El himno como
símbolo político125 y El Himno Nacional como elemento de identidad cultural del Estado
constitucional126. En ambos casos, se trata de textos en los que se estudia el fenómeno de
los himnos desde una perspectiva geográfica muy amplia, abarcando diferentes ámbitos
supranacionales (Europa, Latinoamérica…). Con un enfoque común que pone el acento en
la dimensión jurídico-política de los himnos, solo en el primero de los títulos se dedica un
escueto párrafo al objeto de nuesto estudio, siendo el segundo un trabajo teórico que
analiza el marco institucional en el que se insertan los himnos nacionales127.
De todo lo anterior se desprende que el estado de la cuestión en torno al
conocimiento de las obras que desempeñaron un protagonismo destacado durante la
Segunda República; de las que asumieron el cometido de representar musicalmente al
nuevo régimen republicano; o de aquellas otras que intentaron desempeñar dicha función,
presenta una visión muy incompleta en todos y cada uno de sus apartados. En términos
generales, nuestra historiografía contemporánea ha relegado a un segundo plano el estudio
de esta materia y, frecuentemente, cuando lo ha abordado, lo ha hecho desde unas
premisas poco innovadoras acomodando su discurso a ciertos tópicos, comúnmente
aceptados cuyo estudio, lejos de ofrecer respuestas coherentes a las cuestiones pendientes
123
Véase HERNÁNDEZ, Miguel, Antología comentada, (II Prosa), (edición de Jesucristo
Riquelme), Madrid, Ediciones de la Torre, 2002, p. 357.
124
No debe confundirse la Canción de la Sexta División, con texto de Miguel Hernández, con el
Himno de la Sexta División, compuesto por Carlos Palacio sobre un poema de Pedro Garfias. Véase esta
última obra en PALACIO, Carlos (rec.), Colección de canciones de lucha, Madrid, Pacífic, 1980, pp. 93-94.
125
ALEGRE MARTÍNEZ, Miguel Ángel (coord.), El himno como símbolo político, León,
Universidad de León, 2008.
126
HÄBERLE, Peter, El Himno Nacional como elemento de identidad cultural del Estado
constitucional, (traducción del alemán, estudio preliminar y notas de Alberto Oehling de los Reyes),
Madrid, Dykinson, 2012.
127
Junto a las dos obras citadas, utilizaremos en nuestra investigación otras fuentes que tratan,
igualmente, el marco normativo que regula el encaje legal de la institución simbólica denominada
“himno”. Prestaremos especial atención a aquellos textos que estén directamente vinculados con los
períodos y obras estudiados en la presente tesis.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
74
de resolver, ha quedado reducido a una mera secuencia de datos ordenados siguiendo una
suerte de inercia interpretativa, en ocasiones no exenta de errores, algunos de los cuales
hemos señalado.
Existe en la actualidad una gran confusión sobre el himno –o los himnos– que
tuvieron una mayor presencia pública en la proclamación de la Segunda República, así
como sobre el carácter de la composición que asumió la representación, como institución
musical, del régimen republicano instaurado en abril de 1931. En cuanto a los diferentes
proyectos que se llevaron a cabo para dotar a la Segunda República de un himno propio,
salvo alguna mención puntual a la obra de Óscar Esplá y Manuel Machado, podemos
hablar de un profundo vacío editorial. Reconstruir este vasto universo, que se extiende
desde abril de 1931 a junio de 1977, en el que confluyen las aspiraciones republicanas de
una parte de la sociedad española, la actuación de destacados dirigentes políticos y la
actividad creativa de poetas y compositores, será nuestro principal objetivo. ■
Madrid, 30 de junio de 2015
Capítulo I
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA:
LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN
DEL NUEVO RÉGIMEN
Siempre la música acompañó a los grandes movimientos
políticos, sociales o religiosos (himnos, salmos, cantos
de triunfo y aun coplas populares), como vibración
emocional en que se condensa y exalta todo un hondo
sentimiento colectivo.
José Deleito y Piñuela
(El Mercantil Valenciano, 30 de abril de 1931)
77
Capítulo I
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA
MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
1.1. De la Monarquía a la República (abril de 1931)
¡España Republicana!
[Anónimo]
Demostrando un civismo intachable
muy contento el país se mostró
pues a cultos, ideas y prensa
en sus casas se les respetó.
Abrazaban a los militares
entre aplausos y vivas sin fin
porque el pueblo respeta de veras
al soldado de nuestro país
y recuerda el suceso de Jaca
donde tuvo Galán triste fin128.
128
¡España Republicana!, [folleto], Valencia, s.n., [1931], [p. 1] (Imp. Ruiz). Archivo Enrique
Téllez. Centenares, tal vez miles, de canciones de autores anónimos celebraron la proclamación de la
Segunda República en España. Sus textos recogen una valiosa información sobre cómo se desarrollaron los
hechos en torno a dicha proclamación, así como sobre las figuras que la promovieron y protagonizaron. Con
frecuencia, estas canciones fueron creadas de manera precipitada (por tanto, obviamos cualquier valoración
de tipo artístico) utilizando modelos musicales propios de himnos anteriores que ya eran conocidos por el pueblo
español. Nos referiremos más adelante a estos himnos, que denominaremos como “himnos de referencia”.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
78
El 14 de abril de 1931 se produjo la proclamación de la Segunda República
española, recibida con muestras de júbilo en innumerables pueblos y ciudades de la
geografía nacional. Finalizaba un período de vigencia de la Monarquía, cuyo último
representante había sido Alfonso XIII, y daba comienzo una nueva etapa en la
configuración del modelo de Estado. Desde las instituciones republicanas se promovió
una profunda transformación del país en diferentes ámbitos (educativo, social,
cultural…) así como la aprobación de un nuevo texto constitucional129.
La Constitución de 1931 consagra por primera vez en España un Estado de
bienestar. Junto con la cuestión territorial, el laicismo, la necesidad de una
reforma educativa o la ampliación de la participación política, su instauración
está en la raíz del clamor popular que trajo consigo a la República. Las reformas
sociales tanto tiempo demandadas no se habían efectuado durante la monarquía,
y la dictadura de Primo de Rivera, con su ineptitud política, no vino sino a
profundizar en la crisis económica que a nivel mundial culminó con el crack del
29. Grave era, así pues, el panorama social y económico al que tuvieron que
enfrentarse los republicanos130.
Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 se habían configurado como
la primera de una serie de citas electorales, agrupadas en un complejo programa de
sucesivos plebiscitos elaborado por el gabinete del almirante Juan Bautista Aznar. La
constitución de las nuevas corporaciones locales debía tener continuidad en las
elecciones provinciales del 3 de mayo, y en las de diputados y senadores del 7 y 14 del
mismo mes respectivamente131.
129
La Constitución de la República Española fue aprobada en el Palacio de las Cortes
Constituyentes en sesión de 9 de diciembre de 1931, bajo la presidencia del diputado socialista Julián
Besteiro. Con carácter previo se había publicado, en julio del mismo año, un Anteproyecto de
Constitución de la República Española que eleva al Gobierno la Comisión Jurídica Asesora. Dicha
Comisión estuvo presidida por el jurista y diputado por Madrid Ángel Ossorio y Gallardo, quien firmó el
documento final en la citada ciudad el seis de julio de 1931, siendo remitido para su estudio al Ministro de
Justicia, Fernando de los Ríos. Véanse, repectivamente, Constitución de la República Española, (ed.
facsimilar), Madrid, Librería Miguel Hernández, 1983, y Anteproyecto de Constitución de la República
Española que eleva al Gobierno la Comisión Jurídica Asesora, s.l., s.n., 1931 (Madrid: Sucesores de
Ribadeneyra, S.A.). Véase también JULIÁ, Santos, La Constitución de 1931, Madrid, Iustel, 2009.
130
ESCUDERO ALDAY, Rafael, Modelos de democracia en España, 1931 y 1978, Barcelona,
Península, 2013, pp. 281-282. Es muy interesante el estudio comparativo que se realiza entre los textos
constitucionales de 1931 y 1978, cuyo análisis se prolonga hasta formular una interpretación de la
situación de crisis que ha padecido la sociedad española en los últimos años –según dicho autor–, todavía
sin resolver. Ibid., pp. 295-302.
131
Véase SECO SERRANO, Carlos, Alfonso XIII y la crisis de la Restauración, Madrid,
Rialp, 1992, p. 222.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
79
A la Monarquía española no la derrumbó una guerra, sino su incapacidad para
ofrecer a los españoles una transición desde un régimen oligárquico y caciquil a otro
reformista y democrático. La caída de la dictadura de Primo de Rivera el 28 de enero
de 1930 generó un proceso de radicalización política y un auge del republicanismo.
En esa movilización por la República confluyeron viejos conservadores que
decidieron abandonar al rey, republicanos de toda la vida, republicanos nuevos,
socialistas, convencidos de que tenían que influir en el movimiento desde dentro y
destacados intelectuales. Todos juntos sellaron el compromiso de preparar la
insurrección contra la Monarquía y de traer la República132.
Los resultados del sufragio electoral que tuvo lugar la jornada del 12 de abril y
los sucesos que siguieron al mismo alteraron el calendario citado, reduciéndolo
exclusivamente a la celebración del primero de los comicios previstos. Las
circunstancias en las que se desarrolló dicho proceso condicionaron la supervivencia
política de la Monarquía.
El Gobierno Aznar ponía en juego a todas las fuerzas, oficialmente
supervivientes de la Restauración, sin reserva o margen respecto al problema del
Régimen. En cierto modo, la concentración monárquica lograda, inclinaba la
contienda política hacia un dilema o una disyuntiva: Monarquía o República133.
La jornada electoral del 12 de abril de 1931 arrojó unos resultados inequívocos:
se produjo el triunfo de las candidaturas republicanas en la mayoría de las ciudades de
provincia, con la excepción de Ávila, Burgos, Cádiz, Gerona, Lugo, Palma de Mallorca,
Pamplona, Soria y Vitoria. Las fuerzas políticas republicanas y antimonárquicas habían
obtenido un total de 40.168 concejales electos, lo que suponía que estas candidaturas
habían sido refrendadas por el 49,53% del electorado134.
La victoria moral era de los republicanos: 41 de las 50 capitales de provincias
habían votado la república, así como las poblaciones inferiores de cierta
132
CASANOVA, Julián, Barcelona, República y Guerra Civil, Crítica / Marcial Pons, 2007, p.
XV. Véanse también TAMAMES, Ramón, La República. La era de Franco, Madrid, Alianza, 1988, y
TUÑÓN DE LARA, Manuel, La España del siglo XX, vol. II, De la Segunda República a la Guerra Civil
(1931-1936), Tres Cantos (Madrid), Akal, 2000; y CEAMANOS LLORENS, Roberto, Isidro Gomà i
Tomàs. De la Monarquía a la República (1927-1936): sociedad, política y religión, Zaragoza,
Publicaciones del Rolde de Estudios Aragoneses, 2012, entre otros.
133
SEVILLA, Diego, Días de ayer, Barcelona, Alpha, 1963, p. 376, cit. en SECO SERRANO,
Carlos, Alfonso XIII…, op. cit., p. 222. Sobre procesos electorales posteriores, véase VILLA GARCÍA,
Roberto, La República en las urnas. El despertar de la democracia en España, Madrid, Marcial Pons, 2011.
134
Véase MARTÍNEZ CUADRADO, Miguel, Restauración y crisis de la monarquía (1874-
1931), Madrid, Alianza, 1991, p. 452.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
80
importancia: Sabadell, Tarrasa, Alcoy, Elda, Almadén, Peñarroya, Gijón, Mieres
y toda la cuenca minera, la mayoría de las villas vascas…135.
Los principales núcleos urbanos del país, Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza,
dieron su apoyo a las candidaturas republicanas: 953 concejales frente a 602 de las
candidaturas monárquicas era el resultado del escrutinio en las ciudades. Sin embargo, el
resultado global de estas elecciones fue favorable a los monárquicos, gracias al voto
emitido en las zonas rurales, con 41.224 concejales frente a los 39.248 republicanos136.
A pesar de la victoria, en términos absolutos, de las candidaturas
monárquicas, las fuerzas republicanas y sectores afines de la población hicieron
una lectura en clave política de los resultados electorales que iba más allá de la
valoración de los indicadores estrictamente numéricos. Consideraron que un
porcentaje elevado del voto emitido en el medio rural se había producido bajo la
coacción de los caciques locales sobre el electorado, lo que le restaba valor
decisorio con relación al voto expresado en las ciudades137.
El fenómeno del caciquismo ha sido tratado extensamente en nuestra
historiografía contemporánea, si bien existen interpretaciones diferentes sobre esta
cuestión. Por citar tan solo a dos autores representativos, para Javier Tusell la estructura
clientelar derivada de las prácticas caciquiles no es sino un “colchón amortiguador” de
las tensiones que se producen entre grupos sociales diferentes que actúan, por lo tanto,
como un elemento de modernización social; en contraposición a lo anterior, para
Salvador Cruz Artacho el caciquismo supone un intento de las clases dirigentes de
establecer un control efectivo sobre las clases sociales más desfavorecidas138.
135
SOLÉ TURÁ, Jordi y AJA, Eliseo, Constituciones y períodos constituyentes en España
(1808-1936), Madrid, Siglo XXI, 1992, pp. 92-93.
136
TAMAMES, Ramón, La República…, op. cit., p. 21, y MARTÍNEZ CUADRADO, Miguel, p. 452.
137
TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “La dimensión política…”, op. cit., pp. 29-30.
138
Sobre el caciquismo consúltese COSTA, Joaquín, Oligarquía y caciquismo como la forma
actual de gobierno en España. Urgencia y modo de cambiarla, (estudio introductorio de Alfonso Ortí), 2.
vols., Madrid, Revista de Trabajo, 1975. En cuanto a las dos posiciones tratadas en nuestro texto, véanse
respectivamente en TUSELL GÓMEZ, Javier, Oligarquía y caciquismo en Andalucía (1890-1923),
Barcelona, 1976; y CRUZ ARTACHO, Salvador, Caciques y campesinos. Poder político, modernización
agraria y conflictividad rural en Granada, 1890-1923, Madrid, Libertarias, 1994. El caciquismo también
ocupa un lugar destacado en el ámbito de la creación literaria, donde encontramos numerosas obras que nos
proporcionan una visión particular de la influencia que los caciques han ejercido en la vida social y política
de nuestro país. Leopoldo Alas “Clarín” en La Regenta (Madrid, Cátedra, 1993) y Emilia Pardo Bazán en
Los Pazos de Ulloa (Madrid, Alianza Editorial, 1996), autores ambos pertenecientes a la corriente literaria
del Realismo, reflejan en estas obras los privilegios que detentan los citados caciques, así como los abusos y
la presión que ejercen sobre el electorado.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
81
Caciquismo equivale a ejercicio arbitrario del poder a nivel local, rectificando
la ley escrita y desnaturalizando las funciones electorales, judiciales y
administrativas. Porque hay que tener en cuenta que caciques y caciquismo no
agotan su protagonismo con el tiempo electoral, sino que se manifiestan en la
vida cotidiana de la España rural. Naturalmente, llama más la atención la
manifestación del caciquismo cuando sirve para hacer inoperante el sufragio
universal y transformar una casi democracia formal en una oligarquía. Ahí
quedan falseadas de raíz las bases del poder y las grandes decisiones del país. Pero
el caciquismo tiene un permanente carácter de instrumento del bloque de poder139.
Algunos autores, ya en el siglo XIX, consideraron que los términos “caciquismo”
y “monarquía” se encontraban estrechamente relacionados en la sociedad española,
instalados con una fuerte presencia en el complejo entramado de relaciones de la vida
política, social y económica. El periodista aragonés, escritor y militante republicano
Juan Pedro Barcelona expresó esta idea a través de la música, al publicar, en 1894, una
obra propia titulada Cancionero Republicano.
Hace muy pocas semanas que, visitando uno de los pueblos de mi amada
tierra aragonesa, y conversando con los que en él luchan contra la monarquía y el
caciquismo, indicóme uno de ellos la conveniencia de que hiciera una colección
de cantares empapados en la idea republicana y que, yendo por su forma a manos
del pueblo que trabaja, sufre, paga y en su mayor parte, no puede leer libros,
hicieran nacer en los que no lo sienten, y afirmasen en los que ya lo tienen, el
amor a nuestros ideales y el odio a la monarquía y sus sostenedores140.
Es muy importante la observación que hace este autor referida al pueblo
aragonés, fácilmente extrapolable al resto del Estado, como destinatario de su creación
musical, “que en su mayor parte, no puede leer libros”. La imposibilidad de practicar la
lectura dificultaría la instrucción de la sociedad y, por tanto, sería necesario suplir dicha
carencia para favorecer su educación. Sin el concurso de la letra impresa, la música
ocupó, mediante su transmisión oral, una relevante función divulgadora que posibilitó
139
TUÑÓN DE LARA, Manuel, Poder y Sociedad en España, 1900-1931, Madrid, Espasa
Calpe, 1992, p. 119.
140
BARCELONA, Juan Pedro, Cancionero Republicano, Zaragoza, [s.n.], 1894 (Tip. de A.
Sabater e hijo), p. 3. Esta cita pertenece a una breve introducción del autor, dedicada, con una tipografía
muy ornamentada, al “Sr. D. Francisco Pi y Margall”. Vicente Martínez Tejero y José Luis Melero Rivas
son autores de la Introducción de una edición facsímil de 500 ejemplares numerados (nuestro ejemplar es
el n.º 450) del citado Cancionero, en la que se presenta un interesante perfil biográfico de Juan Pedro
Barcelona. Véase BARCELONA, Juan Pedro, Cancionero Republicano, (Introducción de Vicente
Martínez Tejero y José Luis Melero Rivas), (edición facsimilar), Zaragoza, [s.n.], 1990.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
82
la formación de una conciencia política ciudadana en torno a “cantares empapados en
la idea republicana”.
Igualmente, la cita anterior ofrece una información muy valiosa para conocer los
objetivos que perseguía el autor del Cancionero Republicano. Sus cantares actuarían en
una doble dirección: en primer lugar, harían “nacer en los que no lo sienten” el espíritu
republicano y, en segundo lugar, servirían como elemento de afirmación “en los que ya
lo tienen, el amor a nuestros ideales”. En suma, eran obras dirigidas al conjunto de la
sociedad, representada en las dos posiciones citadas, para extender la influencia del
espíritu republicano.
Juan Pedro Barcelona escribió sus cantares republicanos atendiendo la petición
de “un entusiasta mozo”141, que le había solicitado “unas canciones republicanas para
cuando los de su cuadrilla salieran de ronda”142. Concebido dicho cancionero como un
instrumento propagandístico al servicio de la acción política, en 1894, este agitador que
recorría “a caballo o a pie”143 los pueblos de Aragón y de La Rioja divulgando su
“humilde palabra republicana”144, dejaba constancia en una de sus estrofas del diálogo
poético sostenido con un labrador.
Le pregunté a un labrador
cuántas plagas conocía,
y dijo: “Las dos mayores,
caciquismo y monarquía”145.
A través de las redes clientelares establecidas por los caciques, se perseguía situar
como responsables de las distintas administraciones públicas del Estado a individuos de su
círculo familiar –en ocasiones el propio cacique– u otros que, sin pertenecer al mismo,
actuaban al dictado de quienes habían promovido su participación política. La
incorporación a las instituciones mediante estas prácticas de cooptación suponía una clara
vulneración de los principios de la soberanía popular, cuyas consecuencias posteriores se
141
Ibid. p. 3.
142
Id.
143
Id.
144
Id.
145
Ibid. p. 9.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
83
traducían en una actuación viciada de los nuevos cargos electos, en la que se priorizaba la
defensa de los intereses particulares del grupo al que debían el estatus adquirido en
detrimento de los intereses generales de los ciudadanos.
Tuñón de Lara afirmaba, en relación al caciquismo, que se trataba “de un hecho
sociopolítico expresado en el tiempo histórico, y concretamente en la formación social
española desde mediados del siglo XIX hasta cumplirse el primer tercio del XX (porque
con [Miguel] Primo de Rivera hubo caciquismo aunque no hubiera elecciones)”146.
Una de las lecturas musicales del tiempo histórico citado por Tuñón de Lara para
señalar la permanencia del caciquismo en la vida política española ofreció una visión
elogiosa de la dictadura instaurada por Miguel Primo de Rivera. Luis Villacampa y J.
Llorens escribieron una composición original para canto y piano, titulada El 13 de
Septiembre (Marcha Himno). El primero es el autor del texto y el segundo de la música.
En la portada de la partitura figura, precediendo al título, la siguiente dedicatoria,
rubricada por Los autores: “Al Excmo. Sr. D. Miguel Primo de Rivera, Marqués de
Estella en prueba de afecto y admiración”147.
Yo te quiero España mía
por tus glorias y belleza
y ferviente te contemplo
por tu Historia y tu grandeza.
La alegría y mis amores
hoy rebosan en mi pecho
porque un hijo no permite
que te traten con despecho.
[…]
148
146
TUÑÓN DE LARA, Manuel, Poder y Sociedad…, op. cit., p. 19.
147
VILLACAMPA, Luis y LLORENS, J., El 13 de Septiembre. Marcha Himno, Barcelona,
Casa Gol, s.a., p. 2.
148
Ibid. Con una orientación muy similar a la expresada en esta partitura, se compusieron
algunas obras más: L. López Prieto y Román de San José son los autores del texto y de la música,
respectivamene, de una Marcha política titulada El 13 de septiembre; José Soriano y Genaro Monreal,
autores de texto y música, en el mismo orden del ejemplo anterior, escribieron una Canción marcha,
titulada ¡Viva el Directorio! Véanse, respectivamente, SAN JOSÉ, Román de, y LÓPEZ PRIETO, L., El
13 de septiembre, Bilbao, Unión Musical Española, 1923; y MONREAL, Genaro y SORIANO José,
¡Viva el Directorio!, Madrid, Ildefonso Alier, [ca. 1924].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
84
Concluida la experiencia primorriverista, el proceso de disolución de la
Monarquía iba a encontrar en la unidad de las fuerzas republicanas el último e
insalvable obstáculo para su permanencia al frente de las instituciones de la nación. El
17 de agosto de 1930, la ciudad de San Sebastián había sido el escenario elegido para
celebrar la primera de una serie de reuniones en las que se dieron cita personalidades
relevantes, pertenecientes a diferentes fuerzas políticas opositoras al régimen
monárquico, con el fin de adoptar una estrategia común frente a este.
La caída del régimen de Primo de Rivera y la imposibilidad de los gobiernos tanto
del general Dámaso Berenguer como del almirante Juan Bautista Aznar de resolver la
crisis política abierta obligaron a las fuerzas republicanas a tomar la iniciativa tras el
alejamiento del PSOE y de la UGT del gobierno de la dictadura149.
Las ejecutivas del PSOE y de la UGT se apresuraron a condenar el golpe como
un acto de fuerza ilegítimo, pero cuando la CNT invitó a los socialistas a secundar
una huelga general contra el nuevo régimen tanto el partido como el sindicato
respondieron con evasivas. Unos días después, la ejecutiva del PSOE recomendaba
a sus cargos públicos que continuaran en el desempeño de sus funciones, pues ni
habían sido destituidos por nadie ni había motivo alguno para que abandonaran sus
responsabilidades. Ya a principios de octubre, [Francisco] Largo Caballero se
felicitaba desde las páginas de El Socialista de la “completa neutralidad” mostrada
por los trabajadores ante el golpe. Nada justificaba, según él, una respuesta popular
que hubiera puesto en riesgo conquistas sociales alcanzadas “a fuerza de inmensos
sacrificios”. Había indicios, además, de que el Directorio militar pretendía obtener
en el ámbito social la legitimidad de la que, por su naturaleza y origen, carecía en
el ámbito político. Los gestos de acercamiento a la UGT150, considerada la legítima
depositaria de los afanes de la clase obrera española, fueron ostensibles desde la
instauración misma del Directorio151.
149
Véase una descripción de este proceso en VV.AA., La Segunda República…, op. cit., pp. 31-60.
150
Al menos individualmente, en algún caso, esta política de concertación hacia el sindicato
socialista fue correspondida con entusiasmo desde las filas de la organización obrera. Con motivo de la
proclamación de la República en 1931, El Sol refería el siguiente hecho que había tenido lugar en
Zaragoza, el mismo día 14 de abril de 1931.
Una nota lamentable, a nuestro juico, la ha dado un exaltado y conocido ugetista, que vitoreaba
a la República con el mismo fervor y entusiasmo con que hacía unos meses vitoreaba a Primo de
Rivera.
El Sol, 15-IV-1931, p. 8.
151
FUENTES ARAGONÉS, Juan Francisco, Largo Caballero. El Lenin español, Madrid,
Síntesis, 2005, pp. 118-119. Sobre esta etapa véanse GILLESPIE, Richard, Historia del Partido
Socialista Obrero Español, Madrid, Alianza, 1991; ANDRÉS-GALLEGO, José, El socialismo durante la
dictadura (1923-1930), Madrid, Tebas, 1977; y TAMAMES, Ramón, Ni Mussolini ni Franco. La
dictadura de Primo de Rivera y su tiempo, Barcelona, Planeta, 2008.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
85
Persisten algunas dudas sobre los motivos que indujeron a los impulsores del
Pacto de San Sebastián a la elección de esta ciudad para iniciar sus contactos. No
obstante, no parece casual esta decisión como tampoco debió de serlo la fecha elegida,
el 17 de agosto, en pleno período estival cuando la ciudad estaba inmersa en los actos
festivos de la Semana Grande. Durante décadas, esta villa marinera había sido el destino
de veraneo preferido por la casa real española, en la que se daban cita miembros del
gobierno, de la aristocracia, empresarios… Como recuerdo de estas estancias reales,
edificios emblemáticos de la ciudad ostentan el nombre de las reinas Victoria Eugenia
y María Cristina152.
Indalecio Prieto se refirió a los gestos de extrañeza y disgusto de la aristocrática
clientela del Hotel de Londres y de Inglaterra, situado junto al mar, en el Paseo de la
Concha153, al observar la presencia de representantes de los partidos republicanos en dicho
establecimiento, por lo que tuvieron que trasladar la reunión al cercano Casino
Republicano, edificio que en la actualidad alberga el Ayuntamiento de la ciudad. Una
operación política de estas características, alejada de toda discreción y escenificada en los
términos señalados, perseguiría provocar un golpe de efecto ante una audiencia que asistía
desorientada a aquella escena pública, al tiempo que enviaba un mensaje claro al gobierno
de la Monarquía. No quedó constancia documental de estos encuentros, con la excepción
de un manifiesto redactado por Alejandro Lerroux que, dirigido al pueblo español,
finalizaba con “vivas” a España y a la República154.
152
El marqués de Hoyos (José María de Hoyos y Vinent), último ministro de Gobernación del
rey Alfonso XIII, mostró su pesar por los resultados electorales de abril de 1931 en varias ciudades.
Es lamentable, pero cierto, que en San Sebastián y Santander, residencias veraniegas de la Real
Familia, triunfaron los de la coalición republicano-socialista.
HOYOS Y VINENT, José María de, Mi testimonio, Madrid, Afrodisio Aguado, 1962, p. 124.
153
El paseo toma su nombre de la playa principal de la localidad, homónima, situada a escasos
metros de dicho hotel.
154
Véase PRIETO, Indalecio, “El Pacto de San Sebastián”, Tiempo de Historia, n.º 27, 1977, pp.
38-41. Dicho autor se refirió, igualmente, al citado manifiesto en PRIETO, Indalecio, Convulsiones de
España. Pequeños detalles de grandes sucesos, v. 1, México D.F., Oasis, 1967, pp. 56 y 62. Un
propietario de este volumen, anterior a nosotros, introdujo una llamada en el cuerpo del texto (p. 62), cuya
redacción manuscrita figura en el margen inferior de la misma página, en la que se afirmaba que el primer
manifiesto lo había presentado Indalecio Prieto:
“(1) Está en contradicción con lo consignado en la pg. 56, donde dice que el primer manifiesto
que se leyó fue el de Alcalá-Zamora”.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
86
La industria discográfica no fue ajena a los movimientos políticos que se estaban
produciendo e intentó anticiparse a las necesidades que el mercado nacional pudiera
demandar. No deja de sorprendernos que una compañía editara en San Sebastián, hacia
1930, un disco de pizarra con dos obras especialmente significativas: en su cara A), La
Marsellesa. Canto de la libertad, acompañada en la cara B) por el Himno de Riego. Canto
de libertad155. Muy probablemente este hecho estuviera relacionado con el protagonismo
político que había adquirido dicha ciudad y con los debates en ella iniciados.
Ambas composiciones fueron los himnos de referencia del período republicano
que pronto emergería, fruto del entusiasmo popular, en abril de 1931, como antes lo
habían sido ‒con distintos grados de protagonismo‒ de los liberales en buena parte del
siglo XIX. La impresión discográfica de estas partituras puso a disposición de los
partidarios de la República un instrumento propagandístico de primer orden, cuya
presencia en las calles de algunas ciudades españolas pronto sería una realidad.
Obsérvese cómo la propia disposición de estos cantos de libertad, en las
respectivas caras del disco, otorga una situación preferente al himno francés sobre el
español. En cualquier caso, se refrendaba el poderoso nexo de hermandad programática de
signo republicano existente entre ambas composiciones. También en Barcelona se editó,
probablemente coincidiendo en el tiempo con el anterior, un disco de características
similares aunque solo contenía La Marsellesa156.
Las dos grabaciones citadas marcaron, en este período, el punto de partida de una
extensa producción discográfica y, sobre todo, editorial que incluía una gran diversidad de
contenidos, tanto de índole musical como poética. La prensa diaria, los pliegos de cordel,
las hojas volantes y todo tipo de folletos fueron sus principales medios de difusión,
Es correcta la contradicción detectada por nuestro desconocido interlocutor, quien añadió diferentes
anotaciones manuscritas o glosas en los tres volúmenes de que consta esta obra, siempre en un sentido muy
crítico hacia lo expresado por el dirigente socialista. Los tres volúmenes tienen en su página de cortesía el
sello de una biblioteca particular, cuyas inciales son las siguientes: JR-JF. Archivo Enrique Téllez.
155
ROUGET DE LISLE, Claude-Joseph y RÉART, José María de, La Marsellesa. Canto de la
libertad, e Himno de Riego. Canto de libertad, [grabación sonora, disco 78 rpm], [San Sebastián, Columbia
Graphophone \ Company, ca. 1930]. BNE-sig. DS/10746/14.
156
ROUGET DE LISLE, Claude-Joseph, La Marsellesa, Barcelona, Compañía del Gramófono,
[ca. 1930]. BNE-sig. DS/10989/12.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
87
encontrando en la voz humana y en los instrumentos de charangas y bandas musicales,
populares o militares, el eco más adecuado para su difusión. Otro soporte impreso que
también contribuyó notablemente a la divulgación de estas obras fueron las tarjetas
postales de correo, ilustradas en ocasiones con fragmentos de partituras o con la imagen de
personalidades de la vida política o militar afines al contenido de estos himnos157.
El encuentro político que había tenido lugar en San Sebastián pudo contribuir, tal
vez de manera ajena a la voluntad de sus protagonistas, tanto a situar las aspiraciones de la
instauración de la República en el mapa de la política nacional, como a impulsar una
nueva orientación comercial relacionada con la grabación e impresión de obras musicales
que fueran representativas de dichas aspiraciones.
El Pacto de San Sebastián, consecuencia directa de las citadas reuniones, permitió
la creación de un Comité Revolucionario que promoviera la instauración de la Segunda
República, el cual actuó con celeridad en las horas posteriores al conocimiento de los
resultados electorales del día 12 de abril, dejando el régimen monárquico sin apenas
capacidad de maniobra. Este comité se convertió en gobierno provisional de la República
el 14 de abril de 1931158.
Previamente, habían tenido lugar dos hechos que marcaron indefectiblemente los
últimos meses de la monarquía: la sublevación y proclamación de la República en Jaca el
12 de diciembre de 1930, en una acción dirigida por los capitanes Fermín Galán y
157
Himno nacional español de Riego, [carte postale], S.l. (Francia), s.n., [ca 1931]. Tarjeta
postal editada en Francia, sin fecha, cuya cara principal está divida en dos franjas de color, la inferior
amarilla y la superior roja. Sobre dicho fondo rojo está impresionado el título de la obra musical de la que
se reproducen los primeros compases. Himno de Riego e Himno Catalá, [tarjeta postal], s.l., s.n., [ca
1931]. Tarjeta postal editada en España, hacia 1931, con el texto de los dos himnos citados. Posee una
ilustración gráfica muy completa dispuesta en una maquetación esmerada: motivos relativos a las banderas
de la República y de Cataluña, así como las imágenes de Francesc Macià, y de los capitanes fusilados en
Jaca, Fermín Galán y Ángel García Hernández. Ambos documentos se encuentran en el archivo particular
de Enrique Téllez.
158
La nutrida representación de partidos republicanos catalanes no dejó pasar la oportunidad para
lograr el apoyo, por parte de los reunidos, al Estatuto de Autonomía para Cataluña, que fue aprobado en las
Cortes el 9 de septiembre de 1932, mientras el Estatuto vasco hubo de esperar hasta el 1 de octubre de 1936.
El Estatuto de Autonomía gallego no pudo completar su tramitación en las Cortes, después de haber sido
refrendado en Galicia por una amplia mayoría el 28 de junio de 1936.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
88
Salvador Sediles159; y el intento fallido de huelga general que se había organizado para el
día 15 del mismo mes160. La deficiente coordinación de estos hechos condujo al fracaso
de ambas iniciativas que debían haber tenido lugar, de manera sincronizada, en una
misma jornada161.
El Comité Revolucionario, reunido en Madrid el día 10 de diciembre de 1930,
había acordado retrasar el pronunciamiento hasta el día 15 del mismo mes y asignado
distintas ciudades a los miembros del citado comité para que pudieran sumarse a la
actuación de las unidades militares afines. Se había previsto avisar a los capitanes Fermín
Galán y Salvador Sediles, destinados en Jaca, de este nuevo aplazamiento. Esta
responsabilidad recayó en Santiago Casares Quiroga, a quien inicialmente el comité había
asignado como destino su tierra natal, Galicia162.
Casares Quiroga partió hacia Jaca el día 11 de diciembre, en compañía, entre otros,
del médico Manuel Pastoriza y del editor Graco Marsá, sin que cumpliera
satisfactoriamente la misión que se le había confiado. Algunos meses después, el Diario
de Barcelona publicaba, en su edición del 18 de abril de 1931, una entrevista al capitán
Salvaldor Sediles163.
159
Sobre los sucesos de Jaca es especialmente interesante el testimonio de un testigo directo de
los mismos, el editor Graco Marsá. Véase MARSÁ, Graco, La sublevación de Jaca. Relato de un rebelde,
Madrid, Zeus, 1931. Véanse también GÓMEZ, Esteban C., La insurrección de Jaca. Los hombres que
trajeron la república, Barcelona, Escego, 1996, y TUÑÓN DE LARA, Manuel, La España del siglo XX,
vol. I, La quiebra de una forma de Estado (1898-1931), Tres Cantos (Madrid), Akal, 2000, pp. 253-258.
160
Véanse MOLA, Emilio, Tempestad, Calma, Intriga y Crisis, Librería Bergua, Madrid, s.f., p.
27, y SAMPELAYO, Carlos, “Jaca: medio siglo”, Tiempo de Historia, n.º 74, 1981, pp. 16-25.
161
En 1931, proclamada la República, La Calle, cuya cabecera figura acompañada de la
leyenda “Revista Gráfica de Izquierdas”, publicó numerosas informaciones sobre los sucesos de Jaca.
El 1 de abril de 1932 insertaba varias fotografías relacionadas con estos hechos: la imagen de Alfonso
Rodríguez “El Relojero”, en la madrugada del día 12 de diciembre de 1930, leyendo “el bando del
Capitán Galán, proclamando la República”; otra de Pío Díaz, nombrado alcalde republicano de Jaca
inmediatamente después de la lectura citada. Véanse ambos documentos gráficos y el texto
entecomillado en La Calle, 1-IV-1932, p. 23.
162
Santiago Casares Quiroga había comenzado su actividad política como concejal en su ciudad
natal, A Coruña. Fue Diputado en las Cortes constituyentes por la Organización Republicana Gallega
Autónoma (ORGA), organización que en 1933 se fusionó con Acción Republicana, dando lugar a la
formación política denominada Izquierda Republicana. Ocupó diversos cargos ministeriales: Ministro de
Marina, de Gobernación, de Obras Públicas. En mayo de 1936 fue nombrado Presidente del Gobierno y
Ministro de la Guerra, cargos de los que dimitió con motivo del pronunciamiento militar del 18 de julio de
1936 para iniciar un largo exilio del que ya nunca regresaría. Véase GRANDÍO SEOANE, Emilio y
RODERO, Joaquín, (eds.), Santiago Casares Quiroga. La forja de un líder, Madrid, Eneida, 2011.
163
Esta entrevista fue publicada en el Diario de Barcelona, 18-IV-1931, p. 9, ciudad que
tributó un recibimiento honorífico a los militares que se habían sublevado en Jaca en diciembre de
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
89
Preguntado después el capitán [Salvador] Sediles por los orígenes del
movimiento de Jaca contestó:
Galán era un gran hombre, superior a todos en ponderación. Inmediatamente de
su llegada a Huesca, se puso en contacto con nosotros y nos convenció de la
necesidad del movimiento. Había, desde luego, otras guarniciones comprometidas,
entre ellas las de Huesca y Lérida.
Galán siguió diciendo estaba de acuerdo con el Comité de Madrid, el cual
había dicho que de no haber contraorden estallaría el movimiento el día convenido.
De Madrid se recibió orden de aplazarlo, pero desgraciadamente Casares Quiroga,
que tenía la orden de aplazamiento, no pudo ver a Galán aquella noche [del día 11
de diciembre]. Por eso no pudo aplazarse el movimiento164.
La actividad conspiradora del Comité Revolucionario había conducido al
pronunciamiento de Jaca, el día 12 de diciembre de 1930: tras distintos aplazamientos, los
capitanes Fermín Galán y Salvador Sediles, con el apoyo de parte de la guarnición militar
de dicha localidad oscense y miembros de la población civil, se alzaban contra el gobierno
del general Berenguer y proclamaban la República.
La acción fue neutralizada el día 13 en las inmediaciones del santuario de Cillas,
tras violentos combates entre los sublevados y las fuerzas gubernamentales que habían
interceptado su marcha hacia Huesca.
En la mañana del 14 de diciembre, un Consejo de guerra sumarísimo, presidido
por el general Lascano, y formado por más de un comprometido en el movimiento,
juzgaba en Huesca a los capitanes Galán, García Hernández y Salinas, tenientes
Muñoz y Fernández, y alférez Gisbert. Los dos primeros fueron condenados a
muerte y los otros a cadena perpetua. El capitán general de Aragón, Jorge
Fernández de Heredia, aprobó la sentencia. Contra una vieja tradición, la ejecución
1930, los cuales regresaron, en abril de 1931, de su encarcelamiento en la fortaleza de la Mola, situada
en Mahón (Menorca).
164
Diario de Barcelona, 18-IV-1931, p. 9. Sobre esta controvertida cuestión, autores como
Carlos Sampelayo atribuyen el fracaso de la delicada misión citada al miedo que experimentó el político
gallego ante la responsabilidad que se le había confiado, hospedándose al llegar a Jaca, la noche del día
11, en un hotel diferente al que ocupaba Fermín Galán, con quien solo se reunió la mañana siguiente
cuando dicho militar ya se había sublevado. Por el contrario, Esteban Gómez señala que “en Madrid se
había recibido otro telegrama, puesto desde Lérida, por los hombres [com]prometidos que habían sido
enviados anteriormente a Jaca, y que se encontraban allí en misión de enlace: “Retrasad envío `libros´
sábado”. “Esto fue lo que le dio pie a Casares Quiroga para pensar que tenía todo el viernes 12 para
comunicar con Galán”. Véanse, respectivamente, SAMPELAYO, Carlos, p. 19, y GÓMEZ, Esteban,
Rolde: Revista de cultura aragonesa, n.º 123, 2007, p. 44. Tuñón de Lara facilitó el nombre de los dos
hoteles de la localidad de Jaca en los que pernoctaron, respectivamente, Fermín Galán (Hotel Mur) y
Casares Quiroga (Hotel de la Paz). Consúltese TUÑÓN DE LARA, Manuel, La España del siglo XX,
vol. I,…, op. cit., p. 254.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
90
tuvo lugar en domingo. Aquella misma tarde eran fusilados Fermín Galán y Ángel
García Hernández165.
Debilitado inicialmente el movimiento revolucionario por su descoordinación y
después, tal vez, por el efecto disuasorio que pudo ejercer en el ánimo de los republicanos
el fusilamiento de los dos capitanes sublevados, eran pocas las posibilidades de éxito de la
huelga general organizada para el 15 de diciembre. La convocatoria tuvo un seguimiento
limitado tanto en el ámbito civil como en el militar, con la excepción del aeródromo de
Cuatro Vientos, en Madrid, del que despegaron varios aparatos para arrojar octavillas del
Comité Revolucionario con las leyendas impresas de “¡Viva España con Honor! ¡Viva la
República!”166. Entre los sublevados de Cuatro Vientos se encontraban Gonzalo Queipo
de Llano y Ramón Franco, quienes jugaron un papel bien diferente a partir del golpe
militar de julio de 1936.
Los aviones desaparecieron del cielo y la huelga general no se produjo. Nos
quedamos con la sensación de oprobio de que los militares habían cumplido,
perdiendo dos de ellos su vida [Fermín Galán y Ángel García Hernández],
mientras el PSOE y la UGT habían faltado a sus compromisos167.
Otra consecuencia directa de esta jornada fue la detención y encarcelamiento de
la mayor parte de los miembros del Comité Revolucionario, responsable político del
movimiento. Niceto AlcaláZamora168, Miguel Maura, Francisco Largo Caballero,
Fernando de los Ríos, Álvaro de Albornoz Liminiana y Santiago Casares Quiroga
fueron recluidos en la Cárcel Modelo; Manuel Azaña y Alejandro Lerroux
165
Ibid., pp. 257-258.
166
Santiago Carrillo reprodujo en sus Memorias la fotografía de un avión lanzando octavillas el
día 15 de diciembre de 1930 sobre la Plaza de Oriente, símbolo representativo de la institución
monárquica que se pretendía derribar. Véase CARRILLO, Santiago, Memorias, Madrid, Planeta, 1993, p.
47. Sobre estos hechos consúltese el testimonio de dos de sus principales protagonistas: FRANCO,
Ramón, Madrid bajo las bombas, Madrid, Zoila Ascasibar, 1931, e HIDALGO DE CISNEROS, Ignacio,
Cambio de rumbo, (primera parte), s.l., s.n., imp. 1970 (Bucarest).
167
Ibid., pp. 45-46.
168
Hemos omitido en nuestro texto el tratamiento de “don” como partícula que antecede al
nombre propio, costumbre, por otra parte, muy extendida en el contexto político en el que se desarrollaron
los gobiernos de la Segunda República. Al tratar nuestro estudio una secuencia temporal mucho más
amplia, la utilización del citado tratamiento en este capítulo, o posteriores, podía presuponer
erróneamente el establecimiento por nuestra parte de categorías jerárquicas.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
91
permanecieron ocultos en Madrid; y Diego Martínez Barrio e Indalecio Prieto, entre
otros, se exiliaron a Francia169.
Ya no tiene flor de lis;
de la España la bandera
ya no tiene flor de lis,
como era flor extranjera
se marchó para París
por tierra Cartagenera
[…]
Con alegría y contento
vio Madrid el aeroplano
que salió de Cuatro Vientos
con Franco y Queipo de Llano
pidiendo el destronamiento
de Alfonsito el Africano170.
Los dos acontecimientos políticos citados, la sublevación de Jaca, el 12 de diciembre,
y el conato de huelga general que tuvo su expresión álgida tres días más tarde en el
aeródromo de Cuatro Vientos, se vieron reflejados –especialmente el primero de ellos– en
numerosas canciones en las que se glosó el sacrificio de los dos militares fusilados,
distinguidos popularmente como “mártires de la patria”171. También Ramón Franco, uno de
los artífices de la sublevación en Cuatro Vientos, vería reconocida su actuación del día 15 de
diciembre de 1930 en una partitura escrita como homenaje a su persona172.
Una de las obras musicales compuestas, relacionadas con el movimiento
revolucionario protagonizado, entre otros, por Fermín Galán Rodríguez y Ángel García
Hernández, titulada Ideal [republicano], recogía en su portada, en grandes caracteres de
169
Véase PRIETO, Indalecio, Convulsiones de España…, v. 1, op. cit., pp. 65-69 y 79-84.
Consúltese también PRIETO, Indalecio, “El Pacto…”, op. cit., pp. 38-41; y SAMPELAYO, Carlos, pp. 16-25.
170
Poesías dedicadas a los gloriosos capitanes Fermín Galán y García Hernández, [folleto],
s.l., s.n., [1931]. El precio de este folleto, según consta en el propio documento, era de diez céntimos.
Archivo Enrique Téllez.
171
Proclamada la Segunda República, se editaron numerosos carteles, postales de correos y otros
soportes gráficos en los que figuraban las imágenes de los dos militares fusilados en Jaca, acompañados
de diferentes expresiones en su reconocimiento. La revista Tiempo de Historia reproduce en la cubierta de
su número 47 uno de estos documentos, en cuya parte inferior figura la siguiente leyenda: “¡Gloria a los
mártires de la República!”, Tiempo de Historia, n.º 74, 1981.
172
Nos referiremos más extensamente a dicha partitura en este mismo capítulo.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
92
imprenta, la dedicatoria “A la memoria de los héroes de Jaca”, junto a elementos
alegóricos como el gorro frigio de los revolucionarios franceses, la cabeza de un león
rugiendo, y dos motivos pictóricos representativos de las banderas de la República
española y de Cataluña. Figura, igualmente, un poema como presentación de la partitura.
Fueron Galán y García
militares de alma inquieta,
cuyo recuerdo inmortal,
el mundo entero respeta.
Los condenaron a muerte
unos reyes desleales,
mas, al morir los valientes,
cayeron los timbres reales.
Y besada por las leyes,
logró levantarse sola
pisoteando a los reyes,
la República Española173.
El texto cantado, diferente al del poema anterior, ensalzaba los valores de la
República. Para darle mayor solemnidad a la partitura, el compositor escribió una breve
introducción interpretada por el piano, cuya línea melódica más aguda está duplicada por
trompetas al unísono174. En este comienzo majestuoso, triunfal, la preeminente sonoridad
de las trompetas evoca el universo militar al que pertenecían los dos homenajeados,
ámbito en el que es muy frecuente el uso de dicho instrumento de viento metal.
Ideal [republicano]
Texto: José García Baselga – Música: Francisco Udina Vilaseca
Españoles cantar este canto
Himno de gloria que del alma fuerte
Fatigada de sufrir ya tanto
Nace a la vida con amor ferviente.
República naciente
[¿] Quién te habla de pesares?
173
GARCÍA BASELGA, José y UDINA VILASECA, Francisco, Ideal [republicano], s.l., s.n., [1931].
174
No especifica el compositor el número exacto de trompetas que requiere la introducción de
esta obra, si bien, al utilizar el término en plural, deducimos que sigue el criterio empleado
frecuentemente en las partituras de orquesta, en las que se utilizan los instrumentos de viento “a dos” ante
dicha indicación. Por las características sonoras de este instrumento, no sería aconsejable utilizar más
de ese número.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
93
Tu nombre y tu prestigio
alegra por doquier
En España has nacido
Sin ruido de cañones
Como no logró nunca
otra cual tú nacer.
Los cantos y los mares
Sus cánticos de amores
Entonan en tu honor
Ya bajo tu bandera.
La libertad sonríe
La justicia se impone
Y tremola el amor175.
* * *
Los sucesos de Jaca y de Cuatro Vientos contribuyeron notablemente a la
movilización popular en defensa de la instauración de la República, frente a un régimen
monárquico que manifestaba signos de descomposición. El nombramiento de diferentes
gabinetes ministeriales no conseguió orientar la política nacional en una dirección que
pudiera preservar la continuidad de la Monarquía.
El Comité Revolucionario surgido del Pacto de San Sebastián continuó su
actividad pese al fracaso de las dos acciones citadas, esfuerzo político que tuvo
consecuencias inmediatas en todo el Estado. Las formaciones antimonárquicas que
suscribían los postulados derivados del manifiesto hecho público por los reunidos en la
ciudad guipuzcoana intensificaron su trabajo en el ámbito regional y local, con el fin de
fortalecer sus iniciativas y de concederles posibilidades de éxito.
Se inició en todo el Estado un rápido proceso de unidad, dando lugar a la creación
de Federaciones Republicanas integradas por diferentes partidos: Republicano Radical,
Derecha Liberal Republicana, Partido Republicano Radical Socialista… La presidencia de
estas federaciones republicanas recaía en personalidades de prestigio que aglutinaban las
distintas sensibilidades políticas en un proyecto común.
175
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
94
La prensa afín a las ideas republicanas recogió en sus páginas la celebración de
numerosos actos de carácter unitario en diferentes ciudades españolas. Transcribimos a
continuación una información que consideramos representativa del proceso señalado. Se
refiere a la localidad aragonesa de Calatayud, en la que se celebró un acto de afirmación
republicana de características similares a otros muchos que tuvieron lugar en los últimos
meses de 1930.
La representación de la comarca de Calatayud, constituida por 72 pueblos, se ha
congregado en solemne acto, presidido por el ex diputado a Cortes D. Darío Pérez,
con objeto de proceder a la reorganización del partido republicano y a la
ratificación de las elecciones verificadas para designar los Comités locales
renovados.
La Asamblea se verificó en el teatro Principal, asistiendo, además de los
asambleístas, que eran los que tenían voz y voto, público numerosísimo, que
llenaba todas las localidades del amplio coliseo.
[…]
Tomando posesión de sus puestos el presidente del Comité comarcal pronunció
un discurso de clausura de la Asamblea, en el cual se refirió a la presente situación
política de España, a los actos últimamente celebrados en Madrid, a la pujante
manifestación de fuerzas que la Asamblea representaba y a la línea de conducta
que el partido comarcal debería seguir con el entusiasmo de que tantas pruebas han
dado las fuerzas de izquierdas en este país.
El orador fue aplaudidísimo y se dio por terminado el acto, en el cual han sido
notas salientes la numerosísima concurrencia, la unanimidad de criterio, la
adhesión a la Alianza Republicana y la cordialidad entre los diversos grupos
republicanos176.
Dicha acción política se completó con la incorporación a las Federaciones
Republicanas de un complejo entramado asociativo de carácter local del que formaban
parte diversas entidades: Asociación Benéfica Republicana, Ateneo Republicano, Círculo
Republicano, entre otras. Este movimiento asociativo contribuyó, en gran medida, a
dinamizar la vida política y social en aquellas localidades en las que estaba implantado,
para lograr, de este modo, la adhesión popular a las propuestas republicanas. Tal esfuerzo
organizativo se vió reflejado en el resultado de las elecciones municipales que se
celebraron de manera inmediata.
176
La Libertad, 11-X-1930, p. 4.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
95
La jornada electoral del 12 de abril transcurrió, en términos generales, con
normalidad, si bien el resultado del escrutinio no fue definitivo en algunas localidades
hasta después del 31 de mayo, fecha en la que los municipios afectados por alguna
situación imprevista (renuncias de concejales, alegaciones, etc.) celebraron elecciones
según decreto del gobierno provisional de la República de 13 de mayo de 1931177.
Del importante avance experimentado en el apoyo popular a las candidaturas
republicanas podemos extraer la conclusión de que la idea de la recuperación de la
República se había instalado con fuerza en la voluntad política del electorado de los
principales núcleos urbanos e industriales del país. La convicción añadida de que el voto
en el medio rural había estado, en gran medida, condicionado por las presiones ejercidas
desde estructuras caciquiles en beneficio de las candidaturas monárquicas precipitó el
cambio de régimen.
La aspiración a la República también encontraba en la evolución económica del
país una sólida base en que apoyarse: durante el período comprendido entre 1910 y 1930,
España había experimentado unas elevadas tasas de crecimiento económico, acompañado
de una incipiente expansión en los sectores de la industria y de servicios en detrimento de
sectores tradicionales como la agricultura y la pesca178. Disminuyó el analfabetismo y
aumentó la presencia de la mujer en el grupo de población activa, así como en el ámbito
de la enseñanza universitaria. A pesar del crecimiento experimentado, la situación del país
presentaba todavía una situación de subdesarrollo económico y cultural.
España, que pretendía progresar industrialmente, era un país que no tenía
técnicos; era aún un país esencialmente agrario y carecía de ingenieros y peritos
agrónomos; un país donde todavía el 33,70 por ciento de la población estaba
compuesto de analfabetos179.
177
No cabe la menor duda de que estos resultados parciales completaban el proceso electoral que
había tenido lugar el día 12 de abril, aunque con una incidencia menor, habida cuenta de cómo se habían
desarrollado los acontecimientos post-electorales.
178
Puede consultarse una tabla estadística sobre la evolución de estos indicadores económicos en
PAYNE, Stanley, La primera democracia española. La Segunda de la República, 1931-1936, Barcelona,
Paidós Ibérica, 1995, p. 40.
179
TUÑÓN DE LARA, Manuel, La España del siglo XX, vol. I,…, op. cit., p. 234.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
96
El desmoronamiento del sistema monárquico, lastrado por una continua pérdida de
apoyos y de un alejamiento progresivo de la población que, cada vez más, demandaba
reformas democráticas, provocó una considerable inestabilidad política, la cual fue
configurando un nuevo escenario social en el que diversos partidos políticos y
organizaciones sindicales empezaron a considerar que el ciclo de la Monarquía había
llegado a su fin180.
El resultado fue el comienzo de una transformación socio-cultural esencial que
dio lugar a la más fundamental de las revoluciones: la revolución psicológica de
las aspiraciones crecientes181.
Las elecciones municipales de abril hicieron de catalizador de dicha “revolución
psicológica de las aspiraciones crecientes”. La euforia que siguió a la jornada del día 12
tuvo su culminación dos días más tarde, el 14 de abril, cuando desde el balcón del
Ayuntamiento de muchos pueblos y ciudades se procedió al anuncio de la proclamación de
la República, tras el traspaso de poderes ‒con frecuencia accidentado‒ del anterior alcalde
a los candidatos electos que habían encabezado las listas republicanas.
Una de las figuras más relevantes del ejército, el General José Sanjurjo, director de
la Guardia Civil durante las jornadas que nos ocupan, “había ofrecido ya su acatamiento a
los padrinos de La República”182, en contraste con otras opciones en el seno del ejército
como “la oferta firmísima hecha por el general Cavalcanti al Rey, para evitar, garantizando
el orden, un rebasamiento de la situación creada por las elecciones municipales”183.
180
El general Dámaso Berenguer, que ocupaba la cartera ministerial de Ejército, dio cuenta de
una reunión del Consejo de Ministros, celebrada el día 13 de abril, en la que reflejaba la división interna
sobre las diferentes posturas ante la crisis creada.
Desde el primer momento, cuatro de los ministros no vacilaron en decir que consideraban que
el resultado electoral restaba toda autoridad al Gobierno, y que ellos no estaban dispuestos a
continuar en sus funciones de ningún modo.
BERENGUER, Dámaso, De la Dictadura a la República, (prólogo de José Manuel Cuenca),
Madrid, Tebas, 1975, p. 324.
181
PAYNE, Stanley, El Colapso de la República. Los orígenes de la Guerra Civil (1933-1936),
Madrid, La Esfera de los Libros, 2005, p. 26.
182
SECO SERRANO, Carlos, Alfonso XIII…, op. cit, p. 224.
183
Id.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
97
También el ministro del Ejército, el general Berenguer, ante una pregunta
formulada en público por el conde de Romanones184 relativa a la posición que mantenían
algunos ministros tras expresar este último que “solo el Ejército y la Guardia Civil pueden
contestar esto…”185, el citado general manifestaría su disposición a “hacer cuanto
acuerden el Rey y su Gobierno; aunque ahora, haya que imponerse por la fuerza”186.
– En este punto, el Rey, que seguía con la mayor atención mis palabras, dijo con
energía:
– Eso de ninguna manera. Ya he tomado y expresado mi decisión y en ella me
mantengo… No hay, pues, que hablar más de este asunto.
Seguidamente se levantó187.
Desestimada la opción militar, se precipitaba de manera irreversible la caída del
último gobierno de Alfonso XIII, ante una población que asistía impaciente al desenlace
final de la situación de incertidumbre creada. El 14 de abril de 1931 concluía un período
de régimen monárquico, dando paso a la creación de un gobierno provisional de carácter
republicano con Niceto Alcalá–Zamora como presidente, quien se refirió a este hecho.
La conversación mantenida hoy, 15 de abril, de dos menos cuarto a dos con el
último presidente de la monarquía, capitán general Aznar, me ha parecido tan
importante y merecedora de pasar en su día a mis memorias que no obstante la
fidelidad prolongada de mis recuerdos, he querido fijarla inmediatamente sobre el
papel.
El general Aznar, que regresaba de haber despedido a la reina en la estación de
El Escorial, me explicó que hoy hacía la visita como último jefe de Gobierno de la
monarquía, sin perjuicio de volver mañana de uniforme como autoridad de mayor
jerarquía de la Marina. Mostró cortésmente, aunque sin decisión, el gusto habría
tenido en hacerme entrega del poder, pretendiendo disculparse por la anticipación
de nuestro apoderamiento. Mas no debió ser muy sincero su propósito cuando al
replicarle yo que habíamos aguardado dos horas más de lo indicado, como plazo
máximo en la conversación con Romanones, no insistió en la disculpa y aún
reconoció que el conde, a quien no fue posible encontrar en toda la tarde de ayer
[14 de abril] para recordarle lo tratado y hacerle ver los peligros de la situación en
posesionarnos, pudo perfecta y fácilmente hablar de nuevo conmigo. De ello y de
haber pasado Romanones todo ese tiempo en palacio, deduje claramente que fue el
184
El conde de Romanones, como otros protagonistas de estas jornadas decisivas, dejó
constancia de su interpretación de estos acontecimientos en ROMANONES, Álvaro de Figueroa y Torres,
Conde de, Y sucedió así. Apuntes para la historia, Madrid, Espasa-Calpe, 1947.
185
BERENGUER, Dámaso, p. 348.
186
Ibid. p. 350.
187
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
98
rey quien retardó la entrega oficial de poderes para ganar tiempo en su marcha y
colocarnos en el trance de tomar posesión por nosotros mismos188.
La notoriedad pública alcanzada por Alcalá–Zamora con este inesperado
nombramiento fue celebrada, con acentos marciales, en una obra musical compuesta en
1931. Su autor, José Rodríguez Marco, ensalzó al político de Priego (Córdoba) dando a
su composición el título del nombre del nuevo presidente: Alcalá Zamora. Marcha
militar española con cornetas189. Las sonoridades propias del ámbito castrense
celebraban la proclamación de la Segunda República con este homenaje a su máxima
autoridad política190.
Eran sonoridades muy similares a las que ensalzarían la memoria de los
capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández. Como nexo entre ambas partituras
encontramos la evocación musical del universo militar –gracias a la utilización de
diversos instrumentos de viento metal–, en su condición de referente institucional, tanto
en el proceso revolucionario (Jaca, diciembre de 1930) como en el de proclamación de
la República (Madrid, abril de 1931).
188
ALCALÁ-ZAMORA, Niceto, La victoria republicana. 1930-1931. El derrumbe de la
monarquía y el triunfo de una revolución pacífica, (prólogo de Stanley G. Payne. Edición de Jorge
Fernández-Coppel), Madrid, La Esfera de los Libros, 2012, pp. 223-224. Véanse también ALCALÁ-
ZAMORA, Niceto, Memorias, Barcelona, Planeta, 1977; GIL PECHARROMÁN, Julio, Niceto Alcalá-
Zamora. Un liberal en la encrucijada, Madrid, Síntesis, 2005; y CASAS SÁNCHEZ, José Luis y
DURÁN ALCALÁ, Francisco (Eds.), El republicanismo ante la crisis de la democracia: una perspectiva
comparada (1909-1939), Córdoba, Diputación Provincial, 2010.
189
RODRÍGUEZ MARCO, José, Alcalá Zamora. Marcha militar española con cornetas,
Barcelona, E. Prevosti, 1931. La corneta, también denominada “cornetín”, es un instrumento de viento
metal característico de las bandas de música, muy empleada en el Ejército, especialmente en las unidades
de infantería y de caballería para transmitir a la tropa los toques de ordenanza o instrucciones militares.
Véanse BOROBIA CETINA, Ramón, Tratado Moderno de Instrumentación de Banda de Música,
Zaragoza, s.n., s.a.; y MAS QUILES, Juan Vicente, Apuntes de instrumentación para Banda de Música,
Valencia, Piles, 2008.
190
La presencia de las cornetas en el ejército como intrumento de órdenes está ampliamente
reflejada en la literatura militar e incluso en la prensa periódica.
“Camprodón 14 de setiembre [de 1869]
En la mañana de ayer dispertamos [sic] al toque de “marcha a la carrera” que daban las
cornetas de las tres compañías destacadas en esta población y en seguida pudimos saber que el
motivo de tan inesperada marcha no era otro sino el que a las dos de la madrugada del citado día
habían comparecido, sin saber de dónde ni por dónde en Rocapruna [sic, por Rocabruna], unos
80 o 60 carlistas, los cuales siguieron en dirección a la frontera, habiéndose detenido en el
bosque llamado de Boca-Martella, que se encuentra a tiro de fusil de la misma. […]”.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
99
SONORIDADES MILITARES: PROCESO REVOLUCIONARIO Y
PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA
POBLACIÓN
PARTITURA
PERSONALIDADES
HOMENAJEADAS
INTRUMENTO
REPRESENTATIVO
JACA
(dic., 1930)
Ideal [republicano]
Fermín Galán
Ángel García Hernández
Trompeta
(Viento metal)
MADRID
(abril, 1931)
Alcalá Zamora.
Marcha militar
española con cornetas
Niceto Alcalá-Zamora
Corneta
(Viento metal)
Fig. 1. Elaboración propia.
El acceso a la Presidencia de la República por parte de Alcalá-Zamora, más allá
de la experiencia política y de los méritos que concurrían en su persona, evidenciaba la
acelerada descomposición en el seno de las filas monárquicas a las que había
pertenecido el otrora ministro de la Guerra, así como las dificultades que encontraron
los partidarios de la Monarquía para revertir el signo del ciclo político republicano
iniciado, de manera formal, en abril de 1931191.
No se había equivocado Juan Pedro Barcelona cuando, en 1894, escribió en su
Cancionero Republicano que una República volvería a ser instaurada en España. Su
deseo no se vio cumplido hasta muchos años después, cuando la sociedad española
consiguió superar las dos plagas que en su Cancionero había puesto en boca de un
labrador (“y dijo: “Las dos mayores, / caciquismo y monarquía”), contra las que tanto
había combatido el escritor y político aragonés.
La República es mi idea;
la República deseo;
la República vendrá;
la República es lo bueno192.
La Correspondencia de España ̧17-IX-1869, p. 2.
191
Véase ALCALÁ-ZAMORA, Niceto, Memorias de un ministro de Alfonso XIII, 1877-1930,
Madrid, La Esfera de los Libros, 2013.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
100
1.2. La Marsellesa y el Himno de Riego en la proclamación de la
Segunda República
La proclamación de la Segunda República, el 14 de abril de 1931, no fue un acto
surgido de la planificación de las fuerzas políticas que habían accedido al gobierno de la
nación, sino de la alegría y el entusiasmo con que fueron recibidos los resultados de las
elecciones municipales del día 12 en las grandes ciudades y en los principales núcleos
industriales del país. Una parte del pueblo español manifestó en la calle, como espacio
público de convivencia, su determinación para celebrar un hecho histórico y su convicción
de haber protagonizado una victoria moral incuestionable.
El resultado de los comicios de un proceso de ámbito local originó el cambio del
modelo de Estado (de Monarquía a República) así como la elección de un gobierno para la
nación, circunstancias, en principio, impredecibles para las diferentes opciones políticas
que habían concurrido a la cita electoral. Alguno de los candidatos, que lo era en virtud de
su participación en las listas para la constitución de las nuevas corporaciones locales, una
vez proclamado concejal electo declinó tomar posesión de dicho cargo para acceder a una
cartera ministerial193.
Los nuevos responsables políticos de la nación hubieron de adoptar decisiones
urgentes. Era prioritario atender a la resolución de problemas que afectaban a las capas
de la población más desfavorecidas (desempleo, cuestión agraria, sistema educativo,
sanidad…) e iniciaron con diligencia la tarea legislativa194.
192
BARCELONA, Juan Pedro, Cancionero…, op. cit., p. 8.
193
Fue el caso de Fernando de los Ríos Urruti: concejal electo al Ayuntamiento de Madrid por la
Conjunción Republicano‒Socialista, no participó el 14 de abril en la sesión extraordinaria de constitución
de dicha corporación, que fue “presidida por el Gobernador civil de Madrid, Eduardo Ortega y Gasset,
actuando como alcalde interino el socialista Andrés Saborit”. Tras la intervención de ambas
personalidades se procedió a dar “posesión a los nuevos concejales por cada distrito, excepto a Fernando
de los Ríos, que lo hubiera sido de Buenavista, pero que ya se sabía que iba a hacerse cargo del Ministerio
de Gracia y Justicia”. Véanse ambas citas entrecomilladas en TERÁN, Fernando de, El pasado activo.
Del uso interesado de la historia para el entendimiento y la construcción de la ciudad, (prólogo de Oriol
Bohigas), Tres Cantos (Madrid), Akal, [2009], p. 127. Véase también ZAPATERO, Virgilio, Fernando
de los Ríos. Biografia intelectual, Granada, Diputación de Granada, 2001, pp. 268-271.
194
Véanse ARROYO y CARO, José F. y OSSORIO MORALES, Juan, Legislación de la
República. Compilación de disposiciones dictadas y publicadas en la Gaceta de Madrid, desde el día 14
de abril al 31 de diciembre de 1931, Madrid, Librería Bergua, [1932]; RUIZ, Jácome (seudónimo de
Manuel Fernández y Fernández Núñez), Legislación ordenada y comentada de la República Española, 6
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
101
La espontaneidad con la que se organizaron concentraciones y actos
multitudinarios de apoyo a la República a lo largo de buena parte de la geografía
nacional constituyó la principal expresión de una revolución popular incruenta, y toda
revolución, especialmente a partir de la Revolución Francesa, encontró en la música uno
de sus principales medios de agitación. Fue fundamental su papel durante el proceso
revolucionario y, concluido este, se transformó en un adecuado vehículo de
comunicación para trasladar al conjunto de la ciudadanía aspectos fundamentales de la
nueva etapa política.
La música, en sus diferentes expresiones vocales e instrumentales, fue un
elemento central en las celebraciones populares de la proclamación de la Segunda
República. Canciones, himnos y otras composiciones pertenecientes a diferentes
repertorios que gozaban del favor del público en ese período acompañaron las
manifestaciones que recorrieron las calles de pueblos y ciudades españolas festejando
dicho acontecimiento político.
En las cabeceras de las citadas manifestaciones se hicieron omnipresentes las
imágenes de los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández sobre diferentes
soportes gráficos, y se escribieron obras literarias y musicales sobre estos militares
republicanos195. Numerosos documentos impresos acogieron decenas de páginas en las
que se cantaba el sacrificio de estos patriotas republicanos.
Himno a los inmortales
[Anónimo]
Fermín Galán aunque caíste
no te dé pena pues has triunfado
y ahora esta España que tú quisiste
te aclama entera «Mártir amado».
[…]
Vols., Madrid, Librería Bergua, 1933; y RAMÍREZ JIMÉNEZ, Manuel, La legislación de la Segunda
República Española (1931-1936), Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2005.
195
En el plano literario cabe destacar, entre otras, la obra dramática de Rafael Alberti, Fermín
Galán, estrenada en el teatro Español de Madrid el 1 de junio de 1931. ALBERTI, Rafael, Fermín Galán
(Romance de ciego en tres actos, diez episodios y un epílogo), Madrid, Chulilla y Ángel, 1931, y la de
TORRE, José M. de la, Los héroes de la república o Los sucesos de Jaca. Narración histórica en tres
actos divididos en seis cuadros y un apoteosis, en prosa, Valencia, Arte y Letras, 1931.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
102
También a ti ¡Oh García Hernández!
no puedo menos que recordar
también caíste como los grandes
por una causa que iba a triunfar
y que ha puesto a España ante sí
en el lugar en que debe estar (mundo [sic]196
por eso elevo esta oración
que brota del corazón
hendiendo el aire
con fuerza nueva.
¡Valor pueblo español!
¡Valor para luchar!
que al fin vas a lograr
poder tener lo que ansías
Justicia y Libertad
Justicia y Libertad
Libertad.
[…]197
Si las concentraciones de exaltación de la República en 1931 se habían debido a
un acto espontáneo de la población, igualmente espontánea sería la respuesta musical
que las acompañó durante esas jornadas festivas. Las fuerzas que integraban la
conjunción Republicano-Socialista no habían concurrido a las elecciones de abril
agrupadas en torno a un símbolo musical creado al efecto, y tampoco la Primera
República había legado un himno propiamente republicano que hubiera sido sancionado
legalmente como tal.
Los actos populares que se celebraron a partir de la proclamación de la Primera
República el 11 de febrero de 1873, habían estado acompañados, principalmente, de la
196
El término “(mundo”, con el que concluye este verso, acompañado de un paréntesis
incompleto, debe de responder a un error de impresión provocado, probablemente, por la omisión del
nexo “en” y del artículo “el”, cuya presencia hubiera ofrecido una lectura coherente de dicho verso: “en el
lugar en que debe estar [en el] mundo”.
197
Himno a los inmortales, [folleto] Barcelona, s.n., [1931] (Gráficas “Olimpo”). Archivo Enrique
Téllez. Este himno está recogido en la portada de un pliego de cordel en el que figuran cuatro canciones más,
unas en castellano y otras en catalán, relacionadas con este período histórico. Nos referiremos a algunas de
estas obras en diferentes partes de nuestra investigación. Contiene en la última página un sello impreso, en
tinta azul, con la leyenda “COL.LECCIO Manuel Massó”. Suponemos que se trata del político
independentista catalán Manuel Massó i Llorens (1876-1951), a quien debió de pertencer anteriormente este
breve cancionero. Véase un perfil biográfico de dicho político en MORERA PASCUAL, Lluis, “Manuel
Massó Llorens”, [en línea]. [Consulta: 7 noviembre 2011].
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
103
interpretación de La Marsellesa198 y del Himno de Garibaldi199, obras que atesoraban un
elevado caudal representativo200.
La Esperanza, periódico de orientación monárquica, ofrecía una visión un tanto
irónica de la presencia en las calles de Madrid de ambos himnos musicales.
Así nos hallamos todos, esperando que hable el Poder últimamente creado, y
ansiosos de ver hasta dónde lleva el trabajo de traducción del francés, que
forzosamente ha de emprender el nuevo ministerio. Y en verdad que al recorrer
estas noches las calles de Madrid, nadie diría que se encuentra en España. Los
ecos de la Marsellesa alternan con los del himno de Garibaldi, y la bandera de la
Commune ondea en los edificios ocupados por los Voluntarios de la [Primera]
República [española]201.
198
Hay una continuidad en la permanencia de la La Marsellesa en diferentes etapas de la historia
de España. Está ya presente durante la Guerra de la Independencia y se prolongará, con distinta intensidad
y sujeta a diversas transformaciones en cuanto a su texto, hasta el final de la Segunda República. En el
contexto de exaltación republicana de febrero de 1873, La Marsellesa representaba la identificación con
los ideales de la Revolución Francesa.
199
El Himno de Garibaldi era para los republicanos españoles, en 1873, una referencia más
cercana en el tiempo que La Marsellesa. El texto fue escrito por el poeta italiano Luigi Mercantini (1821-
1872) a petición del propio Garibaldi, siendo su denominación inicial la de Canzone italiana. El autor de
la música fue Alessio Olivieri (1830-1867), jefe musical en el 2.° Regimiento Brigada Savoia. La primera
audición privada de esta obra tuvo lugar en Génova el 31 de diciembre de 1858; el 25 abril de 1859 los
voluntarios garibaldinos lo interpretaron en público, pero no fue hasta 1860 cuando alcanzó una gran
popularidad con la expedición de los “Mil camisas rojas”. Véase OLIVIERI, Alessio y MERCANTINI,
Luigi, Inno di Garibaldi. Inno di guerra dei cacciatori delle Alpi, Milán, C.F. Bodro Editore, [1915-
1916]. Fue muy acertada la decisión de Narciso Maimó de incluir el Himno de Garibaldi en su Poupurrí
de aires nacionales, dado el interés recíproco con el que se seguía en Italia y España la evolución política
de los respectivos países. Asimismo, Garibaldi mantuvo una estrecha relación con numerosos
interlocutores españoles, entre ellos el propio Emilio Castelar. Fragmentos de esta correspondencia se
hallan reproducidos en PASCUAL SASTRE, Isabel María, La Italia del Risorgimento y la España del
Sexenio Democrático (1868-1874), Madrid, CSIC, 2001, pp. 293, 451 y 453.
200
Proponemos la expresión propia “caudal representativo” para designar el conjunto de
elementos de distinta naturaleza (musical, literaria, histórica…) que concurren en una determinada obra
compositiva, los cuales determinan el perfil político de la misma. Dicho perfil permite a un determinado
himno su utilización en períodos históricos diferentes gracias a la continuidad en el tiempo de su “caudal
representativo” sujeto, en ocasiones, a ligeras revisiones o modificaciones. En la historia política española
el paradigma de este hecho lo constituyen, especialmente, La Marsellesa y el Himno de Riego.
201
La Esperanza, 15-II-1873, p. 2. Unos días antes, este diario había informado, en un tono
abiertamente crítico, acerca de una manifestación que había discurrido por las calles de Santander el día
19 de febrero “en favor de las reformas ultramarinas”. Tras hacer una descripción caricaturesca de los
diferentes grupos humanos que habían participado en la misma (“chiquillos andrajosos”, “un profesor
conocido por sus ideas incoherentes y extrambóticas [sic]”, “unos cuantos mandarines”…), se afirmaba
que “Para que la ilusión fuera más completa, no faltó una mala murga que tocase aires extranjeros, tales
como la Marsellesa, himno de Garibaldi y demás, obligados en tan anti-nacional manifestación; […]”. La
Esperanza, 24-I-1873, p. 2.
Otra cabecera, La Discusión, publicaba el 27 de febrero de 1873 una carta dirigida al diario
desde Melilla, con fecha de 23 de febrero, en la que se manifestaba el entusiasmo con que se había
proclamado la República en dicha ciudad, acto en el que no faltó el concurso de la música:
“Efectivamente, a las ocho y media, en la plaza llamada de Aljibes, con casi todo el pueblo reunido,
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
104
Una parte de la sociedad española celebraba la proclamación de la Primera
República entonando La Marsellesa y el Himno de Garibaldi, obras consideradas
próximas, si no propias, del movimiento republicano español. Ambos himnos gozaron
de una abrumadora presencia en las manifestaciones republicanas, como si de un
programa musical predeterminado se tratara. La difusión de estas obras se apoyó, en
distintas etapas históricas, en la edición de documentos gráficos (aucas, pliegos de
cordel…) relativos a personajes cuyas figuras eran laureadas en canciones e himnos.
1. A Italia llena de gloria
de GARIBALDI la historia.
[…]
21. Por la libertad, su acento
suena en el Parlamento.
[…]
42. Pensando atacar a Roma,
cuenta segura la toma.
[…]202.
El Himno de Riego ocupó durante este período un discreto segundo plano, lo que
no le impidió, una vez proclamada la Segunda República, adquirir de manera progresiva
un elevado protagonismo como elemento de representación institucional que llegaría a
invertir la situación descrita para 1873. No obstante, en Villar de Torre Alhaquime
(Cádiz), el 19 de marzo del citado año, sí se había interpretado dicho himno en una
fueron a la puerta de la casa del señor gobernador a darle una serenata, rompiendo la música con la
Marsellesa y otras piezas escojidas [sic]. Finalizó en actitud de marcha con el himno de Garibaldi”. La
Discusión, 27-II-73, p. 3. Obsérvese la presencia sonora en las calles, tanto de Santander como de Melilla,
de La Marsellesa y del Himno de Garibaldi, sin que en ninguna de las dos informaciones se cite el Himno
de Riego. Dicho himno tal vez pudo ser interpretado en ambas manifestaciones pero, en su caso, lo haría
en un segundo grupo de composiciones a las que en este período no se les concedía el mismo valor
representativo que a las otras dos obras. De igual modo, es preciso señalar la función que desempeñaron
en Melilla, según la información citada, La Marsellesa y el Himno de Garibaldi: el primero de ellos
(“rompiendo”) iniciando la serenata popular ante el domicilio del gobernador y el segundo como
conclusión de la misma.
202
Historia de Garibaldi, Madrid, s.n., s.a., (Despacho: Sucesores de Hernando, Arenal, 11).
Archivo Enrique Téllez. Esta auca, numerada como la “97”, contiene cuarenta y ocho cuadros o viñetas a
través de los cuales se narra la vida personal, política y militar de Garibaldi.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
105
manifestación. Así lo comunicaba el comité republicano federal de la citada localidad
gaditana al “Ciudadano Director de La Discusión”.
Distinguido amigo y correligionario, el 18 del corriente acordó este comité
celebrar una manifestación, que tuvo efecto el 19, y habiendo llegado a nuestros
correligionarios de Alcalá del Valle la [noticia de la] citada manifestación,
acordaron los representantes del comité de aquella villa pasaran sus dos banderas
a acompañarnos. Ignorando el [comité] de esta villa de Torre Alhaquime la
citada disposición, dio principio a las doce del día, con permiso del alcalde; y al
enarbolar la bandera con el himno de Riego, se divisaron a distancia de medio
cuarto de legua las [banderas] de Alcalá, acordando los manifestantes salir al
campo a recibir a sus hermanos políticos con una música203 traída al efecto de
Ronda204.
Además de los himnos de carácter histórico antes citados, compositores españoles
escribieron nuevas obras musicales para celebrar la proclamación de la Primera
República205. De igual modo, se promovieron diversas iniciativas que pudieran conducir a la
elección de un Himno Nacional206, las cuales no concluyeron de manera satisfactoria207.
203
Señalemos que el término “música”, en este contexto, está referido a una agrupación musical
integrada, generalmente, por instrumentos de viento madera y de viento metal.
204
La Discusión, 30-III-1873, pp. 2-3.
205
Véanse ROMERO y ANDÍA, Amalio, El 11 de febrero de 1873. Primer himno de la
República Española, Madrid (Calle Preciados, 1), Antonio Romero y Andía, [1873]; LÓPEZ, Josefa
(“Pepita”), El triunfo de la República. Himno Federal, [Madrid, s.n., 1873] (Madrid: Calc. Lodre);
CHUECA y ROBLES, Federico, Himno Nacional Republicano, Madrid, Aguirre Hermanos, [1873]; y LA
REPÚBLICA FEDERAL‒Himno Federal La Marsellesa, op. cit. Archivo Enrique Téllez, entre otras. De
las tres primeras obras citadas se hicieron diferentes versiones (conservadas en la BNE) con el fin de que
pudieran ser interpretadas según la voluntad de cada uno de sus autores, para voces solas, para canto y
piano, y para banda. Esta diversidad permitió su ejecución en los cafés y salones particulares,
principalmente en la versión para canto y piano, y en los teatros, concentraciones y manifestaciones
populares en las de voces solas y de Banda.
206
A priori, la denominación de una composición como “un himno nacional” no presupone que
dicha obra tenga funciones representativas de carácter institucional, más alla de su condición de himno
musical perteneciente, como otros muchos, a una determinada entidad nacional. A diferencia del anterior,
cuando una composición recibe la denominación de “El Himno Nacional”, significa que le han sido
otorgadas las atribuciones de representación musical de una nación y con esta finalidad es utilizada en
diferentes actos sociales y protocolarios de ámbito nacional e internacional. Esta sustancial diferencia
encuentra su concreción en el propio discurso literario: en el primero de los casos, que es el ejemplo de
nuestra cita anterior, el artículo indeterminado “un” expresa su inclusión en un grupo de himnos musicales
que puede ser ilimitado mientras que, por el contrario, el artículo determinado “el”, que forma parte de la
expresión “El Himno Nacional”, determina la condición de ser la única obra que detenta dicho rango
representativo. No obstante, cuando una partitura es presentada en un acto público como “un himno
nacional”, frecuentemente, esta acción lleva implícita la voluntad del autor y / o la del grupo político que
la ha asumido como propia, de obtener su reconocimiento, mediante la aceptación popular y la
correspondiente sanción legal, como “El Himno Nacional” con las atribuciones ya señaladas.
207
La Correspondencia de España informaba, en los primeros días de marzo de 1873, de la
apertura de un concurso promovido por la sociedad obrera El Fomento de las Artes destinado a dotar a la
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
106
El 1 de junio de 1873 se celebró la primera de las sesiones de las Cortes
Constituyentes de la República, sin que las informaciones y crónicas parlamentarias
publicadas en prensa sobre esta jornada hicieran mención alguna a la ejecución de un
himno determinado208. Por tanto, no se habría cumplido el objetivo previsto en la
audición musical efectuada el 22 de marzo en el teatro de la Zarzuela bajo la dirección
de Barbieri, la cual perseguía, como ya ha sido indicado, estrenar el himno presentado
en dicha audición para solemnizar el acto de apertura de las Cortes.
La Primera República española iniciaba su período constituyente sin la
interpretación de un himno representativo como símbolo musical de las nuevas
instituciones políticas, y así concluyó en febrero de 1874. No obstante, la exaltación de
la República como forma de Estado en alguna de las partituras citadas adquirió un matiz
diferenciador frente a otras que lo hacían, de manera específica, de la República Federal.
En este segundo grupo destaca la obra contenida en el folleto editado en 1873 bajo la
citada denominación de República Federal. Dicho folleto, de autor anónimo, incluye un
denominado Himno Federal La Marsellesa209, escrito en catalán sobre la estructura
joven República de un símbolo propio de representación institucional. No tenemos constancia documental
de que dicho concurso se llevara a término. Consúltese La Correspondencia de España, 9-III-1873, p. 2.
Hacia finales de marzo, la misma cabecera periodística informaba de la celebración de un significativo
acto en el Teatro de la Zarzuela:
Esta tarde [22-03-1873] a las dos se ha verificado en el teatro de la Zarzuela la audición a
orquesta de un himno nacional destinado por su autor, artista muy conocido en España, pero que
ha querido guardar el incógnito por ahora, a ser tocado en el solemne acto de la apertura de las
próximas Cortes Constituyentes. Parece que está dedicado al Sr. [Estanislao] Figueras, presidente
del Poder ejecutivo.
Es de un grandísimo efecto; tiene carácter y condiciones muy acentuadas de himno nacional, y
ha llamado mucho la atención de los artistas y aficionados.
El distinguido y popular maestro [Francisco Asenjo] Barbieri dirigió el ensayo, y lo hizo tan
magistralmente como demuestra en todas ocasiones.
La Correspondencia de España, 22-III-1873, p. 3. La Discusión incluía, en su edición del día
siguiente, esta misma noticia con una ligera modificación en su comienzo para adecuarla a su fecha de
publicación: “A las dos de la tarde de ayer se celebró en el teatro de la Zarzuela […]”. La Discusión,
23-III-1873, p. 3.
208
Véase la información recogida en La Correspondencia de España, 1-III-1873, pp. 1-2; El
Imparcial, 2-VI-1873, pp. 2-3; y la detallada crónica parlamentaria de las sesiones celebradas los días 1 y
2 de junio de 1873 en La Discusión, 03-III-1873, p. 3.
209
LA REPÚBLICA FEDERAL‒Himno Federal La Marsellesa, op. cit. Archivo Enrique Téllez.
El texto del Himno contiene en dos ocasiones una llamada con el número (1) sin que en el documento
figure texto aclaratorio alguno. Este folleto está ilustrado por dos imágenes con elementos propios de la
Revolución Francesa (lemas y símbolos) la primera (firmada por Noguera), mientras la segunda muestra a un
federalista armado con fusil y bayoneta calada. Ambas están adornadas por una orla de distinta longitud.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
107
musical del himno revolucionario francés. El texto de este himno, que podemos calificar
de exaltado, es portador de una gran riqueza programática210:
A) Crítica al partido antagónico como apertura del poema:
Lo partid radical volgué á España [El partido radical quiere a España]
Ymposarli un Rey estrangé; [Imponerle un rey extranjero;]
B) Rechazo de la Monarquía:
Que la España si pobre es honrada [Que España, aunque pobre, es honrada]
Y no vol já mes tronos ni Reis [Y no quiere ya más tronos ni Reyes]
C) Afirmación de federalismo:
Via fora als traidors, via fora; [Afuera los traidorores, afuera;]
Que la España vol ser Federal. [Que España quiere ser Federal].
D) Y el estribillo, con el que concluye el himno…, contra los carlistas:
Al arma federals [Al arma federales]
Lo fusell empuñem; [El fusil empuñemos;]
Marchem marchem [Marchemos marchemos]
Y á foch y á sang [Y a fuego y sangre]
Al carli exterminem211. [Al carlista exterminemos].
La composición del conjunto de himnos citados no hace sino evidenciar la
importancia que tuvo la música en el período de la Primera República como expresión
de diferentes sensibilidades políticas. No tenemos constancia de que, desde los órganos
de gobierno u otras instituciones de la administración republicana, se promovieran
iniciativas o se desarrollasen debates acerca de si una de estas composiciones, u otra
diferente, debía ser elegida Himno Nacional de la República. Probablemente, las
dificultades políticas y las diferentes crisis a las que tuvieron que hacer frente los
sucesivos gobiernos republicanos (tercera guerra carlista; levantamientos cantonales,
210
Para una mejor comprensión presentamos, junto al original, su traducción al castellano. La
traducción es nuestra.
211
LA REPÚBLICA FEDERAL‒Himno Federal La Marsellesa, op. cit. Archivo Enrique Téllez.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
108
entre otros, de Cartagena y Alcoy; insurrecciones en los territorios de ultramar…)
impidieran abordar dicha cuestión con la atención y el sosiego necesarios212.
La primera experiencia republicana fue interrumpida por el Capitán General de
Madrid, Manuel Pavía, quien el 3 de enero de 1874 dirigió un golpe de estado con la
ocupación militar del Congreso disolviendo las Cortes allí reunidas. Había dado comienzo
un proceso que concluyó el 28 de diciembre de 1874, fecha en la que el General Martínez
Campos proclamó en Sagunto a Alfonso de Borbón como nuevo rey de España, quien
ocupó el trono como Alfonso XII213.
Siguiendo una tradición de la que ya hemos dejado repetida constancia en
nuestra investigación, por la que todo cambio político relevante estuvo acompañado de
la correspondiente partitura o partituras (canción, himno, marcha…), también la
Restauración encontraría eco en una composición musical. Con “letra de un buen
español” y música de Benito de Monfort se escribió un himno patriótico titulado La
Restauración. Viva Alfonso XII, en el que se entonaron loas al nuevo régimen así como
a su figura más representativa.
La Restauración. Viva Alfonso XII
Letra de un buen español‒Música: Benito de Monfort
[…]
Densa nube tras el monte
Cubre el cielo de un capuz;
Baña el sol el horizonte
Rompe el velo y quedá [sic] luz
Al lucir tu reflejo en la siera [sic]
Noble Alfonso cual iris de paz
Abatida se postre la guerra,
Reverdece la sierra feraz214.
212
Véanse BAHAMONDE, Ángel y MARTÍNEZ, Jesús A., Historia de España. Siglo XIX, Madrid,
Cátedra, 1994, y FONTANA, Josep, La época del liberalismo, Barcelona, Crítica-Marcial Pons, 2007.
213
Véase ESPADAS BURGOS, Manuel, Alfonso XII y los orígenes de la Restauración,
Barcelona, RBA, [2006].
214
MONFORT, Benito de, La Restauración. Viva Alfonso XII, Madrid, Enrique Villegas, [1875]
(Calcografía Serapio Santamaría).
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
109
A pesar de las distintas iniciativas desarrolladas hasta su abrupta conclusión, la
Primera República no había podido legar a períodos posteriores la memoria musical de
una composición representativa propia. La audición de un himno nacional en el teatro de
la Zarzuela el 22 de marzo de 1873, el concurso de composición anunciado por el
Fomento de las Artes y diferentes obras que fueron compuestas para celebrar el régimen
republicano no pudieron alcanzar el objetivo de concentrar en una sola partitura las
funciones de representación de las instituciones de la República, en particular, y del
pueblo español en general215.
La República de 1873 fue, sencillamente, el triunfo de las virtudes y del
romanticismo de cuatro hombres de talento216, de corazón y del amor al ideal
[republicano]. Pero también la demostración de que esos hombres, por su bondad,
por su infantilidad casi, no sabían pulsar los complejos resortes cuyo manejo han
de conocer detalladamente los gobernantes.
Por eso la República de 1873 cayó sin pena ni gloria: más que por la fuerza y la
acometividad de sus enemigos, por la pasividad funesta de sus defensores217.
La Marsellesa, el Himno de Garibaldi y el Himno de Riego, entre otros, habían
estado presentes en diferentes momentos de la vida política de la Primera República, pero
ninguna de estas composiciones, u otra de nueva creación, había llegado a ostentar la
función representativa de carácter institucional durante esta breve secuencia histórica218.
215
Acerca de las dificultades para disponer de un Himno Nacional propio, véase NAGORE,
María, “Historia de un fracaso: el `Himno Nacional´ español en el siglo XIX”, en Susana Asensio Llamas
(ed.), Música y políticas (Arbor), vol. 187, n.º 751 (2011), pp. 827-845.
216
Se refiere la cita a los cuatro políticos que ocuparon las más altas responsabilidades en el
gobierno de la nación durante la Primera República: Estanislao Figueras (1810-1882), Francesc Pi i
Margall (1824-1901), Nicolás Salmerón (1838-1908) y Emilio Castelar (1832-1899). Véase
ROMANONES, Álvaro de Figueroa y Torres, Conde de, Los cuatro presidentes de la primera República
Española, [Santander: Aldus], Espasa Calpe, 1939. Puede consultarse una breve descripción de este
período así como el perfil biográfico de los políticos citados en CUENCA TORIBIO, José Manuel, “La I
República”, Historia 16 (Cuadernos), n.º 164, 1985, pp. 1-33.
217
La Calle, 12-II-1932, p. 2.
Pero si el saldo final de la República no fue halagüeño –y de ello debe dejar constancia todo
historiador que aborde la etapa–, la calidad ética, el espíritu de verdadera fraternidad y
solidaridad del nuevo código [constitucional] que aspiraba a introducir en la convivencia
nacional, son acreedores a la evocación más elogiosa. Así, tal vez, la Primera República se
perfile en el friso de nuestra historia con sus auténticas dimensiones; pues también los ideales y
aspiraciones tienen que introducirse como elementos importantes en el juico histórico y en la
visión retrospectiva de nuestro pasado.
CUENCA TORIBIO, José Manuel, p. 33.
218
Véanse algunos títulos más de partituras relacionadas con la Primera República en
FERNÁNDEZ DE LATORRE, Ricardo, pp. 280-281; y CALVO FERNÁNDEZ, Miguel y FATÁS
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
110
No obstante, la influencia de estas obras ‒en mayor o menor medida‒ tuvo una
destacada proyección en períodos históricos posteriores: una muestra ilustrativa del eco
temporal de las canciones relacionadas con Garibaldi en la cultura política española nos
la ofreció el escritor y periodista Eduardo Haro Tecglen (1924-2005).
Me cito a mí mismo219: “Desciendo de una familia de librepensadores. De
niño me acunaba con canciones de conspiradores garibaldinos y de negros
cubanos que pedían la libertad, en una España dictada por un general [Miguel
Primo de Rivera] cómplice de un rey [Alfonso XIII], que destrozaba a sus gentes
en las guerras de Marruecos”220.
La reflexión autobiográfica anterior permite constatar la presencia de canciones
e himnos de temática Garibaldina hacia 1924-1930, los cuales, además de su función de
agitación en la escena política nacional, sirvieron, igualmente, en el seno de
determinadas estructuras familiares como vehículo de transmisión generacional de una
sensibilidad política de signo liberal.
Casi sesenta años después de la primera experiencia republicana en España, se
produjo una nueva situación histórica que presentó, en el plano musical, significativas
similitudes con la ya descrita para dicho período. En abril de 1931, las fuerzas políticas
antimonárquicas no habían podido prever el desenlace que los comicios tendrían dos
días después de su celebración.
De manera inmediata a la conclusión de la jornada electoral del día 12, la
interpretación de canciones e himnos musicales acompañó las muestras de júbilo
popular presentes en diferentes actos públicos. Quienes estaban llamados a gobernar el
país tampoco compartían, de manera oficial, un himno que pudiera aglutinar bajo su texto
y melodía el conjunto de las formaciones progresistas. Se repetía, por lo tanto, una
situación similar a la que había tenido lugar en febrero de 1873.
CABEZAS, Luis M.ª (eds.), El Cancionero histórico popular español de Bonifacio Gil García,
Logroño, Comunidad Autónoma de la Rioja (Consejería de Educación, Cultura, Juventud y Deportes),
1998, pp. 289-292.
219
No identifica el autor la procedencia de la cita, aunque probablemente se trate del fragmento
de una de sus múltiples colaboraciones en prensa.
220
HARO TECGLEN, Eduardo, Ser de izquierdas, Madrid, Temas de Hoy, 2001, p. 55.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
111
Los colegios electorales se abrieron el 12 de abril [de 1931], a las ocho de la
mañana. La jornada electoral transcurrió con entera normalidad221.
Si las celebraciones populares durante la primera experiencia republicana habían
girado en torno, principalmente, a la interpretación de La Marsellesa y del Himno de
Garibaldi, durante la Segunda República se modificó este estatus musical, incrementando
considerablemente su presencia pública el Himno de Riego en detrimento del Himno de
Garibaldi, obra que desapareció casi por completo del repertorio republicano.
Antes incluso de la proclamación de los resultados oficiales de las elecciones, era
ya posible constatar cuáles eran las preferencias musicales de la sociedad española en el
inicio de una profunda transformación política de signo republicano. El diario valenciano
Las Provincias informaba, el 15 de abril, en su sección “Noticias de la Región” de los
acontecimientos que habían tenido lugar a partir del 12 de abril en diferentes localidades.
Una de estas noticias se refería a la celebración de las elecciones municipales en la
localidad de Sagunto, próxima a Valencia.
Por mayoría de votos resultaron elegidos todos los candidatos republicanos
que se presentaron, o sean [sic] 16 y 3 monárquicos por las minorías.
Durante la elección se notó una gran afluencia en los alrededores de los
colegios, de grandes masas de obreros del Puerto [de Sagunto] con `garrotes´222:
después de la elección se celebró una manifestación con banderas republicanas y
221
ALCALÁ-ZAMORA, Niceto, La victoria republicana…, op. cit,, p. 213n21.
222
Desde el punto de vista de la preservación de las garantías democráticas que deben presidir
toda contienda electoral, no parece muy ortodoxa la exhibición de objetos como “garrotes” u otros
elementos intimidatorios. Por la redacción de la cita deducimos que los colegios electorales estaban
ubicados en Sagunto, hasta donde debieron de desplazarse los moradores de El Puerto de Sagunto para
ejercer su derecho al voto. El Puerto de Sagunto es un núcleo urbano situado en la Comunidad
Valenciana, en la costa mediterránea, administrativamente dependiente del municipio de Sagunto, del que
le separan alrededor de 6 kms. Surgido, en su desarrollo industrial, a principios del siglo XX gracias a la
iniciativa empresarial de Ramón de la Sota, se concentró en esta localidad una importante actividad
siderúrgica basada en la transformación de los minerales extraídos de las minas de Ojos Negros (Teruel) y
Setiles (Guadalajara), transportados por vía férrea hasta dicha localidad. También contribuyó
notablemente al crecimiento de El Puerto de Sagunto la actividad del comercio marítimo realizado a
través de sus instalaciones portuarias. Este fuerte impulso económico originó una importante corriente
migratoria de trabajadores, desplazados hasta dicha localidad para emplearse en su floreciente industria.
Véanse ORTIZ LÓPEZ, Antonio y PRATS ESCRICHE, José María, El puerto: crónica de un siglo :
"Los lugares de la memoria", [Vigo], Martínez impresores, [2002]; NAVARRO, Buenaventura, La
memoria necesaria: historia de Puerto Sagunto, 2. vols., [Puerto Sagunto, Valencia)], [2003] y [2008]; y
MARTÍN MARTÍNEZ, José, Urbanismo y arquitectura industrial en Puerto de Sagunto, (1907-1936),
Sagunto, Caja de Ahorros, 1990.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
112
una banda de música, que tocando “La Marsellesa”, y el “Himno de Riego” y
dando vivas a la República recorrió la población223.
La celebración de esta manifestación popular ¡la tarde del día de los comicios! pudo
deberse al conocimiento del escrutinio realizado en los colegios electorales de Sagunto o, en su
defecto, a la estimación aproximada, abiertamente favorable a las fuerzas republicanas, que
pudieron realizar los vecinos de esa localidad y del Puerto durante dicha jornada.
Sabemos por el entonces Ministro de Fomento, Juan de la Cierva, que el recuento
de votos comenzó a las cuatro de la tarde224, por lo que a partir de esa hora, o poco
después, pudieron empezar a difundirse las primeras noticias sobre el refrendo popular
obtenido por unas u otras candidaturas en diferentes localidades, originando estas primeras
apreciaciones –todavía no habían alcanzado el rango de datos oficiales– una sensación de
euforia colectiva que se expandió por buena parte del territorio nacional.
Nunca se vieron [en Madrid] los colegios electorales como aquel día. Por
centenares formaban fila los electores para votar desde primera hora. Yo inicié la
votación en mi colegio y recorrí dos veces los otros 54 del distrito entre las
aclamaciones frenéticas de la multitud agrupada a las puertas, no obstante la
amenaza de cargas. […] Con la seguridad enardecida del triunfo y la intención de
ser ya el único peligro a evitar una superchería de escrutinio o un escamoteo de
documentos, decidieron reunirse para evitarlo en el colegio los electores y a la
puerta las mujeres, entonces sin voto, y los chiquillos. Los partes victoriosos de
Madrid y de provincias iban llegando y eran leídos entre atronadores aplausos en la
Casa de [sic] Pueblo, que había izado su bandera a la caída de la tarde y donde
estábamos desde que se cerró la votación los candidatos y directores de la lucha225.
Mientras esto ocurría en Madrid, una manifestación recorría las calles de Sagunto,
con la participación de una banda de música interpretando La Marsellesa y el Himno de
Riego. Dicha celebración pública reflejaba la relación que se había establecido entre los
resultados electorales –conocidos o intuidos–, su posible extrapolación al resto del Estado
y las consecuencias que podían derivar en una probable instauración de la República226.
223
Las Provincias, 15-IV-1931, p. 9.
224
Véase CIERVA y PEÑAFIEL, Juan de la, Notas de mi vida, Madrid, Instituto Editorial
Reus, 1955, p. 361.
225
ALCALÁ-ZAMORA, Niceto, La victoria republicana…, op. cit., p. 214.
226
Bien es cierto que en Madrid, durante la campaña electoral, se publicó un cartel en el que se
establecía nítidamente esta vinculación referida al Ayuntamiento de dicha ciudad. En el citado cartel,
ilustrado gráficamente con una imagen femenina alzándose sobre el edificio consistorial, figuraba la
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
113
Los partidarios de la República concentrados en Sagunto habían actuado con
previsión ante la cita electoral, teniendo preparadas banderas republicanas y dispuesta una
banda de música para que el mismo día de los comicios recorriera las calles de la localidad
interpretando su repertorio revolucionario. Probablemente, eran la misma banda y las
mismas banderas que habrían ondeado en la localidad industrial durante la campaña
electoral las que volverían a hacerlo el día 14 de abril y siguientes.
Los participantes en la manifestación de Sagunto, entre los que suponemos se
encontraban los candidatos integrados en las listas antimonárquicas, carecían de
legitimidad para proceder a la proclamación de la República, dado que aún no eran
oficiales los resultados de todas las circunscripciones del Estado. De igual modo, en esas
primeras horas de exaltación tampoco se había procedido a la toma de posesión de
los nuevos cargos electos con la subsiguiente transmisión de poderes en las
corporaciones locales227.
La autoridad que el día 12 ostentaban los candidatos que habían obtenido el
refrendo de los electores, con independencia de su signo político, era meramente
testimonial dada su condición de “concejales electos” a la espera de la preceptiva toma de
posesión del cargo. Esta circunstancia, incontestable desde el punto de vista jurídico, no
supuso ningún contratiempo para que en Sagunto los integrantes de la candidatura
progresista protagonizaran una ceremonia cívico–popular de exaltación de la República.
En este acto se exhibieron elementos significativos de representación del régimen político
cuya proclamación reivindicaban los manifestantes.
Algunos de los símbolos enarbolados en Sagunto fueron sancionados, días o
semanas después, por diversas instituciones, otorgándoles el rango de símbolos oficiales
siguiente leyenda: “La República saldrá del Ayuntamiento de Madrid. Votad a la conjunción republicano-
socialista”. El Socialista reprodujo dicho cartel la jornada previa a las elecciones, identificando a su autor
como “el camarada Cabrera”. El Socialista, 11-IV-1931, p. 3. Fue, igualmente, ilustración gráfica en la
portada de GARCÍA-NIETO, M.ª Carmen y DONEZAR, Javier M.ª, Bases documentales de la España
contemporánea, vol. VIII, La Segunda República, 1931-1936, Madrid-Barcelona, Guadiana, 1974.
227
Véanse sobre la evolución de la administración local TUSELL, Javier, (con la colaboración
de Diego Chacón Ortiz), La reforma de la administración local en España (1900-1936), Madrid, Instituto
de Estudios Administrativos, 1973; GARCÍA-TREVIJANO GARNICA, José Antonio (coord.),
Cincuentenario del Estatuto municipal. Estudios Conmemorativos, Madrid, Instituto de Estudios de
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
114
de la República228. Mientras esto ocurría, dichos elementos conformaban la imagen
pública de una determinada aspiración política, imagen que se repitiría días después,
con algunas variaciones en cuanto a la música se refiere, en numerosos pueblos y
ciudades españolas.
Siguiendo la ordenación que nos ofrecía el diario Las Provincias, este primer
catálogo informal, improvisado, de elementos representativos de una añorada República
en ese momento, todavía incierta estuvo integrado por:
Manifestación pública: expresión de la voluntad popular de los sectores afines a
la República concentrados en Sagunto reclamando un cambio de régimen.
Bandera republicana: símbolo representativo de las opciones políticas que
protagonizaban las aspiraciones ciudadanas a favor de la instauración de la
República.
Banda de música229: agrupación artística ciudadana que participaba en la
celebración de un nuevo tempo político.
La Marsellesa y el Himno de Riego: símbolos musicales de Francia y España,
respectivamente, con los que se identificaban los republicanos españoles al
considerarlos representativos de su ideario político.
¡Viva la República!: lema que servía para manifestar públicamente el rechazo de
la Monarquía y, por lo tanto, la adhesión a la República230.
Administración Local, 1975; y MERCHÁN FERNÁNDEZ, A. Carlos, Las reformas del régimen local en
España (1903-1939), [Tudela, Valladolid], FUEMCAL, 2011, entre otros.
228
Un decreto de la Presidencia del Gobierno Provisional de la República de 27 de abril de 1931
(publicado en la Gaceta de Madrid del día siguiente), establecía en su Art. 1.º la adopción “como Bandera
nacional para todos los fines oficiales de representación del Estado, dentro y fuera del territorio español, y
en todos los servicios públicos, así civiles como militares, la bandera tricolor que se describe en el artículo
2.º de este Decreto”. Gaceta de Madrid, 28-IV-1931, p. 359. La Constitución de la República Española,
aprobada por las Cortes Constituyentes en su sesión de 9 de diciembre de 1931, establecía en el Art. 1.º de
su Título Preliminar, Disposiciones Generales, que “La Bandera de la República española es roja, amarilla
y morada”. Constitución de la República Española (Edición facsímil), Madrid, ARDE, [ca. 1975]. Esta
edición facsímil está realizada a partir del número 34 de 50 ejemplares de otra anterior, posiblemente de
1932, impresa en papel apergaminado por Román Seguí de Lima (Perú). Figuran las firmas manuscritas,
reproducidas del original, de todos los miembros del Primer Gobierno Provisional de la República, recogidas
personalmente por Román Seguí. Acompaña dichas firmas una diligencia firmada por el Subsecretario del
Ministerio de Estado, de fecha 6 de abril de 1932, para autenticar la legalidad de las mismas.
229
En aquellas localidades en las que no existía banda de música, asumió su papel el canto coral,
con la participación, en ocasiones, de cantantes y agrupaciones corales regulares acompañados,
generalmente, por los propios manifestantes.
230
Los cinco elementos que hemos señalado adquirieron carta de naturaleza en todo el Estado en
los días siguientes, de manera especial el día 14, fecha en la que se proclamó la Segunda República
española en distintas ciudades de la geografía nacional.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
115
En el plano estrictamente musical, no en todas las ciudades españolas se
interpretaron los mismos himnos que sonaron en las calles de Sagunto el 12 de abril, o
bien, en algunas localidades lo hicieron en versiones diferentes a la instrumental en la
que se habían presentado en dicha población. La no existencia de un protocolo musical,
previamente fijado, favoreció la presencia en las calles de las principales ciudades
españolas (Eibar, Barcelona, Madrid…) de un amplio repertorio de composiciones con
diferentes características según se tratara de una ciudad u otra, así como de la utilización
de una o varias lenguas.
La música tuvo un elevado protagonismo en los actos festivos que precedieron y
siguieron a las elecciones municipales de abril, como expresión pública de la
celebración por el resultado electoral obtenido y, al mismo tiempo, como elemento
aglutinador de las aspiraciones políticas de una parte importante de la sociedad española
que había depositado su confianza en la República.
Fruto de la urgencia que requería este amanecer de libertad en la interpretación de
los republicanos, en las manifestaciones populares se ejecutaron los símbolos musicales
que los intérpretes locales consideraron más adecuados para la representación del nuevo
régimen atendiendo, igualmente, a singularidades de tipo cultural y sociológico231. El 14
de abril de 1931, frente a la jerarquizada ‒y simplificadora‒ uniformidad musical con la
que tradicionalmente ha sido presentada esta jornada, se interpretó un amplio programa de
partituras que no estuvo sujeto a directriz política alguna.
Este improvisado repertorio surgió de la reacción espontánea de los manifestantes,
de la memoria musical colectiva y de la vinculación con el nuevo régimen de amplios
sectores de la profesión musical. Un factor nada desdeñable en esta inesperada tesitura
(social, política y musical) vendría dado por las disponibilidades vocales y/o
instrumentales propias de cada localidad: la existencia de coros, de bandas de música,
de charangas, de intérpretes reconocidos, de cantantes, de compositores…
231
Estudiaremos a continuación, en este mismo capítulo, algunos ejemplos representativos de
esta diversidad regional, circunstancia que tendría una enorme incidencia en la configuración de las
improvisadas actuaciones musicales que se registraron.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
116
La banda municipal sabe la Marsellesa. Es el himno pecaminoso de todas las
bandas de pueblo, que ahora ya ha recuperado la plena legalidad de sus sonidos. La
música no delinque, se podría decir, y, sin embargo… Todos los músicos son
republicanos; soplan, al menos, con verdadera convicción232.
A pesar del tono desenfadado de la cita de Francisco de Cossío, este autor había
señalado los dos pilares fundamentales sobre los que se asentó, en términos generales, la
celebración musical de la proclamación de la Segunda República: en primer lugar, las
bandas municipales como agrupación musical representativa de la ciudadanía y, en
segundo lugar, La Marsellesa en su condición de principal himno de referencia para los
republicanos en abril de 1931. Ambos elementos, actuando conjuntamente, hicieron gala
de un gran poder de convocatoria y movilización política.
La secuencia festiva que recorrió el país de Norte a Sur y de Este a Oeste reflejó la
riqueza musical que la sociedad española había puesto al servicio de la nueva etapa
política. España se transformó en una inmensa verbena233 en la que no faltaron, además de
las obras de carácter político, partituras pertenecientes a géneros musicales y estilos que
eran del agrado del público: zarzuela, pasodobles y tangos principalmente234.
El entusiasmo y la ilusión de sectores del pueblo español ante este acontecimiento
histórico se reflejaron en los espacios públicos de convivencia ciudadana entonando
canciones o interpretando himnos considerados afines al ideario republicano. Estas
sencillas melodías, cantadas en ocasiones con diferentes textos, recogieron la voluntad de
consolidación en España de un régimen político basado en el respeto de la democracia
parlamentaria, la equidad, la justicia y la libertad.
232
COSSÍO, Francisco de, “República Rural”, El Sol, 28-IV-1931, p. 1.
233
Veremos en nuestro texto cómo diferentes autores emplearon este sustantivo para describir, en
relación a distintos puntos de la geografía nacional, el carácter festivo que impregnó las jornadas
electorales del 12 de abril y de la proclamación de la República el 14 del mismo mes.
234
Refiriéndose a 1928, año en que el compositor alcoyano Carlos Palacio había trasladado su
residencia a Madrid, y a años posteriores, este autor reflejó sus impresiones sobre la creación de
zarzuelas: “¡Afortunados aquellos compositores que crearon en medio del calor de un público que
acogía con fervor y entusiasmo sus producciones!”; y sobre el tango: “el tango había invadido las
gramolas de los cafés. Nadie cantaba aún ninguna canción revolucionaria, pero otros tiempos vendrían.
Éramos entonces muy pobres, sentimentales e ingenuos… y no lo sabíamos”. Véanse, respectivamente,
los dos textos entrecomillados en PALACIO, Carlos, Acordes en el alma. Memorias, Alicante,
Instituto Juan Gil-Albert, 1984, pp. 60 y 67.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
117
1.2.1. El amanecer eibarrés de la Segunda República o la configuración de un nuevo
marco sonoro
Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 discurrieron en Eibar en un
ambiente altamente participativo, seguido, tras su finalización, de cierto nerviosismo a
la espera de los resultados que se fueron conociendo a medida que se realizaba el
recuento de votos235. El socialista Toribio Echevarría, testigo directo del proceso
electoral en Eibar, dejó constancia impresa de los acontecimientos que tuvieron lugar en
dicha localidad al conocerse los primeros datos del escrutinio236.
235
Ubicada en el interior de Guipúzoa, Eibar es cabeza de comarca del Bajo Deva. Colindante
con la provincia de Vizcaya, se encuentra situada en el centro geográfico entre Bilbao, San Sebastián y
Vitoria. Su ubicación en un valle sumamente angosto dificulta las comunicaciones, así como la
construcción de viviendas y fábricas. Pese a ello, Eibar conoció en 1887 la llegada del ferrocarril que unió
Bilbao con San Sebastián, lo que favoreció el desarrollo industrial de la villa. Se congregaron en ella
numerosas fábricas de armas y, posteriormente, la primera cooperativa obrera (Alfa). Durante la Segunda
República esta localidad contaba con una población en torno a los 13.000 habitantes. Las ideas socialistas
que llegaban por la relación con militantes de Bilbao se extendieron con rapidez en este municipio, de
raigambre liberal, frente a la fuerte influencia del carlismo en los pueblos y caseríos circundantes. Véanse
MÚJICA, Gregorio de, Monografía histórica de la villa de Eibar, (prólogo de Juan San Martín), Eibar,
Ayuntamiento, 1984; ECHEVARRÍA, Toribio, La experiencia socialista en España vista desde mi
pueblo, México D.F., (México), Pablo Iglesias, 1966; ARZAK, J.I. Paul, Eibarko Sozialismoa, Donostia,
Kriselu, 1978; y EGUIGUREN, Jesús, El PSOE en el País Vasco, San Sebastián, Haranburu, 1984; El
socialismo y la izquierda vasca, 1896-1994, Madrid, Pablo Iglesias, 1994; Historia del socialismo vasco
(1886-2009), San Sebastián, Hiria, 2009. Una visión un tanto desenfadada de la villa la encontramos en la
canción titulada Venid al pueblo de Eibar, a la que pertenece la siguiente estrofa:
Venid al pueblo de Eibar
que el valle no tiene rival
que tiene lindas chicas,
y un clima casi tropical.
OTZERINJAUREGI, Mireia y SANGRONIZ, Mikel (recs.), Eibar Kantuz Kantu, [Eibar],
Eibarko Udala, 2001, [p. 63]. Este extenso trabajo de recuperación de canciones relacionadas con Eibar
presenta un gran interés para nuestra investigación, dado que se ha llevado a cabo gracias a la realización
de numerosas entrevistas además de la consulta de otras fuentes. Como informador de Venid al pueblo de
Eibar figura Jon “Potxo” Romarate. De la publicación citada nos interesa especialmente el apartado
titulado “Canciones de Política y Guerra”, del que tomaremos algunos ejemplos. La traducción de este
último título es nuestra.
236
Toribio Echevarría (o Echeverría) Ibarbia, (Eibar, 1887 - Caracas, 1968). En una de las obras
más importantes de este autor –ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje por el país de los recuerdos, México D.F.,
(México), s.n., 1968 (Talleres gráficos Impresiones Modernas)– aparece recogido su apellido de
diferentes maneras, según la grafía castellana –con “v”– o vasca –con “b”–, y tanto con “a” como con “e”
(“Echevarría” o “Echeverría”). Hemos utilizado en nuestra investigación la forma castellana al ser esta la
que figura en la cubierta de dichas memorias. Echevarría comenzó de niño a trabajar como grabador, pero
su formación autodidacta y su afición a la lectura de clásicos le permitieron aprobar una oposición a
secretario del Ayuntamiento de Eibar. Los contactos con los socialistas Tomás Meabe y José
Madinabeitia, así como sus lecturas de El Socialista y El Liberal le condujeron a un progresivo
acercamiento al ideario socialista. La amistad con el dirigente del PSOE Indalecio Prieto se mantuvo
durante toda su vida, incluso durante el exilio, cuando Echevarría vivía en Venezuela y Prieto en México.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
118
La noche de 12 de abril. ¡Qué noche aquella del domingo 12 de abril en que
tuvieron lugar las elecciones! […]. No cabía la gente en la Casa del Pueblo237. Los
habituales de ella salíamos a la plaza para dejar el sitio a los espontáneos que
acudían en busca de noticias. Las noticias iban llegando a cada momento por el
hilo del teléfono y se trasladaban a las lunas del café para conocimiento de los que
estaban dentro, y a un pizarrón en obsequio a los que nos habíamos echado fuera
para que cupieran los nuevos que no cesaban de llegar.
En Eibar el triunfo había sido completo para los partidarios de la República.
Creo recordar que sólo sacaron un puesto los monárquicos para un concejo que
había de componerse de diecisiete ediles238. Lo mismo, poco más o menos sucedió
en San Sebastián, en Bilbao y en Madrid, donde las mayorías republicanas
resultaron abrumadoras. Iban llegando los datos de las demás capitales y el triunfo
republicano se agrandaba. Y a cada despacho que completaba los resultados
pendientes, la victoria se ensanchaba más y más. Antes de media noche, el mundo
sabía que España había votado por la República.
¿Cómo describir el entusiasmo que se apoderó de la gente en la Casa del
Pueblo? Las familias, contagiadas por la emoción, acudían en tropel y los vecinos
Consúltese ECHEVARRÍA, Toribio y PRIETO, Indalecio, Epistolario, 1941-1946, (prólogo de Juan
Pablo Fusi), [Eibar (Guipúzcoa)], Ego Ibarra, 1991. Echevarría impulsó en 1920 la creación de la
cooperativa industrial Alfa de la que fue gerente hasta la Guerra Civil. Dedicada primero a la fabricación
de armas, cambió su actividad en 1925, pasando a producir máquinas de coser. Durante la Segunda
República, siendo Prieto Ministro de Hacienda, Echevarría fue nombrado delegado de la Compañía
Arrendataria del Monopolio de Petróleos (CAMPSA), de manera que, excepto durante el paréntesis del
período denominado Bienio Negro (1933-1935), se ocupó de garantizar la llegada de combustible a la
República española. En el año 1934 participó en los sucesos revolucionarios de octubre, conocidos como
la Revolución de Asturias, por lo que fue encarcelado en Pamplona junto a numerosos eibarreses. Con la
llegada del Frente Popular fue excarcelado y en la Guerra Civil regresó a Madrid a dirigir CAMPSA.
Finalizada la guerra se exilió en Francia, donde colaboró con la JARE en la ayuda a los republicanos. Él
mismo fue enviado a Venezuela, país en el que vivió hasta su muerte. En Venezuela pudo dedicarse a
estudiar el euskera, siendo nombrado miembro de la Academia de la Lengua Vasca. Entre otros textos
redactó sus memorias con el título de Viaje por el país de los recuerdos, obra ya citada, que contiene uno
de los principales testimonios sobre la declaración de la Segunda República en Eibar. Asimismo, colaboró
en diversas revistas con artículos de temática variada. Véase de este autor, entre otros trabajos,
ECHEVARRÍA, Toribio, Recordando la guerra. Diario de viaje de un refugiado español, Donostia, J.A.
Ascunce, 1992. Véase, igualmente, un extenso perfil biográfico de este socialista eibarrés en “Echevarría
Ibarbia, Toribio”, [en línea]. En: Diccionario Biográfico del Socialismo Español. Puede consultarse en
red en: [Consulta: 11 junio 2012]. Sobre la creación de la
cooperativa obrera Alfa, véase “La máquina de coser”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 9 agosto 2013].
237
Indalecio Prieto nos facilitó el dato de que fue él quien puso la primera piedra de la Casa del
Pueblo eibarresa en 1911. Los hechos de abril de 1931 que narra Echevarría tendrían lugar en una nueva
Casa del Pueblo, ubicada en un lugar diferente a la anterior. Véanse, respectivamente, PRIETO, Indalecio,
Convulsiones de España…, v. 1, op. cit., pp. 72-73, y ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., pp. 237-238.
238
No es exacto este dato, pues el número de concejales que correspondía a Eibar en las
elecciones del 12 de abril era de diecinueve. Consúltese La Voz de Guipúzcoa, 14-IV-1931, p. 4. Incluye
los resultados de los comicios en esta localidad en todos sus distritos: dieciocho concejales electos
pertenecían a la conjunción Republicano-Socialista (diez republicanos y ocho socialistas) y uno al PNV.
La Voz de Guipúzcoa, (Diario Republicano), es una cabecera periodística fundamental para conocer los
hechos que tuvieron lugar en Eibar en abril de 1931 gracias, principalmente, al entusiasmo con el que
Tomás Echaluce, corresponsal del diario en dicha localidad, narró esas jornadas.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
119
se abrazaban al encontrarse en la calle. En la Casa del Pueblo todo eran cánticos y
vítores. Los acordes de la Marsellesa239 se confundían con los de la
Internacional240.
[…]
¿Cuándo terminó aquella verbena?241 No lo sé. Recuerdo que el día siguiente
no se hizo nada de provecho en los talleres242.
Como ya hemos indicado con relación a Sagunto, donde al finalizar las votaciones
tuvo lugar una manifestación en la que se exhibieron banderas republicanas, se dieron
vivas a la República y una banda de música interpretó La Marsellesa y el Himno de Riego
por las calles de la población, en Eibar, la fiesta de los socialistas, a la conclusión de la
jornada electoral, se celebró en la Casa del Pueblo entre “cánticos y vítores” y los acordes
de La Marsellesa y La Internacional ante una concurrencia entusiasta243.
239
El término “acorde”, en música, está referido a la interpretación simultánea de dos o más
sonidos sujetos a las reglas de la Armonía (compendio de normas que establece la naturaleza y funciones
de los distintos acordes). La voz humana, en el contexto narrado, interpretaría una línea melódica según se
tratara de un himno u otro con el acompañamiento de voces complementarias que entonarían distintas
partes armónicas, dando lugar así a la formación de acordes. De igual modo, aunque no se indique en la
cita, si el acto hubiera contado con la participación de una orquesta u otro conjunto instrumental, los
acordes se habrían formado gracias a la intervención conjunta de distintos intrumentos, así como de su
relación armónica con el canto al que acompañarían.
240
Con esta última expresión, Toribio Echevarría tal vez, quería indicar que, ante el entusiasmo
de los congregados en la Casa del Pueblo en la noche del 12 de abril, existían dificultades de concertación
en la interpretación de La Marsellesa y de La Internacional. Podría ser que mientras un grupo de personas
comenzaba a cantar el primero de los himnos, otro grupo, embriagado por la euforia del momento, le
siguiera entonando el segundo, por lo que se confundirían los acordes de ambos himnos. Otra posibilidad
es que hubiera diferencias en el seno de los presentes en la Casa del Pueblo acerca de cuál de las dos obras
representaba mejor el resultado de las elecciones y el previsible futuro republicano de España. Nos
decantamos, ante la falta de concreción, por la primera de las opciones apuntadas. Las discrepancias en el
plano nacional en cuanto a diferentes himnos no tardarían en aparecer, pero sería días más tarde. El día 12
fue, en muchas ciudades españolas, una jornada de celebración ante un horizonte social y político que se
percibía esperanzador.
241
Nos parece muy adecuada la utilización por parte de Toribio Echevarría del término “verbena”
para describir los acontecimientos que siguieron en Eibar al conocimiento del los primeros datos de las
elecciones municipales. Dicho término se refiere, generalmente, a la celebración de un acto festivo de
carácter popular que gira en torno a la actuación de una banda de música, charanga, rondalla… que ameniza
una velada. La verbena a la que aludía el socialista eibarrés tenía una clara significación republicana.
242
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., pp. 356-357.
243
Tradicionalmente, la Casa del Pueblo de Eibar había sido un lugar de encuentro en el que
la música había estado muy presente. Toribio Echevarría describía escenas que podemos situar en
torno a la década de 1920-1930.
Proyecto de Casa del Pueblo. Con esta ampliación de horizontes parecía como si se ampliaran
también nuestras ambiciones. Nos habíamos instalado en una nueva casa, no distante de la
anterior, pero bastante más amplia […]. Y allí se juntaron los locales de las cooperativas, el café
o Círculo Socialista y el Centro Obrero, y todo eran músicas, himnos y reuniones en aquella
animada colmena que resultaba ser la casa.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
120
Un primer apunte sobre las manifestaciones musicales en Sagunto y Eibar el
mismo día de las elecciones, localidades situadas en puntos alejados de la geografía
nacional aunque unidas por una fuerte implantación industrial como principal eje de su
actividad económica, nos conduce a señalar que la suma de las obras cuya interpretación
se cita (La Marsellesa, el Himno de Riego y La Internacional) nos da como resultado,
con el denominador común del himno francés, los tres vectores sobre los que gravitará,
básicamente, la construcción de los repertorios musicales interpretados en abril de 1931
en ciudades y pueblos españoles.
Dada la urgencia con la que fue requerida la participación de las bandas de música
en abril del 1931, muchas de las primeras actuaciones debieron de estar guiadas por la
intuición musical de sus integrantes y por su capacidad de improvisación, ejecutando unas
composiciones que se repetían ante diferentes auditorios y espacios públicos.
Asimismo, es preciso destacar que la ejecución de estas obras en el ámbito de la
música instrumental (bandas, charangas, rondallas…), al tratarse de interpretaciones en
grupo contaría, en ocasiones, con la existencia de partituras en sus respectivos archivos
(si los hubiere)244 o, en su defecto, se haría necesaria la escritura manuscrita de las
mismas (con las correspondientes partes o voces instrumentales)245. Del mismo modo,
se habría llevado a cabo un proceso de aprendizaje y ensayos previos que tuvieron que
desarrollarse durante el régimen monárquico. Desconocemos el grado de tolerancia por
parte de las autoridades gubernativas hacia este tipo de actividades artísticas, aunque por
el amplio conocimiento que de dichas obras tenía un gran número de entidades
musicales en toda España, deducimos que fue amplio246.
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., pp. 237-238. Véase también LUIS MARTÍN,
Francisco de, La cultura socialista en España, 1923-1930. Propósitos y realidad de un proyecto
educativo, Salamanca, Universidad, [Madrid] CSIC, 1993.
244
En el período que estudiamos, generalmente, el archivo de las partituras estaba confiado al
director de la agrupación o, en ocasiones, a la entidad que tutelaba la formación musical.
245
El director utiliza una partitura de conjunto para interpretar la obra, en la que figuran escritas
todas las partes instrumentales que intervienen en la misma. Por el contrario, las distintas voces (flautas,
oboes, clarinetes…) disponen de una partitura específica, también conocida como particella, la cual
contiene únicamente la parte que interpreta cada una de ellas. La elaboración de las particellas, a partir de
la partitura general, era en ese período una tarea laboriosa confiada, cuando se disponía de medios
económicos, a un colaborador denominado “copista”.
246
Ya hemos recogido en nuetra investigación una cita de Francisco de Cossío que ilustraría muy
bien esta situación. Repetimos un breve fragmento.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
121
Las agrupaciones socialistas de Bilbao, Eibar y Madrid, entre otras, eran titulares
de orfeones musicales, grupos que fueron muy activos en el proceso de confluencia entre
la actividad política y la práctica musical247. A medida que se fueron conformando
abordaron la necesidad de editar sus propios cancioneros. Tres eran los objetivos
principales de esta iniciativa: consolidar el repertorio socialista, favorecer su conocimiento
por otras agrupaciones corales afines y propiciar una mayor difusión del mismo ante el
conjunto de la sociedad.
La edición de estos cancioneros podemos enmarcarla, en las postrimerías del siglo
XIX y primeras décadas del XX, en la necesidad de las fuerzas políticas de izquierda
(anarquistas y socialistas primero, comunistas después) de crear un aparato
propagandístico que pudiera contrarrestar la influencia de la prensa periódica,
generalmente portadora de una información contraria a sus intereses248. Toribio Echevarría
se refirió a este fenómeno con absoluta precisión en cuanto a la experiencia eibarresa.
La banda municipal sabe la Marsellesa. Es el himno pecaminoso de todas las bandas de pueblo,
que ahora ya ha recuperado la plena legalidad de sus sonidos. […]”.
COSSÍO, Francisco de, p. 1. No tenemos constancia de que existiera, en 1931, una norma legal
que prohibiera la interpretación pública de La Marsellesa, por lo que interpretamos la expresión “plena
legalidad” de la cita anterior, referida a la plena “normalidad” con la que esta obra fue interpretada a partir de
la proclamación de la República.
247
Sobre la creación de los orfeones socialistas citados véase LABAJO, Joaquina, “Música y
socialismo. La actividad musical de las Agrupaciones Socialistas a comienzos de siglo [s. XX]”, en
Pianos, voces y panderetas. Apuntes para una historia social de la música en España, Madrid, Endimión,
1988, p. 159. La autora presenta una relación de localidades españolas en las que existieron Orfeones
Socialistas, tomando como principal fuente para su estudio la información aparecida en El Socialista. La
primera referencia es del 13 de mayo de 1898 y corresponde al Orfeón Socialista de Bilbao. Le siguen
otras ciudades como Madrid, Gijón, Eibar, Alcoy, Logroño…, Ibid. pp. 156-157. Véase también
NAGORE, María, La revolución coral. Estudio sobre la Sociedad Coral de Bilbao y el movimiento coral
europeo (1800-1936), Madrid, ICCMU, [2001], pp. 174-178.
248
Animados por la misma vocación propagandística descrita anteriormente, la edición de este
tipo de cancioneros fue práctica habitual por parte de las diferentes opciones políticas. En sectores del
nacionalismo vasco se editó, en 1931, un cancionero que incluía, en primer lugar, la obra titulada Euzko-
Abendearen-Ereserkija, partitura que sería posteriormente elegida como himno oficial de la comunidad
autónoma vasca (Ley 8/1983 de 14 de abril de mil novecientos ochenta y tres. Boletín Oficial del País Vasco
de 21 de abril de 1983, pp. 1134-1135) con su título ligeramente modificado por el de Euskadiren
Ereserkia. Véase Euzkel-Abestijak. Euskeltzale-Bazkuna´k Argitalduba, (II Irarkaldija), Bilbao, s.n., 1931,
pp. 1-1. Junto a la obra anteriormente citada, dicho cancionero incluye otras composiciones de
contenido marcadamente xenófobo: ¡Lenago il! [¡Antes morir!], Euzkotar[r]ak gara [Somos vascos] ,
y ¡Ken! [¡Quitad!]. Véanse, respectivamente, ibid., pp. 42-42; pp. 64-64 y pp. 67-67. En el original se
citan dos páginas diferentes con su numeración repetida para cada canción: la partitura ocupa la
primera de ellas y el texto, la segunda.
La elección de Euskadiren Ereserkia como himno oficial de Euskadi “no estuvo exenta de
polémica, pues ciertos sectores políticos reclamaban que la elección del himno recayera en la canción de José
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
122
Pero una vez que empezó el movimiento socialista obrero luego se
prodigaron las reuniones públicas en que abundaban los debates, y todas las
ocasiones eran buenas para levantar tribuna. Gimieron las prensas –la bien
modesta del alavés Pedro Orúe, que era el único impresor de la villa–
249
lanzando
manifiestos, carteles y hojas volantes con cualquier pretexto, y pronto se dejó
sentir la necesidad de un semanario donde responder a los corresponsales que
bailaban el agua a los patronos a costa de los socialistas, y, al mismo tiempo,
verter los pensamientos en que abundaba cada uno y que le bullían dentro como
pidiendo vía libre hacia afuera250.
En la imprenta de Pedro Orúe comenzó a editarse la publicación socialista
¡Adelante!251 y hacia 1910-1912 se imprimió el cancionero titulado Himnos dedicados a
la clase obrera cantados por los Orfeones Socialistas252. A los “manifiestos, carteles y
hojas volantes” que citaba Echevarría, vino a sumarse la edición de esta recopilación de
himnos que actuó, en el ámbito propagandístico, de manera complementaria al resto de
soportes impresos citados.
En Eibar, en abril de 1931, tanto La Marsellesa como La Internacional debieron
de ser interpretadas en la Casa del Pueblo el día de las elecciones según los textos que
figuran recogidos en el cancionero editado por Pedro Orúe en la villa armera253. Dicha
publicación no contiene la música impresa, práctica muy habitual para reducir costes en
la edición de este tipo de recopilaciones de himnos y canciones militantes254. Esta
María Iparraguirre, Gernikako Arbola, mientras que una tercera propuesta, el himno Eusko Gudariak, era
impulsada desde el ámbito del nacionalismo radical”. GÓMEZ RIVAS, Isabel y TÉLLEZ CENZANO,
Enrique: “Las señas de identidad…”, op. cit., p. 114.
249
Véase SAN MARTÍN, Juan, “La imprenta en Eibar”, en Boletín de la Real Sociedad
Bascongada de los amigos del País, año XXXIV/1, 1978, pp. 311-315.
250
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 31.
251
¡Adelante! apareció en 1901, con una periodicidad quincenal, como Órgano de la Agrupación
Socialista de Eibar y Defensor de las Sociedades Obreras.
252
Himnos dedicados a la clase obrera cantados por los Orfeones Socialistas, Eibar, Imprenta
de Pedro Orúe, [ca. 1910-1912]. El ámbito aproximado en cuanto a la fecha de edición lo hemos tomado de
Jean-Louis Guereña que apunta como posible la de 1910, y de Mireia Otzerinjauregi y Mikel Sangroniz,
quienes señalan la de 1912. Véanse, respectivamente, GUEREÑA, Jean-Louis, “Les orphéons socialistes et
leur répertoire…”, p. 116, y OTZERINJAUREGI, Mireia y SANGRONIZ, Mikel (recs.), pp. 66.
253
Sobre la implantación de la industria armera en Eibar y sus características, véase GOÑI
MENDIZÁBAL, Igor, “Eibar y la industria armera: evidencias de un distrito industrial”, [en línea]. Puede
consultarse en red en: [Consulta: 01 agosto 2013].
Véanse también LARRAÑAGA, Ramiro, Armeros vascos. Repaso histórico - Raíces y desarrollo, [Eibar,
Ayuntamiento de Eibar, 2001], y CALVO, Juan L., La industria armera nacional 1830-1930. Fábricas,
Privilegios, Patentes y Marcas, [S.l.: s.n.], D.L. 1997 ([Pamplona], Gráf. ONA.
254
El término “militante”, referido a obras musicales de agitación política, lo utilizó el
compositor alcoyano Carlos Palacio para referirse a una decisión personal adoptada en relación a su
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
123
circunstancia hacía necesaria la participación en el canto colectivo de una o varias
personas conocedoras de la entonación de las diferentes composiciones, como guía del
resto de los cantores.
La Marsellesa
[Adaptación anónima para el cancionero Himnos dedicados a la clase obrera
cantados por los Orfeones Socialistas]
Vamos hijos del trabajo
que la hora llegó ya;
para dar la batalla al tirano
nuestras fuerzas hay que organizar.
El 1.º de Mayo es la aurora
cuya luz al burgués causa horror;
pues le anuncia su pronta caída
y el poder para el trabajador.
[…]255.
La Internacional
[Adaptación anónima para el cancionero Himnos dedicados a la clase obrera
cantados por los Orfeones Socialistas]
¡Arriba los pobres del mundo!
de pie los esclavos sin pan
y gritemos todos unidos:
¡viva la Internacional!
Removamos todas las trabas
que impiden el triunfo del Bien,
cambiemos el mundo de fase
hundiendo el “Imperio” burgués.
Agrupémonos todos
en la lucha final
y se alcen los pueblos
por la Internacional.
Agrupémonos todos
en la lucha final
propia música, hacia febrero o marzo de 1936. Consideramos dicho término muy adecuado para
denominar, aunque con carácter retroactivo, las obras contenidas en el cancionero socialista que nos
ocupa. Véanse PALACIO, Carlos, Acordes…, op. cit., p. 119, cit. en TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “La
dimensión política…”, op. cit. p. 22.
255
Himnos dedicados a la clase obrera…, op. cit., pp. 16-17. Consideramos esta singular versión
del texto de La Marsellesa como una adaptación libre, tal vez realizada en las propias filas socialistas, que
recoge diferentes consignas dirigidas a obtener “la unión de los trabajadores”. Ibid., p. 17. Desde el punto
de vista musical, el nuevo texto plantea muchas dificultades de “encaje” en la línea melódica original
compuesta por Rouget de Lisle.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
124
y se alcen los pueblos con valor
por la Internacional.
[…]256.
Las dos obras citadas son, en su conjunto, adaptaciones poco ortodoxas pero que
debieron de ser de gran utilidad en la expansión de las ideas socialistas en la comarca del
Bajo Deba, con Eibar como epicentro de esta actividad propagandística. Debemos situar el
cancionero eibarrés en el seno de una larga tradición europea caracterizada por la edición
de publicaciones musicales (con o sin partitura) auspiciadas desde las filas de
movimientos políticos y sindicales de distinto signo.
En localidades como Eibar, la modificación de los textos originales de las
partituras tenía algunos precedentes y, en ocasiones, surgió de manera singular.
Juan Ganuza […] cantaba en los coros con una hermosa voz de tenor y se
deleitaba en entonar los himnos socialistas con la gravedad de un oficio litúrgico.
Pero como estas devociones solían tener lugar por lo común en las tabernas, el
vino inspiraba a veces variantes que respondían a circunstancias locales y
cuestiones del momento que cobraban vigencia entre los iniciados257.
Indalecio Prieto nos informó de una de estas modificaciones, que afectaba a la
consideración que de su propio carácter tenían los vecinos de la localidad:
Los eibarreses se definieron a sí mismos con la letrilla de una canción de la
opereta Kikirikí, de Salvador María Granés, canción que entonaban a coro en
sus copiosas comidas sustituyendo la palabra “japonés” por “eibarrés”. “El
eibarrés es el mortal más feliz y más jovial; si le va bien o le va mal, el
eibarrés siempre está igual”258.
256
Himnos dedicados a la clase obrera…, op. cit., pp. 18-19. A diferencia de la versión anterior de
La Marsellesa, en esta ocasión La Internacional sí conserva una parte importante de las referencias del texto
original, escrito por Eugène Pottier. Dicha versión, en cuanto a su adaptación a la música que compuso Pierre
Degeyter, también presenta notables modificaciones con idénticas dificultades de “encaje”.
257
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 54. Véase la descripción de un proceso
colectivo, diferente del anterior, de creación (adaptación) de obras musicales en NAGORE FERRER,
María, “Del Gernikako Arbola a La Marsellesa de la Paz. Música, política e ideología en Vizcaya (1876-
1914)”, Revista Internacional de los Estudios Vascos, n.º 52, 1, 2007, pp. 131-135.
258
PRIETO, Indalecio, Convulsiones de España…, v. 1, op. cit., p. 73. Recordemos en este
sentido la primera cita del presente apartado sobre Eibar en la que se describía el clima de la localidad
como “tropical”. No cabe la menor duda de que el sentido del humor impregnaba estas tareas creativas en
la villa guipuzcoana.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
125
Trascendiendo el ámbito estrictamente local, existía una estrecha relación entre la
publicación de cancioneros políticos en diferentes países, en el caso del socialismo
español, especialmente con Francia259. En dicho país, ante la importancia que se le
concedió a la música de agitación, se crearon entidades como el denominado Comité
d´Édition des “Chants de Combat”, que tenía entre sus cometidos los de garantizar la
viabilidad económica de las ediciones así como la difusión de las mismas.
Nosotros creemos inútil insistir sobre la influencia de la canción desde el punto
de vista de la propaganda y de la importancia que ella tiene cada vez más en los
medios socialistas.
Así, estamos convencidos de que dentro de vuestro radio de acción, dentro de
vuestra federación, vosotros nos ayudaréis en la difusión de estos versos de
combate forjados en defensa de la causa obrera260.
La proximidad cronológica entre la edición de los dos cancioneros citados
(Chansons Socialistes, en 1906, e Himnos dedicados a la clase obrera cantados por los
Orfeones Socialistas, ca. 1910-1912) lo es también de sus contenidos políticos (la
burguesía, el 1.º de mayo, la revolución…), con los matices propios de cada realidad
nacional, según se trate de Francia o España, y de sus objetivos propagandísticos (la
movilización de la clase obrera)261.
259
La idea orfeónica, como la mayor parte de las técnicas de propaganda del socialismo
español, procedía del modelo francés.
LABAJO, Joaquina, “Música y socialismo…”, op. cit., p. 155.
260
MAUSSA, Comité d´Édition des “Chants de Combat” de É[tienne] Pédron, París, [Comité
d´Édition des “Chants de Combat”], 1906. El texto de nuestra cita se encuentra incluido en una circular
remitida a los suscriptores del citado cancionero, firmada en París el 7 de septiembre de 1906. La
traducción de la cita es nuestra. La ilustración de la cubierta, obra de P. Grados, nos muestra un atlético
obrero con el torso desnudo, rodeado de vegetación, cantando sobre un fondo gráfico de industrias en el
horizonte del que emergen chimeneas humeantes. Insertada en el cancionero, además de la circular citada,
figura una cuartilla manuscrita en la que se indica en su parte superior: “Ya he copiado”; a continuación se
relacionan los títulos de ocho de las obras que contiene la publicación y, en su parte inferior, consta el
agradecimiento (“Gracias”) junto a una firma ilegible, sin fecha y el siguiente número acompañado de un
signo de admiración: “336!”. Consideramos que se trata de una nota de cortesía redactada con motivo de
la devolución del cancionero a su titular (particular o institución) después de copiar las ocho letras de las
canciones que se indica en la misma (¿tantas veces como indica la cifra con signo admiración?). Los tres
documentos citados (cancionero, circular impresa y nota manuscrita) en archivo Enrique Téllez. Se hizo
una edición de quinientos ejemplares de Chansons Socialistes, numerados y firmados individualmente por
el autor, Étienne Pédron. Nuestro ejemplar es el n.º 175.
261
A la colección de himnos reunidos en el cancionero eibarrés podemos añadir el Himno de las
Juventudes Socialistas (¿eibarresas?), obra que debió de componerse después de que se editara dicho
cancionero. Recogemos su texto según consta en la citada referencia bibliográfica.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
126
Además de la influencia del socialismo francés en cuanto a los modelos
propagandísticos, los socialistas españoles habían asumido como propias diferentes
efemérides internacionales relacionadas con la lucha de los pueblos por la conquista de sus
libertades, entre otras, el 18 de marzo de 1871, jornada en la que se conmemoraba el inicio
de la Comuna de París262. Muchos cancioneros socialistas incluyeron composiciones en
homenaje a los mártires de la Comuna. Así procedieron quienes seleccionaron las obras
del cancionero eibarrés.
A los Mártires de la Comuna
[Adaptación anónima]
Cantemos himnos a la memoria
de aquellos héroes que, con valor,
a la Commune dieron la gloria
y una vil muerte les dio el traidor.
[…]
Trabajadores, a la victoria,
solo nos falta la unión
y la Commune será la gloria
de recompensa por nuestra acción263.
Himno de las Juventudes Socialistas
[Anónimo]
Hijos del socialismo, somos la fuerza del porvenir,
Contra el capitalismo sabremos vencer o morir.
Luchamos por la buena causa, por la revolución social,
Debemos combatir sin tregua, hasta que triunfe la igualdad.
Injusticias, privilegios que al hombre hacen sufrir,
Ya se acaban, los vamos a suprimir,
Que la lucha final que comienza
Es el grito de la revolución
Si es preciso que sangre vertamos,
Será por nuestra emancipación.
Juventudes socialistas, ¡Adelante!
OTZERINJAUREGI, Mireia y SANGRONIZ, Mikel (recs.), pp. 122-123. Como informadora del
Himno de las Juventudes Socialistas figura Maritxu Gantxegi.
262
El propio Echevarría asistió en París, en 1934, al desfile anual conmemorativo de la Comuna
de París. Véase ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 173. Este autor nos ofrece una relación de
efemérides revolucionarias incorporadas por el socialismo español. Ibid., p. 171.
263
Himnos dedicados a la clase obrera…, op. cit., p. 11.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
127
En abril de 1931, la propaganda musical de las organizaciones políticas y sindicales
estimuló la participación de los ciudadanos ante los momentos históricos de los que eran
protagonistas destacados. Al margen de las diferencias existentes entre los programas
interpretados en Sagunto, en Eibar o en otras localidades el día de las elecciones, el hecho
mismo de su presencia en una jornada que, a medida que avanzaba, adquiría connotaciones
festivas, ponía de manifiesto cómo el temprano recurso a la música fue el principal medio de
comunicación utilizado para expresar públicamente la alegría y la voluntad de las
aspiraciones de transformación política de amplios sectores del pueblo español.
La proximidad de las elecciones de abril había provocado una importante
movilización social en todo el Estado, a lo que contribuyó de manera significativa la
celebración de diversos actos en los que se reivindicaba la amnistía para los implicados
en los sucesos del mes de diciembre anterior: proclamación de la República en Jaca el día
12 y convocatoria de huelga general en todo el Estado el 15264. Ambos actos formaban
parte, inicialmente, de un mismo movimiento revolucionario.
El fracaso de la huelga general en Madrid265, ciudad que debía de haber sido el
centro neurálgico de la movilización a escala nacional, no impidió que esta convocatoria
tuviera un notable seguimiento en diferentes ciudades españolas, entre las que se
encontraba Eibar.
El día 15 [de diciembre de 1930], la huelga era general en todas las ciudades
importantes del Norte (San Sebastián, Bilbao, Santander, Gijón, Pamplona,
Eibar, Tolosa, La Coruña); en Alicante y toda su provincia; en Jaén, Riotinto,
Puertollano, Zaragoza, Logroño, Salamanca, Zamora. Pararon igualmente la
mayoría de la zona minera de Asturias y Vizcaya, así como algunas fábricas en
Barcelona y Valencia266.
264
Ya nos hemos referido en este mismo capítulo a dichos sucesos.
265
Tuñón de Lara destaca un amplio seguimiento de la huelga general entre los días 15 y 17 de
diciembre de 1930, y atribuye el fracaso en Madrid a la “omisión de la UGT de la capital, a pesar de los
esfuerzos de Largo Caballero”. TUÑÓN DE LARA, Manuel, Poder y Sociedad…, op. cit., p. 366.
Mención aparte merece la decidida toma del aeródromo de Cuatro Vientos en Madrid por los militares
que apoyaban la convocatoria de huelga. Además de las referencias ya indicadas en nuestro estudio sobre
esta acción, véase también ¡Gloria a la rebelión de Jaca y Cuatro Vientos!, [Madrid, Miguel Albero,
1931]. Como autor de este texto figura la expresión “por un Aviador”.
266
TUÑÓN DE LARA, Manuel, La España del siglo XX, vol. I,…, op. cit., p. 260. En tres de las
ciudades citadas (San Sebastián, Gijón y Santander) se registraron enfrentamientos violentos que
arrojaron un balance de varios muertos. Véanse SÁNCHEZ GUERRA, Rafael, Proceso de un cambio de
régimen. (Historia y murmuración), [Madrid], Compañía General de Artes Gráficas, [1932];
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
128
La maquinaria judicial no tardó en ponerse en funcionamiento y muchos de los
políticos y trabajadores que habían seguido la convocatoria del 15 de diciembre fueron
encarcelados. De los procesos sustanciados se derivaron, según el grado de
responsabilidad que se atribuyera a los encausados y la consideración por parte de los
jueces de la existencia de elementos probatorios suficientes, distintas sentencias entre
las que se contaron algunas de muerte.
Junto a la acción de los tribunales citada, en abril de 1931 los sucesos de Jaca
adquirieron de nuevo protagonismo en el plano judicial ante la inminencia de la
publicación de la sentencia. La Voz de Guipúzcoa informaba en su edición del 1 de
abril, en una noticia titulada “El consejo de guerra de Jaca”, de la posición mantenida
por los abogados defensores en la fase final del proceso: “Todos los defensores han
pedido la absolución.- El fiscal rebaja la petición de penas.-”267.
La situación de las distintas causas abiertas a resultas de la conflictividad
revolucionaria que había tenido sus episodios más inmediatos en diciembre de 1930, y
la permanencia en prisión de muchos de los participantes en los mismos, generó un
amplio movimiento social en favor de su liberación. La petición de amnistía se abría
paso con fuerza en las jornadas previas a las elecciones de 1931. Esta reclamación
actuó, a su vez, como elemento aglutinante de amplios sectores de la sociedad española,
agrupados en torno a diferentes fuerzas políticas contrarias a la permanencia de la
Monarquía. Eibar fue uno de los escenarios en que esta campaña estuvo muy presente.
FERNÁNDEZ ALMAGRO, Melchor, Historia del reinado de Don Alfonso XIII, (2.ª ed. ilustrada),
Barcelona, Montaner y Simón, 1934; y AGUIRRE, José Antonio de, Entre la libertad y la revolución,
1930-1935. La verdad de un lustro en el País Vasco, Bilbao, Geu, imp. 1976. (1.ª ed. Bilbao, s.n., s.a.,
[ca. 1935], Tall. Graf. E. Verdes Achirica).
267
La Voz de Guipúzcoa, 01-IV-1931, p. 2. En esta misma edición, dicha cabecera se hacía eco
de una asamblea celebrada por la sección donostiarra de Acción Nacionalista Vasca el 31 de marzo de
1931, en la que se habían adoptado diversos acuerdos: “no concurrir a las elecciones [del 12 de abril] y
pedir el apoyo a los candidatos antimonárquicos. […] Igualmente, acuerdan remitir un telegrama “pro-
amnistía” al Presidente del Consejo de Ministros con el siguiente texto:
‘Acción Nacionalista de Donostia, en asamblea celebrada esta fecha [31-III-1931], solicita
amnistía presos políticos y sociales. Doctor Mendizábal, presidente’”.
Ibid. p. 7.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
129
La manifestación de Eibar a favor de la amnistía partió a las doce del mediodía
del domingo 5 de abril de la plaza de Alfonso XIII, frente al Ayuntamiento, con
consignas a favor de la amnistía y la república, aunque rápidamente la
muchedumbre entonó “la Internacional” acompañada de la banda de música “El
Romeral”268, que congregó a su alrededor a socialistas, nacionalistas del PNV y
ANV, comunistas, anarquistas y republicanos269.
La continuada presencia de La Internacional en los actos populares que
transcurrieron en Eibar estaba relacionada con la fuerte implantación del movimiento
obrero en la localidad, mayoritariamente de signo socialista. En esta cita, según la
redacción de su autor, se presenta la actuación de la banda de música acompañando el
canto del citado himno como el elemento “que congregó a su alrededor a socialistas,
nacionalistas del PNV y ANV, comunistas, anarquistas y republicanos”. La interpretación
de La Internacional fue, por tanto, uno de los principales nexos de participación entre la
muchedumbre eibarresa y las distintas fuerzas políticas presentes en el acto,
independientemente de la percepción particular que se tuviera de dicho himno270.
Con el fin de evitar que la citada manifestación reivindicativa quedara
reducida a un acto de carácter meramente testimonial, se remitió el siguiente
documento al jefe del gobierno, almirante Juan Bautista Aznar, cuyo texto recogemos
íntegramente dado su interés.
Las entidades que suscriben, en nombre y representación de la mayoría de los
ciudadanos de esta democrática villa de Eibar, congregados hoy en grandiosa
manifestación pública, tienen el honor de reclamar de vuecencia, una vez más, la
268
GUTIÉRREZ AROSA, Jesús, La insurrección de Octubre del 34 y la II República en Eibar,
[Eibar], Eibarko Udala, [2001], p. 24. La banda “El Romeral”, según la denominación de Jesús Gutiérrez,
fue una de las primeras que se formaron en este municipio guipuzcoano, junto a la Banda Municipal “La
Marcial” y la “Orquesta Bretón”, entre otras. El músico eibarrés Salvador Marzana se refirió a la primera
de las bandas citadas como “La Romeral”, afirmando que “en los tiempos de la República, el 14 de abril y
el 1 de mayo tocaban la Diana (“La Romeral”) a las 7.00 de la mañana. Más tarde las demás bandas
hacían pasacalle y conciertos. Empezaban hacia mayo los conciertos de la noche”. MARZANA, Salvador,
“Musika Eibarren: jaiegun berezietan, kalejira eta kontzertuak. La música en Eibar. Los días festivos
especiales había pasacalle y conciertos”, [en línea]. En: Ego Ibarra. Patrimonio Cultural de Eibar /
Eibartarren ahotan. Eibarko fonoteka, Erref.: AB-191 020. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 21 diciembre 2011]. En nuestra investigación
citaremos dicha banda siguiendo a Salvador Marzana, entre otros autores, dada su condición de músico en
activo durante el período estudiado.
269
GUTIÉRREZ AROSA, Jesús, La insurrección…, op. cit., p. 24.
270
Jesús Gutiérrez Arosa señaló, igualmente, que dicha manifestación no contó con el apoyo de los
partidos monárquicos y carlistas. Ibid., p. 23.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
130
inmediata promulgación de una amplia amnistía que venga a poner término
justiciero al caos jurídico que hoy reina en el país a consecuencia del régimen
anárquico e inconstitucional en que vivimos desde el 13 de septiembre de 1923.
Nuestra exigencia no se refiere solo a los presos y procesados, paisanos y
militares, que residen en la península sino también a los paisanos y militares que
sufren la expatriación por idénticos delitos político-sociales.
El clamor en pro de la amnistía integral tiene, como vuecencia lo ha podido
apreciar por los millares de telegramas e instancias recibidos, un marcadísimo e
imponente carácter nacional. En sanas reglas de derecho político, los Gobiernos
son legítimos cuando representan la voluntad nacional. Cuando se burlan de este,
cuando gobiernan caprichosamente, usurpan unas prerrogativas que no les
corresponde. Venimos observando que el Gobierno presidido por vuecencia, se
obstina en no querer atender aquel clamor, despreciando así los más vehementes
deseos y los sentimientos más puros del alma nacional. Diríase que vuecencia y
sus compañeros de Gabinete desean que el pueblo se manifieste violentamente en
la calle para reivindicar sus derechos. Actitud semejante no quisiéramos adoptar;
más como no podemos tolerar por más tiempo que ciudadanos y militares
ejemplares vivan en la cárcel, en los castillos y en la expatriación, anunciamos a
vuecencia, respetuosa pero decididamente, que estamos dispuestos a participar en
cualquier acción que se emprenda para conseguir lo que apetecemos: una amplia y
reparadora amnistía.
Viva V.E. muchos años.
Eibar, 5 de abril de 1931271.
La coincidencia de la fecha en la que se celebró la manifestación de Eibar con la
de la firma del comunicado y estas, a su vez, con la de su publicación en prensa, así
como la mención en el mismo a “los millares de telegramas e instancias recibidos” por el
Gobierno, nos conduce a considerar que todas las acciones citadas respondían a una
campaña previamente planificada en un ámbito territorial que excedía al de la propia
villa. En Eibar, también el concurso de la banda de música “La Romeral” debió de
fijarse con antelación para darle un carácter festivo al acto.
Confirma nuestra apreciación anterior el hecho de que en la misma edición de
La Voz de Guipúzcoa del 5 de abril se informaba, igualmente, de actos previstos para
esa jornada en otras ciudades próximas: “No se autoriza la manifestación
271
La Voz de Guipúzcoa, 05-IV-1931, p. 6.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
131
pro‒amnistía proyectada en Bilbao”272; “Hoy se celebrará en Pamplona un mitin a
favor de la amnistía”273.
Los actos organizados en diferentes puntos de la geografía nacional al amparo de
la reclamación de una amnistía amplia que permitiera excarcelar a los presos detenidos
por su implicación en los movimientos revolucionarios de diciembre de 1930 actuaron
como un importante factor de cohesión de sectores de la sociedad afines a la
implantación de la República. En este contexto de búsqueda de un programa de acción
coordinada de las fuerzas antimonárquicas, principalmente, se celebraron las elecciones
de renovación de las corporaciones locales del 12 de abril.
En cuanto a la villa armera, el voto hacia la conjunción republicanosocialista
fue estimulado sin reservas desde la corresponsalía de La Voz de Guipúzcoa en la
localidad, cuyo responsable era Tomás Echaluce, apodado cariñosamente Tomasito274.
El día 11 de abril firmaba una información titulada “El camino de la dignidad” en la que
dejaba constancia meridiana de su posicionamiento personal ante los comicios que
tendrían lugar la siguiente jornada.
¡Eibarreses: Hay que ser dignos de los que proclamaron la primera República,
llamada “la gloriosa”! Hay que restaurar la heroica votando la candidatura
conjuncionista275, que es función indispensable para marchar por las rutas de la
dignidad. Es cuestión de honor. Vileza o Libertad.
T[omás] E[chaluce]276.
Tras una intensa campaña electoral en la que las distintas fuerzas políticas
habían intentado recabar la adhesión de los ciudadanos hacia sus candidaturas,
finalmente el domingo 12 de abril se abrieron los colegios electorales. De esta manera
daba comienzo un sufragio municipal sobre el que se proyectaba, en distintas ciudades,
una aspiración electoral de rango superior al estrictamente convocado, esto es, un
272
La Voz de Guipúzcoa, 05-IV-1931, p. 7. Esta información recogía los argumentos en que se
basaba dicha prohibición: “Porque estamos en período electoral e interrumpiría la circulación”.
273
La Voz de Guipúzcoa, 05-IV-1931, p. 7.
274
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 260.
275
Se refiere Tomás Echaluce con este término a la candidatura formada por la Conjunción
Republicano‒Socialista.
276
La Voz de Guipúzcoa, 11-IV-1931, p. 13.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
132
cambio en la naturaleza de la organización política del Estado: la sustitución de la
Monarquía por la República277.
El mismo día de la jornada electoral, La Voz de Guipúzcoa hacía un último
llamamiento al voto conjuncionista278 desde su corresponsalía de Eibar.
Liberales fueron nuestros padres y nuestros abuelos. A votar, pues, la
candidatura republicanosocialista, que es como se podrá conseguir lavar la
mancha que los facciosos han impreso en el nombre de España a través de los
tiempos. Por lo tanto, para que el Municipio eibarrés sea liberal, tenemos que sacar
la candidatura conjuncionista, para que desde los escaños municipales, nos
administren los verdaderos liberales, los genuinos representantes, que así
prosperará el pueblo279.
Las elecciones se celebraron en Eibar sin que se registraran incidentes de
especial relevancia y el recuento de los votos arrojó un saldo altamente satisfactorio para
la coalición que había encontrado en La Voz de Guipúzcoa un valioso aliado.
En Eibar la disputa electoral concluyó con el triunfo aplastante de la coalición
republicano-socialista. Los socialistas consiguieron 10 concejales (el nuevo alcalde
Alejandro Tellería relevó a Timoteo Zubiate, el segundo teniente [de] alcalde Juan
de los Toyos […]), 8 los republicanos […] y 1 el PNV […]280.
Ante los primeros datos conocidos del escrutinio en diferentes ciudades, los cuales
auguraban inicialmente una más que probable victoria republicana, se improvisaron
concentraciones que desbordaron calles y plazas de las principales localidades españolas.
La configuración del repertorio musical interpretado en dichos actos giró, de manera
277
Esta aspiración subyacente no solo se produjo en grandes concentraciones urbanas, sino
también en pequeñas localidades. El 10 de abril, La Voz de Guipúzcoa insertaba un llamamiento que tenía
su origen en la villa costera de Ondarroa (Vizcaya):
VASCOS: HAY QUE DEFINIRSE
O MONARQUÍA O REPÚBLICA.
La Voz de Guipúzcoa, 10-IV-1931, p. 6.
278
Acabamos de referirnos a la utilización de este término por parte de Tomás Echaluce.
279
La Voz de Guipúzcoa, 12-IV-1931, p. 14.
280
GUTIÉRREZ AROSA, Jesús, La insurrección…, op. cit., pp. 24 y ss. Consúltese en la
referencia anterior la relación nominal de los nuevos concejales así como la distribución de cargos al
constituirse la corporación eibarresa que había resultado de los comicios del 12 de abril. Véanse los
resultados electorales en los diferentes distritos de Eibar, así como los votos obtenidos por cada uno de los
candidatos en La Voz de Guipúzcoa, 14-IV-1931, p. 4.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
133
invariable, en torno a la omnipresente Marsellesa281. Este hecho reflejaría su
carácter hegemónico, así como la identificación de los partidarios de la República
con esta partitura, principalmente y, en menor medida, con el resto de
composiciones ya señaladas282.
En los años previos a la Segunda República, Eibar era una ciudad cuya economía
se basaba, principalmente, en la industria armera, actividad a la que se dedicaba la
mayor parte del pueblo desde finales del siglo XIX; sin embargo, en su origen había sido
una población agraria, y aún mantenía fuertes vínculos con los caseríos y pequeños
núcleos urbanos de los alrededores, de los que procedía una mano de obra barata y poco
cualificada. El idioma de convivencia diaria seguía siendo, preferentemente, el euskera,
en una variedad dialectal vizcaína característica de la zona.
La presencia del socialismo en Eibar databa de las últimas décadas del siglo XIX,
y se asentaba en unas sólidas relaciones con los socialistas de Bilbao. La Agrupación
Socialista de Eibar se formó en 1898, y la persona que mantuvo y extendió, gracias a su
acción política a favor del socialismo eibarrés, la lucha por los derechos de los
trabajadores de finales del siglo XIX y primeras décadas del XX en este municipio
guipuzcoano fue el obrero armero y músico Aquilino Amuátegui Acha283.
281
Aunque nos referiremos más adelante a esta cuestión, es preciso señalar que La Marsellesa se
interpretó durante estas jornadas en diferentes versiones (instrumental, vocal), con distintos textos y
mediante diversas fuentes emisoras.
282
Observaremos en nuestra investigación la presencia de rasgos diferenciadores en la formación
de estos repertorios según diversas variables relacionadas con las características sociales, culturales e
idiomáticas de las poblaciones en las que tuvieron lugar las referidas celebraciones populares.
283
Aquilino Amuátegui Acha (Eibar, 04-I-1877- Idem., 13-III-1919) fue un obrero armero que
comenzó a trabajar de niño como damasquinador en la fábrica Orbea de su villa natal. Autodidacta, se
formó en la lectura de periódicos como La lucha de clases y ¡Adelante!, así como de obras clásicas.
Aprendió francés y esperanto por su cuenta. Era músico y tocaba el bombardino en “La Marcial” y en la
Banda Municipal de Eibar, según se denominara de una manera u otra. Nos informó Toribio Echevarría
de que en realidad se trataba de la misma banda, según estuviera “municipalizada”, es decir, vinculada al
Ayuntamiento por algún tipo de acuerdo o no. ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 231. Salvo un
pequeño paréntesis en Argentina, Amuátegui vivió siempre en su localidad natal. Conocido orador en su
lengua familiar, el euskera, participó en innumerables mítines. Fue amigo personal de los socialistas José
Madinaveitia y Tomás Meabe, ambos muy relacionados con la mencionada villa. Resultó elegido concejal
el 7 de julio de 1907, siendo nombrado Teniente de Alcalde, cargo que ejerció durante más de nueve
años. Desde su puesto de concejal propuso numerosas medidas a favor de la clase trabajadora (mejora de
horarios, salarios, educación, sanidad…). Organizó diversas huelgas, tanto en su municipio como en otros
cercanos. Extendió su acción política a localidades como Guernica (Vizcaya), en 1913, cuando
empresarios de Eibar pusieron en marcha una fábrica de armas en la villa foral, a la que se trasladaron
obreros eibarreses con sus familias. Véanse ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., pp. 33-40, y
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
134
Aquilino Amuátegui […] era el tipo perfecto del tribuno popular. No le
faltaba la prestancia física indispensable y la naturaleza se la había aderezado
con cierto aire de insolencia que se localizaba en su nariz, si no respingona
tampoco aguileña, que añadía su aliño particular a la fuerza de su ceño, a la
energía que respiraba su persona284. Su voz era potente y llenaba sus discursos
de conceptos rotundos como quien confía en sí mismo y está seguro de su
verdad. Su verdad era el socialismo, y el camino para tan bello país la
organización de los trabajadores. He aquí todo su evangelio285.
Amuátegui, conocido como “Chiclana” en alusión a su condición de aficionado al
toreo286, participó en la implantación del socialismo en Eibar desde todos los ámbitos
posibles: orador, colaborador de la publicación socialista ¡Adelante!, concejal del
Ayuntamiento eibarrés, músico de “La Marcial”287 y de la Banda Municipal de Eibar…
Este compromiso personal con los trabajadores propició en dicha villa, en el marco de un
esfuerzo colectivo, la creación de un modelo de sociabilidad popular en el que se
interrelacionaron la reivindicación laboral y política con la extensión educativa y cultural
como principales medios para la consecución de los objetivos pretendidos.
NARBAIZA AZKUE, Antxon, Akilino Amuátegui (1877-1919). XX. mende hasierako mitinlari sozialista
euskalduna, [Eibar], Ego Ibarra, 2002. Véase, igualmente, un breve perfil biográfico de este apasionado
socialista eibarrés en “Amuátegui Acha, Aquilino”, [en línea]. En: Diccionario Biográfico del Socialismo
Español. Puede consultarse en red en: [Consulta: 08 agosto 2013].
284
En la elogiosa descripción de Aquilino Amuátegui que realiza Toribio Echevarría se ha
omitido la presencia de un poblado bigote como rasgo característico de su fisonomía, elemento que le
otorgaba a su expresión facial una gran solemnidad. Véase una fotografía de este músico y activo
militante socialista, acompañado de su bombardino, en NARBAIZA AZKUE, Antxon, pp. [9] y 32. Se
trata, en ambos casos, de la misma instantánea reproducida a distinto tamaño. Aquilino Amuátegui
aparece sentado en el centro de la primera fila de la banda de música “La Marcial”, que en esa imagen
está formada por doce integrantes. El bombardino es un instrumento de viento metal de uso infrecuente en
la orquesta sinfónica, pero casi obligado en la banda. Su sonoridad es dulce y posee un amplio catálogo de
posibilidades sonoras. Es muy habitual su empleo en la música de jazz. Véanse BOROBIA CETINA,
Ramón, Tratado Moderno…, op. cit. y MAS QUILES, Juan Vicente, Apuntes de instrumentación…, op. cit.
285
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 33.
286
[Aquilino Amuátegui] No había salido a la palestra con otras letras que las de la
escuela primaria, que le hubiesen bastado de haber continuado por el camino de sus
aficiones de torero, que le valieron el alias con que los enemigos siguieron llamándole
siempre, si bien sin enojo alguno por su parte, pues no le avergonzaba ese pasado en que
tampoco había estado mal, cuando lidiaba al lado de Ignacio Zuloaga, su paisano y
coetáneo que pasaba por aquella época el mismo sarampión del toreo.
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 38.
287
Ramón María Sarasúa Gisasola nos ofrece dos datos relevantes sobre esta banda de música, al
indicar que se formó en el año 1884 con veinticinco integrantes. Véase SARASÚA GISASOLA, Ramón
María, La música en Eibar. Eibarko musikoak, [Eibar], Ayuntamiento, 1991, [p. 25].
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
135
Luego de presentar candidatos propios en ocasión de todas las renovaciones del
concejo, al cabo de no sé cuántos vanos intentos, Esteban Barrutia, maestro
grabador, fue elegido concejal hacia el año 1908, y vino a ser el primer edil
socialista en la provincia de Guipúzcoa288.
Donde había carencias de formación, no faltaban ni el entusiasmo ni la
determinación de suplir cualquier obstáculo que impidiera llevar a cabo una tarea beneficiosa
para la causa obrera. El propio Aquilino Amuátegui fue un buen ejemplo de ello.
Otro de los personajes es un concejal [de Eibar, Aquilino Amuátegui],
celebrado orador que va por los pueblos de las cercanías difundiendo el socialismo
en vascuence. ¿No es esto insólito?289 Pero no terminan aquí las funciones de este
hombre extraordinario. Además de armero, de concejal y de orador socialista en
vascuence, (…) pertenece a una banda de música donde ingresó, no por puro
temperamento artístico, sino por táctica política. La cosa es seria. Había aquí una
banda cuyos músicos eran todos, o una buena parte, conservadores. Con esta banda
se solemnizaban todas las ocasiones antiliberales290, lo cual ofendía al liberalismo
en general. Pero ingresó en ella nuestro concejal y pronto liberalizó a todos sus
compañeros. Por consiguiente, en Eibar se ha hecho liberal hasta la música291.
La confrontación política se libraba en Eibar con especial virulencia también en el
campo de los pentagramas y Aquilino Amuátegui no estaba dispuesto a perder esa batalla
que debió de ser, en su interpretación, la de la propaganda. Este decidido socialista había
aprendido a tocar el bombardino como “táctica política” para introducirse en una banda
musical que daba su apoyo a posiciones conservadoras, desactivar la influencia negativa
que esta ejercía en la sociedad eibarresa y modificar el signo de la misma.
288
Ibid., p. 40. Esteban Barrutia fue elegido concejal en 1903, no en 1908 como indica el autor.
Difícilmente pudo consultar Echevarría el archivo del Ayuntamiento de Eibar cuando escribía sus
memorias desde el exilio venezolano. Véase EGUIGUREN, Jesús, El PSOE…, op. cit., pp. 118 y 316.
Consúltese también MIRALLES, Ricardo, El socialismo vasco durante la II República. Organización,
ideología, política y elecciones, 1931-1936, [Bilbao], Universidad del País Vasco, 1988.
289
Tradicionalmente, las fuerzas nacionalistas impulsaron el uso del euskera frente al castellano,
considerada como lengua ajena y, por lo tanto, identificada con el mundo obrero y sus fuerzas políticas
representativas (socialistas, comunistas y anarquistas). De ahí la sorpresa expresada por Luis Araquistain
ante la afortunada estrategia propagandística de Amuátegui, al difundir las ideas socialistas en los caseríos
y pueblos circundantes de Eibar en la lengua habitual de sus moradores.
290
Consideramos muy adecuado el uso de este término para referirse a la función que
desempeñaba la Banda “La Marcial” en diferentes actos de agitación antiliberal.
291
NARBAIZA AZKUE, Antxon, pp. 56-57. Atribuye el autor esta cita al “escritor socialista
Luis de Araquistain” y señala su procedencia de La Voz de Guipúzcoa, 11-II-1911. Creemos que se
refiere al periodista, escritor y dirigente socialista Luis Araquistain (Bárcena de Pie de Concha, 1886-
Ginebra, 1959), quien estuvo muy ligado al acontecer político en el País Vasco.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
136
Pero la influencia de la música no solo se producía en el orden político,
solemnizando un acto de una ideología o de la opuesta, sino que se manifestaba,
igualmente, en el ámbito de las costumbres ciudadanas, de los hábitos festivos… La
modificación de estas circunstancias podía poner en cuestión el concepto establecido de
tradición popular. Una vez más, será Toribio Echevarría quien ilustrará magníficamente la
disputa entre las dos concepciones enfrentadas por el modo en que se debía orientar el ocio
musical de la juventud eibarresa.
La Banda de Música. No podría estar completa la fisonomía local de
aquellos tiempos, en vísperas de ingresar de lleno en los problemas nacionales
que no tardarían en ocupar el primer plano, si dejáramos en el tintero otro
detalle característico: la Banda de Música, La Marcial, en cuyo estandarte
lucían las palmas ganadas en muchas competiciones reñidas en las tres
provincias vascongadas.
La banda de música, una veces municipalizada y otras libre para volver a ser del
municipio, porque también la de los músicos es una república difícil de gobernar,
[su cometido] era, fundamentalmente, [amenizar] los bailes a cielo abierto durante
el verano y los bailes en el Salón Teatro durante la temporada invernal.
Durante no sé cuántas generaciones, el noventa por cien de los noviazgos se
habían iniciado y desenvuelto en esos bailes por el libre juego de las afinidades
electivas […]. Y aunque parezca paradójico, aquella libertad que contrastaba y no
poco con las restricciones de otros pueblos, donde las autoridades civiles y las
eclesiásticas se ponían de acuerdo para mogigaterías [sic] como la de prohibir el
agarrao, hacía innecesaria toda clandestinidad […]. Y la banda de música que era
un instrumento providencial para ese benéfico resultado, era así toda una
[herramienta] política292.
Siendo importante, no era este el único motivo de desencuentro de carácter
musical que subyacía en Eibar. La disputa entre diferentes modelos de sociabilidad,
auspiciados desde unos u otros atriles, había alcanzado cotas de claro enfrentamiento entre
las partes en litigio.
292
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., pp. 231-232. Compartimos con este autor, en el
contexto estudiado, su consideración de la banda de música como un instrumento al servico de la política.
Echevarría también se refiere a la creación de una orquesta en el seno del Círculo Socialista, pero facilita
escasa información sobre la misma.
Mentar aquella orquesta es para mí recordar una fantasía de Lisístrata, que era la obra que
mejor lucía en su repertorio.
Ibid., p. 259.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
137
Quienes acabaron por considerarse incompatibles con la banda fueron los curas,
en atención a que La Marcial era la banda de los bailes y las fiestas profanas, el
Primero de Mayo y los actos republicanos, y constituyeron otra confesional para su
propio uso, bajo la advocación de Santa Cecilia293, patrona a la que, sin adularla
directamente, también rendía culto La Marcial desde siempre en su día del 22 de
noviembre.
Lo mismo pasó con el orfeón a despecho de la cantidad de música religiosa que
entraba en su repertorio, y hasta hubo interés en crear, frente a la veterana
Sociedad de Socorros Mutuos de Artesanos, eminentemente neutral, y por serlo,
otra confesional, añadiendo con todo ello más leña al fuego de nuestras
competencias y encuentros294.
¿Música laica o música religiosa?, esa era la cuestión en aquel “barranco del
Ego”295 en el período que precedió a la contienda electoral de abril de 1931. No se trababa
de una disputa meramente artística, sino de la rivalidad por detentar una posición
preferente en la capacidad de influir en la creación de estructuras sociales decisivas en la
orientación del voto futuro, como así fue. Fruto del esfuerzo de los socialistas junto al de
otros militantes pertenecientes a distintas fuerzas políticas, Eibar vio fortalecidas las
posiciones progresistas en las primeras décadas del siglo XX.
293
No expresa con exactitud Echevarría, aunque lo sugiere discretamente, cuál era el nombre de
esta nueva orquesta de carácter “confesional” creada “bajo la advocación de Santa Cecilia”. Por su parte,
Ramón María Sarasúa cita la aparición, en torno a 1907, de una orquesta que fue bautizada con el nombre
de Santa Cecilia, dirigida por Críspulo Guisasola. Creemos que esa era la denominación de la orquesta a
la que se refería Toribio Echevarría de manera velada. Véase SARASÚA GISASOLA, Ramón María, [p.
26]. El músico eibarrés Salvador Marzana confirmó este hecho:
Ildefonso Irusta [Echeverría] era el director de la banda La Marcial. El círculo conservador
también tenía una banda llamada Santa Cecilia. El director de esta banda tradicionalista era
Críspulo Guisasola, “Crispulín”. Era el corresponsal del periódico que se publicaba en Eibar,
“Eco de Eibar” más concretamente.
MARZANA, Salvador, “Musika bandak Eibarren: La Marcial; Santa Cecilia; e.a. Las bandas de
música en Eibar”, [en línea]. En: Ego Ibarra. Patrimonio Cultural de Eibar / Eibartarren ahotan.
Eibarko fonoteka, Erref.: AB-191 001. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 21 diciembre 2011]. Recordemos brevemente
que Toribio Echevarría había justificado la necesidad de publicar en Eibar el semanario socialista
¡Adelante!, “donde responder a los corresponsales que bailaban el agua a los patronos a costa de los
socialistas”. ¿Se refería a Críspulo Guisasola, corresponsal del Eco de Eibar y director de la banda de
música Santa Cecilia? De confirmarse este extremo, la rivalidad ideológica entre las bandas “La Marcial”
y “Santa Cecilia” (repertorios, actos, objetivos…) tendría un segundo teatro de operaciones entre las
cabeceras ¡Adelante! (socialista) y Eco de Eibar (conservador).
294
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 232.
295
Ibid., p. 230. Expresión que utilizó Toribio Echevarría para referirse a la ubicación de Eibar.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
138
Si hacemos caso de las crónicas del momento no dudaremos en afirmar que
mítines, conferencias, manifestaciones de todo tipo contaban con una asistencia
muy numerosa. En aquellos días señalados, que al cabo del año eran muchos, la
ciudad era un hervidero de gente interesada en lo que allí se decía o hacía. Serán
los mejores años en el inventario de la agitación, en el buen sentido de la
palabra, y de las reivindicaciones sociales que Toribio Echebarría calificó como
“la aurora social sobre el río Ego”296.
La construcción de la citada “aurora social” como amanecer de libertad
impulsada desde las filas socialistas y de otras fuerzas progresistas presentes en el
municipio logró preservar a Eibar de la influencia carlista, muy activa en Guipúzcoa
desde sus orígenes en el siglo XIX y comienzos del XX
297 y permitió, asimismo,
sentar las bases de movimientos ciudadanos que tuvieron, posteriormente, un
elevado protagonismo.
Eibar aparecía para esta ideología [carlista] como foco de liberalismo que a
nada bueno iba a conducir. Un ejemplo era aquel en el que aprovechando la
huelga general que se había lanzado en 1917 para todo el Estado, el mundo
mediático integrista se encargaba de proporcionar noticias de tinte obscuro
siempre que se refería a la población. Eibar era la anomalía. ¡A tanto llegaban
que incluso adelantaron la llegada de la II República al año 1917! Naturalmente,
el supuesto suceso se producía como no podía ser menos en un contexto de
revolución: huelgas, altercados con víctimas, etc., cuando en realidad en aquel
momento no pasaba absolutamente nada en la villa. Si en algo dieron en el
296
NARBAIZA AZKUE, Antxon, p. 40. Toribio Echevarría tituló “Aurora social sobre el Ego”
el primero de los capítulos de su Viaje por el país de los recuerdos, obra ampliamente citada. El río Ego
es afluente del Deba y una parte de su cauce discurre por la villa de Eibar. Recordemos cómo en la
versión de La Marsellesa que se publicó en dicha localidad, hacia 1910, se citaba el término “aurora” en
el primer verso de su segunda estrofa:
El 1.º de Mayo es la aurora
cuya luz al burgués causa horror;
pues le anuncia su pronta caída
y el poder para el trabajador.
Himnos dedicados a la clase obrera…, op. cit., p. 17. ¿Estuvo Toribio Echevarría relacionado
con la redacción de esta curiosa versión del texto de La Marsellesa? No podemos afirmarlo, más allá de
señalar la presencia de un término cuyo uso es característico de este autor en una determinada obra
musical publicada en Eibar. En OTZERINJAUREGI, Mireia y SANGRONIZ, Mikel (recs.), p. 272, se
apunta la posibilidad de que Ezequiel Etxebarria, tío de Toribio Echevarría, ejerciera una cierta influencia
en la decisión del segundo de escribir poesía. Hemos respetado, en cada caso, la escritura del apellido
según lo consignó, preferentemente, cada autor.
297
De manera singular, el movimiento político carlista ha cultivado a lo largo de su historia una
cuidada atención al fenómeno musical. Véanse NAGORE, María, “Carlismo y música”, en Imágenes. El
carlismo en las artes, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2010, pp. 245-280; GIL, Bonifacio, Cancionero
histórico carlista, Madrid, Aportes XIX, 1990; y BALEZTENA, Dolores, Cancionero popular carlista,
(prólogo de Carmela G. de Gambra), Madrid, Publicaciones Españolas, 1957.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
139
blanco fue en el hecho de que acertaran con Eibar como primera población que
cantara la República. Eso sí, 14 años antes298.
Fallecido Amuátegui, el principal contacto entre Eibar y el socialismo vizcaíno
se apoyó, básicamente, en la amistad que mantuvieron Toribio Echeverría e Indalecio
Prieto. Fueron frecuentes los mítines y conferencias tanto de Prieto como de Miguel
de Unamuno en la Casa del Pueblo eibarresa. Igualmente, es preciso señalar la
estrecha y continuada relación de los Orfeones Socialistas de Eibar y Bilbao, entre
otros, en torno al intercambio de partituras interpretadas por las respectivas
agrupaciones corales299.
Se envía una carta al Orfeón Socialista de Eibar300 pidiéndole una copia de la
partitura de los primeros tenores de la canción “Nuestros valientes labradores”301.
298
NARBAIZA AZKUE, Antxon, pp. 38-39. A raíz de las huelgas obreras de 1917
Aquilino Amuátegui fue condenado a prisión, pero logró huir a Francia, exilio que tendría para él
fatales consecuencias.
Y envuelto poco después [Aquilino Amuátegui] en las responsabilidades del movimiento
revolucionario de 1917, primer golpe a fondo que hizo vacilar el edificio de la monarquía, hubo
de pasar la frontera en condiciones que arruinaron su fortaleza de hierro. Una afección maligna
se le agarró traidoramente a la garganta, aquella garganta que había cantado tantas verdades, y
acabó con él cuando la epidemia de la gripe que, como es sabido, buscaba el lado vulnerable de
sus víctimas.
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 38. Salvador Marzana Amuátegui, nieto de
Aquilino Amuátegui y músico como él, recordó el valioso legado del citado militante socialista en
MARZANA, Salvador, “Aquilino Amuategi, musika bandako kide eta eibartar sozialista ezaguna”, [en
línea]. En: Ego Ibarra. Patrimonio Cultural de Eibar / Eibartarren ahotan. Eibarko fonoteka, Erref.: AB-
191 005. Puede consultarse en red en: [Consulta: 21
diciembre 2012].
299
Eibar contaba, en las primeras décadas del siglo xx, además de con el Orfeón Socialista, con
distintas agrupaciones musicales (varias bandas, orfeones, coros infantiles parroquiales…). Véanse
LABAJO, Joaquina, Aproximación al fenómeno orfeonístico en España (Valladolid, 1890-1923),
Valladolid, Diputación Provincial, 1987; de la misma autora, “Música y socialismo. La actividad musical
de las Agrupaciones Socialistas a comienzos de siglo [s. XX]”, en Pianos, voces y panderetas. Apuntes
para una historia social de la música en España, Madrid, Endimión, 1988; GUEREÑA, Jean-Louis, “Los
orfeones socialistas y su repertorio a principios del siglo XX”, en Enrique Moral Sandoval (coord.),
Centenario de la Casa del Pueblo de Madrid 1908-2008, Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones
Culturales, 2008, pp. 205-209; LUIS MARTÍN, Francisco de, op. cit., y NAGORE, María, La
revolución coral…, op. cit.
300
Debemos a Rafael Carratalá Ramos (“Véritas” o “R.C.R.”), militante socialista, tipógrafo y
compositor alicantino, casi un decálogo de las bondades de la música orfeonística para inculcar las “ideas
de emancipación” socialistas.
Los discursos revolucionarios enardecen, alientan, prestan calor momentáneo a las multitudes;
pero, pasadas las circunstancias que motivaron el acto, los discursos se olvidan, no dejan más
huella que la que imprime su ligero recuerdo.
http://ahotan.egoibarra.com/Pasarteak/4483
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
140
Por el texto de la petición deducimos que se trataba de una obra coral a varias
voces (lo habitual es que fuera a 4 voces) y que, al menos la cuerda de los tenores,
estuviera divida en dos o más partes. Ambas circunstancias pondrían de manifiesto la
complejidad que habría alcanzado la escritura musical de estas obras propagandísticas, así
como la propia evolución técnica de la capacidad interpretativa de las masas corales
socialistas. Probablemente, el texto de la citada canción sería una invitación laudatoria a
los campesinos animándoles a integrarse, como parte activa, en los movimientos políticos
promovidos en las primeras décadas del siglo XX. Su participación electoral sería muy
relevante, dada la estructura productiva española en el medio rural, con una fuerte
presencia de los sectores ganadero y agrario302.
Convocadas las elecciones municipales de 1931, en Eibar se puso de manifiesto
la fractura cultural y política existente entre quienes procedían del medio rural,
campesinos ligados generalmente al carlismo y a las prácticas caciquiles alentadas desde
diferentes estamentos, y los trabajadores de las fábricas de armas y pequeños talleres
extendidos por el casco urbano partícipes, en gran medida, de la doctrina socialista o
La música es otra cosa. La emoción estética que produce alcanza a seducir todas las
inteligencias, por menguadas que fueren, y sus vibraciones, si son algo inspiradas, electrizan a los
adeptos de un ideal y contagian los órganos sensitivos de la masa indiferente.
[…] Por lo cual, repito, que los orfeones socialistas hacen tanta propaganda como la misma
prensa obrera.
Contribuyamos con todas nuestras fuerzas a la creación de sociedades corales, y sígales
siempre nuestro aplauso y nuestra ayuda desinteresada para la difusión artística de las modernas
ideas.
[…] Orfeones, sí, orfeones socialistas en todos los centros importantes, y que inculquen con
notas sonoras las ideas de emancipación
VÉRITAS, “Orfeones Socialistas”, en La Lucha de Clases, n.º 538, 11 de marzo de 1905, p. 3.
301
Sesión ordinaria de la Junta Directiva Orfeón Socialista de Bilbao de 19 de febrero de 1933.
Archivo General de la Guerra Civil Española (Salamanca), sig: PS BILBAO-C52/4. Se trata, en su conjunto,
de un grupo de actas del citado orfeón que abarca desde la sesión del 1 de diciembre de 1931 a la del 22 de
febrero de 1934. Es un documento de gran interés para el conocimiento de la vida interna de un orfeón
socialista, de las actividades realizadas y de sus relaciones con otros orfeones del Estado. La parte vocal
requerida por el Orfeón Socialista de Bilbao al de Eibar pertenecía a la obra titulada «Nuestros valientes
labradores», canción que no figuraba incluida en el álbum de himnos publicado en Eibar hacia 1910-1912 ya
citado, ni en los editados en Madrid en 1908 y 1913: Himnos cantados por el Orfeón Socialista Madrileño,
Madrid, Imprenta de Inocente Calleja, 1908, e Himnos cantados por el Orfeón Socialista Madrileño,
Madrid, Imprenta de F. Peña Cruz, 1913. Tal vez su composición fuera posterior a la edición de estos
cancioneros. Lamentablemente no nos ha sido posible encontrar ningún ejemplar de esta partitura.
302
Véase TAMAMES, Ramón, La República…, op. cit., pp. 41-78. Consúltese también NADAL,
Jordi, y TORTELLA, Gabriel, (eds.), Agricultura, comercio colonial y crecimiento económico en la
España contemporánea, Barcelona, Ariel, 1974; y TORTELLA, Gabriel, El desarrollo de la España
contemporánea. Historia económica de los siglos XIX y XX, Madrid, Alianza, 2003.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
141
próximos a ella. No era sino la constatación de una profunda ruptura que tan presente
había estado en la vida política de la comarca.
Las pequeñas guerras sociales de todo el país. De aquellas alternativas
dramáticas de más de un siglo, Eibar sabía bastante, por haber sido actor en no
pocos de sus episodios. Inclinado a favor del constitucionalismo y siendo
militarmente una posición indefendible en el centro de una vasta mancha
absolutista, conoció la emigración política desde las francesadas303, en que tuvo
que aprender a evacuar e irse con el alma a otra parte. Y vivía espiritualmente de
la tradición de esos sacrificios que había pagado a la libertad, siendo un pueblo
liberal en una provincia de carlistas e integristas304.
Los días previos al domingo 12 de abril de 1931 se vivieron en la villa armera
situaciones cuando menos curiosas, de las que Toribio Echevarría dio cuenta en sus
memorias, junto con una extensa reflexión sobre la influencia del caciquismo.
El arma electoral: […] En días de elecciones, nuestro deber de jóvenes
socialistas era hacer acto de presencia en la calle y movernos mucho de un lado
para otro, a fin de imponer respeto a los aldeanos305 que no se resignaban de grado
a dejar la costumbre de comercializar su voto, o a que se lo retribuyeran cuando
menos con una copiosa comida en la taberna adicta al candidato favorecido. Y no
fue poca la suela que se hubo de gastar, arriba y abajo, para lograr desarraigar ese
vicio, que no era exclusivo de los ancianos. Y al fin se logró y las elecciones
fueron en adelante un procedimiento bastante eficaz para dar expresión a la
voluntad popular que, por lo mismo, vino a tener más cuerpo y consistencia.
[…]
Sin este previo saneamiento no hubiera podido ser posible la mayoría que los
socialistas acabaron por tener en el Ayuntamiento, y sin una generalización de la
misma limpieza en todo el cuerpo nacional no se hubiera dado la posibilidad de
conquistar la República306.
303
Explica el propio Echevarría, a pie de página, que bajo esta denominación incluía los
conflictos en España derivados de “la Convención, Napoleón, [y] el Duque de Angulema”.
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 234n3.
304
Id.
305
En Euskadi se denomina “aldeanos” a quienes viven en caseríos o en pequeñas agrupaciones
de estos, siendo su actividad principal la agricultura y/o la ganadería. Periódicamente se celebran
mercados en los municipios que son cabeza de comarca, donde los aldeanos comercializan directamente
sus productos y elaboraciones de los mismos (hortalizas, verduras, quesos, frutas, mermeladas, licores…).
Esta práctica se conserva en la actualidad en la villa foral de Guernica (su denominación administrativa
correcta en castellano, en la actualidad, es la de Guernica y Luno), donde todos los lunes tiene lugar dicha
actividad. En Guipúzcoa se celebran, igualmente, mercados de estas características en numerosas localidades
(Tolosa, Ordizia, Azpeitia…). Por tanto, Echevarría, con el término “aldeanos” estaría refiriéndose a quienes
se desplazaban a Eibar a votar desde su entorno y no a los vecinos de esta localidad.
306
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., pp. 168-169.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
142
Echevarría señaló, igualmente, el importante papel desempeñado por el órgano
de prensa del PSOE, El Socialista, en la creación de una conciencia crítica del electorado
para obtener su apoyo a protagonizar una profunda transformación social.
La guerra social en que ardía España: Pero, sobre todo, era nuestro deber de
jóvenes militares307 ir enterándonos por El Socialista, semanario entonces de cuatro
páginas, del mapa caciquil de España, colorado de sangre y lágrimas, leyendo las
cartas de sus mil corresponsales en otros tantos pueblos que vivían dramáticamente
el mismo afán que el nuestro. El ácido socialista, al suscitar la conciencia de los
trabajadores, la noción de sus derechos y la idea de su condición de hombres, había
revelado un mundo de sujeción, de violencia, de explotaciones y de resabios
feudales. Y en aquellas cartas se referían los infinitos atropellos de los monterillas al
servicio del cacique, en cientos de lugares dejados de la mano de Dios sobre la vieja
piel de toro hispánica, en que no había más ley que la voluntad de un señor sin las
obligaciones que antes tenían los señores; las arbitrariedades del juez que obedecía a
un amo, las violencias de la guardia civil con los que se atrevían a protestar por sus
salarios de hambre y las venganzas de los patronos con el alma roñosa que usaban en
todas partes contra los que sacaban la cara por la organización308.
El lunes 13 de abril transcurrió en Eibar con relativa normalidad, a pesar de que
los excesos de la noche electoral causaron algunos efectos y, como afirmó Echevarría,
ese día “no se hizo nada de provecho en los talleres”309. A pesar de ello, Salvador
Marzana310, nieto de Aquilino Amuátegui, socialista y músico como aquel en la Banda
Municipal, en la que tocaba el clarinete, nos informó de que, después del trabajo, “el
307
La utilización por parte de Echevarría del término “militares” no está referida, en sentido
estricto, a su pertenencia al ejército, sino a la participación en una organización política de militantes
activos, el PSOE. Titula el capítulo Tiempos de Milicia, para emular la disciplina con la que se conducen
los soldados en el ámbito castrense, la cual debía ser imitada por los socialistas eibarreses –así lo indicaba
Toribio Echevarría– en su campaña de proselitismo para atraer hacia sus filas el voto ciudadano y, al
mismo tiempo, para neutralizar los efectos de las prácticas antidemocráticas de los caciques.
308
Ibid., pp. 169-170.
309
Ibid., p. 357.
310
Salvador Marzana Amuátegui (Eibar, 09-01-1918-Mendaro, 7-09-2010), fue testigo directo, a
la edad de trece años, de la proclamación de la República en Eibar como miembro de las Juventudes
Socialistas. Formó parte, también, de la banda “La Lira”, escindida de la Banda Municipal en 1949. La
nueva agrupación extendió su actividad hasta 1959. Marzana falleció, a la edad de 92 años, en la localidad
guipuzcoana de Mendaro, siendo enterrado con el escudo de Eibar, una bandera republicana y la
interpretación de La Internacional. Véase ARAMBERRI, José, “Salvador Marzana. El ex combatiente
republicano y músico, Salvador Marzana Amuátegui fue despedido el jueves por su familia y amigos en
un emotivo entierro civil en el que se cantó `La Internacional´”, [en línea]. En: diariovasco.com. Puede
consultarse en red en: [Consulta: 20 diciembre 2011].
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
143
lunes día 13, los de la cuadrilla Danba estuvieron cantando en la Casa del Pueblo
celebrando la llegada de la República”311.
Las que en Eibar llamábamos cuadrillas, nutridas piñas de amigos con sede
en alguna taberna o café, estaban determinadas tanto o más que por la afinidad
de ideas políticas, por la combinación y armonía de las voces. Y como los
equipos de fútbol se disputan ahora el back o el portero de otros equipos, así
entonces se disputaban las cuadrillas un bajo, un barítono o un buen tenor, para
arrastrarle a su grupo312.
Mientras tanto, a lo largo del día 13 se esperaban en Eibar importantes
acontecimientos pero estos no acababan de producirse, al tiempo que se escrutaban
todos los medios posibles con el fin de obtener alguna información que pudiera
confirmar los anhelos de un sector de la población eibarresa.
No había, sin embargo, ninguna noticia precisa de las consecuencias inmediatas
de la victoria republicana en las esferas del gobierno, pero todo el mundo presentía
y tenía la corazonada de que no tardarían en concretarse en acontecimientos
políticos de importancia. Con todo, no ocurrió nada de particular aquel lunes, fuera
de aquel gasto de emoción y entusiasmo que se exteriorizaba en todos. Como era
inevitable, los lugares de comer y beber que siempre abundaron en nuestro pueblo,
estuvieron concurridísimos al atardecer, pagando al cuerpo su legítima parte en
aquella satisfacción de los espíritus.
Estábamos así sentados a la mesa unos cuantos amigos en casa de Barrena, bien
servidos, pues no faltaba más en aquel día, y el comandante de la guardia civil vino
a nosotros a informarse en particular sobre si era cierto que se iba a proceder a una
manifestación durante la noche313. Nosotros no teníamos ninguna noticia de ello, y
311
MARZANA, Salvador, “1931ko hauteskunde gaua eta hurrengo egunak. La noche de las
elecciones de 1931”, [en línea]. En: Ego Ibarra. Patrimonio Cultural de Eibar / Eibartarren ahotan.
Eibarko fonoteka, Erref.: AB-195 007. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 21 diciembre 2011]. Marzana fue entrevistado
en varias ocasiones en el marco de un programa del Ayuntamiento de Eibar denominado Ego Ibarra. El
texto de la cita corresponde a un resumen de presentación de una de las entrevistas. Se puede acceder al
fragmento completo en la referencia anterior. No indicó Salvador Marzana los títulos de las obras que se
interpretaron el día 13 en la Casa del Pueblo, pero sí imitó, gestualmente, algunas melodías entonadas por
la cuadrilla Danba, muchos de cuyos integrantes eran miembros del Partido Socialista.
312
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 259. Por las tesituras de las voces que cita este
autor, es obvio que se refiere a cuadrillas estrictamente masculinas.
313
Toribio Echevarría, siempre parco en cuanto a revelar identidades se refiere, omitió el nombre
del oficial de la guardia civil que se interesó, el día 13 de abril, por una supuesta manifestación para ese
mismo día. Después de proclamada la República en Madrid, en la tarde del día 14 se celebró un acto en las
inmediaciones del cuartel de la Guardia Civil de Eibar en el que “el teniente Adolfo Muñoz pronunció un
breve discurso ensalzando la República”. GUTIÉRREZ, Jesús, La insurrección…, op. cit., p. 29. Muy
probablemente, este oficial fuera el interlocutor de Echevarría y el resto de contertulios el día 13. Las
relaciones entre la Guardia Civil de Eibar y los socialistas de la localidad, a la vista del gesto previsor del
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
144
creo que tampoco la tuvieran los demás. Y, en efecto, todo el mundo se fue
directamente a descansar, acaso más temprano que de ordinario, para recuperarse
las horas robadas al sueño la noche de vigilia del día anterior.
Y la paz, compañera del silencio de la noche en los pueblos laboriosos, tendió
sus alas sobre el blando sueño de los eibarreses, que dormían con la tranquilidad
de las almas que han cumplido con su deber314.
Nada hacía prever –según el relato de Echevarría– que pocas horas después de la
retirada a sus hogares para disfrutar del necesario descanso, en la misma madrugada del
día 14, tendrían lugar importantes acontecimientos en Eibar. Estos hechos pusieron a
prueba la determinación de las fuerzas políticas que suscribían los postulados republicanos
en la defensa de sus convicciones, así como del cuerpo social que les había dado su apoyo,
ante una situación extraordinariamente delicada, compleja… y arriesgada.
Existen diversos testimonios relativos a cómo se desarrollaron los hechos que
condujeron a la proclamación de la República en Eibar. Básicamente, difieren al señalar
el canal por el que llegó la información que puso en marcha el proceso que concluyó en
la plaza del Ayuntamiento, en la madrugada del 14 de abril315, cuando el miembro más
joven de la nueva corporación, el republicano Mateo Careaga, izó la bandera tricolor de
comandante de dicho puesto, debían de ser, si no amistosas, cuando menos cordiales. Señalemos que entre
los interlocutores del citado mando se encontraban miembros de la fuerza política que, en coalición con
los republicanos, había obtenido una victoria aplastante en las recientes elecciones, candidatura que en los
próximos días accedería al gobierno municipal de la localidad.
314
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., pp. 357-358.
315
Toribio Echevarría, activo protagonista de estas jornadas, refirió en sus memorias que “los
camioneros del pescado fresco del Cantábrico salieron de San Sebastián para Madrid, Barcelona y Bilbao,
como todos los días […]. Los que hacían ruta por Eibar, llamaron en una casa que les cogía de paso y en la
que vivían [los dirigentes socialistas] Juan de los Toyos, Enrique de Francisco y otros vecinos caracterizados
republicanos, y dice que dijeron, según los que les oyeron decir, que avisaban de San Sebastián que la
República sería proclamada aquella madrugada en toda España. Añadieron, según la misma referencia, que
había orden de que se despacharan dos representantes para constituir la nueva diputación republicana en la
capital de la provincia”. ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 358. Indalecio Prieto recogió una
versión diferente a la anterior, ¿tal vez complementaria?, basada en el testimonio del miembro Acción
Republicana Joaquín Berasaluce, quien situó el inicio de dicho proceso en conversaciones que se habían
mantenido en dos escenarios diferentes: el penal donostiarra de Ondarreta y el Centro Republicano de San
Sebastián. Participaron en las reuniones del penal presos republicanos y socialistas encausados por la
sublevación republicana de San Sebastián del 15 de diciembre de 1930, y en la del Centro Republicano,
sus directivos y un grupo de socialistas. Esta última reunión tuvo lugar en la noche del día 13 de abril bajo
la presidencia del socialista Guillermo Torrijos. Se nombraron delegados que debían desplazarse a Irún,
Tolosa y Eibar. A Joaquín Berasaluce se le había encomendado visitar Eibar junto a otro compañero,
localidad en la que se pusieron en contacto con Juan de los Toyos para trasladarle, tras identificarse como
delegados del Comité revolucionario, “que la proclamación de la República era inminente”. PRIETO,
Indalecio, Convulsiones de España…, v. 1, op. cit., p. 75. Indalecio Prieto recoge este testimono de
Joaquín Berasaluce gracias a una carta que le remite este último desde su exilio mexicano.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
145
la República en el balcón central del Ayuntamiento316. Eran “las seis y media de la
mañana del histórico 14 de abril”317.
Los medios de comunicación se interesaron de manera inmediata en conocer
cómo se habían desarrollado los acontecimientos en Eibar, y a través de sus
corresponsalías habituales o de enviados especiales desplazados hasta la localidad se
elaboraron las primeras informaciones.
El mismo día 14, el diario de Bilbao La Tarde desplazó a la localidad de Eibar
un enviado especial al que se identifica, inicialmente, como “Sr. Gusmán” (sic)318. Tras
recorrer la ciudad para tomar el pulso a la situación y realizar diferentes entrevistas,
elaboró una extensa crónica, publicada en portada, que constituye un fresco literario de
gran valor histórico con el siguiente título en grandes caracteres de imprenta:
EN EIBAR HA SIDO PROCLAMADA ESTA MAÑANA LA REPÚBLICA319
316
Debemos la precisión relativa al “balcón central del Ayuntamiento”, entre otras fuentes, a
Toribio Echevarría. Véase ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 359. Del mismo modo, este autor
se refirió al “retrato del rey que había sido retirado discretamente al desván”. Ibid., 360. “¡Ya viene la
República!” fue la expresión –según el testimonio de Salvador Marzana– con la que habían sido
despertados los vecinos de Eibar, la madrugada del día 14, para que se dirigieran a la plaza del
Ayuntamiento (denominada oficialmente de “Alfonso XIII”, y “Untzaga” popularmente) donde sería
proclamada la República minutos después. Véase MARZANA, Salvador, “1931ko hauteskunde gaua eta
hurrengo egunak…”, op. cit. [en línea]. Ver webgrafía.
317
El dato horario exacto de la proclamación de la República en Eibar nos lo ofrece el Primer
Teniente de Alcalde de la Corporación, el republicando Domingo Cortázar, con motivo de su intervención
en el acto de recepción del decreto del Gobierno Provisional de la República de 29 de abril de 1931, por
el que se concedía a las ciudades de Jaca y Eibar, “como especial y máxima distinción” el título de “Muy
Ejemplar Ciudad”. Véanse, respectivamente, el texto del citado decreto y un fragmento de la intervención
de Domingo Cortázar en GUTIÉRREZ AROSA, Javier, La insurrección…, op. cit., pp. 29 y 30.
318
Este medio facilita, en la misma edición, la identidad completa del citado redactor: Enrique
Guzmán. A las nueve de la mañana del día 14 se había recibido en la redacción de La Tarde una
información relativa a la proclamación de la República en Eibar: “Aunque no se trataba de noticia oficial,
la referencia nos merecía garantía suficiente para creer en la posibilidad de que tal hecho se hubiera
producido”. La Tarde, 14-IV-1931, p. 1. A última hora de la mañana, a las 13.00 h., Enrique Guzmán se
encontraba de regreso en Bilbao, procedente de la villa armera, para “pergeñar estas líneas y saciar la
ansiedad de los lectores de La Tarde, algo deshilvanadas por la precipitación con que se redactan y la
prontitud con que sale esta edición a la calle”. Id.
319
[GUZMÁN, Enrique], “En Eibar ha sido proclamada esta mañana la República”, La Tarde,
14-IV-1931, p. 1. Esta publicación dedica tres de sus seis páginas a la proclamación de la República en
Eibar (portada), a la extensión del movimiento republicano a otras localidades (página segunda), y a la
salida del país del monarca (página tercera). No se hace referencia a la ordenación numérica de Segunda
República. La información sobre Eibar está acompañada de tres fotografías que recogen diferentes
momentos del acto de la proclamación: fachada del Ayuntamiento y los vecinos frente a ella, un numeroso
grupo de ciudadanos congregados en la plaza y, finalmente, el Segundo Teniente de Alcalde, Juan de los
Toyos, dirigiéndose a la población para indicar que ha sido proclamada la República. Esta misma
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
146
Entre los entrevistados figuraba el dirigente socialista Juan de los Toyos,
nombrado segundo Teniente de Alcalde de la nueva corporación republicana y a quien
sus compañeros requirieron para que comunicara al pueblo de Eibar desde el balcón
municipal que en dicha localidad había sido proclamada la República320.
Seguían a la citada entrevista varias informaciones breves, entre las cuales nos
interesa especialmente la titulada “La bandera republicana y el retrato del Rey”, en la
que se daba cuenta de cómo había transcurrido el acto cívico de proclamación de la
República en Eibar.
Al izarse la bandera republicana en el balcón central del Ayuntamiento, el
público allí congregado en gran cantidad prorrumpió en vítores y aplausos. La
banda municipal tocó la Marsellesa. El espectáculo duró breves minutos.
Constituido el nuevo Ayuntamiento, se dispuso fuese retirado del salón de
sesiones el retrato del rey, que se bajó al zaguán del edificio, teniendo especial
cuidado en no producir deterioro alguno, como así ocurrió.
Reemplazando al retrato de don Alfonso, fueron colocados los de los
capitanes [Fermín] Galán y [Ángel] García Hernández321.
En este primer acto de celebración republicana podemos constatar, gracias
a la descripción anterior, cómo de manera inmediata se llevó a cabo la sustitución
de elementos de representación institucional propios de la Monarquía: bandera,
himno, retrato del rey… En su lugar, la nueva corporación municipal y los vecinos
de Eibar congregados en la Plaza de le República asumieron como propios
aquellos que, en su consideración, mejor identificaban al régimen recien
instaurado: bandera republicana, La Marsellesa y los retratos de Fermín Galán y
Ángel García Hernández.
Ajenos a cualquier tipo de sanción legal, la inmediatez de la proclamación había
impedido llevar a cabo la oportuna tramitación. En este sentido los símbolos exhibidos
como propios del nuevo orden político estaban estrechamente unidos al imaginario
cabecera incluía, en su portada del 15 de abril, una nota de agradecimiento a sus lectores, dado que de La
Tarde del día 14 se habían tenido que imprimir y distribuir varias ediciones. Véase La Tarde, 15-IV-1931, p. 1.
320
Ya nos hemos referido a la imagen que recoge este momento en la portada de La
Tarde, 14-IV-1931.
321
Id.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
147
colectivo del movimiento republicano que había protagonizado el vuelco electoral
favorable a sus candidaturas. De ahí su presencia en la plaza pública.
SUSTITUCIÓN DE ELEMENTOS DE REPRESENTACIÓN EN EL
CAMBIO DE RÉGIMEN: PROCLAMACIÓN DE LA
SEGUNDA REPÚBLICA EN EIBAR322
ELEMENTO
MONARQUÍA
REPÚBLICA
Bandera
Bandera monárquica
Bandera republicana
Vítores
¡Viva el Rey!
[¡Viva la República!]
Himno
Marcha Real
La Marsellesa
Retrato
Retrato del Rey Alfonso [XIII]
Retratos de [Fermín] Galán y
[Ángel] García Hernández
Fig. 2. Elaboración propia.
De entre los diferentes elementos recogidos en la tabla anterior, tiene especial
importancia para nuestra investigación la presencia de La Marsellesa, dado que sitúa
esta composición como el himno que ostentó en Eibar, en la madrugada del 14 de abril,
y por extensión en el resto del Estado, el papel de primer símbolo musical representativo
de la Segunda República española. Según la cita, su interpretación fue instrumental,
ejecutada por la banda municipal aunque, habida cuenta del grado de politización de los
habitantes de Eibar y del elevado número de agrupaciones corales existentes en la
localidad, bien pudo ser, igualmente, coreada por los congregados en la plaza.
Reforzaría dicha posibilidad el hecho de que, como ya hemos mencionado, en
torno a 1910-1912 se había editado en Eibar el cancionero titulado Himnos dedicados a
la clase obrera cantados por los Orfeones Socialistas, que incluía un nuevo texto
adaptado a La Marsellesa323. Existía una estrecha relación política entre uno de los
grupos más activos en favor de la proclamación de la República en Eibar y los
promotores de la edición del cancionero, en ambos casos miembros del PSOE;
322
En la elaboración de esta tabla hemos seguido el orden según aparecen recogidos los
diferentes elementos representativos en un apartado titulado “La bandera republicana y el retrato del
Rey”, que forma parte de la crónica que elaboró Enrique Guzmán, ya citada, sobre los sucesos de Eibar. Id.
323
Himnos dedicados a la clase obrera…, op. cit., pp. 16-17.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
148
circunstancias, en conjunto, que habrían contribuido a que dicha partitura fuera
ampliamente conocida en la villa.
Por su parte, Tomás Echaluce, quien tan activamente había estimulado el voto
republicano desde su tribuna periodística de La Voz de Guipúzcoa, celebró en términos
muy elogiosos la victoria en las urnas. El día 14 de abril, su corresponsalía de Eibar
cerraba la información estrictamente electoral con una valoración en la que expresaba su
satisfacción por el resultado de los comicios.
La República es todo un estado de civilización, y los demócratas eibarreses
no han vacilado para emitir su voto ni en desatender la lucha electoral, pues
todos animados lucharon para el mayor éxito con la frente descubierta, sin
armas, lucha legal, sin mixtificaciones, ganándola con honra, en buena lid.
Las elecciones municipales nos produjeron una vivísima satisfacción.
Satisfacción y a la vez orgullo nacidos de ver cómo los vecinos de este pueblo
tan culto acudían a las urnas a emitir su sufragio en pos de un régimen que es el
que debe traer el sosiego al país.
El entusiasmo del pueblo se desbordó en oleadas de amor a la libertad con la
más alta y pura satisfacción del buen obrar y del bien hacer324.
Pronto la euforia que acompañó en Eibar la constitución de la corporación
municipal de signo mayoritariamente republicano y la actuación política subsiguiente
fue transformándose en preocupación ante una situación de soledad y peligro.
Las primeras horas de la República. A las siete de la mañana solían cruzar en
Eibar los primeros trenes salidos de Bilbao y San Sebastián, los dos extremos de la
línea de los Ferrocarriles Vascongados, y contra lo que nadie iba a suponer, los
cotidianos convoyes llegaron como de ordinario, denotando que nada anormal
ocurría en las dos cabezas de línea ni en el trayecto, cuando todos nos figurábamos
que igual que en Eibar había ocurrido en toda España. Esta decepción,
naturalmente, arrojó un jarro de agua fría sobre la alegría de la gente que estuvo en
la plaza a la proclamación de la República, pero, con todo, no bastó a apagar los
entusiasmos y nadie acudió al trabajo.
Lo primero que se nos ocurrió pensar al ver aquello tan imprevisto, fue que de
todos modos nada se había perdido, pues interesaba seguramente crear una
situación de hecho en provincias para precipitar las cosas en Madrid, y no cabía
dudar que horas más o menos tendríamos imitadores. Y entonces se concentraron
nuestros esfuerzos en comunicarnos por delegaciones con elementos de Bilbao y
San Sebastián para que secundaran el movimiento al objeto de ampliar la situación
324
La Voz de Guipúzcoa, 14-IV-1931, p. 4.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
149
de hecho que nos había tocado iniciar, temiendo, a pesar de nuestra interpretación
optimista de las cosas, no fuéramos por una cuestión de horas acaso, a aparecer
comprometidos en la estacada325.
Los sucesos de diciembre de 1930 (sublevación de Jaca y convocatoria de huelga
general en diferentes ciudades españolas) y la represión desencadenada tras ambos intentos
revolucionarios debieron de estar muy presentes en Eibar en las horas que siguieron a la
proclamación de la República. La estrategia apuntada por Toribio Echevarría de provocar
la extensión del movimiento en provincias “para precipitar las cosas en Madrid” era un
intento que reflejaba, al mismo tiempo, ilusión y desesperación. Transcurrían las horas y la
incertidumbre no cesaba.
Llegaron los periódicos de las ocho y tampoco aparecían los titulares grandes
que esperábamos anunciando las noticias sensacionales que aquella madrugada nos
habían movido hacia el ayuntamiento, si bien, en fuerza de quererlo ver, parecía
notarse un aire de inminencias graves en los despachos no muy concretos de
Madrid.
No obstante la versión que habíamos hecho correr de la conveniencia de los
hechos consumados en provincias y el optimismo que pretendíamos leer en la
prensa, la gente que había dejado de acudir al trabajo estuvo temiendo durante toda
la mañana, viendo que nada se movía en otros lados, la posibilidad de que por
tercera vez, en este laborioso proceso del cambio de régimen que arrancaba [en la
huelga general de agosto] de 1917, después de haber sido dueños de la situación
[el 15 de diciembre de 1930], tuviéramos que anunciar el fracaso y volver al
trabajo [en abril de 1931], humillados sino vencidos, porque a eso no nos
resignábamos nunca326.
No era infundada la preocupación que recogía Echevarría en sus escritos dado que
la opción militar, como respuesta a la crisis política generada por la proclamación de la
República en Eibar, ante “diez mil almas congregadas”327, había sido objeto de debate en
325
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje… op. cit., p. 360.
326
Id.
327
Ofrece este dato el Director General de Seguridad del Estado, el General Emilio Mola, quien
había recibido esta y otras informaciones según el propio militar indica, del Gobernador Civil de Vizcaya.
Véase MOLA, Emilio, El derrumbamiento de la Monarquía, en Obras completas, Valladolid, Librería
Santarén, 1940, p. 863. Consideramos excesiva la cifra de “diez mil almas” citada, dado que, probablemente
respondería a la voluntad del Gobernador Civil de Vizcaya de justificar la inacción de los efectivos de la
Guardia Civil destinados en Eibar, cuantificados, según dicha información, en “unos veinte hombres”.
Téngase en cuenta, igualmente, que la población aproximada de Eibar en abril de 1931 era de alrededor de
13.000 habitantes y que no había existido una convocatoria previa de proclamación de la República en la
madrugada del día 14, la cual había sido comunicada tan solo escasas horas antes llamando a las puertas de
algunos vecinos próximos ideológicamente al acto convocado.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
150
diferentes estamentos del régimen monárquico. Antes de abandonar su cargo, el Alcalde
cesante de Eibar, Timoteo Zubieta, había puesto en conocimiento del Gobernador Civil de la
provincia, con la aprobación de los concejales electos presentes, los hechos que se estaban
produciendo en el Ayuntamiento de dicha localidad en la madrugada del día 14 de abril328.
Conocedor el Director General de Seguridad del Estado, el general Emilio Mola,
de la situación creada en Eibar, se dirigió al ministerio de Gobernación para entrevistarse
con el titular de esta cartera, el marqués de Hoyos. Mola refirió al ministro, en su
interpretación particular de los hechos, la gravedad de la situación generada por lo
acontecido en la localidad guipuzcoana. El citado general no dudó en calificar dicha
acción como “movimiento sedicioso”329 para interesarse, posteriormente, ante su
interlocutor acerca de si el Consejo de Ministros celebrado el día anterior, 13 de abril,
había declarado el estado de guerra, circunstancia esta que no había llegado a
producirse330. Sin embargo, esta opción fue defendida por el conde de Romanones en el
Consejo de Ministros del día 14331.
¿Cuáles hubieran sido las consecuencias para la población Eibar de haberse
declarado el estado de guerra y considerado la proclamación de la República en la villa
como “movimiento sedicioso”?332
328
Véase La Tarde, 14-IV-1931, p. 1. No especifica esta información periodística si la
comunicación del Alcalde de Eibar se realizó al Gobernador Civil de Guipúzcoa, como parece
desprenderse de la nota informativa al pertecener esta localidad a la citada provincia, o al de Vizcaya, de
quien recibió Emilio Mola dicha información, como él mismo indicó. Véase MOLA, Emilio, El
derrumbamiento…, op. cit., p. 863. El marqués de Hoyos confirmó, igualmente, este último extremo.
Véase HOYOS Y VINENT, José María de, p. 155.
329
Véase MOLA, Emilio, El derrumbamiento…, op. cit., p. 863.
330
El conde de Romanones denominó este Consejo de Ministros como “el de ‘las
lamentaciones’, pues solo salieron lamentos de los labios de los responsables, y, al mismo tiempo, la viva
impaciencia por verse libres de las responsabilidades que aún pesaban sobre ellos”. ROMANONES,
Álvaro de Figueroa y Torres, Conde de, Y sucedió así…, op. cit., p. 37.
331
Véase ibid. p. 49. Consúltese, igualmente, sobre esta cuestión, HOYOS Y VINENT,
José María, p. 161.
332
No era baladí esta calificación utilizada por Emilio Mola, la cual hubiera podido tener
consecuencias graves si el 14 de abril se hubieran producido detenciones en Eibar y sometidos los
afectados a la justicia militar bajo dicha acusación (participación en movimiento sedicioso). Por el
contrario, los hechos discurrieron de otro modo. Ya hemos recogido en este mismo capítulo cómo el
Director de la Guardia Civil, General José Sanjurjo, manifestó su acatamiento al nuevo orden republicano,
posición que consideramos decisiva para que el gobierno y el rey desestimaran la opción militar de atajar
la crisis de gobernabilidad suscitada, primero en Eibar y después en otras localidades.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
151
En lo más crítico de esta angustia, cuando ya entrábamos por las horas de la
tarde, se supo que también en Barcelona habían optado por los hechos,
proclamando la República desde el mediodía en la histórica Plaza de San Jaime.
Fortaleciéronse con esto los ánimos, y, a medida que avanzaba la tarde, fueron
teniéndose mejores noticias, hasta que ya a las cinco o las seis se supo con
certidumbre lo que estaba ocurriendo en Madrid, desatándose entonces los
entusiasmos a la manera de la noche del domingo anterior. Al caer la tarde había
sido proclamada la República en la capital de la nación habiéndose hecho el
anuncio desde el balcón del Ministerio de la Gobernación […]. Con tanto, había
nacido la segunda República Española333.
Desde la proclamación de la República en Eibar a las seis y media de la mañana,
hasta la confirmación de que en otras capitales (Barcelona, Madrid…), se había
procedido, en términos generales, de manera similar, habían transcurrido casi doce horas
que debieron de ser interminables en aquella industriosa localidad, “desatándose
entonces los entusiasmos a la manera de la noche del domingo anterior”, el día de las
elecciones. Superada la inquietud de las horas previas, la alegría volvió a la villa, los
músicos prepararon sus instrumentos y los partidarios del nuevo régimen tomaron
las plazas y calles coreando distintos himnos con el fin de solemnizar aquel
momento histórico.
La nueva corporación municipal de Eibar, al tener conocimiento de la situación
favorable a la República en Madrid en la tarde del día 14, celebró una sesión abierta
presidida por el alcalde socialista Alejandro Tellería. El Ayuntamiento, como si se tratara
de la continuación del acto de constitución que había tenido lugar esa madrugada, asumió
el liderazgo político y social en la localidad, en una compleja situación de transformación
del conjunto de las estructuras del Estado, y adoptó sus primeros acuerdos, preservando en
todo momento el orden público.
El alcalde del nuevo Ayuntamiento convocó a este que se reunió en sesión
extraordinaria, tomando los siguientes acuerdos:
Dictar un bando a los somatenistas para que entregaran sus armas al
Ayuntamiento.
Tomar medidas respecto a la Guardia civil.
Que se cambie el nombre de Plaza de Alfonso XIII, por el de la República334.
333
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje… op. cit., pp. 360-361.
334
Véase una imagen fotográfica del cambio de la denominación de esta plaza en CASTRILLO
ORTUOSTE FONDOA, “14 de abril de 1931. El bombero municipal ‘Eltzartza’ cambia la placa de la
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
152
Entre vítores y aplausos fue quitada la placa que daba nombre a dicha plaza
interpretando a continuación la Banda municipal “La Marsellesa” y “La
Internacional” siendo coreadas y aplaudidas con entusiasmo. Desde el Kiosko de la
banda el concejal señor [Cándido] Arrizabalaga se dirigió al pueblo recomendando
se mantuviera el orden335.
Tomás Echaluce continuó su detallada crónica sobre los hechos acaecidos en Eibar
en la tarde de la histórica jornada del 14 de abril de 1931.
El concejal señor [Domingo] Cortázar, desde un balcón de la Casa Consitorial,
se dirigió al público expresando su satisfacción por el entusiasmo de la causa
republicana y pidiendo que se disolvieran con el mayor orden.
Anunció que mañana y pasado [15 y 16 de abril] serían días de fiesta; y por
último dijo que la Banda obsequiaría al público con un selecto repertorio de
bailables ejecutados en el kiosco de la Plaza de la República.
La Banda municipal volvió a ejecutar “La Marsellesa”, el “Guernikako336
[Arbola]” y “La Internacional”.
La animación ha sido extraordinaria, cual corresponde a las circunstancias
históricas. Muchos balcones fueron engalanados337.
El gobierno municipal de Eibar había completado su particular instauración
provisional de los elementos de representación institucional del nuevo régimen, relegando
los que habían desempeñado esa función anteriormente: a las 6.30 de la madrugada se
había izado la bandera tricolor en el balcón del Ayuntamiento y la Banda Municipal había
Plaza de Alfonso XIII por Plaza de la República”, [en línea]. En: egoibarra.com (2/35). Puede consultarse
en red en: [Consulta: 17 julio 2011]. Sobre las características de
este fondo fotográfico depositado en el Archivo Municipal de Eibar, véase RUIZ URBÓN, Yolanda
(coord.) y AZPIRI EGUREN, Begoña (ed.), Eibar Argipean. Castrillo Ortuoste Fondoa. Cien años de
fotografía, Eibar, Ayuntamiento de Eibar, 2002.
335
La Voz de Guipúzcoa, 15-IV-1931, p. 2. No existe constancia documental en el Archivo
Municipal de Eibar sobre esta sesión del consistorio. La responsable de dicho archivo, Yolanda Ruiz
Urbón, respondió en los siguientes términos a una comunicación previa que le habíamos dirigido mediante
correo electrónico:
[…] le comunico que las Actas municipales correspondientes a los años de la República
desaparecieron de la Secretaría del Ayuntamiento, no así los borradores de las mismas que sí se
conservaron en el Archivo. En dichos borradores no se menciona la celebración del día de la
proclamación [de la República] ya que el primer borrador del acta pertenece al día 18 [de abril
de 1931], cuando se aprueba la moción sobre la autonomía.
Correspondencia electrónica mantenida con Yolanda Ruiz Urbón, directora del Archivo
Municipal de Eibar, Guipúzcoa, de fecha 10 de septiembre de 2013.
336
En nuestro texto se altenará la escritura tradicional (Guernikako Arbola) con la actual
(Gernikako Arbola).
337
La Voz de Guipúzcoa, 15-IV-1931, pp. 2-3.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
153
interpretado La Marsellesa. Tras las horas de incertidumbre que siguieron a la
proclamación de la República en la madrugada del día 14, un acuerdo del pleno, celebrado
en sesión pública en la tarde de ese mismo día, había realizado una primera modificación
del nomenclátor de la villa, sustituyendo el nombre de la plaza del Ayuntamiento,
denominada de Alfonso XIII, por el de Plaza de la República338; acto que fue seguido por
la interpretación a cargo de la Banda municipal de La Marsellesa, y La Internacional; y,
finalmente, después de la petición de disolución de los congregados en la recién bautizada
Plaza de la República expresada por el concejal Domingo Cortázar, la Banda interpretó La
Marsellesa, el Gernikako Arbola y La Internacional.
Si observamos detenidamente la secuencia anterior conoceremos, según las
informaciones facilitadas por La Tarde y La Voz de Guipúzcoa, cuáles fueron los himnos
musicales interpretados en Eibar por la Banda Municipal, acompañada en ocasiones por
los congregados en torno a los actos de proclamación de la República, así como el orden el
que se llevó a cabo dicha interpretación.
HIMNOS INTERPRETADOS EN LOS ACTOS DE PROCLAMACIÓN
Y CELEBRACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA EN EIBAR (14-IV-1931)339
PROCLAMACIÓN
(Madrugada. 6.30 h.)
La bandera republicana es
izada en el balcón central del
Ayuntamiento.
HIMNO / S
La Marsellesa
INTÉRPRETE / S
Banda Municipal [¿Coreada?]
CELEBRACIÓN
(Tarde)
I. Cambio de denominación de la
Plaza del Ayuntamiento.
II. Intervención del concejal
Domingo Cortázar desde un
La Marsellesa
La Internacional
La Marsellesa
Gernikako Arbola
Banda Municipal. Coreada.
Id.
Id.
Id.
338
Toribio Echavarría escribió sobre este particular en un ámbito temporal que abarcaba de 1949 a 1967.
[…] para levantar la Casa Consistorial y ampliar la plaza de Unzaga, así llamada
siempre antes de que los sucesivos avatares de la política española, durante los últimos
cuatro lustros, le fueran bautizando con distintos nombres alusivos a la situación, que en
todos los casos han resultado circunstanciales, sin exceptuar el presente, como ya se
verá un día que Dios lo quiera.
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje… op. cit., p. 28.
339
Véanse, respetivamente, La Tarde, 14-IV-1931, p. 1, y La Voz de Guipúzcoa, 15-IV-1931, pp. 2-3.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
154
balcón de la Casa Consitorial.
La Internacional Id.
Fig. 3. Elaboración propia.
En sus intervenciones de la tarde del día 14, la Banda Municipal había
ampliado con dos nuevas obras su repertorio institucional340, primero La
Internacional y poco después el Gernikako Arbola, frente a la solitaria ejecución de
La Marsellesa que había solemnizado el acto de la proclamación de la República en la
madrugada de esa misma jornada.
La presencia del himno de Iparraguirre en el acto de celebración de la República en
Eibar pudo estar motivada por la voluntad de encontrar un himno que permitiera aglutinar,
en torno a su interpretación, todas las sensibilidades políticas presentes en la villa. El
Gernikako Arbola era un himno plenamente aceptado por el conjunto de la sociedad
vasca, y esta aceptación generalizada permitía al Ayuntamiento ampliar su base social de
apoyo y alcanzar un clima de paz social necesario paro el inicio de su nueva andadura341.
El árbol de Guernica es bendito,
amado por todos los vascos.
Da y reparte por el mundo tu fruto,
te adoramos, árbol santo342.
Sin duda, uno de los sectores que se había visto concernido positivamente por la
inclusión del Gernikako Arbola, además de los grupos mayoritarios en la corporación,
socialistas y republicanos, sería el del nacionalismo vasco, por la amplia recepción popular
340
Utilizamos este término para referirnos a los himnos interpretados en actos relacionados con
la nueva corporación republicana de Eibar, frente al repertorio festivo que amenizaba las verbenas y
pasacalles. El primero solemnizaba el momento histórico que vivía la localidad, mientras el segundo
persiguía, fundamentalmente, el entretenimiento y la diversión festiva de los eibarreses.
341
Sobre la influencia del Gernikako Arbola en la sociedad vasca en la segunda mitad del siglo
XIX, es suficientemente clarificador el fragmento que recogió María Nagore de la intervención en el
Senado, el 16 de junio de 1864, del representante por Álava, Pedro Félix Egaña y Carpio. Véase Diario
de las Sesiones de Cortes, n.º 17, 16 de junio de 1864, pp. 700-708, cit. en NAGORE FERRER, María,
“Del Gernikako Arbola…”, op. cit. pp. 108 y 120. Muchos años después, durante la Guerra Civil, dicho
himno continuaba ostentando una alta aceptación.
[El Gernikako Arbola] es el único [himno] que ha fundido a todos los pueblos éuskaros en un
mismo sentimiento de amor a la Patria.
PALACIO, Carlos (rec.), Colección de Canciones…, op. cit. p. 14.
342
ANSORENA, José Ignacio, Cancionero popular vasco, Donostia, Erein, 2007, p. 318.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
155
de que gozaba dicha obra343. Pero no el único: en Eibar, aunque minoritario en la villa, no
tanto en su entorno, gozaba de una relativa influencia el movimiento carlista, el cual podía
experimentar un relativo grado de identificación con dicha obra, habida cuenta de que su
autor, José María Iparraguirre, siendo muy joven (“catorce años no tendría”344), había
formado parte como voluntario de las filas carlistas dirigidas por Tomás de
Zumalacárregui. Esta circunstancia sería recordada en un extenso poema laudatorio
incluido en Boinas Rojas (versos carlistas), publicado “durante el invierno republicano de
1933”345, en el que se reivindicaba el papel que dicha milicia había desempeñado en la
formación artística y futura actividad creativa de Iparraguirre.
José María, el que un día
será Iparraguirre, el bardo
de la hermosa Euskalerría346,
aunque es un joven gallardo,
no es más que José María.
[…]
El tuerto de Amorebieta,
un muchacho decidido
con postines de corneta
y tenor de buen oído,
le cogió bajo su amparo
con aficiones paternas,
y en caminos y tabernas
verles juntos no era raro.
343
Recordemos que en las elecciones del 12 de abril de 1931 en Eibar resultó elgido un concejal por
el PNV, Joaquín Elorza. Véase GUTIÉRREZ AROSA, Jesús, La insurrección…, op. cit., p. 24.
344
ROMERO RAIZÁBAL, Ignacio, Cancionero Carlista, San Sebastián, Editorial Española, 1938, p. 23.
345
El texto entrecomillado es una aclaración que figura recogida en una edición de 1938 de estos
versos carlistas, con otro título y en el marco de una nueva contienda bélica. Véase ROMERO
RAIZÁBAL, Ignacio, [p. 5].
346
Iparraguirre utiliza este término referido a cuatro provincias: Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y
Navarra. Véanse las estrofas tercera y quinta del Gernikako Arbola en ANSORENA, José Ignacio, pp. 318-319.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
156
En las marchas los dos chicos
eran buenos camaradas
y alegraban las jornadas
con sagardúa347 y zortzikos348.
[…]
¡Ah!, sin la guerrera aureola
del versolari euskaldún349,
no hubiese escrito ningún
día el Guernikako Arbola.
Porque esa canción sagrada
del País Vasco, rezuma
un ansia libre y airada,
y en vez de con una pluma
fue escrita con una espada.
[…]
Y sin la Guerra Carlista,
que hizo un foco nacional
con luz tradicionalista,
no hubiese escrito el artista
su Guernikako inmortal350.
* * *
También los socialistas se habían pronunciado sin ambages en relación al
Gernikako Arbola. Dirigentes como Tomás Meabe habían expresado su posición sobre
esta obra en contraposición a la Marcha de San Ignacio. Analizando el relato de Toribio
347
“Sagardúa”, en castellano “sidra”, es una bebida que se elabora con manzanas, entre otros
lugares, en muchos caseríos de Euskadi. Habitualmente, en el medio rural se conserva en toneles de
madera, sellado su orificio de salida con cera para el consumo durante todo el año.
348
El “zortziko” es un ritmo característico, no exclusivo, de la música popular vasca utilizado
tanto en danzas como en canciones. Véase BARANDIARÁN, Gaizka de, “Zortziko”, DMEH, vol. 10,
Madrid, SGAE, 2002, pp.1193-1195.
349
El término “versolari” (actualmente se escribe “bertsolari”) designa a un poeta popular que
improvisa versos en euskera a partir de melodías y estructuras métricas dadas. En cuanto al término
“euskaldun” está referido a quien utiliza la lengua vasca.
350
ROMERO RAIZÁBAL, Ignacio, pp. 19-30. Además de por razones de tipo político, en sus
recorridos por diversas localidades Iparraguirre había visitado Eibar en repetidas ocasiones. Este hecho
era recordado por el sacerdote Manuel de Vidarte y Acha, quien lo conoció al alojarse el bardo durante
las estancias en Eibar en la fonda de su familia. Dicho sacerdote indicó que el autor del Gernikako Arbola
“finalizaba sus actuaciones con un ¡Viva, viva! ¡Viva euskera, Jainkoa eta arbola!”. SARASÚA
GISASOLA, Ramón María, [p. 12]. Traducimos la expresión anterior como “¡Viva, viva! ¡Viva el
euskera, el Señor y el árbol!”. Véase también ARRILLAGA ARRIOLA, Antonio, Lo que se ha dicho de
Iparraguirre, Bilbao, Junta de Cultura de Vizcaya, 1967.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
157
Echevarría, Tomás Meabe, además de expresar su consideración hacia el himno de
Iparraguirre, introdujo una lectura en clave territorial.
Los cantos comprendían lo mejor de la musa vasca, siempre muy cultivada en
nuestro pueblo. No desdeñaban por otra parte el Gernikako los buenos socialistas.
Meabe, desde el primer momento de su conversión al socialismo351, quería que el
himno de Iparraguirre fuera nuestra Internacional352 del vascuence, abandonando a
los bizkaitarras353 lo que él decía: “la imbécil Marcha de San Ignacio”354.
Eman da zabalzazu355
munduan frutua,
“cría y extiende tu fruto por la tierra toda”356, es en efecto, franca expresión de un
anhelo universalista, tanto más próximo al de los socialistas, cuanto que ese fruto
del histórico roble simboliza la libertad357.
Pío Baroja, miembro de la saga de editores guipuzcoanos que había publicado la
Marcha de San Ignacio en 1842358, se refirió en su artículo titulado “Riego y su himno”359
a dicha marcha en contraposición al Árbol de Guernica.
351
Tomás Meabe había sido un estrecho colaborador del líder del movimiento nacionalista vasco
Sabino Arana en su condición de afiliado al PNV, militancia que abandonó para integrarse en la
Agrupación Socialista de Bilbao en 1902. Puede consultarse un perfil biográfico de este dirigente
socialista en “Meabe Bilbao, Tomás”, [en línea]. En: Diccionario Biográfico del Socialismo Español.
Puede consultarse en red en: [Consulta: 03 septiembre 2013].
352
Tomás Meabe se refería, obviamente, a La Internacional, obra de Pierre Degeyter sobre un
texto de Eugène Pottier que había sido incorporada al movimiento obrero español en diferentes versiones:
socialista, anarquista y comunista.
353
“Bizkaitarras”, en castellano “los de Vizcaya” o “vizcaínos”. La plena identificación de la
Marcha de San Ignacio con el Santuario de Loyola, ubicado en el barrio homónimo donde nació San
Ignacio de Loyola perteneciente a la localidad guipuzcoana de Azpeitia, pudo ser una de las razones de la
amplia aceptación de esta marcha en dicha provincia. No compartía Tomás Meabe esta aceptación, al
calificar esta obra como “la imbécil Marcha de San Ignacio”.
354
La Marcha de San Ignacio, como otras muchas partituras relevantes de los siglos XIX y XX, no
está exenta de cierta polémica en cuanto a su propia denominación, a la música original, a los distintos
textos que ha cobijado… Véase la que pudiera ser –según Manuel de Lecuona– su letra más conocida en
SAMANIEGO, Félix María de, Fábulas y otras composiciones en verso vascongado, dialecto
guipuzcoano. Con un diccionario vasco-castellano de las voces que son diferentes en los diversos
dialectos, [S.l.], [s.n.], 1842 (San Sebastián: Imp. de Ignacio Ramón Baroja), pp. 181-184. En la citada
obra figura con el título de S[an] Ignacioren Marcha. Véanse también ARANA MARTIJA, José Antonio,
“En torno a la música y letra del Gernikako Arbola”, Txistulari, n.º 47, 1966, pp. 31-35, y LECUONA,
Manuel de, “La Marcha de San Ignacio”, [en línea]. En: euskomedia.org. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 03 septiembre 2013].
355
Este verso del Gernikako Arbola es, actualmente, el lema de la Universidad del País Vasco.
356
La traducción de los dos versos en euskera es de Toribio Echevarría.
357
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 72.
358
El escritor Pío Baroja era sobrino nieto de Ignacio Ramón Baroja, quien había editado las
Fábulas y otras composiciones en verso vascongado…, obra citada anteriormente que incluía el texto de
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
158
Es curioso, sin embargo, el que todavía en época moderna, en España, los
vascos hayan compuesto dos himnos acertados: uno el de San Ignacio, que es
afirmativo, rotundo, despótico, azpeitiano; y el otro, patriótico, como El Árbol de
Guernica, de Iparraguirre, que es de un lirismo apasionado, un poco italianizante y
declamador, pero que responde muy bien a sus fines románticos360.
Superadas en Eibar las diferencias políticas de índole musical que pudieran existir,
la interpretación de La Marsellesa, el Gernikako Arbola y La Internacional había sido el
pórtico del comienzo de una manifestación por sus calles, convocada por el Ayuntamiento
con el fin de favorecer la expresión cívica de adhesión a la República de los vecinos de la
villa y de todos los que a ella se habían desplazado361. Concluyó la jornada con una
verbena popular amenizada por la Banda Municipal.
Salvador Marzana había ingresado en dicha Banda en 1928, a la edad de diez
años, y en abril de 1931 recorrió con su clarinete todos los escenarios eibarreses del día
14362. Su reflexión sobre esa jornada recuerda la mirada de un niño de trece años,
miembro de las Juventudes Socialistas, que presenció y participó en los actos populares
de aquellos históricos hechos: tomó parte en las elecciones del día 12, fue testigo de los
cantos de la cuadrilla Danba en la Casal del Pueblo el día 13 y estuvo en la
proclamación de la República en la madrugada del 14. No tenemos constancia de que se
produjera la actuación de la Banda en ese momento. Por el contrario, casi doce horas
después la situación cambiaría sustancialmente, dado que disponemos de abundante
la Marcha de San Ignacio. Sobre la relación de diferentes miembros de la familia Baroja con la imprenta
en Guipúzcoa, véase SANTOYO MEDIAVILLA, Julio César, “La imprenta en el País Vasco: breve
panorama histórico”, en I Seminario sobre Patrimonio Bibliográfico Vasco, Vitoria-Gasteiz, Servicio
Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2005, p. 120.
359
Publicado en Ahora el 30 de julio de 1933, lo citamos según figura recogido en BAROJA, Pío,
“Riego y su himno”, en Obras Completas de Pío Baroja, vol. VIII, Madrid, Biblioteca Nueva, 1980, p. 884.
360
Id. El novelista donostiarra parece sugerir una cierta influencia garibaldina, aunque él la
denomina “italianizante”, en la composición del himno de Iparraguirre. La cursiva de San Ignacio es
nuestra; la de El Árbol de Guernica es de Pío Baroja. Adviértase que la madre del escritor, Carmen Nessi
y Goñi, era de ascendencia italiana.
361
Véase una imagen fotográfica de esta manifestación, en la que puede constatarse la presencia
de la Banda Municipal, en CASTRILLO ORTUOSTE FONDOA, “14 de abril de 1931…”, op. cit. [en
línea]. Ver webgrafía.
362
Salvador Marzana, en una entrevista realizada para Ego Ibarra, indicó en castellano que,
refiriéndose a él, decían que era “el perejil de todas las salsas”. MARZANA, Salvador, “1931ko
hauteskunde gaua eta hurrengo egunak…”, op. cit. [en línea]. Ver webgrafía.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
159
información relativa al protagonismo vespertino de dicha agrupación musical según el
exhaustivo programa fijado por el Ayuntamiento en Pleno.
Este comprometido músico socialista aportó un dato de gran interés para
nuestra investigación, gracias a su testimonio recogido en un reportaje titulado Eibar
sí amaneció republicana.
Y a eso de las seis de la tarde, se confirmó la proclamación oficial. La fiesta fue
total, para casi todo Eibar, porque también en la ciudad había monárquicos, como
el director de la banda, al que no le sentó nada bien el cambio de la marcha real por
el Himno de Riego. Pero no hubo conflictos; la mayor parte de los 13.000
habitantes que entonces poblaban Eibar seguían el lema vital del socialista
Marzana: “Paz, respeto y comprensión”.
Así que ni siquiera en un ámbito tan reducido como el de una pequeña
formación musical surgieron roces aquel día. […]363.
Fue esta la primera vez que en el estudio histórico musical de los días 12, 13 y
14 de abril de 1931 en Eibar figurase citado el Himno de Riego, obra que no había sido
incluida en el acuerdo del Pleno del Ayuntamiento celebrado el mismo día 14.
Conocemos un breve fragmento del texto que se cantó durante esos días en Eibar con la
melodía de dicho himno.
Niños a las escuelas
mujeres a fregar
los hombres a los bares
¡Viva la libertad!
Si supieran los curas y frailes
La paliza que van a llevar,
Subirían al coro cantando
¡Libertad, libertad, libertad!364
La primera de las estrofas de la versión eibarresa del Himno de Riego procede de
la adaptación de un texto popular365, mientras la segunda, con una ligera variación en el
363
CRESPO, Txema G., “Eibar sí amaneció republicana”, [en línea]. En: Elpais.com, 13-04-
2006. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 20 diciembre 2011].
364
OTZERINJAUREGI, Mireia y SANGRONIZ, Mikel (recs.), p. 262.
365
“Los muchachos a la escuela, las mujeres a fregar, los hombres a la taberna y viva la
libertad”.
ECHARTE, Pedro, “Los refranes del tío Pedro”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
160
orden del primer verso (“Si supieran los curas y frailes”, por “Si los curas y frailes
supieran”) es la estrofa característica de la que ha venido a denominarse como su
versión anticlerical366.
El Himno de Riego pudo ser interpretado en Eibar, en la tarde del día 14 de abril,
de diferentes maneras, sin que sean excluyentes entre sí:
- Versión instrumental de la Banda Municipal.
- Versión coreada junto a la actuación instrumental de la Banda.
- Versión cantada a capella.
- Otras: distintas formaciones instrumentales o solistas (rondalla, txistu
y tamboril367, acordeón…; distintas formaciones corales o solistas
(orfeones, grupos populares, tenor, soprano…).
El comienzo de un nuevo período histórico exigía la renovación de los símbolos de
representación institucional de la Monarquía borbónica, o al menos así debieron de
considerarlo los músicos de la Banda Municipal de Eibar al imponer a su director la
sustitución de la Marcha Real por el Himno de Riego. Habida cuenta de que tal decisión se
adoptó en la tarde del 14 de abril, difícilmente pudo responder al resultado de un debate interno
en el seno de la agrupación musical, sino más bien a la reacción espontánea de los integrantes
[Consulta: 29 agosto 2013]. Este texto presenta
numerosas variantes, como todo el acervo popular.
366
Pío Baroja se refirió a esta estrofa en un interesante artículo ya citado, “Riego y su himno”.
Recuerdo que hace diez o doce años un escritor reaccionario daba como letra del Himno de
Riego en El Pueblo Vasco, de San Sebastián, una que dice así:
Si los curas y frailes supieran
la paliza que van a llevar,
subirían al coro cantando
libertad, libertad, libertad.
Véase BAROJA, Pío, “Riego y su himno”, op. cit., pp. 881-884. Véase también PABÓN, Jesús,
“Baroja y la España Contemporánea”, Boletín de la Real Academia de la Historia, t. CLXX, n.º 1, 1973,
p. 32. Esta escueta mención de Baroja nos permite conocer que, hacia 1921-1923, la citada estrofa se
había publicado en una cabecera periodística de San Sebastián, en El Pueblo Vasco. Dicha publicación
habría podido facilitar su difusión, primero en Guipúzcoa y después en el resto del Estado.
367
El txistu es un instrumento de viento propio de la música popular vasca. El intérprete es
denominado “txistulari”, y muchas veces acompaña su ejecución con un tamboril. Sabemos por Ramón
María Sarasúa que en 1930 se celebraron en Eibar unas reñidas oposiciones para ocupar el puesto de
txistulari municipal, plaza que obtuvo y fue desempeñada hasta 1937 por el txistulari y compositor León
Laspiur Larrañaga. Véase SARASÚA GISASOLA, Ramón María, [p. 14].
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
161
de dicha Banda que estimaron, motu proprio, que la composición musical que mejor definía el
nuevo régimen, en contraposición a la Marcha Real, era el Himno de Riego368.
El día de las elecciones, las obras interpretadas en la Casa del Pueblo de Eibar para
festejar la esperada victoria republicana fueron La Marsellesa y La Internacional, himnos
de lucha que acompañaron las primeras expresiones de alegría popular. La celebración de
la proclamación de la República, en la tarde del 14, motivó la ampliación del repertorio
eibarrés hacia nuevos ámbitos representativos. Ese es el papel que asumió el Gernikako
Arbola de José María de Iparraguirre369, expresión de la cultura del pueblo vasco integrado
en un complejo protocolo festivo, el cual refleja el conjunto de elementos que
configuraron la identidad políticomusical de los defensores de la República en Eibar. La
interpretación del Himno de Riego se promovió en otras instancias. Como ya ocurriera el
día 12, la jornada del 14 concluyó con una verbena popular.
368
Dada la volatilidad de las instituciones en España a lo largo de los siglos XIX y XX, y de las
frecuentes mudanzas políticas que se registraron o se promovieron, la editorial española Sociedad
Anónima Casa Dotesio comercializó una colección de “Marchas Nacionales, Himnos y Cantos populares
del Universo”, en cuya 1.ª Serie, con el n.º 1, figura la partitura para piano que debía ser representativa de
España. Curiosamente, a diferencia de la práctica seguida en relación a otros países, el editor no incluyó
una sola obra sino dos, agrupadas bajo la denominación de Himno de Riego y Marcha Real. No cabe la
menor duda de que dicho editor actuó con ingeniosa previsión. La misma partitura impresa, interpretando
una página u otra, serviría como Marcha Nacional del régimen republicano o monárquico,
respectivamente. Véase Himno de Riego y Marcha Real, Madrid-Bilbao, Casa Dotesio, s.a.
369
En abril de 2010, la villa de Guernica rindió un homenaje al autor del Gernikako Arbola. La
siguiente información describe el acto.
El cantautor vasco, José María Iparraguirre, cuenta desde el pasado fin de semana [10-11 de
abril de 2010] con una escultura en su honor, en la confluencia de las calles Adolfo Urioste y
Pablo Picasso de Gernika, recientemente peatonalizadas. En el acto de inauguración, al que
asistieron numerosos vecinos y representantes políticos de la villa, participó la agrupación
Gaudeamus Korala de la localidad, que interpretó tres piezas clásicas del compositor de Urretxu,
entre las que destacó el popular 'Gernikako Arbola', pieza que se estrenó en Madrid en 1853. La
imagen muestra al músico, apodado como el 'bardo vasco', con su inseparable guitarra y apoyado
en una silla. La figura cuenta con una altura de dos metros y ha sido realizada en bronce en los
talleres Alfa Arte, de Eibar.
“Escultura en homenaje a José María Iparraguirre”, [en línea]. En: elcorreo.com. Puede
consultarse en red en: [Consulta: 28 agosto 2013]. No señala la nota de prensa anterior a quién
corresponde la autoría de la escultura, obra de Lourdes Umerez. También se omite otra información que
consideramos relevante, referida a la colocación de la escultura de Iparraguirre, la cual está orientada a la
Casa de Juntas de Guernica, hacia donde dirige su mirada. En su exterior crece un retoño de roble similar
al que Iparraguirre utilizó como motivo del título de su canción: Gernikako Arbola. La escultura guarda
en su composición una notable similitud con una fotografía realizada a Iparraguirre en la Casa de Juntas
junto al árbol de Guernica. Probablemente esta imagen se encuentre en el origen de la citada escultura.
Está reproducida en ARRILLAGA ARRIOLA, Antonio, [p. 209].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
162
Continuando con la fiesta la Banda Municipal ofreció un concierto en la plaza
de la República hasta última hora de la noche370.
Los últimos acordes de la Banda Municipal en la Plaza de la República de Eibar
nos permiten concluir el estudio cronológico de las obras que acompañaron los actos
festivos en esta localidad guipuzcoana durante los días 12, 13 y 14 de abril. Sin embargo,
para fijar en toda su extensión la configuración del nuevo espacio sonoro de signo
republicano, debemos dar la voz a los participantes anónimos en la proclamación de la
República en Eibar.
Las obras que se habían interpretado durante las tres jornadas estudiadas (La
Marsellesa, La Internacional, Gernikako Arbola e Himno de Riego) pertenecen a un
rico repertorio histórico impregnado de múltiples significados, que en Eibar fueron
considerados complementarios. En su conjunto, dicho repertorio emerge y desaparece
según las distintas coyunturas históricas, y junto a él se desarrollan nuevas propuestas
musicales que surgen fruto del ingenio popular. A este último grupo de composiciones
pertenece la siguiente obra. Por ello, es preciso incluir entre las composiciones citadas la
canción titulada Ha llegado el día.
Ha llegado el día
Ha llegado el día
La corona ya cayó,
Dar vivas a Franco371,
El gran campeón
Que expuso su vida
Y su corazón.
Dámaso Berenguer,
Tirano general,
Huye, huye, huye,
Sinvergüenza,
370
GUTIÉRREZ AROSA, Jesús, La insurrección…, op. cit., p. 29.
371
Este Franco que menciona la canción podría ser Ramón, el hermano de Patxi
[Francisco]. Capitán de Aviación, relegado por su hermano porque podía ser anarquista
y masón.
OTZERINJAUREGI, Mireia y SANGRONIZ, Mikel (recs.), p. 262. En el original esta nota
viene señalada con un asterisco. Efectivamente, consideramos que se refiere a Ramón Franco, aviador que
participó en la sublevación del aeródromo de Cuatro Vientos el 15 de diciembre de 1930.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
163
Farsante y traidor.
Muerte de miles
De pobres inocentes
Que por ti cayeron
En tierras de Annual372.
- Márchate Alfonsito
Alfonsito márchate,
Que los españoles
Ya no te quieren ver,
- Y eso es muy triste
yo ya me marcharé.
Los hijos a cuestas,
Maleta en la mano,
El chico y el burro
Que es Berenguer373.
* * *
Los autores de la recopilación Eibar Kantuz Kantu, en la que está incluida Ha
llegado el día, añaden una nota al final del libro referente al origen de esta canción.
Tras la proclamación de la Segunda República en Eibar, el Ayuntamiento se
convirtió en lugar de peregrinación. Solía venir gente de todas partes, y con ellos
sus canciones374.
Concluirá nuestro estudio sobre el proceso de conformación del repertorio
eibarrés con una breve mención a las obras interpretadas en el contexto de las dos
verbenas populares que se celebraron los días 12 y 14 de abril. No conocemos sus
títulos, pero deducimos que se trataría de composiciones propias de estos actos festivos:
valses, tangos, pasodobles… Forman parte del conjunto de obras musicales que
acompañaron la proclamación de la República en Eibar y por ello las hemos incorporado,
bajo la denominación genérica de “verbena popular”, en la tabla siguiente.
372
Indalecio Prieto cuantificó el número de muertos españoles en Annual en “ocho mil
hombres”. Véase PRIETO, Indalecio, Convulsiones de España…, op. cit., vol. 1, p. 46. También páginas
anteriores y posteriores.
373
OTZERINJAUREGI, Mireia y SANGRONIZ, Mikel (recs.), p.115.
374
Ibid., p. 262. La traducción del texto original en euskera es de Pilar Dañobeitia.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
164
CANCIONES E HIMNOS INTERPRETADOS EN TORNO A LA
PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA EN EIBAR375
DÍA
LUGAR
TÍTULO
PRIMER VERSO
GÉNERO
12
Casa del Pueblo
Plaza de
Alfonso XIII
La Marsellesa
La Internacional
Verbena popular
Vamos hijos del trabajo
¡Arriba los pobres del mundo!
¿ ?
Inst / Voc
Inst / Voc
Inst / ¿Voc?
13
Casa del Pueblo
Diversas canciones
¿ ?
Vocal
14
Plaza de la
República
Pasacalles
¿ ?
Plaza de la
República
La Marsellesa
Gernikako Arbola
La Internacional
Diversas canciones
Himno de Riego
Verbena popular
Vamos hijos del trabajo
El árbol de Guernica es bendito
¡Arriba los pobres del mundo!
¿ ?
Niños a las escuelas
¿ ?
Inst / Voc
Inst / Voc
Inst / Voc
Inst / ¿Voc?
Inst / Voc
Inst / ¿Voc?
Ca.
14
[Plaza de la
República]
Ha llegado el día
Ha llegado el día
¿Inst? / Voc
Fig. 4. Elaboración propia.
Nuestra tabla anterior no refleja, en abril de 1931, la construcción ah hoc de un
modelo canónico de repertorio afín al ideario republicano, sino la configuración
espontánea de un programa musical completado con aportaciones de distintos sectores
próximos a dicho ideario. El proceso de conformación de repertorios en otras ciudades
presentó características similares al descrito para Eibar, manteniendo algunas obras en
común, frecuentemente, pero con resultados musicales diferentes por las modificaciones
en sus líneas melódicas y en sus textos.
En la formación del repertorio musical interpretado en Eibar en torno a la
proclamación de la Segunda República fue determinante la existencia de un abultado
censo de agrupaciones musicales (coros, orquestas, bandas…) y paramusicales
375
La presente tabla está ordenada cronológicamene, según aparecen citadas las distintas
partituras en la documentación consultada. Muy probablemente, no fueron estas las únicas composiciones
que sonaron en las calles de Eibar en abril de 1931, aunque sí las más significativas, o al menos así se
desprende de los testimonios que las recogieron.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
165
(cuadrillas)376, las cuales habían posibilitado el acercamiento a la música y su práctica a
amplios sectores de la población, así como la creación de una sensibilidad ciudadana
favorable a las diferentes manifestaciones musicales.
La lucha sostenida durante décadas en aquel barranco del Ego, cimentada en
actuaciones ejemplares como la de Aquilino Amuátegui377, había permitido alcanzar, en
abril de 1931, una situación política que, tal vez, estuviera en parte relacionada con la
ansiada aurora social que había enunciado Toribio Echevarría. En las apasionantes
jornadas del 12 al 14 de abril, la música había sido un elemento aglutinador de la voluntad
de un sector mayoritario de los vecinos de Eibar en defensa de la instauración de la
República. Junto a himnos de ascendencia política sonaron aires musicales que hicieron de
la villa armera un lugar de encuentro ciudadano, de fiesta y de celebración.
Y salió el sol por entre los montes del valle del Deva; un sol de oro para un
claro día de alegre primavera que prometía ser el que venía, y todo en aquel
instante nos parecía sonreír sobre la tierra. Y aquella sonrisa de la naturaleza
376
Echevarría dedicó un apartado titulado “Ambiente filarmónico” para referirse al clima
musical de la villa, a cuyo fortalecimiento contribuyeron notablemente distintas cuadrillas “filarmónicas”.
Véase ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., pp. 259-261.
377
Iniciada la Guerra Civil, la figura de Aquilino Amuátegui fue de nuevo invocada por su
entrega a la causa obrera.
En Eibar se formó un batallón, el n.º 35 de Euskadi, denominado “Amuátegui”, en homenaje a
Aquilino Amuátegui “Chiclana”, socialista de Eibar impulsor de las primeras agrupaciones
locales socialistas y líder del socialismo eibarrés en las dos primeras décadas del siglo XX.
GUTIÉRREZ AROSA, Jesús, La insurrección…, op. cit., p. 191. Dicho Batallón Amuátegui
tuvo una banda de música propia, dirigida por Millán Urcola “Villabona”. Ibid., p. 107. Véase del mismo
autor, La Guerra Civil en Eibar y Elgeta, Eibar, Ayuntamiento de Eibar, 2007.
Además de banda de música, el Batallón Amuátegui contó con un himno propio:
Glorioso Euskadi
Glorioso Euskadi emporium de heroísmo
Pueblo viril de hazañas portador,
Tus gestas del Sollube, Jata y Bizkargi,
Artxanda, Irín, Lemona y Mondragón
Llenaron por los ámbitos del mundo
El gran valor de tu fiel corazón.
Tú eres Euskadi, nobleza y sentimiento
Patria querida, mi orgullo y mi ilusión.
Si mártir te conserva tu aversión al fascismo
El socialismo vindicará tu honor.
OTZERINJAUREGI, Mireia y SANGRONIZ, Mikel (recs.), p. 119. Como informador del Glorioso
Euskadi figura Salvador Marzana quien, como ya hemos indicado, era nieto de Aquilino Amuátegui.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
166
obraba en los espíritus como una invitación a los hombres para que fuesen mejores
en adelante. Y el pueblo de Eibar tuvo la sensación de empezar a vivir una vida
nueva, en un mundo que iba a ser mejor, sin acordarse siquiera de que hubiese
enemigos. Y si se hubiera acordado, habría sido para perdonarlos, por la gracia que
llenaba todas las almas en aquel mágico concierto de la naturaleza y la historia,
que parecían confundirse ambas en un mismo amable paisaje, hecho de luz y
contento de espíritu, en el aura matinal de un hermoso día de primavera abriéndose
como una ventana a la visión de las cosas eternas378.
1.2.2. La verbena popular republicana de abril de 1931
Los múltiples actos de proclamación de la Segunda República española que se
sucedieron a lo largo de buena parte de la geografía nacional el 14 de abril de 1931 y la
participación, generalmente de carácter espontáneo, de numerosas agrupaciones musicales
(bandas, coros, charangas…) así como de reconocidos solistas (Miguel Fleta,
principalmente), hacen necesario incluir en nuestra investigación una breve reflexión sobre
los diversos cometidos de esta actividad artística en la citada jornada379.
Asimismo, no debemos obviar el importante papel que desempeñaron en la
fecha señalada –muy probablemente también en las precedentes y posteriores– los
medios de reproducción mecánica (gramófono, entre otros) puestos al servicio de la
exaltación de la República. La audición pública de himnos incorporados de facto al
programa republicano impregnó las calles, creando un clima social de celebración,
378
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 359. Toribio Echevarría recurrió a la metáfora
de “la primavera”, tal y como hiciera Antonio Machado al referirse al advenimiento de la República en su
conocido pareado: “La primavera ha venido / nadie sabe cómo ha sido”. MACHADO, Antonio, Poesías
completas (edición de Oreste Macrì), vol. I, Madrid, Espasa-Calpe, 1989, p. 620. El poeta también se
refirió a la caída de la Monarquía en la figura del rey:
La primavera ha venido
y don Alfonso se va.
Muchos duques le acompañan
hasta cerca de la mar.
Las cigüeñas de las torres
quisieran verlo embarcar…
Ibid., pp. 817-818.
379
Ya nos hemos referido extensamente a lo acontencido, en este ámbito, en la madrugadora villa
de Eibar cuando se proclamó republicana. Trataremos en este apartado, de manera puntual, la presencia
de la música en dos ciudades españolas que consideramos singularmente representativas: Barcelona y
Madrid. Esta opción no excluye la ampliación de su estudio, en el futuro, a otras localidades del Estado.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
167
festivo, lúdico, y de confraternización y compromiso de los ciudadanos con el contenido
político de la efemérides invocada en sus ritmos y melodías.
Lo ocurrido en San Sebastián el día de la proclamación de la República es
suficientemente ilustrativo de la importancia que tuvieron dichos medios en la
consecución de los fines señalados.
La bandera de la República pronto apareció en varios balcones. En el de
Correos y Telégrafos, a falta de bandera en los primeros momentos, se colocó
una saca de correspondencia, roja, pero inmediatamente fue sustituida por la
bandera tricolor, que ondeó en medio de los aplausos y vítores entusiastas de la
multitud. La corona [real] de una de las placas del Centro de Telégrafos fue
deshecha.
Hubo varios establecimientos que colocaron discos con “La Marsellesa” que
por medio de altavoces expandieron las vibrantes notas del himno republicano
por la ciudad380.
En San Sebastián, de manera espontánea, siguiendo un proceso similar al
experimentado en Eibar, se procedió con celeridad a la sustitución en la vía pública de
aquellos símbolos que pudieran representar al régimen monárquico, por otros que
sirvieran para manifestar la adhesión de los ciudadanos al nuevo régimen proclamado.
La saca roja, luego la bandera tricolor, los vítores381 y La Marsellesa habían ocupado, en
el ámbito de los elementos de representación política, el lugar que antes detentaban la
bandera de la Monarquía, expresiones de adhesión monárquica382 y la Marcha Real.
La ciudad donostiarra rendía homenaje, con su adhesión republicana, a quienes
en agosto de 1930 habían sido sus huéspedes con el objetivo de marcar el itinerario que
pudiera concluir con el advenimiento de la República. Tras un proceso tortuoso y fallos
importantes de coordinación de la acción política, el objetivo señalado era una realidad.
380
La Voz de Guipúzcoa, 15-IV-1931, p. 1. Hemos recogido, en este mismo capítulo, la edición
en la capital donostiarra por la compañía Columbia Graphophone \ Company, hacia 1930, de un disco (78
rpm) que contenía en su cara A) La Marsellesa. Canto de la libertad, y en la B) el Himno de Riego. Canto
de libertad. Probablemente este era el disco que sonó en San Sebastián el 14 de abril.
381
No recoge esta información el contenido exacto de dichos “vítores”, entre los que se
encontraría el tan extendido en esas jornadas de “¡Viva la República!”.
382
En contraposición al espíritu republicano, una de estas expresiones habría sido, tal vez, la de
¡Viva la Monarquía!
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
168
Toribio Echevarría había utilizado el término “verbena” para denominar el
alborozo popular que siguió en Eibar al conocimiento de los primeros datos del escrutinio
de los votos emitidos el domingo 12 de abril de 1931383. No fue el único protagonista de
esas jornadas de abril que se refirió, en términos muy similares, a hechos acontecidos en
otras ciudades españolas cuando se recibieron las primeras noticias sobre el refrendo
electoral obtenido por las candidaturas republicanas384.
Pero de pronto cambió todo. Alguien, desde Madrid, nos llamó por teléfono,
gritándonos:
¡Viva la República!
Era un mediodía, rutilante de sol. Sobre la página del mar, una fecha de
primavera: 14 de abril.
Sorprendidos y emocionados, nos arrojamos a las calles, viendo con asombro
que ya en la torrecilla del ayuntamiento de Rota una vieja bandera de la República
del [18]73 ondeaba sus tres colores contra el cielo andaluz. Grupos de campesinos
y otras gentes pacíficas la comentaban desde las esquinas, atronados por una
rayada «Marsellesa» que algún republicano impaciente hacía sonar en su
gramófono385. Mientras sabíamos que Madrid se desbordaba callejante y
verbenero, satirizando en figuras y coplas la dinastía que se alejaba en automóvil
hacia Cartagena […]386.
El propio Rafael Alberti nos ofreció una breve muestra de esas coplas de urgencia
cantadas el 14 de abril. La breve experiencia republicana de 1873 no había legado un
himno suficientemente representativo que pudiera ser invocado en períodos posteriores
de la vida política española de idéntico signo. No obstante, los ecos de aquella etapa
resonaron en la bahía gaditana en abril de 1931 gracias al romancero popular.
Aquel Cádiz de la libertad, de las románticas conspiraciones y las primeras
logias masónicas; aquel Cádiz que no encontró albañil capaz de desprender de sus
muros la losa conmemorativa de la Constitución de 1812, aquel mismo Cádiz que
yo veía desde el colegio como una inalcanzable estampa azul, se hallaba ahora
estremecido de punta a punta por un viento de republicanismo. El folklore de la
383
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 357.
384
Hemos indicado anteriormente que, en términos absolutos, la victoría electoral había
correspondido a las candidaturas monárquicas.
385
Como ha sido dicho, también en San Sebastián, el 14 de abril, varios comercios hicieron sonar
en sus calles discos con la grabación de La Marsellesa. Al tratarse de un gramófono el aparato de
reproducción, el disco sería de pizarra.
386
ALBERTI, Rafael, La Arboleda Perdida, (Libros I y II de Memorias), Barcelona, Seix
Barral, 1978, p. 311.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
169
primera República, resucitado, se atrevía, en rincones de cante jondo y tabernas
ocultas, a agitar sus guitarras. Allí aprendí esta copla:
Republicana es la luna,
republicano es el sol,
republicano es el aire,
republicano soy yo387.
La primera de las referencias citadas contenía el término “verbena”, circunscrito su
ambito territorial a lo acontecido en Eibar en la noche del día 12. Su autor, Toribio
Echevarría, volvió sobre esta cuestión ante el desarrollo de acontecimientos similares en
otras ciudades y tituló uno de los apartados de sus memorias referido a los sucesos de abril
de 1931 como Verbena Nacional. Su reflexión le había conducido de una realidad a escala
local a otra superior de ámbito estatal.
Verbena Nacional. Entonces empezó también en Eibar aquella verbena
nacional que duró varios días, en que el pueblo español, olvidando antiguos y
recientes agravios –toda una montaña de agravios de que pudo cobrarse en aquella
hora– dio muestras de la más alta generosidad. Esta generosidad que estuvo
presente en todos lados sin que nadie lo ordenara expresamente, culminó en
Madrid, donde el pueblo de republicanos y socialistas dio respetuosa guardia y
protección a la familia del rey vencido, el cual viajaba sin ningún cortejo hacia
Cartagena, camino del exilio388.
En abril de 1931, ante la coyuntura política creada a partir de las elecciones del 12
de ese mes, el camino del exilio tuvo una doble dirección: de salida y de regreso. Entre
quienes realizaban este segundo recorrido se encontraba el dirigente socialista Indalecio
Prieto quien, procedente de París, debía hacerse cargo de la cartera ministerial de Hacienda
en el gobierno provisional de la Segunda República. Tras un multitudinario recibimiento a
su llegada a la estación del Príncipe Pío, el 15 de abril de 1931, Indalecio Prieto pudo
constatar el ambiente festivo que presidía la vida social en algunos barrios de la capital
durante el trayecto hacia la reunión del Consejo de Ministros.
Pedí ir a la Presidencia del Consejo de Ministros, adonde se nos dijo que
fuéramos en cuanto llegásemos para celebrar la primera reunión del Gobierno
provisional en pleno. Mis correligionarios [socialistas] no me hicieron caso. El taxi
387
Ibid. pp. 309-310. Las cursivas pertenecen al original.
388
ECHEVARRÍA, Toribio, Viaje…, op. cit., p. 361.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
170
enfiló hacia los barrios bajos, que estaban de verbena, y por donde fui paseado
entre vivas y aplausos como caudillo que regresara victorioso de la más
descomunal batalla389.
En los tres ejemplos anteriores (Toribio Echevarría, Rafael Alberti e Indalecio
Prieto), los términos “verbena” o “verbenero” habían sido utilizados fruto de una mirada
retrospectiva hacia la actuación ciudadana durante las jornadas que tuvieron lugar en torno
a la proclamación de la República390. A diferencia de los autores citados, un atento
observador, el escritor y periodista catalán Josep Pla, utilizó “in vivo”391 el segundo de los
términos mencionados en sus crónicas para La Veu de Catalunya mientras la República
daba sus primeros pasos.
El entusiasmo popular tuvo siempre un aire verbenero; a veces en la Puerta de
Sol flotaba un halo de emoción profunda e inolvidable. La gente estaba
correctísima y la propiedad fue absolutamente respetada. Solamente se produjo
alguna nota de carácter anticlerical en los suburbios392.
Al situar geográficamente las informaciones recogidas que incluyen la calificación
de “verbena” o “verbenero” en modo alguno pretende ser una recopilación exhaustiva,
observaremos que se encuentran en distintos puntos de la geografía nacional, alejados
entre sí. Constituyen una muestra representativa del conjunto de ciudades españolas en las
que se produjeron hechos de la misma índole.
389
PRIETO, Indalecio, Convulsiones de España…, v. 1, op. cit., p. 83.
390
Sin citar textualmente el término “verbena”, Santos Juliá titula, en términos similares, un
interesante trabajo sobre este período, referido a la ciudad de Madrid, destacando el carácter festivo con el
que fue recibida la República en dicha ciudad. Véase JULIÁ DÍAZ, Santos, De la fiesta popular a la
lucha de clases, Madrid, Siglo XXI, 1984.
391
Esta es la expresión que utiliza Bernat Muniesa para referirse a la visión que ofreció Josep Pla
de los hechos relativos a la proclamación de la República cuando estos se estaban produciendo. Véase
MUNIESA, Bernat, La burguesía catalana ante la II República española, I, “Il Trovatore” frente a
Wotan, Barcelona, Antrophos, 1985, p. 12.
392
PLA, Josep, “El 14 de abril en Madrid”, La Veu de Catalunya, (ed. nocturna), 18-IV-1931, p. 1,
cit. en MUNIESA, Bernat, La burguesía catalana…, v. I, op. cit., p. 187. Atribuye este autor a dicha
cabecera su condición de “órgano oficial de la Lliga [Regionalista]”, formación política de carácter
conservador y catalanista. Ibid., p. 12. Es muy interesante la reflexión que ofrece Bernat Muniesa referida a
la existencia en la obra de Josep Pla de un doble discurso, manifiestamente antagónico, en el tratamiento del
nacimiento de la Segunda Republica: diferencia la información “in vivo” (1931), representada por el artículo
al que pertenece la cita de nuestro texto, información a la que Muniesea atribuye calificativos como
“amable”, “elogiosa”..., frente a la visión que dio el escritor ampurdanés de este mismo hecho en 1940 una
vez instalado en el trato de favor que le dispensó el bando sublevado tras la Guerra Civil, muy crítica y
peyorativa hacia dicho acontecimiento. Ibid., pp. 186-187. Sobre la controvertida figura de Josep Pla véase
también GUIXÀ, Josep, Espías de Franco: Josep Pla y Francesc Cambó, Madrid, Fórcola, 2014.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
171
ALGUNAS LOCALIZACIONES DE LA VERBENA
POPULAR REPUBLICANA (ABRIL DE 1931)393
INFORMADOR
LOCALIDAD
UBICACIÓN GEOGRÁFICA
Toribio Echevarría
Eibar (Guipúzcoa)
Norte de España
Rafael Alberti
Rota (Cádiz)
Sur de España
Indalecio Prieto
Madrid
Centro de España
Josep Pla
Madrid
Centro de España
Fig. 5. Elaboración propia.
La presencia de canciones e himnos adscritos al ideario republicano español,
gracias a una consideración ampliamente generalizada en la sociedad, constituyó una de
las principales señas de identidad de la voluntad popular, expresada con vehemencia en
los espacios públicos de las ciudades ante un acontecimiento histórico recibido con
esperanza entre sus partidarios. Había comenzado la verbena popular republicana de
abril de 1931, que pronto sería una realidad en buena parte de la nación.
Además de las localizaciones señaladas en nuestra tabla anterior, numerosas
publicaciones incluyeron en sus páginas informaciones referidas a hechos musicales
similares acontecidos en diferentes poblaciones del país394. Por tanto, la cita electoral del
12 de abril no solo había agravado una profunda crisis institucional que, finalmente,
provocó el desmoronamiento de la Monarquía sino que, de manera paralela, había
generado un clima de participación popular (incluidos algunos cuerpos militares) en el que
la música ejerció diversas funciones de carácter político y propagandístico, muy
especialmente las que apuntamos a continuación:
393
Hemos ordenado esta tabla según aparecen citadas las distintas informaciones en nuestro
texto. Señalaremos, igualmente, que bajo el enunciado de verbena popular republicana agrupamos un
amplio espectro de actuaciones musicales, con claras connotaciones festivas en exaltación de la
República, que tuvieron lugar entre los días 12 y 15 de abril de 1931.
394
Nos referiremos, igualmente, a otras dos ciudades en las que la música solemnizó los actos
festivos que ocuparon sus calles el 14 de abril: Barcelona y Madrid. Hemos prestado una especial
atención a la presencia de la música en Eibar al tratarse de la primera localidad en la que la Segunda
República fue proclamada. Por razones obvias, no podemos dedicar en nuestra investigación un
tratamiento tan pormenorizado de los hechos musicales que tuvieron lugar en las otras dos ciudades
citadas, más allá de dejar constancia puntual de los himnos y canciones que se interpretaron para acoger
dicha proclamación.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
172
- Convocatoria pública (sonora) a la participación ciudadana.
- Elemento empático, dado su carácter festivo, de adhesión al acto.
- Factor destacado en la cohesión del grupo que participa de un mismo fin.
- Símbolo de identificación política con el programa musical interpretado.
Denominaremos el conjunto de demostraciones cívicas de celebración de la caída
de la Monarquía como protocolo republicano de abril de 1931, en el que concurrieron, de
manera casi invariable, los siguientes actos: concentración de grandes masas de
ciudadanos que ocuparon los principales espacios públicos de las ciudades como
expresión de la soberanía nacional de signo republicano; exhibición de banderas
republicanas395; participación de bandas de música (civiles y militares); emisión de
consignas de apoyo a la República e interpretación instrumental y/o coral de coplas,
canciones e himnos considerados representatativos del movimiento republicano (La
Marsellesa y el Himno de Riego especialmente)396.
Dicho protocolo no difiere en absoluto del que se llevó a cabo en Sagunto ya
citado el mismo día de las elecciones. Los hechos que tuvieron lugar en la localidad
valenciana el día 12 y los que se prodigaron por numerosas localidades españolas, dos días
después, respondieron, básicamente, al mismo programa cívico de actuación. El día de las
elecciones, en Sagunto, la sensibilidad popular expresada en las calles discurrió entre el
temor y la esperanza mientras el 14, en esta población y en muchas más, la emoción
contenida de los últimos días se transformó en alegría y celebración ante el cambio
político consumado.
Sin que podamos extendernos sobre esta cuestión, Barcelona y Madrid, entre
otras ciudades, fueron escenarios, respectivamente, de un desarrollo particular del
protocolo republicano de abril de 1931. Durante estas jornadas ocupó un lugar
preferente el himno francés La Marsellesa, aunque lo hizo como veremos en
diferentes versiones, alguna de ellas impregnada de un espíritu contrario al del
momento histórico que se pretendía solemnizar.
395
En algunas localidades también se exhibieron, junto a la bandera de la República, enseñas
propias de los respectivos territorios.
396
De manera similar a lo indicado en relación a la bandera, en diferentes ciudades, junto a los
himnos considerados republicanos de referencia (La Marsellesa y el Himno de Riego, principalmente) se
interpretaron obras propias de los respectivos ámbitos culturales.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
173
Diversas cabeceras de prensa de todo el Estado fueron testigos privilegiados de
estos acontecimientos de los que dejaron constancia, según la orientación política de cada
una de ellas, a partir de la observación e interpretación de los hechos narrados. Las páginas
de los medios de comunicación escrita constituyen un valioso legado documental, en las
que se reflejó el pulso cotidiano (hora a hora, día a día, acto a acto…) que guiaba la
intensa vida nacional en abril de 1931, presidida, en buena medida, por la alegría, no
exenta de cierta incertidumbre, ante un tiempo histórico que había llegado a su fin y el
inicio de otro pleno de esperanzas e incógnitas.
1.2.2.1. Lluis Companys proclama la República en Barcelona y Francesc Macià el
Estado Catalán y la República Catalana
En Barcelona, el día del plebiscito municipal transcurrió con relativa
normalidad, sin que se registraran incidentes destacables. A las once de la mañana,
atendiendo una convocatoria cultural de larga tradición en la ciudad, los
melómanos tenían una cita en el Palau de la Música Catalana con la Orquestra Pau
Casals, dirigida por el propio violoncellista y compositor397. Nada hacía presagiar
a priori en el programa que se interpretaría la trascendencia política que se le
había otorgado a aquella jornada.
Aunque no conste en su texto de presentación, recogido en el programa de
mano, se trataba de un concierto de carácter monográfico dedicado al repertorio
romántico centro-europeo y ruso398, integrado por los siguientes autores:
Mendelssohn (Obertura de La Gruta de Fingal); Schumann (TERCERA
SIMFONÍA [sic, en catalán], en mi bemoll –Renana–, op. 97); Beethoven
(Obertura de Leonora n.º 1, op. 138); y Rimski-Korsakov (SCHEHERAZADE,
SUITE SIMFÓNICA [id.], op. 35). Como violín solista de esta última partitura
actuaría Enric Casals399.
397
El primer concierto de la Orquestra Pau Casals había tenido lugar el 13 de octubre de 1920 en
el Palau de la Música Catalana de Barcelona. Véase DALMAU, Anna, MORA, Anna, y CORTÈS,
Francesc (eds.), Pau Casals i Joaquim Pena. Passió per la música y pel país. Correspondencia,
[Barcelona], Mediterrània, 212, p. 196.
398
El término”romanticismo” aparece estrechamente ligado al concepto de “revolución”. Dicho
concepto representa cambios, de distinta naturaleza, operados en diversos ámbitos: personal (supremacía
de los sentimientos frente a la razón); familiar (crisis del poder patriarcal y primeros intentos a favor de la
igualdad de la mujer y de derechos para los niños); cultural (desarrollo de las artes: literatura, música…);
socio-político (defensa de ideales procedentes de la Revolución francesa: Libertad, Igualdad y
Fraternidad; auge del liberalismo; republicanismo parlamentario frente a monarquía; nacionalismos…).
De manera específica, en relación a la música, véanse, entre otros, EINSTEIN, Alfred, La música en la
época romántica, Madrid, Alizanza, 1986, y FUBINI, Enrico, La estética musical desde la Antigüedad
hasta el siglo XX, Madrid, Alianza, 1988.
399
Programa de mano, en catalán, del concierto de la Orquestra Pau Casals…, op. cit. Archivo
Enrique Téllez. Hemos respetado la naturaleza de los caracteres del original (cursivas, mayúsculas...) así
como la cita de los compositores únicamente por su apellido, práctica habitual en el ámbito de la música.
Son muy interesantes, en este documento, las “Notes al Programa” en las que se explican algunas de las
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
174
Vida política y actividad musical parecían discurrir por caminos independientes,
¿ajenos entre sí? Era el noveno concierto del curso400 1930-1931. Desconocemos si Pau
Casals había optado por mantener inalterable un programa previamente fijado o si, por el
contrario, había decidido interpretar, coincidiendo con el día de las elecciones
municipales, un grupo de partituras en cuyos pentagramas latía un impulso de libertad401.
Uno de los compositores programados en el concierto del 12 de abril en el Palau de
la Música Catalana, Ludwig van Beethoven, mostró alguna de las claves que determinaron el
devenir musical del período romántico por excelencia: el siglo XIX. El pianista, gestor e
investigador, Luciano González Sarmiento, recogió con precisión este hecho.
[…] desde una perspectiva musical […, el siglo XIX] comenzó a cimentar su
identidad romántica con obras trascendentales como la III Sinfonía en mi bemol
mayor Op. 55 que Ludwig van Beethoven (1770-1827) escribiera el año 1803 y
que, en un principio, dedicara al “libertador” de Europa; aunque al conocer la
noticia de que Napoleón se había hecho coronar emperador, le retiró airado la
dedicatoria sustituyendo una programada “marcha triunfal” [II movimiento], que
más tarde incorporó como último movimiento de su Quinta Sinfonía, por una
“marcha fúnebre” con la consiguiente alteración del curso formal de la obra a pesar
de su intensidad expresiva402.
características de cada una de las obras. Por su rigor y por el conocimiento que reflejan de las
composiciones en él contenidas, bien pudieran haber sido redactadas por el propio Pau Casals. Otro
posible redactor de las mismas sería el traductor, musicógrafo y crítico musical Joaquim Pena, uno de los
más estrechos colaboradores del maestro. En la prolongada relación epistolar entre Pena y Casals
encontramos referencias a la elaboración de “dos gacetillas” (5-VI-1930), así como a “planear los
programas que me encarga” (19-IX-1931), que pudieran estar referidas a la elaboración de las notas de
presentación de las obras que se habían de interpretar en distintos conciertos. Véase DALMAU, Anna,
MORA, Anna, y CORTÈS, Francesc (eds.), pp. 132 y 135, respectivamente. Las traducciones de los
textos entrecomillados son nuestras. Los dos párrafos de la cita anterior, con sus repectivas notas a pie de
página, proceden de TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “Pau Casals en sus documentos…”, op. cit. , pp. 91-92.
400
Término que figura en el programa del concierto, equivalente al más actual de “temporada”.
401
No hay ninguna evidencia, en las detalladas “Notes al Programa”, que permita atribuir a este
concierto una intencionalidad política más allá de las características que son propias al movimiento
artístico en el que se enmarcan las obras que lo integran.
402
GONZÁLEZ SARMIENTO, Luciano, “La evolución musical sostenible en el siglo XIX”, en
Francisco Jarauta (ed.), Forma y tiempos de la música, Santander, Fundación Botín, [2011], pp. 159-160.
Esta sinfonía de Beethoven, también conocida como la “Heroica”, fue muy pronto programada por la
Orquesta Pau Casals: “Entre otras obras interpretadas en la primera serie de conciertos durante el otoño de
1920 estaban la Obertura Coriolano y la sinfonía Heroica, de Beethoven; […]”. BALDOCK, Robert, Pau
Casals, Barcelona-Buenos Aires-México, Paidós, 1994, [154] [sic].
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
175
Algunos autores han atribuido este mismo espíritu romántico a la labor política
desempeñada por Francesc Macià, una de las figuras catalanas más representativas del
período que estudiamos.
¿Romántico? Quizá Macià también fue un poco romántico. Pero su
romanticismo era de los que tienen una finalidad moral y material. La historia está
llena de vidas románticas que han servido a su tierra con el más grande amor. Los
grandes mártires han sido siempre unos románticos a los ojos de los que no
compartieron sus teorías. Pero generalmente, el romanticismo ha triunfado y la
gesta de todos estos hombres ha terminado como una novela cautivadora, unos
versos emotivos o una melodía bellísima403.
Como si el espírítu que subyacía en las bellas melodías interpretadas en la sesión
matinal del Palau hubiera impregnado el clima social de la ciudad, el exterior de la sala de
conciertos registraba una amalgama de emociones encontradas (ansiedad, expectación,
ilusión, esperanza, temor…). Dichas emociones se fueron modulando a medida que
avanzaba la jornada electoral hasta su conclusión, al tiempo que se abría paso la idea de
una victoria electoral de las fuerzas republicanas en todo el Estado.
Y al llegar la tarde, todas las bocas exclamaban una sola palabra:
L´Ezquerra ha triunfado. Y si alguno se atrevía a preguntar: ¿Quién? No se
escuchaba más que un solo nombre: Macià, Macià, Macià!!!404 Rotundamente,
sin medias tintas, el pueblo había dado una mayoría absoluta por todos los lados,
a l´Ezquerra Republicana de Catalunya [ERC]405.
Este éxito electoral había alentado a Francesc Macià a realizar gestiones, el 13 de
abril, antes de que el mismo se hiciera efectivo legalmente, para configurar un gobierno
403
TRULLÁS I RIERA, Joan, Francesc Macià: qui es i com ha arribat a President de la
Generalitat de Catalunya, Barcelona, Biblioteca Films, 1931, p. 4.
404
La victoria de Macià reflejaba más el reconocimiento a su dilatada trayectoria política que el
resultado de un plebiscito determinado, dado el escaso tiempo que puedo dedicar a su preparación.
A mediados de febrero de 1931, Francesc Macià regresaba del exilio y en cada pueblo que
pasaba era triunfalmente recibido. Desde la frontera, por Girona, hasta su llegada a Barcelona,
era el pueblo el que le acompañaba, no un sector político de más o menos importancia. Ya
entonces se pudo ver lo que sería la lucha de unos meses más tarde.
Ibid., p. 47. La traducción es nuestra.
405
Ibid., p. 50. La traducción es nuestra. Debemos precisar que ERC, cuyo máximo dirigente era
Francesc Macià, concurrió al proceso electoral en coalición con Unió Socialista de Catalunya (USC),
siendo su líder Joan Comorera.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
176
autonómico406. Entre las personalidades invitadas a tal fin se encontraba Marcelino
Domingo407 quien, disuadido por Indalecio Prieto, con el que compartía exilio en París,
desestimó asumir el cargo de Presidente del Gobierno de la Generalitat que se constituiría
en los días siguientes408. La razón fundamental de esta decisión –así lo expresó Indalecio
Prieto– estaba motivada en el compromiso, previamente adquirido, de asumir la cartera de
Instrucción Pública, como así ocurrió, en el futuro Gobierno de la República española en
un gabinete del que también formó parte Indalecio Prieto409.
Pocas horas después de esta gestión infructuosa, en la mañana del 14 de abril las
calles de Barcelona volvieron a registrar una notable agitación en algunos de sus puntos
neurálgicos: “La pregunta sacramental, cada vez que alguien se encontraba con un
conocido o un amigo, era siempre la misma: “¿qué pasa?” “¿Qué noticias hay de
Madrid?”410. Las informaciones procedentes de la capital del Estado, en esas primeras
horas, eran escasas y confusas.
La orientación que tomaban los hechos en Madrid no permitía, todavía,
considerar que el cambio político e institucional se hubiera consumado. Mientras tanto,
como ya hemos indicado, en Eibar, quienes habían proclamado la República en la
madrugada de ese mismo día permanecían igualmente expectantes ante los
acontecimientos que se pudieran producir.
406
El marqués de Hoyos ofreció los datos absolutos del escrutinio electoral en Barcelona: 89.285
votos obtenidos por la conjunción republicano-socialista y 28.137 por los monárquicos. Véase HOYOS Y
VINENT, José María de, p. 125.
407
Macià y Domingo habían colaborado, en 1917, en diversos sucesos políticos (Asamblea de
Parlamentarios y huelga general) que tuvieron lugar en el verano de ese año en Barcelona. Véase
TRULLÁS I RIERA, Joan, p. 29.
408
De producirse este hecho, supondría el cambio de denominación de la antigua Diputación por
la de Generalitat de Cataluña.
409
Véase PRIETO, Indalecio, Convulsiones de España…, v. 1, op. cit., p. 65. Marcelino
Domingo se hizo cargo del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes en el Gobierno Provisional de
la Segunda República el 14 de abril de 1931. Indalecio Prieto, por su parte, ocupó el Ministerio de
Hacienda. Marcelino Domingo fue, posteriormente, responsable de distintas carteras ministeriales.
Volveremos sobre este último político más adelante.
410
La Vanguardia, 15-IV-1931, p. 6. En la fecha indicada, este medio publicó una detallada
crónica en la que se reconstruían los acontecimentos que tuvieron lugar en Barcelona con motivo de los
actos de proclamación del día 14 de abril. En 1988, esta cabecera editó unos anuarios, como suplementos
o cuadernos históricos, en los que se recogían las noticias más importantes publicadas en un período
determinado. El referido a 1931 contiene un fragmento amplio de la citada crónica. La Vanguardia del
siglo XX, 1931, Barcelona, La Vanguardia, 1988, pp. 1 y 3.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
177
Mientras llegaban las tan ansiadas noticias, en Barcelona, en la mañana del 14 de
abril tuvieron lugar diversos conatos de manifestación que no prosperaron hasta que, hacia
las doce horas, se produjo uno que sí lo hizo.
A medio día comenzaron las manifestaciones de entusiasmo en Barcelona,
organizándose la primera en la plaza de Cataluña.
Al pasar por las Ramblas los manifestantes prorrumpieron en vítores y
aplausos, uniéndose a ellos mucha gente. Por la calle Fernando, se dirigieron a la
plaza de San Jaime, donde los vítores se reprodujeron enarbolándose banderas
republicanas411.
[…]
Al mismo tiempo en diferentes puntos de la ciudad se organizaban nuevas
manifestaciones y especialmente en las Ramblas, donde hubo todo el día una
animación enorme. Los manifestantes enarbolaban grandes banderas de la
República y retratos de [Fermín] Galán y [Ángel] García Hernández412.
La Vanguardia, refiriéndose a los hechos anteriores, señalaba la presencia de
guardias de seguridad y parejas de caballería que trataron de disolver la manifestación
inicial413. Pese a sus esfuerzos –moderados–, cada vez era mayor la multitud que, en
medio de banderas, vivas a la guardia republicana y a la propia República, se
411
En esta plaza se encontraban las dos instituciones políticas más importantes de la ciudad, el
Ayuntamiento y la Diputación. De ahí el significado de dicha concentración ciudadana.
412
Diario de Barcelona, 15-IV-1931, p. 5. Las imágenes reverenciales de Fermín Galán y Ángel
García Hernández eran homenajeadas en Barcelona en el seno de los movimientos ciudadanos previos a
las proclamaciones. Incluía esta edición del Diario de Barcelona un interesante editorial titulado “Hecho
consumado” en el que se hacía constar el posicionamiento monárquico de dicho diario, lo que no le
impedía expresar su respeto y acatamiento hacia el resultado de las recientes elecciones municipales,
alabando la forma pacífica en que se habían sucedido los cambios políticos.
413
La información que facilitaba La Vanguardia apuntaba a la Rambla de Canaletas como el lugar
del que había partido la manifestación citada anteriormente, hecho que, según este medio, se habría
producido a las doce y media.
A eso de las doce y media, hora en que un grupo de jóvenes organizó una pequeña manifestación
en la Rambla de Canaletas, que entre aplausos y vítores a la República se dirigió Rambla abajo
hasta llegar al Llano de la Boquería.
La Vanguardia, 15-IV-1931, p. 6. Creemos que se trata, en ambos casos, de la misma
manifestación, que habría sido observada por los respectivos redactores del Diario de Barcelona y de La
Vanguardia en los puntos señalados (Plaza de Cataluña y Rambla de Canaletas, respectivamente) situados
a escasa distancia, apenas quinientos metros, en el intervalo de tiempo existente entre las dos noticias
(las doce y las doce y media).
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
178
concentraba en la plaza de San Jaime414. Media hora más tarde fue requerida la entrega
de la vara de la alcaldía de la ciudad que recayó, inicialmente, en Lluis Companys415.
En los salones de la Casa de la Ciudad dábanse diversos vivas a la República,
a España y a Cataluña, al tiempo que salían al balcón del edificio para recibir los
aplausos del público y de entre los reunidos surgió la idea de izar en el edificio la
bandera tricolor, como así se hizo a las dos menos veinte416 y un poco más tarde
la catalana en el asta de la azotea417. El concejal señor [Joan] Lluhí [i Vallescà]
anunció al público que se iba a proclamar la República y anunció que vendría
[Francesc] Macià, a quien se daría el gobierno de Cataluña418.
A continuación, Lluis Companys proclamó la República desde el balcón del
Ayuntamiento (denominado, con fortuna, en la información periodística como “Casa de
la Ciudad”). La adscripción política de la nueva corporación local, presidida por
Companys, no dejaba lugar a dudas: las banderas republicana y catalana ponían de
manifiesto la voluntad de conciliar las aspiraciones republicanas, de carácter mayoritario
en Cataluña, con los elementos identitarios de este territorio. Las dos enseñas izadas en
el edificio que albergaba el consistorio serían los primeros símbolos de representación
institucional ofrecidos a la ciudadanía barcelonesa y, por extensión, a la catalana.
414
La Vanguardia, 15-IV-1931, p. 6.
415
Véanse, entre otros, La Vanguardia, 15-IV-1931, p. 6, y Diario de Barcelona, 15-IV-1931, p.
5. Ambos medios, ahora sí, dieron la misma hora para la toma de posesión de la Alcaldía de Barcelona:
las trece horas. De manera similar a como se habían desarrollado los hechos esa misma madrugada en
Eibar, también en Barcelona el Alcalde accidental, Sr. Antonio Martínez Domingo, manifestó sus reservas
hacia el acto de transmisión de poderes seguido, al ser ajeno al procedimiento legal. Una escena similar
tendría lugar en la Diputación, a las catorce horas y quince minutos, siendo en esta ocasión sus
protagonistas Francesc Macià, como nuevo presidente, y el Sr. Joan Maluquer Viladot, como presidente
saliente. El Ayuntamiento se contituyó, de manera definitiva, a las siete y media de la tarde del día 14, en
un acto en el que fue proclamado Alcalde Jaume Aiguader i Miró y en el que se informó que “El señor
[Lluis] Companys había sido designado para ministro de la República española”. La Vanguardia, 15-IV-
1931, p. 7. Companys asumió la cartera de Marina en el Gobierno de la República en 1933, durante un
breve espacio de tiempo.
416
Entre el grupo de personas que acompañaba a Companys se encontraba el periodista Joaquín
ViláBisa, quien izó la primera bandera republicana en el balcón municipal. Este activo defensor de la
República murió el siete de diciembre de 1937, a consecuencia de las heridas sufridas en un bombardeo
de los sublevados sobre Barcelona, en el que perecieron, según las primeras estimaciones, alrededor de
cincuenta civiles y se registraron en torno a cien heridos. Véase La Vanguardia, 8-XII-1937, p. 1.
417
Inicialmente, todas las informaciones otorgan a la bandera republicana el primer lugar en un
orden de prelación en relación a la catalana.
418
Diario de Barcelona, 15-IV-1931, p. 5.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
179
En otro lugar de la ciudad, ajenos inicialmente a los sucesos que tenían lugar en
el Ayuntamiento, Macià y un grupo de colaboradores planificaban el modo de actuar en
aquella convulsa jornada.
Francesc Macià y los hombres de su entorno se encontraban reunidos
discutiendo la fórmula a adoptar en aquellos momentos decisivos para Cataluña
y España. Llamaron a Alcalá Zamora, a Prieto, a Azaña; pidiéndoles su opinión,
su consejo, su propósito419.
Súbitamente, y ante la grave sorpresa de los reunidos, y especialmente de
Francesc Macià, llega la noticia: Companys ha tomado, por asalto, el
Ayuntamiento, y desde el balcón, izando la bandera tricolor, ha proclamado la
República. (La fotografia de aquella escena inaudita nos da la hora exacta en el
reloj del Ayuntamiento: trece treinta y cinco minutos)420.
Como hubiera anunciado el concejal de ERC, Joan Lluhí i Vallescà, en su
alocuación a los congregados frente al Ayuntamiento, la inminente llegada de Francesc
Macià determinó, en este acelerado proceso de toma de decisiones, el posicionamiento
político de las fuerzas que se habían alzado con la victoria en las elecciones municipales
del domingo anterior.
Del público, se destacó un grupo que penetró en el Palacio de la Diputación,
en donde a las dos menos diez fue izada la bandera tricolor en el balcón principal
y poco después la catalana en la azotea. […]421.
La Vanguardia aludía en su crónica a los momentos de ansiedad que se vivieron
en los salones del Ayuntamiento ante el desconocimiento de cómo evolucionaba la
situación política en Madrid. Las noticias que se transmitían eran contradictorias y las
posibilidades de contrastar la veracidad de las mismas, muy escasas o nulas422.
419
Niceto Alcalá-Zamora confirmó el flujo permanente de información hacia Macià, referida a
sus trascendentales reuniones con el conde de Romanones, baluarte de las posiciones monárquicas que
actuaba de portavoz para la transmisión de poderes de ámbito estatal. Véase ALCALÁ-ZAMORA,
Niceto, La victoria republicana…, op. cit., p. 222.
420
MIRAVITLLES, Jaume, Gent que he conegut, Barcelona, Destino, 1980, p. 65. Las distintas
fuentes consultadas no apuntan que se interpretara himno alguno en esta primera proclamación de la
República en Barcelona.
421
Diario de Barcelona, 15-IV-1931, p. 5. Téngase en cuenta que tanto el Ayuntamiento como la
Diputación Provincial (actualmente Generalitat de Cataluña) se encuentran ubicados, a escasa distancia,
en la Plaza de Sant Jaume, lo que permitía trasladarse con rapidez a los concentrados en dicha plaza de un
edificio a otro. En la toma de la Diputación se mantuvo el mismo orden en el que unos minutos antes se
habían izado las enseñas en el Ayuntamiento: la bandera republicana seguida de la catalana.
422
La Vanguardia, 15-IV-1931, p. 6.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
180
A las dos de la tarde llegó al Ayuntamiento el líder de Izquierda
[Republicana] Catalana, don Francisco Macià. A duras penas logró abrirse paso
entre la multitud que llenaba la Plaza de San Jaime. El público se abalanzaba
sobre él, pretendiendo besarle y abrazarle. Tuvieron que intervenir varios
guardias urbanos que le protegieron, permitiendo que pudiese entrar en el
Palacio municipal.
Mientras el señor Macià era recibido en los salones de la Alcaldía con todos los
honores, un individuo salió al balcón y con un cornetín interpretó la Marsellesa423,
coreándola el público estacionado en la plaza424.
A la exhibición de banderas le siguió en Barcelona la interpretación instrumental
de La Marsellesa, acompañada por las voces de quienes se encontraban concentrados en
la Plaza de San Jaime. No se identifica en la cita anterior la pertenencia del músico a
una agrupación determinada aunque, dado que su intervención se produjo en el balcón
del Ayuntamiento, bien pudiera tratarse de un miembro de la Guardia Urbana, algunos
de cuyos integrantes se cita.
Fue, por tanto, La Marsellesa el primer himno que acompañó en Barcelona la
instauración de la República, que había sido proclamada minutos antes por Lluis Companys.
La interpretación de dicha obra precedió a las breves palabras que Macià dirigió a los
manifestantes desde el balcón del Ayuntamiento, a las dos y cuarto del mediodía.
“Ciudadanos: En nombre del pueblo de Cataluña yo proclamo desde aquí el Estado
Catalán y proclamo la República catalana. Además, solemnemente os digo que con
todo cariño vayamos a la Confederación con las demás Repúblicas de España.
Ahora formemos el Gobierno de la República catalana y aquí estaremos
dispuestos a defenderla hasta morir”.
Nuevos vivas y aplausos subrayaron las últimas palabras del señor Macià425.
De manera simultánea a los acontecimientos que se desarrollaban en el
Ayuntamiento, se sucedieron diversas acciones cuyos principales protagonistas fueron
ciudadanos congregados en la plaza.
423
Hemos abordado anteriormente en nuestra investigación la importancia de este instrumento,
propio del ámbito castrense, otorgándole al acto protagonizado por Francesc Macià un marcado carácter
institucional. Estas sonoridades le serían muy familiares a Macià, dado que había pertenecido al ejército
por un largo período de tiempo, habiendo alcanzado el grado de coronel.
424
La Vanguardia, 15-IV-1931, p. 6. Constátese, como había ocurrido de madrugada en Eibar, la
relevancia que tuvo La Marsellesa en las proclamaciones republicanas de Barcelona.
425
La Vanguardia, 15-IV-1931, p. 6.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
181
Mientras en el Ayuntamiento tenían efecto los hechos relatados, un numeroso
grupo penetró en la Diputación y en el balcón princial fue izada la bandera
republicana, en medio de grandes aplausos y cantando el público la
Marsellesa426.
Coincidiendo con las proclamaciones del Estado catalán y de La República
catalana, los congregados en la Plaza de San Jaime (pronto de la República) entonaron
La Marsellesa con el fin de solemnizar el hecho histórico del que eran partícipes.
PRIMERA SECUENCIA SONORA EN TORNO A LAS PROCLAMACIONES DE
LA REPÚBLICA, DEL ESTADO CATALÁN Y DE LA REPÚBLICA
CATALANA EN BARCELONA427
INSTITUCIÓN
(Lugar y hora)
CIRCUNSTANCIA
POLÍTICA
(Protagonista / s)
HIMNO
INTÉRPRETE / S
(Lugar)
Ayuntamiento
(Balcón consitorial,
13.35 h.)
Proclamación de la
República
(Lluis Companys)
-----
-----
Ayuntamiento
(Salones de la
Acaldía, 14.00 h.)
Recepción a Macià
(Lluis Companys y
Francesc Macià)
La Marsellesa
Cornetín
(Balcón consitorial)
Pueblo de BCN
(Pza. San Jaime)
Ayuntamiento
(Balcón consitorial,
14.15 h.)
Diputación
(Balcón, 14.15 h.)
Proclamación del Estado
Catalán y de la República
Catalana
(Francesc Macià)
Izado de la bandera
republicana
(Pueblo de BCN)
En su defecto,
“vivas y
aplausos”
La Marsellesa
Pueblo de BCN
(Pza. San Jaime)
Pueblo de BCN
(Pza. San Jaime)
Fig. 6. Elaboración propia.
426
La Vanguardia, 15-IV-1931, p. 6. Incluía este diario, en su página veinticinco, amplia
información acerca de cómo se había producido la proclamación de la Segunda Republica en diferentes
provincias españolas (Ávila, Vitoria, Pontevedra, entre otras). Hemos citado tres en las que se indicaba,
expresamente, que fue interpretada La Marsellesa. En el caso de otras ciudades (Ferrol, Oviedo y
Granada) se menciona la presencia de diferentes bandas de música en las respectivas manifestaciones, sin
precisar el nombre de las partituras interpretadas. En relación a Granada, se afirma: “La Banda Municipal
recorrió las calles tocando el Himno republicano”, sin especificar de qué himno se trataba. En la página
28 se informaba de que en Vigo se cantó La Internacional junto a otras “músicas, algunas de ellas típicas
gallegas” y, en la 29, que tanto en Reus como en Gerona se interpretó La Marsellesa.
427
Por razones de espacio, en la siguiente tabla utilizaremos, en lugar de Barcelona, su
acrónimo actual: BCN.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
182
El himno republicano francés había sido la partitura ejecutada por el cornetín y
entonada, de manera simultánea, en el acto que había tenido lugar en los salones de la
Alcaldía ante la recepción a Macià. Las informaciones consultadas, en sentido estricto,
no señalaban que fuera interpretado, minutos después, ningún himno desde el balcón del
Ayuntamiento con motivo de la alocución de Macià proclamando el Estado Catalán y la
República Catalana en ese mismo lugar.
La interpretación de La Marsellesa constituye el nexo musical entre dos actos
protagonizados por Macià que resumirían la constitución de un nuevo orden político en
Cataluña: la recepción en los salones de la Alcaldía por la corporación republicana
recién constituida y su posterior intervención desde el balcón municipal. A su vez, las
dos voces instrumentales que ejecutaron dicho himno en los sucesivos actos estaban
cargadas de un alto valor simbólico: en primer lugar, el cornetín, como representante de
las instituciones políticas y militares donde su uso es frecuente con una función
protocolaria (Ayuntamiento, Diputación, Ejército…); y, en segundo lugar, la multitud
congregada en la Plaza de San Jaime, en representación de las aspiraciones republicanas
de los barceloneses junto a las de los pueblos catalán y español.
La bandera tricolor de la República, la senyera catalana y La Marsellesa
ocuparon el espacio de representación institucional que anteriormente detentaban los
propios del régimen monárquico. Se había conformado un primer corpus que
simbolizaba la unión entre las nuevas instituciones catalanas, los políticos que las
habían impulsado y el pueblo que las celebraba en la plaza428.
Finalizada la intervención de Macià en el Ayuntamiento se trasladó, acompañado
por un grupo de concejales electos, al edifico próximo de la Diputación, desde cuyo
balcón se dirigió de nuevo a los congregados en la plaza.
“En nombre del pueblo he tomado posesión del Gobierno de Cataluña. Hoy el
pueblo nos ha dado su voto para que gobernemos la ciudad, y yo, en nombre de
Cataluña, me hago cargo de su gobierno y os digo, que aquí nos quedamos
428
La Vanguardia insertaba, en su edición del 15 de abril, un anuncio de los “Almacenes El
Barato” ofreciendo a sus clientes la “Bandera Republicana” y la “Banderas Catalana” a “precio
económico”. La Vanguardia, 15-IV-1931, p. 9. Era necesario atender con prontitud la demanda de ambas
enseñas en ocasión tan propicia.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
183
dispuestos a defender sus libertades. Espero que el pueblo hará lo mismo. De
aquí no nos sacarán más que muertos.También os digo que nos hemos de hacer
dignos de esta libertad”.
Después habló el señor [Bonaventura, “Ventura”] Gassol, quien dijo que
desde entonces Cataluña tenía dos banderas: la catalana y la republicana429.
Sin embargo, el eco de la voz de Ventura Gassol no quedó limitado por el
espacio físico de la Pza. de San Jaime sino que, gracias al hilo telefónico, también en
Madrid se escucharon con nitidez sus palabras. Así lo afirmaba Niceto Alcalá-Zamora,
en un gesto que evidenciaba la voluntad de entendimiento entre Cataluña y el futuro
Gobierno de la República española.
Invitándome a oír tras su voz la del pueblo, que gritaba en las calles de
Barcelona, Ventura Gassol me comentaba entusiasmado y yo escuchaba con júbilo
la solidaridad generosa del entusiasmo popular que al aclamar la República con la
simpatía del Ejército, alejaba el fantasma de odios y escisiones430.
El significado de aquel acto en la Diputación afectó a la propia denominación de
la institución “que desde aquellos momentos pasaba a ser Palau de la Generalitat
Catalana”431. No fue este el único cambio operado en la denominación de instituciones o
espacios públicos de la ciudad a los que se refirió Joan Trullás i Riera.
Describir la inmensa alegría de la ciudad cuando fue dada por la radio la noticia
de que Macià acababa de proclamar la República, es difícil de hacer. Difícil.
Incluso imposible. Todos se lanzaron a la calle hacia aquella Plaza, que como por
arte de encantamiento ya ostentaba el rótulo que decía: “Plaza de la República”432.
¿Cómo podían resumirse los hechos que habían protagonizado Companys y
Macià en un punto emblemático de la ciudad, tan solo separados por un breve
espacio de tiempo? Jaume Miravitlles ofreció una visión certera que sintetiza los
429
La Vanguardia, 15-IV-1931, p. 6. Más tarde, Macià firmó una nota en la que daba cuenta de
que había un “Estado catalán, bajo el régimen de una República catalana”, para concluir invocando “la
Libertad”, “la Justicia” y “la Paz internacional”. Véanse los textos entrecomillados en La Vanguardia, 15-
IV-1931, p. 6. Existe una instantánea de estas intervenciones en las que se aprecia a Macià dirigiéndose a
los concentrados en la Plaza de San Jaime. A su lado se encuentra Ventura Gassol y, junto a este, un
periodista escribiendo en su bloc de notas. Véase AINAUD DE LASARTE, Josep M., Gent nostra,
Barcelona, Nou Art Thor, 1984, p. 10.
430
ALCALÁ-ZAMORA, Niceto, La victoria republicana…, op. cit., p. 220.
431
TRULLÁS I RIERA, Joan, p. 53. La traducción es nuestra.
432
Id. La traducción es nuestra.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
184
acontecimientos que tuvieron por escenario la Plaza de San Jaime al mediodía del
14 de abril de 1931.
En el “ring” histórico de la plaza de San Jaime, dos campeones catalanes
libran el combate más glorioso de todos los tiempos: Companys gana la
República, y Macià, Catalunya!433
En las horas siguientes se vivieron en Barcelona escenas de alegría,
trasladándose este ambiente festivo desde el epicentro de la vida política de la ciudad (la
Plaza de San Jaime) a otro de los lugares emblemáticos para la ciudadanía, las Ramblas.
En las Ramblas. […] La afluencia de gente en las Ramblas era a las cinco
de la tarde extraordinaria, enorme, como jamás se ha visto, y el entusiasmo de
que se hallaba poseída la gran masa humana, delirante.
La gente joven, entre ella algunas señoritas, tomó por asalto los tranvías,
cuyos imperiales se atestaron, y desde ellos tremolaban banderas republicanas y
cantaban “la Marsellesa”434.
La noticia de la proclamación de la República catalana tampoco tardó en llegar a
las industriosas barriadas de su área metropolitana.
En las barriadas. […] Al llegar a las barriadas la noticia de haber sido
proclamada la República en el Ayuntamiento con gran entusiasmo se
organizaron manifestaciones, que a los sones de la Marsellesa recorrieron las
calles.
En fábricas y talleres se trabajó poco, abandonando los obreros muy temprano
el trabajo para dirigirse al centro de la ciudad. El paso de las multitudes obreras
por las vías de enlace con la ciudad, que realizaron cantando la Marsellesa,
dando vivas y tremolando la bandera tricolor, era realmente impresionante435.
433
MIRAVITLLES, Jaume, p. 65. Sin que podamos precisar la hora exacta de su emisión por
radio, Francesc Macià leyó un comunicado más extenso que el pronunciado en la Pza. de San Jaime:
Catalanes:
Interpretando el sentimiento y los anhelos del pueblo que nos acaba de dar su sufragio, proclamo
la República Catalana como Estado integrado en la Federación ibérica.
[…]
MACIÀ, Francesc, El Presidente Macià en els seus textos (1931-1933), (selección de textos a
cargo de Lluís Durán), Barcelona, Generalitat de Catalunya, 2005, p. 27. Existe un registro sonoro de esta
intervención radiofónica, con la imagen de Francesc Macià en la carátula y el texto completo de la
alocución en la contraportada. Consúltese MACIÀ, Francesc, Francesc Macià proclamant la república
catalana – 14 d´Abril 1931, [grabación sonora, disco], S.l. (Francia), s.n., s.a. Archivo Enrique Téllez.
434
La Vanguardia, 15-IV-1931, p. 6.
435
La Vanguardia, 15-IV-1931, p. 8.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
185
Ya de madrugada se produjo la salida de tropas a la calle con el fin de evitar
problemas de orden público436, pues ya se habían producido algunos enfrentamientos
con el resultado de un soldado muerto y diversas personas heridas de diversa
consideración437.
Al pie de la estatua de Federico Soler, y en otros puntos de las Ramblas se
veían secciones de guardias de seguridad de a pie y montados, aquéllos armados
de tercerolas.
Las fuerzas citadas permanecían en actitud pasiva, presenciando las
manifestaciones que se sucedían, dando vivas y entonando la Marsellesa los
que las formaban438.
Todas las noticias anteriores venían a confirmar la función preeminente que
había desempeñado La Marsellesa en torno a los distintos actos de proclamación
republicana acontecidos en Barcelona. A diferencia de La Vanguardia, el Diario de
Barcelona había renunciado, casi de manera absoluta, a incluir referencias a la presencia
de la música en las calles de la ciudad. ¿Estaba este hecho relacionado con su condición
de diario monárquico de la que se hacía gala en su editorial del día 15 de abril, habida
cuenta del carácter de himno republicano de La Marsellesa?
El tratamiento indicado en el Diario de Barcelona presentaba una modesta
excepción: en su página nueve de la edición apuntada se indicaba que “En el Paralelo
también hubo manifestaciones a granel. Los manifestantes entraban en los cafés
cantantes obligando a tocar el himno republicano”439. ¿Se refería la información anterior
a La Marsellesa, himno proscrito –nominalmente– en las páginas de esta publicación?
436
El día 15 de abril, el Ayuntamiento de la ciudad emitió un bando dedicado en su totalidad a
reclamar un comportamiento cívico de la ciudadanía.
[…] Todo atentado contra el orden es ahora un atentado contra la República. […] Esperemos
ahora más que nunca que toda Barcelona con su entusiasmo cooperará a facilitar nuestra tarea en
estos trascendentales instantes para asegurar definitivamente los nobles ideales que con su
corriente desbordante han deshecho los tristes despojos de un régimen caduco, incompatible con
la libertad del pueblo.
Heraldo de Madrid, 15-IV-1931, p. 8. Véase sobre esta cabecera TOLL, GIL, Heraldo de
Madrid, Sevilla, Renacimiento, 2013.
437
Véase La Vanguardia, 15-IV-1931, pp. 7-8.
438
La Vanguardia, 15-IV-1931, p. 8.
439
Diario de Barcelona, 15-IV-1931, p. 9.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
186
Difícilmente la verbena popular republicana de Barcelona se hubiera podido
llevar a cabo con la interpretación de una sola obra, al margen del valor representativo
que esta pudiera tener. Por las calles de la ciudad sonarían también otras composiciones
que serían dignas compañeras del himno francés en su cometido de contribuir a la
creación de un clima festivo. Joan Trullás i Riera nos ofrece un testimonio concluyente
del clima de euforia que impregnaba las calles de la ciudad de Barcelona.
Y daba gozo el ver aquellas bandas militares diseminadas por nuestras calles
interpretando himnos prohibidos como la Marsellesa, el de Riego, [Els] Segadors,
[La] Santa Espina; fraternizando las tropas con el pueblo, saludando este con
orgullo la bandera republicana, sin ninguna presión, ni avergonzarse. Porque
todavía no hacía media hora era un pecado no quitarse el sombrero delante [de] los
colores del Borbón…440.
La última frase de esta cita nos permite ubicar temporalmente, con bastante
exactitud, el momento en que se produjo la escena que describe el autor. Teniendo en
cuenta que Companys había proclamado la República a las 13.35 y Macià el Estado
Catalán y la República Catalana a las 14.15 h., las bandas militares habrían comenzado su
particular recorrido por las calles de la ciudad entre las 14.05 y las 14.45, según tomara
como referencia el autor la actuación de Companys o Macià.
Asimismo, la información que nos ofrece Joan Trullás i Riera es muy importante,
primero, porque amplía notablemente el repertorio musical que acompañó la celebración del
14 de abril en Barcelona y, segundo, porque refleja la aceptación por parte del estamento
militar de los acontecimientos políticos que en ella estaban teniendo lugar. Las bandas
militares nunca hubieran participado en la fiesta popular de exaltación republicana sin la
correspondiente autorización de los jefes jeráquicos de las respectivas unidades. Si en Eibar
se había entonado el Gernikao Arbola, de Iparraguirre, como composición propia del ámbito
cultural vasco, en Barcelona ocuparon este apartado Els Segadors441 y La Santa Espina.
440
TRULLÁS I RIERA, Joan, p. 55.
441
En el ámbito de la música, este himno ostenta actualmente la máxima representación
institucional de Cataluña.
La Ley 1/1993, de 25 de febrero, del himno nacional de Cataluña Diario Oficial de la
Generalitat de Cataluña, número 1715, de 3 de marzo de 1993. Publicada también en: BOE de 27
de Marzo de 1993, p. 9308) recoge el texto y la música de la obra titulada Els segadors. La
propuesta de Ley fue elaborada por Oriol Martorell (1927-1996), fundador y director de la Coral
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
187
A la contribución musical de las citadas bandas se sumaron numerosos intérpretes
en diferentes barrios, los cuales hicieron una lectura particular, desde el punto de vista
profesional, de aquella jornada. Su intervención, propiciando un espíritu festivo y
verbenero que impregnaba el espacio sonoro de la ciudad, incluía tanto las obras que
formaban parte de su repertorio habitual como aquellas otras que la demanda popular y la
realidad política requerían.
En sus recuerdos del 14 de abril de 1931, un histórico dirigente del
republicanismo catalán y catalanista, Pere Coromines, constataba que las
multiditudes habían olvidado la letra, pero no la música del himno compuesto
por Rouget de Lisle: “Por las calles se canta (es decir se tararea) ‘La
marsellesa’. También he oído un ciego que tocaba ‘Els Segadors’.Un grupo
cantaba ‘La Santa ‘Espina’, en otras partes se ha oído ‘L´emigrant’,
‘L´Empordà’, ‘Per tu ploro’. Pero todo eso eran manifestaciones [musicales]
episódicas: la multitud prefería la ‘marsellesa’”442.
Pere Coromines nos ofreció una visión panorámica muy rica en matices, la cual
reflejaba diferentes aspectos de la naturaleza que tuvo la verbena popular republicana en
Barcelona: los republicanos tarareaban La Marsellesa porque desconocían su letra; un
ciego tocaba diversas obras tradicionales catalanas (no indica el instrumento); un grupo
cantaba otras canciones populares; y, finalmente, destaca la preferencia de la “multitud”
por La Marsellesa.
Debemos fijar la atención en la expresión que utiliza este intelectual catalán al
referirse a dichas interpretaciones musicales como “manifestaciones episódicas”, es decir,
Sant Jordi, en calidad de diputado en el Parlamento de Cataluña, siendo aprobada por
unanimidad de todos los partidos políticos.
Els segadors era ya a comienzos de los años 70, una de las señas de identidad más importantes
de la cultura popular catalana. Su interpretación pública respondía a la reivindicación de un nuevo
marco político de libertades para todo el Estado español y suponía, a su vez, un acto de afirmación
de la propia identidad nacional de Cataluña.
GÓMEZ RIVAS, Isabel y TÉLLEZ CENZANO, Enrique: “Las señas de identidad…”, op. cit., p. 114.
Véase también MASSOT i MUNTANER, Joseph, PUEYO, Salvador, y MARTORELL, Oriol, Els segadors.
Himne nacional de Catalunya, Barcelona, Generalitat de Catalunya (Departament de Cultura), 1993.
442
CANHER, Max y COROMINES, Joan (eds.), Diaris i records de Pere Coromines, vol. III, La
República i la Guerra Civil, Barcelona, Curial, 1975, pp. 11-12, cit. en DUARTE, Ángel, “Republicanismo y
canto coral en el Reus de finales del siglo XIX”, en Paul Aubert (dir.), Sociétés musicales et chantantes en
Espagne (XIXe-XXe siècles), Bulletin d´Histoire Contemporaine de l´Espagne, n.º 20, Talance, Centre
National de la Recherche Scientifique, 1994, p. 109. La traducción del texto es nuestra. Las comillas
españolas, la cursiva y la escritura de los títulos (mayúsculas, minúsculas…) pertenecen a la fuente citada.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
188
puntuales, aisladas…, para diferenciarlas, en nuestra opinión, de otras que tendrían un
carácter orgánico, estructural y en cuyo epicentro se situaba La Marsellesa.
Señalaba Pere Coromines –también lo hizo Ramón Fernández Jurado443
– que, ante
el desconocimiento de la letra de La Marsellesa, se recurría a tararearla. Esta particular
interpretación fonética del himno republicano francés se realizaría siguiendo su línea
melódica según la recordara cada ciudadano.
En general, en relación a la presencia de La Marsellesa en la jornada del 14 de
abril de 1931, se omite un dato muy importante que aportaría un poco de luz a la
situación anterior o, cuando menos, facilitaría su comprensión: en la citada jornada
pudieron ser interpretadas diferentes versiones de dicha obra, con textos previamente
escritos por distintos autores.
Señalemos algunas de ellas:
- La Marsellesa (Himno revolucionario francés).
Texto de Josep Anselm Clavé (en catalán)444.
- La Marsellesa.
Texto de Ignasi Iglesias (en catalán). Armonizada por Enric Morera445.
- La Marsellesa.
Autores del texto (catalán y castellano) y de la armonización anónimos446.
443
Véase FERNÁNDEZ JURADO, Ramón, Memòries d´un militant obrer (1930-1942),
Barcelona, Hacer, 1987, p. 16, cit. en DUARTE, Ángel, “Republicanismo y canto coral en el Reus de
finales del siglo XIX”, en Paul Aubert (dir.), Sociétés musicales…, op. cit., p. 109.
444
CLAVÉ, José Anselmo, Flores de Estío, [Barcelona], López, 1893, pp. 227-230. Clavé hacía
una importante precisión sobre su trabajo: “Traducido libremente al catalán y arreglado para voces solas”.
Ibid., p. 227. La traducción del texto entrecomillado es nuestra. No era, por tanto, una traducción literal
del texto original de Rouget de Lisle, sino una adaptación libre al contexto cultural catalán.
445
La Marsellesa [Partitura para coro con voces según el texto de Ignasi Iglesias y la
armonización de Enric Morera], Barcelona, Iberia Musical, s.a. Archivo Enrique Téllez (nuestro ejemplar
contiene la firma autógrafa de Morera). Enric Morera utilizó en esta obra un gran despliegue de voces:
Sopranos, Contraltos, Tenores I, Tenores II, Barítonos y Bajos. En la portada de esta partitura se indica
que existe de la misma una versión para canto y piano. En nuestro archivo conservamos otra versión con
una sola línea melódica, acompañada de otras dos obras más: Himne Català y Els Segadors. Véanse La
Marsellesa [Texto de Ignasi Iglesias], Himne Català [Texto y música de Apel.les Mestres] y Els
Segadors, Barcelona, Boileau, s.a. Archivo Enrique Téllez. Y también una octavilla de dicha obra junto a
otra titulada La Bandera Catalana, de Orland D´Arimont. Véanse La Marsellesa [Texto de Ignasi
Iglesias] y La Bandera Catalana [de Orland D´Arimont], Sans (Barcelona), s.n., [ca. 1931] (Tallers
Gráfics “Ideal”, Carrer de Riego, 45). Archivo Enrique Téllez.
446
Versión del himno francés para voz y piano, con texto en catalán y castellano. Véase La
Marsellesa, Barcelona, Musical Emporium, s.a. Archivo Enrique Téllez. Conservamos en nuestro archivo
una octavilla de esta obra en su versión del texto en castellano, subtitulada “Himno republicano”.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
189
Muy probablemente se interpretaron todas ellas (y algunas versiones más) en
distintos lugares de la ciudad, si bien no tenemos ninguna duda en atribuir un mayor
protagonismo a la adaptación que de esta obra realizó Clavé en agosto de 1871. Dicho
autor programaba con regularidad esta obra en los conciertos de la Sociedad Coral
Euterpe, circunstancia que le había proporcionado una implantación muy amplia en la
sociedad catalana. Su aceptación popular le otorgaba el valor añadido de haber franqueado
las barreras de una u otra fuerza política para convertirse en himno de todos los
republicanos catalanes. Así debió de entenderlo Jaume Miravitlles cuando la denominó
“La Marsellesa catalana”447.
Mucho antes incluso de que Miravitlles la denominara como hemos indicado, el
poeta y escritor Joan Maragall escribió un magnífico artículo en el Diario de Barcelona,
en 1906, titulado escuetamente La Marsellesa. En él, describe este autor la expansión de
dicho himno en el ámbito político catalán.
Me acordaba de cómo había visto penetrar el canto de la Marsellesa en nuestro
pueblo; me acordaba de los coros de [Josep Anselm] Clavé y de la obra de estos,
identificando, en cierta manera la educación política con la artística de los
trabajadores catalanes. Así, el canto de redención obrera comenzó a cantarse en
catalán en las salas de concierto, y esta primera impresión quedó imborrable y
perennemente fecunda en el alma popular448.
A la amplia difusión de dicha obra, gracias a la actividad de la Sociedad coral
Euterpe dirigida por su autor, y de otras agrupaciones corales que la incorporaron en sus
programas, debemos añadir la que le proporcionó la inclusión de breves fragmentos de su
texto en algunas tarjetas postales de correo449.
447
MIRAVITLLES, Jaume, p. 18. Nos parece especialmente afortunada esta denominación.
448
MARAGALL, Joan, Articles politics (edición a cargo de Joan-Lluís Mafany y prólogo del
mismo), Barcelona, La Magrana, 1988, pp. 123-124. La traducción es nuestra. En dicha edición se indica
que el texto original fue publicado en el Diario de Barcelona, 7-V-1906.
449
Hemos tenido acceso a dos tarjetas postales, similares en cuanto a su imagen (un individuo
tocado con la barretina haciendo sonar un tambor), firmada una de ellas por “Viola”, pero con distinto
número de versos reproducidos de la primera estrofa de La Marsellesa (dos versos la primera y cuatro la
segunda). En esta última figura el lugar del remite (San Andrés), su fecha (5/2/[1]908), el destinatario (D.
Feliu [¿Sabaté?], destino (Buenos Aires) y el texto de la misiva (carece de relevancia para nuestra
investigación). Archivo Enrique Téllez.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
190
En nuestro archivo particular conservamos diversos folletos con la versión de La
Marsellesa catalana al decir de Jaume Miravitlles, editadas por distintas fuerzas
políticas. Ninguna de ellas está datada. No obstante, debido al estado de los soportes
impresos, en algunos casos por los subtítulos y en otros por las personalidades a las que se
homenajea en las mismas páginas, podemos atribuir su edición al período estudiado.
La Marsellesa catalana450
[Al margen, figura en mayúsculas:]
“VISCA L´UNIÓ FEDERAL NACIONALISTA REPUBLICANA”.
La Marsellesa catalana451
[Debajo del título de este himno, en mayúsculas, se indica:]
“FUTUR HIMNE DE L´ESTAT”.
La Marsellesa catalana452
Como hemos indicado, esta última octavilla, de papel extremadamente frágil,
posee un interés especial dado que se ha distribuido, siguiendo una disposición horizontal,
el texto de las dos obras del siguiente modo: en su parte izquierda La Marsellesa catalana
de Clavé y, en su parte derecha, una obra titulada Gloria a Macià, con texto de Manuel S.
Miralles, utilizando la estructura métrica de la citada Marsellesa como homenaje al
dirigente catalán.
Por tanto, en abril de 1931, La Marsellesa catalana de Clavé, entre otras obras,
representaba las aspiraciones del pueblo catalán ante las nuevas instituciones, mientras que
Gloria a Macià se cantaba en homenaje y reconocimiento a su principal impulsor, también
450
La Marsellesa [adaptación de Josep Anselm Clavé], s.l., s.n., [ca. 1931]. Octavilla sobre
fondo naranja. Archivo Enrique Téllez. Consútlese Anexo Documental (Doc. I).
451
La Marsellesa [adaptación de Josep Anselm Clavé], s.l., s.n., [ca. 1931] (Edició publicada per
la Joventut Catalanista Els Nets dels Almogávers). En la parte superior contiene Els Segadors,
acompañado de la indicación “Himne de Catalunya”. Los dos himnos citados están precedidos, en la parte
superior de la octavilla, por el título genérico de “Himnes de la Llibertat”. Octavilla sobre fondo amarillo
con las barras de la senyera dispuestas verticalmente. Archivo Enrique Téllez.
452
La Marsellesa [adaptación de Josep Anselm Clavé], Barcelona, s.n., [ca. 1931] (Imprenta
Inglesa, Dou 4). En su parte derecha figura otro himno, titulado Gloria a Macià, con texto de Manel S.
Miralles. Nos referiremos a continuación a esta última obra. Octavilla sobre fondo naranja (con
ilustraciones gráficas: repartidor callejero de publicaciones y dos carabelas llegando a tierra). Este
documento contiene un sello de tinta azul, probablemente de su anterior propietario, con la siguiente
leyenda: “Biblioteca-Josep-Forn-I-Solsona”. Archivo Enrique Téllez.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
191
conocido, por su avanzada edad, como “l´Avi” (el abuelo)453. Era un recurso ingenioso
dado que, sobre un mismo impreso, una línea melódica conocida permitía su entonación,
facilitando considerablemente el aprendizaje de la segunda, que concluía así:
Cantemos contentos llenos de fervor
la Santa Libertad
¡Viva Francesc Macià!
¡Vivan los catalanes!454.
El conjunto de hechos sonoros que protagonizaron los actos de la doble
proclamación en Barcelona nos permite delimitar dos ámbitos bien definidos: el
institucional que giró, de manera indefectible, en torno a La Marsellesa (en sus
diferentes versiones y adaptaciones); y el social, que incluía en su repertorio obras
pertenecientes a la tradición cultural catalana: Els Segadors, La Santa Espina,
L´emigrant, L´Empordà, Per tu ploro…
Completaba el rico panorama sonoro que acompañó en Barcelona a los distintos
actos de proclamación republicana, además de los himnos y canciones señalados, la
emisión de frases de toda índole, frecuentemente de contenido exaltado, para excitar el
ánimo de los participantes en las manifestaciones y concentraciones. Son expresiones que
debemos considerar como elementos complementarios a los estudiados.
Las masas barcelonesas del 14 de abril desfilaban al compás de: “Visca
Macià!” “Mori Cambó!”455. Puede más el aura de un conspirador que la seriedad
de un estadista456.
453
Encontramos con frecuencia esta expresión en los textos que analizan la figura histórica de
Francesc Macià (1859-1933). Véase, entre otros, TRULLÁS I RIERA, Joan, pp. 2, 7, 11…
454
La Marsellesa [adaptación de Josep Anselm Clavé], Barcelona, s.n., [ca. 1931] (Imprenta
Inglesa, Dou 4). La traducción es nuestra.
455
Tuñón de Lara incluye esta misma impresión: “Por la tarde [del 14 de abril], puede decirse
que toda Barcelona estaba en la calle, los tranvías transportaban verdaderos racimos humanos, y en todas
partes se oían los gritos de ¡Visca Macià! ¡Mori Cambó!, repetidos por gentes de todas las edades y
condiciones sociales”. TUÑÓN DE LARA, Manuel, La España del siglo XX, vol. II,…, op. cit., p. 290.
Por el contrario, Jesús Pabón cita dicha consigna ligeramente modificada: “¡Visca en Macià, mori en
Cambó!”. Si bien el sentido de una y otra es similar, “en” podemos traducirlo como el artículo “el”. Es
muy probable que en 1931 fuera de uso más común esta última.Véase PABÓN, Jesús, Cambó, vol. II.2,
Barcelona, Alpha, [1952-1969] (Emporium), p. 164, cit. en GUZMÁN, Eduardo de, 1930. Historia política
de un año decisivo, Madrid, Tebas, 1973, p. 620.
456
ABELLA, Rafael, “1931: La República”, La Vanguardia, del siglo XX, 1931, Barcelona, La
Vanguardia, 1988, p. 2.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
192
Probablemente, y a pesar de la rotundidad de la frase repetida entre el clamor
popular en las calles de Barcelona, “¡Visca Macià, mori Cambó!”, solo sería una expresión
que resumía la alegría por la victoria electoral de ERC-USC (Francesc Macià y Joan
Comorera) frente a la Lliga Regionalista de Francesc Cambó. La proximidad del líder
conservador al monarca, cuyo reinado se desmoronaba, lo convertía en blanco de la ira de
sus adversarios políticos457.
Francesc Macià murió el 25 de diciembre de 1933. Se imprimieron numerosas
octavillas narrando la vida de este político catalán, con títulos que no dejaban lugar a
dudas sobre su contenido laudatorio, de índole política o personal:
“Ha muerto F. Macià. Alegoría al 14 de Abril de 1931”.
“A la memoria de nuestro `abuelo´, Francesc Macià” 458.
Uno de estos impresos, titulado La Mort de F. Macià459, además de un largo texto
biográfico, contiene una composición poética en castellano, de J. Orriols, denominada A la
memoria de Francisco Macià. Dicho poema es, en realidad, el texto de una canción que
debe ser entonada –según se indica– con la “Música de [El] `SILENCIO´”460.
Sin duda, la línea melódica elegida para rendir homenaje al dirigente fallecido no
podía ser más adecuada: se trata de una melodía de gran emotividad, propia de la institución
militar a la que había pertenecido Macià, cuya interpretación solemne por el cornetín,
generalmente, se realiza en los actos en que se rinden honores a militares fallecidos.
457
Sobre Francesc Cambó véanse, entre otros, PUJOLS, Francesc, La solució Cambó. Interviu
política, Barcelona, Llibreria Catalonia, 1931; CAMBÓ, Francesc, Memòries (1876-1936), Barcelona,
Alpha, 2008; y RIQUER I PERMANYER, Borja de, Alfonso XIII y Cambó. La monarquía y el
catalanismo político, Barcelona, RBA, 2013.
458
Ha muerto F. Macià. Alegoría al 14 de Abril de 1931, Barcelona, s.n, [ca. 1933] (Gráficas
“Olimpo”). La traducción es nuestra. Archivo Enrique Téllez.
459
La Mort de F. Macià. A la memoria de Francisco Macià, Barcelona, s.n, [ca. 1933] (Gráficas
“Olimpo”). Archivo Enrique Téllez.
460
Id.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
193
Fecha memorable que todos recuerdan
el 14 de Abril quedará en la Historia
Cataluña entera con el alma en llanto
llena de amargura y la paz doliente
dirá en paz descanse nuestro Presidente461.
La temprana muerte de Macià no le había impedido participar en las celebraciones
que siguieron en Barcelona, el día 15 de abril, a la instauración de la Segunda República.
Quizá, la premura con la que se adoptaron las primeras medidas impidió que se
formalizara una convocatoria conjunta de la Diputación [futura Generalitat de Cataluña] y
del Ayuntamiento de Barcelona ante dicha jornada. Por el contrario, ambas entidades
convocaron sendos actos musicales que tuvieron protagonistas y escenarios
diferentes aunque unidos por un mismo espíritu festivo: la celebración de la
proclamación de la República.
Convocatoria de la Diputación
Significó [Francesc Macià] que había acordado que fuera ayer [15 de abril] día
de fiesta en celebración de la proclamación de la República, y que las bandas de
música militares salieran por la tarde a tocar por las calles462.
Convocatoria del Ayuntamiento
A fin de celebrar el feliz advenimiento de la República, el alcalde [Jaume
Aguadé] ordenó que la banda municipal diera un concierto en la Plaza de la
República [hasta el día anterior de San Jaime], ante el Ayuntamiento y la
Diputación, concierto en el cual fueron interpretadas obras de carácter popular,
nacional y además la Marsellesa, Els Segadors, la Santa Espina y la Processó de
Sant Bartolomeu463.
Una vez más, en el marco de la verbena popular republicana que tenía lugar en
gran parte de las capitales del Estado, confluían en las calles de una ciudad agrupaciones
musicales representativas del estamento militar (bandas de música militares) junto a otra
que lo era de la sociedad civil (banda municipal), reflejo del espíritu de unidad que
presidía fecha tan señalada.
461
Id.
462
La Vanguardia, 16-IV-1931, p. 7.
463
Id. Las cursivas son nuestras.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
194
La música transformó el clima social de Barcelona (y de todas las ciudades donde
estuviera presente): actuó como invitación sonora a la ciudadanía a la toma posesión
colectiva de las calles; impregnó la jornada de un carácter marcadamente festivo;
favoreció la cohesión y el hermanamiento de todos los que eran partícipes de dicha
celebración; y, finalmente, posibilitó la identificación política con el ideario republicano
gracias a partituras como La Marsellesa.
1.2.2.2. El tenor Miguel Fleta saluda en Madrid la deseada instauración de la
Segunda República española
El 14 de abril, desestimada la opción militar por parte del gobierno de la
monarquía464, la situación de vacío de poder que se extendía por todo el territorio
nacional exigía la adaptación de decisiones urgentes a los responsables políticos
pertenecientes a partidos o coaliciones que se habían alzado con la victoria moral –
según la interpetación de dichas fuerzas– en las elecciones del 12 de abril. Se hacía
necesario prever e impedir una deriva peligrosa que condujera al país a un escenario de
confrontación violenta fuera del control institucional.
La creciente presión de los ciudadanos que habían tomado los espacios públicos
de las principales localidades dejaba poco margen de maniobra a los negociadores de
una y otra parte. Tanto en Eibar como en Barcelona se había proclamado la República –
en Barcelona, a favor de dos entidades diferentes– con sendos llamamientos de las
464
Conocemos la posición del Director de la Guardia Civil, general Sanjurjo, de acatamiento
hacia “los padrinos de la República” así como la antagónica del Director General de Seguridad, general
Emilio Mola, quien calificó de “movimiento sedicioso” la proclamación de la República en Eibar, y se
interesó ante el ministro de la Gobernación, marqués de Hoyos, acerca de si el consejo de Ministros,
celebrado el día 13 de abril, había decretado el Estado de Guerra. Véanse ambas posiciones,
respectivamente, en SECO SERRANO, Carlos, Alfonso XIII…, op. cit, p. 224, y MOLA, Emilio, El
derrumbamiento…, op. cit., p. 863. No obstante, las dos opciones señaladas no serían las únicas que se
consideraron como posibles ante la situación creada en abril de 1931: Niceto Alcalá-Zamora reveló que,
el día 15 de ese mes, el general Aznar le había informado de su postura personal, favorable “a una
solución intermedia” con la convocatoria de Cortes Constituyentes. La Voz recogió en un titular de
portada dicha posición: “El contraalmirante Aznar dice que el momento es de Cortes Constituyentes”. La
Voz, 14-IV-1931, p. 1. Finalmente, esta propuesta fue desestimada a instancias de quien la había
aconsejado, el propio general Aznar. Véase ALCALÁ-ZAMORA, Niceto, La victoria republicana…,
op. cit., p. 224.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
195
nuevas autoridades reclamando contención, mantenimiento del orden público y respeto
al adversario político465.
Salvo incidentes aislados, en términos generales la situación discurrió con relativa
normalidad, en un clima de exaltación que no presentaba acciones de castigo o represalia
contra sectores afectos al régimen monárquico. En cualquier caso, no era difícil considerar
la existencia de un frágil equilibro social que pudiera evolucionar hacia el desbordamiento
del orden público ante las expectativas crecientes de los ciudadanos.
La fragilidad de los acuerdos para el traspaso de poderes, incumplido por los
responsables del gobierno de la Monarquía, introdujo un factor añadido de
incertidumbre en la ya de por sí delicada situación política. Podemos calificar dicho
incumplimiento, junto a otros hechos que tuvieron lugar esa jornada, como actos de
resistencia pasiva ante un escenario de cambio del modelo en la organización del Estado
que sectores próximos al régimen depuesto no consideraban irreversible. El propio
Alfonso XIII parecía compartir esta posición.
Todavía su espíritu jugador aguarda, tal vez, la carta salvadora. Acaso por
esperarla ha caminado, relativamente despacio, a partir de Madrid. Su magnífico
automóvil, capaz de cubrir 180 kms. por hora, anda menos de la mitad, a pesar
del buen estado de los caminos, infrecuentados de noche y de madrugada […].
“¿Se ha declarado el estado de guerra?” –pregunta Don Alfonso a quienes lo
reciben [en Cartagena]–. Ante la negativa, su irreductible optimismo sufre un
nuevo desengaño466.
Al tiempo que se retrasaba el traspaso de poderes, en Madrid se aceleraban los
contactos entre diferentes interlocutores para asumir la dirección de un movimiento
465
El marqués de Hoyos también incluyó en Mi testimonio los datos relativos a los resultados electorales
en Madrid en los comicios municipales de abril de 1931, agrupados en las categorías de antimonárquicos (91.898
votos) y monárquicos (33.884 votos). Véase HOYOS Y VINENT, José María de, p. 125.
466
ALMAGRO SAN MARTÍN, Melchor, Ocaso y fin de un reinado (Alfonso XIII). Los Reyes
en el destierro (páginas de Historia Contemporánea), Madrid, Afrodisio Aguado, 1947, pp. 111-113, cit.
en GONZÁLEZ CALLEJA, Eduardo, El máuser y el sufragio, Madrid, CSIC, 1999, p. 624. Pudiera
colegirse de la lectura de esta cita que, si bien Alfonso XIII había renunciado a una intervención directa
en defensa del mantenimiento de su estatus real, no desestimaba la posibilidad de que otras instituciones
del régimen destronado lo hicieran por él. Previamente según señaló Miguel Maura, el monarca había
realizado gestiones (infructuosas) ante Mariano Marfil para que fuera desalojada la Puerta del Sol en la
tarde del 14 de abril, horas antes de la proclamación de la República. Véase MAURA, Miguel, Así cayó
Alfonso XIII, Madrid, Marcial Pons, 2007, pp. 254-255.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
196
republicano que, de manera espontánea, se propagaba por toda la nación. Como indicó
el futuro presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora, “el día 13, apenas repuestos
de la emoción y del cansancio, se nos impuso a los que ya éramos casi públicamente
gobierno provisional la ardua y delicada empresa que llevando a feliz término la victoria
electoral evitase su anulación por inercia y su desnaturalización por violencia”467.
Fue el propio Alcalá-Zamora quien nos ofreció uno de los relatos que mejor
ilustran lo acontecido en Madrid, el 14 de abril de 1931, en las horas previas a la
proclamación de la República: mantuvo conversaciones con protagonistas relevantes,
adscritos a distintas sensibilidades políticas, los cuales ostentaban una amplia
representatividad territorial. Concluidas las conversaciones se despejaron muchas de las
incógnitas que impedían avanzar en el proceso hacia la designación de un gabinete
ministerial con responsabilidades ejecutivas de gobierno.
En la mañana del 14, fácil de deslindar ahora, confundida entonces con los
dos días que le precedieron y el que le siguió en la sensación de una sola jornada
que el reposo no cortó y las emociones anudaron, nos trasladamos a casa de
Miguel Maura. Preocupábanos ante todo lograr la comunicación que en
Teléfonos comprensivamente no me impidieron, con Barcelona, para que el
alzamiento y el triunfo sellaran una coincidencia en vez de abrir una separación.
Pero antes de que lograra hablar con la hija de [Francesc] Macià, hablé primero
con [Ventura] Gassol, el secretario de este. Poco después llegó el doctor
[Gregorio] Marañón buscándome para conferenciar en su casa con [el conde de]
Romanones, precipitaba el enlace pacífico porque era el heraldo anunciador de
un parlamentario que sin duda iba a formular la capitulación del trono468.
La descripción anterior encuentra un complemento adecuado en la información
del periodista Eduardo de Guzmán, quien cubría la información de esa jornada para el
diario La Tierra. El periodista era conocedor de la posición del director general de la
Guardia Civil, el general José Sanjurjo, cuando se dirigía a expresar esta a Niceto
Alcalá-Zamora. Entre las personalidades que ostentaban cargos institucionales
relacionados con las fuerzas de orden público, una concitaba un interés especial: la
figura del citado general por la importancia de su cargo al frente de la Guardia Civil.
467
ALCALÁ-ZAMORA, Niceto, La victoria republicana…, op. cit., pp. 215-216.
468
Ibid., p. 217.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
197
Preguntado Sanjurjo por los periodistas, a las cinco menos veinte del día 14
de abril, por el motivo de su visita a la casa de Miguel Maura cuando se hallaba allí
reunido el que, previsiblemente, sería el futuro gobierno provisional, el general
contestó: “Vengo a poner la Guardia Civil a disposición del Gobierno Provisional
de la República”469.
Los últimos resortes de la estructura del Estado monárquico se desmoronaban
sucesivamente en franca y acelerada descomposición. Los intentos de apuntalar las
opciones de permanencia de la monarquía no daban los frutos deseados, frente a una
realidad social que mostraba su posición inequívoca a favor del régimen republicano.
Mientras en las calles madrileñas –y algo parecido sucede en las de Barcelona,
Valencia, Sevilla y multitud de ciudades y pueblos de España– reina una bulliciosa
alegría, con grandes manifestaciones que muestran su júbilo con gritos y cánticos,
se desarrollan en el Palacio Real las últimas escenas del drama470.
Los “gritos y cánticos” entonados en las calles de numerosas localidades españolas
podían ser precursores de un profundo cambio político, pero esta circunstancia no acababa
de producirse en el epicentro de la vida política nacional, Madrid. La preocupación ante la
lenta evolución de los acontecimientos se incrementaba.
La impaciencia justificada que nos consumía y nos mantuvo sin comer
durante toda la jornada más que un bocadillo y por la tarde otro, y ya avanzada la
noche, iba acentuándose a medida que avanzaban las horas y la tarde abrileña se
aproximaba inquietante a todos los riesgos y tentaciones de la noche. El aviso de
Romanones de la salida del rey y previa o simultánea posesión del poder por
nosotros no llegaba. […] Sabíamos que estaba el gobierno apurando sus últimos
momentos en palacio; sospechábamos y hubimos de prever una reacción
desesperada de perfidia borbónica o temeridad ciervista471.
469
GUZMÁN, Eduardo de, p. 609.
470
Ibid., p. 615. Este autor informaba, asimismo, de que Alfonso XIII presidió su último Consejo
de Ministros, el 14 de abril, en una sesión que comenzó a las cinco de la tarde. Ibid., p. 612.
471
ALCALÁ-ZAMORA, Niceto, La victoria republicana…, op. cit., pp. 222-223. Tuñón de Lara
señaló que el día 14, hacia las 17.00 h., en la reunión de ministros del último gabinete de la monarquía,
“solo [Juan de] La Cierva se aferraba a una solución de fuerza”. TUÑÓN DE LARA, Manuel, La España
del siglo XX, v. II,…, op. cit., p. 292.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
198
La Voz reproducía una conversación que habría tenido lugar, pasadas las 18.30
horas, entre Miguel Maura y Alejandro Lerroux, durante la tensa espera que se produjo
antes de que se efectuara el cambio político ansiado.
Esto ya es intolerable. Yo estoy por irme a Gobernación y tomar posesión de él
a viva fuerza, porque España está sin Gobierno en estos momentos, y el pueblo
en la calle.
De ir a algún lado –le respondió el Sr. Lerroux– debería ser a Palacio, para
decirles que son unos insensatos y que lo que están cometiendo con el pueblo
español es un verdadero atropello y una provocación472
.
Finalmente, una enérgica reacción de Miguel Maura precipitó los hechos y,
después de que se hubiera superado la hora fijada para llevar a cabo el traspaso de
poderes473, los líderes republicanos franquearon la puerta del Ministerio de Gobernación.
Miguel Maura, acompañado por Largo Caballero, pudo observar en el balcón del
Ministerio, “con gran asombro”474, la presencia de una bandera republicana. Dirigiéndose
a un retén de la Guardia Civil que custodiaba el edificio e impedía el acceso al mismo,
Miguel Maura dijo: “¡Señores: paso al Gobierno de la República!”475.
La proclamación de la República en Madrid marcó, de manera efectiva, el
comienzo de una nueva etapa en la historia de España. Como ya había ocurrido en la
madrugada de esa misma jornada en Eibar, y horas después en Barcelona, la música
acompañó las manifestaciones y concentraciones populares que se celebraron en las calles
de Madrid. El 14 de abril, según interpretó Rafael Alberti desde Rota (Cádiz), en “un
mediodía, rutilante de sol”476, las noticias recibidas de la capital del Estado le condujeron a
afirmar: “[…] sabíamos que Madrid se desbordaba callejeante y verbenero”477.
472
La Voz, 14-IV-1931, p. 8.
473
Difieren sobre este dato el diario La Voz y Elisa Morales Giner de los Ríos. Según la cabecera
citada, la hora convenida eran las 18.00 h, mientras que Elisa Morales señalaría las 17.00 h. Veánse,
respectivamente, La Voz, 14-IV-1931, p. 8, y MORALES GINER DE LOS RÍOS, Elisa, “La
Proclamación (Carta a mi familia)”, Revista de Occidente, n.
os
7-8 (Extraordinario I. Noviembre 1981), p.
9. Recogeremos ambas informaciones más adelante.
474
MAURA, Miguel, p. 262.
475
Id.
476
ALBERTI, Rafael, La Arboleda Perdida, (Libros I y II de Memorias)…, op. cit., p. 311.
477
Id.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
199
La información recibida por Rafael Alberti mediante comunicación telefónica
había sido correcta. La verbena popular republicana de Madrid presentaba aspectos
comunes en cuanto a lo acontecido en otras ciudades españolas, fundamentalmente
referidos a la presencia de algunos himnos y canciones que formaban parte del
improvisado repertorio adoptado. Concurrieron, igualmente, elementos diferenciadores
relacionados con las diversas tradiciones culturales, con la capacidad de crear formaciones
musicales y textos alusivos a la nueva situación, así como con los diferentes protagonistas
de su interpretación.
Corrían los días de 1931. Ya habían sonado los tiros de gracia contra los
capitanes de la libertad y el honor, Fermín Galán y José [sic, por Ángel] García
Hernández, y la República había llegado, bella y alegre, vestida con los más
resplandecientes ropajes de la primavera. Se la había esperado durante muchos
años, como se espera a un amigo del alma o a una amante, y un inolvidable 14 de
abril la República acudía a la llamada imperiosa de todo un pueblo que la soñaba.
Toda España vibró de entusiasmo, toda España se agitó como descomunal
arboleda. Yo estaba en Madrid y Madrid estaba en la calle, inundando plazas y
jardines como incontenible riada humana, asomando a los balcones y azoteas,
subido a los tranvías en impresionantes enjambres humanos. El pueblo cantaba La
Marsellesa porque pocos conocían el Himno de Riego, feliz bajo las tenues nubes
primaverales que atravesaban ese día el cielo de la ciudad en fiesta. La República
era un hecho, el sueño se esfumaba ante la realidad478.
Una vez más, también en Madrid La Marsellesa ocupó un lugar preferente en
relación al resto de himnos interpretados. Cuando los ecos de estos acontecimientos
llegaron a los barrios y zonas industriales, se organizaron manifestaciones de apoyo que
fueron confluyendo hacia el centro de la ciudad, convertido el Ministerio de
Gobernación, ubicado en la Puerta del Sol, en centro emblemático de la República
naciente. Este hecho, que a priori pudiera parecer irrelevante, no lo es en nuestra
interpretación, dado que relegaba el Palacio de Oriente, residencia de Alfonso XIII y,
por tanto, símbolo de la monarquía, a un papel meramente testimonial479.
478
PALACIO, Carlos, Acordes…, op. cit., pp. 76-77.
479
Cuando se estaba formando esta concentración, en la tarde del día 14, Alfonso XIII todavía
permanecía en palacio, residencia que abandonó pocas horas después. En la mañana del día quince de
abril, el resto de miembros de la familia real salía camino del exilio.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
200
De este modo, la transmisión de poderes se llevó a cabo en una institución de la
administración del Estado, teniendo como protagonistas a representantes del Ministerio de
la Gobernación y a políticos de las fuerzas republicanas. Miguel Maura y Largo Caballero,
tras acceder al Ministerio de Gobernación, se dirigieron al despacho del ministro.
Allí me encontré con Mariano Marfil, amigo de siempre y, repito, persona
más que excelente480. No había abandonado su puesto en los tres días
transcurridos desde las elecciones, y noche y día había estado al pie del cañón,
cumpliendo sus deberes. Me dirigí a él y le dije:
Amigo Marfil: aquí está usted de más desde este momento.
Me hago cargo perfectamente de ello y ahora mismo me marcho y, en
efecto, desapareció.
Este fue, querido lector, el ceremonial del famoso “traspaso de poderes” que nos
habían anunciado los de la acera de enfrente, y que había provocado casi una batalla
en el seno de nuestro Gobierno Provisional. Diez palabras de cada lado bastaron, y
en realidad sobraron, para tomar las riendas de un poder que yacía en el arroyo481.
La Voz hacía una descripción detallada de la conversación mantenida entre Miguel
Maura y Mariano Marfil en los momentos previos a la instauración de la República.
Don Miguel Maura habló con el Sr. Marfil, y le dijo que como el ministro les
había dicho que a las seis de la tarde recibirían aviso para que el Gobierno de la
República se posesionara, y el aviso no llegaba, en vista de lo crítico de los
momentos actuales, de la situación existente en toda España, el Gobierno
republicano había decidido venir a posesionarse, y le encargaba que así lo
comunicara al ministro de la Gobernación482.
480
Mariano Marfil ocupaba en el organigrama del Ministerio de Gobernación el cargo de
Subsecretario. Se refiere extensamente a su actuación el 14 de abril Emilio Mola. Véase MOLA, Emilio,
El derrumbamiento…, op. cit., pp. 873-875.
481
MAURA, Miguel, p. 262.
482
La Voz, 14-IV-1931, p. 8. Elisa Morales recordaba estos hechos en los siguientes términos, no
coincidentes con La Voz en cuanto a la hora fijada para la transmisión en las responsabilidades de
gobierno entre monárquicos y republicanos.
Llegó Fernando [de los Ríos] y empezamos a esperar a que el gobierno los llamase. Y dieron
las seis (habían dicho que a las cinco se entregaría el gobierno). Se me olvidaba deciros que
Sanjurjo pidió garantías para la persona de Berenguer y ellos le dijeron que, aunque sería
juzgado por la vía legal, respondían de la seguridad de su persona.
MORALES GINER DE LOS RÍOS, Elisa, p. 9. Esta carta tiene fecha de 17 de abril de 1931.
Elisa Morales Giner de los Ríos era la mujer de Bernardo Giner de los Ríos, quien ocupó diversas carteras
ministeriales durante la Guerra Civil. El 14 de abril, junto a su cuñada Gloria Giner de los Ríos esposa
de Fernando de los Ríos, que pocas horas después sería nombrado ministro, compartió con varios
miembros del inminente gobierno de la nación tanto la tensa espera que precedió a la proclamación de la
República, como la alegría que siguió, horas después, a dicha proclamación en la Puerta del Sol.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
201
Mientras tanto, el pueblo de Madrid inundaba de entusiasmo las calles de la
ciudad ajeno a los pormenores y actos citados en el relevo institucional, devaluado por
la incomparecencia de los responsables políticos del gobierno saliente –con la excepción
de Mariano Marfil–, consciente de la importancia de esa jornada.
La acción de piquetes informativos, recorriendo los barrios y zonas industriales
de la periferia, hizo que aumentara el caudal de la “incontenible riada humana”483 –
aludida por Carlos Palacio– que se dirigía hacia el centro de la ciudad. La confluencia de
todas las manifestaciones en la Puerta del Sol y sus inmediaciones dio lugar –según
expresión de Elisa Morales Giner de los Ríos– a un “océano humano”484 que bloqueaba
el acceso a dicha plaza desde la calle de Alcalá.
Julia Manzanal, trabajadora de Standard que durante la Guerra Civil sería
comisario político del Quinto Regimiento485, conocida como Comisario Chico, formó
parte de uno de los grupos de trabajadores que participaron en Madrid en los
apresurados actos de adhesión a la República.
¡Qué bonito fue aquel día! Se presentó en Standard un grupo de trabajadores
y trabajadoras a sacarnos para ir a la Puerta del Sol a juntarnos todos. Llevaban
banderas republicanas y cantaban la Marsellesa. Nosotros nos la aprendimos y
fuimos por los talleres sacando a todos. Algunos no querían venir porque tenían
miedo, pero les convecimos. Al llegar a la Puerta del Sol vi a muchos subidos en
los tranvías y allí me subí486.
Diferentes testimonios vuelven, una y otra vez, sobre la presencia de La
Marsellesa durante las celebraciones en las calles de Madrid con motivo de la inminente
proclamación de la República. Sin embargo, estos testimonios no nos ofrecen datos
relevantes sobre la partitura de dicho himno (que muy pocos sabían entonar) ni de la
versión de su texto en castellano (que muy pocos debían de conocer). Esta compleja
situación pronto encontró una posible respuesta, dado que en Madrid, como antes
483
PALACIO, Carlos, Acordes…, op. cit., pp. 76-77.
484
MORALES GINER DE LOS RÍOS, Elisa, p. 14. Esta carta tiene fecha 11 de junio de 1935.
485
Sobre esta unidad militar republicana, véase BLANCO RODRÍGUEZ, Juan Andrés, El
Quinto Regimiento en la política militar del PCE en la Guerra Civil, Madrid, UNED, 1993.
486
CALCERRADA, Justo y ORTIZ MATEOS, Antonio, Julia Manzanal “Comisario Chico”,
Madrid, Fundación Domingo Malagón, 2001, p. 22.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
202
ocurriera en Barcelona, habían podido interpretarse distintas versiones de la partitura
de Rouget de Lisle.
Una de estas manifestaciones vespertinas, que discurrió por la Gran Vía y la
calle de Alcalá para desembocar, finalmente, en la Puerta del Sol, tuvo un accidental e
improvisado protagonista: el tenor aragonés, de prestigio internacional, Miguel Fleta487.
La Voz (Diario independiente de la noche) insertaba, en su edición del mismo día 14,
una información referida a este hecho.
A la cabeza de una de las numerosas manifestaciones de entusiasmo durante
toda la tarde en la calle de Alcalá iba el eminente tenor Miguel Fleta con un
capitán de ingenieros. Al llegar la manifestación a la [ace]488ra del edificio del
Fénix, esquina a la Gran Vía, un grupo de manifestantes dijo a los restantes que
el primero que marchaba era Fleta. Inmediatamente se acercaron a él, lo
rodearon y lo vitorearon con gran calor. Espontáneamente y emocionadísimo,
cantó la “Marsellesa”, y el momento fue de una emoción inolvidable. Los
manifestantes, siguiendo al gran tenor, marcharon calle de Alcalá arriba. De los
balcones y por todas partes, al oír la admirable voz de Fleta, el público guardaba
un silencio religioso, y al terminar surgía una ovación clamorosa.
Así siguió hasta la Puerta del Sol489.
Otros medios informativos también insertaron notas sobre esta intervención del
citado tenor. El Heraldo de Madrid del día 15 presentaba una versión ligeramente diferente a
la anterior, al indicar que Fleta fue reconocido cuando, en compañía de un capitán de
Ingenieros, llegaba por la Gran Vía frente al casino de la Gran Peña subidos en un automóvil
particular. Ambas informaciones coincidieron en el título del himno interpretado.
487
Miguel Fleta era el nombre artístico del tenor Miguel Burro Fleta (Albalate de Cinca, Huesca,
1897, La Coruña, 1938). Dicho cantante experimentó una singular mudanza política durante este período:
primero, defendió firmemente posiciones de adhesión a la República para, algunos años después,
suscribir, con no menor determinación, el ideario de Falange Española. Véanse, entre otros, SAIZ
VALDIVIELSO, Alfonso Carlos, Miguel Fleta. Memoria de una voz, (prólogo de Teresa Berganza),
Bilbao, Laga, 1997; BARREIRO, Javier, Voces de Aragón: intérpretes aragoneses del arte lírico y la
canción popular 1860-1960, Zaragoza, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja,
2004, p. 65.; GÁLVEZ BELLIDO, Bernardino, Fleta. El tenor de Aragón, Barcelona, [Edic. Spes], 1939;
y MARCUELLO, José Ramón, “Miguel Fleta, tenor del franquismo (en el XL aniversario de su
muerte)”, Andalán, n.º 191.
488
Ilegible en el original.
489
La Voz, 14-IV-1931, p. 3. El Sol, 15-IV-1931, p. 4, recogía literalmente la noticia publicada
el día anterior en La Voz, aunque con una ligera modificación: para La Voz, el militar que acompañaba a
Fleta era “capitán de ingenieros” mientras que para El Sol, dicho militar era “teniente” del arma indicada.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
203
[…] la muchedumbre advirtió la presencia de Fleta y, en medio de una
imponente ovación, le invitó a cantar la Marsellesa. A un gesto del gran divo el
público enmudeció, ansioso de oír su voz maravillosa, y el tenor baturro,
escuchado en religioso silencio ciudadano, cantó la Marsellesa con un brío y una
claridad inimitables. La ovación que premió su tributo de artista a la República
fue conmovedora y duró algunos minutos. Luego, la multitud siguió, entre
vítores, el coche de Fleta hasta la Puerta del Sol490.
Elisa Morales Giner de los Ríos había calificado la concentración en torno a la
Plaza del Sol como un “océano humano”, el cual hacía muy difícil el acceso a dicha
plaza. Las notas de prensa citadas anteriormente no reflejaron que la manifestación
encabezada por Miguel Fleta, durante cuyo trayecto entonó La Marsellesa, hubiera
tenido dificultad alguna para abrirse paso a través de la multitud congregada.
Tampoco dichas informaciones hacían referencia a cuál había sido la versión de
la partitura y del texto que había cantado Fleta. No obstante, entre las características que
se atribuyen en la segunda cita a la interpretación de La Marsellesa por el tenor baturro,
–así lo denomina la información–, figura “una claridad inimitable”. Debió de ser un
hecho extraordinario, que causó admiración en el pueblo de Madrid, escuchar de la voz
educada de un cantante afamado una versión de dicho himno.
Por el contrario, los grupos de ciudadanos que al atardecer del 14 de abril
transitaban por las calles de Madrid enarbolando La Marsellesa como estandarte sonoro
de la República anhelada lo harían tarareando o improvisando su melodía y su texto ante
un desconocimiento preciso de la misma. Pero, ¿cuál pudo ser la versión de La Marsellesa
que cantó Miguel Fleta horas antes de que se proclamara la República en Madrid?
Hemos podido documentar una secuencia musical que tiene como protagonista
al citado tenor durante el período que es objeto de nuestro estudio la cual, analizada en
sentido temporal inverso, nos conduce, con escaso margen de error, a considerar que la
versión de La Marsellesa interpretada por Fleta el día 14 de abril pertenecía a una
490
Heraldo de Madrid, 15-IV-1931, p. 7.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
204
zarzuela homónima, cuyos autores de texto y música fueron, respectivamente, Miguel
Ramos Carrión y Manuel Fernández Caballero491.
Veamos dicha secuencia siguiendo el curso en el que se produjo: pocos días
después de que Miguel Fleta cantara La Marsellesa en la calles de Madrid, el de la
proclamación de la República, La Libertad anunciaba, en su edición del 22 del mismo
mes, la organización de diversos actos para recaudar fondos que serían destinados a los
más desfarorecidos.
Para robustecer la situación económica de las Casas de socorro se hará un
llamamiento a la caridad de los vecinos pudientes y se organizarán varios
festivales benéficos.
El primero tendrá lugar la semana próxima en un teatro céntrico, con la
colaboración del eminente tenor republicano Miguel Fleta, que se ha ofrecido
gratuitamente a ser uno de los elementos artísticos del espectáculo. Entre las
canciones que cantará figura “La Marsellesa”492.
La convocatoria anterior mostraba, además de la sensibilidad social de Miguel
Fleta, la popularidad alcanzada por el “tenor republicano” así como la amplia aceptación
de la obra señalada, la cual se citaba como uno de los principales atractivos del acto.
Ante las expectativas comerciales que este estado de cosas había generado, el sello
discográfico La Voz de su Amo procedió con celeridad a realizar distintas grabaciones,
publicitadas en diferentes cabeceras periodísticas.
DE PALPITANTE ACTUALIDAD E INTERPRETADOS POR LOS MÁS
FAMOSOS ARTISTAS…493
“La Voz de su Amo”, atenta siempre a todo lo que signifique satisfacer el
interés musical del público, presenta ahora esta colección de discos en la que
famosos artistas y orquestas renombradas han impresionado himnos y canciones
republicanas llenas de patriótico entusiasmo494.
491
RAMOS CARRIÓN, Miguel, La Marsellesa (Zarzuela histórica en tres actos y en verso), Col. La
Novela Teatral, Año III, Madrid (1 de septiembre de 1918), n.º 90. Consúltese Anexo Documental (Doc. II).
492
La Libertad, 22-IV-1931, p. 4. Voz Española, publicación editada en Filipinas, recogía
diversas convocatorias de actos en ciudades españolas, una de ellas referida a la función que tendría lugar
en Santander: “Esta noche se celebrará en el Casino del Sardinero una función benéfica, tomando parte en
ella el tenor Fleta”. Voz Española, 19-IX-1931, p. 12.
493
En mayúsculas en el original.
494
Heraldo de Madrid, 26-V-1931, p. 15. Tres días después de publicar este anuncio, el mismo
medio insertó otro con el significativo título de “Oiga en su casa los himnos populares, las canciones
patrióticas más brillantes”. Heraldo de Madrid, 29-V-1931, p. 5. Ahora incluyó, días más tarde,
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
205
Ocupaba el primer lugar el disco con las versiones de La Marsellesa y del
Himno de Riego en la interpretación de Miguel Fleta495. La información impresa,
referida al primero de los himnos, era muy precisa en cuanto a la autoría de la versión
grabada: “Claude Rouget de L'Isle, Manuel Fernández Caballero”496. El primero de los
nombres correspondía al compositor de la obra original y, el segundo, al autor de la
versión en castellano de La Marsellesa, realizada como parte de la música escrita para la
zarzuela ya mencionada.
En enero de 1932, tan solo seis meses después de que se publicitara esta edición,
se comercializó de nuevo dicha obra aunque interpretada por el barítono José Luis
Lloret. La información impresa incorporaba, ahora sí, información detallada de las
autorías de texto y música de dicha versión: “La Marsellesa. Himno M. Ramos Carrión
[texto] y M.F. Caballero [música]”497.
El 14 de abril, la participación accidental de Miguel Fleta entonando La
Marsellesa en las calles de Madrid le había granjeado el favor popular y, en
consecuencia, se habían encadenado, en torno a su figura, dos importantes
acontecimientos artísticos: el primero de ellos, la actuación benéfica citada para la que
se anunciaba la interpetación del himno mencionado (la información se publicó el 22 de
abril) y, el segundo, la grabación discográfica del mismo (el primer anuncio comercial
que conocemos es del 25 de mayo).
Consideramos que las tres fechas anteriores, 14 de abril, 22 del mismo mes y 25
de mayo, se encontrarían estrechamente vinculadas en la agenda de Miguel Fleta con la
interpretación de La Marsellesa según la versión de Ramos Carrión y Fernández
Caballero. Esta versión tuvo su origen en la zarzuela que los dos autores habían
publicidad con alguna de estas grabaciones, La Marsellesa interpretada por Fleta entre ellas. Véase
Ahora, 6-VI-1931, p. 8.
495
Figuraban a continuación, en la citada página publicitaria, otras grabaciones con obras de
signo republicano. Consúltense Heraldo de Madrid, 26-V-1931, p. 15, y Ahora, 6-VI-1931, p. 8.
496
La Marsellesa. Himno de Riego, [grabación sonora, disco 78 rpm], Compañía del
Gramófono, (n.º DA 1203), Miguel Fleta (tenor) y coro acomp. de orq. bajo la direc. [sic] del maestro
Gelabert, Barcelona, 1931.
497
José Luis Lloret (barítono), coro y acomp. de orq. [sic], La Marsellesa. Himno de Riego,
[Disco 78 rpm], s.l., Barcelona, Compañía del Gramófono, (AE 3583 Disco), 1932. Hubo otras muchas
grabaciones posteriores de La Marsellesa cuya relación sería en exceso prolija.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
206
estrenado, con gran éxito de público, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el 2 de
febrero de 1876498. El primero era el autor del libreto y el segundo, de la adaptación
musical de la partitura original de Rouget de Lisle al contexto del teatro lírico hispano
así como del resto de las partes musicales de la zarzuela.
Entre los personajes protagonistas de la obra estrenada en 1876 se encontraba el
de Rouget de Lisle (escrito para la voz de tenor, la de Fleta), autor de la partitura que se
había tomado como referencia para el título de esta zarzuela499 quien, en el cuadro
segundo del primer acto, entonaba dicho himno según el texto escrito por Ramos
Carrión en la versión musical de Fernández Caballero.
498
Con frecuencia se da como fecha de su estreno el 1 de febrero, dato que es erróneo, puesto
que la función prevista para ese día, tras sucesivos aplazamientos, se pospuso al día siguiente.
Encontramos este error en GÓMEZ GARCÍA, Julio, “Biografía de Manuel Fernández Caballero”, en
VV.AA., Manuel Fernández Caballero. Un músico murciano para la historia, Murcia, Real Academia de
Bellas Artes de Santa María de la Arrixaca, 2006, p. 486, y en IBERNI, Luis G., “La Marsellesa. Zarzuela
histórica en tres actos”, en Diccionario de la Zarzuela. España e Hispanoamérica, vol. II, Madrid,
ICCMU, 2006, p. 198. El Boletín de Loterías y de Toros, 31-I-1876, p. 3, anunciaba el estreno de la
zarzuela para el día 1 de febrero; el Diario oficial de avisos de Madrid, 01-II-1876, p. 4, apuntaba que el
1 no había función aunque insertaba el anuncio del estreno; y, finalmente, La Iberia, 02-II-1876, p. 3,
confirmaba el estreno de la zarzuela La Marsellesa esa misma noche.
499
Debemos recordar que no fue este el título original que puso Rouget de Lisle, sino el de Canto
de guerra del Ejército del Rhin. Este hecho se recoge en uno de los diálogos del libreto de la zarzuela:
S[AN] M[ARTÍN]. Así habla el republicano
autor de la Marsellesa.
ROU[GET DE LISLE] Mi himno no se llama así.
S. MAR. ¡Cómo!
ROU. Al ser envilecido
ese canto hasta ha perdido
el nombre que yo le di.
RAMOS CARRIÓN, Miguel, [p. 19]. Sobre las características de esta colección literaria véase
PÉREZ BOWIE, José Antonio, La novela teatral, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, 1996. La música de esta zarzuela, obra del compositor murciano Manuel Fernández
Caballero, incomprensiblemente, permanece inédita. Tampoco disponemos de una grabación completa de
la misma. “La partitura (TL-485) y los materiales de orquesta (2290) se conservan en el archivo de la
SGAE en Madrid”. IBERNI, Luis G., “La Marsellesa…”, op. cit., p. 200.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
207
[La Marsellesa]500
[Texto y música original de Rouget de Lisle. Adaptación para la zarzuela La Marsellesa: libreto
de Miguel Ramos Carrión y música de Manuel Fernández Caballero]
Marchemos, hijos de la patria,
glorioso día luce ya!
Otra vez el sangriento estandarte
los tiranos se atreven a alzar.
¿Oís rugir por la campiña
esa turba salvaje y andaz [sic, por audaz]?
Degollar vuestros hijos desea
para ahogar en su sangre nuestra idea!
¡El arma preparad!
¡No hay tiempo que perder!
Marchad, marchad
a defender
la santa libertad!501
Mirad las hordas de traidores
que el suelo patrio van a hollar.
¿Para quiénes son esas cadenas
que forjando iracundos están?
Son para ti, pueblo querido;
presto ve tal afrenta a vengar;
el furor en tu pecho despierte,
¡busca ya la victoria o la muerte!
¡El arma preparad!
¡No hay tiempo que perder!
Marchad, marchad
a defender
la santa libertad!502
* * *
El compositor Teodoro San José había formado parte, a la edad de diez años, del
coro de niños que participó en el estreno de La Marsellesa en 1876, actuación que fue
despedida por el público, como muestra de aprobación, con el lanzamiento al escenario
de monedas y caramelos. San José escribió en 1928 una serie de tres artículos para La
500
Reproducimos el texto del himno sin las acotaciones que le acompañan en el libreto de la
zarzuela, explicativas de la acción dramática.
501
El texto de Ramos Carrrión hace en este punto un comentario para situar la acción del pueblo,
que ha escuchado la intervención de Rouget de Lisle. A continuación, sigue la interpretación de la obra.
502
RAMOS CARRIÓN, Miguel, [p. 13]. Consúltese Anexo Documental (Doc. III).
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
208
Libertad bajo la denominación genérica de “El músico poeta”, en los que glosaba la
figura de Manuel Fernández Caballero. Resumió la presentación de la zarzuela citada de
manera ingeniosa tomando, de “un conocido poeta, estos dos versos con música del
[propio] himno:
Ya se estrenó “La Marsellesa”.
¡Gloriosa noche fue en verdad!503.
La crítica musical, en términos generales, fue positiva aunque no faltaron
observaciones que señalaban algunos defectos en la interpretación vocal de alguno de
los solistas504. De la pluma del reputado crítico Antonio Peña Goñi505, además de una
primera valoración de urgencia ya citada, salió un segundo texto, en un tono más
acerado, que le ocasionó un incidente con el compositor de la zarzuela506.
Al margen de la opinión que esta obra mereciera al juicio de la crítica musical, el
éxito de público alcanzado por las representaciones de La Marsellesa507 garantizó su
permanencia en la cartelera durante varias semanas así como su interpretación en otros
teatros nacionales y extranjeros508. También se hicieron recreaciones y transcripciones
de la misma para solista y grupos instrumentales (piano, sexteto…)509, las cuales
503
SAN JOSÉ, Teodoro, “El músico poeta. Cómo conocí al maestro Caballero III”, La Libertad,
8-XI-1928, p. 4. Véanse, de este mismo autor, los dos artículos anteriores sobre Fernández Caballero, en
La Libertad, 21-IX-1928, pp. 3-4, y 17-X-1928, pp. 3-4, respectivamente.
504
Véase PEÑA GOÑI, Antonio, “Música”, El Globo, 3-II-1876, p. 3.
505
Véase de este autor PEÑA GOÑI, Antonio, La ópera española y la música dramática en
España en el siglo XIX. Apuntes históricos, (edición facsimilar), Madrid, ICCMU, 2004.
506
PEÑA GOÑI, Antonio, “La Marsellesa”, El Globo, 5-II-1876, pp. 2-3. Contiene una crítica
más extensa que la anterior en la que se analiza ampliamente esta partitura.
507
Véase SÁNCHEZ ESTEVAN, Ismael, “Cien años de Teatro`La Marsellesa´”, Blanco y
Negro, n.º 1486, 9-XI-1919, pp. 27-30.
508
Buena prueba de esta aceptación comercial la encontramos en sendas notas de prensa
referidas a los derechos para la puesta en escena de la obra en Portugal, así como para la edición de la
partitura (adquiridos por el clarinetista y editor Antonio Romero). Véanse, respectivamente, La
Correspondencia de España, 8-II-1876, p. 3, y El Solfeo, 9-II-1876, p. 4. Es necesario señalar que,
generalmente, no se hacía una edición de la partitura original, sino que se procedía a arreglar para canto y
piano las canciones más relevantes de la zarzuela, siendo estas las partes editadas. Este hecho facilitaba la
interpretación pública y privada de dichas canciones entre las que ocupaba un lugar destacado el himno de
La Marsellesa escrito para tenor. Sobre la traducción de la zarzuela al italiano y su representación en
diferentes ciudades italianas (Trieste, Génova, Milán…) el año siguiente de su estreno en España, véase
GÓMEZ GARCÍA, Julio, p. 501.
509
LÓPEZ ALMAGRO, Antonio, Fantasía brillante para piano sobre motivos de la zarzuela La
Marsellesa del Mtro. Fernández Caballero, Madrid (Calle Preciados, 1), A. Romero, [1877] (Calc. de S.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
209
contribuyeron notablemente a su difusión. Tanto es así que numerosos cantantes de las
distintas tesituras incorporaron los respectivos papeles a su repertorio, bien para
intervenir en sucesivas producciones de dicha obra, bien para interpretar romanzas u
otras partes de la misma en recitales de concierto.
El himno que Ramos Carrión y Fernández Caballero habían recreado en su
zarzuela se difundió ampliamente en la España republicana, sobre todo a partir de la
aparición comercial de su grabación discográfica. ¿Era esta versión de La Marsellesa
una obra de exaltación revolucionaria tal y como podía desprenderse de la identidad
política que representaba dicho himno en la cultura política española? No pasó
desapercibida esta cuestión para El Globo y, pocos días después de su estreno, la abordó
de forma categórica:
Tal como se ofrece al juicio poco ilustrado de la multitud, aquella obra [La
Marsellesa] comienza como un panegírico de la libertad, y acaba como una
sátira sangrienta en odio de la revolución510.
[…]
Pero estas mismas consideraciones, miradas desde otro punto de vista, harán,
sin duda, conocer al inteligente autor de La Marsellesa, cuán difícil es reducir un
período histórico al estrecho campo de la escena y cuán arriesgado tratar asuntos
políticos en circunstancias poco favorables a la exposición del pensamiento511.
Tal vez se refería a esta última cuestión Teodoro San José, quien de una manera un
tanto críptica había escrito sobre la zarzuela de Ramos Carrión y Fernández Caballero:
Mascardó); FERNÁNDEZ CABALLERO, Manuel, La Marsellesa (selección para sexteto), Madrid,
Unión Musical Española, s.a.
510
El contenido conservador de la zarzuela de Ramos Carrión y Fernández Caballero no fue un
hecho aislado en cuanto a dicho tratamiento. También fue muy crítico con el himno republicano francés el
influyente diplomático, escritor y académico Leopoldo Augusto de Cueto, marqués de Valmar, quien dirigió,
el 13 de enero de 1878, una tarjeta de visita y nota manuscritas al político y poeta Ramón de Campoamor, en
las que le expresaba que “La Marsellesa fue en su origen un canto de guerra. Después, por desgracia, se
convirtió en un canto simbólico de las pasiones sanguinarias de la demagogia, y como tal suena hoy en
toda Europa”. CUETO, Leopoldo Augusto de, marqués de Valmar, op. cit., 13 de enero [de 1878].
Archivo Enrique Téllez. El subrayado pertenece al original.
511
El Globo, 6-II-1876, p. 2. La presente cita está firmada por “Un aficionado”. ¿Ocultaba dicho
seudónimo la identidad de Antonio Peña Goñi, quien ya había tenido un desencuentro con el autor de la
música, Fernández Caballero, por una crítica previa publicada en la misma cabecera? ¿Intentaba ahora, al
referirse al contenido político de la zarzuela, no enemistarse con el autor del libreto Ramós Carrión?
Creemos que este texto puede ser continuación de los dos anteriores firmados por el citado crítico.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
210
La expectación que había producido la obra era inmensa, pues por haber
sido concebida durante la República y ser estrenada en plena Restauración,
“traía historia”512.
¿Qué historia? ¿De qué historias era portadora la zarzuela La Marsellesa? El
autor no nos ofrece dato alguno que nos permita identificar el sentido de su expresión.
¿Sugería, acaso, San José, la existencia de alguna modificación en el libreto que hubiera
estado condicionada por el cambio político operado en España? Quede, pues, como una
frase para la reflexión. No obstante, conocemos que dos ministros del gabinete de
Antonio Cánovas (el ministro de la Gobernación, Francisco Romero Robledo, y el de
Ultramar, Adelardo López de Ayala), no encontraron motivos de alarma en la obra tras
su lectura “de cabo a rabo” con el autor del texto, Ramos Carrión, y con el empresario
del Teatro de la Zarzuela donde se estrenó, el tenor Miguel Sanz. El propio Miguel Sanz
interpretó en dicho estreno el papel de Rouget de Lisle513.
Toda cautela parecía insuficiente ante un título que, inicialmente, era
considerado como un símbolo revolucionario tanto en Francia como en España. Muchos
años después del estreno de La Marsellesa, el periodista José Francos Rodríguez se
refirió a esta zarzuela expresando una percepción de la misma bien diferente a alguna de
las citas anteriores.
Los libretos para producciones líricas fueron especialidad de Ramós Carrión;
recordemos La Marsellesa, también con música de [Fernández] Caballero. Su
éxito fue felicísimo y estruendoso; acababa de nacer la Restauración, y una gran
masa de partidarios de la democracia, desconcertados por frustrarse la
República, leyeron en aquellas escenas párrafos alentadores y esperanzados514.
No sería tarea fácil para los republicanos, en 1876, encontrar “párrafos
alentadores y esperanzados” en la citada producción lírica, dado que la zarzuela de
Ramos Carrión y de Fernández Caballero, lejos de enaltecer el espíritu revolucionario
del himno en su versión original, mostraba una visión manifiestamente contraria a los
ideales que representaba la obra de Rouget de Lisle. El propio de Lisle formaba parte del
512
SAN JOSÉ, Teodoro, “El músico poeta…”, op. cit., p. 3.
513
Véase SÁNCHEZ ESTEVAN, Ismael, p. 27.
514
FRANCOS RODRÍGUEZ, José, “Miguel Ramos Carrión”, Blanco y Negro, 14-VIII-1927, p. 93.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
211
elenco de personajes de la zarzuela y a él se le asignaron textos lapidarios contra la que
había sido su composición más celebrada:
ROU[GET] Al ser envilecido
ese canto hasta ha perdido
el nombre que yo le di.
Marsellesa con qué razón
a apropiárselo se atreve?
Mi canto llamarse debe
el canto de la Nación.
Vengo de oirlo entonar
al soldado que pelea,
cantando un himno a la idea
que le impulsa a pelear.
Y veo aquí con dolor
que ese canto que ha animado
en la batalla al soldado,
es el himno del terror515.
[…]
ROU[GET] Y esas notas de mi alma brotaron
de la patria al sagrado calor.
¡Ah! Maldita la mano que escribe
esos cantos de muerte y horror516.
De manera progresiva, después de su fulgurante éxito inicial, la zarzuela fue
dejando de representarse en los teatros españoles517, a pesar de lo cual el himno
revolucionario francés que cantaba Rouget de Lisle adquirió carta de naturaleza como
515
RAMOS CARRIÓN, Miguel, [p. 19].
516
Ibid., [p. 25].
517
Gabriel Alférez afirma que “Desde los años veinte [La Marsellesa] no ha vuelto a ser
representada”. Véase ALFÉREZ CALLEJÓN, Gabriel, “El principio igualitario de la Revolución
Francesa y la supresión por la misma de títulos y tratamientos nobiliarios y su reflejo en dos obras
teatrales sobre el tema”, Hidalguía, n.
os
208-209, (mayo-agosto 1988), p. 379. El autor señalaba en este
artículo (p. 382) la conveniencia de reponer dicha obra del teatro lírico español. La Libertad aunciaba en
1924 (La Libertad, 3-XII-1924, p. 7) la representación esa noche en el teatro Cisne de Madrid, a las diez
y cuarto, de La Marsellesa. Heraldo de Madrid, en 1928 (18-VII-1928, p. 5), informaba de la próxima
reposición por la compañía de Antonio Palacios, entre otros títulos de zarzuelas, de La Marsellesa,
extremo que no hemos podido confirmar. Casi un siglo después, en 2011, la partitura de Ramos Carrión y
Fernández Caballero subió a escena en el Teatro Cervantes de Málaga, gracias a una coproducción de este
Teatro con diversas entidades patrocinadoras. Dicha reposición tuvo lugar los días 3 y 5 de junio de 2011,
obteniendo una excelente acogida por parte del público. Asistimos a la primera de las sesiones citadas.
Véase el programa de mano del concierto en FERNÁNDEZ CABALLERO, Manuel, La Marsellesa,
[programa de mano], [Málaga], s.n., [2001].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
212
pieza independiente518. La Marsellesa ya no precisaba del contexto de una zarzuela para
ser interpretada y así fue como llegó a la España republicana, en la voz de Miguel Fleta,
principalmente, pero también de otros muchos cantantes.
La aparición, en mayo de 1931, de la grabación de La Marsellesa realizada por
el tenor aragonés según había sido incluida en la zarzuela de Ramos Carrión y
Fernández Caballero había otorgado a esta versión una rápida difusión. La esmerada
interpretación de Miguel Fleta y el desconocimiento de otras versiones diferentes de
dicha obra que pudieran servir de contrapunto a la anterior en cuanto a su aceptación
pública le concedieron un papel hegemónico.
Los partidarios de un cambio en el modelo de Estado, ajenos en su mayoría al
debate suscitado en 1876 sobre el significado político de la zarzuela en cuyo seno se
había presentado el himno La Marsellesa de Ramos Carrión y Fernández Caballero, lo
asumieron como propio y lo convirtieron en el principal símbolo de representación
musical de la naciente España republicana519. Era una decisión popular, espontánea, no
sujeta a dictámenes previos, motivada, básicamente, por la necesidad de disponer de un
himno musical que sirviera como elemento de identificación con la República.
Ante el protagonismo político que alcanzó esta versión del himno de Rouget de
Lisle en España, el maestro nacional Joaquín Seró Sabaté recuperó, en 1932, una vieja
518
A este proceso de independencia del himno La Marsellesa en relación a la zarzuela de la que
formaba parte pudo contribuir, en buena medida, su difusión radiofónica. Véanse algunas programaciones
de estas emisiones en Radio Castilla (La Libertad, 30-XII-1925, p. 6), en Unión Radio (La Libertad,
13-XI-1926, p. 7)…
519
El transcurso del tiempo no modificó sustancialmente, durante la Segunda República y la
Guerra Civil, la consideración de himno revolucionario de esta versión en castellano de La Marsellesa.
Carlos Palacio la incluyó en sus Cien canciones de Guerra, texto publicado en edición facsímil con el
título de Colección de canciones de lucha. En la nota aclaratoria que este compositor republicano incluyó
junto a cada una de las obras recopiladas no se hacía mención alguna a la procedencia de dicha versión.
¿Desconocía Carlos Palacio el origen de esta obra? No lo creemos, dado que el propio compilador había
formado parte como violinista de la orquesta de variedades del Teatro Maravillas, por lo que habría
estado en contacto permanente con el amplio repertorio de zarzuelas así como de las canciones incluidas
en estas. En un estudio anterior ya desvelamos que Carlos Palacio había presentado la Canción Patriótica,
perteneciente al mismo volumen recopilatorio, como anómima (¿por desconocimiento?), siendo su autor
el escritor fernandino Juan Bautista de Arriaza. Muy probablemente existe una estrecha relación entre
ambas omisiones, tal vez debido a que el recopilador no consideró políticamente correcto, en un contexto
de defensa bélica de la República, referirse a contenidos o a autores de signo político no afines. Véanse,
respectivamente, PALACIO, Carlos (rec.), Colección de canciones…, op. cit., pp. 19-20, y TÉLLEZ
CENZANO, Enrique, “La dimensión política…”, op. cit., p. 52.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
213
polémica en relación al significado político de La Marsellesa de Ramos Carrión y
Fernández Caballero. Autor de un texto didáctico dirigido a formar la conciencia
republicana de los más jóvenes, Seró Sabaté se referirió a dicho himno en su libro
titulado El niño republicano520. Algunos de los enunciados de sus secciones son los
siguientes: “La República. Lo que es la República521”, “La cartilla del Ciudadano”522,
“Proclamación de la Segunda República”523…
Escrito en un lenguaje sencillo, ameno y con profusión de ilustraciones
alegóricas de los temas tratados, Seró Sabaté concedió una gran importancia al himno
revolucionario francés, al que dedicó tres apartados: “La Marsellesa”524; “Cómo nació
`La Marsellesa´”525; y “La Marsellesa (Himno de la Revolución Francesa)”526. Incluyó
en el último de estos apartados el texto completo del himno, según la adaptación que del
mismo hiciera Ramos Carrión para la zarzuela citada, salvo una ligera modificación en
su primer verso (sustituyó “marchemos” por “a los”)527. El autor de El niño republicano
añadió el siguiente comentario aclaratorio:
La música del himno francés se popularizó en España merced al éxito ruidoso
que obtuvo en 1876 la magnífica zarzuela del célebre compositor don Manuel
Fernández Caballero, La Marsellesa, cuya obra, de fina sátira contra la
Revolución francesa, alcanzó ya en aquel año muchos cientos de
representaciones. Y he aquí por qué se ha impuesto entre nosotros una
traducción imperfecta y por qué no la cantamos al compás de la música
original francesa528.
520
SERÓ SABATÉ, Joaquín, El niño republicano, (ilustraciones de Sevillano), Barcelona,
Librería Montserrat de Salvador Santomá, [1932].
521
Ibid. pp. 9-12.
522
Ibid. pp. 19-23.
523
Ibid. pp. 89-94.
524
Ibid. pp. 143-146.
525
Ibid. pp. 147-150.
526
Ibid. pp. 151-153.
527
Desde el punto de vista musical es más adecuada la versión de Ramos Carrión que la de Seró
Sabaté, dado que “marchemos” se adapta mejor que “a los” a la estructura rítmica del himno original francés.
528
SERÓ SABATÉ, Joaquín, El niño republicano, (ilustraciones de Sevillano), (edición
facsimilar), Madrid, EDAF, 2011, pp. 152-153. (1.ª ed. Barcelona, Librería Montserrat de Salvador
Santomá, [1932]). En la introducción a la publicación facsímil de dicho texto, señala Agustín Escolano
Benito que su primera edición vio la luz en agosto de 1932. Ibid. p. III. Como es habitual en este tipo de
cartillas formativas, al final de cada una de sus secciones temáticas figuran varios apartados de tareas que
el niño debe completar respondiendo a las preguntas que se le plantean: “¿Cómo pasó a España esta
canción [La Marsellesa]?; “Copia `La Marsellesa´ en tu cuaderno y redacta algún comentario de sus
versos. No olvides que estos versos fueron redactados en un tiempo [La Restaruación] en el que
afortundamente no vivimos”. Ibid. p. 153. Muchos años después de que viera la luz el libro de Seró
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
214
Miguel Fleta había entonado, el pueblo de Madrid aplaudido y la España
republicana aceptado una versión de La Marsellesa que formaba parte de una zarzuela
portadora –en palabras de Seró Sabaté– de una “fina sátira contra la Revolución francesa”
o, como había escrito Antonio Fernández Flórez en El Imparcial, en 1876, bajo el
seudónimo de “Un lunático”529, que dicha zarzuela era una obra “de política reaccionaria”.
Escribir una obra dramática con el título de La Marsellesa y no hacer una
obra política, es imposible.
Los autores [Ramos Carrión y Fernández Caballero], pues, han hecho una
obra política. De política reaccionaria530.
Estos juicios negativos, formulados en períodos históricos diferentes, no
lograron disuadir a la sociedad española, en 1931, de la inexactitud de identificar como
republicano un himno que, si bien lo era en su origen, no podía considerarse como tal en
su adaptación al castellano realizada por Miguel Ramos Carrión a la que puso música
Manuel Fernández Caballero531. Contribuyó a este estado de confusión el hecho de que
mientras el contenido de la zarzuela, en conjunto, podemos considerarlo como “de
política reaccionaria” según expresión de Antonio Fernández Flórez, el texto que
corresponde, específicamente, al himno de La Marsellesa fue escrito por Ramos Carrión
con una calculada ambigüedad.
Un año y unos meses después de que se estrenara en Madrid esta recreación de
La Marsellesa, se presentó al público barcelonés, en el Teatro del Tívoli, el 6 de junio
de 1877, una zarzuela con texto en catalán, escrita por Narcis Capmany y Joan Molas,
Sabaté, el que fuera director de la revista Triunfo y columnista del diario El País, Eduardo Haro Tecglen,
escribió un libro autobiográfico con el mismo título. Véase HARO TECGLEN, Eduardo, El niño
republicano, Madrid, Alfaguara [1996].
529
Julio Gómez García nos facilitó la identidad de “Un lunático”: “También hubieron de recibir las
ironías [los autores de La Marsellesa] de D. Antonio Fernández Flórez, que dirigía por entonces `Los lunes
del Imparcial´ y comentaba la actualidad bajo el seudónimo `Un lunático´”. GÓMEZ GARCÍA, Julio, p. 491.
530
El Imparcial, 7-II-1876, p. 4.
531
Este compositor murciano falleció en Madrid el 26 de febrero de 1906. Con motivo de
haberse cumplido en 1926 el vigésimo aniversario de su muerte, se procedió a la creación de una junta
nacional que organizara un homenaje en su reconocimiento, siendo elegido presidente de la misma su
paisano, el político conservador Juan de la Cierva. Un dato no muy conocido de la biografía de dicho
político está relacionado con la actividad musical, ya que en ese período ocupaba la presidencia de la
Orquesta Sinfónica de Madrid. Véanse VV.AA., Manuel Fernández Caballero…, pp. 209-230, y
GÓMEZ AMAT, Carlos y TURINA GÓMEZ, Joaquín, La Orquesta Sinfónica de Madrid. Noventa años
de historia, Madrid, Alianza, 1994, pp. 55 y ss.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
215
con música de Nicolau Manent, titulada Lo cant de la Marsellesa [El canto de la
Marsellesa]. Ambas obras basan sus argumentos en melodramas e intrigas amorosas,
si bien la segunda, a diferencia de la anterior, en todo momento muestra un gran
respeto y admiración hacia el legado del himno de Rouget de Lisle. ¿Era esta zarzuela
en catalán, escrita a petición de Ignasi Iglesias, una réplica política a la estrenada el
año anterior en Madrid?
Concluía El canto de la Marsellesa:
Ciudadanos: de la manera
que hoy sonríe mi amada, (Per Elena.)
mañana la Patria adorada
sonreirá, tened confianza.
Muchas grandes victorias alcanza
porque el himno de Rouge[t]
es la muerte del extranjero
y la vida de la Francia
y cuando lejos de ser esclavo
el pueblo se alce glorioso
y por ello esplendoroso
brille el sol de nuestra paz,
dirá la nación francesa
y por mil siglos la historia,
que Francia debe la victoria
al CANTO DE LA MARSELLESA.
Se va descubriendo una brillante apoteosis mientras la orquesta va
tocando la Marsellesa. Gran iluminación. El telón cae lentamente532.
Siendo La Marsellesa (en sus diferentes versiones), claramente, el himno de
referencia en las verbenas populares republicanas, cuya celebración se extendió en abril
de 1931 por buena parte de la geografía nacional, siempre estuvo acompañado de otras
partituras y motivos musicales de distinta índole creados ad hoc para dichas celebraciones.
Madrid no fue una excepción en la configuración de estos improvisados
repertorios, en los que se mezclaron himnos de carácter histórico (La Marsellesa, el
Himno de Riego, La Internacional…), canciones propias de los diversos ámbitos
532
CAPMANY, Narcis y MOLAS, Joan, Lo cant de la Marsellesa. Sarsuela en tres actes y en vers,
Barcelona, s.n., 1877 (Imprenta de Jaume Jepus), pp. 60-61. Las negritas pertenecen al original y la
traducción al castellano es nuestra. Consúltese Anexo Documental (Doc. IV).
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
216
culturales (Gernikako Arbola, Els Segadors…) coplas, dichos, canciones infantiles,
cantinelas, letanías o versiones diversas de las anteriores surgidas, de manera improvisada,
en el seno de los movimientos ciudadanos que apoyaron la opción republicana.
En torno a la proclamación del República, cada grupo social, entidad política o
sindical proyectaba su ideario particular en la configuración de estos repertorios de
circunstancia, incluyendo aquellas obras que mejor pudieran representar un determinado
programa de acción. Al tiempo que repertorios musicales de carácter festivo, las
distintas composiciones que los integraban constituían, en su conjunto, un ordenado
discurso propagandístico.
Un ejemplo paradigmático de la vinculación señalada lo encontramos en la
estrecha relación de La Internacional con el movimiento obrero de adscripción
socialista: en Eibar, en Madrid… El Socialista, en una larga descripción de la
proclamación de la República en el Ayuntamiento de Madrid, en abril de 1931, escribía:
Hay una comunidad de ideas y sentimientos que une a la masa y hace florecer
el entusiasmo. Flota en el ambiente un olor agradable a libertad. En grupos
compactos, la muchedumbre se dirige al Ayuntamiento. Grupos compactos que
cantan “La Internacional” y “La Marsellesa”533.
Heraldo de Madrid publicó, el 15 de abril, una interesante reseña sobre esta
cuestión, titulada “Las canciones del pueblo”. En tan solo unos días se había producido
una auténtica eclosión de todo tipo de contenidos musicales, reflejo inequívoco del
papel desempeñado por la expresión musical como vehículo de transmisión de la
voluntad popular.
El folklore popular se ha enriquecido en estos días de expansión republicana
considerablemente.
A la Marsellesa y a la Internacional se les ha puesto letra acomodada al momento.
El “Alirón” y el “Aúpa” han sido las coplas predilectas; pero la musa popular
acopló letras improvisadas a multitud de cantos populares.
La música infantil algo de infantilidad hay siempre en estas manifestaciones
populares ha tenido también una gran aceptación. Con la música de una
conocidísima canción de niños, ha cantado el pueblo:
533
El Socialista, 15-IV-1931, p. 2.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
217
“¿Dónde vas, Alfonso XIII;
dónde vas, triste de ti?
Voy en busca del expreso,
porque me echan de Madrid”534.
Había coplas de un color muy subido, que nos abstenemos de traer a estas
columnas535.
Unas de las cantilenas preferidas por los manifestantes fue esta, repetida
incesantemente:
“¡No se ha ido;
le hemos ‘echao!’”
También se improvisaron numerosas orquestas, que tocaban preferentemente
la Marsellesa y la Internacional, coreadas por el público con verdadero frenesí.
Por cierto que hemos advertido que muchos de estos ardorosos defensores de la
República no conocen bien la música de la Marsellesa. ¡Es natural, son jóvenes y se
ha prodigado tan poco en estos últimos años el hermoso himno republicano!…536.
534
La canción infantil que se había tomado como modelo para componer esta nueva obra, en la
que se relataría (de manera inexacta) la caída y salida precipitada de Alfonso XIII de Madrid (abandonó la
ciudad en automóvil el día 14, y su familia lo haría el día 15, primero en automóvil hasta Galapagar para
continuar desde esta localidad por vía férrea a El Escorial), sería la dedicada a su padre con el título de
¿Dónde vas Alfonso XII? de la que recogemos su primera estrofa:
¿Dónde vas Alfonso XII,
dónde vas triste de ti?
Voy en busca de Mercedes
que hace tiempo no la vi,
cuatro duques la llevaban
por las calles de Madrid.
DÍAZ VIANA, Luis, “Transformaciones a partir de un viejo tema tradicional”, Revista de Folklore,
n.º 27, 1983, p. 86. Este autor recogió una versión diferente de esta canción, referida a Alfonso XIII:
¿Dónde vas, Alfonso XIII,
con chistera y con gabán?
Voy a ver la «sepoltura» [sic]
que tengo en El Escorial.
¡Bien merecida la tienes
por fusilar a Galán!
¿Quiénes son esas señoras
que tan enlutadas van?
Es [sic] la mujer de García
y la novia de Galán.
García tenía una hija
que apenas sabía hablar.
Va diciendo por las calles:
¡Que viva la libertad!
DÍAZ VIANA, Luis, Cancionero popular de la Guerra Civil española, Madrid, La Esfera de los
Libros, 2007, p. 215.
535
Deducimos que se refiere a coplas de contenido sexual y/o vejatorio hacia el monarca y su familia.
536
Heraldo de Madrid, 15-IV-1931, p. 8.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
218
Si nos detenemos brevemente en la cita anterior, observaremos que contiene una
información muy valiosa, dado que señala la concurrencia en las calles de Madrid de un
gran número de elementos propios del ámbito de la música, transformados en conjunto
en un complejo programa propagandístico de exaltación republicana (los citamos según
figuran en la propia información):
1.- El folklore popular (“enriquecido”, adaptado al espíritu republicano)
2.- La Marsellesa y La Internacional (con sus textos “acomodados”)
3.- “Alirón” y “Aúpa” (“coplas predilectas”)
4.- Cantos populares (“con letras improvisadas”)
5.- Música infantil (con textos propios de la situación política)
6.- Coplas (“algunas de un color muy subido”)
7.- Cantilenas (con frases alusivas al momento)
8.- Orquestas improvisadas (La Marsellesa y La Internacional en su repertorio)
9.- Entonación coreada de las obras interpretadas por la orquesta
Heraldo de Madrid nos había ofrecido la imagen de un rico fresco musical en el
que tenía un papel destacado la “musa popular” como sujeto creativo. El pueblo de
Madrid expresaba sus emociones, en estas decisivas jornadas de abril, sobre la
estructura de una amplia gama de manifestaciones musicales, aprehendidas como
vehículo de comunicación propio frente a otras realizaciones más elaboradas.
Todos los recursos y procedimientos sirvieron para representar musicalmente la
nueva etapa política, dando forma y contenido a la verbena popular republicana de
abril de 1931. Algunas de estas expresiones musicales espontáneas contaron,
igualmente, con representaciones dramatizadas que fueron muy bien recibidas por los
ciudadanos. Señalaremos tan solo algunas de ellas.
Pero de todos los espectáculos, los más llamativos fueron los que
representaban el sepelio de la Monarquía. Hubo varios, cuatro o cinco; pero uno
de ellos destacó en mucho de los demás. Entre ocho hombres porteaban un
féretro de madera rematado por una cruz, y detrás seguía una comitiva
numerosísima en dos filas, separada una de otra por más de un metro, llevando
sus integrantes hachones encendidos o similares fabricados con períodicos
retorcidos. A pesar de que cuando transitaba la comitiva la Puerta del Sol estaba
impracticable, inexplicablemente avanzó con el mayor orden. De vez en cuando
se detenía. Los conductores del féretro le [sic] descendían al suelo y entonaban
un simulacro de responso, mientras el resto de los que formaban en el
caricaturizado entierro simulaban gran congoja.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
219
Esto y la profusión de gorros frigios y brazaletes encarnados fue la nota de anoche.
También en los centros de recreo se exteriorizó anoche el entusiasmo. En
“cines”, teatros y cafés se vitoreó clamorosamente a la República, y en muchos
de estos las orquestas entonaban la Marsellesa, el Himno de Riego y otras
composiciones liberales537.
La cita anterior nos ofrece, además de los títulos de dos de los himnos
interpretados, información relativa a la existencia de orquestas que amenizaban en directo
los encuentros y tertulias en los cafés de Madrid. Otras cabeceras confirmaron este hecho.
En el café de María Cristina, situado en la calle del Arenal, próximamente a
las diez y media de la noche, irrumpió un grupo numeroso de gente, que
comenzó a dar vivas a la República, invitando a los que se encontraban a que
abandonaran el café para engrosar una manifestación que se estaba formando en
la Puerta del Sol.
El sexteto que en este café estaba, a requerimiento de los más entusiastas,
ejecutó “La Marsellesa”, entre un entusiasmo indescriptible538.
Madrid se había convertido en un escenario en el que tenían cabida todo tipo de
realizaciones que pudieran contribuir a la creación de un clima festivo, alguna de ellas
más bien propias del medio circense.
Ramón González-Tablas, el gran simpático que le colocó la capa a la estatua
de la Cibeles, incurriendo en las iras del dictador, organizó anoche [día 14] una
simpática carroza, sobre la cual varios jóvenes tocaban la Marsellesa allí donde
eran requeridos. Su presencia era acogida en todas partes con grandes y
prolongados aplausos539.
El espectáculo se completaba [el día 15] con la presencia de otros grupos, como
el formado por tres ocupantes de una motocicleta, uno de los cuales se mantenía de
pie y en equilibrio ostentando un enorme gorro frigio540.
537
El Sol, 15-IV-1831, p. 4.
538
La Libertad, 14- IV-1931, p. 10.
539
Heraldo de Madrid, 15- IV-1931, p. 7.
540
ABC, 16- IV-1931, p. 29. El gorro frigio, junto a La Marsellesa, eran dos elementos
recurrentes en la identificación con la Revolución Francesa que exhibían los republicanos españoles en
abril de 1931. La Voz publicaba, el 14 de abril, una viñeta en portada con el título de “Cómo ha alboreado
el día 14 de abril”, en la que un campesino contemplaba en el horizonte la salida –en sustitución del sol–
de un refulgente gorro frigio, proyectando sus rayos con la siguiente inscripción: “Elecciones
municipales”. La Voz, 14- IV-1931, p. 1.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
220
En Madrid, en abril de 1931, completaría el extenso mapa sonoro ciudadano,
configurado en apoyo a la proclamación de la República, una expresión musical singular
por infrecuente, atrevida por imaginativa, alegre –por la transformación de la función
desempeñada–, y comprometida por la condición laboral de sus protagonistas. Todos
estos elementos concurrían en una sola acción lúdica de afirmación republicana.
Durante todo el día de hoy [15 de abril de 1931] ha circulado por Madrid, entre
la simpatía general, una camioneta roja ocupada por un centenar de policías
municipales que, con sus pitos para regular la circulación, improvisan la
Marsellesa o bien canciones populares alusivas a la marcha del Sr. Borbón541.
No sería tarea fácil para este nutrido grupo de aguerridos servidores del orden
público hacer sonar La Marsellesa con los modestos instrumentos musicales propios de
su actividad profesional, más allá de reproducir el esquema rítmico del himno, tal vez
coreado por otros miembros de tan singular expedición musical o por el pueblo que
asistía complaciente a la escena.
En este rico proceso de participación popular, algunas de las personalidades
políticas del momento no salieron indemnes. Mientras en Barcelona se había ensalzado la
figura de Macià frente a un denostado Cambó (¡Visca Macià, mori Cambó!)542, en Madrid
ocupaban el lugar de este último, entre otros, el propio monarca, el general Dámaso
Berenguer, Emilio Mola, Juan de la Cierva y el conde de Romanones, principalmente543.
Sin saber de dónde, habían salido centenares de camiones llenos de
trabajadores que iban hasta cerca de Palacio, bajando por la calle del Arenal y
regresando por la calle Mayor, al grito tantas veces repetido de No se ha ido, que le
hemos barrido. No se ha “marchao”, que le hemos “echao”544.
De manera singular, Dámaso Berenguer, a quien se responsabilizaba del fusilamiento
de los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández, fue blanco de la ira popular con
dichos y frases que reflejaban una profunda animadversión hacia su persona.
541
Heraldo de Madrid, 15-IV-1931, p. 7.
542
Nos hemos referido a esta consigna en otro apartado de este mismo capítulo.
543
Heraldo de Madrid citaba, en su edición del 15 de abril, “los nombres que se execraban” en
un acto que tuvo lugar el día anterior en la recién bautizada como Plaza de los Mártires de Jaca (antes de
Isabel II). Figuran en esa relación todas las personalidade que hemos incluido con la excepción del rey.
544
TUÑÓN DE LARA, Manuel, La España del siglo XX, v. II,…, op. cit., p. 291.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
221
[…] y después de una hora conseguimos entrar en la Puerta del Sol y vimos las
iluminaciones y demás. Los vivas y los cantos se sucedían. Al principio los
estribillos eran menos atrevidos que al día siguiente en que fueron degenerando
con epítetos más desagradables. Esa noche [del 14 de abril] los más fuertes eran
estos: “Una, dos, tres. ¡Muera Berenguer!” “¡No se se ha ido, lo hemos echao!”
“¡Alfonso, Alfonso ya se fue, porque los españoles no le damos de comer!” Todo
con musiquilla de niños545.
En su narración de las horas que siguieron a la Proclamación de la República, Elisa
Morales Giner de los Ríos nos ofreció otra información que tiene a la música callejera,
espontánea, improvisada, como protagonista, ante un grupo de republicanos que habían
elegido la Granja “El Henar” para encontrarse.
En el café, las escenas más pintorescas. Personajes representados por los
estudiantes y las juventudes. Banderas, chicos, obreros que nos hacían callar para
cantarnos coplas, con tonadillas alusivas al rey, a [de la] Cierva, a Berenguer, a
Mola, a Romanones… En fin, la nota cómica y sarcástica que da la muchedumbre
en momentos de emoción y de Libertad546.
En otro escenario muy diferente al anterior, en la Dirección General de Seguridad,
su titular, el general Emilio Mola, asistía aislado e impotente al desmoronamiento del
régimen al que servía. Sus instrucciones ya no tenían carácter de obligado cumplimiento:
“‘Unión Radio’ pidió permiso para dar la noticia radiada por Macià; lo negué, pero fue
inútil… ¡Ya no nos obedecía nadie!”547.
La preocupación de Mola iba en aumento. A instancias de una consulta recibida
desde Granada, se había autorizado la declaración del estado de guerra pero, preguntada
“la primera autoridad militar de Madrid [el capitán general Federico Berenguer] si ya
había salido el piquete de ordenanza para dar lectura del bando declarando la ley
marcial”548, recibió una respuesta negativa. La Voz incluía, el mismo día 14, una
545
Elisa Morales Giner de los Ríos, autora de la cita, funde en una sola dos consignas que ya
hemos recogido en nuestra investigación según las incorporó Tuñón de Lara, de manera más completa.
Véase MORALES GINER DE LOS RÍOS, Elisa, p. 11. Esta carta fue fechada por su autora, en Madrid,
el 17 de abril de 1931.
546
Ibid. p. 12.
547
MOLA, Emilio, El derrumbamiento…, op. cit., p. 873. Creemos que Mola se refería a la
intervención radiofónica de Francesc Macià proclamando en una alocución radiofónica la República Catalana.
548
Ibid., p. 875. Puede consultarse el texto completo de la “Declaración del estado de
Guerra en la nación”, firmado el 14 de abril por el capitán general Federico Berenguer, en La
Vanguardia, 15-IV-1931, p. 24.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
222
intervención del Almirante Aznar realizada hacia las seis y veinte de la tarde, en la que
anunciaba una próxima actuación del monarca, según la cual “mañana por la mañana
resolverá definitivamente”, para añadir a continuación: “Ahora se declarará el estado de
guerra, al solo efecto de mantener el orden”549.
Desde su despacho, Mola tomaba el pulso de la evolución de los hechos y podía
constatar cómo grupos de ciudadanos ondeaban banderas y cantaban himnos republicanos.
Mientras tanto, por la Avenida del Conde Peñalver las banderas rojas y tricolores
se multiplicaban; grupos considerables cantaban a todo pulmón La Marsellesa y
empezaba a oírse la pesada cantinela de: “Un, dos, tres; muera Berenguer”550.
A continuación, Mola salió de la Dirección de Seguridad. Se desplazaba sigiloso
por la ciudad y escrutaba con atención el sentido de algunas imprecaciones sin que
encontrara en ellas motivos especiales de preocupación hacia su persona.
Era ya entre dos luces y tuvimos que ir despacio por la aglomeración; los
“vivas” a la República contrastaban con los “mueras” a don Alfonso; de vez en
cuando el estribillo contra Berenguer era sustituido por otro que decía: “No se ha
marchao; que le hemos echao”551. Contra mí no oí un solo grito”552.
Mientras Emilio Mola hacía su particular evaluación de los hechos que tenían
lugar en Madrid preocupado, tal vez, por su seguridad personal y la de su familia553, las
549
La Voz, 14-IV-1931, p. 8. Esta intervención confirma la información facilitada por Mola. La
misma página de este medio publicaba una nota sobre la redacción de un bando declarando el estado de
guerra y el motivo por el que, finalmente, no fue publicado.
Don Federico Berenguer, capitán general de Madrid con el último Gobierno monárquico,
redactó a última hora de la tarde [del día 14] un bando, en el que se declaraba el estado de
guerra; dadas ya las órdenes para su colocación, y obedeciendo indudablemente a alguna
indicación telefónica hecha por el Gobierno republicano, que estaba constituido en Gobernación,
hizo que el bando fuera recogido antes de salir de Capitanía.
La Voz, 14- IV-1931, p. 8.
550
MOLA, Emilio, El derrumbamiento…, op. cit., p. 874.
551
Como si se tratara del eco lejano de esta cantinela, el día 15, mientras la reina destronada,
camino del exilio, realizaba una parada en el municipio de Galapagar, un grupo de hombres y mujeres
gritaban “alborozados” de manera insistente, “Ya se fue”, “Ya se fue”, en clara alusión a la partida, el día
anterior, de Alfonso XIII. Véase Heraldo de Madrid, 15- IV-1931, p. 16.
552
MOLA, Emilio, El derrumbamiento…, op. cit., p. 874. .
553
El propio militar se refirió a informaciones amenazantes que había recibido por las que debió
de considerar oportuno alejarse unos días de la vida pública. Véase MOLA, Emilio, El
derrumbamiento…, op. cit., p. 857. Heraldo de Madrid se preguntaba, el día 15, en un titular “¿Dónde se
ha metido ese Mola?” y apuntaba en la información: “No se sabía si había salido [de la Dirección General
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
223
nuevas autoridades republicanas, tanto en el ámbito del gobierno de la nación como en el
municipal, aceleraban el proceso de constitución de todo el entramado institucional. Urgía
evitar una situación de vacío de poder que pudiera deslegitimar la “victoria moral”
alcanzada en las elecciones del día 12, situación que, de producirse, ofrecería argumentos
de calado para la contestación política de los adversarios de la República.
Así, al anochecer del mismo día 14, se celebró en el Ayuntamiento de Madrid el
acto de constitución de la nueva corporación local, cuya presidencia asumió,
interinamente, atendiendo una indicación del gobierno provisional de la República, el
concejal socialista Andrés Saborit, tras recibir el bastón de mando del anterior alcalde de
la ciudad, Joaquín Ruiz Jiménez. En varias de las intervenciones que tuvieron lugar por
parte de los concejales electos (Julián Besteiro, Pedro Rico y Andrés Saborit), se repitió un
llamamiento al orden de características similares al que, previamente, habían realizado
otros ediles en Eibar y Barcelona554.
Y como cada uno de nosotros debe ser guardián de las instituciones de la
nación, yo os recomiendo y os confío el orden de la ciudad. Decid a la gente que
reprima sus entusiasmos para dedicarse a realizar obra efectiva y constructiva, obra
grande, que nos permita conseguir el ideal de ofrecer al mundo una España más
hermosa cada día555.
Mientras las instituciones republicanas daban sus primeros pasos ante una
ciudadanía que exigía con su presencia en las calles actuaciones políticas inmediatas,
distintas fuerzas militares se sumaban al variopinto escenario de celebraciones en que se
había convertido Madrid.
A las tres de la madrugada irrumpía anoche en la Puerta del Sol una alegre
caravana militar, compuesta de cinco camiones llenos de soldados del
Campamento de Carabanchel, que enarbolaban banderas republicanas y al frente
de los cuales marchaban sendos automóviles ocupados por los comandantes de
Artillería ciudadanos Ochoa y Gil, que vitoreaban, coreados por la tropa, a la
de Seguridad] por la calle de la Injusticia o por la de los Mártires de Jaca… El nuevo director general de
Seguridad [general Carlos Blanco] tuvo que posesionarse por sí y ante sí del cargo, en vista de que el
antecesor oficialmente no existe, ni se encuentran huellas suyas ni en su antiguo feudo medieval ni en su
casa”. Véanse los textos entrecomillados en Heraldo de Madrid, 15-IV-1931, p. 8.
554
La Voz, 14-IV-1931, p. 8.
555
Id. Pertenece la presente cita a la intervención plenaria de Julián Besteiro. En la misma página
pueden leerse las de Pedro Rico y Andrés Saborit.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
224
República naciente. En el primero de dichos camiones militares iba una charanga
que entonaba al paso la Marsellesa, cantada por los oficiales, los soldados y el
público, que a esa hora todavía no se había retirado de las calles céntricas556.
Iniciado el nuevo mandato municipal, el Ayuntamiento de Madrid celebró una
sesión plenaria, con carácter de extraordinaria, el día 15 a las once y cuarto de la
mañana557 para atender, fundamentalmente, a la proclamación del Alcalde-Presidente de la
corporación, cargo para el que fue elegido Pedro Rico558; la elección de las distintas
Tenencias de Alcaldía559; así como la composición de las nuevas comisiones municipales,
aprobadas “por aclamación” después de aceptar una propuesta de la minoría monárquica
relativa a su representación en las mismas560. A punto de concluir el acto, se produjo un
hecho inesperado:
Iba ya a levantarse la sesión cuando entró en el salón de sesiones el capitán del
Ejército D. Manuel Gutiérrez Flores, en funciones de ayudante del capitán general de
la región, para notificar, en nombre de su jefe, que se accedía a la petición formulada
por el alcalde de que las bandas de regimiento den esta tarde conciertos en los barrios
populares.
El Sr. Saborit se puso en pie y dio un “¡Viva el Ejército de la República!”,
que fue unánimemente contestado, mientras concejales y público en pie
aplaudían frenéticamente.
El capitán Gutiérrez contestó con un “¡Viva el pueblo de Madrid!”.
Se desbordó entonces el entusiasmo, y al renacer la calma se levantó la sesión561.
Tal y como había anunciado el capitán Manuel Gutiérrez, las bandas de música de
los distintos regimientos hicieron acto de presencia en las calles de algunos barrios de la
ciudad. El pueblo madrileño también contó con la participación de su Banda Municipal.
La actuación de la charanga del Campamento de Carabanchel que había recorrido las
calles de la ciudad en la madrugada del día 15, antes de la celebración del pleno citado,
probablemente se hizo movida por el entusiasmo de los oficiales de la unidad.
556
Heraldo de Madrid, 15-IV-1931, p. 7.
557
El dato horario exacto está recogido en ABC (Madrid), 16-IV-1931, p. 51.
558
Véase una descripción muy detallada de todo lo acontecido en esta sesión extraordinaria en
Heraldo de Madrid, 15-IV-1931, p. 2, y en ABC, 16-IV-1931, p. 51.
559
Véase la relación de las mismas en Heraldo de Madrid, 15-IV-1931, p. 2.
560
ABC, 16-IV-1931, p. 51.
561
Id.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
225
Ayer tarde, a las cuatro, atendiendo a los requerimientos hechos por la
Alcaldía a la Capitanía general de la primera región, las bandas de música de los
regimientos de la guarnición de Madrid y sus cantones dieron conciertos
populares en los barrios de Cuatro Caminos, Cascorro, Atocha, glorieta de las
Pirámides, Lavapiés y otras populosas barriadas.
Asimismo, la Banda municipal dio un concierto extraordinario en el paseo de
Rosales. La animación fue extraordinaria, y sería difícil determinar el número de
veces que se interpretó la Marsellesa.
En las barriadas hubo animadísimos bailes, y los tenientes de alcalde,
auxiliados por los guardias a sus órdenes e individuos de la Guardia cívica,
atendieron a los soldados y organizaron diversos actos, que resultaron, como ya
decimos, muy animados.
Con estos conciertos, no solo se consiguió dar una justa satisfacción al
pueblo, deseoso de celebrar la instauración de la República en nuestra patria,
sino que sirvió también para evitar las formidables aglomeraciones en torno a la
Puerta del Sol.
La gente joven, y muchos viejos –el día no era para menos– bailaron durante
toda la tarde y primeras horas de la noche562.
La autorización otorgada por la Capitanía general para esta celebración musical
tenía, a su vez, el visto bueno de instancias superiores.
El ministro de la Guerra, Sr. Azaña, concedió autorización para que las músicas
militares salieran ayer tarde y se pusieran a disposición del Ayuntamiento [de
Madrid], a fin de contribuir en determinados sitios al regocijo popular563.
En Barcelona, las bandas de música militares habían actuado en las calles de la
ciudad en la tarde del mismo día 14. Como en la capital del Estado, también
acompañaron al pueblo catalán la mañana siguiente.
De los cuarteles salieron [el día 15] a media mañana las bandas militares de
música, que recorrieron las calles tocando pasodobles, y estacionándose en
diversos lugares para interpretar la Marsellesa, que era oída por la gente
descubierta564.
Barcelona y Madrid fueron dos de los escenarios donde esta escenificación tuvo
lugar, aunque actos similares se registaron en otras ciudades que se habían pronunciado
a favor de la República.
562
El Sol, 16-IV-1931, p. 4.
563
ABC (Madrid), 16-IV-1931, p. 28.
564
El Sol, 16-IV-1931, p. 4.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
226
A muchos oficiales de todas las Armas se los ha visto [en Zaragoza]
confraternizar con el pueblo, y en la Alianza Republicana han estado muchos
oficiales. El pueblo por su parte vitorea por las calles al Ejército. Han salido
bandas militares que recorren las calles interpretando la Marsellesa565.
La participación de las Bandas de música militares en las calles de las ciudades
españolas, en abril de 1931, no solo perseguía contribuir a la creación de un ambiente
lúdico y festivo, sino que representaba, especialmente, la aceptación del estamento
militar del nuevo régimen instaurado. Las dudas que pudiera suscitar el grado de
acatamiento de los cuerpos armados hacia la República se disiparon con el sonido de los
instrumentos de estas bandas interpretando, principalmente, La Marsellesa. El himno de
Rouget de Lisle se había convertido, tras un circunstancial consenso generalizado, en el
elemento central de las celebraciones republicanas así como en el símbolo de la unión
entre pueblo y ejército.
El júbilo callejero tuvo remate de mayor exaltación con los conciertos que las
bandas militares ofrecieron en las barriadas extremas [de Madrid]. El pueblo, la
milicia y Terpsícore566 fraternizaron en grande567.
A tenor de lo expuesto, podemos concluir este primer capítulo de nuestra
investigación afirmando que en Eibar, Barcelona y Madrid, entre otras ciudades, la
proclamación de la República fue recibida con numerosas actividades musicales. La
verbena popular republicana que se celebró con motivo de esta efemérides tuvo un
protagonista de excepción en el himno de Rouget de Lisle La Marsellesa, si bien su
interpretación pública estuvo sujeta a numerosas adaptaciones en diferentes órdenes,
tanto de índole músical como literaria.
Los distintos himnos y canciones que se consideraron afines al ideario republicano,
junto a otros recursos que la musa popular puso al servicio de dicha celebración, sirvieron
565
El Sol, 15-IV-1931, p. 8. En esta misma información se daba cuenta de sendas conversaciones
telefónicas precedidas, respectivamente, de “se asegura” y “también se dice”, que habría mantenido el “ex
director General de Seguridad” –tratamiento que recibe el general Emilio Mola– con el gobernador civil y
el comisario de Zaragoza.
566
Según la mitología griega, diosa de la Danza y de la Música. Véase ANDRÉS, Ramón,
Diccionario de música, mitología, magia y religión, Barcelona, Acantilado, 2012, pp. 1113.
567
ABC, 16-IV-1931, p. 51.
LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
227
de nexo a todas las fuerzas republicanas y con ellas al resto de ciudadanos que seguían sus
postulados, agrupando, en torno a su interpretación, la voluntad de quienes propugnaban el
cambio del modelo de Estado.
Un improvisado repertorio de partituras ejecutadas por un no menos improvisado
elenco de músicos proporcionó, a los partidarios de la República, un multicolor estandarte
sonoro que fue exhibido profusamente como elemento representativo del nuevo tiempo
histórico. Dicho repertorio reflejó el imaginario político, social, cultural y festivo de los
republicanos españoles en 1931.
Dos habían sido los elementos de identificación que, de manera provisional, fueron
mayoritariamente aceptados por los ciudadanos en las manifestaciones de apoyo a una
nueva concepción de la soberania nacional: la bandera tricolor (rojo, amarillo y morado) y
La Marsellesa. En el plano musical, concluida la verbena popular republicana, dio
comienzo un complejo proceso para la elección de un himno que detentara las funciones
de representación institucional de la Segunda República española, siendo la citada verbena
su preludio musical. ■
Capítulo II
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA
SEGUNDA REPÚBLICA
Los españoles hemos sido, durante largos
años, un pueblo en busca de himno.
Ramón María Tenreiro
(El Sol, 28 de abril de 1931)
231
Capítulo II
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA
REPÚBLICA568
2.1. A la búsqueda de unas señas de identidad propias: un himno y una bandera que
simbolicen las aspiraciones e ideales republicanos
La celeridad con la que algunas canciones e himnos habían sido interpretados en
buena parte de la geografía nacional, en torno a la elecciones municipales del 12 de abril
y de la proclamación de la República el día 14, reflejaba la existencia de un amplio
consenso referido al valor representativo de dichas obras gracias a la identificación
política establecida entre aspiraciones ciudadanas e himnos representativos. La creación
de este primer espacio sonoro de significación republicana auspiciado, principalmente,
desde el ámbito de la sociedad civil tendría continuidad en una segunda etapa en la que
sería necesario contar con la colaboración de las instituciones del Estado.
En el capítulo precedente nos hemos referido a dos hechos que, una vez
instaurada la República, adquirieron una especial relevancia: en primer lugar, la
participación de las fuerzas republicanas en las elecciones de abril producida sin un
símbolo musical creado ex-novo como elemento aglutinador y, en segundo lugar, la
568
Hemos tomado la primera parte de este enunciado del artículo, así titulado, de TENREIRO,
R[amón] M[aría], p. 1.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
232
inexistencia, como legado histórico, de un himno propio de la Primera República que
hubiera podido desempeñar, en dicho período, las funciones de representación
institucional tras su correspondiente sanción legal.
Ambas circunstancias proyectaban sobre el gobierno provisional de la República
la responsabilidad de abordar la creación del himno nacional sin una base sólida como
punto de partida. Por otra parte, la identificación de las composiciones que habían gozado
de una mayor aceptación popular en períodos determinados de las dos etapas republicanas
(La Marsellesa y el Himno de Garibaldi en la Primera República; La Marsellesa y el
Himno de Riego durante las jornadas de proclamación de la Segunda) no había aportado
respuestas precisas a esta situación, más allá de la constatación del protagonismo
desempeñado por La Marsellesa como denominador común entre ambas etapas.
Se abría ante los nuevos gestores políticos una incógnita cuya solución encontró
serias dificultades a lo largo de un dilatado proceso. La configuración específica de cada
uno de los símbolos de representación institucional podía surgir, bien de la planificación
del Gobierno, bien dictada por la voluntad ciudadana manifestada a través de diversas
iniciativas, las cuales deberían obtener posteriormente el refrendo oficial. En ese
escenario de indefinición pronto se alzaron voces portadoras de propuestas concretas.
Todo cambio institucional profundo exigirá la creación de un nuevo
corpus simbólico, sustentado en el ideario de la orientación política de la
nueva forma de gobierno569.
En una primera aproximación, de no tener en cuenta las circunstancias señaladas, la
elección del himno nacional republicano pudiera parecer una cuestión de escasa
complejidad; sin embargo, la realidad matizaría esta percepción. La confluencia de distintas
iniciativas introdujo elementos añadidos a la incertidumbre inicial que exigían una profunda
reflexión con el fin de encontrar respuestas adecuadas a la necesidad planteada.
Uno de los retos que se debía afrontar con carácter previo a la adopción de una
decisión definitiva sobre esta materia estaba relacionado con la oportuna delimitación del
569
GÓMEZ RIVAS, Isabel y TÉLLEZ CENZANO, Enrique: “Las señas de identidad…”,
op. cit., pp. 116-117.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
233
grado de representatividad que ostentarían las distintas composiciones musicales que, de
facto, ya formaban parte de la cultura musical republicana. De igual modo, sería necesario
contemplar la posibilidad de crear nuevas partituras, alguna de las cuales pudiera asumir
el papel de Himno oficial de la Segunda República española. Definir con exactitud el
marco en el que se desarrollara este proceso requería la implicación directa de las
instituciones de la República.
El 14 de abril de 1931, al proclamarse la Segunda República, esta emprendió
la tarea de encontrar sus propios medios de representación simbólica, nuevos
símbolos para un nuevo régimen570.
Muy pronto se inició el debate público en torno a la primeras propuestas
conocidas, las cuales respondían, básicamente, a los dos ámbitos señalados:
composiciones originales creadas para representar el significado de la República
instaurada, según la percepción de sus autores; y partituras de carácter histórico a las
que se les reconocía su condición atemporal como símbolos musicales adecuados para
la nueva etapa.
Este complejo escenario encontró en los medios de comunicación impresa su
hábitat natural, tanto para dar a conocer a la opinión pública los distintos proyectos de
himno como para acoger la discusión suscitada en torno a los mismos. Así, el Heraldo
de Madrid, en la temprana fecha del 15 de abril de 1931571 ‒cuando aún no se habían
extinguido los ecos de la verbena popular republicana‒ incluyó en sus páginas
informaciones relativas a las dos posiciones avanzadas: un proyecto del compositor
alicantino Óscar Esplá como nuevo himno para la República, y la noticia del acuerdo del
Ayuntamiento de San Sebastián referido al reconocimiento de una composición
histórica con idéntica finalidad572.
Ambas iniciativas particular e institucional (de ámbito local) constituyeron el
punto de partida de un complejo itinerario en el que pronto se registraron nuevas
570
Ibid., p. 115.
571
Heraldo de Madrid fue una cabecera especialmente activa en cuanto a la información sobre la
proclamación de la República en general, y sobre la concurrencia de elementos musicales en particular.
Ya nos hemos referido al título de Gil Toll sobre esta publicación.
572
Véanse ambas noticias en el Heraldo de Madrid, 15- IV-1931, pp. 16 y 7, respectivamente.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
234
aportaciones. La presencia de los dos himnos (el de Esplá en fase de proyecto) en un
mismo medio de comunicación, el día siguiente de que tuviera lugar la proclamación de
la República, ponía de manifiesto la rapidez con la que se abordó esta materia en
distintos puntos de la geografía nacional.
Prestaremos especial atención en este capítulo al estudio de la propuesta de Óscar
Esplá, cuya información periodística avanzaba que contaría con letra del poeta Manuel
Machado573. En cuanto a la iniciativa del Ayuntamiento de San Sebastián, el titular del
diario recogía con exactitud su naturaleza: “El himno nacional republicano”574.
En el Ayuntamiento ha sido acordado que el himno nacional republicano sea
el popularísimo de Riego.
La multitud ha desfilado ya, anoche [día 14] y todo el día de hoy, por las
calles de la villa a los acordes de dicho himno575.
Con este acuerdo, el Ayuntamiento de la capital donostiarra seguía la estela de
construcción de la República desde el ámbito de la administración local, tarea iniciada,
de manera ejemplar, por el de Eibar en la madrugada del día 14. Es obvio considerar
que, transformados los resultados electorales del plebiscito municipal en otros a escala
nacional, correspondía al Gobierno Provisonal de la República adoptar una decisión
definitiva al respecto. En cualquier caso, el pronunciamiento del Ayuntamiento de San
Sebastián situaba en un primer plano de la acción política la necesidad de disponer de
“el himno nacional republicano”.
De la cita anterior podemos extraer un dato de gran importancia, referido a la
circunstancia social que pudo motivar la adopción del mencionado acuerdo: “la
multitud” había desfilado “por las calles de la villa [de San Sebastián] a los acordes de
dicho himno [de Riego]”. Era el reflejo de la sanción popular expresada en el foro
ciudadano por excelencia en las jornadas del 14 y 15 de abril, las calles de las ciudades,
cuyo eco había llegado al Salón de Plenos de la corporación donostiarra576.
573
Ibid., p. 16.
574
Ibid., p. 7.
575
Id.
576
De manera paralela, diferentes símbolos de la monarquía sufrían importantes destrozos en la
capital donostiarra, como la decapitación de la efigie de la reina Cristina. Esta noticia ocupaba en el
Heraldo de Madrid el espacio contiguo (en su parte superior) de la referida al acuerdo municipal sobre el
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
235
Obsérvese cómo en el breve texto de la información periodística del Heraldo de
Madrid se omitía cualquier referencia a La Marsellesa, composición que precedió al
Himno de Riego en las calles de San Sebastián durante las fechas indicadas577. La razón
de esta omisión pudiera encontrarse en el hecho de que la composición de Rouget de
Lisle era el himno de Francia y, por tanto, difícilmente podía serlo, de manera oficial, de
un segundo país.
Mientras las dos noticias musicales publicadas en el Heraldo de Madrid hacían
referencia a acuerdos adoptados y a proyectos en torno a la institución del himno
nacional republicano, desde el órgano de prensa del PSOE, El Socialista, se abordaba de
manera genérica la cuestión de los “Símbolos” en un artículo así titulado. En dicho
texto, tras una breve reflexión sobre su función, se concluía: “En el momento inicial [de
la creación del símbolo] concreta las aspiraciones de un pueblo, señala sus ideales,
expresa sus amores”578.
Se establecía a continuación una comparación entre la corona de la monarquía
sin citar este último término, a la que se consideraba como un símbolo del pasado, “un
pasado remoto ya”, frente a “la matrona tocada de gorro frigio, con banda tricolor […].
[…] romántica ayer, ha ampliado sus caderas y anuncia fertilidad”579.
Este incipiente debate público actuó como una llamada a la participación
ciudadana, registrándose numerosas intervenciones que reflejaban la importancia de la
materia estudiada, así como el interés en avanzar en la concreción de una propuesta que
pudiera ser sometida a la consideración de las instituciones republicanas.
Destacamos el siguiente texto remitido a Crisol, publicado el 18 de abril, que
debió de ser escrito varios días antes, dado que fue insertado como una carta recibida
Himno de Riego. Las dos noticias reflejaban la sustitución, en las mismas jornadas, de unos símbolos por
otros en las calles de la ciudad. Véase Id.
577
En el apartado precedente, dedicado al estudio de la proclamación de la República en Eibar,
se han utilizado diversas citas que confirman la presencia en las calles de San Sebastián de los dos
referidos himnos en el orden señalado.
578
El Socialista, 15-IV-1931, p. 1.
579
Id., para todas las frases entrecomilladas de este párrafo.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
236
por el director de dicha cabecera. La reproducimos en su totalidad por el interés de su
contenido y recogemos, junto a ella, las observaciones del diario.
UNA INICIATIVA Y UN DONATIVO
Hemos recibido la siguiente carta, altamente simpática, por el entusiasmo
que revela:
“Señor don Félix Lorenzo, director de CRISOL. Presente.
Muy señor mío: Sin más títulos para dirigirme a usted que ser su lector asiduo,
le molesto, rogándole patrocine la idea que paso a exponerle.
Es el caso que estos días no se oye más que la Marsellesa o el himno de
Riego, en algunos sitios como himno nacional republicano, y estimo que el
primero no podemos usarlo, más que como prueba de afecto a la República
vecina, por ser su himno nacional, y nunca como himno español; y en cuanto al
segundo, creo tuvo su oportunidad cuando se luchaba por la Constitución contra
los absolutistas580.
De esto deduzco la necesidad de tener un himno, eminentemente español y
republicano, y creo que los entusiastas, del nuevo régimen, debemos coadyuvar
para que no decaiga el entusiasmo y trabajar en estos pequeños detalles.
Conseguir un himno valiente que enardezca a la gente no es difícil, pues nos
sobran compositores españoles, a quienes no he de citar; y para que les sirva de
emulación, se podría abrir un concurso al que pudieran acudir todos ellos, y que
un jurado, en la forma que usted estimara oportuno, se nombrara, y con la
colaboración y apoyo del gobierno resolviera cuál de los presentados pudiera
aceptarse como himno nacional.
Para que sirva de premio en este concurso, debiera abrirse una suscripción
entre los lectores de CRISOL, esperando que esta fuera lo suficientemente
nutrida para que el premio que se pudiera otorgar, fuera digno de la obra y
del autor.
Yo, por mi parte, envío a usted adjunto, 100 pesetas para esa suscripción, que
en caso de no llevarse a cabo mi idea, le ruego envíe a su corresponsal en
Sevilla, para los obreros sin trabajo.
Aprovecho esta ocasión, para ofrecerme a V. atto. s. s. q. s. s. m. Pedro
Pérez Sánchez”.
[Nota de Crisol]. No secundamos la generosa iniciativa por que [sic], de momento el
himno nacional es el de Riego, expresión genuina del sentimiento liberal español en
sus luchas valerosas del siglo pasado. Por otra parte, existe un himno presentado por
Óscar Esplá, al que al parecer, pondrá letra Manuel Machado581.
580
Como hemos indicado en nuestra Introducción, el 7 de abril de 1822 la música del Himno de
Riego fue declarada “Marcha Nacional de Ordenanza”, denominación que consideramos equivalente a la
de Himno Nacional. España. Decretos de las Cortes desde el 6 de marzo de 1822 a 31 de enero de 1823.
Años de 1822 y 1823, vol. IV, s.p. ACD-Sig. S41.
581
Se aludía a la noticia que, en este sentido, había publicado el Heraldo de Madrid el 15-IV-
1931, p. 16, a la que nos hemos referido.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
237
Por todo ello, hemos hecho entrega del donativo al ministro de la Gobernación,
para que lo dedique a lo que nuestro comunicante desea582.
El autor de la carta, Pedro Pérez Sánchez, precisaba en su exposición diversos
aspectos de gran relevancia: desestimación razonada de La Marsellesa y del Himno de
Riego; apuesta decidida por la creación de “un himno valiente que enardezca a la
gente”; propuesta de realización de un concurso en el que se dirima, con la colaboración
del Gobierno, “cuál de los presentados pudiera aceptarse como himno nacional”;
apertura de una suscripción con aportaciones económicas el comunicante adjuntaba 100
pesetas, cantidad considerable en 1931 “para que el premio que se pudiera otorgar,
fuera digno de la obra y del autor”583.
Las razones expresadas desde Crisol para no secundar la iniciativa recibida eran tan
razonables como la misma propuesta: constatación de que “de momento el himno nacional
es el de Riego”; denegación de apoyo con el fin de no interferir en el proceso de creación de
“un himno presentado por Óscar Esplá, al que al parecer, pondrá letra Manuel Machado”584.
Salvo el acuerdo citado del Ayuntamiento de San Sebastián, decisión que no había
sido ratificada por el órgano correspondiente del gobierno provisional de la República, la
condición de himno nacional del Himno de Riego no podía considerarse, a todos los efectos,
con carácter oficial. La segunda razón denegatoria citaba, casi en su literalidad, la nota que
acompañaba al fragmento de una partitura de Óscar Espla publicado en el Heraldo de
Madrid tres días antes: “He aquí un fragmento del himno nacional de la República,
compuesto por el ilustre músico D. Óscar Esplá, y cuya letra será de Manuel Machado585.
La obra de Óscar Esplá no era, todavía en ese momento 18 de abril, un “himno
presentado”, como indicaba Crisol sino, únicamente, un himno anunciado. Se había
reproducido un breve motivo musical, en su fase inicial de proyecto, que debería
confirmarse o desestimarse a la recepción del texto del poeta sevillano, Manuel Machado.
582
Crisol, 18-IV-1931, p. 8.
583
Id., para todas las frases entrecomilladas de este párrafo.
584
Id.
585
Heraldo de Madrid, 15-IV-1931, p. 16.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
238
No obstante, no era esta la única iniciativa referida a la institucionalización de un himno
que en esas fechas se desarrollaba, si bien, destinado a un ámbito territorial diferente.
Según se nos han asegurado, el presidente señor [Francesc] Macià ha
encargado al maestro Amadeo Vives, que componga un himno de tonos
vibrantes para que constituya el Himno Nacional de la República Catalana, en
sustitución de La Marsellesa586.
Es significativo que la obra que se prentendía sustituir fuera La Marsellesa, al
tiempo que se omitía cualquier mención a la Marcha Real. Esta última sería, en el
imaginario de los republicanos catalanes, una obra propia del régimen monárquico
derrocado; por el contrario, La Marsellesa había acompañado la celebración de la verbena
popular republicana en numerosas localidades catalanas, muy especialmente en
Barcelona. De ahí que desde las proclamaciones de diversas entidades republicanas en
dicha ciudad hasta que la Generalidat587 dispusiera de un nuevo himno, tal cometido se
hubiera confiado circunstancialmente al himno francés al margen de cualquier formalidad
legal como reconocimiento a su legado histórico.
Amadeo Vives, receptor del encargo de Macià, había participado en el plebiscito
del día 12 en la lista electoral de Acció Catalana, sin que resultara elegido ninguno de sus
integrantes. Este hecho no impidió que dicha formación política hiciera propia la alegría
ciudadana por la proclamación de la República Catalana en Barcelona. El modo de
celebrar dicho acontecimiento no difería, en gran medida, al de otros muchos que tenían
lugar en la ciudad condal, aunque sí presentaba un elemento diferenciador: la participación
de un compositor de reconocido prestigio.
Aquella tarde [del 14 de abril], delante del local de Acción Catalana, situado en
la Gran Vía [de las Cortes Catalanas], junto al [Teatro] Coliseum, se sucedieron
las manifestaciones de alegría popular. Unos músicos del Sindicato Musical de
Cataluña, interpretaron “La Marsellesa”, recibida con grandes aplausos y cantada
por la mayoría. El entusiasmo aumentó cuando la gente se dio cuenta de que quien
586
La Vanguardia, 16-IV-1931, p. 25.
587
Este era el término adecuado el 16 de abril, que sería sustituido por el de “Generalitat” el día
siguiente. Véase Diario de Barcelona, 18-IV-1931, p. 8.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
239
dirigía aquel himno desde el balcón de Acción Catalana era el maestro [Amadeo]
Vives. Ante la insistencia de todos, el himno fue repetido varias veces588.
Con independencia del signo político de las diferentes instituciones que durante
unos días coexistieron, de ámbito estatal en España y territorial en Cataluña, no cabe duda
de que las informaciones recogidas en el Heraldo de Madrid y La Vanguardia los días 15
y 16 de abril respectivamente ponían de manifesto la importancia que se le había
concedido a la creación de himnos representativos del nuevo período histórico. Si bien, la
primera de las iniciativas habría nacido de la voluntad del propio compositor, Óscar Esplá,
la segunda tuvo su origen así lo expresaba La Vanguardia en el encargo realizado por el
futuro Presidente de la Generalidad, Francesc Macià. Podemos considerar que si esta
información vio la luz el día 16, la petición de Macià habría tenido lugar el mismo día de
las proclamaciones en Barcelona, 14 de abril, o el siguiente.
Sin que tuviera una relación directa con la obra de Amadeo Vives, el Diario de
Barcelona informaba en su edición del 12 de abril, jornada de las elecciones municipales,
sobre la realización de un concierto que se celebraría días más tarde en el Palau de la
Música Catalana en homenaje al compositor Antonio Nicolau.
Para el próximo sábado, día 18, por la noche, se prepara en el “Palau de la
Música Catalana” un gran concierto en honor del maestro Antonio Nicolau589.
Tomarán parte en el mismo, profesores, discípulos y ex discípulos de la
Escuela Municipal de Música de Barcelona, de la que el maestro Nicolau ha sido
director durante muchos años. […].
La tercera parte del programa la ocupa por completo el “Orfeó Catalá” que
cantará entre otras obras del maestro [Nicolau], los famosísimos poemas “La mort
de l’escolá” y “Captant”590.
Este avance informativo hacía referencia, exclusivamente, a la interpretación de
partituras del compositor homenajeado. El 17, el citado medio de comunicación, mientras
588
LLADÓ i FIGUERES, Josep María, Amadeu Vives (1871-1932), (presentado por Fèlix
Millet), Barcelona, Orfeó Català-Abadía de Montserrat, 1988, pp. 217-218. La traducción es nuestra.
589
Este compositor y director de la Escuela Municipal de Música de Barcelona ya había sido
homenajeado en el Palau de la Música Catalana en un concierto celebrado el domingo 9 de marzo de
1930. Véase La Vanguardia, 8-III-1930, p. 17. La imagen de Antonio Nicolau ocupaba la portada del
suplemento de La Vanguardia (Notas gráficas), 9-III-1930, p. 1.
590
Diario de Barcelona, 12-IV-1931, p. 15.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
240
reiteraba la proximidad del homenaje, daba cuenta de la actividad desplegada por el nuevo
alcalde de la ciudad, Jaume Aguadé (ERC), referida a numerosas visitas recibidas.
Entre las numerosas visitas que el alcalde recibió ayer por la mañana, figuran
las del maestro don Luis Millet que, como director de la Escuela Municipal de
Música, estuvo en la Alcaldía acompañado del secretario de la misma, señor
Andreu, para felicitar al alcalde e invitarle al concierto que en honor del maestro
[Antonio] Nicolau y con la cooperación de la Banda Municipal y del “Orfeó
Catalá”, se celebrará en el Palau de la Música Catalana, el próximo sábado, a las
diez menos cuarto de la noche [18 de abril de 1931]591.
En la misma edición del día 17 se insertaba una pequeña nota sobre el
compositor Amadeo Vives totalmente desvinculada, en principio, del concierto previsto
para el día siguiente.
El maestro Amadeo Vives estuvo ayer en el despacho de la Presidencia y al
ser preguntado por los periodistas sobre si se le había encargado la composición
de un himno catalán, contestó que no sabía una palabra y que iba simplemente a
saludar al señor Macià, estimando que en el caso de pedírsele un himno, no
habría de ser posible en estos momentos de agitación intensa, sino que sería
preciso aguardar días de tranquilidad y reposo592.
No debió de ser muy convincente la respuesta del compositor expresada a los
periodistas, dado que el día anterior el Diario de Barcelona ya había informado sobre la
petición de Macià a Amadeo Vives para la composición del Himno Nacional de la
República Catalana. Pronto quedarían despejadas todas las dudas.
Mientras en la prensa local barcelonesa se sucedían las noticias sobre el
homenaje a Antonio Nicolau y se abría paso la posibilidad de que existiera un supuesto
himno de Amadeo Vives escrito por encargo de Macià, la vida política española vivía
momentos convulsos motivados por el contencioso abierto entre Cataluña y el Estado
que amenazaba la estabilidad de la propia República. Las diferencias surgidas a raíz de
las proclamaciones por Macià del Estado Catalán y de la República Catalana ocupaban
un lugar preferente en la agenda del Gobierno Provisonal. Este hecho hizo que se
591
Ibid., p. 7. En su página 17, el Diario de Barcelona daba cuenta detallada del programa que
se interpretaría en cada una de las tres partes de que constaba el concierto. Junto a obras de Nicolau se
habían programado composiciones de otros autores, sin que entre ellas figurase ninguna de Amadeo Vives.
592
Ibid., p. 11.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
241
desplazaran a la ciudad condal tres miembros del gabinete de Alcalá-Zamora con el
objetivo de solucionar la crisis institucional abierta593.
El día 17 salieron en avión para Barcelona Fernando de los Ríos, Marcelino
Domingo y Luis Nicolau d´Olwer, quienes negociaron con Macià para que unos y
otros se atuviesen al cumplimiento del Pacto de San Sebastián, al mismo tiempo
que se le ofrecían garantías en cuanto a la convocatoria del plebiscito de Cataluña
para votar el [futuro] Estatuto594.
Esta delegación del gobierno provisional llegaba a Barcelona un día antes de que
se celebrase el concierto previsto, inicialmente, en homenaje a Antonio Nicolau.
Obsérvese la presencia de dos ministros catalanes en el grupo de negociadores enviados:
Marcelino Domingo595 y Luis Nicolau d´Olwer596, ambos con una larga trayectoria
política en Cataluña. A lo largo del día 17 se negoció, en un grupo amplio de trabajo597,
hasta alcanzar un acuerdo que fue expuesto ante los ciudadanos, concluidas las
conversaciones bilaterales, por Macià desde el balcón del Palau de la Generalitat en la
Plaza de Sant Jaume598.
593
Existe un gran paralelismo entre esta crisis y otra, de características muy similares, que se
produjo en marzo de 1873, durante la Primera República, cuando la Diputación de Barcelona votó una
“proposición por la cual se conferían al diputado Baldomero Lostau las facultades y atribuciones
necesarias para que procediese a la formación de un Gobierno provisional que convocase Cortes catalanas
para mediados de abril. […].
El Estado Catalán tenía que ser proclamado el 9 de marzo [de 1873]. Desde Madrid, Pi y Margall
y Figueras hacían esfuerzos para evitarlo. Figueras, presidente del Consejo, salía para Cataluña. Pi y
Margall, ministro de la Gobernación, sostuvo una histórica conferencia con los dirigentes del movimiento
y, a fuerza de ruegos, logró hacerles desistir del intento”. LLADÓ y FIGUERAS, J. M., 14 de abril.
Cataluña es una democracia, s.l., Biblioteca Política de Cataluña, 1938, pp. 12-13.
594
TUÑÓN DE LARA, Manuel, La España del siglo XX, vol. II,…, op. cit., pp. 297-298.
595
Hacia 1917, Marcelino Domingo había colaborado con Macià en acontecimientos políticos de
orientación catalanista. Véase TRULLÁS I RIERA, Joan, p. 29.
596
Luis Nicolau d´Olwer era miembro de Acció Catalana, formación política en cuya lista
electoral a las municipales del 12 de abril había concurrido Amadeo Vives. Véase IBERNI, Luis G.,
“Vives, Roig, Amadeo”, DMEH, vol. 10, Madrid, SGAE, 2002, p. 990.
597
Véase su configuración en Diario de Barcelona, 18-IV-1931, p. 8, y La Vanguardia,
18-IV-1931, p. 6.
598
Diario de Barcelona, 18-IV-1931, p. 8. Pocos días después, Alcalá-Zamora refrendó estos
acuerdos con una visita protocolaria a Barcelona en compañía de Luis Nicolau d´Olwer, el domingo 26 de
abril, con objeto de entrevistarse formalmente con Macià. A pesar del aparente entendimiento entre las
partes, Sholomo Ben-Ami interpretó estos hechos con una cierta prevención: “Macià siguió siendo una
amenaza constante para el gobierno. Constituyó la Generalidad como un “embrión del estado catalán”,
para emplear la expresión de Rovira i Virgili”. BEN-AMI, Sholomo, Los orígenes de la Segunda
República española: anatomía de una transición, Madrid, Alianza, 1990, p. 361. Véase también,
ROVIRA i VIRGILI, A., Catalunya i la República, Barcelona, [Lib. Catalònia], 1931.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
242
La información sobre las conversaciones anteriores, publicada por la prensa
barcelonesa el día 18, compartía edición con la relativa al concierto en homenaje a
Antonio Nicolau que tendría lugar esa misma noche en el Palau de la Música Catalana.
Curiosamente, el programa inicial había experimentado una importante incorporación.
El Orfeó Catalá como final del concierto anunciado para hoy en el “Palau de
la Música Catalana”, estrenará el Himno de Cataluña, “El canto del Pueblo”599,
compuesto y harmonizado sobre una melodía de “Els Xiquets de Valls”, de J.A.
Clavé600, por el maestro Amadeo Vives, con poesía de José M. de Sagarra601.
La nota anterior corregía informaciones precedentes sobre el citado concierto,
introduciendo en su programa el estreno del Himno de Cataluña, titulado El canto del
Pueblo. Ante la urgencia de dar a conocer esta obra de Amadeo Vives, encargada por
Macià, se había incorporado a un acto previamente programado y de este modo se
evitaban demoras en su interpretación pública. De esta manera, se pretendía disponer de
un Himno de Cataluña que fuera representativo del nuevo período histórico vinculado,
inicialmente, a una entidad política diferente de la española según la proclamación
efectuada por Macià el día 14.
En la misma página del Diario de Barcelona se facilitaba información acerca de
cómo se había desarrollado la reunión entre Macià y Amadeo Vives en el Palau de la
Generalitat y se reproducía el texto de la composición, obra del poeta Josep María de
Sagarra. También La Vanguardia incluyó el texto del himno, precedido de una breve
presentación redactada en términos muy similares a la publicada por el Diario de Barcelona.
Esta circunstancia nos permite considerar la posibilidad de que dicha información tuviera su
origen en algún departamento o responsable de comunicación de la Generalitat.
El maestro Vives cantó una melodía al presidente Macià. Al presidente le
gustó mucho y todos los presentes dijeron que podía ser nuestro Himno. El
599
Con frecuencia encontraremos este título en catalán, El Cant del Poble, lengua en la que fue
editado dicho himno y que prevalecería sobre su denominación en castellano.
600
Véase esta obra en CLAVÉ, José Anselmo, Flores…, op. cit., pp. 197-199.
601
Diario de Barcelona, 18-IV-1931, p. 12. Amadeo Vives no debió de encontrar muchas
dificultades para incorporar su obra al programa del citado concierto: por una parte, le unía una estrecha
amistad con el compositor homenajeado, Antonio Nicolau, a quien había conocido en Málaga en 1886 y,
por otra, Vives había sido cofundador, junto a Lluis Millet, del coro que intervenía en el acto, el Orfeó
Catalá. Véase LLADÓ i FIGUERES, Josep María, Amadeu Vives…, op. cit., pp. 28-29 y 41 y ss.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
243
maestro Vives ha compuesto y armonizado la canción sobre una melodía de Juan
[sic por José] Anselmo Clavé.
Ventura Gassol hubiera escrito con toda su pasión la letra, pero como su
trabajo excesivo no se lo permite, pidió a José M.ª de Sagarra si quería colaborar
en nuestro nuevo Himno, y Sagarra con el mayor gusto ha escrito la letra. Se
titula “El Cant del Poble” y su letra es como sigue:
Glória catalans, canteu!
Que es senti l’ánima!
Tots amb una sola veu
Visca la Pátria!
La nostra terra és redimida!
El gran moment és arribat!
Lluny els ultratges! Lluny la mentida!
Ningú ens pendrá la nostra llibertat!
Joia que ha inflamat el cel!
Falç i ginesta!
Vola sobre el front l’stel
De la senyera!
Tenim les venes per estimar-la,
en la tempesta del combat
Tenim els braços per defensar-la!
Ningú ens pendrá la nostra llibertat!602
La propuesta de himno de Cataluña de Amadeo Vives, en cuanto a su música se
refiere, había tomado como punto de partida una melodía de Josep Anselm Clavé
perteneciente a una composición titulada Els Xiquets de Valls. Compuesta en julio de
1867, Clavé expresaba en esta partitura su admiración por los chicos de Valls
(Tarragona), integrantes de los grupos o “collas” que formaban “castellers” (figuras
cónicas de personas) de varias alturas que habían logrado importantes éxitos603. La
consecución de los distintos niveles, alcanzada gracias al esfuerzo de todos los miembros
602
Diario de Barcelona, 18-IV-1931, p. 12. Véase también La Vanguardia, 18-IV-1931, p. 6. La
traducción que sigue es nuestra:
Gloria catalanes, cantad! / Cantad con el alma! / Un grito y una sola voz: Viva la Patria! /
Nuestra tierra se ha redimido! / El gran momento ha llegado! / Fuera los ultrajes! Lejos la
mentira / Nadie nos robará nuestra libertad! /
Alegría que ha inflamado el cielo! / Hoz y retama! / Vuela sobre el horizonte de estrellas /
de la Senyera.
Tenemos las venas para quererla; / y en la tempestad del combate / tenemos los brazos para
defenderla! / Nadie nos robará nuestra libertad!
603
La creación de estas figuras responde a una tradición muy extendida en Cataluña, tanto en
períodos festivos como en aquellos relacionados con conmemoraciones históricas.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
244
del grupo, era una metáfora de la unión del pueblo catalán en torno a un proyecto común.
Ese era el espíritu invocado por Amadeo Vives, en 1931, con su nueva composición.
Anunciado en prensa el estreno de El Cant del Poble sin la antelación necesaria,
se procedió a la edición de una hoja volante para su distribución el mismo día del
concierto. Básicamente, repetía la información del Diario de Barcelona y de La
Vanguardia junto al texto de la obra, aunque se añadía una referencia temporal
importante: su difusión tuvo lugar “el quinto día de la proclamación de la República”604.
La inclusión del poema de Sagarra, tanto en la hoja volante como en los diarios
citados, perseguía, además de dar a conocer la convocatoria del acto, poner a
disposición de los asistentes el texto de la partitura anunciada como himno de Cataluña.
Este hecho facilitaría su entonación colectiva en el Palau, en un gesto de
confraternización ciudadana en torno al significado de dicho himno.
El concierto de hoy, 18 de abril de 1931, quinto día de la proclamación de la
República, finalizará con el estreno por el Orfeó Catalá del Himno de Cataluña
“El cant del poble”, compuesto y armonizado a partir de una melodía de Josep
Anselm Clavé por Amadeu Vives, con poesía de Josep M.ª de Sagarra605.
De igual modo, se editó ‒también en formato de hoja volante‒ la partitura
impresa, solo con el pentagrama de la melodía vocal (música y texto). En su parte
posterior figura un sello circular, impreso con tampón de tinta, con la siguiente leyenda:
J. VILALTA
CENTRO DE SUSCRIPCIONES
14
ABR.
31
BORNE, 4
MANRESA
606
.
604
Hoja volante referida al estreno del Himno de Cataluña, El cant del Poble, Barcelona,
s.n., [1931] (Arts Grafiques, S.A., Successors d´Henrich i C.ª). Archivo Enrique Téllez. Consúltese
Anexo Documental (Doc. V).
605
Id. Sigue el poema de Sagarra ya recogido en nuestra investigación.
606
El cant del Poble. Himne de Catalunya, [Manresa], s.n., [1931]. Archivo Enrique Téllez. No
podemos precisar con exactitud si la datación que consta en este impreso (14-IV-1931) responde a la
edición en Manresa de la obra de Vives en la fecha señalada o, por el contrario, fue editada
posteriormente, a cargo de una entidad que adoptó como denominación en su sello los datos relativos a
dicha jornada. Nos parece más razonable la segunda de las opciones puesto que La Vanguardia, en su
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
245
La prensa barcelonesa hizo un seguimiento muy amplio de este concierto, dada
su precipitada transformación de homenaje artístico en acto de primer orden de
importancia en la vida política catalana. Suponemos que el destinatario inicial, Antonio
Nicolau, habría expresado previamente su conformidad. Ante la trascendencia del
estreno de El Cant del Poble se congregó en el Palau una nutrida representación
institucional, circunstancia propia de acontecimientos de esta índole.
Con asistencia de numerosísimo público que llenaba totalmente la sala del
“Palau” se celebró anoche el concierto en honor del maestro Nicolau. […].
Después de la segunda parte llegaron al “Palau” el presidente del “Govern
[de] la Generalitat” de Cataluña, señor Macià, acompañado de su esposa e hija;
el capitán general señor López Ochoa acompañado de sus ayudantes señores
Rubio y García Miranda; el gobernador civil señor Companys; el alcalde, señor
Aguadé; señores Ventura Gassol, Lluhí, Ventalló, etc.
[…]
Una vez terminado el programa se estrenó el nuevo himno de Cataluña “El
Cant del Poble”, cuya letra, como es sabido, ha escrito el poeta José M. de Sagarra.
[…]
Fue escuchado este himno en pie y recibido con una gran ovación. Tuvo que
cantarse tres veces. La tercera vez interpretado a tiempo más vivo le hizo ganar en
empuje y en carácter de himno, cosa que en las anteriores veces era menos acentuado
y tomando el aspecto solemne pero no tan vibrante como requiere su objeto.
El señor Macià, entre grandes aclamaciones dirigió la palabra al auditorio que
fue subrayada con entusiastas aplausos y vivas que no cesaron hasta que
abandonó el local607.
La presencia en el Palau de las autoridades citadas, en su condición de
representantes de la política catalana y del ejército, indicaba la relevancia institucional
que se había concedido al acto. La intervención final de Macià no hacía sino confirmar
este extremo. Lamentablemente, la crónica del Diario de Barcelona no recogía el
contenido de la intervención con que concluyó el homenaje.
La imagen del pueblo catalán, recreada por Josep Anselm Clavé en su obra Els
xiquets de Valls en julio de 1867, había sido recuperada en el Palau de la Música, en
edición del 18 de abril, indicaba que el acto de adhesión a la República en Manresa había tenido lugar el
día 15, y contó con la participación de una orquesta que interpretó La Marsellesa, sin que se hiciera
referencia a otras partituras. Véase La Vanguardia, 18-IV-1931, p. 30.
607
Diario de Barcelona, 19-IV-1931, p. 38.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
246
abril de 1931, en torno a la interpretación solemne de El Cant del Poble. Vives y
Sagarra cantaban a una Patria catalana, “cantemos todos como una sola voz” / […] /
“nadie nos robará nuestra libertad”, en un período de profunda transformación de las
estructuras del Estado español.
Desconocemos si la propuesta de nuevo himno de Cataluña fue tratada en las
conversaciones que mantuvieron la jornada anterior representantes del gobierno
provisional de la República y las autoridades políticas catalanas. Fernando de los Ríos y
Luis Nicolau d´Olwer regresaron a Madrid a primeras horas de la mañana del día en que
iba a celebrarse el concierto, siendo despedidos en el aeropuerto del Prat por buena parte
de las personalidades que por la noche asistieron al concierto en el Palau (Macià,
Companys, López Ochoa...). Marcelino Domingo viajó ese mismo día a Tortosa y por
la noche a Madrid608.
A partir de su estreno, las noticias en prensa sobre El Cant del Poble
desaparecieron casi por completo, al menos en cuanto a la propuesta de su elección
como himno de Cataluña. Probablemente, pudo considerarse que la aceptación por
Macià del marco institucional de ámbito estatal hacía aconsejable posponer esta
cuestión para etapas posteriores. La composición de Vives se incorporó a los programas
de concierto de distintas agrupaciones corales conservando, en medios nacionalistas
catalanes, connotaciones representivas de carácter identitario. Encontramos un ejemplo
de este tratamiento en el concierto matinal que tuvo lugar el domingo 3 de mayo de
1931, en el Teatro de Barcelona de dicha ciudad, a las 11 de la mañana, en el que
después de las dos partes habituales del recital, el “`Orfeó Gracienc´ cantará `La
Marsellesa´, Morera-Iglesias609; y `El cant del poble´, Vives-Sagarra”610.
608
Ibid., p. 8.
609
Enric Morera (música) e Ignasi Iglesias (texto) realizaron esta versión de La Marsellesa
expresamente para el Orfeó Gracienc, que la estrenó en el Teatro Eldorado. Véase BALCELLS, Joan,
L´Orfeó Gracienc i el seu entorn ciutadà. Memòries del mestre Joan Balcells, Barcelona, Orfeó Gracienc,
1984, p. 456. Esta agrupación coral había declinado participar en el acto inugural de la Exposición
Universal de Barcelona, el 19 de mayo de 1929, para no verse obligada a cantar la Marcha Real Española
con letra de Eduardo Marquina. Ibid., p. 314.
610
Diario de Barcelona, 03-V-1931, p. 4.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
247
A pesar de su desestimación como himno de Cataluña, El Cant del Poble gozó
de un tratamiento editorial privilegiado, tal vez por las expectativas que el estreno de
dicha obra había generado. Además de los impresos citados, se publicó su partitura para
voz y piano, ilustrada gráficamente con las cuatro barras rojas de la bandera catalana
atravesando en diagonal su portada611.
De igual modo, se editó una postal de correos, en color, en la que se establecía un
cierto paralelismo entre el Himno de Riego, como Himno Nacional, y El Cant del Poble,
como Himne Catalá. La bandera tricolor de la República ocupa la parte superior del
Himno de Riego y la Bandera catalana la de El Cant del Poble. Las banderas e himnos
respectivos configuran, en este documento, un nuevo conjunto simbólico. La imagen de
Macià, en el centro de la parte superior, preside la composición gráfica acompañada, en
los extremos inferiores, por las de Fermín Galán y Ángel García Hernández612.
Tal vez embriagados por la euforia del momento, no todos los soportes impresos
que se publicaron fueron convenientemente revisados por lo que, con frecuencia,
algunos de estos documentos contenían textos o términos absolutamente disparatados.
Este hecho respondería, previsiblemente, a la celeridad con la que se preparaban las
ediciones o a la frágil memoria de quien dictaba los poemas de los himnos y canciones.
En la postal citada encontramos uno de estos errores:
Himno de Riego [Fragmento]
Versión original Con ligeras modificaciones y un error importante
(1820) [1931]
Serenos, alegres, Serenos y alegres,
valientes, osados, valientes y osados,
cantemos, soldados, cantemos soldados,
el himno a la lid613. el himno baladí614.
611
El cant del Poble. Himne de Catalunya, Barcelona, Unión Musical Española de Barcelona, s.a.
612
Tarjeta postal con el texto del Himno de Riego (Himno Nacional) y El Cant del Poble (Himne
Catalá), s.l., s.n., [1931]. Archivo Enrique Téllez.
613
La versión original está tomada de SAN MIGUEL, Evaristo, Memoria sucinta sobre lo
acaecido…, op. cit. [p. 25].
614
Tarjeta postal citada ut supra.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
248
Completa este amplio catálogo un folleto que contiene los cuatro himnos y canciones
más importantes del período que hemos denominado como verbena popular republicana en
Barcelona, acompañados por una incorporación posterior: El Cant del Poble.
España Republicana
Letra de Mannel [sic] S. Miralles
El Cant del Poble. L´Himne Català
[Letra de Josep María de Sagarra y música de Amadeo Vives]
Gloria a Macià
Letra de Manel S. Miralles
La Marsellesa
[Adaptación de Josep Anselm Clavé]
615
Atendiendo a diferentes ámbitos territoriales, tanto la propuesta de Himno
Nacional de Óscar Esplá, hecha pública el 15 de abril, como la del Himno de Cataluña,
conocida el 16, eran proyectos que pretendían representar musicalmente la nueva etapa
histórica. La decisión final sobre las mismas estaría condicionada por razones de diversa
índole, generalmente de carácter político, en detrimento de las propiamente artísticas.
La aparición en la agenda social e institucional de algunos de estos proyectos de
himno en los días siguientes a la proclamación de la República relegó a un segundo
plano, al menos temporalmente, las obras que habían constituido la base sobre la que se
asentaron los programas de la verbena popular republicana: La Marsellesa y el Himno
de Riego; sin embargo, la continuidad de estas obras, además de su interpretación en las
versiones que ya hemos tratado, se enriqueció con la utilización de sus respectivos
modelos compositivos como vehículo de transmisión del ideario republicano, a veces,
en un tono desenfadado:
Música de la Marsellesa
[…]
De los veinte a los veintidós años
hay mocitas que quieren lograr
el casarse con los republicanos
que son los que tienen libertad
615
España Republicana, [et al.], [Barcelona], Impr. Inglesa, [1931]. BNC, topográfic: 2183.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
249
para traer a nuestros hermanos
prisioneros allá en Annual
que lloran por los ya sepultados
y maldicen al exgeneral
deseando sea fusilado
como García y como Galán
que fueron los autores
de poder conseguir
salvar, salvar,
nuestra nación y decir
castigar Alfonsito el Borbón
por prometer, por prometer
darle su firma a un criminal
para matar a Fermín Galán.
[…]616
Himno de Riego
Señores de mucho prestigio
se encargaron del poder
y todos los Españoles
confían en su saber.
Maura617 y Alcalá – Azaña, Albornoz
Con Prieto y Lerroux son firmas de prez
y Casares Gil – Largo y Nicolau
en cumplir la ley tienen interés
Fernando de los Ríos – que con Martínez Barrios
la paz y la justicia – con fuerza harán brillar
Marcelino Domingo – trabajador de Historia
que conquistó la gloria – a fuerza de luchar.
Las leyes que ya han dictado
son de un ejemplo feliz
y con ellas han ganado
aplausos de todo el país.
[…]618
En general, críticos y escritores especialistas en música mantuvieron una cierta
distancia frente al fenómeno de la agitación hímnica que experimentaba la sociedad
616
Demonios y Cruces, La Marsellesa, et al. [folleto], s.l., s.n., [1931]. Archivo Enrique Téllez.
617
Hemos corregido “Muara” del original por “Maura”.
618
Himno de Riego, [et al.], en D. Vicente Blasco Ibáñez. El Maestro de los Maestros [folleto],
Valencia, s.n., [1931] (Imp. Ruiz).
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
250
española en abril de 1931. Dos de las firmas más reconocidas de ese período, Adolfo
Salazar y José Subirá, obviaron pronunciarse sobre dicha cuestión o lo hicieron de
manera imprecisa, eludiendo dejar constancia de un pronunciamiento particular.
Adolfo Salazar, preocupado por la reorganización de la vida musical española en
sus diferentes facetas, publicó, a partir del 22 de abril de 1931, una serie de cuatro
artículos sobre esta materia en El Sol619, recogidos posteriormente excluyendo algunos
fragmentos en La música actual en Europa y sus problemas620. A pesar de las fechas
en que fueron publicadas sus colaboraciones, la problemática suscitada en torno a la
elección de un Himno para la República no mereció el interés de este autor.
En dicha obra, en una reflexión al margen de los artículos citados, sí
encontramos una referencia puntual de Adolfo Salazar sobre distintos himnos, en un
contexto narrativo que trata sobre las orquestas privadas españolas así como sobre la
necesidad de la creación de una nueva entidad orquestal de carácter público y, por tanto,
de ámbito estatal.
[…] las orquestas [privadas] se mueven dentro de círculos estrechos, sin
horizontes donde la cultura nacional sea el punto más visible, sometidas a los
vaivenes de las circunstancias, tocando en pie, ya la Marcha Real, ya el Himno
de Riego, y al tenor de esta metáfora todo lo demás621.
Salazar consideró que la única expresión de la cultura nacional emanada de los
atriles de las orquestas privadas españolas quedaba reducida a la interpretación solemne
(“tocando en pie”) de la Marcha Real o del Himno de Riego, hecho que estaría
condicionado por los “vaivenes de las circunstancias” políticas añadimos nosotros.
Dos eran, por tanto, para este autor, en 1931, los símbolos musicales que representaban
uno u otro período histórico: Monarquía (Marcha Real) y República (Himno de Riego).
619
SALAZAR, Adolfo, “La música en la República. La reorganización del teatro lírico nacional
y de los conciertos sinfónicos”, I-IV, El Sol, 22-IV-1931, p. 8; El Sol, 25-IV-1931, p. 5; El Sol, 28-IV-
1931, p. 2; y El Sol, 16-V-1931, p. 2.
620
SALAZAR, Adolfo, La música actual en Europa y sus problemas, Madrid, J.M. Yagües, 1935.
621
SALAZAR, Adolfo, La música actual…, op. cit., p. 79.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
251
José Subirá, miembro del PSOE y colaborador, entre otras publicaciones, de El
Socialista, no fue mucho más explícito que Adolfo Salazar respecto de la materia que
nos ocupa. Dicho diario había incluido, el 16 de abril, sin identificación de autor, un
artículo titulado “Símbolos” ya citado en nuestro texto en el que se apuntaba, de
manera genérica, la importancia de los mismos. Exactamente un mes después, la Revista
Musical Ilustrada Ritmo acogía una extensa colaboración de Subirá, titulada “Himnos
nacionales y marchas reales”622.
Tal vez por disciplina de partido, Subirá no rebasó los límites fijados en el
artículo citado de El Socialista del 16 de abril. Lejos de situar el debate abierto en torno
a la necesidad de dotar de un himno nacional a la Segunda República, o de analizar las
características de las propuestas que ya eran públicas, puso el acento en denostar la
marcha real (siempre en minúscula), ensalzar la Marsellesa (siempre en mayúscula), y
destacar la razón por la que El Canto de los taboritas gozó de gran popularidad en…
Checoslovaquia623. Concluía Subirá con una reflexión que encerraba el itinerario
argumental señalado.
He aquí, pues, una melodía [El Canto de los taboritas] que sirvió para la
guerra y para la paz manteniendo su alto significado patriótico a través de los
siglos, desde la alta Edad Media hasta nuestros días. ¿Por qué? Porque al igual
que “La Marsellesa”, brotó del pueblo en horas de suprema exaltación, y se
mantuvo por el pueblo. Si la hubiera impuesto el capricho personal de un
monarca absoluto, habría durado tanto como la dinastía que convirtiera en
símbolo lo que el pueblo no podía sentir ni infiltrar en su espíritu. […].
Digámoslo así, claramente, ahora que el pueblo español ya no escucha las
notas de esa melodía que comienza con un “do sol mi do sol…”624, porque
tales notas no eran suyas, sino de aquellos que, en su horas de destierro, saben ya
por propia experiencia lo que es la verdadera “marcha real”625.
Los dos autores a los que nos hemos referido, Adolfo Salazar y José Subira,
habían ocupado las primeras páginas del número de mayo de 1931 de la revista Ritmo.
Con el título de “La música en la República” como editorial626, se incluían fragmentos
622
SUBIRÁ, José, “Himnos nacionales y marchas reales”, Ritmo, n.º 32 (15-V-1931), pp. 3-4.
623
Subirá escribió “Checoeslovaquia”. Ibid., p. 3.
624
Primeras notas de la Marcha Real en la tonalidad de Do mayor.
625
SUBIRÁ, José, “Himnos nacionales…”, op. cit., pp. 3-4. Ironizaba Subirá con la salida de
España de la familia del monarca utilizando el título de la “marcha real”.
626
[SALAZAR, Adolfo], “La música en la República”, Ritmo, n.º 32 (15-V-1931), pp. 1-2.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
252
con breves acotaciones introductorias de la revista como nexo de los mismos de los
artículos publicados en El Sol por Salazar promoviendo la creación de la Junta Nacional
de Música, de la Orquesta Nacional de Conciertos… Finalizaba esta sección con una
frase de la redacción de Ritmo: “Completamente de acuerdo”627.
Salazar reflexionó posteriormente sobre la preocupación por la música en las dos
etapas de gobierno republicano.
La primera República creó la sección de Música en la Academia de Bellas
Artes de San Fernando. En su momento, este hecho sencillo significaba mucho,
porque, limitada la cultura musical española al espectáculo de la ópera extranjera,
a escasas audiciones orquestales y al teatro popular nacional, apenas podía rivalizar
como entidad dotada de personalidad y de rango con las demás artes.
[…]
La segunda República comenzó su actuación dentro del terreno de la cultura y
del arte de un modo sintomático. Su hecho capital fue la creación de la Junta
Nacional de la Música y Teatros Líricos, hecho que respondía estrechamente, a
mi entender, a un criterio republicano, porque se eleva la actividad musical a una
preocupación “de Estado”, como las restantes que integran el volumen de
nuestra cultura628.
Y Subirá expresó, a partir del cambio del papel experimentado por la Marcha
Real, la desaparición de un régimen y la llegada de otro.
Sí; la marcha real se ha ido. Se ha ido de mal humor, a buen seguro, sin dejar
de sí ninguna emoción profunda por la virtualidad de su melodía629, sino a lo
sumo, entre ciertas personas, por el recuerdo que evoca de una tradición que se
extingue ante un régimen henchido de promesas630.
Estas consideraciones se superponían con otras de diferente índole, cuyo
objetivo prioritario sin menospreciar las fundadas aspiraciones de Salazar, ni las
académicas reflexiones de Subirá, estaba dirigido a dotar a la Segunda República
627
Ibid., 2. La cursiva es de la cita.
628
SALAZAR, Adolfo, La música actual…, op. cit., pp. 66-67.
629
La expresión “virtualidad de su melodía” tiene un sentido irónico, dado que este autor había
apuntado, anteriormente, que algunas modificaciones introducidas en el modo de tocar la marcha real
asi lo escribe Subirá habían convertido dicha obra en una “elegía cómica”. SUBIRÁ, José, “Himnos
nacionales…”, op. cit., p. 3.
630
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
253
española de un himno oficial. Entre sus cometidos, además de solemnizar los actos
institucionales y las celebraciones públicas, figuraba la voluntad de ofrecer a la
ciudadanía un estandarte sonoro que promoviera su identificación con la República en el
tiempo histórico que se iniciaba.
2.1.1. Distintas propuestas de himno para la Segunda República: Canto rural a la
República Española; Himno Republicano Español; 14 de Abril (Himno
Republicano Español); et al.
La inclusión, el 15 de abril, en la contraportada del Heraldo de Madrid de un
breve fragmento musical perteneciente al compositor alicantino Óscar Esplá constituyó
el preludio de un largo debate, iniciado un día después de que fuera proclamada la
República, por el que se pretendía dotar al Estado español de un nuevo himno nacional.
Junto a la partitura manuscrita, firmada en su parte inferior por el autor, el
compositor había escrito entre paréntesis: “(Propuesta de un Himno Nacional)”631. No
contenía ninguna aclaración complementaria relacionada con el origen de dicha
propuesta ni sobre la posible colaboración de un escritor. No obstante, Óscar Esplá sí
debió de facilitar datos relativos a la misma a miembros de la redacción de esta
cabecera, puesto que se incluyó, como nota al pie de la imagen de la partitura, el
siguiente texto: “He aquí un fragmento del himno Nacional de la República, compuesto
por el ilustre músico D. Óscar Esplá, y cuya letra será de Manuel Machado”632.
Las notas del compositor y de la redacción, refiriéndose a una misma obra, no
coincidián en el rango que le otorgaban a la misma. Esplá, prudentemente, se refirió a
una “propuesta”, mientras la redacción del Heraldo de Madrid afirmaba que se trataba
de “un fragmento del himno Nacional de la República”. Difícilmente, en ese momento,
la obra citada podía ostentar dicho reconocimiento porque, sencillamente, no estaba
concluida ni en su parte musical ni en la literaria y, derivado de lo anterior, las nuevas
instituciones republicanas no habían podido pronunciarse al respecto.
631
Heraldo de Madrid, 15-IV-1931, p. 16.
632
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
254
Tal vez, estas diferencias de matiz incomodaran a Óscar Esplá, quien tampoco
debió de recibir con entusiasmo que se identificara, en el pie de la imagen de su
partitura, al autor futuro de la letra del himno, que “será de Manuel Machado”. No
conocemos la opinión del compositor sobre esta circunstancia, aunque sí la del poeta
sevillano. Desde las páginas de La Libertad, en una noticia que tenía como antetítulo
“Para alusiones” y como título “El himno de la República”, expresaba su sorpresa por la
información publicada en el Heraldo de Madrid.
Leo en el “Heraldo” de anoche [15-IV-1931], al pie de un autógrafo
musical de Óscar Esplá: “He aquí un fragmento del himno Nacional de la
República, compuesto por el ilustre músico D. Óscar Esplá, y cuya letra será
de Manuel Machado”.
Nada sabía yo de esto, ni nada se me ha dicho sobre el particular, ni por ningún
concepto me siento capaz de tan alta empresa.
Pero por amor de España y de la República, dispuesto estoy a intentarla de
todo corazón633.
Probablemente, Esplá había concebido la realización de su propuesta de himno
en colaboración con Manuel Machado, pero la rapidez con la que se habían sucedido los
acontecimientos había dificultado la gestión para el requerimiento de su participación.
Subsanada la misma, compositor y poeta iniciaron el trabajo conjunto.
Sin considerar la aceptación que pudiera tener esta iniciativa en los días siguientes,
su puesta en marcha reflejaba el interés de algunos autores en llevar a cabo la tarea de
creación de una nueva partitura para la República: “un himno nacional” (para Óscar Esplá)
o “el himno nacional” (para el Heraldo de Madrid). Tanto Esplá como Manuel Machado
gozaban de un amplio reconocimiento entre los intelectuales españoles de su tiempo y los
dos ocupaban, en sus respectivas disciplinas, espacios importantes en el ámbito de la
cultura. Esta circunstancia otorgaba a su proyecto un interés especial, lo que no
garantizaba, en modo alguno, que dicho proyecto culminara con éxito.
Conocedor Manuel Machado de su implicación en la empresa de dotar a la
República de su himno representativo, en la que le correspondía la tarea de escribir el
texto, debió de abordar sin demora su redacción. Esplá ya había esbozado una primera
633
La Libertad, 16-IV-1931, p. 1.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
255
estructura musical recogida en la nota publicada en el Heraldo de Madrid, compuesta en
un tempo Allegro Maestoso, indicación con la que el autor pretendía otorgar a la partitura
un carácter solemne, acorde a la función que, previsiblemente, debería desempeñar; sin
embargo, la conclusión del himno requería disponer del texto completo para su estudio y
acomodación al discurso musical.
Los compases manuscritos publicados por Óscar Esplá, al no contar en el
momento de su creación con un texto específico, podían responder tanto a un borrador
destinado a ser la introducción instrumental del himno, como a la de una línea melódica
que permitiera cantar el poema de Manuel Machado.
Desconocemos la fecha exacta en la que el poeta dio por finalizada la escritura del
texto. En cualquier caso, este hecho debió de producirse pocos días después del
precipitado anuncio en el Heraldo de Madrid el 15 de abril. Con la finalización del poema,
el compositor alicantino estuvo en condiciones de abordar, con todos los elementos
necesarios, la elaboración del himno.
Muy pronto, antes incluso de que la creación de EspláMachado fuera estrenada,
se produjeron diferentes reacciones que podían entorpecer el proceso de aceptación de su
proyecto como Himno Nacional de la República. El 23 de abril, el Heraldo de Madrid,
volvía sobre esta cuestión, aunque ahora para presentar uno diferente, escrito unos meses
antes. En el artículo, titulado “El maestro [Ramón] Torralba, autor del himno republicano
español, en nuestra redacción”634, se daba cuenta de una reunión celebrada en los locales
del periódico en la que se había presentado, ante un grupo reducido de asistentes, el creado
por este compositor.
La nueva partitura había sido concebida, en su génesis, como un homenaje a los
movimientos revolucionarios de diciembre de 1930, los cuales habían sucedido en Jaca
(Huesca) y Cuatro Vientos (Madrid), a cuyos protagonistas estaba dedicada: “A Ramón
634
CARRIBA, José Manuel L., “El maestro [Ramón] Torralba, autor del himno republicano
español, en nuestra redacción”, Heraldo de Madrid, 23-IV-1931, p. 16.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
256
Franco, en memoria de los fusilados de Jaca”635. Una misma dedicatoria agrupaba el
espíritu de los sublevados en Jaca y Cuatro Vientos.
La información periodística del Heraldo de Madrid sobre el Himno Republicano
Español compuesto por Ramón Torralba contenía un emocionado elogio hacia esta
partitura así como una detallada descripción de las circunstancias que rodearon su
composición y primeras audiciones, de las que había sido testigo el propio redactor, José
Manuel L. Carriba.
Ramón Torralba se presentó hoy en la Redacción de nuestro periódico636 en
compañía de uno de los más heroicos sublevados de Cuatro Vientos: el capitán
Rexach. Su aparición súbita despierta en mí inolvidables emociones experimentadas
durante mi estancia en París, durante mi convivencia con todos los desterrados.
Entre la balumba de citas, reuniones y acuerdos, traqueteo inherente a la vida de
todo conspirador activo, Ramón Franco lanza un día, en medio del aburrimiento,
de un día oscuro, la luminosa idea: un amigo suyo acaba de llegar de Lisboa y
viene a regalarnos nada menos que con el himno republicano637.
Sigue a los párrafos anteriores de José Manuel L. Carriba el relato de cómo se
dirigieron los exiliados desde el bulevar parisino de San Miguel –citado en castellano–
hasta “un edificio acogedor, dentro de uno de cuyos salones se recostaba la intimidad de
un piano”638. Señala el autor a continuación detalles relevantes de la primera audición en
París del himno de Ramón Torralba, ante un auditorio en el que se encontraba un grupo de
militares españoles a los que se homenajeaba.
– Fui yo –asegura [Ramón Franco] enseñando sus sonrisa infantil– el que le rogó
que nos compusiera este himno. Cuando los sublevados de Cuatro Vientos
aterrizamos en Mafra [Portugal], el maestro [Ramón] Torralba acudió al instante a
felicitarnos como a los héroes de la libertad. […].
[…]
– En aquel momento –continúa entusiasmado– me hace la decisiva confesión: ¡es
músico! Al ver a mi lado un compositor que marchaba de completo acuerdo
conmigo me sentí feliz. Aquel hombre iba a dar forma musical a mi modo de
635
Id.
636
Al tratarse de un diario de edición vespertina, la reunión citada pudo haber tenido lugar el
mismo día en que se publicó la información, el 23 de abril.
637
Id.
638
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
257
pensar, al modo de pensar de todos los españoles republicanos. Sin esperar un
segundo más le encargué un himno, el himno republicano639.
A las palabras aclaratorias de Ramón Franco, pronunciadas en un improvisado
salón de París, le siguió la interpretación al piano del himno encargado. José Manuel L.
Carriba evocaba en su artículo la crónica apasionada de aquel acontecimiento.
Todo nuestro entusiasmo se desbordó al sonar la última nota. Se repitió dos,
tres, infinidad de veces. Aquel entusiasmo era incontenible, sacudía nuestros
miembros y arrojaba de ellos la pesadez de la tarde.
Este himno, pues, es el parto de nuestros sentimientos, el hijo de nuestro
corazón. ¿Por qué no adoptarlo inmediatamente como a nuestro hijo, como
símbolo nacional640?
La detallada información periodística transitaba por diferentes escenarios del
exilio: Portugal (encuentro entre compositor y militar, Torralba y Franco), París
(reencuentro y audición privada ‒con éxito‒ del himno encargado), para concluir en
Madrid, ciudad en la que se impulsó la adopción del Himno Republicano Español
compuesto por Ramón Torralba como “símbolo nacional”. Sin embargo, el autor de la
información publicada en el Heraldo de Madrid había omitido un dato relevante, que
afectaba a la identidad del autor del texto del himno: Salvador Mauri641.
639
Id.
640
Id.
641
Hemos tomado este dato de la publicidad comercial de un disco (n.º 30505-A) de la
Compañía del Gramófono que contiene el Himno Republicano Español. Véase Heraldo de Madrid, 29-V-
1931, p. 5. Esta información es plenamente coincidente con la que figura en los créditos artísticos de otro
disco de la casa RCA Víctor Argentina, de Buenos Aires, que incluye dicha obra. Consúltese: Banda del
Hotel Nacional, Himno Republicano Español (Salvador Mauri y Ramón Torralba), La Bandera tricolor
(Salvador Mauri-[Rafael] Oropesa y [Florencio] Ledesma), [grabación sonora, 78 rpm], s.l., RCA Víctor
Argentina, [1931]. Archivo Enrique Téllez. Se indica en esta edición que el disco fue “Grabado en
Europa”. Creemos que en ambos casos se trata de una misma grabación, efectuada por la Banda del
Hotel Nacional, de Madrid, aunque editada en España y Argentina respectivamente. Consúltese
Anexo Documental (Doc. VI).
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
258
Himno Republicano Español
Texto: [Salvador Mauri] – Música: Ramón Torralba
A Ramón Franco, en memoria de los fusilados
de Jaca.
I
¡La República ha vencido!
¡El glorioso pueblo hispano
ha vencido ya al tirano
que le quiso encadenar!…
¡Gloria a aquellos que murieron
por la santa Libertad!
¡Cantar!
¡Cantar!
por la Libertad!
¡A cantar por los valientes!…
¡Por Hernández y Galán!…
Ellos dieron roja sangre,
a España la Libertad.
II
¡La República ha vencido!
¡Con gallarda rebeldía
Ramón Franco voló un día
sobre el cielo de Madrid!
¡Iba en busca de Justicia
y por fin triunfó en la lid!
¡Valor!
¡Honor!
para el adalid!
¡A cantar por los rebeldes
Franco, Hernández y Galán!…
¡Ellos harán sea eterna
la española Libertad!
642
* * *
El mismo día que insertaba el Heraldo de Madrid el himno de Mauri-Torralba,
otro diario, La Voz, publicaba en la sección Tribuna Libre una colaboración firmada por
Rafael Guerra con el título de “El himno de la República”. Este autor, tras señalar el
proceso que había seguido la propuesta de himno de Óscar Esplá según diversas
informaciones periodísticas y de expresar su reconocimiento a los méritos del citado
642
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
259
compositor, se pronunciaba a favor de que fuera sancionada como himno de la
República otra partitura. Recogemos las razones expuestas en este sentido por el autor
de dicha Tribuna Libre.
[…] Aceptamos y damos también por indudable que al procurar que sea
aceptado [el himno de Óscar Esplá] como oficial no atiende a legítimos anhelos de
popularidad y de provecho, sino a estímulos de patriota y de republicano.
Pero precisamente por esto tenemos por indudable que al maestro Esplá le será
grato saber que antes de que su himno fuera escrito, o por lo menos antes de que él
creyera llegado el momento de divulgarlo coincidente con el triunfo, los
expatriados de París, los héroes de Cuatro Vientos y de Jaca, todos los que por
haber dado el pecho en la lucha contra la segunda dictadura de Berenguer habían
tenido que buscar relativo refugio en la capital de Francia, habían confortado
muchas veces su ánimo y fortalecido su fe en la República a los acordes de un
himno republicano escrito en plena conspiración por su autor y dedicado a la
memoria inmarcesible y gloriosa de Galán y de García Hernández…
Franco, Rexach, Puig, Rada…, todos los artífices de la segunda República,
saben de la intensa emoción de ese himno, cantado a coro una y otra vez, lejos de
la patria y con el pensamiento fijo en la patria. De no haberse precipitado los
acontecimientos, de no haberse derrumbado la Monarquía al peso de su
podredumbre y del civismo de los españoles, a los acordes de ese canto
revolucionario habrían irrumpido en España las guerrillas libertadoras, y sus notas
vibrantes y arrebatadoras habrían levantado al pueblo en armas para acabar con la
tiranía borbónica643.
Tras este vehemente exordio, Rafael Guerra procedía a facilitar los datos referidos
al autor de la obra musical así como a expresar el sentido último de su escrito.
Ramón Torralba, el autor de ese himno (escrito, repitámoslo, el 20 de diciembre
[de 1930]), es joven. Aún no ha cumplido los treinta años. Su obra, parca hoy, no
hace ni puede hacer sombra a la copiosa y selecta de Óscar Esplá. Pero Esplá, el
gran sinfonista, no puede tampoco intentar arrebatar a Ramón Torralba la gloria de
que su himno sea reconocido como el himno nacional de la República. Lo merece
por él mismo644.
No serían estas las únicas intervenciones públicas en apoyo del himno de Ramón
Torralba. Como si se tratara de una acción coordinada, El Socialista publicó el día 24 un
artículo de Clemente Santos titulado “El himno nacional de la República”, en el que se
643
GUERRA, Rafael, “El himno de la República”, La Voz, 23-IV-1931, p. 4.
644
Id. Tampoco Rafael Guerra citaba al autor del texto del himno compuesto por Ramón Torralba,
Salvador Mauri.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
260
pronunciaba en términos similares a los expuestos anteriormente tanto por José Manuel L.
Carriba como por Rafael Guerra el día anterior desde las páginas del Heraldo de Madrid y
La Voz, respectivamente. A diferencia de los dos artículos que le precedían, Salvador
Santos introdujo en el título de su colaboración el término “nacional” para delimitar el
ámbito del nuevo himno de la República.
En rededor del himno de la República se ha producido alguna confusión. A la
hora del triunfo han surgido varios, que se disputan entre sí el honor de ser
elegidos como himno nacional. Pero la prensa ha divulgado ya cuándo y en qué
circunstancias se compuso el “primero”, debido a la inspiración y al fervor
republicano del joven compositor Ramón Torralba.
[...]
Torralba no esperó la hora cómoda de la victoria para ofrecer a la República
española un himno en su honor. Le [sic] escribió cuando él podía prestar un
servicio: en los momentos de lucha por su implantación. Por eso el himno de
Torralba tiene el fuego y la pasión que sólo presta el ideal generosamente sentido.
Los patriotas que en París conspiraban contra la tiranía borbónica, a los que
tantas y tantas veces el himno de Torralba confortó el espíritu en las horas
nostálgicas de la dura emigración, saben muy bien la honda emoción de sus
acordes, valientes y arrebatadores. Y porque lo saben, porque muchas veces sus
notas fueron la rúbrica de sus planes audaces para acabar con la tiranía, esperan
que se hará a Ramón Torralba la justicia que merece, la de adoptar su himno
como himno nacional de la República. Es un honor que supo ganar en el
combate por la libertad de España.
En buena hora se otorguen a otros los honores a que se les juzgue acreedores;
pero nadie dispute éste a Ramón Torralba. Es un premio que, como el de las
cruces de guerra, está reservado solo, exclusivamente, a los combatientes645.
Clemente Santos no había dudado en reclamar para el himno de Ramón Torralba
el reconocimiento como “himno nacional de la República”, reconocimiento que el autor
basaba en la consideración de que se trababa de un honor que Ramón Torralba “supo
ganar en el combate por la libertad de España”. La reclamación que recogía El
Socialista interfería directamente con la planificación seguida por la iniciativa de Esplá
y, al mismo tiempo, cuestionaba que este acreditara méritos suficientes en el “combate
645
SANTOS, Clemente, “El himno nacional de la República”, El Socialista, 24-IV-1931, p. 4. Este
artículo, aunque con el título de “El himno dedicado a [Ramón] Franco”, lo publicaba ese mismo día La
Libertad, 24-IV-1931, p. 2. También Clemente Santos omitía el nombre del autor del texto.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
261
por la libertad”, en clara referencia a los movimientos insurreccionales de diciembre de
1930 y al exilio posterior.
Al tratarse de una publicación que era el órgano de prensa de un partido político,
el PSOE, desconocemos si la posición expuesta por Clemente Santos había sido
publicada a título personal o si, por el contrario, gozaba de una relativa aceptación en las
filas de dicho partido.
Las intervenciones públicas anteriores ponían de manifiesto la existencia de un
cierto malestar hacia la propuesta de himno en la que trabajaban Manuel Machado y
Óscar Esplá. De manera especial, el tono acerado con que se había referido Clemente
Santos a Esplá, al que en ningún momento citaba nominalmente, proyectó cierta
incertidumbre sobre el futuro de dicha propuesta.
Los tres autores citados, tras los oportunos argumentarios expuestos, se habían
pronunciado sin ambages sobre el reconocimiento que se debía otorgar al Himno
Republicano Español compuesto por Ramón Torralba: José Manuel L. Carriba lo había
planteado a modo de pregunta: “¿Por qué no adoptarlo inmediatamente como a nuestro
hijo, como símbolo nacional?”; Rafael Guerra pedía, directamente, que el citado himno
fuera “reconocido como el himno nacional de la República”, petición similar a la
planteada por Clemente Santos.
¿A qué circunstancia podía responder la intervención pública, casi simultánea,
en los medios de comunicación de los tres autores citados? No cabe la menor duda de
que esta batería de opiniones estaba relacionada con el previsible estreno del himno en
el que trabajaban Esplá y Machado. No existía constancia de una fecha prevista para
dicho estreno pero, antes de que esta se conociera, era necesario disponer de un espacio
donde realizarlo, así como organizar debidamente los ensayos de los músicos y cantante
o cantantes que protagonizaran su estreno. Estas circunstancias dificultaban el
mantenimiento de una discreción absoluta sobre un hecho que se presumía inminente.
Pronto se despejaron todas las dudas: mientras los días 23 y 24 de abril distintas
cabeceras de prensa habían publicado textos referidos a la institución del Himno
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
262
Nacional Republicano, el 25 se volvía sobre esta cuestión aunque en la sección de
convocatorias. El Socialista insertaba en esa fecha, bajo el titulo de “Canto rural a la
República Española”, una información similar ‒salvo el término “domingo”, que no
figuraba en el cuerpo de la noticia, cuando sí lo hacía en El Sol‒, sobre el acto que tendría
lugar el día siguiente en el Ateneo de Madrid.
Mañana, domingo, a las seis y media de la tarde, concierto extraordinario por los
profesores de la antigua Banda de Alabarderos646, que interpretará el “Canto rural a
la República española” (para un himno nacional), música de Óscar Esplá, letra de
Manuel Machado, cantado por la señorita Laura Nieto. Hay tribuna pública647.
Se trataba de una noticia de impacto. La discreción que habían mantenido Óscar
Esplá y Manuel Machado a partir de que se hiciera pública la primera noticia el día 15 en
el Heraldo de Madrid no había permitido conocer el texto del himno, cuyo estreno se
anunciaba con el título de Canto rural a la República española, seguido de un importante
paréntesis “(para un himno nacional)”.
Ante las expectativas generadas por su estreno, el desconocimiento por parte de los
ciudadanos del texto del mismo lastraba las posibilidades de éxito de la empresa, dado
que, al margen de las virtudes que pudiera atesorar la obra de Machado–Esplá, su
reconocimiento y aceptación definitiva, en el plano social, no se produciría en tanto en
cuanto los destinatarios a los que se pretendía representar no lo asumieran como propio.
Siendo la principal vía de aproximación a una obra de estas características su
interpretación colectiva, Ahora publicó el texto del himno el mismo día del estreno en
el Ateneo. El citado diario dedicaba una página completa a este acontecimiento, en la
que figuraba como antetítulo “En busca de un Himno Nacional” y con el título de
“Canto Rural a la República española, de Ó. Esplá y M. Machado” sobre las imágenes
de sus autores648.
646
La denominación exacta de esta agrupación musical es la de Banda del Real Cuerpo de
Guardias Alabarderos (en lo sucesivo en nuestro trabajo, Banda de Alabarderos).
647
El Sol, 25-IV-1931, p. 8. Véase también El Socialista, 25-IV-1931, p. 3. Al tratarse, con la
excepción indicada, de un mismo texto, tal vez fuera una nota de prensa remitida a los medios de
comunicación desde la entidad que acogía el acto, el Ateneo de Madrid.
648
MARTÍNEZ MASSÍA, Ángel, “Canto Rural a la República española, de Ó. Esplá y M.
Machado”, Ahora, 26-IV-1931, p. 3.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
263
Ángel Martínez Massía es el autor de la nota aclaratoria que acompaña a los
distintos contenidos informativos incluidos en Ahora, en torno a la propuesta de
Machado–Esplá.
Al advenimiento del nuevo régimen, el pueblo, para exteriorizar líricamente su
entusiasmo y su alegría, tuvo que acogerse a los acordes del himno de Riego y de
la Marsellesa, y hoy, consolidada ya la nueva forma de Gobierno, sigue el mismo
problema. Hace falta un himno nacional español que el Gobierno declare oficial, e
Instituciones adopten como canto a la Patria representada en la República naciente.
En la necesidad todo el mundo está de acuerdo. Lo difícil es ahora
encontrar el himno que deba ser. Para ello no hay más remedio que aventurar
ensayos y tentativas.
Uno de estos ensayos lo acaba de hacer un gran músico español, Óscar Esplá.
El notable músico alicantino se ha puesto fervorosamente a la tarea de crear un
posible himno nacional y su obra está terminada. [...] Oscar Esplá ha definido su
himno como canto rural a la República Española.
Al himno de Esplá le ha puesto letra el ilustre poeta Manuel Machado649.
A continuación, bajo el titular de “Fragmento del Himno Nacional de Óscar
Esplá”, Ahora reproducía unos compases manuscritos de la partitura de Óscar Esplá,
con la firma del compositor. Completaba la página, en su parte inferior, el texto de
Manuel Machado, precedido del siguiente encabezamiento: “Letra del Himno
Nacional, de Manuel Machado”650.
[Canto rural a la República Española]
Es el sol de una mañana
de gloria y vida, paz y amor.
Libertad florece y grana
en el milagro de su ardor.
¡Libertad!
España brilla a tu fulgor
como una rosa de Verdad
y Amor.
Gloria de escuchar
por tierra y mar –Fe y Esperanza–,
cantar:
“España avanza”.
Gloria del cantar
649
Id.
650
Id., para los textos entrecomillados.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
264
de campo y mar, con la armonía
sin par,
España mía.
Luz de hogar encantadora
a quien con fe la ve lucir.
Fiero incendio que devora
al que lo quiere combatir.
¡Libertad!
El mundo brilla a tu fulgor
como una gema de Verdad
y Amor651.
Martínez Massía había situado en su escrito la necesidad de que el Gobierno se
pronunciara declarando la elección de un himno nacional que fuera representativo del
nuevo régimen. Utilizaba, acertadamente, el término “ensayo” para referirse a la propuesta
de Himno Nacional republicano de Machado–Esplá cuyo estreno se anunciaba para ese
mismo día en el Ateneo de Madrid.
El emplazamieto al Gobierno realizado desde Ahora obtuvo escaso eco en las
esferas de poder, al menos de manera pública, lo que no significaba, en modo alguno, que
desde el Gobierno no se siguiera con atención los acontecimientos que se estaban
produciendo en torno a las propuestas de elección del himno nacional republicano. De
manera muy similar actuaban los partidos políticos, que no adoptaban una posición
concreta sobre dicha materia que pudiera trasladarse a la ciudadanía.
Ante este estado de cosas, la sociedad civil, representada por distintos grupos de
ciudadanos reunidos en torno a los proyectos de himno que se iban conociendo, mantenían
una ‒cada vez más‒ enconada pugna por poner de manifiesto las bondades de uno u otro
proyecto en su legítima pretensión de dotar a la nación de un “canto a la Patria
representada en la República naciente”652.
De entre los distintos “ensayos y tentativas” de Himno Nacional, el que parecía
gozar de un mayor seguimiento era el que se iba a estrenar en el Ateneo de Madrid al
atardecer del 26 de abril. Dicho estreno contaba con la participación de una solista de
651
Id.
652
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
265
prestigio (Laura Nieto), con una agrupación instrumental de titularidad pública, la Banda
Republicana653 y, finalmente, con la colaboración del Ateneo de Madrid, centro neurálgico
del movimiento intelectual afín al ideario republicano.
La solidez de la infraestructura citada, de carácter artístico, cultural y político,
¿podría decantar la elección del Himno Nacional en favor del Canto rural a la República
Española? De producirse un pronunciamiento favorable en su presentación en el Ateneo,
¿refrendaría el gobierno provisional de la República dicha decisión ciudadana? Eran
muchas las preguntas que se podían plantear, pero todas ellas quedaban sin respuesta.
La cobertura informativa que dedicaron distintos medios de comunicación al
acto celebrado en el Ateneo fue muy amplia, tal y como interpretaron que requería la
ocasión. Del estreno de la partitura se hicieron diferentes valoraciones.
Horas antes de la anunciada para el concierto de la antigua Banda de
Alabarderos se veía una animadísima concurrencia en los diferentes locales del
Ateneo, y tres cuartos de hora antes de empezar el concierto estaban ya ocupadas
la totalidad de las butacas de patio y todos los sillones de la tribuna. Entre los
asistentes figuraban numerosas señoras y bastantes obreros654.
José Deleito y Piñuela elaboró una extensa crónica, firmada en Madrid el día 27,
en la que aportaba algunos matices complementarios a la información ofrecida por
Ahora relativa a las dificultades de acceso a la sala.
La expectación era enorme; salones, galerías, pasillos y escaleras hallábanse
atestados. La muchedumbre, apiñada en la calle, veíase difícilmente contenida
por ordenanzas y porteros. Los socios teníamos que entrar uno a uno por la
custodiada puerta que se entreabría ligeramente a nuestro paso655.
653
Su denominación anterior a la proclamación de la República era la de Banda de Alabarderos,
perteneciente al Real Cuerpo de Alabarderos, adscrito de manera directa a la custodia del monarca y su
familia. Ricardo Fernández señaló que la citada banda musical fue “sin duda la mejor que el Ejército
Español tuvo en toda su historia”. FERNÁNDEZ DE LATORRE, Ricardo, p. 347.
654
Ahora, 28-IV-1931, p. 28.
655
DELEITO Y PIÑUELA, José, “La Banda de Alabarderos y los himnos a la libertad y a la
República”, El Mercantil Valenciano, 30-IV-1931, p. 1. Artículo incluido en GALLARDO
FERNÁNDEZ, Isabel M., José Deleito y Piñuela y la renovación de la historia en España. Antología de
textos, [Valencia], Servei de Publicacions de la Universitat de Valencia, 2005, p. 388.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
266
La convocatoria en el Ateneo, entidad a la que pertenecía en calidad de socio
Óscar Esplá656, había trascendido la consideración de mero acto cultural para convertirse
en un acontecimiento ciudadano que generaba un considerable interés público. Si esta
institución, en palabras de Crónica, había sido denominada “la fragua de la revolución
española”657, no sería aventurado estimar la posibilidad de que de aquella forja surgiera
moldeado el Himno Nacional de la República. La elección del Ateneo para la primera
audición del Canto rural a la República Española había sido acertada, dado que dicha
institución podía figurar ante la opinión pública como promotora del citado himno, con
el que guardaría algún tipo de vinculación programática.
A las seis y media aparecieron en el escenario los 64 profesores que
constituyen la Banda y su director, señor [Emilio] Vega658. Iban vestidos de
“smoking” y lucían en la solapa el lacito tricolor.
Los profesores fueron saludados con una gran ovación y con vivas a la
“Banda Repúblicana”. La ovación se continuó con otra tributada al ministro de
la Guerra, señor [Manuel] Azaña659; al comandante [Ramón Franco], y a los
oficiales de Jaca, que penetraron en el salón en aquel momento660.
Gracias a la información de Ahora, completada por otros diarios, conocemos que
asistió al acto, además de Manuel Azaña y de Ramón Franco, el Capitán Salvador
Sediles, entre otros. La presencia de Azaña podía tener un doble significado, por su
condición de Ministro de la Guerra en el gobierno provisional de la República y la de
Presidente del Ateneo661. Nos decantamos por considerar que su asistencia estaba
relacionada con la responsabilidad de Presidente de la docta casa y no con su condición
de Ministro de la Guerra.
656
Véase ESPAÑOL BOUCHE, Luis, “Óscar Esplá, la música en el exilio”, en Daniel Pacheco,
Alejandro R. Díez Torre y Alejandro Sanz (eds.), Ateneístas Ilustres, vol. II, Madrid, Ateneo de Madrid,
2007, pp. 261-270.
657
Crónica, 3-V-1931, [p. 27].
658
Sobre este director de la Banda de Alabarderos, véase FERNÁNDEZ DE LATORRE,
Ricardo, pp. 357-359.
659
Manuel Azaña y Óscar Esplá habían estado en contacto años antes de la presentación de su
obra en el Ateneo. Azaña se refirió a encuentros con Esplá en París, en 1912, por ejemplo, con motivo de
la asistencia a un concierto en la Sala Gaveau. Véase AZAÑA, Manuel, Diarios completos. Monarquía,
República, Guerra Civil, (introducción de Santos Juliá), Barcelona, Crítica, 2004, pp. 55-56.
660
Ahora, 28-IV-1931, p. 28.
661
Véase, sobre la actividad y cargos desempeñados por Azaña en el Ateneo, SILES ARTÉS,
José, “Manuel Azaña: la forja de un ateneísta”, El Ateneo: revista científica, literaria y artística, n.
os
15-
16, 2006, pp. 161-169.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
267
La inasistencia de otros miembros del gabinete presidido por Niceto Alcalá–
Zamora y de altos cargos del ejército (como sí había ocurrido en Barcelona en el estreno
de El Cant del poble de Amadeo Vives) evidenciaba que las instituciones de la
República se mantenían al margen de tan singular velada ateneísta. Este hecho limitaba
considerablemente las expectativas más optimistas generadas en torno a la presentación
pública del Canto rural a la república española.
Quien sí hizo acto de presencia y no dudó en comparecer junto a Manuel Azaña
y los creadores del himno fue Ramón Franco. Los reporteros gráficos inmortalizaron la
escena, concluida la función662. También asistió al concierto el capitán Salvador Sediles,
participante en la sublevación de Jaca. En ambos casos, los dos militares figuraban
como destinatarios de la dedicatoria que había consignado Ramón Torralba al comienzo
de su Himno Republicano Español, obra compuesta a petición de Ramón Franco.
En este complejo entramado de ausencias y de asistencias significativas, el maestro
Emilio Vega dirigió, al frente de la Banda Republicana, un programa en su totalidad
dedicado a la música española. Hubo una excepción: La Marsellesa, aunque ya conocemos
que este himno había ocupado un papel hegemónico en la verbena popular republicana y,
por tanto, podemos considerarla como parte del repertorio republicano español.
La Banda comenzó por tocar la Marsellesa y el Himno de Riego, que fueron
coreados y aplaudidos por el público con extraordinario entusiasmo.
Posteriormente ejecutaron las piezas incluidas en el programa, todas ellas de
música española, de los autores Albéniz, Chapí, Óscar Esplá y Vega, director de
la magistral agrupación sinfónica. […].
A continuación se estrenó el “Canto rural a la República española”, de los
señores Óscar Esplá y Manuel Machado. Alcanzó un éxito extraordinario y fue
repetido tres veces. Se encargó de cantarlo la señorita Laura Nieto, y lo hizo
magistralmente, por lo que fue calurosamente ovacionada.
Cerró la fiesta musical la Marsellesa y el Himno de Riego, que nuevamente
fueron coreados por todos los concurrentes, puestos en pie.
Los profesores de la Banda se dirigieron desde el Ateneo a Capitanía general
para firmar su adhesión a la República española663.
662
Crónica, 3-V-1931, [p. 27]. La instantánea está firmada por Piortiz y Díaz Casariego.
663
Ahora, 28-IV-1931, p. 28.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
268
Obsérvese la presencia, agrupadas como una pequeña sección del programa, de
La Marsellesa y del Himno de Riego en calidad de partituras ampliamente aceptadas en
la sociedad española y, de manera especial, en los medios ateneístas. Ambos himnos
tuvieron confiada la apertura y clausura protocolaria del acto, y hacia el final del
programa figuraba la primera audición pública de la propuesta de himno elaborada por
MachadoEsplá.
Completaremos la interesante información de la cita anterior publicada en
Ahora con otra de El Sol del mismo día, en la que se recogen los títulos de las
partituras interpretadas en el Ateneo el 26 de abril. El objetivo fundamental de este
concierto era la presentación pública del himno de Óscar Esplá y para ello, con muy
buen criterio, se acomodó dicho estreno en el marco de un programa monográfico
integrado en su totalidad (salvo la omnipresente Marsellesa) por obras de destacados
autores españoles664.
Se establecía, de ese modo, un diálogo musical a varias voces, consecuencia de
la superposición de tres planos diferenciados aunque interrelacionados entre sí: histórico
(referencias revolucionarias), cultural (tradición musical española) y político (propuesta
de himno para la República). Al primero de los planos corresponderían el Himno de
Riego y La Marsellesa; al segundo, Rapsodia española, de Albéniz, Noches en los
jardines de España, de Falla, La Revoltosa, de Chapí, Rapsodia de la Mancha, de Vega,
y La nochebuena del diablo (primer y segundo tiempos), de Esplá; y al tercero, El Canto
rural a la República Española, también de Esplá665.
En este contexto musical, el himno de Esplá emergía en su presentación en el
Ateneo avalado por las referencias históricas y culturales señaladas, como resultado de
un proceso de decantación artística que encontró su concreción última en la propuesta
664
Véase El Sol, 28-IV-1931, p. 6.
665
No podemos extendernos en el estudio de cada una de estas obras, aunque sí consideramos
oportuno referirnos al hecho de que algunas de ellas debieron de ser instrumentadas para banda puesto
que, originalmente, fueron escritas para solistas u otras plantillas. Generalmente, esta adaptación la realiza
el director de la agrupación, en este caso Emilio Vega, autor de una de las composiciones interpretadas en
el Ateneo. Ricardo Fernández de Latorre destacó del citado director “la extraordinaria capacidad artística
y técnica de que hizo gala en sus centenares de transcripciones para su banda de las más importantes obras
de la historia de la música”. FERNÁNDEZ DE LATORRE, Ricardo, p. 35.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
269
política contenida en dicho himno. Tanto la elección del Salón de actos de la docta casa
como el programa interpretado respondían a una esmerada planificación.
A pesar de ello, el estreno de Canto rural a la República española tuvo un
tratamiento desigual en los medios de comunicación: junto a interpretaciones y
pronunciamientos altamente elogiosos, encontramos otras valoraciones manifiestamente
más moderadas, con tratamientos perifrásticos carentes de entusiasmo.
Es una música de ritmos populares, pero llena de empaque, de prestancia y de
espíritu civil. Nada de charanga militar, patriotería «viejo régimen». Es el propio
pueblo que avanza por medio de los campos cantando la «buena nueva». Algo
sereno, pero lleno de generosidad y de grandeza, que levanta el ánimo.
Y el público, de pie, aclama al músico y al poeta, y con ellos a Franco y a
Sediles, sin los cuales este himno no hubiera llegado a ser escrito seguramente666.
Algo menos entusiasta se mostró en Nuevo Mundo Juan Ferragut, quien
construyó su información analizando, con cierto escepticismo, la rápida transformación
de los miembros de la Banda de Alabarderos, los cuales habían mudado en un corto
espacio de tiempo de servidores de la Monarquía a seguidores de la República667.
Ved en una a la Real Banda de Alabarderos con sus casacas y tricornios de
músicos palatinos. Son los que con sus melodías acompañaron los desfiles
solemnes de la realeza , los que animaron con sus conciertos los banquetes
suntuosos y los saraos magníficos, los que arrullaron con sus sinfonías los idilios
cortesanos y amortiguaron con el clamor de sus metales el eco de las intrigas en
las antecámaras donde tantas veces se decidió la suerte de un pueblo al compás
de un bailable galante668.
Destacaba Ferragut en su texto un interés especial por la descripción tanto de los
cometidos decorativos de las músicas palatinas en distintas escenas cortesanas, como
666
Crónica, 3-V-1931, [p. 27].
667
Según Ricardo Fernández de Latorre, “La extraordinaria banda interpretó su último concierto
en Palacio el 12 de abril [de 1931], víspera de la salida de Alfonso XIII de España, rumbo a un exilio
definitivo”. FERNÁNDEZ DE LATORRE, Ricardo, p. 359. No es exacto el último dato de la cita, pues el
monarca abandonó el país el 14 de abril, no el 13.
668
Nuevo Mundo, 1-V-1931, [p. 26]. A pesar de la transformación en Banda de la República,
todavía se utilizaron, al menos puntualmente, las “casacas y tricornios de músicos palatinos”. Véase una
imagen con esta indumentaria en FERNÁNDEZ DE LATORRE, Ricardo, p. 470. El pie de dicha imagen
es el siguiente: “La Banda Republicana, con uniforme del Cuerpo de Alabarderos, desfila por París en
1932. En las hombreras se habían eliminado las coronas y cifras de la Monarquía”. Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
270
por el repertorio básico de himnos, renovado gracias al cambio operado de Real Banda
de Alabarderos a Banda de la República.
Han bastado dos semanas para que los artistas, tradicionalmente
monárquicos, palatinos, palaciegos, hayan substituido en sus partituras las
cadencias reverenciosas de la Marcha Real por armonías ungidas de clamor
popular, de La Marsellesa y del Himno de Riego.
Y aún en su republicano ardor de neófitos, esos músicos han tenido tiempo en tan
breve espacio de ensayar y aprender el Canto rural a la República [española],
tributo del gran compositor Óscar Esplá al nuevo régimen de España669.
Este autor exponía el cambio político experimentado en España en abril de
1931 con una inteligente metáfora, construida gracias a la cita de partituras
representativas del período que concluía (la Monarquía) y del que daba sus primeros
pasos (la República). De “las cadencias reverenciosas de la Marcha Real” a las
“armonías ungidas de clamor popular, de La Marsellesa y del Himno de Riego”, eran
expresiones que servían para mostrar la secuencia temporal de elementos sonoros que
caracterizaba la transformación de un Estado.
Ferragut había expresado de esta manera que cada período histórico podía
definirse ‒también‒ a partir de sus músicas representativas, al tiempo que señalaba el
“tributo del gran compositor Óscar Esplá al nuevo régimen de España”670: la
composición del Canto rural a la Repúbica Española, un himno nuevo para un régimen
nuevo, consecuencia directa del advenimiento de la República.
Acompañaban esta información dos fotografías que incidían en la dualidad
planteada en el relato periodístico entre “músicos palatinos” y su conversión en músicos
republicanos: una instantánea en la parte superior mostraba a la antigua Banda de
Alabarderos con el siguiente pie de imagen: “La banda del Real Cuerpo de
Alabarderos, con sus casacas y sus tricornios de músicos palatinos”671; y otra, como
contrapunto a la anterior, en su parte inferior, acompañada de un pie de imagen
suficientemente explícito: “Unos días más tarde. La misma banda. Los mismos
669
Id.
670
Id.
671
Id. Fotografía firmada por “Quilez”.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
271
hombres. Pero el “smoking” civil en vez de la casaca platina. El himno de la
República en vez de la Marcha Real”672.
Este segundo pie incluía un pronunciamiento sobre la categoría otorgada a la
composición que había sustituido en los atriles de la ya Banda Republicana a la Marcha
Real, el Canto rural a la República española, citado como “el himno de la República”.
Por tanto, según este autor, las funciones de representación institucional que habían sido
desempeñadas por la citada Marcha recaerían ahora en el himno, políticamente
antagónico, que se había estrenado en el Ateneo de Madrid673.
Se trataba más de una declaración de intenciones que de un hecho consumado,
puesto que, previamente, era necesario que se produjera, primero, el refrendo de su
aceptación por parte de la sociedad y, segundo, un pronunciamiento favorable del
gobierno provisional de la República u otro órgano competente de la administración
republicana mediante su correspondiente sanción oficial. De momento, ninguna de estas
dos circunstancias se había producido.
Concluía el artículo del Nuevo Mundo con un párrafo escrito en un tono
abiertamente lapidario, despiadado, sin contemplaciones… Juan Ferragut reprochaba a
la Banda de Alabarderos su pasado monárquico, invocando la generosidad de la
República aunque sin renunciar a la memoria de hechos luctuosos que habían causado
consternación en las filas republicanas: esperanza ante la Monarquía derrocada y honra
para los mártires de la República.
Y es más significativo aún que estos hombres aparezcan en el Ateneo,
agrupados en torno al busto de [Fermín] Galán, el mílite martir, para el que no
672
Id. Firmada por “Díaz Casariego”.
673
Preocupados por la continuidad de la Banda de Alabarderos y de la posibilidad de que esta
fuera transformada en Banda de la República, el socialista Felipe Pretel se entrevistó con el Alcalde de
Madrid, Pedro Rico, para proponerle que dicha banda se incorporase a la Municipal de Madrid,
solicitando que trasladara esta “sugestión” al Gobierno. La información anterior aparecía publicada el
mismo día en que se celebraba el concierto en el Ateneo. Véase El Socialista, 26-IV-1931, p. 2. Pocos
días después, el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra publicaba una circular de la Subsecretaría del
Ministerio de la Guerra titulada “Alabarderos”, que había sido firmada por Azaña el 30 de abril. En esta
circular se fijaba la continuidad de dicha banda una vez disuelto el Cuerpo de Alabarderos al que había
pertenecido, “hasta tanto que por este Ministerio se determine en su día la situación definitiva en que deba
quedar”, situándola bajo dependencia orgánica “del Capitán general de la primera región [militar]”.
Véanse los textos entrecomillados anteriores en Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 1-V-1931, p. 265.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
272
salió ninguna piedad del Palacio, en el que, tal vez aquel mismo día de su
fusilamiento, la música de los alabarderos amenizó alguna regia sobremesa…
¿Lección? ¿Apostilla? ¿Ejemplo? La República salida del pueblo, es liberal y
generosa como el corazón de ese pueblo mismo que sabe triunfar sin rencor y
olvidar con hidalguía674.
Completaremos la descripción del acontecimiento ciudadano que había tenido
como escenario el Salón de Actos del Ateneo de Madrid con la consulta de un extenso
reportaje elaborado por José Deleito y Piñuela para El Mercantil Valenciano. La
narración de este autor, de profundas convicciones liberales, posee matices
diferenciadores respecto de las anteriores puesto que, más que una crónica periodística,
nos ofrece un amplio estudio redactado desde una perspectiva histórica, propia de su
condición de Catedrático de Historia de la Universidad de Valencia.
Con el título de “La Banda de Alabarderos y los himnos a la libertad y a la
República”675, Deleito y Piñuela mencionaba la agrupación musical que había
protagonizado el concierto, a la que seguía denominando por su enunciado monárquico,
aunque en su último párrafo se referirió a ella como “la banda ex palatina”676. Del
mismo modo, recogía el contenido político del programa interpretado, en el que se
evocaba la libertad, en las páginas del Himno de Riego y de La Marsellesa, y la
República, en las del Canto rural a la República española, composiciones cuya cita
nominal se omitía.
El Ateneo de Madrid, glorioso vivero intelecutal, tribuna de la libertad
siempre, y en los últimos tiempos tribuna y barricada, celebró ayer una fiesta
musical grandiosa e imponente para recibir las primicias ¿quién con más
títulos? del canto a la República española que acaba de componer el maestro
Óscar Esplá, con la letra del ilustre poeta sevillano y republicano de abolengo
Manolo Machado. Siempre la música acompañó a los grandes movimientos
políticos, sociales o religiosos (himnos, salmos, cantos de triunfo y aun coplas
populares), como vibración emocional en que se condensa y exalta todo un
hondo sentimiento colectivo677.
674
Id.
675
DELEITO Y PIÑUELA, José, p. 388. La cursiva pertenece al original.
676
Ibid., p. 391.
677
Ibid., p. 388.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
273
Deleito reproducía en su artículo el poema de Machado, precedido de un
comentario elogioso sobre la soprano que había interpretado la obra: “La señorita Laura
Nieto entonó, con bien timbrada voz, las estrofas de Machado […]”678; para cerrar,
después de la conclusión del poema, con otro texto no menos laudatorio hacia el
compositor: “la canción, armonizada por las notas viriles del maestro Esplá, es visada
entre el frenético entusiasmo del auditorio”679.
José Deleito había cumplimentado a la soprano, al poeta y al compositor. Sin
embargo, no hizo extensivo el mismo tratamiento a la que había denominado como
“banda ex palatina” ni a su director, Emilio Vega. El autor del artículo dedicó el resto
del texto a revisar el sentido histórico del Himno del Riego y de La Marsellesa: sobre el
primero escribió que “es el pasado, es la historia, es el liberalismo español, cohibido
siempre, aun en sus amagos revolucionarios, por el respeto ancestral a la monarquía”; y
calificó el segundo como “el himno de la actualidad, más viejo, pero más nuevo, con la
juventud de lo perenne, con la inspiración de lo inmortal […]”680.
En palabras de este profesor universitario, la obra de Machado-Esplá, el Canto
rural a la República Española, había sido “visada entre el frenético entusiasmo del
auditorio”681. En este contexto, la interpretación del término “visada” nos plantea alguna
duda, dado que puede significar (escrito con “v”) la aprobación del público del Ateneo,
mientras (escrito con “b”, de “bis”) se referiría a la repetición de la obra. Tal vez, José
Deleito quiso concentrar en este término ambas circunstancias gracias a un tratamiento
conceptista682 de la expresión escrita.
678
Id.
679
Ibid., p. 389.
680
Ibid., p. 391 para ambos textos entrecomillados.
681
Id.
682
El conceptismo es una corriente literaria del Barroco español, cuyo máximo representante fue
Francisco de Quevedo, y entre sus aportaciones destaca el empleo de palabras con dos o más significados
al mismo tiempo (anfibología). Escribía Quevedo en El Buscón: “Yo viendo que era batalla nabal y que
no se había de hacer a caballo, comencé a apearme; mas tal golpe me le dieron al caballo en la cara, que,
yendo a empinarse, cayó conmigo en una –hablando con perdón– privada [excrementos]”. QUEVEDO,
Francisco de, La vida del Buscón llamado Don Pablos, (edición de Domingo Ynduráin), Madrid, Cátedra,
2003, p. 111. El término clave para la comprensión del fragmento anterior es “nabal”, referido a batalla de
nabos, frente a batalla naval o de naves. Ya hemos recogido otro ejemplo de doble significado en la cita
de José Subirá al referirse a la “marcha real” como himno y como partida de la familia real al exilio.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
274
¿Respondía la afirmación anterior a un gesto de cortesía por parte de Deleito y
Piñuela o, por el contrario, se trataba de un acto de sincera aprobación? ¿Había recibido
el público la obra con entusiasmo fruto de los méritos propios de la partitura, o esa
atribución respondía a una manifestación de republicanismo militante del autor,
consciente de la necesidad de que la República dispusiera de un himno propio?
Los testimonios gráficos que recogen escenas posteriores al concierto no reflejan
en el grupo de las personalidades presentes el entusiasmo a que aludía Deleito y Piñulea:
Azaña683, Ramón Franco, Óscar Esplá y Manuel Machado, entre otras. Apreciamos, más
bien, todo lo contrario: semblante serio, circunspecto, con la mirada perdida en distintas
direcciones. Idéntico semblante muestra el público que les acompaña. Los reportajes
fotográficos de aquella jornada ateneísta muestran un segundo grupo de actores, el
formado por los músicos de la banda republicana y la soprano Laura Nieto, dispuestos
alrededor de un busto de Fermín Galán684. La expresión del grupo es también contenida.
Por el contrario, en la primera de las instantáneas podemos constatar la soledad
con la que fue estrenado el Canto rural a la República Española, soledad no numérica
sino de representación institucional. Tan solo Azaña podía ostentar ese papel, a todas
luces insuficiente ante la magnitud y relevancia del objetivo de dicho estreno.
De haberse producido, como afirmaba Deleito, junto a distintos autores citados,
la aceptación frenética, entusiasta, del himno de Machado-Esplá por parte del público
683
Hubiera sido de gran interés para nuestra investigación conocer la opinión personal de
Manuel Azaña sobre el estreno de Canto rural a la República española, pero no ha sido posible, dado que
en sus Diarios, la primera anotación del período de la República corresponde al día 2 de julio de 1931. El
archivo histórico del Ateneo no conserva documentación sobre el concierto celebrado el día 26 de abril,
como consecuencia del expolio que sufrió a la finalización de la Guerra Civil. Véanse, respectivamente,
AZAÑA, Manuel, Diarios completos…, p. 145, y HERREROS, Isabelo, El Ateneo Intervenido. 1939-
1946, Madrid, Ateneo Científico y Literario, 2008.
684
Véanse fotografías representativas de ambos grupos en VALVERDE, Salvador, “La ex Banda
de Alabarderos, convertida en Banda Republicana, estrena el primer himno a la República”, Crónica, 3-
V-1931, [p. 27]. A pie de página se indica que la fotografías fueron realizadas por Piortiz (seudónimo de
los hermanos Pío y Félix Ortiz) y José María (Pepe) Díaz Casariego. Por la disposición de las mismas, la
primera de ellas sería obra de Piortiz (Banda Republicana con Ofelia Nieto y busto de Fermín Galán) y la
segunda (grupo de personalidades y público) de Díaz Casariego. La información sobre el seudónimo
“Piortiz” está tomada de LÓPEZ MONDÉJAR, Publio, El rostro de las letras, Madrid, Ediciones del
Azar, 2014, p. 364. Este libro se publicó como catálogo de la exposición homónima celebrada en la Sala
Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid (23-IX-2014 al 10-I-2015). En su página 333 incluye una
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
275
presente en el Ateneo, habría sido necesario formalizar su aceptación en el ámbito
institucional o, en su defecto, iniciar un período de consultas previo a su designación
como Himno Nacional de la República. No tenemos constancia de que se realizara
tramitación alguna en uno u otro sentido.
Lejos de avanzar en esa dirección, el gobierno provisional de la República no se
pronunció como tal ni tampoco a través de ninguno de sus miembros, evitando cualquier
gesto que pudiera interpretarse como un primer paso hacia el reconocimiento oficial del
Canto rural a la República española. ¿Se había precipitado Óscar Esplá publicando en
el Heraldo de Madrid, el día 15 de abril, la noticia de que trabajaba en un Himno
Nacional? Probablemente, sí. Al haber tomado la iniciativa motu proprio, sin previo
consenso con representantes de las nuevas instituciones republicanas, las opciones de
alcanzar el objetivo propuesto se vieron seriamente limitadas.
Óscar Esplá y Ramón Torralba ya habían hecho públicas sus respectivas
propuestas de himno para la República y pronto se conocerían otros proyectos que
perseguían idéntico objetivo. Dos días después del concierto en el Ateneo, no muy lejos
de allí, se había convocado un acto en homenaje al capitán Salvador Sediles y al resto de
sublevados en Jaca. El lugar elegido era el Café Atocha y en el mismo actuó la banda
musical dirigida por el compositor Martín Domingo, quien cedió la batuta a una
directora en parte del programa.
En dicho homenaje se estrenó la obra titulada 14 de Abril (Himno Republicano
Español)685, cuya autoría correspondía a Francisco Anaya, en cuanto al texto, y a su
instantánea sobre el acto del Ateneo de Díaz Casariego, muy similar a la publicada por este autor en
Crónica, citada en esta misma nota a pie de página.
685
Atendiendo a su edición impresa, en lo sucesivo citaré este himno, únicamente, como 14 de
Abril, escrito en algunos diarios como Catorce de abril. Tuve la primera noticia de esta partitura en el año
1988, cuando consultaba distintas fuentes en la Hemeroteca Municipal del Ayuntamiento de Madrid, entre
otras La Libertad. De manera inmediata me trasladé a la Biblioteca Musical del Ayuntamiento de Madrid,
también en el Centro Cultural Conde Duque, para consultar sus fondos. Efectivamente, existía una edición de
esta partitura para voz y piano, registrada con la siguiente signatura: MP 968 (25). La directora de la
Biblioteca me informó de que procedía de la compra reciente de un conjunto de partituras a una librería de
lance. Un ejemplar de su primera edición puede consultarse en dicho centro. Consúltese Anexo Documental
(Doc. VII). La portada de este himno contiene documentación gráfica superpuesta sobre la bandera tricolor
republicana: “Esta fotografía nos muestra a Adela Anaya dirigiendo la orquesta en un acto multitudinario
celebrado el 24 de mayo de 1931 en la nueva plaza de toros de Madrid (actual plaza de Las Ventas), a
beneficio de los obreros sin trabajo. En este concierto, entre otras obras, se interpretó su himno titulado 14 de
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
276
hermana Adela Anaya, en lo referente a la música. No se trataba de una obra compuesta
circunstancialmente para un acto puntual, sino que era un nuevo proyecto de Himno
Nacional para el que se recabaron, posteriormente, apoyos sociales y políticos.
El éxito hubo de ser extraordinario y clamoroso. Más de seis veces tuvo que ser
repetido entre grandes ovaciones. La autora, que se vio obligada a dirigir la banda
de Martín Domingo, recibió el homenaje del público, que al mismo tiempo
aplaudía ardorosamente al capitán Sediles, que asistió a la sección de la noche.
Una enorme muchedumbre acompañó a la salida del local a la maestra
Anaya, que ha tenido un acierto absoluto con su vibrante composición, la cual no
tardará en hacerse popular […]686.
Se editó una versión de este himno para piano y voz, y en su portada se insertó la
siguiente anotación: “Estrenado con grandioso éxito en el concierto popular celebrado el
24 de mayo de 1931, en la nueva plaza de toros de Madrid, a beneficio de los obreros
sin trabajo”687. No es correcto este dato puesto que su estreno, como hemos indicado,
tuvo lugar el 28 de abril en el Café Atocha con la banda musical de Martín Domingo
bajo la dirección de la propia Adela Anaya. A pesar de ello, sus autores optaron por
señalar como fecha de estreno la correspondiente a un acto multitudinario que se celebró
pocas semanas después, tal vez para darle una mayor relevancia social688.
14 de Abril (Himno Republicano Español)
Texto: Francisco Anaya – Música: Adela Anaya
¡Hijos de España!
Hoy las frentes alzad, en su honor,
que el vasallaje al monarca opresor,
ha terminado por vuestra voluntad y valor;
y ya es el pueblo soberano y señor.
¡Republicanos españoles!
Vuestras almas y pechos ensanchad,
que por fin vuestra querida patria
ha logrado la hermosa libertad.
Abril. Himno Republicano Español”. GÓMEZ RIVAS, Isabel y TÉLLEZ CENZANO, Enrique: “Las señas
de identidad…”, op. cit., p. 120.
686
“El himno ‘14 de Abril’”, La Libertad, 29-IV-1931, p. 7.
687
ANAYA, Adela y ANAYA, Francisco, 14 de Abril. Himno Republicano Español, (versión
para voz y piano). Madrid, [Los autores], 1931 (Lit. J. Foruny).
688
Nos referiremos más adelante al citado concierto solidario.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
277
Al cantar este himno glorioso
recordemos con férvida emoción,
la memoria de nuestros mártires
sacrificados por la reacción.
[…]
¡Glorifiquemos la victoria
que alcanzó la España liberal!
Vibrarán fuerte los corazones
en estrecho abrazo fraternal.
Que si el pueblo con sed de justicia
se mantiene en la brecha con vigor,
la antorcha de la república
alumbrará con eterno fulgor.
¡Camaradas!
Trabajemos con franca y leal igualdad,
para que goce así nuestra Patria
la mayor felicidad.
Ya sin reyes, ni tiranos,
ni oprobioso dictador
conjuntemos los esfuerzos
con talento y con ardor,
para formar una España
grande ante la humanidad,
en la que nunca pueda extinguirse
la sagrada libertad689.
* * *
A medida que surgían nuevos himnos, acompañados de manera inmediata de
seguidores y detractores, la situación se hacía más compleja, mientras en las instancias
oficiales persistía el silencio, tal vez a la espera de que la sociedad española se decantara,
mayoritariamente, por uno u otro. En este escenario de confusión, incrementado día a día
por el conocimiento de nuevas propuestas, no parece extraño que un artículo en Crónica
sobre el acto del Ateneo del día 26 de abril, comenzara señalando que “cuando se
publiquen estas líneas habrá ya trescientos himnos a la República española […]”690.
689
ANAYA, Adela y ANAYA, Francisco, op. cit.
690
VALVERDE, Salvador, [p. 27].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
278
La cifra que irónicamente apuntaba Crónica no sería fácil de alcanzar, aunque el
caudal hímnico de propuestas no cesaba. A las tres que ya hemos citado le siguió otra
cuya información venía recogida en un medio de comunicación catalán, Diario de
Barcelona, en su edición del 29 de abril.
ALGUNAS PERSONAS PIDEN QUE EL HIMNO NACIONAL DE LA
REPÚBLICA SEA EL “GLORIA A ESPAÑA”, DE CLAVÉ
Asegúrase que algunas personas han dirigido una carta abierta al ministro de
Instrucción y Bellas Artes [Marcelino Domingo], en la que entre otras cosas
dicen que el “Gloria a España” de Clavé, arreglado por un técnico, debe ser el
nuevo Himno español691.
La obra citada de José Anselmo Clavé en la nota de prensa anterior fue titulada
por su autor ¡Gloria a España!, enmarcada entre signos de admiración. A continuación
la denominó “Cantata Nacional” y añadió la siguiente información: “escrita para la 4.ª
fiesta musical de Euterpe692 celebrada en Barcelona los días 4, 5 y 6 de junio de 1864, y
ejecutada por 2.000 coristas y 300 profesores de orquesta y banda”693.
La magnitud del número de coristas e instrumentistas indicado refleja la
relevancia del acto, así como su importancia social y artística. El texto del ¡Gloria a
España!, escrito en castellano, obra del propio Clavé era, en 1864, un canto de alabanza
a la patria española. Impreso tipográficamente “ESPAÑA” en versalita, recogemos su
primera estrofa.
¡Gloria a ESPAÑA, la heróica matrona
Que humilló la extranjera arrogancia,
Invencible en Sagunto, Numancia,
Covadonga, Gerona y el Bruch!
¡Gloria a ti, gloria a ti patria amada!
¡Gloria a ti, cuyos tersos blasones
Esculpieron preclaros varones
Con su esfuerzo, saber y virtud!694
691
Diario de Barcelona, 29-IV-1931, p. 10.
692
Se refería Clavé a la “Sociedad Coral Euterpe”, formada en 1857 como sucesora de “La
Fraternidad”, la cual había sido la primera entidad de estas características creada por él mismo en España
en 1850. Véase CARBONELL i GUBERNA, Jaume, Josep Anselm Clavé i el naixement del cant coral a
Catalunya (1850-1874), Cabrera de Mar (Barcelona), Galerada, 2000, p. 137.
693
CLAVÉ, José Anselmo, Flores…, op. cit., p. 173.
694
Ibid.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
279
¿Había recibido Marcelino Domingo la petición citada en Diario de Barcelona?
Al margen de su recepción o no por el ministro, una nueva propuesta venía a sumarse a
las anteriores, y lo hacía coincidiendo en el tiempo con un acalorado debate que tenía en
distintas cabeceras de prensa su principal tribuna pública. En esta ocasión, no se trataba
de una obra compuesta coincidiendo con la proclamación de la Segunda República, sino
que su origen respondía al período histórico de la última etapa del reinado de Isabel II.
Concebida como una “Cantata Nacional”, escrita para Coro a tres voces y banda,
Clavé intentó dotar a esta partitura de un carácter solemne, y para ello determinó, según
una sensibilidad muy extendida durante distintas etapas de la historia de la música, que
las tres voces fueran masculinas (tenores 1.os y 2.os y bajos), agrupadas en su
interpretación con la indicación de tempo “Marcial”. La elección de voces masculinas y
el tempo señalado situaban a esta obra en el ámbito próximo a la institución militar,
entidad que forma parte de la estructura intrínseca del Estado.
¡Gloria a España! era un canto de exaltación y de confianza en el futuro. Clavé
enumeró en el texto, primero, sus prohombres, pertenecientes a diferentes campos y
ramas de las ciencias y de las artes, representantes, a su vez, de distintos territorios
nacionales para, después, en la siguiente estrofa, aventurar un futuro de progreso y paz,
anunciando transformaciones que no tardarían mucho tiempo en producirse:
Eres cuna del Cid y Pelayo,
De Cervantes, Mariana y Herrera,
De Velázquez, Murillo y Rivera,
De Isidoro, Capmany y Feijóo;
De Ensenada, Cisneros y Aranda,
De Lanuza, Clarís y Padilla,
De Argensola, Quevedo y Ercilla,
De Churruca, Marquet y Quirós.
¡Gloria a ESPAÑA! do en paz hoy florecen
Con las ciencias, la industria y las artes;
Do el progreso derrumba baluartes
Que en talleres se ve transformar.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
280
Himno santo de amor reproduzcan
Del Pirene las cóncavas breñas,
Y desplieguen sus nobles enseñas
Euterpenses legiones de paz695.
Clavé firmó la conclusión de esta “Cantata Nacional” en abril de 1864. En 1868
tuvo lugar La Gloriosa y en febrero de 1873 la proclamación de la Primera República
Española. Como había anunciado el compositor, se derrumbaron algunos baluartes pero
una y otra vez fueron restituidos. De nuevo, en abril de 1931, el baluarte de la monarquía
borbónica cayó derribado por las aspiraciones ciudadanas de instauración de la Segunda
República. Y esta necesitaba una bandera y un himno que sintetizasen sus ideales.
En este complejo proceso, referido al himno, Diario de Barcelona había
recordado en su páginas, con un tratamiento un tanto críptico, la obra de Clavé:
“Asegúrase que algunas personas […]”696. Quienes habían impulsado el ¡Gloria a
España! como “nuevo Himno español” probablemente lo hicieron movidos por el
profundo espíritu patriótico que encerraba el texto de Clavé, y sería el contrapunto
político, la réplica desde el mismo ámbito cultural catalán, al intento de Macià de contar
con un himno propio para Cataluña, obra de Amadeo Vives al que ya nos hemos referido.
Por lo tanto, no consideramos la aparición de ¡Gloria a España! como una
iniciativa promovida desde la ingenuidad o las circunstancias coyunturales del
momento, sino fruto de una postura sustentada en la identificación entre el nuevo
régimen republicano y el espíritu patriótico de la partitura. El estudio de dicha propuesta
admite dos lecturas complementarias: en primer lugar, en clave interna (de carácter
local), como elemento que se erigía frente a los impulsos de signo independentista
exhibidos públicamente por Companys y Macià durante las primeras jornadas de la
proclamación de la República y, en segundo lugar, en clave externa (a escala nacional),
como símbolo musical que, aunque creado en Cataluña, tenía una vocación de acogida
en sus pentagramas de la representación institucional de todos los territorios del Estado.
695
Ibid. pp. 173-174.
696
Diario de Barcelona, 29-IV-1931, p. 10.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
281
¿Se encontraba esta interpretación en el origen de la extrema discreción que
había observado el Diario de Barcelona al omitir cualquier dato que pudiera facilitar la
identificación de los impulsores de dicha propuesta? ¿Se había generado esta iniciativa
en el propio medio de comunciación o en su entorno más inmediato como una posición
propia frente a otras propuestas conocidas?697
Todavía no se había alcanzado la cifra de 300 himnos que había avanzado
Crónica, pero su número seguía aumentando. En el corto espacio de quince días, los que
separan el 14 del 29 de abril, se habían postulado, desde diferentes ámbitos de la
sociedad, con distintos protagonistas y grupos de apoyo, al menos cuatro himnos
diferentes destinados a asumir la funciones representativas de la Segunda República:
Canto rural a la República Española, Himno Republicano Español, 14 de Abril y
¡Gloria a España!
Mientras la situación en torno al Himno Nacional, lejos de clarificarse, adquiría
progresivamente la condición de déficit en el ámbito de la representación institucional
del nuevo régimen, el Gobierno Provisional promulgó, el 28 de abril, un decreto de la
Presidencia de la República en cuyo texto introductorio y en su primer artículo se
fijaban las características de la que sería la Bandera de la República:
Hoy se pliega la bandera adoptada como nacional a mediados del siglo XIX.
De ella se conservan los dos colores y se le añade un tercero, que la tradición
admite por insignia de una región ilustre, nervio de la nacionalidad, con lo que el
emblema de la República, así formado, resume más acertadamente la armonía de
una gran España.
Fundado en tales consideraciones y de acuerdo con el Gobierno provisional;
Vengo en decretar lo siguiente:
Artículo 1.º Se adopta como bandera nacional para todos los fines oficiales de
representación del Estado dentro y fuera del territorio español y en todos los
servicios públicos, así civiles como militares, la bandera tricolor que se describe
en el artículo 2.º de este Decreto698.
697
Recordemos que en las informaciones de esta cabecera, de adscripción monárquica, referidas
a las jornadas de las proclamaciones republicanas en Barcelona en abril de 1931, se omitió citar el
protagonismo en las calles de la ciudad del himno republicano La Marsellesa.
698
España. Decreto de la Presidencia del Gobierno Provisional de la República, Gaceta de
Madrid, 28 de abril de 1931, n.º 118, p. 359.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
282
La aprobación de la bandera tricolor como “emblema de la República” a la que
se le otorgaba la bondad de resumir “la armonía de una gran España” reflejaba el interés
del Gobierno por disponer de sus propios elementos de representación. Dicha
aprobación, en fecha temprana, estaría motivada por la existencia de un amplio consenso
social y político que avalaría su elección en los términos en que que se había producido.
El que fuera proclamado Alcalde de Madrid, el 15 de abril, Pedro Rico, realizó
en el exilio un amplio estudio sobre esta materia, trabajo que dedicó a la memoria del
amigo fallecido, Fernando de los Ríos.
Entre los muchos aspectos impresionantes que sociológicamente ofrece aquel
gran impulso renovador que fue el 14 de abril de 1931, ninguno quizás tan
merecedor de atención y estudio como la unánime espontaneidad con que surgió
por sí misma, del fondo íntimo del alma nacional, la nueva insignia
simbolizadora de la patria.
A un tiempo mismo, sin ponerse nadie de acuerdo ni estarlo previamente
para ello, la bandera tricolor surgió en diversos puntos de Madrid y, aceptada
con entusiasmo por todos, cundió con celeridad asombrosa, inundando la
ciudad, en el espacio de poco más de una hora, de enseñas en las que se unía a
los antiguos, el color morado, no menos antiguo en la conciencia popular,
como simbolizador de Castilla.
Posteriormente, pudo comprobarse que el fenómeno se produjo con idéntica,
espontánea intensidad y rapidez en la mayor parte de las provincias españolas699.
Al margen de que en Madrid se produjeran los hechos como indicaba el que
fuera denominado “Alcalde Popular de Madrid”700, este autor omitía que horas antes de
que en los balcones y calles de dicha ciudad ondeara la bandera tricolor, ya se había
producido esta circunstancia en Eibar y Barcelona, entre otras localidades.
El decreto de la Presidencia de la República de 28 de abril no hacía sino
sancionar como oficial una bandera que ya gozaba del reconocimiento popular.
Encontramos la constatación fehaciente de este hecho en su masiva presencia en las
manifestaciones que recorrieron las calles de muchas ciudades y localidades españolas
el mismo día 14 de abril. La decisión institucional adoptada no respondía al resultado de
699
RICO, Pedro, Roja, Amarilla y Morada, Caracas (Venezuela), Ediciones de Información y
Propaganda de la República Española, [ca. 1950], s.p.
700
Ibid.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
283
un concurso de ideas, de una iniciativa parlamentaria…, sino que surgió de manera
espontánea para celebrar la proclamación de la República y esta la hizo propia, no sin
antes someter dicha cuestión a estudio.
Con antelación a su aprobación oficial, se había constituido una “ponencia mixta
de Guerra y Marina para decidir la bandera nacional de la República”701. En el decreto
del gobierno provisional sobre esta materia se omitía cualquier referencia al trabajo de dicha
comisión que, sin embargo, trasladó tres propuestas diferentes para su consideración.
El coronel Sr. Lon, del Depósito Geográfico y Estadístico del ministerio de la
Guerra, ha presentado al subsecretario tres proyectos [de bandera de la
República]: uno, con las franjas tricolor verticales y el escudo en el primer
tercio; otro, con las franjas horizontales y el escudo al centro, y otro, con el rojo
y el amarillo sobre fondo morado con lo cual resulta una franja morada arriba y
otra abajo. La ponencia se reunirá para decidir702.
Al margen de la decisión que adoptara la citada comisión, el Heraldo de Madrid
expresaba su posición al respecto basada en una, aunque breve, sólida argumentación:
“Nosotros creemos que, puesto que el día glorioso de la proclamación de la República el
pueblo y las nuevas autoridades eligieron unánimemente los colores en líneas
horizontales, así debe ser nuestra bandera, que no hay duda [de] que con el morado ha
ganado en belleza”703. El gobierno de la República pareció abonarse a esta idea siendo
la disposición horizontal señalada la opción elegida y sancionada.
En una reflexión posterior a la publicación del citado decreto, Miguel Maura,
uno de los artífices más activos en el cambio político de las jornadas que tuvieron lugar
los días 13-14 de abril, reveló cuál era el acuerdo previo que sobre la bandera de la
República había adoptado el Comité republicano. Este autor tampoco mencionó el
trabajo realizado por la ponencia citada en las primeras jornadas que siguieron a la
proclamación de la República704.
701
Heraldo de Madrid, 20-IV-1931, p. 8.
702
Id.
703
Id.
704
Miguel Maura utilizó el término “republicano” en sustitución de “Revolucionario”. Véase
MAURA, Miguel, p. 247.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
284
A media tarde [del 13 de abril] dio comienzo el espectáculo en la calle. Habíamos
acordado en el Comité republicano que no se cambiaría la bandera para evitar
innumerables complicaciones que esta clase de pleitos llevan siempre consigo705.
Miguel Maura no se equivocaba al suponer “las innumerables complicaciones
que esta clase de pleitos” ocasionaban. La elección de un himno para la República era
un buen ejemplo de ello. No obstante, en cuanto a la bandera y a pesar de la decisión
previamente adoptada por el Comité Revolucionario, su aprobación respondía a la
sensibilidad del gobierno provisional de la República, receptivo ante un hecho
consumado por la ciudadanía mediante la aceptación generalizada de la bandera tricolor,
decisión que podía verse refrendada, igualmente, por la segunda de las propuestas de la
ponencia de Guerra y Marina. La República había asumido una decisión popular
contraria a acuerdos previos del Comité Revolucionario sobre esta materia.
No podemos referirnos a una decisión popular similar en relación al himno de la
República, como tampoco podemos hacerlo acerca de una ponencia que estudiara, por
analogía con el procedimiento seguido con la bandera, distintas propuestas relativas al
himno oficial de la República706. Si alguna composición había gozado durante las
jornadas de abril de una presencia equiparable a la de la bandera tricolor esta fue La
Marsellesa, pero era el himno oficial de Francia. El resto de obras que habían
acompañado la verbena popular republicana, así como las nuevas partituras que se
habían compuesto con celeridad, no logró aglutinar el consenso necesario que impulsara
su presencia, junto a la resolución sobre la nueva bandera, en el correspondiente decreto
del 28 de abril citado.
Antes de que se publicara el Decreto reconociendo la bandera tricolor (firmado
por Alcalá-Zamora el 27 de abril), la Gaceta de Madrid había insertado una orden del
Ministerio de Marina firmada por su titular, Santiago Casares Quiroga el 25 de abril, en
705
Id.
706
No tenemos constancia de que se creara una comisión de estas características para tratar la
posible elección del himno de la República.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
285
la que se suprimían diversos títulos y artículos “en tanto no se redacte un nuevo
Reglamento de Honores y saludos a la Voz y al Cañón”707.
También se suprimirán de todos los honores los antiguos “Vivas”, que se
darán sustituidos por el mismo número de “Vivas a la República”.
En aquellos casos en que se batieran marchas, estas quedarán en suspenso,
siendo sustituidas por un redoble de tambor, hasta tanto no se escriban las que
hayan de sustituir a las actuales708.
El Ministerio de Marina suspendía la interpretación de marchas musicales
propias de la Monarquía, aunque no citaba sus títulos, para sustituirlas “por un redoble
de tambor” a la espera de que se compusieran otras que se incorporasen al nuevo
reglamento de honores y reemplazaran a las partituras anteriores. Se trataba de una
iniciativa alentadora, aunque pendiente de concretar en muchos de sus extremos. Es el
primer documento que conocemos de un Ministerio del gobierno de la República que
abordaba la renovación, entre otros, de símbolos musicales de representación.
¿Se había demorado la publicación del citado decreto que reconocía la bandera
tricolor (28 de abril) hasta que se celebrara el acto del Ateneo de Madrid (26 de abril) en
el que se presentaba la propuesta de himno de Machado–Esplá, Canto rural a la
República Española, por si obtuviera una gran aceptación y fuera posible incluirlo junto
a la bandera como Himno de la República?
El 29 de abril se celebró Consejo de Ministros presidido por Niceto Alcalá-
Zamora709. Parece razonable que, a su conclusión, los periodistas se interesaran por las
distintas cuestiones que se hubieran podido abordar en él. A la salida del Consejo,
Manuel Azaña fue preguntado acerca de si la aprobación del himno nacional se
encontraba entre las materias acordadas. El ministro interpelado había asistido tres días
antes, el 26 de abril, al estreno de Canto rural a la República Española en el Ateneo de
707
Gaceta de Madrid, 26-IV-1931, p. 340. También se reproduce en el Diario Oficial del
Ministerio de la Guerra, 28-IV-1931, p. 215.
708
Id.
709
Alcalá-Zamora avanzó esta convocatoria a los informadores. Véase El Sol, 29-IV-1931, p. 5.
Es, cuando menos, curioso conocer la denominación que Azaña dio a los enfados de Alcalá-Zamora, con
el que se evoca su condición de andaluz, gracias a la cita de una pieza musical característica del flamenco:
“‒Tenemos petenera ‒me dijo [Diego Martínez Barrio], recordando el mote que yo puse a los enojos de
don Niceto”. AZAÑA, Manuel, Diarios completos…, op. cit., p. 387.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
286
Madrid, que era la propuesta de himno para la República de Manuel Machado y de
Óscar Esplá. Asimismo, la Gaceta de Madrid había publicado el 28 el Decreto de la
Presidencia de la República sancionando la bandera tricolor.
Ambas circunstancias otorgaban un interés especial a cualquier decisión que
adoptara dicho Consejo en torno al himno nacional. Al tratarse de una materia de
máxima actualidad, existía una gran expectación social sobre esta cuestión y la prensa
recogía a diario noticias sobre su evolución. Azaña, en un tono que intuimos airado,
contestó a la pregunta.
‒ [El Imparcial] ¿Se ha acordado en el Consejo cuál ha de ser el himno nacional?
‒ [Azaña] En el Consejo no se ha hablado para nada de ello710.
No tenemos por qué dudar de la veracidad de la respuesta dada por Azaña,
aunque parece poco probable que su departamento emitiera una instrucción relativa a
funciones de representación institucional en el ámbito de la música sin que previamente
hubiera informado de ello al resto de miembros del gabinete. Así lo recogieron Diario
de Barcelona y Diario de Tarragona en sus ediciones del mismo día en que El
Imparcial publicaba el escueto diálogo con el Ministro de la Guerra.
EL IMNO [sic] NACIONAL INTERINAMENTE “LA MARSELLESA”711
El ministro de la Guerra ha comunicado lo siguiente:
Artículo 1.º─Ínterin se resuelva por el Gobierno provisional de la República
cuál ha de ser el himno nacional, se entenderá que es “La Marsellesa” para los
músicos, y el toque de llamada, para las bandas de cornetas y tambores712.
Era la primera vez que en un documento oficial tras la proclamación de la República
se mencionaba el himno nacional y, aunque de manera interina, dicha función representativa
se asignaba a La Marsellesa. Este hecho corroboraba el protagonismo que el himno francés
había desempeñado en la proclamación de la República en Eibar, Barcelona, Madrid… De la
710
El Imparcial, 30-IV-1931, p. 4.
711
Diario de Tarragona, 30-IV-1931, p. 6. No era especialmente afortunado en su ortografía el
títular que había asignado este diario a la noticia.
712
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
287
misma manera que el clamor popular había logrado el reconocimiento de la bandera tricolor,
dicho impulso había alcanzado también a La Marsellesa.
Por otra parte, el Diario de Barcelona, además de incluir el texto anterior bajo el
título de “El Himno Nacional”, aunque con una breve adición introductoria (“Se ha
dispuesto que…”), recogía su adecuación al contexto político catalán.
LOS HONORES AL PRESIDENTE DE LA GENERALITAT
Se ha dispuesto que hasta tanto se resuelva cuáles sean los honores que deben
tributarse por las tropas al Excmo. señor Presidente del Gobierno Provisional de
la Generalidad de Cataluña, se entenderá que estos han de consistir en el toque
de Marsellesa o llamada, según se trate de músicas o bandas, y arma presentada
en el caso de no estar presente ningún ministro del Gobierno Provisional de
España, pues estándolo solo corresponderá al primero arma sobre el hombro o
los mismos toques713.
Tomando como referencia el documento original del Ministro de la Guerra
publicado en el Diario de Tarragona, podemos extraer varias conclusiones: en primer
lugar, que figuraba entre los objetivos del gobierno provisional de la República resolver
la elección de un himno nacional y, en segundo lugar, que Azaña –según decisión propia
o colegiada– había considerado que interinamente dicha función correspondía a La
Marsellesa, en su versión instrumental, según el contenido del artículo.
La decisión citada adolecía de una concreción más elaborada en la redacción de
su único artículo y su difusión respondía a una necesidad urgente del gobierno,
interpretada, posteriormente, en un documento del Ministerio de la Guerra714. La
precipitación con la que se había gestionado ocasionaba serias disfunciones, entre ellas
la más importante, la referida a la falta de competencias del citado Ministerio para fijar
el himno nacional de la República715, aunque fuera de manera provisional, así como las
713
Diario de Barcelona, 30-IV-1931, p. 10. En la misma página se informaba de una visita del
capitán general Eduardo Ochoa al cuartel de Santiago, en Gerona, en la que durante el desfile de revista
las fuerzas lo hicieron “al grito de ¡Viva la República!” con que se habían sustituido los antiguos “Vivas”
de la Monarquía.
714
Véase Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 28-VI-1931, pp. 978-979. El documento
recogido en el Diario de Barcelona con el título de “Los Honores al Presidente de la Generalitat”
intentaba subsanar dicha falta de concreción. Diario de Barcelona, 30-IV-1931, p. 10.
715
Cabe destacar que el Ministerio de la Guerra disponía de un Diario Oficial propio que no
incluyó esta resolución. Probablemente, su remisión a las Capitanías Generales se efectuó mediante
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
288
relativas a la condición simultánea que se otorgaba a La Marsellesa de himno nacional
de dos países vecinos: Francia y España.
Además de una consideración estrictamente legal, el documento dirigido por
Azaña a las distintas regiones militares era consecuente con la percepción que la
sociedad española tenía del himno republicano francés, adoptado como propio durante
las jornadas del 12-14 abril de 1931 y siguientes, que dieron lugar a la verbena popular
republicana. Del mismo modo, la actuación del Ministerio de la Guerra ponía de
manifiesto que en el proceso de elección del himno de la República coexistían dos
líneas de trabajo diferentes (la institucional y la ciudadana) entre las que no se daban ‒a
tenor de sus respectivas evoluciones‒ cauces de colaboración pese a compartir un
mismo objetivo.
Unos días después de que la Gaceta de Madrid publicara el decreto
reconociendo la bandera tricolor como la enseña oficial de la República, el Diario
Oficial del Ministerio de la Guerra insertaba una circular en el epígrafe de Honores en
la que se establecía un catálogo básico “Hasta tanto se redacte un reglamento de los
honores, que por las fuerzas del Ejército han de tributarse, mediante revisión de todas
las disposiciones hasta ahora vigentes en tal materia”716. Debemos enmarcar esta
circular en el contexto de una amplia remodelación de la institución castrense llevada a
cabo con celeridad por el titular de dicha cartera, Manuel Azaña717.
En los desfiles de las tropas, los antiguos “vivas” serán sustituidos por los de
“viva la República”, y las bandas de guerra sustituirán los toques de marcha
antigua por un punto prolongado o un redoble de tambores en los casos que
corresponda batir marcha al tributar honores, hasta que se determine cuál ha de
ser la marcha nacional.
Hasta entonces, también las bandas de músicas militares tocarán el Himno de
Riego, cuando el honor que se tributa tuviera asignado la marcha Real, por las
antiguas disposiciones718.
telegrama, cuyo contenido era incorporado para su difusión como Órdenes Militares de la Provincia.
Dicha resolución figura publicada en prensa junto a otras del Ministerio de la Guerra. Véanse ejemplos de
esta secuencia de comunicación institucional en Diario de Tarragona, 30-IV-1931, p. 5.
716
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 1-V-1931, p. 267.
717
Véase sobre este particular ALPERT, Michael, La reforma militar de Azaña (1931-1933),
Madrid, Siglo XXI, 1982.
718
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 1-V-1931, p. 267.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
289
Dada la importancia que adquirió a partir de la presente circular el Himno de
Riego, es preciso señalar que su redacción correspondió a Evaristo San Miguel, teniente
coronel de la columna volante que dirigía el propio Rafael del Riego, tras haber
desestimado un texto anterior de Antonio Alcalá Galiano.
[…] estando él [Rafael del Riego] ya fuera de la Isla Gaditana, le hizo San
Miguel una [canción patriótica] cortada a medida de su deseo, y que fue el
himno famoso, después tan repetido y conocido, y que lleva su nombre, superior,
por otra parte, a la [primera] canción, y cuya música es alegre y marcial719.
Evaristo San Miguel escribió el texto de esta segunda canción patriótica en la
localidad de Algeciras, entre el 31 de enero y el 6 de febrero de 1820720. El dato de la
composición en esta localidad nos lo ofreció el propio escritor721. Esta canción fue la
que, posteriormente, sería conocida como Himno de Riego.
[Canción patriótica y guerrera]722
Texto: Evaristo San Miguel – Música: [Anónimo]
[Estribillo] Soldados, la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer o morir.
719
ALCALÁ GALIANO, Antonio, Memorias, en CAMPOS, Jorge (ed.), Obras escogidas…,
op. cit., pp. 42-43.
720
Evaristo San Miguel da como fecha de la llegada de la columna volante a Algeciras el 1 de
febrero, pero creemos que se trata de un error del autor puesto que Riego firmó en dicha localidad, con
fecha 31 de enero, diversos escritos dirigidos al Ayuntamiento de Algeciras, a sus habitantes…
Excepcionalmente, pudiera haberse producido la circunstancia de que Riego hubiera llegado un día antes
en una avanzadilla de la columna, hecho que no está reflejado en ninguna información e igualmente
improbable, porque habría comprometido considerablemente la capacidad militar de dicha columna. Nos
inclinamos a considerar que se trata de un error de Evaristo San Miguel, quien escribió su Memoria
sucinta sobre lo acaecido… con posterioridad a los hechos narrados. Véase SAN MIGUEL, Evaristo,
Memoria sucinta sobre lo acaecido…, p. 4. Los documentos firmados por Riego en Algeciras el 31 de
enero de 1830 están recogidos en GIL NOVALES, Alberto, Rafael del Riego. La Revolución de 1820 día
a día. Cartas, escritos y discursos, Madrid, Tecnos, 1976, pp. 44-45.
721
SAN MIGUEL, Evaristo, Memoria sucinta sobre lo acaecido…, op. cit., p. 6.
722
Hemos tomado el título de esta nueva canción patriótica de una expresión del propio autor del
texto, Evaristo San Miguel.
Dadas estas disposiciones, la columna continuó su marcha tranquila y lentamente. Resonaron
por toda ella las voces de viva la Constitución, viva la Patria, como era costumbre, y se entonó
la canción patriótica y guerrera que se había compuesto en Algeciras.
SAN MIGUEL, Evaristo, Memoria sucinta sobre lo acaecido..., op. cit., p. 6. Las cursivas
pertenecen al autor de la cita y las negritas son nuestras.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
290
[Estrofa] Serenos, alegres,
valientes, osados,
cantemos, soldados,
el himno a la lid,
Y a nuestros acentos
el orbe se admire,
y en nosotros mire
los hijos del Cid.
Soldados, la patria, & c.
[…]
¿El mundo vio nunca
más noble osadía?
¿Lució nunca un día
más grande en valor.
Que aquel que inflamados
nos vimos del fuego
que excitara en Riego
de patria el amor?
Soldados, la patria, & c.
Honor al caudillo,
honor al primero
que el patriota acero
osó fulminar.
La patria afligida
oyó sus acentos,
y vió sus tormentos
en gozo tornar.
Soldados, la patria, & c.
[…]
Se muestran, volemos,
volemos, soldados:
¿los veis aterrados
su frente bajar?
Volemos, que el libre
por siempre ha sabido
del siervo vendido
la audacia humillar.
Soldados, la patria, & c.723
723
SAN MIGUEL, Evaristo, Memoria sucinta sobre lo acaecido…, op. cit. [pp. 25-26]. El texto
de la Canción patriótica y guerrera que hemos recogido, reproduce, literalmente, el contenido de la hoja
volante que Evaristo San Miguel incorporó en las dos últimas páginas de su Memoria sucinta. Consúltese
Anexo Documental (Doc. VIII).
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
291
Aunque en la circular del Ministerio de la Guerra del 1 de mayo de 1931 no se
hiciera mención alguna a la instrucción que Azaña había remitido reconociendo
provisionalmente la condición de himno nacional a La Marsellesa, debemos
interpretarla como una rectificación de dicha instrucción, publicada en prensa el día 30
de abril. Ese mismo día firmaba el Ministro de la Guerra la circular en la que se
renunciaba tanto a la expresión “himno nacional” como a La Marsellesa, que sí habían
figurado en la disposición corregida, atribuyendo las nuevas –aunque siempre confusas–
funciones de representación al Himno de Riego. Señalemos que durante el ínterin habido
entre la publicación de los dos documentos emitidos por el Ministerio de la Guerra, 30-
IV-1931724 y 1-V-1931725 respectivamente, el himno nacional de España “se entenderá
que es ‘La Marsellesa’”.
Publicada el día 1 de mayo, la circular había sido firmada por el Ministro de la
Guerra, Manuel Azaña, el 30 de abril de 1931, dos días después de que la Gaceta de
Madrid incluyera el decreto de Alcalá-Zamora relativo a la bandera. ¿Significaba la
publicación de este documento del Ministerio que la República ya disponía de un himno
oficial propio? En modo alguno, y así se hacía constar en dos frases de su texto: en
primer lugar, en su introducción se señalaba que esta circular sería de aplicación en
“tanto se redacte un reglamento de los honores que por las fuerzas del Ejército han de
tributarse” y, en segundo lugar, “hasta que se determine cuál ha de ser la marcha
nacional”, las bandas militares interpretarán el Himno de Riego “cuando el honor que se
tributa tuviera asignado la marcha Real”.
El ámbito de aplicación de la circular del Ministerio de la Guerra se
circunscribía, única y exclusivamente, al propio Ejército, en un intento de adecuar las
obras musicales interpretadas en las ceremonias militares al nuevo signo político de la
nación. A pesar de dicha delimitación competencial, se abría el camino a que tanto dichos
toques como el Himno de Riego fueran incluidos, posteriormente, los primeros en un
724
Tomamos la fecha de su publicación en el Diario de Barcelona, 30-IV-1931, p. 10, y en el
Diario de Tarragona, 30-IV-1931, p. 6. Como otras resoluciones del Ministerio de la Guerra de
transmisión telegráfica, no se incluyó en la Gaceta de Madrid ni tampoco en el Diario Oficial del
Ministerio de la Guerra.
725
La circular sí fue publicada en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra (1-V-1931, p.
267), aunque no en la Gaceta de Madrid.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
292
reglamento oficial de honores del Ejército y, el segundo, además de en dicho reglamento,
en un decreto que, publicado en la Gaceta de Madrid, lo reconociera como himno de la
Segunda República, circunstancia, al menos esta última, que no llegó a producirse.
Los medios de comunicación recogieron el contenido de dicha circular del
Ministerio de la Guerra, si bien lo hicieron con distinta fortuna. Mientras el Diario de
Barcelona publicaba la noticia atendiendo con relativa corrección al texto de la circular
en una nota titulada “El Himno de Riego sustituirá interinamente a la marcha Real”726,
el Heraldo de Madrid, quizá guiado por la precipitación, titulaba la suya, “El himno de
Riego es provisionalmente el nacional”727.
La nota del Diario de Barcelona citaba adecuadamente el ámbito de la circular
del Ministerio, “relativa al reglamento de honores que han de tributar las fuerzas del
Ejército”, para a continuación añadir: “Se dispone que interinamente, el Himno de
Riego sustituya a la Marcha Real”728. Por el contrario, y de manera significativa, el texto
del Heraldo de Madrid reelaboraba adecuadamente el de la circular del Ministerio, pero
el titular de la noticia contenía una afirmación incorrecta por la que se atribuía al Himno
de Riego el carácter, aunque provisional, de himno nacional.
Esta misma cabecera, tal vez guiada por su incondicional adhesión republicana,
ya había alterado el sentido de los primeros compases publicados, el 15 de abril de
1931, por Esplá. El compositor se había referido a este primer apunte como “un himno
nacional”, mientras Heraldo de Madrid lo presentó como “el himno nacional”, lo cual
no era posible dado que carecía de letra y su música se encontraba en estado
embrionario729.
726
Diario de Barcelona, 3-V-1931, p. 36.
727
Heraldo de Madrid, 5-V-1931, p. 10.
728
Diario de Barcelona, 3-V-1931, p. 36.
729
Heraldo de Madrid, 15-IV-1931, p. 16. Ya nos hemos referido anteriormente a esta cuestión.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
293
ACUERDOS O RESOLUCIONES REFERIDOS A ELEMENTOS DE
REPRESENTACIÓN INSTITUCIONAL: BANDERA E HIMNO O MARCHA730
ÓRGANO Y
RESPONSABLE
SÍMBOLO Y OBJETO
MEDIO DE
COMUNICACIÓN
FECHA
Ministerio de Marina
Santiago Casares Quiroga
(Orden de 25-IV-1931)
Marchas militares: “sustituidas
por un redoble de tambor,
hasta tanto no se escriban
las que hayan de sustituir a
las actuales”
Gaceta de Madrid
(Diario Oficial del
Ministerio de la
Guerra)
26-IV-1931
(28-IV-1931)
Gobierno Provisional de
la República
Niceto Alcalá-Zamora
(Decreto de 27-IV-1931)
Bandera: “Se adopta como
bandera nacional para todos
los fines oficiales de
representación del Estado
[…] la bandera tricolor”
Gaceta de Madrid
(Diario Oficial del
Ministerio de la
Guerra)
28-IV-1931
(28-IV-1931)
Ministerio de la Guerra
Manuel Azaña
[Disposición de 29(?)-IV-
1931]
Himno Nacional: “Se ha
dispuesto que ínterin se
resuelva por el Gobierno
provisional de la República
cuál ha de ser el himno
nacional, se entenderá que
es ‘La Marsellesa’”
Diario de Barcelona
(Diario de Tarragona)
30-IV-1931
(30-IV-1931)
Ministerio de la Guerra
Manuel Azaña
(Circular de 30-IV-1931)
Marcha Nacional: “[…]
hasta que se determine cuál
ha de ser la marcha
nacional.
Hasta entonces, también
las bandas de músicas
militares tocarán el Himno
de Riego, cuando el honor
que se tributa tuviera
asignado la marcha Real,
por las antiguas disposiciones”
Diario Oficial del
Ministerio de la
Guerra
1-V-1931
Ministerio de la Guerra
Manuel Azaña
(Circular de 25-VI-1931)
Himno Nacional (innominado)
en el Reglamento de
Honores que Tributan las
Tropas y las Guardias
Diario Oficial del
Ministerio de la
Guerra
28-VI-1931
Fig. 7. Elaboración propia.
La cuestión de la bandera de la República había quedado resuelta, no así la
elección de un himno que detentara las funciones de representación nacional. En
730
Las negritas son nuestras.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
294
relación a la bandera, pronto se alzaron voces que discrepaban de la decisión adoptada
por el Gobierno mediante la cual se había establecido la naturaleza, uso y funciones de
la nueva enseña nacional. El debate en torno al continente y contenido representativos
de uno u otro elemento (bandera, himno…) ponía de manifesto la importancia que para
los defensores de la República tenía el disponer de un catálogo representativo propio, al
tiempo que sus detractores consideraban ultrajados los principios que atesoraban los
símbolos sustituidos cuya naturaleza, en su interpretación, no reconocían en los nuevos.
La posición del Gobierno, según nos informó Miguel Maura, era la de mantener
una cierta cautela en relación a esta materia, incluso aceptando los símbolos anteriores
de la Monarquía, ante la posibilidad de que surgieran “complicaciones” y “pleitos” en su
elección que pudieran entorpecer la acción de gobierno en un período de afirmación de
la República731. La decisión adoptada al respecto por el Comité Revolucionario no
excluía, en nuestra interpretación que, posteriomente, se pudiera abordar la creación de
elementos de representación propios. Esta posibilidad vendría avalada por la rapidez con
la que se transgredió la decisión de dicho Comité de mantener la bandera de la Monarquía.
El decreto firmado por Alcalá‒Zamora de aprobación de la bandera tricolor de la
República, contestado desde sectores que disentían de la evolución política del país, se
había convertido en un nuevo escenario para la controversia política. Bajo el seudónimo
de “Argol”, se publicó en un medio de comunicación castellonense, el día siguiente de
que la Gaceta de Madrid insertara el citado decreto, un texto que expresaba la posición
sostenida por el autor, contraria a la decisión del Gobierno.
Con honda, con profunda tristeza, vemos desaparecer, en virtud de una
disposición del Gobierno, que es provisional, la bandera, la que es nuestra, la
que encarna glorias inmarcesibles, la que tanto monárquicos como republicanos
apellidaron española. (…) El pabellón republicano, que llaman anacrónicamente
republicano, fue llevado a la calle en los momentos de júbilio por cuantos en
aquel credo comulgan. Y de la calle, olvidando la historia, la tradición y el
espíritu de nuestro pueblo, el Gobierno provisional lo recoge y le da un carácter
oficial, decretando que es la enseña nacional. (…) El español, el que antes que
monárquico y republicano es español, ha de ver con amargura inmensa la enseña
731
MAURA, Miguel, Así cayó…, op. cit., p. 247.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
295
de sus amores trocada por el emblema republicano, emblema que representará a
España porque el Gobierno lo dice, pero no porque el pueblo lo consagre732.
Era obvio que, frente a la exaltación republicana de la bandera tricolor, una parte
del pueblo español podía estar en desacuerdo con la decisión del gobierno sobre dicha
bandera. Lo mismo ocurrió, aunque en sentido contrario, en relación a los símbolos
monárquicos durante la etapa anterior. En ninguno de los dos períodos se había
recabado, de manera expresa, la opinión de los ciudadanos al respecto.
Nada decía del Himno Nacional el decreto firmado por Alcalá-Zamora; sin
embargo, “Argol” vinculó, por posibles analogías, su rechazo a la bandera tricolor con
decisiones futuras que pudiera adoptar el Gobierno relacionadas con el himno de la
República. No parece casual que para referirse, inicialmente, a un decreto que aprobaba
la bandera nacional, titulara su artículo “Ni la Marsellesa”. Salía así al paso de un
posible reconocimiento de dicho himno por el mismo procedimiento legal, el cual, en el
supuesto de que llegara a producirse, no contaría con su aprobación.
La bandera tricolor significa y encarna un régimen y no es justo que lo que
corresponde como gloria a la Patria se le otorgue a la República. // El
sentimiento es el único que puede hacer estos cambios de emblema, porque
estamos seguros [de] que esa bandera será por todos respetada, pero serán pocos
los que ante ella se rindan con la vibración que despierta lo que es ante todo y
sobre todo español. // Más urgente, más necesario y que el patriota aplaudiría sin
reservas, sería disponer que ni en manifestaciones, ni en actos oficiales se
batiese733 la Marsellesa. Ese no puede ni debe ser nuestro himno nacional.
España no tiene por qué pedirlo de prestado al extranjero cuando en marchas e
himnos tenemos arsenal español, españolísimo. // Ahora solo nos falta que
también esa marcha sea declarada oficial y entonces podremos jalonar los
primeros pasos de la república con la dolorosa realidad de que el patriotismo
también va a sufrir una radical transformación. Pero lo sufrirá en el ambiente
732
ARGOL, “Ni la Marsellesa”, Diario de Castellón. Órgano de la Federación Castellonense de
Sindicatos Agrícolas, 29-IV-1931, p. 1, cit. en GABRIEL, Pere, “Recuerdo y memoria de la República.
Símbolos y referencias”, en Manuel Ballarín y José Luis Ledesma (eds.), Avenida de la República,
Zaragoza, Cortes de Aragón, 2007, p. 211.
733
El término “batir”, aplicado al campo semántico de la música, es frecuentemente utilizado en
el ámbito militar para referirse a los tambores que marcan el pulso de una obra musical. De igual modo, la
expresión “batir tambores” es una indicación que se utiliza para dar inicio a una interpretación musical.
No es este el único término que nos remite al medio castrense: “arsenal”, “emblema”, “marcha”…
¿Pertenecía o había pertenecido “Argol” al Ejército? No disponemos de ningún dato, más allá de la
familiarización de este autor con la terminología propia de dicha institución, que nos permita responder a
la incógnita planteada.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
296
oficial, jamás en el alma del pueblo, que ni ante la bandera republicana ni ante la
Marsellesa podrá descubrirse con la misma emoción que lo hacía ante los
símbolos de España734.
No cabe la menor duda de que la acertada asociación establecida por este autor
entre la bandera republicana y La Marsellesa respondía a la constatación de la presencia
de ambos símbolos en la vida política española en abril de 1931. Sin que nos
detengamos en exceso en el análisis del texto anterior, podemos observar la diferencia que
se hace del concepto de “Patria”, referido a la Monarquía, frente a los de “régimen” y
“República”, así como su petición al Gobierno, que como patriota “aplaudiría sin
reservas”, de la proscripción de La Marsellesa en manifestaciones y actos oficiales. Dicha
petición contiene la identificación de la obra de Rouget de Lisle como himno hegemónico
de la República en sus primeras semanas de vigencia. Y, para ello, nos ofrecía dos ámbitos
fundamentales en los que La Marsellesa debía dejar de ser “batida”, precisamente aquellos
en los que su rango de himno revolucionario adquiría una mayor significación: en las
“manifestaciones” y en los “actos oficiales”.
En las manifestaciones, el protagonismo correspondía, básicamente, al pueblo
español que suscribía los postulados republicanos, mientras en los actos oficiales,
planificados desde sus equipos de gestión, recaía en las nuevas autoridades de la
República. De la suma de estas dos realidades, unificadas ambas en un mismo proyecto
político con el nexo musical de La Marsellesa, podía desprenderse, como acertadamente
intuía “Argol”, que la afirmación de dicho himno en los dos planos citados (pueblo e
instituciones) motivara una resolución del Gobierno de la República en la que se
reconociera como Himno Nacional, siguiendo un procedimiento similar al observado en
relación a la bandera. “Argol” expresaba su indignación ante la posibilidad de que este
hecho se consumara y de ahí su reflexión pública.
La preocupación de “Argol” estaba plenamente justificada, máxime cuando
distintos medios de comunicación se referían en sus páginas al tratamiento honorífico, en
el plano musical, que se dispensaba a los representantes de la instituciones republicanas en
734
Ibid., pp. 211-212. No especificaba “Argol” a qué símbolos de España se refería.
Probablemente se trataría de los que lo habían sido durante la Monarquía ahora derrocada.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
297
diferentes actos públicos. Uno de estos actos fue un banquete organizado por el Casal
Catalá, el 29 de abril, que tuvo lugar en el Hotel Nacional de Madrid, el cual contó con la
asistencia de más de 400 comensales. Participaron numerosas autoridades que ocupaban la
mesa presidencial, entre otras el Gobernador civil de Madrid, Eduardo Ortega y Gasset.
Cuando el Sr. Estadella, quien ostentaba distintas representaciones, estaba en el uso de la
palabra, se produjo una breve interrupción.
(Al llegar el orador [Sr. Estadella] a estas manifestaciones, penetra en la sala el
ministro de Instrucción pública, don Marcelino Domingo. La orquesta interpreta
«La Marsellesa» y el público prorrumpe en aclamaciones al ministro y en vivas a la
República, a España y a Cataluña. El ministro ocupa su sitio en la presidencia y el
Sr. Estadella prosigue su discurso)735.
El decreto de Presidencia de la República que sancionaba el carácter oficial de La
Marsellesa o, en su defecto, de otro himno que la sustituyera no llegó a las páginas de la
Gaceta de Madrid. “Argol” podía recuperar la calma, no así Óscar Esplá, cuya propuesta
de himno, presentada en el Ateneo el 26 de abril, navegaba en un mar de incertidumbres
junto a otras iniciativas que se habían postulado en días sucesivos, sin que hubiera ningún
atisbo de que el gobierno provisional estuviera próximo a emitir alguna resolución sobre
esta materia, la cual había adquirido ya la condición de pleito.
Este fue el término que, con admirable fortuna, utilizó el periodista Ramón María
Tenreiro en un artículo publicado en la portada de El Sol, el 28 de abril, titulado “El pleito
de los himnos”736. Su autor, a pesar de la brevedad del texto, realizaba un pormenorizado
recorrido a través de las dificultades que históricamente había tenido España para disponer
de un himno y, hacia la mitad de su escrito, afirmaba: “Los españoles hemos sido durante
largos años un pueblo en busca de un himno”737.
Aunque Tenreiro no precisaba el continente temporal de dicha búsqueda, sí
señalaba algunas obras (himnos y marchas), sin un orden cronológico, y acontecimientos
735
La Libertad, 30-IV-1931, p. 3. Hacía un llamamiento el Sr. Estadella a la colaboración con
la República, “a su sostenimiento y prosperidad por todos los medios, catalanes y los demás hermanos
de las regiones”. Id.
736
TENREIRO, Ramón María, p. 1. Dicho término fue empleado, igualmente, por Miguel
Maura, como hemos recogido en una cita anterior.
737
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
298
relacionados con dicha búsqueda que nos permiten fijar su delimitación, la cual abarcaría
desde el comienzo del Trienio Liberal (Himno de Riego, 1820) hasta la proclamación de la
Segunda República (Himno de la República, de Óscar Espla y Manuel Machado, 1931)738.
En relación al primero de los himnos citados, escribía: “Uno tenían nuestros
liberales de antaño, alegre, saltarín, juguetón, nada solemne ni patético, con aire
tonadillesco y jacarero, pero lleno de fuerza impulsiva y de capacidad de suscitar ardores
cívicos”; y sobre el segundo: “Bellísimo es el himno de Esplá y de Machado; bellísimos
los compondrían nuestros otros compositores si el Gobierno abriera ahora el estéril
concurso para premiar un himno nacional que en 1870 convocó D. Amadeo [de
Saboya]”739. Finalizaba Tenreiro su reflexión históricomusical en un tono amable,
distendido, pero con una afirmación concluyente:
Un himno es una musiquilla cualquiera a la cual el dramático ardor de unas
agitadas circunstancias históricas hicieron uno con el corazón de un pueblo. Y ese
himno ya lo tenemos: se llama el Himno de Riego740.
El redactor de Crónica que pocos días después, el 3 de mayo de 1931, se referiría a
la posibilidad de que en esa fecha hubiera ya 300 himnos a la República, podía registrar
una propuesta más en su agenda. El hermetismo que mantenían las autoridades
republicanas no parecía desanimar a los autores ni a los periodistas que mantenían vivo el
debate. Las intervenciones de estos últimos en prensa no expresaban una posición común
que pudiera discriminar positivamente uno u otro de los himnos que se habían postulado,
citado o previsto como Himno de la República.
Decididamente, Óscar Esplá no recibía los apoyos necesarios para que su
propuesta pudiera abrise paso hacia el objetivo perseguido, ni siguiera en los días que
siguieron al estreno de Canto rural a la República Española en el Ateneo. En este
sentido, no deja de ser significativo que el influyente periodista Franciso de Cossío
titulara una colaboración en El Sol, publicada dos días después del acto en el Ateneo,
738
En su artículo, Tenreiro nunca se refirió a la obra de Esplá-Machado por su título, Canto rural
a la República Española, sino que la denominó directamente Himno de la República.
739
Id.
740
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
299
“República Rural”, en la que no se hacía mención alguna al himno de Esplá. Por el
contrario, el periodista sí citaba, en esta estampa bucólico‒republicana, la bandera
tricolor… y La Marsellesa741.
El mismo día que el texto de Tenreiro veía la luz en El Sol (28 de abril), La
Libertad publicaba un artículo del compositor Andrés María del Carpio, titulado “¡A ver si
nos ponemos de acuerdo!”, con el antetítulo de “El himno de la República”742. A
diferencia del anterior, este nuevo interviniente utilizaba un lenguaje con ciertas
expresiones, en tono jocoso, que pudieran ser interpretadas como descalificatorias por sus
principales destinatarios: Ramón Torralba y Óscar Esplá, autores, respectivamente, de las
partituras Himno Republicano Español y Canto rural a la República Española.
Comenzaba su escrito Andrés María del Carpio citando otro de “el Sr. Santos”743
en el que este se posicionaba a favor de que el Himno Republicano, obra de Ramón
Torralba, fuera “adoptado como himno nacional”744. Del Carpio expresaba su oposición.
Alega el articulista que la citada composición muy bella en mi opinión,
aunque (también en mi opinión) con una introducción a base de esa trompetería
monárquico-zarzuelera cuyos ecos aún hieren nuestros oídos debe ser la elegida
por no sé qué motivos de prioridad, ya que, al parecer, fue dada al público antes
que otra alguna745.
Como yo no estoy de acuerdo con que el citado compositor sea el agraciado
gratis et amore, y además, creyendo ser intérprete de varios músicos españoles,
también jóvenes y republicanos de siempre, doy mi voto en contra […]746.
Entre las razones esgrimidas por Andrés María del Carpio para manifestar su
desacuerdo con la elección de la composición de Torralba como Himno Nacional, se
encontraba la de considerar que existían otros “músicos españoles también jóvenes y
republicanos de siempre” que podían componer una propuesta diferente de himno.
741
COSSÍO, Francisco de, p. 1.
742
CARPIO, Andrés María del, “¡A ver si nos ponemos de acuerdo!”, La Libertad, 28-IV-1931, p. 10.
743
Andrés María del Carpio citaba, de manera incompleta, La Libertad del 24. El texto apareció,
como ya hemos señalado, en La Libertad, 24-IV-1931, p, 2, y en El Socialista, el 24-IV-1931, p. 4.
744
CARPIO, Andrés María del, p. 10.
745
No será esta la última vez que Andrés María del Carpio utilice la expresión “otra alguna”,
invirtiendo el orden lógico de su construcción, en una alusión irónica a la obra de Óscar Esplá, Canto
rural a la República Española.
746
CARPIO, Andrés María del, p. 10.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
300
Probablemente, él mismo se encontraría en ese grupo aunque no se pronunciaba al
respecto. Sí citaba, como ejemplo, a Joaquín Villatoro quien, a tenor de la evolución de la
vida política española, se había planteado la posibilidad de escribir un himno republicano
unos meses antes de abril de 1931.
Joaquín Villatoro, aventajado músico cordobés, de veinte años, y alumno
creo de D. Conrado del Campo747, ya andaba en Septiembre [de 1930]
preocupado con el himno, que no llevó al pentagrama inmediatamente porque,
según decía modestamente, la fijación en notas de su fervor republicano había de ir
precedida de una intensa comunión espiritual. Y como Villatoro, otros varios que
podría nombrar748.
Si, finalmente, Villatoro hubiera compuesto su himno antes de que lo hiciera Ramón
Torralba, siguiendo la argumentación de los defensores de esta última propuesta basada en
un estricto orden cronológico, debiera haber sido elegido como Himno de la República la
obra de Joaquín Villatoro. Andrés María del Carpio abundaba en la debilidad de este criterio
temporal. Descartada, para dicho autor, la opción que representaba el himno de Torralba,
pasaba a señalar la obra de Óscar Esplá citando una información periodística.
Por otra parte, “El Liberal”749 anticipó los compases de otro himno que
preparaba su, al parecer, candidato [Óscar Esplá], y posteriormente se ha
anunciado el estreno de la obra ejecutada por un consagrado [Emilio Vega]. Pues
tampoco es eso. Otorgar el galardón a obras cuyos autores [Ramón Torralba] o
por ellos sus amigos [Clemente Santos] aleguen como méritos el madrugón o el
nombre famoso [de Óscar Esplá], no sería justo, ni creo que se lleve a efecto; de
ello protestaría, redivivo, el mismo Rouget de Lisle, que no fue un Wagner ni un
Esplá precisamente750.
747
Efectivamente, Joaquín Villatoro estudió composición en el Conservatorio de Madrid con
Conrado del Campo y también con Paul Dukas en París. Sobre esta cuestión véanse CAÑASVERAS
GARRIDO, Francisco, Joaquín Villatoro, músico del sur, Castro del Río (Córdoba), Ayto. de Castro del
Río, 2011, p. 18. Acerca del trabajo de Joaquín Villatoro como compositor revolucionario, y de su relación
con Carlos Palacio, véase TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “La dimensión política…”, op. cit., pp. 37-45.
748
CARPIO, Andrés María del, p. 10.
749
No nos ha sido posible consultar en distintas hemerotecas El Liberal en las fechas en las que
pudo insertar la información citada. Creemos que se trata de un error de este autor, puesto que Óscar
Esplá, en un escrito posterior publicado en Crónica, 30-IV-1931, p. 11, informaba de la publicación de
los compases de su himno en el Heraldo de Madrid, 15-IV-1931, p. 1, sin citar que también El Liberal
los hubiera incluido.
750
CARPIO, Andrés María del, p. 10.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
301
Una vez desestimados los argumentos en los que, según del Carpio, se apoyaban
las propuestas de Torralba (“madrugón”) y de Esplá (“nombre famoso”) introducía la
referencia de Rouget de Lisle, autor que en el panorama compositivo francés era, en su
tiempo, una figura absolutamente ignorada y, sin embargo, había escrito el himno
republicano por excelencia, La Marsellesa.
Andrés María del Carpio concluía con una invitación, la cual, de manera
relativamente velada, también había estado presente en el texto de Tenreiro: la realización
de un concurso público abierto a todos los compositores que lo desearan.
Brindo al admirado actual ministro de Instrucción pública [Marcelino
Domingo], o a quien corresponda, la idea de abrir un concurso en el que el Jurado,
compuesto por los ases de la profesión, decida. Y si el público congregado fuese el
árbitro, tanto mejor. Hasta el importe de las entradas podría ser el premio al autor
afortunado. Todo, menos lo que algunos pretenden.
Vayan, vayan al concurso Torralba y Esplá, con todos los demás músicos
españoles, y ya veremos lo que pasa. ¡A lo mejor se lleva el premio el director de
la banda de Carrizosa de Abajo751!
No parece probable que la intervención pública de Andrés María del Carpio
contribuyera a sosegar el debate en torno a la elección del Himno Nacional de la
República, más allá de la solidez de algunos de sus razonamientos: la inconsistencia de
elegir un himno por el mero hecho de haberse escrito antes que otro, y la utilización del
prestigio personal para influir en la decisión que se hubiera de adoptar sobre esta materia.
Lejos de recibir apoyos a sus propuestas, Óscar Esplá y Ramón Torralba pudieron
constatar cómo, a pesar del transcurso de los días, no llegaba a crearse una corriente de
opinión favorable a una de ellas frente al resto: Tenreiro proponía que la designación del
Himno Nacional recayera en el Himno de Riego, y Andrés María del Carpio, menos
diplomático que el anterior, se decantaba por la convocatoria de un concurso.
Adela Anaya, autora del himno 14 de Abril, mientras tanto, había quedado al
margen de esta polémica. Ni su nombre ni su obra figuraban mencionados en la misma,
probablemente porque la presentación de su composición no tuvo lugar hasta la noche del
751
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
302
28 de abril, jornada en la que los textos citados se habían publicado. De dicho estreno
informó La Libertad752 el día siguiente, mediante una elogiosa nota de prensa.
La publicación de los artículos de Tenrerio y del Carpio supusieron un punto de no
retorno en este proceso, cada vez más enconado, al que se sumaban nuevas voces,
generalmente críticas con el modo en que se había conducido. El gobierno provisional de
la República seguía sin intervenir ni pronunciarse al respecto.
2.1.2. Decisiones de los autores en torno a la polémica del pleito de los
himnos
Desde que el día 15 de abril el Heraldo de Madrid publicara la primera
información relativa a la propuesta de Óscar Esplá, y el 29 del mismo mes el Diario de
Castellón recogiera la posición de “Argol” contraria al reconocimiento de La Marsellesa
como himno nacional, tan solo habían transcurrido catorce días. En ese corto espacio de
tiempo, el censo de composiciones que se habían postulado (o rechazado) como himnos de
la República arrojaba el siguiente balance:
ABRIL DE 1931: PROPUESTAS FORMULADAS O RECHAZADAS COMO
HIMNO NACIONAL DE LA REPÚBLICA EN DIFERENTES
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
TÍTULO
AUTOR / ES
NATURALEZA
MEDIO DE
COMUNICACIÓN
FECHA
Himno de Riego
Evaristo San Miguel ‒ ?
Himno histórico
Heraldo de Madrid
15-IV-1931
Canto rural a la República
Española
Manuel Machado ‒ Óscar Esplá
Creado ex novo
Heraldo de Madrid
15-IV-1931
Himno Republicano Español
Salvador Mauri ‒ Ramón Torralba
Creado ex novo
Heraldo de Madrid
23-IV-1931
14 de Abril
Francisco Anaya ‒ Adela Anaya
Creado ex novo
La Libertad
29-IV-1931
752
La Libertad, 29-IV-1931, p. 7.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
303
¡Gloria a España!
José Anselmo Clavé
Himno histórico
Diario de Barcelona
29-IV-1931
La Marsellesa
[Ramos Carrión-Fernández
Caballero]
Himno histórico
Diario de Castellón
29-IV-1931
Fig. 8. Elaboración propia.
Todo parece indicar que la renuncia, de facto, del gobierno provisional de la
República a intervenir, moderar y encauzar el debate en torno a la elección del himno
nacional durante las primeras semanas de su andadura no había desalentado a escritores
y compositores que trabajaban con el objetivo de que alguna de sus respectivas obras
fuera la elegida. Otros interlocutores también consideraron oportuno pronunciarse en
cuanto a sus preferencias personales, bien de signo positivo, bien negativo. El papel de
los medios de comunicación fue fundamental en el conocimiento de las propuestas
presentadas, así como en el establecimiento de canales de opinión al respecto.
Hacia finales de abril de 1931, cuando la situación había entrado en una fase de
cierto estancamiento, Tenreiro, consciente de la importancia de que la República
dispusiera de un himno propio, intentó dinamizar el proceso expresando su convicción de
que la obra que mejor podía desempeñar dicha función era el Himno de Riego. Al mismo
tiempo, aunque sin un pronunciamiento abiertamente favorable, Tenreiro citaba el “estéril
concurso para premiar un himno nacional que en 1870 convocó D. Amadeo [de
Saboya]”753. Se introducía, aunque de manera vaga, un nuevo elemento que venía a
enrarecer ‒aún más‒ una prolongada situación de incertidumbre la cual, unida a la
exposición al juicio público al que estaban sometidos los distintos autores de propuestas
de himno de la República, provocaría los primeros síntomas de cansancio y de malestar
entre alguno de sus principales protagonistas.
Andrés María del Carpio había elevado el tono de la discrepancia con
expresiones y términos que alguno de sus destinatarios (Torralba y Esplá) pudieron
753
El Sol, 28-IV-1931, p. 1. En realidad, la convocatoria para la elección de una Marcha Nacional
la realizó el general Juan Prim el 4 de septiembre de 1870, meses antes de que llegara a España Amadeo de
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
304
considerar ofensivos. Las primeras reacciones no tardaron en producirse, dando lugar
a una nueva fase de este contencioso en la que los autores de los himnos se vieron
emplazados ante la opinión de los ciudadanos y, por tanto, obligados a intervenir
expresando su criterio particular.
Contrariado por las circunstancias descritas, Óscar Esplá quiso salir al paso de una
polémica que, lejos de despejarse, cada día adquiría una complejidad mayor,
convirtiéndose en una especie de bucle que podía amenazar tanto a la credibilidad de las
propuestas inmersas en este pleito de los himnos como al prestigo personal de sus
creadores. Con el título de “Unas cuartillas de Óscar Esplá”, Crisol publicó, el 30 de abril,
las extensas aclaraciones de este autor precedidas de una frase de presentación del diario:
“El ilustre compositor nos comunica lo siguiente”754.
Hace tiempo había prometido a varios amigos míos, músicos y poetas, la
composición de un himno de carácter español para oponerlo musicalmente, por
simple razón estética, a la Marcha Real. Un canto campesino y civil, que expresara
serenidad y energía a la vez, características de nuestro pueblo, que los
acontecimientos recientes han confirmado de un modo rotundo.
[…]
Al advenimiento del nuevo régimen, se me insistió para que lo ofreciera al
Gobierno de la República. Como yo me resistiera a hacerlo, surgió la duda, entre
aquellos amigos, de que la obra estuviera escrita. Fue entonces cuando entregué por
mi propia voluntad, y no en calidad de candidato de nadie, pues mi independencia
personal no consiente otra cosa, los compases que “Heraldo de Madrid” publicó
amablemente para dar fe de la existencia de la obra, con unas palabras de mi puño y
letra, que decían: “Fragmento melódico de un himno Nacional”.
Decidido, por fin, a ofrecerlo, escribí una carta personal a don Fernando de los
Ríos, declarando en ella lealmente la historia de la composición755.
Saboya aunque, previsiblemente, la resolución aprobatoria o denegatoria de dicha partitura se habría
adoptado durante su reinado. Véase sobre esta cuestión FERNÁNDEZ DE LATORRE, Ricardo, p. 276.
754
Crisol, 30-IV-1931, p. 11. También La Libertad y El Sol publicaron este escrito de Esplá,
aunque con los títulos de “El himno de Óscar Esplá” y “Una carta del compositor Sr. Esplá”,
respectivamente. Véanse La Libertad, 30-IV-1931, p. 10, y El Sol, 30-IV-1931, p. 4. Esplá remitió el
escrito a distintos medios de comunicación, interesado en dar a conocer su decisión al mayor número
posible de lectores y concluir de este modo su participación en el proceso de designación de un himno
para la República por él iniciado.
755
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
305
Es muy importante esta última observación de Esplá, dado que nos permite
conocer que al menos un miembro del gobierno provisonal estaba informado de la
próxima entrega de un himno, escrito por el compositor alicantino. De manera
significativa, no encontramos al destinatario de la comunicación, Fernando de los Ríos,
ministro de Justicia, en las imágenes publicadas del grupo de autoridades asistentes a su
estreno, el 26 de abril en el Ateneo. Como hemos indicado, el único integrante del
ejecutivo presente fue Manuel Azaña quien, a su vez, ostentaba el cargo de Presidente de
la institución ateneísta.
Tras una primera aclaración sobre el origen de la partitura, Esplá describía algunas
de las circunstancias que se habían producido durante los escasos días que distaban entre la
publicación de los compases de su obra, Canto rural a la República Española, en el Heraldo
de Madrid (15-IV-1931), y las presentes cuartillas aclaratorias en Crisol (30-IV-1931).
No creía que con esto iban a surgir querellas de ningún género, ni que mi
modestísima obra pudiera entorpecer los trámites que, a juico de algunos, deben
seguirse para la elección oficial del himno. Me parece muy justo lo del
concurso756, aunque creo que sería mejor dejar que cada cual hiciera tantos himnos
como se le ocurriese, y que el tiempo por sí solo se encargara luego, de destacar al
de más eficacia para el caso757.
Derivado de lo anterior, Óscar Esplá adoptó una decisión definitiva en cuanto a su
obra, consecuencia, tal vez, de no haber recibido el apoyo necesario de las instituciones de la
República ni de los partidos políticos de la conjunción republicano-socialista. Tampoco la
prensa había reflejado una posición unánime favorable a su partitura y la opinión de los
ciudadanos, recogida en los medios de comunicación, mostraba una clara división en un
pleito en el que se dirimía cuál de las propuestas de himno debía representar a la República.
De una u otra manera, el mío queda excluido de todo plebiscito o concurso, Y si
por tener cedida toda mi producción a editores extranjeros, no fuese posible retirarlo
de la circulación, como es mi deseo, porque se considerasen aquellos perjudicados,
en lugar de titularse “Canto rural a la República Española”, se llamará en adelante
756
Si Tenreiro había aludido a esta opción, del Carpio había invitado directamente al ministro de
Instrucción Pública, “o a quien corresponda”, a que se procediera a la apertura de un concurso que resolviera
la elección de un himno. CARPIO, Andrés María del, p. 10.
757
Crisol, 30-IV-1931, p. 11.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
306
“Canto rural a España”758, como una composición cualquiera que no aspira a
ninguna adopción oficial. […]. Con ello doy satisfacción a los que haciéndome
demasiado favor, suponen que mi nombre puede ejercer alguna influencia indirecta o
subconsciente en el ánimo de quienes puedan decidir este asunto759.
Parecen claras las alusiones tanto a Tenreiro como a del Carpio, cuyas identidades
se omitían. “Las cuartillas de Óscar Esplá” ponían de manifiesto el malestar del
compositor alicantino ante las expectativas que, legítimamente, había albergado. No
conocemos la opinión de Manuel Machado sobre este particular, pues en todo momento se
mantuvo en un discreto segundo plano. Esta actitud es similar a la de los otros autores de
los textos de los himnos: Salvador Mauri (Himno Republicano Español) y Francisco
Anaya (14 de Abril). Por tanto, fueron los respectivos compositores quienes asumieron la
defensa pública de sus obras.
Operada la transformación nominal citada, un espeso manto de silencio cubrió
el Canto rural a la República Española, situación que, salvo excepciones puntuales,
se ha prolongado en el tiempo: Antonio FernándezCid no la incluyó en su extenso
trabajo titulado Lieder y Canciones de España760; no figura citada en los volúmenes
en los que Antonio Iglesias recopiló los escritos de Esplá761; y tampoco se alude a
dicha obra en la voz realizada por Enrique Franco para el Diccionario de la Música
Española e Hispanoamericana762.
No cabe duda de que este proyecto de himno se había gestionado con extremada
urgencia. La presentación pública exigía al compositor, previamente, disponer del texto de
Manuel Machado para concluir su escritura; elaborar las particellas para cada uno de los
758
La partitura de Canto rural a España fue editada con un significativo subtítulo: Himno
Español. Véase MACHADO, Manuel y ESPLÁ, Óscar, Canto rural a España. Himno Español, Madrid,
Unión Musical Española, 1931. Consúltese Anexo Documental (Doc. IX).
759
Crisol, 30-IV-1931, p. 11.
760
FERNÁNDEZCID, Antonio, Lieder y Canciones de España, Madrid, Editora Nacional, 1963.
761
IGLESIAS, Antonio, Escritos de Óscar Esplá, 3 vols., Madrid, Alpuerto, 1977, 1879 y
1986, respectivamente.
762
FRANCO, Enrique, “Esplá Triay, Óscar”, DMEH, vol. 4, Madrid, SGAE, 1999, pp. 786-794.
En la página 794, en el apartado de Obras para “Voz y acompañamiento” compuestas por Esplá, se
incluye Canto rural a España, sin mención al título original de esta obra ni a la finalidad y circunstancias
políticas que rodearon su creación.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
307
instrumentos de la banda763; probablemente, realizar una reducción para voz y piano,
destinada a los ensayos con la cantante elegida (la soprano Laura Nieto)764; y, finalmente,
ensayar la obra con la formación instrumental que la estrenaría (la Banda Republicana,
antigua de Alabarderos).
Con antelación a los ensayos referidos, la partitura de Esplá habría tenido que ser
estudiada por Laura Nieto, el director de la banda y todos los músicos de esta agrupación
que intervenían en su estreno, tanto de manera individual, primero, como colectiva,
después. Once días había sido el tiempo con el que Óscar Esplá había contado para llevar a
cabo su proyecto, desde que el día 15 de abril el Heraldo de Madrid insertara unos compases
pertenecientes al que dicha publicación presentó como “himno nacional de la República”,
hasta el 26 del mismo mes, fecha de su primera interpretación en el Ateneo madrileño765.
La renuncia airada de Esplá a que Canto rural a la República Española
permaneciera inmerso en cualquier tipo de “plebiscito o concurso” para la elección del
himno de la República no impidió que el resto de autores siguieran defendiendo sus
respectivas obras y recabaran los apoyos que considerasen necesarios con el fin de
alcanzar el objetivo deseado.
La descalificación de uno u otro himno no siempre se había realizado en el marco
de la discrepancia constructiva y cortés sino, más bien, mediante expresiones que pudieron
ser consideradas vejatorias, aunque fueran portadoras de valoraciones críticas sobre
elementos musicales de las partituras y sobre el contexto en el que se desarrollaba la
posible adopción de una medida relativa a esta materia.
763
Como hemos indicado anteriormente, se denomina “Particella” a cada una de las voces de la
orquesta, interpretadas, respectivamente, por los distintos instrumentos que la integran.
764
Otra alternativa a esta fase del recorrido hubiera sido que el compositor escribiera la obra
directamente para voz y piano. En este caso, habría tenido que instrumentar, posteriormente, la obra para
su ejecución por la banda.
765
Sin que nos detengamos excesivamente en esta cuestión, son más las diferencias que las
similitudes entre el fragmento musical publicado en el Heraldo de Madrid, el 15 de abril, y la partitura
editada posteriormente como Canto rural a España: el compás del fragmento reproducido en este diario
está escrito en compás de tres por cuatro, mientras los que figuran en su edición impresa son los de cuatro
por cuatro y dos por cuatro; tampoco son coincidentes la figuración rítmica básica, la línea melódica o la
tonalidad… Tal vez encontremos una posible explicación a este hecho en que cuando los primeros
compases vieron la luz en el Heraldo de Madrid, Esplá aún no disponía del texto y, más tarde, al contar
con él, optara por introducir las modificaciones apuntadas.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
308
La decisión hecha pública por Óscar Esplá a través de Crisol (“Unas cuartillas de
Óscar Esplá”)766, de La Libertad (“El himno de Óscar Esplá”)767 y de El Sol (“Una carta
del compositor Sr. Esplá”)768, compartía edición en la segunda de las cabeceras citadas
con otra información, bien diferente, relativa al himno de Ramón Torralba, quien
impulsaba la difusión del mismo a través de las ondas.
Hoy jueves [30 de abril] se retransmitirá por Unión Radio el “Himno
Republicano [Español]” del maestro Torralba, interpretado por la Banda
nacional769, hecho por encargo de D. Ramón Franco en su destierro durante el
período revolucionario.
El concierto será honrado con la presencia de la mayoría de los expatriados, hoy
relevantes figuras de la política española770.
La diferencia de criterios entre Esplá y Torralba en cuanto a la continuidad de sus
propuestas determinó la trayectoria futura de las mismas. Como había indicado el primero,
Canto rural a España, por decisión propia, pasaría a ser una obra más de su catálogo
personal “como una composición cualquiera que no aspira a ninguna adopción oficial”771,
mientras la composición de Torralba, Himno Republicano Español, mantenía sus
expectativas de convertirse en el himno oficial de la República española.
Dicha postura obligaba a este último compositor a impulsar una presencia activa
en las páginas de la prensa, defendiendo y preservando la partitura de juicios que pudieran
ser lesivos para sus intereses, como compositor y como republicano. Este hecho motivó la
inclusión en La Libertad de una carta abierta, a modo de réplica a otra que en ese mismo
medio había aparecido firmada por Andrés María del Carpio. En su contestación, titulada
“Acerca del himno de la República. Respuesta obligada”, Torralba sí dejaba constancia, a
766
Crisol, 30-IV-1931, p. 11.
767
La Libertad, 30-IV-1931, p. 10.
768
El Sol, 30-IV-1931, p. 4.
769
La expresión “Banda nacional” puede inducir a error, dado que estaría referida a una supuesta
“Banda” de carácter “nacional”, inexistente bajo dicha denominación, cuando en realidad se trataba de la
Banda del Hotel Nacional de Madrid, agrupación privada muy activa en este período dirigida por José María
Martín Domingo. Esta fue la agrupación que grabó dicho himno para la Compañía Gramófono la cual sería,
muy probablemente, la emitida por Unión Radio según se anunciaba. Véase Heraldo de Madrid, 29-IV-1931,
p. 5. Ya nos hemos referido a la grabación y edición de esta obra. Recordemos, igualmente, que fue esta
misma banda, dirigida por Adela Anaya, la que había estrenado su himno 14 de Abril en el Café Atocha el 28
de abril.
770
La Libertad, 30-IV-1931, p. 9.
771
Crisol, 30-IV-1931, p. 11.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
309
diferencia de la publicada por Óscar Esplá, de la identidad de su destinatario: “Sr. D.
Andrés María del Carpio”772.
En un tono de extremada correción, a modo de contrapunto al utilizado por del
Carpio, Torralba expresaba a su interlocutor el respeto que le merecían, aunque no las
compartiera, sus opiniones de índole musical del Carpio había señalado que la
introducción de la obra de Torralba estaba escrita “a base de trompetería monárquico-
zarzuelera”773, pero rechazaba “enérgicamente, algunas apreciaciones, que quiero creer
son ligerezas propias de un temperamenteo poco sereno y ponderado”774. Pasaba Torralba
a continuación a señalar las diferencias que mantenía con la interpretración que había
hecho del Carpio de su proyecto de himno.
En primer término, cónstele que yo no tengo espíritu madrugador, en el sentido
peyorativo en que usted emplea el vocablo, más adecuado a la reseña de una lucha
entre rufianes que a la legítima y noble exteriorización de una discrepancia sobre
una cuestión elevada, como es, o debe ser, esta del himno de la República.
En segundo lugar, quede esclarecido algo que «deliberadamente» mistifica
usted. Mi himno no está dedicado particularmente al comandante Franco, al que
dice usted admirar como aviador. Está dedicado a los capitanes Galán y García
Hernández, “y en su memoria”, al comandante Franco. Y no está de más agregar
que este, a la sazón, no era solo el glorioso piloto del “Plus Ultra”, sino, por
circunstancias bien conocidas, la encarnación del Espíritu revolucionario de la
España sometida a la Dictadura775.
En un intento de no dejar ninguna cuestión sin respuesta, se refería Torralba al
autor de La Marsellesa, Rouget de Lisle, quien había sido citado por del Carpio
previamente, aunque de manera inexacta.
Pues si algo faltara, sepa usted, mi distinguido señor, que «La Marsellesa», el
himno revolucionario por antonomasia, fue dedicado por su autor al general
Kleber. Y sepa que ese monumento literario que se llama “Don Quijote de la
Mancha” fue dedicado por Cervantes al duque de Lerma. Y no hago además
constar que ni “La Marsellesa” ni “Don Quijote” surgieron de un concurso,
porque, por imperativo de delicadeza, no quiero rozar este extremo de su carta,
cuya tónica general acusa una deplorable carencia de ecuanimidad.
772
La Libertad, 2-V-1931, p. 10.
773
Acusación, sin duda, de lesa gravedad para una partitura que pretendía ser el Himno
Nacional de la República.
774
Id.
775
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
310
Por lo demás, tenga usted la certeza de que de irse al concurso por usted
preconizado, no solo me sería grato y honroso competir con el director de la banda
de Carrizosa de Abajo, según dice usted con sutil humorismo y fina ironía, sino
también con usted, que seguramente es músico y participante en potencia776.
Con su decisión diametralmente opuesta a la adoptada por Esplá, Torralba no solo no
daba un paso atrás sino que se mostraba dispuesto a participar en un concurso público para la
elección del himno de la República si, finalmente, esta opción era implementada. Los dos
compositores habían adoptado posiciones personales contrarias, fiel reflejo de la complejidad
que adquiría esta disputada cuestión y las consecuencias que de la misma se derivaban.
Adela Anaya, cuyo himno se había conocido el 28 de abril, unos días después de
que lo fueran los de Esplá y Torralba, mantuvo una posición similar a la del segundo de
los compositores citados, llevando a cabo una inteligente campaña de promoción de su
himno, la cual concitaría numerosos y cualificados apoyos. Vinculó su iniciativa con
acciones cívicas de carácter solidario estrechamente relacionadas con la sensibilidad social
de la República, con asociaciones culturales de prestigio, e incluso realizó gestiones
personales ante miembros del gobierno provisional de la República.
Siendo el desempleo una de las principales preocupaciones del nuevo
ejecutivo, diversas entidades políticas y sociales organizaron festivales y actos
culturales con el fin de recaudar fondos destinados a atender, en la medida de lo
posible, las necesidades básicas de los colectivos más afectados. Uno de los actos más
importantes de esta campaña se celebró el 24 de mayo de 1931, en el que tuvo un
papel destacado la pianista, compositora y directora de orquesta Adela Anaya, quien
dirigió la interpretación de su obra 14 de Abril. En la portada de la partitura de este
himno, editado para voz y piano, se hacía constar:
Estrenado con grandioso éxito en el concierto popular celebrado el 24 de
mayo de 1931, en la nueva plaza de toros de Madrid777, a beneficio de los
obreros sin trabajo778.
776
Id.
777
Actual plaza de toros de las Ventas.
778
ANAYA, Adela y ANAYA, Francisco, op. cit.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
311
Como ya hemos expuesto, no era del todo exacto el término “Estrenado” con el que
daba comienzo la cita, puesto que su primera audición había tenido lugar con casi un mes de
antelación, el 28 de abril, en el Café Atocha (Madrid), bajo la dirección de la compositora al
frente de la banda de José María Martín Domingo. La Libertad calificó el éxito obtenido en
esa primera audición del himno 14 de Abril como “extraordinario y clamoroso”, lo que
obligó a su repetición “más de seis veces […] entre grandes ovaciones […]”779.
Semanas después, La Voz, en su edición del día 20 de mayo, anunciaba la
celebración del citado concierto popular para el 24 a las once de la mañana, acto cuya
organización correspondía a “la comisión designada por el Ayuntamiento para recaudar
fondos en favor de dichos obreros [sin trabajo]”780. La información recogía, igualmente, el
amplio elenco de agrupaciones musicales participantes en el mismo: “[…] Banda
Municipal [de Madrid], Masa Coral de Madrid, Coros Gallegos Rosalía de Castro y
bandas de los regimientos de Saboya y Covadonga”781. En el plano musical, esta
publicación destacaba una obra en particular:
El programa de este gran concierto es interesantísimo, y todo hace prever
que será una agradabilísima fiesta. En él figura el himno republicano español
“Catorce de abril”, música de la compositora señorita Adela Anaya y letra de
D. Francisco Anaya.
[…]
Las localidades pueden recogerse en el Lyceum Club (San Marcos, núm.
44)782 y en la Casa del Pueblo (Secretaría 16)783.
779
La Libertad, 29-IV-1931, p. 7.
780
La Voz, 20-V-1931, p. 2.
781
Id.
782
La presencia del Lyceum Club como entidad colaboradora de este acto pudiera estar relacionado
con la posible pertenencia de Adela Anaya al mismo. En el listado de socias realizado por la secretaria del
citado Club, Zenobia Camprubí, esposa del escritor Juan Ramón Jiménez, figura inscrita “Anaya Buire,
Adela”, con residencia en la calle General Pardiñas 24. El segundo apellido de la compositora Adela
Anaya era “Ruiz”. No hemos podido confirmar que la sustitución de “Ruiz” por “Buire” responda a un
error en la transcripción de los datos. Véase AGUILERA SASTRE, Juan, “Las fundadoras del Lyceum
Club Femenino Español”, Brocar (Cuadernos de investigación histórica), n.º 35 (2011), p. 80. En las
relaciones de socias facilitadas por Juan Aguilera encontramos, entre otras, a Clara Campoamor, Victoria
Kent, María Lejárraga, María Negrín, Carmen Eva Nelken (hermana de Margarita Nelken, utilizaría el
seudónimo de Magda Donato) y María Rodrigo. Dicha asociación cultural femenina fue creada en abril de
1926 por María de Maeztu, siguiendo el modelo de otras asociaciones de características similares junto a
las que estaba integrada en la Federación Internación de Lyceum Clubs. Dividida en siete secciones, la de
“Música” ocupaba el segundo lugar, después de la de “Social”. Sobre la creación del Lyceum Club en
Madrid y su configuración, véanse DONATO, Magda, “Se funda en Madrid un club de señoras”, Heraldo
de Madrid, 16-III-1926, p. 5, y PALACIOS, María, La renovación musical en Madrid durante la
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
312
Las circunstancias que habían rodeado la interpretación del himno de Adela Anaya
en la nueva plaza de toros, el 24 de mayo, ante una concurrencia multitudinaria, concedía a
dicha obra una dimensión social y política de mayor relevancia a la obtenida previamente
en su estreno en el Café Atocha. Bien es cierto que dicho estreno, el 28 de abril, se había
producido de manera un tanto precipitada, con objeto de hacer pública una nueva
propuesta musical en el proceso bruscamente iniciado por Esplá y seguido por Torralba.
De igual modo, no debemos descartar la posibilidad de que entre las dos fechas
que conocemos para sus dos primeras audiciones, 28 de abril y 24 de mayo, la autora
introdujera alguna modificación en la instrumentación de la obra, debido a que en el
segundo de los conciertos dispuso de un conjunto musical más amplio, en el que se pudo
registrar la incorporación de nuevas voces intrumentales y una densidad sonora de mayor
plenitud, muy conveniente al tratarse de un gran espacio abierto.
En las informaciones publicitarias que hemos citado ‒ fechadas en mayo y junio de
1931‒ sobre la edición de grabaciones discográficas de himnos republicanos,
lamentablemente no se encontraba el himno 14 de Abril de Adela Anaya. A pesar de ello,
un hallazgo fortuito mientras se realizaban obras en una vivienda de la ciudad natal de
Alcalá-Zamora, Priego (Córdoba), devolvió a la luz, 73 años después, un Noticiario de la
compañía Fox Movietone que recogía imágenes de actos relevantes celebrados durante los
primeros meses de la República, bajo el título de El amanecer de una nueva era en
España784. Una de las once secuencias de que consta, titulada “Nuevo Himno
dictadura de Primo de Rivera. El grupo de los ocho (1923-1931), Madrid, Sociedad Española de
Musicología, 2008, p. 128.
783
La Voz, 20-V-1931, p. 2. Al tratarse de un concierto organizado por una “comisión designada
por el Ayuntamiento para recaudar fondos”, la participación de la Casa del Pueblo (PSOE) en la venta de
localidades estaba relacionada con la pertenencia a este partido de muchos de los concejales de la
corporación madrileña, entre otros, el propio alcalde, Pedro Rico. Asimismo, el apoyo logístico de una sede
del PSOE indicaba que dicha organización disponía de información acerca del programa del acto en el
que se hallaba integrado el himno compuesto por Adela Anaya, sin que este hecho sirva para prejuzgar un
pronunciamiento favorable o la aceptación del mismo. Hasta donde nos permite deducir la nota, se trataba
de una colaboración meramente puntual inducida, tal vez, por indicación de alguno de los miembros de la
comisión organizadora designada por la corporación municipal.
784
Véase BELAUSTEGUIGOITIA, Santiago, “Hallado un filme inédito de los primeros hitos
de la II República. Alcalá Zamora pidió en 1936 que escondieran la cin ta en su localidad natal”, El
País, 20-VI-2009, p. 49.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
313
Republicano”, corresponde a la interpretación del 14 de Abril en la nueva plaza de toros de
Madrid, el 24 de mayo de 1931 bajo la dirección de su autora785.
El diario Público distribuyó en un soporte de DVD, junto a su edición del 10 de
diciembre de 2009786, el Noticiario recuperado de la Fox Movietone, precedido en dicha
cabecera de un extenso reportaje en el dominical del día 6 anterior referido tanto al periplo
seguido por este valioso documento audiovisual como al contenido del mismo787.
Adquiere una especial relevancia para nuestra investigación dicho Noticiario,
puesto que recoge momentos históricos de las primeras semanas de la República788,
entre ellos, la actuación de Adela Anaya dirigiendo su propuesta de himno 14 de Abril
en el concierto celebrado el 24 de mayo en la nueva plaza de toros de Madrid. Este
había sido el mismo escenario que acogió un mitin multitudinario de Manuel Azaña,
el 28 de septiembre de 1930789.
785
Existía un precedente a este concierto con idéntica finalidad ‒aunque con un programa más
convencional‒ que fue promovido ante el Alcalde de Madrid, Pedro Rico, por el director de la
Orquesta Sinfónica de Madrid, Enrique Fernández Arbós: “También recibió ayer el alcalde la visita del
maestro Arbós, que fue a ofrecerle el concurso de la Orquesta Sinfónica para dar un concierto, que se
celebrará probablemente el día 12 [de mayo], a beneficio de los obreros sin trabajo”. El Sol, 29-IV-
1931, p. 4. Finalmente, el referido concierto tuvo lugar el día 3 de mayo en el Monumental Cinema con
obras, entre otros autores, de Esplá, Falla y Granados. Para la gestión del acto “se ha constituido en el
Ayuntamiento una Comisión encargada de abrir una suscripción pública y organizar algunos festivales,
con cuyos fondos pueda ser aliviada la angustiosa situación de los obreros de esta villa que se
encuentran sin trabajo”. El Sol, 2-V-1931, p. 4.
786
Noticiario Fox Movietone…. Op. cit.
787
Véase SALAS, Javier, “”Memoria en 35 mm. La única película sonora de los primeros días de la II
República estuvo oculta durante 73 años hasta que se encontró por casualidad el pasado mes de marzo [de 2009]”,
Público, 6-XII-2009, pp. 36-37. Editado el Noticiario de la Fox Movietone en junio de 1931, las primeras
secuencias, filmadas en abril de 1931, fueron exhibidas en diferentes salas comerciales. Diario de Barcelona
informaba el 29 de abril de 1931 de la proyección en los Salones Kursaal y Capitol de Barcelona, ambos de
la cadena Cinematográfica Nacional Española SA (CINAES), del “Noticiario Fox Sonoro de la proclamación
de la República Española” que contenía “un discurso del Presidente del Gobierno don Niceto Alcalá-Zamora,
y unas palabras pronunciadas por el Ministro de Hacienda don Indalecio Prieto durante el homenaje a Pablo
Iglesias”. Diario de Barcelona, 29-IV-1931, pp. 13-14. Ambas piezas forman parte del Noticiario ahora
encontrado, con una ligera modificación en la denominación de la empresa editora aunque se trata de la
misma entidad. Así se expresa en los primeros títulos de crédito del noticiario: “Fox Movietone News
(Noticiario Fox Sonoro)”. La proyección del “Noticiario Fox Sonoro” en Barcelona se hizo acompañando a
la película La escuadrilla del amanecer, por Richard Barthelmess. Esa misma jornada, en la cartelera de la
ciudad condal figuraba El crucero [sic por acorazado] Potemkin, dirigida por Serguéi Eisenstein. Ibid. p. 13.
788
Exactamente entre el día de la proclamación de la República en Madrid (14 de abril) y el acto
solidario en la plaza de toros de las Ventas (24 de mayo). Estas serán, respectivamente, las piezas de apertura y
finalización del Noticiario (primera y undécima).
789
Véase, entre otros medios de comunicación, Heraldo de Madrid, 27-IX-1930, pp. 1-2, y
29-IX-1930, pp. 1-6 y 16.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
314
Junto al contenido estricto del himno, la actuación de la compositora ponía de
relieve el nuevo papel de la mujer en la sociedad española –era harto infrecuente, en 1931,
la presencia de mujeres compositoras en la vida cultural española, más aún de directoras
de orquesta–790, que se ponía al frente de agrupaciones musicales integradas por varones, y
lo hacía ante miles de asistentes en un acto público con una significación política791.
El creciente protagonismo de la mujer en la vida social y política española era ya
un hecho consumado, cuyo acto más significativo había tenido lugar con el nombramiento,
mediante decreto de 18 de abril de 1931, de Victoria Kent como Directora General de
Prisiones792. Este hecho permitió a Adela Anaya, en principio, presentar su propuesta de
himno para la República en igualdad de condiciones que sus competidores varones. En
términos generales, se abrían nuevas expectativas para el colectivo femenino, dispuesto a
ocupar el nuevo espacio público que se configuraba en España. En este sentido, era
significativo el subtítulo utilizado en el Heraldo de Madrid en una información en la que
se celebraba el reciente nombramiento de Victoria Kent como Directora General de
Prisiones: “Un triunfo para la mujer”793.
Victoria Kent y Adela Anaya, en sus respectivos campos, representaban el nuevo
papel de la mujer española en el proceso de construcción de la República. De manera
inequívoca, era un mensaje al conjunto de la sociedad que reflejaba el cambio de
orientación trascendental en la marginación secular de dicho colectivo794. El Noticiario
790
Además de Adela Anaya, destacan en este período compositoras como María Rodrigo y
Rosita García Ascot.
791
En el fotograma de apertura de la pieza sobre el Nuevo Himno Republicano, dedicado a la
obra de Adela Anaya, se indica que el acto contó con una asistencia de 30.000 personas. En el título de
esta pieza del documental se ha optado por tomar una parte (dos términos) del subtítulo de la obra de
los hermanos Anaya (“Himno Republicano Español”) al que se ha añadido el adjetivo “Nuevo”. El
título original es 14 de Abril.
792
Ya hemos indicado que Victoria Kent era socia del Lyceum Club. Activa impulsora del
movimiento republicano, encontramos una imagen en el Heraldo de Madrid de la futura Directora General
de Prisiones junto a otras destacadas miembros del citado Club, Clara Campoamor y Magda Donato, en el
mitin republicano que tuvo lugar en la plaza de toros de las Ventas, el 28 de octubre de 1930. Heraldo de
Madrid, 29-IX-1930, p. 5. Véase también VILLENA GARCÍA, Miguel Ángel, Victoria Kent, una pasión
republicana, Barcelona, Debate, 2007.
793
Heraldo de Madrid, 20-IV-1931, p. 16.
794
El Sol informaba en su edición del 29 de abril con el título de “La mujer española en el nuevo
régimen”, de un acto presidido por Victoria Kent para “resaltar la satisfacción que le produce a la mujer española
ver conseguidos sus ideales por los que tanto luchó, y verse emancipada de esa tutela jurídica [masculina], a la que
estuvo sujeta toda la vida”. El Sol, 29-IV-1931, p. 4. Asimismo, esta cabecera incluyó una orden de la directora de
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
315
citado de la Fox Movietone impresionó durante los meses de abril y mayo de 1931 los
acontecimientos políticos más relevantes en la nueva andadura política, entre los que se
encontraban tanto la presentación, por parte del ministro de Justicia, Fernando de los Ríos
del nombramiento como responsable del sistema carcelario español de Victoria Kent,
como la interpretación de 14 de Abril de Adela Anaya en la nueva plaza de toros.
La actuación de esta directora sobre el escenario instalado en un espacio de
significación masculina como era un coso taurino, el 24 de mayo, había estado
rodeada de toda una simbología de afirmación republicana: su llegada al escenario
enarbolando el estandarte de la República, con cintas en su mástil, que la autora
depositaría durante el acto junto al podio desde el que dirigió a los músicos; decenas
de banderas similares en las gradas; una franja de tela horizontal en su pecho que
suponemos se trataba de la enseña tricolor…795.
La nueva plaza de toros había albergado un mitin de gran trascendencia en el
proceso de conformación de la alternativa republicana a la monarquía alfonsina. En este
acto del 28 de septiembre de 1930 se habían dado cita en la tribuna de oradores destacados
dirigentes políticos, en muchos casos, futuros gobernantes de la República, entre otros
Manuel Azaña. Sin duda, este sería para Adela Anaya el lugar adecuado desde el que
impulsar su propuesta de himno.
Todos estos elementos, unidos al carácter solidario del acto y a las connotaciones
de signo republicano del espacio elegido, concedieron a la obra 14 de Abril un lugar
preferente en el imaginario musical republicano como partitura de referencia, recibiendo
su autora importantes adhesiones de personalidades del mundo de la cultura española. Este
encuentro propició que, pocas semanas después del citado concierto benéfico, se anunciara
un homenaje a Adela Anaya del que se hizo eco ABC. La información publicada –figuraba
entre comillas– no había sido elaborada por la redacción del diario, sino por un amplio
grupo de firmantes que eran, a su vez, los promotores de dicho homenaje.
Prisiones, transmitida durante su visita a las cárceles de Madrid, indicando que se evitase utilizar en el futuro las
celdas de incomunicación y de castigo en dichos centros. Ibid., p. 8.
795
Al ser en blanco y negro no es posible confirmar los colores de dicho complemento en su indumentaria.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
316
“La labor artística de Adela Anaya, destacada como eminente concertista de
piano, notable directora de orquesta y compositora de obras teatrales y sinfónicas
de magnífica inspiración y españolísima originalidad, laureada en diferentes
ocasiones, ha tenido espléndida consagración con el triunfo conseguido por su
hermoso himno republicano “14 de abril”, interpretado en la fiesta para los obreros
sin trabajo celebrada en la nueva plaza de toros. Un grupo de amigos, admiradoras
y admiradores suyos nos proponemos hacernos eco del entusiasmo con que se ha
acogido tan bella y vibrante página musical y dar forma al tributo merecido por
Adela Anaya, que con su brillante actuación ha contribuido a elevar el prestigio de
la mujer española. […]”796.
El reconocimiento que se iba a tributar a la directora, pendiente de determinar la
fecha cuando se publicó esta información, consistía en un “agasajo popular”797, al final del
cual se le ofrecería una batuta sufragada mediante “cuestación pública”798. En realidad,
dicha información era la convocatoria pública en la que se invitaba, de manera abierta, a
todas aquellas personas que se quisieran sumar al homenaje. En este contexto, adquirían
una especial significación los centros que se habían concertado para registrar las
nuevas adhesiones y suscripciones: Lyceum Club Femenino (sección de Música), y
la Casa del Pueblo (conserjería).
La citada entidad cultural femenina fue muy activa durante la dictadura de Primo
de Rivera y también durante las horas previas a la proclamación de la República en
Madrid, haciendo gala, representada por alguna de sus integrantes, del compromiso con el
advenimiento del nuevo régimen. La orientación, básicamente cultural, del Lyceum Club
no fue excluyente para que sus actividades se proyectaran a ámbitos sociales y políticos.
A las cinco y cuarto de la tarde hicieron su entrada en la Puerta del Sol,
atestada de un público expectante, unos representantes de la FUE, que llevaban
una gigantesca bandera republicana, y cuya presencia fue acogida con una
ovación ensordecedora. Poco después desfilaba también por la Puerta del Sol
un automóvil ocupado por la señorita Victoria Kent y otras damas del
Lyceum Club, que llevaban una gran bandera republicana y que fueron
objeto de una ovación delirante799.
796
ABC, 9-VII-1931, p. 53.
797
Id.
798
Id.
799
Heraldo de Madrid, 14-IV-1931, p. 3.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
317
El escrito que recababa la adhesión al homenaje a Adela Anaya estaba suscrito
por un total de veinticuatro firmantes, entre los que se encontraban escritores (Cristóbal
de Castro), periodistas (Augusto Vivero), compositores (María Rodrigo y Manuel
Quislant), profesoras (Benita Asas Manterola), etc. Adela Anaya ya contaba con un
importante grupo de apoyo, desde el que se había promovido el homenaje citado,
otorgándole a su autora un destacado protagonismo social que, acaso, pudiera ser
decisivo en el reconocimiento pretendido para su himno. El último eslabón de esta
meditada secuencia de promoción, fundamental para lograr un final satisfactorio, era
conseguir el acceso a personalidades vinculadas con los centros de poder que pudieran
influir en la toma de decisiones.
Adela Anaya intensificó su presencia en la vida cultural madrileña considerando, tal
vez, que la mejor carta de presentación ante una eventual reunión con responsables políticos
sería la de gozar de un amplio reconocimiento social. La prensa madrileña recogió,
puntualmente, el itinerario seguido por la compositora en su particular periplo artístico.
ABC, en su edición del día 9 de julio, había avanzado la realización de un
homenaje a dicha compositora, promovido por prestigiosos intelectuales y creadores800;
El Imparcial, tres días después, insertaba una información relativa a la realización de un
“Concierto popular en el Retiro” que tendría lugar esa misma tarde, destinado a
recaudar fondos para los obreros parados y en el que, entre otras actuaciones “se cantará
y tocará el himno republicano “14 de abril”, dirigido por su autora Adela Anaya”801; y
La Voz informaba el 15 del desarrollo del “concierto popular y festival infantil organizado
por la Asociación Nacional de Mujeres Españolas a favor de los obreros sin trabajo”802
que se había celebrado el domingo anterior en el parque del Retiro, acto que concluyó con
“el himno republicano ‘Catorce de Abril’, que dirigió con su habitual maestría su autora,
Adela Anaya, y que escuchó repetidas ovaciones, en unión de la banda del regimiento
núm. 6 y los Coros Gallegos [“Rosalía de Castro”], que lo interpretaron”803.
800
ABC, 9-VII-1931, p. 53.
801
El Imparcial, 12-VII-1931, p. 2. La parte musical del concierto contó con la participación de
numerosas agrupaciones musicales, cuyas actuaciones se desarrollaron en varios escenarios ubicados en
distintas localizaciones del Retiro, circunstancia que le otorgó el carácter de gran fiesta popular.
802
La Voz, 15-VII-1931, p. 3.
803
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
318
Dos de las noticias anteriores tenían una especial importancia en el marco de la
campaña llevada a cabo por Adela Anaya: la publicación de la organización del
homenaje (ABC, 9-VII-1931), todavía sin fecha determinada y la realización del
concierto‒festival solidario (El Imparcial, 12-VII-1931), que se celebró el domingo 12
de julio en el Retiro madrileño. En la primera de ellas se destacaba, entre los méritos
que hacían merecedora a la compositora del proyectado homenaje, la “espléndida
consagración con el triunfo conseguido por su hermoso himno republicano ‘14 de
abril’”804, mientras la segunda otorgaba a dicha autora un elevado protagonismo en el
desarrollo del acto solidario que había tenido como principales destinatarios a los obreros
en paro y a los niños (a estos últimos se distinguió con un sorteo de juguetes). El himno de
Adela Anaya puso el broche final a este encuentro lúdico y solidario.
Proyecto de homenaje, concierto‒festival, informaciones y notas de prensa confluían
en torno a la propuesta de himno para la República formulada por la compositora,
acontecimientos que se produjeron de manera inmediata a la celebración de un hecho de gran
trascendencia histórica: la apertura de las Cortes Constituyentes, el 14 de julio.
La autora de la composición 14 de Abril, decidida a completar el capítulo de
gestiones necesarias para que su himno fuera tenido en cuenta, había participado en
todos aquellos actos que pudieran contribuir a sus objetivos. La secuencia descrita
anteriormente tuvo el colofón perseguido al mantener una entrevista con el Ministro de
Guerra, Manuel Azaña, de la que dio cuenta el político.
ABC había informado, el 9 de julio, de la organización de un homenaje a la
compositora y, en torno a esa fecha, Manuel Azaña recibió a Adela Anaya en el Ministerio805.
Mucho antes de acabarse el Consejo, me voy con [Isidoro] Vergara al
banquete de Acción Republicana [que tuvo lugar el 17 de julio]. Hay mucha
gente, cerca de quinientos, mucho calor. Para empezar tocan un himno de que es
autora una señorita [Adela] Anaya, que estuvo en el ministerio para pedirme
protección. La música es ratonera. Durante la comida, el sexteto no descansa, y
una trompeta me horada los sesos. Pronuncio el discurso de rigor. A la mitad se
804
ABC, 9-VII-1931, p. 53.
805
Azaña mencionó esta entrevista en la entrada de sus Diarios completos correspondiente al 17
de julio de 1931, si bien lo hizo refiriéndose a un hecho que había tenido lugar con antelación. Véase
AZAÑA, Manuel, Diarios completos…, op. cit., p. 173.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
319
me van las ideas, me canso, me inhibo absolutamente de lo que estoy haciendo,
las palabras me suenan sin sentido. Extraña impresión de haberme quedado de
pronto vacío, y como tonto. Debe de ser la fatiga y que en realidad estoy
pensando en otras cosas. Tengo que interrumpirme un rato, porque realmente no
sé lo que hago, ni para qué estoy allí. El auditorio se asusta […]806.
Aunque Azaña no dejó constancia del título del himno ni del nombre de su
autora –sí su apellido–, no tenemos ninguna duda de que se trataba del himno 14 de
Abril, composición para la que Adela Anaya estaba recabando apoyos con la
colaboración de un amplio grupo de intelectuales. El Imparcial confirmó nuestra
apreciación aportando, además, un dato que había omitido Azaña al referirse a la
agrupación musical que intervino en el acto (un sexteto), sin que especificara su
conformación exacta, más allá de citar una trompeta, ni la participación de un cantante.
¿Evitaba Azaña referirse al himno 14 de Abril? La cabecera citada sí lo hizo.
Antes de comenzar el banquete, el tenor don Lázaro Gascalazo cantó el himno
a la República [14 de Abril], original de los hermanos Anaya. Fue aplaudido807.
El “fue aplaudido” del final de la cita mostraba ‒a nuestro juicio‒ escaso
entusiasmo por parte de los asistentes, entre los que se encontraban Manuel Azaña y
Pedro Rico, Ministro de la Guerra y Alcalde de Madrid respectivamente. El primero
dejó constancia escrita de que la música interpretada en el banquete “era ratonera” y, el
segundo había dirigido un escrito al Ministerio de Instrucción Pública, con fecha de 12
de julio, instándole a la convocatoria de un concurso con objeto de elegir el himno
nacional de la República808. Por tanto, no era el mejor escenario posible para las
expectativas de los hermanos Anaya.
El acto concluyó con la intervención de Azaña, quien tuvo que superar un
“síncope” antes de poder continuar en el uso de la palabra y dar por concluido el mismo,
siendo “entusiastamente ovacionado”809. El discurso de Azaña recibió el reconocimiento
que se le había negado al himno 14 de Abril.
806
Id.
807
El Imparcial, 18-VII-1931, p. 4.
808
La Voz, 7-VII-1931, p. 4. Nos referiremos más extensamente a este documento.
809
El Imparcial, 18-VII-1931, p. 4.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
320
En el testimonio de Azaña adquirió una especial relevancia su afirmación de que
la “señorita Anaya” lo había visitado en el ministerio “para pedirme protección”.
Consideramos que en esa visita la compositora habría recabado su apoyo –Azaña utiliza
el término “protección”– al proyecto de himno del que era autora. Si la gestión se
hubiera desarrollado de ese modo, podemos afirmar que las expectativas de la
compositora pronto se verían defraudadas. Tras su audición en el banquete de Acción
Republicana, Azaña sentenció categóricamente: “la música [del himno] es ratonera”. No
es fácil precisar con exactitud el significado de “ratonera” para Azaña; en cualquier
caso, todo apunta a que no se trataba precisamente de un elogio.
El estado anímico del ministro de Guerra, la fatiga que le condujo al
desvanecimiento en dicho banquete, posiblemente no era el más adecuado para hacer
una valoración objetiva sobre una materia artística. Al tratarse de unos diarios
personales, Adela Anaya no tendría conocimiento inmediato de la citada valoración de
Azaña aunque, probablemente, sí pudo percibir su distanciamiento al no atender su
solicitud de “protección”.
La situación permanecía en un punto de estancamiento y las distintas gestiones no
ofrecían los resultados esperados. Así las cosas, cada uno de los autores inmersos en el
pleito de los himnos optó por seguir la estrategia que considerase más adecuada para
impulsar sus respectivas propuestas. El esfuerzo realizado en esta fase del proceso arrojó
un saldo común: la desestimación de todos y cada uno de los himnos que se habían
sometido al escrutinio popular, que no al institucional, al menos formalmente, a pesar de
que distintos miembros del gobierno provisional conocían o habían participado en actos en
los que se presentaba alguna de estas composiciones.
De igual modo, tampoco se había producido un movimiento social mayoritario
que se pronunciara de manera favorable a considerar como himno nacional alguna de
las propuestas de carácter histórico que habían sido citadas, en sentido positivo o
negativo, a lo largo de esta agitada segunda quincena de abril: Himno de Riego,
¡Gloria a España! y La Marsellesa.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
321
Distintas fuerzas políticas y colectivos sociales habían acogido en sus
convocatorias públicas la interpretación de alguno de los himnos en litigio, pero no
habían redactado documentos que reflejaran su adhesión a alguno de ellos. La
vinculación con estas obras venía determinada por la percepción de las mismas como
himnos republicanos propios de la nueva etapa política o por la relación personal con
alguno de los compositores.
A pesar de la existencia de un clima de cierta confusión, la industria discográfica
debió de considerar que era un momento adecuado para dar respuesta comercial al debate
que en torno a los himnos se estaba produciendo en la sociedad española. El 30 de abril El
Sol insertó un anuncio ofreciendo el disco de pizarra de la casa Odeón que contenía, en la
interpretación del barítono Marcos Redondo, acompañado de coro y orquesta, bajo la
dirección del maestro A. Capdevila, La Marsellesa y el Himno de Riego810.
Semanas después, también la Compañía del Gramófono insertó un anuncio en el
Heraldo de Madrid, el 29 de mayo, en el que publicitaba la salida al mercado de sus
novedades discográficas, entre las que se encontraban La Marsellesa (en la versión de
Miguel Ramos Carrión y Manuel Fernández Caballero); Himno de Riego (cantado por
Miguel Fleta, con coro y orquesta); Canto rural a España (de Manuel Machado y Óscar
Esplá); Himno republicano Español (obra de Salvador Mauri y de Ramón Torralba,
interpretado por la Banda del Hotel Nacional)…811
También discos Regal procedió de manera similar en La Vanguardia, el 7 de
julio, entre cuyas grabaciones encontramos todas las obras citadas anteriormente con la
810
El Sol, 30-IV-1931, p. 6. Conservamos en nuestra archivo un ejemplar de esta grabación
discográfica a la que se añadieron dos pequeñas etiquetas para su venta: en la cara a), junto al Himno de
Riego, el precio del disco “11 pesetas” y, en su cara b), junto a La Marsellesa, la dirección del
establecimiento comercial: “Phono Odeón. [Calle] Tallers, 16. Barcelona”. Archivo Enrique Téllez.
811
Heraldo de Madrid, 29-IV-1931, p. 5. Véase una grabación de esta última obra en Banda del
Hotel Nacional, Himno Republicano Español (Salvador Mauri y Ramón Torralba), La Bandera tricolor
(Salvador Mauri-[Rafael] Oropesa y [Florencio] Ledesma), [grabación sonora, 78 rpm], s.l., RCA Víctor
Argentina, [1931]. Archivo Enrique Téllez.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
322
excepción de Canto rural a España, y la incorporación de obras propias del ámbito
cultural catalán, como El Cant del Poble (de Amadeo Vives)812 y Els Segadors813.
En la publicidad de la Compañía del Gramófono, atendiendo a la decisión
adoptada por Óscar Espla, se había sustituido la denominación inicial de su obra Canto
rural a la República Española por la de Canto rural a España814. No obstante, después
de que el Heraldo de Madrid insertara la citada publicidad y de conocer la decisión
adoptada por Esplá, dicho himno fue interpretado en la ciudad natal del compositor,
Alicante, según su denominación original.
Alicante canta a la República
Alicante siempre fue arte. Arte y República, República y Arte. Y no podía
dejar de pasar la ocasión contando con un músico tan excepcional como Óscar
Esplá. Y compuso el “Canto Rural a la República Española” […].
Se estrenó en el Ateneo de Madrid el 27 de abril815, interpretado por la Banda
de ExAlabarderos, ya banda de la República. Y Alicante lo hizo en el Teatro
Principal el 14 de junio [de 1931], interpretada por 159816 personas entre cantores
y orquesta y con la presencia del Ministro de Guerra, Manuel Azaña”817.
Sin duda, la cifra de 250 intérpretes mostraba el interés y el esfuerzo realizado en
Alicante por ofrecer la obra de Esplá con una gran sonoridad musical. Azaña había
estado presente en la interpretación del himno de Machado-Esplá en dos ocasiones de
gran trascendencia: la primera de ellas, en su presentación pública en el Ateneo de
812
Como hemos estudiado en el Capítulo I de nuestra investigación, esta fue la obra compuesta
por encargo de Macià con la finalidad de que recayera en ella la declaración de himno de Cataluña,
proyecto que no prosperó.
813
La Vanguardia, 7-VII-1931, p. 4.
814
MACHADO, Manuel y ESPLÁ, Óscar, Canto rural a España…, op. cit. Archivo Enrique Téllez.
815
No es correcto este dato, dado que dicho estreno tuvo lugar un día antes, el domingo 26 de
abril. Ya hemos tratado ampliamente esta cuestión.
816
Creemos que tampoco es correcta esta cifra, referida al número de ejecutantes que
intervinieron en la interpretación del Canto rural a la República Española. En una nota informativa del
12 de junio publicada en el Diario de Alicante, se anunciaba que dicha obra sería ejecutada por una “masa
compuesta por 150 cantores acompañada de la orquesta que se excederá de setenta profesores”. Diario de
Alicante, 12-VI-1931, p. 2. Esta cabecera, en su edición del mismo día del concierto, precisaba que el
himno de Esplá sería interpretado “por gran orquesta y coros con un total de 250 ejecutantes”. Diario de
Alicante, 14-VI-1931, p. 3. Por su proximidad al acto, consideramos adecuada esta última cifra, resultado
de la participación de numerosas agrupaciones corales que se habrían adherido paulatinamente.
817
MARTÍNEZ LÓPEZ, Manuel, La experiencia republicana y la Guerra Civil en Alicante, San
Vicente [del Raspeig], Club Universitario, [2007], pp. 27-28. Este autor incluye en la página 29 el texto
escrito por Manuel Machado para Canto Rural a la República Española.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
323
Madrid, el 26 de abril, acto que había generado una gran expectación ante la posibilidad
de que la obra estrenada fuera elegida como himno de la República y, la segunda, en
Alicante, concierto que había sido programado en reconocimiento a la figura Esplá,
entre otras razones que indicaremos.
Para establecer el arco temporal en el que transcurrió la primera etapa del pleito
de los himnos, tomamos como referencia las fechas en las que tuvieron lugar dos
acontecimientos musicales importantes, ambos relacionados con el himno de Machado-
Esplá, Canto Rural a la República Española: la publicación en el Heraldo de Madrid de
unos compases de Óscar Esplá (15 de abril) y el concierto en Alicante en el que se
interpretó, tras su estreno en el Ateneo de Madrid, dicho himno (14 de junio).
El primero de los hitos temporales señalados constituyó el punto de partida de un
complejo proceso de búsqueda del himno de la República, mientras el segundo tuvo el
carácter de colofón solemne a la iniciativa promovida por Esplá. Si el concierto del
Ateneo de Madrid se había organizado para recabar la adhesión popular al himno del
compositor alicantino, el concierto en su ciudad natal respondía a un programa bien
diferente, dado que su celebración tenía lugar en plena campaña de elecciones a Cortes
Constituyentes convocadas para el 28 de junio siguiente.
Esta circunstancia explica por qué se había optado en el acto de Alicante por
recuperar la denominación inicial de la obra de Esplá, Canto rural a la República
Española, en sustitución de la que ya era públicamente conocida como Canto rural a
España. El primero de los títulos le concedía una mayor adecuación al proceso electoral
en curso, identificación valiosa tanto para Esplá como para Azaña, máxime cuando
ambos estaban inmersos en dicha campaña818: Óscar Esplá, en su condición de
candidato por la circunscripción de Alicante en la lista de la Agrupación al Servicio de
818
Unos días antes, Azaña había protagonizado actos electorales en Valencia y Albacete (7 y 13
de junio, respectivamente). Véanse JULIÁ, Santos, Vida y tiempo de Manuel Azaña (1880-1940), Madrid,
Taurus, 2009, pp. 286 y ss., y AZAÑA, Manuel, Obras completas, vol. III, (ed. de Santos Juliá), Madrid,
Ministerio de la Presidencia, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2007, pp. 18-28.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
324
la República (ASR)819; y Manuel Azaña, en la de máximo responsable de Acción
Republicana (AR) a nivel estatal820.
El mitin en el que participó Azaña en Alicante, el 14 de junio, se celebró en el
Monumental Salón Moderno, a las 11.00 de la mañana. Diario de Alicante destacaba
que, pese a haber elegido el espacio más amplio de la ciudad, fue necesario “instalar
altavoces en la calle que al gentío que en ella ha de quedar por carecer de sitio en el
Monumental, pueda oír los discursos de Aña [sic por Azaña], Pedro Rico y demás
participantes en el mitin”821. La jornada alicantina de Azaña continuaba, a las 13.30,
con el obsequio de un almuerzo en el Hotel Samper y por la tarde el homenaje a Esplá
en el Teatro Principal.
El concierto de esta tarde será el acontecimiento musical más extraordinario
de la temporada.
El canto rural a la República Española, de nuestro paisano Óscar Esplá será
interpretado por gran orquesta y coros con un total de 250 ejecuntantes.
El resto del programa a cargo de la Orquesta de Cámara es muy interesante,
figurando en él “El contrabandista”, también de nuestro paisano Esplá.
El señor ministro de la Guerra [Manuel Azaña] honrará el espectáculo
con su presencia822.
La organización de este concierto el 14 de junio, además de un homenaje al
compositor alicantino, tuvo por objeto impulsar sus opciones electorales, cuyas expectativas
se vieron ampliamente defraudadas al no resultar elegido. Tampoco lo fue “Azorín”. Los
resultados globales situaron como primer candidato electo al periodista Carlos Esplá823, con
12.732 votos en la ciudad y 71.894 en la provincia, frente al último de los candidatos no
electos, Óscar Esplá, con 224 votos en la ciudad y 539 en la provincia824.
819
El escritor José Martínez Ruiz (Azorín), nacido en la localidad alicantina de Monóvar, formaba
también parte de la candicatura electoral por Alicante de la ASR. Véase GARCÍA ANDREU, Mariano, p. 124.
820
Mariano García señaló que ambas formaciones políticas (ASR y AR) compartieron los actos
de campaña para, finalmente, AR retirar su candidatura por Alicante. Véase GARCÍA ANDREU,
Mariano, pp. 125 y 127.
821
Diario de Alicante, 14-VI-1931, p. 4.
822
Ibid. p. 3.
823
Véanse sobre este periodista y político republicano ANGOSTO, Pedro L., op. cit., y ESPLÁ,
Carlos, Mi vida hecha cenizas. Diarios 1920-1965, (introducción, redacción y notas, Pedro L. Angosto y
Encarna Fernández), Sevilla, Renacimiento, 2004.
824
Los resultados electorales están tomados de GARCÍA ANDREU, Mariano, pp. 205-206.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
325
Curiosamente, mientras Azaña había acompañado a Óscar Esplá en Madrid y
Alicante en torno a la interpretación de himno Canto rural a la República Española, el
gabinete del que formaba parte permanecía formalmente ajeno a la cuestión que se
dirimía. ¿Cómo interpretar la posición del gobierno provisional de la República, toda
vez que en distintos escenarios en los que se habían desarrollado actos relacionados con
el pleito de los himnos habían contado con la presencia de algunos de sus miembros, al
tiempo que dicho pleito había gozado de un amplio tratamiento informativo en distintos
medios de comunicación?
En una rápida aproximación, pudiera colegirse que la actuación del gobierno
pudo estar guiada por la indiferencia o la pasividad cuando, en nuestra opinión, ocurrió
más bien al contrario, siendo conducida por la prudencia ante un enconado debate en el
que se hacía difícil y arriesgado políticamente ejercer el papel de moderador, habida
cuenta de que la primera iniciativa había surgido al margen de toda instancia oficial. Por
tanto, el proceso evolucionaba sin regulación ni control legal o artístico del que se
pudiera derivar, previsiblemente, una sanción o veredicto aprobatorio.
Otras circunstancias de calado que venían a completar las ya expuestas serían, en
primer lugar, la aparición de sucesivas iniciativas con sus respectivos defensores y
detractores que no había conseguido crear en la sociedad una posición favorable hacia
una de ellas y, en segundo lugar, la localización en Madrid de la presentación de las
distintas propuestas creadas ex novo. Sin un himno aceptado mayoritariamente por los
ciudadanos, la segunda circunstancia apuntada podía generar algún tipo de contestación
en distintos territorios del Estado, ante la cual se podía alegar que se había dificultado
una participación más amplia y descentralizada.
Todo lo anterior arrojaba un saldo muy negativo para cualquier pretensión sobre
dicha materia, independientemente de la calidad musical que pudieran tener los himnos
presentados. Las instituciones no estaban obligadas a pronunciarse, puesto que no
formaban parte del proceso tal y como se había desarrollado; los ciudadanos no habían
emitido un veredicto inapelable como sí había ocurrido con la bandera y, finalmente, el
procedimiento de adición espontánea seguido podía ser acusado de irregular al no haberse
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
326
garantizado la igualdad de oportunidades de todas las personas que pudieran estar
interesadas. Demasiadas dificultades e inconvenientes lastraban una solución inmediata.
Óscar Esplá, quien había dado el primer paso en este inesperado pleito, gozaba
de un enorme prestigio artístico, pero no era menor el que ostentaba el siempre
discreto y prudente compositor gaditano aunque granadino de adopción, Manuel de
Falla, amigo personal de otros paisanos ilustres, Federico García Lorca (poeta) y
Fernando de los Ríos (Ministro de Justicia). Quizá cuando alguno de los intervinientes
en prensa había señalado la conveniencia de la realización de un concurso abierto,
pensara en la posible participación de Falla, quien ya contaba con un amplio
reconocimiento nacional e internacional.
Transcurridos los primeros meses tras la proclamación de la República, la
posición del gobierno provisional había impedido adoptar una decisión normativa sobre
esta materia. A la vista del debate suscitado, una resolución precipitada,
previsiblemente, hubiera sido cuestionada por sectores de la opinión pública contrarios a
ella. Tal vez, miembros del ejecutivo considerasen oportuno esperar a una progresiva
distensión en el clima de enfrentamiento generado para, una vez recuperada la calma,
volver sobre esta cuestión desde otros supuestos procedimentales, ajustados a los
principios de legalidad republicana, que garantizasen la libre concurrencia de creadores
de todos los territorios del Estado.
2.2. El Ayuntamiento de Madrid toma la iniciativa de dotar a la Segunda
República de un Himno Nacional representativo del nuevo Estado
Durante la primera etapa del proceso de construcción de la identidad corporativa
republicana (bandera, himno…), la cual había evolucionado ‒con distintos grados de
consenso‒ en paralelo al imaginario colectivo de la sociedad española, el protagonismo
de los medios de comunicación fue determinante en el conocimiento de las distintas
propuestas de himno formuladas (autores, grupos de apoyo, estrenos públicos, críticas,
réplicas, posicionamientos…).
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
327
Se había llegado a dar la circunstancia, como si se tratara de una acción
coordinada entre los principales protagonistas, de que noticas referidas a las
partituras creadas por Esplá, Torralba y Anaya ‒fijamos el orden según se hicieron
públicas cada una de ellas‒ compartieran cabecera y número de página en una
misma jornada: El Sol incluyó en su edición del 30 de abril noticias sobre el Canto
rural a la República Española, de Óscar Esplá (carta del autor comunicando su
retirada)825; sobre el Himno Republicano de Ramón Torralba (anuncio de su
retransmisión por Unión Radio)826; y sobre el himno 14 de Abril, de Adela Anaya
(valoración muy positiva del estreno en el Café Atocha)827.
Completaban esta improvisada sección de música, siempre en la misma página,
dos breves notas en la Cartelera de Espectáculos informando de sendas proyecciones de
la película (en versión sonora) La Marsellesa en el Monumental Cinema y el Cinema
Europa, en ambos coliseos en doble sesión de tarde y noche. En el Monumental se iba a
proyectar junto a Proclamación de la República en Madrid828, mientras en el Cinema
Europa, La Marsellesa se presentaba como la “magnífica versión de la Revolución
francesa, prohibida por el anterior régimen”829. Unos días antes, dicho medio informativo
había avanzado la noticia del estreno de la citada película para el lunes 27 de abril en el
Cinema Europa, producción que gozó de una prolongada permanencia en las salas830.
Esta importante concentración de noticias relacionadas con himnos y otras
expresiones artísticas vinculadas a la música revolucionaria pudo estar provocada por la
proximidad de la Fiesta del Trabajo del Primero de Mayo. Era la primera celebración de
esta jornada tras la proclamación de la República, en la que se había invitado a
825
El Sol, 30-IV-1931, p. 4.
826
Id. En la información se citaba esta obra escuetamente como Himno Republicano, siendo su
título completo Himno Republicano Español. Semanas después, en un anuncio de grabaciones
discográficas insertado en La Vanguardia, dicha composición era presentada como “el himno de los ex
emigrados españoles”. La Vanguardia, 26-V-1931, p. 6. Se aludía en la frase introductoria a la condición
de exexiliados (utiliza el término “emigrados”) políticos de los sublevados de Jaca y Cuatro Vientos en
diciembre de 1930, a quienes está dedicado el himno.
827
Id.
828
Creemos que se trataba de las primeras secuencias filmadas del Noticiario Fox Movietone…
al que ya nos hemos referido.
829
Id.
830
El Sol, 26-IV-1931, p. 9.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
328
participar al conjunto de la sociedad española. La música acompañó en las calles, una
vez más, esta fiesta popular.
La Libertad informaba de la presencia de la música en la manifestación de la
mañana: “Las agrupaciones obreras llevaban sus coros y músicas. Los vivas y cánticos
socialistas y republicanos se sucedían con extraordinario entusiasmo”831, así como en la
fiesta de la tarde en la Casa de Campo: “Hubo desfiles de divertidas y graciosas
caravanas con alegorías republicanas, cantándose ‘La Marsellesa’ y el ‘Himno de
Riego’. Y para que todo fuera simpático y de rica espontaneidad, los estudiantes, en
lucida representación de todas las Facultades y de todos los sectores escolares,
acudieron a la Casa de Campo para confraternizar con los elementos trabajadores”832.
Las actuaciones musicales anteriores eran fruto de la interpretación de los
repertorios que, de manera improvisada, habían acompañado a la proclamación de la
República en distintas ciudades españolas durante la verbena popular republicana de
abril de 1931. Esta situación no difería, en gran medida, de la que tenía lugar en el
ámbito institucional, ante la inexistencia de un himno nacional oficialmente reconocido.
Para subsanar este déficit se adoptaron algunas medidas coyunturales.
Coincidiendo temporalmente con la Fiesta del Primero de Mayo, el Diario
Oficial del Ministerio de la Guerra publicó una circular de 30 de abril, como paso
previo a un regulación más amplia, relativa a la rendición de honores por parte del
Ejército, en la que se fijaba entre otras cuestiones que “las bandas de músicas militares
tocarán el Himno de Riego, cuando el honor que se tributa tuviera asignado la marcha
Real, por las antiguas disposiciones”833.
Dicha disposición, como la publicada pocas semanas después por el mismo
Ministerio de 25 de junio834, figuraba firmada por su titular, Manuel Azaña. La nueva
circular venía precedida de un breve preámbulo por el que se dejaba constancia de las
razones que la motivaban: “Al objeto de armonizar los honores militares con las
831
La Libertad, 2-V-1931, p. 1.
832
La Libertad, 2-V-1931, p. 2.
833
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 1-V-1931, p. 267.
834
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 28-VI-1931, pp. 978-979.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
329
jerarquías y mandos que existen en la actualidad, he tenido a bien disponer que por las
tropas formadas, guardias y fuerzas acampadas, se hagan en lo sucesivo los que a
continuación se detallan”835.
Con el título de “Honores que tributan las tropas formadas y las guardias” se
establecía el tratamiento con el que se debía honrar la presencia de distintas
personalidades y cargos de la República. Contenía, en el plano musical, un orden de
prelación en su interpretación musical, acorde con el rango del destinatario: al
Presidente de la República y “jefes de Estados Extranjeros” correspondía el himno
nacional; “a las comisiones del los Cuerpos de colegisladores”, el “toque de marcha
militar”; y al Ministro de la Guerra, entre otros altos cargos, “las músicas o bandas tocarán
marchas militares como muestra de respeto a la Autoridad que ha de revisar las tropas”836.
El autor (o autores) de las circulares del Ministerio de la Guerra, realizaron su
trabajo haciendo gala de una exquisita corrección jurídica, ajustando su contenido
estrictamente al ámbito normativo del Ministerio837. Esta delimitación impedía, al
tratarse de disposiciones de rango jerárquico inferior al decreto, regular competencias
que correspondían a otras instituciones de la República.
Derivado de lo anterior, las dos disposiciones actuaban de manera concatenada
al indicar la primera que, provisionalmente, el Himno de Riego sustituiría a la Marcha
Real en la rendición de honores838; mientras, la segunda relacionaba distintas
autoridades con el tratamiento sonoro que debían recibir en función de su cargo o
responsabilidad (himno nacional, marcha militar y marchas militares)839.
Poco más podemos concluir a partir de dichos documentos, salvo justificar la
imprecisión contenida en la segunda de las circulares, en la cual no se indicaba el título del
835
Ibid., p. 978. Estas circulares se remitían a las diferentes Capitanías Generales para su
distribución posterior a las unidades militares.
836
Los textos entrecomillados en ibid., p. 979.
837
La segunda circular contenía una Nota final que reflejaba el espíritu cívico y de respeto a la
ciudadanía con que se había redactado, al indicar que “No se tributarán honores antes de las ocho de la
mañana y después de la puesta del sol”. Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 28-VI-1931, p. 979.
838
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 1-V-1931, p. 267.
839
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 28-VI-1931, pp. 978-979.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
330
Himno Nacional, de la marcha militar ni de varias marchas más, que se relacionaban
genéricamente. En realidad, esta circunstancia quedaba fuera de las posibilidades de
regulación del Ministerio, toda vez que el gobierno provisional de la República nada había
resuelto sobre esta materia, a pesar de las propuestas conocidas tanto de himnos de nueva
creación como históricos que habían sido defendidos desde distintas tribunas públicas.
De esta manera, la provisionalidad establecida en la primera circular
(desplazamiento de la Marcha Real por el Himno de Riego) se mantuvo mientras no se
determinara qué partitura desempeña la función de himno oficial de la República. La
“armonización de honores” que invocaba Azaña en el breve preámbulo de la circular de
25 de junio pudiera estar relacionada con diversos acontecimientos políticos que
precisaban esta regulación urgente. El más inmediato de ellos era la sesión de apertura
de las Cortes Constituyentes del siguiente 14 de julio. Así puede deducirse del hecho de
que en una orden de su Ministerio referida al citado acto figurase la siguente instrucción.
Para tributar honores se ha dispuesto que una compañía, con bandera,
escuadra, banda y música, del regimiento de Infantería, número 6 se encuentre a
la una de la tarde formada en línea frente al palacio de las Cortes, quedando a las
órdenes del presidente de las mismas, a fin de tributar los debidos honores a la
Comisión de las Cortes Constituyentes.
Asimismo, y a la indicada hora, el regimiento de Cazadores número 3
dispondrá que una sección del mismo se establezca a la izquierda de la compañía
anteriormente citada con el mismo objeto.
Las fuerzas anteriormente citadas y todas las que cubran el trayecto
comprendido entre el palacio de las Cortes y plaza de Castelar inclusive
rendirán a la Comisión de las Cortes Constituyentes en su ida y regreso al
domicilio del presidente de la República los honores dispuestos en la orden
circular de 25 de Junio de 1931 (armas sobre el hombro y marcha militar).
Todas las fuerzas que cubran la carrera rendirán asimismo al presidente de la
República, después del acto de la promesa, los honores dispuestos en la citada
orden (arma presentada e himno nacional) al paso de la comitiva840.
La imprecisión de la circular del 25 de junio relativa al himno nacional
innominado, obligaba a la aplicación de la disposición anterior, de 30 de abril, en lo
relativo a la interpretación de dicho himno, según la cual “las bandas de músicas
840
“La promesa del presidente de la República y el desfile militar”, La Libertad, 11-XII-1931, p. 4.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
331
militares tocarán el Himno de Riego, cuando el honor que se tributa tuviera asignado la
marcha Real, por las antiguas disposiciones”841.
La regulación normativa de honores del Ministerio de la Guerra, aunque de
carácter provisional, había concedido un lugar preferente al Himno de Riego, cuya
interpretación se repetió en centenares de actos institucionales y sociales en todo el país,
dando lugar a una asociación ampliamente aceptada entre dicho himno y la institución
del Himno Nacional.
No existía base legal para considerar el Himno de Riego como el símbolo
musical representativo de la República al no haber gozado del mismo tratamiento que la
bandera. Sin embargo, gracias a la referida asociación –nunca desautorizada por el
gobierno provisional– esa sería la función que desempeñó de facto. Los medios de
comunicación recogieron este nuevo estatus, que pronto se hizo extensivo a todo el país.
Número destacado de las fiestas [de El Escorial] ha sido el concierto que dio
anteayer miércoles la Banda Municipal de Madrid en el patio de los Reyes, del
Monasterio, concierto organizado a beneficio de los obreros parados. El
admirable conjunto, dirigido por el sin par maestro [Ricardo] Villa, obtuvo un
éxito estruendoso al ejecutar escogidas piezas con la perfección y el arte que tan
alto prestigio ha conquistado para la Banda Municipal de Madrid, orgullo de la
capital de España.
Al terminar el concierto la Banda interpretó el Himno de Riego, sonando por
vez primera en aquel recinto las notas del himno nacional, como si quisieran
llevar hasta aquellas piedras simbólicas el espíritu de la nueva España que se
está forjando. Y esta demostración no estaba de más en el monumento
representativo de la época de Felipe II, que aún quisieran algunos perdurase842.
Mientras esta situación ‒¿temporal?‒ se prolongaba, el Ayuntamiento de
Madrid, en un acto de responsabilidad, conocedor de que la República no disponía de un
himno oficial, decidió iniciar un proceso que permitiera subsanar dicho déficit
representativo. Esta iniciativa permitía recuperar el protagonismo de las corporaciones
locales en la configuración del nuevo Estado, emulando la actuación del consistorio de
Eibar en la madrugada del 14 de abril.
841
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 1-V-1931, p. 267.
842
“Fiestas en El Escorial”, La Libertad, 14-VIII-1931, p. 8. Las negritas son nuestras.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
332
De esto modo, la corporación madrileña corregía la inacción del ejecutivo
republicano en esta sensible materia, al tiempo que operaba un cambio sustancial del
escenario en el que se dirimía la elección del himno de la República: por primera vez,
una institución republicana aparecía implicada en la búsqueda de soluciones al
prolongado pleito de los himnos, trasladando el debate de la plaza pública a una
administración del Estado de ámbito local.
El 12 de Julio, el Ayuntamiento de Madrid se dio cuenta de que la libertad
‒tan riñonudamente ganada por los españoles‒ no tenía música [o sea, himno
oficial], y cayó en el famoso lugar común de siempre: abrir un concurso. Como
Madrid encierra dos mil seiscientos setenta y dos abogados, y nuestra joven
República es estructurada en estos momentos por una impermeable retícula
legal, el Municipio, “muy afincadamente”, por no considerarlo atribución de
Concejo abierto, elevó su deseo al ministerio de Instrucción. Acogida la
iniciativa, es enviada la idea a la secretaría de los concursos nacionales, que
responde el por consabido célebre «no hay dinero»; pero no obstante lo cual,
solicita un informe de la sección de Bellas Artes. Su dirección general margina y
cursa, y el expediente filarmónico pasa al flamante Consejo de Instrucción
pública, el cual lo dirige a la sección tercera a esperar turno de discusión843.
Esta incipiente tramitación arrojaba otro dato relevante, relacionado con el
Ministerio que había sido destinatario de la iniciativa de la corporación madrileña: el de
Instrucción Pública, a cuyo frente se encontraba Marcelino Domingo. Tras el periplo
que señaló Eugenio Noel, el Consejo de Instrucción Pública recibió el encargo de
informar sobre dicho “expediente filarmónico”.
La admisión de su estudio en un departamento del citado Ministerio, suponía una
línea de actuación diferente a la seguida en el Ministerio de la Guerra. Las circulares
estudiadas de este último gabinete habían regulado, básicamente, aspectos relativos al
propio Ministerio sin que se realizara una tramitación posterior ante otras instancias
republicanas; por el contrario, la resolución que se adoptara en el Consejo de Instrucción
Pública, siguiendo el mandato del Ayuntamiento de Madrid, debía ser elevada, con el
843
NOEL, Eugenio, “Música republicana: el himno”, La Libertad, 2-XII-1931, p. 1. Las negritas
son nuestras. Eugenio Noel es el seudónimo del escritor y profundo conocedor de la música, Eugenio
Muñoz Díaz. Noel había construido esta información a partir de la consulta de los documentos originales
tanto del Ayuntamiento de Madrid como del Ministerio de Instrucción Pública. Estudiaremos ambos
documentos en el siguiente apartado de nuestra investigación.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
333
visto bueno de los órganos competentes de ese Ministerio, para su consideración en el
Consejo de Ministros de la República.
Idéntica gestión podía haberse llevado a cabo con antelación desde el Ministerio
de la Guerra, una vez publicadas las dos circulares citadas en nuestra investigación, sin
que este hecho se produjera. Azaña había considerado “música ratonera” el himno 14 de
Abril de Adela Anaya, aunque desconocemos si el Himno de Riego le merecía idéntico
calificativo. No gozaba esta partitura de una consideración favorable en amplios
sectores de los círculos políticos e intelectuales del país, que la aceptaron por imperativo
legal según el marco normativo del departamento ministerial de Azaña, aunque no se
promovió su reconocimiento como Himno Nacional de la República.
Sin citarlo nominalmente, Eduardo Haro Tecglen abundó en la consideración
peyorativa de una parte de la sociedad hacia el Himno de Riego. Este periodista,
refiriéndose al período inicial de la Segunda República, escribió: “El catorce de abril
salió de debajo del colchón la bandera que cosió mi madre. Es la bandera que hoy
llamamos republicana, porque sustituyó a la monárquica; […]. Así fue: un trozo de
historia, con su himno ‒“ratonero”, decíamos: vinieron luego las solemnizadas
musicalmente mayores de la Internacional, la Varsoviana, los Segadores”844.
A tenor de los dos ejemplos recogidos (Manuel Azaña y Haro Tecglen), el
término “ratonero” debió de ser de uso común en las primeras décadas del siglo XX para
denostar una obra musical determinada845. Sea como fuere, el resultado inmediato de
la publicación de las circulares del Ministerio de la Guerra firmadas por Azaña,
844
HARO TECGLEN, Eduardo, El niño…, op, cit. p. 27.
845
Años más tarde, en 1933, Pío Baroja abundó en la no adecuación del Himno de Riego
como himno de la República.
Respecto al Himno de Riego, hay para sospechar que no existe una correspondencia
exacta ni aproximada entre lo que representa ese himno y la República actual. El Himno de
Riego es callejero, alegre y saltarín; la República de hoy es grave, sesuda, académica,
jurídica y un tanto plúmbea.
BAROJA, Pío, “Riego y su himno”, op. cit. pp. 881-882. Un estudio acerca de las
colaboraciones periodísticas de Baroja en el citado medio puede consultarse en CINTAS GUILLÉN,
María Isabel, “Colaboraciones de Pío Baroja en la prensa republicana: el diario Ahora, 1933”, en Antonio
Castro Díaz y Josefina Prado Aragonés (eds.), Literatura culta y popular en Andalucía (Actas del V
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
334
relativas a la rendición de honores del Ejército a distintas autoridades civiles, fue la
sustitución del papel hegemónico de La Marsellesa en favor del Himno de Riego en
cuanto a su presencia pública.
¿Significaba dicha circunstancia que podía considerarse este último himno como
el oficial de la República? En absoluto, aunque algunos medios de comunicación así lo
interpretaran en sus titulares: “El himno de Riego es provisionalmente el nacional”846.
Únicamente se había producido una modificación en el orden de los himnos que
formaban parte del repertorio musical republicano, consecuencia directa de las
disposiciones del Ministerio de la Guerra que la sociedad interpretó, en gran medida, en
la dirección apuntada incorrectamente por el Heraldo de Madrid.
La sociedad asumió con normalidad esta situación: el Himno de Riego solemnizó
los actos protocolarios de las instituciones republicanas y numerosas actividades
sociales, culturales y deportivas, relegando a un segundo plano a La Marsellesa. Dicha
alternancia determinó, en esta etapa, la transformación de los repertorios históricos
según la evolución de la vida política española y de sus desarrollos normativos, dando
lugar al siguiente esquema.
Simposio Regional de actualización científica y didáctica de Lengua Española y Literatura), Sevilla,
Asociación Andaluza de Profesores de Español, 2002, pp. 183-190.
846
Heraldo de Madrid, 5-V-1931, p. 10. Respondía este título a una interpretación errónea del
contenido del texto de la orden del Ministerio de la Guerra de 30 de abril, cuyo articulado se reproducía
en su literalidad. Véase Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 1-V-1931, p. 10.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
335
EVOLUCIÓN DEL REPERTORIO MUSICAL REPUBLICANO SEGÚN
DISTINTAS ETAPAS DE LA HISTORIA POLÍTICA ESPAÑOLA
PERÍODO HISTÓRICO Y
ETAPA
HIMNOS
NORMATIVA DE
APLICACIÓN
Primera República
La Marsellesa
Himno de Garibaldi
La Internacional
No existe
Segunda República
(Primera etapa:
abril- junio 1931)
La Marsellesa
Himno de Riego
La Internacional
No existe
Segunda República
(Segunda etapa:
12-VII-1931 a 10-V-1936)
847
Himno de Riego
La Marsellesa
La Internacional
Circulares del Ministerio
de la Guerra
848
Fig. 9. Elaboración propia.
Obsérvese en la tabla anterior cómo el Himno de Riego desempeñó distintos
niveles de protagonismo en las dos experiencias republicanas. Su escasa consideración en
ciertos ámbitos políticos y culturales durante la Segunda República pudo obstaculizar la
tramitación de esta composición como Himno Nacional, pero no impidió que llegara a ser
reconocido con dicha función por amplios sectores de la sociedad española.
Quizá, evocaciones históricas como la realizada por José Deleito y Piñuela en
1931 influyeran en este hecho. Revisaba Deleito el significado de alguna de las obras que
habían acompañado el estreno del Canto rural a la República Española de Óscar Esplá en
el Ateneo de Madrid, muy especialmente el Himno de Riego.
Pero, tal como es, recuerda el Himno de Riego más de un siglo de luchas por
la libertad. Sus estrofas, acaso están ungidas por la sangre de muchos mártires,
que a sus acordes cayeron para siempre, y sin cuyo sacrificio la abyecta España
fernandina no hubiera podido trocarse en la España ciudadana actual. Por eso
847
Tomamos como referencia para el inicio de este período la fecha en que el Ayuntamiento de
Madrid se dirige al Ministerio de Instrucción Pública con objeto de promover la convocatoria de un
concurso que premie la elección de un himno nacional.
848
Hemos estudiado extensamente las disposiciones citadas del Ministerio de la Guerra: la
primera de fecha 30 de abril (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 1-V-1931, p. 10) y la segunda de
25 de junio (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 28-VI-1931, pp. 978-979).
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
336
esta se conmueve hoy ante el Himno de Riego, como se conmovieron los
abnegados luchadores de otros días849.
2.2.1. “Un dictamen sobre el himno nacional: ni la Marsellesa ni el Himno de
Riego”
El 7 de noviembre de 1931, La Voz publicaba los textos elaborados por las dos
instituciones de la administración implicadas en el proceso de elección del himno nacional
de la República, el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Instrucción Pública, siendo
sus responsables, respectivamente, Pedro Rico y Marcelino Domingo.
Esta publicación se limitaba a recoger los documentos sin un estudio de su
contenido, por lo que no emitía valoración alguna sobre ellos, salvo lo indicado en el título
de la información que puede ser considerado como una de las conclusiones de la ponencia
redactada por Amadeo Vives: “Un dictamen sobre el himno nacional: ni la Marsellesa ni
el Himno de Riego”850.
El documento que el Ayuntamiento de Madrid había dirigido con fecha 12 de
julio de 1931 al Ministerio de Instrucción Pública permitía recuperar la iniciativa de
dotar a la República de un himno nacional propio. Con el escrito citado, daba comienzo
la que hemos ordenado como segunda etapa del pleito de los himnos, expresión que,
recordemos, había sido enunciada por Ramón María Tenreiro.
A diferencia de la etapa anterior, la implicación directa, inicialmente, de una
entidad de la administración local del Estado suponía un hecho diferenciador entre
ambas. Todos los himnos presentados durante la primera etapa se habían postulado sin
la participación de las instituciones de la República, las cuales no habían iniciado su
tramitación ante los órganos competentes con objeto de legitimar dicho proceso. La
búsqueda de un símbolo sonoro para la República seguía ahora un nuevo cauce
procedimental, trasladando este debate, al menos temporalmente, de la plaza pública a
la administración estatal.
849
DELEITO Y PIÑUELA, José, pp. 390-391.
850
La Voz, 7-XI-1931, p. 2. Hemos tomado dicho título para el presente apartado de nuestra tesis.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
337
El escrito del Alcalde-Presidente de la Corporación madrileña, el abogado y
miembro de Acción Republicana, Pedro Rico, estaba redactado con precisión, y en él se
destacaba que el consistorio carecía de competencias para llevar a cabo la convocatoria
de un concurso público851. Señalemos en este punto que otra corporación municipal, el
Ayuntamiento de San Sebastían, había acordado en los días álgidos de la proclamación de
la República la elección del Himno de Riego como himno nacional, decisión que quedó
sin desarrollo normativo posterior y, por tanto, sin efecto legal aunque sí testimonial852.
Andrés María del Carpio ya había avanzado la oportunidad de convocar un
concurso, invitando “al admirado actual ministro de Instrucción pública [Marcelino
Domingo], o a quien corresponda, la idea de abrir un concurso en el que el Jurado,
compuesto por los ases de la profesión, decida”853. La propuesta del Ayuntamiento de
Madrid coincidía básicamente con del Carpio en la formalización de la convocatoria de
un concurso, aunque la ponencia redactada por Amadeo Vives introdujo un
procedimiento muy diferente al enunciado anteriormente.
En el Ministerio de Instrucción Pública han facilitado hoy el siguiente
dictamen del Consejo de Instrucción Pública:
“Este Consejo, en sesión celebrada el día 6 de noviembre actual acordó, por
unanimidad, emitir el siguiente
Dictamen: Con fecha 12 de julio último, el Ayuntamiento de Madrid eleva a
este Ministerio [de Instrucción Pública] la siguiente comunicación:
“Estimando el Ayuntamiento que presido debe convocarse un concurso para
premiar un proyecto de himno nacional que entrañe el elevado espíritu de
libertad que en estos momentos da vida a nuestra España republicana; mas
considerando la Corporación municipal no ser de su competencia el acuerdo de
convocar dicho concurso; tengo el honor de dirigirme a V.E. [Marcelino Domingo]
con el ruego de que sea por el Gobierno acogida la iniciativa de esta idea”854.
El texto anterior de Pedro Rico nos plantea una duda sobre si su redacción
respondía a una actuación motu proprio o, si por el contrario, asumía el papel de
portavoz de una decisión previa del Comité Revolucionario de la que él podía haber
851
La Voz, 7-XI-1931, p. 2.
852
Heraldo de Madrid, 15-IV-1931, p. 7. Hemos tratado anteriormente este acuerdo del
Ayuntamiento donostiarra.
853
CARPIO, Andrés María del, p. 10.
854
La Voz, 7-IX-1931, p. 2.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
338
tenido conocimiento por su relación política con varios de los miembros de dicho
Comité, entre otros Fernando de los Ríos y Miguel Maura, con quienes había compartido
candidatura electoral por el distrito de Buenavista de Madrid el 12 de abril855.
Tal vez, la inhibición del gobierno provisional a la que nos hemos referido
reiteradamente ante las propuestas de himno de la primera etapa estuviera motivada no
en el desinterés sino en el cumplimiento de acuerdos adoptados con antelación por el
Comité Revolucionario relativos a la bandera y al himno nacional, los cuales habían
permanecido, como otras decisiones de dicho Comité, ignorados por la opinión pública
a la que no se había dado conocimiento de los mismos.
A media tarde [del 13 de abril] dio comienzo el espectáculo de la calle.
Habíamos acordado en el Comité republicano que no se cambiaría la bandera
para evitar innumerables complicaciones que esta clase de pleitos llevan
siempre consigo.
Sin que nadie pudiese decir cómo, desde el atardecer del 13, las masas obreras y
burguesas que invadían las calles con coches y camiones, enarbolaban la bandera
tricolor republicana. Lo mismo aconteció con el himno de Riego, que nos parecía, creo
que con sobrada razón, malísimo e impropio. Habíamos acordado abrir un concurso
para dotar al régimen de un himno razonable. Las gentes, en plena orgía, pacífica pero
estrepitosa, entonaban a gritos el viejo sonsonete del antiguo canto republicano856. No
iba a ser fácil rectificar lo que el pueblo había espontáneamente decretado857.
En cuanto a la bandera, el Presidente del gobierno provisional de la República,
Niceto Alcalá-Zamora, de acuerdo con su gobierno, no intentó “rectificar lo que el pueblo
855
Los tres políticos citados resultaron elegidos, obteniendo Fernández de los Ríos el mayor
número de sufragios (9997), le siguieron Miguel Maura (9925) y Pedro Rico (9905). Véase ABC, 14-IV-
1931, p. 28. Fernández de los Ríos y Maura, proclamada la República el día 14, asumieron
responsabilidades en el gobierno provisional y Rico accedió a la alcaldía de la capital madrileña. Miguel
Maura, tras apuntar algunas características de Pedro Rico (“castizo y verbenero, obeso sobre toda
ponderación, inteligente y simpático”), se refirió con cierto desdén hacia el modo en que había
accedido al cargo de primer edil de Madrid: su asistencia el día de las elecciones a una corrida de
toros, en la que fue distinguido con la ovación de los aficionados cuando los toreros le brindaban su
toro, otorgándole una gran popularidad.
La prensa del día siguiente divulgó, con detalle, el suceso, y aquí me tienen ustedes al buen
don Pedro, ungido, por la virtud de esta sencilla casualidad, nada menos que alcalde de Madrid.
MAURA, Miguel, p. 239.
856
Pudiera aceptarse el término “republicano” referido al Himno de Riego a tenor de la
percepción que de esta obra tuvo la sociedad española en distintos períodos de la historia,
singularmente en 1873 o 1931, si bien, en sus orígenes, dicho himno fue, estrictamente, de carácter
monárquico-constitucional.
857
MAURA, Miguel, pp. 247-248.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
339
había espontáneamente decretado” y sancionó, mediante Decreto, el reconocimiento de la
bandera tricolor como enseña nacional858. Siendo inicialmente una decisión contraria a lo
acordado por el Comité Revolucionario, la promulgación del citado Decreto estuvo
motivada por la generalizada aceptación de la nueva bandera.
En relación al himno, dar cumplimiento a otro de los acuerdos de dicho Comité
suponía “abrir un concurso para dotar al régimen de un himno razonable”. En julio de
1931, el gobierno provisional no había procedido a convocar el citado concurso,
probablemente sorprendido por la aparición de varios himnos que se postulaban como
himno de la República. Ante esta situación, bien de manera coordinada con miembros del
Comité Revolucionario, bien por decisión propia, el Ayuntamiento de Madrid intentó
avanzar una propuesta que permitiera encontrar la solución al problema planteado.
La cita anterior de Miguel Maura, cuya redacción reflejaba un posicionamiento
compartido por otros miembros del Comité Revolucionario, contenía importantes juicios
peyorativos hacia el Himno de Riego, cuando afirmaba “que nos parecía, creo que con
sobrada razón, malísimo e impropio”. Por ello, se había acordado “abrir un concurso para
dotar al régimen de un himno razonable”. No es difícil colegir que, al menos para Miguel
Maura, el Himno de Riego no era merecedor del calificativo de “razonable”.
La iniciativa del Ayuntamiento de Madrid, redactada en un discreto lenguaje
administrativo, interpretaba la voluntad expresada en los acuerdos citados del Comité
Revolucionario, y aun no siendo competente para desarrollar el proceso, sí lo era para
activar su puesta en marcha. Pedro Rico finalizaba su escrito “con el ruego de que sea por
el Gobierno acogida la iniciativa de esta idea”, indicación precisa sobre el objeto del
mismo: la celebración de un concurso.
El Ayuntamiento de la capital del Estado había emplazado al gobierno provisional
de la República, de manera particular a su Ministerio de Instrucción Pública, a la
consideración de la propuesta citada, gracias a la cual se premiara “un proyecto de himno
nacional que entrañe el elevado espíritu de libertad que en estos momentos da vida a
nuestra España republicana”. Es importante destacar la afortunada orientación que el
858
Gaceta de Madrid, 28-IV-1931, pp. 359-360.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
340
consistorio madrileño consideraba que debía guiar la creación de un himno nacional , a
partir de dos expresiones con un profundo significado político: “espíritu de libertad” y
“nuestra España republicana”.
Admitida a trámite por el Ministerio de Instrucción Pública la iniciativa del
consistorio madrileño, el proceso entraba en el ámbito competencial del que era titular
Marcelino Domingo. De igual modo, este hecho confirmaba que la utilización del
Himno de Riego como elemento de representación institucional durante los meses
anteriores había tenido carácter de provisional.
Iniciada la tramitación interna en el Ministerio, el estudio de la propuesta y
redacción del preceptivo dictamen recayó en el Consejo de Instrucción Pública. El
citado Consejo, a su vez, estaba integrado por cuatro secciones con distintas funciones
asignadas a cada una de ellas, tanto de carácter educativo como de índole artística859.
Correspondió el análisis del “expediente filarmónico”860 ‒en expresión de Eugenio
Noel‒ a la tercera de ellas, denominada Sección de Bellas Artes y Escuelas de Artes y
Oficios, integrada por “Don Aurelio Arteta y Errasti [pintor], D. Anselmo Miguel
Nieto [pintor], D. Andrés Ovejero Bustamante [profesor y diputado] y D. Amadeo
Vives Roig [compositor]”861.
Parece lógico considerar que en dicha Sección se acordara asignar al compositor
Amadeo Vives la responsabilidad de elaborar el dictamen sobre la propuesta del
Ayuntamiento de Madrid. Al tiempo que Vives iniciaba el trabajo encomendado, el
semanario progresista La Calle ofrecía en su editorial del 14 de agosto de 1931 una
visión restrospectiva en clave política, en la que la música, recogiendo su amplia
presencia pública, formaba parte de la propia estructura argumentativa.
Subyacía en el texto dialogado que sigue preocupación ante la dilación en la
toma de decisiones del gobierno de la República que la propia cabecera consideraba
urgentes (nombramiento de un gobierno no provisional, presentación del Estatuto de
859
Véase, respectivamente, su denominación e integrantes en El Sol, 5-V-1931, p. 3.
860
NOEL, Eugenio, p. 1.
861
El Sol, 5-V-1931, p. 3.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
341
Cataluña, elaboración de una Constitución de la República…). El título del editorial era
suficientemente explícito: “La nuestra no puede ser una República sonora”862.
No hacía un mes que había sido proclamada la República; nos hallamos con
el capitán Rubio:
Esto no va bien, nos dijo.
¿Por qué?
Porque esto va resultando una República sonora.
La sonoridad republicana eran los discursos, las recepciones triunfales de la
Marsellesa y el Himno de Riego, las paradas militares, todo el optimismo ingenuo
de los que creían que la República era un desfile arcádico con bandera y música863.
No se equivocaba el capitán Rubio, y “las recepciones triunfales de la Marsellesa y el
Himno de Riego”, junto a otros himnos citados en nuestra investigación, habían configurado
un paisaje urbano que bien pudiera denominarse, acertadamente, como “República sonora”:
República sonora de himnos sí, que no de himno oficial. Este militar aludía a la necesidad de
avanzar en la consolidación de las estructuras de gobierno republicanas, posición que
contaba con el asentimiento de La Calle, ante el temor de “que el capitán Rubio tenga razón
y que en agosto siga siendo la República una República sonora”864.
República sonora frente a República diligente no era precisamente una disyuntiva
que pudiéramos calificar de ingenua. Quien así la había formulado lo hacía movido por la
voluntad de que se agilizaran todas las reformas que los ciudadanos esperaban, ante un
estado de cosas que requería la rápida acción de gobierno. A medida que se sorteaban las
dificultades derivadas de tener que improvisar la creación de un nuevo Estado, el gobierno
de la República avanzaba en la consolidación de estructuras democráticas de
representación ciudadana: elecciones a Cortes Constituyentes (28 de junio) y constitución
de la cámara resultante del proceso electoral señalado (14 de julio)865.
862
La Calle (segunda etapa), n.º 27 (14 de agosto), [p. 5].
863
Id.
864
Id.
865
Salvador de Madariga se refirió a la elección de esta fecha para la celebración de dicho acto
como un homenaje a la Revolución Francesa, al ser esta la jornada en la que el pueblo parisino tomó la
Bastilla, en 1789, símbolo de la monarquía derrocada. Véase MADARIAGA, Salvador, España. Ensayo
de Historia Contemporánea, Buenos Aires, Ed. Sudamericana, 1964, p, 386, cit. en ZAPATERO,
Virgilio, Fernando de los Ríos…, op. cit., p. 301. La Voz publicó en portada, el día 15, un artículo
titulado “Bastilla [francesa] y Parlamento [español]”, en el que se citaban los dos edificios históricos
aunque sin pronunciarse acerca de una relación directa entre ambos. Véase La Voz, 15-VII-1931, p. 1.
Igualmente, Alcalá-Zamora mencionó la citada jornada en los siguientes términos: “Conservó a pesar de
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
342
El recurso a la metáfora de una República sonora como argumento crítico en
demanda de la implantación de reformas que contribuyeran a la consolidación del
régimen republicano nos permite, primero, conocer la importancia de la expresión
musical en este período y, segundo, destacar una reforma pendiente de ejecución que
añadimos a la relación del capitán Rubio y de La Calle: la elección del himno oficial de
la Segunda República. A ese objetivo dedicaba su esfuerzo Amadeo Vives.
No hacía muchos meses, exactamente el día 18 de abril, se había estrenado en el
Palau de la Música Catalana su obra El Cant del Poble, escrita por encargo de Francesc
Macià como futuro himno de Cataluña. Se daba la circunstancia de que entre los ministros
del gobierno provisional que se habían desplazado a Barcelona para tratar de encauzar la
situación de desencuentro con las autoridades catalanas por la proclamación del Estado
Catalán y de la República Catalana, se encontraba el propio Marcelino Domingo866.
En los primeros días de noviembre, antes de que se aprobara la ponencia de
Vives, se conoció otra iniciativa del Ayuntamiento de Madrid, también de índole
musical, que reflejaba el compromiso del consistorio con la creación de un sentimiento
patriótico de adhesión a la República a través de una simbología musical determinada.
Era dos valiosas aportaciones de los representantes municipales a la República sonora.
Sin grandes obstáculos se acordó adquirir 100 ejemplares del “Himno infantil
a la República”, al precio de tres pesetas cada uno, con destino a las clases de
canto (no os confundáis con las clases de Cantos, concejal federal) de los grupos
escolares. El Sr. Layús dijo que la letra de ese himno infantil es una birria y que
debe ser modificada. Pidió que dictaminase en definitiva el maestro [Ricardo]
Villa867. No le hicieron caso. Y en vista de ello, el dictamen fue aprobado, y el
Sr. Layús se fue con la música a otra parte868.
todo la apertura de Cortes la austera sobriedad inherente al régimen; una solemnidad luminosa por el día,
el simbólico 14 de julio, […]”. ALCALÁ-ZAMORA, Niceto, La victoria republicana…, op. cit., p. 307.
Aunque no citó nominalmente la Revolución Francesa, creemos que Alcalá-Zamora se refería a dicho
acontecimiento histórico.
866
Hemos tratado ya este contencioso en nuestra investigación, así como la desestimación de la
partitura de Amadeo Vives como himno de Cataluña.
867
Ricardo Villa fue el fundador y primer director titular de la Banda Municipal de Madrid. Con
motivo del centenario de su nacimiento, ABC dedicó a este músico un afectuoso artículo, del que
extraemos los dos versos que siguen y cuya autoría corresponde al poeta Juan Pérez Zúñiga:
¡No hay Villa con mejor Banda
Ni Banda con mejor Villa!
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
343
Fueron cien ejemplares distribuidos a otros tantos centros escolares en los que
existía una clase de canto869. Deducimos que el texto, al margen de la valoración
negativa del Sr. Layús, sería una loa a la República adaptada al mundo de los niños870.
Mientras la sesión plenaria del Ayuntamiento daba luz verde a la propuesta de
divulgación entre la población escolar del Himno infantil a la República, Amadeo Vives
ultimaba la redacción de su ponencia para la elección del himno nacional. En buena
medida, de su pericia dependía que la República sonora diera paso a una República con
himno. Vives era consciente de la necesidad de disponer con celeridad de ese símbolo de
representación, y así lo había expresado en un texto propio titulado “La Marcha Real”871.
Hubo un tiempo en que los republicanos (partido político desorganizado hace
mucho tiempo) solían indignarse mucho al oír los acordes de la Marcha Real; a
su vez, los monárquicos se enfurecían horrorosamente si una orquesta, banda o
gramófono tocaba La Marsellesa.
Durante muchos años, la más vibrante manifestación de entusiasmo político
ha consistido en el más desenfrenado odio al himno rival. En nuestros días los
dos himnos se toleran mutuamente; pero esto no significa nada; los antiguos
enconos pueden reproducirse el día menos pensado.
Sin embargo, a mi juicio, la Marcha Real siempre será un himno
exclusivamente monárquico y La Marsellesa un canto exclusivamente francés.
Total, que España en la actualidad carece de himno y que la furia de los partidos
rivales no ha tenido jamás significación patriótica, sino ideológica, doctrinaria872.
ABC, 23-X-1971, p. 127. El primer concierto de dicha Banda tuvo lugar el 2 de junio de 1909
en el Teatro Español de Madrid. Puede consultarse el programa interpretado en El País (Diario
Republicano), 1-VI-1909, p. 3. Para la La Correspondencia Militar se trató de un “ensayo general”, tal
vez por el hecho de que la asistencia se produjo mediante invitación. Véase La Correspondencia Militar,
3-VI-1909, p. 3. Por el contrario, La Época se refirió a dicho concierto como el de la “presentación
oficial” de la Banda. Esta cabecera elogiaba la creación de la Banda como un hecho consumado, dado que
había mantenido una posición muy crítica hacia este proyecto al considerar que debían atenderse, con
carácter prioritario, otras necesidades de la ciudad. Véase La Época, 3-VI-1909, p. 1.
868
La Voz, 2-XI-1931, p. 3.
869
Nos facilita este dato ABC, 3-XI-1931, p. 32.
870
No podemos expresar nuestra opinión acerca de las reservas del Sr. Layús hacia el texto del
Himno infantil a la República, puesto que no ha sido posible su localización.
871
VIVES, Amadeo, Julia (ensayos literarios), Madrid, Espasa-Calpe, 1971, pp. 30-32. Este
volumen incluye una serie de escritos de Vives aunque no figura la fecha de su redacción. El compositor
murió el 2 de diciembre de 1932. Por su contenido, consideramos que “La Marcha Real” se escribió con
antelación al encargo de redacción de la ponencia para el Ministerio de Instrucción Pública.
872
Ibid., p. 30.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
344
Algunas de las ideas recogidas en la cita anterior quedaron plasmadas en la
ponencia que Amadeo Vives preparaba a partir de la iniciativa que el Ayuntamiento de
Madrid había remitido al Ministerio de Instrucción Pública. Vives se enfrentaba
simúltaneamente a varios retos, uno de ellos –y no el menos importante– era la
obtención de una “significación patriótica” de los partidos que permitiera alcanzar un
acuerdo de consenso sobre el himno nacional; tarea, sin duda, compleja.
El dictamen redactado por Amadeo Vives fue aprobado por unanimidad en la
Sección de Bellas Artes y Escuelas de Artes y Oficios el día 5 de noviembre y, un día
más tarde, por “aclamación” en el Consejo de Instrucción Pública del Ministerio
dirigido por Marcelino Domingo873. La Voz lo incluyó íntegramente en la edición del 7
de noviembre. Esta secuencia estaba en consonancia con la urgencia que había señalado
Vives para la elección del himno de la República, si bien el dictamen aprobado suscitó
un vivo debate público, el cual presentaba algunos rasgos comunes al acontecido en la
primera etapa de este pleito.
Comenzaba Vives su dictamen con la preceptiva fórmula protocolaria de cortesía
hacia la institución que había promovido la iniciativa, el Ayuntamiento de Madrid para,
a continuación, exponer las razones por las que consideraba que ni La Marsellesa ni el
Himno de Riego podían ser declarados himno nacional de la República.
El ponente que subscribe opina que el proyecto de dotar a España de un
himno nacional es uno de los más honrosos y nobles empeños en que pueda
emplear actualmente sus actividades el Ayuntamiento de Madrid.
España no tiene himno; no lo tiene ni lo tuvo nunca874. Ningún republicano
pudo jamás considerar la Marcha Real como el himno de la nación. Fue aquella
una marcha que el ímpetu de la República deshinchó, recobrando así aquel matiz
suyo tan característico de Marcha Real de opereta principesca.
Tampoco se puede aceptar la Marsellesa como himno nacional. La Marsellesa
va perdiendo por momentos su característica de himno internacional de la
libertad, para quedar convertido exclusivamente en el himno de Francia. Y al
paso que vamos no parece demasiado difícil que antes de mucho tiempo tenga la
Marsellesa un sentido francamente reaccionario. No puede ser, pues, la
Marsellesa el himno de los españoles, porque lo es de Francia; ni puede
873
“Aclamación” fue el término utilizado en el documento original. Véase La Voz, 7-XI-1931, p. 2.
874
Se equivocaba Amadeo Vives en esta afirmación, puesto que España sí tuvo un himno oficial,
aprobado en la sesión de las Cortes del siete de abril de 1822 bajo la denominación de “Marcha Nacional
de Ordenanza”. Véase Gaceta de Madrid, 14-IV-1822, p. 564.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
345
considerársele como himno de la libertad, porque la libertad en nuestros días
toma otros derroteros.
El Himno de Riego ‒y perdóneseme la apreciación sincera‒ carece de aquel
grado mínimo de dignidad y elevación indispensables para ser himno nacional.
El ponente no ve la posibilidad de que el Himno de Riego pueda nunca “tener
tono”, por muchas vueltas que se le den, por muchas transformaciones que se le
hagan. Siempre quedaría viva e indestructible aquella expresión insubstancial y
“ratonil” que lo caracteriza875.
Vives defendía la necesidad de disponer de un himno nacional aunque discrepaba
del procedimiento propuesto por el Ayuntamiento.
El Ayuntamiento de Madrid propone, como medio para conseguirlo, la
celebración de un concurso. El que subscribe opina, sin embargo, que el
concurso es un procedimiento equivocado. Poco habría que escribir para
demostrar la improcedencia de tal concurso, aunque el tema se presta a extensas
consideraciones. Es evidente el peligro de una equivocación total o parcial en los
compositores que a tal concurso pudieran concurrir; 1o es asimismo el de otra
posible equivocación en el Jurado que tenga que fallar asuntos de tal
trascendencia, en momentos en que había de producirse un estado de profundo
apasionamiento en la opinión pública. Sin contar con que los compositores de
mayor prestigio probablemente no concurrirían, ante el peligro de no acertar o el
posible bochorno de no ser premiados876.
La diferencia de criterio apuntada por el redactor alteraba sustancialmente la
propuesta del Ayuntamiento, obviando fijar un desarrollo normativo para la celebración
de un concurso que permitiera la libre concurrencia de candidatos para, en su defecto,
establecer un sistema de elección extremadamente complejo.
El que subscribe propone, pues, un procedimiento distinto para obtener un
himno nacional con la máxima garantía de éxito.
Es, a saber: que los cinco o seis, o siete nombres más ilustres y de mayor
solvencia artística entre los actuales compositores de España sean encargados
por el Gobierno o por el Ayuntamiento de Madrid en su nombre:
a) De escoger diez o doce melodías, cuyas condiciones artísticas determinarán
ellos mismos previamente entre las obras de los grandes compositores españoles
desaparecidos, o entre las grandes composiciones polifónicas, o entre las de la
antigua música de órgano, o también entre las de la música de guitarra y vihuela, o,
875
La Voz, 7-XI-1931, p. 2. De nuevo encontramos un término de la misma familia léxica:
“ratonera” en Azaña; “ratonero” según Haro Tecglen; y “ratonil” para Vives; en todos los casos con un
significado peyorativo hacia uno u otro himno.
876
La Voz, 7-XI-1931, p. 2.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
346
finalmente, dentro del “folklore” español, cantera inagotable de tesoro de toda
modalidad, y forma y ritmo, carácter y expresión.
b) Una vez escogidas y seleccionadas las diez o doce melodías deberán
elegirse entre ellas las tres que resulten de una belleza absoluta y de mejores
condiciones para ser convertidas en himno.
c) Tres poetas eminentes, escogidos, no por concurso, sino por elección, serán
encargados ‒en las condiciones que previamente se estipulen‒ de escribir una
letra para cada una de las tres melodías.
d) El Jurado musical que habrá elegido las melodías será el encargado de
decidir cuáles de las tres letras deberán ser definitivamente aplicadas a las
composiciones musicales.
f [sic por e])877 Finalmente, las tres composiciones serán ejecutadas en
público por una gran masa coral y por la Banda Municipal de Madrid, y
aquella de las tres que resulte elegida en votación popular, será consagrada
como himno nacional.
Este procedimiento tiene muchísimas ventajas; en primer lugar, es el pueblo
mismo el que escoge en definitiva; el pueblo, además, en este caso no puede
equivocarse, porque cualquiera que sea el resultado de la elección, la materia
elegida ha de resultar siempre selecta; se evitan asimismo por este procedimiento
los mil disgustos y celos y recelos, tan corrientes entre los artistas, puesto que la
elección del tema recae en autores desaparecidos; se cancela el peligro, casi
inevitable en nuestros días, de tener que aceptar un himno construido en forma
de arte probablemente tendenciosa y seguramente pasajera, desconociendo, y
aun quizás desdeñando, aquellos elementos de vitalidad eterna que perduran a
través de los tiempos878.
Amadeo Vives había finalizado su detallada ponencia con una Nota final en la que
citaba procedimientos de características similares al propuesto en su dictamen que
habían culminado con éxito.
Nota final. — Los dos mejores himnos nacionales que hay en el mundo son el
alemán y el inglés. Ambos están formados por los magistrales temas de dos de
sus grandes clásicos. El himno alemán es una melodía de Haydn; el himno
inglés, es un tema de Haendel. Estas dos naciones adoptaron estos himnos por
procedimientos semejantes a los que yo propongo ahora para España. El pueblo
se familiarizó rápidamente con ellos, porque los dos grandes artistas que crearon
aquellas magníficas tonadas tenían el alma llena de sentimiento popular879.
877
Obsérvese que, por error, en La Voz no figura el apartado “e)” el cual ha sido sustituido por el
“f)”. Id. Florentino Hernández Girbal, que consultó documentación original de Amadeo Vives, reprodujo esta
ponencia ordenada adecuadamente de la “a” a la “e”. Véase HERNÁNDEZ GIRBAL, Florentino, Amadeo
Vives. El músico y el hombre, Madrid, Lira, 1971, pp. 360-361.
878
Id. Por su interés, hemos reproducido todas y cada una de las bases del dictamen de Amadeo
Vives. En las réplicas a estas bases se citarán aspectos concretos de las mismas, por lo que es
imprescindible disponer del texto original.
879
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
347
Sin embargo, el redactor había omitido referirse a otros certámenes o procesos
de elección de himnos más próximos geográfica y culturalmente que, a diferencia de los
anteriores, no habían concluido satisfactoriamente: el primero de ellos fue “El certamen
de ‘El Imparcial’. ‘Viva España’. Canto Patriótico” convocado por El Imparcial el 5 de
marzo de 1896880, en el que se debía presentar un texto que se ajustara al curso melódico
de la marcha de Cádiz881; y el segundo no fue exactamente un certamen, aunque sí tuvo
por objeto la elección de un himno a partir de la utilización de una música anterior,
siendo su protagonista el propio Amadeo Vives quien presentó, por encargo de Macià
como posible futuro himno de Cataluña, El cant del poble, obra escrita tomando como
referencia una melodía de José Anselmo Clavé, titulada Els xiquets de Vals882.
Estos dos hechos, que Vives había ignorado en su dictamen, ponían de
manifiesto que en modo alguno su presentación garantizaba el éxito de la empresa y
que, mientras el sistema propuesto había resultado con éxito en algunos casos, no había
obtenido el mismo resultado en otros. Amadeo Vives realizó un trabajo laborioso que
gozó de pleno reconocimiento y aceptación en el Ministerio de Instrucción Pública.
880
El Imparcial, 5-III-1896, p. 1. Esta convocatoria vino precedida, en la misma cabecera, por
una interesante presentación del periodista Mariano de Cavia (El Imparcial, 21-II-1896, p. 1), y concluyó
dicho proyecto, días más tarde, con la resolución desestimatoria del Jurado expresando que ninguna de las
obras presentadas era “merecedora del premio” (El Imparcial, 31-III-1896, p. 1). Se refiere a este
certamen NAGORE, María, “Historia de un fracaso…”, op. cit., pp. 840-841.
881
Zarzuela original de Federico Chueca y Joaquín Valverde a partir de un texto de Javier de
Burgos Sarragoiti, estrenada en el Teatro Apolo de Madrid, el 20 de noviembre de 1886. Vives se había
referido a la función que había desempeñado la marcha de Cádiz y ese era el cometido, con otro texto, que
había intentado recuperar el concurso de El Imparcial.
Durante el período de las últimas guerras coloniales, los españoles cantábamos la marcha de
Cádiz; mas sea por el funesto desenlace de aquellas desdichadas guerras, sea porque las notas de
dicho himno tenían más contenido juerguista que patriótico, el caso es que ha sido por todos
justamente abandonada y casi enteramente olvidada.
VIVES, Amadeo, pp. 30-31. Debemos destacar la sensibilidad política de este medio periodístico
por la organización del citado certamen. Con objeto de facilitar su desarrollo, El Imparcial reprodujo en
portada la partitura de la citada marcha, tomada como modelo. Es igualmente importante señalar que,
entre otros, formaba parte del Jurado el dramaturgo Miguel Ramos Carrión, autor del texto de la zarzuela
La Marsellesa a la que pertenecía el himno homónimo, en su adaptación española, interpretado como
pieza central de la verbena republicana de abril de 1931.
882
La desestimación de El cant del poble como himno de Cataluña, en 1931, respondió a
razones de índole política como consecuencia del acuerdo adoptado entre el gobierno provisional de la
República y las autoridades catalanas, referido al mantenimiento de un espacio político común en el
marco del Estado español.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
348
Publicada la ponencia, correspondía al gobierno y a la sociedad española
pronunciarse al respecto. Vives elogiaba en una entrevista la figura de Marcelino
Domingo, cuyo Ministerio había acogido la iniciativa del Ayuntamiento de Madrid,
la cual había sido modulada por el compositor según su propio criterio. En la misma
entrevista, aunque sin citarla, Vives abordaba la importancia de la creación de la
Junta Nacional de Música883.
[Gabriel Araceli] ─Muy ilusionado con todos estos proyectos, ¿verdad, maestro?
[Amadeo Vives] ─Mucho… Creo que en un momento revolucionario como este
que hoy vivimos, la música tiene que representar un papel principalísimo. Las
revoluciones y la música han ido unidas siempre. Yo estoy seguro de que
Marcelino Domingo ‒una inteligencia finísima, un entusiasmo y una capacidad
extraordinarios‒ comprende la necesidad de que en esta hora española se señale
una nueva y fervorosa atención a la música884.
2.2.1.1. Controversia en torno a la ponencia redactada por Amadeo Vives a
instancias del Ministerio de Instrucción Pública
Las reacciones al dictamen de Amadeo Vives no se hicieron esperar, algunas de las
cuales fueron muy críticas por las consecuencias derivadas de la aplicación de su prolijo
articulado. Desde que en julio de 1931 se conociera la iniciativa del Ayuntamiento de
Madrid, distintos compositores habían celebrado la apertura de un concurso para la
elección del himno de la República en el que estaban decididos a participar. Por el
contrario, la publicación de la ponencia de Vives en noviembre del mismo año defraudó
abiertamente las expectativas generadas.
Una vez más, las páginas de los periódicos se convirtieron en el foro público
donde expresar las diferencias con el procedimiento establecido en el citado dictamen,
pese a que hubiera sido aprobado por “unanimidad” en la Sección Tercera del Consejo de
Instrucción Pública y por “aclamación” en el propio Consejo. La polémica también tuvo
eco en los despachos de miembros del gobierno provisional, los cuales recibieron distintas
peticiones en relación a la materia objeto de debate: la elección del himno de la República.
883
Trataremos más adelante la esperanzadora creación de este organismo.
884
Nuevo Mundo, 14-XI-1931, p. 9.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
349
A diferencia de La Voz885, que reprodujo completa la ponencia de Vives, otros
medios como Heraldo de Madrid886 y La Libertad887 presentaron breves resúmenes de su
contenido. Esta última publicación informaba, en la misma fecha, del comienzo en Madrid
de una serie de actos organizados por la Comisión del homenaje a Riego que se
desarrollaron en distintas salas de la ciudad (Casa de la República y Sociedad Económica
Matritense de Amigos del País) en el aniversario de su muerte, el siete de noviembre.
Participaron distintas personalidades glosando la vida trágica de Rafael del Riego (Pedro
de Répide, José Fernández Navarro, Ramón María Tenreiro888, Asunción Polo, Andrés
Ovejero889, Carmen de Burgos “Colombine”…).
De los distintos actos celebrados surgió una extensa relación de peticiones que fue
remitida a instituciones y entidades como el Ayuntamiento de Madrid, las Cortes, el
gobierno de la República, el Colegio de Abogados… en la que se reivindicaba, en
términos generales, un tratamiento digno hacia la figura de Rafael del Riego890. En su
intervención, Colombine “protestó airadamente del propósito del Consejo de
Instrucción [Pública] de convocar concurso para un himno nacional, cuando desde el
[18]20891 lo es el himno de Riego”892.
Heraldo de Madrid trató de manera más vehemente la intervención de
Colombine, al afirmar que “Protestó airadamente del propósito del Consejo de
Instrucción pública de convocar concurso para un himno nacional, cuando desde el
[18]20 lo es el himno de Riego, y dijo que los himnos no se improvisan, sino que los
crea y populariza el pueblo”893.
885
La Voz, 7-XI-1931, p. 2.
886
Heraldo de Madrid, 7-XI-1931, p. 11.
887
La Libertad, 8-XI-1931, p. 4.
888
Recordemos que el ahora diputado Tenreiro había sido el autor de la colaboración publicada
en el Sol con el título de El pleito de los himnos, en el que se pronunciaba a favor de que el Himno de
Riego fuera declarado himno de la República. TENREIRO, R[amón] M[aría], p. 1.
889
El diputado socialista Andrés Ovejero formaba parte de la Sección Tercera del Consejo de
Instrucción Pública junto a Amadeo Vives.
890
Véase el detalle de esta peticiones en La Libertad, 8-XI-1931, p. 7.
891
No es exacta esta afirmación de Colombine. Aunque el Himno de Riego fue compuesto en
1820 no adquirió, oficialmente, la condición de “Marcha Nacional de Ordenanza” hasta su aprobación en
la sesión de Cortes de siete de abril de 1822 y la publicación posterior de dicho acuerdo en la Gaceta de
Madrid, 14-IV-1822, p. 564.
892
La Libertad, 8-XI-1931, p. 7.
893
Heraldo de Madrid, 9-XI-1931, p. 10.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
350
Dispuesto a tratar en toda su extensión las razones que avalaban el reconocimiento
oficial del Himno de Riego, Pedro de Répide escribió uno de los textos más lucidos en la
dirección señalada. Dos eran las líneas argumentales básicas de su artículo: en primer
lugar, la descalificación de la ponencia elaborada por Amadeo Vives, por inoperativa y
estéril, y, en segundo lugar, la defensa de un memorándum personal de los méritos y del
significado histórico y político del citado himno. De algún modo, este periodista siguió –
aunque no lo indique– el esquema del informe de Vives al que fue matizando e
introduciendo constantes correcciones.
Cuando la atención del país estaba ya fija en otros problemas, surge un distingo
musical. Se trata de ir contra el “Himno de Riego”. El ataque ha partido de un
consejero de Instrucción pública, de la Sección de Bellas Artes, excelente
compositor, autor de partituras encantadoras y que como profesor lírico tiene desde
antiguo nuestra admiración y nuestro aplauso.
Pero su ponencia respecto al himno nacional no puede ser aplaudida, es más, ha
sucitado ya la protesta, que ha de ir “in crescendo”, de los liberales positivos y
republicanos auténticos, de los que existe infinito número […]894.
En su argumentación, de Répide se hacía eco del “clamor iniciado contra dos ideas
inaceptables [de la ponencia]. La de volver sobre el acuerdo inicial que declaró himno
nacional el de Riego895, y la de intentar la creación de un himno nacional por medio de un
concurso. Esto último se ha querido hacer ya otras veces y siempre sin fruto”896.
La descripción que realizó el autor de la presencia de La Marsellesa y del Himno
de Riego durante la “exaltación polífónica del 14 de abril”897 es ecuánime y acertada.
Consideró el himno francés “la canción gloriosa de Rouget de Lisle, como himno genérico
y tradicional de la revolución y de la República, común a todos los países, […]; pero al fin,
su vinculación a Francia la hacía inadaptable como signo peculiar de otra nación”898.
894
La Libertad, 13-XI-1931, p. 1.
895
Se refiere el escritor y periodista al acuerdo publicado en la Gaceta de Madrid, 14-IV-1822, p. 564.
896
La Libertad, 13-XI-1931, p. 1.
897
Id. Interpretamos la expresión “exaltación polifónica” como una metáfora utilizada por Pedro
de Répide para referirse al grupo de himnos que fueron interpretados esa jornada. En sentido estricto, el
término “polifónica” se aplica a una obra musical cuando contiene varias voces, a diferencia de
“monódica”, en la que solo interviene una. Consideramos que es una utilización imaginativa de dicho
término para referirse a varios himnos en vez de a varias voces.
898
La Libertad, 13-XI-1931, p. 1.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
351
Descartada La Marsellesa de entre las obras que habían formado parte de la
“exaltación polífónica del 14 de abril”, correspondía destacar las circunstancias que podían
avalar el reconocimiento del Himno de Riego como himno nacional de la República.
¿Cuál era el himno vernáculo en que con la emoción del momento revivía en el
pueblo la gran epopeya de la libertad? Era el de Riego, que simbolizaba la lucha
enconada y cruenta durante más de un siglo contra el despotismo. […].
El Himno de Riego merece la veneración de España y de América. ¿Pueden
las Repúblicas hispanoamericanas olvidar lo que su libertad debe al héroe que
colabora en ella al mismo tiempo que labra la de España en el alzamiento de
Las Cabezas de San Juan?899.
No desconocía Pedro de Répide las distintas propuestas de himno que se habían
formulado desde la proclamación de la República, alguna de ellas debida a “autores
insignes en la letra y en la música900. Lo cierto es que ninguno ha prosperado, con lo que
parece claro que no es la invención artística la que tiene parte mayor en su eficacia”901. El
propio autor encontraba la respuesta considerada adecuada.
El pueblo lo impuso [el Himno de Riego] el 14 de Abril como himno de la
segunda República española, y el Gobierno, al mismo tiempo que decretaba la
bandera tricolor, dio carácter oficial a ese epinicio. Nadie lo mueva, sobre todo
cuando es de otras cosas de entraña popular y de espíritu de avance de lo que
hay que ocuparse.
Quédese en su lugar el himno vigente, y evíteseles un motivo de satisfacción a
quienes les molesta y no por razones de armonía. Demos toda su significación al
“Himno de Riego”. Porque de cantar otra cosa, sería “La Internacional”902.
De Répide había señalado correctamente la secuencia musical sobre la que en
noviembre de 1931 gravitaba el repertorio popular republicano: descartada La Marsellesa
por ser el himno de Francia y relegado el Himno de Riego –la convocatoria de un concurso
para elegir el himno nacional era una evidencia de este hecho–, el autor solo encontraba el
recurso a La Internacional.
899
Id.
900
Clara alusión a Manuel Machado y Óscar Esplá, autores de Canto rural a la República española.
901
Id.
902
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
352
Dejaba muy clara de Répide la escasa confianza que le merecía la ponencia de
Amadeo Vives, a quien nunca citó nominalmente. En primer lugar, hacía una valoración
negativa de la misma y, en segundo lugar, preguntaba a Vives por qué no había procedido
de igual modo en su “patria chica”. ¿Conocía Pedro de Répide la propuesta de Vives El
Cant del poble como himno de Cataluña?
La ponencia del consejero de Instrucción pública podrá haber tenido toda la
aceptación que quiera entre sus compañeros; pero carecerá de eficiencia en la
práctica. Admitiendo incluso que llegue a celebrarse el concurso, su resultado será
nulo si no tiene raíces en el pueblo y eco en sus almas, y no se habrá logrado más
que un exquisito número musical.
¿Cómo el insigne músico catalán, que anhela estrenar un himno, no ha probado
de igual modo en su patria chica a substituir el canto de “Els segadors”, que no es
tampoco un paradigma melódico? Allí cabía el cambio por un tema de sardana, ya
que nos sentimos solicitados por lo folklórico. Pero es que “Els segadors” es
folklore, y “El Himno de Riego” ya es folklore también903.
Contrasta la severidad de este documento, dirigido una y otra vez hacia la figura de
Amadeo Vives, a quien se consideraba responsable de una supuesta agresión hacia el
Himno de Riego, con el trato deferencial de los organizadores del homenaje a Riego hacia
el Alcalde de Madrid, Pedro Rico, quien había sido invitado al acto. Fue el propio de
Répide, como presidente del encuentro, quien excusó la ausencia del primer edil del
consistorio madrileño por encontrarse en una recepción en el Ayuntamiento904. Si la
iniciativa del concurso había partido del Ayuntamiento presidido por Rico, ¿cuál era la
razón por la que Pedro de Répide eximía de cualquier responsabilidad al Alcalde? ¿Estaba
esta circunstancia relacionada con el hecho de que, concluidos los actos de homenaje,
se trasladaría al Ayuntamiento de Madrid una relación de peticiones relacionadas con
su ámbito competencial?
No dejaba de ser igualmente significativa la participación como ponente en el acto
del sábado siete de noviembre, celebrado en la Casa de la República, de Andrés Ovejero,
miembro como Amadeo Vives de la Sección Tercera del Consejo de Instrucción Pública
que había aprobado la ponencia del compositor. Le siguió en el uso de la palabra
903
Id.
904
La Libertad, 8-XI-1931, p. 7. Otro periodista, Miguel Tato y Amat, “excusó la presencia de
[Francisco] Galán y de [Luis de] Tapia”. Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
353
Colombine, que arremetió contra la decisión de dicho Consejo de convocar un concurso
para la elección de un himno nacional905.
El alegato de Pedro de Répide tuvo continuidad en otras intervenciones en prensa
sobre Rafael del Riego y, por consiguiente, sobre su himno, las cuales aportaron gran
variedad de enfoques e, incluso, propuestas concretas. La figura de Riego había adquirido
con la proclamación de la República un protagonismo renovado. Su recuperación se
articulaba en torno a medidas que contemplaban un reconocimiento más digno en el
callejero madrileño, la erección de un monumento… y, muy especialmente, la elección del
Himno de Riego como himno oficial de la República.
La escritora Eugenia Astur (seudónimo de Enriqueta García Infanzón, familiar del
general Riego), siguiendo la estela de Pedro de Répide aunque con un discurso propio, se
incorporó a este debate mediante una colaboración en El Sol, en la que reclamaba la urgente
rehabilitación histórica de Riego, si bien no mostraba excesivo entusiasmo hacia su himno.
Ante la Historia, el rumor callejero de las algaradas, que a nombre de Riego
‒pero no con su asentimiento‒ se organizaron, tiene la principal culpa de su
desprestigio, del desdén con que intelectuales y políticos, aun de tendencia
izquierdista, le miraron siempre: y esto no se remedia volviendo al “chinchin”
del himno, ya en forma de corcheas, ya de tópicos literarios.
Riego necesita una rehabilitación concienzuda: una labor de “revisión”
histórica que no puede hacerse a la ligera y con miras oportunistas, sino
serenamente, honrada y sinceramente. Sin esto, todo clamoreo vindicador toma
el aire grotesco de “la batalla de las Platerías”, y la sonrisa irónica de Clío
acentúase escéptica906.
Como una consecuencia lógica de la gestión de las conclusiones de los actos
celebrados en torno a Rafael del Riego y con el impulso de los artículos de prensa
aparecidos, una comisión integrada por algunos de los participantes se reunió con el
905
Heraldo de Madrid, 9-XI-1931, p. 10.
906
El Sol, 2-XII-1931, p. 2. A continuación, Eugenia Astur se refirió a su libro Riego (Estudio
histórico-político del Revolución del año veinte), el cual, según señaló, se encontraba en prensa. La
publicación tuvo lugar en 1933. En nuestra biblioteca particular conservamos un ejemplar de este
volumen firmado por la autora con una dedicatoria manuscrita al poeta Luis de Tapia, colaborador
habitual en la portada de La Libertad con su sección de Coplas del día: “Al ilustre escritor Don Luis de
Tapia. La Autora [firma manuscrita]. II-6-[19]33”. ASTUR, Eugenia, Riego (Estudio histórico-político de
la Revolución del año veinte), Oviedo, Esc.ª Tipográfica de la Residencia Provincial de Niños, 1933.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
354
Presidente del Gobierno, Manuel Azaña, para hacerle entrega de los acuerdos alcanzados.
Eugenia Astur no había participado en los encuentros citados, ni tampoco formó parte de
la delegación que se entrevistó con Azaña.
Han visitado al jefe del Gobierno la escritora doña Carmen de Burgos,
“Colombine”, y los periodistas señores [de] Répide, Blanco Soria y Tato [y] Amat,
acompañados de D. Antonio del Riego, descendiente del famoso general.
Estos señores, que forman parte de la Junta nacional del homenaje a Riego,
entregaron al Sr. Azaña las conclusiones de la Asamblea que se celebrará [sic por
celebró] el día 7 [de noviembre], y le pidieron que el Gobierno designe quién ha de
representarle [sic] en dicha junta Nacional907.
En esas conclusiones se solicita que se decrete que el himno de Riego sea el
himno nacional y que el Estado ceda la estatua de Alfonso XII, en el Retiro, para
erigir en su lugar el monumento a los mártires de la libertad908.
La edición de El Sol del día siguiente también daba la noticia anterior aportando,
en relación al himno, una matización relevante entre las conclusiones expuestas al
Presidente del Gobierno: “[…] y que el Himno de Riego sea confirmado como
nacional”909. Asimismo, se detallaba la petición de reemplazar el monumento de “Alfonso
XII en el estanque del Retiro para dedicarle [sic por dedicarlo] a la memoria de los
mártires de la Libertad. En él serían colocadas las estatuas de Riego, Torrijos, Lacy, Galán,
García Hernández y otros defensores de la Libertad”910.
En cuanto al callejero madrileño, Miguel Tato y Amat leyó un documento de
conclusiones, aprobado por los asistentes, entre las que figuraba una petición concreta al
Ayuntamiento de Madrid referida al reconocimiento de Rafael del Riego.
Pedimos al Ayuntamiento de Madrid, a cambio de entregarle solemnemente el
oficio que el Municipio dirigió a Riego por su participación en la jornada del 7 de
Archivo Enrique Téllez. Sobre la denominada “batalla de las Platerías”, véase ASTUR, Eugenia, pp. 373-
377. Sobre Clío, musa protectora de la historia y de la poesía épica, véase ANDRÉS, Ramón, p.112.
907
Observamos una importante modificación en la denominación de la entidad que promovió el
homenaje a Rafael del Riego: mientras en La Libertad (8-XI-1931, p. 7) era citada como “Comisión del
homenaje a Riego”, semanas después, en el Heraldo de Madrid (5-XII-1931, p. 10) figuraba como “Junta
nacional del homenaje a Riego”. Aunque no se indicara, esta modificación habría sido adoptada en las
sesiones realizadas con el fin de conferirle tanto un carácter permanente en cuanto a su funcionamiento –
de ahí la petición a Azaña de que se designara un representante del Gobierno en la misma– como la
dimensión de nacional en cuanto a su ámbito de actuación.
908
Heraldo de Madrid, 5-XII-1931, p. 10.
909
El Sol, 6-XII-1931, p. 3.
910
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
355
Julio [de 1822]911, que borre del nomenclátor la calle que impropiamente tiene
en Madrid el héroe de Las Cabezas [de San Juan], y se traslade, bien a la plaza
de la Provincia o a la rotulada Imperial, primera que recorrió sentado en el
serón y arrastrado por un rucio912.
Cuando Colombine y el resto de miembros de la delegación trasladaron a Azaña la
petición de que el Himno de Riego fuera “confirmado como himno nacional” significaba ‒
en su consideración‒ que dicha función de representación institucional ya la venía
desempeñanado de facto. Azaña disponía ahora de información de primera mano sobre
dicha propuesta, así como antes había estado en contacto directo con la de Óscar Esplá. En
relación al Himno de Riego, dada su condición ampliamente aceptada de himno
sobrevenido, hubiera sido muy fácil proceder a la emisión del correspondiente
Decreto sancionando su reconocimiento oficial, tal y como se reclamaba desde la
Junta nacional del homenaje a Riego.
Por las fechas de la publicación de las noticias en Heraldo de Madrid y en El Sol,
la reunión debió de tener lugar el día 4 de diciembre. Le siguió en la agenda del Presidente
del Gobierno, ambos medios informan de ello, otra entrevista con una comisión de
olivareros de Jaén. Las dos cabeceras coincidían al afirmar que Azaña había acogido “muy
favorablemente los deseos de los olivareros de Jaén, y quedó encargado el gobernador
[civil] de conferenciar con el gobernador del Banco de España [Sr. Carabias] para que por
encargo del jefe del Gobierno gestione la solución del caso”913. Igualmente, coincidían en
dejar constancia de la reunión mantenida entre miembros de la Junta nacional del
homenaje a Riego con el Presidente del Gobierno, Manuel Azaña, sin que sobre este
encuentro reflejaran que se hubiera alcanzado ningún acuerdo en la dirección solicitada
por los miembros de dicha Junta, como sí había ocurrido con los olivareros de Jaén914.
911
Véanse los incidentes contra el régimen liberal que tuvieron lugar en dicha fecha en
ASTUR, Eugenia, pp. 425-434.
912
La Libertad, 8-XI-1931, p. 7. No tenemos constancia de que ninguna de las dos peticiones fuera
tenida en cuenta. En la actualidad, existe en Madrid una calle dedicada a la memoria de Rafael del Riego en
el distrito de Arganzuela, aunque rotulada y registrada incorrectamente: “Rafael de[l] Riego”.
913
El Sol, 6-XII-1931, p. 3. Véase también Heraldo de Madrid, 5-XII-1931, p. 10.
914
Recordemos que la primera resolución del Ministerio de Defensa en relación a la institución
del himno nacional, comunicada por Azaña y publicada en prensa el 30 de abril (Diario de Tarragona,
30-IV-1931, p. 6, y Diario de Barcelona, 30-IV-1931, p. 10), recogía en su artículo único que en tanto el
Gobierno provisional de la República decidiera “cuál ha de ser el himno nacional, se entenderá que es ‘La
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
356
Consultadas las entradas en los Diarios completos de Azaña de ese día y varios
más, anteriores y posteriores, ninguna de las dos reuniones quedaron recogidas. Sí figura,
el día 4, un comentario acerca de las diferencias entre Prieto y Largo Caballero, en esta
ocasión de índole protocolaria, referidas a la oportunidad (o no) de hacerse un frac para el
acto de la promesa del Presidente de la República, fijado para el día 11 de diciembre:
Prieto “ya parece decidido a hacerse un frac. Largo permanece irreductible”915.
Como señaló Miguel Maura, el Comité Revolucionario había acordado convocar
un concurso “para dotar al régimen de un himno razonable”. Esta circunstancia era
excluyente en sí misma –según la percepción del citado Comité– para el Himno de
Riego. Por lo tanto, al menos en este apartado, la propuesta que la Junta nacional del
homenaje a Riego había trasladado a Azaña tenía muy pocas opciones de prosperar. En la
misma dirección, la ponencia de Amadeo Vives también daba un tratamiento negativo a
dicho himno, al que había calificado de “ratonil”.
La controversia en torno al himno de la República, ahora según el dictamen de
Amadeo Vives, había dado sus primeros pasos. La Libertad se había mostrado muy
receptiva hacia la polémica en torno a los himnos durante la primera etapa e, iniciada la
segunda, continuó con idéntica sensibilidad, acogiendo en su primera página extensos
artículos sobre esta materia. Así, mientras el texto de Pedro de Répide ocupaba la portada
de la edición del trece de noviembre, en páginas interiores podemos leer dos escritos más
referidos a la misma cuestión: el primero, firmado por Adela Anaya y su hermano
Francisco, autores del himno 14 de Abril al que nos hemos referido ampliamente y, el
segundo, por “Un músico patriota”916.
Desde que el 28 de abril se presentara en el Café Atocha el himno 14 de Abril, la
difusión de esta obra en conciertos con el correspondiente reflejo en prensa escrita no
había cesado. Protagonista de la primera etapa de este pleito, Adela Anaya seguía
defendiendo con firmeza las opciones de su partitura y para ello contaba con un cualificado
Marsellesa’”. Obsérvese que el reconocimiento provisional del Ministerio de Defensa recaía en el himno
citado y no en el de Riego.
915
AZAÑA, Manuel, Diarios completos…, op. cit., p. 392.
916
La Libertad, 13-XI-1931, p. 4. Nos referiremos más adelente a la posible identidad que
oculta esta firma.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
357
grupo de apoyo, integrado por personalidades de la cultura. Dicho grupo se había constituido
formalmente y adoptado la denominación de “Comité pro Himno ‘14 de Abril’”.
La acción del citado Comité fue reiteradamente audaz, abarcando una amplia
gama de actividades que otorgaron al himno de los hermanos Anaya una notable
presencia pública, principalmente en conciertos, retransmisiones radiofónicas, actos
sociales y políticos así como en noticias de prensa. Recogemos, a continuación, la
secuencia de acontecimientos en los que el himno 14 de Abril o sus autores estuvieron
presentes durante la primera y segunda etapas de el pleito de los himnos.
14 DE ABRIL: CRONOGRAMA DE SU DEFENSA PÚBLICA COMO
HIMNO DE LA SEGUNDA REPÚBLICA (1.ª y 2.ª Etapas)
FECHA
ACTO Y LUGAR
MOTIVO
MEDIO DE
COMUNICACIÓN
28-IV-1931
Concierto en el Café
Atocha (Madrid)
Estreno real de 14 de Abril
La Libertad,
29-IV-1931
24-V-1931
Nueva plaza de toros
de Madrid.
Se cita como estreno de 14
de Abril.
A beneficio de los obreros
sin trabajo
La Voz,
20-V-1931
21-VI-1931
Concierto popular y
festival infantil en el
Retiro (Madrid)
A beneficio de los obreros
sin trabajo
La Voz,
19-VI-1931
Sin fecha
Entrevista Manuel
Azaña-Adela Anaya
Ministerio [de la
Guerra]
Recabar la “protección”
del Ministro
Diarios completos…
[de Manuel Azaña]
(17-VII-1931)
917
9-VII-1931
Se informa de un
homenaje a Adela
Anaya
Celebración del éxito
alcanzado por 14 de Abril
ABC, 9-VII-1931
12-VII-1931
Concierto en el
Retiro (Madrid)
Concierto-festival solidario
con los parados y los niños
El Imparcial,
12-VII-1931
917
Por la ubicación en nuestra tabla, proponemos la opción de que dicho encuentro se produjera
entre las primeras interpretaciones públicas del himno de Adela Anaya y las realizadas en fechas próximas
a la apertura de las Cortes Constituyentes.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
358
14-VII-1931
918
Apertura de las
Cortes
Constituyentes
1.ª Legislatura de la
República
(Sin himno oficial)
Heraldo de Madrid,
et al., 15-VII-1931
15-VII-1931
-----
Se elogia el concierto del día
12-VII-1931
La Voz,
15-VII-1931
17-VII-1931
Banquete de Acción
Republicana. Hotel
Nacional. (Madrid)
Sexteto [de vientos]
El tenor Lázaro Gascalazo
interpreta 14 de Abril
Diarios completos…
[de Manuel Azaña]
(17-VII-1931)
El Imparcial,
18-VII-1931
8-VIII-1931
Hotel Nacional
(Madrid)
Homenaje a Adela Anaya
y entrega de batuta
Heraldo de Madrid
7-VIII-1931
8-VIII-1931
Hotel Nacional
(Madrid)
Valoración positiva del acto
celebrado el día 8 de agosto
en el Hotel Nacional
El Sol,
11-VIII-1931
13-XI-1931
Carta abierta a
Marcelino Domingo
Valoración crítica de la
ponencia de Amadeo Vives
La Libertad,
13-XI-1931
14-XI-1931
Carta pública
Impugnación al
procedimiento de elección de
himno nacional propuesto
por Amadeo Vives
Heraldo de Madrid
14-XI-1931
15-XI-1931
Unión Radio
Retransmisión radiofónica
de 14 de Abril
El Sol,
15-XI-1931
[9-XII-1931]
Entrevista Comité
pro Himno “14 de
Abril”-Marcelino
Domingo
Propuesta de elección de 14
de Abril como Himno de la
República
El Sol,
10-XII-1931
11-XII-1931
919
Parlamento
Nacional
Toma de posesión de Niceto
Alcalá-Zamora como
Presidente de la República
(Sin himno oficial)
Heraldo de Madrid,
11-XII-1931
Fig. 10. Elaboración propia.
918
Insertamos esta jornada histórica como un hito político de la República, celebrado sin la
disposición de un himno oficial.
919
Recurrimos de nuevo a otro acontecimiento histórico desarrollado sin que la República
tuviera su himno nacional.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
359
Es muy importante observar en la tabla anterior cómo las dos entrevistas
mantenidas con miembros del gobierno provisional se produjeron en los días previos a la
celebración de actos solemnes en los que hubiera sido conveniente disponer de un himno
oficial de la República: Adela Anaya visitó a Manuel Azaña en el Ministerio de la Guerra
días antes de la sesión de apertura de las Cortes Constituyentes (14 de julio), y el “Comité
pro Himno ‘14 de Abril’” se entrevistó con Marcelino Domingo en el Ministerio de
Instrucción Pública hacia el 9 de diciembre, días antes de la ceremonia de toma de
posesión de Niceto Alcalá-Zamora como primer Presidente de la Segunda República.
En el programa de entrevistas citado adquiere una especial relevancia la reunión
con Marcelino Domingo, celebrada días después de que se hiciera pública la ponencia
de Amadeo Vives tutelada por su Ministerio. No solo sería de gran importancia para el
Ministro conocer la propuesta que le fue transmitida –contraria a lo establecido en el
dictamen de Vives–, sino también el amplio respaldo que la sustentaba.
La presidente del Comité [pro Himno 14 de Abril], doña Carmen Laá [sic por
de Lis], expuso las varias razones que abonan la conveniencia de que el “14 de
Abril” sea el himno de la República, y entregó al ministro los pliegos que el
Comité ha reunido con millares de firmas que avaloran la petición en favor de la
inspirada composición de Adela Anaya.
[…]
El ministro recibió con la mayor complacencia al Comité y ofreció tratar el
asunto con el más estricto espíritu de justicia920.
Junto a Carmen de Lis, firmaban la instancia representantes de la cultura, de la
política y del ejército. Destaca entre los miembros de este último colectivo la presencia
de Salvador Sediles, compañero de Fermín Galán y Ángel García Hernández en la
sublevación de Jaca. Este militar había asistido al concierto del Ateneo en el que se
estrenó el himno de Esplá Canto rural a la República Española, al de 14 de Abril de
Adela Anaya días después en el Café Atocha y, además, junto a sus compañeros de Jaca
y de Ramón Franco, era destinatario de la dedicatoria del Himno Republicano Español
de Ramón Torralba. De una u otra manera, estaba relacionado con los tres himnos que
920
El Sol, 10-XII-1931, p. 3.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
360
capitalizaron el interés de la sociedad durante la primera etapa del pleito de los himnos y
había decidido dar su apoyo a la obra de los hermanos Anaya.
De la confianza en esta obra y de la buena gestión realizada por el Comité
constituido en su apoyo daban buena muestra los “millares de firmas” recogidas entre la
fecha de su estreno (28-IV-1931) y la de la reunión con Marcelino Domingo (9-XII-
1931). A pesar de los esfuerzos realizados y de las distintas gestiones llevadas a cabo,
no se obtuvieron resultados satisfactorios.
Lejos de desanimarse, al conocer la ponencia de Amadeo Vives, Adela y
Francisco Anaya dirigieron una carta de protesta al Ministro de Instrucción Pública,
Marcelino Domingo, responsable de gestionar la iniciativa del Ayuntamiento de
Madrid. Con el fin de que su posición fuera conocida, los hermanos Anaya facilitaron
a la prensa la citada carta. Probablemente, en la reunión del Comité con el Ministro se
abordó el contenido de la misma.
Redactada desde el respeto y compartiendo el objetivo del Ministerio interpelado
de dotar a la República de un himno nacional, los firmantes de la carta descalificaban de
manera muy precisa el dictamen de Amadeo Vives. En términos políticos, podemos
considerar el documento publicado en La Libertad como una enmienda a la totalidad del
proyecto redactado por el compositor catalán.
Con tanto asombro como sentimiento hemos leído el dictamen propuesto por
el maestro D. Amadeo Vives en el asunto del himno nacional. Y más asombro y
sentimiento nos ha producido todavía que tal dictamen lo hayan aprobado los
señores del Consejo de Instrucción pública. Porque ¿cómo es posible admitir el
equivocado criterio, tan vejatorio para los compositores y poetas españoles, que
sustenta el Sr. Vives? Si lo que se quiere verdaderamente es un “himno nacional
que entrañe el elevado espíritu de libertad que en estos momentos da vida a nuestra
España republicana”, como se dice en la comunicación del Ayuntamiento de
Madrid, ¿no resulta un contrasentido evidente acudir a melodías antiguas? Sean
estas las que sean, y así las hayan compuesto los maestros de gloria más inmortal,
¿qué razones de peso se pueden aducir para suponer que tales genios tuvieran la
clarividencia creadora, el don de adivinación de interpretar con años y acaso
lustros de anterioridad un acontecimiento tan inusitado, sorprendente y
peculiarísimo como lo fue el advenimiento de nuestra República?921.
921
La Libertad, 13-XI-1931, p. 4.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
361
El malestar de los hermanos Anaya aludía directamente a la exclusión de los
compositores de su tiempo del proceso de elección del himno de la República según
el procedimiento fijado por Vives. La coincidencia en este punto fue ampliamente
compartida por otros destacados compositores, algunos de los cuales también
habían valorado la posibilidad de participar en el concurso inicialmente propuesto
por el Ayuntamiento de Madrid.
Por muy pobres y agotadas que estén las facultades de inspiración de los
compositores actuales, ¿no tendrán muchas más probabilidades de acertar en la
plasmación musical que se desea del “elevado espíritu de libertad de estos
momentos”, llevando al pentagrama la impresión que dejaran grabada en sus
cerebros y en sus corazones los memorables sucesos vividos por ellos mismos al
implantarse la República? Qué necesidad hay de recurrir a melodías ajenas
totalmente a lo que se quiere interpretar, por muy hermosas que sean? Si ese
procedimiento se adoptase realmente, los artistas que han visto emocionados el
nacimiento de la República no solo no podrían tener la satisfacción de crear el himno
nacional, sino que tampoco podrían llevar a los mármoles y a los cuadros la
perpetuación de tan señalado hecho. Porque con dicho precedente sería lícito y
natural también, al tratar de erigir el monumento conmemorativo o de hacer el
cuadro simbólico de la República, desenterrar las obras de los más excelsos
escultores y pintores pretéritos y prescindir de los de la generación presente […]922.
Después de la analogía señalada en relación a otras expresiones artísticas, los
autores de la réplica al informe de Vives en carta dirigida al Ministro de Instrucción
Pública admitían una excepción que pudiera justificar la implementación del proceso
arbitrado en dicho dictamen.
Únicamente cabría adoptar el sistema propuesto por el Sr. Vives en el
caso improbable de que fracasase por completo un concurso libre,
absolutamente democrático, sin restricciones de categorías de ninguna clase
y sin darle la exclusiva de interpretación a entidades musicales determinadas,
ni el fallo solamente al público de Madrid, pues no se debe olvidar que el
himno es para toda España923.
Como si de una instancia formal se tratase, Adela y Francisco Anaya reclamaban
en la parte expositiva el mérito que les asistía como autores del himno 14 de Abril,
“compuesto al proclamarse la República, estrenado pocos días después y escuchado y
922
Id.
923
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
362
aplaudido en casi todo el Mundo, por haberlo interpretado orquestas, bandas, coros y el
cine sonoro”924. El conjunto de razones expuestas permitía a los autores de la misiva
presentar un ruego al Ministro
[…] impugnamos la forma parcial que se da a la elección del himno nacional.
Al obrar así no solo defendemos nuestro legítimo derecho, sino el de todos los
demás compositores músicos y escritores españoles. No existen razones bastante
poderosas, siendo ciudadanos de la República, para privarles de acudir con el
fruto de su inspiración a las [sic] noble y reñida lid del certamen para elegir el
himno republicano español.
Rogámosle, pues, señor ministro, por considerarlo de estricta justicia, que se
cambie la forma acordada de elección del himno nacional por la que exponemos
anteriormente o por otra que responda a los intangibles principios democráticos
por que hemos luchado años y años y que tenga las máximas garantías de acierto
en asunto de tan alto interés artístico y patriótico para el país925.
La Libertad, finalizado el texto de los hermanos Anaya, recogía otra carta
“acerca del mismo asunto” que figuraba suscrita por “Un músico patriota”926. Antes de
proceder al estudio de este nuevo documento, nos parece oportuno señalar que
observamos importantes similitudes de estilo y de contenido entre este texto, firmado
por “Un músico patriota”, y el de réplica nominal a Andrés María del Carpio, cuya
autoría correspondió al compositor Ramón Torralba (La Libertad, 2-V-1931, p. 10),
autor del Himno Republicano Español. Además de las similitudes observadas, “Un
músico patriota” facilitó en su texto algunos datos que nos remiten inequívocamente al
Himno Republicano Español y, por tanto, al autor del mismo: Ramón Torralba.
¿Cómo vamos a comparar, pues, un himno compuesto por un músico joven
[¿Ramón Torralba?], de ahora, que ha vivido días de ansiedad en nuestra patria
(desde que Galán y Hernández dieron sus vidas en Jaca, al advenimiento de
nuestra querida República), a un himno procedente de trozos de obras antiguas,
cuyos autores, ya fallecidos, no experimenta [sic] esta sublime emoción?927.
El Himno Republicano Español de Ramón Torralba se había escrito por encargo
de Ramón Franco y contaba con la siguiente dedicatoria: “A Ramón Franco, en
924
Id.
925
Id.
926
Ambas frases entrecomilladas en id.
927
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
363
memoria de los fusilados de Jaca”. En la cita anterior se omitía toda referencia a Cuatro
Vientos y al mencionado aviador, tal vez como consecuencia de que la imagen laureada
del militar se había erosionado considerablemente debido a su deficiente actividad
parlamentaria así como por su implicación en los sucesos del aeródromo de Tablada928.
En términos generales, la carta de “Un músico patriota [¿Ramón Torralba?]”
guardaba una estrecha relación con la línea argumental del texto de los hermanos Anaya, si
bien aportaba un matiz diferenciador referido al premio que se otorgaría al himno elegido.
Anúlese la idea del premio, y no mezclemos en una obra, que solo debe ser
guiada por el patriotismo, el burdo interés del dinero. Bien dolorida está la Hacienda
española, para que se le reste un dinero que puede ser destinado a otros fines.
¿Es poca recompensa para un autor el hecho de ser declarada su obra himno
nacional y cobrar los derechos de ejecución?
Creo que serán muchísimos los que estén conformes conmigo en que tomen
parte en el citado certamen todos los compositores de España que lo deseen y en
que se suprima todo estímulo crematístico.‒929.
Quizá, si se trataba de Ramón Torralba como creemos, intentara evitar que se
produjera la descalificación verbal de su obra como había ocurrido en la primera etapa,
así como que se ignoraran los argumentos del escrito publicado al tratarse del propio
compositor del Himno Republicano Español. Asimismo, en el apartado Cuarto de otro
texto de los hermanos Anaya, publicado en el Heraldo de Madrid930, se hacía constar:
“Que no son los compositores del himno ‘catorce de Abril’ sino que Francisco Anaya es
el autor de la letra y Adela Anaya, de la música”931. Esta aclaración despejaba cualquier
duda sobre las autorías de letra y música del citado himno.
La coincidencia en la misma edición de La Libertad de los escritos de los
hermanos Anaya y de Ramón Torralba nos hace considerar la posibilidad de que se
tratara de una acción coordinada entre ellos. Los argumentos con los que se interpelaba
la ponencia de Vives eran muy similares, como también lo era la propuesta final: para
Adela y Francisco debía convocarse “un concurso libre, absolutamente democrático, sin
928
Véanse, entre otras informaciones, La Época, 10-XI-1931, p. 4, y ABC, 29-XI-1933, p. 22.
929
Id.
930
Documento citado en nuestra Fig. 9.
931
Heraldo de Madrid, 14-XI-1931, p. 7.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
364
restricciones ni categorías de ninguna clase”, a lo que Torralba añadía el matiz de “que
también los muertos tomen parte en ese torneo musical, puesto que fueron españoles y
sométanse todas las obras al Jurado de seis o siete profesores que estén decididos a no
tomar parte en el concurso”932.
La posición contraria a la ponencia de Vives fue ampliamente compartida por
destacados compositores. De llevarse a cabo, quedarían excluidos del proceso de
elección que había sustituido al concurso propuesto por el Ayuntamiento de Madrid.
Algunos de estos compositores ya habían elaborado partituras que pudieran ser
sancionadas como Himno Nacional de la República Española. Así lo hizo Antonio José
Martínez Palacios (conocido artísticamente como “Antonio José”), quien en una dolida
carta dirigida al musicólogo catalán –afincado en Madrid– José Subirá, exponía su
contrariedad, enfado y frustración ante un proceso cerrado a los compositores en activo.
Mi querido y gran amigo: Dispénseme si le distraigo; pero quiero conocer su
opinión y pedirle un consejo sobre algo que quiero y temo, y que me llena de
inquietud y enfado. Aludo al ya desechado concurso para el Himno nacional.
Parece que ha sido bien recibida la idea de encargar a unos maestros prestigiosos
que busquen entre los clásicos algún tema utilizable y relativamente ad hoc. Yo
que estoy encariñadísimo con España y su magnífica República quisiera un
himno puro, actual, brioso, solemne, de digna rudeza también, y noble empaque.
Y aquí viene mi temor. ¿A quién van a encargar la rebusca del difícil tema?
¿Entre qué clásicos se buscará: clásicos universales o españoles tan solo?
[…]
Eso si no se le ocurre a [José] Serrano un pasodoble de los suyos y le [sic]
consagra el pueblo ipso facto, porque hay por ahí cada cacho himno regional
consagrado, y ungido, y santificado… En resumidas cuentas ‒y esto es lo que
quiero decier a Vd.‒, yo escribí un Himno soñando con que toda España lo
cantase: un himno nacional que ocupara el hueco que no podía llenar la marcha
real; de esto hace dos o tres años. Como esta realización me pareció imposible
acomodé después ese himno para Castilla. En esto se proclamó la República y
pensé presentarle [sic] a concurso con verdadera fe y optimismo. Y en esto está933.
932
La Libertad, 13-XI-1931, p. 4.
933
Carta de Antonio José al musicólogo José Subirá, de fecha 24-XI-1931, reproducida en
PALACIOS GAROZ, Miguel Ángel, En tinta roja. Cartas y otros escritos de Antonio José,
Ayuntamiento de Burgos, Instituto Municipal de Cultura, 2002, pp. 175-176. Véanse BARRIUSO, Jesús,
GARCÍA, Fernando y PALACIOS, Miguel Ángel, Antonio José. Músico de Castilla, Unión Musical
Española, 1980, y Antonio José. Colección de cantos populares burgaleses (Nuevo cancionero burgalés),
Unión Musical Española, 1980.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
365
Antonio José citaba con acritud en su carta al compositor valenciano José
Serrano, autor de zarzuelas de éxito y del himno de la Exposición Regional de Valencia
en 1909, sancionado posteriormente, en 1925, por los alcaldes de Alicante, Castellón y
Valencia como himno oficial de la Comunidad Valenciana934. Cuando Antonio José
escribió dicha carta probablemente no conocía que, efectivamente, también el maestro
Serrano había considerado participar en el concurso propuesto por el Ayuntamiento de
Madrid, posteriormente alterado en su naturaleza por el dictamen de Vives avalado por
los órganos del Ministerio de Instrucción Pública.
En una larga entrevista publicada en El Sol el 22 de diciembre, el maestro
Serrano repasaba los pormenores de un proyecto de himno en el que ya había
comenzado a concentrarse, finalmente no realizado.
‒ [Antonio Otero] Otra cosa. Me han dicho que prepara usted un himno de la
República. ¿Es cierto?
‒ [José Serrano] Sí y no. Pensé hacerlo. En los momentos de exaltación que
sucedieron al cambio de régimen ‒cuando surgió la general apetencia de una
canción, de un himno que acordase todas las voces, ganosas de nutrir el canto de
libertad y alegría‒llovieron sobre mí las cartas, excitándome a escribir el himno
que necesita la España nueva. Aquellos requerimientos ganaban mi voluntad,
avivando mi amor propio de patriota y de músico. Pensé hacerlo. Pero cuando lo
pensaba surgieron las voces discordes, inarmónicas, desafinadas; las divisiones,
los Estatutos; porque el himno que yo sentía, el que ya había empezado a acunar
en el fondo de mi sensibilidad, era para una España única, para ser cantado por
todos los españoles en un mismo idioma935.
El discurso del maestro Serrano presentaba con claridad todas las fases por las
que había atravesado su proyecto non nato de escribir “el himno que necesita la España
Detenido [Antonio José] el 6 de agosto [de 1931] fue encarcelado en el penal de Burgos. El 11 de
octubre de 1936 fue conducido con un grupo de presos al paraje conocido como El Estépar, en las
proximidades de Burgos, donde fue fusilado.
GÓMEZ RIVAS, Isabel y TÉLLEZ CENZANO, Enrique: “Las señas de identidad…”, op. cit., p. 121.
934
No estuvo exenta de polémica esta aprobación. Véase una recopilación de artículos
publicados en prensa en contra de dicho reconocimiento en PÉREZ MORAGÓN, Francesc (ed.), Contra
l'himmo regional, Valencia, Eliseu Climent, 1981. Puede consultarse la regulación actual de este himno
en: España. Ley 8/1984, de 4 de diciembre, por la que se regulan los símbolos de la Comunidad
Valenciana y su utilización. Diario Oficial de la Generalitat Valenciana, de 13 de diciembre de 1984,
núm. 211, pp. 2773-2786.
935
El Sol, 22-XII-1931, p. 8.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
366
nueva”. Aludía a los “momentos de exaltación que sucedieron al cambio de régimen”, lo
que nos permite ubicar esta reflexión en la primera etapa de nuestra investigación.
Tampoco obviaba las razones que le hicieron desistir de su empeño: “Pero cuando lo
pensaba surgieron las voces discordes, inarmónicas, desafinadas […]”. Sin mencionar a
los protagonistas, era muy clara la crítica –utilizando terminología propia de la escritura
musical, puesto que de ello se trataba– a intervenciones estentóreas en prensa de algunos
detractores de los dos himnos que se habían postulado en los primeros días de abril
como himno de la República: Canto rural a la República Española, de Machado-Esplá
e Himno Republicano Español, de Mauri-Torralba.
Descartada su participación en ese primer período de exaltación republicana, la
iniciativa del Ayuntamiento de Madrid recuperaba un proceso para el que proponía
nuevos cauces procedimentales: la celebración de un concurso. Era una segunda
oportunidad que el maestro Serrano sometió a consideración. En la entrevista,
Antonio Otero quiso conocer su opinión sobre la regulación normativa que había
elaborado Amadeo Vives.
‒ [Antonio Otero] Pensando como usted piensa hay derecho a esperar que ahora
que quiere darse, carácter nacional a la elección de ese himno no dejará usted de
coadyuvar a la proposición del Consejo de Instrucción pública, de acuerdo con el
informe del maestro Vives.
Rápido, vivo, niega rotundamente. Con la negativa, el pelo le cabecea como una
floresta enmarañada. Igual que si obedeciera a la sugestión de una batuta invisible.
‒ [José Serrano] ¡No en mis días! ¡De ninguna manera! Ya he leído en la Prensa el
esquema del procedimiento, y, francamente, me parece tan ineficaz, a pesar de su
apariencia selectiva, que dudo haya sido bien interpretado el proyecto del maestro
Vives, que, además de músico excelente, razona en todo con una gran lógica936.
No debió de satisfacer al periodista esta respuesta, casi protocolaria, de
cortesía hacia un compañero de profesión, por lo que pidió al maestro Serrano una
mayor concreción.
‒ [Antonio Otero] Según eso, ¿qué encuentra usted de ineficaz en el procedimiento?
‒ [José Serrano] Todo, absolutamente todo. Designación de cinco, seis o siete
músicos prestigiosos para la selección de diez o doce melodías de grandes
936
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
367
compositores... Eliminación hasta que solo queden, tres melodías. Luego, otra
elección de tres poetas para aportar una letra... Nombramiento de un Jurado
musical que elija la definitiva... Amigo mío, ¡eso era un “puzzle”! No creo en la
posibilidad de que salga un himno medianamente solvente de entre tan copioso
fárrago de manipulaciones oficiales937.
José Serrano había estudiado con detenimiento el dictamen de Vives y no
encontraba acomodo a su posible participación en el proceso fijado por el compositor
catalán. Describía seguidamente cómo realizó su himno para la Exposición Regional de
Valencia en 1909, “por encargo y sin concurso. […] Ha sido el pueblo, único suberano
en estas decisiones del sentimiento, quien, sin concurso ni votaciones, ha mantenido
vivo su afecto y decidido la consagración oficial en 1925; es decir, ¡a los diez y seis
años de cantarlo sin interrupción!938
Había una coincidencia plena del maestro Serrano con los hermanos Anaya y
con Ramón Torralba en cuanto a las condiciones básicas que debía reunir el himno
de la República.
[…] el himno español habrá de salir de la médula del pueblo. Deberá llevar
quintaesenciado el espíritu acometedor y alegre que en otros tiempos nos llevó a
poblar mundos nuevos. No habrá de tener sabor palatino ni tufillo a presunción
protocolaria. Una melodía que oblige, más aún que a poner en pie a andar… El
himno de hoy de esta República española recién alboreada no puede buscarse en
magistrales temas clásicos. Aquellos autores no sintieron este momento ni
podían presentirle [sic]. Lo han de escribir, viejos o jóvenes, los que viven este
ambiente de la nueva España939.
No contemplaba la ponencia de Amadeo Vives que fueran compositores “viejos o
jóvenes, los que viven este ambiente de la nueva España” quienes escribieran el himno de
la República. Antonio José vio frustrada, con enfado, su voluntad de contribuir con una
obra propia a la construcción de la República y el maestro Serrano tampoco pudo llevar a
cabo –por razones diferentes en una y otra etapa, aunque igualmente excluyentes– el
937
Id.
938
Id. Sigue siendo en la actualidad el himno oficial de la Comunidad Valenciana, con la letra
que en 1909 escribiera Maximiliano Thous, en un ejemplo de identificación de un pueblo con su himno.
Véanse algunos datos sobre su estreno, el 22 de mayo de 1909, en ALONSO GROSSON, José, El
maestro Serrano. Su vida y su obra, [Valencia, s.n., 1951 (Tall. J. Doménech]), pp. 123-125.
939
El Sol, 22-XII-1931, p. 8.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
368
himno que “sentía, el que ya había empezado a acunar”. A pesar de ello, la reflexión sobre
los errores en que se incurría –a su juicio– en el dictamen de Vives le había conducido a
un posicionamiento concluyente sobre cómo debía llevarse a cabo tan difícil empresa.
‒ [Antonio Otero] Entonces, ¿qué camino es el que se ha de seguir?
‒ [José Serrano] El concurso. Hay que acudir al concurso, como fórmula para
llamar a los que quieran y puedan colaborar a la patriótica obra. Pero un
concurso libérrimo, sin ninguna clase de trabas. Que entre quien quiera: músico
conocido o ignorado, profesional o aficionado. Así como Rouget de l´Isle, que
no era un profesional, inmortalizó su Marsellesa, y el autor de La Internacional
[Pierre Degeyter] vio cómo esta en poco tiempo se hacía dueña de la emoción de
todo el mundo proletario; quién sabe si el himno de la República española está
gestándose en el corazón de un ingeniero, un arquitecto, un maestro de
escuela…, alquien que apenas solfee y que sea músico y poeta de corazón940.
2.2.2. Propuestas alternativas desde la sociedad civil
Amadeo Vives había aceptado la redacción de la ponencia que debía regular la
elección del himno de la República por sentido de la responsabilidad, cuando atravesaba
una delicada situación emocional. El ocho de marzo de 1931, pocos meses antes de que se
iniciara este proceso, había fallecido su hermano sacerdote Camilo, de quien había
aprendido las primeras nociones de música y al que se hallaba muy ligado941.
Manuel de Falla le había trasladado sus condolencias por este hecho en una carta
firmada en Granada el 4 de mayo942. Vives contestaba al compositor gaditano dos
meses más tarde, agradeciéndole su gesto al tiempo que glosaba la figura del hermano
fallecido, tras pedir disculpas a Falla por el retraso en contestarle, motivado por una
“larga estancia en la montaña”943.
La carta de Vives tenía fecha de 14 de julio, jornada próxima a la de remisión del
escrito del Ayuntamiento de Madrid al Ministerio de Instrucción Pública, de 12 de julio,
940
Id.
941
Véase FRANCO, Enrique, “Amadeo Vives y Manuel de Falla”, en VV.AA., Amadeo Vives
(1871-1971), Madrid, Sociedad General de Autores de España, 1972, p. 91.
942
Ibid., pp. 91-94.
943
Ibid., p. 91.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
369
solicitando la convocatoria de un concurso para la elección del himno nacional. Tras
meses de trabajo, la presentación en noviembre de su dictamen estuvo acompañada de una
fuerte controversia en la que se reprobó su contenido desde distintos sectores sociales y
artísticos, una vez superado el trámite de aprobación en el Consejo de Instrucción Pública.
El compositor catalán guardó una cierta distancia en relación a la polémica
suscitada, con muy contadas intervenciones públicas sobre esta cuestión. En noviembre de
1931, cuando el debate se hacía más enconado, Amadeo Vives manifestó cuál era su
posición en una entrevista publicada en Nuevo Mundo.
‒…¿Revuelo por mi ponencia sobre el himno de la República?… No… Casi
todos los periódicos han dado incompleta la referencia. No se trata de que yo
proponga cómo debe crearse un himno. Soy consejero de Instrucción Pública, y
como músico de este organismo, he redactado, porque así me fue solicitada, esa
ponencia. En ella me limito a exponer simplemente lo que yo creo que se puede
hacer para crear ese himno. Ahora son otros, como es natural, los que tienen que
decidir, los que tienen que recoger o no esa ponencia mía… Lo que creo, desde
luego, es que se debe ir enseguida a tener ese himno nacional, porque habrá pronto
Presidente de la República, y parece lógico que haya para entonces un himno para
los muchos actos oficiales en que habrá de intervenir el Presidente…944.
Vives señalaba, con acierto, la importancia de que la República dispusiera de un
himno propio que permitiera solemnizar los actos oficiales, y citaba la próxima toma de
posesión de Alcalá-Zamora como Presidente. Fijado este acto para el 11 de diciembre,
era muy poco el tiempo de que se disponía para lograr el objetivo pretendido, habida
cuenta de que, a la publicación de la entrevista (14-XI-1931), aún no se había iniciado la
primera fase de lo establecido por Vives en su dictamen.
¿Cuáles eran las razones de esta demora? Probablemente sea necesario avanzar
varias de las que puedieron influir en su paralización: la fuerte contestación recibida
desde sectores de la profesión musical (Antonio José, el maestro Serrano…); la gestión
ante el Ministro de Instrucción Pública, Marcelino Domingo, del “Comité pro Himno 14
de Abril” para entregarle pliegos con “millares de firmas” que suscribían la petición de
elegir la obra de los hermanos Anaya como himno nacional945; la presentación al
944
Nuevo Mundo, 14-XI-1931, p. 9.
945
El Sol, 10-XII-1931, p. 3.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
370
Presidente del Gobierno, Manuel Azaña, por parte de la “Junta nacional del homenaje a
Riego” de las conclusiones de su asamblea celebrada el siete de noviembre entre las que
figuraba “que se decrete que el himno de Riego sea el himno nacional”946…
En este convulso escenario de opiniones contrarias y propuestas diferentes, la
administración republicana recuperó la estrategia que había mantenido durante la
primera etapa: el silencio. Tanto el Ayuntamiento de Madrid, institución de la que había
partido la iniciativa de convocar un concurso, como el Ministerio de Instrucción
Pública, que la había acogido para su consideración, evitaron pronunciarse sobre la
controversia suscitada. A pesar de ello, los distintos actores que se vieron afectados por
el dictamen de Vives no dudaron en hacer oír su voz.
Mientras tanto, el calendario político de la nación continuaba su curso, y así se
llegó al acto del 11 de diciembre sin un himno oficial de la República en contra de lo
que había perseguido Vives. Dicha carencia, como en actos anteriores, fue subsanada
por la interpretación del Himno de Riego según había establecido ‒con carácter
provisional‒ el Ministerio de la Guerra, dirigido por Azaña, en su Reglamento de
Honores (Circulares de 30 de abril de 1931 y de 25 de junio del mismo año)947.
EN BUSCA DEL PRESIDENTE
A la una y media salió del Congreso la Mesa de la Cámara, presidida por el
vicepresidente, Sr. Barnés; ocuparon las carretelas948 de las Cortes, yendo el jefe
de la división al estribo. Las fuerzas militares rindieron honores a las Cortes,
tocando las bandas el Himno de Riego.
La Comisión se trasladó al domicilio del Sr. Alcalá-Zamora para recogerle949.
[…]
SE ACERCA LA COMITIVA
A las dos y veinte llegó al Congreso el jefe de la división, general Villegas,
que recorre la línea.
Minutos después un clarín anuncia que la comitiva llega a la plaza de
las Cortes. […]
946
Heraldo de Madrid, 5-XII-1931, p. 10.
947
Hemos estudiado previamente en nuestra investigación los efectos de ambas circulares.
948
El Pequeño Espasa define el término “carretelas” como “coche de cuatro asientos con
cubierta plegable”. El pequeño Espasa ̧Madrid, Espasa-Calpe, 1987, p. 263.
949
La Libertad, 12-XII-1931, p. 2. Las negritas son nuestras.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
371
Todas las fuerzas militares rinden honores y tocan marchas militares y el
Himno de Riego. Los Regulares alteran el conjunto con las notas chillonas
de las chirimías950.
[…]
EL PRESIDENTE LLEGA AL CONGRESO
A las tres y veinticinco [sic por menos veinticinco]951 empiezan a escucharse
aplausos desde el Congreso y poco después aparecen las motocicletas que abren
paso a la comitiva […].
El tercero, con postillones y palafreneros, conduce al Sr. Alcalá-Zamora,
quien lleva a su izquierda al vicepresidente de las Constituyentes, Sr. Barnés.
La Banda Republicana entona el Himno de Riego rindiendo honores a la
Mesa del Congreso952.
Obsérvese en la secuencia anterior que describe el desplazamiento del futuro
Presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora, desde su domicilio hasta el Palacio
del Congreso, cómo, una vez descartada La Marsellesa por su condición de himno
oficial de Francia, correspondió al Himno de Riego solemnizar todas y cada una de las
etapas del recorrido. De igual modo, puede constatarse la muy amplia participación de
unidades militares, todas ellas con sus respectivas músicas, junto a las que también
intervino la Banda Republicana, antigua de Alabarderos.
Ya lo había anunciado en agosto La Calle, gracias a un diálogo con el capitán Rubio:
“La nuestra no puede ser una República sonora”953, titular que se utilizaba para poner la
atención en asuntos de Estado que la República debía resolver para su consolidación.
Algunas de las cuestiones apuntadas en esta publicación ya se habían desarrollado, como la
aprobación de la Constitución de la República, el 9 de diciembre de 1931.
La música había jugado un papel de primer orden en su condición de elemento de
agitación y propaganda durante el período que hemos denominado verbena popular
republicana; sin embargo, encontraba serias dificultades para desarrollar un cometido
950
Id. Las negritas son nuestras.
951
Puede consultarse esta recitificación en los siguientes apartados de la información: “Entra el
presidente en el salón de sesiones”, “La promesa” y “El Sr. Alcalá-Zamora abandona el Palacio de las
Cortes”. Véase Heraldo de Madrid, 11-XII-1931, pp. 2-3.
952
La Libertad, 12-XII-1931, p. 2. Las negritas son nuestras.
953
La Calle, n.º 27 (14 de agosto), [p. 5].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
372
similar en la consolidación de la República, a pesar de que existía un amplio consenso,
más o menos explícito, entre algunas instituciones de la República (Ayuntamiento de San
Sebastián, de Madrid, Ministerio de Instrucción Pública, de la Guerra) y la sociedad civil,
representada por distintos grupos y particulares que compartían la necesidad de culminar
el proceso de elección de su himno oficial.
La coincidencia en los objetivos no parecía suficiente –a la vista de los resultados–
para alcanzar un acuerdo que permitiera dar por concluido el pleito de los himnos que,
como si de un maleficio se tratara, había enunciado Ramón María Tenreiro. El informe de
Vives, a pesar de sus detractores, era un documento de partida que debía ser considerado
y, en todo caso, modificado. El propio autor así lo había indicado.
Coincidiendo con el acto de toma de posesión de la Presidencia de la República,
La Libertad aportó un nuevo documento suscrito por un grupo de creadores. El
documento, según indicaban los firmantes, había sido remitido mediante instancia firmada
el 20 de agosto y registrada el 2 de septiembre de 1931, dirigida al Presidente del Gobierno
de la República española quien, a su vez, la había derivado al Ministerio de Instrucción
Pública para su consideración954.
Este documento no se había hecho público dado que, previsiblemente, se
encontraba en fase de estudio en el Ministerio dirigido por Marcelino Domingo. Meses
después, los autores del texto añadieron una introducción para acompañar a la instancia
inicial, en la que explicaban el proceso seguido y las razones que motivaban su remisión a
la prensa, básicamente el desacuerdo con la ponencia redactada por Amadeo Vives.
Tanto su nueva estructura como artículo –publicado en la Libertad con el título de
“Sobre un himno nacional”, precedido por el antetítulo “Una propuesta”– como su
contenido, respondían a una profunda y cuidada reflexión, motivada por la voluntad de
contribuir a la empresa de dotar a la República de su himno representativo. Tras la
introducción, en la que se citaban algunos aspectos del dictamen de Vives, seguía una
breve descripción del origen del documento.
954
La Libertad, 11-XII-1931, p. 8.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
373
Se ha dicho en la Prensa de hace unos días que el Consejo de Instrucción
pública, aprobando por aclamación la ponencia del maestro Vives, ha emitido ya
dictamente sobre la convocatoria del Ayuntamiento para premiar un proyecto de
himno nacional […]. Se reconoce que el Himno de Riego “carece de aquel grado
mínimo de dignidad y elevación indispensables para ser [himno]955 nacional”
Se estima equivocado el procedimiento de concurso ‒no se justifica ni
prueba tal equivocación‒ y propone otro que consiste en que cinco, seis o
siete compositores entre los más ilustres sean encargados “en escoger diez o
doce melodías de entre las obras de grandes compositores desaparecidos o
grandes composiciones polifónicas”; que “tres poetas eminentes” escriban
una letra, y un Jurado musical elija la definitiva. Dice también que las “tres
composiciones podrían ser ejecutadas en público por una masa coral y la
Banda Municipal de Madrid, y la que se eligiera en votación popular sería la
considerada como himno nacional”.
Termina la ponencia haciendo resaltar ‒en apoyo de su procedimiento‒ que
los dos himnos nacionales mejores del Mundo son el alemán y el inglés,
formados por temas de dos de sus grandes clásicos: Haydn, el primero, y
Haendel, el segundo956.
A continuación, los firmantes del documento procedían a informar a los lectores
sobre la tramitación de la instancia, así como las razones que originaban su publicación
en prensa, para concluir con un detallado programa en el que se exponía el procedimiento
propuesto por quienes suscribían el documento.
Como los que subscriben tuvieron el honor de presentar, el día 2 de
Septiembre próximo pasado, en la Presidencia del Consejo de ministros una
instancia, avalada con bastantes firmas de artistas, músicos, socios del Ateneo,
literatos, etc., encaminada a la consecución de un himno nacional genuinamente
republicano; como tienen entendido que la Presidencia la cursó en su día al
ministerio de Instrucción pública; como no desconocen ‒por la labor que va
desarrollando‒ las muy muchas y muy importantes preocupaciones del ministro,
que pudieran no haberle dado lugar a conocer la instancia en cuestión; pero
como saben muy ciertamente el grande amor que D. Marcelino Domingo pone
en cuanto se relaciona con el enaltecimiento cultural y artístico de nuestra nueva
España, se creen obligados a hacer constar:
Que con todos los respetos debidos al Consejo de Instrucción pública,
existiendo como existe una Junta Nacional de Música957, esta y no aquel es la
llamada a entender sobre el asunto que nos ocupa; que ¿por qué ha de partir la
955
Se había omitido este término en la transcripción del texto original de Amadeo Vives ya
incluido en nuestro trabajo.
956
La Libertad, 11-XII-1931, p. 8.
957
La Junta Nacional de la Música y Teatros Líricos, esta es su denominación completa, fue un
proyecto muy ambicioso promovido, fundamentalmente, desde las páginas de El Sol por Adolfo Salazar
(nos hemos referido anteriormente a estos artículos). Fundada el 21 de julio de 1931, su publicó el
Decreto de su creación en la Gaceta de Madrid, 22-07-1931, pp. 637-638.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
374
convocatoria del Ayuntamiento, si es de un himno nacional y no del de una
localidad determinada de lo que se trata? Nuestros respetos y nuestros amores
para Madrid; pero el himno nacional ha de ser cosa de Madrid y de todos los
pueblos de España; ha de ser cosa de España. (Y sírvanos esta ocasión para
expresar nuestra muy honda gratitud de artistas al Concejo madrileño y muy
señaladamente a su digna minoría socialista por la creación de una escuela coral
madrileña). […]958.
El texto anterior contenía una afirmación muy importante, según la cual se
cuestionaba la idoneidad del Consejo de Instrucción Pública para “entender sobre el
asunto que nos ocupa”, mientras se citaba a la Junta Nacional de Música como el órgano
adecuado para tratar todos los aspectos relativos a la elección del himno nacional. La
composición del Consejo de Instrucción Pública, dividido en cuatro Secciones, solo
contaba con un representante del ámbito de la música, el propio Amadeo Vives, integrado
en la tercera de las Secciones, la de Bellas Artes y Escuelas de Artes y Oficios.
La asignación del estudio de la ponencia a un órgano en el que el único
representante del ámbito de la música era el autor de dicha ponencia limitaba la
posibilidad de conocer otras opiniones de profesionales no vinculados directamente con
su elaboración. Oponiéndose a la asignación citada, en el escrito dirigido al Presidente
del Consejo de Ministros el 2 de septiembre de 1931 se consideraba que dicho estudio
debía ser realizado por la Junta Nacional de Música, dependiente como el Consejo de
Instrucción Pública del ministerio dirigido por Marcelino Domingo e integrada por
destacados compositores, directores de orquesta, intérpretes, críticos…
El nombramiento de los miembros de la Junta Nacional de Música se hizo
público en un Decreto que fue publicado el mismo día que la Gaceta de Madrid incluía
el de su creación, y estaba integrada por los siguientes miembros:
Presidente, D. Óscar Esplá.
Vicepresidente, D. Amadeo Vives.
958
La Libertad, 11-XII-1931, p. 8. Desde las filas socialistas se prestó una especial atención al
papel de la música como elemento de formación política a partir de un repertorio adecuado a tal fin. En
este contexto se creó la citada “coral madrileña”. Anarquistas y comunistas participaron, igualmente, de
esta concepción. Ya conocemos otro acuerdo del Ayuntamiento de Madrid para adquirir 100 ejemplares
del Himno infantil a la República.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
375
Vocales: D. Manuel de Falla, D. Conrado del Campo, D. Joaquín Turina, D.
Ernesto Halffter, D. Salvador Bacarisse, D. Facundo de la Viña, D. Enrique
F[ernández] Arbós, D. Bartolomé Pérez Casas, D. Arturo Saco del Valle, D.
Eduardo Marquina y D. Jesús Guridi.
Secretario, D. Adolfo Salazar959.
Se daba la singular circunstancia de que tanto el Presidente de la Junta como el
Secretario, Óscar Esplá y Amadeo Vives respectivamente, habían sido autores de
propuestas de himno que no prosperaron en los primeros días tras la proclamación de la
República: Óscar Esplá compuso el Canto rural a la República Española como himno
de la República y Amadeo Vives, El cant del poble, como himno de Cataluña. Entre sus
miembros, además de los citados, se encontraban figuras de gran prestigio, como el
compositor Manuel de Falla, el director de orquesta Enrique Fernández Arbós y el
escritor y crítico musical Adolfo Salazar.
Aunque no lo citaban los firmantes de la instancia, entre las ambiciosas
atribuciones que figuraban conferidas en el artículo 2.º del Decreto de creación de la
Junta Nacional de Música, figuraba un apartado por el que dicho órgano tenía
competencias en la “Reorganización de los concursos nacionales de música, que
dependerán en adelante de esta Junta”960. Se refería, básicamente, a los concursos
ordinarios de composición y otros que se pudieran convocar.
¿Podía considerarse la elección del himno nacional de la República como un
“concurso nacional de música”? Sin duda, incluso después de las limitaciones
introducidas por Vives en su ponencia, de llevarse a cabo esta, varias de las fases
establecidas se dirimirían por elección de una obra frente a otras. Por lo tanto,
consideramos absolutamente correcta y acertada la observación de los autores del escrito
registrado el 2 de septiembre en el sentido de que sería más adecuado la emisión del
veredicto de aprobación o reprobación de la ponencia de Amadeo Vives por parte de la
Junta Nacional de Música y no del Consejo de Instrucción Pública.
959
Gaceta de Madrid, 22-VII-1931, p. 638.
960
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
376
De admitirse la propuesta anterior, sería necesario revocar el acuerdo ya emitido
por el Consejo citado y retrotraer el proceso de aprobación del dictamen a la fase de
estudio que, ahora, correspondía a la Junta Nacional de Música. No se produjo esta
rectificación y, tras su aprobación en el Consejo de Instrucción Pública, la ponencia de
Amadeo Vives siguió su curso.
La presentación de la instancia colectiva en la Presidencia del Consejo de
ministros, responsabilidad que en esa fecha detentaba Niceto Alcalá-Zamora, y su
remisión posterior al Ministerio de Instrucción Pública, situaba al departamento de
Marcelino Domingo en una difícil tesistura. Con antelación, su departamento había
recibido el escrito del Ayuntamiento de Madrid, firmado el 12 de julio, instándole a
convocar un concurso para la elección del himno nacional, siendo Amadeo Vives en
quien había recaído la responsabilidad de regular el proceso.
Vives debió de conocer el documento recibido de la Presidencia del Gobierno de
la República, en el que se articulaba un procedimiento muy alejado del que el
compositor catalán presentara los días 5 y 6 de noviembre. De haberse producido esta
circunstancia, Amadeo Vives mostró escaso o nulo interés en incorporarlo a su trabajo,
como se desprende de la lectura de su dictamen, diametralmente opuesto al contenido
del escrito recibido de la Presidencia.
La publicación en los medios de comunicación de la ponencia de Vives el día 7
de noviembre ofrecía a los firmantes del documento colectivo registrado el 2 de
septiembre una lectura concluyente: la constatación de que sus propuestas habían sido
ignoradas. De igual modo, reflejaba el respaldo absoluto del Ministerio de Instrucción
Pública hacia el trabajo realizado por Vives.
Ante la nula consideración del procedimiento contenido en el documento
firmado por distintos creadores, su publicación en La Libertad, días después de que se
conociera el dictamen de Vives, otorgaba a dicho documento –aun habiendo sido
redactado con antelación– la condición de propuesta alternativa al texto oficial del
gabinete dirigido por Marcelino Domingo. Esta circunstancia fue recibida por los
autores del texto alternativo –obsérvese la matización anterior sobre la ordenación
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
377
temporal de ambos documentos– como una segunda oportunidad, toda vez que no se
había estimado en primera instancia. De este modo, correspondería a los ciudadanos
juzgar cuál de los dos procedimientos era el más adecuado para alcanzar el objetivo de
dotar a la República de su himno oficial, símbolo sonoro que representara junto a la
bandera tricolor la nueva etapa política.
La transformación de instancia en documento alternativo requirió efectuar una
adaptación argumental que los suscribientes no dudaron en realizar con esmero,
utilizando, a modo de réplica, el articulado de la ponencia de Vives que se ponía en
cuestión. Tampoco pasaron por alto, como hemos indicado, la reciente creación de la
Junta Nacional de Música en el Ministerio de Marcelino Domingo, para la que
reclamaron un mayor protagonismo en este proceso.
Que la ponencia sufre una grave equivocación respecto a la garantía de éxito
que cree obtener con su idea, pues se trata de un himno popular, y no de un
poema sinfónico. El himno quizá más bello de todos, “La Marsellesa”, no lo
compuso ningún músico eminente; que la sugestión de escoger cinco o seis
melodías ‒que por ser de otros tiempos no pudieron vibrar en la emoción de lo
actual‒ de autores desaparecidos, y encajar la letra a golpes de mazo, recuerda lo
“monstruoso” de algunas obras conocidas hechas en esta forma. Entendemos que
la letra que logre interpretar nuestro himno nacional ha de requerir no solo
saberlo escribir, sino, sobre todo, haberla sabido vivir antes.
Y por último diremos que el himno inglés “Dios salve a la reina”, de
Haendel, y el himno austríaco, de Haydn, popularizado en el “Kaiser Quarttet”,
del mismo autor, tienen un marcadísimo carácter litúrgico que los aleja
inconmensurablemente de lo que debe ser un himno republicano y, sobre todo,
de franco matiz español.
¿Cómo puede citarse a manera de modelo “que encarne el elevado espíritu de
libertad de España” un himno como el último de los citados, que es tan conocido
del mundo católico por haberse ejecutado en todas las iglesias de Europa con la
letra del “Tantum Ergo”?961.
En la relación de tres firmantes que figuraba en La Libertad se encontraban el
escritor Julián Martín Moreno, el compositor Julio Francés y el violinista Abelardo
Corvino. Tal vez, los dos músicos citados junto a otros compañeros cuya identidad se
omitió por razones de espacio pudieron aportar valiosa información del repertorio
961
La Libertad, 11-XII-1931, p. 8. Posiblemente, este hecho no fuera considerado un
demérito para Amadeo Vives, dada su estrecha relación con la institución religiosa, sobre todo, en
los primeros años de su vida.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
378
musical utilizado para rebatir las supuestas bondades que Vives había destacado en
algunos himnos. Finalizaba el texto expositivo con una doble llamada: a los lectores y al
Ministerio de Instrucción Pública.
En fin, he aquí la instancia a que repetidamente hemos aludido, y júzguela el
lector como mejor le dicte su claro entender, y ojalá que le sea factible llegar a
las altas esferas del ministerio de Instrucción por este camino de la publicidad:
“Excelentísimo señor presidente del Gobierno de la República española, […]”962.
Como indican los autores, la publicación en prensa de su instancia (transformada
en propuesta alternativa), perseguía “llegar a las altas esferas del ministerio” ante la
duda de que se hubiera alcanzado ese destino anteriormente, hecho que nos induce a
considerar la posibilidad de que el Ministerio de Instrucción Pública no hubiera dado
respuesta alguna a la instancia registrada el 2 de septiembre.
Tras su inclusión en La Libertad el 11 de noviembre, el lector disponía ahora de
dos documentos manifiestamente antagónicos referidos a la elección del himno
nacional: el primero de ellos, elaborado por Amadeo Vives y, el segundo –
cronológicamente anterior al de Vives salvo en su introducción– por un grupo de
“artistas los unos y devotos de toda noble manifestación del arte todos, afectos al
régimen vigente, por cuya máxima prosperidad hacen constantemente votos, y al que
con íntimo entusiasmo, en la medida de sus fuerzas, sirven desinteresadamente, tienen el
honor de dirigirse a V.E., […], bien seguros, decimos, porque lo estamos de la probada
bondad de V.E., de que habrá de prestar atención al presente escrito, en el que late una
aspiración de sincero patriotismo y de devoción artística y en el que se persigue al
mismo tiempo un fin humanitario, sí que también de noble exaltación ciudadana”963.
Una vez mostradas las credenciales políticas de “afectos al régimen vigente”, los
firmantes de la instancia denominaban el objetivo de crear un himno nacional como un
“fin humanitario” y de “noble exaltación ciudadana”. Inicialmente, el destinatario del
escrito fue el Presidente del Gobierno de la República964, Niceto Alcalá-Zamora, quien
962
Id. Recogeremos más adelante su articulado.
963
Id.
964
Obviamos el término “provisional” porque así lo hacen los autores de la instancia.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
379
actuó correctamente al derivar el documento recibido al Ministerio que trataba esa
misma cuestión a petición del Ayuntamiento de Madrid.
En su apartado dispositivo, las diferencias con la ponencia de Vives eran de
calado, incluso en el tratamiento que se daba al Himno Riego, extensivas a la totalidad del
documento aprobado por el Consejo de Instrucción Pública. Vives, en la introducción de
su dictamen, se hacía partícipe de una consideración muy negativa hacia dicho himno:
El Himno de Riego ―y perdóneseme la apreciación sincera― carece de
aquel grado mínimo de dignidad y elevación indispensables para ser himno
nacional. El ponente no ve la posibilidad de que el Himno de Riego pueda nunca
“tener tono”, por muchas vueltas que se le den, por muchas transformaciones
que se le hagan. Siempre quedaría viva e indestructible aquella expresión
insubstancial y “ratonil” que lo caracteriza965.
Por el contrario, el tratamiento dado a esta obra en la propuesta colectiva
era bien diferente.
Es evidente, excelentísimo señor, que la República española no posee un
himno nacional genuinamente suyo; que se está valiendo, con carácter
provisional, del “Himno de Riego”, glorioso por su tradición liberal, y que nos
mueve a respeto y hasta devoción por lo que significa; pero que, en realidad, no
es obra de nuestra hora, ni entraña el alto significado de nuestro democrático y
modernísimo régimen republicano, ni es él intérprete de ese magno
acontecimiento ciudadano ‒el de nuestra perínclita revolución de paz‒, único
hasta hoy en la Historia de los pueblos del Mundo966.
Conscientes de la importancia que tenía para la República subsanar la carencia
señalada y, después de expresar que con ello se perseguía “un fin humanitario” y la
“noble exaltación ciudadana”967, habían elaborado una detallada propuesta dirigida al
Presidente del gobierno de la República, Niceto Alcalá-Zamora.
Pensando en ello, excelentísimo señor, los ciudadanos que subscriben tienen
el honor de proponer a V. E., por si lo estimara digno de someter a la
965
La Voz, 7-XI-1931, p. 2.
966
La Libertad, 11-XII-1931, p. 8.
967
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
380
consideración de sus ilustres compañeros de Gobierno, la celebración de un gran
concurso para la elección del himno nacional de la República española, seguros
de que, efectuado en la forma que nos permitimos indicar, habría de surgir,
digno en méritos técnicos, estéticos y emotivos, el verdadero canto ciudadano de
nuestra patria democrática968.
Todavía en su parte introductoria, la propuesta alternativa incluía un
pronunciamiento antagónico con la ponencia de Vives, el cual, a su vez, estaba en plena
concordancia con la iniciativa promovida por el Ayuntamiento de Madrid: la celebración
de un concurso. La consideración que se realizaba de los méritos que tendría el himno
nacional que surgiría de su propuesta era muy acertada al agrupar en un todo “méritos
técnicos, estéticos y emotivos”. La consecución del “canto ciudadano de nuestra patria
democrática”969 –según indicaban– se alcanzaría por el procedimiento que establecían.
Proponían el modo de elegir una letra “ad hoc”…
Primeramente se procederá a la elección de una letra “ad hoc” con libertad de
asunto y metro ‒dentro, claro está, de las condiciones y extensión que requiere
este género literario‒, que sea reflejo fiel del alma colectiva española en aquella
elocuente y altísima vibración ciudadana con que proclamó nuestra República
amadísima.
Los trabajos habrían de ser presentados ‒en la forma corriente establecida
para esta clase de concursos‒ en el ministerio de Instrucción pública y Bellas
Artes y dirigidos al ilustrísimo señor presidente de la Junta Nacional de Música y
Teatros Líricos [Óscar Esplá] y en un plazo de treinta días, a contar de la fecha
de la publicación de la convocatoria en la “Gaceta”970.
que sería evaluada por un tribunal multidisciplinar con participación de
miembros de organismos de la administración republicana y de distintas entidades
culturales de prestigio.
Entendemos que el Jurado podría estar formado por dos miembros de la Junta
Nacional de Música, un poeta, dos críticos literarios, un crítico músico, un
académico de la Lengua, otro de la de San Fernando, uno por la Asociación de la
Prensa, otro por el Círculo de Bellas Artes y otro por el Ateneo de Madrid,
presididos por el excelentísimo señor ministro de Instrucción971.
968
Id.
969
Id.
970
Id. Se omitía asignar en este proceso cualquier función al Consejo de Instrucción Pública. Ya
hemos tratado las razones de este hecho.
971
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
381
Fijaban criterios de participación, plazos de tramitación y –muy importante–
los materiales que se debían presentar tanto para su interpretación (partitura
instrumentada para banda y voces) como para su análisis y estudio por parte del
jurado (reducción para piano y voces).
Elegida por el antedicho Jurado la mejor poesía, a juicio del mismo, esta se
haría pública, al objeto de que cuantos músicos lo desearan pudieran concurrir al
certamen definitivo del himno nacional, para el que habría de ser concedido un
plazo de sesenta días, a contar de la fecha de la publicación en la “Gaceta” de esta
segunda convocatoria, en la que convendría expresar el máximo de dimensiones
del himno, que, a nuestro juicio, no debería exceder de cinco minutos, y que el
trabajo habría de presentarse debidamente instrumentado para banda corriente y
voces de hombre y acompañado de una reducción para piano y voces972.
En su detallada propuesta precisaban adecuadamente la duración máxima de la
obra, la composición de un Jurado amplio…
Para juzgar estos trabajos se designaría un Jurado compuesto por los dos
anteriores de la Junta Nacional de Música, el crítico músico del anterior y otros
dos más, el citado académico de la de San Fernando, un músico por la Sociedad
de Autores, un profesor del Conservatorio, uno por la sección de Música del
Ateneo de Madrid, otro por el Círculo de Bellas Artes y el director de la Banda
municipal de Madrid, presidido por el excelentísimo señor ministro de
Instrucción. El referido Jurado seleccionaría de entre las obras presentadas los
diez o doce himnos que, a su juicio, reunieran condiciones que los hiciesen
dignos de tal elección973.
y un procedimiento de difusión a todo el territorio nacional de las propuestas de
himno presentadas para recabar la aceptación ciudadana.
Inmediatamente, por el ministerio o Junta Nacional de Música se ordenaría
hacer las copias necesarias que habrían de ser enviadas a todas las capitales de
provincia y poblaciones de determinada importancia, por medio del alcalde
respectivo, para que en el plazo que el Jurado estimase necesario se ensayasen
las obras seleccionadas, a fin de que en un mismo día y hora974, a ser posible,
fuesen ejecutadas en plazas de toros o locales de gran capacidad, debiendo cada
espectador emitir su voto por la obra que juzgue la mejor, haciéndolo constar en
el dorso del billete adquirido para asistir al certamen.
972
Id.
973
Id.
974
De esta manera se evitarían acciones en favor de una u otra obra que pudieran alterar el
procedimiento democrático fijado.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
382
Sumados los votos de todas las poblaciones, el himno que mayor número
hubiese obtenido sería designado como himno nacional de la República
española.
Por último, el importe de todas las recaudaciones ‒que habría de alcanzar una
cifra muy importante‒ sería destinado, luego de deducir los gastos consecutivos,
a incrementar el fondo destinado para los obreros del paro forzoso975.
Las diferencias con la ponencia de Vives eran notorias y afectaban a ámbitos
fundamentales en el proceso de elección del himno nacional. Tomando como referencia
los dos medios de comunicación que publicaron ambos textos, recogemos en la
siguiente tabla algunas de estas diferencias.
DIFERENCIAS ENTRE LA PONENCIA DE AMADEO VIVES
Y LA PROPUESTA COLECTIVA
ELEMENTO O
FASE
AMADEO VIVES
(LA VOZ, 7-12-1931)
PROPUESTA COLECTIVA
(LA LIBERTAD, 11-12-1931)
Elección de una
letra
“Tres poetas eminentes, escogidos,
no por concurso, sino por elección,
serán encargados ‒en las condiciones
que previamente se estipulen‒ de
escribir una letra para cada una de
las tres melodías”.
Un jurado elegirá “la mejor
poesía, a juicio del mismo, esta se
haría pública”.
Elección de una
melodía
A elegir entre “las obras de los
grandes compositores españoles
desaparecidos, o entre las grandes
composiciones polifónicas, o entre
las de la antigua música de órgano, o
también entre las de la música de
guitarra y vihuela, o, finalmente,
dentro del “folklore” español, cantera
inagotable de tesoro de toda
modalidad, y forma y ritmo, carácter
y expresión”.
Podrá ser propuesta “por
cuantos músicos lo desearan”.
Compositores
vivos que pueden
participar
Ninguno.
Todos.
Jurado
El mismo Jurado elige las melodías
y después el himno: “Es, a saber: que
los cinco o seis, o seite nombres más
ilustres y de mayor solvencia
“Para juzgar estos trabajos se
designaría un Jurado compuesto
por los dos anteriores de la Junta
Nacional de Música, el crítico
975
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
383
artística entre los actuales
compositores de España sean
encargados por el Gobierno o por el
Ayuntamiento de Madrid en su
nombre”.
músico del anterior y otros dos
más, el citado académico de la de
San Fernando, un músico por la
Sociedad de Autores, un profesor
del Conservatorio, uno por la
sección de Música del Ateneo de
Madrid, otro por el Circulo de
Bellas Artes y el director de la
Banda municipal de Madrid,
presidido por el excelentísimo
señor ministro de Instrucción
[Pública]”.
La sanción
popular
“[…] las tres composiciones serán
ejecutadas en público por una gran
masa coral y por la Banda Municipal
de Madrid, y aquella de las tres que
resulte elegida en votación popular,
será consagrada como himno
nacional”.
“[…] [las partituras] habrían de
ser enviadas a todas las capitales
de provincia y poblaciones de
determinada importancia, […] a
fin de que en un mismo día y
hora, a ser posible, fuesen
ejecutadas en plazas de toros o
locales de gran capacidad,
debiendo cada espectador emitir
su voto por la obra que juzgue la
mejor […].
Sumados los votos de todas las
poblaciones, el himno que mayor
número hubiese obtenido seria
designado como himno nacional
de la República española.
Fig. 11. Elaboración propia.
Entre las diferencias citadas, es especialmente importante la desestimación que
se hacía en el dictamen de Vives de la iniciativa del Ayuntamiento de Madrid de
convocar un concurso ‒en sentido estricto, es decir, en todas sus fases‒, frente a la
posición favorable a dicha convocatoria incluida en la propuesta alternativa. Esta última
opción era la que se había contemplado en los acuerdos previos del Comité
Revolucionario, tal y como nos refirió Miguel Maura.
El Ministerio de Instrucción Pública, tras aprobar internamente el dictamen de
Amadeo Vives, se enfrentaba a una situación de extrema complejidad, máxime después
de que la totalidad de los compositores y escritores que hemos citado, interesados en
este proceso, se pronunciaran en sus intervenciones o entrevistas en prensa a favor de la
convocatoria de un concurso abierto. Por otra parte, la disparidad de criterios contenidos
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
384
en ambos documentos hacía muy difícil encontrar una posición de consenso que pudiera
conciliar las respectivas propuestas.
No tenemos constancia de que el Ministerio de Instrucción Pública elevara la
ponencia aprobada en el Consejo de Instrucción Pública a la consideración del Consejo
de Ministros para su ratificación definitiva con el fin de que se iniciara la puesta en
práctica; tampoco de que sometiera a idéntica tramitación la propuesta alternativa.
Asimismo, no se estimaron las peticiones recibidas por el Ministro de Instrucción
Pública, Marcelino Domingo, y por el de la Guerra, Manuel Azaña, respectivamente,
para que se procediera a decretar como himno de la República la obra de los hermanos
Anaya 14 de Abril o el Himno de Riego.
A punto de finalizar el año de 1931, cuando el desaliento parecía instalarse de
nuevo entre quienes defendían la necesidad de que la República dispusiera de un
himno nacional propio, denominado por algunos de ellos como “el verdadero canto
ciudadano de nuestra patria democrática”976, apareció en prensa una nueva iniciativa.
El título de la noticia ilustraba –de manera un tanto irónica– la situación por la que
atravesaba la elección del himno de la República: “Veintidós millones de españoles en
busca de un himno nacional”977.
En tan solo unos meses habíamos pasado de los 300 himnos que –como una
broma– aventuró Salvador Valverde se habrían creado a la República española antes de
la publicación de su artículo em Crónica (3-V-1931)978, a “Veintidós millones de
españoles en busca de un himno nacional”979. Ambas cifras, a pesar de su exagerada
magnitud, respondían a imágenes que ilustraban adecuadamente la búsqueda
ininterrupmpida del himno nacional. La primera de las noticias aludía a la constante
aparición de himnos que se postulaban para su reconocimiento como himno de la
República, mientras la segunda señalaba la participación de la totalidad de la población
española en la búsqueda de dicho himno.
976
La Libertad, 11-XII-1931, p. 8.
977
Heraldo de Madrid, 30-XII-1931, p. 5.
978
VALVERDE, Salvador, [p. 27].
979
Heraldo de Madrid, 30-XII-1931, p. 5.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
385
En ambos casos, el tratamiento en clave de humor no era sino la constación de la
impotencia para resolver el pleito de los himnos enunciado por Tenreiro. A pesar de ello,
los sucesivos proponentes no desfallecían en su empeño, en parte estimulados por el
debate suscitado en torno a la ponencia de Amadeo Vives. Heraldo de Madrid acogió una
nueva propuesta, presentada con una larga introducción redactada por la propia cabecera.
Desde el 14 de abril, en que la Marcha Real pasó, al perder en la práctica sus
mayestáticas mayúsculas, a ser una fuga de... Bach, en clave de sol poniente con
ritmo acelerado ‒a cien kilómetros de media horaria‒980, los españoles buscan un
nuevo Himno nacional. Estábamos por decir que ya antes de esa fecha gloriosa
la mayoría de los ciudadanos no se sentían removidos en el fondo de su
patriotismo por aquella Marcha palatina, que solo representaba el protocolo
hierático de una familia privilegiada de la suerte y parasitariamente adherida a la
corona de España.
Varios intentos, algunos bastante airosos y todos nobilísimos, ha habido de
dotar a la República, o mejor dicho, al país, de un verdadero Himno nacional.
Provisionalmente nos estamos sirviendo del Himno de Riego y ya se han
convocado y hasta revocado algunos concursos981, incluso el ilustre maestro
Vives se ha opuesto a que sea de libre concurso la adopción de ese Himno982.
Tras esta larga presentación, el Heraldo de Madrid daba paso a la propuesta
concreta que había recibido, acompañada de una breve justificación de la misma.
Recojamos hoy, sin apoyarla ni combatirla, la iniciativa que nos comunican
“Dos españoles” residentes en Barbastro. Nuestros comunicantes proponen la
erección en Himno nacional del famosísimo y admirable pasodoble “Suspiros de
España”, reconocido como el mejor pasodoble en un importante certamen. “Los
que fuera de España ‒escriben [los proponentes]‒ hemos oído esta música tan
española y tan solemne, hemos sentido y llorado la patria ausente”983.
Esta propuesta contenía el título de un pasodoble concreto, si bien ya se había
defendido una opción similar, de manera genérica, desde las páginas de La Voz.
980
Heraldo de Madrid recreaba sarcásticamente la salida de Alfonso XIII hacia Cartagena.
981
No era exacta esta afirmación, dado que el concurso propuesto por el Ayuntamiento de
Madrid ‒o por alguna otra institución o particulares‒ no había llegado a convocarse y, por lo tanto,
difícilmente pudo ser revocado.
982
Heraldo de Madrid, 30-XII-1931, p. 5.
983
Id. Suspiros de España fue compuesto en 1902 por Antonio Álvarez Alonso. Véase sobre este
autor GARCÍA SEGURA, Alfredo, Músicos en Cartagena. Datos Biográficos y Anecdóticos, Cartagena,
Ayuntamiento de Cartagena, 1995.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
386
Dice el maestro Vives en su informe que los dos himnos nacionales mejores
del mundo son el inglés y el alemán, formados por temas magistrales de dos de
sus grandes clásicos: Haydn y Haendel, respectivamente. ¿Cuáles son entre
nosotros los valores equivalentes?... En plan erudito, nosotros no sabríamos en
absoluto qué contestar. Pero nuestro corazón, sin un punto de perplejidad,
movilizará hacia nuestros labios en cuanto pensemos sobre el caso los compases
de un pasodoble. Este o aquel: de Barbieri o de Chueca, de Juarranz, Lope o
Álvarez. Pero un pasodoble, desde luego. El genio de los pueblos tiene en esto
como era todo su lenguaje peculiar.
¿Por qué no buscar el himno de la República entre esas marchas, pasacalles,
pasodobles, que constituyen un tesoro cierto de nuestra música más genuina y
nacional?... No habría que empapar el original adoptado de entusiasmo popular,
porque ya lo está de antemano, y hasta la fibra invisible del pentagrama. Ha sido el
pasodoble generación tras generación exponente de gozos y bizarrías nacionales en
los esparcimientos acostumbrados de las corridas, las verbenas y los bailes, como
en la gravedad de las circunstancias bélicas, estimulando al soldado.
[…]
¿Por qué no buscar en los airosos y populares pasodobles de España la
marcha de su República?...984.
Sin duda era una posibilidad más, aunque no sería fácil ‒tampoco en torno al
pasadoble‒ sumar los apoyos necesarios para avanzar en esa dirección. El compositor
Herminio Garcerán López se incorporó a este debate rechazando el informe de Amadeo
Vives para defender la realización de un concurso.
Es preciso comprender que ese “himno ideal” del ilustre maestro Vives,
entresacado de las melodías clásicas, no nos diría nada. Que el pasodoble
“Suspiros de España”, como sustentan los “Dos españoles” de Barbastro, es
maravilloso, el mejor que se ha hecho hasta ahora, pero que no se puede elevar
hasta la categoría de himno, porque España es muy extensa y tiene una gran
variedad de música regional y con el mismo derecho podrían los aragoneses
pedir se considerara nacional una jota o los catalanes una sardana…
Para que salga un himno inspirado, que levante nuestro espíritu y lo emocione
siempre quo se ejecute, al igual que “La Marsellesa”, es preciso establecer un
certamen o concurso popular en el que tomen parte todos los compositores
españoles. Para confeccionar un himno “muerto”, que no reuniera todas las
cualidades que debe tener de emotividad, bien está el himno de Riego, que tiene
más derechos que nadie y además trascendencia histórica manifiesta985.
984
La Voz, 14-XI-1931, p. 1.
985
Heraldo de Madrid, 1-I-1932, p. 5.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
387
En realidad, este escrito de Herminio Garcerán López había surgido como
respuesta a la nota publicada en Heraldo de Madrid el día 30 de diciembre promovida
por “Dos españoles” que se identificaban como “residentes en Barbastro”. Aprovechaba
su redacción para referirse a una intervención –que él no compartía– del guitarrista
Regino Sainz de la Maza en defensa de los postulados presentados por Amadeo Vives.
En relación con esto recuerdo haber leído unas declaraciones de [Regino]
Sainz de la Maza, el famoso guitarrista, en las que apoyaba la tesis de Vives,
manifestando su disconformidad con la idea de establecer un concurso libre, ya
que el hecho de ponerse ahora al piano a componer un himno resulta una cosa
forzada. Vamos a suponer que así sea. Pues bien: ese himno caerá él solo cuando
sea conocido, si está falto de inspiración. Pero es que el día 14 de abril se
compusieron muchos himnos “sin forzar”, que brotaron del corazón en
momentos inolvidables, para los que hemos experimentado la alegría de ver tan
radical cambio de régimen y que están esperando la ocasión de que el pueblo los
conozca y juzgue.
Aunque tengo hecha una marcha, titulada “España republicana”, estrenada
con gran éxito en el teatro Pavón el día del homenaje a Galán y Hernández (que
nació en Granada precisamente el 14 de abril). no me guía en esta defensa el
egoísmo personal, ya que no pienso tomar parte en el concurso, y si protesto
desde las páginas de este periódico es porque me indigna la idea de que este
asunto quede aletargado, en perjuicio de los músicos españoles y del pueblo
español en general.
Otro día plantearé, de una forma concreta, las bases que, en mi modesto
parecer, deben establecerse para el concurso986.
Pronto se confirmó el temor de Herminio Garcerán y el proyecto de crear el
himno nacional de la República quedó sumido en un profundo letargo. Tal vez
contribuyó a ello el cese de Marcelino Domingo al frente del Ministerio de Instrucción
Pública para hacerse cargo de la cartera de Agricultura, Industria y Comercio. Le
sucedió Fernando de los Ríos Urruti, melómano cualificado y amigo personal de Manuel
de Falla y de Federico García Lorca.
Herminio Garcerán se había referido a una obra propia, titulada España
republicana, de cuya música y texto era autor. Fue incluida en El Tango de Moda,
Revista de Música Popular y Cinematográfica.
986
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
388
En Jaca fue
donde se comenzó
la causa fiel
de la revolución.
Sin vacilar
Hernández y Galán
sus vidas ofrendaron
por nuestra libertad!
Y vuelve nuestra España a renacer
con bríos de gloriosa libertad;
y vuelve en nuestra patria a florecer
la justicia y la verdad!
República española, que al venir
llenó los corazones de emoción…
pues supo conseguir, con cívico valor
sin sangre derramar, la Redención!987
* * *
Refiriéndose a Fernando de los Ríos, Miguel Maura, en su narración de la
estancia en la cárcel modelo de Madrid de varios miembros del Comité Revolucionario
en diciembre de 1930988, exponía que organizaban las rutinas carcelarias de manera que
la estancia en prisión no lograra desmoralizarlos. Una de dichas rutinas consistía en
reunirse al anochecer para compartir distintas actividades.
Por la noche, después de la cena, se jugaba al ajedrez o a las damas o se
cantaba. Fernando de los Ríos hizo, en no pocas veladas, gala de su maestría en
el auténtico “cante jondo”, que verdaderamente dominaba989.
987
El Tango de Moda, n.º 166, 12-XII-1931, [p. 2]. Esta misma publicación, en sus páginas [6-7],
reproduce la partitura (sin texto) de un Himno Nacional de España Republicana, obra de Emilio de Llano.
Fueron muchas las composiciones que se escribieron para celebrar el 14 de abril como, por ejemplo, el
Himno Español Republicano, con letra y música de Eduardo Raboso Pérez, dedicado “A Dn. Niceto Alcalá
Zamora, insigne paladín de la República Española”. Las primeras notas de la línea melódica de esta partitura
corresponden a las del comienzo de La Marsellesa. RABOSO PÉREZ, Eduardo, Himno Español…, op. cit.
Archivo Enrique Téllez. Hemos reproducido una estrofa del texto de este himno en nuestra Introducción. Del
mismo modo que se editaron numerosas partituras, vieron la luz aucas o aleluyas alegóricas a los sucesos
políticos en torno a la proclamación de la República. Véase en nuestra Introducción El Triunfo de la
República. Aleluyas sin ventura…, op. cit.
988
Miguel Maura fue detenido a las siete de la mañana del día 14 de diciembre de 1930 y conducido
a la cárcel Modelo de Madrid, horas antes de que fueran fusilados los capitanes sublevados en Jaca, Fermín
Galán y Ángel García Hernández. Véase sobre dicha estancia en la cárcel MAURA, Miguel, pp. 199 y ss.
989
Ibid., p. 203. Hubiera sido muy interesante conocer cuáles eran las canciones que cantaban en
prisión, pero Miguel Maura no nos facilita esa información.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
389
Así debieron de considerarlo Manuel de Falla y Federico García Lorca quienes,
en 1922, al celebrarse en Granada el primer –y último de aquel período– Festival de
Cante Jondo lo invitaron a formar parte de su jurado.
Fue esta la etapa de la preparación del primer Concurso de Cante Jondo que
se celebró los días 13 y 14 de junio de 1922 y de cuyo Jurado formó parte junto
con Falla y [e Ignacio] Zuloaga entre otros. Era un apasionado de la música
clásica y devoto admirador de la obra de Falla. Pero también le gustaba el cante
jondo que, para él, era la expresión de un pueblo aparentemente analfabeto pero
enormemente culto; una forma de expresar desde lo más profundo el dolor y los
sentimientos, como le había explicado el tío Curro990.
La relación de Fernando de los Ríos con los medios artísticos granadinos le
había puesto en contacto con la obra creativa de los autores más importantes de la
música europea del siglo XX, sobre la cual tenía formada una opinión personal, que
conocemos por su participación en un acto junto a Federico García Lorca con motivo
del acto de apertura de las actividades del Ateneo de Granada.
El acto consistió en una conferencia de Federico García Lorca, que andaba
por aquellos días en la apoteosis del éxito de su Romancero gitano, y habló
sobre “Imaginación, inspiración, evasión” en la obra poética. […]. En ese acto
de los Ríos dio además la noticia de que, en fecha cercana, Maurice Ravel
acudiría a Granada para dar un concierto patrocinado por el Ateneo. Era,
explicaría el presidente del Ateneo [Fernando de los Ríos], un compositor
que, junto con Stravinsky y Falla, formaba parte del trío de músicos más
destacados del momento991.
Su sensibilidad hacia el cante jondo como expresión del pueblo andaluz, el
conocimiento de la música clásica y su propia actividad como “cantaor” e intérprete de
guitarra hacían del nuevo ministro de Instrucción Pública una persona altamente cualificada
para intervenir en el enconado debate en torno a la elección del himno de la República.
990
ZAPATERO, Virgilio, Fernando de los Ríos…, op. cit., p. 173. En su página 188 recoge una
entrevista a Fernando de los Ríos publicada en El Nacional de Caracas, 6-VI-1944, en la que narra una
interesante conversación sobre el cante jondo con el “tío Curro”. Véase del mismo autor Fernando de los
Ríos: los problemas del socialismo democrático, Madrid, Cuadernos para el Diálogo, 1974.
991
RUIZ-MANJÓN, Octavio, Fernando de los Ríos. Un intelectual en el PSOE, Madrid,
Síntesis, 2007, p. 277.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
390
Dada su pertenencia anterior al Comité Revolucionario, suponemos que habría
participado, o al menos conocido, las decisiones de dicho Comité en relación a la futura
bandera e himno de la República. Miguel Maura nos informó de que, sobre la primera,
se había acordado no cambiarla y, sobre el segundo, proceder a la convocatoria de un
concurso. Tras el decreto de la Presidencia de la República sancionando la bandera
tricolor alterando la decisión previa del Comité la elección del himno permanecía
pendiente de resolución.
Fernando de los Ríos había sido el destinatario de la carta de Óscar Esplá, en la
primera etapa del pleito de los himnos, en la que el compositor le había informado de su
decisión de componer un himno de la República. En la información que reprodujeron
varios medios de comunicación, el compositor alicantino daba a conocer su posición de
retirar su obra Canto rural a la República Española de todo “plebiscito o concurso”.
Todas las circunstancias citadas situaban a Fernando de los Ríos en una
posición privilegiada para continuar la tarea emprendida por el Alcalde de Madrid,
Pedro Rico, quien había remitido la iniciativa de la creación del himno nacional de la
República a su antecesor en el cargo de Ministro de Instrucción Pública, Marcelino
Domingo. Fernando de los Ríos y Pedro Rico, junto a Miguel Maura, habían
concurrido –resultando electos– por el distrito madrileño de Buenavista, habiendo
participado en numerosos actos de campaña.
La intensa actividad desarrollada por Fernando de los Ríos al frente de su nueva
responsabilidad ministerial no contempló una acción decidida en favor de la ponencia de
Amadeo Vives o de otros documentos recibidos en su ministerio, algunos de ellos
publicados en prensa. ¿Influyó en esta actitud la ingente tarea que suponía impulsar todas
las reformas educativas y culturales pendientes y, como consecuencia de ello, pospuso sine
die el esfuerzo de encauzar el proceso de elección del himno nacional de la República?
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
391
2.3. “¿Se debe hacer un nuevo himno español o adoptar el de Riego?”992
1931 había concluido sin que la República dispusiera de un himno nacional
propio, a pesar de los múltiples esfuerzos realizados desde los primeros días tras su
proclamación. No por ello había dejado de ser una República sonora en la que esta
expresión artística había gozado del favor y de un amplio seguimiento por parte de
la sociedad española.
El recurso al Himno de Riego se había institucionalizado y su interpretación era
recibida como si del himno nacional se tratara, hecho aceptado por una gran parte de la
sociedad, defensora de la República, y denostado por otra, partidaria del régimen
derrocado. En torno a su interpretación se conciliaban voluntades en una u otra
dirección, circunstancia que era inherente a su condición de emblema representativo de
la España republicana.
El rechazo al Himno de Riego por los detractores de la República no era un
fenómeno aislado, ni exclusivo de un territorio o de una clase social. De la misma
manera que dicho himno era un referente para los republicanos, a su vez era un
estandarte que debía ser derribado para quienes se consideraban adversarios del nuevo
régimen. La noche de fin año en Madrid fue escenario de uno de estos sucesos
contrarios al citado himno.
Madrid ha festejado con inusitada alegría el tránsito de un año a otro. Desde
las once de la noche la multitud que empezó a afluir a la Puerta del Sol fue
realmente desorbitada. No hay que decir que el ruido, la algazara y la risa eran
los nuncios de semejante tropa.
Por doquier veíanse nutridas comparsas de jóvenes sonando los objetos más
diversos y escanciando el buen valdepeñas en cantidades nada moderadas. Ahora
bien; si en la libación no había límite, sí lo hubo en el comportamiento de los
muchachos. Se divertían a su manera, chillaban y cantaban que era un primor;
pero, como decía el juerguista de la fábula, “sin meterse con nadie”.
[…]
992
VIDAL CORELLA, Vicente, “Seis respuestas a una pregunta: ¿se debe hacer un nuevo himno
español o adoptar el de Riego?”, Mundo Gráfico, 24-II-1932, p. 13.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
392
Pero… que no sean en lo sucesivo como fueron anoche de envenenadas y
ridículas algunas expansiones seudoaristocráticas y antinacionales. Es público ya
‒por haberse cometido el desmán en público‒ que en algún gran hotel no se
guardó el debido respeto al himno nacional, que provisionalmente ha adoptado
la República: el himno de Riego. Cierto que fue en la inmensa mayoría de los
lugares de reunión la música más oída y más respetuosamente escuchada; pero
sabemos que en un moderno lugar de esparcimiento de la gente bien ‒bien en el
antiguo régimen‒ hoy un poco “demodée”, apenas si, por pura fórmula, se ata-
caron los cuatro primeros compases del himno de Riego, prontamente acallados
por los grititos del “remanente” monárquico que allí había acudido a enterrar
reconrosamente [sic por rencorosamente] el año viejo, que vino a suprimir
privilegios de casa y boca a tanto parásito de la Corona993.
Heraldo de Madrid se pronunciaba abiertamente por la imposición inmediata de
sanciones, con una argumentación razonada y coherente, en la que se apreciaba la
consideración de que gozaban la bandera tricolor y el Himno de Riego, al margen de su
distinto tratamiento en el plano legal.
Así como teníamos la obligación ciudadana de descubrirnos ante la bandera
roja y gualda y saludar en pie la Marcha Real todos los españoles, lo mismo los
monárquicos que los que no veíamos ya en ambos símbolos la representación de
la soberanía nacional, y el que contravenía esa cortesía civil incurría en delito de
desacato público a la majestad del Estado, así ahora todos los españoles, la
inmensa mayoría republicana, como la exigua minoría monárquica, tenemos que
rendir acatamiento público a los signos exteriores acordados para representar la
soberanía de la patria: la bandera tricolor y el Himno de Riego. Y el que no lo
haga o haga, por el contrario, mofa de alguno de esos símbolos, debe quedar
inmediatamente incurso en la sanción que, por incivil, le corresponda994.
“El remanente monárquico” o “la exigua minoría monárquica”, expresiones
utilizadas en el Heraldo de Madrid, había tenido precursores en el rechazo al Himno de
Riego como expresión de protesta ante un régimen político denostado desde sus filas.
También tuvo continuadores en años posteriores a 1931. Este hecho no era sino la
consecuencia lógica de una confrontación política que encontraba en la exaltación de los
símbolos, o en su negación, el escenario adecuado donde librar la batalla de la expresión
identitaria del propio posicionamiento político.
993
Heraldo de Madrid, 1-I-1932, p. 6.
994
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
393
Aunque alejado en el tiempo, Eugenia Astur observaba con acierto un hecho que
tuvo lugar en las jornadas previas al 7 de julio de 1822, el cual guardaba muchas similitudes
‒aún de mayor gravedad, si cabe‒ con el denunciado por el Heraldo de Madrid.
Al siguiente día [1 de julio de 1822], un batallón de la guardia se negó a tocar
el Himno de Riego, que era la marcha de ordenanza; todas estas provocaciones
daban señales de que la tormenta iba a estallar. Los ánimos hallábanse suspensos
esperando el conflicto que amenzaba, cuando aquella misma noche los guardias
reales se sublevaron en su cuartel y, dejando dos de sus batallones en la plaza de
Palacio, marcharon los restantes al Pardo donde proclamaron al Rey absoluto995.
Convertido el Himno de Riego, en 1931, en la referencia musical representativa
de la República, los ecos –todavía cercanos– de la ponencia de Vives, de la propuesta
colectiva, del himno 14 de Abril sonando en distintos actos, de la reclamación en torno
al Himno de Riego, de la propuesta en favor de Suspiros de España, del Himno de la
República de Antonio José…, permitían albergar la esperanza de que, desde el
Ministerio dirigido ahora por Fernando de los Ríos, se diera el paso definitivo hacia la
elección del himno de la República.
No era fácil aventurar, en diciembre de 1931, si esta cuestión estaría entre las
prioridades del nuevo ministro o si, por el contrario, su papel consistiría en amortiguar
hasta su desaparición el debate social creado y, para ello, desautorizar –por omisión– el
dictamen de Amadeo Vives así como del resto de propuestas planteadas, bloqueando su
desarrollo. ¿Ensayaría de nuevo Fernando de los Ríos el silencio institucional de la
República en tan sensible materia?
995
ASTUR, Eugenia, p. 426. Nos referiremos más adelante a otros actos de reprobación del
Himno de Riego que tuvieron lugar finalizado 1931. Se refiere esta autora a la decidida actuación de
Riego para devolver a los cauces de la normalidad política la sublevación citada, frente a la actitud pasiva
del capitán general de Madrid, Pablo Morillo, así como a un tenso diálogo entre ellos. Ibid., 430-431.
Años después del incidente protagonizado por ambos militares en 1822, el conde de Cartagena firmó un
oficio en la Coruña, en calidad de capitán general de Galicia, el 11 de junio de 1834, dirigido al
Gobernador Político y Militar de El Ferrol para “que inmediatamente se instruya la competente sumaria
en averiguación de quién dispuso que los gayteros tocaran el himno denominado de Riego, poniendo
presos desde luego a los Gayteros; quién ó quienes dieron diferentes voces de muera a los curas y
frayles […]”. Véase MORILLO, Pablo, Oficio manuscrito firmado…, op. cit. Archivo Enrique Téllez.
El subrayado pertenece al original. Consúltense en nuestra Introducción otros datos complementarios
sobre este documento.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
394
Aunque en un plano de menor intensidad, durante los primeros meses de 1932
algunos medios de comunicación siguieron explorando la búsqueda, si no de soluciones,
sí de opiniones que pudieran aportar un poco de luz en la compleja coyuntura que
rodeaba la elección de himno nacional. Una de las iniciativas periodísticas más
interesantes en este sentido la llevó a cabo el reportero valenciano Vicente Vidal
Corella, quien planteó una misma pregunta a seis reconocidos músicos.
En sentido estricto, no se trataba de una entrevista puesto que su cuestionario se
reducía a una sola pregunta, común a todos los interpelados. Vicente Vidal planificó su
trabajo desde el principio de la intervención mínima y ordenó las diferentes respuestas
sin más separación entre ellas que el nombre del interviniente y, en ocasiones, su cargo.
No realizó comentarios ni acotaciones que pudieran interferir o matizar el testimonio de
los seis profesionales, ni elaboró una conclusión final, cediendo todo el protagonismo a
los entrevistados… y a los lectores.
Los músicos respondieron con gran libertad formal y expresiva: algunos
testimonios se apoyaron en extensas argumentaciones, otros en consideraciones
esquemáticas; en cuanto a la expresión, observamos la presencia de parlamentos en
prosa, composiciones poéticas en verso… El reportero valenciano sí se permitió, al
menos, hacer un guiño de complicidad hacia la materia estudiada y, de este modo,
procedió a contextualizar su trabajo en el ámbito artístico al que pertenecía: la música.
Para ello, sustituyó la denominación de “Introducción”, habitual en el medio
periodístico, por la de “Preludio”, sección o movimiento propio característico en la
apertura de algunas composiciones musicales. Así comenzaba dicho “Preludio”.
La República española no tiene himno. El mismo pueblo que la implantó
cantaba el 14 de Abril el Himno de Riego y La Marsellesa.
No surgió entonces, entre aquella enfebrecida muchedumbre que caminaba
calle arriba entre la máxima explosión de entusiasmo, entre los millares que
seguían a la bandera tricolor que ondeaba gallardamente por todas las calles y
plazas, la melodía original que exaltara los corazones de todos los españoles.
Desde aquella fecha gloriosa, la República no tiene himno. España nueva adoptó
el Himno de Riego, en espera de que surja la melodía que ha de cantarse. […].
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
395
¿Se debe hacer un nuevo himno español o adoptar definitivamente el de
Riego? […]996.
Formulada la pregunta, correspondía a los seis profesionales responder a una
cuestión que, por extensión, gravitaba sobre los “veintidós millones de españoles”,
según había apuntado Heraldo de Madrid. Los músicos interrogados realizaban su
trabajo en la ciudad de Valencia, localidad destacada históricamente por la fuerte
implantación de la actividad musical, muy especialmente en los ámbitos de la educación
y de la interpretación musical, siendo la banda el instrumento colectivo por excelencia.
Las bandas municipales y, en menor medida las militares, habían sido las
principales encargadas de estimular y acompañar musicalmente las manifestaciones
populares ciudadanas que nosotros hemos denominado como la verbena popular
republicana de abril de 1931. Por tanto, la localización en Valencia del trabajo de Vicente
Valero ofrecía un interés periodístico añadido por las contribuciones que pudiera ofrecer.
Los interpelados, de manera individual, expusieron sus respectivas opiniones.
Don Luis Ayllón, director de la Banda Municipal de Valencia, tomaba como
punto de partida de su intervención “el día en que la Banda Republicana dio a conocer,
en el Ateneo de Madrid, el Canto rural a la República [Española], de Óscar Esplá, se
ha escrito mucho y hablado más de la conveniencia de hacer o no el himno nacional
republicano”997. Para avanzar en su exposión, Ayllón introdujo una pregunta
complementaria a la formulada por el reportero.
¿Cómo se hacía? ¿Quién lo hacía?
Aparte de que el que más o el que menos tiene su himno [a la República]
debajo del brazo, parece que lo que se tomó más en serio fue lo propuesto por el
maestro Vives a la Academia de Bellas Artes, y que esta, por aclamación, hizo
suyo. El maestro Serrano ha dicho cosas sabrosísimas sobre todo ello. […]998.
Luis Ayllón, tras esta reflexión introductoria, pasaba a expresar su opinión, que
iniciaba con una interesante comparación entre el Himno de Riego y La Marsellesa,
996
VIDAL CORELLA, Vicente, p. 13.
997
Id.
998
Id. Tanto la ponencia de Vives como la posición del maestro Serrano han sido ampliamente
estudiadas en nuestra investigación.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
396
partituras cuya aceptación popular conocía bien, dada su participación en las jornadas
festivas de proclamación de la República.
En primer término, y queramos o no, el himno nacional español es hoy el de Riego.
Los que el 14 de Abril marchábamos con nuestras músicas entre aquella
enorme y enfebrecida muchedumbre pudimos darnos cuenta de que el Himno de
Riego, y nada más que el Himno de Riego, les enardecía. Se alternaba aquella
inolvidable tarde con La Marsellesa, y este himno, originariamente imperialista,
revolucionario más tarde por la voluntad del pueblo francés, era acogido con
entusiasmo, es verdad: algo así como el himno a la libertad del mundo; pero lo
nuestro, lo genuino, lo nacional, era el himno de aquel músico mayor del
Ejército, emigrado en París, valenciano, que se llamó [José Melchor] Gómis999.
Realizaba a continuación un comentario comparativo entre la Marcha Real
‒que denominaba como Marcha Austro-Española ante la incógnita de su origen‒ y
el Himno de Riego.
Y vamos ahora a la cacareada vulgaridad de esta composición [el Himno de
Riego]. Se compara, más o menos objetivamente, la severa solemnidad de la
antigua Marcha Real y sus grandes cualidades de himno nacional, con la
ramplonería ‒así dicen algunos‒, la plebeyez del Himno de Riego. Pues bien: esa
pretendida solemnidad no la poseyó nunca la Marcha Austro-Española. Desde
nuestra infancia no hemos oído nada más soso y que se escuche con mayor
indiferencia que esa absurda composición. […].
Lo verdaderamente asombroso es lo que [Bartolomé] Pérez Casas hizo con
aquella insulsez [la Marcha Real]1000. No se explica uno bien cómo ese gran
músico pudo revestir de tal dignidad aquella composición anodina. […].
El Himno de Riego es sencillo, ingenuo, pero de una gran pureza y limpidez
en sus giros, y tiene una espontaneidad y un brío que a mí me parecen, en el
sentido popular, admirables.
Además es fácil, rápido, breve, original. Tiene tradición…1001.
999
Id. No compartimos con Luis Ayllón la atribución que realiza de la composición del Himno
de Riego a José Melchor Gómis. Abordaremos esta materia en una investigación posterior.
1000
Id. Se refería Luis Ayllón a la armonización e instrumentación que Pérez Casas había
realizado en 1908, por encargo del rey Alfonso XIII, para su interpretación por la Banda de Alabarderos.
Posteriormente, esta versión fue declarada himno nacional mediante Decreto de la Presidencia del
Gobierno de 17 de julio de 1942, firmado por Francisco Franco y publicado en el BOE, 21-VII-1942, p.
5346. Véase también Homenaje a Bartolomé Pérez Casas (1873-1956). A la memoria de un gran músico
murciano, [Murcia], Real Academia de Bellas Artes de Santa María de la Arrixaca, [2003], pp. 11-15, y
FERNÁNDEZ DE LATORRE, Ricardo, pp. 373-374.
1001
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
397
Como conclusión, Ayllón apuntaba la opción de que se pudiera realizar un
trabajo similar al que había llevado a cabo Bartolomé Pérez Casas con la Marcha Real:
“¿Por qué no intentar con el himno de Riego lo que tan felizmente logró Pérez Casas
con la Marcha Real? Con ello, y un texto literario adecuado, tal vez se resolviera bien el
asunto?”1002. Y cerraba con una sentencia: “[…] acabo creyendo, por mi parte, que les
queda faena de veras a quienes pretendan sustituir con fortuna el Himno de Riego”1003.
Menos expresivo que el anterior se mostraba Manuel Palau, profesor del
Conservatorio de Música y Declamación de Valencia, segundo de los interrogados por
Vicente Valero. Su respuesta discurría entre la broma y la propuesta concreta.
Ahí va mi cuartilla. ¿Demasiado larga? ¡Con tal de que el himno que hagan
sea corto! ¡¡De menor duración que los veintiún cañonazos protocolarios!!…
Yo, como me acuerdo de que Rouget de l´Isle no esperó condiciones de
forma, plazo, etc., para trazar una Marsellesa, ese glorioso canto a la Libertad,
tampoco impondría a los compositores obligación alguna; menos en estos
momentos de libertad1004.
No era mucho más extensa la intervención de José Manuel Izquierdo, director de
la Orquesta Sinfónica Valenciana, tercero en la relación de músicos que habían
colaborado en este estudio.
El himno de la República debe nacer de ella. Yo entiendo que se debía hacer
un concurso nacional para escoger un texto apropiado y fácil para la
composición musical. Después, una vez premiado y aceptado plenamente el
texto, convocar el concurso musical de himnos, que se debían revisar
escrupulosamente, y escoger entre todos un número prudente para, mediante una
audición pública, darlos a conocer al público de cada capital.
El mismo pueblo escogería aquel que francamente llegara a su corazón y quedaría
así elegido, por la soberanía popular, el himno de la República española1005.
El cuarto de los intervinientes, Pedro Sosa, director del Conservatorio de Música
y Declamación de Valencia, tras exponer sus razones, se mostraba radicalmente en
contra de que se adoptara el Himno de Riego como el de la República.
1002
Id.
1003
Id.
1004
Ibid., p. 14.
1005
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
398
Y lo creo así, porque musicalmente no responde a la robustez y grandeza que,
dentro de la espontaneidad y sencillez, debe tener la música de un himno
nacional; y en cuanto a la letra, la creo de inferior calidad, de un corte vulgar y
completamente divorciada de la música, sobre todo en la acentuación. Por todo
ello, y pensando además que el referido himno, más que de firmeza popular es
populachero y de bullanga, lo repito sin temor a tener que rectificar mi criterio: el
de Riego no puede ni debe ser el himno nacional de la República española1006.
Pedro Sosa, a pesar de su posición contraria al Himno Riego, no dudaba de la
necesidad de que se creara el himno de la República, en cuyo proceso otorgaba un papel
especial tanto al artista como al pueblo.
Y dicho esto, creo, naturalmente, que el himno nacional debe hacerse; y creo
más: que se hará o surgirá del pueblo inesperadamente. Pero, ¿cuándo?, ¿cómo?
No lo sabemos; pero no tardará en llegar el día en que un artista, enamorado de
nuestra querida Patria, sentirá más profundos los latidos de su corazón, y
entonces, inspirado en esos sentimientos de grandeza, creará el ansiado himno
nacional. Es decir: que el himno es para el pueblo, y surgirá indiscutiblemente
impuesto por el pueblo cuando hasta él haya llegado el artista genial que sepa
enardecerle y emocionarle1007.
En cuanto al Maestro Serrano (compositor), penúltimo de los participantes, se
limitó a transcribir, literalmente, fragmentos representativos de la entrevista que para El
Sol había concedido a Antonio Otero Seco a las que nos hemos referido
extensamente1008. Básicamente se refería a la convocatoria de un concurso abierto, sin
trabas a la participación y, finalmente, a la elección por el pueblo de entre las diferentes
melodías presentadas.
Por último, Vicente Peydró, “el patriarca de los músicos valencianos”, sin
comentario introductorio alguno, confió su opinión sobre la materia estudiada al
contenido de una composición poética de su autoría, formada por varias quintillas.
1006
Id. Las cursivas pertenecen al original.
1007
Id. La cursiva pertenece al original.
1008
El Sol, 22-XII-1931, p. 8.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
399
El himno es llama que brota
encendiendo en cada nota
el fuego de la emoción
y abrasando el corazón
del que se siente patriota.
Su ritmo ha de enardecer;
su canto tiene que ser
breve, inspirado, valiente,
y que en entusiasmo ardiente
haga el pecho estremecer.
El himno se ha de encontrar.
No se le debe buscar
en certámenes, concursos,
academias y discursos,
que no lo podrán crear.
Debe surgir al calor
de la Patria, del amor,
del heroísmo y la fe.
Si así surge, bien se ve
que será el himno mejor.
Ya llegará la ocasión
que al calor de la explosión
de algún acontecimiento
lance sus sones al viento
el himno de la Nación.
Tal vez logrará esa empresa
que tanto a España interesa
algún músico ignorado
al cual está reservado
crear otra Marsellesa.
Y ese autor desconocido,
ese Rouget atrevido,
creando el himno español
saldrá a brillar como el Sol
desde el rincón del olvido1009.
* * *
1009
VIDAL CORELLA, Vicente, p. 14. Este hecho nos revela que el autor de la información
periodística solicitó por escrito la respuesta a la pregunta en cuestión. La cursiva del poema pertenece al original.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
400
Vicente Valero, siempre con delicadeza y prudencia en el trato hacia sus
entrevistados, si había comenzado su pieza periodística con un “Preludio”, concluía la
misma con un “Final”.
¿Se debe hacer un himno español o adoptar el de Riego? El reportero ha
hecho esta pregunta a seis maestros valencianos, personalidades de la música
que han expresado claramente su opinión.
Con la pregunta se podía hacer un plebiscito, que tal vez diera alguna luz
sobre la cuestión del himno de la República española1010.
Aunque a escala local, el trabajo realizado por el reportero valenciano ya era, en
sí mismo, un plebiscito en torno a la pregunta planteada. Las intervenciones recogidas
presentaban una gran variedad de posiciones, algunas de ellas muy similares a otras
anteriores expresadas por compositores, escritores o periodistas. Si en algo coincidían
los seis músicos era en la necesidad de que la República dispusiera de un himno nacional,
aunque no existía la misma unanimidad en cuanto a qué obra podía desempeñar esa
función y, en su defecto, el modo de realizar el proceso para su creación.
Ninguno de los entrevistados suscribía el procedimiento recogido en la ponencia
de Amadeo Vives, mientras que uno de ellos, José Manuel Izquierdo, describía en su
respuesta –sin hacer mención de ello– la que hemos denominado “propuesta alternativa”
(elección de un texto y convocatoria de un concurso para la composición de su línea
melódica); Luis Ayllón, tras una valoración elogiosa del Himno de Riego, consideraba
viable dar forma al himno nacional a partir de dicha obra después de su adaptación
(armonización y nuevo texto); Manuel Palau, evocando el modo en que Rouget de Lisle
había compuesto La Marsellesa, indicaba que no debía imponerse a los compositores
ninguna norma (forma, plazo); el maestro Serrano se pronunciaba abiertamente por la
celebración de un concurso “libérrimo”; y Vicente Peydró nos lo decía en quintillas
(tomamos dos como resumen):
1010
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
401
El himno se ha de encontrar.
No se le debe buscar
en certámenes, concursos,
academias y discursos,
que no lo podrán crear.
[…]
Ya llegará la ocasión
que al calor de la explosión
de algún acontecimiento
lance sus sones al viento
el himno de la Nación1011.
Si algún miembro del Ministerio de Instrucción Pública analizó las opiniones
recogidas por Vicente Valero, encontraría un panorama desolador: coincidencia plena en el
objetivo y discrepancia absoluta en el modo de alcanzarlo. En buena medida, esos resultados,
con la incorporación de numerosos matices diferenciadores, podían ser extrapolables al
conjunto del país. Heraldo de Madrid ya había avanzado en un titular la situación de este
pleito: “Veintidós millones de españoles en busca de un himno nacional”1012.
Mientras dicha búsqueda se prolongaba sin resultados satisfactorios, de manera
paralela aparecían en prensa reflexiones que giraban en torno a diferentes himnos
nacionales e internacionales, sus orígenes, la función representativa de cada uno de
ellos… El musicólogo y militante socialista José Subirá publicó un artículo en el
Almanaque de El Socialista para 1933, en el que abordaba el estudio de dos himnos: La
Marsellesa y La Internacional.
Redactado con motivo del reciente fallecimiento (26 de septiembre de 1932) de
Pierre Degeyter1013 autor de la música de La Internacional, Subirá señalaba los
méritos de los creadores de La Marsellesa y de La internacional, Rouget de Lisle y el
citado Pierre Degeyter respectivamente. En una colaboración anterior en Ritmo, titulada
1011
Id. La cursiva pertenece al original.
1012
Heraldo de Madrid, 30-XII-1931, p. 5.
1013
Subirá utilizó la traducción al castellano de “Pedro”. SUBIRÁ, José, “Himnos nacionales e himnos
internacionales”, Almanaque de El Socialista para 1933, Madrid, s.n., 1932 (Gráfica Socialista), p. 141.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
402
“Himnos nacionales y marchas reales”1014, Subirá había destacado como ejemplo de
aceptación popular El Canto de los taboritas en Checoslovaquia.
Por eso, a la hora en que los pueblos quedan alumbrados por la llama del
fervor ‒tanto en el Norte como en el Sur, tanto en Oriente como en Occidente‒,
La Marsellesa y La Internacional, vibran cordiales, difundiendo entusiasmos
colectivos, que solo pueden producir pánicos entre las filas de quienes temen
perder aquello que injustamente adquirieron, y de lo cual es bien lógico ver los
privados a la hora de una justicia social, que había tardado demasiado tiempo en
imponerse por encima de conveniencias y egoísmos particulares1015.
Pese a la situación que vivía la República española en relación a su himno
nacional, Subirá no hacía mención alguna a dicha circunstancia ni tampoco al Himno de
Riego. Esta exclusión no respondía a una omisión puntual, sino que respondía a una
práctica histórica: el Himno de Riego no gozaba de un especial predicamento en las filas
socialistas, de ahí que no se incluyera en los cancioneros editados por los orfeones de esta
corriente política en las primeras décadas del siglo XX con el objetivo de educar a la clase
obrera. Encontramos ejemplos representativos de esta exclusión en los Himnos cantados
por el Orfeón Socialista Madrileño, en sus dos ediciones de 1908 y 19131016, y en Himnos
dedicados a la clase obrera cantados por los Orfeones Socialistas, editado en Eibar1017.
En el sentido de lo apuntado, era muy ilustrativa la cita de El Socialista referida
a la jornada del 14 de abril en Madrid, en la que tampoco consta que el pueblo
madrileño cantara esa jornada el Himno de Riego.
Hay una comunidad de ideas y sentimientos que une a la masa y hace florecer
el entusiasmo. Flota en el ambiente un olor agradable a libertad. En grupos
compactos, la muchedumbre se dirige al Ayuntamiento. Grupos compactos que
cantan “La Internacional” y “La Marsellesa”1018.
1014
SUBIRÁ, José, “Himnos nacionales…”, op. cit., pp. 3-4.
1015
SUBIRÁ, José, “Himnos nacionales e himnos internacionales”, Almanaque…, op. cit. ̧ p. 145.
1016
Himnos cantados…, op. cit., (1908), e Himnos cantados…, op. cit., (1913).
1017
Himnos dedicados a la clase obrera…, op. cit.
1018
El Socialista, 15-IV-1931, p. 2. El día 25 de marzo de 1931 se celebró “Un acto en favor de
la amnistía y de propaganda electoral” en la Casa del Pueblo de Madrid, que contó con la intervención,
entre otros, del futuro alcalde de la ciudad, Pedro Rico.
Para las nueve de la noche estaba anunciada la celebración del mitin en la Casa del Pueblo
pro amnistía y de presentación de los candidatos republicanos y socialistas que han de luchar en
las elecciones municipales anunciadas; pero un cuarto de hora antes de la señalada, se llenó
materialmente el local.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
403
José Subirá interpretaba en su artículo el programa musical del PSOE en el que,
como hemos indicado, a pesar del carácter público que había adquirido el Himno de
Riego no figuraba citado. Dos eran las partituras de referencia para esta fuerza política a
las que este autor dedicaba su texto: “La Marsellesa y La Internacional, vibran
cordiales, difundiendo entusiasmos colectivos”. Derivado de lo anterior, surgen dos
preguntas que consideramos relevantes: ¿no podía atribuirse al Himno de Riego el
carácter que se reconocía a los dos himnos citados de “difundir entusiasmos
colectivos”?; y a tenor del título del artículo, “Himnos nacionales e himnos
internacionales” y dado que en el mismo solo se citaban los dos himnos mencionados,
¿significaba este hecho que el autor consideraba el primero como “nacional” (La
Marsellesa) y el segundo como “internacional” (La Internacional)?
El texto de Subirá para el Almanaque, coherente con la tradición histórico-
musical socialista, reproducía una versión en catalán de La Internacional, en cuya
composición tipográfica figuraba invertido su título, probablemente como consecuencia
de la premura de tiempo en cerrar la edición. La Internacional se interpretaba,
generalmente, en contextos relacionados con el mundo del trabajo, de manera especial
en el ámbito de influencia política del socialismo. Así había ocurrido en Eibar el mismo
día 12 de abril y siguientes. ¿Apuntaba Subirá, de manera velada, la opción de que La
Internacional pudiera ser el nuevo himno nacional?
Algunos autores ya habían avanzado la opción de La Internacional: en esa
dirección se pronunció Pedro de Répide, tras considerar prioritario que la sanción del
himno nacional recayera en el de Riego1019. En términos similares se había pronunciado
Amadeo Vives en un texto que no podemos datar, aunque suponemos anterior a la
redacción de su ponencia para el Ministerio de Instrucción Pública en 1931, y en el que,
como observador, constataba un hecho que se producía en la sociedad española.
[…] ¿dónde encontrar sustancia ideal para escribir un himno? Un himno que
sirva para la república y para la monaquía y para los bolcheviques.
[…] Esta es la razón por la cual parte del pueblo, a falta de otro, está
Al comenzar el acto, la orquesta del teatro interpretó el himno de La Internacional.
El Sol, 26-III-1931, p. 8.
1019
La Libertad, 13-XI-1931, p. 1.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
404
aprendiendo a cantar un himno: el de La Internacional. Milagro será si más o
menos pronto no nos vemos todos obligados a engrosar las filas de aquel coro y
cantar el mismo himno.
A menos que sepamos antes escribir y cantar el que nos falta1020.
De manera significactiva, la única grabación discográfica que conocemos de la
propuesta de himno a la República de Óscar Esplá (Canto rural a la República
Española), posteriormente modificada su denominación en Canto rural a España,
figura acompañada en su cara B por La Internacional, según el arreglo que realizó el
Director del Orfeón Socialista Madrileño, Isidro Rocamora Cazenave1021.
Subirá tampoco había mencionado en su artículo la propuesta de Himno
Nacional de la República Española que le había remitido el compositor burgalés
Antonio José, el 24 de noviembre de 1931, con objeto de recabar su opinión. Consciente
Antonio José del papel que podía desempeñar el musicólogo y crítico, hacia el final de
su carta le pidió: “Escríbame, aconséjeme y, en todo caso, oriente con su opinión
prestigiosa la forma de elegir el himno nacional. Merece la pena; pues, si todos callan,
para todos será el mal”1022. Subirá respondió el 29 del mismo mes.
El Himno que Vd. me envía me gusta y lo juzgo adecuado al propósito. […].
En todo caso, puedo decir con sinceridad: ‘Ya tenemos un himno’. No necesito
decir a Vd. cuán grande fuera mi alegría si las circunstancias –esas
circunstancias que presiden siempre los destinos humanos y que son siempre
superiores a la voluntad de cada ‘quisque’ o hijo de vecino– resultasen tan
propicias para usted que pudiera decir complacido: ‘Ya tenemos el himno’.
Pero el tiempo lo dirá”1023.
En su texto para el Almanaque, Subirá atendió –sin explicitarlo– la petición de
Antonio José, quien le había solicitado un pronunciamiento relativo a la “forma de
elegir el himno nacional”. El musicólogo, frente a lo defendido por Amadeo Vives en su
1020
VIVES, Amadeo, Julia…, op. cit. p. 32. Vives había fallecido en Madrid el 2 de diciembre
de 1932. En una edición de su texto, Sofía, publicado en 1931, se indicaba que su continuación, Julia, se
encontraba en imprenta aunque, finalmente, no vio la luz hasta 1971. Ambos libros incluyen distintas
colaboraciones del compositor en medios de comunicación, pero no se identifica la procedencia ni la fecha
de edición de cada una de ellas. Véase VIVES, Amadeo, Sofía (ensayos literarios), Madrid, Atenea, 1931.
1021
MACHADO, Manuel y ESPLÁ, Óscar, Canto rural a España…, op. cit. Archivo Enrique Téllez.
1022
Carta de Antonio José a Subirá, cit. en PALACIOS GAROZ, Miguel Ángel, p. 177.
1023
Respuesta de Subirá a Antonio José, cit. en PALACIOS GAROZ, Miguel Ángel, p. 177. Las
cursivas, muy importantes en esta carta, pertenecen al original.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
405
ponencia, consideraba inadecuadas las melodías de los himnos de Gran Bretaña y de
Alemania, pese a reconocer que se pueden “oír con interés, incluso con noble emoción
estética, […], [obras que] pasaron desde las esferas netamente artísticas a las calles y
a los campos”1024.
Descartadas las melodías de Haydn (himno alemán) y de Haendel (himno inglés),
es decir, la utilización de obras del repertorio clásico, Subirá describía procesos creativos
que habían culminado con éxito de los que podían extraerse conclusiones positivas.
Ahora bien: el sentimiento provocado por los textos correspondientes [de los
himnos de Alemania y Gran Bretaña] jamás encenderá los ánimos del mundo,
sino, a lo sumo, los de ciertos patriotas encerrados dentro de límites impuestos
por la geografía política imperante; en cambio, las notas de La Marsellesa,
nacida en 1792 y compuesta bajo el doble aspecto literariomusical por un
ingeniero militar, mas no por un músico profesional [Rouget de Lisle], así como
también las notas de La Internacional, nacida en 1878 y compuesta por un
hombre que tampoco era músico de profesión, sino obrero manual [Pierre
Degeyter], y a mucha honra, producen efectos diametralmente contrarios, pues,
merced a su democrático espíritu de la más pura raíz preconizan un universalismo
de la mejor ley; y el libre consenso de las muchedumbres ve reflejados allí sus
anhelos, sus aspiraciones, sus entusiasmos y sus idealismos1025.
Subirá había planteado un escenario creativo situado en las antípodas del
plasmado por Vives, otorgando su confianza a autores que, aunque sin tratarse de
músicos profesionales, habían logrado con sus himnos “el consenso de las
muchedumbres”, que vieron reflejados en esas obras “sus anhelos, sus aspiraciones, sus
entusiasmos y sus idealismos”. Era la de Subirá una posición que estaba en consonancia
con lo expuesto en la propuesta alternativa a la de Amadeo Vives, con la argumentación
del maestro Serrano…1026.
Las dificultades que encontró la República para disponer de un himno propio pudo
ser interpretado entre los adversarios del régimen como un síntoma de debilidad institucional
y se sucedieron los gestos públicos, en diferentes ciudades de la geografía nacional,
contrarios al himno que provisionalmente desempeñaba dicha función: el de Riego.
1024
SUBIRÁ, José, “Himnos nacionales e himnos internacionales”, Almanaque…, op. cit. ̧pp. 144-145.
1025
Id.
1026
Nos hemos referido extensamente a ambos posicionamientos.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
406
¿Pero usted no sabe, señor monárquico, que el “Himno de Riego” no es un
himno especificamente republicano, sino el himno nacional? Cuando España,
por su voluntad soberana, se dio como forma de gobierno la República,
simbolizó en el “Himno de Riego” el himno nacional.
[…]
Suenan los acordes del himno nacional. Seguramente alguno de los reyes que
duermen el sueño eterno en el próximo panteón [de El Escorial], si resucitara, se
cuadraría respetuoso ante el himno que se había dado su nación en el devenir
histórico. Pero he aquí una damisela frívola, o un burgués de pronunciado
vientre monarquizante, o un señorito cretino que gesticulan como monos, o
pronuncian estultas palabras, o presumen de agresiva indiferencia. Y todos los
domingos, a la hora del mediodía, preñada de luz y de optimismo, bajo el toldo
prodigioso de los castaños, frente al verdeante monte, la misma escena: el señor
monárquico, de pobre magín y gesticulante como un tití, encarándose con el
himno, no específicamente republicano, con el himno que simboliza el alma
nacional. Y los agentes del señor alcalde tomando sus nombres para imponerles
una multa que les avive la inteligencia1027.
Entendemos que este y otros actos similares no respondían, únicamente, a la
disconformidad con el Himno de Riego como tal, sino con la forma de Estado que lo
había institucionalizado. No se buscaba, por tanto, solo sustituirlo por otra partitura de
signo opuesto sino, principalmente, manifestar el rechazo hacia la entidad política que
representaba: la República. En Mallorca (“un militar de marina”)1028, Madrid (el
“‘remanente’ monárquico”)1029, Lugo (“damas católicas”)1030…, se registraron acciones
de repudio similares.
A pesar de las expresiones públicas de aceptación o de rechazo hacia el Himno
de Riego, ambas posiciones compartían –más allá de sus diferencias– su reconocimiento
tácito como símbolo de representación de la República. La sucesión de actos que tenían
lugar en la vida política española, a favor y en contra, no venían sino a ratificar este
hecho. Mientras tanto, el calendario político de la nación registraba acontecimientos que
confirmaban el papel institucional de dicho himno, suponemos que para solaz de sus
defensores y escarnio de sus detractores.
1027
La Libertad, 29-VIII-1933, p. 3.
1028
Heraldo de Madrid, 10-XI-1931, p. 8.
1029
Heraldo de Madrid, 1-I-1932, p. 6.
1030
Luz, 14-V-1932, p. 3.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
407
El 10 de mayo de 1936, con motivo de la elección de Manuel Azaña como
Presidente de la República, se produjo una situación que ilustra magistralmente la
coexistencia de símbolos musicales representativos de distintos territorios del Estado
republicano. Este hecho no cuestionaba el papel asignado al Himno de Riego, sino que era
una expresión de pluralidad política generada por razones identitarias de índole cultural.
Finalizado el escrutinio, Luis Jiménez de Asúa, Presidente de las Cortes,
procedió al nombramiento del candidato que había resultado elegido.
Luego dice [el Presidente de las Cortes]:
‒ Como D. Manuel Azaña reúne las condiciones que requiere la ley para ser
elegido Presidente de la República, queda proclamado.
Cuando ha dicho que se le iba a comunicar al Sr. Azaña su nombramiento se
han dado vivas a la República, y los diputados socialistas y comunistas, con el
puño en alto, han cantado una vez más La Internacional.
Las palabras son estas: “De acuerdo con el artículo 17 de la ley de 1 de julio
de 1932, la Mesa se va a trasladar a la Presidencia del Consejo para dar cuenta
de la votación a D. Manuel Azaña Díaz”.
Los diputados catalanes han cantado “Els segadors”. Los vascos, el “Guernikako
Arbola”, y algunos republicanos han tarareado el Himno de Riego1031.
Mundo Gráfico ofrecía sobre este acto una información muy similar, aunque
aportaba una obra más al repertorio anterior, cantada por los diputados comunistas.
Las canciones de la elección
Canciones. Cantan, mientras comen, los comunistas, sentados todos en torno a una
misma mesa. Una de sus canciones habla del “insaciable burgués”1032. Y se vuelve a
cantar cuando la mesa de la Asamblea ‒son las tres y veinte de la tarde‒ da cuenta
del resultado de su visita al Presidente. Se canta La Internacional, Els segadors, un
himno vasco [Gernikako Arbola] y la canción comunista La joven guardia1033.
De la última de las canciones citadas, como de otras muchas del período
estudiado, existen varias versiones según distintas ediciones impresas. Tomamos el
estribillo de la que consideramos pudo ser difundida en torno al referido acontecimiento.
1031
El Sol, 12-V-1936, p. 3.
1032
Se refería a La Joven Guardia, canción que se citará a continuación.
1033
Mundo Gráfico, 10-V-1936, p. 26.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
408
Joven Guardia
Siempre en guardia
Al burgués insaciable y cruel
Joven Guardia
Siempre en guardia
No le des pan y cuartel1034.
Todos los himnos y canciones anteriores se habían entonado fuera del protocolo
oficial y siempre por uno u otro grupo de diputados. No tenían, por lo tanto, un carácter
institucional más allá de la representación identitaria –política y territorial– del colectivo que
los entonaba. Ese carácter estaba reservado al Himno de Riego: había solemnizando los actos
de la toma de posesión de Niceto Alcalá-Zamora como Presidente de la República, el 11 de
diciembre de 1931, y desempeñó idéntica función en la investidura de Manuel Azaña en el
mismo cargo, el 10 de mayo de 1936, en el Congreso de los Diputados.
LLEGADA DEL SEÑOR AZAÑA AL CONGRESO
[…]
A las tres y cuarto apareció el gobierno con el señor Barcia al frente que salió
a recibir al presidente.
Unos minutos después llegó la Comisión, que esperó al señor Azaña al borde
de la acera. Al llegar este entró con el Gobierno en el edificio, en medio de una
imponente ovación y ante los honores que le rindieron las tropas1035.
EL PRESIDENTE SE DISPONE A PROMETER
Al cruzar el señor Azaña las dependencias que conducen al hemiciclo, fue
aplaudido por los asistentes y vitoreado. Se abrieron dos filas, por medio de las
cuales cruzó el presidente seguido de los ministros y la Comisión de Etiqueta.
La banda de música del disuelto Cuerpo de Alabarderos1036 interpretó el
“Himno de Riego”1037.
1034
[La] Joven Guardia, s.l., s.n., s.a. Hoja volante original, mecanografiada sobre cuartilla azul.
Archivo Enrique Téllez. Véase otra versión de este himno, con ligeras modificaciones, en PALACIO,
Carlos (rec.), Colección de Canciones…, op. cit., pp. 137-138.
1035
Mundo Obrero, 11-V-1936, p. 3. Aunque no se cita nominalmente el Himno de Riego, el
reglamento de Honores establecido por el Ministerio de la Guerra, con carácter provisional, en las
circulares publicadas en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra de 1-V-1931, p. 267 y 28-VI-
1931, pp. 978-979, recogía que este era el himno que correspondía ser interpretado ante la Presidencia
de la República. Dichas circulares, ampliamente tratadas en nuestra investigación, permanecían
vigentes en mayo de 1936.
1036
Denominada, indistintamente, Banda Republicana o Banda de la República a partir de
mediados de abril de 1931.
1037
Mundo Obrero, 11-V-1936, p. 3. Las negritas son nuestras.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
409
EL ACTO DE LA TRANSMISIÓN DE PODERES EN PALACIO
[…]
La comitiva, a paso lento, recorrió la Carrera de San Jerónimo, calle Sevilla,
Alcalá, Puerta del Sol, Arenal, hasta desembocar en el Palacio de Oriente, donde
una muchedumbre enorme saludaba, con aplausos y vivas, la llegada del señor
Azaña. Este entró en Palacio por la plaza de la Armería, donde fue recibido por
fuerzas miltiares, cuyas bandas de música interpretaron el himno nacional1038.
Acto seguido, el señor Azaña subió a la sala llamada de la Columnas,
donde se realizó la transmisión de poderes por el presidente interino, señor
Martínez Barrio1039.
El acontecimiento de la toma de posesión como Presidente de la República de
Manuel Azaña fue recibido con gran satisfacción en Mundo Obrero, interpretación que
reflejaba en su portada del día 11 de mayo. Para el órgano de prensa del PCE, con dicha
elección había finalizado una etapa de interinidad en el Gobierno y en el Parlamento,
situación que valoraba positivamente ante la urgencia de iniciar, sin demora, las reformas
contenidas en el programa del Frente Popular.
El acto fue revestido del entusiasmo y de la pasión noble, que es la tónica actual
en la política desde el 16 de febrero. Las ansias de liberación del pueblo se reflejan
en cada acontecimiento, en cada hecho relevante de la política nacional, impulsada
por las fuerzas de la victoria que integran el Frente Popular […]”1040.
También El Socialista hacía una valoración positiva de la investidura de Manuel
Azaña como presidente de la República. En su información, coincidiendo con Mundo
Obrero, se mencionaba la interpretación del Himno de Riego en distintos momentos de
los actos protocolarios celebrados.
1038
A pesar de los numerosos esfuerzos realizados, el 10 de mayo de 1936 la República aún no
había procedido a sancionar oficialmente cuál debía ser el himno nacional. En su defecto, dicha
institución representativa recayó, derivado del contenido de las circulares citadas del Ministerio de la
Guerra, en el Himno de Riego. La indicación en la cita de “himno nacional” está referida al de Riego.
1039
Id.
1040
Mundo Obrero, 11-V-1936, p. 1.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
410
EL NUEVO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA FUE OBJETO DE CÁLIDAS
MANIFESTACIONES DEL ENTUSIASMO POPULAR
[EN EL CONGRESO]
Una vez terminado el acto de la promesa, el presidente de la República,
acompañado por el presidente del Congreso, se dirigió, precedido de los
maceros, al despacho de la Presidencia de la Cámara, donde permaneció escasos
minutos. A las tres y cuarenta abandonaba el señor Azaña el despacho, siempre
acompañado por Jiménez Asúa, y se dirigió a la puerta principal del Congreso.
Al pie de la escalinata, junto al automóvil presidencial, esperaban el Gobierno y
los miembros de la Comisión de Etiqueta. Al aparecer en lo alto de la escalinata
el presidente de la República, todas las tropas presentaron armas y las bandas de
música y de cornetas tocaron el Himno de Riego. El público, los diputados e
invitados prorrumpieron en vítores y aclamaciones entusiastas1041.
EN EL PALACIO NACIONAL
Al llegar la comitiva a la plaza de la República torció a la izquierda, para
entrar en el Palacio Nacional por la puerta principal de la plaza de la Armería. El
automóvil presidencial se detuvo al pie de la escalinata, donde daban guardia
soldados de la Escolta presidencial y la servidumbre de Palacio, en traje de gran
gala. En el rellano principal de la escalera de honor esperaba el señor Martínez
Barrio, rodeado del personal del Cuarto militar de la Presidencia de la República
y altos funcionarios del Palacio. La Banda republicana, colocada en lo alto de la
escalera, interpretó el “Himno de Riego”1042.
En torno a la investidura de Azaña se había configurado un repertorio –
institucional e identitario– muy similar al que había acompañado a la proclamación de la
República durante la verbena popular republicana en buena parte del territorio
nacional. Sin embargo, el nuevo espacio sonoro presentaba cambios sustanciales, siendo
los más importantes, en primer lugar, el protagonismo adquirido por el Himno de Riego
y, en segundo lugar, la omisión de La Marsellesa en el ámbito institucional, himno en
torno al cual se había vertebrado la citada verbena.
Tomamos la fecha del 10 de mayo de 1936 como la de conclusión de la segunda
etapa, período cuyo comienzo habíamos fijado el 12 de julio de 1931. El esfuerzo
realizado por colectivos ciudadanos, prensa y particulares durante esta segunda etapa –
como antes había ocurrido en la precedente– se había revelado infructuoso. Los tímidos
1041
El Socialista, 12-V-1936, p. 2. Las negritas son nuestras.
1042
Id.
EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
411
intentos de la administración republicana de intervenir en el proceso tampoco tuvieron
un alcance mayor. A pesar de todo ello, la importancia del objetivo perseguido estimuló
la elaboración y presentación de nuevas propuestas (algunas de ellas ya desde la primera
etapa) junto a la defensa entusiasta de obras históricas como el Himno de Riego.
JULIO 1931-MAYO 1936: PROPUESTAS FORMULADAS,
RECHAZADAS O SUSPENDIDAS COMO HIMNO NACIONAL
TÍTULO Y AUTOR / ES
O PROPONENTE
NATURALEZA
MEDIO DE
COMUNICACIÓN
FECHA
Himno de Riego
Evaristo San Miguel ‒ ?
Himno histórico
La Voz
7-XI-1931
La Marsellesa
[Ramos Carrión-Fernández
Caballero]
Himno histórico
La Voz
7-XI-1931
La Internacional
[Versión anónima española]
Himno histórico
La Libertad
13-XI-1931
14 de Abril
Francisco Anaya ‒ Adela Anaya
Creado ex novo
La Libertad
13-XI-1931
Himno Republicano Español
Salvador Mauri ‒ Ramón Torralba
Creado ex novo
La Libertad
13-XI-1931
Marchas, pasacalles,
pasodobles…
Melchor Fernández Almagro
Aires históricos
La Voz
14-XI-1931
Himno Nacional de la República
Española
Antonio José
Creado ex novo
Epistolario
Antonio José-
José Subirá
24-XI-1931
[“El himno que necesita la
España nueva”]
José Serrano
Proyecto
suspendido por el
autor
El Sol
22-XII-
1931
Suspiros de España
“‘Dos españoles’ residentes en
Barbastro”
Pasodoble
Heraldo de Madrid
30-XII-
1931
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
412
Jota o sardana
Herminio Garcerán López
Aires históricos
Heraldo de Madrid
1-I-1932
Fig. 12. Elaboración propia.
Las semanas siguientes a la toma de posesión de Manuel Azaña como Presidente de
la República dejaron poco espacio en la escena política para cualquier debate que no fuera el
de la propia subsistencia del régimen. Pocas semanas después se iniciaba la Guerra Civil
española, contienda bélica en la que se registró, en el plano musical, la presencia hegemónica
de los himnos y canciones que habían configurado la verbena popular republicana, si bien
modificado su orden de prelación en favor del Himno de Riego1043.
En abril de 1931, la formación de dicho repertorio había sido estímulo y
reflejo de la ilusión y de la esperanza con que fue recibida la proclamación de la
Segunda República mientras, en julio de 1936, constituía un llamamiento a la
ciudadanía en su defensa. ■
1043
Junto a este himno, se compusieron numerosas obras en las que se hacía un llamamiento general
al combate en defensa de la Patria. Consúltense en nuestra Introducción datos complementarios sobre Canto
del pueblo…, op. cit., y Canción de los comunistas, op. cit. Ambas partituras manuscritas en Archivo
Enrique Téllez. De la misma época es el Himno español, compuesto para orquesta sinfónica y coro por
Rafael Franco Rastrollo sobre un texto propio, en el que expresaba su adhesión a la Segunda República. La
obra fue acabada el 10 de julio de 1936 y estrenada en el Monumental Cinema de Madrid el 20 de septiembre
del mismo año. El autor dirigió el estreno de la obra, que contó con la interpretación de la Masa Coral de
Madrid, Orquesta de la Masa Coral y refuerzo de profesores de la Asociación General de Profesores de
Orquesta. FRANCO RASTROLLO, Rafael, Himno español…, op. cit. Archivo Enrique Téllez. Por su parte,
distintas unidades militares del ejército español que se sumaron a la sublevación y de los contingentes
internacionales que la apoyaron contaron con himnos y cancioneros propios. Véase en nuestra Introducción
VV.AA., Inni e Canzoni…, op. cit. Archivo Enrique Téllez. Se trata de una colección de canciones editada
para el navío de guerra italiano R. Incrociatore [Armando] “Díaz” que participó en la Guerra Civil española.
Capítulo III
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS
EN EL EXILIO REPUBLICANO
Si reúno lo necesario para el viaje, me iré de
todos modos a Francia antes de fin de año.
Quiero morir en Europa. Eso es todo.
Gustavo Pittaluga González del Campillo
(Carta manuscrita del compositor Gustavo Pittaluga a María
Zambrano, firmada en México el lunes 17 de abril de 1950)
415
Capítulo III
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL
EXILIO REPUBLICANO
3.1. El exilio republicano originado por la Guerra Civil española (1936-
1939)
El inicio del exilio republicano podemos situarlo en los días siguientes al
comienzo de las hostilidades bélicas, que tuvieron lugar –de manera amplia– los días 17
y 18 de julio de 1936 en África y en la península respectivamente1044. Investigaciones
recientes permiten señalar el día 16 como la fecha del inicio de la sublevación, jornada
en la que se produjo la “muerte accidental” del general Amado Balmes cuando
comprobaba el funcionamiento de una pistola1045.
1044
La tranquilidad familiar de la que gozaban Virgilio Leret y su esposa Carlota O´Neill, en
Melilla, en compañía de sus hijas de corta edad Mariola y Carlota, se vio bruscamente interrumpida en la
tarde del 17 de julio de 1936 cuando la base de hidroaviones del Atalayón, al mando del capitán Leret, fue
atacada por unidades militares del ejército español implicadas en un golpe militar contra la legalidad
republicana. Véanse O´NEILL, Carlota, Una mujer en la guerra de España, Madrid, Oberón, 2006, y
TESÓN, Nuria, “Melilla, la primera batalla”, El País, 31 de julio de 2006, p. 31. Otro testimonio de gran
valor sobre las primeras horas de la sublevación armada lo encontramos en SECO SERRANO, Carlos,
“Melilla ¡el 17 a las 17!”, (Actualidad Española, n.º 706, 15 de julio de 1965), artículo reproducido en
MARTÍNEZ DE SAS, Teresa; PÉREZ SAMPER, Mariángeles; SHULZE, Ingrid; ÁLVAREZ, Jesús
Timoteo; y VILANOVA I RIBAS, Mercé (coords.), Profesor Carlos Seco Serrano / Haciendo Historia,
Barcelona, Universidad de Barcelona, 1989, pp. 245-260; y GIL HONDUVILLA, Joaquín, Marruecos
¡17 a las 17!, [Sevilla], Guadalturia, 2009.
1045
Véanse las interesantes aportaciones al estudio de este episodio luctuoso en VIÑAS, Ángel,
La conspiración del general Franco, Barcelona, Crítica, 2012, pp. 90 y ss.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
416
La virulencia de la represión desatada por el ejército sublevado en su avance,
incluso en aquellos lugares en los que no existió frente militar, provocó el abandono del
país hacia el exilio de grupos de población civil. A medida que se acercaba el final de la
contienda, se incorporaron al mismo dirigentes políticos y miembros de las fuerzas
militares que habían permanecido leales al gobierno de la República.
La precariedad, cuando no imposibilidad, de la convivencia pacífica entre las
diferentes corrientes de opinión en cada momento, por causa del profundo
arraigo de ideas de intolerancia, y en definitiva por desapego hacia las normas
cívicas de convivencia, explica la traumática historia española de los últimos
doscientos años. Esta se halla salpicada de frecuentes alteraciones de la
normalidad constitucional, hasta el punto de semejar en su conjunto una
situación de guerra civil discontinua pero persistente, en la que la arbitrariedad y
la fuerza es lo normativo, en tanto el diálogo y el consenso, la excepción.
El carácter alternativo o, si se prefiere, pendular de las sucesivas situaciones
institucionales en España, hace que una emigración política vaya seguida de otra
de signo opuesto. Ello implica la continuidad de los flujos en ambas direcciones
(el retorno de unos va acompañado de la salida de otros), de forma que,
fatalmente, siempre una parte de España está fuera de España1046.
El general Emilio Mola Vidal, que en marzo de 1936 había llegado a Pamplona
en calidad de Gobernador Militar según un reciente nombramiento con el que se había
pretendido alejarlo de cualquier trama conspirativa que se estuviera tejiendo, dirigió a
otros implicados en la sublevación una circular titulada Instrucción reservada número
uno, firmada por él mismo como “El Director”. Este documento tenía un marcado
carácter programático, al recoger en las nueve bases de que constaba los fundamentos
por los que se debía regir la acción que se preparaba la cual, según recoge su Base 5.ª,
“deberá ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte
y está bien organizado”1047.
La recomendación de Mola fue seguida escrupulosamente en algunas ciudades
tomadas por los sublevados en los primeros días del levantamiento militar. En ellas se
procedió a la detención y fusilamiento, sin instrucción de causa, de miembros de
1046
VILAR, Juan B., La España del exilio. Las emigraciones políticas españolas en los siglos
XIX y XX, Madrid, Síntesis, 2006, p. 17.
1047
RIVERO NOVAL, M.ª Cristina, La ruptura de la paz civil. Represión en La Rioja, (1936-
1939), Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 1992, p. 231.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
417
partidos políticos legales, de corporaciones locales, de sindicatos, intelectuales,
personalidades independientes, ciudadanos anónimos sin implicación política directa…
El presidente de la República, Manuel Azaña, tuvo conocimiento de estos sucesos y, pese
a la gravedad de la situación en la que se vio inmerso ante la necesidad de adoptar
decisiones trascendentales para la supervivencia de las instituciones de la República,
decidió hacer una lectura de estos hechos en clave literaria, mediante la elaboración de un
texto dramático en el que volcar los sentimientos y las emociones que al Azaña político no
le estaba permitido exteriorizar. Así nació su obra teatral La velada en Benicarló.
PASTRANA: ¿De dónde sale usted?
RIVERA: De la sepultura.
MORALES: Es para creerlo. Todos le daban por muerto.
RIVERA: No miento. Al pie de la letra, vengo de la sepultura. Estaba de paso en
Logroño, para visitar a mis hermanos, cuando empezó la rebelión. Si el pueblo
hubiese tenido armas habría vencido. Con una sangría suelta, la resistencia cedió.
¡Qué de suplicios! A mi hermano, el Capitán de Artillería, le fusilaron; y al otro,
ingeniero, le asesinaron en el camino de Zaragoza, porque eran republicanos.
Antes de matarlo, le arrancaron unos dientes de oro. Pude esconderme. Pasé cuatro
meses en la choza de un pastor, en plena sierra. Mientras, me juzgaron en rebeldía,
me condenaron a muerte, confiscaron todos nuestros bienes, incluso, los de mi
madre, que a sus ochenta años vive de limosna. Una partida descubrió mi
escondite. Creí llegada mi última hora. Eran amigos, obreros de Haro, fugitivos.
Contaron las hecatombes de la Rioja […]1048.
1048
AZAÑA, Manuel, La velada en Benicarló, en Santos Juliá (ed.), Obras Completas, vol., 6
(julio 1936-agosto 1940), Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2007, p. 35. Esta pieza
teatral está precedida de una breve nota del autor, en la que nos facilita diversos datos sobre la misma:
“Escribí este diálogo en Barcelona, dos semanas antes de la insurrección de mayo de 1937”. Ibid. p. 33.
Azaña realizó en La Velada, a través de los protagonistas, un resumen de su pensamiento político, de su
compromiso personal con la República y de las bases de actuación del gobierno. El autor construyó el
comienzo de la obra a partir de las informaciones que había recibido de los sucesos ocurridos en La Rioja
donde, en la mañana del 19 de julio de 1936, unidades militares estacionadas en Logroño, con el apoyo de
grupos de civiles, habían llevado a cabo las primeras detenciones (Gobernador Civil, Alcalde de la
ciudad, militares leales a la República…). El lunes 20 se unieron a las fuerzas sublevadas la columna de
Francisco García Escámez, procedente de Pamplona, así como grupos de requetés navarros. Pronto se
hicieron con el control de la ciudad y del resto de la provincia sin encontrar apenas resistencia, salvo en
localidades como Villamediana, Alfaro, Calahorra… El martes 21 llegó a la ciudad el general Mola.
Siguiendo sus instrucciones, el recién nombrado gobernador militar (“Bellod, mano muy dura”), el capitán
de artillería Emilio Bellod Gómez aplicó con rigor las órdenes recibidas (“no pase cuidado, mi General,
que así lo haré”). Las dos frases entrecomilladas anteriores están tomadas de AGUIRRE GONZÁLEZ,
Jesús Vicente, Aquí nunca pasó nada, Logroño, Santos Ochoa, 2007, p. 68. En un segundo volumen de
esta obra, su autor señala que fueron “1997” los asesinados por los sublevados en La Rioja. Véase Aquí
nunca pasó nada 2, Logroño, Santos Ochoa, 2010, p. 8. Para una visión a escala nacional de actuaciones
de violencia indiscriminada en los dos bandos enfrentados, véanse JULIÁ, Santos (coord.), Víctimas de la
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
418
El desarrollo de la guerra, adverso para el ejército republicano, provocó el
éxodo de miembros del ejército republicano, quienes intentaron atravesar alguno de los
puestos fronterizos acompañados por grupos de población civil (mujeres, niños,
ancianos) que huían ante el temor a sufrir represalias por parte de los vencedores.
Numerosos testimonios orales y documentos fotográficos revelan la dureza del paso de
algunos puestos fronterizos por los rigores climatológicos, la escasez de alimentos y de
medicinas, así como el cruel hostigamiento al que fueron sometidas, por parte de la
aviación del ejército sublevado, las columnas de civiles y militares que se dirigían hacia
las fronteras de Francia.
En las últimas semanas de la guerra, también los dirigentes políticos emprendieron
el camino del exilio. En marzo de 1939, uno de estos dirigentes, Santiago Carrillo1049,
miembro de las Juventudes Unificadas Socialistas y personalidad destacada durante el
conflicto bélico, atravesaba la frontera francesa.
Cuando paso a Francia, está también cruzando el ejército [republicano] que va
ocupando los campos que el gobierno francés había preparado. Estamos en un
momento en que la moral de mucha gente comienza a resquebrajarse. La mayor
parte de las personas que han atravesado la frontera en ese momento se habla
hasta de 500.000 piensa en cuál va a ser su porvenir, qué va a hacer Francia con
los emigrados españoles… Porque las posibilidades de retorno a la zona Centro-
Sur, que todavía permanece en poder de la República, solamente están abiertas
para un pequeño grupo de jefes militares y de responsables políticos. Para la gran
mayoría de los exiliados, el problema que se plantea es cómo sobrevivir, cómo
trabajar… El primer choque con la realidad francesa es muy duro. Son los campos
de concentración con vigilantes senegaleses que infligen malos tratos a los
refugiados. También comienza a aparecer una división mayor entre las fuerzas que
guerra civil, Madrid, Temas de Hoy, 1999, y JULIÁ, Santos (dir.), Violencia política en la España del
siglo XX, Madrid, Taurus, 2000.
1049
Santiago Carrillo Solares (Gijón, 18 de enero de 1915-Madrid, 18 de septiembre de 2012) inició
su actividad política como miembro de las Juventudes Socialistas cuando aún no había cumplido los 14 años.
Su padre, Wenceslao Carrillo, era un dirigente del PSOE y de la UGT. Santiago Carrillo participó en el
proceso de unificación de las Juventudes Socialistas con las Juventudes Comunistas, de las que surgieron las
Juventudes Socialistas Unificadas, organización de la que fue Secretario General. En plena guerra civil
ingresó en el Partido Comunista de España, en el que desempeñó diferentes responsabilidades políticas,
siendo elegido Secretario General en el VI Congreso, en el año 1960, cargo en el que permaneció hasta
finales de 1982. Fue Ministro sin cartera en el segundo gabinete del gobierno republicano en el exilio presidido
por el doctor Giral (1946), participó activamente en la transición política española y fue miembro de la comisión
encargada de redactar el texto de la Constitución española de 1978 como diputado electo por el PCE.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
419
han salido del país. La derrota no solamente no contribuye a unir, sino que agudiza
todos los enfrentamientos y contradicciones1050.
La finalización de la Guerra Civil no supuso el abandono de las aspiraciones
republicanas de una parte importante de la sociedad española, que ahora se presentaba
fragmentada, además de por las divisiones entre las diferentes fuerzas políticas, por la
separación que imponía el exilio entre quienes estaban fuera de España y los que habían
permanecido en el interior del país. Desde esta opción política, se consideró la derrota
del ejército republicano tan solo como un fracaso temporal al que le seguiría una
dictadura militar. Durante muchos años, sectores del exilio confiaron en la
reinstauración de la República, fuera esta con la denominación de Segunda o, en su
defecto, de Tercera.
Mientras tanto, en el difícil camino hacia el exilio, el Himno de Riego siguió
acompañando a los republicanos en su nueva condición de expatriados, muchos de los
cuales mantuvieron viva la esperanza de que, gracias al apoyo de la comunidad
internacional, pronto sería posible restituir la legalidad de la República. De alcanzarse
dicho objetivo, se abrirían las puertas a un rápido regreso a España.
En punto de las cinco horas (hora de Veracruz) [del 13 de junio de 1939]
hizo su entrada a la bahía el vapor francés “Sinaia”, luciendo en sus mástiles las
banderas de todos los países democráticos.
[…]
En cuanto al [sic por el] licenciado [Vicente] Lombardo apareció en la
cubierta del barco, la multitud que se apiñaba en el muelle irrumpió de nuevo en
aclamaciones, oyéndose ¡vivas! a España y a México, al general Cárdenas y a la
Revolución, mientras la Banda del Quinto Regimiento tocaba el Himno Nacional
mexicano y el Himno de Riego1051.
1050
Fragmento de la entrevista personal a Santiago Carrillo ya citada.
1051
El Nacional, 14-VI-1939, reproducido en MATESANZ, José Antonio, p. 57. La Banda del
Quinto Regimiento estuvo dirigida en el acto de recepción al Sinaia por su director titular, el compositor
Rafael Oropesa. En México actuó, con notable éxito, como “La Banda Madrid”, hasta el fallecimiento del
su director en 1944. Los miembros de la banda pasaron a integrarse en distintas orquestas profesionales de
México y en conservatorios de música. Véase, sobre esta etapa de la antigua Banda del Quinto
Regimiento, TAPIA COLMAN, Simón, Música y músicos en México, México D.F., Panorama Editorial,
1992, p. 123. Sobre la música en México, véase también la obra de otro exiliado republicano español,
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
420
La diáspora republicana recaló en numerosos países europeos (Francia, Gran
Bretaña, Rusia…) y, sobre todo, latinoamericanos (México, Venezuela, Colombia,
Cuba…). Su contribución al desarrollo cultural, científico, social y político de las
naciones de acogida fue notable, lo que no impidió que una parte muy importante de
este exilio conservara una mirada retrospectiva hacia el país que había dejado1052.
Uno de los primeros litigios es que aparecen dos organismos de apoyo a los
refugiados. Uno de ellos es el SERE (Servicio de Emigración de los Refugiados
Españoles), creado por Negrín y por el gobierno de la República. El otro, la JARE
(Junta de Auxilio a los Refugiados Españoles) es una creación de Prieto, que
administra una parte de los bienes de la República con la autorización tácita de la
Permanente de las Cortes. Estas dos entidades van a entablar una batalla entre sí,
que va a tener unos resultados muy negativos para los combatientes, sus familias y
toda la gente que había emigrado1053.
La situación de desarraigo que tuvieron que afrontar los exiliados, junto a todo
tipo de dificultades derivadas de la necesidad de adaptarse a nuevos patrones de
conducta social y cultural, generó la necesidad de encontrar medios de expresión a
través de los cuales abordar una reflexión profunda sobre esa nueva realidad e intentar
encontrar respuestas a preguntas persistentes. Lejos de su país, de su familia, de su
medio laboral, floreció en la comunidad exiliada una importante producción en todos los
campos de la creación artística (literatura, pintura, música…)1054 así como en el género
de las memorias políticas.
MAYER-SERRA, Otto, Panorama de la Música Mexicana desde la Independencia hasta la Actualidad,
[México], El Colegio de México, [1941] (Graf. Panamericana).
1052
Países como México, de la mano del que fuera su presidente entre 1934-1940, Lázaro
Cárdenas del Río (Jiquilpan, Michoacán, 21 de mayo de 1895-Ciudad de México, 19 de octubre de 1970)
no solo realizaron una labor humanitaria encomiable hacia los exiliados republicanos españoles, sino que
décadas más tarde reconocieron las aportaciones que estos habían realizado al desarrollo de la ciencia y
de la cultura de su país. En 1999, como motivo del 60 aniversario de la llegada masiva de exiliados
españoles a México, se organizaron una jornadas de estudio sobre esta materia en Tlalpan (delegación de
México D.F. donde se ubicó un asentamiento prehispánico, entre otras referencias –Hernán Cortés, Virrey
Antonio de Mendoza…–) con el título de “Tlalpan abre sus puertas a la memoria del exilio español. 1939-
1999. 60 años”. En estas jornadas, desarrolladas entre los días 28-31 de julio de 1999, tuvieron lugar
diversos actos académicos así como numerosos eventos culturales (recitales poéticos, obras teatrales,
conciertos…). En su apertura intervino Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hijo del ex-presidente Lázaro
Cárdenas, y la clausura de las mismas corrió a cargo de Doña Amelia Solórzano de Cárdenas, su viuda,
quien procedió –así consta en el programa– a la “Develación de la placa de reconocimiento del exilio
español”. El programa completo de las sesiones se conserva en el Archivo Enrique Téllez.
1053
Fragmento de la entrevista personal a Santiago Carrillo ya citada.
1054
En el ámbito específico de la música, México fue el principal país de acogida para numerosos
compositores e intérpretes españoles. Una muestra de la excelente integración de los mismos en la vida
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
421
La lectura de algunos textos de esta extensa galería de personalidades
republicanas nos permite realizar una aproximación, de carácter general, al corpus
emocional y afectivo del exilio (de los múltiples exilios). Presentamos una breve
secuencia, dividida en tres partes que, siendo manifestaciones realizadas a título
personal, bien pudieran ser consideradas representativas de una parte importante de la
diáspora republicana española1055.
Paulino Masip (periodista): sobre el exilio (México,1939)
Somos ricos de alegría interior, de fe en nuestras obras individuales y
colectivas, de esperanza en la resurrección de nuestra patria y orgullo. Mantén
bien alto, amigo mío, tu orgullo de emigrado y envuélvete en él siempre que la
tiesura de tu ánimo mengüe, porque somos hombres y no dioses, y por hombres
aquejados de desfallecimientos. Tu orgullo te dará la reciedumbre que
pasajeramente te falta. Y junto a tu orgullo individual de emigrado pon el orgullo
de tu pueblo, el que se ha batido contigo o por ti durante tres años y que hoy, si
ya no se bate, se debate entre ligaduras, muros y piquetes1056.
Carlos Palacio (compositor): sobre la vida del exiliado (París, 1952)
El propietario del hotel había hecho reparar las goteras y ya no llovía en mi
habitación. Llovía fuera, sobre París, que se abría a la nueva primavera que se
musical de este país la encontramos en el ciclo de seis conciertos organizados en el mes de septiembre de
1959 en el Instituto Nacional de Bellas Artes, una de las principales sedes de la actividad cultural de México.
En esta muestra panorámica del quehacer compositivo que constituyó el “Primer Festival de Música
Mexicana” hallamos, junto a obras de autores mexicanos, partituras de compositores españoles exiliados,
ahora mexicanos de adopción. Se interpretaron obras de Rodolfo Halffter (Cuarteto y Concierto), de Simón
Tapia-Colman (Sonata El afilador) y de Lan Adomián (Introducción y danza). Este último compositor, de
origen ucraniano, participó en la Guerra Civil española como miembro de las Brigadas Internaciones y, una
vez finalizada esta, residió en México D.F. junto al resto de republicanos españoles exiliados. Volveremos
sobre este autor de manera más extensa en este mismo capítulo. Puede consultarse el programa completo del
“Primer Festival de Música Mexicana” en AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3262-44. Véanse LÓPEZ
OLIVER, Luis R., “Músicos republicanos en el exilio mexicano”, Taifa, n.º 4 (1997), pp. 117-158;
SÁNCHEZ ALBORNOZ, Nicolás (comp.), El destierro español en América. Un trasvase cultural, Madrid,
Sociedad Estatal Quinto Centenario, 1991; CAPELLA, M.ª Luisa, y MENA, Tania (coord.), La llama doble.
La música en México y el Exilio Español, Madrid, Instituto de México en España, 2001; ALTED, Alicia y
LLUSIA, Manuel (dirs.), La cultura del exilio republicano español de 1939, (vol. II), Madrid, UNED, 2003.
1055
La riqueza poética y narrativa del exilio republicano nos ha proporcionado un número
considerable de términos asociados a él, en un intento de reflejar la amplia gama de matices y de
sensibilidades que encierra: exilio, exilios, refugio, migración, emigración, diáspora, destierro, trastierro,
contierro, la España peregrina, la Numancia errante… Véase una visión amplia de la vida en el exilio en la
voz de sus protagonistas en GARCÍA, Manuel, Memorias de posguerra. Diálogos con la cultura del
exilio (1939-1975), València, Universitat de València, 2014.
1056
MASIP, Paulino, Cartas a un español emigrado, México, Ediciones del Centro Cultural El
Nigromante, 1999, p. 80. Utilizamos la fecha y la ciudad en la que está firmada por el autor la Carta 8.ª,
titulada “Orgullo y Fe”, a la que pertenece el texto de nuestra cita.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
422
acercaba. Las palomas se posaban sobre el alféizar de mi ventana; me llegaban
canciones de españolas de los pisos inferiores, y, al deshacerse las nieblas del
invierno, se me descubrían desde mi atalaya las torres y campanarios de las
iglesias, púdicamente ocultos durante los largos meses invernales. Todo renacía
a la vida y todo tenía el tierno candor de lo que nace. [Juan] Alcalde pintaba
siempre aquellos árboles que me parecían brazos retorcidos de dolor, imagen de
la patria. Yo componía1057.
María Zambrano (filósofa): sobre el retorno (Madrid, 1989)
Yo he renunciado a mi exilio y estoy feliz, y estoy contenta, pero eso no me
hace olvidarlo, sería como anegar una parte de nuestra historia y de mi
historia. Los cuarenta años de exilio no me los puede devolver nadie, lo cual
hace más hermosa la ausencia de rencor. Mi exilio está plenamente aceptado,
pero yo, al mismo tiempo, no le pido ni le deseo a ningún joven que lo
entienda, porque para entenderlo tendría que padecerlo, y yo no puedo desear a
nadie que sea crucificado1058.
Durante la larga etapa del exilio, responsables de las instituciones republicanas
revisaron todos aquellos aspectos de su organización susceptibles de ser mejorados y, en
su defecto, sustituidos. Ya nos hemos referido en el capítulo anterior de nuestro trabajo
al déficit representativo que significó para el Gobierno de la Segunda República (en lo
sucesivo GRE) no culminar con éxito sus propósitos de crear un himno propio, una
música que representara ese período histórico y sirviera, a su vez, como referente de las
distintas sensibilidades políticas que defendían la vigencia del proyecto republicano, así
como de las aspiraciones sociales y políticas del pueblo español.
La recuperación de las instituciones republicanas en el exilio supuso, en gran
medida, una renovación de su cúpula dirigente, circunstancia que no impidió volver
1057
PALACIO, Carlos, Acordes…, op. cit., pp. 263-264. Carlos Palacio no indica el año exacto
en el que tienen lugar los hechos narrados, pero como su relato está ordenado de manera cronológica,
hemos utilizado la fecha más cercana que nos facilita, 1952. Por lo tanto, debe interpretarse este dato de
manera aproximada.
1058
ZAMBRANO, María, “Amo mi exilio”, ABC, 28 de agosto de 1989, p. 3. Este texto ha sido
incluido posteriormente en otras publicaciones aunque nosotros hemos optado por citar la referencia del
medio impreso y la fecha en la que se publicó por primera vez. María Zambrano había regresado a
España, ya gravemente enferma, el 20 de noviembre de 1984. Falleció en Madrid el 6 de febrero de 1991.
“Al día siguiente de su muerte fue trasladada a su pueblo, Vélez Málaga, donde yace entre un naranjo y un
limonero […]. En la lápida, por previo deseo suyo, está inscrita la leyenda del Cantar de los Cantares:
Surge amica mea et veni”. Cita tomada de MORENO SANZ, Jesús, “Síntesis biográfica”, en Jesús
Moreno Sanz (ed.), María Zambrano, 1904-1991. De la razón cívica a la razón poética, Madrid,
Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 2004, p. 80.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
423
sobre la carencia citada. Escritores, compositores y políticos, a pesar de tener que hacer
frente a adversidades de toda índole, trabajaron con el objetivo de dotar a la República
del himno que no había sido posible crear en España.
Hemos podido documentar extensamente dos propuestas que tuvieron un
desarrollo completo, desde su concepción hasta su presentación pública. Ambas
surgieron en las dos capitales más importantes para el exilio español, México y París, y
se produjeron en circunstancias históricas muy complejas. En el primero de los casos
(México, 1957), ante la constatación de un exilio cuya duración ya había superado las
expectativas más derrotistas; y, en el segundo (París, ca. de 1974), ante el inminente
cambio en la orientación política de España, cambio que podía relegar al GRE al papel
de mera referencia histórica carente de contenido.
En ambos períodos, fue necesario encontrar elementos que permitieran mantener
vivo el espíritu republicano, y la creación de un himno musical bien pudiera servir de
estímulo propiciatorio para el reencuentro de los exiliados en torno a un exponente
simbólico de alto contenido emotivo.
Por razones diversas, ninguna de estas dos iniciativas prosperó, pero la “voluntad
concreta y definida de vivir y de hacer”1059 de los republicanos españoles alejados de su
patria puso de manifiesto la importancia que para ellos tuvo la creación de un himno
musical que sirviera como elemento propagandístico de su ideario político y, a su vez,
como catarsis colectiva del grupo humano en el que nacía. Con estas iniciativas, y otras
de características similares desarrolladas en diferentes campos de la creación artística,
los republicanos exiliados reiteraron públicamente la continuidad de su compromiso con
la República Española a cuya defensa habían confiado su destino.
El retorno a España de los exiliados se produjo de manera gradual a partir de los
años 50 y se mantuvo hasta el fallecimiento del general Franco en noviembre de 1975.
Como el exilio, también el regreso fue una experiencia traumática. En algunos casos, las
1059
El texto entrecomillado es un fragmento de la cita de María Zambrano con la que abrimos
nuestra investigación, tomada de ZAMBRANO, María, Los intelectuales en el drama de España y
escritos de la guerra civil, Madrid, Trotta, 1998, p. 157.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
424
familias se habían desestructurado o, incluso, desaparecido por los efectos de la
represión y de la guerra. Otros exiliados no encontraron su espacio en la España que
ahora les recibía, muy diferente a la que mantenían viva en su memoria. Un último
grupo no aceptó regresar al país mientras estuviera gobernado por una dictadura militar,
primero, o regido por una monarquía parlamentaria (a partir de las elecciones del 15 de
junio de 1977), después, al considerar que ambos regímenes políticos carecían de
legitimidad democrática, ya que su aceptación no había sido sometida a la voluntad
popular frente a la posibilidad de restauración de la República1060.
3.2. Himno de la Republica Española, según propuesta de Margarita
Nelken y Lan Adomián (México, 1957)
A mediados de los años 40, el ciclo de permanencia de las instituciones
republicanas en el continente americano tocaba a su fin. La conclusión de la Segunda
Guerra Mundial con la victoria de las fuerzas aliadas frente a la Alemania del canciller
Adolf Hitler podía presagiar, además del aislamiento internacional del régimen del
general Franco, un rápido debilitamiento de su gobierno y, como consecuencia de ello,
una pronta reinstauración de la República. Para hacer frente con éxito a la nueva
situación creada, los responsables de las instituciones de la República en el exilio
consideraron necesario adoptar una serie de medidas urgentes que pudieran culminar en
el reconocimiento internacional de la legalidad republicana.
La primera actuación de relevancia consistió en reconstruir la estructura de
gobierno de la Segunda República que se llevó a cabo en México, en enero de 1945,
cuando el curso de la Segunda Guerra Mundial conducía hacia un final inexorable,
1060
Sobre el exilio, además de las fuentes ya citadas, véanse ABELLÁN, José Luis
(coord.), El exilio español de 1939, (6 vols.) Madrid, Taurus, 1976; ALTED, Alicia, La voz de
los vencidos, Madrid, Aguilar, 2005; ZAPATERO, Virgilio (coord.), Exilio, Madrid, Fundación
Pablo Iglesias, 2002; CAUDET, Francisco, El exilio republicano de 1939 , Madrid, Cátedra,
2005; y MANCEBO, M.ª Fernanda, La España de los exilios: una aproximación para el s. XXI,
Valencia, Universidad de Valencia, 2008. Consúltense también las actas de congresos que han
tenido como tema de estudio aspectos relacionados con el exilio republicano esp añol: AZNAR,
Manuel, (ed.) El exilio literario español de 1939 , vols. I-II, Barcelona, GEXEL, 1998; ALTED,
Alicia y AZNAR, Manuel (eds.), Literatura y cultura del exilio español de 1939 en Francia ,
Salamanca, AEMIC-GEXEL, 1998; ALTED, Alicia y LLUSIA, Manuel (dirs.), La cultura del
exilio republicano…, op. cit. vols. I-II; y VV.AA., “Fuentes archivísticas para el estudio del
exilio republicano de 1939”, Migraciones y Exilios (Cuadernos de AEMIC), n.º 8 (2009).
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
425
como pocos meses más tarde quedaría reflejado con la firma de la capitulación de
Alemania en el cuartel general aliado de Reims (7 de mayo de 1945). La guerra tocaba a
su fin y las autoridades republicanas consideraron necesario estar presentes en ese nuevo
escenario político en el que la recuperación de la República podía encontrar los apoyos
internacionales necesarios.
El 10 de enero de 1945 se celebró en la ciudad de México, bajo la presidencia de
Diego Martínez Barrio1061, la que sería la primera reunión en el exilio del Congreso de
los Diputados después de la Guerra Civil. En esta sesión se procedió a la aprobación de
“La relación de los acuerdos adoptados por la Diputación Permanente de las Cortes
durante el interregno parlamentario de 2 de febrero de 1939 a 9 de enero de 1945”, con
la intención de legitimar, además de los propios acuerdos con su aprobación por un órgano
de rango superior, la continuidad de las instituciones republicanas, habida cuenta de que la
última reunión del Parlamento de la República había tenido lugar, bajo la presidencia de
Diego Martínez Barrio (UR), en el Castillo de Figueres el 1 de febrero de 1939.
Desde esta última fecha, la Diputación Permanente de las Cortes había adoptado
un total de 32 acuerdos. Al aprobarse estos, se cubría el período sin sesiones existente
entre las dos fechas ya señaladas para las reuniones del Congreso de los Diputados, la
última en suelo español y la primera en el exilio mexicano: Figueres, 1 de febrero de
1061
Diego Martínez Barrio (Sevilla, 25 de noviembre de 1883-París, 1 de enero de 1962)
desempeñó un importante papel de moderador de la vida política española y asumió distintos cargos de
responsabilidad en sucesivos gobiernos de la Segunda República: Ministro de Comunicaciones, Ministro
de Gobernación, Presidente del Gobierno, Ministro de Gobernación, Ministro de la Guerra, Presidente de
las Cortes, Presidente de la República (interino), Presidente del Gobierno y, ya en el exilio, Presidente de
la República. El historiador Gabriel Jackson, quien lo calificó como “un hombre decente, honrado e
íntegro”, nos ofrece una singular descripción de su figura: “Las orquestas necesitan segundos violines. No
era un hombre egoísta con ambiciones de estrella, ni fue un gran orador; sus escritos son sobrios, aunque
fieles a los hechos, pero personificaba el verdadero centro político y moral de la Segunda República: era
menos agresivo y anticlerical que la mayoría de los republicanos históricos, y más dispuesto a reformas
que favorecieran a la clase trabajadora que los radicales de su partido”. Las dos citas están tomadas de
CARRASCO, M.ª José, “Jackson: `Martínez Barrio fue el centro político y moral de la II República´”, El
País, 29-01-2000. Véase también MARTÍNEZ BARRIO, Diego, Orígenes del Frente Popular español,
Buenos Aires, Patronato Hispano-Argentino de Cultura, 1943; MARTÍNEZ BARRIO, Diego, Memorias,
Barcelona, Planeta, 1983; y ÁLVAREZ REY, Leandro, Diego Martínez Barrio. Palabra de republicano,
Sevilla, Ayuntamiento de Sevilla (Servicio de Publicaciones), 2008.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
426
1939-Ciudad de México, 10 de enero de 1945, respectivamente1062. La figura del
dirigente político Diego Martínez Barrio, como presidente de las dos sesiones, servía de
nexo histórico entre los estertores de la legalidad republicana en suelo español y su
resurgimiento en tierras de acogida, México.
Destacamos, por su importancia, algunos de los acuerdos que se sometieron a
aprobación el 10 de enero de 1945, así como la ciudad en la que se habían adoptado, ya
que su lectura evidencia los asuntos a los que las autoridades republicanas concedieron
prioridad en dos períodos muy diferentes del exilio: los primeros acuerdos recogían
medidas de urgencia ante el final de la Guerra Civil y la necesidad de proporcionar
ayuda a los miles de exiliados que se vieron obligados a abandonar el país; los últimos
estaban destinados a preparar el relanzamiento del Gobierno de la República,
principalmente ante la comunidad internacional.
El primer ACUERDO se adopta en París, el 3 de marzo de 1939. “Darse por
enterada [la Diputación Permanente de las Cortes] de la dimisión del
Excelentísimo señor Presidente de la República, don Manuel Azaña Díaz, y
fijación de los términos en que los grupos parlamentarios colaborarían en la obra
que pudiera iniciar, luego de prestada la promesa constitucional, el señor
Presidente interino”.
El 6.º ACUERDO es el último que se alcanza en París, el 31 de julio de
1939. “Se aprueba el Estatuto de la Junta de Auxilio a los Republicanos
Españoles (J.A.R.E.)”.
El 7.º ACUERDO es el primero que se adopta en México D.F., el 31 de enero de
1941. “Constituir la Diputación Permanente, a reserva de que se vayan
incorporando los demás miembros”.
El último ACUERDO que se alcanza, el n.º 32, está firmado en México el 29 de
noviembre de 1944. “Se autoriza a los señores diputados radicados en Europa,
África y Oceanía y Naciones americanas, salvo México, a que puedan dar su
opinión por escrito sobre los puntos de que consta el Orden del Día, que servirá
de base a la reunión convocada el día 10 de enero de 1945, en la Ciudad de
México y podrán por medio del documento fehaciente delegar en el grupo
1062
Diego Martínez Barrio hizo un detallado análisis de los asuntos tratados en la reunión del
Congreso de los Diputados celebrada el 1 de febrero de 1939 en los sótanos del castillo militar de
Figueres. Véase MARTÍNEZ BARRIO, Diego, Memorias…, op. cit., pp. 392-400.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
427
parlamentario al que pertenezcan o hacerse representar por un señor diputado
que asista, siendo válido el voto que en su nombre se emita1063.
La maquinaria administrativa al servicio de la recuperación del Gobierno de la
Segunda República estaba en marcha. Había sido necesario subsanar algunos aspectos
formales con el fin de trasladar, tanto a los gobiernos que habían mostrado sensibilidad
y comprensión hacia la causa republicana como al pueblo español, un mensaje de
determinación y firmeza en el cumplimiento de sus objetivos políticos y, al mismo
tiempo, destacar la observación respetuosa de la legalidad; de ahí la invitación a la
participación de todos los diputados como garantes de la continuidad de la República,
independientemente del continente en el que residieran.
Siguiendo una línea política similar a la trazada en el punto anterior, las
autoridades republicanas intentaron establecer un punto de partida que diferenciara esta
etapa en el exilio con la etapa de gobierno en España y, para ello se incluyó en la sesión
de 10 de enero de 1945 otra cuestión de gran trascendencia política: “A continuación, se
presenta: Lista de los señores diputados fallecidos desde julio de 1936 hasta la fecha”.
A este escueto enunciado le sigue una relación, ordenada alfabéticamente, que contiene
127 nombres, sin duda un número excesivamente elevado para un período inferior a los
diez años transcurridos entre el 16 de julio de 1936 y el 10 de enero de 1945.
Abría la lista el diputado Manuel Azaña Díaz y la cerraba Julián Zugazagoitia
Mendieta. El acta en la que se daba asiento a la relación citada no incluyó referencia alguna a
las responsabilidades políticas o a los cargos públicos desempeñados por los fallecidos, ni a
las circunstancias en las que se había producido un número tan elevado de muertes1064.
1063
El acta de esta sesión figura como la n.º 70 del Congreso de los Diputados de la República y
consta de quince páginas numeradas y contraportada. La sesión se inició a las cuatro y veinticinco minutos
de la tarde y finalizó a las siete de la tarde. La aprobación de los 32 acuerdos se llevó a cabo a partir de la
certificación elevada a la consideración de la Cámara de Diputados por el secretario de la Diputación
Permanente, Álvaro Pascual-Leone (UR). AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-75. Los acuerdos
transcritos figuran en las pp. 3-6.
1064
Interpretamos el tratamiento dado por la Cámara al recuerdo de los diputados fallecidos
como la expresión de un sentido homenaje, llevado a cabo desde la más absoluta sobriedad. AHN, fondo
Margarita Nelken: leg. 3247-75. La relación completa figura en las pp. 7-8.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
428
Iniciada de hecho la que podemos denominar como la segunda etapa del
Gobierno de la República (ahora en el exilio), a la sesión del 10 de enero le siguió otra
que tuvo también lugar en la Ciudad de México, el viernes 17 de agosto de 1945, la cual
se desarrolló bajo la presidencia de Luis Fernández Clérigo (IR). En julio de 1945 había
llegado a México el Dr. Juan Negrín (PSOE), quien pronunció un discurso en el Palacio
de Bellas Artes de la Ciudad de México D.F. el 1 de agosto de 1945.
Atendiendo a una invitación suya, se reunieron en el citado Palacio, los días 7 y
8 del mismo mes, representantes de todos los partidos políticos a excepción del PSOE.
De esos debates surgió la petición al Presidente de las Cortes de la República de que
efectuara la convocatoria de una nueva sesión del Congreso de los Diputados, la cual se
celebró el 17 de agosto.
Los partidos y organizaciones reunidos en el día de hoy, conscientes de su
responsabilidad en los momentos actuales, acuerdan por unanimidad requerir
al presidente de las Cortes, Excmo. Sr. Diego Martínez Barrio, a que, con la
mayor urgencia posible, se proceda a convocar en sesión extraordinaria y
solemne al Congreso de los diputados, al solo efecto de que antes este haga la
promesa con arreglo a la Constitución, para asumir las funciones de la
presidencia de la República1065.
Culminaba así el intenso trabajo efectuado por los responsables de las
instituciones republicanas y de los partidos políticos durante los meses transcurridos
entre las dos convocatorias (10 de enero-17 de agosto de 1945). Si en la primera se
había establecido el punto de partida de una nueva etapa para el Gobierno de la
República, cuyo objetivo más importante era obtener el reconocimiento internacional
como paso previo a la reinstauración del citado gobierno en España, en la segunda se
venía a formalizar legalmente su nueva composición, la cual reemplazaría al último
elegido en España, el 17 de mayo de1937, que había estado presidido por Juan Negrín,
miembro del PSOE1066.
1065
Fragmento del documento remitido a Diego Martínez Barrio según figura recogido en
FERRER BENIMELI, José A., “Historia de la República española en el exilio (1939-1977)”, Tiempo de
Historia, n.º 32 (1977), p. 11. Véase de este autor “Historia de la República española en el exilio (1939-
1977) (y II)”, Tiempo de Historia, n.º 33 (1977).
1066
Este gobierno, constituido en plena Guerra Civil, tuvo que hacer frente a varias crisis
internas. Las más importantes tuvieron lugar el 5 de abril de 1938, fecha en la que salió del gobierno
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
429
Dada la trascendencia de esta sesión, se le concedió un tratamiento muy especial
desde el ámbito organizativo, en un intento de destacar, además de los aspectos
estrictamente políticos ‒que eran sustanciales‒, el carácter propagandístico de la misma
con el objetivo de lograr el relanzamiento de la imagen de las instituciones de la
República cuya máxima autoridad se iba a elegir.
Su celebración tuvo lugar en una dependencia oficial dotada de una elevada
significación política, la Sala de Cabildos del Palacio del Gobierno de México. En la
apertura del acto se leyó un caluroso mensaje del expresidente de México y benefactor
Indalecio Prieto (PSOE) para ser sustituido en la cartera de Defensa por el propio Negrín, y la que se
produjo el 17 de agosto de 1938, con la dimisión de Jaume Aguade (ERC) y Manuel de Irujo (PNV) y su
sustitución, respectivamente, por Josep Moix Regás (PSUC) y Tomás Bilbao Hospitalet (ANV). Negrín
estuvo sometido durante la Guerra Civil, y también después de ella, a un intenso proceso de
descalificación política y personal, tanto desde las filas de sus adversarios políticos como desde su propio
partido, del que sería expulsado en 1946, junto a un importante grupo de dirigentes históricos, según
figura recogido en El Socialista (23-IV-1946, p.1). Previamente, Negrín había sido calificado de “hijo
espúreo e indigno” de su ciudad natal mediante el acuerdo adoptado, por unanimidad, por la Comisión
gestora del Ayuntamiento de Las Palmas el 27 de abril de 1938, en sesión ordinaria celebrada “bajo la
presidencia del alcalde camarada Antonio Juan Mulet”.
Considerando al doctor Juan Negrín López responsable máximo en la hora actual, por su
criminal conducta de rebeldía, de los males tan grandes que está sufriendo nuestra querida Patria,
manteniendo con tenacidad máxima un estado de guerra que desangra a 1a nación, debilitándola
para cumplir ante el mundo la alta misión que ha sido norma de su eterna historia, y teniendo en
cuenta que frecuentemente se le ensalza como canario distinguido, los gestores que suscriben se
honran en proponer a V. E. acuerde hacer constar en acta con respecto al mismo el ca1ificativo
de hijo espúreo e indigno de la ciudad de Las Palmas, estimando como una verdadera desgracia
la naturaleza que, por su nacimiento está asignada a aquel; proponiendo a la vez el que se recabe
de la superioridad que al margen de la respectiva acta de nuestro Registro Civil se consigne tal
acuerdo. No está en nuestra mano el aplicar mayor estigma a quien merece el oprobio y la
maldición de los españoles dignos y de todo el mundo civilizado.
La cita procede del periódico Falange, de 28 de abril de 1938, y puede consultarse con el título
de “Doctor Juan Negrín López, Hijo Espúreo e Indigno”, [en línea]. Puede consultarse en red en
. [Consulta: 10
septiembre 2008].
A pesar de todo ello, Negrín siempre defendió su actuación al frente del ejecutivo así como la
legitimidad de su gobierno. Durante muchos años, su figura fue repudiada por casi todos los partidos (con
la excepción del PCE) y su obra política fue condenada al ostracismo más severo. Tan solo en los últimos
años se ha comenzado a reconocer su contribución en el convulso período que le tocó vivir y a
desautorizar las insidias que contra él se vertieron. Véanse MIRALLES, Ricardo, Juan Negrín. La
República en guerra, Madrid, Temas de Hoy, 2003; MIRALLES, Ricardo (ed.), Juan Negrín 1892-1956.
Médico y Jefe de Gobierno, Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2006;
MORADIELLOS, Enrique, Don Juan Negrín, Barcelona, Península, 2006; ANSÓ, Mariano, Yo fui
ministro de Negrín, Barcelona, Planeta, 1976; GIRAL, Francisco, La ciencia española en el exilio. El
exilio de los científicos españoles (1939-1989), Barcelona, Anthropos, 1994; y GARCÍA CAMARERO,
Ernesto, “Negrín: Ciencia y Exilio”, El Ateneo, vol. XI, cuarta época, 2002, pp. 97-110.
http://www.psoe.es/ambito/izquierdasocialista/docs/index.do?action=View&id=150538
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
430
de la causa republicana, el general Lázaro Cárdenas, dirigido al Excmo. señor Diego
Martínez Barrio. Presidente de las Cortes Españolas.
Excelentísimo señor Presidente: con motivo de la reunión de las Cortes de la
República Española que celebran hoy uno de sus actos más trascendentales,
deseo expresar a usted y por su digno conducto a los miembros del Parlamento,
mis congratulaciones por la reanudación de su ejercicio legítimo, haciendo votos
por que el esfuerzo unido de todos los republicanos traiga muy pronto la
liberación de vuestra patria.
Y en esta hora de júbilo para todos lo pueblos amantes de la libertad en que
se celebra la victoria contra el totalitarismo, me permito hacer llegar, a través
de vuestra H[onorable] Representación, mi felicitación más calurosa a los
republicanos españoles por haber sido los primeros en combatir hasta el
sacrificio a las huestes nazifascistas, que hoy han sido aniquiladas por la
justicia y el derecho1067.
Finalizada la lectura del mensaje del expresidente de México, que fue recibido
con enorme satisfacción por parte de los parlamentarios, la sesión continuó.
A continuación dijo:
El señor PRESIDENTE [Fernández Clérigo]: Orden del día: Promesa del
Excmo. señor don Diego Martínez Barrio, Presidente de las Cortes, como
Presidente interino de la República Española. La Comisión de Honor designada
para recibir al señor Presidente se servirá salir en busca y acompañarle al estrado.
La Comisión de Honor la constituyen los señores Diputados1068:
[…]
Ya en presencia del Excmo. señor don Diego Martínez Barrio, dijo:
El señor PRESIDENTE: ¿Prometéis solemnemente fidelidad a la República y
a la Constitución?
1067
El acta de la sesión del 17 de agosto de 1945 figura como la n.º 71 del Congreso de los
Diputados y consta de tres páginas numeradas y contraportada. El texto del general Lázaro Cárdenas está
incluido en la p. 3. El acta de esta sesión (17 de agosto de 1945) se halla físicamente insertada en el acta
de la sesión anterior (10 de enero de 1945) con la que comparte número de referencia: AHN, fondo
Margarita Nelken: leg. 3247-75. Probablemente, fue la propia Margarita Nelken la que conservó unidas
ambas actas y así han sido catalogadas. Consideramos esta circunstancia como un error en la catalogación
de dicho fondo que puede inducir, según la consulta del catálogo general, a considerar que el acta del 17
de agosto de 1945 no se encuentra depositada en el mismo. De igual manera, si este documento se
extraviara, tal circunstancia no podría ser puesta de manifiesto dado que no dispone de una referencia
propia. Hemos puesto este hecho en conocimiento de los responsables del archivo para su subsanación.
1068
A continuación se incluye, en el documento original, la relación de los nueve diputados que
constituyen la Comisión de Honor. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-75.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
431
El Excmo. señor don DIEGO MARTÍNEZ BARRIO: Sí, prometo.
El señor PRESIDENTE: Si así lo hiciereis, la Nación os lo premie; y si no, os
lo demande.
Terminado el acto, se levanta la sesión. La Comisión de honor se servirá
acompañar, como a su entrada, al Excmo. Sr. Presidente de la República.
(Grandes y prolongados aplausos, con estruendosos vivas a México, España
y la República).
Eran las cuatro y veinte de la tarde1069.
El acto de toma de posesión había finalizado con la interpretación del Himno de
Riego y el Himno Nacional Mexicano1070. En el balcón de la Sala de Cabildos del
1069
AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-75. La sesión, que había comenzado a las cuatro de
la tarde, finalizó veinte minutos más tarde con la toma de posesión de Diego Martínez Barrio como
Presidente de la República, cargo que ya venía desempeñando de manera interina desde que se produjera
la renuncia al cargo de Manuel Azaña, el 27 de noviembre de 1939. Veinte minutos habían sido
suficientes para dar forma legal a la renovación del ejecutivo de la República así como para escenificar
ante la comunidad internacional la voluntad del nuevo gobierno de dirigir la política de la nación, cuyo
mandato le había sido otorgado por el pueblo español. Desestimada por el Gobierno de la República la
opción militar impulsó, con relativo éxito, la acción diplomática y a ella se entregó con decisión en los
siguientes meses y años.
1070
Una vez más, los principales símbolos de representación institucional de la República, la
bandera tricolor y el Himno de Riego, estaban presentes en tan señalada ocasión. En relación al Himno
Nacional Mexicano, que también fue interpretado en el acto, había sido aprobado tras realizar sendos
concursos para la elección de texto y de música, respectivamente. La iniciativa había correspondido, en
1853, al general Antonio López de Santa Anna, durante uno de los once períodos en los que ocupó la
presidencia de los Estados Unidos Mexicanos. El texto elegido como letra del Himno Nacional pertenecía
al poeta mexicano Francisco González Bocanegra. A continuación, una comisión formada por los
maestros Agustín Baldosas, José Antonio Gómez y Tomás León seleccionó entre las partituras remitidas
al correspondiente concurso la obra de Jaume Nunó i Roca, titulada “Dios y Libertad”. Jaume Nunó i
Roca era un compositor y director de orquesta catalán que había nacido el 8 de septiembre de 1824 en la
localidad de Sant Joan de les Abadesses, Girona. La primera audición pública del Himno Nacional
Mexicano tuvo lugar en el Teatro Santa Anna el 15 de septiembre de 1854, bajo la dirección del
compositor. Tras diversos avatares político-administrativos, el Presidente de México Manuel Ávila
Camacho concedió rango oficial al citado himno con la publicación de un decreto presidencial en el año
1943. La versión definitiva del mismo quedó recogida en la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno
Nacionales, promulgada bajo la presidencia de Miguel de la Madrid Hurtado. Esta Ley, publicada el 24
de febrero de 1984, recogía la versión definitiva del texto en el que se había reducido el número de
estrofas a cuatro (I, V, VI y X) más el coro o estribillo. La última reforma fue publicada en el Diario
Oficial de la Federación el 27 de enero de 2015. Jaume Nunó murió en Nueva York el 18 de julio de
1908. Posteriormente, sus restos fueron exhumados y trasladados a México para ser depositados, el 11 de
octubre de 1942, en la “Rotonda de Hombres Ilustres”, junto al poeta que escribiera el texto del himno,
Francisco González Bocanegra. En la actualidad, las dos localidades de las que eran originarios ambos
creadores, Sant Joan de les Abadesses y San Luis Potosí, mantienen un programa de hermanamiento con
diferentes intercambios y colaboraciones culturales. El Himno Nacional Mexicano puede consultarse, [en
línea] en diez versiones diferentes, según su traducción a las correspondientes lenguas indígenas en
[Consulta: 20 julio 2008]. Véase también
JIMÉNEZ CODINACH, Guadalupe, La Guía del Himno Nacional Mexicano, México, Conaculta
(Dirección General de Publicaciones), 2007.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
432
Palacio de Gobierno de México ondeaba la bandera tricolor republicana1071. Diego
Martínez Barrio, ya investido como Presidente de la República, contestó sin
demora a Lázaro Cárdenas, el 18 de agosto de 1945, al día s iguiente a la recepción
de su cálido mensaje1072.
A los sentimientos de los españoles, visiblemente manifestados, se unen los
míos personales. De antiguo he medido exactamente la trascendencia de la obra
realizada por V.E. y su repercusión dentro de la vida futura de nuestros dos
grandes pueblos, más que unidos, confundidos e identificados en el gran ideal de
servicio a la justicia y la libertad1073.
La continuidad de la legalidad republicana en el exilio también se produjo
en el ámbito de los símbolos de representación institucional, al margen del grado
de reconocimiento oficial que ostentara cada uno de ellos1074: la bandera tricolor y
el Himno de Riego. De manera específica, dicho himno había solemnizado la toma
de posesión de los predecesores de Martínez Barrio en el cargo de Presidente de la
República, Niceto Alcalá-Zamora (11 de diciembre de 1931) y Manuel Azaña (10
de mayo de 1936).
Las dos primeras sesiones de investidura citadas habían tenido lugar en suelo
español, mientras la tercera se desarrolló en el México protector del exilio y de la
memoria de la República. En las tres ocasiones, el Himno de Riego fue la referencia
musical que solemnizó cada uno de los actos. La toma de posesión del nuevo Presidente
abría un período de ilusión tanto para los republicanos que permanecían en España
como para los que habitaban en países de acogida.
1071
Diego Martínez Barrio incluye en su libro de Memorias una fotografía de esa jornada, en la
que se aprecia en la fachada del edifico la bandera tricolor de la República. Véase MARTÍNEZ BARRIO,
Diego, Memorias, op. cit., p. 411. Sobre lo acontecido el día 17 de agosto de 1945 véanse también
VALLE, José María del, Las instituciones de la República Española en el exilio, París, Ruedo Ibérico,
1977; y FERRER BENIMELI, José A., “Historia de la República…”, op. cit., I, pp. 4-19.
1072
Véase una breve semblanza de Lázaro Cárdenas en LEDESMA, M.ª Paz, “Lázaro Cárdenas
(1895-1970), en Juan Carlos Laviana (ed.), El Ebro, la batalla más larga de la Guerra, Madrid, Unidad
Editorial, 2005, pp. 68-69.
1073
La reproducción completa de estos documentos puede consultarse en MATESANZ,
José Antonio, pp. 69-70.
1074
Hemos estudiado ampliamente esta cuesión en el capítulo precedente.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
433
Diego Martínez Barrio inició consultas acerca de a quién debía encargar la
responsabilidad de formar un nuevo gobierno. Dos nombres adquirieron especial
protagonismo, Juan Negrín y José Giral Pereira (IR), decantándose finalmente por este
último1075. El proceso de reconstrucción del Gobierno de la República Española estaba a
punto de finalizar: a las dos sesiones “constituyentes” celebradas los días 10 de enero y
17 de agosto de 1945 les siguió, para concluir esta primera fase, la publicación en la
Gaceta Oficial de la República Española de los acuerdos adoptados y de la composición
del nuevo ejecutivo.
La Gaceta de 7 de septiembre de 1945 recogía la “Certificación expedida por
los Señores Secretarios del Congreso, de la sesión extraordinaria de las Cortes de la
República Española, celebrada el día diecisiete de Agosto de 1945. Acto de promesa del
Excelentísimo Sr. D. Diego Martínez Barrio del cargo de Presidente interino de la
República”. Asimismo, incluía una larga relación de decretos, siempre dispuestos de la
misma manera: aceptación de la dimisión de un representante del último gobierno de la
República, presidido por Negrín y, a continuación, otro decreto nombrando a un nuevo
ministro. Recogemos el primero de ellos, el del propio Negrín:
Decreto admitiendo a D. Juan Negrín López la dimisión del cargo de Presidente
del Consejo de Ministros.
Otro nombrando Presidente del Consejo de Ministros a D. José Giral Pereira1076.
1075
Diego Martínez Barrio encargó a José Giral Pereira la formación de nuevo gobierno,
desestimando la opción del Dr. Negrín, con quien el Presidente de la República mantenía diferencias
políticas importantes. Juan Negrín emprendió el viaje de regreso a Inglaterra y falleció en París, el 12 de
noviembre de 1956. Julio Álvarez del Vayo y Olloqui, miembro del PSOE cercano a las posiciones de
Negrín con quien había desempeñado el cargo de Ministro de Estado (1938-1945), expulsado del partido
junto al político canario, hizo una valoración particular de este hecho en una carta remitida a Margarita
Nelken, el 26 de mayo de 1949, “después de una batalla ganada en la ONU y ante el Export Bank para
aislar al gobierno de Franco […] vuelve a presentársenos un momento favorable, no tanto como aquel de
1945, perdido en derrotar a Negrín, que les parecía más importante que derrotar a Franco, pero utilizable
también”. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3233-96. El historiador Ángel Viñas señaló que “la
suspensión como militantes de Negrín y Álvarez del Vayo ya las había proclamado en marzo de 1939 la
Agrupación Socialista Madrileña en pleno golpe del coronel Casado, que hundió los planes negrinistas
para salvar al mayor número posible de combatientes. Fueron episodios de las querellas que la guerra
provocó en las filas socialistas”. VIÑAS, Ángel, “Negrín y 35 viejos militantes socialistas”, El País, 8 de
julio de 2008, p. 29. Julio Álvarez del Vayo acompañó a Negrín en su largo proceso, primero, de separación
del partido (1939), después, de expulsión (1946) y, finalmente, de rehabilitación póstuma (2008).
1076
Este número de la Gaceta consta de 21 páginas numeradas y contraportada, y reproduce en su
portada el Escudo de la República. Ya nos hemos referido a la voluntad política de quienes en México
dirigían este período, de considerarlo como un nuevo punto de partida. Por coherencia con esta voluntad,
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
434
Las instituciones republicanas habían recuperado uno de sus órganos más
importantes, el gobierno de la nación, pero tenían ante de sí una ingente labor con
numerosos problemas pendientes de resolver1077. Giral presidió dos gabinetes diferentes
debido a una remodelación llevada a cabo en marzo de 1946, la cual presentó dos datos
destacados: en primer lugar, la salida del gobierno de Fernando de los Ríos Urruti
se identifica esta Gaceta Oficial de la República Española con las siguientes referencias numéricas: Año
I. Tomo I, Viernes, 7 de Septiembre de 1945. Núm. 1. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-79. Con
este decreto, por el que se le sustituía como Presidente del Consejo de Ministros y, por lo tanto, de la
Presidencia del Gobierno, se cerraba una etapa de gran importancia en la dilatada trayectoria política del
Dr. Negrín. Tuvieron que pasar más de seis décadas desde su expulsión para que su figura fuera
rehabilitada por el PSOE. El 29 de noviembre de 2006, la Coordinadora Federal Izquierda Socialista
PSOE presentaba la siguiente “Resolución en recuerdo y homenaje al compañero Juan Negrín López”:
La Coordinadora Federal de la Corriente de Opinión Izquierda Socialista del PSOE, reunida
en Madrid el 25 de noviembre de 2006, manifiesta que, en este año en que se cumple el 50.º
aniversario de la muerte del compañero Juan Negrín López, su memoria y legado político ha de
ser objeto de reconocimiento y homenaje público desde todos los ámbitos de nuestro Partido.
Con Juan Negrín que, como Presidente del Gobierno de la II República Española, simbolizó la
legalidad constitucional, la dignidad y el espíritu de resistencia contra el fascismo durante la
pasada Guerra Civil, tenemos los socialistas, todos los socialistas, una deuda pendiente. Por ello,
la recuperación de la memoria y la figura de Juan Negrín significa un acto de justicia para con un
compañero que, en tiempos difíciles, tuvo que desempeñar su labor política en defensa de la
legalidad republicana y del socialismo. Igualmente ese merecido homenaje ayudará a reparar
décadas de olvido y de actitudes que, tanto desde fuera como desde dentro del socialismo,
manipularon y distorsionaron su actuación y pensamiento político. Además pedimos que, como
un acto más de homenaje y recuperación de la memoria, el retrato de Juan Negrín figure en los
edificios y sedes de las Agrupaciones Socialistas, tal y como sucede con los de Pablo Iglesias u
otros dirigentes históricos de nuestro Partido, como es el caso de Julián Besteiro, Francisco
Largo Caballero o Indalecio Prieto. Recuperar la memoria de Juan Negrín es un acto de justicia y
dignidad socialista.
Esta resolución fue determinante para la rehabilitación definitiva del Dr. Juan Negrín y de otros
miembros del PSOE que, como él, fueron expulsados del citado partido. Véase la resolución en
http://www.psoe.es/ambito/izquierdasocialista/news/index.do?action=View&id=98371 [Consulta: 10
septiembre 2008]. El PSOE, con motivo de la celebración en Madrid de su 37 Congreso Federal (4 al 6 de
julio del 2008 con el lema La fuerza del cambio) aprobó, a propuesta de la corriente Izquierda Socialista,
la rehabilitación, a título póstumo, de 36 militantes socialistas, entre ellos Juan Negrín, y con él, Julio
Álvarez del Vayo, Ramón Lamoneda, Amaro del Rosal, Max Aub… Sobre este particular véase también
VIÑAS, Ángel, “Negrín y 35 viejos militantes…”, op. cit., p. 29.
1077
El nuevo gobierno de la República se marcó, como una de sus prioridades, resolver la cuestión
económica para poder afrontar el coste de su gestión. En la Gaceta a la que nos hemos referido, de fecha 7 de
septiembre de 1945, que figura con el n.º 1 de esta nueva etapa, justo a continuación de los nombramientos
que conforman el nuevo gobierno, se inserta un AVISO OFICIAL de la Presidencia del Consejo de
Ministros, dado que “reconstituido el legítimo Gobierno de España, este tiene el deber y derecho
inexcusable de recoger todos los bienes, propios del Estado Español, para realizar la custodia,
administración y disposición de ellos según proceda”. El aviso contiene varios epígrafes en los que se refiere
a todos los organismos y personas físicas que posean bienes de la República para que los reintegren al
Gobierno recientemente constituido. El mismo anuncio fue incluido en números sucesivos de la Gaceta
Oficial de la República. Véase AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-79.
http://www.psoe.es/ambito/izquierdasocialista/news/index.do?action=View&id=98371
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
435
(PSOE) quien ocupaba la cartera de Ministro de Estado1078, responsabilidad que asumió
el Presidente del Gobierno y, en segundo lugar, la incorporación sin cartera de un
representante del PCE, Santiago Carrillo.
Para el GRE era prioritario adquirir una mayor presencia pública ante esta nueva
situación en la que, presumiblemente, se iban a producir importantes cambios. De igual
modo, se hacía necesaria la obtención de información fluida del desarrollo de los
acontecimientos en el interior del país, cuya percepción desde la lejanía mexicana podía
estar, en ocasiones, un tanto distorsionada. Todo ello, unido al profundo cansancio
personal ante un exilio que se prolongaba en el tiempo, motivó que los responsables
republicanos comenzaran a dirigir sus pasos hacia Europa1079.
París ofrecía las mejores condiciones para acoger al GRE. Existía una cierta
tolerancia por parte de las autoridades francesas que, previamente, le habían reconocido
un estatus especial, por el que se autorizaba su residencia en Francia, la libre circulación
como diplomáticos y la realización de actividades de propaganda1080; en la ciudad
residía una numerosa comunidad de republicanos españoles, la cual disponía de una
1078
Dos fueron las razones fundamentales por las que Fernando de los Ríos presentó su dimisión
del GRE: en primer lugar, por la decepción experimentada ante la pasividad de las fuerzas aliadas que, sin
retirar su apoyo formal a la República, no adoptaban medidas que pudieran garantizar la instauración de
un sistema democrático en España y, en segundo lugar, por su delicado estado de salud, lo que provocó el
inmediato regreso a EE.UU. para ser hospitalizado, días más tarde, en el John Hopkins Hospital, de
Baltimore (EE UU). Véase ZAPATERO, Virgilio, Fernando de los Ríos…, op. cit., pp. 472-473.
1079
A continuación siguió un intenso período de sesiones que se desarrollaron, en una primera
fase, con el siguiente calendario:
- Sesión del Congreso de los Diputados celebrada en la Ciudad de México, el miércoles 7 de
noviembre de 1945, bajo la presidencia de Luis Jiménez de Asúa. Acta n.º 72. [Consta de 33
páginas numeradas más un apéndice de una página y contraportada]. AHN, fondo Margarita
Nelken: leg. 3247-76.
- Sesión del Congreso de los Diputados celebrada en la Ciudad de México, el jueves 8 de
noviembre de 1945, bajo la presidencia de Luis Jiménez de Asúa. Acta n.º 73. [Consta de 18
páginas numeradas y contraportada]. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-77.
- Sesión del Congreso de los Diputados celebrada en la ciudad de México el viernes 9 de
noviembre de 1945, bajo la presidencia de Luis Jiménez de Asúa. Acta n.º 74. [Consta de 26
páginas numeradas y contraportada]. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-78.
1080
Véase el Estatuto otorgado por el Gobierno de Francia en ARE-P: 577-3. “El general De
Gaulle manifestó con la más fina ironía: `Ese gobierno [el GRE] no sirve para nada, pero no nos estorba
en Francia”. Cita tomada de MIRÓ, Adrián, Lo que queda del tiempo (Primer libro de memorias), Alcoy,
Alfagráfic, 2002, p. 62.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
436
extensa red de apoyo y acogida de nuevos refugiados; y, finalmente, París era una
ciudad próxima a la arcadia perdida, la España de sus anhelos.
Es cierto que la expatriación suele unir en la desgracia común, pero también
separa. Primero los reproches mutuos que conlleva el buscar culpables de los
infortunios presentes, pero también cuando se perfila en el horizonte la
posibilidad de un retorno inmediato, sobro todo si ese regreso conlleva el rescate
del perdido poder. Y es que el emigrado permanece siempre atento a las noticias
de la patria más o menos lejana y al acontecer internacional. Suele vivir
instalado en el presente, pero atento al futuro inmediato, para él unido al pasado,
y por ello en el mismo cabe todo menos la conformidad y la desesperanza. Vive
siempre dispuesto, con la maleta hecha, para emprender la vuelta a casa a la
primera oportunidad1081.
La operación de trasladar el GRE a París, llevada a cabo por parte de sus
responsables políticos, era enormemente ambiciosa y perseguía, principalmente, dos
objetivos: en primer lugar, reclamar ante la comunidad internacional su reconocimiento
como gobierno legítimo del Estado español y, por lo tanto, su aceptación como
interlocutor necesario en las negociaciones que pudieran llevarse a cabo para su
restitución; y, en segundo lugar, enviar un mensaje de tranquilidad al pueblo español,
garantizándole la gobernabilidad del país a la caída del general Franco, dado que el
citado gobierno republicano estaba en condiciones de asumir todas las funciones propias
de la organización estatal.
CORRÍA el año 1946. El gobierno había empezado a trasladarse a París.
[José] Giral fue de los primeros en personarse en la capital de Francia. Allí
funcionaba ya como subsecretario de Estado un antiguo diplomático de los pocos
que permanecieron fieles a la República a raíz del alzamiento y era el encargado
de ir consiguiendo visados del Quai d´Orsay que no se expedían,
incomprensiblemente para mí, dada la buena disposición del gobierno francés,
con la rapidez y el número deseados. Ello retrasaba la instalación total de los
servicios del G.R.E. en Francia. El G.R.E. se había organizado de modo que
pudiera hacerse cargo de la situación en España en el momento en el que se
produjera el cambio tan anhelado. Cada ministerio contaba con una plantilla de
personal que llegado el caso podría actuar como núcleo dirigente de su propio
cometido en Madrid. En total, en las nóminas del G.R.E., incluidos los
ministros y sus secretarias, figuraban unas ciento cincuenta personas de las
cuales había como setenta procedentes de México, salvo Augusto Barcia y
1081
VILAR, Juan B., La España del exilio…, op. cit., p. 18.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
437
Fernando de los Ríos que llegaron a París procedentes de la Argentina y los
Estados Unidos respectivamente1082.
A priori, la posición mantenida por el GRE podía estar refrendada, si no por
compromisos formales de gobiernos de las fuerzas aliadas (Francia y Gran Bretaña), sí
por gestos y promesas públicas de diferentes personalidades que, así lo debieron creer
los dirigentes republicanos, llegado el caso se transformarían en decisiones de Estado.
Por lo tanto, la reinstauración de la República era solo cuestión de tiempo.
En Francia
[Georges] Bidault, que fuera jefe de la resistencia francesa y hombre que
ayudara también a la Junta de Liberación en San Francisco, había dicho al entrar
la punta de lanza del general Leclerc en París, fuerza de liberación de la capital
compuesta en su mayor parte de republicanos españoles y tanques con nombres
como Guadalajara, Teruel, Brunete…: “Con estos mismos tanques liberaremos a
nuestros camaradas de España…”. Pero a la hora de la verdad, triunfantes las
democracias, el general de Gaulle ordenó que todas las fuerzas combatientes
donde hubiera republicanos españoles se retiraran cien kilómetros al interior de
la frontera pirenaica1083.
En Gran Bretaña
Los laboristas [dirigidos por Clemente R. Attlee que sería elegido primer
ministro] utilizaron como gran bandera de su propaganda electoral el
apasionante problema español, el desconocimiento del gobierno franquista, la
ayuda a la República española derrocada por un alzamiento militar y fascista, y
ganaron las elecciones, sí, pero a la hora de traducir sus palabras y promesas en
1082
BOTELLA PASTOR, Virgilio, Entre memorias. Las finanzas del Gobierno Republicano
español en el exilio, Sevilla, Renacimiento, 2002, pp. 98-99.
1083
Ibid. p. 115. Durante la Guerra Civil, algunos políticos franceses manifestaron su apoyo a la
República española, entre los que cabe destacar a los socialistas Pierre Cot, quien desempeñó el cargo de
Ministro de Aviación en el Gobierno de Léon Blum, y a Vicente Auriol, que ocupó las carteras
ministeriales de Justicia y Hacienda, siendo nombrado, en 1947, Presidente de la IV República Francesa.
“La llegada a Barcelona de Auriol, en fecha tan avanzada de la guerra civil [otoño de 1938], expresaba un
cambio que se estaba operando en la opinión pública francesa, pues mientras los gobernantes,
atemorizados, como lo había estado Daladier, en Munich, cada vez estaban menos dispuestos a provocar
la guerra con Alemania, en la opinión pública, incluso en algunos sectores de derechas, se empezaba a ver
cada vez más claro el peligro que representaba para Francia el triunfo de las armas de Franco apoyado por
Alemania e Italia. La lucha de Auriol contra el expansionismo nazi y su aliado el general Franco, que se
manifestó en sus esfuerzos para ayudar a suministrar armas a la República española, continuó, terminada
la guerra civil española, al estallar la Segunda Guerra Mundial”. Cita tomada de GONZÁLEZ LÓPEZ,
Emilio, Memorias de un diputado republicano en la Guerra Civil española (1936-1939), Sada-A Coruña,
do Castro, 1990, pp. 283-284.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
438
hechos no tomaron ninguna medida que pudiera, no ya propiciar la vuelta de la
República a España, sino ni siquiera debilitar el régimen imperante en ella1084.
La generosidad con la que numerosos republicanos españoles habían participado
en la resistencia francesa así como en diferentes unidades militares del ejército francés
no iba a ser correspondida en los términos esperados. Por otra parte, las distintas fuerzas
políticas que formaban el entramado organizativo que había dado su apoyo a la
proclamación de la República en abril de 1931 y ahora luchaba por su reinstauración se
mostraban abiertamente hostiles entre ellas, lo que dificultaba en la práctica la defensa
de unos objetivos comunes. Se produjeron discrepancias en las relaciones entre fuerzas
políticas en el exilio y también, en muchos casos, discrepancias especialmente
virulentas en la organización interna de las mismas, en las que se dilucidaba sobre
liderazgos, estrategias, alianzas…
Además de las razones históricas, que tienen que ver con las luchas entre los
dos grupos [PSOE-PCE] al final de la guerra civil, hay también razones
derivadas de las estrategias que cada uno de ellos desarrolla en este período. Me
explico: hay en esa época dos tipos de oposición democrática. El primero,
esencialmente comunista, organiza la lucha guerrillera. El segundo, compuesto
por lo que en ese momento es el PSOE ‒Prieto, Llopis, etc.‒, vive con la ilusión
de que los aliados occidentales van a expulsar a Franco del poder. La alternativa
debe ser una combinación anticomunista. Esa es la explicación del acuerdo con
Gil Robles, que luego D. Juan desbarata en el encuentro del Azor [con Franco].
Por consiguiente, no quieren saber nada de los comunistas y nos hacen una
guerra a la que nosotros contestamos también con gran dureza y agresividad. Su
posición adolecía de falta de realismo: los aliados no tenían ninguna intención
seria de derrocar a Franco, como se demostraría después. La dirección del PSOE,
que se hallaba en la emigración, había perdido el contacto con la España real…
Hay un momento, con el gobierno Giral, en que parece que se va a superar esta
dinámica, pero Prieto lo hace fracasar con sus intentos de contactar con Gil
Robles. La verdad es que este es uno de los momentos más oscuros y más
jodidos para la oposición democrática al franquismo1085.
1084
BOTELLA PASTOR, Virgilio, Entre memorias…, op. cit., p. 115. Clemente R. Attlee, político
que gozaba de prestigio internacional, también visitó Barcelona en 1938. Mantuvo sendas entrevistas con el
Presidente del Gobierno, Dr. Negrín, y con el Presidente de las Cortes, Diego Martínez Barrio. Véase
VALLE, José María del, Attlee y el laborismo (vida de un hombre de lucha), Madrid, Tesoro, 1946.
1085
Fragmento de la entrevista personal a Santiago Carrillo ya citada.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
439
La gestión diplomática desplegada por los responsables republicanos, a pesar de
las diferencias internas, continuaban y dieron unos primeros frutos altamente positivos.
La conferencia para la creación de la Asamblea de las Naciones Unidas que se había
constituido en la ciudad de San Francisco (EE UU) aprobó, el 20 de junio de 1945, una
resolución propuesta por Luis Quintanilla (miembro de la delegación mexicana) en la
que se condenaba el régimen del general Franco y se rechazaba su ingreso en la
ONU1086; la conferencia de Postdam (Alemania), a la que asistieron las tres grandes
potencias del momento (Rusia, EE UU y Gran Bretaña), hizo pública una declaración de
condena al régimen franquista el 2 de agosto de 1945… Declaraciones, sin duda valiosas,
que no dejaban de ser muestras de apoyo a la República, las cuales no presuponían la
adopción de medidas de mayor calado que pudieran favorecer la recuperación de un
modelo democrático como sistema de organización política para España. Del optimismo
inicial se fue pasando, en algunos casos, al escepticismo y, en otros, a la desesperación. Se
abría una nueva etapa para el conjunto de los exiliados republicanos españoles cuyas
magnitudes (espacio y tiempo) eran absolutamente impredecibles.
Numerosos exiliados españoles, políticos o no, identificados con el ideario
republicano, contribuyeron con su esfuerzo a que la recuperación del Gobierno de la
República Española llegara a término, en un momento histórico en el que se imponía
como prioridad absoluta la reconstrucción europea tras los devastadores efectos de la
Segunda Guerra Mundial. Todo parecía indicar que, finalmente, España quedaría al
margen de esa reconstrucción económica y política, a pesar de la frenética actividad
diplomática realizada por miembros del GRE.
Fernando de los Ríos, miembro del PSOE que ocupaba la cartera de Ministro de
Estado en un gabinete que recibió el calificativo de Gobierno de la esperanza, tuvo un
1086
[El] “Acta taquigráfica de la tercera sesión efectuada el 19 de junio de 1945 de la Comisión I de la
Conferencia de San Francisco” recoge la intervención de Luis Quintanilla quien, además de actuar en
representación de la delegación de México, lo hizo también como portavoz oficioso de la Segunda República
Española en el exilio: “(…) Sr. Presidente, es un hecho bien conocido que las fuerzas militares de la Italia
fascista y de la Alemania nazi intervinieron abiertamente para colocar a Franco en el poder. […] Por fin
podemos hablar sin miramientos. Ahora, sin poner en peligro el curso de las operaciones militares europeas,
podemos decir toda la verdad. Y la verdad histórica, Sr. Presidente, es que la ayuda militar dada a Franco por las
legiones de Mussolini y por el poderío aéreo de Hitler es el principal motivo de la que la República Española no
esté representada hoy aquí”. Textos reproducidos en MATESANZ, José Antonio, p. 123.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
440
protagonismo destacado en este proceso. Puso al servicio de la República sus dotes
diplomáticas; su amistad personal con intelectuales, artistas y políticos; sus relaciones
con representantes en organismos internacionales; y, principalmente, su prestigio de
intelectual republicano comprometido con la causa de la libertad y la democracia. Los
resultados obtenidos, aunque importantes, fueron insuficientes y la solución republicana
perdía fuerza en el contexto internacional. Las consecuencias en el ánimo de los
republicanos españoles no se hicieron esperar.
[Fernando de los Ríos] Había sido derrotado por dos veces. La primera
derrota a manos de los militares sublevados ayudados por la nueva Santa Alianza
formada por la Alemania nazi y la Italia fascista. La segunda derrota, tras la
guerra mundial, se la habían infligido sus propios amigos [Clement Richard]
Attlee, [Ernesto] Bevin o Léon Blum, aquellos “primates” del socialismo
europeo, como alguna vez les llamó irritado, que habían reeditado el cobarde y
funesto Pacto de No Intervención. Él sabía –y así se lo había dicho a Diego
Martínez Barrio- que moriría en el exilio. A la arteriosclerosis diagnosticada se
añadía ahora una profunda depresión fruto de la decepción sufrida1087.
A pesar de las gestiones de algunos países que continuaron manteniendo intacto
su apoyo a la República española y de alguna resolución de la Asamblea de Naciones
Unidas, el régimen del general Franco iniciaba su andadura hacia el progresivo
reconocimiento internacional, circunstancia que redujo drásticamente las posibilidades
de restauración de las instituciones de la República en España. Daba comienzo un largo
proceso que no finalizó hasta el 21 de junio de 1977, fecha en la que el GRE acordó la
disolución de las mismas.
En este contexto de aceptación de una realidad adversa, los exiliados
republicanos no cejaron en su reclamación histórica en torno a la legitimidad de los
órganos de gobierno que representaban, aferrados al valor de su principal activo
político: la voluntad popular expresada en favor de la República en las elecciones
municipales de 12 de abril de 1931, de la que ellos se sentían depositarios1088.
1087
ZAPATERO, Virgilio, Fernando de los Ríos…, op. cit., p. 483. No se equivocó Fernando
de los Ríos al predecir su fallecimiento en el exilio, hecho que tuvo lugar el 31 de mayo de 1949, en la
ciudad de Nueva York. La causa de la República había perdido a uno de sus intelectuales más
preclaros y comprometidos.
1088
En el año 1945, la editorial A.P. Márquez publicó en México el libro titulado Defensa de
Madrid, cuyo autor, Antonio Fernández López, había desempeñado el cargo de Capitán Secretario del
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
441
Las instituciones de la República en el exilio concedieron una enorme importancia
a la actividad propagandística, la cual estuvo limitada en muchas ocasiones por la escasez
de recursos económicos así como por las dificultades en la distribución de los materiales
elaborados. En sucesivos gabinetes se habían llevado a cabo diferentes campañas en esta
dirección (edición de publicaciones, declaraciones públicas, folletos, intervención en
emisiones radiofónicas, participación en encuentros deportivos de una selección de fútbol
de la República Española…). Ahora, la guerra que libraba el exilio republicano no tenía
lugar en un frente de batalla convencional, sino en el ámbito de la información y de la
propaganda y, en buena medida, de estas actividades dependía tanto la credibilidad del
GRE como de los apoyos sociales e institucionales que pudiera obtener1089.
Desde la finalización de la Guerra Civil se sucedieron en el exilio innumerables
gestos para reivindicar la memoria de la República española, en un intento de recuperar
una cierta atmósfera evocadora de la normalidad perdida. Por ello, no sería casual que la
iniciativa de René Nebal, Presidente de la Asociación de los Amigos de España
Republicana en Suiza, para la creación de una Selección de Fútbol republicana, se
produjera en el mes de mayo de 1946. Esta iniciativa, trasladada a Trifón Gómez,
Ministro de Emigración, fue aceptada y la citada selección de la República española
celebró dos partidos en Suiza. En el mismo mes, pero con diez años de antelación, el 3
de mayo de 1936, la selección española había jugado en Berna el que sería su último
partido antes de la Guerra Civil1090.
La actividad deportiva también había estado muy presente durante la
República como elemento propio de la acción social y política. Un ejemplo
representativo fue la organización de la Olimpiada Popular de Barcelona, cuya
General Miaja. El prólogo, redactado por Margarita Nelken, contenía, bajo su nombre, la siguiente
leyenda: Diputado al Parlamento Español. Este libro fue ampliado y publicado, años más tarde, en
España. Véase LÓPEZ FERNÁNDEZ, Antonio, General Miaja, defensor de Madrid, Madrid, G. del
Toro, 1975, p. 12. Fueron muchos los republicanos que, como Margarita Nelken, hicieron siempre
presente su condición de exiliados y su fidelidad a la República española hasta el final de sus días.
1089
Sobre las distintas fases de la actividad propagandística del GRE, véase ALONSO GARCÍA,
M.ª del Rosario, Historia, diplomacia y propaganda de las instituciones de la República española en el
exilio (1945-1962), Madrid, Fundación Universitaria Española, 2004, pp. 151 y ss.
1090
Ibid, pp. 195-196; y DUQUE DE SERAS, Vitorio, “El final futbolístico de la República”, El
País, 10 de junio de 2008, p. 66.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
442
celebración estaba prevista entre los días 19 y 26 de julio de 1936, encuentro que
surgió como “contestación de distintas asociaciones deportivas, sociales y sindicales a
la olimpiada que Hitler estaba organizando en Berlín con un marcado carácter
propagandístico y a la que en Mundo Obrero (órgano de prensa del Partido Comunista
de España) se había denominado como Olimpiada Parda”1091.
[…] unas semanas antes, para la celebración de la Olimpiada Popular de
Barcelona se habían creado varios comités que asumieran distintas funciones en
torno a esta cita deportiva: el Comité Organizador de la Olimpiada Popular (COOP),
destinado a la gestión directa de la actividad, y el Comité Español Pro-Olimpiada
Popular de Barcelona, con la finalidad de recabar recursos económicos1092.
El 19 de julio de 1936, a las seis de la tarde, estaba programado un concierto en
el Teatre Grec como acto de apertura de la citada Olimpiada cuya dirección había sido
confiada al violoncellista catalán Pau Casals y en el que se iba a interpretar la Novena
Sinfonía de Beethoven. Cuando Casals dirigía en el Palau de la Música Catalana el
ensayo final, el día antes del concierto ‒18 de julio de 1936‒, junto a las amenazas de
bombardeos sobre Barcelona que ya circulaban por la ciudad, llegó una petición del
Conseller de Cultura y Comisario del Govern de la Generalitat en los Juegos,
Bonaventura (conocido como Ventura) Gassol i Rovira, para que el maestro
interrumpiera el ensayo.
Dada la importancia que se había concedido a estas jornadas deportivas, la
organización tenía previsto estrenar en el concierto del día 19 el himno de la Olimpiada,
escrito por el compositor alemán Hanns Eisler (en la partitura figura por error “Eysler”)
a partir de un texto del poeta catalán Josep María de Sagarra1093 con el título de Himne
per a l´Olimpiada Popular1094. El comienzo de la guerra provocó la suspensión de todas
1091
TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “Pau Casals en sus documentos…”, op. cit., p. 113. La
expresión Olimpiada Parda fue utilizada por el miembro del Comité Ejecutivo de la Olimpiada Popular
de Barcelona, Ramón Mercader. Véase Mundo Obrero, 17-VI-1936, p. 5.
1092
TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “Pau Casals en sus documentos…”, op. cit., p. 115.
1093
Puede consultarse el texto completo del himno en SANTACANA, Carles y
PUJADAS, Xavier, [p. 212].
1094
SAGARRA, Josep M.ª de, y EISLER, Hanns, Himne…, op. cit. Archivo Enrique Téllez.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
443
las actividades programadas, entre ellas, el concierto de apertura, por lo que el himno de
Sagarra-Eisler no pudo ser estrenado1095.
Aunque por razones diferentes, tampoco el Gobierno de la Segunda República
había podido estrenar solemnemente un himno oficial propio, dado que no se había
alcanzado el consenso necesario en torno a la partitura que debía asumir esa función
representativa. Una vez más, ahora en el exilio mexicano, se volvería sobre esta cuestión
con la presentación de una nueva propuesta.
Los principales protagonistas, Salvador Etcheverría Brañas, Lan Adomián y
Margarita Nelken, formaban parte del complejo entramado de relaciones personales que
se establecieron en el exilio a partir de distintas afinidades (políticas, culturales, socio-
laborales, afectivas…). Con frecuencia, en los epistolarios consultados encontramos
innumerables referencias a reuniones, encuentros, actos y tertulias que contaban con la
presencia de diferentes personalidades del exilio republicano español: León Felipe, Juan
Rejano, Pedro Garfias, Antonio M.ª Sbert, Félix Gordón Ordás…
En ese contexto, la memoria de la República emergía en un proyecto de himno
nacional con el que se pretendía propiciar el reencuentro de todos los españoles, exiliados
o no, en torno a un trabajo original con referencias concretas de la nación esperada.
1095
Semanas después, el 1 de agosto de 1936, Richard Strauss estrenó su Himno Olímpico,
compuesto para el acto inaugural de la XI Olimpiada de Berlín, dirigido por el compositor al frente de la
Orquesta Filarmónica de Berlín ante un Adolf Hitler exultante. La cineasta Leni Riefenstahl, bajo la
supervisión del ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del régimen nazi, Joseph Goebbels,
impresionó la interpretación de la obra de Strauss y los juegos en su obra cinematográfica Olympia. Véase
RIEFENSTAHL, Leni, Memorias, Barcelona, Lumen, 2013. “Olympia, basada en la cita olímpica de
Berlín, fue estrenada el veinte de abril de 1938 y galardonada ese año con el Premio Nacional de Cine en
Alemania. El éxito continuó en su presentación en numerosas ciudades europeas: el régimen nazi había
conseguido su objetivo, si no plenamente en el ámbito deportivo, sí en el campo de la propaganda
política”. TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “Pau Casals en sus documentos…”, op. cit., pp. 114-115.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
444
3.2.1. Una canción (luego, himno) como nexo de dos realidades políticas
diferentes: la Guerra Civil y el exilio
Si bien la estructura oficial del GRE se había instalado en París, el resto de la
diáspora republicana seguía residiendo en diversos países de acogida. La decepción
sufrida y la permanencia del general Franco al frente del gobierno de España no
mermaron la capacidad creativa de los exiliados para abordar nuevos proyectos, para
acometer nuevas iniciativas que mantuvieran viva su confianza en la restauración de la
República. Solo así puede entenderse la propuesta presentada en el año 1957, en
México, de dotar a la Segunda República Española en el exilio de un himno nuevo en
sustitución del que, provisionalmente, desempeñaba esa función, el Himno de Riego.
Quienes llevaron a cabo esta propuesta formaban parte de un grupo heterogéneo de
exiliados republicanos integrado por políticos, escritores y compositores, unidos todos
ellos por el mismo sentimiento de amor hacia España y hacia la República.
Salvador Etcheverría Brañas1096, miembro de los servicios diplomáticos de la
República, había llegado a México en enero de 1948, país en el que permaneció hasta
finales de 1955. En este período desempeñó diferentes responsabilidades en la
1096
Salvador Etcheverría Brañas (Ferrol, A Coruña, 1894-París, 1957) fue miembro fundador en
1930 de la Organización Republicana Galega Autónoma (ORGA), para incorporarse poco tiempo después
al Partido Radical Socialista y, finalmente, a Unión Republicana. En 1932 fue nombrado gobernador civil
de León, cargo en el que cesó al año siguiente. Detenido al producirse la sublevación militar de 1936,
pudo ser excarcelado gracias a las gestiones realizadas por su familia, el 31 de diciembre de ese mismo
año. Etcheverría planificó su salida inmediata de España vía Lisboa, el día 5 de enero de 1937.
Atendiendo a una invitación de su compañero de partido, Félix Gordón Ordás, embajador en México,
comenzó una prolongada actividad diplomática en diferentes destinos de las legaciones del gobierno de la
República (Cuba, México, Santo Domingo y Haití). Finalizada la Guerra Civil, se exilió en México.
Nombrado en 1946 encargado de negocios en Guatemala, fue nuevamente destinado a México. En enero
de 1956 se hizo cargo en París, en el gabinete presidido por su amigo Félix Gordón Ordás, del ministerio
de Información, Propaganda y Archivos y Secretaría del Consejo de Ministros. Sobre la trayectoria
personal y política de Salvador Etcheverría véase ETCHEVERRÍA BRAÑAS, Salvador, Eclipse en España.
Apuntes del diario íntimo de un diplomático de la República Española. 1936-19..?, do Castro, Sada-A
Coruña, 1989; GÓMEZ RIVAS, Isabel, "Os apuntes inéditos redactados por Salvador Etcheverría Brañas
para a continuación das súas memorias políticas", Anuario Brigantino, n.º 18, 1995, pp. 175-192”; GÓMEZ
RIVAS, Isabel y TÉLLEZ CENZANO, Enrique: “Las señas de identidad…”, op. cit.; y GRANDÍO
SEOANE, Emilio, “Entre ilusión e a desesperanza: Salvador Etcheverría Brañas (1947-1957)”, [Recurso
electrónico]. Este texto corresponde a una comunicación presentada en el Congreso Internacional o Exilio
Galego, organizado por la Consellería de Cultura de la Xunta Galega y celebrado en Santiago de Compostela
entre los días 24 y 29 de septiembre de 2001. Las actas del citado Congreso están editadas en CD-ROM,
ocupando el artículo referido las pp. 1868-1891. Este recurso electrónico se puede consultar en la publicación
que sigue a la que se ha adjuntado: CAGIAO VILA, Pilar y NÚÑEZ SEIXAS, Xosé Manoel (eds.), O exilio
galego de 1936: política, sociedade, itinerarios, Sada (A Coruña), do Castro, 2006.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
445
embajada de la capital mexicana. Hacia el final de su estancia en este país, promovió la
composición de un himno para la Segunda República Española, posiblemente cuando ya
conocía que pocos días más tarde (el 20 de enero de 1956) tomaría posesión de su cargo
como Ministro de Información, Propaganda, Archivos y Secretaría del Consejo de
Ministros del GRE en París.
El déficit representativo de la República en el ámbito de la propaganda de
Estado, al no disponer de una música original de este período, era el marco en el que se
insertaba la iniciativa de Etcheverría Brañas, empresa sin duda arriesgada habida cuenta
de los antecedentes existentes sobre esta materia a los que ya nos hemos referido
anteriormente. De este modo, se iniciaba en territorio mexicano la tercera de las etapas
en las que hemos ordenado el estudio de la búsqueda de un himno nacional para la
República, continuación de las que se habían desarrollado en España a partir de 1931.
La decisión de Etcheverría Brañas provocó cierto malestar en el seno del GRE,
dado que se cuestionaba si este miembro de los servicios diplomáticos de la República
tenía autoridad suficiente para promover un encargo de esa naturaleza. Fue Fernando
Valera, Ministro de Estado y Relaciones Internacionales, quien trasladó, mediante carta
de fecha 2 de junio de 1957, al presidente de la República, Diego Martínez Barrio, la
situación creada por la iniciativa de Salvador Etcheverría. Posiblemente, lo que planteaba
Fernando Valera era en realidad un conflicto de competencias entre su propio Ministerio
(Estado y Relaciones Internacionales) y el que ya ocupaba Salvador Etcheverría
(Información, Propaganda, Archivos y Secretaría del Consejo de Ministros)1097.
Etcheverría Brañas había iniciado un complejo proceso que contó con la
participación del compositor Lan Adomián1098, destinatario del encargo de la creación
1097
AHN, fondo Diego Martínez Barrio: leg. 11, carpeta 43. Sobre esta cuestión, véase GÓMEZ
RIVAS, Isabel y TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “Las señas de identidad…”, op. cit., pp. 122-124.
1098
Lan Adomián (1905, Moguiliov-Podolsk, Ucrania – 1979, México). De origen judío (su
nombre era Jacob Weinroth), antes de llegar a España realizó un largo periplo que se inició con la
emigración de su familia a Rusia, en 1922. Después viajó a Rumanía en cuya capital, Bucarest, realizó
diversos trabajos relacionados con la interpretación y con la enseñanza de la música. La siguiente etapa lo
llevaría a EE.UU. donde, además de realizar estudios de música, entró en contacto con movimientos de
izquierda a través de diferentes ocupaciones laborales (obrero en una fábrica, recadero…). Lan Adomián
llegó a España en 1938 como miembro de las Brigadas Internacionales, integrado en la Brigada Abraham
Lincoln. Tras su participación en la Guerra Civil española, regresó a EE. UU., donde residió hasta que el
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
446
de un himno para la República, y de Margarita Nelken1099, quien se ocupó de revisar un
poema original de Miguel Hernández escrito en Valencia en 1938, y entregado
personalmente por el autor a su amigo Lan Adomián. Este compositor había escrito
durante la Guerra Civil algunas canciones sobre poemas del poeta oriolano1100. Por ello,
al recibir el encargo de componer un himno para la República, optó por recuperar una
senador republicano por Wisconsin, Joseph Raymond McCarthy, desatara una intensa campaña en contra
de personalidades de la política y de la cultura sospechosos de ser agentes soviéticos o de ideología
comunista. La “caza de brujas” llevada a cabo por el macarthismo se tradujo en una incesante presión
policial, judicial y laboral, al impedir a los “sospechosos” realizar actividades artísticas o trabajos de
cualquier tipo. Este clima de persecución afectó de lleno a los miembros de las Brigadas Internacionales
que habían participado en la Guerra Civil española, al ser considerados “elementos peligrosos” por su
contribución a la defensa de la República española. En 1952, Lan Adomián tuvo que abandonar EE.UU.
dirigiéndose a México, cuya nacionalidad adoptó en diciembre de 1957. En dicho país falleció el 9 de
junio de 1979. En la pared situada junto a su mesa de trabajo colgaba una reproducción del Guernica de
Picasso. Sobre Lan Adomián véase TORAL DE ADOMIÁN, M.ª Teresa (ed.), La voluntad de crear. Lan
Adomián, (Tomos I y II), México D.F., Universidad Nacional Autónoma de México, 1980; ESTRADA,
Julio (ed.), La música de México, (I Historia), México, UNAM, 1984; MALMSTRÖM, Dam, Introducción a
la música mexicana del siglo XX, México, Fondo de Cultura Económica, 1974; y TORAL DE ADOMIÁN,
M.ª Teresa, “Dos poemas de Miguel Hernández”, La Pluma, (2.ª Época), 1982, n.º 8, pp. 124-128.
1099
María Teresa Lea Nelken y Mansberger (conocida como Margarita Nelken) nació el 5 de
julio de 1894 en Madrid y falleció en México el 8 de marzo de 1968. Estudió bachillerato francés clásico,
así como música (composición, piano y armonía) y pintura. Ambas disciplinas artísticas, en su faceta de
crítica, ocuparon un lugar importante en su dedicación profesional, especialmente la crítica pictórica, dado
que sus problemas en la vista la obligaron a abandonar la práctica tanto de la música como de la pintura.
Desde muy joven manifestó sus inquietudes sociales, promoviendo iniciativas que pudieran contribuir a la
mejora de la situación de diferentes grupos de población: en 1919 creó en el barrio de Ventas una “Casa de
Niños” que pudiera hacerse cargo de estos mientras sus madres estaban trabajando; participó en apoyo de las
reivindicaciones laborales femeninas en la Huelga de las Cigarreras en Madrid; y dio a la imprenta textos
como La condición social de la mujer (1919), En torno a nosotras (1927), Niños de hoy, hombres de
mañana (1936)… En el plano político, fue elegida en las listas del PSOE como diputada por Badajoz en las
tres legislaturas republicanas, adscribiéndose a la corriente liderada por Francisco Largo Caballero (sector
“caballerista”). En diciembre de 1936, abandonó el PSOE para incorporarse al PCE, partido del que fue
expulsada en el exilio, en 1942. Años más tarde, en 1957, volvería a colaborar con el PCE, aunque sin
afiliarse al mismo. En el exilio mexicano, Margarita Nelken mantuvo una intensa actividad en defensa de la
República así como de ayuda a los presos políticos y represaliados del franquismo. Su trabajo intelectual
estuvo muy vinculado con la defensa de la plena integración de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad,
para lo cual escribió diversos ensayos. En el exilio mexicano, Margarita Nelken se convirtió en un referente
moral y en una de sus voces más respetadas. Para el estudio de Margarita Nelken hemos utilizado
fundamentalmente su fondo documental depositado en el AHN. Véase también CABAÑAS BRAVO,
Miguel, “Margarita Nelken, crítica de arte”, Cultura Moderna, n.º 1, pp. 125-145; ZAVALA, Iris M., La otra
mirada del siglo XX. La mujer en la España contemporánea, Madrid, La Esfera de los Libros, 2004;
PRESTON, Paul, Palomas de guerra: cinco mujeres marcadas por el enfrentamiento bélico, Barcelona,
Plaza y Janes, 2001; MARTÍNEZ GUTIÉRREZ, Josebe, Margarita Nelken…, op. cit.; GARCÍA
RODRÍGUEZ, Fernando, Margarita Nelken…, op. cit., y JARDÓN PARDO DE SANTAYANA, Pelayo,
Margarita Nelken, del feminismo a la revolución, Madrid, Sanz y Torres, 2013.
1100
Son las canciones tituladas Las Puertas de Madrid y La Guerra, Madre: La Guerra,
recogidas, respectivamente, en PALACIO, Carlos (rec.), Colección de canciones…, op. cit., pp. 39-40 y
43-44; y Canción de la sexta división, en Canciones de lucha (1936-1939), libro-disco, [Valencia], Dahiz,
2001, pp. 96-97. Véase, sobre estas obras, VEGA TOSCANO, Ana, “Canciones de lucha: arte de
compromiso político en la guerra civil española”, en ibid., p. 23.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
447
obra escrita en Valencia en 1938. A Margarita Nelken, política, escritora y crítica de
arte, correspondió la adaptación del texto de Miguel Hernández a una nueva situación
política. El proyecto había dado sus primeros pasos.
A comienzos de 1952, Margarita Nelken inició una campaña de recogida de
fondos para atender las necesidades económicas de la “Liga de Mutilados e Inválidos de la
Guerra Española en el Exilio” (LIMIGE), organización dirigida por José Jadraque como
presidente y Antonio Trabal como secretario. Esta organización tenía su sede en París (1,
Rue de la Fontaine au Rei) y su prioridad era la de atender las necesidades del colectivo
que representaba en aspectos como la reeducación motórica, adquisición de aparatos
ortopédicos para la recuperación de la movilidad, formación para facilitar la inserción
laboral… Margarita Nelken, en carta dirigida a Antonio Trabal, de fecha 29 de diciembre
de 1951, le comunicaba que había tenido conocimiento del llamamiento público realizado
por la LIMIGE y que, aunque todavía no sabía cómo articularía su colaboración, se
comprometía ante ellos a facilitar la recepción de los fondos económicos que le fuera
posible obtener. Consideraba el exilio republicano como un único cuerpo social,
vertebrado sobre la solidaridad interna con los más necesitados de dicha comunidad entre
los que para ella se encontraban, especialmente, los miembros de la LIMIGE.
La ayuda que solicitáis y que tenéis derecho, no a solicitar, si no [sic] a exigir,
de todos vuestros compatriotas1101.
Margarita Nelken contó en esta iniciativa con el respaldo institucional de la
Embajada de la República Española en México a través de la colaboración de Salvador
Etcheverría Brañas, encargado de negocios de la citada Embajada en ese período.
Establecieron un eficaz sistema de control de los fondos obtenidos y del resto del proceso
hasta su envío a París y la posterior distribución entre los miembros de la LIMIGE1102.
La primera de las comunicaciones de Etcheverría Brañas a Margarita Nelken para la
asignación de fondos, según el procedimiento fijado, lleva fecha de 7 de octubre de 1952.
1101
AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3236-36.
1102
Salvador Etcheverría y Margarita Nelken iniciaron una estrecha colaboración en relación a esta
iniciativa solidaria, de la que ha quedado constancia a partir de la abundante correspondencia entre ambos.
Véase AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3236-1/100.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
448
Mi distinguida y estimada amiga:
Tengo el agrado de acusarle recibo de los dos primeros cheques que abrirán la
cuenta en esta Embajada, para la Liga de Mutilados e Inválidos de la Guerra
Española en el exilio, correspondientes a los donativos de los señores Martín
García Urtiaga y Mariano Granados, por las sumas de mil y cien pesos
respectivamente, de cuyas cantidades le estoy incluyendo una copia del recibo
que con esta fecha envío a los referidos señores.
Las cantidades que se vayan recaudando para los fines propuestos, serán
depositadas en una cuenta que se denominará “Embajada de España, Cuenta
Especial Mutilados de Guerra” y que se abrirá en el Banco Comercial de la
Propiedad, S.A. de esta capital, de la que se podrán retirar los fondos cuando Vd.
estime conveniente.
Con mis cordiales felicitaciones por la magnífica iniciación que Vd. tuvo en
tan hermosa obra de solidaridad, y con el deseo de que el éxito siga
acompañándola en tan generosa tarea, me repito de Vd. buen amigo y
s.s.q.b.s.p./1103.
Antonio Trabal, como secretario de la organización beneficiaria, respondió a
modo de acuse de recibo a las remesas enviadas por Margarita Nelken con una relación
pormenorizada en la que figuraban todos los mutilados e inválidos perceptores de la
ayuda, la dirección particular de cada uno de ellos y la cantidad percibida. En marzo de
1953, el importe repartido alcanzó la cifra de 718.000 francos, cantidad que fue
asignada a 359 inválidos. Antonio Trabal escribió una carta a Margarita Nelken, el 11 de
marzo de 1953, en la que además de testimoniarle su agradecimiento, le adjuntaba
“relación nominal de mutilados e inválidos que [se] han beneficiado de una ayuda de
2.000 frs., al procederse a la distribución del donativo que nos ha sido efectuado por la
Señora Doña Margarita Nelken”1104.
La última carta de Salvador Etcheverría a Margarita Nelken sobre esta cuestión es
de 10 de abril de 1953.
Cumpliendo sus deseos, adjunto tengo el agrado de incluirle el cheque
número 29077 del Banco Comercial de la Propiedad […] por la suma de 130
dólares a favor del Señor Antonio Trabal, de la Liga de Mutilados de la Guerra
Española, en París, como segunda contribución para dichos compatriotas, que
1103
Carta con membrete de la embajada (Escudo y debajo la Leyenda: Embajada de España.
México). Fecha: México D.F., 7 de octubre de 1952. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3236-2.
1104
AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3238-51/52.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
449
Vd. tuvo la generosidad de recaudar y para que lo haga llegar a su destino de la
forma que estime más conveniente.
En la cuenta que tenemos establecida para estos fines con el Banco Comercial
de la Propiedad, queda un remanente de ciento setenta y dos pesos con setenta
centavos, para que Vd. pueda disponer lo que mejor proceda.
Complacido de haber podido sido [sic] útil una vez más en tan bella
finalidad, le envía un saludo muy afectuoso su buen amigo que
b[esa].s[us].p[ies]1105.
Durante este período, además de las relaciones propias del desarrollo y ejecución
de este proyecto solidario, Margarita Nelken y Salvador Etcheverría estrecharon lazos de
amistad en un grupo amplio de exiliados republicanos en el que también se encontraba el
compositor Lan Adomián. En la correspondencia citada, destaca una nota manuscrita de
Salvador Etcheverría a Margarita Nelken, la cual refleja la relación de amistad existente
entre los tres protagonistas de la que fue una de las propuestas postreras para dotar de
himno oficial a la Segunda República.
6-III- [1]953
Querida buena:
Hoy trajo el correo ese sobre para V. Llegó abierto; el precinto nuevo lo
pongo yo. Ayer tuve el gusto de ver a su hija y nieta en Cuernavaca, con el
amigo Lan; pasamos un rato muy contentos y la recordamos.
Suyo muy devoto amigo1106.
En este contexto de colaboración institucional y de amistad entre diferentes
protagonistas del exilio republicano, Margarita Nelken siguió explorando la viabilidad de
llevar a cabo proyectos relacionados con la lucha por la reinstauración de la República y,
en su defecto, por la defensa de la memoria histórica de este período y de la Guerra Civil.
Uno de estos proyectos, que no llegó a materializarse, pero que tendría una incidencia
importante en el posterior intento de crear un himno oficial para la Segunda República, fue
la propuesta de grabación de las canciones republicanas de la Guerra Civil. Tenemos
1105
Este documento, junto al anterior, nos permite conocer los mecanismos para la asignación de
la ayuda económica. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3236-100.
1106
La nota está redactada en una cuartilla de pequeñas dimensiones con membrete de la
Embajada, en la que figura el escudo de la República con la leyenda subrayada de EMBAJADA DE
ESPAÑA, y debajo de la línea, MÉXICO. De toda la correspondencia entre Salvador Etcheverría y
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
450
constancia de esta nueva iniciativa por una carta de Antonio Trabal, secretario de la
LIMIGE, a Margarita Nelken, de fecha 25 de julio de 1956, que es contestación a otra del
día 2 de dicho mes.
La sugestión que se desprende de su carta en cuanto a la grabación de las
“Canciones de Guerra” nos parece muy acertada, aunque solo viable en la
medida que pudiesen ser grabadas, sin costo alguno, en algún centro oficial de
México. Una vez efectuada la grabación el problema de las reproducciones ya
no sería tan difícil1107.
No hemos podido confirmar que el proyecto de Margarita Nelken de proceder a la
grabación de las “Canciones de Guerra” fuera llevado a término. A pesar de ello, este
hecho ponía de manifiesto el interés de su promotora en recuperar las canciones que se
habían entonado en la España republicana durante la contienda bélica. Se trababa de una
iniciativa ambiciosa, dado que a las dificultades económicas apuntadas por Antonio
Trabal, debían añadirse las derivadas del trabajo de recopilación y selección de las obras,
así como las relativas a la colaboración de intérpretes y cantantes.
Al proyecto anterior siguió el de la composición del Himno de la República
Española. En el período en que dicho proyecto comenzó a gestarse, Margarita Nelken
atravesaba una situación personal muy delicada. El 23 de junio de 1954 había fallecido, a
consecuencia de un cáncer, su hija primogénita, Magda de Paul Nelken1108. Esta pérdida
venía a sumarse a la que ya había sufrido diez años antes, en 1944, la de su segundo hijo,
Santiago de Paul Nelken, alistado como voluntario en el ejército ruso durante la Segunda
Guerra Mundial con el rango de teniente de Artillería. Su muerte había tenido lugar en
Ucrania, en el marco de las operaciones militares del ejército ruso frente al ejército
alemán. Ambos hechos luctuosos ocurrieron tras la separación matrimonial de Margarita
Margarita Nelken estudiada en este grupo de documentos, esta es la única nota manuscrita, dado que tiene
carácter estrictamente personal. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3236-96.
1107
AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3238-62. El mecanismo que proponía Antonio Trabal
para minimizar el impacto económico de la grabación en las exiguas arcas de las asociaciones
republicanas sería incorporado en toda su extensión, como veremos en nuestro estudio, por Margarita
Nelken en el proyecto posterior de grabación del Himno de la República Española.
1108
Creemos que el nombre de la hija de Margarita Nelken, “Magda”, pudo ser un homenaje a su
hermana Carmen Eva Nelken, quien había adoptado el seudónimo artístico de “Magda Donato”. Sobre el
exilio femenino véase RODRIGO, Antonina, Mujer y exilio, Barcelona, Flor del Viento, 2003.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
451
Nelken y Martín de Paul Barbadillo, quien había desempeñado con la República el cargo
de Cónsul General en Ámsterdam.
Margarita Nelken buscó refugio en las múltiples ocupaciones que desempeñaba en
un intento de mitigar su dolor. “Yo trabajo, como creo haberle dicho ya, `a lo burro´. Por
suerte: por resolver la cuestión económica y por aturdirme y no pensar”1109. Pero
Margarita Nelken no estuvo sola. La comunidad republicana en el exilio, experimentada
en la necesidad de la actividad solidaria, la protegió con su cariño y la acompañó en tan
dramática situación, ofreciéndole numerosas muestras de afecto y de reconocimiento
personal y político. Esta sería su nueva y última familia1110.
En este período, se intensifica, aún más, su relación con el compositor Lan
Adomián1111, a quien le unen poderosos vínculos. En primer lugar, ambos son de
ascendencia judía, los dos se implicaron en la defensa de la República española y ambos
compartían los rigores del exilio. Pero compartían aún más circunstancias personales:
Santiago de Paul Nelken, hijo de Margarita Nelken, había muerto en Ucrania y allí
estaba enterrado, en el mismo país en el que había nacido Lan Adomián y, finalmente,
el compositor había sido el compañero sentimental de la hija de Margarita Nelken,
Magda, también fallecida.
Si estas circunstancias de índole política y personal eran muy importantes para
establecer una vinculación artística entre ambos e iniciar un proyecto en común, no lo era
menos el hecho de que Margarita Nelken había estudiado en Francia composición, piano y
1109
Margarita Nelken escribió a Germaine Althoff, el 19 de abril de 1949, una estremecedora carta
contestando a otra suya de 12 de abril anterior. Germaine había sido secretaria del ex marido de Margarita
Nelken, Martín de Paul Barbadillo. La abundante correspondencia entre las dos amigas nos muestra, en
numerosos pasajes, el profundo dolor de Margarita Nelken por la pérdida de sus dos hijos. El texto
entrecomillado, en AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3233-79.
1110
En el Fondo documental Margarita Nelken, depositado en el AHN, figuran numerosos
documentos de personalidades de la política (tanto españolas como mexicanas) y del arte que muestran a
Margarita Nelken su solidaridad y apoyo.
1111
Es preciso que nos detengamos, brevemente, en una aclaración referida a los diferentes
nombres utilizados por este compositor. Ya hemos señalado que su nombre original era el de Jacob
Weinroth. En un texto autobiográfico (redactado por su mujer, M.ª Teresa Toral) que utilizaremos en
nuestro estudio, utiliza el seudónimo de Jacob Krasnovin, que es una traducción libre de su nombre
original al ruso. En el citado texto autobiográfico, al referirse a sí mismo, lo hará empleando el diminutivo
de Jakob, Yania. Más tarde lo sustituyó por su traducción a la lengua hebrea, que es el nombre que adoptó
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
452
armonía. Esta formación especializada fue de gran ayuda para fijar, en su revisión del
texto de Miguel Hernández, diferentes aspectos referidos a la necesaria interrelación entre
música y texto (acentuación métrica del poema, longitud de los versos, pausa versal…).
En 1956, Margarita Nelken escribió, a modo de homenaje a su hija fallecida,
Elegía para Magda, texto acompañado de un motivo musical de Lan Adomián y de una
amplia colección de dibujos cuya autoría correspondía a artistas amigos de la familia:
Rufino Tamayo, Carlos Mérida, Lilia Carrillo…1112 Por tanto, la colaboración entre ambos
no era únicamente la suma de dos inquietudes culturales que unían sus capacidades
creativas para mantener viva la memoria de la República, era también el esfuerzo de dos
seres humanos en un intento de reconstruir su universo personal devastado por la
adversidad. El punto de encuentro lo hallaron en la evocación poético-musical de sus
ideales políticos en torno a la República.
Margarita:
Ojalá y sea
este año –que se va ‒el año 1956‒ el último de tantas tristezas y penas‒,
Ojalá y sea el año
1957 un principio de ALGO de felicidad –felicidad
creativa-
Un fuerte abrazo y
beso de
Lan1113.
La participación de Lan Adomián en la Guerra Civil no se produjo, como hubiera
sido previsible, en los frentes de batalla en su condición de miembro de la Brigada Lincoln
definitivamente: Lan Adomián. Véase TORAL DE ADOMIÁN, M.ª Teresa (comp.), La voluntad de
crear…, op. cit., (Tomo I), pp. 22-23.
1112
NELKEN, Margarita, Elegía para Magda, (con fragmento musical de Lan Adomián),
UNAM, México, 1956.
1113
A finales del año 1956, Lan Adomián envía esta nota a Margarita Nelken, en la que le
expresa su deseo de que el año 1957 sea “un principio de ALGO de felicidad –felicidad creativa–”. Es
muy posible que ese “ALGO”, que esa “felicidad creativa” a la que alude el compositor, esté relacionado
con el próximo estreno de su propuesta de Himno de la República Española que tendría lugar pocos
meses más tarde, en abril de 1957. Una cara de la pequeña cartulina que sirve de soporte a la nota, está
ocupada por el texto citado y en su reverso figura un breve motivo musical del compositor. Sobre la
partitura se ha superpuesto la imagen de dos figuras ataviadas con la indumentaria típica mexicana, las
cuales están interpretando música con instrumentos de viento. La expresión “ojalá y… (sea)” es un
recurso utilizado frecuentemente en México en sustitución de “ojalá que”. AHN, fondo Margarita Nelken:
leg. 3233-9. Hemos mantenido, en la transcripción de la cita, la estructura estrófica del original.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
453
de la que formaba parte1114. Sus problemas de salud aconsejaron que fuera apartado de las
unidades militares que entraban en combate, para ser ingresado en un hospital de campaña
ubicado en Benissa (Alicante). Muchos años más tarde, durante una estancia de Lan
Adomián en París, en una de las cartas que diariamente enviaría a Margarita Nelken, le
narraba un emotivo encuentro en esa ciudad.
El muchacho español: trabaja en Renault y estudia en l´Alliance Française.
Viene de Benisa [sic por Benissa]! Allá estuve hospitalizado yo! Y el padre del
muchacho abastecía el hospital –chico mundo!1115.
Durante su estancia en el exilio mexicano, La Adomián Yania escribió unas
anotaciones autobiográficas reunidas bajo la denominación de Las entrañas del caballo.
Estas anotaciones recogían la estancia del compositor en otra localidad cercana a Benissa,
Denia, en la que pasó un período de convalecencia y de la que siempre conservó un
recuerdo entrañable. Allí conoció a un campesino apellidado Mut, quien le confesó que no
sabía leer pero que, por el contrario, conocía muy bien la ‘Naturaleza’; y a dos maestras
con las que compartió numerosas veladas.
Llovía muy fuerte; la tarde estaba muy oscura. Entre los olivos, los
almendros, los naranjos –era Denia–, Yania alcanzó a ver una débil lucecita.
Se encaminó hacia ella. Era de una casita, el hogar de dos maestras de escuela
bastante entradas en años: madre e hija. La madre había sido la primera
maestra en Denia. Ahora la hija desempeñaba el puesto. […] A partir de
entonces, Yania iba todas las tardes a cenar con ellas, y era una pobre cena:
cebollas, a veces uno o dos huevos y, desde luego el “pasaporte”, esto es, e l
pan, el “chusco” de soldado que Yania compartía con ellas1116.
1114
Sobre la Brigada Lincoln, integrada fundamentalmente por voluntarios norteamericanos,
muchos de ellos de origen judío (como el propio Lan Adomián), véanse KATZ, William Loren y
CRAWFORD, Marc, The Lincoln Brigade. A Picture History, New York, Macmillan Publishing Company,
1989; LAWSON, Don, The Abraham Lincoln Brigade, New York, Thomas Y. Crowell, 1989; y CARROL,
Peter N., La odisea de la Brigada Abraham Lincoln, Sevilla, Espuela de Plata, 2005.
1115
La carta está fechada en París el 12 de febrero de 1962. En el mismo texto expone a Margarita
Nelken sus impresiones acerca de un concierto al que ha asistido: “Ayer en St. Gervaise: la Chapelle Dorée
(cortesía especial para mí!) cuadros flamencos anónimos –que maravilla; y el órgano de Couperón [sic por
Couperin]!!!!!”. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3233-21.
1116
TORAL DE ADOMIÁN, M.ª Teresa (comp.), La voluntad de crear…, op. cit., (Tomo I), p. 72.
Esta publicación, en su volumen II, incluye una fotografía de este brigadista internacional a la que acompaña
el siguiente pie de foto: “Lan Adomián, soldado en la Brigada Lincoln, Denia (España), 1938”. Véase
TORAL DE ADOMIÁN, M.ª Teresa (comp.), La voluntad de crear…, op. cit., (Tomo II), p. 146. El 19 de
febrero de 1961, el compositor le remitió una carta a su hermano Leonard en la que le expresaba las
sensaciones que había experimentado al recibir correo postal enviado desde Denia por Gonzalo Leboreiro,
localidad a la que este había viajado en su visita a España llevado por los comentarios de Lan Adomián,
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
454
Durante su estancia en España, apartado de los frentes de batalla convencionales,
Lan Adomián entró en contacto con músicos y poetas españoles que militaban activamente
en la defensa de la República y, llevado por el ejemplo de estos milicianos de la cultura
(Carlos Palacio, Plá y Beltrán, Miguel Hernández…), compuso varias obras en las que se
ensalzaban diferentes momentos de la lucha del ejército y del pueblo leal a la República.
Al final de los “treintas” la guerra de España. Fui a España para defender la
República, como soldado en la Brigada Abraham Lincoln1117. Esta experiencia
intensificó mi determinación de llegar a ser un compositor serio. Desde mis
tempranos estudios de músico, por mi trabajo con coros y mi familiaridad de
primera mano con música americana, rusa, judía y ucraniana me preocupaba
poder sintetizar en mi música estas influencias musicales. El folklore musical de
España se convirtió en un factor importante en la integración de mi base musical.
Mientras estuve en España compuse un ciclo de cinco canciones sobre textos de
varios poetas españoles a quienes conocí allí1118.
La intensidad de los acontecimientos vividos durante la Guerra Civil marcó, en
muchos casos, el posterior trabajo creativo de los intelectuales que aportaron sus
respectivas expresiones artísticas como instrumento de lucha política y como soporte y
estímulo de la lucha propiamente militar. Finalizada la guerra, emergió una nueva
realidad, más cruel si cabe, de cárceles y exilios que fecundó una literatura atravesada por
el sufrimiento, el dolor, la solidaridad y, ocasionalmente, esperanza. El 31 de diciembre de
1958, Lan Adomián escribió una carta a su hermana Judith a la que intentó trasladar un
mensaje positivo para reconfortarla.
quien le había hablado de esta población como “un lugar divino”. Véase TORAL DE ADOMIÁN, M.ª
Teresa (comp.), La voluntad de crear…, op. cit., (Tomo I), p. 204.
1117
A esta Brigada perteneció también el compositor estadounidense Samuel Conlon Nancarrow.
Véase un apunte biográfico sobre este autor así como su participación en la Brigada Abraham Lincoln en
GANN, Kyle, The music of Conlon Nancarrow, Cambridge, Cambridg University Press, 1995, pp. 36 y ss.
1118
ADOMIÁN, Lan, Lan Adomián: Carta abierta a mis amigos Mexicanos, en TORAL DE
ADOMIÁN, M.ª Teresa (ed.), La voluntad de crear…, op. cit., (Tomo II), p. 20. Se refiere Lan Adomián
a su obra Cinco Canciones de España compuesta en 1938 a partir de poemas de Pascual Pla y Beltrán y
de Miguel Hernández. En su exilio mexicano compuso diversas partituras sobre textos de Pablo Neruda,
de Juan Rejano y de su gran amigo León Felipe. La obra compositiva de Lan Adomián está impregnada,
en una parte importante de su catálogo, por dos referencias personales: la primera de ellas es la
reivindicación de la historia del pueblo judío (Auschwitz, a partir de un texto de León Felipe, La balada
de Terezín, dedicada a su mujer, la pintora española M.ª Teresa Toral); y la segunda está relacionada con
la profunda huella que dejó en él la experiencia de la defensa de la Segunda República (Sinfonía n.º 2, ‒La
Española‒, dedicada a las Brigadas Internacionales, Cantata de las ausencias, sobre textos de Miguel
Hernández, entre otras).
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
455
La experiencia española dio a muchos la oportunidad de entregarse en el acto de
dar. Quizá si te cuento lo siguiente, lo comprenderás mejor. Mientras estuve en
Valencia conocí a un gran poeta: Plá y Beltrán. Plá está ahora en Caracas, después
de pasar años en las cárceles de Franco. Su primera mujer murió de hambre y
tristeza. Hace unos meses recibí un sobre, lo abrí y encontré una narración poética
de Plá. Le escribí y tuve una respuesta. La carta de Plá dice: “Querido Lan: no
puedes imaginarte lo que tu carta significó para mí ¿de dónde vino esta emoción?
Quizá de la más profunda afirmación del hombre que escribe, del hombre que eres.
Dejaste España para enfrentarte a un mundo en el que tuviste que rehacer tu vida.
Yo quedé en España, atado a mis recuerdos, mis prisiones y esperando la muerte y,
viendo lo que uno veía, uno no tenía otro deseo que morir. Por ello pensé y
conversé mentalmente con Miguel Hernández y con Lan, los veía en mis sueños y
si hubiera tenido que enfrentarme al pelotón de ejecución, me hubierais
acompañado. ¿Entiendes? Trabajo mucho. Tuve que levantarme de la `nada´; no
había escrito en 20 años y de pronto, en un país latinoamericano, vivo de la
literatura. Vivimos de ella mi mujer, mi hija y yo. Y estamos satisfechos. No tengo
tiempo para dedicarlo a mi obra, pero trabajo y espero poder escribir mis propios
libros. ¡No me olvides! Escríbeme: me dará mucha alegría.
Queridísima Judith. En esta carta de Plá hay una lección que debemos
aprender todos, una lección de amor y de entrega. Con mucho cariño y mi
deseo de un 1959 más feliz1119.
A mediados de los años 1950, en un contexto de colaboración y de amistad al que
ya nos hemos referido entre Salvador Etcheverría Brañas, Margarita Nelken y Lan
Adomián, surgió la iniciativa de componer un himno para la Segunda República Española.
La idea de que la República en el exilio se dotase de un nuevo himno partió de
Salvador Etcheverría Brañas, en los últimos momentos de su etapa como ministro
plenipotenciario y director de los servicios consulares en México, cargos que
desempeñó entre 1953 y 1955. Fue por entonces cuando se puso en contacto con el
compositor norteamericano Lan Adomián, que había participado como voluntario
de la Brigada Lincoln en la guerra civil. Etcheverría Brañas le trasladó el encargo
de crear un nuevo himno para la República y Lan Adomián lo aceptó pero, en
lugar de componer una pieza ex profeso, optó por recuperar y remozar ligeramente
una que había concebido años atrás, en España1120.
Una vez aceptado el encargo de escribir el himno de la República, Lan Adomián
intentó fusionar en su obra el tiempo pasado (Valencia, 1938) con el tiempo presente
1119
TORAL DE ADOMIÁN, M.ª Teresa (comp.), La voluntad de crear…, op. cit., (Tomo I),
pp. 201-202.
1120
GÓMEZ RIVAS, Isabel y TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “Las señas de identidad…”, op. cit.,
pp. 123-124.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
456
(México, 1957), como si se tratara de una sucesión cronológica sin espacios intermedios,
quizá en un intento de mitigar el recuerdo de la derrota militar de la República, de la salida
del país y del exilio. Por ello, la obra contiene al final de su última página, la firma
manuscrita del compositor con una doble ubicación física y temporal: “Lan Adomián.
Valencia, 1938; México, 1957”1121.
Con la elección de un texto original de Miguel Hernández, los creadores
implicados en este proyecto rendían un homenaje de admiración y reconocimiento al
poeta oriolano quien, como otros intelectuales republicanos, había recorrido los
frentes de batalla blandiendo la palabra como su única arma; escribió poemas
dedicados a distintas unidades militares y dejó constancia de cuál era el impulso que
estimulaba su poesía en guerra.
Hombres, mundos, naciones,
atended, escuchad mi sangrante sonido,
recoged mis latidos de quebranto
en vuestros espaciosos corazones,
porque yo empuño el alma cuando canto1122.
1121
Reproducimos la partitura al final de este apartado, según la copia depositada en la FUE.
ARE.P: 299-10. Consúltese Anexo Documental (Doc. X).
1122
Esta estrofa pertenece al poema de Miguel Hernández titulado Recoged esta voz, incluido en
HERNÁNDEZ, Miguel, Antología comentada, (I Poesía)…, op. cit., pp. 235-236. La lectura del citado
poema es de gran importancia para una mejor comprensión de la obra de Miguel Hernández
correspondiente al período de la Guerra Civil, y del sentido que este autor le otorga al término “canto” en
ese contexto bélico: “Cantando me defiendo / y defiendo mi pueblo cuando en mi pueblo imprimen / su
herradura de pólvora y estruendo / los bárbaros del crimen”). HERNÁNDEZ, Miguel, Antología
comentada, (I Poesía)…, ibid, p. 236. Acerca de la relación de Miguel Hernández con la música,
conocemos su amistad con los compositores Carlos Palacio y Lan Adomián así como su interés por
“aprender solfa”. El 5 de febrero de 1940, durante su estancia en la cárcel en Madrid, Miguel Hernández
escribió una carta dirigida a su cuñada Conchita y en ella expresaba esa voluntad: “Di a Carmen que me
escriba, que quiero aprender solfa”. El manuscrito de esta carta contiene dos dibujos en su parte superior:
a la izquierda una paloma (símbolo universal de la paz) que porta en su pico una carta; a la derecha, la
imagen de otro animal que pudiera ser una ardilla… Esta carta está reproducida en MUÑOZ HIDALGO,
Manuel, Cómo fue Miguel Hernández, Barcelona, Planeta, 1975, pp. 204-205; y una reproducción en
facsímil del original en GARCÍA, Manuel, Documenta Miguel Hernández, 1985, Valencia, Consellería de
Cultura, Educacio i Ciencia, 1985, p. 16. Finalmente, también disponemos de un dibujo realizado por el
pintor Benjamín Palencia, en el que nos muestra a un juvenil Miguel Hernández, relajado, tocando la
armónica. Se encuentra reproducido en HERNÁNDEZ, Miguel, Antología comentada, (I Poesía)…, op.
cit., s/p. Este texto incluye, a partir de la p. 320, un apartado denominado “Álbum Fotográfico” en el que
se encuentra reproducido el citado dibujo.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
457
Finalizada la composición de la obra, Margarita Nelken y Lan Adomián buscaron el
lugar y la fecha adecuados para su estreno, acto que revistieron de toda la solemnidad que la
ocasión requería, dado que la partitura cuyo estreno iba a producirse había sido compuesta
con el propósito de que fuera sancionada como Himno de la República Española.
El lugar elegido para la presentación fue la Embajada que el Gobierno de la
República Española mantenía en calidad de sede diplomática en México y, por tanto,
suelo español para los republicanos. La fecha en la que tuvo lugar el estreno público
fue el 13 de abril de 1957, en el marco de la recepción que anualmente celebraba la
citada Embajada española para conmemorar la proclamación de la Segunda
República, en esta ocasión, con motivo de su vigésimo sexto aniversario. La
interpretación de la obra corrió a cargo de un grupo de cantantes pertenecientes al
coro del Instituto Nacional de Bellas Artes, acompañados al piano por Salvador
Ochoa, todos ellos bajo la dirección del maestro Jaramillo.
Dado el éxito obtenido por la composición en su estreno público, sus promotores
se apresuraron a solicitar al GRE, ubicado en París, un pronunciamiento favorable para su
propuesta de Himno de la República Española. De obtener la aprobación requerida, el
pleito de los himnos que había gravitado de manera permanente e irresuelta durante toda la
etapa de la Segunda República hubiera encontrado solución, bien es cierto que de manera
tardía y en un contexto de expatriación y exilio de una parte muy importante de los
principales valedores de la misma.
El 21 de abril de 1957, el Diario Claridades publicó una información sobre el
estreno del himno en términos muy elogiosos, lo que respaldaba de manera pública el
trabajo presentado. Margarita Nelken no desaprovechó esta circunstancia favorable: el día
siguiente, 22 de abril, se dirigió por carta a Etcheverría Brañas, adjuntándole una copia de
la información periodística, pidiéndole que se sometiera a estudio la posibilidad de grabar
un disco que incluyera, además del nuevo himno, otras composiciones de Lan Adomián
pertenecientes al período de la Guerra Civil1123.
1123
ARE-P: 299-10. Además de las obras anteriormente citadas con textos de Miguel Hernández, Lan
Adomián compuso dos obras más sobre poemas del poeta Pascual Pla y Beltrán: Todos camaradas y Madrid y
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
458
El compositor renunciaba a los beneficios económicos que se pudieran derivar de
la comercialización del citado disco, los cuales irían destinados, a través de una cuenta
bancaria abierta en la Embajada de España en México, a atender necesidades de los
miembros de la “Liga de Mutilados e Inválidos de la Guerra Española en el exilio”,
organización creada por Margarita Nelken en 1952 a la que ya nos hemos referido. Así
recogía el Diario Claridades (México) el acontecimiento musical del estreno de la
propuesta de himno con el título de “Lan Adomián. Autor de un nuevo Himno”.
En la magna recepción celebrada el sábado 13 en la sede de la Embajada de
España en México, en conmemoración del XXVI aniversario de la
proclamación de la República Española, un coro formado por cantantes del
Instituto Nacional de Bellas Artes, estrenó un nuevo himno de la República
Española, del maestro Lan Adomián.
Según se anunció antes por el micrófono, este himno fue inicialmente
compuesto, sobre letra del malogrado poeta Miguel Hernández, en una noche
de bombardeo, en la ciudad de Valencia, durante la Guerra de España, en la
que tomó parte, como voluntario Lan Adomián, para hacer el himno de la
Sexta División del Ejército Republicano. Más tarde, ya en México, al pedirle el
entonces Embajador don Salvador Etcheverría, al maestro Adomián, que
compusiera un nuevo himno para la república, el maestro prefirió remozar su
himno siendo Margarita Nelken la encargada de adaptar los versos de Miguel
Hernández, conservando de ellos lo más posible.
El himno, entonado como decíamos por un coro mixto gentilmente ofrecido
para este fin por el INBA, dirigido por el maestro Jaramillo y acompañado al
piano por Salvador Ochoa, causó tal impresión, a la vez por su solemnidad y
arrebato, que, a petición de la numerosa concurrencia, entre la cual se hallaban
muchos de los miembros del Cuerpo Diplomático [de la República], hubo de
ser repetido íntegramente, después de ser acogido por estruendosa y
prolongada ovación1124.
En la citada carta de 22 de abril, Margarita Nelken emplazaba a Etcheverría
Brañas a cumplir la parte del acuerdo que le correspondía, dado que “Lan cumplió con
creces [el encargo]”. Le trasladaba así la responsabilidad de promover en el seno del
GRE una respuesta favorable a sus expectativas.
su heróico defensor, recogidas, respectivamente, en PALACIO, Carlos (rec.), Colección de canciones…, op.
cit., pp. 41-42 y 45-46. La segunda de estas canciones en un homenaje al general José Miaja.
1124
Insertamos, por su interés, el artículo en su totalidad. Publicado en un día de gran difusión de
la prensa, el domingo 21 de abril de 1957, no contiene en el documento que hemos consultado ni la
identidad del autor ni el número de página. ARE.P: 299-10.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
459
Por el adjunto recorte de “Claridades” verá que Lan cumplió con creces: el
himno fue un gran éxito y un momento de gran emoción. Yo creo, sinceramente,
que ha logrado algo muy hermoso. Y ahora, a ver qué opina Vd. de esto, en su
calidad de Ministro de Propaganda: que se hiciera un disco con el Himno, y algunas
de las canciones –también de Lan- de nuestra guerra, y, si acaso, su “Tempo di
Marcia”. Estos discos, que ahora no pesan ni abultan nada, además de venderse por
todas partes a beneficio de los mutilados, podrían introducirse fácilmente en España,
y, como propaganda serían de gran efecto, ya que despertarían de seguro el
entusiasmo republicano de quienes los oyeran. ¿No le parece? […].
En fin, Lan y yo esperamos su respuesta sobre el particular1125.
La propuesta de conjunto que Margarita Nelken trasladó a las autoridades
republicanas para la grabación y edición de la obra estaba muy bien estructurada y
disponía de los elementos necesarios para que, de haberse llevado a cabo, hubiera podido
tener una gran trascendencia pública como elemento de la actividad propagandística de la
República en los dos ámbitos que nunca se disociaron en su actividad, como una única
entidad violentamente fragmentada: el exilio y España.
Pero antes de abordar la grabación de la obra y su difusión impresa era preciso
subsanar una formalidad: el GRE aún no se había pronunciado sobre si daba su aprobación
al citado proyecto. Fue el propio compositor quien, mediante carta de fecha 16 de mayo de
19571126, explicara a Etcheverría Brañas las circunstancias que rodearon la composición
de este himno que, compuesto inicialmente como Canción de la Sexta División del
ejército republicano, se presentaba, casi diecinueve años más tarde tras haber sido
modificado el texto original, para su aceptación por las autoridades republicanas como
Himno de la República Española.
A Salvador Etcheverría, Ministro de Información de la República Española.
16 de Mayo de 1957.
Querido Salvador: Te envío una copia del “Himno de la República
Española”, para voz y piano. Una obra que me trae muchísimos recuerdos de
España, de una España que nos inspiró a Miguel Hernández y a mí. Esa canción
1125
ARE-P: 299-10. Margarita Nelken sugería en esta carta a Salvador Etcheverría Brañas que
pusiera este proyecto en conocimiento de una amiga suya residente en París, Germanine Moch quien le podía
prestar su ayuda. Germaine Moch, era la esposa de uno de los políticos franceses más influyentes del
momento, el socialista de origen judío Jules Moch. A continuación, le indicaba que Germaine quería mucho a
“Magdina” (dimunitivo empleado por Margarita Nelken referido a su hija Magda).
1126
Por su interés, reproduciremos a continuación en su totalidad este documento.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
460
tiene una historia interesante. En septiembre de 1938 yo estuve en Valencia –
esperando que me llamen para embarcar en Alicante, rumbo a Barcelona. […]
Durante mi estancia en Valencia, me ocupaba en conocer los músicos y varios
intelectuales de allí. […] El lugar donde se reunían muchos de los intelectuales
era en la calle Trinquete de Caballeros. Allí conocí a Miguel Hernández y a otro
poeta valenciano. Con Miguel compuse tres canciones. Una de ellas ‒Las
puertas de Madrid‒ dicen que se canta en las cárceles franquistas. Se ha
convertido en una especie de canción popular. Otra canción se llama La guerra,
madre, la guerra. Y ahora, la tercera canción:
Una mañana vino Miguel a la casa de Trinquete de Caballeros. Yo estaba allí
todos los días. Me dieron una habitación donde hubo un piano. Allá estuve yo
componiendo. Vino Miguel acompañado del Estado Mayor de la Academia de la
Sexta División. Miguel me presentó a los jóvenes oficiales, diciéndoles que yo
fui la persona indicada para componer el Himno de la Sexta División. Acto
seguido me entregó la letra y se marchó. Aquella noche la pasé componiendo ese
himno. Hubo una noche de bombardeo del puerto de Grau. A pesar de los
pesares terminé la canción durante la noche. Al día siquiente fui ‒como era mi
costumbre‒ a almorzar en el restaurante Munich de la calle de la Paz (¡). En
medio de la comida se asoma un sargento-chófer de la Academia de la Sexta
División y me señala que salga. Salí del restaurante. Allí en la calle estuvo el
coche de la Academia. Muy ceremonioso, el sargento abrió la portezuela del
coche. Y dentro de menos de dos minutos estuvimos en la casa de Trinquete de
Caballeros. Con ademanes de “misterio” el sargento me condujo hacia mi cuarto
de trabajo. Allí encima un banco me encontré el “pago” por el himno: bolsos de
garbanzos, lentejas, arroz (¡), azúcar (¡), un chuzco de pan de oficiales y… DIEZ
cajetillas de cigarros que nosotros los llamamos “antitanques”¡¡¡
De este himno […] salió el que te mando. Es justo que un himno patriótico
se inspira en la lucha. Yo nada más deseo que esa obra mía os gusta a todos.
Fuera presumido de mi parte esperar que ese himno se haga el himno (de verdad)
de nuestra República. De todos modos aquí lo tienes y es del corazón1127.
Un día más tarde, el día 17 de mayo, Margarita Nelken procedía de manera
similar a Lan Adomián, y se dirigía por carta a Etcheverría Brañas para trasladarle la
impresión que en ellos habían producido sus cartas.
1127
Un fragmento de esta carta está reproducido en TORAL DE ADOMIÁN, M.ª Teresa (comp.),
La voluntad de crear…, op. cit., (Tomo I), pp. 172-173. Dicho documento se encuentra en AHN, fondo
Diego Martínez Barrio: leg. 11, carp. 43. En la carta, Lan Adomián cuenta a Etcheverría cómo fue su
aprendizaje del castellano: “Como bien sabes, recibí solo una lección en la lengua castellana en Tarazona de
la Mancha; el miliciano iba a continuar las clases, pero él tuvo que irse al frente. Así es que por la partida del
miliciano de la cultura mi castellano está cojeando un poco. ¿Un mucho?”. Lan Adomián tendría oportunidad
de aprender correctamente esta lengua en su exilio mexicano, a pesar de la utilización un tanto particular que
hace de los guiones y de los signos de admiración. Véase también GÓMEZ RIVAS, Isabel y TÉLLEZ
CENZANO, Enrique: “Las señas de identidad…”, op. cit., pp. 124-125.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
461
Mi siempre tan recordado buen amigo Etcheverría:
Mucho he agradecido su carta, o, mejor sus cartas, ya que las destinadas a Lan
le han proporcionado a éste no solo tanta emoción como a mí, si no [sic por
sino], una alegría inmensa. El puso toda su alma en ese Himno, que, desde luego,
yo creo, hablando objetivamente, es algo muy fuerte, muy hermoso y, a la vez,
muy “entrainant”. Y al ver que el Gobierno que representa la causa que es SU
CAUSA ha estimado su esfuerzo, tenía naturalmente que impresionarle mucho,
(igual que a mí) y ser su mejor recompensa, en espera del momento en que la
recompensa pueda tenerla oyendo su obra, a pleno pulmón, en la España
devuelta a sus destinos1128.
A continuación, Margarita Nelken informaba en esa misma carta de cómo había
procedido en cuanto al tratamiento dado al texto de Miguel Hernández, al tiempo que
mencionaba la invitación previa realizada a otro poeta exiliado, Pedro Garfías.
Como la letra era de “circunstancias”, o sea propia para aquel momento de
guerra, de lucha enardecida, y además girando en torno a la Sexta División,
nombrada en ella, primero pensamos, Lan y yo, pedirle otra a Pedro Garfias:
Vino a casa con ese objeto, se entusiasmó con la idea… Y, por desgracia, de
aquí se fue a emborracharse una vez más1129; […] Total, que imposible contar
con él. Entonces me decidí a modificar con todo respeto la letra de Miguel
Hernández, quitándole lo “circunstancial”, poniendo de mi cosecha lo referente a
la República, y dándole un tinte general al margen de todo partidismo,
1128
Una copia de esta carta se encuentra en AHN, fondo Diego Martínez Barrio: leg. 11, carp.
43. El original se conserva en el ARE-P: 299-10.
1129
No es casual que Margarita Nelken y Lan Adomián solicitaran la colaboración del poeta Pedro
Garfias para su proyecto de himno para la Segunda República española, ya que este autor había escrito
durante la Guerra Civil el texto del Himno de la Sexta División, con música del compositor Carlos Palacio.
Es preciso señalar que, además de esta partitura, hubo otra obra compuesta para esta unidad militar del
ejército republicano, que fue encargada por Miguel Hernández al compositor Lan Adomián. Esta obra se
tituló Canción de la Sexta División, escrita sobre un poema del poeta oriolano. No deben confundirse ambas
obras a pesar de estar destinadas a la misma unidad militar. Desestimada la opción de la colaboración de
Pedro Garfias por las razones que exponía Margarita Nelken en su carta a Etcheverría Brañas, Lan Adomián
recuperó la composición propia con texto de Miguel Hernández como punto de partida de la que más tarde
sería su propuesta de Himno de la República Española. Recogemos a continuación un breve fragmento de
Carlos Palacio en el que se refiere a la participación de Pedro Garfias en la creación de este valioso repertorio
musical destinado a estimular la moral del ejército republicano.
“[Pedro] Garfias y yo íbamos a menudo a los frentes del Ejército de Levante. Él decía sus versos
maravillosamente y, si había piano (un viejo piano a veces, en una casa medio destruida ocupada
por soldados) yo mismo cantaba las canciones que tanto gustaban a los combatientes. Le veré
siempre entre ellos, lleno de cólera, de grito y de angustia…”.
PALACIO, Carlos, Acordes…, op. cit., pp.164-165. El poeta no solo escribía los textos, en
ocasiones improvisaba también las líneas melódicas que consideraba más adecuadas para ellos; a
continuación eran transcritas a papel pautado y armonizadas por Carlos Palacio. Posteriormente, si disponían
de los medios adecuados, eran imprimidas y distribuidas a toda la unidad.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
462
procurando, por el contrario, infundirle serenidad. Creo haberlo conseguido, y
espero me diga Vd. si, en efecto, así se lo parece. Para que puedan juzgar mejor,
y aunque la letra va con la partitura, se la mando aquí en hoja aparte1130.
Salvador Etcheverría trasladó la propuesta para su consideración al Presidente de
la República, Diego Martínez Barrio, quien después de analizarla expresó algunas reservas
hacia el texto empleado, mediante carta de 26 de mayo de 1957 dirigida a Fernando
Valera, ministro de Estado y Relaciones Internacionales que en esas fechas ocupaba, con
carácter interino, la Presidencia del Gobierno ante la ausencia de Félix Gordón Ordás.
La segunda parte de la primera estrofa me parece deslucida por un adjetivo
que es simplemente un mal ripio. Lógicamente se combate por un mundo justo,
justiciero, igualitario, fraternal, pero por un mundo hermoso créolo licencia
poética desmesurada. El adjetivo hermoso aplicado al mundo ideal suena mal y
sabe peor. Y en la cuarta estrofa hay otro pareado antipoético:
“Se apagarán en la paz los fusiles;
madura el campo feliz de rumor”.
¿Qué es lo que madura en el campo feliz… un rumor? Los rumores no maduran
y la idea de un campo feliz no se evoca con rumores1131.
1130
Margarita Nelken reiteraba a Etcheverría Brañas la posibilidad de vincular a este proyecto a su
amiga Germanine Moch dado que, además de su relación de amistad, Germaine era coautora con su
marido, Jules Moch, de un libro escrito en 1933, dedicado al estudio de la República española y de los
posibles escenarios de su evolución. Véase PICARD-MOCH, Germaine, y MOCH, Jules, L´Espagne
républicaine: l´oeuvre d´une Revolution, París, Rieder, 1933. Margarita Nelken finalizaba su carta a
Etcheverría con un breve apunte sobre su situación personal. “De mí, poco puedo contarle. Estoy hecha un
esperpento (peso 43 kilos) y me emborracho trabajando como de costumbre. Pero hay ratos en que no
puedo más. Ya supondrá lo que fue para mí oír el Himno de Lan: Magdina [diminutivo de su hija Magda]
estaba con nosotros, ya muy malita, el último 14 de Abril que yo había estado en la Embajada. El 23 de
Junio harán 3 años que se nos fue”. ARE-P: 299-10.
1131
Consideramos que Diego Martínez Barrio hizo una interpretación del término “rumor” no
coincidente con la significación poética que el citado término tenía en la obra de Miguel Hernández, quien
lo utilizó para evocar el concepto de “vida”. El “rumor” en Miguel Hernández es “vida”, porque la vida
para el poeta es movimiento, ruido, “rumor”…
En la Canción de la Sexta División En el poema Recoged esta Voz
Se apagarán en la paz los fusiles Aquí tengo una voz enardecida,
al pie del árbol feliz de rumor; aquí tengo una vida combatida y airada,
y en donde entremos, talleres y pozos, aquí tengo un rumor, aquí tengo una vida.
tienen que entrar la alegría y el sol.
Las negritas son nuestras. Véanse, respectivamente, La canción de la sexta división en
Canciones de lucha…, op. cit., pp. 96-97, y el poema Recoged esta Voz en HERNÁNDEZ, Miguel,
Antología comentada, (I Poesía)…, op. cit., p. 235. La carta de Diego Martínez Barrio puede consultarse
en AHN, fondo Diego Martínez Barrio: leg. 11, carp. 43.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
463
Me figuro cuán difícil habrá sido a Margarita acoplar la letra de un himno de
guerra (no lo conozco) al proyecto de himno nacional que ha de servir para todos
los tiempos. Mas precisamente por la perennidad del texto se requieren unas
locuciones felices y concretas. […].
Como yo no soy poeta líbrome de enunciar otros modos, quedándome en el
papel de crítico afectuoso que admira y aplaude la obra ajena y desea verla
perfeccionada. Advertirán Etcheverría y usted, en resumen de cuentas, que con
acierto o sin él he prestado al proyecto la mayor atención1132.
Salvador Etcheverría, por su parte, escribió a Lan Adomián una nota de cortesía,
el 2 de junio de 1957, sin que en la misma figurase mención alguna hacia la
consideración que el himno propuesto por Lan Adomián y Margarita Nelken había
merecido por parte del Presidente de la República, Diego Martínez Barrio.
De Salvador Etcheverría, Ministro de Información, París, 2 de junio de 1957.
Amigo y Maestro: Aún estoy bajo la impresión de tu emotiva carta, con la
que tuviste la amabilidad de enviarme una copia del vigoroso y brillante himno
que creaste para la República Española. La descripción que me haces de aquella
noche memorable es una página de antología, a pesar de que el miliciano Lan
Adomián recibió una sola lección de español. Te envía un cordial abrazo,
Salvador Etcheverría1133.
El mismo día que Etcheverría escribía a Lan Adomián, Fernando Valera lo hacía
a Martínez Barrio, y su mensaje no podía ser más lesivo para las expectativas de
Margarita Nelken y Adomián, al trasladar al Presidente de la República un comentario
indicándole que “el [himno] de Riego lo es de la República por un Decreto del Gobierno
Provisional, cosa que yo no recordaba”1134. Si la República ya disponía de un himno,
según afirmaba Valera, señalando que lo era el de Riego, no sería necesario
pronunciarse oficialmente sobre la propuesta Himno de la República Española
defendida por sus creadores.
Sin embargo, la afirmación de Fernando Valera no era correcta, dado que
durante el mandato del Gobierno Provisional de la República sí se promulgó un Decreto
1132
AHN, fondo Diego Martínez Barrio: leg. 11, carp. 43.
1133
TORAL DE ADOMIÁN, M.ª Teresa (comp.), La voluntad de crear…, op. cit., (Tomo I), p. 173.
1134
Carta de Fernando Valera a Diego Martínez Barrio, fechada el 2 de junio de 1957. Archivo
Histórico Nacional (AHN), fondo Diego Martínez Barrio: leg. 11, carp. 43.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
464
que reconocía como oficial la bandera tricolor, pero en el que no se mencionaba ningún
himno. Tampoco se produjo posteriormente el hecho que apuntaba Valera. ¿Se trataba
de un error involuntario del Presidente del GRE al considerar las circulares citadas del
Ministerio de la Guerra como un Decreto del Gobierno Provisional o era, más bien, una
información intencionada con la que se pretendía cerrar la cuestión planteada desde
México de la aprobación del Himno de la República Española?
A pesar de la carta de Fernando Valera, continuaron los intercambios epistolares
entre los creadores del himno y los responsables de las instituciones republicanas. Antes
de que esta comunicación se produjera había tenido lugar una reflexión ‒poco
afortunada‒ del Presidente de la República sobre el texto de Miguel Hernández
adaptado por Margarita Nelken.
Diego Martínez Barrio debía de tener información, a través de la carta remitida
por Margarita Nelken a Etcheverría Brañas el día 17 de mayo, sobre la orientación que
había guiado a la escritora en relación con el tratamiento dado al texto del poeta
oriolano. Pero el Presidente de la República desconocía los términos exactos en los que
esta intervención se había producido y así lo expresó, entre paréntesis, cuando se refería
a “cuán difícil habrá sido a Margarita acoplar la letra de un himno de guerra (no lo
conozco) al proyecto de himno nacional que ha de servir para todos los tiempos”.
La actuación de Margarita Nelken había estado sujeta al principio enunciado en
su carta a Etcheverría Brañas ya citada, de “modificar con todo respeto la letra de
Miguel Hernández”. Las principales modificaciones efectuadas en el texto original
fueron las siguientes1135:
A) Escrito el texto inicialmente por el poeta Miguel Hernández como Canción de la
Sexta División, en honor a dicha unidad del ejército republicano, Margarita
Nelken y Lan Adomián sustituyeron su título por el de Himno de la República
Española, entidad política a la que se pretendía dotar de nuevo himno.
1135
Jesucristo Riquelme señaló genéricamente algunas modificaciones entre los textos de Miguel
Hernández y Margarita Nelken. Véase RIQUELME, Jesucristo, “Obra exenta e inédita de Miguel
Hernández que completa la obra completa”, Barcarola (noviembre de 2010), n.º 76, pp. 22-23. Nosotros
hemos optado por profundizar en el análisis de la totalidad del texto.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
465
B) La primera estrofa de Miguel Hernández se conserva prácticamente igual, excepto
una modificación introducida por Margarita Nelken consistente en la sustitución
del último verso (“nos aconseja la esencia del mar”) por (“nos dan coraje la tierra y
el mar”). De este modo, en consonancia con otras modificaciones que
señalaremos, se amplía el ámbito “del mar” a toda “la tierra y el mar” que dan el
“coraje” necesario para extender “el combate por un mundo hermoso”.
C) En el estribillo, inicialmente construido sobre la exaltación de la Sexta División
(“De España, Madre, es la Sexta División…”), la repetición de sus dos primeros
versos es sustituida por una exclamación exhortativa de la República (“¡En pie,
República Española…!”). La palabra “pie” ya figuraba en el texto original
(“España ha de salvar del pie de la invasión”), para referirse a la Sexta División
como salvadora de la invasión extranjera. La misma palabra sería utilizada una
segunda vez en la tercera estrofa, para recrear un espacio sonoro que había
dejado atrás el ruido ensordecedor de los fusiles (“al pie del árbol feliz de
rumor”1136). Margarita Nelken transformó la palabra “pie” en una llamada (“En
pie”) y la situó dentro de una exclamación, convirtiéndola en invocación
metafórica al inicio de una acción política (“¡En pie, República Española…!”).
La reiteración de su comienzo (“¡En pie…!”) da lugar a una anáfora con la que
se pretende destacar el contenido expresivo del verso que inicia el estribillo.
Nelken introdujo, para concluir el mismo, una descalificación del adversario
político que no figuraba en el original: “¡En pie con alma y vida, / frente al
felón!”1137. El estribillo continúa con una importante modificación: el verso
“España ha de salvar del pie de la invasión” es sustituido por “A España la
salvarán sus hijos con tesón”. Se había pasado de glosar en el texto de Miguel
Hernández a la Sexta División a convocar a todos los españoles en la lucha “con
tesón” para salvar su patria. Ya en el primer verso del estribillo se hacía este
llamamiento “con decisión”, y en el verso siguiente, “con alma y vida”, es decir,
con todas las fuerzas que se pudieran poner en juego en defensa de la República.
D) En la segunda estrofa, Miguel Hernández cantaba al amor de una mujer (“que
me lleve a su lado / con la victoria y los brazos en flor”). Margarita Nelken
transformó esta estrofa sustituyendo, en primer lugar, a la “mujer” por el
“porvenir” y, en segundo lugar, abundando en la esperanza de dicho “porvenir”
para asignarle un sentido colectivo de hermanamiento entre los contendientes al
introducir el verso “en el futuro seremos hermanos”. Podemos apreciar,
igualmente, este sentido colectivo en la sustitución del pronombre “me” por
“nos” en el verso segundo de esta estrofa.
E) En la última estrofa, Margarita Nelken sustituyó la dimensión individual (“el
árbol”) del verso en el que el poeta sitúa la paz (“al pie del árbol feliz de
1136
Ya hemos señalado que Diego Martínez Barrio no interpretó adecuadamente el significado
del término “rumor” en el texto de Margarita Nelken, la cual había respetado el sentido otorgado por
Miguel Hernández a este concepto como sinónimo de “vida”.
1137
Según el diccionario de la Real Academia Española, “felón, na. (Del fr. felon, cruel,
malvado, y este quizá del franco *fĭllo, -ons, verdugo, der. del germ. *filljan, desollar, azotar)”, [en línea].
Puede consultarse en red en «http://www.rae.es/rae.html» [Consulta: 27 septiembre 2008].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
466
rumor”), por un elemento de la naturaleza (“el campo”) de dimensiones más
amplias (“madura el campo feliz de rumor”), aludiendo a su fertilidad una vez
finalizada la guerra (“se apagarán en la paz los fusiles”). Otra modificación
sustancial en la misma estrofa se produce en su tercer verso (“y en donde
entremos, talleres y pozos”), en el que se sustituye la palabra “pozos” por
“fecundos” (“y en donde entremos, talleres fecundos”). Esta modificación está
estrechamente relacionada con la precedente en lo relativo a la fertilidad. En su
último verso (“tienen que entrar la alegría y el sol”) se cambia “tienen que” por
“habrán de” (“habrán de entrar la alegría y el sol”), que le confiere un matiz de
esperanza en el futuro.
Hasta aquí las modificaciones sobre el texto de Miguel Hernández. Pero en el
trabajo de Margarita Nelken también hubo una significativa aportación propia: la escritora
se permitió una pequeña licencia (en la forma, más ortográfica que poética) a través de la
cual dejó constancia de sus ideas, de su pensamiento político, al destacar con mayúscula
algunos conceptos que Miguel Hernández había escrito con minúscula1138.
Eran un total de siete términos, ubicados en el original hernandiano en los versos
1.º, 2.º (dos), 8.º y 9.º, 11.º, 12.º y 13.º. Gracias a esta modificación ortográfica,
Margarita Nelken interpretó ‒según su criterio personal‒ cuáles eran los conceptos más
importantes en el texto de Miguel Hernández, aquellos que contenían el ideario y las
aspiraciones políticas del poeta compartidos por ella. Mediante este sencillo
procedimiento, Margarita Nelken intentó mostrarnos el discurso interno del poema, su
programa político.
Libertad
Independencia
Pueblo [Viento del…]
Tierra
Porvenir
Futuro
Victoria1139.
1138
Himno de la República Española (Música de Lan Adomián. Letra de Miguel
Hernández‒Margarita Nelken). AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-2. Consideramos el presente
documento como el original del trabajo realizado por Margarita Nelken, el cual recoge las
modificaciones señaladas.
1139
Id. La corrección de los términos “Española” y “Tierra” a mayúscula figura
manuscrita en el original de Nelken. Consúltese Anexo Documental (Doc. XI).
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
467
Presentamos en la tabla siguiente los términos utilizados por Miguel Hernández
en el original de 1938 así como su transformación en el texto revisado por Margarita
Nelken en 1957. Cuatro de ellos (República Española, España y Patria) mantienen la
mayúscula en los dos textos.
UNA CANCIÓN (LUEGO, HIMNO) COMO NEXO DE DOS REALIDADES
POLÍTICAS DIFERENTES: LA GUERRA CIVIL Y EL EXILIO
Canción de la Sexta División1140
Miguel Hernández (1938)
Himno de la República Española1141
Margarita Nelken (1957)
libertad
Libertad
independencia
Independencia
pueblo
Pueblo
República
República
Española
Española
España
España
Patria
Patria
tierra
Tierra
porvenir
Porvenir
futuro
Futuro
victoria
Victoria
Fig. 13 Elaboración propia.
Podemos concluir sobre esta cuestión que Margarita Nelken, fiel al compromiso
adquirido, renunció a realizar una transformación más profunda del texto. Tal vez
consideró que el poema de Miguel Hernández recogía el espíritu de la España republicana
de 1938 y tan solo era preciso reubicarlo en la España del exilio de 1957, sin llevar a cabo
una intervención más extensa que le privara de su significación original.
1140
La canción de la sexta división en Canciones de lucha…, op. cit., pp. 96-97.
1141
AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-2.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
468
La última carta que conocemos de este intenso intercambio epistolar la firma
Margarita Nelken el 25 de junio de 1957 y está dirigida, como las anteriores, a
Etcheverría Brañas. En ella, quizá influida por las informaciones que ha recibido de
Álvarez del Vayo sobre las gestiones que se están llevando a cabo para lograr el
aislamiento internacional del régimen del general Franco, expresa su confianza en un
cambio de la situación política española favorable a las expectativas de las fuerzas que
apoyan la reinstauración de la República.
Ya parece en el horizonte se aclara en lo que a nuestra España respecta. Me
figuro la de tareas que sobre usted en general, y sobre Vd., por su cargo en
particular pesarán en estos días, en que sin duda se avecinan momentos decisivos
que no pueden agarrarnos desprevenidos. Aunque yo ya de poco puedo servir, y,
desde luego, he de quedarme al margen de toda actividad precisa, no quiero dejar
de decirle que siempre pueden contar con mi modesta colaboración (modesta,
pero entusiasta y honesta) en aquello en que la estimen útil. Por ejemplo,
redactar lo que sea, firmado, o, mejor, sin firmar, aquí estoy, y soy la de siempre
en lo que a ideas atañe. Y precisamente por esos momentos que ya parecen
avecinarse a pasos agigantados, creo fuere1142 conveniente apresurar también lo
del Himno de Lan1143.
A continuación, Margarita Nelken describió a Etcheverría los pormenores de las
gestiones que había realizado ante las autoridades mexicanas en aras de una pronta
realización del proyecto, y formulaba al político diversas preguntas para una mayor
concreción de la fase final del mismo.
Hablé de ello al Secretario de Educación, quien está conforme en que se grave
[sic por grabe) en Bellas Artes, para que después ustedes allí hagan los discos.
Ahora bien, Lan quisiera saber, antes de orquestar […]: 1) el título que ha de
llevar el Himno (¿Nuevo Himno de la República Española?, ¿Un nuevo himno
de la República Española?, ¿Nuevo Himno Republicano Español?…). En fin,
ustedes decidirán. 2) si por fin están en absoluto conformes con su letra. Como
no se trata de una “cancioncita”, es natural desee saber, antes de proceder a la
grabación, y ya que esta se ha de hacer con ayuda oficial de México, en qué
forma quiere el Gobierno de la República aparezca el Himno […]. Podríase, si,
ya desde ahora, puesto que el gasto es ínfimo, hacer una edición, en papel
corriente (dos hojas), cuya venta, asimismo, de música y letra, iría, una vez
cubiertos los gastos de impresión, para beneficio de los mutilados. La cubierta
podría, o, mejor, debería ser dibujada por un artista famoso: si posible, Picasso;
1142
En el original figura tachada la palabra “sería”, que fue sustituida por “fuere”.
1143
ARE-P: 299-10.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
469
si no, se lo pediría yo, aquí, a Vela Zanetti (el que ha decorado la ONU, muy
amigo de Gordón). Para que fuera algo llamativo. Y el mismo dibujo de esa
portada podría servir también después para cubierta del disco1144.
La primera pregunta está referida al título definitivo del himno y avanzaba varias
posibilidades: “¿Nuevo Himno de la República Española?, ¿Un nuevo himno de la
República Española?, ¿Nuevo Himno Republicano Español?”. Observamos que
Margarita Nelken en ningún momento se refiere a la “Segunda República” o a una
hipotética “Tercera República”. Su esfuerzo y el entusiasmo que pone en el empeño está
dirigido a la creación de un himno como referente simbólico de la República y deja al
GRE la opción de determinar la denominación oficial del mismo.
Margarita Nelken había participado como diputada del Parlamento español en el
exilio, en el intento frustrado de restauración de la República que tuvo lugar en México en
1945. Sus convicciones y su compromiso personal le hicieron implicarse de nuevo, en
1957, en un movimiento al que aportaba, en colaboración con Lan Adomián, una
propuesta de himno al que ella personalmente había asignado un título que carecía de
precisiones numéricas: Himno de la República Española.
Consideraba que era un proyecto positivo para la imagen de la República y
podía suponer, al mismo tiempo, un estímulo enriquecedor para todos los
republicanos, especialmente para quienes vivían en el exilio. La segunda pregunta que
formulaba Margarita Nelken estaba relacionada con el nudo gordiano en que se había
convertido el texto del poema, sobre el que preguntaba “si por fin están en absoluto
conformes con su letra”.
Concluía su carta a Etcheverría Brañas con una última y escueta reflexión,
expresada en su segunda parte como pregunta, en la que sintetizaba magistralmente cuál
era para ella el estado de la cuestión, en el que su entusiasmo le impedía considerar, de
hecho, la posibilidad de una respuesta negativa.
1144
ARE-P: 299-10.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
470
Bueno, que Lan espera su respuesta sobre todo esto, para decirle yo a Ceniceros
que ya está listo el Himno para ser grabado. ¿Verdad que será de muy buen efecto
que nuestro Himno haya sido grabado “oficialmente” en México?1145
Las reservas que había expresado el Presidente de la República, Diego Martínez
Barrio, a la propuesta de himno presentada por Lan Adomián y Margarita Nelken no
cuestionaban en absoluto la oportunidad de la creación del mismo. Tampoco emitía
ningún pronunciamiento sobre su música y, aunque sin invalidar el texto, sí se había
sugerido su modificación: “Como yo no soy poeta líbrome de enunciar otros modos,
quedándome en el papel de crítico afectuoso que admira y aplaude la obra ajena y
desea verla perfeccionada”.
El proyecto había entrado en una fase de no retorno y tanto las dos preguntas
formuladas por Margarita Nelken como la sugerencia de Diego Martínez Barrio de ver
la propuesta perfeccionada en cuanto al texto quedaron sin respuesta. Y la República,
sin himno una vez más. A la falta de sintonía evidenciada en las posiciones defendidas
por los distintos actores vino a sumarse, apenas tres meses más tarde, un hecho luctuoso
que pusi el punto final definitivo a este proyecto: el inesperado fallecimiento de
Salvador Etcheverría Brañas, ocurrido en París el 23 de septiembre de 1957, quien había
puesto su buen hacer de diplomático al servicio de la intermediación entre las partes,
creadores de un lado, y responsables políticos de otro1146.
La conclusión sin éxito de la citada propuesta no dificultó la colaboración
artística entre los dos autores en el futuro. Juntos alumbraron un nuevo proyecto
musical titulado Cantata Elegíaca, con música de Lan Adomián escrita sobre un texto
de Margarita Nelken. Su estreno tuvo lugar el 7 de octubre de 1963, en el Teatro
1145
ARE-P: 299-10.
1146
La vida política de Salvador Etcheverría Brañas había estado íntimamente ligada a la de su
amigo Félix Gordón Ordás desde que se produjera la escisión, a comienzos de los años 30, del Partido
Radical Socialista, al que pertenecían ambos, y decidiera seguir los pasos de Gordón Ordás para fundar
Unión Republicana. Fue Gordón Ordás quien invitó a Etcheverría a incorporarse, en el año 1937, a los
servicios diplomáticos del Gobierno de la República; fue también Gordón Ordás, en calidad de Presidente de
Gobierno, quien lo nombró ministro en su gabinete, cargo del que tomó posesión el 20 de enero de 1956 y
cuya conclusión estaba prevista para abril de 1960. Y ahora, ante el inesperado fallecimiento de Etcheverría,
fue su amigo Félix Gordón Ordás quien asumió las responsabilidades ministeriales que este dejaba vacantes.
Véanse ETXANIZ MAKAZAGA, José Manuel, Félix Gordón Ordás y sus circunstancias. Apuntes para su
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
471
Fábregas de México D.F., y contó con la participación de la mezzosoprano Margarita
González y la dirección de Luis Sandi.
En el desarrollo de su trabajo creativo, Adomián no olvidó el compromiso
adquirido con sus compañeros de las Brigadas Internacionales durante la Guerra
Civil1147. Fue una constante del exilio republicano la recuperación de la memoria
histórica de la República, gracias a la construcción de un universo creativo dotado de
un profundo significado político. Lan Adomián hacía su particular lectura enmarcado
en este compromiso.
Yania [Lan Adomián] estaba muy enfermo, sus pulmones dañados, mucha
fiebre. Sus jefes no le permitieron ir al frente ¡decepción! Yania estaba
llorando. Un camarada se le acercó: “¡No llores! Muchos de nosotros no
podemos hacer otra cosa más que ir al frente. Tú eres compositor y no
tenemos muchos compositores. Tienes que componer nuestra música, música
para todos nosotros”1148.
Concluida la guerra, residiendo en México, el compositor debió de recordar las
palabras del miliciano republicano y llevó al pentagrama una nueva obra, titulada
Sinfonía n.º 2 (La Española), dedicada a todos los brigadistas que murieron defendiendo
biografía, [León], Fundación Vela Zanetti, 2003, y VV.AA, Vela Zanetti-Gordón Ordás. Correspondencia
en el exilio, León, Fundación Vela Zanetti, 2002.
1147
La llegada de las Brigadas Internacionales a España durante la Guerra Civil propició la
recopilación y composición de canciones e himnos nuevos que pudieran ser cantados por los miembros que
las integraban, entre los que se encontraba un buen número de compositores. Véase en nuestra Introducción
BUSCH, Ernst (ed.), op. cit. Al mismo tiempo, en algunos de los países de origen de estos voluntarios se
compusieron partituras con objeto de recabar fondos para la compra de ambulancias, medicinas, alimentos…
Véanse en nuestra Introducción REDMAYNE, Albert, We shall pass…, op. cit., y BUSH, Alan y
SWINGLER, Randal (eds.), The left song…, op. cit. Archivo Enrique Téllez. Sobre las Brigadas
Internacionales, consúltense VV.AA., La solidaridad de los pueblos con la República Española, 1936-1939,
Moscú, Editorial Progreso, 1974, y NÚÑEZ DÍAZ-BALART, Mirta, La disciplina de la conciencia: las
Brigadas Internacionales y su artillería de papel, Barcelona, Flor del Viento Ediciones, 2006.
1148
TORAL DE ADOMIÁN, M.ª Teresa (comp.), La voluntad de crear…, op. cit., (Tomo I), p.
71. Antonina Rodrigo recogió un fragmento de la certificación firmada por José Giral Aspiazu en la que
se indica que durante la convalencia de Lan Adomián en la Clínica Militar n.º 11 de Denia ejerció como
director de coros “entre ellos el Eslavo y el Inglés, pues estos grupos de canto han sido la admiración de
todos los pueblos de este alrededor donde han actuado”. Cit. en RODRIGO, Antonina, Una mujer
silenciada. M.ª Teresa Toral, ciencia, compromiso y exilio, Barcelona, Ariel, 2012, p. 182-182n13. Sobre
M.ª Teresa Toral véase también TORAL PEÑARANDA, Enrique, María Teresa Toral Peñaranda. La
voluntad de investigar y crear, 1911-1994, Alcalá la Real (Jaén), Asociación Cultural Enrique Toral y
Pilar Soler, 2010. Obsérvese cómo esta última referencia bibliográfica toma parte de su título (“La
voluntad de…”) del texto homónimo compilado por María Teresa Toral en homenaje a su marido Lan
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
472
la República española, en un combate que jóvenes de numerosos países interpretaron
como la defensa de la libertad frente a la dictadura1149.
Mi marido, Lan Adomián, dedicó su Segunda Sinfonía (La Española): “A
Jim y todos los Jims de este pequeño globo nuestro, que en los años 1936-
1939 fueron a España a llenar una página vacía en el libro de sus vidas y
quedaron para siempre en tierra española”. Jim fue real, no poéticamente
inventado. Dejó en Estados Unidos su casa, su trabajo y su familia para llenar
esa página vacía, llenándola con su lucha por una causa justa y… quedó para
siempre sepultado en tierra española1150.
Lan Adomián comenzó a trabajar en esta partitura en 1947. Intercalando otros
proyectos, la concluyó en 1960 y fue estrenada en México D.F. en el marco del IV
Festival de Música Contemporánea, organizado por el Instituto Nacional de Bellas
Artes, el 15 de julio de 1966. La interpretación de la obra corrió a cargo de la Orquesta
Sinfónica Nacional de México, dirigida por Luis Herrera de la Fuente.
Diez días antes del estreno mundial de la Segunda Sinfonía, Adomián quiso
realizar un regalo especial a Margarita Nelken, con motivo de su 72 cumpleaños, el 5
de julio de 1966.
Querida mami:
Ayer me indicaste que preferías no te trajera flores (como en años pasados) en
el día de hoy.
Pués –ya te tuve otro –modesto- regalo preparado: te brindo el estreno de mi
segunda sinfonía (Española).
También, este estreno es en memoria de Magda, Taguín, quienes junto a ti, a
mí, a Mateo, a Maria Teresa y tantos y tantos que participamos en nuestra guerra
Adomián (La voluntad de crear, extensamente citado). En la nueva publicación, será ella la homenajeada
por su hermano, Enrique Toral.
1149
Hemos dedicado varios trabajos al estudio del himno de las Brigadas Internacionales así
como al compositor del mismo, Carlos Palacio. Véanse TÉLLEZ CENZANO, Enrique, “El himno de las
Brigadas…”, op. cit., pp. 4-5, y “La obra compositiva de Carlos Palacio…”, op. cit.
1150
TORAL DE ADOMIÁN, M.ª Teresa, “Dos poemas…”, op. cit., p. 125. En este artículo, M.ª
Teresa Toral, entregada a la causa de divulgar la obra de su marido, Lan Adomián, recopiló numerosos
documentos para su publicación, con el fin de que su nombre “no sea olvidado en nuestra España, por la
que tanto sacrificó” . Id. Contiene, igualmente, copia de las partituras manuscritas compuestas para voz y
piano sobre los dos poemas de Miguel Hernández, ambas escritas por Adomián en 1938: La Guerra,
Madre: La Guerra y Las Puertas de Madrid. Ibid. pp. 126 y 128, respectivamente. Respetamos la
ortografía utilizada por el compositor.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
473
para la libertad de nuestra España y para evitar el holocausto de la 2nda guerra
mundial. Fracasamos. Pero el ideal queda.
Desgraciadamente la guerra –toda guerra– está compuesta de ideales – lodo –
sangre – nobleza – bajeza – y tantas facetas del “homo sapiens” (sapiens?).
Nos quedamos con nuestro ideal.
Me atreví –en la sinfonía– a mezclar la guerra y el Cante Jondo. Espero que
resultará en un granito pequeñísimo de nuestra amarga experiencia.
Pero nos queda la esperanza……
Otra vez te brindo este estreno con un abrazo y un beso –cariñosamente,
Lan.
México – 5 de julio de 19661151.
Casi dos años más tarde moría Margarita Nelken, el 8 de marzo de 19681152. Con
motivo de su funeral, celebrado el día 9 de marzo, se leyeron textos emotivos en
reconocimiento a su persona así como a su intensa actividad solidaria en defensa de los
más desfavorecidos. Los autores de estas condolencias eran, en algunos casos,
compañeros del exilio republicano y, en otros, amigos del país que los había acogido.
Eladia de los Ríos, en representación de la Unión de Mujeres Españolas, pronunció
las siguientes palabras:
Margarita, amiga entrañable:
La Unión de Mujeres Españolas viene a decirte adiós. A nuestra acongojada
voz se une la de tus compañeros del Comité de Ayuda a los Presos Políticos
Españoles [Margarita Nelken era su presidenta] y, estamos seguras, la de toda la
emigración republicana que con tu muerte pierde a una de sus figuras políticas e
intelectuales de más talla.
¡Hay tanto que decir de tu vida extraordinaria! Eras casi una niña cuando
comenzaste a escribir y cuando al mismo tiempo empezaba tu militancia
revolucionaria. Lejanos están esos días y sin embargo la muerte te ha
sorprendido luchando por la liberación de los presos políticos españoles y
escribiendo sobre arte sin que jamás los dolores más amargos –que la vida te
procuró con dolorosa abundancia- hayan hecho flaquear tu temple extraordinario
ni mermado en nada tu pasión y tu generosidad.
1151
Lan Adomián encabezaba todas las cartas dirigidas a Margarita Nelken con la expresión
“Querida mami”. El compositor convirtió el estreno de su Segunda Sinfonía (La Española), además de un
sentido regalo de cumpleaños a su amiga en el exilio, en un homenaje múltiple: a los dos hijos fallecidos
de Margarita Nelken (Santiago –Taguin- y Magda –Magdina–) y a su círculo familiar más cercano (Mateo
y María Teresa). AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3233-59.
1152
Lan Adomián falleció en México el 9 de mayo de 1979 y su mujer, M.ª Teresa Toral, en
Madrid el 26 de febrero de 1995. Véase, respectivamente, RODRIGO, Antonina, Una mujer
silenciada…, op. cit., pp. 199 y 207.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
474
Vas a reposar en la amorosa tierra de México, nuestra segunda patria, junto a tu
hija, de cuya pérdida no se curó jamás tu corazón. En tierra rusa otra tumba, carne
de tus entrañas, atestigua que en la lucha revolucionaria dejaste lo que más querías.
En España y en México, el tiempo agigantará tu obra.
Descansa en paz, noble amiga1153.
También Baltasar Dromundo, abogado y Presidente de la Federación de Escritores
Mexicanos Antinazis, leyó en el entierro de Margarita Nelken un texto de condolencias.
Escorzo de una vida múltiple. Vida polifacética la suya. Vida superior cortada
al filo entre la abnegación, la derrota, la victoria y el llanto. Vida sin tregua la de
Margarita Nelken. […] Los hechos probarían que la inteligencia de España salió de
allí con la República. A Margarita la ganó México1154.
La propuesta de himno elaborada por Margarita Nelken y Lan Adomián había
sido estrenada con éxito, en México D.F., el 13 de abril de 1957, pero su eco no había
llegado hasta el país que se invocaba en el texto de Miguel Hernández y que Margarita
Nelken había fijado definitivamente en su título: Himno de la República Española.
Muchos años más tarde, el 27 de diciembre de 2004, este hecho se produjo con motivo
del estreno, en el Gran Teatro de Elx (Alicante), de una versión para banda que fue
realizada por el compositor alicantino Víctor Pérez San Roque1155.
Dada la relación de amistad que unía a los tres principales intervinientes en este
proyecto de himno, debió de ser muy difícil para Etcheverría Brañas gestionar la discreta
negativa con la que el GRE había considerado la propuesta de Himno de la República
Española, en la que habían trabajado apasionadamente Margarita Nelken y Lan Adomián.
1153
Eladia de los Ríos. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3262-110.
1154
Baltasar Dromundo “Solo un escorzo de Margarita Nelken”. AHN, fondo Margarita Nelken:
leg. 3247-10. La admiración de Baltasar Dromundo por Margarita Nelken ya había quedado patente en un
largo poema presentado en México D.F. el año 1943, con el título de “Admiración por Margarita Nelken”,
en el que el autor glosa las cualidades humanas, artísticas y su compromiso político inquebrantable para
con el pueblo español. El poema está precedido de la siguiente dedicatoria: “Dedico este trabajo al amigo
predilecto de Margarita Nelken, es decir, al pueblo español”. En el AHN se conserva una copia manuscrita
del poema (AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-8) y otro ejemplar impreso por Ediciones de la
Federación de Escritores Mexicanos Antinazis AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-9.
1155
El diario El País, de 26 de diciembre de 2004, avanzaba la noticia de la celebración de este
concierto. Véase CERDÁN TATO, Enrique, “El otro himno de la República. Lan Adomián compuso en
Valencia en 1938 un himno republicano con letra de Miguel Hernández adaptada por Margarita Nelken”,
El País, (Edición Comunidad Valenciana), 26 de diciembre de 2004.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
475
Tampoco debió de ser tarea fácil para el resto de autoridades republicanas dar por
concluido este proceso sin haber solucionado un pleito que ya había sido abordado desde
los primeros días de la proclamación de la República, en abril de 1931.
Sin que se ajustara estrictamente a los parámetros considerados adecuados por
Amadeo Vives en la ponencia estudiada, la propuesta de Nelken y Adomián sí mantenía
algunos puntos en común ‒con matices‒ en relación a dicha ponencia: se había procedido
a utilizar una obra anterior (sustituyendo el concepto de “obra clásica” en Vives por el de
“obra de significación política” en Nelken-Adomián), a cuyo curso melódico se había
adaptado un texto representativo del momento histórico (Vives pensaba en “1931” y
Nelken-Adomián en “1957”), en ambos casos en exaltación de la República.
Himno de la Republica Española1156
Texto: Miguel Hernández‒Margarita Nelken‒Música: Lan Adomián
La Libertad nos ha dado su aliento;
la Independencia, y el Pueblo su hogar;
en el combate por un mundo hermoso,
nos dan coraje la tierra y el mar.
¡En pie, República Española,
en pie con decisión!
¡En pie con alma y vida,
frente al felón!
A España, la salvarán sus hijos
con tezón [sic].
¡Patria de mi vida,
Tierra de mi corazón!
Al otro lado del fuego y el odio
el Porvenir nos requiere de amor.
En el Futuro seremos hermanos,
con la Victoria y los brazos en flor.
¡En pie…
1156
AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-2. En la tercera estrofa se ha deslizado un giro muy
característico de la cultura mexicana, como es la utilización de la “z” por la “s”. Así, figura “tezón” en
vez de “tesón”. Sin embargo, obsérvese que en la partitura que reproducimos en el Anexo Documental
(Doc. X) está correctamente escrito. En ocasiones, Lan Adomián encontraba dificultades para leer los
textos mecanografiados por Margarita Nelken por lo que le escribió: “Por favor ¡los márgenes de tu
Olivetti!”. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3233-17.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
476
Se apagarán en la paz los fusiles;
madura el campo feliz de rumor;
y en donde entremos, talleres fecundos,
habrán de entrar la alegría y el sol.
¡En pie…
* * *
La canción de la Sexta División (1938), transformada de la mano de Margarita
Nelken y Lan Adomián en Himno de la Republica Española (1957), constituía un
poderoso nexo entre dos realidades políticas diferentes: la Guerra Civil y el exilio; nexo
artístico y humano de realidades fundidas en una sola, metáfora de la futura unión del
pueblo español como aspiración irrenunciable de los exiliados republicanos españoles.
3.3. Himno de la III República Española, según propuesta de Myriam
Peix y Manuel Riera Clavillé (París, ca. 1974)1157
Al frente de la que sería la última etapa de las instituciones republicanas en el
exilio se encontraban José Maldonado González (Tineo, Asturias, 1900-Oviedo,
1985)1158, en calidad de Presidente de la República, y Fernando Valera Aparicio
(Madroñeras, Cáceres, 1899-París, 1982)1159, como Presidente del Gobierno,
1157
Los autores de esta propuesta utilizaron, indistintamente, para referirse a dicho himno las
denominaciones de Himno de la III República o Himno de la III República Española. Nosotros hemos
optado por la segunda, salvo cuando se trate de una cita textual, dado que así se establece con precisión la
entidad nacional destinataria de la propuesta. Estudiaremos en este mismo capítulo las razones por las que se
sometió a la consideración del GRE, sucesor de los gobiernos de la Segunda República, la aprobación de un
himno nacional titulado Himno de la III República Española.
1158
Sobre José Maldonado, además de la fuentes para el estudio del exilio republicano ya citadas
en nuestra investigación, véase ALTED VIGIL, Alicia, “José Maldonado, vivencias y pensamiento
político de un republicano español”, Cuadernos Republicanos, n.º 16, 1993, pp. 25-44; y “José
Maldonado: vivencias y pensamiento político de un republicano español” (continuación), Cuadernos
Republicanos, n.º 17, 1994, pp. 15-40. Una descripción del fondo documental de José Maldonado,
depositado para su consulta en el Archivo Histórico de Asturias, puede consultarse en red en:
1159
Fernando Valera compaginó sus responsabilidades públicas con una intensa actividad
literaria, en la que destaca una amplia producción destinada al análisis de la evolución política española.
Algunas de sus obras son: Diálogos de las Españas, México D.F., s.n., 1967; Ni caudillo ni rey:
República, México D.F., Finisterre, 1974; La monarquía contra la nación, s.l., Ediciones de Información
y Propaganda de la República Española, s.a.; Lealtad a la República (cartas a un jurista español),
Valencia, Círculo Cultural “Fernando Valera”, 1981, entre otras. Sobre este autor, véase CORTIZO,
Esteban, “Fernando Valera Aparicio: teósofo, masón y republicano”, en José Antonio Ferrer Benimeli
(coord.), La Masonería en la España del siglo XX, vol. 1, Zaragoza, Centro de Estudios Históricos de
Masonería Española, 1996, pp. 287-308; ORTEGA CUENCA, Concepción, “Del franquismo a la
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
477
responsabilidad que simultaneó con la cartera de Negocios Extranjeros. En ambos casos,
se trataba de dos políticos experimentados, con una larga trayectoria pública en el
desempeño de cargos en diferentes administraciones durante la etapa de la Segunda
República y, finalizada la Guerra Civil, en distintos gobiernos republicanos en el exilio.
José Maldonado se había incorporado el 16 de febrero de 1949 al segundo de los
gobiernos presididos por Álvaro de Albornoz Liminiana, en el que ocupó la cartera de
Justicia. Tras un período sin participación directa en el GRE, volvió a formar parte de
un nuevo gobierno constituido el 8 de marzo de 1962, presidido por Claudio Sánchez
Albornoz, en el que se hizo cargo de Justicia e Información. Finalmente, accedió a la
Presidencia de la República en noviembre de 1970.
Fernando Valera acreditaba, igualmente, una prolongada dedicación a las tareas
de gobierno en distintos gabinetes de la República en el exilio. Había asumido su
primera responsabilidad ministerial el 9 de febrero de 1947 la cartera de Hacienda en
el gobierno presidido por el dirigente del PSOE, Rodolfo Llopis Ferrándiz, y continuaría
de manera ininterrumpida en diferentes ministerios en todos los gobiernos posteriores
hasta la declaración que puso fin a las instituciones republicanas en el exilio, firmada
conjuntamente por el Presidente de la República y por él mismo, en calidad de
Presidente del Gobierno, el 21 de junio de 19771160.
Este último gobierno de la Segunda República se constituyó en febrero de 1971,
después de que el presidido por Claudio Sánchez-Albornoz presentara la dimisión el 28
del mismo mes. El Presidente de la República, José Maldonado, encargó la formación
de nuevo gobierno a Fernando Valera, quien aceptó el encargo llevándolo a efecto de
manera satisfactoria. El que sería el último GRE en el exilio estuvo integrado, además
de por el propio Valera, por Julio Just Jimeno (Vicepresidencia, Emigración e Interior);
República…”, op. cit.; FERRER BENIMELI, José Antonio, “`Hemos salvaguardado la legitimidad
popular´. Entrevista con Fernando Valera, último presidente del Gobierno de la República en el exilio”,
Tiempo de Historia, n.º 33, pp. 71-77.
1160
Durante más de treinta años, Fernando Valera había renovado de manera permanente su
compromiso personal y político con los sucesivos gobiernos del GRE, por lo que podemos considerarlo
como uno de los principales garantes de la identidad institucional de la República en el exilio. La continuidad
entre el gabinete dimisionario y el entrante venía dada por la presencia en ambos de Julio Just Jimeno, quien
asumió la Vicepresidencia del Gobierno y mantuvo las responsabilidades de Emigración e Interior.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
478
Antonio Alonso Baño (Justicia); Macrino Suárez Méndez (Economía); y Francisco Giral
González y Manuel de Rivacoba y Rivacoba, en calidad de Ministros Delegados en
América Central y del Sur respectivamente.
El nuevo gabinete estaba integrado por cinco miembros y, junto al gobierno
presidido por Claudio Sánchez-Albornoz, habían sido los dos equipos ministeriales más
reducidos de cuantos se habían formado desde 1931. Otro elemento común a ambos
gobiernos era la pertenencia de todos sus componentes a Acción Republicana
Democrática Española (ARDE)1161, con la excepción del general Emilio Herrera
(Gobierno de Sánchez-Albornoz)1162 y de Antonio Alonso Baño (Gobierno de Fernando
Valera). Otra característica del equipo formado por Valera era la incorporación de un
joven economista asturiano, Macrino Suárez, que no había vivido la Guerra Civil, la
primera etapa del exilio, ni formado parte de ningún equipo ministerial anterior.
Fernando Valera presidió un gobierno reducido en cuanto a sus componentes y
en extremo limitado en cuanto a sus funciones, entre las que no figuraban la
administración de un territorio, ni la promulgación de normas que sirvieran para ordenar
la convivencia de los ciudadanos de una nación1163; su principal cometido era el de
1161
“Después de una larga y laboriosa negociación, los partidos republicanos habían logrado
llegar a un acuerdo para fundirse en un solo partido bajo el nombre de Acción Republicana Democrática
Española (ARDE), que quedó constituido en el Congreso de fundación celebrado en París los días 16, 17
y 18 de junio de 1960. Este Congreso eligió una comisión ejecutiva compuesta por José Maldonado,
presidente; Xavier Flores, vicepresidente; Emilio Reinares, secretario general; Pedro Ardoy, tesorero y
Martínez Moreno, Francisco Boix, Arturo Ortega y Macrino Suárez como vocales (…)”. VALLE, José
María del, Las instituciones de la República…, op. cit. p. 340. Véase también CABEZA SÁNCHEZ-
ALBORNOZ, Sonsoles, Historia política de la II República en el Exilio, Madrid, FUE, 1977; y el archivo
virtual de Carlos Esplá que recoge una importante base documental sobre la constitución de ARDE, y
antes de Acción Republicana Española, de 1940 a 1944, así como de la Junta Española de
Liberación, de 1943-1945. Puede consultarse en la red en:
[Consulta: 9 febrero 2009].
1162
El General Emilio Herrera Linares había sido sustituido en la presidencia del GRE por
Claudio Sánchez-Albornoz, e inicialmente no estaba previsto que formara parte de este nuevo gobierno.
Sánchez-Albornoz diseñó un gabinete en el que Félix Gordón Ordás debía ocupar la responsabilidad de
Ministro sin cartera, pero debido a las diferencias que este mantenía con el embajador de la República en
México, Manuel Martínez Feduchy, y ante la negativa del Presidente a destituir al citado embajador,
Gordón Ordás renunció a ocupar su cargo, siendo sustituido por el General Emilio Herrera hasta su
fallecimiento en Ginebra, el 13 de septiembre de 1967. Sobre esta cuestión véase VALLE, José María del,
Las instituciones de la República…, op. cit., pp. 344-346; y CABEZA SÁNCHEZ-ALBORNOZ,
Sonsoles, pp. 321-324.
1163
Fernando Valera tenía una visión particular sobre este hecho y declaraba ser “un político sin
vocación de poder. […] soy más bien un discípulo de la Academia platónica que un ciudadano del Ágora.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
479
mantener vivo el inmenso capital moral del que se sentían depositarios, fruto de la
experiencia del mandato republicano interrumpido por la Guerra Civil y a cuya memoria
dedicaban todo su esfuerzo. En estas circunstancias, un gobierno con pocos miembros
podía ser más operativo para lograr, a toda costa, el objetivo de la supervivencia de las
instituciones republicanas en el exilio.
Fernando Valera, que había sucedido a Sánchez Albornoz, presidía un
gobierno cada vez más mermado en recursos y menos reconocido. De la
magnífica sede que ocupaba en la avenida Foch, junto al bosque de Bolonia, se
pasó a un modesto piso en Boulogne-Billancourt, en la periferia oeste de París.
De unos ciento cincuenta funcionarios, con que contaba el gobierno de la
República en Méjico antes de trasladarse a Francia, sólo quedaban catorce. Los
miembros del gobierno que ostentaban el título de “ministros” (Valera fue
anteriormente “ministro de Hacienda”) no tenían propiamente nómina. Vivían de
sus clases de Español, sus traducciones, sus colaboraciones en publicaciones
hispano-americanas o sus empleos franceses. Las representaciones diplomáticas
de gobiernos amigos se habían reducido a las de Méjico y Yugoslavia1164.
Las posibilidades de una restauración del Gobierno de la Segunda República en
España se debilitaban cada vez más, después de que hubieran fracasado todas las
gestiones realizadas ante organismos internacionales en este sentido. No obstante, desde
el exilio se seguían promoviendo actuaciones en el seno de los mismos y se prestaba una
especial atención a las deliberaciones celebradas y a los acuerdos adoptados si estos
estaban relacionados con España. Cualquier noticia que fuera favorable a la República,
o que tuviera una incidencia negativa para el régimen del general Franco, encontraba
Y sin embargo, he trabajado más que ningún hombre de mi generación en la tribuna política, hablada o
escrita; pero mi aspiración se orientó siempre hacia la milenaria sentencia de Pitágoras: ‘¡Oh Legislador!,
no hagas leyes para el pueblo, haz pueblo para las leyes’”. FERRER BENIMELI, José Antonio, “`Hemos
salvaguardado…´, op. cit., p. 73.
1164
MIRÓ, Adrián, Lo que queda…, op. cit., p. 62. La finalización de las relaciones diplomáticas
de los gobiernos de Yugoslavia y México con la República se produjo en marzo de 1977. El 5 de octubre
de 1975, el Presidente de México, Luis Echeverría, en una intervención ante antiguos alumnos del Colegio
Madrid, hijos de exiliados españoles, expuso su posición favorable al restablecimiento de relaciones con
España ante un previsible proceso de democratización después de la muerte del general Franco. La prensa
mexicana recogió esta intervención con los siguientes titulares: “Relaciones pronto, aún con el Rey, si hay
democratización: Luis Echeverría” (Excelsior, 6 de octubre de 1975); “Regresaremos a España por la puerta
grande y pronto: Luis Echeverría” (El Día, 6 de octubre de 1975); “Estamos seguros de que muy
próximamente restableceremos nuestros nexos con España” (El Nacional, 6 de octubre de 1975). Pueden
consultarse los textos completos de los citados artículos en MATESANZ, José Antonio, pp. 424-425. Véase
también FERRER BENIMELI, José Antonio, “Historia de la República…, (y II)”, op. cit, n. º, 33, p. 70.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
480
amplio eco a través de los medios de difusión utilizados por los republicanos exiliados
(boletines, hojas informativas, declaraciones institucionales…).
En ocasiones, ante la dificultad de acceder a los medios citados, unas sencillas
hojas, mecanografiadas con calco de carboncillo para su reimpresión múltiple, era
suficiente. A partir de su elaboración se ponía en funcionamiento una extensa red de
distribución entre asociaciones afines a la causa republicana y de amistades personales,
las cuales facilitaban una gran cobertura a estos escritos en distintos países.
Una de las circunstancias óptimas para la activación de esta amplia red de
comunicación intercontinental había tenido lugar en julio de 1962, con motivo de la
intervención, en términos muy críticos hacia el gobierno del general Franco, del Senador
Demócrata por el Estado de Ohio, Stephen A. Young. Esta intervención, titulada “¿Es
que realmente necesitamos a Franco?”, se produjo el 2 de julio de 1962 en el Senado de
los EE.UU. y fue recibida con entusiasmo por los exiliados españoles. La oportunidad
no fue desaprovechada y el texto de la intervención del senador demócrata, traducido al
castellano, fue difundido ampliamente.
¿Es que realmente necesitamos a Franco?
Ha llegado el momento de volver a examinar la política de los Estados Unidos,
la cual enriquece los cofres de uno de los más poderosos dictadores del mundo.
[…] Se estima que 6.000 presos políticos languidecen actualmente en
cárceles españolas. Otros varios miles han muerto en campos de concentración,
o fueron ejecutados sin procesos legales. El pueblo español, actualmente, se
halla privado de los más elementales rudimentos de libertades civiles, de un
gobierno parlamentario y de procesos democráticos. La tiranía de Hitler y
Mussolini ha terminado, pero Franco está todavía entre nosotros1165.
El interés y las gestiones de los republicanos ante los organismos internacionales
continuaron también durante la Presidencia de la República de José Maldonado y de la
Presidencia del Gobierno de Fernando Valera. Pese al reducido número de
componentes, el último GRE completaba su organigrama con una red de colaboradores
1165
Para reafirmar su posición, el senador Stephen A. Young hizo en su intervención un detallado
análisis del proceso seguido en las relaciones de EE.UU. y España, con especial mención a la ayuda
económica otorgada por EE.UU. al régimen del general Franco. Consúltese esta intervención en YOUNG,
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
481
y delegados, los cuales realizaban sus funciones al servicio del gobierno que les había
nombrado y en las áreas que les habían sido encomendadas. Dentro de este último
grupo, será de especial importancia para nuestro estudio la figura de Manuel Riera
Clavillé, quien sería nombrado (hacia 1974) Delegado General de Prensa del GRE.
Recibí del Presidente Maldonado mi nombramiento como Delegado General de
Prensa del Gobierno Republicano. Le aseguré, así como al Presidente Valera, de
mi agradecimiento y mi lealtad hacia la República y los que la representan. Por mi
experiencia en la Prensa, habiendo sido diez años Secretario General y otros tantos
director de la “Revista Europa”, he comprendido inmediatamente que mi nuevo
cargo me imponía, en un plano de prioridades esenciales, una relación con el diario
político de más influencia en París, es decir “Le Monde”1166.
Riera Clavillé desempeñó una intensa labor para que las aspiraciones
republicanas estuvieran presentes tanto en los medios de comunicación internacionales
como en diferentes foros europeos, ámbito político del que era un cualificado conocedor
al haber participado en diversas instituciones españolas que defendían la conveniencia
de la incorporación de España al marco económico y político europeos, así como en
encuentros internacionales sobre esta materia1167.
Stephen A., “¿Es que realmente necesitamos a Franco?”, [folleto de la intervención del senador
demócrata, traducido al castellano] de 2 de julio de 1962. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-51.
1166
RIERA CLAVILLÉ, Manuel, Exilio y retorno de un republicano, Barcelona, Nova Lletra,
1980, p. 44. La figura de Manuel Riera Clavillé (Premià de Mar, Barcelona, 29 de abril de 1918Idem. 15
de marzo de 2007) es clave para el conocimiento de esta etapa final del GRE. Escritor de vocación
europeísta, dirigió diferentes publicaciones españolas, participó en el diseño y en la gestión de entidades
de orientación europea, firmó numerosas colaboraciones en la prensa francesa, y escribió, entre otros, los
siguientes libros: El combate de la inteligencia, Barcelona, Barna, 1951; Noticia de Europa, Barcelona,
Barna, 1961; y Acción Europeísta. Cultura, Economía, Política, Barcelona, Barna, 1963.
1167
Durante la década de 19501960, Manuel Riera desarrolló en España una intensa actividad
como conferenciante sobre cuestiones europeístas, y asistió a los congresos Pan-Europeos de Bad-Ragaz
(Suiza) y Niza (Francia). También participó en el IV Congreso del Movimiento Europeo celebrado en
Munich, en junio de 1962, al que concurrieron 80 delegados residentes en España y 38 del exilio. Este
encuentro, cuyas comisiones estuvieron coordinadas por Salvador de Madariaga y José María Gil Robles,
fue duramente descalificado por el aparato propagandístico del régimen franquista, que pasó a
denominarlo como “el contubernio de Munich”. Sobre la intervención de Riera Clavillé en el citado
congreso, véase RIERA CLAVILLÉ, Exilio y retorno…, op. cit., p. 35. Sobre el Congreso en general,
véase VALLE, José María del, Las instituciones de la República…, op. cit., pp. 346-351. El libro citado
de Manuel Riera (Exilio y retorno de un republicano) es la traducción al castellano de una edición
anterior en francés (L´Exil d´un Républicain, Imprimérie Catalane, Perpignan, 1977) al que se le ha
añadido, principalmente, el capítulo referido a su regreso del exilio. El ejemplar de la edición en
castellano que nosotros hemos consultado nos fue facilitado por Adrián Miró, amigo y destinatario de la
dedicatoria manuscrita de su autor:
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
482
Los tres marcos de la campaña europeísta que había llevado al interior [de
España] eran el Instituto de Estudios Europeos, el Comité Español de la Liga
Europea de Cooperación Económica y la “Revista Europa”. Era fundador de los dos
primeros organismos y Director del tercero. Eran tres instrumentos de una de las
raras zonas de actividad política toleradas en la época franquista. El núcleo duro del
régimen era fundamentalmente opuesto a las ideas europeístas porque sabía que
después de la necesaria integración económica vendría la inevitable integración
política y que esta última tenía una dimensión indiscutiblemente democrática1168.
Manuel Riera había escrito numerosos artículos sobre la “idea de Europa” en la
prensa nacional (La Vanguardia, Ya, etc.), pronunciado conferencias en diferentes
Universidades y participado en congresos sobre esta materia, intentando posteriormente
establecer una relación directa con organismos europeos de representación política a
través de sus sedes en Bruselas, Estrasburgo y París.
Fue precisamente en París donde encontré la primera mano amiga, la primera
relación comprensiva, la primera introducción cordial. El Presidente del Gobierno
de la República Española en exilio1169, el eminente escritor Don Fernando Valera,
ex Diputado por Valencia, Director General durante la República, vinculado por
familia con el gran escritor y político del siglo XIX Juan Valera1170.
Con este amplio bagaje, Manuel Riera realizó diversos viajes a Estrasburgo para
entrevistarse con responsables políticos del Consejo de Europa, que tenía su sede en esa
ciudad, en un intento de trasladar a dicho foro la posición del gobierno de la República y
contrarrestar la información oficial que llegaba del régimen del general Franco sobre la
situación política del Estado Español. Su primer interlocutor fue el italiano Giuseppe
Reale, representante demócrata-cristiano que ocupaba el cargo de “rapporteur” (relator)
en la Comisión de los países no miembros del Consejo.
Al Profesor Don Adrián Miró, con la esperanza republicana y la amistad de su afectísimo
[Firma manuscrita de Manuel Riera]
Fontainebleau, 21-III-[19]82.
1168
RIERA CLAVILLÉ, Manuel, Exilio y retorno…, op. cit., p. 33. Tanto el Instituto de
Estudios Europeos como el Comité Español de la Liga Europea de Cooperación Económica citados,
fueron creados por Riera Clavillé en Barcelona en los años 50.
1169
Manuel Riera, como otros autores republicanos de este período, utilizan con frecuencia dos
expresiones diferentes para referirse a la República: “República Española en exilio” (posiblemente como
traducción al castellano de “République Espagnole en exil”) o “República Española en el exilio”.
Respetaremos, en cada caso, la expresión utilizada por el autor que corresponda.
1170
RIERA CLAVILLÉ, Manuel, Exilio y retorno…, op. cit., p. 34.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
483
Le hice conocer la realidad de un país que no respetaba los Derechos del
Hombre, donde ni los ciudadanos, ni la Iglesia1171 ni las corporaciones
profesionales no [sic] gozaban de las libertades esenciales, donde los sindicatos
y los partidos políticos eran clandestinos, donde la soberanía nacional era
secuestrada, donde las nacionalidades catalana y vasca eran oprimidas, donde no
existían los derechos de asociación, de huelga ni la libertad de Prensa. Pleiteaba
con ardor en nombre de todos mis amigos de la oposición democrática, de las
familias liberales, socialista, demócrata-cristiana, comunista y regionalista y, en
general de todo lo que significaba el republicanismo de oposición.
Le hablé de las Instituciones republicanas en exilio, realidad que ignoraba
este especialista de los temas españoles. Y, dándome cuenta de que había
logrado a sensibilizarle, le dije: “No olvidemos que si hoy, usted y yo estamos en
Estrasburgo, lo debemos, entre otras razones, al heroísmo de los republicanos
españoles que, en la guerra contra el nazi-fascismo, lucharon con un valor
legendario en defensa de la Libertad de Europa”.
El resultado de esta defensa enardecida fue magnífico y mucho más allá de
mis esperanzas. El Diputado Reale logró convencer a su vez al Presidente de la
Comisión de Países miembros, el liberal suizo Walter Hofer, de la necesidad de
consultar, previamente a la redacción del Informe, [a] los representantes de los
Gobiernos Republicano, Vasco y de la Generalitat de Catalunya en exilio1172.
Frente a las diferentes lecturas a las que pudieran dar lugar declaraciones como
la del Senador Demócrata por el Estado de Ohio, Stephen A. Young en el Senado de los
EE.UU (2 de julio de 1962), o los intentos para condicionar desde la óptica republicana
la elaboración del “informe Reale” en el Consejo de Europa (septiembre de 1976), la
evolución política española estableció un ritmo en el que las instituciones republicanas
en el exilio cada vez encontraran más dificultades para mantener su continuidad.
El transcurso del tiempo había debilitado su capacidad de actuación. Además, el
reconocimiento internacional del gobierno del general Franco y, por extensión, de los
1171
Es preciso señalar la condición de cristianos practicantes tanto de Manuel Riera como de
Myriam Peix, por lo que son frecuentes, en los escritos de ambos autores, las referencias a la Iglesia, a sus
textos y documentos. Esta profunda religiosidad, a pesar de la estigmatización que desde el gobierno de la
dictadura se hizo de los republicanos como anticlericales, no les impidió militar activamente en la defensa
de la legalidad de la República y de sus Instituciones en el exilio.
En la época en que vivíamos en Fontenebleau, todas las noches, Manuel y yo íbamos a la
Iglesia. Yo continúo en la actualidad con esa asistencia diaria.
Entrevista personal realizada a Myriam Peix el 24 de enero de 2009. Archivo Enrique Téllez.
1172
RIERA CLAVILLÉ, Manuel, Exilio y retorno…, op. cit., pp. 37-38. Manuel Riera se refirió a
continuación a varios éxitos obtenidos por esta diplomacia paralela dispuesta por la República, los cuales, a
pesar de tener una importancia relativa, no pudieron alterar sustancialmente el curso de la evolución política
española que seguía dictada “manu militari” desde el despacho del general Franco y su entorno.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
484
gobiernos que le sucedieron (Carlos Arias Navarro y Adolfo Suárez), fue restando
apoyos al GRE, que optó por mantener una posición testimonial (en algunos casos hasta
sus últimas consecuencias) de defensa de sus ideales, de sus principios y de la
legitimidad del Gobierno de la República que ellos representaban. Mientras tanto, en
España los acontecimientos se sucedían con celeridad y en ese teatro de operaciones, en
el que se negociaba la transición de la dictadura a la democracia, no se había concedido
a los representantes del GRE ningún papel protagonista, quedando relegados a la
condición de referencia testimonial sin capacidad alguna para intervenir en el diseño del
nuevo escenario político.
La muerte del general Franco (20 de noviembre de 1975)1173, el debilitamiento
de las estructuras políticas del régimen y la fuerte presión de sectores de la sociedad
española (partidos políticos clandestinos, organizaciones sindicales, movimientos
sociales, comunidades religiosas de base…) en favor de la restauración de las libertades
democráticas hacían prever un cambio inminente en el sistema político del país. La
complejidad de esta situación y las dificultades que se derivaban de la misma, no
impidieron que los exiliados españoles mantuvieran viva la llama del ideario
republicano, en un acto de generosidad (posiblemente también de desesperanza) frente a
los hechos históricos que habían tenido que afrontar y que ahora, ante la expectativa de
concurrir a nuevos procesos electorales, era necesario revisar.
En el seno del GRE, la posición inicial de la restauración de un Gobierno de la
República en España había sido desplazada ‒casi cuatro décadas más tarde‒ por otra
diametralmente opuesta, que tenía como principal cometido la difícil tarea de gestionar
el final de las actividades de las Instituciones de la Segunda República en el exilio.
Aceptada por mayoría esta modificación en los objetivos del GRE, se produjeron
discrepancias internas que no alteraron la estrategia adoptada.
1173
El fallecimiento del general Franco produjo una profunda conmoción en los sectores afines a
su figura, mientras el exilio republicano consideró que este hecho podía suponer el inicio de un proceso
para la restitución del principio de soberanía nacional, expresada mediante la celebración de elecciones
democráticas libres, así como la eliminación de las dificultades políticas para el regreso de los exiliados.
Para una descripción de cómo fue recibida esta noticia por un grupo de republicanos instalados en París,
véase MIRÓ, Adrián, Lo que queda…, op. cit., p. 64.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
485
Por otra parte, fuerzas políticas como el PSOE y el PCE, que habían estado
comprometidas en la defensa del modelo republicano, trabajaban ahora en la adaptación de
sus respectivos partidos a un nuevo contexto político, con la previsión de la convocatoria
de elecciones democráticas en España. Estos dos partidos políticos ya no mantenían la
reivindicación previa de la instauración de la República en España o, en su defecto, de la
realización de una consulta popular sobre el modelo de Estado: Monarquía o República.
En el proceso que más tarde recibió la denominación de “transición
democrática”, ambos partidos aceptaron una normativa electoral que excluía a los
partidos políticos de adscripción republicana; también aceptaron los símbolos impuestos
por el gobierno del general Franco (bandera e himno principalmente), quedando
relegados los propios del Estado republicano.
La participación en este nuevo marco político supuso renuncias importantes para
todos los sectores implicados, tanto para los grupos sociales y militares que se
consideraban herederos del legado político del franquismo, como para las fuerzas
progresistas que pretendían pasar con rapidez esa página de la historia española1174.
La situación de marginación electoral a la que se vieron impelidas las fuerzas
republicanas causó un enorme malestar en sus filas, situación que difícilmente se
encontraba entre las soluciones consideradas más pesimistas para la superación de la
etapa franquista. Por ello, diferentes representantes republicanos hicieron su propia
valoración de esta realidad política adversa, que no era sino la culminación de una larga
serie de factores de signo similar.
Los republicanos se sintieron excluidos del juego político pre-democrático
por voluntad precisa, pero no confesada de la mayoría de los partidos de la
oposición. Con lo cual estos sirvieron, o mejor, se entregaron servilmente a la
maniobra de continuismo post-dictatorial que representaba la aceptación de la
“democracia condicionada” con nombre de Monarquía.
1174
Durante estos difíciles años, miembros del ejército y de otras fuerzas de la seguridad del
Estado como la Guardia Civil desafiaron al poder político (Operación Galaxia, 23 F, entre otros
movimientos similares) en un intento de bloquear las reformas democráticas que se estaban llevando a
cabo. El objetivo de estas reformas era adecuar nuestro sistema político al de los países europeos
democráticos. En el lado opuesto, posiblemente fue en el PCE donde más contestación interna se produjo
ante la aceptación de los símbolos de representación emanados del franquismo ya citados.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
486
Que esta maniobra la intentaran los neo-franquistas convertidos en neo-
demócratas es muy explicable y desde su punto de vista perfectamente
justificado. Pero que colaboraran en ella hombres que durante años habían
participado, con los republicanos, en todos los organismos clandestinos de la
oposición militante en el interior y en el exterior solo tiene un nombre: la
claudicación, con todas las connotaciones éticas de la deslealtad, del
oportunismo electoralista y en definitiva, de la mediocridad política1175.
La opinión expresada por Manuel Riera Clavillé puede servirnos para ilustrar los
sentimientos del colectivo republicano, excluido en un proceso considerado “pre-
democrático” –en expresión de este autor–, que ignoraba el ingente esfuerzo realizado
en defensa de la restitución de la República como garante de una democracia plena que
contara con la participación de todas las fuerzas políticas. La cita precedente de Riera
Clavillé era una reflexión realizada con posterioridad a las elecciones del 15 de junio de
1977, proceso electoral ante el que también expresó su opinión el Presidente del
Gobierno de la Segunda República en el exilio, Fernando Valera, ante una situación que
consideraba injusta y antidemocrática.
Si yo hubiera podido intervenir en el proceso electoral del que he sido
totalmente excluido, no solo por el Gobierno, sino por la inmensa mayoría de la
pretendida prensa liberal y reformista, me habría dirigido al pueblo reiterando
una vez más las palabras con que terminé mi discurso del 16 de abril de 1972 en
el “Cercle Republicain de París”, y que dicen lo siguiente:
“[…] independientemente de lo que la Institución Monárquica pueda
representar como ideal político en otras naciones, lo cierto es que en España los
monárquicos han sido el estorbo en el camino de esa coalición nacional con que
algunos soñaron, por la pretensión inaceptable de heredar y suceder a Franco,
con Franco, sin él o contra él, según los casos, pero siempre sin previo
consentimiento de la voluntad popular.
» No; en España no hay, no puede haber otra solución nacional, justa,
pacificadora, progresista, que el restablecimiento de la República, previo el rescate
de la soberanía popular que, a nuestro juicio, llevará necesariamente a ella.
» […] España ha vuelto a ser patrimonio de la familia Borbón, si bien
usufructuado por algún tiempo por un administrador intruso [Franco] que ha
realizado el ideal de todos los administradores de emparentar con la familia
propietaria del patrimonio. ¡Qué vergüenza!
» Nosotros, los republicanos, ascendemos, hacia una República en la que a
todos los ciudadanos se les garanticen los mismos derechos y se les exijan los
1175
RIERA CLAVILLÉ, Manuel, Exilio y retorno…, op. cit., pp. 118-119.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
487
mismos deberes; la República en que todas las autoridades emanen del pueblo y
sean responsables de su gestión ante el pueblo […]1176.
La celebración el 15 de junio de 1977 de las primeras elecciones generales
después de la Guerra Civil supuso un punto de no retorno para la supervivencia de las
instituciones republicanas en el exilio. Así lo entendieron la mayoría de sus responsables,
que siguieron durante todo el proceso de disolución una línea de actuación intachable,
considerando que esa decisión, profundamente dolorosa para ellos, era lo que más
convenía a la nación para el restablecimiento pleno de las libertades democráticas y, tal
vez, a más largo plazo, para la proclamación de la Tercera República española.
La decisión de suspender toda actividad del GRE y dar por finalizada la etapa de
las instituciones republicanas en el exilio no fue, en principio, aceptada por unanimidad
en el seno del propio gobierno. Los responsables del GRE consideraban que la ley
electoral presentaba importantes taras por lo que estas elecciones no podían ser
consideradas plenamente democráticas.
Hoy se proclama [21 de junio de 1977] el resultado de las elecciones
generales que se han celebrado el día 15 de este mes en nuestro país. Numerosas
son las taras de esa consulta electoral, que no ha de pasar a la historia como
arquetipo de pureza, tanto por lo que se refiere al contenido de la ley que la ha
regulado como por el modo con el que se llevó a cabo la consulta1177.
El GRE denunciaba en esta Declaración “la injusticia que denota la enorme
desproporción que existe entre el número de los votos obtenidos por las formaciones
que son en rigor democráticas, las de izquierdas, y el número de escaños que, con
arreglo a ese ley se le atribuyen”1178, así como la discriminación que suponía el que no se
1176
VALERA, Fernando, “Una voz republicana”. ¿Qué habría dicho usted a los españoles si
hubiera podido intervenir en las elecciones del 15 de junio de 1977?”, París, Imp. La Ruche Ouvrière,
[ca. 1977], pp. 2-4. FPI-sig. FA 9301. Hemos recogido en nuestra investigación algunos fragmentos de
este documento, pertenecientes al comienzo, y a sus partes central y final. El párrafo en cursiva pertenece
al original. Desconocemos si la publicación de este texto de Fernando Valera tuvo lugar antes o después
de las elecciones del 15 de junio de 1977.
1177
Véase MALDONADO, José y VALERA, Fernando, “Declaración de la Presidencia y del
Gobierno de la República Española en Exilio”, en ALTED VIGIL, Alicia, El Archivo de la II República
española en el exilio, 1945-1977. (Inventario del Fondo París), Madrid, Fundación Universitaria
Española, 1993, p. 208. También se reproduce en República Española, (Órgano de Acción Republicana
Democrática Española), n. º 53, 15 de julio de 1977.
1178
Ibid.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
488
hubiera permitido la concurrencia en el proceso electoral, entre otros, de un partido “que es
republicano de manera específica [ARDE], partido de indiscutible ejecutoria democrática y
heredero espiritual y continuador de la obra de aquellos hombres insignes –venerables y
venerados– que rigieron los destinos de España durante las dos primeras Repúblicas”1179.
Existieron valoraciones diferentes en el seno del GRE acerca de si estas “taras”
debían ser causa suficiente para la no aceptación del proceso electoral del 15 de junio de
1977 y mantener activas las Instituciones de la República o, si por el contrario procedía,
cuando menos, su impugnación moral.
Cuando hay elecciones [el 15 de junio de 1977], nosotros tuvimos en el
gobierno una persona… el Jefe del Gobierno [Fernando Valera], no quería
disolver el Gobierno, porque decía que las elecciones no habían sido libres.
Puesto que se habían autorizado partidos como Falange, el Partido Comunista de
[España] […] y sin embargo los partidos republicanos, que no tenían ningún
apoyo, pero los prohibieron, no se pudieron presentar a las elecciones1180.
Aunque la mayoría del GRE no suscribió la posición defendida por Fernando
Valera, este hecho reflejaba la existencia de diferencias internas ante la adopción de una
decisión histórica de tal envergadura. Estaba a punto de concluir un largo período de
permanencia de las Instituciones republicanas en el exilio, que se había caracterizado
por una defensa muy activa de su legitimidad, sin perder nunca en el horizonte político
la aspiración de la reinstauración de un gobierno republicano en España.
No hacía muchos meses, en abril de 1976, el Presidente de la República, José
Maldonado, había pronunciado un discurso en París titulado “La reconquista de la
República española”. Este objetivo había estado presente en otras intervenciones
públicas de José Maldonado, como la que tuvo lugar el 11 de febrero de 1974, en el
Círculo Republicano de París, para conmemorar el aniversario de la primera República
española. En este acto, el Presidente de la República en el exilio pronunció un discurso
1179
Ibid.
1180
“Macrino Suárez - del cielo a la tierra”, [en línea]. [“Declaraciones de Macrino Suárez,
Ministro de Economía en el último GRE presidido por Fernando Valera]. Entrevista, realizada por el
periodista Carlos Novoa. Emitida por TeleAsturias el 14 de abril de 2008. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 15 mayo 2008].
http://es.youtube.com/watch?v=z0xiIcbnytA&feature=user
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
489
titulado “Hacia la restauración de la República”1181. Tras destacar la importancia de “la
República en el devenir histórico de España”, José Maldonado dedicaba el resto de su
discurso a denunciar “el intento de Monarquía `instaurada´” para España, sobre el que se
pronunciaba de manera expresa al afirmar que “No debe haber restauración de la
Monarquía derrotada sin previa consulta electoral”1182.
Esos son, en resumido esquema, nuestros propósitos inmediatos; esas,
nuestras irrenunciables aspiraciones, a cuyo logro consagraremos los años que
nos queden, como hemos consagrado la mayor y mejor parte de los de nuestra
vida. Y si se cae en la lucha; ¡no importa! otros pugnarán por el triunfo de esos
mismo ideales; los hombres de las nuevas generaciones, continuadores del
pensamiento progresista español, a los que corresponderá la honrosa tarea de
regir, en un futuro próximo, los destinos de la República y de asegurar con ella
una larga era de Libertad, de Justicia y de Paz. (Grandes aplausos)1183.
Las posiciones defendidas por el GRE encontraban escaso eco en otras fuerzas
políticas de adscripción republicana (PSOE y PCE), las cuales habían concedido una
especial importancia a la acción política en el interior del país, organizaciones que
también contaban con el apoyo de sectores importantes del exilio. En esa toma de
posiciones que de forma significativa había alcanzado una mayor intensidad con el
fallecimiento del general Franco, los republicanos próximos a las directrices del GRE
intentaban aglutinar en torno a ARDE todo su caudal político1184, para dar respuesta
1181
MALDONADO, José, Hacia la restauración de la República, París, s.n., 11 de febrero de
1974. FPI-sig. FA 8860. Al acto asistieron, además del Presidente de la República y el Presidente del
GRE, Fernando Valera, los Embajadores de México y Yugoslavia, el ex-Ministro del Gobierno francés
Daniel Mayer, el ex-Presidente del Senado de Francia Gaston Monnerville, el ex-Presidente del Gobierno
de Francia Pierre Mendes-France, y el dirigente de la oposición portuguesa Mario Soares, entre otras
personalidades de la política y de la cultura. El Presidente de la República en el exilio, José Maldonado,
intervino el 25 de abril de 1976 en un acto conmemorativo de la proclamación de la República. Véase
MALDONADO, José, Por la reconquista de la República…, op. cit. Archivo Enrique Téllez.
1182
Esta cita entrecomillada y las dos que le preceden corresponden a los subapartados en los que
el Presidente de la República estructuró su intervención en el acto citado. La segunda y la tercera son
literales, mientras que en la primera se ha omitido “está inscrita”, siendo su redacción completa: “La
República está inscrita en el devenir histórico de España”. MALDONADO, José, Hacia la
restauración…, op. cit., [pp. 3-5]. FPI-sig. FA 8860. Este documento tiene un cuarto subapartado en su
página 6, titulado “La restauración de la República será el fruto de la decisión de los republicanos”, con el
que concluye el texto del Presidente de la República, José Maldonado.
1183
Ibid., [p. 8].
1184
Si el caudal político de ARDE era limitado, no lo era menos el capital económico del GRE.
Su presidente, Fernando Valera se refería, con un excelente sentido del humor, al significado de las siglas
ARDE en el interior del país: Asociación Regional de Exportadores (ARDE). Miembros de esta
asociación valenciana de exportadores de naranja, amigos republicanos de Fernando Valera, financiaron
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
490
desde una óptica republicana a los retos que planteaba la evolución española. Para llevar
a cabo este cometido en las mejores condiciones posibles, realizaron una intensa
actividad de proselitismo con el objetivo de atraer a sus filas a numerosas
personalidades del exilio, campaña que no siempre culminó con éxito.
De todos modos, quiero dejar aquí bien claro que tampoco estos inefables
nostálgicos consiguieron colgarme de la cerviz la etiqueta de “republicano” o,
mejor dicho, de “republicano militante”, con subordinación a consignas y
estrategias de partido, de esas que atan las manos y las conciencias, dentro de la
comunión de fieles de esa III República que estuvo y estará por venir. Y bien que
lo intentaron, con insinuaciones y apremios, a través de la organización ARDE
(Acción Republicana Democrática Española), nacida en el exilio de la fusión de
las antiguas Izquierda Republicana de Manuel Azaña y Unión Republicana de
Diego Martínez Barrio. Ante las insistencias, mi mujer [María Luisa] me
advertía socarronamente: “Está la cosa que arde”, un chiste demasiado fácil1185.
Sin margen de maniobra para intervenir en la política nacional y con escasas
posibilidades de denunciar ante la comunidad internacional unos comicios que
consideraban de dudosa ejecutoria democrática, los responsables del GRE adoptaron
la decisión de suspender la continuidad de las instituciones de la República en el
exilio, lo que en modo alguno significaba una renuncia a sus principios democráticos
ni a su lealtad republicana1186.
con su aportación económica un viaje del Presidente del GRE a América con una doble finalidad:
pronunciar conferencias sobre la causa republicana y, al mismo tiempo, recaudar fondos para sostener la
actividad de la Instituciones de la República en el exilio. Véase FERRER BENIMELI, José Antonio,
“`Hemos salvaguardado…´”, op. cit., pp. 74-75.
1185
MIRÓ, Adrián, Lo que queda…, op. cit., p. 61. A Adrián Miró, antes que los republicanos
“nostálgicos”, habían intentado atraerlo hacia sus filas primero los masones y después los socialistas… En
cuanto a los comunistas, a pesar de mantener excelentes relaciones personales con miembros de dicho
partido, Miró se había sentido instrumentalizado por la información incluida en una publicación del PCE
acerca de su participación en un acto cultural. No obstante, los republicanos “nostálgicos” del AIAP sí
consiguieron que Adrián Miró asumiera la vocalía de Biblioteca y Prensa en dicha institución, “sin gran
trabajo de biblioteca ni de prensa, ya que la normal faena de los directivos consistía, corriente y
benévolamente, en enviar convocatorias de actos a los socios, pegar sellos y hacer abonar recibos. No
había ¡ay! dinero para ujieres y demás rarezas. El Ateneo Ibero Americano constituía un lujo para la
emigración y el exilio”. Ibid. En cuanto a su mujer, María Luisa (respetamos su deseo de ser recordada
únicamente por su nombre) ejerció una notable influencia en numerosos creadores del exilio español:
protagonizó en 1974 el cortometraje Le Violoncelle, dirigido por el pintor y poeta Antonio Galván, y a su
muerte, compositores (Amando Blanquer y Carlos Palacio), pintores (Juan Alcalde y Ramón Castañer), y
escritores (Antonio Galván, Félix Corella de la Vega, Joan Valls y Adrián Miró) le dedicaron diferentes
obras en su memoria. Véase VV.AA., Memoria de María Luisa, París, Gráficas Ciudad, 1985.
1186
Un ejemplo reciente de la permanencia en el tiempo de la citada lealtad republicana lo
encontramos en una nota de prensa publicada en 2008, titulada “Una asociación reivindicará la figura de
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
491
Para las fuerzas republicanas, a la legitimidad de los resultados electorales del 12
de abril de 1931 como expresión de la voluntad popular, solo podía sucederle otro acto
del mismo rango jurídico e idéntica naturaleza política y, por ello, ignorando la larga
etapa en la que nuestro país había estado sometido a una dictadura militar, José
Maldonado, en calidad de Presidente de la República, y Fernando Valera, como
Presidente del Gobierno, firmaban la DECLARACIÓN de la PRESIDENCIA y del
GOBIERNO de la REPÚBLICA ESPAÑOLA en EXILIO1187, documento por el que se
daban por concluidas las actuaciones de las Instituciones Republicanas, el día 21 de junio
de 1977, haciendo coincidir esta fecha con la publicación de los resultados electorales de
los comicios del día 15 del mismo mes: de una legitimidad a otra (a pesar de las taras).
De ahí la importancia del gesto político de los responsables republicanos al hacer
coincidir la presentación de la citada Declaración con la promulgación de los resultados
electorales, vinculando así dos acontecimientos políticos de gran relevancia que, por su
significación, podían representar la reagrupación de todos los españoles los del interior y
los del exilio en torno a un futuro proyecto común de convivencia democrática. Sin otras
opciones posibles que ejercitar por parte de las instituciones Republicanas en ese contexto
electoral del que había sido excluida ARDE, formación política que sustentaba
mayoritariamente la composición de las mismas, adoptaron esta decisión histórica que
entrelazaba dos realidades políticas diferentes en un nuevo proceso democrático ya iniciado.
Las Cortes de la República Española restablecieron su funcionamiento en el
exilio con el asentimiento de los grupos políticos que la componían, cuyos
miembros habían logrado salir del territorio nacional huyendo de la cruenta
represión de la dictadura. Tal decisión se adoptó al amparo de preceptos
constitucionales votados y ratificados por los españoles en sucesivas y
ejemplares consultas electorales en 1931, 1933 y 1936.
José Maldonado”. La información se refiere a la constitución en Tineo (localidad natal del que fuera
último Presidente de la República en el Exilio –también del General Rafael del Riego–) de una asociación
que persigue “favorecer el desarrollo del pensamiento republicano que [José] Maldonado defendió
durante toda su vida”. La presidencia de esta nueva asociación fue ejercida por Macrino Suárez, ministro
del último GRE dirigido por Fernando Valera, y con una frase suya, referida al republicanismo, concluía
la información: “un sistema político que para nosotros sigue teniendo plena vigencia”. N.F, “Una
asociación reivindicará la figura de José Maldonado”, La Voz de Asturias, 11 de octubre de 2008, p. 8.
1187
MALDONADO, José y VALERA, Fernando, “Declaración de la Presidencia y del Gobierno
de la República…”, op. cit., p. 208.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
492
Ese es el legítimo origen de los Gobiernos de la República que se han venido
sucediendo desde entonces, con el esencial designio de devolverle al pueblo el
libre ejercicio de los derechos cívicos, propiciando así el restablecimiento en
nuestro país de un régimen de auténtica convivencia.
Consecuentes con este propósito las Instituciones de la República Española
en el exilio realizaron, por todos los medios a su alcance y con diversa fortuna,
una acción ininterrumpida que no habría de cesar mientras a los españoles no se
nos brindara la ocasión de hacer surgir una nueva legalidad democrática.
[…]
Las Instituciones de la República en el exilio ponen así término a la misión
histórica que se habían impuesto. Y quienes las han mantenido hasta hoy, se
sienten satisfechos porque tienen la convicción de haber cumplido con su deber.
Ahora parece claro que va a iniciarse una nueva etapa histórica. En ella no
hemos de estar ausentes individualmente, dispuestos a seguir defendiendo
nuestros ideales, persuadidos además de que el pleno desarrollo político y
económico de nuestro país y con ello la paz y la convivencia entre los españoles
solo serán realizables con la República1188.
Formalmente, esta “Declaración de la Presidencia y del Gobierno de la
República Española en Exilio” ponía fin a “la misión histórica” que las instituciones de
la República habían asumido de preservación de la legitimidad de la voluntad popular.
A este documento de la Presidencia de la República y de la Presidencia del Gobierno le
siguió, unos días más tarde, un comunicado firmado a título personal por Fernando
Valera en París, el 1.º de Julio de 1977, sin que junto a la firma de su autor figurase la
ostentación de ningún cargo político.
En este nuevo documento, Fernando Valera recuperaba su condición de
republicano exiliado sin responsabilidades institucionales para rendir un homenaje
personal al conjunto de entidades sociales y de colaboradores particulares que habían
contribuido con su esfuerzo al mantenimiento de la aspiración republicana como forma
de organización del Estado. En este comunicado, titulado MENSAJE DE DESPEDIDA
A LOS CENTROS REPUBLICANOS ESPAÑOLES EN TODO EL MUNDO Y A LOS
REPRESENTANTES DIPLOMÁTICOS OFICIALES Y OFICIOSOS,
COLABORADORES Y CORRESPONSALES DEL ÚLTIMO GOBIERNO DE LA
1188
Id.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
493
REPÚBLICA ESPAÑOLA EN EXILIO1189, Fernando Valera, cuyas reservas sobre la
conveniencia de dar por concluida la etapa de Gobierno de la Segunda República en el
exilio ya conocemos, se expresaba con mayor libertad, alejado de las ataduras del marco
institucional que dio lugar a la “Declaración” del 21 de junio de 1977.
El último Gobierno de la República en Exilio, que me tocó el alto e
inmerecido honor de presidir, manifestó paladinamente en su declaración inicial,
y lo reiteró luego en sucesivos documentos, que no aspiraba a gobernar en
España, sino a que España pudiera, libremente, elegir a los hombres dignos que
la gobernaran. Este designio nacional que durante más de treinta años
mantuvieron las Instituciones republicanas –casi a solas, puesto que los demás
españoles, tanto del Gobierno como de la oposición, defendían preferentemente
sus particulares ideologías o intereses de partido o de clase– ha venido a ser el
inevitable camino que ha habido que seguir para operar el tránsito de la dictadura
a la nueva democracia; luego, en el terreno trascendental de los principios, las
Instituciones republicanas han sido los verdaderos [sic] intérpretes del sentido de
la historia. El día en el que el Presidente [Adolfo] Suárez habló de “devolver la
soberanía al pueblo”, estaba justificando, sin saberlo ni quererlo, la razón de ser
de las Instituciones republicanas en exilio1190.
El texto de Valera contenía, a modo de cita, un texto en su portada cuya autoría
correspondía al que fuera Presidente de la Primera República Española, Francisco Pi y
Margall. Esta reflexión del político catalán sirvió a Valera para establecer algunos
paralelismos entre el final de ambos gobiernos de la República.
Los hombres mueren, las ideas quedan. No han logrado matarlas jamás ni la
traición, ni el hierro, ni el escándalo, ni siquiera los crímenes cometidos a su
sombra. Viven más que sus vencedores; y, aun vencidos, minan el trono de los
que creen estar sentados sobres sus ruinas. Como el germen de las plantas,
brotan a través de la misma tierra que se les da por sepulcro1191.
No podía faltar en esta despedida un mensaje de agradecimiento hacia quienes
habían compartido con él tantos años de esfuerzos y sacrificios. Con este mensaje concluía
1189
VALERA, Fernando, “Mensaje de despedida a los Centros Republicanos españoles en todo
el mundo y a los representantes diplomáticos oficiales y oficiosos, colaboradores y corresponsales del
último Gobierno de la República Española en Exilio”, París, s.n., 1977. Un original de este documento
puede consultarse en la FP-sig. FA 9289; también se encuentra reproducido en RIERA CLAVILLÉ,
Manuel, Exilio y retorno…, op. cit., pp. 55-61.
1190
VALERA, Fernando, “Mensaje de despedida…”, op. cit., FPI-sig. FA 9289.
1191
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
494
también una larga dedicación al desempeño de diferentes responsabilidades institucionales
cuya larga andadura había comenzado como concejal electo al Ayuntamiento de Valencia
en las elecciones del 12 de en abril de 1931. Era, por tanto, un político que había
participado activamente tanto en la apertura del segundo ciclo republicano como en su
conclusión: a la alegría de 1931 le había sucedido la tristeza de 19771192.
Al declarar cancelada la misión histórica que las Instituciones republicanas se
impusieron, quienes últimamente las personificamos, es decir, el Presidente
Maldonado y yo, nos complacemos en expresar públicamente nuestra gratitud a
quienes nos acompañaron en esta honrosa empresa que, desgraciadamente, no ha
llegado al puerto deseado: restablecer en España la vigencia de la Constitución
republicana, con los Estatutos de Autonomía de ella derivados, y al amparo de
una y otros, consultar la voluntad actual de la nación.
Sin duda, era el camino más recto, justo, rápido y eficaz. Nos asistió la razón,
pero nos faltó la fuerza y el concurso de la opinión pública, quizás porque no
tuvimos los medios materiales que hoy se necesitan para ilustrarla y convencerla1193.
Fernando Valera aprovechó esta nota de despedida para hacer un balance de la
trayectoria política de las Instituciones de la República en el exilio, desde su
reorganización “en 1945, en México, con el fundamental designio de devolver a España
la soberanía que le fue arrebatada en 1936-1939 por la rebelión franquista y la
intervención extranjera. Durante casi cuarenta años nuestra patria había sido una vez
más UNA NACIÓN SECUESTRADA, como dijera el ilustre republicano Don Vicente
Blasco Ibáñez en tiempos de Alfonso XIII y Primo de Rivera”1194, hasta la conclusión de
1192
“En diciembre de 1930 [Fernando Valera] toma parte en la conspiración antimonárquica que
terminó con los fusilamientos de Fermín Galán y García Hernández. Se refugia en la clandestinidad hasta
la promulgación de la amnistía previa a las elecciones del 12 de abril de 1931, en las que es elegido
concejal del Ayuntamiento de Valencia en la candidatura republicana, desde el balcón de este consistorio
proclama la República en compañía de Sigfrido Blasco y Julio Just”. GARCÍA ROL, Juan Manuel, “El
soporte de la memoria. Un madroñero en la Presidencia del Gobierno de la República en el Exilio, (2.ª
parte, en tierras valencianas)”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 08-01-2009].
Julio Just se encontraba junto a Valera en la proclamación de la Segunda República en Valencia, el 14 de
abril de 1931, y también compartieron responsabilidades en el último gobierno del GRE, hasta su
disolución el 21 de junio de 1977.
1193
VALERA, Fernando, “Mensaje de despedida…”, op. cit., FPI-sig. FA 9289. Obsérvese en
este fragmento, primero, cómo Fernando Valera asume la función de portavoz: “el Presidente Maldonado
y yo, nos complacemos en expresar públicamente nuestra gratitud…”; y segundo, es significativo el
tratamiento que otorga al último Presidente de la República (“el Presidente Maldonado”) para omitir el
que correspondería realmente a su condición de “ex-Presidente Maldonado”.
1194
Ibid.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
495
sus actividades en junio de 1977, decisión que mereció la siguiente aclaración de
Fernando Valera: “el acto de dar por terminada nuestra legitimidad institucional, no ha
sido una decisión que voluntariamente hayamos adoptado, ni menos una renuncia al
cumplimiento del deber, sino el simple reconocimiento de un hecho histórico”1195.
La crítica moderada que se hacía en la “Declaración” sobre el proceso electoral
del 15 de junio de 1977, adquiría ahora, en la voz del ex-Presidente del Gobierno de la
República, Fernando Valera, un tono más acerado.
En pura doctrina democrática, el pueblo es el único titular de la soberanía, y
el que con su consenso legitima las instituciones, aunque a mi juicio personal se
haya equivocado concurriendo a las pasadas elecciones, y aun cuando éstas
hayan sido convocadas en el marco de una ley fabricada expresamente para
escamotear la auténtica voluntad de la nación [de pronunciarse sobre la forma
del Estado: Monarquía o República]. Pero mi criterio personal no puede
honradamente suplantar el voto inmensamente mayoritario del cuerpo electoral.
El soberano es el pueblo; quédese, pues, el pueblo, con su soberanía, que es
suya, y yo me quedaré a solas, una vez más, con mi dignidad de ciudadano, con
mi manera de entender el patriotismo, y con mi lealtad a la República, porque
estas prendas constituyen mi patrimonio personal e intransferible, anterior y
superior a todos los vaivenes de la política y a todos los poderes del Estado1196.
Finalizaba el texto de Fernando Valera con dos evocaciones, la primera de ellas
referida a un pasaje de la VIDA DE DON QUIJOTE –respetamos los términos en los
que Valera cita la obra de Cervantes– en la que el caballero de la Blanca Luna conmina
a Don Quijote para que reconozca que la belleza de Dulcinea es inferior a la de su dama,
episodio cuya resolución sirve a Valera para afirmar:
Permítaseme en esta hora triste en la epopeya civil de mi patria, imitar el
ejemplo del héroe cervantino, proclamando que LA REPÚBLICA ES EL MÁS
HERMOSO DE LOS IDEALES POLÍTICOS, Y ESPAÑA EL PUEBLO MÁS
DESVENTURADO DE LA TIERRA1197.
La segunda evocación está relacionada con un relato sobre Simón Bolívar, en el que
“retirado El Libertador, tras una grave derrota militar, al abrigo de los Andes, reducidas sus
1195
Ibid.
1196
Ibid.
1197
Ibid.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
496
huestes a un puñado de leales, alguien le pregunta: Y AHORA [¿] QUÉ VAMOS A
HACER? A lo que el héroe replica: AHORA, VENCER. Y de ahí salió la libertad de
América”1198. Esta narración sirve a Valera para extraer el párrafo con el que concluye un
texto que inicialmente era un mensaje de agradecimiento y que, en su desarrollo, se fue
transformando en la expresión testamentaria de carácter político de su autor.
Yo invito a los republicanos españoles a que sigamos el ejemplo de El
Libertador, no cejando en nuestra empresa hasta ver restablecida de veras en
España la libertad y la democracia, es decir, la República.
Y como los heraldos antiguos, que anunciaban entre el clamor de los clarines
la muerte del soberano, yo me despido de mis amigos, correligionarios y
colaboradores, exclamando:
LA REPÚBLICA HA MUERTO
VIVA LA REPÚBLICA
Fernando Valera
París 1.º de Julio de 19771199
Fernando Valera ya había desarrollado en textos anteriores alguna de las ideas
contenidas en este último documento, recogidas mediante colaboraciones en diferentes
medios de comunicación y que el propio Valera había difundido mediante los mecanismos
ya descritos en nuestra investigación, de correspondencia epistolar intercontinental a través
de la amplia red de centros y de personalidades afines al ideario republicano.
Con antelación a junio de 1977, Valera había publicado diferentes artículos en
la prensa iberoamericana con motivo de un viaje realizado a Venezuela1200, y con
1198
RIERA CLAVILLÉ, Manuel, Exilio y retorno…, op. cit., p. 60.
1199
VALERA, Fernando, “Mensaje de despedida…”, op. cit., FPI-sig. FA 9289. El documento
original que hemos consultado tiene en la portada una dedicatoria personal de Fernando Valera: “Con un
cordial saludo de (firma manuscrita de Valera)”. El documento fue donado, con la totalidad de su archivo,
por el dirigente socialista Julián Borderas Pallaruelo, por lo que es muy probable fuera este político
aragonés el destinatario de la dedicatoria. Son varias las ocasiones en las que Valera utilizó en este texto,
a través de citas literarias o históricas, referencias a la “soledad”, personal o intelectual. “El poder político
depende de los votos, pero la conciencia individual se basta a sí misma, y sólo se satisface con la
aspiración a la justicia y con el logro de la verdad. La humanidad entera, sostenida por el poder de los
Papas y los Reyes, ilustrada por la Universidad y servida por las hogueras de la Inquisición, se equivocaba
frente a un hombre solo, Galileo, al sostener [“la humanidad entera”] que la tierra era plana e inmóvil en
el centro del Universo”. Ibid.
1200
Transcribimos, por su interés, la reflexión que realiza Adrián Miró sobre esta visita del
Presidente del GRE a Venezuela a finales de 2006. “Mi amigo, Virgilio Botella, (que fue “administrador
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
497
posterioridad a su publicación –diciembre de 1976– había procedido a su difusión
utilizando la red descrita. Pero en el caso de Valera, Presidente todavía en activo del
GRE, este hecho adquiría una consideración especial dado que los citados textos habían
sido fotocopiados sobre papel con membrete de la REPÚBLICA ESPAÑOLA o de la
PRESIDENCIA DEL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA1201. De esta
manera, las citadas colaboraciones en prensa de Fernando Valera adquirían la condición
de mensajes “quasi” oficiales de la República Española o de la Presidencia del Gobierno
de la República Española, según cada caso. Asimismo, el sobre en el que se remitieron
estos artículos tenía en su parte posterior el sello de un tampón de tinta azul con la
indicación de la entidad remitente: GOBIERNO DE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA. A
continuación figuraba la dirección que ya hemos citado1202.
Un dato especialmente relevante de estas comunicaciones del Presidente del
Gobierno de la República lo constituye el hecho de que los dos documentos que
conocemos están encabezados, de manera manuscrita y en mayúsculas, por el la
siguiente frase: LO QUE NO SE PUEDE PUBLICAR EN ESPAÑA1203.
Si tras esa grotesca comedia1204 no hubiera la tragedia de un millón de
muertos, tres años de guerra civil, cuarenta años de envilecimiento nacional –
entierro, encierro o destierro–, cientos de miles de tumbas diseminadas por el
general” de la República por estos años y al que debo bastante información) me confesaba que José
Maldonado, presidente de la República, veía más claro en las realidades españolas que el propio Valera,
que era sólo presidente del Gobierno o sea primer ministro, como se llama ahora. Quizá tuviese razón.
Don Fernando poseía un espíritu tan sutil que se perdía a veces en vaporosidades o engañosas esperanzas.
Recuerdo el entusiasmo casi juvenil con que me habló en 1976 de un reciente viaje a Venezuela. Según él
se le había recibido con honores máximos. Se trataba de un congreso en el que se esbozó la idea de unos
Estados Unidos de Hispanoamérica. `La verdadera razón de Hispanoamérica –me confesaba condensando
los conceptos que allí había expuso– es el mestizaje y no el indigenismo, una noción que había
deslumbrado a muchos escritores de principios de siglo´. Y continuaba con énfasis: `Esa es una
concepción de los Estados Unidos, los del Norte, con objeto de crear una conciencia americana,
independiente de Europa´”. MIRÓ, Adrián, Lo que queda…, op. cit., p. 63.
1201
Este impreso contenía diferentes datos acreditativos además del membrete con el escudo
oficial de la República: dirección postal (56, Boulevard Jean-Jaurès. BOULOGNE-SUR-SEINE 92) y el
teléfono de la Presidencia del Gobierno (825-85-00). Archivo Adrián Miró.
1202
Esta carta de Fernando Valera dirigida a Adrián Miró fue sellada en la oficina de correos del
Boulevard Murat de París el 12 de enero de 1977. El envío postal tiene membrete de la República en su
parte posterior. Archivo Adrián Miró.
1203
El subrayado pertenece al original.
1204
Se refiere Valera a la rapidez con la que se había diluido el franquismo después de la muerte
del general Franco, así como a las votaciones en las Cortes para la aprobación de las Leyes
Fundamentales y las referidas a la elección del príncipe de Asturias, y luego rey de España.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
498
ancho mundo, sería cosa de morirse de una carcajada homérica. Cobran nueva
actualidad los patéticos versos, injustamente olvidados, del poeta romántico1205:
“Doquiera la [mente] mía – sus alas rápidas lleva – allí un sepulcro se eleva –
cantando tu valentía. – Desde la cumbre bravía – que el sol indio tornasola –
hasta el África que inmola – sus hijos en torpe guerra, - no hay un puñado de
tierra – sin una tumba española”1206.
Las tesis de Fernando Valera y la defensa de la legitimidad de la República no
habían sido argumentos suficientes para que el resto de responsables políticos
considerasen oportuno optar por la continuidad de las instituciones de la República en el
exilio. Valera aceptó su posición minoritaria y firmó, disciplinadamente, el documento
con el que finalizaban las actividades de dichas Instituciones.
Con la Declaración conjunta de la Presidencia de la República y de la Presidencia
del Gobierno, del 21 de junio de 1977, comenzaba una de las etapas más difíciles para los
republicanos exiliados españoles, en la que debían optar por continuar residiendo en los
diferentes países de acogida o, por el contrario, regresar a un país del que habían salido
obligados por el desenlace de la guerra y por la feroz represión desatada contra los
considerados “desafectos” al régimen que había resultado vencedor de la contienda.
1205
El poeta romántico aludido por Valera es el jiennense Bernardo López García (1840-1870),
autor del poema titulado “El dos de mayo”, dedicado a los sucesos que tuvieron lugar en esa fecha de
1808. En la transcripción que se hace de este poema en el artículo de Valera, hay algunas omisiones de
signos de puntuación en relación al original que nosotros no hemos modificado. Por el contrario, sí hemos
introducido entre corchetes la palabra “mente” que no figuraba en el texto del político republicano. Una
versión completa de este interesante texto puede consultarse en VV.AA., El Dos de Mayo, Madrid,
Francisco Beltrán y de Torres, 1908, (Imprenta Artística José Blass y Cia.), pp. 41-47. Una versión
digitalizada de este poema puede consultarse también en Internet en
[Consulta: 16 febrero 2009]. Sobre este
poeta véanse JIMÉNEZ FERNÁNDEZ, Juan, Bernardo López y su obra poética, Jaén, Instituto de
Estudios Giennenses, 1988; SANCHO SÁEZ, Alfonso y SANCHO RODRÍGUEZ, María Isabel, Poesía
giennense del Siglo XIX , Jaén, Diputación Provincial de Jaén, 1991; MORALES CUESTA, Manuel
María, Viejos Poetas Giennenses, Jaén, Editorial Jabalcuz, 1997; y LÓPEZ GARCÍA, Bernardo,
Antología poética, Jaén, Universidad de Jaén, 2006.
1206
VALERA, Fernando, “Réquiem por una Tiranía”, Novedades, (México D.F.), 9 de diciembre
de 1976, p. 4. Los otros tres artículos remitidos por Valera a Adrián Miró, según su ordenación
cronológica, son los siguientes: “Nueva Usurpación”, El Nacional, (Venezuela), 16 de diciembre de 1976,
p. 6; “Renace la Libertad”, Excelsior, (México D.F.), 16 de diciembre de 1976, p. 7; “Diagnóstico de un
Referéndum”, Excelsior, (México D.F.), 22 de diciembre de 1976, p. 7. Junto a la fotocopia de estos
artículos, adjunta también Valera un Editorial del Excelsior, publicado el 22 de diciembre de 1976, cuyo
contenido presenta características muy próximas al discurso sustentado por el propio Valera: “La
verdadera alternativa política a la que deberá someterse un día al pueblo [español] no es la del bunker
[herederos políticos del franquismo] contra el banker [franquismo reformista de Adolfo Suárez], si no
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
499
Algunos de los protagonistas del último gobierno en el exilio regresaron a
España, como el ya ex-Presidente de la República, José Maldonado, quien realizó un
primer viaje, en noviembre de 1977, con motivo de los actos de homenaje en memoria
del general liberal Rafael del Riego, organizados en la localidad natal de ambos, Tineo
(Asturias). Por el contrario, el ex–Presidente del Gobierno de la República, Fernando
Valera, ahora ya, fiel única y exclusivamente a su compromiso personal, permaneció en
el exilio hasta su muerte, el 13 de febrero de 1982, en París. Todavía no se había
instaurado la III República en España.
Contaba con 83 años. Su mujer, doña Plácida, me confesó que tenía en la
mesilla de noche, en sus últimos días de enfermedad, mi libro todavía reciente “El
combate político de Juan Botella Asensi”. En verdad, no fuimos muy numerosos
los que asistimos al eterno adiós en el cementerio de Montparnasse. Quizás la hora
intempestiva, a las dos de la tarde de un día de trabajo. Quizás el frío cruel de ese
invierno parisino. Lo despedimos con el ataúd envuelto en la bandera tricolor de la
República y con mucha tristeza. Yo recordaba una frase de Víctor Hugo que él
solía repetir y que va al frente de uno de sus libros: “Dios no juzga al hombre por
lo que ha conseguido sino por lo que ha aspirado a conseguir”1207.
La familia de Fernando Valera editó una tarjeta informando del fallecimiento del
político español así como para comunicar a sus allegados y amigos la fecha y lugar en que
se llevaría a cabo su inhumanción. En dicho documento, se hacía constar, en primer lugar,
precediendo a varias distinciones que le habían sido otorgadas por la República francesa:
Dernier président du conceil du gouvernement de la République
Espagnole en exil1208.
(sic) la soberanía nacional usurpada que representa la República, frente a la tiranía que la usurpó y que, no
por disfrazarse ahora de futura monarquía constitucional, deja de seguir siendo usurpadora”.
1207
MIRÓ, Adrián, Lo que queda…, op. cit., p. 63. Aun después de su muerte, Fernando Valera quiso
dejar constancia de su compromiso con la República y de su protesta personal frente a la situación política
española. En el epitafio de su tumba en París puede leerse: “Republicano español muerto en el exilio”.
1208
Tarjeta impresa de la familia de Fernando Valera (esposa, hijos y nietos) comunicando el
fallecimiento del político y de los actos de su inhumación (Cementerio de Montparnasse, París, 16 de
febrero de 1982, a las 14.00 horas). Archivo Enrique Téllez.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
500
3.3.1. “Un movimiento que tiene un Himno de paz es imparable”, o “Un
mouvement qui a une Hymne de paix est invincible”1209
La preocupación por las carencias representativas de la República en cuanto a su
himno estuvo también presente durante la última etapa de las instituciones republicanas
en el exilio, período en el que de nuevo surgieron iniciativas para subsanar esta
deficiencia, toda vez que la propuesta de Margarita Nelken y Lan Adomián, presentada
en México D.F. en abril 1957, había concluido sin su aprobación.
La falta de consenso en torno al Himno de Riego y la desestimación de todos los
proyectos presentados con objeto de asumir las funciones institucionales que de manera
provisional desempeñaba el citado himno, siguió suscitando el interés de los
republicanos exiliados. El pleito de los himnos –expresión debida al periodista Ramón
María Tenreiro– continuaba pendiente de encontrar una solución satisfactoria.
Los condicionantes políticos, económicos y sociales que podían conducir a corto
plazo al colapso de las Instituciones de la República, no lograron disuadir a núcleos
republicanos de promover la creación de un himno que fuera representativo de los
valores de justicia, libertad e igualdad. Hacia 1974, ante las dificultades que encontraba
el restablecimiento de la Segunda República en España, Myriam Peix y Manuel Riera
Clavillé, autores de una nueva propuesta de himno, consideraron oportuno trasladar a las
instituciones depositarias de la memoria republicana, la posibilidad de la aprobación del
Himno de la III República Española1210. Dicho himno, de recibir el reconocimiento
1209
Frase de Manuel Riera Clavillé utilizada como cita literaria por Myriam Peix al comienzo del
Prólogo de su libro La Historia del Himno…, op. cit., p. 7. La mayúscula de “Himno” forma parte del
original. El ejemplar que nosotros hemos consultado, gracias a la amabilidad de Myriam Peix, perteneció
a Manuel Riera Clavillé, quien introdujo de manera manuscrita, entre otras, las siguientes modificaciones:
sustituyó la indicación “Prólogo” por su cita “Un movimiento que tiene un Himno de paz es imparable”,
sustituida, a su vez, en el comienzo de dicho “Prólogo” por otra frase suya: “Un Himno de paz”. En un
texto posterior de Myriam Peix, publicado en francés, aparece recogida la frase de Riera Clavillé con una
ligera modificación, al cambiar “imparable” por “invencible”: “Un mouvement qui a une Hymne de paix
est invincible”. PEIX, Myriam, Nouvelles lettres d´Ágreda, Perpignan, Imprimerie Catalane, ca. 1983, p.
58. Este último texto contiene una dedicatoria manuscrita de su autora a Adrián Miró, fechada en
Fontainebleau, el 13 de septiembre de 1983: “A los señores de Miró [Adrián y María Luisa], en recuerdo
de amistosas reuniones en el Ateneo Ibero-Americano [de París], con la esperanza republicana de Myriam
Peix [firma manuscrita]”. Archivo Adrián Miró.
1210
Para su difusión en España, se hizo una gración de esta propuesta de himno que corrió a
cargo de un coro dirigido por el cantautor rosellonés Jordi Barre, incluida junto al libro en PEIX, Myriam,
La historia del Himno…, op. cit. La cubierta del disco (de 45 rpm) es la bandera tricolor de la República.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
501
solicitado, constituiría una parte del legado transmitido a generaciones futuras como
elemento representativo, en el imaginario republicano, de la continuidad entre la
Segunda y Tercera Repúblicas.
El marco de la acción política de los sucesivos gobiernos en el exilio había
contado con la colaboración de una red de entidades de distinta naturaleza, a través de la
que se realizaban actividades de apoyo. Uno de los centros más importantes de esta red
fue el Centro de Información Ibero-Americana, que tenía como principal objetivo la
organización de los Servicios de Información, Prensa y Propaganda, creado en México
D.F. en octubre de 1945, después de que el Consejo de Ministros del Gobierno de la
República en el exilio estudiara los informes presentados a tal fin por la Subsecretaría de
la Presidencia, por Carlos Esplá y por Antoni-María Sbert1211.
El Centro de Información Ibero-Americana se creó con la naturaleza propia de
una empresa privada, para dotarlo de independencia funcional e impulsar la divulgación
de contenidos informativos a diferentes cabeceras y agencias de prensa1212. La
supervisión de su gestión así como la rendición de cuentas correspondía al GRE.
Por decisión del Gobierno [de la República] y con la intención de darle ese
carácter de independencia, la empresa se puso a nombre de Antoni-María Sbert,
quien también fue el encargado de dirigir los Servicios de Información en la
América Central y del Sur.
Al ser una empresa privada, Sbert era el responsable de gestionar las cuentas y,
para evitar cualquier tipo de suspicacia, propuso, y fue aceptado por el Gobierno,
un sistema de rendición de cuentas que consistía en justificar mensualmente los
ingresos y los gastos partida por partida. Por sugerencia suya, los Servicios se
dividieron, a efectos administrativos, en una agencia de Información llamada
Centro de Información Ibero Americana, y en un semanario denominado España
Nueva. Sbert formalizaba por separado las cuentas de cada entidad y las remitía a
la Habilitación General del Gobierno [de la República]1213.
Sobre Jordi Barre, véase QUERALT, Jacques y LAVAILL, Christine, Jordi Barre, l´enchanteur, Baixas
(Francia), Balzac Editéur, 2003.
1211
El informe de Antoni-María Sbert, titulado Información y Propaganda, puede consultarse en
FUE, fondo París 669.1. Cit. en ALONSO GARCÍA, M.ª del Rosario, Historia y diplomacia…, op. cit.,
p. 198. En este texto se realiza un estudio detallado acerca de la creación del Centro de Información
Ibero-Americana, así como de sus funciones, estructura interna y publicaciones.
1212
Véase GONZÁLEZ NEIRA, Ana, Prensa del Exilio Republicano, 1936-1977, Santiago de
Compostela, Andavira, 2010.
1213
ALONSO GARCÍA, M.ª del Rosario, Historia y diplomacia…, op. cit., pp. 198-199. Esta
autora señaló el año 1955 como la fecha en la que dejó de publicarse la revista España Nueva, debido a
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
502
Algunos años más tarde, ya con el GRE instalado en Francia, se creó, en abril de
1957, el Ateneo Ibero-Americano de París (AIAP)1214, entidad cultural gestionada también
como organismo independiente, cuya denominación guardaba una notable similitud con la
correspondiente al Centro de Información Ibero-Americana. Si este había desarrollado
funciones informativas y propagandísticas, el nuevo centro ateneísta, caracterizado por una
vocación cultural amplia, llevó a cabo una notoria actividad en defensa de la tradición
liberal y de los valores democráticos como referencias de signo republicano1215.
El AIAP, pese a su condición de entidad “de carácter cultural”, fue durante
décadas un lugar de encuentro de diferentes generaciones de exiliados españoles, en el
que convivieron un amplio espectro de sensibilidades políticas. En este diálogo
intergeneracional participaron cargos del GRE que desempeñaban (o las habían
desempeñado) responsabilidades de gobierno (Fernando Valera, Julio Just Jimeno y el
los recortes presupuestarios introducidos por el gobierno de Rodolfo Llopis en 1947, que culminarían con
la retirada de toda subvención por parte del Gobierno de la República. España Nueva recoge esta
información en su número 240-241-242, de 30 de septiembre de 1950. Ibid. p. 218.
1214
El AIAP guardaba algunas similitudes con el Ateneo Español de México, creado el 4 de
enero de 1949, en cuanto a la atención a las distintas expresiones artísticas. El secretario de la Sección de
Música, Teatro, Cine y Radio en el Ateneo mexicano era el escritor y músico exiliado Adolfo Salazar.
Puede consultarse el documento de constitución de este Ateneo en red en:
[Consulta: 22 enero 2009].
1215
De los Estatutos del AIAP (fragmento):
“Art. 1.- Se constituye en París un Centro Democrático, de carácter cultural denominado
ATENEO IBERO-AMERICANO de París.
Art. 2.- Serán fines primordiales de este Centro:
a) Fomentar y estimular la continuidad de la cultura ibero-americana, facilitando todos sus
medios de expresión, recogiendo y alentando las nuevas manifestaciones que se presenten.
b) Cultivar y en su caso defender, la tradición liberal y democrática de dicha cultura,
divulgándola y poniéndola de manifiesto, al margen de toda política partidista, como
contribución a los ideales de libertad y defensa de la persona humana, tal como aparece
expresada en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre”.
[…]
Pueden consultarse en red en:
[Consulta: 22 enero 2009].
El AIAP inició sus actividades en abril de 1957, siendo aprobados sus estatutos por el Ministerio del
Interior de Francia el 20 de noviembre de 1957 y publicados en el Diario Oficial de Francia el 28 de diciembre
del mismo año. La dirección de internet anteriormente citada corresponde a un enlace con el Archivo Virtual de
Carlos Esplá (no debe condundirse con el compositor Óscar Esplá, en el que pueden consultarse diversos
documentos de interés sobre el AIAP: circulares internas, epistolario relacionado, proyecto de reglamento
interior, documentos fundacionales…) del que este destacado dirigente político era socio.
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/ace/12048316439034839654435/6131/index.htm
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/ace/12048316439034839654435/6131/index.htm
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
503
General Emilio Herrera), junto a otros exiliados que accedieron a gabinetes
posteriores (Macrino Suárez)1216.
Al exilio de la Guerra Civil le siguió otro de una intensidad menor, de carácter
intermitente, que tuvo su origen en las dificultades de vivir en una España sometida a
una fuerte represión política y en la que no se reconocían las libertades democráticas
más elementales. A este segundo grupo de exiliados pertenecieron Antonio Alonso
Baño, Adrián Miró, Manuel Riera y Macrino Suárez, entre otros.
Muchos de los integrantes de esta nueva generación de exiliados encontraron
acomodo en el seno de la comunidad republicana que había hecho de la solidaridad para
con sus compatriotas una seña de identidad. Tanto el GRE como el AIAP contaron con la
participación de miembros pertenecientes a este nuevo grupo. El caso de Manuel Riera
presentaba algunas características propias, pues había protagonizado un exilio en dos
tiempos: el primero de ellos, en enero de 1939, tras la derrota del ejército republicano y el
segundo, a finales de 1970, “para manifestar mi oposición al régimen franquista”1217.
Así, atravesé los blancos Pirineos por el puerto de Bellegarde, pasando
delante del castillo fortificado que, unos años atrás, había sido testigo de mi
1216
El AIAP contaba con una Junta Directiva en la que había una importante presencia de
miembros que habían formado parte de distintos Gobiernos de la República en el Exilio (General Emilio
Herrera, Fernando Valera, Julio Just y Macrino Suárez), y un Comité de Honor integrado por
“personalidades francesas e iberoamericanas de las letras y las ciencias”. Por Francia: Charles B. Aubrun,
Marcel Bataillon, Jean Cassou, Albert Camus; por América: Germán Arciniegas, Raúl Haya de la Torre,
Alfonso Reyes, Eduardo Santos; y por España: Pau Casals, Salvador de Madariaga, Gregorio Marañón,
Ramón Menéndez Pidal, entre otros. Una relación más extensa de los miembros de la Junta Directiva, del
Comité de Honor, así como de los responsables de las Secciones de Estudio, puede consultarse en el
documento del AIAP (sig. 9.4/6134-b) reproducido digitalmente en el Archivo Virtual de Carlos Esplá.
Puede consultarse en red en:
[Consulta: 21 enero 2009].
1217
RIERA CLAVILLÉ, Manuel, Exilio y retorno…, op. cit., p. 15. En el prólogo a la
Autobiographie, de Myriam Peix, escrito por Manuel Riera, señala también como causa de su segundo
exilio que “mi participación en el Congreso de Munich me impedía vivir bajo la Dictadura de Franco”.
PEIX, Myriam, Autobiographie, texto inédito, p. 1. Archivo Myriam Peix. Probablemente, además de las
razones políticas referidas, también debió de influir en su decisión de partir hacia el exilio en 1970,
dificultades de tipo empresarial con socios minoritarios de sus empresas: “[…] en Barcelona, mis
adversarios me habían arrebatado el control de la `Revista Europa´ así como de la `Editorial Barna´ y de
mis empresas y propiedades. Me habían dejado sin medios económicos para vivir y, lo que es peor,
habían convertido un proceso civil, con discusión de deudas recíprocas, en un proceso criminal para
enturbiar mi imagen de hombre público y difamarme como hombre político”. RIERA CLAVILLÉ,
Manuel, Exilio y retorno…, op. cit., p. 18.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
504
primera marcha hacia el exilio. Porqué [sic], ya en el año 1939, con las tropas
republicanas de Cataluña y mi XII cuerpo de ejército, había salvado este mismo
paso para buscar amparo en la Francia de la Democracia, de los Derechos del
Hombre y de la Libertad. Y, con mi gran abrigo de campaña que llevaba desde la
batalla del Segre –estábamos en invierno y el Canigó estaba blanco de nieve– me
había dirigido hacia las playas de Saint-Cyprien. El recuerdo del campo de
concentración, de la arena que nos azotaba, empujada por el viento de este frío
enero [de] 1939, no me abrumaba mientras me dirigía una vez más hacia
Francia. Al contrario porque, el recuerdo de tantos sacrificios se mezclaba [con]
el de la esperanza que nos había ayudado a aguantarlos. Habíamos sufrido el
cautiverio con el entusiasmo del participar a [sic] una nueva batalla en la guerra
por la Libertad. Fiel a mi ideal, retornaba a esta tierra libre donde encontraría la
independencia de espíritu y la colaboración de militantes permitiéndome
continuar la lucha por la República1218.
Las Instituciones de la República habían suspendido su continuidad el 21 de
junio de 1977, pero su ejemplo no fue seguido por el AIAP, institución que al ser
independiente no estaba vinculada a la decisión suscrita por los presidentes José
Maldonado y Fernando Valera en representación de las instituciones republicanas. El
AIAP, con el propio Valera como presidente “perpetuamente renovado”, continuó con
sus actividades, manteniendo vivo el germen de la República a través de las distintas
manifestaciones culturales y artísticas.
En una carta de Manuel Riera Clavillé a Adrián Miró, firmada en Fontainebleau,
el 21 de marzo de 1982, tras indicarle que había recibido su libro y que, a la vez le
remitía otro propio presentado por él hacía unos meses en la librería “La Pluma” de
Madrid, le indicaba: “El índice y todo el temario de su libro parecen tan interesantes y
sugestivos que estoy seguro de poder hacerle un `comentario de urgencia´ el próximo
sábado en la celebración del Ateneo”1219.
En París, el AIAP permaneció –“aunque en tono menor”, al decir de Adrián
Miró– como una referencia colectiva, un punto de encuentro para todos los republicanos
que decidieron continuar residiendo en Francia, bien hasta que se produjera su
jubilación laboral y entonces regresar a España, bien hasta el final de sus días. Al primer
1218
Ibid, pp. 15-16.
1219
Carta de Manuel Riera Clavillé a Adrián Miró de fecha 21 de marzo de 1982.
Archivo Adrián Miró.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
505
grupo perteneció Adrián Miró, quien regresó a su Alcoy natal en 1988. Al segundo
grupo pertenecieron el propio Fernando Valera, que falleció en París en 1982, y Antonio
Gardó Cantero, “secretario permanentemente renovado” del AIAP. En el acta de
constitución del Ateneo, en 1957, ya figuraba ostentando esa responsabilidad que
desempeñaba, igualmente, también en el momento de su muerte1220.
La Asamblea de disolución del Ateneo, tras cincuenta años de actividades, se
celebró días después del entierro de su promotor e impulsor más activo, D.
Antonio Gardó, en 19951221.
Las instituciones de la República y las entidades culturales afines, aunque
independientes, sirvieron de plataforma para una mejor integración de los españoles que
seguían llegando a París. Por su vinculación con nuestro estudio, tiene especial
significación la figura del profesor Adrián Miró.
Por este tiempo –o quizás algo más tarde, a mediados de los años 60–, conocí
[en París] al profesor Félix Corella de la Vega, persona cultísima, todo
cordialidad, muy entendido en arte español, a pesar de haber cursado estudios
técnicos antes de la Guerra Civil. […] Ahora estaba muy metido en el Ateneo
Ibero Americano, verdadera asamblea de intelectuales republicanos españoles en
el destierro, presidido por Fernando Valera que tenía que llegar a ser el último
presidente del gobierno exiliado de la República Española. Por invitación de
1220
Antonio Gardó Cantero fue militante socialista próximo a las posiciones de Juan Negrín
junto a quien ostentó distintas responsabilidades. La nota biográfica de la FPI indica que su muerte se
produjo en 1997. Puede consultarse en red en: [Consulta: 20 agosto 2015]. El
30 de marzo de 1937, el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra publicó una circular firmada por
Francisco Largo Caballero, el 26 del mismo mes, como Ministro de la Guerra, en la que nombraba doce
nuevos sargentos de campaña en el arma de Artillería, formados en la Escuela Popular de Guerra.
Encabezaba la lista Antonio Gardó. Véase Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, n.º 77 (Valencia),
30-III-1937, p. 902. Finalizada la guerra, describió los bombardeos sobre las columnas de republicanos
(militares y civiles) que intentaban llegar a Francia en febrero de 1939, en GARDÓ CANTERO, Antonio,
“Recuerdos de antaño”, Cuadernos Republicanos, n.º 22 (abril de 1995), pp. 105-108. Posteriormente, en
1942, se integró en Unión Nacional Española (UNE), organización guerrillera auspiciada por el PCE en la
que recibió el nombre de guerra de “Gerard”. Véase sobre su participación en la UNE, SERRANO,
Secundino, La última gesta. Los republicanos que vencieron a Hitler (1939-1945), Madrid, Aguilar,
2005, pp. 294-301.
1221
MAESTRE, Rafael y MOLINA, Pilar, “Ateneo Íbero-Americano de París” [en línea]. En:
“España libre: homenaje a la obra cultural del exilio obrero de 1939 en Francia”, [en línea], (Catálogo de
la Exposición. Valencia, 19 de noviembre19 de diciembre de 2001). Puede consultarse en red en:
[Consulta: 21 enero 2009]. Este catálogo reproduce la portada de Anales, n.º 5, revista que editaba el
AIAP. También pueden consultarse varios números de esta publicación en la FUE.ARE. No hemos
podido confirmar la fecha de fallecimiento de Antonio Gardó Cantero.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
506
Corella, empecé a frecuentar el Ateneo. Resultaba enternecedor escuchar a
aquellas gentes, con la nostalgia a flor de piel –ya fuesen castellanos, catalanes,
vascos, gallegos– hablar de España y de los valores hispánicos, como no se
podría presumir veinte años después con la exaltación de los extremismos
nacionalistas. Lejos de España, todos éramos españoles profundos. ¿Quién
podría pensar otra cosa?1222
Félix Corella de la Vega implicó a Adrián Miró en diferentes tareas del Ateneo,
aceptando este su invitación de participar en las disertaciones sobre arte que, bajo su
dirección, se celebraban regularmente en el Ateneo.
Corella de la Vega animaba aquellas reuniones con charlas muy inteligentes
sobre arte español. Consistían, en realidad, en proyecciones de diapositivas,
amenizadas con comentarios. Aquí se jugaba con ventaja ante un público con la
nostalgia herida y con el desgarro amargo del destierro. Los asistentes se
emocionaban con la remembranza de sus monumentos, las iglesias, los castillos,
las obras maestras sus añorados pueblos1223.
Poco más tarde, Adrián Miró asumió la responsabilidad de celebrar disertaciones
propias sobre música, que tuvieron una excelente aceptación entre los contertulios
habituales del AIAP.
La primera intervención lleva la fecha de 16 de marzo de 1974 y cuento en mi
haber exactamente con 56 convocatorias, archivadas, de charlas mías hasta 1988,
año de mi jubilación y traslado a España. Pero imagino que tuvieron que ser
bastantes más, ya que alguno de aquellos programitas deben de habérseme
extraviado, seguro. En realidad me estrené con charlas y coloquios de arte pero,
una vez incorporado al Instituto de Musicología, continué con disertaciones
sobre música, ilustradas con montajes en casette bajo el título general de
“Aspectos de la música española”1224.
Dado el carácter particular que tenían estas actividades culturales, se procedió a su
descentralización, de manera que se pudiera facilitar el acceso a las mismas del mayor
número posible de personas interesadas. La expresión cultural a través de las bellas artes,
1222
MIRÓ, Adrián, Lo que queda…, op. cit., pp. 59-60.
1223
Ibid. p. 60.
1224
Id. Años más tarde, Adrián Miró, en su faceta de escritor, publicó un interesante poemario en
el que relaciona referencias musicales del repertorio tradicional de la música culta con poemas originales
propios. MIRÓ, Adrián, Momentos musicales, Alcoy, Gráficas Ciudad, 1992. Nuestro ejemplar tiene la
siguiente dedicatoria de su autor: “A Enrique Téllez en la evocación de nuestra pasión común por la
música, cordialmente [Firma de Adrián Miró]. Alcoy, 18-I-99”.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
507
de la música, así como del resto de las secciones del AIAP1225, jugó un papel muy
importante en la preservación de la identidad cultural española de la comunidad
republicana en el exilio, al tiempo que servía como elemento de vertebración de la misma.
Algunas de estas conferencias las di en nombre del Ateneo pero fuera de su
sede y con otros públicos, en la Casa de España (no hay que confundir con el
Colegio de España de la Ciudad Universitaria), Colegio de México, Casal de
Catalunya, Biblioteca Española, alcaldía de Suresnes y otros sitios1226.
Uno de estos “otros sitios” a los que, de manera genérica, aludió Adrián Miró era
el domicilio particular en París de Isabel Campos, entusiasta defensora de la causa
republicana que ostentaba el cargo de Vicepresidenta del AIAP. El salón de la casa de
Isabel Campos, dotado de un magnífico piano de cola, fue testigo de numerosos
encuentros de los miembros del Ateneo a los que en ocasiones concurría también el
compositor Carlos Palacio, quien interpretaba sus nuevas composiciones patrióticas.
Este compositor mantenía vivo, a través de su obra, el pulso reivindicativo de
sus composiciones de la Guerra Civil; ahora los textos de sus canciones se referían a la
realidad política española, para reclamar la amnistía de los presos políticos, la
convocatoria de una huelga general o la instauración de un régimen de libertades
democráticas para España.
El Ateneo Iberoamericano no se concibe sin las encantadoras tertulias en los
aristocráticos salones de una gran dama española, doña Isabel Campos, ágora de
intelectuales republicanos, verdadero “salón” a lo madame de Lespinasse o
madame de Recamier, pongo por caso. Doña Isabel, de soltera Isabel Terol,
aunque nacida en la patricia calle de Caballeros, de Valencia, era de origen
alcoyano y recordaba a Alcoy y a sus nativos con verdadera fruición y cariño. Su
difunto marido, Francisco Campos, inventor y técnico que trabajó para el
gobierno francés en lo que podríamos llamar la “prehistoria de la informática”, o
1225
“El ATENEO tiene formadas Secciones de Estudio, cuyas actividades dan a nuestra Entidad
un dinamismo de variada acción cultural y cuyos dirigentes colaboran en la Administración, formando
parte de la Junta Directiva: 1) BELLAS-ARTES. -2) CIENCIAS. -3) LETRAS. -4) POLÍTICA,
ECONOMÍA, GEOGRAFÍA e HISTORIA. -5) JUVENTUD y DEPORTES. -6) CULTURA LUSO-
BRASILEIRA (Creada recientemente)”. Además de estas secciones, el AIAP ofrecía una biblioteca
formada en ese momento por más de 2500 volúmenes. Sobre las Secciones de Estudio del AIAP y su
Biblioteca véase el Archivo Virtual de Carlos Esplá. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 21 enero 2009].
1226
MIRÓ, Adrián, Lo que queda…, op. cit., p. 60.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
508
sea el cerebro electrónico y las tarjetas perforadas (doña Isabel exageraba cuando
afirmaba que “había sido el inventor del ordenador”), le había dejado un pingüe
patrimonio y una mansión señorial llena de dorados, cortinajes y cuadros, como
un aposento versallesco, presidido por un ostentoso piano de cola cubierto por
un coquetón mantón de Manila1227.
El AIAP fue un foro cultural abierto, tanto en el capítulo artístico como en el humano,
al que se fueron incorporando los republicanos interesados en sus actividades culturales y en
compartir, tal vez, “su nostalgia” de expatriados. En el entorno de su programación fueron
surgiendo relaciones de amistad y se esbozaron distintos proyectos artísticos.
A mediados de los año setenta, fue recibido catecúmeno en la tertulia de doña
Isabel, Manuel Riera Clavillé, que había llegado de Cataluña, casi como evadido,
con todas sus convicciones republicanas y europeístas al rojo vivo. Era un sujeto
prepotente y locuaz, muy seguro de sí mismo y de los resultados de sus
gestiones. Entre los miembros del “gobierno republicano” se convirtió pronto en
una especie de ministro de Propaganda y lo hubiera sido con eficacia y éxito en
España si los republicanos hubiesen logrado su ideal de trasladarse a Madrid.
Tras de sí, dejó en Barcelona la fundación de un Instituto de Estudios Europeos y
de la revista “Europa”. Y se proclamaba a sí mismo como luchador “por la
integración de una España democrática en Europa a partir de la realidad
catalana”. En París mantenía mayestáticas relaciones con altas personalidades
del mundo diplomático y político. Y de ello se pavoneaba. En cierta ocasión, me
presentó como “profesor de arte” –lo primero que se le vino a la mente– a la
princesa de Borbón-Parma, María Teresa, hermana de Hugo, que acababa de
mantener en Londres conversaciones sobre los problemas de España con los
laboristas de Harold Wilson. Me resultó chocante la etiqueta de “carlista-
socialista” de esta aristócrata. Y ¿por qué no?1228.
La integración de Manuel Riera Clavillé en los diferentes ámbitos del exilio
republicano fue muy rápida, y su gestión como Delegado General de Prensa del
Gobierno de la República obtuvo considerables éxitos al situar “la cuestión española”
entre las materias de interés para los medios de prensa franceses. Junto a esta actividad,
estrictamente política, participó en los debates y encuentros que celebraba el AIAP,
donde también formuló propuestas.
Un buen día apareció [Manuel] Riera Clavillé por la tertulia de doña Isabel
[Campos] rutilante de felicidad con su compañera Myriam Peix, esclarecida
1227
Ibid., pp. 63-64. Adrián Miró nos ofrece un interesante perfil de esta dama de la aristocracia
valenciana, tan profundamente religiosa como republicana, que fue “vicesecretaria a perpetuidad” del AIAP.
1228
Ibid., p. 65.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
509
mujer, que escribiría unas “Nouvelles lettres d´Agreda” a imitación de la célebre
monja, pero ahora dirigidas al rey Juan Carlos, a la Reina Sofía, a Adolfo
Suárez, a Felipe González, a Alfonso de Borbón Dampierre y otras magnificadas
cabezas. Myriam nos traía el texto del Himno de la III República –¡nada
menos!–, incrustado sobre un fragmento del coral de una cantata de Juan
Sebastián Bach. Claro está, cualquier composición patriótica podría alcanzar
mayor mérito y virtud que el charanguero “himno de Riego”, musicalmente tan
pedestre. Pero para un himno nacional hay que contar con la vibración
espontánea de la fibra popular que poco sabe de exquisiteces. […] La “letra” de
Myriam fue recibida con cordialidad (la cantaron a dúo Myriam y Riera), pero
sin arrebato. La conservo mecanografiada. Y dice así:
Deseamos la paz a los que nos agredieron.
Nuestras armas de luz son las que por fin vencieron.
Son Libertad, Igualdad, Fraternidad.
El ideal republicano1229.
Con antelación a la publicación de este libro de Adrián Miró en el año 2002, su
autor nos había dado una versión muy similar a la que hemos recogido en la cita
anterior, si bien aquella, de 1999, contenía algunos detalles singulares que por su interés
también incorporamos a nuestro estudio.
Lo menos que se puede afirmar es que resulta curiosa [la propuesta de
himno]. Fernando Valera (último Presidente del gobierno en exilio, buen amigo)
se mostró bastante entusiasmado. Riera y Myriam Peix (que eran pareja
sentimental) nos lo dieron a conocer en París en una de esas inolvidables
reuniones en casa de D.ª Isabel Campos, aristocrática dama valenciana que nos
acogía en su señorial mansión del boulevard Flandrin (por allí iba, además, de
Valera, el que fue ministro de Justicia, Manuel de Irujo, el almirante D. Valentín
Fuentes, [el compositor] Carlos Palacio, Félix Corella de la Vega (crítico de
arte), Antonio Gardó (alma del Ateneo Ibero-Americano), etc… ¡qué entrañables
recuerdos! A mí me consideraban como el “benjamín” de la tertulia, así me lo
decían). Perdona este nostálgico inciso1230.
1229
Ibid., pp. 65-66. Hemos respetado la disposición de los versos según los recogió este autor,
diferente a la edición impresa que incluiremos más adelante. Probablemente, la letra mecanografiada que
citó Adrián Miró fue entregada a los asitentes al acto de presentación del himno en el AIAP. No hemos
podido determinar con exactitud la fecha en la que tuvo lugar dicha presentación, dado que este dato no
figura recogido en los textos consultados, ni tampoco nos ha sido facilitado en las entrevistas realizadas a
dos de los protagonistas directos de estos hechos, Myriam Peix (autora de la propuesta) y Adrián Miró
(miembro del AIAP que asistió al acto). No obstante, ambos entrevistados coincidieron en señalar que la
presentación del Himno de la III República Española tuvo lugar hacia mediados de la década de los años
setenta, en cualquier caso, siempre antes de la muerte del general Franco.
1230
Correspondencia de Adrián Miró con Enrique Téllez. Documento fechado en Alcoy
(Alicante) el 19 de enero de 1999. Archivo Enrique Téllez.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
510
Antes de la presentación pública de la obra ante los miembros de AIAP, Myriam
Peix y Manuel Riera Clavillé habían dado a conocer su propuesta de Himno de la III
República Española tanto al Presidente del Gobierno, Fernando Valera, como al Presidente
de la República, José Maldonado. En ambos casos la recepción había sido positiva.
Fuimos a ver al Presidente D. Fernando Valera para presentarle, con gran
orgullo, mi obra. […] Ya he explicado que Manuel no tiene una gran
sensibilidad musical. En efecto, no tiene sentido del ritmo. Sin embargo, tiene
oído pues canta muy bien. Además, concediéndole vocación política, Dios le ha
dado la voz de un tribuno. Hemos, pues, cantado juntos a nuestro querido Don
Fernando mi Himno, a fin de que él nos dé su consejo a la vez de melómano, de
político y de hombre de gran corazón. Él nos ha alentado a continuar nuestro
proyecto con una afectuosa y simpática complicidad que no olvidaremos jamás.
[…] Dimos a conocer de la misma manera nuestro Himno al Presidente [de la
República] Maldonado y a Doña Rosalía [su mujer], así como a nuestros amigos
más inmediatos [en el AIAP]. Todos acogieron esta idea con alegría1231.
En 1957, cuando Valera tuvo conocimiento de la propuesta de Himno de la
República Española presentada por Margarita Nelken y Lan Adomián, según un encargo
que les había sido formulado por Salvador Etcheverría Brañas, expresó, con una cierta
ambigüedad, sus reservas hacia ese proyecto de himno que finalmente no fue aprobado.
Casi dos décadas más tarde, Valera se encontraba ante una nueva propuesta; sin
embargo, en esta ocasión su actitud fue muy diferente, mostrando hacia este proyecto
“una afectuosa y simpática complicidad”.
La complicidad de Fernando Valera hacia la propuesta de Myriam Peix y de
Manuel Riera no se limitó a la emisión de un juicio más o menos favorable, sino que
alcanzó una mayor implicación personal, al sugerir una modificación del texto en su
primera estrofa que fue aceptada por Myriam Peix, pasando a formar parte de la versión
definitiva del Himno de la III República Española.
Ahora me acuerdo [de] la palabra de mi himno que ha corregido Fernando
Valera. Yo había escrito: “España padeció el dolor de la dictadura”. Fernando
Valera prefirió: “España resistió el dolor de la dictadura”.
Y ha tenido razón. Es más digno1232.
1231
PEIX, Myriam, Nouvelles lettres…, op. cit., pp. 60-61. La traducción es nuestra.
1232
Correspondencia de Myriam Peix con Enrique Téllez. Este documento está fechado en
Premià de Mar (Barcelona) el 27 de enero de 2009. Archivo Enrique Téllez. Las dos palabras (término
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
511
Valera gozaba de un gran prestigio, no solo en medios políticos y culturales del
exilio republicano, sino también en el ámbito de la política y de la cultura francesas. El
gobierno francés lo había distinguido con su más alta condecoración al nombrarlo Chevalier
de la Légion d´Honneur y también fue condecorado como Chevalier de l´ordre des Palmes
académiques1233. Además de sus responsabilidades políticas, Valera detentaba el cargo de
“presidente perpetuamente `renovado´”del AIAP, como ya ha sido mencionado1234.
Don Fernando [Valera] es tan gran escritor como gran orador y estas dos
cualidades son superadas únicamente por la de su corazón. Aureolado de una
melena bethoveniana, el rostro de este hombre que conoció las tempestades, que
la injusticia hiere tanto y que sabe tanto perdonar, tiene una expresión a la vez de
fuerza áspera y de dulzura. Porque este incansable y poderoso luchador de la
República es un maravilloso poeta, un delicado músico. Con una fidelidad
ejemplar al ideal republicano, soporta un largo y meritorio exilio compartido con
su mujer, Doña Plácida cuyo claro rostro de rubia valenciana refleja una
juventud de corazón eterna1235.
También Myriam Peix profesaba una profunda admiración hacia Valera, a quien
dedicó una de las cartas dirigidas a líderes políticos españoles incluidas en su obra
Nouvelles lettres d´Ágreda. Escrita a modo de homenaje póstumo, en esta carta se hacía
también mención expresa a la sensibilidad musical del homenajeado.
Yo le escribo porque no creo en la muerte. Parece como si usted nos hubiera
dejado pero, desde la luz eterna de donde usted ha sido llamado, continúa
estando entre nosotros.
[…]
La delicadeza de su alma se expandía en su gran sensibilidad musical1236.
original y propuesta de Valera) figuran subrayadas en la carta manuscrita de Myriam Peix. Son obvias las
connotaciones políticas que la modificación introducida por el Presidente del GRE, Fernando Valera,
contiene, en tanto que refleja una actitud de “resistencia” activa del pueblo español frente a la dictadura
del general Franco. Tampoco es difícil comprender el significado del verbo “resistir” para el exilio
republicano en general, y para Fernando Valera en particular.
1233
Valera hizo grabar en sus tarjetas personales de visita, junto a su nombre, los símbolos de
ambas distinciones y en la línea inferior la siguiente leyenda: “Homme de Lettres”. Tarjeta de visita de
Fernando Valera dirigida a Adrián Miró el 12 de enero de 1977. Archivo Adrián Miró.
1234
MIRÓ, Adrián, Lo que queda…, op. cit., p. 64.
1235
RIERA CLAVILLÉ, Manuel, Exilio y retorno…, op. cit., p. 35.
1236
PEIX, Myriam, Nouvelles lettres…, op. cit., p. 47. La traducción es nuestra.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
512
Tal vez fueran la sensibilidad musical de Fernando Valera, aludida por diferentes
autores, junto a su religiosidad1237, las que llevaron al Presidente del GRE a considerar
favorablemente la iniciativa de Myriam Peix, impresionado ante la majestuosidad de la
música de Johann Sebastian Bach utilizada. En la propuesta de Himno de la III
República Española se había tomado del citado compositor del Barroco alemán el “Coral”
(Versus 5) de la Cantata BWV 137, titulada Lobe den Herren, den mächtigen König der
Ehren (Alaba al Señor, el poderoso rey del Honor)1238.
La Cantata BWV 137 de J.S. Bach, fue compuesta en Leipzig en 1725 para
celebrar el 12.º domingo después de la Trinidad y estrenada en dicha ciudad el 19 de
agosto del mismo año. La obra es cantada por un coro a 4 voces mixtas (Soprano, Alto,
Tenor y Bajo) que cuenta con el apoyo de un conjunto instrumental (Tromba I, II, III,
Tímpani, Oboe I, II, Violino I, II, Viola y Continuo). El primer verso del texto de
Joachim Neander utilizado por Bach es el que da título a la Cantata: “Lobe den Herren,
den mächtigen König der Ehren”, (“Alaba al Señor, el poderoso rey del Honor”)1239.
Este “Coral” (después propuesta de Himno de la III República Española) con el
que concluye la Cantata, fue escrito por J.S. Bach a partir de un coral luterano, al que
1237
A la pregunta de “¿Por qué sigue en el exilio?”, formulada por José A. Ferrer Benimeli con
posterioridad a la celebración de las elecciones del 15 de junio de 1977, Fernando Valera respondía: “Es
muy complejo. Podría decir en síntesis que por razones ‘ecológicas’. Yo no puedo ya, ni económica, ni
familiar, ni políticamente vivir en una sociedad sin Leyes e Instituciones Republicanas. En una ocasión
repliqué al Dr. Marañón, hace muchos años, cuando me hizo la misma pregunta: ‘Pero vamos a ver, si yo
regreso a España, ¿podré militar en un Partido Republicano, podré exponer libremente en la tribuna, en la
prensa y en los libros, mis ideas liberales y aún libertarias, podré asistir a las reuniones de la Logia
Masónica, podré adorar a Dios como mi corazón me dice que debo adorarle, sin la ostentación pagana del
culto religioso que se acostumbra en España, etc., etc.?” ”No, eso no”. ”Pues entonces no sería yo
quien regresara a España, sino mi cuerpo sin alma, mi cadáver, como decía Quevedo. Usted me ofrece que
vuelva a España como el Dante entró en el Infierno, dejándome la conciencia a la puerta de los
Pirineos…”. FERRER BENIMELI, José Antonio, “`Hemos salvaguardado…´, op. cit., p. 77.
1238
SEBASTIAN BACH, Johann, “Choral (Versus 5)”, Lobe den Herren, den mächtigen König
der Ehren, (BWV 137), Kassel‒Basel‒London, Bärenreiter, 1986, p. 214. Puede consultarse la Cantata
BMW 137 completa en ibid. pp. 171-214. La traducción al castellano, por Francisco López Hernández, de
la Cantata BMW 137 de SEBASTIAN BACH, Johann, “Choral (Versus 5)”, Lobe den Herren, den
mächtigen König der Ehren, Kassel‒Basel‒London, Bärenreiter, 1986, puede consultarse en red en:
[Consulta: 13 mayo 2015].
1239
La traducción completa al castellano, por Francisco López Hernández, de la Cantata BMW
137 de SEBASTIAN BACH, Johann, “Choral (Versus 5)”, Lobe den Herren, den mächtigen König der
Ehren, Kassel‒Basel‒London, Bärenreiter, 1986, puede consultarse en red en: [Consulta: 13 mayo 2015].
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
513
dotó de una brillante instrumentación para destacar, en un clima de gran majestuosidad,
el contenido del texto que es cantado.
Lobe den Herren, den mächtigen König der Ehren
Texto: Joachim Neander – Música: Coral luterano
(Armonizado e instrumentado por Johann Sebastian Bach)
CHORAL
Lobe den Herren, was in mir ist, lobe den Namen!
Alles, was Odem hat, lobe mit Abrahams Samen!
Er ist dein Licht,
Seele, vergiss es ja nicht;
Lobende, schließe mit Amen!1240
[CORAL Traducción]
Alaba al Señor, que está en mí,
alaba Su nombre!
Todo lo que respira, que le alabe
con los hijos de Abraham!
Él es tu luz, alma, no lo olvides;
al alabarle, concluye con un amén1241.
En cuanto al texto del Himno de la III República Española, Myriam Peix
sustituyó el original de Joachim Neander (Bremen, 1650-Id. 1680) escrito en 1680, por
uno propio relativo a la República española. Como modelo para la línea melódica del
himno tomó la voz de las sopranos del Verso 5 del “Coral” de la citada Cantata, que en el
original de Bach figura doblada por los oboes I y II y el violín I1242.
Con gran precaución, dado que la propuesta de himno republicano no estaba
destinada a ser interpretada por cantantes profesionales sino por el pueblo español,
Myriam Peix optó por transportar la tonalidad de la obra un tercera menor descendente
(de Do mayor a La mayor). Este es un recurso habitual en transformaciones como la
presente, que permite mantener la exactitud de las referencias interválicas de la línea
melódica, pese a que al ser interpretada en un registro más grave pierde algo de su
1240
SEBASTIAN BACH, Johann, p. 214.
1241
Fragmento de la traducción citada de Francisco López Hernández.
1242
SEBASTIAN BACH, Johann, p. 214.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
514
brillantez. Un fragmento de la partitura que recoge dicha transformación figura impreso
en la portada del libro de Myriam Peix La historia del Himno…1243.
Siendo niña, Myriam Peix había estado en contacto directo con las primeras oleadas
de republicanos españoles que atravesaban la frontera de Francia hasta alcanzar distintos
campos de concentración dispuestos por las autoridades francesas en el sur de Francia, entre
ellos el ubicado en Argelès-sur-Mer1244, localidad en la que se encontraba el Castillo de
Valmy, propiedad de la familia Peix. Su padre, Víctor Peix, acogió en los dominios agrícolas
situados en el entorno del castillo a numerosos republicanos españoles1245.
Existe en la extensa y rica historia de Argelès-sur-Mer una mancha indeleble,
el campo de internamiento de 1939 a 1941. En febrero de 1939, Argelès se
levantó contra su construccion. Pero ¿qué podía hacer un pequeño pueblo contra
el gobierno? Se tejieron estrechos vínculos entre los internos y la población
local. Por centenares los españoles salían del campo para trabajar en la
agricultura. Las familias podían así recomponerse. Uno de los episodios más
1243
PEIX, Myriam, La historia del Himno…, op. cit. p. 1.
1244
Sobre los campos de concentración franceses, véanse SOLÉ, Felip y TUBAN, Grégory,
Camp d´Argelers (1939-1942), Valls (Tarragona), Cossetània, 2011; MÍNGUEZ ANAYA, Adrián
Blas, Los campos de Argelés, St. Cyprien y Barcarés. 1939-1942, Fuenlabrada, “Memoria Viva”
Asociación para el Estudio de la Deportación y el Exilio Español, 2012; CATE-ARRIES, Francie,
Culturas del exilio español entre las alambradas, Barcelona, Anthropos, 2012; y ROIG, Pietat, El
manuscrit d´Argelès-sur-Mer, Tarragona, Silva, 2013; y HACKL, Erich y LANDAUER, Hans, Album
Gurs, Viena-Munich, Deuticke, 2000.
1245
La denominación del Château de Valmy está ligada desde sus orígenes a los ideales
republicanos, ya que debe su nombre a la batalla que tuvo lugar en dicha localidad situada al noreste de
Francia, en la que fueron inexplicablemente derrotadas, el 20 de septiembre de 1792, las tropas del rey
Federico-Guillermo II de Prusia que estaban bajo el mando del Duque de Brünswick. Frente a ellas se
encontraban las tropas de la República francesa, ostensiblemente inferiores en número y formadas por
campesinos y ciudadanos voluntarios sin instrucción militar, dirigidas por los generales Charles François
Dumouriez y François Christophe Kellermann. Las fuerzas republicanas vencieron a las fuerzas aliadas
absolutistas de Prusia y Austria, después de que Francia hubiera declarado la guerra a Austria el 20 de
abril de 1792. Al día siguiente a la victoria de Valmy, la monarquía francesa fue abolida y proclamada la
Primera República. El 21 de enero de 1793 era guillotinado el rey de Francia, Luis XVI. Años después de
que estos hechos ocurrieran, Jeanne Bordou, descendiente de una influyente familia de industriales del
Rosellón, propietarios de la empresa de papel de cigarros J.O.B. (iniciales de Joseph Bardou, el abuelo),
recibió como parte de su herencia un castillo en Argelès-sur-Mer, diseñado por el arquitecto danés Vigo
Dorph Petersen. Jeanne Bordou se había casado en 1888 con el influyente abogado Jules Pams, quien más
tarde sería Ministro de Agricultura (marzo 1911-enero 1913), de Interior (noviembre 1917-enero 1920) y
había concurrido en 1913, sin éxito, a la Presidencia de la República francesa, resultando elegido
Raymond Poincaré. “Su marido, el gran político catalán Jules Pams, celebró su alegría por su primer éxito
electoral [la elección en 1892 como Consejero General del Cantón de Argelès-sur-Mer] al darle al
dominio de su mujer el nombre de una victoria republicana. La Victoria de Valmy”. PEIX, Myriam,
Autobiographie, op. cit., p. 16. Archivo Myriam Peix. Véase también CHUQUET, Arthur, Valmy, París,
Plon-Nourrit, [ca. 1899]. A la muerte de Jules Pams en 1930, el Castillo de Valmy fue adquirido por un
destilador de vinos de la localidad próxima de Millas, Víctor Peix.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
515
emocionantes de esta solidaridad, fue la actitud de Monsieur Víctor PEIX,
propietario del dominio vitícola de Valmy. Hizo salir a los Republicanos
Españoles del campo en gran número, diciendo que era para trabajar en las viñas.
Pero lo más extraordinario, es que logró obtener la autorización de acoger en su
casa una docena de intelectuales. Allí había escritores, pintores, ilustradores,
poetas que se habían conocido en el interior de la “barraca 14” del campo y
habían editado una revista “hecha a mano” de 15 ejemplares titulada
BARRACA. Víctor PEIX puso a su disposición una sólida edificación en plena
montaña, el Mas de l’Abat. Allí, el grupo de artistas se dedicó a su pasión y editó
5 números de la nueva revista DESDE EL ROSELLON. Una revista escrita e
ilustrada enteramente a mano cuya tirada fue de 25 ejemplares. Esta revista era
una verdadera obra de arte, de la cual existen todavía algunos números. Tras la
declaración de la Segunda Guerra mundial, el grupo dejó aquellos lugares para
ponerse al servicio de Francia1246.
Uno de estos autores, el escritor de origen cubano Valentín Rodríguez González
“Belisario”, escribió en el libro de oro del Mas de l´Abat1247 el siguiente texto en
homenaje a Víctor Peix: “Quiera la suerte que en un próximo mañana podamos ofrecer
al apellido Peix los hogares de nuestra patria. Ello querrá decir que ha vencido la razón
y que, junto a ella, la gratitud prevalece en el grupo de refugiados que al ser honrados
por M[onsieur] Peix, honraron a su vez, y en pago, el Mas del Abat”1248.
Mi padre era republicano y muy catalanista.
Ayudó a los exiliados por solidaridad1249.
1246
“Academie de Valmy”, [en línea]. Argeles1939.com, diciembre de 2008, p. 7. La traducción
es nuestra. Puede consultarse también en red en:
[Consulta: 30 enero 2009].
1247
Tanto Myriam Peix como Manuel Riera Clavillé se refieren a esta construcción como “Mas
Payrot”. En la entrevista que realizamos Myriam Peix el 24 de enero de 2009 nos indicó que las dos
denominaciones son correctas. El término catalán “Mas” asocia una determinada superficie de tierra
agrícola a una residencia.
1248
Puede consultarse en red en: [Consulta: 30 enero
2009]. Con motivo de la celebración del 70 aniversario de la apertura del campo de concentración de
Argelès-sur-Mer se creó en Internet la página web que figura en este pie de página en la que hay varios
enlaces que tratan extensamente sobre la actuación de Víctor Peix en favor de los republicanos españoles,
así como testimonios de estos y de algunos descendientes.
1249
Fragmento de una entrevista realizada a Myriam Peix el 24 de enero de 2009. Archivo
Enrique Téllez. La comarca de El Rosellón, en la que está integrada Argelès-sur-Mer (denominada
Argelés en catalán) perteneció a la Corona de Aragón durante buena parte del siglo XV, la totalidad del
XVI y hasta casi la mitad del XVII. Situada en la zona de influencia cultural catalana, fue objeto de la
disputa política y territorial entre Francia y España en diferentes períodos. Con el “Tratado de los
Pirineos”, firmado el 7 de noviembre de 1659 por representantes de las dos monarquías, se ponía fin a una
larga etapa de enfrentamientos militares entre España y Francia (Guerra de los Treinta Años, 1618-1638),
y a enfrentamientos internos españoles que también contaron con el concurso de fuerzas militares
francesas (Guerra de los Segadores, 1640-1659). Mediante la firma del citado tratado, El Rosellón pasó a
http://209.85.229.132/search?q=cache:xWdHQhPaZAMJ:argeles1939.com/cariboost_files/plaquette_202009.pdf+V%C3%ADctor+Peix&hl=es&ct=clnk&cd=95&gl=es
http://209.85.229.132/search?q=cache:xWdHQhPaZAMJ:argeles1939.com/cariboost_files/plaquette_202009.pdf+V%C3%ADctor+Peix&hl=es&ct=clnk&cd=95&gl=es
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
516
Muchos años más tarde de que estos hechos ocurrieran, Myriam Peix volvió a
estar en contacto con republicanos españoles a través de su relación con Manuel Riera
Clavillé, a quien había conocido en una conferencia celebrada en el Castillo de Valmy,
el 20 de octubre de 19711250. Myriam comenzó a colaborar con Manuel Riera como
Secretaria General del Instituto de Estudios Europeos del Rosellón, institución que este
había creado oficialmente en el verano de 19721251.
Pronto se incorporó a las actividades en defensa de la República que venía
realizando Manuel Riera. Este hecho la retrotraería a la época de su infancia, cuando
grupos de republicanos exiliados en Argelés trabajaban y creaban en el dominio agrícola
familiar del Castillo de Valmy. Ella misma fue alumna de guitarra de un republicano
exiliado español de nombre César. Igualmente, estudió piano en su localidad natal de
Millas y posteriormente en Colliure, población cercana al Castillo de Valmy1252.
Casi cuatro décadas más tarde, en 1972, fruto de su colaboración con los
republicanos exiliados en Francia, Myriam Peix consideró oportuno elaborar una
propuesta de himno para la República, en cuyo proceso creativo estuvo acompañada por
Manuel Riera Clavillé. Juntos, “a capella”, lo habían dado a conocer a las máximas
autoridades de las Instituciones de la República así como en la “sede oficiosa” que el
AIAP tenía en el domicilio parisino de Isabel Campos.
estar bajo soberanía francesa. Este hecho no impidió que se mantuvieran en el tiempo intensos lazos de
hermandad y de identidad cultural entre la Cataluña integrada en el Estado Español y la zona del Rosellón,
que en círculos nacionalistas se conoce como Cataluña del Norte. Los dos primeros propietarios del
Castillo de Valmy, Jules Pams y Víctor Peix, fueron celosos defensores de esta identidad catalana por
encima de demarcaciones fronterizas.
1250
La conferencia, organizada personalmente por Myriam Peix, fue pronunciada por el Conde
de Alba de Lista titulada “El papel de los castillos y casas solariegas en la historia de Cataluña”. Véase
PEIX, Myriam, Autobiographie, op. cit., p. 43. Archivo Myriam Peix. Véase también RIERA
CLAVILLÉ, Manuel, Exilio y retorno…, op. cit., pp. 29-30.
1251
Ibid., pp. 27-30.
1252
Myriam Peix realizaba por el monte el trayecto que separaba el Castillo de Valmy, en
Argelès-sur-Mer, de Colliure montada en su caballo “Bambino”. En esta localidad del sur de Francia
falleció el poeta Antonio Machado y dos días más tarde, su madre Ana. Allí descansan juntos. Myriam
recordaba de esta época al hermano del poeta, José, también exiliado, quien visitó el Castillo de Valmy e
hizo dos retratos de las hermanas Peix, Myriam y Emilie. Entrevista a Myriam Peix (24 de enero de
2009). Archivo Enrique Téllez.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
517
En el origen de esta propuesta se encontraba la voluntad de dotar a la República
de un himno que sustituyera al de Riego, ante la eventualidad de una probable
proclamación de la III República a consecuencia de los signos de debilitamiento que el
régimen del general Franco presentaba desde comienzos de los años setenta. Los autores
de la nueva propuesta consideraron que el marco adecuado para su proyecto era el de las
Instituciones de la República en el exilio con las que ya colaboraba Manuel Riera.
Miryam Peix fue construyendo y estructurando los distintos elementos que conformaron
el Himno de la III República Española.
Cuando comprendí que España necesitaba un nuevo Himno, he tenido una
dificultad. Sabía que, para los republicanos españoles, el Himno de Riego había
significado, durante 40 años, el recuerdo conmovedor de los tiempos gloriosos de
la República tan añorada. Muchos de nuestros camaradas habían muerto cantando,
ante el pelotón de fusilamiento, su música anticuada y tan querida. Recuerdos que,
siendo francesa, no puedo compartir pero que adivino y respeto muy
profundamente con la solidaridad que nos une a todos los republicanos de todas las
naciones civilizadas. ¿Cómo admitirían los republicanos españoles que una
francesa se atreviera a intentar sustituir el Himno de Riego por un nuevo Himno?
Mi pequeño temor fue de corta duración. Los republicanos son “hombres de
la madrugada, comprometidos con la luz primera”, como canta, refiriéndose a
los poetas, el gran Alberti. Comprenden que nuestros héroes murieron cantando
del Himno de Riego pues no conocían otro Himno para expresar tan altos
ideales, sacrificaron su vida para la España del mañana y no para las nostalgias
del pasado. Sería un triste homenaje que prestaríamos a nuestros héroes
siguiendo con la mirada puesta hacia atrás como la mujer de Loth que se
convirtió en estatua de sal por no haber mirado hacia adelante1253.
Myriam Peix había informado de este proyecto a Manuel Riera Clavillé quien,
además de recibir la idea con entusiasmo, le sugirió tomar como referencia musical para
el nuevo himno la Marcha de Radetzki, compuesta por Johann Strauss como homenaje
al general austriaco Joseph Radetzki von Radest. Tras escuchar una grabación de la
citada obra, Myriam no la consideró adecuada, dado que “hubiera sido preciso poner en
la letra del Himno palabras entrecortadas para seguir esta música que tiene el ritmo de
un caballo enfurecido”1254.
1253
PEIX, Myriam, La Historia del Himno…, op. cit., p. 7.
1254
Ibid, p. 8. Myriam Peix y Manuel Riera habían dado los primeros pasos para elaborar la que
nosotros consideramos como la última propuesta llevada a cabo el exilio para la sustitución del Himno de
Riego. No podemos descartar que durante la última etapa del GRE se hubiera producido alguna otra
propuesta, pero la declaración del 21 de junio de 1977, hecha pública por José Maldonado y Fernando
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
518
Esta primera dificultad no desalentó a Myriam, quien pronto recordó una obra
que había escuchado en su niñez y cuya música le había impresionado “por su majestad
[sic por majestuosidad] y perfecto equilibrio”1255. Antes incluso de identificar el autor
de aquella composición, Myriam elaboró –recordando la obra– un texto que se pudiera
ajustar al desarrollo de su línea melódica y que, a la vez, recogiera los ideales más
representativos de los republicanos españoles.
Con la duda de si se trataba de una obra de Bach, iniciaron una intensa búsqueda
por los establecimientos de música de París, entonando el “aire” que recordaba Miryam.
En un establecimiento musical, cercano a la Iglesia de La Madelaine, un cliente que
realizaba compras identificó la partitura interpretada de memoria por Myriam Peix como
propia de Johann Sebastián Bach y les remitió a una tienda de discos especializada en la
obra de este compositor.
De nuevo, Myriam hubo de entonar el “aire” de la obra de Bach, y enseguida
les facilitaron la información que precisaban y el disco correspondiente: se trataba del
coral de la cantata BWV 137 de Johann Sebastian Bach. La búsqueda parisina
concluyó en un tercer establecimiento donde adquirieron la partitura de la citada obra.
Finalmente, en esta ocasión sí hubo acuerdo entre Myriam Peix y Manuel Riera sobre
la idoneidad de la música seleccionada.
No podíamos imaginar una música más adecuada para un Himno de paz.
Puedo afirmar que, después del episodio de la Marcha de Radeztki del cual
Manuel y yo guardamos un recuerdo muy divertido, no había titubeado en la
elección de la música del Himno. […] Sin la menor duda. Con un Coral de Juan
Sebastián Bach, no podía ser más colmada por la inspiración que siempre ayuda
a cuantos han elegido como meta la Justicia y la Paz1256.
Antes de dar por finalizada su propuesta de himno, Myriam Peix hubo de sortear
una nueva dificultad, referida a la denominación numérica que debía figurar en su título
antecediendo a la entidad política destinataria del mismo: la República. Sería el himno de
Valera, limita considerablemente esta posibilidad. Tampoco tenemos constancia de que se presentara a los
responsables del GRE otros proyectos de himno.
1255
Ibid, p. 8.
1256
Ibid. p. 10.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
519
la Segunda, ¿o de la Tercera República? A mediados de los años setenta, desde el GRE se
seguía reclamando la restauración de un gobierno republicano en España, aunque
difícilmente podían confiar en que fuera bajo la denominación de Segunda República. En
la propia denominación del GRE se había omitido una numeración específica.
Myriam Peix y Manuel Riera Clavillé convivían políticamente en el seno del
grupo dirigente del gobierno de Fernando Valera, por lo que no tuvieron dificultad en
interpretar esta situación, denominando su obra como Himno de la III República
Española. Pero esta decisión no suponía deslealtad alguna hacia la memoria de la
Segunda República, más bien al contrario: el texto del himno realizaba una mirada
retrospectiva para transitar por la etapa de la República, de la Guerra Civil y de la
dictadura subsiguiente. Y sobre esta mirada, la autora auguraba un esplendoroso futuro
político para la nación, que en su interpretación adquiriría, inequívocamente, la
configuración definitiva bajo la denominación de Tercera República Española.
Las audiciones de la propuesta de himno realizadas en París, a mediados de los
años setenta, ante los responsables de las Instituciones de la República y de los
miembros del AIAP, habían obtenido una buena acogida. Cuando todo discurría de
manera favorable, en el horizonte político emergieron dos acontecimientos que se
interpusieron en la trayectoria de la aprobación del citado himno: la celebración en
España de las elecciones generales del 15 de junio de 1977 y la declaración conjunta de
José Maldonado y Fernando Valera del 21 del mismo mes por la que se ponía fin a la
continuidad de las instituciones republicanas.
Ambos hechos introducían un compás de espera cuya duración era difícil de prever.
Myriam Peix y Manuel Riera no estuvieron de acuerdo con la última decisión adoptada por
el GRE y se opusieron a ella realizando diferentes gestiones ante periodistas franceses con
los que estaban en contacto. Myriam Peix expresó su posición, años más tarde, en los
siguientes términos: “Las Instituciones republicanas habían nacido de la voluntad popular y
solamente la voluntad popular podía decidir su disolución”1257.
1257
PEIX, Myriam, La Fronde de David, Perpignan, Imprimèrie Catalane, 1988, p. 21. El libro
contiene la siguiente dedicatoria manuscrita de su autora, firmada en Premià de Mar el 24 de enero de
2009: “A Enrique Téllez con simpatía y un saludo republicano”. La traducción es nuestra.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
520
A pesar de esta situación, Myriam Peix y Manuel Riera decidieron dar a conocer
su propuesta de himno también en el interior de España1258. Para ello, procedieron a
editar un libro al que acompañaba un disco de vinilo de 45 rpm con la grabación del
Himno de la III República Española en la Cara A, y una locución de Emmanuel de
Barcelona1259 a modo de presentación en su Cara B.
PRESENTACIÓN DEL HIMNO
DE LA III REPÚBLICA ESPAÑOLA
Saludamos la aparición de un himno dedicado a la III República en el estado
(sic) Español, compuesto gracias a la inspiración y al entusiasmo de Myriam
Peix. Sobre una célebre “Cantata” de Juan-Sebastián BACH, grave, afirmativa,
esperanzadora. Jordi BARRÉ y sus amigos han obtenido una realización coral y
musical de gran clase.
El Estado Español ha conocido dos Repúblicas. La primera en el último tercio
del siglo pasado cuando después de la Revolución de Septiembre llamada
popularmente “La Gloriosa” y después del intento constitucionalista del General
PRIM, cuatro eminentes hombres de Estado cuyos nombres están ya inscritos en
la Historia, llamados Estanislao FIGUERAS, Francisco PI-MARGALL, Nicolás
SALMERÓN y Emilio CASTELAR, presidieron un régimen de libertad y
progreso que significó un oasis de luz en el desierto de sombra de los largos años
de opresión y feudalismo que había sido la historia política de España desde
principios del siglo XIX. Este régimen que devolvió al pueblo la soberanía
nacional acabó víctima del golpe militar del general PAVÍA.
Luego, en el primer tercio del siglo actual, en la mañana de alegría y
fraternidad del 14 de Abril, el triunfo de los partidos de izquierda liberal en unas
simples elecciones municipales condujo a la proclamación de la II República. Se
instauró un régimen de tolerancia y progresismo que proclamó los Estatutos
regionales, inició una reforma agraria, permitió unos gobiernos con gran
influencia de los partidos socialistas y los sindicatos obreros y abrió unos
horizontes de justicia social y de dignidad ciudadana que quedaron configurados
en una constitución de las más avanzadas de su tiempo. Presidieron la
República dos eminentes patricios, Don Niceto ALCALÁ-ZAMORA y Don
Manuel AZAÑA, que dieron a la magistratura suprema el rigor y la
ejemplaridad más clara y más noble.
Contra este régimen se levantaron las oligarquías más reaccionarias apoyando
el pronunciamiento militar del general FRANCO que con la ayuda de tres
dictadores, del portugués SALAZAR, del italiano MUSOLINI (sic) y del alemán
HITLER acabó con la República después de una larga guerra civil de tres años
1258
Myriam Peix y Manuel Riera trasladaron su residencia a España en 1997, primero a Llançà
(Girona), situada junto a la frontera francesa, y después a Premià de Mar (Barcelona), localidad natal de
Manuel Riera en la que residió hasta su fallecimiento.
1259
Emmanuel de Barcelona era el seudónimo que “por motivos de seguridad” –según indica
Myriam Peix– utilizaba Manuel Riera Clavillé en muchos de sus escritos.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
521
en la que el pueblo español fue el símbolo de la conciencia universal en defensa
de la independencia, de la libertad y de la paz.
Este legado de la verdadera democracia, esta heroica afirmación de la
soberanía popular quedaron inscritas en el alma de todos los pueblos del Estado
español. Y hoy, en la marcha hacia la auténtica libertad sigue manteniendo en el
país profundo, en la conciencia colectiva, el culto, el entusiasmo y la esperanza
hacia aquellos ideales que selló con su sangre en las batallas ya legendarias de la
guerra de España. Y que siguió defendiendo con los ejércitos aliados en la
batalla de Europa en la segunda guerra mundial.
Pero el Himno que comentamos es de reconciliación, de concordia, de
fraternidad. Nos dice: “Deseamos la paz a los que nos agredieron. Nuestras
armas de luz son las que por fin vencieron. Son Libertad, Igualdad,
Fraternidad. El ideal republicano”.
Este Himno merece estar inscrito en el pórtico del futuro de paz, de justicia y
de dignidad de todos los pueblos de España.
Emmanuel de Barcelona1260.
Hemos reproducido el texto completo dado que aporta una visión de la historia
política española que abarca buena parte de los siglos XIX y XX, para concluir con un mensaje,
recogido en el texto del himno, de esperanza para los pueblos de España. Sin extendernos en
exceso en el análisis de esta presentación, nos parece oportuno señalar dos cuestiones:
1.ª) “Intento constitucionalista del General PRIM”, párrafo segundo. Manuel
Riera Clavillé citaba con frecuencia en sus textos políticos al general Prim. Más
allá del valor que le concedía a su figura, esta cita encerraba una referencia
familiar muy querida por el propio autor: “Soy un enamorado de su país [el País
Valenciano], de Alcoy, Elche y de la tierra de Alicante. Mi bisabuelo, gran
amigo de Prim, fue Jefe Político, ‒hoy gobernador‒ en Alicante-Orihuela1261.
2.ª) “Presidieron la República dos eminentes patricios, Don Niceto ALCALÁ-
ZAMORA y Don Manuel AZAÑA”, párrafo tercero. Curiosamente, Manuel Riera,
que había sido Delegado General de Prensa bajo la Presidencia de la República de
José Maldonado, no cita a este ni a ninguno de los otros dos presidentes que lo
fueron en el exilio: Diego Martínez Barrio y Luis Jiménez de Asúa.
Tras esta prolija elaboración de todos los elementos previos a la grabación, para
llevarla a cabo contaron con la colaboración de un coro dirigido por el cantante
1260
Texto completo de la alocución que figura en el disco en la voz “de tribuno” de Manuel
Riera e impreso en la parte posterior del disco, junto al texto del Himno de la III República Española.
1261
Carta de Manuel Riera Clavillé a Adrián Miró de fecha 21 de marzo de 1982.
Archivo Adrián Miró.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
522
Rosellonés, Jordi Barre1262. Estaba proyectado hacer una segunda grabación con la
intervención de una orquesta que grabara las partes instrumentales de la cantata de Bach
que había sido tomada como modelo.
A pesar de su sencillez, esta primera edición fue suficiente para que el Himno
fuera conocido en toda España. Hasta tal punto que ella está casi agotada. Yo
estoy a la vez extrañada y emocionada de escuchar el nuevo Himno en los actos
republicanos de Madrid, Valencia, Algeciras, Salamanca, Alicante, así como en
los del país catalán. No hubiera osado jamás esperar tal éxito.
Un cambio en la armonía es lo que España necesita. Los Griegos antiguos
tenían razón al afirmar que un nuevo Himno es, para un país, el comienzo de
un camino nuevo1263.
Si las referencias en el texto tanto a la Segunda República (“Deseamos la paz a
los que nos agredieron”), como a la dictadura del general Franco (“España resistió el
dolor de la Dictadura”), no fueran suficientes para la identificación de los orígenes de
esta propuesta, Myriam Peix y Manuel Riera utilizaron en la portada del libro una
composición gráfica en la que sobre un fragmento de la partitura del himno se superpuso
una figura representativa del bando republicano durante la Guerra Civil, “El més petit de
tots” (El más pequeño de todos), denominada también “La mascota de la revoluciò” (La
mascota de la revolución).
Esta doble denominación no era un recurso artístico sino un mecanismo
propagandístico, de manera que esta figura, creada a partir de la canción popular Els
Tres Tambors (Los Tres Tambores), se ubicara en el contexto bélico de la Guerra
Civil en donde también, según la doble denominación recibida, para algunas fuerzas
políticas se libraba una revolución. Frecuentemente, los carteles editados con este
motivo representativo contenían ambas denominaciones: “El més petit de tots” y “La
mascota de la Revoluciò”1264.
1262
Consúltese Anexo Documental (Doc. XII). Jordi Barre estuvo muy ligado a la Nova Cançó
catalana y fue distinguido por la Generalitat de Cataluña, en 1992, con la Creu de Sant Jordi. Cuando
visitamos al músico, nos mostró con gran satisfacción la medalla que le fue entregada por el entonces
Presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, distinción que conservaba en un lugar preferente en su estudio
junto al piano de cola. Véase sobre este autor QUERALT, Jacques y LAVAILL, Christine, op. cit.
1263
PEIX, Myriam, Nouvelles lettres…, op. cit., pp. 62-63. La traducción es nuestra.
1264
ANGLADA, Lola, El més petit de tots demana el vostre ajut per la Setmana de l'infant del 3
al 9 de gener [Documento grafico], [s.l., s.n.,], [1938?].
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
523
En el contexto cultural catalán, bajo la denominación de “El més petit de tots”,
se generó un conjunto de creaciones artísticas que abarcaron diferentes campos
expresivos: literatura, escultura, pintura, música… En relación a nuestro estudio,
fijaremos la atención en la figura del pequeño miliciano creada por el escultor Miquel
Paredes y en la realización pictórica que de ella hizo la ilustradora Lola Anglada.
En 1937, Jaume Miravitlles, responsable del Comisariado de Propaganda de la
Generalitat de Cataluña (CPGC), y Miquel Paredes, autor de la obra, presentaron la
estatuilla de un pequeño miliciano al Presidente de la Generalitat, Lluis Companys1265.
Jaume Miravitlles, convencido del potencial propagandístico que encerraba aquella
pequeña estatuilla, encargó a la escritora e ilustradora Lola Anglada la realización de un
libro que tuviera a “El més petit de tots” como protagonista y un cartel con la citada figura.
Lola Anglada llevó a cabo ambos encargos, dotando al gobierno de la
Generalitat de dos instrumentos de agitación y propaganda de gran relevancia. “El més
petit de tots” se convirtió en un recurso iconográfico utilizado en diferentes campañas
de ayuda a la República, como queda reflejado en la abundante cartelería de la época y
en un texto homónimo en el que este pequeño miliciano (“el hijo de la Revolución”, en
expresión de Lola Anglada)1266 asumió el papel de conciencia revolucionaria del pueblo
1265
Una fotografía del acto de presentación de la figura de “El mes petit de tots” al Presidente de
la Generalitat puede verse en: [Consulta: 23
noviembre 2008]. En el pie de la foto mencionada se cita al responsable del Comisariado de Propaganda
de la Generalitat de Cataluña como “Joan Mirabitlles”, siendo su nombre correcto el de Jaume Miravitlles.
1266
ANGLADA i SARRIERA, Lola, El més petit de tots, (edición facsímil del editado en
Sabadell por el Comisariado de Propaganda de la Generalitat de Cataluña en 1937), Barcelona, Columna
Edicions, 2002, p. 7. En este texto, la aclaración sobre el origen social de “El més petit de tots” tuvo una
función estructural. La autora inicia la obra con una pregunta: “¿Sabéis quién es este niñito?” (p. 5). La
respuesta la encontramos dos páginas después (p. 7) donde afirma que este niñito es “el hijo de la
Revolución”. Esta aclaración se recupera en la conclusión del libro, en el último párrafo del texto (p. 80),
donde su autora se refiere a “El més petit de tots” como “este hijito de la Revolución”. La traducción de
los distintos textos es nuestra. Con el fin de que esta obra literaria, de carácter eminentemente didáctico,
pudiera ser difundida también para un público que no conocía el catalán, se hizo de la misma una edición
en castellano: ANGLADA, Lola, El Pequeñín, Barcelona, Comissariat de Propaganda de la Generalitat de
Cataluñya, 1937. Véase, igualmente, VV.AA., Lola Anglada i l´ideal del llibre (catálogo de una
exposición), [Barcelona], Institut d´Edicions de la Diputació de Barcelona, 2005; y BUTRÓN PARRA,
Inés, “Lola Anglada i l'ideari noucentista”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
[Consulta: 14 febrero 2009].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
524
al que pertenecía, al cual aleccionaría con sus actitudes y comentarios, que constituían
un repertorio de sentencias de carácter cívico y político afines al ideario republicano1267.
Así, en 1937, Lola Anglada escribió el libro con textos poéticos referentes a
los actos de “El més petit de tots”. Lola Anglada había pedido poner aquello que
ella quisiera en el libro, que no se le condicionara para nada y se le acepta. De
esta manera pudo manifestar aquellos valores que creía importantes para la causa
republicana y para Cataluña. Fue un medio de difusión del ideal de la libertad y
de la civilidad frente al fascismo1268.
La figura de Miquel Paredes y la representación pictórica que de ella hizo Lola
Anglada estaban dotadas de gestos, indumentaria y complementos que acreditaban su
adscripción catalanista y republicana: la senyera (bandera catalana) en su mano derecha,
el brazo izquierdo levantado con el puño cerrado, el mono propio de la indumentaria de
los milicianos y el gorro frigio representativo de la Revolución Francesa (de
características muy similares a la barretina catalana). La figura estaba dotada de un
decidido gesto corporal que invitaba a la acción, en actitud de marcha desfilando
mientras entonaba una canción1269. Pero, ¿cuál era la canción que cantaba este joven
agitador republicano? Lola Anglada insertó delicadas referencias musicales en esta obra,
1267
El 27 de febrero de 2009, en compañía de la pintora catalana Isabel Bacardit, mantuvimos
una entrevista personal con la amiga y depositaria del legado artístico de Lola Anglada, Montserrat Carrió
de Cardús. La reunión tuvo lugar en el estudio de Lola Anglada, ubicado en la que fue su residencia
particular en Tiana (Barcelona). Pudimos profundizar en el universo personal y creativo de esta artista,
que puso sus habilidades creativas al servicio de Cataluña y de la República. Finalizada la Guerra Civil,
Lola Anglada se refugió en un piso de la calle Enric Granados de Barcelona, donde recibió la ayuda de los
monjes de Montserrat, para recluirse posteriormente en la casa familiar de Tiana. En esta localidad (su
particular “isla de Santa Elena”, como la definió la propia autora), murió el 12 de septiembre de 1984, a la
edad de 92 años. Sin que se trate de dos libros convencionales de Memorias, los siguientes textos,
publicado el primero en 1955 y el segundo en los últimos años de su vida, 1983, recogen un balance
suficientemente ilustrativo de su vida, así como de los objetos y circunstancias que fueron importantes
para ella. ANGLADA, Lola, La meva casa i el meu jardí [Mi casa y mi jardín], Barcelona, Columna
Edicions, 1984 (se publicó por primera vez en Barcelona en 1955); y ANGLADA, Lola, Les Meves Nines
[Mis Niñas, se refiere la autora a sus muñecas, de las que tuvo una colección de alrededor de 400],
Barcelona, Diputaciò de Barcelona, 1983.
1268
CASTILLO, Montserrat, Lola Anglada o la creació del paradís propi, Barcelona,
Meterora, 2000, p. 139.
1269
Lola Anglada sitúa a El més petit de tots en un contexto social con un elevado protagonismo
de la música y muchas de las acciones públicas de esta figura culminan con la interpretación de una
canción. Su padre, sus hermanas y la propia ilustradora estudiaron música, aunque Lola Anglada prefirió
dedicarse a la pintura. No obstante, sus cuentos infantiles y libros reflejan una gran sensibilidad hacia la
expresión musical, en los que abundan ilustraciones referidas a tanto a dicha actividad como a la
interpretación musical.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
525
al canto, a la música, una breve cita del testamento de Beethoven1270…, aunque solo en
una ocasión, en la página con la que concluye el texto, introdujo la primera estrofa de
una canción popular catalana, precedida de la descripción del final de la Guerra Civil
que la autora consideraba concluiría con la victoria de las fuerzas republicanas y la
instauración de la paz.
Los héroes llegan; ya no son alaridos de combate y explosiones de proyectil
aquello que sus oídos escuchan: son melodías vibrantes de fiesta. Los bravos
luchadores avanzan bajo una lluvia de flores y blanden en el espacio ramos de
laurel y de olivo. En esta llegada vibrante que desvanece la pesadilla de la
tragedia pasada y la espesa humareda de la guerra, una canción resuena, y
termina para cantarla todo el pueblo, una canción nunca vieja, florida como un
mayo, repiqueteadora y triunfal:
[Els tres tambors]
[Canción popular catalana. Revisión musical de Jaume Llobera]
Si n´eren tres tambors
que en venen de la guerra,
EL MÉS PETIT DE TOTS
porta un ram d´olivera…1271
Ante el éxito de El més petit de tots en sus diferentes realizaciones artísticas
(escultura, carteles y narración), el CPGC dio un paso más en su utilización
propagandística y editó, en febrero de 1937, una canción utilizando la melodía de Els
tres tambors, pero sustituyendo el texto original por otro más adecuado al contexto
1270
ANGLADA i SARRIERA, Lola, El més petit de tots…, op. cit., p. 76. La traducción que
sigue es nuestra.
Hacer todo el bien posible,
amar por encima de todo la Libertad;
y aun cuando fuera por un trono,
nunca traicionar a la Verdad.
1271
Ibid., pp. 78-80. Hemos mantenido el texto original para preservar la rima de sus versos. La
traducción es nuestra.
Eran tres tambores
que venían de la guerra
EL MÁS PEQUEÑO DE TODOS
lleva una rama de olivo…
Con el tercer verso, escrito en letras mayúsculas, Lola Anglada nos señala la procedencia poética
de “este hijito de la Revolución”, que nace de una estrofa perteneciente a la canción popular Els tres
tambors. Esta obra puede consultarse en 40 Cançons Populars…, op. cit, pp. 38-39.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
526
bélico de la Guerra Civil. Esta nueva obra fue publicada con el título de El més petit de
tots (Cançó), siendo el autor del nuevo texto el poeta catalán Pere Quart (seudónimo de
Joan Oliver) y la autora de la portada, una vez más, Lola Anglada.
La obra fue difundida ampliamente por el tenor catalán Emili Vendrell.
Transcribimos la transformación de la primera estrofa de Els tres tambors que ya hemos
citado, en esta nueva adaptación, cuya finalidad era estimular a las fuerzas republicanas
en su lucha en defensa de la República y recabar recursos económicos para el
sostenimiento del esfuerzo bélico.
Els més petit de tots
Texto: Pere Quart-Música: Popular catalana
Si n´eren tres germans
que van a la caserna,
tots tres cantan a cor:
- Volem guanyar la guerra!1272
En 1980, muchos años después de la que la guerra finalizara, Myriam Peix y
Manuel Riera, conocedores del significado político de El més petit de tots, recuperaban
su figura para la portada del libro La Historia del Himno de la III República Española,
en homenaje a la Segunda República y como prólogo de la proclamación de la Tercera,
circunstancia que consideraban irrenunciable e irreversible1273.
De esta manera, el pequeño miliciano volvió a recorrer sus escenarios naturales
del puerto y de las calles del casco antiguo de Barcelona. También visitó otras ciudades
españolas, como Madrid, Alicante, Valencia…, y francesas, como París, Perpingnan,
1272
Eran tres hermanos
que van al cuartel,
los tres cantan a coro:
- Queremos ganar la guerra!
QUART, Pere, El més petit de tots, [Barcelona], Boileau, 1937. Cubierta de Lola Anglada. La
traducción es nuestra.
1273
El paso del tiempo no ha impedido que esta determinación en favor de la República siga
presente en el pensamiento político de Myriam Peix. En un texto reciente de dicha autora, todavía
inédito, figura la siguiente dedicatoria al que fuera su compañero de vida y de lucha, Manuel Riera. “A
la memoria de Manuel Riera Clavillé, Delegado General de Prensa del Gobierno Republicano Español
en el Exilio, que nunca se dejó contagiar por el abandonismo”. PEIX, Myriam, La República sigue
vigente, (inédito), [ca. 2007], p. 3.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
527
Colliure, Argelès-sur-Mer… Todos sus gestos, su indumentaria y los complementos que
hemos señalado anteriormente (el brazo izquierdo levantado con el puño cerrado, mono
característico de los milicianos, la senyera y el gorro frigio) fueron respetados en esta
recuperación histórica de la citada figura, con una excepción: la bandera que portaba.
En la ilustración de Lola Anglada, el niño republicano llevaba en su mano
derecha una senyera catalana. Miryam Peix y Manuel Riera la sustituyeron por la
bandera tricolor de la República Española, entidad política que era la destinataria de su
propuesta de himno1274. Obsérvese, igualmente, que la inclinación de la partitura en la
cubierta pudiera sugerir, según nuestra interpretación, una proyección de la misma
siguiendo la línea de movimiento de la figura del niño en su desplazamiento marcial,
como si la obra que en 1980 estuviera entonando El més petit de tots fuera la partitura
situada junto a él, el Himno de la III República Española1275.
Myriam Peix, haciendo gala de un exquisito comportamiento democrático,
sometió a la consideración pública, en los diferentes foros a los que tuvo acceso, su
propuesta de himno, desde el convencimiento de que podían formularse otras propuestas
diferentes a la suya y que la decisión final debería ser tomada por el conjunto de la
sociedad española. Este debate se articuló en la sección “El correo de los lectores” de la
revista Política, órgano de prensa de Izquierda Republicana. Los fragmentos más
significativos de esta correspondencia y sus respectivas respuestas fueron parcialmente
incorporados al libro de Myriam Peix. En términos generales, son mayoritarias las
expresiones de aceptación de la propuesta, si bien también recogen diversas sugerencias
e incluso el rechazo de la misma.
1274
PEIX, Miryam, La historia del himno…, op. cit., p. 1. Consúltese Anexo Documental (Doc. XIII).
1275
Esta recuperación de “La mascota de la revolución” este es el sentido que interpretamos le
fue concedido por Myriam Peix y Manuel Riera surgía en un escenario muy diferente al que había
conocido en 1937, en plena Guerra Civil. La España de los años ochenta intentaba superar las secuelas de
cuarenta años de dictadura militar y los partidos con representación parlamentaria habían aceptado la
instauración de un marco de convivencia democrática estructurado en torno a una monarquía
parlamentaria. La legalización de los partidos republicanos y su participación en la vida política española
no habían conseguido, en 1980, generar un movimiento ciudadano suficientemente amplio para situar en
el centro del debate político la conveniencia de la celebración de un plebiscito popular sobre la forma de
Estado: Monarquía o República. Esta situación no impidió a los autores de esta propuesta iniciar un
proceso en la dirección ya señalada.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
528
Aceptación (incondicional)
Me gusta porque no es jaranero, como la Marcha de Cádiz, y –por qué no
decirlo– el Himno de Riego; porque no tiene el ímpetu bélico y sanguinario
(“qu´un sang impur abreuve nos sillons”) de la Marsellesa, ni el chabacano
sonsonete de charanga carnavalesca de la Marcha Real. Me gusta porque expresa
el profundo sentir de la República, que no es jarana, ni murga, ni pretende
degollar al adversario1276.
Aceptación (con sugerencia)
Con respecto al próximo disco del nuevo himno republicano, me permito
discrepar con su idea de poner, entre los estribillos cantados por el coro,
estribillos del mismo tema pero tocados por los instrumentos. La letra y la
música hacen un conjunto tan acertado que me parece una pena separarlas1277.
De rechazo (moderado)
La música es muy hermosa y las palabras emocionantes. Pero el canto es
decepcionante. Hay muchas voces de mujeres. Era preciso que el Himno sea
cantado por hombres. No hay que olvidar que los republicanos fueron unos
combatientes1278.
De rechazo (absoluto)1279.
1/ Usted me reprocha mi nacionalidad [francesa] pues hubiera preferido que
un Himno a la república española sea compuesto por un español.
2/ A usted no le gusta la música de Bach.
Las respuestas de Myriam Peix a todas las cuestiones planteadas en este debate
fueron siempre respetuosas y conciliadoras, insistiendo en el mensaje de que ella tan solo
era la autora de una propuesta, lo que no excluía que pudieran presentarse otras diferentes:
1276
PEIX, Myriam, La historia del Himno…, op. cit., p. 24. La opinión recogida pertenece a
Antonio Prendes Solís.
1277
Ibid, p. 19. La opinión recogida pertenece a Henri Beniclés.
1278
Ibid. cit., p. 15. La opinión recogida pertenece a Josefa Carrasco.
1279
Myriam Peix señalaba, en relación a la carta de Higinio Fayos Sorribes (Valencia), cuyo
contenido no fue posible extractar debido a su extensión y a la fecha en la que fue recibida, aunque
conocemos que sí recogió los principales puntos de discrepancia gracias a las contestaciones de la autora.
Hemos incluido los dos aspectos que se refieren de manera específica al himno. PEIX, Myriam, La
historia del Himno…, op. cit., pp. 27-28.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
529
“No impongo mi Himno. Muy democráticamente acepto que mi idea pueda contagiar a
otros posibles autores y que otro Himno pueda tener más éxito que el que propongo”1280.
Las gestiones realizadas durante más de cinco años por Myriam Peix y Manuel
Riera Clavillé para que la República (la Segunda, o en su defecto la Tercera) dispusiera
de un himno propio que sustituyera al Himno de Riego, al que consideraban carente de
la majestuosidad que debía ser inherente a este símbolo de representación institucional,
comenzaron a declinar.
El proyecto de Himno de la III República Española había estado muy bien
concebido por su autora intelectual, Myriam Peix, y magníficamente articulada la
campaña para su presentación y difusión pública, según había diseñado el Delegado
General de Prensa del GRE, Manuel Riera Clavillé. La aceptación inicial en París por
parte de los círculos republicanos de poder político (Presidente de la República y
Presidente del GRE) y su ámbito de influencia cultural (AIAP), había dado un impulso
muy importante al proyecto.
Sin embargo, después de las elecciones del 15 de junio de 1977 y de la
declaración conjunta de José Maldonado y Fernando Valera de 21 del mismo mes dando
por cerrado el período de permanencia de las instituciones republicanas en el exilio, se
hacía muy difícil acomodar a la nueva realidad política la propuesta de un Himno para
la Tercera República Española. La edición del libro-disco explicativo de Myriam Peix
había contribuido a su conocimiento en el interior del país pero este hecho no
garantizaba, a priori, su aceptación. La exclusión de ARDE del proceso electoral que
tuvo lugar el 15 de junio de 1977, agrupación política en la que militaba Manuel Riera
Clavillé, anunciaba un camino de obstáculos difíciles de sortear.
Los análisis de la evolución política en España que realizaban Myriam Peix y
Manuel Riera coincidían en diagnosticar la instauración a corto plazo de un gobierno
republicano, es decir, de la Tercera República Española. Este sería el momento de
volver sobre el himno en el que tantas ilusiones habían depositado, y si el pueblo
1280
Ibid., p. 11.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
530
español elegía su propuesta, la Tercera República nacería con un himno propio, himno
del que no habían gozado, oficialmente, las dos experiencias republicanas anteriores.
¡Porque si algunos creen que la solución inmediata puede ser la III Dictadura,
otros creen que la solución conveniente puede ser la III República! Esta creencia
está anclada en la base del pueblo, que tiene el buen sentido y la intuición de
saber distinguir entre los que han disfrazado una situación de continuismo y los
que exigen una auténtica consulta popular que devuelva al pueblo la soberanía y
cimente las bases de una nueva legitimidad. Una consulta electoral para decidir
sobre la forma de Estado, es decir, sobre Monarquía o República.
[…]
Y los que recuerdan y añoran el día de luz y alegría y esperanza del 14 de
Abril de 1931 que proclamó la República saben que con esta bandera se puede
levantar un nuevo entusiasmo, una nueva ilusión y una nueva esperanza1281.
La consulta anhelada por Myriam Peix y Manuel Riera, que antes había sido
defendida con vehemencia por Fernando Valera y otros miembros del GRE, nunca se
produjo. Por el contrario, el esfuerzo y el sacrificio personal realizados en la defensa de
la legitimidad de la Instituciones de la República no les concedió, ante la no legalización
de ARDE para concurrir en el proceso electoral del 15 de junio de 1977, ninguna
posibilidad de influir en la vida política española, más allá de llevar a cabo el acto
testimonial de la DECLARACIÓN de la PRESIDENCIA y del GOBIERNO de la
REPÚBLICA ESPAÑOLA en EXILIO1282 coincidiendo con la promulgación de los
resultados electorales del proceso citado.
La no participación en las elecciones de junio de 1977 era una circunstancia que
alejaba a los republicanos de un potencial electorado que no se podría cuantificar. Por
otra parte, el fallecimiento de destacadas personalidades del exilio y la avanzada edad de
muchos de los miembros del extinto GRE y de su entorno político debilitaba, aún más,
su capacidad de mantener viva la aspiración republicana.
Como ya había ocurrido anteriormente con la propuesta formulada en el exilio
mexicano por Margarita Nelken y Lan Adomián, la propuesta parisina de Myriam Peix y
1281
RIERA CLAVILLÉ, Manuel, Memoria y retorno…, op. cit., p, 151.
1282
MALDONADO, José y VALERA, Fernando, “Declaración de la Presidencia y del
Gobierno de la República…”, op. cit., p. 208.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
531
Manuel Riera Clavillé había concluido sin su aprobación. No obstante, la presentación
de estas dos propuestas en el exilio reflejaba que la composición del himno nacional de
la República había estado presente en el debate en el seno de la comunidad de
republicanos exiliados y de sus instituciones representativas.
Himno de la III República Española
Texto: Myriam Peix
1283
– [Música: Coral luterano.
Armonizado e instrumentado por Johann Sebastian Bach]
España resistió el dolor de la
Dictadura.
El pueblo decidió el final de
su desventura.
Se levantó
Y en la paz rescató
Su corazón republicano.
Un canto se oyó, expresión de
su alegría.
El sol resplandeció celebrando
la maravilla.
Y flameó
la bandera triunfal
roja, amarilla, morada.
Deseamos la paz a los que nos
agredieron.
Nuestras armas de luz son las
que por fin vencieron.
Son Libertad,
Igualdad, Fraternidad,
El ideal, republicano1284.
* * *
Pese a que ninguna de las dos propuestas de himno formuladas en el exilio
fueron aprobadas, cabe señalar una diferencia sustancial entre ellas, relativa a la
actuación de Fernando Valera, miembro del GRE durante el período que abarcó la
realización de ambos proyectos: ministro de Estado y Relaciones Internacionales en
1283
Ya hemos indicado que Fernando Valera, Presidente del GRE, propuso la sustitución en la
primera estrofa del texto del término “padeció” por “resistió”, propuesta que fue aceptada por la autora
del texto, Myriam Peix. Durante la entrevista realizada el 24 de enero de 2009, en varios momentos de la
misma Myriam entonó fragmentos del himno y, finalizada esta, lo entonó completo con una gran emoción.
1284
Véase PEIX, Myriam, La Historia del Himno…, op. cit., p. 32.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
532
1957, cuando fue presentado el Himno de la República Española elaborado por
Margatira Nelken y Lan Adomían, y Presidente del GRE desde 1971 a 1977, etapa en la
que fue recibido para su estudio el Himno de la III República Española creado por
Myriam Peix y Manuel Riera Clavillé, hacia 1974.
En relación a la primera propuesta, el Himno de la República Española de
Margarita Nelken y Lan Adomián, Valera dirigió un escrito al Presidente de la
República, Diego Martínez Barrio, con fecha de 2 de junio de 1957, en el que le indicó
que “el [himno] de Riego lo es de la República por un Decreto del Gobierno
Provisional, cosa que yo no recordaba”1285. Por el contrario, no solo no tenemos
constancia de que Valera procediera de igual modo en relación a la segunda, el Himno
de la III República Española de Myriam Peix y Manuel Riera Clavillé, sino que incluso
colaboró personalmente en la elaboración de su texto al sugerir la modificación de un
término que fue aceptada.
¿Suponía este hecho que Fernando Valera, en su doble condición de Presidente
del GRE y de cualificado melómano, otorgaba un mayor reconocimiento a la segunda de
las propuestas de himno (Peix-Riera) frente a la primera (Nelken-Adomián)? ¿Influyó
en esta posible apreciación de Valera el hecho de que la partitura empleada en la
propuesta de Peix-Riera fuera una obra de J.S. Bach?
Si la última circunstancia señalada hubiera tenido una incidencia positiva en la
percepción del Presidente del GRE, Amadeo Vives ‒que había fallecido en 1932‒
habría podido celebrarlo como motivo de satisfacción propio, puesto que en su ponencia
para la elección del himno nacional de la República se había pronunciado a favor de
obtener la melodía de entre un grupo de ellas pertenecientes, entre otros apartados, a
“las grandes composiciones polifónicas”1286. Por si quedaba alguna duda, en la Nota
final de su dictamen añadió:
Los dos mejores himnos nacionales que hay en el mundo son el alemán y el
inglés. Ambos están formados por los magistrales temas de dos de sus grandes
1285
Carta de Fernando Valera a Diego Martínez Barrio, fechada el 2 de junio de 1957. Archivo
Histórico Nacional (AHN), fondo Diego Martínez Barrio: legajo 11, carpeta 43.
1286
La Voz, 7-XI-1931, p. 2.
NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
533
clásicos. El himno alemán es una melodía de Haydn; el himno inglés, es un tema
de Haendel. Estas dos naciones adoptaron estos himnos por procedimientos
semejantes a los que yo propongo ahora para España1287.
De haberse aprobado el Himno de la III República Española, aun sin seguir los
autores el modelo de Vives en su literalidad, sí en lo ensencial referido al ámbito
melódico, España se hubiera incorporado al grupo de países, junto a Alemania e
Inglaterra, que habían construido sus himnos nacionales insertando un nuevo texto en
una “gran composición polifónica”.
Como indicó Vives, en Alemania había sido una “melodía de Haydn”, “un tema
de Haendel” en Inglaterra y ‒añadimos nosotros‒, en la España del exilio pudo ser
elegida como himno de la República una melodía de J.S. Bach. Por tanto, pese a las
razones esgrimidas ‒con mayor o menor acierto‒ por los detractores de la ponencia del
compositor catalán, dicho documento presentaba aspectos que se podían haber tenido en
cuenta ante una eventual situación en la que procedimientos alternativos de elección del
himno nacional no hubieran dado resultados positivos.
No hubo lugar. El concurso pretendido por el Ayuntamiento de Madrid no fue
convocado; tampoco se implementaron otras propuestas ni fueron aceptadas iniciativas
personales o colectivas que promovieron la declaración como himno nacional de
distintas partituras. Todo ello condujo a que, desde las principales capitales del exilio
republicano español (México y París), Margarita Nelken y Lan Adomián, en 1957, y
Myriam Peix y Manuel Riera Clavillé hacia 1974, unieran sus capacidades creativas de
manera que se pudiera encontrar una solución definitiva al pleito de los himnos que
había acompañado a la Segunda República desde la misma jornada de su proclamación.
La tabla siguiente recoge las tres etapas en las que hemos dividido el proceso
desarrollado en nuestra investigación, destacando tanto los respectivos
acontecimientos que las enmarcan como los responsables políticos que tuvieron algún
tipo de intervención.
1287
Id.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
534
ETAPAS EN EL PROCESO DE CREACIÓN DEL HIMNO
DE LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA
ETAPA
FECHAS
ACONTECIMIENTOS
MARCO
ACTORES POLÍTICOS
I
15-IV-1931
(Madrid)
14-VI-1931
(Alicante)
Publicación en Heraldo de
Madrid de unos compases de Óscar
Esplá
Interpretación en Alicante de Canto
rural a la República Española
Fernando de los Ríos
(M. de Justicia)
Manuel Azaña
(M. de la Guerra)
Manuel Azaña
(M. de la Guerra)
Tr
Período de
transición
―
―
II
12-VII-1931
(Madrid)
10-V-1936
(Madrid)
Escrito de Pedro Rico
Toma de posesión de Azaña como
Presidente de la República
Pedro Rico
(Alcalde de Madrid)
Marcelino Domingo
(M. de Instrucción Pública…)
Fernando de los Ríos
(M. de Instrucción Pública…)
Manuel Azaña
(M. de la Guerra)
Niceto Alcalá-Zamora
(Presidente de la República)
Manuel Azaña
(Presidente de la República y
M. de la Guerra)
Tr
Período de
transición
―
―
III
Ca. 1955
(México D.F.)
21-VI-1977
(París)
Salvador Etcheverría encarga en
el exilio un himno para la
República
Cese de actividades de las
Instituciones de la República en el
exilio
Etcheverría Brañas
(M. de Información,
Propaganda…)
Fernando Valera
(M. de Estado y RR. II.)
Diego Martínez Barrio
(Presidente de la República)
José Maldonado
(Presidente de la República)
Fernando Valera
(Presidente del Gobierno)
Fig. 14 Elaboración propia. ■
CONCLUSIONES
Quiere la República instituir con dignidad sus
fiestas. Siempre los ritos conmemorativos han
consolidado el orden.
Pedro Mourlane Michelena
(El Sol, 6 de mayo de 1931)
537
CONCLUSIONES
En el desarrollo de la presente Tesis Doctoral hemos podido confirmar nuestra
hipótesis inicial de trabajo. En ella expresábamos que tanto desde gobiernos surgidos
durante la Segunda República como desde sectores sociales y políticos se pudieron
promover iniciativas para dotar a la nación de su himno representativo. Con el fin de
avanzar en la investigación, prestamos una atención especial a los procesos
desarrollados para su creación, la cual contó con compositores, escritores,
representantes institucionales y medios de comunicación que impulsaron la
identificación del pueblo español con la nueva organización del Estado a través de una
simbología musical propia.
La metodología empleada, basada en el estudio y análisis de fuentes orales,
bibliográficas, hemerográficas… y en la búsqueda de documentos conservados en
archivos públicos y privados, fundaciones, librerías anticuarias y mercados callejeros, se
ha demostrado adecuada, puesto que hemos accedido a partituras inéditas y documentos
únicos así como a grabaciones de la época. La totalidad de la información recopilada
nos ha permitido construir un relato histórico en el que la actividad musical ha
desempeñado un papel de primer orden.
El objetivo principal de la Tesis, consistente en analizar la creación de una nueva
identidad institucional de carácter musical, que debía culminar en la elección del himno
de la Segunda República, se ha cumplido satisfactoriamente. Hemos podido
documentar un extenso proceso que se prolongó a lo largo de más de cuarenta y cinco
años, en los que se incluyen tanto los proyectos desarrollados durante el período de
vigencia de las instituciones republicanas en suelo nacional (1931-1939) como los
presentados en el exilio (1939-1977).
ENRIQUE TÉLLEZ CENZNO
538
La proclamación de la Segunda República en Eibar, el 14 de abril de 1931, dio
lugar a la conformación de un nuevo espacio sonoro integrado por himnos y canciones
considerados propios del espectro político republicano, junto a obras pertenecientes a
diferentes ámbitos culturales de la nación.
El himno que desempeñó un papel hegemónico durante las primeras jornadas de
celebración de la instauración de la República fue La Marsellesa, de Rouget de Lisle, en
diferentes versiones o adaptaciones. Su interpretación instrumental por las Bandas de
Música municipales jugó un papel determinante como elemento de agitación y
propaganda. En menor medida, también las bandas militares llevaron a sus atriles este
himno que impregnó del espíritu de la Revolución Francesa las plazas y calles españolas.
En cuanto a la versión vocal, la más extendida, independientemente de la
entonada en Cataluña, denominada con fortuna por Jaume Miravitlles como La
Marsellesa “catalana” (obra de José Anselmo Clavé), fue la cantada por el afamado
tenor Miguel Fleta en Madrid, en la tarde del 14 de abril. Dicha versión había sido
extraída de la zarzuela homónima –de signo conservador– compuesta por Manuel
Fernández Caballero sobre un texto de Miguel Ramos Carrión, estrenada con éxito de
público (no exento de polémica por su contenido político) en el Teatro de la Zarzuela de
Madrid, el 2 de febrero de 1876.
La celeridad con la que se sucedieron los acontecimientos tras la jornada
electoral del domingo 12 de abril hizo que se promoviera un repertorio musical de
urgencia para lo que se recurrió a aquellas obras, además de La Marsellesa, que
formaban parte del imaginario colectivo republicano: El Himno de Riego y La
Internacional, principalmente. Asimismo, se integraron en este programa el Gernikako
Arbola en Euskadi y Els Segadors en Cataluña, entre otras obras.
La interpretación generalizada de dicho repertorio en las ciudades españolas dio
lugar a la que hemos denominado como verbena popular republicana de abril de 1931,
tomando como referencia términos de la misma familia léxica (verbenero, verbena…)
CONCLUSIONES
539
utilizados por parte de actores destacados de ese período histórico: Toribio Echeverría,
Rafael Alberti, Indalecio Prieto…
Antes incluso de que el Gobierno Provisional de la República pudiera abordar la
creación de un corpus simbólico representativo del nuevo período histórico, Heraldo de
Madrid publicó, el 15-IV-1931, dos noticias de gran trascendencia, ambas relativas a la
institución del himno nacional: la primera de ellas hacía referencia a una decisión del
Ayuntamiento de San Sebastián según la cual se había acordado que el himno nacional
fuera el de Riego, mientras la segunda reproducía unos compases de Óscar Esplá que el
compositor había remitido con la indicación de “Propuesta de un Himno Nacional”
acompañada, a pie de imagen en la publicación, por la leyenda “He aquí un fragmento
del himno nacional de la República, compuesto por el ilustre músico D. Óscar Esplá, y
cuya letra será de Manuel Machado”.
Solo tres días después, Amadeo Vives estrenaba en el Palau de la Música
Catalana de Barcelona su obra El cant del poble (El canto del pueblo), escrita por
encargo de Francesc Macià como proyecto de himno de Cataluña. El acuerdo entre el
Gobierno Provisional de la República y Macià para que este renunciara al Estado
Catalán y a la República Catalana relegaron la obra de Vives en las funciones de
representación pretendidas.
La publicación de los compases de Esplá en Heraldo de Madrid motivó que otros
compositores hicieran públicas sus propuestas de himno para la República, dando lugar a
un debate en ocasiones crispado. Ramón Torralba defendió su Himno Republicano
Español, escrito sobre un texto de Salvador Mauri, y los hermanos Anaya (Francisco,
autor de la letra, y Adela, de la música) hicieron lo propio con su himno 14 de Abril.
El 26 de abril se estrenó en el Ateneo de Madrid Canto rural a la República
Española, de Óscar Esplá y Manuel Machado, interpretado por la nueva Banda
Republicana, antigua de Alabarderos. A pesar de las expectativas que había generado
este acto, el único miembro del Gobierno Provisional que asistió fue Manuel Azaña
quien, además de ser Ministro de la Guerra, ostentaba la Presidencia del Ateneo.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZNO
540
Mientras tanto, los medios de comunicación se habían convertido en el foro
adecuado para dirimir coincidencias o discrepancias sobre las bondades de uno u otro
himno. La Gaceta de Madrid publicaba el 28 de abril de 1931 un Decreto de la
Presidencia sancionando la bandera tricolor como la oficial de la República. ¿Y el himno?
Miguel Maura informó de los acuerdos adoptados por el Comité Revolucionario
en tan sensible materia: no se modificaría la bandera “para evitar innumerables
complicaciones que esta clase de pleitos llevan siempre consigo”, y en relación al
himno, ante la escasa consideración que les merecía el de Riego, “que nos parecía, creo
que con sobrada razón, malísimo e impropio. Habíamos acordado abrir un concurso para
dotar al régimen de un himno razonable”.
Es obvio que el Gobierno Provisional sucesor del Comité Revolucionario no fue
muy escrupuloso en el cumplimiento de los acuerdos anteriores: la bandera fue impuesta
por los ciudadanos en sus manifestaciones y se promulgó el correspondiente Decreto
reconociendo un hecho consumado. Quedaba pendiente la convocatoria del concurso
para la elección del himno nacional. El 28 de abril, ante el clima de crispación que se
había generado, el periodista Ramón María Tenreiro tituló su colaboración en El Sol con
una frase que se proyectaría en el tiempo más allá de lo que posiblemente había previsto
el autor: El pleito de los himnos.
La primera iniciativa en esa dirección surgió del Ayuntamiento de Madrid,
mediante un escrito del alcalde, Pedro Rico, dirigido al Ministerio de Instrucción
Pública, cuyo titular era Marcelino Domingo. Recayó en Amadeo Vives, miembro de la
Sección Tercera, denominada de Bellas Artes y Escuelas de Artes y Oficios de dicho
Ministerio, emitir un informe sobre el procedimiento que debía seguirse.
En los primeros días de noviembre se hizo pública la ponencia redactada por el
compositor catalán, que fue recibida con manifiesta hostilidad en distintos medios de la
profesión musical: básicamente, Vives había transformado el acuerdo inicial de
convocatoria de un concurso en un complejo proceso de elección de texto y melodía en
el que se excluía la participación de compositores vivos.
CONCLUSIONES
541
Surgieron propuestas alternativas que fueron registradas como instancia dirigida
al Presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora, y un grupo de ciudadanos se
reunió con Marcelino Domingo para reclamar el reconocimiento del himno de los
hermanos Anaya, 14 de Abril, como himno de la República, mientras otro lo hizo con
Manuel Azaña (Ministro de la Guerra y Presidente del Gobierno) para trasladarle su
voluntad de que dicha representación institucional recayera en el Himno de Riego.
En este escenario de confusión, el Ministerio de la Guerra había emitido una
disposición y publicado circulares –no menos confusas que la propia situación que se
pretendía combatir– con el fin de sustituir los símbolos musicales de la Monarquía por
otros propios de la República en el reglamento de honores que el Ejército debía tributar
a distintas personalidades. El Diario de Barcelona y el Diario de Tarragona recogieron
el 30 de abril de 1931 una disposición del citado Ministerio por la que “Ínterin se
resuelva por el Gobierno provisional de la República cuál ha de ser el himno nacional,
se entenderá que es la ‘Marsellesa’ […]”.
El himno francés había sido la primera obra que acompañara el amanecer
eibarrés de la República en la madrugada del 14 de abril y, varios meses después, era de
nuevo la primera partitura que figuraba en un documento oficial de una institución de la
República, el Ministerio de Defensa. Su vigencia temporal fue en extremo limitada,
dado que el día siguiente, 1 de mayo de 1931, el Diario Oficial del Ministerio de la
Guerra, sin indicar que se trababa de una corrección de la disposición citada, insertó una
circular, a la espera de la redacción de un nuevo reglamento de honores, en la que se
indicaba que “Hasta entonces, también las bandas de músicas militares tocarán el
Himno de Riego, cuando el honor que se tributa tuviera asignado la marcha Real”. Una
nueva circular del citado Ministerio desarrollaba la anterior especificando los honores de
que eran merecedoras distintas personalidades de la República.
Esta enmarañada secuencia de disposiciones y circulares emitidas por el
Ministerio de Defensa alteró el orden de prelación entre los principales himnos que
acompañaron los actos de la República. Hasta la primera de las circulares, el himno
republicano por excelencia había sido La Marsellesa mientras que, desde la publicación
ENRIQUE TÉLLEZ CENZNO
542
de las mismas, el Himno de Riego ocupó dicho lugar. A partir de esta circunstancia, fue
la obra que solemnizó las tomas de posesión como Presidentes de la República de
Alcalá-Zamora (11-XII-1931), de Manuel Azaña (10-V-1936) y de Diego Martínez
Barrio (17-VIII-1945), este último en el exilio mexicano.
Como conclusión final, podemos afirmar que el Himno de Riego experimentó un
proceso de institucionalización por el que asumió funciones de representación como
himno de la República, plenamente integrado en el protocolo de los actos políticos más
relevantes. Su carácter de “provisional” fue transformándose lentamente hasta
adquirir, en la percepción de los ciudadanos, la condición de “oficial”, sin que
existiera base legal para ello. ■
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES
La música, en cuanto medio de
comunicación, contribuye también a
la construcción social de la realidad.
Joseph Martí i Pérez
(Más allá del arte. La música como generadora de
realidades sociales. Deriva, 2000)
545
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES
A) BIBLIOGRAFÍA
ABELLA, Rafael, “1931: La República”, La Vanguardia, del siglo XX, 1931, Barcelona, La
Vanguardia, 1988.
ABELLÁN, José Luis (coord.), El exilio español de 1939, (6 vols.) Madrid, Taurus, 1976.
AGUILERA SASTRE, Juan, “Las fundadoras del Lyceum Club Femenino Español”, Brocar
(Cuadernos de investigación histórica), n.º 35 (2011).
AGUIRRE, José Antonio de, Entre la libertad y la revolución, 1930-1935. La verdad de un
lustro en el País Vasco, Bilbao, Geu, imp. 1976. (1.ª ed. Bilbao, s.n., s.a., [ca. 1935], Tall. Graf.
E. Verdes Achirica).
AGUIRRE GONZÁLEZ, Jesús Vicente, Aquí nunca pasó nada, Logroño, Santos Ochoa, 2007.
, Aquí nunca pasó nada 2, Logroño, Santos Ochoa, 2010.
AINAUD DE LASARTE, Josep M., Gent nostra, Barcelona, Nou Art Thor, 1984.
A.J.R.E., Don Mariano de Cabrerizo, Librero, Editor e Impresor, [Javea (Alicante)], El
Bibliópata, 2003 (Gráficas Ronda).
ALAS, Leopoldo (“Clarín”), La Regenta, Madrid, Cátedra, 1993.
ALBERTI, Rafael, Fermín Galán (Romance de ciego en tres actos, diez episodios y un
epílogo), Madrid, Chulilla y Ángel, 1931.
, (Selección y Prólogo), Romancero general de la guerra española, Buenos Aires, Patronato
Hispano Argentino de Cultura, 1944.
, La Arboleda Perdida, (Libros I y II de Memorias), Barcelona, Seix Barral, 1978.
ALCALÁ GALIANO, Antonio, Memorias de D. Antonio Alcalá Galiano publicadas por su
hijo, 2 vols., s.l., s.n., 1886 (Madrid: Imp. de Enrique Rubiños).
, D. Antonio Alcalá Galiano. Obras escogidas, en Jorge Campos (ed.), 2 vols., Madrid, Atlas, 1955.
ALCALÁ-ZAMORA, Niceto, Memorias, Barcelona, Planeta, 1977.
, La victoria republicana. 1930-1931. El derrumbe de la monarquía y el triunfo de una
revolución pacífica, (prólogo de Stanley G. Payne. Edición de Jorge Fernández-Coppel),
Madrid, La Esfera de los Libros, 2012.
, Memorias de un ministro de Alfonso XIII, 1877-1930, Madrid, La Esfera de los Libros, 2013.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
546
ALEGRE MARTÍNEZ, Miguel Ángel (coord.), El himno como símbolo político, León,
Universidad de León, 2008.
ALFÉREZ CALLEJÓN, Gabriel, “El principio igualitario de la Revolución Francesa y la
supresión por la misma de títulos y tratamientos nobiliarios y su reflejo en dos obras teatrales
sobre el tema”, Hidalguía, n.
os
208-209, (mayo-agosto 1988).
ALMAGRO SAN MARTÍN, Melchor, Ocaso y fin de un reinado (Alfonso XIII). Los Reyes en
el destierro (páginas de Historia Contemporánea), Madrid, Afrodisio Aguado, 1947.
ALMELA i VIVES, Francesc, El editor don Mariano de Cabrerizo, Valencia, s.n., 1949
(Semana Gráfica).
ALONSO, Cecilio, “Coplas, canciones y romances de guerra en las calles valencianas”, en
Manuel Aznar Soler (ed.), Valencia, capital cutural de la República (1936-1937), vol. II,
Valencia, Consell Valencia de Cultura, 2007
ALONSO GARCÍA, M.ª del Rosario, Historia, diplomacia y propaganda de las instituciones de
la República española en el exilio (1945-1962), Madrid, Fundación Universitaria Española, 2004.
ALONSO GROSSON, José, El maestro Serrano. Su vida y su obra, [Valencia, s.n., 1951 (Tall.
J. Doménech]).
ALPERT, Michael, La reforma militar de Azaña (1931-1933), Madrid, Siglo XXI, 1982.
ALTED, Alicia, El Archivo de la II República española en el exilio, 1945-1977. (Inventario del
Fondo París), Madrid, Fundación Universitaria Española, 1993.
, “José Maldonado, vivencias y pensamiento político de un republicano español”, Cuadernos
Republicanos, n.º 16, 1993.
, “José Maldonado: vivencias y pensamiento político de un republicano español”
(continuación), Cuadernos Republicanos, n.º 17, 1994.
, y AZNAR, Manuel (eds.), Literatura y cultura del exilio español de 1939 en Francia,
Salamanca, AEMIC-GEXEL, 1998.
, y LLUSIA, Manuel (dirs.), La cultura del exilio republicano español de 1939, vols. I-II,
Madrid, UNED, 2003.
, La voz de los vencidos, Madrid, Aguilar, 2005.
ÁLVAREZ REY, Leandro, Diego Martínez Barrio. Palabra de republicano, Sevilla,
Ayuntamiento de Sevilla (Servicio de Publicaciones), 2008.
ANAYA, Adela y ANAYA, Francisco, 14 de Abril. Himno Republicano Español, (versión para
voz y piano). Madrid, [Los autores], 1931 (Lit. J. Foruny).
ANDRÉS, Ramón, Diccionario de música, mitología, magia y religión, Barcelona, Acantilado, 2012.
ANEXO DOCUMENTAL
547
ANDRÉS-GALLEGO, José, El socialismo durante la dictadura (1923-1930), Madrid, Tebas, 1977.
ANGLADA i SARRIERA, Lola, El Pequeñín, Barcelona, Comissariat de Propaganda de la
Generalitat de Cataluñya, 1937.
, Les Meves Nines, Barcelona, Diputaciò de Barcelona, 1983.
, La meva casa i el meu jardí, Barcelona, Columna Edicions, 1984 (se publicó por primera
vez en Barcelona en 1955).
, El més petit de tots, (edición facsímil del editado en Sabadell por el Comisariado de
Propaganda de la Generalitat de Cataluña en 1937), Barcelona, Columna Edicions, 2002.
ANGOSTO VÉLEZ, Pedro L., Sueño y pesadilla del republicanismo español. Carlos Esplá:
una biografía política, Madrid, Biblioteca Nueva, 2001.
ANGUERA, Pere, Els Segadors. Com es crea un himne, Barcelona, Rafael Dalmau, 2010.
, La nacionalitzaciò de la sardana, Barcelona, Rafael Dalmau, 2010.
, Les quatre barres. De bandera histórica a senyera nacional, Barcelona, Rafael Dalmau, 2010.
, Sant Jordi, patrò de Catalunya, Barcelona, Rafael Dalmau, 2010.
ANSÓ, Mariano, Yo fui ministro de Negrín, Barcelona, Planeta, 1976.
ANSORENA, José Ignacio, Cancionero popular vasco, Donostia, Erein, 2007.
Anteproyecto de Constitución de la República Española que eleva al Gobierno la Comisión
Jurídica Asesora, s.l., s.n., 1931 (Madrid: Sucesores de Ribadeneyra, S.A.).
ARZAK, J.I. Paul, Eibarko Sozialismoa, Donostia, Kriselu, 1978.
ARRILLAGA ARRIOLA, Antonio, Lo que se ha dicho de Iparraguirre, Bilbao, Junta de
Cultura de Vizcaya, 1967.
ARROYO y CARO, José F. y OSSORIO MORALES, Juan, Legislación de la República.
ASTUR, Eugenia, Riego (Estudio histórico-político de la revolución del año veinte). Con un
Juicio político de D. Miguel de Unamuno sobre el liberalismo, y un Prólogo-presentación de
D. Miguel Maura), Oviedo, Escuela Tipográfica de la Residencia Provincial de Niños, 1933.
AZAÑA, Manuel, La velada en Benicarló, en Santos Juliá (ed.), Obras Completas, vol., 6 (Julio
1936-Agosto 1940), Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2007.
, Diarios completos. Monarquía, República, Guerra Civil, (introducción de Santos Juliá),
Barcelona, Crítica, 2004.
, Obras completas, vol. III, (edición de Santos Juliá), Madrid, Ministerio de la Presidencia,
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
548
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2007.
AZNAR, Manuel, (ed.) El exilio literario español de 1939, vols. I-II, Barcelona, GEXEL, 1998.
BALCELLS, Joan, L´Orfeó Gracienc i el seu entorn ciutadà. Memòries del mestre Joan
Balcells, Barcelona, Orfeó Gracienc, 1984.
BALDOCK, Robert, Pau Casals, Barcelona-Buenos Aires-México, Paidós, 1994.
BALEZTENA, Dolores, Cancionero popular carlista, (prólogo de Carmela G. de Gambra),
Madrid, Publicaciones Españolas, 1957.
BARANDIARÁN, Gaizka de, “Zortziko”, DMEH, vol. 10, Madrid, SGAE, 2002.
BARBÉ, Jean-Julien, A travers le vieux Metz, les Maisons Historiques, 2ª parte, Metz, Paul
Even Imprimeur-Editeur, 1937.
BARCELONA, Juan Pedro, Cancionero Republicano, Zaragoza, [s.n.], 1894 (Tip. de A.
Sabater e hijo).
, Cancionero Republicano, (Introducción de Vicente Martínez Tejero y José Luis Melero
Rivas), (edición facsimilar), Zaragoza, [s.n.], 1990.
BAROJA, Pío, Memorias, Madrid, Minotauro, 1955.
, “Riego y su himno”, en Obras completas de Pío Baroja, vol. VIII, Madrid, Biblioteca
Nueva, 1980.
, Desde la última vuelta del camino: memorias, t. VIII, La Guerra civil en la frontera,
(Edición de Fernando Pérez Olío), Madrid, Caro-Raggio, 2005.
BARREIRO, Javier, Voces de Aragón: intérpretes aragoneses del arte lírico y la canción
popular 1860-1960, Zaragoza, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y
Rioja, 2004.
BARRIUSO, Jesús, GARCÍA, Fernando y PALACIOS, Miguel Ángel, Antonio José. Músico de
Castilla, Unión Musical Española, 1980.
BEN-AMI, Sholomo, Los orígenes de la Segunda República española: anatomía de una
transición, Madrid, Alianza, 1990.
BERENGUER, Dámaso, De la Dictadura a la República, (prólogo de José Manuel Cuenca),
Madrid, Tebas, 1975.
BIZCARRONDO, Marta: “Música y cultura política: Óscar Esplá en la renovación de España”, en
Ane Miren Pérez Larraona y José Ignacio Sanjuán Astiganaga (coords.), Sociedad, Arte y Cultura
en la Obra de Óscar Esplá, Madrid, Ministerio de Educación y Cultura (INAEM), 1996.
BLANCO RODRÍGUEZ, Juan Andrés, El Quinto Regimiento en la política militar del PCE en
la Guerra Civil, Madrid, UNED, 1993.
ANEXO DOCUMENTAL
549
BLASCO IBÁÑEZ, Vicente, Historia de la revolución española: (desde la Guerra de la
Independencia a la restauracion en Sagunto). 1808-1874, (Prólogo de Francisco Pi y Margall,
t. I, Barcelona, La Enciclopedia Democrática, 1891.
, Historia de la Revolución Española (Desde la guerra de la Independencia a la
Restauración de Sagunto), 1808-1874, vol. I, t. III, Madrid, Cosmópolis, 1930-1931.
BOBILLO, Francisco J, Nacionalismo e himnos políticos. El sonajero de los pueblos, (Prólogo
de Luis González Seara), Madrid, Editorial Biblioteca Nueva, 2002.
BOROBIA CETINA, Ramón, Tratado Moderno de Instrumentación de Banda de Música,
Zaragoza, s.n., s.a.
BOTELLA PASTOR, Virgilio, Entre memorias. Las finanzas del Gobierno Republicano
español en el exilio, Sevilla, Renacimiento, 2002.
BUSCH, Ernst (ed.), Canciones de guerra de las Brigadas Internacionales, Madrid, [Comité
pro-niños españoles de las Brigadas Internacionales], 1937 (Madrid, Diana, UGT).
BUSH, Alan y SWINGLER, Randal (eds.), The left song book, Londres, Víctor Gollancz, 1938.
CABAÑAS BRAVO, Miguel, “Margarita Nelken, crítica de arte”, Cultura Moderna, n.º 1 (2005).
CABEZA SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Sonsoles, Historia política de la II República en el Exilio,
Madrid, FUE, 1977.
CABRERIZO, Mariano de, (ed.), Canción patriót[ica], [Valencia], [Venancio Oliveres], [ca.1821].
, (ed.), Colección de canciones patrióticas que dedica al ciudadano Rafael del Riego y a los
valientes que han seguido sus huellas el ciudadano Mariano de Cabrerizo, Valencia, Venancio
Oliveres, 1823.
, Memorias de mis vicisitudes políticas desde 1820 a 1836, Valencia, Imprenta de D. Mariano
de Cabrerizo, 1854.
CAGIAO VILA, Pilar y NÚÑEZ SEIXAS, Xosé Manoel (eds.), O exilio galego de 1936:
política, sociedade, itinerarios, Sada (A Coruña), do Castro, 2006.
CALCERRADA, Justo y ORTIZ MATEOS, Antonio, Julia Manzanal “Comisario Chico”,
Madrid, Fundación Domingo Malagón, 2001.
CALVO, Juan L., La industria armera nacional 1830-1930. Fábricas, Privilegios, Patentes y
Marcas, [S.l.: s.n.], D.L. 1997 ([Pamplona], Gráf. ONA.
CALVO FERNÁNDEZ, Miguel y FATÁS CABEZAS, Luis M.ª (eds.), El Cancionero
histórico popular español de Bonifacio Gil García, Logroño, Comunidad Autónoma de la Rioja
(Consejería de Educación, Cultura, Juventud y Deportes), 1998.
CAMBÓ, Francesc, Memòries (1876-1936), Barcelona, Alpha, 2008.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
550
Canción de los comunistas, s.l., ms., [1936-1939].
Cançons revolucionàries, Barcelona, Europa-América, [1937 ?].
Canto del pueblo en armas al desfilar, s.l., ms., [1936-1939].
CAÑASVERAS GARRIDO, Francisco, Joaquín Villatoro, músico del sur, Castro del Río
(Córdoba), Ayto. de Castro del Río, 2011.
CAPELLA, Mª Luisa, y MENA, Tania (coord.), La llama doble. La música en México y el Exilio
Español, Madrid, Instituto de México en España, 2001.
CAPMANY, Narcis y MOLAS, Joan, Lo cant de la Marsellesa, Barcelona, s.n., 1877
(Imprenta de Jaume Jepus).
CARBONELL i GUBERNA, Jaume, Josep Anselm Clavé i el naixement del cant coral a
Catalunya (1850-1874), Cabrera de Mar (Barcelona), Galerada, 2000.
CARO-BAROJA, Pío (coord.), Memoria de Pío Baroja, Madrid, Ayuntamiento de Madrid-
Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2006, [p. 257].
CARRASCO, M.ª José, “Jackson: `Martínez Barrio fue el centro político y moral de la II
República´”, El País, 29-01-2000.
C[ARRATALÁ] R[AMOS], R[afael], Hijos del pueblo [música notada], Barcelona, EMIA, [ca
1936] (Barcelona: A. Boileau y Bernasconi).
, Himno revolucionario anarquista, en Segundo Certamen Socialista celebrado en Barcelona
el día 10 de noviembre de 1889, Barcelona, Tip. La Academia, 1890.
, Hijo del pueblo, en El cancionero revolucionario, Buenos Aires (Argentina), Librería “La
Escuela Moderna”, [ca. 1898].
CARRILLO, Santiago, Memorias, Madrid, Planeta, 1993.
, Dolores Ibárruri, Pasionaria, una fuerza de la naturaleza, Barcelona, Planeta, 2008.
CARROL, Peter N., La odisea de la Brigada Abraham Lincoln, Sevilla, Espuela de Plata, 2005.
CASANOVA, Julián, República y Guerra Civil, Barcelona, Crítica / Marcial Pons, 2007.
, y SERRANO, Plácido, Hijos del pueblo, en Cancionero libertario [disco-libro], Zaragoza,
Prames, 2010.
CASAS SÁNCHEZ, José Luis y DURÁN ALCALÁ, Francisco (Eds.), El republicanismo ante
la crisis de la democracia: una perspectiva comparada (1909-1939), Córdoba, Diputación
Provincial, 2010.
CASTILLO, Montserrat, Lola Anglada o la creació del paradís propi, Barcelona, Meterora, 2000.
ANEXO DOCUMENTAL
551
CATE-ARRIES, Francie, Culturas del exilio español entre las alambradas, Barcelona,
Anthropos, 2012.
CAUDET, Francisco, El exilio republicano de 1939, Madrid, Cátedra, 2005.
CEAMANOS LLORENS, Roberto, Isidro Gomà i Tomàs. De la Monarquía a la República
(1927-1936): sociedad, política y religión, Zaragoza, Publicaciones del Rolde de Estudios
Aragoneses, 2012.
CHUECA y ROBLES, Federico, Himno Nacional Republicano, Madrid, Aguirre Hermanos, [1873].
CHUQUET, Arthur, Valmy, París, Plon-Nourrit, [ca. 1899].
CIERVA y PEÑAFIEL, Juan de la, Notas de mi vida, Madrid, Instituto Editorial Reus, 1955.
CINTAS GUILLÉN, María Isabel, “Colaboraciones de Pío Baroja en la prensa republicana: el
diario Ahora, 1933”, en Antonio Castro Díaz y Josefina Prado Aragonés (eds.), Literatura culta y
popular en Andalucía (Actas del V Simposio Regional de actualización científica y didáctica de
Lengua Española y Literatura), Sevilla, Asociación Andaluza de Profesores de Español, 2002.
CLAVÉ, José Anselmo, Flores de Estío, [Barcelona], López, 1893.
Constitución de la República Española, [edición facsimilar], s.l., s.n., 1931 (Madrid: Sucs. de
Rivadeneyra).
Constitución de la República Española, [edición facsimilar], Madrid, Librería Miguel
Hernández, 1983.
CONTRERAS, Remedios, Catálogo de la colección Pablo Morillo, Conde de Cartagena, 2
vols., Madrid, Real Academia de la Historia, 1985 y 1988.
CORTIZO, Esteban, “Fernando Valera Aparicio: teósofo, masón y republicano”, en José
Antonio Ferrer Benimeli (coord.), La Masonería en la España del siglo XX, vol. 1, Zaragoza,
Centro de Estudios Históricos de Masonería Española, 1996.
COSTA, Joaquín, Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España.
Urgencia y modo de cambiarla, (estudio introductorio de Alfonso Ortí), 2. vols., Madrid,
Revista de Trabajo, 1975.
CRUZ ARTACHO, Salvador, Caciques y campesinos. Poder político, modernización agraria y
conflictividad rural en Granada, 1890-1923, Madrid, Libertarias, 1994.
40 Cançons Populars Catalanes, Biblioteca Popular de l´Avenç, Barcelona, Tipografía
l´Avenç, 1909.
CUENCA TORIBIO, José Manuel, “La I República”, Historia 16 (Cuadernos), n.º 164, 1985.
DALMAU, Anna, MORA, Anna, y CORTÈS, Francesc (eds.), Pau Casals i Joaquim Pena.
Passió per la música y pel país. Correspondencia, [Barcelona], Mediterrània, 212.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
552
DÍAZ VIANA, Luis, “Transformaciones a partir de un viejo tema tradicional”, Revista de
Folklore, n.º 27, 1983.
, Cancionero popular de la Guerra Civil española, Madrid, La Esfera de los Libros, 2007.
DOMENACH, Jean-Marie, La propaganda política, Buenos Aires, Editorial Universitaria, 2001.
DUARTE, Ángel, “Republicanismo y canto coral en el Reus de finales del siglo XIX”, en Paul
Aubert (dir.), Sociétés musicales et chantantes en Espagne (XIXe-XXe siècles), Bulletin d´Histoire
Contemporaine de l´Espagne, n.º 20, Talance, Centre National de la Recherche Scientifique, 1994.
ECHEVARRÍA, Toribio, La experiencia socialista en España vista desde mi pueblo, México
D.F., (México), Pablo Iglesias, 1966.
, Viaje por el país de los recuerdos, México D.F., (México), s.n., 1968 (Talleres gráficos
Impresiones Modernas).
, Recordando la guerra. Diario de viaje de un refugiado español, Donostia, J.A. Ascunce, 1992.
, y PRIETO, Indalecio, Epistolario, 1941-1946, (prólogo de Juan Pablo Fusi), [Eibar
(Guipúzcoa)], Ego Ibarra, 1991.
EGUIGUREN, Jesús, El PSOE en el País Vasco, San Sebastián, Haranburu, 1984
, El socialismo y la izquierda vasca, 1896-1994, Madrid, Pablo Iglesias, 1994.
, Historia del socialismo vasco (1886-2009), San Sebastián, Hiria, 2009.
EICHENLAUB, Jean-Luc (1989). L'Alsace et la Révolution, (avec la collaboration [de] Roland
Oberlé), Strasbourg, Contades, 1989.
EINSTEIN, Alfred, La música en la época romántica, Madrid, Alizanza, 1986.
El pequeño Espasa ̧Madrid, Espasa-Calpe, 1987.
ESCUDERO ALDAY, Rafael, Modelos de democracia en España, 1931 y 1978, Barcelona,
Península, 2013.
ESPADAS BURGOS, Manuel, Alfonso XII y los orígenes de la Restauración, Barcelona, RBA, [2006].
ESPAÑA. Decretos de las Cortes desde el 6 de marzo de 1822 a 31 de enero de 1823. Años de
1822 y 1823, vol. IV, s.p.
. Orden del Ministerio de Marina de 25 de abril de 1931. Gaceta de Madrid, 26 de abril de
1931, núm. 116, p. 340.
. Decreto de la Presidencia del Gobierno Provisional de la República de 27 de abril de 1931
por el que se adopta la bandera tricolor como bandera nacional. Gaceta de Madrid, 28 de abril
de 1931, núm. 118, pp. 359-360.
ANEXO DOCUMENTAL
553
. Decreto de la Presidencia del Gobierno Provisional de la República, Gaceta de Madrid, 28 de
abril de 1931, n.º 118, p. 359.
. Orden del Ministerio de Marina de 25 de abril de 1931. Diario Oficial del Ministerio de la
Guerra, 28 de abril de 1931, núm. 94, p. 215.
. Circular de Honores [con carácter provisional]. Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 1
de mayo de 1931, núm. 97, p. 267.
. Circular del Ministerio de la Guerra (Subsecretaría) [sobre la Banda de Alabarderos]. Diario
Oficial del Ministerio de la Guerra, 1 de mayo de 1931, núm. 97, p. 265.
, Circular de Honores que tributan las tropas formadas y las guardias. Diario Oficial del
Ministerio de la Guerra, 28 de junio de 1931, núm. 142, pp. 978-979.
. Decreto del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de 21 de julio de 1931. Gaceta de
Madrid, 22 de julio de 1931, núm. 203, pp. 637-638.
. Constitución de la República Española (Edición facsimilar, ca. 1932), Madrid, ARDE, [ca. 1975].
. Circular del Ministerio de la Guerra por la que se nombran doce nuevos sargentos de
campaña en el arma de Artillería, formados en la Escuela Popular de Guerra. Diario Oficial del
Ministerio de la Guerra, n.º 77 (Valencia), 30-III-1937, p. 902.
. Decreto de la Presidencia del Gobierno de 17 de julio de 1942 por el que se refunden las
disposiciones vigentes en lo que respecta al Himno Nacional, Cantos Nacionales y Saludos. BOE,
21 de julio de 1942, núm. 202, p. 5346.
. Acta de la Sesión n.º 70 del Congreso de los Diputados de la República [en el exilio] de 10 de
enero de 1945.
. Acta de la Sesión n.º 71 del Congreso de los Diputados de la República [en el exilio] de 17 de
agosto de 1945.
. Aviso Oficial de la Presidencia del Consejo de Ministros de la República [en el exilio].
Gaceta Oficial de la República Española, n.º 1 (nueva etapa), 7 de septiembre de 1945.
. Acta de la Sesión n.º 72 del Congreso de los Diputados de la República [en el exilio] de 7 de
noviembre de 1945.
. Acta de la Sesión n.º 73 del Congreso de los Diputados de la República [en el exilio] de 8 de
noviembre de 1945.
. Acta de la Sesión n.º 74 del Congreso de los Diputados de la República [en el exilio] de 9 de
noviembre de 1945.
. Ley 8/1983 de 14 de abril de mil novecientos ochenta y tres. Boletín Oficial del País Vasco de
21 de abril de 1983, pp. 1134-1135.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
554
. Ley 8/1984, de 4 de diciembre, por la que se regulan los símbolos de la Comunidad
Valenciana y su utilización. Diario Oficial de la Generalitat Valenciana, de 13 de diciembre de
1984, núm. 211, pp. 2773-2786.
. Ley 1/1993, de 25 de febrero, del himno nacional de Cataluña. Diario Oficial de la
Generalitat de Cataluña, núm. 1715, de 3 de marzo de 1993. Publicada también en: BOE de 27 de
Marzo de 1993, p. 9308.
ESPAÑOL BOUCHE, Luis, “Óscar Esplá, la música en el exilio”, en Daniel Pacheco, Alejandro R.
Díez Torre y Alejandro Sanz (eds.), Ateneístas Ilustres, vol. II, Madrid, Ateneo de Madrid, 2007.
ESPINOSA DE LOS MONTEROS, Manuel, Toques de guerra usados antiguamente, hasta
mediados del siglo XIX, por el Ejército, (Edición a cargo de Nemesio Otaño, prólogo y
armonizaciones del mismo autor), s.l., Junta de Relaciones Culturales del Ministerio de
Asuntos Exteriores, 1939 (Barcelona: A. Boileau y Bernasconi).
ESPLÁ, Carlos, Mi vida hecha cenizas. Diarios 1920-1965, (introducción, redacción y notas,
Pedro L. Angosto y Encarna Fernández), Sevilla, Renacimiento, 2004.
ESTRADA, Julio (ed.), La música de México, (I Historia), México, UNAM, 1984.
ETCHEVERRÍA BRAÑAS, Salvador, Eclipse en España. Apuntes del diario íntimo de un
diplomático de la República Española. 1936-19..?, do Castro, Sada-A Coruña, 1989.
ETXANIZ MAKAZAGA, José Manuel, Félix Gordón Ordás y sus circunstancias. Apuntes
para su biografía, [León], Fundación Vela Zanetti, 2003.
Euzkel-Abestijak. Euskeltzale-Bazkuna´k Argitalduba, (II Irarkaldija), Bilbao, s.n., 1931,
FRANCIA. [Aprobación de los Estatutos del AIAP por el Ministerio del Interior de Francia, de
20 de noviembre de 1957], Journal officiel de la République française [Diario Oficial de la
República francesa], 28 de diciembre de 1957.
FALCÓN, Romana y GARCÍA MORALES, Soledad (con la colaboración de Mª Eugenia
Terrones), La semilla en el surco: Adalberto Tejeda y el radicalismo en Veracruz (1883-1960),
México, D.F., Colegio de México [Veracruz]-Gobierno del Estado de Veracruz, 1986.
FERNÁNDEZ ALMAGRO, Melchor, Historia del reinado de Don Alfonso XIII, (2.ª ed.
ilustrada), Barcelona, Montaner y Simón, 1934.
FERNÁNDEZ CABALLERO, Manuel, La Marsellesa (selección para sexteto), Madrid, Unión
Musical Española, s.a.
FERNÁNDEZ DE LA TORRE, Ricardo, Historia de la música militar de España, Madrid,
Ministerio de Defensa (Secretaría General Técnica), 1999.
FERNÁNDEZ SEBASTIÁN, Javier y FUENTES ARAGONÉS, Juan Francisco, (dirs.),
Diccionario político y social del siglo XX español, Madrid, Alianza Editorial, 2008.
FERNÁNDEZCID, Antonio, Lieder y Canciones de España, Madrid, Editora Nacional, 1963.
http://www.google.es/search?tbo=p&tbm=bks&q=inauthor:%22Romana+Falc%C3%B3n%22
http://www.google.es/search?tbo=p&tbm=bks&q=inauthor:%22Soledad+Garc%C3%ADa+Morales%22
http://www.google.es/search?tbo=p&tbm=bks&q=inauthor:%22Soledad+Garc%C3%ADa+Morales%22
ANEXO DOCUMENTAL
555
FERRER BENIMELI, José A., “Historia de la República española en el exilio (1939-1977)”,
Tiempo de Historia, n.º 32 (1977).
, “Historia de la República española en el exilio (1939-1977) (y II)”, Tiempo de Historia,
n.º 33 (1977).
, “`Hemos salvaguardado la legitimidad popular´. Entrevista con Fernando Valera, último
presidente del Gobierno de la República en el exilio”, Tiempo de Historia, n.º 33 (1977).
FRANCO, Enrique, “Amadeo Vives y Manuel de Falla”, en VV.AA., Amadeo Vives (1871-
1971), Madrid, Sociedad General de Autores de España, 1972.
, “Esplá Triay, Óscar”, DMEH, vol. 4, Madrid, SGAE, 1999.
FRANCO, Ramón, Madrid bajo las bombas, Madrid, Zoila Ascasibar, 1931.
FRANCO RASTROLLO, Rafael, Himno español, Madrid, ms., 1936.
FUBINI, Enrico, La estética musical desde la Antigüedad hasta el siglo XX, Madrid, Alianza, 1988.
FUENTES ARAGONÉS, Juan Francisco, Largo Caballero. El Lenin español, Madrid, Síntesis, 2005.
GABRIEL, Pere, “Recuerdo y memoria de la República. Símbolos y referencias”, en Manuel
Ballarín y José Luis Ledesma (eds.), Avenida de la República, Zaragoza, Cortes de Aragón, 2007.
GALLARDO FERNÁNDEZ, Isabel M., José Deleito y Piñuela y la renovación de la historia
en España. Antología de textos, [Valencia], Servei de Publicacions de la Universitat de
Valencia, 2005.
GÁLVEZ BELLIDO, Bernardino, Fleta. El tenor de Aragón, Barcelona, [Edic. Spes], 1939.
GANN, Kyle, The music of Conlon Nancarrow, Cambridge, Cambridg University Press, 1995.
GARCÍA, Manuel, Documenta Miguel Hernández, 1985, Valencia, Consellería de Cultura,
Educacio i Ciencia, 1985.
, Memorias de posguerra. Diálogos con la cultura del exilio (1939-1975), València,
Universitat de València, 2014.
GARCÍA ALCÁZAR, Emiliano, Óscar Esplá y Triay: estudio monográfico y documental,
Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, 1993.
GARCÍA ANDREU, Mariano, Alicante en las elecciones republicanas 1931-1936, Alicante,
Universidad de Alicante, 1985.
GARCÍA BASELGA, José y UDINA VILASECA, Francisco, Ideal [republicano], s.l., s.n., [1931].
GARCÍA CAMARERO, Ernesto, “Negrín: Ciencia y Exilio”, El Ateneo, vol. XI, cuarta época, 2002.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
556
GARCÍA-NIETO, M.ª Carmen y DONEZAR, Javier M.ª, Bases documentales de la España
contemporánea, vol. VIII, La Segunda República, 1931-1936, Madrid-Barcelona, Guadiana, 1974.
GARCÍA RODRÍGUEZ, Fernando, Margarita Nelken. El arte y la palabra, Madrid, Fragua, 2010.
GARCÍA SEGURA, Alfredo, Músicos en Cartagena. Datos Biográficos y Anecdóticos,
Cartagena, Ayuntamiento de Cartagena, 1995.
GARCÍA-TREVIJANO GARNICA, José Antonio (coord.), Cincuentenario del Estatuto municipal.
Estudios Conmemorativos, Madrid, Instituto de Estudios de Administración Local, 1975.
GEERTZ, Clifford, La interpretación de las culturas, (traducción de Alberto L. Bixio),
Barcelona, Gedisa, 1988.
GIL, Bonifacio, Cancionero histórico carlista, Madrid, Aportes XIX, 1990.
GIL HONDUVILLA, Joaquín, Marruecos ¡17 a las 17!, Sevilla, Melusina, 2009.
GIL NOVALES, Alberto, Rafael del Riego. La Revolución de 1820 día a día. Cartas, escritos y
discursos, Madrid, Tecnos, 1976.
, El Trienio liberal, Madrid, Siglo XXI Editores, 1980
, Diccionario Biográfico de España (1808-1833). De los orígenes del liberalismo a la
reacción absolutista, 3 vols., Madrid, Fundación Mapfre, 2010.
GIL PECHARROMÁN, Julio, Niceto Alcalá-Zamora. Un liberal en la encrucijada, Madrid,
Síntesis, 2005.
GILLESPIE, Richard, Historia del Partido Socialista Obrero Español, Madrid, Alianza, 1991.
GIRAL, Francisco, La ciencia española en el exilio. El exilio de los científicos españoles
(1939-1989), Barcelona, Anthropos, 1994.
GÓMEZ, Esteban C., La insurrección de Jaca. Los hombres que trajeron la república,
Barcelona, Escego, 1996.
, Rolde: Revista de cultura aragonesa, n.º 123, 2007.
GÓMEZ AMAT, Carlos y TURINA GÓMEZ, Joaquín, La Orquesta Sinfónica de Madrid.
Noventa años de historia, Madrid, Alianza, 1994.
GÓMEZ GARCÍA, Julio, “Biografía de Manuel Fernández Caballero”, en VV.AA., Manuel
Fernández Caballero. Un músico murciano para la historia, Murcia, Real Academia de Bellas
Artes de Santa María de la Arrixaca, 2006.
GÓMEZ RIVAS, Isabel, “Os apuntes inéditos redactados por Salvador Etcheverría Brañas para a
continuación das súas memorias políticas”, Anuario Brigantino, n.º 18, 1995.
ANEXO DOCUMENTAL
557
GÓMEZ RIVAS, Isabel y TÉLLEZ CENZANO, Enrique: “El Himno de la Segunda República
Española: una propuesta en el exilio”, Música y Educación, n.º 36, Madrid, 1998.
, “Las señas de identidad del Gobierno Republicano en el exilio: una propuesta de himno para
la Segunda República Española”, Cuadernos Republicanos, n.º 37, Madrid, 1999.
, “El Himno de la Segunda República: una propuesta en el exilio”, Página Abierta, n.º 100,
Madrid, 1999.
GONZÁLEZ CALLEJA, Eduardo, El máuser y el sufragio, Madrid, CSIC, 1999.
GONZÁLEZ LÓPEZ, Emilio, Memorias de un diputado republicano en la Guerra Civil
española 1936-1939), Sada-A Coruña, do Castro, 1990.
GONZÁLEZ NEIRA, Ana, Prensa del Exilio Republicano, 1936-1977, Santiago de Compostela,
Andavira, 2010.
GONZÁLEZ SARMIENTO, Luciano, “La evolución musical sostenible en el siglo XIX”, en
Francisco Jarauta (ed.), Forma y tiempos de la música, Santander, Fundación Botín, [2011].
GRANDÍO SEOANE, Emilio y RODERO, Joaquín, (eds.), Santiago Casares Quiroga. La forja
de un líder, Madrid, Eneida, 2011.
GUEREÑA, Jean-Louis, “Les orphéons socialistes et leur répertoire au debut du XXe. Siecle”, en
Paul Aubert (dir.), Sociétés musicales et chantantes en Espagne (XIXe-XXe siècles), Bulletin
d´Histoire Contemporaine de l´Espagne, n.º 20, Talance, Centre National de la Recherche
Scientifique, 1994.
, “Los orfeones socialistas y su repertorio a principios del siglo XX”, en Enrique Moral
Sandoval (coord.), Centenario de la Casa del Pueblo de Madrid 1908-2008, Madrid, Sociedad
Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2008.
GUIXÀ, Josep, Espías de Franco: Josep Pla y Francesc Cambó, Madrid, Fórcola, 2014.
GUTIÉRREZ AROSA, Jesús, La insurrección de Octubre del 34 y la II República en Eibar,
[Eibar], Eibarko Udala, [2001].
, La Guerra Civil en Eibar y Elgeta, Eibar, Ayuntamiento de Eibar, 2007.
GUZMÁN, Eduardo de, 1930. Historia política de un año decisivo, Madrid, Tebas, 1973.
HÄBERLE, Peter, El Himno Nacional como elemento de identidad cultural del Estado
constitucional, (traducción del alemán, estudio preliminar y notas de Alberto Oehling de los
Reyes), Madrid, Dykinson, 2012.
HACKL, Erich y LANDAUER, Hans, Album Gurs, Viena-Munich, Deuticke, 2000.
HARO TECGLEN, Eduardo, El niño republicano, Madrid, Alfaguara [1996].
, Ser de izquierdas, Madrid, Temas de Hoy, 2001.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
558
HERNÁNDEZ, Miguel, Antología comentada, (I Poesía), (edición de Francisco Esteve), Madrid,
Ediciones de la Torre, 2002.
, Antología comentada, (II Prosa), (edición de Jesucristo Riquelme), Madrid, Ediciones de la
Torre, 2002.
HERNÁNDEZ GIRBAL, Florentino, Amadeo Vives. El músico y el hombre, Madrid, Lira, 1971.
HERREROS, Isabelo, El Ateneo Intervenido. 1939-1946, Madrid, Ateneo Científico y Literario, 2008.
HERREROS I AGÜÍ, Sebastià, “The Internacional Brigadas in the Spanish War 1936-1939: Flags
an Symbols” en VV.AA., The XIX Internacional Congress of Vexillology, York 23-27 July 2001,
United Kingdom, The Flag Institute, 2009.
HIDALGO DE CISNEROS, Ignacio, Cambio de rumbo, (primera parte), s.l., s.n., imp. 1970
(Bucarest).
Himno de la República Española (Música de Lan Adomián. Letra de Miguel
Hernández‒Margarita Nelken). AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-2.
Himno de la Sexta División, en PALACIO, Carlos (rec.), Colección de canciones de lucha,
Madrid, Pacific, 1980.
Himno de Riego y Marcha Real, Madrid-Bilbao, Casa Dotesio, s.a.
Himnos cantados por el Orfeón Socialista Madrileño, Madrid, Imprenta de Inocente Calleja, 1908.
Himnos cantados por el Orfeón Socialista Madrileño, Madrid, Imprenta de F. Peña Cruz, 1913.
Himnos dedicados a la clase obrera cantados por los Orfeones Socialistas, Eibar, Imprenta de
Pedro Orúe, [ca. 1910-1912].
HOBSBAWN, Eric J., Los ecos de la Marsellesa, (traducción de Borja Folch), Barcelona,
Crítica, 1992.
Homenaje a Bartolomé Pérez Casas (1873-1956). A la memoria de un gran músico murciano,
[Murcia], Real Academia de Bellas Artes de Santa María de la Arrixaca, [2003].
HOYOS Y VINENT, José María de, Mi testimonio, Madrid, Afrodisio Aguado, 1962.
IBERNI, Luis G., “Vives, Roig, Amadeo”, DMEH, vol. 10, Madrid, SGAE, 2002.
, “La Marsellesa. Zarzuela histórica en tres actos”, en Diccionario de la Zarzuela. España e
Hispanoamérica, vol. II, Madrid, ICCMU, 2006.
IGLESIAS, Antonio, Escritos de Óscar Esplá, 3 vols., Madrid, Alpuerto, 1977, 1879 y 1986.
JARDÓN PARDO DE SANTAYANA, Pelayo, Margarita Nelken, del feminismo a la
revolución, Madrid, Sanz y Torres, 2013.
ANEXO DOCUMENTAL
559
JIMÉNEZ CODINACH, Guadalupe, La Guía del Himno Nacional Mexicano, México,
Conaculta (Dirección General de Publicaciones), 2007.
JULIÁ, Santos, De la fiesta popular a la lucha de clases, Madrid, Siglo XXI, 1984.
, (coord.), Víctimas de la guerra civil, Madrid, Temas de Hoy, 1999.
, (dir.), Violencia política en la España del siglo XX, Madrid, Taurus, 2000.
, La Constitución de 1931, Madrid, Iustel, 2009.
, Vida y tiempo de Manuel Azaña (1880-1940), Madrid, Taurus, 2009.
JIMÉNEZ CODINACH, Guadalupe, La Guía del Himno Nacional Mexicano, México,
Conaculta (Dirección General de Publicaciones), 2007.
JIMÉNEZ FERNÁNDEZ, Juan, Bernardo López y su obra poética, Jaén, Instituto de Estudios
Giennenses, 1988.
KATZ, William Loren y CRAWFORD, Marc, The Lincoln Brigade. A Picture History, New
York, Macmillan Publishing Company, 1989.
LABAJO, Joaquina, “Música y socialismo. La actividad musical de las Agrupaciones
Socialistas a comienzos de siglo [s. XX]”, en Pianos, voces y panderetas. Apuntes para una
historia social de la música en España, Madrid, Endimión, 1988.
, Aproximación al fenómeno orfeonístico en España (Valladolid, 1890-1923), Valladolid,
Diputación Provincial, 1987.
, “Música y socialismo. La actividad musical de las Agrupaciones Socialistas a comienzos de
siglo [s. XX]”, en Pianos, voces y panderetas. Apuntes para una historia social de la música en
España, Madrid, Endimión, 1988.
La Marsellesa [Partitura para coro con voces según el texto de Ignasi Iglesias y la armonización
de Enric Morera], Barcelona, Iberia Musical, s.a.
La Marsellesa [Texto de Ignasi Iglesias], Himne Català [Texto y música de Apel.les Mestres] y
Els Segadors, Barcelona, Boileau, s.a.
La Marsellesa [Texto de Ignasi Iglesias] y La Bandera Catalana [de Orland D´Arimont], Sans
(Barcelona), s.n., [ca. 1931] (Tallers Gráfics “Ideal”, Carrer de Riego, 45).
La Marsellesa, Barcelona, Musical Emporium, s.a.
LARRAÑAGA, Ramiro, Armeros vascos. Repaso histórico-Raíces y desarrollo, [Eibar,
Ayuntamiento de Eibar, 2001].
LAWSON, Don, The Abraham Lincoln Brigade, New York, Thomas Y. Crowell, 1989.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
560
LLADÓ i FIGUERES, Josep María, Amadeu Vives (1871-1932), (presentado por Fèlix Millet),
Barcelona, Orfeó Català-Abadía de Montserrat, 1988.
, 14 de abril. Cataluña es una democracia, s.l., Biblioteca Política de Cataluña, 1938.
LLORENS, Vicente, Liberales y románticos, Madrid, Castalia, 2006.
LÓPEZ GARCÍA, Bernardo, Antología poética, Jaén, Universidad de Jaén, 2006.
LOLO, Begoña, “El Himno”, en VV.AA., Símbolos de España, Madrid, Centro de Estudios
Políticos y Constitucionales, 2000.
LÓPEZ ALMAGRO, Antonio, Fantasía brillante para piano sobre motivos de la zarzuela La
Marsellesa del Mtro. Fernández Caballero, Madrid (Calle Preciados, 1), A. Romero, [1877]
(Calc. de S. Mascardó).
LÓPEZ FERNÁNDEZ, Antonio, Defensa de Madrid, (prólogo de Margarita Nelken), México,
A.P. Márquez, 1945.
, General Miaja, defensor de Madrid, Madrid, G. del Toro, 1975.
LÓPEZ MONDÉJAR, Publio, El rostro de las letras, Madrid, Ediciones del Azar, 2014.
LÓPEZ OLIVER, Luis R., “Músicos republicanos en el exilio mexicano”, Taifa, n.º 4 (1997).
LUIS MARTÍN, Francisco de, La cultura socialista en España, 1923-1930. Propósitos y
realidad de un proyecto educativo, Salamanca, Universidad, [Madrid] CSIC, 1993.
LLANO, Emilio de, Himno Nacional de España Republicana, El Tango de Moda, n.º 166,
12-XII-1931.
MACHADO, Antonio, Poesías completas (edición de Oreste Macrì), vol. I, Madrid, Espasa-
Calpe, 1989.
MACHADO, Manuel y ESPLÁ, Óscar, Canto rural a España. Himno Español, Madrid, Unión
Musical Española, 1931.
MACIÀ, Francesc, El Presidente Macià en els seus textos (1931-1933), (selección de textos a
cargo de Lluís Durán), Barcelona, Generalitat de Catalunya, 2005.
MADARIAGA, Salvador, España. Ensayo de Historia Contemporánea, Buenos Aires, Ed.
Sudamericana, 1964.
MALDONADO, José y VALERA, Fernando, “Declaración de la Presidencia y del Gobierno de
la República Española en Exilio”, en ALTED VIGIL, Alicia, El Archivo de la II República
española en el exilio, 1945-1977. (Inventario del Fondo París), Madrid, Fundación
Universitaria Española, 1993.
MALMSTRÖM, Dam, Introducción a la música mexicana del siglo XX, México, Fondo de
Cultura Económica, 1974.
ANEXO DOCUMENTAL
561
MANCEBO, M.ª Fernanda, La España de los exilios: una aproximación para el s. XXI, Valencia,
Universidad de Valencia, 2008.
MANGINI, Shirley, Recuerdos de la resistencia. La voz de las mujeres de la guerra civil
española, Barcelona, Península, 1997.
MARAGALL, Joan, Articles politics (edición a cargo de Joan-Lluís Mafany y prólogo del
mismo), Barcelona, La Magrana, 1988.
MARCET-JUNCOSA, Alicia, Le rattacehement du Roussillon à la France, Canet [-en-
Roussillon, France], Llibres del Trabucaire, 2002.
MARCUELLO, José Ramón, “Miguel Fleta, tenor del franquismo (en el XL aniversario de su
muerte)”, Andalán, n.º 191.
MARSÁ, Graco, La sublevación de Jaca. Relato de un rebelde, Madrid, Zeus, 1931.
MARTÍN MARTÍNEZ, José, Urbanismo y arquitectura industrial en Puerto de Sagunto,
(1907-1936), Sagunto, Caja de Ahorros, 1990.
MARTÍN NÁJERA, Aurelio (dir.), Catálogo de los archivos y documentación de particulares,
vol. I, Madrid, FPI, 1993.
, (dir.), Diccionario biográfico del socialismo español (1879-1939), 2 vols., Madrid,
Fundación Pablo Iglesias, 2010.
MARTÍNEZ BARRIO, Diego, Orígenes del Frente Popular español, Buenos Aires, Patronato
Hispano-Argentino de Cultura, 1943.
, Memorias, Barcelona, Planeta, 1983.
MARTÍNEZ CUADRADO, Miguel, Restauración y crisis de la monarquía (1874-1931),
Madrid, Alianza, 1991.
MARTÍNEZ DE SAS, Teresa; PÉREZ SAMPER, Mariángeles; SHULZE, Ingrid; ÁLVAREZ,
Jesús Timoteo; y VILANOVA i RIBAS, Mercé (coords.), Profesor Carlos Seco Serrano /
Haciendo Historia, Barcelona, Universidad de Barcelona, 1989.
MARTÍNEZ GUTIÉRREZ, Josebe, Margarita Nelken (1896-1968), Madrid, Ediciones
del Orto, 1997.
MARTÍNEZ LÓPEZ, Manuel, La experiencia republicana y la Guerra Civil en Alicante, San
Vicente [del Raspeig], Club Universitario, [2007].
MAS QUILES, Juan Vicente, Apuntes de instrumentación para Banda de Música, Valencia,
Piles, 2008.
MASIP, Paulino, Cartas a un español emigrado, México, Ediciones del Centro Cultural El
Nigromante, 1999.
MASSOT i MUNTANER, Joseph, PUEYO, Salvador, y MARTORELL, Oriol, Els segadors.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
562
Himne nacional de Catalunya, Barcelona, Generalitat de Catalunya (Departament de Cultura), 1993.
MATA, Juan, Apogeo y silencio de Hermenegildo Lanz, Granada, Diputación de Granada, 2003.
MATESANZ, José Antonio, México y la República Española. Antología de documentos, 1931-
1977, México, Centro Republicano Español de México, 1978.
MAURA, Miguel, Así cayó Alfonso XIII, Madrid, Marcial Pons, 2007.
MAUSSA, Comité d´Édition des “Chants de Combat” de É[tienne] Pédron, París, [Comité
d´Édition des “Chants de Combat”], 1906.
MAYAKOVSKI, Vladimir, Poemas 1917-1930, (traducción de José Fernández Sánchez),
Madrid, Visor, 1973.
MAYER-SERRA, Otto, Panorama de la Música Mexicana desde la Independencia hasta la
Actualidad, [México], El Colegio de México, [1941] (Graf. Panamericana).
MENDOZA DÍAZ-MAROTO, Francisco, La pasión por los libros. Un acercamiento a la
Bibliofilia, Pozuelo de Alarcón (Madrid), Espasa-Calpe, 2006.
MERCHÁN FERNÁNDEZ, A. Carlos, Las reformas del régimen local en España (1903-1939),
[Tudela, Valladolid], FUEMCAL, 2011.
MESONERO ROMANOS, Ramón de, Memorias de un setentón, natural y vecino de Madrid,
(nueva ed., con notas y adiciones), 2 vols., Madrid, Oficinas de la Ilustración Española y
Americana, 1881.
, Memorias de un setentón, Barcelona, Crítica, 2008.
MÉXICO. Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales. Diario Oficial de la
Federación de 8 de febrero de 1984. Última reforma publicada DOF (27-01-2015).
MÍNGUEZ ANAYA, Adrián Blas, Los campos de Argelés, St. Cyprien y Barcarés. 1939-1942,
Fuenlabrada, “Memoria Viva” Asociación para el Estudio de la Deportación y el Exilio
Español, 2012.
MIRALLES, Ricardo, El socialismo vasco durante la II República. Organización, ideología,
política y elecciones, 1931-1936, [Bilbao], Universidad del País Vasco, 1988.
, Juan Negrín. La República en guerra, Madrid, Temas de Hoy, 2003.
, (ed.), Juan Negrín 1892-1956. Médico y Jefe de Gobierno, Madrid, Sociedad Estatal de
Conmemoraciones Culturales, 2006.
MIRAVITLLES, Jaume, Gent que he conegut, Barcelona, Destino, 1980.
MIRÓ, Adrián, Momentos musicales, Alcoy, Gráficas Ciudad, 1992.
, Lo que queda del tiempo (Primer libro de memorias), Alcoy, Alfagráfic, 2002.
ANEXO DOCUMENTAL
563
MOLA, Emilio, Tempestad, Calma, Intriga y Crisis, Librería Bergua, Madrid, s.f.
, El derrumbamiento de la Monarquía, en Obras completas, Valladolid, Librería Santarén, 1940.
MONFORT, Benito de, La Restauración. Viva Alfonso XII, Madrid, Enrique Villegas, [1875]
(Calcografía Serapio Santamaría).
MONREAL, Genaro y SORIANO José, ¡Viva el Directorio!, Madrid, Ildefonso Alier, [ca. 1924].
MORADIELLOS, Enrique, Don Juan Negrín, Barcelona, Península, 2006.
MORALES GINER DE LOS RÍOS, Elisa, “La Proclamación (Carta a mi familia)”, Revista de
Occidente, n.
os
7-8 (Extraordinario I. Noviembre 1981).
MORALES CUESTA, Manuel María, Viejos Poetas Giennenses, Jaén, Editorial Jabalcuz, 1997.
MORENO, Salvador, Detener el tiempo. Escritos musicales, México D.F. (México), Instituto
Nacional de Bellas Artes, 1996.
MORENO SANZ, Jesús, “Síntesis biográfica”, en Jesús Moreno Sanz (ed.), María Zambrano,
1904-1991. De la razón cívica a la razón poética, Madrid, Publicaciones de la Residencia de
Estudiantes, 2004.
MÚJICA, Gregorio de, Monografía histórica de la villa de Eibar, (prólogo de Juan San Martín),
Eibar, Ayuntamiento, 1984.
MUNIESA, Bernat, La burguesía catalana ante la II República española, I, “Il Trovatore” frente
a Wotan, Barcelona, Antrophos, 1985.
MUÑOZ HIDALGO, Manuel, Cómo fue Miguel Hernández, Barcelona, Planeta, 1975.
NADAL, Jordi, y TORTELLA, Gabriel, (editores), Agricultura, comercio colonial y
crecimiento económico en la España contemporánea, Barcelona, Ariel, 1974.
NAGORE, María, La revolución coral. Estudio sobre la Sociedad Coral de Bilbao y el movimiento
coral europeo (1800-1936), Madrid, Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 2001.
, “Del Gernikako Arbola a La Marsellesa de la Paz. Música, política e ideología en Vizcaya
(1876-1914)”, Revista Internacional de los Estudios Vascos, n.º 52, 1, 2007.
, “Carlismo y música”, en Imágenes. El carlismo en las artes, Pamplona, Gobierno de
Navarra, 2010.
, “Historia de un fracaso: el `Himno Nacional´ español en el siglo XIX”, en Susana Asensio
Llamas (ed.), Música y políticas (Arbor), vol. 187, n.º 751 (2011).
NARBAIZA AZKUE, Antxon, Akilino Amuátegui (1877-1919). XX. mende hasierako mitinlari
sozialista euskalduna, [Eibar], Ego Ibarra, 2002.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
564
NAVARRO, Buenaventura, La memoria necesaria: historia de Puerto Sagunto, 2. vols.,
[Puerto Sagunto, Valencia)], [2003] y [2008].
NELKEN, Margarita, Elegía para Magda, (con fragmento musical de Lan Adomián), UNAM,
México, 1956.
NÚÑEZ DÍAZ-BALART, Mirta, La disciplina de la conciencia: las Brigadas Internacionales
y su artillería de papel, Barcelona, Flor del Viento Ediciones, 2006.
OLIVIERI, Alessio y MERCANTINI, Luigi, Inno di Garibaldi. Inno di guerra dei cacciatori
delle Alpi, Milán, C.F. Bodro Editore, [1915-1916].
O´NEILL, Carlota, Una mujer en la guerra de España, Madrid, Oberón, 2006.
ORTIZ LÓPEZ, Antonio y PRATS ESCRICHE, José María, El puerto: crónica de un siglo: “Los
lugares de la memoria”, [Vigo], Martínez impresores, [2002].
OTZERINJAUREGI, Mireia y SANGRONIZ, Mikel (recs.), Eibar Kantuz Kantu, [Eibar],
Eibarko Udala, 2001.
PABÓN, Jesús, “Baroja y la España Contemporánea”, Boletín de la Real Academia de la
Historia, t. CLXX, n.º 1, 1973.
PALACIO, Carlos (rec.), Colección de canciones de lucha, Madrid, Pacific, 1980.
, Acordes en el alma. Memorias, Alicante, Instituto Juan Gil-Albert, 1985.
PALACIOS, María, La renovación musical en Madrid durante la dictadura de Primo de Rivera.
El grupo de los ocho (1923-1931), Madrid, Sociedad Española de Musicología, 2008.
PALACIOS GAROZ, Miguel Ángel, En tinta roja. Cartas y otros escritos de Antonio José,
Ayuntamiento de Burgos, Instituto Municipal de Cultura, 2002.
PARDO BAZÁN, Emilia, Los Pazos de Ulloa, Madrid, Alianza Editorial, 1996.
PASCUAL SASTRE, Isabel María, La Italia del Risorgimento y la España del Sexenio
Democrático (1868-1874), Madrid, CESIC, 2001.
PAYNE, Stanley, La primera democracia española. La Segunda de la República, 1931-1936,
Barcelona, Paidós Ibérica, 1995.
, El Colapso de la República. Los orígenes de la Guerra Civil (1933-1936), Madrid, La
Esfera de los Libros, 2005.
PEDRAZA GRACIA, Manuel José, CLEMENTE, Yolanda, y REYES GÓMEZ, Fermín de los,
El libro antiguo, Madrid, Síntesis, 2003.
PEIX, Myriam, La historia del Himno de la III República, [libro-disco], Barcelona, Nova
Lletra, 1980.
ANEXO DOCUMENTAL
565
, Nouvelles lettres d´Ágreda, Perpignan, Imprimerie Catalane, ca. 1983.
, Autobiographie, texto inédito. Archivo Myriam Peix.
, La Fronde de David, Perpignan, Imprimèrie Catalane, 1988.
, La República sigue vigente, (inédito), [ca. 2007].
PEÑA y GOÑI, Antonio, La ópera española. La música dramática en España en el siglo XIX.
Apuntes históricos, (edición facsimilar), Madrid, ICCMU, 2004.
PÉREZ BOWIE, José Antonio, La novela teatral, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, 1996.
PÉREZ MORAGÓN, Francesc (ed.), Contra l'himmo regional, Valencia, Eliseu Climent, 1981.
PICARD-MOCH, Germaine, y MOCH, Jules, L´Espagne républicaine: l´oeuvre d´une
Revolution, París, Rieder, 1933.
PIZARROSO QUINTERO, Alejandro, Historia de la propaganda, Madrid, Eudema, 1993.
POIRRIER, Philippe (ed.), La historia cultural. ¿Un giro historiográfico mundial?, Valencia,
Universitat de Valencia, 2012.
POMAR, José, Cantos revolucionarios, México, Librería Navarro, [1937 ?].
“Por un Aviador”, ¡Gloria a la rebelión de Jaca y Cuatro Vientos!, [Madrid, Miguel Albero, 1931].
PRESTON, Paul, Palomas de guerra: cinco mujeres marcadas por el enfrentamiento bélico,
Barcelona, Plaza y Janes, 2001.
PRIETO, Indalecio, Convulsiones de España. Pequeños detalles de grandes sucesos, v. 1,
México D.F., Oasis, 1967.
, “El Pacto de San Sebastián”, Tiempo de Historia, n.º 27, 1977.
PUJOLS, Francesc, La solució Cambó. Interviu política, Barcelona, Llibreria Catalonia, 1931.
QUART, Pere, El més petit de tots, [Barcelona], Boileau, 1937.
QUERALT, Jacques y LAVAILL, Christine, Jordi Barre, l´enchanteur, Baixas (Francia),
Balzac Editéur, 2003.
QUEVEDO, Francisco de, La vida del Buscón llamado Don Pablos, (edición de Domingo
Ynduráin), Madrid, Cátedra, 2003.
QUINTANA, Manuel José, Poesías patrióticas, Madrid, en la Imprenta Real, 1808.
RABOSO PÉREZ, Eduardo, Himno Español Republicano, [Barcelona], s.n., [1931].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
566
, Himno Español Republicano, El Tango de Moda, n.º 166, 12-XII-1931.
RAMÍREZ JIMÉNEZ, Manuel, La legislación de la Segunda República Española (1931-1936),
Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2005.
RAMOS CARRIÓN, Miguel, La Marsellesa (Zarzuela histórica en tres actos y en verso), Col.
La Novela Teatral, Año III, Madrid (1 de septiembre de 1918), n.º 90.
RANCH, Amparo, “José Subirá PuigEduardo Ranch Fuster. Memoria de una amistad y
epistolario”, Quodlibet, n.º 57 (septiembrediciembre, 2014).
, y ALONSO, Cecilio (eds.), Pío Baroja-Eduardo Ranch Fuster. Epistolario, (1933-1955),
Valencia, Edicions Vicent Llorens, 1998.
REDMAYNE, Albert, We shall pass. Marching Song of the International Brigade, Londres,
People´s Songs, 1938.
RICO, Pedro, Roja, Amarilla y Morada, Caracas (Venezuela), Ediciones de Información y
Propaganda de la República Española, [ca. 1950], s.p.
RIEFENSTAHL, Leni, Memorias, Barcelona, Lumen, 2013.
RIERA CLAVILLÉ, Manuel, El combate de la inteligencia, Barcelona, Barna, 1951.
, Noticia de Europa, Barcelona, Barna, 1961.
, Acción Europeísta. Cultura, Economía, Política, Barcelona, Barna, 1963.
, L´Exil d´un Républicain, Impriméríe Catalane, Perpignan, 1977.
, Exilio y retorno de un republicano, Barcelona, Nova Lletra, 1980.
RIQUELME, Jesucristo, “Obra exenta e inédita de Miguel Hernández que completa la obra
completa”, Barcarola, n.º 76 (noviembre de 2010).
RIQUER I PERMANYER, Borja de, Alfonso XIII y Cambó. La monarquía y el catalanismo
político, Barcelona, RBA, 2013.
RIVERO NOVAL, M.ª Cristina, La ruptura de la paz civil. Represión en La Rioja, (1936-
1939), Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 1992.
RODRIGO, Antonina, Mujer y exilio, Barcelona, Flor del Viento, 2003.
, Una mujer silenciada. M.ª Teresa Toral, ciencia, compromiso y exilio, Barcelona, Ariel, 2012.
RODRÍGUEZ, Joaquín, Bibliofrenia o la pasión irrefrenable por los libros, [Barcelona],
Melusina, 2010.
RODRÍGUEZ MARCO, José, Alcalá Zamora. Marcha militar española con cornetas,
Barcelona, E. Prevosti, 1931.
ANEXO DOCUMENTAL
567
ROIG, Pietat, El manuscrit d´Argelès-sur-Mer, Tarragona, Silva, 2013.
ROMANONES, Álvaro de Figueroa y Torres, Conde de, Los cuatro presidentes de la primera
República Española, [Santander: Aldus], Espasa Calpe, 1939.
, Y sucedió así. Apuntes para la historia, Madrid, Espasa-Calpe, 1947.
ROMERO RAIZÁBAL, Ignacio, Cancionero Carlista, San Sebastián, Editorial Española, 1938.
ROMERO y ANDÍA, Amalio, El 11 de febrero de 1873. Primer himno de la República
Española, Madrid (Calle Preciados, 1), Antonio Romero y Andía, [1873].
ROVIRA i VIRGILI, A., Catalunya i la República, Barcelona, [Lib. Catalònia], 1931.
RUIZ, Jácome (seudónimo de Manuel Fernández y Fernández Núñez), Legislación ordenada y
comentada de la República Española, 6 vols., Madrid, Librería Bergua, 1933.
RUIZ-MANJÓN, Octavio, Fernando de los Ríos. Un intelectual en el PSOE, Madrid, Síntesis, 2007.
RUIZ URBÓN, Yolanda (coord.) y AZPIRI EGUREN, Begoña (ed.), Eibar Argipean. Castrillo
Ortuoste Fondoa. Cien años de fotografía, Eibar, Ayuntamiento de Eibar, 2002.
SAGARRA, Josep María de, Memòries, Barcelona, Aedos, 1964.
, y EISLER, Hanns, “Himne per a l´Olimpiada Popular”, [Barcelona], s.n., [1936].
SAIZ VALDIVIELSO, Alfonso Carlos, Miguel Fleta. Memoria de una voz, (prólogo de Teresa
Berganza), Bilbao, Laga, 1997.
SALAZAR, Adolfo, La música actual en Europa y sus problemas, Madrid, J.M. Yagües, 1935.
SAMANIEGO, Félix María de, Fábulas y otras composiciones en verso vascongado, dialecto
guipuzcoano. Con un diccionario vasco-castellano de las voces que son diferentes en los
diversos dialectos, [S.l.], [s.n.], 1842 (San Sebastián: Imp. de Ignacio Ramón Baroja).
SAMPELAYO, Carlos, “Jaca: medio siglo”, Tiempo de Historia, n.º 74, 1981.
SANABRE, Josep, El tractat dels Pirineus i la mutilació de Catalunya, Barcelona, Barcino, 1960.
SÁNCHEZ ALBORNOZ, Nicolás (comp.), El destierro español en América. Un trasvase
cultural, Madrid, Sociedad Estatal Quinto Centenario, 1991.
SÁNCHEZ CERVELLÓ, Josep, La Segunda República en el exilio (1939-1977), Barcelona,
Planeta, 2011.
SÁNCHEZ FERLOSIO, Rafael, Sobre la guerra, Barcelona, Destino, 2007.
SÁNCHEZ GUERRA, Rafael, Proceso de un cambio de régimen. (Historia y murmuración),
[Madrid], Compañía General de Artes Gráficas, [1932].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
568
SANCHO SÁEZ, Alfonso y SANCHO RODRÍGUEZ, María Isabel, Poesía giennense del Siglo
XIX, Jaén, Diputación Provincial de Jaén, 1991.
SAN JOSÉ, Román de, y LÓPEZ PRIETO, L., El 13 de septiembre, Bilbao, Unión Musical
Española, 1923.
SAN MARTÍN, Juan, “La imprenta en Eibar”, en Boletín de la Real Sociedad Bascongada de
los amigos del País, año XXXIV/1, 1978.
SAN MIGUEL, Evaristo, Memoria sucinta sobre lo acaecido en la columna móvil de las tropas
nacionales al mando del comandante general de la primera división D. Rafael del Riego, desde
su salida de la ciudad de San Fernando el 27 de Enero de 1820, hasta su total disolución en
Bienvenida el 11 de Marzo del mismo año. Redactada por el Teniente Coronel D. Evaristo San
Miguel, gefe de la Plana mayor de la expresada división, Oviedo, D. Francisco Cándido Pérez
Prieto, impresor del Principado, 1820.
, [idem anterior], Barcelona, s.n., [ca. 1820] (Imprenta de Brusi).
SANTACANA, Carles y PUJADAS, Xavier, L´altra Olimpiada. Barcelona´36, Badalona
(Barcelona), Llibres de l´Índex, 1990.
SANTOYO MEDIAVILLA, Julio César, “La imprenta en el País Vasco: breve panorama
histórico”, en I Seminario sobre Patrimonio Bibliográfico Vasco, Vitoria-Gasteiz, Servicio
Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2005.
SARASÚA GISASOLA, Ramón María, La música en Eibar. Eibarko musikoak, [Eibar],
Ayuntamiento, 1991.
SEBASTIAN BACH, Johann, “Choral (Versus 5)”, Lobe den Herren, den mächtigen König der
Ehren, (BWV 137), Kassel‒Basel‒London, Bärenreiter, 1986.
SECO SERRANO, Carlos, Alfonso XIII y la crisis de la Restauración, Madrid, Rialp, 1992.
SERRANO, Secundino, La última gesta. Los republicanos que vencieron a Hitler (1939-1945),
Madrid, Aguilar, 2005.
SERÓ SABATÉ, Joaquín, El niño republicano, (ilustraciones de Sevillano), (edición
facsimilar), Madrid, EDAF, 2011.
SERRANO, Carlos, El nacimiento de Carmen. Símbolos, mitos y nación, Madrid, Taurus, 1999.
SILES ARTÉS, José, “Manuel Azaña: la forja de un ateneísta”, El Ateneo: revista científica,
literaria y artística, n.
os
15-16, 2006.
SOLÉ, Felip y TUBAN, Grégory, Camp d´Argelers (1939-1942), Valls (Tarragona),
Cossetània, 2011.
SOLÉ TURÁ, Jordi y AJA, Eliseo, Constituciones y períodos constituyentes en España (1808-
1936), Madrid, Siglo XXI, 1992.
ANEXO DOCUMENTAL
569
SOROZÁBAL, Pablo, Mi vida y mi obra, Madrid, Fundación Banco Exterior, 1986.
SUBIRÁ, José, “Marchas e Himnos Nacionales de España”, Revista de Ideas Estéticas,
(Consejo Superior de Investigaciones Científicas), n.º 138, Tomo XXXV, 1977.
TAMAMES, Ramón, La República. La era de Franco, Madrid, Alianza Editorial, 1988.
, Ni Mussolini ni Franco. La dictadura de Primo de Rivera y su tiempo, Barcelona, Planeta, 2008.
TAPIA COLMAN, Simón, Música y músicos en México, México D.F., Panorama Editorial, 1992.
TÉLLEZ CENZANO, Enrique: “Enseignement musical et création contemporaine dans le
système éducatif espagnol”, en Philippe Bachman (dir.), Relations entre enseignement et création
musicale d´aujourd´hui. Expériences méditerranéennes, Marsella (Francia), Région Provence-
Alpes-Côte d´Azur, Ministère de la Culture, Sacem, Conseil de l´Europe, 1998.
, “La obra compositiva de Carlos Palacio en el contexto del exilio republicano español” en À.
Beneito, F.X. Blay, Á. Ferrando y A. Miró (coords), Homenatge del Centre Alcoià d´Estudis
Historics i Arqueològics a Carlos Palacio, Alcoi (Alicante), CAHEA, 2011.
, “El himno de las Brigadas Internacionales”, Voluntarios de la libertad, n.º 13 (octubre de 2012).
, “La dimensión política del trabajo creativo de Carlos Palacio: Segunda República, Guerra
Civil, Dictadura y Exilio”, en Ángel Lluis Ferrando Morales (ed.), Carlos Palacio: vivencia y
pervivencia, Alcoi, Ajuntament d´AlcoiCentre Alcoià d´Estudis Històrics i Arqueològics
(CAHEA), 2014.
, “Pau Casals en sus documentos (selección) et al.: reina María Cristina, Manuel de Falla,
Albert Einstein, John Fitzgerald Kennedy, Wystan Hugh Auden… (I)”, Quodlibet, n.º 58
(enero‒abril 2015).
TERÁN, Fernando de, El pasado activo. Del uso interesado de la historia para el
entendimiento y la construcción de la ciudad, (prólogo de Oriol Bohigas), Tres Cantos
(Madrid), Akal, [2009].
TIERSOT, Julien, Historie de la Marsellaise, París, Delagrave, 1915.
TOLL, GIL, Heraldo de Madrid, Sevilla, Renacimiento, 2013.
TORAL PEÑARANDA, Enrique, María Teresa Toral Peñaranda. La voluntad de investigar y
crear, 1911-1994, Alcalá la Real (Jaén), Asociación Cultural Enrique Toral y Pilar Soler, 2010.
TORAL [PEÑARANDA] DE ADOMIÁN, M.ª Teresa (comp.), La voluntad de crear. Lan
Adomián, (Tomos I y II), México D.F., Universidad Nacional Autónoma de México, 1980.
TORRE, José M. de la, Los héroes de la república o Los sucesos de Jaca. Narración histórica
en tres actos divididos en seis cuadros y un apoteosis, en prosa, Valencia, Arte y Letras, 1931.
TORTELLA, Gabriel, El desarrollo de la España contemporánea. Historia económica de los
siglos XIX y XX, Madrid, Alianza, 2003.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
570
TRAU, Aida E., Arte y música en las novelas de Blasco Ibáñez, Potomac (Maryland, EE.UU),
Scripta Humanística, 1994.
TRULLÁS I RIERA, Joan, Francesc Macià: qui es i com ha arribat a President de la Generalitat
de Catalunya, Barcelona, Biblioteca Films, 1931.
TUÑÓN DE LARA, Manuel, Poder y Sociedad en España, 1900-1931, Madrid, Espasa Calpe, 1992.
, La España del siglo XX, vols. I y II, De la Segunda República a la Guerra Civil (1931-1936),
Tres Cantos (Madrid), Akal, 2000.
TUSELL, Javier, (con la colaboración de Diego Chacón Ortiz), La reforma de la
administración local en España (1900-1936), Madrid, Instituto de Estudios Administrativos,
1973.
, Oligarquía y caciquismo en Andalucía (1890-1923), Barcelona, 1976.
VALERA, Fernando, Diálogos de las Españas, México D.F., s.n., 1967.
, Ni caudillo ni rey: República, México D.F., Finisterre, 1974.
, Diálogos de las Españas, México D.F., s.n., 1967.
, La monarquía contra la nación, s.l., Ediciones de Información y Propaganda de la
República Española, s.a.
, Lealtad a la República (cartas a un jurista español), Valencia, Círculo Cultural “Fernando
Valera”, 1981.
, “Una voz republicana”. ¿Qué habría dicho usted a los españoles si hubiera podido intervenir
en las elecciones del 15 de junio de 1977?”, París, Imp. La Ruche Ouvrière, [ca. 1977].
, “Mensaje de despedida a los Centros Republicanos españoles en todo el mundo y a los
representantes diplomáticos oficiales y oficiosos, colaboradores y corresponsales del último
Gobierno de la República Española en Exilio”, [folleto], París, s.n., 1977.
VALLE, José María del, Attlee y el laborismo (vida de un hombre de lucha), Madrid, Tesoro, 1946.
, Las instituciones de la República Española en el exilio, París, Ruedo Ibérico, 1976.
VEGA TOSCANO, Ana, “Canciones de lucha: arte de compromiso político en la guerra civil
española”, en Canción de la sexta división, en Canciones de lucha (1936-1939), (disco-libro),
[Valencia], Dahiz, 2001.
VIDAL CORELLA, Vicente, “Seis respuestas a una pregunta: ¿se debe hacer un nuevo himno
español o adoptar el de Riego?”, Mundo Gráfico, 24-II-1932.
VILAR, Juan B., La España del exilio. Las emigraciones políticas españolas en los siglos XIX y
XX, Madrid, Síntesis, 2006.
ANEXO DOCUMENTAL
571
VILLA GARCÍA, Roberto, La República en las urnas. El despertar de la democracia en
España, Madrid, Marcial Pons, 2011.
VILLACAMPA, Luis y LLORENS, J., El 13 de Septiembre. Marcha Himno, Barcelona,
Casa Gol, s.a.
VILLENA GARCÍA, Miguel Ángel, Victoria Kent, una pasión republicana, Barcelona,
Debate, 2007.
VIÑAS, Ángel, La conspiración del general Franco, Barcelona, Crítica, 2012.
[VIVES, Amadeo], El cant del Poble. Himne de Catalunya, Barcelona, Unión Musical Española
de Barcelona, s.a.
, Sofía (ensayos literarios), Madrid, Atenea, 1931.
, Julia (ensayos literarios), Madrid, Espasa-Calpe, 1971.
VV.AA., Primer Certamen Socialista (1885), Reus, Centro de Amigos de Reus, ca. 1885.
VV.AA., ¡Honor a los Mártires de Chicago! Grupo “Once de Noviembre”. Segundo Certamen
Socialista celebrado en Barcelona, Barcelona, Tip. “La Academia”, 1890.
VV.AA., Inni e Canzoni, Gagliari (Italia), Tip. Merc. Cav. G. Doglio, [1937 ?].
VV.AA., Lola Anglada i l´ideal del llibre (catálogo de una exposición), [Barcelona], Institut
d´Edicions de la Diputació de Barcelona, 2005.
VV.AA., Símbolos de España, [libro disco], Madrid, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, 2000.
VV.AA., Vela Zanetti-Gordón Ordás. Correspondencia en el exilio, León, Fundación Vela
Zanetti, 2002.
VV.AA., “Fuentes archivísticas para el estudio del exilio republicano de 1939”, Migraciones y
Exilios (Cuadernos de AEMIC), n.º 8 (2009).
VV.AA., La Segunda República Española, Barcelona, Pasado & Presente, 2015.
VV.AA., La solidaridad de los pueblos con la República Española, 1936-1939, Moscú,
Editorial Progreso, 1974.
VV.AA., El Dos de Mayo, Madrid, Francisco Beltrán y de Torres, 1908, (Imprenta Artística
José Blass y Cia.).
VV.AA., Memoria de María Luisa, París, Gráficas Ciudad, 1985.
ZAMBRANO, María, Los intelectuales en el drama de España y escritos de la guerra civil,
Madrid, Trotta, 1998.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
572
ZAPATERO, Virgilio, Fernando de los Ríos: los problemas del socialismo democrático,
Madrid, Cuadernos para el Diálogo, 1974.
, Fernando de los Ríos. Biografía intelectual, Madrid, Pre-Textos, 2001.
, (coord.), Exilio, Madrid, Fundación Pablo Iglesias, 2002.
ZAVALA, Iris M., La otra mirada del siglo XX. La mujer en la España contemporánea, Madrid,
La Esfera de los Libros, 2004.
B) HEMEROGRAFÍA
ABC
¡Adelante!
Ahora
Anales
ARANA MARTIJA, José Antonio, “En torno a la música y letra del Gernikako Arbola”,
Txistulari, n.º 47 (1966).
BELAUSTEGUIGOITIA, Santiago, “Hallado un filme inédito de los primeros hitos de la II
República. Alcalá Zamora pidió en 1936 que escondieran la cinta en su localidad natal”, El País,
20-VI-2009.
Boletín de Loterías y de Toros
CARPIO, Andrés María del, “¡A ver si nos ponemos de acuerdo!”, La Libertad, 28-IV-1931.
CARRIBA, José Manuel L., “El maestro [Ramón] Torralba, autor del himno republicano
español, en nuestra redacción”, Heraldo de Madrid, 23-IV-1931.
CONSTENLA, Tereixa, “El archivo de Negrín vuelve del exilio”, El País, 14-XII-2013.
COSSÍO, Francisco de, “República Rural”, El Sol, 28-IV-1931.
Crisol
Crónica
CRUZ, Juan, “Arroz de fonda, honores de estado”, El País (Suplemento de Cultura), 23-IV-2014.
Debate
Diario de Alicante
Diario de Barcelona
ANEXO DOCUMENTAL
573
Diario de Tarragona.
Diario oficial de avisos de Madrid
DONATO, Magda, “Se funda en Madrid un club de señoras”, Heraldo de Madrid, 16-III-1926.
DUQUE DE SERAS, Vitorio, “El final futbolístico de la República”, El País, 10-VI-2008.
El Globo
“El himno ‘14 de Abril’”, La Libertad, 29-IV-1931.
El Imparcial
El Nacional
ELORZA, Antonio: “¡Viva la República!”, El País, 13-IV-2001.
El País (Diario Republicano)
El País (Edición Comunidad Valenciana)
El Socialista
El Sol
El Solfeo
El Universal
El Zurriago
España Nueva
FRANCOS RODRÍGUEZ, José, “Miguel Ramos Carrión”, Blanco y Negro, 14-VIII-1927.
Gaceta de Madrid.
Gaceta oficial de la República Española (nueva etapa [en el exilio])
GARDÓ CANTERO, Antonio, “Recuerdos de antaño”, Cuadernos Republicanos, n.º 22
(abril de 1995).
“¡Gloria a los mártires de la República!”, Tiempo de Historia, n.º 74, 1981.
GUERRA, Rafael, “El himno de la República”, La Voz, 23-IV-1931.
[GUZMÁN, Enrique], “En Eibar ha sido proclamada esta mañana la República”, La Tarde,
14-IV-1931.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
574
Heraldo de Madrid
La Calle (1.ª Etapa)
La Correspondencia de España
La Correspondencia Militar
La Discusión
La Época
La Esperanza
La Libertad
La Lucha de Clases
La Reforma
La Tarde
La Vanguardia
La Veu de Catalunya
La Voz
La Voz de Asturias
La Voz de Guipúzcoa
Las Provincias
Luz
MARTÍNEZ MASSÍA, Ángel, “Canto rural a la República Española, de Ó[scar] Esplá y M[anuel]
Machado”, Ahora, 26-04-1931.
Mundo Gráfico
Mundo Obrero
NOEL, Eugenio, “Música republicana: el himno”, La Libertad, 2-XII-1931.
Novedades
Nuevo Mundo.
PEÑA GOÑI, Antonio, “Música”, El Globo, 3-II-1876.
ANEXO DOCUMENTAL
575
, “La Marsellesa”, El Globo, 5-II-1876.
PLA, Josep, “El 14 de abril en Madrid”, La Veu de Catalunya, 18-IV-1931.
República Española
SALAS, Javier, “”Memoria en 35 mm. La única película sonora de los primeros días de la II
República estuvo oculta durante 73 años hasta que se encontró por casualidad el pasado mes de
marzo [de 2009]”, Público, 6-XII-2009.
SALAZAR, Adolfo, “La música en la República. La reorganización del teatro lírico nacional y
de los conciertos sinfónicos”, I-IV (El Sol, 22-IV-1931, p. 8; El Sol, 25-IV-1931, p. 5; El Sol,
28-IV-1931, p. 2; y El Sol, 16-V-1931).
[,] “La música en la República”, Ritmo, n.º 32 (15-V-1931).
SÁNCHEZ ESTEVAN, Ismael, “Cien años de Teatro`La Marsellesa´”, Blanco y Negro, n.º
1486, 9-XI-1919.
SAN JOSÉ, Teodoro, “El músico poeta. Cómo conocí al maestro Caballero III”, La Libertad, 8-
XI-1928.
SANTOS, Clemente, “El himno nacional de la República”, El Socialista, 24-IV-1931.
, “El himno dedicado a [Ramón] Franco”, La Libertad, 24-IV-1931.
SECO SERRANO, Carlos, “Melilla ¡el 17 a las 17!”, Actualidad Española, n.º 706, 15-VII-1965.
SUBIRÁ, José, “Himnos nacionales y marchas reales”, Ritmo, n.º 32 (15-V-1931).
, “Himnos nacionales e himnos internacionales”, Almanaque de El Socialista para 1933,
Madrid, s.n., 1932 (Gráfica Socialista).
TENREIRO, R[amón] M[aría], “El pleito de los himnos”, El Sol, 28-IV-1931.
TESÓN, Nuria, “Melilla, la primera batalla”, El País, 31-VII-2006.
TORAL DE ADOMIÁN, M.ª Teresa, “Dos poemas de Miguel Hernández”, La Pluma, (2.ª
Época), 1982, n.º 8.
“Una asociación reivindicará la figura de José Maldonado”, La Voz de Asturias, 11-X-2008.
VALERA, Fernando, “Réquiem por una Tiranía”, Novedades, (México D.F.), 9-XII-1976.
, “Nueva Usurpación”, El Nacional, (Venezuela), 16-XII-1976.
, “Renace la Libertad”, Excelsior, (México D.F.), 16-XII-1976.
, “Diagnóstico de un Referéndum”, Excelsior, (México D.F.), 22-XII-1976.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
576
VALVERDE, Salvador, “La ex Banda de Alabarderos, convertida en Banda Republicana,
estrena el primer himno a la República”, Crónica, 3-V-1931.
VÉRITAS, “Orfeones Socialistas”, en La Lucha de Clases, n.º 538, 11-III-1905.
VIÑAS, Ángel, “Negrín y 35 viejos militantes socialistas”, El País, 8-VII-2008.
Voz Española
ZAMBRANO, María, “Amo mi exilio”, ABC, 28 de agosto de 1989.
C) ARCHIVOS
INSTITUCIONALES
Archivo General de la Guerra Civil Española (Salamanca)
Archivo Histórico Nacional
Fundación Pablo Iglesias
Fundación Universitaria Española
PARTICULARES
Adrián Miró (Alcoy, Alicante)
Enrique Téllez Cenzano (Madrid)
Miriam Peix (Barcelona)
D) FUENTES ORALES
Jordi Barre (Ponteillà, Francia)
Santiago Carrillo (Madrid). En colaboración con Victoriano González
Adrián Miró (Madrid y Alcoy)
Myriam Peix (Premià de Mar, Barcelona)
E) DISCOGRAFÍA
Canción de la sexta división, en Canciones de lucha (1936-1939), (disco-libro), [Valencia],
Dahiz, 2001.
ANEXO DOCUMENTAL
577
CASANOVA, Julián y SERRANO, Plácido, Hijos del pueblo, en Cancionero libertario [disco-
libro], Zaragoza, Prames, 2010.
Himno de Riego y La Marsellesa, [grabación sonora, disco 78 rpm], Phono Odeón, Marcos
Redondo (barítono), coro y orquesta, bajo la dirección del maestro A. Capdevila, 1931.
Himno Republicano Español (Salvador Mauri y Ramón Torralba) y La Bandera tricolor
(Salvador Mauri-[Rafael] Oropesa y [Florencio] Ledesma), [grabación sonora, disco 78 rpm],
s.l., RCA Víctor Argentina, [1931]. Banda del Hotel Nacional.
La Marsellesa. Canto de la libertad, y en la B) el Himno de Riego. Canto de libertad [grabación
sonora, disco 78 rpm], Columbia Graphophone \ Company, [ca. 1930].
La Marsellesa. Himno de Riego, [grabación sonora, disco 78 rpm], Compañía del Gramófono,
(n.º DA 1203), Miguel Fleta (tenor) y coro acomp. de orq. bajo la dirección del maestro
Gelabert, Barcelona, 1931.
La Marsellesa. Himno de Riego, [grabación sonora, disco 78 rpm], Compañía del Gramófono,
(AE 3583 Disco), Luis Lloret (barítono), coro y acomp. de orq., Barcelona, 1932.
MACHADO, Manuel y ESPLÁ, Óscar, Canto rural a España, [grabación sonora, disco 78 rpm y
folleto publicitario que incluye el texto de Canto rural a España], por la Banda Nacional
Republicana y Laura Nieto, y ROCAMORA CAZANAVE [sic por CAZENAVE], Isidro (arr.), La
Internacional, por la Banda de Ingenieros de Madrid, s.l., La Voz de su Amo (n.º AE 3610), 1931.
MACIÀ, Francesc, Francesc Macià proclamant la república catalana–14 d´Abril 1931,
[grabación sonora, disco 45 rpm], S.l. (Francia), s.n., [1931].
ROUGET DE LISLE, Claude-Joseph, La Marsellesa, Barcelona, Compañía del Gramófono,
[ca. 1930].
, y RÉART, José María de, La Marsellesa. Canto de la libertad, e Himno de Riego. Canto de
libertad, [grabación sonora, disco 78 rpm], [San Sebastián, Columbia Graphophone \ Company,
ca. 1930].
Serrat [Joan Manuel]-Miguel Hernández [disco-audiovisual], s.l., Sony Music, [ca. 2010].
VV.AA., Congreso Internacional. La cultura del exilio republicano español de 1939.
Concierto de clausura: música en el exilio, [grabación sonora, CD], Madrid, UAM, 2001.
VV.AA., El Himno [grabación sonora, CD], Madrid, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, 2000, en VV.AA., Símbolos de España, Madrid, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, 2000.
F) WEBGRAFÍA
“Academie de Valmy”, [en línea]. Argeles1939.com. Puede consultarse en red en:
http://209.85.229.132/search?q=cache:xWdHQhPaZAMJ:argeles1939.com/cariboost_files/%20plaquette_202009.pdf+V%C3%ADctor+Peix&hl=es&ct=clnk&cd=95&gl=es
http://209.85.229.132/search?q=cache:xWdHQhPaZAMJ:argeles1939.com/cariboost_files/%20plaquette_202009.pdf+V%C3%ADctor+Peix&hl=es&ct=clnk&cd=95&gl=es
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
578
[Acta de constitución del Ateneo Español de México el 4 de enero de 1949], [en línea]. Puede
consultarse en red en:
“Amuátegui Acha, Aquilino”, [en línea]. En: Diccionario Biográfico del Socialismo Español.
Puede consultarse en red en:
“Antonio Gardó Cantero”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
ARAMBERRI, José, “Salvador Marzana. El ex combatiente republicano y músico, Salvador
Marzana Amuátegui fue despedido el jueves por su familia y amigos en un emotivo entierro
civil en el que se cantó `La Internacional´”, [en línea]. En: diariovasco.com. Puede consultarse
en red en:
[Archivo virtual de Carlos Esplá: base documental sobre Acción Republicana Española, de
1940 a 1944, Junta Española de Liberación, de 1943-1945 y ARDE], [en línea]. Puede
consultarse en red en:
AUVNI, Haim, “Cárdenas, México y los refugiados: 1938-1940”, en Estudios
Interdisciplinarios de America Latina Y El Caribe, vol. 3, n.º 1 (enero-junio 1992), La
inmigración en el siglo XX, [en línea]. Puede consultarse en red en:
BUTRÓN PARRA, Inés, “Lola Anglada i l'ideari noucentista”, [en línea]. Puede consultarse en
red en:
CASTRILLO ORTUOSTE FONDOA, “14 de abril de 1931. El bombero municipal ‘Eltzartza’
cambia la placa de la Plaza de Alfonso XIII por Plaza de la República”, [en línea]. Puede
consultarse en: egoibarra.com (2/35). Puede consultarse en red en:
[Celebración del 70 aniversario de la apertura del campo de concentración de Argelès-sur-Mer,
[en línea]. Puede consultarse en red en:
CRESPO, Txema G., “Eibar sí amaneció republicana”, [en línea]. En: Elpais.com, 13-04-2006.
Puede consultarse en red en:
“Doctor Juan Negrín López, Hijo Espúreo e Indigno”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
ECHARTE, Pedro, “Los refranes del tío Pedro”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/ace/12048316439034839654435/6131/index.htm
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/ace/12048316439034839654435/6131/index.htm
http://www.cervantesvirtual.com/portal/ACE/are.shtml
http://www.tau.ac.il/eial/III_1/index.html#bibliotecas
http://www.psoe.es/ambito/izquierdasocialista/docs/index.do?action=View&id=150538
ANEXO DOCUMENTAL
579
“Echevarría Ibarbia, Toribio”, [en línea]. En: Diccionario Biográfico del Socialismo Español.
Puede consultarse en red en:
“Escultura en homenaje a José María Iparraguirre”, [en línea]. En: elcorreo.com. Puede
consultarse en red en:
[Estatutos fundacionales del AIAP], [en línea]. Pueden consultarse en red en:
Fondo documental de José Maldonado, depositado en el Archivo Histórico de Asturias, [en
línea]. Puede consultarse en red en:
.
[Fotografía del acto de presentación de la figura de “El mes petit de tots” al Presidente de la
Generalitat], [en línea]. Puede consultarse en red en:
GARCÍA MORALES, Soledad, [en línea]. Puede consultarse en red en
GARCÍA ROL, Juan Manuel, “El soporte de la memoria. Un madroñero en la Presidencia del
Gobierno de la República en el Exilio, (2.ª parte, en tierras valencianas)”, [en línea]. Puede
consultarse en red en:
http://www.bibliotecaspublicas.es/madronera/imagenes/contenido_21585.pdf
GOÑI MENDIZÁBAL, Igor, “Eibar y la industria armera: evidencias de un distrito industrial”,
[en línea]. Puede consultarse en red en:
“Hanns and Steffy Eisler Foundation”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
HERREROS I AGÜÍ, Sebastià, “The Internacional Brigadas in the Spanish War 1936-1939:
Flags an Symbols” en VV.AA., The XIX Internacional Congress of Vexillology, York 23-27
July 2001, United Kingdom, The Flag Institute, 2009, [en línea]. Puede consultarse en red en:
“Himno Nacional Mexicano”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
“Iberlibro”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
“La máquina de coser” [Alfa], [en línea]. Puede consultarse en red en:
LECUONA, Manuel de, “La Marcha de San Ignacio”, [en línea]. En: euskomedia.org. Puede
consultarse en red en:
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/ace/12048316439034839654435/6131/index.htm
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/ace/12048316439034839654435/6131/index.htm
http://portal.veracruz.gob.mx/portal/page?_pageid=153,4202648&_dad=portal&_schema=PORTAL
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
580
“Macrino Suárez - del cielo a la tierra”. [“Declaraciones de Macrino Suárez, Ministro de
Economía en el último GRE presidido por Fernando Valera]. Entrevista realizada por el
periodista Carlos Novoa. Emitida por TeleAsturias el 14 de abril de 2008, [en línea]. Puede
consultarse en red en:
MAESTRE, Rafael y MOLINA, Pilar, “Ateneo Íbero-Americano de París”, [en línea]. En:
España libre: homenaje a la obra cultural del exilio obrero de 1939 en Francia [Catálogo de la
Exposición. Valencia, 19 de noviembre19 de diciembre de 2001]. Puede consultarse en red en:
“Marelibri”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
MARZANA, Salvador, “Musika Eibarren: jaiegun berezietan, kalejira eta kontzertuak. La
música en Eibar. Los días festivos especiales había pasacalle y conciertos”, [en línea]. En: Ego
Ibarra. Patrimonio Cultural de Eibar / Eibartarren ahotan. Eibarko fonoteka, Erref.: AB-191
020. Puede consultarse en red en:
, “Musika bandak Eibarren: La Marcial; Santa Cecilia; e.a. Las bandas de música en Eibar”,
[en línea]. En: Ego Ibarra. Patrimonio Cultural de Eibar / Eibartarren ahotan. Eibarko
fonoteka, Erref.: AB-191 001. Puede consultarse en red en:
, “Aquilino Amuategi, musika bandako kide eta eibartar sozialista ezaguna”, [en línea]. En:
Ego Ibarra. Patrimonio Cultural de Eibar / Eibartarren ahotan. Eibarko fonoteka, Erref.: AB-
191 005. Puede consultarse en red en:
, “1931ko hauteskunde gaua eta hurrengo egunak. La noche de las elecciones de 1931”, [en
línea]. En: Ego Ibarra. Patrimonio Cultural de Eibar / Eibartarren ahotan. Eibarko fonoteka,
Erref.: AB-195 007. Puede consultarse en red en:
“Meabe Bilbao, Tomás”, [en línea]. En: Diccionario Biográfico del Socialismo Español. Puede
consultarse en red en:
MORERA PASCUAL, Lluis, “Manuel Massó Llorens”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
PLA I ARXÉ, Ramon, “L'Avenç: la modernització de la cultura catalana”, [en línea]. Puede
consultarse en red en:
PUJOL, Xavier, ““El concierto que empezó con 70 años de retraso”, [en línea]. En: EL
PAÍS.com, 18 de julio de 2006. Puede consultarse en red en:
Real Academia Española: “felón, na. (Del fr. felon, cruel, malvado, y este quizá del franco
*fĭllo, -ons, verdugo, der. del germ. *filljan, desollar, azotar)”, [en línea]. Puede consultarse en
red en:
http://ahotan.egoibarra.com/Pasarteak/4483
http://www.uoc.edu/lletra/revistes/revistalavenc/index.html
http://www.elpais.com/articulo/cultura/concierto/empezo/anos/retraso/elpporcul/20060718elpepicul_6/Tes
http://www.elpais.com/articulo/cultura/concierto/empezo/anos/retraso/elpporcul/20060718elpepicul_6/Tes
ANEXO DOCUMENTAL
581
[Relación de miembros de la Junta Directiva, del Comité de Honor, y responsables de las
Secciones de Estudio en el documento del AIAP: sig. 9.4/6134-b. Reproducido digitalmente en
el Archivo Virtual de Carlos Esplá], [en línea]. Puede consultarse en red en:
“Resolución de la Coordinadora Federal de la Corriente de Opinión Izquierda Socialista del
PSOE, reunida en Madrid el 25 de noviembre de 2006, en recuerdo y homenaje al compañero
Juan Negrín López [ et al.]”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
http://www.psoe.es/ambito/izquierdasocialista/news/index.do?action=View&id=98371
[Sobre las Secciones de Estudio del AIAP y su Biblioteca véase el Archivo Virtual de Carlos
Esplá], [en línea]. Puede consultarse en red en:
TORRE, Guillermo de la, “El Himno de Riego”, [en línea]. En: Nuevatribuna.es, 29 de octubre
de 2011. Puede consultarse en red en:
“Uniliber”, [en línea]. Puede consultarse en red en:
YANKE, Juan Manuel, “Hijos del pueblo” [música notada, arr. para orquesta y coro],
[Madrid], CNT, 2010, [en línea]. Puede consultarse en red en:
G) VARIA (OTROS SOPORTES DOCUMENTALES)
ANGLADA, Lola, El més petit de tots demana el vostre ajut per la Setmana de l'infant del 3 al
9 de gener [documento grafico], [s.l., s.n.,], [1938?].
[Anónimo] Le G.
al
Riégo [El General D. Rafael del Riego], [grabado], publicado en ARNAULT,
A.V.; JAY, A.; JOUY, E.; NORVINS, J., [et al.], Biographie nouvelle des contemporains, t.
XVIII, París, Librairie historique, 1825.
Carta de Adrián Miró a Enrique Téllez de 19 de enero de 1999. Archivo Enrique Téllez.
Carta de Diego Martínez Barrio a Fernando Valera de 26 de mayo de 1957. AHN, fondo Diego
Martínez Barrio: leg. 11, carp. 43.
Carta de Eladia de los Ríos en memoria de Margarita Nelken [de 8 ó 9 de marzo de 1968].
AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3262-110.
Carta de la Embajada de España [del GRE en] México. México D.F., 7 de octubre de 1952.
Carta de Fernando Valera a Adrián Miró de 12 de enero de 1977. Archivo Adrián Miró.
Carta de Fernando Valera a Diego Martínez Barrio de 2 de junio de 1957. AHN, fondo Diego
Martínez Barrio: leg. 11, carp. 43.
http://www.uniliber.com/
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
582
Carta de Lan Adomián a Margarita Nelken de 12 de febrero de 1962. AHN, fondo Margarita
Nelken: leg. 3233-21.
Carta de Lan Adomián a Margarita Nelken de 5 de julio de 1966. AHN, fondo Margarita
Nelken: leg. 3233-59.
Carta de Manuel Riera Clavillé a Adrián Miró, de 21 de marzo de 1982. Archivo Adrián Miró.
Carta de Margarita Nelken a Germaine Althoff, de 19 de abril de 1949.
CENTELLES, Agustí, [Personalidades de distintos ámbitos en diferentes actos realizados en
Barcelona] [Material gráfico], s.a.
CUETO, Leopoldo Augusto de, marqués de Valmar, Tarjeta de visita y nota manuscrita adjunta,
13 de enero [de 1878].
Demonios y Cruces, La Marsellesa, et al. [folleto], s.l., s.n., [1931].
DROMUNDO, Baltasar, “Admiración por Margarita Nelken”, México D.F., 1943. AHN, fondo
Margarita Nelken: leg. 3247-8; y Ediciones de la Federación de Escritores Mexicanos Antinazis
AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-9.
, “Solo un escorzo de Margarita Nelken” [texto de condolencias por la muerte de Margarita
Nelken, ca. 1968]. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-10.
¡España Republicana!, [folleto], Valencia, s.n., [1931], [p. 1] (Imp. Ruiz).
España Republicana, [et al.], [folleto], [Barcelona], Impr. Inglesa, [1931].
Esquela de la familia de Fernando Valera (esposa, hijos y nietos) comunicando el fallecimiento
del político y de los actos de su incineración (Cementerio de Montparnasse, París, 16 de febrero
de 1982, a las 14.00 horas).
FERNÁNDEZ CABALLERO, Manuel, La Marsellesa, [programa de mano], [Málaga], s.n.,
[2001].
Ha muerto F. Macià. Alegoría al 14 de Abril de 1931, Barcelona, s.n, [ca. 1933] (Gráficas
“Olimpo”).
Hijos del Pueblo. “Himno anarquista”, [folleto], primera parte, S.l. s.n., s.a.
Hijos del Pueblo. “Himno anarquista”, [folleto], segunda parte, S.l. s.n. [ca 1936].
Himnes de la Llibertat [La Marsellesa, adaptación de Josep Anselm Clavé y Els Segadors
“Himne de Catalunya”], [folleto], s.l., s.n., [ca. 1931] (Edició publicada per la Joventut
Catalanista Els Nets dels Almogávers).
Himno a los inmortales, [folleto], Barcelona, s.n., [1931] (Gráficas “Olimpo”).
Himno de Riego e Himno Catalá, [tarjeta postal], s.l., s.n., [ca 1931].
ANEXO DOCUMENTAL
583
Himno de Riego, [et al.], en D. Vicente Blasco Ibáñez. El Maestro de los Maestros [folleto],
Valencia, s.n., [1931] (Imp. Ruiz).
Himno de Riego (Himno Nacional) y El Cant del Poble (Himne Catalá), [tarjeta postal], s.l.,
s.n., [1931].
Himno nacional español de Riego, [carte postale], S.l. (Francia), s.n., [ca 1931].
Historia de Garibaldi, Madrid, s.n., s.a., (Despacho: Sucesores de Hernando, Arenal, 11).
[La] Joven Guardia, s.l., s.n., s.a.
La Marsellesa [adaptación de Josep Anselm Clavé], Barcelona, s.n., [ca. 1931] (Imprenta
Inglesa, Dou 4).
La Marsellesa [adaptación de Josep Anselm Clavé], [folleto], s.l., s.n., [ca. 1931].
La Marsellesa [adaptación de Josep Anselm Clavé], [folleto], s.l., s.n., [ca. 1931] (Edició
publicada per la Joventut Catalanista Els Nets dels Almogávers).
La Marsellesa [adaptación de Josep Anselm Clavé y Gloria a Macià, con texto de Manel S.
Miralles], [folleto], Barcelona, s.n., [ca. 1931] (Imprenta Inglesa, Dou 4).
La Marsellesa “Himno republicano”, [folleto] s.l., s.n., s.a.
La Marsellesa [tarjeta postal], s.l., s.n., [ca. 1908]. [Contiene cuatro versos].
La Marsellesa [tarjeta postal], s.l., s.n., s.a. [Contiene dos versos].
La Mort de F. Macià. A la memoria de Francisco Macià, Barcelona, s.n, [ca. 1933]
(Gráficas “Olimpo”).
LA REPÚBLICA FEDERAL‒Himno Federal La Marsellesa, [folleto], Barcelona, s.n., 1873.
Libertad. Igualdad. Fraternidad. [;] República. Monarquía, [folleto], Barcelona, s.n., 1870.
Archivo Enrique Téllez.
LÓPEZ, Josefa (“Pepita”), El triunfo de la República. Himno Federal, [folleto], [Madrid, s.n.,
1873] (Madrid: Calc. Lodre).
MALDONADO, José, Hacia la restauración de la República, [folleto], París, s.n., 11 de
febrero de 1974.
, Por la reconquista de la República. Palabras pronunciadas en el acto conmemorativo de la
Proclamación de la República celebrado en París el 25 de Abril de 1976, [folleto], París,
Servicio de Información y Propaganda de la República Española en el exilio, [1976].
MAURI, Salvador y TORRALBA, Ramón, Himno Republicano Español y La Bandera tricolor,
(Salvador Mauri-[Rafael] Oropesa y [Florencio] Ledesma), [grabación sonora, 78 rpm], s.l.,
RCA Víctor Argentina, [1931].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
584
MORILLO, Pablo (conde de Cartagena y marqués de La Puerta), Oficio manuscrito firmado en la
Coruña por el capitán general de Galicia, de fecha 11 de junio de 1834. Archivo Enrique Téllez.
Nota manuscrita con el membrete de la Embajada de España del GRE y escudo de la República.
Correspondencia entre Salvador Etcheverría y Margarita Nelken de 6 de marzo de 1953.
Nota de Lan Adomián a Margarita Nelken, de finales de 1956. AHN, fondo Margarita Nelken:
leg. 3233-9.
Noticiario Fox Movietone dedicado al gobierno provisional de la República, Junio 1931.
Memoria (recuperada) de la República, [El amanecer de una nueva era en España], [DVD],
[Madrid], Público-Patronato Niceto Alcalá Zamora y Torres, 2009 [encartado junto a la edición
de Público, 10-XII-2009].
ORTEGA CUENCA, Concepción, “Del Franquismo a la República. Una entrevista con
[Fernando] Valera”, El Universal (México), 22 de noviembre de 1975. Folleto, París, Fernando
Valera, ca. 1975 (Impr. des Gondoles).
PAPIRUS, Helius (texto y dibujos), El Triunfo de la República. Aleluyas sin ventura, – reflejo
de una nación. – que murió para el Borbón – y vivió por Dictadura, Barcelona, “L´Avenç
Grafic”, [1931]. Archivo Enrique Téllez.
Poesías dedicadas a los gloriosos capitanes Fermín Galán y García Hernández, [folleto], s.l.,
s.n., [1931].
“Primer Festival de Música Mexicana”. [Programa].
Programa de mano del concierto de la Orquestra Pau Casals. Direcció: Mestre Pau Casals (12
d´Abril de 1931, 11.00h), [Barcelona], s.n., [1931] (Arts Grafiques S.A. successors, d´Henrich i C.ª).
REUTER, Walter, Diversos festejos en Barcelona] [Material gráfico].
Sesión ordinaria de la Junta Directiva Orfeón Socialista de Bilbao de 19 de febrero de 1933.
Archivo General de la Guerra Civil Española (Salamanca).
Tarjeta de visita de Fernando Valera dirigida a Adrián Miró, 12 de enero de 1977. Archivo
Adrián Miró.
TÉLLEZ CENZANO, Enrique, Entrevista a Jordi Barre, (Grabación en vídeo), Ponteillà,
Francia, 2 de agosto de 2010. Inédita.
, Entrevista a Myriam Peix, (Grabación en vídeo), Premià de Mar (Barcelona), 24 de enero de
2009. Inédita.
, y GONZÁLEZ VILLARROEL, Victoriano, Entrevista a Santiago Carrillo, [grabación
sonora, Cassette], Madrid (6 de marzo de 1995). Inédita.
“Tlalpan abre sus puertas a la memoria del exilio español. 1939-1999. 60 años”. [Programa de las
jornadas].
ANEXO DOCUMENTAL
585
[Traducción al castellano, por Francisco López Hernández, de la Cantata BMW 137 de
SEBASTIAN BACH, Johann, “Choral (Versus 5)”, Lobe den Herren, den mächtigen König der
Ehren, Kassel‒Basel‒London, Bärenreiter, 1986. Puede consultarse en red en: [Consulta: 13 mayo 2015].
[VIVES, Amadeo], El cant del Poble, [octavilla], Barcelona, s.n., [1931] (Arts Grafiques, S.A.,
Successors d´Henrich i C.ª).
[,] El cant del Poble. Himne de Catalunya, [octavilla], [Manresa], s.n., [1931].
YOUNG, Stephen A., “¿Es que realmente necesitamos a Franco?”, [folleto] de 2 de julio de
1962. AHN, fondo Margarita Nelken: leg. 3247-51.
ANEXO DOCUMENTAL
Solo juntos hermosearemos el mundo y
lo impulsaremos con himnos.
Vladimir Mayakovski
(Poemas 1917-1930. Visor, 1973)
ANEXO DOCUMENTAL
589
Doc. I. José Anselmo Clavé: La Marsellesa [“catalana”].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
590
Doc. II. Miguel Ramos Carrión y Manuel Fernández Caballero:
La Marsellesa. Zarzuela en tres actos.
ANEXO DOCUMENTAL
591
Doc. III. Miguel Ramos Carrión y Manuel Fernández Caballero:
La Marsellesa [himno]. Zarzuela en tres actos, [p. 13].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
592
Doc. IV. Narcis Capmany y Joan Molas:
Lo cant de La Marsellesa. Sarsuela en tres actos y en vers.
ANEXO DOCUMENTAL
593
Doc. V. Josep M.ª de Sagarra y Amadeo Vives:
El cant del poble.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
594
Doc. VI. Salvador Mauri y Ramón Torralba:
Himno Republicano Español.
ANEXO DOCUMENTAL
595
Doc. VII. Francisco Anaya y Adela Anaya:
14 de Abril (Himno Republicano Español).
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
596
Doc. VIII. Evaristo San Miguel:
Canción patriótica y guerrera [Himno de Riego].
ANEXO DOCUMENTAL
597
Doc. IX. Manuel Machado y Óscar Esplá:
Canto rural a España [antes Himno rural a la República Española].
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
598
Doc. X. Miguel Hernández‒Margarita Nelken y Lan Adomián:
Himno de la República Española.
ANEXO DOCUMENTAL
599
Doc. X. (segunda página).
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
600
Doc. X. (tercera página).
ANEXO DOCUMENTAL
601
Doc. XI. Miguel Hernández‒Margarita Nelken:
Texto del Himno de la República Española.
ENRIQUE TÉLLEZ CENZANO
602
Doc. XII. Myriam Peix:
Himno de la III República Española.
ANEXO DOCUMENTAL
603
Doc. XIII. Myriam Peix:
La historia del Himno de la III República.
Tesis Enrique Téllez Cenzano
PORTADA
AGRADECIMIENTOS
ÍNDICE
ABREVIATURAS Y SIGLAS EMPLEADAS
IMÁGENES Y TABLAS
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I. LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: LA MÚSICA EN LA INSTAURACIÓN DEL NUEVO RÉGIMEN
CAPÍTULO II. EL PLEITO DE LOS HIMNOS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
CAPÍTULO III. NUEVAS PROPUESTAS DE HIMNO REALIZADAS EN EL EXILIO REPUBLICANO
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES
ANEXO DOCUMENTAL