UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE CIENCIAS QUÍMICAS TESIS DOCTORAL MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR José María Gómez de Salazar y Caso de los Cobos Madrid, 2015 © José María Gómez de Salazar y Caso de los Cobos, 1983 Estructura y mineralogénesis de minerales sulfurados de interés metalúrgico : Mena de Chovar (Castellón) Departamento de Metalurgia TP José Gomez Jo Salazar y Caso Jo los Cohos 5 3 0 9 8 6 1 9 1 7 UNIVERSIDAD COMPLUTENSE E STRUCTURA Y MTNCRAI.OGENFSTS DE MTMERAÎ.ES SULFURA DOS DE INTE RE S riETALURGlCO: ITENA DE CHOVAR ( CASTE T.Î.ON) Donartamonto Je Mofcalurjîla Faciilt aJ Jo C i oticias Ou f micas Uni vers» JaJ Comnliiionsc Jo MaJri c! 1981 C IBLIO TEC A Colecciôn Tesis Doctorales. N2 I80/83 José Gomrz do Snlazar y Caso de los Cobos Edita e imprime la Editorial de la Dniversidad Complutense de Madrid, Servicio de Reprograffa Noviciado, 3 Madrid-8 Madrid, 1983 Xerox 9200 XB 48O Depésito Legal: M-24892-1983 JOSE M- GOMEZ DE SALAZAR Y CASO DE LOS COBOS ESTRUCTURA Y HINERALOGEMESIS DE MINERALES SULFURADOS DE INTERES HETALURGICO: MENA DE CHOVAR (CASTELLON) TOMO I Director: Prof. Dr. D. Felipe A. Calvo Departamento de Metalurgia Facultad de Ciencias Quîmicas Dniversidad Complutense de Madrid Madrid, junio de 1.9R2 E S T R U C T U R A Y M I N E R A L O G E N E S I S D E M I N E R A L E S S U L F U R A D O S D E I N T E R E S M E T A L U R G I C O : M E N A D E C H O V A R ( C A S T E L L O N ) MEMORIA PRESENTADA POR JOSE M- GOMEZ DE SALAZAR Y CASO DE LOS COBOS PARA ASPIRAR AL GRADO DE DOCTOR EN CIEN CIAS QUIMICAS. MADRID, JUNIO DE 1.9R2 Nada de lo que hoy nos asombra se pudlera haber realizado, ni en metalurgia ni en o- tra técnica, sin el concurso equilibrado de las ciencias y técnicas mâs diversas, manejadas por hombres que, aunque de for- maciôn distinta, crecen en una sociedad que les exige, sobre todo, como contribu- ci6n al bien comdn, eficacia. El hombre aislado ouede satisfacer sus intereses per sonales de saber, oero la obra creadora trascendente es, en estos tiemnos, el re- sultado de una coordinaciôn de esfuerzos, de una intima colaboraciôn. Felipe A. Calvo. Entlendo que, las ideas son la fuerza pro- pulsora del trabajo cientifico y se engen­ dra en el hombre de modo imprevisto, nero s6lo en aquel que trabaja nermanentemente. J. M- Guilemanv. A G R A D E C I M I E N T O Los resultados obtenidos y reflejados en esta Menoria, ban sido realizados en el Deoartamento de Metalurgia de la Facultad de Ciencias Quîmicas, bajo la direcci6n del Prof. Dr. D. Felipe A. Calvo. Al que quisiera reflejar mi sincero agradecimiento nor su sabia direcciôn, valiosos consejos y ensenanzas y por la confianza que en todo momento ha tenido en mi. Igualmente quisiera agradecer a todas y cada una de las cola- boraciones recibidas, entre las que destacamos por su especial im- portancia a: lade los Comandantes de la Guardia Civil F. Ferrer, J. L. Pardos y B . Zamorano, profesores del Laboratorio Tecnico Po­ licial de la Academia Especial por las facilidades dadas para la utilizaciôn del Microscopio Electrénico de Barrido (SEM), con el cual se iniciaron los estudios orevios del conocimiento de la es- tructura y composiciôn de la mena de Chôvar; la del Dr. Elices, Director del Departamento de Fîsica de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y a sus colaboradores, por permitir realizar el estudio de las muestras de mena obtenida por sîntesis en el Microscopio Electrônico de Barrido (SFM) Jeol JSM 35C; al Dr. J. L. Jiménez Seco Profesor de Investigaciôn del CENIM y colaboradores, por las facilidades tenidas en la realiza- ciôn de los anâlisis espectrograficos por fluorescencia de rayos X; a los Drs. J . Bermudez Polonio, e I. Ransines por la ayuda y consejos recibidos durante la interpretacidn de los resultados obtenidos por difraccién de rayos X; a las emnresas KODAK, y Rank- Xerox por las atenciones recibidas. A Esnadân Minero Industrial s. A., por facilitarme el acceso a sus instalaciones con el fin de extraer el mineral necesario oara su estudio. Extiendo ml agradeci miento a los Talleres Electromecanicos del Servicio de Obras e In^ talaciones de la Universidad Complutense de Madrid por sus servi- cios prestados. Mi agradecimiento a todos aquellos Prof. y Drs. de la Facultad de Ciencias Quîmicas que se han interesado nor mis in- vestigaciones. Quisiera agradecer al Prof. Dr. D. Joaquîn HernSez Marin, Vî cedirector del Departamento de Metalurgia, y a todos los companeros que me han prestado su valiosa colaboraciôn y sus oportunas pala­ bras de ânimo en los momentos mas difîciles. Finalmente quisiera extender de forma particular mi orofundo agradecimiento al Prof. Dr. D. José M- Guilemany Casadamôn (actual- mente Profesor Agregado de Metalurgia Fîsica de la Universidad Cen tral de Barcelona). Por sus magnîficas ensenanzas en el campo de la Microscopîa Electrônica de Barrido, por su dedicacitfn de Maestro, su amistad y por los anos de convivencia en el Departamento de Me­ talurgia de Madrid, que siempre los tendrê présentes, y serân un ejemplo para mî. I N D I C E TOMO I Paginas 1. INTRODUCCION ........................................ 1 2. YACIMIENTO DE CHOVAR (CASTELLON) .................... 7 2.1. Situaci6n geografica .......................... 8 2.2. Antecedentes sobre la geologîa de la mena de Ch6var .................................. 9 2.2.1. Corte estratigrâfico del Trias Inferior . 10 2.2.2. Situaciôn estratigrâfica del yacimiento de mercurio ............................. 10 2.3. Descripciôn del Yacimiento .................... 11 2.3.1. Labores realizadas en el nivel de areniscas inferiores ................... 12 a) Eilôn de la Caler 1a Socavon ... 12 b) Fil6n de la casa de Miguel Ten . 13 c) Filôn de Los Hornos ............... 14 d) Filôn del Pozo Manuel .............. 14 2.3.2. Labores realizadas en el nivel de areniscas superiores ................... 15 a) Galerla Diana ....................... 15 2.4. Recogida y selecciôn de muestras reoresentativas 17 2.5. Estado actual de las instalaciones anejas a las explotaciones .................................. 18 2.5.1. Instalaciones Mineras .................. 18 2.5.2. Instalaciones Metalvirgicas ..........-. . . 18 2.6. Conclusiones parciales ........................ 19 3. ESTUDIO PE LA MENA PE CHOVAR 3.1. Anâlisis Qulwico 3.1.1. Anâlisis cualitativo y semicuantitativo por fluorescencia de rayos X a) Variables instrumentales ............ 21 b) Resultados obtenidos ................ 21 3.1.2. Difracciôn de rayos X a) Variables instrumentales ............ 23 b) Resultados obtenidos ................ 24 3.2. Macfoestructura 3.2.1. Detalles observables a simple vista en la mena de Chôvar ................... 26 3.3. Microestructura 3.3.1. Microscopîa ôptica de luz visible ..... 28 3.3.2. Microradiografîa de contacto .......... 32 a) Têcnica instrumental y variables expérimentales .......... 33 b) Resultados obtenidos ................ 38 3.3.3. MicroscoDÏa Electrônlca de Barrido (SEM) a) Preparaciôn de las muestras y variables instrumentales ...................... b) Observaciôn sobre superficie pulida. Identificacion por microanâlisis de los minérales asociados al cinabrio en la mena de Chôvar (Microanâlisis por Espectros de Energîas de rayos X (EDS)) ............................... c) Estudio de la distribuciôn de los minera les en la mena, por inâgenes en color de rayos X ................. ' d) Observaciôn sobre superficies de rotura ............................... e) Observaciôn de muestras atacadas quîmicamente por via humeda ........ f) Descomposiciôn pirolltica ........... 3.4. Conclusiones parciales (composiciôn y macro- estructura) .................................... 3.5. Conclusiones parciales (microestructura) ..... 4. GENESIS DE LA MENA DE CHOVAR 4.1. Antecederites sobre las ideas genësicas de los yacimientos de mercurio (minerai cinabrio) .... 4.1.1. Hipôtesis hidrotermal .................. 4.1.2. Hipôtesis sedimentaria ................. 48 48 49 61 67 79 82 85 85 89 89 124 4.1.3. Impregnacion por fase fundida .......... 128 4.1.4. Impregnaciôn por cinabrio en fase vapor . 130 4.2. La récristalizaciôn de las argilltas de Chôvar .. 133 4.3. Mineralizaciôn de la mena de Chôvar por compuestos de hierro ............................ 139 4.3.1. Formaciôn de los compuestos Fe^O^, Fe(OH)^ y Fe(OH) ̂ a) Transporte del hierro como Fe^^ y formaciôn de Fe^O^ .................. 140. b) Transporte del hierro como Fe^^ y formaciôn de Fe(OH)^ 143 c) Formaciôn de Fe(OH)^ por hidrôlisis de Fe^Og existante en el sedimento ... 144 d) Formaciôn de Fe(OH)^ por oxidaciôn atmosferica.de los iones Fe^^ en el medio acuoso .......................... 145 4.3.2. Formaciôn de goetita (FeO(OH)) .......... 145 a) A partir de la deshidrataciôn parclal de Fe (OH) ̂ 146 b) Por hidrataciôn de Fe^Og ............. 146 c) Por oxidaciôn de Fe (OH) ̂ ............. 146 d) Por deshidrataciôn de geles de Fe(OH)^ 147 4.4. Conclusiones oarciales .......................... 148 5. ENSAYOS DE SINTESIS DE LA MENA DE CHOVAR POR IMPREG­ NACION COM SHg EN FASE VAPOR 5.1. Introducciôn ................................... 150 5.1.1. Antecedentes ............................ 151 5.2. Técnicas instrumentales 5.2.1. Selecciôn y preparaciôn de muestras .... 154 5.2.2. Equipes y variables instrumentales ...... 155 a) Ensayos de sîntesis mediante ciclos de calentamiento y enfriamiento prolongado ........................... 155 b) Ensayos de sîntesis mediante ciclos de calentamiento y enfriamiento râpidos .............................. 157 5.3. Discusiôn de los resultados 5.3.1. Ciclos de calentamiento y enfriamiento prolongados a) Observaciôn visual de los depôsitos obtenidos ............................ 159 b) Estudio mediante SEM de las argilitas remineralizadas por condensaciôn de SHg vapor . . . ....................... 16 2 5.3.2. Ciclos de calentamiento y enfriamiento râpidos a) Observaciôn visual de los deoôsitos obtenidos ............................ 165 b) Estudio mediante SEM de las argilitas remineralizadas por condensaciôn de SHg vapor ............................ 167 5.3.3. Mécanismes de formaciôn del SHg sôlido por condensaciôn de su vapor ........... 173 a) Mécanisme vapor-sôlido .............. 173 b) Mécanisme gas-lîquido-sôlido ....... 175 5.4. Conclusiones parciales 5.4.1. Ciclos de calentamiento y enfriamiento prolongado .............................. 175 5.4.2. Ciclos de calentamiento y enfriamiento râpidos ....... 177 6. CONCLUSIONES GENERALES 6.1. Estructura de la mena ......................... 179 6.2. Mineralogënesis ................................ 180 7. PROBLEMATICA PENDIENTE ............................. 182 8. APENDICE I ............................ 183 9. APENDICE (INDICE SEMANTICO) ......................... 196 10. BIBLIOGRAFIA ........................................ 205 TOMO II TABLAS Y FIGURAS. - 1 - 1. INTRODUCCION. El désarroilo, tanto cientîfico como tecnolôgico, que ha ex- perimentado la humanidad durante los ûltimos anos, ha producido un insospechado avance en el campo de los materiales y mSs concreta- mente en el de los metaies y sus aleaclones. Si para las primitivas civilizaciones los metales fueron elementos muy importantes para su desarrollo, para‘la nuestra son, mâs que necesarios, indispensables. El intepës del hombre por lo que hoy llamamos Metalurgia Ex— tractiva, ha estado orientado, a lo largo de su historia, hacia el objetivo de obtener los metales y sus aleaciones con las que satis­ facer sus crecientes necesidades. La explotaciôn, racional o nô, de los minérales naturales, ha conducido a una disminuciôn de los re- cursos, y a un empobrecimiento de las menas, lo que ha provocado un encarecimiento de las materias primas. El empobrecimiento graduai de las menas conocidas y explota- das es un hecho irreversible que amenaza con un râpido agotamiento de las actuales réservas mundiales si se cumpliese la predicciôn de que, en los prôximos cincuenta anos, la humanidad va a necesi- tar mSs metales que a lo largo de sus 8.000 anos de historia meta- lûrgica. De seguir asî, a este ritmo de consume, y no accéder a nuevos yacimientos, en el ano 2.000 se habrân agotado las réservas de plata, oro, cobre, plomo, platino, estano, wolframio, cinc, co- balto, molibdeno, manganeso y niquel (1); elementos esenciales pa­ ra las aplicaciones tëcnicas actuales. Estos hechos tendrfan una gran repercusiôn tanto en el desa­ rrollo de los parses econômicamente dëbiles y poco desarrollados, como en la economia mundial, sin menospreciar la estabilidad polî- tica. Es decir, repercutirfan de forma amplia y general en la ca- lidad y nivel de vida de la humanidad. Este alarmante future ha inquietado a muchos palses, que han tornade la decisiôn de protéger sus réservas naturales como fuente de riqueza potencial, y estSn desarrollando una Intensa campana de prospecciôn y exploraciôn en busca de mSs recursos, no s6lo en el subsuelo continental, sino en lechos y fondes marlnos. Campana que, igualmente, alcanza a la revisiôn de los sistemas de bénéficie de los minérales con el fin de mejorar su rendimiento y ampliar sus a- plicaciones. La parte continental que es hoy Espana, fue particularmente favorecida en su subsuelo con los procesos quimico-fïsicos que con- dujeron a la formaciôn de los yacimientos o depôsitos minérales. Asî lo entendieron las civilizaciones anteriores, y, animados por la evidencia, invadieron nuestro actual territorio en distintas ê- pocas de la historia (2). En el siglo XIX la invasiôn fue de capi­ tal extranjero, que se invirtiô unicamente con criterios de renta- bilidad, lo que provocô que nuestros mâs acreditados yacimientos quedaran exhaustos. De esta manera, Espana pasô a ser deficitaria en los elementos metâlicos mSs comunes, en los que hace un siglo era el primer pals productor. Conscientes de esta situaciôn, en el Departamento de Meta­ lurgia de la Universidad Complutense de Madrid se trata de desa- rrollar un programa de estudio de los minérales sulfurados de in- terês metalûrgico; en especial, del cinabrio. La importancia del mercurio para Espana es évidente, no s6- lo porque durante muchos anos fuimos el primer pais productor de este métal en todo el mundo, sino por poseer, hasta la fecha, las - 3 mayores réservas de sus minérales, réservas constituïdas por ese singular yacimiento que es Almadên (Ciudad Real) y por la multitud de otros yacimientos, entre ellos el de Chôvar, que se encuentran diseminados por toda nuestra geografîa (se tienen referencias de 163 puntos de mineralizaciôn de cinabrio)(3), Puede resultar paradôjico investigar sobre un métal cuyo pre- cio descendiô en los ûltimos anos a casi una sexta parte de su pre- cio mâximo alcanzado en 1.965(650 dôlares/frasco de 34,5Kg)(4) tren­ te a 114 dôlares/frasco en 1.976 (5). Hecho que ocurriô mientras otros metales duplicaban, e incluso triplicaban su precio (actual- mente la cotizaciôn se ha recuperado hasta alcanzar los 445 dôla- res/frasco). La campana que motivô el descenso en su cotizaciôn se montô sobre unos hechos recientes y lamentables por sus catastrôficas con- secuencias, que fueron debidos a fallos humanos. Nos referimos a los episodios de la Bahïa de Minamata (Japôn) en 1.953, de Irak en 1.965, de Nuevo Mêjico (USA) en 1.969, 1.970 y de Irak en 1.971 (6). Presumiblemente esta campana antimercurial debiô de tener o- tros intereses, bien sea de las poderosas compahlas productoras de fungicidas y plaguicidas en competencia con los derivados mercuria­ les, establecidas en paises que tuvieron que importer prâcticamente todo el mercurio con el fin de cubrir sus necesidades. Prueba de que esta depreciaciôn ha sido artificiosa, es que en el dia de la fecha, el mercurio se estâ cotizando otra vez a 460 dôlares/frasco (7). El profesor Goldwater (8) calificô estos hechos como "efecto psicolôgico del mercurio ambiental". Las reacciones psicolôgicas ante la falta de informaciôn, ante la distorsiôn y la exageraciôn, han producido mas dano que el propio mercurio, y amenazan con pro- — 4 - ducir otras perturbaciones sensibilizando con equîvocos a la opi­ nion mundial. Pasado el histerismo iniciàl, el precio del mercurio y su con- sumo se han elevado notablemente. Solamente en el ano 1.980, el pre­ cio del mercurio se duplicô; en efecto, en el ano 1.979 (enero) el precio del mercurio era de 205 dôlares/frasco(9) y en 1.980 (octu- bre) el precio ha alcanzado el valor de 445 dôlares/frasco(10) , to­ do permite pensar que, muy pronto, su precio puede estar cerca del mâximo alcanzado en 1.965. Esta circunstancia puede y debe de animar a la apertura de otras minas espanolas ademâs de la de Almadên; Chô­ var entre ellas. Estos hechos y aspectos econômicos vienen avalados por la circunstancia de que en J.a URSS, por ejemplo(11), se estân en la actualidad haciendo esfuerzos por encontrar en su subsuelo nuevos yacimientos de mercurio. La escasa respuesta cientîfico-têcnica que Espana tuvo frente a este grave problema, es évidente. Una vez mâs se puso de manifies- to la falta de una polîtica de investigaciôn coherente, tanto en los aspectos minero-metalûrgiccs como en el comercial, al menos en rela- ciôn con el mercurio. Como consecuencia de ello, se han sucedido en los ûltimos a- nos los siguientes aconteciraientos: 1. El cierre de todas las minas de mercurio, excepto Almadên. 2. El Hg métal, como se ha dicho, alcanzô en 1.976 su coti­ zaciôn mâs baja. 3. La URSS, con menas del 0,2% de ley o inferiores, ha pasa­ do a ser, recièntemente, el primer paîs productor del -mun­ do de este métal. Espana, al fin, consciente de estos hechos, ha incluldo en su Plan Nacional de Abastecimiento de Materias Primas Minérales, como - 5 - material prioritario, al mercurio, (Consejo de Ministres de 31 de julio de 1.981) (12). Todo esto parece confirmer el interês que sigue teniendo el métal mercurio del que, sin haberlo merecido, seguimos teniendo en nuestro subsuelo la mayor concentraciôn de sus minérales. Defender la aplicaciôn correcta y ûtil, encontrar la idônea, estudiar nuevas fuentes de aplicaciôn industrial, profundizar en el conocimiento cientîfico del metal y sus derivados, asî como el de sus minérales, y de las técnicas apropiadas para su bénéficie quîm^ co, son los objetivos que debemos acometer y asî estar preparados para cualquier eventualidad. La investigaciôn que se recoge en esta Memoria se ha plantea- do entendiendo que el bénéficie fîsico-quîmico ôptirao de cualquier mena debe basarse, una vez cumplidos los requisites econômicos, en el profundo conocimiento de la naturaleza y estructura del mineral y de su ganga. La asociaciôn de ambos -la mena- fue consecuencia de un proceso de génesis que sôlo esté aceptablemente establecido para: unos pocos casos, entre los que, desde luego, no se encuentran los minérales sulfurados, Los resultados orientarSn hacia los ôpti- mos procesos fîsico-qulmicos de separaciôn y concentraciôn del mi­ neral, y hacia los necesarios procesos quîmicos de bénéficie para obtener el métal, o metales, o algunos compuestos de mayor interês, con la mâxima rentabilidad en una instalaciôn integral. Una mena minerai es un todo complejo, resultado de procesos geolôgicos (geofîsicos y geoquîmicos) de formaciôn, que actuaron a través del tiempo y en condiciones difîciles de conocer y, por tanto, de reproducir; todo ello acumulado y desarrollado en una gran variedad de direcciones e intensidades. - 6 - Por estas razones, al estudiar la mena de Chôvar se recurriô a mêtodos de observaciôn y estudio que han permltido anallzar los minérales con la mayor aproximaciôn, tratando de encontrar, como fosllizados, hechos o evidencias de las poslbles condiciones genë­ sicas que los formaron, detectando analogfas y diferenclas en su estructura y composiciôn, que permiten orientar y desarrollar las técnicas ôptimas de su bénéficie. La mena de Chôvar ha sido estudlada mediante dlferentes tëc­ nicas de observaciôn y anâlisis convencionales -microscopîa ôptlca, microradiografîa de contacto, fluorescencia y dlfracclôn de rayos X- que han permltido avanzar en el conocimiento de su estructura. Pero la apllcaciôn de tëcnicas de observaciôn y anâlisis no conven­ cionales como la Microscopîa Electrônlca de Barrido (SEM) y el Ml- croanâllsls por Espectros de Energîas (EDS) , ha permltido profun­ dizar en el conocimiento de la estructura Interna de la mena, y la detecclôn de los componentes mayoritarlos o no, asociados a la me­ na, asî como su dlsposiciôn en la mlsma, todo lo cual ha llevado a proponer un tratamiento para la concentraclôn del mineral, y un proceso fîslco-quîmlco para su beneflclo ôptlmo. El conocimiento adqulrldo con el estudio de la mena de Chô­ var ha permltido, asimlsmo, proponer una hipôtesis genëslca sobre su formaciôn. Hipôtesis que ha sido confIrmada, por "sîntesis" a escala de laboratorio, reproduciendo estructuras anâlogas a las observadas en la mena natural. — 7 — 2. YACIMIENTO DE CHOVAR (CASTELLON). Son escasos los dates hlstôricos existantes sobre las explo- taciones mineras de clnabrio en la zona de Castellôn. A pesar de ello, por los restes de bornes antiguos y calicatas encontradas, no séria extrano que estas explotaciones mineras hubleran sldo ya trabajadas en la êpoca de la colonlzaclôn ârabe (13). Madoz (14) dice que la zona minera Eue explotada en el slglo XIX, por varlos propletarlos, como se deduce del gran ndmero de conceslones otorgadas por el Estado en esa época. Cavanllles (14) en su obra "Hlstorla Natural, geogrâflca, poblacldn y frutos del relno de Valencia" (1.795-1.797), Indlca la exlstencla de minas del mineral de mercurlo de gran antlgliedad en las zonas de Esllda, Artana y Pavlas. Las explotaciones mineras en Châvar a principles del slglo XX, empezaron en el ano 1.907-1.908 por una companla minera de Mle- res. De forma activa, e Inlnterrumplda desde 1.920 hasta 1.930, se reallzaron trabajos de extraccl6n y de bénéficie del mineral (16). Las labores mds reclentes ban sldo las reallzadas por la Companla Espadân Mlnero Industrial, actual propletarla de la conceslôn mi­ nera. Esta Companla beneflcl6 minerai de mercurlo durante dlez anos aproxlmadamente, basta la crisis del mercurlo, (alrededor del ano 1.970) (6), que ocaslonô la espectacular baja en la cotlzaclôn del mercurlo y, como consecuencla, el clerre de todas las minas parale- lamente explotadas con la de Almadën por aquellas fecbas, entre ellas las de Cbdvar (Castellôn). — 8 — 2.1. S ituaclôn qeogrâfica. El pueblo de Ch6var se encuentra ublcado en la provincla de Castell6n de la Plana, a 50 Km. de la capital por la carrêtera que une Vall D"Ux6 con Segorbe; pasado el pueblo de Alfondegullla se encuentra la carretera de acceso. La zona minera de Chôvar estS sltuada prSctlcamente enclma del pueblo, se asclende a la mina a través de una pista forestal que sale del Kllômetro 13,5 de la carretera que une Chdvar con Es­ llda. El pueblecito de Chôvar se encuentra en una de las laderas de la sierra de Espadân, que constituye una robusta allneacldn o- rogrSflca de 30 km. delongltud, con una orientacidn ELSE.-WNW. Par- tiendo de las proxlmldades de Vall D'Ux6 en dlrecclôn a la zona norte de Segorbe, Chôvar estâ entre los picos del Carrascal (861m) y el Barranco de Bellota (649 m) como se puede observer en la fi­ gura 1 - marcados C y D- respectlvcunente. . La sierra de Espadân se eleva en su parte central a 1.039 m. de altura, forma relieves bastante escarpados, es atravesada, âni- camente de norte a sur, por dos carreteras: la que une Chôvar con Esllda y la que une Ahin con A i m e d jar. HidrogrSficamente, sus aguas se reparten entre los rios Pa- lancio, en su vertiente meridional, y Seco en la septentrional(14). La Sierra se encuentra practIcamente deshabitada, poblada de bosques de enclnas y alcornoques; a ambas vertientes se sitôan una serle de pequenos pueblos que vlven princlpalmente de la agricul- tura (olivos, almendros, vlnas) y, entlempos pasados, de la explo- - 9 - taciôn minera; son Alfondegullla, Chôvar, Almodejar y Matet en la vertiente sur, y Artana, Esllda, Alcudla y Vlllalamur en la vertien­ te norte. La demarcaclôn minera se halla sltuada dentro del têrmlno mu­ nicipal de Chôvar (14) extendléndose por la rambla del Azuebar, a- fluente del rîo Palanclo en su margen Izqulerda. Dlcha demarcaclôn tlene una extenslôn aproxlmada de 1 Km^, dellmltado por la Inter- secclôn de los merldlanos y paralelos 3“22^58"-3*23'4 5" E. y 39° 7'39"-39°51'44" N. El vêrtlce del yaclmlento se encuentra a mil dosclentos me­ tros en dlrecclôn NE. por la carretera que une Chôvar con Esllda. La superficie de la demarcaclôn minera se extlende por el fondo dél Barranco de Ajuez, Barranco del Paraîso y de la Fuente Fresca (figura 2). Las aguas de estos cursos confluyen en Chôvar con el Barranco del Carbôn, sltuado 200 m al E. El relieve de la cuenca minera del Barranco de Ajuez es muy escarpado, elevSndose sus cumbres a alturas de 8 55 m con el plco de Nevera y de 861 m con el Carrascal, sltuados en la zona noroes- te y sur de la demarcaclôn respectlvamente, mlentras que el fondo del barranco se encuentra a 500 m de altltud. 2.2. Antecedentes sobre la geoloqla de la mena de Chôvar. Segûn los datos mâs sôlldamente fundamentados en los escasos estudlos geolôglcos reallzasos sobre esta zona y partlcularmente de los cortes esquemâtlcos reallzados por Hahne (14), el IGME (15) y un estudlo reallzado por Espadân Mlnero Industrial S.A. en 1.930 (16), puede declrse que la Sierra de Espadân constituye una Impor­ - 10 - tante alineaciôn anticlinal, cuya orientaciôn es ESE.-WNK, formada por terrenos del Triâsico. El nûcleo principal del anticlinal estâ constltuldo por el Trias Inferior, que es muy potente; en los pianos norte y sur del mismo aparecen los Trias medlo y superior (figura 3). 2.2.1. Corte estratlgrâfIco del Trias Inferior. El corte estratlgrâfIco permite observer perfectamente el techo de su formaclôn, dado que en el piano norte del anticlinal de Eslida, se puede reconocer la existencia de una sucesiôn normal y continua entre las dlferentes series de areniscas y pizarras ar- clllosas de la fades germânica del Triâsico Inferior (Buntsands- tein), las margas y calizas del Muschelkalk. Sin embargo, en su piano sur se observa un contacte anormal, debido a la existencia de un cabalgaraiento por falla con el Keuper (figura 4), lo que o- rigina que el techo del Buntsandsteln no se pueda prever. La figura 5 muestra el corte estratlgrâfico realizado en Chôvar y Eslida, que muestra la slguiente disposiciôn: TECHO: Muchelkalk. 1.- Areniscas de Hornos vlejos. 2.- Pizarras y argilitas rojas de Nevera (15 m). 3.- Areniscas del Castellet (150 m). YACENTE: Invisible. 2.2.2. Situaclôn estratlgrâfIca del yaclmlento de mercu­ rio. El yaclmlento de mercurlo de Chôvar se encuentra localizado - 11 - princlpalmente en los tramos de areniscas del Trias Inferior, en su faciès germânica (Buntsandstein), siendo éstas las ânlcas aflora- ciones que se han encontrado en el sector objeto del présente tra- bajo. En relaciôn con la tectônica de la zona, comentaremos que és- ta se encuentra sltuada dentro de la cordlllera Ibérlca Oriental (15). Su parte mâs suroriental présenta una fuerte deformaciôn; las fracturas y fallas son los elementos dominantes de la mlsma. En las areniscas del Castellet y de Hornos Vlejos se présen­ ta una red de dlaclasas falladas, siendo su orlentaclôn dominante E.-O. para las primera y de NE.-S.W. para las segundas. La existencia de dlaclasas estâ, pues, llgada a los esfuerzos tectônlcos que for- maron la sierra de Espadân, dependlendo en gran manera de las dl- recclones y buzamlentos de las capas (figura 5). La edad del plegamiento Alplno que dlo lugar a la formaclôn de Espadân, segün referenclas, es de dlscordancla Post-Herclana. En cuanto a las dlaclasas que atravlesan el Trias, deben de ser en su mayor parte, concomitantes con los esfuerzos orogénlcos principales; sln embargo, es poslble que las âltlmas fases post- miocênlcas repercutleran sobre la estructura ya existante, y de- termlnasen pequenas traslaclones a lo largo de los pianos de flsu- raclôn. 2.3. Descrlpclôn del Yaclmlento. La ausencla de labores en estos ültlmos anos ha repercutldo de forma considerable en el estado de conservaciôn de las Instala- ciones, hacléndose casl Imposlble un estudlo detallado. - 12 En la figura 8 se puede observar la dlstribuclôn y orienta- ciôn de los filones que afloran en la demarcaclôn minera. El mapa corresponde a los estudlos reallzados en 1.930, con el fin de po­ ne r en marcha nuevas explotaciones, con la construcciôn de nuevos hornos y parques de minerai que estuvleran en un nivêl inferior a la explotaciôn para facilitar el transporte. Los filones los Asturianos y los Hornos forman parte de la explotaciôn del Pozo Manuel; el fllôn Anchurôn y la Mina Oriental corresponden a las labores de la Galerla Diana, que se detallarân mâs adelante. Las dos ûnicas labores que se encontraron en estado de con- servaciÔn acptable fueron el Pozo Manuel y la Galerla Diana. La entrada al prlmero es muy peligrosa; en la figura 9 se puede ob­ servar una vista parclal de las instalaciones y del cabrestante de la torre de entrada. Las instalaciones de la Galerla Diana -en mejor estado- se pueden observar en las figuras 10, 11 y 12. Las dos labores estân situadas princlpalmente en el nivel de areniscas inferiores (Pozo Manuel) y en el de areniscas superiores (Galerla Diana) (figura 7). 2.3.1. Labores reallzadas en el nivel de areniscas infe­ riores . La informaclôn blbllogrâfIca (14) (16) , comprobada sobre el terreno, sitûa las labores reallzadas en el nivel de areniscas in­ feriores (Castellet), y'son las slguientes: a) Pilôn de la Galerla Socavôn. - 13 - Esta Galerla se abre en el Barranco de Ajuez a unos 550 m de altltud, tiene una profundldad de 310 m aproxlmadamente, estâ orlen- tada WNW-ESE, y atravlesa las capas Incllnadas en dlrecclôn S.-SW. Se aloja en el piano méridional del anticlinal, atacando las are­ niscas del Castellet muy prôxlmas a su base (detalle figura 5). Las ramas orlentadas EW. slguen dlaclasas o brechas fracclonadas mâs o menos mlnerallzadas; exlsten otras tnlnerallzaclones sobre dlacla­ sas arrumbadas, pero de menor Importancla. Las dlaclasas son ver­ ticales o Incllnadas hacla el sur. El fllôn del Socavôn se corres­ ponde con el denomlnado del Barranco. La poslclôn exacta del fllôn se muestra en el figura 8. b) Fllôn de la casa de Miguel Ten. Sltuado cerca del collado de la cota 682 m, en la cabecera del Barranco del Paralso. Donde el camlno de la Solana de Ajuez cruza la dlvlsorla de aguas entre el Barranco de Ajuez y el de Car­ bôn, exlsten las labores mâs antlguas y occidentales de la explo- taclôn (14) . Este fllôn era denomlnado de El Paralso (E y F) sl­ tuado clncuenta metros mâs al este del collado (16). Se aprovechô una falla existante (dlrecclôn N.-S.) con un salto de 20 m aproxl­ madamente; esto Impllca que las areniscas del Castellet se pusle- ran en contacte con las pizarras rojas de Nevera. Se observan dos brechas de fallas muy cercanas, una oriental de medlo métro y la segunda de dos metros de ancho en la parte occidental tenlendo am­ bas una Incllnaclôn hacla el oeste. La mlnerallzaclôn de clnabrlo Imprégna las brechas en las cuarcltas de forma muy dlsemlnada, siendo mâs Intensa en zonas — 14 — donde la porosidad de la roca es manlfiesta. c) Fllôn de Los Hornos» Se encuentra cercano a los hornos existantes en el alto de la llamada Pena del Agua, sobre el Barranco de Ajuez (figura 6). Se trata de una pequena falla que pone en contacto dos nlveles de are­ niscas: unas rojas en lajas delgadas y otras blancas mâs compactas y potentes. La dlslocaciôn lleva una orientaclôn N.10®E., siendo de carâcter subvertical y llgeramente Incllnada hacla el oeste, de dos metros de ancho, y con relleno totalmente mllonîtlco. En la figura 13 se representan las excavaclones de dos pozos, a unos clen metros de dlstancla uno del otro, alcanzando ambos 30 y 10 m. • Durante las excavaclones del pozo norte, el fllôn alcanzô una anchura de Im, pero a medlda que se profundlza, ësta dlsmlnuye. La mlnerallzaclôn es escasa a pesar de la anchura del fllôn. El fl­ lôn del pozo Sur tlene un espesor menor (30 cm), pero, a dlferencla del anterior, se encuentra muy mlnerallzado. d) Fllôn del Pozo Manuel. Como fllôn de los Astuglanos, fllôn Principal, o fllôn del Pozo Manuel se conoce un mlsmo fllôn (14)(16). Este fllôn se encuentra sltuado en el cauce y a la derecha, en dlrecclôn NE.-SE., del Barranco del Hembrar (ver figura 8) . Pré­ senta varias excavaclones, en las que podemos dlstlngulr los pozos Nuevo y Antlguo. El pozo maestro o Manuel se encuentra 60 m al es­ 15 - te,con una profundldad de 98 metros, abrlêndose en él clnco galerf- as o plsos a 18, 36, 58, 70 y 90 metros de profundldad, casl todas ellas orlentadas hacla el sur. Las figuras 14 y 15, muestran a es- cala 1:1.000, dlferentes cortes de las galerlas y pozos exlstentes en este fllôn. Las observaclones reallzadas por otros (16) sobre la mlnerallzaclôn existante, Indlcan que ôsta es mâs rlca hacla el sur y al profundlzar. Hecho que puede expllcarse si se acepta la hipôtesls formulada en esta Memorla. 2.3.2. Labores reallzadas en el nivel de areniscas supe­ riores. Este nivel de areniscas de los Hornos Vlejos se encuentra muy explotado, exlstlendo numerosas labores; muchas de ellas son muy antlguas en la demarcaclôn (16). Aunque las Instalaciones no se encontraron en buenas condl- clones, se pudleron tomar un ndmero sufIclente de muestras. a) Galerla Plana. La figura 11 muestra el estado de conservaclôn de la entra­ da a la Galerla Diana, en la visita efectuada en 1.978. Se abre (figura 16) a unos 800 metros de altltud, en dlrecclôn E. 30°N. Estâ sltuada frente al Pozo Manuel, al otro lado del arroyo del Hembrar. De su entrada parte un ramai de unos 23 metros de profun­ dldad y contlnûa en dlrecclôn N .30*W. durante 50 metros aproxlma­ damente, volvlendo a recuperar su dlrecclôn Inlclal en otros 30 m. Desde este punto se abre una galerla de explotaciôn servlda por la Tolva 1. La galerla principal se prolonge por espaclo de 90 m - 16 - aproxlmadamente, a lo largo de los cuales sufre nuevamente camblos en su orientaclôn; parten de ella galerlas secundarias de explota­ ciôn como se senala en la figura 16. Las figuras 17 y 18 muestran el estado de una de las galerlas secundarias y de la pared de donde se tomaron muestras de minerai. Las capas del fllôn Plana buzan SrW., prlmero suavemente (15°) ; péro, despuës, aigunas dlslocaclones que la atravlesan hacen que el buzamlento sea mayor, exlstlendo algunas Inflexlones locales en la orientaclôn. Las zonas mlnerallzadas suelen presenter una orienta­ clôn NS.-SW., siendo brechas mllonltlcas bastante anchas, con espeso- res de hasta un métro. Por las observaclones reallzadas, se ha podldo deduclr que se explotaron dos bolsadas que contenlan minerai muy rlco, en los puntos denomlnados Tolva 1 y Tolva 2. Estas dos bolsadas se pudle­ ron produclr por el cruce de varias fallas que orlglnaron un con­ tacto entre dlferentes nlveles de areniscas. El fllôn que corta la Galerla Diana es conocldo como el An­ churôn, (14) (16). La figura 19 muestra una vlsta de las Instalacio­ nes que exlsten en la zona superior, sobre la cota 819 m (pequeno detalle en la Izqulerda de la figura 19). Durante el reconoclmlento de la Galerla Diana, se observô que la mlnerallzaclôn era poco Importante en casl toda la galerla, aunque en algunas zonas la extenslôn era notable. Ello hace supo- ner que la cantldad de estêrll que tendrla que moverse durante la explotaciôn séria muy Importante. En la figura 20 se représenta un corte Vertical de las zo­ nas detalladas anterlomente, pudléndose observar galerlas, filones 17 y pozos. 2.4. Recoqlda y selecclôn de muestras représentât!vas. La exploraciôn de las Instalaciones, se hlzo con el detalle y la atenclôn necesarlos para poder recoger muestras que fuesen re­ presentatives de todas las zonas existantes en dlcha demarcaclôn. Por el mal estado de algunas de las labores e Instalaciones, no se pudleron tomar muestras de ellas; hublese sldo demaslado pellgroso. La mayorîa de las muestras se obtuvleron de la Galerla Diana, donde se encontrô una mlnerallzaclôn (figura 21) que no concuerda con las observadas por otros (14)(16), donde exlsten zonas en las que el minerai forma con la roca (arenlsca poco lltlfIcada) una ma- sà muy deleznable, llegandd Incluso a produclrse pequenos derrumbes al Intentar recoger algunas muestras. En la figura 16 se detalla, sobre el esquema de la Galerla Diana, los puntos -marcados con clrculos- donde se reallzô la toma de muestras que han servldo de base para el présente trabajo. La denomlnaclôn adoptada para deslgnar las zonas de las cua­ les se reallzô la recoglda de muestras es la slguiente: -Chôvar Diana principal mâs profundo: (CH^ p + pr). -Chôvar Diana principal: (CH^ pr) . -Chôvar Diana Tolva 1: (CH^ tl). -Chôvar Diana Tolva 2: (CH^ t2). -Chôvar Manuel: (CH^). -Chôvar Vlslgodos: (CH^). — 18 — 2*5. Estado actual de las instalaciones anejas a las explotacio­ nes . A pesar de que en la zona exlsten restos de hornos, en la ac- tualldad quedan como testigos de la explotaciôn el horno de tosta- clôn, las cSmaras de condensaciôn y el parque de minerai de Espadân Minera Industrial; todas ellas Instalaciones anejas a la Galerla Diana y al Pozo Manuel. 2.5.1. Instalaciones Mineras. Como se ha dlcho, estas dos labores se encontraron en un es­ tado de conservaclôn aceptable, aunque las Instalaciones anejas al Pozo Manuel estân mâs deterioradas. Las instalaciones de la Galerla Diana (caseta de compresores, transformador, caseta de vestuarlo, comedor y oficlna se encuentran en majores condiclones que las demâs (figuras 11 y 12). PrâctIcamente no hay nada aprovechable si se pensara en 'vol- ver a poner en explotaciôn este yaclmlento. 2.5.2. Instalaciones Metalürglcas. Estas Instalaciones se encuentran en el lugar conocldo como Pena del Agua, en el Barranco de Ajuez; la figura 6 muestra una vlsta panorâmlca del Barranco y de las Instalaciones cltadas. El estado de conservaclôn no es muy bueno; las guardan dos antiguos empleados de la Companla propletarla. La meteorIzaclôn, el soto- bosque, los curlosos y los excurslonlstas son los principales agen­ tes destructores de las mlsmas. — 19 — El parque de minerai se encuentra sltuado en la ladera dere­ cha de los horçios; su capacldad es de 300 toneladas, aproxlmada­ mente. Se encuentra divldldo en dos zonas, el parque de minerai proplamente dlcho y la zona de trituraclôn y preparaclôn del mine­ ral. El estado del parque en 1.978 puede apreclarse en la fotogra- £Ia de la figura 22. El horno de tratamlento del mineral es del tipo vertical. Utllizaba quemadores de Fuel-011. Su capacldad de tratamlento era de 5 Tm/dîa, con rendImlentos de producelôn del 45%. Las figuras 23 y 24 muestran dos perspectives del horno y la tolva de carga. La figura 25 es una fotografia de la salida de humos; se en­ cuentra retlrada de la zona de trabajo, para alejar el peligro de contamlnaclôn por mercurlo en forma de aerosol. Con el propôslto de reduclr la formacl6n de holllnes, se habla Instalado un clcl6n entre el horno y las camaras de condensaciôn (figuras 26 y 27). Las câmaras de condensaciôn son del tipo de laberinto, donde se producla la condensaciôn graduai del mercuric; la figura 28 mues­ tra un detalle de estas câmaras. En la figura 29 se puede observar el ciclôn, las câmaras de condensaciôn y la pista de llenado de frascos (parte izquierda de la fotografîa). 2.6. Conclusiones parciales. •1.- La demarcaclôn minera forma parte del Trias Inferior, en su faciès germânica (Buntsandstein), formada por areniscas y ar- cillas (argilitas y lutitas) que suelen confundirse, en oca- siones, con cuarcitas rojas. 2.- El yacimiento se encuentra situado dentro del anticlinal que — 20 — forma la Sierra del Espadân. 3.- La mineralizaciôn afecta a brechas de diaclasa, dlaclasas arrum­ badas, y a la propia roca porosa. 4.- Las referencias parecen coincidir en una mayor rlqueza dél ya- cimiento a medida que se profundiza, sobre todo en los puntos de confluencia de los filones Asturianos y Anchurôn. 5.- Convendrîa realizar una campana de exploraciôn, mediante una malla de sondeos, con el fin de localizar y delimiter la masa principal origen del yacimiento; hay motives para pensar que lo que se ha beneficiado pudiera ser una manlfestaciôn extrema del verdadero yacimiento.. - 21 - 3. ESTUDIO DE LA MENA DE CHOVAR. 3.1. Anâlisis Quîmico. 3.1.1. Anâlisls cualitativo y semicuantitativo por fluorés- cencia de rayos X. a) Variables instrumentales. Los anâlisis se efectuaron sobre muestras de dlferentes zo­ nas mlnerallzadas del yacimiento de Chôvar, con un espectrômetro de fluorescencia de rayos X Philips mod. PW 1.410. Las condiclones de trabajo, empleando tubo de Cromo y filtro de Aluminio, han sido; Elementos pesados; V= 60 KV; 1= 40 mA; cristal analizador de FLi (200); contador de centelleo. Elementos liqeros; V= 60 KV; 1= 40 mA; cristal analizador de PET; contador de flujo gaseoso. Las muestras se prepararon de acuerdo con las caracteristi- cas del aparato (55 segundos de prensado a 40 Kg/cm^). Se eligiô como soporte del mineral, Scido bôrico, ya que las llneas de emi- siôn caracterîsticas de dicho Scido, ho interfieren con las llneas caracterlsticas de los posibles elementos existentes en la mena de Chôvar (17). Los anâlisis se programaron para realizar una determinaciôn semicuantitativa de todos los elementos; asl se clasificaron en elementos mayoritarios y elementos traza. b) Resultados obtenidos. Los resultados obtenidos se representan en las Tablas: 22 - I (Galerla Diana); II (Pozo Manuel); III (zona Visigodos). Espectrograficamente se hanencontrado los slguientes elemen­ tos: Al, Si, S, Cl, K, Ca como elementos ligeros; y Ti, Mn, Fe, Cu, As, Sr, Zr, Sb, Ba, Hg como elementos pesados. Aunque hay una notable uniformidad en la composicidn, sobre todo respecto a los elementos Al, Si, S, K, Ca, Ti, Fe, Cu, Sr, Ba y Hg, se observô que no todas las muestras analizadas contenlan Cl, Mn y As, siendo las muestras de Manuel (Tabla II) las que en mayor n<3mero contenlan estos tres elementos. Este hecho coincide con de- talles observados a simple vista en las muestras de la mena y que se comentarân al hablar de la macroestructura del mineral. Otro hecho puesto de manifiesto por el anâlisis espectroqul- mico es la asociaciôn de los elementos Mn y Ba en las muestras ana­ lizadas de MaAuel y Visigodos. Este detalle se tuvo présente cuan- do se estudiaron los minérales asociados al sulfuro del mercurio en la mena de Chôvar, mediante la têcnica de Microscopla Electrônica de Barrido (SEM). Con el fin de completar el anâlisis espectrogrâfico se reali- z6 uno semicuantitativo global referido al cinabrio y a los compues- tos con él asociados. La figura 30 es un histograma, en el que es­ tân representados numéros atômicos (2) frente a cuentas por segun- do (C/s ); es el resultado semicuantitativo del contenido de los dlferentes elementos en la mena de Chôvar. Como se puede observar, los elementos mayoritarios son Al, Si, K, Ca, Ti, Ba , S, Hg; los minoritarios Fe, Sr y Sb; y los elementos traza Cl, Mn, Cu, As y Zr. — 2 3 *“ Comparando los resultados obtenidos en el anâlisis cualitati­ vo y semicuantitativo de las muestras CH^ tl, CH^ t2, CH^ t3, CH^t4 y CH^ 11, con el histograma global, observamos que elementos como el Fe, que résulta ser minoritario en la estimacidn global, no lo es en aquellas muestras. Este hecho, aparentemente contradictorio, se explica al observar las muestras analizadas, en las que aparecen vetas mlnerallzadas con una substancia pardo amarillenta muy rica en hierro, cuyo micro anâlisis quimico (18) y por difraccidn de rayos X, la identifica como ôxidos e hidrôxidos de hierro; es de- cir, los minérales goetita y hematites. En las muestras restantes donde no se observan estos compuestos, el hierro encontrado pro- viene, bien de los iones Fe^^ y Fe^^ présentes en los silicoalumi- natos o de los ôxidos de hierro que, muy diseminados, se situaron en los espacios intercristalinos del cuarzo, y que, por encontrar- se en cantidades muy pequenas en la masa global de la mena, no se detectan como tales compuestos. 3.1.2. Difracciôn de rayos X. a) Variables instrumentales. El anâlisis por difracciôn de rayos X ha permitido identifi- car los minérales y compuestos mayoritarios présentes en la mena de Chôvar, cuyos elementos habian sido revelados por fluorescencia de rayos X. Los anâlisis por difracciôn de rayos X se realizaron por el método del polvo (Debye— Sherrer) (19). Las muestras se pulveriza- ron en un mortero de âgata hasta un tamano aproximado de 40 micrô- 24 - metros. Los diagramas Debye se obtuvleron con un difractômetro Picker, en las siguientes condiclones: Anticâtodo de Cobre; radiaciôn ; filtro de nlquel; V= 4 0 KV; 1= 10 mA; tiempo mînimo de expos.iciôn, 4 horas. b) Resultados obtenidos. Para la interpretaclôn de los resultados se utilizaron las fichas A.S.T.M. (20)(21). En todas las Tablas se ha consignado la precisiôn de los resultados por Ad, admitiêndose en los métodos ac- tuales de trabajo una precisiôn de la primera cifra decimal en los espaciados grandes, y'de la segunda en los espaciados pequenos. Las Tablas IV a XXXIV muestran los resultados obtenidos en el anâlisis de las muestras. Queda abierto este tema para profundizar mâs en él, pensando en otros minérales de la mena de Chôvar. que no hayan podido ser detectados en el transcurso de estos ensayos. Los resultados se han resumido en la Tabla XXXVII en la que se pone de manifiesto que la mena de Chôvar no présenta una gran variedad de minérales o compuestos mayoritarios, siendo dos, prin- cipalmente, los que forman la gran masa del yacimiento: el cuarzo como ganga y el cinabrio como minerai econômicamente rentable. No fue fâcil la interpretaclôn de algunas llneas, sobre todo a angu- los pequenos; su interpretaclôn se ha dejado para mâs adelante, con objeto de reunir mâs datos que puedan aclarar la naturaleza de los minérales y compuestos présentes; lo hasta ahora averiguado orien­ ta hacia un silicoaluminato. Igualmente, en algunas muestras se detectô, localmente concentrada, calcita. - 25 - Analizado por têcnicas microqufmicas (18) un producto de co­ lor pardo-amarillento que se observô en algunas muestras de CH^ tl, se comprobô que se trataba de un compuesto muy rico en hierro, co­ mo ya se comentô. Operando bajo lupa binocular se habian separado dos fracciones; una completamente exenta de cinabrio y cuarzo, y la otra de pequenos cristalitos de estos minérales. Ambas fracciones fueron tratadas con agua regia, y lavado el residuo repetidas veces con agua destilada (22)(23). Despuës de lavados, se secaron al ai­ re, y se les dio un dltimo lavado en alcohol absoluto secando por fin en estufa a 30 "C durante 24 horas. Las muestras asf tratadas se pulverizaron en un mortero de âgata hasta un tamano aproximado de 40 micrômetros, para ser analizados en un difractômetro Philips, en las siguientes condiclones: Anticâtodo de hierro; radiaciôn K*i; filtro de manganeso; V= 30 KV; 1= 10 mA; velocldad de goniômetro 2°/mm; cte. de tiempo igual a 2. Los difractogramas se interpretaron de acuerdo con las nor- mas A.S.T.M.; en las Tablas XXXV y XXXVI se han recogido los datos obtenidos, asl como los valores de Ad correspondientes. El produc­ to analizado estâ formado por dos minérales distintos, aunque comu- nes en cuanto al contenido en catiôn metâlico; se tratan de goeti­ ta Fe ( OOH).̂ (s is tema or torrômblco) y de hematites (romboe- drico). La bibliografîa consultada indicô que entre estos dos mi­ nérales existe la slguiente relaciôn genësica: 2 FeOOH ------ * Fe^O^ + H^O + Q Q = A h =■ +4,65 kcal/mol - 26 El fenômeno representado en la figura 31 muestra que la des- hidrataciôn tiene lugar con absorciôn de calor (24) (25) (26) , comen- zando la transformaciôn a 350°C y finalizando a 510“C. No se detectaron con esta têcnica los compuestos baritina, ôxido de titanio (Rutilo), 6xido de manganeso (Pirolusita), y si- lico-aluminatos, pero si lo fueron por SEM, EDS (3.3.3.b)). Este hecho debe ser interpretado como consecuencla de que, o bien se trata de compuestos muy minoritarios frente a la gran masa del ya- cimiento, o bien es una limitaciên de la propia têcnica, por los altos coeficientes de absorciôn que presentan el mercurlo y el hie­ rro (27) frente a la radiaciôn X. 3.2. Macroestructura. 3.2.1. Detalles observables a simple vista en la mena de Chôvar. Por simple observaciôn directe puede apreclarse que el cina­ brio aparece dispuesto sobre la roca -formada por argilitas, luti­ tas y cuarcitas- y sobre un producto pardo-amarillento o marrôn oscuro, que es una mezcla de los ôxidos y oxhidrôxidos de hierro (hematites y goetita). El cinabrio mineraiizante se dispone de alguna de las siguien­ tes formas (28) (29) (30) : a) Masas de cinabrio sobre masa sillcea. b) Cinabrio en vetas. c) Cinabrio pulverulento -microcristalino- depositado tanto sobre los cristales de silice como sobre los ôxidos y - 27 - oxhidrôxidos de hierro. d) Cinabrio sobre el constituyente pardo amarillento. Las masas mâs compactas del cinabrio quedan al descubierto como consecuencla de roturas que afectan a partes densamente mine- ralizadas (figuras 32 y 33), que suelen ser oquedades, grietas y fisuras. La gran diferencia de dureza existente entre el cinabrio (H= 2,5 en la escala de Mohs) y el cuarzo (H= 7) (31), y la falta de cohesiôn entre ganga y minerai, facilita la rotura por las dis- continuidades mlnerallzadas (figura 34). Ambos hechos justifican que la rotura sea por el contacto cinabrio-roca encajante (figura 35) . Las figuras 36 y 37 se tomaron de dos superficies de rotura que se corresponden; muestran masas de cinabrio sobre el constitu­ yente pardo amarillento (goetita y hematites) . En la figura 38 se puede observar cômo el cinabrio êe encuentra recubriendo esos com­ puestos sin que exhiba riingdn tipo de coherencia. Las formas del cinabrio son variadas; por su carâcter pulverulento, deleznable, no es posible distinguir su textura por simple observaciôn visual. En las figuras 39, 40 y 41 puede apreclarse cômo el cinabrio que mineralize los huecos existentes en la roca, tambiên se deposi­ ts sobre goetita-hematites. En la figura 42 se observa, con mayor detalle, cômo el cinabrio mineraliza la interfacie cuarcita-argili- ta. En las figuras 43, 44, 45 y 46 el cinabrio aparece en pequenas masas dispersas sobre la base cuarcitica o sobre los compuestos o- xidados de hierro. La figura 47 muestra una textura tipica de color negro, que - 28 interpretamos como de un mineral rico en manganeso, tal como la pi­ rolusita (MnOg)(32). Este mineral se encuentra asociado al cinabrio en determinados puntos de la explotaciôn. En la figura 48 se distin­ gue, ademâs del mineral pirolusita, un cinabrio muy diseminado so­ bre la roca base, tanto en la interfacies cuarzo-ôxidos de hierro (marcados A y B respectlvamente), como sobre el minerai pirolusita (zona marcada con un circule); vêase en la figura 49 un detalle de la zona anteriormente descrita. 3.3. Microestructura. 3.3.1. Microscopla ôptica de luz visible. Estudiados los aspectos geolôgicos, macroestructuraies y de composiciôn, se prepararon muestras con superficies pulidas, para estudiarlas por têcnicas conveneionales de observaciôn microscôpi- ca con luz visible reflejada tanto en campo claro como oscuro (33). Ello ha permitido distinguir y reconocer no sôlo los minérales pré­ sentes sino su distribuciôn, tamano y forma, dentro de la mena. La preparaciôn de las muestras de la mena de Chôvar ha pre- sentado varios problemas dada su naturaleza y la grah diferencia de dureza entre el cuarzo y el cinabrio (34) (35). La secuencia de operaciones para su preparaciôn ha sido: 1) Corte de la muestra con una cortadora de disco de diamante; 2) desbaste manual en su- cesivos papeles abrasivos de grades 400, 500 y 600; 3) pulido de las mismas con pastas de diamante de 6 a 1/4 de micrômetro. La ré­ sina utilizada en la embuticiôn de las muestras fue Technovit 4071, - 29 que polimeriza a temperatura ambiente, para evitar la posible alte- raciôn de los minérales présentes por efecto de una mayor tempera­ tura . Las observaclones reallzadas han revélado que la roca minera- lizada estaba formada por cristales de cuarzo (SiO^), idiomôrficos q no, como constituyente mayoritario. En la figura 50 se puede ob­ servar cristales de cuarzo -marcados Q- con pequenas inclusiones mi­ nérales (marcadas Z, R, F); algunas de êstas, resueltas a mayores aumentos, se revelan idiomôrficas. En la figura 51 se han recogido uno de estos constituyentes (marcado H) alojado entre cristales de cuarzo. La figura 52 muestra una disposiciôn anâloga, donde el cons­ tituyente cristalino (marcado H), presumiblemente minerai hematites (Fe^O^)^ (33), ocupa, cdmo en el caso anterior, espacios intercris- talinos de cuarzo. La figura 53 présenta una inclusiôn (marcada R) en el interior de un cristal de cuarzo. Estudiada su reflectividad se concluye que pudiera tratarse del mineral Rutilo (TiO^). El cons­ tituyente pardo-amarillento situado entre los cristales de cuarzo en la figura 54, se identified, por difracciôn de rayos X, como goetita. Otro constituyente de tonalidad blanquecino-amarillenta y textura fibroso-laminar (figura 55, detalle M) parece orientar hacia el minerai muskovita (silico-aluminato de potasio); su anâ­ lisis quîmico puntual por EDS (3.3.3.b)) serâ discutido mâs ade­ lante . Los cristales de cinabrio se localizan en cavidades, fisuras, irregularidades y espacios intercristalinos del cuarzo, asl como so- - 30 - bre la goetita y otros minérales. En las figuras 56 a y 56 b se pueden observar cômo el clna-- brio (C) se dispone entre los cristales de cuarzo (Q); algunos de estos cristales se encontraban en proceso de recrlstalizaciôn. Las figuras 57, 58, 60 y 61 recogen detalles de cristales de cuarzo en cuyo interior aparecen pequenos microlitos (R). El cinabrio se sitda, generalmente, entre los cristales de cuarzo, llegando incluso a modelar los contornos de los mismos, co­ mo se puede observar en la figura 59 a; el cinabrio aparece alojado en los defectos estructurales de la roca (poros, X). La figura 59 b, detalle de la anterior, muestra alguno de los cristales de cuarzo recubiertos parcialmente por cinabrio. Un aspecto estructural importante al que ya se ha aludido y que no se observô en otras mineralizaciones estudiadas (Almadén- Tarna, Caunedo y Soterrana (36) (37) (38)), es que en la mena de Chô­ var el cinabrio aparece en agregados deleznables, que se disgregan en forma pulverulenta (figura 62 a y b). Observadas las muestras en campo oscuro, se puso de manifies­ to la porosidad de la roca mineralizada, como agregado no consoli- dado de los detritus cuarcîticos, depositados en algün fondo marino. En la figura 63 pueden observarse agregados de pequenos cris­ tales de cinabrio recubriendo parcialmente los cristales idiomôr- ficos de cuarzo. Alguno de estos cristales presentan en su interior inclusiones minérales (figura 64). Cristales de cuarzo maclados (Q) y con "escalones" de crecimiento (Z) pueden observarse en la figura 65. Estos detalles pueden apreciarse con mayor claridad y asociados en la figura 66; en ella, un cristal de cuarzo (A) se encuentra ma- - 31 d a d o con otro (B) que présenta un escalôn de crecimiento en una de sus caras. El carâcter deleznable y pulverulento del cinabrio, que recubre parcialmente estos defectos, permite adelantar que esos constituyentes -cuarzo y cinabrio- no son singenêticos, como se ha­ bla sugerido (3.2.1.). Han sido observadas zonas donde la roca de cuarzo exhibe a la vez pedazos del mineral (detritus) redondeados, sobre los que nu- clean y crecen cristales idiomôrficos (figura 67). La explicaciôn de este hecho estructural la dieron los investigadores Mackenzie y Gees (39), al lograr en ambientes naturales, y a temperatura ordi- naria, el crecimiento de cristales idiomôrficos de cuarzo a partir de detritus en medio acuoso por disoluciôn y récristalizaciôn, pro­ ceso que tiene lugar en un corto espacio de tiempo (tres anos). Dada la disposiciôn relativa cuarzo-cinabrio, se puede afir- mar que la mlnerallzaclôn fue posterior a la recrlstalizaciôn del detritus de cuarzo, por lo que se formaron los cristales idiomôr- ficos de este. Identlficados los minérales goetita y hematites, era conve- niente establecer que relaciôn genësica pudo existir entre êstos y la roca silîcea. Los agregados de goetita se encuentran en los espacios inter- cristalinos de cuarzo, recubriêndolos, aunque de forma no compacta. El estudio de muestras de goetita densamente mlnerallzadas, reve­ lan un entramado en forma de celosla que recuerda a las formas den- driticas de crecimiento (figura 68). Es una estructura porosa (fi­ gura 69) que tambiên fue alcanzada por el cinabrio en su acciôn mi- neralizante (figura 70). La figura 71 muestra un cristal de cuarzo — 3 2 — (Q) rodeado de las masas porosas de goetita. La mlnerallzacldn por cinabrio afectô a ambos minérales -cuarzo y goetita- y bubo de ser, por tanto, posterior a la formacidn de su agregado. Por las estructuras revelàdas por microscopla 6ptlca, parece . que bubo una secuencia de mineralizaciôn de las fases mayoritarias asocladas al cinabrio en la mena de Cbdvar. Los defectos de conso- lidacidn -poros, grietas y fisuras- facilitaron el acceso del flul- do mineralizante a constituyentes muy diverses -goetita, plroluslta y psilomelana- que se formaron en su momento, por eso aparecen par- clalmente cubiertos de cristalitos de cinabrio. En la figura 72 puede observarse la secuencia cuarzo-goetita- cinabrio. 3.3.2. Microradlografla de contacte. Una têcnica que ha venido siendo muy utilizada en metalurgia, en el estudio de defectos o falios de piezas metâlicas es la radio- grafîa industrial, que por su naturaleza, es catalogada come tëcni- ca de ensayo de control no destructive. Con los mismos fundamentos tedricos de la radiografla industrial, surgid la tdcnica de la mi- croradiograffa de contacte, que permite obtener informacidn de la estructura interna cuando se aplica al estudio de lëminas delgadas (espesor adecuado) de cualquier mena mineral. Si se consideran los diferentes coeficientes de absorcidn que presentan los distintos minérales existentes en una mena, frente a una radiacidn X inci­ dente de longitud de onda conocida, se puede obtener en una radio­ graf la contornos de gran contraste, que reflejarSn la naturaleza, forma, disposicidn y distribucidn relativas de los distintos miné­ rales, asi como los defectos estructurales, referido todo ello al - 33 - espesor de la muesIra (40). Con esta têcnica se estudiaron lâminas delgadas de la mena de Chêvar, obteniéndose los resultados que mês adelante se comentan. a) Têcnica instrumental y variables expérimentales. La têcnica de microradiografla de contacte tiene las siguien- tes peculiaridades: - Se estudian muestras preparadas en lêminas delgadas. - La radiaciên X empleada posee una energla entre 0,01 y 1 Kw. - Se utilizan plaças fotogrâficas de grano muy fino y alta resoluciôn. - La muestra y la pellcula fotogrêfica se encuentran en Inti­ me contacte con objeto de reducir al minime el fenêmeno de penumbra. El esquema general de la têcnica esté representado en la fi­ gura 73. Un haz de rayes X debidamente diafragmado (colimado) y filtrado, con el fin de evitar las radiaciones blandas (de bajo po- der de penetraciên), incide sobre una muestra (lâmina delgada) que se encuentra en Intime contacte con una pellcula fotogrêfica de al­ ta resoluciôn, que se impresionarê mSs o menos de acuerdo con el espesor de la muestra y los coeficientes de absorclôn que presen­ tan los minérales de la misma. En la imagen microradiogrêfica se revelerân, en tones que van desde el blanco hasta el negro, los detalles estructurales de la misma. De acuerdo con la Ley de Lambert (41) (42) (43) , la intensi- dad de la radiaciên, una vez atravesada la muestra, viene dada por la ecuaciên: I = l" (I) - 34 - ■ ■ siendo: 1° = la intensidad de la radiaciên X incidente. ^ = coeficiente de absorciên. I = intensidad résultante, t = espesor de la lâmina delgada. La ecuaciên (I) solo puede ser utilizada para muestras homo- gêneas. En el caso de muestras heterogêneas, como son las muestras de menas minérales, esta ley debe ser modificada: (II) i = 1, 2, 3, ..., n (fases o minéra­ les présentes) Como consecuencia de ser el coeficiente de absorciên lineal a la radiaciên X dependiente del estado fîsico o forma quîmica de la materia, deben utilizarse los coeficientes de absorciên mâsicos, en vez de los coef icientes lineales, siendo JU ^ f - densidad en g/cm3) , que al ser una propiedad atêmica, no dé­ pende por lo tanto del estado fîsico o quimico de la materia. El câlculo de para un constituyente tal como A^By, ven- drâ dado por: A ^ Y.Pg. g ---------------------------------------------------------------' " I l X.Pj + Y.Pg Siendo. % e Y = nûmero de âtomos participantes en la fêrmula. coef icientes de absorciên lineal de elementos pu­ res . P^, Pg= pesos atêmicos de elementos puros. - 35 - Conocida la composiciên quimica cualitativa y semicuantitati- va de la mena de Chêvar, se han representado, grâficamente, frente a determinadas longitudes de onda de la radiaciên X, los coeficien­ tes de absorciên de los elementos présentes en esta mena. La figu­ ra 74 corresponde a los elementos K, Ca, Hg; la figura 75 a S, Si, Ca, Fe, Hg; la figura 76 a Cu, Mo, Sb, Ba, Hg; y la figura 77 a Al, Ti, Mn y Hg (sobre estas figuras se han marcado la longitud de on­ da de la radiaciên K<*. del Cu) . Conocidos, por difracciên de rayos X, los minérales mayorita- rios de la mena de Chêvar, y al estar constituldos éstos por dos o mSs componentes, hubo que calcular sus coeficientes de absorciên de acuerdo con la ecuaciên (III), anteriormente desarrollada. Los coeficientes de absorciên calculados para las longitudes de onda que se especifican, se indican en las figuras 78, 79 y 80, y se expresan en cm^/g frente a longitudes de onda de la radiaciên X. La Tabla XXXVIII resume estos câlculos. En la Tabla XXXIX se re- gistran en orden creciente, los coeficientes de absorciên de los minérales de la mena de Chêvar f rente a la radiaciên X del co- bre. El cuarzo, por ejemplo, présenta un coeficiente de absorciên de 32,2 cm^/g para la radiaciên del Cu ; si se compara con el de otros minérales, êste es el de mayor transparencia a las radiacio­ nes X utilizadas. En el otro extremo, la baritina (SO^Ba) es la que mayor coeficiente de absorciên posee (211,6 cm2/g). Con esta base teêrica, esta têcnica se aplicê al estudio de muestras -lâminas delgadas- de la mena de Chêvar. Se disenô y se construyô en acero inoxidable 18/8 una câmara microradiogrêfica con un espesor de pared de 1,5 mm. — 3 6 — En la figura 81 a puede verse la câmara (B) y el collmador(C ) que se encuentra fijado al soporte (A) mediante el tornillo -1-. Parte A; Soporte de fijaciên (cola de milano); permite fijar la câ- mara (B) frente al haz de rayos X (figura 81 a). Parte B: Es la cSmara propiamente dicha; sus dimensiones son: L = 13 mm y = 60 mm El orificio central de la câmara (figura 81 b ) , se sitùa en contacte con el colimador (C); permite el paso de la radiaciôn X a la lâmina delgada dispuesta en su in­ terior (B). La lâmina delgada se monta sobre un papel ne­ gro y un anillo de plorao que évita el paso de radiaciên difusa al interior. La plaça fotogrâfica se coloca en In­ time contacte con la lâmina delgada. La câmara se cierra hermêticamente (figura 81 a) con una tapa que estâ ferra- da con una plancha de plomo de 2 mm de espesor, suficien- te para detener la radiaciên X no absorbida. Parte C: Tube colimador de 58 mm de longitud y 12 mm de diâmetro interior; "conduce" los rayos X generados, en un haz pa- ralelo, hasta incidir sobre la lâmina delgada. La selecciên de las muestras utilizadas en la preparaciên de lâminas delgadas fue muy cuidadosa, con el fin de que fueran lo mâs représentativas posible de la mena; las microradiograflas obteni- das a partir de ellas, deberlan informer de la estructura en todo el espesor de la lâmina. Esto informarla de la relaciên existante entre el minerai de interês econêmico, cinabrio, y de los minéra­ les que forman la ganga o estëril. - 37 - Las muestras seleccionadas se cortaron en lâminas delgadas con espesores entre 1,2 mm y 1,5 mm. Su desbaste se hizo con papel abrasivo del N® 600. Asl se con- segula ajustarlas a un espesor ôptimo aproximado de 1,0 mm. Despuis, se hacia un desbaste fino con polvo de CSi (400, 500 y 600) suspen- dido en parafina liquida, llegândose a espesores entre 0,8 y 0,7 mm. Las lâminas asi preparadas presentaban una superficie pulida idinea para el intimo contacte con la plaça fotogrâfica de alta resoluciôn. Finalmente, las lâminas se lavaron en alcohol agitando con ultrasonidos, lo cual permitiô eliminar los restes de CSi y de pa­ rafina . La impregnaciôn de las lâminas con bâlsamo del Canadâ permi­ tiô solucionar problemas derivados del carâcter deleznable de sus censtituyentes. El generador de rayos X utilizado para la obtenciôn de las microradiograflas fue un Picker, en el que, segun las necesidades, se ajustaron las siguientes variables: X = Longitud de onda de la radiaciôn X empleada. F = Filtre para la radiaciôn (metales de diferente nâ- mero atômico). = Voltaje de aceleraciôn. t = Tiempo de exposiciôn. Las condiciones de trabajo para cada una de las muestras exa- minadas, se detallan en la Tabla XL. No se considéré variable el espesor de las lâminas, ya que se procuré fuese aproximadamente el mismo. Las plaças fotogrâficas utilizadas en la obtenciôn de las — 3 0 — microradiografîas de contacte, fueron Ilford High Resolution, pre- feribles a las pelïculas por la rigidez del vidrio soporte que fa­ cilita el intime contacte con la muestra. b) Resultados obtenidos. Se han examinado muestras representstivas de las très zonas de explotaciôn del yacimiento de Chôvar, no encontrândose diferen- cias estructurales dignas de destacar, salve la proporciôn de los minérales existentes; por ello se discuten las distintas microra­ diograf îas sin hacer referencia al lugar de recogida de las muestras. Desde un punto de vista teôrico, la primera dificultad que surge en la interpretaciôn de las microradiograflas de la mena de Chôvar, se dériva de la pequena diferencia en los coeficientes de absorciên de los diferentes minérales alli présentes: goetita, 182,2 cm^/g; cinabrio, 192,8 cm^/g; hematites, 201,7 cm^/g; y ba­ ritina, 211,6 cm^/g. La diferencia entre los valores extremos es s6lo de 29,4 cm^/g (Tabla XLI). Como la informaciôn microradiogrâfi- ca queda registrada sobre una plaça fotogrâfica, cuyos tonos se si- t(îan entre el blanco y el negro, eran de prever las dificultades que existirîan para distinguir a los minérales présentes. Esta di­ ficultad se consiguiô utilizando R-X de las longitudes de onda mâs adecuadas en cada caso (anticâtodos de Cu y Mo). Las micrografîas en color previamente tomadas de las lâminas delgadas han sido de gran ayuda en la interpretaciôn de los posi- tivos microradiogrâficos, y, sobre todo, a la hora de localizar mi­ nérales en superficie y distinguirlos de ciertas masas mâs profun- das. - 39 - Las figuras 82 a y b muestran sendas caras, anterior y poste­ rior, de una lâmina delgada, cuyo positive microradiogrâfico (de la zona enmarcada) se recoge (x 6) en la figura 82 c. Se observa que el minerai cinabrio, se corresponde con las manchas en negro (cons­ tituyente de mayor coeficiente de absorciên). Aparece en masas mâs o menos importantes (A), en posiciên intercristalina con respecte al cuarzo de la arenisca, asl como en otras mue ho mâs pequenas (B") . El cuarzo que se muestra en tone grisâceo por tratarse de une de los minérales de bajo poder de absorciên, aparece en unidades cristali- nas (C), de distintos tamahos (D); para mayor claridad se han pun- teado los côntornos de los idiomêrficos. En algunos puntos de la arenisca de Chêvar -sobre todo en el positive (1) de la composiciên microradiogrâfica de la figura 82 c- aparecen en negro pequenos cristalitos que podria pensarse se trata, por" su aspecto, de pequenos microlitos de cinabrio (E) . Com- parando este detalle con la zona correspondiente en la micrografla en color, se aprecia que el constituyente de la lâmina delgada es un minerai difuso y de tono parduzco, en el que no se détecta la existencia de cinabrio. Por ello se admite que este constituyente negro y difuso del positive microradiogrâfico es, en realidad, goe­ tita en forma de pequenos cristales. La zona central, muestra otra caracteristica estructural de esta mena: las masas de cuarzo aparecen en algunas partes separa- das por zonas que presentan menor coeficiente de absorciên a los rayos X que el propio cuarzo. Como los anâlisis no habian detecta- do minérales menos absorbantes que el cuarzo frente a la radiaciên X, deberîa tratarse de la imagen de poros o cavidades de la roca en consolidaciên; porosidad intercristalina, que queda suficiente- - 4 0 - mente revelada por microradiograf£a. Asi se confirma lo ya apreciado al observer muestras con su­ perficie pulida: que el cinabrio no alcanzê a la roca de Chêvar, ni en la cantidad ni en la forma requeridas para llenar las multiples cavidades existentes. Ademâs de huecos entre cristales de cuarzo, hay cavidades in- tracristalinas (C). Las inclusiones intracristalinas en el cuarzo se detectan por su mayor coeficiente de absorciên (F)(figura 82 c). El detalle (N)(fondo blanco) del positive microradiogrâfico se corresponde con una cavidad rellena de bâlsamo del Canadâ, duran­ te la preparaciên de la lâmina delgada. Sobre las masas de cuarzo, se perfila un constituyente con mayor poder de absorciên (color gris), que parece delimiter los cris­ talitos de cuarzo; en la zona (Q) se délimita este constituyente con llnea de trazos. En algunas zonas se distribuye siguiendo los limites de los granos de cuarzo. Por lo observado y analizado, se puede pensar que se trata de un compuesto silico-aluminatado (pre- sumiblemente musJcovita) . El positive microradiogrâfico de la figura 83 c (x 6), corres­ ponde a las zonas enmarcadas en la lâmina delgada de las figuras 83 a y 83 b, (caras anterior y posterior respectivamente). A simple vista puede apreciarse la ausencia de cinabrio en la superficie. El examen del positive microradiogrâfico muestra como las vetas del constituyente de color pardo, presentan gran poder de absorciên frente a la radiaciên X T se trata del mineral goetita, aiejade tan­ to en las grandes disooatinuidades de la roca (veta), como en otras zonas dispersas por la arenisca (A). El estudio detallado de la — 41 — disposiciên de este constituyente permite conocer que el ôxido de hierro no rellena completamente estas discontinuidades; en efecto, en (B) se aprecia c6mo la tonalidad negra se difumina en tonos gri­ ses, denotando una estrecha relaciên entre los cristales de cuarzo y la goetita. Teniendo en cuenta el gran poder de absorciên de ês- t a, si hubiera ocupado de forma compacta los espacios vacïos de la roca encajante, aparecerïa en el positive microradiogrâfico como una intensa mancha negra, como la observada en la veta (C). La fal­ ta de homogeneidad en el fondo blanco de la arenisca, demuestra, por ello, una falta de llenado total de los espacios o cavidades; también aparecen huecos sin goetita (D). Estes hechos vienen a co­ rroborer la ya advertida porosidad de esta mena. Sobre el cuarzo se aprecian otras inclusiones minérales ade- mâs de la muskovita (E) y (K). Las figuras 84 a y b muestran, com­ parative y respectivamente; en sus caras anterior y posterior, la evidencia de una mineraiizaciên de la arenisca por cinabrio y por goetita. Durante el proceso de preparaciên de la lâmina se provo- cô la apariciên de dos grandes cavidades (A), que sobre el positi­ ve microradiogrâfico (x 6) aparecen como dos grandes manchas blan- cas (figura 84 c). El cinabrio y la goetita son difIciles de diferenciar en el positive microradiogrâfico, por poseer unos coeficientes de absor­ ciên muy prêximos. Sin embargo, en algunos puntos (E) parecen re- velarse con distintas tonalidades (C) y (D). En efecto, en masas aisladas sobre la ma-triz de cuarzo, el cinabrio présenta una tonalidad mâs obscura (por menos absorbante) que la hematites y la goetita (oxhidrêxidos de hierro), lo cual. - 42 - segûn sus coeficientes de absorciên, no era lêgico de esperar. Es­ ta aparente anomalla manifestada incluse en masas mâs compactas de mineraiizaciên conjunta, se interpréta como debida a la disposiciên de los ôxidos de hierro en la arenisca, formando masas menos compac­ tas y mâs dispersas, a diferencia de como lo hace el SHg que, a pe- sar de sü deleznabilidad, ocupa en la mineraiizaciên huecos relati- vamente grandes, aunque no de forma total. Esta caracterîstica se pone igualmente de manifiesto en la zo­ na (F), donde la goetita y la hematites (J) aparecen como manchas menos obscuras que el cinabrio (V). La composiciên microradiogrâfica de la figura 85 c correspon- diente a la lâmina delgada enmarcadas en las figuras 85 a y b, mues­ tra, sobre todo, la distribuciên del cinabrio y del êxido de hierro muy dificilmente observables. El conjunto de pequenas inclusiones que se distribuyen sobre todo en el ârea (D) (figura 85 c x6 ), se revelan como del constituyente pesado; tambiên aparecen pequenîsi- mas masas de cinabrio (E). Hay que destacar la existencia de agregados de cristales i- diomêrficos de cuarzo, tanto en las zonas mineralizadas por cina­ brio, como en las que se depositaron êxidos y oxhidrêxidos de hie­ rro. Este idiomorfismo aparece claramente en la microradiograffa de la figura 86 c, correspondiente a la zona central enmarcada en la lâmina delgada cuyas caras anterior y posterior se muestran, res­ pectivamente, en las figuras 86 a y b. Se trata de una muestra ri- ca en minérales de hierro, y sôlo ligeramente mineralizada con ci­ nabrio. Entre los cristales de cuarzo aparecen irregularmente dis­ tri bu Ido un constituyente de mayor coeficiente de absorciên frente - 43 - a la radiaciên X que el propio cuarzo; pudiera tratarse de muskovi­ ta (E)(figura 86 c). Por otra parte, en el interior de los propios cristales de cuarzo se observaron inclusiones (F) del compuesto de hierro (hematites)- La lâmina delgada a la que corresponden las figuras 87 a y b, fue preparada de una muestra muy rica en goetita, sobre cuyo mine­ rai se observaron cristalitos de cinabrio, fâcilmente reconocible por su coloraciên roja caracterîstica (C). La microradiografla de su zona central (figura 87 c) permite apreciar lo siguiente; 1) La naturaleza fibrosa de la goetita (B). 2) Distribuciên irregular del cinabrio (A) sobre ese minerai. La figura 88 c es la microradiografla de la zona enmarcada en las figuras 88 a y b (lâmina delgada). Se trata de una muestra exenta de cinabrio y que exhibe en su parte superior e inferior (el positivo microradiogrâfico corresponde a la parte inferior), a modo de bandas, un compuesto pardo que se resuelve en la microra­ diograf la como pequenos cristales de elevado poder de absorciên -tonalidad negra sobre la matriz de cuarzo blanca-. Por la eviden­ cia acumulada puede decirse que se trata de cristales de êxido de hierro. También se observa el constituyente silico-aluminoso (A) entre los cristales de cuarzo. El constituyente (B) se interpréta, por su morfologla y grado de absorciên, como circên, mientras que el (C), como rutilo. Es curioso destacar que el rutilo parece aso- ciarse con ôxidos de hierro que se destacan por su tonalidad obs­ cura sobre el fondo gris del positive microradiogrâfico. Los mar- cados (O) pudieran tratarse del SO^Ba, dado su gran coeficiente de absorciên. De la zona enmarcada en la lâmina delgada de las figuras — 44 — 89 a y b (caras anterior y posterior) se ha obtenldo la microradio­ graf la de la figura 89 c . Se aprecia la disposiciên en banda-s de in­ clusiones que, por anâlogas razones a las descritas con anteriori- dad, se piensa puedan ser de pequenos cristales de êxido de hierro. Las inclusiones (A) se resuelven en forma de masas irregulares, y tambiên alargadas, que recuerdan la morfologla de los agregados del circên SiO^» Zr02, que en algunos puntos aparecen acompanados de êxi­ dos de hierro (B). La figura 90 c muestra el positive microradiogrâfico obtenido de una zona central debidamente marcada en la lâmina delgada repro- ducida en las figuras 90 a y b (caras anterior y posterior respec­ tivamente) . Aparentemente, se trata de otra muestra exenta de mine- ralizaciên por cinabrio, y con inclusiones muy diseminadas. Los pe­ quenos cristalitos de êxido de hierro (O) son mucho menos abundan- tes en esta muestra que en las dos anteriores. El constituyente (D), por su coeficiente de absorciên y su morfologla, se interpréta co­ mo circên; en algunas de ellas puede verse asociado a hematites (H). Dada la dificultad de poder diferenciar los minérales cina­ brio (SHg) , goetita (FeOOH),̂ y hematites (FegO^)^, , por ser sus coe- ficientes de absorciên muy prêximos entre si, se pensé en la posi- bilidad de emplear radiaciên X que tuviera una longitud de onda me­ nor que 1,5405 A, [K^ del Cu). Despuês de calcular hasta quê pun­ to se podrian diferenciar los citados constituyentes por sus coe- ficientes de absorciên irradiando con distintas longitudes de onda (K,* del Cu, del Mo y del Cr) (ver Tabla XLII) , se obtuvieron microradiograflas, empleando un tubo de rayos X con anticâtodo de molibdeno filtrando la radiaciên con un filtro de circonio. El estudio comparativo de la microradiografla de la figura - 45 - 82 c (obtenida con radiaciôn X, del Cu) y la de la figura 82 d (obtenida con là radiaciôn X, K* del Mo) révéla una notable dife- rencia entra ambas. En la figura 82 d se observa que la masa cuarcitica no pré­ senta grandes contrastes, dado el bajo coeficiente de absorciên del cuarzo (SiOg) tambiên frente a la radiaciên del Mo; circunstan- cia que impide contraster el blanco de la porosidad y el gris del mineral cuarzo, como se observaba en la figura 82 c. Los contornos de los grandes cristales de cuarzo (C) en ambas figuras, se apre­ cian con menos detalle en la figura 82 d que en la 82 c. Las mine- ralizaciones de cinabrio (A yB) de esta êltima figura aparecen en la 82 d con un contorno igualmente negro (A), pero se aprecia en estas zonas una mayor definiciên en su interior, como puede ser la apariciên de los contornos de los cbistales de SiO^. Igualmente, en la composiciên microradiogrêfica (1)(figura 82 d) en su zona central, los puntos (E) se corresponden con goe­ tita . Este compuesto se présenta menos contrastado, diferenciêndo- se claramente los contornos de los minérales goetita y cinabrio. Este mismo hecho se observa en los pequenos agregados idiomêrficos a modo de inclusiones (F)(figura 8 2 d), correspondientes a los mi­ nérales hematites y rutilo, ya senalados en la figura 82 c. En las figuras 84 a y b correspondientes a una lâmina delga­ da, (caras anterior y posterior respectivamente) ya se advirtiê una fuerte mineralizaciên por cinabrio y presencia de goetita-he- matites en la arenisca. El estudio comparativo de las microradio­ graf las de las figuras 84 c (obtenida con radiaciên X Koi del Cu) y 84 d (obtenida con radiaciên Kc_del Mo), permite destacar las siguientes notables diferencias: — 4 f5 1) Fuerte disminuciôn de la absorciên de la radiaciên X Kei del Mo, por la goetita y la hematites (F y K). 2) Las zonas sehaladas (E) sobre la microradiografla de la fi­ gura 84 c, aparecen en la figura 84 d* (E); con una tonali­ dad mâs suave. Aparecen detalles estructurales profundos, como son los cristales de SiO^ (x e y) que no eran visi­ bles en la figura 84 c. 3) Se comprueba un notable contraste entre el cinabrio y los constituyentes goetita y cinabrio. 4) (figura 84 d) No se aprecian detalles estructurales pro-- fundos sobre el cuarzo, como pueden ser inclusiones, poros o fisuras, dada la permeabilidad de aquél, con la consi-- guiente pérdida de contraste en el positive microradiogrâ- f ico. Este hecho ha permitido observar detalles estructurales de la roca (idiomorfismo en cristales de cuarzo)(R) en la figura 84 d, que anteriormente no eran visibles, debido a la fuerte absorciên de los compuestos de hierro f rente a la radiaciên K<* del Cu. Comparando los positives microradiogrâficos de las figuras 85 c y d se comprueba tambiên cêmo pueden diferenciarse asl la go­ etita, la hematites y el cinabrio. En efecto, las zonas oscuras (D) que delimitan los grandes cristales de SiO^ de la figura 85 c, apa­ recen en la figura 85 d con una tonalidad mâs suave. Los puntos o zonas con mayor intensidad en el tono (negro) se corresponden con zonas mineralizadas por cinabrio; êste aparece en forma compacta (C) o diseminado (R)(puntos correspondientes a los marcados C y R en la figura 8 5a). Otros detalles estructurales a destacar sobre la figura 85 d — 47 — SOI la definiciên de cristales idiomêrficos de Sio^ (Q), que se en­ cuentran bajo la goetita (FeOOH)^ , hecho que confirma la posibili- dad de detectar detalles estructurales profundos cuando la microra­ diograf £a se obtiene con la radiaciên X del Mo, detalles que no fueron revelados por la radiaciên del Cu. No obstante, el empleo de la radiaciên X Kei del Mo présenta un inconveniente cuando se trata del estudio de constituyentes ligeros, como es el caso de al­ gunos existentes en la roca de Chêvar, que es la falta de contras­ te entre minérales o productos de la arenisca (figura 85 d). Como se habrê podido apreciar, la comparaciên de microradio­ graf las obtenidas con diferentes longitudes de onda résulté muy i- lustrativa en esta mena de Chêvar, para localizar e identificar el cinabrio y los ôxidos y oxhidrêxidos de hierro, en la roca arenis­ ca. Por ejemplo: Comparando las figuras 86 c y d, se aprecia cêmo en la figura 86 d aparece el cinabrio sobre la goetita (C), mien­ tras que en la figura 86 c no se podla apreciar. Estos puntos de mineralizaciên por cinabrio se corresponden con los observados en la figura 86 b. En la figura 86 d se détecta la estructura en ce- losla del mineral goetita (E), hecho que ya se habla observado y detectado con anterioridad (3.3.1.). La microradiografla de la figura 87 d, que se corresponde con la figura 87 c, présenta una clara diferenciaciên de los miné­ rales goetita y cinabrio(C). El cinabrio no ocupê solamente las discontinuidades de la roca (C^) sino también de la goetita (C^). Los cristales de cuarzo (d )(figura 87 d) se encuentran sal- picados por hematites, que podrian confundirse con el minerai mus- )covita, pero este Gltimo minerai présenta un coeficiente de absor- « - 48 - ci6n muy bajo a la radiaciôn del Mo, no apareciendo, por ello, en la microradiografla. En esta microradiografla también se aprecia claramente la estructura fibrosa (celosîa) del mineral goetita (B). En su interior se perfilan los contornos de los cristales idiomôr- ficos de cuarzo (Q) con un tono blanquecino, y los diminutos puntos de mineralizaciên por cinabrio (T). 3.3.3. Microscopla Electrênica de Barrido (SEM). Las imégenes de los minérales présentes en la mena de Chêvar por los electrones secundarios (SEM), microanêlisis por Espebtros de Energies de rayos X (EDS), y la posibilidad de registrar también la imagen por la radiaciên X generada en cada constituyente de la muestra al ser incidida por un haz de electrones acelerados, han permitido avanzar en el conocimiento de la mena de Chêvar. Se han utilizado microscopios Philips mod. 501 y Jeol mod. JSM 35C, de anSlogas caracteristicas. a) Preparaciên de las muestras y variables instru­ mentales . Las muestras deben ser previamente preparadas por metaliza- ciên de su superficie con Au. El procedimiento empleado fue el bom- bardeo iênico o sputtering, en un aparato Polaron mod. E-5000 de atmêsfera controlada. Dado que el espesor del recubrimiento es funciên del voltaje, intensidad, difusibilidad del gas utilizado y tiempo (44), los va­ lores de estas variables se fijaron por experimentaciên previa con el fin de obtener espesores de pellcula conductora (Au) entre 200 A - 49 - y 600 A. Se adoptaron los siguientes: intensidad = 38 mAmperios voltaje = 1,3 Kv tiempo = 2 + 2 (4) s difusibibidad del gab argon = 5 Como la mayorla de las muestras observadas se encontraban mi- Yieralizadas con cinabrio, e iban a ser analizadas mediante (EDS), se tuvo en cuenta la fuerte interferencia de la radiaciôn M,* del Au con las correspondientes M* del Hg y del S (45). Otras muestras se recubrieron con carbono , cuyo depôsito se consigue vaporizando grafito en vaclo por contacto entre dos elec- trodos de este material entre los que se hace pasar una corriente elëctrica. La nube de C se deposits sobre la superficie de las mues­ tras. Los recubrimientos asl obtenidos son permeables a las radia­ ciones X (46) . b) Observaciôn sobre superficie pulida. Identifica- ciôn por microanâlisis de los minérales asocia- dos al cinabrio en la mena de Chôvar (Microanâ- lisis por Espectros de Energlas de rayos X (EDS)). Se trata de analizar las energlas asociadas a las radiacio­ nes X especificas, generadas por el choque de un haz de electrones acelerados sobre la muestra en estudio (E = h.\) ), para asl poder determiner naturaleza y cantidad de los elementos componentes de los minérales asociados, y la distribuciên de éstos. Los espectrêmetros de energlas de rayos X utilizados han si- - 50 - do, el EDAX mod. 9.100 y el KEVEX mod. 7077. Ambos espectrêmetros estân provlstos de un detector de estado sôlido (Si-Ll) , cuyo po­ der de resoluciên es de 153 ev para el EDAX 9.100 y de 146 ev para el mod. 7077 de KEVEX. La informaciên recogida y procesada por el espectrômetro se puede visualizar en una pantalla de TV. Los espectrêmetros van e- quipados con un microsprocesador y un ordenador, que, segun los programss utilizados, permite transformer esa informaciên en valo­ res analiticos cuanti o semicuantitativos de los elementos analiza- dos. Como se ha indicado, la ganga de la mena de Chêvar es esen- cialmente cuarcitica. Los cristalitos de cuarzo, idiomêrficos o no, estSn cementados en algunos puntos, por un producto minerai de ca— râcter siliceo (silicate) en forma de red coherente. Examinados y analizados estos puntos, puede deducirse que el sedimento expéri­ menté una transformaciên que dio lugar a la apariciên de nuevos cristales de cuarzo y de silico-aluminatos. En la figura 91 a se observa una posible zona de reacciên me- tamêrfica, en la que los cristales de cuarzo se encuentran seccio- nados transversal y longitudinalmente, en proceso de crecimiento (A) Entre los cristales de cuarzo (figura 91 b) hay un constituyente de color oscuro, cuyo anâlisis révéla como un silicato de aluminio y potasio (figuras 91 c y d) de textura fibroso-laminar (M). Su com­ posiciên y disposiciên permiten identificarlo como muskovita, cuya existencia ya se habla supuesto. La explicaciên que se da a la asociaciên mica-cuarzo, es la de haber sido formada por descomposiciôn de un silicato câlcico- - 51 - alumînico, durante el metamorfismo de contacto sufrido por esta ro­ ca arenisca. Los antecedentes bibliogrâficos (47) (48) (49) (50) (51) permiten confirmer esta sospecha. Las imâgenes de rayos X correspondientes a los elementos Si y Al pueden verse en las figuras 91 e y El Al se sitda sobre el silicoaluminato intercristalino ; la radiaciên X, del Si aparece menos intensa sobre este constituyente que sobre el cuarzo. También se detectê este silicoaluminato en un corte longitudinal, ocupando algunos poros y espacios intercristalinos del cuarzo (Q)(figura 92 a) El anâlisis por EDS (figura 92 b) ha dado como resultado la existencia de los elementos Al, Si, K y Fe; al Fe se le supone en soluciên sôlida en el silicoaluminato de potasio. Las figuras 92 c, d y e presentan las imâgenes de las radiaciones X caracteristicas de los elementos detectados, sobre los minérales comentados. Los microconstituyentes, en forma de cristales idiomêrficos o no, observados con anterioridad (3.3.1. y 3.3.2. b ), y que fue­ ron interpretados como circên, rutilo y hematites (constituyentes asociados en esta roca), han sido confirmados asi por su composi­ ciên y distribuciên en los cristales de cuarzo. Las figuras que a continuaciên se discuten reflejan estos resultados. En la figura 93 a, observamos, en tonalidad blanca (A), una particula intracristalina, no idiomêrfica. Dicha particula présen­ ta defectos, grietas y poros, que se continüan en el seno del cuar­ zo, lo que demuestra una cierta relaciên entre ambas fases. Los resultados analfticos por EDS (figura 93 b), confirman que dicha fase es un êxido mixto de Si y Zr (circên), a pesar de que no es posible la detecciên de oxigeno con el tipo de detector utilizado - 52 - (45, 46). La asociaciên Silicio-Circonio y la no existencia de o- tros elementos parecen confirmar su naturaleza (circên). La imagen de rayos X para las radiaciones caracteristicas del Si y Zr (figu­ ras 93 c y d respectivamente) muestran la distribuciên de cada ele- mento en el circên intracristalino al cuarzo (inclusiên). En la figura 94 a, se observan los cristales de cuarzo (Q), el silico-aluminato (S) y el cristal idiomêrfico de circên (Z), aun­ que mal formado. El anâlisis EDS (figura 94 b) confirma la natura­ leza del circên. Las imâgenes de rayos X (figuras 94 £, d, e y )̂ correspondientes a las cuatro radiaciones caracteristicas de los elementos Si, Zr, Al y K, muestran la distribuciên de estos cuatro elementos en los constituyentes. El minerai rutilo (TiO^) se encuentra igualmente como inclu­ siên inter e intracristalina en el cuarzo, como révéla la imagen de electrones secundarios contenida en la figura 95 a, donde el ru­ tilo se sitâa dentro del cuarzo (Q). El anâlisis EDS (figura 95 b) confirma la riqueza en titanio. A mayores aumentos (figura 96 a) se descubren en el rutilo pequenos cristales de cuarzo (q), que se de­ tectan por su tonalidad oscura. Las imâgenes de rayos X de los ele­ mentos contenidos en dichos minérales. Si (figura 96 b), Ti (figu­ ra 96 c) y Al (figura 96 d) , muestran la distribuciên de las cita- das microinclusiones en el rutilo. Igualmente la imagen de rayos X del aluminio muestra la existencia del silico-aluminato de potasio sobre el cuarzo. La asociaciên cuarzo-rutilo-silicoaluminato de potasio vuel- ve a ser detectada en algunos puntos singulares. En la figura 97 a se observan cristales de cuarzo (Q) silicoaluminato de potasio (S), y la inclusiên de rutilo, idiomêrfica, corroborando el anâli- - 53 - sis (figura 97 b). Las imâgenes de rayos X de los elementos detec­ tados Si (figura 97 c), Ti (figura 97 d) y Al (figura 97 e) muestran su distribuciên. El hallazgo de cristales idiomêrficos de hematites, han demos- trado que dieho minerai se encuentra en posiciên intracristalina en el cuarzo. Su carâcter idiomêrfico es patente, (figura 98 a), aun­ que defectuoso. La matriz, mâs oscura (Q), corresponde al cuarzo; se observa también silico-aluminato de potasio entre los cristales de cuarzo. Las imâgenes de rayos X del Si (figura 98 b), Fe (figu­ ra 98 c) y Al (figura 98 d), parecen confirmer que en el silico- aluminato de potasio existe Fe en soluciên sêlida. El contacto hematites y silico-aluminato de potasio durante el metamorfismo pudo originar una difusiên de iones hierro del êxi­ do hacia el silicoaluminato de potasio. La figura 99 a présenta a los dos minérales Intimamente realacionados en la roca cuarcitica, el silicoaluminato (M) présenta una estructura fibroso-laminar y estâ en intimo contacto con la hematites (F). Las imâgenes de ra­ yos X correspondientes a los elementos Si (figura 99 b ) , Fe (fi­ gura 99 C ) , Al (figura 99 d) y K (figura 99 e ) , muestran cêmo el Fe se encuentra no sêlo en el minerai hematites, sino en el silico­ aluminato, con là natural diferencia de concentraciên. Ademâs de los minérales mayoritarios citados, se han identi- ficado otros minoritarios también asociados en la mena de Chêvar, cuyos elementos (Ba, Fe, Mn y Ca) se habian ya detectado en el a- nâlisis por fluorescencia de rayos X (3.1.1. b). Se encontrê baritina (SO^Ba) en cavidades de la roca sopor­ te. En la figura 100 a se observan cristales de cuarzo mâs o me- - 54 - nos redondeados (Q) , entre los que se encuentra la baritina (SO^Ba) (B), como demuestra el anâlisis de la figura 100 b. En la baritina se encontraron, ocluîdos, pequenos cristales de cuarzo (x, y). Las imâgenes de rayos X para las radiaciones caracteristicas de los ele­ mentos Si (figura 100 c), S (figura 100 d) y Ba (figura 100 e) mues­ tran la distribuciên de estos elementos en los minérales présentes. El minerai baritina ocupa alotriomêrficamente los espacios intercristalinos de los cristales idiomêrficos de cuarzo, marcados (Q) (figura 101 a). El anâlisis (figura 101 b) confirma la natura­ leza del compuesto rico en bario. Obsêrvese un ârea de esta zona a mayores aumentos en la figura 102 a, asl como la distribuciên de los elementos detectados mediante imâgenes de rayos X del Si (fi­ gura 102 b), Ba (figura 102 c) , S (figura 102 d) y Ca (figura 102 e); la mayor concentraciên de puntos correspondiente a la radiaciên X del Ca se situa dentro de la zona correspondiente al minerai bari­ tina, lo que sugiere que en este minerai existe algo de calcio subs- tituyendo al Ba, Tambiên se ha confiirmado la presencia de pirolusita tanto en los espacios intercristalinos de la argilita, como en el silicoalu­ minato. No obstante, este compuesto de manganeso es muy escaso. La figura 103 a présenta una zona con pirolusita (P) -segên se deduce del anâlisis (figura 103 b)- asociada al silicoaluminato de pota- çio (M), ambas en la roca soporte constitulda por cristales de cuar­ zo (Q), En la figura 103 c se muestra la distribuciên de la radia­ ciên X caracterîstica del manganeso (K^). Otro de los minérales de manganeso detectados es la psilome­ lana ^(Ba,HgO)gMngO^gj , recubriendo las paredes de los grandes huecos de la roca (grietas y fisuras). En la figura 104 a (Ps) - 55 - puede observarse cêmo este minerai recubre las grietas; depositado sobre los cristales de cuarzo (Q). La composiciên elemental de la psilomelana se ha confirmado por el anâlisis (figura 104 b). En la figura 105 a (detalle de la anterior) se puede observar cêmo la psilomelana recubre las irregularidades de los cristales de cuarzo, en los espacios intercristalinos. Tambiên aparece silicoaluminato (muscovita) (M) ocluîda en la psilomelana. La distribuciên segun las imâgenes de rayos X de los elementos Si (figura 105 b), Mn (fi­ gura 105 c), Ba (figura 105 d) y Ca (figura 105 e), confirma la na­ turaleza de esos minérales. El detalle de las formas de la mus)covita en la psilomelana, puede observarse en la figura 106 a. Los espacios intercristalinos de cuarzo aparecen recubiertos por psilomelana. Se ha marcado la interfacie cuarzo-silicoaluminato de potasio. La apariciên del mi­ neral silicoaluminato de potasio, confirmada por microanâlisis (fi­ gura 106 b) y su distribuciên en la zona estudiada, indican que es­ te minerai es anterior a la psilomelana (figura 107 a (M)); las i- mâgenes de rayos X correspondientes al Si (figura 107 b), Mn (figu­ ra 107 c), Ba (figura 107 d), ^1 (figura 107 e) y K (figura 107 ^), muestran su distribuciên en los minérales constituyentes. Los anâ­ lisis de la fase psilomelana han dado como resultado la existencia de Fe en soluciên sêlida. La radiaciên X del Fe (Koc) (figura 107 g_) se localize en la zona correspondiente a la psilomelana, confirman- do con ello los resultados espectroscêpicos. La existencia de Fe en soluciên sêlida en la psilomelana, no debe de extrahar, pues en la zona superior a la estudiada (figura 104 a) se detectê una asociaciên minerai (figura 108 a), en la que puede observarse claramente cêmo sobre los cristales de cuarzo en - 56 - las cavidades de la roca cuarcitica (Q) y sobre el silicoaluminato de potasio (M) se observan depositados dos minérales de diferente forma y tonalidad (los anâlisis se recogen en las figuras 108 ^ y 108 El mineral A, rico en Fe, de tono mâs grisâceo, se encuentra recubriendo las paredes de los cristales de cuarzo y de silicoalu­ minato. Con tono mâs claro, el mineral (B) rico en Mn, de aspecto poroso, recubre al (A) (figura 108 b) . Estudiada la zona con raâg detalle, se comprobê que los pro­ ductos minérales présentes en la secuencia descrita, no son dos, si­ no très. En efecto, la figura 108 k, muestra que el producto B estâ formado en realidad por otros dos (C y D); uno no poroso y mâs os­ curo, prôximo al depôsito rico en hierro, y el otro, mâs claro, de­ positado sobre el anterior, y poroso. El compuesto aparece en cris­ tales idiomêrficos en el interior de las cavidades (S). Las inter- fases han sido remarcadas con el fin de facilitar su visualizaciên. La secuencia de las figuras 108 c a 108 h, correspondientes a las imâgenes de rayos X caracterIsticos para cada uno de los ele­ mentos que constituyen los compuestos detectados, permite compro- bar la distribuciên de los mismos sobre êstas. De la bibliogrâfla consultada (52) (53) (54) y de los diagramas Eh-pH del Mn y del Fe (55) , se deduce que una soluciên que conten- ga los iones Fe^^ y Mn^^, no da lugar a la formaciên del mineral pirolusita si antes no ha desaparecido del medio el Fe^^ existan­ te (formaciên de êxidos o hidrêxidos de Fe), lo cual viene a indi- car que en la mena de Chêvar, la goetita se depositê en la roca soporte con anterioridad a la pirolusita y a la psilomelana, de a- cuerdo con las observaciones microestructurales comentadas. « - 5 7 - La maniflesta porosidad estructural de la goetita -que se mues- tra en la figura 109- debe quedar justificada en cualquier hlpôte- sis sobre su genesis. En la figura 110 a se comprueba c6mo el cinabrio recubre, aun- que s61o sea parcialmente, las paredes de las cavidades en la goeti­ ta, asî como la Interfase cuarzo-goetita (C). Este cinabrio no es coropacto, sino, por el contrario, muy deleznable. Las imâgenes de las radiaciones X caracterlstlcas de los ele- mentos Si (figura 110 b), Fe (figura 110 c), S (figura 110 d), y Hg (figura 110 e ), ponen de manifiesto la mineralizaciÔn por cina­ brio de las cavidades referidas. El cinabrio y la goetita se han confirmado por microanâlisis (figuras 110 f, 110 2 ̂y h). La gran porosidad de la goetita, ha permitido el alojamien- to en sus cavidades de pequenos cristales de otros minérales no singenêticos, y no detectados con anterioridad• En efecto, en la figura 111 a, la inclusiôn marcada A, corresponde a un compuesto rico en calcio (posiblemente calcita); su microanSlisis se repré­ senta en la figura 111 b; sin embargo, la fase marcada B aparece rica en circonio y calcio, posiblemente un 6xido mixto de Zr y Ca, (CaO.ZrO^). La existencia de niquel y cloro (figura 111^^ detectados por EDS, asociados al compuesto de Zr y Ca, pero no relacionados es- tructuralmente con êl, permite pensar que dicha inclusiôn (marca­ da N) pudiera tratarse de un haluro de niquel (Cl^Ni). En las imS- genes de rayos X de las figuras 111 d a ^ puede observarse la aso— ciaciôn y la distribuciôn de los elementos detectados Fe, Ca,Zr,Si, Cl,Ni respectivamente, en los minérales présentes. — 5R - Dentro de los poros de goetita se ha identificado calcita. Sus agregados que no presentan idiomorfismo, aparecen con una tex- tura radiada (figura 112 a, agregado marcado A). Igualmente se aso- cian al silicoaluminato (M). La naturaleza de ambos constituyentes se ha averiguado por raicroanâlisis (figuras 112 b y e ) . La irregu- laridad de forma que présenta la calcita puede ser debida a un ata- que selective por soluciones mineralizantes, hecho poco probable, o bien como consecuencia del proceso de formacidn. En la figura 113 a se marcan agregados de baritina sobre goe­ tita; no se observa ningun tipo de interacciôn, lo cual significa diferente gênesis para ambos minérales. La baritina se confirma por microanâlisis (figura 113 b). Se ha detectado la existencia de agregados alargados de una substancia rica en plata (probablemente plata nativa) (figura 114 a R). La falta de coherencia con la goetita, su esencialmente dis­ tinta naturaleza, permiten pensar tambiën en un distinto origen. La textura de los agregados de plata es acicular, no idlomôrficos. Vêase microanâlisis en la figura 114 b. De acuerdo con lo hasta aquî comentado, el cinabrio solo o- cupa parcialmente las cavidades intercristalinas del cuarzo de la roca mineralizada. Por ello se han estudiado superficies pulldas en muestras que presentan grandes espacios intercristalinos. La figura 115 £ muestra cômo cristales de cuarzo (Q), se en- cuentran recubiertos parcialmente de cinabrio (C), microcristalino, deleznable. No hay interacciôn ni coherencia (figura 115 d). El ci­ nabrio se ha comprobado por microanâlisis (figura 115 e). Las fi­ guras 115 b y 115 c reproducen las imâgenes de las radiaciones ca- racterlsticas del Si y Hg, respectivamente; corresponden a la fi- - 59 - gura 115 a. La zona estudiada présenta un alto grado de desarrollo de los cristales de cuarzo (figura 116 a, Q), aunque se hayan sorprendido cristales en fase de formacidn (imperfectos). La falta de cohesidn entre el cuarzo y el cinabrio es una vez mâs, bien évidente. La ima- gen de las radiaciones X caracterlstlcas de los elementos Si (figu­ ra 116 b), S (figura 116 c) y Hg (figura 116 d) revelan la distri- bucidn en los minérales cuarzo y cinabrio. La asociaciôn cuarzo-silicoaluminosilicato (muskovlta)-cina­ brio, es frecuente en esta mena (figura 117 a). El cinabrio se en- cuentra siempre recubriendo a los otros minérales (Q y S) respec­ tivamente. Cualquiera que sea el minerai recubierto, el cinabrio depositado sobre êl es deleznable e incohérente. La distribuciôn de èstos minérales puede observarse en las figuras 117 b, c, d, e, correspondientes a las radiaciones X caracterîsticas de los elemen­ tos Si, Hg, S, Al y K respectivamente. El Fe (figura 117 £) se loca­ lize en la goetita. La mineralizaciên parcial de la goetita por cinabrio, detec- tada al observer las muestras mediante microscopla ôptica (campo oscuro), se pone aqul de manifiesto, aportando nuevos datos estruc- turales de interês. En la figura 118 a aparece la disposiciôn del cinabrio sobre la goetita; en la figura 118 e se aprecia la falta de cohesiôn entre ambos minérales, lo que dénota su diferente ori­ gen. Las imâgenes de las figuras 118 b, c y d corresponden a la distribuciôn de los elementos Fe, Hg, y S en los minérales exis- tentes. En esta mena se ha detectado, ademâs, un minerai minoritario — 60 — de mercuric. Se puso de manifiesto al estudiar el cinabrio deposi­ tado sobre la goetita. La figura 119 a, représenta al minerai goe­ tita, de estructura porosa; en el interior de uno de los grandes po­ ros se han encontrado pequenos cristales idiomôrficos de una subs­ tancia blanquecina, (S y T). El microanâlisis EDS de esta substan­ cia (figura 119 b) revelô la existencia de S , Cl y Hg; al expandir la escala de energîas, se observa (figura 119 c) el pico caracte- rlstico de la radiaciôn del Cl (.2,620 K.ev.), lo cual permite su- poner que se trate de un suifocloruro de mercurio. El anâlisis cuan- titativo dio un valor medio de 80,2% Hg, 13,2% de S y 6,6% de Cl. Comparando esta composiciôn con la del cinabrio (86,3% Hg y 13,7% de S), se llega a la conclusiôn de que la presencia del Cl en es­ ta fase minerai pudiera ser el resultado de la alteraciôn qulmica del cinabrio por agentes exôgenos. Ante la imposibilidad de pode'r observer imâgenes en color de electrones secundarios, se recurriô nuevamente a la têcnica de ob- servaciôn por microscopla ôptica (iluminaciôn en campo oscuro). Las observaciones asî realizadas permitleron localizar zonas de coexis- tencia de cinabrio y suifocloruro, hecho que viene a justificar la observaciôn anterior. La figura 119 d se corresponde con la zona senalada en la figura 119 a. Se comprueba con ella la existencia de ambos compuestos, cinabrio y sulfocloruro. Este présenta una coloraciôn blanca de carâcter vîtreo; el cinabrio, minoritario, es de color rojo. La figura 120 , que enfoca el fondo de un poro de goetita, descubre un cristal (S) de sulfocloruro de mercurio so­ bre el cinabrio que recubre parcialmente la goetita. La falta de relaciôn genësica entre la goetita y el sulfocloruro, probarîa que êste se produjo por alteraciôn quîmica del cinabrio. En las figu­ — 61 — ras 121 a y 122 a aparecen cristales idiomôrficos de sulfocloruro de mercurio mâs o menos "acabados"; vêanse detalles en las corres- pondientes figuras 121 b y 122 b. Otro aspecto que pone de manifiesto la dlferencia genësica de la goetita y el sulfocloruro de mercurio, es el observado en la figura 123, donde un cristal idiomôrfico creciô en el interior de una cavidad de la goetita, como ajustândose a su contorno; es évi­ dente la falta de cohesiôn entre ambos minérales. c) Estudio de la distribuciôn de los minérales en la mena, por imâgenes en color de rayos X. Completando el estudio de muestras en superficie pulida me­ diante SEM-EDS, y la obtenciôn de las imâgenes de rayos X de las radiaciones caracterîsticas de los elementos que forman los minéra­ les detectados, se puso a punto la obtenciôn de imâgenes en color de rayos X de los minérales mâs caracter1sticos de la mena de Chô- var, por medio de la tëcnica de.filtr.ado en color. Esta tëcnica fue utilizada por primera vez por Heinrich (1.963) (56), quien empleô en su primer trabajo ënicamente dos colores bâ- sicos; lo cual ha sido ya ampliamente superado. M.P. Jones, Ph. D. Gaurilovic y Ch. J. Beaven (1.966)(57), utilizaron por primera vez las tëcnicas de filtrado y yuxtaposiciôn de color, siguiendo dos procedimientos: 1) Fotografîa mûltiple, o mëtodo indirecto. Se utilizan très filtros de color denominados primarios (ro­ jo, azul, verde). Las fotograflas se obtienen separadamente -ele- mento por elemento- y realizando las sucesivas combinaciones de los filtros primarios. El resultado final es una fotografîa en la que — 62 — se recogen los colores primarios y todas sus posibles combinacio­ nes, cuya correspondencia con los elementos analizaçlos estâ previa- mente fijada. 2) Fotografîa simple, o mëtodo directo. Este mëtodo estS basado en la singularidad que poseen cier- tos tubos de rayos catôdicos, de ser cromSticos. Si los tubes del Espectrëmetro o del SEM (blanco y negro), se sustituyen por ëstos, se pueden obtener directamente imâgenes en color que mostrarën la distribuciôn en la muestra de determinado nûmero de elementos. Es­ te mëtodo es simple, muy rapide, pero costoso debido a la necesi- dad de utilizer, al menos, cuatro tubos. J.R. Hitchings(1.976)(58) ha comentado la dificultad de in­ terpreter las imâgenes en blanco y negro de rayos X , en especial cuando la complejidad del compuesto analizado es grande, a la vez que da cuenta del avance experimentado por la tëcnica de observa­ ciôn y obtenciôn de fotograflas en color mediante la utilizaciôn de filtros primarios para la radiaciôn X. Los mëtodos que este au- tor explica son: 1) Empleo de un solo tubo de rayos catôdicos (televisiôn) y un solo filtro; se obtienen, una a una, las diferentes colo- raciones. 2) Utilizaciôn de très tubos de rayos catôdicos (fototubos) independientes, filtrando, en cada uno de ellos, las radia­ ciones de très elementos. 3) Posibilidad de utilizaciôn de un tubo de rayos catôdicos con pantalla cromâtica, que permite visualizar un n(îmero de­ terminado de colores impresionando directamente una pelîcu- la fotogrâfica de color. Este es anâlogo al ya comentado co- - 63 mo de fotografîa simple o mëtodo directo. Este autor se refiere tambiën a la posibilidad de obtener di- ferentes coloraciones segun la exposiciôn relativa de los très co­ lores primarios. El mëtodo que se ha seguido en este trabajo para la obtenciôn de las imâgenes en color por rayos X procédantes de la excitaciôn primaria de la muestra por el haz de electrones acelerados del SEM, ha sido el indirecto o de yuxtaposiciôn de colores mediante filtros primarios. Se ha realizado de la forma siguiente; Una vez obtenido el espectro correspondiente a la muestra a- nalizada, se seleccionaron una a una las diferentes "ventanas" de energîa correspondientes a las radiaciones caracterîsticas de los elementos seleccionados (analizados), lo que permite visualizar en la pantalla del SEM, mediante un dispositivo adecuado, la imagen de rayos X del elemento prefijado (distribuciôn puntual en blanco y negro). Los filtros primarios se colocaron entre la pantalla fotogrâ- fica del SEM y la pelîcula (negative y color) . Estos filtros han sido del tipo acetato Kodak cp40M, cp40Y, cp40R y cp40C, correspon­ dientes a los colores magenta, amarillo, rojo y azul. Para la ob­ tenciôn de los negatives fotogrâficos en color se utilizô pelîcula Kodakcrome CGI20 de 400 ASA/27 DIN. ' Habîa quedado establecido con anterioridad (3.3.1.)(3.3.2.b) i y (3.3.3.b), que el cinabrio se encuentra distribuîdo en la roca tanto sobre cristales de cuarzo, como sobre otros minérales. La j imagen de electrones secundarios de la figura 124 a, présenta una j distribuciôn parcial del cinabrio (C) sobre los diferentes mine- — 64 - rales présentes en la roca que estS principalmente constltuîda por cristales de cuarzo. Recordamos el carâcter microcristalino y deleznable del cina­ brio mineralizante, y la falta de cohesiôn entre ëste y los cris­ tales de cuarzo (figura 124 â ) . En la misma figura (124 se apre- cian otros detalles estructurales, como la presencia de cristales idiomôrficos (A) que corresponden a un compuesto rico en silicio y circonio (SiO^.ZrO^) (circôn), que se encuentran totalmente recu­ biertos por cinabrio. Los puntos (B) se identificaron como agrega­ dos fibroso-laminares del silicoaluminato -descrito como muskovita- tambiên mineralizado por el cinabrio. En la figura 124 b se puede observer la disposiciôn de estos minérales y visualizar los elemen­ tos que las constituyen. La masa azul cobalto se corresponde con el cinabrio mineralizante. Los elementos S y Hg solamente se sitdan, y visualizan, sobre el minerai cinabrio. Los cristales de cuarzo, idiomôrficos o no, aparecen con una tonalidad amarillo-verdosa, correspondiéndose con la disposiciôn del elemento Si. El Zr aparece localizado sobre las inclusiones de cir­ côn (A), minerai que présenta una tonalidad azul. Por haber selec- cionado los filtros azul para el circonio y aluminio, y el amari­ llo para el silicio, el color azul del circonio se intensificô por el Al présente en soluciôn sôlida. El silicoaluminato aparece en la figura correspondiéndose con las zonas anteriormente marcadas (B) coloreado con verde (Al+Si). En la figura 125 a, se observa nuevamente al cinabrio minera- lizando al cuarzo, y poniendo de manifiesto su carâcter deleznable. En la correspondiente imagen en color (figura 125 b) la mancha a- — 6 5 - zul cobalto se corresponde con el cinabrio; los elementos S y Hg se disponen ûnicamente sobre este cinabrio. El Si aparece dispuesto, naturalmente, tanto sobre el cuarzo (color amarillo limôn) como so­ bre el silicoaluminato (coloraciôn verdosa). Las zonas sin radiaciôn especîfica aparecen en negro. Ya se han descrito (3.3.3.b) los detalles morfolôgicos del mi­ neral circôn, que aparece como cristalitos, idiomôrficos o no, en­ tre los cristales de cuarzo. En la figura 126 a puede verse un cris­ tal (Z) de contornos redondeados rodeado por cuarzo (Q) en contacte, por otra parte, con silicoaluminato (M). La imagen en color de la figura 126 b corresponde a la misma zona. En ella se observa cômo el silicio se révéla en el cuarzo, en el silicoaluminato y en el circôn que se encuentran coloreados de amarillo verdoso, rosa y ver­ de, respectivamente. El elemento Zr se localize en el circôn; por el contrario, el Al parece estar distribuîdo entre el silicoalumi­ nato y el circôn, en este ôltimo en muy pequena proporciôn. La baritina (SO^Ba)(figura 127 a (B)) aparece mineralizando grandes huecos de la roca, cuyas paredes exhiben el ya comentado idiomorfismo del cuarzo que, por tanto, recristalizô antes de la mineraiizaciôn por baritina. La distribuciôn de los elementos en los minérales constituyentes, baritina y cuarzo, quedô registrada en la figura 127 b, obtenida filtrando las radiaciones X caracte­ rîsticas de los elementos Ba, S, Si y Al. El S y Ba, componentes del mineral baritina aparecen, naturalmente, sobre ésta con tona­ lidad azul oscuro; el Si aparece sobre el cuarzo y sobre el silico­ aluminato, y el Al dnicamente sobre el silicoaluminato. La psilomelana |̂ (Ba, H^O) 2^"5°io j aparece (P) mineralizando los agregados de cristales de cuarzo (Q)(figura 128 a). Su imagen - 66 se corresponde con la mancha de color azul cobalto de la figura 128 b. La mineralizaciôn por psilomelana es masiva (alotriomôrfica) y diseminada. Las radiaciones X especîficas del Mn y del Ba se sitdan so­ bre los espacios intercristalinos del cuarzo o sobre el silicoalu­ minato que présenta una tonalidad verde, debido al filtrado de las radiaciones X caracterîsticas del Al y el Si con los filtros azul y amarillo. El cuarzo aparece de coloraciôn amarillo limôn, por ha- berse filtrado la radiaciôn caracterîstica X del Si con un filtro amarillo. De los detalles estructurales expuestos y de la composiciôn encontrada para los minérales diferenciados, puede deducirse que la secuencia de esas especies minérales (cuarzo, psilomelana y si­ licoaluminato) fue la siguiente: 1) Sedimentaciôn del detritus de cuarzo en el fondo marino, cuyo sedimento experimentô un proceso de redisoluciôn y recrista- lizaciôn (39). 2) Precipitaciôn del silicoaluminato muslcovita. 3) Precipitaciôn de los otros compuestos, la psilomelana en­ tre ellos. La apariciôn de pequenas inclusiones de diferentes minérales en la goetita fue ya registrada en (3.3.3.b); pero ahora se expli­ ca este hecho con nuevos detalles de estructura y composiciôn de algunas de aquellas inclusiones. Partlculas de plata se encuentran en poros de la goetita (figura 129 a (A)). Estas particules no presentan ningôn tipo de adherencia o interacciôn con el minerai soporte, lo que ilustra su — 67 — diferente génesis. En la imagen en color de rayos X (figura 129 b) aparece la Ag con coloraciôn blanca azulada. El hierro, principal constituyen- te del soporte (goetita), aparece exclusivamente sobre éste, colo­ reado de azul verdoso. Las zonas en negro corresponden a ausencia de radiaciôn X debido a la existencia de poros o de otros minérales cuyos elementos no han sido seleccionados. El anâlisis EDS (figura 129 c) prueba que el constituyente estudiado es plata. La radiaciôn X caracterîstica del Si aparece sôlo sobre los cristales de cuarzo ya descritos (figura 130 a, (Q)) que se colo- rean en blanco amarillento (figura 130 b); la goetita se présenta coloreada de azul por el filtrado de la radiaciôn X caracterîstica del Fe. En la figura 131 a puede verse una cavidad en la goetita im- pregnada por cinabrio (C); una vez mâs se pone en evidencia la fal­ ta de cohesiôn entre ambos minérales. En la imagen coloreada de la figura 131 b se observa la disposiciôn de los minérales présentes y la distribuciôn de sus elementos componentes. Si hubiese habido algôn tipo de relaciôn constitueional hubiera quedado refiejada en la distribuciôn de los elementos (radiaciones caracterîsticas). La mancha amarilla corresponde a un cristal de cuarzo en la goetita (que aparece de color azul verdoso). El filtrado de las radiaciones K* del S y la Mdi del Hg permiten conocer la disposiciôn del cina­ brio, que aparece en la figura 131 b con una coloraciôn azul claro. d) Observaciôn sobre superficies de rotura. Las muestras seleccionadas se rompieron después de fragili- — 68 — zadas por enfriamiento en nitrôgeno lîquido. Las superficies a ob- servar -de las que, por soplado, se desprendieron los posibles de­ tritus de la rotura-, se recubrieron, por sputtering, con una finl- sima capa de oro. Se ha insistido en la gran porosidad de la roca cuarcltica de Chôvar, sin embargo, consistante. Esta roca puede Interpretarse co­ mo el resultado de la consolidaciôn (por disolucidn y reprecipita- ci6n) de un sedimento detrltico en el que abundaba el cuarzo. La con solidacidn condujo a las argilitas de Chôvar, roca soporte de la mi­ neralizaciôn por cinabrio. La porosidad résulta una caracterîstica estructural importante que confiere una gran permeabllidad a la ro­ ca, frente al flujo de fluldos. El Microscopio Electrônico de Barrido (SEM), ha revelado de­ talles estructurales que hablan pasado desaperclbidos para otas tëcnicas de observaciôn. Las figuras 132 a, b, 133, 134, 135 y 136 muestran agregados de cristales idiomôrficos de cuarzo de variado tamaho que justifican la porosidad advertida. Estos cristales pre­ sentan, a veces, defectos propios de su crecimiento y las conoci- das formas macladas (figuras 137, 138, 139, 140 a y 141). En el centro de la figura 140 a aparece el contorno de un cristal roto cuyo detalle puede verse en la figura 140 b. En la figura 142 se recoge el detalle de un cristal maclado especialmente defectuoso. Autores como Saupë (1. 967) (59) y Zucchetti (1.966) (60), co- mentan que la existencia de este tipo de cristales son consecuen­ cia de procesos de corjrosiôn por soluciones acuosas mineralizantes. En nuestra opiniôn, la coexistencia de cristales tan defectuosos con cristales casi perfectos, y, ademâs, en una roca particular- mente tan poco mineralizada, unido a la baja reactividad del cuar- — 59 — zo, deja pocas posibilidades a la Interpretaciôn de Saupi y Zuche- ttl (vease en las figuras 143 y 144 otros ejemplos). Tambiën se han registrado frentes de recristalizaciôn como el de la figura 145 a, cuyo detalle se ha recogido en las figuras 145 b y 145 c; los cris­ tales idiomôrficos de cuarzo "erizan" la pared de la pequena masa sillcea. Recientes trabajos (61), y en especial los de Mackenzie y Gees (39) , confirman la idea genësica de la roca cuarcîtica porosa por disoluciôn y recristalizaciôn de un detritus de cuarzo. El sulfuro de mercurio mineralizante se encuentra depositado sobre los cristales de cuarzo en la forma que recogen las figuras 146 a, 147 a, 147 b, 148 a, 149 a, 150 a, 150 b, 151 a y 152 a. El desprendimiento de la costra de cristalitos de cinabrio durante la rotura, deja al descubierto los cristales de cuarzo so­ porte; en otros casos la costra aparece levantada (figuras 148 b y 151 c), buena muestra de la dëbil adherencia. En todas es évidente su carâcter deleznable (ver figuras 146 b, Ç̂ , d, 148 b y 149 b) . Los anâlisis EDS realizados, confirman que se trata de cinabrio (figuras 148 c y 148 d). Esta costra deleznable de cinabrio se resuelve a mayores au- mentos (figuras 149 c , 152 b, 153 a y b, 154 a y b, 154 c, 154 d y 154 e) como un agregado de pequenos cristales generalmente de estruc­ tura poliëdrica, crecidos independientemente y con contactos inter­ cristalinos reducidos, lo cual explica el carâcter deleznable de estas masas. El tamano de estos cristales de SHg, aunque variable, es siempre pequeno (entre 2 y 0,5 micrômetros). El microanâlisis EDS (figuras 153 c y 153 d) confirma su naturaleza como cinabrio. - 70 En algunos casos se ha sorprendido una mineralizaciôn parcial por SHg sobre cuarzo en forma de cristales aciculares, como los que aparecen en la figura 155 a (detalles en las figuras 155 b y 155 c). Cualquier hipôtesis genësica deberâ dar cuenta de tan singular for- maciôn. Formas aciculares en mineralizaciôn masiva fueron ya encon­ trada s en la mena de Almadën (Ciudad Real)(62). Se tomaron muestras del polvo de cinabrio de zonas muy mlne- ralizadas de la mena para su estudio morfolôgico. Se recubrieron con una pelîcula conductora no metâlica, para evitar las posibles alteraciones producidas sobre el cinabrio microcristalino por efec­ to del sputtering. La pelîcula utilizada fue el 0802 Conducting Film, de la casa Polaron Ltd. que se aplica en forma de aerosol. La observaciôn de las muestras asî preparadas (figuras 156, 157 a, 157 b, 158 y 159) , corrobora el carâcter pollëdrico de los cristalitos agregados, su pequeno tamano, y deleznabilidad obliga- da del agregado. Su tamano y su forma, recuerdan a los obtenidos por condensaciôn en fase sôlida de un vapor, en condiciones de nu- cleaciôn mûltiple (62). La facilidad de fragmentaciôn de la roca soporte, la facili- dad con que se desprende el cinabrio de la ganga, la gran diferen­ cia de tamano de los cristales de cuarzo y de los de cinabrio, su- gieren ya la posibilidad de una separaciôn de ambos minérales y de su concentraciôn por flotaciôn, pudiëndose esperar aûn mejores ren- •dimientos que los obtenidos en otras menas de mercurio (63) (64) . La gran deleznabilidad del cinabrio permite tambiën pensar en una con­ centraciôn previa por procedimientos neumâticos (65)(66). La forma de asociaciôn cuarzo-goetita-cinabrio encontrada - 71 - (3.2.1.) (3.3.1.) y (3.3.2. b) permitlô adelantar la hipôtesis de una gênesis diferente para cada uno de estos très minérales. Pero faltaban los detalles observados en superficie de rotura para con­ firmât lo . Los cristales de cuarzo observados en diferentes zonas (fi— guras 160, 161 a, 162 a, 163 a, 164 a y 165 a), presentan la doble mineralizaciôn por goetita (F) y por cinabrio (C). A mayores aumentos, estos dos minérales se revelan con una évidente falta de interacciôn. La goetita siempre aparece en las muestras estudiadas como substrato o soporte del cinabrio (figu­ ras 161 b, 162 b, 163 b, 164 b y 165 b). En las figuras 162 c, 165 c y 165 d -detalles de las correspondientes anteriores- se observa c6n mayor nitidez la falta de cohesiôn entre cinabrio y goetita. Esta ûltima aparece constituîda por pequenos agregados oolîticos, disperses o formando una costra compacta (F), mientras que el ci­ nabrio (C) aparece en la forma microcristalina a que se ha aludi- do repetidas veces (figura 164 c)(R). Tanto la goetita como el ci­ nabrio fueron identificados por microanâlisis EDS. La goetita (FeOOH)o^ présenta las caracterîsticas peculiares ya indicadas; aparece sobre los cristales de cuarzo, en grandes masas oolîticas como las que muestran la figura 166 a (A). Anali- zada por EDS se comprobô la composiciôn de esta fase (figura 166 b). Las imâgenes de las radiaciones X caracterîsticas Kot del Si y del Fe, han permitido conocer la distribuciôn de estos elementos sobre los minérales présentes (figuras 166 c y 156 d). Las figuras 167 a y 168 a muestran estos agregados oolîti­ cos (A), cuya rotura pone al descubierto una estructura porosa - 72 - (figura 167 a, B). A mayores aumentos (figuras 168 b, 169 y 170) se presentan en pequenas masas redondeadas, que, al incidlr sobre ellos el haz electrônico, sufren un erizamiento instantâneo. El minerai goetita se dispone, en general, en forma de cos­ tra sobre los cristales de cuarzo (figuras 171 a y b, (F)). La go­ etita al crecer lo hace dejando espacios cuya superficie libre ex­ hibe los nôdulos aludidos (figuras 172 a y 173) . Las caras que se apoyaron sobre los cristales de cuarzo son lisas. La figura 172 b représenta la distribuciôn del Fe por su radiaciôn caracterîstica Kdi . Las superficies en contacte con los cristales de cuarzo, re­ producen los contornos de ëstos, mientras que, por su cara opuesta -es decir, hacia donde crecieron libremente- acaban, como se ha di- cho, en las formas redondeadas oolîticas. En la figura 167 a se re­ gistre este hecho; sobre la goetita (D) aparecen marcadas las caras del cristal o cristales de cuarzo que estuvieron en su contacte o- cupando el hueco (B), y que se desprendieron a consecuencia de la rotura; por el contrario, la superficie libre (A) pudo desarrollar libremente las formas oolîticas. La figura 169 ilustra este hecho a mayores aumentos y la fractura de una de estas lâminas. La falta de cohesiôn entre el cuarzo y la goetita es bien maniflesta en la figura 174. La goetita (F), por cierto, aparece mineralizada con cinabrio (C). Estos hechos estructurales observados, y el que muestra la figura 175 en la que la goetita (F) aparece depositada sobre un defecto existante en el cristal de cuarzo, prueban el carâcter no singenêtico de los minérales goetita y cuarzo. - 73 - En zonas donde 'la mineralizaciôn por goetita es escasa, los agregados se desarrollan sobre cristales de la roca soporte en for­ ma de oolitos individualizados o agrupados en pequeno nûmero (figu­ ras 176 a, 176 b, 182 a, 182 b y 183 a) , algunos de los cuales -co­ mo (A) de la figura 176 b- aparecen incomplètes o rotos, y huecos. Tambiën el (A) de la misma figura se muestra incomplete y a travës de la "ventana” puede apreciarse la arista del cristal de cuarzo (Q)f sobre el cual.se desarrollô. En cuanto a su tamano es muy va­ riado , oscilando entre 4 micrômetros para el (D) y 0,2 micrômetros para el (E). Aspecto de gran interës, para la interpretaciôn genësica de la goetita, es el hecho de que sobre su superficie aparezcan hue- llas de cristales de cuarzo (figuras 177 a, 178 a y 178 c). La fi­ gura. 177 a corresponde a una zona densamente mineralizada por goe­ tita. De la masa dé ësta emergen una serie de cristales de cuarzo (A, B, C y D), a la vez que se observan una serie de huellas (E, F, G). La huella (E) corresponde a la parte superior del cristal (A), que se rompiô y desprendiô en parte. Las huellas reproducen bien algunos detalles de los cristales "molde" (figuras 177 b y 178 b), pero las superficies libres de la huella (figura 177c, E) presentan la porosidad propia de la goetita, que no es un minerai compacte, sino un compuesto precipitado en el seno de un medio acuoso. Es interesante otro detalle observado sobre la figura 177 a: el cristal de cuarzo (A) présenta un contorno poligonal en su cara izquierda, que délimita una zona con defectos (figura 177 d) del propio cristal. El contorno poligonal puede interpretarse como el contacte del cristal (A) con otro catiguo y roto (parte izquierda de la figura 177 d). La soluciôn de la que precipitô la goetita pu- - 74 do accéder por ese contacte hasta los defectos, en los que precipi­ tô los pequenos cristales que se observan. El contacte se **sell6" por los bordes dejando marcado su contorno. Se han observado pequenas masas de estructura laminar (figu­ ras 179, 180 y 181); la goetita aparece en estos casos dëbilmente mineralizada por cinabrio (C). A veces la variedad morfolôgica de la goetita se haUegado a sorprender en una misma zona, registrân- dose todas las estructuras comentadas (laminar, oolftica, celosla y acicular)(figura 185 a y b) a, b, c, d. La apariciôn conjunta de tantas formas debe de ser contemplada, naturalmente, cualquiera que sea la hipôtesis genësica. El espectacular y hermoso fenômeno del "erizamiento" al que se ha aludido, se ha recogido en las figuras 184 a y b y 186 a y b. El fenômeno es muy rSpido, prScticamente instantâneo y se pro­ duce, como se ha dicho, cuando el haz de electrones incide sobre la goetita; una vez producido, la nueva forma se estabillza. La fi­ gura 187 a présenta un cristal de cuarzo (Q) recubiejrto por una le­ vé mineralizaciôn de goetita, que sufriô este rapidlslmo erizamien­ to. A mayores aumentos los agregados de goetita ya transformados ("erizados") aparecen como se recogen en la figura 187 b. Insis- tiendo durante 8 minutos con el haz a 20 KV la imagen no se modi­ fied (figura 187 c), lo que indica la estabilidad de la nueva for­ ma. La transformaciôn tiene lugar, en general, en superficies li­ bres (figuras 182 b, 183 b y 184 b) y sobre agregados pequenos, y, con mâs dificultad, sobre otras mâs compactas, como son por ejem- plo, algunas de las superficies de huellas de los cristales de cuar­ zo con que estuvieron en contacte (figuras 188 a y b). No obstante. - 75 - en las figuras 188 c y 188 d, se muestra esta transformaciôn tam­ biën sobre este tipo de superficies. La estructura transformada (figuras 184 b, 185 c, 189 a y b y 190 a) estâ constituîda por unos agregados de cristales de aspecto cilindrico o prismâtico en dispo­ siciôn radial o arborescente. Esta transformaciôn visible, provo- cada por la acciôn del haz de electrones incidente en el SEM, pue­ de explicarse bien porque se trate de una transformaciôn alotrôpi- ca, o bien de una transformaciôn qulmica; en ambos casos séria ne- cesaria la energîa del haz electrônico, bien como energîa de acti- vaciôn, bien como energîa de transformaciôn. Sin embargo, teniendo en cuenta la estabilidad de las nuevas formas, deberla pensarse mâs en una activaciôn. Conviene subrayar que todo tiene lugar en un va- clo elevado (10 ̂Torr). No se ha encontrado referenda alguna a una transformaciôn alotrôpica de la goetita en estas condiciones (67). No asî en cuan­ to a una transformaciôn quîmica; la bibliografla (68)(69)(70) re­ fiere que la goetita puede transformerse a hematites por përdida parcial de agua en su molëcula original (3.1.2. b) , segûn la ecua- ciôn: 2 (FeOOH)^-------- » (Fe^O^)^ + H^O (ortorrômbico) (romboêdriccj Algunos autores (71) senalan que sobre todo en goetitas mal cristalizadas -mal formadas- como es el caso de las naturales, es­ ta transformaciôn se realiza previa formaciôn de maghemita, segûn: 2(FeOOH).^ ----- » (Fe^O^^-------------- >[Fe^O^)^ (ortorrômbico) (cûbico) (romboëdrico) — 7 6 — Este tipo de reacciones, conocidas con el nombre de reaccio- nés topotâcticas, no se habîan puesto de manifiesto con anteriori­ dad en la forma aqul descubierta. Las condiciones en que se ha pro­ ducido -elevaciôn local de la temperatura por la incidencia del haz de electrones focalizado y muy baja presiôn ambiente- podrlan haber debilitado el enlace OH y facilitado el desprendimiento del HgO formada. Se ha provocado la misma transformaciôn observada en la goe­ tita de la mena de Chôvar, en otras goetitas naturales, y tuvo lu­ gar de forma idêntica, lo cual apoya la interpretaciôn dada. Asî, las figuras 167 b y c son comparables, salvando el tamano, a las formas oolîticas encontradas en la mena de Chôvar. Las figuras 190 c, d y e, muestran la estructura acicular observada en otras goe­ titas, y son equiparables a ]as presentadas en las figuras 190 a, 185 a y 190 b. El microanâlisis por Espectros de Energîa (EDS) , ha permiti­ do completar el estudio de la mena, al ser reconocidos nuevos cons tituyentes minoritarios no detectados con anterioridad, asî cômo al conocer la existencia de elementos en soluciôn sôlida en los constituyentes tanto mayoritarios como minoritarios, hecho que tam­ biën deberâ ser contemplado en cualquier hipôtesis genësica. En efecto, se ha senalado en 3.3.3.b la existencia de una In­ tima relaciôn entre el cuarzo y el silicoaluminato de potasio (mus- kovita). El estudio de las superficies de rotura no sôlo ha permi­ tido detectarlos asociados, sino que su anâlisis por EDS, ha per­ mitido comprobar su relaciôn genësica. En la figura 191 a se observa un frente de diminutos crista­ les idiomôrficos de cuarzo, sobre los cuales aparece un constitu- - 77 yente laminar (M). El anâlisis EDS (figura 191 c) se obtuvo de la superficie del cristal (Y) (figura 191 b) y révéla la existencia de aluminio. En la imagen de la figura 192 a vuelven a aparecer e- sas formas laminares (M) entre cristales de cuarzo maclados (Q). El microanâlisis EDS sobre el cristal (A) (figura 192 b) ha permitido comprobar la existencia de los elementos aluminio y pota­ sio sobre estos cristales. Volviendo sobre la figura 191 b se puede explicar el resultado de este anâlisis ya que los cristales de cuar­ zo pueden estar recubiertos de una lâmina bastante coherente de un silicato o silicoaluminato (obsërvese en los cristales Q de la fi­ gura 191 b algunos contornos descostrados) . La estructura laminar del silicoaluminato de potasio es évidente en las figuras 193 a y b y 194 a y b. El microanâlisis (figura 194 c) révéla la existen­ cia de Fe en este constituyente. Otra substancia encontrada, en forma de cristales prismâti- cos de caras rectangulares (figuras 195 a y b) se ha identificado por microanâlisis (figura 195 c) tambiën como un aluminosilicato que aparece asociado a cristales idiomôrficos de cuarzo (figuras 196 a y b) ligeramente mineralizados por cinabrio. La composiciôn quîmica y su forma cristalina permiten pensar que se trata de un aluminosilicato del grupo de la andalucita (Al^SiO^). Entre granos o cristales de cuarzo puede encontrarse tambiën rutilo (figura 197 a, B). El cristal de rutilo de la figura 197 a, (B) exhibe una superficie de rotura, cuyo detalle se da en la fi­ gura 197 b. El microanâlisis EDS de esta partîcula confirma su com­ posiciôn (figura 197 c) . Se ha encontrado psilomelana ( B a , H 2 0 ) ' îiçura (198 a. - 78 - (Ps)) en masas aparentemente amorfas, depositadas sobre granos de cuarzo (Q). A mayores aumentos, se resuelven como formadas por la asociaciôn no compacta de numerosas partlculas redondeadas (figura 198 b). En la figura 198 c se muestra el resultado de su anâlisis. La baritina SO^Ba, por el contrario, aparece en cristales ge­ neralmente bien formados, como crecidos de una soluciôn, no preci- pitados. La figura 199 a muestra la apariciôn de masas de baritina, B, hay tambiën cristales idiomôrficos de baritina (T) que se deta- llan en la figura 199 b. Es interesante la formaciôn encontrada en el punto registrado en la figura 200 a (B), cuyo detalle puede ver­ se en la figura 200 b en forma de macla en libro. La figura 201 re- gistra otro tipo de maclado en la baritina, asî como el crecimien­ to alrededor de una dislocaciôn hélicoïdal. Estos cristales han si­ do identificados como baritina por microanâlisis EDS, (figuras 199 £ y 200 c). La presencia de pirolusita (Mn02) ha sido detëctada en agre­ gados muy parecidos a los descritos para la psilomelana pero, a diferencia de la anterior, sobre la pirolusita se han encontrado huellas que reproducen la forma de los cristales de cuarzo sobre los que se formô (figura 202 a). En este caso la pirolusita apare­ ce (P) junto a cristales de cuarzo rotos (Q). A pesar de las hue­ llas, la capacidad de moldeo de la pirolusita es muy pequena. Este compuesto de manganeso se encontrô tambiën junto a baritina (figu­ ra 203 a, C), los detalles superficiales de las "huellas" da idea de su pequena capacidad de moldeo frente al cristal soporte (figu­ ra 203 b y c). El anâlisis EDS (figura 202 h) identificÔ esta pi­ rolusita . - 79 - Del mismo modo que la goetita fue mineralizada por cinabrio, la pirolusita resultô alcanzada por éste. El conjunto exhibe anâlo- ga estructura y disposiciôn relativa de ambos minérales; es decir, el cinabrio se dispone sobre la pirolusita, que, a su vez, lo ha- bla hecho sobre el cuarzo (figura 204 a). El cinabrio (C) se pré­ senta tambiën en la misma forma microcristalina (figura 204 b), que se resuelve en cristales poliëdricos como los observados en las fi­ guras 153 _ay _b. Todos estos hechos apoyan la idea de que estos minérales -pi­ rolusita, psilomelana y baritina- no son singenêticos con el cina­ brio mineralizante, sino que se depositaron por precipitaciôn a partir de soluciones acuosas con anterioridad a la llegada del s u l ­ furo de mercurio. e) Observaciôn de muestras atacadas quîmicamente por via hûmeda. Los antecedentes consultados sobre el ataque selective del cinabrio en menas de mercurio, con réactivés qulmicos conveneiona- les de via hûmeda (62), sugirieron la idea de realizar el ataque de muestras de Chôvar mineralizadas por cinabrio, con el fin de es­ tudiar la modificaciôn que sufre la estructura de esta mena a me- dida que avanza el proceso de ataque, que afectarS, tambiën, a los otros minérales constituyentes. Se prepararon dos soluciones de Scido nltrico, en presencia de iôn cloruro, como reactivos de ataque: 1) 100 cm’ de 5 de , 2) 75 an^de ,1 25 de C I H , (3/1) - 8D - El ataque de las muestras se reallzô a temperatura ambiente (25 ®C), y en très fases o etapas. Al final de cada una de éstas, las muestras se lavaron con agua abundante y alcohol agitando con ultrasonidos; una vez secas, se metalizaron de nuevo, por sputte­ ring , y se observaron en el SEM. El estudio de la evoluciôn del ataque, ha permitido conocer nuevos aspectos sobre la estructura de la mena de Chôvar. Las imâgenes de las figuras 205 a, 206, 207 a y 208 a corres­ ponden a las zonas parcialmente mineralizadas con cinabrio recogi- das en las figuras 148 a, 149 a, 150 a y 151 a. Después de un pri­ mer ataque de 15 segundos muestran un esqueleto constituîdo por a- gregados idiomôrficos de cristalitos de cuarzo con abundantes espa­ cios intercristalinos. La disoluciôn del cinabrio con la soluciôn lixiviante 1), ha puesto de manifiesto nuevos agregados que se en- contraban recubiertos por aquél, como es el caso de los cristales (Q) en las figuras 206, 207 a y 208 a, o detalles superficiales ocultos por el depôsito disuelto (figuras 148 a y 205 b). La mine­ ralizaciôn por cinabrio fue pues, posterior a la recristalizaciôn de los detritus que consolidô la roca soporte de Chôvar. Las zonas de la mena donde la mineralizaciôn por cinabrio era mâs intensa (figuras 150 a y 151 a), aparecen después de los primeros 15 segundos de ataque (figuras 207 a y 208 a) contenien- do aûn SHg en proceso de disoluciôn (C). Después del segundo y ter- cer périodes de lixiviaciôn (5 y 15 minutos, respectivamente, figu­ ras 207 b y 208 b), el cinabrio desaparece, la estructura résul­ tante es mâs limpla y se acentûa su carâcter poroso. Otro de los aspectos que ha quedado manifiesto por la diso- - 81 - luclôn selectiva del cinabrio es la resistencia del cuarzo y la goe­ tita trente al reactivo lixiviante (soluciôn 1), hecho a tener en cuenta para un posible tratamiento hidrometalûrgico del concentrado, El cinabrio que mineralizaba la goetita (figura 161 a) se di- « ~ solvlô totalmente, después de los primeros 15 segundos de ataque, mientras la goetita aparece inalterada (figura 209 a), aunque se ha- ya desprendido parcialmente. Anâlogamente ocurriô en la zona que se muestra en la figura 160, si se compara con la figura 210 a. La eliminaciôn parcial del cinabrio ha descubierto la goetita, que se encontraba cubierta por aquél antes del ataque. Después del segundo periodo de lixiviaciôn (5 minutos), la goetita (F) sigue inalterada (figura 209 b), mientras que, prâc- ticamente, se agota el cinabrio (figura 210 c). Al término del ûltimo periodo de ataque con la soluciôn ^ (15 minutos), que supone un tiempo total de 20 minutos + 15 segun­ dos, a temperatura ambiente, la goetita sigue inalterada (figuras 209 c y 210 e)• El cinabrio ha sido disuelto totalmente aparecien- do los cristales soporte (figura 210 d), cubiertos con un residuo (S) (figura 210 f), probablemente de azufre elemental, debido a la oxldaciôn del S~. El ataque enérgico por agua regia (3 1 ) ha permitido seguir el proceso de disoluciôn de la pirolusita. La figura 211 a, obtenida después de un periodo de ataque de 15 se­ gundos, permite apreciar notables cambios en su estructura, si la comparâmes con la figura 203 b (muestra sin atacar). En efecto, so­ bre la figura 211 b (detalle de la anterior) se observa cômo parte de la masa de MnO^ que constitula la huella -marcada A- en la fi- -92 - gura 203 c, ha sido en parte disuelta. El ataque prolongado duran­ te 2 minutes (tiempo total 2 minutos + 15 segundos), aumentô la di- solucidn de la pirolusita (figura 211 c); las masas que constitulan las huellas A y C en la figura 203 b, ban desaparecido casi por com­ plete, en la figura 211 d se refleja el resultado del ataque sobre la huella A. Como era de esperar, al desaparecer la pirolusita van quedando al descubierto les cristales de cuarzo soporte (figura 211 e). La figura 211 b permite comprobar que, con anterioridad al ataque, les dos cristales de cuarzo se encontraban totalmente cu- biertos de MnO^ (ver tambien figuras 211 a y 211 c). Evidentemente la pirolusita se depositô sobre el cuarzo recristalizado. Las fi­ guras 212 2 y b muestran el resultado del ataque durante 15 segun­ dos, y dos minutos mâs, respectivamente, en la zona previamente re- gistrada en la figura 204 a, donde habîa una mineralizacldn por ci- nabrio sobre pirolusita. La severidad del ataque se manifiesta no s6lo por la gran alteraciôn de la estructura inicial, sino por la apariciôn de numerosas partîculas de azufre elemental sobre la ba- ritina que no se ve afectada por el proceso. Las figuras 213 a y b, obtenidas de la misma zona que la fi­ gura 199 a, despuês de 15 segundos y 2 minutos de ataque, respec­ tivamente, no muestran notables diferencias. Se observaron ûnica- mente unas particulas de S elemental (figura 213 c) formado por oxidacidn del S~. Llama la atenciôn su cristalinidad (formas po- liêdricas). f) Descomposicidn pirolltica. Se realizô a diferentes temperaturas, con el fin de obser- - 8 3 - var las transformaciones experimentadas por los diferentes minérales que constituyen la mena. Como es sabido, la descomposicidn pirolltica origina en las menas de mercurio, una fuerte y rSpida destruccidn de la estructu­ ra original, bien por la descomposicidn del cinabrio o bien por la rotura de los propios cristales de cuarzo, como consecuencia del choque têrmico, todo lo cual da lugar a la aparicidn de un finlsi- mo detritus que lleva a la formaciôn de los llamados hollines, pro- ducto originado durante la condensaciôn de los vapores de mercurio (62), y de agua, junto con los polvos finos. Las figuras 214 a y 215 a muestran dos puntos mineralizados con cinabrio en su estructura inicial. El calentamiento a 650°C provocô la descomposicidn del sulfuro de mercurio quedando las es- tructuras residuales recogidas en las figuras 214 b y 215 b. La desaparicidn del SHg, fue s61o parcial debido a que el tratamiento no fue severo ni por la temperatura alcanzada ni por el tiempo durado. La figura 216 muestra el espectro del anSlisis EDS, realiza- do sobre la masa résultante del ataque, y confirma la existencia, afin, de cinabrio. Al aumentar la temperatura, aumenta el grado de desmorona- miento de los agregados de cuarzo que constituyen la roca soporte. Ya en muestras calentadas a 600 "C, se detectaron pequenas grie- tas en los cristales de cuarzo. En la figura 217 a se pueden ob­ server dos cristales de cuarzo -marcados Q— débilmente mineraliza­ dos por cinabrio. A mayores aumentos (figura 217 b), se aprecia una pequeha fisura (senalada con una flécha), as! como la presencia de 14 - pequenos detritus (A). El calentamiento a mayor temperatura (750 ®C), provoca una mayor descomposicidn del cinabrio (figura 218 a). A mayores aumen­ tos (figura 218 b) se observan en los cristales de cuarzo las grie- tas producidas. Los ensayos realizados a las temperaturas de 850 "C y 900 ®C, muestran el mismo resultado de agrietamiento del cuarzo con produc- ci6n de detritus, pero con efectos m5s acentuados (figuras 219 a, 219 b, 220 a y b). Aparte de dilataciones y contracciones no compensadas que pueden producir tensiones de origen térmico, hay otras razones de indole cristalografica (transformaciôn alotropica) para la fisura- ci6n (en esta mena no hay cinabrio intracristalino). Cuando el cuarzo SiO^., (trigonal, trapezoidal) se calienta por encima de 573 “C, sufre una modificacidn en su ordenacidn at6- mica, que no supone rotura de enlaces Si-O, pero provoca la forma- ci6n de cuarzo hipertêrmico (SiO^)^ (72); las consecuencias de es­ ta transformacidn son la variaciôn del Indice de refraccidn, de la distancia interatômica y la disminuciôn de su densidad (mayor vo- lumen especifico). Cuando la temperatura alcanzada es prôxima a los 860 ®C a 1 atmôsfera de presion, el cuarzo sufre una transformaciôn estruc­ tura 1 como consecuencia de una reordenaciôn lenta, y reversible, conocida con el nombre de polimorfismo enantrôpico que da lugar a la apariciôn de la fase tridimita (ortorrômbico-bipiramidal)(73). - 85 - 3.4. Conclusiones parciales (composlcldn y macroestructura). 1.- En la mena de Chôvar se han detectado Al, Si, S, Cl, K, Ca co­ mo elementos ligeros, y Ti, Mn, Fe, Cu, As, Sr, Zr, Sb, Ba y Hg como elementos pesados. 2.- Los anSlisls semicuantitativos permiten clasificar esos elemen­ tos segun su abundancia. Asi, los elementos Al, SI, Ca, Tl, Ba, S y Hg son mayoritarios; los elementos Fe, Sr, Sb son mlnorlta- rios, y el Cl, Mn, Cu, As, Zr son elementos traza. 3.- Los minérales mayoritarios son: Cuarzo como principal constitu- yente de la ganga, y cinabrio como minerai de interês econômico, 4.- Se ha encontrado, e identificado, goetita y hematites. 5.- El cinabrio mineraliza de forma diseminada la argilita y, muy minoritariamente, la goetita. 6.- Se ha encontrado tambiên pirolusita con morfologla dendritica. 7.- Tambiên la pirolusita aparece mineralizada por cinabrio de for­ ma muy diseminada. 8.- La rotura de las muestras se produce, preferentemente, en la interfacies cuarzo-cinabrio o goetita-cinabrio. 3.5. Conclusiones parciales (microestructura). 1.- La roca soporte de la mineralizacidn en la mena de Chôvar, es­ ta formada, fundamentalmente por agregaciôn poco consolidada de cristales de cuarzo -idiomôrficos o no- y présenta abundan- te porosidad. 2.- Asociado al cuarzo, existe un silicoaluminato de potasio (mus- kovita) cuyo origen pudiera ser, la alteraciôn de una ortosa. - 86 - 3.- Algunas de las pequenas masas de silicoaluminato de potasio que se sitGan en posiciôn intercristalina con respecto al cuarzo, tienen Fe en su composiciôn. 4.- Se han encontrado pequenos cristalitos de circ6n, sobre los que el anâlisis da tambiên Al. 5.- Existe rutilo que se encuentra en pequeha proporcidn y en posi- ciôn intracristalina con respecto al cuarzo, junto al silicoa­ luminato. Suele aparecer idiomôrfico. 6.- Se ha encontrado hematites entre los cristales de cuarzo. Este minerai suele estar asociado al minerai silicoaluminato de po­ tasio, de estructura fibroso-laminar. 7.- Abundan, relativamente, pequenos cristales de baritina forma- dos sobre el cuarzo. 8.- No faltan los minérales de manganeso pirolusita y psilomelana, que se encuentran en pequenas masas redondeadas. 9.- El minerai goetita, es estructuralmente poroso y adopta formas muy variadas. 10.- En los poros de la goetita, se ha detectado la presencia no s6- lo de los minérales ya citados (baritina, siclicoaluminato) si­ no de otros mâs minoritarios como calcita, cloruro de nîquel, ôxidos mixtos de calcio y circonio, y particulas de plata nati­ ve . 11.- Se détecta la asociaciôn mineralôgica cuarzo-aluminosilicato de potasio, que se "présenta en cristales idiomôrficos de base rectangular. Su forma y composiciôn permite situarla en la fa- milia de la andalucita. - 87 - 12.- En vista de la estructura de tan compleja mena y de la dispo- siciôn relativa de los diferentes minérales, se propone una secuencia para la apariciôn de la goetita, pirolusita y psilo­ melana . 13.r Se détecta la transformaciôn topotâctica de la goetita como consecuencia de su descomposiciôn y deshidrataciôn en vacfo, energëticamente activada por el haz de electrones del SEM, transformaciôn que conduce a la formaciôn de hematites. 14.- El cinabrio, en forma de agregados deleznables, de pequenos cristales poliëdricos, recubre parcialmente tanto cristales de cuarzo, como masas de goetita, pirolusita y silicoalumina­ to. En ningûn caso se ha encontrado invertido este depôsito. 15.- Se confirma el carâcter no singenëtico de los minérales cuar­ zo, goetita y cinabrio, que, ademës, no presentan cohesiôn o adherencia alguna entre sî. 16.- No se ha encontrado mercurio elemental en la mena de Chôvar. 17.- Los hechos estructurales y analîticos resenados aconsejan la via hGmeda para el posible bénéficié del Hg contenido por las siguientes razones: 1) Facilidad de separaciôn de la ganga del mineral, por la falta de cohesiôn con el soporte y la deleznabili- dad del cinabrio. 2) Fâcil flotaciôn del cinabrio como proceso de concen- traciôn; recomendable en cualquier caso e imprescindi- ble para menas relativamente pobres. 3) Fâcil y selective disoluciôn del cinabrio en ciertos - 80 - reactivos, frente a los otros minérales existentes en la mena de Chôvar. 4) Inviabilidad econômica de la pirolisis por la crisis energêtica y por prévisible problema especialmente gra­ ve de hollines. 5) Versatilidad en la recuperaciôn del Hg de las solucio- nes obtenidas por lixiviaciôn, a partir de las cuales se puede obtener directamente el métal o el compuesto de mercurio de mayor interês. - R9 ~ 4. GENESIS DE LA MENA DE CHOVAR. 4.1. Antecedentes sobre las Ideas genéslcas de los yaclmlentos de mercurio (minerai cinabrio). La informaciôn bibliogrâfica ha sido muy amplia y ha permiti- do componer el resumen de las diverses hipôtesis que se expone a continuaciôn por orden cronolôgico. Unicamente se ha encontrado un trabajo relativo al origen del yacimiento de Chôvar, que, despuês de nuestro estudio, se debe descartar. 4.1.1. Hipôtesis hidrotermal. Son las mâs extendidas- Proponen que los depôsitos de cina­ brio se formarôn por depôsito del sulfuro desde soluciones acuosas mineraiizantes que lo transportaban. Estas soluciones eran de origen profundo, y âcidas o alcalines. Christy (1.879) (74) senalaba ya que importantes hechos geolô- gicos, como pueden ser la lixiviaciôn del SHg por agentes quîmicos (soluciones acuosas de sulfures alcalinos o carbonates), estaban restando importancia a la teorîa de la sublimaciôn como generado- ra de yacimientos cinabrîferos. Este autor discutîa las dos hipô­ tesis, la hidrotermal y la de sublimaciôn. Estudiô diferentes ya­ cimientos de cinabrio, entre los que incluye el de Nueva Almadên, y encuentra en este yacimiento una gran relaciôn entre el cinabrio y los carbonatos, afirmando que ello es un buen argumente en con­ tra de la hipôtesis genêsica de sublimaciôn. Para Christy la presencia de SNa2, SK^, NH^, NaOH y KOH, en las aguas (soluciones alcalinas), facilitan la lixiviaciôn del - 90 - SHg, el cual précipita de las mismas cuando estas soluciones se po- nen en contacte con soluciones ricas en SH^, CO^H^ o S. Comenta que las causas principales que provocan la deposiciôn del cinabrio son: a) Reacciones de neutralizaciôn de las soluciones alcalinas por â- cido carbônico o sulfhîdrico. b) Descenso de la temperatura. Este autor sintetiza cinabrio a partir de SHg amorfo, con so­ luciones saturadas de potasa en Scido sulfhîdrico a 180 “C y una "presiôn de 150 litres". Con estos resultados, Christy se pregunta cuâl de las dos hipôtesis es la mâs probable, e indica: "Puesto - que en el interior de la tierra existe temperatura suficiente como para volatilizar, y suficiente nûmero de fisuras para mineralizar por recondensaciôn, y la gran proximidad de estos procesos a rocas Igneas, podria ser muy probable la hipôtesis por sublimaciôn. Pero tambiën es probable que los depôsitos de cinabrio sean el resulta­ do del ataque del SHg existente en las rocas Igneas por agentes li- xiviantes y de su transporte hacia el exterior". Opina que la mayo- rla de los yacimientos no se pueden explicar por la sublimaciôn; sin embargo, el SHg es soluble a temperaturas moderadas en solucio­ nes alcalinas que, al sufrir un descenso de temperatura y de pre- siôn, dan lugar al depôsito del SHg cristalino. Le Conte (1.883) (75) fue partidario de la hipôtesis hidroter­ mal; las vënulas y el modo de yacer del cinabrio indican, segun ël, que han sido formados a partir de soluciones mineralizantes. El fe- nômeno actual del depôsito de cinabrio que se observaba en Sulfur BanJc y Steamboat Spring, disipan, segun ël, cualquier duda sobre el fenômeno hidrotermal. Este autor es partidario del depôsito conjun­ to de cuarzo y cinabrio (singenetismo). Hace una critica a Rollan 91 - (1.878) ( 142 ), quien, despuês de haber estudiado el fenômeno de Sulfur Ban)c, seguîa siendo partidario de la teorîa de la minerali- zaciôn a partir de vapores y emanaciones de mercurio. Le Conte’hacîa referencia al trabajo de Christy (1.879) so­ bre la solubilidad del SHg en diverses soluciones a temperaturas y presiones elevadas, en cuyos ensayos la solubilidad del SHg au- | menta con el contenido de Slcalis en la soluciôn. |i Como causas del depôsito del SHg, indica el descenso de la ! temperatura y de la presiôn, y la presencia de materia orgSnica co­ mo agente reductor, circunstancias que provocan la precipitaciôn del SHg de las soluciones que lo contienen; igualmente la disolu­ ciôn por aguas superficiales producirla el depôsito de SHg. Le Conte no era partidario de soluciones mineralizantes inmô- viles como agentes formadores de depôsitos minérales. Para este au­ tor las soluciones que ascendîan en regiones volcânicas y encontra- •do con rocas metamôrficas, serîan las mâs importantes por estar a temperaturas y presiones elevadas; la existencia de carbonatos y sulfuros alcalinos facilitarîan el transporte. Clasificô las for­ mas de yacer de las mineralizaciones como: filones fisurados, filo- j nés incipientes, fisuras brechadas, filones de sustituciôn, filo- | nés de contacte y yacimientos irregulares. • Kuss (1.887)(76) admitiô la mineralizaciôn por via hidroter­ mal para el yacimiento de Almadên. Para este autor, la teorîa de la sublimaciôn postulada por êl mismo no le parecla aplicable a este yacimiento despuês de una segunda visita a las feunosas minas. Prefiriô admitir que la mineralizaciôn de la roca se produjo por soluciones acuosas a presiones y temperaturas elevadas, con exce- ; - 92 so de SHg. Becker (1.887)(77) no fue partidario de la teorfa de la sus­ tituciôn del cuarzo por el cinabrio postulada por Casiano del Pra­ do para la mineralizaciôn de Almadên; argumentaba que es muy diff- cil encontrar venas de un minerai obtenido por sustituciôn del otro y, cuando esto ocurre, el que ha sido reemplazado muestra, por sus ângulos redondeados, haber sufrido una corrosiôn manifiesta. Para este autor, el cuarzo y el cinabrio fueron depositados desde la mis­ ma soluciôn (singenêticos) , por lo cual no fue posible la sustitu­ ciôn del cuarzo por el cinabrio. En este trabajo, se recoge una re­ plica del Sr. Cortazar, que acepta mejor la teorîa de sustituciôn que la sedimentaciôn simultSnea. Calderon Arana (1.894) (78) , hizo referencia a los trabajos realizados par Schrauf (1.891), y por Becker (1.887). Para êl, el he- cho de que el cinabrio aparezca asociado a rocas eruptivas, podria ser una coincidencia geolôgica, ya que las rocas, unas veces son de carâcter Scido y otras bâsico, o asociadas a lavas volcSnicas de la era terciaria. Citaba la teorîa de geôlogos americanos de su ê- poca, que sugerlan que fenômenos osmôticos eran agentes producto- res de yacimientos minérales. Fue partidario de la teorîa que pos­ tula la formaciôn de yacimientos a expensas de materiales disper­ ses en las rocas cercanas; no lo fue de la teorîa de Becker sobre el depôsito conjunto de cinabrio y cuarzo. Comentaba un trabajo del Sr. Fernândez Navarro, segun el cual, despuês de haber observado u- nas muestras de cinabrio, llegaba a la çonclusiôn de que este -el cinabrio- se depositô posteriormente a la recristalizaciôn del cuarzo. - 93 - PÔsepny (1. 895) (79), en un primer trabajo, recopilô las ideas genêsicas del mornento, concluyendo que los yacimientos se formaron por el ascenso y descenso de aguas circulantes o por la acciôn de reacciones de metamôrfismo (metasomatismo). En un segundo trabajo (80), estudiô el origen de los depôsitos de mercurio de la costa del Pacîfico de USA, y concluyô que el sulfuro de Aercurio y el mer­ curio elemental, son las principales especies minérales allf depo- sitadas. El SHg lo hizo solo, o como material cementante de cuarzo o calcita; la mineralizaciôn sê realizô siempre sobre material pré­ existante, nunca reemplazaba a las fases présentes. Los depôsitos de SHg aparecen, segun este autor: a) Como vënulas ocupando grietas e intersticios. b) Donde la roca original se disolviô (corrosiôn). c) En sedimentos. d) Entre esquistos y arcillas. e) Como constituyentes de riolitas. En estas mineralizaciones, el cinabrio -opinaba- se concen­ tra a medida que se profundiza. Hacîa referencia a la opiniôn de otros autores sobre la existencia de mercurio elemental, sin com- binarse con el S en las soluciones acuosas. Declaraba que el Hg accede por sublimaciôn, reduciendo al SHg y combinândose con el S résultante en l a soluciôn, pudiendo ser posteriormente depositado como SHg por enfriamiento o diluciôn de la soluciôn acuosa. El ex- ceso de Hg elemental procédé, para este autor, por sublimaciôn de su vapor. Hacîa referencia al trabajo de Christy (1.879), que de- mues tr a el proceso genêsico del SHg. Senalaba que la presencia de metacinabrio estS justificada por la precipitaciôn subita del sul­ fure desde la soluciôn; la presencia de hidrocarburos podria jus- - 94 - tificar, para este autor, la precipitaciôn del cinabrio y la for­ maciôn de mercurio nativo. Villarello (1.906) (81), estudiô la génesis de los yacimientos de mercurio de Mêjico. Indicaba que el conocimiento geolôgico no basta para la explicaciôn de la genesis de yacimientos minérales, debiëndose recurrir al conocimiento quîmico, y senalaba que ambas ciencias son complementarias. Segun ël, para estudiar los yacimien­ tos mercuriales se deben de tener en cuenta los siguientes datos: a) Asociaciones de otros minérales con los de mercurio. b) Desprendimiento de gases. La composiciôn de las aguas termo-minerales existentes en al- gunos criaderos de mercurio, pueden ayudar, segdn este autor, a com- prender el origen de estos depôsitos. Para ël, una soluciôn que contuviese âcido carbônico, sulfuro sôdico, suifato y tiosulfato o carbonato sôdico, podria disolver perfectamente a todos los miné­ rales que se encuentran generalmente en los criaderos de mercurio. La mineralizaôiôn de Palomas segun Vellarello es de edad triâsica; el cuarzo y el cinabrio estân fntimamente relacionados, por lo cual desécha por completo la teorîa de la sublimaciôn. La mineralizaciôn de Hiztuzco, ademâs de presenter cinabrio tiene metacinabrio, yeso, azufre, pirita y livingstonita. Para ël, la asociaciôn SHg, CO^Ca (calcita) revelaba que este criadero no se habla formado por su­ blimaciôn sino,por âguas terïnominerales. En la segunda parte del trabajo intentaba buscar la causa de la formaciôn de estos depô­ sitos mercuriales de edad reciente, estudiando su gënesis a partir de soluciones termominerales. Asociaba la existencia de fumarolas, que llevan vapor de agua con CO^Hg y SHg disueltos, a la genera- ciôn de yacimientos. Por descenso de la temperatura y de la pre- - 95 - si6n, se formarîan aguas sulfurosas que son las que brotan en los manantiales calientes, atacando la roca en su recorrido y enrique- ciêndose con diferentes productos. Su ascenso las enfria y disminu- ye la presiôn, lo que producirîa el depôsito de los minérales piri­ ta, calcita, sulfuros metSlicos y cinabrio. Las aguas sulfurosas -en realidad suifhldricas- podrîan originar igualmente yacimientos minérales si se diluyesen por aguas süperficiales, por ejemplo. La presencia de oxigeno disuelto puede originar la apariciôn de azu­ fre elemental. Finalmente concluïa que las mineralizaciones de Palomas y Hiz­ tuzco son debidas al depôsito del SHg en presencia de sulfuros al­ calinos. Cortese (1.904) (82) durante su estancia en Venezuela obser- vô cinabrio de gran pureza cristalina y brillo, asociado a geise- res, lo que le llevaba a la conclusiôn de que ëse cinabrio estaba allf porque el SHg habfa sido transportado por el vapor de agua cu­ yo contenido en sulfuros alcalinos es elevado. El cinabrio se depo- sitarla cuando la temperatura y la presiôn disminuyesen y, las sa­ les alcalinas se descomponfan. Para Cortese los yacimientos de Ca­ lifornia y Monte Amiata tienen el mismo origen. Knox (1- 906 ) (83) estudiô la acciôn de los iones S sobre el sulfuro de mercurio. Propuso que la solubilidad del SHg en SNag es debida a la formaciôn del complejo: 2nt mHgS + nS ̂ (SHg)^(S )^ Al ser prâcticamente insoluble en SHNa, sôlo era el iôn S el que actûa en el proceso de disoluciôn. Los resultados que obtuvo son: — 96 — 1) Al aumentar la concentracion de SNa^ (2 ô 3 m/l), la solu­ bilidad del SHg aumenta (1,144 m/l). 2) Tambiên aumenta la solubilidad del metacinabrio. 3) La velocidad con que el sulfuro de mercurio negro (metaci­ nabrio) se transforma en cinabrio (rojo) aumenta al aumen­ tar la concentraciôn de SNa^. Indicaba que al aumentar la temperatura, desciende la solubi­ lidad del SHg en SNa^, pues se favorecla la hidrôlisis del SNag, disminuyendo la concentraciôn del S en el medio. S + HgO ̂ (SH ) + (OH) Por el contrario, al aumentar la concentraciôn de (OH) dis- minuye la hidrôlisis del SNa^, por lo que aumenta la concentraciôn de iones S en el medio, favoreciendo asf la disoluciôn del SHg. Estudiô, igualmente, la influencia de otros sulfuros como el SKg y SBa. Los resultados que obtiene son parecidos en ambos casos. Las conclusiones finales a que llegaba este autor eran: 1- Los sulfuros rojo y negro son solubles en SNa^, siendo el mâs soluble el cinabrio. 2- Al aumentar la temperatura disminuye la solubilidad. 3- Al aumentar la concentraciôn de iones (OH) aumenta la so­ lubilidad del SHg y se favorece el paso de SHg negro a SHg rojo. 4- La solubilidad encontrada para el SHg en SgNag es la mitad que en SNa^. Demaret (1. 904) (84), que hizo un completo estudio de los mi­ nérales de mercurio existentes en todo el mundo, al tratar la gé­ nesis de los yacimientos, se referla al trabajo de Becker (77) di- _ 97 “ ciendo: "El origen principal del cinabrio es el asiento profundo de las rocas granlticas que cubren los centros de actividad volcSnica. El cinabrio proviene del fondoie la tierra, en epocas recientes; en forma de soluciones hidrotermales, se transportô como sulfuro doble de mercurio y sodio o amoniaco. El SHg se précipita por des­ censo de la temperatura y/o de la presiôn, o por la presencia de materia orgSnica bituminosa". Este autor comenta que el cinabrio mineralizô en forma gene­ ral la roca preexistente (Storck-Works) o impregnô los sedimentos, sin efectuar sustituciôn alguna. Lotti (1.909) (85) , realizô un estudio de los yacimientos ci- nabrfferos de las Alpujarras (Granada). Comentaba que "el cinabrio, como demuestra la experiencia, estS siempre depositado sobre una roca porosa, o sobre rocas que, por diluciôn de uno de sus consti­ tuyentes, se originan nuevos caminos por donde las soluciones mine­ ralizantes de cinabrio pueden pasar". Segun este autor, los yacimientos alpujarrenses no son mSs antiguos que la era terciaria, ya que êl cinabrio mineraliza las calizas triâsicas. Sugerla que las calizas habfan sido corroldas por las soluciones âcidas de cinabrio y de êstas se separô el Hg. Finalizaba diciendo que los yacimientos de las Alpujarras no son filonianos, ni estratiformes, y que estân formados por las impreg- naciôn de una roca porosa calcârea. Allen, Crenshaw y Merwin (1.912)(86), en relaciôn con el hi- drotermalismo, indican que cualquiera de las dos formas de sulfuro de mercurio -cinabrio y metacinabrio- se disuelven muy râpidamente en soluciones saturadas de NagS o de KgS, y en mezcla de ambos - 98 (20% NagS + 35% SKg). Senalan que si el SHg se trata con exceso de SNag el bermell6n obtenido posee una tonalidad mâs oscura que el obtenido al tratar el SHg con S(MH^)g. Estudian tambiên el compor- tamiento del SHg en soluciones de tiosulfatos solubles, con el fin de justificar la génesis de los yacimientos cinabrfferos. Para es­ tos autores, desde un punto de vista geolôgico, la hipôtesis de que el cinabrio puede provenir de soluciones alcalinas es convincente. Senalan que el mineral cinabrio es de carâcter primarlo y que el metacinabrio es de origen secundario. Broderick (1.916)(87) senala que los yacimientos de minérales de mercurio son consecuencia de la precipitaciôn de éstos a partir de soluciones acuosas âcidas oxidantes profundas. Menciona que las soluciones'clorurantes disuelven mayor cantidad de SHg que las sul­ fatantes, pues estas apenas disuelven SHg. De las soluciones cloru- radas en presencia de algunos sulfuros alcalinos precipitarla el SHg. Si hubiere materia orgânica, gases reductores y SHg, aparece- rîan ClgHg, SHg y Hg metâlico. En presencia de calcita -dice- se precipitan oxicloruros de las soluciones âcidas. Emmons (1.917)(88), indica que la teorîa del anticlinal pue­ de ser de gran importancia y ayuda en la prospecciôn de yacimien­ tos de mercurio. La presencia de materia bituminosa es para este autor causa de la precipitaciôn del SHg a partir de soluciones a- cuosas. Gould (1.921)(89) describe la mina de Almadên, y opina que la génesis del cinabrio es debida a la sustituciôn de la cuarcita. Ransome (1. 921) (90) al estudiar la mena de Almadên y la aso­ ciaciôn del cinabrio con la roca soporte, llega a la conclusiôn de - 99 - que el cinabrio reemplaza al cuarzo (recristalizado como cuarcita, debido a soluciones acuosas minérales). Opina que los cristales de cuarzo son corroldos por el propio cinabrio. La apariciôn de inclu- siones intracristalinas en el cuarzo detritico es consecuencia de fuerzas externas (no senala su origen). Para este autor, la serici- ta es anterior al depôsito del cinabrio, ya que se encuentra en al­ gunos puntos sustituîda por êste. Cropp (1.922)(91), estudia los yacimientos cinabrîferos de Puhipuhi (USA), e indica que son debidos a la acciôn de las aguas termales (geiseres) , soluciones hidrotermales, que llevan silice y mercurio disueltos. Las variaciones de las condiciones de equili- brio provocarîan la precipitaciôn conjunta de silice y cinabrio. Van der Veen (1.924)(92) hace referencia al trabajo realiza- do por Ransome (1.921) , e indica que en la mena de Almadên exlsten rocas Igneas. Estâ de acuerdo con la teorîa de êste sobre el reem- plazamiento de la sericita. Senala que el cuarzo joven se ha forma­ do al mismo tiempo que el cinabrio. Fâbrega (1.926)(93) es mâs partidario de la teorîa termosi- fônica que de la hidrotermal "per ascensum", como origen de los ya­ cimientos de cinabrio. El yacimiento de Almadên (Ciudad Real) , es para este autor consecuencia de la acciôn de soluciones acuosas de origen termosifônico. Lôpez Perea (1. 927) (94), hizo un estudio de los criaderos de cinabrio de las Alpujarras (Granada), en llnea con el realizado por Lotti (1.909). Sobre el origen del cinabrio comenta: "La circuns- tancia de asegurar la existencia de azogue en los ensayos practi- cados en algunos trozos de pôrfido y su modo de yacer en las cali- — 100 — zas, permiten suponer que estos criaderos son de origen coetâneo con la erupciôn porfîdica, combinada con acciones de origen exter­ ne, consistente en procesos de disoluciôn y precipitaciôn de com- puestos de Hg (SHg) en el seno de aguas cargadas con substancias orgânicas de descomposiciôn" Banchetti (1.932)(95), senala que las hipôtesis neumatollti- ca o por sublimaciôn han sido abandonadas por varias razones, pero, en especial porque la correlaciôn entre la ganga y el minerai ha- cen pensar en una mineralizaciôn por soluciones acuosas. Despuês de hacer algunas considéraclones sobre la solubilidad del SHg en SO^Hg -bajo la posibilidad de que las soluciones de SO^Hg existan en la naturaleza, al igual que SO^Ca- comenta que el origen idatô- geno (hidrotermal) (Schrauf 1.891) puede ser interpretado recurrien- do a la precipitaciôn del SHg por SHg existente en soluciones de ClgHg (Mier 1.872) o bien debido a la solubilidad del SHg en sul­ furos alcalinos (Christy 1. 879), teorîa defendida por BecJcer (1.887). Cree que el agua termal natural que contienen sulfuros y carbona— tos alcalinos de sodio, pueden disolver el SHg profundo existente, dando lugar al sulfuro complejo (SgHgSNag). Estas soluciones al as­ cender hacia la superficie, precipitarîan el sulfuro por diluciôn, descenso de la temperatura u otras razones. Expone que ésta no es la ùnica posibilidad sobre la génesis del cinabrio, ya que, segôn Spirek (1.903), el Hg que se encuentra en una soluciôn acuosa de SO^Hg puede ser precipitado por la acciôn de polisulfuro alcalinos o alcalinotérreos. Banchetti dice que la teorîa de Spirek puede resumirse asî: Soluciones de sulfüfico y sulfuros alcalinos con Hg y Fe en presencia de SHg atacaron la roca calcârea, lo que pro­ vocô la precipitaciôn del SHg y la formaciôn de nuevos polisulfu- - 101 - ros alcalinos. La existencia de polisulfuro calcico es, para Spi­ rek, necesaria, pues si no existiese no precipitarfa SHg amorfo. La formaciôn de la calcita se explica porque el bicarbonate de cal­ cio soluble, cuando varlan las condiciones del medio, formarâ cal­ cita (COgCa), con desprendimiento de anhldrido carbônico (COg) en el depôsito de cinabrio. La soluciôn se habrîa formado por la ac­ ciôn volcanica que es la causante de la formaciôn de la serpentina ; el agua suifurada se oxidarîa por el aire produciéndose SO^Hg que solubilizarîa el SHg de la roca. Segün Banchetti, D^Achiardi (1.925) considéra la hipôtesis de Spirek como la mâs acertada, aunque no estS de acuerdo con la formaciôn de la calcita. Explica la formaciôn conjunta como conse­ cuencia de que la fracciôn arcillosa no cubriô por completo el ci­ nabrio, por lo que una parte de êste pasô a la soluciôn como sul­ furo doble de mercurio y calcio; posteriormente, de la soluciôn, al interior de la calcita por la acciôn del COg del medio, (el COg précipita calcita que ocluye al cinabrio). Comenta igualmente este autor que Lotti atribuye al yacimiento de Monte Amiata un origen por soluciones sulfüricas. Banchetti hace una critica de estas hipôtesis afirmando que la teorîa de Spirek segun la cual el origen de la soluciôn minerai es paralela a la formaciôn de la serprentina no es sostenible, ya que el cinabrio del yacimiento de Monte Amiata es masivo y no se encuentra cinabrio en las grandes masas de serprentina. En cuanto a las ideas de Lotti y Becker, comenta que la formaciôn de sulfu- rico por oxidaciôn de las aguas suifuradas originales, por la ac­ ciôn del aire, no le satisface. Hace referencia al trabajo de Bro­ derick (1.916) que afirma la imposibilidad del transporte de Hg en - 102 la soluciôn sulfûrica, ya que el SO^Hg se hidrolizarîa dando lugar a la apariciôn de una sal insoluble, si no hubiera suficiente SO^Hg en exceso. No admite la presencia de SHg conjuntamente con la solu­ ciôn de SO^Hg como afirma Spirek, indicando que una pequeha canti­ dad de SHg provocarîa primero la precipitaciôn de SHg amorfo; co­ menta despuês que la precipitaciôn del SHg por el S^Ca no puede ad- mitirse. Al no aceptar Banchetti una serie de aspectos de la teorîa de Spirek, propone la siguiente hipôtesis genêsica: la soluciôn mi- neralizante se formô por el ataque de un SHg por âcido sulfdrico, o por la oxidaciôn de soluciones mercuriales alcalinas ascendantes, lo cual originarîa vîas de ascenso, neutralizândose y precipitando SHg, al atravesar las soluciones âcidas las rocas calcâreas. En es­ ta neutralizaciôn se forma sulfuro âcido de calcio que transforma el SHg amorfo inicial en cinabrio. Alude a la hipôtesis de De To- so (1.915), que no puede explicar la formaciôn de yeso como produc- to de la soluciôn minerai neutra, recurriendo a la acciôn de tio- bacterias, que ejercen una acciôn oxidante sobre el SHg, transfor- mândolo en SO^Hg que ataca la calcita (CO^Ca), lo que provoca la apariciôn del yeso. Banchetti, recoge las crîticas de Bargagli-Pe- ttuchi (1.917) que sehalan la imposibilidad de que existan tiobac- terias en soluciones antisêpticas como son las mercuriales, recu­ rriendo a la presencia de ozono para explicar la existencia del SO^Hg, por ozonizaciôn del âcido sulfhîdricoy la apariciôn del yeso. A las teorîas hasta ahora expuestas les falta a nuestro en- tender, rigor cientifico actual, por lo cual resultan una especie de capricho para el que valen todos los argumentos, sin datos ex- - 103 - perimentales que prueben los hechos o supuestos. Bernewitz (1.937)(96) en un trabajo de recopilaclôn sobre las menas de mercurio existentes en Estados Unidos, se referla a la hi­ pôtesis de Schuette (1.936), quien proponîa como origen del mine­ ral, el magma, mâs que soluciones alcalinas mineralizantes ascen­ dantes, y comentaba que el cinabrio se habrîa formado en estas me­ nas sobre una roca preexistente, pizarras, lechos solidificados, arcillas o basaltes. Dreyer (1.940) (97), contrastante el fenômeno natural que pro­ voca el depôsito de cinabrio con los expérimentes de laboratorio, con el mismo propôsito, indica que los grandes yacimientos de ci­ nabrio se formaron a partir de soluciones hidrotermales calientes cuya temperatura puede variar desde lOCC a 150*C y presiones mâ- ximas de ^ atmôsfera. El autor cita una serie de condiciones, re- producibles en el laboratorio, que justifican los hechos. Igual­ mente indica que Christy fue el primer cientffico que relacionô el proceso de preparaciôn del cinabrio por vîa hûmeda con los depôsi­ tos naturales de este minerai. Sugiere tambiên que los productos bituminosos estân relacionados con la deposiciôn hidrotermal. La semejanza entre los procesos naturales y los expérimentales, en lo que respecta a la precipitaciôn del sufuro rojo, dejan sin valor, segôn este autor, a la hipôtesis de la mineralizaciôn por sublima­ ciôn. Dreyer opina que la hipôtesis de Becker, continuadora de la de Christy, es la unica que puede justificar las mineralizaciones de mercurio a partir de soluciones alcalinas. Cita a Knox como el primer investigador que détermina la constante del equilibrio (I), - 104 - senalando que la solubilidad del SHg en soluciones de sulfuro sô­ dico estaria justificada por la formaciôn de un complejo soluble, el RgHgSg -siendo R un cation alcalino- segun el equilibrio: HgS + s — * HgSg (I) Estudiando los desplazaraientos del equilibrio cuando varïan las diferentes condiciones del medio, Dreyer enumera las causas de la precipitaciôn del SHg, que pueden resumirse asî: a)enfriamien­ to; b) disminuciôn de la presiôn que puede provocar el escape de gases con pêrdida de disolvente y precipitaciôn del SHg; c) aumen- to de la acidez como consecuencia de reacciones de oxidaciôn su- fridas por las soluciones al alcanzar êstas, zonas superficiales; d) efecto de la roca soporte sobre las soluciones mineralizantes; e) efecto de diluciôn por aguas profundas,o juveniles, sobresatu- radas (efecto semejante al c); f) evaporaciôn del disolvente con- centrando la soluciôn hasta saturaciôn, lo que origina una preci­ pitaciôn del sulfuro de mercurio. Fahey y Flecher (1.940)(98), criticando el trabajo de Dreyer (1.940), indican que, al aumentar la acidez de las soluciones, no se produce la precipitaciôn del sulfuro de mercurio; igualmente, dicen que la existencia de carbôn (materia orgânica carbonizada) no es la causa de la precipitaciôn del Hg metâlico, como afirma Dreyer, y que el cuarzo y cinabrio no son singenêticos. Raynaud (1.941)(99), realize un estudio de la mena de Alma­ dên, indicando que el yacimiento comprende très bandas de cuarci- tas silûricas, encajadas en el esquisto del mismo periodo geolôgi­ co ; senala que fue la cuarcita y no el esquisto la mineralizada por via hidrotermal. Cita los trabajos realizados sobre Almadên - 105 - por C. del Prado (1.855), Becker (1.887), Ransome (1.921) y Van der Veen (1.924). Es partidario del estudio de Ransome, indicando que, como consecuencia de la acciôn hidrotermal sobre la roca cuarclti- ca de formaciôn anterior, ésta tuvo que soportar fenômenos endôge- nos (deformaciôn) que provocaron la formaciôn de fisuras que favo- recieron la llegada de la soluciôn hidrotermal, lo cual provocô una sustituciôn parcial del cuarzo y de la sericita intersticial. Se refiere a la opiniôn de Ransome acerca de que el cuarzo no ha re­ cristalizado totalmente en esta mena, y afirma que la sericita es anterior a la llegada de la soluciôn mineralizante, pero no contem- porânea con el cuarzo, ya que observa cristales de cuarzo "corrol­ dos". Para este autor no se encuentra justificaciôn para la presen­ cia del Hg nativo. Concluye que, de acuerdo con la clasificaciôn genêsica adoptada por Lindgren para el yacimiento de Almadên, se puede considerar como un yacimiento epitermal de baja presiôn, for­ mado a temperaturas entre 50®C y 200°C. Fraser, Wilson y Hendry (1.943) (100) , propusieron un origen hidrotermal, tomando como referencia los manantiales calientes exis­ tentes en el distrito de Coso Mountains (California). Comentan que fuentes termales del distrito son de reciente actividad volcânica, existiendo algunas fumarolas que, actualmente (1.943), lixivian y alteran la roca, depositando S nativo y minérales de Fe y Al y , po- siblemente, cinabrio. Observan una gran alteraciôn sulfatante de las rocas sillceas existentes. Comentan el hecho de que los anâli­ sis no hayan acusado la presencia de SHg, aunque sî se détecta su presencia en los gases que emanan. - 106 - Johnson (1.943) (101) realizô un estudio completo sobre la mi­ neralizaciôn de cinabrio en el mundo, citando minérales y uëos. El trabajo se refiere a la forma en que aparece el cinabrio en los de­ pôsitos minérales. Indica que los yacimientos de mercurio aparecen en distintas rocas de muy diferentes edades. Senala que los yaci­ mientos son mâs frecuentes en regiones de gran actividad volcânica reciente. Para este autor, todo el mercurio proviene de la solidi- ficaciôn de las rocas igneas. Opina que la mayor parte de los ya­ cimientos se han formado por soluciones alcalinas ascendantes de las que se depositô por: a) cambios en la presiôn y temperatura; b) diluciôn (mezcla de soluciones); c) reacciones de las solucio­ nes con la roca; d) otras causas. Se inspira en diferentes autores en relaciôn con la causa del depôsito del SHg: Lindgren (1.933), Emmons (1.940), Batemann (1.942) y Schuette (1.930). Johnson considéra que el origen primario estâ en el magma de las rocas igneas, y que fue transportado hasta el lugar de de­ pôsito en soluciones alcalinas. Tambiên atribuye la formaciôn de los minérales a un enfriamiento, diluciôn, descenso de la presiôn, materia orgânica o reactivos gaseosos. El depôsito se hacia sobre rocas préexistantes y en espacios intersticiales. Igualmente sena­ la que los minérales que forman el yacimientos son primaries y que los secundarios son mâs bien rares. Se inspira en Ransome (1.921) para sugerir que los yacimientos de meracurio son epitermales, su­ perf iciales, formados a presiones moderadas y temperaturas entre 50®C y 200*’C. Este mismo autor, propone un origen hidrotermal para los ya­ cimientos de Almadên e Idria (102). Las soluciones mineralizantes de Almadên, dice, disolverian el cuarzo, lo que originaria un in- - 107 - cremento en la porosidad de la roca. El SiOg disuelto precipitô posteriormente, y al mismo tiempo que el cinabrlo. En cuanto a la formaciôn del yacimiento de Idria, hace referenda a soluciones mineralizantes sin aclarar su naturaleza. Mclaren (1.943) (103) hizo un estudlo sobre la historla quî- mlca, bénéficie y uses del mercuric, asi como la forma de yacer. Referente a la génesis de les yacimientos, generaliza de forma im- precisa: el cinabrio se situa en rocas de edad terciaria o de re- ciente actividad volcSnica. Opina que les depôsitos se formaron en la superficie a bajas presiones y temperaturas moderadas. Bailey (1.946) (104) realizô un estudio sobre les yacimientos de mercuric del distrito de Sonoma (California, USA). Indica que el SHg y el Hg se depositaron desde soluciones hidrotermales que consiguieron zonas de fuerte fracturaciôn. Suelen estar asociadas a serpentinas, pero tambiên hay mineralizaciôn en zonas sin ser­ pentina. Hace notar que la actividad actual difiere de la que dio origen a la transfprmaciôn de la serpentina en roca silicocarbona- tada y de la que se depositô el cinabrio. Comenta que las solucio­ nes termales actuales se diferencian de las originales en la aci- dez, en su contenido en iôn amonio y en la casi ausencia de mer­ curic, amên de un muy bajo contenido en silicic. En otro trabajo, Bailey (1.959) (105) indica que les filones espumosos o esponjosos ("froth veins") de cinabrio son consecuen- cia de la propiedad de inmiscibilidad que poseen las soluciones de origen hidrotermal (?) , fenômeno geolôgico que, segOn el autor, es semejante a la inmiscibilidad que posee el agua y el aceite, y que permite explicar la apariciôn de este tipo de filones. - lOP - Bennett (1.948)(106) hace una breve reseha histdrica de las minas de Almadén, refiriêndose a la mineralizaciôn y geologia. Se- hala que sus rocas son pizarras y cuarcitas sildricas y devônlcas, muy deformadas; las capas mas delgadas de cuarcita se encuentran brechadas. La mineraiizacidn bâsica, segün el autor, es de ëpoca terciaria. Las soluciones mineralizantes fueron ascendentes y en- friaron muy lentamente, ya que no existen cambios apreciables en la cristalinidad del cinabrio. La materia orgSnica carbonlzada, di­ ce, podrîa actuar como catalizador en el depôsito minerai. La par­ te superior del Anticlinal pudo ser corrolda, lo cual ha servido de sumidero en el terreno arcilloso contiguo. Se muestra de acuer- do con la hipôtesis genêsica de Schuette. Para Menêndez y Puget (1.949) (107), el minerai de Almadén es consecuencia de la precipitaciôn del SHg a partir de soluciones al­ calines, que transportaban Hg como suifuro complejo de mercuric y sodio. La precipitaciôn del cinabrio se producirîa por la acciôn de les hidrocarburos y por el enfriamiento de las soluciones hidro­ termales . Krauskopf (1.951)(108), realiza un intense y profundo estu­ dio flsico-qulmico-termedinâmico sobre el transporte del cinabrio en fluîdos filonianos. El transporte pudo producirse: a) en solu­ ciones de suifuros alcalinos como HgS ; b) como dorure volStil en la fase vapor; y c) como Hg vapor. La imposibilidad de trans­ porte en soluciones âcidas o neutras, como âcido suifomercôrico, es mâs problemâtica. El transporte como sulfure en soluciones so- bresaturadas, o como una dispersiôn coloidal (Pollock (132)) tam­ biên son factibles, pero no pueden ser cuantificados a partir de les dates de que se dispone. Segun Krauskopf, les yacimientos se - 109 - habrîan formado a presiones inferiores a las 30 atmôsferas y tem- peraturas comprendidas entre 80*C y 250“C. Para êl, los fluîdos mâs probables son aquellos que tienen exceso de S y estân en me- dios alcalinos, ya que los iones S solo son estables en presencia de iôn hidrôxido. En estas soluciones el Hg estâ como HgS . Esta hipôtesis fue primeramente elaborada por Becker (1.887), y apoya- da y mejorada por Dreyer (1.940), comprobândose recientemente que los datos obtenidos por Thompson y White (1.955) no concuerdan con los de Dreyer. Para Krauskopf se tratarla de un proceso netamente quimico para el que se podrian delimitar cuantitativamente las con- diciones fIsico-qulmicas del depôsito de HgS. Da los siguientes va- lores : Producto de solubilidad del SHg: -53SHg rojo (cinabrio) = 7 x 10 SHg negro (metacinabrio) = 3 x 10 (Treadwell y Schufelberger (1.946)). Solubilidad del SHg. 1 X 10~^® gramos/litro a 25®C (Verhoogen) -22,67 gramos/litro a 18®C (Kolthoff)10 El acepta el valor de 10 ^^g/1 a temperatura ordinaria. En agua saturada con CO^ a 25 ®C y 1 atmôsfera de presiôn, la solubi­ lidad es 1.000 veces mayor. Constante de ionizaciôn del âcido sulfhidrico: (Kubli 1.946) HgS ̂ ^ H^ + SH" K SHg = lO"^ — 110 — ^ ,«-13SH 3 ̂ H + S K SH = 1 0 Krauskopf comenta lo diffcil que es fijar la composiciôn y el estado fîsico de un fluîdo mineralizante, capaz de transporter Hga temperatures tan elevadas como 250 “C y presiones maypres de 30 atmôsferas. En cuanto al mecanismo de depôsito del SHg, acude a los ya propuestos: descenso de la temperature o de la presiôn, diluciôn, b modificaciôn de la acidez. Este autor récapitula asi las posibilidades: 1) El mercurio pudo ser transportado en soluciôn simple siendo sô- lo los iones del agua los que afectaban su solubilidad. 2) El SHg pudo ser transportado como sulfuro complejo, precipitan- do como sulfuro simple cuando la concentraciôn del S se redu- jera. 3) El transporte del SHg como âcido sulfomercûrico HgHgSg, supone una precipitaciôn del SHg por desprendimiento de SHg. 4) El mercurio pudo ser transportado como iôn complejo clorurado, precipitando el Hg como SHg por diluciôn de la soluciôn en pre­ sencia de S . 5) El Hg pudo ser transportado en soluciôn que también tuviera SHg disuelto. El SHg precipitarîa a altas temperaturas, ya que el SHg es poco soluble y esta poco ionizado. 6) En la posibilidad de transporte en soluciôn conjunta con SHg hay que considerar la posible reacciôn del SHg con otros gases. 7) El mercurio pudo ser transportado en fase vapor como ClgHg, pre- cipitando del vapor por enfriamiento y condensaciôn en fase sô- lida. - Ill - 8) El mercurio pudo ser transportado en fase vapor como mercurio libre, acompanado de vapor de azufre, pudiendo ser depositado el SHg bien directamente por reacciôn entre ambos, o bien que pudiera estar en equilibrio con el vapor. Las criticas de Krauskopf a estos posibles mecanismos se cen- tran sobre los siguientes puntos: 1) Solubilidad del SHg Si la solubilidad del SHg en agua con CO^ atmosfërico es de -2110 mol/1 a temperatura ordinaria, y segûn los cSlculos realiza- dos por Verhoogen la solubilidad a 100®C es 100 veces mayor, a es­ ta temperatura una soluciôn saturada contenddria 10 Mol/1, es decir, 2,32x10 gramos/litro; luego, para depositar 1 Tm. de SHg 22serlan necesarios AGOTAR 4,29x10 litros de soluciôn que présen­ ta n aproximadamente 100 veces el agua contenida en los océanos. (Si se estima que el volumen de agua existante en la hidrôsfera (109) es de 1,37x10^^ litros, y el mar MediterrSneo tiene un volu­ me n de agua de 4,5x10^^ litros y teniendo en cuenta la solubilidad del cinabio a 100“C, para disolver una Tm de SHg serïan necesarios, a 100®C, 10.000 mares MediterrSneos, lo que significa que para pre- cipitar, por ejemplo, las 600.000 %m de minerai de cinabrio que se han calculado para el yacimiento de Almadén, teniendo en cuenta las réservas y el minerai extraîdo hasta la fecha desde épocas re- motas (romanos), séria necesario que hubieran circulado por el mismo punto (Almadén) un total de 6.000 millones de mares Medite- rrSneos, es decir 6x10^ veces el agua de toda la hidrôsfera^fc^/T^^r. - 112 - 2) Solubilidad en soluciones de suifuros alcalinos. Los equilibrios en soluciones acuosas mercuriales sulfuradas pueden escribirse asi: 2 +S + Hg ̂ HgS s] + Hg^^ ^ ^ HgS^ S + H^ T ^ SH' +SH + H ’ ^ SH^ knox (1.906) y Saukov (1.946) determinaron la solubilidad, Dreyer (1.940) discute el mecanismo y Garrel (1.944) propone una forma de calcular la solubilidad en agua de cualquier sulfuro metSlico en exceso de iones S~ a varios pH. Teniendo en cuenta estos estudios, las soluciones neutras que contengan 0,10 moles/litro de S disuel­ to (en forma de SH ) podrîa disolver 7 x 10 ̂moles/1 de mercurio. Si el S disuelto fuera de 0,001 moles/litro y el pH de 8,5, se po- drla transportar la misma cantidad. La solubilidad del SHg, incluso en soluciones de sulfuros al­ calinos, es muy pequena. A 300®C, puede ser la centésima parte de la dada anteriormente; a pesar de esto, segun Krauskopf, podrian existir concentraciones que permitieran un transporte apreciable de SHg. 3) Formaciôn del âcido suifomercurico. Los trabajos de Treadwell y Schufelberger (1.946) son una variante de las hipôtesis de Knox y Saukov, ya que utilizan los datos a partir del âcido suifomercurico HgH2S2* Los equilibrios que establecen son : - 113 - H + HgS^H ̂ HgH^S^ HgS~ + ̂ ^HgHS^ y deducen que la solubilidad del SHg en una soluciôn 0,05 M de SNa^ as de 0,0223 g/50ml a 17°C, y de 0,01680 g/50ml a 57"C; la so­ lubilidad, pues, decrece al aumentar la temperatura. Calculando la solubilidad en funciôn de la variaciôn del pH, obtiene: pH______________ solubilidad (mol/1) 1 3 X 10"^ 4 id. 7 1 X 10~^ 13 1 X 10"^ Estos resultados indican que el transporte del SHg no es pro­ blems a cualquier valor de pH, pues el Hg podrâ estar disuelto en forma de S^Hg , SjHgH^ o S^HgH en soluciones alcalinas, âcidas o neutras, respectivamente. Krauskopf comenta que, asi como los da­ tos sobre la solubilidad para pH< 7 son aceptables, la existencia del SgHgHg no es crelble. 4) Transporte en forma de iones complejos clorurados. El mercurio forma una gran variedad de iones complejos con iones ha1uro; los mâs estables son los de formula general HgX^ en exceso de haluro. En relaciôn con la formaciôn de depôsitos miné­ rales, Krauskopf comenta que el complejo Cl^Hg es astable, luego el SHg sera soluble en soluciôn conteniendo Cl segun la ecuaciôn: SHg + 4 Cl"--------> s" + Cl^Hg" Si la soluciôn fuese âcida y existiese suficiente exceso de Cl , - 114 - la formaciôn del SH^ favorecerîa la solubilidad del SHg segdn: HgS + 4 Cl" + 2 h "̂--------->HgCl^ f SH^ Segun este autor, estas condiciones de elevada concentraciôn en Cl , a pH bajo, pueden existir en la naturaleza, por lo que po- drla explicarse por este mecanismo el transporte de SHg. 5) Ionizaciôn del SH2. La concentraciôn de S por ionizaciôn del SHg es insuficien­ te para que précipité el SHg, por la baja solubilidad del HgS a elevada temperatura. 6) Solubilidad del SHg en agua. El SHg es posible que no précipité a elevada temperatura, ya que el SHg es muy poco soluble, pero a 25°C la concentraciôn del mismo en agua sî serra suficiente como para precipitar SHg. 7) Reacciôn del SHg con otros gases. Hace referenda a las posibles reacciones del SHg y el S con HgO (vapor) segün: 2 HgO + SHg --------- ^ 3 Hg + SOg 2 HgO + 3 S --------- >. 2 HgS + SOg Indica que las fumarolas geiserianas producen SOg a elevada tem­ peratura y a bajas temperaturas SHg, y senala que si el SHg se o- xidase a elevada temperatura, se favorecerîa la disoluciôn del SHg, - 115 - 8) Volatilidad del ClgHg. El autor comenta que el cloruro mercurico es lo suficiente- mente volStil y estable en fase vapor con respecte al SHg, como pa­ ra que el mercurio pudiera haber sido transportado de esta forma, precipitando sulfuro cuando el haluro condensase, segun: SH^ + Cl^Bg-----------------------2 indica que el transporte del Hg hubiera sido mâs efectivo si no existieran liquides filonianos, y si el fluîdo fuese vapor sola- mente. 9) Inestabilidad termica del SHg. Cita los trabajos de Allen y colaboradores, y de Rinse, se- nalando que el SHg a 300“C estâ totalmente disociado en S y Hg. Igualmente comenta que la gran volatilidad del Hg metâlico y del ClgHg podrîa explicar que el SHg se hubiese separado de los otros sulfuros metâlicos, a temperaturas a las cuales estos sulfu­ ros habrîan precipitado. Destaca que los otros sulfuros se deposi- tarlan en zonas calientes, mientras que el SHg se formarîa en las regiones frîas. Krauskopf cita también como posibles, otros mecanismos que suponen la formaciôn de soluciones sobresaturadas y de dispersio- nes de coloides. Thompson (1 .954) (110), aplicô las ideas de Krauskopf a la formaciôn de los yacimientos mercurfferos de Terlingua (Texas, USA) . E.M.M. (1.956) (ill), que realizô un estudio histôrico-geolô- - 116 - gico de las minas de Almadén, propone en cuanto a su génesis, que las soluciones mercuriales llegaron posteriormente a la consolida- ciôn de la roca, e impregnaron la cuarcita y la brecha feldespé- tica. No hace referenda ni al origen de estas soluciones, ni a las causas que provocaron el depôsito del SHg. Dickson y Tunell (1.956)(112), estudiaron las curvas de sa- turaciôn del cinabrio y metacinabrio en el sistema SHg-HgO-SNag, a la temperatura de 25®C, y dedujeron, como era de esperar, que el cinabrio y el metacinabrio aumentan su solubilidad cuando la con­ centraciôn del SNag aumenta. En otro trabajo posterior(113), estu­ diaron el equilibrio cinabrio-metacinabrio en soluciones saturadas de SHg, en el sistema SHg-SNag-NaOH y SNag-SHg-NaOH-HgO, a tempe­ raturas comprendidas entre 25”C y 75®C. Sehalan -otra vez- que la solubilidad del SHg aumenta en presencia de SNag Y SNag-NaOH. La solubilidad, tanto del cinabrio como del metacinabrio, disminuye al aumentar la temperatura, pero la del metacinabrio desciende en mayor cuantla. La diluciôn de las soluciones saturadas de SHg en presencia de SNag Y NaOH provocan la precipitaciôn del SHg; igualmente, la disminuciôn en la concentraciôn del SNag origina el depôsito de SHg. Estos autores hacen referencia a los trabajos realizados por Christy, Becker y Knox sobre la solubilidad del SHg en presencia de sulfuro sôdico, por Allen y colaboradores sobre la transforma- ciôn alotrôpica del cinabrio a metacinabrio, y por Becker y Kraus­ kopf sobre los posibles mecanismos de depôsito. Las conclusiones .finales a las que llegan después de analizar los resultados expe- - 117 - rimentales son: a) las soluciones alcalinas de SNag pudieran haber transportado, a efectos geolôgicos, SHg, lo que habrîa permitido formar depôsitos de este compuesto; b) la diluciôn de las solucio­ nes mineralizantes darlan lugar a la precipitaciôn del SHg disuel­ to; este mismo efecto se obtendrïa si la concentraciôn de S exis- tente en el medio disminuyera debido a procesos de oxidaciôn. Dickson y Tunell (1.959) (114) , estudian nuevamente la rela­ ciôn cinabrio-metacinabrio, citando a Lindgren (1.933) quien sos- tuvo que el metacinabrio es un minerai secundario, formado por al- teraciôn del cinabrio, lo que estâ de acuerdo con los resultados expérimentales obtenidos por ellos, pues el metacinabrio se depo­ sits cuando la temperatura es elevada por ser el mâs estable en estas condiciones. Barnes (1.960) (115) realizô un estudio sobre la solubilidad de los sulfuros metâlicos en el sistema SNag-HgO-NaOH. La concen­ traciôn obtenida en la soluciôn por este autor es geolôgicamente aceptable para explicar el transporte del SZn en condiciones geo- lôgicas de presiôn y temperaturas moderadas. Berce (1.960)(116), estudiô el yacimiento cinabrîfero de Idria, senalando que, aunque el cinabrio es quimicamente muy re- sistente, la acciôn de fenômenos fIsico-qulmicos y tectônicos, pro- dujeron una disoluciôn y reprecipitaciôn del cinabrio en otros lu- gares. Para es.te autor la presencia de mercurio nativo se deberîa a las reacciones secundarias sufridas por el cinabrio; el cinabrio en este yacimiento reemplazô al cuarzo. El depôsito del SHg y del Hg es debido a procesos hipergênicos sufridos por soluciones mine­ ralizantes . lin - - Di Colbertaldo y Slavick (1.961) (117) , también estudiaron el yacimiento de Idria, y opinan que la roca encajante, calcârea y dolomïtica, fue mineralizada por sustituciôn. La génesis que pro- ponen para este yacimiento, es la acciôn de soluciones profundas, procedentes de un batolito terciario. El yacimiento lo catalogan como hidrotermal secundario de regeneraciôn epitermal, del tipo storwork y de sustituciôn en el terciario, del tipo Almadén. Fedorchuk, Kostyleva, Labuntseva y Maslova (1.963) (118) es­ tudiaron la composiciôn de los minérales de Hg-Sb en Asia Central y en la Costa del P a d f ico. Para estos autores el depôsito del SHg se produjo a partir de soluciones acuosas. La presencia de inclu- siones liquidas y gaseosas en el cuarzo les hace suponer que estas soluciones fueron alcalinas. Tunell (1.964) (119) , ha estudiado los procesos quimicos en la formaciôn de yacimientos de mercurio y de mercurio-antimonio en Amadee (California, USA) . Opina que el cinabrio y el metacinabrio se depositaron conjuntamente a partir de soluciones alcalinas en presencia de sulfuro sôdico, y que el cuarzo y el cinabrio son singenéticos. Dickson (1. 964) (120) , realizô un estudio sobre la solubili­ dad del SHg en presencia de SNa^ a temperaturas entre 50®C y 250"C, y presiones entre 1 y 1.800 bars., con vistas a su aplicaciôn a es- cala geolôgica. El aumento de la presiôn provoca un descenso del 30% en la solubilidad del SHg; igualmente disminuye la solubili­ dad cuando la temperatura es de 100°C, volviendo a aumentar a me- dlda que la temperatura aumenta. Para este autor, soluciones alca­ linas de sulfuro sôdico conteniendo Hg^^, precipitarfan por des- - 119 - censo de la temperatura, el HgS formando asi los yacimientos. Es­ tas aguas alcalinas mineralizantes estarlan asociadas a una acti­ vidad volcânica. Segün el mismo Dickson, Almadén e Idria serlan una excepciôn y no pueden ser explicados con su hipôtesis genésica. Solé Sabaris (1.965)(14), propone que el yacimiento minerai de Chôvar es el resultado de la acciôn de aguas mineralizantes de origen epitermal, pero no justifica la procedencia de dichas solu­ ciones, ni explica el proceso de depôsito del SHg a partir de las mismas. Khodakowskiy (1.966) (121) estudia el transporte de metales en soluciones hidrotermales, cuando êstos se encuentran como sulfu­ ros o hidroxisulfuros solubles en las mismas, ya que los sulfuros se pueden disolver en agua en forma de hidrosulfuro (Me^(SH)^)^ El depôsito de los sulfuros metâlicos a partir de estas so­ luciones, puéde deberse a: 1) Desprendimiento de SHg; 2) oxidaciôn del S a Sg , S , o SO^; 3) aumento de la alcalinidad de las solu­ ciones hidrotermales. Zucchetti (1.966) (60), refiriêndose al yacimiento de Almadén, dice que en zonas ricas en cinabrio depositado sobre los cristales de cuarzo, estos cristales presentan contornos irregulares, como corroldos. También afirma, que el cuarzo es sustituido por el ci­ nabrio en algunos puntos singulares del yacimiento. Apoya la idea de una recristalizaciôn de los agregados de cuarzo, en la existen­ cia de microlitos de cinabrio intracristalino en los agregados i- diomôrficos de cuarzo. Para este autor la existencia de estratos en la serie geolôgica (sedimentos) explica la filtraciôn de las soluciones mineralizantes. - 120 - Barnes, Romberger y Stemprok (1.967) (122) , determinaron la solubilidad del SHg (cinabrio) en soluciones sulfuradas, a diferen- tes concentraciones de SH", para pH entre 3,5 y 7,8, a temperatu­ ras desde 25°C a 200°C, y presiones entre 4 y 14 atmôsferas; las concentraciones se midieron por activaciôn neutrônica. Determina­ ron las constantes de los equilibrios: HgS + 2HgS ; ^ HgS(SHg)g HgS + SH + SHg , ^Hq(SH)g HgS + 2HS ^__________ HgS (SH) g HgS + ^ ^ SgHg" yft = potencial quimico Calculan el pH (para ̂4. = 1, a 20°C) para el cual son estables es­ tos complejos y encuentran: ^pH HgS (SHg) g por debajo de 6,3 Hg(SH)g entre 6,3 y 6,89 HgS(SH)g 8,5 HgSg" 8,5 Los complejos SHg(SH)~g y SgHg" pueden existir por encima de pH=6,89 segün sean las concentraciones de SHg, SH y S . Comentan que la maxima solubilidad medida se sitüa entre 25“C y 2pO°C, siendo de 950 mg/1 a 25°C, y de 4.300 mg/1 a 200"C. En general, entre 25°C y 200°C, en sistemas isôcoros e isoquimicos se increments la solubilidad de 4 a 7 veces en soluciones de bi- sulfuro; el incremento en soluciôn de SHg, es el doble que en so­ luciones de SH . - 121 - Senalan que, de acuerdo con esto, el transporte del mercurio para formar depôsitos, habrîa sido por soluciones mineralizantes donde estuviera présente el complejo bisulfurado y las soluciones fuesen fuertemente alcalinas. El Hg estarla en forma del complejo HgSg, lo que desde el punto de vista geolôgico séria posible, ya que entre 100°C y 200"C existen soluciones sulfuradas neutras o al­ calinas. .La existencia de los complejos suifhidratos o sulfuros séria importante para poder explicar la génesis de yacimientos mer­ curiales. En relaciôn con ello, Barnes y Czemanske (1.967) deter­ minaron que son necesarias concentraciones de 10 p.p.m. para que pueda formarse un yacimiento minerai. Czemanske (1.959) habla ya determinado que los sulfuros son muy poco solubles entre 25“C y 600“C (por debajo de 1 p.p.m. a excepciôn de soluciones muy âcidas). Pero, al formarse complejos suifurados, esta solubilidad puede au­ mentar considerablemente. Igualmente se refieren a los trabajos de Dreyer (1.954) y Dickson (1.964). Barnes y colaboradores, que tam­ bién hacen referencia a los trabajos de Dreyer (1.954) y Dickson (1.964), concluyen que las condiciones termodinâmicas que pudieran haber permitido la formaciôn de yacimientos de cinabrio, fueron temperaturas comprendidas entre 100°C y 200"C y presiones entre 1 y 30 atmôsferas. Discuten las condiciones quimicas de depôsito del cinabrio a partir de los trabajos de Tunell (1.964) , White (1.967) , Barnes y Czemanske (1.967) asi como el trabajo de Krauskopf (1.951), tras estudiar la estabilidad de los complejos a diferentes pH y otras variables que puedan provocar la presencia del cinabrio des­ de estas soluciones. El transporte hidrotermal a la concentraciôn de 1 p.p.m., estimada necesaria, segün se ha dicho, para formar ya­ cimientos, se lograrla gracias a la formaciôn de los complejos bi- - 122 - sulfuro y sulfuro, en soluciones alcalinas. Asi, pues, el transpor­ te del cinabrio en soluciones acuosas, como complejo suifurado y bisulfurado-, séria posible en condiciones geolôgicas de 100®C a 200“C y pH netros o alcalinos. Moiseyev (1.968) (123) , al estudiar la localizaciôn, estructu- ra y paragênesis de los depôsitos de Wilburg Spring (California, USA), sugiere que el depôsito de cinabrio tuvo lugar a partir de aguas termales, por una elevaciôn de la concentraciôn de SHg y de la temperatura. De los datos termodinâmicos obtenidos sobre la es­ tabilidad del complejo SgHg , y su constante de disociaciôn, asi como de otras variables, deduce que la composiciôn del agua termal de Wilburg Spring pudo haber transportado substancial contenido de mercurio. Los posibles mecanismos de transporte que senala el au­ tor son: a) por debajo de 100°C como sulfuro complejo en soluciôn alcalina o neutra; b) por encima de 250°C como sulfuro complejo en soluciones âcidas y con un muy bajo contenido de SHg; a cualquier temperatura el cinabrio pudo ser transportado como coloide o en suspensiôn. Opina que la mejor explicaciôn de la mineralizaciôn *por SHg, es que fuese transportado como sulfuro complejo o como co­ loide. Hace notar que el SHg se encuentra asociado a zonas de vol­ canisme, lo que le hace suponer que bien pudo haber procedido del magma, o haberse reabsorbido de sedimentos, como consecuencia de que la temperatura sufre un fuerte incremento (transportado como vapor). Los hidrocarburos jugaron, segün Moiseyev, un gran papel co­ mo agentes précipitantes del cinabrio en las ultimas etapas de la actividad hidrotermal. Por tratarse de un proceso muy râpido, el tamano de grano -de cristal- es muy pequeno. 123 - La presencia de coloides pudo haber sido importante en las ûltimas etapas del transporte del mineral. Moiseyev hace también un estudio de los trabajos de Dickson (1.964), Pollock (1.944), Thompson (1.954) y Krauskopf (1.951 y 63) acerca del transporte del SHg y de la formaciôn de los depôsitos de cinabrio, concluyendo que los responsables de la concentraciôn de las soluciones mineralizantes pueden ser: a) disoluciôn de los va­ por es de Hg, originados por emanaciohes magmSticas, y formaciôn del complejo SgHg ; b) desorbciôn del SHg contenido en los sedimentos, por una elevaciôn de la temperatura, y una intensificaciôn en la circulaciôn de aguas no juveniles de elevado contenido en sales (salmueras). Ambos procesos estân relacionados con actividad fgnea, pero los caminos de acceso de las soluciones mineralizantes fueron diferentes. Los depôsitos de mercurio se localizan en zonas poco profundas como consecuencia de un descenso de la temperatura. Smirnov (1. 968) (124) , al estudiar la formaciôn de los miné­ rales, indica très posibilidades: a) aguas juveniles asociadas a un magmatisme basâltico subcortical; b) magmatismo palingenético asociado a grupos asimilativos en la corteza interna de la tierra; c) aguas profundas producidas por filtraciones no asociadas con el magmatismo. Helgenson (1.969) (125), dice que la qulmica de los sistemas hidrotermales, puede discutirse a la luz de las propiedades termo­ dinâmicas de los minérales, de sus especies iônicas, de los gases, y de las soluciones concentradas de cloruro sôdico como agente li- xiviante. La informaciôn contenida en sus tablas le permite calcu­ lar la solubilidad de silicates, sulfuros, sulfates, carbonates y — 124 - oxidos en soluciones hidrotermales multicomponentes cuyo contenido en ClNa sea elevado, en condiciones de elevada temperatura y con transporte de materia, por reacciones de metamorfismo (metasoma- tismo). Después de realizar numerosos cSlculos obtiene la solubi­ lidad de silicatos, sulfuros a elevada temperatura, debidas a reac­ ciones de metasomatismo y reemplazamiento. Henderson (1. 969) (126) , estudiô los depôsitos de cinabrio for- mados como consecuencia de alteraciones hidrotermales de la ser­ pentina. Los depôsitos de sulfuro de mercurio los clasiflea de a- cuerdo con las zonas donde se produjeron. La petrologla permite, segun este autor, encontrar una relaciôn caracterlstica en las mi­ nera lizaciones conjuntas de serpentina y cinabrio. La alteraciôn de la serpentina por la acciôn de las aguas hidrotermales, forma- rfa silice y carbonates (minérales constituyentes de la ganga); el depôsito del sulfuro habrla sido contemperâneo a la reacciôn de las soluciones hidrotermales con la serpentina. 4.1.2. Hipôtesis sedimentaria. Son escasas las referencias que atribuyen a una sedimentaciôn detrltica de sulfuro de mercurio el origen de los yacimientos del mineral cinabrio, y estas referencias no explican el origen del sulfuro de mercurio ni cômo fue movilizado. Por eso se han inclui- do también en este apartado otros trabajos que pueden estar rela­ cionados con los procesos de sedimentaciôn. Monasterio y Correa (1.871) (127) , al estudiar el yacimiento de Almadén (Ciudad Real), atribuye a una sedimentaciôn por infil- traciôn el origen del yacimiento, ya que su forma de yacer es, se- - 125 - gfln êl, estratigrâfica y no filoniana. La mineralizaciôn, para es­ te autor, no fue contemporânea a la de las capas silüricas y devô­ nlcas . El cinabrio sôlo mineraliza las cuarcitas. Otro hecho a des- tacar segün Correa es que, como consecuencia del proceso de infil- traciôn, el cinabrio ha sustituido, en parte, a la silice que cons- titula la cuarcita. Lausen (1.936) (128) , al hacer un estudio sobre la existencia de sulfuro de mercurio asociado a oro nativo en las arcillas de Lee Ferry (Arizona, USA), indicaba que, tanto el oro nativo como el mercurio (SHg), son consecuencia del arrastre y sedimentaciôn por la acciôn de las aguas superficiales. Para este autor la au­ sencia de cualquier actividad hidrotermal confirma sus observacio- nes. Maucher y Saupê (1.967) (129) , indican que la estructura se- dimentaria que han observado en Almadén en la fase minerai sulfu- rada de hierro (pirita), estâ Intimamente relacionada con el depô­ sito de cinabrio, que cristalizô a partir de formas coloidales en los sedimentos (Pollock 1.944 (132)). Destacan la presencia de in- clusiones de cinabrio en el interior de las masas de pirita, sena­ lando que estos minérales son anteriores a la consolidaciôn de los sedimentos. Para Arnold, Maucher y Saupé(1.973) (130) , la formaciôn del yacimiento de Almadén hay que explicarla por un proceso de sedi­ mentaciôn. El cinabrio fue anterior a la diagénesis de las rocas encajantes del yacimiento, que provocô la recristalizaciôn del detritus de cuarzo. - 12f - Para Saupê (1. 973) (131) el yacimiento de Almadén es del tipo sedimentario, relacionado con el volcanisme gotlandiano. Justifica la gran riqueza del yacimiento como consecuencia de una preconcen- traciôn sedimentaria, asociando la presencia del mercurio métal a fenômenos de absorciôn sobre las arcillas, y como compuesto orga- nometSlico asociado a materia orgânica. Para Saupé la llegada del cinabrio y el cuarzo es anterior a los procesos de consolidaciôn de la roca soporte (cuarcita). Al ser el volcanisme gotlandiano posterior a la mineralizaciôn por cinabrio, los focos calientes provocaron corrientes convectivas (hidrotermales) que motlvaron una recristalizaciôn del cuarzo y el cinabrio conjuntamente. Los procesos de recristalizaciôn debieran tener lugar después de la llegada del cinabrio por haberse encontrado cristales de cuarzo corroldos por el cinabrio, e inclusiones de cinabrio dentro del cuarzo recristalizado. Senala finalmente, que los procesos de me­ tamorf ismo sufridos por el yacimiento alteraron la roca encajante pero no al cinabrio. Pollock (1.944) (132) , discute la posibilidad del depôsito de sulfuro de mercurio desde un estado coloidal. Estos soles de sul­ furo de mercurio pudieran haber estado protegidos por la presencia de silice también en estado coloidal. La precipitaciôn rSpida, co­ mo coloide, del SHg a partir de soluciones sulfuradas alcalinas, se ha demostrado experimentalmente y es debido a una disminuciôn en la concentraciôn del sulfuro sôdico por hidrôlisis de esta sal, lo cual provoca un descenso en la solubilidad del SHg. Pollock a- clara que con estas ideas no se pretende demostrar que el depôsito del SHg en los yacimientos naturales fue consecuencia de la acciôn de coloides, sino determiner la estabilidad del*sol de cinabrio - 127 - para que este sulfuro pueda ser precipitado a partir de ellos. Los factores que afectan a la estabilidad del sulfuro de mer­ curio coloidal, segün este autor, son: el SHg tiene una gran faci- lidad para ser peptizado, o dispersado como coloide, en presencia de âcido sulfhidrico. La estabilidad del coloide se debe a la ab-- sorciôn del S o del SH por aquél, por ello la carga de las par- tlculas coloidales résultantes es negative. Cuando la carga del co­ loide se neutralize, se hace inestable y flocula. La neutraliza- ciôn se produce cuando los soles negativos se unen con otros de carga positiva (cationes procedentes de soluciones electrollticas), o por contacto con otras partes de carga contraria (câtodo o ânodo). Lôgicamente la posibilidad de neutralizaciôn mâs clara serra la acciôn de electrolitos. Otros factores fisicos que pueden producir un cambio en la estabilidad de los soles son la temperatura, la presiôn, y la diluciôn. Es notable la inestabilidad que poseen los soles de sulfuro de mercurio a 100®C, en estado diluido, si se en­ cuentran protegidos por silice también en estado coloidal. Conclu- ye, finalmente, que cuando soles de SHg se les anade geles de si­ lice como protectores, éstos pueden ser transportados en solucio­ nes electrollticas de alta concentraciôn en ClNa. Moiseyev (1.971)(133), ha estudiado los posibles origenes no magmâticos de los depôsitos de mercurio en todo el mundo, y concluye que se explican mejor por sedimentaciôn que por acciôn magmâtica. El mercurio, dice, se moviliza de los sedimentos por el calor volcânico (calderas magmâticas) y, bajo condiciones favo­ rables, el métal puede fâcilmente concentrarse por la acciôn de soluciones acuosas hidrotermales de origen superficial, moviliza- das por convecciôn. Hace notar que los depôsitos de mercurio estân - 128 - situados en areas de volcanismo reciente y, en cuanto a la relaciôn con la roca soporte de la mineralizaciôn, concluye que son singe­ néticos . Alude al trabajo de Jovanovic y Reed (1.968), sobre la movi- lidad de los iones mercurio en los silicatos indicando que, segün estos autores, el mercurio se moviliza en la red de los silicatos, siendo esta movilidad mayor o menor segün sea la estructura de los mismos (red cristalograf ica) '. Asi, en la musJcovita el mercurio pue­ de movilizarse hasta un 97%, en cambio en los granates desciende hasta un 60%. Moiseyev concluye diciendo que, de acuerdo con los hechos ge­ olôgicos observados en la naturaleza, en la mayor parte de los ya­ cimientos de mercurio existentes en sedimentos, el mercurio pudie­ ra haber sido movilizado por el calor aportado por calderas magmS­ ticas . Esta teorla de Moiseyev puede ser rebatida teniendo en cuen­ ta los resultados de las investigaciones realizadas por Ehmann y Lovering (1. 976) (134) , quienes, estudiando por activaciôn neutrô­ nica muestras de meteorites condritos y meteorites alcali y basal­ te troillt icos acondritos, revelan la presencia de mercurio en los mismos, asi como en muestras de inclusiones basSlticas y de alto manto, todo lo cual sugiere que, presumiblemente, entre la parte inferior de la corteza y el Alto manto de la Tierra existe una e- levada concentraciôn de mercurio. 4.1.3. Impregnaciôn por fase fundida. Son'escasas las referencias bibliogrSficas que se han encon- - 129 - trado sobre la hipôtesis magmâtica como origen de yacimientos de mercurio. Ello indica que la hipôtesis de una posible impregnaciôn de la roca soporte por cinabrio en fase fundida (liquida) no estâ muy extendida. No obstante, se han recogido los autores partidarios de la hipôtesis plutonista, referida a yacimientos de cinabrio. Pellico (1.844) (135), al realizar un estudio geolôgico so­ bre la mineralizaciôn de mercurio de Usagre (Badajoz), indica que: "El origen que se atribuye a la mayorla de los yacimientos metali- feros es la inyecciôn desde el interior hacia el exterior". Este hecho queda bien, claro para el autor, al observar en el pozo "Fa- vorita" (mina de Usagre), una capa de arenisca como escorifIcada con manchas de cinabrio en una de sus caras, mientras que en la otra se conserva la textura primitiva sin que se présente ningün tipo de alteraciôn. Para Ferrer (1.908) (136) , los yacimientos mercuriferos de la Alpujarra (Granada) se sitüan en calizas y margas de edad triâsica, que fueron inyectadas con cinabrio de origen interno. Lôpez Perea (1.927) (94), estudiô tambiên la mineralizaciôn de mercurio de la Alpujarra, indicando que las calizas y margas triâsicas descansan sobre erupciones porfidicas; sin duda para êl, el origen del criadero de mercurio es interno, coetâneo con la erupciôn porfîdica, pero que, posteriormente, sufriô procesos de alteraciôn hidrotermal. El despertar de la teoria Plutonista aplicada a la génesis de los yacimientos mercuriferos, llegô con los trabajos de F . A. Calvo y J. Maria Guilemany (1.973-1.980), quienes, después de un profundo estudio bibliogrâfico comparativo entre las diferentes - 130 - teorîas e hipôtesis genêsicas, estudiaron la microestruetura de va­ rias menas utilizando tëcnicas de observaciôn no conveneionales (Microscopîa Electrônica de Barrido (SEM), microanâlisis por Espec- tro de Energîas (EDS), y Microsonda Electrônica (EPA)), llegaron a la conclusiôn de que los yacimientos de cinabrio estudiados, son el resultado de la impregnaciôn de rocas cuarcîticas o calizas de montaha -muy porosas- por cinabrio en fase fundida, magmâtico, de procedencia profunda (137, 138, 139, 140). Estos autores confirma- ron su hipôtesis por unos primeros ensayos de sïntesis de la mena natural. 4.1.4. Impregnaciôn por cinabrio en fase vapor. No son muchos los autores partidarios de la impregnaciôn de la roca soporte por un vapor. Esta hipôtesis genésica ha sido re­ batida por investigaciones recientes, en relaciôn con ciertos ya­ cimientos de mercurio. Ezquerra del Bayo (1.838)(141), que estudiô la geologla y origen del yacimiento de Almadén, comenta que el terreno sedimen­ tario (grauwacas) ha sido transformado por el acceso a la superfi­ cie de masas plutônicas (rocas îgneas) que han producido una fuer­ te tectonizaciôn de la zona, apareciendo numerosas fisuras, grie- tas y cavidades que fueron rellenadas por cinabrio; este cinabrio séria el resultado de la reacciôn del azufre y del mercurio pro­ cedentes de exhalaciones magmâticas. El autor justifica la presen­ cia de mercurio nativo como consecuencia de haber quedado aislado en algunos puntos; el azufre por el contrario reaccionô con el hierro dando lugar a la apariciôn de pirita. - 131 - Rollan (1.878)(142), estudiô los yacimientos de mercurio de la costa del Pacîfico (California, USA), Sulfur Bank, New Almadén y Redington, y observa que el terreno de esta zona esté constitul- do por esquistos micâceos, talcosos, cuarcîticos y argilitas, ade- mâs de rocas calizas y dolomitas, coexistiendo en algunas zonas coladas basâlticas de traquita. Comenta que toda la zona estâ mâs o menos impregnada por cinabrio de aspecto terroso, no siendo fre- cuente la apariciôn de mercurio nativo. Aunque se desconoce la e- dad de los yacimientos, las rocas son cretâcicas y triâsicas. Hace constar la presencia de cinabrio en traquitas, obsidia- nas y basaltes (rocas îgneas) que se encuentran escorificadas. La existencia de geiseres en aquella zona es notable; emanan vapores y depositan silice porosa -en parte cristalizada- azufre y cinabrio. Supone que la emanaciôn mercurial pudiera estar relacio­ nada con erupciones volcânicas de serpentina durante el periodo eoceno o mioceno. Dory (1.895)(143), discutiô las teorlas genêsicas en su mo- mento. Indicaba que cualquiera de las teorlas acerca de la minera­ lizaciôn por SHg ofrece grandes dificultades, ya que, en cada ca- so y para cada regiôn, aparecen unos condicionantes que no son ex­ tensibles a los demâs. Debido a la relativa gran volatilidad del Hg y del SHg a bajas temperaturas, es lôgico que se piense que la formaciôn de los yacimientos pudiera haber sido debida a sublima- ciôn y posterior condensaciôn de los vapores. Explica el origen de los yacimientos asturianos por impregnaciôn de vapores de SHg 11e- gados desde la profundidad, llenando cavidades y fisuras ya exis­ tantes en la roca mineralizada. - - Kalb (1. 921) (144), despues de estudiar la geologfa y la mi- neralizaciôn del yacimiento de Almadën, indica que las vetas prin­ cipales se encuentran en terrenes siluricos y dev6nicos. El cina- brio se présenta, segûn él, con aspecto diferente sobre cada roca, como pueden ser esquistos o estalactiformes, indica que en estos terrenos es raro encontrar cinabrio bien cristalizado. Si aparece muy abundantemente, es cinabrio amorfo (?) diseminado sobre la are- nisca. No se compromete en la fecha de la mineralizaciôn, pero di­ ce que este cinabrio de Almadén es anterior al de Idria. Propone para el yacimiento de Almadén una genesis por impregnacién de la roca con cinabrio en estado vapor. Marmo (1.958)(145), es partidario de la hipôtesis genêsica por impregnacién en fase vapor. Comenta que los gases procedentes de los escapes habidos en el volcanismo granïtico, precipitarian en el agua de mar, dando lugar a yacimientos sedimentarios (?). Para este autor las exhalaciones volcânicas procederîan de cSma- ras magmâticas, o de sedimentos situados cerca de êstas. Siegel B. y Siegel S. (1.977) (146) han encontrado durante las erupciones volcânicas de las islas Hawai (Kilauea, East Rift), la presencia de mercurio (no comenta si en forma de elemento nativo o comb inado como suif uro) . Senalan que a 350 Km al N.W., en Honolulu, se detectô igualmente la presencia de mercurio. El mercurio medi- do en el lugar de la erupcién oscila entre 50 y 200 miligramos por centimetro cübico, los datos aerométricos han conf irmado la presen­ cia de Hg metSlico de origen volcânico, segûn dicen estos autores. - 133 - 4.2. La recristallzaciôn de las argilltas de Chdvar. Cuando los productos detrîticos résultantes de la accidn ero- siva sobre las rocas preexistentes, dejaron de estar en suspension en sus medios de transporte (agua, aire), se produjo su depôsito por gravedad, que dio lugar a formaciones estratificadas. Estos pro- cesos sedimentarios son constructivos, pues dan lugar a la apari- ciôn de nuevas rocas (rocas sedimentarias). En un principle los sedimentos estân constituldos por un ma­ terial detrîtico de particules con formas mâs o menos redondeadas o agudas, e irregulares, no idiomôiff icas, que constituyen un agre- gado sue1to, en el que existen numerosas cavidades ocupadas por el agua residual en que sedimentaron. La llegada de nuevos sedimentos, va restringiendo el contacte directe de las anteriores con el medio, lo cual implica que las condiciones fisico-quîmicas van variando, pudiendo provocar una transformaciôn de los minérales iniciales (recristallzaciôn) o la formaciôn de otros nuevos (diagênesis). La apariciôn de un gran numéro de cavidades y poros, y, so­ bre todo, la abundancia de agregados de cristaies idiomôrficos de cuarzo, constituyente principal de la roca soporte de Chôvar, de- berSn explicarse por las condiciones en que se produjo y mantuvo el sedimento. Importa, pues, estudiar el fenômeno por el cual han aparecido estos nuevos cristales idiomôrficos de cuarzo que, pos- teriormente, 'fueron mineralizados por cinabrio. Kraus)copf (1.956) (147) estudiô la solubilidad del cuarzo a presiôn normal y temperaturas entre 25°C y 100“C. Esta solubili­ dad aurnenta con la temperatura, obteniendo un valor mâxlmo a 100°C 134 - de 0,440 g/l. Merrill y Lenher (1.917)(148) habîan obtenido un va­ lor de 0,433 g/l a 90°C, y Elmer y Nordberg (149) daban un valor aproximadamente diez veces mayor (4,65 g/l a 95®C) indicando que en medio âcido disminuye. Clarlc (1.924) (150) habla ya sugerido que el cuarzo se disuel- ve en forma de Si(OH)^ en medios haturales, y que la solubilidad en agua de mar es del orden de 0,001 a 0,002 g/l. Comentaba, ade- mâs, un hecho importante: cuando el pH de las aguas naturales es inferior a 9, la silice reacciona con otros iones, lo que provoca la formaciôn de silicates de neoformaciôn en rocas sedimentarias y en particualr en las que intervienen las argilitas. Siever (1.962)(151), replantea el estudio realizado por otros autores, sobre la solubilidad de la silice amorfa y del cuarzo, en­ tre 0®C y 200“C. Corrobora los datos obtenidos con anterioridad, indicando que la solubilidad del cuarzo es menor que la de la si­ lice amorfa, pero que aumenta con la temperatura lo cual détermina la precipitaciôn (recristallzaciôn) cuando las soluciones satura- das se enfrian. Se refiere a que la precipitaciôn del cuarzo pudo ser conse- cuencia de la reacciôn de los aluminosilicatos de los minérales arcillosos con el agua a temperatura y presiones ordinarias. Las reacciones de descomposiciôn de aluminosilicatos como Kaolinita y Montmorillonita, originando muskovita y cuarzo pueden escribirse asi: Montmorillonita + H ------------ -f Kaolinita + SiO^ + Na^ Kaolinita + > Muskovita + SiO^ + Na^ + Mg^ Considerando los aluminosilicatos y silicoaluminatos potSsi- - 135 - cos detectados en Chôvar, este podria ser uno de los mecanismos a tener en cuenta como formadores de cuarzo y muskovita. Kennedy (1.950)(152), Morey y Hesselgesser (1.951)(153) de- terminaron la solubilidad del cuarzo desde 100°C hasta la tempera- tura critica del agua, indicando que aumenta hasta 300“C, para dis- minuir bruscamente en las proximidades del punto triple del agua. Van Lier (1.960) (154) , Morey, Fournier y Rowe (1.962) (155) aportan nuevos datos de la solubilidad del cuarzo a temperaturas entre 25°C y 300®C. Morey y Fournier y Rowe encontraron que la so­ lubilidad aumenta gradualmente con la temperatura, alcanzândose un valor mâximo a 300"C y presiôn de 1.000 atmôsferas, y concluyen que el contenido mâximo de silice en agua a temperatura ambiente no depende, probablemente, de la solubilidad del cuarzo, sino mas bien de la descomposiciôn de los feldespatos. La solubilidad del cuarzo a temperaturas superiores a la cri­ tica del agua (aguas super criticas) fue medida por Nieuwenburg y colaboradores (1.930-34) (156) , Morey y Hesselgesser (1.951) (153), Kennedy (1.950)(152), Wyart y Sabatier (1.955)(157), quienes obtu- vieron cristales de cuarzo a partir de polvo de silice de diverses teunahos a 400“C y presiones entre 500 y 2.000 bars. Kitarov (1.956)(158), estudiô la isoterma de 400=C para el sistema H^O-SiO^ a presiones superiores a 2.000 Kg/cm^. De los re- sultados expérimentales deduce que la solubilidad aumenta con la presiôn, pero las variaciones de temperatura influyen mâs fuerte- mente sobre la solubilidad que la presiôn. En medios acuosos com- plejos (con NaOH, CO^Na^ y ClNa en soluciôn) observô un fuerte au- mento en la solubilidad del cuarzo; este hecho estâ de acuerdo con - 136 - los resultados obtenidos por Wyart y Sabatier (1.955) (159) y Kita- hara (1.960)(160); este ultimo autor obtuvo unos resultados muy parecidos a los obtenidos por Kennedy, Morey y Hesselgesser (1.951), cuando estudia la solubilidad del cuarzo en soluciones a tempera­ turas y presiones elevadas. Sharma (1.968)(50), estudiô los cambios diagenéticos sufri- dos por rocas areniscas a escala de laboratorio, con el fin de comprobar algunos hechos naturales. Sometiô una arenisca modelo a agua de mar y presiôn con CO^ y una temperatura ordinaria. El au­ tor comenta que el pH del agua de mar en estos procesos viene con- trolado por la reacciôn: 3 Al2Si20g(0H)^^g^ + 4 SiO^^^ 2 k"̂ + 2 Ca^^ + 9 --------> 2 KCaAl-Si _(H-0)-0,. + 65 ' 2"'6 16 y que la influencia que ejerce el CO^ sobre el pH en agua de mar en presencia de silicatos, es nula. La apariciôn de cuarzo en el proceso diagenêtico, es conse- cuencia de la reacciôn de descomposiciôn: KCaAl^SigO^^g(H^O) ̂ ------ > Si^Al20^(0H^ + SiO^ Laudise y Kolb (1.969)(161), hicieron experimentos de ré­ cris tali zaciôn hidrotérmica con el fin de obtener monocristales de cuarzo de gran perfeccion. Por cristalizaciôn hidrotérmica entien- den: "El empleo de medios acuosos a temperaturas y presiones ele­ vadas, en medios alcalinos, con el fin de disolver y recristali- zar substancias que son normalemente insolubles en condiciones am- bientales". - 137 - Linares y Huertas (1 .971) (162) , hacen referenda a la neo­ formaciôn de minérales arcillosos en sedimentos. Sintetizan a tem­ peraturas y presiones ambientales diferentes fases minérales, en­ tre ellas gibsita y la Icaolinita. Concluyen diciendo que los resul­ tados obtenidos estân de acuerdo con las muestras petrogrâficas de )caolinita natural, por lo que las condiciones de formaciôn son se­ me jantes en ambos casos. La descomposiciôn por la acciôn del agua de los feldespatos -minérales asociados al cuarzo detrltico en los sedimentos-, es un proceso importante desde el punto de vista petrogrâfico, pues con­ duce a la formaciôn de rocas sedimentarias y , en especial, de las argilitas; se ha realizado numerosos experimentos de laboratorio con el fin de explicar estos fenômenos. Stevens (1.934)(163), Nor­ ton (1.937)(164), Correns y Engelhardt (1.938)(165), Gruner (1.944) (166), Fol)c (1. 947) (167) , Morey y colaboradores (1 .955) (168) , (1.961) (169) y Hemley (1.959) (170) han estudiado las transformacio­ nes sufridas por la ortosa, muskovita y cuarzo, fijando las condi­ ciones del equilibrio reversible: BKAlSi^Og + 2 - - - KAljSi^Oj^Q (OH) ̂ + 6 SiO^ + 2 Kerrill (1.968) (171) y Thompson (1.970) (51), estudiaron el equilibrio pyrofillita-andalucita-cuarzo y pyrofillita-kaolinita- cuarzo en medio acuoso, a temperaturas y presiones elevadas, en- contrando que,.como consecuencia de la descomposiciôn de la pyro- fillita (Al^Si^D^^Q (OH) ̂ ) , se pueden formar los minérales kaolini­ ta (Al^Si^O^(OH)^), andalucita (Al^SiO^) y cuarzo (SiO^). Heald (1.956)(172), realizô un estudio sobre la cementaciôn - 139 - de areniscas arcillosas de Simpson, St. Peter, Oklahoma y Arcansas (USA) , senala la existencia de un incipiente crecimiento secunda- rio (recristallzaciôn) de los cristales de cuarzo iniciales, e in­ dica que el revestimiento de algunas arcillas por cuarzo, es debi- do al crecimiento secundario del cuarzo que las constituyen. Los cristales de cuarzo eran en un principio redondeados, siendo mu- chos de estos modificados por crecimiento secundario, lo que segûn el autor es debido a soluciones a presiôn y temperaturas elevadas. Segûn Skolnick (1. 965) (173) , muehos investigadores confunden cuarcitas de origen sedimentario con cuarcitas metamôrficas. Estas cuarcitas sedimentarias se producen como consecuencia de una cemen­ taciôn de los granos de cuarzo por un cemento de carâcter silfceo (silicatos), que rellena los poros e intersticios de la arenisca. El cuarzo secundario se deposita creciendo los cristales origina­ les; el resultado es la presencia de un nuevo grano idiomôrfico. El trabajo de sintesis de cuarzo cristalizado, realizado por Mackenzie y Gees (1. 973) (39) a partir de cuarzo, en las condicio­ nes de la superficie terrestre^ (agua de mar saturada con silice a temperatura y presiôn ambiente), es especialmente importante ya que permite explicar la consolidaciôn de la roca argilltica de Chôvar, por disoluciôn y recristallzaciôn de SiOg, que dio lugar a la formaciôn de nuevos cristales idiomôrficos, cuyo crecimiento provocô la apariciôn de nuevos espacios inter e intracristalinos que han jugado un papel importante durante la mineralizaciôn por cinabrio en la mena de Chôvar. - 139 - 4.3. Mineralizaciôn de la mena de Chôvar por cotnpuestos de hle- rro. La diferente textura que presentan los compuestos de hierro goetita y hematites, asî Como su distribuciôn en los espacios in­ ter e intracristalinos de la roca, hace pensar en un diferente ori­ gen para las mismas. Las aguas en que se produjo el sedimento, podrian haber 11e- vado disuelto hierro, en forma iônica Fe^^ (forma iônica mâs solu­ ble que la forma Fe^^, del orden de 5 x 10^ veces) (54) ; en apoyo de es to hay que tener présente que a pH superiores a 2,5, este iôn Fe^^ es insoluble, precipitando como Fe(OH)^; es decir, que sôlo se produce el transporte del iôn Fe^^ en ambientes âcidos de pH<2,5 y condiciones oxidantes, lo cual es improbable en ambientes marinos. De acuerdo con estos datos., el origen de los compuestos oxi- dados de hierro, goetita y hematites, encontrados en la arenisca de Chôvar, deberâ buscarse en reacciones de oxidaciôn e hidrôlisis. Consultada la bibliografIa (^4) (55) (174) (175) , en relaciôn con la acidez del medio (pH de aguas superficiales y profundas), este podria encontrarse entre pH 4 y 9, y un potencial mâximo re- doz de Eh = 0,4 voltios, que corresponde al contacte atmôsfera-hi- drôsfera. Desde un punto de vista teôrico, y de acuerdo con las varia­ bles pH y Eh, las posibilidades de formaciôn de Fe^Og o de Fe(OH)^ y Fe(OH)2 deducidas de los diagramas Eh-pH (figuras 221 a y 222 a) que representan las posibilidades de formaciôn en medio acuoso, pueden ser las siguientes: - 140 - - Formaciôn del compuesto Fe^O^: a) Transporte como Fe^^ y formaciôn del compuesto Fe^Og. - Formaciôn de Fe(OH)^: a) Transporte como Fe^^ y formaciôn de Fe(OH)^. b) Formaciôn de Fe(OH)^ por hidrataciôn del Fe^O^ sedimen- tado. c) Transporte como Fe^^ y formaciôn de Fe(OH)^ por oxida- daciôn atmosférica de los iones Fe^^ en el medio acuoso - Formaciôn de Fe(OH)^: a) Transporte como Fe^^ y formaciôn de Fe(OH)^. La formaciôn de la goetita, FeO(OH), puede explicarse por evoluciôn de los compuestos formados; existen las siguientes posi­ bilidades : a) Por deshidrataciôn parcial del Fe(OH)^. b) Por hidrataciôn parcial de "̂0̂ 02 - c) Por oxidaciôn de Fe(OH)^ en medio acuoso. d) Por deshidrataciôn de geles de Fe(OH)^. Veamos cada una de las posibilidades indicadas. 4.3.1. Formaciôn de los compuestos Fe^O^, Fe(OH)^ y Fe(OH)^ a) Transporte del hierro como Fe^^ y formaciôn de Fe^O^. Del diagrama de la figura 221 b se deduca que, para valores de Eh entre 0,74 y 0,2vy pH entre 4 y 9, puede formarse directa- - 141 - mente Fe^O^ a partir de una soluciôn 10~^ Molar. El intervale de valores corresponde a la zona rayada. También para valores de Eh comprendidos entre 0 y -0,65 v puede conseguirse una precipitaciôn directa del Fe^O^ a un pH por encima de 6. No obstante, de acuerdo con el intervalo de valores genêsicos comentados, el proceso sôlo tiene cierta viabilidad a Eh comprendidos entre 0 y -0,3v^ que corresponden al intervalo de pH 4,8 a 9 segûn la zona rayada de la figura 221 c. Si el sistema se encontrase en valores de Eh comprendidos entre 0,2 y 0 voltios, y el intervalo de pH fuese de 4 a 9, la fi­ gura 221d senalarla las condiciones que, teôricamente, permitirfan la formaciôn directa de Fe^Og en la soluciôn acuosa de Fe^^. Uno de los mecanismos que puede explicar la formaciôn de Fe^O^ es el siguiente: al encontrarse la soluciôn acuosa portado- ra de los iones Fe^^, en condiciones oxidantes, definidas por un potencial normal de oxidaciôn E°= 0,73 voltios, tendrîa lugar la formaciôn de la hematites, de acuerdo con la reacciôn: 2 Fe^^ + 3 H^O ̂ ' " Fe^O^ + 6 + 2 e" Aplicando la ecuaciôn de Nerst: 0,0591 [Ôx] 2+ 3 + Eh = E° + ------- log — ---- ; (E® Fe /Fe = 0,73 voltios) n [Red] a la reacciôn anterior, siendo n = 2; joĵ = concentraciôn de io­ nes h'*’ existentes en el medio; y ^ed| = concentraciôn de los io­ nes Fe^^, se obtiene: Eh = 0,73 . . log - l â S î i . lo, - 1 4 2 - Si el valor de Eh lo hacemos funciôn del pll del medio, la expre- si6n serâ: Eh = 0,73 - 0,1773 . pH - 0,0591 . log Ecuaciôn que relaciona las condiciones de Eh y pH del medio acuo- la con( Despejando logjje^^, obtenemos: so marino con la concentraciôn de los iones Fe^^ exlstentes en êl, r 23 0,73 - 0,1773 . pH - Eh log Ipe I = -----—------------------------------- (1) 0,0591 La oxidaciôn de los iones Fe^^ y Fe^^, y por consiguiente, la formaciôn de , se verS mâs favorecida, para una determinada concentraciôn de Fe^^, cuanto mayor sea el pH (medios bâsicos), a potenciales de oxidaciôn menores. Si, como anteriormente se vio, se pudieran conocer los valo­ res de Eh y pH del medio, podriamos estar en condiciones de cono­ cer el valor limite de la concentraciôn de iones Fe^^ en dicho me­ dio para que la reacciôn tenga lugar. AsI se han encontrado los resultados recogidos en la Tabla XLIII. Estos resultados indican que, a medida que el medio se hace mâs aIcalino, para el mismo va­ lor de potencial redox, la reacciôn de formaciôn de F e ^ g puede tener lugar a partir de soluciones acuosas menos concentradas en Fe^^. Tambiên se observa, analizando los valores encontrados que, para la misma acidez del medio, si el potenacial redox se hace me­ nor , la soluciôn mineralizante deberla de tener una concentraciôn de iones Fe^^ superior a la calculada a un potencial redox mayor. - 143 - b) Transporte del hierro como Fe^^ y formaciôn de Fe (OH)2- El diagrama de la figura 222 b muestra que, para valores de Eh entre 0,4 y -0,2\̂ y pH entre 4,5 y 7,5, puede formarse directa- mente Fe(OH)^ a partir de una soluciôn 10~^ Molar de Fe^^. La zo­ na rayada corresponde a estos intervalos de valores, También para valores de Eh entre -0,2 y -0,68, puede conseguirse una precipita­ ciôn directa de Fe (OH) 2 a un pH>7,5. No obstante, estas condicio­ nes son difîcilmente alcanzables en el medio natural y por ello es poco probable que se pudieran dar. Igualmente, para valores de Eh comprendidos entre 0,4 y -0,2 voltios, se puede conseguir la formaciôn directa de Fe(OH)2 si el pH del medio se situara en la zona rayada de la figura 222 c. La formaciôn de Fe(OH)^ a partir de la soluciôn conteniendo Fe^^, se producirla, pues, cuando en el medio marino existiesen unas con­ diciones oxidantes mâs severas que las suficientes para la forma­ ciôn de Fe^O^. Si el valor del E® fuese de 1,06 voltios aproximadamente -superior al potencial E® para la reacciôn de formaciôn de ^«2^3 (E®= 0,73 voltios)- la formaciôn de Fe(OH)2 en el medio, se verla impedida si las condiciones no fuesen suficientemente oxidantes; la formaciôn de Fe(OH)2 puede expresarse por la reacciôn: Fe^^ + 3 H^O ̂ ̂ Fe(OH) ̂ 4- 3 H^ t e" (E®= 1,06 V) Aplicando la ecuaciôn dé Nerst tendremos: Eh = E® + 0,0 591 . 3 . log [h Ĵ - 0,05 91 . log (2) - 14 4 - expresiôn en la que, sustituyendo el logaritmo de la concentraciôn de iones por el pH del medio, se obtiene: Eh = E® - 0,0591 . 3.pH - 0,0591 . log {Êe^^ Conciendo los valores limite de pH y Eh en el medio, se pue­ de deducir la concentraciôn limite de los iones Fe^^. log 1,06 - 0,1773.pH - Eh • 0,0591 Para los valores anteriormente comentados (4.3.1.) la Tabla XLIV recoge los resultados Eh-pH-concentraciôn. La reacciôn de oxidaciôn y, por consiguiente, la formaciôn de Fe(OH)^, estâ mâs favorecida a medida que la soluciôn acuosa se ha­ ce mâs alcalina (> pH), para potenciales de oxidaciôn menor. Si se comparan las figuras 221 a y 222 â (diagrama Eh-pH) , para la formaciôn de Fe^O^ y Fe(OH)^, se comprueba que para valo­ res de la concentraciôn de Fe^^ bajos, la formaciôn de FegO^ se verâ mâs favorecida que la formaciôn de Fe(OH)^ (condiciones menos severas), como aparece reflejado en las Tablas XLIII y XLIV, para el mismo potencial redox. c) Formaciôn de Fe(OH)^ por hidrôlisis de FegOg existente en el sedimento. La reacciôn puede formularse: Fe^O^ + 3 H^O ^ 2 Fe(OH)^ Dado que el medio en que se produjo el sedimento tendria un pH entre 4 y 9, esta reacciôn de hidrôlisis se verla favorecida en las condiciones mâs bâsicas. - 145 - d) Formaciôn de Fe(OH)^ por oxidaciôn atmosférica de los iones Fe^^ en el medio actioso. La participaciôn del oxfgeno del aire en la reacciôn de for­ maciôn de Fe(OH)^, séria por difusiôn a través de la interfase at- môsfera-hidrôsfera y disoluciôn en ésta. La presencia del oxigeno hace que el potencial normal de oxidaciôn del Fe^^ a Fe^^ se re- duzca desde 0,73 a 0,46vlo cual favorecerla la formaciôn de Fe^O^ en las zonas de contacte aire-soluciôn acuosa, segûn la reacciôn; 2 Fê "̂ + 1/2 0 ̂+ 2 H^O \ ^ Fe^O^ + 4 H^ que, evidentemente, taunbién se favorecerla en medio bâsico. — Formaciôn de la fase Fe(OH)^. La formaciôn de Fe(OH)^ puede formularse: Fê "̂ + 2 0H“ ~ ̂ Fe(0H)2 Las condiciones de estabilidad del Fe(OH)^ se pueden deducir de la figura 222 d (zona rayada). Serâ estable entre pH 7,5 y 9 y Eh-0,2 y-0,68v. 4.3.2. Formaciôn de goetita (FeO(OH)). Las distintas reacciones dé formaciôn de los ôxidos o hidrô- xidos de hierro comentados, representan un primer paso para justi- ficar la existencia de goetita (FeO(OH)) en la mena de Chôvar, que pudo formarse siguiendo alguno de los siguientes mecanismos no excluyentes entre si: - 14 fi - a) A partir de la deshidrataciôn parcial de Fe(OH)^. Justificada la formaciôn directa de Fe^O^ y Fe(OH)^ y la po- sible transformaciôn de la primera en la segunda, la reacciôn de formaciôn de la goetita séria la deshidrataciôn parcial del Fe(OH)g en medio anhidro (aireaciôn). En la zona de Chôvar, fenômenos orogênicos provocaron el le- vantamiento de los sedimentos marinos. En ausencia del medio acuo­ so, la acciôn exôgcna del aire, producirla la parcial deshidrata­ ciôn del Fe(OH)^ ̂ estable en las condiciones originales, dando lu­ gar al minerai goetita (FeO(OH)) segûn la reacciôn; Fe(OH) ̂ FeO(OH) + H^O b) Por hidrataciôn de Fe^O^. Si, como se vio anteriormente, la hidrôlisis del FegO^ en el medio hubiese sido total, se hubiera formado Fe(OH)g, pero, te- niendo en cuenta que esta reacciôn pudo tambiên ser parcial, po­ dria haberse formado goetita por hidrataciôn parcial del Fe^O^ se­ gûn: Fe^O^ + H^O ----- >2 FeO(OH) No obstante, no es fâcil explicar cômo o cuando pudo producirse en el ambiente geolôgico necesario para ello. c) Por oxidaciôn de Fe(OH)^. La formaciôn del mineral goetita, FeO(OH), en medios reduc- tores, habrâ que explicarla a partir de Fe(OH)g * estable en con­ diciones reductoras y medios alcalinos, y podria hacerse por una - 147 - oxidaciôn en la atmôsfera y en un medio bâsico. Las reacciones se- riàn : a) 2 Fe (OH) ̂ ► 2 FeO (OH) b) Fe(OH) 2 + H2O ------— > FeO (OH) + H^O^ Si las condiciones hubieran sido taies que se hubiesen formado am­ bos hidrôxidos, el ferroso podria haberse oxidado, en medio bâsico, a férrico: Fe(0H)2 + oh"— — 1 - -- ̂Fe (OH)^ (E® = 0,56 V) (Eh = -0,0591 . pH) que, por deshidrataciôn parcial segûn a), formarla goetita. d) Por deshidrataciôn de geles de Fe(OH)^. Finalmente, si el transporte del hierro en la soluciôn fue- ra en forma de gel de Fe(OH)^ # la coagulaciôn del mismo habrla precipitado Fe(OH)^ que, segûn lo expuesto, se podria haber des- hidratado a goetita: Fe(OH) 2 ----------> FeO (OH) + H2O De acuerdo con todos los mecanismos estudiados, cabe la si­ guiente interpretaciôn para la formaciôn de la goetita FeO(OH): 1) Formaciôn de la goetita, FeO (OH), por deshidrataciôn par­ cial del Fe(OH)2 precipitado en el medio acuoso. 2) La existencia de la goetita en las zonas externas del yacimiento, es decir, en los extremes superiores de la arenisca de edad Triâsica -puede explicarse por oxidaciôn de la soluciôn mineraiizante por el oxigeno del aire, durante el levantamiento - 148 - sinclinal que originô la Sierra de Espadân-. 3) La formaciôn de hematites pudo originarse por la erosiôn de una roca consolidada. Su detritus, no homogéneo, estarla cons- tituldo por diferentes minérales, entre ellos Fe^O^. La sedimen- taciôn de este detritus en el lecho marino, dio lugar a la forma­ ciôn y consolidaciôn de la roca soporte de Chôvar. La existencia de F e o c l u î d o en los cristales de SiO^, estarla àsl justificada. 4) Si, por el contrario, el Fe^O^ quisiese explicarse a par­ tir de la soluciôn, se habrla detectado la secuencia hematites-go- etita, que no ha sido observada en las diferentes muestras estudia- das. Por consiguiente, hematites y goetita pudieran no ser minéra­ les singenêticos: el Fe^O^ séria detrltico como el SiO^, mientras que la goetita séria posterior a la recristallzaciôn del cuarzo, pero anterior a la mineralizaciôn de la roca por el cinabrio en fase vapor. 4.4. Conclusiones parciales. El nûmero y complejidad de los minérales présentes en la me­ na de Chôvar, permite pensar que esta es el resultado de fenômenos superpuestos que fueron, sucesivamente, dejando los correspondien- tes compuestos. Los hechos podrian ser interpretados de acuerdo con la siguiente hipôtesis: La roca arenisca fue el resultado de la acumulaciôn de de­ tritus en fondos marinos, que consolidaron por redisoluciôn y re- cristalizaciôn del SiO^, lo que originô una roca dura pero porosa, formada por agregados de cristales de SiO^ idiomôrficos o no. Si- multâneamente podrian haberse formado los constituyentes minorita- - 149 - rios, tales como silicoaluminato de potasio, rutilo (TiOg), circdn (S102.Zr02) y hematites (Fe202), por sedimentacidn conjunta con el cuarzo, por eso aparecen incluso intercristalinamente. Posteriormente precipitarlan sobe la roca porosa consolida­ da, bien en el medio acuoso original o por aguas circulantes, goe­ tita, pirolusita, baritina y psilomelana, y en este orden, como consecuencia de las variaciones de pH, potencial idnico, o de los electrolitos présentes, entre otros factores que permitieron man- tener en disoluciôn, o en forma coloidal, los iones o sales corres- pondientes, o precipitarlos. Asî dispuestos los cons-tituyentes minérales, la roca habrla sido alcanzada por SHg en fase vapôr, de origen magmâtico profundo, que condensé directamente en estado sôlido en forma de los micro- cristales poliêdricos que aparecen en las superficies de fracturas, fisuras, cavidades y defectos estructurales en general, asi como en los espacios intercristalinos, depositândose sobre los otros minérales citados. El cinabrio vapor séria la fase de equilibrio de un SHg fun- dido, segregado en el magma, que, en algûn momento, yaciera bajo la localizaciôn de Chôvar, y acaso todavia yazca, ya solidificado, a mayor profundidad. De esta manera quedarlan explicados en una misma hipôtesis genêsica coherente, yacimientos tan distintos y distantes como los de Almadën y Chôvar. - 150 - 5. ENSAYOS DE SINTESIS DE LA MENA DE CHOVAR POR IMPREGNAÇIQN CON SHg EN FASE VAPOR. 5.1. Introducciôn. Los resultados expuestos sobre las argilitas de Chôvar mine- ralizadas por cinabrio, permitieron postular la hipôtesis genési- ca que se'acaba de enunciar: condensaciôn sobre aquêllas de un ci­ nabrio en fase vapor (magmâtico), que, por su fluidez, pudo accé­ der a las cavidades y espacios intercomunicados de la roca. La singular morfologfa del cinabrio en la mena de Chôvar (mi- crocristalino y en agregados deleznables) no puede explicarse por un proceso de precipitaciôn quïmica a partir de soluciones hidro- termales (97), y ha de descartarse, igualmente, una preconcentra- ciôn por sedimentaciôn (131) ; las razones han sido oportunamente dadas (3.3.3.d). Pero si puede explicarse por condensaciôn de la fase vapor a fase sôlida en multitud de nûcleos, que dieron lugar al agregado multicristalino, deleznable, que recubre mâs o menos completamente, segûn se ha dicho, la superficie de las cavidades de todo tipo en la roca. Estas ideas orientaron los experimentos de sintesis por va- porizaciôn de cinabrio y condensaciôn sobre roca cuarcitica. Las condiciones expérimentales se ajustaron a los datos bibliogrâfi- cos, sobre temperaturas de fusion, volatilizaciôn y descomposi­ ciôn del cinabrio, etc.... - 151 - 5.1.1. Antecedentes. En relaciôn con este tema, Krauskopf (1.957)(176) habia co- mentado ya la posibilidad del transporte en fase vapor al estudiar la composiciôn del vapor en equilibrio con rocas intrusivas a 600®C, y hace referencia a la elevada presiôn de vapor y la gran volatili- dad que présenta el sulfuro de mercurio y el Hg métal; no daba va­ lores de sus resultados, sôlo indicaba que son elevados. En otro trabajo (177) explicô que la gran inestabilidad térmica del cina­ brio permitia suponer un probable transporte del SHg como vapor a partir de 250“C. Roberts (1.967)(178) tambiên incluye entre las formas de transporte en la naturaleza, el de la fase vapor, o estado gaseo- so, para algunos sulfuros y para el ClgHg. En cuanto a la presiôn de vapor que présenta el sulfuro de mercurio, Allen, Crenshaw y Merwin (86) determinaron por calenta- miento de cinabrio, una presiôn de vapor de 760 mm a 580®C, valor que fue confirmado por Lange (1.949)(180). Rinse (1.928)(179) calculô por interpolaciôn la presiôn de volatilizaciôn del cinabrio (760 mm) a la temperatura de 583®C y dio para la transformaciôn alotrôpica cinabrio --- > metacinabrio la temperatura de 386 - 2®C. Hsiao y Schlechten (1.952)(181) tambiên determinaron la pre­ siôn de vapor de ciertos sulfuros en diferentes condiciones de presiôn y temperatura entre 230°C y 330®C, encontrando valores -3 -5comprendidos entre 2,63 x 10 y 3,9 x 10 mm. . En la tabla XLV se reflejan los valores de la presiôn del - 152 - SHg a diferentes temperaturas, segûn Rinse. Hamilton (1.958) (182) sintetizd cristales de les sulfuros de cine, cadmio, mercurio y de seleniuro de mercurio, por crecimiento de cristales en fase vapor con arrastre por SHg (gas) sobre mues­ tras de sulfuros metSlicos en polvo. DicJcson y Tunell (1.959) (114) establecieron en 344 - 2®C la temperatura a la cual se produce el cambio alôtrôpico del cinabrio, (hexagonal) a metacinabrio (cubico), indicando que la presencia de Fe y Zn provocan una disminuciôn en esta temperatura de cambio alo- trôpico. Schow (1.963) (183) realizô un estudio termondinSmico sobre la influencia de la presiôn en la temperatura de transformaciôn alotrôpica del cinabrio a metacinabrio. La tabla XLVI recoge estos resultados en dos condiciones expérimentales diferentes. Este au­ tor hace referencia a la obtenciôn de depôsitos de cinabrio median- te condensaciôn desde su fase vapor a temperaturas entre 290®C y 340®C, (no indica las presiones para las cuales obtuvo estos depô­ sitos) . Lange (180) determinô para el metacinabrio una presiôn de vapor de 760 mm de Hg a 446 “C. Curtis (1.962) (184) estudiô la transformaciôn alotrôpica du­ rante el crecimiento de cristales de cinabrio a partir de su fase vapor. La temperatura a la cual el cinabrio (hexagonal) se trans­ forma a metacinabrio (cûbico) , la estableciô a 344“C - 10®C. Los cristales de metacinabrio sintetizados, al sufrir un posterior en- friamiento, se transforman en cinabrio. Para distintas velocidades de enfriamiento -68®C/h, 95®C/h y 137®C/h- y a la presiôn de una - 153 - atmôsfera encuentra este autor que las temperaturas de transforma­ ciôn son 285®C, 290“C y 293°C - 10®C respectivamente. Carlson (1.967) (185) investigô el sistema SHg-ClH (sôlido- vapor) con el fin de obtener, por crecimiento en fase vapor, cris­ tales de SHg y de Hg^ClgSg. Indica que el SHg obtenido lo fue por encima y por debajo de 344°C - 2®C (temperatura de transformaciôn alotrôpica). Los ensayos realizados a temperaturas inferiores a 344®C - 2®C le permitieron obtener pequenos agregados cristalinos de metacinabrio (comprobado por microscopîa ôptica), pero a tempe­ raturas mâs bajas el color de los cristales se corresponde con el del cinabrio. Aporta datos sobre la identificaciôn de los compues­ tos (Hĝ ClgSg)],' y (Hg^ClgSg)^^ , sin embargo no indica si los cris­ tales de SHg sintetizados son de cinabrio o metacinabrio (faltan los datos de difracciôn de rayos X). Potter y Barnes (1.971)(186) realizaron un estudio sobre la relaciôn estequiométrica cinabrio/metacinabrio, encontrando para la temperatura de 345"C - 5®C una fugacidad para el azufre (fSg) del orden de atmôsferas. Cuando el sistema présenta una diferencia estequiométrica para el mercurio, del orden de 3,68 %, la fugacidad del azufre es de 10 atmôsferas a la temperatura de 316“C - 5"C. Igualmente indican que el cinabrio es metaestable en el sistema S-Hg por debajo de 316®C. Potter (1. 973) (187) estudiô el diagrama de equilibrio del sistema S-Hg, encontrando varios valores de temperatura para la transformaciôn del cinabrio a metacinabrio en funciôn de la frac­ ciôn atômica del mercurio, siendo estos valores de 345°C y 316®C para las fracciones atômicas del 50% al 46% de mercurio. - 154 Iredale y Gibson (1.932)(188) determinaron la presencia de Hg, Sg y Sg mediante espectrometria de absorciôn al calentar SHg a la temperatura de 400°C. Sen Gupta (1. 934) (189) al estudiar el espectro de absorciôn del sulfuro de mercurio gas, entre 7.000 y 1.900 A, propuso para este una estructura iônica del tipo Hg^^ S^~» con un D^= 2,8 e.v.. Guilemany (1.973)(62) depositô cinabrio sobre^ cuarcitas ago- tadas de Almadén a partir de cinabrio en fase vapor. Los ensayos de sintesis se realizaron en ampollas cerradas al vacïo de 10”^mm de Hg, con ciclos de calentamiento de 24 horas hasta 300®C y 500®C; el enfriamiento del sistema hasta la temperatura ambiente se produ­ jo en 10 horas. El SHg asf depositado sobre las cuarcitas de Alma- dên en todos los casos fue cinabrio, siendo comprobado por difrac­ ciôn de rayos X. En el trabajo se hace referencia a la presencia de Hg y S elementales procedentes de la descomposicôn térmica del cinabrio en el ensayo realizado a la temperatura de 500®C. En la Tabla XLVII se refleja la influencia del Hg y S sobre la presiôn interior de las ampollas en funciôn de la temperatura. 5.2. Técnicas instrumentales. 5.2.1. Selecciôn y preparaciôn de muestras. El material empleado como superficie de depôsito, fueron muestras de argilitas (mena de Chôvar), después de desmineraliza- das por lixiviaciôn con agua regia (75% NO^H + 25% ClH), lo que permitiô poner al descubierto el esqueleto cristalino formado por multitud de cristales idiomôrficos de cuarzo, sobre los que, du- - 155 - rante los ensayos, habîa de condenser el cinabrio en forma cris- | talina. De esta manera se trataba de reproducir las hipotêticas | condiciones en que se encontrô la roca (ganga) de la mena de Ch6- j var, cuando la alcanzô el vapor de SHg mineralizante, que se ha ; postulado. I La lixiviaciôn a temperatura ambiente se ha realizado duran­ te 93 dîas, reponiendo periôdicamente el réactive. Las muestras | totalmente estêriles en SHg fueron lavadas en agua y alcohol du- j rante 25 dîas, siendo finalmente secadas en una estufa a 60®C du- j rante 20 dîas. {iISe utilizô sulfuro de mercurio comercial, titulado "quïmica- ■ mente puro", ya utilizado en los ensayos de sîntesis en fase fundi- j da y vapor (6 2). Las muestras de argilita, agotadas por lixiviaciôn, fueron minuciosamente examinadas antes y después de los ensayos de remi- neralizaciôn. 5.2.2. Equipos y variables instrumentales. Los ensayos de sîntesis de la mena de Chôvar por depôsito j de SHg desde su fase vapor sobre las muestras de argilitas agota- j das se realizaron segûn ciclos de calentamiento y enfriamiento len | tos (prolongados) y râpidos. a) Ensayos de sîntesis mediante ciclos de calenta­ miento y enfriamiento prolongado. I El equipo utilizado se instalô de acuerdo con el esquema de j - 156 - la figura 223. Estâ bâsicamente constituldo por una fuente de ca­ lot y un sistema de control de temperaturas. El horno, de tipo vertical, se calienta por resistencia, y tiene una potencia de 1.000 watios. Previamente fue calibrado (figura 224) mediante un controla- dor diferencial de crecimiento lineal de temperatura, regulado por un motor sincrono de 1 r.p.d. (revoluciôn por dîa). La temperatura se midiô mediante un termopar de cromel-alumel, previamente cali­ brado. La temperatura se pudo contrôler en - 3®C. En los ensayos de sîntesis, el control de temperatura fue galvanométrlco, por termopar de cromel-alumel y regulado por relé. El programa térmi- co (ciclos) se desarrollô por unas levas movidas mediante un motor sîncrono de 2 6 1/2 r.p.d. de velocidad de giro. La temperatura del horno se registre en un LEDD^NORTHUD Speedomax Recorder, a 5 mm/min., a través de termopares situados a distintos niveles del mismo y en contacte con las ampollas. Al diseho de las ampollas de vidrio se llegô después de en- sayos previos. Habîan de disponerse verticalmente y contener el cl nabrio a vaporizar en la inferior (calderîn) y las argilitas ago­ tadas (ganga) en los recintos superiores, todos intercomunicados. De esta manera se lograrîa un flujo ascendante de vapor de SHg, lo cual reproducirîa las condiciones supuestas para la mineralizaciôn de Chôvar. Las ampollas se realizaron en tubo de vidrio Pirex, de 2,3 mm de espesor de pared, 17,6 mm de diâmetro exterior y 210 mm de altura. El calderîn en que habîa de calentarse el SHg se re- forzô -aumentando el espersor de pared- para los ensayos a tempe- - 1 5 7 - raturas superlores a 5S0®C. Los distihtos reclntos (cuatro) se conmunlcaban por tres es- trangulamlentos; de tal manera que se permitiera el flujo de vapor de SHg sin estar en contacte la roca agotada con el SHg s6lido o llquldo. Una vez dlspuestos los materlales en su interior, se cerra- ron las ampollas a un vacïo de 2,7 x 10 ̂atmôsferas (figura 223). La temperature a nlvel de cada recinto se midiô, como se indica, por termopares de cromel-alumW., obteniéndose una diferencia maxi­ ma de temperature entre el calderfn (n* 4) y el recinto n* 1, de 24°C- 2°C. Las temperatures de calentamiento elegidas para los ensayos de ciclo térmico prolongado fueron 336®C - 25*C, 386°C - 25“C, 395“C - 25“C, 434“C - 25»C, 528"C - 25*C y 605"C - 25°C, y lo fue­ ron porque la serie comprende las temperatures de transformacidn p cambio de estado del SHg (modificaciôn alotrdpica y sublimacidn) y se aprecia ya en las mSs bajas suficiente tensidn de vapor. La Tabla XLVIII resume las variables y condiciones tërmlcas de los ensayos mSs representatives realizados. b) Ensayos de sintesis mediante clclos de calenta­ miento y enfriamientos rapidos. Se trataha de observer productos de condensacidn rSpida so­ bre la roca agotada. El esquema del dispositive experimental puede verse en las figures 225 y 226 a. - 158 - Las ampollas empleadas son bâsicamente iguales a las emplea- das en los ensayos de sintesis de ciclo largo (prolongado) aunque modificadas de acuerdo con las necesidades de control de las tem­ peratures en los recintos que contenîan argilitas (los termopares se alojaban en unas hendiduras). En las figuras 227 a y b se mues- tra la situaciôn del termopar de control antes y después de intro- ducir el SHg. Las paredes de las ampollas se precalentaron, con un dispos! tivo de mecheros en vidrio Pirex, con ocho salidas de gas simêtri- cas dos a dos, de esta manera los recintos se mantenlan a una tem­ perature tal que se imped la la condensacidn de los vapores de SHg en las mismas, favoreciendose de esta forma la condensaciôn del sulfuro sobre las muestras de la argilita (figure 226 b). Alcanzado el regimen estacionario, la temperature mSxima al- canzada en la pared del calderin (n* 4) durante los ensayos de ca- librado, fue de 735°C - 8°C. La grâfica de la figura 228 muestra la curva de calibrado (calentamiento) de los calderines. Esta cur­ ve ha permitido conocer oor extrapolacidn la temperature a la cual se produce el proceso de volatilizacidn del SHg, dado que el fciem- po medido desde el comienzo de la ignicidn de la llama hasta la observaciôn del proceso de volatil!zaciôn es de 45,0 segundos-1/10 de segundo, que se corresponde por extrapolaciôn con una tempera­ ture de 515°C - 8“C (figura 228) . Comparando este valor, medido indirectamente, con los valores obtenidos por raedicidn directe de la temperatura de volâtilizaciôn en los ensayos de control, se ob­ serva que hubo un error de - 2“C. En la figura 229 se muestra una ampolla después de un ensayo de sintesis realizado con control di­ recte de la temperatura. - 159 - Las Tablas XLIX y L recogen las condiciones de trabajo y las variables expérimentales de los ensayos de sintesis en ciclos tér- micos râpidos y la Tabla LI refleja el anSlisis por difracciôn de rayos X del polvo de SHg quimicamente puro, con que se cargô el calderin de vaporizaciôn. Se realizaron anâlisis por difracciôn de rayos X de los de- pôsltos obtenidos en los diferentes ensayos de sintesis (Tablas L U a LXXIII). Aunque se depositd SHg hexagonal (cinabrio) en al- gunos ensayos 1» temperatura fue prdxima a la de transformaciôn a- lotrôpica cinabrio-metacinabrio (344,5") a 1 atm. de preslôn), y, por ello, en algunos ensayos de sintesis se detectd algo de SHg cüblco (metacinabrio). En los ensayos ES 4, ES 1 y ES 2 (ciclos de calentamiento y enfrlamiento prolongados) se detectô una muy pequena proporciôn de metacinabrio (ver Tablas LU, L U I y LV ), hecho que pudo apre- ciarse, no sin dificultad, en el ensayo ES 23 (ver Tabla LXVII). Pese a hàber sido detectada la presencia de metacinabrio en estos ensayos de slhtesis, las estructuras observadas para los de- pôsltos de SHg no se corresponden con la estructura cdbica de es­ ta forma alotrôpica (5.3). Por tratarse de un hecho marginal se ha dejado abierto para una futura investigacidn, 5.3. Discusidn de los resultados. 5.3.1. Ciclos de calentamiento y enfriamiento prolongados. a) Observaciôn visual de los depôsitos obtenidos. Para registrar adecuadamente los resultados obtenidos se - 160 - ha utilizado la fotografîa en color. Las macrosstructuras observadas en los ensayos ES 5 (tempe­ ratura mSxlma 386"C) y ES 6 (temperatura maxima 395"C) mostraron una escasa impregnaciôn de las argilitas por SHg, que era dlflcil de apreciar. Ello se explica por la baja tensiôn de vapor del SHg a esas temperaturas. En las zonas alejadas del foco calorlfico se encontraron agregados de SHg no pulverulento, nucleados sobre las muestras de argilitas y sobre las paredes de las ampollas. Se ha observado igualmente la apariciôn de agregados cristâllnos de azu- fre elemental y gotas de Hg metal, procedentes de la descomposi- ci6n termica del SHg. Las figuras 230 a y 230 b corresponden al 3^ y 2* recinto del ensayo ES 5. Muestran un pequeno depôsito de SHg sobre las ar­ gilitas (figura 230 â) y sobre las paredes de la ampolla (figura 230 b). En el estrechamiento entre dos recintos puede verse un disco de porcelana oorosa que se soldé en este caso para ver su efecto sobre la difusién del vapor de SHg? sobre êl nuclearon un gran nûmero de cristalitos de SHg. La figura 230 c muestra el re­ cinto superior de la ampolla correspondlente al ensayo ES 5, en el que se encontraron S y Hg elementales, hecho que se repetirfa en otros ensayos (figuras 231 ^ y 231 b, ensayo ES 6). Las muestras de argilita aparecen con una tenue tonalldad oscura, debida al SHg depositado. Las figuras 232 a y 232 b muestran, respectivamente, los recintos 2*̂ y 3® de la-ampolla en el ensayo ES 1, realizado a 434,5"C. Sobre la argilita se observa el depôsito de SHg, de as- pecto negro. Aunque no se observé azufre elemental, si aparecie- - 161 - ron gotas de mercurlo sobre las paredes de la ampolla (figura 232 a) Las figuras 233 a y 233 b, muestran los recintos 3* y 2& del ensayo de sintesis ES 2, realizado igualmente a 434,5 ®C, pero man tenlendo la temperatura durante 5 dlas. Las muestras aparecen 1- gualmente mineralizadas por SHg. La morfologla de este depôsito es pulverulenta; no se ha observado la presencia de Hg y S elementa­ les. Las figuras 234 a y 234 b corresponden al primer recinto de la ampolla del ensayo ES 3, realizado a la misma temperatura que el ES 2 (434,5"C) pero manteniendo esa temperatura durante 16 dlas. En este ensayo se colocô -como en el ensayo ES 5- una porcelana porosa entre los recintos 1^ y 2“ (ver figura 234 b). Destaca en este ensayo la apariciôn de un gran ndmero de cristales de SHg re- lativamente grandes (1 a 3 mm) y de S elemental, nucleados tanto sobre la pared de la ampolla como sobre las argilitas. La minera- lizaciôn (n® de nûcleos) que se presentan es menor que en los ca- sos anteriores, pero el tamano de los cristales es mayor. En este ensayo se ha puesto de manifiesto la "transparencia" de un medio poroso al flujo del vapor ascencente de SHg, siempre que no se die ran en él las condiciones necesarias para la condensaciôn, al sal- var el obstâcuîo de la porcelanaporosa colocada entre recintos, sin que se observara macroscôpicamente ningdn tipo de depôsito. El ensayo ES 7 realizado a 528 "C dio lugar a un depôsito microcristalino deleznable de SHg, como consecuencia de haber su- frido un enfriamiento relativamente râpido. El sulfuro de mercurio introducido en polvo, en el calderin, apareciô después del ensayo como una masa compacta, por haber fundido, al menos parcialmente, - 16? - el SHg Introducido al comienzo del ensayo. Sobre esta masa habla una pStina amarilla de azufre elemental, resultado de la descomoo- siciôn pirolltica del SHg (figura 235) . b) Estudio mediante SEM de las argilitas reminera- lizadas por condensaciôn de SHg vapor. Las correspondientes a los ensayos ES 4 (figura 236) y ES 5 (figura 237 a), muestran una mineraiizaciôn por SHg muy dlsemina- da; son pequenos agregados microcristalinos deleznables, consti- tuîdos por cristales poliédricos de SHg (figura 237 b). Puede ex- plicarse por la baja tensiôn de vapor a la temperatura del ensayo (336"C) . El estudio de las masas de SHg, condensadas sobre la porcela na porosa en el ensayo ES 5 (figura 238 a y b), révéla la forma- ciôn de SHg sôlido, deleznable, con formas idiomôrfIcas, cuyas caras, sin embargo, tienen una apariencia rugosa. Esta superficie esté constltulda por un gran numéro de microcristales Idiomôrficos de SHg (figura 238 c) que han crecido anisotrôpicamente segôn"las direcciones de crecimiento preferente, debido a que los gérmenes se nuclearon a partir de sus caras menos compactas, dando lugar a superficies singulares, que favorecen este tipo de crecimiento. El resultado es que el conjunto (superficie total) pone de mani- fiesto los pianos de crecimiento més lento, es decir, los pianos cristalogréficos mSs com.pactos (mayor simetrîa) . Formas parecidas a las obtenidas en el ensayo ES 5, han ana recido en el ensayo ES 6 (temperatura mSxima de 3 95“C) . Se encon­ traron también cristales idomôrficos de azufre elemental, deposi- - 163 - tados sobre la superficie de la argilita (figuras 239 a, b, c, d, e y f) . El contacte azufte-argilita, muestra la falta de coherencia que cabîa esperar dada su distinta naturaleza. Las argilitas de los ensayos ES 1 y ES 2, presentan una mine rallzaciôn mâs extensa que la de los ensayos anteriores. El SHg de posltado es deleznable, mlcrocristalino, y cubre parcialmente los cristales de la roca. Las figuras 240 241 â, 242 a y 243 a, muestran minerali- zaclones obtenidas en el ensayo ES 1 (434,5®C de temperatura méxi- ma e inmediato enfriamiento). La caracterIstica comdn es la forma- clôn mlcrocrlstalina y deleznable del SHg depositado, sin cohesiôn alguna con el soporte (figuras 241 b y 244) . Obsérvese la analogîa de estos depôsitos (figuras 240 b, 242 b y 243 b) con los encontre dos en la mena de Chôvar (figuras 154 a , c y 159). La mineraiizaciôn obtenida en el ensayo ES 2, (434,5®C du­ rante 7200 minutos) es un poco mâs intense que la del ensayo ES 1, lo que esté de acuerdo con el prolongado calentamiento sufrido. El tamano y la perfecciôn de los cristales es mayor que los obtenidos en el ensayo anterior. Las figuras 245 â, 246 a, 247 a y 248 a co­ rresponden a depôsitos durante este ensayo (ES 2) bien sobre los cristales idiomôrficos de cuarzo o sobre sus superficies de rotura (ver detalles en figuras 245 b, c y 246 b), se aprecia igualmente la falta de interacciôn (cohesiôn) entre el substrate y el sulfuro de mercurio depositado (figura 247 b). Obsérvense pequenos cris­ tales individuales nucleados sobre la superficie de la roca (figu ras 247 b y 248 b) y el claro idiomorfIsmo de los cristales, cual - 164 - qulera que sea su tamano (figuras 245 d y 247 c). El ensayo ES3 se realizô a la misma temperatura (434,5 "C), pero se mantuvo durante tres veces mâs tlempo que el ensayo ES 2 (23.040 min.). Asî se formaron agregados como los registrados en la figura 249 a. Estas masas de Sllg aparecen constituldas (figuras 249 b y c), por la agregaciôn de numerosos cristales de SHg que exhiben un gran idiomorfismo superficial, confiriêndole a todo el conjunto una gran compacidad (apréciese la analogla de estos cris­ tales y los de las figuras 238 b, c y d). La observaciôn de una de estas masas de SHg nucleadas sobre la pared de la ampolla (figura 250 a y b), ha permitido comprobar que, pese al aspecto compactq superficial que présenta, la nuclea- ciôn fue mdltiple y, por crecimiento ordenado de los ndcleos, al- canzô la compacidad observada. En las figuras 250 c y d se mues­ tran detalles del mismo fenômeno de crecimiento. Se observan, jun­ to a cavidades entre cristales poliédricos, lo que pudieran ser po ros intracristalinos. Los agregados compactes depositados sobre las muestras de la argilita, presentan estas mismas caracter1sticas estructurales (figuras 251 a y 252 a). Las pequenas masas de cinabrio formadas sobre la argilita se resuelven en un mosaico continue de cristales idiomôrficos (figuras 251 b y 252 b)? en alguno de ellos se puede apreciar detalles que recuerdan la textura fibroso-laminar de las fracturas del cinabrio natural (figura 253) . Una vez mâs llama la atenciôn la falta de cohesiôn de estas masas con la roca soporte a la que ünicamente parecen estar unidas por los puntos en que nuclearon (figura 251 c). 165 - La minerallzaciôn obtenida durante el ensayo ES 7 (temperatu­ ra mâxima de 528®C durante 23.040 mJLn.) aparece de nuevo con una morfologla cristalina deleznable (figuras 254 y 255), similar a la observada en las muestras mineralizadas por el cinabrio natural en la mena de Chôvar (figuras 152 b, 154 c, 154 e y 159). Los agregados obtenidos en él ensayo ES 8 llevado a cabo a temperatura ligeramente superior (605"C) y con mayor velocidad de enfriamiento que en el ensayo ES .7, muestran mineralizaciones de aspecto muy parecido a la observada en la mena de Chôvar (compâren- se las figuras 256 â y 257 ^ con las figuras 152 b y 153 â) . Tam­ bién la granulometria y compacidad son comparables (figuras 256 b y 257 b). Los hechos hasta aqui expuestos nos permite ratificarnos en la hipôtesis propuesta para explicar de forma coherente la géne- sis de las mineralizaciones por HgS (cinabrio) hasta ahora estudia- das. 5.3.2. Ciclos de calentamiento y enfriamiento rSpidos. a) Observaciôn visual de los depôsitos obtenidos. Estos ensayos han permitido obtener una mayor impregnaciôn de las argilitas. Evaporando con cierta rapidez sulfuro de mercurio, el vapor se encuentra, en su desplazamiento, con la superficie relativamen­ te frla de los pedazos de argilita agotada; se produce asi una râ- pida condensaciôn del vapor, que favorece la voltillzaciôn de mâs SHg. - 166 - La informaciôn se ha recogido igualmente en macrofotograflas de color con el fin de destacar el grado de mineralizaciôn que pre sentan las muestras de argilitas al final de los ensayos. En la figura 253 se observan tres muestras de argilita in- tensamente mineralizadas por SHg, que aparece recubriendo la to- talidad de la superficie de las mismas; el recubrimiento se pré­ senta ya, macroscôpicamente, pulverulento. En otros casos el re­ cubrimiento es parcial y microcristalino (figura 259), preferen- temente en la cara expuesta al flujo del vapor. Sobre la superficie de las argilitas precalentadas a tem­ peraturas relativamente elevada expuestas al flujo de vapor, se formaron masas compactas, no deleznables (figura 260), intensa- mente brillantes. El grado de mineraiizaciôn obtenido sobre muestras de argi­ lita situadas en la misma ampolla, pero mâs alejadas del foco ca- lorifico, es menor. Estas muestras se recubrieron con una débil mineraiizaciôn deleznable, de aspecto (macroscôpico) muy parecido al que se observa en las muestras de la mena de Chôvar. En uno de los ensayos se encontrô, junto a SHg, Hg métal (figura 261) pro- cedente de la descomposiciôn termica del cinabrio. El depôsito obtenido se analizô por difracciôn de rayos X. También se tomaron muestras de agregados de HgS que hablan nucle- ado tanto en las paredes de la ampolla como sobre la argilita, y fueron examinados al microscopio*apreciândose, por transparencia, su color rojo caracterîstico (figuras 262 y 263). El color oscuro, casi negro, que exhiben por reflexiôn lo presentan también los cristales naturales de cinabrio formados en anâlogas condiciones. - 167 - En algunos ensayos se Introdujo en el calderin mercurio me­ tal mezclado con SHg, para reducir la tendencia a la descomposi- ciôn pirolltica, y observar algdn posible efecto imprévisible, que no se produjo. El depôsito fue de las mismas caracterlsticas que los anteriores. El aspecto de las muestras obtenidas en estos ensayos puede ser observada en la figura 264. Las figuras 265 y 266 muestran las argilitas asî mineralizadas fuera de los recintos de la ampolla. b) Estudio mediante SEM de las argilitas reminera- lizadas por condensaciôn de SHg vapor. Las formas del SHg depositado son muy variadas, dependiendo, como es lôgico, de la situaciôn de las argilitas con respecto al calderin generador de vapor de SHg (masa magmâtica), y del gradien te térmico entre la fase vapor y la superficie de la roca soporte. Las estructuras que a continuaclôn se van a comentar, apare- cieron en diferentes ensayos; el denominador comdn es su gran se­ me janza . En estos trabajos de sintesis se ha querido reproducir, cua- litativamente, el proceso natural postulado; de lograrse, haria valida la hipôtesis adelantada sobre la génesis del yacimiento de Chôvar. El montaje experimental hubo de ser, por varias razones, muy simple y por ello no se pudieron medir magnitudes que permi- tieran interpretar la nucleaciôn y crecimiento del SHg desde la fase vapor (temperaturas, gradientes, tiempo, tamano, velocidad de nucleaciôn en funciôn de T, P, etc.). Es évidente, por otra parte, la necesidad de profundizar en el sistema S-Hg para enten- - 168 - der no s6lo la formacion y estabilidad del compuesto HgS, sino la naturaleza de su fundido y la influencia que, sobre su estabilidad y su fluidez, puede tener un exceso de Hg. El sulfuro de mercurio depositado sobre las muestras de ar­ gilita desmineralizada, situadas en recintos C 3 -los mâs prôximos al calderin de vaporizaciôn- se présenta en forma masiva y, aunque policristalina, bastante coherente. Este depôsito es semajante al obtenido en procesos de solidificaciôn (137) , y permite pensar en una condensaciôn en fase liquida, bien por sobrecalentamiento, bien por la elevada temperatura de la roca soporte sobre la que condensô, en cualquier caso, a temperatura muy prôxima a la de fu- siôn. La figura 267 muestra el tipo de depôsito obtenido en el en­ sayo ES 16. Es compacte, y formado por un conjunto de cristales (granos) no idiomôrficos, dispuestos como los de un métal policris talino recocido. La figura 268 correspondiente al ensayo ES 20, recoge esta estructura policristalina en la que son frecuentes los granos cuyos limites en el encuentro de tres de ellos, forman ân- gulos de 120°. Por tensiones de contracciôn durante el enfriamien­ to se produjeron descohesiones en limites de grano. Estas masas compactas aparecen sobre la superficie de la ar­ gilita de la que fâcilmente se desprenden, como puede apreciarse en las figuras 269 a y b, correspondientes a un depôsito del en­ sayo ES 28. Interesa destacar la estructura columnar de la sec- ciôn anâloga a la que présenta el HgS soldificado de un fundido (190). Todo parece indicar que los primeros nücleos fueron crista- - 169 - les solides por vaporizaciôn y condensaciôn anteriores a las con­ diciones de rêgimen; sobre ellos, fue creciendo y desarrollândose el depôsito. La superficie de fractura de los granos exhiben la textura fibroso-laminar caracterîstica del SHg (figura 270, ensayo ES 17). Desde el comienzo del ensayo la temperatura del calderin au- menta progresivamente, hasta alcanzar la temperatura de régimen, se puede pensar que al alcanzar esa temperatura, el vapor conden- sase en estado liquido que, al solidificar, exhibiese en su super­ ficie libre estructuras dendriticas (figuras 271 a, b y 272 a, b y c, ensayo ES 32). Los depôsitos sobre superficies que no recibieron directa- mente el flujo de vapor, presentan una estructura de crecimiento incomplete (figura 273 a) en la. que los cristales columnares se proyectan hacia la atmôsfera con crecimiento lateral y formaciôn, por contacte, de limites de grano (figuras 273 b y 274) Se observan también otras formas de crecimiento, como cabia esperar dada la variedad de condiciones en que se produjo el depô­ sito (temperatura, soporte, orientaciôn, tiempo, gradientes de temperaturas, velocidad, etc...). Por ejemplo, las figuras 27 5 â, b y c corresponden al ensayo ES 19 (muestra situada en recinto 3̂ en superficie directamente alcanzada por el vapor). Este crecimien to en racimos es una variedad de las ya comentadas y se observa en muchos procesos en los que condensan vapores metâlicos (caso de la evaporaciôn del Zn en el deseineificado al vacio en la metalurgia de los plomos argentiferos). Obsérvese la analogia con la de la figura 268. Parece évidente que se trata de formaciones anâlogas - 170 - en distinto momento o condiciones de evoluciôn. Otros ejemplos se han recogido en las figuras 276 a y b co­ rrespondientes al ensayo ES 22, recinto 3. Se trata de unas formas oolîticas que se resuelven en agregados de pequenos cristales. Es­ tas formas oolîticas policristalinas se han sorprendido en fase de formaciôn. Las figuras 277 a y b -correspondientes al ensayo ES 28- muestran un estado asî interpretado. En otros casos el desarrollo no es uniforme (figuras 27 8 a y b), o aparece junto a depôsitos microcristalinos menos compactes (figuras 279 y b, ensayo ES 25). Cuando las piezas de argilita agotadas se encontraban en el recinto 2 -mâs alejado del calderin de vaporizaciôn- la mlnerali- zaciôn es extensa pero muy fina (figuras 280 a y 281 a, correspon­ dientes al ensayo ES 16). A mayores aumentos (figuras 280 b y 281 b) pueden resolverse los microcristales que las forman. Comparando las micrografîas de las figuras 282 â, 283 a, 284 a, correspondientes al ensayo ES 17, de la figura 285 à, co— rrespondiente al ensayo ES 23, y de la figura 286 corresDondlente al ES 20, con las correspondientes a muestras de la mena de Chôvar (figuras 146 a, 147 a, 149 a, 150 b y 152 a) se puede apreciar su analogîa que lleva consigo la de los procesos de formaciôn. La es­ tructura de estos depôsitos formados por microcristales indepen- dientes (figuras 282 b, 283 b, 284 b y 285 b) sôlo unidos entre sî por algunos puntos de contacte, confiera al depôsito el carâc- ter deleznable también encontrado en la mineraiizaciôn natural de Chôvar (figuras 146 c, 149 £, 151 152 c, 154 c ) . La analogîa se repite con la misma concordancia entre las figuras 287 a y b, 288 a y b, correspondientes a otro ensayo de - 171 - sintesis y las figuras 156, 159, correspondientes a una formaciôn natural. Durante el estudio de la microestruetura de muestras del mi­ neral natural de Chôvar se encontraron, en algunos puntos singula­ res, formas tan notables como las recogidas en las figuras 289 a y 290 a. Esta extrana trama quedô para una interpretaciôn poste­ rior, que se produjo cuando se encontraron estructuras anâlogas formadas por condensaciôn de HgS durante los ensayos ES 25 y ES 29 (recinto 3, figuras 291 a y 292 a). A mayores aumentos, estas for­ mas -tanto las observadas en muestras de la mena de Chôvar, como las obtenidas por sintesis- tienen en comdn, ademâs de su aspecto, su gran deleznabilidad y el tamano de los microcristales de HgS que forman la trama celular (figuras 289 b, 290 b, 291 b y 292 b). El cinabrio se identificô por EDS (figuras 289 c y 290 c) pero queda por aclarar si los cristales se depositaron sobre unas fibras minérales ya existantes o, enlazândose entre sî, formaron esas fi­ bras . La figura 293 a (correspondiente al ensayo ES 29) se obtuvo de una muestra introducida en el recinto 2. Hubo una evaporaciôn sdbita con proyecciôn que mineralizô parcialmente los cristales de la roca (cuarzo). A mayores aumentos, el aspecto de los cris­ tales que forman estos agregados de SHg es redondeada y deleznable (figura 293 b). En la figura 294 a (ES 30) aparecen agregados idiomôrficos de cuarzo recubiertos parcialmente por SHg (en tono blanquecino). Esta estructura présenta una gran semejanza con la que aparece en la figura 150 b, obtenida de la mena de Chôvar. La morfologla de - 172 - los agregados de HgS depositados es poliédria y microcristallna (figura 294 b) semejante a la que puede observarse en la figura 146 c y 151 c. Argilitas mineralizadas en el ensayo ES 32 (recinto 2), al- canzadas por la proyecciôn del SHg, presentan una tenue mlnerali- zaciôn (figura 295 a). La morfologla del depôsito es anâloga a la obtenida por condensaciôn (figuras 287 b y 288 b); es évidente la forma poliêdrica de los cristales y la deleznabilidad de los agre­ gados (figura 295 b) . Estos hechos observados durante los ensayos de sintesis en los que hubo arrastre de materia por vapores de SHg, hubieran po- dido contribuir también a la mineralizaciôn de la roca soporte por evaporaciôn subita, aunque hablan tenido corto alcance. Se realizaron ensayos de sintesis con carâcter exploratorio. Su resultado no fue recogido en Tablas. El grado de volâtilizaciôn obtenido en los mismos fue muy escaso, por ser suave y lento el calentamiento. Asi se produjeron unas formas de depôsito de SHg igualmente sorprendentes, en cuya formaciôn jugaron su papel como en el caso anterior, la diferencia de temper a tura s entre la fase vapor y la superficie de la argilita, y la riqueza de la atmôsfera en SHg mineralizante. Pero han dado lugar a otras formas de depôsi to que se han registrado como ejemolo da la gran variedad existen- te consencuencia, a su vez, de la variedad de condiciones. Son, por ejemplo, las curiosas formas de rosa que aparecen en las figu­ ras 296 â y b. Masas compactas (figuras 297 a y b) . O las formas idiomôrficas excepcionalmente bien crecidas y acabadas, e indivi- dualizadas, de las figuras 298 a y b , 299 a y b y 300 a y b . Ob- - 173 - sérvense los escalones de crecimiento en el cristal de la figura 299 b. Igualmente aparecieron masas muy pulverulentas, constitul­ das por agregados de SHg (figura 301). 5.3.3. Mécanismes de formaciôn del SHg sôlido por condensa ciôn de su vapor. En los ensayos de sintesis del mineral de Chôvar, la propor- ciôn de S y Hg obtenidos por descomposiciôn del SHg (vapor) es prScticamnte despreciable (dada la temperatura de trabajo), por lo que su influencia en los procesos de nucleaciôn y crecimiento del SHg y su repercusiôn en la estructura de los depôsitos, podemos considerarla despreciable. No obstante, en los ensayos donde se a- preciô un mayor grado de descomposiciôn, con la apariciôn de una pequena proporciôn de Hg y S, se observô que estos dos elemèntos se encontraron a temperatura ambiente en su estado elemental y no combinados, lo que senala que en estas condiciones de trabajo se ve muy impedida la estabilizaciôn del SHg por reacciôn del Hg y del S. La nucleaciôn y crecimiento de cristales de SHg a partir de su fase vapor, que daria lugar a la gran variedad de estructuras observadas en los ensayos de sintesis de la mena de Chôvar, po- dria describirse asi: a) Mécanisme vapor-sôlido. Las condiciones de: 1) presiôn parcial de vapor; 2) tempera tura del vapor; 3) temperatura del substrato; 4) naturaleza, es­ tructura y orientaciôn cristalina del mismo, son déterminantes no - 174 - sôlo de la nucleaciôn y crecimiento sino de la morfologla del de­ pôsito. La situaciôn se complica ademâs porque a lo largo del en­ sayo pueden variar alguna de las condiciones enunciadas, y también ser distintas de un recinto de la ampolla a otro. Si la sobresaturaciôn de la fase vapor fuese elevada, y tam­ bién su gradiente térmico (temperatura del vapor-temperatura del sustrato), la velocidad de nucleaciôn séria superior a la de cre­ cimiento. El depôsito aparecerîa generalizado, mlcrocristalino, deleznable y, dado que la energia de la interfase nôcleo-substra- to es mayor que la de la interfase nucleo-vapor, estaria favore- cida por la formaciôn de nuevos nûcleos sobre los ya formados, dan do lugar a los agregados observados (figuras 255, 256 b, 257 b, 282 a, 283 a, b, 287 b, 295 b). Si el gradiente de temperatura fue se elevado, el calor latente desprendido en el cambio de la fase no tendria efecto. Cuando la velocidad de crecimiento adquiera valores signi- ficativos con relaciôn a la nucleaciôn, bien porque el gradiente de temperatura substrato-vapor o nûcleo-vapor sea menor, o porque la sobresaturaciôn sea critica (disminuya), se favorecerâ el cre­ cimiento con la consecuencia de mayores cristales unitarios, y a- gregados mâs compactes, si bien menos extensos. El desprendimien- to del calor latente durante la condensaciôn, dada la elevada tem­ peratura del substrato podria influir en las caracterfsticas del depôsito. Este tipo de nucleaciôn y crecimiento podria haber dado lu­ gar a la apariciôn de agregados poliédricos con morfologla seme- jante a la observada en las figuras 238 d, 249 b, 251 ĉ, 277 â. - 175 - 278 a, 279 a. Pero hay que admltir que estas condiciones no favorecen una compacidad como la que se conseguiria con la interveneiôn de una fase liquida. b) Mecahismo gas-liquido-s6lido. La apariciôn de cristales en agregados redondeados o dendri- tlcos sin superficies cristalogrâficas definidas (figuras 273 b, 274, 275 a), podrian ser explicadas por un mecanismo, que incluye- se todas esas fases. Si existiera una temperatura adecuada en la superficie del substrato y un vapor sobrecalentado (no disociado), seria posible la condensaciôn del SHg en fase liquida que inmediatamente solidi- flease, contando con los calores sensible y latente del vapor, y el necesario gradiente de temperatura para que en un instante dado se diesen las condiciones del punto triple (vapor-liquido-sôlido) en êl correspondiente equilibrfo. Ello explicaria las formas den­ driticas, superficiales observadas (figuras 271 b, 272 b y c). 5.4. Conclusiones parciales. 5.4.1. Ciclos de calentamiento y enfriamiento prolongado. 1.- Se observa una incipiente mineralizaciôn por SHg depositado a partir de su fase vapor, en los ensayos de ciclo de calenta­ miento y enfriamiento prolongado, a la temperatura de 336"C - 25"C. - 17 6 - 2.- Se han detectado cristales idiomôrficos de azufre elemental sobre la superficie de las argilitas que no presentan ningûn tipo de adherencia o cohesiôn con el sustrato. 3.- El SHg de reimpregnaciôn depositado sobre la superficie fria de la argilita se présenta, por lo general, de forma no masiva, constituyendo un agregado pulverulento, formado por numerosos cristalitos de SHg cuya textura poliêdrica es muy patente. 4.- Se han detectado también masas de SHg compactas, depositadas sobre las argilitas o sobre las paredes de las ampollas. Estas masas estân formadas por un gran ndmero de cristales idiomôr- ficos observândose, en la uniôn de ellos (limites de grano), ângulos de 120". 5.- La rotura de los poliedros de SHg obtenidos por condensaciôn desde su estado vapor, présenta una morfologla fibroso-laminar caracterîstica, semejante a la^de las masas de SHg (cinabrio) natural. 6.- No se ha observado en ninguna de las muestras estudiadas la presencia de metacinabrio (cubico) . 7.- Las masas compactas, policristalinas, depositadas sobre la su­ perficie de las argilitas, no presentan cohesiôn con la roca soporte a la que estân fijados por puntos singulares de uniôn y anclaje. 8.- El tamano y forma que presentan los agregados de cristales po­ liédricos de sulfuro de mercurio obtenidos por condensaciôn, y que se corresponden con las masas de SHg con carâcter pulve­ rulento, son semejantes a los observados en la mena. - 177 - 5.4.2. Ciclos de calentamiento y enfriamiento rapides. 1.- El grado de mineralizaciôn obtenido sobre las muestras de ar­ gilita en estos ensayos de sintesis, es superior al obtenido en los expérimentes de sintesis anteriormente comentados. 2.- No se ha observado la presencia de S elemental sobre las mues­ tras de argilita. 3.- La intensidad de la volatilizaciôn obtenida en estos ensayos de sintesis ha sido mâxima, debido a la gran velocidad de ca­ lentamiento del mismo. 4.- Se han obtenido depôsitos de SHg rojo (cinabrio) por proyec­ ciôn del mismo sobre las muestras de argilita, en un proceso de arrastre de materia por vapor de Hg. 5.- El cinabrio de impregnaciôn obtenido por condensaciôn del va­ por sobre las muestras de argilita situadas frente al flujo del vapor, se présenta de forma masiva, policristalina, con limites entre cristales formando 120? 6.- El depôsito de SHg sobre la superficie de las muestras de ar­ gilita en si compacte, aparece descohesionado con respecto al soporte. 7.- La rotura intracristalina de las masas de SHg constituyentes de este tipo de depôsitos, présenta la estructura fibroso-la­ minar caracterîstica del cinabrio. 8.- Debido a que la temperatura progresa, en algunos ensayos, has ta alcanzar un valor mâximo de 735"C - 8"C, se produjo un so­ brecalentamiento del vapor de SHg, que condensô directamente - 178 a liquide; este, al solidificar, lo hace de forma que sobre el SHg sôlido aparece una estructura dendrltica. 9.- Se han econtrado agregados oollticos masivos policristalinos de SHg; aparecen depositados en zonas situadas frente al flujo de vapor, pero a menor temperatura. 10.- Las masas oolîticas, que aparecen se interpretan como resulta­ do de la coalescencia de nucleos de condensaciôn de SHg. 11.- Por condensaciôn directa desde la fase vapor, se han obtenido particules sôlidas, microcr-istalinas de SHg, que mineralizan- do parcialmente los cristales idiomôrficos de cuarzo, y tam­ bién depôsitos deleznables de SHg, constituldos por agregaciôn de numerosos cristales poliédricos, en las zonas mâs frlas de las eunpollas, de évidente analogîa con lo observado en la me­ na de Chôvar. 12.- Teniendo en cuenta los resultados obtenidos en el estudio ana- 11tico-estructura1 de la mena de Chôvar y los de los experi- mentos de sintesis, se cree estar en condiciones de concluir que el yacimiento de Chôvar es el resultado de una minerali- zaciôn por cinabrio en estado vapor, que condensô directamen­ te en estado sôlido, en multiples cristales sobre los minéra­ les -principalmente cuarzo- que forman la roca soporte. 13.- Esta mena pudiera representar la parte superior o extrema del verdadero yacimiento que se encontrarla a mayor profundidad. - 179 - 6. CONCLUSIONES GENERALES. 6.1. Estructura de la mena. 1.“ La mena mercurïfera de Chôvar estâ constltulda por una roca soporte âcida, formada por argilitas de origen sedimentario muy porosas, impregnadas por cinabrio. En algunas muestras se ha encontrado goetita localizada, principalmente en el inte­ rior de las grandes fisuras. Este constituyente (goetita) apa­ rece igualmente mineralizado por cinabrio. 2.- Ademâs de cinabrio, se han encontrado otros minérales y com- puestos minoritarios como muskovita, circôn, rutilo, hemati­ tes, baritina, pirolusita, psilomelana, calcita, sulfocloru- ro de mercurio, aluminosilicatos de potasio, y plata nativa. 3.- No se ha detectado la presencia de mercurio elemental en las muestras estudiadas. 4.- Las argilitas triSsicas de Chôvar estân constituldas por a- gregaciôn de raicroscôpicos cristales de cuarzo, idiomôrfico o no, y mâs o menos crecidos o acabados, cuya formaciôn ha dado lugar a espacios intercristalinos, ademâs de los ya exis- tentes por la sedimentaciôn del detritus en el fondo marino. Esto explica la gran porosidad estructural de la roca. Los agregados de cristales idiomôrficos de cuarzo, que forman las argilitas sedimentarias, se formaron por redisoluciôn y re- cristalizaciôn de los detritus cuarclticos sedimentados en el fondo marino. 5.- El resultado de los procesos de formaciôn enunciados fue una roca porosa y permeable a fluldos. 180 6.- La mineralizaciôn por cinabrio de la roca encajante, no fue masiva. Los cristales de HgS que crecieron desde el germen de­ positado hacia la fase vapor y sobre la superficie de las cavi dades. La estructura de este cinabrio no es compacta, sino muy deleznable, pulverulenta, debido al microscôplco tamano de los cristales idiomôrficos de cinabrio y a los pocos puntos de contacte y uniôn entre ellos. 7.- No existe entre el cinabrio (HgS) y el cuarzo ningôn tipo de interacciôn o cohesiôn. 8.- En la muestras que presentan mineralizados el cuarzo y la goe­ tita, el cinabrio aparece siempre depositado sobre ambos, asî como sobre otros minérales minoritarios. 9.- La disoluciôn selectiva del SHg mediante reactivos quimicos de via hûmeda, ha permitido poner de manifiesto la estructura de la roca argilitica de Chôvar. 10.- La estructura del SHg depositado y su singular caracterîstica deleznable, permiten pensar en un depôsito no singenético con ninguno de los otros minérales présentes en la roca soporte. 6.2. Mineralogënesis. 1.- Se ha confirmado que el vapor de HgS puede atravesar sin con- densar una porcelana porosa a temperatura suficiente. 2.- A 515"C - 8"C se puede pensar en una volatilizaciôn compléta del HgS. 3.- La velocidad de nucleaciôn de particulas sôlidas de SHg por condensaciôn de fase vapor, aumenta con el gradiente térmico - 181 - entre el vapor y la superficie en que se deposite. 4.- El SHg depositado por condensaciôn de su fase vapor sobre ar­ gilita agotada, puede presentar una estructura no compacta, deleznable, constltulda por numerosos cristales microscôpicos ( < 4 /tm) de SHg orientados y crecidos al azar. Estos agregados mineralizan de forma parcial tanto los cristales idiomôrficos de cuarzo, como los otros minérales présentes. 5.- La cohesiôn entre el SHg y cualqulera dé los minérales soporte es minima. 6.- La gênésis que se propone para el yacimiento de Chôvar, se puede enunciar asi: Sulfuro de mercurio en fase vapor prodecente de un HgS magmâtico, habla alcanzado una roca sedimentaria (argilitica) consolidada, pero muy porosa, constitulda fundamentalmente, por agregados de cristales de cuarzo, idiomôrficos o no. Las formas idiomôrficas del cuarzo serân el resultado de una re­ cri s ta lizaciôn por redisoluciôn, en el lecho marino sedimen­ tario. La fase vapor condensarla sobre los cristales de la ro­ ca en forma de multitud de microcristales de cinabrio, que asi mineralizô a las otras fases minérales mlnoritarias expues tas al flujo de su_ vapor. 7.- Los ensayos de sintesis confirman esta hipôtesis. - 182 - 7. PROBLEMATICA PENDIENTE. 1*.- Realizar estudios estructurales de muestras extrafdas de la mena de Chôvar de zonas mâs profundas, con el fin de conocer y confirmar detalles estructurales observados sobre los dep6- sitos obtenidos por condensaciôn en zonas prôximas al flujo de vapor. 2*.- Disenar un horno para sfntesis en ciclos tërmlcos variables, que perm1 tan medir temperaturas de depôsito de SHg y del va­ por, mediante una técnlca adecuada de control de temperatura. 3*.- Ampliar el estudio a otras menas de mercuric. 4*.- Realizar estudios estructurales y de slntesls de otros miné­ rales sulfurados, con el fin de comprobar la hlpôtesls gené- sica ya propuesta y coherente con la expuesta. 5*.- Realizar un estudio cinêtico con el fin de conocer la influen cia de las variables presiôn y temperatura sobre la nuclea- ciôn y crecimiento de agregados de SHg, obtenidos por conden- saciôn desde su estado vapor. 6&.- Estudiar y desarrollar una têcnica experimental que permlta determiner con exactitud el punto triple (coexlstencla del SHg vapor-sôlido-lîquido), del cinabrlo. - 183 - 8. APENPICE I MECANI5M0 DE NUCLEACION Y CRECIMIENTO DE CRISTALE5 A PARTIR DE LA EASE VAPOR. El crecimiento de cristalès a partir de un vapor, requlere: a) una fuente del material; b) el transporte del componente o com- ponentes en el vapor, y c) la producciôn de un cristal en el sitlo de deposiciôn. El procedimiento para lograrlo puede ser, fîsico (condensa- ci6n de un vapor sobresaturado), o puede ser debldo a una reacciôn quimlca. El producto de dichos procesos, puede ser un monocristal, un agregado de cristalès, una iSmina policristalina o monocristali- na, o una pellcula epitSxlca. Sin duda el crecimiento de cristalès a partir de la fase va­ por requiere alguno de los dos mecanismos siguientes: a) formaciôn de un nûcleo estable y posterior crecimiento y b) crecimiento sin nucleaciôn. Los mecanismos de nucleaciôn pueden ser de dos tipos: nuclea ciôn homogénea, y nucleaciôn heterogénea. La nucleaciôn homogénea de gërmenes o nôcleos astables en presencia del vapor de los compuestos cristalizantes, se produce fuera del contacte con el sôlido o el liquide, mientras que en la nucleaciôn heterogénea, la formaciôn de un nücleo o germen estable tiene lugar sobre una superficie préexistante (substrate), o so­ bre una impureza. En el proceso de nucleaciôn homogénea, el primer paso nece- - 184 - sario es la creaciôn de una superficie interfase solido-gas. La creaciôn de esta superficie requiere una energfa en los estados iniciales muy superior a la que supone el cambio de esta­ do. Sin embargo, si en el sistema existe un gran subenfriamiento (AT), una elevada sobre sa turaciôn o una energf a libre disponible, la energïa necesaria sera mâs pequena. La energïa disponible del sistema es A , siendo ésta la energïa libre Gibbs por unidad de volumen de las dos fases (en con densaciôn esta energïa libre es negative, por lo que es un factor importante en la reacciôn). Esta energïa disponible que pone el sistema , se encuentra relacionada con el grade de sobresaturaciôn (̂ .... (HgS) Si suponemos, igualmente, que todo êl SHg se encuentra di­ sociado segdn la reacciôn: 2 2 t S; (g, la temperatura del equilibrio, calculada a partir de datos termo- dinâmicos recientes (1.977) (205) es de 627"C (a 1 atm.) . Comparan- do este valor (627°C) para el cual A g = 0, con el valor de la temperatura correspondiente a la reacciôn de sublimaciôn (paso de SHg sôlido a vapor), T^ = 580"C (179) se observa que el SHg sôli- - 193 - do sublima a vapor antes de su total disociaciôn en Hg y S, siem- pre y cuando no se favorezca por otro mecanismo su descomposiciôn. Este fenômeno (existencia de SHg en fase vapor) esté de acuerdo con los datos obtenidos por Sen Gupta. Esto permite considerar que el vapor de SHg no se descompone en el intervalo de temoeratura entre 580"C y 627°C a 1 atm. de presiôn. De acuerdo con esto, y teniendo en cuenta que la variaciôn de la presiôn de vapor el SHg, estâ relacionado con la temperatura segun: log P = - 5570/T + 6,475 (D (P en atm.) (Datos dados por Zernike J. (206) obtenidos por extrapolaciôn de los datos de Rinse), y aplicando la ecuaciôn de Clasius-Clapeyron SI AH dT T.AV^ A Hg = calor latente m.olar de su­ blimaciôn . = volumen molar del vapor V = volumen del sôlido s Suponiendo que todo el sôlido se transforma en gas, se deduce que Vg= 0 y que = R.T/P (gas ideal), lo que permite aproximar que si V , A V ^ = Vg, de donde: dP _ P.AHg ■ dT R.t 2 Integrando la ecuaciôn anterior, y tomando logaritmos décimales, obtenemos que el calor latente de cambio de fase (sublimaciôn) es­ té relacionado con la presiôn de vapor del gas y la temperatura segun: ^ log P ------- + C (2) 2,3.R.T - 194 - Igualando las ecuaciones (1) y (2) 2,3.R.T + C = - 5570/T + 6,475 De donde se deduce que: = 5570.2,3 .R R = 1,987 cal/'K mol . 25.45 Kcal/mol Si aproximamos igualmente el modelo y hacemos vâlida la curva da­ da por Hsiao y Schlechten: log = -5,586/T + 6.669 aplicando! log P = ---------+ C = -5,586/T + 6.669 R.T.2303 - AHg = -5,586.R.2303 = - 25,562 Kcal/mol es decir, = 25,562 Kcal/mol Comparando el calor latente de cambio de fase (sublimaciôn) obtenido por aproximaciôn de los datos de Rinse y los obtenidos segdn Hsiao y Schlechten, observâmes una variaciôn de 0,112 Kcal/mol Por lo que suponemos que el calor latente (aparente) de cambio de estado (sublimaciôn) es del orden de los 25 Kcal/mol - 0,5Kca1/mol. Comparando estos calores latentes de sublimaciôn (obtenidos por aproximaciôn de nuestros modèles termedinâmicos), con la ener- gîa necesaria para la disociaciôn del SHg gas, se observa que se requiere mener energïa para sublimar el SHg sôlido que para des componerlo en estado vapor (siempre y cuando termodinSmicamente no se favorezca esta reacciôn). Lo que nos indica que el SHg posee un , range de estabilidad termodinâmica, por lo que el valor dado para las presiones parciales de S y Hg (vapor) (119, 108) nose co— - 195 - rresponden con la realidad, ya que consideran totalmente disociado el SHg vapor. Esta aproximaciôn, teniendo en cuenta la estabilidad de la molêcula de SHg en estado vapor (207), permitirâ simplificar los mecanismos de nucleaciôn y crecimiento de nuevos cristalès a par­ tir del vapor de SHg. Si, por el contrario, como proponen los au­ tores resenados, el vapor esté formado por S y por Hg, se necesi- tarla un mecanismo complejo para explicar el proceso de nucleaciôn y crecimiento de cristalès de SHg por reacciôn del S y del Hg en fase vapor durante los ensayos de sfntesis de ciclo rSpido. - 196 - 9. APENPICE (INDICE SEMANTICO). ABIGARRADO; Unlôn de varios colores mal combInadosheterogéneo. ACCIDENTE: Cambio en la dlsposlclôn normal de una parte de la cor- teza. AFLORAMIENTO: Lugar en el que se asorna a la superficie del terre- no un estrato, un fil6n o una masa minerai cualqule- ra. ALTURA: 1"Absoluta (altltud); distancia vertical de un punto de la superficie terrestre a la altura cero (nlvel del mar). ANTICLINAL: Pliegue convex© de estratos levantados en forma de sl- 11a o de bôveda alargada, de manera que forman dos pendlentes contrapuestas; el pliegue côncavo se deno- mlna slncllnal. ANTICLINORIO: Anticlinal de grandes dimensiones y en cuyos lados se encuentran a veces antlclinales y slncllnales; lo contrario se denomina sincllnorlo. ARCILLA: Roca suelta clâstlca finamente terrosa, formada por cuar- zo y minérales arcillosos. Las arclllas son sedlmentos marlnos y limnicos muy expendidos desde el Cretâcico has- ha el Pleistocene. ARENISCA: Roca sediment aria permeable, procedente de la cementa- ciôn de la arena; su dureza y su color depende del ele- mento cohesionante. - 197 - ARENO-LIMOSO; Roca de carâcter arenlscoso y arcllloso, compuesta por arena y llmo (arcllla muy flna con mâs o menos cantidad de cuarzo). ARRUMBAMIENTO: 1. Sentldo del horlzonte hacla el cual se dlrlgen los estratos, 2. Rumbo o dlrecclôn media que slgue la llnea de costa. AZOICO: (Azolca o Arcalca). Era mâs antigua de la historla de la tlerra. BARRA: Banco de arena o grava que se forma en el mar delante de la desembocadura de los rîos, o en êstos delante de las de- sembocaduras de sus afluentes. BARRANCO: 1. Despenadero, preclplclo. 2. Grleta profunda que hacen en el terreno las corrlentes de agua. BENEFICIAR: Extraer de un yaclmlento, a clelo âblerto o subterrâ- neo, metales o minérales dtilles. BRECHA: Rotura O abertura en una cresta, en una pared rocosa, o en el frontôn de una costa. BüNTSANDSTEIN: (bunt = abigarrada; sandsteln = arenlsca). Nombre que recibe el perïodo inferior del Trlâsico Germâ- nico, constituldo por un depôsito de unos 1.000 m. de espesor, fundamentsImente continental, compues- to por arcillas y arenlscas de color y congloméra- dos. BÜZAMIENTO: Sentido en que se inclina una capa o filôn. - 19R - CA3ALGAMIENT0: Superposlclôn anormal de un conjunto geolôglco so­ bre otro motlvada por presiones latérales. Los es­ tratos mâs antlguos son empujados por enclma de o- tros mâs recientes, verlfIcândose el contacto de ambas unldades segun su piano mâs o menos Inc1Ina­ do ; el piano de cabalgamlento. A la zona de contac­ to normal se le denomina frente de cabalgamlento. CABECERA: 1. Orlgen de un rîo. 2. Parte mâs elevada de la cuenca de un rïo o del valle fluvial, CALIZA: (pledra caliza). Roca sedimentarla, generaImehte marina,de orlgen clâstlco quîmlco u orgânlco. CONGLOMERADO: Roca sedimentarla clâstica formada por detrltos grandes o medlanos, redondeados, de roca unldos por cementos callzos, silïceos u otros y consolldados dlagenêtlcamente. CONCOMITANTE: Que acompana a otra cosa u obra con ella. CRIADERO: Relleno filonlano rico en metales. CORTE GEOLOGICO: Secclôn vertical a través de un segmento de la corteza terrestre hecha de forma que sea normal a la dlrecciôn del estrato (estratos) >. para ob- tener asï el buzamiento real de los mlsmos. CRONOLOGIA: (relatlva). Cronologïa o dataclôn de una realldad o fenômeno con respecto a otro. Un fenômeno geolôglco es siempre posterior a la formaciôn de los terrenos que afecta y anterior a los que no han sldo afecta- dos por êl. - 199 - CUARCITA: Roca sedimentarla o metamôrfica marrôn clara o amarillen ta,, parda rojiza, estâ formada por granos de cuarzo ce- mentado por cernento sllîceo. DIACLASA: Una fisura en la roca, también se denomina lltoclasa. DIAGENESIS: Consolidaclôn de una roca sedimentarla, tras la depo- slclôn sea por presiôn por recrlstallzaclôn o por la cementaclôn llevada a cabo por aglutlnantes contenldos en las soluclones qulmlcas. DISLOCACION: Perturbaclôn o cambio de poslclôn de una franja roco­ sa (ej. falla, desplazamlento). DIVISORIA: 1. Apllquese a la llnea que corresponde en un terreno a los puntos en que las aguas corrlentes marchan con dlrecclones opuestas. 2. Dlcese de la llnea que senala los limites. DOLOMIA: Roca formada por carbonatos câlclcos y magnêslcos, y de aspecto muy parecldo a la calclta. DOLOMITICO: Semejante a la dolomla, o que contlene esta substancla. ESTRATIGRAPIA: Parte de la geologla que se ocupa de la dlsposlclôn de los estratos y de los fôslles que contlenen, asl bomo de las rocas deposltadas. FACIES: Conjunto de carâcter petrogrâfIco que deflnen un depôsito o una roca. La fades de un estrato permite reconstrulr el medlo en que ha sldo depositado. FALLA: Ruptura de una superficie en dos o mâs bloques dlslocados por movimlentos diferenciales de desplazamlento mâs o me­ nos vertical. - 200 - PILON: Relleno mineral o rocoso de una grieta en otra roca mâs an­ tigua. FRACTURA: 1. Carâcter que présenta la superficie de romplmlento de un minerai. 2. Falla. GALERIA: Conducto subterrâneo que une las dlferentes partes de una mina o cueva. GENESISt Orlgen o naclmiento de una cosa. GRAUWACA: Sedlmento Paleozolco de tipo arenisco, de cuarzo, feldes pato, mica y clorita. HORIZONTE: 1. Horizonte geolôglco u horlzonte guîa; es la unidad estratlgrâfica y temporal mâs pequena. 2. Horlzonte del suelo: capa de suelo mas o menos paralela a la superfi­ cie con caracterîstlcas especlfIcas con respecto a las sltuadas enclma y debajo. El conjunto de horlzontes constltuye el perfil del suelo. LAJA: Pledra llana. LAMINADO: Minerai o roca dispuesto en hojas o lâmlnas. LEVIGACION; Acclôn de lavado superficial de las aguas de lluvla, LIAS: (Jura Negro). La serle o época media del Jurâslco, con ca­ pa s fundamentalmente de arcillas o margas. LITOLOGIA: Parte de la geologla que trata de las rocas. MAPA GEOLOGICO: Mapa temâtico que recoge, mediante colores y sig­ nes, la_situaciôn geolôglca de una determlnada re glôn. - 201 - MARGAS: Roca sedimentarla de coloraclôn varlada formada por arcl­ lla y caliza carbonatada con porcentajes de mezcla varla- dos. Segdn que contenga yeso, dolomias o arena, se hablan de margas yesosas, dolomltlcas o arenosas. Las margas a- bundan sobre todo en las formaclones mesozolcas y cenozol- cas. MENA: Veta de substanclm minerai y el minerai mismo, (ganga y mi­ nerai) . METAMORFI'SMO: Transformaciôn que sufren las rocas en el Interior de la corteza terrestre a consecuencia de camblos de presiôn y temperatura. Las nuevas rocas asl orlglna- das son denomlnadas rocas metamôrficas. METASOMATISMO: Reemplazamiento de un minerai por otro de composl- clôn diferente; supone la existencia de reacciones qulmlcas entre los minérales que forman la roca y el medio que las rodea. MICACEO: Que contlene mica o se asemeja a ella. MILONITICO: Roca triturada a lo largo de pianos de perturbaclôn de la corteza terrestre o por el desplazamlento de una ma sa rocosa sobre el substrato autôctono que se ha conso lidado de nuevo. MINERAL: Cuerpos homogêneos de orlgen natural que componen la cor­ teza terrestre, sean fruto de combinaclones qulmlcas o elementos. La acumulaciôn de minérales ütiles se denomi­ na yaclmlento. - 202 - MIOCENO; Forma con el Plloceno, uno de los grandes perlodos en que se divide la Era Terciaria. OLIGOCENO; Forma con el Eoceno el Paleoceno, uno de los grandes pe rfodos en que se divide la Era Terciaria. OROGENESIS: En sentldo etlmolôgico, orogênesls signifies gënesls de las montanas ;.se entiende por tal los movimlentos tectônlcos que originan las montanas, y mâs en general los relieves. OROGENIA: Es el perlodo durante el cual se forma una cadena de mon tanas. OROGENICO: Perteneclente a la orogenla. OROGRAFIA: Descrlpciôn de las formas superfIciales de la Tlerra, tamblên se le conoce con el nombre de Geomorfologfa. PALEOZOICO: La primera de las Eras de la hlstorla del mundo animal; comprende el Câmbrlco, el Slldrlco, el Carbonlfero y el Pêrmlco. Se le conoce como Era Prlmarla. PAROXISMO: Perlodo de mâxima Intensldad en un movlmlento orogénl- co, slsmo. PIZARRA: En sentldo ampllo, todas las rocas que pueden exfollarse en plaças delgadas planas. El piano de exfollaclôn se co­ rresponde generaImente con el piano de estratlfIcaclôn. PERICLlNAL: Dlcese de la construcclôn estratlgrâfIca de volcanes, en los que las capas de la lava y escorla de la parte exterior del crâter buzan en direcclôn contraria al * eje de erupclôn y las capas de la parte Interior bu­ zan en su misma dlrecclôn. - 203 - POST-HERCIANA (HERCINIANA): Despues el plegamlento herciano. POTENCIA: Altura que posee un estrato de techo a muro. POZO: Cavldad para descender a la mlna, el pozo por donde se ex- trae el mineral princlpalmente se conoce como pozo maestro. RUMBO: Direcclôn. Punto cardinal de la llnea en que la superficie geolôglca se corta con la horizontal. Perpendicular a la dlrecclôn dlscurre la Incllnaclôn o buzamiento. SEDIMENTO: Depôsito de orlgen detrltlco, qulmlco u orgânlco fruto de la destrucclôn mecânlca o de alteraclôn de las rocas, de las preclpltaclones de elementos dlsueltos en el a- gua o de acumulaciôn de materla orgânica en un medlo continental o marlno. SERIE: Subdlvislôn de un sistema o perlodo geolôglco. SINGENETICA: Dlcese de las formaclones orlglnadas al mismo tiempo que aquello que le rodea. Yaclmlento slngenétlco es el formado originarlamente a partir del magma o la roca eruptlva. TECHO: La capa geolôglca sltuada sobre un yaclmlento (estrato su­ perior) . El techo de la galerla lo forman los estratos que cuelgan en una cavldad de la mina. TECTONICA: Parte de la geologla que se ocupa de la estructura de la corteza terrestre, en especial de las perturbaclo- nes, plegamlentos y de los movimlentos que son causa del relieve superficial de la corteza (eplrogénesls, orogénesls, sismos, tectogênesls) . - 204 - TRIASICO: Primera formaciôn del Mesozoico, llamado asl por su tri­ ple divlsiôn en: Buntsandsteln, Muchelkalk y Keuper, (Trias germânlco) . VERTIGE: Punto de unlôn de las dos laderas de una montana. ZOCALO: Llanura o plataforma formada por rocas cristalinas; gra­ nites y gneiss. - 205 - 10. BIBLIOGRAFIA. (1) F. A. CALVO "La Metalurgla una disciplina olvldada". (Salamanca) (1.971). (2) F. A. CALVO "La Espana de los metales". Patronato Juan de la Clerva de InvestIgaclones Clentlflca y Técnlca. CENIM (Madrid) (1.964). (3) F. A. CALVO, J. Maria GUILEMANY, E. VALVERDE "Estructura y gênesls de sulfures minérales de Interés meta- lûrglco. 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Aguilar pp 273 (1.960). JOSE Mâ GOMEZ DE SALAZAR Y CASO DE LOS COBOS ESTRUCTURA Y MINERALOGENESIS DE MINERALES SULFURADOS DE INTERES METALÜRGICO: MENA DE CHOVAR (CASTELLON) TOMO II (TABLAS Y FIGURAS) Director: Pro(. Dr. D. Felipe A. Calvo Departamento de Metalurgia Facultad de Ciencias QuImiCas Universidad Complutense de Madrid Madrid, Junio de 1982 E S T R U C T U R A Y M I N E R A L O G E N E S I S D E M I N E R A L E S S U L F U R A D O S D E I N T E R E S M E T A L Ü R G I C O : M E N A D E C H O V A R ( C A S T E L L O N ) II MEMORIA PRESENTADA POR JOSE M® GOMEZ DE SALAZAR Y CASO DE LOS COBOS PARA ASPIRAR AL GRADO DE DOCTOR EN CIENCIAS QUIMICAS. MADRID, JUNIO DE 1982 ' T A B L A S 239 T A B L A I Flemento Al As Ba Ca Cu Fe Hg K Mn S Sb Si Sr r i :i Zr CHpl + CHp2 CHp3 CHpU CHpS CHp6 + CHp7 CHp8 CHjjlO ♦ CHpl2 + + + CHpl3 t + t CH^m * CHplS + t CHjjlB * CHpl7 t t CHjjlS t CHd 19 * t t CHp20 CH„tl 4 : t CHj,t3 + CHptU + + + i 240 T A B L A II Element; Huestra Al As Ba Ca Cu Fe Hg K Mn S Sb Si Sr Ti Cl Zr CH„1 * * + > CH„2 + + CH„3 t CH„9 t * CH„5 CH„6 CH„7 ♦ CH„8 CH„9 ♦ * CH„10 CH„11 ♦ + CH„12 CH„13 * CH„19 CH„15 ♦ * * T A B L A III Elemento Huestra AI Ag Ba Ca Cu Fe Hg K Mn S Sb Si Sr Ti Cl Zr CHyl ♦ CHy2 ♦ - CHy3 CHy9 ♦ CHyS CHyS + CHy7 t + CH^8 t t CH^9 ♦ t CHylO > + CHyll t t > CHyl2 t t 241 iuestra CH„1 T A B L A IV Lînea Diagrama obtenido Interpretaci6n Diagrama ASTM _ s l _ dA I/Io dA I/Iô Ad__ dA I/Io ûd___ 1 9,2588 F 9,26 35 0,0012 2 3,682 D 3 3,3908 FFF 3,39 100 --0,0008 3,35 100 -0.01 U 2,8669 DD 2,86 95 0,0069 S 2,9915 F 2,958 12 0,0165 6 2,2690 F 2,282 12 0,010 7 2,1257 F 2,128 9 0,0023 2,079 25 -0,0517 8 1,9759 F 1,980 7 0,0093 1,980 35 0,0093 9 1,8121 FF 1,81 17 •0,0021 ■ 10 1,6592 F 1,67 7 0,01 1,67 25 0,01 11 1,5306 FF 1,59 15 0,0099 12 1,9967 D 1,953 0,0063 I 13 1,3676 FF 1,375 11 0,0079 19 1,2835 D 1,288 0,0095 15 1,2989 D 1,256 9 0,0073 16 1,2209 DD 1,228 2 0,0076 17 1,1937 DF 1,1997 5 0,006 18 l.,1767 DF 1,1802 k 0,0035 i 19 1,1980 DD 1,1530 2 0,005 1 ASTM 5 -0990 ASTM 6 -0256 ' Cuarzo Cinabrio ! Hueatra CH„2 T A B L A V Linea Diagrama obtenido Interpretaeiôn : Diagranas ASTM n® dA I/Io dA I/Io ad dA I/Io ad 1 9,2307 F 9,26 35 0,0293- 2 3,6761 DD 3,59 6 -0,0861 3 3,3982 FFF 3,39 100 -0,0082 3,35 100 0,0018 U 2,8359 FD 2,86 , 95 0,0291 5 2 ,9377 FD 2,95 12 0,0123 2,375 10 -0,0637 6 2,2602 FD 2,28 12 0,0198 7 2,1129 DF 2.12 9 0,0071 2,079 25 -0,0389 0 1,9695 FD 1,980 6 0,0155 1.980 35 0,0155 9 1,8060 F 1,81 17 0,009 10 1,7323 DD 1,735 25 0,0027 11 1,6678 F 1,67 7 0,0022 1,679 25 0,0112 12 1,5329 F 1,59 15 0,0071 1,562 6 0,0291 13 1 ,9967 DD 1,593 3 0,0963 1,933 8 0,0137 19 1,3693 BF 1.37 11 0,0007 1,399 12 -0,0253 15 1,2897 DF 1.288 3 0,0033 1.305 10 0,0203 18 1,2985 DF 1,256 9 0,0073 1,258 8 0,0093 17 1,2226 D 1,228 2 0,0059 18 1,1969 FD 1,1997 5 0,0028 1,197 2 0,0009 19 1,1802 FD 1,1802 0,0027 1,183 9 0,0055 ASTM 5 - 0*90 ASTM 6 - 0J56 Cinabrlo 212 T A B L A VI Muestra CHm 3 Linea Diagrama obtenido tnterpretaciin; Diagrama ASTM n° dA I/Io dA I/Io, ad dA I/Io ad 1 9,2919 F 9,26 35 -0,0319 2 3,7385 DD 3,59 6 -0,1985 3 3,3507 FFF 3,39 100 -0,0107 3,35 100 -0,0007 9 3,8982 FD 2,86 95 0,0118 S 2,9986 FD 2,95 12 0,0019 2,37 10 -0,0788 6 2,2816 FD 2,28 12 -0,0016 7 2,1826 DF 2,12 9 -0,0629 2,079 25 -0,1086 9 1,9725 FD 1,98 6 0,0075 1,98 35 0,0075 9 1,8102 F 1,81 17 -0,0002 10 1,7367 DD 1,735 25 -0,0017 11 1,6692 F 1,67 7 0,0008 1,679 25 0,0098 12 1,5375 F 1,59 15 0,0025 1.562 6 0,0295 13 1,9593 DD 1 ,953 3 -0,0013 1,933 8 -0,0213 19 1,3796 FF 1,37 11 -0,0096 1,399 12 -0,0306 15 1,2896 DD 1,288 3 -0,0016 1,305 10 -0,0159 16 1,2532 D 1,256 9 0,0028 1,258 8 0,0098 17 1,2233 DD 1,228 2 0,0097 18 1,1979 FD 1,1997 5 0,0018 1,197 2 -0,0009 19 1,1799 FD 1,1802 9 0,0008 1,183 9 0,0036 20 1,1528 0 1,15 30 2 0,0002 1,135 2 -0,0178 ASTM 5 -0990 ASTM 6 - 0256 Muestra: CH„9 T A B L A VII Linea Diagrama obtenido Int<îrpretaciôn: Diagrama ASTM n° dA I/Io dA I/Io Ad dA I/Io ad 1 9,9298 F 9,26 35 -0,169 2 3,3237 FF 3,39 100 .0,0163 3,35 100 0,0263 3 2,8975 FD 2,86 95 0,0125 9 2,9969 F 2,95 12 0,0013 2,37 10 -0,0769 5 2,2575 F 2,28 12 0,0225 6 2,1002 F 2,12 9 0,0190 2,07 25 -0,0302 1,9612 FD 1,98 6 0,0160 1,98 35 0,0180 8 1,8099 FF 1,81 17 0,0006 1,76 20 -0,0990 9 1 ,6565 FD 1.67 7 0,0135 1,67 25 0,0135 10 1,5299 F 1,59 15 0,0101 1,512 6 -0,0179 11 1,9395 DD 1,953 3 0,0135 1,933 8 -0,0065 12 1,3628 FF 1.37 11 0,0072 1,39 12 -0,0228 13 1 ,2783 D 1,288 3 0,0093 1,305 10 0,0267 19 1,2519 D 1 ,256 9 0,0096 1,258 8 0,0066 15 1,2187 DD 1,228 2 0,0093 16 1,1906 D- 1,1997 5 0,0091 1,197 2 ,0,0069 17 1,1702 D 1,1802 9 0,010 1,183 9 0,0120 ASTM 5 - 0990 ASTM I - 0258 Cinabrlo 243 T A B L A VIII Huestra CH„5 Lînea Diagrama obtenido dA 9,0995 3,3935 2,8295 2,9928 2,2988 2,1171 1,9685 1,8098 1,6656 1,5290 1,9975 1,3702 1,2891 1,2999 1,2236 1,1992 1,1799 I/Io F FF Interpretaci6n:Diagramas ASTM I/Io Ad dA I/Io 3,39 100 -0,0035 2,95 2,28 2,12 1,98 1,81 1,67 1,59 1,953 1,37 1,288 1,256 1,228 1,1997 1,1802 0,0072 0,0312 0,0115 0,0003 0,0093 0,011 0,0055 -0,0002 0,0039 0,0066 0,0099 0,0055 0,0053 3,35 2,86 2,07 1,98 1,76 1,67 1,562 1,933 1,39 1,30 1,26 1,197 1,183 0,0065 0,0355 -0,0971 0,0115 -0,0995 0,0093 0'033 0,0195 -00302 0,0159 0,0106 0,0028 0,0081 ASTM 5 - 0990 ASTM 6 - 0256 Cinabrio 244 lu a U. O O ri lA r i r i . S ' f w C n O O O O O O O O O 0 . 0 0 0 O O O O O O O O O ri ri O ri O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O to CTi p- i/> r*" uî ri o o o o oO O O O O O 'S s o (u u. Q Cu buO Û Q C u Û t u O Q Û O 245 T A B L A X Muestra CH„7 Lînea Diagrama obtenido Interpretaciân;Diagrama ASTM n° dA I/Io dA I/Io ad dA I/Io ad 1 9,222 F 9,26 35 0,038 2 3,670 D 3 3,330 FFF 3,39 100 0,01 3,35 100 0,02 9 2,8991 DD 2,86 95 0,0109 5 2,990 F 2,95 12 0,01 2,37 10 -0,07 6 2,272 F 2,28 12 0,008 7 2,118 FD 2,12 9 0,002 2,07 25 -0,098 8 1,961 FD 1,98 6 0,019 ’ 1,98 35 0,019 9 1,803 FF 1,81 17 0,007 1,76 20 -0,093 10 1,665 F 1,67 7 0,005 1,67 25 0,005 11 1,532 F 1.59 15 0,006 1,562 6 0,03 12 1,992 D 1,953 3 0,011 1,933 8 -0,009 13 1,365 FF 1,37 11 0,005 1,399 12 -0,016 19 1,281 DF 1,288 3 0,007 1,305 10 0,029 15 1,299 DF 1,256 9 0,007 1,258 8 0,009 16 1,219 DF 1,228 2 0,009 17 1,1935 FD 1,1997 5 0,0035 1,197 2 0,0035 18 1,179 FD 1,1802 9 0,0062 1,183 9 0,0193 ASTM 5 - 0990 ASTM 6 - 0256 Cuarzo Cinabrio Muestra CH„8 Diagrama obtenido InterpretaciSn:Diagrama ASTM dA I/Io dA I/Io ad dA I/Io ad 1 9,301 T 9,26 35 -0,o91 2 3,715 D 3 3,330 rrr 3,39 100 0,01 3,35 100 0,02 9 2,999 FD 2,95 12 0,001 5 2,276 F 2,28 12 0,009 6 2,117 FD 2,12 9 0,003 7 1,963 DF 1,98 6 0,012 8 1)809 FF 1,81 17 0,001 9 1,666 F 1,659 3 -0,007 10 1,535 F 1,59 15 0,005 11 1,997 DF 1,957 3 0,01 12 1,372 FF 1,37 11 -0,002 13 1 ,289 DF 1,288 3 0,009 19 1,250 DF 1,256 9 0,006 15 1,220 0 1,228 2 0,008 16 1,196 FD 1,1997 5 0,0037 17 1,173 FD 1,1802 *9 0,0072 18 1,199 0 1,153 2 0,009 ASTM 5 - 0990 ASTM 6 - 0256 Cuarzo Cinabrio 246 T A B L A XII Muestra: CH^9 Lînea Diagrama obtenido InterpretaciSn:Diagrama ASTM n» dA I/Io dA I/Io a d dA I/Io dd 1 9,296 r 9,26 35 0,019 2 3,323 FFF 3,39 100 0,017 3,35 100 0,027 3 2,9376 DF 2,86 95 0,0229 9 2,927 DF 2,95 12 0,023 S 2,296 DF 2,28 12 0,039 6 2,110 DF 2,12 9 0,011 2,07 25 -0,09 7 1,967 FD 1,96 35 0,013 8 1,805 F 1,81 17 0,005 1,73 25 -0,075 9 1,657 FD 1,67 25 0,013 10 1,533 F 1,59 15 0,007 1,562 6 0,029 11 1,999 D 1,953 3 0,009 1 ,933 8 -0,016 12 1,370 FF 1,37 11 0,000 1,399 12 -0,026 13 1,282 D 1,288 3 0,006 1,305 10 0,023 19 1,299 D 1,256 0,007 1,259 8 0,009 15 1,199 FD 1,1997 0,005 1,197 2 0,003 16 1,176 FD 1,1802 9 0 ,009 1,183 9 0,007 17 1,198 D 1,1530 0,005 1,135 2 0,013 ASTM 5 - 0990 ASTM 6 - 0256 247 O O â C u t M Q C u Û f i M C u C M C u Q O O C u O O Q O O t i i Q C M O e S S (i) (X> «H lO Ci uo O CD ot a W Ci 248 O t M C u C u O a i u Q Q C M O C u Q Q O en U> a» H7 ri 249 O O O a O V O U l r H t A C n O C O Or H C N T i O C M O O r i O O O O O O O O O O O O O O O O i tu o (m o Q (u (m tu O (m u ) u > r ^ ^ r > o o o . 7m m o c i w m r i m O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O l/) Ci o OO U> o a U i O û o o o â r». o ® o> 250 Hxièstra ; CHd 3 T A B L A XVI Lînea Diagrama obtenido Interpretaciôn:Diagrama ASTM n® dA I/Io dA I/Io ad dA I/Io ad î 5,7988 DD 2 9,2852 F 3 3,6731 DD U 3,3397 FF 3,34 100 0,0053 3,35 100 0,0153 5 2,8021 F 2,86 95 0,0579 G 2,5601 D 7 2 ,9389 D 2,45 12 0,0111 G 2,2673 D 2,28 12 0,0125 9 2,1293 D 3,12 9 0,0037 2,07 25 -0,0593 10 1,8665 F 1,98 35 0,0135 11 1,8089 F 1,81 17 0,0016 1,76 20 -0,0989 12 1,7378 DD 1,73 25 -0,007# 13 1,6617 F 1,67 7 0,0083 1,67 25 0,0083 Ik 1,5329 FF 1,54 15 0,0071 1,562 6 0,0291 15 1,3739 FF 1,37 11 -0,0039 1,35 6 -0,0239 16 1,3379 DD 1,39 12 0,0026 ■17 1,2883 DD 1,30 10 0,0117 18 1,2597 D ♦ 1,25 S -0,0097 19 1,2261 DD 1,29 9 0,0139 20 1,1991 D 1,197 2 -0,0021 21 1,1783 D 1,17 9 -0,0083 22 1,1518 DD 1,16 " 0,0062 ASTM 5 - 0990 ASTM 6 - 0256 Cuarzo Cinabrio T A B L A XVIIMuestra CHp9 Dîna Diagrama obtenido InterpretaciSn:Diagrama ASTM n*» dA I/Io dA I/Io ad dA I/Io ad 1 5,5038 DD 2 U,2507 F 9,26 35 0,0093 3 3,3381* FF 3,39 100 0,0016 3,35 100 0,0116 2,8750 D 2,86 95 -0,015 S 2,581*4 DD G 2,4415 F 2,95 12 0,0085 7 2,2591 F 2,28 12 0,0209 8 2,1171 F 2,12 9 0,0029 2,07 25 -0,0971 9 1,9604 F 1,98 35 0,0196 10 1,0133 FF 1,81 17 0,0038 11 1,6609 F 1,67 25 0,0091 12 1,5414 FF 1,59 15 0,001» 13 1,4483 DD 1,93 8 -0,0183 IM 1,3764 FF 1,37 11 0,0069 1,39 12 -0,0369 15 1,2866 DD 1,30 10 0,0139 16 1,2574 - D 1,26 8 , 0,0026 17 1,2299 DD 1,29 9 0,0101 18 1,2002 FD 1,197 2 -0,0032 19 1,1794 FD 1,18 9 0,0006 20 1,1584 D 1,16 0,0016 ASTM 5 - 09 90 ASTM 6 - 0256 Cuarzo Cinabrlo 251 Q Ut O O O O Q 252 U< O Q Q Q Q Q Pa t u a o Q O O C u p G 253 T A B L A XX Huestra CH_7 Lînea Diagrama obtenido InterpretaciSnIDiagrama ASTM n» dA I/Io dA I/Io. ad dA I/Io a d 1 9,2811 F 9,26 35 -0,0211 2 2,6688 F 3 3 ,3336 FF 3,39 100 0,0069 3,35 100 0,0169 9 2,9809 D S 2,8333 DF 2,86 95 0,0267 6 2,5379 F 7 2,9622 D 2,95 12 -0,0122 g 2,3809 DD 2,37 10 -0,109 9 2,2935 FD 2,28 12 0,0365 10 2,1171 D 2,12 9 0,0029 2,07 25 -0,0971 11 1,9685 FD 1,98 6 0,0115 1,98 35 0,0115 12 1,8131 F 1,817 17 0,0039 13 1,7983 DD 1,76 20 0,0117 19 1,6656 F 1,672 7 0,0069 1,67 25 0,0099 15 1,5382 FF 1,593 15 0,0028 1« 1,9935 DD 1,933 8 -0,0105 17 1,3702 F 1,375 11 0,0098 18 1,3399 DD 1,399 12 0,0096 19 1,2871 DD 1,288 3 0,0009 20 1,2550 D 1,256 9 0,001 21 1,2236 DD 1,228 2 0,0099 22 1,1992 DF 1,1997 5 0,0005 23 1,1808 DF 1,1838 0,003 ASTM 5 - 0Î9O ASTM 6 - 0256 254 S $ Q ri O O O O O O O O O O O O O O o o o o <0 o a Cu Cu Q Cm Q Û b, Eu Cm t u E u E u a o E u p a a Q o t u C u Huestra CH_9 255 Lînea Diagrama obtenido n° dA I/Io dA I/Io ad 1 9,285 F 9,26 35 -0.025 2 3,733 0 3 3,339 FFF 3,39 100 0,006 9 2,588 FD 5 2,971 FD 2,95 12 -0,021 6 2,300 FD 2,28 12 -0,02 7 2,251 D 2,237 6 -0,019 8 2,133 FD 2,128 9 -0,005 9 2,003 FD 1,980 6 -0,025 10 1,81 F 1,81 17 -0,000 11 1,678 FD 1,672 7 -0,006 12 1,593 F 1,59 15 -0,003 13 1,508 D 19 1,961 D 1,953 3 -0,008 15 1,380 FF 1,375 11 -0,005 16 1,295 FD 1,288 3 -0,007 17 1,261 FD 1,256 -0,005 18 1,232 DF 1,228 2 -0,009 19 1,206 FD 1,1997 5 -0,0023 20 1,187 FD 1,1838 -0,0032 21 1,157 DF 1,1530 2 -0,009 ASTM 5 - 0990 Cuarzo InterpretaciSn:Diagrama ASTM dA I/Io ja 3,35 100 0,016 ASTM 6 - 0256 Cinabrio 256 O O O O O Cu tu Q u. Q P Cu tu O Q tu tu PO P t u C u C u P O t u Q Q O (0 O O 00 09 (0 O U) 0> 257 T A B L A XXIV rtuestra: CH„1 Llnea Diagrajaa obtenido Interpretaciën:Diagrama ASTH n® dA I/Io dA I/Io ad 1 9,283 F 9,26 35 -0,023 2 3.701 DD 3 3,369 rrr 3,39 100 -0,029 * 2,963 FD 2,95 12 0,077 S 2,266 FO 2,28 12 0,019 e 2,07 FD 7 1,969 DF 1,98 6 0,011 8 1,807 F 1,801 17 -0,006 9 1,663 FD 1,672 7 0,009 10 1,531 F 1,593 15 0,012 11 1,996 D 1,953 3 0,007 12 1,370 FF 1,370 11 0,000 13 1,2816 DF 1,288 3 0,0069 1<* 1,251 DF 1,256 9 0,005 15 1,222 DF 1,228 2 0,006 16 1,196 FD 1,1997 5 0,0037 17 1,177 FD 1,1802 9 0,002 18 1,150 D 1,1530 2 0,003 ASTM 5 - 0990 Cuarzo T A B L A XXV luestra: Polvo Rojo Chovar Llnea Dlagrama obtenido Interpretacldn:Diagrama ASTM n® dA I/Io dA I/Io ad 1 3,3339 FF 3,39 100 0,0166 2 3,1096 DD 3,16 30 0,0559 3 2,8350 FF 2,86 95 0,025 8 2,5593 DDD S 2,9187 DDD 2,37 10 -0,0937 6 2,0678 FD 2,07 25 0,0022 7 1,9612 FD 1,98 35 0,019 1,7587 FD 1.76 20 0,0013 1,7278 FD 1,73 25 0,0022 10 1,6692 F 1,67 25 0,0008 11 1,5609 D 1,56 6 -0,0009 12 1,9263 D 1,933 8 0,0037 13 1,3917 D 1,399 12 -0,0017 19 1,3031 D 1,30 10 -0,0031 15 1,2519 DD 1,25 8 -0,0019 16 1,1759 DD 1,17 -0,,0059 ASTM 6 - 0256 Cinabrio Puro Muestra: CH,,2 258 T A B L A XXVI Diagrams 9,301 3,760 3,393 3 ,981 2,309 2,136 1,989 1,823 1,682 1,599 1,959 1,380 1,2 99 1,260 1,232 1,202 1,183 1,156 ibtanido I/Io Interpretacidn:Diagrama ASTM dA I/Io ad 9,26 3,39 2,91 2,28 2,12 1,980 1,81 1,672 1,59 1,953 1,37 1,288 1,256 1,228 1,1997 1,1802 1,1530 12 ASTM 5 - 0990 -0,091 -0,053 -0,071 -0,029 -0,016 -0,009 -0,013 -0,01 -0,009 -0,006 -0,01 -0,006 -0,009 -0,009 -0,0023 -0,0028 -0,003 T A B L A XXVII Husstra: CH„3 Llnea Diagrama obtenido InterpretaciSn:Diagrama ASTM n® dA I/Io dA I/Io Ad 1 9,239 FD 9,26 35 0,026 2 3,791 DO 3 3,329 FFF 3,39 100 0,011 9 3,030 FD 5 2,951 FD 2,95 12 -0,001 6 2,283 FD 2.28 12 -0,003 7 2,119 FD ■7,12 9 0,006 8 1,986 DF 1,980 6 -0,006 9 1,923 DD 10 1,867 DD 11 1,815 FF 1,81 17 -0,005 12 1,665 F 1,672 7 0,007 13 1,536 FF 1,593 15 0,007 19 1,951 D 1,953 3 0,002 IS 1,220 FF 1,228 2 0,008 16 1,289 DF 1,288 3 -0,001 17 1,252 DF 1,256 9 0,009 18 1,225 DD 1.228 2 0,003 19 1,197 , ro 1,1997 5 0,0027 20 1,178 FD 1,1802 9 0,0022 21 1,199 D 1,1530 2 0,009 ASTM 5 - 0990 Cuarzo dA 3,03 2,995 2,285 2,095 1,913 1,875 I/Io Ad 0,000 0,099 0,002 -0,019 - 0,01 0,008 ASTM 5 - Calclta 259 T A B L A XXVIII Muestra CH..U Diagrama obtenido Interpretaciôn: Diagrama ASTM n° dA I/Io dA I/Io ad dA I/Io ad 1 9.292 F 9,26 35 0,018 2 3,686 DD 3 3,3986 FFF 3,39 100 -0,096 3,35 100 -0,036 9 2.8S2 DD 2,86 95 0,008 5 2,558 DD 6 2,937 FD 2,95 12 0,013 7 2,271 FD 2,28 12 0,009 8 2,113 FD 2,128 9 0,007 2,07 25 -0,099 9 1,965 DF 1,98 6 0,015 1,98 35 0,015 10 1,807 F 1,81 17 0,003 1,76 25 -0,097 11 1,663 FD 1,67 7 0,007 1,67 26 0,007 12 1,539 F 1,593 15 0,009 . 1,562 6 0,028 13 1,998 D 1,953 3 0,005 1,933 8 -0,015 19 1,369 FF 1,37 11 0,001 1,399 12 -0,025 IS 1,289 DF 1,283 3 -0,001 1,305 10 0;021 18 1,251 DF 1,256 9 0,005 1,258 8 0,007 17 1,222 DD 1,228 2 0,006 18 1,199 FD 1,1997 5 0,057 1,197 2 0,003 19 1,175 FD 1,1802 9 0,0052 1,1883 9 0,019 20 1,197 D 1,1530 2 0,005 ASTM 5 - 0990 ASTM 6 - 0256 TABLA Muestraî CH.,5 Diagrama obtenido InterpretaciAn: Diagrama ASTM n° dA I/Io dA I/Io Ad dA I/Io ad 1 9,266 F 9,26 35 -0,006 2 3,373 FFF 3,39 100 -0,033 3,35 100 -0,023 3 2,837 D 2,86 95 0,023 9 2,959 FD 2,95 12 -0,009 5 2,290 FD 2,28 12 -0,01 6 2,106 F 2,12 9 0,02 2,07 25 -0,036 7 1,967 DF 1,98 6 0,013 1,98 35 0,013 8 1,732 F 1,73 25 -0,002 9 1,562 FD 1.67 25 0,008 10 1,531 F 1,593 15 0,012 11 1,999 D 1,953 3 0,009 1,933 a -0,016 12 1,921 DD 13 1,370 FF 1,37 11 0,000 1,39 12 -0,030 19 1,289 DF 1,283 3 -0,001 1,30 10 0,016 15 1,251 DF 1,256 9 0,005 1,258 8 0,007 16 1,222 DD 1,228 2 0,006 17 1,195 FD 1,1997 5 0 ,009 1,197 2 0,002 18 1,175 FD 1,1802 0,005 1,1883 , 9 0,002 19 1,198 D 1,153 2 0,005 ASTM 5 - 0990 ASTM 6 - 0256 260 Muestra: CHyO ,T A B L A XXX Lines Diagrama obtenido Interpretacidn:Diagrama ASTM n* dA I/Io dA I/Io Ad 1 9,202 F 9,26 35 0,058 2 3,399 FIT 3,39 100 -0,009 3 2,929 DF 2,953 12 0,031 2,266 DF 2,28 12 0,019 5 2,109 DF 2,12 9 0,016 6 1,965 DF 1,98 6 0,015 7 1,800 F 1,81 17 0,01 8 1,655 FD 1,67 7 0,015 9 1,529 F 1,593 15 0,019 10 1,990 D 1,953 3 0,013 11 1,369 FF 1,37 11 0,001 12 1,281 DF 1,28 3 -0,001 13 1,295 DF 1,25 5 0,005 14 1,220 D 1,228 2 0,008 15 1,199 FD 1,1997 5 0,057 16 1,170 FD 1,1802 , 9 0,0102 17 1,199 D 1,153 2 0,009 ASTM 5 - 0990 Cuarxo T A B L A XXXI Muestra: CHy7 Diagrama obtenido InterpretaciSn:Diagrama ASTM n* dA I/Io dA I/Io ad dA I/Io Ad 1 9,212 F 9,26 35 0,098 2 3,729 D 3 3,376 FFF 3,39 100 -0,036 3,35 100 -0,026 « 2,896 FD 2,86 95 0,019 S 2,731 DD 6 2,968 F 2,95 12 -0,015 7 2,287 FD 2,28 12 -0,007 8 2,132 F 2,12 9 -0,ol2 2,07 25 -0,082 9 1,977 FD 1,98 6 0,003 2,07 35 0,003 10 1,821 F 1,81 17 -0,011 11 1,669 FD 1,67 7 0,001 1,67 25 0,001 12 1,551 F 1,593 15 -0,008 1,502 6 -0,099 13 1,955 D 1,953 3 -0,002 1,933 8 -0,022 14 1,917 DD 15 1,375 FF 1,37 11 -0,005 1,399 12 -0,031 16 1,285 DF 1,2838 3 -0,0012 1,258 8 -0,027 17 1,229 DD 1,228 2 -0,001 18 1,202 FD 1,1997 5 -0,0023 19 1,181- FD 1 ,1802 0,0008 20 1,153 D 1,1530 2 0,0000 ASTM S - 0990 ASTM I - 0290 Cinabrio 261 Mues.tra: CH.,8 T A B L A XXXII Llnea Diagrama obtenido Interpretacidn:Diagrama ASTM Muestra: CH„9 t a b l a Llnea Diagrama obtenido Interpretacidn:Diagrama ASTM n® dA r/io dA I/Io Ad dA I/Io A d 1 9,252 r 9,26 35 0,008 2 3.723 D 3 3,361 FFF 3,39 ' 100 -0,021 3,35 100 -0,011 9 3,130 DD 3,16 30 0,03 S 2,873 D 2,86 95 -0,013 6 2,971 DF 2,953 12 -0,018 7 2,283 FD 2,28 12 -0,003 8 2,177 FD 2,07 25 -0,107 9 1,969 DF 1,98 6 0,011 1,98 35 0,011 10 l|817 F 1,817 17 0,000 11 1,679 FD 1,67 7 -0,009 1,67 25 -0,009 12 1,538 F 1,593 15 0,005 1,562 6 0,029 13 1,955 0 1,953 3 -0,002 19 1,923 DD 1,933 8 0,01 15 1,377 FF 1,375 11 -0,002 1,399 12 -0,033 16 1,292 DF 1,283 3 -0,009 17 1,256 OF 1,256 0,000 1,256 8 ,0 ,000 18 1,228 D 1,228 2 0,000 19 1,203 FD 1,1997 5 -0,003 1,197 2 -0,006 20 1,180 FD 1,1802 9 0,0002 1,1883 9 0,0083 21 1,153 D 1,1530 2 0,000 n® dA I/Io dA I/Io Ad dA I/Io Ad 1 9,379 F 9,26 35 -0,119 2 3,785 DF 3 3,913 FFF 3,39 100 -0,073 3,35 100 -0,063 9 3,196 D 3,16 30 -0,036 5 2,900 DF 2,86 95 -0,09 6 2,777 DF 7 2,609 DD 8 2,991 FD 2,953 12 -0,038 9 2 ,317 FD 2,28 12 -0,037 10 2,152 FF 2,128 . 9 -0,029 2,07 25 -0,102 11 1,993 F 1,98 6 -0,013 1,98 35 -0,102 12 1,891 FF 1,91 17 -0,031 13 1,677 F 1,67 7 -0,007 1,67 25 -0,007 19 1,679 FF 15 1,963 DF 1,953 -0,01 16 1,931 DD 1,933 8 0,002 17 1,389 F 1,37 11 -0,019 1,399 12 -0,09 18 1,279 D 1,258 a -0,021 19 1,258 DF 1,256 -0,002 20 1,231 D 1,228 2 -0,003 21 1,205 F 1,1997 5 -0,0053 1,197 2 -0,008 22 1,189 F 1,1802 9 -0,0038 1,1883 0,0093 23 1,158 FD 1,1530 2 -0,005 ASTM 5 - 0920 ASTM 6 - 0256 ASTM S ASTM 8 - 02S8 Cinabrio 262 T A B L A XXXIV Muestra: CH,,10 Diagrama obtenido Intcrpretacidn: Diagrama ASTM n° dA I/To dA I/Io Ad dA I/Io Ad 1 9,919 F 9,26 35 -0158 2 3,750 D 3 3,935 rrr 3,39 100 -0,095 3,35 100 -0,085 3,192 D 3,16 30 -0,032 S 2,890 FD 2,86 95 -0,03 6 2,757 D 7 2,608 DD 8 2,988 FD 2,953 12 -0,035 9 2,319 FD 2,28 12 -0,039 10 2,150 FD 2,12 9 -0,03 11 2 ,000 DF 1,98 6 -0,02 1,98 35 -0,02 12 1,835 F 1,91 17 -0,025 13 1,658 FD 1,67 7 0,012 1,67 25 0,012 19 1,550 F 1,593 15 -0,007 1,562 6 -0,018 15 1,960 DF 1,933 8 -0,027 16 1,381 F 1,37 11 -0,011 17 1,293 FD 1,283 3 -0,01 1,305 10 0,012 18 1,261 FD 1,256 9 -0,005 1,258 8 -0,003 19 1,228 DF 1,228 2 0,000 20 1,203 FD 1,1997 5 -0,0033 1,197 2 -0,003 21 1,182 FD 1,1806 9 -0,0018 1,1983 9 -0,0063 22 1,159 D 1,1530 2 -0,001 ASTM 5 ASTM 6 - 0256 Muestra: CH|1 T1 T A B L A XXXV Diagrama obtenido InterpretaciAn:Diagrama ASTM n® dA I/Io I/To Ad dA I/Io Ad 1 9,1751 100 9,18 100 0,0039 2 3,8910 3,65 25 -0,29 3 3,3302 3,38 10 0,099 2,7005 30 2,89 100 -0,0109 5 2 ,6896 30 2,69 30 0,0059 6 2,5098 80 2,952 25 -0,0528 2.51 50 0,0052 2,1901 20 2,192 20 0,0019 1,7969 15 1,799 8 0,0021 1,838 90 0,0911 9 1,7911 10 1,721 20 0,0211 10 1,7179 20 1,69 60 lo,0279 ASTM 17 - 0536 ASTM 13 - 0539 263 T A B L A XXXVI Muestra: CH«, T ’I Diagrama obtenido InterpretaciAn:Diagrama ASTM n° dA I/Io dA I/Io Ad dA I/Io Ad 1 9,195 100 9,18 100 : -0,015 2 2,7097 25 2,69 100 -0,0197 3 2,6919 30 2,69 30 -0,00l9 9 2,5880 15 2,58 8 -0,008 S 2,5785 15 2,520 9 -0,0585 6 2 ,9950 15 2,99 16 -0,005 2,51 50 0,0199 7 2,9519 50 2,952 25 0,0001 8 2,9989 90 9 2,2980 15 2,252 10 -0,096 2,285 2 -0,013 10 2,1978 15 2,192 20 -0,0058 2,201 30 0,0032 11 1,7988 25 1,838 90 0,0092 12 1,7237 29 1,721 20 -0,0027 13 1,718 25 1,69 60 -0,028 19 1,5865 15 1,569 16 -0,0225 1,596 16 0,0095 ASTM 17 0539 264 TABLA XXXVII MINERALES PRESENTES Muestra Cuarzo Cinabrio Calcita Goetita Hematites CH„1 CHm 2 CH„3 Ch„9 CH„5 CH„6 ♦ + CH„7 CH„8 ; CH„10 _ 5 V CH„2 CH^3 CH„9 CH^S ♦ CH^6 * * CH,7 CH„8 + CH„9 CH„10 + P.Rojo _ 5 M CH„3 + CH„«t ♦ CH„5 t CH„8 CH„7 ♦ CH„8 + CH,9 CH^IO + CHnTl * ♦ CH^T-1 * * 265 T A B L A XXXVIII Coeficiantes de atsorciôn (cm /g) de distinCas (ases minérales para dtferentes longitudes de onda. Minérales xrâ'» 1,2 1.5 1.6 16,72 32,2 39,1 Oolomlca 24,36 45,84 56,26 Calcita 37,34 69,95 86,42 Circôn 42,26 77,98 92,25 Rutilo 64,5 118,1 137,04 Plrolusica 93,23 169,3 201,89 Plrita 94,03 117,6 215.5 103,17 182,2 223,36 CùuÉbrio 111,4 192,8 220,7 hematites 116,4 201,7 247,2 Nercurio 122,0 210,6 240,0 Baritina 123,0 211,6 246,8 T A B L A XXXIX Orado de ataordon (cm /g) de las fases minérales presences en la mena de Chôvar. frente a la radiaoiân de! Cu (Wen de menor a ma­ yor grado de adsor- ciôn Fases minérales presences en la Mena de Chôvar , cuarzo (32,21 2 calcita (69,95) 3 Silico Altadnatos 4 Circôn (77,98) 5 Rutilo (118,1) 6 Pirolusita (169,3) 7 Goetita (182,2) 8 Cinabrio (192,3) 9 Hematites (201,7) 10 Baritina (211,6) 266 T A B L A XL Anticâtodo ... ~ l *̂ v(voitios) ̂nA Cobre 1.5405 "\28) 20.000 12 Molibdeno 0.711 ^(40) 40.000 10 T A B L A XLI Coeflcientes de absorciôn de las distintas fasas mùierala para la radiaciôn K, del Cu. fases (GNERALES Coeficlente de absorciôn (.a?/g) Cuano 32.2 DolcmLta 45.84 Calcita 64,95 Circôn 77,98 Rutilo 118,1 Pirolusita 169,3 177,6 182,2 Cinabrio 192.8 Hematites 201,7 Mercurio 210,6 Baritina 211,6 T A B L A XLII Coeflcientes de absorciôn (cm^/g) para distintas fasas minérales yanticâtodos. FASES MmERALES PRESENTES. Anticâtodo - Radiaciôn Cinabrio 192,8 109,0 118,1 Goetita 182,2 23, 5 73,9 Hematices 201.7 27,3 93,1 267 t a b l a xliii ^(volcios) PH Concentraciôn 0.4 4 3,835 X 10'^ 0.4 7 3,837 % lO’’® 0.4 9 3,335 X ;o'“ 0,0 4 no précipita 0,0 6 2,24 X 10"® 0,0 7 2,24 X 0,0 9 2,24 X 10"'^ -0,3 4 no précipita -0,3 7 2,685 X 10~* -0,3 9 2,682 X 10"’° TABLA XLr/ ®*’(w5ltio») pH Concentraciôn molar 0,4 4 0,15 (no précipita) 0,4 7 1 ,48 X 10”'° 0,4 9 1,48 X 10”'® 0,0 4 no précipita 0,0 6 0,863 (no précipita) 0,0 7 8,63 X io"* 0,0 9 ,3,63 X 10"'° -0,3 4 no précipita -0,3 7 no précipita -0,3 9 \,03 X 10"* 268 T A B L A XLV Presiôn de vapor del sulf'jro de mercurio en funciôo de la teifera- cura, datos tcmados de Rinsen. 333 0,11 345 0,19 351 0,21 356 0,28 360 0,31 371 0,74 378 0,59 331 0,14 351 0,27 357 0,33 359 0.37 365 0,42 373 0,53 378 0,68 383 0,74 392 0,96 395 1,05 400 1.20 409 1,54 422 2,23 429 2,57 457 5.30 472 7,38 479 8,64 491 11,53 501 14,7 521 22,15 540 34,0 564 52,6 582 74,0 599 98,3 633 176,6 651 238,5 269 T A B L A M.VI CALEWAMIEirrO Presiôn acn. de Argon T» de transformaciôn maxima inte ri or. Cal'le" r BT Ti CatdrrineR -8‘C Mâ a de SH ( •* ) 9 Introducido en el Calderln n» 4 , .( : 308 F I G. - 21 a m # # rm.-TsS: F I G . . 2 2 309 a r. Fill. 2 3 FIG.. 24 310 r F I G . . 2 5 F I G . . 2 6 311 F I 6._ 2 7 urn f F I G . . 2 8 F I G . . 29 313 C/s 100.000 50.000 10.000 5.000 2.000 1.000 500 13 14 1 6 17 19 20 2 2 23 26 29 33 38 40 51 56 80 F I G. _ 30 o O ’ O oen O o o OJ ja OJ o rolO ü- O co CM -P OCM 315 F I G . . 3 2 I I I nil F I 33 316 as"**#* FfG.„ 34 [11111 Hlljlll 111 :/ :',Ç0 ‘F • F ! G 35 317 F I G._ 36 C F I G-_ 37 318 F f G 38 319 F I G._ 39 F t G _ 40 320 F I G-. 41 F I G._ 42 321 X* • '■ ' t r V ' î H f i k F I G._ 4 3 F I G._ 44 322 ll|lllllllll|llTl|llll|lll||l|l||||ll||||||||||||||| 0 10 11 12 13 F i G, - 46 323 F I G - 47 324 F 1 G 48 i F I G. . 4 9 325 n F I G 5 0 F I G . 51 326 F I G . 5 2 * - F I G _ 53 327 F I G . . 54 F I G 5 5 328 F I G . 5G a F f G .. 5 6 b 329 F I G - 57 F ! G _ 5 8 330 F I G . 5 9 a F I G . 59 b 331 F I G _ 60 F I G .. 61 332 F I 6 _ 62 a F I G — 6 2 b 333 F I 6._ 63 F I G _ 64 334 F I G . . 65 I' # / F I G . 66 335 : , v ; ^ F I G _ 6 7 F I G. _ 6 8 F I G _ 69 FI G. , 70 337 F!G,_ 71 y :: F I G _ 72 338 MUE5TRA ANODO HAZ RAYOS X DIAFRAGMA FILTRO PLAÇA F o s i t i v oM i c r o r a d i o g r a f i c o F I G . _ 7 3 È39 in cnT o oo oooo o oooo 'J- O U_ 6^uj3 ( /̂rr ) *S a V 30 3iN3l0IJ300 340 ü oo oo oUD “ J3 OJ 3 O X t/) CD O 2 oo oo oo c r > oo oo 6/luo ('^/Tf)'saV 30 31N3I0U30Ü 34È m in CN O CD O ID . O oo o oo oo I o o(N 6/J.ujo ( ‘̂ /rf) s a v 30 31N3I0I3303 343 CMO'r: o CO ü oo oinolO 00 r-. o U. /ai 3 ... , lu?:. ; :. » ' V-.:\-< : V ' U J#! 'Vi # «* A •- B r* F I G _ 89 c 364 F I G . 90 365 , FI G _ 9 0 c 366 100pm e 20SEC 1095C/S VS . 5 0 0 0 HS : 20EV/CH |0 0 |0 2 |0 4 15 10 ?9 01. T 6 EDAX 20pm 0 3 4 5 VS 5000 i’SSSs* ■(Si) (Al) 20pm p I G. _ 91 20pm 367 2 0 u m 20um F I G._92 368 h e 2 S E C 0 C / S V 5 : 2 5 9 9 H S : ̂ 2 f l E V / C H lOp m : . # a l ' p . ' f S ’ ) l O p m (Zr) lOpm F I G. _ 93 369 e 20EV 1 0 pm % s I (Si) 1 0 pm (Zr) lOpm (Al) lOp m (K) F I G. _ 9 4 lOpm 370 0 1 3 S E C 0 C / S V S : 9 0 0 0 H 8 : 2 0 E V / C H | 0 f l 1 0 4 ^ 8 | l 2 M 9 1 0 7 9 0 1 2 3 4 _ E D A X 60pm F|G._95 2 0 p m ( S t ) 2 0 p m ( Ti) / a i , / ' ; * •• . 20pm F I G _ 96 (A') Æ 20pm 371 7 9 4 5 1 0 EV K Z22 î I VS : 1 0 0 0 H S 2 0EV/CH lOp m. lOp m (Al) £ lOp m F 16 - 97 372 50 prri (Si) 50 p m (Fe) 50pm (Al) F I G. _ 9 8 50 p m 373 5 0 p m M - ."i '/ -.a'y JSa a iiB (Si) 50 p m . - 3 , ’ i r ( Fe) 50 p m (Al) 50 p m (K) G 5 0 p m F 1 G. _ 9 9 374 0 13 S E : 0 c vs 5000 H S 20E V C 100 p m ilc J l î i Si) 1 O O p m (Ba) ^ lOOpm F I G. _100 lOOp m 375 50pm I F I G._101 376 2 0 p m 2 0 p m 2 0 p m2 0 pin (Co) e F IG._102 20 p m 377 10pm 79 99iitv k 189 NN V# 99## M9i 89: / 10pm F I G. _103 378 100 p m 6 1 8 S E C 9C/S V S , 9 0 8 0 - H i -20EV/CH F I G. -104 379 % 1 5 0 p m (S.) 50pm 50 p m F ( G . _ 1 0 5 380 2 0 p m F I G . _106 381 1 0 p m ( S i) 10pm ( M n ) 10pm F IG _10 7 (AO 1 0 fj m (K) 10 p m (Fe) g 10pm " F1G._107 s 20 M m » (Si) 20 p m (Fe) 2 0 pm W (Mn) 20pm (Ba) F I G._108 20pm 2 0 p m 0 13 SEC é C / S vs 5 0 0 0 HS; 2 0 E V / C H 0 14SEC e c / s V S . 5 0 0 0 HS: 2 0 E V / C H Jl 5 p m FIG _108 385 ' N 100 p m Ft6._109 386 10 0 p m (Si) 100pm 100pm 100 p m — 100pm FIG._110 3S7' M € 4 » 0 E V K 2 2 6 F E V 4 : 3 e a @ K S : 2 6 E V / C H 21 *31#EV K 216 S#6 3 6 6 # MS: * # E V / C N 76 é n i Ê V L 2 6 6 HQ V i i S ê i l HS; 6 6 E V / C H 0 8 ^ m ii« EDAX lOpm 79 7 4 7 0 E V K 2 2 6 NI v s i s e e e h s ; 2 6 s v / c H I 4'iiKai 36 (Fe) 10 p m (Ca) ^ 10 p m F I G -111 389 ( Z r ) 1 0p m (Si) 10pm (CO ( N i )10 p m F I G Ill 10 0 p m m m W- lOpm 0 1 0 S E C VS 5 » * « M S 2 0 E |eè 15T|04 fee" I 11 12 7 9 . EPAX b ■ F I 6.-112 391 S 10pm F I 6 -113 « e 6 S E v s 3 0 9 # H 1 0 p m FIG. _114 i n I 100 u m 1 0 0 p m (Hg) 100 p m e «SEC vs 2 9 0 1 HS 20 50pm FIG _115 333 2 0 p m (Si) 20 pm (S) 20pm (Hg) 20 p m FIG. .116 391 10pm (Si) 10pm 10 p m 395 ( A l ) 10 p m 1 0 p m (Fe) ^ 10 p m FIG._117 100 p m (Fe) 100pm (Hg) 100 p m (S) 100pm 50p m F I G._118 397 rS 1 00 p m e 42 SEC @c/s V S : 500 0 HS: 2 0 E Y / C H 7j a s a e t v * a i ? c l V S ; 30 0# H S : a # E V / C H F I G._119 F I G. J 2 0 399 FIG _121 :'•< ^ , F ' . W O F IG._122 w FIG. -123 10pm F I G _124 411 lÜ f 2 0 p m M ê m FI G.-125 102 2 0 p m FIG _126 403 50 p m 50 p m FI6._127 404 5 0 p m FIG -128 403 7é 10 u m lŒ F IG._129 406 F I G. -129 407 100 p m mm 2 » m 8 F I G ._ 1 30 408 100 pm FIG -131 FIG.-132 a 50 pm FIG.-132 b FIG _133 2 5 p m % FIG. -134 2 5 p m F IG-135 2 5 p m FIG.J36 5p 110 t Z5 p mFIG._1381 0 p mFIG. J 3 7 1 FIG. J 3 9 20pm FIG..U1 5pm F IG -140 a 100 p F I G . - U 0 b lOpm 411 f i g . _ U 2 ¥ 25 pm F IG.-143 50pm 100pmFIG._145a FIG. _U5b 5 p m FIG. _U5c 5 p m 412 FIG._146a 100pm n & m FIG. _146c 1 0 p m FIG. _146b 10 pm > w r i FIG._U6d 10pm f. « -aSi'.i-, y: FIG. J47a FIG. J47j, lOOpm 413 FI6.-U8 b50 u mFI6..U8a lOpm 79 9 9 9 0 E V L 2 8 0 H G VS 2 5 0 0 M S 2 0 E V / c FIG._U8 c lei [0 4 [0 8 Jl 2 |1 E 2 8 6 7 9 1678. ED AX FI6.-K8 d % ¥ * ■ FIG _U9 a 50^™ F I G . J 4 9 k 20pm FIG. _U9 c lOp m F IG J50 a 100pm F I G - J 5 0 i FIG.-151 a 100 p m FIG. _151 b 50pm FIG. -151 Ç 10pm 415 m FI6, _151 d 10 pm FIG._152a ^ K 0 i FI G -152 b FI G. _152ç i » F 16. .153 a F I G . J 5 3 & 416 FIG.J53Ç F I 6.-153 d M r % FIG._154a FIG. -154 b *,V FIG. J5 4 c 4 0 0 0 0 FIG. J54d 417 Î 5 < U X 9 4 0 0 FIG._154e FIG . _155a FIG -155 b FIG._155 ç FI G. J56 FIG.J57a_ 10 pm 418 ^ 45 FIG _157 b 5pm FIG. _158 10 F I G . -159 5 p m FIG _160 t OOp m FIG _161 A 100 p m 419 F I G. _161 b 50 p m F I G . _162a 100 pm 10 p m F I G._162 b FIG.J62Ç 421 F I G -163 a 50pm FIG. _163b 20 pm F I G. .164a 20pm FIG.-164b 10pm FIG._164c 5pm 421 FIG -165a 20 p m FI G _165 b lOp m FIG _165dF I G _165 c 10 p m 10 p m 422 s ? - Ff G._166a 50 p m FIG.J66 b (Si) F I G -166 c 50pm (^'^Fl G. _166d 50 p m 423 m m f T . \ w v-'> F I G. _167a 1 00 pm >W5 '• ' < • 0 9 9 5 U (T8 1 FI G. -167 b Iwîuif'ltj ,100'^u Mutôî '^'mÊÊFfl F I G -167c FI G. -168 a 50 p m  FI G. _168 b 10 p m FI G. _169 5 p m 424 FIG -170 2 0 p m FIG._l71a 200pm tr:: \rs4--Vi'*-. FI G -172 a 50pm FIG _17l ^ 100 pm 3 'F 'l FI G. -172 b 50 p m FIG. -173 20p m 425 y » F I G . J 7 4 10 p m F IG .-175 10pm FIG. _176a 20pm FIG._176b 10 p m 426 F I G. _177a 2 0 0 p nn FI G._177 b lOOp m 50 p m F I G. _177 c FIG._177d - 10 p m 427 FIG.-178J. 10 pm FI 6. -178 k 10pm F I 6. _17B c FIG. .17910 p m 20pm FI G._180 20pm FIG.J81 20pm 428 FI 6. _182 a FI G._182b10 p rn 10 p m F I G _183a 20p m FI G. _183b 10 p m FIG J84a 'Opm FIG. _184b 1pm 429 r. F I G. -185 a F I G. _1B5 b20 Ü m ̂ m æ : FI 6 . -185c F I G. -186 a«I ^ 4 :2* JiSW-.-V'■ V a F I 6. -186 b 5 p m F I G. -187j3 50pI 430 FIG. _187b 10pm F I G. _188_a 100pm - F I G _188c 10 AJm FI G. _187c 10pm à F I G. J88 b 50pm K FI G. _188d 431 * F I G. _189 a 1pm F I G. _189 b 1 p m t f f i •A # FIG. _190a $ .25KU': M.1 J.- S V F I G._190 b10 p m : : y r FIG. _190 c ■ r n v f ^ M W # ^ ) . 8 ' % g R i r , 0 U ‘̂ 1 4 3 ^ F I G. _190 d 432 FI G. _190e FIG. _191a 2 0pm FI6.J91 SLFIG. J91 b 10 p m • 35 VS 2 9 * 0 # ÊÊ FIG. J 9 2 a 10pm F I G. _192 b 433 Y a FIG. _193 a 5 0 p m FIG.J93 b 10)11 F (G.-194 a e 2 9 S E C vs 3 0 0 0 HS 10 pm 0 C / S 2 0 E V / C H F I G. -194̂ 5 ;j m FIG. 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FIG. _211 Jt 5 Op m FIG. _211 d. lOpm FI 6. _211 e . . r m lOpm F I G . -212 a 200pm 442 FIG. .212 b 2 00pm FI G.-213 à 50pm FI 6 ..21 3 1 F I G. _ 213 £ 10pm F IG . -214 a 50pm FIG. .214 à 50pm 443 i FIG. _215 a 50pm FIG. _215 b 50 p m |0 0 |0 4 10 8 7 6 7 9 1 1 . FI 6.-216 i F I G _217 a 50 p m ■ FI G _ 217 b 10pm F I G. _ 218 A 100pm 414 A F I G. _ 218 b 2 0pm F IG _219 a FI G. _ 219 b 5 p m FIG. _220 a FI G _220 b lOpm lOOpm 5 p m 445 0.8 Fe,0 Fe00 .0.8 ■> 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 M I 2 1 3 K 1 5 pH E h (v 0 .8 . -0.6 Fe.O, -0.3 Fe -I.G I 0 1 2 3 6 5 6 7 8 9 ! 0 1I12I3 16I5 Jl FIG. _221 pH 446 Ehk 0.9 Fe,0 0,0 -0.8 t 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 t4 »5 EN' O.fl 0,0 F e -0.8 -1.6 ■1 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 1 0 I t 12 13 U 15 pH FI 6 _ 221 147 Fe Fe(OH) QO e(OH Fe 1 0 I 2 3 4 5 6 7 8 3 10 n 12 13 15 Eh(v Fe Fe(OH!) Fe -0,4 e(OH -0,8 Fe - 1,6 ■ 1 0 1 2 3 4 5 5 7 8 9 10 11 12 1 3 1 4 1 5 pH FI G. _222 448 Fe 0,8 Fe(0&) 0.0 -0.8 1 0 I 2 3 i 5 5 7 8 9 to 11 12 13 U 15 E h ( v Fe 0.8 0.0 -0.6 • (0 -0.8 Fe .1 0 1 2 3 6 5 6 7 8 9 10 11 12 13 16 15 FI G. _ 222 449 - s *■ iZ “ - > < - U- c 8 2 ■ \̂AAAAA/S/" îo3 •Z § co CM CM I tb Ü_ 450 i § 8O Oo oo o o 4 ! 1y S f CD 'S IJ- 451 X3O z < z >=) > > u. ^3 3 S -§ t n CMCM O 11- 452 F I G. - 226 a F I G._ 228 È F I G _227 454 735'C • 30 - 20 Mempo (min) FIG._228 455 F I 6.-229 456 r I G.. 230 a F I G..230 b F I 6. .230 c 457 F I G..231 a F I 6..231b e F G . 232 a F 1 G. .232 b. 458 F I G._233 a F I G . . 233 b F I G . -234 a F I G..234 bL 459 F \ G 2 3 5 460 FI G.-236 FIG._237 a FI G. -237 b FI G_238 a FIG. _ 238 b FIG. _238 c 461 F I G . -239 aFI G.-238 d FI G. - 239 b FI G. _ 239c FI G. _239 d. FIG.-239 e 462 FI G._239 f FIG._240 a1 F I G - 2 4 0 b F I G. -241 a FIG. -241 b. F I G - 242 a 463 > 25K". XU'iujO ' l 9U FIG-242 b F I G -243 a L 0 U ETSIC FI G _243 h. FIG. _244 FIG._245 a FIG._245 b 464 FIG._245 c FIG._245 d F1G._246 a F I G - 2 4 6 b FIG. _ 247 a FIG. -247 b 465 I FI G._248 aF I& -2 47 c F I G -2 4 9 aF I G - 2 4 8 b & FI G._ 249 b FIG.-249 c 466 F I G - 2 5 0 a F I G - 2 5 0 b FIG. - 250 c F I G -2 5 0 d « t F IG -2 5 1 a FIG -251 b 467 F I 6. _ 2 51 c FIG. _2 52 a 1 FIG . .252 b FI G._253 FI 6. _ 254 FI G._255 468 «T ̂ . I'm. FI 6 . - 2 56 a FI G. . 256 b FI G. _257 a FI 6 .257 b 469 FIG _ 258 Fi G _259 I FIG _260 470 F I 6.-261 F I G. :282 F I 6 . - 2 63 471 F I G - 2 6 4 F I 6 -265 472 FIG.. 266 473 % FI G. _ 2 67 FI G. _ 2 6 8 F I G . _ 2 6 9 a F I G . _ 2 6 9 b I' .\ X \ FI G .2 7 0 » F IG ._271 a 471 % FIG_271 b FIG. _ 272 a % F I G. .272 b F IG_272 c » FI G _ 273 a FI G_273 b 475 54 FIG. _27A F I G. _ 275 a f: FI G _275 b F I G . 2 7 5 c kJM F I (3 _ 276 a FIG. .276 b 476 A FIG. _ 277 a FIG _277 b 3 FIG. _ 278 a FI G _278 b ^ p. • - ;M; / F I G _2 7 9 a FIG _279 b 477 FI G -280 a . . . . . 4.»' ' + F I G - 2 8 0 b FI 6 -281 a F I G . -281 b FI G -282 a F I G . -282 b 478 FIG. _283 aFIG. .282 c FIG. _ 283 b FI G._284 a FI G._284 b FIG..285 a 479 FIG._285 b FI G._286 m FIG. .287 a FIG.-287 b FI G. _288 a FIG. -288 b t. ' j 180 \ M ' V : - v ' * ’ FIG. _289 a 50p m F IG . -289 b 5,00 p m 8 1 3 9 S E C VS : 5 0 0 0 HS: 2 FIG. -289 c FIG._ 290 a. 10 pm FIG. _ 290 b 5,00pm FI G._290 c 481 FI G _291 a F I G. _291 b È FIG. _292 a FIG. _292 b FIG. _ 293 a FIG. _293 b 482 FI G.-294 a FIG.-29A b m M m F I (3 _ 295 a FIG. _295 b FIG. _ 296 a 483 FIG. _ 296 b FIG. _ 297 a FI G.- 297 b FI G. -298 a .... ■ '**" m t i F I G . - 298 b 484 FI G. _299 a FIG. _ 299 b F I G. _ 300 a FIG. _ 300 b F I 6. _301 485 RELACION DE FIGURAS. Fig. 1.- Vista del Pueblo de Chôvar (Castell6n). Fig. 2.- Plano 1:50.000 de la demarcaciôn minera. Pig. 3.- Corte estratigrafico S.-N. a través de la sierra del Es- padan. Fig. 4.- Estratigrafla del Trias Inferior. Fig. S.- Estratigrafla mostrando los diferentes niveles de arenis- cas. Fig. 6.- Vista de las instalaciones (homo, cicl6n) desde el Ba- rranco de Ajuez. Fig. 7.- Corte estratigrafico. Fig. 8.- Esquema de la situaci6n de los afloramientos minérales e instalaciones mineras y metalürgicas. Fig. 9.- Cabrestante (Pozo Manuel). Fig.10.- Instalaciones Galerla Diana, vistas desde el Pozo Manuel. Fig.11.- Entrada a la Galerla Diana. Fig.12.- Transformador de energla elêctrica. Fig.13.- Esquema de la explotacidn minera existente en el Fil6n de los Hornos. Fig.14.- Labores mineras del Pozo Manuel. Fig. 15.- Secciôn vertical de las labores mineras ĉ el Pozo Manuel. Fig.16.- Secciôn horizontal sobre el fil6n de la Galerla Diana. Fig.17.- Pared interior Galerla Diana. 486 Fig. 18.- Pared de cxplotacidn en Galerla Diana. Fig. 19.- Instalaciones mineras en la cota superior,del filôn Dia­ na . Fig. 20.- Corte vertical de los afloramientos minérales y de las labores mineras existentes en el Barranco del Hembrar. Fig. 21.- Mineralizacidn del cinabrio en Galerla Diana. Fig. 22.- Vista del parque de mineral. Fig. 23 y 24.- Instalaciones metalurgicas. Fig. 25.- Salida de hunos. Fig. 26 y 27.- Cicl6n y camaras de condensaciôn de mercuric. Fig. 28.- Aspecto de las camaras de condensaciôn de mercuric. Fig. 29.- Vista general de las instalaciones metalûrgicas. Fig. 30.- Histograms. Fig. 31.- A. T. D. de la Goetita. Fig. 32.- Disposiciôn del cinabrio sobre la roca argilltica de Ch6 var (vetas) , macrografla (xl) . Fig. 33.- Mineralizaciôn parcial de fisuras con cinabrio, macro- grafla (xl) . Fig. 34.- Mineralizaciôn de cinabrio en oquedades de la roca. Ma­ crogra fia (xl,5). Fig. 35.- Aspecto de la rotura del mineral de Chôvar. Macrografla (x2) . Fig. 36 y 37.- Cinabrio de aspecto pulverulento sobre minerai de hierro. Macrografla (x4) . 487 Fig. 38.- Goetita parcialmente mineralizada por cinabrio. Macro­ grafla (x4) . Fig. 39.- Disposiciôn del cinabrio sobre la roca soporte. Macro­ grafla (xl) . Fig. 40 y 41.- Cinabrio en vetas con goetita. Macrograflas (xl) y (x4). Fig. 42.- Cinabrio en interfacie cuarcita-argilita. Macrografla (x8) . Fig. 43.- Mineralizaciôn diseminada de cinabrio. Macrografla (xO,5) Fig. 4 4.- Aspecto deleznable del cinabrio depositado en los huecos de la roca. Macrografla (x2). Fig. 4 5.- Cinabrio depositado sobre comouestos de hierro. Macrogra fla (xl) . Fig. 46.- Mineralizaciôn parcial de goetita por cinabrio. Macrogra fla (xl,5). Fig. 47.- Pirolusita dendrltica. Macrografla (xl,5). Fig. 48.- Pirolusita y goetita miheralizadas por cinabrio. Macro­ grafla (xl) . Fig. 49.- Pirolusita de morfologla dendrltica parcialmente minera­ lizada Dor cinabrio. Macrografla (x2). Fig. 50.- Inclusiones de circôn, hematites y rutilo en cuarzo. : M. O. (xl20). Fig. 51.- Inclusiôn de hematites. M. 0. (x240). Fig. 52.- Id. 488 Fig. 53.- Inclusiôn intracristalina de rutilo. M. O. (x500) . Fig. 54.- Goetita intercristalina en cuarzo. M. 0. (xl20). Fig. 55.- Muscovita intercristalina en cuarzo. M. O. (x240). Fig. 56 a.- Cinabrio sobre cuarzo. M. 0. (x240). Fig. 56 b.- Cinabrio sobre cristales idionorficos de cuarzo. M. O. (xSOO). Fig. 57 y 58.- Inclusiones intracristalinas de rutilo, y cinabrio intercristalino en cuarzo. M. O. (xl60) y (x240) . Fig. 59 £.- Cinabrio en cavidades. M. O. (xl20) . Fig. 59 b.- Detalle figura 59 a. M . O. (x240) . Fig. 60 y 61.- Inclusiones de rutilo. M. O. (xl20). Fig. 62 a y b.- Cinabrio "pulverulento". M. 0. (xl20) . Fig. 63.- Agregados idiomôrficos de cuarzo mineralizados parcial­ mente por cinabrio. M. O. (x240) . Fig. 64.- Cinabrio "pulverulento" sobre cuarzo. M. O. (xl20). Fig. 65 y 66.- Cristales de cuarzo con defectos superficiales re- cubiertos parcialmente por cinabrio. M. 0. (xl20). Fig. 67.- Agregado de cristales de cuarzo parcialmente mineraliza- dos por cinabrio. M. O. (xl20). Fig. 68.- Goetita en celosxa. M. 0. (xl20) . Fig. 69.- Detalle de micrograf(a anterior (x240) . Fia. 70.- Goetita mineralizada por cinabrio. M. O. ' (x360) . Fig. 71.- Cinabrio mineralizando la interfacie cuarzo-goetita. M. O. (x24n). 489 « Fig. 72.- Cuarzo-goetita-cinabrio. M. 0. (xl20). Fig. 73.- Esquena de la têcnica de microradiografîa de contacte. Fig. 7 4.- Variaciôn del coeficiente de absorciôn de los elementos K, Ca y Kg trente a distintas longitudes de onda de la radiaciôn X. Fig. 75.- Id. para los elementos Ca, S, Si, Fe v Kg. Fig. 76.- Id. para los elementos Hg, Ti, Al y Mn. Fig. 78.- Id. para los minérales rutilo, circôn, calcita y cuarzo, Fig. 79.- Id. para los minérales baritina, hematites, goetita, ci­ nabrio y pirolusita. Fig. 80.- Id. para los minérales baritina, mercurio y cuarzo. Fig. 81 a y b .- Câmara oara la obtenciôn de las microradiograflas de contacto. Fig. 82 a y b. - Caras anterior y posterior de una lâmina delgafla mineralizada con cinabrio, goetita y oirolusita (x4). Fig. 82 c .- Positive microradiografico obtenido con radiaciôn X, (K,< del Cu) (x6) . Fig. 82 d.- Positive microradiograf ico obtenido con radiaciôn X, (K,* del Mo) (x6) . Fig. 8 3 a y b.- Cara anterior y posterior de una lâmina delgada mineralizada por goetita (x4). Fig. 83 c .- Positive microradiogrâfico obtenido con radiaciôn X, (K< del' Cu) (x6) . 490 Fig. 84 a y b .- Caras anterior v posterior de una lâmina delgada, mostrando las mineralizaciones per cinabrio y goetita so bre el cuarzo . Fig. 84 c .- Positive microradiogrdfico obtenido con radiaciôn X. (K,j del Cu) (x6) . Fig. 84 d .- Positive microradiografico obtenido con radiaciôn X. (K^ del Mo) (x^). Fig. 8 5 a y b .- Caras anterior y posterior de una Idmina delgada mostrando goetita mineralizada Por cinabrio (x4). Fig. 85 c .- Positive microradiografico obtenido con radiaciôn X. (K,t del Cu) (xf) . Fig. 85 d .- Positive microradiografico obtenido con radiaciôn X. (K,t del Mo) (x6) . Fig. 86 a y b.- Caras anterior y posterior de una Idmina delgada mostrando una fuerte» mineralizaciôn por goetita, sobre la que se ha depositado cinabrio (x4). Fig. 86 £.- Positive microradiografico obtenido con radiaciôn X, (K » del Cu) (x6). Fig. 8 6 d .- Positive microradiografico obtenido con radiaciôn X, (Ko( del Mo) (x6) . Fig. 87 a y b.- Caras anterior y posterior de una lâmina delgada, masivamente mineralizada nor goetita y cinabrio disemi- nado (x4). Fig. 87 c .- Positive microradiografico obtenido con radiaciôn X. (K« del Cu) (x6) . 491 Fig. 37 d.- Positive microradiogrâfico obtenido con radiaciôn X. (K,< del Mo) (x6) . Fig. 83 a y b.- Cara anterior y posterior de una ISrina delgada exenta de mineralizaciôn de cinabrio, con bandas de i ndu siones minérales (x4). Fig. 88 c .- Positive microradiografico obtenido con radiaciôn X. (Kd del Cu) (x6). Fig. 89 a y b.- Caras anterior y posterior de una lâmina delgada mostrando inclusiones a mode de bandas (x4). Fig. 89 c .- Positive microradiografico obtenido con radiaciôn X. ( x 6 ) . Fig. 90 a y b.- Caras anterior y posterior de una ISmina delgada exenta de cinabrio, con inclusiones de otros minérales (x4) . Fig. 90 c .- Positive microradiografico obtenido con radiaciôn X. (Kô del Cu) (x6) . Fig. 91 a.- Cristales de cuarzo y m.uskovita. SEH (xl60) . Fig. 91 b .- Detalle de los cristales idiomôrficos de cuarzo y de muskovita. SFM (x640). Fig. 91 c .- Analisis del cuarzo. Fig. 91 d .- Analisis de la muskovita. Fig. 91 e .- Distribuciôn del Si (Kw ). « SEM (x640). Fig. 91 f.- Distribuciôn del Al (K,* ). SEM (x640); Fig. 92 a.- Silicoaluminato de potasio intercristalino SEM (x640). 192 Fig. 9 2 b . - Analisin do la muskovita. Fig. 9 2 c . - Distribuciôn del Si (K« ). SEM (x640). Fig. 9 2 d.- Distribuciôn del Al (K,* ). SEM (x640) . Fig. 9 2 e . - Distribuciôn del K (Kot. ). SEM (x640) . Fig. 9 3 a . - Circôn intracristalino en cuarzo. SEM (xl250). Fig. 9 3 b. - Analisis del circôn. Fig. 9 3 c . - Distribuciôn del Si (K,̂ ). SEM (xl250) . Fig. 9 3 d . - Distribuciôn del Zr (L ) . SEM (xl250) . Fig. 94 a . - Inclusiôn idiomôrfica de circôn asociado a silicoalu- minato y cuarzo. SFM (xl250). Fig. 94 b. - Anallsis del circôn. Fig. 94 c . - Distribuciôn de! Si (K,̂ ) . SEM (xl250) . Fig. 94 d . - Distribuciôn del Zr ) . SEM (xl250) . Fig. 94 e . - Distribuciôn del Al (K<̂ ). SE»’ (xl250) . Fig. 94 f .- Distribuciôn del K {K^ ) , SEM (xl250) . Fig. 95 a . - Rutilo intracristalino en cuarzo. SEM (x320) . Fig. 95 b . - Anâlisis del rutilo. Fig. 96 a . - Detalle a mavores auinentos de la inclusiôn de rutilo. SEM (x640). Fig. 96 b . - Distribuciôn del Si ( K ) . SEM (x64fl) . Fig. 96 c . - Distribuciôn del Ti (K« ). SEM (x640). Fig. 96 d.- Distribuciôn del Al (I. ̂ ) . SEM (:<640) . 493 Fig. 97 £.- Rutilo■idiomôrfico en cuarzo y silicoaluminato potâsi- G O . SEM (xl250). Fig. 97 b.- Anâlisis del rutilo. Fig. 97 c.- Distribuciôn del Si (K« ). SEM (xI250). Fig. 97 d.- Distribuciôn del Ti (K« ). SEM (xl250) . Fig. 97 e.- Distribuciôn del Al (K ot ) . SEM (xl250) . Fig. 98 a.- Inclusiôn de hematites en cuarzo. SEM (x320) . Fig. 98 b.- Distribuciôn del Si (K^ ). SEM (x320). Fig. 98 c .- Distribuciôn del Fe (K » ) . SE.M (x320) . Fig. 98 d.- Distribuciôn del Al (K,< ). SEM (x320) . Fig. 99 a.- Hematites y silicoaluminato potâsico. SEM (x320). Fig. 99 b . - Distribuciôn del Si (K:1250) . Fig. 111 h . - Distribuciôn del Si (Kx ) . SEM (xl250) . Fig. 111 i . - Distribuciôn del Cl (Kx )• SEM (xl250). Fig. 111 !•- Distribuciôn del Ni (K ̂ )• SEM (xl250) . Fig. 112 a . - Inclusiones de calcita y muskovita en goetita. ST'I (xl250). Fig. 112 b.- Anâlisis de la calcita. Fig. 112 c . - Anâlisis de la muskovita. Fig. 113 a . - Inclusiones de baritina en goetita. SEM (::1250) . Fig. 113 b . - Anâlisis de la baritina. Fig. 114 a . - Inclusiôn de plata nativa en goetita. SEM (xl250) . Fig. 114 b. - Anâlisis del agregado de plata. Fig. 115 a_. - Mineralizaciôn parcial por cinabrio en cristales idio môrficos de cuarzo. SEM (xlOO). Fig. 115 b . - Distribuciôn del Si (Kx ) . SFM (xlfO) . 497 Fig. 115 c.- Distribuciôn del Hg (Mx ). SEM (xlPO). Fig. 115 d .- Detalle zona anterior. SEM (x320). Fig. 115 e.- Anâlisis del cinabrio. Fig. 116 a.- Cristales de cuarzo en forir.aciôn y mineralizaciôn por cinabrio. SEM (x640). Fig. 116 b.- Distribuciôn del Si (Ko< ) . SEM (x640) . Fig. 116 c.- Distribuciôn del S (K x )• SEM (x640) . Fig. 116 d . - Distribuciôn del Hg (Mx ) . SEM (x64Ô) . Fig. 117 a.- Cinabrio pulverulento sobre cuarzo y silicoaluminato potâsico. SEM (xl250). Fig. 117 b. - Distribuciôn del Si (K« ). SEM (xl250) . Fig. 117 c . - Distribuciôn del Hg (Mo< )• SEM (xl250) . Fig. 117 d .- Distribuciôn del S (Kx ). SEM (xl250) . Fig. 117 e .- Distribuciôn del Al (Kx )• SEM (xl250). Fig. 117 f.- Distribuciôn del K (K^)- SEM (xl250) . Fig. 117 g.- Distribuciôn del Fe (Kx )• SEM (xl250). Fig. 118 a.- Cinabrio pulverulento sobre goetita. SEM (xl60). Fig. 118 b .- Distribuciôn del Fe ( K x )• SEM (xl60). Fig. 118 c.- Distribuciôn del Hg (Mx )• SEM (xl60). Fig. 118 d.- Distribuciôn del S ( K x ) . SEM (xl60) . Fig. 118 e.- Detalle de la mineralizaciôn por cinabrio sobre la goetita. SEM (x320). 498 Fig. 119 a.- Agregados idiomôrf] cos de sulfocloruro de Tig sobre goetita. SE'’ (>:120) . Fig. 119 b y e . - Analisis del sulfocloruro de Kg. Fig. 119 d .- Agregados de sulfocloruro de Kg sobre goetita. M. O. (xl20). Fig. 120.- Cristal idiomôrfico de sulfocloruro de Hg, cinabrio y goetita. M. O. (x200). Fig. 121 a.- Agregados idiomôrf icos d.e sulfocloruro de Hg sobre goetita. SFM (x200). Fig. 121 b. - Detalle a mayores aumentos. SET! (x400) . Fig. 122 a.- Agregados de sulfocloruro de Kg en proceso de forma- ciôr. SFM (x3 2n). Fig. 122 b.- Detalle. SFM (xB60). Fig. 123.- Cristal idiomôrfico de sulfocloruro ce Hg sobre goeti­ ta. SEM (xlinO). Fig. 124 a.- Cinabrio mineralizando agregados idiomôrf icos d.e cua£ zo y circôn. SF.M (::125n) . Fig. 124 b.- Distribuciôn de los elementos: Hg (Mx - filtre azul, magenta), Si (K* - filtro amarillo), Al (K« - filtre azul) , 7r (Loi - filtro azul) . SEM (xl200) . Fig. 125 a.- Mineralizaciôn ce,l cuarzo por cinaT^'rio de morfologia pul verulor. ta . SE-' (::64D). Fig. 12 5 b .- Distribuciôn de los elementos: Si (K« - filtro ama­ rillo), Kg (''oc - filtro azul y magenta), Al (Ko, - filtro azul). SFd’ (x649) . 499 Fig. 126 a.- Inclusion de circôn en cuarzo y silicoaluminato. SEM (x640). Fig. 126 b. - Distribuciôn de los elementos : Si (J'o< - filtro amari- . llo) , Zr (Lo< - filtro magenta y azul) , Al (K*, - filtro azul). SEM (x640). Fig. 127 a.- Baritina recubriendo cristales de cuarzo. SEM (x320). Fig. 127 b .- Distribuciôn de los elementos: Si (K„ - filtro amari­ llo) , Ba (Lb, - filtro azul) , S (Ko, - filtro azul) . SEM (x340). Fig. 128 a.- Psilomelana recubriendo cristales idiomôrficos de cuar zo y muslcovita. SEM (x320) . Fig. 128 b.- Distribuciôn de los elementos: Si (Ko, - filtro amari­ llo) , Ba (Lof - filtro magenta) , Mn (Ko, - filtro magen ta) , Al (K„ - filtro azul) . SEM. (x320) . Fig. 129 a.- Agregados de Ag sobre goetita. SEM (xl250). Fig. 129 b .- Distribuciôn de los elementos: Fe (K„ - filtro azul, amarillo) , Ag (L«, - filtro magenta) . SEM (xl250) . Fig. 129 c ,- Analisis de los agregados de A g . Fig. 130 a.- Inclusiones idiomôrficas de cuarzo en goetita. SEM (xl60) . Fig. 130 b . - Distribuciôn de los elementos : Si (Ko, - filtro amari­ llo), Fe ( K b, - filtro azul). SEM (xl^O) . Fig. 131 a.- Mineralizaciôn narcial de goetita por cinabrio con una inclusiôn de cuarzo. SEM (xl60). 500 Fig. 131 b.- Distribuciôn de los elementos: Si (K^ - filtro amari­ llo) , Kg (M« - filtro naoenta) , '̂ e (K^ - filtro azul) SFM (xlfP) . Fig. 132 a.- Agregados do cristales idiomôr f icos de cuarzo. SE»’ (x320) . Fig. 132 b.- Detalle. SEM (x640) . Fig. 133 y 134.- Idiomorfismo del cuarzo. SEM (x550) y (:<540) . Fig. 135.- Idiomorfismo del cuarzo y porosidad intercristalina. SEM (x5 4 0). Fig. 136.- Detalle de agregados de cuarzo. SE” (x2400). Fig. 137.- Cuarzo en proceso de formaciôn. SEM (xl200). Fig. 138.- Mac la s de cuarzo. SE-' (xâno) . Fig. 139.- Cristales de cuarzo maclados con defectos de crecimien- to. SEM (xF49). Fia. 140 a .- Rotura de cristales raclados en el cuarzo. SEM (x200). Fig. 1^0 b.- Superficie de rotura de] cuarzo a mayores aumentos. SEM (xl2n0). Fig. 141.- Escalones de erec irai en te del cuarzo. SEM (x2200) . Fig. 142.- Cristal de cuarzo on proceso de crecimiento. SEM (x500). Fig. 143.- Cristal idiomôrfico de cuarzo maclado con cristal de cuarzo en proceso do forraciôn. SF'l (x350) . Fig. 144.- Cuarzo en urcceso de formaciôn. SEM (x550). Fig. 145 a.- Frente de cristalizaciôn del cuarzo. SEM (xl350). 501 Fig. 145 b V c . - Detalle d.e agregados idiomôrf icos de cuarzo. SE” (xSOOO). Fig. 146 a.- Cinabrio pulverulento sobre agregados ïdionôrficos de cuarzo. SEM (x200). Fig. 146 b.- Detalle. SEM (xlOOO). Fig. 146 c.- Detalle de mineralizaciôn parcial de cuarzo por cina­ brio. SEM (x2100). Fig. 146 d.- Detalle. SEM (xlOOO) . Fig. 147 a.- Mineralizaciôn parcial por cinabrio de cristales idio môrficos de cuarzo. SEM (x300). Fig. 148 £.- Cri.9tal idiomôrf ico de cuarzo mineralizado oarcial- mente por cinabrio. SEM (x320). Fig. 148 b.- Detalle (falta de coherencia entre cinabrio y cuarzo), SEM (x2500). Fig. 148 c y d .- Anâlisis del cinabrio. Fig. 149 a.- Mineralizaciôn parcial de cuarzo por cinabrio. SE*’ (x320). Fig. 149 b.- Detalle. SEM (x640). Fig. 149 c . - Detalle de agregados poliédricos de cinabrio. SEM. (x2500). Fig. 150 a.- Mineralizaciôn marcial por cinabrio pulverulento de cristales idiomôrf icos de cuarzo. SEM (;:160) . Fig. 150 b.- Cinabrio nulverulento sobre cuarzo. SE” (x330). Fig. 151 a.- Mineralizaciôn parcial del cuarzo por cinabrio. SE’-’ (x200). 502 Fig. 151 b.- Detalle. SEM (x320). Fig. 151 c .- Detalle morfoJogico del cinabrio pulverulento sobre el cuarzo. SF’’ (xl500) . Fig. 151 d .- Detalle. Falta de cohesion entre el cinabrio y el cuar zo. SEM (;<2SnO) . Fig. 152 a .- Mineral!zacion parcial por cinabrio sobre agregados de cuarzo. SEM (xl30) . Fig. 152 b y e . - Detalle agregados de cristales poliédricos de ci­ nabrio. SEM (x3200) v (xllOOn). Fig. 153 £.- Morfologia poliedrica de los cristales de cinabrio. SEM (x5000). Fig. 153 b . - Detalle de ag.reaados de cristales de cinabrio. SE'’ (xlOOOO). Fig. 153 c y d . - Anâlisis del cinabrio. Fig. 154 a y b .- Agregados de cristales poliédricos de cinabrio so bre cuarzo. SEM (x7200). Fig. 154 c.- Detalle agregados de cristales de cinabrio. SEM (xllOOO) Fig. 154 d .- Detalle agregados de cristales de cinabrio. SEM (x40000) Fig. 154 e .- Agregados de cristal es poliédricos de cinabrio. SEM (x9400). Fig. 155 £.- Estructura acicular >-»ol cinabrio. SEM (x2nO0) , Fig. 155 b . - Detalle ’̂ igura anterior. SE'f (x7800) . Fig. 155 c .- Detalle de"cinabrio acicular. SEM (xl600). Fig. 156 y 157 a.- Deleznabilidad del cinabrio. SFM (x 5500) y (x2800). 503 Fig. 157 b .- Detalle agregados deleznables del cinabrio. (x5000). SEM Fig. 158 .- Deleznabilidad del cinabrio. SE*’ (x2800) . Fig. 159 Cinabrio pulverulento. SEM (xSOOO). Fig. 160,. - Cinabrio sobre goetita. SEM (x80) . Fig. 161 a, ^ y 162 a.- Cinabrio sobre goetita y cuarzo. (xl80) y (x200) . SEM (x550) Fig. 162 b.- Detalle. SEM (xl350). Fig. 163 a.- Cinabrio sobre goetita y cuarzo. SEM (x380), Fig. 163 b.- Detalle. SEM (x720). Fig. 164 a.- Cinabrio sobre goetita, SE*! (x640) . Fig. 164 b.- Detalle. SEM (x2700) . Fig. 164 c .- Detalle agregados de cristales poliédricos de cinabrio sobre goetita. SE'l (x6000) . Fig. 165 a.- Cinabrio sobre goetita y cuarzo idiororfico. (x640) . SEM Fig. 165 b .- Cinabrio sobre goetita v cuarzo. SE*! (xl300) • Fig. 165 c.- Detalle. SEM (x2600). Fig. 165 d .- Cinabrio recubriendo cristales idiondrficos y goetita. SEM (x2600). de cuarzo Fig. 166 a.- Goetita oolltica sobre cuarzo. SEM (x320). Fig. 166 b. - Anâlisis de la goetita. ^Uj. 166 c .- Distribuciôn del Si (K̂ , ) . SE*! (x320) . 504 Fig. 166 d . - Distrihuciôn del Fe (K«< ). SEM (>:320). Fig. 167 a.- Goetita oolltica. SEM (xl60) . Fig. 167 b.- Erizaniento en goetita natural. SEM (x65) . Fig. 167 c . - Goetita natural. SEM, (>:80). Fig. 169 £.- Mineralizaciôn de goetita oolltica. SEM (x320) . Fig. 168 b.- Detalle. SEM (xl250) . Fia. 169.- Goetita laminar y erizada. SEM. (x4200) . Fig. 170.- Goetita oolltica. SEM (x640). Fig. 171 a.- Mineralizaciôn de aoetita sobre el cuarzo. SFM (x60). Fig. 171 b. - Detalle. SE'! (x200) . Fig. 172 a.- Goetita en celosla. SEM (x320). Fig. 172 b . - Distribuciôn del Fe (K.< ). SEM (x320) . Fig. 173.- Goetita en celosla y erizamiento de los agregados ooll- ticos . SEM (:;620) . Fig. 174.- Falta de coherencia entre cuarzo y goetita. SEM (xl800). Fig. 175.- Mineralizaciôn por goetita de defectos en los crista­ les de cuarzo. SEM (x28 00) . Fig. 176 a.- Goetita oolltica sobre el cuarzo. SEM (x640). Fig. 176 b.- Detalle de agregados oollticos de goetita en proceso de formaciôn. SE” (:'.2500) . Fig. 177 a.- Huellas y cristales de cuarzo sobre goetita. S F.'’ (xlOO). Fig. 177 b.- Det alle. SEM ( x 2 0 0 ) . 505 Fig. 177 c . - Detalle de la suoerficie porosa en el interior de la huella de goetita. SEM (x320). Fig. 177 d . - Detalle de defectos de crecimiento en el cuarzo. SEM (xl250). Fig. 178 a . - Superficie erizada en huella de goetita. SEM (xl250). Fig. 178 b. - Detalle. SEM (x2500). Fig. 178 c. - Detalle de huellas sobre la goetita. SEM (x2550). Fig. 179,, 180 y 181.- Goetita con morfologia laminar. SEM (x640). Fig. 132 Transformaciôn topotâctica de los agregados oollticos de goetita. SEM (xl258), Fig. 182 b.- Detalle. SEM (x25nn). Fig. 183 a . - Erizamiento por reacciôn topotSctica de la goetita. SEM (x620). Fig. 183 b . - Detalle. SEM (x2600). Fig. 184 a . - Goetita erizada por reacciôn topotactica. SEM (xl25D) Fig. 184 b . - Detalle. SEM (x9000). Fig. 185 a . - Goetita laminar, celosîa, acicular y oolltica. SE” (x-600) . Fig. 185 b y c.- Detalle. SEM (x250n) y (xionon). Fig. 136 a . - Goetita acicular v oolltica erizadas. SEM (x2600). Fig. 186 b . - Detalle. SEM (x5000). Fig. 137 a . - Goetita sobre cuarzo. SE” (x500). Fig, 187 b y c y 13 8 a .- Transformaciôn topotâctica de la goetita. SEM (x30no) en 187 b y c y (x230) en 188 a. 506 Fig. n S b. - Detalle. SFM (::520) . Fig. 13 8 c . - Superficies cle erizaniento en la goetita. SEM (x2500) Fig. 183 d.- Detalle. SEM (xSOnO). Figs. 189 a v b.- Transformaciôn topotâctica en la goetita. SEM (x800) . Fig. 190 a.- Goetita erizada por reacciôn toootêctica. SEM (xl250) Fig. 190 b.- Detalle. SEM (xlOOnn), Fig. 190 Cf d y e.- Detalle cle la goetita despuôs cle erizada. SEM (x800) , (xl8‘0n) y (x3800) . Fig. 191 a.- Cristales idiomôrficos de cuarzo y silicoaluminato de potasio. SEM (x640). Fig. 191 b .- Detalle de los cristales de cuarzo con irregularida- des superficiales. SEM (x2500). Fig. 191 c.- Analisis del cuarzo. Fig. 192 a.- Cristales idiomôrficos de cuarzo maclados y agrega­ dos laminares de si 1icoaluminato. SEM (xl250) . Fig. 192 b .- Anâlisis del cuarzo. Fig. 193 a.- Agregados ce cristales idiomôrficos de cuarzo asocia r’os con muskovita . SEM (x300) , Fig. 193 b. - Detalle. Textura f ibroso-1 am.inar de la muskovita. SEM (xl250). Fig. 194 a.- Muskovita parcialmente mineralizada por cinabrio. SEM (xl2T>0) . Fig. 194 b.- Detalle. SEM (x500n) . S07 Fig. 194 £.- Analisirs de la muskovita. Fig. 195 a.- Alvininosilicato sobre cuarzo. SEM (xG20) . Fig. 195 b.- Detalle. SEM (xSOOO). Fig. 195 c .- Analisis del aluminosilicato. Fig. 196 Cristal idiomorfico de cuarzo asociado a aluminosili- catos. SEM (xl200). Fig. 196 b.- Detalle. SEM (x2500). Fig. 197 a.- Inclusiôn de rutilo intercrista lino en cuarzo. SEM (x620). Fig. 197 b .- Detalle, superficie de rotura en el rutilo. SEM (xSOOO) Fig. 197 c .- Analisis del rutilo. Fig. 199 a.- Mineralizaciôn nor psilomelana en cuarzo. SEM (xl259) . Fig. 199 b .- Detalle. Morfologia de los agregados de psilomelana. SEM (xSOOn). Fig. 198 c .- Analisis de la psilomelana. Fig. 199 a.- Agregados en plaças de baritina. SEM (x329). Fig. 199 b.- Detalle. SEM (x640). Fig. 199 c .- Analisis de la baritina. Fig. 200 a.- Baritina sobre el cuarzo. SEM (xl60). Fig. 200 b.- Macla de baritina. SEM (xl250). Fig. 200 c .- Analisis de la baritina. Fig. 201.- Macla de baritina. SEM (xl250). 508 Fig. 202 a.- Pirolusita sobre ol cuarzo. Euellas en su sunerficie. SEM (x3 20) . Fig. 202 b . - Analisis rle la plrolusita. Fig. 203 a.- Pirolusita con huellas en su superficie, asociarla a baritina maclada. SEM (xlfiO). Fig. 203 b.- Detalle. SEM (x350). Fig. 203 c .- Detalle de una hue 11a sobre pirolusita. SEM (x2000) . Fig. 204 a.- Cinabrio sohre nirolusita. SEM (xRO). Fig. 20i b.~ Detalle. SEM (x320). Fig. 205 a.- Crista les idiorrôr f icos de cuarzo, despues del a tague quinico. SEu (x200). Fig. 205 b . - Detall<=". Agregados naclados de cuarzo. SEM (x300) . Fig. 206 y 207 a.- Cristales de cuarzo despues de elininad.o nor a tague guinico el cinabrio nineralizante. SEM (x3PP) y (x20O). Fig. 207 b .- Cavidades intercris ta 1inas en el cuarzo, reveladas insistiendo en cl a tague quinico en la nisna zona. SEM (xlOO) . Fig. 208 a .- Estructura de roca soporte despues de la disolucion parcial deJ cinabrio nineralizante. SEM (x2O0). Fig. 203 b . - El cinabrio ha side totalrrente disuelto por el reac­ tive en la zona anteriorrrente reserada . SE'I (x200) . Fig. 209 a_. - Crista les de cuarzo y goetita, inalterados desnues de la clininacidn del cinabrio nineralizante por a- taque guimico. SE'i (x550) . 509 Fig. 209 b .- Estabilidad de la goetita frente al reactivo ouînico empleado para la disoluciôn del cinabrio, SEM (x2 0 0) , Fig. 209 c .- Goetita no alterada por el ataque guînico, Detalle. SFM (x3500). Fig. 210 a. - Eliininacion parcial del cinabrio por disoluciôn. SEM (x80) , Fig. 210 b.- Detalle. SEM (x320). Fig. 210 c . - .Morfologîa que présenta el cinabrio, al progresar el ataque quinico en la zona anteriornente resenada. SEM (x300). Fig. 210 d .- Estructura de la roca despuês de la disolucidn total del cinabrio. SEM (x320) . Fig. 210 e .- Goetita inalterada, sobre cuarzo. SEM (%1250) . Fig. 210 - Particulas de azufre elemental, nroducto de la oxida- cion de los iones S en cl ataque quinico del cina­ brio mineralizante. SEM (x2500) . Fig. 211 a.- Pirolusita en oroceso de disoluciôn. SEM (x320) . Fig. 211 b .- Detalle de una huella en la pirolusita, en nroceso de disoluciôn. SEM (x640). Fig. 211 £. - Avance del ataque quinico sobre el minerai pirolusi­ ta. SEM (x320) . Fig. 211 d .- Detalle (huella). SEM (xl250). Fig. 211 c .- Cristales idiomôrficos de cuarzo. SEM (x2500). Fig. 212 £ y b.- Estructuras nuestas de nanifiesto por disoluciôn del cinabrio. SEM (xOO):. 510 Fig. 213 a .- Agregados tabularos de baritina no alterados por el ataque quimico. Srfi (x320) . Fig. 213 b.- Detalle. SEM (x640). Fig. 213 c .- Agregados de crista les de azufre elemental sobre bar^ tina. SEM (xl250). Fig. 214 a.- Cristales idiomôrficos de cuarzo y mineralizaciôn por cinabrio pulvérulente, antes de ser tratada la muestra pirolîticamente . SEM (.x32D) . Fig. 214 b .- Estructura résultante de la descomposiciôn nirolîtica en la misma zona. SEM (x290) . Fig. 215 a.- Mineralizaciôn por cinabrio sobre la roca encajante. SEM (x3 20) . Fig. 215 b.- Estructura despucs de la descomposiciôn pirolftica en la misma zona. Aparicicn de detritus. SEM (x320) . Fig. 216.- Analisis ce la estructura alterada pirolfticamente. Fig. 217 a.- Cristales idiomôrficos de cuarzo fragmentados. Detri­ tus . SEM (x3 20) . Fig. 217 b. - Cristal idiomôrfico de cuarzo nresentand.o rotura in- tracriStalina por la acciôn tôrm.ica. SEM (xl250) . Fig. 218 a.- Detritus y f isura s en cl cuarzo. SEM (xlfO) . Fig. 218 b.- Rotura intracristalina del cuarzo, oor la acciôn têr- mica en el tratamiento de pirôlisis. SEM (x640) . Fig. 219 £.- Detritus-de cuarzo y rotura intracristalina de los agregados idiom.ôr f icos en cl proceso de pirôlisis. SEM (xl2 50). 511 Fig. 219 b.- Detalle de la rotura intracristalina del cuarzo, por la acciôn ternica del proceso pirolltico. SEM (xSOOO) Fig. 220 a.- Detritus de cuarzo sobre cristales idiorôrficos v ro­ tura intracristalina, nor ataaue pirolltico de mues- tras ir.ineralizadas por cinabrio. SEM (xl60) . Fig. 220 b.- Detalle. SEM (xSOOO). Figs. 221 a, b, c y d .- Diagramas de Pourbaix. Figs. 222 a, b, c ’y d .- Diagtanas de Pourbaix. Fig. 223.- Esquena de la técnica experimental para la realizaciôn de los ensayos de sîntesis de ciclo prolongado. .Fig. 224.- Calibrado del horno. Fig. 225.- Esquema de la técnica experimental para la realizaciôn de los ensayos de sîntesis de ciclo rânido. Fig. 226 a.- Monta je experimental. Fig. 226 b. - Ar.polla disnuesta para la realizaciôn de un en say o de sîntesis de ciclo rapide. Fig. 227 a y b .- Situaciôn del termopar de control de temperatura en una anpolla de vidrio oirex. Fig. 228.- GrSfica corresnondiente al calibrado de las amrollas en los ciclos de sîntesis. Fig. 229.- Ajnpolla de vidrio pirex, desnués de un ensayo de sînte­ sis con control de tenperatura. Fig. 230 a.- Argilitas introducidas en los recintos de una ampolla mostrando una escasa mineralizaciôn de cinabrio oor condensaciôn. (x2). m Fig. 230 c . - Argilitas, azufre y nercurio. (>:2) . Fig. 231 £ y b.- Argilitas de reinnregnaciôn, y azufre elemental sobre la pared interior de la arpolla, procedente de la desconposicion ternica del SHg. (x2). Fig. 232 a y b . - Argilitas r.iner»alizadas por cinabrio, y mercurio. (x2) . Fig. 233 a y b.- Argilitas en el interior de les recintos de una ampolla r.ineralizadas por cinabrio. (x2) . Fig. 234 £ y b .- Agregados do azufre y cinabrio depositados sobre las argilitas y sobre la pared interior del recinto de una amnolla. (x2). Fig. 235.- Detalle del calderin. Azufre elemental sobre el cina­ brio. (x2) . Fig. 236.- Deposito de cinabrio pulverulento obtenido por conden­ saciôn de vapor de SHg sobre cuarzo. SEM (x^pOO). Fig. 237 a.- Mineralizaciôn parcial por cinabrio sobre un agregado de cristales idiomôrficos de cuarzo, obtenida nor rein- pregnaciôn. SEM (x3200). Fig. 237 b .- Detalle a mayores aumentos del agregado de microcris- tales de cinabrio. SEM (xl200). Fig. 238 a.- Porcelana porosa mineralizada con cinabrio; SEM (x22). Fig. 238 b.- Detalle. SEM (x200). Fig. 238 c .- Detalle de la estructura oolicristalina de los agre­ gados masivos de cinabrio. SEM (x780) . Fig. 238 d.- Detal le . SEM ( x 2 n 0 0 ) . 513 Fig. 239 £.- Argilita mineralizada por azufre elemental nrocedente de la descomposiciôn oirolltica del SHg. SEM (:<24) . Fig. 239 b . - Cristales idiomôrficos de azufre. SEM (:-:20n) . Fig. 239 c .- Cristal maclado de azufre elemental. SE^ (x220). Fig. 239 d .- Cristales idiomôrficos de azufre sobre la argilita de reimnregnaciôn. SEM (x320) . Fig. 239 c .- Falta de coherencia entre el cuarzo y el azufre con- dénsado. SEM (x660). Fig. 239 - Cristal poliéd.rico de azufre sobre la argilita de reimpregnaciôn. SEM (xl30) . Fig. 240 a.- Depôsito parcial de SHg pulverulento. SE-' (xl2nn) . Fig. 240 b.- Detalle de la morfologîa noliédrica de los ricrocris- tales de cinabrio obtenidos por condensaciôn. SEM (xlOOO) . Fig. 241 a.- Mineralizaciôn de cinabrio de estructura d.eleznable, sobre el cuarzo. SEM (xl800) . Fig. 241 h . - Asnectro pulverulento del SHg condensado. SEM (x5400) . Fig. 24 2 a.- .Mineralizaciôn por SHg obtenida nor condensaciôn di­ recte desde estado .vapor. SEM (x5400) . Fig. 24 2 b.- Forma pulverulenta ce los agregados de microcristales poliéd.ricos de cinabrio obtenidos por condensaciôn. SEM (xl200). Fig. 243 a.- Depôsito de cinabrio obtenido por condensaciôn del vapor sobre la roca. SEM (x4000). 511 Fig. 243 b.- Agregados de microcrista les de cinabrio. Detalle de la fig. anterior. SEM (xllOO). Fig. 244.- Mineralizaciôn parcial del cuarzo, por condensaciôn de cinabrio. SEM (x4800). Fig. 245 a.- Mineralizaciôn por cinabrio obtenida por condensaciôn. SEM (x2600). Fig. 245 b.- Detalle de los agregados de microcristales de cinabrio. SEM (xlPOOO). Fig. 245 d.- Detalle de la estructura deleznable del agregado de cinabrio obtenido por condensaciôn. SEM (xlfiOOO) . Fig. 245 e .- Agregados de cristalitos poliedricos de cinabrio, mo£ trando su aspecto nulverulento v deleznable. SEM (X22000). Fig. 246 a.- Cristal idiomôrfico de cuarzo reimpregnado por cina­ brio. SEM (xl2n0) . Fig. 24 6 ,b.- Detalle del aspecto deleznable y pulverulento del de­ pôsito de cinabrio. SEM (xllOOO). Fig. 247 £.- Cuarzo mineralizado por reimpregnaciôn. SEM (x650) . Fig. 247 b.- Detalle. SE" (x220n) . Fig. 247 c.- Detalle de los agregados de Slîg remineralizantes. SEM (xlOOOO). Fig. 248 a.- Aspecto deleznable de la mineralizaciôn de SEg por condensaciôn desde su vapor. SEM (x2400) . Fig. 248 b.- Detalle de la forma pulverulenta del cinabrio. SEM (x600n). 515 Fig. 249 a .- Masa de cinabrio compacto. SEM (x60) . Fig. 249 b.- Detalle de la superficie oolicristalina del cinabrio. SEM (xlOOO). Fig. 249 a.- Detalle. SEM (x2400). Fig. 250 a.- Cinabrio masivo obtenido por condensaciôn. SEM (x78). Fig. 250 b .- Detalle de cinabrio poroso. SEM (x540). Fig. 250 c .- Detalle de una de las superficies de la masa de cina­ brio masivo. SEM (x430). Fig. 250 - Porosidad de los agregados policristalinos de cinabrio, y angulos de contacte entre cristales. SEM (x26f^0) . Fig. 251 a.- Cinabrio masivo sobre argilita. SEM (xl50). Fig. 251 b .- Detalle superficial del agregado policristalino de cinabrio. SEM (x2400). Fig. 251 c .- Falta de cohesion entre el cinabrio y el cuarzo. SE" (x720). Fig. 252 £. - Cinabrio masivo sobre el cuarzo. SEM (xlOO) . Fig. 252 b .- Detalle estructura fibrosa del cinabrio obtenido por condensaciôn. SEM (xl200). Fig. 253.- Cristal do cinabrio, mostrando la estructura fibroso- laminar caracteristica. SEM (x3200). Pig. 254.- Cinabrio sobre el cuarzo, mineralizaciôn obtenida por reimpregnaciôn. SEM (x2600). Fig. 255.- Detalle de la forma pulverulenta del cinabrio de reim­ pregnaciôn . SEM (x5400). 516 Fig. 256 a.- Mineralizaciôn parcial de cinabrio sobre cuarzo. SEM (x7 20). Fig. 256 b.- Detalle del agregado pulverulento de cinabrio. SEM (xllOOO) . Fig. 257 £. - Mineralizaciôn por cinabrio pulverulento sobre cuar­ zo. (x720). Fig. 257 b .- Detalle de los agregados noliedricos de cinabrio, ob­ tenidos por condensaciôn. SEM (xlOOOO). Figs. 258, 259, 260 y 261.- Argilitas mineralizadas por cond.ensa- ciôn de SHg. (x2) . Fig. 262.- Coloraciôn del cinabrio obtenido por condensaciôn. (xlO) Fig. 263.- SHg (rojo), obtenido por condensaciôn desde su estado vapor. ( X 4 0) . Fig. 264.- Recinto de una ampolla mostrando la mineralizaciôn por cinabrio sobre las argilitas de peinpregnaciôn. (x2). Fig. 265.- Argilitas remineralizadas, en el soporte del SE". (xl). Fig. 266.- Argilitas remineralizadas, mostrando el depôsito de ci­ nabrio. (xl) . Fig. 267.- SHg masivo, obtenido por condensaciôn, mostrando la descohesiôn de sus granos. SEM (xl200). Fig. 268.- Crecimiento granular de SHg masivo obtenido per conden saciôn de su vapor. SEM (xl200). Fig. 269 a .- Crecimiento columnar de los agregados de cinabrio. SEM (xl30) . Fig. 269 b.- Det al le. SEM ( x 3 6 H ) . 517 Pig. 270.- Estructura fibroso-laminar del SHg condensado. SEM(x3200) Fig. 271 a.- Crecimiento dendritico en SHg obtenido por condensa­ ciôn de su vapor. SEM (x800). Fig. 271 b.- Detalle. SEM (xl300). Fig. 272 a.- Agregado granular de cinabrio mostrando estructura den drftica en su crecimiento. SEM (x650). Fig. 272 b.- Detalle. SEM (x2000). Fig. 272 c .- Detalle de la sunerficie de crecimiento de los cris­ tales de cinabrio. SEM (x9000). Fig. 273 a.- Crecimiento del deposito de SHg. SEM (xl60). Fig. 273 b.- Detalle. SEM (x270). Fig. 274.- Detalle del crecimiento de SHg (brazos dendrîticos). SEM (x550). Fig. 275 a_. - Forma de racim.o en el depôsito del SHg obtenido nor condensaciôn. SEM (x54). Fig. 275 b.- Detalle. SEM (xl20). Fig. 275 c .- Morfologia del SHg a mayores aumentos. SEM (x860). Fig. 276 £. - Formas ooliticas del cinabrio obtenido por condensa­ ciôn. SEM (x300). Fig. 276 b.- Detalle. SEM (x36no). Fig. 277 a.- Cristales de cinabrio oolitico en proceso de creci­ miento. SEM (xl50). Fig. 277 b.- Detalle. SEM ( x l 2 n o ) . 518 Fig. 273 Crecinionto de los agregados ooliticos de cinabrio, obtenido por condensaciôn. SFM (>:660) . Fig. 273 b.- Detalle. SEM fxl'SOO) . Fig. 279 a.- Formas ooliticas del depôsito masivo de SHg, obtenido por condensaciôn. SEM (xl30). Fig. 27 9 b .- Detalle de los agregados ooliédricos a mayores aumen­ tos. SEM (xinooo). Fig. 280 a.- Mineralizaciôn diseminada de cinabrio sobre cristales de cuarzo. SEM (x660). Fig. 230 b .- Detalle de los agregados de cristales poliêdricos de cinabrio que forman la mineralizaciôn. SEM (xl3000). Fig. 281 £. - Cristales de cinabrio diseminados sobre el cuarzo. SEf! (x540) . Fig. 281 b .- Aspecto del deposito de cinabrio a mayores aumentos. SEM (xllOOO.) . Fig. 282 a.- Cristales idiomôrficos de cuarzo, parcialmente mine- ralizados nor cinabrio obtenido por condensaciôn de su vapor. SEM (x4 40) . Figs. 282 b y e . - Detalle de la morfologia pulverulenta de ]os a- gregados de cristales poliêdricos de cinabrio. SEM (xlGOOO). Fig. 283 a.- Mineralizaciôn parcial de los cristales de cuarzo por condensaciôn del SHg. SEM (x600)-. Fig. 283 b .- Detalle de los agregados de microcristales en el condensado. SEM (x 22000) . 519 Fig. 284 a.- Cristales de cviarzo parcialmente mineralizados por reimpregnaciôn con cinabrio. S E M (x780). Fig. 284 b .- Falta de aoherencia entre el cinabrio depositado v el cuarzo soporte. SEM (xl2000). Fig. 285 £. - Cinabrio obtenido por condensaciôn, mineralizando par cialmente cristales idiomôrficos de cuarzo. SEM (xl200) Fig. 285 b.- Detalle de la falta de cohesiôn entre el depôsito de SHg y el cristal de cuarzo soporte. SEM (xlOOOO) . Fig. 286.- Mineralizaciôn parcial por cinabrio de agregados de cris taies idiomôrficos de cuarzo. SEM (x780). Fig. 287 a . - Depôsito de cinabrio pulverulento. SEM (xl200) . Fig. 237 b . - Detalle. SEM (x4000). Fig. 283 a . — Depôsito de cinabrio pulverulento sobre el cuarzo. SEM (xllOO). Fig. 288 b. - Detalle del depôsito obtenido por condensaciôn. SEM (x8600). Fig. 289 a . - Cinabrio natural. Morfologia fibrosa. SEM (x320). Fig. 289 b . - Detalle. SEM (x6000). Fig. 289 c . - Analisis del cinabrio natural. Fig. 290 a . - Estructura fibrosa del cinabrio natural. SEM (x2500) Fig. 290 b.- Detalle. SEM (x6000). Fig. 290 c . - Analisis del cinabrio natural. Fig. 291 a . - Estructura fibrosa del cinabrio obtenido por conden- saciôn. SEM (x940) 520 Fig. 291 b.- Detalle. SEM (xl2000). Fig. 292 a . - Estructura fibrosa del cinabrio obtenido por conden­ saciôn. SEM (x650). Fig. 292 b.- Detalle. SEM (x6500). Fig. 293 a . - Depôsito parcial de SHg obtenido por condensaciôn so­ bre cuarzo. SEM (xl800). Fig. 293 b.- Detalle de la forma pulverulenta. SEM (x6000). Fig. 294 a . - Cristales de cuarzo remineralizados por cinabrio. SEM (x390). Fig. 294 b . - Detalle del recubrimiento de SHg sobre el cuarzo. SEM (x5000). Fig. 295 a. - Mineralizaciôn parcial por SHg sobre cuarzo. SEM (x390) Fig. 295 b.- Detalle del cinabrio. SEM (x3600). Fig. 296 a . - Cristales idiomôrficos de cuarzo levemente minerali­ zados por cinabrio. SEM (xl80) . Fig. 296 b.- Detalle de los agregados de cinabrio en forma de rosa, sobre el cuarzo. SEM (:<4400) . Fig. 297 a . — Agregado compacto de cristales de cinabrio minerali­ zando parcialmente el cuarzo. SEM (xl500). Fig. 297 b.- Detalle. SEM (x5400) . Fig. 298 a . - Agregados de cristales idiomôrficos de cinabrio ob­ tenidos por condensaciôn sobre el cuarzo. SEM (x540). Fig. 298 b.- Detalle de un agregado de cristales poliêdricos de cinabrio. SEM (x2000). 521 Fig. 299 - Agregados de cristales poliêdricos de cinabrio sobre cuarzo. SEM (x600). Fig. 299 b .- Detalle de ur agregado de cinabrio, obtenido nor con­ densaciôn . SEM (x3600). Fig. 300 £.- Depôsito de cinabrio obtenido por condensaciôn sobre cuarzo. SEM (xl500). ' Fig. 300 b.- Detalle de los agregados de cinabrio. SEM (x9400). Fig. 301.- Depôsito pulverulento de cinabrio sobre la argilita de reimpregnaciôn. SEM (x3600). B IB L IO T E C /