UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE MEDICINA TESIS DOCTORAL MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Juan Meseguer Martinez Madrid, 2015 © Juan Meseguer Martinez, 1973 Acción de los estrogenos sobre endometrio y mama de monas castradas UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE MEDICINA “B S / S plutense ACCION DE LOS ESTROGENOS SOBRE ENDOMETRIO Y M AMA DE MONAS CASTRADAS TES IS DOCTORAL D irig ida por e l Prof. BOTELLA LLLISIA. Realizada per D. JUAN MESEGUER MARTINEZ M adrid, Junio de 1. 973. s A L U D O Desde a qu i, rindo tribu to de agradecim iento a l Profesor Bo- te lla L luâa , gracias a su ayuda y consejos me ha sidoposible - llegar a présentai este trabajo, obje to de Tesis, que solo tiene e l m érito de haberla realizado con todo entusiasmo, Tam hién hago pa rtic ipe de m i agradecim iento a los Profe- sores Nogales y Sanchez Garrido por su colaboraciôn y estim u- lo mas d irec to , asi como a todos aquellos que me han ayuda- do, de algûn modo, en la term inaciôn de esta Tesis, q u e ,c ie r- tamente y en este m omen to, me satisface con p len itud . I N D I C E I - INTRODUCCION Y PLANTEAMIENTO - ESTROGENOS EN GENERAL - ESTROGENOS y ENDOMETRIO - ESTROGENOS Y MAMA - APENDICE: LA SUPRARRENAL COMO FUENTE DE ESTROGENOS n - MATERIAL Y METODOS m - RESULTADOS IV - ICONOGRAFIA V - COMENTARIOS V I - CONCLUSIONES V n - BIBLIOGRAFIA. I IN T R O D U C C IO N y P L A N T E A M I E N T O -1 - INTRODUCCION Y PLANTEAMIENTO Desde e l confuso origen de la c iv lliz a c iô n humana, hace ya m iles de anos, parece ser que datan los primeros conocim ientos, a modo em p irico , de los efectos hormonales de l - ovario. Fueron los chinos y los egfpcios, creadores géniales en las ciencias y artes, los que, con gran antelacion a l resto de los pueblos, tuvieron conocim iento de algunas propiedades de lo que hoy llamam os estrogenos. Observaron que la castracion determinaba cambios no­ tables en la m orfo log ia de l in d iv id u o , considerando a las gonadas como verdaderas fuentes de energfa capaces de proporcionar un im pulse v ita l a los tejidos. En e l siglo I I a.J. C . , GALENO loca lizaba en e l ovario la base genetica de la hem bra. Tuvieron que pasar varies siglos para llegar a 1.672, cuando DE GRAFF descubriera la f i - siologia del fo lic ulo ova rice , m o tiv e , que did como agradecim iento, e l que lle ve su nom ­ bre ha s ta e l memento actual. Posteriormente en 1.827 VON BAER aislo del fo lic ulo la ce - lu la germ inal. Es a partir de p rinc ip le de nuestro siglo, cuando verdaderamente se han llegado a a lean- zar los maximos conocim ientos a este respecte. KNAUER, MARSHALL y JOLLY en 1. 906 - -2 - fueron los primeros que obtuvieron resultados expérim entales inyectando extractos de glandu­ les gonadales en anim ales, observando que estas inyecciones evitaban los cambios que supo- nia la castraccion. FRANK en 1.917 descubre la accion estim ulante de extractos ovaricos de vac a en cone- jos, consiguiendo, tras inyecta r Ifqu ido fo licu la r durante varies dfas, producir un considera­ ble aumento de l tamano de los oviductos. De ig u a l modo, HALBAN, demostro como todos los fenomenos de la castraccion, incluyendo la a tro fia de l aparato gen ita l, podia ser é v ita - do con la inyecc ion de extractos de ovario y Ifquido fo licu la r. ALLEN y DOISY (2) en 1.923, demostraron que la inyecc ion de l Ifquido fo licu la r proce- dente de ovario de cerdo, administrado a conejos y ratas castradas, producia a las 48 boras la congestion e h iperem ia de l aparato gen ita l. Se trata de la con fee cion de un test b io lô g i- co para la demostraccion de los extractos de ovario en la rata y coneja. A partir de 1.929, por separado, DOISY (73), BUTENANDT (40) y LAQUEUR aislan en - forma crista lizada la fo licuUna o estrina. Très aflos mas tarde, independientemente BUTE­ NANDT y MARRIAN ha llan la form ula constituciona l de la estrona. La u ltim a etapa en e l descubrim iento de los estrogenos se in ic ia en e l aflo 1. 933 con la obtencion sintetica de estos esteroides, realizada por SCHWENK y HYLDEBRANDT, que ob­ tuvieron a rtif ic ia lm e n te un produc to de reducciôn de la fo lic u lin a : la deh idro fo licu lina o es­ trad io l en sus dos formas isomeric a s alfa y beta, observando que sus propiedades estrogenic as era de 4 a 8 veces mayores que las de la propia fo lic u lin a . Posteriormente en e l segundo lustro de los aRos 30, DODDS y colb. sintetizaron la m a­ yor parte de los estrogenos a rtif ic ia le s . Hoy en dia, e l sentir de los autores moderno, y basândose en su activ idad, considéra a l estradiol como la verdadera hormona natural de mayor activ idad fem in izante y estrôgena. - No obstante, y aunque la lite ra tura sobre estrogenos esta en pleno auge, la investigaciôn so­ bre estas sustancias dista.mucho de estar terminada. -3 - Estas razones, y otras, han sido las que nos ha inducido a confeccionar esta tesis con e l anim o de conocer la funcion estrogenica, no solo en su ca lidad de hormona m orfogenética, sino como posible responsable en la producciôn de neoformaciones malignas en aquellos or­ ganes de la economia que m ayor dependencia y de mas a lto rango estrogénico se le im pug. na. Para e llo nos hem os propuesto m ontar un modelo experim enta l cuyos resultados pueden ser trasladados, con las réservas naturales, a la especie humana. Hemos u t i l iz ado dos ra - zas de primates que ocupan un dis tin to escal&i en la escala evo lu tiva , en la creencia que las conclusiones obtenidas nos proporcionarian una m ejor in fo rm acion , debido a que sus m e - canismos b iolôgicos es tan mas prôximos a los hum anos. Nuestro campo de investigaciôn se ha lim ita d o a la accion de los estrogenos sobre e l endometrio y m am a, ya que es en los ca r­ cinomas originados a estos dos n iveles, dœide, con mayor énfasis y grado de ve ros im ilitud , se asegura una dependencia horm onal. M u ltip les han sido los factores que se han barajado como responsables o coadyuvantes en la genesis o évolue ion de l cancer; un pape! mas o menos im portan te ha sido a tribu ido a los esteroides sexuales. De todos e llos, son très fundamentalmente los que actualm ente se m a - nejan en la e tio log ia de los procesos m alignos; Factores cromosômicos, factores viricos y - factores endocrines. En nuestra linea de investigaciôn se ha especulado en lo que respecta a l carcinom a, con la cOTcurrencia en m ayor o menor proporciôn de los très grupos de factores expuestos. La inc idenc ia de los factores cromosômicos fué sefialada por MURRAY, ANDERSON, SLYE e tc . , basando sus conclusiones preferentemente en los resultados obtenidos con cepas de ratones casi to ta lm ente hom ocigoticos. Por lo que respecta a la especie humana, y en cuanto se re fie r en a l componente genotip ico, pue de afirmarse que, dada la enorme he ter o - zigosis de la m ism a y la im posib ilidad de obtener la menor puereza genética, no se observa en e lla nada que se asemeje a lo que acontece en las estirpes puras de animales, concretar -4 - mente ratones. Nuestro com patrio ta GUUOSA PERN US (168) estudiando 5. 500 enfermos del Institu te N acional de Oncologfa llega a la conclusion de que, en e l cancer humano conside- rado en su con junto , la herencia juega un papel évidente, aunque discrète. Los factores v iricos , en e l carcinom a de mam a, se basaron en p rinc ip io , en los ya c lâ - sicos trabajos de BITTNER que seflalô en e l aflo 1. 936 la existencia de un factor que por - transm it!rse por la leche rec ib io e l nombre de "fa c to r lac teo" o "fa c to r de BITTNER" (M T A o M T V , anagramas con e l que se le conoce in ternacionalm ente). Mas tarde TAYLOR en e l Jackson M e m o ria l H ospita l prosiguiô los trabajos de BITTNER determ inando hacia e l - aflo 1. 943 que e l denominado "fa c to r lacteo " era un factor v ir ico . En investigaciones mas recientes TIMOFEYENSKY seflalô la existencia de die ho factor v i ­ r ico en la leche humana, hecho que u ltim am ente ha sido seflalado por MOORE y su grupo de investigadores (1 . 971), que encuentran, trabajando sobre leche de mujeres en la Comunidad Parsi de Bombay, unas particu las viricas que consideran sim ilares a l factor v ir ico de B ITT­ NER. Recientemente un equipo de c ien tificos de la Universidad de Chicago han descubierto en células carcinom atosas de ûteros huraanos, m ate ria l procedente de virus que puede ser lo que représente las instrucciones para la in ic ia c iô n de l proceso canceroso. La experim entaciôn, 11e- vada a cabo por ROIZMAN y c o lb . , ha encontrado fragmentos de DNA v ira l integrado con e l DNA del huesped (una pa rticu le por cé lu la ), que ind ica , segûn los autores, que e l m ate ria l v ira l existia ya en estadios m uy précoces de l proceso canceroso. La dependencia de factores endocrines se ha venido manejando por m ultip les investigado- res desde princip ios de l s ig lo , encontrando mayor inc idenc ia de carcinomas de mama y endo- m etrio en animales inyectados con grandes dosis de estrôgenos. Como quiera que este aspecto es e l que nos com pete, am pliam os su estudio en capitules siguientes. -5 - E1 gran campo c ie n tif ic o en e l panorama actua l résulta d i f ic i l de abarcar en su to taüdad . Por eso hemos rea lizado una m eticulosa revision de la lite ra tu ra , preferentemente orientada en aquellos aspectos que conciernen mas de cerca e l com portam iento de la hormona en e l - organisme y su actuaciôn en la in tim id a d de la cé lu la , asf como, la relac ion de dependencia con e l carcinom a de endom etrio y mam a. No se ha podido rea lizar de una man era exhausti- va, merced a l voluminoso numéro de trabajos que versan sobre e l problema. Intencionadam en- te hemos dejado, a l margen, aspectos referentes a otros factores etiopatogénicos sefialados, por considerar que se encontraban fuera de nuestra investigaciôn, aunque, para ser juste, nos ha parecido conveniente e l re fe rir, de un modo superfic ia l, la in fluenc ia de l factor v ir ico en es­ te aspecto, dado que en la ac tua l!dad es un tema de pro lifé ra investigaciôn por numerosos au­ tores, entre los que se incluyen un equipo de mièmbros de nuestra Catedra, que con gran ac ie r- to estan llegando a conclusiones francamente sensacionales. A sf pues, a continuaciôn, pasamos a estudiar, por orden consecutivo; los estrôgenos en ge­ neral, estrôgenos y endom etrio, y estrôgenos y marna. ESTROGENOS EN GENERAL Los procesos patolôgicos que se orig inan en la marna y endom etrio, efectores de a lto rango estrogénico, exigen un conocim iento basic o de estas sustancias tan to desde e l punto de vis ta - qu fm ico , ccano de las caracteristicas b io log ie as de mayor interés en su ca lidad de hormona es- teroidea, Desde los primeros descubrimientos de ALLEN, DOISY, CORNER y otros, se ha hablado tan- to de estas importantes sustancias y se han iden tificado ta l numéro de nuevos compuestos, que considérâmes apropiado revisar los conocim ientos actuates en aquellos aspectos que conciernen mas de cerca nuestros propos!tos. C ien tificos de la Organizaciôn M und ia l de la Salud, ha dado en 1,965 la de fin ic iôn de es­ trogenos, com o: "Aquellas sustancias que provocan en e l utero de las hem bras de los m am ife - ros las m odi fie ac ion es caracteristicas de la fase pro lifé ra tiva y en e l ep ite lio vag inal, la que- -7 - ra tizac idn de las células mas superficia les, cuando actiîan d irectam ente sobre las células de esos te jidos". Segun GOLDZIEHER (102), e l term ino "estrogeno" es una de fin ic ion operacional de b io - lo g ia , no una de fin ic ion qu im ica . T a l denominacion engloba todos aquellos compuestos, cua lquiera que sea su estructura, que tienen la ptopiedad de producir e l "estro" o "c e lo " en e l a n im a l de experim entaciôn (roedaes), junto con otros efectos asociados a n iv e l ana tom i- co , ce lu la r y enz im atico . Esta propiedad estrogenic a corresponde, ante todo, a la hormona segregada por e l fo lic u - lo ovarico ; la ff ll ic u lin a u hormona sexual fem enina, cuyas propiedades, la definen como e l estrogeno por exce lencia , Portadoras de esta m isma accion, aunque en intensidad variab le , son los catabolitos o productos de degradacion de la hormona fo jic u la r, asi como aquellas - sustancias de origen sin té tico que, a traves de m odificaciones quim icas, han adquirido jmto - piedades estrogenicas. Se trata pues, de hormonas estrogenicas o estrogenos naturales (estro­ na;. estradiol y es trio l), y de estrogenos a rtif ic ia le s o drogas estrogenicas respectivam ente, D e l grupo que componen las hormonas estrogenicas, es e l estradiol la verdadera hormona producida por e l organisme, y , por ende, e l compuesto mas active y de mayor interés desde e l punto de vista fis io log ico y fa rm aco log ico . Sin embargo este compuesto, qu im icam ente r pure, no es m uy adecuado para uso terapéutico, precisamente porque, cualquiera que sea la v fa de adm in istracion, es metaboHzado y e lim inado rapidaraente. La velocidad m etabo lica de acla ram iento , entendiendose por ta l: "E l volumen de sangre tota lm ente depurada de un - determ inado esteroide en la unidad de tiem po, con e l sujeto en condiciones basales", se c a l­ cu la para e l estradiol en, aproxim adam ente, 1.500 litros por d ia y por m ^ de superfic ie , lo que le supone una vida m edia de unos 70 m inutes. Para lograr efectos adecuados habrfa que u til iz a r dosis m uy altas lo que con lleva ria una terapeutica incom oda y costosa, Para subsanar este inconveniente, la indus tr ia qu im ica se ha vaHdo de a rtif ic io s q u im i- cos que m odifican las accion es de los esteroides, razon, por la que nuestra investigaciôn - tiene çomo protagonista un derivado de este compuesto con cualidades particulates que deta- llaremos mas adelante. Planteadas asf las cosas, haremos un estudio sucinto de la estructura - qu im ica de los preparados hormonales investigados, El estradiol es un esteroide sexual perteneciente a l grupo de las hormonas esteroideas, las cuales se denominan asf por tratarse de sustancias de im portanc ia b io log ica caracterizadas es- tructura lm ente porque pueden considerarse derivados de l ciclopentanoperhidrofenantreno- Estas caracteristicas qufm icas son sem ejantes a los esteroles de origen an im a l o vegeta l, teniendo como e jem plo mas tfp ico e l co lestero l, El esqueleto esteroideo lo constituye e l hidrocarburo form ado por très nucleos exagonales llam ado perhidrofenantreno, cuyos an illos se designan con las le Iras A , B y C, las cuales suk Êna4as a l a n illo pentagonal d e l c ic lopentano, con le tra D , se obtiene e l c ic lopentanoperhi­ drofenantreno, De este, podemos derivar, sustituyendo determinados hidrogenos por ciertos radicales, los hidrocarburos c orr espondi en tes a los esteroides de interés fis io log ico . Las hormonas seKuales femeninas, y con ellas e l estrad io l, derivan quim icam ente d e l Es- trano, hidrocarburo p o lic fc lic o saturado que se caracteriza porque solamente posee, aparté de sus carbonos e hidrogenos naturales, un grupo m e tilo en e l C -13 dentro de la estructura c ic lo - pentanoperhidro fenantrenica, y en sus anillos no hay dobles enlaces. De ê l, por desaturacion en e l c ic lo A , formandose un a n illo bencénico, se dériva e l 1, 3, 5 (10) estratrieno, y de es­ te m ism o, por adicîon de dos grupos h id rox ilos, en posicion beta, en los carbonos 3 y 17 se , forman e l ESTRADIOL, A s f pues, la denominacion qu fm ico -b io lég ica de l estradiol es: "Es- tra -1 , 3, 5 (lO )-tr ie n e -S , 17 beta d io l" . Analizando e tim ô log icam ente la fo rm ula , "es tra ", se re fie re a sustancias que induce e l estro o celo en la vagina de los roedores; " tr ie n e " a la existencia en e l exagono A de très dobles enlaces; y "d io l" a la presencia de dos grupos a lco - hôlicos en los carbonos 3 y 17, Desde e l punto de vista esteroisomêrico, los agregados ox idrilos se encuentra en posicion beta, queriendo decir, que en la orientacion en el espacio, estan ubicados por delante del - -9 - piano d e l papel. Es to es im portante porcpie laaccion de las hormonas es estereoespecifica. En la figu ra 1 représentâmes la secuencia horm onal. Kàbi tualm ente en c lih ic a endocrinologie a se tiene como norma prescrib ir preparados id é n - tlcos a los esteroides naturales de ovario , de lo que se deduce que sea e l estradiol e l mis in d i- cado. Sin embargo, los princip ios a c t!vos de l Ifquido fo lic u la r , aislado quim icam ente en esta- do puro, no tienen acceso en terapeutica, salvo en algunas excepciones, deMdo a las desventa- jas que constituye su cor to plazo de sem iactlv idad y su rap ida degradacion, lo que exp lica , co­ m o antes d ijim o^sus efectos m uy pasajeros (41), Pc» eso se ha hecho necesario poner a punto una serie de derivados de l estradio l que, m od i­ fican do a rtif ic ia lm e n te su estructura q u im ica , resultan terapeuticam ente mas efectivos. La a d i- cion a la m olecu la de l estrogeno ovarico de una serie de es ter es, le con f i ere la particu la ridad de ser e lim inado mas lentam ente, im p licando una acciôn mas sostenida; sin embargo, estos pre­ parados son, en igualdad de peso, menos activos que e l estrad io l puro. Nos referim os, pues a los esteres de l acido benzoico, prop ion ico, undecffico, va le rfan ico , e tc , cuyas actividades biologicas han mostrado un per f i l de efectos que d ifie ren considerable- m ente uno de los otros. En nuestro trabajo se han u tiliza d o e l Valeriana to de Estradiol en soluciôn oleosa, que co­ mo se sabe fué elaborado por JUNKMANN (c ie n tffico de la Casa Sobering de Berlin) esterlfican- do la m olécu la de estradio l con la de l âcido va le rian ico , ta l y como se encuentra en la figura 1, adquiriendo de este modo unos efectos de depôsito dobles de los que poseen e l benzoato y - propionato de estradiol. En ap licacion c lih ic a se considéra que la adm inistracion de 10 m g, de l preparado a una m u - je r adulta norm al de unos 60 kilos de peso m antienen sus efectos estrogénicos durante dos sema- nas; y de la m isma manera, dosis s im ilares a mujeres castradas, es capaz de conseguir una p ro - ■10- CH2 CH2 / I l CH2 CHc C CH 14 CHo A 8 V C H CH, CHg Ao 8 \ A B 3 5 7 CHs CHg CH2 Ç H, C ^2 FENANTRENO CICLOPENTANO 17 2 3 16 15 CH CICLOPENTANOPERHIDROFENANTRENO ESTRANO Fig. 1. -11- OH 1, 3. 5 (10) ESTRATRIENO OH ESTRADIOL (estra - 1, 3, 5 (10) - triene - 3, 17 beta d io l) O - CO-(CH2)g - CHg CH3 +CH3-CH2-CH2-CH2-COOH A cido V a le rian ico . ESTRADIOL VALERIANATO DE ESTRADIOL Fig. 1. -12- life ra c iô n fiâ o lo g ic a d e l endom etrio (UFER) (297). Dadas las particularidades de l preparado estrégenîco u tiliza d o en los animales que com po- ne nuestro m a te ria l, fa c il es pensar que estos individuos han sufrido un cuadro de hiperestronis- m o c r& iic o . Sabemos que cuando se adm inistra estrogenos de modo in in te rrum p ido y a largo p lazo , aparecen, despuês de sus efectos Asiolôgicos, p ro life raciones patolôgicas no deseadas - de tipo especilfico, lo que responde a l cuadro denominado hiperestrmüsmo yatrogënico. La responsaMlidad de este tipo de in toxîcac idn cron ica horm onal comprende dos tLpos de factores distintos; por una parte, la susceptîbilidad in d iv id u a l a la respuesta, en re lac iôn con la m ayor o menor capacidad de l hfgado de destruir la sustancia, y , por otra parte, la com po- s ic idn d e l preparado farm acologico u tiliz a d o , dado que, como a i nuestro caso, si se trata de un estrogeno de sfh tesis son mas d i f ic i l de degradar por e l higado y por tan to son mas toxicos. A l margen de es to existen otras razones, como ocurre en los mecanismos de transporte, que - pueden enlentecer o acelerar ta accion horm onal, Mas adelante analizaremos las respuestas de los organ os efectores estudiados bajo e l in f lu - jo horm onal, después de un periodo, mas o menos largo de in tox icac iôn cron ica, pero antes necesitamos hacer un estudio breve del itin e ra rio que recorrera e l estrdgeno desde que se v ie r - te en e l torrente c lrcu la to rio has ta que alcanza la in tim id a d ce lu la r ccm las consecuencias que de e llo se derivan, CARACT ERISTIC A DE LA ACCION HORMONAL Antes de llegar a comprender la pato logfa estrogenic a, nos creemos en la necesidad de averiguar que es lo que ocurre con los estrôgenos desde que son administrados de l exterio r has- ta que llegan a sus ôrganos efectores, a través de la c ircu la c iô n , para e jercer sobre los m is - mos su accion correspondiente. El conocim iento de la farm acocinetica de los estrôgenos, asi como de otras hormonas, ha sido m o tivo de detenidos estudios por numerosos autores, a lo largo de los u ltim es anos, lo - -13- grando sus resultados a traves de la adm inistracion de la sustancia a coraprobar en formas m ar- cadas con isotopos rad ioactivos, lo que ha hecho posible poner en c la ro problemas importantes de su b iod inâm ica , tan to en e l an im a l de labcHratorio com o en la especie humana, Estos m u l­ tiples investigadores nos han suministrado in fo rm acion sobre e l transporte de la hormona, su m etabolism o y form a de e lim in a c iô n , modo de transferirse a los ôrganos efectores, union con los recep tores, asf com o e l mecanismo m olecu lar en e l in te rio r de la cé lu la , Seguidamente estudiaremos estos puntos p» pararon mamas cancerosas y no cancerosas, relaciônando la frecuencia de 'apariciôn de diversas lesiones benignas pro liferaüvas y dégénérât!vas, entre las que se encuentran h i ­ perplasia del e p ite lio duc ta l, papilomatosis y adenosis del ductus, m etaplasia apocrina y adenosis. Estos mismos autores, revisando los antecedentes anamnésicos de 1.200 pacien­ tes de câncer de mama en e l M em oria l H ospita l, encontraron que solo 2,4% tenian en- fermedades benignas de la m am a confirmadas quirurgicam ente. En 1. 953 en e l John Hopkins Hospita l, recogieron de sus archives, LEW IS ON y - LYONS (177), 153 historias de pacientes con enfermedad quistica, las cuales fueron v i- giladas durante un p a io do de 13,3 anos, y resultô que 4 de ellas (2,5%) desarrollaron câncer. No h ic ieron ningûn in ten to de describir sus criterios histolôgicos para lo que - ellos llam an m astitis crônica quistica. Este mismo ano, en Londres, PATEY Y NURICK (228) dieron cuenta de un estudio de 65 casos de mastopatia quistica, observada dur an- -92- te 1 a 16 aflos subsiguientes a su tra tam iento por aspiracion; solo una enferma tuvo ca rc i­ noma. La monografiTa de KIAER (160) publicada en 1.954 comen ta los antecedentes de mas­ topatia quistica en casos de cancer de mama y la coexistencia de ambas afecciones en e l m ism o ôrgano, Informaba de 321 enfermas con fibroadenomatosis comprobada, cuya evo lu­ c iôn diô un 5,5% de carcinom a m am ario , durante e l periodo subsiguiente de observaciô i, que llegô a a lcanzar un promedio de hasta 17 aflos. De estos carcinomas, 17 sobrevin ie- ron en la m isma mam a en la que se habia registrado enfermedad quistica, y 2 en la g lân r dula con tra la te ra l. En cuanto a la conexiôn de ambos procesos, KIAER describiô sus h a lla z ­ gos m icroscôpicos e i 378 mastectomias pbr câncer, observando fibroadenomatosis en un 60%. GUILERA MOL AS (110), considerado como una de las mayores autoridades mondiales en esta m ate ria , a firm a que ha visto muy frecuentemente lesiones de mastopatia esclero­ quistica en enfermas operadas de carcinom a, pero este no autoriza en modo alguno, en - considerar a aquella com o sistemâticam ente precancerosa, dado que puedan desaparecer r espontâneamente o con tra tam iento horm onal, Por e llo , considéra la mastopatia escleroquis­ tic a como precursor a (en un pequeflo numéro de casos) y no como term inantem ente precan­ cerosa, a no ser que se haya aparecido la displasia de los ep ite lios (p lu ris tra tifîcac iôn con re lleno y apariciôn de vegetaciones ccmectivas intraductaies o intraquisticas). LLOMBART (184) en una recopilaciôn de los datos de unos 20 autores, sobre la coe­ xistencia de mastopatia y câncer de marna, evidencia unos resultados desconcertantes, pues abarca desde un 0, 5 a 62%, con toda la gama in te rm ed ia . De su propi a y extensa expe­ rienc ia , re fle ja la existencia de 34 carcinomas en 207 mamas diagnosticadas de displasia (16.1%). En e l Presbyterian H ospita l, HAAGENSEN (115) estudia las très posibilidades de in - terconexiôn entre lésion benigna y m aljgna de la marna, Comprobando la frecuencia con -93- que e l cancer se desarrolla subsiguientemente a quistes mac rose opicos de la mam a, in - vestiga 200 enfermas y observa e l desarrollo de 4 cânceres en la m isma marna y otros 4 en la contra la tera l, durante un tiem po de evoluciôn que superan hasta los 10 afios. En cuanto a los antecedentes de enfermedad quistica c lin icam en te évidente reco­ ge 9 casos de un to ta l de 1.544 enfermas, que hace un porcentaje de 0,6%. GUDOSA PERNUS (108) ha tenido ocasiôn de observar la frecuencia de câncer de- sarrollado tras la enfermedad quistica en 6 casos de un to ta l de 550 pacientes, cuyo por­ centa je équivale a 1, 09%. Supone que e l numéro de casos desfavorables séria m ayor, da­ do que en muchas pacientes pierde e l con tro l de su evoluciôn. HUMPHREY y SWERDLOW (143), (1. 962), resumen sus resultados del modo siguien- te;a)De 369 pacientes con câncer de marna tratados con mastectomfa rad ica l, a lo largo de 10 afios, tuvieron biopsia previa 21 con e l diagnôstico de afecciôn benigna, b)De 244 mujeres con biopsia de m am a y diagnôstico de enfermedad benigna, 11 o sea 4,5% desa­ rro lla ron carcinom a. Sus aportaciones histolôgicas demuestran la corre laciôn entre h ipe r­ plasia s ever a del conducto largo y câncer de marna. Piensan que las afecciones benignas deben ser estudiadas y descri tas por cambios especificos histolôgicos y no por términos ge- neralizados. DAVIS y co lb . (61) en 1.964 concluyen la observaciôn de 284 pacientes con enfer­ medad quistica que fueron controladas por una m edia de 1 2 afios, y resultaron que e l - câncer m am ario se desarrollô en ellas 1 ,73 veces mâs frecuentemente que en la pobla­ ciôn femenina general. En e l c rite r io de LOh R y KRICKE (182) la mastopatia que elaborariâ e l riesgo de - câncer de mama, serian aquellas que se caracterizan por procesos ep ite lia les puramente pro liferativos que representan un especial peligro en cuanto a una degeneraciôn m aligna. Entonces, si se establece una d iferencia m orfo lôg ica entre la mastopatia s im ple, sin pro- -94- life ra c iô n e p ite lia l, y la mastopatia con pro life rac iôn e p ite lia l, resultan las siguientes c i ­ fras por lo que respecta a la potencia de degeneraciôn de la m ism a: en 2 .408 casos estu- diados e l po tencia l de degeneraciôn de la mastopatia fué de l 8 % en to ta l. Para la simple mastopatia fib roquistica no se ca lcu lé ningûn riesgo de degeneraciôn, m ientras que para - la com plicada, desde e l punto de vista c lih ic o , represoita una auténtica precancerosis. - (LOHR y KRICKE). Segûn BERNDT y MARW ITZ (22), y SEIDMAN (258), e l riesgo de enfermar de un car­ cinom a m am ario es por lo general unas 3,1% veces superior en e l caso de que con anterio - ridad se haya presentado algûn proceso benigno de la glandula m am aria. HAAGENSEN (116) esta convencido de que es im posib le determ inar con un grado razo­ nable de exactitud qué proporciôn existe de enfermedad quistica macroscôpica, ya que las pacientes que han sufrido c irug ia previa por lesiôn mam aria benigna, casi siempre son in - formadas de padecer enfermedad fibroquistica o simplem ente proceso benigno. Por eso con­ sidéra que los bajos porcentajes que dan ciertos autores, sean debidos a la fa lta de documen- taciôn de las historias c lin icas , para contestar esta pregunta. Ante la preocupaciôn de estos hechos, organize un con tro l especial donde in tentô seguir e l curso evo lu tivo de todas sus - pacientes ingresadas con enfermedad quisticas macroscôpica confirm ada. De esta manera - acumulô datos referentes a un to ta l de 2,017 pacientes con este proceso a lo largo de 38 aflos. D e l to ta l se excluyeron 324 por haber sido seguidas por menos de un aflo, y de los 1.693 restantes que fueron controladas por mâs de un aflo, 72 desarrollaron câncer m am a­ rio y de las que fueron observadas durante 2 aflos, e l câncer se desarrollô en 63. Estudia tam bién la frecuencia con que coexisten las dos alteraciones mamarias en un to ta l de 3. 000 piezas opera to ri as portadoras de câncer. En un examen m inucioso del te j i ­ do circundante a l tum or, encuentra quistes macroscôpicos con un tamaflo m ih im o de 2 m m . en un porcentaje de 7,6% . -95- HA AGENSEN (116) llega a la conclusion prâctica de no considérât como precance­ rosa ninguna de las lesiones benignas de la mama salvo la enfermedad qu istica ; y e l he­ cho de que las mujeres con este cuadro c lin icam en te évidente, desarrollan carcinom a m a­ m ario con una frecuencia alrededor de 4 veces mayor que la poblaciôn general, se le - aconseja revision y exâmenes periodic os cada 2 meses, pero no ju s tifica una mastecto- m ia b ila te ra l p ro filâ c tica , com o procedim iento terapeutico que les dispensaria proteccion. VERONESI Y PIZZOCARO (304) (1.968) de M ila n , re fle jan una casuistica de 1.051, pacientes con enfermedad fib roqu istica , observadas durante mâs de 2 0 afios, y encuentran 25 con câncer; observando que este se ha presentado mâs a menudo en aquellos casos a quien es se les extirpô mâs glândula por su afecciôn benigna, y en las que recib ieron an- drôgenos circulantes en la g lândula. En Lisboa, VIEGAS MENDONÇA (305), recientem ente han estudiado la correlaciôn entre las lesiones en cuesüôn, y de 1 0 0 casos de mastopatia fib roquistica controladas de 1 a 20 afios, encuentra 3 cânceres. Para dar term iné a ésta revis iôn, cerramos e l cap itu lo , con la opinion de NOGALES (213) sobre la corre laciôn entre las displasias y e l câncer de la m am a. Defîende que las displasias tiene un sign ifie ado cancerigeno con d istin ta categoria num érica, re lac ionada - con la graved ad de las mismas, y que la evoluciôn es im prév is ib le en esta fase inestable de l e p ite lio que puede v ira r en dos direcciones opuestas, bien hacia la curaciôn espontâ- nea, o bien hacia la cancerizaciôn progresiva. Siempre que estudia una pieza operatoria de mastectomfa, busca con interés su posible asociaciôn con las displasias, lo que encuen­ tra con gran constancia. Por otra parte gradaciones insensibles de âreas de adenosis de la marna que se transmutan en câncer, es una observaciôn que ha hecho en repetidas y m u l­ tiples ocasiones. Por tanto, y basândose en su experiencia, partic ipa que los cânceres de marna y de utero se orig in an fund a m en ta Im en te en displasias y de no ser asi, considéra que la cancer- rizaciôn es d i f ic i l o problem âtlca. -96- APENDICE LA SUPRARRENAL COMO PUENTE DE ESTROGENOS Para aquellos que mantienen que los estrogenos form an parte de la genesis de l carcinom a, hay evidencia sufic iente de que existe en los aftos postmenopâusicos niveles variables de esta hormona, cuyo punto de partida ha side dLscutido, aunque en op in ion de numerosos autores - le im p lica n un origen extraovârico. Los ovarios que durante la época premenopausica aparece com o momentaneamente reactivos, todavia conservan un vestig io de activ idad pasados dos o très anos la menopausia, para después decKnar su funciôn, hasta ta l extrem o, que su acciôn incretora ya no cuenta. Esta es la razon por la que se ha a tribu ido a otros ôrganos la funciôn de producir estas hormonas. Por eso, autores como BOT ELLA (3 a), consideran a la suprarre- nal como fuente de esteroides sexuales en aquella época de la v ida en que siendo necesarias estas hormonas, la glandula de origen es incapaz de producirla . Los primeros conocim ientos de la interconexiôn entre las g indu las suprarrenales y la v i ­ da sexual datan del sig lo pasado, cuando HALLER en 1. 800 describiô anomalias del desarro- -97- l lo g en ita l unidas a alteraciones congenitas de la corteza suprarrenal, relacionando causalmen- te unas y otras. Pocos aflos después, COOKE, SEVERN y ROEMHIL, describieron los primeros casos de sihdro- me adrenogenital congénito, y posteriormente TILESIUS y MECKEL establecieron las bases de la teoria corticosuprarrenal en ciertas anom alias congénitas. Actua lm ente se sabe que entre la glandula suprarrenal y las gonadas sexuales existe una re la - c ion tanto em bnio log ica, anatom ica como fis io log ica , descubriéndose que e l metabolism o de - los esteroides hormonales no es p riva tivo , por separado, de la gonada y de l sistema in te rrenal, s i- no que se es tablée e una cadena m etabôlica de la cua l unas etapas tien en lugar en la glandula - adrenal, y otras en e l ovario. Desde e l punto de vis ta em brio lôg ico , llam a la atenciôn que en los primeros estadios de l de - sarrollo, las suprarrenales no es tan constituidas histolôgicam ente por sus très capas clâsicas cono- cidas (glomerulosa, fasciculada y re ticu la r) sino, por e l contrario, esta compuesta por un te jido m uy parecido a l de la capa re ticu la r, con una serie de particularidades histolôgicas e histoquf- m icas sim ilares a la m ism a, de ahi que esta suprarrenal embrionaria sea un ôrgano d istin to fun - c ionaknente a l de la corteza de l adulto (30) . De esta manera, BOTELLA (4 a), propone la dis- tin c iôn entre una corteza p rim itiv a o paleocortex, y una corteza dé fin itiva o neocortex. Este paleocortex o corteza p rim itiv a permanece en estado a trô fico durante la vida futura, y solo, en ocasiones, se observan ligeros destellos de su activ idad. Es sin embargo, en e l c lim a te - rio o en la menopausia a r t if ic ia l por castracciôn, cuando nuevamente vuelve a recobrar verdade- ra im porta ric ia . Para BOTELLA esta zona p rim itiv a , tiene en rea lidad, no e l carâcter, de una corteza supra­ rrenal ta l y como la entendemos en su fis io log ia , sino mas bien, es la expresiôn de una gonada accesoria capaz de segregar hormonas sexuales, cuya in tervenciôn solo se hace patente en las fases de eclipse de la vida reproductiva, o en casos de fa llo de la gonada verdadera. Este autor -98- ha sostenido réitéra da men te de que la corteza suprarrenal es una "tercera gonada" aducien- do en favor de la producciôn por la m isma de esteroides sexuales (3 a). La considéra como - una glandula sexual v ica rian te cuya funciôn se m anifestaria durante la vida em brionaria da­ da la inmadurez de la gônada, asi como en la pubertad, cuando e l ovario, no madurado lo sufic iente , no puede aportar las grandes demandas de hormona sexual del organisme. De la m isma manera, a l fin a liza r la vida sexual, en época de c lim a te rio y menopausia, in te rven - dria para evita r una carencia absoluta y to ta l de los esteroides sexuales con sus graves conse- cuencias sobre e l tro fism o gen ita l y e l e q u ilib rio endocrine. Esta acciôn sexual ha side loca lizada , por diverses autores, en otras formaciones his t ic as diferenciadas dentro de la corteza suprarrenal. Asi", DEANESLY y HOWARD (19 a) describie­ ron en la raton a la existencia de una zona diferenciada entre la médula y la corteza, a la que denominaron "zona X " . Esta zona X tendria un caracter semejante a la zona andrôgena de GROLLMANN (17 a) o a l paleocortex en la especie humana. En re laciôn a e lle , BOTELLA - ( 6 a), ha podido demostrar la existencia de reacciones especfficas y üntoria les de la zona se­ xual humana con la zona X del an im al, lo cua l parece im brica r estrechamente ambas form a­ ciones histicas, y para é l se tra ta , indudablemente, de la représentante en estos pequefios - roedores del paleocortex humano. GREER y DEANE (16 a) en 1. 949, y HUDSON y LOMBARDO (20 a) en 1.957, han demos- trado tam bién, en e l hamster dorado, la existencia de una rica zona sexual de especial reac- tiv idad con evoluciones rrû y sim ilares a los de la especie humana, asi como una reacciôn - intensa después de la castraciôn. Las pruebas histoquim icas de dicha zonamuestra tota lm ente su identidad con las de la zona sexual humana, Desde e l punto de vista h is toqu im ico , fué VINES qui en demos trô la existencia de una co - loraciôh ' especifica con la Fuchina-Ponceau, que tine en rojo las granulaciones de la zona suprarrenal produc tor a de hormonas sexuales. Este autor trabajando en suprarrenales de sfndro- -99- m e adrenogenital, observe que estos ôrganos patolôgicos se acompafiaban siempre de la apa- ric iôn de esta co lo tae io fl' cuya condensaciôn mas im portante se producia en la zona re t i­ cu lar. BOTELLA ( 6 a) ha demostrado la existencia de esta reacciôn fuch inô fila , tanto en su­ prarrenales del sfndrome adrenogenital como en e l paleocortex de l fe to, asi com o en la zo­ na X de la ratona castrada. WOLLEY (<33 a) en 1, 949 demostrô que la castraciôn de ra tones m uy jôvenes producia la hiperplasia de la corteza adrenal, con la graduai recuperaciôn de l utero, vagina y m am a, y los tumores mamarios se desarroUaban tanto en los machos como en las hembras. En 1 a ce - pa C 3 H la adrenalectom ia reducia la inc idenc ia del cancer m am ario aproximadamente - tanto como la ovariectom ia . HOUSSAY y colb. (18 a) han realizado trabajos sobre tumores espôntaneos en la rata cas­ trada, observando que en ciertas cepas de este an im al, la castraciôn provoca, ig u a l que en la m ujer, una hiperplasia suprarrenal, si b ien, mucho mas intensa que en esta. El m ecanis- rno es una reacciôn compensadora de la hipôfisis con aumento de gonadotropinas. En otras cepas se produce, en cam bio , verdaderos tumores. Mientras que las hiperplasias son estro­ genic as los tumores son fuertem ente androgénicos provocando v ir il iz a c iô n . FOLLEY (14 a) encuentra que la detenciôn del c rec im iento a lom étrico de la mama en ratas pûberes, solo se observa si después de la castraciôn se lie va a cabo la exürpaciôn de las suprarrenales, experienc ia que in terpréta a l aumento, tras la castraciôn^de la secrec- c iôn de hormonas por la zona re ticu la r de la corteza, esteroides que son de c lara acciôn go­ nadal y cuyo aumento después de estar extirpadas las gônadas séria e l responsable de la fa l- ta de detenciôn to ta l de l desarrollo de la mama. Investigaciones de BOTELLA y CANO MONASTERIO (7 a), en animales de experim en- taciôn han deducido que la corteza de an im a l castrado, y bajo un estim ulo gonadotropo, segrega en cada sexo su hormona correspondiente. -100- SANDBERG y colb. (31 a) han demos trado tam bién, que en mujeres ovariectom izadas, la ad- m in istracion de AC TH se sigue de un aumento de la excreciôn estrogénica. Estos h echos aducen en favor de que la zona sexual de la corteza se comporta como una verdadera gonada, no solo por sus propiedades embriologicas y fis io log icas, sino, sobre todo, por estar supeditada a l m ism o gobiemo hipofîsario y por la m isma hormona gonadotropa que estim ula a las gônadas. La gonadotropina B de la hipôfisis estim ula e l desarrollo de la zona sexual suprarrenal. En algunos estados patolôgicos, como en e l sfndrome adrenogenita l, en cuya e tio log ia se adm ite una hi perplasia c o rtic a l en su porciôn mas in te rna, es decir una hiperplasia de la zo­ na sexual, se hace patente un aumento de l n ive l estrogénico de origen adrenal, A s i, BEN­ NETT (2 a) demostrô la existencia de un aumento de fo licuH na en la orina^en un caso de pu­ bertad precoz por sfndrome adrenogenital. De la m isma manera KOLFF y TYOOK (25 a), ME- LLICOW y CAHILL (29 a) y mas tarde KELLER (23 a), y KELLER y colb. (24 a) han descrito - tam bién casos de sfndrome adrenogenital con aumento de los estrogenos urinarios. En contra- posiciôn LLOYD (28 a) niega haber observado estrogenuria en un caso de sfndrome adrenoge­ n ita l. Estudios expérimentales de LITTLE (27 a) han perm itido provocar este sfndrome en ra tor nas, observando que en las formas benignas hay un predom inio estrogénico y son fem in izan - tes, m ientras que las formas malignas tienen un predom inio androgénie o y son m ascu lin izan- tes. La demostraciôn de una h iperactiv idad suprarrenal en e l c lim a te rio ha sido puesta de m a - n ifiesto por BOTELLA (4a), cuyos estudios histolôgicos han perm itido demostrar que aquella - zona llam ada sexual de la corteza se encuentra desarrollada en la zona mas profunda de la - re ticu la r de mujeres c lim a té iica s y postclim atéricas. Ha estudiado, en m a te ria l de autopsias, los ovarios, ûteros y vaginas de este tipo de mujeres, observando la presencia en e l utero y en -101- la vagina^ de algunas de ellas^de signo de activ idad estrogénica, lo que no cabe dud a que la acciôn estrogénica en estos casos tenia un origen extragonadal en e l te jido in te rrenal. Otros acontecim ientos que a bo nan en favor de estos hechos y que es tan en in tim a re lac iôn , son los problem as c lin icos que pueden surgir en esta época. La m etropatia senil que durante - anos se creyô era producida solo por los tumores de la granulosa y de la teca, hoy dia se sabe, que con ovarios atrésicos y sin funciôn puede tam bién producirse. La m etropatia se debe a un hiperestronismo, e l cua l a la vez es a tribu ib le a la secreciôn estrogénica suprarrenal. El estudio de RANDALL, BIRTCH y HARKINS (30 a), sobre la funciôn ovarica después de la menopausia realizado mediante la c ito log fa vag inal, d iô cuenta de que e l 43 °Jo de los ca ­ sos de mujeres de mas de 15 afîos de menopausia espôntanea tenian acciôn estrogénica, y en e l 16 % de los casos este efecto era moderado. Suponfan que una fuente extraovârica, proba- blem ente la suprarrenal, jugaba un papel fundam ental en la permanencia de esta acciôn. Otras investigaciones de BOTELLA (5 a) han examinado la cuestiôn de los estrôgenos post- c lim a té ricos en relaciôn con la génesis de algunos carcinomas hormono-dependientes como los de la mama y endometrio. Autores, como CADE (11 a), IRVINE (21 a) y KAMBOURIS y colb. (22 a) han revisado - los resultados c lin icos de la adrenalectom ia en canceres de m am a, y los efectos sobre la ex­ creciôn de estrôgenos, cuyo descenso, perm iten a fîrm ar, que si no en todos los casos, a l m e- n os en una gran proporciôn , los carcinomas de la mam a son estimulados por cuerpos estro- génicos form ados en la tercera gônada. BULBROOK y co lb . (9 a) encontraron que en pacientes con cancer de m am a, las can tida - des y tipo de estrôgenos excretados por las mujeres posmenopausicas después de una anexecto- m ia , eran los mismos que las de aquellas pacientes castradas antes de la menopausia. Pensa- ron, que esto queria decir, que e l ovario postmenopausico no con tribu iria a los niveles estro- génicos encontrados a esta edad. Sin embargo, después de la adrenalectom ia, en un pequeflo -102- grupo de pacientes con cancer de mama, estos autores no detectaron, apenas estrogenos u ri­ narios. ( 1 0 a). DICZFALUSY y co lb . observan que en pacientes con cancer de mama sometidos a roent- gencastracion, tampoco desaparecen los estrogenos. Como a l m ism o tiem po, la producciôn de 17 - Cetosteroides se e leva, parece evidente que la fuente de estos estrôgenos sea la su­ prarrenal. Es evidente que, a veces, incluso después de la extirpaciôn de las gônadas, y en algunas pacientes después de una h ipo fisectom ia , pueden encontrarse cantidades de estrôgenos (BULBROOK y GREENWOOD ( 8 a)). STRONG y co lb . (32 a) en 13 pacientes con carcinom a de m am a, después de ooforecto- m ia y adrenalectom ia, en ninguna de ellas se pudo demostrar un aumento de la excreciôn - horm onal tras una infusiôn intravenosa de cortico trop ina . Los autores concluyeron que las pe- quefias cantidades de hormona présentés en taies pacientes no eran producidas por e l te jido r adrenocortical. BARLOW (1 a ) en 1. 964 ha estudiado la producciôn estrogénica antes y después de la oo- fo rectom ia en un grupo de pacientes premenopâusicas, endocrinolôgicam ente normales, des­ pués de una estim ulaciôn con ACTH, y ha observado que e l aumento en la producciôn estro­ génica después del estim ulo corticotropo era mucho mayor antes de la ovariectom ia que des­ pués de la m isma. LENZI (26 a) en experim entaciôn an im al, llegô a la conclusion de que, en ausencia de adrenales y de ovarios, los animales pueden seguir formando estrôgenos con ta l de que re c i- ban un estimulo h ipofisario adecuado. Se cree que en algunos casos la hormona provenga de un te jid o adrenocortical accesorio. Asi GRAHAM (15 a) encontrô evidencia h istolôgica de te jido adrenocortica l accesorio en la region del plexo ce liaco en 32 % de casos de autopsias. En la m itad de éstos, las glândulas -103- accesorias contenian te jid o c o rtic a l y m edular. En otro estudio llevado a cabo por FALLS (13 a), se demuestra la existencia de te jido adrenocortical en e l ligam ento ancho en 6 ca­ sos de 30 pacientes que fueron laparatomizadas. Aunque se supone que la suprarrenal es la fuente mas im portante de los estrogenos de la orina de la m u je r después de una anexectom ia b ila te ra l, MARCUS (193)^) cree que, en un pequeRo numéro de casos, la fuente puede ser un te jido ovarico accesorio lo m ism o que en aquellas pacientes a las que se sometiô a una adrenalectom ia ademas de la ovariectom ia. Ante la fa lta de unanim idad de crlte rios en a d m itir a la suprarrenal como e l origen de los estrôgenos en ausencia de la gônada verdadera, creemos, siguiendo a BOTELLA (30)_ , que la anulaciôn func iona l del ovario lle va como consecuencia una hipersecreciôn gonado­ tropa y una compensaciôn a través de la suprarrenal estimulada por la hormona hipofisaria . No cabe duda, pués, de que se trata de una zona especi fie am ente d istin ta de la corteza su­ prarrenal comunmente conocida, y que merece e l nombre de suprarrenal sexual o "tercera gônoda " , la cua l se com porta como una glandula sexual accesoria o v icarian te , cuya m i- siôn es establecer un sistema de sustituciôn o compensaciôn de las hormonas gonadales. Su posiciôn no solo queda lim ita d a a qui, sino que las hormonas suprarrenales, en v irtud de su estrecho parentesco con las hormonas gonadales, estan enlazadas en un m etabolism o corn un, del cua l la transformaciôn reciproca esta to ta lm ente demostrada. II M A T E R IA L Y METODOS -104- MATERIAL Y METODOS Merced a las indudables semejanzas, tanto organicas como func ion ales, que ca rac- terizan a l ser humano con los Primates, ha sido la razon que nos ha inducido a u t i l iz a r este tipo de anim ales, a l ob je to de estudiar en ellos cuantos efectos pudieran surgir an - te e l estim ulo h o rm o iaL Memos u tiliza d o dos tipos de monas del genero Erythrocebus y Macâcus Rhesus, am ­ bas pertenecientes a la fa m ilia de los C ercopitecidos; tanto un grupo como e l otro son de un aspecto m orfo log ico m uy s im ila r, aunque sobrepasa en tamaho y peso e l genero Erythrocebus, con un peso de 3 .100 kg. y un longitud de 80 cm . aproximadamente. Los Macacus Rhesus, ligeram ente mas pequenos, vienen a dar un peso de 2.700 kg. y un tamano que oscila alrededor de los 60 cm . Si bien la m orfo logfa de l aparato gen ita l de las dos clases de animales empleados, es muy analoga, sabemos por trabajos anteriores realizados, entre otros por BOTELLA y c o lb . , que e l com portam iento endocrino présenta acusadas diferencias, hechos que hay -105- que tener en cuenta a l estudiar los resultados. En e l presente traba jo se han u tiliza d o las mamas y e l utero (endom etrio) de estas especies zoologicas por considerar que sendos ôrganos son los efectores de mayor tropis- m o de los esteroides sexuales, y por ende, susceptibles de posible m od ificac iôn de sus estructuras. El preparado esteroideo u tiliz a d o ha sido e l V alerianato de Estradiol, envasado en ampoUas de un m ilig ra m o , cuyas caracteristicas farmaco log ic as las hemos preferido da­ dos sus efectos prolongados. D el m ismo modo, hemos empleado e l Caproato de h id ro x i- progestercma (ampollas de 25 m g .), como terapia a los casos de contro l. La sistemâtica de nuestro procéder ha consistido en actuar sobre los animales en dos tiempos. En un prim er m omen to se practicaba castraciôn qü irûrg ica, a través de - una laparotomfa m edia in fra u m b ilic a l y consiguiente extirpaciôn de ambos ovarios. Los animales eran intervenidos bajo anestesia general, inducida con Tha lam ona l mas Pen- tho ta l intramusculares, y mantenida con Fluothane a lo largo de toda la intervenciôn. El ambiente quirurgico con que se procedia estaba someüdo bajo rigurosas condiciones de asepsia. Todos los post-operatorios cursaron con norm alidad sin observarse incidentes de interés. A los 15 dias de la castraciôn, y cuando e l an im a l estaba tota lm ente recuperado, se in ic iaba la terapia horm onal, inyectando un m g. de Valerianato de Estradiol por semana, hasta un to ta l, variable en cada caso, que ha oscilado desde los 4 mg. hasta los 29 m g. En todos los casos consideramos que la dôsis administrada es intensa y prolongada, teniendo en cuenta e l cor to c ic lo v ita l de estos animales, en re laciôn con la especie humana. Del m is­ mo modo se actuô, en dos casos que utihzam os como contro l, inyectando 25 m g. de C a ­ proato de h id roxi -proges ter cm a por semana. De esta manera, y en un segundo tiem po, se sacrificaron los animales en périodes de -106“ tiem po sucesivamente aumentados, a l objeto de poder estudiar la evoluciôn de los efec tores en re laciôn a las dôsis de esteroides administrados. Los ôrganos rescatados fueron fijados en fo rm o l d ilu ido a l IQPjo, Para efectuar e l estudio histopato lôgico las piezas operatorias fueron someüdas a una se­ rie de procesos previos de laboratorio que perm itieron a l f in a l su m onta je de preparaciones. La secuencia de estas etapas se rea lizô de l modo siguiente; Los ôrganos extirpados fueron la - vados con agua hasta e lim in a r las impurezas de l fo rm ol, sometiéndolas seguidamente, y a lo largo de 4 horas, en a lcohol de 70°, 86°, 96° y absolute, respectivam ente. A conünua- c iôn se introdujeron en to luo l para que adquiriesen transparencia, y después se pasô a la fa - se de fija c iôn en parafina blanda, con punto de fusi& i de 44 °, durante 6 horas, para pasar de inm edia to a parafina dura, de 60° de punto de fusiôn, durante otras 6 horas. A l térm ino de estos pasos consecutivos, una vez enfriada la parafina se lle v ô a cabo la ta lla de las p ie ­ zas y su m ontaje en tac os, haciéndolos aptos para practica r certes con m icro tom e de 6 a 7 m icras, cuyas laminas de tejidos fueron sometidas a los procedim ientos de tinc iôn con he- m otoxllina-eosina y Carm in de Best, segun e l procedim iento hab itua i, Reunidos todos los casos, suman un to ta l de dieciseis, de los cuales doce han sido in ye c - tados con estrôgenos, dos con gestagenos y dos utilizados en condiciones bas aies para estudio com parativo. El numéro to ta l de animales se reparte en: 9 casos de l género Erythrocebus Ra­ tas y 7 en Macacus Rhesus. Véase tablas adjuntas. Tratados con estrôee- Tratados con gest»- Condiciones basales nos ° genos Género Erythrocebus 8 1 - Género M. Rhesus 4 1 2 12 2 2 T O T A L Tabla n^ 1. -107- Mama Endometrio Bajo efectos estrôgenos 8 12 Bajo efectos gestagenos 2 2 Condiciones basales 2 2 T O T A L 12 16 T ab la nQ 2. I l l R E S U L T A D O S - 108^ R E S U L T A D O S Aportamos los resultados hallados en la investigaciôn del présente trabajo en donde se han estudiado e l endometrio y la marna de dos estirpes de monas pertenencientes a l género M aca­ cus Rhesus y Erythrocebus Patas, bajo acciôn estrogénica. Comprend^, e l anâlisis histopato lô­ gico de la mucosa endom etria l con descripciôn detallada de sus elementos y c las ificac iôn de sus estructuras, encuandrandolas en la categoria de cada tipo de lesion es. De modo analogo, lectura anatomopatolôgica de la glandula m am aria , insistiendo en aquellos hallazgos mas sig- n ifica tivos que aportan mas interés a los resultados mostrados a lo largo de este ensayo. Desde un punto de vista m orfo lôg ico , los 12 ûteros que integran e l m a te ria l de los an im a­ les sometidos a hiperestronismo, aparecen h ipertrôficos e hiperplasicos de aspecto suculento e h iperém ico y gran increm ento de su volum en, adquiriendo, algunos, un tamano de 3 ô 4 veces e l norm al, con aumento d e l peso en hûmedo y en seco. El engrosamiento de l ôrgano es e v i­ dente, con gran desarrollo, tanto del m iom e trio como del endometrio, apareciendo este u ltim o con un grosor doble o tr ip le de l que caracteriza a l fis io lôg ico . En la tabla adjunta se re fle jan -109- los d iâm etros, por separado, de l utero com pie to , y de mucosa endom etria l, medios en la super­ f ic ie de un corte perpendicular que pas a a la altura de los o rific ios tubaricos. De la m isma m a­ nera, se hace constar las mediciones de los casos con tro l, progesterona,y condiciones basales, cuyo contraste con los anteriores es m anifiesto. Las mamas apenas si han aumentado de tamaho, no confirm ando ningun signo extemo 11a- m a tivo , de ah i, que hallam os desistido de su descripciôn macroscôpica. CASOS Diâm etro to ta l del utero Dimensiones de l endometrio M - 95 10 m . m . 5 X 4 m .m . M - 90 12 m . m . 7 X 5 m .m . M - 96 6 m . m . 3 X 3 m .m . M - 91 14 m . m . 6 X 4 m .m . M - 94 10 m . m . 7 X 4 m .m . M - 101 12 m . m . 9 X 5 m .m . M - 111 10 m .m . 6 X 4 m .m . M - 97 14 m . m. 6 X 6 m .m . M - 98 15 m . m . 6 x 7 m .m . M - 113 9 m .m . 5 X 3 m .m . M - 93 13 m .m . 8 X 7 m .m . M - 92 12 m . m . 7 X 6 m .m . M - 114 8 m . m . 6 X 3 m .m . M - 115 7 m .m . 3 X 3 m .m . M - 121 y M - 122 , ̂ (Uteros normales) 3 m .m . 1, 5 X 1,5 m .m . Tabla n2 3. -110- CASOS GENERO MEDICACION Y DOSIS ENDOMETRIO M AM A M - 95 M . Rhesus 4 m g. V. Estra­ d io l. H iperplasia g lan­ dular difusa - - M - 90 Erythrocebus 5 m g. V . Estradiol H iperplasia glandu­ la r difusa. Displasia grave de l espi- te lio escamoso con le u - coplasia. M - 96 M. Rhesus 5 mg. V. Estradiol Proliferacion ade- nomatosa po ll posa muy discreta. Discreta p ro life ra c i& i de los ductus excreto­ res mamarios. M - 91 Erythrocebus 6 m g. V. Estradiol H iperplasia glandula difusa. - - M - 84 Erythrocebus 8 m g. V . Estradiol Hiperplasia glandula difusa. — M-101 Erythrocebus 8 m g. V . Estradiol H iperplasia glandula: quistica. Proliferaciôn de l e p ite - l io de superfic ie . Duc­ tus excre to r es dilatados. . M-111 Erythrocebus 8 m g. V. Estradiol Hiperplasia glandu­ la r quistica. Displasia glandular de la mama con adenosis lô b u lilla r . M - 97 M. Rhesus 9 m g. V , Estradiol Hiperplasia glandu­ la r difusa. — M - 98 M. Rhesus 10 m g. V. Estradiol Hiperplasia glandu­ la r quistica. Proliferaciones lobuK Ha­ res h ipertrô ficas. MetapU ^a^ ll^am osa de l e p ite lio M-113 Erythrocebus 12 m g. V Tstradiol H iperplasia glandu­ la r difusa. H iperplasica e h ipertrô fica . M - 93 Erythrocebus 14 m g. V. Estradiol Hiperplasia adenoma tosa. Hiperplasia de l parenqui- m a. Proliferaciôn glandu la r y qu is tifîcac iôn de los ductus. M - 92 Erythrocebus 29 m g. V. Estradiol Hiperplasaia glandu­ la r quistica. Ductus excretores m uyprc Hferados y quistificados cpnppiderm izgoipn meta- piasida de l e p ite lio . M.-114 Erythrocebus 475 m g. Caproato de H. Progesterona. Glândulas en fase - secretora poco nume rosas, algunas quis- tificadas. Proliferaciôn de los duc­ tus y de l con juntivo pa- le a l periducta l. M -115 M. Rhesus 425 m g. Caproato de H. Progesterona. Transformaciôn de- c id ia l en forma de nôdulos. Proliferaciôn de los ductus y de l con juntivo pa leal periducta l. Tabla n2 4, -111- Los cambios m icroscopic os se describen a continuacion, tras un anâlisis ana tomopa to log ic o de l endometrio y la m am a, pertenecientes a los casos tratados con Valerianato de Estradiol, en un orden que va de menor a mayor tiem po de tra tam iento. A l fina l se relatan los casos co n tro l en tanto los administrados con progesterona, como los u tilizados en Condiciones basales. CASO M - 95 Género: Macacus Rhesus. M ed icaciôn y dôsis: 4 m g. de valerianato de estradiol ( 1 mes de tra ta m ie n to .). Estudio h isto lôgico EhdomieWo: H iperplasia glandular difusa. Se observa una pro life rac iôn adenomatosa polTposa del endometrio con notable increm ento de l estroma citôgeno, testigo evidente de una tfprca acciôn estrogénica. Las glândulas de trayecto re c tilih e o se reparten de un modo regular y con un d iâm etro de su luz practicam ente s im ila r en todos ellos. El ep ite lio es pseudo -es tra t i f ic ado por la disposi- c iôn , a d istin to n ive l, de sus nûcleos. Aparecen vacuolas subnucleares, tanto en e l e p ite lio de revestim iento de l endom etrio, como en e l resto de las glândulas. En la superfic ie endome­ tr ia l se evidencia form aciôn poliposa de base de im p lan tac iôn sesil. El estroma es denso y com pacto con células muy apretadas de escaso c itoplasm a y nûcleos m uy nitidos. Los vasos espirales estân poco desarrollados. CASO M - 90 Género: Erythrocebus. Medic aciôn y dôsis: 5 m g. de va lerianato de estradiol ( 5 semanas de tra tam iento). Estudio h isto lôgico A) D îdomeM o : Manifiesta pro life raciôn adnomatosa del corn pon en te glandular. -112- Las glândulas son rectilineas de d iâm etro variab le , pero sin llega r a ser quisticas, El num é­ ro de las mismas estâ aumentado apareciendo mâs juntas, unas a las otras, por dism inucion de l estroma c itôgeno que los sépara. El aparato glandular estâ revestido por un e p ite lio c ilin d ric o con nûcleos grandes, h ipercrom âticos, dispuestos a distintas alturas, con presencia de vacuolas subnucleares de secreciôn, tanto en e l polo basal, como en e l m und ia l de las células. En la zona basal de la mucosa aparece un sistema vascular m uy desarroUado, traducido por gmesas arterias espirales. En la funcional no aparecen estas formaciones heUcoidales vascula- res. B) M am at Displasia grave de l e p ite lio escamoso con leucoplasia. Existe una pro life rac iôn m uy ac tiva del ep ite lio que recubre la m am a, originando digitaciones profundas de la basai debido a la hiperplasia de las células basales, las cuales comprenden la m itad de l espesor de l e p ite lio . Se obsefva, ademâs, formaciôn tubular lo b u lilla r pro liferada de los conductos excretores m am arios. CASO M - 96 Género: Macacus Rhesus- M edic aciôn y dôsis : 5 mg. de valerianato de estradiol ( 5 semanas). Estudio h isto lôgico - A ) B îd o n ie t i^ : P roliferaciôn adenomatosa poliposa del endometrio. De todos los casos que componen e l m a te ria l, es e l menos pro liferado, evidenciândose es­ caso nûmero de glândulas de m orfo logfa désignai con e p ite lio c ilin d ric o y vacuolas en ambos polos c élu lares: basai y m und ia l. La superficie de la mucosa endom etria l reviste la forma de numerosas excrecencias po li posas sésiles cubiertas de e p ite lio a lto con formaciones vacuola- res subnucleares. -113- El estroma ce lu la r es compacto y ocupa la casi to ta lidad del endom etrio. Apenas se obser­ van vasos espirales, B) M am a: Existe una discreta pro life rac iôn de los conductos excretores mamarios. El ep ite ­ l io aparece adelgazado con pocos estratos celulares y gruesa capa queratin izada. En sfntesis, po - demos decir que la acciôn p ro life ra tiva sobre e l efec tor m am ario es m in im a , a l igua l que ocu- rre con e l endometrio. CASO M - 91 Genero: Erythrocebus. M edicaciôn y dôsis : 6 mg. de va lerianato de estradiol (11 /2 mes de tra tam iento), A) Endonmtrio: Proliferaciôn endom etria l con gran desarrollo del com ple jo glandular. Las glândulas son numerosas, con distribuciôn ordenada, y separadas por un estroma denso y ce lu la r que alterna con âreas edematosas. El e p ite lio estâ formado por células c iühdricas, de escaso protoplasma con nûcleos m uy crom âticos y a d istin ta a ltura , y con la presencia de gran­ des vacuolas subnucleares en e l e p ite lio de revestim iento, asi como en e l de las glândulas que se encuentran situadas inm edia lam ente por debajo. CASO M - 94 Género: Erythrocebus. M edicaciôn y dôsis: 8 mg. de va lerianato de estradiol ( 2 meses de tratam iento). Estudio histo lôgico ^ d o m e t jio : Mucosa endom etria l con gran pro life rac iôn hiperplâsica. El sistema glandular estâ muy desarro lia do con numerosas glândulas de distribuciôn y super­ f ic ie irregu lar, encontrândose, junto a glândulas de pequeno ca lib re , otras de d iâm etro supe­ rio r y algunas de bordes festoneados. El e p ite lio glandular como e l de revestim iento no estân - 114- tan desarrollados com o en otros casos observados. Aparecen vacuolas subnucleares mas éviden­ tes en e l ep ite lio glandular, El estroma es compacto, mostrando células apretadas que a lte r- nan con areas edematosas. CASO M - 101 Genero: Erythrocebus. M edicaciôn y dôsis: 8 m g. de va lerianato de estradiol ( 2 meses de tra tam iento). Estudio h is to lôgico A) Endometiio: H iperplasia glandular quistica tipo SCHROEDER. Bello e jem plo, donde e l endom etrio, efec tor de las hormonas ovaricas, se muestran m uy p ro life rado con numerosas glândulas de dis posiciôn adenomatosa, que a l ig u a l que sucede en la hiperplasia glandular quistica de SCHROEDER, mues tra âreas de estroma denso y ce lu la r a l lado de otros campos de estroma edematoso. Las glândulas son de forma tubular re c tilih e a m uy numerosas, repartidas de manera ir re ­ gular y con un d iâm etro de su luz muy variab le . En un mismo campo m icroscôpico puede observarse glândulas de d iferente ca lib re , algunas de ellas quistificadas, remedando la fo r­ ma "hiperplasia en queso su izo", segûn la denominaciôn de NOVAK. Los epiteUos que le recubren, disponen sus nûcleos a distintas alturas adoptando la forma de pseudo-estra tifica- c iôn . Existen vacuolas subnucleares en secreciôn. B i la zona basai existen hermosos cûmulos de arterias espirales. En sintesis, se le c a lif ic a de endometrio muy pro liferado que recuerda a una h iperp la ­ sia glandular quistica de SCHROEDER; producida a rtif ic ia lm e n te . B) M a jm ^ Se observan conductos excretores dilatados. El e p ite lio de superfic ie estâ Ligeramente proliferado y engrosado con estratos bien orden ado y pro life rac iôn de las cé­ lulas basales con digitaciones. -115- CASO M-111 Genero: Erythrocebus. M edicaciôn y dosis: 8 m g. de valerianato de estradiol ( 2 meses de tra tam iento), Estudio h isto lôgico A) ^ d o n m tr io : Mucosa endom etria l m uy engrosada con gran pro life racion de sus estructu­ ras, que a l ig u a l, que e l caso anterior, recuerda una hiperplasia glandular quistica de SCHROE­ DER. H istolôgicam ente se com pone de numerosas glândulas tubulares, rectilineas, dispuestas de m odo Irregu lar y rodeadas por un estroma muy ce lu la r compacto y edematoso segûn sus dis t in ­ tas âreas. El ca lib re de su luz es d iferente de unas a otras, duplicando su d iâm etro Tes de tipo quistico. El e jâ te lio que las recubre, asi como e l que d é lim ita la superficie de l endom etrio, se caracteriza por células altas c ilihd ricas con nûcleos h ipercrom âticos a distintos niveles (pseudo-estratificaciôn) y con vacuolas subnucleares en secreciôn. B i e l endometrio basai se pueden apreciar numerosas agmpaciones de vasos espirales. B) Mama_: Displasia glandular de la mama con adenosis lo b u lilla r , provocada a r t if ic ia l­ m ente, como en la especie humana. Se observan conductos excretores dilatados y quistificados con formaciones papilares in tra lum ina les y metaplasia epidermoide de un e p ite lio inm aduro, ju v e n il y muy c ro m â ti- co. Se puede encuadrar dentro de las displasias graves por la a tip ia de l ep ite lio y con la pre­ sencia de algunas m itosis desplazadas. El e p ite lio de superfic ie estâ adelgazado y muestra gruesa capa queratinizada. CASO M - 97 Género: Macacus Rhesus. Medicaciôn y dosis to ta l: 9 mg. de valerianato de estradiol ( 9 semanas de tra tam iento). -116- Estudio h istolôgico B idom etrio : H iperplasia glandular difusa, con aumento de l nûmero de glândulas y de cé lu ­ las estromâticas. Superfic ie de cavidad endom etria l festoneada por discretas formaciones polipoideas recu- biertas por un e p ite lio con vacuolas subnucleares muy marcadas en secreciôn. El sistema glandular se compone de numerosos elementos rectilineos, de d istribuciôn ordena- da y de pequeRo ca lib re , recubiertos por un e p ite lio s im ila r a l de superfic ie, con vacuolas en secreciôn. Estroma compacto con numerosos cûmulos de células. En la basai de la mucosa aparecen formaciones de arterias espirales. CASO M - 98 Género: Macacus Rhesus. M edicaciôn y dosis to ta l: 10 m g. de valerianato de estradiol (2 1 /2 meses de tra tam iento). Estudio histo lôgico A) B idom etiio : Proliferaciôn persistente e hiperplâsica con glândulas quistificadas, que a l ig u a l que algunos casos anteriores, semeja la hiperplasia glandular quistica de SCHROEDER. B i este caso, a d iferencia de l anterior, las glândulas ademâs de numerosas y de mayor ca ­ lib re Üenden a la qu is tifîcac iôn , observândose algunas de ellas m uy dilatadas junto a otras de menor ca lib re . Los epite lios son, asim ism o, pseudo-estra t i fie ados con vacuolas subnucleares. El estroma es denso y edematoso. B) D H ^ C ^ V D Ç : Aunque esta parte de l ûtero no ha sido estudiada sistem âticam ente, ex - ponemos este câso por su interés g râ fico . Se muestran las tip icas hendiduras de FLHÜMANN, caracterizadas por un gran desarrollo del componente glandular endocervica l en forma de tûneles y hendiduras glandulares muy - complejas, adoptando una disposiciôn en forma de encaje. Se aprecia una hipersecreciôn m u - -117- cfpara rellanando las luces glandulares. Es un c la ro e jem plo de la acciôn persistente de estrô­ genos. C) Mama : Se visualizan proliferaciones lobuliHares acinosas h ipertrô ficas, Los conductos excretores se muestran revestidos por un epiteHo m etaplâsico escamoso. El e p ite lio de superfic ie esta ligeram ente pro life rado y engrosado con estratos bien orde- nados; hay pro life rac iôn de las células basales con d ig itaciones. CASO M -113 Género; Erythrocebus, M edicaciôn y dosis: 12 m g. de va lerianato de estradiol ( 3 meses de tra tam iento). Estudio h isto lôgico A) E ndom etiio : Reacciôn p ro life ra tiva hiperplâsica de la mucosa endom etria l con q u is tif i- caciôn glandular, que no Uega a a lcanzar e l grado de otros casos de hiperplasia ̂ andu loqu is- tica . Las caracteristicas que definen la m orfo logfa glandular, es s im ila r a los casos descritos, près en tan do un e p ite lio pseudo-estratificado con numerosas vacuolas en secreciôn. Es tfp ico de esta preparaciôn la gran hiperplasia del estroma citôgeno con células muy apretadas de escaso citoplasm a y nûcleos hipercrom âticos. De la m ism a manera se visualizan gran p ro life rac iôn de arterias espirales. B) Mama_; Existe una hiperplasia e hipertroSa de la m am a, de modo discreto, con conduc­ tos excretores mamarios dilatados poco numerosos, CASO M - 93 Género; Erythrocebus. M edicaciôn y dosis: 14 m g. de valerianato de estradiol ( 3 1 /2 meses de tra tam iento). Estudio histo lôgico A) Endomehio : Hisperplasia adenomatosa del endometrio con predom inio del e lem ento -118- glandular sobre e l componente citôgeno. Su caracteristica mâs s ign iflca tiva es la gran pro life rac iôn de estructuras glandulares, m u - chas de ellas quistificadas, muy unidas entre ellas con la consiguiente dism inuciôn de l estroma citôgeno que los sépara. La superficie de la mucosa evidencia formaciones polipoideas muy marcadas, recuMertas por un e p ite lio de células altas, mâs que las normales, y con am p li as vacuolas subnucleares en secreci& i. Lo m ismo ocurre con las células ep ite lia les de l resto de las glândulas, cuya im a - gen re fle ja nûcleos junto a la lu z glandular intensamente tehidos, bajo los cuales se de^n ver grandes vacuolas repie tas de secreciôn^ Estas caracteristicas dan la im presi& i de tra tarse de una fase secretora. En la basai existe desarrollo de l aparato vascular con arterias espirales. B) M a m ^ : Glandula m am aria con notable hiperplasia de l parénquima, con pro life raciôn glandular, y qu istificac iôn y d ila tac iôn de los conductos excretores. Existe una marcada pro­ life rac iôn del ep ite lio correspondiente a la zona del pezm . CASO M - 92 Género: Erythrocebus. Medicaciôn y dosis: 29 m g. de va lerianato de estradiol ( 7 1 /2 meses de tra tam iento). Estudio h isto lôgico ^ : Ifiperplasîa glandular quistica con pro life rac iôn p rinc ipa lm ente de las glândulas, rodeadas de un estroma denso y fibroso que alterna con otras âreas de es truc tu - ra la xa - Las glândulas son tubulares rectilfneas, aumentadas en nûmero y con d iâm etro va ria ­ ble. El ep ite lio de revestim iento de la superficie endom etria l muestra células c ilu id ricas con vacuolas subnucleares muy manifiestas, imagen que hace contraste con e l resto de las glândulas, y que las mâs superficiales, o sea las localizadas en la funciona l, evidencian “ 119” estas estructuras aunque de modo disereto. El e p ite lio de las glândulas quistificadas es de tipo cûb ico bajo y en donde escasamente se visualizan vacuolas, A pesar de la gran cantidad de estrogenos recih ido, e l estroma citôgeno no m aniftesta una reacciôn considerable, como debaa corresponder, estando en discordancia con la reacciôn que muestra e l aparato g landular. A q u i, com o en los casos anteriores, no se ven vasos espirales en la funclona l, sino ünicam ente en la basai, aunque en la présente esta m uy poco proUferado. B) Mama^: Los conductos excretores mamarlos aparecen m uy proliferados y quistifîcados, observândose epiderm izaciôn por m etaplasia de los galagtôforos. El e p ite lio escamoso de la p ie l présenta una notable pro life rac iôn con espesamiento en algunos lugares, entre lœ que se hallan e l e p ite lio que recubre e l pezôn y la areola mam aria. ESTUDIO CONTROL CASO M -114 Género: Erythrocebus. M ed icacion y dosis: 475 mg. de Caproato de H id rox i- progesterona (19 semanas de tra ta - m iento). Estudio h istologico A) B idom efrw : En contraste con los endometrios anteriores, se observa, en estos casos - con tro l, glandulas poco numerosas, m orfo lôg icam ente en discreta fase secretora, aparecien- do algunas quistificadas y con bordes Hgeramente festoneados. El Carm in de Best es negativo, por lo que no se puede v isua lizar la secreciôn de glucôgeno. Muestran como caracteris tica, la aparicion en la mucosa func iona l, cerca de l ep ite lio de superfic ie, los tip icos ov illo s espi­ rales propios del efecto de la progesterona. Aparecen senos venosos de pared delgada en laS cercanias de los vasos espirales, destina- dos, como se sabe, a favorecer la im p lan tacion del huevo en v irtud a su com unicacion con -120- las arterias espirales, lugar de donde reel ben e l suministro energetic o. B) M a m ^ : Notable p ro life rac iôn del con juntivo pa lea l pe riducta l por accion de la proges­ terona, Los ccmductos excretores mamarios es tan proliferados, CASO M -115 Género: Macacus Rhesus. M e d ica c ia i y dosis: 425 m g. de Caproato de H idroxi-progesterona (16 sesian.de tra tam ien- to). Estudio h isto logico A) B idom etrio : Estructura endom etria l poco s ign ifica tiva en cuyas imagenes se aprecia un d e fic it de desarrollo g landular, con una m orfo log ia que no responde a la tip ic a de la accion progestacionaL Hay transformacion decidual en forma de nodulos no exist!endo de tipo un iver­ sal. B) Mamji_: Conductos excretores proliferados de superficie m uy recortada, en torno a las cua - les se evidencia e l te jido con juntivo pa lea l en pro life rac iôn mas discreta. El e p ite lio que recu­ bre la mama esta adelgazado y const!tuido por 4 ô 5 hileras de células. CASOS EN CONDICIONES BASALES: M -121 y M -122 Estudio h isto lôgico A) ^ d o m e tr io : Poco {xohferado haciendo contraste con los descritos. Mucosa m uy baja pe- ro activa que orig ina pequeAas formaciones papilares recubiertas por epite lios y estrrxna citôgeno. B) Mama_: Nôtese la d iferencia que existe en los elementos que componen la mam a norm al: e p ite lio , glandulas y ductus en contraste con aquellos que han sido suministrados con estrogenos. I V I C O N O G R A F I A M - 95 Macacus Rhesus 4 mg. Valerianate de Estradiol 1°. - Imagen a lupa de una hiperplasia glandular difusa. Se evidencia gran desarrollo de l siste- m a glandular y estroma citôgeno. La flecha indie a una formaciôn polipoidea. 2°. - D eta lle a mayor aumento donde se re fie j an e l e p ite lio de revesüm iento y e l componen te glandular, con elementos practicam ente iguales, rectilTneos y Men ordenados. 3°, - Glandulas a aumentos de 6 ,3 X , con nucleos distribuidos en forma pseudoestratlficadas y vacuolas subnucleares, Obsarvese la riqueza ce lu la r de l estroma. i M -i i M - 90 Erythrocebus Patas 5 mg. Valerianato de Estradiol 1°. - Panoramic a del endom etrio en donde se observa gran pro life raciôn adenoma tosa del siste- ma g landular, cuyos elementos se encuentran adosados unos a los otros, con disminuciôn de l estroma citôgeno. En la capa basai se encuentran vasos espirales m uy proliferados. 2°. - Zona de endometrio a m ayor aumento, donde se visualizan glandulas, estroma citôgeno y vasos. 3°. - D e ta lle de un as glandulas a 16 X aumento. Se aprecian con precisiôn, nucleos a distinta a ltu ra , con vacuolas en po lo basai y m und ia l (sefialados con flecha). 4 °. - Vasos espirales a gran aumento. CASO M - 9 0 « » M - 9 0 Erythrocebus Patas 5 mg. Valerianato de Estradiol 1° , - Cor te transversal de la mama mostrando gran pro life rac iôn de l e p ite lio de superficie, a modo de digitacicsies profundas. La flecha ind ica imagen de displasia grave de l ep ite lio con leucoplasia. 2 °. - Imagen anterior a mayor aumento, donde se visualiza la hiperplasia de las células basa- les, cuyo espesor esta comprendido entre las fléchas. 3 ° y 4®. - Formaciones lobu lilla res proliferadas a distintos aumentos. CASO M“ 9 0 ■i % M - 96 Macacus Rhesus 5 mg. Valerianato de Estradiol 1°. - Panorâmica de un cor te transversal de utero con engrosamiento de l m iom e trio y discreta p ro life rac iffli endom etria l. El contom o de la luz uterina es m uy recortado con form acio­ nes polipoideas. 2°. - Excrecencias p o li posas de la superficie endom etria l y glandulas adyacentes a un aumen­ to de 2, 5 X. 3°. - D e ta lle de una g lândula, en cuyo e p ite lio aparecen vacuolas en ambos polos celulares, Estroma citôgeno denso y com pacto. C A S O N - 9 6 / V - M i 4 M - 96 Macacus Rhesus 5 m g. Valerianato de Estradiol 1°. - Seccion de l parenquima m am ario , mostrando pro life raciôn de sus componentes. Se ven algunos conductos excretores aislados y un e p ite lio de superficie adelgazado. 2°. - Imagen del e p ite lio que recubre la m arna, con escasos estratos celulares bien ordenados. 3°. - Ductus excretores poco proliferados. CASO M ~ 9 6 .V V , . w m m m .j L M > # # # # # i v : t )T 1 - % M - 91 Erythrocebus Patas 6 mg. Valerianato de Estradiol 1 ° . - Corte transversal del utero, fo tografiado a lupa, en e l que se observa e l m iom e trio (m) cercando la mucosa endom etria l (c) p ro lifé ra da. 2°. - H iperplasia glandular, correspondiente a otra preparaciôn de l mismo caso, en donde se ven numerosas glândulas rectilineas, separadas por un estroma ce lu la r denso, alternan- do con zonas edenomatosas (zona mas clara de lim itada con fléchas). 3°. - D eta lle a gran aumento de las vacuolas subnucleares, localizadas en e l e p ite lio de su­ p e rfic ie y en e l g landular, Obsérvese e l produc to de secreciôn (s) que existe en los espa- cios interglandulares. CASO M“ 9 1 » ^ Ï Ï M - 94 Erythrocebus Patas 8 m g. Valerianato de Estradiol 1°. - Panorâmica de una hiperplasia glandular quistica e h ipertro fia de la capa muscular, 2 ° . - Imagen a m ayor aumento de la preparaciôn anterior, mostrando areas de edema y estro­ m a com pacto. 3 °. - y 4 ° . - Zona de e p ite lio superfic ia l y glandulas adyacentes que evidencian e l escaso desa­ rro llo vacuolar y las areas edenomatosas del estroma citôgeno, con produc to de secreciôn. IH m i m c % a S L M r 101 Erythrocebus Patas 8 mg. Valerianato de Estradiol 1°. - H iperplasia glandular qu istica , tipo SCHROEDER, dcaide se ven m uy desarroUados los très cOTnponentes estructurales de l endom etrio ; glândulas, estroma, vasos. Las fléchas ind ican los cumulos de vasos espirales. 2 °. - Fotograffa a mayor aumento (2 ,5 X) de la im agen anterior. 3 °. - Corresponde a las mismas imagenes anteriores en donde se deta llan e l d is tin to ca lib re - g landular, adoptando la form a de "queso su izo ". Obsérvese la m orfo log ia de l e p ite lio - g landular y la densidad d e l estroma c itôgeno. 4°. - Représenta las diferencias de densidad de l estroma, ta l y com o ocurre en las hiperplasias descritas por SCHROEDER. En (c) e l estroma citôgeno es de tipo com pacto, m ientras en (e) es de caracteristicas edematosas. C A S O M ~ 1 0 1 1 □ 1 M - 101 Erythrocebus Patas 8 mg. Valerianato de Estradiol 1°. - Secciôn de la marna en cuyas imagenes aparecen conductos excretores dilatados, y un e p ite lio de superfic ie ligeram ente pro life rado. 2°. - E p ite lio que recubre la m am a con h iperp lasia de las células bas aies formando d ig itac io - nes. 3°. - Zcxia de parénquima visua lizando ductus dilatados y acumulos glandulares. C A S O M - 1 0 1 ' - A . i T c . ^ v . J C ' - : ' < !'. M - 111 Erythrocebus Patas 8 m g. Valerianato de Estradiol 1 ° . - Panorâmica de un corte transversal de utero, donde se aprecia un endometrio engrosado c a i imagenes que remedan la h iperplasia glandular quistica de SCHROEDER. 2 ° . - Dis tin ta panorâm ica endom etria l, correspondiente a otro corte de l m ismo caso, donde se pone de m an ifiesto las caracteristicas de un estroma denso y ce lu la r repleto de glan­ dulas de d is tin to ca lib re . 3°. - Pertenece a la preparaciôn an terio r, a la zona senalada con flecha , a un aumento de 6 ,5 X . 4 0 . - D e ta lle g landular de las imâgenes anteriores sefialadas con asterisco. Se observan per- fectam ente tanto e l e p ite lio g landular como e l de superficie con sus nucleos h ipercro- m âticos a distintos niveles y vacuolas subnucleares. En los espacios interglandulares - aparece producto de secreciôn. C A S O M - 1 1 1 ? Q / / M - 111 Erythrocebus Patas 8 mg. Valerianato de Estradiol 1 ° . - Imagen panorâm ica de una mastopatTa qu is tica con p ro life rac iôn en forma adenomato- sa y numerosos conductos excretores dilatados y quistificados, en algunos de los cuales existe formaciones papilares in tra lum ina les . 2 °. - D is tin to campo de la m ism a preparaciôn mostrando la reduplicacion y p ro life rac iôn - g landular lo b u lilla r . 3 O y 4 0 ̂_ Representaciœi a distintos aumentos de la hiperplasia ■ lo b u lilla r , delim itados por un estroma colâgeno fibroso. C A 8 0 M - 1 1 1 a t < S % SJ: X M- 111 (continuacion d e l caso anterior) 1°. - Imagen de ductus dilatados y qui s tifle a dos, uno de ellos mostrando p ro life rac ion del epi- te lio que los tapiza. El te jid o e p ite l ia l de superfic ie se encuentra adelgazado. 2°. - Cor te a distintos niveles ( a , b y c) de un conducto excretor d ila tado. Observese en (a) la formacion papilar in tra lu m in a l con metaplasia. For las caracteristicas de l ep ite lio se le encuadrô dentro de las displasias graves. 3°, - La formacion papilar a m ayor aum ento, donde se observan nucleos muy crom aticos. CASO M - 1 1 1 63. M - 97 Macacus Rhesus 9 m g. Valerianate de Estradiol 1°. - Endometrio fotografiado c a i lupa, cuya mucosa se encuentra m uy engrosada y repleta de numerosas glandulas de pequeflo ca lib re , adoptando la estructura de la h iperplasia g lan­ dular difusa. 2°. - Imagen a un aumento de 6 ,3 X , que re fle ja e l e p ite lio de revestim iento de la luz endo­ m e tr ia l y algunas formaciones glandulares contiguas. 3°. - Observese la secreciOT vacuolar de l e p ite lio de superfic ie, con e lim inac ion d e l producto a la luz de la cavidad utérin a. E l estroma es denso y compacte. M - 9 7 v r ^ M - 98 Macacus Rhesus 10 mg. Valerianate de Estradiol 1 ° . - Im agen panoramic a de un endom etrio con hiperp lasia glandular quistica tipo SCHROEDER, Observese zonas claras con otras mas obscuras, équivalentes a areas edematosas y densas respecUvamente. 20 y 3 ° . - Distintos campos de la fo togra fia anterior (correspondientes a los seflalados con f lé ­ chas), donde se muestran la m orfo log ia de l componente glandular. En la foto nS 3, se aprecia con mas precision las areas de estroma denso (d) y edematoso (e). 4 °. - Endocervix ; Hendiduras de FLHOMANN. T ip ic a tune lizacion de la mucosa endocervical pro life rada con secrecion en la luz g landu lar. CASO M - 9 8 0 . a 0 % a M - 9 8 Macacus Rhesus 10 mg. V alerianato de Estradiol 1°. - Seccion transversal de la m am a donde se v isua liza e l e p ite lio de superfic ie , lige ram en­ te engrosado, en pequeHas d ig itaciones a expensas de la p ro life rac ion de células basales. 2°. - Increm ento de l desarrollo g landular m am ario con formaciones lobu lilla res hipertroficas. Conductos excretores dilatados y tapizados por un e p ite lio metaplasia) escamoso. 3 ° y 4 ° . - Imagenes de la p ro life rac ion lobuhllares-acinosas. CASO 1 1 - 9 8 M - 113 Erythrocebus Patas 12 mg, Valerianato de Estradiol 1°. - Panoramic a de un cor te de utero (fo togra fiado a lupa) apreciândose gruesa capa m iom e- t r ia l en torno a una p ro life rac ion h iperp lâsica de l endometrio. Con de ta lle y de un m o­ do m uy n itid o se observa todos los componentes de la mucosa: glandulas, estroma y va - sos, 2®. - Imagen a un aumento de 6 ,3 X de la zona marcada con flécha en la fotograffa anterior. 3®. - D e ta lle a 16 aumentos de l aparato g landular y e l componente estroma tic o. 4®. - Vasos espirales. La pared de l vaso dispone sus tunicas en forma concéntrica, recordando la m orfo log ia de las coles de Bruselas. CASO M-113 X M - 113 Erythrocebus Patas 12 mg. V alerianato de Estradiol 1®. - Fotografia panorâmica de un corte de m am a, cuyo parénquima se ve ligeram ente hiper- trofîado. 2®. - Reproduce!on de la im agen anterio r para demostrar e l escaso desarrollo glandular y duc- taL 3°. - Zona de e p ite lio de superfic ie discretam ente hiperplasiado con algunas digitaciones. CASO M - 1 1 3 & « 4 & M - 93 Erythrocebus Patas 14 mg. Valerianato de Estradiol 1° . - Imagen de una p ro life rac ion adenomatosa pap ila r de la mucosa endom etria l, con despro- porciôn entre e l numéro de glandulas y e l estroma citôgeno, predominando las primeras. 2 °. - Fotografia selectiva de las formaciones papilares, mostrando una superfic ie muy recorta - da y con base de im p lan tac iôn sesil y pediculada. 3°. - E p ite lio de superfic ie con célu las altas, nucleos muy crom aticos, y gran desarrollo de va- cuolas en e l polo basai. 4®. - E p ite lio glandular mostrando célu las altas con nucleos a distintas alturas y grandes vacuo- las con secrecion en la luz g landular. CASO M—9 3 3 M - 93 Erythrocebus Patas 14 mg. Valerianato de Estradiol 1®, - Parénquima m am ario hiperplasico donde se evidencia un conducto excretor qufstico y d ila ­ tado. E p ite lio de superfic ie poco p ro life rado. 2®, - Imagen de algunos ductus quistifîcados. 3®. - y 4®. - Notable desarrollo de l e lem ento glandular. CASO M - 9 3 W T * % ^ * # . 4 T ^ %, * ( I W 5^p ' ’ Ï M - 92 Erythrocebus Patas 29 mg. Valerianato de Estradiol 1°. - Seccion transversal de l fundus u te rino , mostrando una panorâmica de hiperplasia glandu­ la r qu is tica , con glandulas rectos de diverse ca lib re y estroma denso con areas mas laxas. 2°. - Elementos glandulares de e p ite lio bajo con secrecion In tra lum inaL Entre las m allas del estroma se visualizan pequefios cum ulos de vasos espirales. 3®. - D e ta lle de l e p ite lio de revestim iento (er) con vacuolas subnucleares muy évidente^, en comparaciôn con e l e p ite lio glandular (eg) de células bajas y apenas se visua lizan vacuo­ las. Obsérvese diferencias de densidad en algunas zonas del estroma citôgeno. CASO M“ 9 2 m m #<» % M - 92 Erythrocebus Patas 29 mg. Valerianato de Estradiol 1®, - Conductos excretores mamarios quistificados. En A se ve la epiderm izaciôn por m etap la ­ sia de l galactôforo ccai d ila tac ion quistica de su luz. En B; metaplasia in tra lu m in a l de l m ismo conducto galactôforo. En C ; obstrucciôn to ta l de la luz de un conducto ga lactô­ foro por metaplasia e p ite lia l, 2®, - Imagen a mayor aumento de la zona sehalada con A, cuyas fléchas ind ican la epider­ m izac iôn por metaplasia de l conducto. 3 °. - Corresponde a la imagen B mostrando la p ro life rac iôn e p ite lia l in tra lu m in a L CASO M - 9 2 M - 9 2 (continuacion ) 1° , - Observese la ep iderm izaciôn por metaplasia con obstrucciôn to ta l de la luz de un con­ ducto ga lactô foro, seRalado con flecha y correspondiente a la im agen C de la fotogra- fia anterior. 2®. - P ro life rac im de l e p ite lio escamoso de la p ie l en la zona correspondiente a l pezôn y areola m am aria , 3®. - Conducto excretor d ila tado y qu istificado a aumentos de 16 X. C A S ) W - 9 2 . ê m c‘l® iL à # M - 114 Erythrocebus Patas 475 m g.Caproato de Hidroxi- Progesterona 1®. - V ista panorâm ica de un endom etrio sometido a la acciôn de la progesterona, en cuyas imâgenes se pone de m anifiesto discreto numéro de glandulas, algunas quistificadas y con borde ligeram ente festoneados. 2®. - Imagen am pliada de la preparacion anterior. 3°. - Corresponde a la zona marcada con recuadro en la primera foto. Se ve a gran aumento los vasos espirales en la capa funciona l (V . e. ) y los senos adyacentes (S. V. ). C A S O M - 1 1 4 M - 114 Erythrocebus Patas 475 mg. Caproato de Hidroxi-Progesterona En las très fotograffas, y seleccionando campos distintos, se ven conductos excretores m a- marios proliferados, de contornos recortados y rodeados de un aumento del te jido con juntivo pa- lea l, propio de la accion progestacional. El e p ite lio de superficie adopta un aspecto norm al. CA80 NI-114 f M - 115 Macacus Rhesus 425 mg. Caproato de Hidroxi-Progesterona 1°. - Zona de endom etrio en discreto desarrollo glandular, don de se re fle ja una pequeha transfor- m aciôn decidual (seüalada con flécha) en la funcional de la mucosa. 2°. - y 3°. - Imâgenes de l nôdulo decidua l a distintos tamanos. CA80 M - 1 1 5 M - 115 Macacus Rhesus 425 mg. Caproato de Hidroxi-Progesterona 1°. - Parénquima m am ario mostrando pro life raciôn de ductus excretores de superfic ie festonea- da con crec im iento mas discreto de l te jido conjuntivo pa lea l periducta l. 2°. - Imagen am pliada de conductos excretores mamarios. 3°. - D eta lle del e p ite lio que recubre la mama cuyo espesor esta adelgazado y form ado por va­ rias capas celulares. El estroma que la circunda es de estructura laxa. CA80 M - 1 1 5 N ' CASO CONTROL EN CONDICIONES BASALES Tres imâgenes, en d iferente am p liac iôn , de un endometrio norm al, cuyo aspecto mues- tra una mucosa baja con un contorno festoneado que orig in a pequenas formaciones papilares. CA808 M-121 y 1 2 2 m x CASO CONTROL EN CONDICIONES NORMALES Aspecto m orfologico de una mama norm al, evidenciando e l e p ite lio de superfic ie , es­ troma, y algunos ductus. C t S O S » - t 2 i ) r 1 2 2 h V i V C O M E N T A R I O S -121- COMENTARIOS En lepetidas ocasiones y a lo largo de muchos aAos, se ha venido demostrando la dependen- c ia de l tracto reproductive a las hormonas ovaricas, confirmandose que tras la ablacion qu iru r- g ica de las gonadas se producfa una profunda a tro fia de l sistema g e n ita l, con a tro fia progreslva de los organos que la componen. Por m uy Uamativos que estos efectos puedan parecer,. es Ig u a l- mente elocuente e l comprobar que estas estructuras pueden ser vueltas a su norm alidad m edian- te la adm lnistracion de hormonas ovaricas. Efectivam ente, nosotros, en los resultados obtenidos, hemos observado, una vez mas, la re - lac iân de dependencia que existe entre la horm m a ovârlca y los efectos mas inm ediatos que se m anifiestan en e l trac to gen ita l. Se ha demostrado que e l efecto estrogénico d e l preparado de estradio l, sobre e l m iom e trio y endom etrio, ha sido re fle jado en su cualidad preferenteraente p ro lifé râ t!va , mostrada tanto por un incremento de l organ o, como por la patologfa inducida en sus componentes estructura- les. Asim ism o un h echo bien comptobado en los primates, es la accion de estos esteroides so­ bre la p ie l sexual, traduciéndose la accion estrogénica en fenômenos de turgencia y e n ro jec i- -122- m ien to , sigpos que han sido extraordinariaraente ostensibles en los animales de experim enta- c iôn que hemos u tiliza d o . Con anterioridad, se ha comprobado estos mismos hechos en d ive r­ ses clases de animales, HISAW (136) demostrô, que la inyecciôn d ia ria , a monas, de un estrôgeno en dosis équi­ valentes a 1.000 U I, o mas, durante diez dias, podia vo lve r a su aspecto in îc ia l e l utero y vagina, en condicicmes ccanparables a l com ienzo de la fase fa lic u la r de un c ic lo menstruaL Sin embargo no ocurria lo m ism o, si a una mona castrada, o s im ila r, se sometfa a una do­ sis d ia ria de 1 ô 2 m g. de progesterone durante e l m ism o periodo de tiem po, dado que en es­ tas condiciones, a lo sumo, se observaba un pequeflo cam bio en e l tam aflo de los ôrganos re­ produc tivos. Estos hechos son confirmados por nosotros, considerando que la dîferencia de - efectos entre estrôgaios y progesterona a n iv e l endom etria l se hace patente. Los casos M -114 y M -115 tratados con Caproato de Hidroxi-progesterona a i altas dosis han logrado in duc ir un grado de pro life rac iôn uterina, no comparable a l desarroUado por su hormona antagônica, lo que demuestra que la progesterona, por si sola, desmerece en esta cualidad, puesto que es discretam ente trô fica y por tanto es ine ficaz cuando se adm inistra sola. A lo sumo, la pro­ gesterona puede mantener en ac tivo , e l crec im ien to efectuado por los estrôgenos, cuando la adm inistraciôn de ambas hormonas es simultânea (HISAW) (136). C a lxfa m ediar en esta situaciôn, e l pensamiento de KONISHI y co lb . (162) que sugieren, que los estrôgenos pud ie- ran ser un factor in ic ia d o r de la p ro life rac iôn , m i en tras que la progesterona se la podria cco - siderar como un factor de la dîferenciaciôn, dado que su actuaciôn se rea liza ria mediante e l acoplam iento con e l estrôgeno. Sin embargo, en cuanto a efécto tip ico progestacional, tan solo, hemos vis to una reac- ciôn decidual discreta, que pone én te la de ju ic io , la fa lta de preparaciôn previa del endo­ m etrio por los estrôgenos. La serie de experiencias realizadas sobre e l mécanisme de las hormonas estrôgenicas a -123- n iv e l ce lu la r, han demos trado las m odificaclones, en v irtud de las cuales los efectores estroge- nicos orig inan su c rec im ien to . Un aumento de l flu jo sanguineo asociado a una m ayor captacion de agua, e lectro litos y aminoacidos, asi como e l increm ento de la sihtesis proteica y la f i ja - c ion de nucleotidos precursores d e lR . N. A . , jun to a otros procesos b ioquim icos, actuarian a te­ nor de este increm ento tisu la r, por lo que suponemos han sido puestos en marcha en los an im a­ les de ensayo, a deducir por las respuestas evidenciadas en su anâlisis anatom opatolôgico. C ree- mos pertinente esta deducciôn amparândonos en los estudios biolôgicos de diverses investigado- res que han sabido re lacionar todas las m odihcacirx ies bioquim icas con los procesos habltuales de c rec im ien to , los cuales ir la n seguidos, u lte rio rm ente por un proceso de m u ltip lica c io n c e lu ­ la r, hasta alcanzar, caso de insis t i r e l estfm ulo estrogénico, e l grado de h iperplasia. El anâlisis h istopato lôgico de 12 mon as hiperestronizadas, re fle jan unos endometrios en es- tado de hiperplasia que haoen un porcentaje de IQQPjo de los casos. Es évidente que e l tipo de respuesta de cada an im a l ha sido d iferente, ante un mismo preparado estrogénico. En todos se marca un notable engrosamiento de la mucosa, con pro life rac iôn de glândulas, estroma y vasos, pero existen diferencias de grado al c u a lif ic a r e l tipo de a lteraciôn. Se han obtenido h i- perplasias glandulares di fusas, de ran go mâs benigno, en la m ita d de los casos; hiperplasias glandulares quisticas, con imâgenes de "queso suizo” (parangonables con los descritos por SCHROEDER) en cinco casos, y una hiperplasia adenomatosa (caso M -93 ), que a c rite r io , de algunos autores, se tra ta ria de l estamento h isto lôgico mâs cercano a la p ro life rac iôn a tip ica , El desarrollo glandular ha sido notablemente m anifiesto en todos los casos, salvo en uno (M -96) cuÿa mucosa es discretamente p ro life raüva . De modo s im ila r, se révéla e l com po­ nen te estrom âtico, con zonas de ce lu laridad compactas, alternando con âreas mâs edem ato- sas. El aparato vascular ha sido muy acusado en algunos endometrios entre los que destacan e l M -90, M -111 , y M - 113, La superficie de ciertos endometrios, aprecianse de aspecto po— lipo ideo, con reheves en la luz uterina muy recortados. -124- Resultados parecidos, lo obtuvieron hace aflos, algimos autores que manejaron monos Rhe­ sus inyectados con dosis elevadas y prolongadas de estrôgenos. La hiperplasia glandular q u is ti- ca de l endometrio fue producida por TIETZE (291) en 1. 934, y ZUCKERMAN (321) en 1. 937 en un mono Rhesus,y por ZUCKERMAN y MORSE (323) en e l chim pancé. ENGLE y SMITH (79) con estrôgenos solos, hallaron un grado moderado de hiperplasia - quTstica en una mona castrada que habTa sido tratada durante 135 dias con 10. 000 U . A lie n - Tbisy de estrôgenos diarios. Sin embargo, asociando la progesterona a la hormona estrogéni­ ca en menor dosis y por corto p lazo, produjo en e l M . Rhesus una hiperplasia quisüca muy - bien desarrollada semejando e l aspecto en queso suizo de NOVAK. ENGLE, KRAKOWER y HAAGENSEN(( 77) estudiaron c inco monas Rhesus (Macaca M u la - tta) con im p lan tac iôn subcutânea de cristales y capsulas de a lfa -estrad io l a intervalos de 5 y 6 semanas, durante un periodo de 24 y 28 mes es, observando en dos casos, hiperplasia - glandular qufstica, y en los restantes e l endometrio habia dism inuido en grosor. ZUCKERMAN (321) en 1.937 seflalô un solo caso de endometrio con d ila tac iôn quistica, en un an im a l du­ rante un afio con 1 0 0 gammas de es trôna crista lizada . ENGLE y SMITH (78) y HISAW y co lb . (135) han comunicado que no encontraban d ila ta ­ ciôn quistica de endometrio de l mono. Las dosi ficaciones utilizadas fueron todas bajas, pe­ ro e l tiem po de tratam iento fué prolongado. HARTMAN, GESCHICKTER y SPEERT (123) u tiliza ro n 20 monas Rhesus hem bras jôvenes que recibieron entre 30.000 y 500. 000 U. I de diferentes estrôgenos en soluciôn oleosa, mâs 1 a 4 pellets de 3 m g. por semana; a partir de los 18 meses, y a diferentes intervalos, prac- ticaron autopsias, encontrando que e l tracto gen ita l se ha llaba de tamaho in fa n til pero con la mucosa m odi fie ada. Solamente en los casos en que la necropsia se practicô a los 18 m e­ ses, es decir, las monas me nos tiempos tratadas, se observô una hiperplasia endom etria l ad- qu irida, y en e l resto, tan solo se manifesto algunas glândulas con e p ite lio a lto y vacuolas -125- subnucleares m uy desarrolladas. En opin ion de DAHL-IVERSEN y co lb . (60) en las monas, la hiperplasia glandular qufstica no es una aparicion regular en e l tra tam iento prolongado con estrôgenos, aunque ellos, adm i- nistrando durante un tiem po sufic ientem ente largo sustancias estrogenic as (benzoato de estra­ d io l y d ie til-e s til-b o e s tro l) han producido en tres monas m odificaclones de l endom etrio que se asemejan m orfo lôg icam ente a hiperp lasia glandular quistica de la especie human a. Hemos de decir que, en nuestra op in ion, no podemos com pa rtir e l c r ite r io n i los h a lla z - gos de estos autores en toda su extension, puesto que los resultados del presente m a te ria l de- muestran de un modo fidedigno que los estrôgenos a largo p lazo y en cantidades superiores a las normales, tienen ccm o norma la producciôn de endometrios hiperplasicos. Se nos ocurre pensar, que las discordancias entre los resultados de ellos y los nuestros, sean mâs aparentes que reales, dado que, estudios realizados por nuestro mismo grupo de investigaciôn seflalan la presencia de zonas de h ite in izac iôn en e l ovario de estos animales en condiciones normales. A l encontrarse nuestra co lon ia , previam ente castrada, las posibilidades de una accion antagô­ n ica por e l efecto progesttcicm al ovârico, frente a los estrôgenos administrados, quedaria des- cartada y exclu ida. Sin embargo, fenômenos sim ilares han acontecido en algunos expérim en­ tes citados, cuando los estrôgenos actuaban en endometrios de monas previamente castradas,y por supuesto.Jos resultados elaborados, tam poco alcanzan la magnitud de los nuestros.Nos ca - be, entonces pensar, que là jus tifîcac iôn de estos hechos vendrla determinada por la clase de preparado esteroideo empleado, considerando a l Va lerianato de Estradiol con una potencia de accion superior a los manejados por los referidos investigadores. A l margen del tipo de pato logfa endom etria l, hemos observado que la respuesta en estos primates, es d istinta un as de otras. En termines generates, las hiperplasias mâs lev es son p a tr i- monio de l Macacus Rhesus, m ientras que las proliferaciones mâs acentuadas dominan en e l género Erythrocebus. En la marna ocurre un fenômeno s im ila r. -126- El anâlisis de nuestras preparaciones viene a deducir que la accion estrogénica a n iv e l endo­ m e tr ia l alcanza un Ifm ite de p ro life rac iôn . No por adm inistrât mâs dosis se consiguen resultados mâs relevantes, sino que la respuesta de la mucosa uterina ha sufrido la m ayoria de los cambios en situaciones anteriores, para después permanecer estabilizada. Estos argumentos tienen su base en la comparaciœi de los efectos conseguidos en aquellos casos de baja dosificaciôn estrogénica, en contraste con los que alcanzaron mayor estfmulo esteroideo (véase como e jem p lo e l M -90 y M -92). Recordemos que para que una acciôn b io lôg ica se m anifieste se hace necesario, aparté de - una particu la r sensibilidad y capacidad del te jido para f i ja r e l esteroide, un po tenc ia l adecuado de respuesta, Deducciones sim ilares, fueron sehaladas por ENGLE, y SM ITH (78), y HISAW (134,136), los cuales han supuesto que e l c rec im ien to de l endometrio inducido por estrôgenos es lim ita d o , V i- nieron a decir que una dosis de estrôgenos, capaz de mantener e l endom etrio de una an im a l - cas trado durante un periodo inde fin ido sin la concurrencia de hemorragias, estim ula râp idam en- te e l crec im ien to durante las dos primeras semanas aproximadamente. Durante este periodo de tiem po,un grosor m âxim o de l endom etrio se consigne, e l cua l se m antiene constante o incluso puede dism inuir durante e l curso de l tra tam iento. HISAW (136) ha comprobado estos mismos he­ chos, estudiando la activ idad m itô tic a en e l e p ite lio de las glândulas y en la superfic ie mucosa, advirüendo que la d iv is iôn ce lu la r es mâs râpida inm ediatam ente después de l com ienzo de una terapia con estrôgenos, para, a continuaciôn, déclinar y hacerse mâs lenta . Considéra, que la pé r- dida de capacidad de respuesta de l endometrio a un tratam iento estrogénico, guarda mâs re la - c iôn con la longitud de l tra tam iento , que con la dosificaciôn de hormonas. Estas deducciones parecen no estar de acuerdo con las investigaciones de TALWAR y co lb , (287), cuyos recientes estudios, han demostrado la existencia de unas macromoléculas présen­ tés en el c itoso l y en e l nûcleo de las células, a las que se une e l estradio l; estos elementos -127- son de l orden de unas 16. 0 0 0 por ce lu la , con la propiedad de ser fac ilm en te saturables por una ccsicentraccion horm onal fis io log ica , razon que hace pensar la posible lim ita c io n de respues­ ta ce lu la r, en caso de niveles hormcaiales exagerados. A tenor de estas consideraciones, parece ser que la retiactariedad de l endom etrio a los es- troga ios es tan marcada, que después de 1 0 0 dias de tra tam iento, aproximadamente, se obser- van una pequefia c anti dad de células en d iv is ion en e l e p ite lio de las glândulas y en e l super­ f ic ia l. La m orfo log ia general de l endometrio mantiene la apariencia caracteristica de una fa ­ se fo lic u la r de l c ic lo menstrual, excepto a la correspondiente a l estroma, que es corrientem en- te mâs denso, asf como e l e p ite lio glandular que muestra grandes depôsitos de glucogeno subnu- cleares. (HISAW). Se ha vis to en prim ates, que los efectos que acompaflan a la estim ulaciôn estrogénica m o - derada, pueden llegar a ser exagerados en varios aspectos, cuando grandes dosis de éstos, se ad- m in istran durante un periodo prolongado, llegando incluso, a producir respuestas injuriosas, K A I­ SER (156) en 1.947 describiô la destrucciôn de las arterias espirales de l endometrio en monas que habian rec ib ido amplias dosis de estrôgenos; y HARTMAN y co lb . (123), citados an te rio r- m ente, re fieren, ante esta conducta, la reduc c i ôn del tracto reproductive llegando a alcanzar e l tamaho correspondiente a un an im a l ju ve n il. A la vista de esta lim ita c iô n de respuesta de l endometrio a los estrôgenos, es sorprendente la capacidad y potencia lidad regenerativa y de crec im iento que poseen estas hormonas, de a h f la frase de c ie rto autor de que " la respuesta a los estrôgenos es una verdadera sinfonia en ana- bolism o, en la cua l e l estradio l conduce la acc iôn". Estas cuahdades fueron demostradas, muy claram ente, por HARTMAN (122) en una in ve s ti­ gaciôn llevada a cabo en monos, a quien practicô una disecciôn, tan cuidadosa como fué po­ sib le, de todo e l endom etrio, y seguidamente frotô energicamente la cavidad uterina con un paflo rugoso, hasta cerciorarse de la liberaciôn to ta l de la mucosa; mâs tarde, y bajo acciôn -128- estrogénica, los fragmentos de endometrio, indétectables, que habian quedado fueron capaces de llegar a restaurar la estructura com pléta. Pese a la indudable acciôn anabôlica de la hormona estrogénica, en ca lidad de sustancia de c rec im ien to , han habido autores que han intentado e x p lic a r.e l por q u é e l utero adquiere un ta - maho determ inado y no consigne aumentar e l grosor del endometrio ante un persistente estfmu­ lo esteroideo. Se ha cre ido que in f lu ir ia la presencia del m iom etrio envolvente, a modo de ca - parazôn que le im p e d iifa la progresiôn de su desarrollo, pero investigaciones llevadas a cabo en ûteros abiertos, por m ed io de incis ion es de la capa muscular, objetivables a través de fistulas abdominales, o en ûteros exteriorizados, se ha visto que no es una condic iôn restric tiva de m io ­ m e trio . Otro de los aspectos, de tipo funcicxia l, que se observa en endometrios supeditados a acciôn estrogénica, es la aparic iôn de notables vacuolas, en polo basai y m und ia l, del e p ite lio glandu­ la r y superfic ia l, con caracter secretorio. Nosotros tenemos ocasiôn de mostrar en e l m a te ria l - adjunto, gran riqueza de estos elementos. Nos llam a la atenciôn, la existencia de un pro duc to de secreciœi que suponemos se tra ta de glucôgeno, pero no hemos podido averiguar su id e n tifica - c iôn , y a que las tinciones con e l Carm in de Best no han teflido este poMsacârido. Sospechamos, que a l f i ja r las piezas operatorias en form ol a l lO^o, haya sido la causa de la desapariciôn de es­ ta sustancia. No obstante, hacemos m enc im a e llo , ante la co inc idencia de l ha llazgo de l m ism o, por diversos investigadores, ENGLE y SMITH (79), en e l e p ite lio de superfic ie de endometrio de monas hiperestronizadas, han demostrado vacuolas secretoras con e lim inac iôn del producto a la luz del utero, tratândose de glucôgeno, que incluso, se ha hecho tam bién évidente en las cé lu ­ las del parénquim a; estas u ltim as, hacen la sugerencia, pueden tratarse de células deciduales, a pesar de que a los animales no se le adm inistré progesterona; otra pos ib ilidad, es que se tra ta - ran de células em igrantes. Concluyeron, que los endometrios de los monos con hiperestronismo, contenian mâs glucôgeno, en las glândulas y en e l estroma, que los animales tratados con pro­ gesterona. -129- VAN DYKE y CH'EN, por m edio de determinaciones quim icas, deducen que e l contenido en glucogeno de l endom etrio de las monas ovariectom izadas y tratadas con estrona era mayor que en la fase fo lic u la r. Estos autores, llegan a demostrar, que e l a lm acenam iento de g luco­ geno en las células de las glândulas y en e l estroma del endom etrio, es mayor en los monos hiperestronizados que en aquellos tratados solamente con progesterona durante cortos periodos. Nues tr os casos con tro l de progesterona, tampoco han mostrado la presencia de glucôgeno. Por lo que concierne a la m arna, igua lm ente , es conceptuada com o ôrgano efee tor de las hormonas o varie as, cuyos compm entes glandulares experimentan cambios m orfolôgicos y fun - cionales a lo largo de la v ida reproducüva de l anim aL Su respuesta fîs iopatolôgica estâ gober- nada por las hormonas esteroideas m o tivo que nos per m i te considerarle en dependencia func io ­ n a l con e l tracto gen ita l, Los esteroides estrogénicos, en su ca lidad de hormona m orfogenética, estân in tim am ente ligados a l mecanismo m etabôlico de los procesos de desarrollo de la glândula m am aria. Es un hecho ind iscu tib le , que e l e fee tor m am ario res ponde activam ente ante la concurrencia de los estrôgenos, m o tivo que ha inducido a numerosos investigadores a estudiar su interconexiôn con e l câncer m am ario. Eïi este aspecto, es indudable que, la experim en taciôn an im a l juega un papel mucho mâs im portan te que los datos c lin ic os, puesto que deliberadam ente se actua sobre ellos, con la p re - tensiôn de in ten ta r provocar procesos maUgnos. Los roedores han sido v ic tim as, en mayor nu­ méro, de estos experimentos, sobresaliendo e l ratôn, como protagonista p rin c ip a l en la base de la investigaciôn an im a l (MURRAY. LACASSAGNE, HAAGENSEN y RANDALL, GESCHICK­ TER, HALL y MOORE, e tc .) . En nuestra co lon ia de monas hemos con firm ado los efectos fisio lôgicos de los estrôgenos sobre e l desarrollo de la glândula m am aria, a parte, de comprobar unos hallazgos, de ta l in - -130- dole pa to lôg ica , que si bien en otras especies animales fueron encontradas, nunca han sido ad- vertidas en primates. Por eso, hay autores como GESCHICKTER, HARTMAN, KRAKOWER, e tc. que opinan, que las monas son a ltam ente resistente a la cancerizaciôn estrogénica experim en­ ta l de la m am a. Nuestros resultados nos ponen en guardia ante e l efecto nocivo que pueden tener los estrô­ genos cuando, de un modo desordenado, inc iden sobre e l parénquima m am ario . A d iferencia de l endom etrio, catalogamos a este ôrgano « i un grado jerârqu ico de sensibilidad y susceptî- b ilid a d mâs elevada, ante la in ju r ia estrogénica, y estamos en la creencia que las lesiones pa- tolôgicas que puedan desencadenarse per este m o tivo , estân mâs de cerca de transformais en - m a lign as, que lo que podria acontecer en otros ôrganos. Sômetiendo a valoraciôn nuestros resultados hemos de m encionar que cuantos elementos - componen la glândula m am aria de la mona, han sido sujetos a crecim ientos variables, que - oscilan desde la sim ple h ipertro fia glandular, hasta e l desarrollo de verdaderas displasias gra­ ves, Efectuada la revisiôn de la lite ra tu ra sobre este tema no se ha logrado encontrar experien­ cias que corroboren con nuestros resultados. Es évidente que la m ayoria de los expertos que han practicado trabajos en primates, han contribu ido con sus hallazgos a una m ayor comprensiôn de la fis io log ia norm al de la m am a, pero, pese a las altas dosis de estrôgenos, a veces asociadas a carcinogenéticos sihteticos, no han visto lesiones mâs a llâ de las hiperplasias. En 1. 933 TURNER y ALLEN (294), en monas que habian rec ib ido 14,000 U .R . de estrona durante 6 5 'dias, encontraron amplias formaciones lobulares en la glândula m am aria , Poste- rio rm ente GARDNER y VAN WAGENEN (94) igualm ente in fo rm aban sobre las mamas de m o­ nas, u tiliza n d o dosis que perm itian e l desarrollo com plète de la marna, después de 2 2 sema­ nas de tra tam iento , HARTMAN, GESCHICKTER y SPEERT (123), con la pauta de tratam iento sefialada ante- rio rm ente, mostraron en las marnas de su grupo de monas, un proceso de c rec im ien to ade- -131- cuado, incluyendo un desarrollo lobu lar com pleto sin regresion. De todos los organos de l tracto gen ita l que estudiaron, excepto la glândula m am aria, los efectos fueron inh ib ito rios y siempre aberrantes. ENGLE, KRAKOWER y HAAGENS EN (77), en su gruprto de c inco monas Rhesus, tratadas - con a lfa -es trad io l, hasta una dosis to ta l, que oscio entre 575 y 825 m g ., produjeron en dos - mamas cambios quisticos d é fin idos en los ductus, algunos de los cuales aparecian dilatados su- perando e l ca lib re norm al. El e p ite lio que los tap iza era de aspecto fis io log ico , sin imâgenes de p ro life rac iôn papilar o de otro tipo . Los ac in i no .• refle jaron aspectos Uamativos, sino que su m orfo log ia era norm al. En e l resto de los animales no se apreciô ningun ha llazgo de s ig n i- ficac iôn pa to lôg ica. Algunos afios mâs tarde PFIFFER y ALLEN (233) en 1. 948 en un co lon ia de 50 monas, h ic ie - ron tra tam iento con carcinogen os de l tipo m etilco lan treno , dibenzantraceno y benzopireno, en adm inistraciôn intravenosa, o ra l y ap licaciôn subcitânea, por périodes de hasta 1 0 afios, no lo - grando la apariciôn de tumores. Estos animales tam bién recibieron estim ulaciôn estrogénica - asociada, a razôn de 5.000 U. I. inyectadas dos veces por semana, durante periodos re la tiv a - jnente cortos; a favor de los efectos obtenidos, confiaban mâs en los carcinôgenos sintéticos, qu e en la acciôn estrogénica, y de esta manera, observaron que las monas podian desarrollar espontânemente câncer, en especial, en la cavidad bue a l y en los hues os, pero no en la m am a. El desarrollo m am ario , por acciôn lo ca l de estrogénos, fué experimentado por SPEERT (277) en 1 .948; en monas Rhesus resultô que untando un pezôn con una so luc i& i a lcohôlica de esta hormona, a lo largo de 75 dias, se producfa un aumento de l pezôn catorce veces m ayor que e l norm al ; no v iô crec im ien to alguno en e l contra la te ra l, Después de suspender e l tra tam ien to , se diô cuenta, a l cabo de los tres meses, que la zona tratada habia reducido su tam afio, pero seguia siendo c inco veces m ayor que antes de in ic ia r la terâpia. M odificando la técnica de adm inistraciôn estrogénica, RIVIERE (241) en 1.954 im p lan tô -132- pellets de estrôgenos en monos machos adultos, por periodos que variaban de varias semanas a dos afios. Tanto la glândula m am aria como la zona de los génitales de estos primates se h ipertro fiaron marcadamente. M icroscôpicamente se observô pro life rac iôn de la glândula a n iv e l de los ac in i. Pese a l tra tam iento de dos afios con estrôgenos, tampoco viô c re c im ie n ­ tos benignos n i m alignos. Quizâs, e l trabajo que mâs de cerca ha conseguido efectos parecidos a los nuestros, fué e l que efectuaron GESCHICKTER Y HARTMAN (97) en 1 .959, en una poblaciôn de 21 m o ­ nos (20 hembras y 1 macho) u tilizando cuatro de ellos com o con tro l, y los otros 17 con es­ trôgenos, administrados de modo variab le : en polvo, pûdoras e inyecciones oleosas; a a l­ gunos se les sumo la a c c im del benzopireno y e l m etilco lan treno . La pauta que siguieron en e l tiem po, fué: en 6 animales se les tra tô durante un periodo de 13 meses a 2 afios; en 3, por mâs de 7 afios, y los 8 restantes por menos de un afio. De este grupo, unos eran castra- dos y otros no. El modo de adm inistraciôn, en general, era s im ila r. Se les inyectaban, en dias alternes, y por v ia in tram uscular, 1 c, c. de estrôgenos oleosos: estrona (10.000 U. I. por c l cubic o) o estradiol (30.000 U. R. por c l cûbico). A d ic iona lm ente , cada semana se les im p lan ta ba subcutâneamente dos pelle ts de 3 mg, cada una; a otras lo h ic ie ron con pe lle ts y polvo de estradiol subcutâneamente. A los monos tratados a largo p lazo, tam bién se les im plantaba câpsulas de benzopireno, m etilco lan treno e inyecciones de 2 -fluo renam ina , Elaborados los resultados, vieron, que las glândulas mamarias de las hembras castradas y no castradas, habian adquirido un desarrollo tip ico , que se in ic iaba con una m arcada, pe­ ro transitoria , hiperplasia de l sistema ducta l. Después de empezar la terâpia estrogénica, e l desarrollo lobu lar progresô de una manera ordenada, hasta com pletar la evoluciôn del sistema lôbu lo -a lveo la r. En ad ic iôn a este crecim iento norm al de las mamas, observaron islotes metaplâsicos de e p ite lio pâ lido. Tras afios de excesiva terapia con estr%enos, ad- v irtie ron una marcada d ila tac iôn acinar con secreciôn inc ip ien te , a modo de pseudolacta- -133- c iô n , y ocasionalmente, vieron degeneraciones de las pequefias cavidades acinares compafladas de fibrosis. No hay evidencia de que e l tratam iento estrogénico a grandes dosis, por periodos de hasta 7 afios y 7 meses, puedan provocar cambios malignos en las marnas de las monas. Nuestros resultados, a n iv e l m am ario , discrepan de los comunicados por los autores re fe ri­ dos. Nos llam a la atenciôn e l contraste de la patologfa surgida, ante las dosis variables de hor­ monas empleadas. Los componentes consütutivos del ôrgano m am ario han adquirido un re lie ve ta l, que da caracter a nues tras conclusiones. Hemos visto que tanto conductos excretores, g lân ­ dulas y ep ite lios han mostrado un desarrollo lo suficientem ente acusado como para aventajar a los public ados por GESCHICKTER y HARTMAN; cuya poblaciôn de monas -nos im aginam os-han rec ib ido la mayor cantidad de hormona estrogénica que se haya podido ap lica r a animales de experim entaciôn, a pesar de lo cual, no lograron ninguna a lteraciôn con caracter de sospecha m aligna. Nosotros hemos comprobado que los elementos parenquimatosos han sido afectados en gra­ do diverso, Los conductos excretores alcanzan una frecuencia de pro life rac iôn de lOO^o, d i f i - riendo su forma y numéro de unos casos a otros. En 2 /3 de las mamas estudiadas, e l c re c im ie n ­ to ducta l ha sido notab le , mostrando dilataciones e imâgenes quisticas. En tres de eUos aparece un revestim iento e p ite lia l m etaplâsico, cuyo grado m âxim o se re fle ja en e l caso M -111, don de se aprecian formaciones papilares in tra lum inales y metaplasia epiderm oide, con células m uy crom âticas y m itosis desplazadas, hallazgos que le im p lica n dentro de l grupo de las displasias graves. De modo s im ila r, e l e p ite lio que recubre la mama muestra diferentes estadios de desarro­ llo . En un prom edio reducido (incluyense M'^96, M -111 y M -113) e l e p ite lio de superficie se encuentra adelgazado con escasas hileras celulares y de disposiciôn bien ordenada; otros, por e l ccsîtrario adoptan una ostensible p ro life rac iôn , con aumento de la m u ltip lica c io n de las cé ­ lulas basales, form and o digitaciones en e l in te rio r de l .parénquima (M -101 y M -98). En dos casos “ 134- la pro life raciôn e p ite lia l fué mas acusada en zonas de pezôn y areola (M -92 y M -93 ). La le ­ sion mas caracteristLca es la que muestra la mona M -90 , en cuya marna, se ha producido - una activa p ro life rac iôn de este e p ite lio , con imâgenes de hiperplasia de las células basales. Se trata igua lm ente, de otro caso de displasia grave, con gran s ign ificac iôn precancerosa. El desarrollo g landular tam bién se ha hecho m anifiesto en e l 50% de las marnas traduc i- do por p ro life rac iôn es lobulillares-acinosas de car âc ter h iperp lâsico, con un m âxim o én e l caso M -111, cuya patologfa glandular, reviste la tip ica imagen de mastopatia quistica. Las marnas con tro l, tratadas con progesterona, han evidenciado un increm ento de sus - te jidos, cuyo signo mas lla m a tivo ha sido la p ro life rac iôn de l te jido con juntivo pa lea l o pe­ riduc ta l, t ip ico de la acciôn progestacional. Las reacciones o lesiones provocadas en estas mamas, en re lac iôn con e l género de p r i­ mates y la dosificaciôn de estrôgenos suministrados, guarda los mismos ri gores que han sido expuestos en e l endom etrio. De esta manera, se na demostrado e l tipo y extensiôn de los cambios en e l desarrollo, que la glandula m am aria de la mona, es capaz de sotxeseguir en la respuesta de dosis exa- geradas de estrôgenos, asf com o, la posibâlidad de producir cambios maraarios patolôgicos por la adm inistraciôn prolongada de sustancias hormonales. Teniendo en cuenta los conocim ientos actuales sobre e l papel que juegan los estrôgenos sobre sus efectores mas inm ediatos, y la precedente visiôn conceptual que nos proporciona una am plia panoramic a del tema que tratamos, nos perm ite , ob liga toriam ente , prestar - a ten c i ôn a lo que, en verdad, cobra mayor realidad en e l problema que nos inqu ita , cuyo enfoque va d irig ido en torno, a si las lesiones provocadas por ellos, perm iten situaciones anô- malas con susceptibilidad a transformarse en malignas. 'Ante esta cuestiôn, los criterios proliferan en masa, pero la fa lta de base sôlida concreta -135- sobre”esta cuestion" esta en espera. Considérâmes que e l com portam iento estrogénico, a n iv e l cancerigeno, no esta bien es- c la recido . Parece haber relaciones sugestivas, que favorecerian e l desarrollo de la enferm e- dad, bien por acciôn d irecta , a través de un efecto contihuo, sin antagonismes hormonales sobre e l ôrgano sensible, o ta l vez, por p e rm itir contem porizar durante meses o aîios la pre- sencia de hiperplasias o displasias que terrainarian evolucionando en un verdadero carcinom a. Lo c ie rto es, que sea de un modo o de otro, se desconoce e l mécanisme por e l que actuan. Referente a l cancer de endom etrio, es évidente, que siempre se ha pensado en la in te ra c - ciôn de factores hormonales, y concretamente, en la posible re laciôn entre estrôgenos y ade­ nocarcinom a, razôn por la que expertes, dedicados a este tem a, han basado sus conjeturas en hechos c lih ico s , que han perm itido una mayor inc idencia de lesiones malignas en associa- c iôn con cuadros de hiperestronismo o persistente estim ulo estrogénico. Para e lle , han some- tido a valoraciôn los resultados obtenidos en experimentaciôn an im a l (BURCH y co lb . ,M EISS- NER, SOMMERS y SHERMAN, HIESL y co lb . e tc .) con conclusiones poco alentadoras. De m o­ do anâlogo se ha vis to los antecedmtes de mujeres cancerosas, que recibieron estrôgenos en largo plazo (RIEHM y STOLL, TAC C H I, GUSBERG y HALL, NOGALES, e tc .) preconizando un estado de a lerta en esta ter api a, aunque tampoco ha sido la norma en todos los pacientes que han sido tratados y siguen administrando estas sustancias. Se ha estudiado, a posteriori, los procesos m alignos, en pacientes con antecedentes de patologia ovarica, pro duc tor a de - niveles altos estrogenic os: H iperplasia de l estroma ovârico, h iperplasia de las células h i l ia - res, tumores fem inizantes y cuadros de ovarios poliquisücos, todos con resultados confusos y contradictorios. La in terconexiôn entre crecim ientos prohferativos de l endom etrio y e l de­ sarrollo fin a l del carcinom a, a través de procesos evoluüvos por varios grados de h iperplasia, tam bién ha llam a do la atenciôn de los investigadores, con conclusiones dispares y con d i f î - cultades en encontrar una respuesta d e fin itiva . -136- Au tores como SOMMERS, a firm an, que las mujeres con hiperplasia glandular quistica, en su m ayoria "son pacientes que han via jado en la ruta que conduce a l carcinom a endom etria l, pero que han alcanzado una estacion y se han apeado en e lla " . Los diversos resultados y opiniones que hacen re ferenda a estos aspectos, han sido com en- tados en su cap itu lo correspondiente, cuya valoraciôn no dejan de ser hipôtesis m uy sugestivas, sin confirm aciôn p lena, y en espera de llegar a una conclusiôn. Creemos, que posiblemente la re laciôn entre estrôgenos y cancer sea una rea lidad, bajo condiciones especiales, que en breve comentaremos, y que los estrôgenos actuarian a modo de "g a t i l lo " , de ah i, que se sugiera, que la acciôn continuada de esta hormona, sin antago­ nismes de ningun tip o , pudiese in te rven ir en la patologia de l cancer de endometrio. A la enfermedad m am aria , se le ha prestado, tan to o mas atenciôn que a l utero, en la v incu lac iôn crm factores hormonales, aunque no es men os c ie rto , que la existencia de otras situacirmes anômalas estan impUcadas en la patogénia de las m alignopatias a este n ive l. Es­ tâmes en la creencia de que este ôrgano tiene mas visos de interconexiôn horm onal, que pu­ diese tener e l endom etrio. La c lin ic a humana y la experim entaciôn an im a l asi lo confirm an, de ah i, que cuantos resultados se han obtenido, abonen mas en favor de una actuaciôn estro- ga iica a n iv e l del efector m am ario . Si révisâmes e l cap itu lo de m am a, en sus vertientes de estudios en animales y en la especie humana, vemos e l indudable papel que los esteroides estrogenic os desempefian en la apariciôn de l cancer. Por eso, en e l memento actua l, son - muchos les autores que aceptan, de forma rotunda, e l valor horm onal en la evoluciôn y apa­ ric iôn de canceres én la marna, manifestando que las m ultip les experiencias han llegado a com fxobar, que las lesiones displâsicas y e l adenocarcinoma tien en una ra iz comun, en res­ puesta a un chm a horm onal idén tico y anomale. Existe unanime c r i te r i o de que la enfermedad quistica es e l resultado de una a lta estim u- laciôn estrogénica, ante la ausencia de neutra lizaciôn por la progesterona, Nosotros com par- -137- tim os la op in ion, a efectos, de lo : hallazgos recogidos en nuestra colonia de monas. Sin em bar­ go, e l d ilem a vuelve a surgir, cuando se pretende corre lacionar la mastopatia quistica con la - posterior evoluciôn a proceso m a ligno . Posiblemente, sea e l ôrgano en donde esta conexiôn es­ ta mas de cerca, razôn por la que hay muchos partidarios (GILERA, NOGALES, HAAGENSEN y otros) que conslderan a la mastopatia escleroquistica como predecesora del cancer de m am a, ya que, en bas tantes ocasiones, présenta las caracteristicas anatomopatolôgicas que perm iten c a l i- ficarias de precancerosa, y que, en no pocos casos evolucionan hasta un verdadero carcinom a. Las displasias que se han orig inado, en nuestro m a te ria l, nos inducen a com partir estos mismos crite rios. Somos de la opin iôn, que en e l cancer de marna, como en e l de endom etrio, debemos 11- m itarnos, prudentemente, a hablar de "dependencia horm onal" y e l caso de las hiperplasias y displasias podemos darle una re lac iôn de causaUdad mas d irecta . Los estrôgenos, pues, no son sustancias propiamente cancerigenas, sino factores de c re c i- m ien to , o a lo sumo, de reahzaciôn, ya que no puede atribuirse a estos esteroides e l papel de ser e l un ico agente promoter de in flu e nc ia en la evoluciôn de l cancer, precisamente por- que, otros elementos relacionados con la inm unidad, sensibilidad de los ôrganos efectores, fa c ­ tores citoplasm icos y v iricos, son posiblemente de una im portanc ia ca p ita l. Entonces, nos po­ demos preguntar ( Son los estrôgenos agentes carcinogenéticos, o preparan a sus efectores, pa­ ra que otro agente desarrolle sobre ellos acciôn nociva ) . Nuestra idea a l respecte, podrfa ven ir expücada, a través de un e jem plo grâfîco que LAHM (172) comentaba hace aîlos. Iraaginemos a un ratôn que pueda roer la cuerda de donde pende una pesada cam pana de ig les ia ; si aquella se rompe, e l voluminoso m acizo de bronce, perfo­ ra tabiques y se entierra profundamente a l chocar con e l suelo, produciendo destrozos m uy apa- ratosos. Entonces se form ula la pregunta (Fué la deb il dentadura del ratôn la causa de tantos - perju icios?. Seguramente no, pero si, constituyô e l m o tivo provocador. La causa de los gran- -138- des destrozos reside, por tanto, en la energia la tente acumulada en la gran campana situada en lo a lto de la torre. Entonces, nuestra exp licac ion , vendria determinada por la corre lacion entre los elem en­ tos que in tervienen en este e jem p lo , y los que in flu ir ia n en e l proceso del desarrollo cancero- so, El estim ulo estrogénico equ iva ld ria a la conducta roedora de l ratôn; la cuerda estarfa re - lacicxiada con e l factor déterm inante, y los efectos de la campana, con los cambios m etabô- licos a n iv e l ce lu la r que pe rm itir ia n la desviaciôn anômala, capaz de desarroUar e l desen la ­ ce m aligno. El que en una especie an im a l o bien en la humana, someüda a un insistente estim ulo es­ trogénico, tenga la oportunidad de aparecer un proceso m aligno , vendria determ inado por la capacidad de resistencia organica, o que e l factor déterm inante in ic ie e l desencadenamien- to del trastorno b ioqu im ico de la cé lu la , para que de un modo descontrolado y anarquico ad- quiera un rumbo independiente y autônomo. V iene a ser lo m ism o, que en e l caso del e jem ­ p lo , la cuerda poseyera una m ayor o menor frag ilidad para ser fracturada por e l roedor. Por eso, pacientes sometidas a ré itéra das in jurias estrogénicas, pueden alcanzar la muer te, a una edad determ inada, sin llega r a padecer cancer, m ientras que otras con una m ayor susceptibi­ lidad (ofrecen men os resistencia a l factor déterm inante) puedan term in ar sufriendo la neofor- m aciôn m aligna . Desde que BITTNER, descubriô e l "fac to r lâcteo en ratones, iden tifîcado mas tarde co­ mo elem ento de tipo v ir ic o , se ha venido insistiendo en una posible im p lica c iô n e tio lôg ica de los agentes viriasicos en e l cancer de marna. HALL y MOORE (119) recientem ente han lo - grado producir tumores en ratas portadoras de estos agentes, con la inyecciôn de estrôgenos, a d iferencia de otra estirpe, carentes de particulas v iricas, que quedaron indemnes pese a su- fr ir la m isma terapia. U ltim am en te , en 1.970, JENSEN y co lb . (149), aislan en un cancer m am ario espontâneo de l mono Rhesus, particulas viricas m orfo lôgicam ente sim ilares a los v i - -139- rus conocidos com o oncogenicos de tipo RNA, demostraiido su capacidad de transmision y su re p lie acion. En 1. 971, CHOPRA y co lb , (59), repiten e l estudio de un tumor m am ario espon­ tâneo en una mona Rhesus de 8 aflos de edad, evidenciando por m icroscopfa e lectron ic a, la existencia de particu las v iricas âm ila res a particulas beta, que aislan y propagan a distintos cu ltivos celulares, asignandole im papel txicogenico. En nuestro mismo grupo de trabajo se esta llevando a cabo una linea de investigacion, con m a te ria l canceroso humano, que some- tidos a estudios b iologicos y analisis estructurales, tam bién se ha podido detectar estos e le ­ mentos de caracter v it ic o , lo cua l nos predispone a apoyar la hipotesis, de si las displasias provocadas en nuestra poblacion de monas, no haya existido la posib ilidad de in te rven ir un agente de esta indo le , que en colaboraciôn con e l estim ulo estrogénico hayan sido los respon­ sables de las lesiones precancerosas. In mente, nos queda e l proyecto, de efectuar en p ro x i- mas investigaciones, la busqueda de este posible factor v irico en la raza de primates u t i l iz a - dos. Tam bién hemos de dec ir, con gran esp iiitu c r it ic o , que hemos pensado en la posib ilidad de que estas anom alias, preexistiesen antes de la terapia estrogénica, pero la observacion en otras colonias de monas utilizadas por nuestro grupo de investigacion, no ha tenido ocasion de encOTitrar, en ningun caso, la apariciôn espontânea de esta categoria de lesiones, de ahf, que la inc idenc ia de las displasias graves de marna que aparecen en e l m a te ria l sobre e l que hemos aplicado una terapia de estrôgenos con la pauta ya descrita, tenga un va lo r estâdisti- co considerable. Falta por preguntamos, de si e l estim ulo estrogénico, de haber continûado por mas t ie m - po, hubiera pe rm itido e l aumento de la inc idenc ia de estas displasias, o si por e l contrario , estas lesiones hubiesen tenido la oportunidad de transformarse en verdaderos canceres. Lo - c ie rto es, que a nuestros animales la muerte les llegô antes que la supuesta cance rizac iôn .y aunque en la lite ra tu ra se hace re ferenda de poblaciones de monas tratadas hasta 7 anos, es -140“ un hecho évidente, que estos individuos en cautive rio dism inuyen, en gran escala, e l térm ino medio de su vida por la fa lta de inadaptacion a su nuevo m edio am bien te. V I C O N C L U S I O N E S -141- CONCLUSIONES - Los estrôgenos son sustancias morfogenéticas, cuya acciôn p rim ord ia l a n iv e l de los e fec­ tores sexuales de la mona se ha mostrado en su calidad preferentemente p ro life ra tiva . - El desarrollo com ple to tanto del m iom etrio como de los elementos que componen la m u ­ cosa endom etria l, ponen en evidencia la capacidad de respuesta de l utero frente a la hormona estrogénica, asignandole e l papel de factor de crecim iento. - En funciôn de l estim ulo de l preparado este roi deo u tiliza d o , los uteros se mues tr an de as- pecto suculento e h iperém ico , h ipertrôficos e hiperplâsicos, y con un desarrollo varias veces m ayor que en e l norm al. - El sistema glandular del endometrio acusa cambios muy m anifiestos, con apariciôn de ep ite lios pseudoestratificados portadores de notables vacuolas localizadas en polo basai y m un- d ia l de la ce lu la . La superfic ie de la luz uterina, en ocasiones, se torna m uy recortada por la presencia de excrecencias poliposas sesiles. El estroma sue le mostrarse con zonas de ce lu laridad compacta alternândose con otras ede- matosas; a veces, e l estroma citôgeno aparece hiperplâsico con células de escaso protoplasma “142“ y nucleos hipercrom âticos. El aparato vascular, de modo s im ila r, hace destacar gran desarrollo de las arterias e s ^ ra - les a n ive l de la capa basai de la mucosa. Como consecuencia de estas m odificaciones, nos pronunciamos en favor de que un am b ien- te endocrino anomalo caracterizado por una acciôn estrogénica constante, esta en in tim a re la ­ ciôn con la presencia de hiperplasias. - Los cambios hiperplâsicos endometriales originados en estos primates se encuadran den- tro de los tipos: a)hiperplasia glandular difusa, b) h iperplasia glandular quistica y c) h ipe rp la ­ sia adenomatosa, cuyos aspectos histolôgicos son considerados como de tipo benigno. - Mâs im portante que la cantidad de hormona adm inistrada, parece ser la reactiv idad del te jid o frente a la m ism a. Asi opinamos que e l po tencia l de respuesta de l endom etrio a los es­ trôgenos es lim ita d o . En nuestra co lon ia de monas no se ha conseguido m ayor c rec im ien to con ter api as mâsélevadas, sino por e l contrario , efectos relevantes se han obtenido con menos tiem po de tra tam iento , lo que nos hace pensar que los cambios originados hayan acontecido en momentos anteriores, para después seguir estabilizados. - La respuesta de l endometrio es ligeram ente mâs acentuada en las monas del género Ery- throcebus Patas que en las de l Macacus Rhesus. - Los esteroides estrogénicos inducen e l desarrollo de la mama en los prim ates, traducido por un increm ento d e l sistema cana licu la r y lobular. - Ante la acciôn de esta terap ia , los ductus mamarios muestran imâgenes de d ila tac iôn y qu is tificac iôn , algunos con reacciones metaplâsicas de l e p ite lio de revestim iento. -P o r acciôn estrogénica se ha logrado la obtenciôn de una displasia glandular de la m a ­ rna con adenosis lo b u lilla r , en cuyo se no aprecianse formaciones papi lares y metaplasia e p i- dermoide de los conductos excretores, imâgenes que la catalogan com o displasia grave. -143- - De modo s im ila r, los estrôgenos han producido sobre e l e p ite lio de superficie diversos grados de desarrollo, traducidœ por digitaciones a partir de la pro life rac iôn de las células basales, cuya m axim a acentuaciôn ha sido la apariciôn de una displasia grave de l e p ite lio con leucoplasia, de gran s ign ificaciôn precancerosa. - En sintesis, los estrôgenos produc en, en los efectores de la mona, proliferaciones h i - perplâsicas a n iv e l endom etria l, pudiendo orig inar displasias graves en e l parénquima m a­ m ario . A s f pues, consideramos que existe una re laciôn causal d irecta entre estrôgenos y la apariciôn de hiperplasias y displasias. VII* B I B L I O G R A F I A -144- BIBLIOGRAFIA 1 . - ADLER, L. Es tados hipertrôficos e hiperplâsicos del cuerpo uterino, metro pa tias y procesos a fines. Biologia y Patologia de la M ujer (H ALBAN -SEITZ). Ed. Plus U ltra , Tom o V II, pâg.327. 1. 931. 2. - ALLEN, E. and DOIS Y, E. A. J .A .M .A . 81:819, 1.923. 3 . -A M E S , S. and JANOVSKI, N .A . Ovarian h ilus cells and endom etria l carcinom a w ith reference to rad ia tion. Obstet, Gynec 22:68, 1.963. 4. - ANDERSEN. H. In fluencia de las hormonas sobre e l desarrollo humano. En Desarrollo Humano (Frank Falkner) Ed. Salvat. Pâg. 222. 1. 969. 5. - ANDRADE VALDERRAMA, E. Displasias de l seno. Gine-D ips. N ° Extraordinario dedicado a pato logia de mam a. Barcelona, 1. 972. 6 . -ANDREWS. W .C . and ANDREWS, M .C . S te in-Leventhal syndrome in association w ith endom etria l carcinoma. Am er. J. 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