UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIOLOGÍA TESIS DOCTORAL MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR María Angeles López Jiménez Madrid, 2015 © María Angeles López Jiménez, 1984 El ETHOS de una generación : la juventud del casco viejo de Zaragoza Departamento de Psicología Social M a r i a A n g n l e s L o p e z J iméiiez If m - T 4047580 EL ETHOS ))E UNA GRNERACION: LA JUVENTUD DEL CASCO VIEJO DE ZARAGOZA TOMO I D ep a rt anient o de P s i c o l o g î a S oc ia l S o r r i ô n de S o c i o l o g i a Facu3 tad do Cienc.ias D o l i t i r a s y S o c i o l o g i n U n i v e r s i d a d C o m p I n t e n s e de M a d r i d 1SR4 D IB L IO T C C A Coleccl6n Tesis Doctorales. NS iRR/84 Ma r l a A n g e l e a L o p e z - J i m é n e z Edita e imprime la Editorial de la Universidad Complutense de Madrid, Servicio de Reprograffa Noviciado, 3 Madrid-8 Madrid, 1984 Xerox 9200 XB 480 Depésito Legal: m-poiRo-iqba E L E T H O S D E II N A G E N E R A C I O N LA JUVENTUD DEL CASCO VIEJO DE ZARAGOZA Tesis doctoral presentada por: MARIA ANGELES LOPEZ JIMENEZ. Director de tesis: Dr. VICTOR FEREZ DIAZ Facultad de Ciencias Polîticas y Sociologia (Secciôn Sociologia) Universidad Complutense de Madrid Agradezco al Dr. Victor Pérez Dîaz la orienta ci6n y estîmulo constantes con les que me ha ayudado a -- realizar esta tesis. No se limité a leer mi material, cr^ ticarlo, sugerir pistas de investigacién, sine que me pu- so en contacte con otros investigadores y me facilité cüm tos libres y articules considéré que pudieran servirme de ayùda. Hago extensive mi agradecimiento: Al Dr. Salustiano del Campe que me dedicé ho- ras de su tiempo y discutié conmigo temas especîficos del estudio, poniendo a mi disposiciôn libres suyos y de otros autores dificiles de conseguir de otra manera. Al Dr. Amande de Miguel con quien pude inter- cambiar împresiones sobre las entrevistas que por enton- ces yo realizaba, quien leyô y critico ademâs partes de - mi manuscrite. A varies sociôlogos mas que me ofrecieron su_ ayuda, su tiempo, libres personales, articules aûn inédi­ tes, hallazgos recientes de sus investigaciones. Fernando Gonzâlez Olivares, Inès Alberdi, Rosa Conde, Ubaldo Mart^ nez. Maria Jesûs Miranda, Alfonso Orti, Luis Garrido, me_ aportaron de esta manera una riqueza de datos considéra-- ble. Debo mi reconocimiento al Dr, Antonio Aznar - Grasa por las facilidades que me brindô desde el Decanato de la Facultad de Ciencias Empresariales de Zaragoza a fin de agilizar mi trabajo. A José Luis Ansô por sus esfuerzos para dejar me tiempo libre en el Departamento de Sociologia de esta_ Facultad donde ambos trabajamos. Quiero tener en cuenta tambiên a los compafîe- Tos y amigos que estuvieron disponibles cuando el trabajo manual de datos exigîa tiempo y dedicaciôn extraordina-- rias. Me refiero a Timothy Bozman, Isabel Pérez, José -- Luis Ans6, José Luis Melendo, Lola Banet, Clara del Campo, Gonzalo del Campo, Angeles Serrano, Pal orna Bozman, Cristî na Barbod, Angel Iglesias, BegoRa Alvarez. Reconozco la labor que Rosa Lôpez, Lourdes Lô pez de Tejada y Elisa de Miguel, han llevado a cabo meca- nografiando todo el material. - I - INDICE 1. LA JUVENTUD: CORRIENTES PASADAS Y TENDENCIAS PRESENTES....................................... 1 1.1. Introducciôn... ............................. 1 1.2. Sobre el protagonismo de los jôvenes...... 11 1.3. La cohorte juvenil...................... 28 1.4. Las orientaciones de la vida privada y pûblica de los jôvenes........................... 35 1.4.1. Rânida mirada a la evoluciôn de la familia desde la revoluciôn industrial .......... 45 1.4.2. La compafiîa de los iguales................... 54 1.4.3. La domesticaciôn de la tecnologîa.......... :.. 57 1.4.4. El feminismo................................. 61 1.4.5. El control de la natalidad.................... 62 1.4.6. El trabajo de la mujer y la paridad de roles... 65 1.4.7. La sexualidad................................ 70 1.4.8. El trabajo................................... 84 1.4.9. La polîtica............................. ;.... 95 1.5. Objetivos de la investigaciôn...............1...1GÔ 2. LOS JOVENES DEL CASCO VIEJO: DESCRIPCION DEL COLECTIVO, SU MEDIO Y METODOLOGIA DEL ESTUDIO 137 2.1. Introducciôn...................... 137 2.2. Descripciôn general.............................151 2.2.1. Quienes son y con quien viven....... ......... 151 2.2.2. La actividad que desempefian................... 154 2.2.3. Origen de la poblaciôn y arraigo en el barrio..157 2.3. Estructura familiar.............................160 2.3.1. Clase social de la familia, ocupaciôn y educaciôn de los padres....... 168 - II - 2.3.2. Valoraciôn personal de su posiclôn econômica...174 2.3.3. Ocupaciôn e instrucciôn de los hljos en relaciôn a las de sus padres........ . 177 2.3.4. Los sueldos que entran en casa................ 185 2.4. El barrio que habit an.................... 192 2.4.1. Sus habitantes.............................. 196 2.4.2. Las viviendas............................... 198 2.4.3. Los sectores econômicos en los que tra- baja la poblaciôn activa..................... 200 2.4.4. La marginaciôn social del Casco Viejo.......... 203 2.5. Metodologîa............. 207 2.5.1. Los temas de estudio........................ 207 2.5.2. La encuesta; cuestionario y guiones de entrevistas.......... 209 2.5.3. La muestra estadîstica de la poblaciôn....... ..213 2.5.4. Aplicaciôn del cuestionario a la mues­ tra de poblaciôn. Trabajo de campo.............220 2.5.5. Los grupos de jôvenes entrevistados y el trabajo de campo.........................220 2.5.6. Las encuestas que sirvieron de marco comparât ivo.............. ...... ........... 230 3. LA FAMILIA..................... 253 3.1. Introducciôn.............. 253 3.2. Bases de aceptaciôn de la familia............... 266 3.2.1. Se comunican con los padres..................266 3.2.2. Viven una atmôsfera familiar agradable....... 283 3.2.3. Participan en las decisiones familiares...... 302 3.2.4. La familia sirve de soporte y ayuda.......... 307 3.2.5. Aceptan la organizaciôn econômica del hogar....316 3.2.6. Aceptan la autoridad de los padres........... 320 3,3. Proyecto juvenil de la familia, matrimonio e hijos...... 329 - I l l 3.3.1. Eligen el matrimonio como forma de vivir en pareja................................1. .. 329 3.3.2. Edad de contraer matrimonio.............. 350 3.3.3. Reproducirîan el arabiente de familia co- nocido en casa............................ 356 3.3.4. Se mantiene el noviazgo.......................356 3.3.5. Los jôvenes quieren tener hijos............... 364 3.4. Los papeles masculinos y femeninos.............. 373 3.4.1. El hogar y el trabajo.........................373 3.4.2. Trabajos femeninos y no tanto................. 392 3.4.3. El hombre y el liderzgo familiar.............. 401 3.5. Réservas frente a la familia............. 413 3.5.1. Una minorîa rehusa la conformaciôn de la familia actual................................ 413 3.5.2. Una minoria rechaza el autoritarisme paterno... 419 3.5.3. Una minoria no se comunica con los padres..... 430 3.5.4. Una minoria tiene un proyecto distinto de matrimonio y familia........... 436 3.6. Las actitudes ante el divorcio y el aborto.......442 3.6.1. El divorcio.................................. 442 3.6.2. El aborto............... 452 3.7. Factores discriminatorios de la opciôn colectiva. 459 3.7.1. El scxo.................... 460 3.7.2. La edad............... 472 3.7.3. El estado civil............................. ..482 3.7.4. El status socio-profesional de pertenencia..... .485 3.7.5. La actividad............................... ...498 3.7.6. Las opciones religiosas y polîticas............503 4. LA SEXUALIDAD.....................................541 4.1. Introducciôn....................................541 IV - 4.2. Independencia de la prâctica sexual respecte al matrimonio......... 547 4.2.1. La sexualidad es un medio de comunicaciôn entre dos personas..... ...... 548 4.2.1.1. Prâcticas reales........... ................ 551 4.2.1.2. Sentimientos despertados por la prâctica sexual............ ■........557 4.2.2. Conciben como normales las relaciones se- xuales entre jôvenes no comprometidos.......... 576 4.2.3. Restan importancia a la virginidad prema- trlmonial ..... 594 4.3. La experiencia personal es la füente princi­ pal de informaciôn sexual, impedimentos y bloquées. ..................................... 614 4.3.1. La prostituciôn es un cauce de iniciaciôn sexual masculine. ........ 623 4.3.2. La represiôn sexual provoca bloquées psi- colôgicos.......... ........... .............. 630 4.4. Minorîas limitan las relaciones sexuales al matrimonio........ 632 4.5. Factores discriminatorios de la opiniôn colectiva.................................. 635 4.5.1. El sexe.......................................635 4.5.2. La edad.......................... 652 ,4.5.3. El estado civil............... 663 4.5.4. El statüs socio-profesional de pertenencia 665 4.5.5. La actividad...... .....671 4.5.6. Las opciones religiosas y polîticas....... .....676 5. LAS RELACIONES DE IGUALES........................ 691 5.1. Introducciôn.... ............ 691 5.2. Los jôvenes estân contentes con los amigos que tienen..................................... 692 5.2.1. La pandilla y el grupo de amigos..............692 5.2.2. Las fuentes de amistad........................696 - V - 5.3. Bases de amistad entre los jôvenes............. 703 5.3.1. Intereses y actividades compartidos por algunos grupos-pandillas de jôvenes.......... 709 5.4. Factores discriminatorios de la amistad entre los jôvenes.............................. *797 5.4.1. El sexo.................................. 797 5.4.2. La edad.................................. 812 5.4.3. El estado civil............................819 5.4.4. El status socio-profesional de pertenencia.... 822 5.4.5. La actividad ........ 865 6. EL TRABAJO ............... 875 6.1. Introducciôn............... 875 6.2. Los jôvenes quieren incorporarse al trabajo 883 6.2.1. Los buscadores de empleo.................... 883 6.2.2.1. Tipo de trabajo y categorîa personal....... ,900 6.2.2.2. Condiciones de trabajo ..... 912 6.2.3. La percepciôn del trabajo existante es negativa .... 923 6.2.4. La necesidad es la causa principal del trabajo ........................... ;... 958 6.2.4.1. La empresa familiar....................... 986 6.2.4.2. Los jôvenes continuadores del oficio parental.................................. 990 6.2.5. Aspiran a mejores condiciones de trabajo..... 994 6.2.5.1. Tareas realizadas y sus exigencies........ 996 6.2.5.2. Salarie y vacaciones disfrutadas........... 1002 6.2.5.3. Oportunidades de aprendizaje y promo- ciôn en la empresa, organizaciôn del trabajo y trato recibido...................1004 6.2.5.4. El ambiente del trabajo y el respaldo sindical..................... . 1006 6.2.6. Los medios de hallar trabajo.............. ...1010 6.2.7. La afiliaciôn sindical............ . 101 5 6.2.8. Los jôvenes en su conjunto tienen acti­ tudes positivas ante el trabajo.............. 1019 VI - 6.2.9. Factores discriminatorios de la percepciôn del trabajo................................ 1026 6.2.9.1. El sexo......... 1026 6.2.9.2. La edad...................... 1039 6.2.9.3. El estado civil ...................... 1051 6.2.9.4. El status socio-profesional................ 1052 6.2.9.5. Origen de los trabajadores y satisfac- ciôn laboral............ 1073 6.2.9.6. Tipos de empresas y su influencia en la satisfacciôn laboral......................1078 6.2.9.7. Motivaciôn del trabajo y satisfacciôn laboral ........................ 1085 6.2.9.8. Ideologîa polîtica y satisfacciôn laboral... 1087 7. VIDA POLITICA Y CIUDADANA....................... 1102 7.1. Introducciôn................. 1102 7.2. Los jôvenes tienen una orientaciôn polîtica de izquierda................. 1110 7.3. La afiliaciôn a partidos politicos y organ^ zaciones polîticas juveniles es escasa........ . 1121 7.4. Manifestaciones del interês de los jôvenes en los asuntos générales del paîs y en los mas particulares de la vida urbana y vecinal.... 1127 7.4.1. Opiniones sobre la situaciôn polîtica y social espaRola. Juicios pesimistas 1128 7.4.2. Hacia un cambio en la concepciôn de la organizaciôn del trabajo................... 1136 7.4.3. El rechazo de la violencia institucional y popular.................................. .1143 7.4.4. La legitimaciôn de la presiôn moderada, popular e institucional......... 1150 7.4.5. Disposiciones de participaciôn...............1154 7.5. Asocian la delincuencia y la droga con la marginaciôn econômica y social................. 1164 7.5.1. Actos delictivos de la juventud. Sus causas... 1164 7.5.2. Juicio sobre los jôvenes que se drogan ..... 1171 7.5.3. Opiniones sobre la delincuencia juvenil y la droga existante en el barrio ....... 1175 - VII - 7.6. Factores discriminatorios de la opiniôn colectiva .................. 1209 7.6.1. El sexo ........ 1209 7.6.2. La edad .................................. 1230 7.6.3. El status socio-profesional y la actividad.. 1253 8. RECAPITULACIONES Y CONCLUSIONES ...............12,78 ANEXOS ................................... 1316 Cuadros ........................... ....... 1 3T7 Cuestionario .................................1760 FE DE ERRATAS Pâgina 5. Penûltima lînea; donde dice:vivencia debe decir: vigencia " 83. Lînea 12; falta èl pârrd'fo: encuesta a casados que hablan tenido relaciones nreconyu galesjQue el 22 por ciento de los hom y el 90,6 por ciento de las mujeres. " 92. Lînea 21; dice: el trabajador siente para hacer valer. Debe decir: para el trabajador tiene hacer valer. " 107. Lînea 5; dice: sea mâs acorde con la distribuciôn de las gentes. Debe decir: refleja mejor la existante ” 160. Lînea 22; dice: diez personas, 42,9 por ciento. Debe decir: ocho personas, 43 por ciento. " 161. ” 5: dice: très. Debe decir: dos " 162. " 16; dice: dos hermanos... très o mâs. Debe decir: un hermano... dos o mâs. ‘ " 192. " 7; dice paradogicamente. Debe decir: paradôjicamente. " 206. " 16; dice: ghetos. Debe decir: ghettos. " 210. " 8; dice :Hubner. Debe decir: Hubner Pâgina 240. Cita 54; dice 1970.. Debe decir: 1979. " 277. Lînea 10; dice: nue los nertenecerâ. Debe dedir: que les pertenecerâ, " 280. " 15; dice: Miguel Roiz. Debe decir: Miguel Roig. 284. ” 17; dice: nâg. 317. Debe decir: pâg. 316. 292. ” 16; dice (37). Debe decir (40). 20; dice (38). Debe decir: (41). " 294 " 11; dice: (24,25 por ciento) Debe decir: (24,03 por ciento) " 342. " 12; dice: 64,4 por ciento. Debe decir: 64,3 por ciento. " 14; dice: cuadro nûmero 82. Debe decir: cuadro nfimero 83. " 343 " 24; dice: morganâtica. Debe decir: marital. 352 " 14; dice: (85). Debe decir: (89). " 354 " 6; dice: (89). Debe decir: (85). " 394 " ûltina; dice: ad- Debe decir: adqui-. Pâgina 400. Lînea 22; Anadir entre; co lentarios y Rector el siguiente pârrafo: de un catedrâ tico de ginecologîa (José Botella - Llusia) que fuê.... " 406. " 19; dice: y mujer. Debe decir: y la mujer. " 435. " 1; dice: el padre y madré. Debe decir: el padre y la madré. " 449 " 12; dice: eran controlados. Debe decir: era confrontada. " 518 " 19; dice: mariages traditionels. Enquêtes auprès de 18-30. Debe decir: mariage traditionel. Enque tes auprès de jeunes de 18-30. " 20; dice: document. Debe decir: documents. " 520. Cita 85; ailadir: El ciclo vital de la familia espanola, pâg. 69. " 522. Lînea 22; dice: pâg. Debe decir: preg. 524 dice:(121). Debe decir: (122) Dice: (122). Debe decir: (123), pâg. 93. Dice:(123). Debe decir: (124) . Pâgina 543. Lînea 1; dice: formando. Debe decir: tomando. 583 738 856 1002 1013 1038 1122 1125 1129 1137 4; dice: reflejen. Debe decir: reflejan 7; dice: que no existiera. Debe decir: que dejara de existir. 1; dice: paradôgico. Debe decir: paradôjico. 25; dice: sesible. Debe decir: sensible. 15; dice: dos tercios. Debe decir: très cuartas partes. 14; dice: sino. Debe decir: como. 23; dice: el que hace Debe decir: el de hace 10; dice: aducidad. Debe decir: aducidas. 8; dice: que el 69 por ciento de los jôvenes. Debe decir: del 69 per ciento de los io venes. 17; dice: sobre lo que les interroga. Debe decir: sobre lo que se les interroga. 23; dice: orientados a esta direcciôn. Debe decir: orientados en esta direcciôn. Pâgina 1140. Lînea 10; dice: largo. Debe decir: corto. " 22; dice :congestionaria. Debe decir: cogestionaria. " 1179. " 9; dice: The Worrier. Debe decir: The Warrior. " 1218. " 22; dice: trabajo de los jôvenes. Debe decir: trabajo que a los jôvenes 1- 1.- LA JUVENTUD: CORRIENTES PASADAS Y TENDENCIAS PRESENTES. 1.1,- INTRODUCCION. La juventud es un grupo de edad en el que se tie nen opiniones y actitudes decisivas para etapas posteriores del desarrollo humano. Opiniones y actitudes que influyen_ de manera importante en la colcctividad, aunque no dan lu- gar aûn a regularidades de conducta decisorias para la di- nâmica interna de aquella. Es évidente que las responsabilidades principa-- les en la organizaciôn econômica, social y polîtica de la_ sociedad competen a los adultos. Pero la evoluciôn de las__ costumbres y formas de comportamiento sociales que conti-- nûan o sacuden en sus cimientos la legitimidad del orden - social exlstente se détecta mejor en las ideas y reaccio^- nes que aquel produce entre los hijos de los protagonistas. Los frutos de las coherencias e incoherencias del discurso axiolôgico elaborado por las élites de los adultos se mueŝ tran lûcidaraente en los jôvenes. Precisamente porque estos vierten en sus opiniones y conductas el esquema de pensa-- miento y acciôn interiôrizado eh un largo proceso de socia lizaciôn. Es decir, de adiestramiento y domesticaciôn, que sirve a los adultos para garantizar la continuidad del mun do que ellos han creado desde sus parcelas mâs o menos ex- - 2 tensas de poder. Los jôvenes son educados para la vida colecti­ va por los padres, los colegios y centres de formaciôn pro fesional o universitaria y permanecen en esta etapa de for maciôn durante muchos afios de su vida. Este estado de co-*- sas los sitüa en una posiciôn dependiente de los adultos - que cuentan a su favor con el tiempo y los espacios legitî mados para "mbldear" sus habites de pensar, sentir y hacer. Pero al mismo tiempo los jôvenes tienen la oportunidad de_ permanecer entre jôvenes mâs tiempo y con redes de interrê laciôn tan amplias que llegan a constituir una identidad - propia. Hoy se habla de la cultura juvenil como de un "-- acontecimientô o fenômeno tan importante como para sobrepa sar barreras nacionales y linguisticas. Por su extensiôn r es inquiétante para el mundo adulto que ve a los jôvenes - como una amenaza potencial a su obra. En estos tërminos se expresa Musgrove (1 ) y deben ser ciertos cuando se oyen__ voces de sociôlogos, y pensadores en general que hablan -- del abismo generacional, de la cultura juvenil autônoma y_ en radical rechazo de la cultura de los padres o adultos.- Las voces que asî claman basan su diagnôstico en los acon tecimientos juveniles que sacudieron las universidades de_ cincuenta paîses en la dêcada de los 60 y cuyos ecos mâs - prôximos a nosotros se sitûan en Norteamêrica y Francia. - Un estudio de Yankelovich, efectuado en los comienzos de - los afios 70 muestra.por ejemplo los cambios experimentados - 3 - por los jôvenes en su concepciôn y valoraciôn de la vida - privada, social y de su proyecciôn en la organizaciôn pol^ tica americana y son realmente sustanciales (2 ). De la - misma ëpoca datan varies estudios citados por Roussel y -- Bourguignon que hallan desniveles profundos en las actitu­ des hacia el matrimonio, la familia y los ninos entre los_ jôvenes y los adultos ( 3 ). Galambaud los encuentra igualL mente, por referenda al trabajo en los jôvenes trabajado- res franceses, por no citar sino algûnos ejemplos ( 4 ). Las repercusiones en Espafia han sido tambiên - notables (hasta el punto de que se habla de "viejns actitu des y nuevos valores"( 5 )) como se ve a través de estudios pe- riôdicos sobre juventud que irê citando a efectos compara­ tives. Ademâs junto al convencimiento de que las opiniones juveniles reflejan un cambio importante respecte do las ge neraciones anteriores crece en Espafîa ya hacia los ochenta el convencimiento de que los jôvenes reaccionan con indife rencia hacia el mundo social creado por los adultos. Y co­ mo consecuencia deciden "pasar de ôl" es decir ,ignorarlo.- De aquî que parece interesante buscar respuestas a una pre gunta fundamental sobre los jôvenes de hoy; &Son o no por- tadores de un ethos social C 6 ) distinto al de sus mayo-- res?. Y como derivaciôn. îHasta donde llega su conformidad con la moral social vigente y cuales son los puntos de di£ conformidad con los valores e instituciohes sociales?. -- îQuê proyectos de vida personal y social estân dispuestos_ 4 - . a emprender?. Lo que es en definitiva preguntarse icuâles_ son los puntos de alarma que los jôvenes colocan a la so-- ciedad y en quô aspectos de la vida privada y pûblica se - sitûan?. Los estudios y observaciones de diverses gru-- pos juveniles, en disMntos contextes histôricos y socia-- les coinciden en sefialar ciertas regularidades en la evolu ciôn de las actitudes y comportamientos juveniles. Tienen manifestaciones diferentes segûn la dinâmica social de co­ da perîodo pero avanzan con unas constantes importantes. Los jôvenes aplican criterios de rentabilidad_ emocional, de obtenciôn de placer personal para valorar sus proyectos. De ahî que den como explicaciôn de sus opi­ nes o reacciones argumentes basados en el sentido comûn mâs que en reivindicaciones de derechos inaliénables. El - que los derechos son inaliénables es un concepto de senti­ do comûn évidente para ellos que prefieren expresarse en - tërminos mâs sencillos y prâcticos. Enfatizan la importancia del auto-control de - su vida privada. Tienen interês en lo temporal y espacial- mente inmediato mâs que en lo que estâ lejos de su alcance. Son permisivos hacia el mundo adulto, en el que reconocen_ incoherencias y limitaciones que escapan a su capacidad de_ control. Por ello lo acqptan conscientes de su caducidad - por una parte, de la impotencia juvenil para cambiarlo sin ayuda de los mayores por la otra. Y de las dificultades de -5- salir victoriosos unos y otros si se enfrentan como raiem-- bros de la sociedad civil, con una organizacidn estatal, bu rocratizada y controlada per drganos centrales e invisibles de poder econômico. De ahî su interês en lo mâs asequible_ por cercano, por mSs transparente o al mènes no tan enmara Rado: su familia, sus amigos, su barrio, su ciudad. Très aspectos quiero destacar en esta introduc ciôn tedrica al estudio empîrico de les jôvenes del Casco_ Viejo, de la ciudad de Zaragoza: El.protagonismo de les j6 venes, les limites en les que me sitûo para définir la ge- neraciôn o cohorte juvenil, las orientaciones de la vida - privada y pûblica de les que pertenecen a dicha generaciôn o cohorte. Los jôvenes vienen siendo protagonistes del cambio social desde la apariciôn del trabajo industrial. - La sociedad se mira en elles, sus productos recientes para entenderse a si misma y considerar su porvenir. Lo hace ca da vez mâs porque estâ en proceso de juvenilizaciôn. Orte­ ga decia en les afîos veinte que la edad y el sexo son las_ unidades bâsicas del anâlisis histôrico porque sôlo se lie ga a comprender bien una êpoca si se entiende "la ecuaciôn dinâmica que en ella se da entre las generaciones y les se xos" ( 7 ). Son unas y otros les que exprèsan en sus com-- portamientos que valores rigen al conjunte, cuâles emergen y cuâles pierden vivencia. Siempre, dice Salustiano del Campe, "un grupo_ - 6 • no muy amplio de coetâneos modifica el mundo para sus con- temporâneos y sucesores" ( 8 ). Este grupo es la élite do­ minante de una generaciôn adulta, generalmente de mâs de - cuarenta afios. Pero la evoluciôn de la poblaciôn depende - casi exclusivamente de los menores de treinta afîos, ( '9 )- la direcciôn que se imprima al cambio tambiên. Porque, aun que los jôvenes van entrando en las sendas trazadas por los adultos, incorporan a las costumbres adquiridas hâbi- tos de nueva creaciôn, interpretaciones del mundo inêditas. La educaciôn masiva reune a los grupos de edad_ por perîodos de tiempo largos y en espacios exclusives, de tal manera que los jôvenes estân sometidos a la influencia de su grupo de iguales incluse mâs intensamente que a la - de sus mayores y particlpan Con elles de un modo de vida râ pidamente extendido fuera de las fronteras locales o nacvinnlcs. Los jôvenes participan de una cultura mundial_ que se extiènde râpidamente, gracias a la revoluciôn tecno lôgica, a la râpida difusiôn de las constantes innovacio-- nes. Elle hace que la transmisiôn generacional no sea tan_ lineal como en las culturas antîguas donde el nifîo recibîa las pautas del comportamiento que iban a régir su vida adul ta desde muy temprano, con plena certidumbre de cual era - su destine. H o y dice Margaret Mead, la ûnica certidumbre_ posible es la de que en ningûn lugar del mundo hay adultos de los que pueda aprendeT sus prôximos pasos (lO )• El jo- ven es educado por sus mayores pero en un mundo compléta-- mente distinto al que estes tuvieron. Y que muy pocos de - -7- ellos sabïan que iba a süceder. Ademâs, son los mayores -- quiehes encuentran mâs difîcil adaptarse a un mundo cambian te. El pasado pesa sobre elles y mâs como una rémora que - como fuente de sabidurîa aplicable a las nuevas situacio-- nés. No solo puede hablarse en los termines tradicionales, de la emigracién espacial que del campo a la ciudad y de - los paîses menos industrializados a los mâs industrializa- dos ha venido efectuândose desde la revoluciôn industrial. Sine tambien de una emigraciôn en el tiempo. El joven estâ asî influïdo por sus mayores, por sus iguales y por un fu­ ture al que emigra con menos bagage y por tante con mâs 1^ gereza. Pero aunque le sea mâs fâcil admitir la innovaciôn e incluse tome la iniciativa en la sugerencia de nuevas ideas y nuevas aproximaciones a la realidad social, la po- sibilidad de realizar acciones fructuosas depende de los - adultos. Son estes quienes tienen que aceptar compartir su poder con los que vienen a disminuîrselo. A este objetivo_ va encaminado el largo proceso de socializaciôn y prepara- ciôn para la vida adulta, que en la sociedad actual no tie ne unas fronteras muy definidas ni unos rites de inicia-- ciôn standard para todos los jôvenes, aunque en lîneas gé­ nérales puede decirse que los diplomas escolares, el servi cio militar masculine, el trabajo, el matrimonio son sus - puntos mâs importantes. Ademâs de las divisiones de socializaciôn por_ edades que se prolongan en una larga y forzosa adolescen-- -8- cia social (II ) (que no biolôgica) hay que incluir las dî ferencias de formaciôn segûn sexo y las del contexte so-- cial y econômico del que parten los jôvenes. Conviene por tanto définir a la juventud den - tro de unos limites que la sitûen como grupo de renovaciôn de la sociedad con suficiente amplitud y cierta concreciôn. Voy a considerarla pues como un grupo socio-de mogrâfico internamente diferenciado en sexes, y grupos de edad cuyas fronteras se sitûan entre los catorce y los --- veinticinco afîos. Pertenecen a distintas clases sociales o grupos de status, prestigio y poder. De aquî que su activ^ dad varie. Por elle tienen una visiôn del mundo distinta - entre si. Comparten no obstante regularidades culturales,- derivadas de su pertenencia al misroo conjunto de gentes en proceso de formaciôn, para la obtenciôn de un empleo y pa­ ra la adquisiciôn de responsabilidades familiares, socia­ les y econômicas. Ni el•curaplimiento de una edad détermina da, ni el matrimonio, ni la incorporaciôn a un trabajo, pueden por separado determinar la finalizaciôn de la etapa juvenil, pero si contribuyen a la adquisiciôn de indepen-- dencia y a la formaciôn de una visiôn del mundo social au- tônoma y acorde con la experiencia vivida. La incorpora-- ciôn a las distintas esteras de actividad pûblica y priva­ da conduce a un cambio en los intereses y necesidades, en_ las conductas, en los modos de vida, en los valores que in -9- forman aquellas y en los que se desechan. Una vez delimitado un grupo de edades, donde - interactûan hombres y mujeres que pertenecen a distintos - niveles socio-eçonômicos y reallzan diferentes actividades, que estân o no casados y que tienen percepciones particule res de la cultura comûn a su generaciôn, es precise refe-- rirse a las esferas de la vida en las que se plasma el -- ethos juvenil. El objetivo es poder reconocer despuôs quê_ es lo que continua quô es lo que cambia respecto a las tra diciones transraitidas por los progenitores, cuâles son los resultados de las tensiones entre los deseos de libertad y creatividad y los condicionamientos adquiridos. Las esferas donde se manifiestan las realiza-- ciones y proyectos de los jôvenes incluyen la vida de relâ clones privadas (familiares, afectivo-sexuales, de amistad y compafîerismo) y la de relaciones pûblicas (trabajo, for­ maciôn, participaciôn social y polîtica). Lo pûblico y lo privado se Interrelacionan mu- tuamente. Las vivencias de la organizaciôn econômica y so­ cial se traducen en valores reguladores de la conducta, que unifican, dan coherencia a las estrategias de acciôn - de los individuos en una y otra esfera. De aquî que una aproximaciôn séria a la cohor­ te o generaciôn juvenil (3 2. ) requiere mirar con cierto d£ tenimiento sus orientaciones de vida privada y pûblica. —10 - ra entenderlas en un contexte mâs amplio que el de un gru­ po de jôvenes especîfico hay que remitirse a la evoluciôn histôrica de dichas orientaciones entre los adultos y los jôvenes. Por ello trato aunque muy de pasada los cambios ■ producidos en la familia, en las relaciones de amigos, en la concepciôn del trabajo y de la vida social a partir de la revoluciôn industrial. -11 - 1.2.- SOBRE EL PROTAGONISMO DE LOS JOVENES. B1 joven aparece en la historia como grupo so­ cial dotado de status especîfico con la revoluciôn indus-- trial. Adquiere desde entonces protagonismo por su cuestio namiento de la autoridad polîtica, social y familiar, que_ no es sino el punto mâs conflictivo de un desfase entre unos valorês générales de libertad,.igualdad, fraternidad_ y unas realidades sociales de opresiôn, desigualdad y egoΣ mo individualista, basados en el poder de hecho de los mâs fuertes cconômicamente. Hasta la revoluciôn industrial, la etapa de ma yor creatividad humana y dinamismo personal se extendîa va gamente desde los quince anos• hasta los treinta y cinco - anos. A partir de entonces venîa el deterioro, la vejez, - la enfermedad, la muerte. Algunos versos de Shakespeare ilustran los sen timientos de decadencia fîsica albergados entre los trein­ ta y treinta y cuatro anos, edades aproximadas a las que él los compuso: "En mî tu ves como destéllos de ese fuego que_ en las cenizas de su juventud se acuesta, como lecho de -- muerte en que a expirar va luego (Soneto nûmero 73). "Asî, creyendo en vano que ella me cree joven, bien que sabe que es ida la flor de mis anos. = 12 - Pero Zpor quê ella no déclara que ella es falsa? Pero ipor quê no digo yo que yo soy viejo? (Soneto 138) (13 ) Pero los grandes cambios en las condiciones de vida que los descubrimientos tecnolôgicos acarrearon y la_ consiguiente mejora de la salud humana di6 lugar a una di^ minuciôn de los indices de mortalidad y a un alargamiento_ de la edad promedio de la vida. Con ello a una revoluci6n_ en las expectativas humanas de vidaJ y en la concepciôn t£ tal del hombre (14 ). Los conflictos que generaron las re’- voluciones occidentales desde el siglo XVIII lo manifies-- tan. En ellos se mezclaron las luchas de clases con las tensiones generacionales, desde los mismos momentos en que se resquebrajô el corporativismo medieval (l5 ). Algo ha-- bîa en comûn para cl disentiraiento: la caducidad de un sis tema de autoridad politico y familiar que obstaculizaba el ejercicio de unos derechos ligados al trabajo industrial y a la independencia econômica de la empresa familiar. Con el desarrollo del capitalisme se produce - una transformaciôn sustancial de las instituciones encarga das de reproducir la organizaciôn social. El aprendizaje - para el trabajo comienza a salir de las fâbricas, deja pues de ser patrimonio de la familia, y el Estado se encar ga de la instrucciôn. Ademâs la conquista de los derechos_ ciudadanos, el del voto como muy importante, conducirâ a - -13- los grupos dominantes a interesarse en cl joven, con miras a ganarlo para sus posiciones. Asî, escribe Barragan, gra­ cias a la concentraciôn y racionalizaciôn de las institu-- ciones se va configurando la juventud como generaciôn y -- por tanto como sector social potencialrente capaz de orga- nizarse en torno a sus intereses fl6 )« La juventud comienza a enfrentarse en cuanto - tal a la generaciôn de los adultos en el romanticisme euro peo*, Rousseau y Werther al rebelarse contra el seno-- rîo do los nobles rechazan tambiên el autoritarisme pater­ ne. Rousseau concibe y a el ser joven como una condiciôn so­ cial ademâs de biolôgica. Exalta de êl su candor natural,- comparândolo al del hombre primitive aûn no deteriorado por las instituciones sociales (17 ). Yi.compacte con Wer-- ther el desencanto con los resultados de la conmociôn revo lucionaria europea. Los jôvenes de la élite intelectual, - desilusionados ante las injusticias del nuevo orden indus­ trial, se repliegan en la pasiôn individual y muestran asî su desacuerdo con aquel. Aranguren, que sitûa tambiên en - el Romanticisme el comienzo de los en.frentamientos de los_ jôvenes con "los viéjos", dice que el ritmo del conflicto_ generacional se va acelerando conforme se apresuran los -- cambios en los modes de vida y cultura, Los jôvenes son los agentes de las sacudidas ( '!%). Asî vinieron nuevas generaciones de ajuste a - la realidad social y de enfrentamiento crîtico con la mis- - 14 ma, a cuyo pensamiento contribuyeron Marx y Engels. Aunque atraîan a los jôvenes intelectuales, apelaban sobre todo a. los trabajadores, poniendo en ellos la esperanza del cam-- bio social: "De aquî que la parte mâs ilustrada de la cla- se obrera, se da cuenta de que el porvenir de su clase, y_ por tanto de la humanidad, depende enteramente de la joven generaciôn obrera" (19). Sin embargo, inicialmente, el disentimiento -- fue privilégié de los jôvenes de clase alta, porque eran - ellos quienes gozabar del status o condiciôn de joven du-- rante mâs tiempo ( 20). Disponîan asî del suficiente para_ pensar y adquirir conciencia de las situaciones de injÿsti ̂ cia social. Tenîan ademâs a su alcance los medios de pro-- testar sin graves consecuencias para sî mismos. No obstante el mayor protagonismo lo ha alcan- zado la juventud del siglo veinte. El perîodo previo a la_ primera guerra mundial, caracterizado por el desarrollo Im perialista del capitalisme, ve surgir un movimiento de jô­ venes que huyen del hogar familiar, tratando aslmismo de - evadirse de una organizaciôn social tecnocrâtica y poco propicia para el libre ejercicio de los deseos personales. Expresionistas, surrealistas y futuristas de la êpoca re-n chazan con su arte el mundo de sus padres. Asî muestran su repuisa a la autoridad social que impone tan compleja y bu rocratizada administraciôn de las instituciones y por tan­ to de la sociedad civil. A partir de la revoluciôn de octubre muchos jô 15 - venes europeos quieren configurar un nuevo mundo desde sus cimientos. Es la êpoca del compromise politico y de la fe_ en los logros alcanzables por el esfuerzo voluntarista. Epoca que contrasta con la protagonizada por la juventud - europea posterior a la segunda guerra mundial, en la que - la decepciên con los valores sociales dominantes se tradu­ ce en apatîa desengaRada, opacidad del protagonismo social y politico, escepticismo ante las grandes palabras y re-- pliegue en la vida privada. Schelsky llamô a los jôvenes - alemanes de la postguerra, "los jôvenes escêpticos", preci_ samente por su decepciên con la concepciôn de vida que ha- bîa dado lugar a la destrucciôn social. Estos jôvenes se - caracterizaban mâs por su disposiciôn a vivir la realidad_ cotidiana de su familia y de su trabajo que a interesarse_ por la vida social y polîtica mâs amplia. Son los jôvenes_ de lo positivo, mâs que de las grandes frases y ]os gran-- des sentimientos. Se inclinan a un sobrio "idéalisme de la utilidad" ( 21 ). Aranguren explica como el derrumbamiento del mundo anterior, su pêrdida de sentido diô lugar a senti'-- mientos de angustia, de nâusea y desesperaciôn. Estos sen- timientos cristalizaron en el existencialismo y muy pronto pasaron a un realismo caracterizado por el interês en los_ hechos mâs que en las palabras, en la têcnica mâs que en - la teorîa, en la acciôn mâs que en la especulaciôn ('22 Actitud "positiva" que continua vigente en la juventud con -14 temporânea y que imprégna el mundo de lo religioso, de lo_ politico, de la amistad y del amor. En Amêrica la generaciôn de postguerra, de los afîos cincuenta se bautizô a sî misma como la n e r a t i o n , definiêndose por las sensaciones experimentadas: abatimiento, depresiôn, vacîo interior, tribulaciôn. Los - Beatniks americanos fueron secundados por los Angry Young_ Men ingleses, mientras en Japon desde antes de su apari--- ciôn luchaban ya los estudiantes y los policies en las ce­ lles. Eran ôpocas de gobiernos conservadores (23 ) y de ju ventudes silenciosas que aceptaban el Estado, la organiza­ ciôn y Vivian en prosperidad. Parecîan apâticos y aburri-- dos y contribuyeron al anuncio de Daniel Bell: "el fin de_ la ideologia". Sin embargo, o como contraste. Beatniks y An-- gry Young Men comenzaron un movimiento Intelectual que se_ distinguîa por la rupture con los convencionalismos y dis­ posiciôn a decisiones e inspiraciones sûbitas. Desprecia-- ban las carreras y los trabajos burocrâticos, la sociedad_ burguesa en general, identificando burguesla con hipocre-- sia (24 ). A la violencia de estos jôvenes,que defendîan_ una vida literaria de la improvisaciôn del lenguaje y la - narraciôn, que gritaban contra la civilizaciôn absurda, se contraponia la violencia de las pandillas dedicadas al van dalismo callejero como autoafirmaciôn del grupo; sin otro_ - 17- aentido que el desfogue de energîa, sin ninguna proyecciôn social en sus miras. Incoiiformistas asî çurgieron en casi toda Euro pa y en Amêrica. Comenzaron los h a t h s t a r k e n - k r a v a l l e en -- Berlin occidental (1955), luego aparecieron los t e d d y - b o y s ingleses (1956) y los s k u n a f o t k e suecos. Siguieron por -- otros paîses europeos los h o o l i g a n e polacos, los s t i l i a g u e rusos, los a n d e n i p e n daneses, los nozem^ holandeses, los -- t e p p i s t < y v i f t e l t o n i italianos, los t i f i i c h e u v s y los h t o u — eons n o i r s franceses (1959), los gamberros celtibêricos. - En Amêrica los hel l*^s angels raostraban un rostro similar, -- violento, inmoral, desilusionado 2̂5 ). Artistes y bandas juveniles son dos grupos que presentan reacciones extremes de hastio ante una vida sin_ grandes proyectos. Y que cansa ademâs porque la reclusiôn_ en el mundo de las relaciones primaries, de la vida priva­ da tampoco tiene demasiado margen para la libre exprèsiôn_ de lo Intimo. En realidad la sobre-organizaciôn de todas - las esferas de la vida no deja demasiado sitio d la inicia tiva personal ( 26). El rechazo al autoritarismo y a la jerarquia - se expresarâ en exigencies de participaciôn que se concen- trarân mâs en el âmbito familiar y escolar, pero se exten- derân a todos los demâs. Mendel habla del acuerdo entre pa-- dres y maestros para discipliner al nifîo, disciplina y si£ tema de exâmenes que inientarân domesticarle dentro de un_ orden establecido ( 27). De aquî que el nifîo se rebele con 18 - tra unos y otros en su rechazo al autoritarismo y a sus mo dos de procéder. El joven utilizô como contrapartida la e£ trategia de la autonomîa e incluse independencia de su ho­ gar. Tratô de viajar, de conocer otros paîses y situacio-- nes, de mantenerse a sî mismo realizando trabajos parcia-- les y temporales. Asî se popularizaron el auto-stop, los_ trabajos de estudiantes, la vida en grupo de los pisôs al-- quilados, la participaciôn en programas voluntaries de al- fabetizaciÔn de adultos en paîses del tercer mundo. De esta mènera el joven compartîa mementos de_ su vida con otras gentes, adquiriendo una sensibilidad nue va hacia las injusticias sociales présentes en su mundo de prosperidad. Ademâs de acortar las distancias entre êl y - gentes diferentes a êl, todo esto despertô su interês en - los problèmes sociales, en las acciones comprometidas con_ los demâs. El desarrollo de las ciencias sociales en estos afîos contribuyô tambiên al interês de los estudiantes por_ los marginados del mundo urbano: las minorîas êtnicas en -- Amêrica, la mujer discriminada en todos los paîses, los p2 bres de los suburbios, particularmente los de los subur— bios de emigrantes. Y por los marginados del mundo de las_ relaciones internacionales: las victimas de las guerras im- perialistas (Vietnam adquirirâ mâs tarde el mâximo protago nismo), los habitantes de los paîses perifêricos o subdesa rrollados (expoliados en sus recursos humanos y naturales). En contacte con estas situaciones y experien-- cias se establecieron nûcleos juveniles de protesta que en - 19 sus inicios compartîan la calle y los espacios en los me-- dios de comunicaciôn social con las bandas juveniles de -- loa rebeldes sin causa, constituyêndose posteriormente en lîderes universales de los jôvenes, con la extensiôn del - movimiento de protesta en los afios sesenta. La dêcada prodigiosa de los 60 se earacterizô_ por la rebellôn masiva contra toda autoridad: padres, pa-- tronOs, prefectos, profesores, policîas y ^ontîfices de to da organizaciôn como dice A. de Miguel (28 ). Los jôvenes creen entonces que ellos pueden -- realizar la revoluciôn por sî mismos: socio-econômica, po­ lîtica pero sobre todo cultural. Son los heredero.s del bie nestar, del pleno empleo, de la creciente capacidad adqui- sltiva quienes muestran una mayor capacidad explosive. La_ protesta serâ estudiantil y Berkeley y la Sorbona serân -- los puntos mâs sobresalientes, pero no sôlo ellos, de la - lucha contra el gran poder social. Gerard Mendel ("% ) y - Klaus Menhert (30), aluden a mâs de cincuenta paîses que_ segûn un informe de la ONU de 1968, se vieron sacudidos por movimiePtos colectivos y violentos simultâneos. El con texto socio-polîtico y econômico es distinto. La revoluciôn industrial y consiguiente pêrdida de valor de todo lo que_ no contribuye al desarrollo eficaz del nuevo orden indus-- trial les es comûn. Por ello que las causas locales sirven de detonador de una cierta tensiôn colectiva producida en_ todos ellos por la opresiôn de la ley de hierro de la ren- tabilidad por encima de todo. La rebeliôn, que no révolu-- T 20 ciôn (en palabras de Tierno Galvân), es contra la atomiza- ciôn y maquinizaciôn del hombre, contra la dominaciôn impe rialista. Y lo que se reivindica es la imaginaciôn, la -- creatividad, la libertad individual y colectiva. Yankelovich (31), estudiando a los jôvenes americanos acadêmicos y no acadêmicos de esta êpoca encuen trafuna generalizaciôn creciente de un conjunto de valores que guîan las conductas hacia un mayor ênfasis en el goce_ personal. Ello impiica una mayor preocupaciôn consigo mis­ mos que requiere la primacîa de lo que autosatisface en -- cuestiones sexuales y relacionales en general, en el traba jo y en el compromise social y politico. Los criterios de rentabilidad y èficacia son - aplicados al logro de un mundo social interesante y digno_ de vivirse. Son afios de prosperidad econômica y de llama-- das al consume sin limites de los bienes résultantes del_ gran milagro econômico de la êpoca. Y de alguna manera es­ te slstema de la opulencia que en ôpiniôn de Marcuse "este riliza y anula la necesidad biolôgica de cambio" produjo - en los jôvenes el efecto contrario: reivindicaban el goce_ del consume para todos, la desapariciôn de las distancias_ sociales, la bûsqueda de la felicidad sin limites. Las llamadas repetidas que Marcuse hacia a los jôvenes para tomar la vida como un fin en si misma, par^ - vivirla "sin temor, sin brutalidad y sin imbecilidad" (32 ) fueron voceadas a través de los slôganes de mayo del 68. - 21 - "El derecho de vivir no se mendiga se toma". Nanterre. - "Los que tienen miedo estarân con nosotros - si nos mantenemos firmes" Facultad de Medicina. - "Cambiar la vida. Transformer la sociedad".- Ciudad üniversitaria. - "Un policîa dùmrme en cada uno de nosotros,- es necesario matarlo". Censier. - "Creatividad, espontaniedad, vida" Censier. C33 ). El movimiento écologiste de los afios 70, defen dîa, aûn mâs pacîficamente, la salvaciôn de la especie a - través de la salvaciôn del entorno natural. La rebeliôn de los 60 fue violenta. Porque se_ respondîa a la violencia del poder tratando de utilizer los mismos argumentos. Las formas mâs visibles de la vio-- lencia fueron las luchas en la calle entre estudiantes y - policies, comunes a los paises industrializados. Las gue­ rrillas urbanas latino-americanas fueron la expresiôn mâs_ organizada del mismo fenômeno; el hombre primitive luchan- do contra la organizaciôn, los adolescentes contra el po-- der social, los représentantes de los opriraidos contra los__ respresentantes de los opresores. Se habia llegado a consî derar la violencia como valor vital, como medio de testimô niar las propias convicciones heroicamente, incluse con la propia vida. - 22 - Las estrategias de la acciôn cambiaron en los_ afios 70, porque se descubriô la inutilidad de los ataques_ frontales al gran poder social. Los jôvenes vuelven enton­ ces a la revoluciôn cultural de la vida cotidiana, a la a£ ciôn directe sobre el entorno mâs cercano. Si antes se intenté una macro-revoluciôn, sefia la Aranguren, ahora se desea una mini-revoluciôn que péné­ tré desde abajo en la sociedad entera, en los usos y en -- las instituciones(34 ). Es la êpoca de las alternatives -- concretes. En el piano econômico se opone la autogestiôn - al capitalisme privado y multinacional. En el piano polît^ co se oponen las autonomîas régionales y locales al poder_ estatal. En el piano civil.las iniciativas personales bus- can medios de interrelaciôn informai en repuisa de la buro cratizaciôn de todas las esferas. La uniôn de la pareja por acuerdo mutuo trata de ser una alternative vâlida a la .institucionalizaciôn matrimonial. Al fohdo de las nuevas actitudes hay una resi& naciôn ante la fortaleza y el poder del establishment y al­ go mâs. Se viven ya las secuelas de una nueva crisis del - capitalisme occidental, fundamentalmente el paro y la in-- flaciôn. El paro que lo es mâs para los jôvenes obliga_ a los padres a hacerse cargo de sus hijos sin trabajo. -- Ellos son el ûnico recurso sustancial a largo plazo porque el estado sôlo ofrece ayudas temporales. Ademâs los padres - 23 - de los setenta han interiorizado unos valores de permisivi^ dad social que les impiden reaccionar ante sus hijos de -- otra manera. Ellos mismos pertenecen a la generaciôn juve­ nil que se rebelô contra el autoritarismo paterno y contra el trabajo sin estîmulos. Adquirieron entonces conciencia_ de que la autoridad se légitima por el sentido comûn con - que se ejerce y es asl como la plasman en su hogar. Inten- tan lograr para sus hijos unos cauces de autorrealizaciôn_ mâs amplios que los que ellos pudieron alcanzar. En conse- cuencîa no fuerzan a sus hijos a una bûsqueda sin fin de _ un trabajo que no les sea gratificante (salvo en casos mi- noritarios). Los criterios de rentabilidad y èficacia se - aplican ahora al goce, al placer, al divertimiento y la -- buena vida como valores primordiales. La austeridad, la r e nuncia, el sacrificio por el ahorro se ven como flagelacio nés inûtiles. El sistema econômico y social los provee su- ficienteraente para Ir encima a buscarlos, Asî los ven los hijos y los padres comprenden sus sentimientos. Los finales de los 70 y comienzos de los 80 presentan una agudizaciôn de la crisis econômica. Crêcen - el paro y la inflaciôn. La prosperidad parece acabarse y - la escalada de armamentos, las consiguientes tensiones de_ poder entre las grandes potencies amenazan la paz y hacen_ temer imaguerra sin retorno. De hecho la guerra y la vio-- lencia internacional han entrado en acciôn y no solo ponen en tensiôn a Rusiay E.E.U.U., sino que se desarrolla en - - 24 todo tipo de escenarios: Oriente Medio y Prôximo Oriente,- el Atlântico Sur, el continente africano. La implantaci6n_ de dictaduras militares sangrientas en Latinoamërica* la - inestabilidad polîtica de las excolonias europeas en Afri­ ca y los consiguientes golpes de estado producen el desa-- liento. El sentimiento de impotencia de los jôvenes se refuerza. Son los primeros en sufrir el paro cuando no hay trabajo y en llevar las armas cuando hay guerra (35 ), A la desenfrenada pasiôn de poder de polîti-- cos, militares y hombres de empresa, a las amenazas de gue rra mundial responden con una filosofla de vivir al dîa. - Al escepticismo de la postguerra anterior se afiade un prag matismo hedonista. Divertirse, evadirse de lo monôtono y_ desagradable, de la manipulaciôn de politicos, y educado-- res serân sus principales objetivos. Es la êpoca de la des movilizaciôn polîtica y de la tîmida aûn pero importante - reivindicaciôn de las ciudades para el encuentro ocioso de los ciudadanos, que los gobiernos municipales de izquierda, (de vuelta ya de las elucubraciones teôricas tan criticadas por los jôvenes) estân ayudando a desarrollar. Los jôvenes insisten en la calidad de la vida_ y en consumir todo aquello que creen que la aumenta; osci- lando entre el consume indiscriminado y su repuisa, entre la manipulaciôn y las reacciones libertarias, entre la li­ bre elecciôn y la claudicaciôn a la sugestiôn-engano publ^ 25 - citario. A los n e l l ' lsA.Aivg.elG les sustituye eàhado n o c h e . La salida semanal del engranaje ya no es agresiva y violen ta hacia los demâs.Mennhert ve a los jôvenes mâs bien agr£ sivos consigo mismos, domados para la mûsica y el consumo_ (36). Ander Egg los ve "pasotas'j (utilizando la de- finiciôn de A. de Miguel: "pasar de todo significa la muer te de Jesucristo, Marx, Einstein y la de Freud, es decir - el abandono de la religiôn, la polîtica, la ciencia y la - conciencia" (37)). El "pasotismo" es para aquêl, la "cul- minaciôn del proceso por el que se pierde el sentido de la cosa pûblica y el encuentro del yo se convierte en el obj£ tivo centrâlîsimo de la vida" (38,). Pero las cosas no han quedado ahî a mi parecer. El joven contemplative de su entorno urbano de cemento, de una educaciôn larga y sin salidas précisas, de la ato'miza- ciôn de la vida colectiva, empieza a mirar a los adultos - con compasiôn y burla. Se disocia de ellos aunque con ellos convive. Busca por su cuenta caminos de negociaciôn para - la convivencia. Pide hacerlo desde un puesto de igualdad.- Y desde êl trata de dotar de sentido a una vida interre- lacional, asociando el conocimiento de sî mismo al de los_ demâs y al de la naturaleza. Ha absorbido los principios «- de una mentalidad empresarial y los aplica a su vida, con_ pragmatisme y sutileza. Y, sobre todo en las clases socia­ les bajas, es consciente de los condicionamientos econômi- cos y sociales que le impiden accéder a unos bienes reivin dicados por todos como disponibles y dignos de su disfrute. - 26 - Pero si el joven se disocia en cierta medida - del mundo adulto, o s6lo se interesa en una parte de él, - la que cree honestamente inclinada a poner en prâctica unos valores sociales que beneficien al conjunto, no significa_ que los adultos se desinteresen de los jôvenes. Todo lo contrario. Los adultos absorben e imitan las formas de corn portamiento de aquellos, porque son las mâs prestigiosas.- C6mo decîa Ortega, asistimos a una juvenilizaciôn del mun­ do. Los jôvenes interesan tambiên por su futuro pa pel de administrar la sociedad cuando, previo paso de los_ ritos de diplomas escolares, adquieran el status de adul-- tos. En previsiôn del futuro los adultos desean transmitir sus conocimientos y experiencias a sus sucesores para que_ den continuidad a las relaciones sociales creadas como reŝ puesta a los valores vigentes (39 ). Sin embargo los adultos dudan sobre la efica- cia de sus esfuerzos. Saben que el nivel de conocimiento - de las generaciones jôvenes es mayor que el suyo propio. - Que los jôvenes no pueden mirarse en el pasado sino que buscan en el futuro las claves para un sistema méjor. Asi^ timos a la êpoca en que crecen los comportamientos innova- dores que vienen de los mâs jôvenes, mâs capaces de acumu- lar datos, y de mantenerse desintegrados, desorganizados,- disponibles, abiertos y adaptables a las nuevas ideas (40). "La inusitada extensiôn temporal del status ju venll, acelerando sus primeras iniciaciones y retrasando - - 27 - el definitive pasaje a la condiciôn de adulto, hace posi-- ble una multiplicada experimentaciôn existencial y un pro- longadîsimo proceso de aprendizaje..." dice Carlos Moya -- quien afiade que la"juvenilizaciôn de la sociedad parece asegurar su propia capacidad y energîa colectiva para la - radical metamorfosis de nuéstra envejecida cultura occiden tal"'(41 ). Aunque él poder no estâ en manos de los mâs jo venes, sino en el de los adultos y como dicen Margaret -- Mead, Roszâk o Goodman aquellos necesitan de estos para po ner en prâctica sus innovaciones. Y estos de aquellos para continuarse. En realidad, en el mundo actual conviven très sistemas de valores: los del pasado, los vigentes y los one se gcstan en virtud de las nuevas necesidades. De aquî el vàlOT del pensamiento generacional de Ortega y MannJieim -- cuando reconocen que la confrontaciôn de generaciones coad yuva a la dinâmica histôrica del desarrollo de la cultura, es decir de la identidad social (42). Bien entendido que_ sôlo puede hablarse de conciencia generacional en funciôn_ del modo de orientarse y evaluar aspectos genêricos de la_ cultura, que es lo que hacen los jôvenes cuando juzgan el_ contexto social total en que estân inmersos y reaccionan - unitariamente ante êl. 28 - 1.3.- LA COHORTE JUVENIL La juventud ha sido definida por Unamuno como_ el grùpo de renovaciôn de la sociedad, la savia nueva en - el quehacer de la sociedad. Lo que da idea de acceso prôxî mo a las responsabilidades adultas. Pero estas llegan tar­ de y llegan atomizadas. Tampoco llegan igual para todos -- los jôvenes. Se pueden ver jôvenes de mâs de veinte anos,- casados, cohabitantes, con hijos y estudianto todavîa bajo cl signo protector de los padres. Y pueden verse otros que trabajan desde los dieciseis afios y comparten con su fami­ lia lo que ganan, al lado de quienes estudian y trabajan - en lo que les gusta, cuando se tercia, sin ningûn proyecto definido de dejar de hacer lo que hacen porque asî les va_ bien. Con veinte o treinta afios, viven con amigos o viven_ solos, viven el présenté y a êl solo se remiten. Por ello no se puede aplicar un solo criterio, laboral o matrimonial por ejemplo, para marcar el final de la etapa juvenil. Tampoco résulta demasiado fâcil marcar - el principle. Entre otras cosas porque a la madurez biolô­ gica le acompafia la madurez mental, y el bienestar social_ de que hoy se goza ha dado lugar a un desarrollo biolôgico mâs temprano. Los estîmulos del medio ambiente favorecen - un desarrollo cada vez mâs complejo y acelerado de los pro cesos mentales; y consiguientemente dan lugar a una preco- - 29 - cidad mental que hace al joven apto para tareas abstractas, de reflexiôn y creaciôn desde mucho antes ('4"3 ). Dicho esto podrîa empezar a buscar definicio-- nes, al estilo de Luis Garrido, que recopila varias de --- acuerdo a distintas caracterîstiças juveniles. Asî clasifi^ ca a los jôvenes: - Por la edad, segûn la clasificaciôn de la -- ONU: quince a veinticuatro afios. - Por una moratoria de responsabilidad social. (Moncada y Bourdieu). - Por la pertenencia a una generaciôn histôri- camente determinada (Ortega y Julian Marias,) - Por la inclusiôn en cohortes ideolôgicamente homogéneas (Mannheim). - Por el acceso incorapleto a posiciones socia­ les entre la madurez biolôgica y la social (Parsons). - Por la situaciôn abierta a la adaptaciôn y a la libertad de experimentaciôn sin compromises (Erikson)C44 ) Todos estos elementos dicen algo importante de los jôvenes y a mi parecer se incluyen en la definiciôn de juventud que daba Hollingshead en 1949 y que extracto de - la transcripciôn de esteautor hecha por Allerbeck y Rosenmafr (45̂ )...."la juventud..., es el perîodo en la vida de una_ persona en que la sociedad en que vive no lo considéra ya_ ... un nifîo, pero no le otorga el pleno status, los roles_ y las funciones del adulto. En cuanto al comportamiento... - 30 no la détermina un memento especial, como ser la pubertad_ biolôgica, sino que se encuentra delimitada de diferentes_ maneras por la forma, el contenido, la duraciôn y etapa en las distintas cultures y sociedades". A elle habrîa que afiadir que la "juventud” dé­ signa tanto una fase en el transcurso de la vida individual como una porciôn de la sociedad que depende de algunos crî terios de edad. En cuanto tal porciôn, ejerce un papel en_ la sociedad, interioriza sus valores, los interpréta de - una manera especîfica. Contribuye a la elaboraciôn del pen samiento colectivo y créa una cultura, una ideologîa, por_ rcferencia a sî misma que es seguida por el resto de la so ciedad. Asistimos a una'*juvenilizaci6n del mundo" donde el prestigio de ser joven, de pensar y actuar como joven prit ma sobre la (en otros tiempos tan cotizada) sabidurîa de ̂ la vejez ( 4g). Apoyândose en el protagonismo y aporte indiscu tible de los jôvenes al pensamiento y costumbres colecti-^ vas, en la importancia del conflicto generacional en algu- nôs momentos de la historia reciente, algunos autores atr^ buyen a los jôvenes la misiôn histôrica de transformer la_ sociedad, la consideran como una clase social (*47). Pero_ tal radicalizaciôn del enfoque generacional no viene avala da por los estudios que sobre los jôvenes se ban hecho. En la sociedad actual no encontramos una figu­ ra idêntica de la juventud en todos sus estratos. A la pu- - 31 - bertad "extendida*' de las clases superiores corresponde la pubertad "abreviada” de las inferiores ( 4*8 ). Las innovaciones culturales de los jôvenes pe^ tenecientes a las primeras, son secundadas posteriormente_ y con matizaciones por los que pertenecen a las segundas (49)< Las clases sociales se manifiestan igualmente entre los jô venes aunque las actitudes del conjunto sean de abreviar - las distancing sociales, precisamente porque les une una - experiencia comôn y por el momento no afrontan responsabi- lidades que los enfrenten. En este sentido los jôvenes de_ clases bajas son a la juventud total lo que esta es a la - sociedad: la manifestaciôn mâs évidente de la interioriza- ciôn de pautas tradicionales, las rupturas legitimadas, -- los conflictos entre lo que se piensa y desea y lo que ver daderamente se hace, cuando se tienen condicionamientos so cio-econômicos especîficos que restringen la libertad y lî mitan la acciôn. Teniendo en cuenta estas limitaciones de la etapa juvenil y a éfectos de operacionalizar el estudio de los jôvenes acudo, para delimitarlos al concepto estadîsti^ co. La juventud es un grupo socio-demogrâfico que abarca - aproximadamente a los individuos comprendidos entre los ca torce o dieciseis anos en uno de sus limites y los veinti- cinco o treinta en el otro (50 ). Toda la etapa ahi corn— prendida se caracteriza por la preparaciôn para el ingreso en la vida independiente y de trabajo social, por el cam-- bîo en los intereses, necesidades, estilos de conducta y - - 32 - modos de vida. Ahora bien, imaginar la conciencia juvenil unî dimensionalmente a lo largo de todo este perîodo séria un__ error notable. A los catorce, dieciseis, dieciocho afios el vinculo con la adolescencia es todavîa fuerte. Las relacio nés con el mundo circundante estân entrando en la fase de_ transformaciôn, se engendra la independencia conforme se - va complicando el circule de la comunicaciôn exterior a la familia y los amigos. Surge la necesidad de autodetermina- ciôn y de bûsqueda de la futura profesiÔn. Se forman los “ conceptos politicos, se adquiere interés en las responsabi lidades sociales. Son las edades en las que se establece - la identidad del ego positiva y dominante y se hace pro-- gresivamente (51 ). Si ’ a los catorce afios todavia se refie jan en las opiniones propias las de los padres y mayores, a los dieciseis y dieciocho se habla ya con distanciamien- to de aquellos, los impulses de autodeterminaciôn se intensif fican. El proceso de maduraciôn psicolôgica que mnrca el al - cance de la madurez sexual, fîsica y psicolôgica, va acom- paRado de un estîmulo fuerte instintual. Los impulses agre sivos se manifiestan descontroladamente. Es la etapa del - gamberrismo. Se actôa en contraposiciôn a los padres. Se - exhiben hâbitos opuestos a los laboriosamente adquiridos - en la infancia. La bûsqueda de una imagen adulta se va --t asentando mientras tanto; queda en una identidad indepen­ diente, que ya no necesita definirse por oposiciôn sino por convicciôn a partir de los veinte afios. A los veinti - - 33 - dos, veinticinco afios el cuadro de desarrollo es completa- mente distinto. El joven ha adquirido su plena madurez bio lôgica, psicolôgica y social. La imagen del hombre y de la mujer habrân al-- canzado ya su identidad adulta y no exactamente la misma - segûn las clases sociales aunque pueda retrazarse el modè­ le para el conjunto juvenil. Me detengo brevemente en la - imagen del hombre y de la mujer tan importantes para défi­ nir a los jôvenes como sus edades. Linton y Eisenstadt -- atribuyen a la edad un importante lugar para la adscript*- ciôn de status pero se lo dan también al sexo. Utilizan pa ra ello argumentes antropolôgicos. Pues hasta en las socie dades mâs homogêneas y poco diferenciadas, donde el clan - familiar es el criterio lôgico de adscripciôn de status, - se produce un tipo de adscripciôn mâs bâsico que toma como punto de referencia el sexo y la edad ( 52 ) . Ortega sefiala ba ya antes que la edad y el sexo son las unidades bâsicas del anâlisis histôrico. Para el se llega a comprender bien una êpoca a travês "de la ecuaciôn dinâmica que en ella se da" entre las generaciones y los sexos (53). "Masculini-- dad y feminidad, juventud y senectud son dos parejas de po tencîas antagônicas. Y aûn afiadirîa algo mâs. En cada êpo­ ca actûa el ritmo de los sexos. Aquî el problema es mâs su tîl y delicado. "Se trata de filiar el sexo de una êpoca , que ayudarâ a determinar el estilo de cultura y vida de - una êpoca" ( 54 ). Nada mâs apropiado para la êpoca actual_ en la que se habla de paridad de roles y de cultura andrô- 34 - gina como signos de la simetrîa a la que se aspira entre - hombres y mujeres, mâs en concrete entre hombres y mujeres jôvenes. 35 1.4.- LAS ORIENTACIONES DE LA VIDA PRIVADA Y PUBLICA DE - LOS JOVENES. Los afios ochenta se caracterizan por la impor­ tancia de la privacidad, que se traduce en el culto dado - al propio desarrollo de la personalidad, a la autosatis£a£ ciôn, al goce de todo lo que es asequible,a los motives e_ instintos humanos, en fin a la buena vida. Tal orientaciôn_ perraite combinar el altruisme con el interés. Se goza haciendo lo que se quiere y haciêndolo en compafiia por lo que el marco de relaciones intimas ad-- quiere importancia considerable. Como este marco estâ com- puesto por la familia y los amigos son una y otros los que se convierten en el nûcleo bâsico e irrenunciable de con-- tacto. Se constituyen en los grupos clave para la conforma ciôn de las opiniones y actitudes, para el desarrollo de _ las conductas. Esto es évidente y no sucede desde hace dos dîas pero sî adquiere mâs importancia ûltimamente por la rele-t vancia de la bûsqueda de sentido a lo cercano, por el inte rés en extraer de las relaciones y acciones de la vida co- tidiana suficientes gratificaciones para sentirse satisfe- cho con lo que en ella se vive. Por otra parte hay que tener en cuenta que la_ intercomunicaciôn familiar actual puede contribuir al pro­ ceso socializador sin grandes conflictos entre padres e h£ - 36 - jos. Porque los papeles que unos y otros desempefian no se_ distancian tanto como lo hicieron en otras êpocas de jerar quîas mâs estrictas. Ocurre ademâs que, si bien la familia ha perdido atribuciones en relaciôn al trabajo y al ocio,- la educaciôn y la salud, ha conservado parcelas importan-- tes de todas estas funciones tradicionales. Todavîa mâs ahora que la falta de trabajo prolonge la estancia de los_ hijos en la casa paterna. Asî la familia cumple hoy funciones econô- micas. No ha cedido todas las éducatives a la escuela ni - las recreativas a la industria de la diversiôn. Tampoco ha delegado todas las religiosas en la iglesia ( 5.5 ). Y ha de sarrollado mâs que ninguna, porque es la que se considera_ su funciôn esencial, la expresiôn de los sentimientos y el juicio crîtico sobre lo que en esta y otras esferas de la_ vida sucede. La expresiôn de sentimientos y opiniones da ya idea de la mayor indiferenciaciôn de papeles que existe en el seno de la familia, entre el padre y la madré por una - parte, entre los hijos y los padres por otra, participando en conjunto de los asuntos que a todos competen, Sucede por tanto, que padrese hijos se influ-- yen en multiples aspectos sin que sus influencias scan las ûnicas ni las déterminantes. En la sociedad actual esto ya no pasa. Lo que sî se produce es una relativizaciôn de las pautas de comportamiento interiores y exteriores, que ad-- quieren las formas y contenidos respaldados por la opiniôn - 37 - pûblica. Las nuevas formas de pensar y actuar no se ge- neran en el joven s61o a travês de su familia y de los me- dios de comunicaciôn social, sino que se filtran también,- y con gran peso de influencia, a través de su grupo de --- Iguales. Ahora bien, no hay que olvidar que la seleccién - de los amigos depende esencialmente de aquella. No ya en - el sentido tradicional de que los hijos tengan como amigos a los hijos de los amigos de sus padres, sino que tienen - aquellos amigos facilitados por todo el marco institucio-- naljderivado de la posicién que los padres ocupan en la e£ tructura social: por los colegios y barrio de residencia - que aquellos escogieron, por los estudios y orientaciones_ profesionales que dieron ( o aceptaron que sus hijos eli-- gieran), por los lugares y recursos de ocio que ofrecieron, por los trabajos que propiciaron. De aquî que los jôvenes, al tomar unas u otras posturas ante la vida radicalicen, lleven a lîmites extre­ mes aquellos valores compartidos por el grupo familiar. E£ tudips hechos en America en los anos setenta (56 ), presen tan hallazgos importantes en este sentido. Hay mayores si­ militudes entre los valores compartidos por padres e hijos, aunque estes ûltimos los extremen, que entre los hijos es- tudiantes y su grupo de iguales. Hablan estes estudios de_ valores bâsicos algunos de los cuales pueden ser los refe- ridos al trabajo, la familia, la polîtica. 38 - Jean Rousselet en 1974 comentaba que el relate dado por el padre a sus hijos acerca de las decepciones y__ cansancios sufridos por êl en el trabajo contribuye noto-- riamente a la desafecciôn que los hijos manifiestan poste- riormente hacia actividades laborales monôtonas y sin ali- cientes (57). J.M. Maravall demuestra que la experiencia_ familiar es fundamental en la configuraciôn de las actitu­ des polîtiças de los adolescentes. Lo hace observando a -- los jôvenes estudiantes sustentadores de opiniones polîti- cas contrarias al rêgimen Tel General Franco durante la ôpoca de la dictadura ( '58). Los estudiantes radicales que protagonizaron: - el perîodo de organizaciôn polîtica de opos£ ciôn al franquisme entre 1955 y 1960, - el perîodo de consolidaciôn entre 1960 y — 1965, ' . eraïun grupo pequefio y homogêneo que procedîa de familias^ ideolôgicamente desviadas de la ideologîa polîtica dominan te. Pero no sôlo eso. El contexto familiar en el que vivîan se caracterizaba por una dinâmica interna democrâtica que_ impulsaba la conversaciôn polîtica entre padres e hijos. - Ademâs, estes padyes que tenîan una posiciôn social y eco- nômica alta, podîan . brindar a sus hijos seguridad dentro_ del hogar y medios materiales de acceso a gentes e institu, clones que compartîan las mismas ideas fuera de él. El ti­ po de colegio buscado para sus hijos (laico y elitista por - 39 ' - lo general como compensaciôn al "estigma” ideolôgico), el_ circule de amigos conformado también por disidentes polity cos y la consiguiente influencia de los grupos de iguales_ orientados en las mismas estrategias de pensamiento y ac-- ci6n ( en fin el acceso a ideas culturales y polîtiças den- tro y fuera del pals, facilitaron el radicalisme polîtico_ de los hijos. Quienes, de paso, manifestaban la fidelidad_ a unos padres que habîan sido perseguidos por sus ideas y_ que todavîa tenîan miedo a represalias. Con todos estes apoyos la desafeccién hacia la ideologîa polîtica dominante se producîa desde la infancia. Y esto que se ve produce sus efectos en el terreno laboral y politico se extiende también a otras esferas de la vida. Concretamente a la percepcién juvenil de la marginaciôn o_ desviacién social. No solo en el sentido mâs évidente de - que los delincuentes juveniles provienen generalmente de - familias marginadas econémicamente (a travês de un trabajo poco cualificado y/o mal remunerado o nulo y de una vida - social y familiar quebrantada). De hecho aquî la desafec-- ciôn con la sociedad toma un carâcter activo de agredir a_ los otros para tomar aquello a lo que hipotéticamente tam­ bién se tiene derecho (!5îï\). Digo que no solo en el senti­ do mâs évidente de reproducir en conductas delictivas la - exclusién vivida por los padr'ès sino también en la desperi£. lizacién que los jôvenes en general defienden, en la tole- rancia con que afrontan las conductas desviadas de los -- otros, aûn cuando en ocasiories les afecten o dafien. 40 - La desafecciôn juvenil hacia la normativa vi-- gente que penalize al infractor de la ley data también de_ la observacién de la experiencia de otras generaciones, y_ se asimila en la familia. Garmendia sefiala transcribiendo_ a Merton que "la conducta desviada se da en gran escala cuando un sistema de valores ensalza ciertas metas comunes a toda la poblacién mientras que la estructura social res- tringe u obstruye a una parte considerable dèola poblaci6n_ el acceso a los medios legîtimos pata conseguir aquellas - metas" ( 60). De hecho los conflictos laborales, las luchas_ generacionales, las presiones del féminisme durante los s£ glos XIX y XX han demostrado que eran y son partes muy con siderables de la poblacién las que han visto reducidos o in terceptados los accesos a estos medios. Lo que contribuye_ drâsticamente a una desvalorizacién de las leyes que cast£ gan ciertas infracciones. Las reacciones de airada protes­ ta' en la Espafia de 1980, por el enjûiciamiento de mujeres_ que abortaron recientemente no son sino una prucba mâs de_ todo ello. Es importante por tanto resaltar la evolucién_ hacia posturas mâs y mâs tolérantes en la opinîén pûblica, la despenalizacién social de la infraccién protagonizada - por las gentes social y econémicamente marginadas, la rela tivizâcién de lo prohibido que aumenta en la generacién jo ven porque ya existîa en la de sus padres y abuelos (luego - 41 - se verâ lo que responden los jôvenes del Casco Viejo sobre la delincuencia juvenil). En fin la-reacciôn juvenil de -- apatîa respecte a las conductas violentamente enfrentadas_ con lo que représenta el patrimonio moral de una sociedad. Garmendia atribuye reacciones asî a que el de- lito despierta la indignaciôn de la sociedad frente al -- transgresor pero al mismo tiempo sacude los cimientos mora les de la sociedad que define un hecho concrete como deliç tivo ( 61). Sobre todo cuando aflora a la conciencia cole£ tiva el convencimiento de que para muchos hombres(y aunque en grade mener incluse a uno mismo puede tocarle), la dis- crepancia entre sus necesidades y los medios de satisfacer las es enorme. Lo que se agrava cuando la falta de oportu nidades ocurre en una sociedad que proclama la igualdad - de aquellas para todos ( 62). De aquî que los conflictos nrotagonizados nor quienes quieren integrarse a un sistema y se sienten recha zados por êl puedan dar lugar a desequilibrios profondes,- derivados en cambios sustanciales de dicho sistema. La hi£ toria reciente demuestra que han sido precisamente los que ocupaban posturas mâs marginales en la sociedad quienes han dado lugar a los cambios mâs radicales de la misma. De muestra también que la têcnica, la producciôn de bienes en gran escala, la organiz.aciôn de todas las esferas de la V£ da que inicialmente fueron los peoros enemigos de los "mar ginados" acabaron sirviendo a los fines de aquellos. - 42 - Cuando hablo aquî de marginados me refiero a - la clase obrera opôniendos.e al capitalisme que le privaba_ de los medios de producciôn y de la libertad de producir;- i a los jôvenes obligados a trabajar desde nifios por las ne­ cesidades de la producciôn industrial primero, sometidos • al autoritarisme paterno despuôs, cuando de ser ûtiles eco nomicamente pasaron a ser carga para sus padres (cuando -- las leyes regularon las edades de trabajo y las obligacio- nes de instrucciôn a los menores de edad). Jôvenes que reac cionaron también rechazando dicho autoritarismo, el éjerci_ do por las instituciones educativas, por la administraciôn, por el poder politico. Me refiero también a las mujeres rehusando una funciôn exclusivamente centrada en el cuid£ do del hogar, marido y nifîos. Concuerdo con Garmendia y Gubern cuando afir-- matr que la rebeliôn es omniprésente en el sistema socio-- cultural, que estâ en la base de toda innovaciôn (63 ). Re beliôn que se hereda tomando nuevas o distintas formas pe­ ro avalada en cierto sentido por las estrategias acumula- das en las acciones de los predecesores. Parece digno de atenciôn este punto: el de la rebeliôn de los marginados. Su nôraero se extiende a medida que avanza el desarrollo industrial. Hoy son sustanciales_ los sectores de la sociedad civil que reivindicando el ser lo se rebelan contra la manipulaciôn de la industria multi nacional, contra la organizaciôn que pénétra la vida so-- cial y amenaza con controlar hasta los mâs recônditos rin- — 43 - cones de la vida privada, contra el estado que todo lo ab­ sorbe. Las reacciones ante los desviados son mâs apacibles, porque se ve en ellos mâs a las vîctimas de un sistema que a los agresores de la sociedad civil. Y se es tan sensible a la violencia que la sociedad organizada ejerce sobre el_ individuo, que se racionaliza la que este le devuelve, aun que también inspire temor. Lo que se desea como consecuen- cia, por parte del poder politico,es que defienda al ciuda dano de la robotizacién, de la rutinizacién, de la compul- sién que se ejerce sobre êl convirtiêndolo en un nûmero sin identidad propia. Y cuando no se recibe una respuesta_ humanizadora de este poder politico se le rechaza pasiva-- mente, se le mira con indiferencia, se rehusa militar en - las organizaciones polîtiças porque no se ve la esperanza_ de una participacién real en un cambio, de un avance hacia_ esta cualidad de vida deseada. La rebeliôn toma la forma de reivindicaciôn del entorno inmediato, el ûnico asequible y se hace pacify camente. Se busca la cualidad de las relaciones humanas, - el diâlogo informai con los que comparten las mismas ideas, la auto-expresiôn de los deseos e intereses. Tal vez por ello la familia se enriquece de -- contenidos- Y también el grupo de iguales. Una y otro fo- mentan la libertad de expresiôn prohibida o mal tolerada - en otras instituciones. Refiriéndome en concrete a la fam£ lia, no sôlo proporciona a sus mierabros una posiciôn social de partida, como también dije antes sino que les da incen- - 44 - tivos positives para la adhesiôn. El acceso de los amigos al nido familiar, la libertad de tenerlos independiente- mente de la vida propiamente familiar^ no son sino una mue_s tra mâs de la libertad de expresiôn que la familia contem porânea estimula, de los incentives que suministra. Justa- mente lo que R, Merton consideraba fundamental para que el individuo acepte en la sociedad un status profesional espe cîfico y las obligaciones que este entrafîa (64 ). La familia favorece pues el desarrollo de afi- nidades sobre bases realistas de conocimiento de sus miem- bros,de las dificultades y goces experimentados por cada - uno de ellos, de los problemas afrontados. No conviens olvidar por tanto que la familia - moderna puede funcionar asî porque el padre no es ya un pa trôn ni la madré una sierva. La autoridad ^e comparte. Mâs aûn, en opiniôn_ de Gerard Mendel el padre ha perdido la autoridad y con ella su confianza en sî mismo. La qüiebra de su imagen se origina en la prâctica de su trabajo fuera del alcance de_ la mxrada del hijo (65 ), a la par que la madré permanece_ con él protagonizando un papel nutritive, fîsica y emocio- nalmente. Lentamente el hijo reacciona ante el padre con - amor decepcionado, que no supone la ruptura con êl sino su evoluciôn hacia una sociedad sin padre y por tanto mâs --- igualitaria. Digo mâs igualitaria porque las generaciones_ actuales, la generaciôn joven en particular, son conscien­ tes de que se ha alcanzado cierta libertad econômica y se- - 45 ocual pero también de que lo esencial es la obtencién del - poder social (en uso del discurso de G. Mendel), de la au­ toridad general. Se quiere esta autoridad para distribuir- la entre todos los miembros de la familia, de la sociedad_ civil. Se propugna pues una sociedad fratema, utîlizando_ la expresiôn acufiada por Jesûs Cordero (gg ) a la que se - evoluciona desde una sociedad de padres. J.L. Aranguren d£ râ algo mâs; dirâ que se marcha hacia una cultura andrôgi- na ( 67 ) . Pero estos puntos mencionados aquî exigen una_ reflexiôn, aunque sea muy râpida, sobre los momentos histô ricos especialmente relevantes para el desfase de un modè­ le de vida familiar dominado por la figura del padre y te- jido sobre su autoridad indiscutida. 1.4.1.- RAPIDA MIRADA A LA EVOLUCION DE LA FAMILIA DESDE LA EEVOLUCION INDUSTRIAL, Los momentos histôricos en los que empieza a - resquebrajarse el modelo de familia patriarcal, dominado - por la figura paterna, coinciden con el apogeo de la revo- luciôn industrial. En la etapa "pre-industrial, el trabajador ejeir cîa su oficio en el seno de su familia y bajo su mirada. - Tareas y responsabilidades profesionales se entrelazaban - - 46 - con las familiares; para los nifios ambas imâgenes (la del padre y la del patr6n)se confundîan. Al heredar heredaban_ ambos cometidos. Su identificaciôn con la figura del padre era, tanto una identificaciôn con su oficio como con la -- identidad social, adquirida a travês de intercambios fami­ liares y profesionales con el medio ambiente. No era pues difîcil para el hijo identificarse con un padre que le ensefiaba todos los secretos del oficio y mucho menos respetar su autoridad por la sabidurîa que - podia transmitirle. La oposiciôn al padre tenîa un buen -- cauce de expresiôn: rivalizar con el al extrerao de supera£ le en el oficio ( 68 ). La familia entera funcionaba como unidad pro-- ductiva. Las vidas domésticas y las relaciones personales_ de sus miembros se enraizaban en el trabajo recîproco (69) La rentabilidad de cada uno de los miembros de la familia_ estaba claramente senalada, por el aporte que en tareas e£ pecîficas, brindaba a la empresa familiar. La mujer obede- cîa al igual que los hijos, porque la divisiôn social de1_ trabajo era patriarcal y las labores desempefiadas diferian segûn edad y sexo, pero todos contribuîan a la producciôn. Este comportamiento familiar, daba a la mujer opciôn a desempefiar un papel mucho mâs rico en contenido que el que tuvo que realizar despues. Junto con los hombres y los nifios trabajaba en la casa, en el campo, en el taller. Mâs aûn, entre los colonos que iban a ganar un jornal (al_ haber perdido el derecho a la tierra por levantar vallas - - 47 - en las propiedades légales) ella ganaba mâs que su marido_ cuidando el jardin y los animales (70 ). A partir del apogeo de la revoluciôn industrial, en la primera mitad del siglo XIX, las condiciones de tra­ bajo cambiaron para la mayor parte de los padres; sobre to do de los jefes de familias trabajadoras, en las que era - necesario el concurso de todos para el mantenimiento de la unidad familiar. Y en un primer momento cambiaron para mal. Todos los miembros de la familia tuvieron que aceptar un - trabajo y un salarie individual en la empresa, tuvieron -- que someterse a una disciplina externa. Asî se separô el - trabajo de la vida personalj la condiciôn de patrôn de la_ de padre. La familia se desmembraba cada manana con la lia mada de la sirena a la fâbrica. Es interesante apostillar que la mujer siempre ha sido llamada al trabajo industrial cuando escaseaba la_ mano de obra, o por necesidades de producciôn o por factu­ res sociales externes como las guerras, aunque ocupando en el primer caso puestos secondaries respecte a los de los - hombres o cediêndoles el lugar en el segundo cuando estos_ volvîan de las contiendas (71). Conforme mejoraron las condiciones de trabajo_ y salaries, y se dieron leyes que protegian a los nifios de tener que trabajar, y a las mujeres de las condiciones en_ que lo hacian (las luchas obreras contribuyeron a ello su£ tancialmente), se recluyô a la mujer en la casa con los h£ 48 jos y las tareas domésticas, mientras el hombre ganaba un_ salarie para sî y para la unidad familiar. La disolucién de la sociedad econômica fami--- liar trajo consigo consecuencias importantes. Citaré algu- nas : - Devaluaciôn del trabajo femenino al quedar - aislado de la producciôn social de plusvalla. . - Separaciôn del marido y de la mujer durante_ muchas horas del dîa y de la noche, con el consiguiente -- cambio de orientaciones vitales en el hombre y en la mujer. El hacia el mundo exterior. Ella hacia la casa. - Pérdida de control, por parte de la mujer del dinero que ganaba el marido. El entregaba en la casa lo -- que qùerîa y la dependencia de la mujer e hijos era total. - Sumisiôn absoluta a la autoridad del cabeza_ de familia. En el caso de los hijos hasta su incorporaciôn al trabajo, en el de la mujer sin limite de tiempo o atri­ buciones . Young and Willmott cuentan en su libre sobre - la familia y parentesco en East London que el marido iba a la casa para comer y acostarse con su mujer. Las condicio­ nes precarias de la vivienda, y mâs aûn el elevado nûmero_ de nifios que tenîa que albergar hacian que el marido esca- para de ella en busca de otros espacios propios, general-- mente el bar, donde gastaba con sus amigos gran parte de - lo que ganaba (72 1. Para el hombre los hijos eran respon- - 49 - sabilidad de la mujer y la casa el espacio estrecho donde_ aquellos lloraban mientras esta se afanaba en las tareas - domésticas. Si la mujer se quejaba, la dejaba embarazada y se marchaba. Asî acababa para él la pesadilla (73 ). De -- tan simple manera el padre podîa independizarse de su fami lia. Si se quedaba,su autonomia era total. Conservaba un - dominio importante en base a su salarie e influîa decisiva mente en lo que se hacîa en su casa. Mas el roi desempena- do en la maduraciôn psicolôgica y socio-profesional de sus hijos disminuyô sustancialmente. Servîa de intermediario y de fuente de informaciôn entre la casa y el trabajo, pero_ sus hijos perdieron todo contacte vivencial con las tareas que desempefiaba. El hijo no disponîa mâs que de la informa ciôn que el padre estaba dispuesto a dar sobre lo que en - su trabajo sucedîa y sobre les contenidos de su tarea. Las condiciones de vida de las familias obre-- ras eran duras. En caso de duda las necesidades del padre_ eran satisfechas antes o en lugar de todas las demâs. De - su salud y satisfacciôn dependîa el présenté y el future - de todos los demâs miembros de la unidad familiar. El res- peto que el padre inspiraba derivaba de su trabajo y de -- las responsabilidades sociales adquiridas. Incluse si vol- vîa a casa fatigado y depriraido podîa imponer su autoridad, justificada por el aporte econômico que mâs o menos gracio samente hacîa f?4 ). Su roi fue convintiéndose asî en ins­ trumental (75 1 mientras la madré tomaba a su cargo el roi expresivo (76 )• Ella se convertia en el centre de la int£ 50 - graciôn del grupo, sattsfacîa la esfera emocional y psico­ lôgica de las relaciones personales, mientras el padre im- ponîa, con dureza y severidad en muchos casos, la discipli^ na familiar. Trabajar era pues justificar o merecer la auto ridad en el seno del grupo familiar. Y si esto, comenta -- Rousselet, era verdad para los asalariados mâs bajos de la escala laboral, todavîa lo era mâs para quienes podîan re- forzar su autoridad interior con aquella que tenîan en sus funciones sociales y profesionales. Ante la esposa y el h£ jo la imagen del trabajo se consolidaba y enriquecîa sobre la del padre. Galambaud menciona en su estudio de jôvenes_ trabajadores franceses que el mayor control de la economîa familiar ha sido ejercido por los empresarios. Estos tras- ladaban a la casa el control y direcciôn que ejércîan en - la empresa, con una legitimaciôn mâs compléta incluse que_ la de los propios obreros que se basa escuetamente en su - salarie (77 ). Una serie de acontecimientos tecnolôgicos, por una parte, de toma de conciencia obrera de su condiciôn de explotaciôn por la otra (78) dieron lugar a leyes prohibé tivas del trabajo de los menores, a las que se afiadîan -- otras que obligaban a dar instrucciôn a todos los nifios, - incluse antes de que la instrucciôn fuera gratuita. El ob- jetivo era formar a las nuevas generaciones para la ejecu- ciôn de las tareas requeridas por la industrializacion (y_ de paso dar cultura para humanizar la vida del trabajador. - 51 en la motivaciôn de los socialistas utôpicos como Owen, -- Saint-Simon, Fourier). Poco a poco al mayor exclusivisme de las rela­ ciones familiares entre la madré y los hijos que impregnan la vida del hogar, se suma la influencia de los educadores sobre los nifios en etapas decisivas de su proceso de socia lizaciôn. El ascendiente del padre sobre sus hijos encuen­ tra pues un rival poderoso, que sirve de intermediario en tre el hogar y el trabajo con eficacia, puesto que su mi-- si6n va encaminada a la formaciôn y adiestramiento del ni- fîo para su futura funciôn de trabajador. Sucede ademâs, que el hijo se da cuenta de que su padre estâ sometido tam biên a una autoridad superior en su fâbrica, y que el ôni- co reducto de raando que le queda es el de su propia fami-- lia. Advierte la pérdida de seguridad en sî mismo que el - padre estâ experimentando, como Mandel analiza bien, y sus intentos de compensarla con el ejercicio de la autoridad - en el seno del hogar. La reacciôn del hijo serâ de obede-- cer porque tiene que hacerlo, pero sin el respeto que an-- tes acompafiaba a la imagen ideal del adulte, que ya no ve_ reflejada en la imagen de sî mismo que da el padre. Esta - es mâs bien de impotencia para dominar un mundo nuevo,mièn tras se derrumban sus valores tradicionales. Sus torpes in tentes de adaptaciôn a la pérdida de su poder en el traba­ jo, y los exabruptos dictatoriales con que desahoga su -- frustraciôn en la casa acaban de minar la legitimidad de - - 52 - su autoridad ante el hijo, que vive ya un mundo mâs amplio de relaciones que las estrictamente familiares. El hijo -- pierde asî todo interés en heredar la cultura caduca de su padre (79 ). Se entremezclan en él los sentimientos de — amor decepcionado con los de rebeliôn contra un autorita-- rismo irrazonable. Se sabe ademâs portador de una cultura nueva a la que llegarâ antes y en mejores condiciones que_ su antecesor (80 ). Por todo ello adopta un comportamiento elâstico, acomodado a las exigencias de la situaciôn. Lle­ ga un momento en que padre e hijos hacen lo posible por -- mantener las cuestiones de valores que pueden ser coriflic- tivas alejadas de su dinâmica familiar diaria. Un prudente silencio évita la confrontaciôn de distintas concepciones_ del mundo y una libertad de acciôn facilita los iiitercam-- bios (81 ). No se quiere decir con ello que la sociedad ca rezca de medios de ejercer la disciplina. Herbert Marcuse demuestra ampliamente en sus obras que esta existe (82 pero son otros los cauces modernes de obtenerla. La masifî caciôn del hombre a travês de la escuela, del trabajo, de_ la publicidad, la legislaciôn que pone los mârgenes a la - moral colectiva, en fin la religiôn son algunos de ellos,- a los que la familia se ve tan sometida como el propio in­ dividuo. Analizar los efectos que estos otros cauces de presiôn exterior pueden producir en la familia y por medio de ella, en el individuo serîa objeto de otro estudio pero sî quiero raencionar unas referencias de Parsons al respec- - 53 - to, por su importancia para los roles masculinos y femeni- nos reproducidos por la persona adulta (83). Este autor presta atenciôn a la orientaçiôn afectiva que el nine tie­ ne desde su nacimiento y que se concentra en pocas perso-- nas. La madré es la principal de ellas, por ser la mâs cer cana y es ella quien premia o castiga, en funciôn de lo -- que es premiado o castigado socialmente, Asi nifio y nifia - aprenden a identificarse con lo que la mujer les presenta_ como digno de hacerlo. En una sociedad que minusvalora los roles femeninos, premiarâ al nifio que se inclina a los ma£ culinos porque ella los ha interiorizado primero. El nifîo_ a su vez siente vergücnza de haberse identificado con la - madré inicialmente porque descubre que esta ocupa un lügar inferior. Su comportamiento masculino se vuelve asî compul̂ sivo por su necesidad de reforzarlo, situaciôn a la que el padre también contribuye cuando empieza a ocuparse del hi­ jo, que es mucho después. Ellen Malos coincide con Parsons como se verâ posteriormente cuando defiende que la diferen ciaciôn de papeles segûn sexo es anterior a la etapa de es colarizaciôn. No obstante ésta comienza muy pronto y con - ella la influencia de los compafieros, quienes ademâs de su frir las presiones de la educaciôn formai estân mâs abier- tos a todos los cambios que se producen en la sociedad, cambios en los que se manifiesta la ilegitimidad social de seguir considerando a la mujer como un ser inferior. - 54 - 1.4.2.- LA COMPARIA DE LOS IGUALES. El nifio, el adolescente, como digo arriba, ad£ mâs de tener otras imâgenes adultas a las que referirse se encuentra eon compafieros, en cantidades cada vez mayores - (conforme se masifica la ensefianza a raîz de la emigraciôn del campo a la ciudad y de la obligatoriedad de ir a la e£ cuela) y cada vez mâs delimitadas por grupos de edades si- milares a la que él tiene. El grupo de iguales con el que se interrelaciona cada dîa es mucho mayor que el de adul-- tos con los que interactua, en la escuela y en la casa. -- Puede por tanto establecer con ellos comparaciones de expe riencias y de normativas escuchadas en la casa, puede in- fluir y ser influîdo por formas de comportamiento, por re­ glas del juego creadas por el propio grupo de iguales. M. Young y P. Willmott aportan unas reflexio-- nes fondamentales, desde mi punto de vista, para entender_ algunos de los contenidos de esta c u t t u v a juvenil. Ellos - reconocen que muchos cambios han sido adoptados por la gen te mâs joven antes de ser transmitidos a toda la sociedad. La moda por ejemplo, la mûsica, los peinados, siendo las - gentes jôvenes de las clnses médias y obreras las innovado ras principales (84)- Simon Frith coincide con ellos (85) aunque insiste mâs en que los innovadoreS son los jôvenes_ de clase trabajadoras porque ganan dinero a la temprana edad en que los de clase media y alta dependen econômica-- - 55 mente de sus families. Frith menciona un estudio hecho en 1959 por -- Mark Abrams sobre el consuraidor quinceafiero, definiendo co mo tal al joven desde que deja el colegio hasta que se ca­ sa o cumple veinticinco ahos; desde les catorce o quince - afios hasta les veinticinco por tanto. Este autor descubre_ que el mercado, en términos de dinero, estaba dominado por trabajadores jôvenes masculines y que "la estêtica del mer cado de los quinceafieros era la estêtica de la clase traba jadora" (86). La industrie del consume habîa encontrado - el consumidor ideal. Pero esto no es sine una consecuencia de les avances en la tecnologîa de la producciôn de bienes^ que tante repercutiô en la familia como luego veremos. Siguiendo ahora con la innovaciôn que los jôvê nés han aportado a la sociedad,-como culture propia habrîa_ que afiadir a la mode las conductas sexuales. M, Young y P. Willmott (87 ), en base a un documentado estudio diacrôni- co afirman que en relaciôn a la apertura sexuel les jêve-- nes son "la clase dirigente" y la gente mayor los envidia_ y émula. Tambiên los estudios que yo analizo como base corn parativa de los jôvenes del Casco Viejo muestran siempre a los adultes mSs tradicionales y menos libres en sus opinio ̂ nés sobre el sexe que les jôvenes. Los cual no impide que_ la sexualidad siga siendo un punto problemâtico y sujeto a opiniones encontradas como luego se verâ. En fin, la cultura juvenil se va dotando de -- mâs contenid.os a medida que la generaciôn joven tiene mis 56 - posibilidades de corifrontarse a si misma con el mundo que le Todea, a medida que busca un significado a las cosas - desde una situaciôn generacional especifica. Los jôvenes - como grupo de.iguales llegarln as! a enfrentarse a los — adultos y a cuestionarles sobre el mundo heredado. Aquî -- los dirigentes juveniles serin mis bien las élites intelec tuales, los estudiantes universitarics que tienen mis tiem po y recursos para dedicarse a mirar el mundo, y para com- partir experiencias con los menos privilegiados como dije__ en el aclpite sobre el protagonismo de los jôvenes. Quiero dejar claro de paso que el joven, en -- sus relaciones con sus contemporâaeos encuentra en ellos - gratificaciôn afectiva, comunicacîôn de experiencias e iml genes.de ensayo y avance hacia los roles adultos. Nada mis lejos por tanto de la pobreza de contactes, de la trivial! dad de la interrelaciôn que Fischer atribuîa a las relacio nés entre jôvenes (88). Una constante en las encuestas de juventud analizadas y en las experiencias de los amigos y_ pendillas con los que he hablado al hacer esta investiga-- ciôn es el gran aprecio de los amigos y la negative a re - nunciar a ellos por el cûmulo de experiencias compartidas. La solidez de las relaciones es algo incuestionable. Sigue vigente la funciôn que Mannheim en 1952 y Eisenstadt en 1956 daban a los companeros de edad, que era la de faciliter o_ ayudar a sobrellevar una transicifin desde un perîodo de vî da hasta otro, lo que deja una huella importante en la re- - 57 - laciôn establecida ( 89)* Mientras los jôvenes, a travês del prolongado_ contacte con su grupo generacional, adquirîan rasgos colec tivos de identificaciôn, los padres tenîan que compartir - su papel socializador no ya sôlo con la escuela sino con - los mass-media que empezaron a mostrar su poder de persua- siôn a finales del siglo pasado y comienzos del présente.- Pero tambiên las cosas cambiaban profundamente dentro de - la estructura familiar. Gracias a la domesticaciôn de la - tecnologîa, al feminismo, al control de la natalidad. 1.4.3.- LA DOMESTICACION DE LA TECNOLOGIA. En los albores del siglo XX y gracias a la — prosperidad alcanzada en el terreno industrial, aumentô el poder adquisitivo de las familias, al tiempo que disminuia el horario de trabajo obligatorio. Esta disminuciôn, que - habîa sido caballo de batalla del socialisme durante el s^ glo XIX (90) era ahora aceptada por la empresa capitalis- ta a la que le interesaba el consume masivo qiie favoreciera un aumento constante de la producciôn. Une y otra (socia-- lismo y producciôn industrial) contribuyeron al creciente_ estado de bienestar que alcanzaba a la mayorîa de la pobla ciôn. El disfrute de bienes que antes eran privilégié de - unos pocos se extendîa ahora a las mayorîas. Como dije an- 58 - tes a propôsito de los jôvenes, a la producciôn capitalis- ta le interesaba el consumo masivo (no ya el consume de -- élite, que quedaba reservado a determinados productos muy_ costosos para las mayorîas). Asi se ampliaba el mercado y_ se alejaba el fantasma del descontento que habîa sacudido_ el mundo industrial del XIX. Con el consumo de todos aquellos bienes identic ficados como signes de una mayor calidad de vida, mejorô - notablemente la vivienda. Porque se veîa que merecîa la pe na invertir en ella para dotarla de confort. A un trabajo_ monôtono le sucedîa un tiempo de ocio que aumentaba las ho ras de estancia en el hogar y con ello se intensificaba el papel de la familia como nûcleo central de gratificaciôn - personal. Aranguren habla de las nuevas orientaciones de los padres de familia hacia el bricolage (91). Young y -- Willmott insisten en la adquisiciôn de aparatos musicales^ y de entretenimiento, desde el gramôfono hasta la televi-- siôn (y ahora podrîamos ahadir el video que se le acopla), que servîan de elementos de atracciôn de toda la familia - (92). Lentamente se incorporabana la casa los aparatos electro-domêsticos que aligeraban los trabajos de limpieza, mantenimiento del hogar y cocinado. Una canalizaciôn asî del consumo hacia bienes_ de ostentaciôn familiar permitîa a las gentes convencerse__ a sî mismas de que gpzaban ya de los signos y sîmbolos de__ - 59 status propios de las clases inmediatamente superiores. La centralizaciôn del consume en el hogar mostraba de paso la fuerza o poder econômico del varôn, como lo mostraba el hê cho de que la mujer no tuviera que salir a trabajar. La mu jer permanecîa en casa, dedicada a unas tareas domêsticas_ mâs llevaderas, saliendo a trabajar sôlo la que necesitaba contribuir al sustente general. Las demâs, como dice Veblen se dedicaban a ostentar la riqueza acumulada por la unidad familiar: "la esposa que en un principle tenîa,tanto en de recho como eh teorîa, trato de bestia de carga, de propie- dad del hombre... se ha convertido en consumidora ceremo-- nial de los bienes que produce el varôn. Pero en teorîa sî gue siendo de modo inequîvoco su propiedad"( 93 ). y Al mismo tiempo que las madrésalcanzaban mayor educaciôn y cultura (facilitada no sôlo por la escuela si­ no tambiên por los mass media), el cuidado del hogar se rê vestla de un carâcter mâs cualitativo y complejo. Era debî do a que los esposos, absorbidos por el trabajo exterior,- dejaban en manos de las esposas la casi totalidad de las - funciones tradicionales de la familia. Taies eran la admi- nistraciôn del presupuesto, decisiôn de los gastos a realî zar, pago de las facturas, correspondencia administrativa_ y mantenimiento de la establecida con los amigos, decisiôn de las vacaciones y salidas entre otras. A las mujeres co- rrespondîa tambiên la vigilancia de los estudios, conversa ciôn con los profesores, estlmulo de los hijos en sus ta-- reas escolares, disciplina dentro de casa y sancionamiento - 60 - d recompensa delos hijos por su comportamiento general. Po dia amenazar en ûltima instancia con la figura paterna pe­ ro era ella quien controlaba la dinSmica familiar en la ma yorîa de los casos. Y segûn afirma Rousselet, cuando se in corpora a tareas profesiohales fuera del hogar, asume ade- mâs responsabilidades simbôlicamente masculinas. Taies eran la conducciôn del automôvil familiar, elecciôn de los pe-- riôdicos, libros, ropa de marido y amistades comunes (94 ). Es importante mencionarlo para comprender la - profunda relaciôn establecida entre madré e hijos y las di- ficultades con que tambiên el padre contemporâneo se en-- cuentra, cuando desea realizar algunas de estas funciones_ en la casa y cerca de sus hijos (95). Todo ello no impidiô, mâs bien aumentô, el con fort y gratificaciôn fîsica y emocional que el hombre expie rimentaba en la casa. Aumentô su tiempo de permanencia en_ ella y sus ocios compartidos con la mujer y los hijos. La_ comunicaciôn mâs extensa entre hombre y mujer contribuyô - eficazmente a que el nacimiento de los hijos no fuera vis- to como algo que competîa sôlo a la mujer. El hombre parti cipaba tambiên en un control cuidadoso del nûmero de hijos que iban a tener, el que influîa tan decisivamente en su - bienestar familiar. Me referirê a este punto un poco mâs - adelante. 61 - 1.4.4. EL FEMINISMO Quiero ahora detenerme en la mujer de clase me dia que se encontrô con tiempo libre y con un amplio marco de intereses que deseaba satisfacer. Y saliô a trabajar con una motivaciôn profesional, consciente de la importan- cia que el hecho en sî tenîa para la mejora de su imagen - en la familia y en la sociedad. Era consciente tambiên de_ su contribuciôn en el hogar a la gratificaciôn fîsica y - emocional del varôn y de su poder de aumentar o disminuir_ el confort de este segûn su propia satisfacciôn con el tra to recibido por êl. Su capacidad de trabajar fuera de casa y de gratificar al varôn y a los hijos dentro de ella fueron los argumentes bâsicos que utilizô para reivindicar el de- recho a ser tratada igual que aquel, tanto en la vida pû-- blica como en la privada. Es por tanto a las mujeres de clase media a quienes se debe la iniciativa vindicadora de roles mâs pa- ritarios en la familia ( 96). Elias lucharon por alcanzar_ algunos de los privilégiés del varôn, como lucharon las clases bajas por alcanzar los privilégies de las altas y - los jôvenes por accéder^a las esferas del poder exclusivo_ de los adultos. Y me refiero tanto a luchas de oposiciôn - como de imitaciôn. - 62 - 1.4.5.- EL CONTROL DE LA NATALIDAD. La reducciôn de hijos fue observable, Rosa Con de ( 97) afirma que no se han encontrado aûn pistas défini^ tivas de si el trabajo femenino llev6 a la pareja a redu-- cir el nûmero de hijos o si fue a la inversa. Lo que sî estâ claro es que la mayor comunica- ci6n entre los esposos y su repercusiôn consiguiente en la % experiencia comûn de vida matrimonial contribuyeron eficaz ̂ mente a la planificaciôn de los hijos. Una actitud masculj^ na de mayor colaboraciôn e implicaciûn en el hogar le hizo afrontar de distinta ,manera la paternidad. El padre descu- brîa que menos nifios eran mâs fâciles de llevar y mâs relâ jada la convivencia en los espacios comunes del hogar. So­ bre todo cuando la mujer sale a trabajar y las tareas de - atenciôn a los hijos comienzan a ser compartidas por padre y madré. Ds sôlo cuando ambos empiezan a tomar decisiones con juntas que se establecen las estrategias de racionaliza ciôn del nûmero de hijos. Hay que decir que estas estrategias existieron desde mucho antes de que la mujer saliera a trabajar por - gusto, aunque su orientaciôn fuera distinta. Estudios hechos a partir de 1.700 hablan de -- las situaciones sociales qœ influyeron en la adopciôn de - medidas controladoras de la natalidad. Menciono'expresamen te las siguientes; - 63 - la presiôn del aumento de poblaciôn - la disminuciôn de la mortalidad infantil que. ttcdStijo el nûmero de nacimientos necesarios para asegurar - Im. Alegada a la edad adulta de un considerable nûmero de - mmBus (mâs en Europa que en Espafia); - la presiôn de las emigraciones (menos impor- tisnetes en EspaÛa que en Europa) donde fueron sustanciales_ lats «del mundo anglosajôn que se trasladaba a América. Todas estas situaciones llegaron a Espafia mâs_ tarürSe que al resto de Europa (98 ), debido a su retraso in Jusrtrial y por tanto a su mâs tardîo disfrute de los bene­ fited os de una sociedad en la que se desarrolla un estado - Æe ’bienestar. A las situaciones anteriores habrîa que afiadir 1*£S fluctùaciones econômicas y las tendencias a disminuir_ Imi natalidad cuando la crisis econômica y social puede ha- c-eu* peligrar el nivel de vida logrado ya por la familia. Me voy a detener un poco mâs en este punto de_ I* «natalidad por su importancia en conexiôn con las edades de «contraer matrimonio. Las estrategias de control han sido diversas - ew «este ûltimo siglo. Desde un retarde de la edad de con-- matrimonio hasta un adelantamiento cuando los anti-- ccnttceptivos comenzaron a extenderse entre los sectores mâs pwgwilares. Aquî tambiên Espafia ha ido a la zaga de Europa, amadiêndosele al retardo de los beneficios de la industria - 64 - lizaciôn la influencia controladora de la moral eclesial.- Moral ejercida tanto sobre el control de la natalidad, co­ mo sobre el ejercicio de la sexualidad fuera del matrimo-- nio; y dentro de êl si el objetivo fundamental del coito - no era la procreaciôn. A este respecte el estudio FOESSA de 1970 re- fiere que el 58 por ciento de las mujeres espaAolas persi^ tîan entonces en no tomar la pîldora incluso si la Iglesia lo aceptaba. Salustiano del Campo (que es quien menciona - el dato anterior), haciendo un estudio comparative de la - edad de contraer matrimonio en Espafia desde 1901 a 1969 descubre que ha disminuîdo pero sigue siendo muy elevada.- Permanece entre los véinte y veinticinco afios para la mu-- jer y entre los veinticinco y los treinta para el hombre,- con un descenso en la diferencia de edad de 3,02 en 1905 a 2,90 en 1969. El retraso en la edad de contraer matrimonio y la menor proporciên de casados han sido los medios indi rectos tradicionales de control de natalidad en Espafia(99). No obstante en 1975 sôlo 24 por ciento de los espafioles mencionaban que la pîldora les parecîa un anticonceptivo - reprochable (100). Rosa Conde menciona en 1980 que la evo- lüciôn del control de la natalidad va définitivamente a su planificaciôn desde dentro de la pareja y por utilizaciôn_ de anticonceptivos mâs que por medidas externas e indirec- tas. El retraso en la edad de contraer matrimonio que se - registra en Europa y el aumento de personas que no se casan - 65 responds mâs a un desinterês en formalizar el compromise - de la pareja que a una estrategia antinatalidad. Se extien de la cohabitaciôn y no se tienen mâs hijos de los que se desea tener, Espafia registra tendencias aûn dirigidas a la disminuciôn de la edad de contraer matrimonio, caminando - asî a la zaga del resto de Europa (101). 1.4.6.- EL TRABAJO DE LA MUJER Y LA PARIDAD DE ROLES Sefialê ar-riba que la mujer de clase media sa-- liô a trabajar porque lo deseaba, mientras la de clase tra bajadora lo hizo obligada por las circunstancias. Conse-- cuentemente las condiciones de la segunda fueron peores -- que las de la primera, pero tambiên las que esta mujer ex- perimentaba le dejaban ver que su papel no pasaba de ser - vicario. El trabajo llevô a la mujer a tomar conciencia de la inaceptabilidad de èjercer una funciôn tan secundaria y sumisa en las esferas sociales donde se toman las decisio­ nes y se reparten los bénéficies. El trabajo es una de -r- ellas pero no la ûnica. Habîa tambiên otras esferas de la_ vida cîvica y polîtica donde la mujer reclamaba su presen- cia (102), la que fue consiguiendo en los paîses mâs desa- rrollados industrialmente : paîses que van a la cabeza de - la disminuciôn de las tasas de natalidad, y de la paridad_ de roles entre esposos y esposas. - 66 - De todas formas y ya desde el siglo XIX lo que sî estaba claro para las mujeres es que toda reivindicaciôn de participaciôn social comenzaba por la incorporaciôn al_ trabajo. Las demandas mâs extendidas han sido desde en­ tonces : - A igual trabajo igual salarie. . - Cuidado de los nifios por centros especializa dos las veinticuatro horas del dîa. Socializaciôn del trabajo domêstico y repar­ te de las tareas de mantenimiento personal sin discrimina- ci6n de sexos. Estas demandas han sido sistemâticamente rei- vindicadas por el feminismo y el marxisme. Mas como Ellen_ Malos refiere (103) su reclame sigue vigente en buen nûme­ ro de paîses. Las mujeres de la Europa Oriental, dice ella (y en Espafia nos consta que no sôlo allî), ocupan puestos_ en la industria pûblica sin verse por ello liberadas del - trabajo domêstico y el cuidado de los nifios. Afiade Ellen - Malos que los trabajos desempefiados por mujeres se convier- ten automâticamente en trabajos de mujeres. Conviene recordar en este sentido que las ta-- reas realizadas por la mujer fuera del hogar suelen ser una prolongaciôn de las que desempefia en la casa. Ello se_ dèbe a que en occidente se ha pensado constantemente en el papel expresivo de la mujer como su funciôn esencial de vî 67 da e incluso cuando se ha aceptado que saiga a trabajar se le han ofrecido empleos con altas dosis de expresividad (104). Prueba de ello es la dLificultad que los jôvenes ti£ nen todavîa en 1980 para decidir si el servicio domêstico, la puericultura, la ensefianza pre-escolar, enfermerîa y se cretariado son trabajos especîficamente femeninos o no, co mo se verâ luego en la encuesta. Claro que en êpocas de -- crisis econômica como la actual, los hombres se incorporan tambiên a estos trabajos, comenzando por los auxiliares y_ administratives para realizar mâs tarde los mâs directamen te conectados al cuidado fîsico de los nifios. Sigue vigen­ te tambiên como apostille Ellen Malos (105) que las tareas de direcciôn y supervision corresponden legîtimamente a -- los hombres en el trabajo, mientras en la casa la response bilidad final de la cocina, limpieza y cuidado de los ni-- fîos recae en la mujer. Conviene recordar que aunque hablaba mâs arri- ba de la tendencia actual hacia una familia de roles indi- ferenciados entre los adultos ello sôlo significa que esta es la orientaciôn seguida por las clases médias y altas, - continuada posteriormente por las bajas. Tempoco puede de- cirse que esta orientaciôn sea unânime en todas las unida- des familières de la clase. En una sociedad cualquiera con viven familias que reproducen modèles tradicionales mâs o_ menos jerarquizados y las que no lo hacen. Las que se apro ximan mâs o menos al modelo de familia simêtrica y las que no. - 68 - Mirando a la sociedad y observando la division sexual del trabajo se siente la necesidad de hacer una pre gunta: &D6nde se crean sus cimientos?. Juliet Mitchell, re firiéndose a Gran Bretafia los radica en la educaciôn for-- mal. Llega a decir que "la mujer *excepcional’ que logra - triunfar en un mundo masculino, es probable que haya pasa­ do los afios de la infancia recibiendo su educaciôn en es-- cuelas segregadas por sexo". La mujer 'corriente’. (es de-- cir, la que recibe oportunidades standard), serâ educada - junto con los chicos para encontrarse posteriormente en em pleos "sôlo para mujeres". Pero aûn dice mâs. La educaciôn que se imparte estâ pensada para hombres, para los valores y patrone^ de comportamiento en los que han sido socializa dos los hombres (106). Ella por tanto reivindica un siste- ma de ensefianza que de las mismas oportunidades a hombres_ y a mujeres. Ellen Malos se fija mâs en la socializaciôn - anterior a la escolar (107). Ella cree que la selecciÔn pa ra los trabajos inferiores reside sobre todo en la divi-- siÔn sexual dentro de la propia familia. Los hallazgos del estudio de la juventud presen tados en esta tes is lo confirman. A pesar de la defense - general de roles igualitarios para hombres y mujeres que - ellos y ellas hacen, la experiencia vivida por unos y otros es de una obligaciôn femenina de colaborar en las tareas - de casa desde muy pequefia y una socializaciôn masculine lî bre de responsabilidades caseras. Esto evidentemente pesa_ - 69 ■- en la educaciôn y en el trabajo posterior, en cuanto reflê ja las razones sociales todavîa vâlidas para una tal orga- j: nizaciôn econômica de las tareas segûn sexo. El paso se va dando lentamente y alcanza ya a_ las familias obreras. Asî lo constataban Young y Willmott_ entre las familias del barrio londinense "East London" en_ 1957 y Galambaud entre los jôvenes trabajadores franceses_ de 1978. Espafia va a la zaga de estas costumbres aunque tambiên las sigue. Si en 1975 el 82 por ciento de los espa fioles pensaba que el cuidado de la casa es de exclusive -- competencia de la mujer y 72 por ciento opinaba que "el -- trabajo de la madré es malo para la educaciôn de los hijos pequefios"(porcentaje que disminuia a 62 por ciento entre = los jôvenes de quince a veinticinco afios), (108) en 1980 - era 61 por ciento el nûmero de espafioles que opinaba "a m£ nos que se necesite econômicamente, las mujeres casadas -- con nifios oequefios no deberîan trabajar fuera de casa". Y descendîa a 40 por ciento el nûmero de jôvenes entre die-- ciocho y veintinueve afios que asî pensaban (109). El con-- traste entre la generaciôn joven y la adulta es notable en ambos casos. Un dato mâs. En una reciente encuesta hecha a_ estudiantes de 8- de E.&.B. en cuatro ciudades espafiolas:- Madrid, Barcelona, La Corufia y Granada se encuentra que 63 por ciento de los estudiantes estân disconformes con que - - 70 la educaciôn de la mujer deba ir dirigida a su preparaciôn para "ser amas de casa" (110). El dato es significative puesto que los jôvenes aquî tienen entre trece y catorce - afios, edades en las que se comparte afin el sistema de valo i res familiares, edad tambiên en que todas las encuestas de j juventud que los incluyen los presentan como los mâs con*- | servadores de la juventud. Sin intentar hacer una compara- | ciôn rigurosa entre planteamientos tan distintos sî parece j conveniente hacer hincapiê al menos en la direcciôn que la | opiniôn pfiblica espafiola va tomando, por medio de sus adul̂ i i tos jôvenes y de los jôvenes mâs dependientes de los adul- | tos. i ! Los cambios tecnolôgicos y consiguiente alige- | I raciôn de las actividades del hogar, el interês de la mu-- jer por ejercer un oficio acorde con la educaciôn recibida, I el interês masculino en compartir el espacio pûblico y prî vado con la mujer, tambiên van siendo,hechos comprobables_ en la sociedad espafiola, que sigue retardadamente la evolu ciôn avanzada de los paîses mâs industrializados. 1.4.7.- LA SEXUALIDAD. Hasta ahora he hablado de la evoluciôn de la - familia hacia roles mâs igualitarios entre los cônyuges, - de la influencia que una mayor comunicaciôn entre hombre y mujer ha tenido en la racionalizacîôn de los hijos, de la_ - 71 - importancia del grupo de amigos en la conformaciôn de acti_ tudes juveniles que se repiten con regularidad en diferen- tes contextes, del valor de un principle del placer como - regulador de las conductas. Menciono estos cuatro puntos juntos por la in­ fluencia que todos ellos tienen en una concepciôn de la S£ xualidad mâs libre. Los dos primeros han contribuido a di- sociar relaciones sexuales de fecundidad en la lînea tan - directa que anteriormente existîa entre coito y procréa— ciôn. Desde el momento en que la pareja racionaliza el nû­ mero de hijos que desea tener, en que se rebela a aceptar_ a todos los que vengan, admite unas relaciones sexuales -- que tengan por objetivo el goce comunicativo de la pareja. Y una vez admitida la legitimidad del placer sexual ya po_ se ve tan necesario esperar a tenerlo dentro del matrimo-- nio, Especialmente sucede cuando se disocia posteriormente la necesidad de unir relaciones sexuales Intimas de la pa­ reja y compromise de compartir sus vidas. Relaciones sexu£ les y convivencia son dos cosas perfectamente separables - entre los jôvenes que optan por actuar autônomamente y de_ comûn acuerdo segûn sus deseos, sin mâs exigencias que las aceptadas previamente por ellos mismos. Konig concluye que cuando se .llega ya a una dèlimitaciÔn asî entre familia por un lado y relaciones sexuales por el otro, estas son - fuertemente influenciables por los cambios culturales Ûll) . De ahî que la libertad sexual alcanzable siga prosperando. - 72 Una sexualidad asî da al hombre y a la mujer,- cauces personales de auto-expresiôn, aunque los de esta va yan a la zaga de los del hombre. Me refiero a que la aper­ tura ante el sexo estâ permitiendo una educaciôn sexual -- desde la infancia, la que sin embargo sigue insistiendo en los papeles tradicionales del sexo: la naternidad para la_ mujer, las necesidades sexuales perentorias al margen de - la paternidad para el hombre. Me refiero tambiên a que se aborda esta libertad sexual de hombres y mujeres desde di- ferentes puntos de vista segûn el gênero al que se perte-- nezca. El hombre considéra con mayor facilidad que es legîtimo hacer el amor con cualquier mujer hacia quien --- sienta cierto atractivo. La mujer tiende a exigir o necesi ̂ tar un compaflero mâs astable y una relaciôn araorosa de ba­ se entre ambos. Luego me detendrê brevemente en ambos aspectos, para mencionar ahora mâs bien los avances hacia posturas - mâs libres sexualmente observadas en los jôvenes. Estas se manifiestan sobre todo a partir de los afios sesenta. Yanke lovich (112 ) se refiere a los importantes cambios en la mo ralidad sexual de los jôvenes, que se compaginan con la -- tendencia generalizada a valorar la privacidad y el desa-- rrollo personal en êl proyecto sexual, al igual que en cual̂ quier otro de los proyectos emprendidos. Aranguren (113) - sitûa tambiên en los afios sesenta la reafirmaciôn masiva - 73 en una moral sexual abierta. Precisamente por la révolu— ciôn de la vida cotidiana que entonces se emprende, cuyos_ puntos clave eran el ênfasis puesto en la libertad de eleç ciôn, en el culto al cuerpo^ a los sentldos, a la contem-- placiôn légitima de sî mismo. En base a estudios posterio- res este autor sefiala las diferencias observadas entre --- aquella moral de los sesenta y la nueva de los ochenta. En las motivaciones juveniles de estos ôltimos afios aflora -- mâs cl sentimiento de naturalidad. El sexo es una activi-- dad espontânea como tantas otras. De ahî la prioridad d e ­ là prâctica esporâdica sobre la relaciôn afectiva pro£unda_ entre quienes se hacen el amor. La mujer se émancipa del papel pasivo sexual y toma la iniciativa en la bûsqueda del hombre. Quien, por - el contrario, reacciona con cierta pasividad y temor a su_ competencia; duda de sî mismo. Por mi parte he podido comprobar este temor_ masculino entre los jôvenes del Casco Viejo, pero las muje res estân muy lejos de tomar la iniciativa de una prâctica esporâdica y sin implicaciones emocionales profundas. Cabe plantearse por tanto que las tendencias advertidas por -- Aranguren se refieren a élites juveniles, econômicas, so-- ciales y culturales. En todas las êpocas los grupos econô­ micamente privilegiados han podido dedicarse a la d 0 t o e v i t a con mayor o menor tranquilidad pero siempre a gran dis- tancia de las clases populares. Y como Gonzâlez Duro argu­ menta, aunque las encuestas de sexualidad muestran regular - 74 - mente que hay mâs coito prematrimonial entre las segundas_ y la mîa tambiên, dejan ver asimismo que el comportamiento_ sexual en la relaciôn es mâs rico y complejo entre las cia ses altas (114). "Es como si el placer estuviese menos al_ alcance del trabajador que del burguês acomodado, quien -- puede disponer de mâs tiempo y de mejores *intuiciones’ pa ra la prâctica de los juegos amorosos" (115). Asî puede -- prolongar sus juegos sexuales, ensayar têcnicas y variacio nés erôticas con o sin muchas implicaciones afectivas como una forma mâs de su ocio. Roszak encuentra una explicaciôn a esta liber­ tad sexual contemporânea que considéra una versiôn playboy de tolerancia sôlo asequible a un deterrainado nivel de in- gresos y a un status social particular al que solo tienen_ acceso "brillantes jôvenes ejecutivos"... recompensados por haber sido eihpleados leales en la tecnocracia. Es esta la que créa ilusiôn de abundancia de sexo para todos que - no es sino promiscuidad sibarîtica para unos pocos, alcan­ zable en teorîa por todos los demâs si son fieles y sumi-- sos al sistema. Pero no es una sexualidad de interrelaciôn entre dos personas iguales sino una prâctica esporâdica *- sin lazôs ni consecuencias en la que la mujer no es sino - un objeto de lujo para el play-boy de turno, para el fiel_ cultivador de la trivial idad (116). iEs esta la prâctica de los ochenta, imitaciôn consumista de los modèles de comportamiento puestos de mo- da por una organizaciôn tecnocrâtica que ilusiona con la - - 75 - rebeliôn a quien engafiado acepta sumisamente la imitaci6n_ esperada?. Probablemente hay mezcla de todo ello en los -- comportamientos de muchos jôvenes. No obstante el estlmulo del machismo asî logrado, rebela a la mujer que estâ muy - sensibilizada hacia su papel de objeto en este juego, pa-- pel difîcil de compaginar con toda otra socializaciôn en - la comunicaciôn, receptividad, amor al hombre, etc. De -- aquî que las tendencias juveniles se debatan entre la su - perficialidad del contacte y la profundizaciôn en el mismo. Por ello las inclinaciones hacia la libertad * sexual de las élites que la historia demuestra son mâs ta£ de^seguidas por las clases populares, se plasman tambiên ■ en los ochenta en una mayor inclinaciôn de los paîses euro peos a ensayar relaciones de pareja libres de trabas léga­ les y de proyectos de durabilidad. Es decir, que en su fi­ gura mâs estable toman la forma de alternatives informales de convivencia frente a la formalizada del matrimonio. El estudio de Roussel y Bourguignon muestra co mo en Francia la cohabitaciôn es un hecho extendido en 1978. Un estudio de este pals aûn mâs reciente publicado - por el INSSF, (Institute Nacional de Estadîstica) constata_ que en la dêcada pasada, han disminuido en un 25 por cien­ to los matrimonies oficiales. Un 56 por ciento de france-- ses dicen que es normal la cohabitaciôn, la reprueba un 7_ por ciento de ellos y la uniôn libre ha pasado del 5 por - ciento al 11 por ciento en 1980. Mâs aûn, este nuevo tipo_ - 76 de pareja sigue procreando aunque lo haga menos. El mismo_ afio de 1981 se contabilizaban en toda Francia treinta y - - très «nii parejas ilegîtmas con un hijo menor de seis afios. (117). Hechos que côinciden con las opiniones de los jôve­ nes del Casco Viejo, quienes quieren tener hijos aunque no deseen casarse. Enlazando con los hallazgos de Aranguren: la - ûltima encuesta de la familia dirigida por Salustiano del_ Campo en 1980 muestra que un 16 por ciento del total de es pafioles acepta la afirmaciôn de que "las relaciones sexua­ les complétas son aceptables para la mujer antes de casar­ se, incluso si no se siente gran afecto por el chico". El_ porcentaje se eleva al 34 por ciento en el caso de los jô­ venes de dieciocho a veintinueve afios (118). Estas opiniones son emitidas por jôvenes fran- ceses tambiên pero unos y otros valoran por igual la fide- lidad en la pareja una vez existe el compromise personal para vivir juntos (119). La libertad sexual y fidelidad en la relaciôn_ siguen siendo dos manifestaciones importantes del valor de las decisiones personales arraigado en la cultura de los - jôvenes. Decîa mâs arriba que la apertura sexual, a la que los jôvenes han contribuido sustancialmente se mani-- fiesta entre otras cosas en la educaciôn sexual, que se - facilita en la escuela, y en la claridad con que se ve la_ - 77 - distinta actitud de los y las jôvenes hacia las exigencias de interrelaciôn previas al coito. ’ El primer punto da idea de los esfuerzôs que - la sociedad contemporânea, hace para suplir el vacîo deja- do por la desapariciôn de ritos de iniciaciôn sexual, en - su seno. Vacîo aûn mâs notable cuando se retarda la edad - de contraer matrimonio por referencia a aquella en la que_ se es perfectamente capaz de tener relaciones sexuales, -- cuando se disocia el tenerlas de la gestaciôn de hijos y - cuando ademâs se ponen en cuestiôn los ritos matrimoniales que legitimen la convivencia. Lo sobresaliente aquî es que la informaciôn se xual se concibe como un elemento de educaciôn, por tanto - asignable a la escuela, a la bibliografîa adecuada (y tam- biën a los padres que son los primeros educadores del nifio) Se concibe ademâs como educaciôn para la procreaciôn. Mar- ga Sânchez y Tinidad Simô decîan en 1978 (120) que la edu­ caciôn sexual que se imparte oficialmente omite el sexo -- fuera del matrimonio, y discrimina las pautas de comporta­ miento sexual entre hombres y mujeres. Yo dirîa mâs. Aso-t cia el ejercicio sexual a la reproducciôn, lo cual podrîa_ no ser sino un primer paso para hablar posteriormente de - la asociaciôn entre ejercicio sexual y placer sexual que - se elude. Sin embargo, dicen las autoras antes mencionadas, en la calle los jôvenes practican con normalidad y a plena luz del dîa lo que los adultos jamâs se permitieron hacer_ 78 - en pûblico, (y menos aûn contar a sus hijos) (121). Padres y maestros se sienten sobrepasados en sus respuestas por - las preguntas y actitudes dé sus hijos y alumnos, quienes_ se dan cuenta del silencio que rodea a todos estos hechos_ sin saber romperlo. Y cuando la iniciativa ha venido de -- los profesores estos han sido sancionados. Las autoras dan ejemplos concretos de ello (122). Como los dan de la contî nuidad en la transmisiôn del roi pasivo en la mujer y del_ activo en el hombre. Sôlo cuando el hijo nace, citan como_ ejemplo, pasa la madré a ocupar un roi activo y el padre - el pasivo (12!^. Dichas autoras no saben a quien corréspon de la educaciôn sexual de los nifios. Y dudan de si debe -- darse educaciôn o informaciôn sexual. Mencionan no obstan­ te la respuesta que los nifios de un colegio francôs dieron a su profesor de educaciôn sexual "La vida sexual de los - alumnos es del dominio privado no es papel de la escuela - el de erigirse en censor" (124).Tal cohclûsimes importante. - Pistas de este deseo de remitir la informaciôn sexual a un mundo privado la dan los jôvenes del Casco Viejo cuando asignan a sus padres la tarea de transmitirla, buscando probablemente, ademâs de conocimientos biolôgicos, de hi- giene sexual y têcnicas anticonceptivas, confirmaciôn so-- bre los comportamientos sexuales deseados, comunicaciôn y_ diâlogo sobre sus deseos y perplejidades. Cabe preguntarse quê resultados darîa hoy un - diâlogo abierto entre padres e hijos, adultos y jôvenes so - 79 - bre los papeles asignados a hombres y mujeres en la vida - sexual. Sobre todo comparando los hallazgos de Margaret Mead en su estudio de très tribus primitives, con la dis-- criminaciôn sexual observada en la sociedad contemporânea. Margaret Mead encuentra tres distintos modelos de conducta sexual, aclaradores del profundo contenido so­ cial de comportamientos considerados entre nosotros como - biolôgicos,instintivos. El ideal de pareja entre los Ara-- pesh es el de un hombre suave y responsable que se casa -- con una mujer suave y responsable. El ideal Mundugumor es_ el hombre agresivo, violente casado con una mujer agresiva y violenta. En la tribu Tchambuli encontrô que el ideal -- era la actitud opuesta a la corriente en nuestra propia -- cultura, con la mujer siendo la compafiera emprendedora, im personal, dominante y el hombre la persona dependiente emo cionalmente y menos responsable. Estas tres situaciones su gieren una conclusiôn definitiva: "si làs actitudes tempe- ramentales que hemos mirado tradicionalmente como femèni-- nas taies como la pasividad, sensibilidad ('responsiveness") y disposiciôn a querer y cuidar de los nifios, pueden ser - tan fâcilmente consideradas como la forma de comportamien­ to masculino en una tribu y en otra pueden ser desterradas por la mayorîa de mujeres y hombres, ya no tenemos ninguna base para atribuir taies aspectos de conducta a uno u otro gênero" (125). Los hallazgos de Margaret Mead nos trasladan - - 80 - tambiên a considerar la diferente actitud hacia las rela-- ciohes sexuales que hombres y mujeres tienen. No s6lo en - el estudio y comparaciôn que yo emprendo posteriormente, - se advierten mayores exigencias de interrelaciôn en la pa- reja por parte de las mujeres que de los hombres antes de_ tener el coito, sino en otros anteriores y contemporâneos, realizados en diferentes paîses europeos. Gonzalez Duro ha ce una buena sîntesis de ellos. Mencionarê s61o uno reali- zado en Suecia en 1954 y otro llevado a cabo en Inglaterra en 1965 ( 126). En el primero se preguntaba a cuatrocientas no venta y siete alumnos de ambos sexos de diecisiete y die- clocho afios por la persona con la que habîan tenido su prî mer coito. Las respuestas de chicos y chicas fueron las siguientes: Chicos Chicas (%) (%) Con un amigo 44 77 Con un conocido 28 11 Con un conocido casual 29 4 Un 57"por ciento de chicos y un 45 por ciento_ de chicas habîan realizâdo ya el coito al menos una vez. Once afios mâs tarde Schofield encuestaba a j6- venes Ingleses de diecisiete a veintifln afios. Sôlo habîan_ tenido relaciones sexuales 20 por ciento de chicos y 12 -- por ciento de chicas. La persona con quien habîan tenido - - 81 su primer coito era: Chicos Chicas (l) Cl) Un amigo întlmo 45 82 Un conocido 34 16 Un conocido casual 16 3 Una prostituta 0,5 No sabe 1 Las chicas han sido educadas para dotar a sus_ relaciones sexuales de mayor contenîdo amoroso que los chî COS, Por lo general ellas aceptan el coito cuando estân -- enamoradas de su pareja y lo hacen antes de casarse como - prueba de su amor. El vardn por el contrario acude a la re lacidn sexual movilizado por sus profios impulsos, aceptan do como compafiera cualquier chlca que le ofrezca tal opor- tunidad. Ella es educada en la fidelidad a un sôlo hombre_ y êl no. Son las exigencias de una coltura patriarcal en - la que la descendencia tlene que tener una clara trayecto- ria (127). Qulero mencionar, aunque s61o sea de pasada el bajo nûmero de jôvenes ingleses y el nulo de suecos que se han iniciado sexualmente con prostitutas. En Espana una en cuesta de Bayo y Falcôn hallaba que el 66 por ciento de eŝ pafioles se habîan iniciado con prostitutas. Ignoro la fe-- cha exacta de su aplicaciôn (128). 8\iedo afiadir sin embar­ go que en la encuesta que yo aplico queda legîtimado el va 82 lor iniciador de las prostitutas. La fecha es el final de - 1980 y los comienzos de 1981, lo que indica que la desigual_ dad entre los sexos sigue siendo notable en Espafia. Tambien lo indica el aprecio a la virginidad femenina, que minorîas importantes tienen o sus dudas sobre la respuesta a dar. El culto a la virginidad femenina ha descendido mucho en Espa- fia y en el Casco Viejo que yo estudio,pero no ha desapareci do del todo. En visperas de los grandes cambios del 68 las_ cosas no eran muy diferentes. Tres cuartas partes de los j6 venes barceloneses encuestadps en 1966 consideraban muy im­ portante casarse con una mujer virgen. El 64 por ciento de_ los jôvenes ingleses interrogados por Schofield en 1965 de- searîan casarse con mujeres virgenes aunque no lo veîan in­ dispensable. En los setenta, un 25 por ciento de los jôve- nes daneses preguntados por Preben Hertfort preférîa no ca­ sarse con una mujer que hubiera tenido relaciones sexuales_ con otro hombre(l2^)£n 1978 el 20 por ciento de los jôvenes -- franceses encuestados por Roussel y Bourguignon se oponîa - tambiôn a las relaciones sexuales prenupciales porque consî deraba muy importante la virginidad femenina. Se reducîa -- sin embargo a 15 por ciento el nûmero de los que considera­ ban viable prohibir a las mujeres las relaciones prenupcia­ les en aras de su virginidad (130). De hecho aunque hay mi­ norîas de jôvenes y no tanto que siguen considerando ideal__ la llegada de la mujer al matrimonio en estado de integri-- dad fîsica, cada vez son mâs légitimas las relaciones pre-- - 83 " Tiupciales y los jôvenes novios las tienen cômo ensayo y prue ba de sus posibilidades de vivir juntos. Sectores religiosos (aunque no de la Iglesia Catôlica) han apoyado ya desde hace afios la relaciôn prenupcial como una medida de acercarse a - los jôvenes entre quienes dicha conducts estâ tan extendida. * Asî se expresaba Boethius en Suecia, editor de la publics-- ciôn oficial de la Iglesia Luterana, la mâs extendida en Su£ cia y Harvey Cox (ex-pro£esor de teologîa en Harvard) opina que_ el coito prematrimonial puede ser la mejor preparaciôn.para__ el future matrimonio- Parece haber cierta base en sus afirmâ clones cuando Burges y Walling hallaron a travës de una.en-- cuesta que el 22 por ciento de los hombres casados y el 90,6 por ciento de mujeres casadas encontraron sus relaciones prê nupciales como un buen refuerzo de su estabilidad conyugal - (131). Todo parece indicar por tanto, que ya desaparece lo - que Hildogart llamaba ignorancia y pacaterîa de los ciudada- nos (132) y que los jôvenes optan por la libre disposiciôn - de sus cuerpos y sus conductas a pesar de las dificultades - con que tqdavîa la sociedad les confronta, a pesar de las -- discriminaciones de hombre y mujeres y de que en définitiva_ el matrimonio sigue siendo la meta de la mayorîa.Aûn de aquellos que creen se casarân sôlo por la presiôn social que sobre -- ellos se viene ejerciendo y por la inexistencia de otras al- ternativas afectivo-sexuales que se hayan mostrado mâs gratî ficadoras a la larga de lo que la relaciôn de pareja lo ha - hecho. 84 - La creciente aprobaciôn legal del divorcio en -- los paîses industrial!zados estân siendo acompafiada de un aumento de los matrimonies, segûn observa Caplow en E.E.U.U. Lo que demuestra, segûn êl, que la gente se divorcia para ca sarse nuevamente (133). Este es una forma de elecciôn perso­ nal mâs complicada que la uniên libre pero va en su mismo -- sentido de autoafirmaciôn de la pareja. 1.4.8.- EL TRABAJO. He hablado anteriormente de los cambios familia- res que han acompafiado a los cambios tecnolôgicos y del paso de una primera desmembraciôn de la unidad familiar en los al bores de la mecanizaciûn del trabajo a una uniên mayor en ba se al confort de los nuevos hogares, a la paridad de roles - en la familia, a la salida de la mujer para hallar en el tra bajo un medio mâs de autogratificaciên. La familia sirviê -- tambiên de refugio y defensa de la espontanèidad personal frente a la organizaciên total a que el hombre se veîa some- tido en la escuela, en el trabajo, en la administraciôn pû- blica. Las actitudes ante el trabajo han evolucionado - tambiên con todos estos'cambios. Los primeros encuentros de! trabajador asalaria- do con una labor larga, monôtona, disciplinada, perdido el - - 85 control y planificaciôn de su esfuerzo y del producto de - su trabajo, produjeron en el hombre una alienaciên funda.T- mental. La toma de conciencia de su explotaciÔn desencade- nê luchas obreras que contribuyeron a la mejora de las con diciones laborales de los salaries, los horarios, las ta-- Tcas, El taylorismo desembocô en la teorîa de las relacio­ nes humanas. Asî y todo la mayorîa de los trabajos asala-- riados son monêtonos y poco estimulantes de la creatividad personal, lo que ha contribuîdo a que los y las trabajado­ ras resten atenciôn al mundo del trabajo y como consecuen- cia se centren mâs en su vida privada familiar y de amigos. Es en estos ûltimos campes donde se han abierto mâs cauces para la auto-afirmaciên que el trabajo niega. Convicne deslindar sin embargo, las caracter&s ticas que el trabajo ha adquirido en la sociedad moderna - del hecho de trabajar en sî. Las primeras tienen muchos dê tractores. El segundo no. De hecho el trabajo proporciona_ relaciones sociales y al menos un sentido de hacer algo -- ütil, si no se tiene la suerte de que gratifique personal- mente. Alva MyrJall y Viola Klein dicen a propêsito - de la incorpoxaciôn de la mujer al trabajo que no responde solamente a necesidades econômicas. Se debe tambiên al de- seo db ampliar un marcd de funciones mâs extensa que el cuî dado de un hogar, un hombre y unos nifios (134), tarea insu ficiente para llenar los muchos anos de su vida. Young y - - 86 - Willmott sustentan las tesis de que la inmersiôn en el tr^ bajo conlleva la consiguiente en el ocio. Y no solo por los recursos econômicos disponibles sino por la ampliaciên consiguiente del marco de aspiraciones e intereses (135). Courtheoux, J.P., observa en su estudio sobre - el empleo y la actividad economics de los jôvenes que aque llos jôvenes que buscan empleo, estên o no declarados como parados.,dan muestras de peor adaptaciôn a la vida social - general que quienes ya lo han encontrado (136). A estas observaciones pueden afiadirse las de - Danielle Rouard y Pierre Audibert que descubren un aumento en la bûsqueda de empleo entre los jôvenes franceses de -- dieciseis a veinticuatro anos, a pesar de que tambiên au-- menta el tiempo utilizado para hallarlo y que las condicio nés de empleo y salario de los jôvenes no son precisaraente buenas (137). El contacta con el exterior, el deseo de in- dependencia y la disponibilidad econômica son algunas de - las motivaciones mâs importantes para el deseo de trabajar. Para Jean Duvignaud lo que los jôvenes ven en el trabajo - es el medio de adquirir objetos de gozo ("objets de jouis­ sance") (138). Lillian Troll cita unas investigacidnes he chas en América por Flacks en 1965 y en 1972 en las que observa ba que los mismos jôvenes ( de una posiciôn social aventa- jada), despuês de siete anos de trabajo seguîan buscando - autorrealizaciôn con la tarea realizada y mantenîan muy al- ta la motivaciôn del logro (139). Entre 1969 y 1972 otros_ - 87 - estudios hechos con jôvenes universitarios y no univers!ta rios demostraban un descenso en la opiniôn de que un traba jo duro siempre recompensa, opiniôn que mantenîan mâs los_ no estudiantes que los universitarios, los padres de los - primeros mâs que los de los segundos. Todos valoraban aita mente la autorrealizaciôn en el trabajo, lo que indica su_ arraigo. De aquî que los hallazgos de Duvignaud puedan ser indicatives de que es la adquisiciôn de bienes la ûnica p£ sibilidad que el trabajo brinda a falta de ofrecer cauces_ de gratificaciôn emocional y mental. El trabajo ha dado en el pasado y sigue dando_ en el présente el marco de referenda para la rêplica a la sociedad global. El desinterés manifestado actualmente en_ la realizaciôn de tareas carentes de estîmulo mental y fî- sico parece confirmar la esperanza que Young y Willmott al̂ bergaban en 1975 de que aumentara en la poblaciôn el desa- pego hacia toda funciôn que exigiera justamente lo contra­ rio: sumisiôn mental y monôtono esfuerzO fîsico <140). En 1977 Galambaud encontraba entre los jôvenes trabajadores franceses, un peso porcentual considerable (29,5 por ciento) de jôvenes carentes de proyecto profesio nal. Veîan el future con inquietud y fatalismo, conscien-- tes de que las posibilidades de promociôn que la empresa - podîa ofrecerles estaban vacîas de sentido. Pero entre un_ trabajo interesante con un ambiente desagradable y un tra­ bajo menos interesante con compaiïeros agradables optaban - - 88 por este segundo. Su intento iba dirigido por tanto a ha- cerse la vida lo mâs placentera posible. La remuneraciôn - econômica y la emocional cumplîan aquî este objetivo mejor que cualquier otra condiciôn, sobre la base de que pocas - tareas son en sî atractivas (141). No por ello desvaloriza ban la tarea a ejecutar. En este aspecto côinciden con los jôvenes del Casco Viejo que yo estudio, quienes miran con pesimismo al futuro, se quejan de la tarea rutinaria y sin f alicientes pero la valorizan en cua'nto les ofrece oportun^ dades de ejercer su responsabilidad y por tanto les permi- te cierta autonomîa personal. Aranguren recoge en su libro de divulgaciôn -- Bajo el signo de la juventud (142) la impresiôn de que - en los 80 se ha pasado de la aspiraciôn general de un traba jo estimulante y no-alienante, a la bûsqueda de un trabajo a cualquier precio. La causa estâ en que el trabajo esca-- sea y se necesita el salario, pero lo que realmente se de- sea es trabajar lo menos posible. La lectura detenida de estas actitudes descu- biertas tambiên por Galambaud en 1977 muestra que cuando - no se puede extraer nincuna gratificaciôn persona de la ta rea r e a l i z a d a todavîa se busca el placer en las relaciones establecidas gracias al trabajo. Ahora bien, "que las rela cibnes humanas tengan para êl (joven trabajador) mâs impor tancia que la tarea a ejecutar, no significa que realice - esta con negligencia, sobre todo si le sirve de medio pa­ ra hacerse.aceptar y reconocer por los otros" (143). Y é s - 89 ta es una dimensiôn social muy importante que el joven da_ al trabajo y que muestra de paso su desprecio por la com-- partimentacion de las diferentes facetas de la vida, y la proyecciôn de sus valores personales en todo lo que — constituye su vida privada y pûblica. Vuelvo nuevamente a Galambaud para afiadir con_ êl que efectivamente los hallazgos de las encuestas sobre_ el trabajo de los jôvenes muestran que la tarea no es un - fin en sî. Cuando no existe la dimensiôn humana y social - de la misma esta recobra su carâcter hastiante y la estra- tegia del joven suele ser la huîda y bûsqueda de otro em-- pleo mâs satisfactorio emocionalmente, (siempre que la po- sibilidad exista, la que se muestra cada vez mâs lejana da das las cifras de paro que la crisis econômica de los 80 - estâ creando). En todo caso, repito, las relaciones profesio- nales que el joven puede establecer en la empresa son muy_ importantes para êl. Antoine Léon y Jeanne Contou afirman_ (sobre la base de un estudio realizado en 1971 con jôvenes trabajadores de veinte anos, antiguos alumnos de varios -- centres de formaciôn profesional de Parîs) que la relaciôn con los compafieros de trabajo es el primer aspecto que un_ joven trabajador tiende a mejorar para alcanzar una mejor_ adaptaciôn socio-profesional en su empresa. Cuando se le - pregunta quê mejoras introducirîa en la empresa, responde_ en primer lugar que la faceta humana y social, las comuni- caciones dentro de là empresa. Las condiciones materiales_ 90 - y la eficacia del trabajo vendrîan despuês. Declaraba asî-- mismo sentir fastidio po^ trabajar en algo insulso y reci-, bir dinero por ello (144). Ese mismo afio Paul Goodman confirma la decep-- ci6n sentida por los obreros àl ver la inutilidad de su trabajo. Cita el ejemplo del mecânico orgulloso de haber - reparado un coche y su desilusiôn cuando descubre que los coches êstân destinados a ser superados al cabo de un tiem po y de que los constructores no quieren que sus coches -- sean réparables. Datos extraîdos del Labor Relations Inst^ tute de Nueva York confirman el gran deseo que los trabaja dores tienen de que "su trabajo sea apreciado como se mere ce" y la frustraciôn consiguiente cuando esto no sucede. - iCômo no interesarse entonces por otras facetas del traba jo como la seguridad, la remuneraciôn, los compafieros que_ se tienen?. Goodman menciona que ante el descubrimiento que el trabajador hace de que lo que se le pide es simple- mente que contribuya al despilfarro de los recursos para - poder seguir produciendo opta por interesarse ûnicamente - en las relaciones entre el personal. Sus reglas son: a) No realizar demasîado trabajo. b) No realizar demasiado poco. c) No delatar al compafiero de trabajo y, d) no actuar destempladamente. Asî se siente integrado en su trabajo(145). Galambaud cppfirmaba seis afios mâs tarde (co- - 91 mo Aranguren en 1980) que el trabajo ha dejado ya de ser - un valor sagrado. Lo son sin embargo las relaciones inter- personales. Es mâs valioso lo que viven en la empresa que_ lo que en ella hacen 0.46). Aquî habrîa que hacer una distinciôn entre los adultos y los jôvenes. Mientras los primeros aceptan que el trabajo es aburrido (la mayorîa de las tareas) y que lo importante es subsistir, se contentan con no hacer algo d£ masiado molesto y se orientan para êl placer fuera del con texto laboral, los jôvenes no parecen contentarse con amb^ clones tan modestas. Aspiran a hacer bien cualquiera de -- las tareas que contribuye a fortalecer la imagen "rica y - compleja" que tienen de sî mismos. Y esta incluye la res- ponsabilidad y eficacia de un trabajo (147), el aprecio ob tenido con su esfuerzo. Las opiniones y actitudes hacia el trabajo de_ los jôvenes americanos encuestados por Yankelovich en los_ 70, de los jôvenes trabajadores franceses interrogados por Galambaud.en el 77,de los jôvenes espafioles interrogados - sistemâticamente desde 1960 y los que yo he encuestado en_ el Casco Viejo de Zaragoza en 1980 confirman estas tenden­ cies . Para ellos carece de sentido deslindar el tra­ bajo de las otras esferas de la vida e intentan introducir en êl el estîmulo de una atmôsfera familiar, de un cauce_ adecuado de expresividad personal. A mi parecer ello es -- - 92 - parte del hedonismo juvenil del que hablan estudiosos de - là»juventud como Moya, Aranguren, De Miguel, Moncada, Men-- hert por nombrar algunos. Paul Willis atribuye al hedonismo contemporâ-- neo, la oposiciôn a la autoridad en los obreros del £inal_ de la dêcada de los setenta. En oposiciôn a su aprecio de_ la instrucciôn demostrado en otras êpocas muestran una cul̂ tura anti-escuela que significa en realidad un rechazo a - la sumisiôn, al conformisme, a la preparaciôn para la obe- diencia, la disciplina que la escuela impone. Su rechazo - se fundamènta en un deseo fuerteraente arraigado de autono­ mîa en la ejecuciôn de las tareas laborales que desean ha­ cer a su modo. Willis encuentra que los obreros de esta dê cada identifican obediencia con debilidad y falta de ini-- ciativa de las que la larga escolarizaciôn es la principal culpable (148). Con ello confirma los diagnôsticos de las_ funciones conformistes de la educaciôn que Roszak anuncia- ba en 1968 (149), y en las que insiste Moncada en 1979 -- (150). Un ejemplo extremo de las consecuencias de la_ importancia que el trabajador siente para hacer valer su - obra es el desinterés que por el trabajo exhiben los jôve­ nes obreros alemanes en un estudio realizado por el psicô- logo Herbert Lahmaun. Los jôvenes germano-occidentales, -- aprendices y trabajadores, (supongo que quiere decir obre­ ros) suefian con jubilarse a los veinticinco anos aunque -- 93 - sea con una pensiôn pequefia. Son contraries a todo lo que_ exige esfuerzo y sacrificio. Muestran escaso interês por - el amor y la felicidad familiar. Quieren gozar de lo pre-- visto y espontâneo: "una mujer pechugona, dinero, una cuba de vino y una bamaca en el jardin" son sus principales as­ piraciones (151 ). Las mujeres obreras y aprendices no parê cen haber sido consultadas. Una simple resefia en un periÔdico, que es de - donde he extraîdo esta informaciôn no permite un anâlisis_ de los datos. El hecho de que sôlo aspiren a una nensiôn - pequefla confirma la tesis sustentada por Ruth Johnston de que la reivindicaciôn salarial entre los obreros adquiere tanta relevancia en los convenios colectivos no solo por - necesidades de consume sino ademâs porque es la ûnica rei­ vindicaciôn con un probable êxito en las negociaciones '-- (158). Sus aspiraciones parecen responder a lo que -- Jean Duvignaud calificaba en 1976 de prudente repliegue en el cuadro de las estructuras sociales como contraste con - el delirio de romper con ellas que caracterizô a los jôve­ nes de los sesenta (153 /. Las estrategias juveniles aquî se dividen. Hay jôvenes que aceptan el juego propuesto por las estructuras sociales y aspiran al consumo de todos los bienes présenta dos como apreciables por los ôrganos de publicidad y el -- ejemplo de quienes los alcanzan (154). Los hay tambiên que - 94 - se debaten entre el seguimiento de las aspiraciones que pa recen generalizadas y sus deseos de racionalizar su propio consamo intentando mostrar con su ejemplo que la rebeli6n_ actual va mâs en la lînea de libfarse de los bienes acceso rios, de salirse de la competiciôn por poseer mâs cantidad de todo y de mâs alto precio. Y en consonancia con ello buscan trabajos provisionales o trabajos alternativos in-- tentando lograr lo que Wilhelm Reich proponîa en 1933 para recuperar el placer del trabajo: armonizar sus formas y -- condiciones con la necesidad y el gusto personal (155). No es fâcil sin embargo conseguir un trabajo - satisfactorio porque ni siguiera lo es conseguir cualquier tipo de trabajo. Las previsiones de empleo en Francia has­ ts 1990 son de una creciente dificultad de conseguirlo y_ mucho mâs de que esté adaptado a la formaciôn recibida. La situaciôn espafiola actual no augura mejor porvenir y las - respuestas desesperanzadas de los jôvenes del Casco Viejo_ dejan ver el alto grado de conciencia que tienen de ello. El problems no se sitûa ya solamente en la de- safecciôn hacia el trabajo heredada de la experiencia trans mitida por sus padres sino en la dificultad cada vez mayor de sentirse ûtiles haciendo algo para lo que se han prepa- rado durante los largos afios de escolarizaciôn forzosa. - 95 - 1.4.9.- LA POLITICA La fustraciôn que el joven siente ante las di­ ficultades crecientes de lograr en el trabajo un resquicio de creatividad, de sentirse responsable y ûtil en la realî zaciôn de su tarea da lugar a ensayos individuales de bûs­ queda, que acaba bien si logra un puesto de trabajo acepta ble y en decepciones profundas en caso contrario. Pocas vê ces acude a las organizaciones sindicales. No se afilia y_ cuando juzga sus estrategias lo hace en base a las venta-- jas visibles en los convenios colectivos pero sin sentirse comprometido con ellas. Son los resultados de las encues-- tas de juventud hechas en Espafia, que varîan poco los tesû tados obtenidos en Francia segûn cl. dossier de Rouard y Audibert_ ya mencionado. Lo que esperan dichas organizaciones es pareci^ do a lo que esperan de las organizaciones polîticas en ge­ neral y no difiere de lo que los obreros espafioles desea-- ban en 1978. En têrminos de Victor Pêrez Dîaz, mostraban - un deseo de reducir el poder de los poderosos como parte - de un sentimiento general de conseguir una mayor equidad - en el orden social (156). Pero ello no implicaba ni mucho_ menos interês en participer activamente en el logro de tan vagos idéales. Porque no creen que estos sean defendidos - activamente por las organizaciones polîticas y mucho menos que los jôvenes tengan una funciôn en ellas, que sean escu - 96 - chados, que su esfuerzo haya sido tenido en cuenta. Tanpo- co en la actividad polîtica se han sentido ûtilès y reac-- cionan ante ella con desafecciôn. Desafecciôn que se mani- fiesta'en la indiferencia ante las llamadas de los parti-- dos politicos a la militancia pero de ninguna manera en dê sidentificaciôn con una u otra tendencia. De hecho los jô­ venes espafioles se presentan claramente orientados hacia - el socialisme y lo vienen haciendo constantemente desde -- los afios sesenta aunque se haya pasado del activisme mâs o menos ferviente de las élites estudiantiles en la êpoca -- franquista a la pasividad mayoritaria actual. Varios son los testimonios de los diferentes - comportamientos politicos dentro de unas mismas constantes axiolôgicas. Un documente clave en el estudio de las acti- vidades polîticas es el elaborado por Torregrosa (157) a - partir de la encuesta a la juventud espafiola de 1968. Los_ jôvenes espafioles mostraban entonces un rechazo al autori­ tarisme de la generaciôn adulta que se dirigîa especîfica- mente a las autoridades polîticas del rêgimen franquista y que suscitaba en ellos deseos de participaciôn, de liber-- tad, de flexibilidad, de justicia en la utilizaciôn de los bienes de prpducciôn para el servicio de la totalidad (exac tamente lo que dicen los obreros espafioles en el 78; just^ cia y reparte equitativo, de los bienes). Sin embargo, su - informaciôn polîtica, el interês en las teorîas y estrate­ gias polîticas era entonces escaso o nulo. La causa princi - 97 - pal apuntada por el autor es que los jôvenes tenîan una -- Clara conciencia de marginaciôn, de que sôlo influîan con_ enormé peso en la polîtica franquista, los militares, la - iglesia, el Opus Dei, los bancos y el mundo de las finan- zas (158). En todo caso su desinformaciôn era compartida - por los adultos al igual que los sentimientos de margina-- ciôn, factor sumamente importante. Porque los jôvenes radî calizan en sus opiniones y conductas lo que es pensado y - sentido por la generaciôn de sus padres. Esta es la tesis_ que defiende José Marîa Maravall, quien subraya la impor-- tancia de la familia en la configuraciôn de las actitudes_ polîticas de los adolescentes al analizar los antecedentes de los primeros dirigeâtes estudiantiles de la oposiciôn - al franquismn. Todos ellos procedîan de un contexte fami-- liar heterodoxo y democrStico, de padres generalmente aso- ciados con organizaciones e instituciones republicanas — (159). Allerbeck y Rosenmayr entre otros confirman - igualmente que las orientaciones polîticas seguidas en el_ hogar son los factores mâs importantes en las posiciones - polîticas mantenidas por los jôvenes. Se refieren sobre to do al contexte alemân pero extienden sus conclusiones a la sociedad occidental en general, cuando dicen que las t e n ­ dencies polîticas libérales y de apoyo sistemâtico de los_ derechos de libertad ciudadana en la generâciôn. adulta de_ los anos cincuenta,, alentô la acciôn de los movimientos e^ tudiantiles radicales del final de los sesenta (160 ), 98 Conceden un valor fundamental al proceso de so cializaciôn familiar, mâs afin cuando este se orienta a la_ tansmisiôn de valores que cuando se dirige al control del comportamiento. El primero caracterizaa las clases medias_ y grupos mejôr preparados de las bajas. El segundo a los - grupos peor preparados de estas. Por ello que los lîderes_ de los movimientos juveniles se reclutan entre los jôvenes estudiantes o trabajadores industriales mâs que entre quie ne no hacen nada o êjecutan tareas de peonaje. Estudiosos de la familia y del trabajo son unâni_ mes en reconocer la conformidad con las reglas en la que - la clase obrera educa a sus hijos. Cito como ejemplo a -- Ellis Godfrev J. Lee Gary R y Petersen Larry R. Ellos su£ tentan la tesis de que los valores paternes transmitidos - en el proceso de socializaciôn son tan diferentes entre los blue collars y los white collars que llegah a ser opuestos. Parten de que los blue collars estân sometidos a un alto - grado de rutinizaciôn en su trabajo y de supervisiôn del - mismo, por lo que son preraiados con la aceptaciôn de sus - jefes cuando se muestran conformes con la autoridad exter­ na. De ahî que ellos valoren la conformidad en sus hijos y_ los juzguen bien si adoptan el comportamiento prescrite. - Mientras que los white collars son premiados por su autono mîa, su ejercicio de la razôn y la imaginaciôn para intro­ ducir innovaciodes. Esto es lo que fomentan en sus hijos - quienes adquieren destreza para el cuestionamiento de los_ - 99 - valores recibidos y para el liderazgo de sus contemporâneos en la direcciôn que creen adecuada (161). Los estudiosos espafioles de las actitudes pol^ ticas de los jôvenes tien'den a mirarlos con pesimismo. -- Francisco Herrera (162) se expresa con decepciôn cuando -- afirma que la juventud espafiola a partir de la transiciôn_ democrâtica, no sôlo no ha participado activamente como - manifestaba desearlo anteriormente sino que ha actuado co­ mo convidado de piedra, a pesar del .voluntarismo polîtico_ de socialistes y comunistas, de los esfuerzos hechos por - los partidos para incorporarlos a la militancia. En lugar_ de juntarse con las organizaciones juveniles y los parti-- dos, se dedican al pasotismo, al porro y al rock. Herrera_ lo atribuye a una socializaciôn para la despolitizaciôn po lîtica. A mi juicio esta despolitizaciôn no viene sôlo fo- mentada desde la familia, la escuela, los medios de comunî caciôn de masas como êl sefiala. Sino que la apatîa del ciu dadano en general ha sido producida en parte por el diri-- gismo de los politicos a quienes el poder les ha gustado - tanto que prefieren no compartirlo con sus electores (163). Y este no es un fenômeno solamente espafiol sino comûn a -- los paîses democrâticos del mundo occidental. Un documente de la UNESCO sobre educaciôn, he­ cho en cuarenta y cinco paîses estudiaba en 1968 las regl£ mentaciones de las asociaciones polîticas juveniles y en- contraba en ellas un dirigisme muy elevado, incluse con -- obligaciones explicitas de elegir como dirigentes a perso- 100 - nas mayores de edad las que eran elegidas en ocasiones por los partidos u organizaciones. Eran asociaciones para jôve nés pero comandadas por los adultos. Observa el documento_ que las reacciones de las bases eran a favor de su indepen dencia del poder estatal, del poder de los partidos o de - las formaciones polîticas de los adultos. El caso mâs paten te fue el italiano, donde représentantes de las organiza-- ciones polîticas y sindicales de los jôvenes se negaron a_ crear un Consejo Nacional de la Juventud, convencidos de - que la participaciôn de los jôvenes no podîa limitarse a - una instituciôn cerrada de jôvenes sino que debîa extender se a la intervenciôn pûblica en todos los campos de la ac­ tividad democrâtica que competen a una sociedad (164). Ne gativas asî tenîan un claro objetivo: la resistencia a aca tar un orden social perteneciente a un mundo hecho sin -- ellos y la consiguiente imposibilidad de contribuir a cue£ tionarlo si no se les permitîa participer en êl con amplios derechos ciudadanos ( 165). Salustiano del Campo, en la presentaciôn del - trabajo de Torregrosa en 1972 tambiên hacîa hincapiê en el excesivo grado de dependencia que los adultos exigen de los jôvenes que se manifiesta a nivel personal en las expecta­ tives proyectadas sobre ellos. Torregrosa se refiere en -- concrete a las organizaciones juveniles cuyas funciones la tentes han sido la creaciôn de cultures juveniles mâs que la incorporaciôn de los jôvenes a la cultura total (166 ). 101 A pesar de ello, como decîa Goodman en 1971 -- los jôvenes han seguido sin problemas a los adultos cuando estos han sabido mostrar un camino honesto hacia alternatif vas sociales liberadoras respetando ademâs las iniciativas juveniles - les han dado la espalda cuando han consi- derado que estos han traicionado los ideales por los que - fueron admirados. No hay sino que pensar en los profesores comunistas que temiendo por sus empleos negaron serlo du-- rante las investigaciones de Me Carthy en los afios cincuen ta. "Nuestros profesores temblaron mientras que nuestros - •radicales' se escondîan como peces asustados" (167). Los_ jôvenes entonces se volvieron escépticos. Era mâs importan te para ellos el honor ,que la prudencia o la lôgica de una tâctica. Tampoco la revuelta estudiantil del 68 encon-- trô econ en el mundo adulto. Los obreros franceses querîan trabajar tranquilamente en sus fâbricas y los padres de -- los jôvenes japoneses que llenaban las calles de barrica-- das acudîan allî para instarles a volver a casa (168). En esta misma lînea podrîa situarse la decep-- ciôn de los jôvenes espafioles ante una izquierda que llama ba a los sindicatos a la moderaciôn en sus peticiones (los pactes de la Moncloa son uno de los ejemplos) y que acépta ban unas condiciones de democracia vigilada por temor a los golpes de estado tantas veces anunciados en estos ûlt^ mos afios en Espafia. 102 - El acceso al poder de los cuarentones, en palâ bras de Carlos Moya, substituyendo la gerontocracia de -- Franco (169) no parecîa renovar drâsticamente las estructu ras sociales. La relative "juvenilidad polîtica" se mostra ba cauta y teraerosa mâs que dinâraica propugnadora de los - afanes libertarios de los jôvenes. No es la prudencia una virtud que produzca de- masiada admiraciôn en las cohortes juveniles, cada vez mâs escépticas cuando al intenter incorporarse al mercado labo ral encuentran que no hay nada para ellos o sôlo los peo-- res puestos. A esta claudicaciôn de los adultos que los jô­ venes argumentan habrîa que responder con la mayor cons--- ciencia que aquellos tienen de las dificultades de compagi^ nar los varios roles que a cada individuo adulto le corre^ ponde ejecutar, frente al roi total del joven estudiante.- E1 adulto estâ convencido de la dificultad de dirimir con- flictos sociales en masa (170) y abandons a los politicos^ la soluciôn de los mismos. No estâ muy convencido del poder de estos en lo que se refiere a las grandes dec^ siones, sabiêndolos empleados subalternes del Gran Sistema Organizado en el que los intereses prioritarios son los que convienen a los grandes ôrganos de poder econômico. Goodman afirma que en definitive tambiên los politicos son servidores de la gran maquinaria y solo en asuntos que no interrumnen su funcionamiento nueden eiercer su poder (171). - 103 - De ahî que las eeneraciones adultas hayan deiado en raanos de tan débiles représentantes la complelidad de la vida - polîtica v se hayan vuelto con interês a los terrenos mâs cercanos y por tanto mâs fâciles de contrôler. Antes de pasar a ello habrîa que responder a - los jôvenes con la justa crîtica de Roszak. Tambiên ellos_ han claudicado ante el bienestar anunciado "por una publi­ cidad fraudulenta reaccionando de manera narcisista frente a su propia imagen reflejada en el frîvolo espejo de los - medios de comunicaciôn". Han aceptado una imagen trivialihen te incorporada al consumo,de lo que fue una contestaciôn - de profundo contenido revolucionario. Al margen de lo que_ fueron los beatniks y los hippies, nada de lo que hoy la - publicidad présenta como taies se les parece 172 ). Decîa arriba que los adultos se han vuelto con interês a los âmbitos mâs cercanos. La familia es uno de - ellos como se ha visto ya. Sus barrios y vecindades,sus -- ciudades y regiones son otros tantos campos de interês.Las asociaciones de vecinos han aglutinado a los habitantes de barrios y sectores enteros del habitat urbano intentando - humanizarlo; organizaciones de consumidores, de ecologis-- tas tambiên desde distintas âreas se esfuerzan por ejercer libertades locales, por subdividir la administraciôn cen-- tralizada, por contrôler la burocracia desde abàjo. Espafia como otros paîses industrializados cuenta con numerosos ejemplos de estas corrientes de acciôn que atraen tambiên_ 104 - a los jôvenes. Los jôvenes siguen experimentando que es estre cho el sendero que les queda para la participaciôn pero - se muestran interesados en su entorno inmediato y en êl sî que quieren participer. Estudios hechos por la Direcciôn General de la Juventud del Ministerio de Cultura en 1979 (173 ) en Espafia muestran al joven interesado en el socialisme y concrete-- mente en el PSOE. La polîtica no es ni con mucho un tema - prioritàrio, actitud que es constante desde el desencanto_ sufrido con los politicos a partir de 1977. Lo que sî atrae mâs su atenciôn es la autonomîa y nacionalismo régionales. Los ûnicos jôvenes realmente actives en polîtica son los - de los extremes de la derecha y la izquierda. Los demâs se identifican mâs con una actividad en asociaciones volunta­ ries ciudadanas. Los jôvenes del Casco Viejo no son excepciôn.- En cierta medida cabe la posibilidad de que se conciba el_ socialisme del futuro en los têrminos en que Mendel cree - que lo ven los jôvenes occidentales (174), como creaciôn - del juego, del placer, del poder sobre lo que se hace, co­ mo control de lo que se produce, en fin como acciôn autên- ticamente autogestionaria. Autogestiôn que créa esperanzas de acciôn en este entorno inmediato, puesto que los jôve-- nes de los ochenta como los de los sesenta descritos por - Aranguren (175) desconfîan de los grandes ideales polîti- - 105 - cos (la historia de las dos guerras mondiales y la espaflo- la en el pasado, las del Lîbano, la de Irak e Irân entre - otras en el présente le dejan ver claramente la falsedad - de los grandes pronunciamientos de paz). Yen que los gobier nos del mundo dependen de otras fuerzas e intereses menos_ transparentes, pero no por ello menos reales, lo que tambiên han aprendido de las generaciones adultas que vivieron este escepticisroo en su juventud y no han encontrado razones en_ la historia para desecharlo. La vuelta al mundo que puede - ser tocado con sus manos, el de los asuntos municipales, de la policîa urbana, las viviendas, la ensehanza, los servi-- cios urbanos, viales, de parques y recursos de ocio. En fin la protecciôn de los bienes de la regiôn sî son vistos como posibles campos de control, de obtencidn inmediata de mejo- ras en la calidad de vida y por tanto de acercamiento al -- placer desèado, compartible con quienes son los compafieros_ mâs cercanos de convivencia. Las nuevas estrategias municipales de los go biernos de izquierda de producciôn de recursos muestran que los poderes politicos han captado tambiên el médio de acer- carsê a sus electores y de ganar cierta confianza entre los abstencionistas. Muestran por tanto que la crîtica social - les estâ despertando a la realidad y les lanzà, al menos por el momento, a satisfacer las aspiraclones cotîdianas de la_ poblaciôn mâs que a despreciarlas como signos de aburguesa- miento (176) o egoîsmo. - 106 1.5.- OBJETIVOS DE LA INVESTIGACION. La finalidad de esta investigaciôn es llegar a conocet el ethos de la generaciôn juvenil del Casco Vièjo. Entiendo por ethos el carâcter moral como con- junto de disposiciones cognitivas, valorativas y afectivas hacia la realidad. Como tal, este es un concepto implicado en una larga tradiciôn de la filosofîa occidental, del que, a estos efectos son mâximos exponentes Aristôteles (177 )y Hegel ( 178). No pretendo realmente, hacer un estudio siste^ mâtico del ethos juvenil sino mâs bien acometer el anâli-- sis empîrico de una serie de disposiciones générales hacia determinados aspectos de la vida pûblica.y privada de un - colectivo juvenil especîfico. He buscado por ello un grupo de jôvenes que viven en una ciudad industrializada de set£ cientos mil habitantes aproximadamente en Zaragoza. Es dec cir una ciudad media del conjunto urbano espanol. Y dentro de esta ciudad, me he centrado en un barrio o sector espe* cîfico , su Casco Viejo. Mi intenciôn al hacerlo ha sido_ aproximarme a un grupo juvenil ubicado en una unidad espa^ cial determinada, en un habitat urbano homogêneo. En este_ barrio prédomina ademâs la clase baja, el 50 por ciento de sus habitantes. Le sigue la clase media, un tercio de ellos y por dltlmo se encuentra la clase alta que abarce un 12 - pot ciento de la poblaciôn. - 107 Es una dlstribuciOn de clases que se correspon de exactamente con la que existe en el conjunto urbano. -- Constituye por tanto la forma de clasifIcaciôn de las gen- tes, dentro de la estructura social general de Zaragoza. - De aquî que la opiniôn colectiva résultante, sea mâs acor- de con la distribuciôn de las gentes en el entramado de las clases y grupos de status, que si hubiera seleccionado una sola clase social por ejemplo o un colectivo juvenil - habitante de un barrio especîficamente obrero, de clases - médias o de clase alta. Ademâs el carâcter de centralidad_ espacial y de servicios de calles y sectores permite que - estos jôvenes vivan en una atmôsfera urbana compleja, lo - que a mi parecer enriquece su percepciôn de las cosas, de_ sî mismos viviendo su experiencia vital. Hay una serie de dilemas, en relaciôn a dicha_ experiencia que he querido averiguar aquî. Lo he hecho a - través de preguntas concretas que saquen a la luz respues- tas aclaradoras del carâcter colectivo que adquiere hby lo privado y lo pûblico en la generaciôn que se enfrenta a - - una tradiciôn amplia. Las preguntas mâs générales que me planteo son: iContinûan esta tradiciôn sin cuestionamientos? o ihasta - quê punto repro.ducen las normas y costumbres familiares y_ sociales? y 2en que aspectos alimentan expectativas de cam bio?. Pero hallar respuestas a esta pregunta signify 108 - ca encontrar sus disposiciones générales ante muchos y muy variados aspectos. En primer lugar me pregunto iquiênes son estos jôvenes, con quién viven, qué actividades desempeAan y de__ dônde proceden?. &Cômo es el barrio en que habitan y que - contribuye a la conformaciôn de sus vivencias? Y posteriormente, una vez delimitados los jôve nes en el entorno urbano, icômo se sitOan ante la familia, la sexualidad, los amigos, el trabajo, la vida polîtica y_ ciudadana?. Cada una de estas facetas de la vida incluye - varies puntos que deseo conocer y que voy a tratar de expo ner a continuaciôn. En referencia a la familia, tema que estudio - en mayor detalle intente averiguar: 1-) Si los jôvenes aceptan la familia y cuales son los pun tes de alarma o de dlscrepancia con la misma. Y para averi guarlo, me pregunto las bases de la aceptaciôn o rechazo - de la misma que centre en las siguientes variables de dinâ mica familiar. Si los jôvenes se comunican con sus padres y_ el grade de interrelaciôn al que llegan, cômo describen o califican la atmôsfera de la casa paterna, tanto en lo que se refiere a las relaciones entre los padres, de ellos con sus padres y de los hermanos entre sî; su grade de partie^ paciôn en las decisiones familiares; las funciones princi­ pales que elles atribuyen a su familia; su disnosiciôn - hacia la autoridad de los padres, hacia la . disci- 109 - plina, hacia el control econômico que se lleva en la ca­ sa. Y todo ello puntualizando las diversas reacciones acor des coh la figura o figuras paternas encargadas del ejerci_ cio de la autoridad. 2~) Hata aquî todo va referido a la dinâmica familiar que_ viven o han vivido como hijos. Pero sus vivencias y deci-- siones frente a esta experiencia, contribuyen grandemente_ a sus proyectos de vida afectiva futura. Por ello les inte rrogo sobre la forma de vivir la vida afectiva ysexual_ que tienen en proyecto. iSon partidarios del matrimonio o_ de otras formas alternativas de convivencia?. Y mâs concre tamente zpiensan casarse o no?. Aquî es importante conocer el tipo de forraalizaciôn civil o religiosa, que desean dar a su matrimonio, la edad ôptima para efectuarlo, la clase_ de compromise personal que estân dispuestos a asumir en ca so de no casarse y su inclinaciôn a tener hijos tanto si - desean casarse como si no. En esta misma lînea de proyectos futures, tra- to de conocer sus opiniones y prâcticas de noviazgo, los - contenidos que este tiene y el sentido que a ellos les dan. 3-) En tercer lugar aborde la relaciôn hombre-mujer que es importante para el conocimiento del ethos de una genera--- ciôn, tanto si se refiere a la vida privada, familiar, de_ amistas de los jôvenes, como a su proyeccciôn social. La - - 110 - que se evidencia con cierta transparencia en el mundo del_ trabajo. De ahî que interroge a los jôvenes sobre la igual̂ dad de roles que hombres y mujeres realizan y/o deben rea- 1 lizar en su familia y la opiniôn que el trabajo femenino - j fuera del hogar les merece. î Son o , no nartidarios -- j de la paridad de roles masculines y femeninos?. I iEn quê lo son y en quê otros puntos lo rechazan?. iConcuer \ dan sus opiniones con algunas de las conductas observadas_ | o estas muestran contradicciones entre lo que se desea pen | sar y lo que se desea vivir o de hecho se vive?. En fin, - [j Zson feministas los chicos y chicas del Casco Viejo o no - | lo son? y ien quê puntos concretes se manifiesta?. Para -- | averiguarlo interroge a los jôvenes sobre los trabajos que | i realizan en su hogar paterno, segûn su sexe y los que --- | creen que deben ser realizados, sobre las tareas laborales ' que aûn consideran femeninas, sobre la igualdad de poderes que quieren reproducir en su proyecto personal o su conven cimiento de que el liderazgo del hogar sigue siendo patri- monio masculine. Sobre su disposiciôn a la igualdad sexual de hombres y mujeres o su convencimiento de la necesidad - de ejercer mayores contrôles sobre la mujer isigue en pie_ para los jôvenes la doble moral sexual tradicional?. Y si_ han roto con ella ihasta dônde llega su ruptura?. 4-) Por ûltimo les interroge por sus actitudes ante el — aborto y el divorcio, intentando no sôlo descubrir si son_ - Ill - partidarios de uno y otro sino apuntando grades mâs o me-- nos tolérantes de aceptaciôn. En referencia a la sexualidad mi preocupaciôn es ver has ta que punto estos jôvenes tienen unas disposiciones abiertas, de carâcter liberal o mâs bien conservadoras, -- restrictivas. Me interesa descubrir si sustentan una file-* sofîa de la liberaciôn sexual o mâs bien del constrefiimien to, si lo que prima es la êtica del placer o la del deber. En este sentido trato de averiguar hasta que punto - conciben una independencia mâs o menos absolute entre prâc ticas sexuales complétas y compromise matrimonial, y en -- t : cualquier caso si conciben la sexualidad preferentemente - como medio de goce y comùnicaciôn entre dos personas o por el contrario como medio de tener hijos. i Otro punto de interés en relaciôn a la filosofîa en que se apoyan las opiniones y prâcticas de los jôvenes es el gra­ de de implicaciôn emocional que consideran importante para las prâcticas sexuales. En el caso de que los jôvenes avan cen hacia posturas liberadoras, i.tienden a una relaciôn se xual a partir de un conocimiento accidentai y pasajero del compaftero?, iexigen por el contrario un grade mâs o menos_ profundo de relaciôn afectiva?. Y estas exigencies o liber tades ise manifiestan solaraente en las opiniones o quedan__ tambiên reflejadas en las'prâcticas sexuales?. Me pregunto si estas existen y en tal caso si los sentimientos que de^ piertan refuerzan una concepciôn del placer o por el con-- 3 5 B IB L IO T E C A - 112 - trario alimentan sensaciones negativas tales como el temor o la culpabilidad. Es decir hasta que punto sus prâcticas__ se asientan en opiniones abiertas firmemente mantenidas, o reflejan las vacilaciones y presiones sentidas en un proce so aûn lento de cambio, de actitudes tradicionales a otras mâs libérales. En relaciôn con todo ello me parece importante ver ~ el papel que adjudican a la familia, a la experiencia per sonal y a otras fuentes, en la informaciôn sexual necesa-- ria. Las pistas anheladas por los jôvenes para la adquisi- ciôn de conocimientos da idea tambiên de su apego a la tra diciôn y. de su bûsqueda de alternativas propias, asî como_ del papel que la tradiciôn o su ausencia pueden jugar en - la conformaciôn de las nuevas conductas. Como un punto especîfico de esta tradiciôn, me pre- gunto hasta qué punto la prostituciôn femenina sigue cum.-- pliendo la funciôn de iniciar a los jôvenes varones en las prâcticas sexuales, y de darles un cauce. Si lo hace es un indicador importante de la existencia de una doble moral,- la que en sî misma constituye ya una prueba de que la libe raciôn sexual que se anuncia en los estudios de jôvenes rr lo es de diferentes maneras y grades segûn si se es hombre o se es mujer. Respecte a la amistad que los jôvenes desarrollan hay una pregunta clave a la que me interesa responder. — - 113 - iCuâl es la importancia que los amigos tienen en la vida - del joven?. Que es interrogarse sobre el valor de la rela­ ciôn, si es de carâcter instrumental, si sirve de apoyo -- emocional, si ademâs contribuye a la conformaciôn de una - imâgen que el joven quiere tener de sî mismo, si le ayuda_ a enfrentarse al mundo extern© y pûblico. En este sentido_ ien •quê se basa el soporte que los amigos brindan?, ien su compaûîa de grupo que facilita al conjunto el emprender acciones que no se emprenderîan en solitario?. iEn la mu-- tua confrontaciôn de proyectos e idéales que ayuda a refor zarse en las posiciones tomadas?. iEn la riqueza de percep clones vitales conseguida por la pues ta en coraûn de sus dî ferentes caractères?. AEn grados de todo ello y mucho mâs?. Pistas del sentido o valor que las relaciones amistosas tienen para el joven pueden entresacarse de su -» disposiciôn a mantener a los amigos que ahora tiene o de ̂ su reacciôn ante la posibilidad de perderlos. îEn quê ca- sos y por quê razones renunciarîa o no a sus amigos?. Ademâs de encontrar respuestas a estas pregun tas deseo conocer quê estructura de amistad prédomina en-- tre los adolescentes y los jôvenes. iGrupos grandes o pe-- quefios?. iPandillas o grupos mâs amplios y menos exigentes? Lo que evidentemente se relaciona con las bases sobre las_ que se asienta la amistad, los intereses y actividades que se comparten, las cualidades que mâs se aprecian. - 114 En cuanto al trabajo mi inquietud mâs general es iquieren los jôvenes trabajar o prefieren eludir el tra bajo?. Cualquiera que sea la respuesta me interesa averi-- guar las motivaciones que llevan al joven a darla. Como me parece importante investigar, si el interés del trabajo se centra en obtener un puesto laboral que garantice un sala- rio, o importa ademâs la autorrealizaciôn obtenida con la_ labor que se realice. La mayorîa de las preguntas van dirigidas a - los trabajadores, a fin de hallar cuales son las razones - concretas por las que trabajan. A partir de ahî intento -- llegar a la percepciôn que tienen del trabajo que realizan, de las condiciones en que trabajan, del tipo de empresa en la que lo hacen y su opiniôn sobre todo ello. De esta mane ra sus aspiraciones adquieren el valor de asentarse sobre_ una experiencia laboral vivida. iHasta donde llega su sa- tisfacciôn con esta experiencia?. Con el anâlisis de la satisfacciôn laboral trato de hallar pistas sobre la actitud de los jôvenes ha­ cia las tareas realizadas. iPrefieren que estas sôlo exi- jan un esfuerzo repetido rutinariamente o aspiran a reali- zar funciones que requieran de ellos responsabilidad, ini- ciativa, creatividad?. Quiero explorar ademâs como se sitûan los jô­ venes ante las oportunidades de aprendizaje y promociôn en la empresa que tienen o no tienen, ante la remuneraciôn que perciben, la organizaciôn del trabajo de la que parti- - 115 - cipan, el trato recibido, la atmôsfera sentida, el respal- do sindical que encuentran, la confianza que la institu-- ciôn sindical les merece. iReaccionan con actitudes crîti- cas?. iRechazan, aceptan o se sitûan en têrminos medios?.- Y ien quê aspectos manifiestan mayor interés y se definen_ con mayor convicciôn?. Me preocupan asîmismo las actitudes de todos_ los jôvenes de la muestra ante el trabajo, estén o no in-i corpprados al mercado laboral. iCômo juzgan la capacidad n de aquel de contribuir a la autorrealizaciôn personal por_ contraste con la dedicaciôn exclusiva al cuidado de una fa milia?. Otro punto que aporta informaciôn sobre el valor - del trabajo, y que por ello analizo, es su capacidad de contribuir al éxito de la persona por comparaciôn con otros factores como la iniciativa personal, las influencias so-- ciales, la posiciôn social, la suerte o el expediente aca- démlco. Finalmente intento averiguar el impacto que - el momento histôrico actual de aglutinaciôn de los intere­ ses en torno a la vida privada, estâ produciendo en las -- disposiciones de los jôvenes hacia la vida polîtica y ciu-> dadaiia. iTienen los jôvenes una orientaciôn privatista de_ la vida o no tanto?. îAumenta en las mayorîas el hastîo -i-* por la vida polîtica, mientras se hiperpolitizan unas mino rîas?. iO se manifiesta mâs bien un interés moderado y se- - 116 - lectivo por politicas cercanas, por formas pacifistas de - participaciôn ciudadana?. ZCômo se conforma la conciencla_ de derechos ciudadanos y de hechos alevosos a una concep-- ci6n democrâtica y libre de la vida-personal?. Estas preguntas requieren concreciones, a tra vê s del anâlisis de hechos y situaciones vividas por los - jôvenes, que ayudan a encontrar sus inclinaciones actuales y la reciente evoluciôn de las mismas. Por ejemplo cono--- cîendo los partidos o coaliciones por quienes votaron en - 1979 y aquel o aquella que desean ver en el gobierno en -- 1981; las abstenciones que entonces se produjeron y la in- diferencia con que responderîan hoy. Pero conviene tambiên preguntarse ihacia quê son indiferentes los jôvenes?. Una_ respuesta évidente es que lo son hacia la militancia en -- los partidos y organizaciones politicas juveniles. Ante eŝ ta respuesta cabe interrogarse tanto por las causas de tan escasa militancia como por las manifestaciones de interês_ que puedan dar hacia otros asuntos, hechos o situaciones n. del pais, de su regiôn, de su ciudad y barrio. En este sen tido intento hallar sus opiniones sobre la situaciôn polî­ tica y social espahola, su concepciôn de la organizaciôn - del trabajo, su disposiciôn hacia la violencia institucio- nal y popular segûn los grados en que se manifieste, sus - deseos de participer en determinadas organizaciones polît^ cas y ciudadanas. Trato tambiên de conocer los juicios que les_ me'recen hechos urbanos tan conocidos como la delincuencia - 117 - juvenil y adicciôn a las drogas,las causas por ellos detecta- das y las alternativas que darîan si en realidad se intere 5an por los delincuentes y los drogadictos. Estudio todas estas facetas en el colectivo t general de jÔyenes del Casco Viejo de Zaragoza. Tengo que_ reconocer no obstante que hay una serie de factores que -- producen diferencias de opiniôn, mâs o menos notables, en_ una juventud que no es totalmente homogënea. De ahî que, - ademâs del anâlisis general del colectivo, intente desbro- zar los distintos matices, e incluso las posturas contra-- puestas que puedan darse a partir de aquellos factores. Los que aqûî considère mâs discriminatorios y que por tanto S(B lecciono para él anâlisis son el sexo, la edad, el estado_ civil, el status socio-profesional, la actividad y las op- ciones religiosas y politicas. La importancia que les doy varîa de unos a -- otros capîtulos, en funciôn del valor que les adjudico como productores de discrepancias o evoluciones de distin- to ritmo en las disposiciones fondamentales. A travês de - ellos, trato de explorar las contradicciones o distancias__ existentes entre las opiniones y las tendencias a reaccio- nar, e incluso entre las reacciones y las conductas ya da­ das. - 118 - ( 1 ) Musgrove, F Youth and the social order. Indiana Un^ versity Press, Bloomington, 1965, nâg. 127 (2 ) Yankelovich, Daniel. The new morality. A profile of american youth in th» 70's. McGraw-Hill Book Company. New York, 1974. (3 ) Roussel,Louis y Bourguignon, Odile. Generations nou­ velles et mariage traditionnel . Institut national d’études démographiques. Travaux et Documents, Cahier n® 86, Presses Universitaires de France, Paris, 1978 (4 ) Galambaud, Bernard. Les jeunes travailleurs d'aujourd* hui.. Epoque privât. Editeur E. Privât. Toulouse, 1977. ( 5 ) Terminologie utilizada por Rosa Conde al ahalizar una parte de la encuesta dirigida por Salustiano del Campo ürba no en el Centro de Investigaciones Socîolôgicas. En "Tenden cias de çambio en la estructura familiar". Una aproximaciôn a la sociologie de la familia. Ed. Rosa Conde y Julio Igle­ sias. En prensa. ( 6 ) Ethos es el carâcter moral, como conjunto de disposiciones coĝ nitivas,valorativas y afectivas hacia la realidad. ( 7 ) Ortega y Gasset, José. La rebelién de las masas. Se-- lecciones Austral. 2- edicién. Madrid, 1979. pâg. 247. ( 8 ) Del Campo Urbano, Salustiano. El ciclo vital de la fa­ milia espafiola. Real Academia de Ciencias Morales y Pôlîti- cas. Madrid, 1980. Pâg. 28 ( 9 ) Roussel, L y Bourguignon, 0. Op. cit. pâg. 5 ( 10 ) Mead, Margaret. Cultura y Compromise. El mensaje de - - 119 - la nueva generaciôn. Granica editor. Barcelona, 1977, pâgs. 36 y 116. ( 11 ) Moncada, Alberto llama "adolescencia forzosa" al lar­ go proceso de formaciôn y espera que los jôvenes tienen que vivir en el mundo industrializado antes de ser considerados adultes. Su incorporaciôn al trabajo y a las responsabilida des sociales, sobre todo si se siguen carreras université-- rias suele ser mucho despuës de haber adquirido la madurez_ biolôgica, psicolôgica e intelectual. Ver La adolescencia forzosa. Dopesa, Barcelone, 1979. ( 12 ) Salustiano del Campo menciona la confusiôn en el uso_ de los vocables cohorte y generaciôn, a la que es precise - acomodarse puesto que en caso contrario se requerirîa una - "hercûlea labor de derribo". Lo que hay que reconocer es la importancia de las edades (aunque su delimitaciôn sea arbi- traria) para el anâlisis histôrico y para entender su dina- mismo y cambio. Op. cit., pâgs. 27 y 28. ( 13 ) Shakespeare, W. The sonnets. Sonetos de amor. Texto - crîtico y traducciôn en verso de Agustîn Garcia Calvo. Ed.- Anagrama. Barcelona 1974, pâgs. 183 y 313. ( 14 ) Abraham, J.H. Origins and Growth of Sociology. Pen-- guin Books. Great Britain. Reprinted with revisions, 1977. (15 ) Fischer, Ernst . Problemas de la generaciôn joven. Ed. Ayuso, Madrid, 3- ediciôn, 1975. ( 16 ) Barragan, Juan Antonio. "El proceso del cambio politic CO en Espana y el papel de las juventudes socialistes", Ba- -120 - rragan, Bosquet, Herrera, Palau, Pastor, Pineda, Plâ, Rami­ rez, Setien. La crisis del movimiento juvenil en las socie- dades caoitalistas, Ed. de la Torre. Madrid, 1979, pâg. 171. (17 ) Fischer, E. Op. cit. pâg. 19. (l8 ) Aranguren, José Luis, La juventud europea y otros en- sayos. Ed. Seix Barrai, Barcelona, 1962, pâgs. 10 y 11. (l9 ) Marx, Karl y Engels, Federico. Obras. Tomo 16, pâg.- 198. (20 ) Moncada, A. Op. cit., pâg. 25. (21 ) En frase de Schelsky, citada por Aranguren, J.L. Op.- cit., pâg. 21 (22 ) Aranguren, José Luis. Bajo el signo de la juventud. - Aula Abierta Salvat. Salvat editores, Madrid, 1982. pâgs. 16 y 17. (23 ) Eisenhower gobernaba en América. Los laboristas y los conservadores se alternaban en el gobierno inglês. Eden, -- Churchill «iacMillan. (24 ) Mehnert Klaus. La rebelién de la juventud. Ed. Noguer Barcelona, 1978, pâg. 316. (25) L. Aranguren, J.L. Op. cit., pâg. 25. Monod, Jean. Los barjots. Ensayo Seix-Barral, Barcelo na, 1970, pâg. 16. (26) L, Aranguren, J.L. Op. cit., pâg. 24. (27) MendeljGerard. La rebelién contra el padre. Ed. Penin sula, 2- ediciôn, Barcelona, 1975. Pâg. 148. ( 28 ) He Miguel, Amando. Los narcisos. El radicalismo cultu - 121 - ral de los jôvenes. Ed. Kairôs, Barcelona, 1979, pâg. 35. ( 29 ) Mendel, Gérard. La crisis de las generaciones. Ed. Pe­ ninsula, 2- ediciôn, Barcelona, 1972, pâgs. 126 y siguien-- tes. (3(5* ) Menhert, K. Op. cit. (31 ) Yankelovich, D. Op. cit. pâg. 15 y siguientes. (5Z ) Marcuse Herbert. La sociedad carnivora. Ed. Galerna 2- ediciôn, Buenos Aires, 1969, pâg. 21. (55 ) Pellegrini, Mario. Recopilaciôn, versiôn y notas sobre La imaginaciôn al poder. Ediciones Argonauta, 3- ediciôn, - Barcelona, 1979, pâgs. 77 y siguientes. (54! ) Aranguren, J.L. Op. cit. pâg. 44. (55 ) Del Campo Urbano, Salustiano, Op. cit. (5ô ) Menhert, K. Op. cit., pâg. 37 (57' ) Ander Egg, Ezequiel. La rebeliôn juvenil. Marsiega. - Colecciôn El mundo en que vivimos. Vol. V. Madrid, 1980. -- p^g. 41. (38) De Miguel, Amando. Op. cit., pâg, 83. (59̂ ») Moskvichov, L., citando a Lenin en "El problema de la sucesiôn de las generaciones y la lucha ideolôgica contempo rânea". La sociedad y la sucesiôn de las generaciones. Ed.- Progreso. Moscû, 1979, pâg. 10. (40 ) Miranda, Maria Jesûs. "La reinserciôn social del delin cuente juvenil'. Articule mimeografiado. Madrid, 1980. C4I ) Moya, Carlos. La juventud como clases de edad. Articu- lo incdito,’ nâg. 41. 122 ( 42 ) Ortega y Gasset, J. Ver Obras complétas. Madrid, 1955 Revista de Occidente tercera ediciôn. En Vieja y nueva polî­ tica, Meditaciones del Quijote (publicadas en 1914), El te­ ma de nuestro tiempo (1923) y La rebeliôn de las masas (1930) es donde mâs se dedica a examinar la coexistencia de très - generaciones en cada tiempo presente. Mannheim,K en Ensayos de Sociologîa de la Cultura. Ed. Aguî lar, Madrid, 1962 y en Essays on the Sociology of knowledge. Edited by Paul Kecskemeti. Routledge and Kegan Paul Ltd, Lon­ don, 1952. Observa como la generaciôn juvenil élabora un - estilo de pensamient’o distinguible del de otras generaciones y que sirve para su actividad cultural e ideolôgica. (415 ) Moncada, A. Op. cit. pâg. 197. (44’ ) Medina,. Luis Garrido. Notas sobre adolescencia y socio logîa. Seminario Internacional de Investigaciôn sobre proble mas de la Juventud. México, 1981, pâg. 2. (45 ) Allerbeck Klaus y Rosenmayr, Leopold. Introducciôn a la sociologîa de la juventud. Ed. Kapelusz, Buenos Aires, - 1979, pâg. 21. (4.6' ) Mannheim » K. Ensayos de sociologîa de la cultura. Op. cit. pâg. 145. La importancia de la cultura juvenil como pensamiento generacional ha sido sefialada por Ortega, Lain, Entrai go, Aranguren y Julian Marias, proli lamente. (47 ) Kiernan, V.G. "Notes on the Intelligentsia" en The so­ cialist register. Merlin Press. London, 1968, nâc. 69 -, 123 - (48 ) Allerbeck, K y Rosenmayr. Op. cit. pâg. 26. (4'5 ) Yankelovich, D. Op. cit. (S'ô ) Ikonokova, S.,seAala los treinta afios como el final - del perîbdo, calculando que en la Uniôn Soviética es enton­ ces cuando el joven se incorpora al trabajo. "La juventud - en la estructura social soviética" en La sociedad y la suce­ siôn de las generaciones. Op. cit. pâg. 169 Aranguren, J.L., considéra vâlidas dos tipolo-- gîas, la de Schelski que acoge a los jôvenes desde los ca-- torce afios hasta los veinticinco y la del Institute Francês de la opiniôn pûblica, que aglutina a quienes tienen de die ciocho a treinta afios. Ver su obra Juventud europea y otros ensayos. Editorial Seix Barrai, Barcelona, 1962. Pâgs. 13 y 14. Ambas clasificaciones utilizan criterios laborales. (51 ) Erikson, Erik H. Childhood and Society. Penguin Books, 2- ediciôn, 1970, pâgs. 298. (5Z ) Linton, R. El estudio del hombre. Fondo de Cultura -- Econômica, 6- ediciôn, México, 1963. Eisenstadt, S. From Generation to Generation (Age groups ^nd^oci^iL_Stri^^ .The Free Press of Glencoe. New York,- 1956. (53 ) Ortega y Gasset, J. La rebeliôn de las masas. Op. cit. pâg. 247. (54 ) Ibidem, pâg. 255. (55 ) Young, Michael y Willmott, Peter. Insisten en que si - en otros tiempos se recalcaba la transferencia de obligacio - 124 - nes de la familia a la comunidad mâs amplia, ahora la ten-- dencia es justamente la opuesta, en su obra La familia simê- trica. Un estudio sobre el trabajo y el ocio. Ed. Tecnos. - Colecciôn de ciencias sociales. Madrid, 1975, pâg. 240. (56 ) Alonso Hinojal, Isidoro. Sociologîa de la familia. -- Guadiana de Publicaciones S.A. Madrid, 1973, pâgs. 204 y s^ guientes. (57 ) Rousselet, Jean. L'allergie au travail. Editions du - Seuil, 1974’, pâg. 88. (58 ) Maravall, J.M. Dictadura y disentimiento politico. -- Obreros y estudiantes bajo el franquisme. Ed. Alfaguara, Ma drid, 1978,pâgs.190 y siguientes^ (59 ) Matza, David, mantiene la hipôtesis de que la conduc- ta aberrante es un sîntoma de disociaciôn entre las aspira­ ciones culturalmente prescrites y los cauces socialmente eŝ tructurados para la realizaciôn de taies aspiraciones. En - El proceso de desviaciôn. Taurus ediciones, Madrid, 1981, - pâg. 120. (60* ) Garmendia, José y Gubern Garriga-Nogues, Santiago. -- "Comportamiento desviado en EspaRa" en La Espafia de los -- afios 70. Vol. I. La sociedad. Ed. Moneda y Crédite, Madrid, 1972, pâg. 914. (61 ) Garmendia, José y Gubern Garriga-N, Santiago quienes_ basan en el estudio de los clâsicos, Durkheim en este caso, sus argumentes. Op. cit. pâg. 916. (62 ) Merton, Robert. K.'Social Structure and Anomie "en Ame - rican Sociological Review. Vol. 3, n- 5 (1938), pâgs. 672-682 - 125 (63) Garmendia, J.L. y Gubern, S. Op. cit. pâg.917. ( 64 ) Me refiere a la legitimaciôn del status social que a_ cada individuo se le asigna en la sociedad segûn el papel - que cumple. Cuanto mâs aporta en têrminos de cualificaci6n_ y eficacia mayores incentives recibe. Ver Merton, Robert.K. Social Theory and Social Structure. Glenco^ III. The Free - Press, 1961. . Revision 2- ediciôn, 1957. (65) Mendel, Gérard, Op. cit. pâg. 148. (66) Cordero, J. "De una sociedad de padres a la sociedad_ fraterna". R.S. Cuadernos de Realidades Sociales, n- 10 (Ma yo, 1976). Instituto.de Sociologîa Aplicada de Madrid, pâgs. 97-111. (67) Aranguren, J.L. Bajo el signo de la juventud. Op. cit. Pâg. 59. ( 68 ) Rousselet, Jean. Op. cit. pâg. 85. (69) Zaretsky, Eli. Familia y vida personal en la sociedad capitalista. Anagrama, Barcelona, 1978, pâg. 27. (70) Young, M y Willmott, P. Op. cit. pâg. 71. (71) Vidaurreta Campillo, Marîa: "Madurez industrial, gue- rra y condiciôn femenina". REIS, 4. Octubre-Diciembre, CIS. Madrid, 1978. ('72 ) Young, M y Willmott, P. Family and Kinship in East-- Loiidon. Penguin Books, London, 1957, pâgs. 18 y 19. ( 73 ) Ibidem, pâgs. 17 y siguientes. (74) Rousselet, J. Op. cit. pâg. 86. ( 75 ) Michel Andrée. Sociologîa de la familia y el matrimo- 126 - nio. Ediciones Peninsula, Barcelona, 1974. Pâg. 111. (76) Parsons Talcott. "La estructura social de la familia". en La familia dirigida por Ruth Nauda Aushen. Ed. Peninsula, Barcelona, 1974, pâgs. 44 y 45. (77) (îalambaud, B. Op. cit. pâgs.152 y siguientes. ( 78) Aunque no es este el tema de estudio no puede olvidar se aquî la acciôn de los soclalistas utôpicos en pro de las majoras de las condiciones del trabajador y de su familia.- Mucho menos el protagonismo del marxisme que ayudô al obre­ ro a tomar ccnciencia de sus derechos. (79) Mendel, Gérard. Op. cit., pâg. 140. (80) Mead, Margaret. Op. cit., pâgs. 87 y siguientes. (81) Fischer, Ernst. Op. cit. pâg. 138. ( 8"2 ) Marcuse, Herbert. Introducciôn. "El destine sociolôgi co de la familia". Para una teorîa crîtica de la sociedad.- Ed. Tiempo Nuevo, Caracas, 1969, pâgs. 75-208. ('83) Parsons . Talcott. "La estructura social de la fami- lia" en La familia dirigida por Ruth Nauda Aushen. Ed. Pe-- nînsula, 3- ediciôn, Barcelona, 1974, pâgs. 145 y siguien-- tes. ( 84 ) Young, M y Willmott, P. La familia simêtrica. Op. cit. pâg. 37 (85 ) Frith, S. Sociologîa del rock. Ed. Jucar* Madrid, 1978 pâgs. 24 y siguientes. ('8'6) Ibidem, pâg. 24 ('87) Young, M and Willmott, P. Op. cit. pâg. 37. 127 (fis ) Fischer, Ernst. Problemas de la generaciôn joven. Op. cit., pâg. 113. (89 ) Mannheim, K. Op. cit. Eisenstadt, S.N. Op. cit. (90 ) Hacia 1920 muchas frâbricas accediê on a la reducciôn de la jornada laboral (reivindicaciôn constante en las presiones sindicales del XIX)debido al incremento de la productividad laboral anterior y a la necesidad de que los trabajadores - dispus1eran de tiempo libre para consumir lo que se produ-- cîa. Ver zaretsky, Eli. Op. cit., pâg. 62. (91 ) Aranguren^ J.L. Bajo el signo de la juventud. Op. cit. (92 ) Young, M y Willmott, P. Op. cit., pâg. 88. (93 ) Veblen, Thorstein. Teorîa de las clase ociosa. Fondo_ de Cultura Econômica. México, 1944, pâg. 90. (94 ) Rousselet, J. Op. cit., pâg. 87. (95 ) Abril, Victoria y Miranda, Marîa Jesûs. La liberaciôn posible. Akal, Madrid, 1978, pâg. 84 (96 ) Railings, E.M. y Nye F, Ivan, concluyen en base a ha- llazgos empiricos regulares qte las mujeres que salen a tra­ bajar toman mâs decisiones en casa que las que no lo hacen. El marido en esos casos participa mâs de las tareas domêst^ cas y del cuidado de los nifios, El trabajo de la madré, si - es satisfactorio (y lo es mâs a mayor nivel èducativo) in-- fluye positivamente en el nifiO o nifios, quien o quienes per ciben las imâgenes adultas del padre y de la madré como --- iguales. Ver su artîculo "Wife-mother employment, family -- - 128 and society" in Contemporary theories about the family. Vol. 1. Edited by Wesley R Burr, Reuben Hill, F. Ivan Nye, Ira L. Reiss. The Free Press. New York, 1979, pâg. 205. (97) Conde Rosa. "Desarrollo econômico y cambio familiar el impacto del nuevo rol femenino sobre la estructura de la familia" en Familia y Cambio social en Espafia editado por - Rosa Conde y que se publicarâ en CIS. En prensa, pâg. 8. ( 98 ) Nadal, Jordi. La poblaciôn espafiola. Siglos XVI al XX. Ed. Ariel, pâgs. 9 a 17. (99) Del Campo, Salustiano. "Composiciôn, dinâmica y dis-- tribuciôn de la poblaciôn espafiola" en La Espafia de los afios 70. Vol. I. La sociedad. Ed. Moneda y Crédite, Madrid, 1972, pâgs. 1-45. (100) Carriôn Garzaran, Angel. "La poblaciôn espafiola y su_ territorio" en Estudios sociolôgicos sobre la situaciôn so­ cial de Espafia. Fundaciôn FOESSA, Euramêrica, 1975, pâg. 48. (101) Conde, Rosa. "Tendencias de cambio en la estructura - familiar" en op. cit., pâgs. 18 y 19. (102) Scanoni, John, menciona que los roles instrumentales_ masculines no sôlo conllevan ejercicio de la autoridad sino liderazgo politico y econômico. Ademâs los roles comunita- rios relacionados con guerras, mercados, ceremonias pûbli-- cas han estimulado y maximizado la capacidad del hombre pa­ ra establecer todos los'contactes y decisiones pûblicas. De ahl las dificultades de resquebrajar el dominio masculine - que encontrô la mujer cuando comenzô a incorporarse a la vî - 129-- da exterior a su hogar. Ver "Social processes and power in_ families" en Contemporary theories about the family, vol. 1, Op. cit. pâg. 297. (103 1 Malos, Ellen. "Trabajo domêstico y polîtica de libera ciôn de la mujer" en Zona Abierta 18, Madrid, 1977, pâg. 55. (104) Durân, Marîa Angles. El trabajo de la mujer en Espafia. Ed. Tecnos, Madrid, 1972, pâg. 23. (105) Malos, Ellen, Op. cit. ,pâg. 57. (106) Mitchell, Juliet. La condiciôn de la mujer. Ed. Ana-- grama, Barcelona, 1977, pâgs. 145 y siguientes. (107) Malos, Ellen. Op. cit., pâg . 56. (108) De Pablo Masa, A., en los estudios FOESSA. Op. cit. - pâgs. 377 y 375. (109) Conde, Rosa. Op. cit. pâg. 43. (110) Toharia, José Juan. "Valores bâsicos de la juventud - espafiola actual". IDES, Madrid, 1981. (111) Konig, René. La familia en nuestro tiempo. Ed. Siglo_ %XI. Madrid, 1981, pâg. 66. (112) Yankelovich, D. Op. cit. (113) Aranguren, J.L. Op. cit.,pâg. 59 (114) En todo caso se requieren mâs estudios sobre este te­ ma. Fischer recuerda que la sexualidad no es ni mucho menos un descubrimiento de nuestro tiempo y que jôvenes campesi-- nos, proletaries y de clases altas han permanecido intocados por el puritarismo de la época victoriana y sus secuelas. Op cit. pâg. 150. - 130 - (115) Gonzâlez Duro, Enrique. Represiôn sexual, doniinàciôn social. Akal Editor, Madrid, 1976, pâgs. 254 y255. (116) Roszak, Theodore. El nacimiento de una contracultura. 7- ediciôn. Ed. Kairos, Barcelona, 1981. Pâgs. 32 y 33. Nota: La época a la que este autor se refiere es la de los_ acontecimientos del 68. (117) "Retroceso del matrimonio institucional en Francia”, en El Pais, Domingo 1 de Agosto de 1982 (ils) Rosa Conde, , lo menciona en la obra citada, pâg. 42. (119) Ibidem, pâg. 43. (120) Sânchez, M y Sim6, T. ’’Algunas anotaciones acerca de_ la educaciôn sexual” en Mujer y Sociedad. Papers. Rê îsta - de Sociologîa, n- 9 Universidad Autônoma de Barcelona. Bar­ celona, 1978, pâgs. 161-171. ( 12]) McCrindle, Jean y Rowbotham, Sheila recogieron testimo nios orales de varias ancianas de distintas clases sociales en Inglaterra, 1977. Era corriente que mencionaran el shock, Ignorancia y culpabilidad que sintieron cuando llegaron a su pubertad. Se sentîan incapaces de hablar libremente con na- die debido al silencio que rodeaba la sexualidad femenina y varias de ellas ocultaban la sangre de la menstruaciôn a -- sus madrés. La mayorîa de ellas experimentaban odio hàcia - su madré por el trato recibido, tan carente de comunicaciân abierta y confianza y mencionaban haber intentado tratar a_ sus hljos e hijaa mucho mejor de como ellas fueron tratadas. Ver Dutiful daughters. Penguin Books, 1979, pâgs. 1 a 20. - 131 - (122) Sânchez, M y Sim6, T. Op. cit., pâg. 164. (123) Ibidem, pâg. 165. (124) Ibidem, pâg. 169. (125) Mead, Margaret. "The standardization of sex-tempera-- ment” in Sex differences. Patrick C. Lee and Robert Sussman Stewart.Editors. New York, 1976, pâg. 194. (126) Gonzâlez Duro, E. Op. cit. pâgs. 237 y 238. (127) Ibidem, pâgs. 237 y siguientes. (128) Ibidem, pâg. 238. (129) Ibidem, pâg. 235. (130) Roussel, L y Bourguignon, p. Op. cit., pâg. ill. (l3Î) Todos ellos citados por Gonzâlez Duro, Ei Op. cit.- -- pâgs. 232 y 233. (132) Hildegart. La rebeldîa sexual de la juventud. Ed. Ana grama, Barcelona, 1977, pâg. 260. (133) Citado por Michel, A. Sociologîa de la familia y del matrimonio. Ed. Peninsula, 1974, Pâg. 129 (134) Myrdal Alvà y Klein Viola. La mujer y la sociedad con- temporânea. Ed. Peninsula, Barcelona, 1973. Pâg. 15. (135) Young, M y Willmott, P. La familia simëtrica. Op. cit. pâg. 142. (136) Courtheoux, J.P. "Observations sur 1*emploi et l*act_i vit# économique des jeunes". Orientation scol. prof, anc. - Binop, France (1972) 1, n- 4 pâg. 414. (137) Rouard, Danielle et Audibert, Pierre. ”L' entrée dans le monde du travail”. Inform soc. France, 1976, n- 3, pâg.- 42-54. - 132 - (1138 ) Ibidem, pâg. 150. (/I3p) Troll, Lillian y Bengtson Vern y otros. ’’Generationes in The Family”. Contemporary Tjieorjes about t.he Fonlly.Vpl.I,On.cif. ,]42-5 P40 ) Young, M y Willmottj P. Op. cit. pâgs. 236 y siguienr tes. j I . ^ fl.41 ) Galambaud, B. Op. cit. pâgs. 34 y anteriores.. (142) Aranguren, J.L. Op. cit. pâg. 51. (i/|3) Galambaud, B. Op. cit. pâg. 92. (144) Léon, A et Contou, J. "De l'êcole technique â l’entre prise: des jeunes de vingt ans face aux problèmes de l'adap̂ tation socio-professionnelle”. Orientation scol. prof, anc. Binop. Francia, 1973, 2, n- 2, pâgs.117 y siguientes. (145) Goodman, Paul. Problemas de la juventud en la socie-- adad organizada. Ediciones Peninsula, 2- edicién, Barcelona, 1975, pâgs. 33 a 37. (146) Galambaud, B. Op. cit.,pâg. 236. (147) Rousselet, J. 'Op. cit., pâg. 237. ^ (143) Willis, Paul. "L’êcole des ouvriers”. Actes de la re­ cherche en sciences sociales, 24 novembre, 1978. Editions - de Minuit, Pâg. 52. (149) Roszak, T. Op. cit. (150) Moncada, A. La adolescencia forzosa. Op. cit. (15,1) Resefla del Pais, 27 de Abril de 1982. (152) Johnston, Ruth."Remuneraciôn y satisfacciôn en el tra bajoV Resultados de algunas investigaciones en Revista In-- ternaclonal del trabajo. Vol. 91, m- 5, Mayo 1975. Pâgs. 505 y 512. (l-S?) Rouard, Danielle y Audibert, Pierre. Op. cit. - 133 - (154) Jiîliân Marias juzga que la juventud actual estâ dema- slado instalada en el consumo por culpa de la manipuléeiôn_ adulta y que vive con la sensaciôn de que no merece la pena vivir porque no hay nada que descubrir. Siente que todo es­ tâ descubierto y que por tanto se le ha privado del future. Asi ha perdido la alegria y la capacidad de admirar con lo_ que ha llegado a la indiferencia. Prueba de elle es la dro- ga cuyo consumo, es su tesis, se debe a la evasiôn de la -- falta de proyecto, de incitaciôn, de esperanza que aqueja a les jôvenes. Lo que Juliân Marias opina de la juventud total s61o es, a mi parecer, atribufble a sectores especîficos de ella. Como otros autores aqui citados dicen, es el future - justamente lo que pertenece a la generaciôn joven y la for- maciôn recibida la hace mâs diestra para afrontarlo de lo - que lo es la generaciôn de sus progenitores. No todos les jôvenes consumen droga tampoco y - mayorîas de ellos la toleran con plena conciencia de que quiO CM O m o «H gk >o O o o CM - 173 situaciôn tampoco influye signlficativamente en nada. Su -- presencia es solo testimonial. Es importante observar que_ incluse entre los padres de clase nlta sôlo 59 por ciento_ han llegado a la universidad ( iz ). Las madrés tienen aûn menos instrucciôn que los padres. Un 25 por ciento de ellas son analfabetas, el 54 - por ciento tienen estudios équivalentes a una primaria in­ complets; 85,9 por ciento no pasan de la E.G.B. Las que han superado estos niveles alcanzan porcentajes mfnimos. Comparando la experiencla de trabajo de los pa­ dres de familia del Casco Viejo con la de los padres del - mismo grupo juvenil en toda la ciudad se observa una doble desviaciôn. En el Casco Viejo hay mayor nûmero de padres en actividades vicarias, y empresarios autônomos (con o sin - empleados) que son en realidad autônomos del comercio cotĵ diano. Por cohsiguiente hay menos padres en trabajos de ca tegorîa profesional y poder econômico superior. Es decir - de directores de empresa, profesiones libérales y cuadros_ superiores por una parte, de cuadros medios y administrât^ vos por otra. Asî se confirma que el Casco Viejo de la ciudad estâ conformado mayoritariamente por niveles socio-profe-- sionales bajos, en segundo lugar por los medios y en el -- tercero por los altos, pero no son altos los mârgenes de - aumento de los primeros ni los de disminuciôn de los terce ros en relaciôn al conjunto urbano total. Claro que estoy_ - 174 - comparando datos de 1980 del Casco Viejo con los de 1975 - para el conjunto de la ciudad pues hasta el prôximo aflo no se dispondrân de los datos correspond!entes al nuevo pa--- drôn municipal. Hablarê mâs sobre ello en el estudio del - barrio. 2.3.2.- VALORACION PERSONAL DE SU PCSICION ECONOMICA. . s Poco menos de la mitad de los jôvenes creen que su posiciôn econômica es media en relaciôn al resto de la_ sociedad. Una cuarta parte cree que su posiciôn es media - baja y menos del 10 por ciento se consideran en posiciôn - baja y media alta. Hay ciertas diferencias con los criterios que - yo he establecic’o basândome en su categorîa profesional y en su instruction. Cuadro n- 11 CATEGORIA SOCIO-PROFE POSICION ECONOMICA SUBJETIVA SIGNAL SEGUN PROFESION EN RELACION A LA SOCIEDAD. E INSTRUCCION (%) Alta 12,17 Alta 0.32 Media 36,52 Media alta 9.61 9,93 Baja 50,63 Media 48,07 Media baja 25.64 Baja _ 7,05_ 32.69 No sabe. no contesta 9,29 - 175 Los hijos de obreros y de asalariados subalter­ nos y personal de servicios se clasifican entre una posi­ ciôn econômica media y media baja, en proporciones inver­ sas: Cuadro n- 12 Cuadro n- 13 POSICION ECONOMICA Obreros Cl) Sulbalternos Cl) Posiciôn econômica media 36 49 Media baja y baja 53 37 No sabe,no contesta 11 14 Total 100(102) 100(50) Bnpleador Bq)resa- Cuadros Bnpleados industria rios sin medios y aAûnis-- y corner-- asalaria superior trativo cio dos Cl) Cl) Cl) Cl) Agricultor cuenta pro pia Cl) Media alta 30 4,3 13,3 13 30 Media 50 65,2 60 69,5 ■50 Media baja 10 17,3 13,3 17,5 30 Baja 5 11 -- -- No sê S 2,2 13,3 --- 10 Total 100(20) 100(46)1 100(15) 100(23) 100(10) Cuadro n- 14 POSICION ECONCMICA - 176 Directores de empresa têcnicos superiores y profesiones libérales Àgricultores que enplean personal (%) Cl)Alta 3 Media alta 50 100 Media 38 Media baja 6 -- No sé 3 Total 100(34) 100(1) Lo que se pedla a los jôvenes era: iCÔmo consi­ déras la posiciôn econômica de tu familia en relaciôn con - la sociedad?. Y han respondido pensando en su nivel adquis_i tivo. De ahî que se autocalifiquen como de posiciôn econômj ̂ ca media alta y media hijos de padres con nula o muy escasa instrucciôn. No se entra por tanto en consideraciones de prestigio social asimilables a una educaciôn superior. Los datos anteriores al siguiente cuadro mues-- tran sin embargo una diferencia de prestigio por el carâc-- ter manual o no manual de la tarea realizada. Las diferen-- cias subjetivas de posicfôn econômica entre los obreros y - los asalariados subalternos responde sin duda mâs a un cri­ teria de prestigio que de poder adquisitivo. Los obreros o_ - 177 - Cuadro n° 15 POSICION ECONOMICA DE TU FAMILIA EN RELACION CON LA SOCIEDAD Estudios realizados por los pa dres Alta Cl) Media al ta Cl) Media Media ba ja Cl) Cl) Baja (1) No se Cl) Ninguno 6 10 27 50 48 Primarios y cultura general -- 27 52 . 57 40 24 E.G.B. y Graduado Escolar -- 26 9 9 10 10 P.P. y me canogra- £îa - - - 3 9 1 -- B.U.P y — — — 3 4 4 — — — 5 C.O.U. Estudios medios y superiores 100 34 15 3 13 Total 100 (1) 100 C30) 100 . (1501 101 (80) 100 (20) 100 (39) . trabajadores manuàles tienden a considerarse de posiciôn in ferior, a los asalariados subalternos y personal de servi-- cio, que son trabajadores no manuales. 2.3.3.- OCUPACION E INSTRUCCION DE LOS HIJOS EN RELACION A LAS DE SUS PADRES. Recordemos que 40 por ciento de los jôvenes estu dian; 35,2 por ciento trabajan; 8,3 por ciento de ellos ad£ - 178 mâs de trabajar estudian; 16 por ciento estân en paro y 8,3 por ciento se dedican a sus labores. La categorîa socio-profesional de los padres - es decisiva nara la elecciôn de la actividad de los hijos, como muestra el siguiente cuadro. Cuadro n** tÛ ACTIVIDAD DE LOS HIJOS Nivel socio-profesional de los padres Alto Medio Bajo en (1) f % ) Estudiantes • 88 42,6 37 Trabajadores y trabajadores que estudian 4 39,6 42 Parados 8 9,2 13 Sus Labores 0 6,4 8 Total 100(38) 97,8(151) 100(158) Disminuye el nûmero de estudiantes y aumenta - el de trabajadores y parados conforme desciende el nivel so cio-profesional de los padres. Puede observarse que en el - nivel alto no se da ningûn o ninguna joven dedicado a las - labores domêsticas como profesiôn. Existen sin embargo quie nés asî lo hacen en el nivel medio y todavia mâs en el bajo. Observando detenidamente el nivel o categorîa profesional - de los jôvenes que trabajan, en relaciôn al que sus padres_ 179 - tuvieron o tienen se observa lo siguiente. Cuadro n^ 17 . CATEGORIA PROFESIONAL DE LOS PADRES Categoria profesional de los \ hijos que trabajan Alta Media Baja Total padres Alta 1 2 3 37 Media 2 7 30 104 Baja 1 2 70 169 Total 4 11 103 128 Me remito en el cuadro a los nûmeros absolutos por ser tan pocos los jôvenes a quienes me refiero. De los_ cuatro jôvenes que trabajan en una categorîa profesional al̂ ta sôlo uno proviene de la misma categoria. Los demâs v i e ­ nen de la media y baja. Entre los jôvenes que realizan ta- reas correspondientes a la categoria profesional media, la_ mayorîa proceden de padres situados en la misma categorîa,- dos provienen de la baja y otros dos de la alta. Entre aque llos jôvenes que estân trabajando en tareas propias de una_ categorîa profesional baja, la gran mayorîa desciende de la misma ejercida por sus padres, pero un nûmero considerable_ (29 por ciento) desciende de padres que estân realizando -- - 180 - funciones de una categorla media y très (2,9 por ciento) de padres que estSn en la categorla mâs alta. Estos ûltimos d£ tos dejan ver la precarledad del trabajo en épocas de c r i ­ sis econômica como la actual, que obligan a algunos jôvenes a aceptar tareas infériores a las que sus padres realizan.- Es decir, a comenzar prâcticamente desde cero o desde muy - abajo en la escala laboral. As! se comprende que la mayorla de jôvenes den como razôn por la cual trabajan, la necesi-- dad de hacerlo. Refiriéndome ahora a la instrucciôn de los hi- jos , se observa un aumento considerable de la instrucciôn - que tienen con relaciôn a la de los padres (13 ). No hay - ningûn hijo que carezca de instrucciôn frente a 20 por cien to de los padres y 25 por ciento de madrés analfabetos. Esto se ve detalladamente en los cuadros siguien tes : Cuadro n° 1̂8 Hijos Padres Rrimarios 1- ciclo E«G.B> Cultura general (%) Bachiller elemental 22 ciclo E.G.B. Graduado (l) kfecano—' grafîa P.P. (%) B.U.P Estudios C.O.U medio y superior (%) (%) Primarios 1- ciclo de E.G.B. cultura gral 24 ■ 19,5 16,5 2 Bachiller elemental gg 5 Certificado de escola-ridad ’ 27,5 26,6 42 23 Mecanografia Forma ciôn profesional 21 4,5 35,6 16,5 3,5 B.U.P y C.O.U 15 22 15 25,5 48,5 Estudios de grado medio y superior 10 12,5 22,3 --- 23,5 Total 99,5 . (148) 100 (33) 100 _ Ci« .. 100 100 (11) (41) - 181 - Cuadro n® 19 uTTnq EstudiŒ E.G.B. Mecano- prima-- bachiller grafîa DE rios cidelemental F.P. ra gral ( % ) ( % ) (%) B.U.P y Grado me- C.O.Ü dio y su­ perior (%) Cl) Total (1)Directores de enpresa,cuadros 5 superior, prof... 14 6 52-^774-25 100 Ehipresario sin asalariatlos 17 42 8 17 — ̂32 <— 15 100 Cuadros medios tôcnicos y 33 14 46 — >534— 7 100 Ëiçleados adni- nistrativos - 30 12 44-> 574— 13 100 Obreros indus­ triales 37 28 20 12— ^ 254-13 100 Subaltemos 41 30 18 10 . — 100 Bnpresario agricole -- -- 100 100 Agricultor por cuenta propia 30 30 20 20 100 domaleros agricoles 50 — — —— 50 100 empleador in­ dustrie y co- 15 15 10 30 — ̂ 604— 30 100 mercio Ambos cuadros tienen que ser analizados con cautela puesto que muchos de los hijos estân todavîa en el_ comienzo de sus estudios de F.P o B.U.P y C.O.U., es decir, que estân en proceso de realizar sus estudios. Si que mani- fiestan sin embargo, las tendencies seguidas en relaciôn a_ - 182 la instrucciôn y profesiôn de sus padres. Por lo pronto se_ ve en el cuadro 18 que los padres que no habîan sobrepasa do los estudios primarios tienen a sus hijos haciendo los - secundarios y van mâs orientados hacia carreras têcnicas o_ universitarias que hacia F.P. Esto es una constante en to-- dos los casos a excepciôn de los hijos de padres que hicie- ron F.P. Entre elles se igualan los ntimeros de jôvenes que_ seguirân formaciôn profesional y los que van hacia carreras têcnicas de grado medio o universitarias. Un anâlisis de proporciones hace aûn môs cla- ras las relaciones entre padres e hijos. Cuadro n® 20 Estudios de los padres Estudios de los hijos. Proporciones de hijos que van a: Formaciôn Profesional Ü 1 B.U.P y C.O.U para la Univer sidad. Primarios 1,19 èachiiier elemental y équivalentes 7,66 Formaciôn profesional 1 B.U.P y C.O.U. 1,5 Estudios medios y superiores 20 Los padres con estudios primarios y bachiller_ superior valoran relativamente mâs la F.P. que los demâs.El cuadro 19 muestra que, las tendencias a realizar estudios^ superiores en lugar de formaciôn profesional son mayores en - 183 - todas las categorîas socio-profesionales que pertenecen a - la clase alta y media, a excepciôn de los agricultores por_ cuenta propia (que no son precisamentemuy significatives de la clase media). La valoraciôn de la formaciôn profesional es - mayor entre los asalariados subaltemos del sector servi--- cios y entre los obreros, es decir en la clase baja. Las -- proporciones de quienes se dirigen en una u otra direcciôn_ ilustran a1*m mejor estas tendencias. Cuadro n^ 21 . Profesiones de los padres PROPORCIONES DE HIJOS QUE VAN A Formaciôn Profesional (%) B.U.P y C.O.U Estudios sup£ riores(%) Directores de empresa Cuadros superiores y profesiones libérales 1 12,8 Empleadores de indus­ trie y comercio 1 6 Empleados administra­ tives 1 4,7 j Empresarios sin asa- lariardos 1 4 Cuadros medios y técnicos 1 3,8 1 Obreros industriales 1 1,25 Agricultores por cuenta propia 1 Subalternes y per­ sonal de servicios 2 1 - 184 - No s<51o la formaciôn profesional es mâs valora da por la clase baja sino que desciende el interôs en hacer la inversamente al aumento de clase social Hasta aqui he comparado los estudios de los pa dres con los que actualmente siguen sus hijos. Pero no to-- dos los segundos continuaiestudiando. Algunos de ellos lo ha- cen y otros se han detenido ya, bien porque los han termina do o bien porque los han dejado por razones diverses. Me demoro brevemente en quienes continuan estu diando Cuadro n’ 22 ESTUDIOS DE LOS ESTUDIANTES QUE CONTINUAN ESTUDIANDO Estudios de los padres B.U.P y C.O.U m F.P. Y Artes m Estudios medios (t) Estudios superiores (%) Ninguno 10 39 6,66 2,45 Primarios 47 44 73,6 21 Secundarios E.G.B. 12 — 14,45 21,84 Foxmaciôn profesional 6 12 2,66 6 B.U.P y C.O.U. 4 -- 13,25 Medios 8 5 -- 15 Stperiores 12 — 2,66 20 Total 99 100 100 99,5 185 El cuadro anterior arroja luz sobre la fe en la cultura de sus hijos que muchos padres tienen y en la deci--- siÔn con que intentan proporcionarles una posiciôn social mejor que la propia. Hay jôvenes haciendo estudios de F.P. e incluso B.U.P y C.O.U. de padres que no tenfan ningûn estudio o no - sobrepasaban los primarios (recuerdo que eran la mayorîa). - Hay tambiên jôvenes haciendo carreras têcnicas de grado me-- dio en tasas sustanciales y aunque en menor medida universi­ tarias, de padres con niveles de instrucciôn muy bajos tam-- biên. El paro creciente de los jôvenes universitarios, no resultaba tan évidente cuando estos jôvenes fueron pro- mocionados a seguir carreras superiores como lo esté siendo_ a partir de 1980. 2.3.4.- LOS SÜELDOS QUE ENTRAN EN CASA. ■ Poco menos de la mitad de los hogares recibe un solo sueldo, 46 por ciento. Poco menos de una tercera par te recibe dos, 31 por ciento. Entian très sueldos en 15 por_ ciento de hogares y en el 8 por ciento restante entran mâs - de très. Ahora bien, no todos los hogares que cuentan -- con un sueldo, lo reciben del padre de familia. Este trabaja en très cuartas partes de las familias, estâ jubilado en 8 - por ciento de ellas y parado en 5 por ciento mâs. Algo pare- - 186 cldo sucede en los otros hogares que cuentan con mâs suel-- dos, lo que hace pensar en los otros miembros de la familia. que contribuyen econômicamente. a su sustento. Sabemos ya -- ! que hay hijos que trabajan y hablaré de ellos en el capitu­ le de trabajo. Pero, iquë sucede con las madrés de familia?. | Carezco de evidencia empîrica sobre sus tareas fuera del hô I gar. Pueden obtenerse sin embargo algunas pistas relacionan | do los sueldos que entran en la casa con los horarios en -- j que la madré sale de ella. Asi se descubre que en aquellas_ | familias donde se reciben de dos a cuatro sueldos, disminu- | ye la presencia de la madré en el hogar. |I Cuadro n® 23 HORARIO DE LAS MADRES EN HOGARES DONDE HAY: Un sueldo i l ) Entre 2 y 4 en ■ 5 y 6 suel dos. en Presencia continua de la madré en casa 100 46,3 67 S6lo en horas de reu niôn familiar 32,6 17 Maflana o tarde 10 13 Fin de sémana 1 3 Total 100 99,9 100 Cabe muy bien plantear la hipôtesis de que la__ - 187 - madré colabora econômicamente en un nûmero sustancial de h£ gares. Tambiên lo hacen los hijos. Ademâs de los datos de - jôvenes que trabajan tenemos los de sueldos adultes y jôve­ nes que entran en el hogar. Cuadro n* 24 SUELDOS QUE ENTRAN EN EL HOGAR. Gaotados por los los adultos (%) Ganados por los jove nés (tus hermanos y tû mismo) (%) Un sueldo 80,76 28,52 Dos sueldos 13,78 15,06 Très o mâs sueldos 2,24 3,84 Ninguno 3,20 52,56 Total 99,98 (312) 99,98(312) En aquellos hogares donde los adultes cola boran con mâs de un sueldo es muy posible que alguno de — ellos pertenezca a la madré de familia. De hecho los jôvenes casados sôlo tienen - un sueldo en 70 por ciento de los casos. El 30 por ciento - recibe mâs de uno y conviene recorder aquî que los casados_ viVen casi exclusivamente solos con sus hijos ( ver cuadro_ n®6 ). Las mujeres estân contribuyendo por tanto_ - 188 - al sostên econômico de sus familias. îEn qué medida?, icuâ- les son las motivaciones principales?. Estos son los datos que escapan a mi evidencia. Tambiên los hermanos de los encuestados e£ tân contribuyendo a la economîa familiar. Trabajan un 53 -- por ciento de los mayores de 14 ahos. y estudian el 44 por_ ciento de los mismos. No sê cuantos viven todavîa en el ho­ gar paterno pero teniendo en cuenta que trabajan 35 por ------ ciento de los encuestados y que son mâs los jôvenes que en- tregan su sueldo en casa (ver cuadro n* 23 ) cabe pensar que viven en ella al menos 12 por ciento de los hermanos -- que trabajan. 2.3.5.- INFLUENCIA DE LA CLASE SOCIAL EN EL TAMARO DE LAS - FAMILIAS. El promedio de personas por familia en el_ Casco Viejo es de 5,4, sensiblemente superior al promedio - nacional de 1975 que era 3,92. Son familias muy numerosas - por tanto, pero varîan segûn el nivel socio-profesional de_ los padres. Son mâs numerosas en las categorîas mâs altas y mâs bajas de la escala laboral; especîficamente en las cate gorîas mâs altas y mâs bajas del sector industrial. Hago constar a continuaciôn el tamafio pro­ medio de las familias del Casco Viejo, comparândolo con el__ promedio nacional dado por el FOESSA de 1975, segûn la pro- fesiôn del padre de familia; - 189 Cuadro n* 25 Casco Viejo 1980 Cl) Espafîa 1975 f14) FOESSA (1)birectores de empresa, cuadros superiores, pro fesiones libérales 6,11 4,21 Empleadores de la indu£ tria y el comercio 4,75 3,93 Empresarios sin asala­ riados y trabajadores por cuenta propia 5,76 3,83 Cuadros medios 4,87 3,80 Empleados administra­ tives 4,04 3,83 Asalariados subalter­ nes 4,04 3,70 Obreros industriales 5,93 4,04 Empresarios agricoles 5 4,04 Agricultores por cuen ta propia 3,44 3,80 Jornaleros agricoles 8 4,15 Los empleados administratlvos y asalaria-- dos subaltemos del sector servicios son en el Casco Viejo_ quienes tienen familias mâs reducidas. En la Espafîa de 1975 esto sucedîa especîficamente con los asalariados subalter-- nos. Y como dejan ver las cifran anteriores, las familias - del Casco Viejo son mâs numerosas en todas las categorîas_ 190 - profesionales a excepciôn de los agricultores por cuenta propia. Claro que los datos del sector agricole que yo mane jo son muy pobres y sôlo sirven de ejemplo o ilustraciôn; ̂ de ninguna forma representan al sector. Comparando el promedio de hijos tenidos por los padres de las diferentes categories profesionales, con - los deseados por sus hijos, se observa un descenso en las - expectativas de estos ûltimos para todas las categories, a excepciôn de los empleadores de la industrie y el comercio, los directores de empresa, cuadros superiores y profesiones libérales. Aquî los promèdios se mantienen, como puede ob-- servarse en el Cuadro i;'' 26 Promedio de hi­ jos tenidos por los padres de familia del Cas co Viejo segûn categorla profe sional. (%) Promedio de hijos deseados por los jôvenes del Casco Viejo que piensan planificar su fa­ milia en Obreros industriales 3,66 2,20 Subalternes y perso­ nal de servicio 3,27 2,32 Empleados administra tivos 3,26 2,81 Cuadros mediosy téc­ nicos 3,27 2,89 Empresarios sin asa­ lariados 2,83 2,47 Empleadores industria y comercio 2,45 2,50 Directores de empresa cuadros superior y profesiones libérales 3,86 3,90 - 191 Puede observarse tambiên que el descenso ma­ yor se produce entre los hijos de obreros y de asalariados_ subalternes. A mi parecer este descenso se debe a las difi- cultades de encontrar trabajo cualificado y bien pagado que experimentan quienes se sitûan en la parte mâs baja de la - pirâmide social. Los hijos de obreros y de asalariados su-- balternos experimentan limitaciones econômicas mayores que_ los demâs, lo que influye en sus proyectos futures. De la - misma forma quienes se sitûan en lo alto de la pirâmide so­ cial y gozan de los bienes disponibles, miran el future con criterios parecidos a los de sus padres. Piensan en tener - familias tan numerosas como las que tuvieron aquellos. Su - experiencia familiar es mâs agradable tambiên c6mo luego ve reraos y por tanto no sienten ningûn impulse de renunciar a_ reproducirla. De todo ello hablaré en el capitule de farai-- lia. Diré por ûltimo que el promedio de hijos hoy deseado en el Casco Viejo por los jôvenes en con^unto, sin_ distinciôn de clases sociales es de 2,75, igual que el de - jôvenes espaûoles en 1977. Desde 1960 hasta 1980 ha habido_ una progresiva disminuciôn de jôvenes dispuestos a aceptar_ "los hijos que vengan" o "Dios mande", siguiendo asi la ten dencia europea,que es de racionalizar la reproducciôn y so- meterla a los deseos e intereses de la pareja. Me extenderê mâs en este punto al hablar del proyecto juvenil de familia e hijos en el capitule siguiente. - 192 2.4.- EL BARRIO QUE HABITAN. El estudio de juventud aquî emprendido se -- centra en el Casco Viejo de la ciudad de Zaragoza. El Casco Viejo incluye mâs seçtores de los que yo he seleccionado aquî. Mi selecciôn respond* a un interës personal en très - sectores especîficos, unidos geogrâficamente, y que consti- tuyen el nûcleo del Centro histôrico de la ciudad. Paradôg^ camente son sus sectores mâs degradados. La especulaciôn del suelo ha dado lugar en los ûltimos aâos a un ensafiamien to con los edificios antiguos. Se han derruîdo viviendas y_ se han abandonado otras hasta hacerlas inhabitables con el_ objetivo concrete de provocar su destrucciôn para venderlas a constructoras interesadas en la edificaciôn de nuevas vi­ viendas, edificios comerciales en gran escala, bancos y de­ mâs centres de servicios privados. Los très sectores que he seleccionado son: - "El Centro"; polîgono 1 en têrminos urbanîsticos; "El Ba— rrio de la Magdalena" polîgono 6; "El Barrio de San Pablo"- o polîgono 2. ' El estudio de Zaragoza emprendido por ECAS,- se refiere al deterioro de los barrios medievales de La Ma& dalena y San Pablo en têrminos contundentes (15 ) ; especial̂ mente en lo que afecta al de San Pablo, cuya destrucciôn fue "perpetrada muy recientemente en base a la construcciôn de gigantescos edificios en :torno a la plaza de Santo Domin - 193 - go". El mal estado de las viviendas en los très sectores, y muy especialmente en San Pablo y La Magdalena ha contribuî- do al abaratamiento de los alquileres. Razôn por la cual la poblaciôn de Zaragoza que dispone de menor poder adquisiti- vo (por su status socio-econômico o por su edad) y los émi­ grantes del campo y otras ciudades espafiolas han sido duran te ahos los habitantes de toda esta zona, a la que yo deno- mino para mi estudio Casco Viejo (excluyo de mi denom^ naciôn por tanto a todos los demâs sectores o polfgonos que lo componen). Tambiên los gitanos se han ido reuniendo en - el Casco Viejo, mâs en La Magdalena que en El Centro mâs en San Pablo que en cualquiera de los otros dos sectores (16). Han alquilado viviendas o simplemente habitado aquellas que estân en proceso de decadencia, en ocasiones, animados por_ los propios duehos del inmueble que ven asî acelerarse el - deterioro del mismo y confîan en la declaraciôn oficial del estado de ruina. En tal situaciôn el permise de derribo es_ inminente. Gracias al derribo de viejas viviendas y a - la construcciôn de nuevos edificios el Casco Viejo ha ido - adquiriendo un carâcter de proveedor de servicios a la par_ que pierde su carîz de zona residencial; es decir que dism^ nuyen notoriamente el nûmero de sus viviendas. Ocurre prin- cipalmente en "El Centro". El siguiente cuadro aporta datos sobre los usos del suelo. Puede observarse que la propor— ciôn de viviendas del Centro es menor que las de la ciudad. - 194 Cuadro n® 27 . USOS El Centro San Pablo (%r Ciudad (0 Vivienda 49 56 70 56 Industria 1 1 3 13 Servicios 36 19 8 8 Almacên 7 11 12 7 Otros 7 13 7 16 ( 17)Total 100 100 100 100 Ofrece notoriamente mâs servicios, en lo que le sigue San - Pablo. La Magdalena tiene un uso residencial superior a la_ ciudad y a los otros sectores del Casco Viejo. Ello incide__ directamente en la percepciôn que tienen los discotequeros_ de cambios radicales en su barrio. Ya no les pertenece totale mente, me decîan, por la llegada de gentes de otros niveles sociales, cuvos hijos no viven en la calle como ellos y eu- yo trato evaden cuanto pueden (ver capîtulo de Las ani sta ­ des). Durante los afios de la infancia y adolescen cia de estos jôvenes el barrio sirabolizaba la forma de vida de la clase baja, que veîa aumentado su nûmero por los - 195 - constantes flujos de emigrantes. La solidarîdad entre unos_ y otros se establecîa râpidamente y abarcaba tambiên a los_ gitanos, aceptados como vecinos del barrio, como me decîan_ unos vecinos que charlaban en un bar, "mientras paguen en - los establecimientos". Sin embargo la llegada actual de gen tes pertenecientes a las clases médias y a la clase alta es vista de distinta manera. Mejoran la apariencia fîsica de - los edificios, contribuyen a una mayor limpieza de las ca- lles, a la desapariciôn de solares deshabitados donde se -- concentraban las basuras de los vecinos menos cuîdadosos, - pero al mismo tiempo rompen la unidad de costumbres y hâbi- tbs, la unidad arquitectênica del conjunto urbano e incluso les hace sentirse un poco extrafios. Me decîan algunos veci­ nos, y lo corroboraban los discotequeros, que todavîa son - ellos mâs y la personalidad que tiene el barrio es aûn la - que ellos, los de clase obrera le dan. "Pero si vienen mâs_ tratarân de cambiarnos el barrio y acabarân por echarnos de lo que es nuestro. Y no nos vamos a dejar" comentaba un an- tlguo miembro de la Asociaciên de Vecinos de La Magdalena.- La conciencia del cambio estâ présente por tanto en los an- tîguos habitantes del Casco Viejo, aunque la interpreten en distintos têrminos a como lo hacen los profesionales del ur banismo y los sectores progresistas de la ciudad, mâs preo- cupados por la destrucciôn de los testimonies de êpocas hi_s tôricas anteriores y de su valor artîstico. 196 - 2,4.1.- SUS HABITANTES. Mâs que en el nûmero de sus habitantes en - lo que quiero hacer hincapiê aquî es en sus caracterîsticas. El Casco Viejo tiene una poblaciôn envejecida con menor nû­ mero de nifios que el promedio de la ciudad. El cuadro siguiente lo muestra: Cuadro n2 18 POBLACION DEL CASCO VIEJO EN 1975 El Centro San Pablo La Magda­ Ciudad lena Nifios hasta 15 afios 17,78 21,47 20,08 26,00 Jôvenes 15-24 15,44 15,43 14,53 15,00 Adultos jôvenes de 25-44 afios 20,23 22,20' 22,75 27,00 Adultos mayores de 45-64 afios 29,10 25,48 25,80 22,00 Viejos 65 y mâs afios 18,41 15,99 16,91 10,00 (l: Puede observarse que la poblaciôn in£antil_ es sensiblemente inferior a la del promedio de la ciudad, - especialmente en El Centro, lo que reafirma la emigraciôn_ - 197 - de la poblaciôn residencial hacia .otras zonas de la ciudad, Excepte en San Pablo, donde el crecimiento de poblaciôn in fantil es estacionario, en el conjunto la poblaciôn infan-- til ha disminuido en 1,45 por ciento desde 1975 hasta 1979. La de ancianos por el contrario ha aumentado en 1,27 duran­ te el mismo perîodo. Cuadro n° 2Q Nifios de 15 1975 menores Jôvenes afios de 15 a 24 afios 1979 1975 1979 Adultos Adultos jôvenes mayores de 25-44 45-64 1975 79 75 79 Ancianos nayores de 65. 1975 1979 El centip _ 17,8 15,9 15,4 15,3 20,2 20,7 29,1 27,3 18,4 20,3 San Pablo 21,5 21,1 15,4 15,3 22,2 23,7 25,5 23,8 15,9 16,1 La Magda'' lena.-- 20,1 18,8 14,7 22,7 21,9 25,9 25,8 25,1 16,9 19,5 La mayor poblaciôn se concentra entre los adultos ma yores y en segundo lugar entre los adultos jôvenes, siendo_ aquî las tendencias inversas a las de la ciudad como deja ver el cuadro 28 . Los jôvenes del Casco Viejo viven mâs - influîdos por adultos y ancianos que los demâs jôvenes de la ciudad, lo que evidentemente afecta a sus opiniones y compor tamientos.Un dato revelador es que 41 por ciento de los hoga res del Casco Viejo estân constituîdos por adultos y ancia- nos, frente a 50 por ciento de hogares que tienen tambiên n^ 198 - ftos y adolescentes en su seno. îQuê puedo decir del origen - de sus habitantes?. Un 60 por ciento de ellos han nacido en la ciudad de Zaragoza. El 40 por ciento restante ha. émigra do, fundamentalmente de otras ciudades o pueblos aragoneses, y en segundo lugar de Castilla, Andalucîa y regiôn vasco-na varra. Las tendencias inmigratorias coinciden con las de -- los padres de los jôvenes encuestados y han sido mâs exten- sas en los ûltimos afios debido a las prâcticas restrictivas observadas por los paîses europeos que absorbieron la mano - de obra espaftola anteriormente a los afios setenta. 2.4.2.- LAS VIVIENDAS. Ninguno de los très sectores del Casco Viejo tiene un porcentaje alto de casas que dispongan de todos los ser- vicios, pero el mejor dotado de los très es El Centro. El aumento de servicios se debe esencialmente a la construcciôn de nuevas viviendas, pero tambiên las familias decididas a - residir en el Casco van reparando lentamente las casas que -- compran o alquilan. Los discotequeros hicieron algunos comen tarios sobre sus viviendas que explican bien las condiciones de las mismas. G,- Mi oaea e a t â b i e n . T i e n e t r è s h d b i t a c i o n e e (19 ) Preg.: iCalefacciôn?. Respuesta espôntanea de todos: f B i e n f , fQué v a f V .~ Oon una e s t u f i a a t e a r r e g l a a b i e n . M , - Mi ca sa t i e n e bano c o m p l é t a p o rq u e es nueva . Ah o ra se d£ 199 - r r u y e n muchae oaaaa d e t b a r r i o de p u r o v i e j a a . N . - S€y p e r o no ae o o n a t r u y e n o t r a a t a n a p r i e a oomo a t g u n o a ^ q u i a i e r a n . E t A y u n t a m i e n t o no da t i a e n o i a a , K . - M i p a d r e ha hecho muchoa a r r e g t o a en caaa . P i n t a r , p o n e r una c o c i n a de gaa^ a r m a r i o a . I . - I l a b a h e r i c a i q u ê f . Tu p a d r e ya l a ha p u e a t o y e l m i o - t a m b i ê n . F.- M i p a d r e l a p o n d r d p r o n t o . En c u a n t o emp iece mi madre a_ t r a b a j a r y e n t r e n mâa p e r r i a a a en ca aa . K. vive en su casa desde hace nueve afios. I. lleva ya diez_ afios aquî. M y N han cambiado très veces de vivienda, confor me las cosas iban mejor. V. lleva once afios viviendo en la - misma casa. J. vive en la misma casa desde que naciô. Los de mâs comentan que tambiên la han arreglado bastante. La calefaccîên es el servicio menos comûn en las - casas. El cuadro siguiente muestra las dotaciones y condicio nés de las viviendas. Cuadro n® 30 DOTACIONES Y CONDICIONES DE LA VIVIENDA Agua caliente Bafio ccmpl£ Calefacci'n Gara je Telêfono -II) (%) CI) (1) CI) Total servicios(1) El Centro 46 63 37 2 61 41,8 San Pablo 39 48 21 2 44 30,8 La Lfagdalena 32 48 20 2 45 29,4 (20 ) 200 - Un tercio de las familias del Casco Viejo, tie ften la vivienda en propiedad. De entre los jôvenes entrevistados sôlo son r - propietarios los padres de M y N, duefios a su vez de un bar_ del barrio. 2.4.3.- LOS SECTORES ECONOMICOS EN LOS QUE TRABAJA LA POBLA CION ACTIVA. La mayorîa de la poblaciôn residente en el Ca£ co Vièjo trabaja en el sector servicios, especialmente quie­ nes habitan en El Centro. Ya présenté en el cuadro n® 27 la acumulaciôn de servicios existentes en este sector. Sucede - que es el que participa en mayor grado del carâcter de Cen-- tro Burocrâtico Direccional (21). El Centro se constituye - asî en el nûcleo de los servicios especializados mientras San Pablo y La Magdalena ofrecen servicios ligados al pequefio co­ mercio cotidiano. Ambos se constituyen en sectores perifêri-- cos a donde se acude en busca de productos artesanales. Por - lo demâs sôlo surte a las poblaciones allî residentes de los productos de consume diario. - 201 - Cuadro n® 31 POBLACION ECONOMICAMENTE ACTIVA POR SECTORES El Centro Cl) San Pablo (1) La Magdalena (1) Ciudad Cl) Agricultura 1,35 1,34 0,89 2,06 Industria 26,96 33,75 37,81 40,70 Construcciôn 7,53 11,66 9,85 8,50 Servicios 64,16 53,25 51,45 49,74 total 100 100 100 100 La poblaciôn activa ligada a los servicios es del 56 por ciento para el Casco Viejo, mayor por tanto que la del resto de la ciudad. Trabajan en la industria aprox^ madamente un tercio, mâs en la Magdalena y menos en El Cen tro, en porcentajes inferiores al resto de la ciudad. Tra­ bajan en la construcciôn porcentajes inferiores a una déci_ ma parte, igualables al resto de la ciudad. La categorîa socio-profesional mâs frecuente_ es la de los asalariados, obreros o subalternes del sector servicios que absorbe a mâs de las très cuartas partes de_ la poblaciôn del Casco Viejo: 78 por ciento en El Centro,- 84 por ciento en San Pablo y La Magdalena respectivamente. 202 - Las empresas familiares no son muy abundantes en ninguno - de los très sectores, pero doblan en El Centro ( 4 por — ciento) a las de San Pablo y La Magdalena 2 por ciento re£ pectivamente. El Centro genera mâs puestos de trabajo que_ cualquiera de los otros dos sectores por la centralizaciôn que en él se dâ de los servicios pûblicos, privados y la - zona comercial que surte incluso a los habitantes de la provincia. Y cualquiera de los très sectores genera mâs -- puestos de trabajo de los que absorbe su poblaciôn activa_ (dos puestos de trabajo por cada habitante del Casco Viejo incorporado a la poblaciôn activa). Sin embargo, el paro juvenil es grande e in- cluso se registre entre los padres de familia de los jôve­ nes encuestados. Se debe a la falta de préparéeiôn y cualî ficaciôn de los habitantes del Casco Viejo para desempefiar las funciones requeridas. Proporciono estos datos para dar una idea del desfase existante entre el habitat de la mayorîa de la po­ blaciôn que reside en el Casco Viejo y el carâcter direc-- cional de las actividades laborales que se desarrollan en su espacio urbano de residencia. Desfase que contribuye a_ su\ sentimiento de estar habitando un barrio que cada vez_ les pertenece menos. No voy a entrar en detalles sobre el grado de instrucciôn que tiene. esta poblaciôn. Menciono no obstan­ te la categorîa socio-profesional en la que se situa segûn el padrôn municipal de 1975 y que es bastante parecida a - 203 la que he hallado en los jôvenes de 1980, Cuadro n® 32 CATEGORIA SOCIO PROFESIONAL Y NIVEL DE INSTRUCCION Alta El Centro San Fablo La Magdaie Fromedio Categorîa Categorîa na de la cà socio-pro socio-pro tegôrîa f esional fesional socio-pro Padres de en la ciu fesionaF los jôve- dad. para los nés del très sec Casco Vie res jo.m Cl) CI) m CD (%) 20 12 11 14 12 14,6 Media 34 31 34 33 36,5 36,7 Baja 46 57 55 53 50,6 48,7 Total 100 100 100 100 99.1 2.4.4,- LA MARGINACION SOCIAL DEL CASCO VIEJO. La àfluencia de ancianos en el Casco Vièjo, tan­ to porque permanecen allî toda su vida como porque buscan - en su vejez una habitaciôn de môdico precio hace que se con viertan en un grupo numeroso de poblaciôn que vive en condî ciones econômicas precarias y en viviendas incômodas, vie-- jas e insanas. Los ancianos del Casco Viejo son gentes mar- ginadas en su mayorîa que acuden a los centros bénéfices - cercanos en busca de alimentes y medicamentos o reciben ayu - 204 da en su domicilie cuando estân imposibilitados fîsicamente de salir a la calle. Los casos de muertes registrados en -- los domicilies y descubiertos por los vecinos son frecuen-- tes en el barrio y aunque no se han hecho estudios sobre-- ello la observaciôn personal y conversaciones con el vecin- dario dan luz sobre la importancia de la marginaciôn del an ciano, de clase baja o media baja que aquî habita. Factures ambientales ligados a la inmigraciôn, - al paro y a la falta de control de natalidad de los padres, a su -- falta de formaciôn para educar a los hijos y de recursos pa ra ofrecerles una vida cualitativamente interesante inter-- vienen en el callejeo de nifios que se ausentan habitualmen te de la escuela, en el callejeo de los jôvenes que en paro y sin dinero no encuentran otro aliciente para pasar su --- tiempo libre que la discoteca o el bar. Ademâs, en una so-- ciedad consumista como la nuestra las llamadas a la pose-- siôn de los bienes de moda es constante. Pululan asî las -- bandas de nifios y jôvenes que viven en el barrio o en êl se refugian aprovechando las casas deshabitadas y que roban aquello que no pueden conseguir de otra manera. La droga es uno de estos bienes preciados para nifios y jôvenes ansiosos de evadirse de una realidad trustante. La delincuencia juve nil es la reacciâi bastante comûn a la bûsqueda de alternati-- vas marginales para la integraciôn a un grupo de iguales y_ la adquisiciôn de los recursos ausentes. Un estudio en cur- so sobre la delincuencia juvenil mostrarâ en breve las con£ xiones entre su apariciôn y la procedencia emigrante y sin_ - 205 recursos de trabajo y sin dinero.de lœdelincuentes y/o de sus padres. Los jdvenes del Casco Viejo se muestran toleran tes hacia el fenômeno en sus respuestas a la encuestaJltri- buyen . a la sociedad la culpabilidad de su existencia y - creen mayor!tariamente que s6lo cambiando a la sociedad y_ faciiitando la vida de las families se podrâ combatir el - hecho de la delincuencia. A ello contribuye el que se conozca a los j6ve nes delincuentes del barrio e incluso se conviva con ellos en los mismos bares y discotecas, como lo hacen los "mili­ tantes" y los "discotequeros". Se sabe por tanto que come- terân sus robos fuera del barrio y que en él son unos vec^ nos mâs de los que no hay nada que temer. Al menos esto es lo que los militantes y discotequeros experimentan en su - vida cotidiana. Gitanos y payes forman parte aquî de las mismas bandas como comparten la marginaciôn social del paro y de_ las malas condiciones econdmicas y de vivienda. ^ Otro tipo de marginaciôn, ligado tambiên al pa­ ro y la emigracidn principalmente es el de la prostitucidn. Se concentra mâs en San Pablo y en El Centro que en los otros sectores del Casco Viejo. El Ayuntamiento y algunos_ centros privados de beneficiencia hablan de la existencia_ en el Casco Viejo de 53 locales abiertos donde se ejerce - la prostitucidn convencional; veintidos mâs han sido cerra dos en el curso de los dos ûltimos afios (estaban abiertos_ 206 - afin cuando empecê el estudio). No se ha hecho todavîa nin- gûn estudio estadîstico sobre las condiciones de la vida - de las prostitutas. Las que viven en el casco Viejo habi-- tan viviendas muy deterioradas y dejan a sus hijos con ex- prostitutas que mantienen verdaderas guarderîas clandesti- nas, donde los nifios crecen en nésimas condiciones de hi-- giene y alimentaciôn. Conozco casos de niflos de cuatro <- afios de edad que no han salido a la calle ni una sola vez_ en su corta vida. Los jôvenes entrevistados, veremos despuês, reac cionan ante la prostitucidn con conciencia de la explota- cidn femenina que conlleva pero la consideran un mal menor y una alternativa social a la iniciacidn sexual de los jd- venes y a la prâctica sexual de los adultes. Ancianos, jdvenes, families gitanas, mujeres prostitutas constituyen asî ghetos de marginacidn que con- viven (o mal viven) en el Casco Viejo y sus très sectores. Contribuyen por tanto a la visidn del mundo que los jdve-- nes tienen y que desglosarê en los capîtulos siguientes. - 207 - 2.5.- METODOLOGIA 2.5.1.- LOS TEMAS DE ESTUDIO. El nûcleo de mi anâlisis es la moral privada de los jdvenes, que estudio a través de très facetas: La fam^ liar, la sexual, la amîstad con sus iguales. Dedico especial atencidn a la familia en la que el joven vive, a sus proyectos personales de relacidn a£ec tiva y sexual, a sus perspectives de convivencia. Intento_ conocer su opinidn sobre la familia a través de la evalua- cidn que hacen de la suya propia y la influencia que la ex periencia vivida tiene en sus deseos de reproduccidn y cam bio del modelo familiar. De aquî que investigue aspectos - varies de la interaccidn familiar, que averigue su opinidn de los mismos y sus nlanes de future, los papeles que hom bres y mujeres desempeüan en la familia a la que pertene-- cen como hijos y los que quieren y creen que van a desempe ftar mâs adelante. A la familia de pertenencia la denomi'no tradi-- cional porque es de tamaflo mâs bien grande y en ella se d_i ferencian les roles masculines de los femeninos. Para citar r-, algunos ejemplos, es una familia que tiene un promedio de_ 5,4 personas y de 3,4 hijos. Las madrés desempefian las ta- reas domêsticas aunque trabajen y las hijas lo siguen ha-- ciendo, estudien, trabajen o se dediquen a. sus l a b o r e s -- - 208 - Investigo la sexualîdad vivida porque es el as­ pect© de la vida privada que todos los estudiosos de la ju ventud presentan como la prueba mâs clara del cambio, en - opiniones; y conductas,* que la generacidn joven protagoniza. Porque ademâs esuna buena medida de la comunicacidn entre -- los adultes y los jdvenes sobre experiencias bâsicas,de la interrelacidn de las personas en el terrene de lo Intime.- Da pistas por ello de la cercanîa de los contactes entre - unos y otros. Estudio las relaciones amistosas por la impor-- tancia que tienen para los jdvenes desde que conviven tan_ asiduamente con sus iguales; histdricamente a partir de la escolarizacidn obligatoria, bioldgicamente a partir de la_ pubèrtad y adolescencia. Los valores y formas de comporta- miento adquiridos en la familia se confrontan con los del_ grupo de pares. Algunos salen reforzados de la confronta-- cidn, otros pierden importancia y otros mâs toman cuerpo a partir de la propia experiencia de la generacidn joven. Ahora bien, la moral privada nacida de este mun do de relaciones primarias (muy influîdo por supuesto por^ la opinidn pûblica) se proyecta y manifiesta también en el mundo de lo pûblico, de las instituciones y formas de orga nizacidn por las que el joven se incorpora a la compleji-- dad de la vida social. Cuando el joven expresa sus opinio- 209 nes, reacciones y experiencias del trabajo, de la educa-- ci6n, de la polîtica, de la vida urbana, da una visidn mâs compléta de la sociedad que le rodea. Visidn que da a e n ­ tendez las dificultades de integracidn que expérimenta, -- las condiciones en las que acepta participer, los por ques del repliegue en su privacidad. En fin los valores funda-- mentales que sustenta y que dan cierta unidad a sus estra- tegias de vida privada y pûblica. En atencidn a ello, analizo la vida pûblica de_ los jdvenes a través de dos facetas: la del trabajo y la - formacidn recibida, la de la vida polîtica y ciudadana. -- Les dèdico una atencidn mâs superficial en la exposicidn - de los capitules e incluyo aspectos relevantes en las con- clusiones. 2.5.2.- LA ENCUESTA. CUESTIONARIO Y GUIGNES DE ENTREVISTAS. A fin de analizar los aspectos de la vida priva da y pûblica arriba mencionados élaboré un cuestionario con 178 preguntas. El cuestionario consta de preguntas de he chos y preguntas de opinidn. Las primeras se refieren a h£ chos comprobables (por ejemplo, el sexo, la edad, el nivel de estudios, etc.,). Las segundas buscan una toma de posi- cidn subjetiva de la persona a quien se aplica el cuestio­ nario. Como podrâ observarse con su lectura(ver el texto - - 210 - întegro en anexos pâg. . 1760 ) ’ hay algunas preguntas - en las aue no esté claramente marcada la divisària entre - uno y otro concepto. Especialmente en aquellas declaracio- nes sobre un comportamiento futuro que el encuestado estâ_ dispuesto a observar y que expresa tambiên opiniôn, deseo, esperanza. Por ejemplo, la pregunta 173 que interrogaba a_ los jdvenes acuâles de las siguientes actividades estarîas dispuesto a realizar?. Como dicen Mayntz, Holm y Hubner al̂ gunas de estas preguntas pueden ser respondidas como si se tratara de preguntas de hechos o de preguntas de opiniôn — (2 2). Aunque el nûmero de preguntas es elevado no to- das tenîan que ser respondidas por todos los encuestados.- Por ejemplo hay veinticuatro preguntas que sdlo respondîan los jdvenes que trabajaban, diez preguntas para los -- que estaban en paro, très preguntas mâs para quienes - habîan dejado de estudiar y otras très que sdlo respondîan quienes seguîan estudiando, ademâs de algunas preguntas e^ pecîficas para los militantes de partidos u organizaciones polîticas juveniles. Asî el mâximo de preguntas a respon-- dqr por los trabajadores era de 162; el mâximo de pregun-- tas , para los estudiates era de 141; los parados respondîan aproximadamente a 151 preguntas y los que se de dicaban a sus labores a 141. Despuês de un pre test a doce jdvenes se calculé el tiempo de duracidn de la entrevista en unos cincuenta - minutes, como mâximo, poco mâs del tiempo necesario para - 211 - responder a la encuesta entre Asalariados del Sector Indu£ trial (E.A.S.I.) dirigida por Victor Pérez Diaz en 1979 -- . (23). Ademâs del cuestionario, élaboré guiones que S£ bre los mismos contenidos sirvieron de base a la discusiôn de varies grupos de jdvenes, seis en total, con los que -- mantuve conversaciones en varias entrevistas. Elaboré el cuestionario y los guiones fundamen- talmente sobre la base de la bibliografia analizada para e el conocimiento de la problemâtica juvenil. Extraje algu-- nas preguntas concretas del cuestionario de J. Linz (24). Cito como ejemplo de ellas la pregunta 125 de mi cuestiona rio que mide opiniones y actitudes sobre el control pater- no de las hijas, la virginidad, las relaciones sexuales se gûn grado de conocimiento de la pareja (pag.112 de J.Linz), la pregunta 115, que interroga a los jdvenes sobre el ori- gen de sus amistades (pâg. 105 de J, Linz), la pregunta 70 que trata de conocer los medios utilizados por los trabaja dores para encontrar un empleo (pâg. 40 de J. Linz). La en cuesta de J. Linz me proporciond una buena base ‘ informa tiva porque sigue esquema parecido al de las sucesivas en- cuestas que sobre la juventud viene realizando el Ministe- rio de Cultura desde los afios 60. Las ventajas de analizar preguntas similares dj.acrdnicamente durante los ûltimos veinte afios, han sido las rigurosas comparaciones que sobre temas especîficos he podido realizar. - 212 Encontrë sin embargo, que otras preguntas esta­ ban desfasadas o profundizaban poco en los temas que me in teresaba investigar. Abandon# las primeras, por ejemplo -- las que interrogaban sobre el disfrute de la vida que me - parecfan muy générales, superficiales y que por tanto apor taban poco al conocimiento de la moral juvenil. Profundicê en otros aspectos que allî venîan muy ligeramente tratados; por ejemplo los referidos a la dinâmica familiar, sexual,- de las relaciones de iguales, las referidas al divorcio y_ al aborto. Créé otros nuevos, taies como los que se refie­ ren a la opiniôn de la juventud sobre la marginaciôn so-- cial, vida urbana, violencia institucional y juvenil, inte rês participative en las organizaciones ciudadanas, actitu des hacia las polîticas y opiniôn sobre temas autonômicos. La ventaja de crear nuevas preguntas es el apor te de informaciôn inêdita sobre moral privada y pûblica -- contemporânea. Las desventajas son grandes tambiên, puesto que no puedo establecer comparaciones con investigaciones_ anteriores- A lo largo de los capitules se haran mâs evi- . dentes los puntos de comparaciôn y aquellos en los cuales_ no he podido realizarla. Dirê por ûltimo que la mayorîa de las preguntas del cuestionario exigîan respuestas a alternatives previa- mente establecidas. Elabore preguntas abiertas para cono-- cer los oficios especîficos que deseaban realizar quienes_ quérîan cambiar de trabajo (ver pregunta 69 del cuestiona­ rio), la rama profesional que deseaban estudiar quienes hu - 213 - bieran querido seguir estudiando formacidn profesional (pre gunta 105) y los delitos juveniles mâs frecuentemente come- tidos (pregunta 150). Estas preguntas fueron codificadas en su totalidad antes de la grabacidn previa a la agrupacidn - de respuestas en el ordenador. El programa de anâlisis uti- lizado incluîa tablas de frecuencias y de relaciones entre_ dos variables. Cualquiera otra relacidn triplé que aquî ha_ sido utilizada se trabaj6 manualmente. Para los puntos têcnicos de la elaboracidn de -- cuestionarios y guiones de entrevistas acudî a varies tex-- tos de metodologîa y técnicas de investigaciôn. Cito aquî - los que utilicê con mâs asiduidad (25 ). 2.5.3.- LA MUESTRA ESTADISTICA DE LA POBLACION. La poblacidn juvenil de los très sectores del Casco Viejo seleccionados para mi estudio: El Centro, (pol^ gono 1 en têrminos urbanîsticos), San Pablo (polîgono 2) y_ La Magdalena (polîgono 6), es de 7.169 personas como ya di- je anteriormente. De ellas 3.640 son hombres y 3.529 son mu jeres. La muestra estâ compuesta por 316 jdvenes, seleccio­ nados por nûmeros aleatorios. COmo cuatro encuestas fueron__ devueltas totalmente en blanco (correspondîan las cuatro al grupo de edad de 22 a 25 afios, très eran mujeres y uno va-- rdn) la muestra quedd en 312. La muestra asî alcanzd représentâtividad con un_ nivel de confianza de 95 por ciento y un margen de error de - 214 - 5,5 por ciento para el total de la poblacidn. En un segun- do paso se seleccionaron los campos sueltos de edad, sec-- tor o polîgono y sexo, hasta alcanzar la proporcionalidad deseada y que es la que figura en los cuadros siguientes. Cüadro n°' 33 PROPORCIONES TEORICAS Edad. Casco Viejo 1 poblacidn muestra 2 pobla­ cidn 6 TOTAL muestra pobla- mues pobla mues- (%) cidn(%) tra cidn(%)tra. 14-15 430 6 499 6,96 227 3,17 16,12 1156 (19) (22) (10) (51) 1289 17,98 1590 22,18 708 9,88 50,03 3587 16-21 (56) (69) (31) (156) 922 12,86 1087 15,16 417 5,82 33,84 22-25 (40) (47) Ü8) Ü05) Total 2641 (115) 3.176 0L38) 1.352 (59) ■7.169(312) N*̂ absolutos Cuadro n” 34 Edad Polîgono o sector 1 Hombres Muje--- - ---- -res- 2 Hom bres 6 Muje Hom res bres Muje res TOTAL Hombres Mujeres (%) (%) 14-15 10 9 12 10 5 5 53,72 46,28 (2 7) &4) 52,75 47,25 16-21 30 26 36 33 16 15 (82) (74) 50,87 49,13 22-25 20 20 24 23 9 9 (53 ) (52 ) 215 - Sobre estas proporciones, y con algunos reajustes ya mencio nados en la descrlpcidn general de los jdvenes se aplicd la encuesta. Para ello se seleccionaron 1.200 nombres con sus_ domlcilios, del padrdn municipal correspondientes al censo_ de 1975, completamente al azar, de tal manera que aquellos_ que no respondîan a la encuesta eran reemplazados por los - primeros suplentes. Asî se agotd el nûmero total de nombres y direcciones (mucbas de las cuales ya ni existîan) por lo_ que hubo que recurrir a una segunda muestra extraîda igual- mente del total de la poblacidn y con los mismos criterios. El Ayuntamiento de la ciudad me proporciond las edades ac-- tualizadas a 1980 y las actividades qeu figuraban en 1975.- Esta es la razdn por la que no se encontraron algunos de -- los jdvenes inscrites en el padrdn de 1975, y por la que no se utilizaron los dates de actividad, completamente desfasa^ dos. Estes ûltimos han sido descritos anteriormente a partir de las respuestas de los propios jdvenes encuestados. 2.5.4.- APLICACION DEL CUESTIONARIO A LA MUESTRA DE POBLA-- CION. TRABAJO DE CAMPO. En la primera quincena de diciembre de 1980, se efectud un pre-test a 12 jdvenes del mismo barrio, cuatro -- por cada grupo de edad y en êl dos para cada sexo, con obje to de medir la duracidn de la entrevista y la comprensidn - del cuestionario. No aparecieron problemas de comprensidn - - 216 - pero sî se comprobô que la duraciôn era de cincuenta minutes con el sistema de aplicaciôn directa de la encuesta. Una vez efectuada se consultaba a cada joven sobre los temas que se_ trataban y se solicitaban de êl sugerencias al respecte. En_ ningûn caso salieron a discusiôn temas que pudieran desapare^ cer sino mâs bien sugerencias de otros temas que debîan tra- tarse y no figuraban en la encuesta. Fueron los jôvenes de - catorce y quince afios quienes mâs insistieron en un trata— miento mayor del tema familiar y de las medidas para comba-- tir la delincuencia, con alternativas concretas que constan_ como taies en el cuestionario. La recogida de informaciôn fue realizada por un_ equipo de quince encuestadores contândose oon un coordinador para cada sector. Sus edades oscilaban entre los dieciocho y los veintitres afios. La recogida de informaciôn durô desde el veinte_ de diciembre de 1980 hasta el quince de enero de 1981, apro­ ximadamente con un sistema triple de encuestaciôn que se es- pecificaba en la carta de presentaciôn enviada por correo -- dias antes de la llegada del encuestador. Se les invitaba a_ aslstir a un local juvenil situado en cada uno de los très - sectores (26). Se les visitaba en sus casas ofreciêndoles - très posibilidades de respuesta: hacer la encuesta con el propio encuestador, hacerla en solitario con la presencia del encuestador en la casa dispuesto a resolver las dudas que - surgieran, dejar la encuesta en la casa y volverla a recoger_ 217 - al cabo de un par de dîas. Y la tercera alternativa era la - de ir con el encuestador a un bar cercano, respondiendo en - solitario o acompàfiado segûn fuera su deseo. En los locales de juventud fueron realizadas 5 - por ciento de las encuestas, en el bar 3 por ciento, en casa con el entrevistador 9 por ciento y el 83 por ciento se déjà ron en las casas. En este caso se explicaba el sistema de -- respuesta y dejaban las instrucciones en manos del propio en cuestado. En ningûn caso se entregû el cuestionario a perso­ na ajena al propio encuestado. La gran mayorîa de las encuestas fueron pues de- jadas en el domicilie. Con ello se evitaba el cansancio de - responder a un cuestionario largo y se favorecîa una mayor - reflexiûn de las respuestas, aunque se facilitaba tambiên la influencia de la familia en la opiniôn del joveni. Intentando evitarlo se rogaba al joven que respondiera cuando estuviera solo y guardara su respuesta inmediatamente en un sobre blan co que se le entregaba con la encuesta. En cualquiera de los casos el encuestado estaba sometido a un tipo u otro de pre- siôn, fuera de la familia o del propio encuestador, puesto - que ni el mâs respetuoso de los encuestadores puede evitar - el influir con su edad, vestimenta, actitud, ni la mâs perm^ siva de las familias puede hacer olvidar al joven los*comnor tamientos y opiniones que considéra legîtimos y por tanto éxpresables Cada encuestador debîa explicar las razones que_ daban quienes rehusaban explîcitamente responder a toda la - encuesta o parte de ella. Asî se aclaraba si el rechazo era_ - 218 - personal, debido a prohibiciôn de los padres (especificando_ si del padre o de la madre) o del marido (en el caso de mujê res casadas). Las ausencias merecîan tambiên una explicaciôn: cambio de domicilio, imposibilidad de encontrar al encuestado dès- puês de visitarlo 4 veces a distintas boras del dîa, persona desconocida por el vecindario y ausencia por vacaciones o cumplimiento del servicio militar. Los encuestadores dejaban constancia tambiên de las direcciones desaparecidas o cambia das y las casas derruîdas en los ûltimos cinco afios. El siguiente cuadro contabiliza las dificultades de encuestaciôn surgidas en los sectores o polîgonos de "La_ Magdalena" y El Centro".. Cuadro n® 35 gTl g75 g.3 g.4 . gTS g.6 M C M C M C M C M C M C Negativa personal 3 2̂7) 1 2 4(29)....... Negativa madre 2 1(28) 2 — 1 2 1 1 Negativa padre Negativa marido Ca^io domici- 2 4 3 4 11 4 8 11 4 9 1 16 Vacaciones Mili Ausencia re- petida 8 24 9 12 12 Direccion de£ conocida Casa derrulda 8 10 Desechados faĵ ta de respuesta Tot'll 4 10 6 8 i6 24 14 26 8 20 10 20 - 219 - g-1 = Jôvenes varones de 14-15 afios g.2 * " mujeres de ft g.3 = ". Varones de 16-21 II g'4 = " mujeres If g-5 = " varones de 22 a 25 afios g.6 •’ mujeres If M = "La Magdalena" C = "El Centro" El sector de San Pablo ho fue contabiliza- do con tanta exactitud a pesar de ser el sector donde se en contraron mayores dificultades de encuestaciôn. Se visita-- ron 732 direcciones para realizar 138 encuestas. Pongo aigu nos ejemplos. Es la zona que registre mâs casas derruîdas.- Habîan desaparecido 277 direcciones por este motivo. Siete_ jôvenes al menos habîan cambiado de domicilio por matrimo-- nio (cinco hombres y dos mujeres). Seis eran gitanos de quie nes sus compafieros de raza no supieron, pudieron o quisle-- ron dar razôn. Cinco jôvenes estaban haciendo el servicio - militar y veinte mâs estaban ausentes de sus domicilies. -- Cos habitantes de estos ûltimos . habîan emigrado en busca - de trabajo. Cuatro mujeres jôvenes no pudieron responder la encuesta. Dos por negativa del marido y dos mâs porque sus_ padres (padre en un caso, madre en el otro) no lo permitie- ron. Algunos de estos ejemplos dan idea de la - rapidez del cambio experimentado por el paisaje urbano del_ - 220 barrio, sobre todo del sector de San Pablo, y la caducidad_ de los datos correspondientes al censo de 1975. Las ausenf- cias de su domicilio de los jôvenes, que en la mayorîa de - los casos eran ausencias de toda la familia, hacen pensar - en su traslado a barrios obreros (de mejor calidad en la v^ vienda) de la misma ciudad o en su emigraciôn a otras ciuda des en busca de mejores condiciones de empleo y habitat. No es descartable tampoco la emigraciôn del propio joven, su - cambio de domicilio por matrimonio o su ausencia por cumpl^ miento del servicio militar. Quiero destacar tambiên las dificultades - surgidas para encuestar a algunos jôvenes, sometidos al con trol de sus padres o maridos y que refuerzan los hallazgos_ posteriores sobre el control de horarios que las chicas su- frîan y las reticencias masculinas a aceptar en ellas la - misma libertad de acciôn que ellos disfrutaban. 2.5.5.- LOS GRUPOS DE JOVENES ENTREVISTADOS Y EL TRABAJO DE CAMPO. Entrevistê a seis grupos de jôvenes que vî ven en el Casco Viejo o se relacionan con jôvenes o institu ciones educativas del mismo. Asî intentaba recabar, con mâs detenimiento y profundidad, informaciones importantes del - estudio que sôlo obtenîa en lîneas générales de la pobla-- ciôn juvenil en su conjunto. 221 - Como el Casco Viejo que yo estudio tiene - tres sectores o polîgonos localicê a jôvenes conectados a ca da uno de ellos, buscando siempre grupos naturales de ami-- gos que compartîan o habîan compartido experiencias impor-- tantes. El primer contacte lo establecî con dos j6 venes militantes del Partido Comunista, A. y C. de 24 y 23_ afios de edad respectivamente que me comunicaron con una ban da de jôvenes delincuentes y con una pandilla de discoteque ros entre los que se encontraba K., hermano de A., de 18 -- afios. Pronto desgajê la banda de delincuentes juveniles del presente estudio, y la incluî en otra investigaciôn sobre - marginaciôn infantil y delincuencia juvenil que fui reali-- zando a la par y que acabô siendo material de anâlisis para un equipo mâs amplio de investigadores. Continué las sesiones de los discotequeros por una parte, con A. y sus ex-compafieros de militancia por la otra ( 30). Discotequeros y militantes del barrio de la_ Magdalena fueron el nûcleo mâs importante de los grupos en­ trevistados . Con ellos mantuve mâs sesiones que con los demâs. Su interês en hablar de los temas que yo les propose fue muy grande, y las entrevistas se desarrollaron en un clima_ favorecedor de la confidencia sobre sus experiencias, del - testimonlo de sus opiniones, de la exposiciôn de sus contra dicciones. A través de los discotequeros conocl tambiên a un_ grupo de sus amigas. Con ellos mantuve veinte sesiones. Con - 222 ellos y sus amigas una sesiôn que durô una larga tarde de_ sâbado. Tambiên lleguê a entrar en contacte con un grupo de chicas ex-militantes de las juventudes comunistas y amigas de los militantes en sus tiempos de pertenencia a la organizaciôn. Una de estas chicas habîa conseguido ena- morar a varies de los jôvenes del grupo, hecho que diô lu- gar a tensiones y fricciones de las que hablarîan en repet^ das ocasiones. Con los militantes tuve diez sesiones. No - logrê ninguna con ellos y sus amigas juntos. Pude entrevi£ tarme una vez con ellas y quedô abierto el camino para su­ cesivas reuniones, siempre y cuando se hicieran sôlo con - el grupo femenino. Los temas que salieron en la conversa-- ciôn fueron dirigidos al futuro mâs que al pasado y su in­ terês en los militantes habîa desaparecido por lo que se - mostraban indiferentes ante los temas que a ellos les se-- gulan âpasionando. No menciono i en el estudio a este - grupo de chicas porque el contacte fue pasajero y la rela ciôn abordé temas que no desarrollo aquî directamente. Los discotequeros, sus amigas y los mili­ tantes politicos constituyen los grupos del barrio de la Magdalena como dije antes; no sôlo hablaron sobre la fami­ lia, la sexualidad, los amigos sino tambiên sobre polîtica y sobre su barrio . Por ello los testimonios hablados quê he recogido en el Casco Viejo son en realidad testimonios del ba­ rrio de La Magdalena , que no es sino uno de sus sectores y_ - 223 junto con San Pablo constituyen zonas del Casco Viejo de - la ciudad, marginales, habitadas sobre todo por gentes de_ clase baja y en ménor medida de clase media. En San Pablo se concentra la poblaciôn gi- tana, en mayor nûmero incluso que en La Magdalena por lo - que hice contacte con una joven paya, Francisca de quince_ afios, relacionada con un joven gitano. Ella, una prima su­ ya y el joven gitano constituyeron otro grupo con el que - tuve tres sesiones. Localicê ademâs una joven obrera,y empleada de hogar,diecinueve anos, Rosa . Ella me présenté a sus amigas, dos chicas mâs, con quienes mantuve una sesiôn. Con Rosa hablê varias veces mâs. Asisti tambiên una noche a -- una discoteca en la que Rosa y sus amigas conversaban con_ varies amigos. Pude escuchar sus conversaciones y force--- jeos sobre la virginidad sin que los jôvenes ni las amigas de Rosa advirtieran mi presencia. Esto sucediô antes de mi primera sesiôn con todo el grupo de chicas. Por ûltimo me referirê a otro grupo de --- seis chicas coh quienes tuve cuatro sesiones. La presenta- dora fue Maite, de dieciseis afios, estudiante de bachiller en un Institute del Casco Viejo e interna en un pensionado femenino. Ella me comunicô con cinco compafieras mâs de su pensionado. Colaboraba con la Asociaciôn de Compafieros -- Constructores y por ello salîa con mâs libertad. Fue quien contagiô a las demâs el entusiasmo por hablar de los te-- - 224 - mas que le propuse. Las otras chicas estudiaban o trabaja- | ban en establecimientos del sector Centro. Ni con ellas, ni - | con los jôvenes de San Pablo se abordô el barrio como tema i de conversaciôn pero sî se trataron los otros puntos de la j investigaciôn. I Todavîa me réuni en otras ocasiones con jôvenes ch_i | COS y chicas, estudiantes de B.U.P en el Institute Mixto - n® 4, situado en la zona o sector del Centro. Las conversa 1 ciones giraron aquî en torno a los estudios, profesorado,- i ! etc., por lo que no me remito a ellas especialmente. Este_ | serîa en todo caso el sêptimo grupo. Tambiên conversé ind^ | vidualmente con algûn otro joven, cuyos testimonios utili- i zo en el anâlisis posterior. | Las entrevistas tuvieron lugar a lo largo_ del afios 1980. Con los discotequeros y militantes continua ron durante los primeros meses de 1981. Expongo a continuaciôn los datos de identî ficaciôn de los,grupos entrevistados dando mâs relevancia_ a los militantes y discotequeros. Los militantes son cinco. A , es el mayor de_ seis hermano s y tiene 24 afios de edad, emigrado a Zara­ goza con sus padres desde el suroeste de Espafia. Ha sido - aprendîz en cuatro fâbricas y peôn de la construcciôn; ac- tualmente estâ en paro y estudia para ser graduado social. Cobra el seguro del desempleo nor el momento y vive en un piso_ con varios amigos. Su padre es peôn de la construcciôn.Mi- litaba en el Partido Comunista de Espafia en el perîodo en que 225 - fue entrevistado (31 ). C., veintidos afios, hijo finico (su hermano muriô), nacido_ en Zaragoza de padres emigrantes, ha sido aprendiz en dos_ fâbricas, repartidor en una tienda, ahora estâ en paro y - estudia el ûltimo afio de la E.G.B.. Vive con su familia -- (madre y abuelo).: Su padre ha fallecido y su madrés es por tera de un edificiô del Casco Viejo. Militaba en el parti­ do comunista de Espafia durante el perîodo en que fue entrevis^ tado ( 32). E., veinte afios. Naciû eh el barrio de La Magdalena. Sus - padres son tambiên de Zaragoza. Tiene una hermana. Trabajô cuatro afios de ajustador en un taller y un afio de camarero en un hotel. Ahora estudia C.O.U. por la noche y hace H â ­ ves durante el dîa en un comercio de Zaragoza, sustituyen- do a alguien que cumple el servicio militar. Viven con su familia. Se han trasladado a las Delicias (barrio popular_ o de clase media baja). Su padre es obrero y su madre tra­ baja en el servicio domêstico. Milité en las juventudes co munistas y ya no lo hace (33 ). D., veinte afios. Nacido en Zaragoza, en el barrio. Su pa-- dre es de Zaragoza y su madre émigré desde el sur de Espa­ fia. El tiene Formaciôn Profesional, en la rama de electri- cidad. Trabajô en un taller en donde entrô por recomendaciôn de su padre. Lo dejô porque le exigîan que sé cortara el - pelo. Ha intentado hacer ingenierîa têcnica sin êxito en - sus estudios. Actualmente trabaja en correos con un contra^ - 226 - to temporal. Vive con sus padres. Su padre es ajustador en el sector del metal. Su madre trabajô como domêstica hasta que se ca SÔ. Su padre es militante del partido comunista. El lo hi- zo en las juventudes comunistas pero ya no milita en ningu na organizaciôn. B., veintitrés afios. Estudiô hasta primero de ingenierîa - têcnica. No pudo superar las pruebas y estâ preparando opo siciones para Correos. No ha trabajado nunca. Estudia ade­ mâs contabilidad, câlculo y mecanografîa. Vive con sus pa­ dres. Tiene dos hermanos. Todos nacieron fuera de Zaragoza, ciudad donde emipraron en una segunda etapa. Su -- oadre es peôn de albafiil y segûn êl no tiene posibilida des de ascenso por su edad (cincuenta y seis afios) y sus - escasos estudios (primaria incompleta). Su madre es domês­ tica. B. militô en las juventudes comunistas y las dejô - cuando cumpliô la mayorîa de edad. Los discotequeros (asî se autocalifican) - son seis chicos y una chica que sale con uno de ellos. K., dieciocho afios, hermano de A. y emigrante como êl. Tiê ne certificado de escolaridad. Ha trabajado de camarero hasta que lo despidieron. Todavîa cobra el seguro de desem pleo. No quiere buscar trabajo porque sôlo lo encuentra de camarero o en la construcciôn y ambos le parecen oficios muy_ pesados. Vive con sus padre. Su padre es peôn de albafiil y otro hermano mayor que êl trabaja en una verdulerîa. Son - 227 los dos sueldos que entran en casa para mantener a los pa dres y a los cuatro hermanos. Son seis hermanos, una de -- ellas se cas6 y vive, con su marido. A. se ha independiza- do. M. y N., son hermanos. Tienen 17 y 16 afios respectivamente. Emigraron con sus padres y viven hace poco tiempo en La Mag_ dalena. Ambos estudian formaciôn profesional. El primero - en la rama de electricidad, el segundo en la de mecânica.- Sus padres tienen un bar en el mismo sector, bar que frc-- cuenta toda la pandilla. Viven con sus padres. I., diecisiete afios. Emigrô con sus padres desde el sur. - Ha trabajado como camarero y repartidor de pan. Actualmen­ te estâ en paro por despido al terminar el tiempo de prue­ ba y cobra el seguro de desempleo. Vive con sus padres. Su padre trabaja en un taller, tallando figuras de madera.-- Su hermana es obrera y va a casarse pronto. El tuvo que d£ jar los estudios de Formaciôn Profesional por falta de re­ cursos econômicos. Tiene très hermanos mâs. V., quince afios. Hijo de emigrantes y emigrante êl mismo - de un pueblo aragonês y residente de "toda la vida" en el mismo sector (desde los seis afios). Terminé los estudios - de E.G.B. y desde entonces trabaja en una pescaderîa de un mercado del barrio. Vive con sus padres, tiene siete herma nos menor»s . que êl (entre 14 y 1 afio de edad). Su padre - es repartidor de leche de una firma importante de la ciu-- dad. Antes era pastor de ovejas. Su madre empieza ahora a_ trabajar de domêstica. J.- dieciocho afios, hijos de emigrantes. Vive con su madre - 228 - y dos hermanos mâs. Terminé la E.G.B. y consiguiô el certî ficado de escolaridad. Trabaja como camarero al igual que_ sus hermanos* Su madre lo hace como domêstica. Nieves, dieciocho afios. Sale con J. y por ello estâ incor- porada al grupo aunque no participa de la intimidad de la_ pandilla. Trabaja de auxiliar en una fâbrica de la ciudad, trabajo hallado por mediaciôn de un pariente. Vive con sus padres y varios hermanos. Su padre es asalariado subalter­ ne del sector servicios. Francisca, joven paya de San Pablo que sale con un gitano, tiene dieciseis afios, es hija ûnica de emigrantes aunque - ella naciô en Zaragoza. Oficialmente estudia mecanografîa y taquigrafîa en una academia. Ademâs, sin que su padre lo sepa trabaja en una zapaterîa. Vive con sus padres. Su pa­ dre es mecânico y su madre domêstica. Reyes su prima, de - dieciseis afios emigrante (del norte). Tiene seis hermanos. Guida nifios y con ello paga sus estudios de mecanografîa y taquigrafîa. Trabaja tambiên a escondidas de su padre. Es­ te es mecânico. H, el jêven gitano que sale con Francisca tiene diecinueve afios. Es emigrante tambiên como toda su familia. No traba­ ja. Aspira a ser cantautor en cafés y bares de Barcelona.- Tiene varios hermanos y vive con sus padres. Su padre es - vendedor ambulante. Sobre las cuatro jôvenes que salen de vez_ en cuando con los discotequeros y a quienes entrevistê una sola vez, sôlo sê que tienen edades comprendidas entre los - 229 quince y los diecisiete afios. Estudian bachiller en el In£ tituto de La Magdalena y son todas de ascendencia obrera.- Sus nombres ficticios son Rosa, Ana, Cristina y Carmen. Las jôvenes internas proceden todas de pue bios de Aragôn, a excepciôn de Maite, la presentadora que_ procédé de Barcelona. Son sêis chicas con edades comprend]^ das entre quince y dieciocho afios. Excepte la mayor que -- trabaja como domêstica en un hospital, las demâs estudian_ bachiller superior, mecanografîa o corte y confecciôn. Son hijas de agricultores menos à Maite cuyo padre es - un empresario sin asalariados de un pequefio comercio en -- Barcelona. Los nombres ficticios de sus compafieras son: Ju lia, Rosa, Sara, Pili y Macarena ( 34 ). Rosa',la joven obrera tiene diecinue­ ve afios. Antes trabajô como domêstica y afin lo sigue ha-- ciendo cuando sale del trabajo. Es ayudante en una fâbrica de calzado pero su contrato es temporal y teme por ello de jar el servicio domêstico. Sus dos amigas son domêsticas.- Los jôvenes con quienes bailaban y charlaban en la discote ca eran: carnicero uno, pescatero el segundo y camarero el tercero. Sôlo conozco los orîgenes de los padres de Rosa . Ambos son emigrantes. El es peôn de la cons trucciôn y su madre fue domêstica hasta su matrimonio. Vi­ ve con sus padres y tiene siete hermanos mâs. 230 Quiero aclarar por ûltimo que la raayorîa - de los jôvenes militantes, discotequeros y las chicas do-- mésticas comenzaron a trabajar antes de los dieciseis aflos, edad legalmente establecida para el inicio laboral de_ los jdvenes. Como he ido sugiriendo al hablar de mis f- contactos con los jôvenes, las entrevistas se basaban en - el cuestionario. Este método me permitîa centrer el tema - de discusiôn, dejando luego libertad de expresiôn total al grupo aun cuando los diâlogos derivaran en materias distin tas o se detuvieran en la recreacidn y profundizaciôn de_ aspectos especîficos que interesaban mâs a cada grupo con­ crete. Siguiendo el cuestionario élaboré guiones -- parciales para los grupos con los que mantuve mâs conversa ciones, militantes y discotequeros. Como podrâ advertirse_ luego, con ellos se trataron prâcticamente todos los temas del cuestionario aunque el énfasis en unos u otros depen-- di6 mucho de la personalidad de cada grupo. 2.5.6.- LAS ENCÜESTAS QUE SIRVIERON DE MARCO COMPARATIVO. Una de las dificultades encontradas al es tudiar a los jôvenes del Casco Viejo ha sido la de compa-- rar sus opiniones y reacciones ante hechos, situaciones y proyectos de su vida privada y pûblica con las mantenidas 231 - por otros colectivos juveniles. No porque falten encuestas sobre los jôvenes, pues es évidente que estân siendo inte- rrogados constantemente. Lo que cambia es el planteamien- to y orientaciôn de las preguntas sobre hechos y opiniones, que dériva de una distinta aproximaciôn al tema de estudio. Cambio que tiene mucho que ver con el moment© histÔrico en que se realiza la encuesta, con el trasfondo cultural y - - geogrâfico en el que se sitûa, con el propio interês del - investigador. Varîan igualmente las edades limitatives del univers© juvenil estudiado, como lo hacen los factores di^ criminatorios que cada investigador escoge para desbrozar_ las diferencias de opiniôn y actitud. Contando con las limitaciones derivadas de estos y otros puntos mâs he utilizado como marco de refe-- rencia parcial algunos de los estudios que sobre jôvenes y adultes en Espafia, y sobre jôvenes en algunos otros paîses se han venido realizando cfesde los aPos sesenta hasta los ahos ochenta. Los estudios mâs manejados son citados mayor nûmero de veces pero todos ellos han contribuldo referencialraente a la comprensiôn de regularidades y cambios de comporta-- miento observados. A continuaciôn doy una lista de aquellos estudios consultados, de la que estân ausentes otros que - posteriormente cito poque su utilizaciôn ha sido menos as^ dua o, porque a mi parecer responden, a muestras de pobla- ciôn menos representatives de los colectivos que creen re­ présenter. Para no citar sino un ejemplo menciono la opi-- 232 - niôn y prSctica sexual femenina que la revista Punia ha -- presentado en sus nûmeros 122, 123 y 124 de 1982 a base de las respuestas de lectoras de esta revista y cuyo anâlisis ha sido realizado por Alberto Moncada. 233 II t o I I O gt—I t oJW Q O t o s 0) 1 1 3V) •3 1 •H0) I—Il“H 1-4 O •H•H cD •3 ma 4) cn 3 3a t) o 3 CM 40> •H fH 4) •H3 3 3 3 u4J O r-4 •Ha 3 •H inin 40 (w O 3 3o •H 3 »3 3C U in 3 Mo CD o CM f—I 4->•H N 4-1 3U •H u 3 3cD r-l 4) 1—1 o in•rt CD >s 3 -rlU •rt O •H U XO O ki u •Hw O O -3 3CD in w m 3 •H•34) h 3 M 3tD CD 40 ein •H •H oo> in r-l u f-4 3•3 4) mH 3 3 mcD 1—4 e •3 3+J CD 3 bO O r4in M CM 3 £ U•H 3 M+-> 3 3 3r-l 40 •H 3 •33 •r4 3 •HU u 3 40 1—1 3CD 3 •3 •H •H r-l•H in M u 6 Oi-t o bO •H 3 3 <3•rl •H 4) 3 O CM 3G •3 M 3 3 P.CD 3 •3 •3 3 wtti 6 •H •H 3 rJ 3 mCD 3iHO«CD rHA 3in4> X 9■MI 0)O oVO C7» cn o Vicu o4-* CD P d 3 3 3 1 r H • H 3 > 3 3 3 M 3 • 3 Q -rl 3 U O • 3 V H > • H 3 B 3 • 3 r H -rl 3 3 > 3 > Pi m O 3 • 3 • 3 r H 3 3 3 . 3 ) 3 3 3 3 3 M s • 3 , r H t o * 3 3 3 3 3 3 m 4 0 r-l 3 M 3 3 3 3 • H • 3 r H • 3 • 3 O 3 e U 3 3 tn Mu • 3 • 3 3 O • 3 3 > . 3 3 3 ji 3 3 3 - t o m ^ 3 pc. 3 * 3 U 33 -rl 3 -rl O 3 1 u in U m 3 M t) I— I * HCD •r-l tJU CD O t o O 1-4, w w 5 5•H4J C3 in 5.S - 2 3 4 m 1 1 3| ë'3 * 1 A 33 3 3 uo O M 3 P, 3•H M 3 •3 P» •rlU 3 m rl3 4-> 3 rl 3+J 3 3 O 3 *3•rl CM O P.M +J 3 3m 3 u P< 3 rl3 •3 3 bo rl•rl >s 3 X m O 33 P) U 3O > P. 3 3 3•r-» •H 3 3 rl3 M rH •rl.O U O rl 3 33 3 u •H rl 3M P. 3 •3 >M tn 3 3 3U P» 3 •33 3 P. 33 P. 3 •3 3OT •rl P« 3 3 3< U 3 3 •rl 3A 3 3 P. rH U O < 3 3 3 •Hw > rH rH > UO •H 3 3 3 3S > •H •rl 3 •rlH 3 U X rl rl Vto O O •rl OW (J tn 3 e 3 3•H 3 3 3W o rl MH< 3 u •H 3 3E- •H •rl e 3 3 3M iH +J 3 3) rl rlU ■H VH Mh 3< e rH 3 3IX, 3 O 3 O bO O - PH P. rJ Pt •H O3 •rl 3iH Pi 3O P, P, 313 3 •3 33 m 3 3P. o O« 3 rj P,Q 3 3 3*o P, 3 >O w *3 P, •3H O 3 3 - 3M n M +J O 3PQ E- 3 3 p« 3S CO 3 rl 3 3< W > GO P» >3 3 •O 40*-) HH Otr OlrH rHO0 r- OOK) lO4_f 3 •H U 3 rH3 3 3 •h| •h|3 rH pi 33 4rl> O rl 3 40 3 •H O 3 3 •H O Pi 3 rl O O rH 3 •rl 3 G 3 O G r l •3 40 •rl r l 3 3 U UUh O3 3 3•3 3 O 3 •rl r l Pi r l 4M 3 3 3 33 3 3 3 33 O •rl Pi 3 o O u 3 •rl •rl pi UU 3 r l •rl rH P3 40 3 r l 3 piP, •H •rl 3 •rl •H U G O pi p. 3 3 •rl 3 3 r l 40 O U . 33 3 •H •H 3 •HPi U U 3X 3 •rl Pi 33 U > 3 3 3 3 3 Pi pi rH O T» 3 3P» 3 3 3 •rl 33 O 3 3 r l 3 3 •H 3 rH 3 pi6 N rl 33 •rl 3 3 P» Pi •3 O •rl PiPi 3 3 U 4M O rl P» 3 O P- O 3 X3 3 3G U •H 3 3 O 3 G Pi 3 4Pu 3 3 p) o pi 3 3| 40 3 1 33 •rl O 1 tDU 3 33 3 3 U 3 •H3 O G •rl >• 3 >3 rH P r l r l O3 O 3 3 Pi> 3 4M 3 P p 40 •3 r l T) U *-> 3 3 3 3 3 3 tJ 3 TD 3 r l3 O •H3 pi 3 •rl 3 3 •rl 3 O 3 Pi 3U 3 pi 3 3 •O 33 •H P* 4M > 3 4H3 tJ 3 O •rl 3 PiPi 3 3 Pi 3 Pi 3Pi pi O Pi P bO P OO œ\oOk Okto m I - 235 I 3 1o •3 3 3 •H '3 iH •H 3 rHu 33 3 3 X 6 3333 rH 33 3 P rH 3 3 P 3bO•H3 3 3«H n) 3 •H 3 3 oo pe 3•H Pi Pi bO*J 3 G 3O3 3o •Hp> 3u 33 G>• 3O 4M PiP >s 1 3 3 3p> 33> 3*-5 3 rH (3 3 3 3P O3 •H M U Ok (SI 3 in rH 3O 3 i3 O 3 33Pi 4ÎÎ •HU3I 3 OP oOVO O k o p g•H w Pi 3I U g•HU 3OU I P3W 3•3 3 3 Pi I vO *3 •Hi 3 3 3 3 •3 •3 P» Pi 3 3rH 3 3 >3 3 > - *H 3 Pi 3O O •H >v3 3 3 3 o 3 G *3 3 ts 3 pi Ok3 3 3 rH 3 3 3 pi 0 0 3 Pi 3 O 3 3 vO •H 3 +-> O 13 43 3 Ok •3 O 3 3 3 3 3 i-H 3 •H 3 Pi P u pi Pi 3 3 00 3 3 3 3 3S P rH W W *3 m pi •3 Ok 3 3rsi •3 •3 •H 3 3 o 3o 3 Pi 43 in Pi 3 3 tH 3 3 > O u •H OO 3 43 3 t H O 3 5 0 0 o V O ts. 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(2 ) Si se suma el 9 por ciento que déclara tener F.P. -- con el 6 por ciento que la estudia y el 5 por ciento que - desearia haberla estudiado, se obtiene un 20 por ciento, - tasa muy similar a la de la poblaciôn juvenil que actual-- mente trabaja en un ofiçio manual calificado: 22 por cien­ to. ( 3 ) Heraldo de Aragôn, 5 de Octobre de 1981. ( 4 ) En relaciôn a la emigraciôn gitana cabe mencionar el estudio sobre Bradicaciôn del chabolismo llevado a cabo por Celia Bruna Garcia, asistente social del programa de - Erradicaciôn del Chabolismo en la ciudad. Allî se menciona que en San Pablo y La Magdalena dos zonas que pertenecen - al Casco Viejo, se concentran 170 families gitanas, mâs -- que en las graveras mencionadas en el texte , donde s6lo hay 140 families. Ver Celia Bruna Garcia. Erradicaciôn del Chabo-- lismo. Estudio inédite y a disposiciôn del pûblico en la - secciôn municipal de Erradicaciôn del chabolismo, 1980. ^- Ayuntamiento de la Ciudad de Zaragoza. ( 5 ) De Pablo Masa, Antonio. "La familia espafiola en cam- bio" en Estudios sociblôgicos sobre la situaciôn social de Espafia. Fundaciôn FOESSA. Euramêrica 1975, pâg. 357. - 245 - ( 6 ) Sussman, M.B. "The isolated nuclear family: fact br_ fiction" en M.B. Sussman; SOurcehooTc in Mariage and the Fa mily. New York: Houghton Mifflin, 1968, pSgs. 89-94. - Litwak, E. "The use of extended family groups in -- achievement of social goals", en M.B. Sussman, Sourcebook in Mcriiage and the Family. Op. cit. pâgs. 82 y siguientes. ( 7 ) Young, H y Willmott, P. Family and Kinship in East-- London. Op. cit. pâgs. 44 y siguientes. ( 8 ) 64 por ciento de los jôvenes encuestados declaran te ner algûn ingreso con trabajos mâs o menos constantes. ( 9 ) Willmott, P. Adolescent boys of East London. Penguin Books, 1966. Pâgs. 20 y siguientes. ClO ) Iiiglehart, R. "The silent revolution in Europe: In - tergenerational change in post-industrial societies". Ame­ rican Political Science Review, 65 (December 1971), pâgs.- 991-1017. (11 ) Del 7 por ciento de padres desempleados, un 95 por - ciento corresponde a padres de origen emigrante. Ellos son quienes registran los niveles mâs bajos de educaciôn y cua lificaciôn profesional. (12) La clasificaciôn de clases sociales responde aquî a_ los mismos criterios utilizados por el FOESSA de 1975, ex­ cepte para los empleadores de la industrie y el comercio,- allî situados en la clase alta y que yo coloco en la media. La razôn es que en el FOESSA 75, este grupo de la pobla-- ciôn activa tiene estudios superiores a los declarados en_ - 246 - mi estudio del Casco Viejo. Ver Ignacio FernSndez de Cas-- tro y otros. "Estrati£icaci6n y movilidad social, marco -- teôrico general y metodologîa" en Estudios sociolôgicos so bre la situaciôn social de Espafia, 1975. Fundaciôn FOESSA_ Euramêrica, pâgs. 880 y siguientes. (13 ) Razôn por la que afin se aprecian mâs las dificulta-- des de encontrar trabajo que experimentan los jôvenes. (14 j De Pablo Masa, A. Op. cit.,pâg. 357. ( 15 ) Ecas. Casco viejo, Ensanches, Santa Engracia. Zarago­ za barrio a barrio. Edita el Ayuntamiento, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragôn y Rioja y Federaciôn de Barrios. Zaragoza, 1980. Pâg. 98 ( 16 ) Como dije anteriormente el Programa de Erradicaciôn_ del Chabolismo emprendido por varias instituciones de Zara gozà, entre las que se encuentra. el Ayuntamiento de la -- ciudad ha contabilizado ciento setenta familias gitanas re sidentes en el Casco Viejo, nûmero mayor al de las fami--- lias, que habitan en Las Graveras de la ciudad. Ver Bruna_ Garcia, Celia. Op. tït. ( 17 ) Ansô, J.L. y Fandos. J.L. "Memoria sociolôgica". Plan especial de urbanisme del Centro HistÔrico de Alfonso Fer- nândez de Castro y otros. Inédito y a disposiciôn del pû-1 K.blico en el Ayuntamiento de Zaragoza. (18 ) Ibidem. ( 19 ) Viven los padres y cuatro hijos. (.20 ) Datos proporcionados por el Ayuntamiento de la ciudad. - 247 - (21) Terminologîa utilizada por los urbanistas para défi­ nir a los sectores de la. ciudad que reunen mâs servicios - pûblicos y privados, mâs de los grandes comercios y recur- sos del ocio urbano (restaurantes, cines, clubs, discote-- cas, etc.,), (22 ) Mayn^ , R; Holm ' Kurt y Hubner, P. Introducei6n â los mêtodos de la sociologîa empirica. Alianza Universidad. -- Alianza Editorial. Madrid, 1969. Pâg. 134 ( 23 ) Pêrez Dîaz, Victor. Clase obrera, partidos y sindica tas. Fundaciôn del Institute Nacional de Industrie. Progra ma de Investigaciones Sociolôgicas. Madrid, 1979. Pâg. 126. ( 24 )"Informe de la encuesta sobre la juventud" dirigida - por J.J. Linz. Cuadernos de Documentaciôn,N” 1. Febrero de 1978. Institute de la Juventud. Ministerio de Culture. Ma­ drid, 1978. ( 25 ) - Bourdieu, P; Charaboredom, J.C. y Passeron, J.C. Le métier de sociologue, 1. École Pratique des Hautes Études_ and Houton. 1968. - Moelle, Elisabeth. Encuestas en la soCiedad de ma- sas. Alianza Editorial. Madrid, 1970. - Blalock, H. Introducciôn a la investigaciôn social. Amorrortu editores. Buenos Aires, 1970. - Clock, C.b. Disefio y anâlisis de encuestas en Socio­ logîa. Ediciones Nueva Visiôn. Buenos Aires, 1973. - Boudon, R y Lazarsfeld, P. Metodologîa de las cien- cias sociales. Très volûmenes. Edit. Laia. Barcelona, 1973. - Bugeda, José. Manual de tëcnicas de investigaciôn 248 - Institute de estudios politicos. Madrid, 1974. - Piaget, J y Mackenzie, W.J.M. Tendencias de la in­ vestigaciôn en las ciencias sociales. Alianza Editorial, - Madrid, 1975. - Duverger, Maurice. Mêtodos de las ciencias sociales Ed. Ariel, Barcelona, 1975. - Selltiz, C; Jahodê M y otros. Mêtodos de investiga­ ciôn en las relaciones sociales. Ed. Rialp , Madrid, 1976. - Hyman, H. Disefio y Anâlisis de las encuestas socia­ les. Amorrortu Editores. Buenos Aires, 1977. - Pulido San Român, A. Estadîstica y tëcnicas de in­ vestigaciôn social. Ed. Pirâmide, Madrid, 1978. - Martin Serrano, M. Mêtodos actuales de investiga-- ciôn social. Akal Editor, Madrid, 1978. - Ferman, G.S. y Levin, J. Investigaciôn en ciencias sociales. Ed. Limusa, México, 1979. - Ibâfiez, Jesûs. Mâs allâ de la sociologîa. El grupo de discusiôn: Têcnica y critica. Ed. Siglo XXI, Madrid, 1979. (26 ) Para ello se contô con la colaboraciôn de la Delega- ciôn de Juventud del Ayuntamiento de Zaragoza. ( 27 ) Dos de las très jôvenes eran gitanas analfabetas. La tercera, gitana también, era subnormal. ( 28 ) Una joven que a sus catorce afios era ya madré de fa­ milia. (29) Un joven gitano analfabeto. - 249 ( 30 ) Todos ellos habîan sido militantes de las juventudes comunistas y habîan abandonado la militancia al terrai- nar la etapa juvenil. Sôlo A. y C. pertenecîan en 1980 al_ Partido Comunista. En el momento en que esto escribo no -- pertenece ya ninguno de los dos. (31 ) De hecho ya no milita en el partido comunista y tie­ ne trabajo. Ha montado con varios amigos una coopérâtiva - de reparte de correspondencia y ademâs trabaja como obrero en el Ayuntamiento con contrato temporal. Ahora vive con - / una chica y comparte el piso con otras dos parejas. (32) Ahora ya no milita. Participô en la coopérative con A. Luego la dejô porque encontrô trabajo como ayudante en_ un laboratorio de fotografîa. Actualmente es oficial de - primera. Encontrô el trabajo por medio de amigos. (33) En,19B2 cuando esto escribo-ha vuelto yà del servicio Âilitar y no tiene proyectos por el momento. (34) El nombre de Rosa se repite con très grupos. Lo dejô asî porque fue elegido por las très chicas y las presento_ siempre en su contexte especîfico. (35 ) De Lora Soria, Cecilio. Juventud Espafiola Actual, -- EPE&A, Madrid, 1965. (36 ) Del Campo Urbano, Salustiano. La Familia espafiola en transiciôn, Cuadernos de Investigaciôn. Madrid, 1960. (37 ) Buceta Facorro, Luis. La juventud ante los problèmes sociales. Ed. Doncel, Madrid, 2- éd., 1976. (38 ) Willmott, Peter. Adolescent Boys of East London, Pen guin Books, Hermondsworth, 1969. - 250 ( 39 ) Fouchard, Georges y Davranche, Maurice. Enquete sur la jeunesse, Gallimard, Paris, 1968. ( 40 ) Juventud Espafiola. Estudio 1.031. del CIS, Madrid,-- 1968. ( 41 ) Torregrosa Peris, José R. La juventud espafiola: con- ciencia generacional y polîtica. Ed. Ariel, Barcelona, 1972 ( 42 ) L6pez Pintor, Rafael y Buceta, Ricardo. Los espafio-- les de los afios 70. Ed. Tecnos, Madrid, 1975. ( 43 ) Yankelovich, Daniel. The New Morality: A Profile of American Youth in the 70*s.Ed. McGraw-Hill, New York, 1974. ( 44 ) Comîn, Alfonso C y Garcîa Nieto, Juan N. Juventud obrera y conciencia de clase. Cuadernos para el Diâlogo. - EDICUSA, Madrid, 1974. C 45 ) "III Encuesta Nacional de la Juventud, 1975", dirigé da por L6pez Cepero y Jurado, José Mariano. Revista del Instituto de la Juventud, n* 64, Institute de la Juventud, Madrid, 1976. (46) Evolucidn de la familia espafiola. Estudio 1.087 del C.I.S., Madrid, 1976. (47) "Jôvenes espafioles: mâs progrès que nadie". Cambio - 16. 27 de Noviembre de 1977. ( 48 ) Garcîa, Anselmo.Comportamiento sexual universitario. Ed. Anselmo Garcîa. Barcelona, 1977. (49) Du Pouget, Bruno. Adolescents de banlieue, Fêdérop, Lyon, 1977. ( s o ) Galambaud, Bernard. Les jeunes travailleurs d'aujourd' hui. Privât, Toulouse, 1977. 251 - (51 ) Cuadernos de Documentaciôn, n- 1. Informe de la en­ cuesta sobre la juventud 1977, dirigida pro J. Linz. Ins­ tituto de la Juventud, Madrid, 1978 (52) Criminalidad. Estudio 1.149 del C.I.S., Madrid, 1978. ( 53 ) Roussel, Louis y Bourguignon, Odile. Générations nou­ velles et mariage traditionnel. Presses Universitaires de France, 1978. (54) Lôpez Jiménez, Maria Angeles, Ansé, José Luis y Marco Miguel. Estudio de la Juventud rural de un pueblo aragonës: Tauste. Inédita, 1979. (55 ) Victimizacién y droga. Estudio 1.206 del C.I.S., Ma­ drid, 1979. (.56 ) Pérez Dîaz, Victor. Estudio sobre el empleo IX. Los estudiantes: problemâtica en relaciôn con la actividad. -- Emopûblica, Madrid, 1980. Texto mimeografiado. ( 57 ) Pérez Dîaz, Victor. Estudio sobre el empleo VI. Los trabajos recientemente incorporados a la actividad: FI ac­ cès o y los procesos de inserciôn en el empleo (los trabaja dores "recientemente incorporados a la actividad"). Emopû­ blica, Madrid.1980. Texto mimeografiado. ( 58 ) Pérez Dîaz, Victor. "Los obreros espafioles ante el - sindicato y la acciôn colectiva en 1980". Papeles de Econô- mîa espafiola n“ 6, Fundaciôn para la Investigaciôn Ecpnômi- ca y Social, Madrid, 1981. (59) Pérez Dîaz, Victor. "Los obreros espafioles ante la - empresa en 1980", Papeles de economla espafiola en 1980, n® 7. Fundaciôn para la Investigaciôn Econômica y Social, Ma­ drid, 1981. 252 - (60) Los jôvenes de Getafe. E.D.I.S. Ed. Ayuntamiento de_ Getafe, Madrid, 1980. ( 61 ) Lôpez Jiménez, Marîa Angeles y Ansô, José Luis. Entre la domesticaciôn y la libertad. Ed. Ayuntamiento de Zarago­ za. Zaragoza, 1981 ( 62 ) La juventud de Madrid. E.D.I.S. Ed. Ayuntamiento de_ Madrid. Madrid, 1981 ( 63 ) "Cômo son los jôvoies de Barcelona. El Dominical, 27_ de Septiembre de 1981. ( 64 ) Lorente Arenas, Santiago. La cultura polîtica de la juventud. Ministerio de Cultura, Madrid, 1981. ( 65 ) Toharia, José Juan, Valores bâsicos de la juventud - espafiola actual. IDES, Madrid, 1981 253 - S.- LA familia 3.1.- INTRODUCCION iCômo se sitûan los jôvenes frente a la fa­ milia? . Los jôvenes aceptan la familia y se integran a - ella en sus formas tradicionales de estructura y funcio- namiento. Piensan casarse y tener hijos como sus padres, pero quieren cambiar el contenido de las relaciones al - interior de esta estructura bâsica. El cambio apunta a - una paridad de roles masculines y femeninos respecte al_ hogar y al trabajo, que coexiste con atribuciones de li- derazgo familiar al hombre y de trabajos orientados a la casa y los nifios en el case de la mujer. Y apunta ademâs a una mayor comunicaciôn que la actual entre los miem— bros de la familia. Hay por otra parte minorîas importan tes que se rebelan contra la coerciôn de libertad que su familia les produce. Rechazan la autoridad paterna en el présente. Y la obiigaciôn de sellar con contrato legal -- una decisiôn personal de compartir su vida afectivo-se-- xual con su pareja, en el futuro. Las opiniones hacia el divorcio y el aborto dan idea de las dificultades que -- - 254 los jôvenes encuentran para compapinar su respeto, com-- prensiôn y responsabilidad al reconocer los problemas ex perimentados por quienes sufren de una convivencia matrî monial erizada de tensiones, con su valoraciôn de la or- ganizaciôn familiar vigente, del derecho de los hijos a_ un hogar compléta, del protagonismo de ambos esposos en_ la toma de decisiones que afectan al conjunto. La sustancial aceptaciôn de la familia - en la que viven los jôvenes se manifiesta a travês de de claraciones y conductas de tipo muy diverse. En primer lugar: los jôvenes hablan con_ sus padres y hablan de todo o casi todo. Cambian opinio­ nes con ellos sobre la vida pûblica y polîtica, sobre sus perspectives profesionales y sobre sus estudios.Cuen tan lo que hacen en su tiempo libre, los amigos que tie- nen y confîan también a sus padres vivencias afectivas y sexuales. Lo hacen asî el 72,5 por ciento de los - jôvenes. Claro que no todos hablan sobre todos estos te­ mas, ni lo hacen por igual con su padre y su madré, (co­ mo se verâ mâs adelante) pero aspiran a una comunicaciôn mâs profunda. Los deseos de comunicaciôn son évidentes especificamente en los temas sexuales. Efectivamente 80,7 - 255 por ciento de los jôvenes quieren que la informaciôn se­ xual la den sus padres y los eligen entre otras muchas - posibilidades de accéder a la informaciôn (1). En segundo lugar: juzgan agradable el am-^- biente hogarefio en el que viven, juicio extendido al 65,7 por ciento de los jôvenes. Mas adelante presentarê los - punto en que se concrete esta atmôsfera. En tercer lugar participan de hecho en las decisiones "que afectan a to- da la familia" y en las que les "afectan a sî mismos" -- dentro de ella. Esta participaciôn que se extiende a dos tercios de los jôvenes implica una integraciôn activa en la dinâmica familiar. Y da paso a una compenetraciôn en­ tre los miembros de la familia évidente en el punto que_ viene en cuarto lugar. Y este es que atribuyen a la fam_i lia una funciôn muy clara de soporte y ayuda. La familia -"siempre me ha ayudado en los momentos de apuro"; -"pa- se lo que pase, siempre es el refugio àl que puedo acu-- dir," -"por el hecho de ser miembro de la familia, ya -- tengo un lugar ahî sin mâsV Asî lo ven el 51 por ciento_ de los jôvenes. 256 - Esta funciôn de la familia no sôlo le es aslgnada teôricamente sino que se plasma en hechos rea-- les. Al menos para el 51 por ciento de los jôvenes que - acuden a sus padres y/o hermanos en los momentos de cri­ sis, antes que a cualquier amigo. En quinto lugar acep-- tan la organizaciôn econômica del hogar un 77,5 por cien to. La respuesta a esta cuestiôn es por omisiôn, en cuanto sôlo acusan "discusiones porque los hermanos/her- manas queremos mâs dinero del que recibimos para nues tros gastos" 11,8 por ciento de los jôvenes. Ademâs 46,7 por ciento de ellos declaran explîcitamente que en su ca sa "no hay discusiones por asuntos de dinero" y los que dicen tenerlas las atribuyen a que "no llega el dinero hasta fin de mes" o (en porcentajes mînimos) a egoîsmo del padre y desconfianza de la madré. Aceptan por tanto el control del dinero por parte de los padres. Luego pre sentarô los modos de control y las reglas de aporte eco- nômico que aquel conlleva. Dejarê claro de antemano que por lo general se pide a los hijos que trabajan mayores entregas cuanto mayor es la necesidad econômica familiar.̂ aumentando la tolerancia conforme disminuye aquella. En sexto y ûltimo lugar: los jôvenes acep- - 257 tan implicitamente la autoridad de los padres. Se deduce de que sôlo 36 por ciento se quejan explîcitamente de la autoridad de los padres con frases contundentes: "La ûnica forma de tenerles contentes - es sometiêndome a todo lo que mandan". "Se empefian en que yo piense como ellos". "No me han dado libertad para actuar co mo quiero". Claro que la autoridad es mejor o peor_ admitida segûn cual de los padres ejerza la disciplina - en el hogar y las formas de hacerlo, pero entrarê en el_ detalle mâs adelante. Hay indicios, asimismo sustanciales, de que los jôvenes tienen un proyecto de familia propia -- orientado en la misma direcciôn del que viven como hijos dependientes del hogar paterno. En primer lugar: los jôvenes elegirian_ el matrimonio como forma de vivir en pareia. Luego se dĵ viden los que optarian por un matrimonio religioso o mâs bien civil, pero 64 por ciento estarîan dispuestos a una u otra formalizaciôn legal de su compromise. Y no sôlo eso. Cito en segundo lugar al 61 por ciento de jôvenes que "reproducirîan el ambiente o - 258 - el estllo de familia que han conocido en su casa". -"Totalmente" unos pocos, , •"Mejorando algunos aspectos" la mayorîâ En tercer lugar: el noviazgo se raantiene co­ mo forma de relaciôn valiosa. Le encuentran sentido 61,8 por ciento de los jôvenes y con una doble vertiente: - "Como preparaciôn al matrimonio'^ - "Como forma de profundizar en el conoci-- mlento mutuo'l Es importante este planteamiento porque no_ se hace solo opinando sobre lo que harân alguna vez, si­ no tambiên sobre lo que estSn haciendo ya. Han pasado o_ estân pasando por la experiencia del noviazgo poco mâs - \ de la mitad de los jôvenes: 55 por ciento,y esta es la - prueba mâs clara de que aquel continua en vigor. En cuarto lugar: los jôvenes quieren tener_ hijos. Lo dicen habiendo reflexionado sobre el tema, --- puesto que no solamente expresan su deseo de reproducir_ se, sino que ademâs dan los nûmeros ôptimos de hijos que desearîan tener. Quieren reproducirse 87 por ciento de - ellos. Y contestan asî tanto si quieren formalizar su vî da en pareja como si no piensan hacerlo. Es decir, que - incluse entre aquellos jôvenes que no tienen un proyecto de vida en pareja, o que lo tienen pero sin mâs compromis - 259 - so que el derivado del deseo personal de vivir juntos hay una reflexiôn sobre los hijos y un anhelo de terner- los ( 2). IX La opiniôn de los jôvenes sobre los roles - masculines y feraeninos en el hogar y en el trabajo mues- tra que prédomina en ellos una concepciôn moderna de la_ familia. En la que,si embargo, subsisten atribuciones de roles identificables con una concepciôn mSs tradicional. Los jôvenes parecen dispuestos a igualar a la mujer con el hombre en cuanto a los derechos y obliga clones que pueda tener respecte al hogar, los hijos y su autcrrealizaciôn fuera de la casa. Pero le asignan traba- jos orientados hacia labores domêsticas y hacia los ni- Aos con mayor facilidad que al hombre. Y a este le adju- dlcan responsabllidades que refuerzan su papel de cabeza de familia. Evldencia de la aproximaciôn de estes jôve­ nes hacia una mener diferenciaciôn de los papeles mascu­ lines y femeninos la dan los puntos siguientes: No creen que el destine ûnico de la mujer sea el matrimonio, pos- tura mantenida por 68 por ciento de los jôvenes. 260 - Tampoco aceptan que la mujer tenga que_ quedarse en casa dedîcada exclusivamente al cuidado de -- los hijos, opiniôn comûn a 54 por ciento de ellos. Y niegan que los hombres deban ser exo- nerados de los trabajos caseros por una atribuida incapa- cidad para hacerlos. Incapacidad que niegan 58,6 por cien to de los jôvenes. El trabajo femenino fuera del hogar, cuando se trata de una mujer que vive con su pareja y/o - con hijos es aceptado por 75,9 por ciento de los jôvenes. Las razones aducidas van; hacia la indi ferenciaciôn de roles: "Prefiero que ambos trabajen por igual". "Me da igual quien haga cada cosa. Todo depende de las circunstancias, de los deseos de cada cual" "Creo que debe hacerlo si desea ser igual al hombre". Hacia la autorrealizaciôn femenina: •"Creo que lo necesita para desarrollar_ su personalidad, igual que el hombre (lo necesita)". Evidencia de una asociaciôn juvenil de_ la mujer a trabajos relacionados con el cuidado infantil_ y domêstico le dan los puntos siguientes: 261 - - Creen que la profesiôn de puericultura de be ser desempefiada especîficamente por mujeres 50 por ciento de los jôvenes. - Opinan lo mismo del servicio domêstico 46 por ciento de ellos. Claro que hay minorîas respetables_ tambiên que opinan lo contrario; 41 y 44 por ciento res­ pect ivamente, lo que deja ver que los jôvenes se dividen aquî en dos bloques y que el predominio de la postura tradicional lo es por muy poco. Que los jôvenes asocian_ al hombre con el liderazgo familiar lo demuestran las -- respuestas à dos proposiciones: -"El hombre debe protéger a la mujer" con - la que concuerdan 40 por ciento. - "Es fundamental para el hombre el sentir- se responsable de la mujer y de sus hijos" opiniôn que - mantienen 41 por ciento tambiên. Ambas proposiciones son c O ntestadas por minorîas que oscilan entre un tercio de jôvenes para la primera y una quinta parte para la segun da. Las posturas de duda se dejan notar tambiên mostran- do que hay controversies en torno al papel masculine en_ la familia, como las hay en torno al papel femenino fue­ ra de ella. - 262 - III He dicho al comenzar el capitule que los j6 venes aceptan la organizaciôn fundamental de la familia, pero que no lo hacen todos. Hay sectores mâs o menos am- plios que estân descontentos con ella y que desean cam-- biarla, lo que queda patente en su proyecto juvenil de - vida afectivo-sexual. Voy a sefialar a continuaciôn aque­ llos apartados, que ayudan a entender los aspectos de la familia mâs difîciles de admitir, cuando se cuestiona -- con ojos nuevos la legitimidad de hâbitos y costumbres - establecidos. Me referirê solo a los que agrupan porcen­ tajes superiores a una cuarta parte de los jôvenes, de-- jando para el desarrollo posterior los éemâs. En primer_ lugar hay una disconformidad "con la conformaciôn de la_ familia tal y como existe hoy en la sociedad" que compar ten 53,8 por ciento de los jôvenes. La mitad de ellos argumentan asî: "for-- mar una familia no debe exigir un contrato legal, sino (que es) una decisiôn privada de los individuos". La otra mitad présenta dos razones dist- tintas• una explicita el desencanto: "veo que la familia se - 263 - sostiene mâs por las ataduras sociales que por el amor" La otra transparenta una concepciôn estable de la familia, pero objeta el memento personal y social_ en que hay que tomar la decisiôn de constituirla:"Me pa- rece absurd© que en un momento de tu juventud tengas que tomar una decisiôn irrevocable para el resté de tu vida". En segundo lugar hay rechazo a la autoridad de los padres. Esta se resiente como un obstâculo a pe-- sar de la tolerancia reconocida en temas especîficos de_ la vida cotidiana y que presentarê posteriormente. Aquî se manifiesta una percepciôn de ser do mlnados por parte de 36 por ciento de los jôvenes y que_ explican asî: Hay por parte de los padres:"una exigencia de sometimiento"."Imponen una obligaciôn de pensar como_ ellos". Coartan la "libertad de acciôn". En tercer lugar hay jôvenes que constatan - una falta de comunicaciôn total con los padres. La viven 32 por ciento de ellos. Me refiero a comunicaciôn con am bos, porque tambiên hablarê en el desarrollo de estes te mas de quienes se sienten bloqueados con une u otro de - los padres. En consonancia con esta falta de comunica-- ciôn, un 31,4 por ciento de jôvenes adjudica a grupos ex tra-familiares el roi de ayuda y apoyo en sus momentos - de crisis. Acuden de hecho a grupos de pares o adultos - no familiares. ■ 264 - Présente ahora las seAales de cambio mani-- flestas en el proyecto juvenil de familia: , Para empezàr, 27,8 por ciento de los jôve-- nes "no quieren reproducir el ambiente o estilo de la fa mllla que han conocido en su casa". Ni con mejoras. En segundo lugar: aparece un grupo, que con frontado con la idea de casarse dice no. Lo constituyen_ 30,4 por ciento de los jôvenes, Estos responden ya con - una decisiôn hecha. Queda ademâs un grupo menos numeroso que "no acepta el matrimonio como alternative afectivo-- sexual futura" y que se Inclina mâs bien a condicionar - su relaciôn a los mutuos sentimientos y deseos de la pa­ reja. Dirê en tercero y ûltimo lugar que el no--- viazgo carece de sentido para 29,4 por ciento de los jô­ venes. Las razones apuntan en la misma direcciôn de las_ barajadas mâs arriba: rechazo a lo formalizado socialmen te y cultive de lo generado por. la familia,. IV Las actitudes hacia el divorcio y el aborto corroboran una postura general favorable al mantenimien- to de la familia, aunque mâs polômica con respecte al -- - 265 - primero que al segundo. Es mayor la permisibilidad so— cial de la ruptura matrimonial que del aborto pero ambas son cautelosas* Aprueban el divorcio 85,2 por ciento de_ los jôvenes,lo desaprueban 4,1 por ciento. Pero 41,3 por ciento de los primeros lo limitant divorcio sôlo cuando_ ambos cônyuges lo aceptan. Divorcio cuando hay incompati_ bilidad conyugal a la que se suma la ausencia de hijos. Son partidarios del aborto 68 por ciento de los jôvenes.No lo son 21,4 por ciento. El primer porcen- taje se reduce cuando se observan los casos en que real- mente se acepta. Dejarê dicho aquî que 33 por ciento lo_ admiten sôlo "por prescripciôn mêdica", lo que constitu- ye una de las alternativas mâs restrictivas de las eleg^ bles en la encuesta, Hay que tener en cuenta al detener- se en el aborto que sus connotaciones son mâs amplias -- que las referidas a la conformidad con la estructura y - el funcionamiento de la familia. Me refiero en concreto_ a las connotaciones que tienen que ver con la moral natu ral y las creencias religiosas sobre los comienzos de la vida y su defensa, Los criterios morales y religiosos e£ tân présentés en estas respuestas evidentemente pero no_ es en ellos en los que pongo atenciôn aquî. Mi interês - se centra en la familia y en las implicaciones que para_ ella tiene una u otra actitüdi 266 - 3.2. -BASES DE ACEPTACION DE LA FAMILIA 3.2.1.- SE COMUNICAN CON LOS PADRES En primer lugar decîa que el 72,5 por cien­ to de los jôvenes hablan con sus padres de todo o de ca- si todo. Pero no lo hacen indistintamente con los dos si no que establecen distintos puntos de contacte con cada_ uno de ellos. Con el padre hablan preferentemente de ac- tualidad y polîtica ( ver cuadro n°36 ). En segundo lu- gar del trabajo, de la profesiôn y de los estudios. Con_ la madré comparten mâs las vivencias afectivas y sexua-- les, se comünican en lo referente a la profesiôn y estu­ dios, le cuentan lo que pasa con los amigos. El padre tablece el puente con el mundo social: lo politico, los_ temas de actualidad en general. La madré ejerce su papel receptor-transraisor en funciôn de lo întimo, de lo perso nal. Su presencia continuada en la casa favorece esta -- funciôn, presencia que se extiende a poco mâs de dos ter clos de las madrés (3). Esta percepciôn de que pueden - comunicarse con sus padres es constante en diverses col­ lectives juveniles estudiados en los ûltimos 15 afios. Willmott la encontraba entre los jôvenes en trevistados en East London en 1966, donde un promedio de 37 por ciento de los jôvenes se 'èentian comprendidos" -- - 267 - por su padre y 52 por ciento por su madre, comprensiôn - que enlasertrevistas es mencionada como oosibilidad de ha- blar con ellos sobre sus intereses (4 ). Tambiên - Linz encontrô en la juventud espanola encuestada en 1977 (5 ), y nosotros en la juventud de un nueblo araponês en 19 79 ( 6 que se hablaba con los padres asiduamente y que se dife- renciaban los temas paternos de los maternos de la misma manera que se hacen hoy en el Casco Viejo (ver cuadrcsn”® 37,38). Sin embargo los porcentajes de comunicaciôn va— rîan y dan hoy en el Casco Viejo proporciones inferiores a las observadas en los otros dos colectivos: d general de la juventud espafiola de 1977 y el especîfico de la ju ventud rural de 1979. Hay que tener en cuenta las dife-- rencias de contexte social e histôrico entre los très co lectivos espafioles comparados. Tambiên el distinto plan­ teamiento de las preguntas ( ?)• Y en el caso de la ju ­ ventud espafiola de 1977, que la edad tope de investiga-- ciôn finalizaba a los 20 afios ( 14 a 20 afios), mientras_ en la juventud rural y en la urbana del Casco Viejo fina liza a los 25 afios ( 14 a 25 afios). Lo importante sin em bargo es la regularidad en el diâlogo que aquî se obser­ va, como ya dije. Los porcentajes ademâs.son prâcticamen te iguales entre jôvenes de un barrio obrero de Madrid, Getafe, cuya muestra juvenil recoge las mismas edades que el estudio del Casco Viejo (g ). Ante experiencias - - 268 - urbanas de la misma êpoca, en dos ciudades distintas, Ma drid y Zaragoza, las vias de comunicaciôn entre padres e hijos se igualan totalmente. El papel materne, ligado al hogar y a los,hijos,se ejerce mâs en el desarrollo de lo afectivo î roi femenino que los estudiosos de la familia - coinciden en presenter como caracterîstico de la familia conyugal moderna ( 9). La instrumentalidad del roi pater no y expresividad del materno se combinan en un tipo de_ familia que a partir del siglo XVIII reclama una intimi- dad e independencia por referenda a la comunidad que no ténia en la êpoca pre-industrial (10 ) • Quiero seftalar - aqui que a juzgar por los datos de mi encuesta es mâs râ pido el cambio en la direcciôn de una autoridad compartj^ da por padre y madre que la orientaciôn hacia roles ex - presivo. -afectivos por parte del padre, aunque tambiên = se viene produciendo. Pero, a la confidencialidad que - los hijos establecen con los padres, con la madre espe-- cialmente sobre sus experiencias afectivo-sexuales (ver_ cuadro n°36), no se corresponde una ayuda de estosen su_ iniciaciôn sexual. Al preguntârseles por las fuentes de_ informaciôn sexual que han tenido sôlo 13,46 por ciento_ citan a los padres (ver cuadro n°3p ), y los citan sôlo_ 269 - de entre aquellos jôvenes que declaran explîcitamente 11e-- varse muy bien o bien con ellos. Ahora bien, las buenas^ relaciones paterno-filiales se extienden al 81 por cien­ to de los jôvenes, de donde se deduce que a pesar de :— elle son muy pocos los padres que afrontan el problema. La precariedad de esta orientaciôn no se de be precisamente a desprecio o desinterês de los hijos ha cia las opiniones de aquellos sino todo lo contrario. A_ la pregunta de : îQuiênes créés tu que deben tener a su_ cargo esta informaciôn?, 81 por ciento de los jôvenes responden que los padres (ver cuadro n“40 ) y les asig- nan esta funciôn con prioridad a cualquier otra fuente - de informaciôn. _ _ Una mira- da a los cuadros n°39.yy40 deja ver cômo son los amigos_ quienes mâs informan (el n°39) y los menos legitimados - para hacerlo (el n°40). Mâs adelante presentarê eviden-- cia de la importancia que el grupo de pares (11 ) tiene_ para los jôvenes pero ello no significa que deba asumir_ o que asuma de hecho todas las funciones relacionadas con su mundo afectivo. Los jôvenes asignan a los padres el papel de clarificar y orientar el conocimiento y la - prâctica sexual. Cuando ellos no lo hacen, los amigos, - entre otras fuentes,les sustituyen. Su papel compensato- rio crece considerablemente allî donde falla la confian- za entre padres e hijos, o las relaciones entre ellos -- - 270 son verdaderamente enrarecidas (ver cuadro n° 41). Sin - embargo, e incluso entre estos ûltimos, tambiên se opina que la informaciôn sexual es funciôn de los padres (ver_ cuadro n ° 42 ). La explicaciôn que encuentro a esta -- evidencia es doble.: - ’Por una parte, que los jôvenes ven a sus_ padres como personas valiosas para comunicar conocimien- tos y a mi parecer tambiên destrezas y vivencias perso- nales (No hay que olvidar que la informaciôn-conocimien­ to, 'les estâ llegando tambiên por otros canales:lectu-- ras, revistas, cine, profesores, etc. ). Hay aquî apre- cio al valor de la experiencia adulta y lo estîmula una_ buena relaciôn de base a la que me referirê mâs tarde. -Por otra parte que los jôvenes comparten con sus amigos las mismas dificultades de ensayo y expe- rimentan unidos la torpeza de su conducta frente al otro sexo. Son conscientes, en grupo, de las limitaciones de_ su conocimiento y de su comprensiôn de los lenguajes del cuerpo (12 ). Y extraen de êl la iniciativa en la bûsque da. Los siguientes comentarios de los "discotequeros" ilustran la deficiencia de la orientaciôn que los padres dan y la que los amigos facilitan. K.-"Lo que se refiere al sexo lo hemos conoci­ do nor amigos del barrio". J.- El~colegio no té ensena nada. K.- Ni tas padres tampoao. To cuandô tenia doae anos no sabia - 271 - pop donde Ven-Can l o a a h a v a l e s . N i este, n i a q u e l . Luego_ l o a p re nd im oB pop a h i a o s mayopee d e l b a p p i o . ' F.- Siy esc et, te dediaas haètante a haeep ope^a. Si no te lo ensenan lo esauohae porque en el barrio se habla - de todo. J . - P e ro t e l o ensenan ma l . K. - Te lo ensenan bien pero no aon las palabras précisas. Entonces si en Vez de decir pijae se llaman penes, pues_ tienes que leerlo para enterarte. Preg. : îHacen los padres algûn intento de ensefiaros?. K.- Yo nunca le he pedido a mi padre que me ensene C15 ) . F.- A mi me ensenâ mi padre.(Alguien comenta:"Hay que partir de que tus padres son jôvenes) K.- Yo he completado la de los amigos yo he leido mucho, bueno poco, pero tengo una imaginaciôn que... la mente - empieza a trabajar po, po, po,.... Aquî se refleja que los amigos capaces - de ensefiar son en definitiva los de mâs edad. El grupo - de pares sôlo comparte deseos. Pero aquellos mayores tam poco ofrecen mucho. Su informaciôn es ocasional y casual, aunque suficiente para dar nuevas pistas de adquirir co- nocimientos. Lo vîvidamente déficiente es el papel pa terno, salve en el caso de un joven que tiene unos padres mâs jôvenes y por tanto distintos al conjunto. Estos pa­ dres marcan una nueva pauta de conducta. Intervienen in­ cluso cerca de los padres de C., un joven clasificado por - 272 el grupo como "un poco corto de entendimiênto", "que tie ne 17 afios pero no sabe como se deja prefiada a una mujer'. E intervienen para convencerles de que deben informar a_ su bijo previendo consecuencias desagradables causadas - por su ignorancia. Con ello demuestran que hasta en un - caso extremo los padres no intervienen sin presiôn e x ­ terna . Lo que de estas declaraciones se desprende tambiên es que los hijos no se atreven a pedir a sus padres una informaciôn que sin embargo creen que estos deben dar. K mencionaba constantemente lo bien que se entiende con sus padres "para todo" por ejemplo, pero jamâs le ha pr£ guntado o comentado algo sobre cuestiones sexuales que - le intrigan e inquietan. Lo curioso es que no solo los - hijos, sino tambiên los padres estân convencidos de que_ la educaciôn sexual les corresponde a èllos en primera - instancia. Bien es verdad que lo piensan menos cuanto - mayores son, como lo demuestra la encuesta a los espafio les hecha por el C.I.S en 1976 (14 )• Ftero asî y todo tie nen prioridad.La "persona que debe dar la educaciôn s e ­ xual a los jôvenes" es en su opiniôn: - 273 - Cuadro n ” 43 TOTAL Hombre Muj er 15-25 - afios Mâs de 25 afios TOTAL 818 438 380 713 102 Padre 74,9 76,0 73,7 75,3 66,1 Madre 78,2 74,9 82,1 79,5 69,1 Maestros/Profe 58,8 59,8 57,6 57,6 57,9 Mêdicos 19,4 19,6 19,2 20,8 17,5 Hermanos/as 5,3 6,2 4,2 6,1 2,5 Amigos/as 5,7 6,4 5,0 5,9 5,9 Sacerdotes 10,8 9,4 12,4 9,1 21,9 Otros 3,0 3,4 2,7 2.7 3,6 El padre y la madre en primer lugar, los profesores en el segundo. Es observable tambiên la mayor relevancia que dan a los sacerdotes los mayores de 25 afios y el poco ênfasis que se hace en los amigos, tanto_ en los jôvenes como en los adultos. Coinciden mucho con los jôvenes del Casco Viejo en su percepciôn de las fuen tes reales de las que los jôvenes extraen la informaciôn requerida: "A travês de quien creenaprender hoy las cuestiones de sexualidad los jôvenes" - 274 - Cuadro- n° 44 TOTAL Hombres Mujeres De 15-25 anos Mâs de 25 ano: TOTAL 818 438 380 713 102 Padre 3,9 3,7 4,2 3,9 1,5 Madre 5,3 3,9 6,8 5,1 3,4 Maestros 10,1 10,0 10,3 9,6 10,9 Mêdicos 0,5 0.7 0,3 0,6 0 Hermanos 6,6 4,8 8,7 7,4 2,6 Amigos/as 83,7 86,1 81,1 83,2 76,5 Sacerdotes 1,0 1,4 0,5 1,0 0,5 Otros/no contes. 3,5 3,0 4,2 3,4 3,4 Jôvenes y adultos son conscientes de que el aprendizaje sexual no se realiza en la familia y que es_ poca la influencia que la madre y sobie todo el padre, - - tienen en el tema. Los profesores hacen algo, pero mucho menos de lo esperado. Lo mismo sucede con los mêdicos y_ sacerdotes. Es decir que las instituciones sociales, — sean estas encargadas de la auto-expresiôn del individu^ de su educaciôn o de su salud fîsica o moral, fallan es- trepitosamente en el cumplimiento de la funciôn de ini-- ciar sexualmente al joven; que ademâs de necesitarlo lo_ reclama. Amande de Miguel usa uras frases muy exprèsivas- (15 jpara feferirse a esta problemâtica del nifio-joven,- que quierer conocer^ expresarse con algo tan vital y cet cano como su propio cuerpo y que encuentra trabas inaudi tas para el mâs elemental aprendizaje. Este autor se - 275 - refiere a "la tragedia de los adolescentes y de los jôve nés : sus problemas de relaciôn intima y de afecto (lue) - no existen oficialmente aun en el precario supuesto de - que hayan recibido... educaciôn sexual". Y es eue aquî - hay varias cô.sas importantes. - Una de ellas es que se piensa que la cue£ tiôn sexual es una simple cuestiôn de informaciôn géne'sî ca. - Otra es que los adultos piensan en dar ure informaciôn, escuetamente biolôgica y de manera ofi-- cial mucho mâs tarde de cuando el nifio se debate en inte rrogantes turbadores (16). Que sus compafieros solu-- cionan (cultura cofigurativa de nuevo) con un poco de - conocimiento y un mucho de imaginaciôn bullendo por ha- llar soluciones.(Anteriormente hemos escuchado a K un - "discotequero"de 18 afios explicando su propio ritmo de ebulliciôn preadolescente) . - Y la tercera es que la informaciôn no pue de suplir al rito que es un acte impresor de nuevo sta-- tus vaya acompafiado de un caudal mayor o menor de infor­ maciôn. Nuestra socieda industrial, o mâs bien post-indu_s trial,que ha sabido suplir los ritos antiguos de inicia­ ciôn al trabajo, al status de esposo, de padre, de diri- gente y de ocioso (los ritos iniciadores de las fiestas_ populates son una buena muestra de ello) no ha sabido su - 276 plir los ritos de expresividad sexual del hombre y la - mujer. Parte importante en el fallo la tiene la disocia- ci6n histôrica creciente entre prâcticas sexual y fecun- didad, o sea entre relaciones sexuales y finalidades ma- trimoniales-familiares. De aquî que la informaciôn no pueda contribuir sino parcialmente a la adquisiciôn de - seguridad en los usos sexuales. A mi parecèr es este lo_ que los hijos reclaman de sus padres sin atreverse a con fesârselo ni a aquellos ni a sî mismos. Y cabe_ pensar que es a los padres a quienes corresponde inter-- pretar a los hijos las estrategias sexuales sobre la ba­ se de una comunicaciôn de experiencias y vivencias tan - sécrétas y privadas como hoy lo son. A fin de cuentas es a la familia a quien corresponde la esfera de libre-ex-- presividad y espontânea comunicaciôn que al decir de Young y Willmott (17) seguirâ perteneciêndole en exclusive --- mientras el trabajo y el ocio y la educaciôn (18) sigan_ siendo tan rutinarias y carentes de creatividad. Amando_ de Miguel sugiere una educaciôn sexual escolar y dada en el perîodo preadolescente que forme "la sensibilidad". - Ello requiere no solo estar instruîdo sino plenamente ma duro en su realizaciôn sexual, y ve en ello "una estu-- penda labor para tantas mujeres universitarias" (19). Educadores, hombres y mujeres, tienen una - funciôn importante aquî a mi parecer pero lo realmente - Interesante a conocer es cômo comunicar los modos de ha- - 277 - cer que en 1 as demâs esferas de la vida se transmiten tan naturalmente. Y la funciôn paterno-materna sigue --- siendo vista como la mâs légitima por jôvenes y adultos_ para comunicar estos modos. A pesar de qüé los adultos - padres de familia se sientan inseguros (20) y confien me nos en sî mismos que en los educadores, sexôlogos, psicô logos, psiquiatras y demâs especialistas; a pesar de que acepten ser despojados de su autoridad, no podrân renun- ciar tan fâcilmente a la transmisiôn cultural de lo înt_i mo y privado,queîcB pertenecerâ legîtimamente al menos-- mientras lo siga siendo. Decîa mâs arriba que los hijos_ se comünican con sus padres y ademâs desean hacerlo mâs. Tambiên he dicho que ven a sus padres como valiosos tranŝ misores de informaciôn incluso experimental. Es decir que siguen refugiândose en la cultura post-figurativa para la interpretaciôn y manejo de sus vivencias (21). Hay eviden cia que explica la comunicaciôn y que refuerza este papel paterno-materno. Me refiero a la opiniôn de los jôvenes - sobre la manera de pensar de sus padres. A la pregunta ZCômo juzgas la manera de pensar de tus padres?. Respon­ den que "bastante abierta y al dîa" un 20,5 por ciento. Contestan que "anticuada pero intentan com- prender lo que pasa" 60 por ciento. Sôlo la juzgan "anticuada e intransigente" 278 11 por ciento de los jôvenes. Es vâlida y apreciable por tanto para 80 por ciento de ellos, la mayorîa de los cua les se situa entre quienes se llevan "muy bien o bien" - con sus padres (ver cuadrosn°^ 40 y 41). ^, Y no sôlo juzgan posi­ tiva la opiniôn de los padres en termines générales sino tambiên en puntos especîficos. Hay evidencia de enlaces_ entre valores explicitados por los padres en torno a los medios de triunfar soclalmente y los que ellos sustentan: El trabajo como camino o medio légitimé de_ alcanzar el êxito ha side mencionado por 22,4 por ciento de los padres. Creen en êl 45,8 por ciento de los hijos. La interrelaciôn de ambas variables demuestra que el 100 por cien de quienes escuchande sus padres que quien tra- baja triunfa, creen en ello. Han"escuchado" que el êxito se obtiene por "las influencias sociales" asequibles 7,7 por ciento de los jôvenes. Cree en ellas 17,6 por ciento de los hijos. Tambiên entre los segundos se encuentran - todos los primeros y algunos mâs. Lo que queda claro es_ que el valor trabajo, mâs importante para los padres, lo es tambiên para los hijos. Como queda claro de paso que - - 279 los valores no solo se transmiten por explicitaciones -- verbales que era lo que aquî se pedîa. Parece interesan te constater el cambio producido en esta juventud obrera del Casco Viejo en la percepciôn de las cualidades que - llevan al êxito por referenda a la juventud total espa­ fiola interrogada por el C.I.S. en 1968 (22). Entonces, - ante la pregunta icuâl de estas cualidades créés que lie van mâs râpidamente al êxito hoy dîa?. La respuesta mâs_ numerosa era: "La inteligencia" sustentada por el 36 por ciento de los jôvenes (38 por ciento varones y 34 por -- ciento mujeres; 38 por ciento de los que tenîan entre 15 y 21 afios y 35 por ciento de 21 a 25 anos). En segundo - lugar respondîan que "la buena suerte" 23 por ciento de_ los jôvenes (sin diferencias por sexo o edad). Sôlo en - tercer lugar mencionaban el "trabajo duro" 16 por ciento de ellos ( mâs los hombres que las mujeres como en el Casco Viejo y mâs los mayores que los menores, tambiên - igual que en el Casco Viejo). Las influencias sociales -- fueron mencionadas solo por el 11 por ciento de los jôve nés.en primer lugar y por 14 por ciento en segundo lugar. Quiere decirse que la agudizaciôn de la crisis econômica y el paro creciente desde 1973 estâ haciendo valorar el - 280 - puesto de trabajo muchîsirao mâs que antes. En 1968 se vivîa en Espafia un a etapa de re ajustes provocados por el proceso de modernizaciôn, in-- dustrializaciôn y urbanizaciôn (23 ) a la que se unîa la_ vîsiôn optimiste de les estudiantes "rebeldes" de les paî ses occidentales. EStudiantes que reivindicaban la revo luciôn cultural como caraino para implanter la imagina-- ci6n en las esferas del poder. En la êpoca de aumento de bienes y bienestar, se creîa en la inteligencia y buena_ suerte. En épocas de escasez de trabajo y de inseguridad econômica se cree en el puesto de trabajo y en "los en- chûfes" sociales que pueden facilitarlo. Y claro estâ se cree en ello mucho mâs cuando se viven los condicionan-- tes de la pertenencia a un status socio-econômico bajo.- Como agrega Miguel Roiz en su artîculo,para los hijos de asalariados de nivel medio y bajo, la influencia de su nosi- ci6n en las relaciones productives, es tan condicionante como en sus padres" ). Es razonable por tanto que asî milen los valores paternos puesto que van avalados por - la experiencia vivida. Comparando ahora la opiniôn de -- los jôvenes del Casco Viejo con algunos otros colectivos espanoles de jôvenes a los que se preguntô tambiên;:îCÔ- mo juzgas la manera de pensar de tus padres?. Se obser-- 281 - van varias casas : - Primeramente un descenso considerable_ en la opiniôn de que los padres tienen una manera de pen- sar ôptima para nuestros dîas. Lo pensaban: el 48,3 por ciento de los jôvenes espan£ les encuestados por Cecilio de Lora en 1960 (25 ). El 49,5 por ciento de los interrogados - por J. Buceta en el mismo afio ('26 ). El 49,3 por ciento de los jôvenes espano les en 1975 (:27 ). El 27,0 por ciento de los jôvenes rura-- les de un pueblo aragonés : Tauste, en 1979 (.28 ). El 26 por ciento de los jôvenes zaragoza nos interrogados en 1980 (2g ). El 20,5 por ciento de los jôvenes del Ca£ co Viejo del mismo perîodo 1980 (nrincinios del 81) (30 ). (Vêanse los cuadros n“^45,46, 47,48 y 49) en aoêndices). - En segundo lugar se constata un incre- mento (de alrededor de un 17 por ciento) de jôvenes que consideran la manera de pensar de los padres anticuada pe- ro buena; es decir intentando comprender lo que nasa. Este aumento se registre desde 1979, con los jôvenes rurales y_ se extiende hasta 1980-81 entre los jôvenes zaragozanos en general y los jôvenes del Casco Viejo en particular. Aumen 282 tan los porcentajes que asî opinan, por referenda a los que lo hadan en 1960 y 1975, - En tercer lugar, se observa en la ju-- ventud de Zaragoza y del Casco Viejo una elevaciôn en las tasas (siempre muy minoritarias) de quienes creen que sus padres son anticuados e intransigentes. Bien en- tendido que el concepto de intransigenda no figuraba en las otras encuestas. Hay por tanto un aorècin- general de la - manera de pensar de los padres que permanece constante - para porcentajes muy altos: entre el 80 y el 90 por den to de los jôvenes. Pero disminuye la impresiôn que los - padres dan de estar al dîa, de pensar en términos de "mo dernidad". Y a la vez no se escapa a la atendôn de los h£ jos el esfuerzo que los padres hacen para comprender al­ go que parece series cada vez mâs ajeno. Estos datos plantean interrogantes sobre la pêrdida de idoneidad de los padres ante un mundo que_ cambia a ritmos mâs râpidos de los que su generaciôn pu£ de encajar. Como Margaret Mead seRala, la experiencia de los jôvenes se muestra radicalmente diferente de la de - sus progenitores (31 ). En ello radica la dificultad que estos fjltimos tienen de "conectar" totalmente. De ahî - - 283 - tambiên sus esfuerzos de observaciôn del mundo de los h£ jos "intentando comprender". Los hijos aprecian estos buenos deseos y el clima résultante es de convivencia sin grandes expectativas ni conflictos fuertes. Van desa pareciendo ya aquellos padres que exigîan de sus hijos - la reproducciôn rîgida de los valores, las tradiciones y las conductas que ellos mismos habîan heredado, literal- mente, de sus mayores. 3.2.2.- VIVEN UNA ATMOSFERA FAMILIAR AGRADABLE En segundo lugar, los jôvenes juzgan -- agradable el anbiente hogareno en el que viven, juicio - extendido al 65,7 por ciento de los jôvenes. De ellos lo juzgan "pasable" el 14,7 por ciento (ver cuadro n°50). - No significa lo mismo que agradable, ni mucho menos, pe­ ro entra en un margen de aceptabilidad que reduce a 16,3 por ciento el nûmero de hogares descritos por los jôve-- nes como enrarecidos o insoportables. Willmott extrae de las entrevistas rea- llzadas en East London (no hay porcentajes) una mis-- ma sensaciôn de "relaciones emocionales" buenas al in­ - 284 - terior de la casa, entre padrese hijos y hermanos (3̂ ,- lo que habla de una extensiôn amplia, en tiempos y espa- cios, de estas vivencias. Voy a intentar delimitar un po co mâs en el Casco Viejo los contenidos que explican la_ atmôsfera vivida y el tamaho familiar que la facilita - mâs. Comenzando por este segundo punto: Hay un nûmero timo de hermanos que favorece un clima agradable en la - casa: de dos a très (71 por ciento). Los hogares con mâs hijos registran un descenso en la calidad del ambiente - (54,7 por ciento). Los hijos solos ocupan un lugar inter medio ( 61 por ciento ). (Ver cuadro n° 51). Dadas las con- diciones socio-econômicas de los jôvenes y las discusio- nes que por falta de dinero para vivir se producen en a^ gunos hogares (ver pâg.317), hay que considerar, que un - nûmero grande de hijos détériora las posibilidades de :r- subsistencia de todds. Sobretodo si se observa que el am biente se considéra por igual se sea el mayor o el menor de la familia. De todas formas hay una ligera tendencia_ a experimentar la atmôsfera como mâs desagradable si se_ ocupa un lugar intermedio en la familia ( ver cuadro n° 52) ' ha interpretaciôn hecha por algunos jôvenes entrevi£ tados al respecte ( cuatro jôvenes) era de que sus pa-- dres los rechazaban. Konig menciona al respecte varies - - 285 - estudios basados en la jerarquizaclôn de los hermanos y_ su importancia para valorar la posiciôn de los hijos,en_ el sistema familiar. En base a observaciones hechas por_ A.Adler sefiala que el segundo hermano suele ocupar un pa pel menos relevante en la familia que el primogênito y - el tercero. Al venir mâs hermanos se convierte en "el del medio", mientras que el siguiente "puede circunstan- cialmente ser como un primogênito si tiene una cierta - distancia de edad respecte de los otros". Konig razona_ la sensaciôn de desplazado que siente este hijo interme­ dio en base a su posiciôn desventajosa en la constela-- ciôn familiar. Y ello se debe a que siendo el conjunto - familiar tan estrecho, la competencia en torno a la pre- dilecciôn de los padres transcurre con crisis entre los_ hermanos (33). Gana mâs atenciôn,es decir^mâs poder ---- quien mâs argumentes esgrime. en la lucha por conseguirlo. El primogênito tiene el argumente clave de haber vivido_ solo con sus padres haber cedido privilégiés notables - al tiempo que comunica saberes, experiencias y dénota grados superiores de madurez. El menor puede apelar a la protecciôn de todos y abandonar responsabilidades en mâ­ nes de los mâs expertes. El o los intermedios pueden es- grimir ûnicamente su heterogênea pertenencia al conjunto. Ademâs, el queinmayor nûmero de hermanos sea acompanado de una degradaciôn relativa en el clima familiar, dirîa yo, que se debe a la disminuciôn de posibilidades (interês,- estîmulo, medios econômicos y emocionales) de atenderles - 286 a todos, Al menos,en las etapas de nifiez y preadolescen- cia,en las que las exigencias de atenciôn y control son_ fâcilmente exténuantes para los padres, para la madré en particular. En cuanto al primer punto. 2En base a quÔ - contenidos experienciales definen los jôvenes la buena - atmôsfera familiar?. La comunicaciôn con sus padres ya - descrita es uno de ellos. Evidentemente,hay muchos mâs y voy a tratar de mostrarlos. Los jôvenes ven que sus pa-- I dres se entienden bien entre ellos, opiniôn en la que -- ( coinciden 73 por ciento. Esta visiôn de la relaciôn pa-- , dre-madre es comûn a los otros colectivos juveniles que_ I se toman como punto de referenda comparativa. Los jôve­ nes rurales encuestados en 1979 valoraban positivamente_ la relaciôn emocional entre sus padres: 85 por ciento. - Los de Getafe-Madrid en 1980 respondîan igual : 64 por - ciento. Se advierte ,no obstante,una distancia porcen- tuàl de percepciôn. La visiôn de la pareja ( padre-madre)^ es mâs positiva cuanto mâs cerca estâ el joven de un am­ biente rural : De menos a mâs positiva: ' Madrid 287 - - Zaragoza (Casco Viejo) - Tauste (pueblo aragonés) Comparando concretamente el Casco Viejo de_ Zaragoza y Tauste, donde se preguntaba lo mismo, se man£ fiesta una mayor atribuciôn de "compenetraciôn" a los pa dres en el ambiente rural que en el urbano (ver cuadro - n*53), c6mo mayor era tambiên la comunicaciôn entre hi-- jos y padres. Es decir que, dentro de unas bases comunes de fortaleza en las relaciones familiares, la familia ru ral las mantiene aun mâs. ' Cuando los hijos valoran como buenas las relaciones entre sus padres lo hacen observan do algunos indicios de las mismas. Uno de ellos que ana liza la encuesta es la diversiôn que los padres experi-- mentan juntos. Esta, en la observaciôn de los jôvenes no es demasiado corriente ,pero el comprobarlo les afecta de diferente manera segûn la razôn a la que se debe. Digo - que los padres se divierten poco, porque solo lo hacen - en opiniôn de 35,2 por ciento de los hijos (ver cuadro - n°S4 ), mientras que para el 45 por ciento de ellos» no se lo pasan bien. Y les afecta de diferente manera la razôn por la que no se divierten porque: - Allî donde los padres se divierten, los - hijos lo hacen con ellos. - 288 - Donde los padres no se lo pasan bien,tam- poco los hijos; pero estos distinguen bien entre; - unos padres negados al goce: "no saben divertirse", - y unos padres abrumados por el trabajo y la responsable lidad de sacar adelante su familia: "los que no tienen - tiempo para divertirse". Y aunque en el contacte con e£ tos segundos la diversiôn juvenil es mâs ocasional (ver_ cuadro n° 55 ), la atmôsfera que se respira no deja de -- ser agradable (ver cuadro n° 56). Por el contrario, allî_ donde la amargura de los padres es patente, lo es tam--- biën la de los hijos. Y como consecuencia, la califica-- ciôn del ambiente que estos jôvenes hacen da mâs indi-- cios de enrarecimiento que en los casos anteriores. Quie ro detenerme, por un momento, en la constataciôn juvenil_ de que los padres no se lo pasan bien, o tienen pocas - posibilidades de hacerlo. Algunas declaraciones de los - discotequeros dan cuerpo al contenido relacional de la - diversiôn o de su ausencia. Dejan ver que lo que predom^ na entre sus padres es el pragmatisme de la relaciôn; e£ tân unidos por costumbre y no se lo pasan mal del todo - pero sus posibilidades de divertirse estân "dificul- tadas": - por el esfuerzo que el mantenimiejito de - la familia exige,. - 289 - por el predominio de la rutina en la rela ciôn. , Los discotequeros creen que en lîneas générales: - "sus padres se llevan bien entre ellos y lo pasan bien - en mutua compafiîa. Sin embargo, matizan: K .~ ï o c r e o que t a m a y o r i a de n u e s t r o s p a d r e e , d é t a n t e - de t o s hi -Jos se m u e s t r a n u n i d o s , p e r o uno sabe que es — una pan to m im a, t e a t r o . B , - S i , v i v e n J u n t o s p o r c o s t u m b r e , s i n mâs . A t o m e j o r a t o p r i m e r o e r a d i f e r e n t e p e r o ya ha oambiado mucho. K . - Bso es t o ma to . Hay c u a t r o ahos de e n a m o r a m ie n t o . — Luego t o d o se hace p o r r u t i n a , p o rq u e no queda o t r o reme d i o . y t u e g o a t a v e j e z se v u e t v e n a u n i r , t o d o v u e t v e a r e s u r g i r . Se n e c e s i t a n ,.. como no t i e n e n nada que h a c e r _ v u e t v e n a h a b t a r.... y t e t o pa sas b i e n , o t a r o , o t e t o - p a s a s , s i n m â s . . . E t p a d r e t o pasa mat p o r q u e t i e n e que_ c u r r a r m u c h i s im o . La madré se pasa e t d i a en casa a t i m e n t â n d o t o s (a to s h i j o s ) . La vida juntos ha hecho de los padres unos_ amigos en potencia. Cuando se quedan solos, y desapare-- ce la desmesurada actividad y el esfuerzo exigida nor el cuida do de los hijos, vuelven a hablarse. Se necesitan, se lo pasan bien juntos. Las relaciones quedan definidas hasta aquî como buenas cuando al menos los padres pueden se-- guir viviendo juntos sin fricciones. Sôlo son muy buenas - 290 cuando se llega a la compenetraciôn de sentimientos y ex periencias. Contribuye tambiên a la definiciôn de buena atmôsfera familiar, la proximidad emocional entre el jo­ ven y sus padres. Aquî la mido por la definiciôn que el_ joven hace de sus relaciones con los padres. Son buenas_ para 81 por ciento de los jôvenes (ver cuadro n°57). Den tro de esta bondad hay una clara bifurcaciôn entre: - una compenetraciôn que la mitad de estos_ jôvenes siente y - un "llevarse bien".j"sin mucha confianza", para hablar de sus problemas. Este contacte amable entre padres e hijos es comûn a amplios sectores de jôvenes.- Me remito a las respuestas dadas por: - Los jôvenes de una poblaciôn rural arago- nesa:(en 1979).con porcentajes prâcticamente iguales a_ los aquî vistos.(34). - Los jôvenes del conjunto urbano de Zaragoza interrogados en la misma fecha que los del Casco Viejo(35.) (Diciembre, 1980) ■ r 35 por ciento tiene una relaciôn muy buena. - 51 por ciento l'a tiene buena sin mucha con­ fianza . - 291 - - Los jôvenes de Getafe (barrio obrero de - Madrid);57 por ciento apreciaban la consideraciôn recib^ da por sus padres (36). (Inicios del 81). - Los jôvenes espafioles de 1975; 53 por cien to "no experiementaban ninguna dificultad para un bûen - entendimiento con sus padres" (37). Los planteamientos - de cada una de las encuestas, varîan evidentemente, (ex­ cepte en las très primeras que ban sido los mismos). De-- jan Clara, sin embargo^ la generalizaciôn de un entendi--- miento con los progenitores, aunque solo se investigue - su profundidad en los estudios hechos en Zaragozav enel_ que aquî presento del Casco Viejo. Hay que tener en cuen ta que la sociedad espafiola en su conjunto cultiva una - atmôsfera de confianza entre padres e hijos como medio - de robustecer el entendimiento entre ambos. Asî se des- prende de las actitudes de los espanoles analizadas en - el informe FOESSA de 1975(38).El 66,9 por ciento de los es- pafioles consideraba entonces que "es mâs importante que los hijos tengan confianza por sus padres que respeto".- Hay un tercio de padres que opina lo contrario y obser-- vando a las minorîas de jôvenes que hoy dîa rechazan una 'autoridad fuerte* hay que concluir que aquellos porcen­ tajes se mantienen en pie. Pero las raayorîas van evolu-- cionando hacia relaciones de entendimiento, hacia bûsque - 292 queda de los acuerdos mâs que de los desacuerdos. Como - Rosa Conde dice, esta evoluciôn estâ un tanto retrasada - en relaciôn al resto de Europa, como estâ retrasado el - désarroi lo econômico espaftol respecte del europeo. Sin embar go la sigue con tidelidad (39). Willmott encontraba signos - de entendimiento familiar entre padres e hijos muy simi- lares a los que los jôvenes del Casco Viejo tienen hoy.-- Reproduce comentarios hechos por los adolescentes ingl£ ses que en 1966 participaban de las mismas vivencias.Por ejemplo un joven decîa: M is p a d r e s n o r m a lm e n t e q u i e r e n - s a b e r donde he e s t a d o y yo se l o d i g o . . . S o n muy eom p r e n - s i v o s . Y otro joven: Mi madré es muy bùena . S ie m pre p i e n sa t o meJo r de su f a m i t i a . H a r i a c u a t q u i e r cosa p o r nos o t r o s . ï en c u a n t o a m i p a d r e yo p i e n s o t o meJor de ê t . . . h a b t o con ê t s o b r e e t t r a b a j o y cosas a s î . . . (37). Lejos se estâ aquî,pues,de la dureza de tra tos que, el padre sobretodo,prodigaba a sus hijos a fina les del sigio pasado en el mismo barrio y que Bosanquet_ describe en su estudio de familia . (38 ). Hay evidencia,por tanto,de que este contac­ te amable no estâ basado sôlo en negociaciones de convi­ vencia, sino en valoraciones positivas de la misma y muy_ extendidas entre los jôvenes. En el Casco Viejo se van - manifestando en comportamientos especîficos de los pa-- - 293 - dres y de los hijos, que refuerzan los lazos de uniôn al interior de la familia. Y arrojan luz,tambiên, sobre las_ formas y modos con que la familia facilita los nexos de los hijos con el mundo social exterior. Me referirê aquî en concrete a los comportamientos especîficos de los pa­ dres en relaciôn a los amigos y a la educaciôn de sus h£ jos. En cuanto al primer punto, los padres respe tan los amigos elegidos por sus hijos. Este respeto a -- los amigos parte de que en la mayorîa de los casos "caen bien"; 55 por ciento y,cuando no, hay todavîa un grupo - de padres a quienes "no les gustan mis amigos pero no se me ten con ellos": 9,93 por cien. Es decir que en el 65 por_ ciento de los casos, hay un contacta positiva de los pa-- dres con los amigos, aunque una minorîa de padres mani- + - fieste su opiniôn negativa. Las tasas restantes no estân integradas estrictamente por quienes censuran a los ami­ gos; Al menos 18,9 por ciento de los hijos no saben lo - que sus padres piensan, 7 por ciento cree que a sus pa-- dres’les da igual" con quien salgai y sôlo un 1,6 por cien­ to reconoce un rechazo activo:"Tratan de impedirme que_ saïga con ellos" (ver cuadro n*58). Los hijos recono-- cen actitudes muy parecidas en sus padres hacia sus ami- - 294 gos del otro sexo. En 67,6 por ciento de casos los acep- tan, con matizaciones interesantes al interior de estos_ porcentajes (ver cuadro n°59): una mayoria que declaran: dan por hecho que los tenpo y me dejan hacer libremente: 44,23 por ciento. Y unas minorîas que o bien "oninan oue_ todavîa no debo tenerlos, pero resnetan lo nue yo nienso o hago" 6,7 nor ciento. "Aceptan oue saïga con amigos del otro sexo...metiêndome miedo sobre las consecuencias de_ un desliz" 6,4 nor ciento. 0 bien tratan de aconsejarme_ a su manera'',10,2 por ciento. En los demâs casos, es de­ cir en la cuarta parte restante, (24,25 por ciento), lo_ que prédomina es la indiferencia y sôlo en porcentajes - muy pequenos se da una prohibiciôn tajante (1,60 por — ciento), Esto es importante porque en dos tercios de los casos, las casas estân abiertas para los amigos constan- temente, Estân abiertas ocasionalmente en 19 por ciento_ de los casos y sôlo se cierran tajantemente en 9 por -- ciento mâs, Conviene sefialar que hablando de ello con los discotequeros y militantes, una cosa quedaba clara. Las •* casas estaban abiertas para los amigos del mismo sexo. - Fundamentalmente porque no se dispone de lugares comunes espaciosos y amplios a excepciôn de la sala familiar, y en ella no habrîa ambiente para estar con chicas. Pero - no sôlo por eso. A los amigos/as del mismo sexo se les - lleva a su propia habitaciôn para escuchar mûsica. Y es­ - 295 - te terrene personal si que es aûn impensable como lugar_ de encuentro con jôvenes de distinto sexo. Al preguntar_ a los discotequeros si llevaban chicas a casa, respondîan unSnimemente que no. Tanto,porque no le hubiera gustado_ a la familia,como porque ello hubiera sido reconocer que existîa compromise "con alguna de ellas". Lo que se des- prende de aquî es que las implicaciones de compromise, no sôlo son interpretadas asî por la familia, sino por los - mismos jôvenes. Son ellos, por tanto, quienes evitan situa ciones que pueden resultarles embarazosas. Insistirê mâs en las relaciones con chicos/as del otro sexo en el capî_ tulo de sexualidad. Ahora continûo con el acceso de ami­ gos a la casa,que deja ver de paso la disponibilidad de_ espacio personal para atenderlos, v oue es corroborada nor la m yoTÎa de los encuestados. En efecto 56 por ciento de los jôvenes que viven en sus casas (42) tienen la habitaciôn para sî solos. 41 por ciento la comparten con algûn her­ mano y sôlo 2 por ciento lo hace con algûn adulto, Estos ûltimos, unidos al 1 por ciento que duerme en la sala co­ mûn son losv jôvenes que realmente carecen de espacio pro pio. El espacio que la familia brinda al jôven contribu­ ye tambiên al cultive de su autonomîa y, por tanto, influ- ye en su sensaciôn de bienestar en casa. - 296 Un segundo comportamiento especîfico de los padres es el «lue se refiere a los estudios de sus hijos. Ya se vi6 antes que los hijos se comunican_ > con sus padres sobre su profesiôn y estudios. Estos res- ponden o colaboran con el rendimiento escolar de los hi- ! jos en 56,4 por ciento de los casos, aunque la actitud - mâs positiva se reduce a 42,6 por ciento, que son quie-- t nés se dedican a "animarme v avudarme en losposihle"sin - i exigencias (ver cuadro n®6Ô ) • | El interês de los padres - ; por la instrucciôn escolar es manifiesto pero depende de | como se de, que produce una reacciôn de agrado o tensiôn | en los hijos. j Estos reciben de buen grado la ayuda de -- i los padres y allî donde se prodiga con generosidad el am biente familiar, es mâs agradable (ver cuadro n® 61) . No - deja de serlo poco en las casas donde la ayuda indu ye exigencia, aunque ya se ven indicios de mayor "enrare­ cimiento en la atmôsfera del hogai". Cuando el clima fam^ liar empeora mâs es si embargo cuando hay exigencia sin_ ayuda y se enrarece fuertemente cuando se exige mâs en - estas condiciones. Esto es incluso peor que la indiferen cia. Aquî lo que se rechaza es un autoritarisme sin con- trapartidas en el que me extender# al hablar de las dis­ crepancies con la familia de las minorîas mâs o menos al̂ tas. 297 La convivencia con los hermanos forma parte de la atmôsfera general y es buena para casi todos: 66,.9 por ciento, con matizaciones: -'Se entienden muy bien con todos sus herma nos"53,8 por ciento. -’Wuy bien con alguno de elloÿ'13,14 por -- ciento. Los que no se llevan tan bien se dividen entre - quienes dicen que: -"ni bien ni malV 20,19 por ciento - y los que reconocen que"mâs bien mal'î 2,5 por ciento (ver cuadro n^62l. La encuesta a los jôvenes espaholes de 1975 preguntaba sobre las relaciones entre_ hermanos con diferente perspectiva: Actividades realiza- das juntos. Los resultados indican que la dinâmica entre hermanos era alta: -"Nos ayudamos en los estudios y trabajo'f 46,15 por ciento - "Salgo con ellos": 20,29 por ciento. - "Tengo amigos/as comunes ":18,7 por ciento. Sôlo 16,5 por ciento decîan llevar su vida_ completamente aparté de los hermanos (43). En definitiva, la relaciôn existante era intensa aunque no pueda concre tarse aquî si la percepciôn de la misma era muy positiva 0 no tanto. - 298 - En el C'asco Viejo ademâs hay algunas eviden cias importantes del papel que juegan los hermanos segûn sea la atmôsfera familiar, Y esto significa varias cosas: 1®) que cuando las relaciones con los padres van bien son los padres quienes juegan un papel prioritario sobre los hermanos, pero que los ûltimos van adquiriendo un pa pel mâs relevante cuando la atmôsfera estâ deteriorada.- Y llega incluso a ser prioritario sobre el papel del pa­ dre como elemento de ayuda en las crisis personales (ver cuadro n° 6 3). 2®)que este aumento de protagonismo en los hermanos no - lo es tal a nivel del conjunto. Se establecen solidarida des con algunos y distanciamientos con otros (ver cuadro n®64 ). 3®) que en todo caso los hermanos estân incluidos en el_ enrarecimiento de la atmôsfera cuando esta se produce y_ por tanto tampoco ejercen como sustitutivos de los padres en termines estrictos. El jôven se réfugia mâs bien en - el exterior, en los amigos. Algunos hermanos van a cum-- plir funciones de reemplazo o bien como amigos e --- bien tomando part ido al interior de la fa-- milia a favor del joven en dificultades (ver cuadro n®-- 63). Indicios del primer punto que he sefialado - aquî arriba se encuentran en la respuesta de los jôvenes 299 a la siguiente pregunta: &A quien acudes en mementos de_ crisis personal?. Los datos muestran que acuden mâs a -- los padres cuando la atmôsfera es agradable (52 por cien to) y menos cuando no lo es, alrededor del 20 por ciento. Muestran tambiên los datos que se acude mâs a los herma-- nos cuando la atmôsfera estâ enrarecida que cuando no lo estâ ( 14 por ciento en el primer caso y 8 por ciento en el segundo). Y dejan ver tambiên que disminuye mâs el -- contacte con el padre que con la madre, mâs alto este ûl timo en todos los casos. Aunque el papel de los hermanos no es muy notable,sf se observa que adquiere mâs impor-- tancia que el del padre, a quien incumbe una parte mayor de responsabilidad en el deterioro del ambiente. Los por centajes del cuadro 63 muestran que el apoyo paterno de£ ciende desde el 21 por ciento de jôvenes que lo buscaban en una situaciôn de atmôsfera agradable al 3 por ciento_ que lo hace en una atmôsfera enrarecida, mientras el apo yo buscado en los hermanos aumenta (como senalê mâs arri ba), desde el 8 por ciento en atmôsfera agradable hasta - el 14 por ciento en la enrarecida. Pero como dije en el_ segundo punto, el aumento de protagonismo en los herma-- nos no lo es del conjunto sino de algunos de ellos. Con_ otrôs se détériora la relaciôn como deja (Ver el cuadro - 300 - n® 64). Si en una atmôsfera agradable, las relaciones con los hermanos son "muy buenas con todos" para el 67 por - ciento de los jôvenes, cuando esta es desagradable ,el - - porcentaje desciende a 32 por ciento y en este segundo - caso aumenta consistentemente el nûmero de quienes se - - llevan bien sôlo con alguno y regular con otros. Lo que_ de aquî deduzco es que en las situaciones conflictivas - los hermanos dividen sus lealtadesj ' i : Almmos mâs comne- netrados con el joven, se solidarizan con êl. Otros nor - el contrario no lo hacen. Ademâs las situaciones no afec- i tan nor igual a todos los hermanos con lo oue se estable | cen lazos mâs sôlidos entre los que las viven de narecida | manera. Oue las situaciones no afectan nor igual a [ todos es lo que reflejaban en 1975 las respuestas de los i' jôvenes: 36,2 por ciento de ellos creîan que sus herma-- nos experimentaban las mismas dificultades con sus pa— dres que ellos, mientras 29 por ciento decîa que no (44). Es decir, y aquî entre en el tercer punto, los hermanos viven el probleraa familiar cuando este exi£ te y lo hacen de distintas manera?. Segûn el lado en el_ que se sitûen van a ser considerados como amigos o no -- tanto. E incluso cuando son amigos no son los ûnicos que - 301 - sirven de apoyo al joven. Este busca entre los pares, -- fuera de su hogar las ayudas que necesita. Quiero mencionar por ûltimo,otro dato que - aporta luz sobre la atmôsfera vivida en el hogar. Y es - èl de la diversiôn de los hijos. Los jôvenes "lo pasan - bien habitualmente con sus padres" cuando estos también_ lo hacen, como se viô anteriormente. Y lo pasan bien -- cuando el clima familiar general es agradable. Asî res-- ponde 89 por ciento de quienes reconocen divertirse en - casa (ver cuadro n® 65). Los jôvenes que se divierten "sô lo ocasionalmente" en casa, ya muestran una mayor perce£ ciôn de ambiente pasable o enrarecido: 36 por ciento. - Quienes manifiestan no divertirse nunca, acusan una at-- môsfera sôlo pasable o desagradable mayoritariamente: 70 por ciento. Estos ûltimos son minorîa y los primeros son mayorîa. Quiero dejar claro asî que lo que prédomina es un ambiente general positive y que cuando se détériora - (desde el punto de vista juvenil) es a causa de fallos en el cumplimiento de las funciones asignadas a los padres_ y no porque se cuestionen estas funciones. Por ûltimo,me referirê a los aspectos que - - 302 - el joven define como positives en la familia y que apor- tan datos a la definiciôn de atmôsfera familiar agrada-- ble descrita. El primero y mâs importante es la ayuda que aquella brinda en los mementos de apuro, a la que contribuye su carâcter de refugio y de espacio fîsico y_ social al que se tiene pleno derecho. Lo manifiestan — 50,9 por ciento de los jôvenes. Estos seRalan, en menor_ nûmero, la funciôn desempefiada por la familia de "mante- ner a los hijos y darles una educaciôn". Que es en defi­ nitive una cualidad mâs profunda de la funciôn inicial - de ayuda; 19,2 por ciento asî lo dicen. Otro grupo apun- ta "la libertad de organizar su vida", es decir de desa- rrollarsecomo seres autônomosĵ 16,34 por ciento de los jô venes. Como han respondido sôlo a una alternativa^ aque­ lla que les parecîa mâs importante, todas estas respues­ tas dan pistas importantes de las funciones de base a -- partir de las cuales se tejen unas relaciones positivas, (ver cuadro n° 66) ;S.2.3.-PARTICIPAN en las DECISIONES FAMILIARES.- Los jôvenes participan en las decisiones fa­ miliares. Lo hacen 66 por ciento de ellos. Ahora bien, - dentro de la dinâmica familiar hay decisiones que afec-- - 303 tan mâs a unos u otros miembros de la familia. Por ello_ preguntê especîficamente la participaciôn sobre: - Decisiones que afectan directamente a los padres. - Decisiones que afectan a toda la familia* - Decisiones que afectan a sî mismo* - Decisiones que afectan a los hermanos. La contribuciôn de los hijos se concentra - en los asuntos que afectan a toda la familia (62,1 por - ciento de los hijos participan aquî) y a sî mismos (lo - hacen 61,2 por ciento tambiên). Luego,hay un descenso im portante en las tasas de participaciôn, cuando de asun-- tos de los hermanos se trata. Sôlo 31,08 por ciento in-- terviene. Descenso que es aûn mâs drâstico cuanto a la - intervenciôn juvenil en asuntos que afectan a los padres, 16,6 por ciento. Lo que de aquî se desprende es que hay_ una tendencia familiar a. desarrollar relaciones democra ticas que conlleva; - Intervenciôn directa de cada miembro de - la familia en las decisiones que le conciernen. - Intervenciôn de todos en las decisiones - que at arien al conjunto. - Intervenciôn parcial en los asuntos que - competen a los hermanos. - 304 - -Inhibiciôn mayor en aquellos que tienen -- que ver con los padres. Ademâs hay un dato adicional in- teresante: que la adopciôn de decisiones concêrnientes alos progenitores, en los pocos casos que se da tiene poco que ver con el orden de nacimiento entre los hermanos, A no ser por una menor participaciôn por parte de los her­ manos intermedios, justamente de quienes antes mencionâ- bamos que se sienten relativamente relegados (ver cuadro n®,67). Para la toma de decisiones que atafien a los herma nos, SI funciona rigurosamente el orden de nacimiento (ver cuadro n®,68) . Intervienen mâs los irimogênitos, lue­ go los intermedios (esta vez no hay discriminaciôn) y por ûltimo los menores. Los derechos de intervenciôn en_ los asuntos de los hermanos adscritos a la jerarquîa de_ nacimiento puede explicar (es al menos una pista no des­ cartable hasta nuevas investigaciones) las tensiones en­ tre hermanos que han quedado reflejadas en el apartado - anterior. Si las lealtades se dividen, ganarâ évidente-- mente la confianza del hermano sobre quien se toma una - decisiôn aquel o aquellos que jueguen un papel mâs soli- dario con êl, aquel o aquellos que le echen una mano en sus crisis personales. Los hermanos que opten por postu- ras contrarias a los deseos del implicado provocarân en êl reacciones de rechazo y rebeldîa. Es interesante te-- - 305 - ner en cuenta el orden de participaciôn que les jôvenes sefialan cuando se les pide su opiniôn. Creen que debie-- ran contar con elles: 1®) Para les asuntos que envuelven a toda la familia, 2®)Para les que les afectan a elles persenalmentei 3®) Para les que se refieren a sus padre. 4®) Para les que tienen que ver cen sus hermanes. Ademâs la participaciôn deseada no supera a la existante mâs que en 16 per dente de jôvenes que de- sean participar en tede tipe de decisiôn. La satisfac— ciôn cen le que se tiene es alta per tante. Supera a la_ jnanifestada per les jôvenes espafieles encuestades en — 1977 ( 45). Linz media allî la influencia que el jeven tê nia en su casa, en las decisienes familiares, y encentra ba que sele 36 per dente de elles estaban satisfeches - cen su participaciôn en las decisienes familiares. Claro que en su encuesta no se sabe en cuales pedian temar par te, pero deteniêndenes sôle en su percepciôn del heche,- si queda claro que se veîan mâs ajenes al control de la_ dinâmica familiar que le que le hacen hey les jôvenes — del Casce Vieje. Donde si bay pistas de decisienes tema- das per les hijes es en la encuesta a les jôvenes espafio les de 1975 (46). Allî se deja ver que el 88 per ciente_ de les estudiantes per ejemple ban temade per si mismes_ 306 - la opciôn de seguir estudios y sus padres concuerdan con ella o al mènes la respetan. El date es importante por-- que se trata de una epciôn personal de peso para el futu ro de quien la hace. Son muy peces les jôvenes del Casce Vieje que creen que deben participar en la adepciôn de - decisienes relacionadas cen sus padres: 5 per cientojy - cen sus hermanes:1 per ciente. Son incluse menes que les que participan de heche. Prestande atenciôn a este ûlti- mo case, al de les hermanes, puede ebservarse que, les - que se sienten con dereche a participar son les hermanes menores, mâs que les mayores. Hable de cifras muy peque- Ras; dos hermanes meneres frente a un mayor y un intermê die. Ne es significative de nada pere si da idea de que_ les hermanes ne se sienten cen dereche a intervenir e al menes ne desean ejercer tal funciôn. Quienes la estân ejerciende hey, cencluye, le hacen per exigencies esta- blecidas y ne per desee personal de temar parte. Donde - si se quiere temar parte es en aquellas materias que tiê nen que ver con todos. Aqui la veluntad de participaciôn es fundamental y superior al dereche de intervenciôn en_ les prepies asuntos. Y es que este se da per heche mâs - fâcilmente cuande estâ garantizada la intervenciôn en le que se refiere al cenjunto. Implica per anadidura un sen - 307 - miento fuerte de pertenencia a dicho conjunto. Estes da­ tes refuerzan el argumente general de que les jôvenes e£ tân hablande de sus familias cen una experiencia de res- pensabilidad corapartida y deseada que incluye el respeto a las decisienes autônemas de les padres y hermanes en - aquelles asuntes privatives de elles. Respete que tambiéa se goza en cuanto a les prepies asuntes. Quiere aRadir - una ebservaciôn: les des tercies de familias que mantie- nen esta dinâmica familiar respenden mâs a una estructu- ra de padres con des-tres hijes que a la de padres cen - muchos hijeso con une sele (ver cuadre n®69). Asi el nû- mere ôptimo de hijes que ayuda a reproducir un ambiente_ democrâtice en el hegar es de des a très. 3.2.4.-LA FAMILIA SIRVE DE SOPORTE Y AYUDA Para 51 per ciente de les jôvenes la fami-- lia ejerce las funcienes de seperte y ayuda. Este signi- fica que brinda ayuda en les mementos de apure, que per- manece allî ceme el réfugié ûltime al que se acude siem- pre que se necesita y que ademâs censtituye el lugar a - dende "se va" cuande no queda ningûn etre.”Por el heche de ser miembre de la familia ya tenge ahî un lugar sim - mâs".. Y ejerce ceme tal para el misme percentaje de - - 308 jôvenes, ademâs de ejercer otraé funcienes ceme se viô - mâs atrâs. Efectivamente 51 per ciente de les jôvenes -- acude a su familia cuande experiementa una crisis perso­ nal. Si la familia falla se amplîa el marce de referen-- cia al que acudir pere para elle el ambiente de la casa_ tiene que ser desagradable y per elle pece invitader. Los amigos cemparten la intimidad del jeven y son mâs buscades cuante menes apeye se encuentra en la casa>. La cenfianza que brindan les miembres de la familia es desigual. La madré ecupa el primer lugar (ver cuadre n° 70), sole comparable al que tienen les amigos.- De tal manera que per cada très chices que acuden a la - madré en mementos de crisis 1,8 acude al padre y les her manes. Estas vivencias de les jôvenes del Casce Vieje en cuentran ece en las de les jôvenes espafieles en general. Lôpez-Cepere y su équipé les preguntaren en 1975:&Con quiôn te considéras mâs unide, cen tu padre e cen tu ma­ dré?. Las diferencias eran notables: centestaban que cen la madré 72,45 per ciente de les jôvenes. Mas unides al_ padre estaban 38,15 per ciente (47). La vinculaciôn afeç tiva cen la madré es per tante muy notable, le que impl^ ca una mayor facilidad de relaciôn y cempenetraciôn cen ella. Estas vivencias encuentran expresiôn notable asi - misme en jôvenes espafieles situados en claro conflicte - cen la seciedad y penalizados per ella. Los jôvenes de - - 309 - 16 a 21 afios, presos en læcârceles del Pals Valenciano_ afirmaban en 1980 que su familia se habîa portado con ellos, desde que estaban en la cârcel: - Bien 74,3 por ciento - Regular 8,8 por ciento - Mal 16,8 por ciento Esta actitud familiar era juzgada por 58,4_ por ciento de ellos como mejor de la esperada y le de— clan pensando en su madré sobre todo (41,3 por ciento de - les casos) y en su padre Cl6,0 por ciente). Todos los herma nos en general eran mencionados mâs asiduamente: 8,6 por ciento*alguno de ellos en particular: 4,6 por ciento. Aûn declan mâs. A la pregunta icômo créés - que te acogerân ... cuando saïgas de aqul?. Expresaban: - La madré bien, 9o,l por ciento - El padre bien, 67,0 por ciento - Los hermanos bien,90,0 por ciento La opiniôn de la madré era "positiva" para el 88,2 por - ciento de los jôvenes. La del padre lo era para el 50,7_ por ciento de ellos. La familia en general era valorada_ favorablemente en 61,2 por ciento de los casos (48). Volviendo a colectivos juveniles integrados socialmente: Tambiôn Willraott descubrla entre los adoles centes de East London una valoraciôn de la actitud mater na "mâs comprensiva que la paternal Si 51,6 por ciento - de los jôvenes declan que su madré "les comprendla" muy - - 310 - bien, solo 37,6 por ciento lo pensaban asî de su padre,- 09 ). La proporciôn es de 1,3 jôvenes comprendidos por su madré, por cada uno que lo era por su padre. El roi feme nino en el hogar, de permanecer allî y solventar los pro blemas personales de todos estâ surtiendo un tipo de re­ laciôn madre-hijo mâs intimista. La madré muestra una ac titud empâtica y por su mayor permanencia en el hogar es mâs asequible a los hijos. Regularize asî su papel afec- tivo y este se débilita menos incluse que el del padre - cuando la atmôsfera familiar se détériora (ver cuadro n® 63). Lo que quiere decir que la madré contribuye menos - al deterioro de la atmôsfera que el padre. Hay indicios de que este se debe a una menor prâctica del autoritaris mo personal hacia los hijos que es también una faceta de su papel afectivo, mâs évidente aquî en el Casco Viejo y en Espafia porque hay todavla menos paridad de roles en-- tre el padre y la madré. Mâs adelante hablarê de la auto ridad paterna. Ahora sôlo quiero dejar claro que la ma-- dre, ejerciendo de intermediaria entre el padre y los hî jos fortalece su roi terapfutico, de escuchar y aconse-- jar en las relaciones que el joven establece con sus ami_ gos de uno y otro sexo. Y con ello garantiza unos lazos_ mas fuertes con los hijos y por tanto mâs lentamente de- gradables que los del padre. Ya anteriormente expuse la_ evidencia de los contenidos de la comunicaciôn con el pa dre y la madré por lo que no insistirê en ello. Cabe afia dir sin embargo, que el padre contribuye tambiên a este - 311 - papel femenino, remitiendo a la madré todos los temas r£ lacionados con la vida personal de su hijo y sobre todo - de su hija. Y esto es évidente para los hijos. Cada vez_ que he preguntado a un chico o chica sobre este asunto - he encontrado la misma respuesta, que puede resumirse en el comentario de una jôven domêstica de 18 afios , Rosa:; M i p a d r e q u i e r e que to d a s sue h i ^ a s î l e g u e n v i r g e n e s a t m a t r i m o n i o y l e d i c e a mi madré que nos d i g a t a s oosas c t a r a s . Es muy i m p o r t a n t e p a r a é l . Cuando mi - hermana t é n i a n o v i o s i e m p r e e s t a h a p r e g u n t a n d o a mi ma— d r e como i b a n t a s aosas y d i c i e n d o t o que e t t a t é n i a que a a o n s e j a r . T o t a l que mi hermana se oasô emharazada y m i _ pa d re bu scâ t r a b a g o a l m a r i d o . Lo o b t i g a r o n a c a s a r s e oon mi hermana i s a b e s ? p e r o aunque q u i e n mâs h a b t a con - ê t es mi madré , y o sê que es m i pa d re o sea q u i e n t i e n e _ i n t e r ê s . M i madré t a m b iê n p e r o mi p a d r e d i r i g e t o d o , y__ se i n t e r e s a y p r e g u n t a a mi madré . Con mie hermanos y — e t c o t e i g u a t . M i madré va a t a s r e u n i o n e s y m i r a t a s no t a s p e r o m i p a d r e es e t que t e d i c e que d i g a e s t o , que - haga e s t o . S iem pre e s t â de v u e l t a . l o no he ha b ta do n u n - ca oon mi p a d r e de e s t a s cosas y m i s hermanos tam poao . - Bueno s i , p e r o no como oon mi madré . El padre ocupa el - lugar director y controlador. Ejerce la autoridad moral_ y por ello establece las normas. Es la madré sin embargo 512 - la mas legitimada para aplicarlas y al parecer lo hace - sin imposiciones, con comprensiôn. i La funciôn familiar de apoyo se manifiesta_ también en los esfuerzos que la familia realiza para fa- cilitar a los hijos la inserciôn en la estructura social amplia. Lo hace pagando la instrucciôn de los hijos y -- cuando esta acaba, ayudândoles a encontrar un trabajo. Los padres pagan los estudios del 83,98 por ciento de los hijos que estudian; 77,68 por ciento sin - hinguna ayuda externa y los demâs con la co]aboraciôn del hijo o con una beca (ver cuadro n°, 71). La ûltima al- ternativa es casi inexistante (5 0). . Tal comporta-- miento demuestra que la voluntad de prodigar una educa-- ciôn estâ fuertemente arraigada en los padres, como lo - demuestra la actitud de "animar y ayudar al mejor rendi- miento escolar de los hijos" que aparecîa anteriormente. Claro que dicho comportamiento cuenta con la respuesta,- yo dirîa entusiasta, de los hijos y responde precisamen- te a este entusiasmo. Se deduce del 76,2 por ciento de - jôvenes estudiantes que dan como razôn de seguir estu— diando que "les gusta". Hay tambiên un grupo minoritario que da razones mâs centradas en una voluntad consciente_ de ascenso social y prestigio profesional; "veo la nece- - 313 - sidad de tener una profesiôn": 7,9 por ciento y quiero_ "conseguir un tîtulo que me de prestigio y dinero":5,4 - por ciento. Razones todas que hacen pensar en un consen- so de intereses entre padres e hijos. S61o argumentan co mo razôn para estudiar: "que sus padres les obligan**,4,8 por ciento de los jôvenes. La compulsiôn paterna aquî es pues muy pequena. Estes dates seenmarcan en un contexte ge neral mâs amplio. En efecto la responsabilidad econômica paterna de los estudios de los hijos estâ muy extendida_ en Espana. Aquî yafalta de una educaciôn gratuita total los padres han asumido tareas muy importantes para la promociôn social de sus hijos (me refiero sobie todo al - perîodo posterior a la E.G.B.). En 1975, 82,5 por ciento de los jôvenes es- pafioles estudiaban a expenses de su familia. El 88,5 por ciento de los que estudiaban lo hacîan en aquello que -- les gustaba y contaban con el consentimiento de los pa-- dres (51). También era alta la motivaciôn de los estu-- diantes en 1977. Un 71,0 nor ciento de ellos lo hacîan - por elecciôn personal (52) y con el consentimiento pater no, Remitiêndome ahora a los jôvenes obreros de Cornelia, en 1974, observe la misma tônica de . interês - de los padres. Cursaban estudios financiados por los paires - 314 en torno a los dos tercios (53). Y este colectivo juvenil reune caracterîsticas socio-econômicas mâs parecidas a - - las que intente estudiar que el colectivo de jôvenes esna'ïo les en general, reoresentativo de todas las clases sociales El apoyo econômico familiar es - pues fundamental incluse en niveles socio-econômicos ba-- jos. iY cuândo los hijos tienen que incorporarse - al trabajo?. Entonces los padres ayudan a buscarlo. El 32,7 por ciento de quienes trabajan lo hacen gracias a su familia. No hay que olvidar hoy,gje enel Casco Viejo la - raayorîa de los jôvenes que trabajan lo hacen por necesi-- dad: 66,6 por ciento, pero hay también un 28 por ciento - que lo hace por libre decisiôn y casi ninguno arguye que_ sus padres le obliguen a hacerlo:l,8 por ciento. Quiero - decir con esto que la familia se bénéficia del salarie de los hijos cuando este es necesario. Pero ha logrado la co laboraciôn de aquellos en la tarea sin crearles sensaciôn de imposiciôn. La participaciôn de la familia en la bûs-- queda y obtenciôn de empleo para los hijos es comûn a -- otros colectivos de la sociedad europea, como lo es a la_ familia espanola. Es comûn a jôvenes trabajadores ingle- ses y franceses. Willmott recoge el date de que 32 por ciento de los jôvenes trabajadores de East London (1966)- - 315 - encontraron su primer empleo, y 47 por ciento el actual,^-- gracias a familiares o amigos (54). El dossier sobre los_ jôvenes y el trabajo que efectuaron Rouard y Audibert en_ Francia, en 1973,menciona que el 22 por ciento de ellos - encontraron el trabajo por la familia y 26 por ciento mâs gracias a amigos (55). Desglosa ambos caminos particula-- ristas de obtenciôn de empleo como lo hace Linz, quien re coge entre los jôvenes trabajadores espafioles de 1977 una intervenciôn familiar en 39 por ciento de los casos, una_ intervenciôn de amigos en el 34 por cim mâs (56). También en el Casco Viejo los amigos intervienen en 22 por ciento -- de los casos. En Espafia y por las caracterîsticas de la - familia espafiola, mâs tradicional que la europea en sus - atribuciones y organizaciôn (57), la familia tiene un pa­ pel mâs active que los amigos, siendo ambos, importantes. En Francia, por la mayor autonomîa del joven respecte a - su familia (58),(aûn cuando las dependencias se mantienen altas), los amigos contribuyen mâs que los padres al êxi- to en el hallazgo de un trabajo. Contribuyen mâs o son mâs eficaces sus estrategias de ayuda. Lo importante a se fialar aquî es que la familia tiene un papel socialmente - reconocido y eficaz en la bûsqueda de empleo. Y que lo ejerce mâs asiduamente que las oficinas de empleo estata- les (59), Es decir que tiene una proyecciôn social mâs am plia que el âmbito estricto del hogar. Y no sôlo eso. Que suple las deficiencias de la administraciôn de la socie-- - 316 - dad civil en el proceso de incorporaciôn de los indivi- duos a sus instituciones bâsicas: trabajo en este caso y educaciôn en el anterior. La familia ( y los amigos,pero hablarê de ellos en el capitule de amistades) se convier ten asî en un apoyo fundamental como recurso de stmervi- vencia y de mantenimiento o adquisiciôn de status. Y fuê ra de ella son pocas las posibilidades sociales que los_ garantizan. Ademâs la familia asume este papel batural- mente, aunque le supone costos. Extractando los datos de la poblaciôn juvenil total estudiada se obtiene un 43,58 por ciento de padres que pagan los estudios, mas 11,53 - por ciento que han obtenido trabajo para sus hijos: (-- 55,11 por ciento), que no son tasas complementarias sino probablemente superpuestas, y que dan idea del volumen - de apoyo familiar en la incorporaciôn del hijo a la so-- ciedad instituîda. Son datos importantes a tener en cuen ta para comprender la actitud juvenil de aceptaciôn bâsî ca del sistema familiar vigente. 3.2.5.-ACEPTAN LA ORGANIZACION ECONOMICA DEL HOGAR La aceptan 77,5 por ciento de los jôvenes.- Dije en la presentaciôn que lo hacen por omisiôn, en -- cuanto solo hay un 11,8 por ciento de ellos que declaran - 317 - ran "tener discusiones (con los padres) porque los herma nos/as queremos mâs dinero del que recibimos para los -- gastos". La omisiôn no es tanta sin embargo, al tener en cuenta que 46,7 por ciento de jôvenes no registran discu siones de dinero en casa por ningûn motivo (ver cuadro - n® 72) y quienes las tienen, las atribuyen a precariedad_ econômica mâs que a otra cosa. Los jôvenes han sido so-- cializados en una concepciôn de la familia como un siste ma econômico dinâmico que asigna recursos limitados a -- los distintos miembros que la componen y aceptan los que les toc%ien la competitividad general. El control del dinero estâ en manos de la - madré en la mayorîa de los casos: 42 por ciento. En un - porcentaje ligeramente inferior: 40 por ciento lo admi-- nistran padre y madré. El padre sôlo contrôla la econo-- mîa casera en 18 por ciento de los casos. Por lo general se pide a los hijos que trabajan mâs aporte econômico -- cuando la familia lo necesita mâs. De hecho entregan a - casa todo o casi todo el dinero que ganan: 55,47 por --- ciento de los jôvenes; entregan un poco 34,4 por ciento_ y 21 por ciento no dan nada. La mayorîa de ellos pertene cen a estratos socio-econômicos bajos. Entregan su suel- do întegro a casa, la mitad de los jôvenes de nivel bajo, un tercio de los que pertenecen al nivel medio y ninguno - 318 - de los que pertenecen al alto. Por el contrario son muy_ pocos los que se lo quedan todo en el primer nivel y ma­ yorîa en el tercero. Hay que tener en cuenta que son muy pocos los hijos de padres con nivel socio-profesional bajo que trabajan, pero cuando lo hacen disfrutan de sus in- gresos casi tôtalmente. Conforme disminuye el nivel se - hace mâs évidente que el trabajo tiene por objeto la ayù da econômica a la familia (ver cuadro n®, 75- Pero no es solo la necesidad econômica lo - que decide la cantidad de dinero que los hijos deben en- tregar. Interviene tambiên la persona que lleva el c o n ­ trol. El mâs exigente sin duda es el padre y la mâs tol£ rante la madré ( ver cuadro n®74). El têrmino medio c o ­ rresponde a una negociaciôn entre ambos padres. Estas -- tendencias, sin perder de vista el muy fuerte condicio- nante de la precariedad econômica, ayudan a visualizar - la dinâmica familiar y fortalecen la evidencia de que las cosas van mejor con la madré que con el padre gene-- ralmente; de que la madré tiene hacia los hijos una actî tud mâs comprensiva. Me pregunto si no se solidariza con los hijos frente al padre cuando hay tensiones. Serîa in teresante recoger mâs informaciôn sobre la elecciôn que_ la madré hace cuando se encuentra dividida entre el p a ­ dre y los hijos, especialmente si se viven en la casa fricciones causadas por el autoritarisme del primero; al_ - 319 - gunas de las cuales transcribirê posteriormente. Hay mâs evidencia de que es la persona que gestiona el dinero -- quien decide la exigencia de entrega econômica por parte de los hijos trabajadores. De hecho los jôvenes tienen - que entregar dinero en casa incluse en hogares que no ne cesitan su aporte para su mantenimiento. Al menos, por - su nivel socio-profesional de pertenencia: medio y alto, asumo que no viven en precariedad econômica. El cuadro - 73 muestra que en los niveles altos y sobretodo medios - tambiên los hijos contribuyen a la economîa casera. Y se da el caso ademâs de que en ambos niveles hay mâs obliga ciôn de entregar dinero en casa allî donde el padre lo - contrôla que donde lo hace la madré o lo hacen ambos (75 por ciento de los casos en el nivel alto y 68 por ciento en el medio).Claro que aquî se habla de grupos muy peque fios, especialmente cuando me refiero a los jôvenes traba jadores de nivel alto, pero es ilustrativo de la tenden- cia general del padre a exigir mâs que la madré. Galam-- baud acusa esta tendencia en las familias de los jôvenes trabajadores franceses y afirma ademâs que es mâs acusa- da en los padres empresarios ( clases altas y médias) -- porque proyectan en sus hijos (y mujeres) sus prâcticas_ empresariales del control econômico del capital y los sa larios (60). 320 - 3.2.6.-ACEPTAN LA AUTORIDAD DE LOS PADRES Digo que la aceptan porque sôlo 36 por cien to se quèja explîcitamente con las frases contundentes - que transcribe en la presentaciôn del tema. Y estas se - refieren a un ejercicio de la autoridad paterna agresivo para la personalidad del joven. Es decir que se quejan - cuando se sienten forzados en su libertad de pensamiento y acciôn. Cuando hay violencia en el ejercicio de la au­ toridad. En los demâs casos, y son la mayorîa, se acepta implîcitamente la autoridad de los padres. Esta se mani- fiesta con cierta claridad a través de la disciplina im- puesta en la casa. No en todos los hogares corre a cargo de las mismas personas, sino que, al igual que en el con trol econômico, se ejerce con cierta diversidad. Lo que_ prédomina es un ejercicio de la disciplina compartido en tre ambos padres: 52,88 por ciento de los casos. En se-- gundo lugar hay un 21,15 por ciento de hogares donde la_ disciplina es ejercida por el padre y se reduce a 14,74_ por ciento el nûmero de familias donde es la madré quien ejerce la disciplina. Ya a primera vista se observa que_ control econômico y ejercicio de la disciplina no se co- rresponden necesariamente. Aquel permanece en manos de - los dos padres o de la madré antes que del padre. La dis­ ciplina permanece en manos de ambos o del padre antes que de la madré. - 321 - Se estân dando pasos importantes hacia una_ paridad de roles entre el padre y la madré; que ya el FOESSA 75 encontraba tambiên en el estudio de la familia. No hay preguntas especîficas del tema que aquî me ocupa_ pero sî hay opiniones mayoritarias hacia la autoridad compartida por ambos padres y hacia la autonomîa econômi ca de los hijos respecto al dinero que ganan (61). Lo - - que me parece importante seftalar aquî es que se estâ lie gando a la paridad desde roles diferenciados, para el pa dre y para la madré dentro del mismo punto del control.- Los vestigios que aquî quedan indican que: el padre con- trolaba mâs las conductas de los hijos. La madré admini^ traba mâs los recursos domêsticos. Con ello el padre es- tablecîa contactes con sus hijos que conllevaban, y aûn_ conllevan, imposiciôn de reglas de convivencia. Mientras que la madré atendîa, y atiende al confort de los miem-- bros de la familia. Cuando los roles diferenciados co— mienzan a ejercerse indistintamente por parte de ambos - padres y ademâs de comûn acuèrdo, cambian tambiên las orientaciones de convivencia para los hijos. En el caso_ del control del dinero, lo que se obtenîa era una exigen cia de aporte a los hijos intermedia entre la muy alta - del padre y la muy baja de la madré. En el caso de la disciplina, lo que se obtiene es una mejora sustancial - del ambiente hogareno, superior incluso al que mantenîa_ - 322 - la madré como autoridad. Como deja ver el cuadro n®75,-- en hogares donde disciplina el padre responden que viven un ambiente agradable 52 por ciento de los hijos. Donde_ | lo hace la madré, responden 66 por ciento . Donde lo ha­ cen ambos responden 76 por ciento. Disminuye el nûmero - de hogares con ambiente pasable y el de hogares con am-- . biente enrarecido en la misma direcciôn. |i, Hay algo mâs.-- | Aquellos hogares donde ninguno de los padres toma a su - \ cargo la disciplina del hogar,el ambiente résultante es_ ^ menos agradable que en los très casos anteriores. Y el - enrarecimiento aumenta considerablemente. Las reacciones de los jôvenes se dicotomizan bastante ademâs en: ' [•- un grupo que puede vivir agradablemente - | ['sin reglas de control: 48 por ciento ; - un grupo que no puede hacerlo y que en— cuentra la atmôsfera de su casa enrarecida: 44 por cien- [ to y sôlo pasable 8 por ciento. Lo que de aquî parece -- i desprenderse es que conviene mâs a los hijos vivir de -- acuerdo a una reglas que no hacerlo. Al menos, para un -- grupo numeroso. Si las reglas existen se puede tomar la_ opciôn de aceptarlas o la de rechazarlas. Si no existen_ la alternativa es crear por sî mismo las pautas de com-- portamiento, lo que requiere varias cosas: cierta clari­ dad de metas por ejemplo, capacidad de decisiôn autonômi ca, habllidad para conjugar los propios intereses con -- 323 - los de los otros miembros de la familia (hermanos inclu^ dos), etc.,. Pero al mismo tiempo la ausencia de modelos adultes que den las pautas hace mâs difîcil el hallarlas por sî mismo. Sobre todo porque se requiere el consenso - de todos los demâs miembros de la familia, y para lograr lo hacen falta unos principles de autoridad aceptados por el conjunto. Es decir, se necesitan reglas de juego^ legitimadas y difîcilmente va a ser el joven quien asuma el papel de crearlas y hacerlas aceptables. Cuando hay r£ glas de juego per tanto, y especialmente cuando estas son establecidas por ambos padres, las cosas van mejor y los porcentajes mayoritarios dejan ver que en las familias - de estos jôvenes la atmôsfera vivida es agradable. La encuesta aporta evidencia empîrica sobre ejercicios concretes de disciplina. Me refiero a la re- glamentaciôn de: - las salidas de casa de los jôvenes en su_ tiempo libre, - las entradas de amigos a la casa, - la exigencia de rendimiento escolar,, - la participaciôn del joven en las decisio nés familiares. Algunos de estos puntos han sido vistos_ ya y no me extenderê en ellos. Cabe mencionarlos sin em­ bargo porque son aspectos especîficos de como s'e pone en - 324 - prâctica la autoridad de los padres. Las salidas de casa de los jôvenes, para go zar del tiempo libre con sus amigos eStân reglamentadas_ de diferente manera durante la semana y durante los f i ­ nes de semana. Es mayor el nûmero de jôvenes que tienen_ que estar en casa para las 10 de la noche durante la se­ mana. Mayor tambiên el de los que tienen una hora fija - de vuelta a casa.Diranteel findî semana aumenta por el con-- trario, el nûmero de jôvenes que tienen plena libertad - de vuelta en el horario que deseen (ver cuadro n® 76), E^ to es comûn a toda la juventud zaragozana (62). La libê raciôn de horarios establecidos habla ya de una permisi- vidad de los padres, que se refuerza con las sanciones im puestas a quienes incumplen la norma. Un 60 por ciento - de los padres dan una reprimenda que consiste en que :"me llaman la atenciôn sin mâs": 43 por ciento; o "me rifien" un 17 por ciento. Una cuarta parte mâs "no dicen nada".- Y en tasas muy pequefias "castigan" o "me mandan a la ca- ma sin cenar" (ver cuadro n°77). No hay por tanto severi dad de parte de los padres como,probablemente, no hay grandes incumplimientos por parte de los hijos. La liber tad de salidas de casa varia segûn si se es chico o chi­ ca y esto interviene sin duda en los cumplimientos. Quie - 325 - ro decir que se asume algo establecido: los chicos pue-- den estar en la calle mâs tiempo que las chicas. Y luego cada uno actûa en consonancia. Mas tarde hablarê de la - percepciôn de las cosas que tienen los jôvenes segûn el sexo. Ahora quiero sôlo mencionar la respuesta colectiva a una pregunta sobre la propia familia que decîa asî:iPo drîas decir quien pasa mas tiempo en la calle, los herma nos o hermanas?. Los que respondîan *los hermanos' esta­ ban en proporciôn de 5,7 por cada uno que respondin'̂ que 'las hermanas'. Y esto es un hecho aceptado, con algunas reticencias y dudas pero aceptado al fin, como manifies- tan los jôvenes discotequeros y sus amigos en las convey saciones que con ellos mantuve. Las salidas con amigos se compaginan bien - côn las entradas de los amigos a la propia casa. Ya ha - blé de ello en . pâginas anteriores. Sôlo quiero - recordar aqui que los amigos tienen libre entrada al ho­ gar en dos tercios de las familias. Esto permite a los - padres conocer con quien salen sus hijos y en cierta me- dida entender sus vivencias, intereses, modos de actuar. Asî, participan de la vida de sus hijos en la parte que_ esta tiene de mâs independiente. Es interesante consta-- tar que al preguntarse a los jôvenes por la forma de co­ nocer a los amigos, sôlo 8 por ciento lo hace por medio_ de sus familiares. Las relaciones amistosas se inician - - 326 - j i mâs en el colegio, en el barrio; en las discotecas. Por_ eso que invitar los amigos a entrar en casa, es un medio eficaz de acercamiento al âmbito de elecciôn propia del_ hijo. Lleva aparejada la aceptaciôn de su derecho a ele- gir y es un intente de cooptar con ello si no lo es ade-- mâs de controlarlo de mâs cerca. A mi parecer los padres estân admitiendo que sus hijos reciben muchas mâs influen cias que las del hogar e intentan compaginarlas con su - propia vida familiar. El rendimiento escolar de los hijos es se- guido con interês por los padres y como sefialê anterior­ mente estos adoptan una postura mayoritaria de ayuda y - estîmulo. Conviene por tanto preguntarse quê pasa cuando los jôvenes fallan en sus estudios y asî se lo preguntê: Si tus padres te castigaban o castigan por mal rendimien to escolar iqué tipo de castigos eran o son los mâs co-- rrientes?. La mayorîa de los padres no castigaban ni - castigan, 41 por ciento. Las sanciones mâs comunes, tan­ to hacia los jôvenes que ya han dejado de estudiar como_ hacia los que siguen estudiando, son: "renirme" en una - cuarta parte de los casos, "dejarme en casa sin salir" - en 15 por ciento de los casos; en porcentajes inferiores 'brohibirme ver la tele',' " pegarme" u otro tipo de casti-- - 327 - no esuecificados (ver cuadro' n° 78). Aunque .los padres se esfuerzan por educar a los hijos, no parece pues que lo hacen en forma compul̂ siva al menos la mayorîa de ellos. Otros estudios sobre sancio nes que los padres aplican a sus hijos en estos ûltimos_ afvos dan los mismos resultados. Sé ejerce la disciplina^ explicitando verbalmente el descontento con lo que el h^ jo hace. Galambaud encuentra que los jôvenes obreros — franceses en 1977 recibîan 'réprimandas por las acciones censuradas en 68 por ciento de los casos, 'castigos (bo- fetadas)' en 20 por ciento mâs (63) y 'otros* el 12 por_ ciento restante. Galambaud no preguntaba sobre aspectos_ especîficos pero las tendencias quedan claras. Prédomina la rifta sobre la privaciôn de algo, aunque el castigo corporal es mâs frecuente entre los franceses que entre_ los espanoles del Casco Viejo en 1981. Estos castigos -- son inferiores a los aplicados en sistemas de familia -- mâs tradicionales, lo que lleva a la conclusiôn de que - la permisividad familiar se va extendiendo conforme se - avanza hacia una familia de autoridad compartida. 0 en - términos de Young y Willmott hacia una familia simétrica (64). Esta diferente disposiciôn de los padres a ejer-- cer su autoridad sobre los hiios, no sienifica necesaria - 328 - mente que el control familiar vaya desapareciendo, aun- que este es un hecho en algunas familias. Para él conjun to significa mâs bien que se efectûa de otra manera. Y - parte de éste modo de controlar es el intento de conocer, de primera mano a los amigos de los hijos, de recibirlos en casa, de seguir de cerca los estudios. La participa-- ciôn del joven en las decisiones que afectan a la fami-- lia y a sî mismo contribuye tambiên a lo que yo llamarîa un sistema de autoridad compartida. Sistema que facilita una racionalidad en la relaciôn que permite al joven par ticipar mâs en la carga afectiva del hogar. Galambaud en cuentra que esta participaciôn facilita un desarrollo -- mâs complejo de la sensibilidad del joven. Observa que - los jôvenes que viven en ambientes mas democrâticos esta blecen mejores relaciones de trabajo y valoran mâs la amistad y la actitud cooperativa entre compaheros. Es de cir, que son mâs aptos para las relaciones sociales y las desean mâs (65). En relaciôn a la familia se da tam­ biên en estos jôvenes un mayor aprecio de la convivencia y un juicio positive sobre lo que sucede en casa. - 329 3.3.- PROYECTO JUVENIL DE LA FAMILIA. MATRIMONIO E HIJOS. 3.3.1.-ELIGEN EL MATRIMONIO COMO FORMA DE VIVIR EN PAREJA. Los jôvenes quieren reproducir en su vida afectivo-sexual el mismo modelo de familia que han visto en la generaciôn de sus padres: matrimonio legalmente constituido e hijos. Con ello siguen la tradiciôn adulta C66 ) . Pero vayamos por partes. Varias eran las preguntas que trataban de confronter a les jôvenes con sus proVectos de familia. En primer lugar se les interrogaba: iCual - de las siguientes alternatives te satisface mâs para tu_ vida afectivo-sexual?. La elecciôn podia ir: hacia la v^ da en pareja, en grupo, en solitario o permaneciendo con la propia familia. La mayorîa opta por la vida en pareja: 69,5 por ciento. En segundo lugar se sitûa un grupo de - 21,1 por ciento que no saben todavîa y minorîas inferio­ res al 6 por ciento que prefieren las otras alternativas: vivir en grupo, en solitario o continuer con la propia_ familia.(Ver cuadro n® 79). Dentro de los jôvenes que quieren vivir en pare j a hay una diferenciaciôn interesante: - entre quienes desean una relaciôn de pare - 330 - ja en matrimonio: 39,7 per cientp. - quienes prefieren comenzar a vivir en pa- reja "antes de llegar al matrimonio": 13,1 por ciento. - quienes optarîan por la vida en pareja -- mientras dure el amor; 16,6 por ciento. Luego se verS co mo se inc1inan mâs al matrimonio los jôvenes que vienen^ de hogares donde existîa una büena atmôsfera de convi-- vencia, o de hogares donde los padres se habîan separado ya. Se verâ tambiên la presi6n social y familiar que im- pulsarâ a mâs jôvenes y no s61o del Casco Viejo, sino e£ paftoles y franceses en general a contraer matrimonio. Sin embargo es constatable que no todos los que tienen - , un proyecto de vida en pareja quieren casarse y esto re- f présenta una actitud cada vez mâs extendida y compagina- i ble con los deseos de la juventud actual, de sentar sus_ interrelaciones en base a la sinceridad y responsabili-- dad de quienes deciden establecer un vînculo afectivo-se xual. Este es un valor mueho mâs évidente desde los ahos 60. Yankelovich constataba en su estudio de la juventud_ estudiantil americana que si en 1968, uno de cada cuatro jôvenes creîa que el matrimonio era una instituciôn obso leta, en el 73 lo creîan asî très de cada cuatro. Otra - cosa es que enfrentados a la situaciôn del matrimonio la mayorîa de estudiantes se adhieran a conductas tradicio- nales. Lo hacîan por ejémplo 66 por ciento en 1968 y 61_ por ciento en 1973. Como veremos a continuaciôn en Espa- 331 - fia siguen descendiendo estos porcentajes pero no muy drâ^ ticamente. La tradiciôn al fin puede con la mayorîa de -- los jôvenes.(67); Retomando a los jôvenes del Casco Viejo, es_ évidente la importahcia, insiste, que para elles tiene la relaciôn en pareja, pero se bifurcan en las seguridades - deseadas para lograrla. Los primeros apelan mâs al vîncu­ lo legal, es decir al control social de su decisiôn priva da. Los segundos y terceros, con distintas matizaciones - establecen seguridades de âmbito personal. Transcribo al- gunas explicaciones dadas por los jôvenes entrevistados - sobre el valor de la vida en pareja. En palabras de los - jôvenes militantes: A . - Por e t momento no ha t t e g a d o nada mâs a l t o que t a pa ­ r e j a , E n fo n c e s me p a r e a e que e t e s t a d o m e j o r d e t hombre - es t a p a r e j a j to dav- ta , h a s t a que no se dem u e s t re l o o o n - - t r a r i o . , . Pa ra un e q u i t i h r i o psïqu-Coo y p a r a un monfôn de oosas t e das a u e n ta que s i e s t â s con una m u j e r pues r e p e r c u t e en t u v i d a d i a r i a , en t a a g r e s i v i d a d y en un montôn_ de cosae . C,~ Creo que e s t e t i e n e r a z â n , que e t e s t a d o i d e a l es t a _ p a r e j a , aunque yo nunca me he p a r a d o a p e n s a r en esas -— c u e s t i o n e s. - 332 Sin embargo otros mi'embros del grupo ven en - perspective otras alternatives : D . - No sS, en un p r i n c i p i o c r e o que m e j o r como e x p e r i e n— c i a , t a t como e s t â e t mundo y una e e r i e de c u e s t i o n e s , a_ t o m e j o r a d m i t o t a p a r e j a en ese s e n t i d o p e r o como v i d a - f u t u r a , como avance y una s e r i e de p r o g r e s o s c r e o q u e ' t a _ r e t a c i â n a n i v e t de p a r e j a se t i e n e que d e s t r u i r p o rq ue - no e x i s t e e t amor n i una s e r i e de c u e s t i o n e s . A mi me van t t a r e t a c i o n e s un poco mâs a b i e r t a s , de g r u p o , Lo que ha - s d i c h o é s t â vamos, que con una t i a puedes e s t a r un ano> to _ ' que t e g u s t e , p e r o t e c a n s a ~ A t o m e j o r no p o r t a t i a s i n o p o r to s c o n d i c i o n a m i e n t o s s o o i a t e s , que e s t a s h a r t o d e t - « t r a b a j o y a s i , . , | B . - Ï 0 Veo a t a p a r e j a pues como e x p e r i e n c i a , como p t a t a - | f o r m a p e r o tue go no me p a re a e que sea i d e a l t a p a r e j a . -- i Hay p r u e b a s . Nada mâs t i e n e s que m i r a r a t r e d e d o r y ves un montân de p a r e j a s que se t t e V a n mat , de d i v ô r c i o s y to d o s esos r o t l o s , Y a veoes t a p a r e j a no t i e n e nada que d e c i r - se , L t e g a o t r o ya s o i s t r è s y t a s oosas cambian mucho. -- Hay una d i s c u a i ô n mâs v i v a y t a c o m u n i c a c iâ n es mucho ma­ y o r . Para los discotequeros la pareja, aunque vi£ ta en una perspective muy lejana es alternativa por su po der de comunicaciôn y compenetracion entre dos personas - de distinto sexo que se tienen ya confianza y que compar̂ ten sus diferencias. 333 - J . ~ l a m u j e r es t a p a r t e que t e f a t t a a t hombre y te aom- p t e m s n t a , t a o t r a m i t a d que t e esouoha , t e compre nds , t e _ da r a z o n e s . Creo que e t hombre es ese comptemento de t a _ m u j e r que t e esc ucha y puede a y u d a r t a . H . - Cuando uno q u i e r e a una c h a v a t a t e n d r i a que e s t u d i a r - t a b a e t a n t e y s a b e r c om pre nde r y a s t h a s t a a a s a r t e . K.- Uno d e b i a b u s c a r a su med ia n a r a n j a , esa que t e corn— p t e m e n t a de t a t manera que no puede h a a e r t e daho . Pero -- muy pocos se p r e o a u p a n de b u s c a r b i e n . i Quê esa t i a e s t â - b u e n a ? . H a t a ! pues van y se casan . Por j o d e r y pa j o d e r a sue am ig os . Y tu e g o paëan c i n c o , d i e z o q u i n c e anos y d i - ce n " ' " ya no puedo mâs" Y a t a m u j e r t e p a s a r â i g u a t . Y eso de que t a m u j e r t i e n e que s e r como e t hombre es f a t s o . Af£ nudo a b u r r i m i e n t o l . , . en t a v i d a haoe f a t t a que haya d i s - c u s i o n e s , a t g o de em oo iôn . J . - Pero es muy d i f i c i t t t e g a r a o o m p e n e t r a r t e eso pasa - muy r a r a v ez . P o r eso se d i s c u t e . K . - No s e n o r , . . . se puede t t e g a r a e n c o n t r a r a t g u i e n aon_ q u i e n c o m p e n e t r a r s e . Lo que pasa es que t a g e n t e es muy - c c n f o r m i s t a y no se p r e o c u p a de b u s c a r . La m u j e r es una - tu c h a . Es a t g o que t i e n e s que c o n s e g u i r . A h ! . Y p r e f i e r o _ una que me e n t i e n d a que una que te n g a d i n e r o . . Las chicas entrevistadas no han sido tan ex­ plicitas como los chicos, a excepciôn de Francisca, -- la joven que sufre de la convivencia con un padre autori- tario. Todas ellas no obstante se declararon favorables - al matrimonio y pensaban casarse un dîa. 334 Transcribo algunas frases de F. al respecte: F . - Para mi l o i d e a l es c a s a r s e p o r muohas r a z o n e s . Para s a l i r de o a s a f C t a r o , y p a r a e n c o n t r a r un t i o que me en— - t i e n d a , que v a l g a ^ l a pena . No me i m p o r t a r i a v i v i r con_ e t s i n casarm e, s i ê t no q u i e r e . H as ta s é r i a mâs f â c i t _ pâ p r o b a r como van t a s cos as . La experiencia de lo vivido entre los padres marca a los jôvenes en sus proyectos. Gonviene detenerse - por tanto en las reacciones a que da lugar. Donde las co­ sas han ido muy bien o bien a nivel de los padres y alli_ donde sus relaciones son conflictivas, se concentra el ma yor nûmero de jôvenes que opta por el matrimonio en su -- forma tradicional (ver cuadro n°80 ). Los porcentajes sin embargo varîan, dândose tasas mâs altas de aceptaciôn en­ tre quienes ven que las relaciones entre sus padres son - muy o bastante buenas. Por el contrario, aumenta entre - quienes las ven conf lictivas einûtiero de jôvenes que prefie re vivir la pareja como prueba antes del matrimonio y vi- virla mientras dure el amorfver cuadro n°80 ) Entre los primeros se dan ta sas altas de jôvenes que no tienen proyecto: 42 por cien­ to de los hijos de families en las que los padres se 11e- van bien. Parece ser que el buen clima vivido retarda su_ - 335 enfrentamiento con el future; o al menos su nece- sidad de adquirir mayor autonomia. Entre los segundos, es decir en quienes ven que hay conflict© entre los padres,- hay, una tendencia mayor a tomar decisiones desde ahora. - S61o 25 por ciento de ellos carecen de proyecto. Deciamos anteriormente que unos jôvenes han_ vivido un ambiente agradable y otros no. Observando lo -- que unos y otros jôvenes harîan, confrontados con su deseo de reproducir o no el estilo o ambiente de familia vivi-- dos, aparecen diferencias sustanciales ( ver cuadro n® 81). Para comenzar s6lo lo reproducirîan tal cual 11,7por ciento de jôvenes que tienen una buena experiencia familiar. La mayorîa, de entre ellos incluse (63 por cien to), lo reproducirîan con mejoras, Todos aquellos otros - jôvenes que han vivido y/o viven experiencias familiares, diflciles de soportar optan mayoritariamente por no re-- producir el ambiente de familia vivido y en tasas que se_ acercan al tercio por reproducirlo con mejoras. Queda cla ro, observando ambos cuadros (80 y 81 ) que quienes han vivido en una atmôsfera cargada de conflictos entre sus - padres y en su hogar no desean en absolute reencontrarla en su propia organizaciôn de la vida afectiva. Pero al - 336 jnismo tiempo tienen £e en la instituciôn matrimonial y en sus recursos personales para dar a su proyecto un giro distinto al que ha tomado el de sus padres. Hay algo aqui digno de atenciôn. Es aplicable a todos los jôvenes aun-- que me remita mâs especialmente a los hijos del conflict©, Y es que su participaciôn en la carga afectiva que circu­ la entre los padres y adultes del hogar estâ permitiendo_ que se enfrenten a la experiencia familiar: - valorando desde dentro lo que pasa - diagnosticando los errores y remontândose_ a las causas. Con elle adquieren lucidez para situarse autônomamente frente a lo que ven y para planear en base_ a elle su proyecto future. Quiere recordar que los jôve-- nés no son solamente testigos de la tensiôn producida al_ interior de la vida conyugal desus padres sino que han ad quirido ciertos derechos de intervenciôn. No tanto en la_ interacciôn padre-madre como en la vida familiar del con- junto. Estân lejos de aquellas situaciones, propias de fa milias mâs tradicionales, en las que la realidad del am-- biente vivido no concordaba siempre con la versiôn oficial que del mismo se tenîa y daba. Los hijos, eran meros es- - pectadores-sufrientes de una atmôsfera que no podîan ex­ pliciter ni declarer ôficialmente. Por ello mal podîan participer en la bûsqueda de alternatives que aliviaran - - 337 - las situaciones de convivencia degradada (68). La reduc-- ci6n de distancias de autoridad entre padres e hijos, re­ duce tambiên los temores de estos ûltimos, incluse para - expresar sus propias opiniones sobre su familia y proyec­ tos futures. No digo que no existan temores. Existe al me nos un deseo razonable de convivir antes de legalizar una situaciôn de pareja, y de no mantenerla sino mientras sea deseable afectivamente. Pero se hace ya asumiendo que el_ fracaso es posible y remediable. Esto es especialmente evidente en los hijos de padres separados, quienes optan_ fundamentalmente por ensayar la vida en pareja, sin com-- promisos legales: mientras dure el amor 57 por ciento — ( ver cuadro n"80). Cabe preguntarse si esta opciôn es, - ademâs de un deseo personal, una aprobaciôn clara de la - decisiôn tomada por sus padres, y de la consiguiente rea­ lidad vivida por ellos. Aunque no dispongo de dates con-- firraativos si que este punto constituye una hipôtesis in- teresante de estudiar mâs adelante, Los hijos de padres separados dan ademâs por centajes relativamente altos (por comparaciôn): - de quienes desean una vida en grupo: hasta ver como evoluciona la relaciôn con los demâs; 14 nor ciento; - de quienes prefieren vivir solos mantenien do relaciones con personas de distinto sexo segûn se pre- senten: 14 por ciento. I - 338 - La originalidad de su vida familiar frente - al conjunto, ha despertado su capacidad de iniciativa en mayor medida que entre los demâs jôvenes. Esta es seguida de lejos por quienes perciben un distanciamiento entre los padres que siguen viviendo juntos, circunstancia que hace a los jôvenes mâs escêpticos hacia el matrimonio tradicio nal.incluso que la situaciôn de conflictos abiertos entre los padres. Parece pues menos définitivo para el rechazo juvenil al matrimonio tradicional, un conflicto claramen- te desatado que una relaciôn sorda, fria y distante. Las relaciones del joven con sus padres tam­ biên influyen en la direcciôn del proyecto juvenil. Com-- plementan las correspondencias vistas hasta ahora y aha-- den datos de interês. Estos dejan ver que las fricciones con los padres condicionan mâs si cabe el proyecto de pa­ reja a la'duraciôn del amor entre sus componentes (ver cuadro n“ 82). Demuestran asîmismo que cuando los hijos - se llevan muy mal con los padres, aumenta su desorienta-- ciôn sobre quê hacer en el future, desorientaciôn de la - que participan los jôvenes que se llevan bien con sus pa­ dres aunque respondan a fundamentos distintos. En el sen­ tido siguiente; - Los que no tienen conflictos hogarenos op­ tan o bien por reproducir el matrimonio: 52 por ciento, o - 339 en segundo têrmino ralentizan .cualquier tipo de decisiôn: 28 por ciento. - Los que los tienen, y me refiero mâs con-- cretamente a los que describen sus relaciones como muy - malas, se inclinan parejamente: hacia un compromise personal de vivir en - pareja mientras ambos lo deseen, 50 por - ciento o dudan abrumados por la inseguridad y el_ miedo al fracaso: 50 por ciento► Cabe resumir por tanto que los deseos mani- festados por los jôvenes, son de mejorar la calidad de lo vivido y ello dentro de un proyecto de matrimonio. Este - se inclina mâs hacia formas de vida en pareja autônoma en su compromise cuanto peor es la experiencia familiar vivî da. Un ejemplo de la exigencia de compenetraciôn que los_ jôvenes ponen al matrimonio lo da J. discotequero, al pen sar en su papel future como hombre casado: Creo que e l — hombre s i e s t â casado no debe s a l i r nunca s i n su m u j e r . - S i e H a e s t â e n fe r m a se queda con e l t a en casa . Puede p a - r e c e r muy r o m â n t i c o p e r o yo c r e o que s i un hombre e s t â ca sado es p o r a t g o ... y con su m u j e r debe h a b l a r de t o d o y_ e l l a con ê l . Cuando l a m u j e r se casa ya no t i e n e a h î t a - amiga p a r a c o n t a r t e que s i se ha comprado e s t o o l o o t r o . Deben c o m p a r t i r t o t o d o . - 340 - La pregunta hecha en la encuesta a los jôve­ nes se dirigîa a sus deseos ôptiihos, se intentaba descu-- brir su alternativa preferida. Pero tambiên les preguntê_ mâs directamente: iquê forma de vivir en pareja vas a ele gir tu o bas elegido ya?. Y ante este interrogante aumen­ ta el nûmero de jôvenes que se sitûan dentro del matrimo­ nio: 64,4 por ciento, mientras permanece igual el de jôve nés que optan por la libre uniôn: 16,9 por ciento. Es de­ cir, que piensan casarse jôvenes que veîan antes mâs sa-- tisfactorias otras alternativas o que no tenîan un proyec to ôptimo de relaciôn afectivo-sexual. Algunos de los jô­ venes entrevistados explicaban estas discrepancies como - una claudicaciôn de sus idéales por las circunstancias so ciales circundantes. Me refiero a los militantes: A . - Me p a r e c e que e l e s t a d o m e j o r d e l hombre es l a p a r e j a ... p e r o c l a r o s i t e e n r o t l a s con una t i a t i e n e que s e r - una t i a que t e g u s t e mucho, que t e I t e v e s muy b i e n con — e l l a , que t e de mucha a f e c t i v i d a d y t u a e l l a ta m b iê n . Y__ e s t o ya sabes que no d u r a t o d a l a v i d a po rq u e no puede — s e r , p o rq u e t u camb ias y e l l a pues ta m b iê n cambia. C.- Es que eso es l o i d e a l y yo es que ah o ra no me l o p l a n t e o p o rq u e es v e r d a d p e r o me g u s t a r i a s e r l i b r e p a r a v i - - v i r con una t i a m i e n t r a s nos vaya b i e n i n o ? , p e r o lu e g o - me c a s a r ê s e g u ro p o rq u e es l o que to do e l mundo hace. D . - Es que no hay s a l i d a t u , yo ah o ra ta m b iê n d i g o que no. - 341 que de casarme nada p e r o poao a pooo p u e s i t e puede t a a o - e a j A h ! , y t a t i a , que es ' q u e t a s t i a s q u i e r e n c a s a r s e . E . - ï l a f a m i l i a y t u ta m b iê n \hombre s i es que no hay -- o t r a c o s a ! . L o que pasa es que es m e j o r e x p e r i m e n t e r a n t e s , no i r con l o s é j o s c e r r a d o s como f u e r o n l o s p a d r e s . No, s i a l f i n a l nos casaremos t o d o s , v e r â s . El mismo sentiniento mostraba gran parte de_ los jôvenes franceses en 1978. Decîan sin ambages , que el matrimonio es la forma social de vivir mâs extendida y lo seguirâ siendo: 53 por ciento. îRazôn? - que la vida matrimonial se convierte en ru tina y seguridad: 51 por ciento. - temor a la desaprobaciôn social: 10 por ciento - Verdadera uniôn 30,5 por ciento. (69). Aunque se percibe cierta incredulidad, entre los militantes, hay tambiên un sentimiento de déterminis­ me y yo dirîa que incluso de temor a que el matrimonio sea el fin del trayecto. Temor menos evidente en los jôve nés discotequeros, que ademâs sienten menos la presiôn del grupo en la emisiôn de sus opiniones. Asî los jôvenes dis cotequeros expresan que van a casarse sin ningûn problems. K.nolotiene tan claro y lo dice con la misma libertad ra- zonândolo ademâs. - 342 - K , - Eso de o u r r a r p a r a una m u j e r , yo no l e veo n i n g û n sen t i d o . C o n v i v i r s i p e r o c a s a r s e . . . . K incorpora otro elemen to al anâlisis del matrimonio: el de la posibilidad feme- nina de quedarse en casa sin trabajar que aquî no es estu diado pero que habrîa que hacerlo. Quiero decir que en la paridad de roles propugnada por los jôvenes, puede entrar la convivencia en pareja, sin vînculo oficial, como una - de las garantîas claves de autonomîa individual y de ind£ pendencia en el mantenimiento personal. Siguiendo con el matrimonio. Dije mas arriba que 64,4 por ciento creen que van a casarse o se han casa­ do ya ( estân casados el 10,5 por ciento de los jôvenes). (ver cuadro n° 82 ). îQuê vînculo elegirîan para su uniôn? La gran mayorîa eligen el matrimonio religio so; 46,4 por ciento. Hacia el matrimonio civil se dirigen las intenciones de porcentajes parecidos a los de quienes van hacia la libre uniôn: 17,9 por ciento. Estos porcenta jes responden mâs a las intenciones de los solteros pero_ los casados tambiên han emitido su elecciôn: 81 por cien­ to estân casados por la iglesia y el 19 por ciento restan te por lo civil. Los porcentajes de casados son bajosvc£ rresponden a 33 jôvenes en. tdtal. Ilustran sin embargo so- - bre la direcciôn que la mayorîa lleva, hacia casarse por_ la iglesia y que es bastante mâs alta de lo que cabrfa su - 343 - poner siguiendo como pauta las intenciones explicitadas - por los solteros. Estas intenciones son bastante pareci-- das a las de los jôvenes zaragozanos en general en lo re- ferente al matrimonio religioso ( ver cuadro n°83). Son - mâs, sin embargo, quienes entre estos ûltimos se inclinan hacia el matrimonio civil y hacia la libre uniôn, mante-- niendose tasas similares a las de los jôvenes espafioles - en 1977.(ver cuadro n“ 83). Los jôvenes rurales aragone-- ses en 1979 incidîan mâs en el matrimonio religioso que - los urbanos, pero su opciôn de * libre uniôn' supera al -- Casco Viejo y va a la zaga del conjunto de la ciudad. ' Es significative eue se mantienen iguales los norcentajes de jôvenes oartidarios del matrimonio civil y - de la libre uniôn desde el 77 hasta el 80. Estas intencio-- nés pueden verse en mâs grunos juveniles y se debe a una va loraciôn de la libre uniôn fuertemente asentada en ninorîas importantes de jôvenes como paso a] matrimonio, civil o reli­ gioso. Galambaud encuentra entre les jôvenes trabajadores fran ceses que las tasas de libre imiôn real son inferiores a las de ma- trimoniq: 8 por cien y 24 nor cien respectivanente. Entrevistando a los jô venes que vivîan en uniôn libre, encontrô que su proyecto - era temporal y la meta realizar un matrimonio en condicio nés de mayor garantîa (70).de duraciôn. A su vez entre los jôvenes casados se habîa experimentado la uniôn morga nâtica, (incluso con el mismo compaftero) con cierta fre-- - 344 cuencia. Odile Bourguignon eneontraba entre los cohabitan­ tes franceses de 1978 algunas otras razones a la cohabita ciôn: - Para algunos jôvenes significaba escoger - lo provisorio, lo que indica una incertidumbre sobre sî - mismo y sus sentimientos; escoger lo provisorio porque: * es muy fuerte la necesidad de satisfaccio- nes afectivas y sexuales.; * es muy importante hacerlo defendiendo los_ valores de libertad, respeto al otro, desa rrollo personal; * para realizar un buen matrimonio hay que - ensayar con cuidado las posibilidades de - corapartir la vida con otros (7f). Odile Bourguignon encuentra que el valor de - la fidelidad es muy grande entre quienes han decidido con vivir juntos, como entre los solteros y casados, aspecto_ al que tambiên hace menciôn Rosa Conde al analizar las -- respuestas de los jôvenes esuanoles de 18 a 29 aftos, de - la encuesta mencionada en la cita 73 Estos hallaz- gos confirman las afirmaciones de wiihéJm Reich en el sen tido de que el hombre ( y la mujer) que han tenido expe-- riencias sexuales libres suelen ser monôgamos una vez ca­ sados (72). Es decir, que al deslindar ejercicio sexual - de matrimonio, incluso se refuerza el valor de este, (da_ lo mismo que el compromise sea o no oficial). 345 - En Espafia se ha realizado un estudio de familia en 1980 a base de una encuesta en la que se incluyen preguntas de - opiniôn sobre el matrimonio. Arroja luz sobre la liberalî zaciôn de opiniones que los jôvenes ( de 18 a 29 afios) -- tienen sobre el matrimonio, respecto a los adultos. Sôlo_ 17 por ciento de la poblaciôn total entrevistada piensa - que ’las uniones libresdeberîan ser fomentadas para que - el matrimonio se haga con conocimiento de causa’. Este -- porcentaje asciende a 32 por ciento entre los jôvenes(73). Ademâs los jôvenes en conjunto no ven inmoral el hecho de que hoy dîa vivan las parejas juntas sin estar casadas. - Un 54 por ciento afirma que son el resultado de la evolu- ciôn de los tiempos y 66 por ciento opina que el matrimo­ nio es pura formalidad, Enlazando estos ûltimos datos con los comentarios hechos por ’los militantes'del Casco Vie­ jo en pâginas anteriores, se evidencia que los jôvenes se desvinculan de los motivos ’’morales’’ como explicatives de que la gente se siga casando. Las razones son mâs de nece sidad social que de criterios morales e incluso religio- sos. En este sentido Roussel y Bourguignon encuentran que para 70 por ciento de los jôvenes franceses entrevistados en 1978 (74), el motivo por el que las parejas se siguen_ casando es la ’presiôn social’ circundante. A ellos hay - que afiadir 7 por ciento que dan como razôn la presiôn fa­ miliar. Esta es una. causa de mucho peso en opiniôn de los 346 los jôvenes espafioles (75 ): 47 por ciento, Aquî en Espa­ fia, la presiôn social actûa como razôn de matrimonio para otro 47 por ciento mâs. Entre los jôvenes del Casco Viejo se advierte la importancia de lo social,incluso entre quie nes piensan casarse por la iglesia. Un 40 por ciento de - ellos dan como motivo la fuerza de la costumbre y los de­ seos de evitar choques. Un 20 por ciento mâs afirma que - lo , harâ por convencimiento del valor del vînculo for­ mal. Sôlo 40 por ciento dan como motivo 'sus creencias re ligiosas'. Estas son ligeramente mâs extensas en los jôve nes de Tauste: 47,4 por ciento para quienes los motivos - de presiôn social disminuyen coherentemente: 33,3 por — ciento. Sin embargo, aumenta considerablemente el nûmero_ de quienes no responden: 18,95 por ciento y aquî hay -- otro dato Interesante, que es la diferencia entre los jô­ venes que elegirîan el matrimonio religioso como forma de vivir en pareja: 46 por ciento en el Casco Viejo, 56 por ciento en Tauste; y los que piensan casarse por la igle-- sia: 63,4 por ciento en el Casco Viejo y 81 por ciento en Tauste, No hay datos sobre una posible pertenencia a otras religiones que no fueran la catôlica. Considerando esta - posibilidad creo que no es descartable tampoco la diferen cia entre elecciôn ideal y real, como tampoco es descarta ble la que se observaba al comparar deseos ôptimos de pa­ reja y la probable elecciôn de un matrimonio religioso o_ civil- - 347 Es decir que piensan casarse por la iglesia_ mâs jôvenes de los que optarîan por este tipo de matrimo­ nio, con lo que se evidencia aûn mâs que, incluso entre - los jôvenes que se deciden por un vînculo religioso, pri- man las razones sociales sobre las religiosas. Los disco­ tequeros dejaban ver asî en una de sus conversaciones: M , - Yo e S t o p i e n s o casarme p o r l o c i v i l V , - A m l me ha râ n caaarme p o r l o r e l i g i o s o . Ya l o veo , M . - M i p r i m a se casô s o l o p o r l o c i v i l y c a s i n a d i e f u e a l a b o d a , a s l que y a sS l o que me e s p e r a . K , - Ho mb re ,h ay que d e j a r camino a b i e r t o a l d i v o r c i o . Y para reforzar este argumente: Relacionando esta variable con la que mide el acuerdo de los jôvenes - con la •conformaciôn de la familia actual* se encuentra - lo siguiente: que 20 por ciento de quienes piensan casar­ se por la iglesia por creencias religiosas estân de acuer do con ella pornue no ven otra salida y el 30 por ciento no lo estân ( ver cuadro n°84 ), dando razones de rechazo a la necesidad de establecer un contrato legal, rechazo a tomar en la juventud una decisiôn irrevocable para la vi­ da, y rechazo de las bases de sostenimiento de la familial ataduras sociales mâs que amor. - 348 Estas son razones, en mayor numéro, de quie­ nes tienen motivos no religiosos para optar a un matrimo­ nio religioso & Quiero hacer hincapiê por ûltimo en el 13,4 por ciento que"no se plantea una relaciôn estable con na­ die*'. Aquî se encuentran especialmente los mâs jôvenes pe ro no solo ellos. Estân tambiên quienes viven el présente, intentando extraer de êl el mâximo de goce sin hacer pla­ nes para un future incierto. V. 1 oven ex-militante de 2 3 -- afios decia: ¥o es que no me p t a n t e o una r e t a c i â n e s t a b t e - con n a d i e p o r q u e e t s o l o p l a n t e a m i e n t o me p a r e c e a b s u r d o . - V i v o con mis padres y no es que sea l a m e j o r s i t u a c i ô n p e r o v i v o , y t r a b a j o , y me i n t e r e s a n m i l e s de co s a s . Y t e n g o — a m i gas . En c i e r t o s e n t i d o te n g o una r e l a c i ô n e s t a b l e con - m i s amigos p e r o i n t e n t a r c o n v i v i r con e l l o s ya es o t r a c o ­ sa . Con a l g u n o s me g u s t a r i a h a c e r l a e x p e r i e n c i a p e r o p u e ­ do v i v i r s i n e l l a . Q u i e r o d e c i r queen e l f o n d o , v i v i e n d o - en casa ya e s t â a s e g u r a d o un c o n f o r t e s e n d a l y e s t o y l i — b r e , mucho mâs l i b r e que a d q u i r i e n d o una r e a p o n s a b i l i d a d - a s i : de comprometerme a v i v i r con a l g u i e n . Pues ya e s t o y - c o m p r o m e t i d o . Y como no he p u e s t o l a s r e g l a s no te n g o qu e_ r e s p e t a r l a s . l 'Ue e n t i e n d e s ? , que es que l o demâs es ganas de c o m p l i c a r s e t a v i d a . - 349 - Aquî es evidente que la permisividad de los pa-- dres estâ facilitando la. decisiôn de seguir viviendo sin - ninguna ’complicaciôn' afiadida:la de establecer una norma- tiva, un proyecto distinto que exigirâ al menos una inver- siôn emocional, una disciplina de la interrelaciôn con ma- yores exigencias personales. Hasta la joven entrevistada - por Alberto Moncada en 1979 (76) daba una versiôn de su falta de proyecto en pareja que enlaza con el argumente -- hasta aquî seguido. Su proyecto (en el momento de la entr£ vista) de vivir con otras chicas no tiene mâs ataduras que las que emanan de su propia sensaciôn de estar a gusto con ellas y no piensa en êl future. Por lo menos no le asusta. .... C t a r o que a h o r a hay una a b u n d a n o ia y una b e r t a d en %a o l a s e m ed ia y un d e j a r n o s en p a z , que p e r m i t e que yo p o r e j e m p l o , t e n g a mi v i d a i n d e p e n d i e n t e y no t e n e r que b u s a a r e l caaarme p a r a s a l i r d e l a b u r r i m i e n t o d o m é s t i - c o . . . A l g u n a vez a l a s dos t i a s que e s t â n con migo l e s e n— t r a l a d e p r e , poca s v ec es p e r o l e s e n t r a . Y se ponen a dis^ c u t i r y a d a r l e v u e t t a s a l o que va a p a s a r y a l a d i f i o u l t a d de s e r m u j e r y a l a i n s e g u r i d a d , A mi es que en esos - momentos l e s e c h a r i a de c a s a . Yo a vec es s i e n t o a l g u n o s r e p e l u z n o s p e r o e n s e g u i d a se me van s i s a l g o y voy de acâ pa r a a l l â y me meto en c o s a s , E l t i e m p o se me pasa v o l a n d o - /76A El deseo de vivir el momento présente es clàramen te la meta. - 350 iinfluyen las relaciones entre los padres en la_ opciôn de matrimonio de los hijos?. Sî y en la misma forma que lo hacîa en • la decisiôn de su vida afectivo-se-- xual. Allî donde hay camaraderîa entre los padres o con— flicto abierto, es decir los dos extreraos de la relaciôn,- los jôvenes quieren casarse; y mâs por la vîa religiosa que por la vîa civil. A medida que la relaciôn se distan-- cia (que los padres se soportan sôlo o viven separados) ba j an los indices de religiosidad y aumentan los contratos - civiles 0 los acuerdos privados de la pareja, mâs evideno­ tes estos ûltimos en los hijos de padres separados (ver -- cuadro n° 8 5 ). Nuevamente parece evidente que los hijos - prefieren conflictos abiertos, que latentes. Los primeros_ deben parecer mâs fâciles de manejar que los segundos, -- cuando intervienen menos en la decisiôn de realizar una lî bre uniôn de pareja. 3.3.2.-EDAD DE CONTRAER MATRIMONIO Otro tema relacionado con el matrimonio es el de la edad ôptima de contraerlo. Es en opiniôn de los jôvenes antes de los 25 afios: - de 22 a 25 aftos en opiniôn de 52,56 por ciento de los jôvenes. - antes de los 21 afios para 10,57 por ciento - 351 - y de 26 a 30 afios para 20,8 por ciento son los porcentajes mâs relevantes de resnuesta (ver cuadro n° 86® para los demâs). Las edades comprendidas entre los 22 y 25 afîos_ se mantienen como ôptimas desde 1968. Sin embargo, en 1960, la mayorîa de jôvenes se inclinaban por un matrimonio mâs_ tardîo. Exnongo algunos datos que ilustran estas tenden cias: „ uCuadro n 86° Edad deseada de matrimonio en: Juventud Juventud Juventud Juventud espafiola espafiola esnafiola del Casco 1960(77 ) 1968(78 ) 1975(79 ) Viejo 1980 Antes de los 21 afios De 21 a 25 afios De 25 a 28 ’’ De 31 a 35 " Despuês de 35 No quiero casarme Ninguna Ya estâ casado No contestan 2,3 33 36 23 1,1 100 (2.000) 5 35 26 12 2 2 11 4 . 9,7 10,57 48,5(22 a 25) 52,56 24 (26-30) 20,83 2 (>Ias 30) 1,92 2 -- 7,37 13,8 100 100 (1.931) (1.731) 6,75 100 (312) Varones Muj eres 1.500 500 979 953 1.316 415 149 163 352 Ademâs el promedio de aspiraciôn en 1977 era de - 23,4 anos (80), lo que se aproxima bastante a la edad real en que los espafioles contrajeron matrimonio en 1975, y cu- yo promedio fue 24,9 afios: 26,3 en los hombres y 23,6 en - las mujeres (81) (82), Esta tendencia de los jôvenes a di£ minuir la edad deseada de contraer matrimonio coincide con las orientaciones que Rosa Conde (83) sefiala para toda la poblaciôn europea a partir de la segunda mitad de este si- glo. Salustiano del Campo la explicitaba (ya en 1974) como constante a partir de 1.901 y hasta 1.969, en el caso de - la poblaciôn espafiola (84). Posteriormente en 1980 demues- tra que una verdadera disminuciôn registrable desde 1950 - para ambos sexos, se logra plenamente en 1975 (85). Sus apreciaciones son confirmadas no sôlo con los datos reales de casamiento que este autor transcribe sino con los 'de-- seos' que yo presento arriba. No parece, por otra parte, haber diferencia entre la ciudad y el campo en cuanto a las edades consideradas - ôptimas para contraer matrimonio, a no ser en cuanto que - es mayor el nûmero de quienes se sitûan en la edad modal. Las respuestas de los jôvenes de un pueblo medio_ de Aragôn:Tauste, dadas en 1979 eran: Un 63,7 por ciento - aspiraban a casarse entre los 21 y 25 afios, mientras que - poco mâs de la cuarta parte se situaban entre los 26 y los 30 afios, Tambiên aquî las muj eres querian casarse antes -- - 353 - que los hombres pero el proyecto se pospone hasta la vuel- ta del servicio militar masculine, coincidiendo con la an­ tigua mayorîa de edad (21 afios) alegada por las mujeres(86). Varies de los discotequeros del barrio expresan - asî sus deseos; y.- f l o q u i e r o o a e a r m e ) . . . A t o s S3 anos o a s î p a r a t e n e r _ h i j o s s i e n d o j ô v e n M . - l o s i puédo e s t a r casado a t o s 22 S 23, despues de t a _ m i t i t a n t o m e j o r T.- l o h a c i a t o s 25 6 26 anos . Recapitulando; Las opiniones de los jôvenes del - Casco Viejo coinciden por tanto con las regularidades en - la edad de contraer matrimonio de los espafioles y con los_ deseos de los espafioles jôvenes de los ûltimos afios (87).- Conviene aclarar que cuando hablo mâs arriba de los jôve-- nes en 1977 me refiero a un grupo de edad mâs reducido que el del Casco Viejo, como explico en las referencias biblio grâficas correspondientes. Hay sin embargo otra encuesta - de juventud publicada aquel mismo afios (1977) por Cambio - 16 y referida casi al mismo grupo de edad que yo escogî en el Casco Viejo: 15 a 24 afios ( yo parto de los 14 afios). En ella se les preguntaba por la edad en la que deseabân - tener su primer hijo. La mayorîa (42 por ciento) respondîa que entre los 25 y 29 afios (88). Es razonable por tanto sentar la hipôtesis de que si se quieren casar a partir de los 22 afios, desean tener los hijos en el interval© de — - 354 - edad posterior. Los comportamientos de las jôvenes parejas que hoy dîa contraen matrimonio parecen tender a uno o -- unos primeros afios de asentamiento de la pareja y de la s^ tuaciôn laboral de ambos cônyuges, pasando luego a plani£_i car la venida del nifio cuando se contrôla la situaciôn ma­ trimonial ( 89) . Aunque lo que digo aquî no ha sido todavîa estudiado en Espafia, puede observarse en amplios grupos de matrimonies jôvenes que se casan sin esperar a adquirir -- los sîmbolos de status (90).(piso, muebles, trabajo esta-- ble, cuenta corriente con ahorros sustanciosos, etc.,.) de su clase o -creer que se trata de un valor indispensable para vivir o que consiste en un deber social. Es mâs bien algo_ queridojCStimulante, importante para el propio goce. Los - datos del Casco Viejo se igualan a los de los jôvenes fran ceses de 18 a 30 afios que en 1978 se afirmaban en su deseo de tenerlos :89 por ciento (106). Mas pruebas de la firme- zà con que los jôvenes desean tener hijos las da la aspira ciôn que expresaban en el mismo ano jôvenes espafioles de - 16 a 21 anos presos en très cârceles del Pais Valenciano.- Un 76,6 T)or ciento dé (yjîene§ no tenîan aûn hijos 03,2 de los reclu SOS de estas edades)deseaban tenerlos y las razones apunta - 365 - b an : -al deseo de continuarse a sî mismos: 18,3 por -- cientoj - a la £e en que gracias a ellos se sentirîan im- pulsados a ’enraendarse’:R0 por ciento; - a la motivaciôn general que un hijo podrîa dar- les para seguir viviendo: 4,6 oor ciento; - al deseo de tener algo propio: 11,6 por ciento - para procurar que no sea como êl: 10 por ciento - para darles afecto n J-24,5 nor ciento; porqqe le gastan los niftos - por otras razones; 22 por ciento, (107) ETteptuando la motivaciôn de la enmienda, todas - las demâs son reconocibles en las opiniones expresadas por K. uno de los jôvenes discotequeros del Casco Viejo y que_ reproducirê mâs adelante. A nivel del conjunto de la pobla ciôn contestan asî en el Casco Viejo, tanto si quiéren for malizar su vida en pareja como si no desean hacerlo. Es d£ cir que, incluso entre aquellos jôvenes que no tienen un - proyecto de vida en pareja o que elegirîan la libre uniôn_ hay un anhelo de reproducirse. Asî responden 86 por ciento de quienes ('no se plantean una relaciôn astable con nadie" y 80 por ciento de quienes optarîan pùr la libre uniôn. De este porcentaje tan alto de jôvenes que quie-- ren tener hijos, se decantai dos tendencies: “ 366 - -una mayoritaria: 69 por ciento que tienen inten­ ciones de planificar su familia; - otra minoritaria: 23 por ciento que se inclina_ a recibir 'los que vengan'. El promedio de hijos deseados_ entre los que tienen intenciôn de planificar su familia es ; en el Casco Viejo de 2,75, sustancialmente inferior al pro medio de hermanos que han tenido en su hogar y que es de - 3,41 hermanos. No desearîa pues llegar a formar una fami- lia tan numerosa como aquella de la que forman parte. Remon tândonos un poco mâs lejos, hasta los afios 60, se observa_ que en este ano, los jôvenes entrevistados por Cecilio Lo­ ra se inclinaban masivamente à tener 2 a 3 hijos: 63 por - ciento (108). Aquî queda la duda de si el nûmero deseado - es 2 ô 3. La encuesta de juventud elaborada por el C.I.S.- en 1968 se distribuye de distinta manera: 40 por ciento quieren 3 ô 4 hijos y 27 por ciento quieren dos. Aquî se - les daba la opciôn de "los que Dios quiera" y era esta la_ que recibîa mayor nûmero de respuestas: 34 por ciento en - cuanto a los que creîan iban a tener por voluntad divinaj 10 por ciento en cuanto a los que desearîan dejar en manos de Dios (109) y ( llO ). De ambas encuestas se desprende pues que era sustancial el nûmero de jôvenes que querîan tener_ una familia con mâs de dos hijos: dos tercios cuando menos. Comparando los jôvenes del 68, con los del Casco Viejo del 80 se observa tambiên un descenso de 11 por ciento el numéro de jôvc - 367 - nés que ya no se inclinan a dejar en manos de Dios o del - azar el nûmero de hijos a tener (23 por ciento respondîa - asî en el Casco Viejo). Sin embargo enél Casco Viejo de hoy_ se admiten "los que vengan" mâs que en la generaciôn juve­ nil del 77, donde sôlo 12 por ciento admitîa esta posibili^ dad (111). Comparando los jôVenes del Casco Viejo con la po- blaciôn espafiola en general del afio 1975 (112 ) se puede -- ver que sus intenciones se asemejan al nûmero ideal de hi­ jos estimado por esta ûltima entonces, que era justamente_ de 2,78. El mismo promedio se mantiene entre la poblaciôn_ en general (113) y los jôvenes en particular de 1977 (îlT5 ). Sucede los mismo en referenciaa la joven generaciôn france- sa de 1978 (114). Claro que estos ûltimos establecîan di£e rencias entre el nûmero ideal de hijos: 2,70 y el de hijos realmente deseados: 2,15, por lo que hay que conduir que_ las intenciones de estos ûltimos van a una reducciôn aûn - mayor que la de los jôvenes del Casco Viejo (116). < Mâs datos aûn: Los jôvenes que en el Casco Viejo_ del 80 quieren tener "la pareja" coinciden con la pobla-- ciôn espafiola general que asî lo deseaba en 1975: 37,4 por ciento (117) (ver cuadro n“ 90) tasa comûn a las ciudades_ que como Zaragoza tienen 200.000 a 1.000.000 habitantes. Se puede observer en el période que va de 1970 a_ 368 - 1975 un descenso en el nûmero ideal de hijos deseados por_ los espafioles (118) (ver cuadro n" 91), disminuciôn tambiên_ évidente desde los porcentajes de espafioles jôvenes que dê seaban mâs de dos hijos en 1975 (119) : 74 por ciento, has­ ta los que asî los desean en el Casco Viejo de 1980: 58 por ciento (ver cuadro n“ 92 y 93). Recapitulando: La actitud juvenil se inclina en - la direcciôn de la poblaciôn general en el sentido de ir hacia un menor nûmero de hijos. Y queda claramente expresada la tendencia, cada vez mayor, a la planificaciôn del tama- fio de la familia y a ejercer el control de la natalidad, - factor decisive en la disninuciôn de nacimientos que los de môgrafos vienen observando desde la mitad del siglo pasado aproximadamente (120). El nûmero de hermanos que el joven_ ha tenido influye tambiên en su decisiôn de tener hijos. - Cuando viene de familia numerosa tiende a desear un nûmero de hijos mayor que cuando procédé de familia mâs reducida, (irientaciôn que ya se reflejaba en las familias espafiolas_ de 1975, segûn el nûmero de hijos tenidos)(ver cuadro n°-- 94 ). Asî se observa que los hijos solos desean tener, la_ pareja en 50 por ciento de los casos, mientras que los que tienen hermanos no sobrepasan del 40 por ciento. Los primê ros se inclinan a tefier un hijo solo, es decir a reprodu-- cir su misma situaciôn en tasas mâs altas que los demâs: - 369 - 11,5 por ciento frente a 2,7 por ciento que lo hacen los - otros. Por otra parte quienes tienen dos hermanos o mâs -- aceptan 'los que vengan' en tasas superiores (34 por cien­ to) a quienes tienen un solo hermano (20 por ciento) o a_ los que no tienen ninguno (15,3 por-ciento). Como mencio- nê antes, los jôvenes del Casco Viejo no quieren formar fa­ milias tan numéros as como las que ellos tienen y aquî hay__ que pensar en la influencia que los cambios econômicos en_ Espafia estân produciendo en las actitudes hacia la familia. En Espafia estos cambios estân llegando con retraso por re­ ferenda al resto de Europa y por tanto tambiên los cambios actitudinales son mâs lentos. Lo que de aquî parece despren derse es que las familias mâs numerosas, tienden a una re­ ducciôn del nûmero de hijos menor a las familias menos nu­ merosas precisamente por los hâbitos adquiridos en su expe riencia familiar. Estos hâbitos incluyen sobie todo en las_ clases bajas la ayuda que los parientes se brindan entre - sî, y que suele ser la ûnica efectiva tanto para conseguir trabajo (como se viô en el apartado de ayuda familiar) co­ mo para brindar apoyo econômico a quienes no pueden mante- nerse por sî mismos. Quiero dar un ejemplo de ello remiti^ .dome a la familia de A (militante) y K (discotequero). - Ambos son hermanos. A. ha trabajado en la construcciôn, co mo su padre, y en diverses talleres antes. K lo hizo de ca - 370 - marero. Pero A. ahora vive con amigos en un piso y en sus_ palabras; veoee me s i e n t o c v r tp a b le p o rq u e no ayudo a_ lo s demâs a s a l i r a d e la n t e en casa p e r o a h i e s tâ m i h e rm a- no K que s i no t r a b a j a es p o rq u e no q u ie r e ^ p o rq u e es un - v a g o , p o rq u e s ô lo q u i e r e l o f â o i l . T ie n e un o f i o i o bueno - de cam areroy p e ro es un vago y p r e f i e r e e s t a r p a ra o . Ï a h i e s tâ m i hermano G que t r a b a j a en l a v e r d u l e r i a de a l l a d o y da to d o en c a sa . ï m i p a d re que s ig u e t r a b a ja n d o . No sê co mo a g u a n ta p e ro s i g u e . Y yo c re o que a h o ra no me n e c e s i t a n tan tO y vamos que s i yo v i e r a l a s cosas mal pues v o l v e r i a a casa o le s d a r i a d in e r o y o t r a b a g a r i a . Yo a h o ra v i v o ha-- c ie n d o l o que me s a le y no soy e s to r b o en c a sa . Me a r r e g l o con e l p a ro y no p i d o nada a n a d ie . fK. estâ en paro y reconoce que podrîa encontrar trabaio de camarero pero que no lo hace por ser oficio nesado y e^ clavo. Pero la situaciôn se ha nrolongado por mâs de un ano y A. ha decidido organizar una coopérative de reoarto_ -de corresDondencia en Zaragoza. Su hermano K. ha sido 11a- mado tambiên a formar parte del grupo y trabaian juntos. - ' No viven con lo que gunan nero se ayudan. Los hermanos son los primeros llamados ante cual­ quier pista de trabajo y esto sigue siendo habituai, como_ ya dejê claro en referenda a la ayuda familiar. Para terminer con este punto de los hijos desea-- dos, évidente en todas las entrevistas realizadas voy a - - transcribir dos comentarios, el del discotequero K y el -- 371 - gitano H. Voy a transcribirlos pornue dan nistas sobre las motivaciones que llevan a algunos jôvenes a pensar y - decidir que quieren tener hijos incluso independientemen te de que se casen o no. Varies de los discotequeros habîan hecho comentarios muy positives sobre los hijos que desean tener porque 'son muy importantes * : V , - Uno p o r to menos s i me d i e r a t a m o z a , . . . J . - Una p a r e j a me g u s t a r ï a . K . - ï o q u i s i e r a t e n e r un h i j o s i n n e o e s id a d de oasarme. Mâs n e o e s a r io p a ra m i es que una g a a h i . , . e d u o a r te , v i v i r p a ra ê l . P e ro una h i J a no . P a ra m i un h i j o s é r i a un a l i a i e n t e . - g a n a r ia muahoe d in e r o s s i l o t u v i e r o y t r a b a j a r i a mâsy es— o r i b i r i a mucho. ï como se que puedo e s c r i b i r b ie n g a n a r ia muohos d in e r o s s ô lo p a ra m i h i j o . A ho ra no me p r i v o de na ­ da p e ro s i t u v i e r a un h i j o . . . . H, el gitano que va con chicas 'payas* y que quie re vivir entre payes decîa l o q u ie r o t e n e r un h i j o y no h i j o y eh?, que la s h i Jas no a y u d a n . . . s i me cae una ta q u e r r ê i g u a l p e ro yo -- c re o que es i g u a l que cuando en e t oampo hay p e r r o s y per* r a s . E n to n ce s s i d i c e s que t r a e s a casaoun p e r r o no hay - - n in g ûn p ro b le m a 'p e r o sabes que t i e n e s un p e r r o y que t e a y u d a râ . S i t r a e s una p e r r a , que l i o ! . A lg o p a r e c id o debe_ s e r con l a h i j a (19 afios). Las motivaciones de ambos jôve­ nes son aquî distintas como puede verse. Algo en comûn y - - 372 - explicitado en H. es -el rechazo hacia la chica y precisa­ mente por su fecundidad. El miedo a la fecundidad femenina es fundamental para el mayor control de las salidas de ca­ sa de las chicas que se viô en la aplicaciôn de disciplina familiar,pero lo nûevo aquî es que no se dota a la chica - de la cualidad de ayuda al padre que el hijo tiene y por - tanto es menos apreciada. Un punto importante, a mi pare-- cer, del valor de un hijo es la reproducciôn de la propia_ imagen del padre que estimula a este a trabajar e incluso_ a creer en sî mismo como en el caso de K. Varios otros di£ cotequeros, en la conversaciôn aquella hablaban de los hi­ jos en têrminos confirmativos de este argumente. _ I- por - ejemplo d e c î a hombre p e r f e a t o es e l que l o e n t r e g a to d o p o r una c a u s a . . . s i t i e n e una f a m i l i a hace to d o l o p o s i h l e p o r s a o a r a d e la n t e su f a m i l i a , m ira n d o s ie m p re e l i n t e r ê s _ de sus h i j o s p r im e r o . E l ha pasado su v i d a y a h o ra t i e n e - que d a r paso a l o s demâs. Aquî es aplicable la afirmaciôn_ de Salustiano del Campo de que en Espafia no se concibe una familia sin hijos (121). Siendo estos jôvenes tan orienta­ dos hacia la familia lo son por tanto hacia los hijos. Su_ propia reproducciôn es un valor social importante para --- ellos. - 373 - 3.4. -LOS PAPELES MASCULINOS Y FEMENINOS La atribuciôn de papeles que los jôvenes hacen, - tanto al hombre como a la mujer muestra que prédomina en - ellos una concepciôn moderna de la familia, en la que sin_ embargo subsisten residues de identificaciôn a ambos con - papeles propios de una familia mâs tradicional. Estos res^ duos, adquieren mayor relevancia contrastando la opiniôn - general con la actitud particular de los grupos entrevista dos. Como dije en la presentaciôn del tema hay mayor - disposiciôn juvenil a igualar la mujer al hombre en lo que se refiere a la atenciôn del hogar y a la autôrrealizaciôn_ por el trabajo fuera de la casa. Permanece sin embargo, la atribuciôn al hombre del liderazgo familiar. Persiste tam- Merila asignaciôn a la mujer de trabajos mâs orientados ha-- cia el cuidado de los nifios y las labores caseras, pero -- otros trabajos, tradicionalmente desempenados por mujeres_ como enfermerîa, secretariado, etc., han pasado a ser con siderados propios de ambos sexos. 3*4.1.-EL HOGAR Y EL TRABAJO. Los jôvenes rechazan la afirmaciôn de que 'el dè£ tino de la mujer es el matrimonio* (ver cuadro n°95) por - un margen del 67,9 por ciento, contrastable con un 6,7 por 374 - ciento que estân de acuerdo con ella. Los jôvenes indèci-- sos y los que no responden(25,4 tx)r ciento) sjunonen bue.s .un ma^ gen-; mâs altd que los que estân de acuerdo. Este dato_ me parece importante en cuanto su indecisiôn refleja ya disconformidad con el papel tradicional aûn cuando esta no haya encontrado aûn una respuesta précisa. Conviene recor- dar aquî que en la encuesta aplicada por Salustiano del -- Campo en 1960 ( 122) a una muestra de: - alunnos de la Facultad de Ciencias Pollticas, - Econômicas y Comerciales (secciôn de Polîticas) de la Uni- versidad de Madrid^ - alumnos de los cursos de verano para sacerdotes y mujeres del Institute Leôn XlIIde Madrid; - alumnos de la Facultad de Derecho de la Univers sidad de Salamanca, encontraba . que dos tercios de èllos creîan que el_ matrimonio "no es el ûnico fin de la mujer" (76 por ciento de mujeres y 60 por ciento de los varones) y cômo él sefia- laba ya, iban mâs en esta direcciôn los mâs jôvenes que los mayores. El anâlisis se hacîa a una muestra de 274 -- alumnos en general, donde predominaban los hombre y cuyas_ edades oscilaban entre 16 y 59 afios. Habîa religiosas y sa cerdotes en la muestra y esta no pretendîa ser representa­ tive de toda la poblaciôn. Sin embargo la sefialo por su ca racter de poblaciôn con un nivel de estudios superiores de una u otra îndole. En este sentido da oistas del avance -- - 375 - del pensamiento que se hace entre quienes participan de un nivel cultural superior y afios mâs tarde se extiende a — quienes lo tienen inferior.(123) . El rechazo anterior se extien­ de a la obligaciôn materna de quedarse en casa con sus hi­ jos, aunque mâs dêbilmente. Digo mâs dêbilmente porque las tasas de desacuerdo con la afirmaciôn descienden a 53,8 -- por ciento y las de aprobaciôn aumefitan a 15,1 por ciento. Los indecisos y quienes no responden, ascienden aquî a po­ co menos de un tercio de los encuestados (ver cuadro n°96,97) El rechazo a la exoneraciôn masculine de los tra­ bajos caseros ocupa un lugar intermedia entre las dos afir maciones anteriores. Asî llegan a 59 por ciento los jôve-- nes que no concuerdan con la afirmaciôn:"Los hombres no e£ tân hechos para realizar los trabajos de casa". Un 13 por_ ciento de los jôvenes sî estân de acuerdo y un porcentaje - parecido estân indecisos. Hay 28 por ciento en total que - dudan o no contestan. Quiere decirse que la asociaciôn en­ tre mujer e hijos es mâs fuerte que la asociaciôn entre ex dusividad del trabajo domêstico y mujer. La corriente de - pensamiento que encontraba absurda la afirmaciôn de que el lugar de la mujer es la casa,arranca con fuerza désde flâ­ nai de los afios 60. Yankelovich encontraba en 1973 que el_ 64 por ciento de las mujeres universitarias y el 47 por -- ciento de las no universitarias respondîan en este sentido (124). Esta actitud viene corroborada por las que los jôve nés espafioles sustentaban en 1977 y que Cambio 16 compara_ - 376 - con otros colectivos europeos. Un 90 por ciento de aque— llos decia que "los hombres deberîan ser capaces de hacer_ los trabajos de la casa", lo que no es desde luego lo mis­ mo pero va en esta direcciôn. El consenso de los jôvenes - espafioles es mayor que el de los otros europeos, cuya me-- dia es de 85,4 por ciento entre Hnlandia, Francia, Holanda, Suecia y Reino Unido. Desciende a 76 por ciente en Italia_ y aûn mâs en Grecia: 59 por ciento. Hay que tener en cuen- ta que en algunos parses europeos, los primeros en concre­ te, el hombre realize mâs trabajos caseros que el espafiol_ como hâbito social normalmente reconocido. Son los ûltimos Italia y Grecia^los que reflejan separaciôn entre el hom-- bre y las tareas domêsticas mâs acordes con Espafia. Sin embargo, es en este punto donde se evidencia_ mâs la contradicciôn entre lo que los jôvenes opinan para_ sî mismos y lo que estân reproduciendo ya en los papeles - jugados en su casa segûn su sexo (ver cuadro n" 98). Todo_ lo que estâ relacionado con los trabajos domêsticos lo si- guen haciendo las chicas, mientras que los chicos pasan -- . mâs tiempo fuera de casa y en los bares como atributos de_ su mayor disponibilidad de tiempo libre. Como muestra el - cuadro 98 son muchos los jôvenes que no contestan, pero_ quienes lo hacen dejan ver muy claramente la gran diferen- ciaciôn de papeles aûn existante. Uno de los^puntos dignos de atenciôn es el naralelismo que los jôvenes entrevista­ dos, los discotequeros en concrete, hacîan entre los pape- 377 - les a realizar por sus hermanas y los que asignabân a una_ hipotêtica compaftera, donde afloran a veces opiniones con- tradictorias: K . - Las hermanas no t i e n e n p a ra que s a l i r de casa . M i h e r - mana en ca sa e s t â to d o e t d t a f regando . i 'Ù .ônde va a e s t a r ? . Y s i r < p p o te s ta l e meto un p u n e ta z o y , \ p u m f \a l a cam at. No_ t e J o d e . V . - M i p a d re es d i f e r e n t e oonm igo y con m is herm anas. M i - hermana de IS a f los es que no conoce v i d a . Me p a re c e b ie n - que e s té en casa p o rq u e es que no se sabe s o l t a r p o r a h i - p e r o es q u e . . . to d o e l d i a f r e g a n d o ! yo no sê como a g u a n ta . K . - Eso e s tâ b ie n que sea a s i . 'W ô n d e va a i r m i hermana ce con 13 a h o s ? . ' ^ l a v e rb e n a ? . M i hermana es m i hermana. No_ t e J o d e . v e r s i van a t o c a r a m i he rm ana l] Una m i e r d a l . M . - Pues a m i no me p a re c e n o rm a l que se queden en casa y_ que ê s te n to d o e l d i a l im p ia n d o K . - Pues a m i s i . No me voy a p o n e r a l i m p i a r yo . P a ra eso e s tâ n y p a r a eso son m u je re s . Y V, en otra ocasiôn Yo en m i casa me a b u r ro '^n o te n g o nada que h a c e r y en m i c u a r t o encerrado no voy a e s t a r . M is hermanas es d is - ^ - t i n t o . C o c in a n , l a v a n , ayudan e s tâ n ocupadas . Me a b u r r o de m i r a r l a s t u . En una entrevista de los discotequeros con chicas del Institute salieron los siguientes comentarios: I.., refiriëndose a la hermana de uno de los présen­ tes : - 378 Ve esa a i ae puede d e a i r que es una m u je r p o rq u e _ t o t i e n e to d o . V . - S i , h a a tq e l a a f e o i c o l o t i e n e . Race to d o e l l a , to d o - l o de l a caaa . \Quê m u j e r f Tras una discusiôn sobre las diferentes obligacio nes que chicos y chicas tienen en casa: Roaa: l a c u lp a l a t i e n e p o r i g u a l m i p a d re y m i m adre . Son i g u a l de m a c h ia ta s . P e ro yo o re o que to d o s debemoa h a c e r - to d o p o r i g u a l . I . - Eso es c u e s t i ô n de im p o n e rs e . M i madre se me q u i e r e - im p o n e r a m i p e ro yo no l e hago c a s o . A na: C la r o , p o rq u e e re s c h i c o y puedes . Lo que pasa es que l a s madrés e s tâ h a o o s tu m b ra d a s a c a l l a r s e y cuando un c h i - CO hace a lg o l e s p a re c e ta n e x t r a o r d i n a r i o que h a s ta l e s - hace g r a c i a y em p iezan a a l a b a r l o . C la re , l o s e g u i r â h a a ie n do como a lg o e x t r a o r d i n a r i o . . C r i s t i n a E x a c to n o s o t r a s tenemos que h a c e r l o p o r d e b e r y _ e l l o s p o r a f i c i â n . K . - Pues s i l le v a m o s dos m i l anos s ie n d o l a m u je r un s e r - i n f e r i o r t iene que segu ir siendo i n f e r i o r . Es un problema de la sociedad y no podSis esperar que vaya un gacho a so luo iona r lo . Si a t i tu madre te da 400 p tas. y a tu hermana menos no te vas a de cir:mamâ no me des tanto.Pues igua l.E s la sociedad la que hace e^ t o . Ademâs h a b ie n d o c h i c a s en c a s a . . . . C r i s t i n a : Pues yo con o zco una f a m i l i a con s o lo c h ic o s y — tampoco l o hacen , K . - C h o r ra d a s f r e g a r p l a t e s . E x c e p ta en un b a r es cosa de_ - 379 - m u je re e segûn to e e s ta tu to s de t a s o c ie d a d , Po r t a n t o q u ie n t i e n e que a a m b ia r lo s es ta m u je r . S i v o s o t r a s no to h a c è is s e g u i r é i s ta v a n d o p t a t o s , K. estâ aquî poniendo el dedo en la llaga. Y reconociendo espontâneamente lo que Castilla - del Pino decîa: que los rasgos psicolôgicos de la mujer ta les como: la aceptaciôn de la pasividad, la aceptaciôn de_ limitaciones como un hecho natural, su falta de iniciativa etc., son de caracter social, y sôlo luchando por sacudir- los lograrâ mejorar su status y consideraciôn social (125) Sigue el diâlogo: R osa: A m i con t a t de oa m b ia r to s e s t a t u t o s de mi casa me_ da i g u a l ■ K . - T ie n e que s e r a e i^ T . - M o d e ra te macho que no d e ja s h a b l a r a n a d ie . K . - (Mirando a Rosa /. Es que es a s i . S i t u madre p e n s a ra - d i f e r e n t e y va y se l o comenta a o t r a v e c in a , e s ta d i r i a : - 7 IP o rqué t i e n e que t r a b a j a r m i h i j o ? . y no l a co n v e n c e râ - n a d ie . Interrumpo nuevamente el diâlogo para constater - que K. vuelve aapuntar ma tradlciôn clave del mundo hispano: y es que las mujeres hagan los trabajos domêsticos y los - hombres los de fuera.E incluso cuando la mujer trabaja fuera se_ encuentra con que tiene que desempefîar un doble trabajo:- el del centro del trabajo y el de la casa. Young y Willmott seflalaban en 1975 que es este el estado actual de la cues­ tiôn y abrigaban la esperanza de que se llegue a una etapa - 380 - en la que séan ambos cônyuges quienes compartan los dos - trabajos (126). Anne Marie Rocheblave que estudiaba en — 1968 los rôles del hombre y la mujer en la familia,(en Fran cia, Alemania é Inglaterra) .descubrîa que ambos esposos compartian la autoridad y los trabajos domêsticos, sobre to do* cuando la mujer trabajaba,( Siempre en labores part-time, de apoyo y ayuda). La autoridad la compartian mâs en Alema nia, luego en Francia y en menor medida en Inglaterra. For el contrario la colaboraciôn en las tareas del hogar se da ba mâs en Inglaterra,. En el sentido inverso totalmente (127). Por ello que cuando Young y Willmott constatan el - doble trabajo femenino del 75, se refieren a algo mucho mê nos "pesado" de lo que cabe esperar qie sucele en el âmbito eŝ pafiol. Donde, como explica K, es la madré la primera en ne garse a educar al hijo-varôn para las tareas del hogar. Siguiendo con el mismo diâlogo se puede observar_ la discusiôn que se plantea en torno a una educaciôn indi- ferenciada para el hogar y las consecuencias que de ello - se desprenden: J.- B om bre^pero to que e t l a s pueden h a c e r es e d u c a r a 8us_ hi-doe de mariera d i f e r e n t e . F e ra s i te s ensenas a h a c e r t o - do p o r x g u a t te s d a rd s mâs v e n ta g a s a ta s c h i c a s . P orque - ta s c h ic a s no se m eten a t r a b a j a r a to s 14 ahos. Tu no t e _ has m e t id o . ' m - Rosa.- Han trabadado lo suyo en su casa. Ho quieren eetudiar^ pues a trabadar. I . - Hombref pero a las chicas no tes erdgen îçua t . Siempre tes queda ta casa. Los hombres en cuando tienen edad para trdbadar s i no estu- d ion pues a trabadar. Ha sido a s i con ni hermano y conmigo ( 128 A Rosa.- Pero. iP o r quê t iene que quedarse atgu ien en casa?. Que traba ' den tos dos. ï tuego que to hagan todo entre tos dos. I . ~ A m i me p a re c e b ie n . E t p r im e r o que t t e g a r a , p e ro yo - sé t o que h a r i a . l o en e t b a r me q u e d a r ia . y. - S i, eso es t o que p a s a . ï o no 'Veo b ie n que t o te n g a n — que h a c e r m ie hermanas p e r o e n t r e e t t a s y yo. pues e t l a s . ? con t a muder, pues i g u a t . Son varios los razonamientos . sobre el trabajo casero femenino que aquî se ban dado. Por una parte, y en_ relaciôn con las hermanas, es una forma de controlarlas y_ evitar que entren en el juego sexual, que los discoteque-- ros juegan sin problema con otras chicas de la misma edad. Es por otra, una forma fâcil de gozar de un con — fort cuyos derechos estaban adquiridos de antemano. El planteamiento es claro. Quien tiene que reivindicar algo - que lo haga, pero que no se pida a quien goza de un privi­ légié su renuncia a él. Y es en tercer lugar,una forma de_ que la mujer, que lleva la parte menos dura del trabajo so cial, haga por lo menos algo que le cueste un esfuerzo. Hay censura en las palabras de I. cuando alude a las dife- rentes exigencias de trabajo de los padres con sus hijos,- mâs duras sî son varones que chicas. Hay también un conven cimiento por parte de los chicos de que las mujeres gozan_ de cierto privilégié al quedarse en casa y trabajar, cuan­ do lo hacen, en labores menos duras que elles. - 382 - Un ejemplo claro lo dan los discotequeros en su - conversaciôn con las amigas del Institute. Los diâlogos sî guientes son continuaciôn de los anteriores. I. acaba de decir que los padres mandan a trabajar a los_ chicos en cuanto tienen edad para hacerlo. L . - Eeo depende d e t d i n e r o que t i e n e n to s p a d re s . S i a t u _ madré no te haoe f a t t a e t d i n e r o ^ t e ded• afirmaban que "la educaciôn de la mujer debe estar orientada a atender una familia mâs que a aprender una profesiôn, y un 51,9 por ciento creîa que la educaciôn de los hijos pequefios es ta- rea de la madré; el padre sôlo debe intervenir en casos ex cepcionales (136). El que las mujeres adultas opinen mâs a_ favor de quedarse en casa y las jôvenes de no hacerlo, da idea del cambio profundo de valores qUe la mujer estâ pro- tagonizando, de la extendida acciôn del féminisme. Como di­ ce Maria Jesûs Miranda, la actitud de la mujer espafiola an te su papel en la sociedad pasa por etapas fuertemente -- contradictories ( y por crisis de tensiôn entre las pro-- pias mujeres). Contradicciones ( y tensiones) que en muchos casos se vresuëlven a favor de la toma de conciencia (137). - 388 - La dedicaciôn de la madré a los hijos como tarea suya exclusivamente es la que recoge porcentajes de recha- zo mâs parecidos a los que tienen los jôvenes del Casco Viejo hoy. El 48,1 por ciento de los espafioles en 1975 es­ taban disconformes con la âfirmaciôn. El 53,8 por ciento * de los jôvenes del Casco Viejo hoy rechazan que la madre - tenga que quedarse en casa con sus hijos. Las proposicio - nes no son las mismas pero sî indican una orientaciôn cla- ra de la mitad de la poblaciôn a que la atenciôn de los n^ fios sea compartida por ambos padres. Las actitudes de los espafioles jôvenes en 1975 - daban ya una pauta explicativa de las posiciones manteni-- das frente a los hijos. Me refiero en concrete a una pre-- gunta hecha a los varones; Se suele ver en las pelîculàs a los hombres haciendo en la casa faenas muchas veces reser- vadas a la mujer. Si hiciera falta iCuâl de estas estarîas dispuesto a hacer sin que te importera mucho? - Cuidar a los nifios es la respuesta mâs votada: 53,1 por ciento de los jôvenes^ - guisar va en segundo lugar con 34,3 por ciento de los jôvenesî - lavar platos y limpiar la casa obtienen de 25_ a 20 por ciento de respuestasj - y estar en la casa mientras que su mujer sale con amigas, que sôlo obtiene 5,3 por ciento de las respues tas. 389 Una cuarta parte de los jôvenes no se mostraba partidaria_ en absolute de colaborar con la mujer en las tareas do- raêsticas. Los nifios son aquî mas relevantes que las tareas domêsticas y aunque la pregunta da por sentado que son de_ cui.dado femenino dejan ver un interês mayor por parte mas­ culina. Cuidar nifios va mâs con su papel en la casa que to do lo demâs (138). Los criterios sobre el trabajo de la mujer fuera del hogar eran entre los espafioles jôvenes del 75 bastante favorables a su ejercicio: 47,7 de los varones y 83,3 por_ ciento de las mujeres opinaban que estas "deben trabajar y ganar". Las diferencias porcentuales son notables, y mues- tran en los varones una reticencia prâcticamente doblada - respecto a la de las mujeres, indicador de quienes son las mâs interesadas en el cambio. Claro que el trabajo de la - mujer casada ya es visto de distinta manera. En 1975, se - preguntaba, sôlo a las mujeres jôvenes, sobre la compatibly lidad entre trabajo y vida de casada. Poco mâs de un ter-- cio:35,6 por ciento opinaba que eran incompatibles y 14,9_ por ciento mâs, sôlo a médias. Asî se reducîa a 45 por -- ciento el porcentaje de mujeres que veîan con buenos ojos_ el trabajo de la mujer casada.(139). Un porcentaje un poco mâs alto del conjunto de - jôvenes espafioles, hombres y mujeres (52 por ciento) pensa 390 bay en 1977 que" toda persona, incluidas las mujeres casa-- das tenlan derecho al trabajo'.' Algunas de las razones adu- cidas eran: - es un medio de promocionarse y desarrollar sus cualidades: 3 per ciento; - con el trabajo la mujer consigue independencia 19 por ciento; - es lo que deberîan hacer todas: 19 por ciento; - teniendo en cuenta lo cara que estâ la vida, - la mujer no tiene mâs remedio que trabajar fuera del hogar: 16 por ciento ( 140) . Las respuestas son mûltiples por lo - que no sê cuantos jôvenes estân a favor del trabajo de la - mujer casada. En todo caso estas actitudes han ido adqui-- riendo mayor firmeza o manteniêndola hacia 1980, donde 75,9 por ciento de los jôvenes del Casco Viejo estân a favor -- del trabajo femenino, como ya dije antes. El deseo de que la mujer trabaje crece conforme_ disminuye el conveneimiento de que el sitio de la mujer es el hogar. Respondîan con este conveneimiento 50,6 por ctehto de ids'espanoles varones de 1970 (141), J norcenta.ie que se reduce a 29,5 por ciento en 1977, entre ]ps jôvenes varones de 16 a 25 anos (142). El dato de 1970 no estâ ex- traldo del colectivo de mujeres ni del total de la pobla-- ciôn por lo que no sé le puede comparer con los jôvenes. - - 391 El dâto de los jôvenes de 1977 sî puede compararse con los del Casco Viejo del 80. Entonces aceptaban que "el sitio - de la mujer es el hogar" 22 por ciento de la juventud to-- tal ( 143) .mientras que en el Casco Viejo, "la obligaciôn - femenina de quedarse en casa con los hijos" sôlo es acepta da por 15 por ciento de ellos. Curiosamente, en 1977 las - opiniones que los jôvenes espafioles tenîan al respecto, -- (no hay que olvidar que se entrevistaba a jôvenes de Ma— drid y Barcelona) y que Cambio 16 transcribe, eran mâs rea cias a dejar a la mujer en el hogar que en el resto de Eu- ropa. Sôlo Suecia y Finlandia dan indices menores que Espa fia de aceptaciôn (11 por ciento y 17 por ciento respectiva mente). (Ver cuadro h°99).Ld''que indica una mayor tendencia hacia actitudes igualitarias, en los jôvenes espafioles que en los france-- ses, griegos, italianos, holandeses y britânicos. Harîa -- falta estudiar los comportamiento reales en aquellos p a r ­ ses y en Espafia para ver como se dan posteriormente las -- tendencias de cambio, en ningfin modo separables de las con diciones econômicas y sociales que en cada pais les favorê cen o dificultan (144). Las opiniones avanzan y al menos en algunos jôv£ nes como los entrevistados, lo hacen mâs eue los comportamien- tos reales observados y avanzan en la direcciôn de que hom bres y mujeres compartan tareas domêsticas y realicen por_ igual el trabajo productivo fuera del hogar. 392 3.4.2.-trabajos FEMENINOS Y NO TANTO. Es al terreno laboral donde se trasladan las asi& naciones de roles femeninos que reflejan, en la divisiôn del trabajo social, las funciones que la mujer ha venido de sempefiando en exclusive dentro del hogar a partir de la in­ dus trial izaciôn. Las profesiones sobre las que se pedîa la_ opiniôn de los jôvenes son: Secretariado, En- sefianza pre-escolar, Enfermerîa, Servicio domêstico y Pueriy cultura. La pregunta hecha es la siguiente:"Dinos si te pa rece que las siguientes profesiones deben ser desenipenadas_ por mujeres especîficamenté'. Aquellas nrofesimes que obtienen tasas mâs altas de respuesta afirmativa son: - Servicio domêstico: 46 por ciento - Puericultura: 50 por ciento Le siguen: enfermerîa 38 por ciento, ensefianza preescolar: 36 por ciento y por ûltimo secretariado 29 por_ ciento. Los porcentajes totales a los que me voy a remi-- tir estân en el cuadro n“ 100). Varias son las reflexiones que_ pueden hacerse aquî. Para comenzar quiero partir de que las profesiones sobre las que se interrogaba a los jôvenes son - de caracter ancilar y han sido tradicionalmente desempe fiadas por mujeres como apoyo o complement© de otras que lo_ - 393 eran por hombres:La secretaria colaborando con el jefe, la_ enfermera con el mêdico^ la maestra de preescolar con los - profesores de niveles superlores de ensefianza, por ejemplo. Pero hoy dîa, y ante una creciente indiferencia-- cl6n de papeles, quedan relegados a las mujeres aquellos - que: - Exigen menor nlvel de calificaciôn intelectual: servicio domêstico (46 por ciento) y puericultura (50 por - ciento); - Aquellos directamente relaciondas con destre- zas caseras: servicio domêstico. Con el cuidado de nifios y enfermos: puericultu­ ra ( 50 por ciento), educaciôn preescolar (36 por ciento),- enfermerîa (38 por ciento). -Dentro de los que implican cuidado de los nifios, aquellos que se orientan a su atenciôn fîsica mâs que los - que se refieren a su educaciôn: nuericultura mâs que ense_ fianza nre-escolar. - Y mâs los que tienen un carâcter asistencial -- que têcnico administrative, enfermerîa (38 por ciento) mâs_ que secretariado (29 por ciento). Parece bastante claro que a medida que la sociedad civil aumenta las ayudas sociales o se responsabiliza progresivamente de las grandes âreas de atenciôn asistencial, menos lo hace la familia. Y este nroce so lleva a las mujeres a desempenar en la calle - 394 - las funciones que antes realizaron en su hogar. La mujer lleva pues al terreno del trabajo productive sus destrezas_ domêsticas. Que van siendo compartidas por el hombre confer me se desprenden de tal carâcter, al paso que exigen una ma yor cualificaciên profesional. Le siguen perteneciendo toda via las menos profesionales de todas sus destrezas pero in- cluso estas van siendo compartidas (dejando siempre claro que nos movemos en el terreno delà opiniôn) por los hombres. Se observa asî que los porcentajes de jôvenes di£ conformes con el desempefio especificamente femenino de tra­ bajos taies como puericultura y servicio domêstico superan_ el 40 por ciento y son muy pocos quienes no saben que con-- testar. A mi parecer las crecientes dificultades para obt£ ner un empleo que se experimentan hoy influyen sustancial-- mente en la indiferenciaciôn creciente de los trabajos, mâ- xime cuando estas nuevas profesiones ( en concrete puericul_ tura, ensefianza pre-escolar) por sernuevas crean esperanzas de trabajo perdidas ya en otras profesiones que cuentan con contingentes mayores de parados. Algo similar pero a la in­ versa sucede en êpocas de guerra respecto a la incorpora-- ciôn de las mujeres a tareas habitualmente asignadas a los_ hombres. Lo comûn a ambas situaciones es que se rompen las_ barreras tradicionales por situaciones sociales especîficas pero con resultados irréversibles en cuanto a los logros ad - 395 ridos (145). y digo irréversibles porque aunque -tanto en - una situaciôn social derivada de una crisis econômica como_ en la posterior a una guerra- los hombres adquieren la pri- macîa del trabajo y las mujeres retornan a sus casas.(antes de quitarles los puestos laborales), estas han abierto ya_ el camino a su inserciôn laboral. Las mujeres han desempefia do tareas "masculinas" y aunque en menor nûmero lo seguirân haciendo. Han demostrado que pueden trabajar y no sôlo lo - han demostrado a los demâs sino a sî mismas. Ello constitu- ye un punto importante para su toma de conciencia, para que empiècen a creer en sî mismas, en su . capacidad de realizaciôn personal "equiparable al hranbre" (146) (147 )• Pero no quiero olvidar la primacîa de los trabajos la ocupan los hombres y que aunque se van reduciendo aquellos especîfica- mente femeninos; - todavîa existen (servicio domêstico y puericul­ tura sobretodo) - y se da ademâs un proceso de desvaloraciôn de - todos aquellos trabajos en los que hay muchas mujeres traba jando. Los que déscienden a la consideraciôn de traba­ jos de mujeres, como expresa Ellen Malos entre otras (148). Maurice Godelier hace unas consideraciones impor­ tantes respecto al mundo laboral. Para êl el trabajo fuera_ del hogar: - nue ha sido eminentemente masculino, -es trabajo de mâs nrestigio norque se concede mâs imnortancia al hecho de "nroducîr sociedad" es decir de 396 - producir medios de subsistencia para todos, que al hecho de producir vidas humanas o cuidarlosj^ue es el trabajo, legîtimo . . . . de la mujer. Aunque la mujer es la feçundada, la que produce - los hijos, el hombre tiene el poder de controlarla, de con- trolar su producciôn ( al menos en una sociedad monôgama).- Para este autor aquî radica el primer piano de lègitimaciôn del poder masculino en el pensamiento simbôlico primitive - (149 )• De aquî derivarîa que al salir a trabajar se le si- gan asignando funciones mâs acordes con un papel de ayuda - al hombre o de cuidado de lo que al hombre le pertenece:los ninos, la casa, la organizâciôn administrativa de sus fun-- ciones, el cuidado cuando se enferma, etc.,. No carece por_ ello de fundamento que la disminuciôn de la natalidad (posi ble desde que el hombre se interesa por contribuir a ello,- previo reconocimiento de las ventajas logradas con un nido_ menos lleno y mâs confortables, como dicen Young y WillmottX 150) esté contribuyendo a la menor dependencia femenina, a su sa lida de las casas, a la ampliaciôn de sus ambiciones y a la larga a que no se consideren las funciones mâs o menos près tigiosas en razon del sexo de quien las hace. Sino a su prestiy gio por el valor que para una sociedad mâs simêtrica, aque- llas funciones representan. De hecho todo lo que conlleva_ el trabajo por el bienestar social, (antes en poder de los_ y las profesionales de la religiôn y las mujeres ricas y -- - 397 - caritativas ) va siendo copado tambiên por hombres. Y no - pierde por ello prestigio sino que lo adquiere por el valor ' J,que tiene para una sociedad cada vez mâs hedonists, mâs reî vindicative de su felicidad y confort. Tampoco conviene por ello olvidar que el hombre contemporâneo estâ poniendo mu-- cho de su parte por contribuir a la igualàciôn o mâs bien - simetrizaciên de los sexos, a pesar de que los datos aporta dos por algunos estudios demuestren que el hombre sigue pre firiendo a la mujer tradicional (151 ). Es un dato importan te a tener en cuenta; especialmente considerando el sentido de lo que M.Mead dice, à propôsito de las generaciones: - que para cualquier innovaciên de los oprimidos o desprivila— giados que destruya su opresiên hay que contar con la cola- boraciên de los opresores o privilegiados. Siguiendo en el_ punto del trabajo femenino y masculino. Hasta aquî se ha visto la reacciên de los jôvenes cuando se les confronta -- con profesiones especîficas. El cuestionario les presentaba ademâs dos proposiciones sobre la especificidad o condicio- namientos que hombre y mujer tienen por su sexo; Eran los - siguientes: -"Hay trabajos que sôlo los ouede realizar satis- factoriamente el hombre"(ver cuadro n®101) -"No creo que se pueda esperar que la mujer tenga las mismas oportunidades de trabajo que el hombre, cuando - - 398 - tiene condicionamientos especîficos de su propio sexo"(ver cuadro n°102). La mitad de los jôvenes concuerdan con la primera proposiciôn y una cuarta parte con la segunda. La - indecisiôn sobre los condicionamientos masculinos es bastan­ te menor que con los femeninos. Esta reacciôn puede ser de- bida en parte a que la proposiciôn primera présenta al hom- brè eiinaposidôn favorable y por ello es mâs fâcil concorder con_ ella. La proposiciôn sobre la mujer da por sentada una infe rioridad femenina de base biolôgica. Esto inmediatamente alerta al joven que desea dar de sî mismo una imagen de -- apertura acorde con las opiniones générales de los sectores progresistas de la sociedad. Pero en ambas proposiciones el joven se deja llevar mâs libremente por las opiniones comu- nes, favorecido por la ambiguedad del planteamiento que se_ le hace. Su indecisiôn es mayor aquî que cuando se le con­ fronta con profesiones especîficas o con temas tan polêmi-- cos hoy como el derecho al trabajo de la mujer o la necesi- dad de compartir entre ambos las tareas domêsticas. Me de-- tengo por un momento en la proposiciôn sobre la mayor cual^ ficaciôn masculina para realizar determinados trabajos, Aquî no se especifica si estos son los que requieren de ma­ yor inteligencia, fuerza fîsica o ambas cosas a la vez. Los militantes politicos entrevistados reconocîan que "los trabajos que exigen formaciôn têcnica los hacen me 399 jor los hombres, pero eso es porque no se ha dejado a las - mujeres que se prepared'; palabras de A. Las amigas de los - discotequeros hacen alusiones corroboratives de este mismo_ diagnôstico. Ana recuerda que no pudo estudiar electricidad que eta lo que le gustaba, y Rosa insiste en que los hom-- bres tiënen mâs fuerza fîsica y justifies asî que sean los_ hombre quienes hagan trabajos pesados como los de la cons-- trucciôn. Otras chicas^sin embargo, e Incluso estas mismas_ creen que excepto algunos trabajos muy especîficos, y los oH cios de la construcciôn pueden estar entre ellos, los demâs exigen habilidades mecânicas y energîa que no todo hombre - tiene o quiere emplear. En el contexte de una sociedad rue­ rai aragonesa me decîa una chica de 22 afios, casada con un_ agricultor: Todas las mujeres que recogemos oebolla preferi riamoe et traotor. Los hombres dioen que es trabajo masouti no y que etlos tienen mâs fuersa. lo to que sê es que haae_ fatta mâs resistenoia fisiaa y mâs aguante pa recoger ta ce botta y por eso ettos no to quieren hacer. Cuando mi marido eetaba enfermo yo ttevaba et tractor y no me he muerto por_ eso. Van a to câmodo y to peor pa nosotras (1S2}. Aquî se plantea otro tema: fuerza vei;sus resisten- cia fîsica y parece ser que la mujer tiene mâs de la segun­ da y el hombre mâs de la^primera. Pero no voy a entrar en - este tema del que ya se hablô antes ligeramente. Lo que — quiero sefialar aquî es la extensiôn del reconocimiento, de_ que determinados trabajos los hace mejor el hombre. Queda - • - -400 claro tambiên que los hace mejor porque los ha venido ha--- ciendo por mâs tiempo y ha recibido una preparaciôn têcnica y una lègitimaciôn social que se los facilita#V a la inver­ sa, los condicionamientos de la mujer por su sexo son mâs - de tipo social que fîsico. Sus oportunidades de empleo son_ menores porque inferior es su preparaciôn têcnica, la que e£ tâ supeditada a la asignaciôn de tareas que la sociedad le_ hace. Transcribo aquî una parte del anâlisis que Amando de Miguel hace, sobre el doble standard de educaciôn para hom­ bres y mujeres en nuestra sociedad espafiola. No cree que -- pueda ser cambiado mientras "las altas autoridades de la vjy da intelectual o moral sigan influyendo con sus anacrônicas ideas’! Los demâs las aceptan porque es muy cômodo tener a - la mujer en un papel subordinado ( lo que decîan los disco­ tequeros a propôsito de las labores domêsticas, femeninas,- y de su menor manejo de dinero para el ocio, c u a n to mâs h a ­ gan e t t a a menos haremos n o s o t r o s , Cuanto menos paga te s den a é t î a s mâs nos d a râ n a n o s o t r o s , La comodidad y ventaja “- «on évidentes). Sste autor cita literalmente unos comenta-- rios del Rector de la Unlvcrsidad Complutense de Madrid que diferencian la educaciôn masculina y femenina. Yo a mi vez_ "transcribo sus citas: "Una formaciôn (se refiere a la mujer) •«ncaminada no a hacer de ella un buen ciudadaho sino una -- buena esposa y una buena madre de familia o, si se queda — soltera, un ser ûtil a sus seraejantes". 401 - La descripciôn de la orientaciôn casera y de ro-- les expresivos y de ayuda es perfects. Y sigue: "En las ci en cias y en las profesiones têcnicas parece que el hombre de- berîa ir mâs bien destinado hacia todo lo creative, aplica- tivo y têcnico y la mujer destinada hacia aquellas activida des mâs bien especulativas.. ( 1 3 3 ) . Los discotequeros y - sus amigos, los militantes y exmilitantes politicos confir- raan que estas ooiniones estân muy extendidas entre quieries - planifican la educaciôn de los y las jôvenes. 3.4.3t EL h o m b r e Y EL LIDERAZGO FAMILIAR. Los jôvenes creen que el liderazgo familiar y so­ cial corresponde al hombre. Un 41,3 por ciento afirma que - es fundamental para êl sentirse responsable de la mujer y - de sus hijos (154), mientras 39,7 por ciento considéra que_ el hombre debe protéger a la mujer (ver cuadro s n® 103, 10^ Aunque ambas proposiciones conceden al hombre la_ primacîa sobre la mujer, lo hacen desde dos puntos distin- tos: Uno, mâs identificable con un deber: el de oroteger a la mujer; y el otro de resoonsabilizarse del hogar El primero obtiene mârgenes mayores de dësacuerdo (32,3 por ciento) que el segundo (22,4 por ciento), Este re - 402 - résulta confuse para un grupo mâs numeroso (25 por ciento)- que aquel (16,9 por ciento). Estos datos nos indican que -- los jôvenes se van desprendiendo mâs de la idea que conlle- va una obligaciôn, que de la que implica ademâs un derecho_ ■ masculino. Pero en ambos casos, sus actitudes, mâs tradicio nales que en las proposiciones anteriores reflejan en mi -- opiniôn una mayor dificultad para encajar los comportamièn- tos adultos en los nuevos valores vïgentes para ellos. Me - explico: los jôvenes han roto la asociaciôn entre destine feme nine ônico y matrimonio, entre iraijer y exclusividad en la ejecuciôn del trabajo dOTiêstico, o del cuidado de los ninos.Sus actitudes nuestran también u contradicciôn entre lo que ellos quièren para sî mismosiin- . diferenciaciôn de papeles masculinos y femeninos en su hogar y fuera de 61, y los papeles que estân reproduciendo en su_ hogar: chicas encargadas de las labores domêsticas y chicos exonerados de ellas. Con todo ello las chicas estân vivien- do una domesticidad mayor y los chicos una situaciôn de pr^ vilegio que les facilita su inmersiôn en la sociedad, en el mundo del trabajo y de la cultura. Desde esta perspective - la pregunta: &Debe el hombre protéger a la mujer o no? es - preguntarse entre otras cosas; ^necesita la mujer del apoyo masculino para incorporarse al mundo social?. iLo necesita_ precisamente por su ancestral reclusiôn en el desempefio de_ tareas en el âmbito domêstico?. La pregunta confronta al jo- 403 - ven con una situaciôn diffcil. - Por una parte quiere huir de un proteccîonismo que auemâs de tener un contenido peyorativo, significa una continuidad en la tuteia de la mujer y por tanto un împedi- mento a su independencia. - Ademâs, quiere huir de una obligaciôn que ha supuesto un peso para el nombre tanto en la exigencia de un contrato matrimonial (exigencia mayoritarlamente feme­ nina) como en la de mantener o sustentar él solo a la tamilia. - Y por otra parte se enfrenta a una reaiidad familiar y social en la que ve a su madre, su hermana, a si misma (si es chica) o a una parte importante de las muje­ res responsabilizândose de las tareas cotiaianas del hogar mientras que la responsabilidad laboral es paterna, del nerma- no, de sî mismo (si es chicoj y de los hombres en su conjunto Y no es tan sencillo responder precisamente por estos conte- nidos valorativos y expérimentales. Los jôvenes se dicotomizan, pues, en dos posi­ ciones opuestas trente a la obligaciôn de protéger a la mujer como deja ver el Cuadro n* 104 y los indéci­ ses y quienes no contestan constituyen un tercer bloque - 404 - ninoritario pero sustancial (suman 27,8 por ciento nada me ­ nos). Ahora bien esta obligaciôn, que se extiènde a la de mantener a los hijos va acompafiada de la adjudicaciôn de un papel prioritario en la familia; el de ejercer de responsa­ ble de la misma. El porcentaje de jôvenes que afirman que - es fundamental para el hombre el sentirse responsable de mu jer e hijos es igual al anterior pero quienes lo niegan son menos: 22,4 por ciento. Quiere decirse que el cambio de ac­ titud es mâs lento y deja mâs confusos a los jôvenes (36,2_ por ciento suman los indecisos los que no responden). Aqul__ hay algo importante. No se niega a la mujer su derecho a_ - trabajar fuera, a vivir un destine mâs amplio que el matri­ monio o la atenciôn a su familia, pero, icômo conjugar la - legitimidad de una liberaciôn femenina de lo domêstico con_ el mantenimiento del papel masculino de conductor del hogar? Parece ser que el cuestionamiento de este roi masculino ré­ sulta mâs arduo en cuanto sacude los cimientos de un tipo - de videntidad masculina: la Identldad del patriarca: jefe y_ guîa, sopor te econômico y garante del porvenir familiar, liy bre (de paso), en cuantp tal de las servidumbres cotidianas_ y minusvaloradas del hogar. El roi masculino ha sufrido hi^ tôricamente cambios profundo que han significado, en la prâç tica pêrdidas sustanciales de poder, de autoridad, de prota gonismo en su âmbito, cada vez mâs reduc ido, de expresiôn - - 405 - personal. La pérdlda ahora de su "responsabîlidad" de la fa milia parece un golpe drâstico porque destruye el poder del sexo masculine sobre el femenino y por ello atenta al anta­ gonisme mas largo y antiguo de la historia y a la conquista mâë establemente mantenida. Este en una cultura mediterrâ-- nea debe adquirir dimensiones especiales, si se tiene en -- cuenta el sentido del honor masculine que Pitt-Rivers (155) conecta con el dominio sexual del bombre sobre la mujer. Do mine que se justifies sôlo por el papel protector y contro- lador que aquel tiene sobre esta. Este dominio masculine, - en opiniôn de les discotequeros estâ justificado por la in- ferioridad manifiesta de la mujer, que la ha reducido a su_ papel secundario social y familiar. K. razona asî su argu-- mento apelando a la historia; Las maigre* no aaben d e fe n d e r ae. En e t mundo h a y mâs m uderes que hombre y e i n embargo no mandant no t i e n e n f u e r z a . Continua su argumente contrastan- do la racionalidad del çomportamento masculine con la ins-- tintividad del femenino, en el mâs pure estilo durkheimiano; Deede to e p r im e r a s t ie m p o s de t a a r e a e iô n e t hombre s ie m p re ha d e s ta o a d o s o b re e t t a (la nujer) en to d o s t o s eampos ar-- t f s t i o o s . La m u f e r s u e te s e r o t v i d a d i z a , d é b i t , un s e r muy__ V e n ÿ a t i v o , con e t t a s no se puede t t e v a r una c o n v e r s a o iâ n — a g ra d a b te p o r t o que s o t o nos s i r v e n p a r a s o b a r t a s . Es un - a n im a l d u to e y o a r i n o s o y que yo y to s demâs mâs q u e re m o s ,^ p o r t o que i n d i r e e ta m e n te es e t que mâs a t e g r i a no da a u n -~ que a lg u n a s veoea no nos s i r v e n p a ra nada . - 406 - Todos los otros discotequeros coinciden bastante_ con este argumente aunque reconocen que K. dice las cosas - con demasiada radicalîdad. J. intenta dar una explicaciôn - mâs equilibrada s in mucho êxitoHombre* yo oreo que exagéras. Subes mucho a ta muJer y tuego ta bajas y eso no es...Bueno K si tas cosas son como tu dices y tos hombres han sido y - son toe megores en ta historia entonces tambiên hemos sido_ tos que hemos creado ta soeiedad tat como estâ y n o v a t e mu aho que digamos. ...La muger, bueno-es que si bien to miras, para que la mujer sea perfecta tendria que ser reatmente un hombre. Quiero deoir que ta mujer es ta parte que' te fatta^ at hombre y que te comptementa...Para mi et hombre es ta — parte fuerte de'ta vida y por tanto et que debe trabajar. - lo no me opongo a que ta mujer trabaje. La mujer puede ayu- darte pero représenta mas ta debitidad. K.~ Eso es machismo V. - No to es. No vas a poner a ta mujer a trabajar y tu a - quedarte en casa, âno? como tos ârabes. lo creo que et hom-^- bre y mujer son iguates y deberian eompartir todo por iguat y mandar por iguat pero reeonozeo que yo no soy asi, que en ouanto una mujer se me pone un poco enaima pues ta bajo. K.- Eso es mâs o menos to que estâs -diciendo todo et rato.- Çue si ta mujer tratase de ponerse en posieiân de ser at^— guien por si misma no ta dejarias porque eso te quita esae- nario a ti.. . et hombre siempre mâs alto. J.- Mâs fuerte, no mas alto. A to mejor no me he expticado_ bien. No ves que ta mujer depende det hombre én todo? /156J. - 407 I X - Puee eeo, la culpa ta tiene et hombre que aprieiona a - ta mujer. I J.'~ La autpa ta tenemos toe doe. La mujer tambiên por no — querer dejaree ttevar, aunque a to mejor etta ee podria sen tir mâe integrada viviendo en ta eoeiedad pero no eabe ha— oerto. Et oaeo de Nievee. No ee atreve a pedir vacaaionee - ouando etta quiere. Tiene miedo a la empreea. lo, (oamarero en tina eonôeida cafeteria} con et duefio det restaurante que_ ee un... no to digo por ei sale, empiezae a pedirte que te_ aumente la paga y St, que ei de pequeno cobraba tanto, que_ ei eu madre, que ei eu abueto era futbolieta, de ahi a ta__ politica y at final yo tengo que decir; nenoe rotto y euet- te ta paeta porque le demando. Bueno puee una mujer y un — hombre deben hacer to miemo. Nievee.- Bueno a mi me dan pampurriae de habtar con J. por­ que ei habto de mi empreea puee peteamoe. No entiende que - yo he ehtrado ahi por mi primo y no puedo ponerte en — evideneia. J.- Anda y yo por mi madre y etta por et duefio, Puee ei no_ voy a pedir nada por et agradecimiento de mi madre puee me_ jodo... Ee que tae mujeree oe conformdie con to que oe dan. En todo. Peberidie demandar. Pero no oe atreveie y agachâie ta càbeza eneeguida. K.— Ee que tae mujeree son tontàe. Sin noeotroe no eaben da fenderee. y.- Mira es imposibte pensar en otra mujer que no sea tu ma dre y to que yo he visto eh cas ee que mi padre manda y mi^ - 408 \ madre obedece. Mi padre dice por aqui puee por aqui. Por — attd puee por attd y va por donde et dice ein reahietar, — I; ibueno reniega y chitta pero va. 0 eea ee débit, neoesita que ta llej>an. Nievee,- Lae mujeree ni eomoe débites ni somos tontas sino_ que tenemos que haaernos tas tontas y tas débites. Si una - ahica se muestra fuerte et ohiao no puede aguantarto. Si — una ehica entabla una buena oonversaciSn eon un ahioo aoaba peleando. A tos hobmre no les gueta habtar o estar de iguat a iguat. Les ÇfJista envotver, tienen que dominer, tiene que_ ser to que digan ettos. Si no de todas formas to tuyo ya — no vate /157 ), A.- Lo que pasa es que et hombre soto discute en un terreno que te sea propicio, para quedar mejor, para marginar, Asi^ son las reglas de juego. J.- Bueno si toda mujer se tiene que hacer ta tonta para — que te vaya bien con un hombre hay que pensar que ta parte_ que tes queda o sea que tos hombres tiene que pensar que to son. A,- No, yo creo que en et terreno de ta casa si es asi pero en et terreno taboral, auando ttega ta hora de reivindiaar_ cuatquier cosa, tas mujeres te eohan muàhos mâs huevos que t nosotros. Eso es una reatidad como un tempto. Nieves tiene_ una situaoiân especial pêro a nivet general ettas te echan_ mâs huevos. Nieves, J quitando et tema tabora, cuatquier conversaoiân - que tteves con êt (con el hombre) no ee puede ttevar. 409 - K,- Reéumiendo, Creo que ta nujer ee tonta y por eeo eetâ - donde eetâ, Pero todoe neoeeitamoe de etta, N i e v e e l o en oonareto to eoy porque oe ttevo a todoe en T mi ooehe, V,- Oye ei a ti te moteeta una coea noa ta dices y ya eetâ. Nieves,- Oe ta digo y os enfadais, A mi me motesta, no et - ttevaros enmi coche eino et que to pedis caei obtigândome y si digo no pues me mirais con mata cara, A,- Bueno, Nieves no es tonta, Habta y se defiende tan'bien como nosotros o mejor, K.- Pues por eso ta hemos aceptado fl.58 ). ■ ’La protecclOn que el hombre brinda aqui a la mujer es una tute la genêrica, de un sexo al otro. No se entra en los detalles del mantenimlento econdraico, (que K, desarrolla en otro dlâ logo), sino en los justificantes de una identidad masculins de liderazgo social y familiar reforzado en base a mérites - histdricamente ganados. La interpretacién de su legitimi-- dad es bastante opuesta de lo que K., J. y V. piensan a lo_ que Nieves opina. Para ella,la ûnica mujer participante en_ estes diâlogos,hay un predominio masculine si; Pero este se basa precisamente en la irracionalidad del capricho. La mu­ jer contemporizâ para mantener la paz y pcrmitir la convi-- vencia. Utiliza pues su razdn cualitativamente. Hasta aqui he ilustrado con un diâlogo la justify cacidn masculins de su papel responsable de la mujer. Los - discotequeros explican tambiên la importancia de tener hijos - 410 - como ha quedado claro en la transcripciôn de pâgs.anterioics K. hacîa comentarios tan entusiastas como: l o q u i s i e r a t e n e r - un h i j o , e d u o a r t o , v i v i r p a r a ê l . Cue presentan en si una - justificacidn vital al trabajo e incluso a su propia vida.- E1 comentario tiene un carâcter de môtivo fundamental. A mi me parece aqui,que élhijo es una prolongacidn creativa del pa dre y por ello contribuye a su identidad, que es la que se_ ha estado defendiendo en el diâlogo anterior. Por eso se d£ limita tan cîaramente el papel masculino de protéger y "co- mandar" a la mujer del mâs prosaico de mantenerla econômica mente. K. dirâ al respeto: eso de c u r r a r p a r a una m u je r , yo no te Veo n in g û n s e n t i d o , C o n v i v i r s i y m a n te n e rs e cada uno p e ro casarse.,..Evidenteraente K. es coherente con todos sus arguraentos anteriores de que no trabajar fuera del hogar es un privilégié femenino que el no quiere reforzar con su pro pio sudor. El comentario hecho demuestra que trabajar para_ una mujer es mâs bien una pêrdida de imagen que una contri- buciôn a su prestigio. Hay un punto aqui que considéré dig­ ne de ser investigado en 'posterîores éstudios.' Y ^ es que entre los jôvenes de la clase obreraa la que K. y todos los iôvenes entrevistados uertcnecen hay nâs rechazo a la orotecciôn del hombre a la mujer, como hay taniîién un nroyecto de tener menos hijos - que las generaciones anteriores. Cabe preguntarse por tanto quê elementos de la experiencia socio-econômica de su fami- - 411 - lia, quê vivencias del trabajo y paro les estân llevando a_ tonar estas actitudes. Hay algo que parece claro y es nue anlican a los demâs el voluntarisrao con el que se nueven : ellos nismos, oue no quieren regalar a otros lo nue a ellos les cuesta tanto trabajo conseguir. . j &Hasta dênde llega su pragmatisme en relaciên a - los demâs? y iA ouiên de sus narientes, amigos, conocidos se anlican las consecuencias de tal nragnatisno?. •. Juliân Marias decla hace poco que las dificultades econômicas ac^- tuales pueden devolvera Ids jêvenes la estimaciôn oor la vida, por los bienes que poseen, mâs aûn por los escasos y diflci les de conseguir (159). Cabrla preguntarse tambiên si la v^ vencia de una situaciôn de escasez, va a contribuir de he-- cho a la igualaciên de los sexes tanto o mâs incluso que la ideologîa de igualdad surgida en los 60, precisamente en -- una situaciôn social de abundancia. ta protecciôn y respon- sàbilidâd del hombre hacia la mujef hacia la esposa, no ha sido tratada en las otras encuestas que he manejade.- Sin embargo, las dos encuestas a espafloles adultes, de 1970 y 1975 afrontan el tema de la sumisiôn femenina al hombre •* en el hogar. Dan pistas por tanto del papel que este tiene_ - 412 - asignado en êl mismo. Lêpez Pintor y Buceta proponîan a los espafto-- les de los 70.’.'La mujer debe obedecer siempre al marido". Es- tân de acuerdo con dicha proposiciên 48,1 por ciento de los hombres y 45,8 de las mujeres. El desacuerdo es inferior en aquellos 31,8 por ciento que en estas 36,5 por ciento pero_ los porcentajes varîan muy poco. Hay pues un grupo de espa- ftoles, en torno a la mitad que se reafirma en la sumisiôn ‘* femenina y los demâs la rechazan o al menos cuestionan (160). Un porcentaje en torno al 69,2 por ciento acepta» ba en 1975 una sumisiôn de la mujer al:marido parcialmente - planteada: "La mujer no debe tener sin permise del marido - actividades füera del hogar". Desde luego la sumisiôn abarca mucho mâs que este, cuando 78,9 por ciento de los espafioles respondîan que "la mujer debe estar en casa cuando el mari­ do vuèlve de trabajar" (161). No hay ninguna variaciôn de - opiniôn entre hombres y mujeres lo que da idea del consenso alcanzado por estas posturas. El liderazgo masculino del ho gar queda patente . y las respuestas menos ma- yoritarias de los jôvenes del Casco Viejo evidencian al me­ nos un cambio de actitudes y un estado de interrogaciôn -- abierto en las costumbres hasta ahora firmemente enraizadas. - 413 - 3.5. RESERVAS FRENTE A LA FAMILIA i 3.5.1. UNA MlNORIA REHUSA LA CDNFüPMACION DE LA FAMfLIA ACTUAL _ La Integraciôn mayorîtaria de los jôvenes en la r famllia tradicional no oculta un cambio de actitudes hacia_ formas mâs modernas de concebirla. La adquisiciôn de nuevos comportamientos estâ impulsada por los cambios econômicos y sociales, que exigen nuevas formas de afrontar la vida so-- cial y de trabajo. Una parte importante de estos nuevos planteamientos conlleva ciertas réservas hacia aspectos con cretos de la dinâmica familiar, cierto descontento con la - situaciôn vivida, que en porcentajes -mâs o menos altos derj^ van en un rechazo de la propia instituciôn. El dato mâs siĝ nificativo es el rech%o de la "conformaciôn de la familia - tal y como existe hoy en la actualidad",que experimentan -- 53,8 por ciento de lôs jôvenes. Las razones aducidas y por_ orden de importancia son las siguientes: - que la constitueiôn de una familia no debe exi- gir un contrato legal, sino que debe ser una decisiôn priva da de los individuos; - que eljoven ve que la familia se sostiene mâs_ por las ataduras sociales, que por el amoi; - lo absurdo de que "en un momento de la juventud - 414 tengas que tomar una decision irrevocable para el resto de_ la Vida" (ver cuadro n“ 103). A estos signos del rechazo ha- brîa que afladir el de la aceptaciôn con réservas, dado por_ 12,8 por ciento de los jôvenes que no ven otra salida. Hay pues una serie de raatices distintos confluyen do al deseo de evadir una organizaciôn familiar tal y como_ estâ conformada hoy. Æ1 primero rechaza su carâcter de for- malizaciôn pûblica y por tanto su compulsiôn social. El se- gundo su ocultamiento de la preponderancia que este control social ejerce sobre las voluntades y deseos de los intégran­ tes de la unidad familiar. El tercero la "encerrona" que pa ra el joven sunone la obligaciôn de tomar una decisiôn_ "irrevocable", justamente cuando mâs legîtimo parece el go- ce pasajero de las nuevas experiencias amorosas. La acepta-- ciôn con réservas se explica tambiên por los condicionamien tos histôricos y sociales que no permiten otras altemati-- vas durables a la satisfacciôn sexual y emocional de las -- personas, y menos aûn a la procreaciôn (162). Los comenta-- tIos de los militantes politicos vistos en el acâpite de -- proyecto matrimonial son ilustrativos de este punto. - 415 - La experiencia vivida en la casa de los padres e^ tâ influyendo en las actitudes de los jôvenes hacia la fa­ milia, muy evidentemente. \ Sôlo en quienes han presenciado - "muy buenas relaciones "entre los padres hay un acuerdo to-- tal con la conformaciôn actual de la familia, en nûmero su­ perior al tercio de los jôvenes, que alcanza casi la mitad_ si le afladimos el grupo de quienes concuerdan con reservas_ (ver cuadro n ® 106). Todas las demas vivencias: desde una r£ laciôn de padres deteriorada hasta la inexistante lleva a - porcentajes mâs elevados de jôvenes en desacuerdo con la -- conformaciôn familiar ( porcentajes superiores al 70 por ciento). Los hijos que ven a sus padres en conflicto o ---- aguantândose mutuamente son los mâs convencidos de que la - familia se mantiene unida por él que dirân o por la presiôn social, como los hijos de padres separados rechazan con mâs fuerza la formalizaciôn pûblica de la organizaciôn familiar. Se estâ por tanto aceptando o rechazando lo que se ha vivi- do. Es aûn mâs claro si se observan las actitudes hacia la_ conformaciôn actual de la familia segûn el ambiente general vivido en casa (ver cuadro n® 10#. Es mâs àlta la conformi- dad cuando el ambiente es agradable pero hay otro dato de - interês. Y este es que se mantiene constante en cualquier - ambiente, a excepciôn del insoportable, un porcentaje de jô venes que quieren llevar al terreno de la decisiôn privada_ - 416 - el contrato legal que une a los cônyuges. A mi parecer ello indica que hay ya una minorîa importante de jôvenes para -- quienes el rechazo a lo institucionalizado, es decir al con i; trol social legîtimado actualmente sobre una pareja y sus__ hijos, es incluso independiente de su experiencia familiar. Observando el cuadro anterior, se encuentra este mismo por­ centaje entre los hijos de padres que se llevan muy bien o_ bien. Se encuentra tambiên entre los jôvenes que piensan ca- sarse por la Iglesia Catôlica pero que dan como razôn funda mental para hacerlo la fuerza de la costumbre y sobre todo - el deseo de no chocar (cuadro n “ 1(»). De todas formas la - fe religiosa de los jôvenes no les lleva a una aceptaciôn - masiva de la familia-matrimonio tradicional. Es lo que cabe concluir del anâlisis de ese porcentaje: 63,47 por ciento - de jôvenes que piensan casarse por la Iglesia (Cuadro 198}.!^ realidad sôlo una cuarta parte de ellos dan la fe religiosa como mo- tivaciôn de contraer matrimonio y sôlo la mitad de este nû­ mero estân totalmente de acuerdo con la conformaciôn actual de la familia (ver cuadro n®t09/). Es decir que ademâs de -- que la razon mâs relevante del matrimonio religioso es so-- cial: - la fuerza de la costumbre (18,9 por ciento) - su carâcter de formalizaciôn social (12,5 por - ciento) - la presiôn social o teraor a chocar (6,4 por -- 417 ciento), ni cuando es religiosa queda exCluîdo el razona-*- miento de que se casaran por la Iglesia porque no hay otra_ salida y de que serîa mejor una decisiôn privada, con base_ en él amor mâs que en las ataduras sociales. aSignifica es­ te rechazo que no se piensa reproducir el estilo o ambiente de la familia conocido en la casa?. Lo signifies asî para - un 38,4 por ciento de los jôvenes como veremos mâs adelante , Sôlo un poco menos de la mitad de este porcentaje experimen tan un ambiente familiar enraredido, difîcil de soportar e_ insoportable: 16,3 por ciento. Por ello hay que donduir, en lazando con el argumente anterior, que no es solo al mal -- clima familiar que se debe el deseo de no reproducirlo. Se_ debe a otros puntos especlficos de la organizaciôn familiar, como el autoritarisme o incomunicaciôn que presentarê ense- guida. Y se debe ademâs a un cambio de actitudes que se en- globan en un proceso econômico social conducente a posturas permisivas, abiertas, libres mâs déterminante que su propia experiencia cotidiana de vida , en familia. Es decir a to dos los signos de libre-exprèsiôn y autodeterminaciôn de -- los que hablaba en la teorîa Inicial sobre la juventud. Ter mino la constataciôn del mal ambiente familiar con otros da tos aportados por similar nûmero de jôvenes. Un 12,6 por -- ciento afirraa! que entre sus padres hay conflictos o tensio nés, un 17,6 por ciento dice que aquellos "no saben diver- tirse" y en consecuencia ellos tampoco se divierten en casa - 418 - (ver cuadro n® 55). En fin el 16,01 por ciento reconoce que las relaciones con sus padres no van bien (cuadro n ” 57). Cuando se les pide razones del mal ambiente vivi­ do en casa, argumentan en porcentajes mâs altos, las discu- siones con sus padre y la conducta del padre (alrededor del 4 por ciento) (ver cuadro n®110). La malas relaciones entre los padres p el rechazo de estos hacia el joven o sus herma nos apenas son mencionadas (1,3 a 1 por ciento), y el margen_ mâs alto de respuestas lo dan otras razones no especîfica- das: 9,2 por ciento. Hay que tener en cuenta que los jôve-- nes respondîan a la razôn mas importante, y sôlo a una. De_ aquî que los datos se diluyan, pero las orientaciones se - aclaran. Al joven le afecta mucho mâs lo que pasa entre él_ y sus padres que lo que a estos les sucede entre sî (163).- Otra pregunta sobre'*aspectos que te desagradan -- mâs de tu familia", (de los padres, del ambiente) aporta -- mâs evidencia sobre los motivos de fricciôn o maiestar ha-- cia los padres. Un 63 por ciento de los jôvenes censura a - sus padres por: - su au'toritarismo; 36,2 por ciento - cortedad de miras y egoismo: 14,7 por ciento - culto a las apariencias ÿ falta de coherencia - entre sus normas teôricas y sus conductas: 12 por ciento_ (ver cuadro n*lll). Del autoritarisme me ocuparê en el prô- ximo acâpite. Brevemente sehalo a continuaciôn las afirma-- ciones que los jôvenes hacen en torno a los dos puntos si-- - 419 - guientes: Las cortas miras se manifiestan en la respuesta a unas proposiciocsdel cuestionario:^liOS padres: se han limi- tado a ganarse el pan con un trabajo, sin mayores aspira-- ciones", que desagrada a 13,77 por ciento. Muy pocos les acu san de egofsmo:"para mis padres un hijo no es mâs que el sostén de la vejez: 0,9 por ciento. - Que"lo ûnico importante para ellos es conseguir una buena posiciôn social*; respuesta dada por 3,8 por cien to El culto a las apariencias, (que incluye incon- sistencia y falsedad) se manifiesta en respuestas a proposi clones como: -*que Se preocupan sôlo de las apariencias'! 4,5 por ciento ; -'bue no corresponde lo que dicen que se debe ha­ cer y lo que ellos hacen realmentd^ 3,8 por ciento. En la__ . misma llnea de sus aspiraciones matrimoniales, los jôvenes_ optan por la veracidad y altrufsmo de sus conductas. 3.5.2. UNA MINORIA'RECUAZA EL AUTORITARISMO PATERNO Un 36,.2 por ciento de los jôvenes seAala como a^ pectos mâs desagradables de su familia los que cohartan su_ libertad personal y que se manifiestan en: - que'la ûnica ferma de tenerles contentes es so­ me tiêndome a todo lo que mandant 16,3 por ciento. 420 -"Que se empeAan en que yo piense como ellos'!--- 11,21 por ciento. - 'XJue no me han dado libertad para actuar como -- quiero'! 8,6 por ciento. La rigides de los padres, su impo- siciôn de normas de comportamiento es lo que mâs desagrada_ a los jôvenes. A mi parecer contribuye a ello que estas nor mas adolecen de coherencia con conductas reales y ademâs no responde a las aspiraciones de los jôvenes, como se ve ante riormente. Son muy pocos los casos en que no estân asocia-- das unas relaciones familiares regulares o malas y estas vi_ vencias negativas en la casa (ver cuadro n*112). Especial-- mente allî donde el joven describe sus relaciones con los - padres como regulares o malas, les acusa de imposiciôn pa-- terna (75 por ciento de casos), y de cortedad de miras (25_ por ciento restante). Como expongo mâS arriba \ _ el padre que contrôla la economîa familiar o que ejerce la_ disciplina, lo hace con mâs exigencia y severidad que la ma dre, o que ambos juntos (ver cuadro n® 74 y 75 ). Por ello en hogares donde se acusa a los progenitores de autorita— rios o impositivos, se estâ acusando al padre mâs que a la_ madre y mâs que a la diada padre-madre. La autoridad compar tida es la que da lugar a un mayor equilibrio y los jôvenes la prefieren a la ausencia total de disciplina. Esta - 421 - provoca tambiên , un enrarecimiento del ambiente, como deja - ver el cuadro, que yo atribuyo a las dificultades del joven para crear y hacer aceptar por los demâs unas reglas de ju£ go légitimas. Por lo pronto ya ha quedado claro que las de_ los padres y las de los hijos de una porciôn de la muestra_ no coinciden y producen malestar a estos ûltimos. En algu-- nos casos, alll donde la imposiciôn paterna se extrema, al_ hijo o la hija no le queda mâs remedio que el doblegamiento total o la puesta en prâctica, ocultamente, de sus deseos y aspiraciones. Francisca y Reyes/ patientes,(dos primas car nales de 15 y 16 aAos) jôvenes estudiantes de una academia_ y que viven en hogares de un claro autoritarismo paterno re flejaban asî su situaciôn: Reyes.- M i r a a n i ouando e a tv de l a e a o u e la y demâs t é n i a - i n t e n e i o n e s de h a c e r B .U .P , y C , 0 , V , Es a l g o que me g u s t a - mucho h a c e r , P e ro después de que m i m adre y a se p u e s o m at - p a s a ro n p o r c a s a g e n te de e s t a p a r a h a c e r curaiZZoe (mécano-- grafîa) . y m i m adre me a p u n tâ , P e ro m i p a d re es un b e s t i a y _ no q u i s o que f u e r a . l o t é n i a p r o y e c t o e de i r a l a ü n i v e r s i - dad p a r a h a ce r . p e r i o d i s m o p e r o no t é n i a o t r a c o sa que h a c e r y me a p u n tS a t a a c a d e m ia , p e r o no me g u s t a , P e d i una beca__ p a r a B ,U ,P y me d i e r o n p a r a c o r t e y c o n f e c c i â n . T o t a l que - t r a b a j o , c u i d o n in o e y me pago t a a c a d e m ia . M i p a d re no^eabe que t r a b a j o , Q u ie re que e s té en c a s a . No q u i e r e que g a s t e - d i n e r o . Lo de l a academ ia - no l e g u s t a tam poco p e r o c r e e que te n g o beca y a s i a g u a n t a , , , 422 - M i p a d r e t t e v a to e p a n ta t o n e e en eae a , Ee a l o o h ô l i a o . A n te s de c a s a r s e ya e s tu v o en un s a n a t o r i a en B. De vez en cuando t e d a . Cuando t i e n e a tg û n p ro b te m a g o r d o , e n t o n c e s en m i - c a s a to d o e t mundo e s t â c o h i b i d o , p o rq u e s i no haces t a san t a v o t u n t a d que é t q u i e r e p u e s ^ te puede p a s a r a l g o . S i no - bebe es i g u a t . Con m i madre es i g u a t . Todos peneamos que de be s e r p o rq u e te deben d i n e r o en e t t r a b a j o (164), no t o s ê . Francisca.-r M i p a d r e ta m b iê n ee m e c â n ic o y es i g u a t . Es un_ b e s t i a con m i madre y c o n m ig o . Mé t o c a s ie m p re p o rq u e so y - h i j a û n i c a . No q u i e r e que t r a b a j e , q u i e r e que a h o r r e . Y c o ­ mo me da t a n t o . i C r e ê i s que con 200 p t a s . puedo p a s a r una se mana?. Me p a s o to d o e t d i a que fu m o . M i p a d re t o sabe p e r o _ cuando te da t a t o c a d a ! . Fumo un p a q u e te d i a r i o , F o r t u n a , - p o rq u e t é n i a e t es tôm ago f a s t i d i a d o . De que t r a b a j o en t a - z a p a t e r i a m i p a d re no sabe n a d a . Que e s to y e s t u d ia n d o c o r t e y c o n f e c c i â n tam poco . Me to pago y o . M i p a d re no sabe p o r— que me da u n a h o s t i a y me s a c a p o r e t b a tc Ô n . ' iT ie m p o l i b r e ? , Muy ^p o a o . Los sâbados p o r t a manana de com pra . M i mzdre t r a ba ja (16S )^às i qA e ^ i^p i (^ c a s a , haz t a com ida y t o d o , Después f r e g a , S a tg o s o b r e t a s a u a t r o y a t a s ocho y m e d ia çn c a s a ̂ p o r l a c u e n ta que me t r a e , Tengo to s n e r v i o s de p u n ta , L t e - guS un d i a a t a nueve y m e d ia y s a t i con e t o j o h in o h a d o , - O t r o d i a me p a r t i ô é l t a b i o , , . M i m adre me d e f i e n d e p o rq u e _ tam poco t r a g a a m i p a d r e . Un d i a e s ta b a n d i s c u t i e n d o y e t t a q u e r i a s e p a r a r s e p e r o c l a r o , , * , t f r a s e inconclusa) - 423 A n i p a d r e t e dan to e a d a e . Se pone a h a b t a r e o b re e e x u a t i d a d eon m i m a d re y e t t a e a t t a d a . Se pone muy t i b e r a t y t o d a t a te e h e y a a t t a de r e p e n t e : 'F r a n e ie a a , t e puedee i r a l a h a b i t a e i â n l n l o ee que me d e o c o jo n o . E t o t r o d i a f u i a ta e f i e e t a e d e t p u e b t o y en t a peHa fu m a ro n p o r r o , y m i r a - que no e e t a r y o ! . M i p a d re f u r i o e o , que a i que h a b ia e e ta d o . Le d i ô p o r h a b ta rm e en e e r i o y me d i j o : que ee que auando - ee haoe e t a o t o e e x u a t , , , t e e o r t S puee e i no me d i c e s mds - que eeo ( 1 6 6 ) , I t o d a v i a me p r e g u n t a r o n a v e r , cSmo me ha— b i a e n t e r e d o . A h o r a me d i c e que no haga una coea, puee a h a - c e r t a t , Un d i a me acompanâ un c h i c o a ca e a . Me a g a r r a b a p o r t a c i n t u r a . Me p i t t ô m i p a d re y u f t t a que ee o r g a n i s é , Me_ m e t i a t a mano en e t b o t e i î t o de t a c a s a â o ra p a r a s a c a r un - c i g a r r o y m i p a d re ve n g a que me m e t i a l a mano en e t c u t o , -' Quê q u i e r e que me t a h u b ie e e p u e e to en to e p i e s ? , A q u e t t a - v e z me d i ô una p a t i z a que c a e i me m a ta , P e ro en c a s a . S i me t o hace en t a a a t t e me v u e tv o a t a r g a r de c a e a . 1 ademâs p o r e s o : e i h u b ie s e s i d o g r a v e ! Francisca comenta que a veces su madre querrla se pararse pero tiene miedo. F r a n c i s c a . - l o en eso no me m e to p o rq u e e i me m eto me t i m — . p i a n a h o s t i a s p e r o yo mâe f e t i z que un a j o y v i v i r s o t o con m i m a d re . P o rque co n m i p a d re no hay q u ie n a g u a n te en c a s a . S ie m p re e e tâ c h i t t a n d o que g a e to y no me q u i e r e d e j a r p o n e r me a t r a b a j a r . M i m adre t r a b a j a p o r e so p e r o no puede a b r i r - 424 Xa booa auando e e tâ mi. p a d r e . Yo h a b to con m i m adre y m i pa d r e a veaee t i e n e e n v i d i a , d i o e que e ie m p re ee tam os o u e h i - - ch e ando , se p i c a ouando t e t ta m a n p o r t e t ê f o n o y a ê t no. un j i t i p o t t a s . Reyes To t e e n t r e g o a mi madre t o que gano y e t t a to ad m i n i e t r a . M i p a d re no sabe que e n t r a mâe d i n e r o que e t euyo - en easa. Ee un q u e j i o a . T ie n e m a t e t es tôm ago y aome p i e a n - t e s y pe g a a t que e s t â de t u r n o . A m i madre- ta m b iê n . Noso— t r o e nos en tendem oe e ô to eon e t t a , Francisca- M i m adre s i no t r a b a j a r a ee m o r i r i a y a h o r r q pa r a d e ja rm e a t g o a m i p o rq u e t o que es m i p a d r e , se va a t — b a r y ee t o p a sa p i p a aon to s a m ig o s , A m i no me da n i un - d u r o . E t d i n e r o me t o da m i madre y ê t s o to se m ete p a r a — e x i g i r que a h o r r e . S ie m p re eon to s a m ig o s . S a te con m i ma— d r e , da u n a v u e t t a y s i toman a tg o se t o t i e n e que p a g a r m i m adre . S a te con sus a m ig o s , t i r a , a i n v i t a r a to d o q u i s q u i . Reyes-.- S i se ve desde f u e r a como e s . Es a i m p â t i a o con n oso t r o s y e s o p e r o se te v e . S i p a s a a tg o e n t r e n o s o t r o s s ie m ­ p r e se m e te . M i p a d re no semete con e t t o s . M i p a d re a v e c e s no es t a n m a to . Segûn en que momento t e p i t t e s . A ve ce s v u e tv o a t a s nueve y m ed ia aunque t a m a y o r ia de ve c e s t e d i ce que n o , Francisca.- Mi p a d re nunaa . D ic e , e t que t t e V a oogones soy_^ y o ! y a r r è g ta d o . Ademâs t i e n e o b a e s iô n con m i em ba raso . S i - e nc im a e s un a t o n t e r i a . S i q u i e r e s no t e q u e d a s . - 425 - Este largo relato es un caso extremo de imposi— ciôn paterna, de control econômico y discipliner a ultranza, de Incompatibilidad de intereses entre hijos y padre, entre padre y madre en donde esta ha tomado un roi pasivo de su-- pervivencia. La madre es el parachoques de la agresividad - paterna frente a los hijos aunque ademâs la sufre en carne_ propia. Es, a ml parecer, importante a constater - que estas jôvenes, que aparentemente se doble-- gan en mayor o menor medida, tratan voluntariosamente de -- conseguir sus metas aunque tengan que recortarlas para dar- les alcancet - que son conscientes de los recortes a su liber­ tad agudizados por el temor del padre a un embarazo, no bus cado fuera del matrimonio, de la hija. Al menos en el caso_ de Francisca. La respuesta juvenil es de perplejidad ante - la inhabilidad paterna para captar: .las posibilidades de control que existen -y la capacidad-destreza, decisiôn de la hija de utillzarlas en previsiôn de un embarazo. Queda claro para las hijasque esta imposiciôn de_ autoridad no tiene nada que ver con una buena voluntad pa-- t e m a hacia la formaciôn de su proie sino todo lo contrario. Y es interesante tambiên a mi parecer que la e x ­ tremes idad del autoritarismo paterno, y de la conflictivi-- - 426 dad en relaciên padre-madre no causa un deseo de eludir el matrimonio. En el mismo diâlogo mencionaron, de pasada, --- que piensan casarse y tener hijos. Ven positiva una uniôn - libre o convivenciâ a prueba, incluso como proyecto perso-- nal, pero no rechazan la uniôn conyugal legalizada. Willmott encontrô en 1966, seftales de rechazo al autoritarismo pater no, mâs evi,dente como rebeldla ante el padre que ante la ma dre. Recoge testimonies de jôvenes, varones todos ellos que critican a su padre por el control sobre su tiempo libre, - por el deseo de obediencia inmediata e irracional, en fin - por su falta de inteligencia para educar a un hijo. Un vivi do ejemplo de los segundo, lo da el pârrafo siguiente: M i - v i e j o no em p ie sa a r e n i r m e p o r a tg û n m o t i v o e n o o n t r a d o p o r _ ê t m ism o, s u e te s e r p o r e t pequeHo i n f o r m e que m i m adre t e _ da a t f i n a t d e t d i a , Cuando m i v ie g o a o m ie m a a r e n i r m e a - ve a e s p i e r d o to s e s t r i b o s y é t me a b o f e t e a en t a s o r e g a s . - No t r a t o de d e v o t v e r t e e t g o t p e . S i t o h i a i e s e a o a b a r i a i n - o o n s o ie n t e en e t s u e t o . . , ( 1 6 a n o s ) . Y otro: No me e n t i e n d e n en a b s o t u t o . M i p a d re es e t peer... A v e c e s q u i e r e em pezar e t t i o c o n m ig o . S i e s to y tom ando un_ t e y m i madre d i c e : ']pecoge t a ta z< f ï l o d i g o : *E n s e g u id d \ De_ r e p e n t e a p a re c e ê t y d ic e : * * R ê c o g e ta a h o r d l E s ta i n t e n t a n d o _ h a c e r e s c A n d a to de e t t o . l o he cam b iado en to s û t t i m o s do s_ a n o s . Lo i g n o r o . Como s i no e x i s t i e r a . Mâs o menos s i g o 427 e cm in o y e t t o s e t suyo (1 8 a ü o s ) ( 1 6 7 ) . El desagrado es no­ table pero no parece llegar aqui a deseos^ decisiones de -- marchar de casa. El autoritarisme paterno no ha sido trata- do sino de paso en las encuestas a jôvenes espaholes que -- sirven de marco de referencia a mi estudio. A los jôvenes - de Zaragoza, como a los del Casco Viejo, se les preguntô su opiniôn sobre la manera de pensar de.los padre, por ejemplo, lo que no entraba directamente en el tema pero si lo aborda ba en las respuestas. Se recoge asi evidencia de que el 10_ por ciento de jôvenes consideran a sus padres intransigen-- tes, ademâs de anticuados en cualquiera de los dos colecti- vos. No obstante la idea de imposiciôn paterna antes vista_ en el Casco Viejo es compartida por muchos mâs jôvenes que_ los que aqui juzgan las ideas de sus padre como intransigen tes (168). Otras preguntas hechas a colectivos juveniles es pafloles, inciden tambiên en la autoridad paterna pero de -- soslayo. Asi en 1966 y en 1975 se preguntô a los jôvenes e£ pafloles: iPodrîas decirnos que es lo que dificulta por tu - parte un perfecto entendimiento con tus padres?. Sôlo 20 -- por ciento da razones que conllevan rebeldla hacia la auto­ ridad paterna: - Quiero mâs libertad: 12 por ciento - Me molesta que me manden: 8 por ciento. en porcentajes inaltérables a travês de los aflos (169). 428 - La encuesta de 1975 présenta las mismas dL̂ erencias porcentuales • entre hombres y mujeres nue la del 66, (170), 23 por ciento de las chi- cas dan estas razones en 1966 y el mismo porcentaje en el - 75, mientras que lo hacen 17 por ciento y 20,5 por ciento de los chicos respectivamente. El sondeo, oublicado nor Cam bio 16 en 1977. da evidencia empîrica de la opiniôn juve-- nil sobre el grade de severidad de los padres. Tampoco — aquî se busca una reacciôn frente al autoritarismo sino una | constataciôn del siguiente hecho: iSon muy estrictos tus pa i t dres?. Las respuestas son: | - Muy o bastante estrictos: 27,7 por ciento de -- j los hijos. I - Algo estrictos: 52,5 por ciento de ellos (171 ). | Son percepciones y vivencias de los jôvenes que_ | se corresponden en cierta manera con las ideas de autoridad | que los espafloles en general dieron en los aflos 70 y en 1975. i Las mujeres espaflolas, en los 70 estaban de acuerdo con que I "lo que la juventud necesita es discipliné’en un 48,7 por -- ciento de los casos y en desacuerdo en un 32,2 por ciento.- El 19 por ciento restante se encontraba indecisa (172 ). En 1975 existen mâs datos sobre los posibles con- i tenidos de esta disciplina necesaria. Se enmatabmnen una va loraciôn general mâs orientada a educar a los hijos en la - confianza hacia los padres que en infundirles respeto sin_ mâs. La prcposiciôn: "Es mâs importante que los hijos ten-- gan confianza por sus padres que respeto" era aceptada por_ - 429 - 66,9 por ciento de los espafloles y rechazada por êl resto:- 33,1 por ciento. Los coBtenidos del control paterno anali- zado cran los siguientes: -"A un chico se le puede dejar volver tarde a ca­ sa. A las chicas se debe sefialar una hora". 53,1 por ciento estaba de acuerdo. - "Los padres mo deben administrer el dinero que_ ganan los hijos":56 por ciento estaban en desacuerdo, - "Los padres no deben contrôler las amistades de sus hijos": 67,9 por ciento estaban en desacuerdo. - "Parece normal que un chico/a soltero se marche de casa a vivir por su cuenta": 61,5 por ciento estaban tam bién en desacuerdo. De todo ello puede deducirse que el concep̂ to de autoridad de los padres frente a la independencia de_ los hijos estaba en 1975 fuertemente asentado en el ânimo - de los espafloles (173). La diferenciaciôn de las mismas pro posiciones segûn la edad de aquellos demuestra sin embargo_ que habiq̂ una mayor permisividad en los mâs jôvenes; cre-- ciente con la disminuciôn de la edad (173 ), Asî se observa_ que las opiniones mâs autoritarias eran patrimonio de las - generaciones mayores como lo era el rechazo a la imposiciôn de restrlcciones a la libertad de las generaciones mâs jôve nés (ver cuadro N® 113). Esta actitud sî es comparable a la - 430 de la minorîa de los jôvenes del Casco Viejo que no viven • un clima de tolerancla; comparable en la orientaciôn gene­ ral aunque no tanto en la temâtica especifica que no ha si- do tratada de la misma manera en ambos estudios. 3.. 6.3. UNA MINORIA NO SE ^OMUNICA CON LOS PADRES Un tercio de los jôvenes carecen de comunicaci6n_ con ambos padres. Hay que afiadîrles los que no tienen ningu na comunicaciôn con uno u otro padre: Con el padre; 13,1 por ciento Con la madré: 8.1 por ciento Suman 53,8 por ciento los jôvenes que acusan una falta de - contacte en mayor o menor medida, y elle es decisive a la - hora de buscar apoyos en Ids mementos de crisis personal. A la preeunta: lA quién acudes en mementos de crisis?: 49,2 % lo hacen a alguien que estâ fuera de su hogar ono acuden a - nadie (ver cuadrô n® 70). Este punto es importante pues si- tûa las relaciones familiares en una tônica de buen entendis miento general pero insuficiente para la mitad de la pobla- ciôn juvenil. La encuesta da evidencia de la insatisfacciôn juvenil con un punto especîfico: la informaciôn sexual que_ los padres facilitan. Ya se ha visto anteriormente como a - pesar de elle los padres'son vistos como los comunicadores_ légitimés de un mensaje que sôlo parcialmente se encuentra_ en los medios de comunicaciôn social hablados o escritos. - - 431 - Y se ha visto como los educadores tampoco sustituyen eficazmen- te a los padres. En mi opiniôn debido a que no pueden e x p H car la experiencia que culturaimente.corresponderTa a los pa­ dres. May aqul una doble carencia: - Falla la intimidad con el padre. Ya se ha visto en el cuadro n® 36 que sôlo con la madré se habla mis de - asuntos afectivos y sexuales y de los amigos. - Fallan tambiên los contenidos de la comunica— ciôn sexual con la madré, puesto que, a pesar de que 28 por ciento dicen que hablan con la madré de estos temas, sôlo - 13 por ciento atribuyen a los padres la informaciôn sexual_ de que disponen. Estas deficiencies informâtivas parten a - mi entender de la propia concepciôn de papeles que a los pa dres corresponde en la familia tradicional. La madré se si- tûa como intermediaria entre el padre y los hijos, con el - objetivo concrete de regurgitar para los hijos el mensaje - transmitido por el padre y de responsabilizarse de todo --- aquello que no se conecta directamente con la profesiôn. -- Profesiôn del hijo, porque en cuanto a la hija tiene una -- acciôn mâs directe. Pero este protagonismo de la madré en - lo afectivo y sexual limita en mucho sus contenidos y alcan ces precisamente por el aislamiento en que vive dentro del_ hogar, y su vivencia de uqp sexualidad incomplète. En una rê uniôn de madrés de familia, de origen rural, interesadas por IsG respuestas de los jôvenes a esta problemâtica, alguien dijo - 432 - con acquiescencia general: "iquê vamos a decir nosotras del sexo a los hijos si ni nos atrevemos a pronunciar la pala-- bra delante de ellos?"(Risas générales). A mi mi madre nun- ca me dijo nada. Setae eoeae no ee hahtaban por et reepeto - que teniamoB a toe padree entonoee, Y otra mujer: I icuândo__ te ibae^'-aaeqrîmi madre me dijo: Bija auando te aaees tu dé- jate hacer. Haga to que haga tu marido aontigo no te aeue— tee que no ee mato, Deepûêe de caearte aprenderSsy con un - mieterio y un eeereto que muertioa de miedo iba yo, madre!. J'lque ' toy a deeirtee yo a toe hijoe ei eaben mde que yo?. - (40 afloe) y oaeada a toe 19 afioe. Cabe resaltar que el fa-- llo en la transmisiôn sexual viene de antes y que para las_ generaciones de madrescon hijos adolescentes o jôvenes el -- problems es grande. A su propia inhibiciôn sexual se afiade - el convencimiento de que los hijos tienen mâs cauces de in­ formaciôn y mâs sabidurîa que ellas. Razonando asî tratan - de eyitar la dificultad de comunicar sus temores y prâcti-- cas. El padre por su parte estâ alejado de este mundo_ vivencia!. Luego veremos que mâs alejado de las chicas que_ de los chicos pero en todo caso no parece sentirse response ble de êl. El padre ha asumido su papel en la familia nu— clear que se hâ caracterizado entre otras cosas por la veda 433 - en el culdado directe de los nifios (174). Y como consecuen- cia de ello acude a la madre cuando quiere comunicar o mâs_ bien advertir de algo. Los hijos son posesiôn de la madre y a ellos se llega sôlo indirectamente. Son ilustrativos de - estos papeles masculines y femeninos algunos de los comenta rios juveniles: i*f, - A mi mi madre me dioe de ves en-^ouando qu me porte bien con tae ohiaae, que no lee haga un hijo.(Discotequero del - grupo al que me refiero constantemente). Rosa Mi padre tienq ahora toda eu eeperama en mi. Quie~ ve que Itegue virgen at matrimonio y le dioe a mi madre que eetê al tanto. I a una veeina tambiên. To me enterê por — una veoina que ̂ mi padre no quiere que me enganen. Se dijo porque como yo habto muaho aon etta puee pa que me en- terara (19 afios. Obrera,antes domêstlca). Estas dificulta- des de la comunicaciôn no derivan en rechazo a "contar" los problèmes, vivencias, deseos, etc,., a los padres sino cuan do se sabe de antemano que aquellos no van a dar respuesta_ satisfactoria. Incluso entonces hay jôvenes que no encuen-- tran sustitutos y se repliegan en si misrnos sin acudir a na die en absolute: el 17,7 por ciento respond!a asî en la en­ cuesta. La encuesta a los Jôvenes de Getafe-Madrid hecha_ en 1980 resaltaba tambiên estas impresiones: La comunica— - 434 I ciôn(entre padres e hijos) résulta conflictiva y en la mis­ ma medida en que el diâlogo con los padres disminuye^ aumen- ta la comunicaciôn con el grupo de iguales". Los puntos de_ conflicto en la comunicaciôn paterno-filiai afloran mâs en_ relaciôn al trabajo y estudios: 25,4 por ciento de discre-- pancias con: - la permanencia en casa: 16,7 oor ciento: - y el dinero: 12,1 por ciento.(175) Curiosamente ascendîa tambiên a 12 por ciento el_ nûmero de jôvenes que en el Casco Viejo reconocîan tener -- discusiones en casa porque querlan disponer de mâs dinero - del que tenîan para si y un 17,6 por ciento mâs acusaban a sus padres de cortas miras en el trabajo y les censuraban - por la importancia concedida a la buena posiciôn social, *- respuestas que apuntan a discrepancies con el mensaje de a£ piraciones profesionales emitidas por aquellos. Los jôvenes_ de Getafe experlmentaban, ademâs de los conflictos anterio- res, una falta de comunicaciôn en materia sexual muy alta,- la que se solventaba tambiên con los amigos. La publicaciôn de que dispongo no consta los porcentajes pero las tenden-- cias son las mismas que en el Casco Viejo. Hay pues una — transmisiôn de mensajes incomplètes en cuanto al mundo de - lo întimo, de lo sexual debido a que dentro de los papeles - 435 que el padre y madre juegan en la familia no se contemplan- formas claras précisas de transmis iôn. Sobrs'todo que indu* yan transmisiôn de experiencia. Hay ademâs discrepancies en la concepciôn de las formas de vida adecuadas al medio so-- clal circundante. Y todo ello da lugar a una bûsqueda entre los iguales, o en el mediosocial exterior en general, de -- respuestas mâs acordes con los deseos propios o a una inhi­ biciôn total. Pero nada de esto lleva a los jôvenes a una - critica severa de la manera de pensar de sus padres. Sôlo - 10.5 por ciento une a la convicciôn de que estos son anti-- cuados la opiniôn de que son tambiên intransigentes. Los jÔ venes reconocen mâs bien las limitaciones de sus padres. Un 59 por ciento de ellos afixman que estes son anticuados pe­ ro intentan comprender aunque sin mucho êxito. Sôlo para -- 20.5 por ciento los nadres"estân al dia” en su manera de -•* pensar (cuadro n* 45), opiniôn en descenso a juzgar por los porcentajes de jôvenes que asi respondfan en la dêcada del_ 60: alrededor del 40 por ciento. La tesis de Margaret Mead_ parece comprobarse aquî. Los cambios tecnolôgicos crecien-- tes estân dando lugar a cambios sociales râpidos mâs fâcil- mente interiorizados por los jôvenes. Estos son portadores_ - 436 - res de nuevas costumbres dice ella. Y en el caso que nos -- ocupa hay que decir que lo son al menos de nuevas formas de pensar, lo que siempre precede a los comportamientos. Ante_ esto los padres pierden su poder de controlar e incluso su_ convicciôn de que esta sea deseable, en parte porque se ven a si misrnos incapaces de enseflar a sus hijos à seguir sus - propios pasos. Estos caminan ya por caminos aûn no holiados y se sienten cômodos en ëllos. Para Margaret Mead, como con secuencia de esta situaciôn no hay una crisis generacional__ sino una liberaciôn de los prejulcios de los padres, a quie nés ven cumpliendo torpementê sus tareas con elementos anti_ cuados. No se achaca por tanto a ellos la culpa,o al menos^ toda la culpa de que el mundo no sea tan habitable como se_ desea. Digo que la tesis de Margaret Mead parece compro- bada aquî aunque ahado una réserva: La de que en el mundo - de lo Intimo, de lo personal los hijos siguen mirando a sus padres en busca de respuesta a sus necesidades y deseos. Y aun cuando no la encuentren siguen conveneidos de que es a sus_ padres a quienes corresponde darla (176). 3.5.4. UNA MINORIA TIENE UN PROYECTO DÎSTINTO DE MAt RIm ONIO Y FAMILIA Se ha visto anteriormente que las réservas frente a la familia se plasmaban en un rechazo de la mitad de los_ - 437 - jôvenes a "la conformaciôn de la familia ta! y como existe__ hoy en la actual idad". Esto significa para una cuarta parte de jôvenes que no quieren reproducir el estllo o ambiente - de familia conocido en casa,ni con mejoras: 27,8 por ciento. Hay mâs de estos jôvenes entre quienes ban vivido en casa un ambiente poco agradable, pero no todos los que - no quieren continuer la tradiciôn familiar ban experimenta- do un clima enrarecido. De hecho 33 por ciento definen ---- aquel como agradable y 30 por ciento mâs como pasable-frio. Se confirma pues que en los cambios que los jôvenes quieren protagonizar hay algo mâs que un rechazo a una experiencia_ desagradable. Hay tambiên un deseo de romper con formas de_ comportamlento que no se consideran adecuadas para expresar sus propios valores. Aparece asî un 30,4 por ciento de los jôvenes que no quieren casarse a los que se aha de un 17,9 por ciento que solo lo harian por lo civil. En-- tre los primeros hay una divisiôn: if por ciento que _ quiere la "libre uniôn" y 13,4 por ciento que no se plantea una relaciôn stable y permanente con nadie del otro sexo. - La edad influye en esta falta de proyecto pero no sôlo eso. Hay una minorîa de jôvenes que habiendo vivido experiencias familiares dispares, buenas, regulares y malas, no se plan­ tea ninguna relaciôn estable con nadie. En las entrevistas_ sale con cierta frecuencia este tipo de actitud que indica_ un deseo de vivir el présente sin mâs. - 438 - Algunos militantes lo exprèsaban asî; C.- To no me he ptanteado nunca eeae auestionea, Nunaa me - he parado a penear^. 0 sea para mi me pareee que et eatado - ideat ea ta pareja pero no te to puedo aaegurar porque no - to aê. A veoea aon una tia me aburro en dies minutoa y ta - aerdad ea que eao de aguantar a una tia todo et dia puea no eé^ta verdad. (23 afios) No existe ninguna motivaciôn que de sentido a la vida en pareja para por ahora. Pero esta ac titud puede ser transitoria. Confrontados los jôvenes con - un proyecto futuro que satisfaga su vida afectivo-sexual se inclina a la pareja; 69,5 por ciento de ellos, pero sôlo:- 39,7^ por ciento mencionan el matrimonio. Los demSs hablan_ de vivir en pareja antes del matrimonio: 13,1- por ciento o de hacerlo sôlo mientras dure el amor: 16,7 por ciento. A ellos hay que afiadir las rainorîas que prefieren vivir en grupo-, sôlos, con sus padre o que no saben que ha­ cer (ver cuadro n “ 82 ). Me he extendido ya bastante sobre_ este punto al exponer el proyecto de familia matrimonio e - hijos y he sefialado las conexiones entre una relaciôn dete- riorada en casa y el deseo de evitarla en su propio proyec­ to. Lo que quiero reafirmar aquî es la importancia que para los jôvenes tiene, al mepbs para 39,0 por ciento la bûsque^ da de garantîas personales a su vida afectiva. No quieren - reglamentar su uniôn con otra persona con mâs normas que -- - 439 - las derivadas de su propia decision. Rechazan pues que los_ derechos y obligaciones establecidas por alguna ley sean an teriores o estên forzando de alguna manera los establecidos por ellos mismos. Intentan por tanto orienter su acciôn ha - cia una mayor autonômîa personal. Pero no sôlo eso. Dudan - tambiên de la posibilidad ô del interês de establecer una - relaciôn duradera, como lo expresaba C. mâs arriba. En efèc to, a la pregunta :si no te piensas caqa.ipOTquê? las r e s - puestas fueron las siguientes: - porque creo que la uniôn con el otro debe depen dcr âôlo de nosotros: 13 • -.por ciento - porque no creo en la posibilidad de una relaciôn estable y duradera con otra persona; 5,3 por ciento% - porque por el momento no me interesa una r e l a - ciôn estable con nadie: 15,7 por ciento. Focos son los jôve nés que cuestionan la posibilidad de una relaciôn duradera, aunque hay que tener en cuenta que las respuestas son aquî_ excluyentes. De todas formas es interesanteLconstatar lo que los jôvenes espaftoles de 18 a 30 afios piensan hoy(1980) so bre este punto. En la encuesta*que dirige Salustiano del -- Campo se les interrogaba: Actualmente la duraciôn media de_ un matrimonio es de unos 45 afios, ipiênsa Ud. que el enten- dimiento y la convivencia pueden dnrar tanto tiemoo?. 85 -- oor ciento opinan que si. pero que hacerlo exige superar mu 440 - chas dificultades y crisis (177). Los jôvenes franceses que en 1978 opinaban asî eran el 54 por ciento. Mâs eran en Fran cia los que pensaban que esta duraciôn es natural: 32 por - ciento, que en Espafia: 12 por ciento. Aquî se responde con un nô rotundo en 23 por ciento de los casos, mientras que - en Francia se hacia sôlo en 8,5 por ciento de ellos (178).- Es mayor la desconfianza del joven espaftol en el 80 que la_ del francês dos afios antes, probablemente debida a las difi_ cualtades de separaciôn que un matrimonio espafiol experimen taba por referencia al francês: Confirmaciôn de esta dife-- rencia la dan las respuestas que los jôvenes casados france ses daban a esta pregunta (179 ). Sigo con el deseo de au­ tonomie. En consonancia con su existencia, el 29,4 por cien­ to de los jôvenes declaran que el noviazgo no es necesario: - porque se puede salir normalmente con un chico_ o chica sin necesidad de formalizar la relaciôn: 16, por_ ciento; - porque es mâs un rito para los demâs que para - tl: 13,4, por ciento. Lo que se rechaza aquî es la imposiciôn_ o vigilancia externa de las vivencias y acciones de la pare ja. Se puede decir por tanto, que en el Casco Viejo - de Zaragoza, como en el çbnjunto espafiol existe una valora- ciÔn importante de las relaciones informàles o privadamente decidiias. Ello conlleva una relativizaciôn de la importan- - 441 - cia concedida a la institucionalizaciôn del matrimonio, que no impide su permanencia como proyecto. MSs por cesiôn a -- las presiones sociales que por autoconveacimiento de su v a ­ lor para la cualidad de la relaciôn comeazada. $sta - orientaciôn, aunque minoritaria se entroaca en las nuevas - formas de pensar, sentir y desear de la juventud de los paf ses mâs industrializados. - 442 - 3.6.-LAS ACTITUDES ANTE EL DIVORCIQ Y EL ABORTO Las actitudes hacia el divorcio y el aborto corroborai! una postura general favorable al mantenimien to de la familia. Aunque abriendo cauces de libertad pa ra quienes tienen dificultades y haciêndolo con reser-- vas. 3.6.1.-EL DIVORCIO Admiten el divorcio en el Casco Viejo el 86 por ciento de los jôvenes. Lo rechazan un 4 nor ciento, y un 11 por ciento no saben que pensar. Esta postura es - similar a la de los jôvenes espafioles de 1977 (84%) de_ partidarios (laj y a la de los jôvenes barceloneses de - 1981: 83 por ciento de partidarios (L̂ l) .Claro que hay - que tener cuidado en esta comnaraciôn norque los plan- teamientos a los que resnonde cada colectivo juvenil varîan. La encuesta de 1977 interrogaba a los jôve­ nes sobre la legalizaciôn del divorcio, la de 1981 bus- caba la opiniôn de los jôvenes barceloneses sobre su aceptabilidad (ver cuadros n--114 y'̂115) y.la encuesta deTCasco Viejo trataba de especificar las circunstancias de admî siôn del divorcio en el supuesto de que las hubiera. Por ello voy a separar las opiniones sobre_ la legalizaciôn del divorcio de aquellos que, lo aprue- ban o desaprueban argumentando circunstancias favora-- - 443 - bles o desfavorables. Como sefiala Inès Alberdi, son muchas las encuestas que sobre el tema se han hecho en Espafia a partir de los afios setenta y las respuestas han variado en conso­ nancia con el planteamiento de las preguntas 0!82). Ya en 1971, dentro de una encuesta sobre "Comportamientos so­ ciales y turismo", publicada en el setenta y dos que -- abarcè a una poblaciôn de entre quince y sesenta y cin- co afios de ocho zonas turîsticas espafiolas, la interro- gaciôn sobre el divorcio daba dos respuestas curiosamen te distintas por su diferente planteamiento. Al pregun- târseles si creîan que el matrimonio debe ser indisolu- ble s61o una quinta parte admitîa que no y creîa en la po sibilidad del divorcio. Al nreguntârseles si deberîa existir el divorcio,al menos en determinadas circunstan cias,el 73 por ciento se mostraba favorable a la legalî zacièn. El informe FOESSA de 1975, es decir cuatro afios mâs tarde, daba tambiên un 71,6 por ciento de espaftoles, esta vez de todo el âmbito nacional, opinando que "En - Espafia se deberîa permitir el divorcio en determinadas_ circunstancias", Los mâs jôvenes de esta poblaciôn (15_ a 24 afios) que asi opinaban,ascendîan a 84,4 por ciento. Sin embargo, la misma poblaciôn espafiola general, que - aprobaba la legalizaciôn del divorcio, restringîa su -- - 444 - uso, y en porcentajes aun mâs altos: 85 por ciento ---- creîan que el matrimonio debîa permanecer unido mien-- tras hubiera hijos pequefios, aunque las cosas fueran mal entre los cônyuges. Los mâs jôvenes de esta pobla-- ciôn (es decir los de 15 a 24 anos) lo creîan en un -- 76,5 por ciento, porcentaje que antes de los 20 afios se elevaba a (82,7 por ciento) v oue descendra entre 20 v 24 anos a 70,3 por ciento (183). En cualquier caso los jôvenes se mos-- traban mâs avanzados que los adultos. Y las clases al-- tas mâs que las bajas. Pero sigamos observando la opi-- niôn colectiva de la época. La revista Blanco y Negro - publicô en 1975 una encuesta dirigida por Eco y aplica- da a espanoles mayores de 15 anos en 144 poblaciones e£ pafiolas (184) . La pregunta iba dirigida a averiguar la - forma de vivir mâs adecuada para un matrimonio que no - se entiende. Y era Vivir juntos para 15% Separarse para 63% t Depende de las cir- > 85% cunstancias 22% j 85% son partidarios de la separaciôn aunque este porcen taje debe ser utilizado con mucha cautela: - porque no se habla de divorcio (185) -porque no se especifican las circunstancias - 445 - En 1976, Cambio 16 .confronta a la poblaciôn espafiola con su posiciôn ante una posible legislaciôn - sobre el divorcio. Sôlo 52 por ciento responden que sf_ son partidarios de que exista,apareciendo mâs divorcis- tas los hombres que las mujeres.(186). En una encuesta hecha_ por el Institute de la Opiniôn Pûblica en noviembre de_ 1976 se matizabai circunstancias en las que los espano-- les de mâs de 15 afios aceptaban el divorcio (187): Trans cribo las intenciones o deseos de los espaftoles para ca da caso, como aclaraciôn y complemento orientâtivo de - posibles contenidos de dicha ley: Querian que ; - Estuviera prohibido - Puera difîcil de obtener - Puera fâcil en las siguientes circunstan- Cuadro n°116 1®) Si los esposos no viven juntos desde hace afios TOTAL Hombres Muj eres De 15-24 afios Mâs de 25 afios Prohibido 8,6 6,8 10,5 7,5 15,7 Puera difîcil 9,5 9,6 9,5 9,7, 13,1 Puera fâcil 79,2 80,6 76,6 79,8. 67,7, No contestan 2,7 3,0 2,4 2,8' 3,4 - 446 2°) Si el matrimonio se caso hace menos de très afios TOTAL Hombres Mujeres De 15-24 afios 1 Mâs de 25 afios Prohibido 19,7 16,7 23,2 18,30 28,26 Puera difîcil 42,4 43,2 41,6 43,20 42,66 Puera fâcil 34,8 36,3 31,3 33,8 25,13 No contestan 3,9 3,9 3,9 4,43 3,93 3°) Si el marido y la mujer estân de acuerdo en divor-- ciarse. ! Prohibido 7,1 6,2 8,2 6,10 17,4 : Puera difîcil 9,5 9,1 10,0 9,5 14,8 Puera fâcil 80,9 82,6 78,9 81,7 65,5 No contestan 2,4 2.1 2,9 2,7 2,5 1 4°) Si el matrimonio no tiene hijos Prohibido 10,5 8,7 12,6 9,3 19,9 Puera difîcil 15,9 13,5 18,7 15,7 22,4 Puera fâcil 70,3 74,7 65,3 71,5 53,3 No contestan 3.3 3,2 3,4 3,4 4,5 5°) Si todos los hijos del matrimonio tienen mâs de 15_ afios Prohibido 19,2 17,6 21,1 18,0 32,0 j Puera difîcil 32,3 32,2 32,4 32,9 39,4 Puera fâcil 44,3 46,6 41,6 44,3 24,5 No contestan 4,4 3,9 5,0 4,8 4,5 447 - 6®) Si el matrimonio tiene hijos menores de 15 afios TOTAL Hombres Mujeres De 15-24 afios Mâs de 25 afios Prohibido 32,3 28,1 37,1 31,5 45,7 Puera difîcil 41,0 43,8 37,6 41,0 39,1 Puera fâcil 23,2 24,9 21,3 23,8 10,6 No contestan 3,5 3,2 3,9 3,7 4,7 ( No consta la opiniôn de la noblaciôn entre 45 y 7®) Si el matrimonio se casô hace mâs de ■ 55 afios) 20 afios Prohibido 16,0 13,7 18,7 14,6 30,6 Puera difîcil 25,7 26,7 24,5 25,9 28,3 Puera fâcil 52,6 54,3 50,5 53,5 35,5 No contestan 5,7 5,3 6,3 5,9 5,5 Puede observarse que hay mayor resistencia a facilitar el divorcio si el matrimonio lleva pocos afios de convivencia y tiene hijos. Las mayores restric- ciones éehaœn a quienes tienen hijos menores de 15 afios. - Las hacen mâs los adultos pero tambiên los jôvenes se - muestran mâs reacios, sin grandes diferencias por sexo. Prima pues el deseo de dar oportunidad a los hijos en edad de crecimiento, de vivir bajo la tute la y cuidado de ambos padres. En segundo lugar se desea que los matrimonios con menos de très afios de conviven­ cia lo sigan intentando. Se juzga que el perîodo matri­ monial es escaso aûn para tomar una decisiôn de ruptura. Lo juzgan mâs los adultos pero el juicio juvenil sigue_ muy de cerca a la opiniôn adulta. - 448 - Hay mayor permisividad hacia la ruptura sin trabas para los matrimonios que llevan mâs de 20 afios - juntos y para quienes tienen hijos mayores de IS afios.- Nuevamente se ponen mâs dificultades a estos segundos - que a los primeros. Por ûltimo la permisividad mayor se establece hacia quienes viven de hecho separados desde_ hace afios y sobre todo al acuerdo entre ambos c6nyuges_ de que la convivencia ha llegado a su fin. Se mantiene_ pues una diferenciaciôn fuerte de casos y las cautelas_ aumentan con la edad, y entre las mujeres mâs que entre los hombres. Estos datos contrastan con laavanzadilla_ de la juventud espafiola' . Este mismo ano Anselmo Garcia preguntaba a jôvenes universitarios de Barcelona (Uni-- versidad Autonoma) por su actitud ante la implantaciôn_ del divorcio. 95 por ciento eran favorables (188). Claro que aqui se trata de jôvenes estudiantes y de una de las ciudades mâs désarroiladas de Espafia. Tampoco se e^ pecifican casos o circunstancias. Este porcentaje des-- ciende un poco en 1977 cuando Linz encuesta a jôvenes - de todo el âmbito nacional: 84 por ciento son favora-- bles a la legalizaciôn como ya dije anteriormente. Tam­ poco interroga a los jôvenessobre las posibles cautelas_ de la ley. 449 - En 1978 la Revista Espafiola de Investigacio nés Sociolôgicas confronta a la poblaciôn nacional con_ su voto a una legislaciôn del divorcio. Sôlo 48 por --- ciento votarîan a favor, con oscilaciones muy fuertes - entre la extrema izquierda (821) y la extrema derecha - (20%) (189. Recapitulândo un poco puede concluirse que_ desde 1972 hasta 1978 la actitud de los espafioles ha sî do favorable a la existencia de una ley reguladora del_ divorcio cuando se hablaba del tema en lineas muy géné­ rales, favorable pero sôlo en la mitad de la poblaciôn_ cuando eran controladcsoai 1 a posibilidad de emitir un voto_ decisorio para la existencia de tal legislaciôn. Los e£ pafioles, mâs los jôvenes que los adultos, mis los hom- bres que las mujeres, mâs los de clase alta que los de_ clase baja y mâs los de izquierda que los de derechas, manifiestan una voluntad de respetar las circunstancias difîciles por las que pasan algunos matrimonios pero en cuentran sérias rémoras a una aceptaciôn total cuando - existen hijos de por medio. No en vano han respetado y_ mantenido durante afios las posturas religiosas al res- pecto, aunque con rebeldîas constantes a través de los_ dos ûltimos siglos Cl9(î. Enlazando nuevamente con los jô - 450 - venes del Casco Viejo, ( que son mâs de clase baja que_ alta) pueden observarse sérias condiciones a la admi-- siôn del divorcio que hacen 86 por ciento de ellos. El grado mayor de liberalidad lo suscriben 44 por ciento - de los jôvenes, que lo aprueban cuando uno de los cônyu­ ges encuentra difîcil vivir con el otro. Un grado inter medio de aceptaciôn es el que requiere el consenso de los cônyuges, suscrito por 29 por ciento 9̂1). El 13 por -- ciento ûltimo le es favorable sôlo cuando a la incompa- tibilidad conyugal se anade la ausencia de hijos. De e£ ta manera los jôvenes del Casco Viejo aparecen como pa^ tidarios pero menos. Ponen por ejemplo mâs restriccio-- nés que los jôvenes barceloneses. Estos, un afio mâs tar de (1981) veîan aceptable el divorcio "totalmente" en - 69 pOr ciento de la muestra. Sôlo lo aceptaban "segûn - como" un 14 por ciento de ellos. Parece ser pues que - los jôvenes en general de Barcelona estân mâs prôximos_ en el 81 (192) , a los estudiantes de la Universidad Autô noma de la misma ciudad en el 76. Mientras, los jôvenes del Casco Viejo de Zaragoza sustentan actitudes mâs con servadoras prôximas a los espanoles que especificaban - circunstancias en 1976. Cabe plantearse la interrogante de sî permanece entre ellos la sospecha tan cacareada - ûltimamente de que los espafioles dejados en libertad - 451 - se divorciarîan masivamente. Sospecha que no ha sido avalada por los hechos acaecidos a partir de Junio de - 1981 cuando se abrieron los cauces del divorcio legal - en Espafia, pero que hizo decir a 53,2 oor ciento de va- rones espafioles en los afios setenta."Si un dia se permi tiese el divorcio en Espafia habrîa cola para' divorciar- se". 0̂ 9!̂ . La frase sugerîa que la cola séria intermina ble. Como dice Inès Alberdi, hoy hay en Espafia "un con­ senso mayoritario de la poblaciôn hacia la implantaciôn del divorcio" (lo decîa en 1979). Pero muchos serîan partidarios de un divorcio justificado y restringido . Y en esto no hacen sino seguir las tendencies tan exten didas en E.E.U.U., Rusia o Europe, de una contenciôn muy grande por parte de las parejas en disputa ante la responsabilidad sentida y compartida hacia los hijosÇ99. Bien es verdad que entre los jôvenes del Casco Viejo se prima mucho la decisiôn personal de ca- sarse sobre sus aspectos institucionales pero el colec­ tivo parece situarse en una posiciôn intermedia entre la supeditaciôn dèl individuo a las resposabilidades de la instituciôn familiar y la primacîa de la felicidad - individual sobre la tradiciôn y la costumbre. En cual- quier caso el dilema sigue vivo en la familia simétrica que Young y Willmott describen, puesto que compagina los intereses individuales con los de la colectividad - (I99.. Y si el dilema sigue vivo en este tipo de familia. - 452 Id estâ mâs en el que los jôvenes del Casco Viejo viven, que se asemeja mâs a la divisiôn tradicional de roles - entre los sexos de lo que sus proyectos futures dejan - ver. A mi parecer entre los jôvenes del Casco Viejo tie ne aûn vigencia, "aunque contestada’î el peso de la tra­ diciôn que somete los intereses y aspiraciones indivi-- duales a los de la familia en conjunto 0.97). Ya lo in - tuîan los "exmilitætes" cuando en sus diâlogos decîan - que a pesar de sus aspiraciones actuales de libertad en la cohabitaciôn acabarîan casândose y doblegândose como todos los demâs ( ver pâgs.340 y 341 ). 3.6.2.-EL ABORTO Rechazan el aborto 21 por ciento de los jô­ venes del Casco Viejo, es decir un nûmero mayor del que rechaza el divorcio. Se mantiene estable un 11 por cien to que no sabe o no contesta y queda en 68 por ciento - la mayorîa de quienes le son favorables. Hasta aquî me_ remito a la cuestiôn de la interrupciôn del embarazo en forma genêrica. Cabe por tanto profundizar un poco mâs_ y centrarse en algunas de las circunstancias concretas_ de admisiôn: Un tercio de los jôvenes lo limita o lo re£ tringe a la prescripciôn mêdica y un 15 por ciento lo - 453 - acepta ademâs en aquellos casos en que el nacimiento del nifio supone graves problemas econômicos y sociales_ (48 ̂îpor cienjlh 17 por ciento mâs cree que la decisiôn de_ interrumpir el embarazo compete exclusivamente a la per sona o pareja y un 3 por ciento lo acepta como criterio vâlido de planificaciôn familiar "cuando faltan las — prâcticas anticonceptivas necesarias". Las respuestas - son por tanto reflexivas y muestran un interés fundamen tal en eludir la irresponsabilidad hacia la concepciôn_ de un hijo. Lo que es coherente con su opiniôn sobre la familia y su deseo deracionalizar él n- de hiios . Yo dirîa ademâs que las respuestas reflejan una actitud ma yoritaria de apelar al juicio de la sociedad sobre los_ casos mâs que a la decisiôn personal de cada uno. Asî lo que se hace es impugnar ^al estado quo-r impide los cauces légales de abortar en casos de necê sidad. Creo conveniente analizar el tema en un - contexte mâs amplio, histôrico y geogrâfico. Espafia tie ne una larga tradiciôn de represiôn ante el aborto y -- una legislaciôn que lo prohibe terminantemente, con un_ rigor del que carecen otros paîses europeos ( por cen-- trarnos en Europa), incluso los que se precian de un ca tolicismo tan vivo cuando menos como el espafiol. Por cî tar algunos ejemplos, Espafia compartîa en 1974 con Lu- - 454 xemburgo, Irlanda, Malta y Portugal la prohibiciôn del_ aborto en cualquier caso mientras Italia y Polonia lo ad mitIan por razones medicas y eticas y el ûltimo tambiên por razones sociales (198). En Espafia no se consiguio la legalizaciôn del aborto ni en la Repûblica, salvo para_ Catalufia #99) por medio de un Decreto del 25 de Diciem- bre de 1936. Sin embargo se conoce la existencia de --- abortos clandestines practicados en Espafia casi todos - ellos teniendo por vîctimas a mujeres de clase social - baja, solteras, amas de casa sin contactes para garant^ zar al menos una aborciôn en condiciones mêdicas adecua das. Se conoce tambiên el aborto prâcticado en Francia_ y sobie todo Inglaterra a espafioles de mejor condiciôn - social y mayor nivel de estudios y contactes. Salustia­ no del Campo menciona un riguroso estudio presentado por José Maria Deleyto que registra en Espafia 16.605 -- abortos légales en 1941, 24.140 en 1960, 16.810 en 1970 (200). La Memoria del Fiscal del Tribunal Supremo en — 1974 estima en 300.000 los abortos anuales practicados_ en Espafia (201) • La protesta ha sido constantemente des- cubierta desde que se empezô a interrogar a la opiniôn__ pûblica sobre el tema del aborto. En 1963 uno de cada - cuatro mêdicos barceloneses abordados por S. del Campo_ consideraban que el aborto era una prâctica muy difundî da en Espafia. Los menores de 40 afios se mostraban mâs - - 455 - informados en este sentido que los mayores de esa edad.- Los abortos no eran pràcticadcs s61o por los medicos si- no por comadronas, (381 asî respondîan) mêdicos 34 por - ciento) voluntarios sin profesiôn nédica (19%), provoca- dos por los propios interesados (5 por ciento) curanderos y oracticantes (4 por ciento respectivamente (2D2 ) A partir del 73 se han he- cho varias encuestas de opiniôn sobre la legalizaciôn - - del aborto y sobre su eticidad. Mencionarê algunos de ellos: En 1973 Tezanos proponîa a una muestra de - empleados de banca de ambos sexos : "Las leyes contra el_ aborto deberîan ser suprimidas" Poco menos de la cuarta_ parte lo aceptaban y dos tercios de ellos rechazaban ro- tundamente la supresiôn (̂ 03). Estos datos, bien es cier- to que de una muestra muy esnecîfica de la poblaciôn, contrastan con los que arrojaba una muestra de poblaciôn de franceses adultos. Alrededor del 50 por ciento de -- ellos opinaban a favor del aborto, cuando la mujer lo p^ diera porque sus condiciones materiales o morales de -- existencia no le permitîan tener al hijo (204); nûmero muy similar al de los jôvenes del Casco Viéjo que alu-/^ dîan a razones de salud (mêdicas) o a problemas econômi- cos y sociales. Pero la opiniôn colectiva de los espafio- les fue progresando hacia una mayor permisividad del -- aborto, mayor por parte de las mujeres que de los hom--- 456 - bres. El estudio de Lôpez Pintor y Buceta, de los aftos - 70, confrontaba a hombres y mujeres con una proposiêi6n_ que enjuiciaba los comportamientos de allende los Piri-- neos : "Es una monstruosidad que en algunos paises euro-- peos se permita el aborto": 62 por ciento de los varones estaban de acuerdo con la nroposiciôn frente a 14 por ciento de las mujeres {20̂ . Eran afios de interrupciones_ de embarazo importantes dentro y fuera de la frontera e£ pafiola, como dije antes y, siguiendo el argumente de Ju­ lio Iglesias de Ussel, se captaba ya que la legislaci6n_ estaba hecha nor hombres para penalizar a las mujeres. Este autor da mâs indicios de evoluciôn en_ Espana hacia actitudes mâs permisivas. Cita très encues­ tas realizadas por el Institute Consulta con escasos pé­ riodes entre una y etra, sobre la legalizaciôn del abor­ to . Octubre Mayo Diciembre ,___ 1976 1977 1977 (%) (%) (%) A favor 20 22 29 En contra 71 65 60 Les da igual 4 No contestan 5 13 11 Se aprecia el aumento de los favorables ella y la disminuciôn de las postures opuestas ÇOS) . - 457 - Refiriéndome ahora exclusivamente a los jô­ venes espafioles puede observarse que en el mismo aAo de_ 1977 ascendîa a 42 por ciento el porcentaje de quienes - rechazaban la penalizaciôn del aborto (frente a 27 nor - ciento de adultos en general que asî lo hacîan) (206). Los jôvenes rurales de un pueblo aragonês - entrevistados en 1979 se mostraban pprtidarios del abor­ to en 56,2 por ciento de la muestra (207): Los jôvenes barceloneses de 1981 en un 58 por ciento de casos p08 ). A simple vista se igualan mâs a los jôvenes rurales ara^ goneses del 79 que a los urbanos de 80 (recuerdo que en_ têrminos générales eran favorables al aborto 68 por cien to de los encuestados en el Casco Viejo). Varîan sin em­ bargo las circunstancias de aceptabilidad (ver cuadro -- n = ; .117 y 118) . Para 32 por ciento de los barceloneses el aborto es aceptable en toda circunstancia (sôlo lo es pa ra 7,4 por ciento de los jôvenes rurales, mientras que - los del Casco Viejo admitîan la libre elecciôn de la pa- reja en 17 por ciento de la muestra). Para 26 por ciento mâs es "aceptable segûn como", (lo es para 48,8 por cien to entre los jôvenes rurales y para 48,3 por ciento en-- tre los del Casco Viejo). Las comparaciones son difîci- les puesto que las alternativas de respuesta varîan pero sî pueden extractarse conclusiones importantes, en la lî nea de una creciente concientizaciôn del tema y un avance - 458 - en oermisividad que propicia la legalizaciôn del aborto. Una legalizaciôn que consigne circunstancias especîficas y que séria mâs abierta si dependiera de los jôvenes que si lo hace de los adultos, mâs permisiva en los jôvenes_ de ciudades mâs desarrolladas culturalmente que en las - menos. Y sobre todo entre estudiantes universitarios, a - | juzgar por los hallazgos de Anselmo Garcia entre los ! alumnos de la Universidad Autônoma de Barcelona, donde - se daba en 1977 un 5 por ciento de déclarantes femeninos i ! que decîan haber abortado (20Î5. j 459 - 3.7,- FACTURES DISCRIMINATORIOS DE LA OPINION COLECTIVA V - Hasta ahora se hanvisto las opiniones y reacciones de los jôvenes, como colectivo, hacia la familia tradicional, las tendencias a conformar su propia familia dentro de los - cânones establecido^ y los deseos manifestados por mi- norias importantes, de ensayar relaciones afectivas que se - organicen sobre fundamentos personales mâs que sobre formally zaciones légales. Ahora voy a presentar las influencias que_ algunos factores individuales y sociales, tienen sobre las - tendencias actitudinales. No intento dar una explicaciôn de_ determinaciones que ademâs de requérir otras mediciones esta disticas, tendria, que basarse eh ' un universe mâs amplio_ que los résultantes aquî de los cruces entre variables con - varias alternativas de respuesta. Trato nada mâs que de mos- trar la evidencia de unas constantes comparables asî mismo - con las observadas en otros colectivos. Los factores elegi-- dos son: - por una parte aquellos que pueden ejercer una -- discriminaciôn de caracter mâs demogrâfico en virtud del se- xo o de la edad'; - por otra, los que pueden ejercer una discrimina­ ciôn de carâcter mâs social en virtud de la actividad, del - status socio-profesional de pertenencia, de la ideologîa po- litica y concepciôn latente en un proyecto de matrimonio re- - 460 - ligioso. Hay que tener en cuenta que los factores demogrâfi cos son puntos de referenda sociales importantes, mâs en un colectivo juvenil en que puede observarse el paso de la de- pendencia cultural familiar a la autonomîa valorativa juve-- nil en base precisamente al sexo y a la edad que se tiene. Bay que tener en cuenta tambiên que estos factores sociales, en temas tan complejos como los que aquî se han -- visto no son sino puntos de referenda partiales. Ademâs — aquî se présenta su influencia por separado cuando en reali- dad estân ligados y produciendo reacciones diferentes segûn_ sus combinaciones. Aunque estos factores estân cruzados con_ todas las preguntas sobre la familia actual y el proyecto fu turo, menciono sôlo los mâs significatives por su demostra-- ciôn de influencia o su falta de ella, 3.7 .1.- EL SEXO Hombres y mujeres comparten las mismas tendencias_ actitudinales hacia la familia, el matrimonio, los roles pa- ritarios del hombre y la mujer. Se dan diferencias porcentua les no obstante, confirmativas de que, cuando se acepta o re chaza algo unitariamente, se hace desde percepciones distin­ tas de la realidad vivida, Y desde patrones de comportamien- to que no siempre coinciden para hombres y mujeres. 461 - Se observa una aceptaciôn de la familia tradicio-- nal mâs firme en las mujeres que en los varones. Diverses - puntos ayudan a verlo; 1*) Las chicas se relacionan con sus padres mejor que los -- chicos. Su margen porcentua!^ de respuesta es solo ligeramen- te mâs alto, (ver cuadro n*119), pero se deduce ademâs de la mayor comunicaciôn que tienen con nadre y madré, en: la lînea de temas de contacte anteriormente exnresados. Las chicas hahlan mâs con el padre (de lo social y politico y con la nadre (de lo afecti- vo y Sexual), de lo que lo hacen los chicos resnectivamente. La di— -- ferencia mâs sustancial se observa en la confidencialidad; - 66,1 por ciento de chicas cuentan a la madré sus vivencias - frente a 46,9 por ciento de chicos que lo hacen. Recuerdo que esta Interacciôn es en ambos sexos superior a la mantenida - con el padre (ver cuadro n® i20). Asî se hace mâs évidente la falta de informaciôn sexual facilitada a la chica por la ma­ dré, aunque porcentualemnte no se observe ninguna discrimina ci6n informativa entre los sexos: 9,6 por ciento de los chi­ cos y 6,6 por ciento de las chicas la han recibido de sus pa dres. Y por cierto, es la chica quien rèivindica en tasas su periores la obligaciôn paterna de informar, (89,3 por ciento frente a 76,7 por ciento de los chicos). Esto es parte de su mayor inclinaciôn a apoyarse en canales institucionales de - educaciôn, (la desean recibir de los padres y los profesores) 462 - en lugar de arriesgarse al ensayo personal como medio de — aprendizaje. Ensayo y experiencia personal que estâ mâs ex-- tendida entre los varones. (Ver cuadros n-^ 121 y 122). 2®) El ambiente de casa es calificado como agradable por ch^ COS y chicas indistintamente. A pesar de que la experiencia_ del rigor paterno es superior en estas que en aquellos. Es - menor el tiempo libre de que pueden disponer fuera de casa,- con horarios de vuelta mâs rîgidos, tanto entre semana corao_ durante el fin de semana. A tal sujeciôn no corresponde ma-- yor facilidadpara llevar a casa sus ami stades (ver Luadros 123, 124, 125,126). De hecho es ligeramente infer ior' el nûmero de chi - cas que pueden hacerlo con entera libertad (67 por ciento frente a 74 por ciento de los varones). Es asîmismo menor la libertad que los padres dan a las chicas de elegir sus a m i ­ gos del sexo masculino: 56 por ciento frente a 66 por ciento. (Ver C.nl2^omo compensaciôn, se igualan hermanos y hermanas_ en su participaciôn real de las decisiones familiares e in-- cluso son estas ûltimas quienes intervienen mâs en las que - ataûen a los hermanos .(Ver cuadro n® 128.) Por afiadidura son las mujeres quienes disponen con mâs facilidad del dinero que ganan cuando traba jan. En parte, probablemente porque es menor la motivaciôn - de la necesidad econômica entre las razones del trabajo feme nino ( 48 por ciento de las que trabajan argumentan esta nece sidad frente al 66 por ciento de los jôvenes; 37 por ciento_ de chicas declaran hacerlo por gusto frente al 20 por ciento de los chicos). De esta manera a una mayor exigencia paterna - 463 - de rendimiento escolar de sus hijas, se corresponde una pre- sl6n menor para que trabâjen cuando hay necesidad econômica en el hogar. En tal caso los obligados a coooerar en primera Instancia son los varones. (Ver cuadros 129 y 130 ). Taies diferencias de derechos y - deberes parecen aceptadas por todos, de tal manera que decla ran por igual mantener una buena relaciôn con sus padre y -- hermanos. 3®) Su estima de la familia tradicional incluye una distinta experiencia y valoraciôn por sexos de los beneficios que — brinda. El mâs importante sigue siendo el apoyo y soporte que la familia ofrece, mâs importante para el colectivo femenino: El 70 por ciento de chicas lo menciona frente a 54 por cien­ to de chicos que lo hacen. La autonomîa de acciôn, mâs evi-- dente en el colectivo masculino, es tambiên mâs apreciada en tre los chicos 33 por ciento que entre las chicas 15 por --- ciento. Captan el valor de la'feducaciôn y mantenimientd'que_ se les da un tercio de chicos y 25 por ciento de chicas. (Cua dro n-131). Dis tint as experiencias de contacte con los padres_ se manifiestan en que, acuden a uno u otro en momentos de crisis personal, segûn su sexo. El hijo acude mâs a su padre y la hija a su madré, pero ella acude mâs a la familia que - êl. Ambos buscan por igual a sus hermanos. (Ver cuadro n® 132). 4®) Las bases de aceptaciôn de la familia estân pues ahî; en la solidaridad econômica y afectiva que hacen de ella el re- - 464 - curso primero, e incluso ûnico, con que se cuenta para vivir, educarse y compartir experiencias emocionales. Son cualida-- des fuertemente apreciadas que no ocultan a los jôvenes --- otras deficiencias. Por ejemplo que la diversiôn de sus pa-- dres es escasa. La perciben mâs las chicas quienes juzgan el hecho con mayor dureza. Insisten mâs en que sus padre "no sa ben divertirse" y eu consecuencia se lo pasan peer con ellos (Cuadros 133j 134). . Estas vivencias contribuyen a que las chicas sean_ mâs reacias a reproducir el ambiente o estilo de familia vi^ to en casa, o deseen con mâs intensidad introducir mejoras,- Aparecen mâs cautelosas en la aceptaciôn sin condiciones de_ la conformaciôn familiar actual y rechazan con mâs fuerza el autoritarismo patemo (Cuadros 135, 136). • Rechazo que obtie- ne una de las diferencias mâs notorias entre mujeres: 49 por ciento y hombres ;33 por ciento. (\̂er cuadro n® 137.) Aquellas reconocen "tener dicusiones y lîos con los padres" o rechazan la conducta del padre en tasas supe-- rioresï 20 por ciento de ellas sobre 14 por ciento de los chi COS. Lo que puede deberse a discrepancias con el mayor c o n ­ trol que sobre las chicas se ejerce. 5®) Las réservas femeninas arriba expuestas no alteran la continuidad de su proyecto de familia, mâs acorde este con - el modelo tradicional que entre los varones. ̂ Las jôvenes bus can el matrimonio como alternativa en 54 por ciento de los - - 465 - casos mientras que los varones lo hacen sôlo en 31,8 por — ciento de ellos (ver cuadro n®l38). Es decir, que el proyec­ to de cambio en la formalizaciôn de la relaciôn es protagoni zado por los varones sobre todo. Una vez hecha la opciôn ma-- trimonial, las chicas vuelven a mostrarse mâs tradicionles: optan en tasas mâs altas por el matrimonio religioso: 56 por ciento sobre 41 por ciento) y civil (22 por ciento sobre 15_ por ciento) .(Ver cuadro rî 39). Como confirmaciôn de cbherencia son mas que estân casadas en el uni verso estudiado que los varones (210). Parecen menos convencidas de la posibilidad de asentar una - relaciôn sobre el compromise privado de los interesados y - - aunque no es descartable la importancia de razones taies co­ mo: - desconfianza ante el macho que histôricamente abandona a la mujer y sus compromises con ella con mâs faci­ lidad (211 )temor ante cl que dirân e insepuri lad. dar un paso de tal rapnitud. Son confirmables dos razones de peso en base a la_ evidencia empîrica aquî manejada: - su mayor inclinaciôn a aceptar la familia tal -- cual a pesar del reconocimiento de defectos; - su religiosidad que les hace casarse por la igle sia en base a creencias religiosas mâs que a la presiôn s o ­ cial: 49 por ciento de mujeres frente a 29 por ciento de va­ rones. (ver Luadro n® 140.) 466 - En consonancia con la aceptaciôn mayoritaria del _ matrimonio, mâs de entre ellas estân convencidas del valor - del noviazgo como medio de conocimiento mutuo y de prépara-- ciôn al matrimonio:71 por ciento frente a 60 por ciento de - los varones, como son mâs quienes tienen novio actualmente:- 40,2 por ciento frente a SI P°r cien de chicos C212).0(er cuadros n̂ - 141 y 14Z)Hay que tener en cuenta que la mujer estâ todavîa^^ en desventaja en cuanto a las expectativas que la educaciôn_ le abre, como bien sefialan Victoria Abril y Maria Jesûs Miran da. Por ello siguen en desventaja no sôlo en el terreno de - la calificaciôn para un trabajo sino tambiên en el de las a£ piraciones de una vida social independiente. De aquî que as­ pire al matrimonio mâs intensamente que el hombre. Las auto­ ras arriba citadas mencionan en su estudio que mientras los_ varones adolescentes se interesan en su adolescencia por mu- chas cosas: aventuras, déportés, etc., las mujeres se incli- nan preponderantemente a su cuidado personal y a las relacio nés con el otro sexo. De aquî que, como afirmaban A. Ferran- diz y V. Verdû ,el matrimonio sea la salida mâs fâcil y tam-- biên o en muchos casos la ûnica alternativa de garantizar un status ôptimo en el future. El matrimonio es una fuente de - seguridad yprestigio. La mujer se convierte en un objeto os­ tensible de lujo y contribuye al confort familiar con sus do tes y su dote. - 467 Decîa anteriormente que de entre aquellos j6venes__ que piensan casarse a edad mâs temprana hay mayor nûmero viendo actualmente una relaciôn de noviazgo. Es évidente en las chicas desde luego que su proyecto de casarse antes_ de los 25 afios estâ mâs extendido, 74,1 por ciento de ellas_ y 60 por ciento de ellos, por lo que puede deducirse que el_ noviazgo es un medio mâs reconocido en ellas como paso pre-- vio. Tambiên spveîa antes que los jôvenes en general tienen mâs relaciones sexuales dentro del noviazgo que fuera. Enla- zando este dato con la mayor inclinaciôn masculine a una re­ laciôn de pareja como prueba antes del matrimonio (24,6 por_ ciento de ellos frente a 12,1 por ciento de ellas), parece - confirmarse que el cambio avanza mâs en contenidos y direc- ciôn dentro del universe masculino y que es seguido en una - segunda etapa por el universe femenino. 6®) Lo contrario se evidencia en la adscripciôn de roles pa- ritarios. Aunque las tendencias hacia una familia de funcio- nes simêtricas entre el hombre y la mujer se ven en todns,-- son las mujeres quienes se muestran mâs favorables.Disienten fuertê mente de que el destino de la mujer sea el matrimonio (83,7 por ciento de la chicas frente a 69,5 por ciento de los chi­ cos) y de que su obligaciôn sea la de estar en casa con sus_ hijos (67,9 por ciento de las chicas frente a 53,2 por cien de los chicos (Cuadro 143). Tambiên desaprueban en mayor medid^ - 468 la exclusiôn masculina del trabajo domêstico (73 por ciento - a 60 por ciento de los chicos). Ya era évidente en las entre vistas hechas a los discotequeros con sus amigas de todas - - formas • Ambos sexos reconocen que es mâs importante para su_ desarrollo personal realizar un trabajo satisfactorio que de dicarse exclusivamente al cuidado de una familia. Clâro que_ el mensaje social que hoy dîa se recibe es este precisamente y que la realizaciôn db trabajos domêsticos adquiere un conte nido cada vez mâs peyorativo. Por eso tambiên hay una desa-- probaciên fuerte del servicio domêstico como trabajo especî- ficamente femenino, siempre mâs intenso en las chicas que en los chicos. (Ver cuadros n— 144 , 145, 146.) La ûnica profesiôn de las preguntadas que es asignada a las mujeres por igual en los dos sexos es la pue- ricultura, Hay consenso por tanto en el reconocimiento del - vinculo que une con mâs fuerza a la mujer y los nifios en su_ primera infancia aunque una minorîa sustancial: 44 por cien­ to lo cuestiona ya y esto va referido al cuidado de los hi-- jbs, porque en referenda a su educaciôn es mayor el nûmero_ de jôvenes varones que la atribuyen a las mujeres que el que ellas mismas se atribuyen, Lo mismo sucede con otras labores de cuidado al ser humano, como la enfermerîa, o de auxilio y apoyo como el secretariado (ver cuadro n® 146.) Las mujeres re chazan en mayor medida que haya trabajos solo desempenados - satisfactoriamente por los hombres y dudan sobre la legitimi 469 - dad de tener menos oportunidades de trabajo que ellos. A pe­ sar de su deseo de igualdad encuentran mâs difîcil decidir - si hay condicionamientos especîficos de su sexo que limîten_ su încorporaciôn al mundo laboral (ver cuadros n— 147 y 148) . Por - - otra parte, estân mâs indecisas sobre la conveniencia de con ceder al hombre el liderazgo familiar'*. 32 por ciento d e -- ellas (24 por ciento de chicos) dudan de que sea "fundamen-- tal para el hombre sentirse responsable de una mujer y de -- sus hijos", lo que es évidente para S3 por ciento de los varo nés, El mismo nûmero de estos cree que el hombre debe proté­ ger a la mujer y el mismo nûmero de mujeres 40 por ciento -- cree que no, con mârgenes mâs bajos de indecisiôn: 20 por -- ciento^Ver cuadros nil 149 y 150) El liderazgo masculino del hogar y la familia es - mâs legîtimo para el hombre que para la mujer por tanto y -- hay que buscar la raz6n en las experiencias que el joven vi­ ve todos los dîas. Observa en casa y asume con cierta natura lidad que la madré y la hermana, hacen los trabajos cotidia- nos domêsticos mientras el padre se hace cargo de la protec- ciên econômica de la familia. Al menos le cabe preguntarse - iNecesita la mujer del apoyo masculino para incorporarse al_ mundo social?. iEs mâs dêbil ella para defenderse por sî mis ma debido a su ancestral reclusiôn en el desempefio de tareas del âmbito privado?. Los discotequeros parecîan creerlo asî_ a juzgar por los comentarics de K. y V. en pâgs. 377 y sgtes. - 470 sus hermanas han z&tado en caAa, no conoctn mundo, - la donde. van a la& pobn.ec.ittaif, < . De otro lado tamppco nie gan a la mujer su derecho a trabajar fuera de la casa, a vi­ vir un destino mâs amplio que la familia, como se ha visto,- pero son mâs reluctantes a perder un papel hasta ahora muy - identificable con su concepciôn de la masculinidad. De algu- na manera los jôvenes perciben que la repeticiôh de actitu-- des, de comportamientos a lo largo de la historia, general y personal, les imprime un sello de legitimidad que se alza testimonialmente cuando se cuestionan los papeles tradiciona les. V., intentando explicar sus dificultades de concebir a - una mujer responsable con êl por igual de la familia decîa:- Ea .impoiZbte penAaft en otfia mus en. Que no tu madAe y to - que yo he vtAto en ea&a eé que mt padae manda y mt madAe obe dece y va poA donde tt dtee, 0 &ea dâbtt neceAtta dejaAAe ttevaA, lQu€ te vaA a. haceA?,taA mujeAeA neceAttan dejaAAe -- ttevaA. (16 anos). El sentimiento de responsabilidad hacia - una mujer va acompaflado del sentimiento de responsabilidad - hacia los hijos, que como se ha visto son importantes como - prolongaciôn creativa del padre. Recuerdo las palabras de K. en pâg. 371. Vo qulAteAa teneA un htjo, educaAto, vtvtA paAa ét, SeAta un attcÂente, ganaAta muehoA dtneAoA At to tuvteAa, tAabajaAta m&A, eAcAtbtA ta mucho. El liderazgo familiar li-- I - 471 - bra de paso al hombre de las tareas monôtonas y minusvalora- das del hogar, a las que se le ve mâs reacio a incorporarse. Aquî no se trata ya sôlo de pêrdidas sustanciales de poder,- de autoridad en el âmbito mâs întimo de expresiôn personal,- y que se encuentran a travês de los cambios histôricos que - han venido efectuândose en la familia. Se trata a cambio de_ compartir tareas carentes de aliciente es decir de disminuir sus privilégiés en la casa. De aquî su resistencia a hacerlo si no es por una presiôn social muy fuerte. Las diferencias aquî observadas entre hombres y mu jeres son halladas con machacona regularidad en todos los e£ tudios de juventud que me sirven de marco comparative. Citarê como ejemplos: - La buenas relaciones con los padres y el rechazo al autoritarismo paterno, mâs extensos entre las jôvenes es - pafiolas que entre los jôvenes espafioles y que se mantiene constante desde el 65 hasta el 80 (213). - Las actitudes mâs abiertas en los varones que en las mujeres hacia el compromise de pareja libre de formaliza ciôn religiosa y civiles observable en el contexte espafiol_ y en el francôs (214). - La mayor inclinaciôn femenina a la igualdad en - el desempefio de roles ligados a la casa, la familia y el tra bajo de la mujer, incluso si estâ casada, comûn a las muje-- -472 res jôvenes espafîolas y francesas (215). -Y aquî quiero hacer hincapiê en que las mujeres - espafîolas en general en 1975 admitîan con la misma facilidad que los hombre la adjudicaciôn social de tareas domêsticas a su sexo, la educaciôn de sus hijos, y su estancia en el ho-- gar e incluso rechaaban mâs que los hombre una educaciôn -- orientada a aprender una profesiôn. En este sentido el salto actitudinal de las mujeres jôvenes espafîolas por referencia_ a sus progenitoras es aûn mâs notable (216). 3,7,2- LA EDAD’. La edad marca hitos importantes en la evoluciôn -- del pensamiento y reacciones juveniles. Fundamentalmente se_ manifiestan como un aumento con la edad de los buenos têrmi­ nos entre el joven y su familia, Lo que se logra porque esta ejerce menos control y mâs comunicaciôn adulta con el hijo,- qùien a su vez adopta una actitud de aprecio familiar y de - distancia crîtica.(Ver cuadros n— 151, 152, 153 y 154). Tal situaciôn tiene que ver, a mi parecer con la etapa del ciclo vital de la familia que corresponde a la presencia de hijos adolescentes entre trece y veinte afios (217). Si a los 13, 14 y 15 afios la dependencia de los pa dres es aûn fuerte, a los 16, 17 y 18 se va estableciendo el distanciamiento de los jôvenes con respecto a la imitaciôn y sumisiôn anteriores. No se hace sin conflicto bien es verdad. - 473 - pero su incorporaciôn a un trabajo o a una orientaciôn profe slonal especîficas va reduciendo la tensiôn de los padres por el cuidado de los hijos. Se deposftan ya responsabilida- des en ellos de tal manera que las relaciones se facilitan.- Se confirma asî una hipôtesis planteada por Salustiano del - Campo en 1960. Este autor argumentaba entonces que la satis- facciôn en la convivencia de los hijos con sus padres aumen- taba cuando se vivîa en casa mâs por elecciôn personal que - por otras circunstancias (218). Evidentemente, la situaciôn_ econômica de los jôvenes que empiezan a trabajar, estudian o estân en paro,no les permite independizarse, por ello "eli-- gen" la circunstancia mâs favorable o de menor esfuerzo para ellos que es continuar con los padres. Ya se ha visto ante-- riormente que los jôvenes valoran la familia. Este aprecio - les permite mantener con sus padres unas relaciones mejores_ cuando la autonomîa de pensamiento y acciôn permitida por e£ tos facilita su definiciôn del proyecto futuro con argumen-- tos racionales mâs que de oposiciôn reactiva y esto es lo -- que sucede especialmente a partir de los 20 ô 21 afios. De aquî que a estas edades sean mâs partidarios del matrimonio, que lo sean por conveneimiento de su valor y piensen en la - libre uniôn como alternativa cuando aquel no les satisface.- Los mâs jôvenes por el contrario se definen hacia una u otra opciôn por; - apoyo en la costumbre, tradiciôn - 474 - - o por reacciôn contra ella. Es decir, que reproducen la cultura familiar o se_ rebelan contra ella reivindicando su autonomîa. Resumiendo:a les 14 afios se reproduce lo que los padres hacen o dicen, a__ los 16 afios se agudiza el conflicto, a los 22 afios se ha ad- quirido ya un pensamiento propio, que se asimila al paterno__ en las lîneas fundamentales de reproduceiôn de la familia tradicional. Lo que no impide. que se desee introducir majo­ ras en el desarrollo de las relaciones de pareja, con mâs ên fasis en el interês de la misma que en las obligaciones so-- ciales impuestas del exterior: - Asî con el aumento de la edad se adquiere mâs - convicciôn de la igualdad de roles masculines y femeninos, - con deseos mâs frecuentes de acercamiento a una familia simê trica. - Y como parte de esta evoluciôn general las acti­ tudes son mâs favorables hacia el aborto y el divorcio con-- forme aumenta la edad. Voy a detallar un poco mâs los puntos especîficos en que estas tendencias se ponen en evidencia, - remitiendo a los cuadros para la observaciôn de las diferen­ cias porcentuales. 1®) Las relaciones con los padres son a menudo mejores con-- forme aumenta la edad, llegando a sus puntos ôptimos a par-- tir de los 22 anos. - 475 En varios aspectos de la dinâmica familiar se fun- damentan estas actitudes (ver cuadro n® 153). En primer lugar_ se evidencia una menguante dependencia del joven: disminuye_ su interacciôn comunicativa con los padres sobre problemas - personales y aumenta la puesta en comûn de puntos de vista - relacionados con la actividad social y polîtica(Ver cuadro nS 152). Concretândo me a la comunicaciôn en materia sexual, se observa ya una - primacîa de la experiencia sexual personal como fuente de in formaciôn sobre toda otra fuente alternativa exterior: pa-- dres, amigos, profesores, etc., que es a su vez un aumento - de la autonomîa privada sobre la dependencia del mundo so--- cial cercano. Se aprende mâs por experiencia personal y lec- turas que por los canales institucionales: padres, profeso-- res, o por la confidencia con los amigos, lo cual no impide_ una crîtica latente al hecho de verse en la necesidad de bus car soluciones por sî mismo. Son los mayores de entre los jô venes quienes estân mâs convencidos de que compete a los pa­ dres esta informaciôn inicial sobre cualquier otro medio de_ adquirirla, quedando muy a la zaga la bûsqueda personal que_ ellos mismos han reâlizado. Quizâ contribuya a ello su con-- vencimiento, mayor, de que los padres estân anticuados pero_ tienen buena voluntad y por tanto sus ensayos serîan positi- vos (ver cuadros n® ̂ 153, 154 y 155). Los jôvenes de 16-21 anos, que con-- - 476 fian a los oadres la informaciôn sexual en tasas muy altas tambiên nonen en lugar seciindario nerp muy relevante a los nrofesores y maestros. Un dato,a mi parecer digno de conside raciôn aquî es que en los momentos de crisis personal los ma yores acuden mâs a la madré en busca de ayuda que los meno-- res, quienes se reclinan mâs en su grupo de pares. Presumi-- blemente porque constituyen su mejor fuente de informaciôn - sexual. (Ver cuadro n® 156 ) Los adolescentes buscan en sus amigos, inquietudes compartidas y ensayan respuestas personales y de grupo a fal̂ ta de otros recursos, pero es que ademâs valoran grandemente el recurso afectivo que los amigos constituyen de por sî. No cabe duda que estos contribuyen sustancialemente a la for­ maciôn de la imagen de sî mismo, que el adolescente se hace, a travês de la bûsqueda de respuestas personales a sus con-- ■flictos, en el paso entre la ninez y la edad adulta. 2®) Aumenta para los mayores el respeto quelos padres tienen_ por su vida privada^ que se maniflesta en que . . contro lan menos sus horarios de vuelta a casa,: N) dicen nada si vuelven mâs tarde de lo previsto en mayor nûmero de casos, - respetan los amigos elegidos por el joven y les permiten utî lizar la casa mâs asiduamente.( Ver cuadros n— 157., 158; .159,160) En fin: - Con la edad disminuye la percepciôn juvenil de - que el aspecto mâs positive de su familia es el apoyo que -- 477 brinda. Este es muy importante a los 14 y 15 afios, y asî lo_ captan. Posteriormente adquiere mâs importancia la educaci6n_ recibida, como paso a la autonomîa adulta, como un recurso - base de adquisiciôn de status y trabajo.(Ver cuadro n* 161) - En segundo lugar se evidencia un intento mâs con sistente aûn, por parte de los padres de implicar a los hi- jos a la dinâmica familiar. Los jôvenes cuanto mâs edad tie nen mâs activamente participan en los asuntos familiares que a todos atafien, incluso a los padres. Se pasa pues de la de- 'pendencia a la interdependencia.. (Ver cuadro n®i62). I 3®) Y asî se favorece la libertad emocional y racional sufi- ciente como para ejercer la crîtica, que es el tercer punto_ a considerar en las buenas relaciones familiares padres-bi-- jos ; - Aumenta con la edad el convencimeinto de que los padres tienen una manera anticuada de pensar pero que inten- tan comprender. (Ver cuadro n® 155). - Juzgan mâs severamente a sus padres por su falta de diversiôn. No pueden, pero ta'mpoco saben divertirse y les afecta menos. A grandes lîneas son quienes mejor se lo pasan con sus padres. (Ver cuadros n®^ 163 y 164) 4®) La fricciones familiares son experimentadas en mayor me­ dida por los jôvenes de 16 a 21 afios. Ellos son quienes acu-j San mâs el autoritarismo paterno y en consecuencia describen - 478 - .■mâs a menudo como "enrarecido" el ambiente de su casa y tie­ nen relaciones buenas pero sin mucha confianzâ con sus pa-- dres. Se caracterizan ademâs por una mayor frialdad en las - relaciones con sus hermanos. (Ver cuadros n®^ 165,166 y 167). Estos sentimientos y vivencias_ son mâs un problems de etapa que una constante generacional. Son fruto de la adquisiciôn paulatina de conciencia adulta - que conlleva una lucha con los p^res por el logro de autono m.îa ,1a que se va obteniendo progresivamente, conforme se al- canza la madurez emotiva de la juventud y edad adulta. Una - prueba de ello es que estos jôvenes no tienen actitudes sus- tancialmente distintas a los otros grupos de edad en rela--- ciôn con el proyecto personal de matrimonio. Hay mâs bien un distanciamiento creciente hacia la familia que ayuda a pen-- sar en ella y decidir con quê quedarse y que cambiar. 5®) Asî el proyecto de familia se va delimitando con la edad; - Lo que a los 14 ô 15 afios se definîa como recha­ zo del ambiente de familia y ênfasis en los deseos de mejora dériva a partir de les 22 afios en superior disconformidad con los contrôles formales de la familia actual:"formar una_ familia no debe exigir un contrato legal" es la postura mâs_ extendida. (Ver cuadros n^® 168,169 y 170). - A los 14-15 afios se manifostnba escepticismo an te la durabilidad de relaciones de pareja y las minorîas sen - 479 sibles al problema proponîan relaciones a prueba antes de - consolidar el matrimonio. A los 22 afios se habla ya de rela clones de pareja solo sometidos a la prueba del amor, mien­ tras dure. Hablo de las minorîas que se decantan sustancia!^ mente por el deseo de autonomîa en la uniôn, (ver cuadro n® 170 ). - Las mayorîas de todas formas tienden hacia el - matrimonio, religioso sobre todo. Son tambiên los jôvenes - de 14 a 21 afios los que aducen razones de fê con tasas supê riores, mientras que los mayores refiejan una sensibilidad_ superior al que dirân. (Ver cuadros n®^ 171 y 172). - Los menores creen en el noviazgo como prépara-- ciôn al matrimonio. En la misma dinâmica de prueba previa,- los mayores valoran su utilidad para el conocimiento mutuo. Recuerdo que la prâctica sexual se muestra como parte de e^ te conocimiento. (Ver cuadro n® 173). - Los menores piensan tener hijos al igual que los mayores pero dejan el tema al azar en mayor nûmero que_ los segundos. Es decir que piensan recibir "a los que ven-- gan" con mâs naturalidad. Hacia los 22 afios estân mâs deci- dicos por "la pareja". (Ver cuadro n®174). - Conforme aumenta la edad se aleja la sefialada - para el matrimonio. Los saltos porcentuales son muy claros_ y por ello los consto especîficamente: creen que la edad Ô£ tima de matrimonio estâ antes de los 25 afios: 87,4 por ciento de 14 a 15 afios. - 480 69,2 por ciento de 16 a 21 afiosj 55 por ciento de 22 a 25 afios. (Ver cuadro n“ 17^ . La prdctica sexual progresiva contribuye sin duda_ a la postergaciôn del proyecto . Contribuye tanbien a ello_ su creciente inmersiôn en un nundo social nâs comnleio nue aumenta sus interes y deseos de ensayar nuevas exnerien-- cias. 6°) Dire por ûltimo que no s61o el proyecto de familia se d£ limita con la edad sino que se esbozan unas funciones conyu- gales mSs igualitarias (ver cuadro n*176). Por ejemplo: - se clarifica la disconformidad con dejar a la mu jer un ûnico destino vital: el matrimonio. Desciende la inde cisiôn considerablemente con la edad. - desciende tambiên la convicciôn de que la mujer- debe permanecer en casa con los hijos a medida que se eleva_ la atribuciôn al hcmb re de . actitudes para realizar los tra- bajos domêsticos. Asî desciende lentamente la hostilidadal tra bajo de la mujer casada y con hijos: 14-15 ahos 24 por ciento 16-21 afios 17 por ciento 22-25 afios 19 por ciento - Y con ello crece con la edad la elecciôn de la - dedicacion exclusive a la familia como forma de realizaci6n_ personal con preferencia sobre la realizaciôn de un trabajo_ 481 de su gusto. Bien entendido que son mâs las mujeres de mds - edad que asî se expresan, dentro de que son una minorîa los_ jôvenes de esta opiniôn. (Ver cuadro n® 177). - Los jôvenes de 14 a 15 afios tienen una concepciôn mâs tradicional de los trabajos femeninos especîficos y me - remito a los aquî estudiados y por el orden de diferencia--- cl6n: -pre-escolar -puericultura “Secretariado -enfermeria -servicio domêstico. (Ver cuadro n°178 ). Estân mâs convencidos de la "justificable” limita- ci6n de trabajos a la mujer por su condiciôn especîfica de - tal, y de la indiscutible capacidad masculine para realizar_ determinados trabajos, sôlo realizados satisfactoriamente por 61. Como el cuadro muestra,las actitudes se liberalizan con_ la edad, manteniêndose la disyuntiva de opiniones del conjun to. Se liberalize aslmismo la atribuciôn al hombre del papel protector de la mujer en el hogar. (Ver cuadro n“ 176). 7") Los menores mantienen ademâs mâs réservas frente al abor , to y el divorcio. Mâs de ellos dicen no y mâs de ellos los - restringen.(Ver sobre divorcio cuadro n“ 179). Las actitudes mâs conservadoras en los de menos - edad son retrazables en todos los colectivos juveniles compa- - 482 - Tables aquî y por ello no voy a extenderme en la repetici6n_ sin fin de las proposiciones. Como dice Linz a propôsito de_ la menor favorabilidad aï aborto de los jôvenes de 15 afios,- la edad marca claramente el paso de los modelos familiares a la cultura juvenil autônoma (219). 3. 7.3.- EL ESTADO CIVIL. El estado civil se muestra como un factor mâs dis- criminatorio que el sexo p la edad en las actitudes que los_ jÔ nes mantienen hacia su vida afectiva y sexual. Asî conclu yen Roussel y Bourguignon en su estudio de la juventud fran- cesa,(220 ) Una conclusiôn asî, podrîa extractarse de la evi-- dencia empîrica del Casco Viejo atenlôndose a los porcenta- jes extraîdos. Sin embargo, no hay que olvidar un factor im­ portante: que en el Casco Viejo son muy pocos los jôvenes ca sados en las edades que nos ocupan. Por lo tanto cuando a -- ellos nos remitimos, hay que hacerlo siempre como a una mino rîa qw'muestra pautas especîfîcas de comportamiento, dignas_ » de atenciôn, aunque sin elevar sus respuestas al rango de - representativas de la juventud casada en general. Hecha esta_ aclàraciôn, puedo ya decir: 1®) Que los casados juzgan mâs agradable el ambiente fami--- liar que los solteros e interpretan mâs positivamente las r£ - 483 laclones entre sus padres: muy buenas para 62,5 por ciento - de ellos frente al 38 por ciento de los solteros (ver cuadros n*® 180 y 181);. Tienen mâs confianza con sus pa dres y juzgan de regulares o malas sus relaciones con ellos_ en menor medida: 10 por ciento frente a 24 por ciento. Son - datos que se afiaden a los de la mayorîa de edad reforzando - la conclusiôn anterior de que a mayor autonomîa del joven -- respecte a su familia mejores relaciones mantiene con ella. 2®) Su proyecto matrimonial, ya un hecho, refleja no obstan­ te que tienen recelos de su condiciôn de casados y que en 1^ bertad de elecciôn no continuarîan del todo con la tradiciôn. No lo harîan minorîas importantes de los casados. Prueba de_ ello es que solo 52,9 por ciento de los casados elegirîan co mo alternativa afectivo-sexual el matrimonio mientras que el resto tenderîa a la prueba antes, preferirîan que la rela— ciôn no dure sino lo que dura el amor o estân confusos de su pro-- pia situaciôn. Son manifestaciones bêchas por jôvenes que eŝ tân casados por la Iglesia mayoritariamente: 81 por ciento - de ellos. Y que dan como razôn prioritaria del matrimonio re ligioso .la costumbre: 48 por ciento. Los solteros sin_ embargo se casarîan por motivos religiosos en mayor nûmero - y sôlo 27 por ciento lo harîan por esta razôn. (Ver cuadros n°® 182 y 183). 484 - Parece ser pues que desde dentro del matrimonio se ve mâs difîcil que desde fuera una duraciôn indeterminada de la relaciôn de pareja y que jôvenes casados darîan marcha -- atrâs hacia ensayos alternatives o al menos vencon buenos -- ojos opciones de esta îndole. 3®) Los casados atribuyen al noviazgo la cualidad de prepa-- raciôn al matrimonio en mayor medida que los solteros, proba_ blemente porque remiten a su experiencia anterior y en base__ a la misma piensan planificar los hijos "la pareja" con ma-- yor ênfasis que los solteros; 56,2 por ciento frente a 38,4_ por ciento. Son mâs numerosos los que ven como edad ideal de matrimonio las previas a los 25 anos: 73 frente a 66 por -- ciento de los solteros, Tambiên este dato muestra que algu-- nos casados no estân muy conformes con haberse casado a la - edad que lo han hecho. (Ver cuadros n®^ 184 y 18^ 4®) A sus mayores réservas de reproducir el matrimonio tradî cional institucionalizado se corresponde una actitud mâs -- abierta hacia la Igualdad de roles entre el hombre y la mu-- jer (ver cuadro n®186) en lo que se refiere al derecho de la_ mujer a trabajar fuera de casa aunoue este casada y tenga hi_ ios, à su destino, mâs amplio que el matrimonio. Identifican mâs a la mujer pon el trabaio de puericultura y servicio do- néstico, no obstante, dando mârgenes iguales que los solteros de opiniôn sobre la profesiôn de enfermeria (ver cuadro n° - 187 .). - 485 Ello no quita que scan los casados quienes mâs se_ reafirman eii el liderazgo masculino del hogar. Estân mâs con vencidos del deber masculino de protéger a la mujer (59 por_ ciento de casados por 45 por ciento de sjolteros), Y de la im portancia que para el hombre reviste su responsabilidad de_ una mujer y de sus hijos, (menos notable que la anterior: 48 por ciento frente a 44 por ciento) 5®) No hay diferencias entre casados y solteros en su acti-- tud hacia el aborto. Se da entre ellos el mismo grado de — aceptaciôn del divorcio, aunque los solteros ponen mâs res-- tricciones en nombre de los hijos y los casados en la bûsque da de acuerdos entre los cdnyuges. (ver cuadro n®18$. 3.7.4.- EL STATUS SOCIO-PROFESIONAL DE PERTENENCIA. El grupo de pertenencia de los jôvenes àquî delimi tado de acuerdo a la profesiôn del padre se présenta como un dato discriminatorio de ambiente vivido y de prospectes de-- seados, 1°) La experiencia familiar de los jôvenes de nivel alto es_ mâs positiva que la de los demâs. Por ello se inclinan en mayor medida a reproducirla y dentro de la instituciôn religiosa.- Los jôvenes dispuestos al cambio de roles en la pareja si--- guiendo la direcciôn de desempenos igualitarios son los de - 486 - clases, niveles, o grupos medios dje pertenencia. Le siguen - muy de cerca los de nivel bajo. Asî se observa que las opi- niones y experiencias se igualan mucho mâs en estos dos nive les que en el alto. Présente a continuaciôn detalles explica tivos de estas tendencias. Los jôvenes del nivel alto defi-- nen mâs amenudo como agradable el ambiente de su casa: 68 -- por ciento de ellos ( 64 y 66 por ciento de los niveles me-- dios y bajos). Por el contrario es en los niveles bajos don_ de hablan con mâs frecuencia de ambiente pasable 22 por cien to C 16 y 11 por ciento en los medios y altos respectivamen- te) (ver cuadro n“18^. Tal interpretaciôn de los jôvenes tie ne que ver con las siguientes percepciones: - Los padres de clase aLtà (221 ). se divierten mâs_ que los demâs (42 por ciento en la clase alta, 32 por ciento en la media y 36 por ciento en la baja). Si no lo hacen es,- en opiniôn de sus hijos, porque no les queda tiempo para di- vertirse. Sin embargo, entre la clase media y baja, la opi-- niôn mâs extendida es que les falta el gusto por el diverti- miento: (19 por ciento en ambos y 8 por ciento en la clase - alta).(Ver cuadros IPO Y 19Ï)* - Las relaciones con los padres son igualmente bûe nas para todos pero los contenidos de la relaciôn tienden a_ mejorar la compenetraciôn de padres e hijos en la clase alta. (Ver cuadro n° 192). - 487 - Al menos en lo que respecta a la informaciôn sexual que los_ padres brindan a los hijos. Los padres de clase alta asumen_ esta funciôn con mayor facilidad, y los amigos suplen en la_ media y la baja una inhibiciôn creciente de los padres en e£ te sentido. Digo creciente porque se da mâs conforme se des­ ciende de nivel. A la inversa, es en la clase baja donde se_ acude mâs a la experiencia personal para la solucidn de las expectativas sexuales, recurso descendente conforme aumenta_ el nivel social de pertenencia (23 por ciento en la clase ba ja, 10 por ciento en la media y 5,2 por ciento en la alta).- Con ello lo que résulta es que la clase alta tiene mâs infor macidn pero tambiên mâs represiôn personal del ejercicio se­ xual y la acepta como légitima mâs fâcilmente. Puede derivar se de que : -Todos los jôvenes por igual creeen que a los pa­ dres compete tal informaciôn pero conforme se -- desciende de nivel socio-econômico los mâs jôve­ nes aluden a la experiencia personal como una -- fuente légitima de aprendizaje: 23,7 por ciento_ en la clase baja, 19,8 en la media y 10,5 por -- ciento en la alta.(Ver cuadros n°® 193 y 194). >s-Los jôvenes de clase baja han tenido relaciones_ sexuales complétas con el otro sexo en mayores - proporciones; dos tercios de ellos, la mitad de_ clase media, un tercio de clase alta. Lo que los jôvenes de clase alta sacan como conclu 488 si6n de todo ello es que sus padres son abiertos y estân al_ dîa. Es la conclusiôn de 42 por ciento de ellos, 23 por cien to de clase media y 14 por ciento de clase baja. En sentido_ inverso se da el convencimiento de que los padres son anti-- cuados aunque intentan comprender, (Ver cuadro n° 195). Conviene recorder que la_ falta de instrucciôn de la mayorîa de los padres a estos ni­ veles es notable. Y por tanto su actitud se caracteriza mâs_ por un reconocimiento de ignorancia que intentan paliar, que por una intransigencia sin lugar a discusiôn. Recuerdo aquî_ la conversaciôn con varias madrés de familia transcrira ante riormente que lo demuestra. De aquî que el papel protagonista_ de la madré manifestado ya en Varias ocasiones aparezca nue- vamente ^n relaciôn a la clase media y baja sobretodb a pro­ pôsito de las crisis personales. Cuando un joven de clase al̂ ta se encuentra en apures, acude al padre en busca de ayuda_ (con preferencia a la madré) 24 por ciento de respuestas en_ este sentido frente a 18 por ciento en el nivel medio y 12 - por ciento en el bajo. Cuando el joven pertenece a la clase_ media o baja, se dirige fundamentalmente a su madré:34 por - ciento de clase baja, 23 por ciento de clase media y 16 por_ ciento de clase alta. (Ver cuadro n° 196). A mi parecer esto se debe al mayor — aperturismo de los padres de clase alta, que da lugar a una_ superior libertad de acciôn general en los hijos. En las cia - 489 - ses media y baja, los hijos tienen que buscar mâs el apo yo de la madré para obtener lo que desean, es decir requie- ren de negociaciones intermedias. Lo confirman las actitudes de los padres hacia el manejos de dinero de sus hijos y ha-- cia sus tiempos mâs o menos limitados de ocio, que se verân_ en los apartados siguientes (222). Hay algo mâs. En todos los grupos de posiciôn y status diferente la madré juega un_ papel expresivo sustancial. Pero el del padre disminuye en - los grupos o niveles bajos sobie todo y medios despuês, por-- que su autoridad se basa en el aporte econômico que hace al_ conjunto familiar y en la iniciaciôn de sus hijos en puestos de trabajo e instituciones sociales en general. Evidentemen- te cuanto menos dinero gane (y en las clases bajas puede ga- nar menos, despuês de muchos afios de trabajo, que sus hijos_ -comenzando a desempefiar un oficio) y menos poder e influen cia tenga para situar a sus hijos airosamente en el medio so cial exterior, tendrâ ante estos inferior prestigio tambiên. Ademâs los hijos encontrarân que poco pueden lograr acudien- do a su padre. Acuden pues a la madré para la confidencia y a otros medios o recursos para establecerse en el mundo del_ trabajo y la cultura. Por supuesto agradecerân al padre que_ les haya facilitado medios de formaciôn superiores a los que êl mismo tuvo. Con ello crecerâ su estima hacia el padre, pe ro merrnarâ irreversiblemente la autoridad de este como raerma au papel de solucionador de conflüctos con el exterior. - 490 - 2®) El control del dinero en quienes trabajan existe para to dos los niveles pero es considerablemente mayor en las clases médias y bajas. Solo en estos niveles los trabajadores tie-- nen que entregar todo su sueldo a casa (32 por ciento en d a se media y 52 por ciento en la baja), o la mayor parte de êl (18 por ciento y 21 por ciento respectivamente). La inversa_ se da entre quienes no tienen que entregar nada o sôlo tie-- nen que dar una pequefla parte (75 por ciento de los trabaja­ dores de clase alta se lo quedan todo y 25 por ciento casi - todo).(Ver cuadro n® ig?)- La necesidad econômica es una razôn de fondo para las exigencies de entrega pero no sôlo esto. Cuando el pa-- dre ejerce el control econômico aumenta la exigencia de e n ­ trega en los hijos, como se observa en el cuadro n® 74. Cabe recorder aquî que el control paterno es mayor en la clase al̂ ta y desciende paulatinamente con el nivel. Sucede a la in-- versa con la madre, organizadora de la economîa doméstica, - tradicionalemnte, en la clase trabajadora, (223). Y cuya -- acciôn va descendiendo conforme aumenta el nivel; a medida - que se extiende una acciôn mancomunada de ambos cônyuges --- (ver cuadro n° 198). La instrucciôn de los padres discrimina aslmismo el control del dinero. Lo maneja la madre preferen- temente allî donde el nivel de instrucciôn paterno es bajo.- A partir del grado de instrucciôn del B.U.P., aumenta el pa­ pel paterno en el cuidado de la economîa del hogar (ver cua- - 491 dro n®199,^50 por ciento de los casos). Lo interesante es que leyendo la instrucciôn paterna a travês de las categorîas profesionales, se descubre que B.U.P. y C.O.U. son los g r a ­ des de educaciÔn alcanzados por los directores de empresa de pertenencia a la clase alta, salvo una minorîa que se sitûa_ en la media. Parece por tanto verosîmil la hipôtesis de que_ dentro de la clase alta hay dos patrones de comportamiento: - el de los empresarios propiamente dichos, que llevan la economîa doméstica como llevan, presumiblemente la de su empresa (224). - el de los têcnicos superiores y profesionales 1^ berales, con una concepciôn igualitaria de las funciones de_ ambos cônyuges, reproducida en la organizaciôn econômica de_ la casa. De esta manera sî sectores importantes de jôvenes_ trabajadores de la clase baja o media contribuyen al hogar - con el sueldo allî necesario, otros lo hacen porque el padre opina que asî debe hacerse. Y contrôles, basados mâs en valo res sociales que en necesidades econômicas, producen tensio- nes en jôvenes que disientende aquellos (225). Evidencia de_ descontento econômico se da no sôlo entre jôvenes trabajado­ res contribuyentes al hogar con su sueldo sino en todos los_ jôvenes en general. Las razones mâs frecuentemente aducidas_ los jôvenes de clase baja como generadoras de fricciones - 492 - son: Que no llèga el dinero hasta fin de mes: 63 por ciento de casos. Enlaclase media esta razôn no ocupa mâs que_ el 14 por ciento de los caso^ y en clase alta el 3 por cien­ to. Por el contrario, 25 por ciento de estos ûltimos jôvenes_ acusan descontento porque quieren mâs de lo que reciben. Enlazando con las réservas mayores que los jôvenes de clase media y baja presentan al juzgar el ambiente fami­ liar, y con las menores pero existentes en la clase alta, ca be plantearse que el control paterno y mâs aûn, el econômico, contribuye en buena parte a producirlas. La exigencia de ho rarios de vuelta a casa es mâs elevada en la clase baja que_ en la alta y en esta mâs que en la media (ver cuadro n®200)- con lo cual y a pesar de que las consecuencias de incumplir_ las Ôrdenes no son terribles, se generan discrepancias entre los padres y los hijos. 3® ) Estas discrepancias se extienden a la propia concepciôn de la familia que los jôvenes desean plasmar para sî mismos. Los mâs dispuestos a reproducir totalmente el am-- biente o estilo de familia que han vivido en casa es mayor - en el nivel alto: 21,6 por ciento que en los demâs. Respon-- den que no lo quieren reproducir, (ni con me j eras sinuiera) una tercera parte de los jôvenes de nivel medio, una cuarta par­ te de los de nivel bajo y 13,5 por ciento de los de nivel a]̂ to. (Ver cuadro n°20ï). - 493 Y como colofôn de estas orientaciones puede observarse que - el acuerdo "con la conformaciôn actual de la familia" es mâs incondicional en la clase alta que èn la media o baja: 42 -- por ciento de los jôvenes pertenecientes a la clase alta asî lo afirman y son el doble de quienes lo hacen en los otros - dos grupos de status. Los recelos de los jôvenes de clase me dia y baja, a dar un sî total siguen caminos ligeramente diŝ tintos: - Mâs insistantes los primeros en restar valor al contrato legal: 31 por ciento frente a 25 por ciento de los_ segundos. - Mâs insistantes los segundos en retardar para etapas posteriores a la juvenil, decisiones de tal envergadu- ra. 4®) Las diferencias entre clases son aûn mayores en cuanto a la alternativa afectivo-sexual deseada por los jôvenes, con- siderando siempre que las médias y bajas coinciden mâs en - sus vivencias, Piensan en el matrimonio tradicional dos ter­ cios de los jôvenes de clase alta y 37,6 por ciento de las - médias y bajas .(Ver cuadro n®202). Piensan efectuar un matrimonio religioso 70 por ciento de los primeros, 44 por ciento y 48 por ciento - de las clases médias y bajas. Aducen motivaciôn religiosa aquellos y costumbre estos (como datos mâs saltantes,(ver cua dro n“203), aunque se pueden anadir otros: - 494 - que el deseo de no chocar es mâs fuerte en la -- clase media - y el valor en sî del vinculo en la clase baja. Coherenteraente con lo anterior se da mâs credibili^ dad al noviazgo en el nivel alto: 81 por ciento que en el mê dio y bajo (55 y 69 por ciento-respectivamente). Y se parti­ cipa mâs de esta dinâmica prenupcial allî (41 por ciento de__ los jôvenes) que aquî (ver cuadro n® 204 y 205)) Todos los niveles piensan en los hijos pero la planificaciôn deseada muestra - dos constantes: - Desean mâs hijos los descendientes de empleado-- res, directores de empresa, profesionales libérales y têcni­ cos. Con tasas altas, alrededor de los très hijos. - Quieren menos hijos los empresarios autônomos y__ obreros, estabilizados alrededor de la pareja (ver cuadro n® 206 ). Conviene recordar aquî que hay ciertas diferencias entre el nûmero de hijos deseados por los hombres y por las__ mujeres. Por ejemplo desean la pareja 45 por ciento de ellos y 37 por ciento de ellas, Desean mâs de dos 19,7 por ciento_ de ellos y 31,8 por ciento de ellas; desean "los que vengan" 26,5 por ciento de ellos y 22,7 por ciento de ellas. Estas - diferencias pueden observarse en todas lad clases sociales pero se mantiene la tônica de que las altas desean mâs hijos que_ - 495 - las bajas. Estos datos se contraponen con los hallados en la encuesta de Fecundidad del I.N.E hecha en Diciembre de 1977_ (226). Cabe seftalar la hipôtesis de que la constante agudiza ciôn de la crisis econômica, del paro y subempleo esté lie - vando a las gentes de ascendencia obrera (y que piensan o -- creen que permaneceran en su mismo nivel ) a desear restrin- gir el nûmero de hijos precisamente por la consciencia de -- sus dificultades para mantenerlos. Un dato observable en la_ estructura familiar de los jôvenes en general y especîfica-- mente de los hijos de obreros es que desean disminuir estos_ por referencia a los que tuvieron sus padres. Parecen aplica bles aquî las ideas de John Grauman (227). El observaba una_ relaciôn entre la fecundidad de los padres y la de los hijos dada en los siguientes têrminos: Una relaciôn entre fecundi­ dad y mercado de trabajo. De tal manera que las dificultades soportadas por generaciones ; ndmerosas para entrar en el mer cado de trabajo, influirîan en una reducciôn de su fecundi-- dad. Las dificultades de hallar trabajo para una buena parte de jôvenes y las precarias condiciones en que otro sector, - no menos importante, trabajan, pueden incitar a estos jôvenes a planificar muy seriamente su futuro reproductive, algo que es comûn (paro y planificaciôn) a los jôvenes de otros con-- textos sociales y geogrâficos, que tambiên tienden a asentar en 2,5 a 2,7 la proporciôn de hijos deseables. Resumiendo: - - 496 - Si las expectativas juveniles se cumplieran, cabrîa esperar_ reajustes en el tamafio de las familias, suficièntes, al menos para romper las constantes antes establecidas (228). Irîan - en la lînea de descenso en las expectativas de los obreros,- empresarios sin asalariados y subalternos, cuadros medios, - têcnicos y empleados administratives, mâs abruptes en los -- primeros que en todos los demâs (ver capitule 1 - ). Irîan - en la lînea de mantenimiento ( por ascenso) en los directe-- res de empresa, cuadros superiores, profesiones libérales y_ empleadores de la industria y el comercio, que reproducirîan asî familias numerosas. Todo ello parece indicar que los prî | meros muestran disposiciones distintas a las paternas, bien_ | sêlo porque introducen un factor de planificaciôn familiar - f antes ausente o porque ademâs responden a cambios cualitati- | vos en su concepto del tamafio de familia ôptimo, en la lînea - I antes sefialada por John Grauman. I 5®) La edad ideal de matrimonio varia tambiên del grupo de - clase alta, masivamente orientado a retardarla hasta despuês de los 26 afios de edad (48 por ciento), a los de media y ba­ ja, mâs inclinados a casarse antes de los 25 afios :64 por -- ciento y 75 por ciento respectivamente: comportamiento obser vable tambiên entre los jôvenes de 1977 (229). Probablemente se debe a que en la clase baja y media hay un nûmero mâs al­ to de trabajadores y son estos quienes planifican su vida -- - 497 antes por lo mismo que estân realizando ya una tarea profe-- sional. Lo que hay que descartar desde luego es cualquier co nexiôn entre proyecto matrimonial mâs temprano y ausencia de relaciones sexuales prematrimoniales. Estas, como se verâ mâs adelante aumentan en los niveles bajos (63 por ciento las han tenido) son ligeramente inferiores a los medios: 47 por cien to y descienden en los altos 31 por ciento. (Ver cuadro n® 207). 6“) La clase media, seguida muy de cerca por la baja rechaza mâs intensamente la diferenciaciôn de sexos: - que la mujer deba quedarse en casa con los hijos: rechazan 67 por ciendeâquella frente a 60 y 59 por ciento de la - / alta y media. (Ver cuado n^ 208 ). - En consecuencia son menos hostiles al trabajo de la mujer casada y/o con hijos: 11 por ciento frente a 20 y - 21 por ciento en la clase alta y media respectivamente.(Cuadro 209) Y lo que me parece aûn mâs significative. No lo ha cen por un mayor rechazo a la familia-medio de autorrealiza- ciôn personal. A la pregunta iquê considéras mâs importante_ para tu desarrollo personal en el futuro? (^3®) • Un 41 pdr - ciento de los jôvenes de clase media contestan que "la dedica ciôn al cuidado y atenciôn de mi familia exclus ivamente': En_ la clase alta,contestan asî un tercio y en la baja 23 nor -- ciento. (Ver cuadro n°210). (231) - 498 Mencionarê por ûltimô que el liderazgo masculino - del hogar es mâs cuestionado por este grupo de clase media; - 40 por ciento rechazan el deber masculino de pro teger a la mujer, seguido de cerca por el 35 por ciento de - la clase baja y mâs de lejos por el 26 por ciento de la alta. - 27 por ciento disienten de la importancià que - el sentirse responsable de una mujer y de sus hijos reviste_ para el hombre. La clase baja opina igual y la alta présen­ ta tasas mucho mâs bajas. (Ver cuadros n°^211 y 2il2) Queda claro aquî no obstante que - el sentido de la responsabilidad masculina sobre mujer e hi­ jos estâ mâs firmemente asentado en todos los jôvenes y que_ ello signifies una fijaciôn mâs fuerte en los reductos mâs - centrales del patriarcado tradicional. 3.7.5.- LA ACTIVIDAD. Estar estudiando, trabajando o al menos deseando - hacerlo, y en el caso femenino dedicada a sus labores son ac tividades que contribuyen a una distinta experiencia perso-- nal de la vida familiar. Es mâs agradable para los estudian- tes que para todos los demâs. Ellos estân menos orientados a un proyecto personal de matrimonio o familia, probablemente_ por verlo menos cercano y mantienen posturas mâs discrimina- torias de los roles masculines y femeninos. 1“) La actividad que los jôvenes realizan da lugar a una di- 499 - nâmica familiar distinta para unos y otros. De ella salen be neficiados los estudiantes, y perdiendo los parados. Aque— lies juzgan abierta la manera de pensar de sus padres y es- tos la perciben mâs intranslgente. C6mo consecuencia estos - juzgan el ambiente casero mâs desagradable que cualquier otro grupo de actividad, seguidos por los trabajadores que - estudian. Aunque por razones distintas se desprende no obs-- tante que el factor econômico estâ al fondo de experiencias_ familiares poco rémunérâtivas psicolôgicamente para los jôv£ nés, Los trabajadores en general son quienes ven a sus pa— dres como mâs aburridos y quienes se divierten menos con -- ellos. Las exigencies de entregar salaries en casa son altas, y totales desde luego donde el propio padre estâ en paro. ' Los porcentajes correspondientes a las ac­ titudes générales en torno a la familia se nresentan en los_ cuadros siguientes: n--213, 214, 215, 216 y 217). 2®) Puede observarse allî que aumentan los planes de matrimo nio, incluse de matrimonio religioso, entre las amas de casa. Sus porcentajes de bdsqueda de matrimonio como alternativa - satisfactoria superan el 54 por ciento y la ceremonia reli­ giose es y/o serâ un hecho para 72 por ciento. Ninguna jo-- ven dedicada a sus labores concibe una "uniôn libre" como forma de relaciôn para si misma y su pareja. (Cuadros nos 218,219) Le sigue en con servadurismo el grupo de trabajadores, dentro del que adquiê ren posturas mâs libérales los que siguen estudiando. Y por_ 500 - ûltimo son los estudiantes quienes menos se inclinan por el_ momento a pensar en vînculos formales, deseando mâs bien ex­ perimenter con otras alternativas: prueba pre-matrimonial, o relaciôn condicionada al amor existente entre la pareja. Ca­ be resaltar asîmismo que son precisamente los jôvenes mâs in clinados hacia el matrimonio religioso tradicional: amas de_ casa y trabajadores, los que menos argumentan razones religi glosas como motivaciôn fundamental de hacerlo. La tradiciôn_ se reviste aquî de seguimiento de la costumbre, con mâs con- tenido de presiôn social que cualquier otra cosa. Entran mâs en la dinâmica del noviazgo y lo justifican fundamentalmente como preparaciôn al matrimonio mâs que como forma de conoci- miento mutuo. Las iniciativas personales que enfatizan el va lor personal de la relaciôn para conocerse, aumentan incluso con el nivel de estudios. Se indica asî el valor que la edu­ caciÔn adquiere como un medio de auto-estima personal, cuyo_ derecho se reivindica mâs a menudo. (Ver cuadros n® 220 , 221 ,- 222 y 223). 3“) Trabajadores en active o paro y amas de casa piensan en__ porcentajes superiores en "la pareja" de hijos y en la edad_ ôptima de contraer matrimonio, Coherentemente con las postu­ ras de la clase media y baja antes vista sitûan la edad ideal de matrimonio antes de los 25 afios. Asî responden 87,3 por ciento de las amas de casa y 73 por ciento de los traba­ jadores. (Ver cuadros n®- 224 y 225). - 501 - Estas diferencias de postura entre trabajadores y_ estudiantes responden menos a actitudes mâs modernas de e s ­ tes y conservadores de aquellos de los que parece desprender se del anâlisis anterior. Sobœ todo miraio' a la luz de su - concepciôn de los roles de pareja, mâs igualitarios entre -- los trabajadores que entre los estudiantes. Lo que pasa es - que ya no viven con el mismo carâcter provisorio de los estu diantes. Al incorporarse al mundo laboral hacen proyectos de familia, hijos, etc. con una mentalidad propia de quien se - acerca ya a la determinaciôn autônoma de su propia vida. 4®) Los trabajadores, estudien o no, discrepan mâs de consi- derar que el déstino de la mujer sea el matrimonio, de que - esta deba permanecer en casa con los hijos, de que se exonè­ re al hombre de los trabajos caseros, de que se impida o di- ficulte a la mujer casada el trabajo fuera del hogar, Los -- mâs hostiles a este trabajo son las amas de casa: 30 por --- ciento y los estudiantes 20 por ciento. La experiencia perso nal en los primeros, la materna en los segundos ( y su falta de reflexiôn sobre el tema probablemente tambiên) inciden en estas actitudes. A mi parecer la experiencia personal de los jôvenes amas de casa va a reforzar mucho mâs su actitud, deŝ de el momento que las hace pensar en la dedicaciôn a una fa­ milia como la forma mâs apta de autorrealizaciôn personal: - 60 por ciento de ellas. Los trabajadores dan una minorîa im­ portante de jôvenes que ven asîmismo mâs importante para su_ 502 desarrollo personal en el futuro la dedicaciôn al cuidado y_ j atenciôn de la familia exclusivamente. Probablemente se debe I a la orientaciôn familiar de las mujeres de clase trabajado- ra, que da Indicios mayores de atribuciôn a la mujér de tra- | bajos taies como servicio domêstico y puericultura. Hay que_ | tener en cuenta que muchas de las madrés de jôvenes trabaja- | dores colaboranoon la economîa familiar trabajando como domês | tlcas en casas particulares y oficinas, como se desprende de | ■Iconversaciones con jôvenes obreros del barrio (231). Y que - no se ve ninguna otra posibilidad de trabajo para un nûmero_ respetable de mujeres de clase baja, sob» todo si ya no son_ | jôvenes, precisamente porque les falta preparaciôn o forma-- | ciôn para cualquier actividad y tampoco el mercado de traba- f jo necesita acudir a la réserva todavîa. Primero estân los - [ !parados, quienes responden mâs convencidos que nadie de que_ f hay trabajos que sôlo un hombre desempefia satisfactoriamente y que hay limitaciones al trabajo justificables por la condi i ciôn femenina (ver cuadro n®226, 227, 228,229, 230 y 231). Cuando hay crisis de traba i jo por tanto las mujeres deben permanecer en sus hogares, pa rece concluirse con un razonamiento que légitima la responsa bilidad masculina de mujer e hijos y la necesidad de protec- ciôn de las mujeres. Son mâs partidarios del liderazgo mascu lino en el hogar las amas de casa, los parados, los trabaja­ dores, sobiu: todo cuando no pasan de estudios de E.G.B. o -- P.P. (Ver cuadros n-^ 232, 233, 234 y 235). - 503 - De todo ello parece derivarse que los estudiantes_ reaccionan desde una actitud vital mâs lejana a cualquier -- proyecto personal y por tanto les cuesta menos adoptar acti­ tudes libérales cuando nada les va en ellos. Los de los tra­ bajadores responden a mi parecer a un mayor convencimiento - personal. Aceptan roles paritarios cuando los ven asimila— bles y los rechazan cuando afectan directamente a su funciôn tradicional. El hombre va primero en caso de duda, parecen - decir, pero si esta no existe entonces todos podemos ir jun­ tos y a la par. ^ 3.7.6.- LAS OPCIONES RELIGIOSAS Y POLITICAS. Las ideôlogîas religiosas y polîticas, dan lugar a opciones de vida distintas en el piano familiar, en la con-- cepciôn de tareas masculinas y femeninas socialmente acepta- das, que sigUen ciertas lîneas maestras: - Mayor fidelidad hacià el matrimonio religioso en los creyentes religiosos y en los jôvenes de simpatîas polî­ ticas social-demôcratas, centristes, libérales e indiferen- tes en polîtica. - Una concepciôn mâs tradicional de los papeles masculinos y femeninos en los simpatizantes de centre y dere cha, que se distancian de los social-demôcratas, esta vez -- mâs prôxima a concepciones de izquierda. - Una identificaciôn mayor en los jôvenes de centre 1®) Para el anâlisis de la concepciôn tradicional de la fam^ lia me centre en la respuesta a dos preguntas explicativas - de las orientaciones de la familia; 1®.- iReproducirîas tu el ambiente o estilo de la_ familia que has conocido en casa?. Que sitûa las respuestas_ en dos bloques totalmente diferenciables; El bloque de izquierda, formado por anarquistas, - comunistas y socialistas marxistas que responden mayoritaria mente,no. El grupo que aglutina a socialistas no marxistas - centristes, libérales e indiferentes en polîtica que respon­ den sî, màscon majoras. (Ver cuadro n°237 ). 2®) aEstâs de acuerdo con la conformaciôn de la familia tal_ y como existe hoy en la sociedad?. Que obtiene una respuesta ! - 504 - ! quierda, en progrèsiôn a la derechp, con el liderazgo mascu- ! lino del hogar. i - Una participaciôn de interês de los indiferentes , { en polîtica mâs frecuentemente compartida con el centro-iz-- | quierda, centre y derecha. | ■Quiero mencionar aquî, aunque ya__ | consta mâs adelante que los jôvenes de derecha, minorîa en - 1jel conjunto sustentan ideologîas de centre y libérales. Ape- f nas existe la extrema-derecha ( 4 jôvenes) por lo que escasa mente se puede hacer referencia a sus actitudes (ver cuadro n®236). - 505 - afirmativa en el centro-derecha; 40 per ciento, afirinativa - pero menos entre los soclalistas no-marxistas e indiferentes; 28 por ciento y va descendiendo conforme nos aproximamos al_ espectro de la izquierda:comunistas: 17 por ciento y anar— quistas: 3,4 por ciento.'(Ver cuadro n® 238). 3"*) La alternative de familia marca tambiên una frontera prê cisa entre dos opciônes distintas. Relaciôn de pareja en ma- trimonio en socialdemôcratas y socialistes no-marxistas, cen tro derecha e indiferentes en polîtica." Relaciôn de pareja_ raientras dure el amor en todos los demds: anarquistas, comu­ nistas, socialistes marxistas. (Ver cuadro n"259'5. Los primeros van fundamental- mente hacia el matriraonio religiose, los socialistes marxis­ tas se divîden en partes iguales entre matrimonio religiose, civil, libre uniôn o sin opciôn aparente, los comunistas s6- lo optan entre el matrimonio civil y la libre uniôn, los — anarquistas se plantean menos cualquier opciôn. (Cuadro n° 240) Asî la con-- cepciôn polîtica de los jôvenes parece ser tan discriminato- ria al menos como la religiose. Bien es verdad que esta ûltî ma se mide bastante mâs marginalmente pero hay indicios de - su influencia. Por ejemplo al tener en cuenta las razones re ligiosas de efectuar un matrimonio de vinculo religiose. Sô- lo la mitad de quienes asî piensan casarse le hacen por motî - 506 - VOS de fe* pero al menos en estos se maniflesta la importan- cla de la prâctica. Lo mismo sucede al observer la eleccl6n_ de colegio por parte de los padres y cruzarla con las razo-- *nés de proyectar un matrimonio religiose por parte de los jos.(Ver cuadro n° 241) De quienes dan razones de fe o creencia para efec­ tuar un matrimonio por la iglesia, 50 por ciento se han edu cado o educan en colegio religiose, 34 por ciento en colegio estatal y 11 por ciento en colegio laico. Aquî se ve clara- mente la conexiôn entre educaciôn paterna, y educacidn esco- lar religiosa. Harla falta un estudio mâs extenso del factor religiose para dilucidar cual es la influencia de la familia y del colegio en la actitud de los jôvenes, pero aquî queda_ patente al menos que aquel factor interviene en las decisio- nes nupciales de los jôvenes. Las convicciones religiosas en cajan mejor con concepciones polîticas social-demôcratas o - centre-derechistas que con las de izquierda, a juzgar por la sustancial diferencia de motivaciones religiosas en el pro-- yecto matrimonial de aquellos jôvenes y de estos. Ni unas ni otras tienen nada que ver con los hijos deseados, cuyas ta-- sas se reparten por igual entre todas las ideologlas, reli-- giosas y polîticas Çver cuadros 242 v 240) 4®) En resumen, se dirigen mâs hacia el matrimonio los jôve­ nes de céntro-izquierda, centre, derecha e indiferentes; los primeros toman posiciones mâs igualitarias hacia los papeles masculinos y femeninos que los demâs, en orientaciôn clara-- - 507 - mente prôxlma a la sustentada por los izquierdas. Es aquî -- donde se rechaza con energla mâs visible: - la reclusiôn de la mujer en un destine matrimo-- nial 88 por ciento de los de izquierdas, frente a los dos -- tercios del centre y derecha. (Ver cuadro n® 24$. - la retenciôn de la mujer en la casa con los hi-- jos: très cuartas partes de las izquierdas lo rechazan fren­ te a dos tercios de la social-democracia y la mitad del cen­ tre, derecha e indiferentes. (Ver cuadro n®2.44 ). - y es en la izquierda tambiên donde se muestran - menos hostiles al trabajo de la mujer fuera del hogar: 13 -- por ciento de los anarquistas, 20 por ciento de los socially tas, 26 por ciento del centre y derecha. (Ver cuadro n® 2 4 5). La misma tônica si- gue la adjudicaciôn del servicio domêstico y la puericultura a la mujer; - servicio domêstico se lo adjudican alrededor de_ un tercio de los anarquistas y marxistas, alrededor de la mî tad en el espectro politico situado mâs a su derecha. - puericultura se lo adjudican 40 por ciento de -- los anarquistas y comunistas, alrededor del 50 por ciento de los jôvenes de centre izquierda, centre y derecha, y dos ter cios de los indiferentes. El cuidado de los ninos estâ mâs - claramente encomendado a la mujer en todas las tendencias{Ver cuadro34^)5n fin, todos por igual creen en la ûnica posibili^ dad masculine de realizar determinados trabajos y mâs en la_ derecha que en la izquierda se acepta la limitaciôn de opor-V - 508 - tunidades femeninas en razôn de su sexo. (Ver cuadro n®̂ 2.47 y 248) EX liderazgo misculi- no del hogar por ûltimo, se cuestlona mâs en la izquierda que en èl centre y la derecha. Mâs el deber masculine de pro teger a la mujer: rechazado por 55 por ciento de la iiquier- da: 70 por ciento de anarquistas 48 por ciento de comunistas y socialistes marxistas y un tercio de la social-democracia, centro y derecha. Que la responsabilidad general sobre una mujer y - sus hijos: 44 por ciento delà izquierda. 21 por ciento como promedio del centro-izquierda,- centro, derecha e indiferentes. ( Ver cuadros n®^ 249,250,251,252). Dire por ûltimo que la motivaciôn religiosa o so-- cial, de efectuar un matrimonio religiose no interviene drâstî camente en la racionalizaciôn de los hijos (ver cuadro i® 2 53). - 509 - ( 1 ) Estas fuentes, tal como se presentaban en la encuesta_ son: profesores, amigos, lecturas, cine, experiencia perso-- nal y otras no especificadas. ( 2 ) 80 por ciento de los jôvenes que optarîan por la libre uniôn desearîan tener hijos, tasa que asciende a 86 por cien to entre quienes "no se plantean una relaciôn estable y per­ manente con nadie del otro sexoV. (3 ) En efecto 57 por ciento de las madrés permanecen en casa todo el dîa y 10 por ciento mâs estân en ella por - las mahanas o por las tardes. Entre los hombres sôlo se_ da una presencia continua en 17 por ciento de los casos' Ello se debe a los parados y jubilados fundamentalmente. 10 por ciento mâs permanecen tambiên las mahanas o las - tardes. ( 4) Willnott, Peter.Adolescent boys of East London. Pen guin Books.London 1966, pâg. 66 (5) *̂ ïnforme de la encuesta sobre la juventud 1977’diri- gida por J. Linz en Cuadernos de Documentaciôn n°l« Fe-- bréro de 1978. Ministerio de Cultura. Direcciôn General_ de la Juventud. Institute de la Juventud. Madrid, pâg. - 102. ( 6 ) Lôpez,Maria Angeles; Ansô,José Luis y Marco, Miguel. Estudio de la juventud rural de un pueblo aragonês: Tauste. Inêdito. - 510 - (7 )En el Casco Viejo preguntë: ZCon quiên hablas mâs a_ gusto de los siguientes temas?. En las otras encuestas - se interrogaba mâs bien sobre la frecuencia del diâlogo_ con el padre o la madré. Aunque puede suponerse, en es-- tas ûltimas, que se habla mâs con quien se hace mâs a gusto, cabe la muy razonable posibilidad de que sean los propios padres quienes fuercen el diâlogo, intentando co nocer lo que sus hijos piensan y hacen de sus vidas. C 8)Edis. I,a Juventud de fietafp.. Ed. Ayuntamiento de Ge- tafe, 1981, pâgs. 17 (g) Por no citar sino algunos de los clâsicos puedo re- ferirme a . Parsons,!;. Merton, H; Linton,R ; Schrerker»^- de quienes hay capitules muy concentrados en La familia . Ediciones Peninsula, Madrid, 3® Ed. Octubre 1974 , (10) Puede citarse aquî a Edward Shorter, que enfatiza - la relaciôn afectiva que se establece entre madré e hijo desde estos momentos, como completamente distinta a la - anterior ver El nacimiento de la familia moderna . Ane- sa, Buenos Aires, 1977, pâgs. 217 y siguientes. A proposito de ello Salustiano del Campo reco ge un pârrafo de Teresa de Luzzati altamente exnresivo - del papel de la madré en el hogar. La familia se compone del "padre, el hijo, la madré, o lo que es igual desde - el punto de vista social, la autoridad o el poder, la su misiôn o la obediencia y entre ambos.... el AMOR". Este_ corresponde a la madré. Ver La familia Esna.nola en tran- 511 - siciôn, Madrid, 1960, pâg. 105. . Puede citarse tambiên a Philippe Aries, que ha­ ce hincapiê en la autonomîa adquirida por la familia res­ pecte a la comunidad en L*Enfant et la vie familiale sous 1* Ancien Régime. Seiiil, Paris, 1973. Entendiendo por taies sus amigos, conformen o no -- una pandilla, que generalmente tienoi las mismas edades y pertenecen al mismo nivel socio-econômico. (12) En el capitule de sexualidad pâg.559 transcribe un - \ diâlogo entre los discotequeros que evidencia esta torpe za, real o temida. (13) K. #s un joven de 18 aflos que se enorgulleciô en re petidas ocasiones de llevarse con su padre "de puta m a ­ dré" en sus propias palabras. (14) Estudio 1.087 del C.I.S. sobre Evoluciôn de la fa­ milia espahola. Noviembre 1976. Preg. 19 y 20. Dates de_ edad agrupados por ipî. (15) De Mignpi ,AmgTi4n SexQi. mulet Y natalidad en Espafia . Cuadernos para el diâlogo. Edicusa. Madrid, 1975, pâgs.- 94 y 95. (16) La poblaciôn espahola respondia a la pregunta sobre la edad en que se debe comenzar a dar educaciôn sexual - al joven con respuestas muy dispersas. Una cuarta parte_ 512 - p.ensaba que antes de los 10 aflos. Poco menos de la quin­ ta parte que a los 10 aflos y el mismo porcentaje 17 por_ ciento que a partir de los 16 aflos. Esto para los varo-- nes. Era ligeramente mayor el nûmero de quienes creîan - | que habîa que comenzar antes de los 10 aflos con las muje 1 res: 29 por cient^»pero los porcentajes no varîan raucho. ! La tendencia era de retrasar hacia edades mâs avanzadas \ la informaciôn por parte de los adultos mayores de 35 -- I ' ■ ■ iaflos y sobretodo de 45 aflos. Pero la dispersiôn era pa-- | trimonio comûn de todos (ver encuesta sobre Evoluciôn - de la familia espaflola. On. cit., pregunta:18 ). (l7 ) Young, Michael y Willmott, Petès La familia simêtri^. ca. Ed. • Tecnos;, Madrid, 1975. Pâg. 244. (18) Sobre la rutinizaciôn de la educaciôn pueden verse_ autores como:Fernandez de Castro,Ignacio . Sistema de_ enseflanza y democracia.. Siglo XXI, Madrid, 1980, Moncada,Alberto.en obras como Educaciôn ,aparcamiento - de menores . Dêdalo ediciones. Madrid, 1980 y Sociologîà > de la educaciôn . Ed. Cuadernos para el diâlogo. Edicusa 23 Ed. 1979. Sobre la rutinizaciôn del ocio puede verse_ pi trabajo reciente de Xôppz, Maria Angeles y Ansô José Luis. Entre 1 a_domêLSjjj:iaciôn:_y_la_libertad.. Ed. Ayunta-- miento de Zaragoza, Zaragoza 1981. ( Ig) De Miyiiel,Aiaando.. op. cit. pâg. 94 C20)h’oody Allen, manîfiesta que 91 por ciento de los pa­ dres americanos confiesan no saber educar sexualmente a - 513 sus hijos. Ver Interviu, afio 7 , n*321, 7-13 de Julio_ de 1982 (21) Cultura postfigurativa: "aquella en que el nifio — aprende primordialmente de sus mayores", - Cultura co-figurativa: aquella en que el modelo preva- ieciente para los miembros de la sociedad reside en la - conducts de sus contemporâneos. De Mead, Margaret.Cultu- r j i y Compromiso . Granica Editor. Barcelona, 1977. (22) Estudio 1.031 del CIS.:. Juventud espaflola, 1968, -- pâg. 17 ' (23) pois» Miguel y Pereda, Marîa Hnilia. ‘*La juventud espa flola y el carabio social . El Cambio Social en EspafiaV Re- vista de Documentaciôn Social (3® êpoca) de la Fundaciôn_ POESSA. n®18, Abril-Junio. Madrid, 1975, pâg. 79. (24) op. cit. pâg. 77 (25; De Lora, CecilioJuventud espaflola actual, 1960. Edi­ ciones y publicaciones espaflolas. Madrid, 1965, pâg. 64 • (26) Buceta Doncel, Luis. La juventud ante los problemas - sociales". Doncel. Madrid, 1976^(la encuesta es de 1960), pâg. 207 (27) "III Encuesta Mad-onal de la Juventud', 1975, dirigida por_ J.M.Lôpez Cepero. Revista del Institute de la Juventud. - n®64, Junio 1976. Madrid, pâg. 175. (28) Lônez Maria A; Ansô, José Luis y Marco,M. .«Estudio - de la juventud rural en un pueblo aragonês: Tauste. Parte inédits. 1979 C9)MLônez Maria Angeles y Ansô, t i ’Entre la domestica- 514 ci6n y la libertad. El tiempo'libre de la juventud izarago zana . Ed. Ayuntamiento de Zaragoza, Zaragoza, 1981, pâg. 23 (30) Los porcentajes del Casco Viejo coinciden realmente_ con los de la ciudad.de Zaragoza, si se contabilizan en - esta ûltima los que no respondieron a la pregunta. Lo que pasa es que en la encuesta de jôvenes de la ciudad se han extraîdo los porcentajes sobre la base de los que contes- taron al cien por ciento. (31) Tfead Margaret!. ^Cultura y compromiso: El mensaje de_ la nueva generaciôn . Granica Editor. 1" ed. espaflola. Bar celona, 1977, pâg. 69- (32) Willmott, Peter. Adolescent, Boys of East London. A - pelican Book, Penguin Books, London, 1966. Reprinted, -- - 1975', pâg. 66 (33 ) Konig, Rene - La familia en nuestro tiempo' . 1974, 1̂ ed. en espaflol. Siglo XXI, Madrid, 1981. pâg. 87 (34 )L6nez Maria Angeles, Marcc, Miguel y Ansô J.L . . .' Estu dio inédite ya citado (55 )L6nez Maria Angeles y Ansô, J.L. Entre la domestira-- ciôn y la libertad. op.cit. pâg. 23 06 ) Edis trabajaba con un indicador especifico: la cons^ deraciôn que los jôvenes recibîan de su familia. op. cit.- pâg. 15 Ç>7 )"Encuesta Nacional a la Juventud, 1979', dirigida por_ J.M. Lôpez Cepero. op. cit. pâg. 176 515 - ( 38)De Pablo Masa, Antonio-, "ta familia espaflola en cam-- bio* Estudios sociolôgicos sobre la situaciôn social de - Espafia". 1975. FOESSA , Ed. Euramêrica. Madrid, 1976, pâg. 386. (39) Conde, Rosa."Desarrollo econômico y cambio familiar; El impacto del nuevo roi femenino sobre la estructura de_ la familia"en Familia y cambio social en Espafia. Ed. Rosa Conde y publica el C.I.S. (en prensa). (40) Willmott. Op. cit. pâg. 65 (41) Citado por YoungM y Willmott,P en Family and Kinship in East-London. Penguin Books. London, 14-reimpresion. 1979,- pâg. 18 (42) Recuerdo que estos son el 88 por ciento de los jôve­ nes. (43)"III Encuesta Nacional a la Juventud, 1975/ dirigida_ por J.M. Lôpez Cepero. op. cit. pâg. 178 (44) "III Encuesta Nacional". op. cit. pâg. 177 (45) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977" dirigî da por J. Linz. Cuadernos de Documentaciôn, n*l, Febrero_ 1978. Institute de la Juventud, Madrid, pâg. 102 (46) "Encuesta Nacional a la Juventud. 1975', dirigida por_ J.M. Lôpez-Cepero. op. cit. pâg. 180 (47) "III Encuesta Nacional a la juventud, 1975’.' op. cit. pâg, 174 516 - (48) Equipo de Domus Pacis,Vicent Marques,J, y Goytre, - Antonio. ' Delincuencia juvenil en el pais valenciano Ed. Con selleria de Transportes i Benestarsocial. Valencia, 1980. pâgs, 39-128 y siguientes. Nota: Algunos promedios han sido elaborados por mi en ba­ se a los porcentajes disponibles. (49) Willmott, Peter.op. cit. pâg. 67 (50) Hay que recordar que estudian 52,5 por ciento de los jôvenes (51) "III Encuesta de Juventud"dirigida por J.M. Lôpez Ce- '* pero. op. cit. pâgs. 218 y 180 respectivamente. (52)"Informe de la Encuesta sobre Juventud 1977/ dirigida por Juan Linz. op. cit. pâg. 63 . - , - - - . ■ [ gĵ p̂omîn, Carlos Alfonso y Garcia Nieto,JJuventud obrera f i y conciencia de clase. Cuadernos para el diâlogo. Madrid, [ 1974. pâg. 91 i ($4) Willmott, Peter .op. cit. pâg. 111 | (55) Rouard, Danieiip. L’ontree dans le monde du travail Inform. Soc. France (1976), n- 3, pâgs. 42-54. (56) "Informe de la Encuesta sobre la Juventud, 197?! Diri_ gida por J.Linz. op. cit. pâg. 40 (57) Rosa Conde explica este hecho por el atraso en el de sarrollo econômico espanol respecte al europeo y la cons^ guiente demora eilaadecuaciôn de roles a nuevas necesida-- des en su obpa citada antes. - 517 - (58) Un indicador de esta mayor autonomîa es su concep— ciôn de la situaciôn mâs convenlente para una persona sol̂ tera de 18 aflos o mâs. Roussel, L. y Bourguignon ,0. regi^ tran que hay 32 por ciento de jôvenes que dan como solu— ciôn mâs conveniente la de seguir viviendo con los padres. Rosa Conde encuentra que esta tasa es en jôvenes espaflo-- les de 47 por ciento. Datos elaborados por mi a partir de los cuadros presentados por esta autora en "Tendencias de Cambio en la estructura familiar" en"una aproximaciôn a - la sociologla de la familia espaflola. Ed. Rosa Conde.y Ju lio Iglesias (en prensa). Pâg. 40 (59) En el Cqsco Viejo han encontrado empleo gracias a -- las oficinas de empleo p la ’oposiciôn* 19,0 por ciento - de los jôvenes. En Espafla 1977, y por los mismos sistemas 4 por ciento. En Inglaterra, 1966, las oficinas de empleo contribuyeron mâs,41 por ciento para el primer empleo y - 20 por ciento para el segundo. El servicio de empleo juve nil hizo prâcticamente todo el trabajo. El sistema fue mâs eficiente pero sin dejar de ser complementario de las vîas informales y primarias de familia y amigos. Los datos es tân en las pâginas ya citadas. (60) Bernard Galambaad. Les jeunes travailleurs d*aujourd' hui. L'epoque privât.Editeur Toulouse, 1977, pâg. 157. (61 ) De Pablo'iasa. Antonio.. "La familia espaflola en Cambio" en Estudios sociolôgicos sobre la situaciôn social de Es- pana. op. cit. pâgs. 385-389 y 400-405. 518 - C62)Lôoez Marîa Angeles yAnsô, J.L.. Entre la domestica- ciôn y la libertad. op. cit. pâg. 26 (63) Galambaud, Bernard.op. cit. pâg. 170 (64) Me refiero a la obra de Young,M y Willmott, P: La familia simëtrica . Ed. Tecnos, Madrid, 1975 (65) B. Galambaud. op. cit. pâgs. 27-45 (66) Una encuesta a 2.000 espanoles, realizada en 1976,oor Consulta,a una muestra de poblaciôn espanola, casada y -- con mâs de 18 aflos, demostraba que el 74 por ciento de los encuestados opinaba que la gente debe casarse para -- respetar las reglas morales y religiosas. En Salustiano - del CampoJ El ciclo vital de la familia espaflola. op. cit. pâg. 68 (67) Yankelovich,Daniel.. The New Morality. A profile of - American Youth in the 70's . Ed. Mcgraw-Hill. Book Company 1974, pâg. 59 (68) Galambaud. op. cit. pâg. 177 (69) Roussel, Louis y Bourguignon odile .Generations nouve­ lles et mariages traditionels. Enquêtes auprès de 18-30 - ans. Travaux et document. Cahier n°86. PV.F., 1978 pâg. - 120. (70) Galambaud, 1977. op. cit. pâg. 112 (71) Roussel, L y Bourguinon, 0. op. cit. pâgs. 48 y 80 (72) Wilhelm Reich. "La revoluciôn sexual".Colecciôn 2, - n®67. Ed. Roca, Mexico, 1976. 519 - ( 73) Rosa Conde extrae los datos de la encuesta realî zada por el C.I.S. en julio de 1980, cuyo diseflo y plan - de aiiâlisis fue llevado a cabo por Salustiano del Campo.- Ver: "Tendencias de cambio en la estructura familiar en_ prensa"dentro del libro Una aproximaciôn a la sociolo-- gta de la familia espaflola". pâgs. 36 y siguientes. (74) Roussel L. y Bourguignon 0. Op. cit. (75) Conde, Rosa. op. cit. pâg. 47 (76) Moncada A. La adolescencia forzosa . Dopesa, l®ed.- Mayo de 1979, pâg. 185 (77) De Lora, Cecilio op. cit. pâg. 135. Recuerdo que los_ jôvenes tenîan aquî de 16 a 20 aflos. Datos agrupados por_ rai en base ai promedio de trabajadores, campesinos y estu-- diantes. (78 ) Estudio l.o31 del C.I.S. op. cit.Preg.. 93 f79 ) "III Encuesta Nacional a la Juventud, 1975 dirigida por Lôpez-Cepero, J.M., pag. 194. Los jôvenes tienen aquî - edades comprendidas entre 15 y 25 aflos. Datos agrupados por mî en promedios sobre la base de porcentajes de hombres y - mujeres. (80 ) Informe de la Encuesta sobre la Juventud, 1977.Dirigida por Linz, J. op. cit. Edades de 15 a 20 aflos. Pâg. 121. (81 ) Campo Urbano, Salustiano del. El ciclo de vida en la - 520 - familia espaflola. Real Academia de'Ciencias, Morales y Pol^ ticas. Madrid, 1980. pags. 67 y 69 respectivamente (82) Quiero hacer constar que en todas las encuestas men-- cionadas las mujeres desean casarse antes que los hombres - en porcentajes importantes. Tambiên los trabajadores desean hacerlo antes que los estudiantes, lo que se comprende por_ su mayor cercanîa a las pautas de comportamiénto adulto, de bido a su inmersiôn de hecho en el mundo laboral. Los estu­ diantes ven cualquier proyecto de responsabilidad vital mu- cho mâs lejos en el tiempo, estando sus aspiraciones centra das en la obtenciôn de una carrera, unos estudios a corto - plazo. (83 ) Conde, Rosa. Desarrollo econômico y cambio familiar.- op. cit., pâg. 10 (84) Campo Urbano, Salustiano del. La polîtica demogrâfica en Espafia. Cuadernos para el Diâlogo. Madrid, 1974. Pâg. 51 (85) Del Campo Salustiano, descubre que el intervalo medio entre el casamiento de la joven pareja en Espafia y la veni- da del primer hijo es de 15 a 17 meses; siendo aûn menor que el intervalo dese^do qoe e«; de 19,4 meses- ( 86)Lôpez, Maria Angeles, Marco, Miguel y Ansô, José Luis. Op. cit. inêdita. ( 87) Abundando en lo mismo quiero comentar que el 11 por - ciento de jôvenes casados de la muestra del Casco Viejo, 85 por ciento tienen mâs de 22 aflos y menos de 25 (son 28 jôve nés). El 15 por ciento restante (5 jôvenes) tienen menos de 21 aflos. - 521 La proporciôn de matrimonies menores de 25 aflos en 1975 era de 39,2 por ciento. El Ciclo de la Familia Espaflola, op.^-- cit. pâgs. 68 y 69. (88 ) Encuesta publicada en Cambio 16, en 1977. Op. cit. -- pâg. 64. (89) Del Campo, Salustiano. El ciclo vital de la familia - espaflola. Op. cit. pâg. 67 ( 90) Debo decir que Salustiano del Campo coincide en esta_ apreciaciôn de la informalidad y falta de planificaciôn de_ recursos creciente entre las jôvenes parejas espaflolas, co­ mo quedô patente en unas recientes conversaciones que con - êl mantuve. ( 91) Roussel, L y Bourguignon, 0. Op. cit. Pâgs. 116 y si­ guientes. (92) Presiôn que aumentaba entre quienes vivîan en libre - uniôn: 17 por ciento. Ibid, pâg- 117 (93) Ferrandiz, Alejandra y Verdu, Vicente. Noviazgo y ma­ trimonio en la burguesîa espaflola. Ed. Cuadernos para el diâlogo. Edicusa, Madrid, 1975. Pâg. 89 (94) Estudio 1.031. del CIS, Juventud Espaflola 1968. pre-- gunta 90. ( 95 ) Pruebas de ello se obtienen en el capîtulo dedicado a la sexualidad. (96) Lôpez, Marîa Angeles y Ansô, José Luis. Op. cit. uâg. 34, - 522 - (97 ) Willmott, P. Adolescent Boys of East London, 1966. Op. cit. pâgs. So y 51 (98 ) Galambaud, B. Op. cit. (1977). pâg. 116 (99 ) "Juventud espaflola y otros colectivos europeos". Cam­ bio 16. Noviembre 1977. (100) Como son los jôvenes de Barcelona en El dominical. 27 de Septiembre de 1981 (101 ) EDIS Los jôvenes de Getafe. Edita Ayuntamiento de Ge- tafe, Madrid, 1980. Pâg. 21 CL02) Ver Conde, Rosa."Tendencias de cambio en la estructu­ ra familiar". Op. cit. pâgs. 40 y siguientes. (lt)3) 52 por ciento siguen dando mucha importancia a "la fî delidad entre los coyuges; fidelidad que como ya se ha vis- to en pâginas anteriores eran tambiên muy importante para - los jôvenes"Franceses, casados y convivientes. (104) Todos ellos tienen mâs de 23 aflos. (105) Yankelovich, Daniel. Op. cit. pâg. 59 (106) Roussel y Bourguignon. Op. cit. pâg. 127 (107) Domus Pacis, Marques, Vicent y otros. Op. cit. pâg. - 132. (108) Lora, Cecilio. Op. cit. pâg. 148 (109) "Estudio 1.031 del CIS. Juventud espaflola, 1968. pâg. 95 CllO) Parecen fatalistes en cuanto a su capacidad de contrô lar sus vidas. Séria interesante conocer si el motivo era - - 523 - religioso o de difîcil acceso a medidas anticonceptivas, aunque parece ser el primer motivo el mâs fundamental. (111)"Informe de la encuesta sobre la juventud espaflola — 1977" dirigida por J. Linz op. cit. pâg. 121. Conviene re~- corda los datos facilitados por Salustiano del Campo en el_ texte ya citado de Ciclo vital de la familia espaflola. Dice allî que 1977 fue el momento histôrico en que se registrô - un mayor descenso en el nivel de nacimientos en Espafia. Ello tuvo que influir en las percepciones sociales de los jôve-- nes de la êpoca y en su consiguiente actitud de controlar - por si mismos la futura reproducêiôn de sus hijos. op. cit. pâg. 69. (112) Pablo Masa, Antonio de. op. cit. pâgs. 360 y 361 (11$) Hinojal Alonso, Isidore, "Poblaciôn y familia". Re-- vista Espafiola de Investigaciones sociolôgicas. CIS, n® 10, Abril- Junio, 1980, pâg. 157 (114) Roussel, L y Bourguignon,0. Op. cit. pâg. 125 (115) "Informe de la encuesta sobre la juventud espafiola -- 1977, dirigida por J. Linz, op. cit. pâg. 121 (116) Asî dejaban en manos del azar, Dios, circunstancias,- el nûmero de hijos a tener: 34 por ciento en 1968, 12 por - ciento en 1977, 23 por ciento en 1980, que son juventud — - 524 obrera y de clase media baja preferentemente). (117) De Pablo Masa, Antonio. Op. cit. nâgs. 360 y 361 (118) Ibidem. ' "r:':' ' • , 019 ) "III Encuesta Nacional a la Juventud, 1975". Dirigida por J.M. Lôpez Cepero en n® 64, pâg. 196. (120) Puede citarse aquî a autores muy diverses, de dentro_ y fuera de Espafia. Por citar algunos ejemplos espafioles vêa se: Salustiano del Campo citando a Baumer en La familia es­ pafiola en transiciôn . Cuadernos de învestigaciôn. Madrid,- 1960. pâg. 112. Jordi Nadal: La poblaciôn espafiola:siglos - XVI a XX. Ed. Ariel, Barcelona, 3#ed, 1973. pâgs. 131 y si­ guientes. Amando de Miguel en Sexo. muier v natalidad en Es pafia. Cuadernos nara el diâlogo. Edicusa, Madrid, 1975, pâg. 134. (121) Una encuesta realizada por Metra-seis para Cambio 16 en Agosto de 1978 a 2.000 espafioles de mâs de 18 afios mos-- trÔ que pârà'’eX'54‘poficien de ellos un matrimonio sin hijos - no es una verdadera familia. El ciclo vital de la familia espafiola op. cit. pâg. 68 (121) Campo, Salustiano del. La familia espafiola en transi-- ciôn.op. cit. pâg. 89. (122) Young, M. y Willmott, P. La familia simëtrica . op. - cit. pâg. (123) Yankelovich, Daniel. The new morality, op. cit. pâg.- 41, - 525 - (125) Castilla del Pino, C. Cuatro ensayos sobre la mujer. Ed. Alianza Editorial, Madrid, 1971 (126) Young, M. y Willmott, P. La familia simëtrica. Un es­ tudio sobre el trabajo y el ocio. Ed. Tecnos, Madrid, 1974_ pag. 249. (127) Rocheblave, Anne-Marie. Lo masculino y lo femenino en la sociedad contemporânea. Ed. Ciencia Nueva, Madrid, 1968. pâgs, 217 y 218 (128) Aquî se comprueba lo que Margaret Mead decîa: que cuan do un sexo sufre el otro sexo tambiên sufre en Maie and Fe­ male. Citado por Young y P. Willmott. op. cit. pâg. 249 (129) Simone de Beauvoir. El segundo sexo. Ed. Siglo XX, -- Buenos Aires. Tomo II, pâg. 175 (130) Estas opiniones parecen constituir un avance importan te por referencia a las resefiadas por Salustiano dél Campo_ en la encuesta realizado en 1960 a estudiantes de très cen­ tres superiores que ya he presentado anteriormente. Un 46 - por ciento de estudiantes opinaba que"las mujeres casadas - pueden trabajar". El porcentaje mâs alto correspondîa a los estudiantes de la Facultad de Ciencias Polîticas: 58 por -- ciento. El mâs bajo a los de la Escuela Leên XII: 34 por -- ciento (sacerdotes y mujeres). El intermedio a los de la -- Universidad de Salamanca : 46 por ciento. Revelo estos datos por las diferencias entre una ciudad pequefia y tradicional_ y la capital, entre las mujeres y religiosos profesionales_ por referencia a los demâs. op. cit. pâg. 100 - 526 - (l31 ) Lôpez Pintor, R. y Buceta, R. Los espafioles de los anos 70. Ed. Tecnos, Madrid, 1975 . No deja de ser rele vante el propio enfoque de las preguntas que sitûan a hom-- bres y mujeres en una perspective acorde con los estereoti- pos masculinos y femeninos. Me refiero en concrete a las -- preguntas que se hacen a hombres y mujeres. Por ejemplo, -- las que miden la comunicaciôn con los vecinos, de las pâg.- 56 y 64. Las hechos a los hombres, bajo el titulo: Sôciabi_ lidad vecinal: Comunicabilidad con los vecinos y participa- ciôn en las actividades de la comunidad, median: - la conversaciôn con los vecinos » - la participaciôn activa en la comunidad de vecî nos. Las hechas a las mujeres, bajo el tîtulo'.Cotillas: Aficiôn a charlas con las vecinas sobre la vida de los famo SOS median: - la conversaciôn con las vecinas^ - el gusto por saber la vida de la gente que sale en la tele. Evidentemente lo que se trataba de medir en - cada apartado es distinto, pero no se estudiabàn los temas_ del primer apartado en referencia a las mujeres. ni los del segundo en referencia a los hombres, Lo que se trataba de - medir en ambos era, sin embargo, comunicaciôn vecinal. ( 132) EDIS. Los jôvenes de Getafe. On. cit. oâg. 18 - 527 (133) Lônez Pintor, R y Buceta, R. Los esnafioles de los aflos 70, OP. cit. ^ (»134) De Pablo Masa, Antonio. Op. cit. nâg. 377 ( 13^ Cambio 16. Noviembre 1977, pâg. 66 (136) Lôpez Pintor, R y Buceta. R. op. cit. pâgs. 138 y si­ guientes:. pâgs. 176 y 185 (137) Abril, Victoria y Miranda, Maria Jesûs. La liberaciôn posible. Ed. Akal, 1978. pâgs. 85 (138) III Encuesta Nacional a la Juventud, 1975". Dirigida_ por J.M. Lôpez Cepero. pâg. 200 (i3g) Ibidem.* pâg..201. (140)"Iuforme de la Encuesta sobre la juventud 1977V Dirî gida por Linz. J- op. cit. pâg. 124 (141) Lôpez Pintor. R y Buceta. R.Op: cit. pâg. 60 (142) Ver Cambio 16. op. cit. pâg. 66 (145) Cambio 16.0p. cit. pâg. 69. . . • (144) Cambio 16. Op. cit. nâg. 69 (145) Vidaurreta Campillo, M. "Mac’urez industrial iguerra v condiciôn femenina". Revista Esnafola de la Onlniôn Oublica CIS, n“4.Octubre-Diciembre, 1978, Madrid, pâg. 147-170. l 146) Frase utilizada por Maria Victoria Abril y Maria J. Mî randa en op. cit. pâg. 99 (147) Miguel, Amando de, sustenta la tesis de que el hombre tiene hoy una superioridad social de hecho pero no se basa_ en argumentes sôlidos sino mâs bien en una defensa propia - 528 ante el conveneimiento de la superioridad femenina en algu­ nos empleos. La mujer tiene la superioridad biolôgica. Mer.- nos nifias mueren en el momento de nacer, resisten mâs a ca- si todas las enfermedades biologicas, tienen mâs larga vida. Menciona tambiên De Miguel un famoso estudio de Masters y - Johnson deraostrativo de que la capacidad de placer sexual - en potencia es mayor en la mujer. Ademâs es quien tiene los hijos. De ahî concluye que los varones necesitan una fuerte racionalizaciôn para alejar de sî su complejo de inferiori- dad biolôgica. En realidad solo es demostrable una igualdad bâsica de ambos sexos."Sobre lo masculino y lo femenino en_ la relaciôn sexual y social". Sistema, n®4, 19 , pâg. 77 0.48 ) Malos Ellen. "Trabajo domêstico y polîtica de libera­ ciôn de la mujer", Zona Abierta n“18, 1979. Ed. Siglo XXI,- Madrid, (149) Godelier, Maurice. "Las relaciones hombre/mujer: el - pxoblema de là dominaciôn masculina", Teorîa 5, Abril-Junio, Madrid, 1980. Pâgs. 19 y 20. (150) Young, M y Willmott, P. Op. cit. pâgs. 90 y 91 (151) Por citar sôlo algunos autores al azar me referirê a_ los siguientes, que asî lo dicmo sugieren: De Miguel, Aman do y Miranda,Marîa Jesûs; en las obras ya citadas de ellos; Umberto Cerroni en La relaciôn hombre-mujer en la sociedad burguesa, Akal Editor, Madrid, 1976; Eveline Sullerot en Mu­ jer, sexo y sociedad industrial, CID, Madrid, 1966; Alberto Moncada en Los usos de la sexualidad en Espafia actual, ed.- Kairos, Barcelona, 1980. - 529 - ( 152) Comentario hecho mientras respondia a una encuesta en 1979 (153) Miguel, Amando de. Sexo, mujer y natalidad en Espafia. op. cit. pâgs. 59 y 6o (154) Afirmaciôn mâs extendida entre quienes estân de acuer- do con la conformaciôn de la familia tal y como existe hoy - en la sociedad (57 por ciento) que entre quienes estân en de sacuerdo (40 por ciento); entre quienes piensan en el matri- minio como alternativa (50 por ciento) que si quieren vivir_ en pareja mientras dure el amor (43 por ciento).Ademâs tanto entre quienes estân disconformes con la familia actual como_ con el matrimonio tradicional, h'aÿ mârgenes de rechazo a la proposiciôn que superan al tercio de los que responden. En-- tre los jôvenes conformes con la familia actual y con el ma­ trimonio tradicional los mârgenes de rechazo no superar al - 15 por ciento de los jôvenes que responden a la pregunta. (155) Pitt-Riversyi:rhe fate of Shechem or the politics of sex. Essays in the anthropology of the Mediterranean Cam— bridge University Press, 1977. pâg. 161 (156) Escuchândoles se recuerdan con facilidad las palabras_ de Napoleôn que Victoria Abril y Marla Jesûs Miranda trans-- criben:"iDe quê os quejais sefioras?.. .,‘Fretendêis la igualdad pero es una locura: la mujer es locura: la mujer es nuestra_ propiedad...porque ella nos da los hijos y el hombre no se - - 530 - los da. Ella es, por tanto, de su propiedad como el ârbol -- fructifère es del j a r d i n e r o . En Memorias de Santa Elena - 1̂P51Q lYj pâg. 20. Ver las autoras arriba nombradas en La li- beraciôn posible. Op. cit. pâg. 88. Reconozco que es un buen . resumen del anâllsis de Godelier en el acâpite anterior y de los testimonies de K, J y V los discotequeros. (157) Ya menciono en otra ocasiôn las apreciaciones de Marga ret >tead en torno a la estrategia de actuar como si fuera me nos inteligente para contentar al hombre. Le que es en sî, a mi parecer, un signo notable de inteligencia. ' i Ci58) De todas formas y aunque Nieves haya sido aceptada, se aprecia la minusvaloraciôn general de la mujer respecte al -- hombre. No es de extrafiar pues la respuesta de los jôvenes - encuestados recientemente • por J.J. Toharia a la pregunta: - En general, y tal y como es nuestra sociedad, idirîas que en EspaRa es mejor ser hombre o mujer? 8°de E.G.B. (%) 3“ B.U.P.(%) Ser hombre 39 54 Ser mujer 6 5 Da le mismo 45 33 No le sé 9 7 No contestan 1 1 Nûmero (1.743) (1.550) A mayor edad mayor consciencia del privilégie masculino. La_ - 531 - encuesta fue aplicada a estudiantes de Madrid, Barcelona, La Corufia y Granada. Ver. Valores bSsicos de la Juventud actual IDES. Ejemplar .miiire®grâfico. (159) Marias, Juliân.**La instalacidn juvenil en la vida -en - La juventud en la familia y en la sociedad . Estudios 'ISAI;- n® 3. Direcciôn General de Juventud y Promociôn Socio-Cultu- ral. Ministerio de Cultura. Ed. Karpos, Madrid, 1980. pâg.46 (160) Lôpez Pintor, R y Buceta.R. Los espafioles de los afios 70 . op. cit. pâgs. 59 y 60 (161) Pablo Masa, Antonio de. op. cit. pâgs. 377 y 378 (162) Wilhelm Reich habla abundantemente de ello en su libro La Revoluciôn sexual; explica como la confluencia de una sé­ rié de consejos a los jôvenes sobre la malignidad psicolôgica y fisica de tener relaciones sexuales antes de los 20 afios y el afân (conservador) de convencerles de la legitimidad ma-- trimonial para la relaciôn sexual y la ilegitimidad de tener la fuera de êl, sitûa a muchas jôvenes parejas en la pendien te hacia la formaiizaciôn de su matrimonio cuando ni siquie- ra se conocen lo suficiente para saber si desean y pueden vi_ vir juntos. La culpabilidad en caso de no casarse imprégna y destroza su relaciôn. op. cit. Toda la obra trata de estos - temas pero especialmente los capitules IV y VI (163) Este se confirma con las actitudes hacia un proyecto - matrimonial que tenîan los hijos de padres separados. La ca- pacidad de decisiôn de sus padres parecîa influir positiva-- - 532 mentado sobre ellos. Deduzco aue ss debîa en parte a one ellos nodian mantener asî una relaciôn mejor con cada uno se sus nadres TX>r senara do, a que podîan conocerlos mejor. Ademâs, habiendo exneriî ntado la fragilidad del matrimonio de sus nadres, este nierde, para ellos el - caracter de decisiôn irreversible ( 164) Es mecSnico en un taller (165) Es mandadera. (166) Franclsca, 15 afios, se escapô de casa y viviô con un __ joven gitano hasta que la encontraron. No hubo denuncia por_ intervenciôn de los profesores de la academia. (167) Willmott, J. Adolescent boys of East London, op. cit.* pâg. 67. (168) Lôpez, Maria Angeles y Ansô, José Luis. Entre la dnmes ticaciôn y la libertad'. op. cit. pâg. 23 (169) Buceta, J. La juventud ante los problemas sociales* . op. cit. pâg. 228 (170) "III Encuesta Nacional a la Juventud 1975". Dirigida - por J.M. Lôpez Cepero. pâg. 176 (171) Datos elaborados por mi a partir de los cuadros de -- edad y sexo que figuran en la encuesta citada. pâg. 64. Cam­ bio 16., Noviembre, 1977, (172) Lôpez Pintor, R y Buceta, R. tos espafioles de los afios 70 . op. cit. pâg. 59 (173) De Pablo Masa, Antonio op. cit. pâgs. 386 y 388 (174) Abril, Maria Victoria y Miranda, Maria Jesûs. op. cit. pâg, 84 (175) Los jôvenes. de Getafe .op. cit. pâgs. 16 y 17. (176) Mead, Margaret. Cultura y compromise. Op. cit. - 533 - (177) ExDuesto nor Conde, Rosa. On. cit. nâg. 47 Û78) Roussel, L y Bourguignon. Odile. Op. cit. pâg'. 120 (179.) Si no existiera la posibilidad legal de divorciarse se hubiera Ud. casado?. Nombres Mujeres Total No Yo hubiera dudado antes de decidirme 16 15 16 Me hubiera casado igual 74 74 74 No contestan 5 4 4 Indudablemente la perspectiva era radicalmente distinta. Rou ssel. Ibidem.., pâg. 194 (180) "Informe de la Encuesta sobre la juventud^ 1979",diri­ gida nor Linz, J. Op. cit. pâg. 125 (181) "Como son los jôvenes de Barcelona". El dominical de - 27 de Septiembre 1981, pâg. 17. (182) Alberdi, Inès. Historia y Sociologîa del djvorcio en Espafia. CIS, Madrid, 1979, pâg. 127. No dispongo de la nueva ediciôn que supongo estâ en prensa todavîa y que aportarâ nuevos datos al tema. (183) De Pablo Masa, Antonio."La familia espaflola en cambio" Estudios sociolôgicos sobre la situaciôn social de Espafia, - 1975', FOESA, Ed. Euramêrica, Madrid, 1976, pafs. 395-397. (184) Revista Blanco y Negro, 15 de Marzo de 1975, dato extra^ do de Inès Alberdi; op. cit. pâg. 129 (185) Ibid. pâg. 129 (lT6) Ibid. , pâg. 131. - 534 - (187) Datos extraidos y agrunados en base al estudio del - Institute de la Opiniôn Pub1ica sobre "Evoluciôn de la fa­ milia espaP.ola", Noviembre de 1976. Estudio 1.087, a cuyas hojas de ordenador tuVe acceso gracias a la colaboraci6n_ de Rosa Conde y Pilar Alcobendas. (188) Garcia, Anselme. Comportamiento sexual universitario. Ed. Anselme Garcia. Barcelona, 1976, pâg. (189 ) "Informe-Avance sobre las actitudes ante el divorcio y utilizaciôn de anticonceptivos" en REIS, n*l, Enero-Mar­ zo 1978, pâgs. 381-402. (190) Alberdi, Inès; despuês de un minucioso estudio de la legislaciôn espafiola sobre el matrimonio de los siglos. XIX y XX, y de un anâlisis de las polêmicas sobre el tema, con clüye que la indisolubilidad del matrimonio ha sido siem-- pre discutida por minorîas. Op. cit. pâg. 10. (191) El que mâs de una cuarta parte de los jôvenes (chi-- cos y chicas por igual) limiten el divorcio al mutuo acuer do es digno de posteriores estudios. Inès Alberdi comprue- ba en su estudio que es generalmente la mujer quien quiere divorciarse porque lo pasa peor en el matrimonio, sobre to do cuando el marido abandona totalmente sus obligaciones.- Tambièn Maria Jesûs Miranda insiste en la explotaciôn feme nina y en el sentido de propiedad que el hombre tiene so-- bre la mujer. Cabe concluir que aquella actitud se debe precisamente a la vigencia de una cultura patriarcal que - 535 - intenta defender a toda costa la sunerioridad del varôn y_ mantener para êl el control de una situaciôn que perderâ - fâcilmente si uno sôlo de los cônyuges, la mujer, tiene lê gitimidad social para cambiar. Ver Inès Alberdi. Op. cit.- pâg. 27; Maria Jesûs Miranda y Victoria Abril La liberaciôn posible. Ed. Ariel, Madrid 1974, pâg. 88. (192) "Cômo son los jôvenes de Barcelona". Op. cit. pâg.17. (193) Lôpez Pintor, Rafael y Buceta, Ricardo. Los espafioles de los afios 70. Op. cit. pâg. 60.(T94) AlWfd-ÎT Inès. Op. cif. pâg. 132. (195) Russell, Bertrand. Matrimonio y Moral. Ed. Siglo XX Buenos Aires, 1973; pâgs. 59 y siguientes. (196) Young, M y Willmott, P. La familia simètrica. Op. -- cit., pâgs.237 y siguientes. (197) Michel, Andrée. "Modèles sociologiques de la famille dans les sociétés contemporaines" en Réformes du droi de la famille. Ed. Sirey, Paris 1975, pâg. 130. (198) Ver Iglesias de Ussel, Julio. "El aborto: un estudio sociolôgico sobre el caso espafiol". CIS, Madrid 1979, pâg. 34. Datos extraidos del Comentario Sociolôgico, n® 6-7 de_ 1974, pâg. 393. (199 ) T"lc^ias de Ussel, Julio. Op. cit. pâg. 42. (200 )Del Campo Salustiano. "La oolîtica demogrâfica en Es­ pafia". Cuadernos para el diâlogo. Madrid, 1974, pâgs. 93.- (201) Editada por Reus, Madrid, 1974, pâg. 76 (202) Del Campo, Salustiano. Cambios sociales y Formas de Vida. Ed. Ariel, Barcelona, 1968, pâg. 230-245. - 536 - (203) Tezanos, J.F y otros. Las nuevas clases médias. Ed.- Edicusa, Madrid, 1973, pâg. 218 (204) En Sondage. "Problèmes du moment". N® 3-4, Julio 1975 citado por Gerardo Hernândez Rodriguez en "Aborto y plani- ficacièn familiar. Aspectos Sociolôgicos", Revista Espafio­ la de Investigaciones Sociolôgicas, n°5, Enero- Marzo,1979, GIS. Madrid, pâg. 148 (205) Iglesias de Ussel, Julio. Op. cit. pâg. 67 (206) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977", di­ rigida por Linz, J. Op. cit. pâg. 125. (207) Lôpez, Maria Angeles y otros. Estudio inêdito ya ci­ tado. (208) El dominical. Op. cit. pâg. 16 (209) Garcia, Anselmo y otros. "Comportamiento sexual uni­ versitario". Ed. por él mismo. Barcelona, 1977, pâgs. 85 y siguientes. (210) Del 11 por ciento de la muestra que estân casados 60 por ciento son mujeres. (211) Young, M y Willmott, P,;lo demuestran abundantemente en su libro Family and Kinship in East London. Penguin Books 1957. (212) Ambos coinciden en el nûmero de hijos que desean te­ ner, lo que es un avance en las mujeres que deseaban mâs - hijos que,los varones en 1975. Ver De Pablo Masa, Antonio. FOESSA, 1975, op. cit. pâg. 360. (213) Buceta, L. Op. cit. 1965. pâg. 228. Para el tema del autoritarisme. - 537 - -"III Encuesta Nacional a la Juventud, 1975".Dirigida por J. M. Lôpez Cepero. Op. cit. pâg. 177. Para el tema de las bue- nas relaciones con los padres. - 'Informe de la Encuesta sobre la juventud, 1977". Dirigido_ por J. Linz, pâg. 101. Para âreas de comunicaciôn con los pa dres. - Cambio 16. Noviembre 1977. Pâg. 64. Para percepciôn de rî gidez paterna - Lôpez, Maria Angeles y Ansô, J.L. Entre la domesticaciôn y la libertad .̂ Op. cit. pâg. 21 y siguientes. 1980. Para la - rigidez paterna. - Edisf'Los jôvenes de Getafe .op. cit., 1980. Pâg. f3 . Para las buenas relaciones con los padres. (214) - "Informe de la encuesta sobre la juventud, 1977". Op. cit. pâg, 119 - Lôpez, Maria Angeles y Ansô, J.L. Op. cit. pâg. 29 - Roussel, L y Bourguignon. 0. Op. cit. Recuerdo que es un e^ tudio de 1978 y que da evidencia de una menor aceptaciôn fe- menlna de la cohabltaciôn en pâg. 105; de tasas sustancial- mente mayores de matrimonio religioso por fe rellgiosa entre las mujeres que entre los hombres en pâg. 176. C215) "Informe de la encuesta sobre la juventud, 1977". Op.- cit. pâg.324 - Cambio 16. Noviembre 1977, pâg. 66 - Edis. Los jôvenes de Getafe .Op. cit. pâg. 18 - Roussel, L y Bourguignon,. 0. Op. cit. pâg. 144., cuya con - - 538 - clusiôn general sobre la inclinaciôn femenina a una mayor pa rldad de roles concuerda con la hallada en este estudio. ( 216) Pablo Masa, Antonio de en Informe FOESSA_ . 1975. Op. -- cit. pâg. 378 (217) Me refiero a la 5® etapa del ciclô vital de la familiade Duvall, à la que se refiere Salustiano del Campo en El ciclo vital de la familia espafiola. Op. cit. pâg. 37 (218) Campo, Salustiano del. ‘ta familia espafiola en transi- ciôn . Op. cit. pâg, 157 (219) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977". Diri­ gida por J, Linz. Op. cit. Pâg. 123 (220) Roussel, L y Bourguinon. 0. Op. cit. (221) En ocasiones llamo clase alta, media y baja a lo mismo que en otros lugares menciono nivel soclo-profesional de per tenencla alto, medio y bajo. En definitiva lo que quiero de- Jar claro es que discrimine entre très diferentes posiciones sociales de poder, prestigio, status; aunque no entro aquî - en definiciones de lo que el término clase social abarca y - significa. Este estudio no es en definitiva una investigaciôn sobre las clases sociales, en cuyo caso séria mucho mâs cui- dadosa en las definiciones buscadas. (222) A pesar de todo lo dicho bay algunos puntos que desea- rla averiguar en posteriores investigaciones y que se refie- ren a las aseveraciones hechas pordalamband a propôsito de - la mayor conflictividad registrada entre padres e hijos de - 539 ' clase haja. El aflrma que la "cultura burguesa" se caracteri^ za por un modo de expreslôn de tipo impresionista mientras - que la cultura popular ha sido siempre mâs expresionista. De aquî derivarîa que los jôvenes del medio obrero sean testi-- gos de conflictos entre sus padres, que les son ocultados a - los hijos de las clases superiores, existan intensamente o - no, Hoy dîa que el papel afectivo es tan importante en la fa milia que los hijos participan mâs de los problemas conjun­ tos. *Puede aûn hablarse de estas diferencias de expresiôn?.- En caso afirmativo habrîa que decidir que ni siquiera los -- problemas econômicos deterioran las relaciones de la familia asalariada y que el conflicto se extiende por igual a todas_ clases o es mînimo en todas ellas. La pregunta queda sin em­ bargo pendiente de hallazgos empîricos. Ver B. Galambaud. Op. cit. pâg. 176. (223) Asî lo reconoce Galambaud histôricamente y corrobora con resultados de su estudio sobre jôvenes trabajadores fran- ceses. Op. cit. Pâgs. 155 y siguientes. (224) Galambaud tambièn se refiere al control domêstico del dinero que tradicionalmenteejercen los empresarios. Op. cit. pâgs. 156 yl57 (225) Mâs en una sociedad tan compleja como la actual donde_ no existen normas ûnicas para la instituciôn familiar, sino_ que mâs bien cada familia establece sus normas frente a las_ opuestas de la familia de al lado. Los hijos de una civiliza - 540 ciôn heterogênea, dice Margaret Mead, no admiten ya la obe-- diencia ciega y esperan con calma su emancipaciôn. Adolescen cia, sexo y cultura en Samoa. Op. cit. pâg. 223 ( 226) "Encuesta de Fecundidad, Metodologîa y resultados". Del Institute Nacional de Estadîstica. Diciembre de 1977, Madrid, 1978 (227) Aguero, Isabel y Ôlano Rey, A."La evoluciôn reciente - /de la fecundidad en EspafiaV Revista Espafiola de Investigaciones SÔciolôgùasji® 10, Abril-Junio Cil.S,1980. Pâg. 135. (228) Me refiero a las que figuran en el -segundo . capitulo_ descriptive de las familias del Casco Vièjo. (229) La encuesta efectuada por Linz en 1977 descubre que -- son las chicas de clase obrera las que quieren casarse antes (22 afios, chicos a los 23,7 afios) y los chicos de clase alta los que mâs la retarden: 25,6 afios. Ver "Informe de la encues ta sobre la juventud 1977". Cuadernos de Documentaciôn, n® 1 Op. cit. pâg. 123 (230) Las dos opciones posibles como se recordarâ eran: - realizar un trabajo que me satisfaga, - dedicarme al cuidado y atenciôn de mi familia ex clusivamcnte. (231) Hay unanimidad entre los estudiosos de la familia, en_ que si bien la mujer de clase alta y media alta trabàja por­ que lo desea con cierta frecuencia la mujer trabajadora lo - hace mâs bien por necesidad. - 541 - 4 LA SEXUALIDAD 4.1 INTRODUCCION jCuâles son las actitudes sexuales mâs comunes entre los jôvenes?. Son actitudes de cambio enmarcadas en una - tendencia general a desvincular la prâctica sexual de la instituciôn matrimonial e incluso del proyecto de conv^ vencia. La sexualidad es concebida fundamentalmente co­ mo goce y medio de comunicaciôn entre dos personas. Co mo tal es aceptada cuando ya hay entre dos jôvenes una relaciôn habituai al margen * de los planes de conti- nuidad que aquellos tengan. Sin embargo, la prâctica se xual permanece a larga distancia de las opiniones man- tenidas, fundamentalmente debido a los patrones socia - les y morales de comportamiento que la restringen y que siguen contando para el conjunto. Por ello se advierten orientaciones contrapuestas. ante dos puntos de medida de la marginaciôn sexual: la prostituciôn y la homosexual]^ dad. Aceptan ambas, pero conscientes de la alienaciôn - que la primera constituye para un grupo de mujeres.Y de la liberaciôn que la segunda logra para los hombres y - mujeres homosexuales. Para minorias reducidas persiste la conexiôn entre ejercicio libre de la sexualidad y vin- culaciôn matrimonial. Conexiôn que aceptan con tintes - 542 - conservadores en cuanto a la virginidad femenina y a la legitimidad de que los padres supervisen los contactos heterosexuales de sus hijas como medida de garantizarla. La vida sexual y sus connotaciones provoca en Un numéro alto de jôvenes actitudes de indecision,, indicatives de que ya no se estâ de acuerdo con las posturas mâs tradicionales , pero tampoco se ha dado el paso définitive hacia otras mâs libérales. Que los jôvenes establecen distirciones claves- entre ejercicio de la sexualidad y proyecto de matrimo nio e incluso de vida en pareja se deduce de las opi-- niones que emiten, de las prâcticas que ensayan y de - sus deseos de ampliar las libertades sexuales social - mente permitidas. Varias son las pistas a quë atenerse: 1, En primer lugar conciben la sexualidad fundamental- mente como goce y comunicaciôn entre dos personas 63». 78 por ciento y rechazan que su finalidad sea la pro - creaciôn: 61:85 por ciento. Claro que estas afirmacion;es por sî mismas no explicitan la falta de proyecto matrî - 543 - monial pero su ausencia va formando cuerpo a través de otras afirmaciones que reafirman la independencia con que los jôvenes piensah en su prâctica sexual, y los - contenidos con que intentan gozar de su sexualidad. Por ejemplo, cuando declaran que tienen rela - clones sexuales, que se masturban porque este es un ejercicio necesario, que la sexualidad despierta en e- llos sentimientos agradables y que su prâctica es me - nor de la que desean. Cuando aceptan normalmente la ho • mosexualidad que casi ninguno déclara practicar. En segundo lugar ven normales "las relaciones sexuales entre jôvenes que salen juntos habitualmente" 61.53 por ciento, proposicioh que excluye, por tanto, - la convivencia. Esta proposiciôn corresponde a un pun- to de vista intermedio entre el que posterga las rela­ ciones sexuales a la existencia de un compromise for - mal de noviazgo o matrimonio y el que las admite en la primera salida de un chico con una chica. Y son mâs los partidarios de este punto de vista que del inmediatamen te anterior. En tercer lugar restan importancia a la virgin! dad masculine y femenina antes del matrimonio. Claro que la minusvaloraciôn mâs importante aquî es la de la 544 - virginidad femenina por ser êsta la premiada cultural^ mente. Por ello que su repuisa a que los padres contro- len a las hijas mujeres que tienen entre 14 y 18 anos - adquiere mayor significado. En cuarto lugar: a la experiencia personal de - ben la mayor parte de la informaciôn sexual que ahora - tienen 36,20 por ciento de los jôvenes, quienes consti- tuyen el grupo mâs compacte de respuestas. Juzgan la in formaCjiôn adecuada pero insuficiente. No hay que olvidar aquî que una minorîa importante ha tenido o tiene rela clones sexuales, pero estas son mâs esporâdicas que ha- bituales lo que refuerza la sensaciôn juvenil de insuf^ ciencia. Coherentemente con sus propias vivencias, los jô venes estan convencidbs de que la prâctica sexual de los de su edad es insatisfactoria:57,04 por ciento. Por que hay mucha represiôn dicen unos, porque es* escasa dî cen los mâs y casi todos coinciden en que las trabas so ciales, morales y familiares son considerables. La difi- cultad e imposibilidad de utilizar anticonceptivos fâ - cilmente, que a los jôvenes plantea el régimen sanita - rio vigente da buena prueba de ello. - 545 - Por esc que la prostituciôn serâ considerada como un mal menor a pesar de que reconocen su carâcter de ex-- plotaciôn femenina. Estân convencidos de que la inicia ciôn y prâctica esporâdica de muchos jôvenes dependen de que se mantenga. Por ûltimo, porcentajes importantes: 39,74 por -- ciento estân convencidos de que la falta de libertad se xual produce bloquées importantes de la personalidad; o - al menos dudan sobre ello: 28,84 por ciento. A ello con tribuye su conveneimiento de que el lugar comûn:"la li- bertad sexual lleva al caos" no tiene fundamento. En quinto lugar: Minorias reducidas asocian las relaciones sexuales con el matrimonio o al menos con un- compromiso formalizado entre un hombre y una mujer. Juz­ gan la educaciôn sexual recibida suficiente para sus obje tivos y se muestran, por tanto, mâs satisfechos con la - situaciôn vivida . Sus orientaciones se manifiestan en - los siguientes puntos de anâlisis: Primeramente hay un -- grupo de 15,7 por ciento de jôvenes que estân de acuerdo con que las relaciones sexuales deben realizarse en el - marco de la instituciôn matrimonial y similar nûmero las asocia también al noviazgo aunque con tasas mayores de - jôvenes confusos. - 546 - En segundo lugar ven muy importante que la mujer llegue virgen al matrimonio: 22,4 por ciento y en la me- dida que asî piensan justifican el control paterno de las companies masculines que sus hijas tienen entre los 14 y los 18 anos. En tercer lugar niegan que la masturbaciôn sea - practicada comûnmente entre los jôvenes de su edad por-- que estân convencidos de que"no la necesitan o necesita- mos" 14,4 por ciento. En linea con este pensamiento re- chazan el aserto de que muchos de los problemas psicolô gicos que tenemos son consecuencia de que no nos dejan- ser libres sexualmente y, aunque en menor medida, sî - que ven una conexiôn entre libertad sexual y caos. En cuarto y ûltimo lugar mencionaré que minorîas superiores al tercio de los jôvenes prefieren mantener - su réserva en torno a su prâctica sexual por carecer de ella, puesto que declaran no saber définir los sentimien tos que la prâctica sexual les produce e ignoran cômo se da ésta entre los jôvenes de su edad. - 547 4.2 INDEPENDENCIA DE LA PRACTICA SEXUAL RESPECTO AL MATRI­ MONIO. Los jôvenes distînguen claramente entre sus deseos y sus prâcticas sexuales por una parte, y sus deseos de casarse y/o constituir una familia por la otra (1). Esta es, a mi parecer, una de las senales mâs évidentes del cambio de opiniôn experimentado por la joven generaciôn - espanola actual respecte a los adultes espafioles interro gados en los ûltimos afios. Los jôvenes del Casco Viejo no escapan a la corriente del movimiento generacional sustan tivo reconocido por Lilian Troll Y Vern Bengston en la mî tad de los afios setenta ( 2 ). Estos autores reconocen la existencia de cambios generacionales mâs grandes en los roles y las conductas - sexuales que en cualquier otra ârea del pensamiento o de- la conducta, sea esta polîtica, religiose y moral o de eŝ tilo de vida. Cambios que en opiniôn de Jennings y Niemi- se deben a que en cuestiôn de sexualidad la influencia del clima social es arrolladora. Mucho mâs que en cual quier otro de los aspectos antes mencionados. ( 3). - 548 - 4,2.1. LA SLXUAI.IDAD ES UN MEDIO DE COMUNICACION ENFRE DOS PERSONAS Los jôvenes conciben la-sexualidad "fundamentalmen te como goce y comunicaciôn entre dos personas": 63,8 por ciento, y en la mîsma proporciôn rechazan que haya que concebirla "fundamentalmente como medio de tener hi - jos"; 61,8 por ciento. Los indecisos y los que no contestan suman â 23,7 y 28,1 por ciento respectivamente pero disrainuye- a 13,1 y 14,7 % el numéro de quienes no saben realmente - que partido tomar, porcentaje que es ligeramente mayor que el de quienes tienen una actitud opuesta a la mayori- taria y tan definida como aquella (ver cuadro 254 ). Curio- samente se dan variaciones en la actitud segûn la impor - tancia que den al noviazgo. A menor importancia mayor con vencimiento de la funciôn hedonista y comunicativa de la- sexualidad y viceversa.(Ver cuadro n̂ 254® ). Los porcentajes varian desde un 54, 7 por ciento que le atribuye esta funciôn fundamental en - tre quienes consideran necesario el noviazgo como "prépara ciôn para el matrimonio", pasando por 62,5 por ciento e n ­ tre quienes lo consideran necesario para profundizar en el conocimiento mutuo y para poder salir de continue con un - chico o una chica, hasta 86 por ciento entre quienes no lo consideran necesario: -tanto porque se puede salir normal­ mente con un chico o chica sin tener que formalizar la re- - 54 9 - laciôn como porque lo consideran mâs como una formalidad mâs de cara a los demâs que de valor para la propia pare ja. Me detengo un momento en estos jôvenes que ven - necesario el noviazgo como preparaciôn al matrimonio y co mo profundizaciôn en el conocimiento mutuo. Y es que, co­ mo dicen Roussel y Bourguignon las nuevas libertades se - xuales,que de hecho existen, tienen contenidos complejos mâs dificiles de valorar de lo que a primera vista pare- ce. Ellos tienen la impresiôn de que conforme se avanza hacia una mayor libertad, y autonomîa de la pareja, se - avanza tambiên a mayores exigencias mutuas de fidelidad- entre sus intégrantes. Asî dicen: E l m a t r i m o n i o en n u e s ­ t r a êpooa es muaho mâs c o m p r o m e t i d o (o h i p o t e c a n t e } que_ hace un s i g l o . Cada uno se c o n f r o n t a aon e l o t r o j se e x i gen mâs, son muy r i g o r i s t a s o o n s i g o mismos. ( A ) . Las - fidelidades de una pareja que decide compartir su vida - con o sin matrimonio se mantienen con mâs fuerza que si­ los ajustes de cuentas no dependieran de ellos sino de u na instituciôn juzgadora exterior. De aquî puede derivar que quienes se ven comprometido s o deseen permanecer unî dos por un vînculo de noviazgo piensen en otros aspectos mâs, ademâs del goce y comunicaciôn sexual y por ello le disminuyan su valor (que es muy alto de todas formas); - ' 550 disminuciôn quo se evidencia al compararla con quienes no establecen ningûn comprorniso aparté del sexual. La apertura de sus orientaciones se manifiesta también, en sus declaraciones respecto a la homosexuali - dad.El 67,6 por ciento de los jôvenes cree que este es un fenômeno cuyas causas son: biolôgicas, 42,9 por ciento^ o - sociales y familiares, 24,7 por ciento. Es decir, hablan de factores naturales o de condicionamientos sociales y - por cuanto lo son asî son contraries a su prohibiciôn. Dî rân que es"una prâctica tan lîcita como otra cualquiera", el 66j,2 por ciento de los jôvenes. Es clara la importancia- del clima social circundante hoy, de respeto y atenciôn a las reivindicaciones de los grupos organizados de homose­ xuales que a su vez obtienen una mayor permisividad social con su presiôn colectiva. Y una prueba adicional de ello es que, aunque hay una cuarta parte de jôvenes que creen- a los homosexuales "enfermes o viclososV, sôlo 16 por cien ' to serîan favorables a la prohibiciôn de sus prâcticas por considerarlas aberrantes ( ver Cuadro 255). Hoy se - es mâs cauteloso en materia de prohibir hechos sociales - aôn duando se los repruebe y lo que prima es el respeto a las formas de goce y comunicaciôn elegidas libremente por unos y otros actores sociales. 551 - 4.2.1.1.- Prâcticas reales. La prâctica sexual compléta de los jôvenes,-que - como se sabe son solteros en su mayorîa- asciende a 39 -- por ciento de ellos. El porcentaje parece bajo comparado- al de los convencidos del valor comunicativo de la sexua­ lidad, pero en tÔrminos relatives es alto. Mâs, teniendo , en cuenta que 36 por ciento de los jôvenes no desean dec la rar sus prâcticas y que sôlo 21 por ciento de ellos afir man tener relaciones sexuales imcompletas (ver Cuadro 256) ( 5 ). Ambos tipos de prâctica van referidos a formas de comunicaciôn bisexual. Declaran masturbarse 18 por ciento de los jôvenes, prâctica sexual compatible con las anteriores, puesto que las respuestas son mûltiples. Sôlo 16 por ciento de los - jôvenes afirman no tener ninguna prâctica sexual. Aunque sôlo 18 por ciento reconocen que se masturban, ascienden- a 67,9 por ciento los que piensan que este es un ejerci - cio comûn a los jôvenes de su misma edad. Dos son las ra- zones argumentadas: - su carâcter sustitutivo de otras formas de comu nicaciôn sexual con el otro sexo: 38,1 por ciento. - Su carâcter de necesidad personal: 29,8 por — ciento. Queda un porcentaje mînimo de jôvenes que no creen que los jôvenes se masturben. No porque les sea innecesa-- - 552 rio (esto lo créen 14.1 por ciento) sino por los prejui - cios morales que rodean al hecho. (Ver cuadro n°257j Como contraste con las prâcticas de masturbaciôn- declaradas por los jôvenes del Casco Viejo quiero citar las de otros dos colectivos juveniles socialmente distintos y vistos en perfodos también diferentesî Los jôvenes univer- sitarios de la Autônoma de Barcelona en 1976 y los jôvenes de un pueblo aragonés en 1979. Los univeritarios daban un 53.99 por ciento de masturbaciôn actual, un 20.19 por ci­ ento que declaran haberlo hecho y una cuarta parte mâs que declaran no haberse masturbado nunca, fundamentalmen­ te porque no lo necesitaron (16.4 por ciento) ( 6 ). Los jôvenes rurales, en cambio, declaraban en 1979 masturbarse en un 11,8 por ciento del colectivo. Sin em-- bargo, en otra pregunta acerca de si se satisfacîan sexual̂ mente con la masturbaciôn respondîan afirmativamente 49.6- por ciento de ellos ( 7 ). Esto indica que entre los jôve - nés rurales y de sectores sociales bajos como el Casco Viê jo hay mayor dificultad en hablar de estos temas.(Ya se ha visto que superan el tercio los jôvenes del Casco Viejo que prefieren no hahlar de su sexualidad). Hay que concluir, por tanto, que la masturbaciôn es aûn un tabû o una prâct^ - 553 - G a pculta y dcuitable para Sectores amplios de jovenes que sin em bargo la ejercen porque la necesitan. En la Universidad el hâbito de hablar con opiniones progresistas estâ muy exten dido, por tanto disminuye la inhibiciôn de lo întimo. Enlazando las prâcticas masturbatorias de los uni- versitarios de Barcelona -76 con las opiniones de los jô­ venes del Casco Viejo sobre las mismas entre sus corapane - ros de generaciôn, vemos que se aproximan bastante, como se aproximan las tasas de jôvenes que declaran no necesitar- las o no considerarlas necesarias para los jôvenes de su edad. Esto hace pensar que las prâcticas reales de los jôve­ nes del Casco Viejo son mayores de las declaradas y proba- blemente muy cercanas a las tasas atribuidas a los demâs jôvenes de su edad. Los testimonios de los discotequeros expuestos en- este capitule refuerzan también esta hipôtesis. Y todo ello contribuye a confirmar la inhibiciôn - sexual existante y las perplejidades y torpezas con que - se enfrentan los jôvenes cuando quieren hacer coincidir unas opiniones abiertas con unas prâcticas que no encuen- tran siempre un camino fâcil y sencillo de expresiôn. Los jôvenes, pues, desarrollan unas opiniones y en menor pero importante medida unas conductas sexuales que - dejan ver el valor que la libertad de acciôn y elecciôn -- - 554 - tiene para ellos. Enlazando con las actitudes hacia el noviazgo, vi£ tas en el capitule anterior, parecen decididos a buscar el mûtuo conocimiento de la pareja como objetivo de cualquier relaciôn. El conocimiento sexual del otro ya contribuye a - ello, y êste se logra a través del noviazgo dotado asî de- un nuevo contenido. . El noviazgo tradicional permitîa ciertos escarceos sexuales, detenidos a tîempo de salvaguardar la- virginidad femenina. Ahora, sin embargo, son los chicos/as que tie nen novio, y sobre todo los que lo han tenido, los que vi- ven una relaciôn sexual mâs compléta con el otro sexo,24 - y 36 por ciento respect ivamente. ’ Son también' quienes menos frecuentemente declaran no tener ninguna prâc tica sexual (21 y 28 por ciento respectivamente). Asî se - confirma el anâlisis de Cerroni cuando argumenta que la se­ xualidad o el problema sexual no constituye en sî toda la- relaciôn entre el hombre y la mujer pero si constituye la- relaciôn fundamental ( 8 ). Las entrevistas de este y el - prôximo capitule eobre las amistades entre hombres y muje_ res refuerzan afin mâs su argumente. Tambiên es digno de atenciôn el proyecto matrimo - niai de los que experimentaron una relaciôn de noviazgo ya acabada. Distancian su proyecto de matrimonio en porcenta­ jes superiores a todos los otros jôvenes e incluso se in - 555 - clinan mâs por la pareja a prueba y supeditada a los sentî mientos de sus intégrantes (41 por ciento de ellos frente - a 25 por ciento de quienes tienen novio actualmente y 34 - por ciento de los que no lo tienen.Jver cuadro 89 ). Decîa en el acâpite del noviazgo que la experiencia sexual entre jôvenes disminuye su tensiôn emocional y dis- tancia su necesidad de acudir al matrimonio como ûnico me­ dio de accéder a un ejercicio libre y complete de las rela clones sexuales. Este es otro aspecto que refuerza la disocia ciôn entre sexo y matrimonio. No solo eso, El matrimonio o la vida en pareja, que siguen siendo las alternatives mâs - deseadas, no van a significar para quienes tienen ya una prâctica sexual compléta el desbloqueo o desinhibiciôn total de unas necesidades bio psicolôgicas largamente reprimidas. Van a contribuir, mâs bien, a planificar un proyecto vital con distinta perspective y probablemente con una act^ tud mâs madura y consciente de los alcances y contenidos - que quieren darle. Es una hipôtesis que requerirîa de otros estudios para su confirmaciôn pero es al menos plausible mantenerla a la luz de los datos aqui manejados. No sôlo -- " quienes tuvieron novio y por tanto mâs prâctica sexual alar gan e incluse eluden un proyecto matrimonial sino que quie­ nes no tienen ninguna prâctica sexuel (16 por ciento que -- - 556 - son SO jôvenes) dan como alternative vital afectivo-sexual el matrimonio en su inmensa mayorîa: 80 por ciento. S6lo - 6 por ciento de ellos optarîan por la libre uniôn y 14 por ciento carecen de proyecto. La mayorîa se inclina hacia el matrimonio religioso por lo que hay que tener en cuenta los valores religiosos que puedan ester en la base de su - abstinencia. Los jdvenes que tienen novio/a actualmente se in - clinan hacia el matrimonio religioso o civil, en mayor nü- mero que quienes ya no (66 por ciento frente a 27 por cien to). Ademâs tienen menos prâctica sexual que los segundos (24 por ciento frente a 36 por ciento). Todo ello hace pen sar en una tendencia mayor a reservarla hasta despuês del matrimonio, como si sexo y amor cfuraole tueran dos cosas que caminan a la par para elios. No se puede avanzar mâs con la evidencia empirica aqui manejada. La pista es, sin embargo, digna de conside- raciôn. Willmott encontraba entre los adolescentes varones entrevistados en 1966, que aunque veîan normales las rela- ciones sexuales durante el noviazgo, aquellos que tenîan - novio/a mantenlan con mâs firmeza se deseo de "guardar sus relaciones sexuales para el matrimonio” ( 9 ). Tras haber ampliado con mâs o menos variaciôn la - experiencia sexual, tras haber concebido noviazgos mâs li­ bérales, los jôvenes de East London volvîan a situarse en- 557 - los comportamientos tradicionales, aplazando el sexo para despuês del matrimonio. 4.2.1.2.-Sëntimientos despertados por la prâctica sexual. Volviendo a los jôvenes del Casco Viejo, no sôlo atribuyen a las relaciones sexuales una funciôn fundamen­ tal de producir placer y facilitar la comunicaciôn entre quienes asî se relacionan, sino que experimentan en sus - prâcticas sentimientos positives (53 por ciento) en mucha mayor medida que los negatives (8 por ciento). Pocos son quienes no reaccionan de ninguna manera ( 7 por ciento) y los demâs o no saben (30 por ciento) o no contestan (11 - por ciento). Dentro de los sentimientos positives prédomina el de satisfacciôn (41 por ciento). Algunos jôvenes men - cionan también el interês (7 por ciento) y la curiosidad (5 por ciento). De los sentimientos negatives, escasos como ya digo, el mâs nombrado es el miedo o la ansiedad: 5 por ciento. Desorientaciôn, insatisfacciôn, culpabilidad, re- pugnancia, son nombrados sôlo por el 3 por ciento de los- jôvenes. También los jôvenes de Tauste en 1979 daban la mis ma respuesta. Un 51 por ciento declaraba sentimientos agradables en sus escarceos sexuales. Mâs,de entre ellos. 558 - declan sentir miedo, angustia o culpabilidad: 18 por cien to. Disminuia entre elles hasta 22 por ciento elnümero - de jôvenes que no sabîa qué contestar por falta de expe - riencia. Es decir, que en la sociedad rural de Tauste, hay mâs juego sexual declarado y el que hay en ventaja, -- produce confusiôn y tensiones. Cabe preguntarse si es por- que se trata de ensayos, vacilantes e inseguros todavîa y muy conscientes de una moralidad restrictiva imperante» De hecho parecen mâs évidentes entre jôvenes que se decla raoan catolicos practicantes, los que en conjunto sin embargo corapar ‘ tîan los sentimientos placenteros de los demâs jôvenes. La parquedad de los mensajes adultos, de sus con- ductas reales (en la familia, en los espacios comunes del hogar) influye ademâs en que tantos jôvenes no sepan exac tamente que contestar. Que la mitad de la poblaciôn juve- nil expérimente sensaciones agradables no debe ocultar que la otra mitad mantiene posturas recelosas aunque no fran ca/iente negativas. Para eilos es aifîcil o imposible haolar de algo que se conoce solo ĉq sqslayo. Goodman lo atribuye êqil iciramente a lâ§ incbnsistenciàs e imprevî jbi].%dade% del comportamiento adulto caracterizado por una doble moral: la de predicar- a los otros lo que no se permite a los suyos o la permi - siôn en privado de lo que se condena en pôblico. Ademâs - de la diferente concepciôn del sexo para hombres V muje- res(10 ),que luego veremos sigue siendo aplicable a las - - 559 - generaciones jôvenes. Existen, puês, prâcticas y son remunerativas, evî dentemente para quien las tiene pero insuficientes para - la mayorîa. A la pregunta îEs satisfactoria la prâctica - sexual entre los jôvenes de tu edad? Sôlo 5 por ciento responde que sî sin réservas. Luego tratarê este punto con mâs detalle. Lo que nos interesa resaltar por el momento es que si no estân satisfechos con el juego sexual abierta - monte realizado es porque su concepciôn del que debiera - ser permisible va mâs allâ, como puede verse en el acâpi­ te siguiente. Los testimonios de los jôvenes discotequeros y m^ litantes arrojan luz sobre las dificultades e insatisfac- ciones experimentadas con una prâctica sexual insuficien- te y auto-didacta. Los jôvenes discotequeros comentaban: K - îo areo que q la .gente ôf® nuestra edad le pasa como a - nosotros. Que hablamos mucho de lo que nos gustavîa pero en realidad no nos hemos aoostado con nadie, Lo que nos - pasa es que tenemos mucha inseguridad. Aunque podamos con seguïr unas cosas, por miedo a que te digan que no no las tocamos. Hacemos sôlo lo que nos dejan hacer. Hombre, un poquito mâs, pero mâs que nada es miedo por nuestra parte, no por parte de la chavala. Nos hace falta una seguridad - 560 - plena que no tenemos. Seguridad de que vas a saber hacer~ lo mejor que ta chavala también, claro, pero también miê do a las consecuencias. Si una gachi se queda prenada,yo no me aaso. Me joderia que abortara pero casarme no. Si me diese el hijo bien, me lo quedaria pero... V.~ El problema es câmo tomar precauciones. K.- ïo eso de los anticonceptivos no sé câmo va, pero es un rollo qoder con todo eso. El condân évita mucho pla - cer sexual y las técnicas esas no son eficaoes. Con el - coito interruptus ese del copân no te enteras de nada y~ luego te la tienes que cascar. V.- Las ahicas de l4 y 15 anos no toman pvldoras. Jamâs. K.- Sôlo las chavalioas que se oasan a esa edad lo haoen libremente Preg.- îDecîs que es mâs miedo por vuestra parte que por la de ellas? K.- Si, si. Es que es algo tan incierto! Como no lo has hecho nunca no sabes si te va a salir bien o mal. Si la- chavala ya lo ha hecho puedes quedar mal. Nuestro propio machismo no nos deqa hacer una cosa mal. V.- Y por eso estds con una gachi ahi en el reservado y te sientes marginado. K.- Y pagar u una gachi para hacerlo tampoco. Yo por lo menos no lo hago. ksi tan impersonal, con alguien que no - 561 - Preg. îEdad a la que os iniciais? K . - Ray que p a r t i r de una c o s a . N o a o t r o e eomoe de una gene_ r a o i ô n y l a g e n e r a a i ô n que ha n a o i d o despuês de n o s o t r o s l o s c h a v a l i c o s de 14 y 15 anos f o l l a n mâs que e l co pân . No e o t r o s es ta m oe d e s f a s a d o s . J . - La m a s t u r b a c i â n es l o c o r r i e n t e . K . - A h ! muy c o r r i e n t e . Cuando tenemos ganas dum, dum, d u m , . No nos p a r e c e pe a a m i n o s o n i mucho menos s i n o n o r m a l . E l 90 p o r c i e n t o de l o s c h i c o s de n u e s t r a edad nos ma s t u rb am os - muy amenudo. No hemos r e o i b i d o e d u c a c i â n r e l i g i o s a de n i n ~ gûn t i p o y t o d o es n o r m a l . Nos t r a t a m o s muy b i e n . ( 11 ) P. A mi pregunta sobre la inforraaciôn sexual recibida en - el colegio respondieron: V . - En 72 de E . G . B . o en 82 de E . G . B . s i d i g e r o n a l g o . No - r e c u e r d o nada . V in o un ga c h o , un m éd ic o y to d o e l copân y - e o l t a b a cada p a l a b r a mâs r a r a que l a o t r a . (Todos confir - man), s ô l o l o e n t e n d i a s de sp uê s de p r e g u n t a r l e . I . - No nos han co mi do mucho e l c o c o . S ô l o un c u r a una vez p e r o l o mandamos a l a m i e r d a . D e o ia que l a m a s t u r b a c i â n - e r a m a l a . Aquî , como en las conversaciones sobre la virgi- nidad femenina, aparece de nuevo la preocupaciôn por una - imâgen masculina dirigiendo, ensefiando y actuando en prime - 562 - ra instancia. Es la imâgen que corresponde a una concepciôn 'tradicional y diferenciada del papel del hombre y del papel de la mujer. Son conscientes de que la mujer estâ to mando una actitud mâs activa e incluso mâs experimentada. Su miedo a que ella lo haga mejor lo deja ver. Pero estân - lejos de verse a sî mismos ensayando y aprendiendo en i - gualdad de condiciones, lejos. de intimar con una chica y - apTovechar esta experiencia para lograr un aprendizaje e£ pontâneo y una satisfacciôn sexual tan anhelada. No solamen- te les paralizao frena el miedo al ridîculo, sino también la dificultad de controlar un embarazo de su pareja, y la amenaza de matrimonio no tan lejana en la clase obrera, cô mo se ha visto en el ambiente que rodea a la joven Rosa. Ademâs afluyen luego ciertos conociraientos sobre anticonceptivos y - creencias, no fundamentadas en la experiencia, sobre el -- placer sentido o perdido. Todo ello contribuye a mostrar - la confusiôn e interês en una sexualidad recortada en la - prâctica. La masturbaciôn es ejercida como una prâctica co rriente y despenalizàda a pesar de los intentos culpabiliza dores de un sacerdote en cierta época escolar.La reacciôn juvenîl de rechazo a aquellos intentos es rotunda, (ahora- por lo menos, no sê qué pasô entonces). - 563 - 5c- Finalmente sefialo otro elemento coinûn a los jôvenes cuando atribuyen a las generaciones posteriores una liber- tad sexual mayor de la que ellos gozan. Los militantes, 22- 23 afios, piensan que los jôvenes que tienen hoy 16, 17, 18 - afios son mucho mâs avanzados que ellos en sus prâcticas y - tienen relaciones sexuales sin miedos ni complejos. Lo mis- mo les sucede a los de 18 afios respecte a los de 14, y hay- una base real de estas percepciones. Remitiendome a un anâ- lisis diacrônico, sî pueden observarse actitudes y opinio - nés mâs abiertas en los jôvenes de hoy que en los que te - nîan sus mismas edades hace algunos afios. Concretando, la - comparaciôn de los jôvenes espafloles de 1977 y los del Cas­ co Viejo de hoy arroja un descenso en les porcentajes de me nores de 2Ü afios que asocian la libertad sexual con el caos, 29 por ciento en 1977; 1Q,5 por ciento en el Casco Viejo de hoÿ (12); que atribuyen a la precariedad sexual mucho s de los bloqueos psicolôgicos de la personalidad (67 por ciento en ■ 1977 y 39,7por ciento en el Casco Viejo de hoy) que concuer- dan con la importancia de la virginidad femenina prenupcial (33 por ciento en 1977;22,4 por ciento en el Casco Viejo de hoy. Ver cuadro 258» para datos mâs complètes) (13). Es igualmente cierto que el anâlisis sincrônico de los jôvenes por grupos de edad muestra un avance en liber - tad de opiniôn y prâctica sexual conforme se tiene mâs edad. Indica el progreso en la resoluciôn personal de los - 564 - conflictos internos a medida que se es capaz generacio nalmente de tomar la iniciativa personal de buscarles salî da. E indica, ademâs, que los jôvenes autônomos por edad y actitud van sentando las bases de un aperturismo sexual que facilita el camino a las generaciones siguientes aunque en términos muy relativizados todavîa como se vé. El comen- tario de K. juzgando a su grupo generacional de "desfasado” respecte al siguiente da idea también de la distancia exis­ tante entre sus criterios y sus conductas. A la que contri­ buye el medio ambiente social en el que viven, y que reprô duce patrones de comportamiento mâs tradicionales de los re conocibles en un medio social mâs amplio y en el propio de su generaciôn. Los jôvenes discotequeros, que reconocen expl^ citamente en otra ocasiôn el papel paliativo de las prosti- tutas, se niegan a iniciarse sexualmente con ellas. La im - personalidad de la relaciôn y su carâcter comercial anula - rîan los sentimientos deseados y los efectos esperados, los que K. describe con un poco de sus experiencias y mucho de­ sus expectativas. K.- Para mi et aato sexuat es un mero instinto. Y es mâs in teresante desde et punto de vista del placer auando lo bus- oas tû y por puro instinto. Por egemplo,estas con una chava la y dicest "Te voy a tocar las tetas" y lo haces. Y de re­ - 565 - pente cuando estas mordiendo^ta. mano sola se te Va. Instin to puro. Pero lo interesante es cuando lo buscas conscien- temente, que te sale sin querer. Entonces, ya no es placer, es amor. ïo no creo en la palabra amor, pero esto es una - cosa que haces por amor. ï hacer algo por amor es mâs honi_ to. Te relaga mâs. A lo megor te da menos placer porque no piensas en realidad en lo que estas haciendo sino con quiên lo estas haciendo. y.- Oye que no me entero. El ûnico problema al fondo de to do es que no nos atrevemos a plantearselo a la chica. Que no sabemos câmo va a resultar y nos inhibimos. ï queremos hacer lo con una chica, claro. La discusiôn siguiô por otros derroteros pero la ex plicacîôn es concluyente a mi parecer de su negative a acu­ dir a recursos impersonales para paliar sus carencias sexua les. Dije mâs arriba que los testimonios de los militan­ tes arrojan luz también sobre las dificultades e insatisfaç clones experimentadas con una prâctica sexual insuficiente y auto-didacta. Estas hay que referirlas mâs al pasado que- al présente. Hoy dîa cada uno de ellos ha establecido autô- nomamente sus relaciones: A. convive con una chica en una - comunidad de parejas, E. estâ comprometido en noviazgo y los demâs tienen contactes mâs o menos estables. - 566 - Asî describîan sus tentativas a los 15 y 16 afios: A . - A l o 8 16 af ios yo ya e r a un hombre p o r a h i p a r a l i g a r . F.- Tu es que e r e s un a d e l a n t a d o . A, - A lg u n a vez que hemos i d o a t c i n e , a l p a s a r p o r un ca t le ^ gô n , s i hemos v i s t o a una t i a e l uno l e m e t i a u n a h o s t i a en e l c u l o , e l o t r o no se qué y en f i n . E . - Y mâs que eso . A . - Sombre y mâs que eso ta m b ié n . C.- y a r r i n c o n a r a una t i a t a m b i é n , t e l o j u r o , p e r o v i o l a r no. A . - V i o l a r s i . E . - Yo no . Yo no he p a r t i c i p a d o nunca en v i o l a o i o n e s . (Mencionan a alguien ausente que violé a una chica y que al menos lo intenté varias otras veces yendo con ellos en esca padas). D .~ M e t e r mano y e c h a r a a o r r e r s i . En un o a l l e g ô n que h a b i a no sé p o r d o n d e . Que p o r c i e r t o , e l l a i b a con un t î o que me m e t i ô una h o s t i a buena. A , - P e r o eso e r a en l a época f r a n q u i s t e t a m b i é n . D . - S i , s i c l a r o , t é n i a l a c u l p a F ra nc o . E . - No, F r a n c o no. La t é n i a n u e s t r a e d u c a c i â n , N u e s t r a repre s i â n s e x u a l , F.- y gugando a l a s p r e n d a s , q u é ! Jo e , macho! Preg. - i,Jugando a qué? B . - A l a s p r e n d a s . A l e v a n t a r l a s f a l d a s y m e t e r mano a l a s - 567 - t € a e . Eso l o ha c i amo s cada dos p o r t r e e . E . - P e ro eso e r a p o r q u e te n i a m o s una r e p r e s i d n s e x u a l a a o - g o n a n t e . R e s p o n d î a a unas épocas determùnadas que v i v i a — F r a n c o , que en l a e s c u e l a t e pegaban unas comidas de coco e x a g e r a d a s , que no habicB v i s t o nunca a una t i a desnuda en una r e v i s t a y no se qué y no sé c u a n t o s . T é n i a s una obse - s i ô n de v e r a l a s mugeres y d e s c u b r i r a l a s m u g e r e s . . . E n t o n ces l a megor f o r m a de d e s c u b r i r es p a l p a r l a s , c l a r o , l o — mds l ô g i c o . C .~ Hombre, tampoco se puede d e c i r que no h a b i a s v i s t o n u n ­ ca a l a s t v a s . Lo hac i am os de una manera no muy c o n s c i e n t e . E l i n s t i n t o . P e ro e r a una f o r m a de r e p r e s i ô n s e x u a l muy ana c r â n i c a . No e r a s o l o h a c e r e l g a m b e r ro p o r a h i r o b a n d o p e_ r a s y o t r a s cosas i es que e s t a b a s en una edad c l a v e : IS y 16 ahoss e l d e s p e g u e . ï es t âbam os en p e l o t a s de t i a s . Tu no t e h a b i a s e n t e r a d o de nada y no s a b i a s qué h a c e r e i b a s p o r a h i como un l o c o . P . - Por eso nos ib amos de noche p o r a h i y ya e s t a b a . De n o - che t o d o s l o s g a t o s son p a r d o s y no s a b i a s q u i é n e r a . A . - A h o ra l a g e n t e e s t â mâs e v o l u c i o n a d a , van a c l a s e gun - "fr o 0 • • E . - Y ademâs ya hay o t r a s f o r m a s de b u s c a r s e l a v i d a - La — g e n t e es muy p r e c o z . Lo que a n t e s se h a c i a a l o s 18 no so — t r o s l o ha c i am os a l o s 16 y a h o r a l o hacen a l o s 11 . Q u i e r o d e c i r , l o s p r i m e r os i n t e n t o s . Aunque a h o r a l o s hacen megor . - 568 - El planteamiento Inicial de los contactes con las- chicas difiere enormemente de un grupo al otro. Los ’’mil^ tantes” buscaban precisamente el anonimâto y el contacte impersonal. "Los discotequeros todo lo contrario”. Pero a ello contribuye también que "les discotequeros encuentran mâs facilmente una respuesta femenina que se acople a sus escarceos de la que encontraban los militantes. Y, como - estes, reconocen el gamberrismo sexual que ellos desarrol- laban a los 16 afios "les discotequeros” lo desarrollaban a los 12 y 13 aûosV Asî lo contaban a propésito de las re - servas iniciales de Nieves para aceptar la companîa de la pandilla de J.; K.- Nieves a lo primero nos ténia miedo. Nieves.- No,es que a vosotros se os podia tener miedo. Que vayas una aria pequena, dirêis que es una tontada pero, te estampan contra la pared, se meten contigo. Aunque sean de tu mismo barrio empiezas a tenerles miedo y conforme vas - haciendote mayor dices: "Si de pequena me han hecho esto, - de mayor tsabe Dios!" Siempretienes un poco de reparo con ■ tra ellos. V.- Alto! a ti nunca te hemos hecho nada. Nieves.- Si pero no os abriais. A lo que os limitabais era a hacer el gamberro y a meteros con nosotras. K.- Es que nosotros teniamos tiuestro orgullo cuando ténia- - 569 - moe 12 anos. No podiamoe ir con una cria a hacer el idiota por ahi. La agresién sexual es évidente en este relate pero los contenidos difieren sustancialmente de los descritos - por los jôvenes militantes, de tal manera que, el gamberris^ mo en sî adquiere mayor protagonismo que el "desfogue” de la sexualidad reprimida , menos reprimida, por cierto, a -- los 12 afios que a los 16. Un punto en el que me parece interesante hacer hin- capiê es êste de la agresiôn sexual masculina, que en los- grupos de jôvenes entrevistados aparece constantemente y ca minando al unîsono con el deseo de comunicaciôn entre los sexos. Ambos impulsos coexisten en "discotequeros” y "militan tes” y son reconocidos por grupos de chicas, que los valo - ran de muy distinta manera. La comunicaciôn con jôvenes del ' otro sexo es tensa para todos, pero las reacciones distin - tas, porque estas cambian con el sexo y cambian, también, - con la edad de los entrevistados. Los "discotequeros” hablaban de los "requisites” que las chicas debîan cumplir para mantener su atenciôn. Las relaciones con las chicas comienzan en la discoteca. Lie gan allî y: K.- Pueden pasar dos cosas(aon las chicas): que las chicas - funcionen o que no funcionen. Si esa chica no funciona al - - 570 - p r i m e r d i a ... J . - No e x a g e r e s , que t u no t e ponee a l p r i m e r d i a . V .~ S i f u n c i o n a m a l , f u e r a . J , - S i no f u n c i o n a a l p r i m e r d i a l o degamos p a s a r . Tenemos mucha p a a i e n c i a , p e r o a l t e r c e r o s i e s t â l a cosa a s i empie zas a s a c a r f a l t a s . V a r i o s E s b i z c a , es c og a , es l o o a . La influencîa de la pandilla es muy importante en- los juicios ejercidos sobre la chica y los harë constar en el capîtulo siguiente. Preg.- Que funcione una chica,'^uê es? J P u e s que muerda. K . - Que se dege t o c a r l a s t e t a s . V a r i a s . - I que h a b l e . S i no h a b l a , nada. «7. - Bueno, a h i e s t â e l f a l l o . N o s o t r o s hablamos con una — c h i c a y vemos que es s i m p â t i c a . Y e n to n c e s déc imas dos sema nas o m âs . Pe ro s i vas con una c h i c a , emp iezas a b a i l a r y l e h a b i a s y bueno , l o que l e g u s t a a K. que emp ieza a o om er le s e l coco p o r q u e q u i e r e s e r mâs. K . - Es que ves que es una so sa . J . - Bueno es que como K. emp ie zas una o o n v e r s a a i â n y nunca t e s a l e nada p o rq u e con Adân y Eva y l o de l a manzana y em­ p i e z a . / y q u i é n h i z o a Adan? Pues D i o s . ^ y q u i e n es — B i o s ? . Te emp ieza a s i y d i c e s : Vete p o r a h i que c o n t i g o n o ­ se puede h a b l a r y c l a r o K. o c u a l q u i e v a q u i e r e a g u a n t a r una - 571 c h i c a que aepa l l e v a r t e l a a o n v e r a a c i â n y a vece s h a b i a s - con e l l a y s i l e n c i o , s i l e n c i o , e i l e n c i o . , K . - S i , a m i me sabe m a lo que sean t a n c a l l a d a s . J . - S i t u q u i e r e s h a b l a r con una c h i c a l e d i c è s : O y e , vamos a r r i b a a t o m a r a lgo ' ,7 y s i ve s que l a c h i c a t i e n e tema pues t e s a l e s de l a d i s c o t e c a . Es como una ca za de b û f a l o s . D i ^ p a r a s , l e d a s , va s a p o r ê l y ya no b u s c a s mâs. K . - S i e s t â chungo e l b û f a l o pues b usc as o t r o . J . - S i l a c h i c a h a b l a v e r i a s que es una c h i c a muy maga y s i ademâs vês que i n c l i n a l a cab e z a y que vas a g a r r a n d o y aga r r a n d o y puedes mâs d i c e s : E s t a f u n c i o n a , e s t a p a r a m i t . Nieves, tras otros comentarios sobre la iniciaciôn de las relaciones chico-chica en la discoteca explicaba las tâcticas femeninas para evaluar la marcha de la rela - ciôn de una compafiera con ël chico no sin acusarles de - machistas y aprovechados por los comentarios arriba expue^ tos : N i e v e s . - M i e n t r a s una e s t â con e l c h i c o la o t r a hace orega y lue^ go l o c h i v o t e a y se l o d i c e a l a o t r a moza y a s i e s t a se - a g u a n t a y no l o va a h a c e r . 0 s i e l l a q u i e r e h a c e r l o , desde un p r i n c i p i o , a a b i e n d o l o se a r r i e s g a a l a v e r g ü e n z a de — que pueda s e r p o r una a p u e s t a y l o hace . Aquî lo que queda claro es que ante la cosifica ciôn femenina por parte del chico, la chica reacciona con suspicacia y temor. Entra en el juego tratando de sacarle el mejor partido pero consciente de los riesgos que corre. - 572 - La subordinaciôn real de la mujer al hombre aquî con - trasta fuertemente con la igualdad formai proclamada - en las encuestas (14 ). Otras chicas no relacionadas directamente con_ los discotequeros reaccionaban de parecida manera: J u l i a : (16 afios) . - de padre agricultor. Estâ̂ de pen siôn en un colegio porque estudia BUP.- Yo o r e o que — I 08 c h i c o s i n t e n t a n v e r p o r donde t e pueden t a n t e a r . A v e r qué pueden s a c a r de t i , de t u sexo q u i e r o d e c i r . A mi me ha pasado en l a d i s c o t e c a y con un c h i c o que '0 0 - n o c i a de t o d a l a v i d a . Y porqu e l e d i g e que no , ya e s ­ t â : ’ R e t r a s a d a i ' y yo l e d i g e : *Tu e re s un i d i o t a ’ d i g o _ " po rq ue s i t u l o q u i e r e s y yo no l o q u i e r o p o r eso no_ c r e o que sea t a n m a la . Tu t i e n e s t u s g u s t o s y yo l o s - m i o s " . S i no q u i e r e s se r i e n de t i , a n t i c u a d a , b e a t a . _ Son muy m a c h i s t a s . Yo c r e o que puedes t e n e r unas i d e a s muy l i b é r a l e s y muy p r o g r è s y no t e n e r que a c o s t a r t e - con q u i e n no t e da Xa pana. (15 ), i?asa.-(16 afios, clase obrera, estudia B.U.P,. pension monn. jas). Con muchos no pasa nada . Yo me he e n a o n t r a d o — con o t r o s que no c o n o c f a de nada y que a h o ra l o s co n o ^ co y con e l l o s t a n n o r m a l p e r o l o mâs c o r r i e n t e es l o _ que d i c e J u l i a . Que e s t o s aasos son o o a s i o n a l e s . Lo — n o rm a l que a una l e pase es l o que cu e n ta e s t a . Hoy, p o r 573 - c i e r t o me ha paeado una ooea b a e t a n t e d e s a g r a d a b t e . t a b a yo e e t u d i a n d o en e l p a r q u e y v i e n e un hombre a l l i , e r a j o v e n , unoe v e n t i t a n t o e . Bueno , ha e i d o h o r r i b l e . _ Be l l a m a d o a J u l i a . Bueno e e t a b a m a l € s im a y t o d o p o r - un t i o i m b é c i l que r e e u l t a que e s t a b a oasado . Y eso me ■ asquea m u c h i s i m o . P i e n s o que eso es s o l o p l a c e r y ya - e s t â , a s i de s i m p l e , s i n que i m p o r t e con q u i é n . Que l o han d e f o r m a d o . Tampoco q u i e r o d e c i r que sea s o l o p a r a _ t e n e r h i j o s n i m u c h i s i m o menos, p e r o a l menos que haya a l g o mâs e n t r e d o s , i n o ? , que l a m u j e r c u e n t e . Eso de - que t e m i r e n a s i como s i l o que t u s i e n t e s no e x i s t e . . M a i t e i i h î j a de pequefios autônomos de Barcelona. 16 afios. En pensiôn, estudia C.O.U.).-Yo e l o t r o d i a pu se V erd es a unos c h i c o s p o r e s o . Van a l a t a q u e , a m e t e r t e mano y cuando l e s p l a n t a s c a r a se a v e r g u e n z a n , no a r e a s . J u l i a . - Yo es que l e doy muchas v u e l t a s a e s t o , s a b e s , y no l o t e n g o c l a r o . Tampoco t e n g o c l a r o l o d e l m a t r i ­ mon io . Q u i e r o d e c i r que p a r a m i e l se xo es una co sa y - e l m a t r i m o n i o o t r a , y no me p a r e c e m a l , s i n o a l c o n t r a r i o que t e a c u e s t e s con un c h i c o s i t e va . P e ro l a s co^ sas a l o b r u t o como l a s p l a n t e a n l o s c h i c o s pues n o . - Porque t u n i l e s i m p o r t a s . En p a r t e soy muy t r a d i c i o n a l i s t a . Me g u s t a r i a e l c l â s i c o m a r i d o d e t a l l i s t a y t a l p e r o l u e g o p i e n s o f r î a m e n t e y veo que n o , que no soy - - 574 - mujer de un solo hombre, tengo la cabeza volada y me - gustan mucho los chicos. Mucho,&me entiendes lo que — quiero decir?. Pero ya viene el problema de que me pa­ rece que todos son iguales, que todos van a lo mismo y ahi tengo un cacao mental gordo... a mi me rebela no - poder tener verdaderos amigos y que te comuniques y que goceis juntos sin que pienses que se te van a reir. Tal como se plantean los tërminos de la rela - ciôn entre chicos y chicas, se percibe, por tanto, un_ deseo genuine de comunicaciôn y goce en companîa, fa - llido principalmente por causa de la represiôn sexual_ y de la impersonalidad con que el varôn plantea las co sas desde el punto de vista femenino. La represiôn en êl se manifiesta mâs bien con_ conductas agresivas y suspicaces, vacilantes, temero - sas en las chicas. Al fondo de la cuestiôn sexual se - alza una minusvaloraciôn femenina por parte de los chî COS que es claramente reconocida y rechazada por ellas. Transcribirê testimonios que lo dej an ver aûn mâs a propôsito de las relaciones amistosas. Aquî por el momento se manifiesta que en medio de las dificultades de comuniaciôn ellos y ellas ven - normales las relaciones sexuales fuera del matrimonio, e independientemente de ël, lo que se desarrolla en el acâpite siguiente. La sexualidad estâ aquî viva y pal- - 575 - pitante inquietando y despertando a los jôvenes. No pue do menos de citar a Baudelaire en una cita que encontrô en U.Cerroni (16 ): "El amor estâ sentado sobre el crâ - neo de la humanidad” y yo afladirîa sôlo cuando encuen - tra su forma de expresiôn deja que aquel vuele, desarro lie, imagine y cree. 576 - 4 2.2.-CONCIBHN CX5M0 NORMALES LAS RELACIONES SEXUALES ENTRE JOVENES NO COMPROMETIDOS. Asî se desprende de su conformidad con la propo sici6n: ”Es normal que un chico y una chica que salen jun­ tos habitualmente tengan relaciones sexualeshel 61.53 - por ciento que con ello concuerdan; excluyen, por tanto, la restricciôn de las relaciones sexuales a la conviven cia. Todavîa hay un .grupo de jôvenes mâs osados que juzgan normales las relaciones entre jôvenes que salen_ juntos por primera vez. ( ver cuadro 259) • Son tendencias reforzadas por el escaso nûmero de jôvenes acordes con el aplazamiento de las relacio - nés sexuales hasta que haya un compromise formai de no­ viazgo :14.10 por ciento e incluso de matrimonio:15.70 - por ciento. Conviene no olvidar que tras la primera mi­ nor îa hay un porcentaje mayor de dudas que tras la se - gunda. De tal manera que el rechazo a limitar el ejerc^ cio sexual complete al noviazgo es mener que el de aso- ciarlo estrictamente al matrimonio. Asî se mantiene la co herencia con la mayor inclinaciôn a relaciones de pare­ ja decididas autônomamente por la misma. Comparando estas actitudes de los jôvenes del Casco Viejo con las de los - 377 - jôvenes espafloles encuestados en 1968 por el C.I.S., y guardando las cautelas derivadas de un diferente plan­ teamiento de alternativas, aûn se pueden extractar ciertos cambios. En aquel aflo se preguntaba a los espano les de 15 a 28 afios: îEn cual de las circunstancias -- considéras justificado en un chico y una chica, el que tengan relaciones sexuales prematrimoniales? El cuadro n-260 . da los t.esultados, que compare con los de los jôvenes del Casco Viejo. Cuadro n° 260 Contestaciones que dan todos loa jôvenes respecto a relaciones sexuales: del de la chico chica (l) . ^ ^ % Si piensan casarse 11 9 Cuando hay compromise (2) Si estôn enamorados 10 9 formai de noviazgo 14,1 Si salen habitual- Si no es una relaciôn mente 61,5 Incluse la primera vez que salen juntes 30,8 Sôlo dentro del matrimonio 15,7 (512) puramente ffsica 4 4 Si son suflciente- mente mayores para darse cuenta de lo que hacen 14 11 Si se trata de la ônica chica/o con quien tiene rela- oiones sexuales. 3 2 Nunca 46 • 50 Siempre 1 1 No contestan 19 21 (978) (953) (1) Estudio 1051 del CIS sobre Juventud Espanola,1968.Iladrid p,B7 (2) Juventud General del Casco Viejo, Zaragoza, 1980, 578 - Pocas eran las diferencias en el juicio que exiŝ tîan para los chicos o para las chicas pero el cambio de mentalidad (incluso en el planteamiento de las preguntas por parte de los investigadores) es évidente. En el Casco Viejo de 1980 prédomina la decisiôn - autônoma de los jôvenes que salen juntos, aunque luego - se vea cômo esta decisiôn no es tan libre para las chi - cas como para los chicos. El hâbito del control del herma no sobre la joven, del control paterno sobre la hija, - del control social sobre la mujer reflejan los temores - anidados en una concepciôn social que rechaza a nivel profundo lo que acepta en el superficial. A pesar de ello se afianza con fuerza en el ânimo juvenil la permi- sividad de las relaciones sexuales, acompafiada de una -- bûsqueda de estrategias, comunes a los dos intégrantes - de la pareja, que garanticen un trato aceptable para am­ bos. En 1968 la respuesta mâs rotunda era, sin embar­ go, la negative a admitir relaciones sexuales prematrimo niales protagonizada por la mitad de la muestra. Habîa - ya, no obstante, una minorîa importante: 28 por ciento que se decantaba a favor de dejar la responsabilidad de la elecciôn en manos de la pareja, siempie que se diera - una relaciôn de amor y de consciencia por parte de los implicados. Es este grupo precisamente el que se ha ido am - 579 - pliando en generaciones futuras. Ha aumentado ligeramen te la minorîa que deja la relaciôn sexual prenupcial co mo prâctica permisible solo en situaciones de noviazgo, pero sobre todo ha aumentado la aceptaciôn del ejerci­ cio sexual complete libre de compromises formalizados - entre dos jôvenes. La encuesta de 1968 trataba de espe- cificar aûn mâs el grado de intimidad sexual que los jô venes consideraban apropiado para el primer éncuentro - con un chico o chica, o para cuando se sale con él o -- ella de vez en cuando. Nadie consideraba apropiado que - un chico o una chica que salen juntes con alguien de - - distinto sexo por primera vez se acuesten juntes. Sôlo - 1 por ciento lo admitîa entre quienes salen de vez en - cuando y 5 por ciento entre quienes son ya novios. Las diferencias de opiniôn an ambos périodes de tiempo son aquî mâs notables aûn (17). Veamos como se ha ido dan- do el cambio actitudinal. La misma tônica de rechazo a las relaciones In­ timas entre personas solteras en general del 68 era com partida por el 71.3 por ciento de los jôvenes (14 a 20 afios) en 1975, con mayor severidad en el juicio por parte de las mujeres: 79.9 por ciento que de los hombres, 62.7 por ciento ( 18). Ese mismo afto el informe FOESSA re - 580 - cababa la opiniôn de los espafioles todos, y jôvenes en particular sobre las relaciones prematrimoniales y los grados de intimidad permitidos a los novios: Cuadro n- 261 Espafioles en general 15-19 (1)20-24 No hay nada maîo en que una pareja vaya a pasear a si - tios solitaries 72 .6 90.8 90.8 Estâ bien que los novios se besen afin en lugares publicos . 36.0 55.8 53.1 Si unos novios van en serio se les debe permitir hacer el amor. 32.1 45.0 53.0 (1) III Encuesta Nacional de la Juventud 1975 dirigida por J.M. Lôpez Cepero Los espafioles tendxan, mayoritarlamente al mantenî mîento de las apariencias pero se mostraban mâs toleran tes en cuanto a las relaciones sexuales prenupciales que los jôvenes de 7 afios atrâs, y menos que los jôve - nés de ese mismo afio. Cuanto mâs jôvenes menos importan cia dan a las apariencias y de 20 a 24 afios es cuando_ se piensa mayoritarlamente en el noviazgo como momento_ y situaciôn de relaciôn adecuado para la intimidad amo- rosa de las personas, actitud compartida también por al tas tasas antes de los 20 afios. Puede decirse que los jôvenes refiejan extremada 581 - mente las opiniones que se van generalizando en el medio ambiente social que les rodea y con una. caracterîstica: que prestan atenciôn a los puntos admitidos o rechazados, mâs por sus contenidos que por el escenario social en el que toman lugar. Los jôvenes admiten o no que los novios se acaricien (36 por ciento lo admitîa en 1968 segôn la_ encuesta del C.I.S., que no especificaba si en pûblico o en privado), y que se besen (54 por ciento lo ve bien se gûn el informe FOESSA del 75,"aunque sea en lugares pû - blicos")segûn crean que âmbas son formas de expresiôn amorosa aceptables en el noviazgo, sea en pûblico o en - privado. Para el avance porcenrùcl en la ampliaciôn de con tenidos aornisibies en el noviazgo, ha;̂ seguido la evolu - ciôn del mundo adulto. 0 a su vez la han arrastrado como avanzadilla de una sociedad que, como Ortega decîa ya en 1927 ( 19 ), cada vez se precia mâs de ser joven. Cada vez valora mâs los elementos identificables con la juventud_ sobre los que representan a cualquier otro grupo genera- cional. La apertura juvenil a las relaciones sexuales prenupciales es cada vez mâs rotunda a partir de 1975. La encuesta sobre "Comportamientos sociales y Turismo*' rea- lizada en 1972 ya dejaba ver que el turismo, la emigra - ciôn, los mass media que acompanaron y colaboraron al -- - 582 - crecimiento econômico espanol de los anos 60 habîan tra^ do a Espana nuevas pautas de comportamiento que incluîan - nuevas formas de control sobre los hijos y una moral sexual mas amplia antes del matrimonio ( 20 ). Del 45 por ciento de jôvenes con edades compren- didas entre los 15 y los 19 anos partidarios de tenerlas en ese afio, se pasa al 73 por ciento que aâî lo afirma - ba entre quienes tenian su misitia edad en 1977 (21) . En el in terim una encuesta hecha a jôvenes estudiantes de la Unî versidad Autônoma de Barcelona daba tasas muy altas de - aceptaciôn de las relaciones sexuales: Siempre 4o,87 por ciento. Cuando exista convivencia aunque no exista matrî monio 40.55 por ciento. Sôlo cuando hay proyecto de matrimonio 4,26 por ciento Sôlo en el matrimonio 4,69 por ciento Nunca * 0,32 por ciento N.C. 9,29 por ciento Estas opiniones eran emitidas por 1.000 estudian tes (937 para ser mâs exactes) de los que 41,30 por cien to reconocian no haber tenido nunca relaciones sexuales__ y 57,2 por ciento admitian haberlas tenido. (22) Estudiantes universitarios y de una ciudad como Barcelona, con un grade de cosmopolitisme asociable al de las grandes ciu- dades europeas tiene que dar evidentemente niveles de -- - 583 - apertura mucho mayores que los que representan a toda la poblaciôn espafiola o a los colectivos especifîcamente -- obreros de ciudades mâs pequefias. Son importantes, pues, en tanto que reflejen la direcciôn de las actitudes van- guardistas que son luego seguidas por jôvenes de niveles éducatives muy bajos y de vivencias sociales mâs tradi - cionales. Ademâs, encuestas de juventud realizadas a par - tir de 1977 dan pistas sobre la amplitud de las nuevas - actitudes, extendible a contactes sexuales prenupciales_ sin asociaciôn con ningûn tipo de compromise formai en - tre los jôvenes. En realidad, ya en la encuesta de Eco de 1977 (23 )(dirigida a todos los espafioles) aparecîa un - 72 por ciento de jôvenes que lo que veîa correcte era "tener relaciones sexuales sin estar casados". El mismo porcentaje afirmaba que "las tendrîa sin réparés". Es de cir, que los jôvenes hablaban ya de un marco mâs amplio que el del noviazgo. Siguiendo en esta lînea, los jôvenes rurales aragoneses encuestados en 1979 ( 24 ) concedîan - en 54,6 por ciento de los casos que nara la nfâctica de las relaciones sexuales se requiere que el otro sea: Simple conocido 5,1 por ciento amigo 20,7 por ciento 584 - novio/a 18,7 por ciento cualquiera 10,3 por ciento Sucesivas encuestas hechas a colectivos juvenf - les en 1980-81 daban tambiên altas tasas de aceptaciôn - de las relaciones prematrimoniales. Por citar algunas de las consultadas: Los jôvenes de Getafe resporidîan en abrumaaora mayorla que "son correctas" las. relaciones sexuales entre un chico y una- chica sin estar casados: 90.6 por ciento, y pocos menos, 72.9 por ciento decîan que no era para ellos problema mo ral tener relaciones sexuales complétas con una persona de distinto sexo (25), Un 15 por ciento mâs afirmaba - no ser problema para ellos siempre y cuando la otra per­ sona fuera novio/a. Es decir, que se apoyaban en el com­ promise formal en porcentaje similar al que se ha visto anteriormente entre los jôvenes del Casco Viejo ( 26 ). Los porcentajes parecen estabilizarse en torno a mayorlas que aceptan sin reparos y minorxas que lo hacen con condicio nes especificas. AsI los jôvenes barceloneses encuestados_ en 1981 daban una tasa de 71 por ciento que juzgaban las relaciones prematrimoniales "aceptables" y un porcentaje de 9 por ciento que las vela aceptables segûn como (27). No se conoce la prâctica sexual real de ninguno de estos - 585 - colectivos. Pero si se tiene como pista la prâctica se­ xual de los jôvenes de la ciudad de Zaragoza, 29 por ciento de los cuales tienen una prâctica compléta y 36 por ciento incompleta (20 por ciento de ellos referida a la masturbaciôn) (28). Asî puês, parece confirmarse en los anos 80 que la juventud del Casco Viejo participa de los mismos im - pulsos que . ; la juventud en general, y que estos se caracterizan por actitudes muy générales de aceptaciôn y prâcticas mucho mâs restringidas de lo que son sus de seos. Todavîa se puede reforzar mâs la imâgen de tole rancia que la juventud da, si se analizan otras encues­ tas mâs, que se centran en la sexualidad femenina, siem pre mâs penalizada. La encuesta de familia del C.I.S. - realizada en 1980 ( 29 ) daba un 34 por ciento de jôvenes espafioles que afirmaba:" las relaciones sexuales comple tas son aceptables para la mujer antes de casarse, in - cluso si no se siente gran afecto por el chico". Porcen taje que casi doblaba al de la poblaciôn espafiola que - asî pensaba: 16 por ciento ( 30 ). Ya en plena redacciôn - de este estudio aparecen los anâlisis de la prâctica sexual de las lectoras de Dunia en Abril-Mayo de 1982. - 586 - Segûn se desprende de los résultées, la prâctica comple ta femenina va tomando cuerpo en tasas cada vez mâs al­ tas. Un 57 por ciento de las jôvenes han tenido relacio nes sexuales antes de los 19 afios y 3 por ciento antes_ de los 15. La motivaciôn ha sido amorosa en 62 por cien­ to de ellas (31 ); continûan, por tanto, en la lînea de vivir contactes personalizados y personalizantes ( 32 ) • Pero este es ya prolongarse en el tiempo mucho_ mâs allâ del que se refiere a los jôvenes del Casco Viê jo del 80. Anterior en el tiempo, e interesante como marco de referencia mâs amplio que el espafiol, es el e£ tudio de jôvenes (entre 18 y 30 afios) realizado por Roussel, Louis y Bourguignon, Odile en Francia, 1978. Chî COS y chicas veîan las relaciones sexuales prematrimo - niales como légitimas si la pareja se amaba, aunque es­ ta opinîôn dominante np représenta para el conjunto mâs que un tercio de los encuestados; 21,7 por ciento mâs - las admitîa sin ninguna condiciôn y 17 por ciento las - ligaba a los casos en que "ellos se conocen bien". La - - condiciôn de que los jôvenes tengan la intenciôn de ca­ sarse es requerida por 17 por ciento mâs de ellos. Nuevamente aparece el problema de la distinta - formulaeiôn de las preguntas que impide una estricta comparaciôn de resultados. Ello no impide la percepciôn de las grandes tendencias del pensamiento juvenil, que 587 se dirigen también aquî a la personalizacién de las re laciones y a dejar al libre arbitrio de quienes intiman el alcance y profundidad de sus contactes (50 por cien to de los jôvenes franceses avanza en esta direcciôn). La misma legitimaciôn de las relaciones sexuales en -- nombre del amor ha sido observada por Kooy aux Pays-Bas (1969), Schmidt y Ligurch en Alemania (1971), Letteberg en Suecia (1970), segûn citan los autores franceses (33) Los jôvenes del Casco Viejo participan, por tan to, de las actitudes comunes al grupo generacional de - los jôvenes, considerando como taies a los mayores de - 14 afios y menores de 30, en la mâs amplia de las esca - las de edad de las aquî registradas. Los resultados del Casco Viejo que muestran una gran permisividad sexual acompafiada de una prâctica baŝ tante a la zaga de las opiniones sustentadas da idea de las dificultades que experimentan, tanto para la puesta en prâctica de sus convicciones como para salvar los bloqueos psicolôgicos que les impiden incluse el acep - tarse a sî misraos en el papel que quieren desempefiar. Los jôvenes militantes explicaban en una entrevista, sus tensiones de grupo de pares y sus dificultades de - relaciôn con las chicas con quienes trabajaban polîtica mente. Los lazos de amistad y la atracciôn sentida ha - cia algunas de ellas les demostrô sus torpezas para afrontar las relaciones deseadas y les confrontô con -- 588 sus propias contradicciones. Tenîan entonces alrededor de los 18 afios: A.- Yo hahîa ooneeguido una (̂.(una de las chicas del g ru po^, Sîy pero es lo que decta antes E., que todo se — ptaemaba en la polîtica. Y en la vida diaria nadie sa- bia quê hacer^ aunque todos teniamos muy claro que ha- bia que hacer lo que nos diera la gana. Con toda la li bertad. En realidad, todo el mundo estaba esperando a que yo consiguiera una tia para ver si ellos podian — oonseguir una tia... porque si yo no ligaba, y era el - mâs listo, entonces todos estaban Justificados. No te­ nia por quê ligar ninguno... E.- Eres un cabrân, tampoco lo cuentea aai. A,- Eablando en claro y en plata aai era. Entonces, -- cuando yo ya empiezo y me enrollo con una tia, pues re sulta que era una tia que por J) o por o creô muchos — problèmes porque E y D estaban enamorados de ella, pero ninguno habia sabido dar el paso. Yo lleguê de ta mili como haciendo el borde, y me apoderê de ella, digamoa. Me lo consintieron, no sê, porque era yo. Un dia nos - fuimos a aenar. Yo dije: me gueta esa tia y manana »e_ lo voy a decir. Serd para mi. Bueno, fuê un planteamien to m%o,ino? porque ellos tambiên lo podian haber heaho. Estaba muy buena fisioamente aunque 7io me molaba en lo demds. En fin, no quiero hablar de eso, foder. E,- Yo me aauerdo muy bien, si, que cuando vino A. me - - 589 - oahreê porque ee la envottâ tan̂ facil. Me oabreê cuando dijo que se ta iba a enroltar, pero me importaba esc me_ nos que et no saber hacerto yo. Yo estaba m^y médiatisa do por ta politico, pero una cosa es hablar y otra hacer. D.- Pues, en un principio, pues si, pues te sentias fo- dido no?, pero en otro principio pues es lo mâs normal. Si tu eres un inûtit, si no tienes iniciativa, que eres un parao de la vida, pues es normal que te mojen. No — justifico a esta gaaho tampoco, pero me cabreaba mi miê do. y en otra ocasiôn, hablando del mismo tema: D.- Mira, es que nosotros eramos muy raros. Somos muy - raros y ellas también lo eran. Preg.: iPor quê decîs que êrais muy raros? E.- Joder, porque tenemos una composiciÔn mental de la- hostia. Estabamos deseando de tirarte una tia y ellas - tambiên, pero habia un abismo entre lo que pensâbamos y lo que haoiamos. A.- Hablamos mucho en grupo. Un dia, mâs de dos horas y media echando eh oara cosas y, bueno,la cosa trajo oola, no créas, pero al final quedamos bien entre nosotros. El - problema eran las tias. Hablaron mucho del bloqueo sentido con las chi­ cas, de su frustraciôn y de lo dificil que les résulté superarlo. Sôlo lo superaron individualmente cuando rom - 590 - pieron el grupo y cada cual bused otros amigos y otros intereses. Se negaron a grabar todos estos diâlogos por­ que el tema era doloroso todavîa. Ahora se siguen vien do y acuden a los otro^ conscientes de los fuertes la­ zos que les atan pero ha desaparecido ya el poder de - presiÔn del grupo o su fuerza inhabilitadora.La edad - ha jugado tambiên un papel importante en su desbloqueo. Mâs adelante presentarê la pandilla como reguladora de conductas y la fuerza militante que les uniô. Lo que - querîa aclarar aquî, mâs bien, era la dificultad perso nal de actuar de acuerdo con sus propias convicciones. En parte, porque estas respondîan a una concep- | ciên social suscrita pero no digerida totalmente; un - - | comportamiento libre de prejuicios y de presiones so - [ ciales les resultaba atrayente. Carecîan, sin embargo, I del apoyo social prêximo necesario para llevar a la prâctica lo que respetaban ideolôgicamente. Por ello - ! necesîtaban o exigîan que el lîder del grupo manejara_ las situaciones para aprender a manej arias todos ellos. De hecho su crecimiento biolêgico y su apertura a otros grupos de amigos ha facilitado posteriormente un comportamiento fortalecido por aquellas convicciones. Y ahora que tienen entre 20 y 23 anos, que par - 591 - ticipan cada uno de experiencias distintas pero siguen manteniendo la amistad entre ellos, hablan de las rela clones sexuales entre jôvenes no comprometidos , con la naturalidad de quién las pone en prâctica o al menos - Ve que compafieros cercanos lo hacen ya sin traumas. A.- Yo lo que neoesito es una tia que sea sinoera, que_ haya un aoncepto de entendimiento entre los dos y que, si estâs a gusto y te comprendes bien, pues la lieras a la aama. B,- Yo pienso que oon una tia puedes llegar en una no- ahe a una oompenetraciân total oon ella. 0 sea, enoon - trarte a una tia en una verbena, enrollarte oon ella y_ Ver que estâs de putisima madré y que te apeteoe a ti - irte a la aama con ella y a ella contigo y te vas a la cama, y te lo pasas de puta madré y despuês, al otro — dia a lo mejor puedes seguir o no, eso ya lo veremos. - Pero irte forzado a una cosa me parece que es totalmen­ te imbêcil. A.- Pero eso es distinto a lo que las chicas se plantean Es necesario el entenderte en la cuestiôn sexual, - pero te cansas, no?. Lo que las chicas se plantean es - una relaciôn a anos luz, y eso te cansa. No lo critico. Simplemente me hace gracia. E.- Es que eso estâ fuera de la realidad^ y la realidad - 592 - es muy distinta. La sinceridad es fundamental. Que las cosas sean sinceras, que yo la conozca y ella me cono^ ca. Que yo sepa de ella y ella de mi. Eso es lo que yo quiero oon una ohica. Tu (ellaj haz lo que quieras. — Haz lo que te dé la gana. Y con eso no quiero decir ve_ te con aquel, aouéstate con aquel, ■ eraollate con este y acuêstate con este. Simplemente que tengas tu vida - normal y oorriente. Que yo no sea para ti un muro quo­ te sépara de los demâs. Ni tû para mi. Pero para esto es necesario muohas veces que - te encuentres con una chavala que no la conooias de na da y mirante acuestas juntos y al dia siguiente tû te- Vas por aqui y yo me voy por alli. Esto no quiere de - air que si te ves por la calle no le digas ni hola, - quê tal?. Se lo dices, y ya estâ. Simplemente que te - has libèrado de muchas cosas (con la relaciôn sexual), de tensiones que tienes y ella tambiên. D.- Eso si que es normal. Es lo natural. Ha pasado, pa sa y pasarâ. Te enrollas con una tia, al final sale - bien y te echas el polvo, Ya estâ. Eso es distinto al- planteamiento que otros tienen. Que cada vez que vayas a buscar una tia, vayas pensando que te vas a ir a la- aama con ella. Yo por lo menos, no me hago ese plantea miento. Yo, cuando voy a ligar con una tia no voy pen­ sando en que me voy a ir a la cama con ella. En princi_ pio sôlo pienso en ligarme a esa tia porque la he visto - 593 y responde mâs o menos a unas caraoteristicas y voy a procurai* enrrilarme con ella. Pero la situaciôn de - una noche es distinta. Son situaciones de esas que te salen. A veces de una guerga, pero yo llevo dos meses con una tia. Bueno, llevàba, y no me he acostado con- ella. 1 no me hubiera importado seguir siete meses — mâs oon ella y sin acostarme, porque la tia me llena- ba en otros sentidos y podia pasarme sin acostarme — oon ella. C.- Una vida cargada de espiritualidad, la tuya, D. nombre, a mi me gustaba la tia y me llenaba, no?. C.~ No, si yo mâs o menos lo veo asi. Yo me he oomido tanto la cabeza con el sexo que, en cierto modo, cuando he Itegado a eso me ha deoepoionado un poco. Porque - no es tanto como la gente se plantea, como te han di- cho.Basta que no te acuestas con una mujer tienes una aureola, un sueno. De que te lo pasas de puta madré. - Te lo pasas bien, pero nada del otro mundo. Es una des mitificaciôn de algo. Vamos, que la mujer te puede in- teresar ademâs por otras cosas, ademâs del polvo. Las actitudes de los militantes hacia las chi­ cas no difieren de la de los jôvenes que acompanaban a Rosa la joven dômestica y sus, amigos en una discoteca de la -- ciudad y que transcribo en pâg. 606. Las exigencias - de compenetraciôn para hacer el amor existen pero con- 594 - metas mâs cortas que en las chicas con las que he habia- j do generalmente. Sôlo Maite, la joven estudiante de COU | las admitîa y decîa haberse acostado llevada por el im- [ pulso amistoso sin contactes prolongados por mâs de uno | o dos dias. |[Las demâs compafieras de pensiôn lo aceptaban, • aunque no para sî mismas. | .4.2.3. -RESfAN IMPORTANCÎA A LA VIRGINIDAD PREMATRIMONIAL I Dos proposiciones analizaban las actitudes juve | niles en torno a la virginidad. Una de ellas referida a I la virginidad masculina y la otra a la femenina: [ "Es importante que una chica llegue virgen al matrimo - | nio" obtenîa un 50.6 por ciei\to de reacciones en contra. | "Es importante que un chico llegue virgen al matrimonio" obtenîa un 53.5 por ciento de respuestas disconformes. . Es évidente que los jôvenes estân haciendo un - esfuerzo consciente por ser igualitarios y exigir la -- misma conducta moral a ambos sexos.Todavîa es ligeramen te mayor el porcentaje de jôvenes que creen légitimé man tener a la mujer virgen hasta el matrimonio: 22.4 por - ciento que los que asî lo creen respecte al hombre 16.6 por ciento. Los indecisos son mâs o menos los mismos. En este sentido los cuestionarios aplicados por Roussel y Bourguignon a jôvenes franceses en 1978 afia -- - 595 - dïan una interesante matizaciôn.. Preguntaban por la impor tancia de la virginidad femenina. Y aquî, poco mâs de 20 por ciento de jôvenes se oponîa a las relaciones sexuales prenupciales porque læ consideraban importantes ̂como en - el Casco Viejo de boy. Pero esta minorîa se reducîa a 15 por ciento cuando se les cuestionaba sobre la viabilidad de mantener esta prohibiciôn. "Es una régla buena, digna de mantenerse" respondîan, "pero imposible de hacerlo". (34). Existe, por tanto, la percepciôn de las orientacio nes sociales de permisividad en el comportamiento y en la conducta real que les acompafia. Lo que hace mâs dificil - de mantener cualquier prohibiciôn o restricciôn de conduc ta no avalada por el clima social circundante. Clima que,- en Espana, ha cambiado bastante en los ûltimos anos a ju^ gar por la evoiirciôn de los porcentajes. Los espafioles de 1970 eran 'partidarioa mayoritariamente sa-ïa sê y a , p e r o me a l e g r o que e s t a s o t r a s p i é n s e n i g u a l . Ademâs soy muy t o z u d a y no me l a s vas a s a c a r . A m i con e ^ t a s i d e a s me va b i e n . A . - Ya veo que e r e s muy t o z u d a p e r o s e g u i r e m o s h a b l a n d o e l d o m i n g o . Ya t e o o n v e n o e r ê , ya . Roea.-Tû me vas a' a o n v e n o e r a m i ! Yo, a s i h a s t a que me c a s e ! . El discurso de A. aquî que intenta "conquistar" a Rosa es distinto al de los discotequeros. La relaciôn sexual entre dos personas que lo desean le parece normal y la vir ginidad absurda. Nada de los contenidos morales penalizado res de la cesiôn femenina estân aquî présentes. Por eso, - las chicas sôlo argumentan en su apoyo la importancia del- afecto. Tal vez porque en esta etapa de la relaciôn no pue V den aûn entrar a discutir sobre lo demâs. Carezco del testimonio de alguna joven embarazada- que pueda explicar su visi6n del problema. A fàlta de ello queda aûn la interpretaciôn que la madré de Rosa ( 41 jhace. Yo lo escuche de Rosa la hija: E l l a q u i e r e que nos cas e m o s - v i r g e n e s , p e r o d i c e " y o me ca sé aon ê l y l a o t r a a h i se que d â , a s i que m i r a ! yo l o supe h a c e r . Pe ro v o s o t r a s a h o r a a ■L. .c a s a r o s b i e n ! Se estâ defendiendo de las acusaciones dando la idea de que engano mas que fuê engafiada? îTuvo el plan de- engafiar?, iCediô por amor?. Teniendo en cuenta la importan - 608 cia del matrimonio para una mujer que hoy tiene 49 anos, cabe concluir que casarse embarazada es mejor que quedar se soltera y por tanto la bûsqueda de una situaciôn asî- puede entrar dentro de sus planes. Rosa afirmaha. En mi ba r r i o n a d i e ee ha aasado v i r g e n . i M i s v e o i n a s ? , to d a s d e - t a p a d i l î o , no- c r é a s . Mi madré l o d i c e , o t r a s no , p e r o s e - sahe.-,_ Tengo constancia de que,e£ectivamente, varias de las mujeres del vecindario se casaron embarazadas y lo - siguen haciendo, pero se requerirîa un estudio de motiva ciones que diera luz sobre intenciones y conductas asî - como la moralidad subyacente a las mismas. C6mo serîa im portante descubrir bajo quë circunstancias una mujer acu de a comportamientos penalizados y que entrafian un ries- go personal*, el de la solterîa en condiciones de embara- zo. . Tal y como se plantea el valor de la virginidad- aquî queda muy confuso su contenido o tal vez sôlo muy siraplificado, pues ,a primera vista ûnicamente significa previ­ sion del embarazo. Cabe preguntarse si ello se debe a nê gativa de tomar medidas anticonceptivas porque la morali­ dad vigente las rechaza y los jôvenes aceptan esa moral. 0 porque los jôvenes encuentran dificultades especiales- en conocer y utilizar anticonceptivos, aunque lo harîan en circunstancias favorables. 609 - Carezco de evidencia empîrica para adentrarme en este terreno. No obstante, un recuento de los impedimentos vistos y sentidos por los jôvenes para un ejerclcio sexual libre apunta mâs a factures morales y sociales de peso que a la sola dificultad de accéder a medidas anticoncep­ tivas, mas bien derivada de aquellos. Los juicios sobre las jôvenes que bajan sus defensas, hechos antes por los dis­ cotequeros, sus propios tanteos de lo prohibido, hacen ver, sin embargo, que las pautas de comportamiento son -- aûn muy restrictivas y que la përdida de la virginidad es un fallo en sî aun cuando no le sigan consecuencias de rivadas de la fertilidad femenina. Este es un punto de -- conflicto entre las opiniones y deseos de los jôvenes que se debaten en postures contradictories. Quieren respon - der a un mensaje social de aperture y de hecho lo encuen­ tran razonable- Pero al mismo tiempo una aperture asî les confronta con problèmes personales no resueltos. Y aquî - se introduce otro elemento muy importante: el de la pro - pia imâgen masculine. Los jôvenes discotequeros, que como tantos otros jôvenes encuestados (44.87 por ciento) no han tenido relaciones sexuales complétas encuentran mâs fâcil enfrentarse a una mujer virgen que a otra experimentada - sexualmente. Porque con la primera pueden juger diestra - mente su papel iniciador y con la segunda ven disminuida- - 610 su propia imagen. Dejo que elles mismos lo expliquent K . - M i r a , en eso de t a v i r g i n i d a d , yo soy ma- c h i s t a en eso . S i puedes p o n e r t e l o s o u e r n o s con o t r a y que l a o t r a f o l l e y l a t u y a n o , eso es m e j o r . V .~ Pe ro h a b l a n d o en s e r i o . S i l a c h a v a l a que s a l e — c o n t i g o no es v i r g e n pues no pasa nada N . - No pasa nada, p e r o una cosa es s a l i r a h o r a y o t r a aosa es c a s a r s e con e l l a . K . - Hombre, yo l e p r e g u n t a r i a . La c h i c a que s a l e c o n - migo a h o r a yo l a he v i s t o m o r d ie n d o aon o t r o y no h a - pasado nada . M i e n t r a s f u n d o n e con mi go . Cuando yo no - l a Veo que haga l o mismo que yo hago, pues b i e n . P e ro s i me f u e r a a c a s a r con una c h i c a se l o p r e g u n t a r i a . No me i m p o r t a r i a , p e r o me g u s t a r i a que me l o c o n t a r a , no - p a r a d e c i r l e nada, T e n d r i a c e l o s d e l o t r o , no de e l l a . De d e c i r : l E s que yo l o hago m e j o r q u e * e l o t r o o p e o r ? p e r o no me i m p o r t a r i a . ( 42 ). V . - A mi me i n t e r e s a r i a . Me g u s t a r i a que me l o c o n t a r a . Me voy a c a s a r aon e l l a , iCômo no me voy a p r e o c u p a r - quê ha s i d o a n t e s ? ( 43 ). I.- Yo de f i n i t i v a m e n t e se l o p r e g u n t a r i a " P r e g . - l Y c o n t a r l e a e l l a l o v u e s t r o ? Todos categoricamente |N0; V . - Y s i t e p r e g u n t a l e metes una b o l a y ya e s t â . C o n t a r , no. 611 - K.- Ten en cuenta que etla .puede estarte mintiendo tam bién. I.- Séria mejor haoeree et chulo mira. Y averiguarto todo. Adânas de la importancia de mantener una imâgen de sî mismos como hombres diestros, dejan ver una concepciôn- distinta e inferior de la mujer respecte a la concepciôn - que tienen de sî mismos. Consideran importante por no de - cir imprescindible conocer el pasado (sexual) de su mujer e igualmente importante mantener la réserva sobre el pro- pio. Se creen por tanto con derecho a su intimidad y a - la de su mujer, lo que da senales de que la consideran a ella como una propiedad suya en ciertos aspectos y que le gitiman el engaRo mutuo y propio como medio de mantener - las relaciones en un punto ôptimo. Al hacerlo siguen la pauta de comportamiento de - sus padres. Estos son los jôvenes que declaraban en el ca pîtulo de familia; Yo creo que l a màyoria de nuestroe vadre,delani de lo8 hijoe se muestran unidos. Pero uno sabe que es una pantomima, teatro... hacen tas cosas no por tos hijos, — aunque es to que dioen, sino por tradiciân. Se mantienen- unidos porque no queda mâs remedio. Aceptan pues el engaRo, sobre todo el propio y - - con ello no hacen sino seguir la conducts tradicional del - 6 1 2 - hombre y reivindicar los derechos adquiridos por la fuerza de la costumbre. Les preguntë su opiniôn sobre la apertura del hom­ bre y mujer casados a otras relaciones amorosas. He aquî - sus respuestas: K . - A h i e s t a e l p r o b l e m a que yo d i g o y p o r eso c a s a r s e e s - un r o l l o . A mi me j o d e r i a v e r un gâché que t e e s t â f o t t a n - do a mi m u j e r . S i yo t o hago y no me e n t e r o o e t t a no se - e n t e r a e n t o n c e s , b i e n . Pe ro que no me to c o n t a r a . S é r i a - - una i n f e t i z a l h a c e r l o . Insist! todavîa aobre la posible relaciôn con otro hombre por parte de ella o con otra mujer por parte - de él excluyendo los tërminos del engano: K . - Yo no t o o o n s e n t i r i a . S i e s t a s casado ya t e has a t a d o . Es una e s c t a v i t u d y t a e s a t a v i t u d t i e n e a t g u n o s d e r e c h o s . Bueno, p a r a e t hombre. I . - Bueno s i e m p r e ha e x i s t i d o que e t hombre se a c u e s t a - con q u i e n te p a re a e y t a m u j e r e s t a a t a d a p o r e t m a t r i m o - n i o . K . - P o r eso yo no c r e o que e s t â b i e n c a s a r s e . A l menos p a ­ r a t a m u j e r . De to d a s t a s f o r m a s t o s hombres f o t t a b a n mâs a n t e s . En p l a n p u t a s n u e s t r o s p a d r e s to han hecho m u c h o — mâs. Los j ô v e n e s de a h o r a , de v e i n t i t a n t o s anos q û i e r o d e - c i r , se fuman un p o r r o y se quedan mâs c o n t e n t o s que e t co_ pân. A n t e s no t e n i a n eso y t a s p u t a s o a to m e j o r t a n o v i a , aunque d e a i a n que con t a n o v i a no. Yo c r e o que t o d o ha s i - - 61 3 - do un montage euperftuo. Para estos jdvenés el montaje es supérfluo por que han descubierto el engaRo, porque en cierta medida lo aceptan tambiën, o al menos lo creen inevitable den tro del matrimonio tradicional. Las actitudes se libe- ralizan cuando se trata de aceptar que:"Las parejas de mâs de 18 aRos deben estar juntas hasta la hora que quieren": 58.01 lo aceptan y sobre todo, sôlo 7.69 por ciento lo rechazan. Los jôvenes en duda ascienden ya a una cuarta parte. Por supuesto que la intervenciôn pa- terna en la bûsqueda del novio/a consigue un rechazo - masivo de 83.65 por ciento, pero una proposiciôn asî de general no hubiera podido obtener hoy dîa ningûn otro- tipo de respuesta. No es digna de mucha atenciôn si no es para medir la vivacidad de la reacciÔn defensiva de la autonomîa juvenil en su vida afectiva. - 614 4 . 3 LA nXTERIRNCIA PERSONAL ES LA FUENTE PRINCIPAL DE IN- FORMACION SEXUAL, IMPEDIMENTOS Y BLOQUEOS A la experiencia personal deben la mayor parte de la informaciôn sexual que ahora tienen 36.2 por ciento de los jôvenes quienes constituyen el grupo mâs compacte de- respuesta. Ya en el capîtulo de familia se viô la precarie- dad de la informaciôn que los padres daban, seguida por - la de los maestros y cômo los jôvenes les atribuîan el de recho y la obligaciôn de darla. A falta, pues, de este re - curso acuden a los amigos, pero como estos sufren de los mismas perplejidades no queda sino buscarse la vida por - sî mismos. Quienes asî lo han hecho son quienes han teni­ do o tienen ya relaciones sexuales y quienes avanzan en - escarceos, y son tambiën quienes mâs juzgan que la infor­ maciôn recibida es suficiente: 25.6 por ciento de la pobla ciôn total. Sin embargo quienes ven esta como insuficien- te son un grupo igualmente numeroso: 29.16 por ciento. Claro que en conjunto abundan mâs las opiniones positivas que negativas. Asciende a 43.26 por ciento el numéro de - jôvenes que juzga suficiente y adecuada la educaciôn se - xual recibida mientras que los demâs o la ven precaria o- han carecido de ella (cuadro 262). Nadie cree que haya sido perjudicialj este es otroda to interesante pero sî queda clara la pobreza de las ins- - 615 - tituciones sociales para facilitar al joven destrezas - sexuales en su adolescencia. Asî como en las sociedades primitives se explicaban los ritos en el momento adecua do de usarlos, no antes, hoy se informa verbalmente al joven mucho antes de su iniciaciôn prâctica. Asî sabe quê hay que - hacer, pero no cômo hacerlo (44 ). La inhibiciôn paterna es fruto de la rigidez social todavîa imperante y que - los jôvenes declaran ser la causa de las suyas No solo su propio juego sexual es escaso sino que estan conven- cidos de que lo es para todos sus contemporâneos. A la- pregunta &Es satîsfactoria la prâctica sexual entre los jôvenes de tu edad? sôlo 5 por ciento cree que lo es ab solutamente. Dicen no-57 por ciento. La mayorîa de ellos "va tirando” con lo que puede experimentar y la minorîa se queja con mâs firmeza de que no lo sea por la represiôn que hay. ( ver cuadro 6̂3) La represiôn en el comportamiento sexual se ha­ ce mâs précisa al especificar los impedimentos con que- choca la sexualidad mâs a menudo. Tabues morales y so - ciales son senalados por 41.34 por ciento, familiares - por 16.34 por ciento mâs. Dan lugar a un 58 por ciento- que insisten en lo mismo: la sociedad restringe, contro la el libre ejercicio sexual de los jôvenes. Exactamente como Reich lo decîa en 1932 ( 45), y lo liga al matri- - 616 - monio. Incluse fuerza a los jôvenes a casarse cuando la fertilidad femenina deja ver claramente la relaciôn exi£ tente entre dos jôvenes. En el caso de las chicas ya se ve que el temor paterno al embarazo prenupcial sirve pa­ ra controlar sus salidas de casa, pero no para darles una informaciôn adecuada y mucho menos para facilitarles los medios de prévenir este embarazo. Los padres quieren evitar laè relaciones sexuales de sus hijas y lo hacen - con avisos mâs o menos velados, con consejos e incluso - con silencios cargados de sentimiento. Algo de esto se - viô en las respuestas de los jôvenes encuestados a la -- pregunta que les interrogaba sobre la actitud de los pa­ dres hacia los amigos del otro sexo (eiD el capîtulo de - la familia). Los testimonios de la s jôvenes Francisca y- Reyes, en el apartado del "autoritarisme paterno" aporta ban tambiôn sus experiencias en este sentido. Algunas ex periencias mâs nos trasmiten las jôvenes estudiantes que vivén en una pensiôn religiosa y estudian en centres de - formaciôn del Casco Viejo. Sus edades son entre 14 y 17 afios. Sara.- Yo a tos seis anos ya sabia todo lo que hay que - saber por amigas mayores. A tos ooho anos ya me habia fî gado en revis tas y demâs pero no porque me to hayan di - cho mis padres o haya recibido una educaciôn. Luego en - et cotegio un profesor digo atgo, mi hemana me expticô - cuando me vino ta regta. - 617 - J u l i a . - Una ae e n t e r a de t o d o p o r a m i g a e . Yo c r e o que a i t o d a s sa b ia m os que nos i h a a v e n i r l a r é g l a y l o que e r a pues e r a p o r ami g a s . M a i t e . - L o s p a d r e s no l o i n t e n t a n nunoa . Les e n t r a m ie d o . Y a m i p r e g u n t a r l e s t a m b i ë n . J u l i a . - Yo veo esoT que l o s p a d r e s t i e n e n mucho m ie d o . - Yo a h o r a me e s t o y c o n a i e n c i a n d o de que a m i s hermanos no l e s pa se es o , l e s h a b l o de l a s e x u a l i d a d . No q u i e r o q u e - anden como t o n t o s p r e g u n t a n d o como yo . R o s a . - Yo c r e o que l o s p a d r e s no t e c u e n t a n co sas p o r q u e t i e n e n m i e d o , p e r o ademâs c r e e n s i e m p r e que e r e s dem as i a do pequ ena . Cômo t e e x p l i c o . Tu e r e s de su p r o p i e d a d y - c r e e n que l o sahen t o d o de t i o no l e s i m p o r t a t u v i d a - f u e r a de e l l o s . Es que no l a t i e n e s . E l l o s t e han t e n i d o , l u e g o t i e n e s que a y u d a r l e s . Su o b l i g a c i ô n es a l i m e n t a r t e y v e s t i r t e . " M i e n t r a s e s t e s b a j o m i t u t e l a t u t e n d r â a que h a c e r l o que d i g a y o " . Y eso es e s t a r b i e n c o n t r o l a d a — p o r s i ac a a o . M i hermana se ca sô embarazada y m i s p a d r e s t i e n e n miedo que yo haga l o mismo. Y l u e g o e s t â mi herma no que es un m a c h i s t a y que anda d e t r â s e s p i a n d o . E l ha ­ ce l o que q u i e r e , p e r o t u . . . Yo t a m b i ë n s é de una c h i c a que se marahô a un Ao t e l y v i n o embara zada . Y en e l p u e b l o se d e c i a que s i e l h i j o e r a de un mozo d e , bueno se e n r o l l ô t o d o en e l pue b l o y e l l a t a n f e l i z , Todos c r i t i c a n d o y d i c i e n d o f - i j a t e 6 18 quê verguenza, los padres muertos de vergüenza. De hecho hay gente que se tiene que casar porque estâ embarazada. ï son tan felices a pesar de la gente. Pero la gente -- siempre va hablando. Maite.- ïo aonozao una que tuvo novio. Con êl tuvo un hi go y no se aasâ con êl ni viven juntos y la miraban muy- mal aqui en Zaragoza. P i l i . afios, hija de campesyios, estudia administrate vo y trabaja por horas en una casa);- ïo por ejemplo, si estoy en fiestas en mi pueblo y estoy con un chico que - me gusta pues me corta mucho y me llego a eeconder por - lo que la gente dirâ. A mis padres les puede ocasionar - problèmes. ï si que teoôarta mucho. Te han inaulcado unas- ideas de matrimonio y cuando haces algo que ves que te - sales un poao de eso pues... Maoarena. (.15 anos, hija de agricultores,, estudia admi^- .nistrativo).:- ïo creo que si que te influye mucho la gen te. Te miran de una manera y otra. ï no solo en el pue - blo. Aqui tambiën. Entonoes tienes que hacer las cosas - de una manera que no se entere mucho la gente para que - despuës no puedan hablar. En el pueblo mi madré se eseandaliza de todo ! - Que no vayas allif, que hay droga y te llenarân la tripaS Se escandalizan de todo. Pili.- A mi igual Icuidado, no cojas nada de lo que te - 619 den!. Maoarena.- Y no hebae nada! Begona. (mismo origen y edad, estudia administrative).- Mi hermano es mâs machista! Se tiene que enterar de con quiên voy, quê hago, a donde voy tes domingos. Si me — viera fumar un porro y se entera me mata. Desde aquî la conversaciôn se centré en el porro del que se hablarâ en otra ocasiôn. Los jôvenes encuestados daban ademâs otros impe dimentos al ejercicio sexual extra-o prenupcial, que de rivando del mismo control social hacîan hincapiô en as­ pectos especîficos del mismo: la falta de anticoncepti­ vos (10,25 por ciento), de lugares apropiados (9,29 por ciento) e incluso la poca disponibilidad econômica 1,9 por ciento. Comparando la percepciôn de impedimentos socia­ les entre los jôvenes del Casco Viejo y los de un pue - blo aragonés al que preguntâbamos lo mismo en 1979 apa- recen algunas diferencias: Cuadro n® 264 Impedimentos con que choca la sexualidad Casco Viejo 80 Tauste (pueblo arago- _____________ nés) 79_____________ Tabûes sociales 21,15 33,3 Tabûes morales 20,19 31,3 La familia 16,98 11,8 - 620 - - Falta de anticon ceptivos 10.25 2.2 - Falta de luga­ res apropiados 9.29 3.7. - Impedimentos econômicos 1.92 1.4 - No sê 16.34 9.6 - N.C. 3.84 6'6 ! 11)0(312) 100(135) i tDisminuye en el Casco Viejo de la ciudad la per- [ r cepciôn de tabûes; Es importante, o mâs importante rela- [ tivamente, la dificultad de contar con medios anticoncep- ^ tivos y con lugares apropiados. Es decir, que conforme - ? disminuye la presiôn moral que la sociedad ejerce o que- \ el joven percibe como importante freno a su prâctica au- | menta la conciencia que êste tiene de la falta de recur- | SOS inmediatos que faciliten su actividad sexual. Esta- i falta es una medida importante de la presiôn social pero el que los jôvenes la argumenten como impedimento indica que han alcanzado un mayor nivel de libertad personal respecte a restricciones morales y que buscan caminos prâcticos de ejercer su sexualidad. E indica de paso que su informaciôn sobre los posibles medios de anticoncep - ciôn es sustancial. Los discotequeros del Casco Viejo ha blaron de estas medidas con cierta familiaridad, aunque- los grades de placer sexual que atribuîan a cada uno se- 6^1 - basaban en lo oîdo y no en 1,0 vivido, Quienes sî dan la medida de sus conocimientos sobre la anticoncepciôn son los jôvenes barceloneses en el 80. Sôlo 7 por ciento, no conocîan ningûn mêtodo de anticoncepciôn, (lo cual es preocupante, puesto que habîa entre ellos jôvenes de to das las edades, incluso de mâs de 21 afios. Sin embargo - esto no resta importancia a que 91 por ciento de los jô venes conozcan varios de ellos) , cifra que dà la medida de los avances que la informaciôn formai institucional- y las iniciativas personales y del grupo de amigos van- logrando ( 46 ). Y volviendo al Casco Viejo la importancia que- los jôvenes dan pues al imposible o muy difïcil acceso que tienen a los anticonceptivos, y a lugares apropia­ dos para el contacte întimo indican que si la actitud - social fuera distinta taies restricciones irlan desapa reciendo. Hay todavîa un 20 por ciento que no sabe qué responder o no responde. En esta perspectiva hay que releer los dates de la inhibiciôn paterna (paterno, materna) a informar a - sus hijos, ya vista. Son ellos quienes transmiten las- normas de comportamiento sancionadas por la socie?-- dad y quienes reflpian los cambios acentables y las ré moras al cambio. - 622 - La sociedad no brinda hoy por hoy toda la informa ciôn que puede dar y mucho menos los medios asequibles de introducirse en una dinâmica sexual libre. Debido en par= te a la renuncia o abandono que la sociedad adulta ha he­ cho de los ritos de iniciaciôn sexual de sus adolescentes. Ha renunciado al menos a la transmisiôn de los contenidos expresivos de esta iniciaciôn, porque su informaciôn es - meramente verbal. Y verbalmente sôlo se pueden transmitir conocimientos biolôgicos y mëdicos, pero no maneras de ha cer y sentimientos en ellos generados. Este vacîo no se debe a un olvido involuntario precisamente sino a la fuerte asociaciôn tradicionalmente establecida entre relaciones- sexuales y compromise de pareja. Es a la pareja, y al hom bre en ella a quien se ha dejado la tarea de la inicia ciôn y a quien ee ha provisto de cauces de adiestramiento mâs o menos marginales y mâs bien ocultos (47 ). Porque oculta y ocultable ha sido concebida la prâctica sexual - de quien tras el matrimonio alcanza el derecho a su ejer­ cicio. Habrîa que profundizar mâs en la exploraciôn de los- alcances e impacto que la informaciôn adulta, reducida a los conocimientos técnicos necesarios, estâ produciendo - en la creaciôn de ritos expresivos adolescentes propios - de una "cultura juvenil" que disocia el sexo del compromis - 623 - so y lo asocla con el amor y la compenetraciôn mâs o me­ nos intensa de las personas. Ritos de los que se tienen algunas pistas parciales en los testimonios de los disco tequeros que aquî y en el capîtulo de amistades se van - exponiendo. Y que aparecen como ensayos mâs o menos tor- pes o hâbiles de acercamiento al otro gênero. Que apare­ cen asîmismo necesitados de cauces adultes de expresiôn,, reconocidos por mayorîas absolutas de todos los colecti- vos juveniles que se ha entrado a observar en este estu­ dio. 4.3.1.: LA PROSTITUCION-ES UN CAUCB DE INICIACION ..SEXUAL MASCULINA. Uno de los pocos cauces de iniciaciôn sexual maŝ culina extramatrimonial transmitidos por la sociedad adulta es la prostituciôn. Por ello que, aunque no es la prâctica mâs deseada precisamente por los jôvenes es aceptada en su existencia y en su valor para la solucîôn de necesidades de emergencia. Los jôvenes como sus mayores miran a las prostitutas como un buen remedio si nô para- sî mismos, sî al menos para su grupo generacional. El cuadro siguiente ilustra estos comentarios: - 624 - Cuadro n° 265 Relaciôn entre: opiniôn sobre satisfacciôn con prâcticas sexuales de la generaciôn juvenil y opi­ niôn sobre asiduidad de trato con prost^ tutas - No son Acuden normal. 5 satisfactorias Ocasionalmente 16 Para aprender 35 Hay mucha re­ No c 20 presiôn. No sé 24 100 % - No del todo pero Acude normal. 5 va Ocasionalmente 25 Para aprender 30 , No 20 No sé 20 100 % - SI Acude normal. 0 Ocasionalmente 27 Para aprender 20 No 27 No sé 26 100 % - No se Acuden normal. 5 Ocasionalmente 9 Para aprender 17 No 19 No sé 51 100 % - 625 - Puede observarse que tanto los jôvenes que se ju^ gan satisfechos con sus prâcticas sexuales como los que - las consideran insuficientes, creen que aquellos que - pertenecen a su cohorte de edad acuden a los prostîbulos ocasic nalmenté con fines de iniciaciôn. Estos ûitimos fines son mâs pa - tentemente atribuidos a sus contemporâneos por quienes no estân satisfechos con su propia expresiôn sexual. Sobre la prostituciôn opinaron los discotequeros y el colectivo de jôvenes encuestados en el Casco Viejo. Los discotequeros explicaron ya anteriormente por quê no- quieren iniciarse con las prostitutas: la relaciôn es muy impersonal. Y aunque no opinan sobre su grupo generacio - nal sî aportan un dato interesante. Su conocimiento de que la prostituciôn ha acompaüado a la inhibiciôn sexual_ de sus antepasados con el objetivo precise de salvaguar - dar las virginidades femeninas, o de salvaguardar las coŝ tumbres morales aceptables: K.- Los hombres fottaban mâs antes que nosotros ahora. — Los aasados no digamos y no en plan de relaoiones extrama trimoniales. En plan putas. Nuestros padres lo han hecho mucho mâs. Los jôvenes de- ahora, de veintitantos afios — quiero decir, se fuman un porro y ee quedan mâs contentos que .el copôn. Antes nq tenian eso y las putas o a lo me - jar là noĉ ià aunque deaia que con la novia no. Yo creo que todo^ ha sido un montaje supérfluo. Sigue K,- ̂ Lo haaian para mantener la moral de la gente. - 6 2 6 de generaaiones venideras. Los hombres desde luego no so_ lian llegar virgenes al matrimonio y las mujeres pues si. Pero hay que tener en cuenta que siempre estaba la puta_ del pueblo que se la pasaha por la piedra. La mujer era_ antes una recatada. Ahora es al rêvés. Ahora es al hom - bre al que le llama menos la atenciôn el aoto sexual,Ahô ra ves en las revis tas que les da por experimentar con - actos de s ado-masoquismo y cosas raras para encontrar — placerj... violaaiones. Esto es una cerdada... y las pu­ tas iquê les queda? pues aguantarse al tio que llegue. De alguna manera los discotequeros o su portavoz K. captan que estas formas de sexualidad, la prostitu ciôn incluîda son consecuencia de una rigidez moral su - perflua y falsa. Pasando ahora a los jôvenes encuestados, se les_ preguntô sobre la prostituciôn en relaciôn a très puntos de anâlisis; - Su percepciôn de la afluencia de jôvenes a los servi - cios de prostitutas. - Su opiniôn sobre las mujeres que a ella se dedican. - Su criterio sobre la conveniencia o no de prohibirles- este ejercicio. Aproximadamente la mitnd de los jôvenes: 46 por= ciento estaban convencidos de que su grupo generacional- acude a ellas. Fundamentalmente para aprender:"Mâs con - la idea de aprender a hacer el amor que de desear tener- - 627 - relaciones constantes con ellas" : 25.0 por ciento. Tambiën para satisfacer un deseo sexual prohibido de otra guisa: - Esporâdicamente 17.0 por ciento - Normalmente 4.0 por ciento En opiniôn de 19 por ciento de los jôvenes estos servi cios no son utilizados y poco mâs de un tercio los ignora.El carâcter instrumental del oficio estâ claro y aunque la - visiôn que de las prostitutas tienen acentûa su caracter- de vîctimas, prima en ellos su afân de que continûen ejer ciendo para paliar sus insuficiencias sexuales. Efectiva- mente, el 74 por ciento de los jôvenes cree que la mujer - prostituta realiza un oficio desventajoso para sî misma: - Bien porque es la ûnica salida social que tiene para ga narse la vida: 41 por ciento. - Bien porque es vîctima de un negocio mafioso que benefî cia a unos cuantos a costa de ellas: un tercio de los - jôvenes. Pocos creen que lo hagan porque les gusta este oficio: 7 por ciento. Otras causas (9 por ciento) o la ignorancia (10 por ciento) son ias respuestas de una quinta parte de los jôvenes. Son mâs los jôvenes que piensan que la prostitu­ ciôn debe ser permitida que los que opinan que no: 55 pbr- ciento a favor y 17 por ciento en contra (4g ). La mayor - parte de quienes le son favorables dan como razôn que es- 628 - un fenômeno normal y natural que debiera ser regulado - por las autoridades: 37 par ciento. La menor parte argu mentan que "aunque perniciosa socialmente, es un mal me nor y debe ser permitida por las autoridades": 18 por - ciento. Los que estan en contra lo hacen porque :"es una aberraciôn cualquiera que sean sus condicionamien - tos": 17 por ciento. Los indecisos son aquî un nûmero - alto: 28 por ciento lo que indica la conflictividad del tema. Lo era menos para la juventud rural estudiada en 1979, que veîa la prostituciôn normal en mayores porcen tajes y daba una tasa inferior de perplejidad. Esto ha­ ce pensar en que los jôvenes del Casco Viejo se encuen­ tran ante una disyuntiva que les confronta con valores- contrapuestos. Por una parte es contradietorio pagar por un servicio impersonal de una prâctica sexual que - creen debe ser libre y comunicadora. Sin embargo el fe- nômeno es antiguo y cumple una funciôn social emanada - del mismo control social prohibitive de lo sexual. Por la otra se distorsiona una relaciôn humana que respete la igualdad de acciôn y elecciôn de hombres y mujeres. Pero la opciôn mayoritaria estâ ahî. En caso de duda o de fricciôn entre derechos o necesidades masculin nas y femeninas se da prioridad a los primeros como ya - 629 16s discotequeros explicaban en ocasiones anteriores a - propôsito del trabajo domëstico y la utilizaciôn del tiempo libre. El cuadro siguiente lo deja ver con una claridad aûn mâs meridiana: Cuadro n® 266 - Opiniôn sobre mujeres Si , aberr. No,mal menor No,fen normal . No Sé Total Unica salida lab. 17 19 46 18 100% Les gusta 32 27 23 18 100% Vîctimas negocio mafioso 19 20 43 18 100% Otros 22 19 29 30 100% No sê 3 10 7 80 100% Incluso entre quienes opinan que es la ûnica sali_ da laboral que tienen algunas mujeres y aûn mâs, entre -- quienes las creen vîctimas de un negocio mafioso que a otros bénéficia se dan tasas de jôvenes que prefieren su_ existencia porque es un mal menor(el mal es para ellas en todo caso) o porque es un fenômeno normal y natural. Cabe preguntarse si el hecho de que consideren la vietimizaciôn femenina como algo normal y natural se debe a fatalisme - por su parte o a falta de sensibilizaciôn hacia el hecho. îReaccionarîan igual ante una victimizaciôn semejante del hombre?. Convendrîa profundizar en estos sentimientos y - opiniones en posteriores estudios. - 630 - ■4.3.2.-, LA REPHESION SEXU.VL PROVOCA BLOQÜEOS PSiœLOGICOS. Los jôvenes estan convencidos de que bloquées im­ portantes de la personalidad Humana son producidos por la - falta de libertad sexual :"Mucnos de lo*- problemas psico- lôgicos que tenemos son censecuencia de que no nf̂ s dejan ser Lijare3,. sexual mente." af irma 40 por ciento de les jôve­ nes. Una quinta parte (19 por ciento) dice que no; poco - menos de un tercio oscila; no sabe qué actitud tomar 29 por ciento. A estas actitudes contribuye su conveneimiento_ de que la afirmaciôn "La libertad sexual lleva al caos" - carece de fundamento. Al menos para la mayorîa de los en- cuestados: 51 por ciento. El margen de indecisiôn es bas- tante parecido al de la proposiciôn anterior: 26 por cien to y son muy pocos los que concuerdan totalmente; 10 por_ ciento. Comparando estos resultados con los de la encues- ta de juventud espafiola de 1977 de Linz, se observa que a pesar de la importancia que la problemâtica sexual tiene_ para los jôvenes del Casco Viejo es bastante menor el nû- mero de jôvenes convencidos de las trabas psicolôgicas causadas por la ausencia de libertad sexual. En 1977 eran 67 por ciento los convencidos ( 49 )• Como es menor tam - bien el nûmero de jôvenes del Casco Viejo que creen la lî bertad sexual camino hacia el caos. En 1977 erah 29 por - ciento. - 631 Cabe plantearse la hipôtesis de que hoy en el Caŝ CO Viejo hay mâs prSctica sexual compléta o incompleta que entre los espaholes en general en 1977, y que a ello se debe la mayor relativizaciôn de lo sexual que se obser va en el Casco Viejo. Lamentablemente se carece de datos_ relatives a la prlctica en 1977. La encuesta publicada en Cambio 16, muestra que 72 por ciento de los jôvenes encues tados tendrlan relaciones sexuales sin estar casados; mâs los hombres 82.5 por ciento, que las mujeres 61.5 por cien to. Pero esto sôlo nos habla de sus opiniones o deseos. - No de sus prâcticas reales (50). De hecho 40 por ciento- afirma que "es un problema ir a la cama con un amigo o am^ ga" pero tampoco se saben los frenos especîficos en que se piensa ( 51 ). Recapitulando pues. Hoy en el Casco Viejo sigue - viva la desorientacion e insatisfacciôn sexual. Pero se - acepta con mâs réservas que en perfodos anteriores, con secuencias tan générales y estereotipadas como las aquî - mencionadas. Hay una disminuciôn del tabû sexual probable - mente relacionada con las prâcticas existantes. - '632 - 4.4. MINDRIAS LIMITAN LAS RELACIONES SEXUALES AL MATRIMONIO Son minorîa los jôvenes que asocian las relacio-- nes sexuales al matrimonio. Alcanzan el 15.7 por ciento - de los jôvenes entrevistados. Y similar ndmero las asocia tambiên al noviazgo:14.1' por ciento. Son, sin embargo, - mâs los jôvenes que toman actitudes concretas respecto al matrimonio que al noviazgo. Sobre todo actitudes de recha zar que las relaciones sexuales deban restringirse a su - âmbito. Lo que indica que hay una liberaciôn creciente en las opiniones sobre los grados de intimidad aptos o acep- tables entre dos personas comprometidas por el noviazgo. Los jôvenes que consideran importante la virginidad femê nina prenupcial son incluso un poco mâs numerosos que quienes retardan las relaciones hasta el matrimonio. Los_ que afirman la importancia de la virginidad masculina son sin embargo el mismo porcentaje. Quiere decirse con ello, que hay jôvenes dudando sobre la actitud a tomar en cuan- to a las relaciones sexuales de pareja pero a su vez con­ vencidos de que al menos la mujer debe llegar virgen al - matrimonio, lo que implica una contradicciôn o al menos - un conflicto de opiniones. Se mantienen asi ciertas restricciones a la liber tad de salida con jôvenes del otro sexo de la parte de -- 633 las chîcas de 14 a 18 aftos, quienes en opiniôn de 21,15 por ciento de los jôvenes deben informar a sus padres cuan do salen con un chico. Un 44.87 por ciento de los jôvenes_ déclara no haber tenido relaciones complétas con el otro - sexo y poco menos de ellos (38,1 por ciénto) ignoran si las prâcticas sexuales entre jôvenes de su edad son satis- factorias o no. Estos excluyen la masturbaciôn en opiniôn del 17,6 por ciento, la mayorîa de ellos porque estan con­ vencidos de que "no se necesita". Parecido porcentaje (19,2 por ciento) no cree que la gente de su edad acuda a las_ prostitutas buscando remedio a sus carencias sexuales, po£ que no creen que estas existan. Piensan que la prostitu ciôn debe prohibirse porque "es una aberraciôn" (17,30 por ciento) y por la misma razôn debe prohibirse la homosexua- lidad (15,7 por ciento). La coherencia de su pensamiento con la convicciôn general de que hace falta una relaciôn o corn promise formai para intimar sexualmente es clara.La compa- raciôn con jôvenes en distintos périodes de tiempo demues- tra que hay una minorîa bastante estable, reproduciendo -- las actitudes mâs conservadoras y restrictives. En lînea con su convicciôn desdramatizan la rela - ciôn causa-efecto entre falta de libertad sexual y abundan cia de problemas psicolôgicos para la persona; 19,23 por - ciento. En mener medida asocian libertad sexual al caos - - 634 - 10,5por ciento. Es decir, que quitan importancia a la sexua lidad en general. Como dije en la introduccion es bastante numeroso el grupo de jôvenes que mantiene reservada su o - piniôn. Supera ligeramente al tercio el nûmero de quienes "prefieren no responder" sobre sus prâcticas. Probablemen- te por carecer de ellas, puesto que declaran no saber défi­ nir los sentimientos que les producen e ignoran como es en tre los jôvenes de su edad. 635 - 4.5. FACTORES DISCRIMINATORIOS DE LA OPINION COLECTIVA Visto que la sexualidad es un tema denotative de avances importantes en la opiniôn colectiva juvenil, voy a referirme aquî solamente a aquellos aspectos que_ dejan ver diferencias de posiciôn atribuibles a los seis factores discriminatorios elegidos en este estudio. Pa- saré por alto, puës, la menciôn de aquellos otros en los que se iguala la opiniôn o expresiôn de sentimientos a - fîn de no hacer la relaciôn reiterativa en exceso. Por los mismos motivos voy a dar mayor relevancia al sexo y a la edad por su importancia como elementos definidores del - pensamiento de una generaciôn. No harê comparaciones con otros colectivos ya abundantemente estudiados en la pri­ mera parte, sobre la base de que las tendencias observa- das son las mismas aunque los porcentajes evidentemente_ varîen. 4.5.1.- EL SEXO. Hombres y mujeres siguen las mismas tendencias de opiniôn, mâs definidas y mayoritariamente seguidas por los hombres continuadas en menores porcentajes por - las mujeres. Aunque ellas tienen menos prâctica sexual - son mâs tolérantes en cuanto a las prâcticas de los de- mâs. - 636 - 1?- Hombres y mujeres consideran mayoritaria­ mente que hay que concebir la sexualidad fundamentalmen te como una oportunidad de gozar comunicândose entre dos personas. Esta respuesta se contraponîa a la que atribuye a la funciôn sexual la finalidad de procrear. Son mâs sin embargo los hombres que se sitûan en la prî mera alternativa: 75 por ciento^que las mujeres: 68 por ciento. Como son tambiên mâs las mujeres que se oponen a la segunda propuesta: 75 por ciento, que los hombres: 61 por ciento. Es decir, que hay una minorîa mâs nota - ble de mujeres 16 por ciento que no cree que el fîn de_ la sexualidad es el de la comunicacion y el goce entre_ los que tienen relaciones, pero no por ello estâ conven cida de que el fîn de la sexualidad sea el tener hijos. Simplemente se muestra disconforme con ambas alternati- vas. Y si ante la primera son las mujeres las mâs inde- cisas, ante la segunda lo son los hombres (ver cuadro - 267 ) . Estas ambivalencias de opiniôn no solamente viê nen avaladas por los dltimos estudios hechos sobre jôve nés en Europa, Amêrica, y . Espana en particular, sino ban pasado ya a ser parte importante de la teo = rîa de la familia, .precisamente por las regulari- dades ' de comportamientos observadas desde los estu­ dios de civilizaciones mâs antiguas e incluso desapare- cidas hasta âs presences. La base de todo ello, ya expresa - 637 - *da por Engels estâ en la necesidad patriarcal de recono- ceî a los hijos legitimados para recibir la herencia de la propiedad familiar (52). Ira L. Keiss y urent E. Miller seftalan que a causa de todo ello, la permisividad sexual hacia los chicos es mayor que hacia las chicas (53). En consecuencia, unos y otras asimilan taies conductas. Asî se comprende que la mujer del Uasco Viejo sea menos tolé­ rante hacia su propio goce sexual que el nombre hacia el suyo. Claro que cuanto mâs bajo es el nivel tradicional de permisividad sexual en un grupo, mayores son las posi- bilidades individuates de que las fuerzas sociales alte- aen los niveles individuates de permisividad, como dicen los mismos autores antes mencionados. Es cierto tambiên que esta alteraciôn suele empezar por una admis ion de que otros hagan lo que uno afin no se atreve a hacer. Este es el caso de las mujeres jêvenes del Casco Viejo, que son las mâs tolérantes hacia la prâctica de la homo- ' sexualidad. No hay que olvidar que la tolerancia de cualquier grupo de jêvenes depende de la que se manifiesta en la cohorte juvenil a la que aquel pertenece. Las regulari- dades de comportamiento observadas en lo que va de siglo demuestran que et joven se identified mâs con la permisi­ vidad social de su grupo de pares que con ta de sus padres. Aquelia es mayor que esta y se manifiesta primero 638 - en las opiniones, posteriormente en las conductas. Hay, por tanto, un temor mayor por parte de las chicas a admitir el placer del acto sexual como un objetivo prio ritario. Yo lo atribuyo: - por una parte a la ignorancia que supone el no haber tê nido relaciones nunca, situaciôn en la que se encuentran_ 64 por ciento de ellas;, - por otra a la educaciôn restrictiva y la falta deapoyos familia res y sociales que legitimen el placer sexual. De hecho,y aunque el medio espanol es cada vez mâs libre al respecto, no existen explicitaciones con suficiente tradiciên como_ para formar parte de la cultura sexual espafiola. Y es curioso que aunque ligeramente mâs sobrios o moderados en su con- formidad con que la sexualidad sea igual a goce y comunica- ciên, (para sî mismas), enfrentadas con proposiciones de_̂ aceptaciên o repuisa de la homosexualidad de otros^son mâs tolérantes que los hombres. Luego se verâ. Y enfrenta das a la reproducciên de hijos tambiên reaccionan con po£ turas de auto control de su destino materno en numéros mâs elevados. Me detengo por un momento en este segundo punto. Dije antes que no estân nada convencidas de que el fîn del sexo es la reproduccion y su indecision es inferior a - 639 - la masculina. Tambiên es menor su deseo de"aceptar a los hijos que vengan": 23 por ciento Trente a 27 por - ciento de varones. Bien es cierto que una cuarta parte de ellas quieren tener 3 6 4 hijos, que sôlo lo desean asî 13 por ciento de chicos (ver cuadro 268), pero es­ tâ claro que tienen proyectos de autodeterminar su re- producciôn. Interpreto, por tanto, que siguen los nue- vos aires de libertad sexual a la zaga del hombre, pe- To con mâs decisiôn una vez dado el paso. Interpreto tam bien, que el deseo de tener hijos es mâs fuerte en los varones que en ellas, como fîn sexual importante. Aun­ que posteriores investigaciones tendrîan que profundi-, zar en los autênticos alcances de taies pistas. 2?- Mâs arriba decîa que las mujeres son mâs toleran - tes con el homosexual. La evidencia asî lo muestra -- (54 ). Opinan que se trata de personas constituidas - biolôgicamente como taies en 50 por ciento de las que_ responden, porcentaje que desciende al 43 por ciento - entre los hombres. Dicen que son personas "viciosas" o enfermas menor nûmero:23 por ciento que los hombres:30 por ciento (ver cuadro 269 ). Como consecuencia recha- zan en mayor nûmero que deba prohibirse el ejercicio - libre de la homosexualidad 86 por ciento de chicas fren - 640 - te a 75 por ciento de chicos. i i I 3?- Su tolerancia relativamente mayor (pues es alta en - 1Iambos sexos) no viene avalada precisamente por una expe ! riencia sexual muy alta, al menos en cuanto a hacer el = | amor. Habla très preguntas que trataban de averiguarlo: | - una especificando sus prâcticas actuales; | - otra preguntando directamente si habîan tenido relacio | nés sexuales complétas con el otro sexo; | - la tercera preguntândole si las habîan tenido con su _ | propio sexo. j A la primera pregunta se negaron a responder - ■ poco mâs de lin tercio de ambos sexos, utilizando la alter [ nativa "prefiero no responder". Otro punto destacable es \ que 38 por ciento de hombres declaran haber tenido prâctî ; cas complétas y sôlo lo hace una quinta parte de las mu- I jeres (ver cuadro 270 ). Una cuarta parte de ellos decla raron que se masturbaban frente a sôlo 11 por ciento de ellas. Otra cuarta parte de varones reconocîan realizar_ prâcticas incompletas frente a 19 por ciento de las chi­ cas. Y estas daban las tasas mâs altas de carencia abso- luta de prâctica. A la segunda pregunta que jse les liizo: îHas tenido o tienes relaciones complétas con el otro sexo? y previa eliminaciôn de quienes no respondîan, - - 641 se observa una relaciôn de 1.6 chicos que han tenido re laciônes complétas por cada chica que lo ha hecho. A la tercera pregunta que les interrogaba por sus prâcticas homosexuales sôlo las reconocîa un 3 por- ciento, del que 2 por ciento corresponde a los chicos y 1 por ciento a las chicas (ver el mismo cuadro 270 ). Las prâcticas son pués mâs corrientes en los- varones y menores en las chicas. Sigue existiendo un do - ble standard de moralidad para hombres y mujeres. Robin son, King, Dudley y Clune aplicaron en 1968 en Estados_ Unidos el mismo cuestionario que Kinsey utilizô veinte_ afios antes, para 244 estudiantes de ambos sexos (y men- ciono un afio importante en la liberaciôn sexual juvenil) Estos autores encontraron que 65.1 por ciento de los chicos habîan realizado el acto sexual premaritalmente frente a sôlo el 28.7 por ciento de las chicas. Las ac­ titudes eran tambiên mâs abiertas que las conductas rea les (55). No voy a entrer aquî en detalles del control que familia, chicos, sociedad ejercen sobre las chicas puesto que han quedado suficientemente evidenciados en_ las entrevistas que he ido transcribiendo. Voy a tratar de escarbar aquî en ellos y ellas sobre sus sentimien - tos y observaciones. Les pregunté, por ejemplo, si creîan ; que la masturbaciôn era una prâctica comûn entre los jôvenes de su edad. La mayorîa opinaba que sî. Sus 642 - motivaciones o causas eran las siguientes: - La primera y mâs sefialada por todos, especialmente por los varones, £ué su carâcter"sustitutivo de otras prâctî cas sexuales mâs dificiles de realizar" (51 por ciento - de los hombres y 38 por ciento de mujeres). - La segunda abarcando a 35 por ciento de hombres y muje res respectivamente, su carâcter de"necesidad personal". | Los que decîan que no creen que los jôvenes de [ su edad se masturben, mâs mujeres que hombres, lo decîan ; por dos razones: | -La principal porque no es necesario hacerlo (22 por cien | to de chicas frente a 13 por ciento de chicos). » -Porque hay muchos prejuicios morales en cuanto a esta - \ prâctica (6 por ciento de chicas frente a 1 por ciento - I de chicos).(Ver cuadro 271 ). | Sin deseos de entrar en discuslones, que a otras | materias competen, sobre las diferencias de necesidad masturbatoria en chicos y chicas, sî quiero hacer menciôn ilustrativa al comentario que Wilhelm Reich hace sobre - la experiencia de una guarderîa piloto-— en la Rusia revo lucionaria- a cargo de Vera Schmidt. Los ninos y niflas se masturbaban con poca frecuencia. Lo hacîan mâs los nifios_ que las ninas pero tampoco ninguno adoptaba el onanismo_ como hâbito. No obstante, cuando se sentîan ofendidos, - humillados, restringidos en su libertad lo hacîan mâs. ( 56 ) . - 643 - Esta experiencia confirma el carâcter sus.titutivo y ayu da a entender la importancia porcentual de las respues- tas arriba sefialadas. Mâs pistas de las consecuencias de una sexua­ lidad restringida la dan las declaraciones de los sent^ mientos que la prâctica sexual despierta en los y las - jôvenes. El 70 por ciento de varones frente al 43 por ciento de mujeres dicen experimentar sentimientos posi­ tives. La compulsiôn femenina ante la sexualidad es no- toria. Un 15 por ciento de ellas frente a un 3 por cien to de ellos dicen experimentar sentimientos negatives ; 11 por ciento de ellas frente a 4 por ciento de elles - no sienten nada; 41 por ciento de ellas frente a 23 por ciento de ellos no sabe qué responder, (ver cuadro 272) No es de extranar, por tanto, que algunas jôvenes no se atrevieran a aceptar la funciôn de goce-comunicacion de la prâctica sexual. Al proponérseles "muchos de los pro - blemas psicolôgicos que tenemos son consecuencia, en -- gran parte, de que no nos dejan ser libres sexualmente", son los chicos quienes mâs decididamente concuerdan: 51 por ciento frente a 40 por ciento de chicas. El desacuer do sigue el signo inverso y se registre una indecisiôn,- ligeramente mayor en las chicas (ver cuadro 273). El te­ ma es por tanto mâs distante para ellas. Lo desdramati- 644 - zan mâs. Tal vez porque la sexualidad al ser un tema en el que tienen menos experiencia e informaciôn (luego se verâ), las hace menos conscientes de su problemâtica. Y por tanto la sienten menos. Pero queda clara la tenden- cia a valorar los temas propuestos en la misma direccidn-, que los varones . 4-- Pero la direcciôn emprendida y las distancias entre unos y otras se agrandan mâs cuando se intenta profundi^ zar en la relaciôn chico/chica. iCual es el grado de confianza necesario entre chico y chica para que tengan relaciones sexuales? Una primera proposiciôn, "Encuentro normal que un chico y una chica que salen juntos por primera vez se hagan el amor si asî lo dese an encuentra un fuerte rechazo por parte de la mujer:- un 44 por ciento de ellas se encuentran disconformes -- | frente a un 16 por ciento de ellos. Y estando de acuer- | do 27 por ciento de las mujeres frente a 60 por ciento_ de los hombres. Son ellas tambiên las mâs indecisas. Como ya se ha mencionado antes, la mujer necesita una rela - ciôn mâs profunda en tiempo y contenidos que el hombre_ para sentirse bien en la intimidad dè la prâctica del - amor. Lo decîa Amando de Miguel en base a observaciones en un libre tantas veces citado de Sexo. mujer y natali dad en Espafia,(1975)( 57 ). Lo encuentran tambiên L. - 645 Roussel y 0. Bourguignon en su estudio de jôvenes del 78. Algunas entrevistas hechas a chicas y chicos por estos - autores reflejan claramente que unos y otros matizan di£ tintamente la relaciôn prenupcial: Un joven defendîa las - relaciones sexuales prenupciales con el siguiente argu - mento: Si. no^ e l l o s (los noviosj se e n a o n t f a r â n l a noahe de bodas a g o t a d o s , p o r q u e b a i l a r o n t o d a l a t a r d e . Eso se r â p s i c o l ô g i a a m e n t e un d e s a s t r e . ï l u e g o s i l a oosa no - Va b i e n desde e l p u n t o de v i s t a s e x u a l ^ , s e r â ya t a r d e — ! y a e s t a n c a s a d o s ! A continuaciôn transcriben la opi - niôn de una chica: a n t e s de e n t r e l a z a r m e o o r p o r a l m e n t e - con a l g u i e n yo b u s o a r ê a l menos e n t r e l a z a r m e i n t e l e c t u a l mente y p s i c o l S g i c a m e n t e . T e n e r r e l a c i o n e s s e x u a l e s con_ a l g u i e n t e a t a a é l muy p r o f u n d a m e n t e . No se puede h a c e r a l a ' l i g e r a . (58 7 Los comentarios van en la misma lî­ nea de los expuestos por los entrevistados del Casco Viejo, cuyos testimonios he ido transcribiendo a lo lar­ go de este estudio. Sigo con otras proposiciones enmarcadoras asî_ mismo de las diferencias de opiniôn: - "Veo normal que un chico y una chica que salen habi tualmente juntos tengan relaciones sexuales". Aquî son - mâs las jôvenes que concuerdan 56 por ciento, pero es -- 646 - aûn larga la distancia que les sépara de la opiniôn mascu lina: 81 por ciento. El relato hecho por Rosa la jpven . obre ra y sus compafieros de discoteca en pâgina 606 ilustra bien la diferente concepciôn de la relaciôn. Son mâs las jôve­ nes que estan en desacuerdo con la proposiciôn y tambiên mâs las indecisas. (ver cuadro 274 ). Interpreto que la - indecisiôn aquî es una senal de perplej idad anunciadora de que el proceso de cambio en la opiniôn ha comenzado ya.-- Lo mismo sucede en la proposiciôn siguiente: -"No me parece bien que un chico y una chica tengan rela­ ciones sexuales mientras no sean novios formules". Prima_ el desacuerdo, desde luego, pero si este alcanza a poco - menos de la mitad de las chicas llega a dos tercios de los chicos. La proposiciôn reune a un buen nûmero de indecî SOS: un tercio de chicas y poco menos de una cuarta parte de chicos. Es denso, por tanto, el volumen de quienes es­ tan en transiciôn (independientemente de que evolucionen en una u otra direcciôn). Y son muy pocos -pero aûn son- los que concuerdan con esperar a la formalizaciôn del no - viazgo para tener relaciones sexuales: una quinta parte - *v de las chicas y 11.9 por oiento de los chicos (ver el cua - dro 274 ). Estos datos reafirman los hallazgos relata- dos en el apartado del noviazgo, de los nuevos contenidos sexuales que este tiene porque incluso un estado previo - - 647 al noviazgo los tiene tambiên. ' El mâximo grado de confianza en têrminos sexua les establecido legîtimamente entre chico-chica es el del matrimonio, de aquî la siguiente proposiciôn: "Creo que las relaciones sexuales deben mantenerse sola­ mente dentro del matrimonio’’. Aquî se aproximan mâs las_ opiniones de las mujeres y los hombres aunque las distan cias son importantes. Disienten poco menos de dos ter - cios de las chicas y poco mâs de las très cuartas partes de los chicos. Concuerda una cuarta parte de las chicas_ y apenas 7.5 por ciento de los chicos, igualândose los in­ décises (ver el mismo cuadro 274 ). Recapitulando pues, un grupo de mujeres, de a^ rededor de la mitad de la muestra admitirîa que una chi­ ca haga el amor con un chico con quien sale habitualmen- te, frente al 81 por ciento de los chicos que lo confir- man dândole mayor rotundidad a la opiniôn masculina. \ 5-. - Como contrapunto de las relaciones sexua - les prenupciales las actitudes hacia la virginidad mue£ tran menos diferencias de apreciaciôn entre chicos y chicas. Dos tercios de ellos y la mitad de ellas no creen importante que la chica llegue virgen al matrimonio (ver- cuadro 275 ). La respuesta de las chicas sigue la lôgi- ca de las respuestas anteriores. No lo parece tanto la - disminuciôn relativa de desacuerdos masculines, teniendo - 648 en cuenta el porcentaje arriba .mencionado.Tampoco parece seguir una evoluciôn lôgica el universe masculine discon forme con la importancia de que el chico llegue también_ virgen al matrimonio, puesto que sôlo alcanza al 65 por_ ciento. Otro date interesante al respecto es la interiori- zaciôn femenina de que su virginidad es mâs importante - que la masculina, legible en los acuerdos dados a la prî mera 29 por ciento y a la segunda 20 por ciento. Como de ja ver el cuadro 275 , se mantiene la indecisiôn femenî na en tasas mâs altas que la masculina. Visto que hay mino rîas de varones y mujeres apreciativos de la virginidad^ femenina interesa saber el control paterno-materno que - admiten como legîtimo ùnos y otros. La proposiciôn plan- teada fuê la siguiente: "Las chicas de 14 a 18 aftos deben informar a sus padres dônde van a estar cuando salen con un chico". El rechazo femenino se mantiene en torno al - 50 por ciento mientras que el masculine desciende al 48- por ciento. Entre los varones lo que prédomina es la in­ decisiôn en un tercio; las conformidades alcanzan a una_ cuarta parte de las chicas y una quinta parte de los chî COS (ver cuadro 275). Puede observarse, por tanto, que los varones son quienes mâs defienden el control y la -- virginidad femenina, a pesar de su liberalidad anterior. - 649 - Ello hace pensar que mantienen un doble standard de mo­ ralidad para una doble concepciôn de las mujeres: -las herroanas y tal vez la novia entran en la categorîa del control y la restricciôn. -Otras amigas, iniciadoras o compafieras sexuales habituales y las prostitutas que - luego veremos tambiên como iniciadoras, entran en la_ categorîa de la tolerancia y la apertura para grupos - nutridos. El cambio de actitudes frente a posturas mâs tradicionales es un hecho para la mitad de los jôvenes solamente, lo que los iguala al sexo femenino que man­ tiene (mâs coherentemente) este nûmero con constancia en todas las cuestiones planteadas. La socializaciôn re cibida a travês de los diferente medios de difusiôn e^ tâ ejerciendo aquî una funciôn importante y muestra mâs fallos en lo que concierne a los chicos que en re- ferencia a las chicas. ' 6?- Al preguntârseles por la opiniôn que les merece la educaciôn sexual recibida son las chicas qui^ nés definitivamente responden que insuficiente o ina- decuada en proporciones mâs altas (ver cuadro 276 ' ),- como son mâs altas las proporciones de quienes encuen­ tran que los principales impedimentos a una prâctica - sexual libre son los tabûes morales, familiares y socia les, por ese ôrden (ver cuadro 277 ). - 650 El que no sientan que la sexualidad produce bloquées psĵ colôgicos importantes no indica, por tanto, insensibili- zaciôn ante el tema sino reconocimiento de que existe y_ disposicion a.contemoorizar con élcomo mejor se pueda. 7?" Por ûltimo me referiré a la prostituciôn - como un punto de marginaciôn femenina, pero que sirve de iniciacion y paliativo sexual, liberaciôn por tanto, para los varones. La opiniôn de los sexos sobre las prostitutas no difiere grandemente de unos a otros, salvo en que ellos tienden a verlas mâs como mujeres sin otra posibi- lidad de trabajo y ellas a considerarlas vîctimas princî pales de un negocio mafioso que bénéficia a unos cuantos (varones) a su costa. Es decir que la sensibilidad hacia la explotaciôn es mayor en las mujeres. Parece interesan te mencionar aquî las apreciaciones que Victoria Abril y Maria Jésus Miranda hacîan en 1975 sobre las perspecti - vas erôtico-afectivas de las mujeres. Hacia los veinte - aftos, la mujer espafiola, dicen, posee un desarrollo psî- quico truncado, una formaciôn profesional déficiente y - très caminos delante de ella: el matrimonio, con el que puede solucionar sus necesidades econômicas y sexuales; la solterîa, con la que si trabaja podrâ solucionar sus problemas econômicos (depende de su cualificaciôn) pero no los erôtico-afectivos si quiere mantener una "solte- - 651 rîa digna". (59 ); la prostituciôn si quiere trabajar y no tiene cualificaciôn profesional alguna, donde pue de satisfacer, poco mâs o menos, sus necesidades econ^ micas y las sexuales utilizando el sexo "como lo que - realmente es en nuestra sociedad: una mercancla". Pero la prostituta no conseguirâ con su trabajo mantener su in dependencia econômica ni satisfacer sus deseos de amor sexual. "Explotada por machos desaprensivos, amenazada por el decaimiento fîsico y perseguida por la ley no - puede ver el futuro muy claro". Tampoco puede tener es peranzas de dignificaciôn a juzgar por las respuestas_ de los jôvenes que ven su trabajo como normal y natu - ral, sean de la tendencia polîtica que sean. Al pare - cer solo pueden aspirar a cierta sensibilizaciôn mayor de las mujeres hacia su marginaciôn que es el hallazgo aquî comentado, y a servir de iniciadoras y calmantes sexuales de jôvenes vacilantes y/o ardorosos, de adul­ tes ansiosos de un rato de placer sin consecuencias comprometedoras como demuestran los hallazgos de las - encuestas. Mâs chicos que chicas opinan que los ; chicos de sü edad acuden a las prostitutas.' . Sô­ lo coinciden en los y las que creen que lo hacen para_ aprender estrategias sexuales, para iniciarse- Es evi- - 652 - dente, por tanto, que ellos hablan con conocimiento de | causa y ellas de percepciones sociales y un poco de -- | imaginaciôn en base a lo que escucban. i Enlazando con su î — i percepciôn de la explotaciôn femenina, una cuarta par- i te de las chicas opinan que la prostituciôn deberîa -- [ prohibirse, punto con el que sôlo concuerda una décima \ parte de los chicos. Ellos tienden a verlo mâs que e.-- | llâs como un fenômeno normal y natural que debiera ser [ regulado por las autoridades, o como un mal menor.(ver [ ! cuadro 278). Ademâs de hablar con conocimiento de eau- ^ sa lo hacen de una instituciôn social permitida (y fa- ; I vorecida en su marginalidad) para satisfacer al varôn_ | salvando la imâgen pura y virgen de la mujer tradicio- l I nal, o salvândole a él de "las calabazas" de aquellas_ | mujeres que ya no creen que liberarse sexualmente es _ entregarse al varôn sin remilgos. ( 60 ). 4.5.2.- LA EDAD La edad es un factor discriminâtorio impor-- tante. Como ya Linz descubriô en su encuesta en 1977 - (61 ); los menores de 15 aftos tienden a sustentar po£ turas mâs parecidas a las interiorizadas por sus pa -- dres y mundo adulto en general, miuntras el gran despe- gue se realiza a partir de los 15 ô 16 aftos. Me refie- - 653 - ro a Linz por el valor de la constataciôn estadîstica de lo que los psicôlogos como Hadfield, Erikson y antes An­ na Freud venIan repitiendo constantemente. 1?- Los mâs y los menos jôvenes conciben la -- sexualidad fundamentalmente como un medio de conunicaciôn_ Dlacentera, pero esta opiniôn aumenta con la edad con forme disminuye la indecisiôn y el desacuerdo. Este es - mayoritario tambiên hacia una concepciôn fundamentalmen- te reproductora de la especie. Por ejemplo, desde 86 por ciento disconformes entre 22-25 anos hasta 53 por ciento entre 14-15 pasando por 68 por ciento de los que tienen_ entre 16 y 21 aftos. (Ver cuadro279 ). Los grupos de edad_ son muy coherentes con lo que aquî expresan. Su toleran­ cia hacia formas de sexualidad menos comunes va aumentan do paulatinamente con la edad. Me refiero en concrete a su opiniôn sobre la homosexualidad que es vista mayorita riamente como una forma de ser, en segundo lugar como una forma de reaccionar antes experiencias sociales y fa miliares sexualmente traumatizantes. Sôlo los mâs jôve - nés apuntan en una cuarta parte de la muestra que son personas enfermas y en 12 por ciento de casos que son vî ciosos (ver cuadro 280 ). De entre ellos surge la mino - rîa mas âmplia (31 por ciento) que cree innecesaria su - prohibiciôn. Dicen que no 68 por ciento de ellos, y es - - 654 - la tasa mâs baja. A partir de los 16 anos esta tasa au menta hasta el 84 por ciento. 2f- Las posturas mâs rîgidas de los mâs jôve nés coinciden tambiên con una menor prâctica sexual.Sô lo 7 por ciento de ellos hacen el amor frente a 23 por ciento a partir de los 16 anos y 51 por ciento a par - tir de los 22. El proceso de maduraciôn sexual y emo - cional sigue por tanto el curso habituai. Los mâs jôve nés son mâs reacios a responder. Prefieren no hacerlo 48 por ciento, porcentaje que desciende a 37 por cien­ to a partir de los 16 aftos y a 30 por ciento a partir_ de los 22. Declaran masturbarse menos cuanto mâs jôve­ nes son (ver cuadro 281 ), aunque a su vez creen que los jôvenes de su edad lo hacen "por necesidad" en 41 por ciento de la muestra, porcentaje mâs alto que cua^ quier otro grupo o cohorte de edad. Curiosamente, aunque son mâs quienes asî opinan, descienden los que piensan que los otros muchachos de 14 y 15 anos tienen prâcti­ cas de onanismo como sustituciôn a otras(32 por ciento). (Ver cuadro 282 ). Este es otro de tantos puntos sobre t los que hubiera querido investigar mâs a fondo. Por lo pronto, sôlo tengo el testimonio de los discotequeros_ alegando que se masturbaban mueho a esa edad porque sa bîan tratarse bien. Lo que da a entender que considéra- 655 - ban el onanisme una prâctica normal de la edad y sati£ factoria en sî misma, s in carâcter reemplazante de nin- guna otra. Enlazando de nuevo con las relaciones compte tas sexuales con el otro sexe, al preguntarles directa mente si las han tenido o las tienen s61o 3 por ciento de les menores dicen que sî, percentage inferior que - el anterior, mientras se eleva considerablemente en -- los otros dos grupos de edad. Este me hace pensar en - que : - o no dan el mismo sentido a "tener relaciones sexua­ les complétas" que a "tener relaciones sexuales comple tas con el otro sexe" . En cuyo case se deberîa a un - error en la elaboraciôn de la encuesta. - o que s6lo confrontados directamente con la cuestiôn, fsin otras alternativas que especifiquen prâctica con£ tante u ocasional, compléta o incompleta, onanisme u - homosexualidad) del otro sexo responden realmente lo - que hacen. De hecho, esta segunda pregunta es respond^ da mucho mâs mayoritariamente que la primera (ver el - mismo cuadro 281 ) - o por ûltimo, a que en la primera pregunta, ante tan tas alternativas de respuesta, eligen aquél tipo de prâctica que hacen mâs frecuentemente. Hay que tener - en cuenta, también, el mayor pudor y deseo de privaci- 656 - dad sentidos en la pubertad y que impiden responder cia ramente a estas preguntas. Las diferencias entre los que dicen que se masturban 9 por ciento y los que creen que los demis de su edad lo hacen 73 por ciento pueden_ ser pistas esclarecedoras de esta resistencia a respon­ der por sî mismos. Resistencia que en mayor o menor me- dida puede encontrarse en toda persona encuestada. 3?- Otro punto importante a considerar es el nûmero de los que definen como positives sentimientos - que sus prâcticas sexuales les producen. La tônica es - la misma:40 por ciento de 14 a 15 anos lo oicen asî, 50 por ciento de 16 a 21 y 64 por ciento de 22 a 25. Los sentimientos negatives son escasos pero mâs abondan­ tes también entre los pequenos, como es mâs abundante - su ignorancia. îTiene el joven bloquées psicolôgicos a conse cuancia de la falta de libertad sexual? Los mâs jôvenes se quedan mayoritarlamente indecisos: 58 por ciento, porcentaje que disminuye con la edad hasta 23 por cien­ to entre los mayores de 22 anos. Esto sucede a medida - que aumenta el conveneimiento de que sî, que hay bloque os importantes causados por la represién sexual (ver - cuadro 283 ). Los jôvenes "militantes" a través de mul­ tiples testimonies lo han dejado ver muy claramente, en pâginas anteriores. - 657 4?-Paso ahora al grado de conflanza legitimado entre chico y chica para que tengart relaciones sexuales. Como mueStra el cuadro 284, la mayorîa cree que es suficiente que salgan juntos habitualmente, obse£ vândose el mismo proceso de conformidad ascendente con - la edad. Es superior la indecisiôn de los menores, entre quienes se dan las mâs altas minorîas (30 por ciento) de quienes restringen el coito al âmbito matrimonial. 5T- Coherentemente con las perplejidades y du- das de los 14 y 15 afios mantienen posturas mâs valorati- vas, o indecisas de la virginidad femenina. 42 por cien­ to de ellos dicen que es importante que la chica llegue virgen al matrimonio, frente a 30 por ciento que dicen - que no y 28 por ciento que dudan. Estân en proceso forma tivo, que va madurando y alcanza los topes mâximos de los 22 a los 25 ahos: 21 por ciento de acuerdo, 66 por - ciento que no lo consideran importante y 13 por ciento - que permanecen indecisos (ver cuadro 285). La virginidad masculina recibe respuestas que_ denotan la misma tônica aunque los porcentajes son pro - porcionalmente inferiores. Donde hay cierta discriminaciôn interesante, - porque escapa a esta orientaciôn general es en la propo- siciôn: las chicas de 14 a 18 afios deben informar a sus_ padres donde van a estar cuando salen con un chico. 658 El desacuerdo mâs rotundo se da entre los 16 y 21 anos, en segundo lugar de 14 a 15 y en el tercero a - partir de los 22 (ver cuadro 285 ). La indecisiôn es mâs sustancial en los mayores. A mi parecer estas reacciones son producidas - por el control que los padres ejercen de hecho en sus hî jas pdberes. Se estrecha la vigiiancia en las adolescentes y estas reaccionan en contra con mâs fuerza conforme ad- i quieren autonomîa de pensamiento y acciôn. Hay que tener j en cuenta que los padres "castigan" a las hijas si quie- j ren escapar al control. No con castigos fîsicos como an \ ; tafîo sino con otros tan eficaces como aquellos: prohibir i rla salida de casa, seguir a la chica con un hermano, da£ 'ffle menos dinero para sus gastos, etc. En este sentido -- î Margaret Mead entiende los fuertes deseos de emancipaciôn !f de la adolescente porque ésta ya no encuentra razôn - | a un control que se ejerce por tradiciôn ( 62. ) y cuya base, segûn algunas de las chicas entrevistadas por mî - no es sino el temor a "que les llenen la tripa". Aunque_ posiblemente es mucho mâs. Como otra chica me decia "es que los padres creen que somos de su propiedad" expresan do maravillosamente la legitimaciôn del control por el - mero uso histôrico que constata la autora arriba mencio- nada. A partir de los 22 afios la emancipaciôn es mayor. Ya - 659 - vimos antes que incluse viviendo en la casa los jôvenes tienen mâs libertad de entrada y salida. Sigue el pro - blema de las pocas posibilidades de usar anticoncepti - vos que las chicas senalaban en el acâpite de sexo pero ensayan ya sus estrategias y buscan sus soluciones. Los padres se fîan mâs y al mismo tiempo los jôvenes se vuelven mâs conservadores hacia los que son mâs jôvenes que ellos. En parte porque al ser libre ya no necesitan rebelarse, y ademâs vuelven a comunicarse con sus padres. En parte porque piensan en sus propios hijos y esto les_ hace mâs cautelosos. A. de Miguel cuenta que "los pro - gres" de hoy obligan a volver a su hija a casa a las 10.30horas (63),como lo hacîan los que en otro tiempo se preciaban de no serlo. 6-- Observo, también, que los menores de edad estân mâs satisfechos con la educaciôn sexual recibida_ que los mayores. Los porcentajes varîan del 63. por cien­ to que la consideran suficiente y adecuada a los 14 y - 15 afios hasta 33 por ciento que asî lo hacen a partir de 22 afios, pasando por 48 por ciento entre los 16 y los - 21 afios. (ver cuadro 286 ), Es decir, que a medida que se entra en contactes mâs profondes con el otro sexo, - se captan mejor las deficiencias, se experimentan las - torpezas y se sufren las consecuencias de tener que ac- tuar s in el aval de una tradiciôn comunicada a tiempo - - 6 6 0 - por los adultos expertes (ya vimos que tampoco las ma- | dres se consideran demasiado exportas porque tampoco elias Pan ; recibido la herencia de ritos perdidos en el tiempo y_ j que nadie como ente individual se atreve a asumir, a - ■ recrear o a iniciar) Como Margaret Mead dice, los pa - j dres no se sienten lo bastante fuertes como para afron j tar por si mismos situaciones sin precedentes ( 64 ) I En consonancia con elle son los mayores tarn- \ bien los mâs conscientes de los tabûes morales impues- | tos por la sociedad, mientras que a menor edad se in - [ siste mâs en los tabûes sociales, familiares y morales [ en general y de 14 a 15 afios se es menos sensible a -- las presiones morales, (ver cuadro 287). La falta de_ [ lugares^apropiados y de asequibilidad en los raedios an | ticonceptivos son sefialados por minorîas de todas las_ t edades s in grandes diferencias porcentuales y conser - vando su carâcter derivado de los grandes y verdaderos tabûes que son los morales, transmitidos por la socie­ dad y la familia 7?- Finalraenté,me referiré a la actitud gene ral hacia la prostituciôn y sus protagonistas las pro£ titutas. Como deja ver el cuadro 288 aumenta con - la edad la concepciûn del fenûmeno como una determina- ciûn de la ausencia de cualificaciôn profesional de mu 661 - chas mujeres que necesitan trabajar. En un estudio sobre marginaciôn juvenil que estamos finalizando en Zaragoza, se observa ya que generalmente salen a trabajar como prostitutas las mujeres de clase baja abandonadas por sus maridos y/o presionadas por una situaciôn econômica_ precaria; en la que un esposo parado, alcohôlico, droga- dicto o macarra, cumple una funciôn especial de empujar las al oficio para aprovecharse luego de sus ingresos econômicos. Aumenta con la edad también, el conveneimiento de la explotaciôn a que estas mujeres son sometidas por- negocios mafiosos, generalmente comandados por hombres. La evolucién de la opinién va pues desde posturas mâs rî gidas o mâs confusas en los mâs jôvenes a mâs tolérantes en los mayores. Son los primeros los mâs convencidos de la asiduidad de su cohorte de edad en las visitas a las_ prostitutas con un objetivo especlfico de aprendizaje del juego amoroso que acompafia al coito y del coito mis­ mo. Los de mâs edad estân mâs convencidos que los menores de la asistencia ocasional de su cohorte al prostîbulo - como respuesta a sus necesidades sexuales. Es decir, que - los jôvenes han aprendido râpidamente la puerta falsa abierta por la sociedad moralizadora para el incumpli miento de las normas morales sin penalizaciones pûblicas “ 662 * (aunque el riesgo de adquisiciôn de enfermedades sifil^ tica se convierta en ocasiones en una penalizaciôn privada, por el dano ocasionado a su salud) . Cuanto mayores son los jôvenes mâs toleran los prostîbulos. De 34 por ciento que no creen deban ser prohibidos a los 14 y 15 anos, hasta 58 por ciento_ de 16 a 21 anos y 67 por ciento de 22 afios en adelante. Los mâs jôvenes se muestran ignorantes en 39_ por ciento de los casos y prohibitivos en 27 por ciento mâs. Ignorancia y prohibicionismo que disminuyen con el aumento de edad. - 663 - 4.5.3.- EL ESTADO CIVIL. Las principales diferencias de opiniôn observa das entre los casados y los solteros son las siguientes: 1?- Los casados conciben menos la sexualidad como goce y comunicaciôn entre dos personas (75 por ciento frente a 82,7 por ciento) y a su vez la conciben también menos como funda- mentalmente encaminada a tener hijos (ver cuadro 289 ). Son las posturas que tenîan las chicas en general. Recor dando que son mâs las mujeres que los hombres casados (64 por ciento de mujeres frente a 36 por ciento de hom­ bres) no hay que descartar su influencia en la orienta - ciôn de la opiniôn general. Que piensen asî en un estado legitimado socialmente para el libre ejercicio sexual en tre los cônyuges dice algo de ciertas decepciones matri­ moniales ya evidenciadas en su opiniôn sobre el matrimo­ nio como alternative (ver primer capitule). Los casados expresan sentimientos positives producidos por su prâctica sexual en mayor medida:63 por ciento frente a 59 por ciento. Se igualan sin embargo en tre los que los tienen negatives (7 por ciento frente a_ 9 por ciento de los solteros) y entre quienes no experi- mentaban ningûn sentimiento: 7 por ciento frente a 8 por ciento. Son mâs, sin embargo, los que responden, aunque hay también quien no lo hace. (ver cuadro 290 ). - 664 - 2?- Muestran las mismas actltudes de conformi dad hacia el acto sexual entre quienes salen habitualmen te juntos 76 por ciento de los casados y 77 por ciento_ de los solteros; su indecisiôn es menor aquî y también su desacuerdo con limitar el coito al noviazgo (40,8 por ciento frente a 57,9 por ciento de los solteros) o_ al matrimonio (55 por ciento frente a 68.4 por ciento). Sin embargo su tasa de indecisiôn ante el acto sexual - del noviazgo es mucho mayor que la de los solteros: 40,7 por ciento frente a 26,6 por ciento (ver cuadro 291 ), iSe debe a un periodo de transiciôn en el cambio? i k la dificultad de aceptar algo no experimentado por ellos - mismos? l A que su matrimonio se debe mâs bien a un emba razo prenupcial? Estas y otras preguntas requieren de - nuevas investigaciones. 3T- Su desacuerdo con la importancia de la -- virginidad femenina y afin mâs masculina, es similar. En_ ambos casos es mayor su indecisiôn que la de los solte­ ros y que su propia conformidad con las proposiciones: ver cuadro 292 . 4?- Diré, por ûltimo, que es mucho mâs noto - rio para ellos la falta de educaciôn sexual recibida - (45 por ciento lo afirma frente a 20 por ciento de los solteros) mientras disminuye en proporciôn directa la - tasa de quienes creen haber recibido una educaciôn ade­ cuada y suficiente. (ver cuadro 293 ). - 665 - No hay que olvidar que los casados son mayor!tariamen te de edades superiores a los 22 afios y por tanto en- tran en el grupo de los mâs conscientes pero conviene recorder también que estan hablando desde una expe riencia matrimonial que les ha enfrentado seriamente_ con sus propias deficiencias. 4.5.4.- EL ESTATUS SOCÏO-FROFESIONAL DE PERTENENCIA. Los jovenes que pertenecen al status socio- profesional bajo mantienen posturas mâs abiertas ha - cia la sexualidad que los que pertenecen al alto, se- guidos muy de cerca, e incluso en ocasiones superados por las de ascendencia socio-profesional media: 1?- Son los mâs decididos a concebir la sexualidad fundamentalmente como goce y comunicaciôn_ entre dos personas; 73.7 por ciento de ellos frente a 70.2 por ciento de clase media y 62.8 de la alta. Son también los que tienen minorîas mâs altas de indecisos y minorîas mas bajas de opositores a la proposicién. (ver cuadro 294), Ante la concepciôn de la sexualidad - "fundamentalmente como medio para tener hijos" reaccio nan con menor rechazo: 68 por ciento, que la clase al̂ ta: 79 por ciento y que la media.74 por ciento; pero_ - 666 - no porque estên mâs de acuerdo, que no lo estan, sino por que prima en ellos la indecisiôn ( v e r cuadro 294 ). Indê cisiôn que yo atribuyo a una lucha interna entre la con - cepciôn tradicional de sus padres, que han tenido bastan- tes hijos, y la propia de planificar mâs restrictivamente su familia. En armonîa con estas actitudeç son mâs toléran­ tes hacia los homosexuales. En realidad lo son ellos y - los de status medio porque en el alto 37 por ciento ya,-- los consideran enfermes y 6 por ciento mâs viciosos (ver cuadro 295 ). Lôgicamente hay una distancia de permisivi- dad entre los medios y bajos que no creen deba prohibirse la prostituciôn ,87 y 8o por ciento respectivamente y los altos,62 por ciento (ver el mismo cuadro). 2?- A diferencia de lo que se veîa al comparât los hombres y las mujeres (que estas eran mâs tolérantes a pesar de tener menos prâctica), aquî los mâs tolérantes son los que mâs hacen el amor y quienes menos se mastur - ban: los del nivel socio profesional bajo (ver c u a d r o 296). ^ractican mâs el onanisme los jôvenes de clase alta, y aunque en todos los grupos se cree que lo practican los - de su misma cohorte de edad, insisten mâs en su carâcter- sustitutivo los del nivel medio, en su carâcter de prâcti ca necesaria en sî misma los del nivel bajo ( 65 ) (lo que coincide con los comentarios de los discotequeros - 667 - pertenecientes a este nivel) y dicen que no se practice porque "no creo que la necesitan o necesitamos" los jô­ venes del nivel alto (ver cuadro 297)* Las opiniones de este ûltimo grupo contradicen pues sus prâcticas y manî fiestan asî mismo las mayores restricciones sexuales vî vidas. De ahî que confiesen menos sentimientos positi - vos producidos por sus juegos sexuales y sea mayor la - tasa de quienes dicen que no experimentan ningûn senti- i miento o que no saben que contestât (ver cuadro 298). 3?- Confrontados, a continuaciôn, con dos pro posiciones que miden su actitud ante la libertad sexual: - la libertad sexual lleva al caos (ver cuadro n-299) y - muchos de los problemas psicolôgicos que tenemos son - consecuencia, en gran parte, de que no nos dejan ser li­ bres sexualmente. Se observa que los jôvenes de nivel so cio-profesional alto estân mâs en desacuerdo con la se - gunda (57 por ciento frente a 22 por ciento del nivel me­ dio y 12 por ciento del nivel haie) y mâs de acuerdo con la primera (20 por ciento frente a 9.8 por ciento en el- nivel medio y 11.4 por ciento en el bajo). (Ver cuadro 1!-3d) Coherentemente- con todo lo expuesto hasta aquî los jôvenes de clase al­ ta son mâs"controlados" sexualmente y tienen interioriza do su"control" como algo mâs natural que los demâs. 668 - Esta misma tônica va a observarse en sus reac clones a las cuestiones que detectaban el grado de cono cimiento o interrelaclôn necesarlo entre chico y chica- para admitir el acto sexual entre ambos. Solo que aquî- son los jôvenes de clase media los mâs decididos parti- darios de la normalidad del coito entre quienes salen - habitualmente juntos, rechazando enêrgicamente que haya de esperarse al matrimonio y aceptando igual que los de clase baja (y poco mâs que los de la alta) que pueda hacerse el amor en el noviazgo (ver cuadro 301 ). 4?- iComo reaccionan los grupos de status an­ te la virginidad prenupcial masculina y femenina? En de sacuerdo, desde luego, sustancialmente mayor en el nivel social medio que en el bajo y en este que en el alto. El valor de la virginidad parece asî ser mâs importante en las clases altas y recibido como herencia por las bajas. Las médias parecen haberse librado con mayor naturali - dad de tal valor, que sigue siendo importante para 36 - por ciento del nivel alto, 26 por ciento del bajo y 19- por ciento del medio (ver cuadro 302). En este aspecto coincide con Rosa Conde que habla en sus articules ya - mencionados del papel vanguardista de la clase media en algunos cambios de valor y con Salustiano del Campo que afirma existir mayor libertad de acciôn sexual en la -- 669 - clase obrera sobre cualquier otra clase o grupo de sta tus. 5?- Todos los jôvenes sin excepciôn resienten - la falta de educaciôn recibida, pero han tenido mâs in formaciôn los jôvenes de clase alta y la juzgan en mayor porcentaje como adecuada y suficiente.(57 por ciento - frente a 45 y 42 por ciento de los otros dos niveles - respectivamente) (cuadro 303 ). Recuerdo aquî que su - informaciôn ha sido mâs teôrica y en ella han interve- nido los padres con mayor asiduidad, mientras que en - el nivel bajo eran las experiencias personales las fueq tes mâs directes de informaciôn. Los padres jugaban- un papel mucho mâs marginal (véase la discriminaciôn - por nivel socio-profesional en el capîtulo de la fami­ lia). La lecture de impedimentos con que choca mâs a menudo la sexualidad da pistas de las presiones que- sufren mâs los diferentes niveles de status. Por ejem - plo, los de nivel alto se refieren mâs a los "tabûes morales, las ideas con las que nos han educado que re£ tringen su ejercicio". También se refieren a ellos los otros dos niveles pero se advierte que la presiôn mo - ral es mâs fuerte en el primero (27 por ciento, 22 por ciento, 20 por ciento segûn nivel alto, medio y bajo). 670 - Y por ejemplo, los jôvenes del nivel medio se re fieren mâs a la familia, cuya presiôn sienten con mayor rĵ gor que los demâs (27 por ciento frente a 14 por ciento de cada uno de los otros dos niveles respectivamente). (Cua - dro 304). 6?- Me referiré, por ûltimo, a la opiniôn de los grupos de status sobre la prostituciôn. A medida que disminuye el nivel se opina mâs que la prostitutaolo es porque no tiene ninguna otra salida la boral. (45 por ciento del nivel bajo frente a 40 por cien­ to del medio y 39 por ciento del alto). El grupo de nivel medio insiste igualmente en su carâcter de victimas (otro 40 por ciento) porcentaje que es menor en el nivel alto y- todavîa menor en el bajo (ver cuadro 305 ). Los mâs convencidos de la asistencia de sus com- paneros generacionales a los prostîbulos son los de nivel medio y bajo. Los mâs decididos a la necesidad de prohibir la prostituciôn son los jôvenes de status alto, porque la- consideran una aberraciôn. Para los otros no es sino un - mal menor y sobre todo un fenômeno normal y natural a re­ gular por las autoridades. Es decir, que aunque reconozcan su carâcter explotador de la mujer, aprecian el servicio - que les brinda y esto cuenta définitivamente mâs que lo primero. - 671 4.5.5.- LA ACTIVIDAD. Puede decirse en lineas générales que los traba jadores son los que tienen actitudes mâs abiertas hacia - la sexualidad, en consonancia con unas prâcticas sexuales mâs extendidas. Les siguen en importancia los estudiantes y por ûltimo las chicas dedicadas a sus labores. Presento a continuaciôn los datos de las variables mâs importantes: 1?- La sexualidad concebida como goce y comuni­ caciôn entre dos personas recibe los mayores porcentajes- de conformidad en el orden arriba sefialado y los mârgenes- mâs altos de indecisiôn entre las chicas dedicadas a sus - labores (ver cuadro 506 ). Pero son ellas quienes rechazan mâs rotundamente que el objetivo fundamental del acto se­ xual sea la procreaciôn (ver el mismo cuadro) . En esto sî guen la tônica general de las mujeres antes vista y la re fuerzan. La mujer dedicada a sus labores estâ mâs determ_i nada a relativizar la relaciôn entre sexualidad y fecundî dad, mâs deseosa de controlar su cuerpo y de arbitrer su- destino como madré. Incluso su proyecto de tener hijos ex cluye en mayores porcentajes la actitud de aceptar que vengan los que sean sin intervenir directamente en su pla nificaciôn (ver cuadro n° 307 ) sobre todo en referencia a los estudiantes y trabaj adores (66 ). Algunos de estos- hallazgos animan a buscar nuevas pistas de la formaciôn - - 672 - de instintos paternos y maternes en proximos estudios. 2?- La prâçtica sexual mâs compléta es aquî la experimentada por las mujeres dedicadas a sus labores.No hay que olvidar que muchas de ellas son casadas y por tanto sus prâcticas no son indicadoras de libertad sino- simplemente de su estado civil. Por tanto quienes mâs r£ laciones sexuales tienen son los trabajadores, tanto ha­ bituai como ocasionalraente. Quienes dan las tasas mâs al̂ tas de no tener ninguna son los, estudiantes, situandose- los "parados" en posiciôn bastante similar a la de los - trabajadores (cuadros n-^ 3 08,309). Se masturban mâs los es tudiantes ( lo que coincide con los datos antes maneja - dos del nivel socio profesional alto) y las relaciones - homosexuales, aunque escasas se limitan a los trabajado- res o parados. * Son ellos precisamente los mâs tolerantes- hacia la homosexualidad, como deja ver el cuadro 310 Ellos y las amas de casa (ya vimos que las mujeres se mostraban mâs permisivas en lineas générales) asocian el homosexualismo con condicionamientos genéticos y sociales. Los estudiantes los califican de enfermos en mayor grado (ver cuadro 310 ) Los demâs porcentajes son muy pequenos pero denotan mâs atribuciôn de "vicio" a la prâctica homo sexual por parte de los trabaj adores y las amas de casa - (10 y 9 por ciento respectivamente frente a 7 y 5 por cien to de los estudiantes y parados, también respectivamente ( 67 ) : i ! I :! - 673 - Los datos relativos a la prohibiciôn del ejercî cio homosexual denotan actitudes mâs severas por parte de estudiantes y parados que por la de todos los demâs. Puede ver­ se en el mismo cuadro c6mo son altos los porcentajes de - todos los que lo ven algo normal y por tanto niegan que - deba prohibirse. 3?- iCômo reaccionan ante la virginidad femen^ na? Los trabajadores, V los estudiantes (ver cua-- dro n- .311 ). son quienes mâs importancia le dan, lo que- ayuda a comprender que sus prâcticas sexuales se dirijan mâs a chicas con quienes no piensan casarse y a las pro^ titutas. El caso relatado por Rosa, joven trabajadora cuya madré no llegô virgen al matrimonio y que expongo en la- primera parte de este capîtulo ilustra bien esta doble - moralidad. Las amas de casa se dividen aquî en très bloques prâcticamente iguales: 30 por ciento creen importante que la mujer llegue virgen al matrimonio, 35 por ciento- dudan y 35 por ciento estân en desacuerdo. Tiene que pe sar en ellas el hecho bastante extendido en la clase tra bajadora de las mujeres que se casan embarazadas. No ten go datos estadîsticos pero sî he observado su frecuencia. Por supuesto que la disconformidad con la im - portancia de la virginidad masculina es aûn mayor, pero 674 la proposiciôn no tiene el mismo valor puesto que no es la virginidad masculina la que ha estado en juego nunca. Sî lo ha estado la femenina y sigue siendo relevante pa ra poco menos de un tercio aproximadamente. 4?- Concordando con el status socio-profesio­ nal, que es también un status de mayor nivel cultural, puede apreciarse que la educaciôn sexual recibida se considéra suficiente y adecuada por dos tercios de los estudiantes. La opiniôn es sustancialmente peor entre las amas de casa (menos de la mitad consideran que han tenido una educaciôn adecuada) y todavîa menos de los- trabajadores : solo 24 por ciento la juzgan suficiente (ver cuadro 312). En cuanto a los impedimentos con los que tropie za mâs la cuestiôn sexual, las amas de casa senalan defi_ nidamente "los tabués morales, las ideas con las que - nos han educado y que restringen su ejercicio". Estudian tes y trabaj adores se refieren mâs a los tabûes sociales, el miedo al que dirân; los parados se refieren mâs enfâ- ticamente a la familia. Excepto las amas de casa, todos- sefialan con porcentajes pequenos pero consistentes la falta de lugares apropiados y de medios anticonceptivos. ( 68 ) (ver cuadro 313). 5?- Ante la prostituciôn se dan los siguientes puntos un poco mâs relevantes: - 675 - - las amas de casa son mâs incrédulas ante la proposiciôn de que "la prostituciôn es la ûnica salida laboral para - muchas mujeres" (yo opino que ellas piensan en la alterné tiva del servicio doméstico como mâs digna aunque peor pa gada). De hecho a ello se dedican la mayorîa de las madrés de los y las jôvenes entrevistados. Estân mâs prestas a - creer que las que a ello se dedican lo hacen por gusto (bien entendido que aquî me refiero mâs a porcentajes mi- noritarios). - Los parados atribuyen su existencia a un negocio mafio­ so del que son vîctimas en superiores porcentajes. (Aun - que la encuesta se referîa a prostituciôn femenina no hay que descartar que algunos jôvenes se estén refiriendo tam biên a la masculina). Son pocos, sin embargo, los que cre en que debe prohibirse. De entre los que lo creen hay mâs estudiantes y trabaj adores que estudian: 25 por ciento de ambos por 11 y 12 por ciento que dan los trabaj adores, pa rados y amas de casa (ver cuadro 314 ) Las amas de casa re£ ponden con un perplejo "no sê" en mayor medida que todos- los demâs. - 676 - 4 .5.6.- LAS OPeiüMES RELIGIOSAS Y POLITICAS. Las creencias religiosas influyen de manera no table en una concepciôn de la sexualidad mâs conservado- ra, entendiendose por tal menos inclinada (o atrevida) a aceptar una funciôn comunicativa y de goce personal en - tre quienes hacen el amor, mâs respetuosa de la virgini­ dad prenupcial femenina y mâs severa en el juicio de las prâcticas sexuales entre gentes del mismo sexo. Lo mismo puede decirse de las orientaciones po liticas. Son mâs inclinados a una concepciôn libre de la sexualidad los que tienden hacia la izquierda, aunque i^ quierdas y derechas no se muestran muy sensibles hacia la situaciôn social de marginaciôn vivida por las prostitu­ tas . En cuanto a las creencias religiosas: 1?- Aquellos que elegirîan una forma de vivir en pareja formaiizada, tanto en matrimonio religioso co­ mo civil aceptan concebir la sexualidad fundamentalmente como goce y comunicaciôn entre dos personas en menor me­ dida (63 y 64 por ciento) que quienes eligen la libre u- niôn (90 por ciento) o no eligen nada todavîa (84 por ci ento). Ahora bien, dentro de los que eligirîan o han ele gido ya el matrimonio religioso hay una serie de motiva- ciones distintas para hacerlo: la convicciôn religiosa,- - 677 - la costumbre o la elusiôn de choques con la familia y la sociedad y al interior de cada una de estas motivaciones se desarrollan actitudes distintas. (Ver cuadro n- 315 ) Aquellos que se casarîân religiosamente por con vicciôn son los mâs reluctantes a concebirla fundamental^ mente como goce y comunicaciôn. Aun asî concuerdan con - ello mâs de la mitad, pero entre quienes alegan razones= de costumbre o de evitar choques el volumen de acuerdo con la funciôn hedonista alcanza al 80 por ciento. Quie­ nes piensan casarse por el valor del vînculo formalizado concuerdan un poco menos: 73 por ciento. Lôgicamente quî enes apelan a sus convicciones religiosas conciben mâs - la sexualidad como medio de tener hijos pero no en gran­ des nômeros. Lo conciben 18 por ciento de ellos frente a 15 y 11 por ciento de todos los demâs (ver cuadro 316) De todas formas se inclinan mayoritarlamente a no conce­ birla asî, lo que demuestra que incluso entre los creyen tes es profunda ya la disociaciôn entre sexualidad y fe- cundidad.El cambio es importante. 2- Los que quieren casarse por convicciones reli­ giosas no alcanzan todavîa a concebir en mayorîas impor­ tantes una sexualidad independiente. Ante la proposiciôn^ "Creo que las relaciones sexuales deben mantenerse solamente - 678 dentro del matrimonio, los que tienen proyecto de ca sarse por la Iglesia "por convicciôn religiosa" concuerdan en 32 por ciento de los casos, disienten en 43 por ciento y estan indecisos en 25 por ciento mâs. Quienes quieren el matrimonio religioso por el- vînculo que implica se les acercan un poco, aunque ya dan porcentajes mâs bajos de acuerdo 24 por ciento, los inde­ cisos son otros tantos y los disconformes unos pocos mâs: 52 por ciento. A medida que se da menos importancia religiosa y ritual al matrimonio religioso se disiente de limitar- a su existencia las relaciones sexuales. Asî quien piensa casarse por costumbre o evitar roces disiente en 70 y 78 por ciento de los casos estudiados (ver cuadro 317 ). Otros estudios realizados por Hunter en 1971 y Vandiver en 1972 mostraban también la baja permisividad de las gentes religiosas para las relaciones sexuales prenu£ ciales^ Hay aun mâs investigaciones confirmativas de lo mi£ mo, pero en opiniôn de Reiss no pueden extractarse riguro samente las conformidades de comportamiento porque pocos- de estos estudios comparan grupos con diferentes tradicio nés de permisividad que ayuden a aislar el factor religio so de todos los demâs. En cualquier caso es un punto im - portante a tener en cuenta, mâs en paîses como Espana don de la religiôn catôlica ha defendido la virginidad femenî na prenupcial con verdadera convicciôn y fuerza.(69), - 679 Refiriêndome por ûltimo a la influencia de las orientaciones polîticas en el concepto de sexualidad, di ré: 1?" Que estâ mâs orientado a concebirla funda­ mentalmente como goce y comunicaciôn entre dos personas- conforme se va de la derecha a la izquierda (ver cuadro 3 18 )• Los indiferentes en polîtica son mâs restricti - vos incluso que los simpatizantes de derecha. Se confir­ ma aquî que Amando de Miguel estaba en lo cierto cuando se oponîa al dilema de Aranguren en 1975: "o erotizaciôn o- politizaciôn". De Miguel sefiala que lo erôtico y lo pro­ grès ivamente politico no se contraponen (70 ) • %lhelm Reich decîa mucho mâs: decîa que la revoluciôn social de hecho otorgaba importancia a la liberaciôn sexual y asî suce - diô en los comienzos y mientras durô la revoluciôn rusa- ( 71 ). Conforme se deja al hombre libre de usar su -- cuerpo y de unificar los dictados del placer con los principles de la realidad, se le ve evolucionar hacia la participaciôn activa en su ciudad, hacia la colaboraciôn con los ciudadanos que sienten cercanos. Asî lo decîa Reich en los comienzos de la revoluciôn rusa. Claro que­ en los anos anteriores a la segunda guerra mundiai €i ya veîa la vuelta en Rusia a la represiôn social y sexual. - 680 - Mientras tanto Aranguren en los 80 interpréta la cultu ra juvenil actual como una vuelta al mundo privado, co mo una centralizaciôn en el placer personal, en el goce sexual, en la contemplaciôn y amor a la naturaleza, en , el micro-mundo de su privacidad familiar, vecinal y ciu dadana. Hoy erotismo y politica de las autonomlas regio nales , locales, de las reivindicaciones ciudadanas pa- recen compaginarse perfectamente ( 72 ). 2Î- Observando por Ultimo las actitudes hacia la homosexualidad y prostituciôn como dos nûcleos de marginalidad social puede decirse que: - los anarquistas insisten mâs en las causas sociales - que genéticas de la homosexualidad. Los demâs grupos lo hacen a la inversa (ver cuadro319 ). Sôlo dan porcenta- jes altos de interés en prohibir a los homosexuales el- ejercicio de su sexualidad los simpatizantes del centro y derecha: 47 por ciento (recuerdo que en el Casco Viejo se trata de una derecha moderada: libérales, democrata- cristianos, conservadores). Les siguen los indiferentes- en polît ica en un 22 por ciento. Los demâs oscilan entre el 13 por ciento de lôs socialistas no marxistas y social demôcracas, el 9 por ..ciento de los socialistas marxistas y comunistas, el 7 por ciento de los anarquistas. Centro y derecha son mâs tolérantes ante la prostituciôn- (No nay que olvidar su caracter de aprendizaje semiclandestino y de puerta falsa a los deseos sexuales - 681 - de los hombres de todas las clases sociales y tendencias po lîticas). Sôlo 29 por ciento de ellos optarîan por prohibir- la, seguidos por los indiferentes en polîtica, los socially tas y los comunistas y con porcentajes entre 18 y 15 por cion_ to. Luanto mâs a la izquierda mâs normal ven el fenô- meno, exigiendo solo que sea regulado por las àutoridades (.ver cuadro 320 ). De todas formas, aquî no se ve slno muy superfi - clalmente este fenômeno. Serîa muy interesante profundizar mâs en los contenidos de explotaciôn o liberaciôn sexual -- (quién sabe?) que los jovenes de izquierdas y derechas atr^ buyen a la prostituciôn, de la lôgica que siguen en su acep̂ taciôn del hecho y del papel que asignan a la mujer prosti- tuta, que segûn todas las apariencias hoy por hoy es un ser marginal, al que la Ley puede incluse facilmente privar del derecho de patria potestad sobre sus hijos. - 682 - (1 ) Y esto a pesar de lo que luego pase y que Alberto Moncada expresa muy bien:"que el emparejamiento conveneional, es decir, heterosexual, pûblico y con vocaciôn de peimanencia sigue sien- do el cauce ordinario de la sexualidad para la mayorîa estadîs- tica de los espaholes mayores de veinticinco anos". Los usos de la sexualidad efa la Espafia actual. Kairos. Barcelona, 1980. pâg. 27. ( 2 )Trolli Lilian Y Bengston, Vem. "Generations in the family" en Contemporary Theories about the family. Vol. I. The Free Press London 1979, Section Two. pags. 127-161. Especîficamente pâg.139 ( 3 ) Ibidem, pâg. 142 ( 4 ) Rouseel, L. y Bourguignon, 0. op. cit. pâg. 63 ( 5 ) El porcentaje de respuestas varia entre una pregunta que so lo pedia respuestas afimativa o negativa de sus prâcticas sexua les y otra que especificaba el tipo de prâctica. Hay que tener - en cuenta que en esta seguhda se reservan de responder 36 por -- ciento. En la primera 39 por ciento decîan tener prâcticas sexua les complétas. En la segunda las declaraban 30 por ciento. ( 6) Garcia, Anselmo. op. cit. pâg. 118 ( 7 ) Lopez J. Maria Angeles, Ans6, J.L. y Marco, Miguel. Obra_ inédita ya citada. ( 8 ) Ce:rroni,Umberto. La relaciôn hombre mujer en la sociedad - burguesa. Akal editor. Barcelona 1976, pâg. Ill ( 9 ) Willmott, Peter, op. cit. pâg. 57 (10) Goodman, Paul. Problemas' de la juventud on la sociedad or- - 683 ganizada. Ed. Peninsula. 2®edici6n. Barclona, 1975. pâg. 140 y siguientes. (11 )A esta ccmo a todas las entreviŝ as asiste el grupo com - pleto, o casi conçdeto. En esta entrevista estaban ausentes J.y Nieves. Los demâs asisten callados. (12) "Informe de la encuesta sobre la juventud" 1977, dirigida por J. Linz, op. cit. pâgs. 111 a 114 (13) Aunque no sea tan aplicable en algunas ciudades de Espana como en otras mâs avanzadas sî es constatable el fuerte salto - dado en las generaciones ûltimas hacia una desdramatizaciôn de_ la virginidad. Reich dice que si hace veinte aftos era una des - gracia para una chica soltera no ser virgen, hoy el serlo en -- las mismas condiciones de solterîa y edad estâ empezando a con= siderarse una desgracia. Yo ditîa que esto sucede en Espafia en grupos minoritarios de jô venes progresistas. Pero que a nivel de mayorîas y sobre todo - en el piano de los hechos, las mujeres jovenes necesitan aûh . garàntîas suficientes de cierta profundidad en la relaciôn con un joven para ceder al acto æxual consciente y gustosamente. La- obra de W. Reich a que me refiero es la revoluciôn sexual. op. c it. pag. 37 (14 ) Umberto Cerroni también se refiere a este hecho parangonan- do la desigualdad social existante con la igualdad social ava- lada por las leyes del mundo capitalista occidental. Ver op.cit. pâg. 151' (15 ) Adquiere aquî plena validez la afirmacion de W. Reich de - 684 - que en las condiciones actuales de existencia (aplicables a 1980) la libertad sexual de la mujer es libertad de entregarse. Aquî en Espana se sigue considerando "progre" a"quien se acuesta con -- quien se lo pide y nona a quien no lo haceV Proximamente publica- rê un estudio sobre la mujer que recoge testimonios sustanciales en este sentido. (16 ). CeïTcni, Umberto, op. cit. pâg. 133 (17 ) Estudio 1.031 delC.I.S. sobre "Juventud Espanoia de 1968". Madrid. (18)III ûicuesta Nacional a la Juventud 1975 dirigida por J.M. L6- pez Cepero.''>■». cit. Pag. 193. (19̂ )Ortega y Gasset, José. La rebelion de las màsas. Espasa y -- Calpe, 2“edici6n, 1979. pâgs 245-254. (20) Encuesta sobre "Comportamientos sociales y turismo" R.E.O.P. n”27. Enero-Marzo,1972. Madrid, pâg.27. (21 ) Coinciden totalmente las cifras de la encuesta de Linz pu- blicada en la Revista de Documentacion Social n°l pâg. 112 y las de la encuesta de Eco publicada en Cambio 16- noviembre 1977 pâg. 63, obras ya citadas anteriormente. Recuerdo que la primera de eŝ tas encuestas se basa en jévenes de 15 a 20 anos. La segunda los_ sigue hasta los 25 tanos, (22 ) Garcia, Anselmo. op. cit. 1976 pâg. 121. (23 ) Cambio 16. Noviembre 1977. op. cit. (jovenes de 15 a 25 anos) (24 ) Lopez Jimenez, Maria %igeles. Anso, J.L. y Marco, Miguel, op. cit. inédita aCm. - 685 - (25) "Los jévenes de Getafe", editado por su ayuntamiento y reàlî zado por Edis, 1980. op. cit. pâg. 21 (26) Recuerdo que este colectivo juvenil tiene de 14 a 24 aâos C(Mno el del Casco Viejo y es de extraccién obrera fundamentalmen- te. (27 ) Encuesta de la Concejalîa de Juventud del Ayuntamiento de — Barcelona publicada en El Dominical 27 de septiembre y que he cita do también sucesivanente. Las edades son aquî 14-21 ahos. pâg.17. (28 ) Lôpez Jimenez, M.A. y Ans0, J.L. Entre la domesticacién y - la libertad , op. cit. pâg. 34 (29) Conde, Rosa en Tendencias dé Cambio en la estructura fami — liar, op. cit. pâg. 42 (30) Ibidem. (31 )Dunia n°123 Abril-Nfayo de 1982. Estudio realizado por Alber to Moncada, pâgs. 86-87 (32 ) Como conprueban todos los autores que se ocupan de investi- gar sobre la mujer, ella pide de la relaiôn sexual algo mâs que - un contacte fîsico de ciertas partes del cuerpo; busca una relaciôn intima, tiema y afectiva. Cito a Amande de Miguel en Sexe, Mu­ jer y Natalidad, op. cit. Pâgs. 35 y 36 como un ejenplo de esta ob- servacién. (33) Roussel L y Bourguignon, 0. op. cit. pâg. 109 (34) Ibid. pâg. 111 (35) Lopez Pintor, R. y Buceta, R. op. cit. pâgs. 58-59 (36 )De Pablo Masa, Antonio, op. cit. pâgs. 391-392 (37) Ibidem. 686 - (38 ) "Informe de la Encuesta sobre la Juventud 1977" dirigida por J. Linz en Cuademos de Documentacion n“l op. cit. pâg. 112 (39 ) Nieves es su novia (40 ) La hermana tiene 13 anos, igual que las chicas con las que él va. (41 ) Esta mujer tiene ahora 49 afios. (42) Lo que estâ en juego para K. es su propia cpacidad de satis- facer a la chica sexualmente mâs que cualquier otro rival anterior. Los términos son compétitives y van encaminados a una auto-afirma- ci6n de su imagen masculina en esta lihea tradicional. (43) Este final de frase expresa un juicio valorativo de la mujer» No dice qué ha hecho sino qué ha sido, dando asî a la actividad -- sexual femenina, caracter sustancial qâe la define. Coincide asî - con las définieiones anteriores de las chicas"asequibles" o "fâci- Iws" igualables a las putas. (44) Mead, Margaret. Sexo y temperamento en las sociedades primi- tivas. Ediciones de bolsillo. Editorial Laia. Barcelona 1973 pâg. 120 y siguientes. (45 )"Es la situaciôn social, el carâcter actual de la familia y - de la escuala, la influencia de toda la opiniôn publiva lo que dé­ termina que los y las. jovenes,.lean âvidamente los libres de infor- maciôn sexual*. La lucha sexual de los jovenes. op. cit. pâgJ 9 y 10 (46 ) "Como son los jovenes de Barcelona" ya citado, pag. 18. Imte- resante ver que"los amigos aquî han sido la principal fuente de in formaciôn sexual para 42 por ciento de los jovenes seguida por la escuela para 18 por ciento mâs" - 687 - (47) Las prostitutas son uno de ellos, pero en las clases médias eŝ te papel ha correspondido a las "criadas de la casa" segûn afirma -- Amando de Miguel en Sexo, Miijer y natalidad, op. cit. pâg. 18 citan- do a su vez a Francisco lAnbral. (48)1*® un 56 ror ciento de los espaholes varones en los ahos 70 esta­ ban indecisos 31 por ciento o en desacuerdo (25 por ciento respecto a la prohibiciôn de la prostituciôn en Espaha. Lôpez Pintor, R. y Buceta R., op. cit. pâg. 144, lo que indica una mayor aceptaciôn relativa - por parte de los jovenes del Casco Viejô lO ahos mâs tarde. (49 ) Ambas proposiciones fueron aplicadas exactamente en este eues - tionario a efectos comparatives. Ver Informe sobre là Encuesta de la Juventud 1977 dirigida por J. Linz. La encuesta no informa sobre los porcentajes de los indecisos o disconformes, op. cit. pâg. 112. (50 ) Cambio 16 Noviembre 1077, pâg. 63 (51) Los universitarios de la Autônoma de Barcelona tienen relaciones sexuales en un 57.2 por ciento en 1976. Es un date ilustrativo pero - no refleja la prâctica de la tôt alidad de los jôvenes, probablemente- inferior. Garcia, Anselmo, op. cit. pâg. 121. (52 ) Engels, F. El ôrigen de la familia, de la propiedad privada y - del Estado. Edit. Ayuso , Madrid 1976 et (53 ) Reiss, Ira L. and Miller, Brent C. Heterosexual permissiveness: a theoretical analysis in Contemporary theories about the family Vol. 1 Edited by Wesley y otros. The Free Press, New York 1970 , pâg. 58 (54 ) Estudios de Robinson en 1968 y 1972 , de Christensen y Gregg en 1970, de Bell y Chask4 en 1970 demuestran que la tolerancia del sexo femenino habîa aumentado mucho mâs rapidamente que la del sexo mascuM - 688 no. Reiss predecîa que seguirîa aumentando la tolerancia femenina y sobre la masculina. Las actitudes hacia la virginidad femenina y el control de la mujer de 14 a 18 anos por parte de los padres que tra to enseguida en este acapite,lo danuestra. Reiss,Ira L yotros op. cit. pag. 66 (55 ) I bi d.pâg. 64 (56 ) Reich, Wilhem y Vera Schmidt Psicoànâlisis y EdUcaciôn 1. Ana- grama. Barcelona 1973 pâg. 60 (57 ) De Fteguel,Amando. op. cit. pâg. 36 (58 ) Roussel L y Bourguignon 0. op. cit. â̂g. 32 (59 ) Abril, Victoria y Miranda,Maria Jésus, op. cit. . 108 y 109 (60 ) Lo que constituiria un avance frente a la pasividad femenina que Wilhem Reich describe eh la ReVoluciôn Sexual, op. cit (61 ) "Informeds la Encuesta sobre la Juventud" 1977 op. cit. pâg.125 (62) Mead, Margaret. AdolescenCia sexo y cultura en Samoa. Laia . Barcelona 1979 pâg. 222 (.63) De Miguel, Amando. Sexo, mujer y natalidad ert Espafia, op. cit. pâg. 67 (64 ) Mead, Margaret. Adolescencià, sexo y cultüra en Samoa, op. cit. pâg. 223. (65 ) Aqui conviene considerar la évolue ion en la valoraciôn de la — masturbaciôn que ya apreciaba Wilhem Reich en La Revoluciôn sexual - op. cit. pâg. 122. El decia que si bien hasta hace poco ( se refe - ria al periodo de la escritura le la primera parte del libro, en 1928, en 1949 se revisô) la masturbaciôn era la pesadilla general, se ha pasado de verla luego como un mal menor a considerarla finalmente co- - 689 - mo inofensiva y natural. Esto no es cierto, no obstante, sino en par te. Reich afirma que ciertamente la masturbaciôn es mejor que la -- continencia "pero a la larga se vuelve insatisfactoria y desagrada- ble... la ausencia de objeto de amor se hace penosa... y provoca -- disgusto y sentimiento de culpabilidad" (66 ) Los trabajadores que estudian ejercen un voluntarismo mayor - en todo y por ello se muestran aquî los mâs conscientes del control - de sus hijos. Es decir, que son los menos dispuestos a recibir los- que vengan; amas de casa y trabajadores, como ya se viô, desean di^ minuir el nûmero de hijos mâs que los estudiantes. (67 ) ... Subdividiendo los trabaj adores entre quienes estu - dian y quienes no lo hacen, se observa que sôlo el 4 por ciento de - los primeros créé, "viciosos" a los homosexuales frente al 12 por - ciento de los segundos ̂ (68) En la encuesta sobre el ocio de la juventud zaragozana hecha - en la misma fecha por José Luis AnsÔ y yo misma ya citada, los jôvenes solicitaban del Ayuntamiento apartamentos baratos que les permitie ra vivir con cierta independencia econômica de su hogar y mayor priva cidad personal. Ver Entre la domesticacién y la Libertad, op' cit. pâg. 74. (69 ) Reiss, Ira L. and Miller, Brent C. op. cit. pâg. 65 (70 )De Miguel,Amando en Sexo. mujer y natalidad op. cit. pâg. 102 se referîa a una cita del libro de J.L. . ArangurenErotismo Y Libera - ciôn de la mujer. Editorial Ariel, Barcelona 1972, pâg. 33 (71) Reich,Wilhelm;SMnidt, Vera . Psicoànâlisis y Educaciôn 1 op. cit. pâg. 16 y 33 - 690 - (72) Aranguren, José Luis Bajo el signe de la juven­ tud, Aula Abierta, Salvat, Madrid 1982. Pâg. 52 y siguientes. filBLtOTECA Maria Angeles Lôpez Jiménez 19 iU'Il iiiiiiiiiii 5 3 0 9 8 7 3 0 7 6 *UNIVERSIDAO COMPLUTENSE - 6 EL ETHOS DE UNA GENERACION: LA JUVENTUD DEL CASCO VIEJO DE ZARAGOZA TOMO II Departamento de Psicologîa Social Secciôn -de Sociologla Facultad de Ciencias Politicas y Sociologia Univers idad Complutense de Madrid- 1 9 8 4 # D I B L I O T E C A Colecciôn Tests Doctorales. Na 180/84 Maria Angeles Lôpez-Jiménez Edita e imprime la Editorial de la üniversidad Complutense de Madrid. Servicio de Reprografia Noviciado, 3 Madrid-8 Madrid, 1984 Xerox 9200 XB 480 Depôsito Legal : M-20?8e_in84 - 691 - 5.-LAS RELACIONES DE IGUALES 5.1.-INTR0DUCCI0N.- Para la gran mayorîa de los jôvenes d'aï -- Casco Viejo son satisfactorias sus relaciones de amistad_ dentro del grupo de iguales. Este es una pandilla en su - forma mâs habitual y estâ compuesta por un promedio de -- cinco o sels amigos. El nûcleo de amigos cercanos nace y_ se hace en el colegio fundamentalmente ,aunque también el barrio contribuye, en segundo lugar, a su creaciôn. Una es la base fundamental de amistad: la_ comprensiôn mutua que dériva de la puesta en comûn de sus experiencias. De aquî que la razôn principal por la que - no se renuncia al amigo es la confianza y ayuda que este_ brinda. Dentro de las cualidades valoradas en los amigos_ destacan la fuerza de carâcter y claridad de ideas que al̂ gunos poseen. Las flfristades se désarroilan mâs entre los j^ Vénes del mismo sexo como medio de comunicaciôn y compa-- fiia habituai. Los varones que se relacionan con amigas mu jeres muestran hacia ellas actitudes posesivas. El conte- nido sexual de la amistad mixta estâ manifiestamente de-- clarado por los jôvenes entrevistados. - 692 - Dentro de las dos formas habituales de ami£ tadesj la pandilla y el grupo mâs amplio, la primera confor­ ma mâs las amistades de los adolescentes. El grupo de ami­ gos amplio y abierto corresponde mâs al tipo de interrela- cl6n que establecen los jôvenes. S.àt- LOS JOVENES ESTAN CONTENTOS CON LOS AMIGOS QUE TIENEN 5,^.1.- LA PANDILLA Y EL GRUPO DE AMIGOS Los jôvenes estân contentes con los amî̂ gos que tienen,asî se desprende de su respuesta a la pre-- gûnta delfcuestionario:iCômo te sientes cuando estâs con - los amigos?."Bien, acompafiado, a gusto" dicen el 91,66 por ciento de los jôvenes encuestados. Los desconteatos, que: - sôlo continuan la araistad"por la compafiîa flsica" que su grupo les brinda, representan un 3,2 por -- ciento de la muestra, y 5,12 por ciento mâs no responden. Esta satisfacciôn estâ fundamentada, en la_ espontaneidad con que surge la amistad, que permite a la - gente unirse porque hay muchas cosas que quieren compartir o sobre mdo porque hay un modo de concebir la vida que es_. perfectamente entendible y realizable en comûn. La confor- maciôn del grupo de amigos favorece la participacion juve­ nil en experiencias satisfactorias para sus aspiraciones.- De aquî que sea distinta segûn estas aspiraciones impli-- - 693 quen unas u otras formas de compartir sus experiencias. Las formas mâs intensas y prolongadas a lo largo del dîa - de compartir el tiempo libre son propias de las pandillas_ de adolescentes. Las formas mâs laxas y abiertas son pro-- pias de los grupos de amigos entre jôvenes de mâs de 20 -- aflos. Insistirê mâs en estos modelos de amistad segûn eda­ des en el acâpite sobre los factores discriminatorios de - la amistad. Diré aquî que en el colectivo estudiado lo que prédomina es la estructura de pandilla, porque también pre domina el nûmero de jôvenes que tiene menos de 21 afios: -- dos tercios de la muestra. La pandilla es la forma habi--- tuai de amistad para el 46 por ciento de los jôvenes. Poco mâs de un tercio participa del grupo de amigos menos es-**- tructurado y 19 por ciento no responde. El promedio de amî gos es de 5 a 6, agrupando por igual a las pandillas y a - los grupos de amigos. Este es un nûmero constante y comûn_ a otros colectivos juveniles. Willmott menciona el mismo - nûmero promedio entre los adolescentes menores de 20 afios_ de East London en 1966 ( i ). Y J. Linz lo encuéntra entre los espafioles de la misma edad en 1977 ( 2 ). No obstante_ los jôvenes espafioles de 15 a 29 afios daban en 1968 tasas_ mâs bajas (3 ). El porcentaje mâs alto, un tercio de los_ jôvenes decîa tener dos a très amigos, poco menos de otro_ tercio decia tener varios, sin diferencias notables entre 694 chicos y chicas excepto por una mayor inclinaciôn masculi­ na a grupos mâs amplios. Se distribuîan pues de tal manera que un 45 por ciento de jôvenes en total tenîa uno a dos - amigos y 46 por ciento decîa tener mâs de très, con incli­ naciôn a ampliar el nûmero de amigos a medida que se eleva la edad. ,_Æn 1968, 7 por ciento de los jôv£ nés decia carecer totalmente de amigos. Hoy en el Casco Viejo sôlo lo dice 1,28 por ciento. La mayor libertad de - acciôn que los padres dejan a los hijos actualmente (y que se extiende a un mundo social de base democrâtica), la am- plitud del entorno social a travês del que se hacen los -- contactos en un medio urbano mâs complejo puede haber con- tribuido al enriquecimiento observado en las relaciones y_ que es palpable ya en los datos de juventud de 1977. De todas formas conviene aclarar que Aller- beck y Rosenmayir ( 4 ) constatan a travês de una serie de_ estudios que se han venido realizando en Europa y Amêrica_ una tendencia europea a tener menos amigos y mâs întimos - que en America, donde se considéra como amigos a quienes_ aquî se define como simples conocidos. Los estudios euro-- peos estân basados en colectivos juveniles daneses y alema nés primordialmente por lo que convendrîa establecer compa raciones entre parses nôrdicos y anglosajones por una par­ te, mediterrâneos por la otra. La pregunta que me planteo_ - 695 - es si aquî se trata de una cuestiôn de■tradiciones social' les distintas o de diferentes concepciones de amistad se-- gûn las edades (5 ). De hecho en el Casco Viejo el nûmero de amigos aumenta conforme las amistades van conviftiéndo- se en relaciones sociales extensas, lo que implica una am- pliaciôn del concept© de amistad y su aplicaciôn a conoci­ dos con los que se tienen contactos menos frecuentes e în­ timos, Esto sucede entre los mayores que compaginan el cre cimiento de su cîrculo de amigos con la reducciôn de quie­ nes entran en la categoria de întimos, Volverê sobre este_ punto al analizar las diferencias de comportamiento por -- edad. Lo que quiero sefialar aquî es que el nûmero de ami-- gos, siendo amplio, 5 6 6, es a su vez cohesivo, y lo que_ prédomina es el aprecio de todos por todos. La mayorîa de_ los jôvenes encuestados: 41 por ciento no renunciarîan a - ninguno de sus amigos por ningûn motivo. En realidad el 69 por ciento responde que no renunciarîa a varios de ellos - de ninguna manera y 21,79 por ciento limitan su fidelidad_ a uno solo (ver cuadro n°_321). Esto es debido en un nûmero grande, mâs de la mitad a la relaciôn de noviazgo y matri- monio. Los jôvenes que tienen novio/a o marido/mujer âc--.“ tualmente tienden a considerar a este como el amigo irre-- nunciable pero no sôlo es este el caso. Dentro de los gru­ pos de amigos mâs extensos hay para algunos jôvenes una -- persona mâs cercana que las demâs, situaciôn mâs comûn en­ tre los jôvenes de mâs edad y entre las mujeres. Es igual- mente cierto que se régistra una tendencia mayor entre -- - 696 - las mujeres a considerar como amigos a sus novios y ma ridos que entre los hombres, pista que habrîa que seguir - en ulteriores investlgaciones con muestras representativas, pues los grupos de novios y casados son aquî muy pequefios. Los comentarios de J. un discotequero»ex-- puestos en los capitules anteriores reflejan el trasfondo_ cultural de estos comportamientos, que conllevai un senti-- miento posesivo hacia la mujer por parte del hombre, co--- rrespondido con una actitud de fidelidad sumisa por parte de la mujer. Recapitulando pues, el estilo de amis-- tad prédominante es el de un grupo amplio, pandilla o me-- nos estructurado, por oposiciôn a la dîada ( 6 ). La bûs-- queda de contactos amplios es comûn a 79 por ciento de los jôvenes mientras que del estilo diâdico de amistad partic_i pan sôlo 2,2 por ciento. Poco menos de una cuarta parte no responde y 1,2 por ciento afirma carecer de amigos*, (son - cuatro chicos quienes dicen esto . Este estilo de amistad_ es fruto de los mécanismes por los que se establecen las - primeras relaciones amistosas. 5.1.2.t LAS FUENTES-DE AMISTAD. El nûcleo de amigos cercanos nace y se hace en el colegio fundamentalmente, aunque también el barrio - y el trabajo contribuyen al encuentro de iguales. El prime ro ha sido el centro de contactos vigentes para 50,6 por - ciento de los jôvenes, el barrio para 24,9 por ciento mâs_ - 697 y el trabajo para 12,8 por ciento de ellos. Otras formas_ de conocer amigos son las amistades entre familias: 8,3 -- por ciento, los lugares. de ocio urbano: 7,3 por ciento a travês de discotecas y 7,6 por ciento de bares y cafete--- rias. Le siguen las asociaciones, partidos o sindicatos:-r 6,7 por ciento y finalmente el lugar de las vacaciones:5,4 por ciento. Priman por tanto los centros de contacte esta- ble sobre los de contacte menos frecuente; los lugares de_ convivencia urbana cotidiana sobre las formas mâs transite rias de ocio vacacional. Comparando estas respuestas con - las dadas por los jôvenes de 1968, se observa que entonces el protagonismo del barrio era igual al del colegio como - fuente de amistad. Un 30 por ciento de los jôvenes comenta ban que sus amigos eran vecinos de casa, un 29 por ciento_ que eran compafieros de estudios y un 24 por ciento que --- eran compafieros de trabajo. Es decir se conocîan menos por el colegio y mâs por los otros dos medios. También las ami_s tâdes de la familia ocupaban un lugar mâs importante. Un 16 nor cien tenîa sus amigos entre los hijos de los amigos de sus pa-- dres. Evidenteraente la dinâmica de la vida relacional al - final de los 60 era muy otra, Ademâs se trata de una mues­ tra representativa de todo el paîs, en donde convergen nû- cleos de poblaciôn muy heterogêneos (7 ). Ya en 1977 se - observa en la juventud espanoia el mismo protagonismo del_ colegio que en el Casco Viejo de 1980. Sôlo que va unido - al trabajo y no pueden por tanto aislarse los porcentajes. - 698 De tàl manera que 61 por ciento de las amistades se origi- naron en el colegio o centro de trabajo. En segundo lugar_ sirviô de centro de hacer amigos', el barrio o calle para - el 55 por ciento de los iôvenoS.Las amistades originadas por contactos entre familias ocupan un lugar bastante mâs im-* portante que en 1968 y que en el Casco Viejo del 80. Lo -- mismo ocurre con los lugares de diversi6n( 8 )/Cuadro n-322) Otras com- paraciones no pueden hacerse porque las alternativas no -- son las mismas. En el caso del estudio de juventud de 1960 sôlo se preguntaba a los jôvenes por el origen de sus ami£ tades femeninas, no del conjunto global ( 8 ). Quiero re-- saltar aquî que en el Casco Viejo sôlo 48 por ciento de -- los jôvenes que trabajan hacen sus amigos en el lugar de - trabajo. Luego se verâ como incluso para los trabajadores_ permanecen los amigos de la etapa estudiantil como los mâs importantes. Es un punto mâs de apoyo a la importancia - de las amistades escolares como lo es la pêrdida del lide- razgo familiar en la direcciôn de los contactos juveniles. En este sentido puede decirse que el colegio ha tornado de_ la familia no solo el relevo de la educaciôn formai sino - que provee al joven de espacios y tiempos para el encuen-- tro con sus iguales lo que da cauce: - de seguimiento de otros modelos y ensayos pertinentes de hacerse adultes - 699 - - de ;accèso a grppos sociales del mismo o supe rior status social,ûtiles para la mâs amplia participaciôn en el mundo social y especîficamente en el laboral. El barrio sigue al colegio en importancia como aglutinante de amistades pero no todos los sectores del ba rrio cumplen por igual esta funciôn. Les corresponde prio- ritariamente a los de menor nivel socio-econômico entre -r sus habitantes (10). El barrio es fuente de amistades para: - 28 por ciento de los jôvenes de la Magdalena (nivel socio-econômico bajo.principalmente), - 29 por ciento de los jôvenes de San Pablo (n_i vel socio-econômico bajo prédominante también), - 22 por ciento de los jôvenes del Centro (ni­ vel socio-econômico, medio y alto). ( 11 ) Este hallazgo es aûn mâs évidente a nivel de - la juventud zaragozana. Si en el Casco Viejo estudiado los niveles socio-econômicos de sus habitantes oscilan, entre_ cl bajo, mâs numeroso, el medio, que le sigue en importan­ cia y el alto, menos numeroso, en la ciudad se pueden dis- tinguir mâs fâcilmente barrios de nivel socio-profesional_ altos, medios y bajos. El estudio recientemente e£ectuado_ sobre el ocio juvenil derauestra que los barrios mâs frîos_ para los contactos entre jôvenes son los de niveles socia­ les altos. Eiercen una funciôn de comunicaciôn afectiva en tre iguales sobre todo aquellos en que predominan los obre ros y asalariados de niveles profesionales bajos (12 ). - 700 -I Y sîgulendo con la reflexiôri sobre el papel que colegio y barrio tienen en la conforma- ciôn de amistades entre los jôvenes hay algo mâs que quie­ ro destacar; -Que no todos los colegios ejercen esta mi_s ma funciôn socializadora. - Y que allî donde esta es inferior aumenta la correspondiente al barrio. Los colegios fuente de amis­ tad son sobre todo los privados, religiosos o laicos. Los - colegios estatales sin embargo tienen menos importancia, - la que se delega en los barrios; Cuadro n^ 323 Tipo de colegio en que se ha estudia do Colegio laico religioso Cl) Colegio estatal Cl) Colegio 66 34 Barrio 18 36 Trabajo 9 19 Discotecas 3 13 Bares, cafeterias 8 6 Lugar de vacaciones 9 2 Asociaciones, sindicatos,nartidos 9 -4 Amistad entre familias 9 7 Otros 14 11 respuesta mûltiple - 701 - Hay que recordar que el colegio estatal - da preferencia en la inscripciôn de nifios a quienes viven - cerca de la zona donde estân situados y que van mâs a ellos los hijos de clase media y sobre todo baja ( 13 ). Afiadô pa­ ra completar la informaciôn que en el Casco Viejo 71 por ' ciento de los jôvenes que estudian en colegios estatales - pertenecen al nivel socio-profesional mâs bajo de la esca- la (49 por ciento hijos de obreros y 22 por ciento de su-= balternos), los que a su vez tienen mâs vida de barrio co­ mo se concluîa anteriormente. Conviene por tanto reflexio-- nar sobre la mayor o menor amplitud de fundones socialize doras que cumplen unos y otros colegios, ademâs o como par te intégrante de sus funciones pedagôgicas. En el colegio_ estatal las funciones pedagôgicas, asociadas a la transmi- siôn de la informaciôn exigida por el Ministerio de Educa­ ciôn son prâcticamente las ûnicas existantes. No abundan - las iniciativas del profesorado (funcionarios en su mayo-- r l a ) para realizar actividades que se salgan de las dériva das de la programaciôn êducativa. Las asociaciones de pa-- dres, cada vez mâs interesadas en participar en la vida -- del colegio van accediendo a aspectos complêmentarios de - la ensefianza compaginables con la permanencia infantil en_ los colegios; organizaciôn de comedores escolares, trans-- porté; clases complementarias en artes o idiomas, fiestas_ etc. Los Ayuntamientos y asociaciones culturales también - 702 - intentan canallzar actividades culturales y recreativas a_ travês de los colegios. Todas estas iniciativas son recien tes y tienden a ensanchar el estrecho marco de la instruc- ci6n escolar pero ni se extienden a todos los colegios ni_ tienen todavîa capacidad de crear un nûcleo de vida social en torno al centro escolar. El colegio privado sin embargo, viene fomentando la convivencia entre àlumnos y padres de_ alumnos desde mucho antes. Prueba de ello son las excursi£ nés, festivales, competiciones deportivas, actividades tea traies, reuniones de exalumnos, etc., que estiruilan la vida social entre los estudiantes y sus familias. Los lazos que en el colegio privado se establecen a su impulso en el es­ tatal comienzan a crecer alrededor de otras instituciones pûblicas o privadas,y del barrio sobre todas ellas. Pero_ no solo el barrio adquiere un protagonismo grande en los - estudiantes o exalumnos de colegios estatales. Lo tiene también el trabajo, y a nivel descendente, las discotecas, amistades entre familias y bares. Para los jôvenes que han estudiado o estudian en colegios privados, el barrio tie­ ne menos importancia relativa y la tienen mâs las amista-' des entre familias, los lugares de vacaciones y las asocia clones, sindicatos y partidos (14). - 703 - 5.5.- BASES DE LA AMISTAD ENTRE LOS JOVENES. I El fundamento de la amistad entre los j 6 - venes es la intercomunicaciôn de experiencias. A la pregun ta de la encuesta icuâl de las siguientes afirmaciones re- fleja mejor la relaciôn entre tus amigos y tû?,un 51 por - clento decîa: "Nos entendemos bien y contamos nuestras ex­ periencias". Era el porcentaje mâs alto de respuestas. Lue go un 22,4 por ciento admit!an una amistad mâs superficial, en la que la mutua réserva es parte importante:"Nos lleva- mos bien, manteniendo cada cual réserva de sus propios pro blemas". Un nûmero mâs bajo: 17 por ciento, evidencia dif£ rentes grados de confianza mutua entre los miembros del -- grupo: "Nos llevamos bien aunque siempre hay alguno que se confia raenos al grupo, o va a su aire sin contar con los - demâs". Para 2 por ciento sus amigos no tienen mâs atracti vo que la cercanîa y 7 por ciento no contestan. Estas afir maciones coinciden plenamente con la satisfacciôn manifes- tada por los jôvenes hacia su grupo de amistad, que encabe zà la evaluaciôn inicial del capitulo. Por ello que la ’--- reacciôn mâs rotunda es a no renunciar a los amigos por -- ningân motivo, extendible a varios de ellos en 69 por cien to de los casos como présenté mâs arriba. Y por ello tam-- biên que la razônde fondo para dos tercios de los encues- tados sea que el amigo"es una persona a la que puedes con- - 704 - fiar tus problemas y esté siempre dispuesto a ayudarte". El atractivo del amigo que se manifiesta en su simpatîa, su - amènidad, sus ideas estupendas sobre lo que'nueden hacer juntes, su capacidad de mantenerse en buenos términos con todos -- los demâs refuerza la irrenunciabilidad de 13 por ciento - de los jôvenes. La fuerza de arrastre que el grupo de pa­ res tiene para hacer en compafiîa lo que no se atreverîan - a hacer juntos le hace irrenunciable a 4 por ciento mâs. - Reagrupando los datos en torno a la crea- tividad del amigo o amigos, se descubrè que para un 8 por ciento de jôvenes el motivo de mantenerse unidos a aque--- llos es que tienen ideas interesantes y facilidad para ser secundados. Un 16 por ciento no contestaba: (vêase cuadro__ n®324 ) . Sin ocultar que la intimidàd de las amistades, la participaciôn de experiencias mutuas es sôlo comûn a 51 por ciento de los jôvenes, y que los demâs declaran grados mâs distantes de amistad, ello no oculta que se valora lo_ que se tiene y se estâ satisfecho con ello. La vision de - los amigos es asî mâs positiva que la que perciben los in- vestigadores del M.O.P,U. en "Encuesta sobre la câlidad de vida en Espafia" publicada en 1979.y hecha a espafioles mayo res de 21 afios. Los resultados estrictos no son comparables puesto que varia el esquema de las preguntas aunque los contenidos sean muy parecidos. Si es comparable la evalua­ ciôn de resultados. "La imagen prédominante de los amigos" - 705 - (concluyen los investigadores)*' parece ser mâs bien descon fiada y pobre, lo que résulta coherente con la pobreza de_ relaciones afectivas de que antes se hablaba: Esta evalua­ ciôn se basa en resultados taies como: que 54,3 por ciento cree que pocas veces o nunca "Sepuede confiar en los ami­ gos", que 46,6 por ciento dice que pocas veces o nunca --- "comprenden los problemas que uno tiene"; que 55,7 por -- ciento piensa que pocas veces o nunca’"se puede hablar con ellos de cosas intimas"; que 42 por ciento opina que pocas veces o nunca "puede confiar siempre en ellos" (15 ), Los_ espafioles aqui manifiéstan grados negativos de interrela-- ciôn sobre los que han sido tambiên explicitamente pregun- tados, lo que no sucede en mi encuesta. Encuentran tambiên que la visiôn negativa se hace mâs extensive en los ancia- nos que en los jôvenes, en las mujeres que en los hombres. Aquellos hacen gala de relaciones mâs extensas y de sentir se mâs aislados. Los jôvenes muestran relaciones menos am- plias pero mâs cohesivas. En este sentido puede decirse -- que la experiencia de los amigos se va empobreciendo con - el aumento de edad y la experiencia vital. Pero volviendo_ a los jôvenes del Casco Viejo en su etapa incluso anterior a la propiamente designable como de juventud, hay un perio do en que los amigos son irrenunciables porque los contenir dos de sus contactes satisfacen al grupo y le apoyan mâs - que cualquier otra instituciôn adulta. 706 Estas impresiones se confirman en el co-- lectivo juvenll mâs amplio de Zaragoza: - Tanto en cuanto al nûmero " habituai - de amigos: 3 a 4 ( para el 30 por ciento) con tendencia a grupos mâs amplios sobre los menos amplios (40 por ciento_ mâs) . - Como en la preferencia por relaciones - complétas con los amigos y el escaso valor de relaciones - intlimistcF entre dos jôvenes solo, comûn solamente a 11 por - ciento de los jôvenes (16 ). En èl Casco Viêlo se intentô me dir tambiên la opiniôn que estos tenîan sobre aquel que -- lleva la voz cantante en el grupo. El intento era doblè: - descubrir si eran conscientes de que a^ guno de sus compafieros sobresalxa ogercîa funciones de lî̂ derazgo - detectar si el que sobresalîa era mira- do con simpatîas o no. El 62,15 por ciento de los jôvenes_ ténia algo que decir sobre el compaftero que "lleva la voz_ cantante en el grupo". Son un poco mâs numerosos los que - tienen algo positive que decir: 37,17 por ciento que los - que por el contrario tienen algo negative que decir: 24,98 por ciento. Entre los primeros prédomina el chico con mu- cha personalidad e ideas claras (20,5 por ciento), el que_ tiene sentido del humor y/o es el mâs popular: 17 por cien - 707 - to. Entre los segundos destaca el autoritario:ll,2 por -- ciento y el "palizas": .6̂ 1 por ciento. Todavîa hay un 7,69_ por ciento que responde "otros". Es decir que no encuentra entre las alternativas dadas la que puede définir a quien_ lleva la voz cantante en su grupo. De todo esto se deduce_ que las cualidadesirds valoradas son sin duda aquellas que -- evidencian un cierto grado de madurez adulta, ademâs de -- una conducta amistosa hacia los demâs. Quiero recorder -- aquI que la ayuda y comunicaciôn de experiencias de los amigos han sido exploradas en relaciôn a dos puntos: - A quien se acude en momentos de crisis - Quien ha facilitado la informaciôn se-- xual que el joven tiene. Un 27,8 por ciento de los jôvenes acuden a sus amigos cuando se encuentran en -problemas y - 40,69 por ciento de ellos han recibido la informaciôn se-- xual que tienen' de sus amigos. En ambos casos los amigos_ han paliado lo que los padres no habîan podido, sabido,o que rido solventar. Concretamente en el punto de la informa-- ciôn sexual, aunque los jôvenes siguen pensando que es a - los padres a quienes les corresponderîa hacerlo. De aquI - que las relaciones de coetâneos suplan afectivamente las - - 708 de grados mâs lejanos de parentesco que los propios herma- nos y sean tan importantes para configurer la identidad -- del joven. He dicho mâs arriba que los jôvenes comparten _ sus experiencias con los amigos .(al menos el 51 por cien de ellos lo dicm ernlirit-nmente y 66 por ciento no renunciarîan a al guno s f de sus amigos porque"son las personas a las que puedes con fiar tus problemas',* siempre estân dîspuestos a ayudar) A travês de la encuesta no se ha podido - llegar mâs allâ en la profundizaciôn de estas experiencias pero se conoce por entrevistas con los discotequeros y - con los '.militantes , cuâles son estas experiencias. De re filôn se ha obtenido alguna informaciôn mâs sobre algunas_ chicas entrevistadas. Los intereses lûdicos estân presen-- tes absolutamente en todos los grupos pero, como parte de__ estos o diferentes de ellos hay tambiên otros intereses -- que han dado lugar a la selecciôn del grupo. Los discote- queros han centrado en la mûsica y en el sexo sus activida des de pandilla. Los militantes a su edad C hoy son exmil_i tantes la mayorîa) lo hicieron en la formaciôn y en la ac- ciôn polîtica. - 709 - 5.3:1- INTERESES Y ACTIVIDADES COMPARTIDOS POR ALGUNOS GRUPOS - PANDILLAS DE JOVENES. Eîcpongo a continuaciôn la dinâmica de acf tividades que comparten: Los discotequeros: Preg.: iCômo pasâis vuestro tiempo libre?. AbufLKÀ.S.ndono& Preg.: Umn...? P.- Nue,itfio pn.obte.mcL zà que no tznzmoi dZneno. S t to tavtt n.amo6, zAtantamoi todo et ttempo en tadtieoteca, dJi&eote-- eai hay, peno dtneao,,. K y J.- VtAcoteeaé hay, peao no hay dlnefio. TodoA.- En cuanto a dtneao, dépende de ta ^amttta. K.- Vtnen.0 Aemanat y entae Aemana, pequehaA ayudaA econâmt caA, tnAu^tctenteA paaa ta dtAcoteea, peao, paaa ta ttaan- do. Preg.: âSôIo se puede ir a bares, cafeterias, discotecas,- etc.,.?. îQuê actividades se pueden hacer en el barrio? TodoA.- Ntnguna Preg.: iQuê hacêis?, K.- LLegamoA al baa y decZmoAi ioamoA a daa una vuetta?. - La damoA, ctnco mtnutoA deApatA ivamoA a daa otaa vaetta?, tuego Ae acaba et dta y ya eAtd, te vaA a tu caAa te acu.c£ taA y a aepetta. Preg.: 0 sea, bares discotecas y cuando no hay dinero, dâis 710 - una vuelta. Y en los bares, ios .fîan?, . V y K.~ VamoA at Gato en concaeto, ; poOiue como no tcnemoA qaz tomaa nada, podcmoA cAtaa attt taanqattamente Ain que_ nadie noA motcAtc, Preg.: iDiscotecas en el barrio? (apoyado poa todoA). Si hay una, pcao Aôto ca dc paac- jaA. K.- VamoA a San Mateo de Gdttego a ... Itaca y.- AnteA ibamoA a Gato. Preg.: &Por qué tan lejos K y V.- CueAtiân de ^atdaA. Preg. : 22 km. de distancia, iquiên os lleva? P.- Siempae tenemoA que cogea a atguien poa banda paaa que noA tteve Preg.: iVâis al baile del pueblo? K.~ No, a ta diAcoteca, poa atti eAtd nueAtao aotto Preg.: iDescubrimiento? It- Un dia que no tenia que. hacea nada y eAtoA Ae iban a - ta dücjoteca, me invitaaon a San Mateo, Aubi poa vea to que habia y entonceA ya me Aatid et aotto. Se to dije a eAtoA_ que aquetto eAtaba muy bien, eAtoA no Ae to caeian poaque_ Aon unoA ^aaoteaoA (aiAaA), y cogieaon y un dia ZeA Aubie- aqn a ettoA y cogieaon y vieaon que teA guAtaba y ya hemoA Aeguido Aubiendo. Preg.;iNo os han tirado a la acequia los del pueblo?. Son_ famosos por ello. 711 K y et g/tupo.~ No, ya to tntenta^on an dta peao... Preg.: îLes sienta mal? K.- tttoA no &e comen un aoieo y van toé de Zaaagoza.... NoAotaoA noA eomemoA todoA toA que podemoA y mdA. Preg.: îFrecuencia? V y K.~ Lo a AdbadoA, taeA hoaaA nd mdA, Preg.; Y, iel resto del tiempo? K,- Cuando no tenemoA dtneao vamoA a ta caAa de eaatquteaa eAeuehamoA mûAtea y noa to tmagtnamoA. P.- Va hace tiempo que no haeemoA eAo ya. Preg.: Y, icon las chavalas del barrio? Murmullo. K.- Nada, eAoA no quieaen Aaben. nada P.- 0 AomoA muy ieoA, o paAa algo Preg.: Es que ino tienen dinero tampoco? ' '' - 1Cz^''taA''ttàA~ti'ehen~mdA paAta que et eopôn, peao no no a ka ccn ni caAo. Preg.: Y, salvo las discotecas, iotra manera de relacionar se con las chicas? K.- Ah Ail, noAotaoA vamoA poa ta eatte y noA da ta toeada y montamoA et eApeetdeuto, J.K. y V.- Vatia vea una ehica da iguat ta diAcoteca que ta catte. Mejoa ta diAcoteca, poaque poa to menoA ahi te pue~- deA agaaaaa. P.- Si Ae dejan K. - Hombae Ai a e de/an Ai, diceA ibaitaA? y entonceA, Ai^^iur^^, Aueten dejan.A e. .«tP f ilB L IO T C C . ''' - 712 - P.* P, en ta catte a veceA tambZtn noA ponemoA a battaa {mtaando a K}, ite acueadaA aqaetta vez que AacamoA a bai- taa a una choava en ta cattef P.- En ta catte noA puAtmoA a baZtaa y a Aac^a a taA cht- caA. Preg.: îY bailaban? K. - Una decta que At, peao que poa qui no habta mCÎAtca. P.- tJmttando a taA chtcaA), St ponttA mûAtca, batto. Preg.: Chicas del Casco Viejo dicen que los chavales de ahi son muy machistas. K . - Hay que tenea en cuent4, que noAotaoA no tenemoA aéta- ctân con ettaA, to méLA ihotal - ladtoAÎ Preg.; iPor quê? K.- Poaque queda muy ^eo Aatta con una ckavata det baaato, Ae te afen todoA. Qjueda mejoa decta me he ttgado a una cht ca de taA VettctaA, que decta me he ttgado a Purina, pueA_ queda ^eo, P.- Eh! ta Kuftna no eA ^ea. K. - fiueno, peao At dtceA a una de taA VettctaA es mâse to dijo a. zZta? K . - PoAque estaba en un momento cAitico J.- y poAque td me habias dado ptantân en ta mahana, Nie-- ves. Qjue no to compAendes y yo ya no sabia si ibas a veniA, y no sabia que pensaA. K , - Si una tia dice "no si*', es que va a deciA que si. A - veA si me entiendes. N i e v e s . - V a t e ya no d i g o mds K . - Este estaba en un momento Jodido poAque habia sido --- cuando to de aquetta... J.- A m i me h a b i a d e j a d o un a c h i c a d e s p u i s de s i e t e m e s e s _ y p i c o y e s t a b a t o c o , t o c o poA e t t a . V adn s i g o , en p a A t e _ N i e v e s . - Va t o s i ya^ No h a c e ^ a t t a que me t o d i g a s . J.- Es una chica maAavittosa y... V . - (A N i e v e s ) i T i e n e s c e t o s o q u i ? K . - Una i n u t i t , a q u e t t a es una i n d t i t . - 764 (Comienzan K y M a explicar a V quien es. Es una chica de 20 aftos, "una tîa muy buena de verdad") J.- y me de/d poA otAo. Luego qulso votveA conmigo y yo no quise... poAque estoy con Nieves. K.- y poAque aqui et amigo te c o n v e n c i â . (A Nieves). 0 4ea_ qae me tienes que pagaA. Nieves.- Si, y poA tu cutpa, tambiin un dia no coAti de mi tagAo o sea que miAa paAa to que szAvis tos amigos. PaAa - nada. (lue no cAeas que no si que tu te dijiste a J: No coA tes con Nieves hasta et domingo qae asi nos subiAd en et - coche a San Mateo. V y M.-(Risas). iCômo to sabesf K.- iMentiAal Nieves.- Eso (Jue veAdad. Et 14 de iebAeAo K.- iV câmo sabes que (Çue et 14 de iebAeAo? Nieves.- Po a que et doce £ue cuando yo paAticipi en et con cuASO y este se cabAeâ poAque hice et Aidicuto. J.- No me cabAei, poAque yo mismo te dije que baitakas. K.- Et 19 de iebAeAo, pequeha, ^ue cuando et concuASo. Nieves.- No. Ese dia £ue cuando yo paAticipi poA segunda - vez coAAiendo a tas caAACAaS de sacos. V poA tu cutpa se - cabAeâ, poA incitaAme a satiA ya. K.- Va estaba cabAeado conmigo desde anteS, o yo con €t, - poAque me negui a satiA con it poAque estaba haciendo et - mongot. V dije que os iueAaiS a ta mieAda it y td si que-- Aias tambiin. y,- MiAa que deciAte que no coAtes hasta et domingo...ca-- 765 - bAânl Preg.: Deciais el otro dîa que las chicas no os cuentan sus experiencias, pero Âc6mo hacerlo si saben que todo lo va a conocer la pandilla? Nieves.- Eso es to que me pdsa a mi VaAios.- HombAe, peAo noAmatmente etta no to sabe. Esta_ Sabe muchas cosas de nosotAos poAque te tenemos con^ianza;- aunque hay muchas cosas que esta no sabe tampoco. J.- Estos saben mds de Nieves qie Nieves de ù t o s Nieves.- Son mds ^ietes a sus amigos que a tas chicas. VaAios.- Somos una panditta y poA eso nos ayudamos en todo. J.- Tambiin en cuanto a ta pasta. Si uno necesita pasta, -- pues se ta damos. Somos una instituciân Preg.:îEs decir que la pandilla es lo mâs importante para vosotros? K.- Si, es un hdbito. La pandilla es algo muy importante - para todos. J. dirâ en otra ocasiôn que son como una fami-- lia (s61o que con menos obligaciones como afirman Troll y - Bengtson). Allî estân todos para ayudar al que lo necesite. Exactamente igual describîa Willian Foote Whyte (29) a los jôvenes italianos residentes en un "sium" americano y Jean_ f̂onod a los Barjots (30 ). Los nombro como ejemplos de la - importancia del grupo de iguales para la conformaciôn de la identidad del joven. En efecto quien apoya emocionalmente - comparte experiencias, dinero , buenas y malas rachas de -- suerte estâ en una posiciôn privilegiada para facilitar la_ adquisiciôn de seguridad en sî mismo. Seguridad que en el - - 766 - caso de los militantes que luego veremos sirve incluso para romper los lazos dé dependencia con el grupo y buscar su propio camino. Pero esta solidaridad no lleva a que quien - no tiene dinero se aproveche de los demâs. Uno de los disco tequeros comentaba en una ocasiôn que no habîa visitado la discoteca porque no nodîa nagar la entrada. Estaba en paro y su madré se negaba a darle mâs dinero. Decîa que otro querîa - invitarle pero le habîa pagado ya varias copas y no querîa_ abusar. Habîa dicho sin mâs que no le apetecîa ir y asunto_ côncluido. Tambiên William Foote habia dé una experiencia - parecida que deja ver de oaso las limitaciones del ocio por parte de los parados (31 ). Prosigue la conversaciôn de los discotequeros. Despuês de decir que la pandilla es un hâbi- to comienzan a hablar de sus roetas. îEs la pandilla una me­ ta? K.- No, pana mi la meta es conseguiA a MaAta Nieves.- No es veAdad. Es ta panditta. cuando consigns a -- MaAta iAds y ta dejaAds Preg.: îQuê significa para tî conseguir a Marta? K,- Pues podeA estaA con etta tAes hoAas pasdndometo muy -- bien, estaA ahi muy bien... Me siento bien. J.- 0 sea, paSaA et Aato. K.~ Vo no to ttamo asi. Es estaA bien. 767 y. - Como t d c o n N t c v c s . J." Vo no c&toy con Nieves paAa pasaA et Aato. S i ^ueAa asi ya ta hubieAa mandado a ta mieAda. Nieves.- Yo tengo un genio hoAAibte, V., tu to sabes y poA_ cuatquieA cosa me en^ado. Es di^icit cabAeaAme peAo este -- consigue cabAeaAme todos tos dias. PeAo sigo con it poA ih- teAis. K , - No . VoAque te jode. Como td a i t . Nieves.- Yo te jodo mâs. PoAque si una peASona me hicieAa a mi tas cosas que yo te hdgo a J. ya te hubieAa mandado hace mucho tiempo a ta mieAda. K.- Y it te hace a ti to mismo. Un dia decide no acompahaA- te a casa y te de/a sota, A mi me hace eso un gacho, siendo yo una gachi, y no to veo mds en mi puta vida. N i e v e s . - Lo que no s a b e s t d es que t u e g o yo v o t v i y e t me - a c o m p a h â . K.- Bueno peAo poA to pAonto a mi eso no me to hace nadie. Preg.: &Y vosotros? y.- Yq tengo una meta que es MaAta. OtAa MaAta. M . - La m i a es Beg oha . J . ~ Bueno paAa mi ta meta no es Nieves. No me impoAta deciA to detante de etta. AhoAa estoy con Nieves peAo mi meta no_ si quien es. VaAios.- Habtamos de ta meta actuat. Et ^utuAo no to conoce mos. K.- y yo no puedo estaA con MaAta mds tiempo poAque va at - cotegio. No me voy a tevantaA a tas 9 de ta manana paAa --- - 768 - • acompahaAla al colegio. J , - Yo t o he. h e c h o . K . - PoAque estds piAao. Yo n u n c a he dtcho qtie quteAa a tas^ chavatas. Me gusta estaA con ettcsr.peAo no tas quteAo, No puedo queAeAtas. Es indttt. J . - Pues v a y a una me ta mds t o n t a . K . - Mt meta es que un d t a m i s p o e s t a s s a t g a n a t a t u z . P s a ^ es mt d n t c a m e t a . Nteves.- La mta eAa seA gtmnasta, peAo poA cutpa de un acct dente que tuve, tuve que dejaAto. M . - La mta eAa et iutbot y ahoAa t o he tentdo que dejaA. I . - La m t a t g u a t . Nteves.- PeAo vosotAos to habits dejado poA tas buenas. Yo me tuve que aguantaA. Preg. : iHay forma de que sigâis con el fûtbol en otro equipo T. y N.- (lueAtamos tA a otAO equtpo de idtbot peAo ahoAa es ya muy dt^tctt. Es mucha Aesponsabtttdad. Nos queda soto un ano de juventt y en cuatquteA equtpo tend.itamos que entAenaA mucho. Q_ueAtamos tA a Hettos peAo con un sâto ahos de juve­ ntt que queda no se puede tA a otAo. (Mientras la conversaciôn continua en torno al fûtbol, K, y Nieves continûan en conversaciôn cruzada). K.- Yo odto a tas mujeAes, no to puedo evttaA. No puedo. Nteves.- Empteza poA eso. K . - Lo dntco que Aeatmente me tnteAeSa son mis poestas. (I y M siguen) La mayoAta de nuestAos amtgos han dejado ya de jugaA, - 769 Preg.: îTenêis instalaciones por la Magdalena donde podâis seguir practicando? y.- iMc c a g u e n t n s t a l a c t o n e s I , f n a d a de n a d a î . A t t t t o d n t ­ co qae &e p u e d e h a c e A e& po n e A s e a JugaA en medto de t a ca- t t e . Preg.: îQuê echâis vosotros en falta, en cuanto a instala­ ciones?, iquê os gustarîa tener? I.- Una dtscoteca. K , - V t ^ t c t t p e n s a A . Como s te m p A e nos h a n j o d t d o . M.- Vo cAeo que to dntco que nos hace iatta es un coche: -■ con teneA un coche b a s t a . Te puedeA tA a donde quteAas y -■ buscaA to que quteAOS. (Todos asienten) Preg. : (Tnsisto) J . - Bueno u n a b t b t t o t e c a no v e n d A t a m a t . (los otros se rien) y.- En t a V t a z a José Antonto ttenes u n a . J. - Ast no vats a haceAos sabtos. Nteves.- Sots unos tncuttos y unos bAutos. K.- iPaAa qui queAemos nosotAos tos ttbAos?, itd, paAa qui tos quteAes? J . - PoAque a u n q u e mt c a b e z a s e a muy p e q u e h a y n u n c a he t e t - do t t b A o s , me g u s t a A t a t e e A t o s . K.~ iV c6mo sabes que te gustan st nunca tos has tetdo? J . - PoAque me tn ^ o A m o s o b A e t o s t t b A o s q u e s a t e n . (Desinterês general) - 770 y . - Lo que tendAtan que haceA es poneA aht un campo de bol y una ptictna tambtén st quteAen. J . - Pues st hubteAa una btbttoteca como Vtos manda entonces apAendeA,,. Nteves.- St, a J te gusta teeA y en mt casa sobAan ttbAoS y yo odto ta tectuAa. Nunca me ha gustado, nt nunca he apAen- dtdo a tecA bten poAque nunca me han gustado tos ttbAos. J,- PoAque no sabemos de qué va. HaAta £atta que en ana huetîa btbttoteca haya atguten que nos tn^oAme de qué va. Preg.: Antes decîais que Marga pertenecîa a una clase so--- cial superior. îEn quê lo notabais?, icômo définis vosotros una clase social superior? J.- Es que estudta y yo no he estudtado. Y mtAa aunque me - gustan tos ttbAos st tengo 300 ptas. me compAo un dtsco poA que to conozco y sé de qui va. PeAo de un ttbAo veo et tttu to y coAAo et Atesgo de que no me guste tuego. Nt si de que va nt nadte nunca me ha oAtentado. Poa eso dtgo que hace -- ^atta una buena btbttoteca donde te dtgan de que va. K . - PeAo nosotAos no cAeemos en dtfeAenctas soctates. PaAtt moS de ta base de que no extsten ctases soctates. Nteves.- Pues a mt padAe te ttamdts capttattsta y HttteA (pfopietario de comercio) K . - PeAo paAttmos de que nosotAos, ta pandttta, no nos con- stdeAamos de ntnguna ctase soctat. poAque st nosotAos htcti Aamos dt^eAenctas de ctase, a Nteves no ta aceptaAtamos y a M tampoco. Preg.; 4...? K.- PoAque et padAe de M es pAoptetaAto, mds det capttat, 771 - det baA "Et Gato". Se ^oAAa. A nosotAos noS da tguat que ta chavata sea comuntsta o de FueAza Hieva mtentAas se te pue- dan tocaA tas tettcas. Preg.:iPor quê Marga es de una clase social mâs alta que Nieves J.- PoAque Su padAe ttene estudtos, es abogado o atgo ast.- Puede ttevaA dtneAo a easa. Se te ve que paAeee que ttene - otAa edueactân, se Junta con otAas peASonas, es de otAa ma- neAa. Y at JuntaASe con otAas peASonas cAea otAa soctedad - dtsttnta.. una ctaSe Soctat. Yo cAeo que peAtenece a otAa - ctase soctat. St tu ves a tina chtca vesttda de otAa maneAa^ ... vtve en otAo sttto. No si, yo cAeo que es ast. lQ.ui — CAeitS vosotAos? (Asienten) K.- MaAga ttene mds pasta que Nteves. PeAo yo no to veo ast. J . - Yo te voy a dectA una cosa. No te voy a dectA que yo tn tento buscaAme una chtca meJoA o peoA de soctedad, peAo to­ dos tntentamos buScaA una chtca un poco meJoA, po,A ta st — ' gutente Aazân: st tu ves a una chtca vesttda de tAapos o de cuatquteA maneAa, tu no quteAes tA con etta. K . - AhoAa t o d o e t mundo v t s t e b t e n . Preg.: iPertenecer a un nivel socio-economico mâs alto hace que califiquêis de mejor a una chica? J . - iHombAel. CtaAo...st hasta te puede manteneA. Y voso--- tAos que dects que no hay ctases soctates, st vits a una gt tana ptdtendo ttmosna poA ta catte no satdAtats con etta. K . - Es queies um g t t a n a , î no t e J o d e i - 772 - J . - I P a c t s t a ! K. - No t o Soy. Es que s t t e haces a t g o t e c a s a s . y. - Es que es t n t e t t g e n t e . No t e / o d e . J . - Vo t e n g o una v e c t n a qu e es g t t a n a y t e he p e d t d o v a a t a s v e c e s que s a t t e a a c o n m t g o . S temp ae me ha d t c h o que no . En esta entrevista aûn se extralimitan mâs las diferencias de relaciôn con las chicas por referencia a los chicos. Los comentarios sobre las relaciones homosexua- les no son aquî sino un tèlôn de fondo que refuerza el ca-- râcter de extradas al grupo de hombres que las mujeres tie­ nen. Aquellos incluso ven saludable el distanciamiento de - las chicas a fin de mantener despierto el interês sin caer_ en el aburrimiento. La amistad por tanto queda bastante descartada. Incluso plantean la falsificaciôn de experien-- cias en la comunicaciôn con las chicas a fin de evitar con- flictos emocionales en la relaciôn amorosa con ellas. Otras_ actividades e intereses aparecen aquî al margen del baile y juego sexual en las discotecas pero, su carâcter de "agarre" para el grupo es mînimoylo que queda una vez mâs confirmado es que la amistad con las chicas estâ dotada de un profundo contenido sexual y que se realiza en funciôn de los contac­ tes fîsicos que puedan mantenerse sobre cualquier otra cosa. Si la relaciôn es menos pasajera ya deviene en un compromi­ se como el de J y Nieves. Como dice Reich: "la comunicaciôn no es sôlo sexual, pero la comunicaciôn sexual es la mâs im - 773 - portante". Otro factor que quiero destacar aquî es el valor que los amigos tienen como grupo de contactes fuertes pero_ casuales. Es decir, que apoyan y echan una mano en los mo-- mentos de ocio sin exigir las obligaciones queaconnàfan al otro grupo primario que es la familia, como seAalan Troll y BengtAon (32). De aquî tambiên que su influencia en los comportamientos sexuales sea mayor. Los amigos no tienen 1^ funciôn de «acpnsejar que tienen los padres pero sus confi-- dencias y actuaciones dan pistas de .que cujnole este papel.- B1 joven p u e d e septirse seguro siendo uno mâs del conjunto que hace lo que todos hacen. Quiero retomar aquî el punto antes aban donado de las chicas y la cultura del cortejo. Enlazando -- con Frith, hago unas reflexiones que me parecen muy impor-- tantes para entender las amistades femeninas, que aquî sôlo salen en destelloS tamizados a travês de los comentarios de Nieves, J y la pandilla de discotequeros ; que salen ade-- mâs en breves testimonies de otros grupos de chicas. Ellas_ estân menos en la calle y por tanto tienen que concentrer - en menos tiempo todas sus actividades. Siendo la sexual una de las mâs importantes, adquiere carâcter preeminente. Frith llega a asegurar que el ocio de la chica es trabâjo por con seguir el macho. Todos parecenconfirmarlo;Fer randiz y Verdû_ en su estudio del noviazgo espafiol, Victoria Abril y Marîa_ Jesûs Miranda, Amando de Miguel, observan sin césar que el - objetivo primordial de la mujer, tal como estân las cosas - - 774 en Espafia, y por lo que Frith dice tambiên fuera de ella, sigue siendo el matrimonio. Ocurre entonces que la chica que tiene que salir a la calle en condiciones que faciliten su tarea, su llamada de atenciôn al macho, aprovecha sus eŝ tancias en casa, con la madré, con las amigas para aprender estrategias. Frith asegura que la cultura del cortejo es - ademâs y por ello una cultura de dormitorio ( '!33) - F.s ahî donde las chicas se reunen, escuchan mûsica, se ensehan entre sî__ a arreglarse y a bailar, se hacen confidencias de sus aven­ turas y ligues, se aconsejan sobre el vestido y los modos - de llamar al hombre. Los paires facilitan la entrada a la casa de las âmigas ÿ aquella se convierte en un lupar de diversion con estas per specti vas. Pero entre el dormitorio de los encuentros con las amigas y el dormitorio conyugal en que acabarâ la - vida de la solterîa femenina y por tanto de los encuentros_ con sus iguales del mismo sexo (las chicas no saldrân de la vida de sus amigas pero sî de aidormitorio) estâ la cultura__ del baile, de la mûsica, del cortejo, que en el caso espec^ fico de los discotequeros se desarrollarâ en la discoteca. Ya ellos relatan con deleite el ritual que allî se sigue, su actividad y la pasividad femenina, su exhibicionismo y observaciên, juicio y crîtica del desfile_ femenino. îQuê pasa con las chicas mientras tanto?. Ellas - miden la atracciôn que causan, el interês que despiertan, - el juego en el que participan. Y para ello se ayudan unas a - 775 - otras tratando de leer en los gestos de escuchar en los co­ mentarios de los chicos si hay o no garantîas para la entre ga. Aunque diste mucho histôrica y sociolôgicamente el jue­ go sexual que Victor Perez Diaz describe en los jôvenes va- rones de una sociedad rural, a travês de los comentarios de varies jêvenes de ella, hay algo que se asemeja: - Que para los varones la mujer es en prin cipio un mero objeto de placer: propiciadora de confort ho- gareRo diurno (casa limpia y comida a punto) y nocturne (sa tisfacciôn sexual en buena cama); - Que piden de ella lo que censuran que . les dê. ( 34.). Las jêvenes que lo saben establecen sistemas de amistad-coraplicidad entre chicas que les.oertniten resistirse cuando el tanteo masculine lo prescribe (porque sôlo es una apues- ta y van a burlarse luego de lo fâcil que es engaharla o de lo "colada" que estâ por el chico que no le corresponde). 0 ceder cuando dsla cesiôn puede derivarse - una relaciôn de pareja mâs o menos duradera. Las amistades femeninas se entretejen asî_ en un murn de defensa contra la condena del joven, filtro - de la œndena social, negândose a quien le solicita y combi­ nante el rechazo con la facilitaciôn para no perder su opor tunidad. La situaciôn es tensa y es razonable qiePrith la cons^ dera una autêntica situaciôn laboral mâs que de ocio espon- tâneo y divertido. En relaciôn a los chicos, quiero decir que ellos tambiên crean sus proplas estrategias de conquista, - \ - 776 - como puede verse en sus diâlogos meridianamente. Afiado s6lo que la amistad de chicas entre sî y de chicos entre sî ad-- quiere, por estas circunstancias del cortejo un cariz compe titivo ademâs de solidario. Entre las chicas adquirirâ mâs_ prestigio quien atraiga mâs dominando la situaciôn. Entre - los chicos quien sea mâs diestro al conseguir los favores femeninos. Prestigio y satisfacciôn personal que Pitt-Ri-- vers considéra un valor muy especial y constante en la cul­ tura mediterrânea a travês de los siglos (35). Los militantes exponen tambiên los intere­ ses compartidos. Las vivencias sexuales estân présentes y - filtradas a travês de una actividad polîtica que fue de su- ma importancia para ellos: Preg,; Contadme ahora.iOJmo os conocistéis, cômo empezas-- tèis la militancia? E.- NosotAos tAes nos conocemos desde tos S ahos o 9, V, C, y yo. Luego vtno A, no si cueCndo. Preg.: iOs acordâis como os conocistéis?. C.- No to si, poAque yo conozco a E desde que eAamos cAtos. PoAque attt en et baAAto te sattan tas mu/eAeS a tomaA ta - ^Aesca a ta catte y nos dejaban poA aht paAa JugaA Juntos - toS c a X os y ya nos conocemos de estaA Juntos y hemos sattdo stempAe. Preg.: iVivîas en la calle del Fresno antes? C.- No, yo vtvta en ta catte det Htgo Preg.: i Y tû? - 777 E. - Vo en t a c a t t e d e t FAe&no. Preg.: îY tû? i P . - Vo en t a c a t t e d e t Faesno 8.- En ta catte det Pobte, stempAe, desde que he ttegado -- aqut. A.- Vo en t a c a t t e Man za no . Por mayorîa el Fresno Preg.: Entonces; vosotros tres.iOs veîais de mocoâos jugando? C.- Bueno, P. un poco mds taAde, poAque to conoctmos a tos - 12 ahos o ast, peAo E y yo.... Preg.: iPero lo habêis visto por la calle? P.- ŸeAo et contacto con istos iue a tos 12 ahos, poAque yo no bajaba a ta catte hasta que tuve 11 6 12 ahos o atgo -- ast, yo tenta contacto con mt vectno, yo baji a ta catte -- con estos ademds nos conoctmos de una petea y tat Preg.: iPeleando entre vosotros o en conjunto contra otros? P.- Una petea que no se poA qui {ue, entonces nos htctmos amtgos y todos esos Aottos^ Vesde entonces ha segutdo ta amtstad. Preg.; l Y tû, B? 8 .- Pues yo v t n e a ZaAagoza en 1 . 9 7 2 . Preg.: i A la calle del Roble? P.- A conqutstaA. 8 .- St, tba a estudtaA at Ptgnatettt y a estos yo tos cono- ct en et 74 o poA aht, pAectsamente a istelüj - 778 - Preg.: iCuSntos afios tenîas entonces?, ill afios? 8.- SZ, tntonce.6 conoaZ a (.&tç,[V) puZmzKO pofcquz me. vZno con A.otto&, entonccA yo te.nta ya cZextaA Zni[uZttude.A, pc^o no ~ At como pudo ocufiAZn. parque no me conocZa dc nada. fat aAZ, en ta cattc, P.- VzfLO yo te veta poa attt. Va tenta penAado habtan contt go. Ftcha/e ya. B.~ Me habtâ y tat. Vejt a mtA anttguaA amtAtadcA. Vejt a - tapandttttca que tba y ya me fat eon iAtoA que me guAtaban_ mdA. Preg.: iEs verdad lo que dice A que antes de conoceros esta ba. en la Falange? 8 .- A toA 15 anoA no tteneA capactdad de jutcto. Preg.: Pero él dice que era un fasciste nato, iera verdad D? P.- Stf a Z za veadad. A. - St, ZA vzftdad, poaque yo zAtaba en ta ZAcueta Nactonat_ y tba a cantaA. et CaAa at Sot cuando en ta tpoca de J. A. y tat, yo tenta un mazAtao fAanqutAta, tenta un ambtente de - ZAcueta, yo Aoy un tto muy AznAtbte, muy apaAtonado e tguat_ que ahoAa me apaAtono poA zAto, antzA me apaAtonaba poA ZAo poAque no conocta otAa coAa ino? y entonczA yo a toA 17 --- aHoA o a toA 16 zAa anttcomuntAta totatmente, ctaAo que poA oXdaA ino?, y entonczA te qutzAo dectA que no hubo ntnguna_ vtncutactân pottttca en ta amtAtad, Atmptemente (Jue u n a --- amtAtad poA (.Ate o a tAautA del tAabajo y poA baAAto ino?. VtvtamoA en et mtAmo entoAno y entonczA tâgtco que ttendaA - 779 a enAottcLAte con ta gente que vtve eonttgo ino?. C.- St, peAo a paAttA de e&o Ae dtS et dato cuAtoAo de quc_ ya empezamoA a mttttaA en taA /uventudeA comuntAtaA y ya to_ do et dta tAabajdbamoA, paAa taA J . C . y enAottadoA ya a paA ttA de ta cttuta que tentamoA, paAabas a aza je^e y no te-- ntaA expeAtencta de ntngdn ttpo, poAque ttevaba pAdc.ttc.amen te uno 0 doA mèAZA en laAagoza. Preg.: îCuântos afios tenîas cuando viniste a Zaragoza? A,- 15 anoA. EAtaba muy Aâto no conocta a nadte. EntonczA - un poco ta Aztactân de ^dbAtcà, un poco como vtvtamoA en et mtAmo baAAto, caAt zAamoA oectnoA, puzA empezamoA a vzAnoA_ yo tba a toA ^utbottnzA, donde ZAtaban (AtoA, noA vetamoA - y tat y at itnat de una ioAma muy AaAa me tntegAé en et gAu po ZAZ, entonczA AegUt yendo con ettoA. HtctmoA vtda en co- mdn de amtgoA, de AattA poA aht, de tA poA aht} ya zAtaban^ mdA 0 menoA todoA menoA B que jjuc et que Ae tncoApoAô et dt ttmo y . . . P.- a. L. A.- Bueno zAtabamoA noAotAOA tAZA,B.L tambtin. Preg.: iVosotros très, C, E y D? A . - W, G, otAo tto que zAa una antttzAtA en cuanto a ^0Ama_ de penAaA y tat, que ttene una panadzAta que Ae ttama G. P.- y et Bt tambttn zAtaba. A . - OtAo chtco que Ae ttama A t que ZA de otAa camaAttta tam bttn pzAo un poco dt^eAente en ctzAta foAma, yo entabtt con ettoA una Aetactôn de amtAtad pzAo Atn mottvactonzA potttt- caA nt nada de zAo, poAque yo a toA 15 anoA ZAa un ^aActAta nato. - 780 - Preg.: iQuê es lo que te gustô de lo que te dijo D?. 8.- PuzA me e n K o t t ô con e t C h e . , con e t A o c t a t t s m o , con t o - da& e s t a i c o i a i que a n t e i eaan may t m p o A t a n t e i . Bueno a d e - - mdi mt padae t a m b t ( n &e t n t e a e i a b a poA e i t â i c o i a i . . . pue&_ me e n A o t t ô con t o d a i ê i t a i c o d i a i y ya me pa&aAon p a o p a g a n - da y en ^ t n . Preg.: &Del Partido Comunista? 8. - Mo de t a un-tdn de J . C. La p r o p a g a n d a t e t a m e t t a i d o n ­ de p o d Z a i... Preg.: Es decir, que tu has estado incorporado desde los 17 afios a la pandilla, vosotros desde los 8 afios y tu desde -- los 12 afios. Y tû A icômo entraste? A.- Vo c o n o c t a a t que t e m e t tÔ a ( i t e con t a ^ d b r t c a de ma- d e r a i , e n t o n c e i e s t e t a m b t ( n e r a un t t o d e t g r u p o . E i t e , &e t t a m a A. R., e n t d n c e i a r a t z de ( t c o n o c t a i i t e , e n t o n c e i _ yo v t n e a ZaAagoza en e i e t t e m p o , e i t a b a muy i o t o no t e n t a _ a m t g o i de nada . Preg.: Pero en serio, icômo empezô la cosa .?. Porque tu has dicho que con E y D os conocîais prâcticamente de crios. -- Pue una pelea de barrio la que os llevô a haceros amigos en aquella êpoca vosotros no erais de Juventudes,de nada. C.- Mo. Preg.: Tenîais alrededor de 8 afios entonces, iquê es lo que pasô en vosotros para que un dîa...? C.- E t p a d r e , e t m a r x t i t a r e v o t u c t o n a r t o . Preg.: iPero cuândo os empezô a hablar de polîtica?, icômo os empezô a animar? 781 - C. - At prtnctpto nt iubtamoi cl ca&ei de V, ana co&a Kara poA que étempAe eitdbamoi en eaia de uno o de otAo y a ea&a de_ V. no it poA qut no ie podta iubtA. No. Una coia AaAa, que_ tuego iuptmoi poA que entoncei, ya cuando tentamoi 14 6 15_ adoi iubtamoi a tomaA ca^t, kabtabamoi de coiai...nada... y et tto noi tba mettendo coitcai en ta cabeza, noi pAeient6_ a N.J., et htjo, que ya mttttaba en ta Untân de Juventudei_ y entoncei ya noi metteron at Ctub Juventt y entoncei ya iutf!]oi' enAottdndonoi un poqutttn tndi, iegUtamoi tentendo - et contacta. Preg.: l A que club juvenil? C.- A uno que habta en et PoAtttto. NoiotAoi te ttamabamoi_ et ToAAeân. Preg.: Pero iera una casa parroquial? C.- St, era patAoctnado poA ta Igteita; peAo de paAAoqutat_ no tenta nada. Preg.: iPero con génte ya de izquierda? C.- SX, it; iue cuando Aeatmente empezamoi a conoceA todo.- Habta g ente que te daba ta marcha. Preg.: iY éste que pintaba en todo esto? (Por A) C.- No habta aparectdo en ta eicena todavta. Preg.: Esto era cuando tenîas 14 afios, ino?, il972-1973? C.- St. Vo creo que era 1973 porque nada mdi entrar ya noi_ ttevaron a pegar cartetei por to de Chtte y a hacer ptnta-- dai. HoAAoAoio éue. Preg.: iQuê dices B.? 8 .- Que tenta yo 17 anoi, cuando to de Chtte, eite tenta -- - 782 poA to menoi 16 ahoi. St, hombAe it. A.- PeAo todo habta zmpezado antei. Tentamoi an amtgo que ~ era veetno de (ite, entoncei ^utmoi a un puebto, noi dtver- ttmoi mucho no i€ que, entoncei uamoi, que habtamoi con eX tto (ite (tîo S)y te dtjtmoi que quertamoi entAaA en et Ctub, que noi tntereiaba y tat. Entoncei un dta ^utmoi a una aiam btea det Ctub a que noi admttteAan y como no tentamoi nt pu ta tdea de nada y entoncei agaAAdbamoi poA muchai coiai pe­ Ao no iabtamoi nada y habta un poiteA de Che en et Ctub en_ et afto . 72, entoncei o c a un poiteA de Che en una tgteita, - era un poco chocante entoncei noi ptdteAon que dtjeAamoi te neA 15 6 16 anoi y poA qut quertamoi entAaA en et Ctub; en toncei me parece que habti yo y dtje una baAbartdad como un tempto. Vtje que querta entAaA en et Ctub poA una tdeotogta pottttca 0 no it que. Entoncei toi ttoi ie aiuitaron y dtJe Aon it aqut no hay tdeotogta pottttca nt nada de eito, et - AOtto de itempAe, peAo ettoi mtimoi noA coAAtgteAon poAque_^ habta gente ya que tenta 25 6 24 anoi, habta gente maduAa ~ ya, Entoncei noi coAAtgteAon y entoncei ta gente que maneja- ba et cotaAAo en cuanto vt6 que dtjtmoi no ie qut, eniegut- da ptant^tcaAon tai coiai; dtjeAon que noiotAOi eramoi muy_ buenectcoi y que tentamoi que entAaA attt poAque tAamoi muy ma/oi y ya eitd, y entAamoi. Entoncei a travti de eie ctub__ tuvtmoi ta pAtmeAa Aetactôn con ta Juventud Comuntita. Un - dta que htctmoi una excuAitân, cuando ya eitdbamoi en et -- Ctub, entoncei vtno N . J . y Enc. et 'Loccf' y entoncei noi ha-~ btaAon iobre et maAxtimo-tentntimo, iobre no ie que, unoi - - 783 - Aottoi may matoi ino?, AobAe la Aevotuctân PuSa. Vamoi, no_ noi enteadbamoi de nada,ait muy bten, noiotAoi eitdbamoi ju gando a cantcai y et tto habtdndonoi det maAxtimo, nt puta_ tdea ino?. Un dta ventamoi de ta ptictna y noi encontAamoi_ a eitoi ttoi AepaAttendo pAopaganda, peAo noiotAoi no mttt- tdbamoi en ntngdn tado nt nada de nada. Eitoi ^ueAon toi -- pAtmeAoi COntactoi. Veiputi iuceitvamente de tA a caia de - dite, iu padAe iÇue un poco habtando, peAo yo ptenio que mdi que poA habtaA det maAxtimo o det ioctattimo cAa poA iu compoAtamtento hacta noiotAoi. poA to menoi, mt ambtente_ ^amtttaA eAa..., yo con mt padAe no habta habtado cait nun- ca y todavta habto muy poco. iJodcAl, me encontAt con una - pcAiona de 40 anoi que habtaba con noiotAoi, que eAa muy -- abteAta, que noi compAendta mtimamente. No it, un tto que - paAa mt ha AepAeientado coiai muy poitttvai, que yo no me - mett a tai Juventudei Comdntitdi■ o ioctattitai poAque et pa dAe de tite £ueA^a ioctattita; poAque it et padAe de tite -- ^ueAa un cabAân y iueAa ioctattita yo hubteie dtcho que a - tomaA poA et cuto. Eue poA iu compoAtamtento peAionat mdi que poA otAa coia, entoncei a Aatz de tt, peAo et no noi habtd^ nunca de nada, itmptemente noi dtjo coiai eipoAddtcai, ha-- btabdmoi de todo, de toi extAateAAeitAei, haita todo, itm-- petmente tbamoi habtando poqutto a poqutto, noi mandff un tn ftttAao que ya conoctamoi de aquetta ^amoia excuAitân y em­ pezamoi a tencA unai Aeuntonei con tt, me paAece que empeza moi V . , C. y yo y A t . y J o . , entoncei eAan Aeuntonei de -- a q u e t t t e m p o , h a b t d n d o n o i de t a U n t â n S o v t t t t c a , d e t i o c t a - 784 - ttimo iovti.ti.co, dc ta no pAoptcdad pAtvada, dc no ic qui,~ dc unoi Aottoi muy matoi pcAo que con et ttempo noi encanta Aon mucho poAque CAa una coia.,. no ii. A mt iobA& todo me - htctcAon mucho htncapti, poA mt aicendencta emtgAante y co­ iai de Citai, entoncei ya noi mettmoi. EAamoi una cituta y_ 'que oantir>ue otro y oaC icgutmoi. Preg.: iCreâsteis la célula de la Magdalena? A.- V e t C a i c o V t e j o . Preg.: iMagdalena o Casco Viejo? A.- M a g d a t e n a p A tm c A o , t u e g o e t e x p a n i t o n t i m o , e t t m p c A t a - - t t i m o y t o d o e i o n o i t t e v ô a h a c c A n o i C a i c o V t e j o Preg.: iEdades? A.- 17 6 18 anoi Preg.: iY que hacîais en una cêlula? B.- TtAaA pAopaganda, haccA ptntadai. V,- Eitdi exagcAando. A.- ŸoncA caAtetei a eicondtdai y con macho mtedo. Preg.: iLos pegabais en vuestro barrio? A.- No, Ci que en aqult ttempo o^Acctan unoi pAtnctptoi de_ ctandeittntdad. Entoncei toi de eite baAAto ie tban a otAo_ baAAto, toi de otAo ventan aqut. Entoncei en ta pAtme.Aa ipo^ ca it, me acucAdo que toi pAtmcAoi caAtetei toi pegamoi en_ et PtcaAAat. B.- La pAtmcAa ttAada, ta htctmoi en Vatde^tcAAo, que éue - de Ci panto. P.- La pAtmcAa ^ue pegando caAtetei poA aqut, poA et baAAto, no iabtamoi nt poA donde empezaA. 785 - C." y la pAtmzAa acctân pegaA caAtetei poA autobuiei, Jtma- gtnatel. Preg.: Eso, iquiên lo planeô?,J. ? A.- N.J. Preg.:iSentîais que os hacîan correr riesgos? A.- No, Aeatmente toi coAAtamoi todoi, no habta dt^eAenctai. (vàrios disienten. Hay discrepancias). Unoi cAeen que it Z .- StempAc habta una iepaAactSn entAe eitoi que eAan toi - cuAAantei un poco, poAque ta juventud eAa baitante cuAAante y tuego ta dtAccctân eAan eitudtantei, poA to menoi ta êpo­ ca que eitoi conocteAon; antei eAan obAeAoi, peAo a paAttA - de ta catda eAan eitudtantei. (El responsable de la Juven­ tud Comunista en aquella êpoca) A.- PeAo hay que dectA a ^avoA de Z., que deide tuego, daba ejempto. Preg.: iHabîa otrqs buenos tambiên? A-.- No, no todo et mundo eitd de acueAdo con eid, cuando nô iotAoi entAamoi todo et mundo eAa opttmtita y todo et mundo deide et iccAetaAto haita et ûtttmo mttttante..., en cuanto tei dai un itttôn, ya eitd, gente at iueto. Stgamoi ta htito^ Ata coAActattvamente. . . Preg.: Sî, seguir la historia A.- Luego noi ptantedbamoi et tAabajo det baAAto. Mdi que - nada eAa ta captactân de nueva gente paAa ta cétuta, que te- nemoi aqut at Aetactonei pubttcai Preg.: îD., era el relaciones pûblicas? 786 - C.- 0 ie autoettgtâ en etto, poAqœe itempAe noi venta con - un tto, }oye\ que he hab.tado con (ite e tbamoi noiotAoi y - habtdbamoi ie te comta et taAAo det todo ya y paiaba a mttt taA con noiotAoi y paiaba. Preg.:Pero vosotros en aquella êpoca, iconocîais bien a --- aquellos a quienes îbais a hablar del partido, o corrîais - el riesgo de ser delatados? A,- No poAque noAmatmente itempAe etegtamoi gente det baAAto aunque tentamoi ya, que (Aamoi amtgoi, bueno o conoctdoi -- det baAAto que jugdbamoi at ^utbottn juntoi, noi tbamoi de_ veAbenai y tat. Menoi con eie (con B.)Rue ^ue una tocuAa, un atAevtmtento det mozo dite (de D.) Creo que los militantes han dado una vi-- siên muy clara de sus inicios en la amistad. Sêlo quiero resaltar: - La importancia de la compafîîa sobre üdq_ para quien se sentîa muy aislado por ser emigrante y desco- nocer el medio urbano en el que se movîa. - El valor del encuentro con alguien que - compartîa sus inquietudes. - Y, todo ello unido al hallazgo de una persona adulta dispuesta a hablar con ellos de todo aquello que otros padres no abordaban. La figura adulta aquî es cia ve para la interpretaciôn de una realidad social que todos_ ellos vivîan y en la que no les habïa tocado la mejor parte. Prueba de ello es su relato de los comienzos laborales que - 787 - en otra ocasiôn presentarê con sus propias declaracionesl - Todos ellos tienen un record de trabajos temporales, en la_ construcciôn o aprendices en talleres, han experimentado los despidos y el desempleo. Actualmente todos estân desem- pleados excepto E., que tiene un trabajo’temporal haciendo_ llaves en un comercio de Z en sustituciôn de alguien que e^ td cumpliendo el servicio militar. Parte de la vida del grupo ha sido tambiên su aprendizaje de formas de comportamiento con el sexo femê nino. Aprendizaje que aquî entre los militantes se ha visto entorpecido por la propia dinâmica del grupo que incluîa; - una subordinaciên fuerte a un lîder ace£ tado por todo el grupo. - una subordinaciên fuerte a otras jerar-- quîas impuestas por el partido. - una disociaciên entre sus actividades mî litantes y sus propias vivencias personales, que no eran a_ mi parecer sino un sîntoma mâs de la gran estructuraciên a_ que habîan llegado las organizaciones polîticas en la clan- destinidad. Y del sentimiento heroico que los militantes ha bîan interiorizado, por él que los objetivos politicos gene rales estaban por encima de todo los demâs. Incluso del prô pio desarrollo personal y de la capacitaciôn para la convi- vencia cotidiana. Asî A. comienza describiendo la artificia- - 788 - lidad de los contactos extramilitantes con los compareras - mujeres de la organizaciôn juvenil: A.- HacXamoi coiai muy Aaaai. EncontAaatc cn un baa y no ha btaA. IK a una ftcita y no battaa con cttai. V yo juitti-Lco nucitAo compoAtamtento poAque ettai hactan lo mtimo con no­ iotAoi. 0 iea que ta tncomuntcactôn en cteAto modo eAa un - pAobtema de doi paAtei. No iotamente de una. Preg.:iPero tu de hecho ya salîas con una de elias, no? A . - St peAo... V . - E i qu e e i t e chtco e i un cabAân A . - Ve eio no qutcAo habtaA. Ei que yo eitaba muy condtcto- nado poA et gAupo. Vo habta coniegutdo una it (una chtca] - pCAo eAa to que decta antei E. Que todo ie ptaimaba de ta - pottttca a ta vtda dtaAta. v , \ y en ta vtda dtaAta nadte.iabta que haceA... Todo et__ mundo eitaba eipeAando a que yo comtguteAa una tta paAa -- veA it ettoi podtan c o m e g u t A una tta, me paAece a mt, iat- vo unai excepctonei.... Entoncei et gAupo ie mantuvo de pu- ta madAe haita que yo no ttgaba. iPoA qui?. PoAque it yo - no ttgaba y eAa et mdi ttito, entoncei todoi eitaban juitt- ^tcadoi. No tenta poA qut ttgaA ntnguno. St et mdi ttito no ttga toi otAOi tampoco.. Aquî siguen diâlogos expuestos en el capi­ tule de sexualidad y que por tanto no transcribe. A . — ... tai tt.ai. V.~ A mt me paAecta que eite eAa un cabAân y todo eio peAo_ de atguna maneAa aquetto itAvtâ paAa actaAaA coiai. - 789 Preg. :iDî jisteis a A.lo que pensabais, que era un cabrôn?. E.- Me paAzce que it P. - No te dtjtmoi nada (ènérgicamente) . En tai dticuitonei no noi en(Aentdbamoi con tt dtaectamente, Tanto pottttcamen te como en ta cueittân ttai... Luego con Aeipecto a to que_ eitdbamoi habtando antei, puei en un pxtnctpto puei it puei te ienttai Jodtdo ino?, peAo en otAo pAtnctpto puei ei to - mdi noAmat. St tu eAei un tndttt. St no ttenei tntctattva - que CAai un paAao de ta vtda puei ei noAmat que en muchai_ coiai te mojen. No juitt^tco a eite gacho tampoco. PeAo m e _ cabAeaba mt mtedo. AhoAa ptenio otAai coiai peAo entoncei que tba a p e m a A . Me ientta muy jodtdo ienttmentdtme n t e -peAo -- tuego nada, otAa vez con et gAupo, otAa vez ta mtima maAcha. A.- Vo to iotuctoné at enAottaAme con otAa tta... aqut no * ei que unoi eituvteAan mdi jodtdoi y otAoi no jodtdoi. Que_ todoi tentamoi ta mtima neceitdad de a^ecttvtdad, de Aeta-- ct6n y ademdi et *pAobtema det gAupo, idtvo que et mto eAa - mayo A que et de ettoi en et ienttdo que et que tenta que -- AompeA ta iattda det gAupo eAa yo. Y en functân de ettoi me ptanteaba unai Aetactonei dtittntai, puei et Aeito det gAu­ po ie tai tba ptanteando conmtgo. PeAo eio no podta ieA pa-̂ Ad itempAC. Ltega un momento que te ptanteai unai coiai y - ion peAionatei, que ion tuyai. Y entoncei no puedei ptan-^- tedAtetai en nombAe de nadte. Te tai ptanteai en nombAe tu- yo pAopto y paiai de todo y ya eitd. Lo que paia ei que en_ aquet ttempo no p e m a b a en eiai coiai. P e m a b a en eia tta - me motaba y ya eitd y que tba poA etta. Y que tei dteAan -- 790 - poA et cuto a todoi toi demdi. V eio me to ptanteaba ait de egoZitamente, Preg.:iSe quebrô la relaciôn del grupo? A.- La Aetactôn m Z a con ettoi no, Mdi bten ^ue et otho et - que cauiâ cteAta qutebAa. Et H. P . - E t H. e t j e ^ e . PeAo cuando i e ^ue a t a m t t t e i t e - tjue e t J e ^ e . PeAo e t SenoA A. a n t v e t p e A i o n a t , e i o tA a c o i a . T e n t a o t A a i A e t a c t o n e i co n t o d o i . Va t o v e i t o buena p e A i o - na que e i . Y e t o t A o t t o no . CabAân peAo de veA dad. C.- E t H. i t que eAa un t t o AaAo, a u t o A t t a A t o , mandân. Cuan do e t t t o t t e g â a t a c â i p t d e q u t i o A e o A g a n t z a A t a c o i a . Ena un c a i a m e n t e A o . Te daba c o n i e j o i . P.- St, me acueAdo an dta en ta "Tta Petaca”; "voiotAoi tAoi poA aht que iacaAtti Aottoi. Puei mtAa tu te puedei enAottaA con Cita tta poAque he eitado habtando con etta y tat". Y - no i(, Y otAoi conieJoi. Entoncei como ét ie enAottâ de pe- jtattt noi daba coniejoi. PeAo noiotAoi entAdbamoi ya en dticuitân de que et gAupo tenta que AompeAie, poAque eAa -- una coia que tenta un ttdeA y tat, y todoi eioi Aottoi. Preg.: iQuê le declais? E.- Nada. NoiotAoi te hactamoi caio en vez de aguantaAto pe Ao paidbamoi de (t. No noi mi(4entdbamoi con (t. HabAta que_ habcAte pegado at ^tnat. Preg.; B. y C..iTuvisteis problemas con estas chicas? B.- No, poAque n u n c a me p t a d t e é nada con n t n g u n a de e t t a i . - N t n g u n a de e t t a i me h t z o dano . En t o d o c a i o p o d t a t e n e A - - - 791 pAobtemai de gAupo, de veA malai caAai, de que iu compoAta­ mtento vaAtaba y noi aj^ectaba a todoi. C.- Yo ei que la veAdad, to que tei paiaba a eitoi me tAata baitante itn cutdao. Yo tenta mti pAoptoi pAobtemai. due mt me guitaba.;otAa tta que no tei guitaba a eitoi, y no it. Yo tei ptantet que a m f etta me guitaba y tat y etta me dtjo que no, que yo no te guitaba, que como amtgoi muy bten y -- tat. Y quedamoi tan amtgoi. Yo jodtdo ienttmentàtmente, pe- AO quedamoi tan amtgoi. Aqut en et gAupo yo no tomaba paAtt do poA un tado o poA otAo... poAque veta una cabAonada poA_ todoi toi itttoi. Me paAecta una guaAAada to que htzo A. me paAectô ana guaAAada to qve hacta H. Lo de A. me paAectô menoi poAqae tenta mdi amtitod con eite peAo to que htzo e^ te tambtén iue goAdo. ' B.- Yo no tom( paAttdo, nt me en^Aentt... poAque ya ie ha - dtcho, eAan toi jeiei y no habta nt eniAcntamtento nt nada, PaAa mt cuando atguno de toi doi decta atgo, bueno et otAo_ menoi peAo mejoA eite poAque habta mdi amtitad y tat, puei_ no it. Se puede dectA que eAa iagAado cait. Que nadte tei - Aebatta nada en ntngdn aipecto. Preg.: Tû D.ituviste una relaciôn mâs duradera con una chi- ca por medio de H., no? p.- Ei que yo eitaba enAottao con una tta, que te tba mucho ta maAcha, que ie me o^Aecta, que eitaba atontadtca. PeAo - de unai £oAmai muy AaAai tba yo con etta. Entoncei ctaAo jô deA yo penit que no me tba aapoAtaA nada bueno,itno at Ae-- v(i. Todo to mato det mundo, vamoi... - 792 - Quiero resaltar la importancia que afîcti- vamente tenîa el grupo para cada uno de sus intégrante;. Im portancia que sigue viva al margen de las inquietudes polî­ ticas latentes en algunos de sus miembros y ausentes ea -- otros. Es justamente la fortaleza de los lazos que les unie ron y unen los que permitiéron que la pandilla afrontara su separaciên por cansancio, y al mismo tiempo afronte la con- tinuaciôn de sus contactos, que no eluden una evaluaciôn -- cruda y lûcida de sus relaciones. La imagen de A. como Ifder adquiere mis re levancia por su condiciôn de amigo y por su capacidad de rê conocer sus dificultades e incongruencias tanto respecto a_ la relaciôn con chicas como a la acciôn polîtica. En las dificultades de acciôn y reacciôn - ha jugado buena parte de su papel una preparaciôn teôrica - incompleta è inconsistante, que en determinadas ocasiones - ha falseado la relaciôn de pandilla: - Sus intentes de hacer terapia de grupo - por SU’ cuenta y riesgo por ejemplo. Pero de ello han sabido ob tener lecciones positivas: _ Que siendo o no rares como ellos se auto definen han llegado a valorarse a sî mismos y a los demâs - como grupo. - Que hanevolucionado de una intensa rela­ ciôn de pandilla a una mâs laxa de amigos con los que se -- mantiene la comunicaciôn, a los que se acude en mementos de - 793 - crisis, a los que se concede libertad de pensamiento y ac-- ci6n. - Que reconocen sus retrasos prâcticos_ en cuanto a sus avances teôricos y siguen ensayando conduc- tas sociales y sexuales que se aproximen mâs a una concep-- ciôn abierta e igualitaria de los sexos. Hoy por hoy total- mente ausente y reconocida como ausente en sus experiencias. _ Que todos estos son pasos de conductas - adolescentes a comportamientos juveniles. Y que el proceso_ de maduraciôn hacia la etapa adulta se estâ haciendo en su caso con una reflexion y crîtica que oasa nor el concento que de SI mismo tienen como militantes. Es decir, como gente de avanzada en el compromise social y politico. Hay que resaltar aquî tambiên el sentimien to de marginaciôn que todos ellos tenîan por venir de fami­ lies emigrantes gran parte de ellos, de status socio econô mico bajo todos ellos y de militancia polîtica clandestina_ alguno de ellos. Eisenstadt C36 ) dice ( y con ello no hace_ sino asumir lo que habîa advertido ya otros sociêlogos como Benedict en 1938, Davis en 1940, Parsons en 1942 y luego en 1962) que en las sociedades industriales contemporâneas los grupos de pares tienen una funciên integradora con la sociê dad, la que dependerâ del grado de armonîa que exista entre la familia y las otras instituciones sociales. Analizanclo - este grupo en los términos de Eisenstadt cabe concluir que_ sus dificultades para incorporarse al mundo social mâs am- - - . - , , plio, a las formas y modos de comportamiento sexual y oolîf tico aceptables en el momento eran dîfîciles porque no exis tîan nexos fâciles de contacte entre sus families y el con­ texte social circundante. Sus families estaban desviadas de las normas sociales imperàntes, con el agravante de que no_ participaban o participaban en muy escasa medida de los re- cursos sociales tan abondantes para families mâs privilégia des. Por ejemplo, para las families de los primeros jôvenes de la izquierdh clandestine de la Universidad espafiola que Ma- ravall analiza (37) Aquellos eran families desviadas tam-- bién pero de un nivel socio-econômico alto que les permitîa llevar una marginaciôn privilegiada y brindar seguridad ec£ nômica y social a sus hijos. Los militantes, sin embargo, - se sentîan"inseguros"y"raroS'porque tanteaban una entrada - al mundo social que compaginara su pertenencia a sectores - marginados y su lucha polîtica por salir de ellos. Pero no_ contaban con grupos referenciales que les sirvieran de apo- yo. Ni en la familia ni en la fuertemente jerarquizada ins- tituciôn polîtica que los acogîa como ûltimos peones en el_ juego. De aquî que el grupo formara un racimo de_ apoyos en torno al ûnico lîder que brindaba afecto y podîa_ sàlVarles de su marginaciôn si les marcaba el camino oon su ejemplo. La responsabilidad del lîder era pues muy grande y su reacciôn confusa. Daba los pasos que se le exigîan, con_ los que abrîa el camino del ejemolo para la acciôn y los daba con sentimientos entreverados de agresiôn hacia quienes le_ - 795 exigîan ser el primero en la acciôn, con deseos de tantear_ su propio destino y responder a las llamadas internas de sus deseos al igual que cualquier otro,y con responsabilidad hacia el grupo. Su acciôn reforzaba el liderazgo natural - émanante de su persona y creaba sentimientos mezclados de - rechazo ante el egoîsmo, admiraciôn ante elreto, afecto an­ te la sinceridad araistosa del planteamiento. Y en fin, el - afecto vencîa sobre lo demâs, pero al tiempo les creaba con cienc^a de que no podîan seguir dependiendo infantilmente - de él. Las cualidades de su liderazgo (tambiên William Foo­ te las encontraba entre los jôvenes italianos) (38 ) fueron tan excelentes que dieron lugar a la atomizaciôn precisamen te dèl liderazgo de uno sobre el conjunto. Decidieron que tenîan que separarse y bust carse la vida por cuenta y riesgo de cada uno. A mî parecer esta fue la principal funciên integradora qte el grupo pudo_ lograr para cadauno de sus intégrantes. A pesar de que ellos miran aûn esos momento con amargura, lo cierto es que siguie ron al lîder en la bûsqueda individual de su camino y logra ron encontrarlo. Todavîa mâs. A travês del lîder'bueno" rom pieron con el autoritario y con la instituciôn jerârquica - que quebraba sus personalidades. Claro que esta instituciôn colaborô tambiên directamente al refuerzo de su conciencia_ de marginados, al refuerzo de sus sentimientos de injusti-- cia por serlo y les ayudô a lucharen contra de tal injus ̂ ticia. Pero les demostrô sobrgipdo que habîa que participar activamente en esa lucha. Y lo hizo negândoles la partici-- - 796 paciôn. Su rebeliôn consistiô en la crîtica de taies méto-- dos y en el consiguiente abandono de la instituciôn que los propugnaba. El conflicto experimentado fue un importante -- factor de cambio. Aquî se ve en un micro-grupo. Garmendia - lo refiere a la sociedad general y analiza en èlla los cam- bios logrados por conflictos protagonizados por grupos des- viados diversos,(39) pero el principle es el mismo. El de_ la liberaciôn total a partir de las rupturas de quienes contestan las normas aliénantes desde la base de la estruc- tura social. Es decir, desde los sectores que son desviados porque no pueden accéder a los recursos colectivos que los__ valores vigentes dicen que son para todos, pero que en la - prâctica del trabajo y la vida demuestra que sôlo son para_ algunos. El acceSo de entrada estâ obstruîdo para los demâs, como dice Garmendia- Y estos, que son una parte considera­ ble de la poblaciôn buscan por medios legîtimos ( y si no - los hay algunos se lanzan a los ilegîtimos), vo- luntariosamente llegar a las metas propuestas por quienes - deciden que con ellas se alcanza el êxito en la integraciôn social. Un grupo de chicas que estudian y trabajan en el barrio hablaban tambiên de los inicios de su amistad. La conversaciôn no fue larga ni profunda pero sî da idea de la intimidad que se logra entre chicas y no se comparte --- igual con los chicos. J u t t a , - Lo que mdi hago ei i a t t A con Matte, V t Z t y Poia. Va - 797 - no6 conocemoi det cotegto y noi guita tAnoi poA aht de vtnoi, 0 at paAque, a con toi amtgoi. St no quteAei vca a toi mti~- moi chtcoi de itêmpAe noi vamoi poA tai zonai y itempAe cono^ cei a atguten que te tnvtta, te tomai atgo y tuego tei dai - et eiqutnazo. &Con toi amtgoi?. Noi vamoi at paAque, a can-- taA, a daA una vuetta... peAo no itempAe. Es decir que: - No siempre estân en disposiciôn de salir_ con los amigos. - La salida con otros chicos tiene un claro objetivo de tanteo pasajero, de incursiôn en ligues de los - que puede salir una nueva relaciôn pero que casi siempre quê da en nada. 5.4.- FACTORES DISCIMINATORIOS DE LA AMISTAD ENTRE LOS JOVE- NES. 5.4.1.- EL SEXO Chicos y chicas se muestran igualmente sa*- tisfechos con los amigos que tienen: 97 y 96 por ciento res- pectivamente (ver cuadro n° 325), pero hay algunas diferen-- cias en los contenidos englobados en esta sensaciôn general. 1®) En primer lugar, la extension del grupo de amigos del -- otro sexo varia de los chicos a las chicas. Es mayor en los - 798 - primeros que en las segundas. Chicos con mâs de dos amigas 54 por ciento Chicas con mâs de dos amigos 39 por ciento Esto no quiere decir que'los amigos del -- otro sexo formen parte de la pandilla: - 60 por ciento de los hombres y 43 por cieni to de las mujeres declaran tener amigos del otro sexo sin t- conformar una pandilla. - La pandilla unisexo es tan popular entre chicos como entre chicas: 63 por ciento de los primeros y 59 por ciento de las segundas. - Dirê por ûltimo que son muy pocos los chi COS o chicas que dicen tener un solo amigo del otro sexo -- ( 6 y 4 por ciento respectivamente) o de su mismo sexo: Chicos con un sôlo amigo: 1 nor ciento. Chicas con una sola amiga:l nor ciento. Se tiende por tanto a relaciones amplias y extendibles a varies amigos del mismo o del otro sexo. Comparando los comportamientos del Casco Vie jo con los de los jôvenes en 1968 ( de 15 a 30 afios) y 19?7_ (de 14 a 20 afios) se corrobora que los chicos tenîan y tie-*- nen mâs amistades del otro sexo que a la inversa (40). Las encuestas no exploran los contenidos de estas amistades, sus exigencies y reglas. Sin embargo, las entrevistas hechas dejan ver que las chicas se orientan, en sus comportamientos - 799 - con los amigos por normas de fidelidad muy parecidas a las que tradicionalmente observan con sus novios y maridos. De aquî que extiendan a menor nûmero de ellos su definiciôn - de amigos (41)JM gun os relatos de los discotequeros, en los que explican las conductas espe-radas de sus compafieras de_ baile dan pistas no desdefiables de estas tendencias. Las - compareras que éllos han elegido 'les pertenecen"y deben l_i mitarse a bailar con ellos. Esto no quita que ellos puedan ademâs bailar con quien mejor les parezca. Sus comentarios vinieron a cuento de una ex plicaciôn que me daban, sobre las normas por las que se rige_ el baile de la discoteca. J , - La p a n d t t t a m t x t a no A e & u t t a . Una ve z io Amada i e v a n - t o i c h t c o i a un t a d o y t a i c h t c a i a o t A o . K.- A noiotAoi n o ' noi guita tA agaAAadoi con una choAva. -- PtcAdei ta peAionattdad. N . - Ei que noiotAoi, toi chtcoi iomoi muy untdoi y tuego - que paAa tA a ta dticoteca hay que tA iepaAadoi, La entAa- da ei nueitAa. Luego cuando empteza to tento vtenen tai -- amtgai , K.~ f'Attol, empezamoi. EntAamoi iotoi. Hemoi pagado vetnte duAoi y noi toi tenemoi que cobAaA. La hoAa y medta que -- hay de movtdo eitamoi iotoi, Po a ejempto en X. V ettai cA tdn poA aht contdndoie AuA coAaA. LLega to tento.iSattdti?. Va eitamoi untdoi. CtaAo que antei de battaA con ettai po- demoi etegtA a otAai peAo tuego ya noi quedamoi con ettai. J . - Lai chtcai ion tguat. EntAan y ie ponen todai juntai.- - 800 - Nt itqutzAa noi iatudan. V,- Tampoco noiotAoi to haccmoi, o ica que tambtdn tenemoi ta cutpa noiotAoi. NoiotAoi entAamoi. 0 entAai tu ioto. - Aunque. e i t d iattendo con una chtca paiai de taAgo y no te dtcei nada. Vai donde tui amtgoi y attt emptezai a montaA_ et ihoM, haita que empteza to tento. Entoncei ya. PoAque - yo cuando entAo veo a mt choAva, ta mtAo, no te dtgo nada_ y paio de taAgoi M.- 0 te ptdei un ctgaAAo. 0 te dtcei fhotai V.~ iHota' bueno peAo pedtAte un ctgaAAo ei demaitado ya. M . “ Ptdei et ctgaAAo te dai medta vuetta e m e g u t d a y vai - con toi amtgoi. J.~ PeAo ten en cuenta que a tai mujeAei hay que daAtei tam bttn u n p o c o de con^tanza. Pregunto si las chicas raientras tanto estân sentadas .o baî lando con otros amigos, V . - (A h ' , , no K . - S t ie ponen a battaA con otAo te pego un guantazo que_ ta mato attt. M.- No, ettai iaben que ion nueitAai amtgai. Que ion nuei- tAai y no pueden battaA con otAo. Como et otAo dta K. no - (Juc, ie quedâ en laAagoza y ie ^ue a otAa dticoteca. Puei_ ta choAva iuya no battaba con nadte et tento. NoiotAoi vt- gttdbamoi. A estas declaraciones que refléjan una siôn désignai de las obligaciones masculinas y femeninas - hacia los del otro sexo se afiade el propio testimonio de - - 801 Nieves, que habla desde dentro de la pandilla. Dentro pero no con el mismo status. Renito alqunos de sus diâlogos: Ntevti.- Cuando eite(J.)me dtjo que d a t i det baAAto a po­ co cogX y me tai ptA(. Me catiteti mat peAo peni€ que no - oi conocta y que no me podta ^taA de to que dtce ta gente. Aunque oi habta vtito: Luego oi lut conoctendo y me empe-- zaitêti a caeA bten. J.- / ettoi me dteAon buenai optntonei de tt. PoAque ei -- que en Aeattdad no hay iecAetoi paAa noiotAoi. Se puede de ctA que iomoi como una lamttta. St, en icAto. Somoi como- eio. PoAque en et momento que paia atgo, aht vamoi todoi. Ntevei.- EntAe tai chtcai paia tguat, it hay un gAupo cta­ Ao. Yo tenta un gAupo que cait to he peAdtdo poAque cuando iatgo det tAabajo tengo que veA a J. Y iu gAupo y et mto - no it conocen. Entoncei ctaAo. Uno u otAo ie ttene que ia- cAtltcaA y poA Aegta geneAdt noi toca itempAe a tai chtcai poAque eite no iabe vtvtA itn iui amtgoi. Mucho, mucho con mtgo peAo no toi deja. V . - N o i ha d e j a d o mucho d e i d é que i a t e c o n t t g o . N t e v e i . - i M a n o l . Aun o i p o d t a de j a A= m u ch o m d i . K . - i C u d n t o md i? La discusiôn aûn continué largo rato. -- Aquî hay sin embargo, una constatacion de la fidelidad de_ Nieves a J. y a la pandilla de J. por derivacion que quie- bra incluso la fidelidad a su propia pandilla. Esta puede_ ser tambiên la explicacion de que âLrunas chicas den mavores tâ sas de amigos varones que de mujeres. Nieves se ha incor - 802 - porado a una pandilla masculina que la hace participar de_ su "uniôn familiar" como ellos la describen (aunque en me­ nor medida y con menores derechos). Para ello ha"renunOia- do"a su propio grupo. De aquî tambiên derivarâ que conside re al novio o al marido como un amigo în.timo e irrenuncia- ble. Si por êl se ha quedado, temporalmente, sin mucha re­ lac ion con las otras chicas, centra en êl mâs intensamen- te su confianza y entrega. La necesidad que J. el chico siente de -- sus amigos parece ser mayor de la que Nieves tiene de sus amigas. Ella las ha dejado, êl sigue con los suyos. -- Claro que esto hay que verlo en un clima social mâs amplio que considéra aûn légitima la subordinaciên de los intere- ses femeninos a los masculinos. Como consecuencia,Nieves - tiene mâs necesidad emocional de J. que de sus amigas, por lo que opta por êl. J. no se ve obligado a elegir. iCabrîa concluir de aouî OLE el déficit emocional de la mujer serâ ma yor que el del hombre ya la larga aumentarâ?. Parece ser -- que sî pues como ya dije anteriormente la mujer considera_ (en mâs casos que el hombre) al novio, al marido, como al - amigo irrenunciable y en ocasiones como al ûnico amigo. -- Wolf Clyde asegura que esta relaciôn de amistad intensa - de una persona con otra, se ve mâsa menudo en los casos en que se agudiza la necesidad compensatoria. Lo que suele su ceder mâs en estructuras sociales que inhiben la movilidad geogrâfica y social (42 ). A mi parecer esto es aplicable a la mujer 803 - mâs que al hombre entre los jôvenes que aquî me ocupan, -- por la dependencia que aquella tiene del varôn cuando estâ comprometida con êl. Dependencia que suele llevarle en la_ etapa post-matrimonial a depresiôn y neurotizaciôn crecien te de su conducta, a incapacidad progresiva para ir toman- do decisiones por si misma.(43 ). Y esto incluso en mujef- res que intentaron ser autônomas mientras eran solteras y_ con bastante êxito. i Volviendo a los discotequeros, y abundan- do en el mismo tema J., el chico con quien sale Nieves, no - duda en decirle a esta que ha pasado, y bien, el examen de su grupo y que las confidencias que allî se dan la exclu-- yen. Dirâ mâs adelante que para una mujer comprometida no_ hay realmente nadie con mâs derechos a su confidencia que_ el compafiero. J,- Vo qa/.zA.o que. NX.zveA me to euente todo, HaAta to que - ahofta habta con aua amtga&. Ve ve&tZdoA, de que me he com- pn.ado e&to y to ot^o, iPon. qut no?.., V bueno en un matAt- monto ya no hay amtga de p o Æ medto.iV a qut^n Ae to cuenta? PueA at mafitdo. La posesividad sentida por J. estâ clara- mente expresada. Tambiên la aceptaciôn por parte de Nieves de ser asî poseîda. Quizâs las vivencias descritas por los discotequeros son extremas dentro de un colectivo juvenil_ mâs amplio (44), pero refiejan bien las compartidas por - estas pandillas de discotequeros, de ascendencia obrera, - que conforman la vida del Casco Viejo. J. pertenece a très - 804 pandillas mâs, aunque esta sea la mâs importante de las t." très y los comportamientos en todas ellas son los mismos.- Nieves viene de fuera. Les tenîa miedo, pero por el gambe- rrismo de que en otras êpocas hicieron gala. No le chocan_ sus comportamientos y juega el juego con las mismas normas porque es el interiorizado en un marco social mâs amplio. La firmeza y solidaridad que aquî mencio- nan de paso es propia de las relaciones de pandilla, como_ tambiên parece serlo la interrelaciôn por dûos que hacen - con las chicas. Es decir, que no existe una pandilla mixta con relaciones generalizadas entre todos. Sino que cada -- chico tiene un compromise especial con cada chica. Y por r lo visto para situaciones y contactes muy concretes y bien delimitados. 2”) Para chicos y chicas la razôn fundamental por la que - no renunciarîan a sus amigos es el valor concedido al apo- yo que aquellos brindan, (ver cuadro n“326 ), apoyo en el_ que se incluyela confidencia, y que sirve por igual para - ambos sexes como paliativo a la ayuda familiar en las cri­ sis (ver cuadro n° 327). La disposiciôn a la confidencia - es ligeramente mayor entre las chicas (ver cuadro n°328 ), pero las diferencias no son notables. Influyen sin embargo, en su tendencia a reducir el nûmero de amigos a los oue no renunciarîan por ningûn motivo.(ver cuadro n°329 )• Este - punto, el de una cierta inclinaciôn hacia formas de amis-- tad mâs centradas en la confidencialidad e intimisme por - - 805 - Xec parte de las mujeres, tiené que ver a ml parecer con su mener disponibilidad de tiempo libre. En la casa y fuera de ella. En el capitule de familia se observaba ya como -- las labores domêsticas eran protagonizadas sobre todo por - las chicas y los ocios fuera del hogar por los chicos. Se_ observaba tambiên que los horarios de vuelta a casa eran - mâs restrictives para las mujères que para los hombres, sî tuaciên extendible a todas las jôvenes que viven en Zarago za en esta misma êpoca (45 ). De aquî dériva que cuando se encuentran con sus amigas, que es en tiempos mâs limitados, establezcan relaciones mas intensas, y en ellas la interco municaciôn de vivencias y sentimientos adquiere mayor relê vancia. La restricciôn de sus tiempos de ocio es a mi pare cer decisiva tambiên en sus menores contactes con el otro^ sexo, y en que los que tienen con el propio estên mâs orientados al desarrollo de estrategias de comunicaciôn -- con aquel. Las descripciones que los discotequeros y sus amigas hacen de sus tiempos libres o perdidos en la ca lie,, dejan ver las distintas disposiciones del tiempo. Y - por tanto la relativa mayor organizaciên del suyo por par­ te de las chicas; Los discotequeros: y. - NoiptA.oA vtvtamoA en ta catte cuando ê.A.amoA peqaehoA y toA pequenoA det bafi^to ahoKa tambt£n vtoen en ta catte. - NàAotA.oA AegutmoA en ta catte, K , - E4 que eAtah. en caAa eA hofin-tbte. - 806 V . - La caAa cA una ^onda y no apetece cAtafi en ta ^onda. K.-,.. euando eAtoy en eaAa no Al que hacen.. St poneA ta _ T . V . , hay Atempae pettcutaA de eAaA n.omdnttcaA. Me pongo ~ neAotoAo. No aguanto y me tengo que man.chan.. V.- y 0 eA que no tengo nada que hacen. en caAa. Coctnan -- mtA heAmanaA. Lo hacen todo con ta madae. Vo me abun.n.o. -- Voy en buAca de mZA amtgoA. idul tengo que hacen.i en caAa?. ... ademdA eA que aqut noA conocemoA todoA foyei. VeAde -- toA 6 ahoA... haAta taA ptedaaA. M.- En et ban.n.to hay caman.aden.ta V.- A ta una de,mecUodta o pon. aIvL.hay mucha qente en toA baneA, toA- mujeneA a ta compna...noA juntamoA todoA...ahona no A hemoA Aepanado macho. K.~ AnteA, a toA 12 anoA^ eAtdbamoA todoA juntoA ahona.... cada uno ttene Au gnupo y hace to que qutene. V.~ AnteA tbamoA todoAp 30 o toA que ^uenan a todo. M.- Ahona AomoA c t n c o . SegutmoA v t l n d o n o A con to d o A en ban p e n o . . . V.- Cuando uno Ae tevanta y dtce- ivamoA a dan una vuettal K.- PueA noA tevantamoA noAotnoA y no a e tevanta nadte mdA pon que ya âaben que AomoA noAotnoA. Es significative aquî el mutuo goce de la companîa masculina que los discotequeros manifiestan cons- tantemente y que desde luego, dériva de una libertad tradî cional para permanecer juntes durante todo el dîa.Willmott( 46) describe a los adolescentes de East London pululando arri- - 807 - ba y abajo de las calles del barrio y volviendo a casa pa­ ra las necesidades biolôgicas mâs estrictas, al igual que_ William Foote White en The Street corner society ( 47 ).A11Î como aquî las chicas aparecen en la callë solo en tiempos_ limitados y sôlo ocupan tiempos concretos de los que los - chicos dedican al ocio en compahîa de sus iguales. Asî hablan las amigas de los discoteque-- ros ; Btena.- ( 4 8 ) E n et tZempo tthne, que no e& m a c h o , Aueto - Jinme a dan una vuetta con chtcaA det JnAtttuto. St no me - pongo a teen o a otn mdAtca en ca&a....puedo Aattn pon ta_ tande a ta hona que qutena peno a taA 10 como mucho tengo__ que eAtan en caAa. Lo a domtngoA puede haben atguna excep~~ ct6 n . HoAa.- En et ttempo ttbne... cuando no hay que eAtudtan o_ taA coAaA de caAa ya eAtdn hechaA vamoA at ctne, a toA ba­ neA de ta Ptaza ^an FnanctAco (49 ), a c o n n e n pon et pani­ que, a ta dtAcoteca. Et pnobtema de ta dtAcoteca eA que te to puedeA paAan muy bten Aegun con quten vayaA. EAtoA v a n _ todoA JuntoA y to paAan de manavttta. NoAotnaA At no Aate_ una ya no quedamoA mdA que doA y doA no vaA a tn a una dt^ coteca...TenemoA mdA amtgaA... to que paAa eA que a veceA_ no noA ttevamoA bten con ettaA y ctano a ta dtAcoteca hay_ que tn. en compahta. M . - PueA vaya vtda. Vo pana eAtan todo et dta en et tnaba- Jo y tuego encennado en mt caAa, pueA no vtvtnta. PoAa.- Ea qu e no h a y mdA. 0 e t c t n e o t a P t a z a San E nanc tA 808 - CO pana tn de baneA y eneontnannoA con chtcoA, o ta_ caAa. I (Luego empieza la discusiôn sobre la casa. Las chicas no- sè aburren en casa tanto como ellos, aunque se quejan de - que tienen que hacer todas las labores domêsticas) RoAa.~ SomoA ocho henmanoA en mt caAa y a ô Z o quedamoA doA, otno chtco y yo. Vo Aoy quten ayuda en caAa, quten ttene - que hacenZo. A n a . - Vo t a m b t l n . Mt madne t n a b a j a en un c o t e g t o y yo Aoy_ q u t e n t t e n e que h a c e n Za compna y t a c o m t d a . MantAot.- Vo tengo doA henmanoA mayoneA. Uno en ta mttt y_ et otno tnabajando de canptnteno.V yo ayudo en ta caAa --- cuando Aatgo det cotegto. Las estrategias de comunicaciôn interse-- xual femeninas las describe Nieves,novia de J ., que tiene “ actualmente 18 afîos. NteveA.- (En la discoteci)mZcM^%a6 una chtca eAtd con et chtco, otna hace oneja y tuego to chtvotea y Ae to dtce a la moza y aAt eAta Ae aguanta y no to va a hacen (se refie re al escarceo séxialj) At etta qutene hacento deAde un pntnct pto Aabtlndoto Ae annteAga a ta vengiienza de que pueda Aen pon una apueAta y to hace. Peno taA demdA te avtAamoA . Etta me pneguntâ que qui tenta que hacen (la amiga) -- to que tu cneaA. S t K. te guAta pueA to haceA y At no pueA y te dtj’e- to que tu cneaA, eAo tteneA que hacen. S t K. te - guAta pue& to haceA y At no pueA te daA un conte... Ante la falsificaciôn de sentimientos esperada o sospechada en el varôn (los comentarios ya présenta - 809 'das ' dan muestra del fundamento de esta sospecha) las ch^ cas tambiên hacen causa comûn e intentan ayudarse. No in-- sisto mâs en este tema que ya tratê anteriormente. Sôlo -- quiero reforzar el comentario de que siendo sus tiempos mâs limitados estân mâs centrados en el varôn • 3®) Habites tan distintos de ocupar tiempos y espacios lie vai a mi parecer a distintas culturas de la amistad entre - chicos y entre chicas sobre las que convendrîa reflexionar en posteriores estudios. Parece importante destacar el va-r lor de la permanencia reposada ,y extendida a lo largo del_ dîa, en la calle que los discotequeros tienen y con ellos_ la mayorîa de jôvenes varones. La calle es una prolongs-- ciôn del hogar y a ella se extiende el marco de los contac^ tos afectivos que se inician en la familia. Asî el tiempo_ que pasan en la calle, y los espacios urbanos en los que - distribuyen sus eqcuentros contribuyen a una vida de vecin dad y ciûdadana bastante intensa. Es ahî en la ciudad, en el vecindario,ien la aallè donde se generan amistades para jôvenes que no las han hê cho en el colegio y que indican una dinâmica ausente o, mè nos presente^entre las mujeres. Parece interesante deternerse brevemente tambiên en las consideraciones, tantas veces escuchadas en la calledéla sdidaridad masculina frente a las actitudes - insolidarias que las mujeres tienen entre sî. Como si a nî vel popular se creyera que los hombres son mâs capaces de_ ser amigos entre ellos que las mujeres. Nada de esto se -- - 810 - confirma en este estudio, aunque tampoco se estaba inten-- tando averiguarlo. Y por tanto no ge confirma tampoco lo - contrario. Lo que es deducible mâs bien es que los hombres tienen mâs tiempo libre para dedicarlo a sî mismos como grupo y por tanto pitden generar hâbitos solidarios en base a compartir sus dîas y horas de ocio en compafiîa. Tienen - tiempo para el cortejo y tiempo para correr otras aventu-- ras que solo les implican a ellos; pueden por tanto gozar_ de una amistad que va mâs allâ de las estrategias creadas_ para conquistar a la mujer. Estas ocupan sôlo una parte de la riqueza de contenidos que imprégna su relaciôn. Las mujeres tienen menos tiempo libre pa­ ra estar juntas y tienen ademâs una fuerte orientaciôn de_ sus vidas hacia el matrimonio. Por ello el tiempo que pa-- san juntas lo dedican mâs intensamente a esta comunicaciôn mutua de estrategias de llamada de atenciôn dirigida hacia el varôn, y en cierto modo la competencia nnr el varôn ad- quiere relieve mâs notable en sus relaciones. Encuentro interesante este aspecto de los distintos contenidos de la amistad entre varones y mujeres, de' la mayor complejidad de vida compartida por aquellos y_ de la simplificaciôn de intereses a que se ven reducidas - estas. Interesante y digno de un estudio a el dedicado, sobre todo porque, siguiendo el anâlisis de Hadfield estas acti­ tudes 4ctuales serian consecuentes con las funcicnesbiolôgicas en_ la vida primitive, Los hombres entonces tenîan que cazar y luchar para obtener los alimèntos. Para ello se requerîa - una acciôn combinada y la lealtad mutua era absolutamente - 811 - esencial para el êxito de la acciôn. Las mujeres por su parte desarrollaban intereses de âmbito domêstico, en el - que la acciôn corporativa no era necesaria. Ellas pertene- cîan a un sôlo hombreY dueho que les proveîa de comida y - protecciôn."Por eso las mujeres son mâs individualistas en sus adhesiones a otras mujeres, puesto que su instinto prî mario es el de conseguir a su hombre para la procreaciôn - y el cuidado de su proie. Las otras mujeres son para ellas secondaries e incluso rivales" (50). El hombre necesita - el amor de la mujer y los amigos mientras ella necesita -- mâs del amor del hombre que de las amigas (51). Estas con clusiones de Hadfield me inclinan a profundizar en poste-- riores estudios sobre el desarrollo de las culturas de --- amistad masculina y femenina en nuestros dîas. Sigo ahora con los lugares donde se origî na la amistad entre chicos y chicas del Casco Viejo. iCuâl es el mâs popular entre ellos y ellas para el conocimiento mutuo?. Los. chicos mencionan menos el colegio y mâs el ba­ rrio, si se establece una comparaciôn con las chicas, sien do en todos los casos mâs fundamental el primero que el se gundo (ver cuadro n° 330 ), Las amistades entre familias -- son foco de amistades para el doble de chicas que de chi-- cos. Siendo cualitativamente distintos los lugares o nû-- cleos de convivencia para chicos y chicas, adquieren pues_ distinta relevancia para la formaciôn de grupos de iguales. 812 - 4°) Finalmente aparece entre las chicas una sensibilidad - distinta hacia quien lleva la voz cantante en el grupo, en el sentido de que lo juzgan como autoritario mâs frecuenbe mente que los chicos. Un 21 por ciento de las chicas juz-- gan asî al amigo/a que sobresale en el grupo, frente a 6,5 por ciento de los chicos que lo hacen. . Hablo de las minorîas. La mayorîa de chi­ cos y chicas tienen una experiencia positiva de quien ejer ce cierta ascendencia sobre el grupo (ver cuadro n® 331 ). - Quien lo hace sobresale generalmente por su personalidad_ o su sentido del humor. S61o son definidos como'palizas*un nûmero escaso de jôvenes, acepciôn mâs comün entre los varones, - 11 por ciento que entre las chicas 4 por ciento. 5.4.2.- LA EDAD. J”) La edad es muy importante para la estructura del grupo de amigos entre los jôvenes. Hasta los 21 aftos "esta es una estructura de pandilla mayoritariamente, aunque menos des- puês de los 16 afios (60 por ciento) que antes (70 por ciem to). A partir de los 21 afios sôlo 43 por ciento de los jô­ venes definen sus relaciones amistosas como de pandilla y_ cuando se refieren a sus amigos lo hacen claramente hacia_ un grupo de amigos sin pandilla: 57 por ciento (ver cuadro) n” 332)- Centrândome ahora en los amigos habitua-- - 813 - les: Son mâs numerosos entre los mâs jôvenes que entre los mayores, lo cual va ligado tambiên a la estructura de pan­ dilla. La misma tendencia se observaba entre los jôvenes paRoles de 1977 (52). Nûmero y estructura de las relaciones ami£ tosas varîan segûn los contenidos propios de las relaciones a cada edad. Cuando el valor de la confidencia, y de - la disposiciôn a ayudar, alcanza su cuota mâxima es entre_ los 14 y 15 afios; lo argumentan como razôn principal de no renunciar a ningûn amigo: 86,5 por ciento de los jôvenes - de esas edades. Bien entendido que el argumente es alto en todas :78 por ciento lo dicen asî entre los 16 y 21 afios,- 80 por ciento entre los 22 y los 25 afios (ver cuadro n°33:̂ Hay ademâs un contenido de la amistad, ex presado en segundo lugar y por tanto por minorîas, (sôlo - habîa una opciôn*de respuesta) que a mi parecer incide di- rectamente en intereses especîficos de los grupos de edad: Los de 14 y 15 afios dicen en un 10 por ciento que una ra-- zôn por la que no renunciarîan a los amigos es por el est^ mulo a la acciôn que la compafiîa de varies facilita: "Con_ êl o ellos puedo hacer lo que solo no me atreverîa” y "tiq nen ideas estupendas". Es decir, que los amigos favorecen_ el propio desarrollo personal y permiten al adolescente ha cer incursiones en el medio social mâs amplio que solos ho se atreverîan a intenter. El grupo asî, dice Feduchi oone_ a prueba la capacidad de raciocinio y argumentaciôn de ca­ da uno y ayuda al conjunto a valorar la mâs preclara(53 ). - 814 - A partir de los 16 afios, ademâs de esta - razôn dan otra minorîas del 12 y 11 por ciento:"La simpa-- tîa y la capacidad para las buenas relaciones con todos, - que algûn amigo tiene". Lo que les permite hacer su propia voluntad sin costes para su relaciôn con el grupo. Es de-- cir, que se valoran ya cualidades para la convivencia so-- cial. Es lo que sucedîa a los militantes cuando explicaban los por quês de su aprecio al llder A. en anteridres nâginas, 2®) De este enriquecimiento en las apreciaciones del amigo I dériva que a mayor edad disminuya el nûmero de ellos a los f que no renunciarîan por ningûn motivo (ver cuadro n® 334) . | Un 57,5 por ciento de los jôvenes menores de 15 afios no re | nunciarîan a ninguno. Ya son 4 6,5 nor ciento quienes asî - piensan entre los 16 y 21 afios. Bajan a 37 por ciento a -- | partir de los 22 afios. Sin embargo los que limitan a uno solo el nûmero de amigos irrenunciables son 14,5 por ciento en el_ primer grupo de edad y 28 por ciento en el tercero. Aumen- tan pues las exigencias y disminuye el cîrculo de los que_ las cumplen. Disminuye el nûcleo de personas con las que - se tiene "muy buen entendimiento", y se confia todos los - problemas, a la par que se abunda mâs en buenas relaciones manteniendo y respetando las réservas personales de viven­ cias e intereses (ver cuadro n® 335). Evidentemente la ne- cesidad de compartir vivencias va descendiendo a médida - que decrece tambiên la intensa vida de la pandilla. - 815 - 3®) De la evoluciôn de intereses y de contactes cultivados en torno a ellos dériva tambiên una distinta valoraciôn de là persona que lleva la voz cantante en el grupo, lo que - implica asîmismo un difèrente tipo de personas con ascen-- diente. Antes de los 16 afios el que sobresale mâs es quien tiene mucho sentido del humor, base de su popula- fidad. A mayor edad quien lleva la voz cantante es quien = tiene mâs personalidad e ideas claras (ver cuadro n® 336 ). Los autoritarios y los palizas son vistos por igual entre_ todos los jôvenes. Los discotequeros, con edades oscilando - hoy entre los 16 y 18 afios, manifestaban sus costumbres de salida cuando eran mâs jôvenes y ayudan a darse idea de la importancia ^e pandillas grandes para alcanzar su objetivo de divertirse lo,mâs posible, y de los jôvenes que son mâs populares. K . - (Cuando tenîamos 12 6 14 afios) tbamoA t o d o i en c a a d n Z - t Z a , tbamoA 20 6 3 0 . . . , una p a n d t Z Z a de 30 t t o & . y.- I b a uno aZ i u t b o t Z n . JPooml Zo& 30. Uno aZ ba n , i p o o m l ZoA 30. EnamoA buena g e n t e . J , - La tdea ena paAdnnoAlo un poeo bten, paAdndonoA con Za gente K .~ EZ Hdbttat f 54 ) ena nueAtno, a o Z o nueAtno, no tba na­ dte. V . - JugdbamoA aZ ^ u t b o Z en Za h t e n b a - 816 K . - H aAt a que v e n t a t a p o Z t c t a y t e n t a m o A que A a Z t n c o n n t e n do . T.- Ten-tan un t e Z l i o n o d t n e c t o con Za p o Z t e t a . . . . K. - Pen.0 no A o t n o A InamoA unoA g e n to A en ZaA huZdaA. J . ~ HaAta que aZguno Ae pega b a un c a b e z a z o . K . - Nada, AubtamoA y noA empezdbamoA a A u b t n pon ZoA cofum p t o A a Z Z t , i j e , j è .1 , pon to d o A Z a d o A . . . coZgdndonoA a h t - - pon ZoA e o Z u m p to A , h a c t e n d o eZ T a n z d n . (Despuês de varias peripecias describen su detenciôn en la comisarîâ) V f - Noa A u b t e n o n a c o m t A a n t a don d e noA Au ben A te m pn e . T.- Vo no me d e j é c o g e n . Ea que eAtoA Aon t o n t o A . V , - V t c e eZ gaeho (el policîa), f venga ZaA manoA anH-tba l me pongo a A t en pZan n a z t y d t c e "no me hagaA eZ g n a c t o A o , aeh?". f K.~ Pntmeno a E. Ze p n e g u n t a n o n , n a da , noA A e p a n a n o n , Z ue- go a m t . V.~ iQ j x l t u t t e n e A 15 aüoA? p n e g u n t a eZ p o Z t c t a de Z oa o j o A a z u Z e A . 15 anoA t e n g o . . . d e A p u l A de que noA d t c e n t o d o d t c e : iEA que A a b l t A donde e A t a b d t A ? . - S t , en una p n o p t e - - dad p n t v a d a . V d t c e : iSabeA q u i eA eAo?” , a Z Z a n a m t e n t o de monada” . V t g o : ” S t , eAo he o t d o , mdA o menoA en ZaA p e Z t c u - ZaA y e A t o " . Eao d t j e , i e h ? . (55). El texto refleja el comienzo del gamberri^ mo que prâcticaban del que darân varies ejemplos mâs poste riormente y cuando se estudie la violencia urbana, pero eso queda para otra ocasiôn. Lo que se pretende aquî es -- - 817 - ver como desarrollan su entretenimiento. Todo ello suce-- di6 en dos horas muertas de su tiempo. , I . - HabZamoi quedado conta. L(̂ a tentamoi doA hoAaA pana pen dentaé tontamente, no AabtamoA câmo y cuando &attanmoÀ de ta comtAanta ^attaban dtez mtnutoA exactoA pana cuando habta- moA quedado. } P u m i . Pen^ecto. El objetivo estaba logrado. El entreteni­ miento fue intenso y las horas muertas habîan quedado --- atrâs. Como Erikson senala,'la adolescencia es la edad del establecimiento final de una identidad del ego po sitiva. Pero el proceso de maduraciôn psicolôgica que mar- ca el logro de la madurez sexual, fîsica, emocional, y men tal va acompafiado de un fuerte estîmulo de todo lo instin- tivo. Lo que consiste en que se intensifican ( en el varôn) los impulses agresivos hasta el descontrol; y el gamberri^ mo es la forma mâs familiar de demostrarlo (56). Las pel^ cul$s vistas, las noticias leîdas y escuchadas contribuyen a la imaginaciôn adolescente proveyéndola de ideas imitatif vas de las que valerse para realizar la agresiôn liberado- ra de sus energîas en ebulliciôn. Decîa antes que la imagen del companero - aceptado por todos y por ello, a quien se permite llevar - la voz cantante, suele ser hasta los 16 afios la imagen de_ la alegrîa y la iniciativa de acciôn grupal. A partir de los 16 afios y de manera ascen - 818 te, së va valorando mâs la personalidad del amigo su equi- librio entre emociones e ideas. I.lustra vîvidamente sobre la nueva imagen que va tomando cuerpo en el joven una reflexiôn sobre su - idea del hombre que desearîan ser o que creen ideal. Hablan los discotequeros. Comienzan dando la imagen que tienen de sî mismos, la que lentamente se va acercando a la imagen - del hombre adulto. G.- Et hombne e& ta pante iuente de ta vtda, F.- Bueno yo no me conAtdeno un hombne pen^eeto peno eneo_ que et kombne, un hombne, e& et que to eninega todo pon -- una cauAa. St ttene una ^amttta kaae todo to poAtbte pon - Aaean adetante a Au ^amttta, mtnando Atempne et tntenlA de AuA ht/oA pntmeno, K.- Ea que.,. eAtâtA habtando de una pen^eeetôn. V , - Peno eA que eAa eA ta tmagen de un hombne pen^ecto, N.- Pana mt un hombne pen^ecto tendnta que compnenden a -- toA demdA, no Aôto a Au ^amttta y pana eAo tendnta que te- nen eAtudtoA muy pno^undoA. AAt cuando uno Aate con una -- ehavata, tendnta que eAtudtanta baAtante y Aaben compnen-- den y aAt haAta caAante. La idea de comprender a los demâs es la - que parece se acerca mâs al ideal de sî mismos, tal vez porque han sentido la necesidad de ser comprendidos por los adultos y han tenido que refugiarse en cambio, entre - los pares ( ver cuadro n° 337 ) - 819 - 4®)Dirê finalmente que entre los jôvenes del Casco Viejo = se dan tambiên variaciones importantes en las fuentes de - amistad a cada edad. El colegio siendo la fuente principal_ va perdiendo importancia conforme se agranda la distancia_ temporal entre el joven y su edad escolar (ver cuadro n® 558)- La pierde tambiên el barrio, a favor del trabajo, de los lugares mâs amplios de ocio urbano: bares y discotecas, de las asociaciones, partidos y sindicatos u otros medios_ no especîficados. Se extiende pues el marco de contactes y_ eôtos adquieren mâs carâcter social a medida que se reduce la relaciôn intima a los mâs prôximos en la escala. 5,4.3.- EL ESTADO CIVIL. 1®) Los jôvenes çômprometidos y casados tienden a grupos - mâs amplios de amigos y menos estructurados que los solte- ros. Siguen o forman parte del proceso evolutive observado anteriormente en los grupos de edad. Los mayores se abren_ a un marco de relaciones mâs amplio y difuso dentro del en- tramado social, y con ello se integran en êl mâs fâcilmen- te. El interês por la participaciôn en la vi­ da social de relaciones no decae con el compromise afecti- vo de pareja. Novios y casados conservan sus relaciones -- amistosas con tanta fuerza como los solteros, siendo la ex - 820 tensiôn del grupo mucho mâs évidente en los primeros que - en los segundos. (Ver cuadros n-^ 339 y 340). Es indicative de que quieren para sî mis­ mos una extension de relaciones mâs rica que la derivada - de una polarizaciôn de sus actividades entre las propias - de la vida familiar y las del ejercicio profesional. Los jôvenes del Casco Viejo no dan dife- rencias tan grandes entre jôvenes casados y solteros como_ las que encuentra Galambaud entre los jôvenes obreros - - ̂ franceses en 1977. Galambaud (57 ), expone los comentarios que los jôvenes hacîan en las entrevistas y que mostrabnn_ no precisamente el miedo a la soledad sino a aislarse en - un medio social complejo. Aislamiènto favorecido por el ca râcter efîmero de unas relaciones amplias y laxas. Esta diferencia puede ser explicable por_ la inclinaciôn que entre los jôvenes del Casco Viejo perma nece viva hacia pandillas de amigos y hacia amigos del miŝ mo barrio, o del mismo colegio (ver cuadro n® 322). Con ello se mantiene fuerte el nexo con las relaciones estable- cidas antes de la adquisiciôn del compromise y por ello el temor al aislamiento es menor. Bien es verdad que al Casco Viejo han llegado jôvenes despuês de su matrimonio (ver cuadro n® 341), con lo que ello significa de cambio en el_ modo de vida y por tanto en la red de amistades. El 73 por ciento de ellos sin embargo, lleva viviendo en el barrio - mâs de très afios, con lo que sus contactes pueden haberse_ 821 asentado convenientemente. Hay que tener en cuenta ademâs que la ma­ yorîa de jôvenes, solteros y casados han nacido en Zarago­ za, por lo que un cambio de vivienda no produce una modifi^ caciôn sustancial en su entorno social. 2®) El estado civil de los jôvenes del Casco Viejo refleja sin embargo, variaciones mînimas en la percepciôn de la -- amistad. Los casados se encuentran proporcionalmen te mâs en una situaciôn de relacionarse con unos amigos -- porque no hay otros a mano (9 por ciento frente a 2 por ciento en los solteros asî situados). Como consecuencia de ello definen sus re­ laciones como muy buenas, confidenciales o de ayuda èn menor medida ( ver cuadro n° 342). Estas vivencias no indican una decepciôn_ de los amigos ni mucho menos, sino que es parte de un cam­ bio cualitativo en la concepciôn de la amistad. Ouiero de­ cir, que aunque el valor de la confianza de los problemas_ mutuos es grande y razôn fundamental para no renunciar a - los amigos (ver cuadro n°343 ), la iniciativa y capacidad_ de arrastre adquiere mâs relevancia relativa por referen-- cia a los jôvenes solteros. Ello explica que definan en -- proporciones superiores a quienes llevan la voz cantante - en su grupo,como dotado de sentido del humor y popularidad (Cuadro n- 344 I ). Son los jôvenes mâs sociales y capaces_ - 822 de interrelacionarse con todos, los que tienen mayor ascen diente entre los amigos. Lo mismo sucede entre los quince^ fieros perolainterpretaciôn de estas experiencias me parece_ que ha de ser distinta. La explicaciôn que propongo a las respue^ tas de los casados sé fundamenta en su experiencia "amplia- da" de las relaciones de amistad. Los casados viven una vida afectiva dis-- tinta y una experiencia de trabajo ( a exclusiôn del traba­ jo casero para la mujer ama de casa) tambiên nueva, en mu-- chos casos pero que en cualquiera de ellos refuerza su in-- corporaciôn a la sociedad. Se crean para ellos nuevas nece­ sidades de mantenerse en buenos têrminos con sus compafieros de trabajo y de realizar en compafiîa actividades lûdicas -- fuera de los horarios laborales. El aprecio de contactes so ciales que estimulen la participaciôn social es importante^ y la tolerancia aumenta con la difusiôn. - de aquellos. Na­ die es considerado "un palizas", por ejemplo, y el nûmero - de amigos irrenunciables es mâs alto que entre los solteros (Ver cuadro n- 34 5 ). 5.4.4.- EL STATUS SOCIO-PROFESIONAL DE PERTENENCIA. Los rasgos mâs sobfosallentes que diferenciah - la vivencia de amistad entre jôvenes de distinto grupo so-- cial de pertenencia son: 1°) Una mayor tendencia a grupos cerrados o pandillas entre - 823 - los jôvenes de nivel socio-econômico bajo (ver cuadro n®346) rasgo comûn a los jôvenes esnanoles, analizados en 1977. Wil̂ liam Foote Whyte (1943), hablaba ya de la fortaleza de las_ pandillas en. The Street Corner Society y Willmott (1966) encuentra el mismo sistema de amistad en los adolescentes - de East London, colectivos ambos de extracciôn socio-econô- mica baja y de vida relacional basada en el barrio fundamen talmente. 2®) Una mayor tendencia al establecimiento de amistades en_ el colegio por la parte de los jôvenes de extracciôn socio- econômica alta. Tendencia que absorbe prâcticamente al 80 - por ciento de los jôvenes 4e este nivel. El barrio para ellos no existe como lugar de encuentro con vecinos de su edad sĵ no en 2 por ciento de los casos. Lo mismo ocurre en los -- otros barrios de la ciudad, pero el Casco Viejo es quien da los porcentajes mâs dispares entre amistades bêchas en el - colegio y amistades hechas en el barrio por estos jôvenes. Hay que tener en cuenta que el Casco Vie­ jo es una zona de deterioro urbanîstico considerable y habî tada fundamentalmente por sectores marginales de poblaciôn: gentes de nivel socio-econômico bajo, con bajos o nulos ni­ velés de calificaciôn profesional, gitanos, ancianos de es- casos recursos econômicos. Y que concentran grupos importan tes de delincuentes juveniles, esqùinas de ejercicio libre_ de la prostituciôn y focos de trâfico de droga. Es el Casco Viejo un barrio especialmente privado de parques, jardines_ 824 - y espacios abiertos para el encuentro entre los jôvenes. La mayorîa de la poblaciôn cHje en el habita no dispone de recursos para el ocio infantil y juvenil. En consecuencia los nifios y jôvenes solo_ pueden disponer de la calle y es en ella donde pasan su -- - tiempo libre, que comparten con sus vecinos y amigos. Asî - en el nivel socio-profesional bajo se encuentran mâs iguala dos los porcentajes de jôvenes que hacen o han hecho amigos en el colegio (41 por ciento) y quienes los hacen o hicie-- ron en el barrio (31 por ciento). Los jôvenes de nivel so^- cio profesional medio dan norcentajes mâs prôximos a estos_ ûltimos que a los del estrato o grupo superior (59 por cien to tienen amigos del colegio y 27 por ciento del barrio). (Ver cuadro n- 347)Quien mejor puede ayudar aquî a compren-- der como se establecen las amistades de barrio son los pro­ pios discotequeros contando sus peripecias en el mismo. Su_ relato deja ver tanto sus acciones como las de otros grupos de jôvenes, asî como la vigilancia de la policia intentando controlar el gamberrismo y la delincuencia. Las pandillas - de barrio afloran en el relato constantemente. Preg.: &0s conocêis la gente del barrio? A,- Ctano T.- SX, At. Vo con taA abaetaA, con todoA me ttcvo bten. K.- Con toA comuntAtaA no noA ttcvamoA muy btcn VantoA.- HabtamoA con zttoA, peno no.... K.- EttoA tnatan de deAacnedttannoA y noAotnoA tnatamoA de_ deAacnedttantoA a ettoA. - 8 2 5 - Preg.: iPor que tratan de desacreditaros? K.- Ponqae dtcen que no AabemoA.,. T.- Ponque dtcen que no tenemoA cuttuna K.- due AomoA tontoA Preg.: ZQuienes son los comunistas?. A parte de A. iquien mâs? K.- C., HancoA, Chato, El OneJaA, Preg.: iQuien es "el Chato"? K.- El henmano de V. Ae llama "el Chato" Preg.: Y el "Orejas", iquien es?. KJ~ LutA Preg.: Marcos, iquiên es? T.- "El banbaA" K.- MancoA, Btgote, jugadon de iutbol V.- Uno con pelo tango K.- Btgote, con toA ojoA azuteA, muy atnacttvo It, con et - peto nubto y tango. (/. - Va "t ’aA paAaa", mano Preg.: iPor quê dicen que no teneis cultura? K.- Ponque ettoA no ttenen y tnatan de tncutcannoA algo que no ttenen y noAo.tnoA como no tenemoA... Preg. : îQué es lo que tratan de inculcaros? K.~ Et comuntAmo Preg.: îQuê en concrete? K.- Mant^teAtamente nada ponque no habtamoA con ettoA. noA van a dectn?. Van a dectn atgo y dtceA: Bueno, oye, t-- iadtoA!. Preg.: Cuando os dicen que no teneis cultura, ia quê se re­ fieren? A." E6 0 to dtcen pon ptcannoA un poco. Pon ejempto con ta - muAtca, a ettoA teA guAta et Sttvto Rodntguez y noAotnoA de-’ - 826 - ctmoA! "pueA a noAotnoA Queed'. 'ÏA.que no entendltA de mdAt“ ea} pueA At a noAotftoA noA guAta... Preg.: Pero si a A. le gusta Queen.... K.~ Peno ponque Ae to ha tncutcatdo et...tatanatana...(can I ci6n). AdemdA no te guAta todo de Queen, te guAta uno, et Ntght Opena Aâto. Preg.: Y vosotros, cuando decîs que ellos no tienen cultura, ia que os referîs? ; K.- A que teA guAta Sttvto Rodntguez. Canta ^atat Preg.: iNada mâs que eso ? A.- Ba honntbte Preg.: iEsa es la diferencia fundamental entre los comunis­ tas y vosotros? ‘ K.~ PueA que no tenemoA tdeaA ^undamentateA Preg.: iY ellos las tienen? K.- EttoA At V.~ Una eoAa eA etenta, noAotnoA,apotttteoA. Preg.: Y a ellos, ise les nota que son politicos? K.- Me eago en VtoA At Ae teA nota... I.- Peno At teA veA ta aanpeta: Manx, Lentn, et otno, et de ta madne, a u padne, canbont^n.. .todoA aAt. Preg.riSolo en eso se les nota?ique van con carpetas por la calle? K.~ y teA mandan a caAtta cantttaA det P .C .E .."Pnâxtma neu ntdn, bta, bta, bta...." Preg.: iSe ve su acciôn en êl barrio de alguna manera? K.- Nt q u e to t n t e n t e n V.- Repanttendo botetoA pana que vayamoA a Madntd... (Bronca) - 827 - M . - P e g a n p e g a t t n a A , poA t e n & . . . d e todo, P t n t a d a A ... p e g a n _ c a n t e t e A . i V a n t o A . - y de vez en euando. îVt aje a M a d n t d l . î B o t c h e v t - - queAl. Ea o eA todo. y pana que te paguen el vtaje tteneA -- que hacente del P.C.E. Preg.: iY los macarras del barrio? K.~ Ve eAo no Ae puede hablan. Son buenoA chavaZeA pana no­ AotnoA, peno con toA demdA... Preg.: iPor qué no se puede hablar? V.- No Ae meten con la gente. At Ae mete ta gente con ettoA teA pegan. K.- Ea que en potencta todoA AomoA macannaA. M.- îTodoA AomoA macannaA?. [Menttnaî K.- En potencta. No eA to mtAmo macanna, que macanna en po­ tencta. St te ptcan, caAcaA. Preg.: iHay muchos macarras aquî en el barrio? T.- H a b t a K.- H a y toA Au^tctenteA pana que no noA moteAte nadte. T.- Son tnanquttoA en et bannto. Son penAonaA nonmateA, pe­ no cuando Aaten iuena... En nueAtno bannto nunca hay £ottôn ponque como toA conocemoA a toA macannaA, toA que vtAten -- aAt un poco... En et momento que Aaten a taA dtAcotecaA, -- toA macannaA det bannto, attt a ta mtntma que ieh?. PtAotân y... pum. A.- LeA ptAan y no Ae qui... y teA Aabe mato... K.- AdemdA en nueAtno bannto, no hay pana anman ^ottân. Ea _ tmpoAtbte. NueAtno bannto eA nueAtno bannto. - 828 A.- No, e.6 que. ettoA van pan. dZAcoteaaA y AZn embargo, en - nueAtfio baKfiZo no hay dZicotecaA. TX.ene6 una, pen.o en eAa - no van. Preg.: Van parejas me dijistëis, îNo?. VaA.Zo&,~ SX. K.- TenemoA una dZAcoteca A.- Cuando hay una verbena poKque vaA poh. ta eatte det F%ea wo : fHota, hota, hota, hotal . EAtdn todoA toA det bah.xto - atll. Preg.: îDônde? A.- Ew ta vefibena I,- Pe&o ta gente no Aate.... Preg.: No sale porque tiene miedo, ios acordâis de le que - decîâ Nieves en una reuniôn? NteveA eA uw poco... (no dice mâs para que no saïga) Preg.: îQuê? NteveA eA un poco.,., yo no he dteho et qut Preg.- &Un poco quê? K,- No, no; eAtaba penAando en to qut dect^.' No, eA un poco tonta ACApecto a eAto de toA macaAAaA poaque Ae ptenAa que_ ta von a vtotax y tampoco eA eAo. SomoA mata gente pe-̂ Ao no tanto Preg.; 2Te identificas con les raacarras? K.~ No peAo un poco gambeAAoA At, poAque eAo de eAtoA pegan do pegattnaA en una j^aAota a taA tACA de ta manana no eA de una peAAona noAmat. V.~ SomoA tnocenteA, poAque eAo de tA poA ta catte chtttan- 829 - do... van poA ta cattz a cantaA, iattando poA aht; z&o z& - tno czntz. Preg.; iQue otras gamberradas habéis hecho vosotros? K.- MangaA zn GatzAtaA PAZctadoi an montân dz coAaA. V.- Cuando tznZamoA docz anoA, 14 anoA. Preg.: A ver, iqué haciais cuando teniais doce anos? (Frases ininteligibles) K . - Ka Z ZbamoA todoA zn cuadAZtta, ZbamoA 20 6 30, pzAo con docz anoA. I.- Quz con docz anoAa vzA aZ mz zntZzndzA... K.- Q.UZ pzgdbamoA baAtantz bZzn con docz anoA. Preg.: iPegabais bien?, itodos los que estâis ahora? K.- y mdA, dAtz no vznZa (por M.) M.- Ktto, atto, atto. Preg.: ZQuienes m^iban con vosotros? K.~ JoAd AntonZo, VaquZto, Et HZpâtZto, qaz ZA ^uzAtz. Ea z _ zAa dz toA mzjoAZA, iAabzA?. zt Bzta. Preg.: lUna pandilla de 30 tîosî V.- Iba uno at ^utbotZn, iPoom'., toA 3 0; uno at baA, iPooml to A 30. EAamoA buzna gzntz. Preg,: îCuâl era la idea? I,- La Zdza zAa paAdAnoAto un poco bZzn, paAdndonoA con ta_ gzntz, y noA to paAdbamoA bZzn pzgando. Preg.: ilbais pegando a la gente asi? K . - HombAz, tz ZbaA a mangaA ta ztZquzta y no quzAZa puzA.. - Sz ponZa tonto puzA hoAtZa T.- ... puzA punztazo. - 830 - K.- CtaAo, ZA quz ZA noAmaZ, ino?."Vamz la ztZquzta.", dZzz_ no. iluz mz dzA la ztZquzta'y’duz no", pag, pag y ta ztZquzta nuzAtAa. I . - Va nZ t a pZd zA, t z t a d a n . Preg.: Entonces os debîan tener mâs o menos terror, ino?. - l A eso le llamâis gamberradas? K.- Ea o no Aon gambzAAadaA, zA dZvzAtZAAz. EntonzA"zt Habi­ tat" ZAa muy famoAo. Luego sigueiî contando las peripecias que_ protagonizarôn en "El Habitat" y en Comisarîa. Figuran des- de la pâg. 815 hasta la pâg.817. No repito per tanto ese_ relato y dejo que los diâlogos continuen a partir de ahî. K.- P o A q u z no noA quZAo dznunzZaA zt gac^io . Va noA to dZ jo zt comZAaAZo, quz aZ no noA m z t z n tA ZA m z AzA dz zdAzzt.- ino tz jodz?. NoAmatmzntz a z Aubz attZ "pd" aco/onaA a ta gzntz, "pd" quz no vuztva. K.- EntonczA bajamoA.... J.- Lo quz paAa zA quz a noAotAoA noA AubZdn.... poAquz a - mZ mz AubZzAon zt dZa quz mz pzgui zt cabzzazo con zt - "Etaco". K.- lAhl, a Z zn iaA EttctAZcaA. T.- En LaA EtêctdZcaA, zAtdbamoA tZAando pZzdAaA dz baAAo, adzmdA yo no ZAa, zAo zAa to cojonudo, zAtaban todoA tZAan­ do akZ y yo mZAando: Hata tZAa, vdmonoA quz ya noA kzmoA -- canAado dz tZAUA pZzdAaA... A LaA Et^ctAZcaA, quz zAtd at - tado, zn una puzAta dz hZzAAo. V ya no a vamoA a ZAy dz Azpzn tz poA una cuzAta Aubzn toA cochzA, .Aatzn doA gachoi . V - - 831 yo loi coYiocZa y dZgo : "HoAtZa to-6 de LaA Eldc.tAZc.aA", Empe- zamoA a coAAzA uno poA cada tado con "Et Ftaco" que Ae da ̂ en un camZÔn con toda ta cabeza, iPom’. Ae queda aAt maAea- d o ... ipoml me agaAAan... A comZAaAZa.. Ibahi peAo nada que me quzAZan poneA una denuncZa, que podZa jodeA... icômo Ae_ ttama?, toA contadoACA o no Aé que..., V.- Et cabAân de toA o J oa azutzA quzAta pzgaA. K . - i(luz noA quzAta pzgaA zt cabAân dz ttt y.- A mZ mz quzAta pzgaA. T.- Vo attZ Azntado zn un Ao^d, zntAz ta PotZcZa, Az tzvan- tan todoA y yo attZ zn zt Ao^d, jz....Sz mz quzda mZAando - zt dz toA ojoA azutzA: "izAtdA bZzn 0 qui?". VZgo: "hombAZ_ puzA..." "Que tz tzvantzA". "Vatz, vatz, quz aquZ yo..." (Barullo) V.- Noa hZcZmoA amZgoA dz toA "gachoA", noA dZjzAon "a Z at- gdn dZa quZAiZA Z a . .. ''at HdbZtat^' .. .SaZimoA oon zttoA y noA ^uZmoA con zttoA\iuzgo, dZcz:"EA quz hzmoA pznAado, noA da_ mucha pzna, adzmdA vzmoA quz a o Za buznaA pzAAonaA" y todo - ZAtz Aotto. VZczi" a Z atguna vzz quzAiZA AubZA, quzAiZA quz oA znAznzmoA zt HabZtat, mz ttamdZé a mZ o at PAZAZdzntz, y oA znAznaAzmoA zt HabZtat". "Vatz, vatz ". K . - V Z jZ m oA i muchaA gA a c Za A , pzAo a c aA Zca c o A A Z z n d o . J.~ AdzmdA habZamoA quzdado con ta iota, tznZamoA doA hoAaA paAa pzAdzAtaA tontamzntz ,no AabZamoA como, y cuando AatZa moA dz ta comZAaAZa ^attaban dZzz mZnutoA zxactoA paAa cuan do habZamoA quzdado. Pu^éi6,peAizcto, AubZmoA vamoA attX y dZczn - zttaA: "VamoA at hdbZtat" (Desesperaeiôn) - 832 - Preg.: îNo les contasteis a las chicas lo que os habîa pasado? K.- Nada.., No, pzho caiZ Ae tZevan una hoAtZa. V.- EAto no to AabemoA mdA que noAotaoA. VZjZmoA;"Va no Au­ bZmoA en nuzAtaa vZda..." K . - . V Z j Zm oA : " q u e no vamoA" y ya e A t d . . " i p o A q â e ? " " P o A q u e - no noA da t a g a n a " " f H o m b à e î , "Q_ue no noA da t a g a n a , kombae, que vdmonoA de a q u Z , t Z a a " . Preg.: A. I. y M.también les pasô algo el afio pasado ---- ino? M.- No ^ue de nZnguna gambeaaada, z a o z a quz Aobaaon un ban zo. EAtdbamoA ^uzaa y habta uno: quz habZa paAado un gacho y quz AZ tz Zban zayzndo bZttztzA dz 5.000 ptaA. Preg.: 2En donde? K,- En ta cattz dzt EazAno T.- PaZmzAo paAd ta PotZzZa poA. . . o A za habZa Aobado un zo_ chz y todo y to dzjâ zn ta zattz dzt Otmo; o Aza, quz kaaz_ ZAquZna con ta mZa, con ta cattz dzt PZno. V paAô zt gacho coAAZzndo poA ta cattz dzt PZno, y to a potZA dztadA, y yo oZ ta AZazna y z a o y bajd a vza^to quz paAaba, y toA v Z z j o a habZan vZAto un gacho quz Az tz Zban cayzndo toA bZttztzA y zmpzzaaon a habtaa no a z qui y vZznz un cochz dz PotZcZa. EAtdbamoA zn ta puzAta y dZgo: ” éAtz.noA pZdz zt caAnzt". - Nada mdA quz paAa,d Z g o i A t z noA pZdz zt caAnzt dz ZdzntZ-- dad". Bajâ con ta mztAattzta u a Z . .. apuntando. Satz zt ga-- cho con ta mztAattzta y dZcz... T.- A p u n t a n d o . M.- ... dZcz: "idândz vZvzn uAtzdzA?". VZcz zAtz:"yo aquZ - - 833 zn ta zattz dzt Ptno’L Vtgo: "yo aqut, buewo tzngo aqut zt_ baa". ! - PotZzta Et caAnzt dz tdznttdad". iEt caAnzt dz'tdzntZ- dad, ito ttzvaAf. - N o , I.- y yo no to ttzvaba, ta Azgunda vzz. Sz ponz: "vdtz, va­ tz". V dtgo:"vdmonoA at zAtanco" y noA iutmoA at zAtanco. M.- y noA AtguZâ. VawoA at zAtanco y ZAtando dzhtAo vzmoA' - cuatAo "gachoA" zn ta pazktd, caatAo gachoA noAmatzA, dZgo: "zAtoA poA taA pZntaA ttznz qaz a z a pottA AzcAzta. i Noa pz- dZAdn zt caAnzt?. JuAto, zntAan, Aacan ta ptaca y dZczn: -- "potZcXa, sttzvan zt caAnzt?". "No, no to ttzvo. T.- y noA acompanaAon haAta zt baA, habtando, ZAZ tba con - tAZA y yo con uno. M.- PzAo yo zAtaba mdA acojànao, mz dtcz zt dzt zAtanco: -- iqutzAZA quz habtz con tu madAz?. V dtgo: no, no dijzto. V- dtczn: Ud. Aatga con noAotAoA a^uzAa, a ta cattz. Con cua-- tAo pottA, ZAtaba zn ctdcato y yo zn mzdto. J.- y pAzgunzcCndotz poA todaA paAtzA. . . M.- VXcz: iAabzA to quz ha paAado?. Vtgo: hombAZ, mz hz zn- tzAado dz atgo poAquz mz to ha contado una mujzA. Vtcz: iV_ AabAtaA tu qutzn za zAa mujzA?, VXgo: At, At,At qutzAzn --- acompanaAmz znAzgutda tzA dtgo qutzn zA. V dtcz: puzA vznga At qutzAzA tz acompanamoA, T.- y tAZA con zAz y conmtgo uno, y AZAutta qaz zt gacho -- quz to habtan vtAto tba tguat vzAttdo quz yo, itz acuzAdaA?, Jguat macho, ta camtAzta amaàttta con zt "kAtzona", ta cha- - 834 - q u ê t a a z u t .... M.- Noa acompanaAon haAta el baA y yo tzA dtjz: puzA ha At- do la mujzA zAa, pAzgdntzlz a zlla. Vatz, vatz, no oA pAzo- cupitA. y nada zntAo zn zt baA y dtgo: Mz voy a cogzA zt -- caAnzt dz tdznttdad poA At mz to vuztvzn a pzdtA otAa vzz y ... ZAtaba dzntAo dzt baA, zAtaba dzntAo dzt baA, Aatgo dz_ ta coctna con zt caAnzt y zntAa un gacho con un cachaAAo dz ZAtoA dz habtaA,un Aadtotzti^ono, un cachaAAo dz... E.ntAa,y dXceîiUd. ttzva zt caAnzt dz tdznttdad?. Vtgo: At quz to -- ttzvo, pzAo da tguat. Vtcz mt madAz: Izh, quz za mt htjo. - Vtgo.: aht zAtd mt madAZ, otga. At qutzAz quz Az to di.... "No no ZA tguat, dijato. Cogtd zt gacho y Az Aattd.... y -- noA AattmoA ^uzAa. EAtdbamoA zn coaao... zAtdbdmoA u n o A _ cuantoA... yo zAtaba, habtando attt... EntonczA vuztvz a pa AaA zt mtAmo dz ta pAtmzAa vzz, vzo zt cochz dz Pottcta quz vtznz y dtgo: paAa paAa atAdA poAquz AzguAo quz noA to pt-- dzn otAa vzz, Aaqui zt caonzt, Aatz zt mtAmo gacho y dtcz:- Ud, ittzva caAnzt?, idz qui zAtaban habtando UdA.?. y nadtz contzAtâ, y zt gacho mtAdndomz a mt, zt pottcta, dtcz: idz- qui ZAtaban habtando tz hz dtcho?. Vtgo: nada, dz nada zAtd bamoA habtando. Vtcz: AzguAo quz At tzA Aubo p'aAAtba, Azgu Ao quz mz dtczn dz to quz ZAtaban habtando. Vtgo: izA que - no AZ puzdz habtaA o qui?. iEa quz no Az puzdz habtaA aAt - zntAz amtgoA o qui?. SzguAo quz At tzA Aubo paAa aAAtba mz_ dtczn dz to quz zAtaban habtando. Vtgo: puzA zAtdbamoA ha-~ btando dzt iottdn quz ha paAado aqut. Vtcz: iy qui ha paAa­ do aqut? - 835 - IK.- / cogz y dtcz: vznga, zniinzmz zt caAnzt dz tdznttdad.. Pom, tz znAzno zt caAnzt dz tdznttdad, toA doA pottctaA zn­ tAan a pAzguntaAtz a mt padAz At zAa yo Au htjo, poAqaz como habta Atda zt mtAmo dz ta pAtmzAa vzz... V zt otAo Az noA - qazdô mtAando. Sz ponz: AzguAO quz voAotAoA AabitA todo o - caAt todo to quz ha paAado aqut. Vtgo: otga, quz yo zAtaba_ dzntAo dzt baA hactzndo unaA coAaA y cuando hz Aattdo ya ha bta paAado todo, pzAO jeon una caAa dz mata hoAtta toA ga choA : I.- St, At, con unaA ga^aA dz Aot aAt caZdaA... M.- Vz LaA PuzntzA vzntan: quz habtan Aobado zn LaA PuzntzA PzAo habtan dzjado zt cochz Aobado aqut y habtan vtAto at - gacho coAdtzndo... I.- E4 quz como attt zn ta cattz dzt PAzAno taA caAaA Aon _ muy pzgadaA, y Aon pattoA muy o a c u a o a puzA zt gacho tznta - mucha ^actttdad paAa zAcondzAAZ y attt Az zAcondtâ, poA at­ guna dz zAaA cat'tzA. No Ai, no a z At a z mzttâ poA ta cattz_ dzt PzAat o yo quz Ai. K.- Yo Aatta dz caAa ino?. Voy poA ta cattz dzt C z a z z o y Aa tz un gacho con una mztAattzta y yo Atn AabzA ... mz dtcz:- Ud. zt caAnzt, No zAtaba ya poA ta cattz dzt C z a z z o , tz doy zt caAnzt, ttAo a ta zAqutna, vtznzn doA AzcAztaA: Ud. zt caAnzt. Mz cago zn VtoA. iVz dondz vtvz Ud?. Vtgo: dz caAa, mz acabo dz tzvantuA. 0 Aza quz uAtzd no Aabz to quz ha pa­ Aado. Vtgo: no, iqui ha paAado?. Voy at PAZAno, vtznzn doA_ gachoA.Et pAtmzA pott quz noA paAâ:Ud.,zt caAnzt. Mz cago - en VtoA, dtgo: OtAa vzz zt caAnzt, y mz to puAz zn ta camt- Atca vznta zt gachoi tznga Ud. - 836 Preg.: iCuândo fue todo esto? M. - t/ace cuatfLO o ctnco mz&zA. K.- AhoAa z6 coAfUzntz quz haya poticXoA poA aqut patAuttando. V,- TodoA toA dtoA. Hay aada ^tchajz. Va zada ^tAma poA aht ahoAa, va zada ftAmtca. Jodo.., con unaA coaoa dz bAutoA. Preg.: iSon los mismos siempre?. K.- St. Et Ezttpz cogtâ zt otAo dta at MaAtttto... zAtaba æco jonao, zt MaAtttto, con unaA ttjzAaA quz ttzvaba zn zt botAt- tto, y AZ taA puAo aqut zn zt cuztto. V poAquz to paAô zt Tt- gAz, dtcz Z-t TtgAz, dtcz: dijato ya. Lz dtjo: hata, ttAa, no_ znAzdzA con zt chavat, pzAo con taA ttjzAaA zn ta mano, aht... Preg.: îQuiên es el "Martillo"?. K.- Uno quz zAtd toco. EAz ZA un AubnoAmat. Ea uno quz vtvz _ poA aqut. Ea un AubnoAmat. V.- Hata, jodzA. K.- Ea o pd zmpzzaA. Preg.: Y, ipor quê amenazaba con la tijera? K.- PoAquz ZAtd toco Preg.: iNo era porque habîa pasado algo? VaAtoA.- No, no. Preg.: iPor quê patrullan tanto? I.- khoAa poAquz... puzA no to Ai ttznzn mtzdo quz cada mzA - tzA Aobzn zt banco dz ta ptaza dz ta Magdatzna. V.~ Mz cago zn dtzz, yo tzngo aht toA tngAZAoA, mz van a Jo-- dzA. M.~ y ltd zAtabaA zt dta zAz quz vtzntzAon, cuando dzctan quz habta zn ZaAagoza un comando dz E.T.A.? - 837 - K , - iChA&AI M.- Jodo macho, CAC dta tambtin ZAtaba acojonao yo... Jodo zntAan con mztAattztaA. BÂa ^tnatzA dz AgoAto o pAtmzAOA dz SzpttzmbAz. EAtdbamoA zn ta puzAta y vztamoA paAaA cochzA - dz Pottcta poA ta nochz, dzctmoA: iqui paAaAd aqut?. V ZAta­ ban todo zt Aato andando... tban andando poA ta cattz y dt­ go :ipuzA quz paAaAd?. Todo zt Aato Aubtzndo y bajando, Az_ ZAtaban mtAando quz ZAtdbamoA zn ta puzAta... Totat quz vtz nzn, vtznzn AztA pottctaA, doA noAmatzA y cuatAo AzcAztaA y zntAan at baA y doA Az quzdan, zn ta-puzAta con ta amztAatta doAa, to A quz tban dz noAmat, y to A AzcAztaA zntAan y zmptz zan a pzdtAtz zt caAnzt o. todoA y nô dzjaban AattA a nadtz, antzA dz zntAaA zAtdbamoA noAotAoA ^uzAa y otmoA quz dtato- gan doA: quz no Aatga nadtz dz aqut, dzt baA zAtz quz no -- Aatga nadtz. V yo zntAi, o Aza zntAamoA todoA pd vzA tç quz paAaba; cogtâ zt gacho y zmpe.zo a pzdtA caAnztA a todoA toA quz ZAtaban zn zt baA, A todoA; fzhl, tu, zt caAnzt, zt caA nzt, zt caAnzt. Stn daA zxpttcactonzA dz ntngân ttpo. Jntza taba AattA uno: Otga dc/eme AattA quz tzngo aht a ta chtca. Nada Ud no puzdz AattA. Y dzjaAon AattA a una cAtd At,- poA quz ZAa aAt. St no, nada, no dz.jaban AattA a nadtz, con ta amztAattadoAa aAt apuntando y zt "PAttaA" a z puAo tonto, Preg.; îReconocéis a los policîas sécrétas? V.~ Adn no c o n o z c o yo a n t n g u n o . M.- Vo poA taA ptntaA, yo poA taA ptntaA conozco a muchçA,- buzno a muchoA, poA taA ptntaA a z dztatan, Vo zt dta ZAz, ^ - 838 - zt d t a q u z z & t d b a m o A zn zt z A t a n z o d t g o : zAoA A o n A z c A z t a A , p o A t a A p t n t a A . Prep.: i ^ u e pintas les veîas tû? M. - No AZ, quz ttznzn ptntaA dz gaAAatr.mtaoA, todoA, quz pa Azzz quz van... K.~ Vo a q u t z n c o n o z c o za a t " Tu a c o " , za z t d n t c o , M.- Toma y y o — I.- St ZA pottcta AzcAzta, zn nuzAtAo baA, jo, zn zt Btngoi .. Joz, at tado dz ta cattz dzt fAZAno dondz a z juntan to~- daA taA bandaA. V.- En zt baA dz ZAz, zA quz zn zt baA dz ZAZ Az juntan dz__ todai ctaAZA, macho. J.~ Kt "TuAco" yo tz conozco poAquz antzA tba a zntAznaA at EbAo, tbamoA con a u a hzAmanoA cuando zmpzzamoA. V (^utmoA a- zntAznaA un dta at AAznaA con toA pottctaA AzcAztaA tban -- AztA 0 Atztz. Jodo, pzAo todoA con ta ptAtota aht y Aacando ta ptAtota, paAabaA attt tan tAanqutto y yo "^uttt" . . . . Me_ apaAtaba. M.- At cambtaAAz to a pottA AzcAztaA aht, dzjaban taA ptAto- taA. Preg.: îEntrenabais con ellos? I.- St, zAan buznoA, to quz paAa za quz Aottaban ta ptAtota tan tAanquttoA, yo no mz ftaba dz taA ptAtotaA. Macho zAta­ ban caAgadaA todaA. Preg.: îViven aquî en el barrio? T.- V t v z u n o A o t o . U n o A o t o q u z A z h a p u z A t o h a c z p o c o , d o n dz v t v z Z A Z q u z t a m b t i n A Z h a c a m b t a d o d z caAa. - 839 (Empiezan a decir donde viven) Preg.: iPor quê razones suele pararos la policîa?. T.- A no&otAoA, isabzA poA qui?, poAquz gazho quz cogzn poA ta cattz tz ptdzn zt caAnzt. Preg.: iSimolemente? T.- St, itjatz una vzz tbamoA ....AntzA yo tba con taA mztz naA taAgai... Con taA mztznaA taAgaA, ttzvaba unoA pztoA... y Atmptzmzntz poA zAo. PoAquz zAtaA zn ta cattz y no tzA -- guAtan tuA ptntaA. Aunque aquî de lo que se trata es de ver_ como se conforman las amistades del barrio son muchos mâs - los puntos que salen a colaciôn y que desde luego explican_ la intensa relaciôn existante en., el vecindario: - El vecindario es pequeno. Por ello to-- dos. se conocen, jôvenes y viejos y saben a que familia per- tenece ' cada uno de los nifios o jôvenes que estan por ahî.- Ei barrio es un miçro-n\undo de interrelaciôn que participa_ en cierto modo del sistema de intercomunicaciôn de una pe-- quefia poblaciôn rural. - El barrio donde vive todo este vecinda­ rio es pequeno. Faltan espacios de recreo, faltan lugares - de esparcimiento y prâctica deportiva. Ante ello los jôve­ nes tienen la opciôn de quedarse ahî, pululando por sus ca- lles y patios, "chillando", poniendo pegatinas en las Enrô­ las,en fin, desfogando su agresiôn y molestando con ellos - al vecindario o salir del barrio en busca de espacios abier tos de distension. Y cuando salen, y van al Habitat, una ur- - 840 - banizaciôn que dispone de espacios verdes y juegos infanti­ les se auto-afirman como grupo, tomando posturas agresivas. Es una forma de buscar seguridad en sî mismos para hacer lo que les estâ prohibido:gozar de un espacio de recreo que - no les pertenece. - La pandilla asî se unifica mâs por su - oposiciôn a un mundo social donde existen los recursos de - los que ellos estân excluidos. En la pandilla se generan energlas emocionales para hacer juntos lo que ninguno por - . se parado se atreverîa a hacer. - La reacciôn social de los privilegiados que gozan de esos recursos y que temen el alcance de tales_ conductas agresivas es inmediata. Llaman a la policîa nuien_ desalôja a los discotequeros y les asusta un poco m comisarîa_ tratando de grabar en ellos los valores sociales generales_ imperantes : el respeto a la propiedad privada y por tanto - la penalizaciôn que corresponde a su allanamiento de la morada ajena. - El suceso acaba bien porque los propie- tarios del Habitat no quièren castigar a los jôvenes. Sôlo_ impedirles que disturben la paz con la que gozan de su pro­ piedad; tolerancia que salva a los jôvenes del rigor poli­ cial. Pero la situaciôn social de marginaciôn continua. Los jôvenes son remitidos de nuevo a sus espacios estrechos y - deteriorados, Podrân visitar oficialmente el Habitat pero - no pueden gozar de él. No es un espacio pûblico que es lo - que en el fondo los jôvenes van buscando. Su problema queda - 841 - sin resoluciôn y continuarân protagonizando actos de gambe- rrismo en otros lugares, siempre con idénticos resultados. - Su barrio, por ser habitat de margina-- ci6n acoge en su seno a quienes sôlo de la marginaciôn vi-- ven: delincuentes juveniles, macarras, etc,. Por eso la po­ licîa lo patrulla con frecuencia, piden los carnets de iden tidad, amenazai con sus armas, y lo hace indiscriminadamente. Los jôvenes relatan las consecuencias, que el robo de un ban co en "La Magdalena" tuvo, de control repetido de sus perso­ nas. El mismo policîa pedîa el carnet varias veces al mismo joven ( a M. y a I.). No parece reconocerlos cada vez. Pide_ el carnet porque estâ allî, por su vestimenta que le identi^ fica como perteneciente a un status socio-econômico bajo, - por su presencia que lo identifica como parado en ho-- ras laborales, y como habitante de un barrio que aglutina a_ los raarginados de la ciudad. El joven capta todo ello y re- acciona mecânicamente. Busca su carnet, lo entrega cuando - se lo piden, se mantiene respetuoso y no se indigna ante la évidente ignorancia que él o los policîas hacen de su iden- tidad. Ha interiorizado la posiciôn social que ocupa y lo - que desde ella puede o no puede hacer. Es importante ver aquî como V. que tiene sus ahorros en el banco robado teme_ por su dinero pero no muestra consciencia de que los poli-- cîas hacen todo esto en defensa de su dinero. Porque no -- cree, probablemente, que es su dinero lo que estân defen-- diendo sino a la entidad bancaria, al poder econômico mâs - grande. - 842 - - Los jôvenes entrenan incluso, con los - policîas en el Ebro (58 ). No se atreven a negarse pero te­ men el aparente descuido con que estos tratan sus pistolas_ cargadas. îDescuido real o; muestra de poder?. Son conscien­ tes del nerviosismo policial cuando algo sucede, de su ata-- que indiscriminado,de la impotencia en la que ellos se en-- cuentran ante los représentantes del orden y la organiza-- ciôn estatal. - Y ante todo ello, ante sus experiencias de la violencia institucional *legîtima"y su impotencia, - el vecindario se une para intentar una defensa de tipo pri- mario: el estanquero que busca a la madré del joven(M.) sin carnet, la bûsqueda de la vecina-conocida que piiede testifi^ car por el joven (M.) del barrio. - Estas experiencias y vivencias hacen que los discotequeros se identifiquen mâs con el barrio y mâs - con los macarras que con los comunistas del barrio. *Por que?. Porque los primeros buscan la defensa de sus intere-- ses por sî mismos, sefialan sus territories, pegan sî hay -- que mostrar su poder, dejan en paz al barrio y a sus amigos hacen escaramuzas en otros barrios, arman jaleo en otras discotecas, se hacen temer y respetar y con ello mantienen_ su vida privada para si mismos. Son independientes eh su -- acciôn de rechazo a la sociedad que los rechaza a ellos. - Los comunistas sin embargo, dependen del exterior, siguen consignas, tratan de inculcar ideas pe ro no tienen vida propia. No son independientes, ni siquie- - 843 ra autônomos. Sus acciones nos son directas ni los frutos - inraediatos, que es lo atractivo de los macarras para unos jô venes como los discotequeros que viven el présente porque - es lo ûnico asequible. Es importante tambiên que los discoteque­ ros y los comunistas (no hay que olvidar que K. discoteque- ro y A. comunista son hermanos y ambos protagonizan distin- tas pero importantes funciones de liderazgo en sus respectif vos grupos) cuando quieren despreciarse lo hacen apelando a la falta de cultura del otro grupo. Cultura que se define - cono entendimiento y gusto por la mûsica rock de los disco­ tequeros, la mûsica lîrica que atrae a A., comunista. En realidad es K. el discotequero y su grupo quienes mâs mues- tras de desprecio hacen en este sentido, precisamente por-- que centran en la mûsica y el baile su vida, como ellos mi£ mos dicen. Las crîticas de A., comunista a los discoteque-- ros tambiên se encaminaron a su falta de cultura musical pe ro en un contexto mâs amplio. El ataque iba dirigido igual- meata a su falta de compromise politico. Mâs adelante podfâ verse como para los discotequeros la polîtica no significa_ nada porque no ayuda a vivir mejor su vida cotidiana y no - creen que los militantes puedan contribuir en absoluto a lo grarlo. Posteriormente y siempre enlazando su ex- periencia familiar, de grupo y de barrio, los discotequeros explican los oficios de sus padres y los propios, la abun-- dancia del pare y de la degeneraciôn de un joven amigo ha-- - 844 - cia la delincuencia y la droga a causa de problèmes de famî̂ lia y trabajo! Hablan de todo ello entroncândolo en la vida del barrio que es el nûcleo de sus amistades, de sus conta£ tos, de sus experiencias y vivencias: Preg.: Pregunto sobre delincuencia en el barrio K.- Aqut nt aumznta nt dt&mtnuyz. E&tdn AtzmpAz toA quz Aon. T.- Aumznta un poco ahoAa, dtgamoA zt 2 poA ztznto pzAo to_ quz At Az nota za quz toA pzquznoA vtznzn pzgando. Ea o a At_ quz.. a toA 10 anoA ya van a mangaA poA aht. K.~ NoAotAoA tambtin tbamoA. %.- St, pzAO hay dt^zAncta. NoAotAOA no tbamoA como zttoA - van. AhoAa toA gttanoA pzquzhoA mangan ya cochzA. K.- No Aon gttanoA y no Aon dzt baAAto, vtznzn dz ^uzAa. T.- Bueno pzAo ahoAa toA nthoA pzquzhoA Az juntan con toA - gttanoA tan amtgabtzmzntz y Aoban dz todo. K.- Son todoA tan pzquzhajoA quz no a z Aabz At ttznzn 9 6 - 12 ahoA. Preg.: îDe dônde vienen? (Discusiôn) P.-(Ooina que son del barrio), C-Xccpto zt E . y zt Q.. quz vtz nzn dzt AAAabat. Preg.: îRazones del robo? K,- Qjuz ttznzn ganaA T.- Q.UC to nzczAttan. (M. coincide) Empiezan a recordar una escena vista hace pocos dîas. - 8 4 5 - I,- Suczdtâ zn zt BotzAân. Una majzA z&taba zn zt batcân y_ noAotAOA doA (senala a M. y a .sî mismo) ZAtdbamoA con taA ckava- taA, y dz Azpzntz dz otAo batcân, doA caAaA mdA attd Aattâ_ un hombAZ y tz gAttâi îLadAonal, quz mz haA quttado 1 . 0 0 0 - ptaA. y yo hactzndo oAzja a vzA At mz zntzAaba. PuzA AZAutta quz habta Aattdo (el hombe)con Au monzdzAo, buzno ta mujZA_ dzt hombAZ habta Aattdo con Au monzdzAo y 4 . 0 0 0 ptaA. y ta_ otAa tz habta ttAado dzt monzdzAo. Et hombAz dzcta quz cuan do bajaAa ta tba a mataA, y za quz AobaA a atgutzn a qutzn_ conoczA, quz ZA tu vzctno, ...pui, ta tAataba dz puta y to ­ do . K .~ EAo to haczn toA y taA buAguzAuA, taA capttattAtaA y n£ AOtAOA. Preg.: Pregunto por sus robos infantiles K.- RobdbamoA AacamtnaA y coAaA aAt V.- ChuchzAtaA y ..ptjadtcaA . K.~ PzAo hoy mangan paAa comzA. VzA quz cogzn ta ^Auta y a z ta comzn aht mtAmo. NoAotAoA mangdbamoA paAa ttAdAnoAta. Preg.; Les pregunto sobre sus viviendas, I.- La mta ttznz tAzA habttactonzA Preg.: iY calefaciôn? I.-(Gesto espontaneo ) j B t z n l . f H u i v a ! . V.- Con una zAtu£tca tz aAAzgtaA btzn. (Tampoco tienen bano complete. Comentan que la casa de M. y N. sî porque es nueva. Comentan tambiên que se estân cayendo muchas casas del barrio de puro viejas pero que no - 846 se construyen otras tan aprisa como algunos quisieran por-- que el Ayuntamiento no da licencias. Hablan de las reformas que sus padres van haciendo. K y I. comentan que su padre - ya ha puesto la bafîerica y V. afirma que su padre lo harâ - prontĉ . Les pregunto sobre el tiempo que llevan - viviendo en la misma vivienda. K. ha vivido en la misma casa desde que - vinieron del Sur de Espafîa. I. viviô en la Quîmica hasta los 9 afios y desde entonces vive aquî. B. viviô hasta los - 12 afios en otra calle del mismo barrio. V. naciô en un pue­ blo de Aragôn, vinô aquî a los 6 afios y desde entonces vive en la misma calle y la misma casa. M. y N. se han venido a_ vivir al , barrio hace muy poco; antes vivîa en otro barrio de Zaragoza. Tenîan un taller que daba"muy poca pasta'; aho­ ra llevan un bar. y. - MX padAz ZA Azpa.Att.doA dz tzzhz. A to pAtmzAo en zt puz bto ZAO. paAtoA, con taA ovzjaA. K . - PoA ZAO t u haA Aattdo con caAa dz A t m t o . (Risas) V.~ V tu paAzczA moAo (Los otros ahaden que le suèlen encontrar parecido a los -- ârabes) V. ahade que su madré antes no trabajaba pues tiene bastante ya con ocho hermanos y una casa que cuidar. Pero - ahora trabaja en una casa haciendo la limpieza. Ahora ya so mos mayores y la mâs pequehica ya come en el colegio.. asî_ lleva tambiên algo a casa - 847 - Sigo preguntando a los otros. K.- MX padAz ZA atbahtt. 8 .- MX madxz va a ttmptaA una o^XcXna y yo tAabaJo zn una - ttznda dz altmzntactôn Pasamos a hablar do K. Comentan que ni tiene trabajo ni busca, le gusta dormir por las maRanas y pasar el resto del dia en el bar. V. comenta que K. es un guarro. Tiene un rê- gimen de vida genial,"Ihostia los parados, que bien se lo - pasan! M . - E a z Aigtmzn*de vtda za buzno dzAdz tuzgo. I.- Vo tambtin zAtoy paAado pzAo Atn AzguAoA. TAaba/i nuzvz mzAzA y no mz aAzguAaAon aAt quz no mz quzdâ nada. TodoA -- toA dzmdA quz han paAado poA ta pahadzAta tAabajaAon tguat. y yo adn duAi, poAquz toA dzmdA no duAan mdA quz un mzA, -- AkoAa ya no nzzzAttan gzntz poAquz han puzAto un hoAno auto^ mdttco y zt duzno az dzAcuzAna Aattzndo a AzpaAttA zt pan - muy tzmpAano. yo ganaba 5 . 0 0 0 ptaA. a ta Azmana. Mz han tta mado do A vzczA a ta o^tztna dz zmptzo. No az pd quz poAquz_ dtzzn quz tz dan zAtudtoA, pzAo ZAtudtoA dz poAquzAta, poA­ quz a mt no mz guAta zAtudtaA zn una coAa quz no vzo nzczAa Ata. PzAO ZA quz o^Azczn cada coAa... dzt AotdadoA, dz z.Ao_ dz zchaA czmznto at Auzto.... ]Jo quz o^tcto! o £AZAadoA, - con to dt^tctt quz z a , quz tz ttznzA quz pzgaA toda vtda -- aht dz I a z a ado A paAa apAzndzAto y tuzgo AZAutta quz tampoco hay tAabajo. No yo no zAtudto. Et dntco o^tcto quz mz guAta Ata ZA zt dz mzcdntco pzAo no zncuzntAo nada y zAo quz tzn­ go amtgoA quz mz ZAtdn buAcando tAabajo y todo. St tuvtz- - 848 - Aa 21 ahoA ya zAtaAta cotocado. Pregunto sobre los miembros que componen la familia I,- Vo tzngo una hzAmana quz a z caAaAd zn octubAZ, ttznz 24 ahoA. Tzngo adzmdA otAo hzAmano quz tAabaja dz zbantAta, 22 ahoA mayoA quz yo y otAO mdA pzquzno. V mt padAz ZA tatttA- ta. M t madAz antZA Ztmptaba zn una zonAuZta dz midtcoA pzAo AZ quttâ ya. M t hzAmano pzquzno a z zAtd Aacando ahoAa zt -- gAaduado zAcotaA y mt madAz dtcz quz At no apAuzba ahoAa a z AatdAd dzt cotzgto, ya ttznz 15 anoA y ha AuApzndtdo cuatAo dz ocho aAtgnatuAaA quz ttznz. Pregunto si tienen todos el graduado escolar. Lo tienen to dos excepto V . que no terminé de estudiar y comenzô a traba jar y B. que tiene el certificado escolar. M.~ NoAotAoA Aomo doA hzAmanoA, ya AabzA. V.- Vo tzngo Atztz hzAmanaA zntAz 15 y 1 aho. TodaA zAtdn - zn zt cotzgto o zn pAzzAcotaA. La mayoA va muy mat; ta At~- gutzntz At ttznz cabzza paAa zAtudtaA. Luzgo ta V. quz zAtd hactzndo admtntAtAattvo, auxtttaA ctaAo. T.- Vo dzji zn Z'de mzcdntca poA ta paAta 3.500 ptaA at mzA zn 3? y bzcaA Aon dt^tcttzA dz ccnA zgiitA. Jmagtnatz, Aoto - paAa ^amtttaA numzAoAaA y AottoA dz zAoA. y AzgutA zt o^t^- cto dz mt padAz za dt^tctt. EAtdn zchando gzntz. A mt padAZ no puzdzn zchaAto poAquz tAabaja aht dzAdz toA 14 anoA y -- ttznz ya 48; to A mtttonzA tzA AubtAtan; pzAo zt duzho qutz- Az dzjaA zt o^tcto, zt tattzA qutzAo dzctA. St a mt padAz - to dzAptdzn noAotAOA noA quzdaAtamoA con zt tocat quz zA at quttado y yo zntAaAta a tAabajaA con it. EAtamoA zApzAando_ - 849 - a VZA quz kacz zt jz^z. Vo ahoAa cogzAta zio y cuatqutzA zo_ Aa. OtAa zoAa quz mz hubtzAa guAta'do kazzA za BzttaA KAtzA. Me 4 e da muy btzn zt dtbdjo, paAa tatttAta y dzApuiA haAta_ podAta AZA dzttnzantz tnduAtAtat y hazzA dtbujoA paAa caAaA y ZAO. V.- A mt mt oi-icto me va btzn; Atgo mtAando a vzA At zncuzn tAo atgo mzjoA pzAo tAabajo dz 8,30 dz ta mahana a doA y mz dta a tAZA y ta taAdz ttbAz. Me pagan IS.OOOptaAi at mzA y_ ZAtoy tntzntando quz me Auban a 19.000. Et AzctoA dz toA -- pzAcatzAOA va a haczA kuztga y az ptdzn 19.500 ptaA. at mzA. A VZA puzA At ta haczn y noA Aubzn. Preg.: Es decir, que te solidarisas con la huelga y te unes a ella. V,- HombAz At todoA to haczn Az czAAaAd zt mzAcado dzt pZA- cado. I.- Et no tzndAd pAobtzmapoAquz ZAtd zn buznaA AztactonzA_ con toA jz^zA. St. ̂ uzAan mdA ta coAa cambtaAta, pzAo Atzndo uno Aôto. Preg.: iOtros tipos de trabajos por aquî? P.- C a m a A Z A O A y z n t a c o n A t A u c c t ô n . T a m b t i n h a y a t g u n o A zA- t u d t a n t z A c o m o z t M. y M. Preg.: îExpectativas de los padres? T.- M t padAZ quzAAta quz AtgutzAa to quz it ha hzcho. M.- MtA padAZA qutzAzn quz ZAtudtz y z a o pzAo At no mz coto- co to quz qutzAzn zA quz poA to mznoA coja zt baA. K,- EAtz ahoAa a z va a ta mttt y mtzntAaA tanto no ttznz -- tAabajo puzA quz tAabajz zn zt baA. - 850 I.- CtaAO todaA zAaA hoAtcaA quz tz quzdan AuzttaA poA aht. Huz cuAAz, quz cuAAz, y no andz Auztto poA aht como tanto - zhavat paAao. Preg.: iMotivo?, que deje de pulular por ahî... (Me cortan. No han oido nunca la palabra. V. dice que debe ! ser una horterada porque en su barrio esa palabra no se ha i oido nunca) T.- A toA pAtmzAoA quz zncuzntAZ anAzmottnaoA poA aht a z ta \ Auztto. iQui anddtA pututando poA aqut? K.- A to mzjoA tz mztzn un vtajz. (Sigo el tema de trabajo y expectatives paternes) K.- Lo quz mt padAz qutzAz zA quz yo ganz mucko dtnzAo y -- punto. J.- AkoAa to quz toA padAZA qutzAzn za quz uno znzuzntAZ -- tAabajo y punto. Mt madAZ no hacz mdA quz zmpujaAmz paAa -- quz to buAquz y dtcz quz cuando Az caAz mt hzAmana, Atn pAo^ ptna mz hz dz quzdaA, y .- Lo quz toA padAZA qutzAzn zA quz zt htjo no ZAti todo - zt dta poA ta cattz dz matzantz. I.- St ZA quz cAzzn quz At zAtdA todo zt dta poA aht ya ZA- taA hactzndo zt mandAta. Preg. : Entre vuestros amigôs,loué oredominan, los parados o los que trabajan?. K.- En zt baAAto y zntAz to A quz yo conozco, toA paAadoa . I .- Vtzgo tAabaja. V.- Vtzgo tAabaja dz vzz zn cuando con a u padAz, cuando tz_ paAzcz, pzAo zt AzAto dzt ttzmpo no hacz nada. - 851 - (Pregunto si es él que yo conozco) . K.- St zt & Z Z O . V. zt patttto; k. zt mtzAda zAz At, zt tnd- ttt, zt coAnudo. V. zt cabAân., (Se rien mientras dicen todo eso) T.- Su padAz AZ to ttzva a ptntaA atguna vzz poA aht, pzAo_ no qutzAz. EAtâ. todo zt dta chapzando poA aht con taA caA-- t a A . Vo no AZ dz dondz Aaca ta paAta zAz gacho. Pzao Atzm-- pAz gana a taA caAtaA. Preg.: Me comentô alguna vez que cuando no tiene dinero se_ da una vuelta por ahî. V.~ Ah! idz choAtzoî. Vz ZAo nada. T.- No , Vtzgo AzAâ. un chuto, poAquz chuto zA pzAo mangaA no AZ atAzvz. M.- St va Aoto. T.- HombAz ctaAo, Aâto. Pz a o At va con otAOA y toA dzm&A man gan, z a o za apAovzchaAAz it, poAquz At toA dzmdA AzpaAtzn.. pzAo it ZA un tonto adzmdA. No to Aabz haczA. Preg.: Se dice que el "Flaco" ha cargado con las culpas de otros K.- St ZAO AZ cAzz zn zt baAAto. T.- Lz han catdo cuatAo anoA y un dta. Preg.: iCômo han reaccionado los de su pandilla? I.- }Bah! , At ya no AZ acuzAda dz nadtz Preg.: îNo fue su pandilla la que robô? K . - St pzAo ZAtdn ttbAZA,zAan mznoAZA dz zdad, ZAtaba tam- btin ZAa, (mirando a I.)fa KoAa. Preg.: Y vosotros, ios habéis interesado por él? K.- St, tz zAcAtbtmoA un dta, tz mandamoA paAta, pzAo habta Atdo it zt quz AZ apaAtâ dz noAotAoA. - 852 - T.- Lz apaAtaAon, tz comtzAon zt cçco. K.- Et AZ to buAcaba. T.- St, pzAo tambtin to buAcaban a it, a v z a At mz znttzn-- dzA, zntAz anoA y otAoA tz comtan zt coco, tz ttzvaban con_ zttoA, tz jodtan ta paAta a vzA At mz znttzndzA y ahoaa quz ZAtd zn ta cdAczt nt a z acuzadan dz it. Preg.: iPor quê le buscaban tanto? I .- Poaquz ZAa zt kombAZ dz taA tdzaA. TodoA.- Puz, ^uz.... ahoAa... Preg.: Ahora se droga mucho, ino?. TodoA.- St. M. PtnchaAAz no AabzmoA, no cAzo pzAo paAa todo zt dta zn ta G. (Un bar donde se reunen los que se drogan). I.- V toA otAoA tz tmpttcaban, quz toma una tabtzta, quz -- tat, tba ta conAzguta y ta AzpaAtta zntAz todoA y ya zAtaba. Preg.; iY el dinero? P.- Ea o maha... (se ponen a cantar... tema tabû). I . “ Atgdn pato quz mztzAtan poA ta nochz, yzndo doA o tAZA. Preg.: iHan intentado convenceros a vosotros tambiên?. K.- Quz nt to tntzntzn, tzA mzto un pato.... I , - A noAotAoA no noA convznczn. V.- TtAa maha, no zAtoy yo poco btzn como zAtoy, zt tAabajo, mt paAta... T . - AdzmdA ZA quz tz d t c z m "Vzntz a mangaA zAto" y Aoto -- poA dZctA quz no, quz no tz qutzAZA mztzA zn ttoA. Emptzzan: Nd, quz ZAZA un gthao, quz z a z a una mtzAda; y ctaAo, zAtoA_ gachoA...iQui a z cAzzn?... pzAo buzno quz AomoA como zttoA. Vo vtvd mt vtda como cAzo quz ta dzbo vtvtA. EttoA vtvzn ta - 853 - A u y a y yo no me p A z o c u p o cfe z £ Z o 6 . Vo m c z - é Z t o p a é t a como - z Z t o A l a n z c z ^ Z t a n , pz f io no me quZz f io m z t z u en t l o & , Kh o f ia , a Z yo neeeAÂ.ta.h.0. pcL&ta pafia. come*, pofia. qae com>te*a tnZ iamZ t Z a , e n t o n e z A A t . K . - Yo A t t o d o t o q a z t z paAâ a t " f Z a c o " . P*/me*o Z z *oba-- Aon a t z y z ao Z z A z n t â may maZ. S t , A t cuan do t b a a t A a b a - jaA. I . - Lz z o g t z A o n doA q u t n q u t A , Zo Z Zz v a A o n aZ Huz Ava , Z z me- t t z A o n una Ao ba y Z z q a t t a A o n t o d o . K .~ V ZAO Z z j o d t S maaho poA qu z no pudo t A aZ t A a b a j o . I,- AZ z a b o d z d o A d t a A ^ u z z Z z n c a A g a d o a A u a a A a a v z A -- p o A q u t no t A a b a j a b a . f u z a t A a b a J a A y a z Z z c a t a n Z o A v a - - A o A d z Z a A m a n o A , Z a A z o p a A , t o d o , z A t a b a n z A v t o A o . Todos se cortan para alabarle con admiraciôn I,- Eau un zamaAZAo dz ZoA quz no h a b t a K . - T A a b a j a b a d z p u t a madAZ. V . - E A a m u y b u z n o , h a A t a z A a ^ z c h a z A a d z m a A t a o . M.- T A a b a j a b a t o d o Zo q u z p o d t d . l.~ y a no p u d o A z z n g a n c h a A A z i t A t z a m z n t z a Z t A a b a j o y z A o - Zo j o d t S . K . - S t Z z h u b t z A a n d z j a o d z A z a n A a A , u n a A z m a n a , d oA, p z A o - no. L z d t j z A o n q u z t z n t a q u z t A a t A a b a j a A . L u z g o t n ^ Z u y ô - m u z h o q u z t b a con u n a z h a v a Z a y Z a A z m a n a a n t z A d z z a A a A A Z _ Z a z h a v a Z a Z o d z j S . L u z g o aua p a d A Z A q u z d z z t a n q u z t z n t a - q u z t A a b a j a A . Preg.: iEdad de casarse? - 854 K . - 19 a n o A . B u z n o t o A d z b z t z n z A a h o A a . L a c h a v a t a t o d z j Ô u n a A z m a n a a n t z A d z c a A a A A z . Va no t A a b a j a b a p a A a z n t o n z z A _ en z t h o t z t Ram. E t t a no t o p u d o a g u a n t a A . Preg.: iComenzô ahî a relacionarse con esa pandilla? P.- A h t c o m z n z â t o d o . N o A A z u n t a m o A z o m o A t z m p A Z en z t E A z A n o p o A q u z a h t noA z n z o n t A a m o A t o d o A , d z t o d a A t a A p a n d t t t a . -- A h t b a j a m o A t o d o A d z z a A a y noA A a t u d a m o A t o d o A . L u z g o a t a h o A a d z m a à c h a A n o A p o A a h t z a d a z u a t a z z o g z a t o A A u y o A . K . - E a u m u y b u z n z h a v a l a n t z A d z q u z t z p a A a A a z a o %.- Se p o d t a h a b t a A z o n it. J b a m o A a t a z a ^ z t z A t a d o n d z ZA- t a b a m o A t A a b a j a n d o z A t z y yo. (I y K. trabaiabn.n de camare-- \rnsl q u z no t z n t a p a A t a . .. p u z A A z to p a g d b a m o A , t o t a t a t t d a A A t b a q u z no t z v z t a n a d t z . L t z g a b a z t z n z a A g a d o . --- i C u d n t o h a A A a z a o ? . N o h z A a z a o n a d a p o A q u z no h a v z n t d o - n a d t z . y y a z A t a b a . K . - T o d o z t q u z t b a a t t t A z t z p a g a b a . Preg.: Ahî debiais ser muy populares I .- fU^!, At, tAabajdbamoA tAZA dzt baAAto. Preg.: iTuvo algo que ver con la salida del trabajo?. I.- No, q u z va. Yo me £ a t p o A q u z z n z o n t A i t a p a n a d z A t a y a_ Z A t o A a t m z A t o A m a n d a A o n a t o m a A p o A z t z u t o . K . - Vtj'o q u z Z A t a b a en q u t z b A a y q u z ^ u z A a . E A a m o A o z h o . -- Qjuz f k o A t t a A '. . I.- iQjxtzAZA mztzAtz dz zamaAzAo? K . - i V ô n d z ? I,- En t a Roma 855 - K. gesto negative con la cabeza. Preg.: îY tû?. T.- Sot, btzn. K.- E a muy z A a t a v o j o z , t z t t z n z A q u z z A c t a v t z a A , V o m t n g o A y t u n z A y t o d o . A t t t t A a b a j a n d o c o m o u n c a b A t t o . Preg.: îNo compensa el sueldo? T.- No n o A m a t m z n t z z a b u z n o , t A z t n t a m t t o aA t . P z A o t u A a - b z A t o q u z ZA q u z v z n g a u n a m t g o z t d o m t n g o a t a A A t z t z d z _ t a t a A d z y t z d t g a . îEki t t o . lQ,ui p a A a ? . Me v o y a t c t n z . - B u z n o t z m z t z A z t c t n z en t a cabeza. K.~ y A t t t z n z A c h a v a t a t a t t z n z A q u z v z a a t t t o t a t t z n z A _ q u z d z j a A . T.- E a o me p a A a A t a a mt. Ya n o p o d A t a A u b t A a S a n Ma-feo t o A A d b a d o A y d o m t n g o A . N t t a A d z A n t n o c h z A . K.- Hz t A a b a j a o d o A a H o A a A t y no a z t o A z c o m t z n d o a n a d t z . Voy a resaltar aquî algunos de los facto- res mâs relevantes: - El primero de ellos es la moral del trâ bajo que los padres de los discotequeros muestran; hablo de la que los hijos perciben. Todos los padres trabajan en of clos subalternes, de escasa calificaciôn. Es decir, que per tenecen al status socio-profesional mâs bajo de la escala.r Y quieren que sus hijos trabajen en cualquier tipo de traba je. Le importante es que no estên parados, per una razôn fundamental: para evitar que pasen el dîa en la calle y se_ conviertan en delincuentes juveniles. Esta razôn domina las motivaciones paternas,mâs incluse que su deseo de recibir - - 856 - una aportaciôn econômica. Lo paradôgico es que los hijos, - que captan las inquietudes paternas, asimilan y reproducen__ el mismo rechazo hacia una forma de vida al margen de la ley pero son sospechosos para la policîa en cuanto se come- te algûn delito en el barrio. - El segundo punto importante es la comb^ naciôn que los discotequeros hacen de negarse a vivir ellos como delincuentes juveniles y mantener la amistad o al me-- nos el trato con quienes lo son. Los discotequeros conviven con todos, se_ llevan bien con todos pero no admiten esta forma de vida, - aunque tampoco harân nada por denunciar a sus amigos. Guar- dan distancias, se respetan, se comunican otro tipo de exp£ riencias. Los otros no les roban a ellos porque no roban en su barrio y por tanto no hay entre unos y otros ningûn con- flicto de intereses. Los discotequeros estân del lado de la ley, no porque sea justa sino por pragmatisme. - El tercer punto, es su simpatîa hacia - un joven delincuente que ha llegado a serlo por circunstan- cias sociales que ellos han seguido de cerca. Era su amigo_ y por eso le han escrito y enviado dinero a la cârcel. Ya no salen con êl porque no participan de la misma forma de - entender y vivir la vida pero siguen apreciândolo y se mues tran sesibles ante su desgracia e impotentes para ayudarle_ a salir de ella. El cuarto punto es su percepciôn del -- 857 - aumento de la delincuencia en el barrio. Aunque en un pri­ mer momento dicen que todo sigue igual, hablan inmediatamen te de la apariciôn de gitanos muy jôvenes, nueve o diez -- afios que roban a esa edad mâs de lo que ellos lo hacîan cuando te nîan doce o catorce afios. Los discotequeros también robaban, pero lo hacîan por diversion. Para asustar a alguien en la_ calle, para disponer de algûn objeto nuevo en un gran alma- cên. En fin, para demostrarse a sî mismos su coraje y gozar asustando al mâs dêbil. Lo hacîan como muestra de la agre-- si6n adolescente de que habla Anna Freud, entre otros, como caracterîstica de la relaciôn que este grupo de edad esta- blece en el mundo exterior en su paso évolutive hacia la ma durez adulta. Los discotequeros perciben sin embargo, - que los gitanos mâs jôvenes comienzan robando por necesidad luego ya prosiguen en su camino con hazafias mâs arriesgadas y de mayor envergadura. Mientras los nrimeros nasaron la etapa adolescente y dejaron de agredir en esta forma, los segun-- dos se inician asî en una imparable delincuencia juvenil; - esta es justamente la que ellos rechazan, A pesar de que a^ gunos estân parados y miran con cierto temor la finaliza-- ciôn de la etapa de cobro del seguro de desempleo (59 ). - En quinto lugar, quiero resaltar que t£ dos ellos, perteneciendo al mismo status socio-econômico: - bajo o muy bajo se conocen con los del barrio de su mismo status..A e^ te, que era hasta ahora su contexte, llegan otros jôvenes - que habitan en los edificios nuevos. Viven conforme a patro - 858 - nés de comportamiento propios de clases sociales mâs altas_ y son mirados por los discotequeros como extrafios, incluse - con desprecio. Los nuevos no hacen amigos en el barrio y no son identificados con êl tampoco. V.- Pc t o d a A i o A m a A , en z t b a A A t o h a v z n t d o m u z h a g z n t z nue va. H a n h z c h o u n m o n t â n d z c a A a A g h a h a b t d o t o A t o n t o t a b a A q u z t o h a n t t z n a d o t o d o . V a m o A a p z A d z A z t p A z A t t g t o q u z h z m o A t z n t d o A t z m p A z . Preg.: Contadme. iCômo era la gente que vivîa aquî antes de que hicieran estes edificios nuevos? K.- P u z A , t A a b a j a d o A a , n o A m a t . No t z t m p o A t a b a n a d a . N . - A h o A a , t o d o z A t d t t z n o d z m a A t z a A . K . - S t . V t v z n en z t baAAto. Se d z A c o j o n a n , -6e -'i-cen. E t b a - - A A t o , a h o A a h a z a m b t a d o m u c h o . Preg.; iPara mejor o para peer? K . - P a A a m z j O A y p a A a p z o A . P a A a m z j o A en zt A z n t t d o quz, - t a g z n t z z A t d m d A c a p a c t t a d a m z n t a t m z n t z . Va no h a y t a n t a - b a A u A a . A n t z A , Z A a a t g o a z o j o n a n t z . A h o A a , A o m o A m d A c o n A ~ - c t z n t z A . S t g u z A t z n d o z t m t A m o b a A A t o , p z A o t a g z n t z n u z v a _ v t v z a q u t , aunque no h a c z t a v t d a a q u t . V.~ N o y a n o A o t A o A no n o A t n t z A z A a que t a h a g a n . K .~ EA d t i t z t t que Z A t o A Z A t a m z n t o A a c z p t z n a u n a p z A A o n a - d z A c o n o z t d a . Y no n o A a b A t A t a m o A a z t t o A a u n q u z q u t A t z A a n . N .~ NoA t g n o A a m o A m u t u a m z n t z . No noA t n t z A z A a m o A . Preg.: iPor quê los véis tan diferentes? K.- E a que, n o A o t A O A t z n z m o A u n a i o A m a dz v t d a m u y d t A t t n t a - êS9 d z Z a A u y a . E t Z o A v a n c o n A u c o n z j t t o , no h a c z n n u n c a p t A o - Z a , z A t u d t a n ; t t z n z n o t A o A t A t z m a d z Z A t u d t a A y o t A o A t n t z - A Z A Z A . V a n a Z b a A c o n A u p a p d , a t b a A c o n A u m a m d j van p o A _ t a c a t t z c o n a u p a p d y au m a m d , A t z m p A z d z t a m a n o . V , - y n o A o t A o A a p a A t t A d z t o A 6 a n o A , v a m o A A o t o A p o A t a - c a t t z . Preg.: îHan ido a los mismos colegios que vosotros?. K . - Mo, no, no. E t t o A h a n t d o a t ï n A t t t u t o . N o A o t A o A A d t o h z m o A t d o a t c o t z g t o z A t a t a t , z t t o A a t o A d z p a g o . E t n u z A t n o Z A a u n a b a t a t t a c a m p a t d t a A t a . T o d o A t o A d t a A h a b t a p a t o A . - Mo Z A a c o t z g t o A z a t m z n t z z t n u z A t A o . E*a un c a m p o d z b a t a - - t t a . M.- St, ZA g z n t z d z o t A o t t p o . K . - E t t o A A Z A z t a c t o n a n m d A c o n a m t g o A d z a u ^ a m t t t a , d z t _ c o t z g t o . V.- N o A o t A o A , v t v t a m o A z n t a c a t t z c u a n d o z A a m o A p z q u z h o A y t o A p z q u z n o A d z t b a A A t o a h o A a , t a m b t i n v t v z n z n t a c a t t z . El barrio ha cambiado en algunos aspectos por la presencia de gentes de niveles socio-econômicos supê riores pero sigue siendo un barrio donde predominan las gen tes de su nivel.(Los de clase alta viven allî pero no hacen vida en el barrio). Por eso lo sienten como propio y èn el - desearîan permanecer aun si se independizaran de su familia. Preg.: Si llegarais a casaros o independizaros de vuestra - familia, icréeis que os gustarîa vivir en este barrio o -- marchariais?. T o d o A . - E n z t m t A m o b a A A t o . - 860 K . - S t yo me )5ue*a a o t A o A t t t o y c u a n d o v o t v t c A c , no p o d t a v t v t A en ct b a A A t o , me j o d c A t a m u c h o . V.- E a q u e a q u t n o A c o n o c c m o A t o d o A , toycl. V c A d c t o A A z t A _ aiioA i h a A t a l a A p t z d A a A l . M.“ Vo v t n z h a c z p o c o p z A o a q u t h a y c a m a A a d z A t a . V.- E a z t m d A nuevo en z t b a A A t o p z A o to A z c t b t m o A c o n t o A _ b A a z o A a b t z A t o A . Preg.: El otro dîa, cuando os vî frente al bar, observé que las chicas que pasaban por ahî, iban acompafiadas de sus ma­ drés. Ellas os saludaban y vosotros les respondîais. Las ma dres, sin embargo, pasaban como si no os hubieran visto. -- îEs eso normal?, sin embargo os conocen, ino?. K . - j S t c t a A o ! . E a qu z , z a t a h o A a d z t a c o m p A a , y p o A e4o_ t b a n c o n A u A m a d A Z A . A d z m d A , t a A c h t c a A A o n t a A d n t c a A que_ noA h a b t a n , A d z m d A , u n a d z a q u z t t a A , u n a d z t a A m a d A z A , i A a m u j z A , nunca A a t u d a . P.- y t a c h t c a { z A t d d z b t z n l , jo m a n a . P z A o zAo z a n o A m a t , At. K.- P z A o A t A Z z n t t z n d z n b t z n con n o A o t A O A , a z z n t t z n d z n -- fc>ten con m a d A Z o A t n m a d A z y, no c A z a A q u z A t z m p A z A a t z n -- con t a m a d A Z . E a o z a t o n t z A t a , z A a p o A t a h o A a . Preg.: Me llamô la atenciôn, vuestra correcciôn hacia ella. K.- i H o m b A z l , d z t a n t z d z t a m a d A z y en t u b a A A t o , no t z vaA a p o n z A a d z c t A f q u i ’g u a p a Z A t d A , h t j a m t a l . Preg.:iSoleis estar por ahî a la una?. V.- No, t u V t A t Z A U Z A t Z . N. - fffombAz!, c u a n d o no h a y n a d a q u z h a c z A , p u z A z m p t z z a A a _ d a A v u z t t a A p o A ah t , p z A o n o A t z m p A z . Preg,: A qué hora hay mâs gente-por la calle?. T o d o â . - A t a A once u once y m z d t a d z t a n o c h z en z t baA. - 861 - Preg.: Por aquî ahora, a las nueve o nueve y media de la no che, yo veo muchas mujeres con sus nifios tomando la fresca. fC.- St, pzAo buzno, zAtaA no Aon nuzAtAas cattzA. NuzAtAa - zattz ZA zt FAZAno. Aqut hay una ptaza tambtin. PoA ZAo, -- vtznz ta gzntz. A taA nuzvz dz ta manana, tambtin zAtd aAt. N.~ PoA ta manana, dz nuzvz a docz, to quz mdA a z vzn Aon - vtzjOA paAzando. K.~ Vo ZAO no to vzo. EAtoy zn ta zama haAta ta una. N. - Yo a taA o zh o dz ta manana, aAAtba. Pieg.: iY luego?. P.- A ta una o poA aht, hay muzha gzntz jovzn zn toA baAzA, toA mujZAZA a ta zompAa. K.- A taA tAZA dz ta taAdz, otAa vzz jdvznzA zn zt baA. Pieg.: Cuando yo he venido por aquî, lo que mâs he visto a_ esa hora ha sido gente mayor jugando a las cartas. K.~ Buzno, ZA quz zAa zA ta hoAa dzt Capttat. VamoA a Au za Aa, tomamoA un ca^i con htzto. Ea o noAotAOA, toA dz ta pan- dtita. Pieg.: Y vosotros, iquê hacéis? P.- Mahal, zA quz ahoAa noA hzmoA AzpaAado mucho. Cada uno_ VÀ.VZ Au vtda tndzpzndtzntz. K.- AntzA, a toA 12 ahoA, zAtabamoA todoA juntoA. AhoAa.... P.- ffzmoA Azntado mucho ta cabzza. K.- Cada uno ttznz Au gAupo y hacz to quz qutzAz. V.- AntzA tbamoA todoA, 30 o toA quz ^uzAa a todo. AhoAa Aô mcA 5. E^tAZ vaAtoA.- SzgutmoA vtindonoA con todoA zn zt baA, pzAO. 862 - P.- cuando uno *e tzvanta y dtcz: Jvamos a da* una vuzttal K.~ PuzA noA tzvantamoA noAotAoA y no Az tzvanta nadtz tndA. Po* qiiz ya Aabzn quz AomoA noAotAoA. Preg.: Y J., ique hace?. K.- AhoAa ZAtd con NtzvzA, pzAo At Za dzjaAa, votvzAta at - gAupo dz noAotAOA, dz ZoA ctnco. P.- St, At, ZAO ya AZ Aabz. Decîa antes que el barrio ha cambiado por la llegada de gentes de status socio-econômico medio y alto Ha cambiado en opinion de los discotequeros para bien y para mal: Para bien, dice K., por que ya no hay’tanta basura'î El se-*refiere a la construcciôn de edificios sobre las ruinas_ de casas muy deterioradas, depôsito de basura y criadero de ratas. Para mal, porque ya no es el barrio de los trabajado^ res donde todos se conocîan. Ha perdido por tanto su presti gio como tal. Mencionan tambiên que no se relacionan con los recien llegados. El motivo es doble. Ni los llega-- dos tienen la costumbre de aceptar "gente desconocida". Ni_ los discotequeros quieren entàblar amistad con ellos.Lo que diferen cia a ellos de nosotros es la clase social; no que sean nuevos en el barrio. Dan pruebas abondantes de que la nove- dad no es el motivo del distanciamiento. - La primera es que a N. que llegô hace po­ co al barrio lo han adnitido en la pandilla sin réservas y_ êl se siente bien ahî porque hay camaraderîa. 863 - - La segunda, es que reconocen a "ellos", los recien llegados como mâs protegidos por sus familias de la vida en la calle. Van al bar con los padres, disponen de juguetes infantiles que para los discotequeros son mâs bien infantilizantes. No salen solos de casa a las edades que los de su clase estaban y siguen estando en la calle: 6 anos - La tercera, es que reconocen nîtidamen- te tambiên que de su diferente forma de vida dériva un dis- tinto acceso a los amigos. "Ellos" los recien llegados ha-- cen amigos en el colegio y por la familia (hijos de los amî gos de los padres). "Nosotros, los discotequeros,hacemos amigos en la calle espontâneamente porque se conocen hasta_ la piedras'.’ - Claro que los colegios donde unos ("el­ los") y otros ("nosotros") se educaron son distintos. Los - de clase mâs alta fueron y/o van a colegio de pago mientras los discotequeros fueron al estatal mâs cercano. Colegio -- que recuerdan mâs como m campo de batalla entre pandillas que batallaban igual en la calle, que como un centro de foir maciôn y estudio. Los discotequeros han analizado las difs- rencias de costumbres, a nivel de socializaci6n,de educa-- ciên, y de selecciên de amistades entre la clase social ba- ja a la que ellos pertenecen y la media o alta (esto no quê da tan claro) a la que pertenecen los recien llegados, con_ maestria. 864 A partir de ahî la conversaciôn se centra nuevramente en su barrio, que son unas pocas calles del ba-'-- rrio de la Magdalena, una de las très zonas del Casco Viejo que yo estudio en este trabajo. Describen momentos concretes de su inter- relaciôn con el vecindario. Lo hacen a propôsito de mi ob-- servaciôn de su dinâmica un dîa qu fui a verles a la una de la tarde. Nifios y ancianos empezaban a entrar en las casas, las mujeres acompafiadas de sus hijas volvîan de la compra.- A todos les parecî'a normal que las mujeres ignoraran su pre sencia mientras las hijas intercambiaban correctes y escue- tos iHola! con los discotequeros cada vez que salîan de una pequcfia panaderîa para entrar en otra no menos pequefia tien da de fruta. La correcciôn del trato era notable. Una prue- ba mâs de su comportamiento actual en el barrio. Han pasado ya los tiempos de las bandas de 20 ô 30 chicos organizando_ escapadas y guerrillas entre zonas. Ahora son cinco, seis - si J. deiaraa Nieves como parecen desear mâs o menos intensa mente. Tienen sus horarios de paseo y do permanecer en el ba­ rrio (tardes y noches generalmente) como lostienen los de-- mâs grupos de edad y sexo que en êl y en su clase social. Conviven: Nifios y ancianos salen de mafiana y de tarde. Muje res al mediodîa para las comptas olvidadas por la mafiana y por las noches de verano a tomar la fresca (es corriente_ en el verano ver sillas en las aceras y grupos de vecinos y vecinas conversando; ellas son amas de casa, ellos general­ mente ancianos; los nifios corretean cerca de sus madrés). - - 865 - Los hombres son vistos en los bares a la hora del café y por las noches; los jôvenes salen a esas mismas horas; las_ jôvenes salen por la tarde y vuelven a casa entre las 9 y 10 - de la noche, cuando las pandillas y grupos de amigos de los chicos permanecen todavîa en los bares o en las calles, ci­ nés, etc., del barrio y de la ciudad. La pandilla de los discotequeros claramen te delimitada se siente integrada en su barrio y en êl de-- searîan permanecer una vez casados. Es para ellos una pro Ion gaciôn de su familia, un intermediario entre la casa y la - ciudad y sobre todo es el centro de concentraciôn de su gru­ po de iguales, por el momento el grupo mâs importante para_ compartir sus vivencias, responder a sus interrogantes y pa sar sus tiempos ociosos. 5.4.5.- LA ACTIVIDAÜ. La experiencia de vida y trabajo contribu ye a diferencias porcentuales en la conformaciôn de las --- amistades juveniles: 1®) Estudiantes y trabajadores tienen muy buenas relaciones y altos indices de confianza en •rîayor proporciôn que los pa­ rados o las mujeres dedicadas a sus labores (ver cuadro n® 348 ). Y quienes dan las cotas mâximas de comunicaciôn pro­ funda son los estudiantes (67 por ciento). Estos, junto con 866 - las chicas dedicadas a sus labores son quienes menos conta£ tos diâdicos tienen (ver cuadro n° 349 ; ). Dentro de una tendencia dirigida mayoritariamente a no renunciar a ningu- no de los amigos que se tiene, los que se muestran mâs lim£ tados en su apegd o implicaciôn afectiva con otros son los_ parados. El 36 por ciento de ellos reducen a uno el nûmero_ de amigos a quienes no renunciarîan por ningûn motivo. 2°) Nuevamente aparece aquî un sector de mujeres: las dedi­ cadas a sus labores, como las mâs sensibles al autoritaris­ me de la persona que lleva la voz cantante en el grupo. Entre los trabajadores,quienes sobresalen son calificados como jôvenes con personalidad e iniciâtiva. Tambiên califican mâs negativamente a algunos de los amigos que llevan la voz cantante en su grupo, abundando en esta - postura los parados (21 por ciento) mâs que quienes estân - en la poblaciôn activa (12 por ciento). Esta valoraciôn es - tâ influyendo probablemente en sus superiores mârgenes de - reducciôn de los amigos irrènunciables. 3®) El lugar o centro de establecimiento de amigos siendo - el colegio para todos,lo es en tasas mucho mâs altas para - los estudiantes (79 por ciento) que para las amas de casa(43 por ciento) y para los trabajadores, estên o no en active (31 y 33 por ciento). El barrio ocupa entre los trabajadores y pa rados un lugar similar al colegio como fuente de conexiôn -- 867 - con amigos, mâs importante incluse para los trabajadores que el centro de trabajo (26 por ciento han hecho amigos por el barrio y 16 por ciento por el trabajo). Asî se con-- firma el papel relevante que el barrio tiene para las gen- tes de nivel socio-econômico bajo anteriormente vista. Otro date importante a considerar es que_ el barrio para las amas de casa no ocupa un lugar mâs impor tante que las discotecas ( 26 nor ciento respectiva- mente) (ver cuadro n° 350). Tambiên aquî se refuerzan los - hallazgos anteriores respecto a la menor disponibilidad fe- menina de espacios cotidianos para su ocio, mâs restringido por la limitaciôn de horarios en que puede disponer de tiem po libre fuera de casa. El barrio, que como lugar de encuentro l ù dico se délimita por sus calles y bares es un lugar dedica do muy predominantemente al sector varonil de la poblaciôn. Lo digo no solamente en base a las descripciones hechas por los jôvenes entrevistados. La observaciôn propia tambiên ha constatado que unos y otros son frecuentados fundamentalmen te por varones y que el acceso de las mujeres, mayor a las called^que a los bares, se concentra en horas especîfi- cas: El acceso femenino a las calles es un hecho por las mana nas para la compra y las noches de verano para "tomar la fresca" El acceso a los bares se da en las noches, antes de las diez, y generalmente en compafiîa de varones. 4®) Decîa mâs arriba que el centro de estudios era fundamen - 868 - tal en la formaciôn de redes de amigos para los estudiantes. Decîa tambiên en otra ocasiên que son los estudiantes quie­ nes tiene grupos mâs amplios de amigos. Su contexte: carac- terizado por la concentraciôn de los grupos de iguales, per tenecientes exactamente a las mismas edades contribuye def£ nitivamente a que asî sea. Abundando en ello puede observar se que a medida que aumenta el nivel de estudios de los jô­ venes crece el estilo de amistad muy difundida y la confi-- dencia abierta a grupos extensos. El 100 por cien de los jôvenes con estu- dios superiores cultivan las amistades de mâs de ocho a m i ­ gos porque son personas a "las que puedes confiar tus pro - blemas y estân dispuestos a ayudarte". La solidaridad se ex tiende. Si los jôvenes son mâs abiertos que los - mayores y los chicos mâs que las chicas, los estudiantes y_ sobretodo los que lo han sido durante mâs tiempo han adqui- rido una mayor destreza y gusto por la interrelaciôn. Prec£ samente porque la han ejercido durante mâs tiempo y en un - clima propiciador del encuentro, de la reflexiôn sobre i n ­ quietudes comunes, de la vivencia de problèmes ligados a la misma etapa biolôgica y social de existencia. Lo digo ha--- blando de los resultados estadîsticos. Convendrîa en un fu­ ture prôximo profundizar sobre un grupo de amigos estudian­ tes como lo he hecho con los discotequeros y militantes. Al gunas entrevistas hechas ya dan pistas de la amplitud de sus contactes pero este serâ tema de un prôximo trabajo. 869 - C 1 ) Willmott, P. Adolescent boys of East Londo_n. op. cit, pâg. 32 ( 2 ) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977". op.- cit. pâg, 104 ( 3 ) Estudio 1.031. Juventud esnanola 1968 del C.I.S. preg. 81 C 4 ) Allerbeck, Klabs y Rosenmayr, Leopold. Introduccion a la sociologîa de la juventud. Ed. Kapelusz, 1979, Buenos Aires, pâg. 102 C 5 ) Ibidem. ( 6 ) Categorîas de amistad confeccionadas por J. Maisonneu ve en su tratado de Psicho-sociologie des affinités. ( 7 ) Estudio 1.031. op. cit. preg.81 ( 8 ) Informe de la encuesta sobre la juventud 1977. op. -- cit. pâg. 107 ( 9 ) Lora, Cecilio de. Op. cit. pâg. 90 (10) Refuerza esta interpretaciôn el estudio de los nive-- ies socio-profesionales en relaciôn a las fuentes de amis-- tad: colegio o barrio. Forma de hacer amigos Nivel alto Nivel medio Nivel bajo Colegio ^̂ 79 ^9^ Barrio 2 27 31 Otros 19__ 14 28 100 100 100 (11) Segûn consta en la clasificaciôn del barrio. Allî se_ habla de medio alto, denominando como tal a lo que yo llamo alto. 870 C 12 ) Los que mâs calor humano brindan para la amistad son_ Oliver-Valdefierro y Torrero-Venecia. Los que menos Ciudad_ Romana- Eje Independencia( dentro del que se ubica "El cen­ tro" del Casco Viejo) y Gran Via-Casablanca. Ver Lôpez, Ma­ ria Angeles y Ans6, José Luis. Op. cit. pâg. 32 (13) En ellos ha estudiado el 50 por ciento de la pobla-- ciôn: 45 por ciento lo ha hecho en los religiosos y el 5 -- por ciento restante en los privados. (14) Asî se constata en una parte de esta investigaciôn -- que se analizarâ en un perîodo posterior. (15) "Encuesta sobre la calidad de vida en Espafia". Mono-- grafîas sobre medio ambiente. Serie socioeconômica y jurîd£ ca MOPU. Cima. Direcciôn General del Medio Ambiente. Madrid, 1979, pâgs. 149 y siguientes. (16) Ver Lôpez, Maria Angeles y Ansô,José Luis. Entre la - domesticaciôn y la libertaJ. Op. cit. pâg. 31 (17) Foote Whyte, William. Street Corner Society. The so-- cial structure of an Italian slum The University of Chica go Press. Chicago and London, 1973 (1° ed. en ingles), 1943 (18) Frith, Simon. Sociologîa del rock. Los juglares. Ed.- Jucar. Madrid, 1980. (1° ed. en inglés, 1978), pâgs. 86 y 87 ( 19 ■) Frith, Simon, op. cit. Pâg. ,29, (20) Ibidem . Pâg. 257 (21) Scanzoni, John. "Social nrocesses and power in fami-- lies" en Contemporary theories about the family. Vol. I. Ed. by Wesley R. Burry otros. The Free Press London, 1979, pâgs. 302 a 305 871 (22) Bahr, Stephen.J. "Family determinants and effects of__ deviance" en Contemporary Theories about the family. Op. -- cit. Pâgs. 637 y siguientes. (23) Frith, Simon. Op. cit. Pâg. 83 (24 ) Tambiên . Kathleen E. Musa y Mary Ellen Roach dicen que la apariencia fisica de las chicas es muy importante para - el propio concepto de sî mismas. Ascguran que lo es mâs que en cl chico, por su sumisiôn a las reglas que privilegian - tanto la belleza en la mujer como una de sus cualidades mâs importantes, en "Adolescent appearance and self concept" en Adolescence, Vol. VIII, n® 31, Fall, 1973, pâgs. 385-394; - especialmente en pâg. 391 ■ (25) Comentarios asî ayudan a entender por quê los hombres se resisten mâs a relativizar la importancia de que unà chica llegue virgen al matrimonio. (26) Mead, Margaret. Male and Female, W. Morrow, Fbw York 1949, pâg. 220 ( 27 ) Pitt-Rivers, J.A.. The people of the sierra, V'eiden- feld and Nicholson, Londres, 1954, pâgs 84 y siguientes. (28 ) Miguel, Amando de. Sexo, mujer y natalidad en Espafia, Op. cit. pâg. 81 (29 ) Foote Whyte, William. Op.-cit. pâg. 256 (30 ) Monod, Jean. Los -barjots. Ensayo seix-Barral, Barce­ lona, 1971. En la pâg.46 hay uno de sus multiples ejemplos. (31 )Foote Whyte, William. Op. cit. pâg. 267 (32) Troll, Lillian y Bengtson, Vern. Op. cit. capîtulo an terior, pâgs. 144 y 145 - 872 - (33) Frith, Simon. Op. dit. pâgs, 82 y 83 (34) Pérez Dîaz, Victor. Pueblos V c3ases sociales en el - campo espafiol. Ed. Siglo XXI. Madrid, 1974, pâgs, 165 a 169 ( 35) Recuerdp el ardor con que los galanes del siglo XVII_ intentaban seducir a las monjas, calificando su prestigio - en funciôn de las dificultades que conllevaba la obtenci6n_ de los valores mâs altos de la pureza femenina. Pitt-Rivers Op. cit. pâg. 75 ( 36 )Eisenstadt, S.N. From generation to generation: Aee groups and social structure. Glencoe Illinois: The Free --- press, 1966 (37) Maravail José Maria. Dictadura y disentimiento politi CO. Obreros y estudiantes bajo el franquisme: Ed. Alfaguara. Madrid, 1978, pâg. 189-224 (38) Foote Whyte. Op. cit. pâg 259 (39) Garmendîa, José A. Esquema del delito en Espana. Ed.- Plaza y Janês. Barcelona, 1973. Pâg. 914 (40) 1968: 56 por ciento de chicos y 51 por ciento de chi­ cas tenîan mâs de très amigos del otro sexo. Encuesta 1,031 del C.I.S. pregunta 82 (41) 1977: El promedio de amigos del otros sexo que tenîan los chicos era de 5,5. El de las chicas era de 3,6. Informe de la encuesta sobre la "uventud, 1977. Op. cit. pâg. 105 (42) Wolf E, Clyde^J, Mitchell y otros. Antropologîa so-- cial de las sociedades complejas. Ed. Alianza, Madrid, pâg. 28 y siguientes. (43) Abril, Victoria y Miranda, Maria Jésus . Op. cit. pâgs. 96 y siguientes. - 873 - (44 ) Aunque a juzgar por las opiniones de Frith se extien- de tambiên a la juventud britânica que êl estudiô esta con venciôn social de la pasividad femenina. Quiero hacer hinca pie en que Frith cree que las convenciones y hâbitos de los jôvenes de hoy, sobie todo de los mâs interesados en la_ mûsica y el baile, son convenciones y hâbitos de la juven-- tud de clase obrera copiados jiosteriormente por las otras_ clases. Claro que êl se refiere aquî mâs en concrete a las_ aficiones, modes de vestir y actuar y a los objietos dignos de-con sumo. Frith, Simon.Op. cit. pâg. 85 (45 ) No tenîan horario exigido de vuelta a casa 57 por cien to de los chicos y 27 por ciento de las chicas. Lôpez, Marîa Angeles y Ansô Liera, José Luis. Entre la domesticaciôn y - la libertad. Op. cit. pâg. 26 (46 ) Willmott, P. Op. cit. (47 ) Foote Whyte, William. Op. cit. (48 ) Es'hija sola y tiene mâs libertad que cualquier otra de 15 afios. (49 ) Alrededor de la Ciudad Universitaria. (50 ) Hadfield, J.A. Childhood and adolescence. Penquin Books England. 1962. Reprinted, 1970, pâg. 207 ( 51 ) • Ibidem . pâg. 217 (52) "Informe de la encuesta sobre la juventud, 1977". "Cuadernos de Documentaciôn Social". Op. cit., pâg: 105 (53) Feduchi, M.Luis. ê,Qué es la adolescencia? ♦ Biblioteca_ Salud y Sociedad. La Gaya Ciencia, Madrid, 1977. Pâg. 33 874 (54) Una urbanizaciôn moderna con zonas ajardinadas y jue- gos infantiles en su interior. (55) Sefialo aquî como acuden a la ficciôn de las pelîculas hechas en base a contextes culturales y sociales distintos_ para establecer las réglas de comportamiento de sus aventu­ ras. La influencia de los mass media en los adolescentes queda aquî constatada. La imitaciôn literal de lo visto con firmada. Igual que cuando la terroriste alémana, Guirum Euss lin, hija de un pastor alemân alega,en sus explicaciones a__ los jueces de las razones por las que habîa participado en_ el incendio de un almacen con personas dentro^que deseaba - recibir la misma sensaciôn que recibîan quienes hacîan la - guerra en Vietnam. Ver Klaus Mehnert. La rebeliôn de la ju­ ventud. Ed. Noguera, 1® ed. Barcelona, 1978. Pâg. 134 (56) Erikson, Erik,H. Childhood and society. Ed. Penguin_ ''Ooks, England, 1950. Pâg. 298. (57) Galambaud. Op. cit. Pâg. 102 (58) Entrenamiento de fûtbol (59 ) Recuerdo que K. e I. estân en paro, M y N. estudian - formaciôn profesional y V.y J. trabajan » - 875 - 6 .- EL TRABAJO 6.1.- INTRODUCCION iQuieren los jôvenes del Casco Viejo incorpo- rarse al trabajo?. La respuesta es sî. Lo prueba que un nûmero importante de ellos se consideran parados y no cejan en su bûsqueda de_ empleo. Lo prueba tambiên que quienes trabajan lo hacen - aunque los oficios a los que se incorporan son en su mayo rîa sin calificaciôn, inseguros, mal pagados y exigen -- cuando menos la jornada compléta de trabajo. Es decir,las ocho horas reglamentarias. Esta situaciôn va mejorando paulatinamente con los afios de trabajo. La motivaciôn fundamental del trabajo es la - necesidad, que détermina tanto las tareas que se aceptan_ como la satisfacciôn experimentada al realizarlas. Son mâs altos los indices de satisfacciôn con aspectos cualitativos del entorno del trabajo, trato reci bido y condiciones fîsicas de realizarlo que con los con- tenidos del trabajo y la remuneraciôn percibida por hacer los. Por ello se quejan de las tareas poco creativas, de la escasa libertad de acciôn, de las pocas oportunidades_ de aprendizaje y de la limitada movilidad ascendente. Por ello tambiên estân mâs satisfechos con los trabajos que - - 876 - en su opiniôn exigen gran responsabilidad. Aunque se observa un interês mayor en el pues to de trabajo que en las funciones a cumplir, prefieren - creer que estas exigen de ellos dedicaciôn y responsabili^ dad. Es decir que aunque prima lo econômico porque traba­ jan para poder vivir, quieren desarrollar cualidades y a£ titudes personales. Desean que el trabajo sea estimulante y compensador. Buscândolo se inclinan mâs a abandonar el_ campo de los oficios manuales por los no manuales observ£ ble, tanto por la evoluciôn natural de los empleos logra- dos cuando se lleva mâs tiempo trabajando, como por las - orientaciones de los estudios realizados. Son mâs los que siguen B.U.P. y C.O.U. hacia_ la Universidad que los interesados en la P.P. En esta lî- nea se desea mâs la incorporaciôn a empresas grandes y a__ la administraciôn pûblica que a las pequefias, mâs insegu- ras y con un abanico mâs reducido de posibilidades de pro mociôn. . Lo que prima en la bûsqueda del trabajo y de_ me jores condiciones de desempefio es el voluntarismo perso nal, Asî acuden a los empleos por sî mismos o ayudados -- por su familia. Y una vez dentro se afilian poco a los -- sindicatos. Su descontento con el respaldo sindical que - estos ofrecen es grande y global, con escasas diferencias a favor de la acciôn de C.C.0.0. Hasta aquî me refiero sôlo a los jôvenes di-- rectamente implicados en el trabajo: parados y trabajado- - 877 - res. Mirando ahora a los jôvenes en su conjunto hay tamhierr algunas pistas de su actitud general ante el mismo. El trabajo es importante para todos los jôvenes como forma de desarrollo personal y como medio de obtener_ ëxito en la vida. En esto son categôricos. Dan sin embargo mâs importancia (dentro de que esta es rainoritaria) a la posiciôn social de partida e in- fluencias manejables, que la que los padres admiten en sus consejos y orientaciones. Que los jôvenes del Casco Viejo quieren incor- porarse al trabajo por necesidad queda patente tanto por - el nûmero de quienes buscan trabajo como de quienes lo -- han encontrado y realizan tareas de escasa remuneraciôn so cial, psicolôgica y salarial. Veamos los puntos que lo con firman; En primer lugar un 15,7 por ciento de los jôv£ nés de! Casco Viejo estudiado se declaran en paro, cifra - que se eleva al 21,2 por ciento entre quienes buscan em-- pleo. La diferencia porcentual se debe a que hay amas de - casa, estudiantes e incluse trabajadores que estân buscan- do empleo. La mayorîa de los primeros ha trabajado ya, -- aunque no son beneficiaries del seguro de desempleo y lle­ van buscando trabajo mâs de seis meses. La casi totalidad_ 878 - de los parados sigue empenada en la bûsqueda de un empleo. En segundo lugar aceptan condiciones de traba- jo precarias. Trabajan 35 por ciento de los jôvenes del Cas­ co Viejo. Très cuartas partes de ellos realizan trabajos - manuales y los que no, ejercen funciones asalariadas en las categorîas profesionales mâs bajas de la escala labo-- ral. Esta situaciôn va superândose con la edad, variable - clave junto con el nivel socio-profesional de partida, pa­ ra la mejora de la situaciôn laboral. Poco menos de très cuartas partes de los traba jadores tienen trabajo fijo y gozan de la seguridad social. Nada de esto existe para la cuarta parte restante, que tiê nen salaries inferiores al mînimo interprofesional. Los sueldos no superan las 30.000 ptas. (el sueldo base en 1980 era de 22.000 ptas.), para dos tercios de los trabajadores. Los horarios de trabajo sobrepasan las ocho boras para una quinta parte y las exige para dos tercios de quienes asx - trabajan. En tercer lugar, la percepcion del trabajo es_ negativa para una parte de estos jôvenes. En concrete la - mitad de ellos lleva trabajando menos de très anos en un - misjno sitio, y menos de uno la mitad de estos ûltimos. Preguntados por las posibilidades de seguir trabajando alii, una cuarta parte responde que no ve ningu - 879 na y poco menos las ve pero no le interesan. Las razones argumentadas para dejar el trabajo actual son tanto que se desea cambiar de empresa como de - oficio y las tiene un nûmero sustancial de trabajadores. - Nûmero que estâ ya habituado al cambio de empleo porque ban tenido dos al menos antes del actual. Los despidos ban sido una de las causas pero la mâs frecuente ha sido la vo luntad propia de buscar algo distinto. Aqucllos que no ven posibilidad de continuer - argumentan su eventualldad y la crisis o precariedad de la empresa como razones para su percepciôn. En cuarto lugar se observa, y todo lo anterior ayuda a comprenderlo, que la razôn de fondo por la que tra bajan los que lo bacen es la necesidad, que abarca a dos - tercios de los trabajadores, mâs de cuyo nûmero se incorp£ raron al trabajo antes de los dieciseis anos. No es de ex­ trader por tanto que el porcentaje de quienes entregan to- do o casi todo su sueldo a los padres supere el 50 por cien to de la poblaciôn trabajadora. Asî se comprende tambiên - que una de las causas mâs frecuentes de abandono de estu-- dios baya sido el "deseo de ganar dinero" o mâs explîcita- mente "las dificultades econômicas". De hecbo el grueso de los trabajadores no ha - superado los estudios de E.G.B. y la preparaciôn o adies-- tramiento para su tarea ha sido lograda gracias al esfuer- zo personal, y fundamentalmente en el trabajo ( un 89 por_ - 880 - ciento de los jôvenes). Los perîodos de permanencia en la empresa como aprendices o ayudantes son largos, lo que contribuye al de sencanto con las tareas realizadas. Se incorporan en mayores nûmeros a empresas pe quedas, de âmbito familiar y sobre todo local, aunque a -- las que aspiran es a las empresas grandes, nacionales, mul̂ tinacionales y estatales; muy especialmente a la adminis-- traciôn pûblica. Estas Ûltimas garantizan una seguridad en el empleo imposible en las primeras. En quinto lugar, los jôvenes aspiran a unas me jores condiciones de trabajo aunque no se expresan drâsti- camente insatisfechos con las que tienen. Lo que mâs sati£ fechos les tiene es: realizar un trabajo de mucha responsa bilidad y no excesivo, las condiciones de seguridad e hi- giene en que lo hacen y el trato recibido por la empresa. Lo mâs insatisfactorio es el salarie, la ruti- na de las tareas y rigidez de horarios asî'como la poca iniciativa permitida. Las pocas oportunidades de aprendiza je y por tanto de movilidad ascendante son tambiên puntos_ generadores de descontento. En sexto lugar, la bûsqueda de trabajo y de mê jores condiciones una vez logrado son empenos voluntaris-- tas en los que prima la iniciativa del joven y de los gru- pos primaries sobre cualquier apoyo institucional. - 881 - La obtenciôn de un empleo ha dependido asî de_ la recomendaciôn de familiares y/o amigos para casi dos tercios de los trabajadores, de la investigaciôn personal^ para una quinta parte de ellos. En sêptimo lugar la afiliaciôn sindical es muy escasa. Alcanza sôlo a un l‘4 por ciento de los trabajado-- res y parados. El descontento de unos jôvenes y la indife- rencia de otros aparecen nîtidamente cuando opinan sobre - la polîtica sindical llevàda a cabo por los diferentes sin dicatos. Sôlo C.C.0.0. es juzgada mâs positivamente, aun-- que en porcentajes muy bajos tambiên. Por ûltimo y en referencia al colectivo juve»-- nil en su conjunto, (conformado por quienes trabajan, estu dian y se dedican a "sus labores"), puede observarse una - actitud generalizada positiva ante el hecho de trabajar; - con unas matizaciones importantes. Que entre el trabajo y la dedicaciôn exclusiva a la familia ven mâs posibilidades en el primero que en la segunda para su desarrollo personal (un 70 y un 26 por -- ciento respectlvamente),siempre y cuando el trabajo respon da a sus intereses y aspiraciones profesionales. Que el trabajo, inteligencia e iniciativa son_ para los jôvenes los puntos mâs importantes que ayudan a - obtener êxito en la vida (un 45,83 por ciento asî responde). - 882 - Y lo son mâs las segundas que el primero. Asîmismo valo-- ran mâs las cualidades personales que los estudios realiza dos. Es esta una actitud reforzada por el nûmero sustan cial de trabajadores que no siguen estudiando porque no lo consideran importante. Que dan mâs importancia que sus propios padres a la posiciôn de partida e influencias sociales disponi-- bles, lo que en definitive significa una relativizaciôn de los otros caminos al êxito. - 883 - 6.2.- LOS JOVENES QUIEREN INCORPORARSE AL TRABAJO Que los jôvenes del Casco Viejo quieren parti­ ciper del mercado laboral se manifiesta, tanto por el nûm£ TO de quienes buscan empleo, como por el de los que lo tie nen y ejecutan tareas de escasa gratificaciôn emocional y_ salarial. 6.2.1.- LOS BUSCADORES BE EMPLEO. Un 15,7 por ciento de los jôvenes del Casco - Viejo se clasifican como parados, porcentaje que se eleva_ al 21,2 por ciento entre quienes responden a las preguntas orientadas a conocer la situaciôn personal de los desem-- pleados C 1 )• El nûmero de jôvenes que se aûaden corres-- ponde fundamentalmente a quienes declaraban arriba dedicar se a sus labores, en segundo lugar a los estudiantes y por_ ûltimo a los trabajadores. El desempleo de los jôvenes del Casco Viejo es superior al del conjunto de jôvenes de la ciudad, en pro- porciôn de 1,6 al, ( 2 ) y superior tambiên a las tasas - oficiales de desempleo juvenil que el INE daba para el ûl­ timo trimestre de 1980. Segûn esta fuente, Zaragoza tenîa_ entonces un 10 por ciento de parados entre los dieciseis y los veinticuatro afios. Una cuarta parte de ellos, siempre segûn el -- - 884 INE ( 3 ), buscaba su primer empleo. En el Casco Viejo sin embargo lo hacen 35,3 por ciento, lo que muestra una - mayor emergencia o necesidad. Los dos tercios restantes ha bîan trabajado antes, pero sôlo una quinta parte cobraba - el seguro de desempleo, a un 10 por ciento se le habîa aca bado ya y el otro tercio no lo habîa cobrado nunca. La si­ tuaciôn de desempleo résulta por tanto mâs dura de lo que_ hubiera podido serlo si al menos se dispusiera de una ayu­ da econômica minima que facilitera la bûsqueda. Esta es prolongada ademâs. Cuadro n ’ 351 DURACION DE LA BUSQUEDA DE EMPLEO (%) Menos de très meses 24,62 De très a seis meses 20,00 De seis a doce meses ' 16,93 Mâs de un afio 24,60 Mâs de dos anos 13,85 Total 100(65) Supera el ano para un 38 por ciento de los jô­ venes y sôlo una cuarta parte lleva buscando empleo menos_ 885 de très meses. Observando el porcentaje de quienes llevan_ buscando empleo mâs de seis meses, 54 por ciento, y compa- rândolo con los que lo hacen en la ciudad se constata que_ las cifras se equiparan ( 4 ). No asî mirando hacia el pa sado reciente. En 1977 no llegaba al 30 por ciento la ci-- fra de buscadores en estas circunstancias (S ), Las cre-- cientes dificultades son évidentes y alarmantes. Sobre to­ do a la luz de los datos proporcionados por el INE para t£ da Espafia. Segûn esta fuente, durante 1980 el paro se ha - incrementado en 1.300 personas por dîa, de las cuales mâs_ de la mitad son jôvenes ( 6 ). Que el paro juvenil afecta sobre todo a jôve- nes de condiciones econômicas y sociales mâs bien bajas puede deducirse de la comparaciôn de lo que sucede en la - muestra del Casco Viejo, con lo que hallô Pérez Dîaz en la clase obrera espaûola de 1978. En el Casco Viejo, dos tercios de los parados_ habîan trabajado antes y la gran mayorîa de ellos (un 89 - por ciento) siguen buscando trabajo por tiempos mâs o me-- nos largos. En el estudio de Pérez Dîaz, y centrândose en_ los trabajadores reciente^ es decir los mâs jôvenes (los - que han comenzado a trabajar en los ûltimos ocho anos que_ son un 28 por ciento), sôlo un tercio de quienes han cesa- do en su primer empleo siguen en paro buscando trabajo. Un 47 por ciento'^e puso a trabajar enseguida_ en un empleo que ya habîa encontrado"y la quinta parte re^ - 886 tante se dedicô a una actividad no laboral. Sôlo una cuar­ ta parte de los buscadores de empleo carecîa de seguro de desempleo ( 7 ). El endurecimiento de la bûsqueda juvenil de trabajo en el Casco Viejo se manifiesta con mayor claridad a la vista del tiempo que trabajaron quienes ahora estân - parados. Cuadro n' 352 EXPERIENCIA DE TRABAJO ANTERIOR AL PARO Menos de seis meses 20,9 De 6 meses a 1 afvo 13,9 De 1 a 3 afios 18,6 De 3 a 6 afios 27,9 46.5 Mâs de 6 afios lf,6 Total 99,9(43) Sôlo una quinta parte ha trabajado menos de seis meses antes de quedarse en paro. Los demâs habîan supe rado el tiempo de prueba y el porcentaje mâs alto habîa -- trabajado mâs de très anos. - 887 - Reflexionando brevemente sobre quienes nunca - han cobrado seguro de desempleo se evidencia la precaria - condicion en la que algunos jôvenes han estado trabajando, indicador de que sus tareas no han sido precisamente cual_i ficadas ni en empresas solventes. La pêrdida del empleo despues de un tiempo ra- zonable de trabajo y la prolongaciôn posterior de la bûs-- queda inciden profundamente en el pesimismo de los jôvenes ante su future laboral. Cuadro n® 353 iVES POSIBILIDADES DE SALIR DE LA SITUACION DE PARO EN QUE TE ENCUENTRAS?. (%) Si a corto plazo 15,3 Tal vez a largo plazo 47,6 Pocas posibilidades 27,6 Ninguna posibilidad 9,2 Total 99,7 El trabajo es un bien escaso y pocos son los - jôvenes que esperan encontrarlo a corto plazo. De aquî que se observen ya algunos abandonos en el intente de hallarlo. Un 19,9 por ciento han desistido en su bûsqueda. El 8,5 por 888 - ciento no dice mâs pero el 11,4 por ciento restante aclara que prefiere no hacer nada "antes de meterse en trabajos - que no tienen ningûn interês para mî". Asî junto al hastîo de la bûsqueda infructuosa aparece el cansancio de hallar-- puestos laborales que no ofrecen mnguna gratificaciôn emo­ cional. Quienes asî responden son exclusivamente los jôve­ nes de clase baja: Un 18 por ciento (ver cuadro n"354 ). - Quiere decirse que donde todavîa se encuentran ofertas de_ trabajo es en los niveles mâs bajos de la escala profesio- nal pero estas ofertas aparecen a los ojos de algunos jôve nés como migajas que no merecen su atenciôn. Unos de estos trabajos en oferta son los de peÔn de la construcciôn y ca marero ( 8 ). Los jôvenes discotequeros en paro, K, e I.- asî lo confirmaban en una entrevista en la que I. avisaba_ a K% de que se necesitaba un camarero en una cafeteria de_ Zaragoza. jr.- i Q u i - e r e s m e t e v t e de c a m a r e r o ; K , - i D ô n d e ? J.- En t a Roma. K . - ! N o ! Preg.: A I. iy tû?. J.- l Y o ? , Î B i e n ! K, - E r e e un e s a t a v o j o e , t é t - i e n e s que e e c t a v i z a r . D om in— goe y t u n e s y t o d o . A t t i , t r a b a j a n d o como un c a b r i t o . Preg.: îNo compensa el sueldo? J,- No, n o r m a t m e n t e es b u e n o , t r e i n t a m i t o a s i p e r o . zTû 889 - e à bes l o qu e es que v eng a un a m i g o e t â o m i n g o a t a s s i e t e _ de t a t a r d e y t e d i g a , Î E h , t i o î . iQ uê p a s a ? . fMe v o y a t - a i n e ! . Bueno t e m e t e s e t a i n e en t a c a b e z a . K . - y s i t i e n e s c h a v a t a t a t i e n e s que v e r a t t i o t a t i e n e s que d e j a r . J.- Eso me p a s a r i a a m i . Ya n o p o d r i a s u b i r a San M a t e o -- to B s â b a d o s y d o m i n g o s . N i t a r d e s n i n o a h e s . K . - He t r a h a j a o d o s an os a s i y no se t o r e c o m i e n d o a n a d i e . El hecho de que vivan con sus padres y que es­ tes les provean de- todo lo necesario, aunque su posiciôn_ econômica sea precaria, permite a los jôvenes preferir un_ paro con poco dinero, que un trabajo aburrido con un suel­ do. La despensa paterna contribuye eficazmente a que estos jôvenes de ascendencia obrera esperen con calma a que apa- rezca algûn empleo gratificante en sî mismo, aparté de que lo sea por sus incentives salariales. En parecidos têrmi-- nos se expresaban cuando se hablaba del oficio de peôn de_ la construcciôn. I. comentaba incluse los esfuerzos de su_ madré por convencerle para que saliera en busca de trabajo. Lo cuenta con cierta complacencia, evidenciando de paso -- que las palabras de aquella no le presionan para aceptar - lo que no le gusta: J. - A h o r a t o que t o s p a d r e s q u i e r e n es que uno e n a u e n t r e - t r a b a j o y p u n t o . M i madr é no hace mâs que e m p u j a r m e p a r a - que t o b u s q u é y d i c e que c u a n d o se c a s e m i he rm a n a s i n p r o p i n a me he de q u e d a r . - 890 - Algunos diâlogos mâs dejan ver la percepciôn - del paro que tienen estos jôvenes y su rechazo a buscar o_ aceptar un empleo desprovisto de alicientes para su perso- nalidad. Habla tambiên quien tiene trabajo y manifiesta -- una concepciôn distinta de su actividad. Son pues dos dis- cursos diferentes y en cierta medida opuestos los que aquî se constatan: Hablan varies de K. Comentan que ni tiene tra­ bajo ni lo busca, le gusta dormir por las mafianas y pasar_ el resto del dîa en el bar. V.- Anade que K. "es un guarro". Tiene un rêgimen de vida_ genial. t E o e t i a t o e p a r a d o s ! , ! quê b i e n se t o p a s a n ! . H , — Rê g imen de v i d a es bueno d es de t u e g o . /f.- ï o t a m b i ê n e s t o y p a r a d o p e r o s i n s e g u r o s , T r a b a j ê n u e - ve meses y no me a s e g u r a r o n a s i que no me que d ô n a d a . T o— dos t o s demâs que han p a s a â o p o r t a p a n a d e r i a t r a b a j a r o n i g u a t . Y y o aûn d u r é , p o r q u e t o s demâs no d u r a n mâs que un mes. A h o r a ya no n e o e s i t a n g e n t e p o r q u e han p u e s t o un h o r - no a u t o m â t i a o y e t due n o se d e s a u e r n a s a t i e n d o a r e p a r t i r ^ e t p a n muy t e m p r a n o . Yo g a n a b a S . 000 p t a s . a t a semana. Me han t t a m a d o dos v e a e s a t a o f i c i n a de e m p t e o . No sê pa quê p o r q u e d i o e n que t e dan e s t u d i o s , p e r o e s t u d i o s de p o r q u e - r i a , p o r q u e a m i no me g u s t a e s t u d i a r en una a o s a que n o - v eo n e a e s a r i a . P e r o es que o f r e c e n aada a o s a . . . de s o t d a — d o r , de eso de e c h a r a e m e n t o a t s u e t o , ! j â quê o f i c i o ! o - f r e s a d o r , con t o d i f i c i t que es , que t e t i e n e s que p e g a r - - 891 - t o d a l a v i d a à h i de f r e s a d o r p a r a a p r e n d e r t o y t u e g o r e s u t t a que t a m p o c o hay t r a b a j o . No yo no e s t u d i o . E t û n i o o o f i ^ c i o que me g u s t a r i a es e t de m e c à n i c o p e r o no e n c u e n t r o na da y eso que t e n g o a m i g o s que me e s t â n b u s c a n d o t r a b a j o y _ t o d o . S i t u v i e r a v e i n t i û n ano s y a e s t a r i a c o t o c a d o . Y despuês : J.- Yo d e j ê en s e g u n d o de m e c à n i c a p o r t a p a s t a . T r è s m i t _ q u i n i e n t a s a t mes en t e r o e r o . Y b e c a s son d i f i c i t e s de c o n s e g u i r . I m a g i n a t e , s ô t o p a r a f a m i t i a s n u m e r o s a s y r o t t o s - de é s o s , Y s e g u i r e t o f i c i o de m i p a d r e es d i f i c i t (talli^ ta). E s t â n ec h a n d o g e n t e . A m i p a d r e no pued e n e c h a r t o -- p o r q u e t r a b a j a a h i d e sd e t o s a a t o r c e a no s y t i e n e y a c u a— r e n t a y o c h o , t o s m i t t o n e s t e s s u b i r i a n . P e r o e t d u e n o -- q u i e r e d e j a r e t o f i c i o , e t t a t t e r q u i e r o d e c i r . S i a m i pa d r e t o d e s p i d e n n o s o t r o s n o s q u e d a r i a m o s c o n e t %oca t q u e _ es a t q u i t a d o y y o e n t r a r i a a t r a b a j a r con ê t . E s ta m o s espe^ r a n d o a v e r quê hace e t j e f e . Yo a h o r a c o g e r i a eso y c u a t - q u i e r c o s a . O t r a c o s a que me h u b i e r a g u s t a d o h a c e r es Be— t t a s A r t e s . Me se da muy b i e n e t d i b u j o p a r a t a t t i s t a y — d e s p u ê s h a s t a p o d r i a s e r d e t i n e a n t e i n d u s t r i a l y h a c e r d i - b u j o s p a r a c a s a s y es o . V , - A m i m i o f i c i o me v a b i e n . S i g o m i r a n d o a v e r s i e n— c u e n t r o a t g o m e j o r p e r o t r a b a j o de o c h o ÿ m e d i a de t a ma- hana a dos y m e d i a o t r è s y t a t a r d e l i b r e . Me p a g a n 18 .0 00 p t a s a t mes y e s t o y i n t e n t a n d o que me s u b a n a 1 9 . 0 0 0 p t a s . E t s e c t o r de t o s p e s c a t e r o s va a h a c e r h u e t g a y se p i d e n - - 892 1 9 . F 3 0 p t a s . . A v e r p u e s s i t a h a c e n y n o s su b e n . El mismo V. decîa poco rato despuês que no le_ interesaban las invitaciones de algunos predelincuentes o_ delincuentes juveniles a robar: V . - T i r a maf ia, no e s t o y yo p o c o b i e n como e s t o y , e t t r a b a ­ j o , m i p a s t a . . . . T . - Decîa tambiên. 4 n o s o t r o s no nos c o n v e n c e n . . . . Yo n e o e - s i t o p a s t a como e t t o s t a n e c e s i t a n , p e r o no mé q u i e r o me — t e r en t t o s . A h o r a , s i y o n e c e s i t a r a p a s t a p a r a c o m e r , p a ­ r a que c o m i e r a m i f a m i t i a , e n t o n c e s s t . Varies puntos merecen atenciôn aquî: Uno de ellos es la experiencia de haber traba­ jado mâs de seis meses sin estar asegurado en una pequefia_ empresa familiar. Es I. quien lo cuenta y quien estâ hacien do proyectos de cambio en su vida de parado pero que pasan por unas exigencias mînimas. Trabajar sî, dice êl, pero en algo que merezca la pena y menciona dos oficios: mecànico y delineante- Sus aspiraciones entran dentro de un campe bastante limitado - por su status social pero suponen una elecciôn vocacional_ fuera de la cual no hay sino ofertas desagradables, pesa-- das, impensables. Su discurso de autorrealizaciôn contiene una valoraciôn de sî mismo propia de los jôvenes de clases médias, de los universitarios, que son quienes han podido_ elegir su formaciôn y subsiguiente desarrollo de aspiracio nés. En la misma direcciôn se mueve K., aunque sôlo mostra - 893 - rS interês (en otra ocasiên) por escribir libres, ambiciên aûn mâs orientada hacia los valores de las gentes mâs pri- vilegiadas de la sociedad. V., sin embargo, estâ satisfecho con su traba­ jo. El no habla de autorrealizaciôn en ningûn momento. Sô­ lo de que es un horario aceptable y que le da dinero. Su - discurso estâ entroncado en las aspiraciones obreras trad^ cionales. Se conforma con la seguridad de un salarie men-- sual que favorece el consume y le disocia ademâs de actitu des o conductas conflictivas o delincuentes. Contrastan -- por tanto el conformisme de V. con los impulses de inicia­ tiva y creatividad de I. y K. A pesar de que econômicamen- te pertenecen al mismo nivel social, responden a valores - de dos clases sociales distintas: V. a los de la clase -- obrera. I. y K. a los de la clase media. Las experiencias familiares de uno y otros jô­ venes estân contribuyendo notoriamente a los valores sus-- tentados, V., hije de un antiguo pastor de ovejas y repar- tldor de leche en la actualidad, tiene siete hermanas meno res que êl y la madré ha comenzado a trabajar desde que la menor va a la guarderîa "asî tambiên lleva algo a casa". - En su hogar se respira un voluntarismo grande por ascender socialmente, a travês de los caminos normales: el trabajo_ y el estudio. Hablando de sus hermanas V. aûadirâ: Yo t e n ­ go s i e t e h e rm anas e n t r e q u i n c e y un ano . Todas e s t â n en e t c o t e g i o o en p r e e s a o t a r . La m a y o r Va muy m a t ; t a s i g u i e n t e - 894 - e t t i e n e c a b e z a p a r a e s t u d i a r . Lu ego t a Y. que e s t â h a c i e n do a d m i n i s t r a t i v e , a u x i t i a r c t a r o . V. se siente satisfecho porque, si las cosas_ van bien toda là familia encontrarâ acomodo social para se guir un camino no muy alejado del de los padres,pero sî lî geramente mejor y sobre todo seguro. Acepta las reglas y - sus aspiraciones se limitan a sus posibilidades reales. In cluso ante el prdblema de la huelga del sector de la pesca derîa deja que otros la hagan por êl. Ante mi pregunta -- acerca de su solidaridad con la huelga me respondio: y.- Nombre s i t o d o s t a hacen se c e r r a r â e t m e r c a d o de p e s - c a d o . I. comentaba al respectoîdZ no t e n d r â p r o b t e — mas p o r q u e e s t â en b u e n a s r e t â c i o n e s con t o s j e f e s . De esta manera V. aprecia la acciôn de otros - compafieros del sector porque le bénéficia pero êl mantiene su postura de sumisiôn a la autoridad patronal y de buena^ relaciones con sus jefes. Asî no corre ningûn riesgo y pue de obtener las ventajas. Su pragmatisme y conformisme le - mantienen en perfecto equilibrio. A todo elle le ha llevado su papel de responsa_ ble de la economîa familiar junto con su padre. Aunque sô­ lo tiene dieciseis afios es el mayor de los hijos y ha emp£ zado a trabajar por la urgencia econômica. Ha interioriza- do ademâs su papel, I. sin embargo tiene dos hermanos mayores que_ trabajan, la que pronto se casarâ (veinticuatro anos) y -- - 895 otro de veintidos afios que es ebanista. Tiene ademâs un hermano menor. Con la entrada de très sueldos a la casa, - la madre dejô un trabajo de limpieza que antes hacia. Quie re decirse que la situaciôn econômica es mejor y por tanto hay ciertas concesiones a sus escasos o nulos esfuerzos por buscar un empleo. Yo no he hablado con los padres pero ellos conocen las cartas enviadas por las oficinas de em-- pleo y no obligan al hijo a aceptar estudios u oficios que a este le desagradan. Su madre lo amenaza con qiiitarle la_ propina, lo obliga a pintar la casa pero es évidente que - la presiôn familiar que sobre êl se ejerce es minima. Su - padre aspira a que le siga en el oficio: "Mi padre querria que siguiera lo que êl a hecho" y a I no le disgusta. Por­ que se relaciona mâs con sus aspiraciones que son respeta- das por el momento y tal vez estimuladas. De hecho el otro hijo continûa en el mismo grupo artesanal que el padre. Los padres de K. tampoco plantean problemas a_ sus hijos. Han permitido que A., el militante politico -- abandone el hogar y haga lo que quiera de su vida. Dejan a K. seguir en paro y no le niegan las 'propinas* seroanales. En su casa entran el sueldo del padre, albafiil y el de su_ hermano mayor que K y menor que A., quien ayuda en una ver dulerîa. K. decîa: Mt. p a d r e es a t b a n i t , . . . t o que m i pa d r e q u i e r e es que yo gan e mucho d i n e r o y p u n t o . Ello no conlleva a que el padre vaya a disfru- - 896 - tarlo porque A. no aporta nada a la casa y cuando ha teni­ do dinero, su padre se ha alegrado de ello sin pedirle -- cuentas, Responde mâs al criteria de dejar que sus hijos - scan felices y que gocen con lo que êl no tuvo. Su moral pare ce responder al escepticismo y pragmatisme de la genera-- ciên de las post-guerras espafiola y Segunda Mundial, en las que, como ahora el interês juvenil se inclinaba hacia la - vida privada y la realizaciên profesional, hacia los he-- chos mâs que hacia las grandes palabras. El disponer de mucho dinero y gastarlo son he- chos probatorios de bienestar. El poder ganarlo haciendo_ lo que a uno le gusta tambiên lo es. Las familias obreras_ de K. e I. parecen responder a una moral que incluye valo­ res de la clase obrera y de la clase media. Cuâles predomi^ nen en cada momento dependerâ de la solvencia econômica de sus hogares. Los hijos tambiên lo entienden asî. A., me ex plicaba en una ocasiôn que nadie le dijo nada cuando deci- diô vivir por su cuenta pero que sî êl viera a su familia_ en problemas volverîa inmediatamente a casa y buscarîa -- cualquier tipo de trabajo, para ayudarla. El ûltimo punto que quiero mencionar aquî es - la disociaciôn de los parados con las bandas de delincuen­ tes o pre-delincuentes juveniles ( 9 ). Distinguen claramente entre la marginaciôn su- frida por sus escasos recursos de trabajo y ocio y aque-- 11a derivada de la infracciôn de la ley. Captan asî e inte - 897 - riorizan los valores paternos y ,se conforman a ellos. Varios mencionaban: Af. - M i s p a d r e s q u i e r e n que e s t u d i e y eso p e r o s i no me c o ^ t o c o t o que q u i e r e n es que p o r t o menos c o j a e t b a r . K. - E s t e a h o r a se Va a t a m i t i y m i e n t r a s t a n t o no t i e n e - t r a b a j o , p u e s que t r a b a j e en e t b a r . X . - C t a r o t o d a s e s a s h o r i c a s que t e quedan s u e t t a s p o r a h i que c u r r e , que c u r r e y no ande s u e t t o p o r a h i como t a n t o - o h a v a t p a r a d o . V. - Lo que t o s p a d r e s q u i e r e n es que e t h i j o no e s t é t o d o _ e t d i a p o r t a c a t t e de m a t e a n t e . I . ~ S i es que c r e e n que s i e s t â s t o d o e t d i a p o r a h i ya t â s h a c i e n d o e t m a n d r i a . El temor de los padres refuerza su distancia-- miento de las conductas penalizables. El gamberrismo del - que hablaron en el capîtulo anterior fue una actividad pa- sajera y sus intereses présentés se integran en la norma­ tive socialmente aceptada. El 80 por ciento de los jôvenes parados del Ca£ CO Viejo siguen buscando empleo. Los porcentajes anterio- res, y las experiencias de los discotequeros corresponden_ a mlnorîas como ya dije pero en el caso del empleo adquie- ren gran relevancia. Cuando yo preguntaba a los discoteque ros;"Entre vuestros amigos &que prédomina, los parados o - los empleados?. K. respondiô; En e t b a r r i o y e n t r e t o s que y o c o n o z c o t o s p a r a d o s , Y a mi pregunta sobre los trabajos - 898 - que podîan encontrarse mâs fâcilmente V. dijo: "camareros_ y en la construcciôn"... Su respuesta me hace pensar que - entre los jôvenes que siguen buscando empleo los hay que - desechan estas oportunidades puesto que todavîa existen. - Buscan trabajo sî, pero mantenerse parados mientras no en­ cuentran una tarea mînimamente gratificante parece una op- ciôn de defender su propio concepto de sî mismos. Pude observar en alguno de mis paseos por los_ bares del barrio que se acercaban hombre adultos o grupos_ de jôvenes parados. Estos jugaban a las cartas y seguîan - haciôndolo mientras la oferta continuaba. El oferente se - dirigîa a los mâs fuertes fîsicamente y les ofrecîa traba­ jos de descarga de camiones. Generalmente el solicitado aceptaba de inmediato ante las risotadas de los que habîan sido descartados de antemano. Allî no se hablaba de condi­ ciones econômicas. El oferente tomaba la actitud de "o lo_ tomas o lo dejas" sabiêndose en la posiciôn fuerte. Ante condiciones tan precarias del empleo i c o n fîan los parados en las estrategias laborales de las centra les sindicales? Dos preguntas abordaban este punto. La primera les interrogaba por su afiliaciôn, la segunda por el sindî cato que a su juicio realizaba una polîtica mâs eficaz en_ Zaragoza. Estân afiliados 8,5 por ciento de los parados, es decir, poco mâs de la mitad. La mayor parte de ellos, el - 899 42 por ciento, se afilian a C.C.0.0., una cuarta parte a - U.S.O, 17 por ciento a centrales no especificadas y 8,2 por ciento a la C.N.T. Como se verâ posteriormente, al tra tar los factores discriminatorios del trabajo, el paro al­ canza mâs a los mâs jôvenes y a las mujeres, grupos ambos_ que se afilian en nûmeros mâs elevados a C.C.0.0. Estos datos no se corresponden sin embargo con la confianza experimentada hacia las polîticas sindicales_ de las diversas centrales. Sôlo responden dos tercios de - los jôvenes, y la mayorîa para decir que no saben, pero -- los que tienen idea, consideran mâs eficaz la polîtica de_ U.C.T., en segundo lugar la de C.N.T. y en tercero la de - C.C.0.0. (dos jôvenes valoran a U.G.T por cada uno que lo_ hace a C.C.0.0.) (ver cuadro n- 355 ). He podido observar que incluse entre los afiliados a C.C.0.0. hay jôvenes que confîan mâs en U.G.T. o la C.N.T., pero los nûmeros absolu tos de los que hablo son demasiado pequefios para extractar conclusiones vâlidas para el conjunto. Dan pistas no obs-- tante del desaliento sentido por los afiliados y del impa£ to que las estrategias sindicales de las diversas centra-- les van produciendo en este sector. Para entender mejor la qpiniôn de los parados_ conviene adelantar que los hay mâs entre los trabajàdores_ manuales, 77 por ciento que entre los subalternos y ayudan tes, 9 por ciento, en la clase baja en conjunto, mâs que - en la media y alta (86 por ciento frente a 14 por ciento). 900 - Ahora bien, los trabajadores manuales y los subalternos que trabajan confîan mâs en C.C.0.0. (18,5 por ciento y 25 por ciento respectlvamente) que en cualquier otra central. Se deduce de ello que la polîtica sindical de dicha central va mâs orientada a reivindicaciones laborales de quienes - f trabajan que a las de los que no lo hacen o que si se ocu- j pan de estos segundos no lo hacen de manera tan eficaz co- \ mo la U.G.T., cuya estima crece en el grupo. La C.N.T. le_ | sigue en importancia. !I En todos los casos, quienes opinan son minorîas | como podrâ observarse en el cuadro n° 355 , lo que en def£ j nitiva se traduce en una bûsqueda personal y en la confian I za en sus propias fuerzas o recursos mâs que en las ayudas externas de las organizaciones nacidas para apoyarlos. 6.2.2.- LOS TRABAJADORES ACEPTAN CONDICIONES DE TRABAJO PRECARIAS. 6.2.2.1.- Tipo de trabajo y categorîa profesional. Trabaja 35,2 por ciento de los jôvenes del Ca£ co Viejo. Très cuartas partes de ellos realizan trabajos - manuales, con o sin calificaciôn (ver cuadro n- 356 } y -- los que no, ejercen funciones asalariadas en las catego-- rîas profesionales mâs bajas de la escala laboral (ver cua dro n- 357 ) . 901 - Llama la atenciôn que jôvenes subalternos, ayu dantes y auxiliares se han clasificado a sî mismos como trabajadores manuales lo que indica que se consideran obre ros mâs que administratives. Aûn desgajândolos de los tra­ bajos manuales prédomina entre los trabajadores el nûmero_ de los obreras dos tercios. Ademâs hay mâs obreros en el Cas­ co Viejo que en el promedio de la ciudad (10 ) y que en la juventud espanola de 1977 (11 ) (ver cuadros n-- 358 y 359 ). En ambos colectivos juveniles el porcentaje de_ obreros alcanzaba a la mitad aproximadamente de los traba­ jadores . Los datos del Casco Viejo para 1980 y 1981 se_ asemejan mâs a los de la juventud francesa de 1974. Segûn_ una encuesta hecha por el Fondo Nacional del Empleo del nisterio de Trabajo francês ascendîa a 64 por ciento la ci_ fra de quienes ejecîtaban tareas manuales ligadas al sec-- tor industrial (12 ). El carâcter obrero de la poblaciôn juvenil del Casco Viejo hoy es por tanto igual al de la juventud fran­ cesa de hace seis o siete afios aunque su nivel de instruc- ciôn es superior (sin ser muy alto) como sefialarê. Pero no sôlo coinciden mâs los datos del Casco Viejo de hoy con los de la juventud francesa de hace varios afios sino que - lo hacen tambiên con los trabajadores "recientes" asalaria dos de la clase obrera espanola de 1978. Las categorîas la borales con las que fueron contratados, inicialmente, en - 902 - su primer empleo, los trabajadores espanoles que se incor- poraron al trabajo en los ûltimos ocho afios responden a -- trabajos manuales (aprendices, peones, oficiales industria les de tercera, segunda y primera categorîa y otras catego rîas no especîficas) en un 73 por ciento de la muestra. Ademâs, como afirma Ferez Dîaz en su informe, la categorîa inicial en las ocupaciones administrativas es casi siempre la de auxiliar y son muy raras las categorîas superiores - ( 13 ), Estas son pues las tendencies actuales en Espafia - de un mercado laboral que sôlo puede ofrecer los puestos - menos apetecibles a quienes se inician en el trabajo. Otro dato relevante en la comparaciôn es que - la juventud obrera del Casco Viejo da tasas mâs altas de - calificaciôn que la juventud obrera de la ciudad y ambas - mâs que los trabajadores recientes espafioles de 1978 y que la juventud espaflola de 1977. Con esta ûltima hay un fuer­ te escollo para la comparaciôn dado que en 1977 sôlo se e£ tudiaba a jôvenes de quince a veinte afios y estâ comproba- do que la calificaciôn aumenta con la edad. Sien el Casco Viejo, antes de los veintiûn afios habîa un porcentaje de - 17 por ciento de jôvenes sin cualificaciôn este era de 42_ por ciento en la ciudad de 62,6 por ciento entre los traba jadores recientes espafioles de 1978 y de 43 por ciento en_ la juventud espanola de 1977. A partir de los veintiûn -- afios el porcentaje habîa disminuîdo a 7 oor ciento en el Ca£ co Viejo, a 22 por ciento en la ciudad ( 14 ), y se care- 903 ce de dates para la juventud espanola (15). Estes hallaz- gos tienen una explicaciôn. Y es que la necesidad lleva al 62 per ciento de les jôvenes del Casco Vieje a iniciarse - en el trabajo antes de les dieciseis afies. En la ciudad ce me conjunte sole han cemenzade a trabajar antes de la edad reglamentaria 23 per ciento de les jôvenes (16 ). Induda- blemente les jôvenes que legran estabilidad en el trabaje_ desde les catorce anes alcanzan mayores niveles de califi- caciôn en relaciôn a quienes empiezan mâs tarde su aprend^ zaje. Digo mâs arriba que la necesidad lleva a des - tercies de les jôvenes del Casco Vieje a trabajar antes de les dieciseis afies. Necesidad ligada a problèmes ecenomi-- cos, tante si se requiere el salarie del mener cerne si le_ que se desea es tenerle ocupade y ne se le pueden costear_ estudies de fermaciôn prefesienal (17) e bachiller. Linz_ recenece también ( en la pâgina 41 de su estudio) que la - incerporaciôn al trabajo de les jôvenes se hace alrededer_ de les quince afies, y es mâs temprana en la clase ebrera - que en la media e alta. Se comprende per tante que el jeven se vea -- obligado a aceptar las condiciones de emplee que se le im- pengan (pueste que no puede acogerse a las leyes) y que trabaje incluse varies anes sin ningûn centrato que garan- tice su antigüedad en la empresa. Tan temprana iniciaciôn en el emplee repercute en la nula o escasa preparaciôn recibida para desempenarle - 904 - y conlleva la permanencia en categories laborales bajas - mâs tiempo del estrictamente necesario para aprender un oficio. Observando detenidamente los datos concluyo que la temprana iniciaciôn laboral ha aumentado reciente-- mente (ver cuadro n- 360 ). El 72 por ciento de los jôve-r nés que tienen ahora entre dieciseis y veintiûn afios comen zaron antes de la edad legal, mientras lo hicieron un 51 - por ciento de quienes tienen mâs de veintiûn anos, Aunque_ estes ûltimos dan cifras mayores de incorporaciôn al merca do laboral antes de los catorce afios. Es decir que ha au-- mentado ûltimamente la iniciaciôn laboral anterior a la edad reglamentada aunque se respete en mayor medida a los_ nifios que estân en el perîodo de instrucciôn escolar obli- gatoria y gratuita. Todavîa siguen trabajando los menores_ de catorce afios pero su nûmero disminuye y cuando realmen- te se les orienta al trabajo es a partir de esa edad, en - los dos afios de vacîo que quedan para quienes no tienen re cursos econômicos para seguir estudiando y no llegan a la_ edad legal de trabajar. Los adolescentes de catorce a die­ ciseis afios que trabajan actualmente entregan todo su suel do en casa (son cuatro jôvenes). Lo hacen asî mismo la ma- yorîa de quienes tienen menos de veintiûn afios, lo que da_ idea tanto de las necesidades familiares como del control_ y exigencias paternas para con los menores de edad. La en- trega salarial de estes jôvenes es en uno u otro caso un - medio de pagar la deuda contraîda con los padres por la aten 905 ciôn que estos brindaron y siguen brindando a sus hijos. - Aûn hay otro factor mâs que incorpora a la necesidad de trabajo de la clase baja, y es el abandono de los estudios_ del 50 por ciento aproximadamente de los jôvenes. Varias - son las razones argumentadas para hacerlo, pero la mâs utî lizada es la econômica, a la que se refiere el 41 por cien to de los 157 jôvenes de quienes hablo. A ellos habria que afiadir un 7 por ciento que déclara tener suficientes estu- dios para lo que sus tareas requieren. Otras de las razo- nes que no se refieren al factor econômico pero si a la ausencia de motivaciôn son, el cansancio de estudiar, que_ abarca a poco menos de un tercio de los jôvenes, el conven cimiento de la falta de cualidades para hacerlo, hastîo de la disciplina y reglamentos, falta de plazas. Teniendo en cuento que quienes han dejado de estudiar rortenecen esen- cialmente a la clase baja (ver cuadro n- 361 ) cabe dedu- cir que el trabajo es para ellos una actividad mucho mâs - apreciada que los estudios y que lo es porque han sido so- cializados para ello, Asî lo analiza Bourdieu cuando desye la la relaciôn entre desigualdades sociales y desigualda-- des escolares (18 ). Hay una ideologia dominante, dice êl, que permite a las clases privilegiadas, principales usua-- rias del sistema de ensenanza, convencerse de que su éxito en los estudios confirma los dones naturales que poseen_ para dedicarse a ellos, como el fracaso de las clases infê riores los convence de que no sirven para estudiar o de -- que los estudios son para personas mâs capaces que ellos,- - 906 - generalmente las que gozan de un status superior. Aquî no_ se piensa mâs que en el determinismo del destine sin parar se a reflexionar en todos los hechos sociales que rodean - al estudiante y que condicionan y determinan su ëxito o su fracaso. Por ejemplo la atmôsfera intelectual del medio fa miliar, la estructura de la lengua que se habla, la acti-- tud hacia la escuela y las ayudas culturales del medio so­ cial que rodea al nino, el estîmulo que este recibe, el convencimiento que los padres tienen y transmiten del des­ tine que espera y corresponde a su hijo, reforzado a su -- vez por el que a ellos les ha tocado vivir, etc. De aquî que el aprecio de la instrucciôn que - algunos trabajadores sienten por primera vez o recobran una vez iniciada su etapa laboral représente un esfuerzo - voluntarioso por romper con los determinismos creados y - - por afianzarse en su convencimiento de su propia capacidad de afrontar su formaciôn a pesar de las desventajas socia­ les de partida. De hecho los tfabajadores que valoran los estu dios (los menos), se incorporan a ellos en cuanto su sala­ rie se lo permite (y manifiestan ademâs actitudes mâs vo-- luntaristas hacia aspectos de la vida privada y pûblica que todos los demâs). Los datos siguientes dan idea de -- ello: - 907 Cuadro n° 362 ESTUDIOS QUE TIENEN A PARTIR DE LOS DE FORMACION PROFESIO NAL. Edad en la que erapezaron a trabajar. Antes de 14 afios (%) 14-16 (%) 16-21 m 22-25 (%) P.P. 15 10 33 8 B.U.P y C.O.U. . . . - .......................... 5 15 46 Estudios de grade medio y superior 6 46 Total de jôvenes que empezaron a trabajar . . .(13) _ I63l_ (34) (13) Para complétât la informaciôn de la tenacidad_ con que algunos jôvenes trabajadores se empefian en aumen-- tar su formaciôn senalo que: Un 40 por ciento de quienes - tienen P.P. (recuerdo que la han estudiado el 15 por cien­ to del total de jôvenes), una quinta parte de los que tie­ nen B.U.P y C.O.U. (los que los tienen son el 22,4 por -- ciento) y una cuarta parte de cuantos alcanzaron estudios_ de grade medio o univers itario (los que los han hecho son - un 10 por ciento del total), trabajaban mientras estudia-- ban, Continûan estudios ahora un 8 por ciento de los traba jadores. La tenacidad de los jôvenes de clase obrera que - 908 - quieren aumentar su instrucciôn indica su conciencia de que estân comenzando desde muy abajo y que les queda aûn - mucho camino por recorrer si quieren ascender socialmente. Como puede observarse en el cuadro n"* 361 (antes citado) , la gran mayorîa de quienes empezaron a trabajar antes de_ los dieciseis afios son hijos de obreros o asalariados su-- balternos del sector servicios (77 por ciento de quienes - empezaron antes de los catorce afios, 68 por ciento de cuan tos lo hicieron entre los catorce y los dieciseis afios). - Ademâs, comenzaron a trabajar entareas manuales, todos -- cuantos lo hicieron antes de los catorce afios, el 78 por - ciento de los iniciados en los catorce o quince afios, el - 68 por ciento de los mayores de dieciseis y menores de veiji tiuno y un 31 por ciento de los trabajadores manuales in- corporados al trabajo después de los veintiûn afios. El cuadro n° 363 del apendice muestra la catê gorîa profesional de los jôvenes segûn las edades a las que empezaron a trabajar. Los inicios son en el peonaje o_ tareas de ayudantes a auxiliares, aunque los jôvenes se sî tûan también en las oficialîas del trabajo manual, es de-- cir en las tareas calificadas. Los trabajos mâs duros (peo nés de albafiil, pinches, etc) los hacen los de menos edad. (El que los trabajos sean menos duros con el crecimiento - del joven no significa necesariamente que asciendan en la_ escala profesional, Los trasvases notables son los de las_ tareas manuales a las no manuales pero en funciones gene-- ralmente vicarias. Al igual que en la poblaciôn adulta se_ 909 pasa de la industrie a los servicios. Su conciencia de as- censo tampoco parece existir a juzgar por el nûmero de tra_ bajadores no manuales que se autodefinen como si lo fueran. A juzgar por los resultados expuestos en el cua dro n° 364 , relacionando la catégorie profesional que los jôvenes tienen con el tipo de trabajo (manual o no manual) que realizan, puede observarse una gran dispersion en las casillas de colocaciôn. Por ejemplo los asalariados subal- ternos, ayudantes, auxiliares y oficiales administrativos_ se ven mayoritariamente à si mismos como trabajadores ma-- nuales calificados. Incluso una quinta parte de los mandos intermedios y un tercio de los jefes o directores de empre ̂ sa (son muy pocos de todas formas en nûmeros absolûtes, cinco y cuatro que contestan respectivamente) se autodefi­ nen como trabajadores manuales calificados. Es decir que - se califican segûn la tarea que realizan. No hay que olvi-- dar tampoco que dos de los mandos intermedios y dos de los directores de empresa renroducen el oficio de su padre en_ la empresa familiar, lo que significa que ejecutan las ta­ reas necesarias para el buen funcionamiento del negocio. - La acepciôn de obrero independiente es corriente entre - los pequefios autônomos. Son muy pocos los jôvenes que han alcanzado las categorias de oficiales administratives o mandos inter medios, a partir de los cuales se puede hablar de mejores_ salaries y en el segundo caso de acceso a medios de poder_ y por consiguiente de status superiores. 910 - Quiere decirse que hasta los veinticinco afios_ los jôvenes trabajadores permanecen en situaciones subal-- ternas y dependientes de los adultos, lo que ayudarâ a com prender mâs tarde su insatisfacciôn con la tarea realizada. Pero para hablar con mayor propiedad de la mo- vilidad juvenil, hay que remitirse también a la permanen-- cia de un trabajador en el mismo puesto de trabajo. Para - averiguarlo les pregunté cuantos empleos habîan tenido an- teriormente y cuanto tiempo llevaban de actives en su em-- pleo actual. A la primera pregunta respondieron sôlo el 59_ por ciento de los trabajadores reales. Dos tercios de quie nes contestaron habîan tenido mâs de un emplee, el tercio restante sôlo uno. Entre los primeros predominan los eue han tenido varies (35,2 por ciento) frente a quienes sôlo pasa ron por dos (29,4 por ciento). A la segunda pregunta respondieron ya el 90 -- por ciento de los trabajadores reales. La mitad de ellos permanece en la misma empresa mâs de très anos, una cuarta parte lo viene haciendo de uno a très afios y la cuarta par te restante menos de un afio. La variaciôn de porcentajes de respuesta a una y otra pregunta disminuye el rigor de su comparaciôn pero_ da pistas de que un nûmero sustancial de los cambios Æ em- pleo se efectûa dentro de los très primeros afios de traba­ jo, en los que se encuentra la mitad aproximadamente de -- - 911 - quienes se incorporan al mercado laboral. Es difîcil compa_ rar estos datos con los aportados por Linz en 1977 porque_ las preguntas son distintas. El obtenîa no obstante la im- presiôn de que la mayorîa de los jôvenes ejecutaban su prî mer trabajo y menciona que sôlo 26 por ciento lleva menos_ de seis meses en la empresa (19 ). Aunque este porcentaje es igual al de los jôvenes que hoy en el Casco Viejo labo- ran en la misma empresa, tengo que concluir que es en este medio (aquî en el Casco Viejo) donde la inestabilidad es - mayor. Al menos 59 por çiento de los trabajadores han pasa do por algûn otro empleo antes del actual y es significatif vo el nûmero de veteranos en varies. Los rêcords del cam-- bio se van acumulando conforme pasan los afios. Es notable_ que un 75 por ciento de los mayores de veintidos afios ha- yan cambiado varias veces, frente a 55 por ciento que lo - hicieron antes de esta edad, Difîcil no ver en ello. un signe de insatisfacciôn con las perspectivas que un joven_ encuentra en una empresa y empefio en procurarse una ma­ yor satisfacciôn personal ensayando nuevos caminos. Dada que la movilidad de una à otra empresa es grande he intentado detectar la influencia de la emigra--- ciôn en la estabilidad o inestabilidad laboral. El résulta do obtenido con la investigaciôn es importante. Se estabi- lizan mâs los hijos de emigrantes que los de padres nacidos en Zaragoza. Asî 37 por ciento de los primeros ha permane- cido en un sôlo empleo frente a 14 por ciento de los segun dos. Los segundos dan mayores records de varies ensayos -- - 912 que los primeros. Conviene puntualizar que hay mâs trabajadores_ entre los hijos de emigrantes, el 90 por ciento y que por_ tanto los datos referidos a hijos de padres zaragozanos son demasiado bajos para representar al grupo (10 por cien to) . Sus actitudes parecen no obstante indicar. que se sienten mâs seguros de su entorno y se arriesgan al cam bio con mayor naturalidad. Cabrîa plantearse en un estudio posterior las variables que influyen mâs directamente en - las estrategias de quedarse o novilizarse de unos y otros - jôvenes, y hasta qué punto es la propia familia la que tra ta de retener al jov,en en un puesto seguro por temor a que se quede sin nada. 6 .2.2.2.- Condiciones de trabajo Una buena pista de las precarias condiciones - de trabajo que realiza el joven, ademâs del tipo de funciôn y de su grade de estabilidad, la facilitan los salaries rê cibidos, los horarios, la seguridad social, el carâcter de trabajo fijo o eventual percibido por quien lo ejecuta. A estos puntos voy a referirme a continuaciôn. 1-) Los sueldos o salaries son los indicados en el cuadro_ - 913 Cuadro n- 365 SALARIO Casco Viejo (%) Ciudad (%) Menos de 10.000 ptas. 9,0 4,5 De 10.000-15.000 " 8,0 9,7 De 15.001-20.000 " 9,0 8,0 De 20.001-30.000 ” 37,2 29,5 De 30.001-40.000 " 19,8 25,6 De 40.001-50.000 " 10,8 17,0 De 50.001-70.000 " 5,2 4,5 Mas de 70.001 " 1.0 1,2 Total 100 100 Teniendo en cuenta que el salarie minime interpro fesional fue de 731 ptas diarias en 1980, es decir, alrede dor de las 22.000 ptas al mes, se evidencia que una cuarta parte de los jôvenes no goza del salarie minime, situaciôn compartida por los jôvenes de la ciudad, quienes en lîneas générales estân en mejor situaciôn salarial. El grueso de la poblaciôn juvenil trabajadora_ - 914 - del Casco Viejo recibe de 20 a 30.000 ptas. y la disminu-- ci6n de personas que perciben salaries mâs altos se hace - en saltos mâs importantes que en la ciudad. Ningûn joven - supera las 70.000 ptas y porcentajes mînimos superan las - 50.000. Las diferencias entre el Casco Viejo y la ciu­ dad son probablemente atribuîbles a las diferencias exis-- tentes entre los trabajos manuales y no manuales. Estos sê gundos son mejor pagados que los primeros y como se recor- darâ son mâs frecuentes en la ciudad en su conjunte que en el Casco Viejo, Una observaciôn de Linz en 1977 es trasladable al Casco Viejo actual. El observaba que los salaries de -- los jôvenes espafioles que vivîan en barrios populares (a - expepciôn de Madrid y Zaragoza) eran inferiores, tanto por la categorîa profesional en la que estaban colocados como_ por el tipo de empresa en el que trabajaban (20 ). Obser­ vé en relaciôn al primer punto que el salarie inferior a - las 20,000 ptas corresponde fundamentalmente a los trabaja dores no calificados, manuales y no manuales. De los manuales, corresponde a 78 por ciento - de los aprendices y pinches, 44 por ciento de los peones.- De los no manuales, corresponde 50 por ciento de los subal̂ ternos y 35 por ciento de los ayudantes. Hay ademâs trabajadores cualificados con esta_ clase de sueldos: Un 21 por ciento de los oficiales de tercera,- - 915 - un 14 por ciento de los oficiales de segunda, dentro de -- las catégories manuales. En las no manuales, un 6 por cien to de los auxiliares y un 25 por ciento de los mandos in- termedios. Tienen un sueldo de 20.001 a 40.000 ptas. la - mayor parte de los calificados manuales, de los ayudantes_ y de los auxiliares: Entre los manuales: 79 por ciento de los oficiales de tercera; 66 por ciento de los oficiales de segunda; 58 por ciento de los oficiales de primera. Entre los no manuales: 82 por ciento de los auxiliares 55 por ciento de los ayudantes; 17 por ciento de los oficiales administrati--- vos. Hay que situar también en este grupo salarial a los trabajadores no cualificados que no se encuentran en el de salaries inferiores: 22 por ciento de los aprendices y pinches; 45 por ciento de los peones; 50 por ciento de los subalternos; 55 por ciento de los ayudantes. Sôlo se sitûan entre las 40.001 y las 50.000 - ptas, el 66 por ciento de los auxiliares administratives.- - 916 - El resto de trabajadores que quedan, administratives, téc- nicos, mandos intermedios y directores de empresa cobran - mâs de 50.000 ptas. Estos datos estân relacionados también con el_ tipo de empresa a la que se han incorporado los jôvenes, y responde a las mâs débiles, artesanales o familiares, aun­ que también se dan casos en empresas mâs fuertes. Cuadro n- 366 COBRAN SUELDOS: Inferiores a 20.000 Nûm abso­ lûtes ni De 20.000 a 40.000 Nûm abso­ lûtes (%) Superiores 40.000 Nûm absor lutos(%) Total Nûmeros absolûtes Trabajadores por cuenta aj ena 2 50 2 50 4 Empleadas de hogar 5 83 6 Empresarios autônomos sin personal. 1 50 1 50 . 2 Empleados en empresa fam^ liar. 9 41 11 50 2 9 22 Trabajadores de la empresa pri- 9 vada local o regional 20 30 68 5 12 44 Trabajadores de la administra- ciôn pûblica 2 40 1 20 2 40 5 Trabajadores de la gran empresa privada.nacional 2 11 10 53 7 36 19 Trabajadores de la empresa depen diente del estaîo S 83 1 17 6 917 La mayorîa de los sueldos se sitûan en el ter­ mine medio, absolutamente en todas las empresas excepto en la administraciôn pûblica que oscila entre los mâs altos y los mâs bajos. Los trabajadores que reciben mejor pago son -- los que trabajan en la administraciôn pûblica o en empre-- sas grandes, nacionales o multinacionales, pero puede ob-- servarse que son pocos los jôvenes que se incorporan a es­ tas empresas. Los mâs trabajan en empresas privadas de âm- bito local o regional. Inclusive en empresas familiares -- hay mayor nûmero de trabajadores que en las nacionales. Estos datos manifiestan la escasa formaciôn de los jôvenes trabajadores y sus pocos recursos sociales pa­ ra incorporarse a empresas que provean de empleos mâs cua­ lificados, y por tanto mâs gratificantes, gozando a la vez de mejores salarios. 2-) Los horarios de trabajo son para la mayorîa de ocho -- horas diarias, 66 por ciento; hay ademâs un 17 por ciento_ que trabaja mâs de ocho horas, la mayorîa de las cuales lo hacen por obligaciôn (11 por ciento) y los demâs trabajan_ menos de este horario. Parece mâs interesante mirar los ho rarios en relaciôn al sueldo mensual que los jôvenes perci ben y al tiempo que llevan trabajando en la misma empresa, datos que quedan resefiados en el cuadro n- 367 del apëndi- ce, y que explican en parte que los sâlarios sean normal-- - 918 - mente tan bajos. El cuadro deja ver que el 70 por ciento de -- quienes recibcn menos de 10.000 ptas. al mes trabaja menos de ocho horas diarias, lo que no impide que 30 por ciento_ las trabajen e incluso las superen. También muestra a los_ trabajadores con jornadas complétas y superiores a las re- glamentarias por obligaciôn, sin que por èllo su sueldo au mente en consonancia. Asî estân el 55,6 por ciento de los_ jôvenes que ganan menos de 20.000 ptas. trabajando ocho o_ mâs horas (estas bien por obligaciôn o bien como horas ex­ tra). El dato es significative y va a incidir justamente_ en la insatisfacciôn salarial que luego aparecerâ. La mayorîa de quienes ganan el salarie mînimo_ interprofesional o lo superan ligeramente: de 20.000 a -- 30.000 ptas. cumplen el horario reglamentario (81 por cien to) aunque también los hay que trabajan mâs o menos de es­ tas horas. Quienes trabajan menos o mâs disminuyen con el alza de salarios. Es decir que se concentran mâs los trab^ jadores en torno al horario reglamentario a partir de una_ remuneraciôn superior a las 30.000 ptas. al mes. Aûn asî, y teniendo en cuenta las horas extras que se hacen hay que concluir que los horarios de trabajo_ son duros (superiores a las ocho horas de trabajo para el 12 por ciento de los jôvenes, de ocho horas exactes para - el 67 por ciento de ellos) y los sueldos bajos. Es esta una realidad que no pertenece en exclu siva a los jôvenes del Casco Viejo. Tiene mâs bien sus raî̂ - 919 - ces en un détérioré creciente de las oportunidades de tra­ bajo, cada vez menos ventajosas puesto que el aumento del_ paro limita las exigencias y obliga al joven a aceptar con­ diciones inadmisibles en périodes de pleno empleo. Las raîces del paro, de la creciente precarie- dad de las empresas mâs pequenas se remonta (pensando en - un pasado muy cercano) a la agudizacion de la crisis econô mica a partir de 1973. Ha repercutido en que estas empre-- sas acusen mâs la debilidad inherente a su carâcter resi-- dual. La crisis en la pequena empresa que es la que_ contrata mâs a los jôvenes sin calificaciôn ocasiona un d£ terioro aûn mayor del trabajo juvenil, ya de por si escaso en esta êpoca y es observable en otras sociedades mâs desa rrolladas que la espaRola. El dossier de Danielle Rouard y P. Audibert ( 21 ) acusa en Francia, de 1973 a 1975, el en durecimiento de los horarios de trabajo de los jôvenes (al igual que el de los adultos), la aceptaciôn de salarios mâs bajos y de tareas manuales menos interesantes, y difi- ciles de endosar en épocas de escasa oferta de mano de -- obra,, En 4a misma lînea, Couthéoux argumenta que la orientaciôn de los jôvenes hacia trabajos manuales efectua “ dos en malas condiciones générales corresponde mâs a nece­ sidades de adaptaciôn que a aspiraciones propiamente di-- chas ( 22 ). Necesidades que se traducen, para los jôvenes del Casco Viejo, en sus esperanzas de seguir trabajando co - 920 - mo ahora durante los dos prôximos anos. Asî responden tan­ to quienes tienen buenos sueldos como quienes no los t i e ­ nen. Les pregunté: "En cuanto a seguir en el mismo trabajo que estâs, iqué posibilidades ves de hacerlo, de aquî a dos afios?'.' Responden: Veo que es posible seguir y me gusta rîa',' un 22 por ciento de quienes cobran menos de las 20.000 ptas., el 53 por ciento que reciben de 20.001 a 40.000 pts., un 14 por ciento que reciben hasta 50.000 ptas. y un 11 -- por ciento con sueldos aûn superiores. Los que responden: "No creo que la empresa me_ vaya a mantener en mi trabajo", son mâs nunierosos entre quienes cobran menos. Asî contestan el 45 por ciento de quienes cobran menos de 20.000 ptas, la misma cifra de -- cuantos perciben de 20.001 a 40.000 ptas. y un 10 por cien to mâs que las sobrepasan. Los que se sienten mâs capaces de elegir se si­ tûan entre los de mâs sueldo. Asî responden:"Veo que es po sible seguir pero no me gustarîa" un 76 por ciento de los jôvenes trabajadores que ganan mâs de 20.000 ptas. y sôlo_ 24 por ciento de quienes se sitûan por debajo de ellas. Queda claro que quienes tienen puestos de ma-- yor calificaciôn encuentran mayor apoyo en la empresa pero ellos estân menos dispuestos a quedarse porque sus aspira­ ciones superan a la oferta que esta les brinda. Los mâs dé biles por el contrario, que aspirarîan a quedarse porque - saben que sus oportunidades son muy limitadas dudan de que - 921 tengan incluso ésta posibilidad en el inmediato future. Y_ sin embargo el quedarse seria la ûnica manera de alcanzar_ antiguedad y con ello mejorar sus ingresos. Efectivamente, disminuye el nûmero de jôvenes que tienen sueldos bajos a_ medida que auir.cnta su permanencia en el trabajo. Cuadro n- 368 SUELDOS DE LOS JOVENES Tiempo que llevan trabajando en la mis- ........... ma empresa. Menos de un ano. (1) De uno a très anos (%) Mâs de très anos. Cl) Hasta 20.000 ptas. 44 28 18 De 20.001 a 40.000 37 60 60 40.001 y mâs 19 12 22 Total 100(27) 100(25) 100(51) Todo ello no hace sino confirmar que se acep-- tan las condiciones que sea con tal de encontrar un traba­ jo, con la esperanza de mejorar la situaciôn, en la misma_ empresa quienes comienzan con los sueldos mâs bajos y ofi- cios menos cualificados, en la misma o en otras empresas - quienes parten de una posiciôn mâs ventajosa en sueldos y_ - 922 - oficios. Cabe puntualizar aquî que los mâs débiles ea - este como en los otros estudios espafioles o europeos con-- sultados, son siempre los mâs jôvenes y las mujeres. Son - ambos grupos por tanto quienes mâs aspiran a estabilizarse en el puesto encontrado, al menos de momento. 3-) La seguridad social y la estabilidad laboral van uni-- dos para el 73 por ciento de los jôvenes que trabajan. Ca- recen de ambos un 27 por ciento aunque 3 por ciento no sa­ ben siquiera si tienen o no seguridad social. Los inesta-- bles dan en el Casco Viejo tasas mâs altas que en la ciu-- dad de Zaragoza, un 23 por ciento aunque las caracterîsti- cas de unos y otros sean las mismas: afecta a los mâs jôve nes, a los que estân en perîodo de prueba o de aprendizaje del oficio, a los no cualificados (ver cuadro n- 369 ). Son estables 80,5 por ciento de los trabajado­ res que ejecutan tareas cualificadas, manuales o no, fren­ te a 19,5 por ciento que no lo son. La proporciôn de esta­ bles entre quienes realizan tareas no cualificadas descien de drâsticamente al 50 por ciento y aumenta proporcional-- mente la tasa de los eventuales, el otro 50 por ciento. rando mâs detalladamente a los aprendices, pinches y p e o ­ nes se constata que todavîa superan el porcentaje de even- tualidad, el cual alcanza al 55 por ciento. Conviene puntualizar que la inseguridad labo - 923 - rai no afecta solamente a las categorîas profesionales mâs bajas y de menor salarie, sino que repercute mâs aûn en quienes las tienen en las empresas mâs poqueûas, que son a su vez las que contratan mâs en peores condiciones. Hay mâs mujeres eventuales que Membres, a lo - que contribuée el trabajo domêstico y el realizado en el - domicilie por cuenta ajena, ambos comunes al sexo femenino. Las tasas de eventualidad de los jôvenes del - Casco Viejo de hoy son similares a las de los jôvenes espa fioles de 1977 aunque hâ mejorado notablemente el acceso a_ la seguridad social desde entonces (23 ). Si en 1977 sôlo_ la gozaban 71 por ciento, hoy en el Casco Viejo disponen - de ella todos los trabajadores fijos, (80,5 por ciento co­ mo senalé antes). Es decir que, aunque no mejoran las pos^ bilidades de empleo ni disminuye el nûmero de aquellos -- - Inestables, al menos la situaciôn de los trabajadores fi-- jos se regulariza, lo cual es un avance atribuible a un me jor funcionamiento de los contrôles sobre las empresas y - al amparo que las leyes pueden proporcionar a los trabaja­ dores que conocen sus derechos. La acciôn sindical de los_ Ûltimos anos ha jugado un papel importante ai la informaciôn laboral facilitada a los trabajadores. 6.2.3.- LA PERCEPCION DEL TRABAJO EXISTENTE E6 NEGATIVA. Como consecuencia de lo que he venido presen- - 924 - tando hasta ahora y de algunos puntos mâs que sefialaré en- seguida la percepcion del trabajo es negativa para una par te importante de los jôvenes trabajadores. Concretando, la mitad de los trabajadores lle­ va menos de très afios trabajando en una misma empresa, y - el 50 por ciento de estos incluso menos de un afio. Una -- cuarta parte no ve ninguna posibilidad de continuar en el mismo centro de trabajo y 16 por ciento la ve pero no le - interesa. Sôlo la mitad de los trabajadores por tanto ve - su future en la empresa como algo factible por parte del - centro y deseable por la suya. Ademâs poco mâs de la cuar­ ta parte reconocen tener un trabajo eventual (27 por cien­ to) . Cabe preguntarse si tal situaciôn de inestabi­ lidad real y sentida se debe a un perîodo de prueba razona ble o a una polîtica mâs agresiva de la empresa, que despi de periôdicamente a los jôvenes principiantes a fin de élu dir un contrato mâs vinculante. La respuesta que los datos ofrecen es compleja. De un lado hay paralelismo entre el nûmero de trabajadores que lleva menos de un afio trabajando y el de los eventua-- les, como lo hay entre los que llevan mâs de este tiempo - y son fijos. Esto me inclina a creer en la existencia de - una polîtica empresarial de mantener un nûmero de jôvenes_ durante perîodos certes de trabajo, e incluso con renova-- ciones semestrales, o trimestrales de su contrato como vie - 9 2 5 nen haciendo ya en Zaragoza empresas conocidas (pongo por_ ejemplo algunas empresas del sector del caJzado, donde co- nozco obreros que no han permanecido mâs de un afio y donde quienes lo llevan se encuentran constantemente con nuevos_ compafieros de trabajo). Del otro lado, y esto conecta con lo que acabo de decir, son las empresas locales quienes tienen mayor nO mero de contratados temporales que la gran empresa. No voy a entrar aquî en la libertad de despido facilitada por la_ actual legislaciôn, sino en la fragilidad de la empresa p£ quefia o en su mayor libertad para este tipo de estrategias que inciden tan negativamente en los proyectos laborales - de los jôvenes (la falta de representacion sindical en la_ pequefia empresa la deja mâs libre para actuar en estas ma- terias). De todas formas no es solo la tendencia de la_ pequefia empresa a proveer al trabajador con contratos tem­ porales la que incide en la eventualidad del mismo. Hay que reconocer también en este sentido que en términos gene rales la empresa da carâcter de continuidad a los contra-- tos de sus trabajadores como demuestra ese 73 por ciento - de jôvenes que afirman "ser fijos". Digo que no es sôlo la estrategia empresaria] de dar carâcter provisional a sus - empleos la que détermina que 27 por ciento de los jôvenes_ sean eventuales. Hay que contar con que un 10 por ciento - piensa que su situaciôn en la empresa es dêbil y que proba - 926 - blemente le espera el despido, pero hay que contar también con que el 16 por ciento no desea continuar donde esté y - un 14 por ciento mâs no sabe que pensar. Es decir, que la_ estabilidad laboral, ademâs de depender de la voluntad de_ contratacién del centro, lo hace de la voluntad de conti-- nuidad o cambio del propio trabajador. Y vimos en el acap^ te anterior que un 40 por ciento de los jôvenes habîan pa­ sado ya por uno o varies empleos diferentes. La iniciativa del despido ha sido significative. Las razones argumenta- das por la empresa también: Despido al termine del perîodo de prueba en 13 por ciento de los casos (7 por ciento del_ total de trabajadores). Crisis empresarial 9,5 por ciento mâs (5,4 por ciento del total de trabajadores) (24 ). Sin embargo, la causa mâs decisive de salida - de un trabajo es la opciôn personal de abandonarlo, o la - manifestaciôn de descontento mediante reivindicaciôn de dê rechos que ha acabado en despido: Fueron despedidos por hacer demandas salariales 5 por ciento de los jôvenes (3 por ciento del total de tra bajadores), Optaron por dejar la empresa en busca de mejo­ res oportunidades 48 por ciento de quienes han cambiado de empleo (27 por ciento del total de trabajadores). Estos datos arrojan luz sobre los intereses de una poblaciôn juvenil que trabaja por necesidad los mâs (62 por ciento), o por gusto los menos (27 por ciento),pero - 927 que en cualquier caso censuran activamente la insuficien-- cia de recompensa que su trabajo obtiene. Esta censura que yo llamo activa porque exige decisiôn de movilidad, en muy pocos casos se resuelve en demanda salarial conflicti- va como se ha visto sino mâs bien en partida silenciosa a_ la bûsqueda de mejores oportunidades. Pero el que haya 40 por ciento de jôvenes que_ han pasado por uno o varios empleos antes de llegar al ac­ tual no significa que estén ya contentes con el que ahora_ tienen. Ni tampoco que lo esté el 60 por ciento que perma­ nece en su primer empleo. A mi pregunta: Si pudieras ele- gir actualmente iqué trabajo elegirîas?. Sôlo 35 por cien­ to de los jôvenes optarîan por quedarse donde y como estân. Los demâs elegirîan, o promocionarse en la misma empresa,- (un 23 por ciento) o cambiar de empresa, de oficio e inclu so de pais (el 41 por ciento). Los porcentajes de jôvenes con deseos de cam- bio no varîan a los de 1977, aunque se observa que se esta bilizan mâs, o mâs bien, que desean estabilizarse mâs los_ jôvenes del Casco Viejo de hoy, en la empresa donde estân. Cambios si pero de promociôn en la empresa, dicen en la mâ yor medida. Entonces en el 77 un 36 por ciento aspiraban a cambiar de empresa o sitio de trabajo y un 30 por ciento - mâs querîan cambiar de oficio o profesiôn. El proyecto a - largo plazo era alcanzar puestos en el sector servicios o_ tareas no manuales en general, es decir una promociôn ha-- - 928 - cia actividades técnicas y profesionales principalmente,-- ( 25 ). Varîan si acaso los planteamientos del cuestiona-- rio pero permanecen las intenciones, détectables en el co- lectivo juvenil analizado por Galambaud en 1977 (26 ) y - en el estudiado por Willmott en 1966 (27). Le que sucede es que las circunstancias se han ido haciendo mâs difîci-- les para la estabilidad en el puesto de trabajo y los jôve nés, aunque mantienen aspiraciones fuertes de cambio, se - dan cuenta de las dificultades de conseguirlo. Tal vez no_ son tan conscientes como los obreros en general. Ferez -- nîaz descubre que 80 por ciento de ellos no quieren cam- biar de empresa pero el porcentaje de los que desean perma necer ha subido entre los jôvenes como ha subido entre los adultos (en 1978 eran 75 por ciento los obreros espanoles_ que querîan permanecer donde estaban) (28 ). Lo que si se iguala con los obreros espafioles, si no estrictamente en - nûmeros si en disposiciones de movilidad, es el deseo de - incorporarse a empresa^ grandes y sobre todo a empresas pû blicas, que son justamente las que dan mayores seguridades de estabilidad en el empleo. Ahora bien, que las aspiraciones de cambio per manezcan entre los jôvenes mâs altas a travês de los afioŝ por una parte; la irreversibilidad de la tendencia por la_ otra^me conduce a analizarla en términos de sectores margi nales de la poblaciôn trabajadora que sufre condiciones de trabajo especialmente duras dentro del sistema econômico - actual. Los jôvenes constituyen aquî (y las jôvenes muje-- 929 - res aûn mâs) el eslabôn dêbil de la cadena. Comienzan a -- trabajar por necesidad y aceptan el puesto laboral que se_ les présente. La lucha por salir del cîrculo estrecho en - el que se entrô comienza muy pronto. En cuanto se adquiere prâctica, cualificaciôn, contactes y al mismo tiempo se ma dura biolôgicamente, ( 29 ) se buscan trabajos distintos,- salarios mâs altos, promociôn en el centre. Se hace con e£ fuerzo personal, voluntarista, que nada tiene que ver con_ una lucha organizada de clase (a la que teôricamente acce- den el 21 por ciento de jôvenes afiliados a sindicatos), - sine mâs bien con una orientaciôn de movilidad individual_ que avanza desde los trabajos manuales hasta los no manua- les, y luego de los menos prestigiosos y peer pagados a los que ofrecen mejores perspectives en ambos sentidos. La elecciôn personal de los trabajadores mere- ce especial atenciôn en relaciôn a los orîgenes de los pro pios jôvenes. Manifiestan un mayor deseo detentar la salida del pais quienes han nacido en Zaragoza que quienes emigra ron con sus padres, un 14 por ciento de los primeros fren- te al 3 por ciento de los segundos (ver cuadro n- 370 ). Los emigrantes prefieren quedarse aqui, aunque sus aspira­ ciones de movilidad son mayores que las de los nacidos en_ Zaragoza, tanto en lo que se refiere a deseo de promociôn_ alli donde estân, como de cambiar de empresa y oficio. Tarn bien han cambiado de empleo mâs que los nacidos en Zarago- - 930 - zà, (un 4 por ciento mâs). Todo ello indica que sus expec­ tatives son mâs intensas, su voluntarismo mayor. Ta]es con ductas y motivaciones deben enlazarse con las fuertes .difî cultades iniciales de encontrar empleo, mâs precarias aûn_ que las de los hijos de emigrantes nacidos ya en la ciudad y por tanto con mayores contactes en la misma. Estas apre- ciaciones coinciden con el anâlisis de Kaiser ( 30) quien concluye en su estudio que la debilidad inicial de los in- migrantes en el mercado de trabajo es comparable a la de - los jôvenes, las mujeres, y los sectores menos calificados de la poblaciôn activa. Lo inverso sucede con los hijos de emigrantes_ que nacieron ya en la ciudad. Estos han sido mâs estables_ en su empleo inicial que los descendientes de padres zara- gozanos ( un 37 por ciento han tenido un sôlo empleo de los primeros Trente al 14 por ciento de los segundos). Ya_ dije anteriormente que una posible causa sea la presiôn fa miliar para que se queden con lo que tienen por temor al - desempleo. Ellos sin embargo aspiran en mayor medida a sa­ lir de su trabajo actual aunque sin cambiar de oficio y ma nifiestan mayor entusiasmo con la salida al extranjero que los jôvenes emigrantes y que los jôvenes zaragozanos. Esto me hace pensar que al haber nacido aquî - han tenido mâs oportunidades de aprender un oficio que -- quienes emigraron. Por tanto lo que buscan es ejercerlo en mejores condiciones que las actuales. Creen que yendo a -- - 931 otra empresa de mayor envergadura aumentaran sus posibi- lidades de movilidad ascendante y emigrando al extranje­ ro podrân ganar mâs dinero y especializarse en el oficio adquirido. Los relates de los emigrantes espaftoles que - vuelven de los paîses industrializados de Europa aumen-- tan sus esperanzas. Los que emigraron por el contrario, han teni do unos comienzos aûn mâs difîciles y ensayan uno u otro oficio hasta encontrar aquel en el que se sienten hâbi-- les. Los ensayan mâs en las propias empresas y por ello_ aspiran a la promociôn si dieron con el adecuado o al -- cambio si no ven salida esperanzadora en el que aprendie ron. Pero el salto emigratorio que ya han dado les hace_ valorar mâs su residencia actual y tienen deseos de tan- tear Zaragoza que se les aparece todavîa como la gran ciudad en la que puede lograrse un mejor trabajo gracias al empeno personal y a los contactos que se vayân adqui- riendo. Y si aquî no se encuentra tampoco se lograrâ en_ otras ciudades igualmente industrializadas. El caso de A, joven emigrante (militante) que referirâ enseguida su experiencia en Zaragoza es a - mi parecer un ejemplo ilustrativo de lo que digo. Sus sentimientos de soledad cuando llegô a Zaragoza y sus e^ fuerzos por hacer amigos en la misma, relatados en el ca pîtulo cuarto, le hacen valorar los contactos consegui-- dos y le impiden renunciar a ellos para salir nuevamente 932 - en busca de otras ciudades o paîses otras realidades so­ ciales, otras formas de vida y de trabajo extrafîos. El descontento de los hijos de emigrantes es mayor que el de los hijos de padres zaragozanos. Tienen_ mâs recursos que los emigrantes jôvenes pero menos que - los de familia originaria de la ciudad. Tienen aderaâs el ejemplo de sus padres que dieron el gran salto del campo o ciudad pequena a la Zaragoza industrial. Es para ellos natural pensar en su propia emigracion como un nuevo salto promocional. Aspiran a cambiar de empresa mâs que_ quienes tienen su vida hecha en Zaragoza por herencia, - quienes probablemente pueden comenzar en mejores condi-- ciones gracias a su veteranîa (ver cuadro n- 371 ). No se ha hecho un estudio de los recursos con que cuentan los jôvenes emigrantes, los hijos de emi_ grantes y los de residentes en la ciudad desde su naci-- miento, pero se tiene evidencia de que los dos primeros_ grupos trabajan mâs que el tercero (1,3 emigrante o hijo de emigrante por cada uno que no es ni una cosa ni la otra). Tal constataciôn hace pensar que sus dificultades econômicas familiares son mayores. Se sabe tambiên que los estudios realizados por los dos primeros grupos son inferiores a los logra-- dos por los jôvenes de origen urbano. Un 29 por ciento - de emigrantes o hijos de emigrantes tienen estudios inf£ riores al primer ciclo de E.G.B. porcentaje que disminu- - 933 - ye a un 23 por ciento entre los de origen urbano. Un 26_ por ciento de quienes no proceden de Zaragoza alcanzan - B.U.P. y C.O.U., mientras que asciende al 35 por ciento_ la tasa de quienes tienen estos estudios procediendo de_ la ciudad. Por el contrario se han inclinado a P.P. 17 - por ciento de los primeros y 14 por ciento de los segun­ dos . Se sabe tambiên que dos tercios dé los jôve­ nes de procedencia familiar y/o personal exterior a Zar^ goza tienen un status socio-profesional bajo, porcentaje en drâstica disninuciôn entre los jôvenes de ascendencia_ urbana, un 46 por ciento. En coherencia con ello pertene cen al status medio el 28 por ciento de los primeros fren te al 40 por ciento de los segundos y al alto, un 7 por_ ciento de los primeros frente a un 14 por ciento de los_ segundos. Todo ello da pistas de que los emigrantes o_ hijos de taies comienzan a trabajar en los eslabones mâs bajos de la cadena laboral. Resumiendo, los jôvenes mâs satisfechos con_ los trabajos que tienen son los beneficiarios de una so- cializaciôn urbana desde sus comienzos y por descenden-- cia, Los hijos de emigrantes optan mâs por el cam bio en termines relatives y demuestran mayor ânimo a emî grar al extranjero, emulando la decisiôn de sus padres - 934 al venir a Zaragoza. Los jôvenes emigrantes desean cambiar con ma yor intensidad que ningûn otro pero habiendo protagoniz£ do un salto migratorio hasta Zaragoza, elegirîan alterna tivas de empresa y oficio distintas al interior del nue­ vo contexte urbano en el que se mueven. Enlazando nuevamente con la bûsqueda de em- pleo expondrê ahora testimonies de una entrevista. Los jôvenes militantes dan una vîvida rela-- ciôn de sus exploraciones y de la importancia que los contactos adquieren para el cambio de un trabajo no de- seado a otro ligeramente mejor: A, - Me Itamo A.; tengo ve-întiauatro anos^ tengo los estu dios bâsvcos E.fî.B, y graduado esaolar saaado en ta aca­ demia, He estado trabajando desde tas quince anas, Enton ces he trabajado en et ptâsticOy en ta madera^ ta cons-- trucoiân^ he hecho un curso de ajuste de mec&nicoy he — trabajado en ta uratita, jardinera y ya» nada mâs. Ahora eetoy en para. Preg.: iHas trabajado tambiên de monitor?. A.- He estado de monitor pero eso no es un trabajo, son aosas sociales. Eso, son tas vacaciones. Preg.: Y estos trabajos que has ido haciendo, ien que -- condiciones los empezaste?. A.- En ta madera empecê a tos quince anos de aprendiz, - estuVe dos anos, despuês estuve très anos en et ptâstiao 93 5 tamhién de aprendiz. La madera en una fâbriaa de aajas - en Infante. El ptâstiao en una fâbrica de juguetes. La - construcoiôn, pues de peSn. Entonces volvi a trabajar — otra Vez en ta madera haciendo patos y serreria en ta — uratita montando tejados de peôn y de jardinera de peân__ en et Ayuntamiento de jardinera. Bueno et primer trabajo cuando vine de Caspe, vivia en Caspe, entonces mi prima trabajaba en una fâbri ca de madera de tas cajas, entonces me buscâ trabajo, en tances cuando vine del pueblo en un eâbado, entonces tunes enganchê en et trabajo ese, estuve dos anos me pa— rece y estuve de aprendiz todo et tiempo ese. Preg.: iPor que te fuiste? A,~ Me fui parque enaontrê otro trabajo que era del ptâ^ tico, es que, en et trabajo de ta madera hacia once ho— vas me parece en aquêt tiempo y ganaba 400 ptas. a ta se mana, o sea una miseria. Et Infante ese, era un hijo de_ ta gran puta. Preg.; îHace nueve anos de eso? A.- Baria menos. Empecê a tos quince, tengo veinticuatro, nueVe dhos. Preg.: ^Tambiên ganabas 400 ptas. cuando te fuiste?. A,- No, me parece que cuando me fui ganaba 600 ptas. ino? C.- No, 900 ptas, A.- EstuVe dos anos atti, entonces ganaba at finat 900 — ptas., eran once horas, yo estaba abajo en ta serreria - 936 - y entonces estaba todo et dia detrâs de una sierra cor— tando troncos salia vqldadico todos los dias, entonces - me saliô otro trabajo. Otra prima que estaba en una fâ— brica de ptâstico, entonces habtaron atti por mi, enton­ ces entré a tos dieaisiete anos, estuve hasta tos dieaio oho o diecinueve, entonces me fu-i, ya no, por probtemas_ de dinero, sino porque habia un probtema en ta fâbrica,- me echaron prâcticamente. Estuve metido en atgunos de tos sindicatos. Preg.: îEn la clandestinidad?. A.~ Ctandestino ctaro!. Pero ta cosa no surgiô por nin— gûn tipo politico, simptemente surgiô un rotto de pedir_ unas cosas, entonces a rais de eso hubo una serie de pro btemas pero no pasâ nada. Entonces et probtema fundamen­ tal fue, que habia una tia que estaba embarasada, habia_ tenido un crfo, entonces ta querian echar, entonces necê sitaban dos testigos, entonces, fuimos otro y yo de tes- tigos, a mi, me echaron y at otro te echaron dos meses - de sanciân de suetdo, a mi me ttamô et jefe y me dijo -- que si iba a deotarar me echaba ctaramente, entonces fuf a dectarar y entonces cuando vine de dectarar me echô na turatmente. Preg.: Y la chica, iganô el juicio?. A.- A ta chica ta echaron tambiên, porque era muy poco - consecuente, porque despuês que nos metiô en et ajo, pues se desvinoutô un poco de tas cosas. Se fue con su marido - 937 - a casa. Su marido, es encargado de un matadero. Lo hiae_ un poco por cuestiôn sentimental, yo he sido militante - del P.C. porque en oierto modo era una cabroncitta era encargada de las chavatas que trabajaban alli y verdade- ramente, se comporté muy mal con las chavatas, pero va— mos por cuestiones mâs bien sentimentales, to hice y — por fatta de experiencia ctaro, entonces me echaron vit- mente y estuve un aho sin encontrar trabajo, un aho en - el paro. Conozco las famosas listas negras que habia en­ tonces, en oualquier sitio que iba, llamaban por tetêfo- no y no me cogian. Un aho sin trabajar, entonces encan— trê trabajo en la serreria esa, me mandaron de ta ofici na de desempleo atti y me cogieron porque era una fâbri­ ca muy pequehita, no pedian nada, estuve atti seis meses y me fu-C porque encontrê trabajo en ta construcciSn y en tonces me iba a ir a la miti, neaesitaba dinero y me fu% a ta construcciSn porque era mâs rentable. El tib aquêt_ de la fâbrica era un cabroncete, o sea que tuve proble— mas con êl tambiên, porque teniamos un tope, trabajaba— mos a destajo, entonces si veia que saaabas la produociân te subià el tope cada semanayentonces no ganabas nada,- porque si cada semana te subia el tope porque ttegabas - mâs, entonces al finat cada dia te ténias que superar — mâs y at finat, pues no ganabas nada, entonces como me - busqué otro trabajo en la construcciSn, un tormento de - obras y construcciones, estuVe trabajando seis meses an­ - 938 tes de irme a ta miti y entonces to dejê porque me fu'C a ta miti. Preg.: iNo te guardaron el puesto?. A.- No, porque yo pedi ta cuenta porque neaesitaba dine­ ro, Si pedias ta cuenta, no me to guardan. Me daban una_ indemnizaaiôn, to que me eorrespondia por 28 de Jutio y_ Navidad, vacaciones y todo et rotto ese, a parte una in- demnizaciôn por despido y como neaesitaba dinero me die­ ron 40.000 ptas. me parece y me fui. Me fui a la mili y_ cuando sali de la mili estuve dos meses parao me parece, enContrê trabajo con un cabroncete tambiên en las urali- tas, estuve dos o très meses, trabajê sin seguro montan­ do tejados, despuês me hizo un seguro, me asegurô en la_ Seguridad Social y estuve con êt un aho montando tejados de uratita por ahi, por los pueblos. Preg.: îLo encontraste buscando tu mismo?. A.- Lo encontrê por un gacho del partido que trabajê con êl entonces. C.- iPero, era el tio ese del partido?. A.- No, el tio ese no,era A.M. que se matâ con la furgo- neta. Entonces me dijo que neaesitaba uno, el Polto tam­ biên habia trabajado con êl antes, entonces et Potto, — fue et que me lo dijo pero el que trabajê con êt, fue A. M. que me dijo que fuera a trabajar atti con êt, enton— ces estuve con et un aho, por ahi, por tos distintos pwe btos de Aragôn, Teruet, Huesca, por todos tos tados, pa- sando catamidades por todas partes y econâmicamente, me_ 939 eatta mâs o menos rentable y por no seguir eon êt, es — porque no tenta otro trabajo hasta que at final ya tuve_ algunas frases gorâas con êl y ademâs me planteê lo de - estudiar y entonces ya lo dejê. Lteguê a un acuerdo con_ êl, me diâ et paro y entonces me puse a estudiar el Gra­ duado escotar todo este aho y ahora voy a seguir estu--- diando y a ver si encuentro algûn tipo de trabajo. C.- Lo de jardinerta del Ayuntamiento ha sido como una - cosa muy temporal ino?. A.- Lo de jardinerta del Ayuntamiento, ha sido lo del fa moBO decreto ley del Gobierno sobre el empleo comunita-- rio. Es que, los Ayuntamientos, estaban obligados a co— ger a una cierta cantidad de gente en paro para trabajos sociales y entonces les pagaban un 75 por ciento et Ins- ^tituto Nacionat de Previsiân y et 25 por ciento el Ayun­ tamiento. Eran contratos de dos, cuatro y cincç meses, a mi me cogieron con un contrato de cinco meses, yo me --- apuntê votuntario alli, Cogieron a gente mâs o menos vo- luntaria y a gente que no se habia apuntado forzada. En­ tonces eso, estuve trabajando cinco meses en el Ayunta— miento, tuvimos algunos problèmes y tat y despuês ya se_ me terminé et contrato ese. Preg,: Problèmes, ide quê?. A,~ Pues probtemas de condiciones de trabajo porque mi - contrato eventual pues et Ayuntamiento no ténia prévis to nada, no ténia previsto ropa de trabajo, ni funciones de 940 transporte ; toda una serie de prohlemas de condiciones - de trabajo y vamos, en cinco meses no da tiempo de arre- gtar muchas cosas, sotamente arregtamos ta ropa de traba jo y nada mâs. C.- y aquetto de que te podîas quedar, de que habia posî hitidades?. A.- Si, eso fue una especie de come cocos det senor X, - que como habia entrado muy recientemente en et Ayunta— -- miento et tio iba con muchos humos y tat y veia que podia hacer muchas cosas y at finat no podia hacer nada, se — nos dijo que ta gente que habia trabajado en et Ayunta— miento, tenta opciôn y todavia tenemos opoiôn, si no cam bian. tas cosas , a que cuando hay ptazas de jardinerta - se harâ un cupo restringido para ta gente que ha estado_ trabajando det paro y otro cupo para et pûbtico en géné­ rât, yo no me to creo mucho, cada vez me to oreo menos y atti quedô ta cosa (en ese sentido); tuvimos muchos pro- btamas de cobros, porque primero cobrabamos un dia, tue- go oobrdba os at otro y todo por negtigencia de tos fun- cionarios, porque hacian to que tes satia, sobre todo — con nosotros, porque parece ser que no tes gustaba mucho que trabajâramos atti, porque en pocos meses, hiaimos un trabajo bastante grande, pusimos en marcha dos o très — parques en Zaragoza. Hioimos amptiaciones bastante gran­ des y se notdba mucho lo poco que trabajaban ettos, en — tonces parece ser, que a ta gente no te gustaba demasia- - 941 - do, -inotuso tos funoionarios, pues tenian mata teohe de_ cava a nosotros, retrasando nSminas, areando conftiotos__ entre et Ayuntamiento y tos trabajadores det paro en fun ciôn de no se de quê. Despuês estuve seis meses en ta eŝ cueta de Formaaiôn Profesionat Aaeterada, que funciona - en Mirathueno, haciendo un curso de ajustes que era una_ mierda, estaban trabajando con un programa que utitiza— ron tos atemanes despuês de ta Segunda Guerra Mundiat pa ra capaaitaciôn det personal, para empezar a tevantar — Atemania ino?. Entonces, en et ano 75-76, estâs trabajan do Qon un programa de hace 40 anos o hace veinte anos, - me parece un poco ridicuto, entonces haciamos cosittas,- tonterias, entonces un programa totalmente incompteto, - entonces cuando sales de atti te dan un tituto de ofi--- ciat de tercera de ajuste de etectricidad o de to que — sea, pero vas a una fâbrica con et cacharro ese y se te_ rien, b sea, que es muy dificit, hay gente que ha enoon- trado trabajo de todos modos, o porque ténia unos estu— - dios anteriores o porque durante et curso, estaba traba­ jando de aprendiz en atguna fâbrica, pero reatmente sir- ve muy poco. Con seis meses hacerte ajustador es una ton teria ino?. Eso E., que ha trabajado cuatro anos to sa— be mejor que yo; y despuês eso, me fu-T a ta miti, he es­ tado estudiando, ahora estoy con et paro, ttevo bcho o - nueVe meses y to que ttevarê de momenta cobrando; estos__ dos meses, he estado de vacaciones y despuês at tajo es- - 942 - te que es una espeaie de tajo pero tambiên vacaciones — permanentes y nada mâs. Preg.: Pero a tî, no te han despedido nunca por defensa_ de problèmes laborales, iverdad?. C.- No habia probtemas de ese tipo. Pero por eso no te - despedian. Era un tatter pequeho, habia un ofioiat de -- primera y yo. Entonces ctaro, no habia trabajo para doe_ oficiates, entonces uno de tos dos ténia que ir a ta ce­ tte. Era mâs fâcit eaharme a mi y coger a otro aprendiz. Le votvian a pagar otra miseria y te sacaban at cabo de_ dos o très meses. Preg.: îHasta cuando estuviste trabajando? C.- Hasta hace dos anos y pico. Preg.: iCuânto cobrabas hace dos afîos?. C.- 18.500 ptas. at mes. Era et suetdo base det aprendiz det metat y tuego como no haciamos horas extras, porque_ yo me he negado siempre a hacer horas extras, entonces - pues et suetdo base; tas ocho horas. Preg.;iY luego empezaste a estudiar para graduado escolar? Ç.~ Si, empecê a estudiar to det graduado que por aierto euspendi y ahora a ver si to apruebo para septiembre y - tambiên voy a empezar et graduado sociat et dia diecinue^ Ve. Preg.: En la Plaza de los Sitios, ino?. C,- Si, en ta escueta de Bettas Artes, - 943 - Preg.: Y tu familia ies de aquî?. îEres tû de Zaragoza?. E,- Yo me ttamo E. y tengo Veinte anos. Estuve estudian­ do hasta tos oatovee y entonces decidi que no me gustaba estudiar y me puse a trabajar en un tatter. Me to busqué yo et tatter. Preg.: îPor tu cuenta y riesgo?, isin referencias?. E.- Fui preguntando y encontrê. Entonces estuve cuatro - anos trabajando. Preg.: îDe quê era el taller? E.- Ve maquinaria de imprenta. Yo era ajustador. Enton— ces estuve cuatro anos y et tercer anos me hice ofiaiat_ de tercera. Le pedi ta prueba porque yo creia que mis eo nocimientos eran suficientes y te pedi ta prueba. Me hi_ ce oficiat de tercera y entonces me puse a estudiar, Fen sê que ténia que estudiar y estuve un aho en et Corona - de Aragôn y aquetto no me gustâ y me puse a estudiar et__ B.U.P., primero, segundo..., segundo entero con et paro_ y mi prima fue ta que me dijo que en et H. habia un si — tio que se hacian ttaves y tat. Entonces et etemento que estaba atti se ténia que ir a ta miti, que si queria ir_ yo a suptirte. Entonces fu-C y me quedê atti y ttevo très ahos trabajando atti y he seguido estudiando durante es­ te tiempo. Asi me ha ido. Preg.: iQuê estudias ahora?. E,- Ahora Voy a empezar C.O.U. con dos asignaturas sus — pendidas de tercero. - 944 - Preg.: îY quê horarlo de estudios llevabas, de ocho a diez? E.- No, es que yo aamhiê. En vez de tenev dias de fiesta entre semana por no tener fiesta, soto ténia justo et do mingo y satia a tas siete de ta tarde de trabajar y me - iba a estudiar. Entonces perdia ta primera hora ctaro, por que tas otases empezaban a tas seis y cuarto, porque tas ctases son de très cuartos de hora. Entonces perdia_ ta primera ctase, pero a tas otras très ttegaba, enton— ces como nunca aoincidia que tos cinco dias de ta semana fuese ta misma ctase, siempre atternaban un poquitto. — Por eso, pues to hice, suspendia dos, tas he euspendido_ otra e iguat tas suspende otra vez. Preg.: îY quê es lo que suspendes?, ilas ciencias o las_ letras?. E.- Las ciencias, bueno, es que tampoco he hecho demasia do. Tampoco ténia ganas de hacer demasiado porque estaba aurrando y ttegaba a casa por tas noches y tampoco ténia muchas gâ ïas. Y bueno, to que dejas de hacer que son tas matemâticas y ta fisica^pues es to que suspendes. Preg.: Y ahora, idônde has empezado C.O.U.?, îDônde vas_ a empezar?. E.- Aqui, en ta Magdatena, en mi barrio. Preg.: Tû, ieres de aquî?. E,- Si, yo naci en ta catte Et Fresno, ta catte mayor y__ mâs grande det barrio. Entonces estuve viviendo atti has - 945 - ta los dieaisiete ahos que me cambiê a ta eatte It., que hemos progresado, isabes?. Preg.: îY tû?. D.- Me ttamo- D. Tengo veinte ahos. Mi vida normatmente ha_ transaurrido estudiando, hasta tos oatorae ahos estuve es­ tudiando en un ootegio de auras, ta Satte y tat. Pensaba - seguir estudiando qüinto y sexto. Lo que pasa que habia — probtemas de ptaza, trastado y tat. En definitiva que nos_ comieron et oooo. Et director un dia a mi padre y a mi nos dijo que ta satida actual era formaciân profesionat porque era un asunto que satia buen oficio y tat. Entonces ctaro_ que acabê atti en ta formaaiôn profesionat y et primer aho to hice... Entonces, ctaro, si quieres hacer un oficio ha­ ce fatta prâctica porque atti prâctica haces muy poca. En­ tonces pensé en buscarme trabajo y por mediaciôn de un amf go de mi padre me meti en un tatter de etectricidad. Estu­ ve atti un tiempo trabajando, me pagaban 900 ptas. a ta sê mana de aprendiz yo ténia dieciseis ahos o atgo asi, enton ces yo ttevaba et peto targo y tat mâs targo que ahora y - con peritta. Entonces ta dueha det garito parecia que te - motestaba porque et sector donde trabajaba era un poco bun queria. Entonces daba mata imagen. Entonces un dia me dijo. *’Artista", si et tunes no vienes con et peto cortado y ta_ peritta afeitada no vengds. Entonces et "artista" et tunes se quedô durmiendo y no apareciô mâs. Luego terminé, segui hice tercero. - 946 Preg.tiNi pediste indemnizacion ni nada? D. - No, porque era una espeaie de arregto de amistad. En-- tonoes yo iba un poco a aprender el oficio y me pagaban — por simple tramite, nada. Luego hice maestria. Terminé --- maestria, hice revâlida. Luego bueno, durante et tiempo de maestria estuve trabajando tres meses en correos, me to — busqué por mi cuenta y estuve trabajando, nos daban contra to, pero a tos tres meses dije que no porque, me queria ir de vacaciones, y tat. ¥ me fü-i de vacaciones. Luego me pu­ se a hacer ingenieria têcniaa que estâ arriba ino?. En et_ cotegio de peritos industriales. Et primero suspendia, et^ segundo vuetta a suspender. Luego estuve trabajando et aho pasado tres meses en correos, rr{e echaron y ahora en mayo — me votvieron a ttamar, ttevo cinco meses trabajando en co­ rreos. Preg.: iPor que te echaron? P.- Es que es un rotto que to auente ahora. Otro dia Preg.: iY tû?. B.- Me ttamo B. Tengo veintitrês ahos. He sido estudiante. He estudia­ do hasta COU, despuês hice primero de Ingenieria con eête, to tuve — que dejar por incompatibitidad. Bueno, pues deje' primero de Ingenieria. En estos momen— tes estoy buscando mi primer empleo y preparando unas cposiciones para correos porque parece que es xma de tas pocas posibitidades que se puê den tener, porque de otra manera es muy dificit encontrar trabajo y e^ tudiando tambiên contabitidad, câtcuto y mecanografia. Preg.: îDônde has estudiado todo eso? B.- En ta academia Kunet, en ta TUA. Estuve para hacer ta rêvâtida de_ sexto, pero lo dejê otra vez porque preferia hacer C.O.U. Preg.: lY estas academias no facilitan trabajo a la salida? B.- Dicen que si. Pero tuego sôto es para tos listes y enchufados y to da esa gente y para poca gente ctaro. He trabajado tambiên tres meses_ en correos y me fu€ porque estaba harto de trabajar. Iba a empezar a - estudiar tambiên, no sê, at 50 por ciento por cada motivo. - 947 - La experiencia de A., emigrante es de ensa-- yar una y otra vez ep busca de mejores empleos pero to-- pando constanteinente con otros tan duros como los ante-- riores. Sus inquietudes polîticas le llevaron a relvindi^ car derechos para otros primero y luego para si mismo. - El resultado de su primera lucha ya se ve que es el des­ pido, De los otros empleos es êl quien se despide. A., como sus companeros obtiene los trabajos por contactos familiares o de amigos, C. incluso aprove- charâ contactos esporâdicos laborales. Ninguno de los jôvenes manifiesta entusiasmo por su trabajo. Querîan trabajar sî, pero las experien-- cias eran decepcionantes. Ante ello la estrategïa conûn_ es el abandono. Algunos como A. y C., siguen buscando te nazmente. E., D. y B. optan mâs bien por hacer oposicio- nes, para obtener un puesto seguro y evitar asî la repe- ticiôn de experiencias anteriores. Es comûn a todos ellos el esfuerzo realizado por adquirir mayor instrucciôn y con ello una funciôn la boral mâs especializada. Aquî hay un contraste interesan te. Entre A., que estudia en una escuela de formaciôn -- profesional el oficio de ajustador y descubre luego en la empresa que no le ha servido de nada y E., que lo apren- de en la empresa permaneciendo tres aRos de aprendiz. El perîodo de aprendizaje es largo pero al menos pasa la prueba y asciende a oficial de tercera, cosa que no suce - 948 - de con A. Todos ellos hablan de sus experiencias, decep cionantes tanto por las tareas como por la falta de sali- das. Y extraen de ellas un voluntarismo por formarse. Han comprendido que se puede comenzar desde cero muchas veces, pero la llegada es siempre un punto muerto. Nada les ha - quedado de entonces. Sôlo uno de ellos fue asegurado, pe­ ro ninguno ha acumulado beneficios por antigüedad. Excep­ te A. que logrô una indemnizaciôn al salir de la construe ciôn. Quiero resaltar otro punto que entra en es­ te anâlisis marginalmente pero que adquiere gran importan cia. A- refiere las fricciones que los trabajadores tempo rale^, llegados del paro tuvieron con los funcionarios de]/Ayuntamiento por demostrar con su trabajo el escaso - r^hdimiento de estos. A mi parecer es un punto interesan- / /e, incluso dejando de lado la moral del trabajo del fun- cionario, que una vez obténido un puesto ya no le preocu- pa o interesa la tarea a realizar, (en este aspecto con-- firma la tesis de L. Aranguren, quien argumenta que el hombre contemporâneo quiere el puesto pero se desentiende de la funciôn que conlleva (31 )), Lo es porque apoya las teorîas de Goodman sobre la educaciôn incidental de - los jôvenes y da pistas sobre el valor que una formaciôn_ de estos por medio de su incorporaciôn a las institucio-- nes sociales tiene. Goodman argumenta que educando a los_ - 9 4 9 - jôvenes en escuelas se les aîsla de la vida real. Inte-- grândolos en las tareas sociales se les ayuda a conocer - las causas y los efectôs, a aprender con la prâctica y a_ conocer por propia experiencia cuando se ha adquirido ya_ la destreza necesaria (el caso de E. despuês de tres ahos de ajustador en una empresa). El anade que para los adul­ tos responsables de las tareas sociales esto no es un pro blema."A la mayorîa de la gente le gusta que los jôvenes_ anden alrededor, para observar como se desarrollan; su presencia suele volver el trabajo mâs honesto y menos ru- tinario, pues los jôvenes son honestos y poco rutinarios" ( 32 ). La reacciôn de los funcionarios ante el rendimien to de los jôvenes provinientes del paro tal como A. la présenta no fue precisamente de alegrîa pero estos ûlti-- mos demostraron sin duda los resultados obtenibles con su trabajo honesto. No cabe duda que la presencia juvenil en las instituciones sociales ayudarxa al funcionamiento de_ las mismas, al menos mientras fueran aceptados por los adultos. En todo caso permitirîa a unos y otros una mayor toma de conciencia de los mecanismos que influyen en los_ niveles de productividad, de los tiempos reales de apren­ dizaje, y de las aptitudes personales para desarrollar d£ terminadas tareas mâs eficientemente. Claro que podrîa asî mismo dar lugar a protestas en las fâbricas e institu ciones como las que protagonizan los jôvenes hoy en las - escuelas o a una aceleraciôn del desencanto con las fun- - 950 ciones laborales envueltas en la rutina y con la robotiza ciôn de sus realizadores. Las explicaciones de su trabajo o paro por -- parte de los militantes, data de los finales de 1980. Hoy las cosas han cambiado para ellos. B. ganô las oposicio-- nes a Correos, E, trabaja en un taller de fotografîa, A.- ha sido contratado por el Ayuntamiento y ademâs lleva una cooperativa de reparto de correspondencia con varios de - estos compaReros, incluyendo a K, su hermano y a I., otro de Tos discotequeros, Han conseguido librarse del trabajo manual industrial y continûan su lucha por la subsisten-- cia a base de esfuerzo e imaginaciôn. Relatos similares aparecen en el estudio de - Willmott, aunque en el Casco Viejo de hoy es mâs évidente el miedo al paro, al que no escapa ninguno de los jôvenes entrevistados y un buen nûmero de los que respondieron a la encuesta. Preguntê a estos ûltimos: "Si créés que es­ tâs en peligro de paro, iqué razones encuentras para ello?': Un 31 por ciento de los jôvenes respondieron que sî, que_ creîan estar en peligro de paro. El 13 por ciento daba co mo razôn que se sabîa eventual, 3 por ciento que tenîan - un contrato temporal y el 15 por ciento restante que veîa a la empresa en crisis y ademâs habîa presenciado despi-- dos en los ûltimos meses, Sôlo 59 por ciento ve un futuro abierto y de- seable en su lugar de trabajo actual durante los prôximos dos afios, o promocionândose (poco mâs de una quinta par - - 951 - te) o manteniêndose al menos en su situaciôn actual (poco mâs de un terclo). ! Mirando con detalle a los jôvenes que ven po­ sible seguir en la empresa y ademâs les gustarîa hacerlo_ se observa lo siguiente. Quienes tienen esperanzas mayo-- res son los administrâtivos. 90 por ciento de ellos cali- fican su empleo como seguro y deseable frente a 10 por -- ciento de ellos que viêndolo seguro tambiên prefieren -- abandonarlo en busca de mejores perspectivas. Los obreros cualificados dan porcentajes al-- tos de fe en su posibilidad de continuar, el 77,4 por --- ciento. El 57 por ciento desearîan seguir y el 20 por -- ciento prefieren dejarlo por algo mejor. Un 13 por ciento mâs dudan de que la empresa los mantenga en sus puestos - y el 10 por ciento restante no sabe que pensar. Es decir, que las posibilidades de permanen-- cia para las categorîas de jôvenes cualificados son altas. Se reducen drâsticamente para los no cualificados. Alrede dor de dos tercios de los trabajadores no manuales ven po sible seguir, pero mâs de la cuarta parte no quieren ha-- cerlo. Un 18 por ciento duda de las intenciones de la em­ presa y similar nûmero no sabe a quê atenerse. Todavîa e£ tân peor los obreros sin cualificaciôn. Sôlo la mitad de_ ellos ven factible su continuidad y la desean la gran ma­ yorîa, (el 40 por ciento). Un 10 por ciento se muestran - escêpticos ante la voluntad empresarial de mantenerlos y_ 952 un 40 por ciento mâs se hallan sumidos en total perpleji- dad. Son pues los mâs débiles de todos (33 ). Decîa nâs arriba que la lucha por salir del - cîrculo estrecho en que se entrô comienza muy pronto para el joven y desarrolla con la adquisiciôn de prâctica, cua lificaciôn, contactos y madurez biolôgica. Todo ello se - acumula con la edad y por tanto aumenta con ella la pro-- porciôn de jôvenes que han tenido varios empleos. Esta es de 2,6 a partir de los veintidos afios por cada uno de los menores de esta edad. Se cambia mâs de empleo cuando se es varôn que cuando se es mujer: 1,3 varones han tenido varios empleos por cada mujer. Para comprenderlo hay que tener en cuenta que un grupo de mujeres trabaja en el servicio doméstico o en su domicilie por cuenta ajena, a tiempos parciales y - concibiendo su tarea como una ayuda o complemento. Por ello siguen realizândolo mientras les sirva como tal. Otro grupo de mujeres se incorporan a trabajos administratives, o de venta en comercios, donde la estabilidad suele ser - mayor, especialmente en el sector estatal o en los gran­ des comercios. El cuadro n- 372 muestra como el tipo de_ trabajo que se abandona mâs frecuentemente es el no cali- ficado, con tasas mâs altas de salida en el no manual (s6 lo 17 por ciento permanecen en su primer empleo, una de - las seis personas a él incorporadas) que en el manual, -- - 953 - (en el que permanecen 40 por ciento, cuatro de las diez - personas que en él se iniciaron). Deja ver también este - cuadro que la estabilidad mayor se registra en las tareas no manuales y calificadas (50 por ciento, très de las -- sels personas que incluye), seguida por la permanencia en los trabajos manuales calificados ( el 41 por ciento, tr£ ce de las treinta y dos personas implicadas), trabajos que absorben la mayor cantidad de rano de obra.Hablare mâs de e£ tas diferencias de abandono o expulsiôn del empleo entre_ unos y otros jôvenes en el acâpite de los factores discri minatorios del trabajo. Ahora quiero concentrarme breve-- mente en las razones de salida del trabajo, segûn la cate gorîa profesional de que se disponga. Dejo a un lado los_ mandes intermedios, jefes o directores de empresa, tanto_ por su escaso nûmero como porque son quienes llevan el nê gocio familiar, patronos de pocos empleados o pequenos propietarios autônomos sir personal. El cuadro n- 373 deja ver que son muy pocos - quienes han sido despedidos al finalizar el perîodo de -- prueba, mâs entre los obreros calificados que entre quie­ nes no lo son. Los despidos por demandas salariales se ex-- tienden por igual entre los obreros y los auxiliares adm^ nistrativos. Cuando la empresa se déclara en crisis, se - deshace primero de los asalariados subalternos y ayudan-- tes( 34 ), posteriormente de los obreros, mâs tarde de -- - 954 los cualificados que de los que no lo estân. Es decir elî mina primero al personal administrative no indispensable^ (35 ) . De todas formas las salidas mâs frecuentes son læ voluntaries, en las que también registran mayores_ frecuencias los obreros calificados y en segundo lugar los administratives o personal de servicios calificado también. Es decir que se van mâs aquellos que por te-- ner mayor formacién alimentan ambiciones superiores a las que satisface la empresa, como anteriormente se vi6 que - eran los mejor pagados quienes la abandonaban. Evidente-- mente para estos jôvenes hay mayor apertura del mercado - laboral a pesar de las estrecheces actuales ( 36 ). El que algunos trabajadores no calificados se vayan también lo atribuyo, tanto a que esperan encontrar_ algo mejor (el caso de los militantes A. y E.) o a que -- prefieren irse antes de ser despedidos, a fin de no con-- tar con un mal expediente posteriormente (en cierta forma el caso de D., militante también). Conviene reflexionar brevemente sobre dos de_ los aspectos aquî tratados. Abandonan mâs la empresa los_ mejores preparados y son apartados de ella, y ademâs te-- men serlo, los peor preparados. La desesperanza con la mejora de la realidad_ que se vive es mayoritaria entre los trabajadores no calî ficados, sean o no sean manuales, se consideren como obre 955 - ros o como asalariados del sector servicios. Su falta de_ calificaciôn si bien no ha sido obstâculo para entrar en_ la empresa si lo es para su estabilidad. Esto me conduce_ a pensar en una polîtica de racionalizaciôn del trabajo - que concuerda con los hallazgos de Oriol Horns y J.E. Sân- chez ( 37 ). Ambos autores analizan la desaparicidn de -- sectores de bajo nivel tecnolôgico y su estancamiento en_ mementos de crisis econdmica como la actual. A ello con-- tribuye la introducciôn de empresas de alto nivel tecnol^ gico y la modernizacion de las que pueden resistir a la - crisis. Cambia en consonancia la gestiôn de la mano de -- obra, aumentan los puestos administrâtivos calificados y_ disminuyen los manuales y los subalternos sin califica-- ci6n. De aquî que me parezca interesante detenerme_ en el tipo de empresa que brinda mâs esperanza y deseo de permanecer en sus filas a los jôvenes del Casco Viejo. Estos se sienten mâs seguros y desean conti­ nuât perteneciendo a la burocracia estatal (ver cuadro n- 374 ). Son pocos los jôvenes incorporados a ella (cin- co) pero todos quieren seguir laborando en la administra- ciôn pûblica. Las empresas dependientes del estado también_ brindan seguridad total pero ya hay una de las seis perso nas que allî trabajan que prefiere cambiar. A grandes li­ nens puedo decir que la mayoria de los trabajadores de to 956 - das las empresas ven factible continuer en ellas (la tasa mâs baja la de la empresa nacional o multinacional y tie- ne un 63 por ciento de sus trabajadores opinando asî). Pe ro el deseo de permanecer en ellas varia considerablemen- te. Va descendiendo conforme se va de la gran empresa pû- blica y privada (un 5 por ciento de trabajadores que pre- feririan salir de ella), a la local (una quinta parte), - familiar (una cuarta parte) y al domicilie por cuenta ajê na (très de las cuatro trabajadoras que preferirian dejar lo). Las tasas de desesperanza con la posibilidad de que- darse, existen en la empresa nacional y regional o local. La perplejidad también, la cual va desde un tercio de las empleadas del hogar (dos de las seis chicas que asi traba jan) basta una quinta parte en la empresa familiar y mul­ tinacional, y un 9 por ciento en la local o regional. Es decir que brinda mâs posibilidades de per­ manencia el estado que la empresa privada y de esta los - incentivos son mayores en las grandes empresas que en las pequefias. Para terminer quiero hacer hincapié en la an- tigüedad en el trabajo actual que tienen los jôvenes, a - partir de la cual se miden las posibilidades de permanen­ cia y se generan los deseos de continuer o de partir. Re- cuerdo que 50 por ciento de los jôvenes lleva trabajando__ en el mismo sitio mâs de très anos, una cuarta parte de - uno a très anos y la cuarta parte restante menos de un -- aRo. Ocurre que a mayor antigüedad en la empresa mayoresj - 957 - son los deseos de quedarse en ella. Aspiran a ello dos tercios de quienes han trabajado mâs de très afios £rente_ al 53 por ciento de quienes llevan menos de este tiempo.- Es decir que cuanto mâs tierapo se lleva en la empresa mâs posibilidades se ven de continuar y mâs se confia en ella. La proporciôn de confianza es de très jôvenes por cada - uno de quienes ha trabajado menos de un afio. La perpleji­ dad sobre las intenciones de la empresa dismiriuye propor- cionalmente. Al relacionar la antigüedad del trabajador con el trabajo que elegirian de ser posible los mâs anti- guos optan por la promociôn en el sitio donde estân (un - 24 por ciento) y por un cambio de oficio, (22 por ciento) mâs que por quedarse como estân, por cambiar de empresa o de pais (ningûn porcentaje supera el 15 por ciento). Los_ que llevan menos tiempo en el trabajo optan mayormente por quedarse donde y como estân (alrededor de la mitad). Especificando un poco mâs, cuando se ha perma^ necido poco tiempo en la empresa lo que se desea es mante nerse en ella, en las mismas condiciones por el momento.- Cuando se lleva mâs de un ano desciende el interés ror - quedarse en la misma situaciôn y aumenta el interés por - cambiar de empresa o promocionarse. Cuando se ha trabaja­ do mâs de très ahos se prefiere la promociôn en la roisraa_ empresa, aumenta el interés en cambiar de oficio y en Ul­ timo término de empresa o pais. - 958 - La edad de comenzar pl trabajo influye tam-- bién en el trabajo elegible. Los jôvenes que empezaron a_ trabajar antes de los dieciseis afios son quienes gozan de mayor antigüedad. De aqui que deseen cambiar de oficio. - Los mâs recientes en su trabajo son las mujeres, quienes_ a su vez desean estabilizarse mâs. En tërminos de categorîa profesional y sala-- rio, los mâs recientes en el trabajo y por tanto quienes_ ganan menos son los aprendices, pinches y peones, segui-- dos por los ayudantes. A ello contribuye sus cambios mâs_ frecuentes de empleo y los porcentajes mâs altos de despî do que experimentan. Asî puede apreciarse que los sala-- rios mâs bajos de las 15.000 ptas. corresponden a quienes llevan menos de un afio trabajando en la empresa. A partir de las 15.000 ptas. de ingresos no es ya la antigüedad la que influye en la percepciôn salarial sino la categorîa - profesional y el tipo de empresa. Ya se ha visto antes que los salaries son mâs bajos en las empresas locales y familiares, (que son las_ que absorben mayor cantidad de mano de obra) en el traba­ jo domiciliario por cuenta ajena y en el servicio domésti_ co. 6,2.4,- LA NECESIDAD ES LA CAUSA PRINCIPAL DEL TRABAJO. Asi se desprende de su respuesta a la pregun- ta: iPor que razôn trabajas?. A la que la mayoria respon- - 959 - de que por necesidad de ganarse la vida y porque los pa­ dres le obligan, un 60 por ciento. , Cuadro n^ 375 iPOR QUE RAZON TRABAJAS?. l i l Porque tengo que ganarme la vida .58 Porque me gusta 28 Porque me obligan en casa 2 Porque no sirvo para estudiar 2 No lo sê 1 Total 100(120) Ademâs de un principio de realidad, invocado por poco menos de dos tercios de los jôvenes, poco menos_ del tercero invoca un principio del placer para hacerlo: les gusta. Las motivaciones varîan si las comparâmes con las que los jôvenes obreros dieron en una encuesta de la C.G.T. francesa en 1973. Un 24 por ciento trabajaba por_ gusto y deseo de ganar dinero, un 37 por ciento por de-- jar la escuela que les aburrîa y un 11,6 por ciento por_ necesidad. Las diferencias en cuanto a esta ûltima moti- vaciôn son altamente significativas del deterioro que la 960 - situaciôn econômica del 80 en el Casco Viejo, sufre por_ referenda a las de la poblaciôn obrera francesa hace -- sieteafios, aunque demuestra también que para quien no quiere seguir estudiando no hay otra salida sino el tra­ bajo. De lo que se trata es de tener organizada a la po­ blaciôn juvenil y tal como esté orientada la sociedad mo derna las alternativas son rîgidas y escasas. , La edad, el sexo y el nivel socio-econômico_ de procedencia influyen de manera importante en la moti- vaclôn del trabajo. Crece el gusto por hacerlo conforme - aumenta el nivel de calificaciôn, el que es correlativo_ a la edad, a la instrucciôn, a _un istatus mâs alto de pro cedencia. De ello tratarê posteriormente. No obstante la necesidad es la razôn argumentada por todos los jôvenes, tanto por quienes realizan un trabajo manual como no ma­ nual, calificado como sin cualificar. Quienes admiten en porcentajes mâs altos "que trabajan porque tienen que ga narse la vida"son los calificados. Quienes argumentan mâs que les obligan en casa son los obreros no cualificados co mo muestra el cuadro n- 376 . Ademâs, influye en la motivaciôn de trabajar la atmôsfera que se baya percibido en la casa. Allî don­ de los padres ban sido cooperatives con el rendimiento - escolar de sus hijos se registra mayor motivaciôn a tra­ bajar por el interés personal de hacerlo (ver cuadro n- 377 ). Ya se veîa en el capîtulo de familia que a ma 961 - yor nivel socio-econômico mayor tolerancia de los padres hacia los hijos manifestada en todas las facetas de la - relaciôn, pero también se advertîa esta permisividad y - ayuda en grupos sociales de ascendencia mâs baja. Tal a£ titud paterno-materna ante el trabajo escolar de sus hi­ jos influye en una visiôn positiva de estos hacia el tra bajo como medio de ganarse el sustente, incluse entre j^ venes que carecen de especializaciôn en sus tareas. El cuadro deja ver también que los jôvenes - que trabajan por necesidad han experimentado en tasas mâs altas que los anteriores la exigencia de los padres_ sin ayuda paralela. La razôn mâs probable es la incapaci^ dad de los padres para brindar esta ayuda a sus hijos lo que acrecienta la presiôn sentida para que al menos estos aprovechen las ventajas de la educaciôn recibida. La necesidad de trabajar se manifiesta tam-- bién en la entrega del dinero ganado a los padres. Lo en tregan întegro o casi întegro un 55,5 por ciento de los_ jôvenes, aproximadamente el mismo nûmero de quienes tra­ bajan por necesidad. Un 13,6 por ciento entrega una pe-*- quefia parte y un 21,8 por ciento se lo queda todo. El punto de la entrega de dinero ha sido ya_ tratado en varias ocasiones anteriores, en relaciôn a las necesidades familiares, al control de los padres so­ bre sus hijos y a los patrones de comportamiento de em-- presarios y obreros qeu consideran obligatoria la colabo raciôn econômica de los jôvenes en su hogar, como mues-- - 962 tra de su rendimiento personal y como page de la deuda - contraîda por los cuidados familiares recibidos desde el nacimiento. No voy a insistir mâs en ello por tanto sino para hacer hincapië en que sea la necesidad econômica e^ trîctamente o la necesidad de colaboraciôn con la empre- sa-familia, es évidente que los jôvenes que trabajan por exigencies de ganarse la vida lo hacen con la aprobaciôn o impulse familiar y a la familia revierte el fruto de - su trabajo. También se ha mencionado la precocidad en -- los inicios laborales, 62 por ciento, comenzaron antes - de los dieciseis anos (veracânite 6.2.2. ); y la ascen­ dencia sccio-profesional baja de los iniciados, (ver cua dro n- 361 ). En efecto un 77 por ciento de cuantos co­ menzaron a trabajar antes de los catorce afios y un 68 por ciento de quienes se iniciaron entre los catorce y - los quince afios pertenecen a la clase baja, los que des- cienden a 15 por ciento y 32 por ciento respectivamente_ en la media y no superan el 4 por ciento de promedio en_ la alta. De aquî la paradoja de que trabajen por necesi­ dad pero aportando sueldos muy bajos para satisfacerla.- Precisamente por la escasa instrucciôn que tienen a causa del abandono de sus estudios. Todo ello ha sido analiza_ do ya. I Quiero centrarme aquî por tanto en la posi-- ciôn de partida de los trabajadores en general, medida - por el nivel socio-profesional de ascendencia y por la - - 963 Instrucciôn recibida. Comenzaré por este segundo punto - que es el que ser relaciona mâs directamente con su fal­ ta de cuallficaciôii para pasar en segundo término a su ̂ ascendencia socio profesional, causa de aquella. Antes - sin embargo haré una recapitulaciôn de cuantos y quienes son los trabajadores. Trabaja poco mâs de un tercio de la poblaciôn juvenil, cifra que se aproxima al 34 por ciento de la po blaciôn activa espafiola. Claro que ambas son infcriores_ a la europea, que asciende a 42 por ciento(3.8).si a aquellos afiadimos los parados y quienes buscan trabajo por priraera_ vez, el porcentaje de poblaciôn trabajadora del Casco Viejo asciende a 56 por ciento de la poblaciôn total. El nûmero de trabajadores reales entre los - jôvenes de Zaragoza es ligeramente superior, 37 por cien to. Si a ellos afiado los jôvenes parados la tasa ascien­ de a 49 por ciento ( 39 ). Trabajadores y parados de Za­ ragoza dan cifras similares a las de la poblaciôn j u v e ­ nil espafiola estudiada por Linz en 1977, 46 por ciento - C 40 ). Abundan mâs los que se autocalifican como trabajadores en el Casco Viejo que en la misma época en la ciudad y en Espafia très afios antes. Los jôvenes que trabajan en el Casco Viejo - tienen actualmcnte mâs de dieciseis afios, excepto cua-- tro de ellos, lo que da unos porcentajes incluso inferio res a los del resto de la ciudad (10 por ciento de traba - 964 jadores menor^s de dicesiseis anos y 2 per ciento de trabajadores estudiantes también menores de esa edad). - Se distribuyen en tasas parecidas segûn el sexo, ligera­ mente superiores en el masculino( 4 por ciento mâs de trabajadores y 1 por ciento mâs de trabajadores estudian tes) que en el femenino. A ello contribuye el que algu- nas mujeres se conviertan en amas de casa al finalizar - sus estudios. Razôn que influye igualmente en que el sec tor femenino dé tasas inferiores de paro (un 14 por -- ciento) que el masculine, (un 18 por ciento). Contribuye al status de trabajador su condi- ciôn de cmigrantes. Hay mâs trabajadores entre los emi-- grantes que entre los nacidos en la ciudad. Es mayor tam bién su voluntarismo para estudiar mientras trabajan. Cuadro n- 378 TRABAJADORES Su origen Nacidos en . Zaragoza _ .. (%).. Emigrantes (%) Sôlo trabajan 25 30 Trabajan y es­ 7 12 tudian Total 32 42 965 (Un 72 por ciento de los jôvenes han nacido_ aquî y un 28 por ciento emigraron con sus padres). De la misma manera es mayor el nûmero de hi­ jos de emigrantes que trabajan que el de los hijos de ha bitantes de la ciudad. De los jôvenes que trabajan el 90 por ciento son hijos de los primeros y el 10 por ciento_ lo son de los segundos. Termine esta recapitulaciôn diciendo que tra baja. un 58 por ciento de los casados, mientras lo hace_ el 33 por ciento de los solteros. Los que estudian ade-- mâs representan el 6 por ciento de los primeros y el 9 - por ciento de los segundos. Una vez recordados estos datos, relacionados con la precariedad del trabajo paso a hablar de la ins- trucciôn y la ascendencia socio-profesional. 1-) La instrucciôn La mayorîa de los jôvenes que trabajan, un - 69 por ciento, no sobrepasa los estudios de E.G.B. porcentaje todavîa superior al de los jôvenes trabajado­ res franceses, que en 1974 no pasaban de los estudios primarios, un 60 por ciento (41 ). Mirados mâs de cerca, aûn se puden subdivi-- dir entre una mayorîa que no pasa del primer ciclo (un - 44 por ciento) y un 25 por ciento que llega a obtener el 966 - tîtulo de graduado escolar. Un 18 por ciento de los jôve nés han hecho F.P., un 5 por ciento han terminado B.U.P. y C.O.U. y el 8 por ciento restante han alcanzado estu-- dios medios y/o superiores. Los hago constar a continuaciôn, junto a los que ademâs de trabajar siguen estudiando: Cuadro n- 579 JOVENES TRABAJADORES QUE HAN: Terminado sus estudios Que siguen estu­ diando . (%) Primer ciclo de E.G.B. 44 . 8 Segundo ciclo de E.G.B. 25 31 P.P. 18 15 B.U.P y C.O.U 5 42 Estudios medios y superiores 8 4 Total 84 26 La instrucciôn de la gran mayorîa de los tra bajadores es muy escasa, los esfuerzos de los pocos que_ siguen estudiando difîcilmente pueden cambiar la situa- ciôn aunque demuestran el interés de movilidad ascenden- te que existe entre ellos, mâs fuerte aûn entre quienes 967 ban tenido menos oportunidades iniciales. No es de estra ftar por tanto que los trabajadores del Casco Viejo ten-- gan menos instrucciôn que los del conjunto de la ciudad. Cuadro n° 380 NIVEL DE INSTRUCCION. Jôvenes del Casco Jôvenes de l a Viejo Ciudad. Traoaja- Trabaja- Trabaja- Trabaja dores dores que dores dores estudian que es- (%) (%) (%) tudian. Hasta 1 - ciclo de“E .G rBï 44 8 34 12 22 ciclo de E.G.B y Graduado Esco­ 25 31 30 10 lar F.P. 18 15 17 16 B.U.P. y C.O.U. Tôcnicos o supe­ riores 42 (46) 11 29 (61) 32 Total 100 100 100 100 Hay en el Casco mâs trabajadores que no pay­ san del primer ciclo y entre los que estudian hay raenos_ en los niveles superiores y mâs en los inferiores. Una lectura mâs positiva de los datos devie- ne:de considerar que no existe ningûn joven sin estudios y que poco menos de la mitad ha llegado al primer cicIo_ de E.G.B, Sin embargo datos similares a estos, que refe- - 968 - ridos a la clase trabajadora en general suponîan en 1978 un incremento sustancial de los recursos educativos de - la clase ( 48 ), significan aquî que pocos saltos cuali- tativos ha habido de lo logrado entonces a nivel espafiol a lo obtenido en èl 80-81 por los jôvenes trabajadores,- algunos de los cuales pertenecen a status socio-econômi- cos superiores a los de la clase obrera. En todo caso sî puede ohservarsc una mejora de los jôvenes obreros de hoy respecto a sus padres; no tanto respecto a los obreros - espafioles en général. Cuadro n^ 381 INTRÜCCION DE: Jôvenes tra bajadores del Casco Viejo, ' 1980. Padres de los jôve­ nes traba dores deT Casco Vie Obreros pafioles 1977. es- de (%) (%) _ _ (%) Ninguna 0 32 4 Primarios y cultura eral. 60 52 65 E.G.B. compléta o similar 18,5 10 — Mecanografîa y secretariado 9,5 Estudios medios 10 P.P. 4 5 B.U.P y C.O.U 4 2 15 Estudios supe^: 4 0 Total 100 100 94 ,(43) - 969 - Los obreros del Casco Viejo estân en desven- taja educativa respecto a los espafiôles de hace très -- afios. De aquî que el incremento en recursos educativos - de los jôvenes obreros resalte mâs en comparaciôn con r- sus padres que con el conjunto obrero espafiol. No hay que olvidar no obstante que dicho in­ cremento se efectûa eh los niveles mâs bajos de instruc­ ciôn. Lo que se supera es el paso del analfabetismo a los estudios primarios y de E.G.B. Pocos son los que ac- ceden a Formaciôn Profesional, B.U.P. y C.O.U., o estu-- dios superiores. La formaciôn en tareas administrativas_ por el contrario es un camino nuevo que manifiesta el dê seo de apertura,cauces de calificaciôn no manual,ante s inexis­ tantes. Hay por tanto un avance entre las posibilidades - de escolarizaciôn de los jôvenes y el patrimonio cultu:-r rai de los adultos. La base de dicho avance estâ en el - voluntarismo familiar por educar a los hijos y el volun­ tarismo personal de los jôvenes por elevar su nivel de - instrucciôn, los progresos de la instrucciôn son asî un_ îndice de la transformaciôn profunda que Bourdieu ve prô ducirse en las disposiciones de los obreros hacia la est colarizaciôn f 44 )• En el primer capîtulo mencionaba yo los hallazgos de Willis, que mostraban aûn actitudes muy escépticas en la clase obrera francesa hacia todo el prô ceso escolar por su sospecha de que este se orientaba mâs bien a acostumbrar al trabajador a la rutina y falta 970 - de iniciativa de las tareas industriales. A pesar de ello parece que sus sospechas se entremezclan con el conven- cimlento experiencial de que sin calificaciôn no puede * obtenerse un trabajo un poco mâs estimulante y mejor pa- gado. Es lo que sucede a los jôvenes trabajadores que de jan de estudiar para empezar a trabajar y mâs tarde ini- cian por su cuenta sus estudios a fin de poder movilizar se hacia oportunidades laborales mâs satisfactorias. Pensando en estas orientaciones de conducta_ de los obreros, parece relevante detenerse en el reducic do grupo que estudia formaciôn profesional y que se aglu tina precisamente entre sus descéndientes como deja ver el cua dro siguiente. Cuadro 382 ASCENDENCIA SOCIO-PROFESIONAL Estudios de Formaciôn Profesional. Mecanografîa y Ser.^ctnrid (%) Formaciôn Profe­ sional . . ( U _ _ Alta 17 4 Media 33 25 Baja Obreros 33 54 Asalaria dos suba_l ternos 17 17 Total 100(18) 100(28) 971 - Queda la incognita de la orientaciôn que se- guirân quienes estân ahora haciendo E.G.B. Parece plaus^ ble no obstante que nûmeros mayores de jôvenes se orien- ten hacia la F.P. de lo que lo han venido haciendo, y -- que estos serân contingentes mâs importantes de la clase baja que se encuentra con fuertes exigencias de prepara- ciôn y escasos recursos para proporcionârsela. La esca-- sez de trabajo de todo tipo por una parte y el creciente paro universitario por la otra conducirâ a las £amilias_ a estimular actividades formativas de sus hijos pero aie jadas del nivel universitario. Este es al menos el giro_ que la instrucciôn ha comenzado a dar en 1980 como ya -- mencioné en el segundo capîtulo.( 45 ). Sin embargo entre los jôvenes actualmente e^ tudiandq hay una mayor inclinaciôn hacia B.U.P. y C.O.U. que hacia F.P., incluso entre los trabajadores que si*--?̂ guen estudiando, como se ha visto en el cuadro n- 380 La razôn de ello hay que buscarla en el prestigio que tienen los trabajos de cuello blanco, frente a los de mo no azül, comûn a todas las sociedades industriales occi­ dentales y probablemente mâs agudizada en Espafia por la_ ausencia de formaciôn para mayor nûmero de actividades - manuales de nivel técnico medio. Hablar mâs de este pun­ to es aventurarse en hipôtesis que necesitarîan ser com- probadas. Hay sin embargo una pregunta de la encuesta -- que muestra el aprecio de los jôvenes para las tareas de - 972 - tipo manual y es la siguiente. I Cuadro n^ 383 'j iPARA QUE TIPO DE TRABAJO CONSIDERAS QUE TTENES MAS CUA- | LIDADES?. fn Para trabajos de tipo manual 37 Para trabajos de tipo intelectual 28 Para trabajos de tipo técnico o administra. 15 Otros 13 No sabe, no contesta 7 Total 100 Puede observarse que mâs de un tercio de jô'- venes se consideran aptos para realizar actividades ma-- nuales. Mirando en detalle el tipo de trabajo de quienes asî responden, queda claro que es manual sobre todo. Cuadro n^ 384 TIPO DE TRABAJO PARA EL QUE EL JOVEN CREE TENER MAS CUA- LIDADES Tipo de trabajo que realiza Manual Manual no No manual No ma- califi califica- califica- nual no cado do do califi- (%')___________ (I) cado(l) 973 Manual 68 67 28 30 Intelectual 10 6 43 30 Administrative 16 -- 24 20 Otros 6 27 5 20 Total 100(64) 100(14) 100(20)100(10) Ello no es obstâculo para que mâs de una -- cuarta parte de quienes realizan un trabajo no manual rr también se considéré con mâs cualidades para desempenarr lo. La divisiôn entre unos trabajos y otros es - completamente artificial y acorde con las necesidades del mercado laboral mâs que con las de las propias gen-- tes. Pero influye considerablemente en la percepciôn de_ sî mismas que estas tendrân después. No es casual que cuanta menor cualificaciôn tenga una persona, sea esta - manual o no manual menos apta se considéré para realizar un trabajo de tipo intelectual, ni que los obreros cualif ficados se crean mâs diestros para realizar tareas admi- nistrativas que intelectuales. Evidentemente tras el lar go proceso de socializaciôn que culmina en el éxito labo ral cada persona ha adquirido una imagen de si misma y - le es difîcil admitir o desarrollar cualidades distintas 974 - a las que le son asignadas por el sistema general. En e^ te sentido es mâs fâcil para los trabajadores no manua-- les creerse mâs calificados para realizar tareas manua-- les que a la inversa. Otro hallazgo que el cuadro anterior muestra es que cada cual se considéra mâs apto para realizar el_ tipo de trabajo que desempefia, es decir que aprecia en - SX mismo aquello que la sociedad aprecia. Las aptitudes para el trabajo manual que in­ cluso quienes no lo ejecutan manifiestan estân relaciona das, a mi parecer, con el aprecio contemporâneo de los - objetos hechos por uno mismo, el cual estimula a los j6- [ venes a ejercitar tareas de bricolage, y hobbies orienta | dos a la confecciôn artesanal de productos en lugar de - adquirirlos completamente elaborados. De todas formas de aquî al aprecio de la ac- tividad laboral obrera hay una distancia que sôlo una in̂ vestigaciôn empîrica podrîa medir apropiadamente. El joven, que como ya se ha visto al comen- zar este acâpite, comienza a trabajar por necesidad de - ganarse la vida, ejecute tareas manuales o no manuales,- limita sus metas a sus posibilidades reales de alcanzar- las, concediêndose esperanzas de promociôn sôlo a base - de voluntarismo para adquirir mejores niveles de prépara ciôn y para buscar empresas u oficios que brinden oportu nidades ligeramente mejores. En este sentido, me remito a - 975 - los estudios que tienen todos los jôvenes de las diferen tes actividades y que permiten comparer las disposicio-- nes estudiantiles acordes con sus actividades especifi- cas. Cuadro n^ 385 iQUE NIVEL DE ESTUDIOS POSEES?. Actividad. Estudian Traba- te jador cn ft) Traba- dor que estudia (%) En pa ro (V) Sus - labo- res. (%)Ninguno. Prî maries, iGr ciclo E.G.B. 46 82 81 75 88 2- ciclo de E.G.B. Gra- duado escolar 17 6 — 8 12 Formaciôn Profesional 8 6 4 2 - B.U.P. y C.O.U. 2 2 15 4 - - Estudios me­ dios y supe­ riores . 27 4 11 - - Total 100(125)100(84) 100(26) 100(49)100(: Los estudiantes son los mâs orientados hacia los estudios medios o superiores, pero también se incli- nan a la P.P. en porcentaje superior a los trabajadores, que por el memento muestran diferencias de inclinaciôn - con quienes de entre elles siguen estudiando. Quienes -- - 976 terminaron hicieron mâs F.P. que estudios medios o supe­ riores, debido a que algunos de los dispuestos a avanzar- en este camino se quedaron en B.U.P. y C.O.U. Quienes continûan intentan mayoritariamente alcanzar la E.G.B. y pasan luego a B.U.P. y C.O.U. para seguir estudios supe­ riores. Los parados se inclinan en la misma direcciôn -- que los trabajadores estudiantes. Nuevamente estos datos me remiten a los deseos de superacion de los jôvenes, que como senala Victor Perez Diaz bay que valorar desde_ la perspectiva de un esfuerzo individual y/o familiar in tenso por movilizarse social:y profesionalmente hacia po siciones mejores. Esfuerzo que estâ enraizado asi mismo_ en el que grandes sectores de la poblaciôn asalariada e^ panola ha venido realizando durante los ûltimos veinte - afios y que ha desarrollado mâs en una situaciôn de pleno empleo. Este fue obtenido por un buen nûmero de trabaja­ dores a costa de abandonar la sociedad rural para incor- porarse al mundo industrial de las ciudades espafiolas y_ del extranjero ( 46 ). 22) El status socio-profesional de ascendencia. Conviene observar desde el primer momento por separado a los que sôlo trabajan y a los que ademâs_ estudian porque ya entre ellos se establecen sustancia-- les diferencias. - 977 Cuadro 386 ASCENDENCIA SOCIO-PROFESIONAL DE LOS TRABAJADORES. Trabajadores Trabajadores que estudian (%) (%) Nivel alto 4 8 Nivel Inedio 36 50 Nivel bajo 60 42 Total 100 100 Los trabajadores que se incorporan al merca­ do laboral proceden en poco menos de sus dos terceras par tes del nivel bajo, un tercio del nivel medio y apenas - un 4 por ciento del alto. Los trabajadores que estudian_ descienden prioritariamente del nivel socio-profesional_ intermedio, en segundo lugar del bajo, y en un porcenta­ je ligeramente superior al de quienes no estudian del al̂ to. Ya en el capîtulo segundo relataba que la tv instrucciôn de los padres es muy escasa en lîneas genera^ les, y en pâginas anteriores de este mismo acâpite pre-- - 978 - sentaba la instrucciôn de los padres de jôvenes trabaja- dores como mâs precaria todavîa. De aquî que resalten -- inâs las aspiraciones de instrucciôn de los j6venes,aspi- raciones que siguen siendo superiores entre las clases - médias que entre las bajas pero que en unas y otras exi­ gea motivaciones fuertes puesto que tienen que compagi-- nar actividad laboral y estudiantil al mismo tiempo. Por elle también que es alto el nûmero de jôvenes que han abandonado ya sus estudios, 49,65 por ciento del total. Las razones fundamentales son econômicas co­ mo se ha venido manifestando pero también hay otros motî vos que dan idea del cansancio experimentado por los jô­ venes'. Poco menos de un tercio argumentan el cansancio - de estudiar o que lo que tenîan que aprender no les gus- taba, un 6,6 por ciento manifiesta hastîo, con la regla- mentaciôn escolar y consiguiente falta de libertad, un - 13,2 por ciento mâs responde que no servîa para estudiar. Me refiero sôlo a estos motives porque dan idea de la d^ sociaciôn existente para los jôvenes que asî contestan - entre lo que estudiaban y lo que sus trabàjos presentes_ exigîan de ellos. Parece conveniente preguntarles por tanto si trabajan en aquello para lo que se prepararon y el me dio de aprendizaje del oficio realizado. ̂la nrepuntn: frpbnias, hnces rn nnnelln >'»a ra lo que estas nronaraclo?.La nitar'' ]a iuventud resnonde oue si. 979 La otra mi tad no, pero por dos razones distintas: una cuart ta parte porque les ha tocado hacer diferente tarea de - aquella para la que se prepararon. La cuarta parte res-- tante porque no ha recibido ninguna preparaciôn antes de comenzar su trabajo actual. Es évidente que los jôvenes_ incorporados al trabajo apenas terminan la E.G.B., o in- cluso sin acabarla carecen de formaciôn para un oficio y tienen que comenzar de cero. Lo mâs llamativo es sin em­ bargo que gentes que se hayan preparado para realizar una funciôn se vean luego abocados a cumplir otra. Asî - no sôlo se malgastan los recursos sociales, y personales inyertidos en la instrucciôn sino que se conduce al jo"e ven a una frustraciôn inicial que va a repercutir en su_ falta de interês por la tarea que realiza y que incluso_ puede influir en un desânimo a seguir formândose. A esta pregunta han respondido trabajadores_ y parados (115 en total). También a la siguiente: "âCômo aprendiste el oficio que tienes?'.' Contestan 135 jôvenes. Très cuartas partes de ellos, lo aprendieron en el mismo centro de trabajo. La cuarta parte restante lo hizo en f un centro de formaciôn: un 20 por ciento de ellos en una academia y un 6 por ciento en una escuela de formaciôn - profesional. Estos datos coinciden con los de instrucciôn que se vienen observando. Esta se limita para la mayorîa 980 - a los conocimientos elementales. de una "cultura general” y corresponde a la propia empresa la labor de formar a - sus trabajadores. Dicha funciôn empresarial supone que - dos tercios de los jôvenes se inician en el trabajo cômo aprendices y por perîodos relativamente largos. Su dura­ tion ha sido de uno a dos afios para un 59 por ciento, su perior a dos anos para el 41 por ciento. Cuadro n- 387 TIEMPO QUE FUISTE APRENDIZ EN UNA EMPRESA. (11 Un ano o menos 31 De uno a dos anos 28 De dos a tres anos 13 De tres a cuatro afios 26 Mâs de cuatro anos 2 Total 100(101) Los datos mas llamativos despues de Ic di-- cho son que sôlo un 31 por ciento de los jôvenes ha tra- bajado de aprendiz menos de un ahos y 28 por ciento lo - - 981 - han hecho mâs de tres, dando lugar con ello a un excesi* VO estacionamiento en el punto mâs bajo de la escala la­ boral y por tanto supeditados a un salario minimo. Esta_ situaciôn inicial es muy distinta a la encontrada por -- Victor Pérez Diaz entre los trabajadores espafioles, asat lariados "recientes” .en 1978. El contrato de su primer - empleo era fijo para 65,6 por ciento, eventual o por bo­ ras para 14,3 por ciento y de aprendizaje para 3 por --- ciento. Carecian de contrato un 10 por ciento. Quiere dê cirse que la situaciôn de aprendizaje estaba delimitada_ como tal y naia un nûmero muy pequefio de los trabajadores por lo que la clarificacion de la posiciôn laboral con-- tribuye desde el primer momento de comienzos de un tra­ bajo al conocimiento de las expectativas que pueden ali- mentarse ( 47 ). La falta de clarificaciôn en el Casco Viejo_ repercute evidentemente en una frustraciôn laboral, que_ impide el goce y autorrealizacion con las tareas realiza das. Condiciona la moral del trabajo, marcada por el de< sencanto con el que se tiene y por la aspiraciôn a fun«- ciones laborales mâs gratificantes y en ûltimo caso a una a remuneraciôn que compense al menos, del hastîo sentido en las largas horas laborales. Las precarias condiciones de trabajo, los -- largos perîodos de aprendizaje y de asiento en niveles - muy bajos de las escala laboral estân întimamente rela-- - 982 - rionados con los tipos de empresa que oontratan mayorita riamente a los jôvenes. Voy a hablar de ellas tanto para tener una idea del panorama empresarial abierto ante los jôvenes del Casco Viejo como para comprender quien con- trata a gentes de tan limitada formaciôn, es decir el pa norama de la mano de obra que se ofrece a las empresas - desde el Casco Viejo. La mayorîa de los jôvenes trabajadores del - Casco Viejo se incorporan a la empresa privada de la si­ guiente manera: un 40 por ciento a centros de âmbito lo­ cal o regional, un 20 por ciento a empresas familiares, un 3 por ciento hacen un trabajo por cuenta propia, con_ o sin personal, un 4 por ciento trabaja en domicilio por cuenta ajena y un 5 por ciento en el servicio domestico. El 11 por ciento que queda es absorbido por el estado, - sea por la administraciôn pdblica o por empresas estata- les. La mayorîa por tanto se integran en la pequê fia o iraediana empresa. Comparando la distribuciôn de los jôvenes -- trabajadores de Zaragoza en las empresas de la ciudad con los del Casco Viejo, se observan similitudes y difèren-*- cias. Hay similitud en la incorporaciôn de jôvenes a em­ presas dependientes del estado, un 12 por ciento. Es ma­ yor la integraciôn de aquellos en empresas privadas, un_ 67 por ciento y menor en empresas familiares, un 12 por_ - 983 - ciento. Las variaciones son minimas en el servicio dome£ tico, la pequefia empresa sin personal, o el trabajo en - domicilio por cuenta ajena. Lo que aquî resalta por tanto es la mayor r£ levancia relàtiva que en el Gasco Viejo tienen las empre^ sas familiares por lo que les dedicarê especial atenciôn posteriormente. Merece atenciôn asî mismo detenerse en las empresas que contratan a jôvenes con distintos niveles - de calificaciôn (ver cuadro n- 388 ). La administraciôn pûblica exige mâs que nin­ guna otra estudios de mecanografîa, de nivel técnico me­ dio y universitarios. De aquî que sean tan pocos los jô­ venes que allî trabajan. Los demâs empresas acogen a jôvenes que tie­ nen estudios inferiores, primarios o secundarioS pero las que aceptan trabajadores con menor nivel de educa-- ciÔn son las locales o régionales y el servicio domesti­ co . El cuadro anterior permite observar otro da- to significativo: la baja preparaciôn de quienes afron-- tan por su cuenta un negocio propio con o sin personal. Los estudios exigidos no parecen tener mucha relaciôn con el tipo de trabajo que los jôvenes realizan (ver cuadro nr 389 ). Asî en la administraciôn pûblica - que exigla mâs que ninguna otra estudios de grado medio_ 084 o superior, lo que los jôvenes ejecutan mâs es un traba* jo manual calificado, (60 por ciento de ellos). Claro que hay que remitirse nuevamente a la opiniôn emitida por los jôvenes y estos se guîan mâs por la tarea espec^ fica que realizan que por la calificaciôn obrera o em*--- pleada implîcita en la divisiôn de los trabajos en manua les o no manuales. Cabe suponer por tanto que quienes de cla'ran realizar un trabajo manual calificado en la admi­ nistraciôn se refieren a las tareas clasificatorias pro- pias de toda funciôn burocrâtica, las cuales requieren - mâs aprendizaje rutinario que inversiôn intelectual y -- creativa. De todas formas las empresas que requieren mâs de un trabajo manual calificado son las de âmbito local_ o regional. Mirando en detalle el trabajo efectuado por_ los jôvenes, se evidencia que sôlo hay aprendices y pin­ ches en empresas privadas, de cualquier envergadura, y - en las familiares en especial, mientras que las catego-- rîas profesionales de subalternes y ayudantes son mâs co munes en las empresas estatales o en la administraciôn - pûblica. La edad marca el paso de uno a otro tipo de_ empresa, de la familiar y local a la nacional dentro del sector privado y a la administraciôn dentro del pûblico. La administraciôn atrae mâs a las mujeres, que adquieren mayores destrezas en mecanografîa, taquigrafla y tareas - 985 - administrativas, pero me referirê mâs a ello en los £ac- tores discriminatorios. Ahora quiero llamar la atenciôn sobre las fa cilidades de trabajo que los jôvenes encuentran segCn su barrio de residencia, el que (como expuse en el capitule segundo) dice mucho de las condiciones socio-econômicas_ de los vecinos que allî habitan. Desde este punto de vi£ ta, los jôvenes del "Barrio de La Magdalena" estân peor_ ubicados que los del "Barrio de San Pablo", quienes a su vez lo estân peer que los del "Centro" (vease cuadro n- 390 ). Estos ûltimos se incorporan en mayores nûmeros_ que los demâs a la administraciôn pûblica y a la empresa privada nacional o multinacional, empresas mâs cotizadas por sus mejores condiciones salariales, de trabajo y la_ primera todavîa mâs por la seguridad laboral que conlle- va. Los jôvenes del "Barrio de La Magdalena" adê mâs de dar tasas mâs altas de parados, se incorporan mâs fâcilmente a empresas locales o régionales. Asîraismo se_ establecen mâs en los pequeAos comercios (los que abun- dan en este barrio mâs que en "San Pablo" y en este a su vez mâs que en "El Centro"). La empresa familiar sin embargo tiene mâs raigambre en "San Pablo" y en "El Centro", pero merece - un apartado especial y por ello me referirê a ella a con tlnuaciôn. - 986 - 6. 2.4.1.- La empresa familiar. He dicho anteriormente que una quinta parte_ de los jôvenes que trabajan lo hacen en una empresa famî liar y que este tipo de trabajo esté mâs extendido en el Casco Viejo que en el conjunto de la ciudad; concretamen te en el "Centro" y en "San Pablo". Predominan, entre los jôvenes que laboran aquî los de ascendencia socio--- profesional media (dos tercios de ellos), les siguen los que vienen de la baja (un 27 por ciento) y un 9 por cien to mâs pertenecen a la clase alta. Todavîa se puede aportar mâs informaciôn so­ bre quienes son estos jôvenes. Aunque pertenecen a ambos sexos hay una proporciôn de 2,8 varones por cada mujer.- Poeo mâs de la mitad (un 54 por ciento) tienen menos de_ veintiûn afios, disminuyendo la cifra de quienes superan_ los veintidos anos ( un 46 por ciento). Sôlo un tercio - de ellos siguen estudiando ademâs de trabajar, aunque na die supera el C.O.U, y sôlo una cuarta parte tiene una - instrucciôn inferior al primer ciclo de E.G.B. La tônica general por tanto es de estudios medios, E.G.B., B.U.P., con menor ênfasis que el conjunto en la formaciôn profe­ sional y ausencia total de estudios universitarios o téc nicos de grado medio. Un dato significative es ademâs que sôlo el 50 por ciento de estos jôvenes reproduce el_ oficio de sus padres, lo que me hace pensar que el otro_ 987 - 50 por ciento o bien trabaja en labores de ayuda y apren dizaje de aquel o lo hace como asalariado en una empresa familiar ajena. En uno y otro caso, el joven tiene cono­ cimientos de "cultura general" pero no ha recibido i n s ­ trucciôn têcnica alguna para el trabajo de la empresa, - lo que explica su mayoritaria dedicaciôn a trabajos de - categorîa profesional inferior. Asî, se clasifican como_ aprendices, tres veces mâs que en cualquier otra empresa, son peones en proporciôn de dos a uno, el 36 por ciento tienen la categorîa de oficiales, un 13 por ciento mâs - la de ayudantes o auxiliares y el 18 por ciento restante ejerce funciones directivas ( 48 ). Las funciones que realizan en la empresa fa­ miliar tienen por tanto un carâcter de ayuda todavîa mâs agudizado que en las demâs empresas. De ello puede inferirse que la empresa fami­ liar aquî desarrollada es una empresa de subsistencia, - que sirve al joven de momento como protecciôn contra el_ paro pero que carece de perspectives de future para todos aquellos que no van a heredar el negocio. Se deduce de - su respuesta a la pregunta: "Si pudieras elegir actual-- mente, iquê trabajo elegirîas?'! Un 43 por ciento respon­ de que se quedarîan en la misma empresa (un 38 por cien­ to en las mismas condiciones y un 5 por ciento aspirando a ser promovidos), Un 14 por ciento optarîa por cambiar_ de empresa, el mismo porcentaje por realizar otro oficio 988 y un 29 por ciento desearîa irse al extranjero. Un test interesante de la percepciôn que los jôvenes tienen del poder de las empresas y de su posi--- ciôn en ellas lo da su deseo o esperanza de promocionar- se en aquella en la que trabajan. Estos son mu'* bajos en empresa familiar,(como muestra el cuadro n- 391 ) y muy altos en la administraciôn pûblica, debido a la compleja diversificaciôn de tareas y responsabilidades que pueden funcionar en una organizaciôn altamente burocratizada, y a la estabilidad que la misma proporciona. El segundo tipo de empresa que despierta ex­ pectativas importantes de movilidad es la empresa privada nacional o multinacional. Les siguen en orden descenden- te, la empresa de dependencia estatal, la local o regio­ nal, el servicio domestico y en ûltimo lugar la empresa_ familiar. La disposiciôn a emigrar al extranjero de una_ parte de quienes trabajan en esta ûltima y del ûnico jo­ ven que se ha establecido como trabajador autônomo es elocuente de la desesperanza que unos y otros tienen an­ te la posiciôn laboral actual. Habrîa que leer estos datos a la luz de las tendencies regresivas de los artesanos y de los trabaja dores independientes a que se refiere Ignacio Fernândez de Castro en su estudio de las clases sociales en Espana (49 ). Comenta que los obreros independientes que esta­ blecen una oeouefia firma familiar (habla del perîodo que_ 989 - de 1964 a 1970) sufren una erosion constante, producida_ por la ampliaciôn de las grandes empresas del mundo ca­ pitalists occidental. A la larga afecta también a los em presarios sin asalariados (que han sido los mâs resisten tes en ûltima instancia). Como consecuencia de ello van_ desapareciendo o se limitan a la subsistencia sin que e£ to signifique en muchos casos que tengan poder suficien- te para incorporar sus hijos al negocio familiar o para_ tener asalariados fijos. Los testimonies narrados en este estudio por discotequeros y militantes dan muestras claras y extre-- mas de los sistemas de contrataciôn y despido frecuentes en algunas pequenas empresas familiares.■ Hay que reconocer sin embargo que hay otras_ empresas que se muestran solventes para un nûmero sustan cial de jôvenes. Tal vez, como dije antes, los herederos del negocio. A mi pregunta: "En cuanto à seguir en el mi£ mo trabajo que estâs, iquê posibilidades ves de hacerlo_ de aquî a dos anos?! Un 70 por ciento cree que es posi- ble seguir, aunque 25 por ciento no desean hacerlo, un - 10 por ciento desconfîa de que la empresa lo mantenga en su trabajo y un 20 por ciento mâs no sabe que pensar. Es decir que un 45 por ciento tiene esperanzas de seguir y ademâs quiere hacerlo. Si, como al parecer se trata de - los hijos que van a continuar el negocio paterno, cabe - - 990 - preguntarse si estos entrarân en el negocio familiar que mantendrân y harân crecer o si, mâs bien la herencia serâ absorbida por uno solo de los hijos, que continuarâ como empresa-^ rio autônomo, con o sin asalariados, reproduciendo una - empresa de subsistencia. A juzgar por las empresas de esta suerte que desarrollan en el Casco Viejo, y que si­ guen los pasos anunciados por Fernândez de Castro y Goy- tre el caso mâs probable es el segundo, aunque sôlo pue- do presentarlo como una hipôtesis necesitada de confirma ciôn. Este es un punto que lleva a la reflexiôn so bre los jôvenes continuadores del oficio parental. Dadas las caracterîsticas socio-profesionales de los padres, - estos jôvenes pueden dar pistas sobre la hipôtesis arri- ba planteada ademâs de arrojar luz sobre los otros ofi- cios o profesiones que se reproducen. 6.2.4.2.- Los jôvenes continuadores del oficio parental. Una cuarta parte aproximadamente de los tra­ bajadores reproducen el oficio paterno-materno. Son un - 23,6 por ciento, el 17,2 por ciento de los cuales conti- nûan el del padre y el 6,4 por ciento el de la madré. Hay dos tipos de profesiones donde el paso - de padres a hijos es claro: la profesion de empresarios_ - 991 - y la de obreros. Cuadro n- 392 REPRODUCTORES DEL OFICIO DE LOS PADRES Pàdre (%) Madré (i)Empleador-de la industria - yIcomercio 15,7 14,2 Directores de empresa cua- dros superiores y profe-- siones libérales. 10,5 Empresarios sin asalaria­ dos . 42,1 • • - Empleados administrativos 5,2 14,2 Obreros 21,0 28,5 Subalternos 5,2 14,2 Agricultores autônomos -- 14,2 Jornaleros agrîcolas -- 14,2 Total 99,7 99,5 Un 57,8 continuan la primera y un 21 por -- ciento la segunda, al igual que su padre . Son muchos me- nos los que siguen el oficio de la madré , pero abundan mâs en la categorîa de obreros que en la de empresarios. - 9 9 2 Estos datos dan peso a la sospecha de que la empresa fa­ miliar es mâs bien la continuaciôn de un pequefio negocio a cargo de uno de los hijos, y generalmente sin asalaria dos fijos. Se reproducen también las profesiones libéra­ les y los cuadros directivos de las empresas, casi en la misma proporciôn de los existentes en los padres. Los em pleados administrativos y subalternos lo hacen en n u m é ­ ros mînimos. A la vista de las categorîas profesionales - que estos mismos jôvenes sustentan, se establece una cia ra relaciôn eptre los obreros y los que se autocalifican como oficiales manuales, entre los empleados administra­ tivos y los auxiliares, entre los subalternos y un redu- cido nûmero de los ayudantes, entre los empleadores y parte de los directores de empresa con los jefes y man- dos intermedios. Cuadro n- 393 CATEGORIAS PROFESIONALES DE LOS REPRODUCTORES DEL OFICIO DE LOS PADRES. Del oficio Del oficio del padre de la madré (%) (%) Jefes o directores 10,5 33,3 Mandos intermedios 10,5 --- - 993 - Auxiliares 5,2 • - - * Ayudantes 21,0 33,2 Oficiales de 3-,2- y 1- 21,0 33,2 Peones 21.0 j — — — — Aprendices y pinches 10,5 ------- “ Total 99,7 99,7 Lo: que se clarifies también es que un nûme­ ro de los que dicen reproducir el oficio de erapresario - autônomo, se autocalifican como peones, aprendices y ayu dantes. Probablemente porque estân adquiriendo junto a - su padre la destreza en la gestiôn del negocio, bien con el proyecto de seguirlo o de aguantar en él hasta que -- surjan mejores ofertas de trabajo en empresas de mayor - envergadura. Estas hipôtesis se apoya en el hecho de que un 63 por ciento de quienes se dedican al oficio paterno tienen menos de veintiûn afios mientres sôlo lo hacen 37_ por ciento de quienes tienen mâs de esa edad. También - disminuîa con la edad el grupo de jôvenes que se dedica- ban a la empresa familiar, como dije anteriormente. La - reproducciôn de oficios maternes es minima y por ello no me extiendo en comentarios. Son fundamentalmente obreros y_ 994 subalternos, puesto que los empleos agrîcolas son muy casos, y la ciialificaciôn e instrucciôn de las madrés de faroilia minima. De ello hablê en el capîtulo segundo. 6.2.5.- ASPIRAN A MEJORES CONDICIONES DE TRABAJO. Los jôvenes aspiran a mejores condiciones de trabajo aunque no se expresan drâsticamente insatisfechos con las que tienen. Al fondo de estas actitudes estân las condi­ ciones de trabajo anteriormente explicadas, taies como - la inestabilidad laboral, la intensa rotaciôn de traba- jos efectuada por algunos jôvenes, las aspiraciones de ' cambio de empresa u oficio que experimentan. Los escasos niveles de calificaciôn, que los jôvenes alcanzan, la limitada oferta de trabajo que las empresas ofrecen y el tipo de empresa pequefia.o mediana__ que acepta a los jôvenes en taies condiciones, les obli- ga a situarse ante el trabajo con un realismo desesperan zado que evidentemente interviene en la cautela con que muestran su insatisfacciôn. Sin embargo los nuntos espe- cîficos en que se manifiesta y aquellos otros por el con trario que les gratifican dan pistas importantes de las_ disposiciones bâsicas hacia el trabajo que persisten y - se mantienen aun en los momentos mâs difîciles del merca - 995 - do laboral, y desde una posiciôn marginal que es la que_ caracteriza a los jôvenes. , Dan pistas por tanto, de las inclinaciones - que permanecen, de los aspectos que consideran irrenun-- ciables y de aquellos otros que por el contrario son me­ nos importantes y mâs triviales. He dicho en la introducciôn que lo que sati^ face mâs a los trabajadores es sentirse responsables de_ la tarea ejecutada y el confort material con el que pue­ den desempenarla. Aquello por el contrario que mâs les - desagrada es un salario bajo, rigidez de los tiempos y - rutina de los contenidos con que llenarlos, las pocas oportunidades de romper con taies esclavitudes. Teniendo como base estas orientaciones générales de sus opiniones y sentimientos voy a referirme a los puntos especîficos_ de anâlisis que quiero desarrollar. Me referirê en primer lugar a las tareas rea lizadas y sus exigencias de responsabilidad, esfuerzo, - horarios, rutina, capacidad de iniciativa, asî como a los medios disponibles para su realizaciôn y las condicio nés de seguridad e higiene en las que las éjecutan. Hablaré en segundo têrmino del salario perci bido y las vacaciones disfrutadas. Tratarê en tercer lu­ gar del trato recibido por parte de la empresa, la orga^ nizaciôn del trabajo y las facilidades de aprendizaje y_ ascenso. Abordarê por ûltimo el ambiente de trabajo que_ - 996 - perciben y su juicio sobre el respaldo que los sindica tos ofrecen. 6.2.5.1.- Tareas realizadas y sus exigencias. Expongo a continuaciôn un cuadro en el que - destaco la diferente atenciôn que a los jôvenes merece - cada una de las cuestiones abordadas, la mayor perpleji- dad e indiferencia que algunas les producen. Los puntos que atraen mâs el interës de los_ jôvenes, y a los que responden alrededor de tres cuartas partes son los referentes a las condiciones de trabajo - y medios disponibles para hacerlo bien. La satisfacciôn_ es alta para dos tercios aproximadamente de los que res­ ponden. Puede observarse una disminuciôn en interës de - responder a los demâs puntos que alcanza Su punto mâs ba jo en la proposiciôn que confronta al joven con tener po ca responsabilidad. Y se evidencia que la satisfacciôn - mâs alta la expresan los jôvenes hacia la tarea que exi­ ge de ellos mucha responsabilidad. Los jôvenes sienten - pues la necesidad de que su trabajo exijà inversiôn per­ sonal de su parte y cuando creen que lo logran se sien-- ten altamente satisfechos con ello. Lo contrario sucede_ cuando su funciôn requiere poca responsabilidad, caso en el que prédomina la insatisfacciôn con aquella. - 997 - o u 3U I MO W0 H UmA.WJ < W1 g V301gë W M 01 U inig t—t «•H to r-t vO « f.4 O r i e—y «CO (D 0} p.*H • w» to o» X rH o pî O w .O ta fyyyl rH OJ C *H «—y « rH H «A CH en fy. to O «H rt ' 0} H *r-i O O *H H .AMh «0- ' O rH A M I irj-r-v M Rl o iH r~> «t^ «O 4» .A P.-H • »° W yŷ t~- rH O ■ C O l/l XI *t3 0> 3 0> A A f-< e L> «n na OO '—' rH yy—y O rH Ml oT oT Rj tn A ' »—y O o ■H O »® O to o to O ■M r-< ■!—, ' 3 0 Rj OS *3 XI LO y—y O rH A O rt o *r-% .Cl -H rt oo rg •H |rt X X m A CL rt M I—1 t". o O C. H «® LO rH O ■H CL «/) «D ^ TJ wi O U 4) (/) /—y >H na '—" 3 <ü <— y 00 X na o rt A “y® co LO CH rH oA (/) "i-nna 4) '—y o 0) rt -H -H u A X Cl bo y—y O •HCl o rH O Ô rH ■Cl rt rtu 4H Clrt W Om tn •HC •H • Cl O rt rH U) 1h t-l rt in o 'hO (N CO to - o\ « LO CT> Tf OVO * oo \0 S/ o /— \ » vO l̂lsl A X 4> •ri 3 U cr U rt V) t+H 3 10 A •H 3 d > rt X m «J 3 na X V) rH r t rt > d •H O Cl +J rt A rH *H 3 3 Cl 3 rH Cl rt X O « V) rt rH vt rt A ■M 4) m 3 W 3 •H CL (A M d> 3 Cl Cl A X 3 Cl X rt CL rH rt tn 3 O Cl rH 3 4) na rt Cl O A c, 3 •CI U A Cv 0) O na CL rt rH Cl rt 3 bO 3 •H X «Cl A O 4) CL 3 m cr 3 Cl o A O rt U . Cl A A lU X ta rt (h U o u CL rt «H rH lA W •rH A Cl rt rt rt (A rt Cl A X O •rl rt A . 3 Cl 998 - Puede decirse que la tarea ôptima para los jôve­ nes es aquella que pide de ellos responsabilidad, que se_ ejecuta en buenas condiciones de higiene y seguridad, con medios necesarios para hacerla bien y que no représenta - mucho trabajo. Es ante estos aspectos donde la sensibili- dad del joven se manifiesta mâs abiertamente y por tanto_ la respuesta colectiva es mâs clara. Aspectos ademâs mâs_ ligados a las reivindicaciones constantes de la clase tra bajadora que ha prestado atenciôn a los problemas de con- secuencias mâs graves para la salud y la vida del trabaja dor: la seguridad e higiene del trabajo. Que estân tam---- bién unidos al interês humano por aplicar una tecnologîa_ que facilite la realizaciôn perfecta de la tarea encomen- dada y ov'itr un esfuerzo personal inûtil si se aplican los_ recursos adecuados. Es decir que deje tiempo al ocio. Las aspiraciones de estos jôvenes confirman los hallazgos de_ Young y Willmott en el sentido de que un trabajo estimu-- lante contribuye a la creaciôn de cauces para el ocio y - que el interês en un trabajo gratificante conduce a un -- ocio mâs rico (50 ). La tarea mâs aliénante es por el contrario la que no invita a la entrega personal, que no permite ninguna - iniciativa, que conlleva un horario fijo, de contenidos - rutinarios y que a pesar de todo ello obliga a trabajar - mucho. El joven aspira pues a un trabajo autorrealiza-- dor que le haga sentirse ûtil y valorarse subjetivamente_ - 999 - (51 ) y rechaza un trabajo aliénante, lo que es bastante distinto de contentarse con un puesto de trabajo sin pre£ tar atenciôn o interês a sus contenidos. Ante los aspectos en los que prédomina la insa- tisfacciôn de estos, el nûmero de jôvenes que contesta es también mâs bajo. Como si dieran por hecho que las cosas_ son asî y por tanto no merece la pena el interrogarse so­ bre ellas. Interpreto este silencio como parte de la re- signaciôn producida por la necesidad, al menos inicial, - de aceptar lo primero que se encuentre, y como parte de - un temor a confesarse a sî mismos el pesimismo con que se enfrentan a tareas de escaso estîmulo para las que no hay alternative. Un poco en la lînea de los comentarios que - hacîan los discotequeros. "0 encuentras trabajo de camare ro o de peôn de la construcciôn y ante ello o lo tomas o_ lo dejas sin darle mâs vueltas",. A grandes rasgos hay que reconocer que la insa- tisfacciôn manifiesta es mayor aquî que en los jôvenes trabajadores de la ciudad. En una encuesta realizada al - mismo tiempo los porcentajes de insatisfacciôn fueron los siguientes: Cuadro n- 395 1 0 0 0 INSATISFACCION DE LOS: Jôvenes del Casco Viejo 1980-81 (%) Jôvenes de la ciudad,1980- 1981.C 52 ) (%) Condiciones de trabajo 16,4 13,9 Medios disponibles 17,2 7,2 Rutina del trabajo 30,9 21,7 Mucha responsabilidad 10,0 10,7 Poca responsabilidad 18,1 4,4 Tener horario fijo 30,9 13,9 Falta de iniciativa 31,8 9,4 Que se trabaja mucho 19,1 9,4 Las condiciones de trabajo de los j6venes_ del Casco Viejo son peores que las de los jôvenes de la - ciudad. Recuerdo que hay mâs jôvenes obreros allî que en el conjunto urbano y mâs de ellos trabajan en empresas fa miliares. Por el contrario en la ciudad, la poblaciôn ju- venil se distribuye mâs en empresas privadas nacionales o multinacionales. Ademâs las condiciones de estabilidad y_ salariales son mâs precarias en el Casco Viejo. Los hora­ rios de trabajo son mâs duros, superando incluso las ocho horas reglamentarias y el trabajo menos cualificado. Todo - 1 0 0 1 - ello y la conciencia de su existencia estâ influyendo en una respuesta mâs elevada de descontento. Los porcentajes de satisfacciôn a nivel ge neral y con cada uno de los aspectos aquî vistos eran mâs altos en la juventud espafiola de 1977. Se registraba en- tonces la mâxima insatisfacciôn con la rîgidez de los ho­ rarios (un 49 por ciento de los jôvenes de catorce a vein te afios) ( 53 ). Aunque estos datos no pueden ser abstra^ dos del tiempo y condiciones socio-econômicas vividas, permiten constater oue a un empeoramiento de las mismas - corresponde una mayor insatisfacciôn. La comparaciôn de respuestas en el Casco - Viejo del 80 con la clase trabajadora espafiola estudiada_ da por Victor Ferez Dîaz en 1978 ( 54 ) arroja opiniones_ parecidas en cuanto a las condiciones de trabajo (aunque_ la comparaciôn estricta es irrealizable por la diferencia de planteamientos de las preguntas). Llama la atenciôn la constancia advertida en los jôvenes de repuisa a la rigi­ dez de horarios, poca responsabilidad e iniciativa desa-- rrolladas. Los obreros espafioles estudiados por Ferez Dîaz en 1978 y 1980 daban una tasa de satisfacciôn con el margen de iniciativa disponible de alrededor de dos ter-- cios ( 55 ), es decir muy superior al de los jôvenes del_ Casco Viejo, quienes precisamente rechazan la falta de iniciativa mayoritariamente. Evidentemente aquellos gozan - 1 0 0 2 - de una disponibilidad de su capacidad creativa superior a la de estos, que cômo ya he anuclado repetidamente estân_ situados en posiciones subalternas dentro de las empresas menos tecnificadas y complejas. Estos aspectos relativos a la falta de li­ bertad y creatividad son los mâs costosos de aceptar en - unos comportamientos juveniles orientados al trabajo por_ necesidad mâs que por placer. Como en la clase trabajadora en general el sentimiento de agravio no va dirigido a la empresa en sî_ sino a una condiciones impuestas por la organizaciôn labo ral que superan el marco de la instituciôn concreta en la que se encuentran. 6 .2.S.2.- Salario y vacaciones disfrutadas. Contestan a la pregunta dos tercios de los trabajadores, entre los que prédomina el descontento con_ el salario percibido, en 49,9 por ciento, sobre la satis­ facciôn, 25,4 por ciento (lo que supone 62 por ciento de_ insatisfechos frente a 38 por ciento de los satisfechos). Lo inverso ocurre con las vacaciones. Son satisfactorias_ para un 50 por ciento de los jôvenes y no lo son para un_ 17,2 por ciento mâs (lo que supone un 74 por ciento de -- - 1003 - contento frente a 26 por ciento de descontento). El sala­ rie es por tanto el aspecto menos gratificante de todos - Id s analizados. Hay que partir de que este en el Casco Viejo es bajo, mâs aûn que en la juventud trabajadora de_ la ciudad. De aqux que la desaprobaciôn sea mâs radical - que en la ciudàd (28,9 por ciento). Los mismo sucede res­ pect© a las vacaciones ( 56 ). Dos argumentes encuentro - a favor de la intensidad del rechazo a una remuneraciôn - tan baja. El primero, la conciencia del escaso consume que con él puede lograrse, agudizada por los estîmulos constantes a la adquisiciôn de bienes, cuando no la difi- cultad de adquirir incluso los mâs necesarios. El segundo la reacciôn producida por la dificultad de cambiar los contenidos y reglamentos de trabajo, que lleva a los tra­ baj adores a centrar sus manifestaciones de protesta y por tanto sus reivindicaciones en la remuneraciôn, aspecto -- que si puede ser négociable ( 57). Nuevamente la diferencia de satisfacciôn - en lineas générales con los obreros espafioles de 1980 es_ importante. Pérez Diaz hallaba que dos tercios de estos - se consideran en una situaciôn semajante a la mayorîa de_ los espafioles en lo que concierne a sus ingresos, a su -- educaciôn, a su acceso "a las cosas buenas de la vida”, a su posiciôn en general (58 ). Esta pregunta no £ue plan- teada a los jôvenes trabajadores del Casco Viejo pero el_ estudio antes hecho de sus salaries muestra que son bajos - 1004 - en porcentajes importantes, lo que explica su diferente - actitud ante las posibilidades de consumo que se les o£re ce. 6 .2.5.3.- Oportunidades de aprendizaje y promociôn en la empresa, organizacion del trabajo y trato reci bido. Las opiniones son mâs claras para el con-- junto en relaciôn al trato recibido (responden très cuar- tas partes de los encuestados) y superan los dos tercios de jôvenes que cpinan sobre la organizacion del trabajo. Cuadro n- 396 INDICANOS COMO TE RESULTAN LOS SIGUIENTBS ASPECTOS DE TU TRABAJO. Trato rê cibido por par­ te de la empresa. (%) Organiza­ cion del trabajo. (%) Oportuni^ Facili- de apren dad de dizaje. ascenso. (%) (%) Satisfactorio 61,8 39,1 30,0 14,5 Insatisfactorio 15,4 30,0 27,2 36,3 No responden 22,8 31,0 42,8 40,1 Porcentaje que responde 77,2 sobre los trabajadores actives 69,0 57,2 59,9 - 1005 - La mayor satisfacciôn, que no supera de to das formas a los dos tercios de los trabajadores se experi^ menta con el trato recibido por parte de la empresa. Es me nor en el Casco Viejo.hoy que en la ciudad de Zaragoza (s6 lo 11 por ciento se mostraron insatisfechos en el conjunto urbano) (59 ). La complacencia era mayor entre los jôve­ nes trabajadores espafioles de 1977 (77 por ciento) (60 )» mayor tambiên aunque sin tanta diferencia en la clase obre ra en general de 1978 (un 70 por ciento) ( 61). La insatisfacciôn manifestada por los jôve nés del Casco Viejo da tasas similares no obstante a las - de la clase obrera analizada en 1978. Pérez Dîaz concreta_ esta insatisfacciôn en un sentimiento de que la empresa se comporta de manera injusta o arbitraria en materia de san- ciones o premios aunque concluye que el sentimiento de -- agravio hacia la empresa capitalista es de un nivel relati yamente bajo. Volvie'ndo a los jôvenes del Casco Vièjo, - lo que parece mâs claro es que existe una sensaciôn mucho_ mâs extendida de descontento con la organizaciôn del traba jo, con las oportunidades de aprendizaje y las pocas i o nu las? facilidades de ascenso. Aquî las tasas de insatisfac­ ciôn superan con mucho a las de contentamiento y ello tam- bién incide directamente en un debilitamiento de las espe- ranzas de promociôn y por tanto de mejora en las funciones a realizar. Aspectos todos ellos ouo atacan a la propia e£ - 1006 tima que el trabajador puede adquirir de sî mismo y por tanto a la construcciôn de una imâgen personal vâlida, re confortante y por tanto propiciadora de seguridad en sî mismo. 6 .2.5.4.- El ambiente de trabajo y el respaldo sindical. El ambiente de trabajo es analizado en un_ sôlo punto: la solidaridad sentida entre los compaîieros de trabajo. Han reflexionado sobre ella un 68,1 por ciento de los jôvenes, 50 por ciento de los cuales estân contentos y 18,1 por ciento descontentos (queda una tasa relative de - 73,3 por ciento frente a 26,7 por ciento). Lo realmente sê rio aquî es que sôlo la mitad de los jôvenes expérimente - un ambiente de camaraderia gratificante, lo que puede de-- berse a una atomizaciôn de las relaciones de trabajo y a - la compatitividad y disgusto generados por la inseguridad_ laboral y las bajas categorîas profesionales que se ocupan. El joven se sentirîa en el trabajo marginado y mal conside rado por sus compaîieros de mayor edad y status profesional. La escasez de relaciones amistosas que se inician en el trabajo por referenda a las que se hacen en el colegio y_ en el barrio (ver capîtulo cinco) dan una idea de la frlgî dez relativa de los contactes laborales, que se generan en - 1007 - parte por la rapidez de los cambips de trabajo expérimenta dos por los jôvenes y por su situaciôn de largo aprendiza­ je mâs o menos disfrazado. Todo ello parece confirmer las_ especiales condiciones de insolidaridad vividas por los -- aprendices que segûn Candel se convierten en cabeza de tur co de las agresividades y frustraciones de los trabajado-- res mâs experimentados ( 62 ). En conexiôn con la solidary dad trato el respaldo sindical sobre el que se pronuncian_ un 52,7 por ciento de los jôvenes. Los jôvenes trabajado-- res no se sienten respaldados por los sindicatos, a juzgar por su insatisfacciôn, mâs intense que la satisfacciôn. E^ tân descontentos un 33,6 por ciento frente a un 19,1 por - ciento de satisfechos (una proporciôn de 64 por ciento de descontentos frente a 36 por ciento de contentos entre_ los que responden). Estos datos refuerzan aôn mâs el desconten .to con la solidaridad de los compafieros. Es précise recor­ der aquî el tipo de empresa en el que trabajan la mayorîa_ de los jôvenes, con caracterîsticas de pequefia ymediana - empresa en las que difîcilmente se puede hablar de arraigo o incluso implantaciôn sindical por el escaso nûmero de trabajadores que contienen (63 ). Hay que reconocer que la satisfacciôn con_ el respaldo sindical es inferior a la de la clase obrera - espafiola analizada por Pérez Dîaz en 1980, quien sefiala -- que la opiniôn de estos no es muy desfavorable hacia la a£ 1008 - tuaciôn de los sindicatos C.C.0.0. (42,2 por ciento de sa­ tisfacciôn) y U.G.T. (35,3 por ciento de satisfacciôn) por no citar sino los mâs importantes. La caîda sindical ha sĵ do grande en la afiliaciôn: de 56,4 por ciento en 1978 a - 33,8 por ciento en 1980, pero no asî en el respaldo sindi­ cal (64 ). En este sentido la implicaciôn obrera en los - sindicatos, aôn con el descenso de 1980 sigue siendo mayor que la manifestada por los jôvenes del Casco Viejo: 20,9 - por ciento de afiliados entre los trabajadores y 14 por ciento entre los parados, con insatisfacciôn mayor que la_ manifestada por los obreros espafioles. Insatisfacciôn indicative a mi parecer de la marginalidad vivida por los jôvenes y de la escasa in- fluencia en la mejora de sus condiciones de trabajo que perciben como ligada a la acciôn de los sindicatos. Luego_ veremos que los mas insatisfechos son los mâs jôvenes, y - por tanto los mâs marginales en el mercado laboral. A mi parecer tal marginalidad es fundamen­ tal para que la satisfacciôn laboral en conjunto sea inferior_ a la de los otros colectivos aquî mencionados, a los que - puede afiadirse el colectivo de jôvenes adolescentes de East London en 1966. Segûn los datos aportados por Willmott en- tonces un 80 por ciento de los jôvenes estaban contentos - con su trabajo, poco mâs de dos tercios con el pago recibĵ do y très cuartas partes con las perspectivas de future -- ( 65 ). - 1009 - Ello hace pensar que un estudio en profun- didad de la satisfacciôn laboral tendrîa que partir de las condiciones especîficas que el trabajo expérimenta en una sociedad determinada, tanto en relaciôn al desarrollo pro­ ductive del que forma parte como a las diversas tareas a - ejecutar segûn la posiciôn social de partida del trabaja-- dor, las exigencies de las tareas y los efectos que el me­ dio ambiente de trabajo tiene sobre la salud del hombre, - considerado en su personalidad total, individual y colect_i va. Puestos en este punto habrîa que aproximarse al anâli- sis de la satisfacciôn laboral tratando de dilucidar las - condiciones de trabajo en sî mismas. Y para ello habrîa que distinguirlas de la percepciôn que el trabajador tiene de ellas y de su disposiciôn a aceptarlas cualquiera que -- fuere su grado de conciencia de la realidad vivida. De -- aquî habrîa que pasar al anâlisis subjetivo de la satisfac ciôn que estas condiciones producen en el trabajador, y no sôlo por el mêtodo de la encuesta, sino también por el con tacto directo con los trabajadores a travês de otras tëcn^ cas que averiguen los sentimientos colectivos e individua- les, como defienden Juan Jôse Castillo y Carlos Prieto -- ( 66 ). Evidentemente no ambiciono realizar un es­ tudio tan complete. Por ello me limite a recordar en base__ a las encuestas de satisfacciôn laboral mencionadas que -- las condiciones de trabajo cambian y en estos mementos son 1 0 1 0 - especialmente difîciles para el colectivo juvenil que me - ocupa, tanto por la situaciôn general del mercado laboral_ como por su frâgil posiciôn de partida en el mismo. No hay que olvidar tampoco la influencia en las aspiraciones, de_ una mejora general en la calidad de vida y en los niveles de consumo, que acrecienta las ambiciones de poder econôm£ co y desarrollo personal. A lo que hay que afiadir, en los_ périodes de depresiôn econômica fuerte, la agudizaciôn de_ las distancias entre los que poseen y los que no, y entre_ lo que estos ûltimos tienen y en realidad desean. 6.2.6.- LOS MEDICS DE HALLAR TRABAJO. La bûsqueda de trabajo y de mejores condi- * clones de empleo una vez logrado son empenos voluntaristas en los que priman las ayudas de los grupos primarios y del esfuerzo individual sobre cualquier apoyo institucional. La familia y las amistades han sido los contactes fondamentales con el trabajo para un 52,7 por ciento de los jôvenes (ver cuadro n- 397 j . Las entrevistas de los militantes présenta das al comienzo del capitule dan también abondantes mues-- tras de ello. Y no solamente en el Casco Viejo. Buceta encontraba entre los trabajadores _ 1 0 1 1 jôvenes en Espafia en 1960, que su forma de entrar a la em­ presa fue la recomendaciôn, las relaciones familiares o el conocimiento personal en un porcentaje muy destacado sobre los demâs procedimientos, alrededor de un tercio de los j6 venes. Mâs en los varones que en las mujeres ( 67 ), al re vés de lo que sucede en el Casco Viejo, donde la ayuda pa­ rece haberse hecho aûn mâs efectiva para ellas que para -- ellos. En 1975 Lôpez Cepero afirmaba que alrede-- dor de las très cuartas partes de los jôvenes utilizan co­ mo medio de informaciôn a la familia, a los amigos (68 ). Ni los jôvenes del 60 ni los del 75 utili- zaban los canales oficiales, centres de educaciôn, que en_ el 60 sôlo habîan proporcionado trabajo a un uno por cien­ to de jôvenes, o centres de colocaciôn que en el 75 reci-- bîan una mala opiniôn: un 90 por ciento comentaban que no_ acuden a ellos o que no cumplen eficazmente su funciôn en_ el proceso de colocaciôn. Estudios hechos en Francia a partir de 1973 demuestran que este môtodo de adquisiciôn de empleo - es corriente entre los jôvenes franceses. Un 22 por ciento de ellos consiguieron el empleo gracias a sus padres en 1973 y un 26 por ciento mâs gracias a sus amigos. Encues- tas posteriores mantienen porcentajes similares. L’Agence_ Nationale pour l’emploi, aseguran Rouard y Audibert, sôlo_ ha conseguido colaborar en el hallazgo de empleos juveni-- - 1 0 1 2 - les en un nûmero de casos alrededor del 4 por ciento( 69 ) Y aûn asî los empleos obtenidos han sido de carâcter even­ tual. Las oficinas de empleo ayudaron en un 3,6 por ciento de los jôvenes del Casco Viejo, nûmero muy limitado tam-- biên. Otro mêtodo eficaz, ademâs de la ayuda de_ los grupos primarios es la iniciativa personal del propio_ joven. Responden que lo encontraron por cuenta propia 20,9 por ciento de los jôvenes, tasa que aumenta si le sumamos_ el 7,2 por ciento que ganaron una plaza de trabajo por opo siciôn. Si ademâs se comparan los mêtodos formaii- zados de obtenciôn de empleo como son las oficinas de em-- pleo(ya mencionadas) y los centres de estudios, con los m£ todos informales, taies como anuncios en los periôdicos, en el mismo lu gar del trabajo y el vecindario, se concluye que estos ûltimos han sido mâs eficaces que los primeros. Sôlo un 7,2 por cien ha conseguido un em pleo por medio de las instituciones mâs legitimadas para - gestionarlo, mientras que lo han hecho un 10,8 por ciento_ por medio de los anuncios. La forma de encontrar un trabajo condicio- na la mayor o menor movilidad en el mismo. Se constata asî que aquellos que lo han obtenido por propio esfuerzo tien- den a estabilizarse en él mâs que quienes han recibido ayu da de su familia, de amistades o de algûn centre (ver cua­ dro n- 398 ). Parece ser por tanto que los jôvenes que tie - 1013 - nen contactes que pueden facilitarles la entrada al merca­ do laboral se arriesgan mâs a perder el primer empleo o pueden saltar de uno a otro con mayor ligereza, adquirien- do con ello mayor experiencia de sus posibilidades y opor- tunidad de ensayar nuevos caminos. Unas y otra no son per- cibidas igualmente por quienes dependen de sus propias -— fuerzas, razôn por la cual permanecen en mayor proporci6n_ en el primer empleo hallado. Ahora bien, la ayuda familiar o de las --- amistades en la bûsqueda de empleo, si bien es positiva no significa necesariamente que proporcione unas buenas cond£ ciones de empleo. Estas van a depender del punto de parti­ da familiar, el que va a decidir tanto la cuantîa de la -- ayuda sino la categorîa laboral que se puede alcanzar. Co­ mo muestra el cuadro n° 399 , los jôvenes que proceden de_ un status socio profesional alto han conseguido un empleo_ gracias a les grupos primarios en el cien por cien de los_ casos, (claro que son sôlo cuatro jôvenes), los que perte- necen a un status socio-profesional medio lo han obtenido_ en un 55 por ciento de los casos. Se advierte ya una mino- rîa importante que se ha valido de su propio esfuerzo. En_ el nivel bajo la ayuda de los grupos primarios y la propia iniciativa corren prâcticamente en paralelo, el 49 y el r 46 por ciento respectivamente. El cuadro n- 409 déjà ver - las categorîas socio-profesionales en las que se sitûan -- - 1014 - los jôvenes ayudados por su familia o amigos. Los de nivel alto obtendrân empleos de jefes o directores fundamental-- mente, los de nivel medio de auxiliares u oficiales admi-- nistrativos y en segundo lugar de asalariados subalternes. Es interesante observar que estos ûltimos puestos, como los de obreros calificados se obtienen mâs por propia ini­ ciativa, mientras que la ayuda de los padres vuelve a ser_ mucho mâs necesaria en el caso de los obreros sin cualifi- car. La explicaciôn al creciente apoyo familiar en los niveles mâs bajos de la escala laboral hay que bus- carla en los hâbitos de la clase obrera tradicional que Galambaud recuerda como aûn vivos y présentés entre los jô venes que el estudia en 1977. El obrero, al presentar sus_ familiares o amigos a los empleados obtiene de ellos un £a vor que garantiza en retorno el buen cumplimiento y aitsen- cia de conflictividad de los nuevos trabajadores ( 70 ). Aunque algunos jôvenes rehuven aceptar con diciones indeseables de empleo sôlo por el hecho de que han sido presentados a la empresa por contactes familiares (el caso de J. el joven discotequero que encontrô su traba jo de camarero gracias a las labores de limpieza de su ma­ dré, y que he relatado anteriormente), lo cierto es que el sistema de contrataciôn sigue siendo eficaz, genera respon sabilidades del empleador hacia el empleado y lealtades de este hacia aquel. - 1015 Diré por ûltimo que este mêtodo de enrolar^ se en el trabajo, no es sôlo propiciado por la pequefia em­ presa, en la que alcanza a mâs de dos tercios de los jôve­ nes empleados (71 ), sino también por la gran empresa prî̂ vada nacional o multinacional, donde los porcentajes se elevan a las très cuartas partes de los jôvenes admitidos. Incluso la administraciôn pûblica ha contratado por esta - via a un 40 por ciento de los jôvenes del Casco Viejo que_ allî trabajan. 6.2.7.- LA AFILIACION SINDICAL. La afiliaciôn sindical de los trabajadores es muy escasa. Abarca a un 14,4 por ciento del total de -- trabajadores actives y desempleados, porcentaje que se el£ va a un 20,9 por ciento si se considéra sôlo a los activos. Esta ûltima cifra es igual a la de sindicaciôn de los jôve nés trabajadores franceses en 1973, un 19 por ciento (72) y superior a la de los jôvenes espafioles de 1977, que sôlo ascendîa a un 12 por ciento (73 ). Hay que concluir por - tanto que la movilizaciôn sindical de los trabajadores ac­ tivos es mayor hoy, aunque ya se ha visto que es bastante_ inferior a la de los obreros espafioles de 1980. En el Casco Viejo emiten su juicio sobre - - 1016 - la polîtica sindical el 63,6 por ciento de trabajadores y_ el 61,7 por ciento de parados. El juicio es severe. Dos j ô venes estân descontentos con la polîtica sindical por cada uno que estâ satisfecho con ella. Las causas hay que buscarlas en la insati^ facciôn mayoritaria con aspectos importantes de las tareas realizadas, organizaciôn del trabajo, dificultades de pro­ mociôn, bajos salarios, a cuyo cambio no parecen creer que las centrales contribuyen muy eficazmente, Estân también - las causas en el desintetés generalizado por la afiliaciôn a organizaciones, sean de trabajo o polîticas, a las que - me referiré mâs adelante, pero cuyo juicio ya adelanto que es también severo. No puede ocultarse que al fonde de tan_ escasa participaciôn se encuentra una experiencia dura de_ la vida y trabajo de la que si salen parecen hacerlo mâs - por el esfuerzo personal y de su grupo informai de relacio nés que por los grupos formalmente estructurados. Cuando mâs se espera de los sindicatos es_ a las edades mâs tempranas. Asî se deduce de la afiliaciôn que es mayor a los dieciseis afios que a partir de los vein tidos. Dicha actitud représenta también un cambio respecte a los jôvenes de 1977, entre quienes no se advertîan dife- rencias de los dieciseis a los veinte anos. Refuerza asî - mismo que la orientaciôn hacia las organizaciones sindica- les es hoy mayor puesto que se da en los mâs jôvenes que - - 1017 eran los representados en el estudio de Linz del 77, lo que puede indicar el inicio de una corriente juvenil ascen dente hacia la participaciôn en las acciones sindicales, ’• hacia los apoyos y afiliaciones. Por ello conviene pregun- tarse i a qué sindicatos se afilian los jôvenes del Casco ■ Viejo?. El cuadro siguiente présenta los resultados, Cuadro n- 401 AFILIACION A SINDICATOS DE LOS TRABAJADORES Activos Ci) Activos y parados m C.C.0.0. 9,10 6,29 C.N.T. 3,64 2,52 U.G.T. 2,73 1,89 Ü.S.O. 1,82 1,26 C.S.U.T. 1,82 1,26 Otros 1,82 1,26 Total 20,93 14,48 Puede observarse que el sindicato mas popu lar es el de C.C.0.0, seguido de lejos por la C.N.T. y la_ U.G.T. Lps demas sindicatos tienen muy pocos afiliados. - 1018 - El juicio sobre la eficacia de la polîtica sin dical seguida por cada sindicato coincide bastante con la_ afiliaciôn, real pero no del todo. Se da un aporte curioso, el 25 por ciento de los afiliados a C.C.0.0. que no cree - en la eficacia de su sindicato valora la estrategia segui­ da por la C.N.T. y el 17 por ciento de los afiliados a la C.N.T. que minusvalora la acciôn de su central sindical, - califica como eficaz la llevada a cabo por C.C.0.0. Sin em bargo la fidelidad de los afiliados a las otras centrales_ sindicales es total. Otra pregunta que puede ser respondida con los datos de la encuesta es la siguiente: iqué centrales tie- nen afiliados en las diferentes empresas?. La respuesta es que la central que cuenta con_ gente en todas las empresas es la C.N.T. a pesar de que su nûmero sea tan escaso. C.C.0.0. tiene sus afiliados en las empresas dependientes del estado, en la empresa privada na cional y en la local. La U.G.T. tiene su clientele exclusivamente en la empresa privada, sea de âmbito nacional o local. Las d£ mâs empresas limitan su clientele a esta ûltima empresa. - Ningûn trabajador de la administraciôn pîblica déclara por_ tanto su pertenencia a un sindicato. Hasta aquî he hablado de los trabajadores en - activo. Los trabajadores en paro también estân afilia- - 1019 - dos, como dije en el acâpite de los buscadores de empleo.- La mayor parte de ellos.lo estân a C.C.0.0., una cuarta parte a U.S.O., 16,5 por ciento a centrales no especifica-- das y un 8,2 por ciento a la C.N.T. El liderazgo de C.C.0.0. queda por tanto mani- fiesto en todos los trabajadores, sean activos o estén en_ paro, aunque luego se verâ que su raigambre varia en fun-- ciôn de algunos factures discriminatorios. 6.2.8.- LOS JOVENES EN SU CONJUNTO TIENEN ACTITUDES POSITI^ VAS ANTE EL TRABAJO. Las actitudes positivas ante el trabajo, mani- festadas no sôlo por los trabajadores, sino también por quienes estudian y se dedican a sus labores pueden adver-- tirse en varios aspectos. 1-) Que consideran mâs importante para su desarrollo perso nal en el future realizar un trabajo satisfactorio, un 70_ por ciento, que dedicarse al cuidado y atenciôn de su fami lia exclusivamente, un 25,6 por ciento, actitud en la que_ se afirman los mâs jôvenes sobre los que no lo son tanto - (un 77 por ciento de los primeros catorce y quince afios, - frente a un 71,5 por ciento de los que tienen mâs de dieci - 1 0 2 0 seis afios). Tampoco se establecen grandes diferencias por_ sexo, aunque las mujeres tienden ligeramente mâs a dedicar se a su familia o a la familia y al trabajo, pero la ten-- dencia hacia la autorrealizaciôn fuera del hogar es masiva mente defendida por unos y otras ( 74 ). Claro que hay que tener en cuenta la influencia de la opiniôn pûblica que m_i nusvalora cada vez mâs la labor del ama de casa como traba jo exclusive. Esta sin embargo es mâs apreciada entre los_ trabajadores y entre las jôvenes amas de casa, aunque la - minorîa de ellas que prefiere un trabajo auto-gratificante fuera del hogar es también notable: un 40 por ciento. 2®) Que el trabajo, la inteligencia y la iniciativa son pa ra los jôvenes los puntos mâs importantes y decisivos para obtener éxito en la vida. Asî responde un poco menos de la mitad de los jôvenes 45,8 por ciento, con lo que afirman - el valor del voluntarisrao personal y del propio esfuerzo - sobre cualquier otro canal de promociôn social. En segundo lugar, mencionan la posiciôn social, de partida determina­ da por la familia, las influencias sociales y la pertenen­ cia a grupos sociales determinados, respuesta dada por un_ 17,6 por ciento de los jôvenes. La suerte obtiene un 16,3 por ciento de respuestas y otros caminos como los resulta­ dos escolares o los pocos escrûpulos no convencen a mâs de cuatro o cinco por ciento de los jôvenes. Es decir que si en el punto anterior prédomina - 1 0 2 1 - ba el trabajo sobre la familia en este tiene prioridad so­ bre cualquier otro medio de incorporarse a la sociedad con buenos resultados. Conviene sin embargo hacer una matizaciôn im^- por tante; Que valoran mâs la inteligencia e iniciativa— que el esfuerzo laboral. Mencionan aquella un tercio de los jôvenes y sôlo un 14,4 por ciento se refieren al hecho de_̂ "trabajar mucho”. Es decir que lo importante es la destre- za en el uso de las cualidades personales. En este punto - se mantienen las tendencias de la juventud espafiola que ya en 1968 mencionaba como la cualidad ôptima para alcanzar - el éxito, la inteligencia. Le concedîan el primer lugar un 36 por ciento de los jôvenes, mientras que se lo concedîan al trabajo un 16 por ciento de ellos. En segundo lugar, lo_ ocupaba la suerte con un 23 por ciento de respuestas, la - inteligencia con un 18 por ciento, el tener conocidos in-- fluyentes con 14 por ciento de respuestas a su fàvor (75). Es importante la firmeza de la valoraciôn juvenil en su conjunto de la que participa el colectivo aquî estudiado,- que no es precisamente representative de las clases médias sino mâs bien de la clase baja. Por ello que si empiezan - muy abajo en la escala laboral es porque no hay otra sali- da, pero una vez iniciados (gracias sobre todo a las in-- fluencias familiares y de los amigos como ya se ha visto), confîan mâs en sî mismos que en todo lo demâs. Incluso mâs que en los estudios realizados, actitud que se refuerza -- - 1022 - con el nûmero sustancial de trabajadores que no siguen es- tudiando porque no lo consideran necesario o importante. - Recuerdo que habîan abandonado los estudios por otras razo nes ajenas al problema econômico un 56,8 por ciento de los jôvenes. Cuadro n- 402 RAZON DE DEJAR LOS ESTUDIOS (EXCLUYENDO LAS RAZONES ECONO- MICAS 0 FALTA DE PLAZAS). Por cansancio de estudiar y porque no me gustaba 31,44 Porque estaba harto de estar tantas ho ras al dîa encerrado y sometido a réglas 5.66 Porque me di cuenta de que no servîa para estudiar 13.20 Porque tenia estudios suficientes para lo que necesitaba 6,28 Total ■ 58 Porque no me admitieron, no habia plaza en el centro 0,32 Entre ellas la que prédomina es el cansancio y disgusto con los estudios, que no puede separarse de la po ca utilidad que les encuentran para su funcionamiento futu ro (o presente) en el trabajo social. Se deduce de que sô­ lo una quinta parte de los jôvenes responden que la forma- ciôn recibida les ha valido para ganarse la vida con un oficio. Los demas creen que ha sido una "'erlida socializado ra o un medio de adquirir conocimientos de cultura general. - 1023 En las conclusiones me referiré mâs detalladamente a las - percepciones de los jôvenes en torno a la educaciôn y a la cultura. Sigo aquî con la valoraciôn del trabajo. 3-) Los jôvenes dan mâs importancia al trabajo y a las in- / fluencias sociales para conseguirlo de lo que sus padres_ les han transmitido por consejos o aseveraciones explicita das verbalmente. Expongo a continuaciôn los cuadros que lo dejan ver. Cuadro n- 403 CUAL DE LAS SIGUIENTES ERASES HAS ESCUCHADO MAS FRECUENTEMENTE EN PARA TENER EXITO EN LA VIDA,-- iQUE CREES QUE ES LO MAS IMPOR TANTE Y DECISIVO EN UNA PERSO- TU CASA (%) _ NA?. (%) Trabaja y triun farâs 9,93 Trabajar mucho 14,42 Aproveclia el e£ fuerzo de tus padres 12,50 Haber hecho una carre ra con expediente brî liante. 3,20 Lo primero de todo es ser honrado 22,43 31 7 Haber hecho una carre ra aunque sea con un expediente mediocre 0,32 Tu hàz lo que te manden. No te metas en lios 9,29 Inteligencia e inicia tiva 31,41 Câsate con un buen partido 0,64 Que la familia tenga buena posiciôn social y econômica 6,08 - — Estar bien relaciona- do con amigos influ- yentes 5,44 1024 - (%j ... ------ en Bûscate buenos padrinos y lo demâs ya llegarâ 1,28 Pertenecer a gru- • pos sociales de- terminados 3,52 El dinero lo con« sigue todo en la vida 3,52 Tenèr pocos escru pulos 4,80 Sé vivo para no dejarte pisar 2,25 Suerte 16,34 La vida es cor- ta, aprovéchala lo mâs que puedas 5,12 Otros y no sé 7,36 No sabla decir 31,08 C6mo puede observarse, los temas o proposicio-- nes pianteadas en una y otra pregunta del cuestionario son_ distintas, pero quiero hacer hincapie en las disposiciones_ générales que indican una distinta concepciôn de la vida de los hijos por referenda a la que oyeron y oyen de sus pa ­ dres. Son mâs los jôvenes que piensan en el trabajo - como medio de alcanzar el éxito en la vida de lo que sus pa dres se lo hicieron creer aunque hay que tener en cuenta -- que los valores fondamentales se interiorizan por los com- portamièntos générales que dan coherencia a lo que se dice, mâs que por una explicitaciôn verbal que no vaya avalada -- por la conducta. Pero los jôvenes ademâs de pensar en el trabajo también lo hacen en la inteligencia e iniciativa, raientras_ sus padres les hablaban de conformidad y honradez. Es decir que los hijos adquieren disposiciones de conducta propias - 1025 de las clases médias mientras los padres tienden a educar a sus hijos en la sumisiôn tradicional de la clase obrera. Menciono por ûltimo la escasa confirmaciôn ver­ bal que los padres dan a sus hijos del valor de las influen cias sociales. Estos sin embargo les atribuyen cualidades - de éxito en mayor nûmero. Hay que distinguir por tanto entre el padre, que trata de introducir al hijo en los patrones de comporta miento aceptables, que son^sobre todo en la clase obrera^el trabajo y el esfuerzo (de ahî que recuerden a sus hijos lo_ que ellos han hecho y traten de convencerles de que lo apr£ vechen para mejorar su punto de partida), y los hijos, que_ aceptan este comportamiento, pero que ven lo que realmente_ vale en el juego social. Los hijos advierten que las influen cias sociales son muy importantes y por ello les adjudican_ un lugar relativamente importante de camino al éxito. Los - trabajadores especialmente experimentan en su bûsqueda de - trabajo que ellos pueden aspirar a aquel puesto alcanzable con una calificaciôn especîfica, pero si esta falla o la de manda laboral es muy alta, dependen de sus contactes para - alcanzarlo. Experimentan en su propia vida por ello el va-- lor de las influencias sociales y una vez obtenido el traba_ jo creen mâs en su destreza personal para mantenerlo que en su sumisiûn incondicional a unas reglas establecidas. Con ello demuestran una mayor capacidad de adap taciôn a un mundo tecnolôgico cada vez mâs complejo y que - exige de ellos iniciativa e inteligencia para asumir el cam - 1026 - bio que la que sus padres tienen, habientb sido adiestrados para la aceptaciôn incondicional de las instrucciones pre- establecidas. 6.2.9.- FACTORES DISCRIMINATORIOS DE LA PERCEPCION DEL TRA­ BAJO. Voy a considerar aquî ademâs de los factores -- analizados en los demâs capitules algunos otros especificos de la situaciôn del trabajo. Entre ellos se encuentran el - lugar de origen de los trabajadores, el tipo de trabajo y - la categorîa profesional a la que se incorporan, el tipo de empresa en la que trabajan y la motivaciôn inicial del tra­ bajo. A ellos me referiré en concrete al analizar la_ satisfacciôn laboral por su capacidad orientativa de las di_ ferentes disposiciones de agrado o desagrado con el trabajo que se realiza. 6 .2.9.1.- El sexo, El paro afecta mâs a los hombres que a las muje res quienes a su vez experimentan mayores dificultades de - - 1027 incorporarse al primer trabajo, son despedidas con mâs faci lidad y cobran sueldos mâs bajos en oficios menos cualifica dos. De aquî que estén mâs insatisfechas con las posibilida des de promociôn y con la remuneraciôn recibida. Los hom-- bres sin embargo muestran mayor desagrado con el aspecto rp lacionado con su capacidad de autorrealizaciôn personal. La mujer trabaja mâs por convicciôn y él hombre por necesidad. Ella recibe mâs protecciôn familiar y é l ejerce su iniciati va para hallar un empleo. Aunque ambos estân mâs decididos_ a realizar un trabajo gratificante que a dedicarse exclusi­ vamente al hogar, es la mujer la que todavîa siente mâs la - responsabilidad de dedicarse a la atenciôn exclusive de una familia. 1-) El paro afecta mâs a los hombres que a las mujeres. Un_ 55 por ciento de los parados son hombres y un 45 por ciento son mujeres. Son ellas sin embargo quienes estân en una si­ tuaciôn mâs débil puesto que les résulta mâs difîcil encon­ trar su primer empleo. Asî aparecen très mujeres buscando - su primer empleo por cada chico que vive esta situaciôn. La razôn no es como podrîa suponerse que han pa sado mâs tiempo estudiando y por ello se incorporan mâs tar de a la bûsqueda. Es que les cuesta mâs tiempo hallar un trabajo. Un 44 por ciento de ellas llevan buscando su p r i ­ mer empleo mâs de un afio; estân en el mismo caso un 33 por_ ciento de los varones. Un 40 por ciento de las chicas estâ_ 1028 empleando de très meses a un afios en una bûsqueda infructuo sa, la que sôlo se extiende a otro tercio de les chicos. De aquî que sean las jôvenes quienes se muestran mâs pesimis-- tas ante la posibilidad de hallar un trabajo astable. Hay que decir también, en referenda al sexo que les chicos se incorporan al trabajo antes que las chi-- cas incluso en las edades anteriores a la reglamentada como edad laboral. Un 7 por ciento mâs de los varones se inicia- ron en el trabajo antes de los dieciseis afios, tônica seguî da en 1977 también [ 76 ). Claro que las chicas son protago nistas de un trabajo encubierto que es el de amas de casa.- Del 8,2 por ciento de jévenes que se dedican a"sus labores" la gran mayorîa son mujeres( 0,6 por ciento son varones es_ decir dos chicos). Y mujeres con un nivel de instrucciôn muy bajo, mâs incluso que el de los demâs jôvenes. La mitad exactamente se han quedado en el primer ciclo de la E.G.B.- (donde se quedaron 47 por ciento de los parados), un tercio tiene el grado escolar, un 15 por ciento ha alcanzado F.P.- y un 4 por ciento B.U.P y C.O.U. Hablo, claro estâ, de un - grupo muy reducido pero significative porque aunque s61o un tercio de ellas se consideran paradas, ninguna se incorpora al mercado laboral. Ademâs son amas de casa desde sus trece o catorce afios (aunque aumenta su nfimero con la edad) y per tenecen casi en sus dos tercios al status socio-profesional bajo, sôlo 4 por ciento al alto y las demâs al medio. La de dicaciôn a sus labores estâ por tanto ligada su mayor parte a falta de medios econômicos para seguir estudiando - 1029 o una concepciôn del papel de la mujer como exclusivam-^nte_ dedicada al hogar. Razôn por la cual no es necesario pro-- veerla de otros estudios. Victor Pérez Diaz encuentra tam-- bién en su estudio de clase obrera de 1978, que las tareas del hogar son dedicaciôn inmediata sôlo de mujeres que ter- minaban estudios de nivel primario o del primer ciclo del - nivel secundario. Por encima de ese nivel son raros los ca- sos de este tipo de ocupaciôn no laboral en las mujeres mâs jôvenes (77 ). Es decir que son tareas ejecutadas princi- palmente por mujeres que pertenecen al nivel social bajo. 2-) Lasmujeres que trabajan tienen en lineas générales sala rios mâs bajos que los varones. Un tercio de ellas, £rente_ a un 19 por ciento de elles ganan menos de 20.000 ptas. A - elle contribuye que se inician mâs tarde en el trabajo, co- mienzos en los que se gana menos. Pero la razôn fundamental parece conectada a que hay mâs mujeres que se incorporan a las tareas marginales, taies como el trabajo a destajo en - el domicilie y el servicio domêstico. Ocurre también que e^ tos trabajos no suelen exigir un horario de ocho horas y - - son concebidos como ayuda al hogar familiar mâs que como el sueldo bâsico del consume de aquel. A pesar de que las condiciones de trabajo y sa- lario son mâs marginales en las mujeres estas son mâs réti­ centes a cambiar de empleo. Asî la proporciôn es de 1,3 va­ rones que han tenido varies empleos por cada mujer. - 1030 - Sin embargo cuando se les pregunta:"si pudieras elegir actualmente, iquê trabajo elegirîas? hay una ligera_ tendencia femenina a desear el cambio y una notable inclina ciôn masculina a permanecer en la empresa donde estân y tal como estân. Cuadro n- 404 TRABAJO ELEGIBLE Chicos Chicas (%)(%) El mismo que tengo 39,6 O') 30,6 f c j 1 "1 Promocion donde estoy -- 20,6 26,5 ̂D / j X J Cambio de empresa 12,0 16,3 Cambio de oficio ’̂ ^*^(39,5) 16,3 (42,8) Cambio de pais 10,3 .10,2 Total 99,7(58) 99,9(49) El joven trabajador tiene la cualidad al pare-- cer de medir el esfuerzo realizado y los resultados obteni- dos. Es decir que ajusta sus deseos a las realidades. Y en_ ello el joven parece mâs apto para lograrlo que la joven. - Se repliega prudentemente en las estructuras existenteg, re 1031 - corta sus aspiraciones, tantea las elecciones posibles y dê fiende el pequefio espacio personal que le queda. La joven,- que en realidad cambia menos aunque lo desea mâs muestra -- una mayor inquietud por marchar de la empresa y por oromo- cionarse en la que estâ. No hay que olvidar que su situa-- ciôn salarial es peor. La desesperanza con la situaciôn vi- vida alcanza en ellos y ellas a poco menos de la mitad lo - que muestra la disconformidad existente, la cual es la base sobre la que se asîenta el mayor realismo masculino y el ma ypr cansancio manifiesto femenino. A él contribuye la sen- saciôn de eventualidad, mâs comûn > en las mujeres que en_ los hombres. Aquellas temen quedarse en paro y aducen la -- crisis de la empresa como la razôn principal de sus temores. 3-) La motivaciôn del trabajo varia entre los chicos y las_ chicas y lo hace sustancialmente como deja ver el siquiente Cuadro n- 405 iPOR QUE RAZON TRABAJAS? Sexo Chicos Chicas (%) (%) Me gusta 20 37 Tengo que ganarme la vida 66 48 - 1032 Chicos (%) Chicas C%) Me obligan en casa 3 No sirvo para estudiar 4 Otra razôn. No sê 11 11 Total 100(65) 100(54) Prédomina la motivaciôn del trabajo por gusto,- es decir por deseo personal de hacerlo entre las mujeres, - mientras que entre los hombres se trabaja mâs por obliga--- ciôn: "tienen que ganarse la vida". Con ello se confirman - las tendencies actuales de una decision femenina de incorpo rarse a la vida activa y una obligaciôn todavîa prioritaria de los hombres de mantenerse con su trabajo o ayudar a la - familia si esta lo necesita. Se exige mâs del chico que de_ la chica. Son muy pocos los jôvenes que trabajan porque les obligan en casa pero incluso entre ellos no se da el caso - de ninguna mujer, frente a un 3 por ciento de varones. De-- duzco por tanto que entre las mujeres es évidente una volun tad de lograr cierta autonomîa economica présenté o futura_ y de desligar su imagen de la del ama de casa y en conse--- cuencia de la esclavitud del trabajo domêstico. Las conver- saciones entre los discotcourros y sus amigas mantenidas en_ el capitule tercero acerca del trabajo y de las labores do- mêsticas prueban estas inquietudes femeninas que van en con sonancia con los valores de repartir las tareas sociales y - 1033 familiares equitativamente. No sôlo varîan las motivaciones del trabajo ma£ cullno y femenino sino los medios de aprendizaje asequibles a unos y otras. Cuadro n- 406 iCOMO APRENDISTE EL OFICIO QUE TIENES?. Sexo Hombres CD Mujeres CD Como aprendiz en una empresa o taller. 35 19 En una escuela de P.P. En una academia 25 30 Trabajando:no recibi ningfin aprendizaje. Por mi cuenta. 40 51 Total 100(72) 100(63) Las mujeres han aprendido el oficio trabajando_ o por su cuenta, en tasas mayores que los hombres, quienes_ lo han hecho en mayor medida como aprendices en las empre- sas o en escuelas de F.P. Esto quiere decir que los hombres han ido pasando por las categorîas profesionales adecuadas_ cuando se han formado en los propios centres de trabajo -- mientras que las mujeres lo han hecho de manera menos forma lizada. Teniendo en cuenta que ellas trabajan mâs en tareas no manuales y sin calificaciôn, cuando lo hacen en empresas, 1034 y en servicio domêstico o destajos en su domicilio quiere - decirse que han ido adquiriendo destrezas lentamente sin la ritualizaciôn que ha precedido a los hombres. Su formaciôn_ ha estado dirigida generalmente a terminar los estudios de_ E.G.B. o bien a labores administratives, y es precisamente_ a este sector al que se dirigea mientras los hombres lo ha­ cen mâs a las categorîas profesionales ligadas a la indus-- tria. El cuadro n- 407 muestra las diferencias entre_ las categorîas profesionales masculines y femeninas. Puede_ observarse que las jôvenes se han incorporado mâs a traba-- jos no manuales, calificados o no,y sôlo en segundo lugar a trabajos manuales calificados, justamente las categorîas en las que se registran mayores porcentajes de jôvenes que de- claran estar realizando un trabajo sin ninguna preparaciôn. La inexperiencia femenina en determinadas ta--- reas viene causada por las lagunas que la formaciôn profe- sional tiene respecte a los oficios "femeninos" generalmen­ te desempenados en talleres y fâbricas, lagunas a las que - ya hacîa menciôn Marîa Angeles Durân en 1972 y que siguen - existiendo por lo que puede verse ( 78 ). En consonancia con las labores administrâtivas_ y doraêsticas que la mujer desempena en mayor medida que el_ hombre ella se incorpora mâs a empresas estatales y a la ad ministraciôn pûblica. El hombre se integra mâs fâcilmente - en las privadas de âmbito nacional y multinacional. Hombres - 1035 - y mujeres se incorporan por igual a la empresa local. Luego el hombre se sitûa mâs frecuenteraente en la empresa fami-- liar y la mujer en el servicio domêstico y en el domicilio por cuenta ajena (ver cuadro n- 408 ) 4“) También la satisfacciôn con los diferentes aspectos del trabajo varia de los hombres a las mujeres. En general la satisfacciôn femenina es ligera- mente mayor a la masculina en los aspectos que muestra el - Cuadro n- 4p9_ PROPORCIONES DE SATISFACCION LABORAL SEGUN; Sexo Masculina (D Femenina (%) Condiciones de trabajo 1,2 Medios disponibles 1,3 Poco esfuerzo requerido 1 1,09 Rigidez de horario 1 Trabajo monôtono 1,2 Falta de iniciativa 2 Gran responsabilidad 1,02 Organizaciôn de trabajo 1,07 Oportunidad de aprendizaje 1,09 - 1036 - Las diferencias no son grandes salvo en la ma-- yor gratificaciôn femenina con la falta de iniciativa, que_ dobla a la masculina. Es difîcil no ver en ello una conse-- cuencia de la larga asimilacion histôrica que la mujer ha - hecho de un papel de sumisiôn al hombre y de realizaciôn me tôdica y rutinaria de las mismas tareas. Sin embargo la insatisfacciôn de la trabajadora supera a la del trabajador en los siguentes aspectos: vaca- ciones disfrutadas, el hecho de trabajar mucho, el trato re cibido por parte de la empresa, la solidaridad en el traba­ jo y aûn mâs drâsticamente las facilidades de ascenso, el - respaldo sindical y la remuneraciôn percibida (que ya vimos es mâs baja). Cuadro n” 410 PROPORCIONES DE SATISFACCION LABORAL Sexo * Masculina . (%1 Femenina (%) Dinero ganado 2,8 Vacaciones disfrutadas 1,2 1 Trabajo mucho 1,6 Tratp recibido 1,06 Facilidades de ascenso 2,7 Solidaridad en el trabajo 1,2 Respaldo sindical 2,3 1 - 1037 Es decir que mientras al hombre le conciernen - mâs las trabas puestas a su desarrollo personal, trabas que atentan a la auto estima, a la mujer le afectan mâs las di- ficultades de promociân, de adquirir un salarie mejor y la_ falta de apoyo sindical. La explicaciôn habrîa que buscarla en el sentimiento de injusticia que Victor Pérez Diaz descu brîa en minorîas de trabajadores, basado en la percepciôn - de que los ascensos dependîan mâs de la arbitrariedad de la empresa que de unas reglas de promociôn estrictamente obser vadas. A mi parecer es plausible que este sentimiento esté_ mâs afianzado en la mujer, que se siente discriminada por - sus condicionamientos biolôgicos (ya hemos visto que la de£ piden en proporciones mayores al hombre, que su preparaciôn es menor, que encuentra mâs difîcil sen contratada que ad-- vierte su situaciôn en la empresa como mâs frâgil de lo que lo hace el hombre) y porque en definitive forma parte de la oferta marginal de trabajo, A mayor marginalidad habrîa por tanto mayor -- preocupaciôn con los aspectos materiales del trabajo, con - la remuneraciôn econômica que se traduce en consume ostens^ ble y que depende de la catégorie ocupada en la empresa. So lo en una segunda etapa se entrarîa a consideraciones mâs - cualitativas del trabajo, relacionadas con la posibilidad - de realizarlo de acuerdo a la propia orientaciôn profesional y a las aptitudes y cualidades personales. Las mujeres resienten mâs la falta de apoyo sin dical, Es razonable por su posiciôn laboral:trabajan justa- 1038 - mente en los sectores donde no se registre ninguna afilia-- ciôn y donde la polîtica sindical es dêbil o nula: la admi- nistraciôn pûblica, el trabajo en el domicilio por cuenta - ajena y el servicio domêstico. 5®) El medio de encontrar trabajo es el voluntarismo perso­ nal, definido por su propia iniciativa, mâs comûn en los -- hombres que en las mujeres (46 por ciento de chicos frente_ a 38 por ciento de chicas). Se debe en parte a que el pro-- teccionismo familiar se ejerce mâs con las chicas (un 56 -- por ciento) que con los chicos (un 52 por ciento) e incluso a la ayuda de los centros de formaciôn mâs extendida en el_ sexo femenino (en 6 por ciento) que en el masculino (un 2 - por ciento). Las estrategias de las empresas tienen mucho que ver con todo esto. Acuden a las academias en busca de - personal administrativo pero prefieren preparar en su pro-- pia empresa a los trabajadores que van a realizar oficios - industriales que solicitarlos directamente de las escuelas_ de formaciôn profesional. De todas formas se requerirîa ac- tualmente un estudio de la cualidad de la formaciôn facili- tada por los Centros de Formaciôn Profesional industrial -- porque sus niveles de instrucciôn cuentan hoy con mâs pres- tigio que el que hace unos pocos afios a juzgar por la eva-- luaciôn hecha por trabajadores contratados previo certifica do de formaciôn profesional y su paso directe a oficialîas_ - 1039 (Me refiero a testimonies recientçs dados por jôvenes del - Casco Viejo). 6-) Dirê por ûltimo que el valor del trabajo autorrealiza-- dor supera en hombres y mujeres al de dedicaciôn exclusiva_ a una familia. Esto en las mujeres significa una determina- ciôn progresiva de salir del hogar. Son menos que los hom-- bres las mujeres que quieren un trabajo frente a la dedica­ ciôn exclusiva al hogar (75 por ciento de los primeros y 70 por ciento de las segundas) pero la orientaciôn es mayorita ria en ambos. Un 2 por ciento de mujeres dice que quiere compaginar ambas cosas. Tal alternative fue escrita explicit tamente por las mujeres puesto que no constaba en el cues- tionario (cuyo objeto era dicotomizar la respuesta). Su va­ lor indicative es importante. La mujer, formada para el ho­ gar, desea cumplir este papel tradicionalmente asignado a - ella sin abandonar la nueva lînea emprendida de incorpora-- ciôn a la vida social mâs amplia. Estâ en la situaciôn des- crita por Willmott de realizaciôn de dos trabajos, que en - su opiniôn evoluçionari hacia la ejecuciôn de dos trabajos tanto por su parte como por la de los hombres (79 ). 6,2.9.2,- La edad. Los mâs jôvenes son quienes sufren mâs el paro, la escasa o nula cualificaciôn y la frustraciôn con los em- - 1040 - pleos hallados tras prolongada bûsqueda. Las empresas dèsp^ den con mayor facilidad a los mâs jôvenes, sobre todo a los varones que no han complido aûn el servicio militar. Ello - contribuye a que los jôvenes al llegar a los veintidos anos hayan cambiado ya de sucesivos puestos de trabajo. De aquî_ que los mayores acepten con mayor resignaciôn las condicio­ nes de empleo actuales deseen quedarse donde estân, no espê ren demasiado de las centrales sindicales y valoren su prô pio esfuerzo mâs que la ayuda que pueda venirles del exte-- rior. Su experiencia laboral ayuda a que entre ellos haya - minorîas mâs altas que valoren la dedicaciôn exclusiva a la familia mâs que la realizaciôn de un trabajo satisfactorio. 1-) El grupo mâs numeroso de parados se encuentra antes de_ los veintiûn anos, un 69 por ciento. A partir de los veinti^ dos afios las tasas disminuyen drâsticamente hasta un 31 por ciento. La razôn argumentada en las entrevistas para el ca­ so masculino es el servicio militar. Las empresas prefieren contratar a quienes ya lo han cumplido. En el caso femenino, lo que sucede mâs bien es que disminuye el nûmero de deman­ das de trabajo por parte de la mujeres que se casan o se de dican a las labores domêsticas. Ya se ha visto anteriormen- te que conforme aumenta la edad aumenta el nûmero de chicas que se dedican a sus labores. La empresa se résisté mâs a - contratar o mantener a mujeres casadas, por los beneficios_ sociales obligados al nacimiento de cada hijo. 1041 - Pero la juventud no afecta sôlo al desempleo sî no a la precariedad de las condiciones en las que se traba­ ja. Cuanto mâs joven se es mâs se ha trabajado sin alcanzar con ello un seguro de desempleo al quedarse en la calle (es decir que se ha trabajado sin contrato, bien porque no se - tenîa la edad reglamentaria bien porque la empresa no quiso hacerlo), mâs tiempo se lleva buscando trabajo, mâs tiempo_ se ha trabajado antes de quedarse en paro (lo que indica que la empresa prefiere deshacerse de quienes no han hecho_ su servicio militar en el caso de los hombres, de quienes - se casan en el de las mujeres). Y por todo ello se mira el_ futuro laboral con mayor pesimisrao. 2-) La juventud del Casco Viejo no ha alcanzado altos gra-- dos de calificaciôn como ya se ha visto anteriormente pero_ la falta de cualificaciôn manual va descendiendo con la -- edad. Del 17 por ciento que carece de ella antes de los -- veintiûn anos al 7 por ciento despuês de esta edad. A par-- tir de los veintidôs afios aumenta ligeramente el nûmero de_ jôvenes que hacen trabajos no manuales, calificados o no, - orientaciôn que se aproxima mâs a la tendencia adulta gene ralizada en todns los parses industrializados. Los cuadros_ n-- 411 y 412 dejan ver la orientaciôn aquî sefialada. 3-) Se evidencia asî mismo que el aumento de edad da lugar_ a sucesivos cambios de empleo. Si ha cambiado un 55 por -- ciento de los jôvenes menores de veintiûn afios, llegan a -- - 1042 - las très cuartas partes los mayores de veintidos afios. Si - en el primer grupo de edad una quinta parte de los j6venes_ ha tenido varios empleos, en el segundo los ha tenido un 54 por ciento), de tal manera que a partir de los veintidos afios la proporciôn de jôvenes que han tenido varios empleos es de 2,6 por cada uno de los que los han tenido en edades_ Inferiores. Ademâs, y como es ya constante en todos los es­ tudios de juventud vistos, anteriores y posteriores a la -- crisis econômica de 1973, los bajos salarios afectan mâs a_ los mâs jôvenes (un 35 por ciento de ellos cobraban menos de 20.000 ptas. antes de los veintiûn afios, porcentaje que_ disminuye al 14 por ciento despuês de los veintidos). Los - mâs jôvenes como las mujeres ocupan los lugares mâs margin^ les del mercado laboral. Las causas de dejar o salir de un empleo varîan, scgûn la edad y el sexo pero se mantiene una constante apli cable a todos los estudios de juventud. Y es que los despi- dos aumentan en los de menor edad. Asî 4,5 de los jÔvenes_ menores de veintiûn afios son despedidos por cada joven que lo es a partir de los veintidos en lîneas générales. Y es- pecificando: la proporciôn es de 1,5 a uno en lo que se re- fiere a los despidos causados por demandas salariales, de - 1,7 a uno en referencia a los despidos producidos por c r i ­ sis en la empresa, de 0,7 a uno en las saiidas voluntarias del trabajo. Todo ello demuestra una mayor dureza en las condiciones de empleo de la empresa hacia sus trabajadores mâs jôvenes. - 1043 La razôn de que la frecuencia sea menor no hay_ que buscarla solamente en una falta de iniciativa de los mâs jôvenes sino en las reticencias que las propias empre-- sas ponen a la contrataciôn. La transitoriedad del perîodo_ previo al servicio militar masculino juèga por ejemplo un - papel importante aquî. La prueba de su insatisfacciôn no resuelta la - dan con su respuesta a la pregunta: iquê posibilidades ves_ de seguir en el mismo empleo de aquî a dos afios?. Un 24 por ciento de los menores de veintidos afios ven posible seguir_ donde estân pero aclaran que no les gustarîa hacerlo, acti- tud que solo mantienen un 9 por ciento de los mayores de esa edad. Y a la pregunta si pudieras elegir actualmente,-- iquê trabajo elegirîas?. La respuesta es la siguiente: Cuadro n- 413 TRABAJO ELEGIBLE Edad 14-15(D 16-21(D 21-25(D El mismo que tengo 50 30,5 40,4 j r 4 r .. > (72,3> Promociôn donde es toy 50 15,2 31,9 , Cambio de empresa 18,6 10,6 Cambio de oficio 23,7 >(54,1)8,5 »(27,6) Cambio de pais 1 1,8̂ 8,5 . Total 100(2) 99,8(59) 100(47) - 1044 Exceptuando a los menores de quince afios que -- son §61o dos, cuanto mâs jôvenes menos deseos tienen de quê darse donde estân, ni en su misma situaciôn actual ni promo cionândose. La reacciôn que prédomina es la del cambio. Lo_ contrario sucede a partir de los veintidos afios. Claro que_ conviene recordar que para estas ûltimas edades ya se han - hecho varios cambios y ademâs se ha obtenido mayor cualifi­ caciôn. Todo ello contribuye a que hayan encontrado empre-- sas mâs solventes y donde la oferta de trabajo sea lo sufi- cientemente interesante como para desear continuât allî y - seguir el camino normal de la promociôn en el centro. Ade-- mâs debido a los cambios que han realizado conocen muy bien las limitaciones del mercado laboral y se arriesgan menos - a perder lo encontrado. Declaran en tasas mâs altas que su_ trabajo es eventual y que temen quedarse en paro. 4-) Su temor se agudiza porque la motivaciôn de trabajar responde mâs a la necesidad de ganarse la vida con su traba jo, como muestra el cuadro n- 414 , aunque la convicciôn al̂ canza también a un nûmero importante de ellos. Quiere decirse que compaginan con mâs cuidado - sus deseos con las realidades que se les ofrecen, porque el trabajo es una tarea séria que tienen que afrontar para man tenerse a sî mismos y ayudar a su familia. Pero que al mi£ mo tiempo han encontrado ya mejores condiciones de empleo.- Por ejemplo un 53 por ciento de ellos trabajan en los ofi-- cios para los que estân preparados frente a un 41 por cien- - 1045 - to de los menores de esta edad. La preparaciôn la han recibido mâs en el propio centro de trabajo, o por su cuenta y en escuelas de FÔT.na-- ciôn profesional. Esto es comprensible porque han pasado ya por varias empresas donde han ido adquiriendo mayor expe-- riencia y algunos de ellos comienzan a estudiar una vez vi^ tas las dificultades de promocionarse sin ùna instrucciôn - adecuada. El paso de unas empresas a otras es un cambio - en realidad de las mâs débiles a las mâs fuertes, de las mê nos a las mâs tecnificadas (exactamente lo que observaba Victor Pêrez Diaz en los obreros espafioles de 1980 y que he mencionado ya anteriormente). Efectivamente conforme se -- avanza en edad se va saliendo de la empresa familiar y de - la empresa privada de âmbito local o regional para incorpo- rarse mâs a la empresa nacional o multinacional, a las de-- •pendientes del estado y a la administraciôn pûblica. Estas_ ûltimas atraen a los mayores por sus oportunidades de apren dizaje, por sus mejores salarios y condiciones de trabajo,- aunque el trato recibido sea mejor en las primeras. En las ûltimas hay mayor complejidad de tareas administrativas y - técnicas, a las que ya vimos antes se aspira. Es el salto - de las tareas manuales a las no manuales, de las menos a -- las mâs cualitativas. La pequena empresa por su parte parece contra-- tar o recibir en el trabajo con mayor interês a los jôvenes de menos edad. Probablemente porque puede mantenerlos por - 1046 - tiempos limitados como aprendices o ayudantes sin generar - con ello compromises salariales altos ni cargas sociales de rivadas de la acumulaciôn de afios de empleo. El cuadro n- - 415 muestra el paso de unas a otras empresas (véase apênd^ ces) . 5-) La edad es un factor discriminatorio importante de aigu nos aspectos de la satisfacciôn laboral. Cuadro n- 416 PROPORCIONES DE SATISFACCION LABORAL. Edad. Menores de 22 afios CD Mayores de 22 afios. CD Falta de iniciativa 1 2,1 Tener gran response bilidad 1 0,9 Trabajar mucho 1 1,4 Trabajar poco 1,04 Medios disponibles 1 0,9 Rutina 1 » 0,8 Tener horario fijo 1 0,7 1047 - Remuneraciôn percibida 1 1,13 ' Vacaciones que se tie 1 nen 0,9 Trato de la empresa 1 1,05 Organizaciôn del tra 1 bajo. 0,9 Facilidades de ascenso 1 0.9 Oportunidades de apren 1 dizaje 1,2 Ambiente solidario 1 1,02 Respaldo sindical 1 1,18 Los mâs jôvenes soportan peor la falta de ini-- ciatlva, estân mâs contentes de tener gran responsabilidad_ en su trabajo. Es decir valoraà mâs el realizar tareas gra- tificantes para su personalidad, aspectos a los que los ma­ yores parecen ir renunciando con una facilidad ligeramente_ mayor. Los mayores aparecen como mâs adaptados o domados a_ realizar un trabajo que exija gran esfuerzo o poco es fuer- zo, estân mâs contentos con la remuneraciôn percibida y me­ nos con el perîodo de vacaciones de que disfrutan, mâs sa-- tisfechos de las oportunidades de aprendizaje y menos de la organizaciôn del trabajo y de las facilidades de ascenso. - En fin, estân mâs ligeramente satisfèchos con el ambiente - de trabajo y con el respaldo sindical que se les ofrece. -- - 1048 Son mâs conscientes de la dificultad de mantener un puesto_ de trabajo, de alzar e incluso conservar el salarie, cons- ciencla que afecta a todos los obreros espafioles y a los de los paîses capitalistas industrializados, en estes ûltimos_ afios. Las diferencias mâs notables se dan por tanto - en la mayor rebeldîa de los menores a la conformidad y sum^ si6n que se les exige y a tener que trabajar mucho, aspec-- tos a los que se van resignando conforme advierten las difî cultades que el mercado laboral impone y a medida que van - experimentando en sî mismos despidos, temores al paro y sen timientos de inestabilidad. Factores biolôgicos y economi- cos-laborales influyen seriàmente en la discriminaciôn per­ cibida. A los biolôgicos sobre todo se referîa Willmott -- cuando descubria en 1966 que los mâs jôvenes eran los mâs - insatisfechos con las realidades de trabajo vividas como parte de una rebeldîa generalizada hacia la aceptaciôn de - las reglamentaciones establecidas (80 ). Concluyo por tanto que en el Casco Viejo a ma-- yor edad mayor satisfacciôn, o ajuste y realismo hacia las__ condiciones de trabajo y esfuerzo, mayor desgaste también - con las tareas rutinarias y la rigidez de horarios. Aumentan los salarios y naturalmente crece la satisfacciôn con ellos pero se resiente mâs la poca durabilidad de las vacaciones. Aumenta la satisfacciôn con la solidaridad de los compafie-- ros y con el respaldo sindical a medida que disminuyen las - 1049 - expectativas puestas en las centrales sindicales y se apre- cia y confia mâs en la capacidad y esfuerzo personal inver- tidos en la bûsqueda de sus propias salidas laborales. 6-) Ha disminuîdo notablemente el grupo de jôvenes que tra­ bajan a los catorce o quince afios respecto a quienes asî lo hacîan hace varios afios. Cuadro n- 417 SI TIENES MAS DE DIECISEIS ANOS, iPUEDES DECIRNOS QUE HACIAS ENTRE LOS CATORCE Y LOS DIECISEIS ANOS COMO ACTTVIDAD PRIN­ CIPAL?, Y SI TIENES ENTRE CATORCE Y DIECISEIS ANOS, aPUEDES DECIRNOS QUE HACES AHORA?. Edad. 14-15(D 16-21 (%) 22Î-25ÇD Trabajar 9 34 Estudiar 68 58 54 i En casa 23 8 Total 100(22) 100(128) •10b(74) Hoy dîa trabaja un 9 por ciento de quienes tie­ nen esa edad pero la opciôn mayoritaria es seguir efetudian- do y en segundo lugar quedarse en casa. Puede observarse -- I - 1050 - que los que ahora tienen entre dieciseis y veintiûn afios, y aûn mâs quienes tienen ahora mâs de veintiûn afios trabaja-- ban a los catorce y quince afios en tasas mayores. Corrélatif vamente estudiaban menos aunque lo hicieron siempre mâs de_ la mitad y por lo tanto permanecîan menos en la casa sin ha cer nada. Hoy permanecen mâs porque el paro también les -- afecta. 7-) La aflliaciôn sindical abarca sôlo a una quinta parte - de los jôvenes, ya se ha visto. Dentro de esta escasa afi4- liaciôn, es mayor a los dieciseis afios que a partir de los_ veintidos afios, en proporciôn de dos a uno. En 1977 no se - notaba ninguna diferencia de afiliaciôn por edad lo que - -- quiere decir que hay cambios en las expectativas. Son mayo­ res a los dieciseis afios, por eso se afilian y se muestran_ mâs descontentos con los resultados de las polîticas sindi- .cales. La misma tônica de afiliaciôn y de descontento se rê gistra entre los parados, 8-) Diré por ûltimo que en la dicotomia entre trabajo sati^ factorio y dedicaciôn exclusiva a la familia como medios de realizaciôn personal en el futuro, se elige mâs el trabajo_ a los catorce y quince afios (un 77 por ciento frente a 71,5 por ciento despuês de esta edad). Se elige la familia en mî norias mâs altas a partir de los dieciseis afios (un 20 por_ ciento lo dice de catorce a quince afios y un 27,5 por cien­ to a partir de los dieciseis). La influencia femenina estâ_ - 1051 - contribuyendo aquî a mi parecer tanto como la edad y el sta tus socio-profesional de pertenencia. 6 .2.9.3.- El estado civil. Solamente voy a analizarlo en relaciôn al paro. Sôlo un 10,6 por ciento de los jôvenes estân casados, como_ ya se vio en la descripciôn general. Sufre el paro la quin­ ta parte de ellos. Son muy pocos los jôvenes en nûmeros ab­ solûtes (siete en total) pero les he seguido la pista tra-- tando de retrazar su situaciôn familiar. Todos ellos han -- trabajado antes pero ninguno cobra seguro de desempleo. Ll£ van mâs de dos afios buscando un nuevo trabajo, por lo que - miran su futuro laboral con pesimismo. La respuesta comûn - entre ellos es que "tienen muy pocas posibilidades de encon trar trabajo, y que en todo caso lo hallarân "a muy largo - plazô". Très cuartas partes no cejan por ello en su bûsque­ da, mientras el 25 por ciento restante ha desistido ya de - hacerlo. No es difîcil adivinar la precariedad en que el pa­ ro estâ poniendo a la familia creada por estos jôvenes, mâ- xime cuando la mayorîa de ellos pertenecen a la clase so-- cial baja (dos tercios) menos de un tercio a la media y ap£ nas un 3 por ciento a la alta. - 1052 - 6 .2.9.4.- El status socio-profesional. El paro afecta mâs a los jôvenes pertenecientes al status socio-econômico bajo, quienes han trabajado en va rios empleos antes de quedarse en paro. Los hijos de los pa rados son quienes sufren mâs de desempleo, precisamente po^ que el padre no puede servirles ya de enlace con los cen-- tros de trabajo. Entre los jôvenes que trabajan puede observarse que los trabajos menos prestigiosos, los manuales sobre to­ do corresponde en su mayorîa a los jôvenes de clase baja. - Los que de entre ellos adquieren cierta cualificaciôn desean emigrar al extranjero con mayor frecuencia. La necesidad de trabajar es motivaciôn fundamen tal en la clase baja y media. En la alta se trabaja mâs por elecciôn personal pero es el ûnico grupo en el que los pa-- dres obligan a sus hijos a trabajar. La satisfacciôn con el trabajo en general dism_i nuye conforme se desciende de nivel, conforme se pasa de los trabajos no manuales a los manuales y de las categorîas mâs altas a las mâs bajas de la escala laboral. El descon-- tento mayor lo manifiestan los peones de la construcciôn, - la satisfacciôn mâxima los mandos intermedios. Son los jôvenes de nivel socio-profesional bajo los mâs decididos a elegir un trabajo satisfactorio frente_ a la opciôn de dedicarse exclusivamente al cuidado de una - - 1053 - familia. Los mâs orientados al cuidado en exclusiva de una_ familia son los de nivel medio. En referenda al trabajo -- los jôvenes de nivel alto han sido socializados en el volun tarismo personal e iniciativa preferentemente mientras que_ los de nivel bajo lo han sido en la honradez y conformidad. 12) El paro afecta mâs a los hijos de obreros y asalariados del sector servicios. Un 63 por ciento delos parados des-- ciende de estos niveles mientras que lo hace un 58 por cien to dè los trabajadores y un 42 por ciento de los trabajado-- res que estudian. Son los jôvenes de ascendencia socio-profesio-- nal baja quienes tienen mâs experiencia relative de haber - trabajado en varies empleos distintos antes de quedarse en_ paro y durante mâs tiempo. Los jôvenes de clase media por - el contrario llevan mâs tiempo buscando trabajo y en conse- cuencia no confîan en hallarlo a corto plazo y muy poco en_ que habrâ soluciones mejores a largo plazo. La desesperanza mayor la protagonizan especial- mente los jôvenes del primer grupo mencionado. Los jôvenes_ de clase alta buscan su primer empleo y no llevan demasiado tiempo en el empefio. La situaciôn mâs dramâtica la viven los hijos - de los parados. Un 43 por ciento estâ igual que sus padres, dos tercios de los cuales no tiene ningûn seguro de desem-- pleo y el tercio restante busca su primer trabajo. Otro tan - 1054 to le sucede al 18 por ciento de los hijos de jubilados. Eŝ tos datos ayudan a comprender las tensiones familiares que_ los hijos de los sectores marginados declan experimentar en casa por causas economicas. Ayudan igualmente a valorar el_ papel del padre como enlace entre sus hijos y el trabajo en las empresas, es decir, entre su familia y la sociedad extê rior a ella. Las categories profesionales mâs afectadas por el paro son las siguientes: Cuadro n^ 418 EL PARO AFECTA A: ill Aprendices, pinches, peones 18 Oficiales de tercera, segunda y primera 15 Subalternes y ayudantes 9 Mandes intermedios 25 (^f ) Es decir, los obreros y asalariados del sector_ servicios que cuentan con menor cualificacion. Ademâs los - aprendices, pinches y peones han trabajado mayoritariamente en perlodos inferiores a los seis meses y en varios centros distintos. I., el joven discotequero relataba en el capltu lo cinco como trabajô en una panaderla cerca de seis meses_ - 1055 - y como lo han hecho después de êl dos o très jôvenes mâs que son despedidos antes de tener que formaiizar ningûn con trato duradero. La estrategia de supervivencia de la peque- fia empresa familiar consiste en utilizar mano de obra bara- ta, por perîodos cortos y aprovechando el excedente de mano de obra en oferta. Asî va subsistiendo. 2®) Entre los jôvenes que trabajan se observa que el traba­ jo manual es efectuado mayoritariamente por los jôvenes de_ clase baja. Desciende drâsticamente en la media y apenas existe en la alta. La relaciôn inversa se observa en los trabajos no manuales. Cuadro n^ 419 iQÜE TIPO DE TRABAJO TIENES? Nivel socio -profesional Alt 6 O) Medio __ (%) Bajo (%) Total Manual calificado 3 37 60 100(67) Manual no calificado 5 28 67 100(15) No manual do. califica- 14 41 45 100(22) No manual ficado. no cali- 58 42 100(12) - 1056 Preguntados por el trabajo elegible si hubiera_ libertad de hacerlo, se observa un deseo mayor de cambiar - de empresa por parte de los trabajadores no manuales y ca-? rentes de cualificaciôn, quienes a su vez son despedidos en primer lugar cuando la empresa entra en crisis. Tambiën se_ da entre ellos un deseo mayor de emigrar al extranjero, pe- ro quienes mâs ardientemente lo desean como grupo son los - obreros cualificados. Los deseos de promocion en la misma - empresa se manifiestan mâs entre los oficiales administratif VOS (el 100 por cien) y entre los auxiliares (el 55 por --- ciento). Es decir entre los jôvenes que trabajan en los of^ cios mâs seguros dentro de las grandes empresas, especial-- mente en la administraciôn pûblica que es aquî la empresa - mâs deseada. Los trabajadores, eventuales o no, declaran su_ temor a quedarse en paro y aquî también adquieren mayor pro tagonismo las categorias profesionales mâs bajas. Un 43 por ciento de los aprendices, pinches y peones, un 19 por cien­ to de los subalternos y ayudantes y un 15 por ciento de los obreros cualificados se sienten inseguros en sus trabajos - actuales. Ocurre que todos ellos llevan menos tiempo en sus trabajos actuales, por lo que saben que en caso de despido_ serîan los primeros en salir. Y ello se debe a que han cam- biado mâsamenudo de empleo, generalmente por haber sido despedidos del anterior. En consonancia con estos datos puede observarse que los salarios mâs bajos de las 15.000 ptas. corresponden - 1057 - a los trabajadores que llevan menos de un afîo en la empresa. A partir de esta cantidad no es la antiguedad lo que influ- ye en que se perciba un salarie mâs o menos grande, sino la categorîa socio-profesional que se ocupe. 32) La motivaciôn del trabajo, como puede deducirse de to- do lo visto hasta aquî es la necesidad en el nivel socio-- profesional bajo (para dos tercios aproximados de los jôve­ nes) es mayoritaria pero desciende en el nivel medio y no - existe en el alto (ver cuadro n2 420 ). Los pocos jôvenes que trabajan porque sus padres les obligan pertenecen a este ûltimo nivel, curiosamente, - rasgo que yo atribuyo a la necesidad paterna de encauzar a_ sus hijos en la direcciôn del negocio familiar pues, quie-- nes de entre los jôvenes de esta categorîa trabajan lo ha- cen como directivos o mandos, y se consideran paradôgicamen te obreros sin cualificaciôn. En consonancia con estos hallazgos se descubre_ que entre los jôvenes que trabajan por deseo personal, au-- mentan quienes tienen estudios superiores (ver cuadro n2 421 ). Entre quienes trabajan porque "tienen que ganarse la vida" se reparten por igual quienes tienen estudios inferio res (que han finalizado la E.G.B.) y quienes tienen estu--- dios medios y universitarios (54 por ciento y 46 por ciento respectivamente). No todos los jôvenes han podido ubicarse en -- - 1058 - aquellos trabajos que corresponden a la preparaciôn recibi- da (ver cuadro n^ 422 ). Han tenido la suerte de hacerlo todos los admi- nistrativos, mandos intermedios y la mitad de los directi-- VOS. Los porcentajes disminuyen ya entre los auxiliares y - obreros cualificados, reduciéndose a minorîas entre los jô­ venes que tienen menos calificaciôn. Lo que, por contrapar- tida aumenta en estos ûltimos es la explicaciôn de que "no_ he recibido ninguna preparaciôn ni aprendizaje antes de em- pezar a trabajar". Pero también hay nûmeros bajos de jôve-- nes que sî habîan recibido alguna formaciôn y sin embargo - no pueden aplicarla en su trabajo porque lo que encuentran_ no se corresponde con las destrezas que habîan adquirido. - En consecuencia el tiempo de aprendizaje supera el afio en ̂ la mayorîa de los obreros, cualificados o no y en las cate- gorîas mâs bajas de los trabajadores del sector servicios - (ver cuadro n^ 423 ). No obstante, que un 43 por ciento de_ los aprendices, pinches y peones permanezca mâs de très afïos en esta categorîa indica que su situaciôn no es d e -- aprendizaje sino de estabilizaciôn en un oficio de nivel in feriôr, argumente aplicable en cierta medida a todas las d£ mâs categorîas intermedias. 42) De todo ello se deduce que la satisfacciôn laboral es - prâcticamente del 100 por cien en todo los jôvenes de nivel socio-profesional alto y que disminuye en promedio conforme 1059 - disminuye aquel, en casi todos los aspectos concretes que - venge analizando. Hay algunas excepciones. Los jôvenes de nivel - alto estân mâs descontentos que los demâs con ejecutar ta-- reas que implican una gran responsabilidad. Este satisface_ mâs bien a los jôvenes de los otros niveles (del 70 y 80 -- por ciento de jôvenes satisfechos). La falta de iniciativa desagrada a todos los j^ venes: al 25 por ciento de los de nivel alto y medio, al 21 por ciento de los de nivel bajo. El grado de instrucciôn que los jôvenes tienen_ no produce ninguna variaciôn en los resultados. El descontento con la remuneraciôn aumenta drâ^ ticamente conforme se disminuye de nivel. Voy a detenerme ligeramente en la satisfacciôn_ sentida segûn el tipo de trabajo que se realiza y la catego rîa profesional a la que se pertenece. Me referirê en primer lugar a la tarea ejecuta- da y sus exigencias. Se advierte aquî que las condiciones de trabajo son mâs satisfactorias para los trabajadores no manuales que para los manuales (para un 86 por ciento de los prime-- ros y un 70,5 por ciento de los segundos). El nivel mâs al­ to de insatisfacciôn lo registran los obreros no cualifica­ dos (un 63 por ciento de satisfacciôn). Los medios disponi­ bles para realizar bien el trabajo son mâs satisfactorios - entre los trabajadores manuales (un 81 por ciento) que en- - 1060 - tre los no manuals (un 68 por ciento) . Pero donde las dife rencias porcentuales se diversifican y disparan es al inte­ rior de las categorîas profesionales. Cuadro n® 424 CO c w fl) O •rt ■M too #—1 eo «4-1 O % CLo u (t) tiH :z;o O n bo CJ t j ■M < fS Uh V to w H 3< O' to o»->w u 44 O .(d to 4-1 •H to w •H cd 8 .3to - 1061 - Los ïî s descontentos son los peones (que tienen -- que poner sus nronios instrumentes de trabajo), los admini_s trativos y los asalariados subalternos. Lamentablemente no pueden conocerse los argumen­ tes que estos ûltimos trabajadores manejan. Cabe la sospe-- cha de que se refieren a la falta de recursos u organize-- ciôn capaces de agilizar un sistema burocrâtico complejo y_ lento, sospecha que queda sin confirmaciôn. Peones de la construcciôn y auxiliares adminis-- trativos son ademâs los mâs insatisfechos con tener una re^ ponsabilidad grande en su trabajo (un 60 por ciento de los_ primeros y un 50 por ciento de los segundos) y con que êste les exija un gran esfuerzo. A ellos se aAaden los oficiales de 1-, 2- y 3- categorîa mâs todos los administratives, dan do una media de insatisfacciôn del 48 por ciento. La rigidez del horario es resentida con mayor in tensidad por los trabajadores no manuales (un 64 por ciento de los calificados y un 80 por ciento de los no calificados) y por la mitad cuando menos de los trabajadores manuales. - Los datos son aûn mâs llamativos si se observan las catego­ rîas profesionales. La satisfacciôn es baja en todos los grupos so- cio-profesionales, a excepciôn de los aprendices, pinches y oficiales de tercera. El descontento mâs notable siguen mo^ trândolo los peones y los auxiliares administratives. Estân insatisfechos también los dos jôvenes que ojercen como je-- o directores de empresa (como se ve en el cuadro siguiente). 1062 - o RJ3O ë g I g M I g § Cl.O cd g•iH V>0)Mho(hCL Rj(HMOboQ>+J r5O w 3 J II 8 fe O'-' I I - 1063 - La rutina de las tareas a realizar produce también insatis- faccién, en un 53 por ciento de los trabajadores califica-- dos y en un 46,5 por ciento de los no calificados. Las dife rencias son mâs visibles en el cuadro correspondiente a las categorîas profesionales (U 4-»(dO \d> 3 • o o /—>1 o o 1-4 * 1—4 40 O «—'40 LO CD 40f-l ^ O O O /-Xyo CD LO r-l v_r 'd- VO O/—\LO s e oo (M o CMLO 'Ü- Sü o O 0/-XLO LO O OJ LO LO CD /—\ VO CD 40'd- s c 40 tx. CD <—.40 VO O OV t-4 V-' O o O /-XVO CD LO rH V-/ 40 rx CD /-X40 VO O 40 rH V—' yl 1 O r4cd tn -H Cd4-1 •H kl 4-» vt o 4-» O p• r-J *H Cd 4-» k- - 1064 - La rutina produce mâs insatisfacciôn en los nî veles mâs bajos de calificariôn manual y en los mâs altos_ de la cualificaciôn no manual. Solo los obreros mâs cuali­ ficados la aceptan en porcentajes relativamente altos pero hay que reconocer que en lîneas générales es costoso para el trabajador someterse a ella. La falta de iniciativa es insatisfactoria para ^si todos los jôvenes, también en porcentajes mâs altos - para quienes ocnnan posiciones muy bajas o mâs altas en - la escala laboral. Los aprendices, oficiales de tercera y_ segunda dan un promedio de insatisfacciôn del 88 por cien­ to, los oficiales administratives, mandos intermedios y dî rectores dan el 100 por cien. En segundo lugar voy a analizar la satisfac-- ciôn de los trabajadores con el dinero que ganan y con las vacaciones que disfrutan. El descontento mayor con el salarie lo experi- mentan los obreros cualificados y los trabajadores no ma-- nuales, carentes ademâs de cualificaciôn (un 73 y un 80 por ciento respectivamente). La satisfacciôn salarial se distribuye de ma?- yor a menor de la siguiente manera de acuerdo a las cate-- gorîas profesionales (como muestra el cuadro de la pâgina_ siguente). La satisfacciôn con las vacaciones disfrutadas no da diferencias significativas entre unos y otros grupos. 1065 Cuadro n® 427 SATISFACCION CON LA REMUNERACION Categorîas profesionales. O I Aprendices y pinches 60 Oficiales de primera y subalternos 50 Ayudantes, oficiales administravi- vos, mandos intermedios y oficia- les de tercera 36,5 de promedio Auxiliares y oficiales de segunda 24 de promedio Peones 20 En tercer lugar me referiré al trato y a la or- ganizaciôn de la empresa. Aquî se desprenden algunas dife­ rencias significativas que derivan en distinta percepci6n_ de las posibilidades de aprendizaje y ascenso, especialmen te para las categorîas profesionales inferiores. Hay que considerar que estân contentes con el - trato recibido la mitad de los oficiales de tercera, dos - tercios de los auxiliares y mâs del 70 por ciento de los - peones. En todas las demâs categorîas la satisfacciôn es - aûn mayor. (Como muestra el cuadro de la pâgina siguiente). La organizaciôn de la empresa en la que traba-- jan no da resultados tan positivos. Aquî los porcentajes - se dicotomizan en un 50 por ciento de satisfechos y en -- - 1066 ok,njRJ3U s§ sp. g oo m•—I0 ë1 ë s;oo %0I—( CJ1 i wQ8 0}44O k,PL klObO0>moklCL RtVH klObO0>+Jtao & 8 a 8 ^ ►-Ï P - M IIJ I eo s - 1071 - que se sienten mâs abandonados por sus sindicatos, précisa mente porque han puesto en ellos sus esperanzas. Son en primer lugar los aprendices y pinches,- en segundo lugar los auxiliares, en tercer lugar los o£i-- ciales (de tercera especialmente), en cuarto lugar los ayu dantes, y en quinto lugar los oficiales administratives. - El rango de satisfacciôn va de cero a 50 por ciento en es­ tos casos. Sôlo los peones dan un salto relative hacia una mayorîa de 60 por ciento, lo que no indica que tienen esp£ ranza en la acciôn sindical (82 ) tan siquiera puesto que sôlo une de ellos cree que hay un sindicato que reali­ za una polltica sindical eficaz, la de la C.N.T. Los demâs incluyendo a quienes no estân afiliados, no saben qué res­ ponder. 52) Diré por ûltimo que la valoraciôn del trabajo como me­ dio de autorrealizaciôn personal, por contraposiciôn a la_ dedicaciôn exclusiva al cuidado de una familia es mayor en los jôvenes de nivel socio-profesional bajo (un 73 por --- ciento frente a un 23 por ciento), le siguen los del nivel alto (66 por ciento que se deciden por cl trabajo frente. a un 33 por ciento que se deciden por la familia) y en ter-- cer lugar vienen los de nivel medio (un 59 por ciento fren te a un 41 por ciento). Se ve asî en la clase media una ma yor inclinaciôn a la dedicaciôn exclusiva al cuidado de una familia en porcentajes muy altos. - 1072 - También se aprecian diferencias significativas en los valores relacionados con el trabajo que transmiten_ los padres segûn su nivel socio-profesional de pertenencia. Cuadro n^ 432 VALORES TRANSMITIDOS POR LOS PADRES. Nivel socio-profesional Alto (%) Medio (%) Bajo m Voluntarismo, valor del propio esfuerzo y del de los padres 37 28 16 Honradez y conformi^ dad. 29 l . 32 36 Iniciativa y destre za personal. Aprove chamiento de las po sibilidades de gozo 10 12 14 No saben. No contestan. 24 28 34 Total 100 100 100 En el nivel alto se aprecia mâs el voluntarismo - personal y el propio esfuerzo, mientras que en el medio y_ el bajo se valoran mâs las cualidades de sumision y honra­ dez, orientaciones que se vienen confirmando en este estu- dio y que al hacerlo refuerzan los hallazgos de otros auto 1073 - res que ya se han mencionado anteriormente. Afiadiré a ellos ulo9 mencionados por Morgan, quien encuentra también que las familias de clase baja forman a sus hijos en la conformidad a las réglas, mientras que las de clase alta les hacen valo rar mâs bien los resultados de su propia iniciativa (83 ). 6.2.9.5.- Origen de los trabajadores y satisfacciôn laboral Los trabajadores cuyos padres son de origen ur bano, nacidos en Zaragoza, estân mâs satisfechos con las condiciones y medios de trabajo, con la organizaciôn de la empresa, con tener responsabilidad en su trabajo y con el • respaldo sindical que todos los demas. Las proporciones de la satisfacciôn laboral fi guran en el cuadro siguiente: Cuadro n^ 435 PROPORCIONES DE SATISFACCION LABORAL SEGUN PROCEDENCIA. Padres Padres Trabaja- Trabaja nacidos emigra- dorés dores en Zara- tes. nacidos emigran- goza. en Zara tes. goza.( n (t) ( % ) ct) - 1074 Oonjdiciones de trabajo 1,24 1 1,06 1 Medios de trabajo 1,29 1 1,01 1 Tener mucha responsa­ bilidad 1,15 1 0,8 1 Organizaciôn del tra­ bajo en la empresa. 1,27 1 1,20 1 Respaldo sindical 2,13 1 1,46 1 Vacaciones 1,04 1 1,11 1 Trato recibido 1 1 1,05 1 Oportunidad aprendizaje 0,94 1 0,88 1 Facilidades de ascenso 1 1,72 1 1,42 Horario fijo I 1,53 1 1,19 Tener poca responsa­ bilidad I 2,78 1 1,72 Que no se trabaja dema­ siado 1 1.05 1,03 1 Que se trabaja mu- cho 1 1,86 1 1,45 Rutina del trabajo 1 2,35 1 1,62 Falta de iniciativa 1 2,27 1 2,11 Dinero que se gana 1 1,33 1,27 1 Solidaridad de los companeros 1 1,04 1,21 1 Las diferencias proporcionales no son altas ex- cepto en cuatro puntos. - El respaldo sindical que es mâs satisfactorio r en los jôvenes de ascendencia urbana e incluso en los de a^ cendencia emigrante pero nacidos ellos mismos en la ciudad. A mi parecer ello se debe a que estos jôvenes tienen mâs re cursos personales y sociales en los que apoyarse para obte- ner mejores condiciones de empleo. Mientras que los hijos - 1075 de emigrantes, especialmente los que han emigrado también,- se sienten mâs inseguros y se apoyan, con mayores expectati^ vas en las centrales sindicales, a falta de otros recursos_ que podrîan solventar problemas que aquellas no contemplan_ en sus polîticas laborales. - El tener poca responsabilidad satisface mucho - mâs a los hijos de emigrantes y emigrantes ellos mismos. Se ha descrito anteriormente a estos jôvenes como peor califi­ cados, situaciôn que puede influir en un temor mayor a eje£ cer responsabilidades para las que no se creen capacitados. - La rutina del trabajo satisface mâs también a - los hijos de emigrantes y emigrantes ellos mismos. Parecen_ ser menos exigentes con los aspectos negativos de la créatif vidad personal. Tampoco parece desagradarles, mucho menos - desde luego que a los jôvenes urbanos, la falta de iniciati^ va en su trabajo, que es el cuarto punto en donde las dife­ rencias proporcionales son grandes. Se observa también una mayor coincidencia en la satisfacciôn de los jôvenes urbanos por un lado y de los de origen emigrante por otro. Punto que da coherencia a los contenidos manifiestos de opiniôn unânime. Mirando en detalle los aspectos con los que los jôvenes emigrantes o de origen emigrante estân mâs satisfe­ chos que los urbanos, se observa que son los siguientes: Las facilidades de promociôn, el tener un hora­ rio fijo, el ejercer poca responsabilidad, el trabajar mu-- - 1076 - cho, la rutina del trabajo, la falta de iniciativa y la so- idaridad de los companeros. Son todos ellos aspectos que - se contraponen a los experimentados en el trabajo rural, donde la falta de un horario fijo significa trabajar mien-- tras haya algo que hacer. Donde la responsabilidad de los - resultados de la cosecha la lleva el agricultor a pesar de_ que depende de la climatologia y de las semillas, abonos e_ insecticidas comprados, sobre cuya calidad no tiene ningûn_ control. Donde se siente s61o con su exito o su fracaso y - donde no hay posibilidad ninguna de promociôn porque la tiê rra de que se dispone suele ser el resultado de repartes inamovibles. Por tanto no puede esperar grandes cambios eco nômicos de une a otro afio. Bajo el punto de vista del cmi-- grante rural, el trabajo en la industria tiene las ventajas de la seguridad del salarie a fin de mes, de organizaciôn_ de su horario, de que los resultados de su tarea sôlo con-- tribuyen muy parcialmente al resultado general y de que por tanto puede liberarse de una iniciativa que es medida con - el peso que a él o a su padre les representaba el tenerla - en las labores agrîcolas. De esta manera se ven como venta­ jas situaciones que desde el punto de vista urbano se perci ̂ ben mâs bien como inconvenientes. Lo que satisface mâs a los trabajadores de ori­ gen urbano ya lo he mencionado mâs arriba. Ellos y los nac_i dos en Zaragoza coinciden en sentirse mâs contentes con la_ organizaciôn del trabajo en la empresa, el respaldo sindi- - 1077 - cal, las vacaciones (aunque las diferencias son mînimas). - Los nacidos en Zaragoza estân mâs satisfechos con el sala-- rio que perciben (que recuerdo es mayor al de los emigran-- tes porque realizan tareas mâs cualificadas). Es decir que_ les agradan mâs aquellos aspectos que les permiten sentir­ se mâs integrados y responsables de la marcha de la empresa. El hacerlo aumenta su valoraciôn de sî mismos. Tienden mâs_ a la integraciôn y yo dirîa que incluso a la autogestiôn. - De ahî que les desagrade mâs la rigidez de horario, la rutî na, la falta de iniciativa, en fin todo lo que disminuye su autorrealizaciôn y por tanto su auto-estima como ejecutores de una tarea prestigiosa. Sus aspiraciones comienzan allî - donde terminan las de los emigrantes, que las sentirân en - una etapa posterior. Por el momento los emigrantes estân en lo que Touraine llamaba una situaciôn de retraimiento(84) . proyecto es individual y se limitan a ejercer sus funciones tratando de adaptarse a una situaciôn de movilidad difîcil_ todavîa. Los trabajadores urbanos, mâs implicados en la vi­ da del trabajo y de la ciudad tenderîan por el contrario a_ un proyecto de creaciôn y control que conlleva un mayor sen timiento de participaciôn en la empresa y en la sociedad de consume a la que contribuyen con su producciôn. De ahî que_ quieran hacerlo con responsabilidad, con iniciativa (para - lo que se requiere ser promocionado a cargos mâs importan-- tes), conscientes de los bienes que su trabajo proporciona_ a la empresa y a la sociedad. Los jôvenes urbanos han entra - 1078 - do ya a una etapa de exigencies cualitativas de sn trabajo. Y una de ellas, muy importante en relaciôn a su sentimiento de pertenencia a la colectividad, es la exigencia de compa- Aerismo, de solidaridad entre todos los trabajadores. La interrelaciôn Humana es un bien codiciable, y produce desâ- nimo el que no sea todo lo buena^^e se desea. Que s61o un_ 50 por ciento de los jôvenes consideren apto el ambiente hu mano de trabajo, aunque nada mâs que un 18 por ciento reco- nozca explicitamente que no les gusta da una idea de la es- casa remuneraciôn afectiva recibida y del sentimiento de que la colectividad Humana que colabora diariamente en la - ejecuciôn de unas tareas no participa de un proyecto colec- tivo solidario. Ya se Ha visto en la presentaciôn general_ del capîtulo la importancia que los jovenes obreros france- ses daban a las relaciones de trabajo.Tnmbien nal.i'nbniul hn__ llaba nûmeros importantes de trabajadores que preferîan cam biar de trabajo antes de soportar un ambiente humane poco - solidario. 6.2.9.6.- Tipos de empresas y su influencia en la satisfac ciôn laboral. Incluyo aquî un cuadro con los datos générales de incorporaciôn al trabajo para cada empresa, a fin de vi sualizar el peso que cada una de ellas tiene en cuanto al - 1079 - nûmero de trabajadores que reune, asî como el tipo de traba jo al que se incorpora. , Cuadro n- 434 PORCENTAJES DE TRABAJADORES INCORPORADOS A CADA TIPO DE EM­ PRESA. Su distribuciôn segûn el tipo de traba_ jo. Manual califi^ cado _ m Manual no ca- lifica do.(%T No manual califica- do (%) No manual _ . no califi Tota cado. (%)Empresa privada, âm- bito local o regio­ 74 10 12 4 100(40) nal . Empresa privada, âm- bito nacional o mul­ tinational . 53 6 29 12 100(17) Administracidn pûbli^ 60 40 100(5) ca. Empresa estatal 33 - 50 17 100(6) Empresa familiar 58 5 16 21 100(20) Trabajo por cuenta propia con personal No responden Ci) Trabajo por cuenta propia sin perso­ nal 50 - 50 100(2) Empleada de hogar 20 20 20 40 100(5) Trabajo en domici^ lio por cuenta aj ena 50 50 100(4) Total 100 - 1080 Se ve pues que la emprpsa privada de âmbito lô cal o regional y la familiar absorben mayor nûmero de trâ bajadores. El peso de los obreros cualificados es dominan­ te en todas ellas, a excepciôn de las empresas estatales y del servicio domêstico. PresenW) a continuaciôn la satisfacciôn con las cuatro âreas del trabajo presentadas anteriormente. 1-) Exigencias de las tareas a realizar. El nivel mâs alto de satisfacciôn lo alcanzan las condiciones de trabajo de_ todas las empresas, alrededor de un 76,2 por ciento, a ex­ cepciôn de las empresas dependientes del estado que sôlo - alcanzan un 33 por ciento de satisfacciôn. El trabajador - autonome que emplea personal da un nivel de satisfacciôn - cero en todos los aspectos aquî analizados. La satisfacciôn con los medios de que dispone_ la empresa y con la gran responsabilidad que el trabajo exige alcanza una media para cada empresa que es como si-- gue: Cuadro n- 435 MEDIA DE SATISFACCION DE LOS TRABAJADORES CON LOS MEDIOS - DISPONIBLES, EL ESFUERZO REQUERIDO Y LA GRAN RESPONSABILI­ DAD EXIGIDA EN LAS SIGUIENTES EMPRESAS, - 1081 - m Empresas locales y régionales 78,4 Empresas dependientes del Estado 66,6 Empresas familiares 57,6 Empresas multinacionales 48,6 Administraciôn pûblica 27,6 Las empresas multinacionales y sobre todo la - administraciôn pûbllca dan las tasas mâs bajas de contento que yo atribuyo a la dificultad que el joven tiene de ver_ la utilidad de su trabajo, a causa de la complejidad orga- nizativa existante. La insatisfacciôn con la monotonia y falta de_ iniciativa del trabajo afecta tambien de manera considera­ ble a la administraciôn pûblica. Cuadro n^ 456 INSATISFACCION DE LOS TRABAJADORES CON: Empresas t Monotonia (%) Falta de ini- ciativa. (%) Administraciôn pûblica 67 100 Empresa familiar 57 75 Empresa privada nacional 0 multinacional 50 82 Empresa local 0 regional 44 87 Empresa dependiente del estado 33 100 (Respuesta multiple) 1082 Se observa que en todas las empresas la falta_ de iniciativa produce mayor desagrado incluso que la mono tonîa del trabajo la que es mâs aceptable en las empresas locales o dependientes del estado que en las demâs. Las - empresas estatales son las mâs aliénantes a juzgar por la falta de creatividad que en ellas sienten los trabajado-- res. 2-) Trato recibido, organizaciôn del trabajo, aprendizaje y ascensos. Todas las empresas obtienen una puntuacion su­ perior a los dos tercios de trabajadores satisfechos con_ el trato que la empresa les da. La administraciôn pûblica, el servicio domêstico y el trabajo en el domicilio alcan­ zan el cien por cien de satisfacciôn. Las variaciones son mayores en los otros aspectos aquî analizados. Cuadro n^ 437 SATISFACCION CON: Organiza- ciôn del trabajo Cl) Oportuni^ Oportuni^ Remune- dades de de ascen raciôn aprendi- so zaje. CD CD CD Administraciôn pûblica 20 100 33 100 Empresa estatal 33 100 67 67 - 1083 - Empresa local o regional 60 50 23 27 Empresa nacionalT o multinacional 53 54 17 47 Empresa familiar 53 27 44 33 Trabajo por cuen ta propia 0 0 0 50 Empleada de hogar 100 50 100 33 Trabajo en domicj^ lio por cuenta aiena. 100 50 100 100 El estado alcanza tasas bajas de agrado con la organizacion del trabajo y las oportunidades de ascenso.- E1 fallo mâs grande de la empresa nacional o multinacio-- nal tambiën estâ en que no promociona a sus empleados al_ ritmo deseado. La empresa familiar no propicia oportunida des de aprendizaje y sus salaries tampoco satisfacen. Bn_ fin las cmpleadas del hogar estân insatisfechas con la re muneraciôn percibida. Los trabajadores por cuenta propia_ estân descontentos con todo y sôlo el 50 por ciento estâ_ satisfecho con la remuneraciôn percibida. Estes son los - puntos mâs débiles de las empresas. La dispersiôn de res- puestas impide hacer otros anâlisis que puedan agrupar % - los datos. Dirê por ûltimo que la administraciôn pûblica_ es quien mejor satisface las expectatives de remuneraciôn - 1084 - de los trabajadores y que las empresas locales o régiona­ les mantienen satisfechos a la mitad o poco mâs de sus -- trabajadores en lo que concierne al sistema de organiza-- ciôn y de aprendizaje. No asî en cuanto a sus posibilida- des de ascenso y remuneraciôn. 4-) Solidaridad entre companeros y respaldo sindical en - la empresa. El ambiente humano de trabajo es satisfactorio para todos los que trabajan en la administraciôn pûblica, en el hogar por cuenta ajena y en servicio domêstico, pa­ ra una mayorîa superior al 75 por ciento en todas las de­ mâs empresas a excepciôn de la multinacional o nacional - que desciende al 50 por ciento. Los autonomes no respon- den. El respaldo sindical es visto de diferente ma­ nera. Es mâs satisfactorio en la empresa familiar (un 50_ por ciento) alcanza a un tercio de los trabajadores en -- las empresas locales y régionales. Su nivel es de cero en todas las demâs. Las que son empresas del estado donde se ha visto ya que no existe afiliaciôn (es el caso de la ad ministraciôn pûblica) o esta es muy escasa (en las empre­ sas dependientes del estado). - 1085 6.2.9.7.- Motivaciôn del trabajo y satisfacciôn laboral, Hay que tener en cuenta que entre quienes tra­ bajan por deseo personal de hacerlo se encuentran mâs tra­ bajadores cualificados, manuales y no manuales. Este es un dato importante desde el punto de vista de la satisfacciôn y asî lo deja ver el cuadro siguiente. Cuadro n° 458 SATISFACCION Motivaciôn del trabajo Trabajan por gusto ($) Trabajan por necesidad _ (%) Condiciones de trabajo 99,0 68,7 Medios disponibles 90,9 65,9 Rutina 75,0 38,6 Falta de iniciativa 57,5 13,0 Trabajar poco 80,0 66,6 Trabajar mucho 54 , 5 53,8 Gran responsabilidad 86,6 81,0 Organizaciôn en el trabajo 55,3 53,3 Trato de la empresa 84,0 72,9 Aprendizaje 64,2 51,2 Posibilidad de ascenso 36,0 25,6 - 1086 - Tambiën entre estes jôvenes se encuentran insa tisfactorias la escasa posibilidad de ascender en su cate- gorîa profesional y la falta de iniciativa. Ambas se re-- sienten mâs entre los trabajadores que trabajan por necesi^ dad pero evidentemente es un problems estructural del tra­ bajo que afecta a todos. Quienes trabajan por necesidad estân mucho mâs afectados por la rutina del trabajo, que desagrada a la ma yorîa. La organizaciôn del trabajo y el tener que trabajar mucho sôlo satisface a la mitad aproximada de los jôvenes, lo hagan por gusto o pq)* necesidad. En los demâs aspectos las diferencias de gratî ficaciôn existen. Estân mâs descontentos en todo quienes - se ven obligados a trabajar por necesidad, pero siguen to­ das ellas una misma tendencia. Quiero decir que los aspec­ tos mâs agradables, lo son para todos y se mantiene la tô- nica de los resultados générales constados antes de consi­ dérât los factores discriminatorios, Curiosamente estân mâs satisfechos con su sala rio los jôvenes que trabajan por necesidad, a pesar de que cobran menos. De aquî se desprende que el contento o des-- contento estân mâs relacionados con las expectativas y ne- cesidades sentidas que con las propias cantidades recibi- das. - 1087 6.2.9.8.- Ideologla polîtica y satisfacciôn laboral, Se reacciona de manera distinta ante el traba­ jo segûn las simpatîas polîticas que se sientan confirmân- dose con ello que los valores subyacentes a las expectati­ vas laborales son distintos. Asî se manifiesta una creciente insatisfacciôn hacia las condiciones de trabajo y medios disponibles con­ forme se avanza de la derecha a la izquierda. Pero no sôlo en estos aspectos como puede verse en el cuadro siguiente: Cuadro n- 439 SATISFACCION LABORAL SEGUN TENDENCIAS POLITICAS. Izquier da (D Socialis tas no marxistas socialde- môcratas. . CD Centro y dere cha. “ CD Ningu- na CD Condiciones de trabajo 69 99 100 80 Medios disponibles 68 100 83 73 Mucho trabajo 40 43 50 59 Poco trabajo 76 43 80 63 Gran responsabilidad 75 89 100 84 - 1088 - Poca responsabilidad 55 17 27 Falta de iniciativa 0 25 20 40 Rutina 42 30 20 65 Rigidez de horario 37 63 20 45 Organizaciôn de trabajo 41 70 80 64 Trato recibido 65 91 100 80 Oportunidad de apren- dizaie 54 63 43 53 Posibilidad de ascen so 26 50 60 16 Respaldo sindical 38 22 80 35 Solidaridad 73 67 80 75 Los simpatizantes de izquierda se muestran mâs descontentos tambiën con tener mucho trabajo y gran res-- ponsabilidad, con la organizacion del trabajo y trato rec^ bido en la empresa, con las oportlnidades de aprendizaje y sobre todo de ascenso. Su opinion no es muy alta tampoco - hacia el respaldo sindical experimentado. Soportan peer la rigidez de horario(al menos peor que los socialistas no -- marxistas) y su nivel de satisfacciôn llega a cero cuando_ se juzga la falta de iniciativa que experimentan. - 1089 - Se satisfacen mâs realizando poco trabajo y de poca responsabilidad, aceptan mejor la rutina y comparten_ con los demâs un sentimiento relativamente alto de agrado_ con el ambiente humano de trabajo (menos gratificante para los socialistas no marxistas y socialdemôcratas). Hay una - distancia crîtica que se manifiesta como un menor interês_ en el trabajo y una separaciôn mâs évidente entre el sent^ miento de auto-estima y el ejercicio de un trabajo que exî ja gran responsabilidad. Y aquî la diferencia existante en tre los disconformes de izquierda y los disconformes de las categorîas profesionales mâs bajas es fundamental. Pa­ ra estos, el sentirse altamente responsables del trabajo - ejecutado genera gran satisfacciôn. La genera incluso el - experimentar que aquêl requiere un gran esfuerzo. Con ello manifiestan una estima del trabajo como parte funda-- mental de su identidad personal y motivo de su voluntaris- .mo hacia la bûsqueda de mâs y raejores alternativas profe- sionales. Los jôvenes trabajadores que se autodefinen co mo simpatizantes de izquierda no sôlo se inclinan en menor medida hacia el trabajo sino que manifiestan una repuisa - total ante la falta de creatividad de lo que hacen. Con ello parecen manifestar que a excepciôn de la exigencia de responsabilidad de su trabajo, ningûn otro aspecto contri- buye a su valoraciôn mayoritaria del mismo, al menos en -- los grados alcanzados por los jôvenes de otras tendencies. - 1090 - socialistas, centro-derechas y por los jovenes que no manî fiestan ninguna tendencia. Parecen mâs inclinados al ocio_ que al trabajo, lo que todavîa no es tan évidente en los - demâs grupos politicos, ni en los indiferentes en polîtica. 1091 - ( 1 ) Preguntas orientadas a conocer el tiempo que lleva ban buscando trabajo y el que trabajaron antes de quedar se en paro, el cobro del seguro de desempleo, las posib^ lidades de salir de la situaciôn y su proyecto de conti­ nuer o abandonar la bûsqueda. ( 2 ) Lûpez, M.A y Ansû LL, J.L. Op. cit.,1980, pâg. 18 ( 3 ) INE. Tomo III, 1980 ( 4 ) Lûpez Jiménez, M.A y Ansû LLera, J.L. Op. cit. pâg. 19 ( 5 ) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977", - dirigida por J. Linz. Op. cit.,pâg 54. ( 6 ) INE. Tomo III, 1980. ( 7 ) Pérez Dîaz, Victor. Estudio sobre el empleo IV. Los trabajadores recientemente incorporados a la actividad:- el acceso y los procesos de inserciôn en el empleo(Los - trabajadores "recientemente incorporados a la actividad") Emopûblica. Madrid, 1980. Texto mimeografiado, pâg. 28. ( 8 ) Véase el diâlogo de los discotequeros de las pâgi- nas 835 a 838 del que extnacto algunos comentarios pa­ ra anâlisis. ( 9 ) Cuando digo predélincuentes me refiero a los ado-- lescentes menores de dieciseis afios que ya cometen déli­ tes, pero no son considerados delincuentes por su edad. (10 ) Lûpez Jiménez, M.A y Ansû Liera, J.L. Op. cit.,pâg. (11 ) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977" dî 1092 rigida por J. Linz. Op. cit., pags. 27-29. (12) Publicado por La Jeunesse ouvrière chrétienne en - 1974 y recopilado por Rouard, D y Audibert, P en L * en-- trée dans le monde du travail , ya citado. (13) Pérez Dîaz, Victor. Estudio sobre el empleo VI, ya citado, pâg. 21. (14) L6pez,M.A. y Ansô, J.L. Informe in extenso presen- tado al ayuntamiento de Zaragoza, de la publicacién En-- tre la domesticaciôn y la libertad. Op. cit.,pâg. 31 y - 59. (15) "Informe de la encuesta de la juventud 1977" diri­ gida por J. Linz. Op. cit., pâgs. 27-29. (16) Lépez J, M.A. y Ansô Ll, J.L. Informe in extenso - citado, pâg. 59. (17) No es absolutamente gratuita y a partir del tercer anos los costes aumentan. (18 ) Bourdieu, Pierre y Passeron, Jean-Claude. Les hëri tiers les étudiants et la culture. Les Editions de Mi-- nuit. Paris, 1964, pâgs. 108 v 109. (19) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977" d^ rigida por J. Linz, pâg. 41. (20) Ibidem. Pâgina n- 45. I.o r.ismo se confir-- ma en Zaragoza, Si en la ciudad el salarie medio es de - 30.750 ptas,, en el Casco Viejo desciende a 28.250 ptas. Ver Lôpez J, M.A. y Ansô, J.L. Op. cit., pâg. 35. - 1093 - (21 ) Rouard,D y Audibert, P. Op. cit.,pâg. 54. Y "La -- place des jeunes dans notre société". Information Sociale France, 1976, n- 3, pâgs. 4-12. (22) Courthêoux, J.P. Op. cit. (23) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977" d_i rigida por J. Linz. Op. cit., pâg. 34. (24) Los primeros porcentajes se obtienen al elevar al cien por cien el nûmero de trabajadores que han tenido - mâs empleos del actual, los cuales son en realidad el 40 por ciento de los trabajadores. Los porcentajes que van entre parêntesis corresponden al total de los trabajado­ res . (25) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977" d^ rigida por J. Linz. Op. cit., pâg. 42. (26) Galambaud, B. Op. cit., pâgs. 27 y siguientes. (27) Willmott, P, Adolescent boys of East London. Op. - cit., pâgs. 106 y siguientes. (28) Pérez Dîaz, Victor. "Los obreros espaftoles ante la empresa en 1980". Op. cit.,pâgs. 283 y siguientes. (29) Enrique Sanchis Gomez dice a propôsito de este te - ma que las elevadas tasas de rotaciôn de jôvenes, muje- res y emigrantes constituyen ya una caracteristica mâs - de los mercados de trabajo marginales. Cita en apoyo de_ su argumente "Le chômage des jeunes". Rapport sur la conférence â haut niveau. 15 y 16 de dirinni re 1977, pâg. 42. Vol. I O.C.D.E., Paris, 1978. Lo hace en su articule - 1094 "Algunas consideraciones sobre la problemâtica actual del paro". Sociologîa del Trabajo.3/4, 1980, Ed. Queima- da, Barcelona, 1980, pâg. 160. (30) Kaiser, B. Migraciones obreras y mereado de traba­ jo. Ed, Nova Tena, Barcelona, 1974, pâgs. 213 y 214. (31) L. Aranguren, J.L. Bajo el signo de la juventud.Op. cit., pâg. 50 y siguientes. (32) Goodman, Paul. La nueva reforma. Un nuevo manifies- to anarquista. Ed. Kairôs, 2 - edicion, Barcelona, 1976,- pâgs', 85 y 96. (33) No hay que olvidar que ayudantes y subalternes se_ han clasificado tambien como obreros sin calificaciôn y_ que estân por tanto incluîdos en este sector de los dëb^ les e inseguros en el mercado laboral. (34) Quienes anteriormente incluîa yo con los obreros - no cualificados que se sienten mâs inseguros que ningûn_ otro grupo en la empresa, porque asî se calificàn ellos_ en relaciôn a su tipo de trabajo. (35) El reciente caso de la empresa Balay en Zaragoza - es un ejemplo de ello. (36) Dos ejemplos tambiën recientemente protagonizados_ por Zaragoza han sido los de la absorciôn de los emplea­ dos u obreros mejor cualificados de las diferentes empre sas y comercios zaragozanos por la General Motors y por_ el Corte Inglés. Los mejor preparados y por tanto mejor_ pagados en sus empresas han sido reclutados por estas -- - 1095 - dos grandes companîas en base a su oferta de mejores in­ centives salariales y condiciones générales de empleo, - formaciôn permanente, etc. (37) Homs Oriol y Sânchez, J.E. "Descualificaciôn y so- brecualificaciôn de la fuerza de trabajo": presentaci6n_ de un debate en Sociologîa del Trabajo, n- 2, Octubre-- Enero, 1980. Ed. Zero-Zix, Madrid, 1980., pâg. 24. (38 ) Segûn datos facilitados a los medios de comunica-- ciûn por el Ministre de Economîa, Sr. Fuentes Quintana,- recientemente. (39 ) Lûpez J, M.A. y Ansû Ll, J.L. Op. cit., pâg. 10. (40 ) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977" dî rigida por J. Linz, pâgs. 19 y 26. (41 ) Segûn una encuesta hecha en 1974 por el Fondo Na-- cional del Empleo del Ministerio de Trabajo Frances, pu­ blicado por La James se ouvrière chrétienne en 1974 ya cî tado. (42 ) pêrez Dîaz, Vîctor. Clase obrera, partidos y sindi- catos. F.I.N.I., Madrid, 1979, pâg. 21. (43 ) Ibidem, pâg.21. (44 ) Bourdieu, Pierre. "Classement, déclassement, recla ssement". Actes de la recherche en sciences sociales. 24 Noviembre de 1978, Editions de Minuit, Paris, pâgs. 2-23. (45 ) Me refiero a las declaraciones hechas al Heraldo - de Aragûn por el entonces Ministro de Educaciûn Sr. Orbe 1096 - tega y Dîaz Ambrona en el sentido de que la matrîcula de F.P. habîa crecido proporcionalmente mâs que la de B.U.P. y C.U.O. en el pasado ano académico de 1980-81. Declara­ ciones del 7 de Octubre de 1981, ( 46) Pêrez Dîaz, Vîctor. Op. cit., pâgs. 18 y 19 (47 ) Pêrez Dîaz, Vîctor. "Estudio sobre el empleo Ya citado, pâg. 19. (48 ) Las que sôlo se registran aquî o entre los trabaja dores que han montado un négocié por su cuenta. Otro da­ to digne de atenciôn, es que el 50 por ciento de los --- aprendices trabaja en empresa familiar. Lo hace el 38 por ciento de los peones y el 50 por ciento de los c a r ­ gos directives(ocho jôvenes en total). (49) Fernândez de Castro, Ignacio y Goytre, Antonio. - Clases sociales en Espaïïa en el umbral de los afios 70.-- Ed. Siglo XXI, 3- ediciôn, 1977, pâgs. 63 y siguientes. ( 50) Young, M y Willmott, P. La familia simêtrica. Op. cit.,pâg. 245 (51 ) Como ya dije en el primer capîtulo esta necesidad_ de auto estima es una constante en los estudios de sati^ facciôn laboral. Puede verse al r^especto a Korman. Psi- cologîa de la industrie y de las organizaciones. Madrid, Ed. Marova, 1978, pâgs. 160 y siguientes. (52) Lôpez J, M.A. y Ansô, J.L. (53 ) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977" di_ rigida por J. Linz. Op. cit., pâg. 39. Quiero mencionar_ - 1097 - de paso que en 1960 Buceta analîzaba las respuestas de - los jôvenes espafioles hacia una pregunta:iEl trabajo que haces es aburrido o interesante?. El 59 por ciento lo juzgaba interesante y sôlo 16 por ciento aburrido con porcentajes mâs altos de no respuesta en las mujeres que en los hombre. Indica al menos que no se sentîan domina- dos por la monotonia y rutina que sufren los jôvenes del 77 y los del 80 aquî vistos. Ver Buceta, L. Op. cit.,pâg. 82 (54) Pêrez Dîaz, Vîctor. Clase obrera, partidos y sindi- catos. Op. cit., pâg. 22 (55 ) Pêrez Dîaz, Vîctor. "Los obreros espafioles ante la empresa en 1980". Papeles de Economîa Espafiola, n- 7. Fundaciôn para la investigaciôn econômica y social. Obra social de la Confederaciôn Espafiola de Cajas de Ahorros. Madrid, 1981, pâg. 289. (56 ) Lôpez Jiménez, M.A. y Ansô Liera, J.L. Op. cit.-- Pêg. 15. (57 ) Johnston, Ruth. Artîculo ya citado: "Remuneraciôn_ y satisfacciôn en el trabajo", pâgs. 505 y 512. (58) Pérez Dîaz, Vîctor. Op, cit., pâgs. 287 y 288. (59) Lôpez Jiménez, M.A. y Ansô Liera, J.L. Informe ge­ neral presentado al Ayuntamiento sobre el ocio de la ju­ ventud zaragozana. Entre la domesticaciôn y la libertad, parte inédita, pâg. 39. - 1098 - ( 60 ) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977" d^ rigida por J. Linz. Op. cit., pâg. 39. (61) Pêrez Dîaz, Vîctor. Clase obrera. partidos y sindr catos. Op. cit., pâg. 22. (62) Candel, F . "El mundo alucinante de los -- aprendices" en Ser obrero no es una ganga. Barcelona, Ed. Ariel, 1968, pâgs. 207-215. (63) La afiliaciôn sindical abarca a un 20,9 por ciento de los trabajadores en activo, a un 14,4 por ciento con- tando tambiën a los que estân en paro. Emiten su juicio_ sobre la polîtica sindical 62 por ciento del conjunto, - mâs que los que se refieren al respaldo sindical. Su juî cio tampoco es muy positive como se ha visto ya en rela­ ciôn a los parados y se verâ luego en los trabajadores. (64) Pêrez Dîaz, Victor. "Los obreros espafioles ante el sindicato y la acciôn colectiva en 1980". Papeles de Eco­ nomîa Espafiola, n- 6. Fundaciôn para la investigaciôn -- econômica y social. Obra social de la Confederaciôn Espa fiola de Cajas de Ahorros. Madrid, 1981, pâgs. 237 y 245. (65) Willmott, P. Op. cit. pâg. 114. (66) Castillo, Juan José y Prieto, Carlos, "Una têcnica subjetiva de investigaciôn en condiciones de trabajo:las encuestas de satisfacciôn". R.E.I.S. Ed. el C.I.S, n- 13 Enero -Marzo, Madrid, 1981, pâgs. 49 a 63. (67) Buceta Facorro, Luis. La juventud ante los proble- mas sociales. Op. cit., pâg. 78. - 1099 - (68) "III Encuesta Nacional a la Juventud 1975" dirigi­ da por J.M. Lôpez Cepero, op. cit., pâg. 14. (69) Rouard , Danielle et Audibert, Pierre. "La place - des jeunes dans notre société". Dossier sur le'jeunes et le travail. Inform soc. France, 1976, n- 3, Pâgs. 4 y - siguientes. (70) Galambaud, B. Op. cit. (71) Quiero constar aquî que el 50 por ciento de los jô­ venes que trabajan en la empresa familiar ha accedido a_ ella por la familia y los demâs por su propio esfuerzo.- Asî se reafirma el argumente de que el segundo grupo de_ jôvenes se acopla a un négocié familiar ajeno y en condi_ ciôn de asalariado. (72) Rouard, Danielle et Audibert, Pierre. "L'entrée -- dans le monde du travail". Op. cit., pâg. 51. (73) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977" dî rigida por J.Linz. Op. cit., pâg. 48. ( 74 ) Parece interesante hacer constar que en una pregun ta totalmente distinta a esta, planteada por Vîctor Pé-- rez Dîaz a los estudiantes a propôsito de sus planes fu­ tures una vez terminados sus estudios, sôlo un 1 por -- ciento de las mujeres dijo que "dedicarse a las tareas - del hogar" y un 14 por ciento de varones y mujeres no sa be, no ha pensado nada, Los demâs tienen planes ligados al trabajo, a_ excepciôn de un 15 por ciento de varones que se van a -- - 1100 - cumplir su servicio militar. El trabajo es en definiti­ ve la ûnica alternative socialmente vâlida y por tanto - a ella se dirigen las grandes mayorîas de jôvenes. Clare que aquî no puede saberse si représenta sôlo el medio de subsistencia o aderaâs el de autorrcpJ izaciôn personal. Ver Victor Pêrez Dîaz "Estudio sobre el empleo IX. Los - estudiantes:problemâtica en relaciôn con la actividad. - Emopûblica, Madrid, 1980, pâg. 15. Texto mimeografiado. (75) Estudio 1.031. Juventud Espafiola de 1968. C.I.S. - preg. 17. ( 76 ) "informe* de la encuesta sobre la juventud 1977",pâg.41. (77) Pêrez Dîaz, Vîctor. Estudio sobre el empleo VI. Los trabajos recientemente incorporados a la actividad;- el acceso y los procesos de inserciôn en el empleo (Los_ trabajadores recientemente incorporados a la actividad). Op. cit., pâg. 5. ( 78 ) Segûn los datos aportados por esta autora once mu­ jeres recibîan formaciôn por cada cien hombre en los cur SOS organizados por la instituciôn sindical en 1968, que iban dirigidos a las ramas de la industrie tradicional-- mente ocupadas por varones: métal, electricidad, automo- vilismo, electrônica, madera, construcciôn, minerîa y air tes grâficas. No parece que se estên dando cambios cualî tativos que incidan en un giro visible de esta situaciôn. Ver Maria Angeles Durân. El trabajo de la mujer en Espa- ^ ya citado, pâgs. 48 y siguientes. 1101 - ( 79) Young, M y Willmott, P. La familia simêtrica, cita da. Pâgs. 249 y siguientes. (80) Willmott, P. Adolescent boys of East London. Op. - cit., pâgs. 114 y siguientes. (81) Son sôlo cuatro personas en la categorîa , es d e ­ cir que hay una sola persona afectada. (82 ) Los peones que responden a esta pregunta estân af^ liados a très sindicatos: C.N.T., C.C.0.0. y C.S.U.T. (83) Morgan, W. "Social Origins, Parental values and -- the transmision of Inequality". American Journal of S o ­ ciology. Vol. 85, Number 1, 1979, pâg. 163. (84) Touraine, Alain. Sociologîa de la acciôn. Ed. Demos Ariel, Barcelona, 1969, pâgs. 236 y siguientes. - 1102 7.- VIDA POLITICA Y CIUDADANA 7.1.- INTRODUCCION. Los jôvenes tienen una orientaciôn polîtica - de izquierda que se manifiesta por sus simpatîas hacia las tendencia o lîneas de pensamiento socialista, comuni^ ta y anarquista y se aglutinan mâs en torno a un partido_ politico, el PSOE. Asî se manifesté en el voto emitido en las ûltimas elecciones générales y en su deseo de gobier- no actual. Se evidencia ademâs en declaraciones diversas_ que denotan una concepciôn autogestionaria de la organiza ciôn del trabajo, una asociaciôn précisa entre problemas_ sociales claves y marginaciôn econômica y laboral. Recha- zan la violencia extrema en su doble vertiente: institu-- cional y ciudadana. Consideran légitimas formas moderadas de presiôn que den protagonismo al ciudadano en la reivin dicaciôn de sus derechos; formas taies como, apoyar con - la firma una peticiôn social, participar en una manifest^ ciôn polîtica, hacer una huelga. Admiten como contrapartida el control guberna mental de las acciones colectivas, siempre que se exclu-- yan medidas represoras de las libertades pûblicas. El compromise politico que estai dispuestos a_ - 1103 - asumir no incluye la militancia en partidos y organizacio nes juveniles. Fundamentalmente por desencanto con las e£ trategias de acciôn de estos partidos y organizaciones, ̂ el que afecta prioritariamente al gobierno. Comprende la_ participaciôn en las acciones de protesta que aprueban, - en su aceptaciôn del servicio mllitar que, o bien reduci- rîa al tlempo estrlcto de dêdicaciôn al aprendizaje de ma nejo de armas, o a servicios civiles y a ser posible, dir ce un tercio de jôvenes, de manera voluntaria. Ademâs, manifiestan su voluntad de participer en actividades que reviertan en bénéficia de la ciudad y_ de su barrio. Reconocen que en él existen problèmes de de lincuencla y droga y enfatizan la necesidad de ayuda en - la que se encuentran los delincuentes y los drogadlctos,- por contraposiciôn al endurecimiento de las penas y casti_ gos. Incluso optarîan por la transforméeiôn de la socie- dad antes que por la reeducaciôn individuel de los casos. Porque atribuyen a la sociedad el deterioro de las rela-- ciones entre el hombre que delinque y el medio social al_ que agrede. Los jôvenes tienen une orientaciôn polîtica ■ de izquierdas que se manlfiesta por sus simpatîas hacia ■ las tendencias o lîneas de pensamiento socialistes, cornu nistas y anarquistas, que alcanza a un 41 por ciento de ■ - 1104 - la muestra. Dîchas simpatîas se concretaron en las eleccio nes pasadas en un veto mayoritario a la izquierda (de très cuartas partes de los jôvenes) que se aglutinô especîfica- mente en torno al PSOE. A este partido votaron mâs de la - mitad de quienes lo hicieron a la izquierda. Se manifies-- tan ademâs en las aspiraciones juveniles de un gobierno a£ tuai de centro-izquierda en primer lugar, de izquierda en_ segundo lugar y apenas de centro -derecha. II La simpatîas polîticas no conllevan afillacio- nes a partidos politicos ni a organizaciones polîticas ju­ veniles, Basta decir que el 97 por ciento de los jôvenes - no milita ni en unos ni en otras. Las razones son contun-- dentes. Los jôvenes no militan en organizaciones polîticas porque "sufren un desencanto general y no creen que los -- partidos politicos sean capaces de hacer algo para que la_ situaciôn realmente cambie. Este es el argumente barajado_ mâs frecuentemente. A êl le siguen otros dos: "Falta de in terés por la polîtica” y que los lîderes politicos "teori- zan mucho pero no convencen en la prâctica”. La indiferen- cia se manlfiesta tambiôn en que alrededor de un tercio de jôvenes ni responde a la pregunta. Una prueba clara de la ineficacia de los partît dos politicos la da el propio partido en el gobierno que ► - 1105 - j no da soluciôn a los problemas del pals en opiniôn de 87 por ciento de los jôvenes, bien porque no intenta buscar las salidas adecuadas (que dr inan mâs de dos tercios) o_ porque aquellas escapan a sus posibilidades reales, que_ opinan algunas de las minorîas decepcionadas. III Se evidencia no obstante, un interês en los_ asuntos générales del ppis, en los particulares de la V£ da urbana a travês de declaraciones diverses, que son las que dan sentido a sus simpatîas y voto arriba expre- sados. En primer lugar dan su opiniôn sobre la si- tuaciôn polîtica de Espafia, en la que prédomina la con-- vlcciôn de que nada ha cambiado o de que los cambios em- peoran la situaciôn. Asî responden très cuartas partes - de los jôvenes. Cuando hablan con pesimismo de los pro-- blemas del paîs se refieren a la pérdida de valor adqui- sitivo de los salarios, al nûmero creciente de parados,- a la carestîa de vida, a la masificaciôn de las ciudades como los puntos mâs candentes de la situaciôn del paîs.- Se refieren ademâs a la nula descentralizaciôn de compe- tencias que el proceso preautonômico aragonês ha traîdo_ a la regiôn. En segundo lugar demuestran tener una conce£ ciôn general de la organizaciôn social y polîtica que d_i - 1106 - fiere en parte de la actualmente imperante, expresada en declaraciones diverses: - Mantienen una concepciôn autogestionaria o congestionaria (de empresarios y trabajadores) del traba jo con declaraciones taies como: "Que la propiedad sea - del personal de la empresa y que los représentantes ele- gidos por aquel lleven la empresa", respuesta dada por - un 38 por ciento de los jôvenes. "Que los propietsrios y el personal partici^ pen en los nombramientos de los directivos" de la empre­ sa, opiniôn sustentada por un tercio dé los jôvenes. - Consideran que el Estatuto del Trabajador_ dèfiende mâs los intereses de la patronal que los de los_ trabajadores. - Rechazan todo tipo de violencia extrema, - tanto institucional como popular. Asî por ejemplo, y dentro del marco de la violencia institucional se muestran en desacuerdo con la existencia de la pena de muerte. Tampoco creen que las - medidas ôptimas para la disminuciôn de la delincuencia - vayan por el camino de endurecer las penas y castigos a_ los delincuentes, sino mâs bien por el de transformer la sociedad que es quien los genera. Desaprueban que la fuerza pûblica disuelva - una manifestaciôn pacîfica con material antidisturbios,- que detenga y juzgue por los tribunales a los manifestan - 1107 - tes, que se militarice a los empleados del sector pûblit CO en huelga, que se multe a los firmantes de una peti- ci6n. Rechazan tambiën la violencia obrera en for ̂ ma de "represalias violentas" como respuesta ante "las injusticiâs en los salarios" I - Consideran légitimas formas de presiôn po­ pular moderadas pero rehusan las mâs agresivas. Por ejera plo, la participaciôn en acciones violentas,, pegar carte- les o hacer pintadas. Por el contrario consideran légitimas formas de presiôn moderadas, como apoyar con firmas una peti-- ciôn social, participar en manifestaciones polîticas, participar en huelgas polîticas (aunque este punto divi­ de mâs a los jôvenes). Admiten como contrapartida el control guber- pamental de las acciones colectivas, siempre que se ex-- clüyan medidas represoras de las libertades pûblicas. Por ejemplo, mandar la fuerza pûblica a disolver pacîfi- caraente una manifestaciôn, prohibir manifestaciones cuando hay peligro de alterar el orden pûblico, atender_ con el ejërcito servicios pûblicos paralizados por una - huelga. - Los jôvenes estân en disposiciôn personal_ de participar en las acciones de protesta que aprueban.- Aceptan ademâs el servicio militar en el que inclûirîan_ a las mujeres y que dedicarîan bien al aprendizaje del - - 1108 manejjo de armas bien a servicios civiles. Alrededor de - un tercio de los jôvenes opina que el servicio militar - debiera ser voluntario. En relaciôn con el entorno ciudadano mani-- fiestan su voluntad de participaciôn mucho mâs que en re laciôn a la ac.tividad polîtica mâs amplia. Entre las ac­ tividades que estarîan dispuestos a realizar mencionan - mâs frecuentemente las de "trabajar con otros miembros - de la comunidad para resolver algûn problema local o del barrio", "dedicar tiempo y trabajo a actividades de inte rês cîvico, problemas sociales", "dedicar tiempo y traba jo a una asociaciôn juvenil". IV Asocian la delincuencia y la droga con la - marginaciôn econômica y social. De ahî que sugieran tran£ formaciones de la sociedad como alternative de soluciôn_ mâs que la represiôn de quien infringe las leyes del or­ den pûblico. En este sentido manifiestan su conocimiento, de los tipos de delincuencia juvenil que se dan en su ba rrio y en la ciudad. Son el robo a personas y la sustrac ciôn de vehîculos. Sin ser un acto delictivo pero sî -- agresivo para la tranquilidad ciudadana, mencionan el gamberrismo. Conocen las causas que llevan a los jôvenes a la delincuencia. La atribuyen a que las families no -- - 1109 pueden afrontar determinadas situaciones de penuria que_ producen violencia y opresiôn en los jôvenes, a que la - sociedad propone unas formas de consume y ocio inasequi- bles para gentes de ciertos niveles econômicos. Hablan - de las posibles soluciones, que van mâs en la lînea de - ayudar a quien estâ marginado que en la de castigarlo. Tambiên su juicio sobre los drogadictos es - tolérante. Los ven como gentes que quieren eludir una realidad desagradable y necesitados de ayuda mâs que diĝ nos de censura. No se les escapa que el entorno que les_ rodea présenta situaciones y hechos que sin ser formas - de violencia reconocidas como taies producen agravios -- que se van acumulando y haciendo mella en sus sentimien- tos y conceptos vitales. Asî mencionan mayoritariamente_ sentirse agredidos cuando ven a los padres golpeando a - sus hijos, a hombres Insultando con sus proposiciones deshonestas en la calle, a cuadriilas de chicos que se - meten con las chlcas al pasàr. Hay otra serie de aspectos que minorîas i m ­ portantes perciben también como formas de violencia urba na, taies como: el ver a las mujeres ejerciendo la prostitu- ciôn, el trâfico urbano por las calles donde el joven ha ce normalmente su vida, la presencia de agentes del o r ­ den armados en la vida cotidiana de la calle, el sistema de atenciôn en los ambulatorios de la seguridad social y en fin otros mâs que irë desglosando posteriormente. 1110 - 7.2.- LOS JOVENES TIENEN UNA ORIENTACION POLITICA DE IZ­ QUIERDA. Los jôvenes tienen una orientaciôn polîtica_ de izquierda. Simpatizan con la izquierda por ella vota­ ron en 1979 y preferirîan que el PSOE gobierne en la ac­ tual idad. Se manifiestan en sus simpatîas polîticas ha cia las tendencias socialistas, comunistas y anarquistas, que alcanza a un 41 por ciento de la muestra. Un nûmero_ ligeramente inferior se déclara sin tendencia polîtica - alguna (ver cuadro n- 440 ), lo que . représenta una mino- rîa importante, incluso superior a la de simpatizantes - de izquierda si le aftadimos el nûmero de quienes no res­ ponden. Se declaran centristes, democristianos, libera-- les o conservadores un 11 por ciento de los jôvenes. Los falangistas y ultraderechistas no superan el 1 por cien­ to de la muestra respectivamente, por lo que su inciden- cia en la opiniôn colectiva es prâcticamente inexistente. Mirando detalladamente el cuadro n- 440 se - evidencia la dispersiôn de porcentajes tan grande que -- existe, Refiriêndome en concrete a las izquierdas, predo minan los social-demôcratas, seguidos por los anarquis- tas, los socialistas, marxistas y no marxistas, por ûlt£ - 1111- mo los comunistas, en tasas que van del 10 al 5 por cien to. Dividiendo a los socialistas entre los no marxistas_ y los marxistas, predominan los primeros (un 18 por cien to) sobre los segundos (cuatro puntos menos). Dentro de las derechas, la opciôn mâs popti-- lar es la liberal (alrededor de un 6 por ciento) seguida de lejos por todas las demâs. La misma dispersiôn de porcentajes, con pre- dominio del socialisme, y similares tasas de indiferen-- tes en polîtica se registran en la encuesta a la juven- tud de un pueblo aragonês analizada en 1979 ( 1 ), Ya - entonces analizâbamos la identificaciôn mayoritaria con_ el socialisme como una voluntad de cambio, que en el Ca£ ce Viejo se inclina ligeramente mâs hacia el anarquismo_ y el comunismo, mientras en el pueblo aragonês lo hacîa_ hacia el centro y la derecha. El cambio de tendencia y de entusiasmo expe- rlmentado por la juventud espahola desde 1968, visto a - grandes rasgos (y con las alertas correspondientes a los diferentes planteamientos) es el siguiente. En 1968 "su- poniendo que en Espafia hubiese partidos politicos, comq_ por ejemplo en Italia y que estos partidos tuviesen una_ ideologîa similar a la de los italianos" los jôvenes se_ hubieran abstenido de votar en 52 por ciento de los ca-- sos, poco menos de un tercio lo hubiera hecho a la demo- cracia cristiana, sôlo un 8 por ciento se hubiera decidi^ - 1112 - do por los socialistas. Nadie manifesté interês por ten-- dencias situadas a la izquierda del socialisme y hacia la derecha se hubieran inclinado: un 5 por ciento a un parti do liberal (como hoy) un 4 por ciento a un partido monâr- quico y un 1 por ciento a un partido neo-fascista ( 2 ). Aunque lo que se preguntaba era el voto o la_ afiliaciên analizo aquî las respuestas porque las lineas_ polîticas sometidas a interrogacion eran tan générales que a mi parecer bien podîan significar las simpatîas del memento. Como puede observarse, la indiferencia (o el te- mor a responder), era bastante mayor, los jôvenes se in-- clinaban en segundo lugar hacia una lînea polîtica modéra da, la derecha ocupaba un espacio bastante parecido al ac tual y la ultraderecha no existîa, como tampoco la izquier da posterior: Sin embargo entonces comenzaba a despertar en tre los jôvenes, o al menos a ser detectado, un interês - por la polîtica que creciô en 1975, alcanzô su punto mâxi mo en 1977 y desde entonces comenzô a descender. Aunque - manteniêndose en 1979 al mismo nivel que en 1975 y desde_ luego mucho mâs alto que en 1968, Quiero decir que las c£ fras de jôvenes espafioles que respondîan no tener ningûn_ interês en polîtica eran: en 1968, 48 por ciento; en 1975, 30 por ciento; en 1977, 20 por ciento; en 1979, 31 por ciento; ( 3 ) 1113 En 1977, dos tercios de los jôvenes se autoca lificaban como simpatizantes de izquierda, porcentajes que en 1975 no alcanzaba a una cuarta parte ( 4 ) y que__ en 1980 présenta descensos mâs o menos grandes segûn los_ colectivos juveniles a los que se mire. Me voy a referir a cuatro colectivos: Uno de_ Madrid capital, otro de Barcelona capital, un tercero de_ Zaragoza capital y el cuarto del Casco Viejo de Zaragoza. Cuadro n® 441 TENDENCIA POLITICA Jôvenes Jôvenes de Ma-- de Bar- drid.1980 celona. ( 5 ) 198K 6 ) (i) (%) Jôvenes Jôvenes de de Zara Casco Vie- goza.1980' jo de Zara t 81( 7‘ ) goza.1980-81 (%) (%) Sin tendencia polîtica 49 48 53 : 39 Izquierda(in- cluyendo la so­ cial democracTa) 26 PSC PSOE 39 41 Centro y derecha (incluida la ul­ traderecha) 15 Cen- dlre^ ̂ 7 cha y otras izdas. 13 La indiferencia polîtica de los jôvenes de es tas très ciudades se asemeja mâs a la que existîa en 1968 y supera a la que manifiesta la juventud del Casco Ciejo. - 1114 Otro dato interesante es nue la indiferencia m las dos gran­ des ciudades, Madrid y Barcelona,resta simpatizantes a la izquierda en proporciones mayores que en Zaragoza capital y en el Casco Viejo de la misma. Ademâs el Casco Viejo de Zaragoza, que tiene mâs gentes de clase baja que la ciudad de Zaragoza (en porcentajes no muy elevados, bien es ver- dad), muestra no s61o una menor indiferencia sino tambiên una disposiciôn mayor hacia la derecha que la ciudad y -- mâs prôxima a la de Madrid. Es decir que el interês poli­ tico de los jôvenes del Casco Viejo es mayor que en los - otros colectivos, lo que bénéficia mâs a la izquierda que en aquellos y tambiên mâs a la derecha que en la ciudad.- Relativizando convenientemente hay que concluir que la Za ragoza joven estâ mâs orientada a la izquierda que las grandes ciudades como Madrid y Barcelona. A ello ha podi- do contribuir la polîtica municipal de un gobierno de iz­ quierda, mâs transparente al pûblico en una ciudad media_ que en una ciudad grande. La orientaciôn polîtica de los jôvenes del -- Casco Viejo se manifiesta tambiên en el voto emitido por_ los jôvenes en las elecciones générales de 1979. Para su_ anâlisis hay que partir de los jôvenes que en la fecha de las elecciones tenîan edad para votar y que eran el 53 -- por ciento de la poblaciôn juvenil total aquî selecciona- da C 8 ). - 1115 La distribuciôn del voto figura en los cuadros_ n95 442,443 y 444 ). La izquierda consiguiô la mitad de los votos_ (un 48,5 por ciento) en los très barrios analizados del - Casco Viejo, porcentajes que es aûn mâs significative si_ se considéra que el centro y la derecha sôlo obtuvieron - un 16 por ciento de los votos juveniles. Se abstuvieron - (o no contestan) un 36 por ciento de los jôvenes votantes potenciales, porcentaje inferior al de los jôvenes de la_ ciudad, pero sustancialmente mâs alto que el de la pobla­ ciôn de Zaragoza, (un 29 por ciento) y que el de la pobla ciôn espahola, (inferior al tercio). La fuerza de la izquierda, en el Casco Viejo, en las elecciones pasadas resalta por referencia a la que tuvo en la ciudad; los jôvenes a su vez la apoyaron mâs - que la poblaciôn adulta de Zaragoza. Los jôvenes espaho-- les tambiên se inclinaron mâs a la izquierda que la pobla ciôn adulta del paîs ( 9 ). Es évidente por tanto que si los resultados - électorales hubieran dependido de los jôvenes de esta ciu dad y del paîs, hoy gobernarîa el PSOE y la oposiciôn o - alternativa de poder la hubiera constituîdo la UCD (ver - cuadros n-- 443 y 444). Los cuadros 443, 444 a los que me refiero con£ tantemente muestran que los comunistas contaban en el Ca£ co Viejo con una confianza del electorado tan grande como - 1116 - entre los jôvenes espafloles en general, y que ambas mues tras son superiores a las de los jôvenes de la ciudad de__ Zaragoza. El peso de las izquierdas en general, recapi-- tulo, fue mayor en la juventud espafiola del 79 y en la -- del Casco Viejo de Zaragoza, que en la juventud de Zarago zà. Minorîas de esta ûltima votaron en porcentajes ligera mente mayores a la derecha de lo que lo hizo la juventud_ espafiola en general y la del Casco Viejo en particular. Pero ganô U.C.D. y el partido del gobierno ha tenido que afrontar los problemas del paîs en estos ûlti- mos afios, a la vez que ha negociado con la oposiciôn de - izquierda (y derecha) para obtener unos pactos que modéra ran las demandas de los trabajadores afiliados preferente mente a sindicatos de izquierda. Por eso conviene pregun- tar, no sôlo a los votantes de enfoncés sino a todo el -- conjunto juvenil del Casco Viejo: îQuiên te gustarîa a tî que gobernara en Espafia actualmente?. La respuesta estâ - dominada por la perplejidad o la indiferencia en un 54 — por ciento de la muestra (ver cuadro n- 445 ), siendo ma­ yor el nûmero de los que no saben que contester que el de quienes declaran que les da igual. El desinterês alcanza_ entre los jôvenes de la ciudad a un 47 por ciento. Es al­ to tambiên pero indica una decepciôn menos profunda por— que su abstencionismo o falta de respuesta en las ^lecci» nes générales de 1979 habîa sido mayor. Continûo con el Casco Viejo para obse lue - 1117 - la minorîa de jôvenes reflexionando activamente sobre sus deseos de gobierno actual, se inclina mayoritariamente a_ la izquierda (un tercio de ellos), en segundo lugar se -- destaca un 6 por ciento que se decantarîa hacia una coal£ ciôn de centro-izquierda: PSOE y UCD. En tercer lugar hay unas minorîas de alrededor del 3 por ciento que elegirîan partidos concretos de la izquierda o la derecha. Por ûlti mo mencionaré una coaliciôn de centro derecha: UCD-CD -- que sôlo atrae a 0,6 por ciento de los jôvenes. El gran perdedor es UCD cuyo descenso en cre- dibtlidad sôlo séria subsanado, es decir sôlo obtendrîa - un nûmero de votos similar al de 1979, agrupândose con el PSOE. De hecho su arrastre en 1979 era muy pequefto tam--- biôn. Menor al que tenîa con la juventud espafiola y con - la zaragozana (que tampoco fue muy grande). Una coaliciôn del partido del centro con CD, restarîa credibilidad a am bos. Voy a olvidar por un momento a los indiferen- tes para mirar con cristal de aumento a los 147 jôvenes que tienen algo que decir sobre el tema y ademâs desean - hacerlo. En esta perspectiva poco menos de las très cuar­ tas partes de los jôvenes quieren tener a la izquierda en el poder, cifran que se eleva hasta el 84 por ciento si - se incluye la opciôn de centro izquierda. Otro rasgo saltante es el descenso de confian zà experimentada por el PCE cuyo espacio politico ante--- - 1118 rior comparte ahora el PSOE (ver el mismo cuadro 445 ). Los partidos de derecha son preferidos en el gobierno por un 16 por ciento de los jôvenes opinantes actives, que li- mitan su entusiasmo con los partidos del centro. ConÔluyo por tanto que los jôvenes han dado un giro hacia una iz-- quierda moderada con porcentajes de adeptes a la extrema izquierda similares a los que êsta tuvo entre los electores jôvenes de 1979, con desânimo creciente hacia programas - de centro cuyo espacio lo absorben, el PSOE por una parte y los partidos de derecha y extrema derecha por la otra.- Estos ûltimos aumentan a medida que UCD y el PCE disminu- yen. Los jôvenes tienden pues a resolver la ambi-- güedad del centro, reinterpretândolo como centro izquier­ da. Las posturas asî se clarifican entre izquierdas y de­ rechas, con disposiciones masivas de voto hacia la iz---- quierda moderada. Puede advertirse entre los jôvenes de - la ciudad la misma evoluciôn general, aunque mâs definida aûn hacia un gobierno del PSOE, la misma tendencia hacia_ el PCE, Un ligero aumento de quienes prefieren un gobier­ no de extrema-izquierda y un ligero descenso de quienes - apoyarîan a la derecha ( 10 ). Estâ claro pues que la indiferencia aumenta - mientras las posturas se reafirman en torno a un bloque - de izquierda entre quienes mantienen su interês por el go bierno del paîs. Ademâs aunque el PSOE sigue teniendo ca- râcter protagonista y se radicalizan minorîas hacia la ex - 1119 - tréma izquierda, va aflorando también la duda de que un - partido sôlo pueda llevar a cabo una polîtica eficaz, Asî aparecen los apoyos juveniles a coaliciones, de centro-iz quierda y de izquierdas fundamentalmente. Un dato importante que quiero afiadir aquî es_ que los jôvenes del Casco Viejo, que simpatizan en el 80_ con proyectos libérales, (ya dije que son los libérales - los mayoritarios entre los simpatizantes de derecha, un 6 por ciento) votaron mayoritariamente en las elecciones ge nerales de 1979 al partido regionalista de izquierda, y - en segundo lugar (y por igual) a la UCD, al PSOE y al par tido regionalista de derecha. Al consultSrseles por sus - deseos de gobierno actual, se muestran indiferentes sobre todo, pero los interesados optan fundamentalmente por un_ gobierno de centro izquierda (un 17 por ciento) y en se-- gundo lugar por UCD y el PSOE en similares porcentajes (un 11 por ciento respectivamente). Es decir que la ten- dencia mâs sustancial de la derecha que no es indiferente se inclina a un proyecto de centro izquierda mâs que a -- otro de derecha. Debo afiadir que actitudes parecidas se regis­ tran entre quienes se autocalifican como apolîticos. Un 19 por ciento de quienes votaron al PSOE en las ûltimas - elecciones fueron los apolîticos. Los otros se dispersa-- ron en nûmeros muy pequeftos entre las izquierdas y dere-- chas, Ademâs un 26 por ciento de quienes quieren que go-- - 1120 bierne hoy el paîs una coaliciôn del PSOE y el PCE, perfe nece tambiên a los jôvenes que dicen no tener ideologîa - alguna. Estos hallazgos hacen pensar en que en el Cas CO Viejo hay una juventud que puede ser definida como de_ izquierda esencialmente. - 1121 - 7.3.- LA AFILIACION A PARTIDOS POLITICOS Y ORGANIZACIONES POLITICAS JUVENILES ES ESCASA. Las simpatîas polîticas no conllevan afilia-- ciones a partidos politicos ni a organizaciones polîticas juvenfles. La evidencia empîrica es contundente, un 97 por ciento de los jôvenes no pertenece a ningûn partido.- Sôlo ocho jôvenes estân afiliados: très de ellos al PSOE, dos al PCE, dos al PTA y uno a LCR. Estos jôvenes pertenecen a la clase media y - baja, se reparten por igual entre hombre y mujeres y tie­ nen todo tipo de actividad. Es decir que se distribuyen - al azar. La afiliaciôn a organizacionespolîticas juve­ niles es todavîa menor. Sôlo hay cuatro jôvenes afiliados, dos a las Juventudes Socialistas y los otros dos a la Jo­ ven Guardia Roja. Uno de ellos estudia, dos son obreros - calificados y el cuarto estâ en paro. Dos pertenecen a la clase media y dos a la baja. De los dos que pertenecen a_ las Juventudes Socialistas, uno se considéra marxista y el otro social-demôcrata. De los que pertenecen a la Jo- ven Guardia Roja, uno es anarquista y el otro socialista- marxista. La afiliaciôn recoge pues al 3 por ciento de_ los jôvenes, siendo inferior a la de la juventud espafiola - 1122 - de 1977 que alcanzaba a un 8 por ciento de militantes de_ partidos u organizaciones polîticas ( il ). Quiere decir- se que ha ido decayendo aunque no fue alta ni siguiera en el afio en el que se registraba mayor interês por la polî­ tica. Hay que afiadir sin embargo que en el Casco Viejo aunque precaria todavîa supera ligeramente a la afilia--- ciên de los jôvenes rurales que en 1979 daban una tasa de 0,7 por ciento. l A quê se debe pues tan escasa militancia?. Las razones aducidad por los jôvenes son las_ siguientes: En primer lugar, dice un 31 por ciento ".... los jôvenes sufren de un desencanto general y no creen que los partidos scan capaces de hacer algo para que la - situaciôn realmente cambie". Un 16 por ciento mâs argumen ta "falta de interês por la polîtica". Un 15 por ciento - dice que los partidos y organizaciones "... teorizan mu-- cho pero no convencen en la prâctica". Hay otra serie de causas que los jôvenes sefia lan con porcentajes aûn mâs pequenos, como puede verse en el cuadro n- 446 pero que indican con claridad que partie dos y organizaciones polîticas aparecen ante ellos como - instituciones distantes, e inasequibles. Por ejemplo anun cian que a su parecer, aquellas "no ofrecen a los jôvenes canales adecuados de participaciôn", que les falta efica- cia, que no hay informaciôn suficiente sobre sus objeti-- - 1123 - vos, "que se desinteresan de la problemâtica juvenil". -- Por ûltimo dicen los jôvenes en porcentajes mînimos (ape­ nas de un 3 por ciento) que a "los jôvenes no les intere- sa la forma de pensar de las organizaciones polîticas ac- tuales". No falta tampoco un 30 por ciento que no sabe que contestar. Taies respuestas representan una crîtica mUy_ severa a las organizaciones polîticas, en cuanto indican_ que los jôvenes las ven alejadas de sî y de los problemas vitales con los que se enfrentan constantemente o al me- nos perciben como importantes para el paîs y para sî mis- mos. Como ya he sefialado en otra parte de esta tesis el - dirigisme adulte ha sido tan grande que ha obviado la re£ ponsabilidad juvenil. Los jôvenes como resultado no en-- cuentran que pueden ser ûtiles a la sociedad, asociados a unas instituciones cuyos objetivos son sumamente teôricos y donde la participaciôn en actividades que den respuesta a los problemas planteados es inviable. Por ello se desin teresan totalmente de ellas. Ya en Tauste, en la juventud rural estudiada_ en 1979 aparecîan algunos de estos razonamientos. Poco me nos de la cuarta parte de los jôvenes encuestados enton-- ces decîan que no se identificaban con lo que los parti-- dos y organizaciones dicen y hacen, otro 19 por ciento -- apuntaba la deficiencia informativa que confundîa a los - jôvenes y les dificultaba participar en algo que no cono- - 1124 - clan (12). . El desinterês en la polîtica que algunos jêv£ nes del Casco Viejo dan como razên de que sus pares no participen en las instituciones polîticas no parece con-- firmarse con las actitudes générales que luego iremos -- viendo. Una prueba clara de la ineficacia de estas or ganizaciones para conseguir soluciones a los problemas que aquejan al paîs la da al propio gobierno en opiniôn - del 87 por ciento de los jôvenes. A fin de dar una idea de los puntos a que se_ refieren los expongo aquî aunque luego hablarê de ellos - con mâs detalle. Los jôvenes consideran que el paro, la - carestîa de la vida y la masificaciôn de las ciudades son los problemas mâs graves hoy en Espafia, apuntados por dos tercios al menos de ellos que repercuten en otros, tales_ como la reducida alza de salarios, las dificultades cre - cientes de los jôvenes para encontrar trabajo, el cierre_ de empresas. Volverê sobre ellos. A lo que quiero referir me ahora es a la respuesta que dan a la pregunta: acres - que el gobierno estâ dando soluciôn a estos problemas?. Nadie piensa que lo esté haciendo totalmente, lo cual es razonable. Lo mâs serio sin embargo es la baja tasa de jôvenes que cree que lo intenta, (ver cuadro n® 447). Menos de una quinta parte piensa que lo hace pero - escapa a sus posibilidades, es decir que reconocen la mag nitud de unos problemas que aquejan a todos los paîses in - 1125 - dustrializados y que tienen sus raîces en la crisis econô mica exacerbada desde 1973, La mayorîa sin embargo opina_ que la estrategia del gobierno carece de planificaciôn -- "sôlo trata de poner parches a la situaciôn", "cede a las presiones de los fuertes y no soluciona los problemas de_ los menos fuertes", "es incompétente para remediar estos_ problemas", "no veo que haga nada para solucionar estos - problemas". Son las respuestas que el 69 por ciento de -- los jôvenes. Se le acusa por un lado de incompetencia, -- parte de la cual es la tëcnica del parcheo. Ademâs de ac­ céder a las presiones de quienes tienen poder y por tanto de ignorar el bien colectivo. Y por ûltimo de dejar que - las cosas sigan su curso, lo que conlleva a una actitud - de desinterês hacia la colectividad general. La visiôn de los politicos en funcionamiento_ es muy negativa. Sôlo una décima parte de los jôvenes no_ sabe que responder, nûmero muy inferior al de quienes se_ declaraban antes indiferentes. Ante opiniones de esta îndole aumenta el peso de los argumentes arriba barajados para explicar los por- quês de la parca afiliaciôn juvenil a los organismos pol^ ticos. El desencanto con ellos y la libertad de expresar- lo se manifiesta de tal manera que la diferencia es muy - notable comparando la respuesta de hoy con las que anali- za Buceta entre los jôvenes espafioles de 1960 (13 ). En­ tonces un 57 por ciento de los varones y un 44 por ciento - 1126 - de las mujeres calificaban las actividades del gobierno - como tendentes a mejorar las condiciones del paîs. Sôlo - un porcentaje inferior 3 por ciento opinaba que "estarîa- mos mejor sin ellas" y tasas un poco mâs elevadas ( un 7_ por ciento) decîan que "es indiferente lo que hagan". Una respuesta tan ambîgua puede interpretarse como rechazo ge neral a un gobierno dictatorial o como reconocimiento de_ que los problemas vividos superan la posibilidad de ac-- ciôn de un sôlo gobierno. En cualquier caso el porcentaje es minoritario y lo importante es comprobar la fe que al_ menos la mitad de los jôvenes tenîan en la eficacia de la acciôn polîtica. Lo que ha disminuido en el Casco .Viejo del 80 por referencia a los jôvenes espafioles del 70 es la cons- tataciôn de que el gobierno cede a las presiones de los - fuertes. Torregrosa menciona que entonces mâs de un ter-- cio de la juventud afirmaba que existîan grupos con tanta influencia en el gobierno que este se olvidaba de los in­ tereses de la mayorîa de los espafioles ( 14 ). Hoy lo que ven es mâs complejo. Es cesiÔn a los fuertes, deseos de - poder personal, indiferencia ante la colectividad. Es de­ cir que se transparentan mâs las motivaciones de los pol^ ticos en una democracia que en una dictadura y con ello - se puede afinar mâs en el diagnôstico de lo que hacen y - eluden. Se puede con ello razonar mejor el desencanto su- frido. 1127 7.4.- MANIFESTACIONES DEL INTERES DE LOS JOVENES EN LOS ASUNTOS GENERALES DEL PAIS Y EN LOS MAS PARTICULA-- RES DE LA VIDA URBANA Y VECINAL. Se ha visto ya que la exigua afiliaciôn a or­ ganizaciones polîticas tiene unas causas bien fundamenta- das, las que contribuyen a la indiferencia que minorîas - altas e incluso mayorîas muestran ante preguntas sobre -- sus simpatîas polîticas o sus preferencias de gobierno ac tuai. De aquî que esta indiferencia pueda ser interpreta- da mâs como un toque de atenciôn que como un desinterês.- La prueba es que la actitud cambia cuando se les confron­ ta con aspectos reales de la vida del paîs, con problemas que àfectan a grupos determinados de gentes, con condicio namientos del entorno urbano en el que se desarrolla su - vida diaria. Entonces despiertan de su letargo y opinan.- Juzgan los hechos, sus causas y expresan vîas de soluciôn en las que prédomina una concepciôn respetuosa del hombre y unos deseos de cambio en las estructuras que lo favorez can y primen. - 1128 - 7.4.1.- OPINIONES SOBRE LA SITÜACION POLITICA Y SOCIAL ES PAROLA. JUICIOS PESIMISTAS. Très preguntas confrontaban al joven con la - situaciôn polîtica y social de Espafia: una iba referida a su percepciôn del cambio, otra a las cuestiones mâs can-- dentes de la situaciôn social espaftola, a las que se afia- de su percepciôn del proceso preautonômico aragonês y la_ tercera a la acciÔn gubernamental sobre estas cuestiones. Como este punto ha sido ya tratado anteriormente, me refe rirê a los dos primeros. Ta! como estâ dada la situaciôn polîtica en - Espafia: îQué juicio general te merece?, £ue la primera -- pregunta planteada. Las alternativas de respuesta le ha-- cîan valorar el cambio, y en su conjunto esta valoraciôn_ aparece negativa. Très cuartas partes de los jôvenes se mues-- tran escêpticos ante el cambio protagonizado por el pais, bien porque creen que las cosas cambian muy poco (un ter cio de los jôvenes), porque opinan que cambian para peor_ (üna cuarta parte) o porque se reafirman en que "no cam-- bia nada desgraciadamente" (un 14 por ciento). La valoraciôn positiva del cambio es ligera-- mente inferior al 10 por ciento, como deja ver el cuadro_ n- 448 y apenas existe quien agradece que nada cambie. -- - 1129 - Hay un porcentaje, inferior a la quinta parte de la mues- tra que no sabe que decir o no contesta. Si se miran los__ datos en otra perspectiva:cambio sî o cambio no, lo que - prédomina es la sensaciôn de que nada cambia o lo hace im perceptiblemente. Nada cambia o cambia para peor es en resumen_ la opiniôn de los jôvenes. Comparando las opiniones de los jôvenes del - Casco Viejo con las de la poblaciôn espaRola en general - para el afio 1977 (15 ) se observa que difieren en su va­ loraciôn de la evoluciôn polîtica espafiola. Para no 11a- mar a engaflo con esta comparaciôn quiero aclarar que el - planteamiento inicial era distinto. En 1977 se preguntaba a los espaûoles su opiniôn sobre la evoluciôn polîtica de los ôltimos seis meses, y se les invitaba a dejar a un la do los problemas econômicos de precios, coste de la vida_ etec,* que es justamente sobre lo que les interroga en el Casco Viejo. El punto de mira era entonces descubrir si - el cambio en el rëgimen politico daba un balance positive o negative. • Las opiniones de los espafioles en 1977 esta- ban divididas. Para un 32 por ciento habîa igualdad entre les logros positives y los negatives, y a grandes rasgos__ dominaba la visiôn positiva (un 36 por ciento) sobre la - negativa un 29 por ciento. Teniendo en cuenta las réser­ vas de planteamiento y de contexte, la diferencia de per- - 1130 cepciôn demuestra un desasosiego mâs radical hoy entre e£ tes jôvenes de sectores sociales y econômicos predominan- temente bajos y medios, entre quienes el paro estâ hacien do mella. Sin embargo no me parece que las raîces del de^ contente puedan extraerse solamente de los efectos de la_ crisis econômica. La decepciôn es profunda porque las ex­ pectatives creadas por los partidos politicos eran muy -- grandes, como puede juzgarse por la evoluciôn del entu--- siasmo juvenil desde los aftos 60, que culminÔ en Espafia - hacia 1977. Torregrosa afirmaba al comienzb de los aflos - 70, y en base a la encuesta de juventud de 1968 principal^ mente, que se advertia en la generaciôn juvenil un deseo_ notable de "cambios importantes en la organizaciôn polity ca espafiola" (16). Expectatives notables pueden adivinar^ se tambiên en los votos que los jôvenes del Casco Viejo - dieron a los partidos de izquierda, apostando por algunos de elles (el PCE por ejemplo) con mayor decisiôn de lo que lo harîan hoy. La segunda pregunta, a la que me he referido_ ligeramente al razonar el desencanto con la acciôn guber­ namental les interrogaba asi: iCuâles de las siguientes - creees tû que son las cuestiones mâs candentes de la si- tuaciôn social espafiola?. El paro, la carestîa de vida y_ la masificaciôn de las ciudades son los problemas mâs gra ves hoy en Espafia y son apuntados, en respuestas mûlti-- - 1131 - pies por porcentajes prôximos a las tres cuartas partes - en el primer caso, a los dos tercios en el segundo, a la mitad en el tercero (ver cuadro n- 449 ). La magnitud del paro es juzgada como un pro-- blema muy serio por un nOmero tan elevado como el de espa fioles mayores de dieciocho afios en los comienzos de 1980_ ( 17 ). Un 77 por ciento de ellos consideraba que el de - sempleo era una de las tres preocupaciones mâs importan-- tes de los espafioles. En mayo del mismo afio, un 42 por -- ciento opinaba que "la situaciôn empeorarîa”, frente a un 19 por ciento de optimistes y otro porcentaje similar que vela factible la estabilizaciôn del paro en las tasas ac- tuales (18 ). El desempleo es pues la tara contemporânea po pularmente reconocida. Quiero a pesar de ello seguir in- sistiendo en la relevancia que adquiere en el Casco Viejo, porque al lado de las respuestas antes citadas se agluti- nan otras dos mâs que insisten en la misma temâtica y en_ porcentajes elevados. Dos tercios de jôvenes sefialan por_ ejemplo la dificultad que tiene su generaciôn de encon-- trar empleo y alrededor del 54 por ciento insiste en el - cierre de empresas que aboca al consiguiente despido de - los asalariados. Todos estos problemas se insertan en el_ mâs amplio de una situaciôn econômica crîtica. Quiero ha- cer hincapiê de paso en la reafirmaciôn juvenil de incor- porarse al trabajo, subyacente en este diagnôstico de su - 1132 falta de oportunldades. Aquî se confirma una vez mâs el - valor del trabajo ya advertido en el capitule anterior. La carestia de vida, manifestada raeridianamen te en el desfase entre los precios, (que aumentan mucho)- y los salaries (que no llevan el mismo ritmo de crecimien to) no es sino un punto mâs que enfatiza la critica situa_ ciôn econômica advertida. El tercer aspecto que mencionan los jôvenes - es la masificaciôn de las ciudades. Afecta por supuesto a la competiciôn por el trabajo como bien escaso pero inci- de asi mismo en el empeoramiento de la calidad del habi-- tat urbano y de las relaciones sociales, facetas de las - que son muy conscientes como se verâ mâs adelante. Por el momento sôlo quiero recordar que los jôvenes viven en -- unos sectores del barrio especialmente degradados, con -- edificios de pisos pequefios y superpoblados en San Pablo_ y La Magdalena, con casas semiruinosas habitadas por émi­ grantes (en su primer encuentro con la ciudad), con gru-- pos de gitanes y quinquis que se establecen en los pisos_ deshabitados. La densidad de la poblaciôn ha aumentado -- también a causa de la construcciôn de nuevos edificios re sidenciales, que acogen a sectores de poblaciôn de clase_ media y media alta, tanto en San Pa.blo, como en la Magda­ lena y en El Centro. La masificaciôn del medio urbano de residen-- cia se hace mâs notable por la ausencia de espacios abie^ - 1133 - tos (plazas y jardines) de esparcimiento colectivo, por _ la proliferaciôn de espacios cerrados, (bares, discotecas, prostîbulos) a los que âfluye la poblaciôn de toda la ciu dad. Ademâs el carâcter de centralidad comercial y de se£ vicies administratives pûblicos y privados produce aglome raciones de poblaciôn tanto de la ciudad como de la pro-- vincia y regiôn. Todo ello influye en la sensibilidad que los jôvenes de la muestra manifiestan hacia la superabun- dancia de gentes habitando en los nûcleos urbanos. Algunas de sus declaraciones respecte al en- torno fisico y social que les rodea, y que analizarê pos- teriormente aclaran su visiôn de la ciudad y del barrio - en estos términos de masificaciôn. Los discotequeros dieron sefiales de advertir_ los cambios experimentados por su barrio, cuando reaccio- naban tan vivamente ante la apariciôn de un nuevo vecinda rio de clase superior a la suya. En su opiniôn, ya presen tada en el capitule cinco, los recien llegados (en el pé­ riode de su infancia y adolescencia), no haclan sino rom­ per la armonîa del vecindario mâs antiguo, de su clase, - del que establecla relaciones de amistad a través del con tacto en las calles de su barrio. En otra ocasiôn se refie rian tambiên a las gentes que iban de comptas o gestiones por el Centre y que les haclan sentirse residentes de un_ lugar de trânsito, perdido su carâcter de entorno propio_ de convivencia. - 1134 - Hay otro punto de interes en relaciôn a la - percepciôn juvenil de los problemas del pais que es el que se refiere a las autonomias. Preguntô a los jôvenes iquê_ piensas del proceso preautonômico aragonês?. Este llevaba en funcionamiento ya un afio, y la evaluaciôn juvenil del_ rodaje no es muy positiva. Creen que ha servido de algo - sî. Ha sido un sîmbolo sin incidencia real en los proble­ mas régionales (que contesta un 11 por ciento), ha servi­ do para recuperar la bandera aragonesa como signo de iden tlficaciôn regional, (un 6 por ciento), ha logrado desper tar en gran medida los sentimientos regionalistas de Ara- gôn (un 14 por ciento), ha sido un primer paso necesario_ para alcanzar la autonomîa que necesitamos (un 8 por cien to) pero no ha influido o avanzado siquiera en la descen- tralizaciôn del gobierno de Madrid. Lo dicen claramente - quienes afirman no haber llegado a ver en la prâctica las competencias reales que Madrid ha concedido (un 17 por ciento) y quienes creen que "las expectativas iniciales - han ido desapareciendo al ver que en la prâctica no se ha tendido a un gobierno autonômico y centrado en los pro blamas de la regiôn ( un 8 por ciento). Recapitulando, un 36 por ciento acusa la au-- sencia de competencias, para llevar a cabo una gestiôn dĵ recta de los asuntos régionales, capaz de solventar direc tamente los problemas de Aragôn. Un 28 por ciento ve as- pectos positivos por cuanto ha despertado conciencia y sîmbolos régionales y un 22 por ciento no sabe que contes - 1 1 3 5 - tar (ver cuadro n® 450 ). Se advierte igualmente la presencia de un 13,5 por ciento que culpabiliza a la colectividad por su iner- cia: "No creo que los aragoneses esteraos haciendo mucho - para conseguir una autonomîa mejor". Aunque son pocos los jôvenes que asî opinan su reflexiôn es interesante en -- cuanto apela a la responsabilidad de la sociedad civil, - en la obtenciôn de competencias reales de gobierno, en los asuntos que mâs le afectan. Para esta minorîa la fal­ ta de contenidos reales de una administraciôn autonôma pa sa por la ausencia de deseos firmemente expresados de al- cahzarla. Y se deduce que para quienes asî piensan, el p£ so importante que hay que dar es el de la creaciôn de una necesidad popular demostrable por las exigencias de sus - derechos que es a su vez la asunciôn de sus deberes. Para la mayorîa sin embargo parece mâs eviden te la falta de interês gubernamental en ceder parcelas de poder a las comunidades régionales sin entrar en juicios_ de la actuaciôn de las mismas o tal vez por convencimien- to de la impotencia de estas. Una tal evaluaciôn de la preautonoraîa da aûn_ mâs sentido a la declaraciôn que los jôvenes hacen de la_ imperceptibilidad del cambio ocurrido en el pals, y a las àcusaciones que lanzan al gobierno de pasividad, incompe- tencia, o simple bûsqueda de paliativos que retrasan mâs_ - 1136 - que solucionan los problemas existentes. No eran mâs optimistes los jôvenes de un pue­ blo aragonês cuando un afio antes se les interrogaba sobre las expectativas despertadas en ellos por el estatuto pre autonômico, recientemente redactado. Los jôvenes de Taus- te crelan que aquel ("servirîa sôlo para descentralizar - algunos aspectos de la Administraciôn, permaneciendo los_ fondamentales como antes". Asî respondîa. un 41 por cien­ to. Seguîa luego un tercio que ignoraba los efectos produ cidos por el estatuto. Estaban convencidos de que las co­ sas seguirîan como antes un 12 por ciento. El 15 por cien to restante esperaba una gran potenciaciôn de los recur-- SOS humanos y econômicos, ûnica respuesta denotadora de - altas expectativas ( 19 ). Puede decirse por tanto que la esperanza general, o mâs bien la falta de ella iba encami ̂ nada en la direcciôn précisa. La preautonomla ténia obje- tivos muy limitados, asî se captaban en el momento de su_ puesta en funcionamiento y asî se captan un afio despuês. 7.4.2.- HACIA UN CAMBIO EN LA CONCEPCION DE LA ORGANIZA-- CION DEL TRABAJO, Los jôvenes tienen una concepciôn de las for­ mas ôptimas de organizar el trabajo que difiere de la ac- - 1137 tualmente existante. Se deduce de sus respuestas a la pre gunta: Hoy en dîa se proponen cuatro maneras de llevar las empresas industriales icuâl de ellas te parece mâs apropiada?. Se daban cuatro alternativas de respuesta co­ mo puede observarse en el cuadro n- 451 . La mâs nutrida_ es la que propicia la autogestiôn obrera, en la siguiente proposiciôn; "Que la propiedad sea del personal de la mi£ ma empresa y que los représentantes elegidos por ellos -- lleven la empresa". La suscribîan un 38 por ciento de los jôvenes del Casco Vièjo, un 12,5 por ciento menos de quie nés asî respondîan en 1977, (20 ) entre la juventud espa fiola. En segundo lugar se inclinaban hacia la coi--- gestiôn de empresarios y asalariados alrededor de un ter­ cio de los jôvenes del Casco Viejo, un 3 por ciento menos de quienes asî se pronunciaban en 1977. Ante la disyunti- va; "Que los propietarios lleven la empresa o nombren a - los directivos" "Que la propiedad sea del estado y este nom-- bre a los directivos" (es decir gestiôn de la empresa prî vada o estatalizàciôn), ahora como entonces los jôvenes - se inclinan a la gestiôn capitalista, con un 3 por ciento mâs de jôvenes del Casco Viejo orientados a esta direc-- ciôn. Entonces como ahora los simpatizantes de iz-- quierda se orientaban a la autogestiôn mâs que los demâs_ 1138 - pero conviens recordar que en 1977 los jôvenes no sobrepa saban los veinte afios de edad y que en mi muestra alcan- zan los veinticinco afios. Hoy crece con la edad la postu- ra autogestionaria como se reafirma entre los obreros, reafirmaciôn que no se daba en 1977. Quiere decirse con ello que la actitud de la muestra de 1980 ante la gestiôn empresarial es mâs modéra da que en 1977, si se comparan ambos colectivos, pero mâs radical si se observa a los trabajadores en concrete, -- quienes en 1980 sufren una situaciôn de bajos salaries y_ escasa calificaciôn que bien ha podido influir en su rad^ calizaciôn. Torregrosa analizaba este tema en 1970 en tér mines mâs amplios: Las alternativas eran: primero empre-- sas privadas con relaciones y convenios colectivos entre_ patronos y sindicatos obreros; segunda,nacionalizaciôn de las empresas gran­ des y libertad en las pequefias; tercera, socializaciôn de la economîa sin apie nas excepciones, tanto en la industrie como en el campe. Un 27 por ciento optaba por la primera alter-» nativa, un 17 por ciento por la segunda y un 16 por cien­ to por la tercera, siendo el porcentaje mayor el de quie­ nes no respondîa, un 39 por ciento (21 ). Las actitudes_ eran entonces mâs moderadas que nueve afios mâs tarde (la_ encuesta habîa sido hecha en 1968 y abarcaba jôvenes de - 1139 quince a veintinueve afios), mâs orientadas a una organiza ci6n capitalista del trabajo. Cabe plantearse como el mi£ mo Torregrosa hace, que un nûmero importante de jôvenes - no entèndieron lo que se les preguntaba pero es posible - también que se haya dado, desde los ûltimos afios de la dictadura a los comienzos de la etapa democratizadora, un proceso de evoluciôn hacia cambios estructurales que al- canzô su climax en 1977, y que ha descendido despuês como lo ha hecho el interês general en la polîtica, anterior-- mente sefialado por Lorente Arenas. No obstante, cabe ad- vertir otras razones distintas al desencanto para la m a ­ yor cautela contemporânea, incluse entre grupos de asala­ riados. Los jôvenes son testigos de una crisis empresa-- rial profunda que afecta a la supervivencia de la empresa y por tanto pone en peligro el puesto de trabajo. Y aun- que es entre los obreros donde se manifiestan posturas mâs radicales ello no impide la existencia de grupos de - jôvenes de clase baja y media que optan preferiblemente - por la cogestiôn. Es una fôrmula menos agresiva hacia la_ empresa capitalista y mâs propiciadora de la autorrealiza ciôn personal en el trabajo. Compagina mejor los intere-- ses de los empresarios (cuya propiedad no discuten) y los propios trabajadores aunque permanecen coherentes con una tendencia de cambio respecto a la organizaciôn capitalis­ ta tradicional de la producciôn y el trabajo. Taies actitudes no impiden que valoren positif vamente la apariciôn de nuevas empresas en la regiôn. En_ - 1140 - concrete su opiniôn acerca de la instalaciôn de la Gene-- ral Motors en las cercanîas de Zaragoza es vista con bue- nos ojos por poco menos del 50 por ciento de los jôvenes, aunque la mitad de ellos piense que la soluciôn del paro_ va a ser sôlo temporal. Las razones que dan son: "que va_ a solucionar el problema del paro en Zaragoza por un lar­ go plazo", que es "buena para revitalizar la industria de Zaragoza, que bien lo necesita" y que es buena porque -- "creo que va a solucionar el problema del paro en Zarago­ za por un largo plazo". La otra mitad de la poblaciôn se distribuye - entre ûna cuarta parte de opinantes negatives que dicen:- "Me parece una mala idea ponerse a construir coches con - la creciente crisis del petrôleo, a pesar de que sirva de contenciôn temporal del paro", o tienen una opiniôn "ma­ la, porque el Estado se ha gastado en facilitar su insta­ laciôn lo que debiera haber invertido en la industrie -- agropecuaria de Aragôn", Y otra cuarta parte de quienes - no tienen opiniôn (ver cuadro n- 452 ). La divisiôn de opiniones es indicative de la_ tensiôn que existe entre los jôvenes que desearîan un ti- po de empresa autogestionaria o congestionaria, pero que_ sabiendo lejano el ideal aceptan una empresa multinacio-- nal que pueda absorber el creciente nûmero (fe parados y re vitalizar la industria local. Es indicativa igualmente de la convicciôn que una cuarta parte tiene de la equivocada - 1141 gestiôn gubernamental de los recursos naturales y humanos de la regiôn, la que les lleva a rechazar la empresa mul- tinacional por discordancia con su concepciôn social y po lîtica general. Una pregunta mâs especîfica que delimitara el interês juvenil en el trabajo £ue la que les hice sobre - el Estatuto del Trabajador, fruto del consenso entre el - partido del gobierno y la oposiciôn y causa de polêmicas_ importantes en el pais abundantemente publicadas por los_ mass-media. Ante la pregunta : iQuê opiniôn te merece el_ Estatuto del Trabajador que se ha aprobado en las Cortes?. La respuesta mayoritaria es la ignorancia, que alcanza a_ un 61,2 por ciento de los jôvenes que dicen "no lo conoz- co". Porcentaje que todavîa se eleva mâs si le afiado los_ que no responden (un 7,7 por ciento). La ignorancia es ma yor entre los estudiantes que entre los trabajadores pero indicativa del escaso interês por leer y entender una ley que entre otros aspectos, facilita el despido de los traba jadores, en unos momentos de crisis empresarial profunda_ y de paro creciente. A mi entender esta respuesta sirve - de prueba del grade de implicaciôn polîtica y social de - los jôvenes y demuestra que es bastante bajo. /Centrândome ahora en la minorîa que emite su_ juicio y que no llega a ser de un tercio de los jôvenes,- prédomina una opiniôn negativa, sobre la positiva. Un 23 por ciento dice: "Me parece que defien- - 1142 - de mâs los intereses de la patronal que los de los traba­ jadores", mientras el 8 por ciento restante cree que "en__ lîneas générales..., es una ley buena para los trabajado­ res" . La primera respuesta se centra mâs en los tra bajadores y en los jôvenes simpatizantes de izquierda. Mâs en los trabajadores que estudian por referenda a - - - quienes no lo hacen. Ello me hace pensar que el juicio es mâs negative a medida que el conocimiento es mayor. Cono- cimiento que aumenta en los jôvenes de izquierda. Pero d£ jo para el anâlisis de los factores discriminatorios, la_ reflexiôn sobre las diferencias de opiniôn al interior del grupo juvenil. Cabe sugerir que la polîtica de pactes laborales establecida en el perîodo democrâtico entre go­ bierno y partidos de oposiciôn ha contribuîdo mâs a la - perplejidad, aburrimiento, desencanto del joven corriente que a una agudizaciôn de su interês en la dinâmica polît^ ca generada. La dificultad de conocer el contenido de las_ leyes contribuye tambiên, a mi parecer a estas reacciones. No sôlo porque no se lean las leyes sino porque no se en- tiende lo que se lee. Hay que recordar que la instrucciôn escolar no incluye en sus programas el estudio de facetas con las que el hombre de la calle se encuentra enfrentado diariaraente, y cuya resoluciôn o gestiôn aprende por sî - mismo a base de experimentar el éxito y el fracaso. Me re - 1143 - fiero a aspectos tales como el cuidado de la salud y cono cimiento de las enfermedades mâs corrientes, del conteni­ do de los remedios que se le administran y de las razones por las que se hace, de la organizaciôn de su ciudad, su_ regiôn, su pais, del sistema comercial, en fin del signi- ficado de las leyes que regulan su escolarizaciôn, su tra bajo, su vida familiar, etc., por no poner sino algunos - ejemplos. 7.4.3.- EL RECHAZO DE LA VIOLENCIA INSTITUCIONAL Y POPU­ LAR. El rechazo de la violencia extrema se mani-- fiesta en opiniones juveniles sobre diverses asuntos que - irê exponiendo. Voy a referirme a la violencia institucional, primeramente y a la protagonizada por la sociedad civil - en segundo lugar. Dentro del marco institucional: Los jôvenes se muestran en desacuerdo con la_ pena de muerte. Ante la proposiciôn :"Por el bien de la - comunidad debe existir la pena de muerte", un 44 por cien to se mostraban en desacuerdo, un 28 por ciento indecisos y un 20 por ciento conformes. Hay que reconocer que aun - - 1144 - que la disconformidad es prioritaria, no supera en mucho_ a la indecisiôn la cual asciende a un 36 por ciento de j6 venes si contamos entre ellos a quienes no responden. Poco cambia la opinion de los jôvenes del Ca^ co Viejo respecto a los jôvenes de un pueblo aragonês ana lizados un anos antes, salvo en un descenso de cinco en - el porcentajes de quienes aprueban la pena capital, cifra que se suma a los indecisos ( 22). Esta ligera diferen-- cia me hace pensar en que la aboliciôn de la pena de muer te en Espafia estâ sacudiendo la seguridad de sus partida- rios, quienes empiezan a vacilar aunque no pasan todavîa_ al rechazo. Tal resistencia debe ser observada a la luz - de las opiniones sustentadas por la poblaciôn espafiola en general. La prueba mâs reciente de aquellas a mi disposi- ciôn estâ en la encuesta sobre Criminalidad del CIS, efec tuada en 1978, en cuyo anâlisis se dice textualmente "La_ poblaciôn espafiola aprueba mayoritariamente la aplicaciôn de la pena de muerte en los casos de asesinato con viola- ciôn a menor (54,2 por ciento) y asesinato con violaciôn_ (51,8 por ciento). Al no ser abolicionistas, en estos dos casos se puede decir con rigor que la poblaciôn espafiola_ no lo es en general. Sôlo es abolicionista parcial" (23 ). Estudios posteriores y mâs especîficos sobre_ la juventud y pena de muerte podrîan indicarnos si las re ticencias e indecisiones de los jôvenes se deben a que se - 1145 - considérai! partidarios parciales de la pena de muerte, es decir segûn los casos, o a que se encuentran en proceso - de cambio hacia la aceptaciôn o rechazo de esta medida pu nitiva sin mâs. Estudios comparativos por edad podrîan -- dar pistas mâs claras sobre la influencia del pensamiento adulto en los jôvenes y vicèversa. Por el momento sôlo se puede decir que se man tienen firmes los jôvenes que rechazan la pena capital y_ notable el porcentaje de indecisos, lo cual tiene que ver tambiên con las opiniones sustentadas acerca de la delin- cuencia y de las medidas ôptimas para que esta disminuya. En esta encuesta no me refiero mâs que a la delincuencia_ juvenil, que presentarê un poco mâs tarde, pero la tole- rancia hacia quien delinque es grande, tanto como la re- pulsa a la sociedad que genera al delincuente. De ahî_ que ante la pregunta: iQuê medidas habrîa que tomar para_ que diminuyera la delincuencia?. La respuesta del 44 por_ ciento de los jôvenes era: "Transformer la sociedad que - aboca a muchos jôvenes a la delincuencia".En segundo têr- mino aparece un 21 por ciento que aboga por: "Mejorar los sistemas de reeducaciôn y el sistema penitenciario, para_ evitar que los jôvenes allî internados salgan peor de lo que entraron". Todavîa hay un 5 por ciento que anima a -- "protéger a los nifios y adolescentes de un ambiente fami­ liar nocivo" ( 24 ). Queda un 20 por ciento defensor de -- "que las penas y castigos a los delincuentes fuesen mâs - 1146 - duros", porcentaje similar al de quienes radicalizan este castigo hasta llegar a la pena de muerte. ' La direcciôn de la respuesta es esencialmente la misma de los jôvenes de un pueblo aragonês en 1979, -- salvo en que allî no existîa la alternativa aquî creada - de protecciôn al nifio de un ambiente familiar nocivo -- ( 25). Aumenta entre los jôvenes rurales, muy ligera mente la opciôn reformadora y la ausencia de respuesta. - Quiere decirse que las actitudes hacia las estrategias de protéger a la sociedad del delincuente y de reintegrar a__ ê̂ ste desprovisto de sus comportamientos delictivos no han cambiado en el perîodo de un afio y engloban un pensamien­ to juvenil que no establece distingos entre el contexte - urbano o rural de vivencia. Cabe afiadir que en la encues­ ta aplicada a los jôvenes rurales no se les interrogaba - sobre delincuencia juvenil y mucho menos sobre la existen te en su espacio residencial como se hace en el Casco Viê jo. Es decir que respondîan ante un planteamiento mucho - mâs general y abstracto. Los jôvenes del Casco Viejo desaprueban la -- acciôn gubernamental de "mandar a la fuerza pûblica equi- pada con material antidisturbios a disolver una manifesta ciôn (ver cuadro n- 4 54). Asî responde poco menos de las très cuartas partes de los jôvenes, dividiéndose el resto entre un 19 por ciento que no contesta y un 10 por ciento - 1147 - que lo acepta. La afirraaciôn o alternativa aquî sefialada_ forma parte de una serie de proposiciones de acciôn popu­ lar y reacciôn estatal que constan en los cuadros n-- 453 y 454 • Allî se manifiesta con claridad la acep­ taciôn mayoritaria de la moderaciôn en todos los sectores de la organizaciôn social y la desaprobaciôn de la violen cia extrema, sea quien fuere su protagonista. - Rechazan poco mâs de dos tercios de los jô­ venes que se detenga y juzgue "por tribunales a los mani­ festantes',' con porcentajes ligeramente superiores de si- cio y ligeramente inferiores de aprobaciôn (ver cuadro n- 454). - Rehusan igualmente la rilitarizaciôn de "los - empleados del sector pûblico que se ponen en huelga". Diŝ minuye el porcentaje a un 60 por ciento, aumenta a una cuarta parte^el grupo de los que no responden y sube a un 15 por ciento el de quienes estân de acuerdo con tal medî da. - Se alza nuevamente hasta las tres cuartas - partes el nûmero de jôvenes que repudian la acciôn de mul̂ tar a los firmantes de una peticiôn. Una quinta parte de_ jôvenes sigue sin responder y quienes aprueban tal medida dan la tasa mâs baja de esta serie, un 4,5 por ciento. Dentro del marco de acciôn popular, es decir_ de la sociedad civil, tanpoco es admitida la violencia - extrema: - 1148 - - Una de las cuestioftes que la planteaba se - referla a una forma de-protesta de los trabajadores."El - odio y las represalias violentas ante las injusticias en_ los salarios estân justificados". Un 41 por ciento recha- za la proposiciôn, aprobada por una quinta parte de los - jôvenes. Un 29 por ciento se muestran indecisos, porcenta je casi tan alto como el de los disconformes, si se les - suma el nûmero de quienes no responden. Aquî se notan di­ ferencias entre lo que opinan los jôvenes del Casco Viejo mâs moderados y lo que opinaban los de Tauste, un pueblo_ aragonês hace un afio. Cuadro n- 445 VIOLENCIA DE LOS TRABAJADORES Jôvenes del Casco Viejo 1980. _ (%) Jôvenes de Tauste, pueblo rural aragonês 1979 (%) De acuerdo 19,55 23,0 Indeciso 29,16 34,1 En desacuerdo 40,70 36,3 No responden 10,57 6,6 Total 100(312) 100(135) - 1149 - La indecisiôn, mayor en Tauste parece resol-- verse en el Casco Viejo hacia un rechazo que confirma a - estos jôvenes en una posiciôn mâs moderada. Posiciôn que_ se advierte ademâs en el inferior nûmero de jôvenes que - aprueban el odio y las represalias de los trabajadores. - Es observable tambiên un porcentaje mâs alto de perpleji­ dad o desinterês en 1980, a pesar de que el punto mencio- nado afecta mâs al contexte obrero urbano que al agricole rural. - Consideran légitimas formas de presiôn popu lar moderadas pero rehusan las mâs agresivas. Por ejemplo, "participer en una acciôn violenta", que sien do una proposiciôn asi de ambiguamente presentada es re- chazada por un 7 por ciento y silenciada por poco menos - de una quinta parte que no responde. "Pegar carteles o hacer pintades", agresiôn - al paisaje urbano y rural que es rechazada por un 56 por_ ciento de los jôvenes, aprobada por una cuarta parte y no respondida por igual porcentaje que en la proposiciôn an­ terior. La diferencia de agresividad entre ambas al-- ternativas es notable; de ahî que se suavicen las posicio nés en la segunda aunque llama la atenciôn que supere a la mitad el nûmero de jôvenes rechazantes. Pienso que su reacciôn se relaciona con las - reivindicaciones ecologistas de la dêcada sustantivamente aumentadas en los ûltimos afios en la ciudad de Zaragoza. - 1150 7.4.4.- LA LEGITIMACION DE LA PRESION MODERADA, POPULAR E INSTITUCIONAL. Que los jôvenes rechacen las formas de violen cia que aparecen mâs exageradas o extremadas no significa que se nieguen a aceptar e incluse a participer en accio- nes moderadas de presiôn ante los poderes pûblicos y pri­ vados en reivindicaciôn de derechos adquiridos o por lo- grar. Ni que consideren ilegîtimas las estrategias que aquellos poderes ponen en funcionamiento a fin de dismi-- nuir la presiôn y de négocier salidas intermedias a los - conflictos creados entre sectores de la sociedad civil y_ de las instituciones pûblicas y privadas con las que se - interrelacionan. Menciono a continuaciôn algunas formas de prê siôn popular sobre las que se pedîa su opiniôn y que con­ sideran légitimas: - Una de ellas es "apoyar con tu firma una pe ticiôn social determinada". Es esta la proposiciôn que cuenta con mayor nûmero de respuestas conformes. Aglutina a tres cuartas partes aproximadamente de la muestra (ver_ cuadro n- 453) y sôlo arroja una décima parte de discon-- formes. - La segunda es "participar en una manifesta- ciôn politica", que aprueba un 60 por ciento de los jôve-- - 1151 - nés, dando ya un margen de desaprobaciôn de una cuarta parte. El nûmero de los que no responden es inferior a la quinta parte y se mantiene mâs o menos estable en estos - mârgenes para todas estas proposiciones. - La tercera es "participar en una huelga po­ litica", que divide prâcticamente a los jôvenes en dos m^ tades: un 41 por ciento que la acepta como medida légiti­ ma de presiôn y un 39 por ciento que la rechaza. La mode­ raciôn aquî establecida es realmente alta y explica la -- falta de radicalisme de los jôvenes del 80, que en politi^ ca como en las otras esferas antes analizadas tiende a -- una negociaciôn pacifica que évité al mâximo las tensio- nes entre las partes. La calidad de las relaciones socia­ les recobra aquî el valor que los jôvenes le adjudican y_ que ha sido visto con anterioridad. Podrîa aventurarse que los jôvenes oscilan entre la aprobaciôn de medidas or ganizadas y masivas de lucha y la bûsqueda personal de so luciôn a los conflictos, manteniêndose a distancia de la_ influencia o direccionalidad de las organizaciones polity cas o sindicales a las que juzgan alejadas de sus viven-- cias y visiôn de los problemas. Si asî fuera su reacciôn_ ante la proposiciôn aquî indicada marcarîa la divisiôn en tre quienes consideran viable una medida de presiôn colec tiva como la huelga y quienes teren el ser manipulados y alejados incluso de sus intereses personales precisamente por la acciôn colectiva. 1152 - Como contrapartida a la acciôn popular admi-- ten el control gubernamental de las acciones colectivas: - "Mandar a la fuerza pûblica a disolver paci ficamente una manifestaciôn". Es una medida aprobada por__ poco mâs de la mitad de los jôvenes y rechazada por poco_ menos del tercio (un 29 por ciento) (ver cuadro n- 454 ). - "Prohibir manifestaciones cuando hay peli­ gro de alterar el orden pûblico". Medida aprobada por el_ mismo nûmero de jôvenes y rechazada mâs dêbilmente que la anterior: sôlo por una cuarta parte de ellos (ver el mis­ mo cuadro n- 454 ). - "Atender por medio de personal del ejôrcito los servicios pûblicos paralizados por una huelga". La aceptaciôn de esta medida, aunque es la respuesta mayori­ taria no alcanza a la mitad de los jôvenes: un 47 por -- - ciento de ellos. El rechazo asciende a un 31 por ciento.- Nuevamente ante la huelga las posiciones se contraponen - aunque aquî la oscilaciôn se establece entre quienes leg^ timan el derecho del estado a mantener los servicios pû-- blicos en funcionamiento y quienes creen que con ello se resta o élimina el poder de presiôn de quienes ejercen el derecho de huelga. Es probable que los primeros, mayorîa al fin_ observen el problema como usuarios de los servicios pûbli COS. Sean por ello mâs sensibles a los trastornos que se_ ocasiona al pûblico y que ellos mismos han experimentado. Pero también es posible que rechacen el desorden o que se - 1153 - consideren manipulados por las medidas colectivas decidi- das desde las instituciones hacia las que miran con cier- ta reluctancia. Victor Pérez Diaz encontraba entre los obreros espanoles del 80 un deseo de reformas o transfor- maciones del orden existente que convergiera a una mayor_ igualdad y desde luego que redujera el poder de una "mino ria de poderosos" ( 27). Parece aplicable este criterio a las reacciones de los jÔvenes del Casco Viejo, ampliando_ el concepto de minorias en el poder a todas aquellas que_ pueden decidir sobre las vidas y acciones de sus congénè­ res sin permitirles la participacién democrâtica en taies decisiones. Parece probable que si el descontento con las estrategias de quienes dirigea las organizaciones sindica les es grande, aumente el desasosiego ante el desorden so cial causado por la aplicacién de dichas estrategias, mâ- xime si afecta al desarrollo normal de las actividades de los descontentos. Es plausible que entonces una minorîa - mayoritaria de jôvenes (un 47 por ciento) opte por el es- tablecimiento pacifico del orden atacado y se desentienda de los efectos producidos por este restablecimiento, en - quienes ejercian la medida de la huelga como presién suf^ cientemente importante, para conseguir partes sustancia-- les de las revindicaciones mantenidas. La postura es de - distanciamiento pero habria que averiguar la motivacién - que detrâs de él se esconde, inalcanzable con los datos - que ^o manejo. - 1154 7.4.5.- DISPOSICIONES DE PARTICTPACION. Voy a medirlas tanto por las acciones ya desa rrolladas como por la voluntad de incorporaciôn a determi^ nadas actividades politicas y sociales. Los jôvenes han participado en todas las ac-- ciones de protesta que aprueban, aunque los porcentajes - de participacién son inferiores a los de aprobaciôn. Cuadro n- 4 56 Acciones de protesta aprobadas Part 1C jpac ion en acciones de protesta (%) [HApoyar con la firma una peticién social 72,43 40,04 Participar en una manifes- tacién polltica. 59,61 35,57 Participar en una huelga polîtica 40,70 12,17 Pegar carteles o hacer pintadas. 25,32 7,68 Participar en una accién violenta. 6,73 3,52 Puede observarse en el cuadro n-456 que la participacién ha sido minoritaria en todos los casos aun - 1155 - que son sustanciales las minorias que han apoyado con su_ firma una peticién social y las que se han incorporado a_ una manifestacién polîtica. A medida que aumentan las reticencias hacia - determinadas acciones disminuye la participacién y de ma- nera drâstica. Quiero hacer hincapië en el nûmero limitado - de jévenes que han protagonizado una huelga, relacionândo lo con la alta tasa de jévenes alejados de la experiencia del trabajo (un 48 por ciento sin contar a los parados, - dos tercios de la muestra aproximadamente, si se les in-- cluye). Efectivamente la aprobacién de la huelga es mayor entre los trabajadores a pesar de que no deoende sélo de_ ellos la elevacién del porcentaje hasta un 41 por ciento. Su participacién en la huelga es mâs elevada tambiên, aun que no es la ûnica. Aunque hable de estes puntos en el anSlisis - posterior de los factores discriminatorios, sî quiero men cionar aquî que toda huelga obrera sea secundada pasiva o activamente conlleva unos riesgos y produce unas conse-- cuencias ausentes en una huelga estudiantil. Por tanto la mayor participacién y opinién favorable de los trabajado­ res debe valorarse como una integracién mâs activa en for mas de presién. Como una adquisicién de conciencia de de - rechos y de la necesidad de cierto grade de violencia pa­ ra conseguirlôs, que nace de su propia experiencia de tra bajo. Experiencia dificil como se ha visto en el capitule 1156 - anterior y muy alejada de los ideales de participacién en la gestiôn empresarial, presentados en este mismo capitu­ le. Otra forma de participacién social aceptada - por los jôvenes es el servicio militar. Son muy pocos los jôvenes que lo eliminarian totalmente, apenas un 9 por -- ciento. Sin embargo tampoco son muchos quienes lo dejarian tal y como estâ (el mismo porcentaje). Ante la oportuni-- dad de opinar sobre este hecho los jôvenes se expresaban_ asi: Cuadro n- 457 EL SERVICIO MILITAR OCUPA UN ANC DE LA VIDA DE TODO JOVEN iQUE ACTIVIDADES TE GUSTARIA REALIZAR 0 QUE SE REALIZARAN DURANTE ESE TIEMPO? (A CONTESTAR POR CHICOS Y CHICAS). C%)Lo dejarîa voluntario para quienes quisie ran hacerlo 28,8 Lo reduciria a los très meses de aprendi- zaje de armas 19,23 Servicios civiles gratuites a la sociedad en las âreas que uno conoce 9,61 Aprendizaje profesional en âreas de inte- rês 9,61 Lo dejarîa como estâ ahora 8,65 Lo eliminaria totalmente 8,65 Aprendizaje del manejo y responsabilidad técnica del armamento moderno 7,05 No contestan 6,73 Colaboraclôn en programas de desarrollo con o en otros paises 1,60 Total_ 99,97 1157 - El abanico de respuestas es amplio. Prédomina el deseo de restar al servicio militar su carâcter de --- obligatoriedad, ch un porcentaje inferior a un tercio de_ las respuestas. Un talante liberal hacia el servicio milî tar era ya évidente entre los espaAoles de los afios 70, - la mitad de los cuales respetaba a quienes no querîan ir_ a la mili a causa de su religiôn, a quienes se sumaba una cuarta parte de indécises ante la postura a tomar (28 ). Por otra parte, Buceta en 1960( 29 ) y Torregrosa (30 )- en los 70 advertîan del respeto que la generaciôn joven sentîa hacia el ejército. En esta misma llnea se eleva a_ un 35 por ciento el nûmero de jôvenes del Casco Viejo que de una u otra manera manifiesta su interês en un servicio militar orientado al adiestramiento en el manejo de armas, bien reduciendo el servicio a los très meses de aprendiza je de armas que se efectûa al comienzo de la mili actual, bien dejândolo como estâ ahora o insistiendo en el apren­ dizaje del manejo y responsabilidad técnica del armamento moderno. Otro grupo de jôvenes, alrededor de una quin­ ta parte, se orientarîa hacia servicios civiles :-ofreci-- dos por el joven a la comunidad, tanto en el pais como en colaboraclôn con programas de desarrollo de otros pafses. - u ofrecidos a él por la comunidad, como un_ perîodo de aprendizaje profesional en âreas de interés. Recapitulando, puede decirse que son menos -- quienes expresan su deseo de que el servicio militar sea 1158 voluntario que quienes admiten implîcitamente su carâcter obligatorio. ' Y entre el 85 por ciento conforme con que -- exista un tipo de servicio que les ligue a la sociedad, - predominan los jôvenes que quieren hacer un servicio mili tar sobre los que preferirîan que este fuera civil. Lo mâs sobresaliente es por tanto el deseo de ofrecer a la sociedad un servicio que signifique una con- tribuciôn a su defensa militar. La opiniôn juvenil aquî expresada adquiere mâs relevancia por la polêmica abierta en torno a los ob- jetores de conciencia, entre quienes se encuentran proba- blemente algunos de los jôvenes que quieren servicios ci­ viles o abogan en lîneas générales porque el servicio mi­ litar sea voluntario. Y no sôlo por ello sino tambiên por la dificultad adicional a la bûsqueda de trabajo que el - servicio militar représenta para jôvenes que se quieren - incorporar a la poblaciôn activa antes de los veinte aRos, y para quienes tienen que detener sus estudios y tramitar prôrrogas mientras los hacen. A pesar de todo ello los jôvenes militantes y discotequeros hicieron algunos comentarios que creo pueden ser escuchados en boca de otros jôvenes tambiên, reafir-- mândose en el carâcter formativo de la personalidad. No - sôlo, o no tanto porque el sometimiento a una disciplina_ estricta ejerza de despertador de la conciencia juvenil y - 1159 - le: oblige a responsabilizarse de aquello que se le exige sino tambiên porque constituée el rito de paso de la ado- lescencia a la juventud. Frases como la de K. ’. y o no p i e n - 80 e e n t a r c a b e z a h a e t a t a m ï t i ^ t u e g o b u s c a r ê un t r a b a j o . S e r â d - i s t - t n t o y a , indican que para êl (como para otros) el servicio militar ha pasado a representar el momento limi­ te hasta el cual se pueden vivir licencias no prolonga-- bles despuês. La disciplina militar representarâ un cambio_ en las costumbres a partir del que, para muchos jôvenes,- comenzarâ conscientemente su ejercicio de ciudadanîa. In­ cluse los proyectos matrimoniales se postergarân o consi- derarân como realizables inmediatamente despuês del servi cio militar. I,, y M., dos de los discotequeros me decîan en una ocasiôn que la edad ôptima para el matrimonio era_ "despuês de la mili". V., usaba el mismo punto de referen cia aAadiendo que los veintidôs afios o veintitrés eran las edades a las que êl querrîa estar casado ya. D., se referîa asî mismo al servicio al paîs_ que se hacia con la mili. Una discusiôn muy corta entabla da entre los discotequeros a propôsito del servicio mili­ tar entremezclaba frases de aceptaciôn del hecho en sî con otras de rechazo a su compulsividad, a contenidos me- jorables de las experiencias vividas en este perîodo. So­ bre todo los relacionados con castigos desproporcionados_ para las faltas cometidas o abusos de poder de los jefes_ - 1160 - inmediatosjque hablan oido relatar a quienes volvîan de - cumpliT el servicio. No admitlan ser tratados como nifios_ bajo la justificaciôn de que asî intentaban "hacerlos mâs hombres" pero aprobaban un perîodo de entrenamiento que - consideraban saludable para su formaciôn adulta. Un punto en el que coincidîân militantes, di^ cotequeros y el 53 por ciento de los encuestados era que_ las mujeres deberîan hacer tambiên el servicio militar. - Un 37 por ciento de la muestra de jôvenes lo rechazaba y_ el 10 por ciento restante no sabîa que opinar. Entre quienes conciben un servicio militar fê menino hay dos vertientes de contenidos diferentes. Una - que iguala el servicio militar femenino al masculine, que es la corriente mayoritaria: un 30 por ciento de la mues­ tra. La otra sustentada por quienes piensan que las muje­ res deben hacer servicios exclusivamente civiles, manteni^ da por un 23 por ciento. Claro que entre quienes quieren_ que haya el mismo tipo de servicio para hombres y mujeres hay un 10 por ciento que se inclina hacia servicios civi­ les con lo que aumenta el porcentaje de quienes asî los - desean para las mujeres tambiên. La idea que prevalece por tanto es la de la - legitimidad de que chicos y chicas participen en una act^ vidad que bénéficié a la colectividad como prueba de su - paso de la adolescencia a la etapa adulta. Actividad de - contenidos militares para los hombres y civiles para las_ mujeres fundamentalmente. - 1161 - En tercer Itigar media la disposiciôn de los - jôvenes a participar en actividades cîvicas y polîticas,- las que por su carâcter voluntario muestran bien hasta -- donde llega el interês juvenil. Una pregunta del cuestio- nario les interrogaba asî: zCuâles de las siguientes acti vidades estarîas dispuesto/a a realizar?. El cuadro aquî expuesto deja ver los resulta- dbs. Cuadro n- 458 Ü1Trabajar con otros miembros de tu comuni­ dad para resolver algûn problema local o del barrio. 24,99 bedicar tiempo y trabajo a actividades de interês cîvico, problemas sociales, etc.. 22,10 Dedicar tiempo y trabajo a una asociaciôn juvenil 19,86 Participar en debates y trabajos que pro- picien la discusiôn pûblica sobre temas de interês regional, nacional, social, etc. 13,12 Asistir a reuniones y mitines politicos 8,96 Dedicar tiempo y trabajo a un partido politico 4,80 Ninguna 31.40 No contesta 8,65 Respuesta mûltiple. - 1162 - La mayorîa estarîa dispuesta a realizar traba jos que repercutan en su propia comunidad o en la ciudad_ en que viven, un 47 por ciento, con un interês ligeramen- te mayor en la primera opciên que en la segunda. El porcentaje mâs alto a continuaciôn es el - de quienes no quieren realizar ninguna actividad, el cual no llega a un tercio de los jôvenes que contestan abierta mente y se eleva al 40 por ciento si anado los que no con testan. Aparece en tercer lugar un tercio de jôvenes_ que estân dispuestos a dar tiempo y trabajo a la polîtica o a asociaciones juveniles, con mâs interês en estas se-- gundas que en la primera y al interior de la polîtica con una disposiciôn superior a entrar en la dinâmica de las - reuniones y los mîtines politicos que en la militancia de los partidos politicos. De todas formas se inclinan mâs a tomar parte en trabajos y debates sobre temas de interês regional, na cional, social, que en los debates y mîtines politicos. Dejando a un lado a los indiferentes (que son un nûmero muy importante como ya se ha constatado arriba), se observa un claro interês por lo mâs cercano, el barrio, que va disminuyendo a medida que las actividades se ale- jan del entorno inmediato del joven. El distanciamiento - mayor es el que muestran hacia las actividades polîticas. Interesa mâs lo concreto que lo abstracto, lo cercano -- - 1163 - que lo lejano, aquello en lo que se puede actuar directa- mente y garantizar la participacién personal activa por - oposiciôn a las actividades en las que el joven se ve a - sî mismo como expectador. Y mâs aûn, como individuo mane- jado por poderes o influencias difîcilmente retrazables,- o cuyas motivaciones no se ven claras o totalmente centra das en los intereses explîcitamente manifiestos. ' 1164 - 7.5.- ASOCIAN LA DELINCUENCIA Y LA DROGA CON LA MARGINA- CION ECONOMÏCA Y SOCIAL. La delincuencia y la droga son dos aspectos - de la dinâmica social del Casco Viejo que contînuamente - aparecen en las pâginas de la prensa local. De aquî que - la encuesta interrogue a los jôvenes, no sôlo sobre opi-- niones générales ante unos problemas de la sociedad moder na, sino que tambiên extracte informaciôn de sus observa- ciones en el entorno mâs inmediato. Presentarê primero su visiôn general de la delincuencia y droga, para pasar en_ una segunda"etapa a su jùicio sobre las que se dan en su bâ-- rrio. 7.5.1.- ACTOS DELICTIVOS DE LA JUVENTUD. SUS CAUSAS. Les preguntê cuales eran en su opiniôn las in fracciones a las leyes que regulan la convivencia social_ mâs frecuentemente cometidas por los jôvenes. Las respuestas mayoritarias, englobando por-- centajes en torno al 50 por ciento son: "robar a la gente en la calle", "robar coches o motos" y "meterse con la gente en plan gamberro" (ver cuadro n- 459 ). Esta ûltima alternativa es mayoritaria si se_ aliaden otras dos que inciden en el gamberrismo callejero. 1165 - tales como: "emborracharse y dar escândalos en pûblico" y "protagonizar riflas callejeras". En este caso la violen- cia callejera es un hecho en opiniôn del 83 por ciento de los jôvenes. Quiero recorder aquî que el gamberrismo es - una actividad adolescente bastante frecuente y francamen- te reconocida por los militantes y los discotequeros. Aun que ambos grupos de La Magdalena tenîan intereses distin- tos como aglutinantes de sus pandillas contaron escenas - de riflas y gamberrismo protagonizados por todos ellos de^ de sus doce o trece afios hasta los dieciseis o dieciocho. (Ver capîtulos de sexualidad y de relaciones de iguales). El gamberrismo es familiar en la dinâmica ca­ llejera ürbana y forma parte de los hâbitos de comporta-- miento aceptados por los adolescentes varones. Blanca, la joven comprometida con J. el discotequero, ha hablado an- teriormente de la reacciôn que tal conducta provoca en -- las chicas: de temor y deseos de hiiîda de un barrio en el que se da con mucha frecuencia. Hay otros actos delictivos como "violar o asaltar mujeres" que los jôvenes atribuyen tambiên a su - grupo generacional en un porcentaje mener pero tambiên im portante: alrededor de üna quinta parte. Dejê en el cuestionario una alternativa abie£ ta de respuesta, la que ha sido rellenada por 0,4 por --- ciento de los jôvenes que agregan: "robar farmacias y ma- tar". 1166 - Gamberrismo y robos a personas, o de vehîcu-- los son por tanto los actos antisociales que los jôvenes_ reconocen como mâs comunes pero icuâles de estos van en - aumento?. Como se observa en el cuadro n- 460 se acrecien- tan todos, aunque lo hacen mâs las sustracciones o robos_ a los transeuntes (que responden un 59 por ciento de jôve nés) los robos de véhiculés y el gamberrismo que abarca - a un 43 y 42 por ciento de respuestas respectivamente. - Las violaciones o asalto a mujeres son consideradas acti­ vidades delictivas crecientes por menos de una quinta par te de los jôvenes. La duda que aquî me queda es si los jô venes hablan de una observaciôn real de hechos delictivos o si por el contrario estân influidos por el alarraismo con que los medios de comunicaciôn social tratan el tema_ de la delincuencia juvenil. Las investigaciones que un -- equipo de sociôlogos estâmes haciendo en Zaragoza sobre - delincuencia y marginaciôn juvenil, basândonos en infor­ mes policiales, en anâlisis de expedientes del Juzgado de Peligrosidad Social desde 1975 hasta 1979, en las memo­ ries fiscales de 1980 y 1981 indican mâs bien que la de-- lincuencia juvenil disminuye en Zaragoza. Las dos meno-- rias mencionadas aclaran que la reducciôn se extiende al paîs entero. Lo que parece extenderse mâs o ser mâs alar­ mante es la apariciôn de bandas de ninos en edad escolar_ o de catorce a dieciseis afios, que roban véhicules, hur-- tan en establecimientos comerciales, y roban a transeûn-- - 1167 tes, acciones mâs dramâticas por la edad de los protago-- nistas que por su nûmero ( 31). El paro juvenil, la fal- ta de actividad en las edades en que no se puede trabajar y la situaciôn de las familias que no disponen de medios_ econômicos para pagar los estudios posteriores a la E.G.B contribuyen a estas actividades delictivas, que dejan de_ protagonizar la mayorîa de los adolescentes que encuen-- tran trabajo. Sin embargo la opiniôn colectiva se inclina - por los medios lîcitos. Y no lo van a obtener puesto que__ estân en paro, o provienen de familias con insuficientes_ recursos econômicos para adquirir los bienes ofrecidos por la publicidad. Se tratarîa por tanto de una propagan­ da moralizadora que pretende prévenir de la delincuencia, mediante la amenaza de medidas extraordinarias para aca- bar con ella, ante la impotencia de prevenirla con los re cursos sociales del trabajo, la formaciôn, el ocio creati vo. Pero que la teme tanto que ha justificado la creaciôn de unidades de vigilancia especiales de la policîa munic^ pal en ciudades espafiolas, como sustituciôn o respuesta: - a los piquetes de vecinos que habîan empeza do a organizarse en barrios pobres de ciudades como Ma-- drid, (asustados ante la apariciôn de bandas nocturnas en sus distritos); - a solicitudes de asociaciones de vecinos de barrios alejados y mal dotados de la infraestructura bâsi - 1168 - ca (alumbrado por ejemplo), temerosos por su segufidad. Pero volviendo al joven del Casco Viejo, dado que cree en el aumento de la delincuencia juvenil (doy por supuesto que incluye en ella a nifios y jôvenes indis- tintamente) le preguntê en el cuestionario: iA quê crees_ tta que se debe la delincuencia juvenil principalmente?. - La respuesta es mûltiple y muchas las alternatives posi-- bles, como pueden consultarse en el cuadro n-461 , La ra- zôn mâs barajada es la ausencia de trabajo en una doble - vertiente: la del paro que es vista por poco menos de la_ mitad de los jôvenes y la falta de trabajos gratificantes y creativos, que es sefialada por un 29 por ciento mâs. AsI suman très cuartas partes de jôvenes que asocian de-- lincuencia a marginalidad laboral. Un motive de indole familiar es apuntado por_ 52 por ciento de jôvenes que especifican varies problemas al interior de la familia. El mâs saltante es el de su marginaciôn de la que la sociedad no se ocupa y que produ ce situaciones agobiantes para el joven: "en sus familias hay situaciones violentas de las que nadie se ocupa" dirâ un 38 por ciento. Mârgenes inferiores de jôvenes aluden - "a que la ûnica forma de evitar peleas en casa es llevar_ dinero a los padres". Y tasas en torno al 10 por ciento - dirân"que los jôvenes ven que el esfuerzo de sus padres - no ha servido de nada". Es la reacciôn del desaliento y - de la decepciôn con una sociedad que predica la igualdad_ para todos y practica la desigualdad, como Merton entre - 1169 - otros anuncia y Gar.mendia analiza en sus anâlisis del de lito en Espafia, ya citados en el capitule primero. Otro grupo de respuestas alude a la propia -- imagen que el joven quiere tener de si mismo, imagen que_ es imitaciôn de la que los medios de comunicaciôn transmis ten sobre la figura del delicuente: un 35 por ciento de - respuestas irân en esta direcciôn: "Al deseo de hacerse - admirar por sus amigos y causar miedo a los demâs" que es una forma de "imitaciôn de lo que se ve en las peliculas". Efectivamente en ellas el delincuente aparece como una en carnaciôn de la valentîa, del reto a la policia es decir__ al orden social defendido insitûcionalraente y, cada vez - mâs, como un triunfador en la lucha social. Justamente -- por su hallazgo de caminos alternatives, por medio de los que se obtienen elevados ingresos dificiles de lograr si­ no se pertenece a un status socio-econômico alto. Aun hay otro grupo de jôvenes que relacionan_ delincuencia con causas ligadas al ocio, un 38 por ciento. Las manifestaciones de las que hablan son el consumismo:- "a necesidades de gastar dinero para divertirse en cual- quier cosa" y al "aburrimiento". Aburrimiento al que contribuyen tanto la fal­ ta de trabajos estimulantes ya mencionada como :"que no - se les da a los jôvenes una formaciôn profesional que les ocupe en algo de interês para ellos". Ocio, trabajo y edu caciôn son aquî très facetas de la vida juvenil que se in terrelacionan. El fallo en las dos ûltimas o en una de -- - 1170 - las dos provoca un hastîo que se prolongs en tiempos indê terminados de ocio vacîo de intereses y que por ello diri ge a los jôvenes a consumir para llenar su tiempo, Eviden temente los encuestados estân pensando en la pobreza que_ impide consumir lo que la sociedad actual présenta como - bienes preciados, situaciôn que genera su adquisiciôn por medios ilîcitos. Finalmente hay un grupo de jôvenes que atribu yen la delincuencia a la edad (un 4 por ciento) o a reac­ ciones ligadas con la edad, como es "la excitaciôn que produce estar sometido a emociones fuertes durante largo_ tiempo (luz y sonidos violentos en las discotecas, rock - duro, peliculas violentas)", factor mencionado por un 11_ por ciento de jôvenes. En un sentido estos factores estân interrelacionados con los relatives a la imagen de si mi£ mo que el joven quiere tener, y que no es sino el reflejo de la que la sociedad le présenta como un buen modelo -- adulto. Asî la delincuencia juvenil aparece, a los -- ojos de los jôvenes como un resultado de marginaciones la borales, familiares y de transmisiôn social de falsas im^ genes, del hombre adulto y de su bienestar. De aquî que - al preguntârseles por las medidas que habria que tomar pa ra que disminuyera la delincuencia, la respuesta mâs es-- pontânea sea "transformer la sociedad que aboca a muchos_ jôvenes a la delincuencia" y sôlo en segundo lugar se -- piense en mejorar los sistemas de reeducaciôn o en impo-- - 1171 - ner penas y castigos mâs duros a los delincuentes, con porcentajes en torno a una quinta parte de los jôvenes. - De aquî tambiên que en la aplicaciôn del pre-test algunos jôvenes sugirieran otra medida: la de "protéger a los ni- fios y adolescentes de un ambiente familiar nocivo". 7.5.2.- JUICIO SOBRE LOS JOVENES QUE SE DROGAN. La opiniôn mâs comûn es que quien se droga es un joven "que busca una manera fâcil . de evadirse de la - realidad".Asî responde la mitad de la poblaciôn encuesta- da (ver cuadro n- 462 ), la que da por hecho que la realî dad vivida por quienes se drogan dista mucho de ser esti- mulante para ellos. Un grupo mâs reducido hace hincapië - en la moda, que lleva a unos jôvenes a drogarse, como es- timula a otros a fumar tabaco. Hay alrededor de una cuar­ ta parte de jôvenes que responden asî, desdramatizando el porro. Y por ûltimo queda un grupo mâs reducido que obser va al drogadicto como un joven "esclave de unos cuantos - 'camellos' que se aprovechan de las escasas posibilidades_ de ocio sano que existen en el'mundo urbano". En esta mis­ ma lînea insisten otros, mencionando que el drogadicto es "alguien que ha adquirido una dependencia que lo dégrada". Una y otra alternativa alcanzan a un 18 por ciento de los jôvenes. 1172 - Debo decir que la pregunta estaba planteada en ter mlnos générales. No se referîa por tanto a drogas especîfi^ cas, lo que puede haber dado lugar a diferentes interpréta ciones. Ocurre sin embargo que para varies de los jôve nés entrevistados el porro tiene unos efectos altamente no civos y no diferencian estos de las drogas inyectadas. Me refiero en concreto a los jôvenes discotequeros. En varias ocasiones conversaron de la droga. Casi siempre en referen cia a un amigo, el Flaco, que ahora estâ en la cârcel; cu- ya conducta delictiva no aprueban pero a quien aprecian muy sinceramente. Dicen que lo atrajeron otros jôvenes de­ lincuentes porque "era el hombre de las ideas". V . - A hova (se refiere a antes de entrar en la cârcel) se - d v o g a mucho , M . - P i n c h a r s e no sabemosy no c r e o p e r o p o s a t o d o e l d € a en t a X (un bar donde se sabe que hay trâfico de droga) J.- J t o 8 o t r o s l e i m p t i o a b a n ^ que fu m e , que tome un a t a - - b t e t a , que t a l , i b a t a a o n s e g u t a y l a r e p a r t î a e n t r e t o d o s y y a e s t a b a , V. - y d i c e n que e l p o r r o no hace na da p u e s ese e s t â h e c h o _ una m i e r d a , K . - E r a muy buen a h a v a t a n t e s de que t e p a s a r a es o . J. - Se p o d i a h a b l a r c o n ê l , , . . Los jôvenes discotequeros han decidido que to­ do tipo de droga dafia el cerebro y la voluntad de quien la 1173 toma y por ello, aunque han ensâyado y fumado alguna vez - lo han hecho sôlo como una prueba, como adquisiciôn de una experiencia. Pero como en otra ocasiôn dijeron, ellos se - evaden de la realidad con la mûsica como otros lo hacen con el porro. Luego transcribirê algûn comentario mâs al - respecto. Lo importante aquî es que en algunos casos los efectos de la droga dependen de su nivel de consume mâs que de su calificaciôn como drogas duras o blandas. Como - se observa en el estudio de juventud de Barcelona en 1981, no existe una claridad de criterios para determinar los l î mites entre unos y otros tipos de droga. La encuesta no pregunta la opiniôn de los jôvenes sobre la drogadicciôn - sino sôlo el consume de porros. Es mayor en Barcelona que_ en Zaragoza. Si aquî sôlo consumîan porros a menudo un 4_ por ciento de los jôvenes (32 ) en Barcelona asciende al_ 12 por ciento los que fuman entre 31 y 200 al mes, un 16 - por ciento mâs consumen entre diez y treinta porros al mes (33). Hay que suponer que dicho consume parece mâs normal en Barcelona de lo que lo parece en Zaragoza, aunque igno­ re si la razôn legitimadora del consume es la evasiôn, la_ moda, o un complejo de estas y otras motivaciones. La en-- cuesta publicada por Cambio 16 en 1977, sôlo interrogaba a los jôvenes sobre si era correcte o no fumar marihuana. Un 29 por ciento decîa que sî y un 25 por ciento mâs afiadîa - que fumarîa ( 34 ). Pero los criterios de correcciôn o in- 1174 correcciôn afiaden poco al conocimiento de las motivaciones. La encuesta sobre Victimàciôn y droga elabora- da por el CIS en 1979 aporta algunos juicios de valor int£ resantes. Expongo aquî algunos resultados ilustrativos: Cuadro n- 463 A (%) I (%) D (%) El problema de las drogas es que son muy atractivas 52,8 29,4 15,3 La mayorîa de los consumi- dores de droga son perso­ nas normales. 42,1 26,0 29,4 Las drogas son peligrosas porque una vez se prueba es dificil dejar. 65,7 20,5 10,8 Los que recurren a las drogas suelen ser personas con problemas psicolôgicos 49,6 29,3 17, 6 El énfasis de los espafîoles mayores de dieci- ocho afios en la dependencia creada por las drogas es mucho mayor que el que hacen los jôvenes del Casco Viejo. La aso ciaciôn de problemas psicolôgicos con evasiones ficticias_ de la realidad, podria dar una valoraciôn bastante similar aunque es precise reconocer que los juicios emitidos no significan lo mismo. Entre los ospafioles de 1979 es alto - el porcentaje de quienes reconocen el atractivo de la dro­ ga e incluso el de quienes consideran normales a quienes - se drogan con descensos porcentuales a partir de los trein - 1175 ta y seis afios. Recapitulando, yo dirîa que se afronta el pro­ blema de las drogas con cierta naturalidad por parte de -- los jôvenes y de los adultos jôvenes, poniendo el acento -- mâs en el peligro de la dependencia que se créa que en el__ juicio negative sobre la persona que se droga. Esta es una persona normal, con problemas personales a los que busca - salida y el evadirse de ellos artificialmente es una de las alternativas buscadas. Sôlo en las entrevistas aflora_ el reconocimiento del dafio causado por un consume alto de_ droga, por la observaciôn del decaimiento fîsico y mental_ de un amigo y algunos conocidos. 7.5.3.- OPINIONES SOBRE LA DELINCUENCIA JUVENIL Y LA DROGA EXISTENTE EN EL BARRIO. El primer interrogante al que buscar respuesta es el de la delincuencia juvenil observada por los jôvenes en el barrio. Por ello les preguntê: "Ultimamente se habla mucho de que cada dîa hay mâs delincuencia, sobre todo ju­ venil en las ciudades. Concretamente en tu barrio icômo -- ves tu este problema?. La pregunta pedîa una sola respues­ ta y el porcentaje mâs alto de jôvenes (un 39 por ciento)- - 1176 - respondîa "En mi barrio no lo he visto pero sî creo que_ estâ aumentando la delincuencia en Zaragoza", respuesta_ que remite a la opinion pûblica dominante.La observaciôn personal o por mejor decir la propia experiencia no per- mite al joven hablar de aumento de la delincuencia, aun­ que reconozca que existe en su barrio. Asî un 28 por -- ciento respondîa "En mi barrio siempre ha habido un cier to grado de delincuencia, pero no noto que este aumentan do". Esta respuesta como la anterior es una constataciôn de hechos, en el barrio hay delincuencia y siempre la ha habido pero permanece concentrada en los mismos sectores. Es la respuesta que en cierta medida han ido dando disco tequeros y militantes, asî como otros jôvenes entrevis-- tadbs, lo que confirman los hallazgos del estudio de de­ lincuencia y marginaciôn en curso, y las estadisticas y_ opiniones de la policîa de Zaragoza. Un nûmero de jôvenes prôximo a su quinta par te cree sin embargo que la delincuencia estâ aumentando_ en su barrio. Su percepciôn tienen una base real. La dro ga ha impulsado el robo a jôvenes con problemas labora- les y familiares, como luego comentarân los jôvenes en- trevistados y se observa que jôvenes de otras zonas van_ al Casco Viejo a robar como los del Casco Viejo van a otras zonas, sin embargo otros jôvenes que antes "delin- quîan" han dejado de hacerlo. Las estadîsitcas de delin­ cuentes juveniles no aumentan. Lo que crece es un tipo de 1177 robo impulsado por una necesidad recientemente creada; el consume de droga. Por ûltimo un 6 por ciento no ve que haya problemas de delincuencia en el barrio. Ellos son los mâs alejados de la realidad existente. A continuaciôn les preguntê: iCrees que la - delincuencia que se da en el barrio proviene de jôvenes_ del barrio?. La respuesta masiva, englobante del 46 por_ ciento de las opiniones atribuye la delincuencia del ba­ rrio a jôvenes del mismo y a jôvenes que vienen de fuera, lo cual concuerda con las observaciones de la policîa y_ del vecindario en general, el que se conoce bien. Porcen tajes en torno al 20 por ciento la atribuyen a los jôve­ nes del barrio y a los jôvenes que vienen de fuera, por_ igual. Alrededor de un tercio de la muestra no conoce la procedencia (ver cuadro n- 464 ). Expuse en el capîtulo segundo las condicio- nes del entorno urbano que favorecen la presencia de ban das de delincuentes en el barrio. Los discotequeros hablan de ellos en algunas ocasiones; cuando les preguntê si notaban que ahora ha- bîa mâs delincuentes en el barrio respondieron: K , - A q u î n i aum e n t a n i d i s m i n u y e . E s t â n s i e m p r e t o s qu e _ s o n , J. - Au me n ta un p o c o a h o r a , d i g a m o s un 2 p o r c i e n t o p e r o _ t o que s i se n o t a es que l o s p e q u e n o s v i e n e n p e g a n d o , — - 1178 Eeos s i q u e . . , a t o s d i e z anos ya van a mangav p a r a h î . K . - N o s o t r o s t a m b i ê n i b a m o s . T . - S i p e r o hay d i f e v e n o i a . N o s o t r o s no i b a m o s aomo e t t o s v a n . Ah ova “Los g i t a n o s p e q u e n o s mangan y a a o c h e s . K . - No son g i t a n o s y no son d e l b a r r i o ^ v i e n e n de f u e r a . r. - Bueno p e r o a h o v a l o a n i h o s p e q u e n o s se g u n t a n oon — t o s g i t a n o s t a n a m i g a m e n te y r o b a n de t o d o . K , ~ Son t o d o s t a n p e q u e h a g o s que no se sahe s i t i e n e n — nu eve o doae a n o s . Preg.: îDe dônde vienen?. V. opina que son del barrio. V . ~ E x a e p t o e t F y e t g que v i e n e n d e t A v v a b a t Preg.: îRazones del robo? K . " Que t i e n e n g a n a e . T . - Que t o n e c e a i t a n . W.coinéide en que la causa es la necesidad y K. anade: K . ~ Eso (robar) t o ha aen t o s y t a s b u r g u e s a s , t a s c a p i t a t i s t a s y n o s o t v o s . Preg.: Pregunto sobre sus robos infantiles. K . - Robàbamos s a o a m i n a a y o o sa s a a i y,- C h u a h e v i a s y p i g a d i a a s . K . - Pevo hoy mangan p a v a aomev. Ves que c o g e n l a f v u t a y se t a comen a h i m i smo . N o s o t v o s mangâbamos p a v a t i v â v n o ^ t a . En otra ocasiôn hablan de los macarras del - barrio, del respeto que tienen al barrio y de como las - gamberradas o infracciones se cometen en otros barrios,- - 1179 respetando el propio. No me extiendo mâs sobre este tema porque lo expuse en el capîtulo cinco. Aquî quiero exponer algunos testimonies so-- bre las peliculas de bandas juveniles. K. comentaba que_ no se pierden ni una. K , - S t f a t g o d e r ! eon de p u t a m a d r e , - Ea q u o j aon e m o c i o n a n t e e ! , E t t i r S n ^ e t c o c h e t Zu - n a v a g a . V . - En "The W o r r i e r " aon c h i a o a d e t b a r r i o , que p a a a n — unaa a v e n t u r a s a c o g o n a n t e a de ade que e m p i e z a h a a t a que - a c a h a . I b a n a una c o n c e n t r a c i S n y una c o n c e n t r a c i S n de - todas Ids bandas y 'cuandoj m a t a n e t ga ahô e a t e que t e a o o m i a _ e t c o c o ae a rma un f o t t ô n . . . , ! o y e , f u e maga. La percepciôn juvenil indica que se comienza a robar a menor edad y mâs por necesidad que por placer, que se ve a gente joven que no pertenece al barrio, que_ los delincuentes del barrio lo respetan y roban fuera, - que las peliculas de bandas juveniles les entusiasman y_ excitan. Todo ello no hace sino confirmât las respuestas de la muestra, y reforzar con ello que la visiôn del ba­ rrio es la misma para una mayoria de jôvenes. Su carâc-- ter centrico, coraercial y de servicios y la afluencia de pûblico de ello derivada atrae a los niflos y jôvenes que se inician a edad temprana en el robo pero los delincuen tes del barrio continûan siendo los mismos fundamental-- mente. La concentraciôn de unos y otros, de los residen- - 1180 - tes y de los visitantes coadyuva a que la imagen que el_ Casco Viejo da en la prensa sea la de un barrio con mâs_ pttblemas de delincuencia que los demâs. De hecho es uno_ de los cuatro barrios de la ciudad donde mâs detenciones policiales se producen, segûn el estudio de marginaciôn_ que estâ en curso. Los gitanos forman parte de algunas - de estas bandas pero su nûmero no es sino proporcional - al de la poblaciôn gitana de la ciudad. Por otra parte la opinion de la muestra so-- bre los jôvenes que se inyectan droga en su barrio insrs te mâs en el dafîo personal que aquellos se producen que_ en juicios severos sobre sus acciones (ver cuadro n-465* Asî un 50 por ciento hace hincapié en que "Es gente que_ necesita ayuda y hay que brindârsela" en que comprenden_ "la necesidad de evasiôn pero no destruyéndose a si mis­ mo de esa manera". Ejercen un juicio severo sobre los jô venes el 15 por ciento que los considéra "gente enferma"- y hay que internarla para evitar que la enfermedad se ex tienda" o quieres los acusan de "gente inmoral y merece - el desprecio y vacîo de la sociedad" (apenas un 1 por ciento). La tercera postura détectables es la de los_ indiferentes (un 13 por ciento) y la de quienes creen que "es un asunto personal y nadie debe meterse en ello, hay que respetar las formas de buscar felicidad de cada_ cual" (un 14 por ciento). - 1 1 8 1 - Esta postura que aparece como respetuosa de_ los derechos ajenos responde, creo yo, mâs a la ignoran- cia de las consecuencias de la adicciôn a la droga dura, o a la indiferencia, que a una postura tolérante, dados_ los efectos nocivos de aquella. La postura de los discotequeros ante los dro gadictos conocidos pero con quienes no les une la amis-- tad es de perplejidad. No comprenden por quê se drogan y consideran que quien lo hace carece de sentido comûn: X,- Loa que a e . p i n a h a n aon m o n g o t e a . Ean p e r d i d o e t g u s ­ t o de t a v i d a d e . . . M.- Se p i n o h a e t he rm ano p e q u e n o de X I n o ? . S i , un d t a - q ue v e n t a aon e t h r a z o re m angao p a v e o i a un o o t a d e r o . Le _ m e t i a n en t a c â r o e t t o aaaaban p o r d r o g a , p o r r o b a r y — p o r t o d o e s o , h a a t a que un d t a t e a a y e r o n d i e a i o o h o ahoa y en t a o â r a e t e a t â p o r t r a f i a a n t e , r o b o y t o d o . K . - Eae e r a un m o n g o l . La asociaciôn de droga y delincuencia es cia ra para los jôvenes discotequeros quienes rechazan tal - conducta no apelando a criterios de moralidad sino al -- principio del placer, que para elles es la faceta mâs in teresante de la vida. Juzgan al drogadicto como alguien_ que carece de gusto por la vida, cuando aquel lo que bu£ ca es un momento de gozo. La diferencia estâ en que los_ discotequeros intentan "pasarlo lo mejor posible" mante- niêndose conscientes de la realidad que viven mâs que ig - 1182 norândola o huyendo temporalmente de ella. Los militantes politicos tienen una visiôn - ligeramente distinta del tema: A . - Yo c r e o que a h o r a hay mâs d e t ï n o u e n o i a j u v e n i t p o r - t a d r o g a , p o r q u e a h o r a p o r egem p t o se Ve que h a y muaho - mâs aonsumo de d r o g a que a n t e s y e n t o n o e s se d i c e que — hay mucha mâs d è t i n c u e n c i a que a n t e s . B . - La d e t i n c u e n c i a p a r a m i es t a misma que h a b i a hace - d o s o t r è s anos p e r o t o que p a s a es que t i e n e o t r a s f o r ­ mas de m a n i f e s t a r s e . A . - Lo que p a s a es que t a d r o g a e s t â muy r e t a c i o n a d a con t o s d e t i n c u e n t e s , p u e s no sê . E t r o t t o de t a d r o g a es — q u e es u n . . . , s i h a c e s un m i n i m o a n â t i s i s de como se b u ^ c a t a d r o g a , q u i e n manega t a d r o g a en un p r i n c i p i o p u e s , u n o s p o c o s . Son t a g e n t e de p a s t a p o r q u e son t o s que en _ un p r i n c i p i o e m p i e z a n a f u m a r d r o g a en B o h e m i o s , en t a - zo n a de t o s e è t u d i a n t e s , t a g e n t e que mâs o menés v i v e n _ de una f o r m a muy p a s o t a p e r o que e c o n â m i c a m e n t e son g e n ­ t e de d i n e r o n o r m a t m e n t e , y e n t o n c e s a p a r t i r de un a êpo^ ca t o que hace es e x p t o t a r a t mâs d é b i t : e n t o n c e s e t t i o que ha empezado a f u m a r d r o g a , que t i e n e un as p o s i b i t i d a de s mâs g r a n d e s , i n c t u s o que t i e n e un n i v e t i n t e t e c t u a t _ ba s t a n t e a t t o , t o que h a c e es v e n d e r t a d r o g a y se t a — ve n d e a t que m e n o s . p o s i b i t i d a d e s t i e n e e c o n â m i c a m e n t e y _ a t que mâs g o d i d o e s t â , a t t i o de un b a r r i o y e n t o n c e s _ h a y un t r a s v a s e de t a d r o g a de unos c i r c u t o s mâs o menos - 1183 - o u t t u r a t e s i n t e t e o t u a l e s o b u r g u e s i t t o a , a t b a r r i o , Preg.: iY por quê crees tû que se droga el joven del ba­ rrio? . A , - J o d e r ! p o r q u ê , p u e s p o r t o mismo que a un hombre de e u a r e n t a a nos de A n d a t u a i a t e a t r a e e t a t o o h o t , p o r q u e - e t a t o o h o t e u p o n i a en a t g û n momento una f o r m a de e v a s i ô n . E n t o n o e s a p a r t e de que t a d r o g a es una f o r m a de e v a s i ô n como t a t , t a m b i ê n supo ne un e -s t a r c o n t r a t o d o , en c i e r t a f o r m a o una m a n i f e s t a a i ô n de r e b e t d i a o de t o s que s e a , - i n o ? . B , - P s i c o t ô g i c a m e n t e t a m b i ê n es p o r e t hecho de c a m b i a r _ y p o r q u e no t i e n e n o t r a oosa que h a c e r . Lo hacen muchas__ v e c e s p o r q u e no sabes que h a c e r p o r q u e p i e n s a n que se — v a n a esa zona a f u m a r se unos " c i n c u e n t a m i t " o a n u t o s — p o r q u e no sabe que h a c e r , no t o hace p o r q u e se va a e v a - d i r , tu e g o se evad e c t a r o . A , - P e r o es que t a d r o g a e s t â en muchos s t a t u s y e i t i o s _ p o r que no es t o mismo h a b t a r de t a f o r m a de f u m a r t u y a _ O m i a que t a de uno que se d e d i c a a r o b a r coches, es. t o — t a t m e n t e d i s t i n t o , en e t f o n d a t o hacemos t o d o s p o r t o - mismo , B , - E x a c t a m e n t e e t s i g n i f i c a d o que t i e n e es e t m ismo. A . - P e r o son c o n c e p t o s t o t a t m e n t e d i f e r e n t e s , o se a , p o r ege mp to un t i o que es d e t i n c u e n t e y fuma d r o g a , pues t a - m e n t a b t e m e n t e es p a r a no m e t e r t o en t a c â r c e t p o r q u e en 1184 - t a c â v o e t hay muaho mâs t r â f i a o que en l a a a t t e . E n t o n— aes un t i o aon d i e a i s e i s o d i e o i s i e t e an os t o m e t e n en - un v e f o r m a t o r i o o en t a c â r o e t c u a n d o s a t e fu m a mucho — mâs que c u a n d o e n t r é . B . - O g o l , c r e o que t a r a i z de t a d r o g a es t a n e c e s i d a d - de s a t i r de una r e a t i d a d i n s a t i s f a c t o r i a , i n o ? . Como d e - c i a s a n t e s en A n d a t u c i a , t o s c a r a g i t t o s qu e se toman p o r t a s mananas t o s c u r r a n t e s , como en o t r o s , t u e g o e s t â n — t a s c o s a s a h a d i d a s , hay mucha g e n t e que e m p i e z a p o r moda i n o ? , . . La r e a t i d a d es que s i uno se t o p a s a muy m a t en_ t a v i d a , se a b u r r e , t i e n e un t r a b a g o a s q u e r o s o y a s i , — a s i , no t i e n e n i n g û n c a r i h o , n a d i e que t e q u i e r e . . . p u e s e n t o n c e s , e n c u e n t r a en e t a t c o h o t en t o que s e a , t r a t a - de e s c a p a r de e s a r e a t i d a d que no t e es nada g r a t a . Preg.: Pero, iconscientemente?. C . - l o c r e o que c o n s c i e n t e o i n c o n s c i e n t e m e n t e es a s i de r e a t , s i t u t e f u m a s un c a n u t o es p o r s a l i r de donde e s ­ t a s , de t a s i t u a c i ô n qu e e s t â s v i v i e n d o . S i t u t e t o m a s _ un c a r a g i t t o a t a s s i e t e de t a mahana es p a r a e n t r a r a t _ t r a b a g o s i n d a r t e c u e n t a de que e s t a s e n t r a n d o a t r a b a — g a r , p o r e u f o r i a y un p o c o de e s o . l o c r e o que s i t a gen t e se t o p a s a r a muy b i e n , no se a b u r r i e r a no t e n d r i a mo- t i v a c i o n e s e s p e c i a t e s p a r a f u m a r . P e r o s i e s t â s a b u r r i e n d o t e t o d o e t p u t o d i a y no se que p u e s e n t o n c e s e n t r e — q ue es moda y a s i es a t g o d i s t i n t o y que a s i ha h e c h o un V i a g e y de t a o t r a m a n e r a no ha h echo n i n g u n o . - 1185 - B.- E s t a d i s t i o a m e n t e s egû n d i c e t a p o t i a ï a una g r a n p a r ­ t e de d e t i t o s que se co m e t e n a p r o p i e d a d e s e s t â m o t - i v ado p o r t o s que se d r o g a n i n o ? , d i c e n t a n t o s a s a t t o s a f a r m a c i a s b u s c a n d o a n f e t a m i n a s , t a n t o s no se q u e , t a n t o s g a — c h o s d e t e n i d o s p o r q u e n e a e s i t a b a n 4 0 , 0 0 0 p t a s . p a r a f u — mar h e r o € n a ca da d i a , y o o sa s a s i y e n t o n o e s se a s o c i a . - Yo no c r e o que se t t a m e d e t i n c u e n c i a a t que se fume un - c a n u t o , i n o ? , D . - D e t i n c u e n c i a a t que r o b a en una f a r m a d a . A . - P e r o como a h o r a eso è s t â b a s t a n t e a s o c i a d o no- d e to^ d as f o r m a s hay v a r i e d a d e s de d e t i n c u e n c i a p o r q u e hay WM_ h e c h o que es e t c o m p o r t a m i e n t o a n t i - s o c i a t , t a v i o t e n c i a c a t t e g e r a , que ta m poco es una f o r m a e s t r i c t a de d e t i n -- c u e n c i a , es un c o m p o r t a m i e n t o a n t i s o c i a l , es g e n t e a g r e - s i v a que t e q u i e r e d a r una p a t i z a y a l o meg or no t e q u i t a nada s i m p t e m e n t e t e da t a p a t i z a y ya e s t â . Y e n - - t o n c e s .... D . - Te pe ga t a p a t i z a p a r a s a c a r t e d i n e r o o s i m p t e m e n t e ^ p o r g a m h e r r i s m o c a t t e g e r o . A. - P o r una f o r m a de r e a f i r m a c i ô n o p o r una f o r m a d e . . . . B . - No t e d i c e n que t e va n a c a s c a r t e t a p e g a n y y a es ̂ t â . Y desp uêe y a e s t a t a g e n t e de que es d e t i n c u e n t e ha b i t u a t , de que r o b a c o c h e s , g o y e r i a s . . . de que se d e d i c a a t mangoneo, v a m o s f . C . - P e r o h a b t a n d o de t a d r o g a es una e v a s i ô n . A , - Eso e s t â muy c t a r o , p a r a m i , t o d o es una f o r m a de — - 1186 - e v a s i ô n a-mi me p a r e o e una f o r m a a n o r m a l t o d a f o r m a de - e v a s i ô n a r t i f i c i a l es t o t a t m e n t e a n o r m a l y es p o r f a t t a _ de c o m u n i a a c i ô n , a f e o t i v i d a d , s o t e d a d . . . . B . - Es un p o c o c a m i n o s que t e da t a s o c i e d a d p a r a o t v i d a r t e de t u s r o t t o s , con c u e s t i o n e s de t i p o a r t i f i c i a l , - en un momento dad o es t a d r o g a , en o t r o f u e e t a t c o h o t . - En E spah a a n t e s no se c o n o c i a p e r o a h o r a que s i se c o n o - ce se ha i d o h a c i a a t t â s i n p t a n t e a m i e n t o s de o t r o t i p o _ i n o ? . S i m p t e m e n t e como una f o r m a o i ô n de e v a s i ô n , que e s ­ t â a h i que t e t a ha p u e s t o a h i , que t u v a s y t a c e g e s y_ t a u t i l i s a s i g u a t que u t i l i s a s un t o c a d i s c o s . A . - Lo que p a s a que t a m û s i c a es una e v a s i ô n mâs n a t u r a l p o r q u e a n i v e t p s i c o t ô g i c o y a n i v e t e m o o i o n a t , t a m û s i ­ ca es un m e d i o de c o m u n i a a c i ô n m i e n t r a s que t a d r o g a es_ un m e d i o de i n c o m u n i c a c i ô n a u n q u e . . . . C . - Aun que yo c r e o que e t p r o b t e m a de t a d r o g a es e t p r o b te m a de t a d e p e n d e n c i a . La m û s i c a t a m b i ê n es d r o g a p o r ­ que p u e d e s t t e g a r a n e c e s i t a r t a p a r a v i v i r , e n t o n c e s y o _ c r e o que f u m a r un c a n u t o no es d r o g a r s e s i n o em p e za r a - t e n e r d e p e n d e n c i a de e t t o a , y que n e c e s i t a s . Yo c r e o que t a d r o g a es e t p o d e r p a r a o t r o s e t a t c o h o t . De aquî pasaron a hablar del alcohol. B., co menta que el alcohol es tan nocivo como la droga pero forma parte de la cultura hispana y por eso todo el mun- do lo bebe: d esd e p e q u e n i c o s c u a n d o nos daban p a n , v i n o _ y a z i î c a r i n o t o has p r o b a d o n u n c a ? . 1187 - A . - S t , s t , p a r a m e r e n d a r . B . - Pues e n t o n c e s d e s d e p e q u e n i c o s . A . - S t , c u t t u r a l m e n t e . l o c r e o que no es t o mismo f u m a r ^ a q u t h a c h i s o cooa-Cna que f u m a r t o en e t P e r û , y no es t o mismo e m b o r r a c h a r s e a q u i que e m b o r r a c k a r s e en e t t e g a n o _ o r i e n t e , e n t o n c e s a q u i t o de e m b o r r a c h a r s e o b e b e r vino__ es una c o s a que e s t â y a f i s i o t ô g i c a m e n t e y c u t t u r a t m e n t e e n r a i z a d a en n o s o t r o s , y a n u e s t r o c u e r p o no t e p a s a n a ­ da p o r q u e t e me t a s u n a s f i e s t a s , y s i n embar go c u ando — t o s c o n q u i s t a d o r e s t t e v a r ô n a t t i e t a t c o h o t t o s i n d i o s - de A m é r i c a se m o r i a n p o r q u e no e s t â n a a o s t u m b r a d o s a t a t c o h o t , s i n emb ar go no h a b i a n fu m a d o en t o d a su v i d a y — a q u i se m o r i r â t a g e n t e co n t a h e r o i n a y t a c o c a x n a . C . - 1 yo c r e o que hay o t r a d i f e r e n c i a c u t t u r a t , que e t - i r s e de v i n o s es t e g a t , y s i n e m b a r g o , f u m a r s e un c a n u t o o p i n c h a r s e e n t r a d e n t r o de t o que es i t e g a t en n u e s t r a _ s o c i e d a d . E n t o n c e s es t o m a r c a , uno s i se p i n c h a se s i e n - t e f u e r a de t o n o r m a l , y e t que se e m b o r r a c h a t o d o s t o s _ d i a s no se s i e n t e f u e r a s i n o se s i e n t e d e n t r o , p o r q u e t o do e t mundo t e d i c e " e h , que y a v a s c u b a " . Preg.; iTiene cierto prestigio?. D . - Hombre s i no bebes mucho , s i no t e p a s a s . Preg.: Y en cuanto al deterioro fîsico, icômo lo veis?. D . - Hombre é t o r g a n i s m e e s t â he ch o a una a i e r t a c a n t i d a d de a t c o h o t , a t o que no e s t â hecho es a c o g e r una b o r r a - c h e r a t o d o s t o s d i a s , p o r q u e p a r a eso hace f a t t a t e n e r - - 1188 una n a t u r a t e z a de h i e v r o . C . - Y e t f u m a r no a f e a t a t o que mâs a f e o t a es s i es h i e ^ b a . A t t i en t a c â r c e t se p a s a de f u m a r c a n u t o s a t o m a r - d e s i d r i n a s , de e s t o qu e e m p i e z a e t e s p e c t â c u t o , c u a t r o o c i n c o t o d o s t o s d i a s y e t e s tô m a g o t o s i e n t e ' y e s o se ma n i f i e s t a en e t a s p e c t o f i s i c o que t e n g a , p e r o t o de f u — mar c a n u t o s n o , no p o r q u e y o c o n o z c o a g e n t e que t t e v a - m u c h i s i m o s a no s y n o . A . - En e s t e b a r r i o a h o r a se e n c u e n t r a en c u a t q u i e r t a d o , i n o ? . P o r q u e hace do s a n o s o hace un ano e t c a n u t o e r a - u na c o s a que a p e n a s se c o n o c i a y a p e n a s se manegaba y — s i n em bar go a h o r a es que t e fu m a s un c a n u t o en c u a t q u i e r s i t i o . B . - A Ve ce s hay que a c e p t a r p o r q u e y o he i d o a un p u e h t o , no be bo a t c o h o t y t e o f r e c e n a t c o h o t y t o r e c h a z a s y p a - r e c e que e s t â s h a c i é n d o t e s un f e o y e n t o n c e s t i e n e s q u e _ t o m a r un p o c o , es unix c u e s t i ô n de h u m a n i d a d . A . - Hombre p u e s s i no q u i e r e s , no q u i e r e s , yo no q u i s e - p u e s n a d a ; p e r o t o que t u d i c e s s i que t o a o m p r e n d o . C.- Yo t o e n t i e n d o t a m b i ê n p o r q u e s i es que t i e n e n t a - - i m a g e n de r o g o y de macho i n t e g r o y r e s u t t a que no e r e s _ c a p a z de f u m a r n i s i q u i e r a un p o r r o pues v a y a es un p o c o qu e e s t é c e n s u r a d o con su n e g a t i v e . A . - B i e n , p e r o a ese n i v e t se p o d r i a h a b t a r d e t a t c o h o t ^ i g u a t , t o d o e m p i e z a a s i , s i e s t â s en un g r u p o y d i c e s — que ho a t o que e s t e g r u p o e s t â h a c i e n d a eso es un r e c h a - 1189 - so i m p t t a i t o de ese g r u p o . A . - C t a r o , p o r e s o t e n o r una m i n i m a i n t e g r a a i S n con gen-^ t e de e s t e b a r r i o a m i me ha c o s t a d o g r a n d e s b o r r a c h e r a s . D . - Lo h a c e s p o r q u e q u i e r e s . A . - S i , p e r o s i t u e s t â s con un t i p o de g e n t e y es a g e n t e t i e n e u n o s h d b i t o s d e t e r m i n a d o s , e s t â muy c t a r o que o t û ha ces e s o s h â b i t o s o t e quedas s o t o . - Te q u e d a s s o t o , i p o r q u ê ? . A . ~ Te q u e d a s s o t o p o r q u e t a g e n t e s i n o haces t o que - - - e t t a ha ce p u e s no t e a c e p t a , D . - Pues c h i c o y o v o y en un g r u p o de g e n t e , a m i no me - g u s t a t o que e s t â n h a c i e n d o p u e s o vo y con ese g r u p o de _ g e n t e y no bebo o no v o y oon e t t o s . A . - P e r o es que e s . . . . D . - Lo q u e h ace g r a c i a es que t u e g o v i e n e s c r i t i c a n d o — e s a s e r i e de c o s a s , que se b e b a , que se fu m e , p e r o s i t u e r e s t a m b i ê n c u t p a b l e . Que t e hagas t a p e r s o n a bue n a , es que t o ha go p o r . . . A . - P e r o s i no es un p r o b t e m a de c u t p a b i t i d a d , es un — p r o b t e m a de que e s t â s en un s i t i o , e n t o n c e s t i e n e s u n o s _ h â b i t o s y h a c e s una s c o s a s . R a c i o n a t m e n t e no t e n d r i a que j u g a r a t a b a r a g a y s i n emba rg o p u e s g u e g o , y r a c i o n a l — m ent e no t e n d r i a que i r de v i n o s y s i n embargo v o y , p o r ­ q ue v i v o en un s i t i o que t a g e n t e se va de v i n o s y guega a t a s c a r t a s . Siguiô largo rato la conversaciôn sobre el - - 1190 alcohol para terminar admitiendo que los jôvenes del ba­ rrio, se estaban acostumbrando ya al pinchazo aunque eran muy pocos los que lo hacian. Como decîa arriba los militantes tienen una_ visiôn ligeramente distinta de la drogadicciôn que los - discotequeros. Es menos pesimista hacia los jôvenes que_ se drogan, especialmente en cuanto al porro y estân mâs_ convencidos de su poder de evasiôn y de la necesidad de_ fumar para estar a tono con el ambiente que les rodea. - Se ha establecido esta moda y seguirla ayuda a mantener_ las amistades porque las amistades fuman porro. Para los militantes es clara la asociaciôn - entre droga y delincuencia, o mâs bien entre dependencia de la droga y delincuencia pero sôlo en las clases bajas. Su lectura de los hechos es que empieza a drogarse la -- gente de clase alta y ambiente intelectual progresista - quien introduce el hâbito en la clase baja. Y es ahî don de hay que robar porque el poder adquisitivo de los jôve nés de esta clase es muy pequeAo. La lectura de la imita ciôn es correcta. El poder de evasiôn que conceden a la_ droga es muy alto, igualable al del alcohol y se extien- de por necesidad de romper con el hastîo vital, del tra- bajo o del desempleo. En este sentido coinciden plenamen te con el anâlisis de Martin Serrano sobre el tiempo li­ bre del joven trabajador y del que estâ en paro. No cabe duda de que ambos disponen de tiempo, sobre todo el se-- - 1191 - gundo. Pero este tiempo no es de ocio porque ambos care- cen del poder de iniciaciôn a nuevas formas de vida y - de adquirir una formaciôn que es lo que caracteriza al - ocio del universitario (35). De ahî que su carâcter no_ sea constructive sino destructive. Y la evasiôn sea una_ forma de ignorarlo. Los militantes ven esta evasiôn con mayor na turalidad que los discotequeros y manifiestan cierto te- mor a juzgarla daftina porque estân muy conscientes de la imagen de hombres tolérantes que quieren proyectar. De - ahî algunas de sus contradicciones. Les he oîdo criticar duramente a quienes se drogan y emborrachan para justifia carlos despuës y explicar sus propias conductas de fumar y beber como intentos de integraciôn en su ambiente. Sus contradicciones devienen de su conciencia social y de -- sus deseos de participar en su medio de mantener un con­ tacte en cierto sentido militante. Su opiniôn del al--- cohol es la misma. Produce euforia artificial para sobre vivir y es mala por artificial y buena porque resta la - conciencia del fastidio que produce la experiencia vivi- da; con ello ayuda a sobrevivir. Lo malo por tanto es la realidad que las gentes de reducidos recursos sociales y econômicos tienen que soportar y légitimas en parte toda forma de huîda. De ahî su s impatîa con los drogadictos. Los militantes ademâs conocen a los vendedo- res de droga del barrio a quienes consideran sôlo como - intermediarios de traficantes mayores y saben de las pre - 1192 - siones que ellos ejercen entre Ids iniciados en la droga_ para que continûen en el vicie, pasândoles cantidades gratis si no tienen dinero y forzando luego al page que_ a su vez lleva a los jôvenes a robar para mantener su po der adquisitivo. Lo que en opiniôn de A. incluye la ad-- quisiciôn de la droga y mâs aôn el consume de los obje-- tos normales entre jôvenes. A . - Rohan p a r a m a n t e n e r au consuma de d r o g a y p a r a mante^ n e r un p o d e r a d q u i s i t i v o m i n i m o b i e n sea d r o g a , b i e n se a unos p a n t a t o n e s o una m o t o o c u a t q u i e r c o s a ; e n t o n c e s — a h i se m o n t a n e t r o t t o como p u e d e n con m a r i c o n e s o r o b a n do o g u g a n d o a t a s c a r t a s o de m i t f o r m a s i n o ? . P e r o tam p o c o es p o r t a d e p e n d e n c i a de t a d r o g a s i n o que es un a - d e p e n d e n c i a s o c i a l p a r a t e n e r un p o d e r a d q u i s i t i v o m i n i — mo p a r a i r v i v i e n d o , p a r a t o m a r una c e r v e z a , p a r a f u m a r - t e un c a n u t o o p a r a c o m p r a r t e un os p a n t a t o n e s , o t o que__ s e a . B . - 0 sea que e t p a r o p r o v o c a que t a g e n t e r o b e y t o d o - eso p e r o yo c r e o que son ca s o s muy c o n c r e t o s que t a gen t e r o b a p o r p u r a n e c e s i d a d i n o ? . P e r o t a m a y o r i a ya --- t r a i a n esa t r a y e c t o r i a . A , ~ P o r t a s c o n d i c i o n e s e c o n â m i c a s de s us f a m i t i a s qu e — v i e n e n a s e r t a s s u y a s p e r s o n a t e s i n o ? . Yo p o r e j e m p t o , - que hçç h'edv t a n t a s g a m b e r r a d a s , t é n i a s i e m p r e en mi c a s a - pues e s o , m i m a d r e , m i p a d r e , t é n i a una s e r i e de c o s a s - que a t o megor e t t o s no t a s t e n i a n , t t e g a b a a c a s a y no__ - 1193 - e e t a b a n i eu p a d r e n i eu m a d r e , eu p a d r e e r a t o mismo — que ê t , o p e o r i n o ? y su madre p o r e t e s t i t o y t o s . t r a t a n mâs o menos como t o s t r a t a n t o s am ig o s en t a e a t t e , t t e - gaba n a c a s a y t e n i a n o t r a s e r i e de o o s a s . D , - No oon c u e s t i o n e s s o t o e c o n â m i c a s , son c u e s t i o n e s — e c o n â m i c a s - a f e c t i v a s , o sea que e t a f e c t i v i s m o t i e n e una g r a n p a r t e de c u t p a o de no s i de que eso se p r o d u z c a — i n o ? . A . - S i p e r o son c o n s e c u e n c i a s e c o n â m i c a s p o r q u e , t o que _ p a s a es que s i e s t e g a c h o t t e g a r a a c a s a y su madre e s t u v i e r a v i t a l y t e f u e r a a s i p u e s - a h o r a no p o r q u e e t t a s no t i e n e p a r a c o m p r a r una s e r i e de c o s a s y e s t â n m a t v i v i e n - do i n o ? y t o d a e s t a s e r i e de c o s a s . Bueno hay c a s o s c o n ­ c r e t o s de g e n t e que se ha m e t i d o en unos f o t t o n e s p o r — o a s u a t i d a d y no se ha s a t i d o de e t t o s ; o t r a c o s a es p o r _ e g e m p t o : l o c o n o z c o a g e n t e d esde hace muchos anos y sus p a d r e s no es que f u e r a n n i n g u n o en ese s e n t i d o y s i n em­ b a r g o p u e s t e n i a n un a g r a n p a r t e de c u t p a i n o ? . B . - Bueno p a r t e de c u t p a . . . . Preg.: iPor quê?. A . - P o r q u e d e s d e a q u e t t a p a t i z a que t e p e g a r o n a t F t a c o , i b a a c a s a y eu p a d r e t e d e c i a : i p o r quê t e han q u i t a d o _ e t r e t o j ? . . . . No t e p r e o c u p a b a nada mâs. D . - 1 ese a h o r a t i e n e v e i n t e anos p e r o a n t e s e s t a b a en - una e t a p a d e c i s i v a de su v i d a . La a d o t e s c e n c i a , i n o ? . C . - D e c i s i v a c t a r o . - 1194 - A . ~ Su p a d r e en ve z de s e r n o r m a l , t e d i c e t u e r e e c o b a r de no t i e n e a f u e r z a p o r q u e e r e s t o n t o , s i t e d i c e n eso - p o r q u e t e han q u i t a d o e l r e t o g p u e s y a e s t â ; a h o r a l o m£ g o r es d e c i r e s o : Voy a t e n e r l o s r e l o g e s que a m i me dê l a g a n a . Es que eso es una c o s a como p a r a r e a c c i o n a r v i o t e n t a m e n t e a n t e l a s c o s a s que l e h a b i a d i c h o su p a d r e , - p e r o no en e l momento que t e h a b i a n p e g a d o t a p a t i z a s i ­ no d u r a n t e t o d a su v i d a . Es como c u a n d o yo t t e g a b a a c a ­ sa que me h a b i a n p e g a d o y m i p a d r e me d e c i a t u e r e s un - i n û t i t p o r q u e e t o t r o es mâs f u e r t e que t û y p o r q u e no - v a t e s p a r a nada y p o r q u e no se q u ê . Pues s i y o h u b i e r a - a s i m i t a d o eso de t a f o r m a que me t o d e c i a ê t p u e s m i r a - a h o r a e s t a r i a y o como ê t o p e o r . Y t a m b i ê n t a s r e t a c i o - nes d e n t r o de t a f a m i t i a . E s t â c t a r o que t o d o s te n e m o s - t o s m ismos t i p o s de c o n d i c i o n a m i e n t o s de d r o g a p e r o es - un mamôn p o r q u e s i e m p r e q u i e r e c o m p r a r s e p a n t a t o n e s de - moda, se t i e n e que c o m p r a r d i s c o s , t o c a d i s c o s i y sa b e s - que p a s a ? que e s t â en e t p a r a s i m i m ad re no t e ao mp ra e t t o c a d i s c o s , se v a con s o c i o s a s a a a r d i n e r o , p o r q u e s i n o no se que h a r i a sé i r i a a a t r a c a r b a n c o s como e s t â p i r a - do p e r d i d o . Ese a m b i t o de f a m i t i a que es mâs o menos r e - c e p t i v o que no es n e g a t i v e p a r a que se haga u n a s e r i e de c o s a s p u e s t i e n e mucho que v e r , y mucha i n f t u e n c i a . La - g e n t e que es d e t i n c u e n t e , es n o r m a t m e n t e g e n t e que v i v e _ en un a m b i e n t e s o c i a l muy g o d i d o , que amenazan a su p a — d r e , que s i su p a d r e y su madr e se p a s a n t o d o e t d i a r i - - 1195 n e n d o , que e s t â n t o d o e t d i a en e t b a r , 0 sea que hay — * u nas r e t a a i o n e a f a m i t i a r e s y a f e e t i v a s muy â e s a u i d a d a s . E . - En una p e t i a u t a (Los navajeros) se d e c i a que muchos h i g o s de c t a s e b a g a , p a d r e s s e p a r a d o s . . . se daban e s t a - - d i s t i a a s . B.- S i p e r o n o r m a t m e n t e g e n t e d e t i n c u e n t e son g e n t e de - d i n e r o . C . - Que v a h o m b r e , o s e a , es un t i o d e t tumpen. B. - Te q u i e r o d e c i r p a s t a y una c i e r t a c a p a c i d a d i n t e t e c _ t u a t , o s e a una p e r s o n a t i d a d muy r e f o r z a d a . D . - P e r o eso y a no es d e t i n c u e n c i a , eso es m a f i a , o t o - que s e a . B.- Q u i e r o d e c i r de t a g e n t e de X y t o d o s e s t o e , de man£ r a mâs f i n a y mâs s o f i s t i c a d a . En v e z de i r p o r t a c a t t e d a n d o p u n e t a z o s t o e s p e r a n en su p r o p i a c a s a y t o hacen c u a n d o no t e s ve n a d i e . Y hombre es ta c ta ro , U. t a m b i ê n es d e t i n c u e n t e ha mangado un b o t s o en G a t e r i a s P r e c i a d o s . B.- Es como t a d r o g a , g o d e r , s i f u e r a a d i c t o s é r i a un t a d r ô n , como no es a d i c t o p ues es una p e q u e n a d e b i t i d a d . A . ~ P e r o e s t e U. r o b a p o r hobby p o r q u e t o pu ede c o m p r a r s i q u i e r e es una d e p e n d e n c i a s u y a . Hay una d i f e r e n c i a . B.- J o d e r f , p e r o hay uno que r o b a un d i a una c o s a p o r q u e t e a p e t e c e p e r o hay o t r o que r o b a t o d o s t o s d i a s p o r q u e t o n e c e s i t a . B.- Ho Zy t a I s a b e l ? i q u ê ? . A . - S i y o veo que e t m e c a n i s a o de r o b a r e x i s t e t a n t o en 1196 - u n o s como en o t r o s , e t bo d e g a s se e e n t i r â muy hombre ouan do se a aap az de a t r a c a r un b a n c o y y o c u a n d o r o b o un b o t ­ so en G a t e r i a P r e c i a d o s o t a s m u g e r e s cu a n d o mangan r o p a s y c o s a s de e s a s . Es una f o r m a de a u t o a f i r m a r s e son m e c a n i ^ mas a n a d i d o s a t a e x t r a c c i ô n s o c i a l a t o s p r o b l è m e s y a - t o d o . En un os c a s o s f u n c i o n a de una m ane r a y en o t r o s d e ^ o t r a . B . - P e r o t a I s a b e l es t a n d e t i n c u e n t e como n i n g u n o p o r q u e esa t i a t t g a a un s i t i o y manga un b o t s o t t e n o de c o s a s . - ZQuê d i f e r e n c i a hay e n t r e ese t i p o de d e t i n c u e n c i a y t a - o t r a ! , p u e s p o r q u e un os t i e n e n un e s t r a t o s o c i a l que r o — ban p o r n e c e s i d a d y t a o t r a r o b a p o r h o b b y , p o r q u e t e gus^ t a r o b a r , p a r a e t t a es he rm o so c o g e r un a c o s i t a y . . . A m i t o que me gode es que e t que r o b a p o r n e c e s i d a d p i e n s a a q u i e n t e v a a r o b a r y e t que r o b a p o r hobby no t o p i e n s a s i va a g o d e r a t d e p e n d i e n t e , s i va a g o d e r a t o t r o s i va a g o d e r yo que sê à q u i e n D . - E t que r o b a no p i e n s a e s o . B . - P e r o p o r t o menos t e n d r i a una gar an t -C a p a r a p e n s a r t o . D . - E t o t r o d i a , a un p a n a d e r o t e g o d i e r o n t o d o a h i en t a c a t t e t a T o r r e , o sea que no p e n s a r i a n . E n i r a r o n , a b r i e — r o n t a c a g a y v e n g a . B . - Pues que son u nos s i n v e r g i i e n s a s Preg.: îGente del barrio?. A . - No p o r q u e mâs o menos hay un c ô d i g o q u e . , . , de c i r c u - t a c i ô n , de r e s p e t o . S i e m p r e h a y a t g u n o que se s a t t a e t câ - 1197 - d i g o , i n o ? y r o b a . D. - E t o t r o d i a v e n i a p o r a h i y t e h a b i a n dado una p a t i z a a no se q u i e n y t e h a b i a n r o b a d o 3 . 0 0 0 p t a s . B . - S i e m p r e se b u s c a a t o s g i t a n o s . C , - S i p e r o s i e m p r e ha h a b i d o muchos g i t a n o s y a t o m e j o r _ menos a h o r a . Preg.: iY como es la relaciôn entre gitanos y payos en el barrio?. A . - Bay r a c i s m o . Preg.: Entre vuestras families, ilo habêis notado?. A . - Todo e t mundo, c u a n d o no se sabe q u i e n ha s i d o p u e s - t o s g i t a n o s h a b r â n s i d o , eso e s t a a t o r d e n d e t d i a . ZPer o no e s t â n i n t e g r a d o s ? , p o r q u e e s t a g e n t e que v i v e de t o d a _ t a v i d a a q u i t o s d e t b a r r i o de " D i v o s " s o n g i t a n o s zno? S i t o s que e s t â n p o r a h i n o ? , s i mâs o menos . La coincidencia entre las motivaciones de la_ delincuencia juvenil seflaladas por los militantes y por - la mayorîas de jôvenes encuestados es demostrativa de la_ extensiôn de la opiniôn y de su conocimiento del barrio - en el que viven. Paro y falta de apoyo familiar pueden conducir a unos jôvenes a la delincuencia mientras otros se preservan de ella. Las necesidades de buscar una ima-- gen gratificante de su machismo es otra de las motivacio­ nes que refuerza conductas delictivas en jôvenes menospre ciados en sus hogares. El caso del "Flaco" que todos, di^ cotequeros y militantes sienten tan cercano es un ejemplo viviente de lo acertado de su diagnôstico. - 1198 - Los militantes hablaron tambiên de los aspec- tos de la dinâmica urbana que ejercen una continua agre-- siôn contra el ciudadano normal y corriente y que contri- buye a la sensaciôn de inseguridad y nerviosismo de los_ que huye de distintas maneras. El afecto familiar y el -- apoyo de los amigos pueden ayudar a soportarlos pero no - por eso se évita la conciencia de que la agresiôn existe_ y es continua. La conversaciôn comenzô por los relatos de - los actos de gamberrismo protagonizados por ellos cuando_ eran nihos, de las batallas que organizaban entre pandi-- llas de distintos barrios a imitaciôn de las que veîan en las peliculas. Reconocen que en esta dinâmica imperaba siempre la ley del mâs fuerte. De ahî pasaron a hablar de situaciones urbanas que les resultaban molestas. E , - A m i me porte n e r v i o s o t a p o t i c i a p o r t a c a t t e , Lo d i - go p o r t a e p i s t o t a s . A , - E x a c t e , de que t u pae e a p o r t a c a t t e c a m i n a n d o y de - r e p e n t e v e s que v i e n e n dos t i o s co n p i s t o î a ; t e p o n e n ner_ v i o s o aunq ue no t e m i r e n s i g u i e r a . D , - Es eso i n o ? , que p o r e j e m p t o e n t r a n en un b a r y de n - un p o r r a z o en t a mesa y d e s m a n t e t a n t o d o t a que t e s da t a g a n a . B,- Pues p a s a de e t t o s , C , - P e r o , Zà quê t e v a s a c o g o n a n d o ? , c h i c o , v a s p e n s a n d o _ que a q u i no v a s a v o t v e r mâs p o r q u e es que me Van a p e g a r . - 1199 B . ~ To ou ando v e o p o t i o i a a paeo a t t a d o . Nunca p i e n s o n a ­ da . A . - Bueno yo c r e o que en e s t e p a i s hay muahas f o r m a s de - v i o t e n c i a . To s i e n t o que se t e qued an d e n t r o . To t e n g o un e s p i r i t u b a s t a n t e a g r e s i v o con d e t e r m i n a d a s c o s a s y p i e n ­ so que como yo t a m a y o r i a , I n o ? t o que p a s a es que a v e— c es t o r e p r i m i m o s p e r o p o r g a n a s no s e r â . Preg.: îEn quê piensas en concrete? A . - Bueno eso p o r egem p t o que has a c u m u t a d o i n o ? , e t he — cho de que c u a n d o ve s a dos t i o s con arma d i c e s : " c a r a m b a , pue s s i p a s a a t g o yo no t a t e n g o y e t t o s t a t i e n e n y --- c r e e r en su h o n e s t i d a d y en su e q u i t i b r i o pue s t a m b i ê n es d i f i c i t . P e r o o t r o s t i p o s de v i o t e n c i a p o r e g e m p t o e t t r â f i c o , e t que Vaya s c a m i n a n d o p o r t a c a t t e y segûn p o r quê c a t t e s Vayas yo p o r t o menos me e n c u e n t r o que t e n g o que - c h i t t a r mucho a t a p e r s o n a que e s t â a t t a d o y que me t i e ­ ne que c h i t t a r mucho p o r q u e no o i g o t o que e s t â p a s a n d o . E , - A m i p e r s o n a t m e n t e me m o t e s t a n mucho t o s c o c h e s . C , - Te c r é a un d i s t a n c i a m i e n t o de t o d o . E . - De h e cho me c a b r e o b a s t a n t e , s é r i a ca p a z de p a s a r y - r o m p e r t o d o s t o s c o c h e s . B . - A m i me m o t e s t a v e r t a n t o s y t a n r â p i d o s , es v e r d a d - es que va t o d o e t mundo r â p i d o , n a d i e se f i g a en n a d a . A , - A t f i n a l t e a d a p t a s . Preg.: iLlegas a adaptarte realmente?. A . - To c u a n d o v i n e d e t p u e b t o p u e s t o n o r m a l , p o r e t p u e - - 1200 - h t o Vas p o r t a s c a t t e s p o r e t m e d i o , p o r un t a d o p o r d o n ­ de q u i e r e s , s i n p r o b t e m a s p o r q u e v i e n e un t r a c t o r o un co c he de v e z en c u a n d o y a q u i a t no p o d e r i r p u e s p a r a m i - e r a como no s ê . . . . y o c r e o que t o s e n t i a . P e r o t u e g o y a , - a h o r a no s ê , no me g u s t a n t o s c o c h e s e s t o y en d e s a c u e r d o _ y t o d o t o que q u i e r a , p e r o .... no p u e d e r i r p o r t a c a t t e _ t r a n q u i t a m e n t e p e n s a n d o , t e n g o que e s t a r p e n d i e n t e s i me_ v a a p i t t a r un c o c h e o s i me va a d e g a r de p i t t a r y g o d e r es un a f o r m a de a g r e s i v i d a d y ademâs muy g r a n d e , que mu— c h a s v e c e s i r i a s a t d e t c o c h e y t o m a t a r i a s . Preg.: iY el trato recibido en las oficinas pûblicas? A . - Hombre he t t e g a d o a t e n e r g a n a s de m a t a r a un m ê d i c o _ y no l o he m a t a d o p o r c a s u a t i d a d . Eso y a es e t m â x i m o-- Z n o ? . Preg.: iPor quê? A . — Hombre p u e s p o r q u e fu - t c o n mi ma d re que t é n i a un a t a - que de e s o s s e m i c a r d v a c o s , y va un m ê d i c o t e po ne una i n - y e c c i â n y se v a a v e r t a T . V . y t e deg a en una c a m i t t a , a t a s t r è s de t a m anana; e n t o n c e s t a r e a c c i â n t â g i c a , i c u â t e s ? , p u e s s i en a q u e t momento t e h u b i e r a p a s a d o a t g o a m i m a d r e , p u e s e t m ê d i c o ese no h u b i e r a v i v i d o mâs. Pues e r a t ô g i c o que t e h u b i e r a c o g i d o y t e h u b i e r a t i r a d o p o r t a - V e n t a n a . E r a una v i o t e n c i a que ê t me p r o v o c a b a a m i p o r — que y o d e n t r o de m i s r a z o n a m i e n t o s no p o d i a c o m p r e n d e r — que un t i o d e g a s e a un a m u g e r que e s t a b a m e d i o m u r i ê n d o s e y se f u e r a a v e r t a T. V . . P o r q u e n o , no e n t r a b a d e n t r o de - 1201 - l a r a a i o n a t i d a d e s o , y e s o s i va s a un o r g a n i s m o p û b l i e o _ p a r a p o n e r t e una p ô l i z a o no se q u ê , t e n d r â s t a misma vio^ t e n o i a y t e c a b r e a s y no se q u ê . C . - Yo me s i e n t o c o n t r o t a d o s i e m p r e que vo y a es os s i t i o s , r e a f i r m o que e s t o y muy manegado p e r o t o t a t m e n t e . S a t e s de m a t a h o s t i a . B . - Todas e s t a s i n s t i t u a i o n e s b u r o o r à t i c a s e s t â n hech as - p a r a que a p r e n d a s a o b e d e a e r y e n c i m a t e m u t t a n . Preg.: La mûsica de bares y discotecas, a todo volumen -- ios gustà?. iOs molesta?. iOs da igual?. C . - Yo c u an do e n t r a en un a d i s c o t e c a dego de s e r y o . Yo - s o y y a un s e r a n t i s o c i a l t o t a t m e n t e , que no c o n t r o t o m i - c a r â c t e r p o r q u e a t que me empuga t e d a r ê un p u n e t a z o . A . - Yo s i e m p r e que v o y a un b a r p r o c u r a que no haya m û s i ­ c a . F r a n c a m e n t e me pone d o t o r de c a b e z a . B . - Hombre s i hay m û s i c a p e r o de una man er a b a g i t a p u e s - b i e n . D . - Hombre d e p e n d s segûn t a m a r c h a que t t e v a s . Preg.: iLa prostituciôn femenina en la calle? B.- Hombre a m i s% que me a f e c t a p e r s o n a t m e n t e . A . - S i n c e r a m e n t e t e p r o d u c e un m a t e s t a r p a s a r p o r t a P l a ­ za de San L a m b e r t o , é v i t a s p a s a r p o r a h i . B . - Me p a r e c e t o m ismo que c u ando veo a a t g u i e n p i d i e n d o - en t a p u e v t a de una i g t e s i a . E t e f e c t o es e t mismo de -- a g r e s i v i d a d , de d e c i r , e s t o es una m i e r d a . No se pu ede t o t e r a r e s t o , i m p o t e n c i a . P e r o c t a r o a p a r t é de t a s e n s a c i ô n de i m p o t e n c i a , c o n t a s p r o s t i t u t a s t a m b i ê n hay una s e n s a - - 1202 - o i ô n s e x u a l au nque p u e d e s d e o i r e s t o es una m i e r d a . A . - Quê b r u t o s somos n o s o t r o s ! . D, - Es l a p u r a r e a l i d a d , es a i e r t o . Cuando f u i m o s a Barae^ l o n a pasamos p o r e l B a r r i o C h i n o , ib a m o s p o r a t t i y d e-- c i a s : g o d e r quê g e n t u z a hay a q u i , p o r q u e v e i a s a t a s t r è s de t a t a r d e a un t i o c o n un a m i e r d a como un c e r e z o c a y ê n - d o s e p o r a h i con un a b o t e t t a de v i n o , v e i a s de t o d o , p e r o V e i a s t i a s y d e c i a s c o n o e s t â n b i e n . zCômo es p o s i b t e e s ­ t o ? . Lo que p a s a que e s o no q u i t a que e s t é b i e n , t r a s e r a _ y d e t a n t e r a . A , - Es t a t u c h a e n t r e t o r a c i o n a l y l o f i s i c o , p e r o d e n— t r o de Vo r a c i o n a l l a s i t u a c i ô n en s i Z n o ? . P o r e g e m p t o , - e t o t r o d i a yo i b a p o r e t Paseo I n d e p e n d e n c i a y h a b i a u n _ g i t a n i t t o p i d i e n d o en t a p u e r t a de una c a s a de è l e c t r i c i - d a d que hay p o r a t t i , y no sê p o r que e l cr-Co e s t a b a p e g a n do c o n un p a n o en u n a s p l a ç a s que h a b i a y s a t i â e t hombre l o c o g i ô l o l e v a n t s y t e pegô una p a t a d a y l o mandé a h a ­ c e r p u h e t a s p o r a h i ; f i g a t e e r a un o r i o y t e p e g i una p a ­ t a d a p u e s l u e g o me d i ô a s c o de mi mismo p o r q u e t é n i a qu e _ h a b e r t e c o g i d o y h a b e r t e dado c i n c u e n t a a ê t . C . — S i p e r o a t f i n a l es t o que d i c e e s t e B, t e a c o s t u m — b r a s a t o d o , y a l f i n a l t e a c o s t u m b r a r â s a que v a y a t o d o ^ e t mundo p o r a h i con t a p i s t o l a f u e r a i n o ? y no r e a à c i o n a r â s h a s t a que no t e p e g u e n un t i r o , y l o que p a s a es q u e _ s e r â t a r d e y a , es un p r o b t e m a de g u s t i c i a . E . — Una m ad re t e p e g a a un n i n o t a m b i ê n . A mi e s o me a f e c t a , D . - A m i no me a f e c t a n a d a . Yo l e d a r i a un p u n e t a z o y l a _ 1203 m a n d a v t a a t a h o s t - i a . A , - Yo i n a t u s o l e d- igo "o i -ga no pegue a t o t ’l o " muchas Ve~ c e s t o he d i a h o ^ es que no me puedo o o n t e n e v ^ p e r o es to - mdx-vmo que puedes h a o e r . S i p o r q u e t e puede d e o i r ^ " y a_ t t que t e i m p o r t a ’* y e n t o n a e e iquêZ D, - S i de Vez en c ua ndo s i que s u r g e eso^ y en c a s a tam— h i ê n . Preg.: iCômo reaccionabais si os pegaban en casa? E , ~ Pues muchas ve a e s e s t â e r a t a û t t i m a v o t u n t a d d e t p a ­ d r e no se p o d t a h a o e r n a d a , A m i no me han pegado mucho - p e r o v e i a a m i he rm a n a j i y quê? a g u a n t a r t e , € , - Yo no s ê f p o r q u e no t e n g o her m anos . F,- De t o d a s f o r m a s en n u e s t r a s c asas no se ha pegado mu­ c h o . D . - A m i me han pe gado en casas yo r e a u e r d o p o r c u e s - t i o n e s de e s o u e t d . B , - A m i t o que me r e v i e n t a es p e n s a r que t o d o t o que e s ­ t é p a s a n d o t o e s t â n e s c u c h a n d o e t v e c i n o de a t tad o^ s t - de à b a f o s e t de a qu i y e t de a t t à . La conversaciôn derivô por otros derroteros - pero los temas de interês habîan sido tratados. Las for-- mas de violencia mâs definidas eran: ver policîas armados en la calle, ver adultos pegando a los nifios y los ruldos del trâfico urbano. Reconocen que la mûsica fuerte de las discotecas y bares les excita y exalta su agresividad pe­ ro la perciben de manera distinta segûn su propic estado_ psicolôgico. Ante la prostituciôn callejera aparece la -- - 1204 misma ambiguedad que en el capitule cuarto. Reconocen que es una forma de marginaciôn pero sucumben ante la llamada sexual aunque reconocerlo no les satisfaga. También al colectivo juvenil del Casco Viejo_ se le preguntô su reacciôn ante estos y otros aspectos de la vida urbana: "Hay algunas formas de violencia que to-- dos percibimos como taies (una pelea callejera por ejem-- plo), pero hay otra serie de cosas que no significan lo - mismo para todos nosotros. ÂPodrîas decir si algunos de - los ejemplos siguientes los percibes como hechos normales de tu vida cotidiana'o como una forma de agresiôn hacia - tu persona?. Cuadro n- 460 Normal (%) Agresivo No tan (%) contes - Ver a los padres pegando a sus hijos en la calle o vecindario 8,65 74,67 16,6 Que algûn hombre o grupo de hombres te hagan proposicio nés en la calle 9,29 69,55 21,15 La cuadriïlas de chicos que se meten con las chicas al pasar- 21,79 63,78 14,48 Ver a las mujeres que ejer- cen la postituciôn en algu- na plaza de la ciudad. 31,73 47,75 20,51 El trâfico urbano donde ha- ces normalmente tu vida. 42,62 42,62 14,74 La presencxa de agentes del orden armados en la vida cô tidiana de la calle. 43,58 41,34 15,06 1205 Agresivo No con- testan El sistema de atencion en el ambulatorio de la seguridad social. 36,21 41,02 . (%)22,75 Que a los catorce anos, si no has ido antes bien en los 38,78! estudios no.puedas sepuir es.tudios suneriores 37,82 23,39 Oir a los vecinos a travês de las paredes de tu casa 20,51 32,37 47,11 El efecto de mûsica y lu­ ces en las discotecas 56,41 27,56 16,02 El tener que dar tus da­ tes (personales , familia- res) para cualauier trânite oficial 56,73 24,35 18,91 Tener que ensenar el car net para entrar al cine, a la discoteca 31,41 19,87 48,75 Là T.V. puesta en los bares mientras hablas con tus amigos. 67,62 16,34 16,02 Lassinfonolas de los bares 75,64 8,65 15,70 Las situaciones o hechos sociales que son viŝ tos o sentidos como agresiones por porcentajes muy altos: entre el 63 por ciento y las tres cuartas partes son, los castigos fisicos infligidos por los padres a sus hijos en el vecindario, la agresiôn sexual verbal de los hombre ha cia las mujeres y el gamberrismo de los chicos hacia las_ chicas. Todos ellos constituyen actos de violencia direc­ tes hacia personas, siendo los dos filtimos motive de que- ja constante entre las chicas del barrio, que son quienes mâs responden.,Algunos ejemplos de ellos se ven en los -- testimonies de Btinca, sobre los discotequeros, en el cap! tulo tercero. 1206 Otro grupo de situaciones violentas que aglu- tinan a porcentajes entre el 40 y 50 por ciento son el ejercicio de la postituciôn en la calle, el trâfico urba­ no y la presencia de policîas armados entre ciudadanos -- que obviamente no lo estân. Son tres casos completamente_ distintos pero el primero es un recuerdo demasiado eviden te de la marginaciôn social de algunas mujeres, el segun- do impide caminar relajado, en conversaciôn animosa, el - tercero recuerda los costes del mantenimiento del orden - en el pais y hace que el joven se sienta dêbil y poten-- cialmente sujeto de ataque mâs que de protecciôn. Trâfico y agentes del orden son vistos como - algo normal por un porcentajes de jôvenes parecido al de_ quienes no lo ven asl, lo que indica que la opinion juve­ nil estâ dividida en dos bloques opuestos. No sucede lo - mismo con la prostituciôn. Son menos quienes la ven n o r ­ mal y mâs quienes no saben que contestar. El sistema de - atenciôn en los ambulatorios produce los misraos efectos - que los aspectos anteriores, con mârgenes de perplejidad__ mayores y con la percepciôn de una atenciôn negativa so-- brepasando ligeramente a la positiva. Los porcentajes de jôvenes que sienten agredi^ dos van disminuyendo ante los otros puntos planteados en_ el euestionario. Igual nûmero de jôvenes ven normal que - el proceso educative anterior a los catorce afios determi­ ne el future educative que quienes consideran que con -- - 1207 - ello se ejerce violencia sobre el joven, o se le imponen_ las réglas desde muy temprana edad. Ante la proposiciôn de que oir a los vecinos_ a travês de las paredes pueda ser normal o agredir la in- timidad son mâs quienes se deciden por lo segundo; no ob^ tante lo que prédomina es la perplejidad. Probablemente - este 47 por ciento de jôvenes que no saben que contestar_ no se habrâ puesto a pensar sobre un hecho considerado parte de la vida urbana o tal vez inexistante (no oyen ruidos porque no existen o porque existen desde siempre). En todos los demâs puntos analizados en el -- cuadro n- 466 prédomina el convencimiento de que son si­ tuaciones normales de la vida cotidiana, aunque algunos,- como el tener que ensefiar el carnet para entrar al cine o discoteca deja sin respuesta a casi la mitad de los jôve­ nes. Deduzco que las formas indirectas de control_ social ejercidas en un ambiente urbano de una sociedad compleja estâninteriorizadas como légitimas por la mayo- ria de los jôvenes aunque permanecen inaceptadas o acepta das con sentimiento de agresiôn por minorias importantes. Entre el 24 por ciento de quienes asi reaccionan ante la_ informaciôn que hay que dar de si mismo a los organismos_ oficiales, hasta el 20 por ciento que consideran una agr£ siôn personal el control de edad que se ejerce en lugares de ocio como cines y discotecas. Tambiên el efecto de mû- 1208 - sica y luces de estas aparece como una forma de violencia ante un grupo superior a la cuarta parte de los jôvenes.- Los hâbitos mâs normalmente aceptados son el funcionamien to del televisor en lugares de conversaciôn simultânea co mo los bares, y la existencia de sinfonolas en los mismos. Como D., el militante dijo, la reacciôn pare- ce depender del estado de ânimo que se tenga "de la m a r ­ cha que se lleve". - 1209 - 7.6.- FACTORES DISCRIMINATORIOS DE LA OPINION COLECTIVA. Los factores a los que doy aqui mâs relevan-- cia por su ayuda a dilucidar opiniones o disposiciones g£ neracionales son el sexo y la edad. En tercer lugar analizo el status socio-prof^ sional, en el que incluyo la actividad juvenil y en oca- siones el nivel de estudios y la actitud politica, en -- cuanto ayudan a clarificar posiciones que son en realidad nosiciones de clase también. No analizo este tercer fac­ tor en relacién a la delincuencia y droga o a los agra--- vios causados por situaciones y hechos del entorno urbano a fin de no alargar demasiado el anâlisis. Este punto, asl como el estudio de la influencia producida por las tendencias politicos en la pèrcepciôn de la vida politica y cîyica los postergo para mâs adelante. 7,6.1.- EL SEXO. Hombres y mujeres responden con interês pare- jo a la mayoria de las preguntas que se les hacen. Las mu jeres son mâs indiferentes en politica, en parte porque - su desencanto con la acciên del gobierno y de los parti- - 1210 dos politicos es mayor. Siguen fieles a tendencias socia- listas y social-demôcratas pero estân mâs decepcionadas - con politicas de extrema izquierda que de extrema derecha; al contrario que los hombres. Ellos creen que nada o muy_ poco cambia en Espana. Las chicas por el contrario se in- clinan a creer eue las cosas cambian pero deteriorândose,- es decir para peor. Los jôvenes estân mâs informados de - las cuestiones laborales y toman posturas mâs radicales - hacia la autogestiôn obrera y la planificaciôn regional - de conjunto. Aprueban en mayores porcentajes acciones de_ protesta popular aunque luego son las mujeres quienes re- chazan la violencia institucional o la respuesta a las presiones populares que implique agresiôn a las gentes. Los hombres participan mâs en acciones de ti- po social y civico y muestran mayores deseos de seguirlo_ haciendo. Juzgan mâs severamente a los delincuentes juve­ niles y optan por castigos duros en mayor nûmero que las mujeres quienes insisten mâs en cambiar o reformar la sociedad que genera el delito. Elias se muestran mâs com- prensivas hacia los drogadictos. Son mâs sensibles a las_ incomodidades creadas en una vida urbana en cuanto aten-- tan a su integridad personal y al respeto de su intimidad Los hombr'es expresan agravios mayores por las formas de control social creadas por las instituciones de la sociedad actual. - 1211- 1-) Las simpatîas politicas que los y las chicas tienen - dan luz a interesantes resultados en cuanto que confirman regularidades halladas en otros estudios de juventud y de poblaciôn en general. Me refiero a la mayor indiferencia_ y perplejidad femenina ante los partidos politicos. Al mismo tiempo los jôvenes del Casco Viejo rompen el esque- ma de una mayor moderaciôn y conservadurismo femenino. Efectivamente en el Casco Viejo hay una quin­ ta parte raSs de chicas que de chicos respondiendo cons-- cientemente que no tienen ideologia politica. El interês y conocimiento politico es mayor en ellos que en ellas, - bien cierto, pero las jôvënes que se interesan por los partidos politicos disminuyen a la derecha como disminuyen a la Izquierda. Esto puede parecer muy natural puesto que hay menos mujeres con simpatias politicas, pero lo mismo_ sucede en la ciudad, en la juventud espafiola, en la pobla ciôn adulta y sin embargo los porcentajes de mujeres sim- patizantes de derecha han sido hasta ahora superiores que los de los hombres, lo cual ya no sucede en el Casco Vie­ jo (ver cuadro n^ 467 ) ( 36 ). El talante femenino, menos orientado a la de­ recha en el Casco Viejo se parece mâs al observado en la_ juventud rural en 1979 (37 ). De aqui la necesidad de re- trazar el perfil de las mujeres jôvenes en contextes rura les y en los urbanos deteriorados en termines urbanisti-- cos y con altos mârgenes de inmigraciôn social. Asi se po - 1212 - drîa aclarar la orientaciôn atîpica femenina aqui obser- vada. Sigo con el anâlisis de las tendencias. Las - chicas no solo van menos hacia la derecha sino que se in- clinan menos hacia los conservadores, y mâs hacia los li­ bérales en primer tërmino y democristianos en segundo lu­ gar. Al interior de la izquierda y centro-izquier­ da hay tambiên especificidades dignas de atenciôn. Expon- go a continuaciôn el orden de prioridades: Chicos Chicas 1- Social-democracia social-democracia 2- Anarquismo Anarquismo y socialisme (marxi^ ta y no marxista) 5 - Socialisme marxista Comunismo 4- Socialisme no marxista 5- Comunismo Chicos y chicas son social-demôcratas en pri­ mera instancia pero si bien para las chicas luego el anar quismo y el socialisme adquieren la misma importancia, no sucede lo mismo en el case de los chicos. Para ellos el - anarquismo ocupa un lügar mâs importante. Los porcentajes de jôvenes simpatizantes del comunismo se igualan en to-- dos (ver cuadro n® 468 ). De acuerdo a estas tendencias icômo se resol- viô el veto en las elecciones générales de marzo del 79?. - 1213 - Como puede verse en el cuadro 468,1a absten-- ci6n femenina fue ligeramente superior a la masculina. - Los chicos votaron mâs a la izquierda, al socialismo y al PC, en concrete y menos a la derecha. Predomino en ambos_ sexos el voto a la izquierda no obstante. El espectro de derechas fue mâs centrista en_ los hombres y mâs conservador en las mujeres, tanto en su voto a Coaliciôn Democrâtica como a la Unidad Nacional, - con inclinaciôn superior a la extrema derecha que a la de recha. El espiritu regionalista de las jôvenes se plasma prioritariamente en posturas de derecha también. - Las jôvenes aunque no simpatizan mâs con la derecha que - los jôvenes, le dan su voto en mayor nûmero (dentro de -- las minorias). No sôlo lo hicieron en el pasado sino que_ en el presente es mâs sustancial la minorîa femenina que_ preferiria un gobierno de derecha, como es mayor la mino­ rîa masculina que preferiria un gobierno de extrema iz--- quierda. Ellas se inclinarian mâs a la indiferencia "me - da igual" que los varones, y mantendrian cierta fidelidad hacia el centro ausente en estos (ver cuadro n̂ 469 j.Las preferencias de voto confirmarlan las constantes observa- das por otros estudios électorales (Duverger lo confirma_ en el caso francés), de un voto femenino mâs conservador_ que el masculine. Es decir que entre las jôvenes sigue dominan- - 1214 - do la izquierda, no se ve tanta -viabilidad a un gobierno_ de centro izquierda como entre los varones y es mayor su_ inclinaciôn a la derecha. Todo ello dentro de un descenso de interês o de impldcaciôn comûn a ambos sexos pero mâs_ pronunciado en el femenino. Mirando en detalle el cuadro n-469 , se paten tiza el escepticismo de las mujeres hacia el PCE, (su de^ censo en el apoyo es notable mientras el sonar te masculine no se altera) y hacia el radicalisme de izquierda que deŝ ciende bruscamente- tambiên y que se mantiene mâs alto, - aunque tambiên desciende, entre los varones. El PSOE, en_ coaliciôn o en solitario es bien visto por las opinantes, mâs aûn en alianza con el PCE que con UCD, movimiento me­ nos évidente entre los varones. El paso de los varones a la derecha conserva- dora y extrema es mâs évidente (aunque menor), que en las mujeres, debido a que no le votaron apenas en las eleccio nés de 1979. Recapitùlando, la falta de viabilidad que las mujeres ven hoy en la izquierda se concentra en una dispo siciôn crîtica a la extrema izquierda. Por oposiciôn una_ minorîa mâs alta se dirige a la extrema derecha, y lo que sigue dominando el expectro politico femenino es el so-- cialismo. Los hombres, sin embargo, se sienten mâs iden tificados con toda la izquierda; es prioritario el socia­ lismo pero se mantienen las minorias de extrema izquierda 1215 - y del PCE fieles a sus grupos. La credibilidad del centro ha descendido mâs drâsticamente en los varones que en las mujeres. Cabe plantearse si la decepciôn de un sector_ femenino con la izquierda se debe a que no ha encontrado_ en ella, respuestas especîficas a reivindicaciones femeni^ nas o ademâs a que las amenazas al desarrollô democrâtico, al equilibrio del pais que latîa en el ambiente social -- dos meses antes del ataque al Congreso del 23 de Febrero, ha menoscabado mâs su fe en la viabilidad de un gobierno_ de izquierda; su confianza en que las fuerzas ■ ultra con- servadoras permitieran un gobierno democrâtico de orienta ciôn socialista sin amenazarlo constantemente y por tanto impidiendo un desarrollo normal de la vida del pais. Cabe hacerse estas preguntas porque sucede -- que las mujeres que mantienen posturas mâs conservadoras_ son las estudiantes y las trabajadoras; especialmente las primeras, que son quienes potencialmente tienen mayor ac- ceso a la informaciôn de lo que sucede en el pais. De he­ cho las mujeres amas de casa estân mâs especîficamente in clinadas a la izquierda que las demâs. Denotan mayor deso rientaciôn y confusiôn que los grupos de actividad mâs -- integrados a la vida social exterior al âmbito familiar.- No obstante las que declaran sus opiniones politicas se - inclinan mâs a la social-democracia y al socialismo mar-- xista. Son un tercio de las amas de casa quienes llegan a 1216 identificarse con un proyecto social-demôcrata o socially ta marxista, y ninguna de ellas se sitûa ni al centro ni__ a la derecha. La interrogante de quê sucede con la opiniên femenina y por quê evoluciona asî es suficientemente in-- trigante como para plantear la necesidad de una mayor pro- fundizaciên de las orientaciones polîticag^.femeninas, lo_ que un equipo de sociêlogos estâmes intentando hacer ac-- tualmente en la ciudad de Zaragoza. 22) Ya se ha visto en el anâlisis general del capitule la escasa afiliaciên de los jôvenes a las organizaciones po­ liticas juveniles y a los partidos politicos. Las razones que hombres y mujeres dan^difieren porcentualmente. Las mujeres acusan mayor desencanto que los - hombres, mayor pêrdida de fe en la capacidad de los parti­ dos politicos para cambiar realmente la situaciôn del -- pais, acusan mâs a las organizaciones juveniles y parti-- dos de teorizar mucho pero sin convencer en la praxis.-- Teniendo en cuenta quienes son las jôvenes mâs desencanta das; estudiantes y trabajadoras, ello hace pensar en que no solamente se refieren a problèmes générales del paîs,- que afectarian por igual a hombres y mujeres, sino a los_ derivados de la marginaciôn femenina. Ocurre que militan­ tes de partidos de derecha y mâs aûn de izquierda coinci- den en afirmar que su posiciôn en el partido es tan secun daria como en el hogar. En algunas conversaciones manten^ - 1217 - das con colectivos Juveniles de una y otra tendencia se - manifiesta siempre la misma sensaciôn, corroborada por el acceso a los cargos pûblicos, de hombres y mujeres. Ellas reconocen tener menos probabilidad de formaciôn y de ha-- cer carrera politica que los varones. La aceptaciôn de e£ te hecho es mâs pasiva en los grupos de derecha que en -- los de izquierda. Los hombres participan también del desencanto, del desinterês de las organizaciones politicas por la pro blemâtica juvenil, su falta de eficacia, su entorpeci--- miento de las vias de participacién. Acusan en mayores -- porcentajes también la falta de interês de los jôvenes en la politica y su desinterês con la forma de pensar de las organizaciones politicas. Unas de estas razones llevan a_ las otras evidentemente. Si las organizaciones politicas__ fallan en el tratamiento de los problemas juveniles y en_ la utilizaciôn de mêtodos eficaces de acercamiento a los_ jôvenes, descubriendo sus intereses y facilitando su par- ticipaciôn, los jôvenes responden desinteresândose de la_ politica. Este parece ser el proceso de raciocinio mascu­ line. El femenino que sigue los mismos derroteros insiste mâs radicalmente en el desencanto consecuente con tan ge­ neral muestra de incapacidad para el cambio (ver duadro - n® 470 ). Los juicios acerca de la politica del gobier_ no para solucionar los problemas del pais no varian, sàl- - 1218 - VO en una mayor severidad femenina hacia su competencia y voluntad de solucionar los problemas (ver cuadro n^ 471 ) y una mayor inclinaciôn masculina a juzgar su politica cô mo un continue hacer use de parches para solucionar lo mâs inmediato sin ocuparse de mâs. Las diferencias porcen tuales son minimas no obstante. 32 ) El juicio que los jôvenes hacen sobre la situaciôn - politica en Espafia, muestra un mayor convencimiento mascu lino de que "no cambia nada desgraciadamente" o sobre to- do que las cosas estân cambiando muy poco. Las mujeres - por el contrario estân mâs convencidas que los varones de que las cosas cambian si pero para peror (ver cuadro n2 472 ). Su respuesta, unida al juicio de la accion guberna mental sugiere un convencimiento mayor de que la inefica- cia de los gobernantes estâ contribuyendo al deterioro - del pais. Todo ello explica su mayor desencanto e indife­ rencia hacia los politicos. La percepciôn que unos y otras jôvenes tienen de cuestiones mâs candentes de la situaciôn social espafio la varia también ayudando a explicar los porquês del ma-- yor desencanto femenino. A las mujeres les concierne mâs_ la dificultad de encontrar trabajo de los jôvenes. Las dî ferencias porcentuales son altamente significativas, pue^ to que responden a ello tres cuartas partes de chicas mien tras que sôlo lo hacen la mitad de los chicos. También -- - 1219 - dan tasas mâs altas de sensibilizaciôn al cierre de las_ empresas/ a la carestîa de vida y desfase entre subidas_ de salaries y precios (ver cuadro n® 473 ). El paro es - visto por ambos sexos como el problema clave. Luego los_ chicos insisten mâs en cuestiones que entorpecen la cal^ dad de vida, taies como la masificaciôn de las ciudades_ y el hallar trabajos estimulantes, lo que muestra que sus condiciones bâsicas de partida son majores que las - de las mujeres, y ptieden por tanto aspirar a mejoras cua litativas del entorno urbano y laboral. En conexiôn con los problemas que afectan al pals y por tanto a la regiôn, présenté anteriormente la_ opinién juvenil hacia el proceso de preautonomîa en cur- so. Las mujeres insisten mâs en la falta de competencies reales concedidas por Madrid, aunque al menos ha logrado despertar en gran medida los sentimientos regionalistas_ de Aragén. Acusan mâs a la poblaciôn aragonesa de su apa tîa, lo que no es una ayuda para conseguir una autonomie mejor, Los hombres se fijan mâs en el papel simbôli^ co que ha jugado, sin incidencia real, no obstante, en r los problemas régionales. Ven en tasas mayores que el proceso ha sido positivo como un primer paso pero recono cen en mayor medida que las expectatives iniciales han - ido desapareciendo al ver que no se ha tenido a un go-- bierno autônomo y centrado en los problemas de la regiôn (ver cuadro n^ 4 74 ). 1220 - 42) Los cambios en la organizaciôn del trabajo son defen didos por porcentajes mayores de hombres que tienden a - la autogestiôn de los propios trabajadores. Las mujeres_ se muestran mâs partidarias de que sean los propietarios quienes lleven la èmpresa y mâs contrarias a que la pro- piedad sèa del Estado y este nombre a los directives. -- Las posturas femeninas son mâs libérales y las masculi-- nas mâs radicales, lo que concuerda con las tendencias - de voto de unos y otras. Las opiniones que merece la instalaciôn de - una empresa multinacional en las cercanîas de Zaragoza,- la General Motors, son mâs positivas en las mujeres que_ en los varones. Ellas elaboran un juicio a base del pro­ blema del paro y estân mâs convencidas de que va a solu­ cionar este problema por un largo plazo al menos tempo-- ralmente. Los chicos por el contrario hacen un juicio mâs negativo argumentando que el Estado se ha gastado en facilitar su instalaciôn lo que debiera haber invertido_ en la industrie agropecuaria de Aragôn. La conciencia po lîtica de los varones aparece nuevamente aqui matizando_ sus valoraciones mientras las chicas responden con ênfa- sis mayor en los problemas mâs visibles del momento y por tanto acentuando menos las situaciones a largo plazo o con inferior observaciôn de la problemâtica general en la que se inserta una situaciôn particular (ver cuadro - - 1221 - n2 475). Siguiendo esta tônica son mâs las mujeres que no conocen el Estatuto del Trabajador y entre quie-- nes lo conocen disminuye el porcentajes de las que opi-- nan que es una ley buena para los trabajadores. Pocas -- son las diferencias entre chicos y chicas convencidos de que aquel defiende mâs los intereses de la patronal, per ro la diferencia existante va en la lînea de una convic- ci6n masculina superior a la femenina (ver cuadro n2476) Claro que esta es la postura mayoritaria en todos los j^ venes. 5®) En cuanto a la violencia institucional y popular no_ se advierten grandes diferencias excepte por una acepta­ ciôn inferior de cualquier tipo de violencia y cualquier forma de protesta por parte de las mujeres: Las acciones violentas por ejemplo sôlo las acepta un 3,7 por ciento_ de mujeres frente a un 10,1 por ciento de varones. Lo -- mismo sucede con la legitimaciôn de formas de prèsion mâs moderadas. En todas ellas va la mujer detrâs del hom bre. El cuadro n®477 muestra todas las formas de protes­ ta, desde las mâs acoptadas hasta las menos y en êl se - refleja la mayor moderaciôn o timidez para la acciôn de_ las mujeres asi como el alza del porcentaje de quienes - no responden. En todas las cuestiones anteriores eran -- muy pocos los que se abstenian de responder y no se nota - 1222 ban diferencias entre los hombres/y las mujeres. Por otra parte el rechazo a la respuesta in£ titucional que intenta suprimir o moderar acciones de n- protesta populares es bastante parecida en hombres y mu^ jeres. Y la aceptaciôn de su intervenciôn que es menor - cuanto mâs violenta aparece, todavia résulta mâs minori- taria en las chicas que en los chicos (ver cuadro n®478). Los ejemplos mâs llamativos son la oposiciôn a : "mandar a la fuerza pûblica equipada con material antidisturbios a disolver una manifestaciôn" y "militarizar a los em?-- pleados del sector pûblico que se ponen en huelga". Las_ mujeres rehusan mâs que los hombres que la fuerza pûbli^ ca disuelva una manifestaciôn aunque sea pacîficamente. Tienen sin embargo mayor temor a las altera-- ciones del orden y del funcionamiento social normal. De_ ahî que acepten mâs la prohibiciôn de una manifestaciôn_ cuando "exista peligro de alterar el orden pûblico" y que se atienda "por medio de personal del ejêrcito los - servicios pûblicos paralizados por una huelga". Lo que rechazan mâs es la violencia en si y_ aceptan mâs las alternatives no violentas o menos agresi vas aparentemente, contra el estado y contra la sociedad. 6®) La disposiciôn a la participaciôn en acciones socia les es en lîneas générales inferior entre las mujeres que entre los hombres. Ellas han participado menos en to - 1223 - das y cada una de las acciones de protesta planteadas en la encuesta (ver cuadro n® 479 ). Son al mismo tiempo las mâs reacias a incor- porarse a un servicio, tenga carâcter militar o civil, - mientras los hombres serîan partidarios de que la mujer_ lo hiciera en mayores porcentajes. Igual al hombre dicen los mâs jôvenes con contenidos cîvico-sociales dicen los de mâs edad. Aqui quiero hacer hincapié en las disposicio nes de los varonès hacia el servicio militar, en el que_ aceptan contenidos militates, (preparaciôn para el mane- jo de armas) a la vez que sugieren su interês en reali - zar servicios civiles. Pero dominan aquellos sobre estos. Tal orientaciôn del comportamiento dista mucho de la que tenîan los jôvenes franceses de centres de ensefianza su­ perior encuestados y entrevistados en 1967 por Fouchard_ y Davranche (38 ). Sôlo 20 por ciento de ellos optaban_ por un servicio militar, siendo 10 por ciento de ellos - jôvenes que tenîan de catorce a dieciseis afios. Aûn es-- tos cuestionaban la utilidad del servicio tal como se -- concebla entonces, criticando la estrechez del espiritu_ militar, Los demâs optaban por servicios civiles. Lo im­ portante era entonces luchar contra el subdesarrollo y - el hambre en su pais y en los del tercer mundo. Un con-- tacto frecuente con otras realidades y la afluencia de - - 1224 - las aspiraciones colectivas de desarme influîan en su e£ pîritu antimilitarista. Su objetivo era ser ûtiles a la sociedad har ciendo algo positivo por la calidad de vida de quienes - aûn carecîan de la prosperidad de que gozaba Europa. Hoy dîa los jôvenes viven en un mundo de rearme y de escasez econômica. Especialmente los trabajadores de bajos nive­ lés de calificaciôn y parados que existen en porcentajes sustanciales en el Casco Viejo. Su vision de las cosas - ha variado mucho de aquella êpoca francesa anterior a ma[ yo del 68. La realidad militar espafiola, planeando cômo_ una amenaza sobre la sociedad civil tampoco coadyuva a - desautorizar las maniobras militares que los jôvenes -- franceses consideraban obsoletas. Realidades internacioT nales y vivencias especîficas espafiolas contribuyen a que los jôvenes del Casco Vièjo opinen con menos liber-- tad o con mâs cautela, valoren en mâs èl manejo de las_ armas y consideren que hacen algo ûtil a la sociedad si^ viendo en el ejêrcito durante una êpoca de su vida. El interês en actividades cîvicas y polîti-r cas marca algunas diferencias (ver cuadro n® 480 ). Los_ jôvenes varones se inclinan mâs a actividades que colabo ren en la resoluciôn de problemas locales o del barrio.- Ya se viô en el capîtulo cinco que tienen mâs vida de ba rrlo que las mujeres. Tambiên les atrae mâs la participa ciôn en trabajos y debates que propicien la discusiôn pû - 1225 blica sobre temas de interês nacional, regional, social. Las mujeres muestran mâs entusiasmo por la dedicaciôn de tiempo y trabajo a actividades de interês civico y pro-- blemas sociales en general. Hay que reconocer que ambos sexos siguen -- orientaciones mayoritarias acordes con el tipo de socialisa ciôn tradicional, aunque tienden cada vez mâs a igualar - sus intereses. Es similar el porcentajes de hombres y mu­ jeres que quieren participer en reuniones politicas y en_ asociaciones juveniles por ejemplo asî como dedicar tiem­ po y trabajo a un partido politico. 7®) Los actos delictivos o antisociales que ambos sexos - sefialan como cometidos por gente de su edad son fundamen- talmente los mismos. Las mujeres hacen mâs hincapié no -- obstante en los robos a la gente en la calle y en el gam­ berrismo que agrede a las personas, Hay que recbrdar que_ en el Casco Viejo las chicas son vîctimas de este gambe-- rrismo con cierta frecuencia. Mencionan mâs las violacio- nes o asaltos a mujeres, los robos en farmacia y las --- agresiones que culminan matando gente, bien que lo hacen_ minorias muy pequefias. Los hombres por el contrario sefialan con mâs frecuencia que los jôvenes se emborrachan y dan escânda-- los, que roban coches y queprotagonizan rifias callejeras. Cada sexo ha observado con mâs detalle aquello de lo que 1226 - ha sido vîctima (en el caso femenino) o que ha protagoni- zado alguna vez (en el caso masculine). Conviene tener presente que los jôvenes cometen mâs actos delictivos o - antisociales que las mujeres (se comprueba nuevamente en_ el estudio de marginaciôn juvenil que se realiza en la -- ciudad), que algunos de ellos constituyen una reafirma-- ciôn de su masculinidad y otros ademâs son una forma de - agresiôn sexual como medio de desatar la represiôn experi^ mentada. Los primeros son admirados por los jôvenes varo­ nes entrevistados, como ya présenté anteriormente, y son_ protagonizados en mayor nûmero por los adolescentes. Los_ segundos son menos populares y rechazados por la mayorîa_ de los jôve'ics ademâs de temidos por las mujeres (ver cua dro n® 481 ). Al preguntârseles por los delitos que creen_ van en aumento, las respuestas siguen la misma direcciôn_ que las anteriores, excepto en el robo a gente en la ca-- 11e que ambos sexos coinciden en senalar por igual. Por - lo demâs las mujeres creen que aumentan las violaciones o asaltos a mujeres y el gamberrismo callejero. Los hombres ponen el ênfasis en todo lo demâs, como puede verse en el cuadro n® 482 . Insisten en que siempre ha habido delincuen­ cia en el barrio pero que no creen que aumenta. Son mâs - los hombres que asî lo dicen que las mujeres(10 por cien­ to mâs). Ellas se inclinan a creer que aumenta en Zarago- - 1227 za en porcentajes mâs altos (13 por ciento). Aparecen por tanto como mâs influenciables a los medios de comunica-- ciôn social, hallazgo que confirma otros estudios anterio res sobre la superior fragilidad femenina ante lasnoti-- cias transmitidas por los mass-media (39 ) (ver cuadro - n® 483 ). Los varones estân mâs convencidos de que la_ delincuencia proviene de los jôvenes del barrio y de los_ de fuera, es decir que son mâs conscientes del carâcter - central que su barrio ocupa en la ciudad y por tanto de - la atracciôn que ejerce para quienes quieren robar. Las - mujeres muestran una perplejidad mayor (ver cuadro n® 484), Las causas de la delincuencia son senaladas_ por ambos grupos con coincidencias notables a excepciôn - de: - las causas familiares y las necesidades de auto-afirmaciôn personal reproduciendo imâgenes transmit!^ das por los mass-media, mâs importantes para las mujeres; - la necesidad de disponer de dinero para la diversiôn y la ausencia de trabajos gratificantes, sefiala dos preferentemente por los varones (ver cuadro n® 485). La medidas aptas para disminuir la delincuen cia se inclinan hacia el cambio social y mejora de los -- sistemas de reeducaciôn en el universe femenino, mientras que el masculine opta por medidas mâs duras hacia los de­ lincuentes (ver cuadro n®486 ). 1228 - 8-) Las opiniones hacia la droga siguen las tendencias s^ guientes: Los hombres ven la droga como parte de una - moda contemporanea que siguen algunos jôvencs al igual -- que otros se aficionan al trabajo. Sin embargo insisten - mâs en que se trata de una dependencia dégradante. La mujeres observan mâs la bûsqueda de eva-- éiôn propuesta por quien se droga y se muestran mâs cons­ cientes de la esclavitud que entrafia y de la importancia_ que en ello juega la ausencia de canales adecuados de -- ocio (ver cuadro n- 48 7 ). Estas se sienten mâs inclinadas a juzgar a - los jôvenes del barrio que se pinchan como gentes necesi- tadas de ayuda. La indiferencia prédomina entre los varo- nes (ver cuadro n- 488 ). Por ûltimo y en cuanto a las situaciones del entorno social que perciben como normales o agresivas las coincidencias de opiniôn son menores que los énfasis par- ticulares que hacen ambos sexos: Las mujereswcaptan los siguientes hechos co­ mo mâs agresivos que los hombres: - la violencia fîsica ejercida sobre los ni- fios; - la agresiôn verbal masculina hacia las mu­ jeres ;'*el que algûn hombre o grupo de hombres te haga pro posiciones en la calle". - 1229 - - La presencia en las calles de las mujeres_ ejerciendo la prostituciôn. ■ - El oir a los vecinos a través de las para­ des de tu casa. - Las cuadrillas de chicos que se meten con_ las chicas al pasar. - La presencia de agentes del orden armados, en la vida cotidiana. - El efecto de la mûsica y luces en la disco teca. - El televisor funcionando en los bares mien tras hablas con tus amigos. Los hombres por el contrario se sienten mâs_ violentados por: - El trâfico urbano de las calles donde se - vive habitualmente. - La informaciôn sobre uno mismo exigida en_ las institu-ciones pûblicas donde es necesario realizar al̂ gûn trâmite o gestiôn. - El sistema de atenciôn en el ambulatorio - de la Seguridad Social. - La capacidad de los estudios seguidos has- ta los catorce ahos de determinar el porvenir manual o in telectual de la formaciôn posterior. - El tener que ensefiar el carnet para entrar al cine o a la discoteca (ver cuadro n- 489 ). 1230 - En resumen, las mujeres son mâs sensibles a_ las incomodidades creadas en una vida urbana donde bay una serie de hâbitos u obligaciones de convivencia que atentan a la integridad personal o a su intimidad. Los hombres lo son mâs por el contrario a -- las formas de control generadas por una sociedad compleja, que entorpecen su libertad de acciôn. 7.6.2.- LA EDAD. La orientaciôn polîtica mayoritaria es soci^ lista, pero en las minorîas se observa una tendencia ha-- cia la derecha liberal y conservadora y de extrema dere-- cha en los mâs jôvenes de la muestra que no se da en los_ que tienen mâs edad. Sobre todo en la inclinaciôn a la ex tréma derecha. Los primeros tienden a proyectos sociales^ que enfaticen el protagonismo de la sociedad civil sobre_ el del estado; hace mella en ellos el régionalisme con ma yor fuerza y su decepciôn relativa con los partidos y con el gobierno es mayor. Tambiên su perplejidad o dificultad para manifestan su opiniôn, por lo que el porcentaje de quienes no responden disminuye con la edad. Conforme aumenta la edad progresan las postu ras de rechazo a acciones violentas, de carâcter civil o_ 1231 estatal. Se acrecienta asîmismo la conciencia de las li-- bertades pûblicas a las que se tiene derecho y la parti-- cipaciôn en formas de presiôn moderadas que los reivindi- quen. Se ejerce ademâs un juicio crîtico sobre el servi-- cio militer al que se darîa carâcter de aprendizaje en el funçionamiento de armas o de servicios civiles limitando_ su tiempo al perîodo en que realmente se ejercen una u -- otra funciôn. Los mâs jôvenes quieren ver en el servicio_ militar una oportunidad de aprendizaje en âreas profesio- nales de su interês imposible de realizar en sus condicio nés socio-econômicas actuales. Se acrecienta con la edad el interês por la_ participaciôn en acciones de interês cîvico y politico, - mientras que los mâs jôvenes se centran mâs en los proble mas que afectan a su barrio y manifiestan una disposiciôn superior a incorporarse a asociaciones juveniles. Son los mâs jôvenes tambiên quienes conocen y admiten con mayor - naturalidad la dèlincuencia existente en su barrio y qure nés se muestran mâs indiferentes ante los adictos a la -- droga. Utilizarlan medidas coercitivas para reprimir la - delincuencia juvenil y aceptan como normal el control so­ cial que sobre ellos se ejerce. Buscan mâs seguridad que_ los jôvenes de mayor edad, mâs concernidos estos con el - problema de la drogadicciôn y mâs interesados en medidas_ de cambio social y reforma institucional que recuperen pa ra el conjunto a quienes delinquen o sufren dependiencias - 1232 - aliénantes por la adicciôn a la droga. El rechazo al con­ trol social institucional aumenta considerablemente con - la edad como lo hace su rechazo de las consecuencias de - una masificaciôn urbana incontrolada: trâfico constante - en los lugares de residencia, efectos violentes de mûsica y ruido en las discotecas, ruido en los bares que impide conversaciones coloquiales, etc. 1-) Teniendo en cuenta que la orientaciôn socialiste es - mayoritaria lo es ligeramente menos en los mâs jôvenes, - quienes se inclinan hacia posturas conservadoras y falan- gistas por una parte, hacia la corriente liberal por la - otra. Son a su vez los menos comunistas de todos. A excepciôn de este ûltimo punto pueden ha-- llarse las mismas tendencias en la juventud de Zaragoza - por la misma época. A menor edad mayor desorientaciôn y - ausencia de ideologîa (ver cuadro n^ 490 ). Este con-- junto de actitudes es constante en el espectro juvenil es paûol de los ûltimos afios, retrazable a través de las opi niones polîticas, emitidas en las encuestas bêchas a la - juventud espafiola que se vienen mencionando. Me refiero a en especial a la encuesta de 1977 porque ademâs de reflé- jar las tendencias aquî observadas, corresponde al perîo­ do de democratizaciôn del pais y por tanto se podîa res-- ponder con mayor libertad que en el periodo anterior (197f y 1975) ( 40 ). 1233 Deduzco de las manifestaciones de los mâs venes, especialmente de su tendencia al socialisme y anar quismo y entre las minorîas a una corriente liberal, que_ rechazan con mayor énfasis que los demâs una concepciôn - del estado que le adjudique el protagonismo en el control y direcciôn de la colectividad. En consecuencia estiman - los proyectos sociales que suponen mayor libertad de ac- ci6n individual y colectiva; Son mâs regionalistas los de menos edad como puede observarse por el voto que emitieron en 1979 los que ahora tienen de diecinueve a veintiûn afios (ver cua- dro nS 491). Ellos son quienes votaron mâs. El reparto de votos que hicieron se distribuyô en todas las direcciones, aunque fue mâs hacia la izquierda que hacia la derecha (6,4 y 3,6 por ciento de aumento respectivamente) mâs ha cia el régionalisme de izquierda (del PSA) que hacia el - de derecha (del PAR): 3,4 por ciento y 0,5 por ciento de_ aumento respectivamente. Su decepciôn relativa es no obstante mayor.- Al preguntârseles por sus preferencias de gobierno en la_ actualidad, siguen fieles a la izquierda pero menos que - en la generaciôn mayor de veintidôs afios. Los que ahora - tienen catorce o quince afios se inclinan menos a la iz--- quierda que los de dieciseis a veintiûn afios y estos me-- nos que los de veintidôs a veinticinco, en saltos de 10 - por ciento respectivamente. La tendencia hacia un gobier- 1234 - no actual de derecha es superior'de veintiûn afios hacia - abajo (ver cuadro n- 492). Aûn hay algo mâs. El descenso_ de la izquierda repercute en el PCE y en la extrema iz--- quierda, mientras que el PSOE obtiene el mismo margen de_ confianza en todas las edades. Concretamente: Ningûn me-- nor de quince afios quiere hoy al partido comunista en el_ gobierno y los que quieren a la extrema izquierda son la_ mitad de quienes confian en ellos entre los dieciseis y - los veintiûn afios. Ninguno despuës de esta edad. Por otra parte el interês en la derecha de - los menores se aglutina en torno a la extrema derecha. Todavia existe la alternativa de centre izquierda pero es mâs dêbil que a partir de los veintidôs afios. Crece la perplejidad e indiferencia, que ele va a dos tercios prâcticamente el porcentaje de quienes - no saben que partido tomar o les da igual que gobierne uno u otro en la actualidad. No se manifiesta por tanto la fuerte contes- taciôn que segûn Willmott y Galambaud por citar algunos - ejemplos, caracteriza a los jôvenes de dieciseis a dieci- ocho o veinte afios y que tiene lugar en todas las facetas de la vida: familiar, laboral, social y polîtica, précisa mente por la maduraciôn biolôgica y psicolôgica en proce- so. Los jôvenes de Tauste, poblaciôn rural arago nesa, interrogados en 1979 sî que mostraban en cambio es­ - 1235 - te radicalisme (41 ), ausente en el colectivo de Zaragoza ( 42 ). La explicaciôn probable es que los mayores - siguen mâs actives y radicalizados hacia la izquierda por̂ que comenzaron siéndolo cuando eran mâs jôvenes. Reaccio- naron con entusiasmo al nacimiento de la pluralidad polît^ ca y participaron en la reivindicaciôn del cambio cuando_ este empezô a producirse en Espafia. Su actitud habrîa que entenderla en el mismo sentido que la de quienes se inte- gran hoy a partidos politicos, como paso natural de mili- tancia en organizaciones juveniles (de izquierda sobre to do), dejando en estas un vacîo que ningûn joven viene a - llenar. Los jôvenes militantes con los que hablé no_ siguieron este paso. Abandonaron la militancia en la orga nizaciôn juvenil conforme se acercaban a la mayorîa de edad. Sôlo A. y C. continuaron, habiendo abandonado el partido cuando esto escribo. Sus intereses cîvico-polîti- cos son mâs grandes y constantes que los de otros jôvenes que nunca militaron en ninguna organizaciôn, segûn he po- dido comprobar. 2-) Las razones argumentadas por los jôvenes para la par- ca militancia en organizaciones o partidos politicos juve niles muestran las diferencias siguientes: Hay una progresiôn en el desencanto sufrido_ 1236 - a causa de la falta de eficacia de las organizaciones, a_ la vez que se produce una regresiôn en la atribuciôn de - desinterês politico a los jôvenes (ver cuadro n- 493 ). Hay que observar en este resultado una doble diagnosis de los hechos. Me refiero en concrete a los jô­ venes de mâs edad. Su experiencia les hace ver que los fa llos de la organizaciôn pesan en la minima afiliaciôn ju­ venil. Los jôvenes de dieciseis a veifitiôn afios se quejan mâs por ejemplo de que aquella no facilite la participa-- ciôn. Suponen por tanto que un cambio en las estrategias_ de acciôn séria esperanzador para un reclutamiento juve-- nil mayor. Para los mâs jôvenes el problema mâs serio - es el desinterês juvenil que posiblemente no es sino una_ derivaciôn de aquellos fallos. Acusan la ineficacia de la organizaciôn juvenil tambiên pero no con porcentajes tan_ altos La crîtica al gobierno se centra para los mâs jôvenes y los mayores en que este hace una polîtica - de parches, mientras que los de edad intermedia acentûan_ mâs su incompetencia (ver cuadro n-494 ) . Para los mayores de veintiûn afios el cambio_ politico y social sobrevenido con la instauraciôn de la - democracia es imperceptible o nulo. A menor edad mayor convencimiento de que las cosas estân cambiando para peor y mayor nûmero de personas que no saben que responder. -- / - 1237 - (ver cuadro n- 49S). 32) Los problemas mâs candentes de la situaciôn espafiola_ son vistos por los jôvenes de todas las edades, pero au- menta con la edad la proporciôn de quienes acusan el paro general y el paro juvenil, asî como la carestîa de la vi­ da V la masificaciôn de las ciudades. Crece por tanto con la edad la conciencia de la situaciôn (ver cuadro n- 496 ̂ y disminuye la ausencia de respuestas. A los problemas générales del pais se afîaden los de la falta de competencies de los organismes preauto nômicos para agilizar la solûciôn de los problemas régio­ nales. La acusan mâs de los mâs jôvenes, quienes a su vez reprochan al centralisme la frustraciôn sentida en la re- giôn a la vista de tan parcos resultados del proceso pre- autonômico. Contrariamente los mayores tienden mâs a ver el lado positive de un despertar regional y denuncian la inercia colectiva en el ejercicio de presiôn para obtener mayores poderes de gestiôn (ver cuadro n- 497 ) . La edad no influye en los deseos de cambiar_ o mantener las formas de gestiôn empresarial pero si lo - hace en la opiniôn que merece la instalaciôn de una empr£ sa multinacional en Zaragoza. A mener edad mâs positiva - se ve como paliativo o solûciôn a largo plazo del paro re gional. A mayor edad se juzga mâs negativa su presencia - por la absorciôn de inversiones importantes que ha supups / - 1238 to, desviarlas de la promociôn de industria agropecuaria_ de Aragon, que constituye una de las reivindicaciones ré­ gionales importantes (ver cuadro n- 498) Tambiên son los mayores quienes opinan sobre el Estatuto del Trabajador con conocimiento de sus conte- nidos. Adoptan el juicio de que favorece a la patronal mâs que a los trabajadores (ver cuadro n-499). La edad es decisiva para la opiniôn sobre la pena de muerte y sobre la legitimidad de la represalia -- violenta de los trabajadores con quienes se cometen inju^ ticias en los salarios. Los mayores rehusan la primera con mayor frecuencia que los menores (de un 36 por ciento a los catorce afios, se pasa a un 49 por ciento a los die­ ciseis y a un 51 por ciento a los veintidôs). Admiten mâs fâcilmente la legitimidad de la violencia trabajadora aun que las distancias porcentuales no son tan grandes, recor dando siempre que son minoritarias. Si la apruebân un 18_ por ciento de los jôvenes de catorce a quince afios, suben a 23 por ciento a partir de esa edad y a un 21 por ciento a partir de los veintidôs afios. Curiosâmente quienes la - rechazan mâs son los de edad intermedia, menos indecisos que los menores e incluso que los mayores (ver cuadros -- ne- 500 y 501 ). La disposiciôn de los jôvenes hacia las for­ mas de presiôn es mâs positiva cuanto menos violenta apa- rece a sus ojos. De todas formas aquella es mâs favorable - 1239 a mayor edad. La madurez biolôgica y personal contribuye_ en este caso a una vivencia mâs intensa de las libertades ciudadanas, avivadas por el uso de formas de presiôn mode radas. Los jôvenes de dieciseis a veintiûn afios aceptan - con porcentajes ligeramente superiores (siempre muy mino- ritarios) formas de acciôn violenta que disminuyen a par­ tir de esa edad (ver cuadro n® 502). Su actitud forma par te de la mayor agresiôn juvenil que despliegan los jôve-- nés en ese perîodo, comprobada en los estudios de Willmott y Galambaud antes citados y analizado por Anna Freud suf^ cientemente. Lo que queda de manifiesto es que sus acti­ tudes en lîne&s générales se distancian muy poco de las - de los jôvenes mayores de veintiûn afios. Las diferencias mâs drâsticas por edad se ob servan en la aceptaciôn de medidas coactivas por parte del gobierno para contener o reprimir las acciones de pro testa. Los menores de dieciseis afios aprueban en porcenta jes muy superiores a los mayores de esta edad y dobre to-’ do a los que tienen mâs de veintidôs afios medidas repres£ res del alcance de disolver con material antidisturbios - una manifestaciôn, detener y juzgar a los manifestantes_ y aûn mâs militarizar sectores pûblicos en huelga (ver - cuadro n® 503 ) . La ûnica acciôn en la que coinciden todos los grupos de edad es en la de prohibir una manifestaciôn an te el peligro de alterar el orden pûblico, como deja ver_ 1240 - el mismo cuadro. Tales reacciones inciden aûn mâs en la segu­ ridad con que los jôvenes que se acercan a la etapa adul- ta, se disponen a hacer uso de las libertades pûblicas y de los derechos ciudadanos de presiôn y protesta ante los poderes pûblicos, Los mâs jôvenes mantienen actitudes mâs drâsticas y expeditivas a la vez que mâs sometidas a la - autoridad. 4®) Todo ello tiene que ver con la experiencia de partie^ paciôn en actividades de protesta que los jôvenes han te- nldo o tienen, que es relativamente alta en manifestacio­ nes polîticas y firmas de peticiones sociales determina-- das^a partir de los veintidôs afios y menos frecuente cuan to mâs joven se es (ver cuadro n® 504). La proximidad a la etapa de cumplimiento del servicio militar aumenta el deseo de que este sea volunta rio, en un S por ciento de la muestra. Lo mâs prédominan­ te es sin embargo el deseo de hacer servicios civiles que aumenta con la edad asî como la opiniôn de que debe redu- cirse a los très meses de aprendizaje de armas. En ambos casos la diferencia porcentual que se expérimenta es muy_ grande. Lo es menos pero existe, una discrepancia porcen­ tual entre los mâs jôvenss que lo eliminarian, en un 7 por ciento y los mayores,11 oor ciento de los cuales lo ha-- rîan (ver cuadro n® 505). - 1241 - Los porcentajes siguen el sentido inverso, - es decir que disminuyen conforme aumenta la edad, en la adjudicaciôn al servicio militar de las siguientes fun ciones: aprendizaje profesional, aprendizaje en el empleo del armamenteo moderno, dejarlo tal como esté en la actua lidad. Llamo la atenciôn hacia los jôvenes de catorce y - quince afios que querrîan aprovechar este perîodo para rea lizar un aprendizaje profesional en un-’ârea de su inte-- rês. Expresan con ello la necesidad sentida en una edad - en que ya no tienen derecho a educaciôn gratuita ni tampo co pueden incorporarse al trabajo, edad perpleja por lo - tanto para todos aquellos que no pueden costearse estu--- dios y que se encuentran de sûbito sin ocupaciôn alguna.- Me parece importante ademâs la opiniôn de quienes han cum plido ya el servicio militar o al menos estân en edad de_ haberlo hecho. La opiniôn mâs extendida en este grupo es_ que debiera ser voluntario pero es compartida por todos - los demâs. La que les distingue como manera de pensar del grupo es que debiera reducirse a los très meses de apren­ dizaje de armas, y en segundo lugar que debieran hacerse_ servicios civiles. Su juicio conlleva una crîtica del si£ tema actual tanto en cuanto al perîodo de duraciôn como a los contenidos del mismo. Significa que para un grupo im­ portante el tiempo posterior a los très meses de aprendi­ zaje de armas carece de valoraciôn positiva (sôlo un 5 - por ciento de ellos lo dejarîan como estâ). Significa tam - 1242 - bien que el atractivo de dedicar el perîodo de servicio - militar obligatorio a servicios civiles se valora mâs po- sitivamente por quienes lo han pasado ya o estân muy prô- ximos a hacerlo, lo que sugiere una desvalorizaciôn del - perîodo dedicado a su complimiento. Refiriéndome por ûltimo a la participaciôn - de los jôvenes en actividades cîvico-polîticas dirê que - las disposiciones hacia el entorno inmediato son mâs comu nés en la adolescencia: el interês por lo local, por el - barrio, por las asociaciones juveniles, por ejemplo. Cre­ ce a mayor edad el afân Hacia todo lo demâs, las activida des cîvicas, los debates politicos, la dedicaciôn de tiem po y trabajo a los partidos politicos, a los debates pû-- blicos sobre temas de îjrterês regional, nacional o so-»- cial (ver cuadro n - 506 ). A partir de los veintidôs afios disminuyen los intereses muy inmediatos. El del barrio entre ellos,- que ya en el capîtulo cinco se veîa disminuir en £unciôn_ de ayudar al hallazgo de amigos. Disminuye tambiên la in­ diferencia. La mente se alerta paulatinamente, lo que es_ mâs llamativo en el ârea de las reuniones y debates en -- cuanto emerge prâcticamente de la nada existente a los ca torce y quince afios. 5®) La percepciôn de los actos delictivos o anti-sociales que cometen los jôvenes présenta algunas matizaciones in- teresantes segûn la edad; Los robos callejeros, la viola- - 1243 - ciôn o asalto a mujeres, las rifias callejeras, las borra- cheras y escândalos pûblico^ son mâs nombrados entre los_ mâs jôvenes y disminuye su percepciôn progresivamente con la edad. El gamberrismo callejero es mencionado mâs - frecuentemente por los jôvenes de dieciseis a veintiûn -- afios. Se adquiere mâs conciencia del robo de coches y mo­ tos conforme aumenta la edad, aunque es alto en todas -- ellas (ver cuadro n® 507 ). A menor edad mayor convencimiento de que au- mentan las violaciones, las rifias callejeras, los robos - de coches y motos. Los jôvenes de dieciseis a veintiûn afios encarecen el aumento del gamberrismo y quienes menos insisten en la progresiôn delictiva son los mayores de -- veintiûn afios. (Ver cuadro n®508 ). La direcciôn de las - respuestas sugiere que los mayores no creen en el creci-- miento del delito juvenil tanto al menos como la prensa - déclara, que los menores son mâs fâcilmente influencia-- bles por lo que oyen y que los jôvenes de dieciseis a -- veintiûn afios afiaden a las influencias recibidas de expe­ riencia del gamberrismo que protagonizan o ven protagoni- zâr a quienes se acercan a ellos en edad. A esta interpretaciôn contribuye el hecho de que los mâs jôvenes de veintiûn afios, especialmente los - que superan los dieciseis, estân mâs convencidos que los_ mayores de que en el barrio sigue existiendo la delincuen 1244 - cia que ha habido siempre. Recondcen que la ha habido y - que la hay, reconocimiento inferior en los mayores de -- edad. Tal vez el realismo de los mâs jôvenes les obliga a autoconvencerse en porcentajes mayores de que aumenta en_ su barrio lo que admiten que existe, aunque porcentajes - superiores de ellos arguroentan que la delincuencia que realmente crece es la de la ciudad (ver cuadro n® 509 ). La intoxicaciôn de los medios de comunica-- ciôn social estâ haciêndoles dudar de lo que ven, confu-- siôn que se agranda a causa de la drogadicciôn, por todos conocida y que como ya se ha dicho incide en una forma -- nueva de delincuencia, en la apariciôn de centres de trâ­ fico y consume en su barrio (como en otros muchos de la - ciudad), en su consume por gentes conocidas que se adicio nan a ella como antes lo hicieran al alcohol y que roban_ para consegûirla como antes robaban para adquirir otros - bienes de consume. En este sentido sî que perciben mâs, - los mâs jôvenes de veintiûn afios, que la delincuencia ahô ra visible en su barrio proviene de los jôvenes del mismo y de los que llegan a él de otros lugares (ver cuadro n® SIO ). Su visiôn del barrio estâ mâs entroncada en_ la dinâmica del mismo porque cultivan las amistades surgî das en el vecindario, participan de los acontecimientos - vecinales y se muestran mâs deseosos de intervenir en ac­ ciones que propicien su mejora. Viven el barrio mâs inten - 1245 - samente que los de mayor edad y les preocupa lo que en él sucede o de él se dice..De aquî que se adviertan contra-- dicciones en su apreciaciôn de los que sucede, a medio ca mino entre su experiencia y la influencia recibida de los rumores pûblicos. Podrîa ser matéria de otro estudio la inves- tigacién sobre los sentimientos de indignidad social o de exclusiûn que pueden producirse en jôvenes de barrios de- gradados y que se saben mirados como delincuentes en po-- tencia por los habitantes de otros barrios o distritos de mayor nivel adquisitivo y por tanto de mayor calidad urba na de residencia. Michel Pialoux dice a propôsito de un - estudio de juventud efectuado en un barrio degradado de - Parîs que los jôvenes de estos barrios tienen mayor con-- ciencia que los adultes del peligro que constituye vivir_ en ellos y que les lleva muchas veces a percibir una opo- siciôn hacia ellos en térihinos de lo civilizado contra lo salvaje. Lo salvaje es la definiciôn que los jôvenes cap- tan que se les da ( 43 ). Pistas de sentimientos simila - res las dan los discotequeros en ocasiones distintas. Blanca, en la primera entrevista con el grupo y ante el - comentario de K. acerca de las chicas del barrio que les_ tenîan miedo dijo: No, es que a v c s o t r o s se os pue d e t e — ner m t e d o... que v a y a una o v t a p e q u e n a , y d i r e i e que son_ t o n t a d a s p e r o t e es tampan c o n t r a t a p a r e d , se m e t e n a o n t i ^ go aunq ue sean de t u mismo b a r r i o , e m p i e z a s a t e n e r t e s un - 1 2 4 6 - p o a o de m i e d o y c o n f o r m e va s h a c i ê n d o t e m a y o r d i c e s : ” s i _ de p e q u e n a me han h ec ho e s t o de m a y o r , sabe D i o s ! s i e m p r e t i e n e s un p o c o de r e p a r o c o n t r a e l l o s . Y posteriormente : " En c u a n t o tene mo s l a o c a s i ô n (se r£ fiere a las chicasjtywe nos d e j a n nue s t r os p a d r e s , s a t i m o s de_ a l l - t p o r c o m p t e t o y s i t e p u e d e s c a m b i a r de oaea y t o d o — p u e s m e j o r . He o o n o c i d o a muchas a m i g a s que han v i v i d o — p o r a h i y l a û n i c a que q u e d a s o y y o , Preg.: Pero, 2sôlo por el problema del gamberrismo? B l a n c a . — F o r e l p r o b l e m a d e l g a m b e r r i s m o y p o r t o d o , p o r ­ que en m i c a s a i n c l u s o ha h a b i d o v e c e s que l a s v e a i n a s — han b a j a d o c h i t l a n d o p o r q u e hay g e n t e que se me te en l o s _ p a t i o s p a r a h a c e r m a l a s p a s a d a s y de t o d o . Y en e l v e i n t i ^ c u a t r o i n c l u s o me a c u e r d o que t e n i a n una c r i a de d o c e a f io s . La d e s n u d a r o n y l u e g o l a p a s e â e l hombre p o r t o d a l a c a— l i e . K . - i Q u i ê n l a p a s e â ? . B l a n c a . - E l hombre qu e l o h i z o . K . - A l t o ! p e r o , eso no somos n o s o t r o s ! . B l a n c a . - O ye ! que t e n d r i a v e i n t i t a n t o s a n o s , quê no e r a - un v i e j o ! Blanca por tanto acusa a los jôvenes del ba­ rrio de gamberrismo y de asaltar a las mujeres. K. se de-- fiende pero es consciente del gamberrismo existente e in-- cluso por el protagonizado, en otras ocasiones, y expuesto, en parte, en el capitule de iguales. Tambiên allî transcri - 1247 - bo las suspacias de la policîa hacia ellos cuando se come- ti6 un robo en el barrio. Se sienten por tanto parte constitutiva de - un entorno de delincuencia y marginaciôn y tienden a auto­ convencerse de que ambas progresan en su barrio cuando de£ de fuera de él se les acusa de ello. Las reacciones pueden ser de desear salir e- del barrio como en el caso de Blanca, pero parecen mâs co-- rrientes las de fortificar su cohesiôn y sentido de perte- nencia como en el caso de los„discotequeros, que se auto-- afirman y enorgullecen aplicândose a sî mismos los apelati^ vos con que les enjuician desde fuera y actuando con el -- gamberrismo que en cierta medida se espera que protagoni-- cen. De Pouget, refiriêndose a un grupo de adole£ centes de un barrio de Lyon, (estudiado por él a través de varies afios y con caracterîsticas socio-econômicas y fami- liares muy parecidas a las del Casco Viejo), encuentra en­ tre ellos las mismas reacciones que yo veo en los discote­ queros. Su estudio finalizô en 1977, pero la comparaciôn - muestra percepciones similares. "Tenemos siempre la poli-- cîa detrâs de nosotros" (44 ) decîan los hijos de la cla- se baja que se reagrupaban en la calle. Se sentlan como un "ghetto" y Vivian en la marginalidad social apoyândose en_ ella y en su uniôn como reafirmaciôn frente a la sociedad_ que los juzgaba sospechosos de delincuencia por vivir -- allî. - 1248 - Las causas de la delincuencia juvenil siendo el paro y la problemâtica familiar para todos se acentûan_ de distinta manera segûn las edades. Los mayores de véin-- tiûn afios mencionan el paro con mâs frecuencia que todos - los demâs. Los de dieciseis a veintiûn afios hacen hincapiê en motives familiares con un énfasis sustancialmente ma-- yor: Un 64 por ciento de ellos frente a un 44 por ciento - de los mayores y menores de esa edad. Son ademâs los jéve- nes que sefialan con mayor frecuencia las situaciones vio-- lentas de algunas familias y la convicciôn de que el es-- fuerzo realizado por sus padres no ha servido de nada. Apa rece con mayor dramatismo a esta edad, la mâs conflictiva_ por el distanciamiento crîtico de la familia que toma cuer po, la violencia a la que los jôvenes se ven expuestos si_ no cumplen o satisfacen las expectatives que sus padres han puesto en ellos. Por ejemplo consiguiendo un trabajo.- Asî mismo se evidencia la decepciôn con los valores del éxito por el trabajo que los padres transmiten ante la -- constataciôn de que el realizado por los padres no ha con- tribuîdo al triunfo social sino a lo sumo a la sobreviven- cia del conjunto familiar. Se requebraja la unidad entre - los valores sociales y las realidades que no corresponden_ a lo pregonado por aquellos. La necesidad de responder a una imagen de sî mismos aceptable es otra de las razones que acentûan mâs - los jôvenes de dieciseis a veintiûn afios, mientras que los - 1249 - de inferior edad atribuyen la delincuencia con mayor deci- siôn al aburrimiento, a la iraitaciôn de las pelîculas, a - las emociones fuertes a las que se ven sometidos, en las - discotecas, en los festivales de rock duro, en la visiôn - de pelîculas que cultivan la violencia, etc, (ver cuadro - n® 54 ). Cada grupo de edad atribuye por tanto la de­ lincuencia a aquello fenômenos que le debilitan, afectan o hieren particularmente con lo que dan un diagnôstico de -- las presiones mâs fuertes sentidas por su grupo generacio- nal. Las medidas adoptables para la disminuciôn - de la violencia son mâs coercitivas en los mâs jôvenes, quienes optarîan por castigar mâs duramente a los delin-- cuentes. Una vez mâs demuestran lo que ya han dicho, que - las emociones fuertes les afectan profundamente. Y si las_ ven causa del delito creen que la sacudida dura del delin- cuente serâ la solûciôn. A mayor edad hay mayor compren-- siôn hacia el delincuente y se eleva asî la tendencia a -- transformar la sociedad, con discrepancias porcentuales al_ tas respecte a los menores, y a mejorar los sistemas de -- reeducaciôn, con distancias porcentuales menores (ver cua­ dro n® 512). Los mâs sensibles a la importancia de proté­ ger al nino de un ambiente familiar nocivo son los jôvenes de dieciseis a veintiûn afios, coherentes con sus acusacio- nes a la familia de coadyuvar a que se genere la delincuen cia. 1250 - 6®) El juicio sobre los jôvenes que se drogan sigue derro- teros parecidos. Los chicos de catorce a quince afios que - hablaban del aburrimiento experimentado como causa de con- ductas delictivas sefialan ahora su gravedad en tasas mâs - altas cuando juzgan al delincuente como un esclavo de quie nés le animan a drogarse (los canellos) que llega a tal e^ tado por la ausencia de canales créâtivos de ocio en la -- ciudad. Por lo demâs abundan en que todo el mundo tiene al̂ gûn vicio que otro. Los mayores de dieciseis afios apunta a la -- evasiôn de la realidad y a la dependencia consiguiente - - - (ver cuadro n® 513). Por ello tienen una actitud mâs com-- prensiva hacia los jôvenes de su barrio que se pinchan. La tendencia de los jôvenes que tienen de dieciseis a vein-- tiûn afios (poco mâs de un tercio, que es el porcentaje mâs alto) se inclina a considerarlos como gente "que necesita_ ayuda y hay que brindârsela". El porcentaje mâs alto de respuestas entre los mayores de veintiûn afios se concentra alrededor de la respuesta "comprendo la necesidad de eva-- siôn pero no destruyêndose a sî mismo^'y en segundo lugar_ se inclina a brindarles ayuda. Los jôvenes de catorce y - quince afios tienden mâs a desinteresarse del tema. 7®) Dirê por ûltimo que las situaciones o hechos de la vi­ da de la ciudad sefialados a los jôvenes para conocer si -- - 1251 - los consideran normales o agresivos presentan algunas dis­ crepancias retrazables por la edad. En lîneas générales a mayor edad se percibe_ una mayor agresiôn hacia la persona en las formas de con-- trol social practicado a través de las instituciones. La - mayor censura que estos jôvenes hacen se aglutina en torno a: - El sistema de atenciôn en el ambulatorio - de la Seguridad Social que avanza desde un 25 por ciento - que Ta ven coro una agresiôn para la persona a los catorce y_ quince afios, hasta un 65 por ciento que lo juzgan asî a -- partir de los veintidôs afios. - El tener que dar los datos personâles y fa_ miliares para cualquier cosa oficial que de 17 por ciento_ que lo rechazan a los catorce y quince afios sube a 41 por_ ciento que lo ven lesivo para la intimidad a partir de los veintidôs afios. - La presencia de agentes del orden armados_ en la vida cotidiana de la calle, agresivo para 14 por --- ciento de los menores y 48 por ciento de los mayores. - El trâfico urbano que agrede a un tercio - de los menores y a dos tercios de los mayores. - El efecto de mûsica y luces de las discote cas considerado una forma de violentar a las personas por_ 14 por ciento de los menores y 48 por ciento de los mayo-- res. - Los ruidôs en torno a la conversaciôn pri- - 1252 - vada en lugares pûblicos tales como las sinfonolas y tele- visores funcionando en los bares tambiên son vistos como - formas de violencia mâs frecuentesmente a medida que aumen ta la edad, aunque las diferencias porcentuales no son tan grandes. En la direcciôn inversa reaccionan los jôve­ nes para aspectos de la vida en la calle como los siguien­ tes : - El oir a los vecinos a través de las pare- des de la casa, que agrede a 73 por ciento de los jôvenes_ de catorce y quince anos, 57 por ciento de los mayores de_ dieciseis afios y 64 por ciento de los mayores de veintiûn_ afios. - El ver a las mujeres que ejercen la prosti^ tuciôn en alguna plaza de la ciudad, que violenta a 77 por ciento de los jôvenes de catorce y quince afios y a un 57 - por ciento de los mayores. Estos son los aspectos mâs saltantes que pue den ser consultados en el cuadro n® 515. Los mayores demuestran con su sensibilidad - hacia el control social una coherencia importante en la evoluciôn hasta aquî vista hacia el disfrute de su liber-- tad, de la que el anonimato es una parte importante, cada_ vez mâs inasequible en un mundo muy burocratizado y por tanto muy controlado. La mayor normalidad con que observan la pros 1253 tuciôn es un indicative mâs de que crece en elles el sentî miento de su funcionalidad a pesar del carâcter de explota ciôn que pueda représentât para las mujeres. 7.6.3.- EL STATUS SOCIO-PROFESIONAL Y LA ACTIVIDAD. A medida que disminuye el nivel secie-prefe- sional de pertenencia aumenta la indiferencia pelîtica, c£ me aumenta la inclinaciôn hacia les partides de izquierda, disminuye el interês en la derecha. El grupe juvenil de clase alta se divide en des bleques iguales, une que va a_ la derecha y otre a la izquierda, le que ya no se vuelve a repetir en las demâs. La evoluciôn del vote, desde 1979 hasta pre* ferencias del 81 da una mayor fidelidad a la izquierda en_ todos les grupos. Los indiferentes, en la clase alta se re clutan de entre les votantes de derecha, mientras que en - la clase media y baja se reclutan de entre les votantes de la extrema izquierda, del PSOE (mâs en la baja) y del PCE_ (mâs en la media). Los estudiantes vetaren a la derecha mâs que les trabajadores, aunque posteriormente han evelucionado - hacia la izquierda, El desencanto cen las organizaciones y parti dos politicos es mâs alto en la clase alta y media que en_ 1254 - la baja, aunque en todas ellas se les acusa de distancia-- miento de las realidades que interesan a la poblaciôn, de_ ineficacia en la acciôn. Cuanto mayor es el nivel de estu- dios de los jôvenes mayor es su decepciôn, con los parti-- dos y mâs positiva su actitud ante los esfuerzos de UCD. Asî en la clase alta la percepciôn del cam-- bio es mâs positiva. Los que analizan la situaciôn polîti- ca y social mâs negativamente son los mâs directamente -- afectados nor ella: clase baja y trabajadores, que acentûan su diagnôstico de un paro juvenil creciente y de la pêrdi- da del poder adquisitivo de los salaries. La organizaciôn de la empresa présenta una - disyuntiva para todos los jâvenes: Autogestiôn de los tra­ ba jadores, a la que se inclinan mâs clases médias, bajas y jôvenes trabajadores, o gestiôn de propietarios y trabaja- dores a la que se inclina mâs la clase alta y los estudian tes. Disminuye mâs en los primeros que en los segundos la_ fe en la organizaciôn capitalista tradicional y pocos son__ los partidarios de la gestiôn estatal. Los menos- Los juicios mâs severos sobre el Estatuto del Trabajador emergen de la clase media y de la baja, de los_ trabajadores que no siguen estudios mâs que de los que los siguen. La violencia obrera como respuesta ante las_ injusticias salariales obtiene mâs adeptos en la clase ba­ ja y entre los trabajadores que en todos los demâs. Estes - 1255 - ' son el ûnico grupo en el que la conformidad con las f o r ­ mas de presiôn violenta supera a la disconformidad. A ello contrib’iye la experiencia de trabajo inestable, no califi- cado y de bajos slarios. La clase baja, los trabajadores los j6venes_ con menos estudios rechazan con mâs decisiôn la pena de muerte como castigo a la delincuencia, rehusan en mârgenes mâs altos las acciones coercitivas por parte del gobierno_ y aceptan como légitimas las formas de presiôn popular. Los estudiantes y amas de casa temen mâs a los disturbios_ populares que a las formas de coerciôn estatal; lo mismo - sucede con la clase alta por referenda a la baja. Sin em­ bargo ante las formas de presiôn moderada reaccionan con - mâs tolerancia la clase alta y los estudiantes, que la me­ dia, baja y los trabajadores, aunque su participaciôn sea_ luego mayor en los segundos que en los primeros. La huelga es una medida de presiôn mâs légitima para estos ûltimos y su utilizaciôn mâs extendida. Aumenta con la disminuciôn del nivel socio-- econômico, el deseo de reducir el servicio militar al tiem po estricto de aprendizaje en el manejo de armamento moder no. Clases bajas y trabajadores mantienen por tanto una disposiciôn notable a participar en aquellas actividades - cuya eficacia puede ser evaluada râpidamentev se desintere san de las demâs. 1-) Los jôvenes de pertenencia a un status socio-profesio- - 1256 - nal alto dan indices inferiores de indiferencia politica,- lo que repercute automâticamente en una inclinaciôn a la - derecha tan alta como a la izquierda. Se divide asi la po- blaciôn juvenil de clase alta en dos bloques contrapuestos. En el de derecha triunfa la corriente conservadora sobre - la liberal. En el de izquierda se aglutinan los jôvenes en torno al socialisme no marxista y a la social-democracia - mâs que a cualquier otra corriente, lo cual es mâs comdn - al colectivo juvenil general. Sube la tendencia de izquie£ da conforme baja el nivel de procedencia, con un acerca--- miento mayor de postures entre los hijos de obreros indus­ triales y de categories médias, que entre aquellos y los - subalternes de su misma catégorie, ligeramente mâs modera- dos. Clases médias y bajas coinciden en su atrac- ciôn hacia el socialisme y el comunismo, pero no tanto ha­ cia el anarquismo, mâs fuerte en las ûltimas (ver cuadro - n- 516). La social-democracia tambiên lo es, mientras que__ el socialisme no marxista aparece como tendencia mâs exten dida entre los jôvenes de clase alta. La evoluciôn de les grupos de status desde los votos que emitieron en 1979 hasta las preferencias de_ gobierno de 1980 es importante. En marzo del 79 la clase alta votô masivamen te a la derecha (ver cuadro n- 517) (dos tercios de elles, que se reducen en nûmeros absolûtes puesto que este grupo_ - 1257 - es minoritario en la poblaciôn. Son en total veinte jôve­ nes. Hoy sôlo una cuarta parte quiere un gobierno de dere­ cha (ver cuadro n- 518). Las fidelidades a la izquierda en tre sus simpatizantes permanecen, puesto que el grupo que_ asî se define quiere un gobierno de izquierda o contro iz= quierda en el poder. La pêrdidas de la derecha son reclusiones en la indiferencia, como muestras de rechazo a las alterna tivas de centre y derecha asequibles. El hecho de que haya hoy 34 por ciento de simpatizantes de derecha y 26 por - -- clento que quieran ver a la derecha espanola en el gobier­ no lo confirma. El descenso de interês afecta mucho a UCD, - evidentemente el partido mâs gastado por su ejercicio del poder: un 20 por ciento le votaron en 1979 y sôlo 5 por -- ciento desean ahora que continue. Pero atahe en realidad a todo el conjunto de la derecha. Hasta el Partido Regiona-- lista Aragonés que contô con un 35 por ciento de los votos de la clase alta en 1979 hoy verîa reducido su apoyo a un_ 10 por ciento. El radicalisme de derecha se beneficiarîa - de estas pêrdidas y de las sufridas por UCD. Se beneficia­ rîa tambiên aunque a la zaga la CD. Dije antes que los jôvenes de clase alta si- tuados a la izquierda le eran fioles. Se advierten no obs­ tante cambios internes de posiciÔn. En 1979, los votos que no obtuvo el PSOE fueron al PCE y a la extrema izquierda.- Hoy van a la coaliciôn PSOE-UCD. De la izquierda del PSOE_ - 1258 - han pasado a su derecha. Un dato mâs de importancia es que el regiona lismo de la clase alta lo fue de derecha en su totalidad.- E1 PSA, Partido Regionalista de izquierda no obtuvo ningdn apoyo de su parte. Los jôvenes de clase alta no se abstuvieron_ de votar en las elecciones générales pasadas. Lo hizo un - tercio de la media y un 41 por ciento de la baja. Aunque - la tendencia en una y otra fue de votar a la izquierda ma- yoritariamente, la clase media prefirîo el PCE a la extre­ ma izquierda mientras que la clase baja les dio su confian za por igual (ver cuadro n- 517) La derecha obtuvo pocos votos, en proceso =- descendente desde la clase media (un 13 por ciento) hasta_ la clase baja (un 7 por ciento). En los albores del 81 sin embargo ha descendido la credibilidad de izquierdas y dere chas para unos y otros. La indiferencia se alimenta de los antiguos votantes de la izquierda en ambos casos, aunque - existen diferencias entre la clase media y la clase baja.- En la primera pierde confianza. toda la izquierda en gene-- ral. En la clase baja la pierde relativamente mâs el PSOE_ y la extrema izquierda; menos el PCE aunque comparte de to das formas el descenso de confianza de los electores (ver_ cuadro n® 518). Las tendencias polîticas analizadas en rela- ciôn a la posiciôn subjetiva de clase muestran las mismas - 1259 - disposiciones générales, con una derechlzaciôn inferior de la clase media alta (casi nadie se considéra a sî mismo de clase alta). Sin entrar en detalles pero para hacer mâs - comprensibles los datos referentes al nivel socio-profesio nal dirê que los estudiantes votaron mâs a la derecha que_ los trabajadores, aunque en este perîosdo posterior, cerca no a los dos afios simpatizan mâs con la izquierda y le vo- tarîan mâs de lo que entonces lo hicieron. De la misma ma- nera se observa una mayor disposiciôn hacia la derecha en_ los estudiantes de grades superiores que en los de grados_ inferiores. 2®) Los jôvenes de clase alta y media se manifiestan mâs - desencantados con las organizaciones polîticas que los de_ clase baja y los acusan mâs de elucubrar teôricamente sin_ aterrizar en una praxis vâlida. Son mâs severos al juzgar_ su ineficacia (mâs los de clase alta que los de clase rae-- dia) y se quejan mâs del desinterês juvenil por la polîti- ca. Los jôvenes de clase baja en lo que hacen hincapiê especialmente es en la teorizaciôn sin prâctica,- en la dificultad de participaciôn, en la ineficacia. Res - ponden menos que los otros grupos pero su desencanto es tambiên notable y su conciencia del desinterês juvenil pro porcionalmente alta para quienes responden (ver cuadro n^ 519 ). - 1260 - A medida que se tienen mâs estudios se acre- cienta la decepciôn sentida, como lo hace entre los estu-- diantes por referenda a los trabajadores. Todo ello no ha ce sino confirmar que quienes tenian expectatives mâs al-- tas en las organizaciones^se han desanimado mâs profunda-- mente con las estrategias que han seguido y la consiguien- te perdida del poder de convocatoria. Los jôvenes de clase baja se inhiben, a la - hora de juzgar la acciôn gubernamental en los ûltimos afios, en porcentajes mayores pero los que responden creen en la_ inercia del gobierno mâs que cualquier otro grupo o clase_ (ver cuadro n- 520 ). Tambiên atribuyen al gobierno debili- dad para ceder a las presiones de los fuertes en desventa- ja de los menos fuertes. Evidentemente la vivencia de pri- vaciôn reafirma su convicciôn. Por lo demâs no se advierten grandes diferen cias en la opiniôn, salvo un juicio mâs severe de inepti-- tud por parte de la clase alta y de practicar el parcheo - sin mâs por parte de esta y de la clase media. Lo mismo sucede con la actividad. La atribu- ciôn de inercia es mâs palpable entre las amas de casa que a su vez responden en menores porcentajes, como responden_ menos los jôvenes que tienen niveles de estudios inferiores que quienes los tienen superiores, jôvenes estos ûltimos^ me nos severos en sus juicios y mâs inclinados a creer en la buena voluntad gubernamental que todos los demâs. - 1261 - 3-) La percepciôn del cambio en Espafîa es mâs positiva en la clase alta y se agudiza el diagnôstico negative a medi­ da que se desciende de nivel. Lo mismo sucede en los nive­ les de estudios superiores con referencia a los inferiores. Se estâ mâs satisfecho cuanto mejor posiciôn econômica se_ tiene. Puede obervarse en consecuencia que quienes captan_ la situaciôn polîtica y social mâs negativamente son quie­ nes viven en condiciones econômicas mâs difîciles. Y estos son los hijos de los parados. Ninguno de ellos cree que en Espaha hayan evolucionado las cosas para mejor, un 18 por_ ciento piensa que es muy poco lo que ha cambiado y un 46 - por ciento opina que los cambios han empeorado la situaciôn. Vivencia tan negativa se relaciona naturalmente con el pa- rô vivido y con el conocido en Espaha, que todos los jôve­ nes coinciden en sefîalar como el problema mâs candente del paîs. Todavîa lo apuntan mâs los jôvenes de nivel socio-- econômico alto (84 por ciento) y los estudiantes (82 por - ciento) que los de nivel socio-econômico bajo (77 por cien to) y los trabajadores (69,6 por ciento). A mi parecer di- chas respuestas tienen que ver con el acceso a la informa- ciôn de los diferentes grupos sociales, que es mayor en - los primeros que en los segundos. Me confirme en ello al - observer las respuestas sobre el paro juvenil, mâs éviden­ tes por el contrario a quienes lo experimentan mâs: los trabajadores (77 por cient(̂ , los trabajadores estudiantes_ (80 por ciento) los parados y amas de casa (66 por cient^L Los estudiantes sefialan el paro juvenil como un problema - - 1262 - importante sôlo en 51 por ciento del total de encuestados. Ademâs quienes hablan con frecuencias mâs al̂ tas de la carestîa de la vida y del descenso del poder ad­ quisitivo de los salarios son los jôvenes de clase baja (ver cuadro n- 521 ). La masificaciôn de las ciudades, punto que - atenta mâs a la calidad de la vida es apuntado por mayor - nümero de estudiantes (59 por ciento) que de trabajadores_ (33 por ciento), mâs por las clases alta y media (un prom£ dio de 51 por ciento) que por la baja (39 por ciento) preo cupada todavîa por su subsistencia. El mismo argumento puede seguirse para enten der que tan escaso nûmero de jôvenes mencione como eues-- tiôn candente la dificultad de encontrar trabajos estimu-- lantes. El problema fundamental es encontrar trabajo sea - el que fuere (ver el mismo cuadro n- 521 ). 4-) Los jôvenes pertenecientes a los niveles socio-profe-- sionales medios y bajos aspiran a cambios en la organiza-- ciôn del trabajo mayores que los que vienen del nivel so-- cio-profesional alto. Aspiran a la autogestiôn en primer - lugar y a la çogestiôn de empresarios y trabajadores en s£ gundo têrmino. La aceptaciôn de que los empresarios sean - quienes organicen la empresa tiene pocos adeptos en la cia se baja, los que aumentan en la media y todavîa mâs en la_ alta. Tampoco en esta domina tal tendencia. Los jôvenes de clase alta creen prioritariamente en la çogestiôn, en se-- - 1263 - gundo lugar en la autogestiôn obrera y en tercer lugar en la gestiôn tradicional de la empresa capitalista, Hay dife rencias por tanto pero no tan notables como podrîa suponer se (ver cuadro n- 522 ). La disyuntiva, a todos los niveles es entre_ la autogestiôn de los trabajadores y la çogestiôn de traba jadores y propietarios o empresarios. La alternative que - cuenta con menos partidarios es la que sugiere la gestiôn_ estatal de las empresas. Y ello merece una explicaciôn. Ocurre que los jôvenes trabajadores tienen una opiniôn ne­ gativa del sistema de organizaciôn de las empresas estata- les. Asî se manifestô en el capîtulo de trabajo cuando de£ glosaron los aspectos mâs y menos satisfactorios de las em presas. Ademâs se ha visto en este capîtulo que la mayorîa es partidaria de una izquierda moderada y la minorîa de una derecha liberal. Observando lo que dicen los jôvenes de acuer do con sus orientaciones polîticas se encuentra que dos tercios de los socialistes no marxlstas, de los comunistas y anarquistas optan por la autogestiôn obrera mientras los demâs se inclinan a la çogestiôn de empresarios y trabaja­ dores; incluîdos los jôvenes que no declaran tendencia al- guna. Como es de esperar se acrecienta la opciôn de empre­ sa gestionada por los empresarios a medida que se avanza - hacia posturas de centro y derecha pero incluse entre ellos los porcentajes son mâs reducidos que los de aquellos deci - 1264 - didos a la çogestiôn. La estatalizaciôn por tanto se rech£ za incluso entre estos jôvenes que, ya dije antes, repre-- sentan mSs una derecha moderada capaz de aspirar a un go-- bierno de centro izquierda e izquierda. La disyuntiva autogestiôn çogestiôn, se in-- clina entre los estudiantes y trabajadores por la primera_ opciôn, entre los parados y amas de casa por la segunda. - Las amas de casa no hacen asî sino intensificar una postu­ re comûn a todas las mujeres, quienes a su vez optan menos que nadie por la organizaciôn empresarial tradicional y - - por la nacionalizaciôn de la empresa. Su rechazo del prota gonismo estatal es por lo mismo mâs elevado. Los parados, mâs afectados por la crisis de_ las empresas que todos los demâs se inclinan a la coges--- tiôn mâs que a la autogestiôn. Estâ clara su elecciôn demo crâtica pero orientada de tal manera que el propietario se sienta duefio de su propiedad y mantenga el interês por in­ vertir en su empresa. (Ver cuadro n-523 ). Puede decirse que entre los ûnicos jôvenes - que se da una defensa sustancial (una cuarta parte) de la_ organizaciôn tradicional de la empresa es entre los estu- diantes de estudios superiores, aquellos que generalmente_ pertenecen a la clase alta (ver cuadro n- 524). La General Motors no es observada como la p£ nacea de los problemas de Aragôn. Su instalaciôn es vista_ con mâs cautela por los hijos de obreros (41 por ciento -- - 1265 - de opiniones favorables) que por la media de todos los de­ mâs (un 47 por ciento). Los parados dan sefiales de mayor - escepticismo que todos los otros grupos de actividad por - lo que conviene detenerse en su estudio, para aclarar las_ razones de sus reducidas expectativa. Sin olvidar que los_ que se hallan en esta situaciôn son quienes menos recursos sociales y profesionales tienen, las causas de su desespe- ranza hay que buscarlas tambiên en la experiencia vivida - del paro (ver cuadro n-525 ). Hay un salto profundo de una expectativa ma­ yor a otra menor, de una opiniôn mayoritariamente esperan- zadora>en la capacidad de solventar el paro que tiene una_ empresa multinacional,a otra minoritarioconforme se va de los jôvenes que buscan su primer empleo a quienes han tra­ baj ado antes, distancia que se agranda mâs entre quienes han vivido el paro mâs tiempo y en consecuencia ya no co-- bran el seguro de desempleo. Al fatalisme de los parados - hay que afiadir el de los jôvenes que tienen a sus padres - en paro (ver cuadro n®526 ), quienes sienten intensamente_ la marginaciôn del mercado laboral a la que se ven someti- dos. En referencia al Estatuto del Trabajador, hay que decir que a mayor nivel de conocimiento se acre-- cienta la actitud crîtica hacia el mismo. De esta manera - responden mâs los jôvenes de clase baja y clase media que_ los de la alta, al tiempo que lo juzgan mâs beneficisoso pa - 1266 - ra la patronal que para los trabajadores (ver cuadro n-527) Lo juzgan con mâs severidad los trabajadores y en orden descendente los ttabajadores que estudian, los parados y - amas de casa, por ûltimo los estudiantes (ver cuadro n-52® Observando en detalle el colectivo de los trabajadores pue de advertirse que la posturà crîtica se extiende a todas las categorîas de actividad aunque es mâs frecuente en los obreros cualificados (ver cuadro n- 529 ) que en los que no lo estân, en las categorîas laborales intermedias mâs que_ en las altas y en las bajas. 5-) La violencia obrera como respuesta ante las injusti----- cias salariales consiguen mayores niveles de aceptaciôn en la clase baja. Los trabajadores, que de ella descienden en tasas mâs altas, creen mâs en los mêtodos de presiôn colec tiva que en su propio esfuerzo y dedicaciôn a la hora de - obtener un salarie juste. Asî se constituyen en eî ûnico - grupo en el que la conformidad con la presiôn violenta su­ pera a la disconformidad. Su experiencia vital, que recuer do al lector es de comienzos laborales anteriores a la --- edad laboral reglamentaria, de salarios bajos y de inesta- bilidad en el empleo, de cortas perspectives de mejora con tribuye grandemente a una evaluaciôn de las estrategias de acciôn obrera muy distinta a la efectuada por los estu­ diantes. Lo es tambiên por referencia a los trabajadores - estudiantes que van saliendo de las condiciones mâs duras - 1267 - del empleo por medio del esfuerzo 'individual de superaciôn. Estos ûltimos son luchadores individuales que se incorporan a la sociedad tal cual es y confian en los instrumentes que esta les proporciona, para alcanzar su propio triunfo. Sin embargo la aceptaciôn de la pena de muer­ te, como legitimaciôn de la violencia estatal sobre los que atentan contra la sociedad recibe mârgenes mayores de apro- baciôn e indecisiôn por parte de los estudiantes que por la de los trabajadores, mâs aûn si estudian o estân en paro. Las amas de casa se sitûan en este caso mâs prôximas a los_ estudiantes, al igual que"ên su rechazo de la violencia -- obrera. Temen a todo tipo de violencia pero dudan mâs del - derecho estatal a ejercerla y se confirman en la ilegitimi- dad de que lo haga la sociedad civil (ver cuadros n-- 530 y 531 ). Se apoyan mâs por tanto en la seguridad que pueda - brindarles el estado aunque ejerza medidas punitives o pre- cisamente por su poder de hacerlo, constituyendo asî su se­ guridad un medio de ejercer su libertad. Otro dato significative es que en la clase ba ja se acepta la violencia de los trabajadores con los mis-- mos mârgenes con que se acepta la violencia de la pena cap£ tal. En la clase alta no sucede lo mismo. Los partidarios - de la pena capital doblan a los partidarios de las represa- lias obreras, hacia las que se elevan igualmente los mârge­ nes de vacilaciôn. Tambiên la clase alta terne mâs a los di£ r - 1268 - turbios protagonizados por sectores de la sociedad civil y_ confian mâs en la seguridad lograda por la coerciôn estatal. La memoria histôrica de las clases estâ actuan do de manera fundamental en la conformaciôn de sus opinio-- nés actuales. En lo que se refiere a los trabajadores y a - los hijos de obreros y asalariados de categorîas inferiores, sus actitudes actuales vienen reforzadas por las protestas^ protagonizadas en los ûltimos afios, que dieron lugar a mejo ras importantes en los términos del contrato social (sala-- rios, y seguridad social entre otros). Por medio de estas - cesiones el sistema politico obtenîa legitimaciôn suficien- te para garantizar un consenso que permitiera el funciona-- miento de la producciôn y de la economîa (45 ). Abundando en ello quiero afiadir que los hijos de trabajadores ya jubilados son partidarios de la violen-- cia trabajadora en proporciôn de 1,7 por cada joven que tie ne todavîa a su padre incorporado a la poblaciôn activa. Por otra parte los parados, acusan un aumento de su potencial reivindicativo a medida que llevan mâs tiem po desempleados. El aumento de la aprobaciôn de medidas vio lentas corre parejo a la disminuciôn de las vacilaciones, - permaneciendo el desacuerdo en los limites de 46 al 40 por_ ciento (ver cuadro n^ 532 ). Las acciones de protesta aquî consultadas son mâs aceptables para la clase alta y desciende la aprobaciôn conforme disminuye el nivel social a excepciôn de la huelga - 1269 - polîtica, que la considérai! légitima porcentajes mâs altos_ de jôvenes de clase media e hijos de obreros en la baja. La clase baja da mârgenes bajos, de impi ica-- ciôn en todas las acciones de protesta, ya lo he dicho pero hay una distinciôn que hacer. Son menos bajos en los hijos_ de obreros que en los hijos de asalariados subalternos, a - excepciôn de las acciones violentas que les interesan lige­ ramente mâs a los asalariados. De todas formas me refiero a porcentajes muy pequefios por lo que su valor es mâs ilustra tivo que significative (ver cuadro n- 533). La actividad de los jôvenes marca unas cons­ tantes: la falta de respueta, mâs évidente en las amas de - casa y en los trabajadores que no siguen estudiando. Su menor aprobaciôn de cualquiera de las ac- ciones de protesta, secundados por los parados en el caso - de las manifestaciones polîticas, por los trabajadores estu diantes en el de pegar carteles y hacer pintadas. Parados y trabajadores se acercan mâs a los estudiantes en su aproba­ ciôn de las huelgas polîticas, les superan en la aceptaciôn de acciones violentas (ver cuadro n- 534). Se identifican - mâs con aquellas acciones que comprenden porque se relacio nan con su experiencia directs del trabajo. De aquî que su_ participaciôn sea mayor que la de los estudiantes en todas las acciones de protesta sobre las que se les interrogé (ma nifestaciones, huelgas, firma de peticiones, pegar carteles_ o hacer pintadas, y hasta en las acciones violentas) (ver - - 1270 - cuadro n- 535). A su vez los trabajadores que estudian han_ tenido una participaciôn menor en huelgas polîticas lo que_ concuerda con su postura general de lucha individual por sus derechos La divisiôn de la participaciôn en activida-- des polîticas segûn las clases demuestra que la clase alta_ participa mâs en todas ellas a excepciôn de las huelgas, mâs activas en la clase media y baja, las pintadas que han_ protagonizado por igual minorîas de todas las clases y las_ acciones violentas, de poca resonancia pero cuyo porcentaje mâs alto ( un 6 por ciento) se sitûa entre los jôvenes de - clase media La contrarrespuesta gubernamental es sentida - como un agravio por los trabajadores y por la clase baja con mârgenes mâs altos que entre los estudiantes y en la clase alta. Especialmente las que conllevan mayor violencia como la disoluciôn de una manifestaciôn por la fuerza pûbl£ ca con material antidisturbios, la detenciôn y juicio a los manifestantes, la militarizaciôn de los empleados de un sec tor pûblico en huelga (ver cuadro n-537 y 538 ), 6-) Las disposiciones ante el servicio militar varîan tam-- bien segûn las clases y las actividades realizadas por los_ jôvenes. Quienes pertenecen a un nivel medio y bajo desean_ realizar un servicio voluntario en mayor medida que los d£ mâs, siendo el deseo prioritario en todas las clases. Tie-- - 1271 - nen ademâs una tendencia mayor a reducirlo a los tres meses de aprendizaje de armas (ver cuadro n- 539 )• La razôn hay_ que buscarla en las orientaciones de los grupos de activi- dad. Los trabajadores son los mâs reacios a la compulsivi-- dad de la mili ( un 36 por ciento) como lo son los parados_ y las amas de casa. En la obligaciôn de hacerlo sugieren -- con mayores frecuencias su reducciôn a los tres meses de -- instrucdôn en el manejo de armas (un 28 por ciento). Claro_ que son estos jôvenes quienes experimentan las dificultades de encontrar un empleo antes de haber cumplido con el servi cio militar y tienen que postergar en muchos casos la espe- ranza de encontrar trabajo estable o la posibilidad de as-- cender de categorîa. Quienes se inclinan mâs a dejar las cosas co­ mo estân son los estudiantes (un 28 por ciento) los que en_ términos générales aceptan la acciôn estatal mâs fâcilmente. Dirê pôr ûltimo que el interês en actividades polîticas, la disposiciôn a dedicarles tiempo y trabajo di£ minuye a medida que desciende la clase social. Se mantienen mârgenes parecidos de interês en todas las demâs activida- des (ver cuadro n- 540). Considerando que la disposiciôn a_ participar no es muy elevada se dispersan los porcentajes - entre unos y otros tipos de actividad sin datos relevantes- que mencionar. - 1272 - ( 1 ) Ans6 J.L. ; Lôpez Jimênez, M.A. y Marco, M. "Ideolo­ gies y actitudes socio-polîticas en la juventud rural. Anâ- lisis de un pueblo aragonés: Tauste". Cuadernos Aragoneses de Economîa. n- 4. Facultad de Ciencias Empresariales. Zara goza, 1979-1980. Pâgs. 259 y siguientes. ( 2 ) Estudio 1.031. Juventud Espanola. CIS, preg. 49 ( 3 ) Esta comparaciôn corresponde a Santiago Lorente Are-- nas. La cultura polîtica dé la juventud. Actitudes y compor tamientos de la juventud espafiola ante el hecho politico. - Subdirecciôn General de Estudios. Direcciôn General de la - Juventud y Promociôn Socio-cultural. Ministerio de Cultura_ Madrid, 1981, pâg. 134. ( 4 ) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1979" diri- gida por J. Linz. Op. cit., pâg. 161. ( 5 ) EDIS. La Juventud dë Madrid. Edita el Ayuntamiento de Madrid. Comisiôn de Juventud. Madrid, 1981, pâg. 26 ( 6 ) "Como son los jôvenes". Aparecido en El Dominical. El periodico de Catalufia el 27 de Septiembre de 1981. Este es­ tudio que ya ha sido mencionado en otros capîtulos fue rea- lizado por el Ayuntamiento de Barcelona, pâg. 20. ( 7 ) Lôpez Jiménez, M.A. y Ansô J.L. Op. cit., pâg. 41. ( 8 ) El câlculo de la edad de voto se ha hecho como sigue. Teniendo en cuenta en primer lugar que los jôvenes de cator ce a dieciocho afios no tenîan entonces edad para votar, hay que hacer ciertas distinciones entre los que tienen ahora - diecinueve afios. Quienes ya los habîan complido el primerq_ - 1273 - de enero de 1981, tenîan diecisiete anos el une de enero de 1979. Parte (arbitrariamente) de que una sexta parte de -- ellos cumpliô dieciocho afios en los dos meses précédantes a la fecha de elecciones (1 de marzo de 1979). Por lo tanto - las cinco sextas partes restantes de los jôvenes de dieci- nueve afios, no tenîan entonces edad para votar. Contante pues una sexta parte de estos jôvenes y los que tienen mâs de diecinueve afios en la actualidad el porcentaje de posi-- bles votantes asciende al 52,8 por ciento de los jôvenes. ( 9 ) lorente, S. Op. cit., pâgs. 19 y 20. ( 10 ) Lôpez Jiménez, M.A y Ansô Liera, J.L. Entre la domes- ticaciôn y la libertad. Informe extenso disponible en el Ayuntamiento de Zaragoza. Op. cit., pâgs. 157 y 158. ( 11 )"Informe de la encuesta sobre la juventud 1977" diri - gida por J. Linz. Op. cit., pâg. 90. (12) Ansô J.L., Lôpez Jiménez, M.A. y Marco, M. Op. cit., pâg. 263. (13) Buceta, L. Op. cit., pâg. 263. (14) Torregrosa, J.R. Op. cit., pâg. 164. ( 15 ) Informe Sociolôgico sobre el cambio politico en Espana 1979-80.Fundaciôn FOESSA, Madrid, 1980, pâg. 115. (16) Torregrosa, J.R. Op. cit. pâgs. 207 y siguientes. (17) "Barômetro de opiniôn pûblica de enero 1980". REIS, - n® 10. CIS, Madrid, Abril Junio, 1980. Tabla 18. (18) Barômetro de Opiniôn Pûblica de Mayo de 1980. REIS,n® 12, CIS, Madrid, Octubre-Diciembre 1980. Tabla n- 2. 1274 - ( 19) Ansô, J.L.; Lôpez, M.A. y Marco, M. Op. cit., pâg. -- 225. ! ( 20) Esta pregunta ha sido extraîda del cuestionario elabo rado por J.Linz y su equipo a fin de establecer una riguro- sa comparaciôn de las respuestas. "Informe de la encuesta - sobre la juventud 1977", pâgs. 173 y 174. (21) Torregrosa, J.R. Op. cit., pâg. 210. (22) Ansô, J.L.; LÔpez, M.A. y Marco, M. Op. cit., pâg.261. (23) Estudio 1.149. "Crirainalidad" CIS. Enero 1978, pâg.10. (24 ) Esta alternative fue introducida en el cuestionario a instancies de varies de los jôvenes a quienes se aplicô la_ encuesta-ensayo a fin de medir la comprensiôn del mismo. (25 ) Ansô, J.L.; Lôpez,M.A y Marco, M. Op. cit., pâg. 263. (26 ) Ibidem, pâg. 258. (27 ) Pérez Dîaz, Victor. Clase obrera, orden social y con­ ciencia de clase.Op. cit., pâg. 57 (28 ) Lôpez Pintor, R y Buceta, R. Op. cit., pâg. 59 (29 ) Buceta, L. Op. cit., pâg. 282. (30 ) Torregrosa, J.R. Op. cit., pâg. 58. (31 ) El crecimiento observado es el de la mendicidad infan til, punto que no es analizado en este estudio de los jôve­ nes del Casco Viejo. (32 ) Lôpez Jiménez, M.A. y Ansô Liera, J.L. Entre la domes- ticaciôn y la libertad. Op. cit., pâg. 35. (33 )"Como son los jôvenes de Barcelona*.' El Dominical, pâg. 25, - 1275 - ( 34 )"Jôvenes espafioles mâs progrès que nadie".Cambio 16,-- Noviembre, 1977, pâg. 67. (35) Martin Serrano, Manuel."Tiempo libre, ocio y deporte_ en los universitarios".Ministerio de Cultura. Articule aûn_ no publicado, pâg. 6 y 7. El autor insiste en que en el --- tiempo libre disponible, el universitario puede ejercitar - comportamientos innovadores sin demasiado peligro para el - conjunto social, por su circunscripciôn a los circules uni­ versitarios. Tal ejercicio les permite contrastar la efica­ cia social que poseen las normas sociales recibidas. Ademâs el estudiante se forma con los estudios universitarios y -- con la amplia red de interacciones humanas que establece. - Nada de esto encuentra el joven que se incorpora al trabajo marginalmente y aûn menos el parado. (36) A fin de agilizar el tratamiento de estos temas no -- voy a poner en el texte los porcentajes de los estudios men cionados. Para la ciudad me remito al estudio. Entre la do- mesticaciôn y la libertad. (ya citado en otras ocasiones y_ del que soy coautora). Informe general presentado al Ayunta miento, pâg. 146. Para la juventud espafiola ver "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977" dirigida por J. Linz, - quien en pâg, 163 se refiere a los datos de 1975 y 1977. Para la poblaciôn adulta ver M. Gômez-Reino y otros "Sociologîa politica" en Estudios sociolôgicos sobre la situaciôn social de Espafia. Fundaciôn FOESSA. Madrid, 1975, pâgs. 1174 y siguientes. Aparece el hombre con postu- 1276 ras mâs reformistas y la mujer mâs' conservadora. El Informe FOESSA de 1981 no compara los sexos de la misma manera; aun que présenta actitudes mâs moderadas de la poblaciôn femen£ na de pequefios agricultores y viejas clases médias, en Cas­ tilla la Vieja, Leôn y regiôn Vasco-Navarra. (37 ) Ansô, J.L.; Lôpez, M. A. y Marco, M. Op. cit. pâgs. - 260 y siguientes. (38 ) Fouchard, Georges y Davranche, Maurice. Op. cit. en - el capîtulo segundo, pâgs. 291 a 296. (39 ) Hollandez, Edwin. "Principios y mêtodos de psicologîa socialV Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1978. (40 ) "Informe de la encuesta sobre la juventud 1977" diri­ gida por J. Linz. Op. cit., pâgs. 159 y siguientes, 189 y - siguientes. (41 ) Ansô, J.L., Lôpez, M.A y Marco, M. Op. cit., pâg. 259 (42 ) Lôpez, M.A y Ansô, J.L. Entre la domesticaciôn y la libertad. Informe ampliado y no publicado, pâg. 146. (43 ) Pialoux, Michel. Jeunesse sans avenir et travail in­ térimaire" Actes de la Recherche en Sciences Sociales. N-- 26/27, Mars-Avril, 1979. Maison des Sciences de l'Homme et_ Econle des Hautes études en Sciences Sociales. Paris, 1979, pâg. 19. ( 44 ) Du Peuget, Bruno. Adolescents de banlieue. Op. cit.,- en el capîtulo segundo, pâg. 219 y siguientes. (45) Datos abondantes sobre esta dinâmica son proporciona- 1277 - dos por Victor Pérez Diaz en Clase obrera, orden social y conciencia de clase. Op. cit., y en José Maria Maravall. Trabajo y conflicto social. Edicusa, Madrid, 1968. - 1278 8 . RECAPITULACIONES Y CONCLUSIONES Los jôvenes que he estudiado aquî pertenecen_ a un barrio cêntrico de Zaragoza , el Casco Viejo donde - prédomina la clase baja (la mitad de elles le pertenecen), le sigue en segundo lugar la clase media (un tercio apro- ximadamente) y ocupa un espacio muy inferior la clase al­ la (un 12 por ciento de la muestra). La instrucciôn de estes jôvenes, sobre todo - de les que pertenecen a la clase baja y media es muy supe rior a la que sus padres tuvieron, algunos de les cuales_ eran incluse analfabetos, pero elle no quiere decir que - hayan alcanzado grades muy altos de educaciôn. S61o signî fica que ban dado un salto cualitativo importante por re- ferencia a sus padres. Salto que ha significado para la - mitad de elles finalizar con mâs o menos êxito los estu-- dios de Educaciôn General Bâsica y para la otra mitad, adentrarse en B.U.P y C.O.Ü. con deseos de alcanzar estu- dios superiores, que no todos elles consiguen, y seguir_ F,P. que sôlo minorîas valoran. Estes jôvenes saben que su status social, me- dido por la sociedad mâs amplia en termines de prestigio_ poder e influencias no es muy alto. Que su barrio de res^ dencia, las calles estrechas donde la mayorîa habita, las condiciones sociales y econômicas que disfrutan, su posi- 1279 ciôn de emigrantes vénidos a la ciudad en busca de empleo, los trabajos a los que tienen acceso, no contribuyén a -- que la sociedad externa los considéré beneficiaries del - êxito social. De ahî la consciencia adquirida de la imp02 tancia que tiene pertenecer a una clase social mâs alta y el empeJic puesto por sus padres y elles mismos por lograr le. Bien es verdad que algunos jôvenes aceptan ser obre-- ros como sus padres le son y se contentan con lograr un - nivel adquisitivo superior, un trabajo estable y una remu neraciôn fija suficientes para comprar los bienes del confort moderne considerados como elementales: casa equi- pada con los servicios de baAo complète, calefacciôn, te- lêfono, coche, y estudios bâsicos para sus hermanos meno- res. V. el discotequero es un ejemplo de elle y estadîst^ camente lo son quienes se consideran de clase baja; hijos de obreros especialmente. Pero la mayorîa se empeftan en - romper con los condicionamientos de su clase y en movili- zarse a travês de la educaciôn y la cultura. Aunque el ca mino de ascenso educacional se corta pronto para un buen_ nûmero, por las necesldades perentorias de trabajar, el vo luntarismo de unos cuantos les impulsarâ a seguir estu-- diando en cuanto pueden pagarse una formaciôn con su pro- pio salarie. Psicolôgicamente estân en proceso de movili- dad y en cuanto dejan los trabajos manuales y pasan a los no manuales, se consideran en ascenso, incluso si sus fun ciones son vicarias, de escaso o nulo nivel de califica- 1280 - ciôn y de salaries similares a los que obtendrîan en las - categorîas de obreros tambiên sin calificaciôn. Ya no ha-- cen grandes esfuerzos fîsicos ni trabajan rudamente con sus manos y ban obtenido otros empleos de mayor prestigio_ social. Por el momento este hecho es constatable entre sus padres, donde, aunque dominan los obreros en la clase baja hay ya un buen nûmero de subalternes del sector servicios. De ahî que, especialmente los hijos de estes segundos se - consideren a sî mismos como de nivel social medio. Se mi-- den por el trabajo no manual de sus padres y por el poder_ adquisitivo de sus families, aumentado por la incorpora— ciôn al mercado laboral del joven y/o de alguno de sus her manos. Bien es verdad que los jôvenes que trabajan vuelven a incorporarse en su mayorîa (très cuartas partes) a los - trabajos manuales pero aspiran a dejarlos y de hecho lo ha cen a medida que aumenta su edad y con ello su experiencia en recorrer empresas y en adquirir adiestramiento para -- otros oficios. Tambiên es cierto que un buen nûmero de hijos de obreros y subalternos, mâs de los segundos que de los - primeros no trabajan si sus padres pueden permitîrselo. -- Con ello aumenta su convicciôn de pertenecer a la clase mê dia. Asî cuando se les interroga por su situaciôn social,- medible en têrminos de poder adquisitivo lo que predomina_ en el Casco Viejo es la clase media. Ellos saben que consu men normalmente los bienes de duraciôn limitada y consumen - 1281 - tambiên educaciôn y cultura, privilégié de las clases mê-- dias. De ahî que los valores de clase baja, ligados al trabajo para el consume de bienes socialmente importan­ tes (casa, electrodomêsticos, coche) y los valores de cla­ se media orientados a la autorreâlizaciÔn se entremezclen_ en ellos. De ahî tambiên que la educaciôn en la iniciativa personal de los hijos de clase media y en la conformidad - de los hijos de obreros no hagan en ellos la misma mella - que hizo en sus padres. Los hijos de obreros y de subalter nos valoran mâs la iniciativa que lo que sus padres la prê ciaron y se sienten frustrados en su trabajo cuando este *• exige de ellos monotonîa, sumisiôn a horarios y reglas es- tictas, rutlna, dificultades de ascenso. Los jôvenes de clase baja se sienten a medio camino entre, la conforma--- ciôn con las reglas y el deseo de autonomîa y al fin es eŝ te el que se impone mayoritariamente. Seguirê hablando de los valores que impregnan la vida de estes jôvenes . Lo que quiero resaltar aquî es_ que no constituyen la vanguardia de la juventud cuyos valo res y modos de comportamiento se extienden luego a las ma- sas juveniles, slno que pertenecen mâs bien a este segundo grupo. Son jôvenes perfectamente anônimos, normales y co-- rrientes que reproducen en su pequeno mundo lo que se ex- tiende como valor importante en el mundo mâs amplio de la_ generaciôn juvenil, mezcla de elementos propios de una cul̂ - 1282 - generacional y de normas y comportamientos adquiridos por_ unos productores de bienes que se especializan en el merca do de los jôvenes, por las mismas razones que se especially zan en el de las amas de casa. Porque son muchos y por -- ello buenos clientes de sus productos, si aciertan a dotar los de una imagen acorde con la que unos y otras quieren - tener de sî mismos, viva y cambiante. No hay que olvidar - que vivimos una êpoca de cambios râpidos y las imâgenes -- del yo, varîan constantemente de acuerdo con las modas, con las reacciones a la crisis y a las sacudidas de un mun do econô.mico industrial que trata de salir de sus contra-- dicciones internas (abundancia y escasez, trabajo y paro,- êxito y fracaso) sin ningûn êxito, al menos en lo que res­ pecta a las mayorîas silenciosas. Los jôvenes de los que trato aquî constituyen por tanto una masa perfectamente disponible y lista para - abrirse camino en una sociedad organizada y estructurada.- Se abren camino eh ella, reproduciendo formas de comporta­ miento aprendidas pero con aportes nuevos. Los jôvenes tie nen una visiôn propia de las cosas, interpretan el mundo_ recogiéndo de los adultos una concepciôn empresarial de la vida. La aplican a su propia experiencia adquiriendo o mojy deando una identidad tecnocrâtica. Esta se caracteriza en_ los jôvenes por el estudio de lo que tiene valor y lo que_ no lo tiene, haciéndolo en funciôn de las garantîas de ob- tenerlo. Es decir que no se vive de llusiones ni se espera - 1283 - llegar a metas muy distantes. Se acortan aquellas, se mi-- den los costes para alcanzarlas y a partir de un balance - de la relaciôn coste bénéficié, se establecen las estrate- gias de acciôn. Taies disposiciones de conduct» manifiestan_ el éxito de la labor socializadora que ha llevado a cabo - la sociedad post-industrial, transmitiendo a sus sucesores una visiôn utilitaria de la vida. Sucede luego que los mê- todos de actuar de los jôvenes son basta cierto punto iné­ dites. Los jôvenes no reproducen exactamente el mundo de - sus mayores sino que actûan con reacciones inventadas. No_ pueden ser programados totalmente pero parten de una pro-- gramaciôn fundamental a partir de la cual emplean su propia capacidad personal de observaciôn, reflexiôn y acciôn. Asî elaboran sus propias estrategias sin grandes palabras ni - rebeliones masivas. El joven de hoy prefiere el anonimato_ de la vida urbana y en él se mueve âgilmente a base de re- conocer y ser reconocido por quienes habitan con él. Esco- ge cuando puede a sus compaAeros de viaje y cuando no, élu de la compafiîa, la négocia, la toléra. Tal vez la calma con que actûa no le desgasta tanto y mantiene su status de joven durante un tiempo am-- plio e indefinido. Aquella le permite mirar y medir a sus_ predecesores con tolerancia y comprensiôn distante. Su -- pragmatisme le ayuda a vivir con el pasado sin grandes corn plicaciones. Extrae de él lo que es âun valioso para sus - 1284 - proyectos y los incorpora a su experiencia. Es consciente_ de que le estâ tocando vivir en êpoca de escasez y por -- ello intenta gozar con lo que hace y expérimenta; sencilla mente. De ahî que valore la calidad de las relaciones hu- manas mâs prôximas y aspire al cultive de las artes que es la aspiraciôn mâxima de quienes no continûan estudiando. Es consciente tambiên de las contradicciones_ del mundo actual. Por tanto va optando por lo que aparece_ mâs positive en cada momento y trata de no complicarse una vida que adivina corta y plagada de amenazas. Como ha naci do en pleno cambio, estâ mejor preparado para aceptarlo, - dispuesto a asumir sus retos y a extraer felicidad de todo ello. No quiero decir con este que el joven del Ca^ co Viejo (y especialmente el que trabaja) mire con optimi^ mo las contadas alternativas que se le presentan sino que_ ha nacido y convivido con ellas por lo que inventa formas_ de supervivencia y ensaya medios de disfrutarlas. Los dis- cotequeros son la prueba mâs fehaciente de lo que digo. En sus opiniones, disposiciones, estrategias de acciôn, aflo- ran una serie de valores constantemente: una sensibilidad_ especial por el bienestar fîsico y psicolôgico que le im-- pulsa a quedarse en la casa de los padres mâs que a ensa-- yar caminos alternatives de buscarse la vida por sî mismo; un sentido muy claro de la utilidad de las cosas; un deseo fuerte de autonomîa personal, de autorrealizaciôn por el - - 1285 trabajo y por el cultive de la amistad de sus iguales; una aspiraciôn inagotable de participaciôn que les lleva a va- lorar la que la familia y el grupo de iguales facilitan, - a quejarse de la que el trabajo impide, a distanciarse de_ las organizaciones polîticas que la entorpecen. De aquî -- que valoren mucho su vida privada de relaciones, y el en - torno vecinal, comunal, ciudadano y de asociaciones parti- culares en donde pueden sentirse apreciados, reconocidos y estimulados. Valoran mucho su poder de autodeterminaciôn,- lo que les lleva a actitudes anarquistas, socialistas y liy berales, sîmbolos todas ellas, de su rechazo a la prepoten cia del estado y de sus instituciones, infiltradas en los_ aspectos fundamentales de su vida. Prefieren obtener lo que desean a fuerza de voluntarismo personal que entregan- do su libertad y su vida a instituciones polîticas y educa cionales las que sospechan mâs capaces de servirse de ellos que de responder a sus necesidades. Valoran las cualidades personales mâs d̂üe la educaciôn recibida, y que el trabajo, te mâs que las carreras brillantes o médiocres. Valoran en fin las influencias sociales mâs que la suerte. Consideran importante el hacer con responsabi lidad las cosas y poco el tener que trabajar mucho o con - grandes esfuerzos. Quieren ser ûtiles en su trabajo, pero_ realizan poco si es posible porque aprecian mucho su tiem­ po de ocio. Su visiôn de los marginados y delincuentes ju­ veniles es mâs positiva que su visiôn de la sociedad es-- - 1286 - tructurada. De ahî que aboguen por un cambio de estructu-- ras que facilite la vida de los hombres y mujeres hoy pre- sos de situaciones sociales que les llevan al delito o a - la alienaciôn social. Ebn muy sensibles la la alienacion, palabra- que usan constantemente en su vocabulario para retratar el aislamiento al que temen. Este es el enemigo mayor de su - vida relacional. Su familia y sus amigos son los grupos mâs eficaces para evitarla, pero preferirîan que aquella - se extienda a su trabajo a sus actividades ciudadanas y po lîticas. Preferirîan tener una vida sin barreras ni compar timentos donde se sintieran en control de la situaciôn co nocida y no partes de un mundo uniforme e insulso. Por ello que rehusan el control social, de las instituciones estata_ les, de los lîderes autoritarios de grupo, de los padres - estrictos (que son pocos) y exigentes. Voy a resumir brevemente sus disposiciones ge neralès hacia las instituciones privadas y pûblicas hacia_ los grupos primaries y secondaries en los que se plasma su moral de la vida. Los jôvenes aceptan la familia y se integran_ a ella en sus formas tradicionales de estructura y funcio^ namiento. Las manifestaciones mâs précisas de los que digo y que pueden ser extraîdas de este estudio son las siguien tes : Hablan con sus padres de todo o casi todo, -- 1287 - cambian opiniones con ellos sobre la vida pûblica y polity ca, sobre sus perspectivas profesionales y sobre sus estu­ dios. Les cuentan lo que hacen en su tiempo libre, los amî gos que tienen y les confîan sus vivencias afectivas y se- xuales. Estas confidencias benefician mâs a la madré que - al padre, en todos los jôvenes pero especialmente en las - chicas. Con ello se sigue reproduciendo el roi afectivo te rapeûtico de la mujer en el hogar. Sin embargo la comunica ciôn sexual se queda a un nivel mucho mâs superficial de - lo que aparenta. Los jôvenes reconocen que este es el pun­ to que mâs falla del diâlogo padres hijos. Y ps precisamen te uno de los temas en los que los jôvenes vuelven la vis­ ta atrâs, tratando de extraer del pasado informaciones y - destrezàs. Su inquietud no encuentra eco porque los padres no saben como llenar las expectativas de sus hijos sin -- abrirles su intimidad y tampoco se atreven a hacerlo por-- que ello significarîa salirse del modelo de comportamiento imperante. Los padres por sî solos no se atreven a ensa- yar conductas que no vienen sancionadas por la opiniôn co- lectiva y esta sôlo se ha pronunciado sobre la informaciôn blolôgica mâs elemental, Los jôvenes solteros acostumbran a vivir con__ sus padres, juzgan agradable el ambiente de su casa y de-- claran llevarse bien con los miembros de su familia. No -- tienen interacciôn profunda con sus padres sino minorîas - pero en lîneas générales las cosas van bien, sin excesiva_ - 1288 - confianza pero sin fricciones. Los padres prefieren tener_ a sus hijos en casa. No s61o cuando necesitan su ayuda eco nômica sino como forma habitual de convivencia. Y los hi-*- jos no se rebelan contra ello porque los padres son permi- sivos, admiten a sus amigos en la casa y les dan libertad_ de acciôn. De esta manera los hijos se benefician del con­ fort de la casa, pueden disfrutar de la compafiîa de sus iguales sin entrar con ellos en una convivencia que entra- fiarîa mayor responsabilidad y esfuerzo. Los padres por su_ parte pueden controlar mejor a sus hijos conociendo el me­ dio en el que se mueven. Volviendo a los hijos, han encontrado una ma­ nera cômoda de compaginar relaciones de amistad y relacio­ nes positivas familiares, con el bienestar fîsico que les_ reporta permanecer en su casa. No hay que olvidar que en - una êpoca de escasez de empleo y de pêrdida del poder ad-- quisitivo de los salaries es mâs difîcil dar el paso hacia la independencia. Pero conviene recordar que éste no es -- tan apremiante cuando desaparece el conflicto generacional que ha caracterizado a una êpoca de enfrentaihiento entre - una sociedad tradicional y una generaciôn joven que aspir^ ba a romper con ella. Los afios sesenta protagonizaron un - conflicto al que asistieron como jôvenes muchos de los pa­ dres permisivos de hoy. Los jôvenes participan de hecho en las decisio nés que afectan a toda la familia y las que les atafien a - - 1289 sî mismos. Con ello se integran activamente en la dinâmica familiar. La familia ha dado asî un gran paso para la im-- plicaciôn emocional de todos sus miembros. Justamente lo - contrario de lo que ha sucedido con las organizaciones po­ lîticas que no han facilitado la participaciôn causando -- con ello el distanciamiento de la casi totalidad de sus ba ses juveniles. Lo contrario tambiên de cuanto sucede con - las empresas pûblicas y privadas donde los trabajadores sienten que cuanto de ellos se espera es un cumplimiento - fiel de las reglas sin cabida a la participaciôn en la ge£ tiôn y decisiones que se toman. La familia, en la que los intégrantes se en-- cuentran en etapas diferentes de desarrollo personal y con ello de intereses individuales, los va combinando bien se- gûn parece. Los jôvenes atribuyen a la familia una funciôn muy Clara de soporte y ayuda, porque es la ûnica institu- ciôn a la que pueden acudir en momentos de apuros sin te- ner que hacer solicitudes largas y formales. Es ademâs el refugio al que el joven puede volver siempre y de hecho a_ êl se dirigen en momentos de crisis antes que a cualquier amigo. Los padres sienten la obligaciôn y responsabilidad_ de ayudar y estân dispuestos a hacerlo. Aceptan la autoridad familiar, mâs legitimada cuando ambos padres la ejercen y peor recibida cuando lo - hace sôlo el padre. La madré sabe entenderse mejor con los - 1290 - hijos, porque lleva dos siglos al menos haciéndolo y el p^ dre idisminuye su importancia como lîder de la familia a med^ da que su sueldo es la ûnica contribuciôn especial que •*-- aporta al hogar. He hablado ya de que las madrés tambiên - trabajan y hay padres con sueldos iguales o inferidres' a los de sus hijos, casos en los que la autoridad paterna se ju^ tifica aûn menos y por tanto causa mâs fricciones. Hay indicios sustanciales de que los jûvenes_ tienen un proyecto de familia propia orientado en la misma direcciôn que el de sus padres. Quieren en su mayorîa for- raalizar legalmente su compromise y desean mejorar la dinâ- mica de las relaciones familiares. Por ello aprueban el no viazgo y lo enriquecen de contenidos. Adquiere su carâcter tradicional de profundizaciôn en el conocimiento mutuq,pe­ ro es tambiên etapa de contactes sexuales que lo conviér-- t-en en algo mâs cercano del matrimonio a prueba^ de lo que_ lo era en su concepciôn tradicional. Sea un ensayo pre-ma- trimonial de lo que la convivencia de una pareja puede dar de sî o no, légitima al menos el contacte sexual que antes sôlo era aceptable por el matrimonio. De esta manera se desdramatiza la concepciôn de una relaciôn sexual ûnica en tre un hombre y una mujer. Como avance es mâs importante - en el caso femenino que en el masculine puesto que siempre ha existido una moral laxa para el hombre y otra muy es-- tricta para la mujer, que no han desaparecido totalmente - 1291 - pero hablarê luego de ellas. Quiero insistir aquî en que el noviazgo es un hecho social contemporâneq,en el que se realiza la ruptura de las inhibiciones personales entre el hombre y la mujer_ que se quieren y que antes sôlo se efectuaba despuês del - matrimonio. Luego, si el noviazgo se deshace, los jôvenes_ se sienten mâs libres para establecer relaciones sexuales_ mâs espontâneas. Estas permanecen sujetas a una régla, mâs respetada por lasmujeres que por los hombres y mâs exigida para el caso femenino que para el masculine. La régla es - que exista una cierta relaciôn afectiva durable entre quie nés llegan al coito. Los jôvenes quieren tener hijos, tanto si se_ casan como si no. Es un sentimiento muy fuerte entre quie­ nes piensan casarse y tambiên entre quienes prefieren una_ relaciôn durable a juicio de la pareja, o carecen de cual­ quier proyecto. Es indicativo de que la decisiôn personal_ va adquiriendo mâs importancia que las convenciones socia­ les. Ocurre ademâs que la mayorîa de jôvenes viene de famî lias numerosas, con un promedio mayor de miembros por fam_i lia que el promedio espafîol. Pero sôlo los jôvenes de cla­ se alta piensan tener tantes hijos como tuvieron sus pa-- dres. Todos los demâs desean menos, siendo el descenso mâs acentuado conforme se disminuye de clase social; mâs aûn - entre los hijos de obreros que en los demâs. Hay una rela­ ciôn Clara entre dificultades de incorporaciôn al mercado_ 1292 - laboral de los jôvenes y sus planes de reducclôn de hijos, entre precariedad econômica y planificaciôn familiar res-- trictiva del nûmero de nacimientos. En el Casco Viejo, si_ los planes actuales se realizan,en el future,habrâ serios_ cambios en la reproducciôn de las familias obreras, de las de clase baja y media baja. De todas formas y a pesar de las reducciones, permanece el deseo de reproducirse. El joven necesita algo por lo que vivir que esté mâs allâ de sî mismo. Como si -- fuera mâs apasionado en la persecuciôn de sus metas cuando piensa que puede combiner su propio interês con un fin mâs amplio. Los discotequeros lo expresaron en repetidas oca- siones, a propôsito de sus reticencias matrimoniales y de_ la Imagen que se hacîan del hombre ideal. La opiniôn de los jôvenes sobre los roles ma^ culinos y femeninos, en el hogar y en el trabajo muestra - que prédomina en ellos una concepciôn moderna de la fami-- lia. En la que sin embargo subsisten atribuciones de roles identificables con una concepciôn mâs tradicional. Los jôvenes parecen dispuestos a concéder a - la mujer y al hombre los mismos derechos y obligaciones -- respecto al hogar, los hijos, las oportunidades de autorrea lizaciôn fuera de la casa. Pero asignan a la mujer traba-- jos orientados hacia labores domêsticas y hacia los nifios_ con mayor facilidad que al hombre. Y a êl le adjudican re^ ponsabilidades que refuerzàn su papel de cabeza de familia. - 1293 - Apunto algunas evidencing de ello; No creen que el destine ûnico de la mujer sea el matrimonio. Tampoco aceptan que ella tenga que quedarse en casa dedicada al cuidado de los nifios y que se exonere_ a los hombres del trabajo domêstico. Al mismo tiempo cons^ deran que la mujer tiene derecho a trabajar fuera de casa_ aunque esté casada y tenga hijos. Las razones argimentadas son la autorrealiza-- ci6n femenina y su igualaciôn al hombre. Pero consideran - que hay determinados trabajos que le son mâs propios, la - puericultura y el servicio domêstico. Como consideran que_ el liderazgo familiar y la protecciôn de miijer e hijos le corresponde al hombre. Estân por tanto a medio camino entre la sime- trizaciên del hombre y la mujer, y la concepciôn tradicio­ nal de sumisiôn femenina al varôn. Los porcentajes de jôve nés que se dirigen en una u otra direcciôn se dividen en - bloques muy parecidos. Predominan los de avance en la di- reÆciôn de una familia mâs simêtrica pero las rémoras son fuertes en el sentido contrario. Hay que tener en cuenta - que la gran mayorîa de jôvenes vive en familias tradiciona les, donde la mujer estâ domesticada para la casa y el hom bre libre de responsabilidades. Donde la mujer que trabaja lo hace mâs por necesidad que por gusto y donde librarse - del trabajo es mâs un alivio que una alienaciôn. Hay que tener en cuenta tambiên que cuando el 1294 - trabajo escasea, los sentimientos tradicionales que aso-- cian el trabajo al hombre afloran de nuevo en una sociedad no totalmente convencida de la igualdad de derechos, como es la espafiola. Asî se considéra que hay que privilegiar - el empleo masculino sobre el femenino, Por otra parte, la asociaciôn tradicional de_ las mujeres con la casa y con los nifios es difîcil de rom-- per. Asî cuando las mujeres salen a trabajar se les conti- nûa viendo como cuidadoras de nifios y limpiadoras de casas, funciones en las que sigue siendo mâs hâbil. Son dos corrientes que avanzan en sentidos contraries predominando la de cambio en los papeles tradi­ cionales frente a la que se inspira en la continuidad de - los mismos. Hay minorîas importantes de jôvenes que se rê belan contra el control estatal de sus vidas privadas. Se_ rebelan en aspectos varios, pero aquî me refiero concreta- mente al rechazo del contrato legal para unirse en pareja. Rechazo que no es la ûnica causa de las reticencias que -- observan hacia el matrimonio. Las tienen tambiên por desen canto con lo observado en familias que se sostienen mâs -- por las ataduras sociales (el temor al "que dirân" y à la admisiôn del fracaso interviene en ello) que por el amor.- Y las tienen porque cuestionan seriamente la adopciôn de - decisiones permanentes en la juventud que no es sino un pe - 1295 rîodo de cambio mâs en la vida de las personas. Hay minorîas por lo demâs argumentando que su experiencia familiar es negativa y que buscan fuera del h£ gar lo que no encuentran en êl. Con ello no hacen sino rea firmarse en unas expectativas,creadas sobre la base de una atribuciôn de funciones a su familia,que esta no ha cumpl^ do. Tambiên las hay que no quieren formàlizar su__ relaciôn sino vivir compromises libremente aceptados por - la pareja, o vivir experiencias amorosas conforme surjan.- Gran parte de los jôvenes que asî opinan han tenido expe-- riencias familiares negativas, pero no hay que descartar - el sentido de autonomîa y autodeterminaciôn que sus dispo­ siciones de conducta manifiestan como valor juvenil impor­ tante . Aceptan el aborto y el divorcio, mâs él segun do que el primero. Aquel fundamentalmente por prescripciôn mêdica. Este esencialmente cuando ambos cônyuges consien-- ten y ademâs no tienen hijos que cuidar. Son pues muy res­ trictives, (establecen incluso mâs cautelas ante el aborto que la ley actual) y parecen indicar con ello la seriedad_ con que juzgan los compromises adquiridos. Las mujeres aceptan la familia tradicional en_ mayores porcentajes que los hombres. Ello se debe a que juzgan mâs agradable la experiencia familiar y a que se C£ 1296 - munîcan con sus padres mâs que los hombres. No precisamen- te en lo referente a su sexualidad, y se quejan mâs de -- ello. Lo que sucede es que las mujeres estân mâs domestic^ das para la vida familiar, para permanecer en la casa y -- confîan mâs en sus padres y profesores como fuentes de in­ formaciôn. Aceptan mejor el control institucional y asig-- nan mâs a su familia el roi de ayuda, soporte, refugio. Aceptan con reticencia,sin embargo, el autoritarisme pater no que se ejerce mâs sobre ellas que sobre los varones. Un ejemplo es el mayor control de su tiempo libre fuera de la casa y su obligaciôn de volver a ella por la noche a horas mâs tempranas que aquellos. De aquî que tiendan mâs a reproducir el matriy monio con contrato legal y que tiendan tambiên a hacerlo - por la vîa religiosa con mayores niveles de frecuencia que los varones. Sin embargo, se muestran mâs deseosas de mo- dernizar los papeles tradicionales, mâs orientadas a la pa ridad de roles masculines y femeninos. Aceptan en mener me dida que los jôvenes, el liderazgo masculino en el hogar,- rechazan mâs el servicio domêstico femenino y sôlo parecen convencidas de su mayor habilidad para la puericultura. Hay que concluir por tanto que el féminisme estâ contribu- yendo sustancialmente a la concientizaciôn de las jôvenes_ de clases bajas y médias, comenzando como lo hizo por las_ altas. - 1297 Las relaciones interfamiliares mejoran con el aumento de la edad y las posturas que se mantienen son mâs abiertas hacia la igualdad de roles, hacia el divorcio y - el aborto. Tambiên mejoran las relaciones con la familia por parte de los casados. Pensando en el compromise matri­ monial un buen nûmero de ellos optarîa ahora por no tener- lo, primando mâs bien una relaciôn libre de pareja. Lo que puede ser indicativo de una mala experiencia matrimonial o de que se han casado por presiones familiares o sociales - cuando lo que deseaban era vivir una relaciôn mâs libre, - Desde dentro del matrimonio ven mâs difîcil que desde fue­ ra la posibilidad de una relaciôn estable con una persona_ del otro sexo, lo que nuevamente plantea el interrogante - de si piensan en su propia experiencia o se refieren a las gentes en general. Estân mâs abiertos a la paridad de roles^com- paginando esta tendencia con su conveneimiento del roi mas­ culino de liderazgo en el hogar y de protéger a la mujer.- Son muy pocos los casados por lo que no representan al con junto de la poblaciôn casada. Los jôvenes de nivel profesional alto tienen_ una experiencia mâs positiva de la familia y por ello quie ren reproducir el ambiente vivido en mayor nûmero. Conside^ ran a sus padres abiertos y a tono con los tiempos actua-- les en mayor medida que los otros grupos, se comunican me- 1298 - j or con los padres y han recibido informaciôn sexual de -- ellos, Todo ello contribuye a que quieran reproducir el ma trimonio y los hijos como sus padres. La experiencia familiar va siendo mâs negati­ va a medida que se desciende de nivel socio-econômico. Se_ rechaza mâs el autoritarisme paterno y la figura del padre disminuye en importancia. Se confîan mâs los problemas per sonales a la madre y desciende la comunicaciôn con el pa-- dre. De ahî que la figura paterna se resienta del lideraz­ go que ha venido ejerciendo siempre. Los jôvenes no encuen tran que su padre pueda ayudarles a establecer los lazos - con el mundo del trabajo tan bien como en la clase alta. - Siendo un asalariado mâs no puede sino ayudar a sus hijos_ a situarse a su mismo nivel, cuando probablemente los hi-- jos puedan colocarse en una posiciôn superior si han alcan zado un nivel de formaciôn razonable. De ahî que se acepte menos la autoridad excesivamente ejercida porque no se en­ cuentran fundamentos que la legitimen, Tal vez por ello los jôvenes de las clases médias y bajas opta mâs por la_ paridad de roles y aunque creen en el liderazgo masculino_ del hogar, niegan el papel protector del hombre sobre la - muj er. Los trabajadores en general tienen posturas - mâs abiertas hacia la paridad de roles y trabajo fuera del hogar que los estudiantes, mâs conservadores y discrimina- torios. Los mâs hostiles de todos al trabajo femenino son_ - 1299 - los parados. La causa probable es que consideran que la mu jer quita puestos de trabajo al hombre, y como ya dije an- teriormente se vuelve râpidamente a los valores tradiciona les cuando los modernos disminuyen los derechos propios. Las amas de casa son tambiên hostiles al tra­ bajo de la mujer fuera del hogar. Las razones aquî son --- otras. Todas ellas pertenecen a la clase media, muy pocas, o a la baja, la mayorîa. Y en la clase baja el trabajo que la mujer puede encontrar es generalmcnte el servicio domê^ tico o el trabajo en el domicilie por cuenta ajena, mal pa gados y poco interesantes. Dejar de trabajar es mâs una liy beraciên que una alienaciôn. Como su ûnica posibilidad de_ salir del hogar familiar es el matrimonio, son quienes mâs optan por êl y en su forma mâs tradicional de matrimonio - religiose. Los jôvenes que piensan casarse por la Igle-- sia son los menos inclinados a la libre uniôn evidentemen- te pero no argumentan razones de fe religiosa para elegir_ esta clase de matrimonio tanto como razones de costumbre.- Las orientaclones de pareja tambiên influyen en las actitu des de pareja. Se inclinan hacia el matrimonio tradicional los social-demôcratas y desde ellos, hasta las tendencias_ de la derecha conservadora va aumentando el nûmero de par- tidarios. Los indiferentes en polîtica muestran tambiên -- disposiciones a reproducir el compromise matrimonial. A me dida que se avanza hacia la izquierda aumentan los jôvenes que desean la uniôn de pareja mientras dure el amor. - 1300 Los cambios mâs importantes observados respec to a la postura tradicional atafien a la concepciôn de la_ sexualidad. La desvinculan de la instituciôn matrimonial_ e incluso del proyecto de convivencia. La conciben funda- ■ mentalmente como gocfe y medio de comunicaciôn entre dos - personas. Y como dije antes, la aceptan cuando ya hay en- j tre dos jôvenes una relaciôn habituai, al margen de los - j planes de continuidad que aquellos tengan. | î La distancia entre opiniones y prâctica es -- > grande no obstante. El mensaje juvenil es la libertad se-- | xual y en esa direcciôn se avanza pero los patrones socia- . ; . iles y morales de comportamiento que restringen la prâctica, pesan todavîa sobre el conjunto. | De ahî que tengan orientaclones contrapuestas j ante dos puntos de medida de la marginaciôn sexual: la -- prostituciôn y la homosexualidad. Admiten ambas, pero con^ cientes de la alienaciôn que la primera constituye para un ; grupo de mujeres y de la liberaciôn que la segunda logra - para los hombres y mujeres homosexuales. Minorîas reducidas conectan ejercicio libre - de la sexualidad y vinculaciôn matrimonial. Conexiôn que - aceptan con tintes conservadores en cuanto a la virginidad femenina y a la legitimidad de que los padres supervisen - los contactos heterosexuales de sus hijas como medio de ga rantizarla. Los hombres tienen posturas mâs avanzadas, en cuanto a la libertad sexual masculina y teôricamente en -- 1301 - cuanto a la femenina. Digo teôricamente porque las entre- vistas dejan ver que, enfrentados al hecho de la libertad_ sexual de mujeres cercanas a sî mismos aparecen sus reti- cencias y acaban por negarla. Temen la pêrdida de su lide­ razgo y la confrontaciôn de su propia imagen con la de -- otros hombres que hayan podido desempefiar el juego sexual_ mejor que ellos. Temen salir perdiendo ante otros rivales y temen ver disninviida ’ su posesiôn de la mujer. La mujer es menos tolérante hacia sî misma -- que hacia los demâs, lo que indica que ha interiorizado -- profundamente el control social que se éjerce sobre ella.- Aunque no puede librarse de êl personalmente, puede acep- tar que este produce agravios a las gentes y comienza la - ruptura con los contrôles, rechazando que otros los sufran. Se sienten mâs inseguras tambiên que los hombres frente a_ la legitimidad de concebir el sexo como disfrute. Evidente mente la tradiciôn no le ayuda a dar pasos hacia una deci­ siôn que vaya en sentido contrario. Chicos y chicas tienen poca prâctica sexual,- pero ellas menos que ellos. Estân mâs convencidas de la ex plotaciôn que se ejerce sobre las prostitutas, que los va­ rones, quienes priman su posibilidad de iniciarse sexual-- mente con ellas, sobre su consideraciôn de la alienaciôn so cial que puedan experimentar. La edad es un factor importante- de liberaciôn sexual. Dan los mârgenes mâs altos de rigidez los menores_ de dieciseis afios y los mâs altos a favor de actitudes fa- - 1302 - cilitadoras de libertad sexual los mayores de veintidôs , quienes a su vez toleran mâs los prostibulos porque los consideran ûtiles para los jôvenes. Los casados acusan mâs la falta de educaciôn_ sexual recibida. Conforme se desciende de nivel social se man­ tienen posturas mâs abiertas hacia la sexualidad. La infor maciôn sexual de los padres supera en la clase alta a to- das las demâs pero es la clase baja la que mayor prâctica_ sexual tiene y en segundo lugar la media. En este aspecto_ las conductas continûan siendo las mismas que en otras épo cas. Los jôvenes mâs religiosos se muestran menos_ partidarios de que el fin de la sexualidad sea el disfrute y comunicaciôn entre las personas, respetan mâs la virgin! dad prenupcial y juzgan mâs severamente a los homosexuales. Son las mismas tendencias que se observan en_ las posturas polîticas de centre, derecha y de los apolît_i COS, contrarias a las halladas en el espectro politico de_ izquierda. Izquierdas y derechas se muestran poco sensi-- bles a la marginaciôn sufrida por las mujeres que ejercen_ la prostituciôn. Es la constante en todo el colectivo juve nil masculino que prima sus necesidades sobre consideracio nés de îndole social en este caso. Los jôvenes valoran mucho la amistad con sus_ I - 1303 - iguales. La base fundamental es la comprensiôn mutua que - dériva de la puesta en comûn de sus experiencias. De aquî_ que la razôn principal por la que no se renuncia al amigo_ es la confianza y ayuda que este brinda. Las cualidades que mâs se admiran son la fuerza de carâcter y la claridad de_ ideas. j Las amistades desarrollan mâs entre los jôve- nes del mismo sexo, como medio de comunicaciôn y compaftîa_ habituai. Los varones tienen actitudes posesivas hacia sus amigas mujeres quienes aceptan el serlo y reaccionan con - posturas de sumisiôn. De todas formas las amistades entre_ los dos sexos suelen tomar la forma de relaciones de pare- ia informai pero con exigencias mutuas de fidelidad.Sobre_ todo las chicas comprometidas con chicos, observan normas_ de fidelidad muy parecidas a las que tradicionalmente ado£ tan con sus novios o maridos. Hay aquî contradicciones en­ tre el comportamiento que los varones tienen y la libertad y respeto a la autonomîa ajena que defienden. La pandilla es la forma de amistad de los -- adolescentes, el grupo de amigos caracteriza mâs la amis-- tad entre los jôvenes. El medio donde se reclutan los ami­ gos fundamentalmente es el colegio y en segundo lugar el - barrio. Este segundo es mâs comûn en el Casco Viejo por la preponderancia de la clase baja. Los chicos se reunen en grupos mâs amplios de amigos que las chicas. Tienen tambiên mâs amistades del -- 1304 otro sexo que ellas, y cuando una joven se compromete con_ un miembro de la pandilla masculina, subordina sus intere- ses a los de él. Es mâs corriente que ella renuncie por él a sus amigas que a la inversa. Las chicas establecen amistades en grupos mâs reducidos y de carâcter mâs intimista. A ello contribuye - que disponen de menos tiempo libre y este lo centran mâs - en la obtenciôn de un acompanante varôn, con futures p l a ­ nes de convivencia o matrimonio .,Las relaciones entre chi­ cas se centran por tanto en la comunicaciôn de saberes pa­ ra la conquista del varôn. Los hombres estân mâs acostumbrados a gozar - de su compafiîa en tiempos prolongados y en espacios pro--- pios (bares y esquinas sobre todo). Asî se generan dos cul̂ turas distintas de la amistad. Mâs solidaria y rica en in- tereses la de los varones. Mâs individualista y centrada - en el interés de atraer al varôn la de las mujeres. De aquî que ellas rechacen mâs el liderazgo - de alguien en el grupo, (como rechazaban el liderazgo mas- culino en el hogar), Prefieren relaciones igualitarias y - juzgan a quien lleva la voz cantante como persona autorita ria con mayor frecuencia. Su medio de hacer amigos es el - colegio puesto que tienen poca vida de barrio. En los chi­ cos ambos medios son buenos para la relaciôn. Los jôvenes menores de quince anos no renun-- ciarîan a los amigos por el estlmulo a la acciôn que la -- - 1305 - mutua compafiîa facilita. Los de dieciseis afios en adelante poT la simpatîa y capacidad para las buenas relaciones con todos que los demâs demuestran. Claro que conforme aumenta la edad disminuye el nûmero de amigos irrenunciables. Hasta los dieciseis afios sobresale el joven - que tiene sentido del humor. A partir de esa edad quien tiene mâs personalidad e ideas datas. Van primando por tanto las cualidades identificables con la madurez perso-- naljCon la habilidad para la convivencia social. Los jôvenes comprometidos y casados tienden a grupos mâs amplios y menos estructurados de amigos que los solteros, pero los conservan con tanto interés como estes. No quieren, ni mucho menos, reducir su cîrculo de interre- laciones. Ya no establecen vînculos de confidencialidad con los amigos como antes pero aprecian sus cualidades de_ iniciativa y buen humor y son menos crîticos hacia ellos. Los estudiantes tienen circules mâs amplios - de amigos que los trabajadores y estos mâs que los parados y las mujeres dedicadas a sus labores. Los jôvenes de cla­ se alta tienen tambiên amistades mâs extensas que los de - clase baja, hechas tambiên a travês del colegio. El barrio no existe para ellos como lugar de hacer amigos. Los jôvenes se incorporan al trabajo por necê sidad. Queda patente tanto por el nûmero de quienes buscan trabajo como de quienes lo han encontrado y realizan ta-- reas de escasa remuneraciôn social, psicolôgica y salarial. - 1306 - Hay jôvenes bûscando e.mpleo durante mâs de -- sels meses. De los que trabajan très cuartas partes reali­ zan tareas manuales y los que no,ejercen funciones asala - riadas en las categorîas profesionales mâs bajas de la es- cala laboral. Una cuarta parte ni siquiera tiene seguridad social y su sueldo es inferior al salarie mînimo interpro- fesional. La mayorîa de quienes trabajan gana en torno a_ este mînimo y hay porcentajes pequenos con horarios de tra bajo superiores a las ocho horas reglamentarias. La percepciôn del trabajo, como puede bien en tenderse, es negativa para una parte sustancial de estos - jôvenes. La mitad de ellos lleva trabajando menos de tres_ afios en el mismo sitio y la mitad de estos ûltimos menos - de uno. Ademâs la cuarta parte no ve posibilidades de seguir donde estâ y poco menos las ve pero no le interesan. Tpdo ello contribuye a que los jôvenes deseen cambiar de - empresa y de oficiô, por lo que el rêcord de cambios ante- riores a los veintidos afios es alto. Algunos son despedi-- dos sî, pero la mayorîa salen en busca de algo mejor. Se - va de las empresas pequefias a las grandes, de las privadas a las pûblicas. Como se trabaja por necesidad se empieza an-- tes de los dieciseis afios y se abandonan los estudios para hacerlo. De ahî que el adiestramiento se reciba en largos_ perîodos de aprendizaje en la empresa, que ahondan el de-- - 1307 - sencanto con las tareas realizadas. Sus aspiraciones van en la linea de mayores - salaries, trabajos que no exijan gran esfuerzo pero si re^ ponsabilidad, buen trato de la empresa y condiciones de bî giene y seguridad. Lo mâs insatisfactorio es la baja rémunéra-- ci6n, la rutina de la tarea, la rigidez de horarios, el es caso o nulo margen de iniciativa permitido. Para estos trabaj adores el voluntarism© ha s_i do la clave de todo lo conseguido, por poco que esto pare^ ca. Su hallazgo de empleo y de mejores condiciones una vez logrado ha sido fruto de su empefio y de la ayuda de los grupos primaries. Poco apoyo han dado las oficinas de em-- pleo, los colegios o academias, bastante ineficaces a juz- gar por los resultados. Los jôvenes confîan poco como consecuencia,en las ayudas institucionales. La afiliaciôn sindical es par­ ce y contados los juicios positives sobre su polîtica. Los jôvenes en conjunto, es decir trabajen, - estudien o hagan otra cosa tienen una actitud positiva an­ te el hecho de trabajar, si no ante tareas carentes de es­ tlmulo. Ven el trabajo como un medio de autorrealizaciôn - superior a la dedicaciôn al cuidado de una familia, siem-- pre que responda a sus aspiraciones profesionales. El trabajo, la inteligencia y la iniciativa - son los puntos mâs importantes para obtener éxito en la vî da y lo son mâs las segundas que el primero. Valoran mâs - - 1308- - las cualidades personales que los estudios realizados aun- que las actitudes ante estos no son negatives. Dan mâs im- poTtancia que sus padres a la posiciôn de partida e influen cias sociales disponibles lo que en definitiva significa - una relativizaciôn de los otros caminos al êxito, Los j6vê nes muestran con ello un realismo muy acentuado. El paro afecta mâs a los hombres que a las mu jeres (las labores domesticas encubren el paro de todas ma neras) quienes a su vez encuentran con mâs dificultad su - primer empleo, son despedidas con mâs facilidad y cobran - sueldos mâs bajos en oficios menos cualificados, De aquî - que estën mâs insatisfechas con las posibilidades de promo ciôn y con la remuneraciôn recibida. Los hombres sin embargo estân mâs insatisfe-- chos con las trabas a su autorrealizaciôn personal. La mujer trabaja mâs por convicciôn y el hom- bre por necesidad. Ella recibe mâs protecciôn familiar y - él se vale mâs por sî mismo para hallar empleo. Aunque ambos estân mâs decididos a realizar - un trabajo gratificante que a dedicarse exclusivamente al_ hogar, la mujer siente todavîa la responsabilidad de dedi­ carse a la atenciôn exclusiva de una familia. Sufren mâs el paro y la frustraciôn de las bûsquedas pro- longadaŝ los mâs jôvenes. Ademâs las ençresas les despiden con mâs facî lidad si no han cumplido el servicio militar, razôn por la que son estos - 1309 - quienes quieren que el servicio militar sea volufitario, o_ que se reduzca a los meses de adiestramiento en el manejo de armas. Los mayores aceptan con mayor resignaciôn las condiciones de empleo actuales, desean quedarse donde estân no esperan demasiado de las centrales sindicales y valoran su propio esfuerzo mâs que la ayuda que pueda venirles del exterior. Su experiencia laboral contribuye a que entre ellos baya minorîas mâs altas que valoren la dedicaciôn ex clusiva a la familia mâs que la realizaciôn de un trabajo_ safisfactorio. Estân mâs satisfechos con su trabajo los jôve nes que pertenecen al status medio y al alto, que son a su vez quienes trabajan mâs por gusto que por necesidad. Cada empresa tiene algûn punto mâs satisfacto rio que las otras. Por ejemplo lo positivo de la administra ciôn pûblica es la remuneraciôn y el poco esfuerzo que se_ exige, de la gran empresa privada es la organizaciôn, de * la pequefia empresa el trato que se recibe. Pero la posibi- lidad de autorrealizarse falla en todas. Falla mâs a menor nivel socio profesional>por lo que los jôvenes mâs descontentos son los de clase baja, que realizan trabajos manuales y especialmente los peones_ de la construcciôn. Ellos son los mâs insatisfechos con to do, contribuyendo notablemente a sus sentimientos la prov^ - 1310 - sionalidad de su trabajo. Dijé arfiba que los jôvenes tienen una visiôn positiva de la educaciôn recibida. En efecto, consideran - que esta les facilita la convivencia social y les aporta - unos conocimientos bâsicos y Utiles. Consideran que la adquisiciôn de conocimienf- i tos debe ser gratuita y orientada al aprendizaje de aque- lias materias que interesan a la persona mâs que a las di- rigidas exclusivamente a proporcionar un oficio para la -- subsistencia, Por ello no son partidarios de la obligato-- riedad de la ensefianza y optan por aprendizajes que no coinciden con aquellas profesiones mâs prestigiosas boy en la sociedad espanola. Estas son arquitectura, medicina y - abogacîa. Las que los jôvenes estudiantes han elegido reco rren el abanico de todas las carreras posibles con ligero_ ênfasis en filosofîa y letras, peritajes, derecho y cien-- cias empfesariales. Las que los jôvenes no estudiantes hubieran - preferido,de series posibles continuer estudios, son las ar tes; mûsica, pintura, esCultura, Perciben sin embargo aspectos negativos ên la ensefianza hoy impartida. Mencionan concretamente la falta_ o escasez de recursos éducatives, la incompetencia del pro fesorado. A ello y a la escasa aptitud de los jôvenes para el estudio atribuyen los fracasos escolares. Como Goodman^ no creen que todos los jôvenes puedan, sirvan o deban estu - 1311 - diar. De ahî su interés en que nada sea obligatorio. Y hablan con conocimiento de causa, puesto que la mitad de ellos han requerido o requieren los servi- cios de profesores particulares para terminar el curso. Los mâs severos ante la incompetencia del pro fesorado y la escasez de medios son los que arguraentan ha- ber dejado sus estudios por el aburrimiento que estos les_ producîan y quienes piensan que una funciôn importantes de la ensefianza es domesticar a los nifios y jôvenes para su - obediencia a la autoridad. En coherencia con las opiniones mayoritarias_ sobre la educaciôn formai, se muestran altamente interesa- dos en todo tipo de informaciôn acerca de aconetecimientos nacionales y mondiales. Buscan estas noticias en los perrô dicos, revistas y programas televisados. Lo que menos les_ interesa es ver o leer sobre déporté y sobre economîal Asocinn la pornografîa con la represiôn se-- xual y la ven como un fenômeno natural pero desprovisto de valor educative en cuanto al sexo. Los jôvenes tienen una orientaciôn polîtica - de izquierdas mayoritariamente, manifestada por sus simpa- tîas polîticas, por el voto emitido en 1979 y por sus de-- seos de gobierno actual que se orienta hacia el PSOE o una coaliciôn de centro izquierda. Sin embargo, ha aumentado considerablemeftte - el nûmero de indiferentes en polîtica, durante los ûltimos - 1312 - afios, por desencanto con las organizaciones y partidos po­ liticos de la oposiciôn y con el gobierno actual. A aquellos se les acusa de praxis alejada de_ la reAlidad, de teorizar demasiado, de entorpecer la parti clpaciôn de los jôvenes. Al gobierno se le censura por de- sinterês y/o incompetencia para resolver los problemas del pals, de ceder a las presiones de los fuertes, de poner parches aquî y allâ sin buscar soluciones eficaces a los problemas. Y estos son el paro, la pérdida del poder adqu^ sitivo de los salarios, la masificaciôn de las ciudades que empeora la càlidad de la vida. A pesar delJdesencanto, siguen interesados en los asuntos que afectan al pals y a su entorno inmediato,- denotando tener una concepciôn autogestionaria de la orga­ nizaciôn social y dêl trabajo. Asocian la marginaciôn so-- cial y la delincuencia a problemas de estructuraciôn de la sociedad y de deterioro familiar. De ahî que propicien so­ luciones tendentes a transformar y arreglar la sociedad, - a brindar apoyo a los délincuentes mâs que a intentar pro- tegerse de ellos castigandolos mâs duramente. Rechazan la violencia extrema en su doble ver̂ tiente: estatal y de la sociedad civil. Por el contrario - consideran légitimas formas moderadas de presiôn que den - protagonismo al ciudadano en la reivindicaciôn de sus dere chos. Admiten como contrapartida el control guberna - 1313 mental de las acciones colectivas, siempre que se excluyan medidas represoras de las libertades pûblicas. Aceptan y comprenden profundamente los princi^ pios bâsicos de un rêgimen democrâtico de organizaciôn so­ cial. Estân dispuestos a participât en acciones de interés politico y ciudadano, siempre y cuando se sientan ûtiles r con lo que hacen. Por ejemplo con un servicio militar rea^ mente dedicado al adiestramiento en el manejo de armas o - un servicio civil ûtil a la colectividad. Reivindican tam- bién el carâcter voluntario de aquel. Ademâs manifiestan .- su voluntad de participât en actividades que reviertan en_ bénéficie de la ciudad y de su barrio. Y por supuesto en - las acciones de protesta que aprueban. Diré para terminar que las mujeres estân mâs_ decepcionadas con el desarrollo politico del paîs que los_ hombres y que se sienten mâs agraviadas con aspectos de la dinâmica urbana que denotan violencia de uno u otro estilo. Por ejemplo con la agresiôn fisica de los padres a sus hi- jos, con la falta de intimidad de sus hogares en donde se_ escuchan las conversaciones de los vecinos, con el gambe-- rrismo callejero y los ataques verbales o fîsicos con que_ los chicos y hombres interrumpen su marcha tranquila por - la ciudad. Los hombres muestran un desencanto mayor por_ las dificultades de participaciôn en las organizaciones po llticas, porque consideran que nada cambia en Espafia. Son_ - 1314 - mâs sensibles ademâs al control de las institiiciones (necê sidad de dar dates de sî mismo en centres oficiales, de en sefiar el carnet para entrar en un cine o discoteca) a la - mala atenciôn recibida en los ̂ ambulatories de la seguridad social, que consideran lesiva para su persona, al paro, a_ la masificaciôn. Concluyo reflexionando sobre el papel que la_ familia y los amigos estân cumpliendo en este complejo mun do derinterirelaciones. Ambos seguirân siendo muy importan­ tes o mejor lo mâs importante para los jôvenes si sôlo -- ellos comprenden sus ansias de participaciôn y la facili-f- tan de una u otra manera. La familia seguirâ siendo el ûnico soporte al que acudir si fuera de ella no hay mâs que insatisfacciôn_ laboral, escasas perspectivas profesionales, vacîo en las_ instituciones que podrîan absorber los intereses del joven y valorar sus cualidades y voluntad de realizaciones. Por_ el contrario si se tiende a trabajos menos burocratizados_ y estiraulantes para hombres y mujeres, a ciudades habita-- bles, a instituciones sociales y polîticas abiertas y auto gestionarias a centres éducatives que ensefien lo que los ; jôvenes quieren aprender se contribuirâ a un enriquecimien to de la calidad de vida que es a lo que el joven aspira - hoy como medio de alcanzar una felicidad hecha de comunica 1315 - ciôn y participaciôn mâs que de consume cuantitativo de -r bienes, como parece desprenderse de sus anhelos y aspira-- ciones manifiestos. ## BIBUOTe C.̂ Maria Angeles Lôpez Jiraénez TA igriiL iiiiiiiiiiii * 5 3 0 9 8 7 3 0 8 5 *UNIVERSIDAD COMPLUTENSE EL ETHOS DE UNA GENERACION: LA JUVENTUD DEL CASCO VIEJO DE ZARAGOZA TOMO III Departamento de Psicologîa Social Secciân de Sociologia Facultad de Ciencias Politicaa y Sociologia Universidad Complutense de Madrid 1984 m m M D I B L IO T E C A Coleccion Tests Doctorales. N@ i88/84 riarla Angeles Lôpez-J itnénez Edita e imprime la Editorial de la Universidad Complutense de Madrid. Servicio de Reprograffa Noviciado, 3 Madrid-8 Madrid, 1984 Xerox 9200 XB 480 Depôsito Legal: m-20’8'1-1984 - 1316 - A N E X O S 1. CUADROS 2. CUESTIONARIOS - 1317 - Cuadro n2 36 TEMAS PE CONVERSACION AGRADABLE MANTENIDA.; CON LOS PADRES. Actualidad y politics. Trabajo, profesiôn y estudios. Asuntos afectivos y sexuales. Amistades. Empleo del tiempo libre. Con ninguno 32,57 Nada con padre 13,14 Nada con madre 8,33 JOVENES CASCO VIEJO 1980 Padre 29,0 21,0 8,0 5,0 ____ 67 (209) Madre $ 7.0 23,0 28,0 16,0 4.0 - 78 (243) - 1318 - Cuadro ns 37 TEMAS DE CONVERSACION AGRADABLE MANTENIDA CON LOS PADRES. JUVENTUD ESPANOLA 1977 Actualidad y polîtica. Trabajo, proffesiôn y estudios. Asuntos afectivos y sexuales. Amistades. Empleo del tiempo libre. (Respuesta mûltiple) Padre # Madre # 34,0 23,0 54,0 59,0 10,0 20,0 30,0 47,0 26,0 39,0 - 1319 Cuadro n2 38 TEMAS DE CONVERSACION AGRADABLE MANTENIDA CON LOS PADRES. . Actualidad y polîtica. Trabajo, profesiôn y estudios. Asuntos afectivos y sexuales. Amistades. Empleo del tiempo libre. JUVENTUD RURAL ARAGONESA 1979 Padre ^ 60,0 49.0 19.0 Madre % 20,0 53.0 48.0 - 1320 - Cuadro ns 39 PUENTES REALES DE INFORMACION SEXUAL % Padres. 13,46 Amigos. 40,69 Lecturas, revistas, cine. 20,31 Profesores, maestros, charlas, 20,31 Experiencia personal. 36,20 Otras. 3,52 Respuesta multiple. 1321- Cuadro nS 40 a OUIEN d e b e t e n e r a SU c a r g o l a INFORMACION? $ Padres. 80,76 Amigos. 1,18 Lecturas, revistas, cine. 0,96 Profesores, Charlas. 42,30 Experiencia personal. 18,58 Otras fuentes. 2,24 (Respuesta multiple) 1322 i gitni u0 ÿ1 wm of-t «ol44JO <0-HOc rH«) 10•H C II oV Mou ilX «u Q %«dil34i 3 n « ko K 4> *wOilD. ttO O'•H 1 «V u■o«o. inCM 8 8 8 (M 00 m mr4 m U> 00 00CM m(M U) in 0 c1 I s § I - iI I .i!« fO Z n n  s • "i/> t-- ^ (M d oiH f-4 in 8 8 8 mI l & CM I m *« i1 co tn I (Q:41 U I fi I «a a I M I « %OU en U) CM t' CD 00 aI K Cou ac A « r-t•H « A Xi N ECy, A3 M AE «M OC E0 0 A Xi O 4> c l4 « C O •H -ri o.4J M oC M A « O C fi « A # fi tI O s V (D z - 1324 - Cuadro nS 45 ;.COMO JUZGAS LA MANERA DE PENSAR DE TUS PADRES? Abierta y al d£a. Anticuada^intentando comprender. Aiiticuada e intransigente* No sabe, no contesta. JOVENES CASCO VIEJO __A_ 20,51 59,29 10,57 9,61 99,9 8 (312) - 1325 - Cuadro nO 46 /.COMO JUZGAS LA MAN ERA PE PENSAR PE TU5 PADRES? Acertada y exacta a las necesl- dades de hoy. Buena, pero antlcuada. Err6nea e Inadecuada, para estes tiempoB. N.C. JOVENES ESPAROLES EN 1960 %__ 49,5 42,0 3.0 5,5 lOO 1326 - Cuadro nQ 47 /■COMO JUZGAS LA MANERA PE PENSAR PE TUS PADRES? JOVENES ESPAROLSS EN 1975 Acertada y exacta a las necesld^ des de hoy. Buena pero antlcuada. Errônea e inadecuada para estos tiempos. N.C. 49.3 42.4 2,9 5,4 100 - 1327 - Cuadro nQ 48 JLCOMO JUZGAS LA MANERA DE PENSAR DE TUS PADRES? Acertada y exacta para las nece sldades de hoy. Buena pero antlcuada. Errônea e Inadecuada. N.C. JOVENES RURALES; ARAGON DE TAUSTE 1979. % 27 61 3 9 100 (135) - 1328 - Cuadro nQ 49 /COMO JUZGAS LA MANERA DE PENSAR JOVENES DE LA CIUDAD DE DE TUS PADRES? ZARAGOZA. 1981 % Ablerta y al dîa. 26 Antlcuada, Intentando comprender. 64 Antlcuada e Intranslgente. 10 100 (572 ) - 1329 Cuadro nS 50 I COMO CALIFICARIAS EN GENERAL EL AMBIENTE DE TU CASA. ^ Agradable. 65,70 Fasable. 14,74 Enrarecido. 3,84 Dificil de soportar a veces. 10,57 Insoportable. 1,91 No sê. 3,02 99,78 (312) Cuadro ns 51 - 1330 - N2 HERMANOS 2 a 3 4 a 6 Sin hermanos AMBIENTE HOGAR Agradable Potable Enrarecido nS abso- 71 54,7 61 % 18 7,2 14 Insoportable lutos. 11 38,1 26,0 100 (146) 100 (151) 100 ( 28) Cuadro nO 52 - 1331 - LUGAR CXZUPADO POR LOS HERMANOS. Soy el mayor. Spy el intermedlo. Soy el menor. AMBIENTE HOGAR Agradable Potable Enrarecido NQ Abso % % insoportab lutos 71 64 63 17 12. 19 12 24 18 100 (102 100 (107 100 ( 75 Cuadro nP 53 -1332 - RELACI0NE5 ENTRE LOS PADRES JOVENES CASCO VIEJO 1980 JOVENES TAUSTE 1979 Se entlenden muy bien entre ellos* Se llevan bien. Se soportan. Conflictivds. Estan separados. No lo sé. N. C. 39.0 34.0 5.0 5,4 2,2 7.1 7,3 % 45.0 39.0 99,9 (312) 1333 Cuadro n°s4 if iCREES QUE TUS PADRES SE DIVIERTEN? 1 Se divierten muchîsimo 6,1 Se lo pasan bien, pero no tienen muchas posibilidades 29,1 No les queda tiempo para divertirse 27,5 No saben divertirse 17,5 No sê 15,1 No contestan 4,5 Total: 99,8 [3T2T 8 OC < I BIO H « oz •H T> «E 00c l4d)o •H2 > t)■Pc«E•iH<0 Xco•HW cA AU •HO A <0 i - 1334 ■ (n f-i ID inO' to in A* Q o g g oO o o O or4 r-l rH rH rH in 1 fH 1 in U> CD to ^ U> rl U) ^ m o %nt-e r-» \T i mo « % , « •o om JC wo o •H3 A a - PE •H E UW 4U «C o •H >« a JJ4J •o' c C« ■H « c•H W c 3> 8 A*4 •H AT3 5 4i A « •H 0 0U1 CO z z - 1335 - «4)A 0£I do B iI % u ë V KA CU I" o\ to in 1" r4 O' 00 in V 8r4 8 rH 8 rH 8rH I in b3to>o s'A Ù. A0 c AA •H uu A •H 3 4> E uC AC A > A •H "HP A Q •ok &A C E c•H A A A A> A A •H A•r4 A *o A «A •o Q. A A A TO CA Q •H •H 0 0 to A rH to 2 z 1336 Cuadro nQ57 RELACIONES ENTRE EL JOVEN Y SUS PADRES Me entiendo muy bien con elles* 40,06 Me llevo bien aunque no fcengo mucha confianza para hablarles de mis pro blemas. 40,70 Nos aguantamos mutuamente. 11,21 Yo les aguanto a elles m&s que ellos a ml. 2,88 Nos 1levâmes muy mal. 0,64 No tengo ninguna relaciôn con ellos. 1,28 No sé. 3,2 99,97 (312) - 1337 - Cuadro nO SR OPINION DE LOS PADRES SOBRE LOS AMIGOS ACTUALES % Les caen bien. 55,12 No les gustan, pero no se meten con ellos. 9,93 Les da lo mismo con qul4n saïga. 7,37 No sê. 18,91 Tratan de Mtnpedirme que saïga con ellos. 1,60 N.C. 7,07 100 (312) - 1338 - Cuadro n° 59 ZQUE PIENSAN LOS PADRES DE LOS AMIGOS DEL OTRO SEXO? m. Dan poT hecho que los tengo y me dejan hacer libremente 44,23 Opinan que no debo tenerlos pe­ ro respetan lo que yo pienso y hago 6,73 Aceptan que saïga pero metiên- dome miedo sobre las consecuen cias de un desliz 6,41 Tratan de aconsejarme y ayudar me. 10,25 Les trae sin cuidado que los tenga o no 12,82 Me concencen de que no debo te nerlos: soy aûn muy joven 1,92 Me lo prohiben terminantemen te 1,6 No sê 7,69 No contestan 8,33 Total 99,98 (312) Actitud Positiva 67,6! Actitud Negativa Indife- rente - 1339 - Cuadro n“60 iCUAL HA SIDO 0 ES LA ACTITUD DE TU FAMILIA ANTE TU RENDIMIENTO ESCOLAR? Animarme y ayudarme en lo posible % 42,6 Exigir que saque las majores notas, aunque ofreciéndome su ayuda para conseguirlo. 13,8 Que apruebe, pero no me ayudan o ayudaban. 21,1 Que saque las mejores notas sin prestarme ninguna ayuda. 2.8 Les trae sin cuidado 2,2 Otros 5,1 No sabe / No contesta 12,2 > 56,4 Total: 99,8 (312) Cuadro nQ 61 1340 - ACTITUD PADRES ANTE REN- DIMIENTO ESCOLAR. AMBIENTE HOGARERO Agradable Potable Enrarecido Total % % % Animarme y ayudarme. 77,0 11,0 12,0 lOO Exigencia alta con ayuda. 65,0 14,0 21,0 lue Aprobar sin ayuda. 45,0 26,0 29,0 100 Exigencia alta sin ayuda. 33 11 56 ICO Les trae sin cuidado. 43 14 43 100 - 1341 Cuadro nQ 62 RELACIONES CON LOS HERMANOS. % Me entiendo muy bien con ellos. 53,8 Bien con alguno de ellos. 13,14 Ni bien ni mal. 20,19 M&s bien mal. 2,56 No tengo relaciôn con ellos. - No sabe, no contesta. 10,25 100 (312) - 1342 - Cuadro n"63 EN MOMtNTuS Dt CRiSIb, PrOBLEMaS PERSuNAlES tTC. lA QUIeN AlUDES? iCoino calificarias en general el ambiente de tu casa? Agradable Pasable Enrarecido % % \ A mi padre 21,0 > 4,5j 3,0 A mi madré 31,0 »160J 17,5 ‘(31) 19,0 K36) A mis hermanos 8,0 J 9,o' 14,oJ A algûn amigo 20,0 40,0 48,0 A algûn adulto de confianza 4,0 5,0 A nadie 16,0 29,0 10,0 Totales :1U0 1197) loo (45) 99 (58) 1343 Cuadro n° 64 SI TiENES Hermanos, îlomu te llevas con ellus? iC6mo calificarias en general el ambiente de tu casa? Agradable Pasable, mas Enrarecido bien frîo \ % ! Muy bien con todos 67 57 32 Muy bien con alguno 11 10 32 Ni bien ni mal 19 33 32 Mas bien mal. Ninguna reiaciôn. 2 4 Totales 99 l u o 100 (186J (42) l 4 4 j - 1344 - g U «•o I « srHf’H III «I (b rH (M in 8 8 8 n ro lO m tn O' CO oom Kl xO O»u> % 1 II I ws u QIi nAu•oAeucA n-H «r4c A EA•H O C X» n OA U0 S.n oA O -PQ. rH IIAO A -Hr# 4J > C •HA A "O4J E%: rH AA A EE CM O 0A •H CE nG Ao ü O% o z - 1345 - Cuadro nQ 66 ASPECTOS MAS POSITIVOS DE TU FAMILIA. Ayuda en los momentos de apuro. 29,48v \ 50,94 Refugio al que acudir. 16,02-^ Lugar que me pertenece por ser 5,44' miembro de la familia. Me han mantehido y educado. 19,23 Me han dado libertad de organizar 16,34 ml vida. Me han dado ambiente de camarade- 2,56 rla, Posiciôn econômica. 0,32 Otros. 2,56 No sabe, no contesta. 8,00 99,95 (312) - 1346 - Cuadro nQ 67 PARTICIPACION HIJ05 EN DEC! SIONES QUE AFECTAN A LOS PA PRES. LUGAR OCUPADO ENTRE HERMANOS Mayor Intermedios Menor Total % % % 16 (17) 12 (13) 16 (12) Cuadro nQ 68 - 1347 - PARTICIPACION HIJOS EN DECISIONES QUE AFECTAN A HERMANOS. LUGAR OCUPADO ENTRE HERMANOS Mayor Intermedios Menor % % % 39 (40) 33 (30) 26 (20) - 1348 - Cuadro nQ 69 PARTICIPACION HIJOS EN DECI- SIONES . DEL JRXIÀR NQ HIJOS 2 a 3 4 y m&s Uno solo Total % % % ParticipaciÔn decisiones que afectan a hermanos. Particlpaciôn hljos en decl- . siones que afectan a padres. A tl mismo. A toda la familia. 60 48 52 52 40 32 39 38 20 9 lO 100 (97) j j: lOO (52)I 100 (194) 100 (191% - 1349 Cuadro n- 70 A QUIEN ACUDES EN MOMENTOS DE CRISIS Tante por cien A mi padre 14,47 A mi madré 26,60 A mis hermanos 9,29 A algûn amigo 27,88 A algûn adulto de confianza 3,52 A nadie 17,78 No contestan 4,12 (Resouesta mûltiple) (512) - 1350 - Cuadro n- 71 j: QUIEN PAGA TUS ESTUDIOS Tanto por ciento Mis padres 76,68 Tengo beca 4,87 Yo mismo 7,92 Mis padres y yo 5,48 Yo con ayuda de beca 1,21 Mis padres y beca 1,82 No contestan ' 2,02 100 (164) - 1351 - Cuadro n" 72 SI SURGEN DISCUSIONES EN CASA POR ASUNTOS DE DINEROiA CUAL DE ESTAS RAZONES SE DEBE PRINCIPALMENTE?. (%) A que mi padre no entrega regular- raente el dinero en casa 1,28 A que los hermanos queremos mâs d^ nero del que recibimos para nuestros gastos 11,85 A que mi padre créé que le engafta- mos con el sobre que le entregamos 0,32 A que no llega el dinero hasta fin de mes 12,82 Otras razones 16,34 No surgen discusiones por asuntos de dinero 46,79 No saben No contestan 10,57 Total 99,9 (312) - 135 2 - Cuadro n° 7 3 îQUO IIACES CON EL DINERO QUE GANAS? Nivel socio-profesional; alto medio bajo % % % Le doy intègre a mis padres - - 32 52 Doy la mayor parte y me quedo el resto -- 18 21 Doy una pequena parte y me quedo eJ resto 25 18 12 Me lo quedo todo 75 32 15 Total : 100 100 100 Trabajan 35% de la muestra: 15 40 45 - 1353 - Cuadro n" ,74 îQUE HACES CON EL DINERO QUE GANAS? îQuiên contrôla el dinero? Padre % Madré % Ambos % Enregarlo întegro a los padres 50 36 37,5 Entregar la mayor parte 20 20 15,0 Entregar una pequena parte 17 20,0 Me lo quedo todo 30 27 27,5 Total : 100 (10) 100 (79) 99 (40) 1354 - Cuadro n- 75 QUIEN EJER- COMO JUZCAS EL AMBIENTE FAMILIAR CE LA DISCI- PLINA EN CA- Agradable Pasable Enrarecido TOTAL SA Padre (i) 52 27 21 100 Madré (%) 66 15 19 100 Los dos(1) 76 12 12 100 Ninguno 48 8 44 100 - 1355 - Cliadro n“ 76 VDLVER A CASA? Semana \ Fin de semana I A las 9 noche o antes 14,1 6,4 Hasta las 10 noche 26,9 26,9 Hasta las 11 noche .8,0 7,4 Hasta las 12 noche 2,2 1,6 Sin exigir 38,1 44,9 Ito contestan 10,6 12,8 Total: 99,9 100 (312) (312) - 1356 - Cuadro n- 77 SANCIONES POR LLEGAR MAS TARDE DE LO EXIGIDO A CASA Tanto por ciento Me Haman la atenciôn sin mâs 43 Me riRen " 17 No dicen nada 25 Me castigan ’ 2 Me mandan a la cama sin cenar 11 No contestan 12 100 (312) 1357 cuadro n- 78 SANCIONES POR MAL RENDIMIENTO ESCOLAR &Quê hacîan o hacen tus padres ante el mal rendimiento es colar?. (Pregunta difigida a todos los jôvenes incluso a • los que no estudian). Tanto por ciento No me castigaban o castigan 41 Refiirme 23 Pegarme 3,84 Encerrarme en mi cuarto 1,28 Prohibirme ver la T.V. 5,44 Otros castigos 3,84 Dejarme en casa sin salir 15,06 No contestan 18,26 Respuestas multiples 312 - 1358 - Cuadro n® 79 DE CARA AL FÜTURO, iCUAL DE LAS SIGUIENTES ALTERNATIVAS TE SATISFACE MAS PARA TU VIDA AFECTIVO-SEXUAL? (%) Una relaciôn de pareja en matrimonio 39,74 Una relaciôn de pareja en plan de prueba antes de meterme en el ma- * trimonio. 13,14 Vivir en pareja mientras dure el amor 16,66 Vivir en grupo de momento, hasta ver lo que pasa 0.64 Vivir solo y tener relaciones afect^ vo-sexuales conforme surjan 5,12 Seguir viviendo con mis padres y fa­ milières . 3,52 No sé 13,14 No contesta 8,01 Total 99,97(312) - 1359 Cuadro n® 80 DE CARA AL FUTURO, &CUAL DE LAS SIGUIENTES ALTERNATIVAS TE SATISFACEN MAS PARA TU VIDA AFECTIVO-SEXUAL? &C6mo es la relaciôn entre tus padres Muy bien (%) Se 11e- van bien (%) Se S0-- portan (%) Rélacio nés con flicti- vas.(%) Viven sépara dos. (%) Una relaciôn de pareja en matrî mônio. 48 36 25 47 14 Una relaciôn de pareja en plan de prueba. 14 12 13 18 Vivir en pareja mientras dure el amor 9 22 31 18 57 Vivir en grupo de momento has­ ta ver lo que pasa. 1 • - 14 Vivir solo y t£ ner relaciones , afectivo-sexua- les conforme surjan 7 13 12 14 Seguir viviendo con mis padres o familiares 4 3 - - No s6 No contesta.... 22 20 19 6 Total 100 (112) 100 (97) 100 (15) 100 (17) 100 (7) Cuadro nO 61 - 1340 - ACTITUD PADRES ANTE REN- DIMIENTO ESCOLAR. AMBIENTE HOGAREflO •• Agradable % Potable % Enrarecido % Total Anlmarme y ayudarme. 77,0 . 11,0 12,0 100 Exigencla alta con ayuda. 65,0 14,0 21,0 luo Aprobar sin ayuda. 45,0 26,0 29,0 100 Exigencla alta sin ayuda. 33 11 56 100 Les brae sin cuidado. 43 14 43 100 - 1341 - Cuadro nQ 62 RELACIONES CON LOS HERMANOS. % Me entlendo muy bien con ellos. 53,8 Bien con alguno de ellos. 13,14 Ni bien ni mal, 20,19 Mis bien mal. 2,56 No tengo relaciôn con ellos, - No sabe, no contesta, 10,25 100 (312) - 1342 - Cuadro n"65 EN MOMtNTüS DE CRiSIb, PkOBLEMaS PERSuNAlES ETC. i k g u iEN AlUDES? iCômo câlificarîas en general el ambiente de tu casa? Agradable Pasable Enrarecido % \ l A mi padre 21,0 , 4,5 3,0 A mi madré 31,0 H.60J 17,5 (̂31) 19,0 ► (36) A mis hermanos 8,uJ 9,o' 14,oJ A algûn amigo 20,0 40,0 48,0 A algûn adulto de confianza 4,0 5,0 A nadie 16,0 29,0 10,0 Totales ;1U0 (197) 100 (45) 99 (58) 1343 - Guadro n® 64 SI TIENES HERMANOS, &LOMU TE LLEVAS CON eLLuS? i,C6mo caiificarîas en general el ambiente de tu casa? Agradable Pasable, mas Enrarecido bien frio % % % Muy bien con todos 67 57 32 Muy bien con alguno 11 10 32 Ni bien ni mal 19 33 32 Mas bien mal. Ninguna relaciôn. 2 4 Totales y9- luo 1U0 (186J (42) (44j - 1344 - «4J H U 49•o•H a "IPSîl' •s .■O «■“ I (h ^ rH CM in 8 8 8 co oor <7> co vO CO % % ô sI 8 UI 10 gIQ Ss. B1 8 o. B I sw 8 I 8 S 8 >•O g Oc i - 1345 Cuadro nO 66 ASPECTOS MAS POSITIVOS DE TU FAMILIA. Ayuda en los momentos de apuro. 29,48v \ 50,94 Refugio al que acudir. 16,02x^ Lugar que me pertenece por ser 5,44 miembro de la familia. Me han mantehido y educado. 19,23 Me han dado libertad de organlzar 16,34 ml vida. Me han dado ambiente de camarade- 2,56 rla. Posiciôn econômica. 0,32 Otros. 2,56 No sabe, no contesta. 8,00 99,95 (312) 1346 - Cuadro nO 67 PARTICIPACION HIJ05 EN DEC! SIGNES QUE AFECTAN A LOS PA DRES. LUGAR OCUPADO ENTRE HERMANOS Mayor Infcermedios Menor Total % % % 16 (17) 12 (13) 16 (12) Cuadro nQ 68 1347 PARTICIPACION HIJOS EN DECISIONES QUE AFECTAN A HERMANOS. . LUGAR OCUPADO ENTRE HERMANOS Mayor Intermedlos Menor % % % 39 (40) 33 (30) 26 (20) - 1348 Cuadro nO 69 PARTICIPACION HIJOS EN DECI- SIONES -DELJRÆÀR NQ HIJOS 2 a 3 4 y mâs Uno solo Total % % % ParticlpaciÔn decisiones que afectan a hermanos. Partlcipaclôn hljos en decl- . siones que afectan a padres. A tl mlsmo. A toda la familia. 60 48 52 52 40 32 39 38 20 9 lO 100 (97) 100 (52) 100 (194) 100 (191) - 1349 - Cuadro n- 70 A QUIEN ACUDES EN MOMENTOS DE CRISIS Tanto por cien A mi padre 14,47 A mi madré 26,60 A mis hermanos 9,29 A algûn amigo 27,88 A algûn adulto de confianza 3,52 A nadie 17,78 No contestan 4,12 (Respuesta mûltiple) (^^7) - 1350 - Cuadro n- 71 f QUIEN PAGA TUS ESTUDIOS Tanto por ciento Mis padres 76,68 Tengo beca 4,87 Yo mismo 7,92 Mis padres y yo 5,48 Yo con ayuda de beca 1,21 Mis padres y beca 1,82 No contestan ' 2,02 100 (164) 1351 - Cuadro n® 72 SI SURGEN DISCUSIONES EN CASA POR ASUNTOS DE DINERO&A CUAL DE ESTAS RAZONES SE DEBE PRINCIPALMENTE?. (%) A que mi padre no entrega regular- mente el dinero en casa 1,28 A que los hermanos queremos raâs di nero del que recibimos para nuestros gastos 11,85 A que mi padre cree que le engafia- mos con el sobre que le entregamos 0,32 A que no llega el dinero hasta fin de mes 12,82 Otras razones 16,34 No surgen discusiones por asuntos de dinero 46,79 No saben No contestan 10,57 Total 99,9 (312) - 135 2 - Cuadro n° 73 îQUE HACES CON EL DINERO QUE GANAS? Nivel socio-profesional: alto medio bajo % % % Lo doy întegro a mis padres -- 32 52 Doy la mayor parte y me quedo el resto 18 21 Doy una pequena parte y me quedo el resto 2-5 18 12 Mo lo quedo todo 75 32 15 Total: 100 100 100 Trabajan 35% de la muestra: 15 40 45 - 1353 - Cuadro n® ,74 îQUE HACES CON EL DINERO QUE GANAS? iĈ ién contrôla el dinero? Padre % Madré % Ambos % Enregarlo întegro a los padres 50 36 37,5 Entregar la mayor parte 20 20 15,0 Entregar una pequena parte — 17 20,0 Me lo quedo todo 30 27 27,5 Total : 100 (10) 100 (79) 99 (40) 1354 Cuadro n- 75 QUIEN EJER- COMO JUZCAS EL AMBIENTE FAMILIAR CE LA DISCI- PLINA EN CA- Agradable Pasable Enrarecido TOTAL SA Padre (%) 52 27 21 100 Madré (%) 66 15 19 100 Los dos (1) 76 12 12 100 Ninguno 48 8 44 100 - 1355 - CUadro n® 76 VOLVER A CASA? Semana % Fin de semana I À las 9 noche o antes 14,1 6,4 Hasta las 10 noche 26,9 26,9 Hasta las 11 noche .8,0 7,4 Hasta las 12 noche 2,2 1,6 Sin exigir 38,1 44,9 No conteStan 10,6 12,8 Total: 99,9 100 (312) (312) - 1356 Cuadro n- 77 SANCIONES POR LLEGAR MAS TARDE DE LO EXIGIDO A CASA Tanto por ciento Me Hainan la atenciôn sin mâs 43 Me riAen '' 17 No dicen nada 25 Me castigan ' 2 Me mandan a la cama sin cenar 11 No contestan 12 100 (312) - 1357 cuadro n- 78 SANCIONES POR MAL RENDIMIENTO ESCOLAR iQuê hacîan o hacen tus padres ante el mal rendimiento es colar?. (Pregunta difigida a todos los jovenes incluso a • los que no estudian). Tanto por ciento No me castigaban o castigan 41 Refiirme 23 Pegarme 3,84 Encerrarme en mi cuarto 1,28 Prohibirme ver la T.V. 5,44 Otros castigos 3,84 Dejarme en casa sin salir 15,06 No contestan 18,26 Respuestas multiples 312 - 1358 - Cuadro n** 79 DE CARA AL FUTURO, iCUAL DE LAS SIGUIENTES ALTERNATIVAS TE SATISFACE MAS PARA TU VIDA AFECTIVO-SEXUAL? (%) Una relacion de pareja en matrlmonio 39,74 Una relaciôn de pareja en plan de prueba antes de metermé en el ma- • trimonio. 13,14 Vivir en pareja mientras dure el amor 16,66 Vivir en grupo de momento, hasta ver lo que pasa 0.64 Vivir solo y tener relaciones afectî vo-sexuales conforme surjan 5,12 Seguir viviendo con mis padres y fa­ milières. 3,52 No sê 13,14 No contesta 8,01 Total 99,97(312) - 1359 - Cuadro n ” 80 DE CARA AL FUTURO, &CUAL DE LAS SIGUIENTES ALTERNATIVAS TE SATISFACEN MAS PARA TU VIDA AFECTIVO-SEXUAL? &C6mo es la relaciôn entre tus padres Muy bien (%) Se 11e- van bien (%) Se SO-- portan (%) Relacio nés con flicti- vas.(%) Viven sépara dos. m Una relaciôn de pareja en matrî mônio. 48 36 25 47 14 Una relaciôn de pareja en plan de prueba. 14 12 13 18 Vivir en pareja mientras dure el amor 9 22 31 18 57 Vivir en grupo de momento has­ ta ver lo. que pasa. 1 14 Vivir solo y te ner relaciones y afectivo-sexua­ les conforme surjan 7 13 12 14 Seguir viviendo con mis padres o familiares 4 3 No sê No rnnfeqfa 22 20 19 6 Total 100 (112) 100 (97) 100 (15) 100 (17) 100 (7) - 1360 - Cuadro n*81 iREPRODÜCIRIAS TU EL AMBIENTE 0 EL ESTILO DE FAMILIA QUE -■ HAS CONOCIDO EN TU CA?A?. iC6mo calificarîas en general el ambiente de tu casa?. Agradable (%) Pasable, mâs bien frîo. (%) Enrareci- do (%) Dicîcil de S0-- portar. (%) Insopor table. ( M Sî, total- mente 11,7 8 9 Sî, mejo- rando al- 63,7 32 25 30,3 17 ë%B%5s?S" No 14,2 59 50 51,5 83 No sê 10,2 9 17 9 Toral 99,8 100 100 99,8 100 (204) (44) (12) (33) (6) - 1361 Cuadro n ” 82 , i- DE CARA AL FUTURO. &CUAL DE LAS SIGUIENTES ALTERNAT IVAS TE SATISFACE MAS PARA TU VIDA AFECTIVO-SEXUAL?. iCômo son las relaciones entre tû y tus padres?. Muy bien (%) Bien,- aunque no ten ga mu- cha con fianza. (%) Nos agusm tamos mu tuamente (V) Yo les Nos lie aguan- vamos - to a - muy ellos *"̂1 mâs que ellos a mf. (%) _(%) No ten go nin guna - relâ-- ciôn - con - - ellos.C D . Relaciôn de pareja en - matrimonio. 52 37 17 22 -- 25 Relaciôn de pareja en plan prue­ 6 21 11 22 -- 25 ba. Vivir en pa reja mien-- tras dure 9 15 43 44 50 50 el amor Vivir en grupo de momento a -- 2 -- -- -- -- ver que pasa Vivir sôlo y tener re laciones - 2 6 11 11 - - - -- afectivas Seguir vi­ viendo con mis padres 3 5 • - - -- -- -- . No sé 28 14 17 -- 50 -- Total 100 (111) 100 (121) 99 (33) 99 100 (9) C2) 100 (4) - 1362 - S a w g to< sI § > M KÏ Q oo o g 0 OO u. WT> (1] (d »3 O'U •-0 , 3 r-l 1 1 3 Id 1/) ■P *-0 3 3 3 r-t Id 3 k,.OH 3 0) u •O 3 ift O' to in 3 in 3 P.W r~ »® 3 +j c: ' o Ob to O' C C O fl m rH 3 O' 0) 3 bO 3 > Id •> M 3 0) M d) *-> *-j •3 Id <-» 3 3 V) P W 3 3 0) 'O 3 3 t j O' ’ 3 n 3 CM *J v_- 00 IM . 3 to o in C - 'd' N r-i P O CM 0) 3 3 r4 • > (3 3 3 m 3 rt M i »-) 3t 3 P P O Ol A »P bfi 3 3 3 K. 3 P 3 B P fM N •H O P in rgO «<*> M 3 3 00 00 M in i3 3 in o +J O' IM fM 3 o 3 r-t 3 3 t—c e 3 "H > • ►4 P 3 rt t-5 N O 1 u o V) bo 3 3 tJ CM 3 r l ■3- O' O' in to to 3 OO «** 4-1 «O' ' \D \0 K> in O 3 O rH Tf t-4 iH r-4 O 0> rt r l > d) » 3 *H 3 •"5 >■ M o w o •H bO iH 3 r l ■H •rl 3 1—1 > 43 P d) •H O 3 O k U 3 P H3 P 3 3 o O o 3 3 P •H •H •H 3 3 3 3 rH 3 3 O O P.IO 3 P 6 e •H ja 3 •H •H 3 3 U 3 O (h M e 3 3 O 4-> 4J Xi iH 3 3 •H O 3 o o s % -1 Z P z z - 1363 - Cuadro n“ 84 RESTAS DE ACUERDO CON LA CONFORMACION DE LA FAMILIA TAL Y - COMO EXISTE HOY EN LA SOCIEDAD?. Si te piensas casar o te has casado ya por la Iglesia, ipor que razôn?. Por mis creencias religiosas _ CD Por la -- fuerza de costumbre 1D_ _ Por no chocar (D Porque e£ toy conven cido del - valor del- vînculo CD Sî, totalmente ■50 22 16 42 Sî, porque no veo otra salida 20 13 21 21 No, formar una fa milia no debe exigir un contrato legal, sî no decision privada. 18 27 42 13 No; me parece absurdo que en un momento de tu jueventud tengas que decidir irrevoc. 4 13 10 10 No; porque veo que la familia se sostie ne mas por ataduras 8 25 11 14 sociales que por amor Total 100(80) 100(59) 100(20) 100(39) - 1364 - C'» s l-H S 53 cn s 53§ g > moo Q Q 3 OOP tf. tj w3 Z)3 O'U < 3 | P >s 3 3 P. ,3 3 3 tf) o \ o Z H 3 U «d O' T T o 3 « 3 iH i, ^ CH rH o > m n rH . «H o 3 !> ■3 P W 3 3 ê . > 3 w •H P 3 P 3 rH P O U % _ r • 3 •H « O CO rH O 3 iH *H *3 3 - rH rH O P. m n a 3 r H rH 3 3 w 0 3 3 3 o w e p 3 3 P 3 3 » P P 3 3 t o 3 P 3 3 rH 3 O O P P r ' H 3 l O O' OO CO O W 0 0 3 3 fsj iH t o rH O 3 3 3 P 3 rH 3 f—1 3 •rH O 3 3 H 1—I 3 3 to iH rH t o O rH 'd rH CH rH o OT rH « rH 3 3 •H 3 *H P t o ja 3 U •H > - t p 3 *rl e "d- rH rH 3 3 rH U 3 V . / •H 3 O' LO iH t o O O 40 O LO rH rH rH Oe Tj rH lO o 3 3 •-J S 3 O 3 O •H bo rH 3 rH •H •rH rH 3 rH > 4b P 3 •H O 3 O P u 3 P F-* 3 P 3 Ô O 'O 3 3 •H •rH 3 3 3 3 r-H 3 o o 3 P u t oe 0 •H •H •H 3 3 U P P P 6 3 P P X3 rH 3 3 •rH O 3s % r4 Z P - 1365 - Cuadro N® 86a iCUAL CONSIDERAS LA EDAD MEJOR PARA CASARTE 0f VIR EN PAREJA? EMPEZAR A VI- (%) Antes de los 21 anos 10,57 De los 22 a los 25 aAos 52,56 De los 26 a los 30 afios 20,83 Mas de los 30 afios 1,92 Ninguna 7,37 No contestan 6,73 Total 99,99 C31Z) 1366 Cuadro n° 87 ^CONSIDERAS NECESARIO EL NOVIAZGO? l Ü Sî, como preparacion al matrimonio 22,1 Sî, como forma dè profundizar en el conocimiento mutuo 39,7 Sî, porque solo formalizando la re­ laciôn se puede salir de continue con un chico/a 2,5 No, se puede salir normalmente con un chico/a sin tener que formalizar la relaciôn 16,0 No, porque es mâs un rito para los demâs que para tî y tu pareja 13,4 No contestan 6 Total 99,7 - 1367 - Cuadro n® 88 iHAS TENIDO 0 TIENES NOVIO/A?. Juventud Juventud Juventud Juventud Casco Vie Espanola Espafiola Zaragoza jo.Zarago 1975(1) 1977 (2) 1980 (3) za, 1980 (D (%) (%) (%) He tenido novio/a pero ya no lo tengo 24 28 46 19 Tengo novio/â actualmente 31,4 22,5 32 33 Ni he tenido ' X I 7 50,5 78 52 ni tengo ù X, f / (3.414) (3.252) (572) No contestan 12,8 Total 99,9(312) (1) "III Encuesta Naclonal a la Juventud, 1975’î dirigida por J.M. L6pez Cepero. Op. cit. pâg. 190 (2) informe de la Encuesta sobre la Juventud 1977", dirigida por J. Linz. Op. cit. pâg. 115 (3) bôpez,M.A y Ans6, J.L . Op. cit. pâg. 33 1368 - Cuadro n° 89 DE CARA AL FUTURO,^CUAL DE LAS SIGUIENTES ALTERNAT IVAS TE SATISFACE MAS PARA TU VIDA AFECTIVO-SEXUAL?. ZHas tenido o tienes novio/a?. Tengo novio/ He tenido pe a actualmen- ro ya no lo te. tengo. (%) (D Ni do go. he ten^ ni ten- (%) Relaciôn de pareja en matrimonio 66 27 34 Relaciôn de pareja en plan de prueba antes de meterme en matrimonio 11 20 14 Vivir en pareja mientras dure el amor. 14 21 20 Vivir en grupo de momento, hasta ver que pasa 1 3 Vivir solo y tener relaciones afectivo sexuales conforme surjan. 2 10 6 Seguir viviendo con mis padres o fami-- liares 4 3 5 No sê 2 19 18 Total 10(96) 100(70) 100(96) - 1369 - Cuadro n® 90 OPINION SOBRE EL NUMERO IDEAL DE HIJOS Jôvenes. del Casco Familias en ciuda- Viejo Zaragoza des espafîolas de - 1980 200.000 a 1.000.000 Informe FOESSA ,1975(D_________ m ______ Ninguno 13,4 Uno 2 . 5 Dos 37,2 37 Très 17,6 33 Cuatro 6,4 cuatro y 22 mâs Los que vengan 22,9 (1) Total 100 (312) (1) Nota: el Informe FOESSA no incluye cifras para "Los que vengan" - 1370 Cuadro n® 91 OPINION SOBRE EL NUMERO IDEAL DE HIJOS (Muj eres casadas) \ II informe FOESSA 1969 (%) ill Informe FOESSA 1974 (%) Ninguno 2 Uno 5 4 Dos 22 36 Très 37 32 Cuatro 28 20 Cinco y mâs 9 6 Totales 100 100 Los que Dios quiera 11 Los que vengan 16 7 27 \ (297) 71 (1410) 1371 Cuadro n®92 OPINION SOBRE EL NUMERO IDEAL DE HIJOS Jovenes del Casco Viejo de Zaragoza 1980 ' (D Ninguno 13,4 Uno 2,5 Dos 37,2 Très 17,6 Cuatro 6,4 Los que vengan 22,9 Total 100(312) - 1372 ~ Cuadro n “ 93 OPINION SOBRE EL NUMERO IDEAL DE HIJOS Jôvenes Espafioles, 1975 (1) (D ___ Ninguno Uno Dos y très 56 De cuatro a seis 24 Mâs de sels (1) Revista del Instituto de la Juventud, n- 64, pag. 196 - 1373 Cuadro n® 94 2CUANT0S HIJOS TE GUSTARIA TENER? iCuSntos hermanos sois contando contigo? Dos hermanos X i l 3,4,5,6 y 7 Ninguno hermanos (11 (%) Uno r r— 2,5 2,7 11,5 Dos 35,7 39,7 50,0 Très 20,5 18,0 15,3 Cuatro 8,2 - 1____________________ 5,0 3,8 Los que vengan 20,5 34.0 15,3 Ninguno 12,3 0,6 4,1 Total 99,7 (73) 100(184) 100(28) - 1374 - Cuadro n® 95 EL DESTINO DE LA MUJER ES EL MATRIMONIO (D Acuerdo 6,7 Indécises 13.8 Desacuerdo 67,9 No contestan 11,6 Total 100 (312) - 1375 - Caudro n” 96 LAS MUJ ERES DEBEN ESTAR EN CASA CON SUS HIJOS ........... .....(D ■ Aruprdo 1 Indeciso 19,9 Desacuerdo 53,8 No contestan - 11,1 Total 99,9(312) - 1376 - Cuadro n° 97 LOS NOMBRES NO ESTAN HECHOS PARA REALIZAR LOS TRABAJOS DE LA CASA. CD Acuerdo 13 Indécises 15 Desacuerdo 59 No contestan 13 Total 100(312) - 1377 - in 8 lOwI 8 in 5 ww gügg- « W T 5) U c o rt3U to in to d «o Td w - 1378 - Cuadro n° 99 TASAS DE CONFORMIDAD ENTRE JOVENES EUROPEOS CON LA PROPOS^ CION: EL SITIO DE LA MUJER ES EL HOGAR. (D Finlandia 17 Francia 37 Grecia 35 Italia 30 Holanda 26 Espafia 22 Suecia 11 Reine Unido 26 (Cambio 16, Noviembre 1977) - 1379 - Cuadro n®100 DINOS SI TE PARECE QUE LAS SIGUIENTES PROFESIONES DEBEN SER DESEMPENADAS POR MUJERES ESPECIFICAMENTE. Secreta- riado ( D Ensefian- za pre- escolar (%) Enferme- rîa. (%) Servicio domêstico (%) Puéricul­ ture (%) Sî 29 34 38 46 50 No . 62 64 54 44 41 No sé 8 * 10 8 10 9 Total 99(312) 100(312) 100(312) 100(312)100(312) - 1380 - Cuadro n ° 101 HAY TRABAJOS QUE SOLO LOS PUEDE REALTZAR SATISPACTORlAMENTE UN NOMBRE. De acuerdo 51 Indécises 17 En desacuerdo 19 No contestan 13 Total 100(312) - 1381 - Cuadro n ° 102 NO CREO QUE SE PUEDA ESPERAR QUE LA MUJER TENGA LAS MISMAS OPORTUNIDADES DE TRABAJO QUE EL HOMBRE, CUANDO TIENE CONDÎ CIONAMIENTOS ESPECIFICOS DE SU PROPIO SEXO. (11 Acuerdo 24 Indecisos 27 Desacuerdo 38 No contestan 11 Total 100(312) - 1382 - Cuadro n°103 ES FUNDAMENTAL PARA EL HOMBRE EL SENTIRSE RESPONSABLE DE UNA MUJER Y DE SUS HIJOS. (%) Acuerdo 41,3 Indeciso.s 25,0 Desacuerdo 22,4 No contestan 11,2 Total 99,9 (312) Cuadro n°104 ACTITUD HACIA: - 1383 (%) De acuerdo 39,74 EL HOMBRE DEBE Indeciso 16,91 PROTEGER A LA Desacuerdo 32,37 MUJER No contestan 10,99 Total 100.01 (312) - 1384. Cuadro n “ 105 iESTAS DE ACUERDO CON LA CONFORMACION DE LA FAMILIA TAL Y COMO EXISTE HOY EN LA SOCIEDAD?. Sî, totalmente 24,67 37,49 Sî, porque no veo otra salida 12,82 (Sî) No, formar una familia no debe exigir un contrato legal sino debe ser una decisiôn privada 24.03 No, me parcce absurdo que en un momento de tu juventud ten- gas que tomar una decisiôn irre vocable para el resto de tu vida 10,57 53,83 (No)No, porque veo que la familia se sosticne mas por ataduras sociales que por amor 19,23 No contestan 8,65 Total 99.97 (312) - 1385 - o î3U S gI M b;w w i i iS 1-1 tl. gU I< wo tn inui V)a> Rtp.. V) 5 Ci> •M g V)0)co•HUrtf—I V P tnrt rt0OT1U I 1 ■* "rtlrt 1 rHP 6>rt rt P rt- rt- tn rt ft «** 1-4 f» rt-rt rt 'rt rtrt rt rt • rt o bO rt -o na rt MO rt rt *H «M(rt rt rt o i- rt rt > rt ^ rt» rto 0)•H rt» o \o oo rg %or4 rt T) •H rHO U rt rt OT rto *H 3 (5 *»“ in •H m3 1 tn 1—1 CM 3 3S 6 O i*® o-s 3 «13 > '".5.5 g rt 3 rt E 3 >rt rt bO U) >H O «H Ort»3 g « +> .|—v3 _ rt na rt» tM> 3 O'O 3G rt -H rt rt rt M3 t3 .H rtirt 3 r-l G.D .-H -H 3 w> 3 rt o* rt rt, rt . M 3 -Hrt» Ih tn O ̂ S O M u rtO o O rt rt^ rt r-lrt» P» rt 3 3*3 o T) Æ rt» “ •*-* _ rt w VH rt» O rt 3 rt ." rt oco en o 8 S "d->d" P tn m 'T3 rt rt O) o IM o r—1 rH »—1 VO O r4 ÎÔ' 1—1v-r • oor-4 mai O ï—1 f—1 o rH o' «Hf—1 O O 1—1 O 1—1 _) <(-1 Ot-l 'rt«n O % - 1386 - t''o 2TJrt 3U ô tn ; tn 1 'rt rt '__/ o (SI o rt- ort 1 1 ' o o % rH (14 Z O X J M rt VO H 3 tn 3 VO vO rt VO (—f O 1 X P «*» vO VO t VO Ol w b-» rt O • rt rt v_> 1—1 ' rH 1 VO a% o ifi 3 «H % rt »H Æ o u u 3 rt rt <—s (SI 5- +» T» 3 Kl 1-4 3 r~i rt vO Kl OO < rt •H +J tn vO H U 3 rt \ tn tn rt en rt tiH O rt en m rg rH tn tn < ♦J MH p O'—' rH 1—e 3 •H O rt h4 rt O rt > •H ”e o «SI rH P-. rt •H ro tO O» :3 rH U rt rt 3 J oo tn (SI >o rH o m tn en w rH rt a rt 3 34 3 rt g < 3 5 rt rt t-» bO 'rt Kl u 6 o rt < 3 ••H rt rt 3 rH VO (SI \o (SI t'­ Z rH 4h O V) rO VO rH o rH o en l-l rt rt 3 rH rH Kl rH Kl en u tri 3 rt U rt rt rt 'rH P, rO o •rH lu «H rt z •rH rt ooo rH rH rH u rt 43 vO rH O rt OO 3 •rt rt* rt tn rH rt 6 rt 3 M rH (SI rH rH en en z \o boo u < u o O •H 8 4> •3 a Q 2 3 rt 3 r i rH 3 cr w rt r» g-p 3"rt a rt 8 3 3 S . ^rg ig rt rH rH rt < 2 rt ■H O 3 rt (d'g .H 3 e rt "rt bfi C tH O • O 44 rH 3 -H 3 •iH "H l l i 1 rt O 3 3* (3 tn C-. Q rt 3 O S'-S o rt O s : rt rt •g g i •H (/) Cu •M C3 < < 3 p m 41 bfl a rt 3 rH e- o rt rt rt rt "rt *rt •gtn 44 - 3 T) IH > •H (14 . —s U 'H tn 'H 3 tn o 3 3 ■g "■0 3 r> rt 3 o Z rt rt O - 1387 - Cuadro n ” 108 SI TE PIENSAS CASAR 0 TE HAS CASADO YA POR LA IGLESIA, iPOR QUE RAZON?. Por mis creencias religiosas 25,6 Por la fuerza de la costumbre 18,9 Por no chocar 6,4 Porque estoy convencido del valor de establecer un vînculo formalizado 12,5 No contestan 36,5 Total 99,9 - 1388 - Cuadro n® 109 îESTAS DE ACUERDO CON LA CONFORMACION DE LA FAMILIA TAL Y CO MO EXISTE HOY EN LA SOCIEDAD?. Si te piensas casar o te has casado ya por la Iglesia, ipor quê razôn?. Por mis creencias religio-- sas (%) Por la fuerza de la costum bre L M Por no chocar .. (%) Porque estoy convenet- do del valor del vin culo. (%) Sî,totalmente 50 22 16 42 Sî, porque no veo otra salida 20 13 21 21 No, formar una fanû lia no debe exigir un contrato legal si_ no decisiôn privada 18 37 41 13 No; me parece absurdo que en un momento de tu juventud tengas que decidir irrevoc... 4 13 10 10 Nb, porque veo que la familia se sostie ne mâs por ataduras sociales que por amor 8 25 11 14 Total 100(80) 100(59) 100(20) 100(39) - 1389 - Cuadro n°l 10 SI CALIFICAS EL AMBIENTE DE TU CASA COMO ENRARECIDO, DIFI- CIL DE SOPORTAR 0 INSOPORTABLE,M -QUE SE DEBE PRINCIPALMEN TE, EN TU OPINION?. A que tengo discusiones y lios constan tes con mis padres. 4,8 Mis padres discuten y pelean continua- mente 3,5 Hay una serie de aspectos de la conduc ta de ml madre que no puedo soportar 1,3 Hay una serie de aspectos de la conduc ta de ml padre que no puedo soportar 1,3 El desagrado que mis padres muestran por ml y/o por alguno de mis hermanos 1 Otras causas 9,2 Total 21.1 1390 - Cuadro n® 111 iQUE ASPECTOS TE DESAGRADAN MAS DE TU FAMILIA (PADRES, AM- BIENTE DE CASA)? ( \ ) Que la ûnica forma de tenerlos contentes es sometiêndome a to do lo que me mandan 16,34 Que para mis padres, un hijo no es mâs que el sostên de la vejez 0,96 Que se empenan en que yû> pien se como elles 11,21 Que se preocupan solo de las nnariencias. 4,48 Que no me dan libertad para actuar como quiero 8,64 Que no corresponde lo que di cen que se debe hacer y lo que ellos hacen realmente 3,84 Que lo ûnico importante para ellos es conseguir una posi- cl6n social 3,84 Que en su vida se han limita do a ganarse el pan en un trabajo sin mayores aspira- cibnes 13,77 (Total contestaron) 63,08 (197) - 1391 - Cuadro n®ll2 ZQUE ASPECTOS TE DESAGRADAN MAS DE TU FAMILIA (PADRES, AM­ BIENTE DE CASA)?. iC6mo son las relaciones entre tu y tus - padres?. Me entiendo Bien sin mu Regular o muy bien gha confian- mal. (%) (%) _ (%) Autoritarisme 14 50 75 Cortedad de miras 15 22 25 Culte a las apa-- riencas, inconsis 3 13 - - tencia y falsedaî No contestan 68 15 Total 100(125) 100(127) 100(60) - 1392 o3 0U < o w w o c/l r t to K- rg to t» LO Tt VO to to O vO Y—\ ~\o •"O «VO «tH «VO p 1 «K> en to en to O to en to LO to 5 LO ' rt ' rg ' to V—' P LO U Bg O p rt to r t VO rH oo LO to tH LO /—« - r t r LO «LO « LO « d lO 1 ef» to to rg to en to O to oo to o LO '—' rg '—' rg V— vO V—» to •---Y ►-Î r t •H X lO ,—, o r t rH O to rg en VO tg VO o tH _3 r t *rg r to «rg «to «rH t 3» eo r t rH r t eo/d- to •va­ M LO S-̂ vo '— ' rgv—' tgv-» in V—' to v-̂ C3 to < hH CJ . t—' Z r t en fsj rH to rH O to o to OO w to rH r K- «tH «tH «tH «VO 1 ir® to to rH to LO to VO to d to LO V-' tH V—Y to V-Y Tt W •d-'v-' d Hv U4 csl P M LO t'­ r t rg o VO VO O o to 00 to en en r r t «to «LO «•d- «to U4 . rH 1 tt» r t CM en rg 00 rg en rg rg rg O '—» tH H-/ r t V-» to V-4 vD '—' lO rg W < P to a to < 44 p O en P 1—( Y ' rg rH o tH rg en to vO p d to f «t» r oo «tH «oo «00 «tHo LO '—' |H rg rg rg o tg rg tg oo rg 1-4 rH tH w VO»—. d- v—* LO •— ' t '­ 44 en O rH , 1 i P o O g . y3 tn rtl 1 , rtl r tl 1 T) • 0 • • H p rt rt tr o 0 3 R rt 3 3 rt 3 .HP to 0 0 o o rt rt ® R p rt rt 3 rt > •< w U O rt 3 P ‘H U3-H 3 rt o rt rt rtrt «H 3 c rt rt 6 tn ©T) rt Æ 3 rt 3 M z U C rt p T) rt o TJ rt rH 3 rt tr o R P o rt rt rt bO rt rH O rt rt rt 3 rt rt P n TJ G 3 R rt o W-H O rt *r-» rt > u R rH rt rt 3 O U 3 3 rt M R rt .R C *H rt rH 'r i 3 rt 3 rt U to < Pî-H o 3 rH 3 P O P G rH Ü►3 \rt m P rt tn tn tn rt O > O 3 3 0 3 to p 3 rt G tn 3 rt 3 3 O 3 rt U rt o rt rt rt M o tn •H o er 3 rt rt 3 3 3 •H 3 rt rH R T) Z p rt V) TJ rH tJ rt rt ^ rt rt rt rt 3 O rt r t 'H r t rt O rt rt rt ü1-vrH »R rt -H rt o 1—1 < rt rH \rt P H p 3 T» P R rt rt rtO o x: D Z 34 3 G R 3 •rt T3 R *rt rt rt rt u u ►H O* e tn rt tn R rt tn G 3 •- 3 -ri 3 3 P M o tn o -H o o rt OT) O rt rt rt rt x î rt -H O O rt» O M rH 44 34 U T) r ) rt 3 < «rt vR X) P o G > - 1393 - Cuadro n®î14 ACTITUD HACIA EL DIVORCIO:. Encuesta Juventud Espanola, 1977 LEGALIZACION DEL DIVORCIO: __ (%)Sî 84 No 16 Total 100 Encuesta Juventud del Casco Viejo, Zaragoza, 1980 CASOS EN QUE DEBE PERMITIRSE EL DIVORCIO: (%) Cuando une de les dos quiere divor ciarse porque encuentra imposible vivir con el otro 43,91 Cuando ambos conyuges estân de acuerdo en divorciarse 28,84 En casos de incompatibilidad con- yugal y sin hijos 12,5 En ningûn caso 4,16 No lo sê 10,57 Total 99,98 _________ (312) - 1394 - Cuadro n- 115 Encuesta Juventud de Barcelona, 1981 EL DIVORCIO ES; (%) Aceptable 69 Aceptable segûn como 14 Indifereiite 3 ' Condenable 5 Condenable segûn como 2 No contestan 7 Total 100 - 1395 - Cuadro n ° i17 ACTITUD ANTE EL ABORTO Encuesta juventud EspaRola, 1977 (%) El aborto no debe ser un delito 42 Encuesta Adultos, Espana, 1977 (%)El aborto no debe ser un délite 27 Encuesta Juventud del Casçd V.ie-1o, Zaragoza, 1980 AERES PARTIDARIO DEL ABORTO?. SI s61o por prescrip- cién médica 33,33 Lo soy tambien en aquellos casos en que el nacimiento del nino suponga graves pro blemas econèmicos y sociales 15,06 Lo soy porque creo que es una forma de permitir que se tengan los hijos deseados cuando f altan anticonceptivos 2,56 Lo soy porque creo que es un asunto que compe te a la persona intere 16,98 No soy partidario en ningûn caso 21,47 No sé. No contestan 10,57 Total 99,97 (312) - 1396 - Cuadro n° 118 Encuesta Juventud Tauste,1979 AERES PARTIDARIO DEL ABORTO? (%) Sî, en cualquier circunstancia 7,4 Sî, pero en circunstancias especiales 48,88 No, en ningûn caso 38,51 No sabe/No contesta 5,18 Total 99,97 Encuesta Juventud de Barcelona, 1981 EL ABORTO ES; (1) Aceptable 32 Aceptable segûn como 26 Indiferente 4 Condenable 23 Condenable segûn como 4 No contestan 11 Total 100 - 1397 Cuadro n° 119 ACUALES DE LAS SIGUIENTES AFIEMACIONES CREES TU QUE REFLE JAN MEJOR LAS RELACIONES ENTRE TU Y TUS PADRES?. Sexo Nombres (I) Mujeres(%) Muy buenas 38,9 40,7 Buenas, pero sin mucha confianza 38,9 42,5 Malas 18,7 13,5 No hay ninguna relaciôn con ellos 3,4 3,3 No sé Total 99,9(147) 100(160) 1398 - Cuadro n°i20 iCON QUIEN DISCUTES 0 HACLASMAS A GUSTO DE LOS SIGUIENTES - TEMAS?. Sexo nombres Muj eres Con el padre .(%) Con la madre _ ü) Con el padre . (%) Con la madre Q) De actualida y polîtica 39,6 13,2 46,7 5,3 De trabajo, profesiôn y estudios •34,6 31,8 28,4 26,9 De asuntos afectivcsy sexuales y de las amistades 20,7 46,9 8,2 66,1 Del empleo del tièmpo libre 4,9 8.1 16,7 1,7 Total 99,8 100 100 100 (101’) (113) (109) ... am . 1399 - Cuadro n*121 ACUALES han SIDO para TI Sexo LAS FUENTES DE INFORMA- CION SEXUAL MAS IMPORTAN­ TES? . Nombres (%) Mujeres (%) Padres 9,6 6,6 Amigos 37,7 42,9 Lecturas, revistas, cine, etc.,. 16 14 Profesores, maestros, charlas 8,1 7,3 La experiencia per­ sonal 25,1 14 Otras. No sê 3,4 15,2 100(135) 100(149) - 1 4 0 0 Cuadro n°. .12Z AQUIENES CREES TU QUE DE- Sexo BEN TENER A SU CARGO ESTA INFORMACION?. Nombres (l) Mujeres (I) Padres 76,7 89,3 Amigos 0,6 2 Lecturas, revistas, cine, etc., . 0,6 0,6 Profesores, maestros, charlas 42 66,6 La experiencia personal 26 13,2 Otras, No sé 6,3______ S Respuestas multiples 100(142) 100(159) - 1401 - Cuadro n°l25 ACQMO CALIFICARIAS EN GE- Sexo NERAL EL AMBIENTE DE TU CASA?. Nombres (I) Mujeres (%) Agradable 66 65 Pasable 15 14 Enrarecido 19 21 ______ 100(147) 100(161) Cuadro n® 1 24 - 1402 - CUANDO SALES CON TUS AMI­ GOS 0 TU NOVIO/A. AA QUE NORA EXIGEN TUS PADRES QUE ESTES EN CASA?. Durante la semana A las 9 noche o antes A las 10 noche A las 11 " A las 12 •’ Ninguna hora determinada Los fines de semana A las 9 noche o antes A las 10 noche A las 11 A la s 12 Ninguna hora determinada Sexo Nombres (%) Mujeres (%) 8 16 7 3 67 100(131 ) 2 14 7 2 75 100(131) 23 43 11 2 21 100(141) 13 46 10 1 30 100(141) Cuadro n®125 1403 ACOMO REACCIONAN TUS PA­ DRES CUANDO LLEGAS MAS TARDE DE LO PREVISTO? Me rifien Me llaman la atenciôn sin mas No dlcen nada Me castigan Sexo Nombres (%) 8 50 41 1 100(133) Mujeres (%) 30.4 48.4 17 4,2 ____ 100(141) Cuadro n® 126 atienes facilidad para ESTAR EN CASA CON TUS AMIGOS? Sî, cuando quiero Muy rara vez puedo hacerlo Nunca Sexo Nombres (1) Mujeres (%) 74 17,8 8.2 100(140) 67 22.5 10.5 100(151) - 1404 - Cuadro n ® 127 aque piensan tus padres Sexo DE tus AMIGOS DEL OTRO SEXO?. Nombres (%) Mujeres (%) Les trae sin cuidado que los tenga o no» 20 10 Dan por hecho que los tengo y me dejan hacer libremente 66 56 Opinan que todavîa no debo tenerlos, pero respetan lo que yo pifensa 0 hago 2 11 Me prohiben terminante^ mente salir con amigos del sexo opuesto 12 23 Total 100(127) 100(134) 1405 - Cuadro n ” .1 2R ZEN QUE TIPO DE DECISIONES CUENTAN CONTIGO TUS PADRES A LA HORA DE TOMARLAS?. Sexo Nombres Mujeres (%) (%) Las que afectan directa- mente a tus padres 18 15 Las que afectan a tus • • hermanos/as 28 34 Las que afectan a tî mismo 63 59,8 Las que afectan a toda la familia 62 62 Respuesta mûltiple (312) personas - 1406 - Cuadro n°i29 ZQUE HACES CON EL DINERO QUE GANAS? Sexo Membres Muj eres .0) (%) Lo doy integro a mis padres 42 41 Doy la mayor parte a mis padres y me quedo el resto 22 16 Doy una pequena parte a rais padre y me que­ do el resto 18 12 Me io quedo todo 18 31 Total 100(50) 100(49) 1407 - Cuadro n“ 130 ZCUAL ÏIA SIDO 0 ES LA AC- Sexo TITUD DE TU FAMILIA ANTE TU RENDIMIENTO ESCOLAR?. Nombres (%) Mujeres (%) Animarme y ayudarme en lo posible , 48,1 43,4 Su ûnica preocupaciôn era o es que apruebe, pero no me ayudaban/ ayudan 18,9 26,3 Exigencia de que saque la mejores notas, aun- que ofreciêndome su ayu da para conseguirlo. 16 13,8 Exigencia de que saque las mejores notas, sin prestarme ninguna ayuda 2,9 3,2 Les traîa o trae sin cuidado mi rendimiento escolar 2,9 _ 1.9 dtros 5,1 5,9 No sê 6,1 5,2 Total 100(137) 99,7(152) 1408 Cuadro n°131 ZQUE ASPECTOS DE TU FAMILIA CONSIDERAS MAS POSTTIVOS? Sexo Nombres (%) Mùjeres (%) Cualidad de apoyo y soporte 54 70 Autonomîa que me facilitait 32 15 Mantenimiento y educaciôn 36 25 Ambiente y camaraderie 3 2 Respuesta mûltiple base muestra 312 personas 1409 - Cuadro n°-\i,2 l A QUIEN ACUDES EN MOMENTOS DE CRISIS?. Sexo Nombres (%) Mujeres (%) A mi padre 24,5 7 A mi madré 16 38 A mis hermanos 8 11 (Padf e+madre+hermanos) (48,5) (56) A algûn amigo 29,5 29 A algûn adulte de con- - fianza 2 5 A nadie 20 10 Total 100(141) 100(157) - 1410 - Cuadro n*i%% ZCREES QUE TUS PADRES SE DIVIERTEN?. Sexo Nombres Muj eres (%) Sî 43 31 No, no les queda tiem- po para divertirse 29 29 No, no saben divertirse 15 22 No sé 13 18 Total 100(146) 1 00(111) - 1411 Cuadro n°is4 ZTE DIVIERTES CON TUS PADRES?. Sexo Nombres Mujeres (%) (%) Normalmente suelo pasarlo bien con elle 41 37 Lo suelo pasar bien con ellos ocasionalmente 39 46 No, no me divierto con mis padres 20 17 Total 100(141) 100(158) IllUfll niBIJOTECA - 1412 - Cuadro n°135 ZREPRODUCIRIAS TU EL AM- Sexo BIENTE 0 EL ESTILO DE FA­ MILIA QUE HAS CONOCIDO EN TU CASA?. Nombres (%) Mujeres (1) Sî, totalmente 12 9 Si, mejorando algunos aspectos 54 62 No 34 29 100(125) 100(151) - 1413 - Cuadro n°l36 ZESTAS DE ACUERDO CON LA Sexo CONFORMACION DE LA FAMI­ LIA TAL Y COMO EXISTE HOY EN LA SOCIEDAD?. Nombres (%) Mujeres (%) Sî, totalmente 29 25 Sî, porque no veo otra salida 10 17 No*, formar una familia no debe exigir un con- trato legal, sino una decisiôn irrevocable para el resto de tu - vida 26 27 No; me parece absurdo que en un momento de tu juventud tengas que tomar una decisiôn irre vocable para el resto de tu vida 13 10 No, porque veo que la familia se sostiene mâs por las ataduras socia­ les que por el amor 22 21 100(137) 100(147) Cuadro n ° i 37 1 4 1 4 - ZQUE ASPECTOS TE DESA- GRADAN MAS DE TU FAMI­ LIA (PADRES. AMBIENTE DE CASA)?. Sexo Nombres (%) Mujeres (%) Autoritarisme : s6lo estân contentes si me someto; - me obligan a pensar como ellos ;no me dan libertad. 33 49 Cortedad en sus miras: el hijo es visto como sostên en la vejez; s61o les preo cupa su posiciôn social; - se limitan a ganar el pan sin mâs aspiraciônes. Inconsistencia y falsedad: s61o les preocupa las apà riencias; inconsistencia - entre lo que dicen debe. ha cerse y en realidad hacen. No sé. 16 7 45.2 100(126) 18 11 22 100(144) - 1415 Cuadro n “l38 (Para los que viven en hogar paterne o similar) DE CARA AL FUTURO, ZCUAL DE LAS SIGUIENTES ALTERNA TIVAS TE SATISFACEN MAS PARA TU VIDA AFECTIVO- SEXUAL?. Una relaciôn de pareja en matrimonio Una relaciôn de pareja en plan de prueba an­ tes de meterme en el matrimonio Vivir en pareja mien- tras dure el amor Vivir en grupo de mo­ mento, hasta ver lo que pasa Vivir solo y tener relaciones afectivo- sexuales conforme surjan Seguir viviendo con mis padres o fami-- liares No sê Sexo Nombres (%) 31,8 14,4 24,6 0.7 8,6 2,8 17.1 Mujeres (%) 54 14.1 12.1 0,6 2.7 4.7 11.8 100(138) 100(148) 1 4 1 6 - Cuadro n°i3g ZQUE FORMA DE VIVIR EN Sexo PAREJA ELEGIRIAS TU 0 HAS ELEGIDO YA?. Nombres (%) Mujeres (I) Matrimonio religioso 41,5 56 Matrimonio civil 1 15 22 Libre uniôn 26,5 11 No me planteo una re­ laciôn astable y per­ manente con nadie del ôtro sexo 17___________ 11__ 100(137) 100(158) - 1417 - Cuadro n° 140 SI TE PIENSAS CASAR 0 TE Sexo HAS CASADO YA POR LA IGLESIA, ZPOR QUE RAZON?. Nombres (%) Mujeres (%) Por mis creencias reli- giosas 29 49 Por la fuerza de costum- bre 37 24 Por no chocar 11 9 Porque estoy convencido del valor de establecer un vînculo formalizado. 23 18 100(90) 100(107) - 1418 - Cuadro n^MI ZCONSIDERAS NECESARIO Sexo NOVIAZGO? Nombres(%) Mujeres (I) Sî, como preparaciôn al matrimonio 20,2 26,5 Sî, como forma de pro- ■ fundizar en el conoci- miento mutuo 40,5 44,5 Sî, porque solo forma- lizando la relaciôn se puede salir de continue con un/a chico/a . 4 1 No; se puede salir nor­ malmente con un chico/a sin tener que forraalizar la relaciôn 21,3 13 No, porque es mâs un ri- to para los demâs que pa ra tî y tu pareja 14 15 100(136) 100(156) - 1 41 9 C u a d r o n ° i 4 2 iHAS TENIDO 0 TIENES NOVIO/A?. Sexo Nombres (%) Mujeres (%) He tenido novio/a pero ya no lo tengo 34 21,5 Tengo novio/a actual- mente 31,8 40,2 Ni he tenido ni tengo 34,2 38,3 Total 100(132) 100(139) - 1420 Cuadro n° 143 EL DESTINO DE LA MUJER ES EL MATRIMONIO Sexo Nombres (%) Mujeres (%) De acuerdo’ 11 4 Indeciso 19,5 12,3 En desacuerdo 69,5 83,7 Total 100(128) 100(147) - 1421 - Cuadro n® 144 LAS MUJERES DEBEN ESTAR EN CASA CON Sexo SUS HIJOS Nombres (%) Mujeres (l) De acuerdo 21,5 12,3 Indeciso 25,3 19,8 En desacuerdo 53,2 67.9 Total 100(130) 100(146) 1422 Cuadro n° 145 LOS NOMBRES NO ESTAN HECHOS PARA REAUZAR LOS TRABAJOS CA SEROS Sexo Nombres (%) Mujeres (%) De acuerdo 20 11 Indecisos 20 16 En desacuerdo 60 73 Total 100(126) 100(146) - 1423 - Cuadro n°146 ZCUAL DE LAS SIGUIENTES PROFESIONES TE PARECE QUE DEBEN SER DESEMPERADAS POR MUJERES ESPECIFICAMENTE?. Sexo Nombres Mujeres et) (%) Servicio domêstico Sî 55 47 No 45 53 Total 100(131) 100(148) Puericultura Sî 54 56 No 46 44 Total 100(131) 199(153) Enfermerîa Sî 50 34 No 50 66 Total 100(134) 100(153) Ensefianza Pre escolar Sî 45 35 No 55 65 Total 100(130) 100(150) Secretariado Sî 38 26 No 62 74 Total 100(131) 100(151) - 1424 - Cuadro n° 147 HAY TRABAJOS QUE SOLO LOS PUEDE DESEMPERAR SATISFACTORY MENTE UN NOMBRE Sexo Nombres (%) Mujeresen De acuerdo 65 53 Indeciso 16 23 En desacuerdo 19 24 Total 100(128) 100(145) - 1425 - Cuadro n° 148 NO SE PUEDE ESPERAR QUE LA MUJER TENGA LAS MISMAS OPORTU- NIDADES DE TRABAJO QUE EL NOMBRE CUANDO TIENE CONDICIONA- MIENTOS ESPECIFICOS DE SU PROPIO SEXO. Sexo Nombres _ . (t) . Mujeres (%) De acuerdo 28 26 Indeciso 33 45 En desacuerdo 39 29 Total 100(130) 100(145) - 1426 - Cuadro n° 149 ES FUNDAMENTAL PARA EL HOMERE EL SENTIRSE RESPONSABLE DE UNA MUJER Y DE SUS HIJOS Sexo Hombres (t) Mujeres (%) De acuerdo 53 41 Indecisos 24 32 Desacuerdo 23 27 Total 100(135) 100(141) - 1427 : Cuadro n” 150 EL HOMERE DEBE PROTEGER A LA MUJER Sexo Hombreset) Mujeres e t ) De acuerdo 50 40 Indecisos 18 20 En desacuerdo 32 40 Total 100(131) 100(146) 1428 - Cuadro n®151 ZCOMO SON LAS RELA- Edad CIONES ENTRE TUS PA­ DRES Y TU?. 14-15 (%) 16-21 (%) 22-250) Me entiendo muy bien con ellos. 40,9 32,7 53 Bien, sin mucha confianza para hablarles de mis problemas 40,9 49,3 28;5 Malas 13,7 14,8 16,6 Ninguna relaciôn 2 --- No sê 4.5 1.2 1.9 100(44) 100(162) 100(10!) - 1429 - 0) L O t o C M M T > t o c - t-H o o O Ri r M C M t o O S r H u o C M 4) L O 0 0 L O H C M T j M o o o O C M Rj C M C M o t o CL, 1— t L O 0> L O r M L O o o k L O T ) L O O o > t o o t o R) t o L O o t H S t H p M C M O P4 +-> V» •H o tH LH 3 4-» PL to 5 rH O m w C3 o O 3 3 H Oi Ki tH •H X to CL 3 4-> U >s 3 CO to 3 O tH o •3 O O «50 3 o I-) rt 4-»*H •3 "3 3 3 6 z to •H 3 3 O w Q fH 3 3 3 tH 3 3 3 tH 3 P 3 4-1 3 CL O' H +J 3 4-» Gto U 3 3 3 z to 3 +J •M 3 o t) tHu 3 3 3 3M < Q Q Q X O - 1430 - Cuadro n°153 &CUALES HAN SIDO Edad PARA TI LAS PUEN­ TES PE INFORMACION SEXUAL MAS IMPOR­ TANTES?. 14-15 (%) 16-21 (%) 22-25 (I) Padres 15 15 12,5 Amigos 53 41. 31,5 Lecturas, revistas cine 10 9 22 Profesores, maes­ tros, charlas 8 7 4,2 La experiencia personal 8 16 27 Otras. No sê 6 12 2,8 100(44 100(164) 100(104) - 1431 - Cuadro n°154 QUIENES CREES TU QUE Edad DEBEN TENER A SU CAR GO ESTA INFORMACION. 14- 15 (%) 16-21 (%) 22-25 (I) Padres 79,5 82,7 83 Amigos — - -2 1 Lecturas, revistas cine, etc.,. 0,6 2 Profesores, maes­ tros, charlas, 34 49 38 La experiencia personal 9 19,5 22 Otras fuentes No se 7 5.4 3 100(43) 100(159) 100(100) - 1432 - Cuadro n*l55 COMO JUZGAS LA MANE- Edad RA DE PENSAR PE TUS PADRES 14-15 (%) 16-21 (%) 22-25 (I) Abierta 23 20 22 Anticuada pero In- tentan comprender 50 60 64 Intransigente 9 12 10 No sé 18 8 4 100(44) 100 (162) 100(101) - 1433 - Cuadro n° 156 l a quien acudes en momentos de crisis?, Edad 14-15 16-21 22-25 (%) (%) CI) A mi padre 16,3 13,9 17 A mi madré 23,3 29,1 28,1 A mis hermanos 11,6 10,7 7 A algûn amigo 32,6 28,3 28,9 A algûn adulto de confianza 4,6 3 4 A nadie 11,6 15 15 Total 100(43) 100(159) 100(98) Cuadro n° 157 1434 - CUANDO SALES CON TUS AMIGOS 0 TU NOVIO/A LA QUE HORA EXIGEN TUS PADRES QUE ESTES EN CASA?. En la semana 5" noche o antes 10 noche 11 noche 12 noche Ninguna hora determinada Edad 14-15 (I) 49 41 2 8 100(41) 16-21 (%) 15 35 9 2 39 22-25 (%) 1 15 12 3 69 100(57) 100(81) Fin de semana 9 noche o antes 10 noche 11 noche 12 noche Ninguna hora determinada 29 54 5 2 10 5 36.5 9 1 48.5 10 9 1 80 100(41) 100(57 100(81) - 1435 - Cuadro n° 158 iCOMO REACCIONAN Edad TUS PADRES CUANDO LLEGAS MAS TARDE DE LO PREVISTO? 14-15 (%) 16-21 (%) 22-25 (%) Me rifien 36 19 9 Me llaman la atenciôn 48 52 42 No dicen nada 9 23 49 Me castigan 7 6 — 100(42) 100(155) 100(78) - 1436 - Cuadro n°l59 2QUE PIENSAN TUS Edad PADRES DE TUS AMl- GOS DEL OTRO SEXO. 14-15 (%) 16-21 (%) 22-25 '%) Les trae sin cuidado 14 15 17 Me dan libertad total 56,5 59,5 64 Opinan que no debo tenerlos pero res- petan le que pien- so o hago 8 -- 3 Me prohiben salir con ellos 21,5 25,5 16 100(37) 100(149) 100(76] - 1437 - Cuadro n°160 iTIENES FACILIDAD PARA ESTAR EN CASA CON TUS AMIGOS?. Edad 14-15 (t) 16-21 (%) 22-25 (%) Ŝ cuando quiero 60 69 80 Muy rara vez 27,2 23,7 18,6 Nunca 12,8 7,3 1,4 Total 100(44) 100(156) 100(91) 1438 - Cuadro n® 161 ASPECTQS DE TU FAMI- Edad LIA QUE CONSIDERAS MAS POSITIVOS. 14-15 (%) 16-21 (%) 22-25 (%) Cualidad de apoyo y soporte 64 58 39 Autonomîa que me facilitan 14 25 16 Mantenimlento y educaciôn 25 40 34 Amblente de cama- raderîa 11 7 7 100(44) 100(164) 100(104) - 1439 - Cuadro n° 162 ZEN QUE TIPO DE DECISIONES CUENTAN CONTIGO TUS PADRES A LA HORA DE TOMARLAS?. Edad 14-15 16-21 22-25 (%) (%) (%) En las que afectan a tus padres 11 16 20 En las que afectan a tus hermanos 27 29 35,5 En las que afectan a tî 56,8 64 58,6 En las que afectan • a toda la familia 52 62,8 65,3 Respuesta mûltiple (312) personas C u a d r o n " 163 - 1440 - ZCREES QUE TUS PA­ DRES SE DIVIERTEN? Sî No, no hay tiempo No saben divertirse No lo sê Edad 14-15 (%) 32 37 15 16 100(41) 16-21 (%) 38 29 18 15 22-25 (%) 37 26 21 16 100(157) 100(100) 1441 - Cuadro n° 164 ZTE DIVIERTES CON Edad TUS PADRES? 14-15 (I) 16-21 (%) 22-25 (%) Sierapre 41,1 35 44 Ocasionalmente 34,3 52 33 No 24,3 13 25______ 100(41) 100(159) 100(100) - 1442 Cuadro n ” 165 ZQUE ASPECTOS TE DESAGRADAN MAS DE TU FAMILIA (PADRES,AM- BIENTE DE CASA)?. Edad 14-15 16-21 22-25 (t) (%) (%) Autoritarisme 39 45 38 Cortedad de miras 21 15 19 Culto a las aparien cias: inconsistencTa y falsedad 3 15 3 Nota: a esta pregunta responden 199 personas. o sea 63,7 por ciento de la muestra. Es respuesta mûltiple 1443 Cuadro n“ 166 CALIFICACION DEL AMDIENTE DE CASA Edad 14-15 (%) 16-21 (%) 22-25 (%) Agradable 66 62 72 Pasable 16 15 14 Enrarecido 18 23 14 100(44) 100(164) 100(101) TU Y TUS HERMANOS - 1444 - Cuadro n“ 167 RELACIONES ENTRE Edad 14-15 (%) 16-21 (%) 22-25 (%) Muy buenas con todos 68,2 52,4 68,! Muy bu.cnas con alguno 14,6 15,2 13,1 Ni buenas ni malas 17,2 27,5 17 Malas --- 4,9____ 1 100(41) 100(145) 100(Î4) - 1445 - Cuadro nT68 ÎREPRODUCIRIAS TU EL AMBIENTE 0 EL ESTILO DE FAMILIA QUE HAS CONOCipO EN TU CASA?. Edad 14-15 (%) 16-21 (%) 22-25 (%) Sî,totalmente 16 10 10 Sî, mejorando algu- nos aspectos 72 58 58 No 12 32 32 Total 100(32) 100(145) 100(91) - 1446 Cuadro n°169 ZESTAS DE ACÜERDO CON LA CONFORMACION DE LA FAMILIA TAL Y COMO EXISTE HOY EN LA SOCIEDAD?. Edad 14-15 16-21 22-25 (%) (%) (%) Sîi totalraente 25 27 29 Sî, porque no veo otra salida 19 14 12 No, porque formar una fnmi lia no dcbe exigir contra- to legal sino uha décision privada de los individuos 14 26 32 No; me parece absurdo que en un momcnto de la juven-< tud tengas que tomar una decisiôn irrevocable 17 12 8 No, porque veo que la fanû lia se sostiene mâs por las ataudras sociales que por el amor 25 21 19 Total 100(36) 100(153) 100(94) - 1447 - Cuadro n ” 170 SI NO TE PIENSAS CASAR, iPOR QUE?. Edad 14^15 (%) 16-21 (%) 22-25 ( i ) Creo que la uniôn de dos dcbe depender s6lo de ellos 24 38 48 No creo en la posibiïl-- dad de una relaciôn esta ble y duradera con otra persona 29 13 14 Por el momento no me in- teresa una relaciôn esta ble con nadie 47 49 38 Total 100(17) 100(61) 100(29) - 1448 Cuadro n" 171 iQUE FORMA DE VIVIR EN PAREJA ELEGIRIAS TU 0 HAS ELEdDO YA?. Edad. 14-15 16-21 22-25 (%) (%) (%) Matrimonio religioso 45 44 59 Matrimonio civil 21 19 17 Libre uniôn 19 18 17 No me planteo una re­ laciôn estable y per­ manente con nadie 15 19 7 Total 100(42) 100(154) 100(10)) 1449 - Cuadro n “ 172 SI TE PIENSAS CASAR 0 TE HAS CASADO POR LA IGLESIA, iPOR QUE RAZON?. Edad 14-15 (%)! 16-21 (%) 22-25 (%) Por mis creencias reli- giosas 42 42 38 Por la fuerza de la co^ tumbre 35 26 34 Por no chocar 4 11 11 Estoy convencido del va lor de un vînculo forma lizado 19 21 17 Total 100(26) 100(101) 100(71) - 1450 - Cuadro n°i73 ZCONSIDERAS NECESARIO EL NOVIAZGO? Edad 14-15 16-21 22-25 _ _ (%) _ Ci) Cl) Sï, como preparaciôn al matrimonio 45 19 21 SÎ, como forma de pro- • fundizar en el conoci- miento mutuo 32 42 46 SÎ, porque solo fo-rma- lizando la relaciôn se puede salir de rontinuo con un chico/a 5 1 4 No) se puede salir nor malmente con un chico/a sin tener que formalizar la relaciôn 8 23 12 No, porque es mâs un ri to para los demâs que para tî y tu pareja 10 14 16 Total 100(40) 99(154) 99(99) - 1451 - Cuadro n°174 iCUANTOS HIJOS TE GUSTARIA TENER? Edad 14-15 16-21 22-25 (%) (%) (%) üno ; 2,83 3,3 2,0 Dos 29,42 38,0 49,4 Très 14,0 18,2 22,6 Cuatro 14,0 8,1 2,0 Los que vengan 33,0 27,0 17,5 Ninguno 7,0 5,4 6,1 Total 99,8 100 99,6 (42) (148) (97) 1452 Cuadro n°175 ZCUAL CONSIDERAS LA EDAD VIVIR EN PAREJA?. MEJOR PARA Edad CASARTE 0 EMPEZAR A 14-15 16-21 22-25 Antes de los 21 afîos 24 9,8 8 De los 22 a los 25 63,4 59,4 47,9 De los 26 a 30 7,3 18,3 35,6 Mas de los 30 afios 4,8 3,2 • 1,0 Ninguna --- 9.0 7,0 Total 99,5 99,7 99,5 _ _....(41). (981__. Cuadro n° 176 ACTITUD HACIA 1453 - Edad 14-15 16-21 (%) 22-25 (%) LAS MUJERES DEBEN ES- acuerdo 30,7 13 16,8 TAR EN CASA CON SUS Indécises 25,7 22 21,3 HIJOS En desacuerdo 43,6 65 62,9 Total 100(39) 100(144)100(8 EL DESTINO DE LA MU- i De acuerdo 10,0 7,4 6,8 IndécisesJER ES EL MATRIMONIO 27,5 16,8 7,9 En desacuerdo 62,5 75,6 85,2 Total 100 (40) ; 99,8 (148) 100 (88) ES FUNDAMENTAL PARA De acuerdo 47 46 48 EL NOMBRE EL SENTIR Indecisos 33 30 22 SE RESPONSABLE DE En desacuerdo 20 24 30 UNA MUJER Y SUS HI Total 100 100 100 JOS (40) (149) (88) HAY QUE RECONOCER De acuerdo 68 58 55 QUE HAY TRABAJOS Indecisos 13 19 24 QUE SOLO LOS PUE­ En desacuerdo 19 23 21 DE DESEMPENAR SA- TISFACTORIAMENTE UN HOMERE. Total 100 ( 87) 100 ( 28 ) 100 (35) LOS NOMBRES NO ES- De acuerdo 30 14 11 TAN HECHOS PARA REA Indecisos 18 19 16 -LIZAR LOS TRABAJOS En desacuerdo 52 * 67 73 .DE LA CASA Total 100 1401 100 n 511 100 1821 NU CKEU qui; se EUE DE ESPERAR QUE LA ' MUJER TENGA LAS MIS De acuerdo 21 29 27 Indecisos 49 25 32MAS OPORTUNIDADES QUE EL NOMBRE En desacuerdo 30 . 46. . 41 I'm > 1 nn - 1454 - Cuadro n° 177 ZQUE CONSIDERAS MAS IMPORTANTE PARA TU DESARROLLO PERSO­ NAL EN EL FUTURO?. Edad 14-15 16-21 22-25 CD (%) (%) Realizar un trabajo que me satisfaga 76,8' 70,9 72,2 Dedicarme al cuidado y atenciôn de mi familia exclusivamente 19,2 ’ 28,1 27,8 Ambos 3,0 . r \ 1 1,0 1,0 Total 99(44) 100(161) 101(98) 1455 Cuadro n°178 iCUALES DE LAS SIGUTENTES PROFESIONES TE PARECEN QUE DEBEN SER DESEMPERADAS POR MUJERES--ESPECIFICAMENTE? . Edad 14-15 _ (%) 16-21 C%) 22-25 (%) enseranza SÎ 65 37 31 NO 35 63 69 PRE-ESCOLAR Total 100(43) 100(147) 100(91) SÎ 79 57 43 PUERICULTURA NO 21 43 57 Total 100(42) 100(150) 100(93) SÎ 60 31 20 SECRETARIADO No 40 69 80 Total 100(43) 100(146) 100(94) ENFERMERlA 51 67 41 31 No 33 59 69 Total 100(43) 100(149) 100(96) SERVicro Si 68 51 42 DOMESTICO No 32 49 58 Total 100(43) 100(146) 100(91) - 1456 - Cuadro n ” 179 AEN QUE CASOS CREES (JJE DEBERIA ADMITIRSE EL DIVORCIO? Edad 14-15 16-21 22-25 H) CD CD Cuando uiio de les dos quiere divorciarse por 34,8 46,1 50 Cuando ambos conyuges estan de acuerdo en divorciarse 25,5 29,4 33 En casos de incompat̂ bilidad conÿugal, siempre que no baya hiios 25,5 13,4 7 En ningûn caso 9,3 3,2 4 No së 4,6 7.6 6 Total 99,7 (43) 99,7(156) 100 (100) - 1457 - Cuadro n°180 iCOMO CALIFICÂRIAS EN GENERAL EL AMBIENTE DE TU CASA? Estado civil Casados CD Solteros CD Agradable 76 65 Pasable 9 15 Enrarecido 15 20 Total 100(33) 100C277) - 1458 - Cuadro n° 181 COMO SON LAS RELACIONES ENTRE TU Y TUS PADRES? Estado civil Casados CD Solteros (%) Me llevo muy bien con elles 62,5 38 Bien, aunque sin mucha confianza 25 43 Mal 9,3 17 No tengo ninguna relacion con elles 3,1 2 Total 59,9(32) 100(276) 1459 Cuadro n-182 Cuadro n° 183 FORMA DE VIVIR EN PAREJA QUE ELHGIRIAS TU 0 HAS ELEGIDO YA SI TE PIENSAS CASARO TE HAS CASADO POR LA IGLESIA iPOR QUE RAZON? Estado civil Estado civil Casados Solteros Casados Solteros Matrimonio religiose Matrimonio civil Libre uniôn No me plan­ tée una re- laciôn esta ble con na- die (%) 81 100 (32) (%) 45 20 19 16 100 (264) Creencia religiosa Costumbre No chocaf Valor vinculo (%) 27 48 3 22 100 (29) (%) 42 27 11 20 100 (169) - 1460 Cuadro n “ 184 &CUANTOS HIJOS TE GUSTA- RIA TENER?. Uno Dos Très Cuatro Los que vengan Ninguno -Estado civil Casados (%) 6,2 56,2 25 12,5 99,«(32) Solteros (%) 2,3 38.4 18.4 7,8 26,2 6.6 99,7(255) Cuadro n°185 6CUAL CONSIDERAS TU LA EDAD MEJOR PARA CASARTE 0 EMPEZAR A VIVIR EN PA REJA?. Antes de los 21 afîos De los 22 a los 25, De los 26 a los 30 Mas de los 30 Ninguna Estado civil Casados (%) Solteros (%) 16,6 56.6 26.6 0.1 99,9(30) 10,7 56 21,75 2 , 2 _ 8.2 .. 99,3(262) Cuadro 186 ACTITUP HACIA; 1461 Estado civil Casados CD Solteros CD EL DESTINO DE LA De acuerdo — 8,3 MUJER ES EL MA Indeciso 12 15,9 TRIMONIO Desacuerdo 88 . 75,6 Total 100(25) 99,8(251) LA MUJER DEBE Der acuerdo 8 17,8 ESTAR EN CASA Indeciso 36 21,1 CON SUS HIJOS Desacuerdo 56 61,1 Total 100(29) 100(251) DISCONFORMIDAD CON QUE TRABAJE FUERA DE CASA LA MUJER CASADA Y CON HIJOS 13 18 - 1462 Cuadro n° 187 iCUALFF DE LAS SIGUTENTES PROFESIONES TE PARECEN QUE DEBEN SER DESEMPERADAS POR MUJERES ESPECIFICAMENTE? Estado civil • Caî l̂ os Solteros (%') SERVICIO SÎ 56 51 DOMESTICO No 44 49 Total 100(27) 100(253) SÎ 63 54 PUERICULTURA No 37 46 Total 100(30) 100(2 55) SÎ 40 42 ENFERMERlA No 60 58 Total 100(30) 100(258) - 1463 - Cuadro n°188 ZEN QUE CASOS CREES QUE DEBERIA ADMITIRSE EL DIVORCIO? Estado civil Casados solteros CD CD Cuando uno de los dos quiere;... 46,8 45,6 Cuando ambos conyuges estân de acuerdo.... 40,6 28,8 En casos de incompatî- bilidad conyugal, siem ---- 14,6 pre que ho haya hiios En ningûn caso 3,1 4,5 No së 9,3 6,3 Total 99,8(32) 99,8(267) - 1464 - Cuadro n°189 iCOMO CALIFICARIAS EL AMBIENTE DE TU CASA?. Nivel socio-profesional Alto CD Medio CD Bàjo CD Agradable 68 64 66,4 Pasable mds bien frio 11 16 14,8 Enrarecido. Difîcil de soportar 21 20 18,8 Total 100(C37) 100(114) 100(153) - 1465 - Cuadro n" 190 ZCREES QUE TUS PADRES SE DIVIERTEN?. Status socio-profesional Alto Medio Bajo (%) CD CD Muchîsimo 42 32 35,5 Lo pasan bien pero no tienen muchas posibili^ dades 32 25 24,5 No les queda tièmpo pa ra divertirse 8 19 18,5 No saben divertirse 18 24 21,5 Total 100(38) 100(114) 100(158 1466 Cuadro n° 191 ZTE DIVIERTES CON TUS PADRES?. Status socio-profesîoaal Alto (D Medio CD Bajo CD Normalmente sî 38 36 39 Ocasionalmente sî 46 45 43 No 16 19 18 Total 100(37) 100(114) 100(158) 1467 - Cuadro n® 192 ZCOMO SON LAS RELACIONES ENTRE TU Y TUS PADRES?. Status socio-profesional Altô (%) Medio (%) Bajo Cl) Me entiendo muy bien con ellos 45 38 41 Bien, sin mucha con­ fianza 39 42 42 Relaciones de aguante Relaciones malas 16 18 14 No tengo ninguna rela ci6n con ellos 2 3 Total 100(38) 100(114) 100(158) - 1468 - Cuadro n ° 195 ZCÜALES HAN SIDO PARA TI LAS PUENTES DE INFORMACION SE­ XUAL MAS IMPORTANTES?. Status socio-profesional Alto Medio Bajo CD CD CD Padres 28 18 9 Amigos 36,8 50 43 Lecturas, revistas, cine 15,7 11 16 Profesores, maestros, charlas 5,2 7 8 Experiencia personal 5,2 10 23 Otras fuentes 9,1 4 1 Total 100(38) 100(106) 100(139) - 1469 - Cuadro n°194 ZQUIENES CREES TU QUE DEBEN TENER A SU CARGO ESTA INFORMA CION?. ̂ Status socio-profesional Alto Medio Bajo (I) CD CD Padres 92 84 86 Amigos 2 ,6 1 1 ,4 Lecturas, revistas, cine 2 .6 1 .8 -- Profesores, maestros, charlas 39,4 48,1 4 8 ,1 Experiencia personal 10 ,5 19 ,8 2 3 ,7 Otras 5 ,2 5 ,6 7 ,1 Pregunta multiple (38) (106) C139) - 1470 - Cuadro n ° 195 iOMO JUZGAS LA MANERA DE PENSAR DE TUS PADRES?. Status socio-profesional Alto Medio Bajo CD CD CD Bastantc abierta y "al dîa" 42 23 14 Anticuada, pero inten tan comprender lo que pasa 42 58 67 Anticuada e intransigente 13 9 12 No sê 3 10 7 Total 100(38) 100(114) 100(153) - 1471 - Cuadro n° 196 l A QUIEN ACUDES EN MOMENTOS DE CRISIS?. Nivel socio-profesional Alto Medio Bajo (I) (D (%) A jni padre 24 18 12 A mi madré 16 23 34 A mis hermanos 15 10 8 A algûn amigo 27 34 27 A algdn adulto de con­ fianza 12 4 A nadie 6 15 15 Total 100(37) 100(113) 100(146) 1472 - Caudro n® 197 ZQUE HACES CON EL DINERO QUE GANAS? Nivel socio-profesional Alto (I) Medio (%) Bajo (I) Lo doy întegro a mis padres 32 52 Doy la mayor parte a mis padres y me quedo el resto 18 21 Una pequena parte y me qiiedo el resto 25 18 12 Me lo quedo todo 75 32 15 Total 100(5) 100(38) 100(58) 1473 Cuadro n® 198 SI VIVES CON TUS PADRES, ZQUIEN CONTROLA EL DINERO DE LOS SUELDOS Y/0 PENSIONES QUE SE INGRESAN EN CASA?. Nivel socio-profesional ' Alto (D Medio (%) Bajo (D Mi padre, entregando a mi madré la cantidad justa para casa y propina 44,4 24,7 6,6 Mi madré, entregando al padre e hijos para sus gastos 8,3 34,6 57,1 Padre y madré a la vez 47,2 40,6 36,3 Total 99,9 99,9 100 1474 - Cuadro n° 199 SI VIVES CON TUS PADRES, ZQUTEN CONTROLA EL DINERO DE LOS SUELDOS y LAS PENSIONES QUE SE INGRESAN EN CASA? iCuâl es el nivel de estudios de tus padres? Primarios y E.G.B. CD F.P y me canogra- fia _ CD Estudios grado me dio CD Estudios superiores o universi tarios(t) El padre 14,3 13,3 50 34,2 La madré 46,2 46,6 20 23,7 Ambos 39,5 40 30 42,1 Total 100(210) 99,9(15) 100(10) 100(38) - 1475 - Cuadro n°200 iCUANDO SALES CON TUS AMIGOS 0 TU NOVIO/A A QUE HORA EXI^ GEN TUS PADRES QUE ESTES EN CASA?. Status socio-profesional Alto Medio Bajo CD (D CD A las 9 de la noche 9 9 22 Hasta las 10 38 29 29 EN LA Hasta las 11 11 9 9 SEMANA Hasta las 12 2 10 fiSrS® exigen una 41 52 30 Total : 99 100 100 A las 9 de la noche 11 1 11 FIN DE Hasta las 10 26 31 32 SEMANA Hasta las 11 6 9 9 Hasta las 12 3 1 2 No me exigen una hora determinada 54 58 48 Total 100(34) 100(108) 100(135) - 1476 - Caudro n° 201 ZREPRODUCIRIAS TU EL AMBIENTE 0 EL ESTILO DE FAMILIA QUE HAS CONOCIDO EN TU CASA?. Nivel socio-profesional Alto Medio Bajo C D C D C D Sî, totalmente 21,6 7,8 6,9 Sî, mejorando algunos aspectos 54 48,2 53,1 No 13,5 35 25,9 No sê 10,9 9 14,1 Total 100(37) 100(114) 100(158) 1477 - Cuadro n® 202 (PARA LOS QUE VIVEN EN EL HOGAR PATERNO 0 SIMILAR:) DE CA RA AL FUTURO, ZCUAL DE LAS SIGUIENTES ALTERNATIVAS TE SA- TISFACE MAS PARA TU VIDA AFECTIVO-SEXUAL?. Nivel socio-profesional Alto Medio Bajo (%) (%) C D Una relaciôn de pareja en matrimonio 62,1 37,8 37,4 pareja en plan prueba antes del matrimonio 5.4 17,1 14,3 Pareja mientras dure el amor 13,5 18 19,4 Vivir en grupo de mo'- mento hasta ver lo que Pasa__ . 2,7 1,0 - - * Vivir solo y tener re laciones afectivo-se- xuales conforme sur- ian 5,4 •6,3 4,3 Seguir viviendo con mis padres o familia -- 0,9 6,4 No së 10,8 18,9 16,5 Total 99,8(37) 100(111) 98,3(13! - 1478 - Cuadro n° 203 ZQUE FORMA DE VIVIR EN PAREJA ELEGIRIAS TU 0 UAS ELEGIDO YA?. Nivel socio-profesional Alto C D Medio C D Bajo C D Matrimonio religioso 70 44 48 Matrimonio civil 8 20 20 Libre uniôn 14 20 17 No me planteo una rela­ ciôn estable y permanen te. 8 16 15 Total 100(109) 100(38) 100(147) - 1479 - Cuadro n° 204 ^CONSIDERAS NECESARIO EL NOVIAZGO?. Nivel socio-profesional Alto (%) Medio (I) Bajo (%) Sî, como preparaciôn al matrimonio 28 - 18 26 SÎ, como forma de profim dlzar en el conocimiento mutuo 53 37 43 SÎ, porque solo formaii- zando la relaciôn se pue de salir de continue con un chico/a 4 2 No, se puede salir nor-- malmente con un chico/a sin tener que formai!-- zar la relacion 8 20 17 No, porque es mâs un rî to para los demas que pa ra tî y tu pareja 11 20 11 Total 100(36) 99(110) 99(145) 1480 - Cuadro n° ?nq aiAS TENIDO 0 TIENES ,NOVIO/A?. Nivel socio-profesional Alto Medio Bajo fn (%) fn He tenido novio/a pero ya no lo tengo 35 49,5 28 Tengo novio/a actual̂ mente 41 37 35 No he tenido ni tengo 24 13,5 37 Total 100(34) 100(105) 100(131) - 1481 - o rt3 U I t V i B Mt- W O *-) I—Iœ w0 13 tf) •» 0,*H fX'H U) pL pt, nJ «H r t i j ^ w J-i T-, nJ p rt 0) A (d +-" U w -=i'L o o & § UP MR..P cd P " o PL. U irt o ' 2 jf) &■"(« p rtII al \D o %o tsj to K> o 'd- rsi fM o iH uT o rH \o oo cri VO CM CTl O Td CM O f—1 VO to r~i 0» Td 00 CO o 1 fNl fM r4 CM o « T—I v2> OO CT» O o rH o rH 6? rH N tn nD O »o K> CM O r—' JO OO m t o o\ f O O r-f K J CM o rH 1 rH c Id P H-» > ,o H 0) o P p p cr « P> o (A «> 3 Vi Ç a s a a 2 - 1482 - Cuadro n° 207 iCUAL CONSIDERAS TU LA EDAD MEJOR PARA CASARTE 0 EMPEZAR A VIVIR EN PAREJA?. Nivel socio-profesional del padre Alto C%) Medio (%) Bajo (%) Antes de los 21 anos 10 14 De los 22 a los 25 43 54 61 De los 26 a los 30 48 19 18 MSs de 30 anos 5 1 Ninguna 9 12 5 Total 100(35) 100(108) 99(148) - 1483 - Cuadro 208 LAS MUJERES DEBEN ESTAR EN CASA CON SUS HIJOS Nivel socio-profesional Alto Medio Bajo X%) . (%) (%) De acuerdo 20 8 21 Indécises 20 25 20 En desacuerdo 60 67 59 Total 100(35) 100(105) 100(135) - 1484 Cuadro n° 209 nrSCONFORMIDAD CON QUE TRABAJE EUERA DE CASA LA MUJER CA SADA Y CON HIJOS Nivel socio-profesional Alto 26 Medio 11 Bajo 20 1485 - Cuadro n° 210 iQUE CONSIDERAS MAS IMPORTANTE PARA TU DESARROLLO PERSO NAL EN EL EUTURO?. Nivel socio-profesional Alto Medio Bajo (%) (î) (%) Realizar un trabajo que me satisfaga 66 59 72,4 Dedicarme al cuida- do y atenciôn de m-i familia exclusivamente 33 41 26,4 Ambos " " - 1,2 Total 100(36) 100(110) 100(155) - 1486 - Cuadro n° 211 EL HOMERE DEBE PROTEGER A LA MUJER Nivel socio-profesional Alto (%) Medio (%) Bajo (%) De acuerdo 47 38 47 Indeci sos 26 22 18 En desacuerdo 26 40 35 Total 100(34) 100(92) 100(139) - 1487 - Cuadro n ” 212 ES FUNDAMENTAL PARA EL HOMERE SENTIRSE RESPONDABLE DE UNA MUJER Y UNOS HIJOS Nivel socio-profesional Alto (%) Médio (%) Bdjô (%) De acuerdo 45 40 52 Indecisos • 27 33 24 En desacuerdo 27 27 24 Total 100(33) 100(106) 100(136) - 1488 - Cuadro n°213 6COMO JUZGAS LA MANERA DE PENSAR DE TUS PADRES? Actividad Estudiantes _ (ü Trabajadores y trabajado­ res que estu dian (%) Parados (%) Sus labo- res (1) Bastante abler ta y "al dîa" 26 19 12 20 Anticuada, pero intcntan comnren der lo que pasa 58 60 65 60 Anticuada intransigente 9 10 16 10 No sê 7 11 6 10 Total 100(125) 100(106) 99(49) 100(25) - 1489 - Cuadro n° 214 iCOMO CALIFICARIAS EN GENERAL EL AMBIENTE DE TU CASA?. Actividad Estudian­ tes _ m . trabajado­ res que e^ tudian 0) Trabajado­ res (%) Parados __ (%) _ Sus la res (%) Agradable. 67 62 71 53 69 Pasable, mâs bien frio. 18 4 11 16 15 Enrarecido. dnsonortable 15 34 18 31 16 Total 100 100 100 100 100 (125) . (26). (84) (49) (26) - 1490 - Cuadro n° 215 ZCUALES DE LAS SIGUIENTES AFIRMACTONES CREES TU QUE RIFLE- JAN MEJOR LAS RELACTONES ENTRE TU Y TUS PADRES?. Actividad Estudiante Trabajador Parado Sus lalores œ œ m co__ Muy buenas 36 39 38,7 61 Buenas pero sin inucha cOn- fianza 49 40 34,6 2/ Malas 13 19 20,4 f No bay rela- ci6n con ellôs 2 1 6,1 Total 100(124) 99(108) 99,8(49) 10((25) 1491 - Cuadro n° 216 OCREES QUE TUS PADRES SE DIVIERTEN? Actividad Estudian- Trabaja- Parados Sus tes dores labores ____________________Xi.)________m ________(%)._ (%) _ Si _ 33 43 37 29 No, no les queda 32 24 33 25 tiempo para diver tirse_____________ ' ■ ‘ ' ' ' ______ ' ' No, no saben di- 19 22 8 21 vertirse No sê .16 11 22 25 Total 100 100 100 100 __________ C118) (106) (48) C24) - 1492 - Cuadro n** 217 îTE DIVIERTES CON TUS PADRES?. Actividad Estudiantes . (%) Trabajadores ai. Parados (%) Sus labo­ res (%) Normalmente lo sue lo pasar bien con ellos 33 46 35 40 Lo suelo pasar bien con ellos ocasiona^ mente 52 30 50 40 No, no me divierto con mis padres 14 23 15 20 Total 99 99 100 100 (121) (106) (46) (25) 1493 - Cuadro n ” 218 iQUE ALTERNATIVAS TE SATISFACEN MAS PARA TU VIDA AFECTIVO- SEXUAL?. Actividad Fstudiante Trabaj ador Trabaj ador &i paro Sus labo que estu- resm (%) dia m m m 39," *4.3 41.6 44.6 54,5 en*pîafp?uebr®^® H ' ? 16,6 4,2 18,2 mienïra" du«^el "'S 15,7 33,3 27,6 4.5 amox________________________:____________ ______ ____________Vivir en grupo hasta ver lo que 1,6 ' — — — pasa __________ ' ' ■ • ' - ' ; ' Vivir solo y tener relaciones afectivo- 8,2 5,7 --- 2,1 4,5 sexuales conforme surjan________ ______ Seguir viviendo con padres, fam^ 1,6 2,8 8,3 8,5 4,5 liares. ■ -_ '____ - ■ ■ ' ' - . - No sé 18,8 12,8 --- 12,7 13,6 Tnfal 99,8 99,8 99,8 99,7 99,8 ̂ (122) (70) (24) (47) (22) 1494 - Cuadro n° 219 ;,QUn FORMA DE VIVIR EN PAREJA ELEGIRTAS TU 0 HAS BLEGIDO YA?. Actividad Estu­ diantes _________ Traba- j adores __ (Il _ Traba- j adores que estu dian fî) Parados (I.I_ Sus la bores (il Matrimonio religioso 47 54 44 35 72 Matrimonio civil 17 19 20 24 20 Libre Uniôn 22 13 20 24 No me planteo una relac ion estable con nadie 14 14 16 17 8 Total 100 100 100 100 100 C120) (78) __. (25) (46) (25) - 1495 - Cuadro n° 220 SI TE PIENSAS CASAR 0 TE HAS CASADO YA POR LA IGLESÏA, iPOR QUE RAZON? Actividad Estudiantes Trabaja- res m _ ___ m Trabajado­ res que e£ tudian Parados _ (%) Sus la­ res (%) Por mis creencias rêligiosas 47 32 43 48 26 Por la fuerza de la costum- bre 23 37 21 30 42 Por no chocar 10 12 22 7 — Por que estoy convencido del valor del vin­ culo formalizado 20 19 14 15 32 Total 100 100 100 100 100 (77) ■ C59l_ (14) . (27) (19) 1496 - Cuadro n°221 îHAS TENIDO 0 TIENES NOVIO/A?. Actividad Estudian tes ft) Trabaja- dores ft) Trabaja- dores que estudian ft) Parados ft) Sus libo- res ft) He tenido pero ya no lo tengo 20,3 31,4 41,6 34 26,6 Tengo novio actualmcnte 27,9 44,2 41,6 40,9 33,3 Ni he tenido ni tengo •51,8 24,4 16,8 25,1 40,1 Total 100(118) 100(70) 100(24) 100(44) 100(15) - 1497 - Cuadro n" 222 ^CONSIDERAS NECESARIO EL NOVIAZAGO? Actividad Estudiantes Trabajadores Parados Sus labores (%) (%) (%) (t) è i , conio prépara cièn al matrimo­ nio 23 21 19 43 si, como forma de profondizar en el conocimicnto mu-- tuo 38 46 47 43 Si, porque solo formalizando la r relaciôn se pue de salir con cFnco/a 3 2 4 Mb, se puede sa­ lit normalmente con un chico/a sin formaiizar 21 14 19 4 No, porque es mâs un rito para los demâs que para tî y tu pareia 15 16 11 9 Total 100(117) 100(104) 100(47) 99(23) - 1498 - Cuadro n° 223 ^CONSIDERAS NECESARIO EL N0VIAZG07 Nivel de estudios Primàriôs y secunda rios fl) Formacion profesio- nal ft) B.U.P y C.O.U ft) Superiores grado medio universita- rio. f t) Sî, como prepara- cion al matrimonio 32 16 14 ] 13 SÎ, como forma de profundizar en el conocimiento mu-- tuo 44 43 35 47 Sî, porque sôlo formaiizando unas relaciones se pue de salir con chico/a 1 7 1 7 No* se puede salir normalmente con un chico/a sin tener que formaiizar 11 23 27 13 No, Porque es mas un rito para los demâs que para tî y tu pareja 11 11 22 20 Total 99 (149) 100 (44) 99. (69) 100 (30 , - 1499 - Cuadro n° 224 iCUANTOS HIJOS TE GUSTARIA TENER? Actividad Estudian­ tes ff) Trabajadores (%) Parados ft) Sus labores ft) Uno 3 1 2 4 Dos ' 30 49 48 50 Très Cuatro 30 22 25 25 Los que vengan 30 22 18 21 Ninguno 7 6 7 Total 100(115) 100(102) 100(44) 100(24) - 1500 Cuadro n° 225 iClIAL CONSIDERAS TU LA EDAD MEJOR PARA CASARTE 0 EMPEZAl A VIVIR EN PAREJA?. . Actividad Estudi an tes fV) Trabajado res _____ Trabaj ado res que estudian (%) Parados __(!). Sus labo­ res __ (?)_.. Antes de los 21 12 10 8,3 4.3 21 De 22 a 25 51 62,8 50 58,6 51,3 De 26 a 30 22 20,5 29 30,4 f.3 Mâs de los 30 2,5 1.2 4.1 2.1 ---- Ninguna 1 12 5,1 8,3 4,3 4,1 Total 99,5' (118).... .. ' 99,6 (78).. . . . 99,7 (24) 99,7 (46J .. 9Î.7 (241__ - 1501 - .Cuadro n ”226 EL DESTINO DE LA MUJER ES EL MATRIMONIO Actividad Estudian­ tes (%-) Trabajado­ res (%) - Trabajado­ res que e£ tudian (%) Parados (%) Sus labo­ res (%) De acuerdo 8,3 7,4 9,7 8,6 Indecisos 20 8,9 8,6 17 17,3 En desacuerdo 72 83,7 91,4 73,3 73,9 Total 100,3 100 100 100 99,8 (120) (67) _(41)_ (23) - 1502 - Cuadro n°227 LAS MUJERES DEBEN ESTAR EN CASA CON SUS HIJOS Actividad Estudian tes (%) Trabajado­ res (%) . Trabaj ado­ res que e^ tudian (%) Parades (%) Sus labo­ res (%)_ DE acuerdo 16 17 5 19 32 Indeci SOS 25 23 18 12 36 En desacuerdo 59 60 77 69 32 Total 100 (118) 100 (70) _ 100 (22) 100 (43) 100 (22) - 1503 Cuadro n° 228 LOS HOMBRES NO ESTAN HECHOS PARA REALIZAR LOS TRABAJOS DE LA CASA Actividad Estudian­ tes m Trabajado Trabajado­ res res que eŝ tudian (%) _ m _ Parados (%) Sus labo­ res m De acuerdo 15 20 13 7 22 Indecisos 17 17 9 30 9 En desacuerdo 68 63 79 63 70 Total 100 (119) 100 (64) 101 (22) 100 (44) 101 (23) - 1504 - Cuadro n° DISCONFORMIDAD CON QUE TRABAJE FUERA DE CASA LA MUJER CASA- DA Y CON HIJOS Actividad (t) Estudiantes 20 Trabaj adores 15 Trabaj adores que estudian Parados 8 Sus labores 33 - 1505 - Cüadro n° 230 îQUE CONSIDERAS MAS IMPORTANTE PARA TU DESARROLLO PERSONAL EN EL FUTURO?. Actividad Estudian- tes (%) Trabajado­ res 5 ) Trabajado­ res que e£ tudian_ _ _ XI) Parados (%) Sus labo res (%)fteaïizar un trabajo que ‘ me satisfaga 77 71 84 75 40 Dedicarmc al euidado y aten ciôn de mi fa- milia exclusi. 21 28 16 23 60 Ambos 2 1 - - 2 Total 100 . (120) 100 (83) 100 (25) 100 (49) 100 (26) _ 1506 Cüadro N°231 DINOS SI LAS SIGUIENTES PROFESIONES TE PARECE QUE DEBEN SER DESEMPERADAS POR MUJERES ESPECIFICAMENTE: Actividad Estudian- tes _ (%) _ Trabajado­ res ... (%) trabajado Parados res que estudian (%) (%) Sus labo res (%) SERVICIO Sî 46 59 50 51 58 DOfESl’ICO No 54 41 50 49 42 Total 100 (120) 100 (69) 100 (29) 100 (41) 100 (29) PUERICÜL Sî 50 62 37 57 71 TURA No 50 38 63 43 29 Total 100 100 100 100 100 (122) (71) (24) (42) (24) - 1507 Cuadro n*232 ES FUNDAMENTAL PARA EL NOMBRE SENTIRSE RESPONSABLE DE UNA - MUJER Y UNOS HIJOS Actividad Estudtan­ tes _ (%) Trabajado­ res _________CD _ Trabajado­ res que e£ tudian (%) Parados _(D _ . Sus labo res (I) De acuerdo • 40 49 43 55 62 Indecisos 32 25 24 21 29 En desacuerdo 28 26 33 24 10 Total 100 100 100 100 100 018) _ (73) _C21) (42) __ _(ii) 1508 - Cuadro n ” 233 ES FUNDAMENTAL PARA EL NOMBRE SENTIRSE RESPONSABLE DE UNA MUJER Y UNOS HIJOS Nivel de: estudios alcanzado Estudios Formaciôn primarios profesio- y secunda nal riosfl) B.U.P C.O.U (D Técnicos, me dios y supe- riores (%) De acuerdo 53,5 55 33 32,5 Indecisos 28,4 23 30 32,2 En desacuerdo 18,1 22 37 35,3 Total 100 (137) 100 (44) 100 (67) 100 (28) - 1509 Cuadro n° 234 EL HOMERE DEBE PROTEGER A LA MUJER Actividad Estudian- tes _ ( D Trabajado­ res C D Trabaj* ado­ res que e£ tudian . (%) Parados (%) Sus l i bores (%) De acuerdo 47 42 19 45 61 Indeciso 20 18 24 20 9 En desacuerdo 33 40 57 35 30 Total 100 100 100 100 100 (117) (71) (21) (44) (23) - 1510 - Cuadro n° 235 NO CREO QUE SE PUEDE ESPERAR QUE LA MUJER TENGA LAS MISMAS OPORTUNIDADES DE TRABAJO QUE EL HOMBRE CUANDO TIENE CONDI- CIONAMIENTOS ESPECIFTCOS DE SU PROPIO SEXO. Actividad Estudian Trabaja tes dores(t) . CI) _ Trabaja dores que estudiarf 1 Parados ) (1) Sus Lahore;(1) De acuerdo 26 29 22 33 26 Indecisos 28 30 30 30 43 En desacuerdo 46 41 48 47 31 Total 100 100 100 100 100 (115) .(7Q) (23) (43) (23). - 1511- Cuadro n” 236 IVOR CUAL DE ESTAS TENDENCIAS POLITICAS TIENES MAS SIMPATIA? Nfimeros 777 7~ ___________________ absolutos ' ̂ Anarquismo (30) 9,61 Comunismo (17) 5,44 Izquier Socialismo marxista (26) 8,33 41,32 Socialismo no marxista (24) 7,69 Social democracia (32) 10,25 Libérales (18) 5,76 Democratas cristianos (6) 1,92 Centro ------------------- — -— — :---------- ̂‘ y Centrismo (4) 1,28 derecha — — :----------- — — — ------ — — (I) Conservadores (7) 2,24 13,12 Falangistas (2) 0,64 Ultraderecha (4) 1,28 Ninguna (122) 39,1 Ninguna No contestan (20) 6,41 (%) - '■■■■''________ 39.10 Total (312) 99,95 - 1512 - oMtJnJ 3U cd & ! ll c7 o crt to ■et CM O rH 00 o CM O OO O r4 CM CM rH rH O I—1 to CM rH Tt to to O I*'- rH o iH iH rH o rH VO to to t~. «0 Tt rH CO O CO vO VO O CM r4 CM rH 1—1 O rH Îh 00 OO |M r^ |-̂ 'd' VO Ot rH O f—\ CM O rH •- oT CM "ef CO to VO to VO rH ci 4*- Ot rH to cr> C p > cd o r- P in P »3 cd I rH \ -j -ri 1 p ■P O *H CP Cd, p p p D. P P P P C rH S'P c w o p c c >̂ *P to 3 P Cd 3 P p c 3 p O *3 rHe p cn M O rH p p p p p (0 P P rH -s 3 PCP p p 3 rH P P Cd cr cd é ri Oo. PC O* P P O p *4 P P P OOP o Svo P P 10 H o O P O 'H 'H P p rp o rH 0 3 p p p, o 4H rH K P E p p p c. c p o •ri P P 3 "H • ri D VH « o ••> E C .« in P U * o rH CO tH P O p P o 0 .0 3 P O P •ri P in > Z U hjO U 2 P 0"3 2 > e C - 1514 - o p u to wo § 0Cïi 1ti. -a < i wa p;2 I a I œ ïâ g I M g- to0 •-a1 rJ g Wto o H WP.< P to w 2 tnw 2 Wf-4 to2 wH•P< towI nCP M P U •HPVHrHO P . P V H P Pg* I OO r^ CM iH m VO r4 1-4 K) Tf VO lO rH rH en (O P(P P p ‘d • 3 g I! VO to e n Kl p ■p p u p ■«I U T J | g VO Tt A P U OV to en tv. OE p p ' rH rH O rH•H c p rH^en p pu *3envpE P OO P Ew E M Pp en ri •OC •H X 1 r-'P rH p «H P 00 O to en O -d-•H P P P -ri V—' to CM 1—1 O toP •H e *H O rH'-HU U POT O O O pP (O C M UO•HP O\H Ef—e M Po •H PP- P ri c- K> t-- to o m tn ri X CM CM CM o toP U P rH '•ri O PU V) ECp•3C OP EP p VO to en v> es O VO to en toP 3 H- "d- rH en rHP E V_rM op u p•3 6E1—{ pvp •H3 3U cr 1—1 CM O O c-vP ' tM lO CMp P rH CMo esp. <-a Prf-O3 1 t PO O VO 3 P P rH•H O •H -ri P P p PC* P 3 3 rH P PO O O 3 P. P OE H E 3 3 H•H bo •H rH P P 3 VOp -H P ri P E 'PP rH P > Æ O uP P P -H •rH o p pS kl S U r-I 2 p rH - 1516 - Cuadro n° 241 ÂQUE FORMA DE VIVIR EN PAREJA ELEGIRIAS TU 0 HAS ELEGIDO YA? 2En que tipo de colegio has estudiado? Privado religioso (%) Privado Laico _ (%) _ Estatal (%) Matrimonio religioso 47 • 35 50 Matrimonio civil 17 18 22 Libre uni6n 18 24 18 No me planteo una relaciôn estable y permanente 18 23 10 Total 100(135) 100(17) 100(131) - 1517 - Cuadro n°242 SI TE PIENSAS CASAR 0 TE HAS CASADO POR LA IGLESIA &POR QUE RAZON?. 2En quê tipo de colegio has estudiado? Privado religioso Privado laico Estatal _ (1) (%) CI) Por mis creencias religiosas 50 11 34 Por la fuerza de la costumbre 24 44 34 Por no chocar 10 11 10 Porque estoy conven cido del valor de un vînculo formalizado 16 35 22 Total 100 100 100 C9)(90) C90) - 1518 - 2 I g W % w*3 [UO g 11}Q ►Jtu Op. Pe s'I to bo hs'lli §1 o l • •cd'• *H lA «A u CJ p ■3 w w Ip I p ed b^ Tt 4» to O'2 . § p o VO VO rH U P •3 C f- VO OO en •S p iCdtn o cg to o o o o o oo oc o o o o 3 p ° 1519 - 4»•H- (M O U•o 5 P3 to OO *H t - j + j to R 8 d mi tu g o g•-Î o p< p 3VH P 3 & % P P| l î S3 g p p < tj x+3 OCM •§ 3 3 P n o p•HU p •3 C O ■3 kP3 u 3PP3 M Oo to oo oo en 00 3P H - 1520 - C u a d r o n ° 2 4 5 DISCONFORMIDAD CON QUE TRABAJE PUERA DE CASA LA MUJER CASA DA Y CON HIJOS Tendencia polîtica Ü 1 Anarquistas 13 Marxistas 9 Socialistas no marxistas _ y social democratas Centro y derecha 26 Sin ideologîa 20 - 1521 - VO'd O •333U g' tow m *-5 gCl, toI CL, towca mto g gQ MS- w a g I0►Htow1 tow w 8 to to § a o 3, P3 Ito W S CL § 1 aS-s p « I 3 2 3 8u 'f-t p «r» p « to g 1522 - o (h•333 U wDi1 2 5 W Ci0 H U g(O1 Pi iCL gtoWQ W S s toor) O ëto m S too s o CL 3VHP3 ,!to Ss § 8' P P 'Q 3 2 0 rH p "3 p •- 3 -H • 3 ' Ü g 3 3 ' t% § Ü u < S'S CMto t5? I Q O P•iH UP •3a 0"3 1OcdCAû> tS too oo to oo - 1523 - Cuadro n ” 248 NO CREO QUE SE PUEDA ESPERAR QUE LA MUJER TENGA LAS MISMAS OPORTUNIDADES DE TRABAJO QUE EL HOMBRE CUANDO TIENE CONDI_ CIONAMIENTOS ESPECIFICOS DE SU PROPIO SEXO Simpatîas polîticas Anarquistas Comunistas Socialistas Centro Indife-- socialis--* no marxis— y dere rentes tas marxi^ tas y soc id cha tas demôcratas m m m m m De acuerdo 24 18 30 12 33 Indeciso 10 37 20 41 33 En desacuerdo 66 45 50 47 34 Total 100 100 100 100 100 (29) (38) (54) (34) (103) - 1 5 2 4 - C u a d r o n ° 2 4 9 ES FUNDAMENTAL PARA EL HOMBRE EL SENTIRSE RESPONSABLE DE UNA MUJER Y DE SUS HIJOS. Simpatîas polîticas Anarquistas Socialistas no Centro y Indiferen- comunistas. marxistas derecha tes socialistas social-de- marxistas mocratas (%) (D (%) (%) De acuerdo 30 55 53 48 Indeciso 26 2 0 26 33 En desacuerdo 44 24 21 19 Total 1 0 0 99 1 0 0 1 0 0 (65) (54) (34) (104) - 1 5 2 5 C u a d r o n ° 2 5 0 ES FUNDAMENTAL PARA EL HOMBRE SENTIRSE RESPONSABLE DE UNA MUJER Y UNOS HIJOS Simpatîas polîticas Anarquistas O) Comunistasi Socialistas marxistas ____ CD De acuerdo 21 38 Indeciso 29 24 En desacuerdo 50 38 Total 100(28) 100(37) - 1526 - Cuadro n" 251 EL HOMBRE DEBE PROTEGER A LA MUJER Simpatîas polîticas Anarquistas. comunistas. Socialismo marxista y no marxista (D Social-de mocratas (%) Centro y derecha (%) Tnâîferentes (%) De acuerdo 34 43 44 54 Indeciso 11 . 20 23 23 En desacuerdo 55 37 33 23 Total 100(89) 100(30) 100(34) 100(107) - 1 5 2 7 - C u a d r o n ° 2 5 2 EL HOMBRE DEBE PROTEGER A LA MUJER Simpatîas polîticas Anarquistas ( D Cdmunistas, Socialistas marxis­ tas y no marxistas (%) De acuerdo 27 37 Indeciso 3 15 En desacuerdo 70 48 Total 100(29) 100(60) - 1528 Cuadro n ” 253 iCüANTOS HIJOS TE GUSTARIA TENER? Si te piensas casar o te has casado ya por la -- Iglesia ipor quê razôn? por mis encias glosas. (%) cre reir Por la fuer za de la costumbre. (%) Por no cho car. (%) Por que es-- toy convenci^ do del valor de un vîncu­ lo formaliza do. (%) - Uno 2,5 5,1 5,2 --- Dos 38,4 43,1 36,8 45,9 Très 23 20,6 36,8 16,2 Cuatro 8,9 3,4 5,2 10,8 Los que vengan 26,9 24,1 15,7 27 Ninguno -- 3,4 - - " " Total 99,7(78) 99,7(58) 99,7(19) 99,9(37) - 1529 - Cuadro n “ 254 ACTITUD HACIA: C D De acuerdo 63,8 UAY QUE CONCEBIR LA SEXUALIDAD Indeciso 13,1 FUNDAMENTALMENTE COMO GOCE Y COMU En, desacuerdo 12,5 NICACION ENTRE DOS PERSONAS No contestan 10,6 Total 100 De acuerdo 9,9 HAY QUE CONCEBIR LA SEXUALIDAD Indeciso 14,7 FUNDAMENTALMENTE COMO MED10 PARA En desacuerdo 61,8 TENER HIJOS. No contestan 13,4 Total 99,8 1530 rt T) Ç3oc_1 w edin nJ ttt AOT 4-> o m t) o k o u • o ® § s £ 5 3 " -W rO CO 10 Ta ca o u »H rt CO Q, O V O to CTl I a o to to to to i O oOfHtoo to CTl 'Ct an OOo> fH OO 00 o> Olo> to SrT ofH o 00 w I (6 O PL, U to oo 1531 Cuadro n° 255 iQUE OPINION TIENES DE LAS PERSONAS HOMOSEXUALES? Hi Son personas que tienen tendencia a ello porque estSn constituidas as! bioldgicamente 42,9 Es una inclinaciôn debida a circunstan- cias familiares, sociales, experiencias sexuales traumâticas con el otro sexo.etc 24,7 Son personas enfermas 17,3 Son personas viciosas 7,1 No contestan 8 Total 100 AGREES QUE LA HOMOSEXUALIDAD DEBERIA PROHIBIRSE? SÎ, porque es una aberraciôn 15,7 . No, porque es una pfâctica sexual tan llcita como cualquier otra. 66,0 No contestan 18,3 Total 100 1532 - Cuadro n ° 2 5 6 DE ESTAS FORMAS DE DESARROLLAR LA SEXUALIDAD, iCUALES SON LAS QUE TU PRACTICAS? (PUEDES RESPONDER VARIAS POSIBILIDA DES). (%) Relaciones sexuales complétas normalmente. 13,5 Relaciones sexuales complétas ocasionalmente 16,0 Relaciones sexuales incompletas habitualmente 8,0 Relaciones sexuales incompletas ocasionalmente 12,8 Relaciones homosexuales habitualmente 0,5 Relaciones homosexuales ocasionalmente 0,3 Masturbacidn habitualmente 4,1 Masturbaciôn ocasionalmente 13,8 Ninguna 15,7 Prefiero no responder 35,6 No contestan 2,2 1533 - Cuadro n'257 a g r e e s q u e l a MASTURBACION e s UNA PRACTICA COMUN ENTRE LOS JOVENES DE TU EDAD?. (%) Sî, como sustitutiva de otras , prâcticas sexuales mâs difîci * les de realizar. ' ' ' Sî, como una necesidad perso- « nal. No, porque hay muchos prejui- cios morales en cuanto a esta 3,2 prâctica........................... No, creo que no la necesitan , , o necesitamos. * No contestan 14,7 Total 99,9 Cuadro n®258 ACTITUD HACIA: - 1 5 3 4 - Ü I MUCHOS DE LOS PRO- De acuerdo 39,7 BLEMAS PSICOLOGICOS QUE TENEMOS SON CON Indeciso 28,8 SBCUENCIA DE QUE NO NOS DEJAN SER LIBRES En desacuerdo 19,2 SEXUALMENTE. No contestan 12,2 LA LIBHRTAD SEXUAL LLEVA AL CAOS. Total De acuerdo Indeciso Desacuerdo No contestan Total De acuerdo Total 99,9(312) ___ i___ 10,2 25,6 50,9 13,1 99,8(312) 22,4 ES IMPORTANTE QUE LA CHICA LLEGUE Indeciso 17,6 VIRGEN AL MATRI Desacuerdo 50,6 MONIO. No contestan 9,3 99,9(312) Cuadro n® 259 ACTITUD HACIA; - 1535 - - (1) De acuerdo 38,8 Indeciso 24,0 En desacuerdo 27,5 No contestan 9,6 ENCUENTRO NORMAL QUE UN CHICO Y UNA CHICA QUE SA LEN JUNTOS POR PRIMERA VEZ SE HAGAN EL AMOR SI ASI LO DESEAN. Total 99,9(312) VEO NORMAL QUE De acuerdo 61,5 UN CHICO Y UNA CHICA QUE SALEN Indeciso 17,6 i HABITUALMENTE JUNTOS, TENGAN En desacuerdo 11,5 RELACIONES SE­ XUALES. No contestan 9.3 Total 99,9(312) - 1536 - Cuadro n ° 2 6 2 ACOMO CONSIDERAS EL TIPO DE EDUCACION SEXUAL QUE HAS RECI BIDO?. Suficiente 25,6 Insuficiente 29,5 Adecuado 17,6 Perjudicial 1,3 No he recibido ninguna 22,0 No contestan. No s6 4,1 Total 100,1 - 1537 - Cuadro n° 263 AGREES QUE LA PRACTICA DE LA SEXUALIDAD ENTRE LOS JOVENES DE TU EDAD ES SATISFACTORIA EN GENERAL?. Ü i No, por que hay mucha represiôn 17,5 No del todo, pero va. 39,4 Perfectamente satisfactoria 4,8 No së 34,6 No contestan 3,5 Total 99,8 1 5 3 8 C u a d r o n ° 267 ACTITUDES HACIA: HAY QUE CONCEBIR LA SEXUALIDAD COMO GOCE Y COMUNICACION ENTRE DOS PERSONAS. Sexo Nombres C%) Mujeres (%) De acuerdo 74,6 68 Indecisos 13,4 15,9 En desacuerdo 12 16 Total 100(134) 99,9(144) HAY QUE CONCEBIR LA SEXUALIDAD FUNDAMENTALMENTE COM( PARA TENER HIJOS- 1 Sexo Nombres (%) Mujeres et) De acuerdo 12,5 10,5 Indecisos 19,7 14,8 En desacuerdo 67,7 74,6 Total 99,9(127) 99,9(142) - 1539 Cuadro n°26R iCUANTOS HIJOS TE GUSTARIA TENER? Sexo Nombres Mujeres (%) et) Uno 3,0 2,6 Dos 44,6 37,0 Très 14,4 23,4 Cuatro 5,3 8,4 Los que vengan 26,5 22,7 Nlnguno 6,1 5,8 Total 99,9 (132) 99,9(154) - 1 5 4 0 - C u a d r o n ‘ 2 6 9 îQUE OPINION TIENES DE LAS PERSONAS HOMOSEXUALES? Sexo nombres (%) Mujeres (t) _ Son personas que tienen tenden cia a ello porque estân constT tudidas asî biolôgicamente. 43 50 Es una inclinaciôn debida a cijr cunstancias familiares, sociales, experiencias sexuales traumâticas. 27 26 Son personas enfermas 21 16 Son personas viciosas 9 7 Total 100(136) 99(151) AGREES QUE LA HOMOSEXUALIDAD DEBERIA PROHIBIRSE? Sî, porque es una aberraciôn 24 14 No, porque es una prâctica sexual tan lîcita como 75 86 cualquier otra Total 99(123) 100(132) - 1541 - Cuadro n° 270 DE ESTAS FORMAS DE DESARROLLAR LA SEXUALIDAD, &CUALES SON LAS QUE TU PRACTICAS? Sexo Nombres Mujereset) (t) Relaciones sexuales complétas 38 22 Relaciones sexuales incompletas 25 19 Relaciones homosexuales Masturbaciôn 26 11 Ninguna 8 23 Prefiero no responder 38 35 Total(respuesta mûltiple) (146) (158) ANAS TENIDC RELACIONES SEXUALES COMPLETAS CON EL OTRO SEXÔ? Sî 59 36 No 41 64 Total 1 100(124) 100(138) - 1542 Cuadro n®271 AGREES QUE LA MASTURBACION ES UNA PRACTICA COMUN ENTRE LOS JOVENES DE TU EDAD? Sexo Nombres (t) Mujeres (%) Si, como sustitutiva de otras prâcticas sexuales mâs difîciles de reali­ zar. 51 38 Sî, como una necesidad personal. 35 34,5 No, porque hay muchos prejuicios morales en cuanto a esa prâctica 1 5,7 No, creo que no la ne­ cesitamos 13 21,8 Total 100(127) 100(139) - 1543 - Cuadro n ° 272 ACUAL ES EL SENTIMIENTO QUE LAJ>RACTICA DE LA SEXUALIDAD DES PIERTA EN TI MAS HABITUALMENTE? Sexo Nombres(%) Mujeres(%) Sentimientos positives 70 37,8 Sentimientos negatives 12,9 Ninguno 10 No së 23 38,6 Total 100(138) 99,3(140) - 1544 - Cuadro n° 7 7-ç Sexo Nombres (%) Mujeres (%) Muaos DE LOS PROBLHVIAS De acuerdo 51 40 PSICOIJQGICOS QUE TENE MOS SON CONSECUENCIA, Indeciso 31 35 EN CRAN PARTE, DE QUE NO NOS DEJAN SER LI­ En desacuerdo 18 25 BRES SEXUALMENTE. Total 100(132) 100(141) - 1545 - Cuadro 274 GRADO DE CONFIANZA ENTRE CHICO Y CHICA PARA QUE TENGAN RELACIONES SEXUALES Sexo % % Veo normal que un chîco de acuerdo 81 56 y una chica que salen - indeciso 11 27 habitualmente juntos -- tengan relaciones sexua les. “ en desa cuerdo 8 17 __ TOTAL,i lQQil351_100114Z1 _ No me parece bien que - de acuerdo 11.9 19.5 un chico y una chica indeciso 23.1 32.0 tengan relaciones sexua les mientras no sean no en desacuer do 65.0 48.5 Yios formales TOTAL : 100(134) 100(143) = = SS53BS3 = S Creo que las relaciones de acuerdo 7.5 25.8 sexuales deben mantener indeciso 16.5 14.5 i se solamente dentro del matrimonîo en desacuer do 76.0 59.. 7 ___ TOTAL- 100-11321-100X1511, - 1546 - Cuadron g 275 VIRGINIDAD MASCULINA Y FEMENINA; E INFORMAR AL PADRE SO­ BRE SALIDAS DE CHICAS. ' % % Sexo hombres mujeres Yo creo que es importan de acuerdo 20 29 te que la chica llegue --------------------------- virgen al matrimonio. indeciso 18 21 • en desacuer do 62 SO TOTAL 100(137) 100(145) Me parece igualmente im de acuerdo 17 20 portante que un chico - — llegue virgen al matri- indeciso 18 26 monio. ---- ------------------------ - en desacuer do 65 54 TOTAL : 100(135) 100(145) Las chicas de 14 a 18 - de acuerdo 20 26 anos deben informar a ------------- ------------- - sus padres donde van a indeciso 32 23 estar cuando salen con ------------------------------------------r- un chico en desacuer ' do ~ 48 SI TOTAL : 100(136) 100(143) - 1547 - Cuadro n** 276 ACOMO CONSIDERAS EL TIPO DE EDUCACION SEXUAL QUE HAS RE­ CIBIDO? Sexo Hombres (%) Mujeres (%) Suficiente 49 42 Insuficiente 25 38 Ninguna 26 20 Total 100(141) 100(157) - 1548 Cuadro n*277__ ADE LOS SIGUIENTES IMPBDIMENTOS SOCIALES, CON CUAL CHOCA MAS A MENUDO LA SEXUALIDAD?- Sexo Hombres CD Muj eres (%) El econômico 3 1 Falta de lugares aprooiados 18 2 Falta de medios anticoncep- tivos disponibles 8 12 Los tabûes sociales, el miedo al que dirân 25 19 Los tabuês morales, las ideas con las que nos ban educado que restringen su ejercicio 15 27 La familia 15 20 No sê 16 19 Total 100(143). 100(156) - 1549 - Cuadro n° 278 AQUE opinas de LAS MUJERES QUE SE DEDICAN A LA PROSTITU- CION? Sexo Hombres Mujeres CD (%) En muchos casos es la ûnica salida so­ cial que se ofrece para panarse la vida 45 40 La mayorîa de ellas lo hacen porque les gusta ese oficio 7 8 Son las principales victimas de un nego cio mafioso que bénéficia a unos cuantos 31 36 Otras 10 4 No sê 7 12 Total 100(144) 100(159) agrees QUE LOS JOVENES DE TU EDAD ACUDEN A LAS PROSTITÜ- TAS COMO REMEDIO A SUS CARENCIAS SEXUALES? Sî, normalmente ô 3 Sî, ocasionalmente 23 12 Sî, pero mâs con la idea de aprender a hacerlo que mantener relaciones constan.. 27 25 No ........ 21 19 No sê ...... ...... 22 41 Total 99(144) 100(154) ACREES que la PROSTITUCION DEBERIA PROHIBIRSE? Sî, porque es una aberraciôn, cual- Quiera que sean sus condicionami entos 10 25 Aunque pemiciosa, es un mal menor que debe ser permitido por la.... 24 14 Es un fenômeno normal y natural que debiera ser reeulado nor la autoridad 45 31 No sê 21 30 Total 100(143) 100(156) Cuadro n - 279 1 550 - Edad : Actitudes hacia: 14-15 16-21 22-25 Hay que concebir la sexualidad fundamental mente como goce y comu nicaciôn entre dos per sonas. de acuerdo 58 70 80 indeciso 23 15 9 en desa- _ cuerdo 19 15 11 Total 100(38) 100(148) 100 Hay que concebir la sexualidad fundamental mente como medio para tener hijos de acuerdo 18 14 3 indeciso 29 18 11 en desacuer do 53 68 86 Total 100(38) 100(147) 100(85) 1551 - Cuadro n- 280 AQUE OPINION TIENES DE LAS PERSONAS HOMOSEXUALES? Edad 14-15 16-21 22-25 Creo que fundamentaimente son personas que tienen tendencia a ello porque estan constitui^ das asî biolôgicamente 38 47 49 Creo que es una inclinaciôn - debida a circunstancias fami­ liares, sociales, experiencias sexuales traumâticas con el - otro sexo, etc. 24 26 30 Creo que son personas enfermas 26 20 13 Creo que son pesonas viciosas 12 7 7 100(42) 100(152) 99(94) ACREES QUE LA HOMOSEXUALIDAD DEBERIA PROHIBIRSE? 14-15 16-21 22-25 Sî, es una aberraciôn 31.5 17 16 No, es una prâctica sexual tan lîcita como otra cualquie ra 68.4 82 84 99.9(38) 99(137) 100(81) - 1552 - Cuadro n- 281 DE ESTAS FORMAS DE DESARROLLAR LA SEXUALIDADiCUALES SON LAS QUE TU PRACTICAS? Edad % 14-15 % 16-21 % 22-25 Relaciones sexuales complétas 7 23 51 R. sexuales incompletas 25 21 20 Relaciones homosexuales 2 1 - Masturbaciôn 9 17 16 Ninguna 20 2i 6 No contesta 48 37 30 (Respuesta mditiple) 1553 - Cuadro n- 282 agrees QUE LA MASTURBACION ES UNA PRACTICA COMUN ENTRE LOS JOVENES DE TU EDAD? Edad: 14-15 % 16-21 % 22-25 1 Sî, como sustitutiva de otras prâcticas sexuales mâd difîcî les de realizar 32 45 49 Sî, como una necesidad perso­ nal 41 38 28 No, porque hay muchos prejui­ cios morales en cuanto a esta prâctica 3 4 2 No, creo que no la necesitan o necesitamos 24 13 21 100 (37) 100(143) 100(87) Cuadro- ACTITUD HACIA: 1554 Edad 14-15 16-21 22-25 % % \ De acuerdo 26 45 54 Indeciso 58 32 23 En desa­ cuerdo 16 23 23 Muchos de los proble mas psicolôgicos que tenemos son conse - cuencias en gran par te de que no nos de- jan ser libres sexual̂ mente Total 100(38) 100(146)100(90) - 1555 - Cuadro n- 284 GRADO DE CONFIANZA ENTRE'CHICO Y CHICA PARA QUE TENGAN RELACIONES SEXUALES Edad: . 14-15 16-21 22-25 % % % Veo normal que un chi CO y una chica que sa len habitualmente jun tos tengan relaciones sexuales de acuerdo 46 68 76 Ihdeciso 37 19 12 En desacuer do 17 13 12 Total 100 (40)100(149)100(94) No me parece bien que un chico y una chica tengan relaciones sexuales raientras no sean novios formales De acuerdo 22.5 12.8 17.7 Indeciso 35.0 29.0 23.3 En desacuer do 42. 5 58.2 59.0 Total 100 (40) 100(148) 100(90) Creo que las relacio nes sexuales deben - mantenerse solamente dentro del matrimo - nio De acuerdo 30 16.3 13.0 Indeciso 22.5 14.3 15.0 En desacuer do 47. 5 69.4 72.0 Total 100 (40) 100(153) 100(92) Cuadro n- 285 - T556 - Edad K 14-15 16-21 % i 22-25 , % - Yo creo que es impor tante que la chica llegue virgen al matrimonio De acuerdo 42 22 21 Indeciso 28 21 13 En desac. 30 57 66 Total 100(43) 100(149) 100(92) Me parece igualmente importante que un chico llegue virgen al matrimonio De acuerdo 37 17 12 Indeciso 34 22 16 En desac. 29 61 72 Total 100(41) 100(149) 100(91) Las chicas de 14 a - 18 anos deben infor- mar a sus padres don de van a estar cuan- do salen con un chi­ co De acuerdo 34 17 30 Indeciso 24 25 31 En desac. 42 58 39 Total 100(41) 100(150) 100(89) - 1557 - Cuadro n- 286 iCOMO CONSIDERAS EL CIBIDO? TIPO DE EDUCACION SEXUAL QUE HAS RE Edad : 14^15 16^21 " 22*25 Suficiente 63 48 33 Insuficiente 26 32 34 Ninguna 11 20 33 100(43) 100(157) 100(99) - 1558 Cuadro n- 287 DÉ LOS SIGUIBNTES IMPEDIMENTOS MAS A MENUDO LA SEXUALIDAD? SOCIALES , iCON CUAL CHOCA • Edad : 14-15 % 16-21 % 22-25 % El econômico 2 1 4 Palta de lugares apropiados 7 9 11 Falta de medics anticoncep- tivos disponibles 12 10 11 Los tabûes sociales, el raiê do al que dirân 22 25 16 Los tabOes morales: las ideas con las que nos ban educado - que restringen su ejercicio 2 18 34 La familia 20 20 13 No së 35 17 11 ' 100(41) 100058) 100(101) - 1559 - Cuadro n- 288 îQUE OPINAS DE LAS MUJERES QUE SE DEDICAN À LA PROSTITU- CION? Edad 14-15 % 16-21 % 22-25 % Que en muchos casos es la un^ ca salida social que se les - ofrece para ganarse la vida. 34 46 40 La mayorîa de ellas lo hacen porque les gusta el oficio 11 6 7 Son las principales vîctimas de un negocio mafioso que bé­ néficia a unos cuantos a cos­ ta de ellas 25 35 35 Otras 9 5 10 No sê 21 8 8 100(44) 100(158) 100(102) CREES QUE LA PROSTITUCION DEBE PROHIBIRSE? SI, es una aberrâcion, cual-- quiera que sean sus condicio- namientos 27 18 13 Aunque perniciosa socialmente es un mal menor y debe ser -- permitida por la autoridad 18 20 18 Es un fenômeno normal y natural que debiera ser regulado por las autoridades 16 38 49 No sé 39 24 20 100(44) 100(157) 100(99) ÎLOS JOVENES DE TU EDAD ACUD£N A DIO A SUS CARENCIAS SEXUALES? LAS PROSTITUTAS COMO RENE Si, normalmente 7 5.1 3 Si, ocasionalmente 12 17.1 20 Sîjpero mas con la idea de -- aprender a hacerlo que de dese ar tener relaciones constantes con ellas 28 26.5 23 No 16 20.2 21 No së 37 31 .0 32 100(43) 99.9(158) 99(98) - 1560 - Cuadro n- 289 Estado casado % civil: solterol .De acuerdo 75 82.7 Indeciso 10.7 17.6 En desac. 14.3 0.7 Total 100(28) 101(251) De acuerdo 9 12 Indeciso 13 17 En desac. 78 71 Total 100(23) 100(247) Hay que concebir la se- xualidad fundamentalmen te como goce y comunica ciôn entre dos personas. Hay que concebir la se xualidad fundamentalmen- te como medio para te - ner hijos - 1561 - Cuadro n°290 iCUÀL ES EL SENTIMIENTO QUE LA PRACTICA DE LA SEXUALI DAD DESPIERTA EN TI MAS HABITUALMENTE? Estado civil Casado Soltero (%) (%) Miedo, ansiedad, anguŝ tia, depresiôn Sentimiento de culpabi lidad Satisfacciôn Insatisfac- ciôn Me répugna Interês Curio«sidad. 63 53 Desorientaciôn 7 t8 Ninguno 7 7 No sé 23 32 Total 100(30) 100(249) - 1562 - Cuadro n- 291 Estado civil: Casado Soltero % % Veo normal que un chico De acuerdo 76 77 y una chica que salen - --------------------------- habitualmente juntos Indeciso 13 20 tengan relaciones sexua g— -;------- ^ ---------- Total 99(30) 100(253) No me parece bien que De acuerdo 18.5 15.5 un chico y una chica -- --------------------------- tengan relaciones se- Indeciso 40.7 26.6 xuales mientras no sean --------------------------- novios formales En desac. 40.8 57.9 Total 100(27) 100(251) Creo que las relacio- De acuerdo 27.5 16.0 nes sexuales deben man- --------------------------- tenerse solamente dentro Indeciso 17.0 15.6 del matrimonio ---- ----------------------- En desac. 55.5 68.4 Total 100(29) 100(256) - 1563 Cuadro n- 292 Estado civil : casado % soltero % Yo creo que es importante que la chica llegue vir­ gen al matrimonio De acuerdo 19 25 Indeciso 26 19 En desac. 55 56 Total 100(27) 100(256) Me parece igualmente importante que un chi co llegue virgen al - matrimonio De acuerdo 11 19 Indeciso 30 21 En desac. 59 60 Total 100(27) 100(254) 1 564 Cuadro n- 295 6COMO CONSIDERAS EL TIPO DE EDUCACION SEXUAL QUE HAS RECIBIDO? Estado civil: Casado Soltero % % Adecuado, suficiente 22 48 Perjudicial e insuficiente 32 32 No he recibido ninguna 45 20 99(31) 100(268) Cuadro n- 294 - 1565 - Status socio-profesional Alto Medio Bajo % % % Hay que concebir la sexualidad como go­ ce entre dos perso­ nas y comunicaciôn de acuerdo 62.8 70 .7 73.7 Indeciso 11.4 14.5 16.0 En desac. 25.8 14.8 11.3 Total 100(35) 100(106) 100(137) Hay que concebir la sexualidad fundamen talmente como medio para tener hijos De acuerdo 18 8 12 Indeciso 3 18 20 En desac. 79 74 68 Total 100(34) 100(101) 100(134) 1566 Cuadro n- 295 îQUE OPINION TIENES DE LAS PERSONAS HOMOSEXUALES? Status socio-profesional Alto Medio Bajo % % % Personas que tienen tendencia a ello porque estân constitui das biolôgicamente asî 46 43 49 Es una inclinaciôn debida a - circunstancias familiares,so ciales, experiencias sexuales traumâticas con el otro sexo, etc 9 34 25 Son personas enfermas 37 18 15 Son personas viciosas 6 5 10 Total 98(35) 100(108) 99(143) iCREES QUE LA HOMOSEXUALIDAD DEBERIA PROHIBIRSE? Sî, porque es una aberraciôn 38 13 20 No, porque es una prâctica - sexual tan lîcita como otra cualquiera 62 87 80 Total 100(31) 100(95) 100(130) - 1567 Cuadro n°296 DE ESTAS FORMAS DE DESARROLLAR LA SEXUALIDAD, ZCUALES SON LAS QUE TU PRACTICAS? Status socio-profesional Alto (%y Medio (%) Bajo (%) Relaciones sexuales complétas normalmente 7,8 14 15 Relaciones sexuales complétas ocasionalmen . 10,5 21 15 Relaciones sexuales jinĵ çmpletas habituai- 2,6 6 10 Relaciones sexuales incompletas ocasion^l mente. 18,4 16 9 Relaciones sexuales horaosexuales habitual_ mente 1 1 Relaciones homosexua- les ocasionalmente. - - " 1 - • * Masturbaciôn habituai^ mente 3 5 5 Masturbaciôn ocasio­ nalmente 24 17 9 Ninguna 26 18 12 Prefiero no responder 29 31 41 Respuesta mûltiple Total 1 (38) (111) (154) â AS TENIDO 0 TIENES ' . REIACIONES CCMPLETAS Sî 31 47 63 CON EL OTRO SEXO?. No 69 53 36 Total 1^0(32) 100(98) 100(102) - 1568 - Cuadro n** 297 iCREES QUE LA MASTURBACION ES UNA PRACTICA COMUN ENTRE LOS JOVENES DE TU EDAD? Status socio-profesional^ Alto Medio Bajo m en f l ) Sî, como sustitutiva de otras prâcticas sexuales mâs difîciles 45,4 50 40 Sî como una necesidad personal 21 33 40 No, porque hay muchos prejuicios morales en cuanto a esta prâcti- ca 3 4 3 No, creo que no la ne cesitan o necesitamos. 30,6 13 17 Total 100(33) 100(100) 100(132) - 1569 - Cuadro n° 298 iCUAL ES EL SENTIMIENTO QUE LA PRACTICA DE LA SEXUALIDAD DESPIERTA EN TI MAS HABITUALMENTE? Status socio-profesional Alto (%) Medio (%) Bajo en Miedo, ansiedad, an gustia, depresiôn Sentimiento de cul- pabilidad Satisfacciôn Insatisfacciôn Me répugna Interês Curiosidad 44 61 55 Desorientaciên 4 7 11 Ninguno 18 6 6 No sê 34 26 28 Total 100(34) 100(103) 100(140) Cuadro n° 299 - 1570 - Status socio-profesional Alto m Mediô (%) Bajo (%) De acuerdo _2p:5_ 9,8 11,4 LA LIBERTAD SEXUAL Indeciso 14,2 28,4 13,7 LLEVA AL CAOS gg desacuer 65,3 61,8 74,9 Total 100 (35) 100 (102) 100 (131) Cuadro n “ 300 - 1571 - Status socio-profesional Alto Medio Bajo (V) (%) (%) MUCHOS DE LOS PROBLE De acuerdo 20 49 49 MAS PSICOLOGICOS QUE TENEMOS SON CONSECUEN Indeciso 23 29 39 CIA, EN GRAN PARTE,DE QUE NO NOS DEJAN SER En desa- cuerdo 57 22 1? LIBRES SEXUALMENTE Total 100 100 100 C3_5i_ fl03) (133) Cuadro n “ 301 - 1572 - Status socio-profesional Alto (%) Medio en Bajo (%) VEO NORMAL QUE UN CHICO Y UNA CHICA QUE SALEN HABITUALMENTE TENGAN RELACIONES SEXUALES De acuerdo 56 71 69 Indeciso 15 17 22 En desa- cuerdo 29 12 9 Total 100 (34) 100 (108) 100 (138) NO ME PARECE BIEN QUE De acuerdo 22,8 11,3 17 UN CHICO Y UNA CHICA Indeciso 25,7 31 26 TENGAN RELACIONES SE En desa- cuerdo 51,5 57,7 57 XUALES MIENTRAS NO SEAN NOVIOS Total 100 (35) 100 (1Q6) 100 (135) CREO QUE LAS RELACIO De acuerdo 29,7 11 17,3 NES SEXUALES DEBEN Indeciso 13,5 14,8 18,1 MANTENERSE SOLAMENTE En desa- cuerdo 56,8 74,2 64,6 DENTRO DEL MATRIMO_ Total lÔO 100 100 NIO. (37) (108) (138) Cuadro n® 302 - 1573 - Status socio-profesional Alto Medio Bajo (%) (%) (%) YO CREO QUE ES IMPOR De acuerdo 36 19 26 TANTE QUE LA CHICA LLEGUE VIRGEN AL MA_ Indeciso 22 18 20 TRIMONIO En desa- cuerdo 42 63 54 ME PARECE IGUALMEN Total 100 (36) 100 100 (108) (136) De acuerdo 29 17 17 TE IMPORTANTE QUE Indeciso 20 18 26 UN CHICO LLEGUE En desa- VIRGEN AL MATRIMO cuerdtf. 51 65 57 NIO. Total 100 100 100 _C35_) (108) (135) - 1574 - Cuadro n° 303 /COMO CONSIDERAS EL TIPO DE EDUCACION SEXUAL QUE HAS RECIBIDO? Status socio-profesional Alto Medio Bajo (%) (%) en Insuficiente y perjudicial 30 31 33 Adecuado y suficiente 57 45 42 No he recibido 13 24 25 ninguna Total 100(37) 100(111) 100(149) - 1575 Cuadro n*304 DE LOS SIGUIENTES IMPEDIMENTOS SOCIALES, iCON CUAL CHOCA MAS A MENUDO LA SEXUALIDAD? Status socio-profesional Alto Medio Bajo (%) (V) (%) 51 econômico .... — — — 2 2 Falta de lugares apropiados 11 7 11 Falta de medios anticonceptivos disponibles 8 11 11 Los tabûes morales, las ideas con las que nos ban educado restringen su ejercicio ' 27 22 20 Los tabûes sociales f el miedo al que dirôn 16 25 22 La familia 14 * 27 14 No sê 24 6 20 Total 100(37) 100(110) 100(151) 1576 - Cuadro n® 305 Nivel socio-profesional Alto (%) Medio (%) Bajo (%) âQUE OPINAS DE LAS MUJERES QUE SE DEDICAN A LA PROSTITUCION? Bi la tjnica salida que para ganarse la vida. 39 40 45 Lo hacen por que les gusta el oficio.,.. 32 40 29 Son las victimas de un negocio mafioso.... 5 5 9 Otras 13 8 5 No sê 11 7 12 Total 100(38) 100(110) 100(154) Sî, normalmente 8 4 5 iCREES QUE LOS JOVENES DE TU SI, ocasionalmente 8 16 20 EDAD ACUDEN A LAS PROSTITU­ Sî, pero para apren dér a hacerlo ... 18 28 26 TAS COMO REMB DIO A SUS CA­ No 29 27 13 RENCIAS SEXUA LES? No sé 37 25 36 Total 100 (38) 100(111) 100 (148) si, porque es una aberraciôn....iCREES QUE LA PROSTITUCION DEBERIA PRO­ HIBIRSE? 41 12 16 Debe ser permiti­ da por la autoridad... 16 17 19 Es un fenômeno natu ral y normal.... 27 43 37 No sê 16 28 28 Total 100 (37) 100 (108) 100 (153) - 1577 - n .•i-( 3 «H in mn) cTnd >—■^ 3 «=̂ at o6 O Tfrt |m +JV- t-. rH O (S|U o in r-l 'H Td lO t-- at rH3 V3 r“t 1—I 0» i-i ;■Min fl>W *J ÔTdH r—1o a> rtTJ 3 ♦J3 o u o4) in rt H3 •H iny u o T d t d 3 3 M 5 I'o XOS w to pq z OXw X o 1—1 z Ut i X o a CJ OS< wa w zw H MX X z t-O' < w X R s< w < #: cias familiares, sociales, experien... ' ' Son personas enfer 24 22 8 16 17 Son personas vicio 7 12 4 5 9 Total 100 100 100 100 100 (119) (75) (25) (44) (23) AGREES QUE LA HOMOSEXUALIDAD DEBERIA PROHIBIRSE?. Estudian- tes (%) Trabajado Trabajado parado res res que (%) estudian (%) (%) Sus la­ res (%) SÎ porque es una ab£ rraciôn 27,2 11,1 9,1 18,4 9,5 No porque es una pfac tica sexual 1icita co mo otra cualquiera. 72,7 87,3 90,9 81,6 90,4 -- - 1.5 --- - - - - — - - - Total 99,9 99,9 100 100 99,9 . _ Ciio) ..(63) (22). (38) (21) - 1 5 8 2 - •H > •H4->U< tn 4> M o 40 Cj o LTJ tn r4 ^ to to to Vt 3 w O •o «— C0 «» r4 V O to r-l C M V O (0 A ol • o d Rt m (0 •i-j d *H /— c0 c t *t3 «** rj- C M Æ 3 '— r-4 I— 1 K «1 W +J f-) (1) V) H <0 «al•r-i rt tf> t~ ' V O ca Ih C M rH U1 u o H n j d «a • H f— " d cn r - -tj- 3 ^ C M to +J V) n t ) m 4J o *3 (h o 3 T ) 3 d O u 4) U) rt 3 • H in O u 3 «a 0) • 3 * 3 to CM O to to O rH o K in o CM VO o , o O rH s Ô CM Ĉ O O in rH ? w O CM VO O N in rH oT rH rH O CM in O iH O •3 3 I—1 3 3 O U ♦-» in 3 O •H in E- u 3 3 »3 •3 d d w W H % g w 1 § ofütH < M > O 5 o o O' wo %w o oM H w sU % IH w < 1-4 p< E- H < oi O g uIH w S X % t-H u < - 1 5 8 3 - Cuadro n° 312 ACOMO CONSIDERAS EL TIPO DE EDUCACION QUE HAS RECIBIDO? Actividad Estudian Trabajado Trabajado Parado Sus la tes res res que res estudian : w _ (V) ...(%) m Suficiente y adecuado 62 24 46 46 Insuficiente y perjucidial 22 46 29 12 No he recibido ninguna 15 30 25 33 Total 99(124) 100(101) 100(48)100(24) - 1 5 8 4 - Cuadro n ” 313 DE LOS SIGUIBNTES IMPEDIMENTOS SOCIALES,âCON CUAL CHOOV MAS A MENUDO LA SEXUALIDAD? Actividad Éstudiàn tes . (%) Trabaja Trabafa res res que estudian (%) Parado _Q) Sus la res (%) El econômico 2 . 2 4 Falta de lugares apropiados 12 8 10 4 Falta de medios anticonceptivos disponibles 10 10 17 4 Los tabûes socia les, el miedo aT que dirân 25 23 19 8 Los tabûes mora­ les, las ideas con las que nos han edu cado restringen.... 17 22 19 42 La familia 16 18 23 i 17 No sê 18 16 12 21 Total 100 (121) 99 (105) 100 (48) 100 (24) - 1 5 8 5 - Cuadro n ” 3 1 4 AQÜE o p i n a s d e LAS MUJERES QUE SE DEDICAN A LA PROSTITUCION? Actividad Estudian Trabajado Trabajado Parado Sus la- tes res res que res estudian m (%) (%) m œQue en muchos casos es la ûnica salida social que se ofrece para ganarse la vida 44 46 44 38 28 La mayorîa de ellas lo ha- cen porque les gusta ese oficio 7 7 4 2 16 Son las principales vîcti- mas de un négocie mafioso que bénéficia a unos .... 33 17 36 45 40 Otras 8 5 12 4 4 No sê 8 25 4 11 12 Total 100 (124) 100 (81) 100 (25 ) 100 (47 ) 100 (25 ) _ ACREES QUE LA PROSTITUCION DEBERIA PROHIBIRSE? SÎ, porque es una aberra ciôn, cualquiera que sean sus condicionamientoS. 25,4 11.1 25 10 ,6 1 2 ,5 Aunque pemiciosa social- mente, es un mal mener y debe ser permitida por... 1 8 ,0 18 ,5 1 6 ,7 19,1 2 5 ,0 Es un fenômeno normal y natural que debiera ser regulado por las autori. 32 42 4 5 ,7 4 6 ,8 33,3 No sê 24 ,5 28,4 1 2 ,5 23 ,4 29,2 ■ Total 99,9 (122) _ 100 _ (81) 100 (24) 99,9 (47 ) 100 (24 ). - 1586 - O d 1 va d H 3 u en rH 3 to w PltrH 3 f~'rt H- o in oi IrH 3 P 43 v— OO rH en M B 3 •H O +-> bO 0 3 3 3 % P 3 r4 3 3 3 CM U in 3 3 d / - Pr O (M en 43 -ri V—' Ol Ol 3 •H d 3 1-4 3 •H > O •H •H > ê - d to 3 o in 3 X e / - T) •iH •• r t rH in o O vO . (M rH o 3 *3 + j‘d rH 6 -H 3.S k bo Z u O 3 «W M 1 « Ol 3 CM V3 Oin rH 3 W B 3 ex 3 •H V< . to M. O O .-0 ^ P O V— \o rH CM o +J o « rH 3 'H.g ^ dbî O *3 rH >H 3o 3 +-> "3 3 O k, O U (- 3 W 3 3 •H Wu O 3 3 3 nd •3 3 d d Q W o'Ortg < zl Wu eü-4 g get; o w eq a Zw a o oU pt. S l-H tnz o u OO oo rttn oo cnVO 3+-)o rH c n o rH rH r-. rH h - CM rH rH f - t o t o CM rH CM vO 00 O CM rH CM VO o nd Vi o 3 Td 3u O. O 3 tn ' 3 3 •H 3 o U 3 3 3 Td TJ 3 d d Q l-H w < z l orJ w *-* oo VOVO 3+J H Cuadro n° 317 - 1 5 8 8 ACTITUD HACIA: Si te piensas casar o te has casado por la Iglesia, Apor quê razôn? Por mis Por fuer Por no creencias za de la chocar religiosas costumbre Estoy con vencido del vinculo for malizado. (%) (%) (%) (%) CRBO QUE LAS De acuerdo nci Ar-TOMCC 32 13 . 11 24 SEXUALES DE BEN MANTENBI SE SOIAMENTE DENTRO DEL MATRIMONIO Indeciso 25 , 16 11 24 En desa- cuerdo. 43 70 78 52 Total 100(73) 99(53) 100(18) 100(38) Cuadro n ” 318 - 1589 Simpatîas polîticas Izquier da Social-de môcratas Centro- derecha Indiferen tes ( n (%) __ 0 )_ _ (%) HAY QUE CONGE BIR LA SEXUA- De acuer do 86 73 70 62 LIDAD FUNDAMEN TALMENTE CCMO GO Indeciso 7 15 12 19 CE Y COMÜNICACION ENTRE DOS PERSO NAS En desa- cuerdo 7 12 18 19 Total 100(72) 100(52) 100(33) 100(106) 1 5 9 0 - Ui3 U +->VH 1-Hoa +J3 6 cn to no3- OOno I'i Is _ VO 3 3 r-Hill CU -3 3 3 « tn oz < %o a oIH az wIH Q tnCXi tno o CSI Pito Pu 0 o VO- 0) Q o •d 4) o o- §; Va LOto M O s-f•» w *§ o •fi"" s g tS ^ (M CM VO t o OO O 1-4 o t o o> t o rj- O VO O M O r4 O r4 Oo to o t o O D4 O t-4 -§ O S) R) +J (2 •d - 1 6 1 0 - Cuadro n° 340 ^DE CUANTOS AMIGOS SE CONFORMA TU PANDILLA? Estado civil: Casados (D Solteros (%) De un amigo 2 De 2 a 4 amigos 30 21 De 5 a 8 amigos 13 32 (TENGO AMIGOS EN PANDILLA) (43) (55) TENGO AMIGOS PERO NO TENGO PANDILLA 57 45 Total 100(33) 100(240) - 1611 - Cuadro n°541 ZCUANTOS ANOS LLEVAS VIVTfNDO EN Estado ESTE MISMO BARRIO? civil Casados (%) Solteros (%)__ _ ... . Menos de un afio 1 De 1 a 3 afios 27 5 Mâs de très anos 55 51 Siempre 18 43 Total 100(33) 100(277) - 1 6 1 2 - C u a d r o n ° 5 4 2 LAS RELACIONES ENTRE TUS AMIGOS Y TU. Estado civil: Casados CD Solteros CD Nos entendemos muy bien y confiâmes nuestros problemas 52 55 Bien, con réserva personal de los problemas de uno o de varies del grupo 39 43 Solo voy con ellos porque no hay otros a mano 9 2 Total 100(32) 100(232) - 1613 - Cuadro n° 343 iPOR QUE RAZONES NO RENUNCIARIAS A TU AMIGO 0 AMIG0S7 Estado civil Casado Soltero (%) (%) Porque es (son) una per sona a la que puedes con fiar tus problemas y estâ festân) dispuestos a ayudarte 81 Por su sinçatia, capacidad de hacer lo que quiere (o quie- jq ren) sin pelear con nadie 10 estupendas de lo que podemos hacer en nuestro tiempo jun­ tos. Porque con êl (ellos) me -- atrevo a hacer cantioad de cosas que no harîa nunca por propia iniciatlva_________ ? 19 9 - Total 100(32) 100(232) - 1 6 1 4 - C u a d r o n ° 544 SI HAY ALGUIEN QUE LLEVA LA VOZ CANTANTE EN TU GRUPO, - iCOMO LO DEFINIRIAS? Estado civil Casado Soltero CD CD Autoritario 18 21 Con mucho sentido de humor. El mas popular. 46 29 Con personalidad. Con ideas claras 36 38 Un palizas - 12 Total 100(32) 100(232) - 1615 - Cuadro n*345 îA CUANTOS DE TUS AMIGOS JIO RENUNCIARIAS POR NINGUN MO- TIVO? Estado civil Casado ( D Soltero (%) A uno 9 25 A dos a cuatro 47 30 A ninguno 44 45 Total 100(32) 100(232) 1 6 1 6 Cuadro n- 346__ TIPO DE GRUPO DE AMIGOS: Nivel socio-profesional Alto (%) Medio (%) Bajo (%) Grupo no estructurado 49 50 37 Pandilla 51 50 63 Totales 100(37) 100(107) 100(144) 1617 Cuadro n-347 ORIGEN DE LA RELAC ION CON LOS AMIGOS Nivel socio-profesional Alto (%) Medio (%) Bajo (%) Colegio 79 59 41 Barrio 2 27 31 Otros 19 14 28 Total 100(37) 100(104) 100(143) - 1 6 1 8 - Cuadro n- 348 6COMO SON LAS RELACIONES ENTRE TUS AMIGOS Y TU? Actividad Estudiante Trabajador m (%) Parado Sus (%) labores (1) Muy bien 66,9 49 39,5 44,4 Bien 31,4 48 58,3 50 Solo voy con ellos porque no hay otros a mnnn 1,6 3 2 5,5 Totales 99,9(121)100(100) 99,8(48) 99,9(18) 1619 - Cuad r o n - 3 4 9 âDE CUANTOS AMIGOS/AS SE CONFORMA TU PANDILLA? Actividad. Estudiante Trabajador Parado Sus labores Uno amigo 2 • 4 — - - amiga 2 4 5 - ~ - 1620 - Cuadro n- 550 ___ &CUAL HA SIDO LA FORMA DB- CONOCER A TUS AMIGOS? Actividad. Estudiante Trabajador Parado Sus labores Por el colegio 79,8 30,7 35,4 43,4 o centro de es tudios.___________ ' ' _____ _ 15.3 ' 52,7 39,5 26,1 Por el trabajo 29,8 10,4 17,4 Por las disco 2,4 9,6 8,3 26,1 tecas. En bares o ca feterîas. 10,5 2,8 12,5 8,1 En el lugar de vacacio- 8,1 1,9 4,2 13,0 nés. En una Aso­ ciaciôn,'Sin 6,4 5,7 10,4 4,3 dicato o Partido Por amistad entre las 10,5 7,7 6,2 8,7 familias Otros 7,2 16,3 22,9 4,3 r ■ :____________ _ Respuesta mdltiple. - 1621 - Cua_drc It s 35JL iCUAL ES LA PROFESION DE TU PADRE? iBuscas trabajo? Alta. Dî Media. Em Baja. Obrero rector de empresa. Cuadro su perior.Pro fesiôn li­ rai. Empre- rio agrîco la. ta propia sin emplea- dos. m pleador in industrial dustrial o Subalterno y de comercio.personal de Cuadro me- servicios. dio, têcn^ Jornalero * co. Agricul^ agricole, tor por cuen m . Si, lo busco 100 89 75 Ya he desistido de hacerlo --- 11 7 Prefiero estar como estoy antes de meterme en tra bajos que no me ihtcresan 18 Total 100 100 100 - 1 6 2 2 - Cuadro r, ̂ 355 âQUE s i n d i c a t o CREES TU QUE EN ESTOS MOMENTOS ESTA REALI ZANDO UNA POLITICA SINDICAL MAS EFICAZ EN ZARAGOZA?. Actividad. Estudiante (%) Trabajador CD Parado (D Sus labo­ res . (D CNT 3 6 7 CCOO 9 19 5 8 UGT 3 7 10 USO 1 SU — : 8 No sê 85 67 78 84 Total 100 100 100 100 (32) (72) (42) (12) - 1 6 2 3 - Cuadro n° 356 AQUE TIPO DE TRABAJO REALIZAS?. (D Manual calificado 58 V Manual no calificado 13 J No manual calificado 19 No manual no calificado 10 Total 100(116) - 1624 - Cundro n ” 357 CATEGORIA PROFESIONAL DE LOS JOVENES TRABAJADORES (%) Aprendices, pinches 9,6 Peones 9,6 Oficiales de 3- 13,1 53,4 Oficiales de 2- 14,0 Oficlales de 1- 7 Subalternos 1,7 Ayudantes 18 Auxiliares 15 Oficiales administratives 5 Mandos intermedios 4 Jefes o directores 3 Total 100(114) 1625 - Cuadro n" 358 ZQUE TIPO DE TRABAJO TIENES? Jôvenes del Casco Viejo Zaragoza, 1981. C D Jôvenes de Zaragoza, 1981 (D Jôvenes E^ paRoles, 1977 (D Manual no califi­ cado 13 13 4 8 43 gg Manual calificado 58 35 15 No manual no cali ficado. 10 3 18 No manual califi­ cado. 19 49 23 Total 100 100 99 - 1626 - Cuadro n° 339__ îQUE CATEGORIA PROFESIONAL TIENES? Jôvenes del Casco Viejo, Zaragoza, 1980-81. (%) Jôvenes de Zaragoza 1980-81 (%) Jôvenes Es - panoles, 1977 ( D Aprendiz, pinche 9,6 13 21 Peôn 9,6 7 12 Oficial 3- 13,1 10 11 Oficial 2- 14 10 6 Oficial 1- 7 8 1 Botones 1 Subalterno 1,7 2 3 Ayudante 18 17 11 i Oficial administrative 5 7 3 Auxiliar 15 17 18 Mandos intermedios 4 7 i 12 Jefes 0 directores 3 3 Total 100 101 99 - 1627 - Cuadro 11" 360 iA QUE EDAD COMENZASTE A TRABAJAR?. Edad. 14-15C D 16-21C%) 22-25C D Antes de los 14 afios 33 7 13 Entre los 14 y los 15 afios. 66 65 38 Entre los 16 y los 21 afios. - 28 27 Mâs de los 22 afios. 22 Total 99(3) 100(60) 100(60) 1628 - Cuadro n” 361 NIVEL SOCIO-PROFESIONAL DEL PADRE lA que edad comenzaste a trabajar?. Antes de 14 anos. Ci) Entre l4 y 15 afios CD Entre 16 y 21 afios CD Mâs de 22 afios CD Alto: Director de empresa; cuadro superior; profe- siôn liberal, era presario agrîco- la. 8 6 15 Medio: Empleador industrial o de comercio; traba- .g jador por cuenta propia; empleado administrative; agricultor. 32 47 62 Bajo:Obrero indus trial; subalterno y personal de ser vicios; jornalero agrîcola. 77 68 47 23 Total .100(13) 100(63) 100(34) 100(13) - 1629 - Cuadro n 363 ÎQUÉ CATEGORIA PROFESIONAL TIENES?. lA qué edad empezaste a trabajar?. Antes de los 14. (%) Entre l4 y 15. (i) Entre 16 ^ C D ... Mas de 22. 0 ) .. Aprendiz, pinche 11 7 8 Peôn 27 7 6 8 Oficial de 3- 18 12 17 a Oficial de 2 18 13 10 15 Oficial de 1- 9 12 3 Subalterno 4 - Ayudante 9 21 17 23 Auxiliar 9 13 23 23 Oficial administrative -- • 10 15 Mandos intermedios 2 7 8 Jefes , directores 9 5 — Total 99(11) 100(56) 100(30) 100(13) - 1 6 3 0 - M 9> fto o d"W o->W O lO o ' to 1 or4 d) 'H M: 'd d)|w e to O f-i » •—'■d d> cn «*> o 1 o 1 O pj 4J o ' tvj 1 oo 1 O rt FÎ-H 1-4 S-H-d \ f-l 1 • CM nt tH 10 o fM •H rt *H , tH 'H d *t4 cff* d- to to O•H U *H -M yo M. 1—t O ĉ« «•H e d d ‘W ’d H r4 OT < o d ■!->d) 3 CM ■M ^ • o-vt—1 1—1 d m r4 r- o ddi to•H CNJ A u di «» d" to r4 CM o■H *r4 oo iH o«J 4-ldl 1-4 O M >sfHO• MCw. o> NW ♦-» •H • O W Rj d d) CM % U d X • «->M d) u d *'*' in to O OW \0 Ki d d to d" CM O H 3 d,'H d) 1-4 O' < pup.O -a O *-) •d < d pq O u<£ •d •H •h | s d m dH O •H •H u•H iH i—t M M-i d d o 1-4\o O ■H u o d dto 1—1 P O d o iH T—t OC FL, u c d d o HM d d'do H 1—t 1—4 d d dd d d • d unj W d d B O E "H(d O d d -d 44 3 O' d d o d O -HO •'3 % S % u % r-t - 1631 - o •dd3U IM O I § tnI o> •Md IfH d3w d(UE V) d gbO O ■M tg 3CJ 0) o TJ o 1 o o f \ o d o o f-4 w • ■M d f-4 ^ td o O. s O' 1-4 to f-4'-' W d- t o f-4o o> o o *—'u o • en® 1 en oo d- en O CM ■M • O t-v 1 vo 1-4 O CM d o d" 1-4 W to ' O r4 o (U O o r— oo P O oo f-4 00 to O to +4 •o ' oo O d o to f-4 W CM ' o 1-4o Q) O o !--1 P O o o o O O O ■M •o ̂ fM 1-4 vO 1-4 O f-4 d toCM f-4'-̂ w r-4 ' o 1-4d)O O o <—> M O • »® 1 to d- (M r4 O en *4 • to to CM f-4 o ' d o 1-4 f-4 W r4 0> d O « o o O o O O O O o o VJ t_- \o r4 1-4 f-4 f-4 o f-4 d • d f-4 t—' o o ■M Sr-4 p. tn w d d P Pu 3 P f-4 o tr X d 4̂ 00 P P P Py£> O O O d- P P. d p. V) H X d to d 0> oo -H oo P d d- d «J O d P d P 43 w P d d bo d o P d •H o d +-> p w r4 w bop d o WJ 43 td d S w d S o S 43 O d < § g P ) M % W e n v o O t o < o d n t-q o P « d < d H 3 (/) u M d ■gPp Pd oP.• HP tP & 1632 - Oddo C Md - H dd M4 «—\3 * H «» ( M oo Od d'-' d- m Od d de u o o% d od dd d en3 U 1— id ’ H /— w - 1633 - Cuadro n° 370 SI PUDIERAS ELEGIR ACTUALMENTE, iQUE TRABAJO ELIGIRIAS?. Lugar de procedencia del joven. He nacido aqui Emigre con mis padres. « ) _________________m ____ __ El mismo que tengo 37 29 Promociôn en el sitio donde estoy, 21 29 Cambiar de ompresa n ^, o sitio de trabajo. Realizar otro oficio 14 23 Me irîa al extranje- 2 Total 100(74) 100(31) 1634 - Cuadro n'" SI PUDIERAS ELEGIR ACTUALMENTE, îQUE TRABAJO ELEGIRIAS? Procedencia de los padres. De Zaragoza capital (%) De fuera de Zaragoza. (%) El mismo que tengo 37 35 Promociôn en el sî tio donde estoy 32 21 Cambiar de empresa o sitio de trabajo 10 16 Realizar otro ofi­ cio. 21 16 Me irîa al extran- jero. 12 Total 100(19) 100(89) - 1 6 3 5 - o rt3u I w 3P, eoOH B § P)i< wo g c/20 W _] 1 00 § s o0n ; 1 I oool-J i w r-4 «HI VO d m /~v 3 *H «o h- O to O d rH ' 1—t LCl to o d d « r4 6 0 0 d o o d % d O o t-4 d d d VO 3 0/-V d *H Cf® o PJ t~- O d 44 ^ LD to rH O 6 -H r4 rH c- O d w Z U p dp •H oP o d d d O O u rHV— / d d 44 «#® O o O O 43 3 *H ^ Tf CM Tt" O d d rH rH P d d p S O P d o d| f— \ p. u o CM •H d to P 1-4 d »—-V d u ** rH l“4 OO O tP 3 *H w to CM O 3 d44 rH O' d iH s r4 tn o p UJ rH o B*O p 6 rH P 1-4 P d rH P. P P. 6 in O8 P o t- p *r4vt P d o d 3 d > . d d dM PL) PU 1 6 3 6 - o .gnj 3 41i I 41W[X. §et, 0 u1 M B d p w w o'.® d P P d p o o N rH O O P > Pu V) p d d<0 Od'H u P. P P. o •iH P W) 1 P ►H 1 P w B d >H P Rj P U d d V) rH tn O P P O P p R) Pi d p. -g • P P dh^ d d| P o to X P 43 p. d P d W VH to to d P 1—' 3 O O d P O p d d d rH o H fd d d p P Pu d H p d d to p B P d p 3 P d O o P C3 cTd rH o p ’r~ p «n ri 1—f o p d|P R) d d p, P in •p d P u P.-H d >-> d O MO to B 43 P 3 p P o dcr d P P.43 o p cf® p B P d p ' p P P 3 d o o rH «H p d o o. 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cr d P cr U d o X o 43 d d 3 d d d d A d p p VI d d VI H A d P t—t P 3 d *3 VI 3 • H O 43 X d* p d P «V 3 P > tn E- 0.43 3 W > 3 w d < P cr d d cr d p A B P u '3 p» +j d d P d •H p 3 d O 3 d o d P A d A d 3 > p d w p d 3 L-> VI tp < E - H A o* d bo bfi bi o VI A • H tn •H VI d H VI d VI p U d o 3 w P X P P XP'H P < A 43 P B W P o w p d A o z - 1640 op3d3U COM [gOpL, to0d 1 to M MO g I tfld d4Jd P+J dV)V PI O3 O P. •HP 33 c r tS d i o l I 3 643 3 -H • U •rr» '- ' d u o ! , d ov® to to LO o f—. P p -H .H P ; C l C l C l o H H p B d o ^ d ^ d l • d l p p P4 > o d 3 d '—' d e P . bo »" c - c - A o /~v P o B d O vo d 1—4 1 o A (-H u p 3 4 Ï d t—’ d l • d o p 1 p P d •1—1 3 o 'H d p d u P w p o » —'43 p d tn «*® o o O d p d p P ' to to O C l P o d *H B p d ^ E-, p p p p p d l 1 t «H o P 1 1 o d ■ d 3 O B 3 P d U P P p O ov® o O r-1 43 P d tn O O d d p d p p d d '-H P o d •H d P p . P P P P P P d d tn d p d / —> p •H o® 03 OO oo O d P B C l to C l O C l B d d ' W tp d d d O d tn 3 P p d d o r—V p î> d -H o'® to c - vO LO c - O fJ- P ^ H O bO v—' d" C l r -4 O T t B P O P d t—' w P d P d i d d d d •ri d tn 3 p p p /—> p d o d o «<® c . d r - o LO O en p > 'H 3 -H to d tn d o d P - H u B u d ' —' E p d d w p p O P d 1 1 1 tn P tn p 3 P W • P 3 o «® to - to c> c . O y—\ p p p d 3 to to f-i d B 3 P P d d t—' W cr P 3 P t n lP d •H to o p «ri *H ' •ri O d «r® o O O O r-N B d 43 rvi T f O LO 3 P A d ^ < W P m p d | • A P 3 p P l o l B u d w to *H tn •ri d T ) o 1—1 P - » O O r r i •ri « d p • d u d d 3 tn P « d tn u tri r P P o- • p p r i •p O B p tn A p U d 3 • o O • P O P d p tn r i •H w p 3 O bO-ri • o pp b t d 3 O P P •ri p d o 3 P P d P A 3 p B d d 3 3 d p • 3 3 •H u P d bO u P tn A d p tn P - H 3 P P p P d tn P O P A to Z u B m d W X - 1641 - op3rt3U i MA OP I o ‘H| c I^ •r-i 6 ' p *1) d o O P rc X 3 ‘H O ™ «*® O o 1 1 O d i-t p ' tn 1 o Tf P p -H Q d d td p p O P ^ P o Bl d r-% p d bO r—\ d 3 0 e® o o o O o r-k 43 O d 43 CM CM fM H- O m d B P 1—t '—' P o d p H u P 3 r*|O S' - • d 1—* 3 d B P f~> d tj d p p o «r® o O o f—\ 43 p d tn t-- tn m o fM d P o p P P d td P o P H d p E-u p p tn p p Ph ' ol o P - p tn r-k ■d 3 d d P o» 1 1 d tj d p p t-H 1 i t • rO p d p * t 1 d p o p d p o p E o d P" p p P 3 p P d d tn -H .—' p d Cf® oo m A d O en p d tn d fM o d P. B d 'd E d W tp d d d O d c* tn 3 p /—k tn p d d o «»® o CM o CM d P > d kp t—' t- d d O P- p d u bo d td d B P o P 43 W p d p d P d 1 d p d d d "H d /—' tn 3 P P p «® to A a% fM O fk- d p d o d o tn «M d O d tn P î> 'H 3 d d 'd p P d t> B O P B P d d e W P 3 o p p d 1 1 p tn p tn r—k 3 P 3 P W w® tn o C- O f-k P 3 o tn tn d O Ao p p 3 d 3 d tdP 6 3 P P d •H W cr P 3 P P tp tnlp d 3 •H tO U /—kcr P d kiH «® o o O /— k d U d A d- O tn P E d 43 d tdw 3 Pt3 < P P O3 d| d|d tp tp dU d •ri u •H 1—f dtp d d od o o pd 1—td o d d • d o p d d O P 3 33 O d d P P d d d d • d • d o 3 3 o E o B d P P 3 3 tp d d d o d o dS S u Z U Z d - 1642 Cuadro n° 590 ZEN QUE TIPO DE EMPRESA TRABAJAS?. Residencia Polîgono 1 Centro (%) Poligono 2 San Pablo (%) _ Poligono 6 Magdalena : 1%) Admit! is traciôn pûblica 11 2 Empresa que de pende del Esta do. 5 7 -- ■ Empresa privada nacional o mul̂ tinacional. 22 16 8 Empresa privada local o régional 32 37 77 Trabajo por cuenta propia empleando per sonalT 2 — Trabajo por cuenta propia sin emplear personal •2. 7 Trabajo como empleada de hogar. 3 9 — Trabajo en do­ micilie por cuenta propia 3 3 8 Empresa famĵ liar. 24 23 Total 100(37) 101(57) 100(13) 1643 CTl to op3d3U to 03M 3WI w S' I PSdAW3 I (dg: dI 4) 3 O P•ri PVD 3 c r tS Pid S.S'.SS d O O u r-k A 3 "H d d d pAS 323 % S L & d 3 0 o O d X d e a> P o d o H u P 3 d a d ft ft O e o d d c3 p V) o o p d w «® d P P d d e oH p p p«u p I O dg S ’S g p d V) «V® d fl> P d *H d 41 P P P P P _ P d d tn d fl> d II d d o d w 3 P d d P d o bo e p O o W p d p d d d w 3 p 4) d o P > d BP d W P P d I I V) 4> tn 4) 3 4) M P 3 O P 4> P d 3 B 3 4) 4) d W O' P 3 P wip d HVO u P d d 'rt O d < P P o LO o o 00 t o to t o o 4) s- i E S) W p oo t o t o t o o A p Pi 4) O 3 p A O X d d O U P P o d tn B W 4> o p d 4J P 4> 3 o A d|d( tn 43 4) d 3 O p p p d d in 4) d 42 3 •2 ^§&° U 42 P H O to to t o to o p po Î3 .N O d »H d u d »ri 42 CM OS O OlCM 1:: d P P S d o o A O OO Ort o o A d O at at o o dpoE-t 1644 Cuadro n" 397 MEDIO DE HALLAR EL TRABAJO ACTUAL (%) Trabajaba allî algûn familiar 23,6 1 Mi familia y/o yc conocîamos a alguien que trabajaba allî. 9,1 [■ i., 1 Por amistades que me recomen daron bien. 20,0 ,1 Por cuenta propia 20,9 Por oposiciôn . 7,2 Por las oficinas de empleo 3,6 Por anuncio en el periodico 6,3 Por anuncios en el lugar de trabajo, tiendas del vecindario, etc. 4,5 Por el centro en cl que estudiaba 3,6 No contesta 0,9 Total 99,7 - 1645 - Cuadro n- 303 (A LOS QUE ÎÏAN TENIDO OTROS EMPLEOS ANTES DEL ACTUAL),- ZEN CUANTOS EMPLEOS DIFERENTES HAS TRABAJADO?. ZCômo encontraste el trabajo que tienes ahora?. Por mi fa milia _ (%) \ Por ami£ tades _ _(%) Por mi cuenta propia (%) Por el cen­ tro de estu dios. (%) En un empleo 30 35 52 33 En dos empleos 35 35 24 67 En varies em­ pleos 35 30 24 -- Total 100(17) 100(17) 100(21) 100(3) - 1 6 4 6 - C u a d r o n ° 3 99 ZCOMO ENCONTRASTE EL TRABAJO QUE TIENES AHORA? ZCuâl es la posiciôn de tu-padre?. Nivel alto: Nivel mediq: Nivel bajo; Director de Empleador in Obrero indus- empresa; cua dustrial o trial, subalter dro superior; de comercio no y personal profesiôn lî cuadro mediOfde servicios; - beral; empre técnicos; em jornalero agrî- sario agrîco pleado admi- cola, la nistrativo; agricultor por cuenta propia sin empleados. m (il ü l Por la fam^ lia o amis­ tades . 100 • 55 49 Por mi cuen ta 43 46 Por el centro donde estudia ba y otros me dios 2 5 Total ' 100(4) 100(42) 100(63) - 1647 - Cuadro n- 400 ZCOMO ENCONTRASTE EL TRABAJO QUE TIENES AHORA? ZQuê catégorie profesional tienes? Apren- Oficial diz, tercera pinche, segunda peôn primera (%y (%) Subal­ terne (%) Auxi- liar (%) Mandes inter- medios _ ( %} Jefe, direc ter. Por la familia o amistades 65 43 41 61 50 100 Por mi cuenta 35 51 55 35 50 Por el centro donde estudia ba o otros mê dios. 6 4 4 Total 100 100 100 100 100 100 (17) (35) (22) (23) (4) (3) - 1648 - Cuadro n- 407 ZQUE CATEGORIA PROFESIONAL TIENES? Sexo Membres (%) Mujeres (%) Membres (%) Mujeres (%) Aprendiz, pinche 12 4 24 10 Peôn 12 6 Oficial tercera 15 10 Oficial segunda 19 6 Oficial primera 11 4 45 20 Subalterne - 4 12 30 Ayudante 12 26 Auxiliar 4 30 8 36 Oficial administrative 4 6 Mandes in- termedios 8 ,8 Jefe, di­ rector. 3 4 3 4 Total 100(67) 100(50) 100(67) 100(50) - 1649 - Cuadro n-408 iEN QUE TIPO DE EMPRESA TRABAJAS? Seko Membres (V) Mujeres (%) Administraciôn pûblica 3 6 Empresa que dependa del Estado 5 6 Empresa privada nacio­ nal o multinacional 19 16 Empresa privada local 0 regional 41 40 Empresa familia 28 10 Por cuenta propia empleando personal 2 Por cuenta propia, sin emplear perso­ nal. 2 2 Empleada de hogar 12 En domicilie por cuenta ajena. 2 6 Total 100(58) 100(50) 1650 - Cuadro n- 411 ZQUE TIPO DE TRABAJO TIENES? Edad: 14-15 (%) 16-21 (%) 22-25 (%) Manual calificado 60 56 Manual no calificado 100 17 7 No manual califi­ cado — 16 23 No manual no califi­ cado 7 14 Total 100(1) 100(58) 100(57) - 1651 - Cuadro n- 412 ZQUE CATEGORIA PROFESIONAL TIENES?, Edad: 14-15 16-21 22-25 14-15 16-21 22-25 (n (%) (%) (%) (%)_ _ m _ Aprendiz, pinche Peôn 67 14 12 67 26 Oficial tercera Oficial segunda Oficial primera 33 21 22 14 33 28 39 Subalterne Ayudante 26 10 28 12 Auxiliar Oficial adaiinî trativo 12 19 10 12 29 Mandos interme dios Jefe, director Totales 100(3) 100(57)100(58)100(3) 100(57)100(58) 1652 Cuadro n- 414 iPOR QUE RAZON TRABAJAS?. Edad 14-15 16-21 22-25 (%) (%) (%) Me gusta 31 26 Tengo que ganarme la vida 100 51 64 Me obligan en casa - 3 No sirvo para es- tudiar 3 Otras razones. No sé. - 12 10 Totales 100(3) 100(59) 100(120) - 1653 - Cuadro n- 415 ZEN QUE TIPO DE EMPRESA TRABAJAS?, Edad: 14-15 (%) 16-21 (%) 22-25 (%) Administraciôiî pûblica 2 7 Empresa que depende del Estado — 6 6 Empresa privada, na cional o multinacio nal - 9 26 Empresa privada, lo cal o regional 50 49 31 Empresa familiar 50 21 18 Por cuenta propia empleando personal 2 Por cuenta propia sin emplear personal — 2 2 Empleada de hogar 9 2 En domicilie por cuenta ajena 2 6 Total 100(2) 100(53) 100(54) - 1654 - Cuadro n- 420 ZPOR QUE RAZON TRABAJAS? Nivel socio-profesional Alto Medio Baj o’ (%) (%) (%) Me gusta , 60 25 27 Tengo que ganarme la vida 58 63 Me obligan en casa - 40 No sirvo para estudiar 3 Otras razones. No së: ' — 17 7 Totales 100(5) 100(48) 100(67) - 1655 - Cuadro n- 421 iQUE NIVEL DE ESTUDIOS POSEES? iPor que raz6n'trabajas? Me gusta (%) Tenge que ga narme Me ebli- gan en casa m _ _ Ne sir ye pa­ ra es- tudiar C%)__ _ Otras raze- nes. Ne sê (%) Primaries E.G.B. 18 2- ciclo de E.G.B. Cultura General 36 Formaciôn Profesional 17 — 40 B.U.P y C.O.U. 33 — Estudios universitarios SO 46 60 Total 100(6) 100(11) 100(5) “ 1656 - » Ô( U (L>4 4 P f 4Q > « H o• M W > . s o T)cd3U I sCL, CO gtow w S' 0l-J1 à I g toMCJ o•-d to I «Utwo p. rt *4ow<0■Mrtu \ fH O fH iH I O O O O CH fH H" OV O in fH rH O 1—1 ' ' I-» tH CO o to in M to o fH fH f-x o O o o O in tn fH o fH fH m r- O o fH to in o fH w CJ> 00 to o f4 rH 0) P 0) P ID P U rH 3 cdP P p O cd o 0) cr p Cd p rt t- t4 ,-H0>o O 3 d>CDP cd 4-> rH e '3 c cr o k x: 3 PQ> cd cd fH P bO p d) •> 3 0>J4 P COE iH tr 3 Cdo e cdd) o o to cd cr a % 0) p x: z P U u 1657 - Cuadro n- 423 SI FUÏSTE APRENDIZ, iDURANTE-CUANTO TIEMPO LO FUISTE? iQuê catogorîa profesional tienes?. Aprendiz pinche, peôn (%) Oficial Subalter Auxi-- tercera no liar segunda ofiçial primera adminis. m m (%) Mandes inter- medios (%) Jefe, director (%) _ Un afîo 0 menos 29 23 23 38 100 50 De 1 a 2 anos 14 37 31 24 De 2 a 3 aAos 14 11 23 De 3 a 4 afios 43 29 23 28 Mâs de 4 afios 50 Total 100 100 100 100 100 100 ‘ œ (35) (13) (8) (1) (2) .... - 1 6 5 8 - Cunclro n - 4 4 0 iPOR GUAL DE ESTAS TENDENCIAS POLITICAS TIENES MAS SIMPA- TIAS? t%) Anarquismo 9,6 Comunismo 5,4 Socialismo marxista 8,3 Socialisme no marxista 7,7 Social-democracia 10,3 Libérales 5,8 Democra tas-cristianos 1,9 Centrisme 1,3 Conservadores 2.2 Falangistas 0,6 Ultra-derecha r,3 Ninguna 39,1 No contestan 6,4 Total 100(312) U3,7 18,0 U l , 2 1,9 Izqùierda >31,0 ,P , Social- ' democra cia Centro, Derecha, Extrema derecha 39,1 Sin ten dencia. - 1659 - Cuadro n- 442 aPOR QUIEN V0TA5TE EN LAS ULTIMAS ELECCIONES GENERALES? (SOBRE EL TOTAL DE LA POBLACION JUVENIL). Ü 1 UCD PSOE 13,1 PCE 5,? PTA 1,6 LCR 0,3 MC 1,6 CRT 0,3 PAR 4.2 PSA 3,5 CD 0,3 UN 1,0 No contestan ,r y abstenciones ' Total iqo 1312) i n . Socialistas (PSOE+PSA) 16,7 Comunistas (PCE) 5,7 Ext ', i zqùierda 3,8 Derecha(UCD+PAR+CD) 7,7 Ext. derecha 1,0 No contestan y abstenciones 65,1 Total 100 (312) Ü 1 Izquierda 26,2 Derecha 8,7 No contestan y abstenciones 65,1 Total 100 (312) (*) 203 que no contestan - 1 6 6 0 - C u a d r o n - 4 4 5 iPOR QUIEN VOTASTE EN LAS ULTIMAS ELECCIONES GENERALES?. (SOBRE LOS QUE ESTABAN EN EDAD DE VOTAR). Juventud Juventud Poblaciôn Poblaciôn Juventud espanola del Cas- de Zara- de Zarago espanola %lo los Todos co Viejo goza za votantes UCD 6,1 13 25,2 23,49 18,8 13,5 PSOE 24,8 22 18,6 20,45 30,9 22,2 PCE 10,9 6 5,6 7,20 13,3 9,5 PTA 3,0 ' - 3,3 .... ■ j> 6,7 & 7 LCR 0,6 6,6 --- .... MC 2,4 "6 -- -- -- -- ORT 0,6 - - - 1,3 0,9 PAR(1) 7,9 5 6,2 Regiona - -lismo 2,2 derecbas 1,6 PSA^Z) 6^1 6 -- Regiona --lismo 20,4 izquierda 14,5 CD 0,6 3 3,8 4,0 4,7 3,4 UN 1,2 -- -- --- 1,7 1,2 Absten ciones y no contesta 35,8 38 29,2 Abŝten 31,7 clones -- 28,4 Total 100 (165) 100 100 100 (1) PAR: Partido Aragonês Regionalista. Rcpionalista de dcrechas (2) PSA: Partido Socialista de Aragon. Regionalista de izquierda. 1661 - Cuadro n- 444 ZPOR QUIEN VOTASTE EN LAS ULTIMAS ELECCIONES GENERALES?. Juventud del Cas­ co Viejo (4) Juventud de Zara­ goza (%) _ Juventud espafiola (%) Socialistas 30,9 28 Comunistas (PCE) 10,9 6 Extrema izquierda 6,7 6 Centro y derecha 14,5 22 Extrema derecha 1,2 No contestan Abstenciones 35,8 38 - Socialistas 30,9 28 Comunistas 17,6 12 Centre y derecha 14,5 22 t No contestan Abstenciones 35,8 38 Izquierda 48,5 40 51,8 Centre y extrema derecha 15,7 22 19,7 No contestan Abstenciones 35,8 38 28,4 Total 100(165) 100(312) 100 1662 - Cuadro n-445 îQUIEN TE GUSTARIA A TI QUE (%) _ UCD 1,9 PSOE 13,8 PCE 3,2 CD 1,3 Un partido mâs radi cal de derecha 3,5 Un partido mâs radi cal izquierda 2,9 Centro izquierda (UCD-PSOE) 6,4 Centre derecha CUCD-CD) 0,6 Partidos izquierda fPSOE-PCE) 12,2 Les dâ igual uno que otro 18,9 ' No saben 26,3 No contestan 9,0 Total 100(312) 54,2 •RNARA EN ESPANA ACTUALMENTE? _ (%) __ PSOE ■ 30,1 PSOE/PCE 26,6 PCE 7,0 Mâs radical izda. 6,3 Centro-izquierda 14,0 Mâs radical dcha. 7,7 UCD 4,2 CD 2,8 UCD/CD 1,4 Total 100(143) m ..Un gobierno de izquierda 70,0 Centro izquier da. 14,0 Un gobierno de derecha 16,0 ' Total 100 (143) Un gobierno de izquierda Un gobierno de centro- izquierda Un gobierno de derecha Indiferentes PSOE 13,8 Mâs ra dical 3,5 Les da igual 18,9 PSOE/PCE 12,2 UCD/ . , PSOE UCD 1,9 No sa­ ben 26,3 PCE 3,2 CD 1,3 . No con 9,0Mas ra , „ dical UCD/CD 0,6 testan 32,1 6,4 7,3 54,24100 - 1663 - Cuadro n- 446 SI CREES QUE LA MILITANCIA DE LOS JOVENES EN LAS ORGANIZÀ- CIONES POLITICAS ES ESCASA, &A QUE CREES TU QUE SE DEBE?. Ü 1 Falta de interês por la polîtica 15,7 Estas organizaciones se desinteresan de la problemâtica juvenil 4,2 Su falta de eficacia 5,1 Falta de informaciôn sobre sus objetivos 5,1 No ofrecen a los jôvenes canales adecua- dos de participaciôn 6,4 Teorizan mucho pero no convencen en la prâctica 15,1 A los jôvenes no les interesa la forma de pensar de las organizaciones polxticas actuales 2,6 Un desencanto general: los jôvenes no creen que los partidos sean capaces de hacer algo para cambiar la situaciôn 31,1 No saben 30,8 No contestan 5,8 (Respuesta mûltiple) - 1664 - C u a d r o n® 447 iCREES QUE EL GOBIERNO ESTA DANDO SOLUCION A ESTOS PROBLE- MAS? . i l l Sî totalmente Lo intenta pero escapa de sus posibilidades 17,6 Sôlo trata de poner parches a la situaciôn 29,5 Cede a las presiones de los fuertes y no soluciona los problemas de los menos fuertes 8,3 Es incompétente para remediarlos 17,0 No hace nada para soluçionar los problemas 14,1 No sabe 9,9 No contesta 3,5 Total 100(312) 1 6 6 5 - C u a d r o n - 4 4 8 TAL COMO ESTA DADA LA SITUACION POLITICA EN ESPANA, iQUE JUICIO GENERAL TE MERECE?. Que las cosas estân cambiando para mejor 8,97 Que las cosas estân cambiando para peor 25,64 Que las cosas realmente estân cambiando muy poco 34,78 No cambia nada desgraciadamente 13,78 Menos mal que nada cambia 0,32 No sê 13,78 No contestan 2,88 Total 99,9(312) - 1 6 6 6 - C u a d r o n - 4 4 9 iCUALES DE LAS SIGUIENTES CREES TU QUE SON LAS CUESTIONES MAS CANDENTES DE LA SITUACION SOCIAL ESPANOLA? Respuestas absolutas % sobre 312 El nûmero creciente de parades 239 76,6 Salaries aumentan menos que los 199 63,8 Dificultad de los jôvenes para encontrar trabajo 194 62,2 El cierre de empresas 168 53,8 La masificaciôn de las ciudades 138 44,2 Dificultad de encontrar traba- j os estimulantes 14 4,5 Otras cuestiones no mencionadas 23 7,4 No creen bay tantbs problemas .5 1,6 No saben \ 16 5,1 No contestan 9 2,9 (respuesta môltiple) 1005 1 6 6 7 - C u a d r o 450 îQUE PIENSAS DEL PROCESO PREAUTONOMICO ARAGONES? ill El papel de la D.G.A. y del Gobierno de Aragon ha sido meramente simbôlico 10,9 Al menos ha servido para recuperar la bandera aragonesa 5,8 Ha despertado régionalisme en Aragon 14,1 Positive: en cuanto a primer paso necesario 8,3 Los aragoneses no hacemos mucho para conseguir una autonomîa mejor 13,5 Frustracion expectativas iniciales 7,7 No se ven en la prâctica las compe- tencias reales que Madrid ha concedido 17,3 No contestan 22,4 Total 100(312) - 1 6 6 8 - C u a d r o n - 4 51 HOY EN DIA SE PROPONEN CUATRO MANERAS DE LLEVAR LAS EMPRE­ SAS INDUSTRIALES. iCUAL DE ELLAS TE PARECE MAS APROPIADA?. m Que los propietarios lleven la empresa o noinbren a los directives 10,89 Que los propietarios y el personal par ticipen en los nombramiento de los di­ rectives 32,37 Que la propiedad sea del Estado y este nombre a los directives 4,16 Que la propiedad sea del personal de la misma empresa y sus represen tantes lleven la empresa 38,46 No contestan 14,10 Total 99,98(312) - 1 6 6 9 - C u a d r o n - 4 5 2 ZQUE OPINION TE MERECE LA INSTALACION DE EN FIGUERUELAS? LA GENERAL MOTORS m Buena. Soluciona el paro a largo plazo 15,4 Soluciona temporalmente el paro 21,2 Buena para revitalizar la industria en Zaragoza 10,6 Mala idea construit coches ahora, a oesar del paro 7,0 Mala. El Estado deberîa haber inver̂ tido "campo” 18,3 Sin opiniôn 23,4 No contestan 4,2 Total 100(312) Ql Buena opiniôn realmente (1/4) 26,0 Buena, pero por soluçionar el paro 21,2 temporalmente(2) Mala opini6n(3/S) 25,3 No tienen opiniôn (0/6) 27,6 Total 100(312) - 1 6 7 0 - C u a d r o n - 4 5 3 ;APRUEBAS 0 DESAPRUEBAS LAS SIGUIENTES ACCIONES DE PROTESTA : (%) PARTICIPAR EN UNA MANI Sî 59,61 FESTACION POLITICA No 24,35 No contestan 16,02 Total 99,98 PARTICIPAR EN UNA IIUEL GA POLITICA Si 40,70 No 39,42 No contestan 19,87 Total 99,99 APOYAR CON TU FIRMA SI 72,43 UNA PETICION SOCIAL No 10,25 DETERMINADA No contestan 17,30 Total 99,98 PEGAR CARTELES 0 HA CER PINTADAS Sî 25,32 No 55,76 No contestan 18,91 Total 99,99 PARTICIPAR EN UNA Sî 6,73 ACCION VIOLENTA No 75,00 No contestan 18,26 T o t a l 9 9 , 9 9 - 1 6 7 1 - C u a d r o n - 4 5 4 COMO RESPUESTA A LAS ACCIONES DE PROTESTA MENCIONADAS EN PREGUNTA 174, îAPRUEBAS 0 DESAPRUEBAS LOS SIGUIENTES TIPOS DE ACCIONES GUBERNAMENTALES? ü i MANDAR A LA FUERZA PUBLI Sî 9,93 CA EQUIPADA CON MATERIAL No 71,15 ANTIDISTURBIOS A DISOLVER No contestan 18,91 UNA MANIFESTACION Total 99,99 lîETENER Y JUZGAR POR Sî 8,97 LOS TRIBUNALES A LOS No 68,26 MANIFESTANTES No contestan 22,75 Total 99,98 MILITARIZAR A LOS EM Sî 15,06 PLEADOS DEL SECTOR No 59,61 PUBLICO QUE SE PONEN No contestan 25,32 EN HUELGA Total 99,99 MULTAR A LOS FIRMAN Sî 4,48 TES DE UNA PETICION No 75,96 No contestan 19,55 Total 99,99 MANDAR A LA FUERZA Sî 54,16 PUBLICA A DISOLVER No 29,16 PACIFICAMENTE UNA No contestan 16,16 MANIFESTACION Total 99,98 - 1 6 7 2 - Cuadro n- 454 (Continuaciôn) PROHIBER LAS MANIFESTACIO Si 54,48 NES DE PROTESTA CUANDO No 25,96 EXISTE PELIGRO DE ALTERAR No contestan 19,55 EL ORDEN PUBLICO Total 99,99 ATENDER POR MEDIO DE Sî 47,43 PERSONAL DEL EJERCITO Np 31,41 SERVICIOS PUBLICOS PA No contestan 21,15 RALIZADOS POR UNA HUELGA Total 99,99 - 1 6 7 3 - C u a d r o n - 459 îQUE ACTOS BELICTIVOS 0 ANTISOCIALES CREES TU QUE COMETEN LOS JOVENES MAS FRECUENTEMENTE?. Robar a gentc en la calle 55,4 Violar o asaltar mujeres 18,2 Meterse con la gente en nlan gamberro 47,1 Protagonizar rifias callejeras 20,1 Eraborracharse y dar escândalos en pûblico 15,7 Robar coches o motos 48,0 Otros, ^cuâles?, Robar farmacias, matar, etc. 0,4 . (Respuesta mûltiple) - 1 6 7 4 - C u a d r o n - 4 6 0 iCUALES DE ESTOS CREES TU QUE- VAN EN AUMENTO?. i U Robar a la gente en la calle 58,65 Robar coches o motos 43,58 Meterse con la gente en plan gamberro 22,10 Violar o asaltar mujeres 16,16 Protagonizar rifias callejeras 11,52 Emborracharse y dar escândalo 8,64 en pûblico Otros 1,28 1 1 6 7 5 - C u a d r o n - 4 6 1 l A QUE CREES TU QUE SE DEBE LA DELINCUENCIA JUVENIL PRINCI PALMENTE?. A la edad 4,48 Al aburrimiento 16,02 A ia excitacion que produce estar soraetido a emociones fuertes 10,89 A que la sociedad no brinda traba jos gratificantes y creativos 29,47 Al paro 43,90 A que los jôvenes ven que el es- fuerzo de sus padres ha sido inu­ til 9,60 A que en sus families hay situa- ciones violentas de las que nadie se ocupa 37,81 »52,21 À que la ûnica forma de evitar peleas es llevar dinero a los padres 4,80 A necesidades de gastar dinero para divertirse en cualquier cosa 22,10 A que no se da a los jôvenes formaciôn profesional que loS ocupe en algo de interés 16,33 Al deseo de hacerse admirar por sus amigos y causar miedo a los demâs 22,42 A una imitaciôn de lo que se ve en las pelîculas 12,17 No contestan 4,80 (Respuesta mûltiple) - 1 6 7 6 - C u a d r o n - 4 6 2 ___ iCOMO JUZGARIAS AL JOVEN QUE TOMA DROGA?. n i Como alguien que busca una manera fâcil de evadirse de la realidad 51,92 Es un vicio como otro cualquiera 16,34 Como alguien que quiere estar al dîa, seguir la moda 7,37 Como esclavo de los "camellos" que aprovechan de las pocas po sibilidades de ocio sano 11,21 Como alguien que ha adquirido una dependencia que lo dégrada 6,41 No contesta 6,70 100 - 1 6 7 7 - C u a d r o n - 4 6 4 &CREES QUE LA DELINCUENCIA QUE SE DA EN EL BARRIO PRO VIENÈ DE JOVENES DEL BARRIO 0 DE PUERA?. n i Del barrio 9,29 De fuera 9,29 Ambos 45,83 No s ê .................... 32,05 No contestan 3,52 Total 100(312) 1 6 7 8 - C u a d r o n - 4 6 5 iQUE OPINAS DE LA GENTE QUE SE PINCHA EN TU BARRIO? n i Comprendo la necesidad de evasiôn 21 47 pero no destruyéndose a sî liiismos * Es un asunto personal, hay que ,^ respetar formas de buscar la felî * cidad de cada cual ' Es gente que necesita ayud'a y hay cy que brindarsela ’ Es gente enferma y hay que inter- 4̂ 74 narla para que la enfermedad no * extienda Es gente inmoral. Merece despre- ̂ 28 cio y vacîo de la sociedad ’ Me trae sin cuidado 13,14 T o t a l 9 2 , 9 3 1 6 7 9 C u a d r o n - 4 6 7 SIMPATIAS POLITICAS Sexo Nombres (1) Muj eres (%) Anarquismo 13,4 6,2 Comunismo 5,4 5;6 Socialismo marxista 10,7 6,2 Socialismo no marxista 8,7 6,2 Social-democracia 12,1 8,6 Libérales 7,4 4,3 Démocrates cristianos 1,3 2,5 Centrisme 1,3 1,2 Conservadores 3,4 1,2 Falangistas 0,7 0,6 Ultraderechismo 0,7 1,9 Ninguna 28,2 49,4 No contestan 6,7 6,2 Total 100(149) 100(162) Anarquistas 13,4 6,2 Comunistas* socialistas marxistes 16,1 11,8 Socialistas no marxistas* social democracia 20,8 14,8 D e r e c h a 1 3 , 4 9 , 2 Extrema derecha 1,4 2,5 Ninguna 28,2 49,4 No contestan An ■ 1 6 8 0 - Cuadro n° 467 (Con tinuacioiQ Izquiorda 38,2 24,2 Social■democracia 12,1 8,6 Derecha 14,8 11,7 Ninguna 28,2 49,4 No contestan 6,7 6,2 1 6 8 1 - C u a d r o n - 4 6 8 VOTO EN LAS ELECCIONES DE 1979 Sexe Nombres _(%JL ___ Mujeres (%) - _ __ UCD 7,6 4,7 PSOE 27,8 22,4 PC 12,7 9,4 Extrema izquierda 7,6 7,1 PAR 5,1 10,6 PSA 6,3 5,9 CD 1,2 UN 3,5 Abstenciôn 32,9 35,3 Total 100(79) * 100(85)* Socialistas 34,1 . 28,3 Comunistas 20,3 16,5 Izquierda 54,4 44,8 Derecha 12,7 20,0 Abstenciôn 32,9 35,3 Total 100 100 * Ndmero de jôvenes. dentro de cada grupo. que tenîan edad de votar 1 6 8 2 C u a d r o n - 4 6 9 îQUIEN TE GUSTARIA QUE GOBERNARA EN ESPANA Sexo ACTUALMENTE? Nombres Mujeres _ (%) UCD 0,7 3,1 PSOE 14,8 12,3 PCE 6,0 0,6 CD 1,3 1,2 Partido radical de derecha 2,7 4,3 Partido radical de izquierda 5,4 0,6 Coaliciôn tipo UCD-PSOE 8,7 4,3 Coaliciôn tipo UCD-CD 0,7 0,6 Partidos de izquierda tipo PSOE-PC 12,8 11,7 Me da igual 16,8 21,0 No sê 21,5 30,9 No contestan 8,7 9,3 Total 100(14-9) 100(162) Gobierno de izquierda 39,0 25,2 Gobierno centro-izquierda 8,7 4,3 Gobierno de derecha 5,4 9,2 Indiferontes/No contestan 47,0 61,2 Total 100 100 1 6 8 3 - C u a d r o n - 4 7 0 SI CREES QUE LA MILITANCIA DE LOS JOVENES EN LAS ORGAN^ ZACIONES POLITICAS ES ESCASA, îA QUE CREES TU QUE SE DE BE?. Sexo Nombres Mujeres (n (%) 1. Falta de interés 19,1 14,5 2. Estas organizaciones se de- c n sinteresan por la problemâticà juvenil * 3,3 3. Su falta de eficacia 7,1 3,9 4. Faita de informaciôn sobre sus objetivos 6,4 4,6 5. No ofrecen canales adecua- dos de participaciôn 7,8 5,9 6. Teorizan mucho, no conven- cen en la prSctica 13,5 18,4 7. Su forma de pensar no lès interesa a los iôvenes 5,0 0,7 8. Desencanto: los partidos 4 no son capaces de cambiar la situacion* 37,5 91 No sê 31,2 33,6 Respuesta mûltiple (141) (152) i 1,7,8, 52,5 52,7 2,3,4,5 , 6 39,8 36,1 - 1 6 8 4 - Cu a d r o n - 4 7 ] ^ AGREES QUE EL GOBIERNO ESTA DANDO SOLUCION A LOS PROBLE MAS MENCIONADOS EN PREGUNTA 164? Sexo nombres (%) Mujeres (%) Sî - Lo intentan pero escapa de sus posibilidades ’ 17,9 18,7 Solo trata de poner parches 31,7 29,7 Cede a las presiones de los fuertes y no soluciona pro­ blèmes de los menos fuertes 8,3 8,4 Es incompétente para rcme- diar estos problemas 15,9 19,3 No hace nada. 13,8 15,5 No sê 12,4 8,4 Total 100(145) 100(155) - 1 6 8 5 - C u a d r o n - 4 7 2 AQUE JUICIO GENERAL TE MERECE LA SITUACION POLITICA EN ESPANA?. Sexo Nombres (%) Mujeres (%) Las cosas estân cambiando ; para mejor 10,5 7 Las cosas estân cambiando para peor 18 32,5 Las cosas estân cambiando muy poco 39,5 30 No cambia nada desgra- ciadamente 15 13 Menos mal que nada cambia 0,5 No sé 13,5 14 No contesta 2,5 3 Total 100 (145) 100 (155) - 1 6 8 6 - C u a d r o n - 4 7 3 ACUALES DE LAS SIGÜIENTES CREES TU QUE SON LAS CUESTIO- NES MAS CANDENTES DE LA SITUACION SOCIAL ESPANOLA?. Sexo: r- Nombres (%) Muj eres (%) Nûmero creciente de parados 77,6 79,9 Carestîa de la vida Salaries aumentan menos que precios 62,3 68,5 Dificultad de encontrar traba- jo por los jôvenes 50,3 76,7 Cierre de empresas con el con- siguiente despido 51,7 59,1 Masificaciôn de las ciudades 50,3 41,5 Dificultad de encontrar trabajos estimulantes 7,0 2,5 Otras cuestiones no men- cionadas 9,1 9,3 No bay tantos problemas como parece 1,4 1,9 No sé 8,4 2,5 (Respuestas mûltiples) - 1687 C u a d r o n - 4 7 4 AQUE PIENSAS DEL PROCESO PREAUTONOMICO ARAGONES?. Sexo: Nombres (%) _ Muj eres (%) ..1. El papel Te la D.G.A y dèl gobierno de Aragon ha sido me ramente simbôlico. 13,4 8,6 2, Al menos ha servido para re cuperar la bandera aragonesa. 6,0 4,9 3. Ha despertado los sentimîen tes regionalistas de Aragôn 12,8 15,4 4. Es un primer paso para la autonoraîa. 11,4 5,6 5. Los aragoneses no estamos ha ciendo mucho para conseguir una autonomîa mejor. 11,4 15,4 6. Frustraciôn al ver que no se tendido a un gobierno autôno 9,4 mo y centrado en problemas régionales 6,2 7. No veo en la prâctica las competencies reâles que Ma­ drid ha concedido 14,8 19,8 No contestan. No saben 20,8 24,1 Total 100(149) 100(162) A(3) 12,8 15,4 B(4) . 11,4 5,6 C(resto) 5 5,0 54,9 D No contestan/No saben 20,8 24,1 Total 100 100 - 1 6 8 8 - C a u d r o n - 4 7 5 AQUE OPINION TE MERECE LA INSTALACION DE LA GENERAL MOTORS EN FTGUERUELAS?. Sexo nombres Mujeres f%) (%) 1. Buena. Solucionarâ el problema del paro en Zaragoza 13,4 17,3 2. Temporalmente va a soiucionar el problema del paro 18,1 23,5 3. Es una mala idea ponerse a construir ccchcs con la crecien te crisis de petroleo. 6,7 7,4 4. Buena para revitalizar la in- dustria en Zaragoza que bien lo necesita. 12,1 9,3 5. Mala porque el Estado se ha ga^ tado en facilitar su instalacion lo cluo dcbiora habcr :i-;vcrtidc on industrie 21,5 apro’'ccuaria 15,4 6. No tengo opini6n/No contesta 28,2 27,2 Total 100(149) 100(162) Buena (1,4) 25,5 fa ? 26,6 6)---(50,1) 23,5Buena pero...(2) 18,1 Mala (3,5) 28,2 22,8 Sin opinion No contestan 28,2 27,2 Total 100 100 - 1689 - C u a d r o n - 4 76 AQUE OPINION TE MERECE EL ESTATUTO DEL TRABAJADOR QUE SE HA APROBADO EN LAS CORTES?. Sexo: Nombres (%) Mujeres (%) Buena para los trabajadores 10,1 6,7 Defiende mâs los intereses de la patronal 26,8 24,2 No lo conozco 63 69,1 Total 100(138) 100(149) 1 6 9 0 - C u n d r o n - 4 77 AAPRUEBAS 0 DESAPRUEBAS LAS SIGUIENTES QUE FIGURAN A CONTINUACION?. ACCIONES DE PROTESTA Sexo: nombres Mujeres (%) (V) APOYAR CON TU FIRMA UNA PETICION SOCIAL DETERMINADA SÎ 75,3 69,8 No 10,1 10,5 No contestan 14,8 19,8 Total 100(149)100(162) PARTIClPAR EN UNA MANIFESTACION PU- BLICA SI 65,1 54,3 No 22,8 25,9 No contestan 12,1 19,8 Total 100(149) 100(162) PARTIClPAR EN UNA SI 44,3 37,0 HUELGA POLITICA No 39.6 39.5 Total 100(149) 100(162) PEGAR CARTELES 0 SI 28,2 22.8 HACER PINTADAS No 56.4 54.9 No contestan 15,4 22,2 Total 100(149) 100(162) PARTICIPAR EN UNA SI 10,1 3,7 ACCION VIOLENTA No 72,4 77,2 No contestan 17,4 19,1 Total 100(149) 100(162) - 1 6 9 1 - C u a d r o n - 4 7 8 COMO RESPUESTA A ESTAS ACCIONES DE PROTESTA (MENCIONADAS EN LA PREGUNTA 174), 2APRUEBAS 0 DESAPRUEBAS LOS SIGÜIENTES - TIPOS DE ACCIONES GUBERNAMENTALES?. Sexo: Nombres Mujeres (%) .(%) MANDAR A LA FUERZA PU Sî 13,3 11,3 BLICA EQUIPADA CON MA No 86,7 88,7 ICKIAL, AlNl i U l i > l U K B X U O A DI SOLVER UNA MANIFESTACION Total 100(128) 100(124) DBTENER Y JUZGAR POR Si 11,9 11,5 TRIBUNALES A LOS MA­ No 88,1 88,5 NIFESTANTES Total 100(118) 100(122) MILITARIZAR A LOS EM- Sî 23,6 16,5 PLEADOS DEL SECTOR PU No 76,4 83,5 BLICO QUE SE PONEN EN HtrPT.GA Total 100(123) 100(109) MULÏAR A LOS FIRMAN Sî 5,6 5,6 i TES DE UNA PETICION No 94,4 94,4 Total 100(126) 100(124) PROUIBIR LAS MANIFES TACIONES DE PROTESTA CUANDO EXISTE PELIGRO DE ALTERAR EL ORDEN PUBT.TCO Sî 64,5 71,4 No 35,5 28,6 Total 100(124) 100(126) MANDAR A LA FUERZA PU BLICA A DISOLVER PACT SI 67,7 62,7 FICAMENTE UNA MANIFES TACION No 32,3 37,3 Total 100(133) 100(126) ATENDER POR MEDIO DE PERSONAL DEL EJERCI- Sî 57,7 63,1 TO LOS SERVICIOS PU- BLICOS PARALIZADOS No 42,3 36,9 POR UNA NUELGA Total 100(123) 100(122) - 1 6 9 2 - c u a d r o n - 4 7 9 PARTICIPARIAN EN ACTIVIDADES DE PROTESTA Sexo: Nombres (%) Muj eres (%) Peticiôn 45,9 41,6 Manifestacion 44,4 33,6 Huelga polîtica 14,8 11,4 Pintadas, pegar carteles 11,9 5,4 Acciôn violenta 7,4 0,7 Ninguna 34,1 47,0 (Respuestas multiples) (135) (149) 1 6 9 3 C u a d r o n - 4 8 0 ZCUALES DE LAS SIGÜIENTES ACTIVIDADES ESTARIAS DISPUESTO A REALIZAR,REALIZAS 0 HAS REALIZADO ALGUNA VEZ?. Sexo Nombres _ (%) _ Mujeres (%) 1. Trabajar con otros miembros de tu comunidad para resolver algûn problema local o del barrio 30,4 24,7 2. Dedicar tiempo y trabajo a un partido politico 5,8 4,8 3. Asistir a reuniones o mitines politicos. 10,1 9,6 4. Dedicar tiempo y trabajo a una asociaciôn juvenil 21,7 21,9 5. Dedicar tiempo y trabajo a ac- tividades de interés cîvico, pro» blemas sociales, etc. 21 26,7 6. Participar en debates y traba­ jos que nro'̂ îcicn la discusiôn pûblica sobre temas de interés 18,1 12,3 7. Ninguna 31,2 37,7 (Respuesta mûltiple) (131) (146) , 1,5 51,4 51,4 2,3.4 1 37,6 36,3 6 18,1 12,3 Ninguna 31,2 • 37,7 - 1 6 9 4 - C u a d r o n - 4 8 1 âQUE ACTOS DELICTIVOS 0 ANTISOCIALES CREES TU QUE COME TEN LOS JOVENES MAS FRECUENTEMENTE?. Sexo Nombres Mujeres (%y (%) Robar a la gente en la calle 57,8 60,6 Violar o asaltar mujeres 13,3 25,1 Meterse con la gente en plan gamberro 55,5 52,2 Protagonizar rinas callejeras 20,0 23,2 Emborracharse y dar escânda- los en pûblico 19,2 14,8 Robar coches o motos 54 49,6 Otros(robar famarcias, matar) 1,4 3,8 (Respuesta mûltiple) (135) (155) - 1695 - Cuadro n- 482 iCUALES DE ESTOS ACTOS DELJCTIVOS 0 ANTISOCIALES CREES TU QUE VAN EN AUMENTO?. Sexo Nombres Mujeres (%) (l) Robar a la gente en la calle 64,7 64,2 Violar o asaltar mujeres 22,7 30,4 Meterse con la gente en plan gamberro 22 26,3 Protagonizar rifias callejeras 13,9 10,8 Emborracharse y dar escânda- los pûblicos 11,7 7,4 Robar coches o motos 51,4 44,5 Otros 0,7 2 (Respuesta mûltiple) (136) (148) 1696 - Cuadro n- 483 ULTIMAMENTE SE JIABLA MUCHO DE QUE CADA DIA HAY MAS DE LINCUENCIA, SOBRE TODO JUVENIL, EN LAS CIUDADES. CON-- CRETAMENTE EN TU BARRIO, &COMO VES ESTE PROBLEMA?. Sexo: nombres Mujeres (%) (%) No bay problemas de delin- 8,63 5,25 cuencia juvenil en mi barrio No lo he visto en mi barrio 35,25 48,69 pero sî creo que estâ aumen tando en Zaragoza ............................ En mi barrio siempre ha ha- bido cierto grado de delin- 35,25 25 cuencia; no noto que este aumentando ■ - ' ' - ' ' ' En mi barrio si estâ aumen * 20,87 20,39 tando la delincuencia Total (139) (152) 1697 - Cuadro n- 484 LA DELINCUENCIA, iPROVIENE FUERA?. DE LOS JOVENES DEL Sexo. BARRIO 0 DE Hombres Mujeres (%) (%) Del barrio 13,38 6,33 1 De fuera 14,08 5,69 Ambos 45,08 49,36 No sé 27,46 38,62 Total 100(142) 100(158) - 1698 - Cuadro n- 485 QUE CREES TU QUE SE DEBE LA DELINCUENCIA JUVENIL PRIN CIPALMENTE?. Sexo. Hombres (%) Mujeres (%) A la edad 4,9 4,5 Al aburrimiento 17 16,7 A la excitaciôn al estar sometidos a eniociones ' ' fuertes.... 13,4 9 La sociedad no brinda tra* ' bajos gratificantes 32,6 29,6 Al paro 46,8 45,8 Los jôvenes von que el es fuerzo de sus padres no Fa servido de nada 7,8 12,2 En sus familias bay situa- ciones violentas de las que nadie se ocupa 37,5 (47,4)41,9 (61,8) Evitar peleas en casa llevan do dinero a los padres 2,1 7.7 1 Necesidad de gastar para divertirse 24,8 21,3 Los jôvenes no tienen for- maciôn profesional interesante 12,7 21,2 Ilacerse admirar por sus ami­ gos y causar miedo a los de- mâs 21,2 25,8 r “ï '> c -j (39,9) En imitaciôn de las pelîculas 11,3 - 1699 - Cuadro n- 486 2QUE MEDIDAS HABRIA QUE TOMAR PARA QUE DISMINUYERA LA DELINCUENCIA? Sexo Hombres (%) Mujeres (%) Penas y castigos mâs duros 25 15,72 Trasformar la sociedad 43,75 46,54 Mejorar el sistema de educaciôn 19,44 23,90 Protéger a los ninos de un ambiente familiar nocivo 4,16 6,92 No se 7,65 6,92 Total 100(144) 100(159) - 1700 - Cuadro n- 48 7 iCOMO JUZGARlAS AL JOVEN QUE TOMA DROGA?. Sexo Hombres (%) Muj eres (%) Todo el mundo tiene algûn vicio 24,82 11,11 Manera fâcil de evadirse de la realidad 48,17 62,09 Para estar al dia 10,22 5,88 Ha adquirido una dependencia que lo dégrada 8,76 5,23 Esclave de "camellos” , por no existir ocio sano en la urbe 8,03 15,69 Total 100(137) 100(153) - 1701 - Cuadro n- 480 ZQUE OPINAS DE LA GENTE QUE SE PINCHA EN TU BARRIO?. Sexo Hombres Mujeres (%) en Comprendo la necesidad de eva-’. 23,13 23,22 siôn, pero no destruyêndose de esa manera ................. - Asunto personal; respetar for-»» i? mas de buscar felicldad de ca- * * da cual. Necesitan ayuda 23,88 36,77 Gente enferma y bay que inter- 16,42 14,84 narla Gente inmoral y merece despre- 1,49 1,29 cio Me trae sin cuidado 18,66 10,33 Total 100(134) 100(155) 1702 Cuadro n- 489 HAY ALCUNAS FORMAS DE VIOLENCIA QUE PARECE QUE TODOS PER CIBIMOS COMO TALES (UNA PELEA CALLEJERA^ POR EJEMPLO), - PERO HAY OTRA SERIE DE COSAS QUE NO SIGNIFICAN LO .MISMO PARA TODOS NOSOTROS. &PODRIAS DECIR SI ALGUNO DE LOS SI_ GUIENTES EJEMPLOS LOS PERCIBES COMO HECHOS NORMALES DE - TU'VIDA COTIDIANA 0 COMO UNA FORMA DE AGRESION HACIA TU_ PERSONA? Sexo Hombres (%) Mujeres (%) EL QUE ALGUN NOMBRE 0 GRUPO DE HOMBRES TE HAGAN PROPOSICIO NES EN LA CALLE Normal • 18,42 5,34 Agresiva 81,58 94,66 Total 100(114) 100(131) EL,VER A LOS PADRES' PEGANDO A SUS HIJOS Normal 12,30 8,03 EN LA CALLE Agresiva 87,70 91,97 Total 100(122) 100(137) LAS CUADRILLAS DE CHICOS QUE SE METEN CON LAS CHICAS AL PASAR Normal 33,59 17,39 Agresiva 66,41 82,61 Total 100(128) 100(138) EL VER A LAS MUJE­ RES QUE EJERCEN LA - PROSTITUCION EN AL­ GUNA PLAZA DE LA CIUDAD. Normal 58,06 21,14 gresiva 41,94 78,86 Total 100(124) 100(123) 1703 - Cuadro n- 489 (Continunciôn) EL OIR A LOS VECINOS A TRAVES DE LAS PARE Normal 43,04 34,88 DES DE TU CASA Agresiva 56,96 65,12 Total 100(79) 100(86) QUE A LOS 14 ANOS SI NO HAS IDO BIEN Normal 54,70 46,28 ANTES EN TUS ESTU-' DIOS, NO PUEDAS SE Agresiva 45,30 53,72 GUIR ESTUDIOS SUPÏÏ RIORES. , : Total 100(117) 100(121) LA PRESENCIA DE '' AGENTES DEL ORDEN ARMADOS EN LA VI­ DA COTIDIANA DE LA CALLE Normal 56,25 46,32 Agresiva 43,75 53,68 Total 100(128) 100(136) EL TRAPICO URBANO POR LAS GALLES : Normal 51, 16 48,53 DONDE TU HACES MOR wAL^EMTE TU VIDA Agresiva 48,84 51,47 Total 100(129) 100(136) EL SISTEMA DE ATEN CION EN EL AMBULA- Normal 44,35 48,80 TORIO DE LA SEGURI DAD SOCIAL Agresiva 55,65 51,20 Total 100(115) 100(125) EL TENER QUE ENSE NAR EL CARNET PA­ RA ENTRAR AL CINE, DISCOTECA, ETC. Normal 65,71 57,30 Agresiva 34,29 42,70 Total 100(70) 100(89) - 1704 - Cuadro n- 489 (Continuacion) EL EFECTO DE LA MUSICA Y LUCES EN Normal 72,09 62,12 LAS DISCOTECAS Agresiva 27,90 37,88 Total 100(129) 100(132) EL TENER DUE DAR TUS DATOS (PER- SONALES, FAMILIA RES, ETC) PARA COSA . Normal 67,21 72,30 Agresiva 32,79 27,70 Total 100(122) 100(130) LA T.V. PUESTA EN LOS BARES MIENTRAS HABLAS CON TUS AMIGOS Normal 83,85 77,86 Agresiva 16,15 22,14 Total 100(130) 100(131) LAS SINFONOLAS QUE ESCUCriAS EN Normal 89,92 89,47 LOS BARES. Agresiva 10,08 10,53 Total 100(129) 100(133) - 1705 - Cuadro n- 490 SIMPATIAD POLITICAS Edad 14-15 (%) 16-21 22-25 (%) (%) Anarquismo 6,8 12,2 6.7 Comunismo 2,3 4,3 8,7 Socialismo marxista 6,8 6,7 11,5 Socialismo no marxista 9,1 7.3 7,7n q Q^_ns 71___T1R 71 Social-democracia 6,8 11,0 10,6 Libérales 6,8 5,5 5.7 Democratas cristianos 2,3 2,4 1,0 Centrismo 0,d 2,9 Conservadores 4,5 1,8 1,9L/C lil Falangistas 2,3 o,e Ultraderechismo -- 24 Ninguna 43,2 38,4 38,5- _ .. (AK 11- f/17 No contestan 9,1 6,7 4,8 Total 100 f44'J 100 fl64i 100 fl04i Anarquistas 6,8 12,2 6,7 Comunlstas+Sod a listas marxistas 9,1 11,0 20,2 Socialistas no-Tnarxistas+social-democra 15,9 18,3 18,3 Dcreclia 13,6 10,3 11,5 Extrema derccha 2,3 3,0 -- Ninguna •43,2 38,4 38,5 No contestan 9,1 6,7 4,8 100 100 100 1706 - n- 490 (Continuaciôn) 14-15 16-21 22-25 Izquierda 25,0 30,5 34,6 Social-democracia 6,8 11,0 10,6 Derecha 15,9 13,3 11,5 Sin tendencia 43,? 38,4 38,5 No contestan 9,1 6,7 4,8 100 100 100 - 1707 - Cuadro n- 491 VOTO EN LAS ELECCIONES DE 1979 Edad. 19-21 22-25 f%) UCD 4,9 6,7 PSOE 26,2 24,0 PC 11,5 10,6 Extrema derecha 6,6 6,7 PAR 8,2 7,7 PSA 8,2 4,8 CD 1,6 - - - " UN 3,3 Abstenciones 29,5 39,4 Total 100(61)(*)100(104) * Socialistas 34,4 28,8 Comunistas 18,1 17,3 Izquierda 52,5 46,1 Derecha 18,0 14,4 Abstenciones 29,5 39,4 Total 100 100 (*) Nûmero de jôvenes. dentro de cada grupo. que tenîan edad de votar. 1.708 Cuadro n- 492 ZQUIEN TE GÜSTARIA QUE GOBERNARA EN ESPANA ACTUALMENTE?. Edad. ’ 14-15 (%) 16-21 (%) 22-25 (%) UCD 2,3 1,8 1,9 PSOE 13,6 13,4 14,4 PCE -- 2,4 5,8 CD 2,3 1,2 1,0 Partido radical de derecha 4,5 4,9 1,0 Partido radical de izquierda 2,3 4,9 ■ -- Coalicion UCD/PSOE 6,8 4,3 9,6 Coaliciôn tipo UCD/CD -- 1.2 Partidos de izquierda tipo PSOE/PC 4,5 9,8 19,2 Mo da igual 15,9 20,7 17,3 No sê 40,9 25,0 22,1 No contesta 6,8 10,4 7,7 Total 100 (44) 100 (164) 100 (1041 Gobierno de izquierda 20,4 i 30,5 39,4 Gobierno centro izquierda 6,8 4,3 9,6 Gobierno derecha 9,1 9,1 3,9 Indiferentes/no contestan 63,6 56,1 47,1 Total 100 100 100 - 1709 - Cuadro n- 493 SI CREES QUE LA MILITANCIA DE LOS JOVENES EN LAS ORGANIZA- CIONES POLITICAS ES ESCASA, îA QUE CREES TU QUE SE DEBE?. Edad. 14-15 (%) 16-22 (%) _ 22-25 (%) 1. Falta de interês 22,5 14,7 19,3 2. Organizaciones se desinteresan por problemâtica juvcnil 5,0 3,2 6,8 3. Su falta de eflcacia 7,5 3,2 9,1 4. Falta de informaciôn sobre sus obietivos 2,5 7.7 3,4 5. No ofrecen canales adecuados de participaciôn 5,0 9,0 4,5 6. Teorizan mucho, no convencen en la prâctica 7,5 17,3 19,3 7. Su forma de pensar no les inte resa a los jdvenes 2,5 3,2 2,3 8, Desencanto: partidos no son ca paces de cambiar la situaciôn 15,0 32,7 40,5 No sê 52,5 31,4 28,4 (Respuesta mûltiple) (40) (156) (88) 1,7,8 40 50,6 62,1 2,3,4,5,6 27,5 40,4 43,1 - 1710 Cuadro n- 494 iCREES QUE EL GOBIERNO ESTA DEL PAIS?, DANDO SOLUCION Edad A LOS PR0BLEMA5 14rl5 (%) 16-21 (%) 22-25 (%) Media (%) Sî -- -- -- Lo intenta pero escapa de sus posibilidades 16,3 19,6 17 17,6 Sôlo trata de poner parches 37,2 23,4 39 29,5 Cede a presiones de los fuertes; no soluciona problemas de los menos fuertes 7,0 8,2 10 8,3 Es incompétente para remediar estes proble mas 7,0 20,9 17,0 17,0 No hace nada 11,6 17,7 11 14,1 No sê 20,9 10,1 6 9,9 i Total 100 (43) 100 (158) 100 (100) 100 (96,5) - 1711 - Cuadro n- 495 2QUE JUICro GENERAL TE MERECE LA SÏTUACION POLITICA EN ES- PANA?. Edad 14-15 (%) lfi-21 (%) 22-25 (%) • Las cosas estân cambiando para mejor 9 8 10,5 Las cosas estân cambiando para peor 32 30 16 Las cosas estân cambiando muy poco 20 32 . 44 No cambia nada desgraciada mente 9 14 15 Menos mal que nada cambia 3 No sê 25 13 10 No contestan 3 3 4 Total (42) (151) (95) - 1712 - Cuadro n- 496 iCUALES DE LAS SIGUIENTES CREES TU QUE SON LAS CUESTIONES MAS CANDENTES DE LA SÏTUACION SOCIAL ESPAROLA?. Edad 14-15 (%) , 16-21 (%) 22-25 (%) Nûmero creciente de parados 60,5 83,6 79,2 Carestîa de la vida. Salaries aumentan menos que precios 62,8 65,4 77,3 Dificutnd de encontrar trabajo para jôvenes. 46,5 62,9 73,3 Cierre de empresas con el consi- guicnte despido 44,2 61,6 50,5 Masificaciôn de las ciudades 25,6 46,5 52,5 Dificultad de encontrar tra- bajos estimulantes 7,0 1,9 7,9 Otras cuestiones no mencio- nadas 9,3 10,7 2,0 No hay tantos problemas como parece 4,7 - - * 3,0 No se 11,6 5,0 3,0 (Respuesta mûltiple) - (42) (157) (99) - 1713 - Cuadro n- 497 2QUE PIENSAS DEL PROCESO PREAUTONOMICO ARAGONES?, Edad: 14-15 (%) 16-21 (%) 22-25 (%) 1. El papel de la D.G.À y del Gobierno de Aragôn ha sido me ramente simbôlico 11,4 9,1 13,5 Z. Al menos ha servido para recuperar la bandera arago- nesa 9,1 6,7 2,9 3. Ha logrado despertar sen- timientos regionalistas de Aragôn 6,8 14,6 16,3 4. Positive: un primer paso hacia la autonomîa 4.5 8,5 9,6 5. Los aragoneses no hacemos mucho para conseguir una auto nomla meior 6,8 11,0 20,2 6. Frustraciôn al ver que nq se ha tendido a un gobierno autônomo - - - 9,8 7,7 7. No veo las competencias reales que Madrid ha conce- dido 22,7 16,5 16,3 8. No contestan No s6 38,6 23,8 13,5 Total 100(44) 100(164)100(10- 3 6,8 14,6 16,3 4 4*5 8,5 9,6 1,2,5,6,7 50,1 53,1 60,6 8 38,6 23,8 13,5 1714 - Cuadro n- 498 îQUE OPINION TE MERECE LA INSTALACION DE LA GENERAL MO TORS EN FIGUERUELAS?. Edad: . . . , I 14-15 CV) 16-21 C%) 22-25 (%) 1. Buena. Solucionarâ el problema de paro en Zara goza por un largo plazo 29,5 13,4 12,5 2. Temporalmente lo solu cionarâ 18,2 20,7 23,1 3. Es una mala idea con£ truir coches con la cre­ ciente crisis de petrôleo 4,5 9,1 4,8 4. Buena para revitalizar la industrie en Zaragoza 6,8 10,4 12,5 5. Mala, porque el Estado se ha gastado en su instalaciôn lo que debiera invertir en industria 4,5 17,7 agropecuaria 25 6. No tengo opiniôn No contestan 36,4 28,6 22,1 Total 100 (44) 100 100 (104) _ Buona, 1,4 Buena paro, 2 36,3 23,8 25,5 - — (54,8)--- (44,5)---(48,1) 18,2 20,7 18,1 Mala, 3,5 9,0 26,8 28,2 6 36,4 28,6 28,2 - 1715 - Cuadro n - 499 îQUE OPINION TE MERECE EL E.STATUTO DEL TRABAJADOR QUE SE HA APROBADO EN LAS CORTES?. Edad 14-15 16-21 22-25 (%) (%) (%) Buena para los trabajadores 14,3 7,9 6,3 Defiende mas los intereses de la Patronal 7,1 23,8 35,8 No lo conozco 78,6 68,2 57,9 Total 100 100 100 (42) (151) (95) - 1716 Cuadro n- 500 y 501 ACTITUD HACIA; Edad. 14 -15 (%) 16-21 (%) 22-25 (%) POR EL BIEN DE LA COMUNIDAD DEBE De acucrdo 28 21 20 EXISTIR LA PENA DE Indécise 36 30 29 MUERTE En dfisa- cuerdo 36 49 51 Total 100 (42) 100 (150) 100 (92) EL ODIO Y LAS RE De acuerdo 18 23 21 PRESALIAS VIOLEN TAS ANTE LAS IN- Indeciso 41 30 34 JUSTICIAS EN LOS SALARIOS ESTAN En desa- cuerdo 41 47 45 JUSTIFICADOS Total 100 100 100 (39) (145) (95) - 1717 - * ; Cuadro n- 502 , îAPRUEBAS 0 DESAPRUEBAS LAS SIGUIENTES ACCIONES DE PRO TESTA QUE FIGURAN A CONTINUACION?. Edad. 14-15 16-21 22-25 (%) (%) (%) APOYAR CON TU FIRMA Sî 50 73,8 79,8 UNA PETICION SOCIAL No 22 ,7 10 ,4 4 ,8 DETERMINADA No contestan 27 ,3 15,8 15 ,4 Total 1 00 (4 4 )10 0 (1 64 )1 0 0 (10 - PARTICIPAR EN UNA Sî 47 ,7 57,9 6 7 , 3 MANIFESTACION PO­ No 3 4 ,1 26,2 17 ,3 LITICA No contestan 18 ,2 15 ,9 15 ,4 Total 1““ l o o (164) 100 (104) PARTICIPAR EN UNA Sî 36 ,4 37,8 47.1 UUELGA POLITICA No 4 7 ,7 42,7 30,8 No contestan 1 5 ,9 19,5 2 2 ,1 T o t a l 100 (164) 100 (104) PEGAR CARTELES 0 Sî 2 0 .5 _ 25,6 26,9 HACER PINTADAS No 6 3 ,6 54.9 53.8 No contestan 15 ,9 19.5 19,2 T o t a l 100 (164) l o o (104) PARTICIPAR EN UNA Sî .4,5 7 .9 5,8 ACCION VIOLENTA No 75 ,0 75,0 75 ,0 No contestan 20 ,5 17,1 19,2 (44 ) l o o (164) 100 (104) - 1718 - Cuadro n- 503__ COMO RESPUESTA A LAS ACCIONES DE PROTESTA MENCIONADAS EN PREGÜNTA 174, îAPRUEBAS 0 DESAPRUEBAS LOS SIGUIEN-- TES TIPOS DE ACCIONES GUBERNAMENTALES?. Edad: 14-15 C%) _ 16-21 m 22-25 {%)__ MANDAR A LA FUER Sî 80 66,7 56,3 ZA PUBLICA A DI- SORVER PACIFICA- No 20 33,3 43,7 MENTE UNA MANI­ FESTACION Total 100 C3.5)__ 100 -JL13.8).. 100 MANDAR A LA FUER sî ZA PUBLICA EQUI- ---------- PADA CON MATERIAL No ANTIDISTURBIOS A ---------- DISOLVER UNA MA- Total NXEESTACION— — ______:____ 20 13,6 80 84,6 93 100 (35) 100Ç132) 100 f86) DETENER Y JUZGAR Sî 22,6 11,9 7,1 POR LOS TRIBUNA- LES A LOS MANI-- No 77,4 88,1 92, 9 FESTANTES Total 100 (31) 100 (126) 100 (84) PROIÜBTR MANIEES TACTGUES DE PRO­ Sî 68,6 68,4 66,3 TESTA CUANDO EXIS TE PELIGRO DE AL No 31,4 31,6 33, 7 TERAR EL ORDEN PfUiî.Tm __ _ 1. _ Total 100 (35) 100 (133) 100 (83) ATENDER POR MED10 DE PERSONAL DEL Sî 66,7 58,5 60, 5 EJERCITO LOS SER- VICIOS PUBLICOS No 33,3 41,5 39, 5 PARALIZADOS POR UNA_JIUEI.GA- ; Total 100 . (30) _ 100 (130)_ 100 (86) - 1719 Cuadro n- 503 (Continuaciôn) MILITARIZAR A LOS EMPLEADOS DEL SEC TOR PUBLICO QUE SE PONEN EN HUELGA Sî 40 19,4 15,5 No 60 80,6 84,5 Total 100 (25) 100 (124) 100 (84) MULTAR A LOS FIR SI 26,7 3,8 1,1 MANTES DE UNA PE TICION. No 73,3 96,2 98,9 Total l o o 100 l o o (30) (133) (88) 1720 - Cuadro n- 504 6HAS PARTICIFADO ALGUNA VEZ EN LAS SIGUIENTES ACCIONES DE PROTESTA?, 2CUAL?. Edad; Global 14-15 16-21 21-25 (%) (%) (%) (%) Manifestacion polîtica 35,6 29,7 34,2 49,5 Huelga polîtica 12,2 16,2 12,1 14,1 Apoyar con tu firma una peticiôn social 40,1 18,9 45,0 51,5 Hacer pintadas o pe gar carteles 7,7 8,1 5,4 13,1 Acciôn violenta 3,5 2,8 5,4 2,0 Ninguna S,7 67,6 40,9 30,3 No contestan (Respuesta mûltiple)(312) (37) (149) (99) - 1721 - Cuadro n- 505 EL SERVICIO MILITAR OCUPA UN ANO DE LA VIDA DE TODO JO VEN, ÎQUE ACTIVIDADES TE GUSTARIA REALIZAR 0 QUE SE REALIZARAN DURANTE ESE TIEMPO?. Edad: 14-15 16-21 22-25 (%) (%) (%) Servicios civiles gratuités a la sociedad en aquellas âreas que cada uno conoce 5 8 17 Aprendizaje profesional en âreas de interês 17 10 7 Aprendizaje del manejo y responsabilidad técnica del armamento moderne 10 8 5 Colaboraciôn en programas de desarrollo con o en otros paîses 2 2 Lo dejarîa tal y como estâ en la actualidad 20 9 5 Lo eliminarîa totalmente 7 8 11 Lo reducirîa a los très meses de aprendizaje de armas 12 21 25 Lo dejarîa voluntario para quienes quisieran hacerlo 29 34 28 Total 100 (41) 100 (154) 100 (96) - 1722 - Cuadro n- 506 iCUALES DE LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES ESTARIAS DISPUES TO A REALIZAR, REALIZAS 0 HAS REALIZADO Edad : ALGUNA VEZ?. 14-15 (%) 16-21 . m 22-25 (%) 1 .Trabajar con otros miem bros de tu comunidad para 34,2 resolver problemas local, barrio 30,0 20,6 2. Dedicar tiempo y traba jo a un partido politico 2,6 3,3 9,3 3. Asistir a reuniones o mîtines politicos 5,3 7,3 15,5 4. Dedicar tiempo y trabajo a una asociaciôn juvenil 28,9 24 15,5 5. Dedicar tiempo y trabajo a actividades de interes c^ vico o problemas sociales 10,5 26 26,8 6. Participer en debates y tra bajos eue nronicien la dis eus ion nuElî 2,6 13,3 ca sobre tenas de interes rogioral,* nacional, social 20,6 Ninguna No contestan 44,7 33,3 32 (Respuesta mûltiple) (38) (150) (97) 1,5 44,7 56,0 47,4 2.3.4 36,8 34,6 40,3 6 2,6 13,3 20,6 Ninguna No contestan 44,7 33,3 52,0 1723 Cuadro n- 507 îQUE ACTOS DELICTIVOS 0 ANTISOCIALES CREES TU QUE COME TEN LOS JOVENES MAS FRECUENTEMENTE?. Edad: 14-15 (%) 16-21 (î) 22-25 (%) Robar a la gente en la calle 65,1 62,2 51,5 Violar o asaltar mujeres 30,2 21,8 11,3 Meterse con la gente en plan gamberro 41,8 57,6 43,2 Protagonizar riras callejeras 27,9 21,8 18,5 EmborracharssMy dar cscândalos pûblicos 20,9 15,2 17,5 Robar coches o motos 48,8 52,3 51,5 Otros 2.3 2,6 3,0 (Respuesta mûltiple) (38) (150) (97) - 1724 - Cuadro n- 508 iCUALES DE ESTOS ACTOS DELICTIVOS 0 ANTISOCIALES CREES QUE VAN EN AUMENTO?. Edad; 14-15 (%) 16-21 (%) 22-25 (%) Robar a la gente en la calle 52,38 68 ,66 62,36 Violar o asaltar mujeres 33,3 30 18,2 Meterse con la gente en plan gamberro 21,4 28 19,3 Protagonizar rinas calle^ jeras 19 12,6 9,6 Emborracharse y dar escân dalos en püblico 7,1 10,6 8,6 Robar coches o.motos 40,4 49,3 44 Otros 2,3 1,3 1,07 (Respuesta mûltiple) (42) (150) (93) - 1725 - Cuadro n- 509 ULTIMAMENTE SE HABLA MUCHO DE QUE CADA DIA HAY MAS DE- LINCUENCIA, SOBRE TODO JUVENIL, EN LAS CIUDADES. CON-- CRETAMENTE EN TU BARRIO, iCOMO VES TU ESE PROBLEMA?. Edadt 14-15 16-21 22-25 _(%) (1) (%) No hay problemas de delincuen cia juvenil en mi barrio 4,65 2,67 14,14 No lo he vis to en mi barrio p£ ro sî creo que estâ aumentando la delincuencia en Zaragoza 39,53 41,33 44,44 Siempre ha habido cierto grado de delincuencia en mi barrio, no noto que esté aumentando 30,23 34,67 23,23 Creo que en mi barrio si estâ aumentando la delincuencia 25,58 20,67 18,19 Total (43) (150) (99) . - 1726 - Cuadro n- 510 iCREES QUE LA DELINCUENCIA QUE SE DA EN EL BARRIO PRO- VXENE DE LOS MISMOS JOVENES DEL BARRIO 0 DE FUERA?. Edad ; 4-15 16 -21 22-25 (%) (%) Del barrio 9,30 12,10 5,94 De fuera 2,32 7,01 16,83 Ambos 51,16 50,96 40,60 No sê 37,20 29,94 36,63 Total 99,98 100 100 (43) (157) (101) - 1727 - Cuadro n- S U îA QUE CREES TU QUE SE DEBE LA DELINCUENCIA JUVENIL PRINC% PALMENTE?. Edad 14-15 (n 16-21 m 22-25 m A la edad 4,5 7,1 Al aburrimiento 23,2 17,4 13,1 A la excitacidn al estar some tido a emociones fuertes duran te largo tiempo 16,2 11,6 9,1 A que la sociedad no brinda trabajos gratificantes. 34,8 28,3 33,3 Al paro 32,5 45,8 52,5 A que los jôvenes ven que el esfuerzo de sus padres no ha servido de nada 9,3 11,6 8,1 A que en sus familias hay sî - tuaciones violentas de las que nadie sc ocupa 30,2 47,1 32,3 A que la dnica forma de evi- tar peleaa en casa es llevar dinero a los padres 4,6 5,1 5 Necesidad de gastar para di- vertirse 18,6 22,5 26,2 Los jôvenes no tienen forma- ciôn-profesional interesante 6,9 15,4 24,2 Hacerse admirar por sus amigos y causar miedo a los demâs 37,2 26,4 13,1 En imitaciôn de las pelîculas 20,9 10,3 13,1 (Respuesta mûltiple) (48) (151) (95) - 1728 - ‘ ; Cuadro n- 512 iQUE MED IDAS MAERl'' QUE TOMAR PARA QUE DISMINUYA LA DE­ LINCUENCIA?. Edad: 14-15 16-21 22-25 (’») (%)_ (%) Penas y castigos mas duros 34,88 21,87 11,88 Trasformar la sociedad 30,23 43,12 54,45 Mejorar sistemas de reedu caciôn y sistema de peni- tenciarias 18,60 21,25 23,76 Protéger a nifios de ambien te familiar nocivo 4,65 6,87 3,96 No sê 11,62 6,87 5,94 Total . 100 (43) 100 . ÜAO) 100 Cioi) 17.29 Cuadro n- 513 2COMO JUZGARIAS AL JOVEN QUE TOMA DR0GA7 Edad; • 14-15 16-21 22-25 Cl) (%) C D _ _ Todo el mundo tiene algûn vlcio 24,39 16,55 16,16 Manera fâcil de evadirse de la realidad 41,46 58,94 56,56 Como alguien que quiere estar al dîa 9,75 8,60 6,06 Como alguien que ha ad- quirido una dependencia que lo dégrada 4,88 6,62 8,08 Como esclavo de "came- llos" por no existir ocio sano en la urbe - 19,51 9,27 13,13 Total 100 100 (41) (151) 100 (99) - 1730 - Cuadro n- 515 HAY ALGUNAS FORMAS DE VIOLENCIA QUE TODDS PERCIBIMOS - COMO TALES, HAY OTRAS COSAS QUE NO SIGNIFICAN LO MISMO PARA TODOS. iPODRIAS DECIR SI ALGUNO DE LOS EJEMPLOS SIGUIENTES LOS PERCIBES COMO HECHOS NORMALES DE TU VI­ DA COTIDIANA 0 COMO UNA FORMA DE AGRESION HACIA TU PER SONA?. Edad: 14-15 16-21 22-25 C n (%) (%) LAS SINFONOLAS QUE ESCUCHAS EN LOS BA RES Normal 92,10 90,57 87,35 Agresiva 7,90 9,43 12,65 Total 100 100 100 (38) (138) Ç87) LA T.V. PUESTA EN LOS BARES Normal 92,30 81,34 74,15 Agresiva 7,70 18,66 25,85 Total 100 100 100 (39) .(154J). (89) PRESENCIA DE AGEN TES DEL ORDEN AR- MADOS EN LA VIDA COTIDIANA DE LA CALLE Normal 64,86 47,44 51,65 Agresiva Total 35,14. 52,56 48,35 TOÔ ÎÔÔ Too ^ (37) (137) (91) EFECTO DE MUSICA Y LUCES EN LAS DISCOTECAS. Normal 86,11 71,94 51,72 Agresiva Total 13,89 28,06 48,28 TÏÏÔ Too ÏÔD (36) (139) (87) - 1731 - Cuadro n°515ÇContinuaciôn) 14-15 16-21 22-25 (%) xn (%) TRAFICO URBANO Normal 68,42 52,80 37,5 Agresiva 31,58 47,14 62,5 Total 100 100 100 1881 CUADRILLAS DE CHÎ COS QUE SE METEN CON LAS CHICAS AL PASAR Normal 21,05 27,14 24,72 Agresiva 78,95 72,86 75,28 Total 100 100 100 (38) ri40) (89) VER A LAS MUJERES QUE EJERCEN LA -- PROSTITUCION EN ALGUNA PLAZA DE LA CIUDAD Normal 22,86 43,51 41,46 Agresiva 77,14 56,49 58,54 Total 100 100 100 (35) (131) X8.2) EL QUE ALGUN HOM BRE 0 GRUPO DE NOMBRES TE HAGAN PROPOSICIONES EN LA CALLE Normal 5,71 12,51 13,58 Agresiva 94,29 87,69 86,42 Total 100 100 100 (35) (130)... (81) EL VER A LOS PA­ DRES PEGANDO A SUS HIJOS EN LA CALLE Normal 11,43 11,51 8,14 Agresiva 88,57 88,49 91,86 Total 100 100 100 (35) (139) (86) EL ORIR A LOS VECINOS A TRAVES DE LAS PAREDES Normal 26,67 42,70 36,06 Agresiva Total 73,33 57,50 63,94 100 (15) 100 (89). 100 (61) 1732 Cuadro n°515(Continuacion) 14-15 16-21 22-25 (%) (%) (%) TENER QUE UAR TUS DATOS PERSONATES Normal 83, 33 73, 13 59,03 PARA CUALQUIER COSA OFICIAL Agresiva 16, 67 26, 87 40,97 Total 166 (36) lOo (134) lo o (831 EL SISTEMA DE ATEN CION EN EL AMBULA- TORIO DE LA SEGU- RIDAD SOCIAL • Normal 75 47, 28 35 Agresiva 25 52, 72 65 Total 100 (32) 100 (129) 100 (80) QUE A LOS:14 ANOS SI NO HAS IDO BIEN Normal 64. 70 44, 44 51,9 ANTES EN TUS ESTU- DIOS, NO PUEDES SE Agresiva 35, 30 55, 56 48,1 CUIR ESTUDIOS SUPE RIORES Total 166 (34) 160 (126) 100 (79) EL TENER QUE ENSE- NAR EL CARNET PARA ENTRAR AL CINE-, : DISCOTECA, ETC. Normal 55, 56 58, 62 67,27 Agresiva 44, 44 41, 38 32,73 Total 100 (18) 100 (87) l o o (55) Cuadro n- 516 SIMPATIAS POLITICAS 1733 - Nivel socio-profesio- nal paterno Alto Medio Bajo Obreros (%) (%) industriales --- Anarquismo 7,9 7,9 11,4 11,4 Comunismo 2,6 4,4 4,4 5,7 Socialisme marxista 2,6 11,4 7,6 8,6 Socialismo no marxista 15,8 6,1 7,0 3,8 Social democracia 7,9 7,0 12,7 11,'4 Libérales 5,3 7,0 5,1 7,6 Democratas cristianos 5,3 1,8 1,3 1,0 Centrisme 7,9 0,9 Conservadores 10,5 0,9 1,3 Falangistas 0,9 0,6 Ultraderechismo 5,3 0,9 0,6 Ningiina 26,3 42,1 39,9 44,8 No contestan 2,6 7,9 6,3 5.7 Total 100 100 100 100 (38) (114)(158) (105) 1734 - Cuadro n- 516 (Continuacion) SIMPATIAS POLITICAS: Nivel Alto socio-profes ional: Medio Raio Obreros ind. Anarquistas» 7,9 7,9 11,4 11,4 Comunistas/socialistas marxistas 5,2 15,8 13,9 14,3 Socialistas no marxistas social-demôcratas 23,7 13,1 19,7 15,2 Derecha 29,0 10,6 6,7 8,6 Extrema derecha 5,3 1,8 1,2 -- - Ninguna 26,3 42,1 39,9 44,8 No contestan 2,6 7,9 6,3 5,7 Total 100 100 100 100 Izquierda 28,9 29,8 32,3 29,5 Social democracia 7,9 7,0 12,7 11,4 Derecha 34,3 12,4 7,9 8,6 Sin tendencia 26,3 42,1 39,9 44,8 No contestan 2,6 7,9 6,3 5,7 Total 100 100 100 100 - 1735 - Cuadro n- 517 VOTO EN LAS ELECCIONES DE 1979 Status profesional paterno Alto (%) Medio (%) _ Bâjo (%) _ UCD ......... 20 6,7 2,4 PSOE 20 26,7 25,0 PCE 10 15 8,3 Extrema izquierda 5 6,7 8,3 PAR 35 6,7 2,4 P S A .................. .............. 5 9,5 CD 5 --- -- UN 5 2,4 Abstenciones 33,3 41,7 Total 100(20)* 100(60)* 100(84)* Socialistas 20 31,7 34,5 Comunistas 15 21,7 16,6 Izquierda 35 53,4 51,1 DcTcchn, . . 65 13,4 7,2 Abstenciones 33,3 41,7 Total 100 100 100 (*) Mînimo de jôvenes en edad de votar en marzo de 1979 - 1736 - Cuadro n- 518 îQUIEN TE GUSTARIA QUE GOBERNARA EN ESPANA ACTUALMENTE?. Status socio-profesional paterno UCD 5,3 1,8 1,3 PSOE 15,8 13,2 13,3 PCE 1,8 5,1 CD 7,9 0,9 -- . . . Partido radical de derecha 10,5 3,5 1,9 Partido radical de izquierda 2,6 3,5 2,5 Coaliciôn tipo UCD/PSOE 15,8 6,1 4,4 Coaliciôn tipo UCD/CD -, 2,6 0,9 Partidos de izquierda 1-ipo PSOE/PC 5,3 13,2 13,5 Me da igual 10,5 21,7 19,0 No së 18,4 23,6 30,4 No contestan 5,3 10,5 8,9 Total 100(38) 100(114) 100(150) Gobierno de izquierda 23,7 31,7 34,2 Gobicrnp centre-izquierda 15,8 6,1 4,4 Gobierno de derecha 26,3 7,1 3,2 Indiferentes/No contestan 34,2 55,2 58,3 Total 100 100 100 - 1737 - Cuadro n- 519 SI CREES QUE LA MILITANCIA DE LOS JOVENES EN LAS ORGANIZA- CIONES POLITICAS ES ESCASA, iA QUE CREES TU QUE SE DEBE?. Status socio-profesional paterno: Alto .(%) Medio (%) Bajo (%) Falta de interés 21,1 20,1 12,8 Organizaciones se desinte- resan por problemâtica juvenil -- 4,7 5,4 Falta de eficacia 10,5 1,9 6,0 Falta de informaciôn sobre sus objetivos 10,5 3,7 5,4 No ofrecen canales adecua- dos de participaciôn 2,6 8,4 6,0 Teorizan mucho, no conven- cen en la prâctica 15,8 19,6 12,8 Su forma de pensar no les interesa a los jôvenes 5,3 2,8 2,0 Descncanto: partidos no son capaces de cambiar la situaciôn 36,8 37,4 28,2 No sÔ 21,1 21,5 43,0 (Respuesta niültiple) (38) (107) (149) 1,7,8 63,2 60,3 43,0 2,3,4,5,6, . 39,4 38,3 35,6 - 1738 - Cuadro n- 520 îCREES QUE EL GOBIERNO ESTA DANDO SOLUCION A LOS PROBLEMAS DEL PAIS?. Nivel socio-profesional Alto (%) Medio (%) Bajo (%) Media Si -- • “ -- Lo intenta pero esca­ pe de sus posibilida- des 13,5 22,7 16,4 17,6 Solo trata de poner parches 37,8 30,9 28,3 29,5 Cede a presiones de los fuertes: no solu ciona problemas de los menos fuertes 5,4 7,3 10,5 8,3 Es incompétente para remediar estos pro­ blèmes 27,0 20,9 13,2 17,0 No hace nada 8,1 11,8 17,8 14,1 Mo së 8,1 6,4 13,8 9,9 Total 100 (37) 100 (110) 100 (152) : 96, S - 1739 - Cuadro n- 521 2CUALES DE LAS SIGUIENTES CREES TU QUE SON LAS CUESTIONES MAS CANDENTES DE LA SICUATION SOCIAL ESPANOLA?. Nivel socio-profesional paterno. Alto (%) Medio (1) Bajo ( M ____ Nûmero creciente de parados 84,2 79,8 76,8 Carestîa de la vida. Sala­ ries aumentan menos que precios 60,5 60,6 69,6 Dificultad de encontrar tra- bajo para los jôvenes 65,8 73,4 54,8 Cicrre de empresas con el consiguiente despido 60,5 47,7 59,4 Masificaciôn de las ciu- dades 50 52,3 39,4 Dificultad de encontrar trabajos estimulantes -- 7,3 3,9 Otras euestiones no men cionadas 2,6 11,9 6,8 No hay tantos problemas como parece 7,9 -- 1,3 No sê -- -- 9,7 (Respuesta mûltiple) (37) (110) (152) - 1740 - Cuadro n- 522 HOY EN niA SE PROPONEN CUATRO MANERAS DE LLEVAR LAS EMPRE SAS INDUSTRIALES. &CUAL DE ELLAS TE PARECE MAS APRQPIADA?. Nivel socio-profesional Alto Medio Bajo obre­ ros Bajo subal­ ternes Que los propietarios lleven la empresa o nombren direc­tives (%) 22 (%) 15 (%) 8 (%) 11 Que los propietarios y el personal participen en los nombramientos de directives 44 33 39 39 Que la propiedad sea del Estado y este nombre a los directives 3 5 6 4 Que la propiedad sea del personal de la misma em- 31 presa y que los respresen tantes elogidos por elles la îlcyen 47 47 46 Total 100 100 100 100 1741 Cuadro n- 523 îlOY EN DIA SE PROPONEN CUATRO MANERAS DE LLEVAR LAS EM PRESAS, iCUAL DE ELLAS TE PARECE MAS APROPIADA?. Actividad: Estudia X%) Trabaja (%) Trabaja y estu­ dia (%) En pare (%) _ Sus la­ res (%)Que los propieta­ rios lleven la em­ presa o nombren a los directives 16 12 8 7 . 16 Que los propietarios y el personal part^ jg cipen en los nombra mientos de los directives 33 21 48 68 Que la propiedad sea del Estado y te nombre a los di­ rectives 5 6 4 2 5 Que la propiedad sea del personal de la misma y que los re­ présentantes la lleven 43 49 67 43 11 Total 100(125) 100(84) 100(26) 100(49) 100(26) - 1742 - Cuadro n- 524 HOY EN DIA SE PROPONEN CUATRO MANERAS DE LLEVAR LAS EMPRE SAS, 2CUALES DE ELLAS TE PARECE MAS APROPIADA?. Nivel de estudios ’̂ rimar j os Graduado E.G.B. (%) F.P. (%) _ B.U.P. (%) Medios y supe- riores (%)Que los propieta rios lleven la empresa o nombren a los directives 11 15 8 25 Que los propieta rios y el perso­ nal participen - en los nombramieù tos de los direc tivos 44 27 35 29 Que la propiedad sea del Estado y este nombre a los directives 7 2 2 7 Que la propiedad sea del personal de la misma em-- presa y que los représentantes elegidos la lleven 38 56 55 39 Total 100(136) 100(41) 100(62) 100(28) - 1743 - % O jn tn 3 -Np enf3 NIp. »-■ oo • ^ . H • 3 • y • P • -9 d w H* o G po z w 2-pi w o S to* M 3 W w pu o o N-" P) c y p M P P d 33 o I-.(B n» H< K-*P 3 y p 2 O rt r+o ̂ 3 3 M p 3 '3 o 3 3 •H(B (Dg • p> H- P O p 3 O W 3 fO M • (/I H- 3 p . z r+ r+ira _ w pl p.p. P 3 m p] o s* ̂ 3 X)p. p P t-J en o (-J3 S-rh Pl (D p p (-•3 NI o zO g.p) 1Q < P p i-i *3 m P-o H- 3 fl 3 3 3 d 3H- 3 o N et p o P 3 p o M3 pï pl pi 3 3 y p m H"i_i. . l-> y t/l o o o §O'^ PI H- O' 3 i/> N 3 W3 < N M y o P P S(p Pq 3 p 3 M tu Ü *“ o H* d Xi o r l M I-* 3 n 3 MP) H- opi o O o* t* £B H' o 3 t-J >3 o 3 O P p p. y y a w£ o p p p' p zq 3 iw t/l t/îM- ►3Q >«3 g 3*3 W >W O o Ni NI r-, 3 3 d H- M o Ln PVo 00 o to o« P H t/l 3 O^ O* 3 O d zro O en NI en 00 NI P p o p _ -t». e_i. y o tJo 3 H* wH- O' p. l/l p. n 3 p 1-4 pup P O O O 3 3 p o t—< W Oq 3 3 P wO NI h-> »-» r - ^ P d o w 3 P t r 3* z o Ol »—• OO en OI O'" 3 i-i o p o w p o M '— '“3 o C7*Crq P P pb N en "J -q o o I-* y d 3*3 o _ > IM p pl p | y P |P 3 fo P y P _ 3 o* tn 3 %p y p P O h-« y P 3 pu 1-4 O 04 NI >-« H-» ' 0 3 0 O O O O 0-1 en 1 en ■d» P 3o en h-* oo »—> ■p. ■p» n04 p o W I-* 1 Z 3p p n æ t—t(-• r> p t-j G p SO NI NI • NI 1 H» f-i p O' c O 00 oo OO ■Pk ^ tT p 3 y P M1 t-v p P P P P 2O' O' t o\ 1 en pu 3 3 3 c;O 3 O pu p Mp o p. o3* en P •>i pu n l-J p o o w M M o NI vo -j ^ 3w p d (7\ 00 -p. en eo p» 3 3--1 P 3pu Oo 1744 o\ en H-* o en JU. tden d W H- S a> d H 3 P 3 p O I-* p 3 3 o P p P 3 M H’ 3 3 P M' 3 O' O 3 t-* O NI M NI en o en O O en O OO OO .p. en NI ' w h-* O NI M NI O en V-» en >1 o "J en M ■ -3 O en en Ht V1 NI O o o en en - - 00 oo -P 3" enoo en M O NI en M O o CN NI erl h-> -N> en V-* O en NI M NI O NI o\ ■P en 00 to tO r -f=‘ nd 3O n fd Pi| p 3 3 Gw î M s-fi §g.^Ilo m 8-8p 3 O rio3 ?. gPnH'o\3 o en - 1745 - Cuadro n- 5 26 6QUE OPINION TE MERECE LA INSTALACION DE LA GENERAL MOTORS EN FIGUERUELAS?. Situaciôn del padre Trabaja Pare Jubilado (%) (%) (%) 1.Buena. Soluciona problema de paro en Zaragoza 16,1 9,1 15,8 2. Temporalmente sôlucionàra el problema del paro 21,7 13,6 21,0 3. Es una mala idea construir coches en la crisis creciente del pctrôleo 7,0 4,5 4. Buena, Revitalize la indu^ tria en Zaragoza 2,6 9,6 9,1 15,8 5. Mala. El Estado ha gastado en ella lo que debiera liaber 17,8 18,2 18,4 invertido en industria agropccuaria ______________ _______ _ 6. Sin opinion No contestan 27,8 45,5 26,3 Total 100(230)100(22) 100(38) 1/4 Buena 2. Buena, paro 25.7 18,2 31,6 (47,4)--(31,8)-----(52,6) 21.7 13,6 21,0 3/5. Mala 24,8 22,7 21,0 6/0 Sin opiniôn 27,8 45,5 26,3 Total 100 100 100 - 1746 - Cundro n - 52 7 iOUn OPINION T13 MERECE EL ESTATUTO DEL TRABAJADOR QUE SE HA APROBADO EN LAS CORTES?. Nivel socio-profesional Alto Medio Bajd (%) (%) (%) Buena para los trabajadores 11,1 9,7 6,8 Defiende mas los intereses de la patronal 8,3 27,2 27,9 No lo conozco 80,6 63,1 65,3 Total 100(36) 100(103) 100(147) - 1747 - Cuadro n- 528 QUE OPINION TE MERECE EL ESTATUTO DEL TRABAJADOR QUE SE HA APROBADO EN LAS CORTES?. Actividad Estuàiante Trabajador trabajador Parado Sus la- y estudian bores (%) (%) ^ C%) (%) Buena para los trabaja- dores 9,2 7,9 17,4 4,4 4,5 Defiende mâs los intere 15,8 40,8 34,8 20,0 22,7 ses de la patronal No lo conozco 75,0 51,3 47,8 75,6 72,7 100 100 100 100 100 Total (120) (76) (23) (45) (22) - 1748 o 3U ĉ*MW 5Oo co g 01 § < wen w & gÎ 4 ë 0 F-1 enw -iw 8wI w6- ZO a,01 ta g• HOT d)ewOFhA ta obO«ü+Jtau ta taFh 'HB'St;: % p ^ 4 4 Q ) t u iS't / l r 4 |O Ta o +4 «n M l vO tn ta I F4 ta «a jQ p. ta «rt Fi <üta p p cî o (u «/) Ta p o ta pa 1-4 '1-1 m «y-'a' tnt̂i tn cal 'e «Dj*̂ p ta4) «u r4 Ta p p c a>-̂ tu t4 Tactl•H p 44 «/) t/ic rt en t—tr4 /—1,»o o VO toV) LO CM CM 3to op r4 io yrt /—•Pi «t® P «y oo'— ' LO n r-i PM rt o> rt•i—i 3 -H ■y CM yrt crna /-Ifl 3 to en LO < rt p +J'— ' vO 1-4 1-4 f-< • P O V)tn t-, *3 (üwHo rt Pd iH ■y ya, P 1-4w rt P p-' LO 04 o P OH Tjto t3 w rt Cl% T) rtO *H •H M ■y yPt > T> 'U -H p to VO oU P P PI LO «NI 1-4 < U V) (U << W ptoMH Crtw PPI V) î=5 d) O p C(O oOto< LlH O o1-1 to % % to pPou z rt pof- I mI g woCL, g m - 1752 - cVO ■HOrt g PC oCJ o uTjrt3U vO vO VO en en 04 y y 04 04 en 04 vD vO vO O LO LO en O to VO en o y 04 04 O r-4 VU r-4 O o- r4 o t—1 1-4 r-4 en en enLO 04 04 y LO 04 to y r-4 VO to y LO 04 o y en VO o . vO t- VO o o4 1-4 o LO r-4 o t'­ 1—i o r4 1-4 r-4 VO VO VO en OO 04 04 y y 04 04 oo en 04 04 vO M en O en O to vO en O p w—« O r-4 n w Wo < M < r-1 Z a E-1 f - PS oO u < rS % ■H 1-4 u a.PS W % t_> Z < Pi c2 PS es O>> w < w Ho < E-* (3 u a u eu % w W < < u < 5 ea CL. œ a < - 1753 - en VO VO o 3 rH VO o to r-i o «—V p LO rt to i—i en en t-1 vO y a / y Vwr co'» to l-H oo ob vO O c to iH y tO cà C-* w rH < H to 1 W rt 3 O'® tM OO N ob VO o a rt P p vy LO LO to o P o rt rH w H T3 o o to rt to w 00 y VO vO 1^ Z r t f-y o X3 co® to VO VO en vO C- O rt P v-» y 1-1 y IO o t_) P o rHtj H ta ■< na 1 VOto rt c rH w t a rt en y o LO vO LO 1—t t—* *H Z > ta co® t " VO y en CJ o O w >H 3 to rH y y OH p p rH z u r t d) o < w +J to to < rtz rtw t a ■H rt M p p w dJ C > a •H a c rtz rt c p 5 o 3 LO to •H VrI rH d) T—1 U 1—1 c rt p O rH H rt O O *H P •H rt C a P a U ta rt > P < rt o U rt O O a d) rt p rt C C HP tw bO rt P VO 3 ta to •r4 iH >>a rt •rH bort < C d> o vO bO ta C3 rt 3 a - H d) y •Hto y Z < o a <î Z 1754 - OPo O4Dto rt < 1—1 tH toaw rt to v£>z 3 t" Wa toa •< OPrt y Oay y mt-i c \o »orH w Tj y LO < o •ri 3 Ĉl F~< P Pto tJ U rt tuW tJ •< tu pF-* zto tu p z < o z oH p a to tu zto tH H oM to < Z Z aZ < Z w oa a c to w y < MM n < (J too a a a u tH tup a < M a aTj o <4 Q z tH »Hrt is: to Z a tj Z3 o w y z < coi-l O oo o rt +->oH oSW to Ctî to o oCJ CL.to w o A toW CO O < A O O o CL. < .J H w w n to n a CJ O .-1 Xtü Kt <- w CJ CL: < w > eu X o tHto Tt- O oo oo nJ4-» to ,MCJltOo MM toM < < MM M Pi A O A< CJ XW tot—1O -j %CL:A m pj< < Af- M A %M MM M Pi %O Oz M H A lO>cj- en oo o o CtJ ■»-)oH Pi W «-4 CL,siA < Q CL: to %< M O E~* HHnJ* % u - 1 7 5 6 - C u a d r o n - 5 38 COMO RDSPUESTA A LAS ACCIONES DE PROTESTA MENCIONADAS EN PREGUNTA 147, iAPRlJEEAS 0 DESAPRUEBAS LOS SIGUIENTES TIPOS DE ACCIONES GUBERNAMENTALBS?. Nivel socio-profesLonall Alto (%y Medio ( %y Bajo (%) MANDAR A LA PUERZA PIJBLICA A DI SOLVER SÎ 75,8 66,3 62,1 PACIFICAMENTE UNA MANIFESTACION No 24,2 33,7 37,9 Total 100(33) 100(101) 100(124) MANDAR A LA PUERZA PUBLICA EQUIPADA CON MATERIAL ANTI- DTSTURBIOS A 1)1 SOL UNA MANIFESTA-' SÎ. 37,5 7,9 9,3 No 62,5 92,1 90,7 Total 100(32) 100(101) 100(118) DETONER Y JUZGAR POR TRIBUNALES A LOS MANIFESTANTES SÎ 23,2 12,4 8,0 No 76,7 87,6 92,0 Total 100(30) 100(97) 100(112) PROillBIR MAN I FES- TAGIONES DE PRO- ' SÎ 78,1 63,3 68,1 TESTA CUANDO F.XIS TE PELIGRO DE AL- No 21,9 36,7 31,9 TERAR EL ORDEN PU BLICO Total 100(32) 100(98) 100(119) ATENDER POR MEDIO DE PERSONAL DEL EJERCITO LOS SER- VICIOS PARALIZADOS POR UNA HUELGA. SÎ 81,3 60,2 54,4 No 18,7 39,8 45,6 Total 100(32) 100(98) 100(114) - 1757 - Cuadro n-538(Continnaciôn) Mcdio (%) Bajo (%) MILITARIZAR A LOS EMPLEADOS DEL SEC SÎ 23,3 23,4 15,9 TOR PUBLICO QUE SE No 76,7 76,6 84,1 PONEN EN HUELGA Total 100(30) 100(9.4) 100(107) MULTAR A LOS FIR- SÎ 4,3 2 7,8 MANTES DE UNA PE- TICION No 93,7 98 92,2 Total 100(32) 100(101) 100(116) - 1 7 5 8 - Ci l . idr o n - 5 5 0 I;f. SERVICIO MTLTTAR OCUPA UN ANO DE LA VIDA DE TODO JOVEN. ÂQUE ACTIVIDADES TE GUSTARIA REALIZAR 0 QUE SE REALIZARAN DURANTE ESE TIEMPO?. Nivel.socio-econômico Alto (%) Medio (%) Bajo (%ySorvlcios civiles gratui­ tes a la socicdad en aque lias areas que se conocen 16 9 10 Aprendizajo profesional on areas de interês 11 9 11 Aprcndizaje del mancjo y responsabilidad tccnica del armamento moderne 5 ' 8 8 Colalim ac ion en programas de désarroilo con o en otvos paîses 3 3 1 Lo dejarîa tal y coino es­ ta en la actualidad 19 8 8 Lo eliminarïa totalmcnte 8 11 8 Lo reducirta a les très incscs de aprendizajo de armas 14 20 23 Lo dejarîa voluntario para quienes quisieran haccrlo 24 32 31 . Total 100(37) 100(109) 100(143 1759 C u a d r o n - 5 4 0 ZCUAL DE LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES ESTARIAS DISPUESTO A REA LIZAR, REALIZAS 0 HAS REALIZADO ALGUNA VEZ?. Nivel socio-econômico Alto Medio Bajo (%) (%) (%) 1. Trabajar con otros miem bros de tu comunidad para 29,4 27,9 26,2 resolver problemas locales .. . _____________________________ 2. Dedicar tiempo y trabajo a un partido politico 8,8 5,7 4,1 3. Asistir a reuniones o mi 17,6 8,7 9,0 tines politicos_____ ' ' __________ 4. Dedicar tiempo y trabajo a una asociaciôn juvenil 29,4 24 17,9 5. Dedicar tiempo y trabajo a actividades de interes c^ 35,3 27,9 19,3 vico. problemas sociales, etc____ _________________________ 6. Participar en debates y traba- jos que propicien discus ion pûbH 14,7 20,2 9,7 ca sobre temas de interes. régional..._______ ____________________ Ninguna 21,1 28,9 41,4 No contesta ■ _______ ___ ____ Total 100(34) 100(104) 100(145) 1,5 64,7 55,8 45,5 2,3,4, 55,8 38,4 31 6 14,7 20,2 9,7 Ninguna No contesta 21,1 28,9 41,4 - 1 7 6 0 - ENCUESTA SOBRE LA JUVENTUD DEL CASCO VIEJO DE ZARAGOZA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA. Facultad de Ciencias Economicas y Empresaiiales 1. 2. Dinos ia categon'a de edad a la que perteneces: 1. □ Tcngo 14-15 anos 2. □ Tengo 16-21 anos 3. □ Tengo 22-25 anos Sexo; 1. □ Masculine 2. □ Fcmenino Estado Civil: 1. □ Casado: iCuintos hijos? 2. □ Soltero 3. D Viudo 4. O Separado 4 . Dinos en cual de las siguientes actividades te situas: 1. □ Sôlo estudio 2. □ Solo trabajo 3. □ Trabajo y estudio a la vez ' 4. □ Estoy en paro 5. □ Me dedico a lo que se llama sus labores 5 . Sea cual sea tu actividad, dinos que nivel de estudios posees: 1. □ NInguno 2. O Primaries / Primer cicio de EGB 3. □ Cultura general 4 . □ Bachiller elemental / Segundo cicIo de EGB 5. □ Graduado Escolar 6. O Mecanografia, secretariado, idiomas 7. □ Formacion Profesional, aprendizaje de un oficio 8. O Formacion Profesional industrial, oficialfa 9. O Bactiiller superior / BUP 10. D C O U 11. O Estudios técnicos de grado medio (escuelas técnicas industriales, ATS, peritaje mercantil, Magisterio, etc.I 12. □ Estudios Superiores (universitariosl 6 . ZCuantos anos (levas viviendo en este mismo barrio? 1 .0 Menosdeunano 3. □ Mâs de 3 anos 2 . 0 De 1 a 3 anos 4. O Siempre 7 . (A los solteros:) iC on quién vives? 1 .0 Con mis padres 4. □ Solo en pensiôn, patrona, re- 2 .0 Con una chica/o sidencia, etc. 3 .0 Solo en un piso 5. O Con un grupo de amigos/as 6. O Con otros familiares — 2— 3 oO l OaO30 4 0 0 D o D 30 3 0 * O s O «D 3030 rente al trabajo de la m ujer cuando vive ya en pareja, con hijos, etc? (Una sola respuesta) 1. Q Prefiero que la mujer se responsabilice de la casa e hijos y el hom- bre del trabajo fuera 2 □ Prefiero que ambos trabajsn por igual, dentro y fuera de casa 3 □ Me da igual quien haga cada cosa. Todo depende de las circunstan- cias, de los deseos de cada cual, etc. 4. □ Lo veo negativo porque quita puestosde trabajo a los honVbres 5. □ Creo que lo necesita para desarrollar su personalldad, igual que el hombre 6. □ Creo que no debe hacerlo, porque entre el trabajo de fuera y el de la casa no le queda tiempo libre para nada 7. □ Creo que debe hacerlo si desea ser igual al honésre 8. □ Otros 9. O No sé 52 . êQué considéras m is Im portante para tu desarrollo personal en el futuro? (Una sola alternative) 1. □ Realizar un trabajo que me satisfaga 2. □ Dedicarme al cuidado y atenciôn de mi familia exclusivamente 5 3 . iC àm o considéras la posiciôn econômica de tu familia en rela­ ciôn con la sociedad? 1. □ Alta 4. □ Media-baja 2. □ Media alta 5. □ Baja 3. □ Media 6. □ No sé (S O LO P A R A LOS Q U E T R A B A JA N ) 54 . tQ u ê tipo de trabajo tienes? 1. □ Manual calificado 2. □ Manual no calificado 55 . tP or qué razôn trabajas? 1. □ Me gusta 2. □ Tengo que ganarme la vida 3. □ Me obligan en casa 3. O No manual calificado 4. □ No manual no calificado 4. □ No sirvo para estudiar 5. □ Otra razôn 6. □ No sé 56 . (Q ue categori'a profesional tienes? 1. □ Aprendiz, pinche 2. □ Peôn 3. □ Oficial tercera 4. □ Oficial segunda 5. □ Oficial primera 6. □ Botones 57 . éCômo es tu trabajo? 1. □ Ftjo 7. □ Subalterno 8. □ Ayudanta 9. □ Auxiliar 10. □ Oficial administrativo 11. □ Mandos intermedios 12. □ Jefes o directores 2. □ Eventual 58 . (Estas dado de alta en ta Seguridad Social? I . D S f 3. D Nosé 2 . 0 No 0 1 2 3 4 -» s - o □ O D O “7 i - 0 O » O 2 O 3 O 4 O 5 O • O 7 O • o 9 O -77— ® o t a 2 0 -7t— ® 0 4 0 t o 5 0 2 0 6 0 3 0 0 1 2 3 4 - 7 # - 0 O O O O —eo— ©O 4 0 lO sO 2 0 6 0 3 0 - e i— OQ 6 0 »D 7 0 2 0 ■ D 3 0 * o 4 0 10 O 5 0 t t o 12 0 0 1 2 -« 2 - O D D 0 1 2 3 - e * - O D O O - 1 7 6 8 - 5 9 . (E n qué tip o de empresa trabajas? 1 . 0 En la admitiistraciôn püblica 2. □ Empresasque dependen del Estado 3. □ Empresas privadas de émbtto nacional o multinacional 4. □ Empresas privadas de émbito local o regional 5. □ Empresa familiar 6. □ Trabajo por cuenta propia empleando personal 7. □ Trabajo por cuenta propia sin emplear personal 8. □ Trabajo como empleada de hogar 9. □ Trabajo en domicilio por cuenta ajena 6 0 . (Cuântas horas al d ia lo haces? 1. □ Menos de 4 horas diarias 2. □ Entre 4 y 6 horas diarias 3. □ Jornada compléta de 8 horas 4. □ Mâs de 8 horas diarias por obligaciôn 5. □ Mâs de 8 horas diarias porque hago horas extras 6 1 . Vayas en el medio de transporte que vayas, (cuanto tiem po to ta l consumes en ir y volver de tu trabajo? ! , □ Menos de media hora 4. □ AIrededor de hora y media 2 . 0 AIrededor de media hora 5 . 0 AIrededor de dos horas 3. □ AIrededor de una hora 6 . 0 Més de dos horas 6 2 . (C uânto tiem po llevas trabajando en el mismo sitio? 1. O Menos de 1 ano 3. 0 Més de 3 anos 2. D Entre 1 y 3 anos 6 3 . (Cuanto ganas mensualmente? 1. □ Menos de 10.000 pesetas 2. O Entre 10.001 y 15.000 pts. 3 . O Entre 15.001 y 20.000 pts. 4. O Entre 20.001 y 30,000 pts. 5. G Entre 30.001 y 40.000 pts. 6 4 . En cuanto a seguir en el mismo trabajo que estés, (qué posibi­ lidades ves de hacerlo de aqui a dos anos? (1 sola respuesta) 1 .0 Veo que es posible seguir y me gustaria 2. O Veo que es posible seguir pero no me gustarfa 3 . 0 No creo que la empresa me vaya a mantener en et trabajo 4 . 0 No sé 6 5 . Indi'canoscômo te resultan los siguientes aspectos de tu trabajo: Sitls- Inutls- 1. El trato que recibo por parte de la empresa .......... 2. El respaido sirxücal que hay en mi empresa .......... 3. Las condiciones de trabajo (segurldad, limpieza, etc) 4. La gran responsabilidad que tengo .................. .. 5. La poca responsabilidad que tengo .................. 6. El ambiente de solidaridad entre los companeros . . 7. Los medios de que dispongo para hacer bien mi tra b a jo ........................................................................ 8. La organizaciôn del trabajo en mi empresa............. 9 . La rutina de mi trabajo.............................................. 10. Las oportunidades de aprendizaje............................ 11. Que no es necesario tener iniciativa.......................... 12. El tener un horario fijo que no puede ser cambiado 13. El dinero que gano ............................ ....................... 14. Las vacaciones que tengo ......................................... 15. El que no se trabaja demasiado ............................ 16. El que se trabaja m ucho............................................ 17. Las facilidadcsdc ascenso......................................... 18. Otros aspectos ........................................................... 6. O Entre 40.001 y 50.000 pts. 7. 0 Entre 50.001 y 70.000 pts. 8. 0 Entre 70.001 y 90.000 pts. 9. 0 Més de 90.000 pts. —#4— 0 O l O*□30 40SO -44- ®0 10 20 3 0 6070 e 09 0 0 o1 o2 o3 o 4 o 5 O 4 0 5 060 0 1 2 3 -67̂ 0 0 0 0 - 66— 0 0 10 20 30 4 0 S 0 6 0 7 0 8 0 9 O p 1 2 3 4 - 6 9 - 0 0 0 0 0 ric- fac* 0 • torto• n o —60— 0 O O• o o - 9 1 - 0 0 O• n o -92— O 0 0• n o -63- O 0 0• n o - 9 4 - 0 0 0 • 0 □ - 9 5 - 0 0 O - 9 6 - 0 0 0. n o - 6 7 - 0 0 O. n o - 6 8 - 0 0 0. n 0 - 6 9 - 0 0 O. n o -lOO-O 0 O. n o -161-0 O O . 0 □ —10 2-0 0 O ■ o G -1 0 3 -3 0 O- n □ —104—O 0 0 - 0 o -105—0 0 0 • 0 0 —1 0 6 -0 0 0 . 0 o -1 0 7 -0 0 0. n o - 1769 - 6 6 . pleos antes del actual:) cEn cuantos empleos diferentes has trabajado? 1 . 0 En 1 empleo 3 . 0 En varios empleos 2. □ En 2 empleos 6 8 . ZPodrias explicar por qué sallste de tus trabajos anteriores? 1 .0 Por despido. al terminer el tiempo de prueba y para no hacer con­ trato 2. □ Despido porque hacfa demandas salariaies y/o de contrato de trabajo 3. □ Por crisis de la empresa 4. □ Por voluntad propia 5. □ Porque no estaba satisfecho con mi rendimiento 6 . 0 Otras razones 69 . Si pudieras elegir actualmente, cqué trabajo eleglnas? 1 .0 El mismo que tengo 2 O Promociôn en el sitio donde estoy 3 .0 Cambiar de empresa o sitio de trabajo 4. Q Realizar otro oficio. Especifica cuâl . . . 5 .0 Me in a al extranjero 70. ZComo encontraste el trabajo que tienes ahora? 1. O Trabajaba allf algûn familiar mfo 2. O Mi famiiia y/o yo conocfamos a alguien que trabajaba allf 4. □ Por las oficinas de empleo - l i t - 0 □ * G 5. G Por anuncio en el periôdico 1 G « G 6. G Por anuncios en el lugar de trabajo, tiendas del vecindario, etc. 2 G ' G 7. G Por cuenta propia 3 G • G 8. G Por oposiciôn 4 G » G ■ 9. D Por el centro en que estudiaba 71. Si crees que estas en peligro de paro, tqué razones encuentras para ello?1. □ Que soy eventual 2. D Que estoy en un tr^ajo de temporada3. O Que el negocio o empresa va mal 4. D El miedo a la crisis econômica 5. Q Que ha habido despidos en los ültimos seis meses6. O Las malas relaciones y discrepancias con mi empresa 7. □ Que termina mi perfodo de aprendiz 8. □ Mi insuficiente formaciôn profesional 9. □ Qtras razones10. □ No creo estar en peligro de paro 72. (T e dedicas al mismo oficio o profesiôn que tus padres? 1. D Sf, igual que mi padre 3. □ No 2. □ Sf, igual que mi madre 73. cQué haces con el dinero que ganas? 1. □ Lo doy l'ntegro a mis padres 2. □ Doy la mayor parte a mis padres y me quedo el resto 3. □ Doy una pequena parte a mis padres y me quedo ei resto4. □ Me lo quedo todo 0 I z 3 4 - lO i-G □ □ □ C 0 12 3 -10»- □ □ □ ü 0 □ 1 o 2 □ 3 □ 4 □ 5 □ 4 □ 0 □ 1 O *□ 30 4 O 9 O — 113— 0 □ 1 G2 □3 □ 4 G 5 G 6 G 7 G • G 9 G 10 G 0 12 3 114- G G G G - l i s - OQ iG 2Q 3 G 4G - 1770 (A C O N T E S T A R POR LOS Q U E E S T A N EN PA RO ) 74 . Expli'canos cuâl es tu situaciôn actual:1. □ Nunca he trabajado y estoy buscarxio mi primer empieo 2. □ He trabajado antes pero no he conseguido cobrar el seguro de des- empleo 3. □ Estoy cobrando el paro4. □ He estado cobrando el paro pero ya se me ha acabado 75. ZCuânto tiem po hace que buscas trabajo?1. O Menos de 3 meses 4. □ Mâs de 1 ano 2. □ De 3 a 6 meses 5. □ Mâs de 2 aRos 3. □ De 6 a 12 meses 76. jC uânto tiem po has trabajado antes de quedarte en paro? 1 .D Menos de 6 meses 4. □ Entre 3 y 6 anos 2. □ De 6 meses a 1 ano 5. □ Mâs de 6 anos 3. □ Entre 1 y 3 anos 77. iV e s posibilidades de salir de la situaciôn de paro en que te encuentras? 1. □ Sf, a corto plazo 3. G Pocas 2. O Tal vez a largo plazo 4. G Ninguna 78. j Buscas trabajo? (Una sola respuesta)1. G Sf, lo busco 2. G Ya he desistido de hacerlo 3. G Prefiero estar como estoy antes de meterme en trabajos que no tie­ nen ningûn interés para mf 79 . lEstâs afiliado a algûn sindicato? 1 . 0 CNT 2. G CCOO 3. G UGT 4. G USD 5. G CSUT 6. G SU 7. G STEA B. O Otros 80 . (Q ue sindicato crees tû que en estos momentos estâ realizando una polftica sindicat mâs eficaz en Zaragoza? ( t sola respuesta) 1. G CNT 5. G CSUT ■ 2. G CCOO 6. G SU 3. G UGT 7. G STEA 4. G USO 8 . G Otros 9. G No sé 8 1 .51 tienes més de 16 anos, zpuedes decirnos qué hacias entre los 14 y 16 anos como actividad principal?, y si tienes entre 14 y 16 anos, tpuedes decirnos qué haces ahora? 1. G Trabajar sôlo 4. G Estudiar en una academia 3. G Estudiar BUP 5. G No hacfa nada. Estaba en casa 3. G Estudiar F P. 6. G Trabajaba y estudiaba 8 2 . Si trabajas, (lo haces en aquello para lo que estas preparado? (U n a sola respuesta) 1 .0 Sf, trabajo en aquello para lo que me he preparado 2. G No, no trabajo en aquello para lo que me he preparado 3. G No he recibido ninguna preparaciôn ni aprendizaje antes de comen- zar mi trabajo actual 8 3 . (C ôm o aprendiste el oficio que tienes? (Una sola respuesta) 1. G Como aprendiz en una empresa o taller 2. G En una escuela de formaciôn profesional 3. G En una academia 4. G Trabajando. No recibf ningûn aprendizaje 5. G Por mi cuenta 0 1 2 3 4 — HO— G D G G O —117- O Q i G 2 G 3 G 4 0 s G —11»- 0 o » G 2 G 3 G 4 0 s O 0 1 2 3 4 — 11»—G G G G D 0 1 2 3 -120- G G G G — 121— 0 O 1 G 2 G 3 G 4 G 5 G 6 G 7 O a G -122— 0 O I G 2 G 3 G < G 3 o 6 0 7 G 8 G 9 G -123- O O I G 2 G 3 G 4 0 » o 6 0 — 124— O G >G 3 0 3 0 — 12»— O O i G 2 G 3 0 4 0 5 0 1771 - 8 4 . Si fuiste aprendiz, (durante cuânto tiempo lo fuiste? 1 . 0 Un aRo o menos 4, □ De 3 a 4 anos 2 . 0 De 1 a 2 aRos 5. □ Mâs de 4 aRos 3. □ De 2 a 3 aRos 85 . (Para los que ya no estudian:) (T e hubiera gustado seguir es­ tudiando? 1 .D S f 3. D N o s â 2. □ No 6 6 . (P o r qué dejaste los estudios? 1 .0 Por dificultades econômicas 2. O Por problemas personales y familiares 3. □ Por cansancio de estudiar o porque no me gustaba 4. □ Porque estaba harto de estar tantas horas al dfa encerrado y someti do a reglas 5. □ Porque me di cuenta de que no servfa para estudiar 6. □ Porque tenfa estudios suficientes para lo que necesitaba 7. □ Porque querfa ganar dinero va 8. D Porque no me admitieron o no habfa piaza en ei centro que querfa 87 . Los aRos de Instrucciôn que has recibido, (côm o los considéra- nas? (1 sola respuesta) 1. □ Como una obligaciôn que mis padres me han impuesto 2. □ Como un wrvicio pûblico al que todos tenemos derecho 3 .0 Como una imposiciôn del Estado para cor. los jôvenes y ninos 4. □ Como una oportunidad muy buena de aprender atgo y prepararse para el futuro 8 8 . fQ u é tipo de fonnaciôn crees que has recibido? (1 sola resp.) 1 .0 Formaciôn para ganarme ta vida ejerciendo un oficio 2 □ Educaciôn en general para vivir en la sociedad de que formo parte 3. □ Me ha provisto de un nivel de conocimientos culturales en general 8 9 . (H acia dônde crees tü que debe ir encaminada la ensenanza? (Una sola respuesta) 1. O Hacia profesiones u oficios en ios que es fâcil conseguir trabajo despuâs 2. □ A formar a la gente para aquelia profesiôn, oficio o arte que le gusta, sea cual sea 9 0 . (Cuâles de las siguientes funciones crees tu que son propios de la ensenanza escolar, tal y como existe hoy en dia? 1. □ Ensenar conocimientos bésicos. Leer, escribir, etc. 2. □ EnseRar a la gente a disciplinarse a sf misma 3. □ Acostumbrarles a obedecer a las personas de mayor autoridad 4. □ EnseRarles a convivir con gente de su edad 5. □ Hacer que los chicos y jôvenes aprendan cosas utiles divirtiéndose al mismo tiempo que lo hacen 6. □ Dar a los chicos y jôvenes la oportunidad de practicar mâs dépor­ tés, de jugar en espacios grandes y abiertos a ellos destinados, etc. 7- O Ayudar a descubrir las posibilidades y limitaciones de cada joven 8. □ Tener a la gente joven a resguardo de la calle para evitar problemas de gamberrismo 9 □ Liberar a los padres durante varias horas del dfa del cuidado de sus hijos 91 . (Estudiaste EGB y BUP en tu barrio? 1 .0 EGB, sf 4. □ BUP, no 2 . 0 EGB, no 5. □ C O U ,s f 3. □ BUP, sf 6 . □ COU, no 62 . (E n qué tipo de colegio has estudiado? 1 .0 Privado laico 3 . 0 Estatal 2. □ Privado religioso -iza- o O 40 jO sG z O 3 0 0 ï 2 3 -ta»- O □ □ □ —128- O O 6 0 l O 7 0 2 0 8 G 3 0 « G 3 0 — 128— o G iG 2 0 3 0 4 0 — 130— 0 G 1 G 2 □ 3 G — 131— 0 □ t G 3 G —132-- 133--—134- o G G G i G O G 2 0 G G 3 0 o G « G G O s G G G 6 0 G G 7 0 G G 8 0 G G 9 0 G G loG O G — 138— O Q 40 iD sG 2 0 60 3 0 0 , 2 3 — 138— D G O G - 1772 9 3 . (Hasta qué nivel de ensenanza considéras tu que los estudios debieran ser gratuitos y obligatorios? Gratuitos Obligatorios sr No sr No 1. E G B ................................................. G D G G 2. F P ................................................... n G G G 3. BUP Y C O U .................................... n D G O 4. Universidad....................... .. G O G G Dinos cuéles de los siguientes aspectos de la vida en tu colegio te gustaron y cuéles no. sr No 1. Relaciôn con mis companeros . . . . . . G G 2. La ensenanza ..................... G O 3. Programas y te x to s ............................... G O 4. Competencia del profesorado . . . . . . O G 5. Relaciôn personal profesor-alumno . . . G G 6. Equipamiento escolar............................ O G 7. Rcgiamentos y normas del centro . . . . O O 8. Que habfa participaciôn de los estudiantes en la ges tiôn de los centros docentes .................. O G 9. Actividades culturales extra académicas G G 9 5 .Durante el tiem po de tu form aciôn escolar, (has tenido que acudir a profesores particulares o academias para ayudarte en tus estudios? 1. □ Si . normalmente durante el curso 2. □ Si', pero sôlo antes de los exâmenes 3. □ Sf, pero sôlo para asignaturas suspendidas 4. D No, porque no tenfa medios econômicos para hacerlo 5. O No, no lo he nccesitado 9 6 . (A qué crees que se deben principalmente los fracasos escolares? 1. □ A la falta de competcncia del profesorado 2. □ A falta de medios y facilidades de aprendizaje, especialmente para quienes necesitan més ayuda social 3. □ A que suspenden a gente para evitar que todo el mundo se dedique a estudiar 4. □ A que hay gente que no vale para estudiar 5. □ A la falta de recursos existentes en el sector de la educaciôn, tanto en cuanto a numéro de profesores, como equipamiento escoiar, como material de aÿuda para la ensenanza (laboratorios, medios audiovisuales, etc.) 9 7 . (Q ué tipo de castigos te Imponi'an o imponen los maestros en el colegio? 1. □ Pegar normalmente 2. □ Pegar sôlo alguna vez 3. □ Hacerme repetir los deberes 4. □ Sacarme de clase 5. □ LIevarme al director 6. □ Ridiculizarme delante de losdemés en clase 7. □ Renirme y amenazarme con decfrselo a mis padres 8. □ Otros 98 . (P or qué razones castigaban o castigan en el colegio principal­ mente? (Una sola respuesta) 1. □ Por mal rendimiento escolar 2. □ Por falta de disciplina 3. □ Por ambas cosas a la vez 0 1 2 3 4 -isr-D □ D □ □ -1«-D □ □ □ □ -13»- □ □ D D □ -140-0 □ O □ □ 0 1 z -141- □ a □ -142- O D O -143- □ □ □ - 1 4 4 - 0 O O -145- O □ G -14*-G O G -147- G O G -14*- G G D -145- G G D 0 G 1 G 2 D 3 G 4 G 5 G OG»□203G40SG — 152--- 153- 0 G . O I G G 2 G O 3 G O 4 G O 5 G O 6 G O 7 G G « G G 0 12 3 -154- D G G □ - 1773 - 9 9 . (Cual ha sido o es fa actltud de tu fam ilia ante tu rendimiento escolar? 1 O Animarme y ayudarme *n lo posible 2. □ Su dnica preocupaciôn era o es que apruebe. pero no me ayudaban o ayudan 3. □ Exigencia de que saque las majores notas, aunque ofreciéndome su ayuda para conseguirlo 4. □ Exigencia de que saque tas mejores notas sin prestarme ninguna ayuda 5. □ Les trafa o trae sin cuidado mi rendimiento escolar 6. □ Otros 7 . 0 Nosé 100. S i tus padres te castigaban o castigan por mal rendim iento es colar, (qué tip o de castigos eran o son ios mâs corrientes? 1. □ Dejarme en casa sin saiir 2. □ Pegarme 3. □ Refiirme 4. □ Encerrarme en ml cuarto, o mandarme a la cama 5. □ Prohibirme ver la tele 6. □ Otros 7. G No me castigaban o castigan 8. G Nosé loi. Dinos si estés de acuerdo o en desacuerdo con las siguientes afirmaciones: 1. El Estado debe subveneionar la ensehanza privada............................................................ 2. El Estado debe atender exclusivamente los oolegios estatales y dejar que los privado* los financien aquéllos que los utiiizan . . . . 3. No debe haber mâs enseHanza que la pùblica De •• Inde- En desa­ cuerdo ctso cuerdo G 102. Para tener éx ito en la vida (buen em pleo, dinero, e tc), (q ué crees que es lo mâs decisive e im portante en una persona? (U na sola respuesta) 1. G Suerte 2. G Haber hecho una carrera con un expediente brillante 3. □ Haber hecho una carrera aunque sea con un expediente mediocre 4. O Trabajar mucho 5. □ Tener inteligencia e iniciativa 6. □ Tener poeosescrüpulos 7. □ Que la familia tenga buena posiciôn social y econômica 8. □ Estar bien relacionado, con amigos influyentes 9. G Pertenecer a grupos sociales determinados 10. G Otros 11. G Nosé 103. (Cuâles considéras tu que son las profesiones que gozan de mâs orestigio y dinero en nuestra sociedad? t. □ Abogado 7. O Arquitecto ingeniero 2. G Maestro profesor 8. Q Futbolista 3. G Notario 9. Q Torero 4. G Médico 10. O Policia 5. G Fiiôsofo 1 1 .0 Biôlogo, qui'mico, ffsico, 6. G Farmacéutîco matemâtico 12. □ Otras 104. (Para qué tipo de trabajo considéras que tienes mâs cualidades? 1. G Para trabajos de tipo manual 2. G Para trabajos de tipo inteiectuai 3. G Para trabajos de tipo técnico no manual, administrativo 4 . 0 Otros —les— « G * G * G 3 G -»G » G « G » G —te»— —1ST— 0 G 0 G 1 G s G 1 G * G 2 G e G 2 G « G 3 G 7 G 3 G » G 4 G » G 4 G » G 0 1 2 3 G G G G - 1 3 * - G G Q G -le o G G G G —1 *1 - O G » G 2 G 3 G 4 G 5 G « G » G • G » G 10 G n O le a - 0 G 1 G t G « G •a G 3 G * G 4 G 10 G 5 G I l G 6 G 12 G —te s - OG iG 2G 3G 4G - 1774 105. (Para los que ya no estudian:) (Q ué te hubiera gustado seguir estudiando? 1. □ Formaciôn Profesional: (En qué rama?: .......................... 2 . O Artcs (pintura, müsica, escuitura, artesanfa, etc.) 3. □ Abogacfa Derecho 4. □ Ciencias Exactes y Naturales 6. □ Medicina y Farmacia 6. □ Fiiosoffa y Letras 7. □ Magisterio 8. D Ciencias Sociales 9. □ Ciencias Empresariaics 10. □ Comercio (academias) 11. □ Peritajes. Escuelas Técnicas Médias: enfermerfa, aparejador, etc. 12. □ Veterinaria 13. □ No me hubiera gustado seguir estudiando 106. (Para los que estudian:) (Q ué estés estudiando? EGB / Graduado Escolar 2. □ BUP y/o COU 3. □ Formaciôn Profesional 4. □ Artes (pintura, müsica, artesanfa, etc.) 5. □ Derecho 6. □ Medicina, Farmacia 7. □ Fiiosoffa y Letras 8. D Magisterio 9. □ Ciencias Sociales 10. □ Ciencias Naturales, Ciencias Exactes 11. □ Ciencias Empresariales 12. □ Comercio (en academias), Secretariado 13. O Veterinaria 14. □ Peritajes y Escuelas Técnicas Médias 15. D Escuelas Técnicas Superiores (ingenieros. arquitectos) 107. (P or qué estudias actualmente? 1. O Me gusta 2. □ Me obligan en casa 3. □ Porque veo la necesidad de tener una profesiôn 4. □ Para conseguir un tftulo que me dé presfigio y dinero 5. □ Creo que con mi profesiôn seré més util a la sociedad que sin elle 108. (Q u ién paga tus estudios? 1. O Mis padres 2. □ Tengo beca 3. O Yo mismo 4. O Yo mismo con ayuda de mis padres 5. D Yo mismo con ayuda de beca 109. (Q u é lees con p referenda en los periôdieos?1. □ Informaciôn nacional 4. □ Sucesos 2 □ Informaciôn internacional 5. □ Pasatiempos 3. O Déportés 6. □ Otras cosas 7 □ Todo 110. (Q ué tipo de revista lees mas a menudo o comptas alguna vez? (Senala un tipo de revista solamente) 1. □ Revistas dei corazôn, de mod as, de artistes... 2. □ Revistas de informaciôn sobre actividades manuales, decoraciôn, dietéticas, bricolage, etc. 3. □ Revistas informâtivas y a la vez erôticas 4. □ Revistas deportivas 5. O Revistas pornogréficas - 1 » 4 — —tes— oO t nzO a O 4 0sD«□ 7 0 »o 9 0 10 □ 11 □ 12 □ 13 □ o O l O 2 0 3 0 4 0sG e G 7 0 e G $ G 1 0 G 11 G 12 0 1 3 G 1 4 0 15 G oGiG 2 0 3 0 4 0 sO —1 S 7 - O O 4 0 IG sG 20 3 0 — tea— te* « G G 4 0 G » G G S G G 2 0 G 60 O 3Q G 70 O - 1775 6. □ Revistas de informaciôn nacional 7. □ Revistas de informaciôn regional 8. □ Revistas de informaciôn sobre mùsica, pop, rock, etc. y cantantes de actualidad 9. □ Revistas especializadas sobre temas de mi interés (pintura, literatu­ re, cine, viajes, pensamiento, etc.) 10. □ Sobre ecoiogfa y medio ambiente 111. (Q u é programas de radio te gustan mas? 1. □ Boletines de noticias nacionales y/o régionales 2. D Informativos culturales, formativos (tipo 'Tiempo de vivir", "Pro- tagonistas nosotros', etc.) 3. □ Seriales 4. □ Müsica clésica 5. □ Müsica moderne 6. □ Teatro 7. □ Deporthro* 8. □ Entrevistas a poifticos y personajes célébrés 112. (Podrfas Indicernos el grado de interés que te merecen estos programas televisados? 1. Programas sobre la naturaieza............................ q 2. Programas de informaciôn econômica............... q 3. Programas de informaciôn polftica. debate* _ 4. Largometrajes, grandes relates........................... q 5. Festivales de müsica: jazz, rock, etc........... 6. Programas deportivos........................................... □ 7. Informc'ivos sobre temas de salud, educaciôn, historia, cultura, etc............................................. 8. Reportajes sobre temas de actualidad................ □ 9. Danza....................................................... □ 10. Entretenimlento tipo variadades (Fantistico, Aplauso, e tc .)......................................................... □ 11. Series policiacas....................................................□ 12. Telediarios.............................................................. Q 113. La pornografia como fenomeno de actualidad, (que Juicio te mereco? 1. □ Peimite oonocer aspectos del sexo que de otra manera no serfan asequ&les 2. □ Es una forma estimuiante de pasar el tiempo 3 .0 Es una reacciôn normal y pasajera provocada por una fuerte repre- siôn sexual 4. □ Es inmoral e inaceptable 5. □ Es un fenômerx) como otro cualquiera al que no hay que dar dema- siada importancia 6. □ Es cosa de viejos y para viejos 7 . 0 Otros 8 . 0 Nosé 114. (D e cuantos amigos/as se conform a tu pandilla? Amigo; Amiggs 1. U n o .................................................................................. □ O 2. Dos .................................................................................. Q □ 3. Très o cu atro ..................................................................... o □ 4. Cinco o seis.................. ................................................ □ p 5. Siete u ocho .................................................... □ q 6. Més de ocho.................................................................. □ q 7. No tengo amigos y/o am igas............................. □ p 8. Tengo amigos pero no tengo pandilla □ Q Mu- Nln- Cite Poeo O □ □ Q □ □ D □ O □ □ □ P □ □ □ □ o □ □ D □ □ D □ O □ □ □ □ □ □ □ □ □ □ 7 O • O # o 10 G —171 — -1 7 2 - « O O G ï □ 1 G » o 2 0 6 o 2 G® □ 3 O 7 □ 3 G » □ 4 □ * □ 4 G® □ 0 1 2 3 -1 7 J - □ G G G -1 7 4 - □ G G G - 1 7 * - □ G G G - I7 « - □ G G G -1 7 7 - □ G G G —17*— O G G G —17*— □ G G G —1 *0— ( ] G G G -1*1 O G P G --1*2—0 G G D —1*2—0 G G G - 1 * 4 - 0 G G G - le * . 0 G 1 G 2 G 3 G 4 0 9 G -lee— 6 G 7 G s G —1*7— 0 □ 0 G I O s □ 1 G * □ 2 0 6 0 2 G 6 G 3 0 7 0 3 G » □ 4 0 * 0 4 G® □ - 1776 - 115. (Cuâl ha sido la form a de conocer a tus amigos? 1. □ Por el colegio o centro de estudios ddnde estoy 2. D Por el barrio principalmente 3. □ Por el trabajo 4. □ Por las discotecas5. □ Los he conocido en bares o cafeterfas 6. □ Los he conocido en ei lugar de vacaciones 7. □ Los he conocido en una Asociaciôn, Sindicato o Partido 8. □ Los he conocido por amistad entre las famiiias 9. □ Otros 116. (C uâl de las siguientes afirmaciones crees que refleja naejor las relaciones entre tus amigos y tû? t . □ Nos entendemos muy bien y nos contamos nuestras experiencias 2. O Nos llevamos bien, manteniendo cada cual réserva de sus propios problemas 3. O En general nos llevamos bien, aunque siempre hay alguno que se confia menos al grupo o va a su aire sin contar con iosdemâs 4. □ Sôlo voy con ellos porque son los que tengo mas cerca. No hay otros a mano. 117. (A cuântos de tus amigos no renuncian'as por ningiin motivo? 1. □ A uno 3. □ A très o cuatro 2. □ , A dos 4. □ A ninguno de ellos 118. (P or qué razones no renuncian'as a él o a ellos? 1. O Porque es (o son) una persona a la que puedes confiar tus proble­ mas y estâ (o estân) dispuestos a ayudarte siempre 2. □ Por su simpati'a 3. □ Porque siempre tiene (o tienen) ideas e stupe nd as de lo que pode- mos hacer en nuestro tiempo juntos 4. □ Porque se las arregia (o arreglan) para hacer lo que quiere (o quie­ ren) sin peiear con nadie 5. □ Porque con él (ellos) me atrevo a hacer cantidad de cosas que no harfa nunca por propia iniciativa 119.S i hay alguien que lleva la voz cantante en tu grupo, (côm o io definin'as? 1. □ Como autoritario/a (como mandôn/mandona) 2. □ Como un cbico/a con mucho sentido del humor 3 .0 Como un chico/a con mucha personalldad 4. □ Como el mâs popular5. □ Como alguien con las ideas muy claras 6. □ Como un "palizas" 7 . 0 Otros 8 . 0 Nosé 120. En general, (côm o te sientes cuando estas con tus amigos? t. Q Bien, acompanado, a gusto 2. □ Mal, solo, companfa ffsica simplemente 5. □ La experiencia personal 6. □ Otras 7. □ Nosé 121. (Cuâles han sido para t i las fuentes de inform aciôn sexual mâs importantes? 1. □ Padres 2. □ Amigos 3. □ Lectures, revistas, cine 4. Q Profesores, maestros, charlas 122. (Quienes crees tu que deben tener a su cargo esta informaciôn? 1 . 0 Padres 5. □ La experiencia personal 2. □ Amigos 6. □ Otras fuentes 3. □ Lecturas, revistas, cine 7. □ No sé 4. □ Profesores, maestros, cliarlas —lia— —U9— 0 G G « O G a D G 3 □ G4 O G 5 G G s G G 7 G Ga G G 9 G G 0 1 2 3 4 □ D O a G 0 1 2 3 4 G D O D D — 192— 0 G 1 O 2 G 3 G 4 G s G — 191— 0 G G 2 G 3 G 4 G 5 G 6 G7 o a O — 194— 0 G 1 G 2 G — 195— -199— 0 D e O 1 G s D 1 G 5 □ 2 D e G 2 G 6 D 3 G 7 G 3 G 7 D 4 O 4 G — 197— — 199— 0 G 0 G 1 G s G 1 G 5 □ 3 D e G 2 D e □ 3 D 7 G 3 G 7 □ 4 D - 1777 123. (C ô m o considéras el tipo de educaciôn sexuai que has recibido?1. □ Suficiente 4. □ Perjudicial 2 . 0 Insuficiente 5. O No he recibido ninguna 3. □ Adecuado 124. De estas formas de desarrollar la sexualidad, (cuâles son las que tu practices? (Puedes responder varias posibilidades) 1. □ Relaciones sexuales complétas normalmente 2. □ Relaciones sexuales complétas ocasionalmente 3. □ Relaciones sexuales incompletas habituai mente 4 □ Relaciones sexuales incompletas ocasionalmente 5. □ Relaciones homosexuales habitualmente 6. □ Relaciones homosexuales ocasionalmente 7. □ Masturbaciôn habitualmente 8. □ Masturbaciôn ocasionalmente 9. □ Ninguna 10, □ Prefiero no responder 125. Dinos si estâs de acuerdo o ne con las siguientes afirmaciones: D« ■- Inde- cuerdo cIm1. A las parejas que tienen mâs de 18 aRos se les debe dejar estar juntos hasta que quieran . . . . 2. Las chicas de 14 a 18 anos deben informât a sus padres donde van a estar cuarufo saien con un c h ic o .............................................. 3. Creo que los padres deben intervenir en la elec- ciôndel n o v io /a ................................................. 4. Yo creo que es importante que la chica llegue virgen al m atrim onio......................................... 5. Me parece iguaimente importante que un chico llegue virgen al matrimonio............................... Encuentro normal que un chico y una chica que saien juntos por primera vez se hagan el amor si asf lo desean ................................. 7. Veo normal que un chico y una chica que sa len habitualmente juntos, tengan relaciones sexuales................................................................ O 8. No me parece bien que un chico y una chica tengan relaciones sexuales mientras no sean novios formales............... □ 9. Creo que las relaciones sexuales deben mante nerse solamente dentro del matrimonio . . . . 6 □ □ □ □ □ □ o □ □ □ D □ o O O □ □ □ O □ □ O 126. (C uâl es ei sentimiento que ta practice de la sexualidad des* pierta en ti mâs habitualmente? 1. □ Miedo, ansiedad, angustia, depresiôn 2. O Sentimiento de culpabiiidad 3. □ Satisfacciôn 4. O Insatisfacciôn 5. □ Me répugna 6. □ Interés 7. □ Curiosidad 8. □ DesorientackSn 9. □ Ninguno 10. O Nosé 127. (Crees que la prâctica de la sexualidad que existe entre los jô ­ venes de tu edad es satisfactoria en general? 1. □ No, porque hay mucha represiôn 2. □ No del todo, pero va 3. □ Perfectamente satisfactoria 4. □ No sé — ISS— oQ «O lO 2 0 3 0 sO —200—-201 —■202- 0 □ □ o 1 □ □ □ 3 □ □ □ 3 □ □ □ 4 □ □ □ S □ □ □ e O □ □ 7 □ □ □ « □ □ □ 9 O □ □ 10 □ □ □ 0 12 3 -203- O □ O D -204-□ □ □ O -205-0 O D O-20*- □ □ □ O -207- □ □-20»- □ □ -205- □ O - t t e - o □-211- □ □ □ Q□ O□ □ □ Q□ □ -212- -213— OO O 6 0 □ » □ O 7 0 D 2 D O • o G 3 0 D 9 0 □ 4 0 O lo G O 5 0 O — 214 0 O 1 D 2 O3 U 4 G 1778 - 128. D e los siguientes im pedimentos sociales, (con cuâl choca mâs a menudo la sexualidad? 1 . 0 El econômico 2. □ Falta de lugares apropiados 3. □ Falta de medios anticonceptivos disponkles 4. O Los tabûes sociales, el miedo al qué dirân 5 . 0 Los tabûes morales, las ideas con las que nos han educado que res- tringen su ejercicio 6. □ La familia 7. n No sé 129. (Estâs de acuerdo o en desacuerdo con las siguientes afirm a­ ciones? 1. Muchos de los problemas psicolôgicos que te­ nemos son consecucncia, en gran parte, de que no nos dejan ser libres sexuaimente.................. 2. La libertad sexuai lleva al caos.......................... 3. Hay que concebir la sexualidad (undamental- mente como goce y comunicaciôn entre dos personas .............................................................. 4. Hay que concebir ia sexualidad fundamental- mente como medio para tener hijos ............... 130. En el tema de las relaciones hombre-mujer, hay una serie de ideas que todos tenemos. (Podrtas decirnos cuâles son las tuyas en las siguientes proposiciones? 1. El hombre debe protéger a la mujer ............... 2. Las mujeres deben estar en casa con sus hijos . 3. El dcstino de la mujer es el matrimonio........... 4. Es fundamental para el hombre el sentirse res­ ponsable de una mujer y de sus hijos................ 5. Hay que reconocer que hay trabajos que sôlo ios puede desempeflar satisfactoriamente un hombre............................................ ................... 6. Los hombres no estân hechos para realizar los trabajo* de ia casa ............................ 7. No creo que se pueda esperar que la mujer ten­ ga las mismas oportunidades de trabajo que el hombre cuando tiene condicionamientos espe- cfficosde su propio sexo .......................... .. 131. Dinos si las siguientes profesiones te parece que deben serde- sempenadas por mujeres especi'ficamente: 1. En fermer fa ................................................................... □ 2. Secretariado................................................................... □ 3. EnseRanza pre escolar ................................................. q 4. Puericuitura................................................................... □ 5. Servicio doméstico ...................................................... q 132. (H as tenido o tienes relaciones sexuales complétas con el otro sexo? 1 . 0 Sf 2. D N o 133. (Has tenido o tienes relaciones homosexuales? 1. O Sf 2, □ No 134. (Crees que la masturbaciôn es una prâctica comün entre los jô ­ venes de tu edad? 1 . 0 Sf, como sustitutiva de otras prâcticas sexuales mâs diffciles de realizar 2. □ Sf, como una necesidad personal 3. □ No, porque hay mudios prejuicios morales en cuanto a esta prâctica 4. □ No, creo que no ia necesitan o necesitamo* D«a- Inde- En de><-euerdo clio euerdo □ □ □ 0 1 2 3 O □ □ —2I«— D □ Q □ — 21 7— □ □ □ □ — 2ia— □ □ □ □ □ □ O — 219— □ □ □ □ □ O O OOlO3030*□90«□»□ 0« a- Indé­ En desacucrdo cis* □ G G a G G □ G G 0 1 2 3 □ — 220— G G G G G G — 221 — O G O G — 222— G G O G □ G G -223- -224- O O G G G G Q G □ G G — 225— — 22e— G G G G O O O O □ D G deben ser de- 0 1 2 51 No -227— G D OG G 22# G G oG G -229— G G GG G -230— G G OG G D G — 231— G O O 0 12 222 O- O □ 0 I 2 -233- □ □ □ 0 1 2 3 4 234 □ □ □ □ □ - 1779 - 135. êQué opinas de las mujeres que se dedican a la prostituciôn? (U na sola respuesta) 1. □ Que en mucho; eases es la ùnica saltda social que se tes ofrece para ganarse la vida 2. □ Creo qu la mayorfa de ellas lo hacen porque les gusta ese oficio 3. □ Creo que son las principales vfctimas de un negocio mafioso que bénéficia a urras cuantos a costa de ellas 4. □ Otras 5 . 0 Nosé 136. (Crees que la prostituclôn deberia prohfbirse?(1 sola respuesta) 1. O Sf, porque es una aberraciôn, cualquiera que sean sus condiciona­ mientos 2. □ Aunque perniciosa socialmente, es un mal menor y debe ter permi tida por la autoridad 3. O Es un fendmeno normal y natural que debiera ser regulado por las autoridades 4. □ No sé 137. (Crees que los jôvenes de tu edad acuden a las prostitutas co­ mo remedio a sus carencias sexuales? (1 sola respuesta) 1 . 0 S f, normalmente 2 O Sf, ocasionalmente 3 .0 Sf. pero més con la idea de aprender a hacerlo que de desear tener relaciones constantes con ellas 4 . 0 No 5 . 0 Nosé 138. éQué o p ii.’ôn tienes de las personas homosexuales? (1 sola res­ puesta) t. O Creo que furxiamentalmente se trata de personas que tienen ten dencia a ello porque estén constituidas asf biolôgicamente 2. O Creo que es una inclinaciôn debida a circunstancias familiares, so­ ciales, experiencias sexuales trauméticas con el otro sexo, etc. 3. O Creo que son personas enfermas 4. O Creo que son personas viciosas 139. (Crees que la homosexualidad deberia prohibirse? 1 . 0 Sf, porque es una aberraciôn 2. O No, porque es una préctica sexual tan Ifcita como cualquier otra 140. (H as tenido o tienes novio/a? 1 .0 He tenido novio/a, pero ya no lo tengo 2 .0 Tengo novio/a actualmente 3. □ Ni he tenido ni tengo 141. (Considéras necesario el noviazgo? 1 .0 Sf, como preparaciôn al matrimonio 2. O Sf, como forma de profundizar en el conocimiento mutuo 3 . 0 Sf. porque sôlo formalizando la relaciôn se puede salir de continuo con un chico/a 4 .0 No, se puede salir normalmente con un chico/a sin tener que for- maiizar la relaciôn 5 .0 No, porque es més un rito para los demés que para ti y tu pareja 142. (Q u é form a de vivir en pareja elegirl'as tü o has elegido ya? 1 .Q Matrimonio religioso 2 .Q Matrimonio civil 3 .p Libre uniôn 4. □ No me planteo una relaciôn astable y permanente con nadie del otro sexo o O l O 20 30 40 sO 0 O » O2 O 3 O 4 D oO lO 20 30 4 0 OO l O 2 0 o O l O 2 0 3 0 4 0 5 o —f4l — 0 o 2 o 3 O 4 O 1 7 8 0 - 143.