LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA A tRAvés de LA LiteRAtURA iLUstRAdA de viAJes The Dissemination of Archaeology and the Archaeological Heritage of Andalusia Through Illustrated travel Literature Jesús sALAs áLvAReZ sociedad española de Historia de la Arqueología (seHA) jesussalasalvarez@gmail.com Fecha de recepción: 12/3/2009 Fecha de aceptación definitiva: 13/5/2009 ResUMen: Aunque la Península ibérica estaba fuera de los circuitos del Grand tour, Andalucía gozó de un atractivo especial para los viajeros británicos, france- ses y musulmanes que recorrieron sus tierras, admirando su rico pasado histórico romano y musulmán y describiéndolo en sus relatos de viajes. estos constituyen las primeras obras prerrománticas que dieron a conocer su patrimonio arqueológico en toda europa. Palabras clave: siglo xviii, viajes, Grand Tour, arqueología, Andalucía. ABstRAct: Although the iberian Peninsula was off the circuits of the Grand Tour, Andalusia was especially attractive for the British, French and Moslem trave- llers who crossed its lands, admiring its rich historical Roman and islamic past, which was described in their travel writings. these were the first pre-Romantic works that made known Andalusia’s archaeological heritage to the whole of europe. Key words: 18th century, travels, Grand Tour, Archaeology, Andalusia. © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 issn: 1576-7914 80 Jesús sALAs áLvAReZ LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 el siglo xviii es conocido como el «siglo de los viajes» porque probablemente en ningún otro momento han tenido estos un papel tan decisivo en el debate cul- tural y científico dentro del pensamiento europeo. La Península ibérica en general, y Andalucía en particular, a pesar de encontrarse fuera de los circuitos europeos del Grand Tour, gozaron de un atractivo especial para los viajeros extranjeros y nacionales por la riqueza de monumentos que conservaban, muchos de los cuales habían sido dados ya a conocer por los eruditos del Renacimiento. La explicación a este interés es que el viaje a españa respondía a otras cues- tiones totalmente diferentes al resto de europa, y sus objetivos fueron cambiando a lo largo de la centuria. en primer lugar, la motivación que existió para la reali- zación de un viaje por españa fue diversa según la procedencia o nacionalidad de su autor. en el caso de los viajeros islámicos, durante su trayecto por españa o en su regreso a Marruecos, con motivo de la firma de diversos tratados políticos entre ambos países, buscaron en las localidades y parajes que visitaron la pervivencia del pasado andalusí. Por el contrario, los viajes de ingleses y franceses a nues- tro país, realizados esencialmente en el último tercio de la centuria, respondían a un instrumento de formación para la juventud ilustrada, como ocurre con los viajes efectuados a italia. ello fue debido a que los pedagogos europeos, como Rousseau, mostraron un gran interés por su realización y se llegaron a elaborar numerosas reglas para su preparación y realización1. el objetivo final de todos estos trabajos no solamente era dar a conocer las observaciones del viajero o la riqueza en monumentos antiguos de Anda- lucía, sino también la de guiar a futuros viajeros interesados por las antigüe- dades, que realizarán el mismo itinerario, ya que —como ha señalado Jean sarrailh— unas obras se copiaban a otras, repitiendo una y otra vez tópicos sobre españa que se convirtieron en estereotipos aceptados por el público europeo. La característica esencial del viajero del setecientos fue su curiosidad y su pre- ocupación por la fidelidad, la cual no rehuye el uso de testimonios ajenos, siempre que estén debidamente reseñados, tal y como mantenía el Padre Jean-Baptiste Labat, que recorrió nuestro país en la década de 1720: «la máxima constante de un relator fiel que da sus viajes al público debe ser no decir más que lo que ha visto 1. sobre los viajes de extranjeros en españa véase el reciente trabajo de BoluFer Peruga, M. civilización, costumbres y política en la literatura de viajes a españa en el siglo xviii. Estudis. Revista de Historia Moderna, 2003, 29, pp. 255-300. © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 Jesús sALAs áLvAReZ 81 LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA por sí mismo y, cuando está obligado a referir algo sobre el testimonio de otros, debe citar a aquellos de los que lo ha obtenido»2. Los propios españoles tampoco quisieron quedar al margen de esta moda. entre todos ellos destaca la figura de Antonio Ponz y Piquer, quien entre 1772 y 1794, aunque el último tomo apareciera después de muerto, publicó su viaje de España, resultado de una actividad itinerante por todo el territorio español, en el que dio a conocer el estado en que se encontraba el país en esos momen- tos, aportando numerosos datos sobre las costumbres y el patrimonio histórico español3. 1. vIajeros Franceses viajar es otra excelente recomendación para conocer. (Rousseau, L’Emilie, 1780) A partir de la llegada al poder de la dinastía borbónica las relaciones entre españa y Francia se intensificaron, como lo demostrarían los diversos Pactos de Familia firmados entre ambas naciones. Así, las que hasta entonces habían sido naciones enemigas pasaron a convertirse en aliadas y la cultura española comenzó a interesar en Francia, llegando a su punto culminante ya en el siglo xix, cuando el Romanticismo puso a españa y a lo español de moda en Francia. Jean-Jacques Rousseau en su obra Émile ou de l’éducation (1762) también consideró el viaje como un elemento pedagógico esencial para la formación de las personas, incidiendo en el interés que tenía el «visitar anticuarios, contem- plar monumentos antiguos, y copiar inscripciones medio borradas»4. igualmente L’Encyclopedie de diderot y d’Alembert (1750-1765) definía como objeto propio de un viaje el «examinar las costumbres, el genio de otras naciones, su gusto 2. LaBat, Jean-Baptiste. en BaPtIste, Jean y delesPue, charles J. B. (eds.). voyages du P. Labat de l’ordre des Ff. Precheurs en Espagne et en Italie. Paris: 1730, tomo i, p. 5. dicho libro se puede consultar en . 3. Ponz, Antonio. viaje de España o Cartas en que se da noticia de las cosas más apreciables y dignas de saberse que hay en ella. Madrid: imprenta ibarra 1772-1794. xviii tomos. sobre la obra de Antonio Ponz véanse los trabajos de dantín, J. españa vista por don Antonio Ponz. Revista de Occi- dente 1925, 8, 331-358; Puente, J. de la. La visión de la realidad española en los viajes de Antonio Ponz. Madrid: 1968; lIllo alemany, M. el arte hispano-musulmán a través del viaje de España de Antonio Ponz. en El Arte en Tiempos de Carlos III. Madrid: 1989, pp. 145-149; Blanco castañeyra, s. el viaje de España de don Antonio Ponz. compendio de las alteraciones introducidas por el autor en todas las ediciones de su obra, Anales de Historia del Arte, 1980, 2, pp. 23-304; LoPe, H. J. (ed.). Antonio Ponz (1725-1792). Coloquio hispano-alemán organizado en la Biblioteca Ducal de Wolfenbütell con motivo del segundo centenario de su muerte. Frankfurt: 1994. 4. Rousseau, Jean Jacques. Obras selectas. Barcelona: 1966, p. 576. 82 Jesús sALAs áLvAReZ LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 dominante, su arte, su ciencia, su manufactura y su conocimiento», puesto que los beneficios que reportaban los viajes «amplían el espíritu, lo elevan, lo enriquecen de conocimiento, lo curan de los prejuicios racionales»5. Pero estas ideas solamente calaron sobre un selecto grupo social que era el único que, gracias a sus posibilidades económicas, podía viajar al extranjero para ampliar su formación y sus conocimientos. en sus recorridos quisieron conocer y comprender el país que visitaban, así como a sus gentes y sus costumbres, lo que les permitió mostrar sus simpatías hacia las reformas ilustradas, pero sin dejar por ello de criticar los grandes problemas que, a su juicio, lastraban el desarrollo de la nación. estos relatos muestran a españa como un país atrasado, «desacreditado por culpa de la inquisición y la barbarie de las costumbres»6, en el que existen numerosos vicios políticos e ideológicos, a pesar de los relatos más imparciales de Jean-François Peyron y Jean-François Bourgoing, quienes gracias a sus viajes por españa y a sus largas estancias en el país, donde desempeñaron cargos diplomá- ticos, dieron una visión más imparcial de la nación. en el caso de los ejemplos de viajeros franceses, nos centraremos únicamente en los relatos que más difusión tuvieron en nuestro país, y en los que aparecen mencionadas y descritas, con mayor o menor profundidad, las antigüedades y monumentos andaluces, tanto de época romana como del período islámico. Un proyecto complejo y extraño es el realizado por Alexandre de Laborde, inicial- mente considerado como una obra extranjera, si bien recientemente se ha puesto de manifiesto el importante papel desempeñado por Manuel de Godoy, secreta- rio de estado de carlos iv, en la concepción y financiación del proyecto7. a) Jean-François Peyron el primero de los viajeros objeto de nuestro estudio es Jean-François Peyron (1748-1784), que durante algunos años desempeñó el cargo de secretario de la embajada de Francia en Madrid. desde este cargo, realizó entre 1777 y 1778 5. caBallero rodríguez, J. Alejandro Laborde y Mérida. Pequeña historia de grandes grabados. Mérida: 2004, p. 43. 6. Bennasar, B. y Bennasar, L. Le voyage en Espagne: anthologie des voyageurs français et fran- cophones du xvIe au xIxe siécle. Paris: Robert Laffon, 1998, p. i. 7. canto de gregorIo, A. La arqueología española durante el reinado de Carlos Iv. Los dibujos de Mérida de Don Manuel de villena Moziño 1791-1794. Madrid: 2001, pp. 39-40; salas álvarez, J. La Recuperación del Patrimonio Arqueológico de Andalucía durante la Ilustración (1736-1808). sevilla: 2004, pp. 210-213. © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 Jesús sALAs áLvAReZ 83 LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA un viaje por españa, plasmado en un libro8 que rápidamente conoció nuevas ediciones y traducciones al inglés, convirtiéndose en una obra de referencia para trabajos posteriores. en la obra de Peyron se recogen varias descripciones de monumentos y restos arqueológicos, y en ellos se entremezclan tanto los romanos como los islámicos, así como algunas inscripciones. en el camino de sevilla a cádiz, describió lo siguiente: en los alrededores de la venta de la Alcantarilla [de] una pequeña aldea que le da su nombre, donde los romanos habían construido un puente, que existe aún para pasar las tierras pantanosas que forma el Guadalquivir [y que] se cerraba por los dos extremos. Las puertas están dominadas por dos elevadas torres; estaba —dicen— adornado de soberbias columnas de jaspe verde, que han sido transportadas a sevilla para decorar el altar mayor de la catedral9. Uno de los monumentos andaluces que más atrajo a Peyron, como al resto de los viajeros, fue la Mezquita de córdoba, de la que destaca sus enormes dimen- siones: seiscientos pies de larga y de doscientos cincuenta de ancha; se cuentan allí vein- tinueve naves en su longitud y diecinueve en su anchura. se entra en ella por die- cisiete puertas, todas ellas cubiertas de arabescos y de otros adornos de escultura en bronce; la bóveda está sostenida por más de trescientas sesenta columnas de alabastro, de jaspe de mármol negro de un pie y medio de diámetro y de treinta pies de elevación10. Pero, en especial, resalta la riqueza ornamental del mihrab, al que describe de la siguiente manera: «pequeña capilla donde pretenden que estaba depositado el corán [y que] está llena de inscripciones árabes»11. sin embargo, su obra contiene algunos errores. Por ejemplo, cita como exis- tente en la iglesia de santa María de córdoba un epígrafe «que se lee sobre un mármol antiguo, con el que han hecho una pila de agua bendita», y que contiene la siguiente inscripción: 8. Peyron, J.-F. Essais sur l’Espagne. voyage fait en 1777 et 1778, où l’on traite des moeurs, du caractère, des monuments, du commerce, du théâtre et des tribunaux particuliers à ce royaume. Gine- bra: 1782, 2 vols. 9. garcía mercadal, J. viajes de Extranjeros por España y Portugal. Desde los tiempos más remotos hasta los comienzos del siglo xx. valladolid: Junta de castilla y León, 1999, 6 vols., pp. 310 y 312. 10. BBennasar, B. y Bennasar, L. Op. cit., p. 1.231. 11. aranda doncel, J. La mezquita de córdoba a través de los viajeros extranjeros de los siglos xvii y xviii. Homenaje a Manuel Ocaña Jiménez. córdoba: 1990, pp. 33 y ss.; garcía mercadal. Op. cit., p. 325. 84 Jesús sALAs áLvAReZ LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 d(is) · M(anibus) · s(acrum) · M(arcus)· Lucretuvs verna Patriciensis ann(orum) · L · v pius · in · suos h(ic) · s(itus) · e(st) · sit · t(ibi) · t(erra) · levis12 en realidad es imposible que Peyron pudiera observar la inscripción en el mencionado templo, pues la misma fue trasladada en 1751 al lapidario que Pedro Leonardo de villacevallos tenía en el patio de su domicilio, por lo que al tratarse de una inscripción conocida con antelación en su emplazamiento original, es posi- ble que Peyron la copiase de alguna publicación anterior que la recogiese. b) Jean François Bourgoing, Barón de Bourgoing Jean-François Bourgoing, barón de Bourgoing (1748-1811), desempeñó desde 1777 el cargo de primer secretario de la embajada de Francia en Madrid, a lo que siguió, en 1785, su designación posterior como encargado de negocios de la misma, cargo en el que permaneció 18 meses. entre 1792 y 1793 desempeñó el cargo de ministro plenipotenciario de Francia en españa. durante su estancia en españa, recorrió el país entre 1777 a 1785, reuniendo los materiales necesarios para la elaboración de su obra, que apareció en 1789 y tuvo una excelente acogida entre los seguidores de la literatura de viajes, dado que fue el autor que aportó la documentación más completa sobre españa, lo que dio lugar a reediciones de la obra, revisadas, aumentadas y traducidas al danés, al alemán y al inglés, en 1797 y 1803. en 1807, volvió a reeditarse la obra si bien en esta ocasión la acompañaba un Atlas13 que contenía una carta geográfica de la nación, un plano de la bahía de cádiz y diversas plantas, alzados y secciones del Palacio de la Alhambra y de la Mezquita-catedral de córdoba, que estaban tomados de los dibujos de Alejandro Laborde. 12. se trata de la inscripción ciL ii2/7, 390 (= ii 2246); garcía mercadal, J. Op. cit., p. 327; GImeno, H. y stIlow, A. Las inscripciones. en Beltrán Fortes, J. y lóPez rodríguez, J. R. (eds.). El museo cordobés de Pedro Leonardo de villacevallos. Coleccionismo arqueológico en la Andalucía del siglo xvIII. Madrid/Málaga, Real Academia de la Historia/Universidad de Málaga, 2003, p. 194. 13. BourgoIng, Jean-François, Nouveau voyage en Espagne ou Tableau de l’état actuel de cette monarchie. Paris: 1807, 3 vols. © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 Jesús sALAs áLvAReZ 85 LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA el propósito de Bourgoing era realizar un clásico relato de viajeros, en el que narra y describe, con una gran imparcialidad, los lugares, los monumentos, las costumbres, los vestidos y la historia de las localidades que visita. Para ello utilizó como fuentes los relatos de otros viajeros anteriores, como su compatriota Peyron, o como los ingleses twiss, swinburne y townsend, de los que extrajo numerosos datos, aunque a diferencia de ellos se mostró menos interesado en las descripciones de los monumentos. en su obra tienen cabida tanto las antigüedades islámicas como las romanas. Respecto a los monumentos musulmanes, Bourgoing fue el primer viajero extran- jero que durante su estancia en Algeciras (cádiz) localizó, en las proximidades de la ciudad, «las ruinas de la antigua ciudadela»14 que confirmarían las noticias dadas por las crónicas medievales sobre la existencia en el lugar de dos ciudades, la villa vieja y la villa nueva, separadas entre sí. Respecto a las antigüedades romanas, en la descripción de la ciudad de cádiz inserta la noticia de que durante las tareas de construcción del Acueducto de tempul, para el abastecimiento de la ciudad, que procedía de el Puerto de santa María, se «había descubierto huellas de un antiguo canal excavado por los roma- nos». también en su obra hay referencias al hallazgo de inscripciones romanas, como es el caso de Jaén, cuya presencia «atestiguan su antigüedad», el de carmona, localidad en la que destaca el bastión de «la puerta de carmona es un monumento que tiene la solidez de las obras romanas. Parece ser del tiempo de trajano y en algunos lugares la han revestido a la moderna», o el de écija (sevilla), ciudad en la que abundan los «fragmentos de marmóreas columnas y de estatuas: piedras cargadas de inscripciones que atestiguan su pasado esplendor»15. 2. vIajeros Ingleses espero disfrutar con el estudio de algo que es totalmente nuevo: la observación de [uno de los] países que están considerados entre los últimos en relación a las artes y a la literatura. (Richard twiss, 1775) A partir de la segunda mitad del siglo xviii comenzaron a recorrer nuestros caminos y ciudades algunos viajeros ingleses, los denominados «curiosos imper- tinentes», que prestaron una especial atención a las costumbres españolas, a los monumentos de la antigüedad clásica e iniciaron un leve interés hacia los vestigios 14. garcía mercadal, J. Op. cit., p. 546. 15. garcía mercadal, J. Op. cit., pp. 533, 535, 540 y 546. 86 Jesús sALAs áLvAReZ LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 de la cultura islámica andaluza que poblaban las ciudades de Andalucía, descu- briendo su carácter exótico y pintoresco, que hacía que esta zona estuviese más vinculada con Oriente y el norte de áfrica que con europa. el carácter educativo de estos periplos había sido establecido ya por el filó- sofo británico Francis Bacon, quien en sus Essays (1625) había defendido que los viajes constituían «una parte de la educación» sosteniendo esta afirmación con una relación básica de cosas que debían ser observadas por el viajero: las iglesias y monasterios, las murallas y fortificaciones de las ciudades y los puertos y bahías, las antigüedades y ruinas, bibliotecas, colegios, los debates académicos, las lecciones…16. Pero fue el también filósofo Joseph Addison quien, con la publicación de Remarks on several parts of Italy in the years 1701, 1702 and 1703 (1705), esta- bleció el modelo del viaje a seguir, mostrando en su relato un gran interés por la antigüedad clásica y por los nuevos edificios que siguen sus normas, así como por las esculturas y monedas antiguas. A mediados de la centuria surgió además la Royal Society, institución que defendía que la ciencia servía para enseñar y que, por tanto, necesitaba una constante renovación, razón por la que habían de emprenderse viajes con la finalidad de aprender nuevas cosas y sacar de ellas unas consecuencias políticas, sociales, morales y filosóficas, que debían transmitirse a los demás. el obispo tucker dictó las Instructions for travellers (1757) que venían a complementar la obra de Addison, y en las que estableció la «información útil» a tener en cuenta por los viajeros, y cuyas respuestas constituyeron la base de los relatos de los viajeros que recorrieron Andalucía. Los viajeros británicos fueron los primeros en interesarse por las antigüedades y las ruinas islámicas diseminadas por toda la geografía de Andalucía, cuyas repre- sentaciones ilustrarán sus trabajos contribuyendo a la difusión por toda europa la cultura andalusí, y cuya máxima expresión fue el trabajo de James cavannagh Murphy, aparecido en 1816, por lo que queda fuera del presente trabajo. a) Richard Twiss y el interés por «descubrir cosas nuevas» Richard twiss (1747-1821) era hijo de un comerciante inglés residente en Holanda. tras visitar italia, recorrió la Península ibérica entre 1772 y 1773, plas- mando sus impresiones en sus Travels through Portugal and Spain (1775), donde 16. BBacon, Francis. Essays. London: 1625, pp. 54-55; cf. Krauel, B. viajeros británicos en Anda- lucía de Christopher Harvey a Richard Ford (1760-1845). Málaga: 1986, pp. 31-34; Guerrero, A. c. viajeros británicos en la España del siglo xvIII. Madrid: 1990, pp. 29-30. © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 Jesús sALAs áLvAReZ 87 LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA utilizó como recurso literario la constante interpolación de textos de otros viajeros, con el objeto de reforzar sus propias opiniones. La utilización de este recurso literario se debe en unas ocasiones a que encuentra ya expresado lo que acaba de ver o lo que quiere decir, mientras que otras veces lo emplea porque esos libros ofrecen una explicación científica o documentada del objeto al que se refiere, pero siempre indicando en cualquier caso la fuente original. su interés por «descubrir cosas nuevas» le llevó a describir todo lo que observó de primera mano, ya que de esta manera pudo corregir los errores de otros viajeros, y en su narración se limitó a simples anotaciones sueltas, anécdotas y observaciones. el texto fue acompañado de una serie de láminas, ejecutadas tanto a partir de «mis propios dibujos» (fig. 1) como por una selección de «temas que no han sido publicados hasta ahora», como es el caso de una lámina que estaba realizando diego sánchez sarabia17 para la Academia de Bellas Artes de san Fernando, pintor que conoció durante su estancia granadina y que estaba en ese tiempo, por orden de la Real Academia de Madrid de las tres Bellas Artes, empleado en tomar planos exactos, alzados, vistas, etc., de este palacio [la Alham- bra], tanto generales como particulares, ayudado siempre por varios miembros de esta academia. vi algunos que ya estaban impresos. Uno de ellos era una reproduc- ción de una obra al fresco que se decía fue pintada por los árabes. Representa a tres reyes sentados. es de mala calidad, pero el colorido es muy brillante y alegre, y está entremezclado con oro y plata18. Figura 1. vista de la Alhambra, según Richard twiss. 17. ttwIss, Richard. Travels through Portugal and Spain in 1772 and 1773. Londres: 1775, p. 18. sobre la figura de twiss véase el trabajo de stemmler, j. k. An Anglo-irish view of spain. Richard twiss’s travels in Portugal and spain in 1772 and 1773, Dieciocho: Hispanic Enlightement, 2000, 23/1, pp. 265-288. 18. ttwIss. Op. cit., p. 174. 88 Jesús sALAs áLvAReZ LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 en Granada también contactó con Juan de Flores y Oddouz, el excavador de «la antigua iliberris [que] estaba situada cerca de la ciudad. entre sus ruinas se han descubierto muchas inscripciones que se han publicado recientemente en cerca de sesenta grabados de cobre», e incluso pudo contemplar las colecciones de Flores, compuestas de medallas, todas árabes, encontradas en los alrededores y también en la misma Granada. Hay cerca de setenta de oro, novecientas de plata y treinta de cobre… y varias medallas griegas y romanas…, varios sellos árabes de oro, plata, cobre y bronce; algunos talismanes o amuletos y un gran número de anillos de los mismos materiales, varios jarrones de cobre con inscripciones árabes, algunos volúmenes de manuscritos en papel y pergamino, diversas inscripciones grabadas en cobre, alabastro y cornalina, y algunas armas usadas por los árabes que habitaban Granada hace trescientos años. vi también en su casa una bella estatua en bronce de un pie de altura que representaba a un anciano corriendo…19. twiss se mostró especialmente interesado por los hallazgos arqueológicos de cártama (Málaga), un pueblo pequeño, donde en el año 1750 se descubrió un templo a casi treinta pies bajo tierra, con los restos de una escalera; allí se encontró una mano de mármol del brazo izquierdo, de dos pies y medio de largo, que sostenía una especie de trompeta de dieciocho pulgadas de largo, con las venas del dorso de la mano y las arrugas de los nudillos exactamente reproducidas, que pesaba alrededor de cincuenta libras; diez estatuas de mármol blanco muy grandes, aunque sin cabezas ni brazos; once inscripciones en mármol; algunas medallas y una columan de mármol rojizo de una sola pieza, de veinticuatro pies de altura y seis de diámetro. La mano fue enviada a Madrid, al Palacio Real, donde está ahora. Los restos de las estatuas los clavaron en el suelo en las esquinas de las calles, donde son útiles como postes para evitar que los carruajes choquen contra las esquinas de las casas. La columna la colocaron en un pedestal delante de una iglesia y pusieron una cruz sobre ellas. en 1756 orde- naron parar la excavación y cerraron la entrada. el templo era un cuadrado de casi cuarenta yardas de lado, y en él había otras dos columnas similares a la mencionada anteriormente; éstas las dejaron donde estaban. en una colina muy alta, cerca de este pueblo, están las ruinas de un castillo árabe. conseguí un mapa del templo y una reproducción de las once inscripciones, que están ahora en posesión de la sociedad de Anticuarios de Londres20. y también tuvo ocasión de visitar la colección de los duques de Medinaceli, situada en su palacio, donde «en cada una de las cuatro esquinas del patio hay una estatua gigante de mármol de ceres, Atenea, etc., y debajo de los pórticos que 19. ttwIss, r. Op. cit., pp. 168-169. 20. ttwIss, r. Op. cit., p. 184. © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 Jesús sALAs áLvAReZ 89 LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA los rodean están los bustos de los césares, probablemente un trabajo de artesanía italiana antico-moderna»21. en su camino hacia cádiz, realizó una parada en el Puerto de santa María, donde pudo visitó la colección del Marqués de la cañada, un caballero de origen irlandés; su apellido era tyrry. Posee una biblioteca grande y bien escogida…; entre su colección de [antigüedades] vi también un sarcófago de mármol encontrado en Medina sidonia, de ocho pies de largo y tres pies de altura y de ancho; sus lados están en bajorrelieve. Una urna de mármol, encontrada en el puerto de cádiz poco después del terremoto de 1755. Una pequeña estatua de bronce de neptuno, encontrada en las ruinas del templo de Hércules en cádiz en 1639. Una pequeña venus de Mármol. Hay grabados de todas estas obras en el séptimo volumen de las Antigüedades del conde de caylus. el padre Flórez, en su españa sagrada y un libro antiguo, [titulado] de las Antigüedades del Reino de sevilla, mencionan este sarcófago22. b) Francis Carter y su viaje de Gibraltar a Málaga Francis carter (?-1783) se encontraba emparentado con comerciantes ingle- ses que vivían en Málaga, con quienes convivió: «desde 1753 a 1773… lo pasé en Andalucía y el reino de Granada»23, período en el que visitó sevilla, Granada, Algeciras, san Roque y las ruinas de carteia, que le iniciaron en su interés por conocer las antigüedades andaluzas. La anticomanía de carter se debió, según sus propias palabras, a que los monumentos de la Antigüedad, tan bellos y perfectos, son sin lugar a dudas una fuente inagotable y grata de instrucción para el anticuario, para el estudiante o para cualquier persona, y la mejor y más perfecta escuela para el escultor, el arquitecto o el pintor. su libro A Journey from Gibraltar to Malaga (1777) está basado en sus obser- vaciones personales y directas de los monumentos que encontró en su viaje, rea- lizado en 1772. Aunque no descuida la herencia islámica le interesan mucho más los testimonios materiales de la antigüedad clásica. La obra es una clara imitación del trabajo de Addison, como lo demuestra que, junto a descripciones naturalistas, aparezca una historia del antiguo reino de Granada, al que acompañan numerosas medallas y monedas que recoge y dibuja, así como los epígrafes latinos contenidos en su obra, aunque alguno de los 21. ttwIss, r. Op. cit., p. 216. 22. ttwIss, r. Op. cit., p. 220; cfr. caylus, conde Anne-claude de tubiéres. Recueil d’antiquités égyptiennes, grecques, étrusques et romaines. Paris: 1752-1767, 7 vols. 23. ccarter, Francis. A journey from Gibraltar to Malaga. Londres: imp. t. cadell, i, p. vi. 90 Jesús sALAs áLvAReZ LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 mismos fuese falso. A ello añadió algunos grabados de algunas ruinas y edificios singulares. Mostró un gran interés por la conservación de los monumentos antiguos de Andalucía, denunciando el estado de abandono en que se encontraban: La impresión de nuestro viaje no puede ser más desagradable y triste ante la visión melancólica de antiguas ciudades en ruina, algunas tan destrozadas y deshechas por el tiempo que la búsqueda más afanosa apenas ha podido descubrir los lugares que antiguamente ocuparon…24. Aunque la publicación de su obra le proporcionó el ingreso en la sociedad de Anticuarios de Londres en 1779, su libro no fue muy bien acogido en la Gran Bretaña de la época, ya que se le criticó el seguir un modelo de narración que ya había caído en desuso, pues por aquel entonces triunfaban los relatos prerromán- ticos o pintorescos. comienza su viaje describiendo las ruinas de la antigua ciudad de Carteia, situada junto a la desembocadura del río Guadarranque, en la que sobresalían los restos del muelle, del templo y del teatro. como apasionado de la numismática antigua, carter también menciona que «entre las excelencias peculiares que poseía carteya como colonia Romana, la de acuñar dinero era una prerrogativa…, son de pequeño o mediano tamaño»25. A su llegada a Málaga, Francis carter visitó la Alcazaba. Realizó varios dibujos de los restos islámicos de la Alcazaba, a la que definió como alcázar o fortaleza real que protegiese y amparase la ciudad… Al examinar cuidado- samente este castillo, observé en los muros y edificios de la parte que da a la mar restos de columnas, basamentos y capiteles, romanos indudablemente… en algunas partes de las murallas los moros colocaron bloques de columnas a lo largo para rellenar espacio; en los ángulos interiores del espléndido arco para la recepción de las galeras hay otras dos columnas de mármol rojo, sobre este arco se lee una inscripción… en un declive de la colina, en el patio principal, en la parte baja de las murallas del lado del muelle, yo ví los cimientos estupendos de un edificio, cuyas enormes piedras, señales evidentes de arquitectura romana26. durante su estancia en la capital malagueña también visitó otros monumentos antiguos, como el existente «a una milla aproximadamente al este del Río de Málaga, esta calzada [romana] cruza otro más pequeño llamado Río de campanillas, sobre el que cuelgan en ruinas majestuosas los restos de dos arcos de una puente romana»27. 24. ccarter, F. Op. cit., tomo i, p. 227. 25. ccarter, F. Op. cit., tomo i, pp. 40-58. 26. ccarter, F. Op. cit., tomo i, pp. 134-135. 27. ccarter, F. Op. cit., tomo i, p. 198. © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 Jesús sALAs áLvAReZ 91 LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA A continuación se dirigió hacia Ronda, donde visitó después las vecinas rui- nas de Acinipo, la denominada Ronda la vieja, donde destacó la presencia de un teatro de la misma grandeza, construcción y planos que el de carteya, aunque mejor conservado; al igual que este último, el recinto formaba un semicírculo elíptico rematado con dos torres y tres entradas principales; las paredes estaban hechas con enormes piedras, unidas con plomo y adornadas con molduras; su altura original parece haber sido de unos 60 pies; como el de carteya, este teatro también se cons- truyó aprovechando el repecho del terreno; tenía veintitres filas de asientos, ocho de las cuales siguen todavía intactas, lo mismo que una de las celdas o palcos donde se instalaba el metal harmónico para hacer resonar y modular las voces; en dos de sus entradas se pueden ver las salas que se llamaban hospitalia; las subidas a las filas de asientos se conservan perfectamente; la orquesta está cubierta de escombros y basura, que llegan hasta la quinta fila de asientos28. c) Henry Swinburne y el descubrimiento de La Alhambra Henry swinburne (1743-1803) era miembro de una antigua familia noble de tradición católica. Fue enviado al continente para completar su educación en un ambiente más acorde con la religión familiar, lo que no le privó de criticar las prácticas supersticiosas y el fanatismo del que hacían gala algunos católicos hispanos. tras visitar italia y Francia viajó por españa en compañía de sir thomas Gascoyne, plasmando a continuación sus impresiones del país en Travels through Spain, in the years 1775 and 1776 (1779), obra escrita en formato epistolar en la que por primera vez las descripciones van acompañadas de una serie de grabados inspirados en dibujos «taken on the spot». el trabajo fue también el primero que prestó un interés especial a las antigüe- dades islámicas, por lo que swinburne puede ser considerado como el descubridor de la Alhambra para el público británico. sus páginas reflejan la teoría del origen sarracénico del arte gótico, como lo demuestra en las siguientes palabras sobre la catedral de sevilla: «comúnmente, se dice que las decoraciones de la catedral de sevilla siguen el modo gótico, pero más bien parecen torpes imitaciones de los modelos que dejaron los moros»29. 28. ciL ii 1344, ii 1346, ii 1350 y ii 1351; cciL ii 1344, ii 1346, ii 1350 y ii 1351; carter. Op. cit., tomo i, pp. 137-139. 29. sswInBurne, Henry. Travels Trough Spain, in the Years 1775 and 1776. In Which General Monuments of Roman and Moorish Architecture are Illustrated by Accurate Drawing Taken in the Spot. Londres: P. elmsby, vol. ii, pp. 16-20. 92 Jesús sALAs áLvAReZ LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 Figura 2. Planta, sección y motivo decorativo de la Mezquita de córdoba, según Henry swinburne, tomado de c. Freixa. Para elaborar su trabajo, Henry swinburne obtuvo el apoyo del «reverendo mister R. waddilove, capellán de la embajada británica»30, quien le franqueó el acceso a los datos de numerosos manuscritos y libros existentes en diversas bibliotecas sobre historia hispano-musulmana. Así, las cartas xx-xxii del volumen primero de su obra versan sobre la Granada islámica y en ellas las referencias a Boabdil y a las guerras civiles están copiadas de la obra de Pérez de Hita, mientras que la visión dorada de la Granada nazarí procede de un texto apologético de ibn al-Jatib, traducido por el maronita Miguel casiri, en tanto que para la historia de la córdoba musulmana recurrió al Padre Mariana31. 30. sswInBurne, H. Op. cit., vol. i, p. 6. 31. sswInBurne, H. Op. cit., vol. i, pp. 214-216 y ii, pp. 57-59. © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 Jesús sALAs áLvAReZ 93 LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA Las ilustraciones cumplen un papel esencial en la obra, ya que «con la ayuda de los grabados espero dar al curioso una idea satisfactoria de la forma de cons- truir y adornar los edificios públicos» 32. también puede observarse una distinta valoración entre los principales edificios musulmanes. en primer lugar, consideró que el Alcázar sevillano era un pasticcio de la arquitectura musulmana, conventual y clásica, aunque llamó la atención sobre los elementos decorativos moriscos que en época de Pedro i añadieron alarifes granadinos, por lo que consideró a este monumento como artísticamente inferior a la Alhambra33. Figura 3. sala de las dos Hermanas de la Alhambra de Granada, según Henry swinburne, tomado de c. Freixa. 32. sswInBurne, H. Op. cit., vol. i, p. vii. 33. sswInBurne, H. Op. cit., vol. i, p. 265. 94 Jesús sALAs áLvAReZ LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 sobre la Mezquita de córdoba realizó un pequeño estudio que contenía una extensa descripción del edificio34, a la que acompañan diversos dibujos (fig. 2), que se convertirían en punto de referencia para futuros viajeros británicos. Pero el edificio por el que mostró más interés fue el conjunto de palacios nazaríes de La Alhambra de Granada, al que definió como «un edificio único», cuya «excelente conservación nos permite estudiar todos los detalles de sus esti- los y ornamentos»35. según el propio swinburne, «en mi primera visita confieso que me quedé asombrado cuando pasé el umbral, al encontrarme de repente transportado dentro de una especie de mundo de hadas»36. sin embargo, la representación gráfica de las decoraciones de la Alhambra presenta algunos problemas. Por ejemplo, los diseños decorativos del edificio y la variedad y extensión de los alicatados y yeserías islámicos fueron simplifi- cados al máximo en su obra, lo que provocó que la representación gráfica final fuera una caricatura de la verdadera fisonomía del palacio. Un ejemplo de esto se observa claramente en la representación de la Sala de las Dos Hermanas (fig. 3), en la que swinburne nos ofrece una representación personal de los arcos acompañados de los dos tipos más simples de alicatados que se encuentran en la Alhambra. d) Joseph Townsend el reverendo Joseph townsend (1739-1816) era miembro de una familia de comerciantes. estudió en cambridge y edimburgo, lo cual le permitió adquirir una formación científica que se reflejará en su obra, en la que demuestra ser un fiel seguidor de todo aquello que Francis Bacon consideraba digno de atención y ofrece una visión seria y bastante rigurosa de la realidad hispana, que conoció directamente gracias a sus viajes de 1786-1787. en A Journey through Spain in the Years 1786 and 1787 with Particular Attention to the Agriculture, Manufactures, Commerce, Population, Taxes and Revenue of that Country (1791) aparecen una serie de descripciones metódicas en las que mostró una cierta inclinación por el análisis científico de los fenóme- nos, que fue lo que más le atrajo de la actualidad nacional y andaluza, aunque ello no fue óbice para que también incluyese algunas referencias a ruinas y monumentos antiguos. su obra supone el punto final del descubrimiento de nuestro país por los británicos, y su buena acogida en inglaterra provocó que pronto fuera publicada 34. sswInBurne, H. Op. cit., vol. ii, letter xxv (16/abril/1776). 35. sswInBurne, H. Op. cit., vol. i, p. vii. 36. sswInBurne, H. Op. cit., vol. i, pp. 176-178. © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 Jesús sALAs áLvAReZ 95 LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA una segunda edición corregida y aumentada (1792), y una rápida traducción al francés, puesto que existen indicios para pensar que de alguna manera pudo ser utilizada como guía oficial de las tropas napoleónicas que invadieron la Península en 1808. es destacable su descripción del anfiteatro de itálica (santiponce, sevilla), al que define como un «monumento de antigüedad muy curioso, y [que] merece mucho el llamar la atención de todos los que aman las antigüedades, pero para mí tiene poco interés. este anfiteatro es un óvalo de 291 pies por 204. si podemos juzgar a itálica por la grandeza de sus ruinas debió de ser una ciudad considerable, y aunque de ella quedan muy pocos vestigios sobre la superficie de la tierra sabe- mos que fue antaño la sede de un obispo y que dio nacimiento a los emperadores trajano, Adriano y teodosio». durante su estancia en Arroyo de la Miel (Málaga) visitó el yacimiento cono- cido como de Las Bóvedas, en el que observó la existencia de dos baños romanos, reunidos por un pavimento en mosaico y cubierto antaño, a lo que me parece, por un mismo techo; uno de esos baños tiene veinte pies de largo, el otro, catorce, y cada uno doce de ancho; el más pequeño tenía una estufa, recibían cada uno, con la mayor facilidad, el agua del mar o del arroyo. Los escalones que allí conducían tienen doce pies de largo, uno de ancho y nueve pulgadas de altura. Más cerca de la orilla se ven algunas bóvedas, con otros fragmentos de pavimento en mosaico37. 3. la vIsIón de al-andalus en los vIajeros musulmanes Las murallas y callejones [de Córdoba] son estrechos y continúan en el mismo estado en que los dejaron los musulmanes (Muhammad ibn Utman al-Miknasi, 1780) en españa, los contactos interculturales con el mundo árabe-islámico, repre- sentado por la vecina Marruecos, eran debidos a diversos enviados oficiales que llegaron a nuestro país con misiones políticas muy diversas, y que posteriormente escribieron el resultado de su periplo. en efecto, al regresar a su país, estos diplo- máticos escribieron obras literarias o rihla en las que relataron su viaje y valoraron la sociedad española contemporánea. nosotros estudiaremos en este apartado únicamente los aspectos relativos a las visitas a los monumentos árabes existentes en Andalucía, así como su relación con los estudios árabes. 37. garcía mercadal, J. Op. cit., tomo vi, pp. 189 y 220. 96 Jesús sALAs áLvAReZ LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 a) Ahmad ibn al Mahdi Al-Gazzal Gracias al trabajo de Alfredo Bustani sobre la rihla de Al-Gazzal, podemos reconstruir su recorrido por Andalucía. Abu-l-Abbas Ahmad ibn al-Mahdi al Fâsi al-Andalusî al-Hymyari, secretario particular del sultán alawí Muhammad ibn Abd Allah, escribió la relación de su viaje38, que fue parcialmente publicada, en francés, por A. Gourguos y por M. Bodin, aunque la traducción íntegra del viaje al francés la realizó d. comman- dant y su estudio, Henri Péres39. el 21 de mayo de 1776 llegó a Algeciras, y desde aquí se encaminó a Madrid40, donde el 4 de octubre fue recibido por carlos iii, siendo muy elogiado por sus cualidades. durante su largo período en españa, tuvo una gran activi- dad social y llegó a visitar la biblioteca árabe del escorial. A lo largo de todo el recorrido, personajes de la nobleza andaluza rivalizaron por saludarle. A la curiosidad del personaje, se unía el exotismo del país y el interés por la primera embajada que se recibía del vecino reino musulmán. su presencia fue de tan gran impacto que inspiró las Cartas Marruecas de cadalso. el propio Al-Ghazzal mencionó en su trabajo cuáles fueron los objetivos de su viaje: rescatar a los prisioneros y «recobrar los diferentes libros del islam del país de la impiedad»41, objetivo este que ya había pretendido sin éxito en 1690 una anterior embajada de Muley ismail. Pero también destacan las impresiones que realiza sobre el patrimonio histórico de Andalucía. Al-Ghazzal llegó a sevilla el 17 de junio de 1776, siendo recibido en los Reales Alcázares por Francisco de Bruna y Ahumada, alcaide de los mismos, quien lo alojó en el denominado Salón de Embajadores. tras visitar la catedral de sevilla el día 19 de abril, visita que incluyó la subida a la Giralda, marchó para córdoba el 21 de junio42. 38. Al-ghazzal, Ahmad ibn al-Mahdi. Embajada marroquí a España en el siglo xvIII. Madrid: Mss. Bn; al-ghazzal, Kitab natiya al-iytihad fi-lmuhadana wa-l-yihad. Larache: 1941. 39. Gourguos, A. Ambassade marrocaine en espagne au xviii siècle. estrait de la relation d’un voyage en espagne, Revue Africaine v, 1861, pp. 456-467; commandant, d. Una ambassade marrocaine en espagne sous le règne de sid Mohamed Ben Abdallah, petit fils de Moulay ismail (1766). Relation de voyage de l’ambassadeur sid Ahmed ben sid el Mahdi el Ghazzal, secrétaire du sultan (traducción analítica inédita), Le Lien Médical Marrocaine ii-v, 1933; Peres, H. L’Espagne vue par les voyagers musul- mans de 1610 a 1930. Paris: 1937, pp. 19-40. 40. ArrIBas Palau, Miguel. Algunos datos sobre el viaje a españa del embajador marroquí Ahmad al Gazzal. Actas de las II.ª Jornadas de Cultura Árabe e Islámica. Madrid: instituto Hispano árabe de cultura, 1985, pp. 41-63; Paraleda alonso, narciso. El otro laberinto español: viajeros árabes a España entre el S. xvIII y 1936. Madrid: 1994, p. 60. 41. ghazzal. Op. cit., p. 40; Péres. Op. cit., pp. 23-28; Paraleda alonso. Op. cit., p. 69. 42. matute gavIrIa, Justino. Hijos de Sevilla señalados en santidad, letras, armas, artes o digni- dad. sevilla: 1887, tomo ii/libro xxi, pp. 210-212. © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 Jesús sALAs áLvAReZ 97 LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA de su estancia en sevilla tenemos, en su diario, la descripción de los Reales Alcázares, en la que destacan las precisiones técnicas de la construcción, incluyendo en ella numerosos vocablos árabes relativos a la arquitectura y a las artes decorativas, lo que llevó a H. Péres a pensar si realmente en el viaje de Al-Ghazzal no existe el trasfondo artístico de intentar aprender las técnicas constructivas andalusíes. Péres se basa en la descripción del Salón de Embajadores de los Reales Alcázares de sevilla, en la que Al-Ghazzal resalta la existencia en el edificio de un gran número de salones con y sin cúpulas (qibâb), cámaras altas (gurfa), salas (maqâ’id) y pabellones de recreo (manâzih); todo cubierto de ornamentos (raqm) admirables, obra de estucadores (gabbâs) y carpinteros (naggâr); de azulejos (zullaig) formando entrelazados geométricos (tastîr) o rectilíneos (qadîb), carác- teres cursivos (nashî) y cúficos; obras en cuya creación el arquitecto ha mostrado una capacidad de invención prodigiosa, porque no se las ve en ninguna parte; de dorados (tamawwuh bi-d-dahab) sobre madera o estuco aplicados a los muros y a los techos. en resumen —dice al-Gazzal — es un palacio muy grande que tiene cuatro salones, unos con cúpulas y otros sin ellas; las galerías-barandas (mubâhâl) que los rodean a media altura están sostenidas por cincuenta y dos columnas (sawârî) de mármol; en el piso superior hay igual número de arcos y de columnas. el patio (sahn) está pavimentado de mármol blanco; en el centro se encuentra una fuente (hassa) decorada cuya altura desde la parte superior hasta el suelo es de una braza (qama); en el centro de la fuente, se eleva una segunda fuente de menor volumen de aquélla que lanza el agua hasta una altura igual a aquella de la fuente que está sobre el suelo43. tras analizar los epígrafes existentes en el palacio, concluye que «el monu- mento fue construido conforme a la técnica de los arquitectos árabes»44, ya que entre las inscripciones en caracteres cúficos o en cursiva andalusí descubrió el nombre del monarca castellano Pedro i y la fecha de 1404. Pero la visita de Al-Gazzal a sevilla y las traducciones realizadas de las ins- cripciones islámicas no dejaron muy convencidos a los eruditos sevillanos, quienes intentaron conocer la visita que el embajador efectuó a córdoba, donde pudo observar las inscripciones árabes que se conservaban en la Mezquita-catedral45. Así, ante la petición de información efectuada por Livino ignacio Leirens y Peellart a Pedro Leonardo de villacevallos, en fecha 16 de julio de 1766, éste le responde que fue José vázquez venegas: 43. Ghazzal. Op. cit., pp. 162v-164r; Péres. Op. cit., pp. 36-38; domínguez ortIz, Antonio. Un embajador marroquí en sevilla. en Archivo Hispalense, 1951, 45, pp. 49-56. 44. Ghazzal. Op. cit, pp. 169 y ss.; Gorgous. Op. cit., pp. 461-467; Péres. Op. cit., pp. 33-35. 45. Ghazzal. Op. cit. pp. 169 y ss.; Gorgous. Op. cit., pp. 461-467; Péres. Op. cit., pp. 33-35. 98 Jesús sALAs áLvAReZ LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 […] uno de los asistentes del embajador de Marruecos, y a quien no quería separarlo para sus idas a la catedral. Observó en sus concurrencias, según dice, ser su exa- men muy advertido, de buenas noblezas, y hablando con ingenuidad y sin máxima muy al […?] su fabricado de más delicado entendimiento para que en poco se podía creer por su cautela, genio e intervención de tomar de todos, y que nadie sacara de él. Que el secreto era intratable, pues hablando bien el castellano, y leyendo en tanto cuanto, lo que se conserva de su lengua. Adelantaba más que los otros dos, y solo por estos diría su sentir. Que el intérprete, lo era por mal nombre por hablar trabajosamente en lenguaje de su uso. Que de lo muchos que duran en córdoba las Memorias Moriscas vieron lo menos, entendiendo de ello muy poco, yéndose con el deseo de volver a registrarlo. y que dicho sr. vázquez, que todo lo tiene estampado, y en sus mismos caracteres, con sus versiones de hombres eruditos de ellos; los trató a correspondencia de lo que practicaban; no obstante consiguió le enseñase, o mostrase el embajador, una Historia que el emperador entregó a su despedida, trabajada por otro embajador, que en el año 1688 vino a españa, y estuvo en sevilla y córdoba46, reconociendo las Memorias Mahometanas, de la cual extractó lo conducente; y que de los escritos de dicho sr. vázquez poco o nada pudieron sacar los Moros, por no entenderlos, a causa de la introducción de nuevos caracteres y voces, y por las muchas abreviaturas con que los antiguos escribían sus noticias. Que vieron y celebraron la capilla de la catedral que vulgarmente llaman del Zancarrón de Mahoma, y en lo antigua el Alquibria de Moros, de exquisita su arqui- tectura adornada de caracteres y muchos renglones Arabes en piedra, enyesados, dorados y pinturas, que expresan el Año de Hégira en que se fabricó, Artífice y A[…] que la costearon, y certificados ser la ceca, para que en lo antiguo hacían sus peregrinaciones, como después y ahora a Medina. Que en la capilla de los Aguayos, hoy del conde de Hornachuelos, vieron también otras dos inscripciones que servían de tapa para el hueco sepulcral, y se hallan en arábigo, diciendo expresamente y aún en algunos versos las Batallas de los Moros para ganar a córdoba, y nombre de sus capitanes47. durante su visita a la Mezquita-catedral de córdoba, Al-Gazzal pudo com- probar la metamorfosis sufrida por el edificio que, sin dejar de ser islámico, había pasado a convertirse en una iglesia cristiana: en el centro de la mezquita [existe] un cuadrilátero de gran extensión, entre cuatro columnas, y sobre él han construido una bóveda que se eleva hacia lo alto, para lo que han tenido que demoler un gran número de columnas de mármol48. 46. se trata de Muhamad ibn Abd al-wahhab, conocido por Al-Gassani. 47. carta remitida por Pedro Leonardo de villacevallos a Livino ignacio Leyrens y Pelleart. Bn Mss. 2537. 48. ghazzal. Op. cit., p. 74. © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 Jesús sALAs áLvAReZ 99 LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA Por la carta remitida el 19 de diciembre de 1766 desde Granada, por José de Hermosilla a su hermano ignacio de Hermosilla, sabemos que Al-Gazzal, durante su estancia de doce días en Granada, visitó el palacio nazarí de La Alhambra, bus- cando sin conseguirlo la fachada de dicho edificio. b) Muhammad ibn Utman al-Miknasi Permaneció en españa desde diciembre de 1779 hasta agosto de 1780, según él mismo recoge en su rihla49. Una breve noticia de su estancia en la capital hispalense, la tenemos recogida en la carta remitida, el 14 de enero de 1780, por Francisco de Bruna y Ahumada al Marqués de Montehermoso, en donde relata que: […] hospedamos en este Alcázar al embajador de Marruecos con toda su chusma. es menos bárbaro en su persona que el primero, pero de igual ignorancia y falta de instrucción. no vio los monumentos árabes que se conservan en esta ciudad por su poco gusto, y por que también las continuas lluvias se lo estorbaron. estuvo en mi gabinete un día hasta después de las tres de la tarde, registró varias inscripciones y medallas que yo tenía explicadas por [Miguel] casiri y copia la famosa inscripción que poseo en letras cúficas del sepulcro de Almanzor, descubierta seis años ha en Badajoz. en lo único que manifestó alguna inteligencia y que miraba con gusto eran las armas. Reconoció varias espadas árabes que tengo entre ellas un alfanje damas- quinado particular por la calidad de su hoja y empuñadura…50. ibn-Utman fue la persona que más datos proporcionó sobre su visita a el escorial, donde el monarca le autorizó a conocer «la biblioteca de los libros de los musulmanes», que se encontraban dispuestos: en un gran armario, perfectamente guardados… son 1800 volúmenes entre los que hay dos ejemplares del noble corán, muchos comentarios llenos de notas y gran cantidad de obras de medicina51. 49. IBn utman al-mIlknasI, M. Al-Iksir fi-fikak al-asir (el elixir para la liberación de los cautivos). edición crítica del profesor Muhammad al-Fasi. Rabat; arrIBas Palau, M. Un embajador marroquí de finales del siglo xviii: Muhammad ibn Utman. Awraq, 1980 3, pp. 118-130; Paraleda alonso, n. Op. cit., p. 62. 50. Bruna, Francisco de. Colección de varias cartas…, RAH. Mss. 9/2009, fols. 290-298. 51. Utman, m. Op. cit. pp. 122 y 126-127; cfr. Paraleda alonso, n. Op. cit, p. 70. 100 Jesús sALAs áLvAReZ LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 como ya dijimos, los viajes de ingleses y franceses a nuestro país, realizados esencialmente en el último tercio de la centuria, responden a un instrumento de formación para la juventud ilustrada, por lo que se llegaron a elaborar numerosas reglas para su preparación y realización. Por ello, estos aventureros prerrománticos, uno de cuyos principales valedo- res fue Francis carter, trasladaron su interés por la antigüedad clásica, caracterís- tico de los viajes a italia, hacia los monumentos, antigüedades y ruinas islámicas de Andalucía, cuyas representaciones ilustrarán sus trabajos en forma de repro- ducciones de monumentos, esculturas, inscripciones o monedas, difundiendo de este modo la cultura musulmana andalusí por toda europa. este fenómeno alcanzó su plenitud con los viajes románticos efectuados a partir del final de la Guerra de independencia, cuya difusión por todo el continente fue a su vez reclamo para futuros viajeros. La importancia de la obra de Francis carter radica en que está realizada por un personaje que vivió veinte años en Andalucía, que participó en numerosas tertulias eruditas de Málaga y que contactó con los eruditos locales, cuestión esta que luego repetirían muchos de los viajeros románticos británicos. igualmente, carter fue el creador del denominado «camino inglés» que desde Gibraltar o Málaga conducía a Granada y a la Alhambra, y que fue muy utilizado por los viajeros románticos británicos que recorrieron las serranías malagueñas y granadinas, analizando las costumbres de los españoles. Además, carter fue uno de los primeros en dar a conocer al público europeo los monumentos antiguos españoles, entre los que se encontraban los islámicos, y que propiciarían muy pocos años después la irrupción de numerosos viajeros románticos (Owen Jones, washington irving, david Jones, Richard Ford…). su obra fue traducida al castellano hace unos treinta años y en la actualidad es poco conocida. en ella abundan tanto litografías de algunos monumentos y poblaciones como dibujos de piezas arqueológicas, que se incluirían en el trabajo. en el siglo xviii visitaron nuestro país los marroquíes Al-Gazzal e ibn- Utman, enviados a negociar con la administración española diversos acuerdos de paz y liberar a prisioneros, que en realidad eran libertos que trabajaban como criados en hogares de familias acomodadas y que finalmente fueron entregados al sultán de Marruecos. durante su recorrido los embajadores marroquíes fueron utilizados como intérpretes de las inscripciones árabes existentes en los principa- les monumentos o en las colecciones públicas o privadas, lo que les proporcionó el contacto con la herencia cultural y material de Al-Andalus, cuyos vestigios reconocieron en numerosos puntos de la geografía andaluza. esta sensación de pervivencia de lo andalusí en los pueblos y ciudades andaluzas se incrementó con la visita a los edificios árabes de sevilla, córdoba y Granada, de manera que estos embajadores percibían que entraban en un recinto que les era propio aunque ya no les perteneciese y en el que aún se conservaban numerosas remi- niscencias andalusíes. © ediciones Universidad de salamanca cuadernos dieciochistas, 9, 2008, pp. 79-103 Jesús sALAs áLvAReZ 101 LA diFUsiÓn de LA ARQUeOLOGÍA y deL PAtRiMOniO ARQUeOLÓGicO de AndALUcÍA Al-Gazzal escribió que sevilla le recordaba a el cairo o que Granada, por su disposición urbanística, se asemejaba a Fez. Por su parte, ibn-Utman dijo de cór- doba que «sus murallas y callejones son estrechos y continúan en el mismo estado en el que los dejaron los musulmanes». y ambos viajeros serán los primeros en llamar la atención entre las semejanzas arquitectónicas existentes entre la Giralda de sevilla y el alminar de la Kutubiya de Marrakech. todo esto lo plasmaron en sus obras, llenas de descripciones de sus visitas a la Mezquita de córdoba o al Palacio de la Alhambra, lo que contribuyó a mantener vivo el interés en Marruecos por unos territorios en los que había florecido en el pasado la civilización andalusí. también llamó la atención, en especial Al-Gazzal, el origen de algunos monumentos arábigos: tras analizar sus inscripciones, consideró que muchos de los monumentos que eran tenidos por árabes o musulmanes en realidad no eran tales, sino que habían sido construidos, bajo dominación cristiana, imitando las técnicas constructivas islámicas. A todo ello se unen otros intereses que podríamos calificar de secundarios o complementarios, como la solicitud de devolución de determinados manuscritos árabes, denominados «libros de musulmanes» o «libros del islam», que se conser- vaban en la Biblioteca de el escorial, fundada en tiempos de Felipe ii con los volúmenes requisados al marroquí Al-Mansur. BIBlIograFía Fuentes BourgoIng, Jean François. Nouveau voyage en Espagne ou Tableau de l’état actuel de cette monarchie. Paris: 1789, 3 vols. — Tableau de l’Espagne Moderne. Paris: 1789, 3 vols. — Atlas pour servir au Tableau de l’Espagne moderne. Paris: 1807. carter, Francis. A journey from Gibraltar to Málaga, with a view of that garrison and its enviroment; a particular account of the towns in the Hoya of Málaga; the ancient and natural history of those cities, of the coast between them and the mountains of Ronda. Illustrated with the medals of each municipal town; and a chart, perspectives and drawings, taken in the year 1772. 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